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Full text of "Bibliografía mexicana del siglo XVIII"

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& 


í4 


boletín  del  instituto  bibliográfico  mexicano. 


NU  M  ERO    7. 


Bibliografía  Mexicana 


DEL  SIGLO  XVIII 


POR  EL  DR.  NICOLÁS  LEÓN 


l'IMI'KSOR    DE   ETNOLOGÍA 


EN  EL  MUSEO  NACIONAL. 


i 


SECCIÓN     PRIMERA. 


TERCERA   PARTE. 

A.-Z. 

superaverunt  fragmenta, 


MÉXICO 

IMPRENTA  DE  LA   VIUDA  DE  FRANCISCO  DÍAZ   DE   LEÓN 

Cinco  de  Mayo  y  Callejón  <1e  Santa  Clara. 

1906 


ADVERTENCIA 


Con  el  presente  tomo,  3?  ele  la  Sección  i-,  que- 
dan descriptos  2,400  impresos  mexicanos  del 
Siglo  XVIII  y  reimpresas  ó  por  primera  vez  im- 
presas obras  de  gran  rareza  é  importancia. 

En  este  particular  es  notable  este  volumen  co- 
mo lo  verá  el  lector  al  imponerse  de  él. 

Continuaré  en  mi  tarea  siempre  ayudado  por 
el  Supremo  Gobierno  de  la  Nación.    • 

c?£  Jtfeon. 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

I 


A 


ALDANA.  Fr.  CRISTOVAL  DE  (Mercedario.j 

Anteportada: 

1.   («!♦)  Chronica  j  de  la  |  Merced  ¡  de  ¡  México.  |  Tomo  Primero.  | 
Vuelta  en  blanco  y  sigue  la  portada: 

Compendio  |  Histórico  Chrono-  |  lógico,  de  el  |  Establecimiento,  y  pro- 
gressos  |  de  la  Provincia  de  la  Visitaci-  |  on  de  Nueva  España,  |  del  Real, 
y  Militar  |  Orden  de  N.  S.  de  la  |  Merced.  |  Extrahido  de  la  Chronica  que 
dexó  manuscripta  el  M.  R.  P.  M.  |  F.  Francisco  Parejas  Dr.  y  Decano  de 
Sag.  Theol.  en  la  Real  |  Vniv.  de  México:  dos  veces  Com.  del  Conv.  gran- 
de, y  otrasdos  |  Proal.  Primer  Rect.  de  S.  Ramón,  Qualif.  del  Sto.  OfT.  &  | 
Por  [  El  P.  M.  F.  Christoval  de  Aldana:  Com.  que  ha  sido  de  los  |  Con- 
ventos de  Zacatecas,  Guadalaxara,  y  México:  Sinodal  en  |  el  Obispado  de 
Guad.  é  hijo  del  Conv.  de  la  Recol,  á  quien  lo  |  D.  C.  y  O.  |  Interroga  ge- 
nerationem prisiinam,  &  diligenter  investiga  \  Patrian  memoriam:  Ex. 
Lid.  Job.  Cap.   VIII.  | 

(Véase  el  facsímil  adjunto). 


BIBLIOGRAFÍA  MEXICANA  DEL  SIGLO  XV 1 11. 

2 

COMPENDIO 
HISTÓRICO  CHRONO 

I.OGICO,DS  El 

SsttWeclBíieato,  y  progressos 

de  la  provincia  de  la  Visitad. 

on  de  Nueva  España, 

DEL  REAL,YM1LITAR 

ORDEN  DE  N.S.DEL& 

MERCED. 

£Xtufa¡¿>  Je  U  Cbrtnka,qacdeN¿nMRa«cr/ptar1  M.J^T.H* 
fl francisco  /'«reja:  ur,y  0< an^ái  Sag.  Thto¡.tn  Ja  «cat 
VWW.¿«  léxico;  da»  tuces Cem^dei  Ctnv.tnüd^jtirmdét 
9tmL  6l\mtr Kectit  io  ¿aman,  QuaU£  ¿J  $».  pf.  €Té 

toa 


£1  f.  M.F.Cbrrttarala'c^IeÍMUt  Com.  qu ka  sUo  ¿*  fe* 
Catun**  á*  ZacattA/,  £«a¿iia«»asy  /4artc*i  >ím4»J  o» 
«tOV)ya&d0Gua¿¿  Bi>áaiCcnvde/a  Mesi  a  «jekak» 

ogKgO&S,        Ca       y        O.  0g>dHp4¡l 


lnttm¡gityner*t¡oi*m  pifliruM, cr  dil/finr  inv*Jfytt 

Vuelta  blanca. 

8vo.  menor.;  5  hojs.  prls.  nrs.  las  dos  primeras  así:  •♦$*.  (II),  (III),  (W).  y  las  res- 
tantes s.  nr.  contienen:  Dedicatoria  del  autor  al  Convento  de  Mercedes  de  las 
Huertas;  en  ésta  da  noticias  biográficas  suyas  diciendo  que  en  temprana  edad  que- 
dó huérfano  y  perdió  la  fortuna  que  su  noble  padre  le  dejara  habiendo  encontrado 
asilo  en  tan  críticas  circunstancias,  en  el  convento  mencionado,  donde  profesó  y 
estudió  todas  las  facultades  mayores  y  menores. 

Su  ingreso  al  dicho  convento  fué  el  año  1744  y  entonces  contaba  de  edad  unos 
9  años. 

Continúan  los  preliminares  en  el  Prólogo  en  que  promete  una  segunda  parte  de 
esta  obra  conteniendo  una  "relación  Geographica,  y  Chronologica  délos  Conven- 
tos q.  hoy  tiene  esta  Sagrada  Provincia,  con  una  Escala  curiosa,  de  las  leguas,  q. 
cada  uno  dista,  de  este  grande  de  México." 

Sigue  la  Protesta  Preliminar  y  después  una  razón  que  da  "El  Impresor"  así: 
"Muchísimas  son  las  erratas,  q.  lleva  este  librito  tanto  en  la  colocación  de  las  le- 
tras, como  en  la  Ortografía:  pero  si  el  que  leyere  es  prudente,  emmendará  los  ye- 
rros, y  disculpara  mi  impericia,  suponiendo,  q.  enel  arte  no  soy  ni  dicipulo:  por  q. 
no  he  tenido  Maestro.     V  José  Gómez." 

Queda  la  vuelta  en  blanco. 

A  continuación  el  texto  de  obra  ocupando  las  páginas  1  a  268,  numeradas. 

El  tomito  está  dividido  en  dos  libios  y  llega  su  narración  hasta  el  año  1604. 
Probablemente  se  imprimió  después  del  ano  [770  puesto  (pie  cita  los  Concilios  del 
limo.  Lorenzana,  (pág.  66).  Debe  haber  sido  una  edición  doméstica  de  muy  cor- 
to numero  de  ejemplares  pues  este  es  el  único  hoj  conocido,  perteneciente  á  la  bi- 
blioteca del  Sr  1)  José  \l  '  Andrade,  hoy  en  podei  de  su  sobrino  el  Sr.  Canónigo 
D.  Vicente  de  P.  Ándrade.   El  tomo  segundo  quizá  no  se  publicó. 

(1770?) 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

3 
ALFARO.   P.    LUIS   FELIPE    NERI   DE  (Felipense) 

2.  .L,AS  doce  puertas  abiertas  |  déla  celestial  Sion,  |  por  donde  1  pue- 
den entrar  las  almas,  |  Aver,  y  gozar  déla  siempre  Amabilissima,  Hermo- 
sissima,  y  Misericordiosíssima  |  Trinidad,  |  En  el  Soberano  Alcázar  de  su 
Gloria,  |  Devoción  |  a  los  Sacratíssimos  Divinos  Maestros  \  déla  ley  de 
gracia.  |  Jesús  Nazareno,  |  y  la  nazarena  María  Puríssima,  |  en  sus  festi- 
vidades sagradas,  |  y  á  sus  doce  tiernos  discípulos,  |  y  fervorosos  aposto 
les  |  Repartida  en  los  doce  meses  del  año,  para  que  en  cada  |  mes,  se  ve- 
nere uno  por  su  Espiritual  Patrón,  y  se  solicite  su — intercession  con  varios 
Exercicios  de  virtud,  practicada  |  en  su  correspondiente  día  en  el  Cama- 
rín del  Santuario  de  |  JESÚS  Nazareno,  en  la  Labor  de  Atotonilco  dos  | 
Leguas,  y  media  de  San  Miguel  el  Grande,  donde  están  |  colocados,  por 
su  mas  vil  e  indigno  Esclavo  el  P.  Luis  |  Phelipe  Neri  de  Alfaro  su  Cape- 
llán. |  Con  las  licencias  necessarias.  |  Impressa  en  México  en  la  Imprenta 
del  Real,  y  mas  Antiguo  |  Colegio  de  San  Ildefonso,  año  de  1765.  j 

8vo.;  port.  con  vta.  bla.;  8  hojs.  prls.  s.  n.  con  D.  y  Al  I.ect.;  19  hojs.  s.  nr.  con  la  obra. 


ALVAREZ  DE  ABREU  Y  VALDEZ  lllmo.   Sr.   Dr.   MIGUEL 
ANSELMO   (Clérigo.) 

«3.  Carta  |  Pastoral  |  del  limo.  Sr.  Dr.  |  D.  Miguel  \  Anselmo  Alva- 
rez  I  de  Abreu  y  Valdez,  |  del  Consejo  de  Su  Majestad  &c.  \  Obispo  de 
Antequera  |  en  el  Valle  de  Oaxaca.  ¡  Adorno  tipográfico. 

4to.;  vta.  de  la  port.  con  textos  latinos;  pp.  I  á  9S  la  obra  que  está  firmada  en  Antequera  Mayo 
6  de  1769. 

S.  f.  n.  1.  de  i.  sed.   México.   Siglo  VIII. 


ALVAREZ  de  SOTO.  ESTEBAN 

4.  «f»  1  Diarios  |  de  lo  Acaecido  en  los  Puertos  |  de  la  |  Guayra,  y  Por- 
to-Cabello, I  con  la  Escuadra  Inglesa  |  desde  el  día  2  de  Marzo  hasta  | 
el  14.  de  Mayo  |  De  este  Año  de  1743.  |  Cuyos  sucessos  felizes  dedica  el 
afecto  de  [  Esteban  Alvarez  de  Soto  |  Al  nobilissimo  cántabro,  [  y  escla- 
recido Patriarcha  |  el  Glorioso  |  S.  Ignacio  |  de  Loyola,  |  Patrono  de  la 
Real  Compañía  |  Guypuzcuana.  )  Con  licencia  del  Exmo.  Sr.  Virrey.  [ 
Impressos  por  la  Viuda  de  Don  Joseph  Bernardo  |  de  Hogal,  impressora 
del  Real,  y  Apostólico  Tri-  |  bunal  de  la  Santa  Cruzada  en  todo  este 
Reyno.  | 

4to.;  port.  reglada  y  vta.  blanca;  pp.  i  á  14  la  obra. 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 


ÁLZATE  y  RAMÍREZ.  JOSÉ  ANTONIO  de  l  Clérigo.) 

5.  .Diario  |  Literario  |  de  México.  |  Dispuesto  |  para  la  utilidad  pu- 
blica, |  á  quien  se  dedica.  |  Por  D.  Joseph  Antonio  de  \  Álzate  y  Ramírez. 
|  Ubertas  federe,  et  pace.  ¡  Marzo  12.  de  1768.  |  Con  las  licencias  neces- 
sarias.  |  Impresso  en  México,  en  la  imprenta  de  la  |  Bibliotheca  Mexica- 
na, en  el  Puente  del  Es-  |  piritu  Santo,  en  donde  se  hallará  este,  y  los  | 
siguientes;  como  también  en  la  Librería  del  |  Arquillo,  frontero  del  Real 
Palacio.  I 

4to.;  port.  orí.  y  vta.  blanc;  se  publicaron  solamente  8  números,  que  con  excepción  del  nú- 
mero 3  que  tiene  6  hojas,  todos  los  demás  son  de  á  4,  todos  tienen  el  pie  de  imprenta  que  consta 
en  la  portada  y  carecen  de  numeración  en  las  páginas. 

El  núm.  6  contiene  una  descripción  del  terremoto  de  Abril  de  1768  y  expone  la  causa  física  de 
él,  chocando  así  con  el  fanatismo  de  su  época. 

La  publicación  se  suspendió  por  falta  de  lectores,  con  el  núm.  8  de  Mayo  10  de  1768. 

Se  reimprimió  en  Puebla  el  año  de  1831  en  el  tomo  4?  de  las  obras  de  Álzate. 


—6.  Descripción  |  del  |  Barreno  |  Ingles,  (  Instrumento  |  muy  útil,  y 
necesario  |  para  los  mineros  |  y  |  labradores.  |  Por  D.  Joseph  Antonio  de 
Álzate  I  y  Ramírez.  |  Impressa  con  las  licencias  necesarias  \  En  México, 
en  la  Imprenta  del  Lie.  D.  Joseph  de  |  Jauregui,  en  la  calle  de  S.  Bernar- 
do. Año  de  1770.  I  Los  caracteres  de  esta  impression  han  sido  fabricados 
I  en  esta  Ciudad  por  D.  Francisco  Xavier  de  Ocampo,  a  \  expensas  de  dicho 
D.  Joseph  de  Jauregui.  \ 

4to.;  port.  y  á  su  vta.   unos  versos  latinos  de  Horacio;    1  lioj.  prl.  s.  nr.  con  la  Dedicatoria; 
pp.  1  á  10  la  obra  que  ilustra  una  lámina  grabada  sobre  cobre. 


— 7.  Observaciones  |  meteorológicas  |  de  los  últimos  nueve  meses  | 
de  el  año  ¡  de  mil  setecientos  setenta  y  nueve.  |  Hechas  en  esta  Ciudad  | 
de  México  \  Por  D.  Joseph  Antonio  de  Álzate  \  y  Ramírez.  \  Un  adorno 
tipográfico  I  Impressas  con  las  licencias  necesarias  |  En  México,  en  la  Im- 
prenta del  Lie.  D.  Joseph  |  de  Jauregui,  en  la  calle  de  S.  Bernardo.  |  Año 
de  1770.  ¡ 

4to.;  port.  á  su  vta.  con  textos  latinos;  pp.  1  á  5  y  siguen  9  s.  nr. 


— 8.  Asuntos  |  Varios  |  sobre  ciencias,  |  y  Artes.  |  Obra  periódica  | 
dedicada  |  Al  Rey  N.  Sr.  |  (que  Dios  guarde)  |  Por D.  Joscf  Antonio  de 
Álzate,  y  Ramírez.  \  Con  las  licencias  necesarias  |  Impresa  en  México  en 


bibliografía  mexicana  del  siglo  xrin. 

5 

la  Imprenta  de  la  Biblio-  |  teca  Mexicana  del  Lie.  D.  Josefde  Jauregui,  | 
en  la  calle  de  San  Bernardo.  | 

4to.;  port.  con  vta.  blanc. 

Consta  este  periódico  de  13  números,  el  primero  con  fecha  Octubre  26  de  1772  á  Enero  4  de 

1773-  '  .,     ,    , 

Todos  los  números  de  este  periódico,  constan  de  4  hojas  con  excepción  de  los  nums.  9  y  12 
que  tienen  sólo  dos;  en  el  núm.  9,  hay  intercalado  un  grabado  en  cobre  representando  una  má- 
quina para  despepitar  el  algodón.  Hay  números  paginados  progresivamente  y  otros  no  la  tienen; 
su  resultado  en  conjunto  son  100  páginas.  Todos  los  números  tienen  el  encabezado  de  la  por- 
tada y  al  fin  el  mismo  pie  de  imprenta  de  esta. 

Reimpreso  en  Puebla  el  año  de  1831  formando  parte  del  tomo  4'.'  de  sus  obras. 


ANDRADE.  Fr.  FRANCISCO  de  San  ESTEBAN 

(Misionero  franciscano.) 

9.  Titulo  Glorioso  |  del  Crucificado  con  Christo  |  en  la  mystica 
cruz  de  la  Vida,  y  predicación  |  admirable  del  Apóstol  del  Reyno  de  Gua- 
temala, I  y  I  Segunda  Azuzena  |  de  la  religión  seraphica,  |  El  R.  P.  Fr. 
Antonio  Margil  de  Jesús,  |  Missionero  Apostólico,  Fundador,  ex- 
Guardian,  y  Padre  de  |  los  Colegios  de  Propaganda  Fide,  de  toda  la  Nue- 
va España,  j  Inscripción  famosa  |  del  libro  de  sus  admirables  virtudes,  | 
Que  predicó  en  sus  Honras  Funerales,  que  a  los  dos  años  de  su  |  muerte, 
le  hizo  aqueste  su  apostólico  Colegio  de  Christo  j  Crucificado  de  Guate- 
mala, el  dia  9.  de  Septiembre  de  1728.  años.  |  El  R.  P.  Fr.  Francisco  de 
San  Estevan  Andrade,  |  Predicador  Apostólico,  ex-Lector  de  Theologia, 
Examinador  |  Synodal  de  este  Obispado,  y  ex-Guardian  de  dicho  Cole- 
gio. I  Sacanlo  a  luz  los  señores  Licenciados  D.  Thomas  Ignacio  de  Arana, 
I  y  D.  Francisco  de  Orozco,  ambos  del  Consejo  de  su  Magestad,  |  Oido- 
res de  esta  Real  Audiencia,  y  Chancelliria  de  Guatemala.  |  Qvienes  afec- 
tuosamente lo  consagran  al  Dvlcissimo  Nombre  de  Maria,  \  Singularmente 
venerado  en  todo  el  Reyno  de  Valencia,  en  las  muchas,  |  y  celebres  Imáge- 
nes de  la  Santissima  Virgen,  que  possee.  Y  en  segundo  |  lugar,  lo  dedica 
mi  afecto  á  la  Nobilissimo  Ciudad  de  Valencia.  |  Con  licencia  de  los  Supe- 
riores en  México,  en  la  Imprenta  Real  del  Superior  Govierno,  de  los  He- 
rederos de  la  Viuda  de  Miguel  de  |  Rivera  Calderón;  en  el  Empedradillo. 
Año  de  1729.  I 

4to.;  port.  orí.  y  vta.  blanc;  15  hojs.  prls.  s.  nr.  con  D.  Pl\,  LL.  y  Elogios  en  verso;  pp.  I 
á  42  la  obra  que  contiene  preciosos  datos  históricos  de  los  trabajos  del  P.  Margil  entre  los  indios 
de  Guatemala. 


ANGUITASANDOBALy  ROJAS.  Dr.  JUAN  UBALDO  (Clérigo.) 

10.    Kl  titulo  I  de  la  Salud  consumado.  |  Sermón  |  Panegyrico,  |  que 
patente  |  el  Augustissimo  Sacramento  del   Altar.  |  A  el  feliz  ingresso,  | 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

6 

que  hicieron  las  Religiosas  Dominicas  en  el  Nuevo  |  Convento,  que  en  la 
Ciudad  de  Pasquaro  se  fundó  |  en  el  Templo  de  NUESTRA  SEÑORA  DE  LA 
SALUD  el  |  dia  de  la  Esclarecida  Virgen  Santa  Teresa  de  |  Jesús,  el  año 
de  1747.  I  Predicó  |  El  Dr.  y  Mro  D.  Juan  Vbaldo  de  Anguita  |  Sando- 
bal,  y  Roxas,  Catedrático,  que  fué,  de  Philosophia  en  |  el  Real,  y  Pontifi- 
cio Seminario  de  la  Sta.  Iglesia  Metropolitana  |  de  MexicOj  Canónigo  Ma- 
gistral Decano  de  la  de  Valladolid,  [  su  Clavero,  y  Juez  Hacedor,  que  ha 
sido,  Examinador  Synodal  |  del  Obispado  de  Michoacan,  Presidente  de 
sus  synodos,  y  |  Vicario  Visitador  del  Convento  de  Religiosas  de  Sta.  | 
Catharina  de  Sena  de  dicha  Ciudad  de  Valladolid.  |  Quien  lo  dedica  |  A 
Don  Pedro  Pérez  de  Tagle,  |  Alcalde  Provincial  por  el  Rey  Nro.  Sr.  Mar- 
qués, que  I  fue,  de  Altamira,  y  actual  Regidor  Capitular  de  la  |  Nobilissi- 
ma  Ciudad  de  la  Puebla  de  los  Angeles.  |  Con  licencia  de  los  Superiores: 
I  En  México,  en  la  Imprenta  del  Nuevo  Rezado,  de  Doña  Maria  de  Ribe- 
ra: I  En  el  Empedradillo.   Año  de  174S    | 

4to.;  port.  orí.  y  vta.  blanc;  15  hojs.  prls.  s.  nr.  con  DD.  PP,  y  LL  ,  al  principio  de  la  1? 
Ded.  el  escudo  de  armas  de  Tagle.    Pp.  1  á  24  el  Sermón. 

Consta  en  la  Ded.  que  D.  Pedro  Pérez  de  Tagle  fabricó  la  iglesia  del  Sto,  Cristo  'le  la  Piedad, 
en  Michoacan. 


ANTONIO  y  MORENO.  Fr.   MARTIN  de  San    Franciscano.) 

II.  CONSTRUCCIÓN  |  Predicable,  |  y  |  Predicación  |  Construida,  | 
Dividida  en  cinco  opúsculos,  |  Vno  de  Titulo  de  la  Santa  CRUZ,  otro  del 
Santissimo  SACRAMENTO,  otro  de  María  |  Santissima,  otro  Proprio  de 
SANTOS,  y  otro  Común  de  Santos:  |  cuyas  materias  son:  |  Textos  de  la 
Sagrada  Biblia,  Authoridades  de  Santos,  Exemplos  varios,  Fábulas  mora- 
li  I  zadas,  Vidas  de  Gentiles,"  Epithetos  Sagrados,  y  Profanos,  Proprieda- 
des  de  Aves,  Pezes,  |  Brutos,  Flores,  Arboles,  Piedras  preciosas,  y  otras 
cosas:  |  Cuyas  formas  son  |  Anagrammas,  y  Conceptos  varios,  innumera- 
bles para  puntos  de  la  Fiesta,  vtiles,  y  deleytables,  |  proprios  del  intento 
nuevamente  inventado.  |  Cuyos  vsos  |  Se  verán  explicados,  y  Practicados 
en  cada  Opúsculo:  |  Cuyos  fines  son  |  La  Honra,  y  Gloria  de  Dios,  y  la 
Salvación  de  los  Próximos:  |  Cuyo  Author  es  |  El  M.  R.  P.  Fr.  Martin 
de  San  Antonio  y  Moreno,  indignissimo  Hijo  |  de  N.  S  P.  S.  Fran- 
cisco, Professo,  y  Natural  de  la  Ciudad  de  Córdoba  en  Andalucía  de  la  | 
Provincia  Observante  de  Granada:  é  incorporado  en  la  del  Santissimo  Nom 
bre  de  JESÚS  |  de  Goathemala,  Ex-Lector  de  Theologia  Escholastica,  y 
Moral,  Predicador  General  |  Jubilado,  y  Apostólico  en  los  Reynos,  y  Obis- 
pados de  Córdoba  |  Granada,  Sevilla,  Jaén,  Murcia  y  Málaga:  |  Cuyas  ex- 
pensas, é  impression  costeó  |  D.  Francisco  Antonio  Sánchez  de  Tagle,  Ca- 
ballero, Professo,  del  Orden,  y  |  Cavalleria  de  Santiago,  Regidor  perpetuo 


BIBLIOGRAFÍA  mexicana  DEL  SIGLO  XV 1 11. 


de  esta  Novilissima  Ciudad,  Thenieute  Coronel  del  Re-  |  gimiento  de  In- 
fantería Española  de  Comerciantes  de  ella,  y  Syndico  General  de  todas  las 
Provincias  de  Nueva-España  de  la  Religión  de  N.  S.  P.  S.  Francisco,  &c. 
|  Cuyos  elenchos  |  De  Capítulos,  Authores,  y  cosas  más  notables  verás  al 
fin  de  cada  Opúsculo:  omito  tablas  de  Es-  |  criptura  Sagrada,  pues  seria 
trasladar  toda  la  Biblia.  ¡  Con  licencia  de  los  Superiores:  |  Impreso  en  Mé- 
xico por  Joseph  Bernardo  de  Hogal,  Ministro,  é  Impressor  del  Real,  y  | 
ApostolicoTribunal  de  laSantaCruzadaen  todo  este  Reyno:  Añode  1735.  | 

Folio;  portada  impresa  con  tintas  roja  y  negra  y  vta.  blanc. 

14  hojs.  prls.  s.  nr.  con  D.  (al  frente  de  ella  el  escudo  de  Sánchez  de  Tagle)  PP.,  LL.  y  Pró- 
logo.   Pág.  1  á  432  la  obra. 


ANUNCIACIÓN.    Fr.  ANTONIO  dC  la    Capuchino.) 

12.  LüZ  I  para  saber  andar  |  la  Via  Sacra.  |  Por  el  P.  Fr.  Antonio  de 
la  Anun-  |  ciacion,  Religioso  Observante  de  N  S,  P.  |  S.  Fran-  |  cisco, 
Lector  de  Theologia,  y  |  Predicador  Apostólico  en  los  Rey-  |  nos  de  Es- 
paña. I  El  escudo  de  los  franciscanos  |  Corregido  por  el  Santo  Oficio,  | 
Reimpresso  en  México  en  la  Imprenta  del  |  Real,  y  mas  antiguo  Colegio 
de  S.  Ilde-  |  fonso,  año  de  1764.  | 

ióvo.;  pon.  á  cuya  vta.  comienza  la  obra  y  ocupa  15  hojs.  s.  nr. 


ANUNCIATA.  CONGREGACIÓN  de  la 

13.  Advertencias  |  y  |  Preceptos  |  vtiles  para  la  clase  de  j  Menores. 
I  Imprímelos  con  licencias,  y  |  Privilegio.  |  La  Congregacipn  de  la  Anun- 
ciata,  fundada  en  |  el  Collegio  de  San  Pedro,  y  San  Pablo  de  la  |  Compa- 
ñía de  Jesús  de  México.  ¡  El  escudo  de  la  Compañía.  |  En  México:  por 
los  Herederos  de  la  Viuda  de  |  Francisco  Rodríguez  Lupercio.  En  la 
Puer-  I  ta  de  Palacio.    Añode  1723.  | 

8vo.;  port.  con  vta.  blanc;  15  hojs.  s.  nr.  con  la  obra. 


ARAIYIBURO.    P.   FRANCISCO    MARÍA  de    Jesuíi 

14.  1  RIDUO  I  Sagrado,  ¡  Que  es  devoción  muy  útil  para  ¡  los  tres  pri- 
meros dias  de  cada  |  mes  |  en  obsequio,  |  adoración  y  amor  |  de  la  Sacra- 
tissima,  I  Adorabilissima,  Amabilissima,  1  Trinidad  |  De  nuestro  gran 
Dios,  y  Señor.  |  Dispuesta  por  el  Padre  Francisco  Ma-  J  ria  de  Arambu- 
ro  de  la  Compañía  de  ¡  Jesús.  |  En  México  en  la  Imprenta  del  Real,  y  | 
Mas  Antiguo  Colegio  de  S.  Ilde-  |  fonso,  Año  de  1757.  | 

l6vo.;  port.  y  10  hojs.  ?-.  nr.  con  la  obra. 


BIBLIOGRAFÍA  MEXICANA  DEL  SIGLO  XVIII. 


ARBIOL    Fl*.    ANTONIO    Franciscano.) 

15.  rLxPLICACION  breve  |  de  todo  el  Sagrado  Texto  |  de  la  Doctrina 
|  Christiana.  |  Para  consuelo,  y  |  Aprovechamiento  fundamental  |  de  las 
Personas  Espirituales.  |  Sacada  de  la  Quarta  Impression  |  del  Libro  de 
los  Desengaños  |  Mysticos.  |  Que  compuso  |  El  P.  Fr.  Antonio  |  Arbiol, 
de  la  Religión  de  San  |  Francisco.  |  Decima  Tercia  Impression.  |  En  Za- 
ragoza. Por  Pedro  Carreras.  Año  |  de  1723.  y  por  su  original  en  México. 
¡  Por  Joseph  Bernardo  de  Hogal.  |  Año  de  1 73  1 .  | 

ióvo.;  port.  con  la  vía.  conteniendo  un  grabado  de  las  5  llagas  de  Cristo;  pp.  3  á  175  la  obra. 
Parece  estar  aprovechado,  aunque  con  notables  modificaciones  el  texto  de  Ripalda. 


10.  Vía-Sacra  |  Compuesta  |  por  el  R.  P.  Fr.  Antonio  |  Arbiol,  |  y 
reimpressa  |  Por  un  devoto  de  tan  Santo  |  Exercicio,  que  enseñó  Maria  | 
Santissima  con  su  exemplo.  \  El  escudo  franciscano.  \  En  México:  por  los 
Herederos  del  Lie.  D.  |  José  Jauregui,  calle  de  San  Bernardo,  |  año  de 
1782.  I 

ióvo.;  port.  con  un  grab.  de  Jesús  con  la  cruz  á  cuestas  y  15  hojs.  s.  n.  con  la  obra. 


ARIAS  IYIALDONADO.   MANUEL  JOSÉ  (Clérigo.) 

17.  C^ANCIÓN  Amorosa,  |  con  que  |  el  alma  arrepentida  |  obsequia  a 
su  Padre  Dios  |  Compuesta  por  |  Manuel  Joseph  Arias  Mal  |  donado, 
Br.  en  Philosophia  y  Theología,  y  |  Notario  del  S.  Tribunal  de  la  Inqui- 
sición. !  Dedícala  |  A  la  Bellissima  Milagrosa  Imagen  |  de  Jesús  Nazare- 
no, I  Ouese  venera  en  Atotonilco,  dos  leguas,  y  me-  |  dia  de  la  Villa  de 
San  Miguel  el  Grande;  cuyo  |  Capellán  el  Br.  D.  Luis  Phelipe  Neri  de  | 
Alfaro,  Comissario  de  dicho  Santo  Oficio,  |  la  imprime  á  mayor,  honra,  y 
gloria  I  de  tan  Soberana  Imagen.  |  Reimpressa  en  México  en  la  impren- 
ta del  Rl.  y  mas  |  Antiguo  Colegio  de  San  Ildefonso.   Año  de  1765.  | 

i6vo.  port.  y  )S  hojs,  5.  m.  con  la  obra  que  está  toda  en  \ 


ARSONIO.    P.    CONSTANCIO    Canónigo  reglar  de  San  Pablo.) 

18.  Semana  Mariana,  |  y  Devoción  |  A  Maria  Santissima,  |  Oracio- 
nes Jaculatorias  para  cada  dia  de  la  semana,  muy  |  provechosa  para  lograr 
por  su  me-  |  dio  buena  muerte.  |  Compuesta  en  latin  |  Por  el  R.  P.  Cons- 
tancio |  Arsonio,  Clérigo  Reglar  de  S.  Pablo.  |  Y  traducida  de  Castella- 
no por  un  [  Devoto  de  Maria  Santissima.  |  Con  las  licencias  necessarias:  | 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XV III. 

9 

Reimpressa  en  México,  en  la  Imprenta  del  Lie.  D.  Joseph  de  Jauregui, 
Ca-  |  lie  de  S.  Bernardo.    Año  de  1773.  1 

Ióvo.;  port.  á  cuya  vta.  comienza  la  obra  que  está  contenida  en  15  hojs  s.  nr. 


ANÓNIMO. 

19.  Ave  Maria.  |  Novena  |  De  el  Sacro-Santo  Misterio  de  la  |  Eu- 
charistia:  |  En  reverencia  de  la  Purissima  |  Sangre  que  eligió  el  Verbo  Di- 
|  vino  para  su  encarnación,  del  |  Corazón  de  su  Santissima  Ma-  |  dre, 
nuestra  Señora  la  |  Virgen  Maria  |  llena  de  gracia.  |  Para  comunicar  á  los 
pecado-  |  res,  en  las  purezas,  y  medicina  |  de  su  Santissimo  Cuerpo,  las  | 
dulzuras  de  tan  peregrino  |  Cordial.  |  Dispuesto  por  un  devoto  |  Religio- 
|  so  Sacerdote. 

ióvo.;  port.  con  grab.  en  la  vta.  y  15  hojs.  s.  n.  con  la  obra. 
Al  final: 

Reimpressa  en  la  Puebla,  por  la  Viu-  |  da  de  Miguel  de  Ortega  en  el 
Portal  I  de  las  flores.   Año  de  1745.  | 

AVENDAÑO  SUARES  de  SOUZA.  P.   PEDRO  de    Clérigo) 

20.  Oración  |  Fúnebre  |  Panegyrica  |  que  en  las  Honrras,  que  j  ce- 
lebró á  la  Magestad  del  |  Señor  \  D.  Carlos  |  Segundo,  |  Rey  de  las  Es- 
pañas  I  el  Real  Convento  de  |  Religiosas  de  Jesús  Maria  de  |  la  Ciudad 
de  México  |  Hizo,  y  dijo  |  D.  Pedro  de  Avendaño  |  Suares  de  Sousa  el 
dia  18  de  Junio  |  de  1701  años.  | 

4to.;  fojas  8  á  24. 

Este  sermón  forma  parte  de  la  Relación  de  las  honras  fúnebres  de  «arlos  [I,  hecha-,  en  el 
Convento  de  íesús  María,  y  de  las  cuales  no  he  visto  ejemplar  completo. 

El  Sr.  García  lcazbalceta  en  el  tomo  H  de  las  "Memorias  déla  Academia  Mexicana"  páginas 
117  a  144  publicó  con  el  título  de  "Literatura  Mexicana. -El  Padre  Avendaño. -Reyertas  más 
que  literarias.— Rectificaciones  á  Beristain,"  un  interesante  estudio  biográfico  referente  al  Padre 
Avendaño.  En  él  se  refiere  a  xmzpicante  crítica  escrita  por  este  sujeto  y  que  no  se  ha  publicado; 
como  en  mi  poder  existe  una  copia  antigua  de  esa  crítica,  he  creído  conveniente  publicarla  aquí. 

Su  texto  es  como  sigue: 

( .l/.V.  en  4to.  con  78  hoj  ■ 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 


FEE  DE  ERRATAS  Y  ERRATAS  DE  FEE 

RESPUESTA  APOLOGÉTICA  A  LA 
DEDICATORIA,  APROBASIONES,  Y  SER- 
MÓN DE  LA  PURIFICACIÓN,  QUE  ME- 
DIO PREDICÓ  E  IMPRIMIÓ   DE  EL  TO- 
DO EL  DOCTOR  DE  ALCALÁ 
DN.  DIEGO  ZUASO,  Y  COS- 
AÑO  CÓJALES.  DE  1703. 

ARZEDIANO  DE  MÉXICO. 

SACADA  A  LUZ 
POR  TRES  INGENIOS  COMPASIVOS,  DE  ESTA  NOBLE, 
DOCTA,   E  INSIGNE  CORTE  MEXICANA; 
PARA  QUE  SE  DESCENGAÑE,  EN 
PARTE,   EL  ARZE- 
DIANO. 


BIBLIOGRAFÍA  MEXICANA  DEL  SIGLO  XVIII. 

12 


Desimas  en  N. 


1.  A  un  Dn.  Diego  de  Arsedan 
Doctissimo  Viscain 

vn  sermón  siete  mesín, 
en  la  Cathedral  le  dan. 
Canónigos,  y  Dean 
fiaron  de  su  presumpcion 
desempeño  á  la  funccion; 
porque  esperaron  según 
sus  grandes  créditos  son 
famosissimo  sermón. 

2.  El  no  dexó  Religión, 
Clero,  ni  Collegio  á  quien 
no  pidiesse  á  tutiplén 
libros  para  su  sermón: 
cargó  con  Beda,  y  Aumon 
Lira,  Ambrosio,  y  Agustín, 
con  Cornelio,  y  Bellerlin, 
San  Cipriano,  y  San  Efren, 
y  medio  año  ten,  con  ten 
ensayó  su  Tocotín. 

3.  Con  tan  grande  prebension. 
jusgó  de  Europa  el  común 
que  habia  de  orar,  como  vn 
Eloquente  Ciseron, 

y  en  gloria  de  su  Nación 
todo  honrrado  Galopín 
apunto  el  postre,  y  á  ruin, 
se  convocó  vive  San 
para  aplaudir  á  su  gran 
orador  vltra  marin. 

4.  Vino  de  San  Augustin 
el  nacional  Borbollón, 

de  Gutierres  Frai  Antón, 
Ruiz,  Ramos,  Ponze  de  León 
también  vinieron  en  fin 
los  Luyandos  Luiz,  y  Juan 
Careaga,  y  el  buen  Teran, 
que  jamas  oyen  Sermón 
Tagle,  y  Reberbueda,  con 
Lorenzo,  Osorio,  y  Julián. 


5.  Ael  pulpito  como  vn  pan 
de  sera  subió  el  timbón, 
aunque  Banduxo  Bayon 

le  alentaba  barbaján; 

mas  sirvióle  de  desban 

la  Setentona  Versión 

de  el  Sol  contra  Gabaon, 

y  fue  tan  grande  el  baiben 

que  surrapas  mas  de  sien 

dio  el  pobre  á  el  primer  tapón. 

6.  Aquel  Choro  machuquin 
es  Choro  de  bendision, 

en  cuya  peruana  Vnion 
no  se  admite  á  Gachupín; 
substentelos  Medelin 
que  si  descienden  de  Adán 
con  sudor  se  come  el  pan; 
que  á  los  Hijos  no  es  razón 
defraudarles  la  rasión, 
para  que  la  coma  el  can. 

7.  En  fin  Señores  sabrán, 
que  en  su  Purificasion 
cagó  en  su  predicasion 

el  Arzediano  gañan, 

y  aora  imprimirlo  querrán? 

O  Carrascoso  Guillen 

deten  la  mano  deten! 

que  á  los  Condes  de  Carrion 

les  incumbe  la  impresión 

con  ruibardo,  y  ojasen. 

OTRAS. 

8.  Un  Arzediano  de  bien, 
con  mas  sobervia  que  Aman 
quiso  orar,  como  Natán, 

y  quedo,  como  Rubén; 
sin  temer  de  el,  y  el  baiben 
subió  en  presensia  de  Aron 
no  aquerer  parar  de  Eton 
el  carro,  mas  como  el  fin 
fue  ser  vn  Josué  Cain, 
paró  en  un  gentil  Faetón. 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 
13 


9.      En  vn  lugar  poco,  á  poco 
quiso  entrarse  por  su  pico, 
y  aunque  de  lauses  tan  Rico 
se  quedó  in  citato  loco. 
Setenta  viejos  el  coco 
le  hicieron;  y  aunque  bellaco 
se  le  conosio  en  el  saco, 
que  de  la  orasion  el  flueco 
es  gusmano;  y  assi  el  checo 
tiene  su  punta  de  caco. 

10.  Sobervio,  como  español, 
quiso  con  modo  subtil 
hacer  alarde  gentil, 

de  como  parar  el  sol: 

no  le  obedesio  el  farol, 

que  antes  Hicaro  fatal 

lo  hecho  en  nuestra  equinosial, 

por  que  sepa  el  moscatel 

que  para  tanto  oropel 

tiene  espinas  el  nopal. 

11.  El  Quixote  se  emmaraña 
Subido  en  el  clavileño, 

y  con  Apolo  el  pequeño 
jugó  á  la  pipisigaña: 
setenta  vezes  le  araña, 
y  por  mas,  que  le  rasguña 
como  las  vozes  no  empuña, 
de  el  que  por  Israel  se  empeña 
sele  fue  por  vna  greña, 
aunque  lo  tenia  en  la  vña. 

OTRAS. 

12.  A  el  predicar,  qual  farol, 
de  luces  el  Arzediano 
entendió  el  genero  humano 
que  se  parasse  asta  el  Sol, 
mas  se  apagó  su  arrebol, 
con  modo  tan  raro  que 
solo  el  Arzediano  fue 
quien  se  paró,  y  se  deshiso: 
porque  hacer  á  el  rebes  quiso 
Todo  el  papel  de  Josué. 

13.  Pararte  misterio  fué! 


en  tu  sermón,  que  eres  Sol, 
y  luces  de  tal  farol 
las  sabe  parar  Josué; 
.    que  eres  tu  Sol,  vien  se  vee 
de  ciensias  no  ai  que  dudar; 
y  assi  llego  á  imaginar, 
que  ser  Sol  llegaste  assi, 
pues  que  solo  á  el  Sol,  y  ati 
los  hizo  Josué  parar. 

14.  Mas  todo  ello  á  el  rebes  fue, 
de  lo  que  pasó  en  Gabaon, 

de  lo  que  ati  en  tu  sermón 

te  pasó  según  se  vee: 

no  es  nesesaria  mas  fee, 

de  lo  que  se  vio  alli 

pues  bien  visto  assi,  que  assi 

detenido  tu  arrebol 

si  Josué  detuvo  á  el  Sol 

el  Sol  te  detuvo  á  ti. 

15.  Mas  quien  lo  turvó  párese 
que  el  Sol  no  fue,  y  se  deduse, 
de  que  el  Sol  á  todos  luce, 

y  á  Dn.  Diego  lo  obscuresse; 
turbólo  á  lo  que  se  ofrese 
vna  multitud  sin  quenta, 
de  Doctores  no  fue  afrenta 
que  si  es  pleito  importuno 
El  que  bengan  dos  á  vno, 
que  sera  venir  Setenta. 

16.  Los  Setenta  en  su  Sermón, 
lo  turbaron,  y  en  la  quenta 
no  encontró  de  los  Setenta 
palabra  de  la  versión; 
hallóse  en  gran  confusión, 

y  se  sentó  sin  menearse 
con  Setenta  no  acordarse, 
y  es  que  fue  sentarse  alli, 
pues  lo  que  es  Setenta,  aquí 
fue  lo  mismo,  que  sentarse. 

17.  Con  solesismo,  y  asento 
también  flaqueó  en  la  orasion; 
conque  assi  la  turbasion 

fue  lo  de  menos  momento: 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 


14 


á  dimitte  el  incremento 
le  herró,  y  pues  se  atreve 
á  abrebiarlo,  es  vien,  que  lleve 
savido;  porque  se  pula 
que  ha  menester  vna  Bulla 
dimitte,  para  ser  breve. 

El  solesismo,  que  fue  arto 
craso,  pues  á  parió  puso 
en  vn  latín,  que  compuso 
mucho  mas  alia  de  el  parto 
parierit  dixo;  á  tal  parto 
de  tal  latín  los  asares, 
(y  quien  asta  los  hijares) 


no  hechará  con  los  riñones 
á  el  ver,  que  en  parió  los  nones 
pudo  hechar,  y  no  las  pares? 
19.      Ni  voz,  ni  gracia,  ni  acción, 
ni  oratoria,  ni  agudeza, 
ni  discurso,  ni  destresa 
tuvo  en  toda  su  orasion : 
y  aqueste  era  el  que  lección 
nos  havía  de  dar?  alia 
en  su  Alcalá  se  podra, 
que  acá  narises  á  pares 
tenemos  sin  ser  de  Enares, 
para  darlas  á  Alcalá. 


Receptas  salomónicas  para  caídas. 


Cedit  super  cellam  in  exelso  domus  suae,  ignoravit  quod  ibi  sint  Gi 
gantes. 

Señor  orador  enfermo?  Y  pues  aire  fue  la  causa 

yo  soi  Medico,  que  aplico  de  que  cayera 

posimas  medisinales  contra  el  aire  le  aplico 

á  los  enfermos  caídos.  esta  recepta. 

Nubes,  et  ventus,  et  promisa  non  comptes.    Prob.  cap.  5. 


Ventosos  flatos  de  vientre 
á  la  cabeza  le  han  sido: 
porque  sus  hinchados  soplos 
lo  tienen  desvanesido. 


Sin  duda,  que  de  flaqueza 
tanto  mal  le  sobrevino, 
pues  dicen  que  por  delgado 
hubo  de  romper  el  hillo. 


Y  assi  pues  el  remedio 
mi  ciensia  ordena, 
para  ver  si  se  curan 
males  de  texta. 

Verba  susurronis,  quasi  Simplicia,  et  ipsa  perbenient  ad  intima  ventris. 
Prob.  Cap.  22. 


Lo  que  pudieron  Setenta 
sobre  Josué  con  aliño, 
ni  aun  con  el  calor  de  el  Sol 
fué  posible  digerirlo. 


Suasados  fieltros  le  pongan 
en  el  estomago  mismo, 
y  ya  que  no  el  corrimiento 
le  quitarán  el  aito. 


Y  pues  que  ya  se  ha  visto 

en  apretura, 
bayan  á  la  botica 

por  esta  purga. 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

15 

Cibos,  quos  comederas  evomes,  ne  perdas  sermones  tuos.  22. 

Desmayos,  y  suspensiones  Pues  para  abrirle  los  ojos 

le  dieron  tal  parasismo,  le  mando  dar  vn  colirio 

que  lo  jusgamos  por  muerto,  por  que  vea  quando  censura 

aunque  el  estuvo  por  vivo.  que  el  solo  el  suspenso  ha  sido. 

Y  assi  bailan  de  presto 
por  lo  que  aplico, 
y  por  ver  si  en  sí  buelve 
denle  este  pisto. 

Si  sapiens  fueris  tibi  eris;  si  autem  illusor  portabis  malum.   Prob.  9. 

Enmudesida  la  lengua,  Este  mal  es  peor  que  todos 

de  que  ai  convulsión  da  indisios,  por  tener  maior  peligro 

y  sobre  qual  muerde  mas  pues  ese,  es  el  paradero, 

se  han  trabado  los  cormillos.  de  los  que  dan  muchos  gritos. 

Yes  remedio  eficáx 
el  que  le  mando, 
porque  á  dientes  de  Sierpe 
sangre  de  Drago. 

illa,  que  actus  est,  et  captus  pro  eis  sermonibus.   Prob.  6. 

Pesado  sueño  le  puso,  Pues  para  muchos  es  bueno 

en  vn  sueño  tal,  que  vimos,  vn  castellano  aforismo, 

que  ni  aun  el  clarín  de  guerra  que  á  los  oradores  griegos 

le  dispertó  los  sentidos.  no  les  quadran  los  latinos. 

Confortativos  muchos 

son  nesesarios, 
que  es  remedio  mexor 
para  sus  cascos. 

Eris  quasi   dormiens  in  medio  sitiem,  et  quasi  spiritus  gubernator,  et 
dices:  verberaverunt  me,  sed  non  dolui.    Prober:    Cap.  25. 

Las  letras  fueron  la  causa  Nunca  lo  hicieran  si  no 

de  su  dolensia  á  el  principio,  les  huviera  dado  pico 

que  aunque  poco  achaque  es,  que  también  las  letras  matan 

es  achaque  de  perito.  si  ellas  tienen  algún  visio. 

Nesesita  por  esta 
de  evaquasion, 
porque  salga  del  cuerpo 
el  mal  humor. 

Vidisti  nominen  sapientem,  sibi  videri  fuisse,  et  Templao  venit  perdisio 
tua,  nec  habebit  vltra  medisinam.   Prob.  Cap.  26. 


bibliografía  mexicana  del  siglo  XVllL 

\6 

Del  achaque  mal  tuvo,  Pues  aunque  fueran  sus  fuerzas 

con  Setenta  nuestro  dicho,  de  Gigante  desmedido 

porque  queria  su  lugar  le  hizieran  si  con  Setenta 

le  hizieron  en  el  vasio.  el  Sol  pararse  quisó. 

Muí  bien  hecho  por  sierto 
lo  que  aora  pagas, 
porque  jueges  con  tantos 
a  la  parada. 

Sicut  Avis  transmigras  nido  suo,  sic  quidem  si  quserit  locum  sum.  Prob. 
Cap.  2. 

Ya  nuestro  enfermo  está  en  cura,  Solo  quiero  darte  un  régimen, 

y  con  esto  me  despido,  como  capax  receptivo, 

porque  no  quiero  mas  paga,  que  le  sea  en  lo  de  adelante 

que  el  haverlo  hecho  de  ofisio.  remedio  preserbativo. 

Los  vltimos  consejos,  y  régimen  para  seguro,  en  esta  octaba. 

A  ninguno  sahieras  por  tablilla; 
porque  es  ley  de  política  entablada: 
no  hagas  jestos  á  nadie,  que  es  mansilla, 
A  que  tu  quedes  feo  sin  hazer  nada. 
De  tu  lengua  atrae  la  campanilla, 
no  des  con  ella  alguna  campanada, 
porque  no  es  tan  metal  el  de  la  trompa, 
de  tu  fama,  que  á  el  punto  no  se  rompa. 

Dedicatoria  á  la  Exelentissima  Señora  Duquesa. 
Exelentissima  Señora. 

Llama  de  derecho  esta  obra  á  V.  Exa.  á  titulo  de  el  de  V.  Exa.  que  es 
titulo  de  sufisiensia.  Vino  de  Alcalá  el  Predicador,  de  allá  de  Alcalá  vino 
el  Dr.  Dn.  Diego  de  Suaso,  y  Coscojales,  allá  sé  fue  Collegial  Maior,  y 
acá  se  vino  por  Arzediano,  que  le  aseguro  á  Vmd.  es  buen  bocado,  y  que 
el  más  ronco  diera  por  el  vn  buen  grito:  allá  se  las  huvo  con  su  Cathedra 
en  propiedad  de  phylosophía,  y  acá  se  bestia  con  la  superitendensia  que 
quiere  apropriarse  vniversal,  en  el  pulpito,  qual  lo  dirá  su  sermón,  que  se 
dio  á  la  estampa,  por  regla,  y  tiene  mui  poco  de  reliquia,  y  tiene  por  gra- 
cia, y  donaire  escarneser  los  grandes  sujetos,  que  ai  en  este  Reino,  los  que 
le  causaran  á  Vmd.  mili  gustos  á  el  oirlos,  y  conoserlos:  nos  predica  pues 
el  sermón,  que  V.  Exa.  verá  por  esta  fee  de  erratas,  que  sale  á  luz,  para 
que  á  la  luz  de  ella  conosca,  quan  ciego  anda.  No  negamos  Señora  las  le- 
tras de  la  Vniversidad  de  Alcalá,  lo  que  si  admiramos  es,  que  de  Alcalá 
saliesen  estas  letras,  y  es  tal  su  cabeza  (como  viscaina)  que  aunque  des- 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 


pues  de  cogido  no  ha  quedado  mudo,  persebera  todavía  en  el  escarnio, 
cuando  debiera  á  el  escarmiento  acogerse  mas  que  mucho  tire  coses  el  agi 
gon,  si  de  su  nombre  escrito  Dn.  Diego  de  Suaso,  y  Coscojales,  sale  por 
annagramma  sin  quitarle  una  letra,  ni  .ponerle:  doi  dose,  dose  coses,  á  el 
agigon  que  son  veinte  y  quatro  coses,  porque  tantas  son  dose,  y  dose.  En 
esta  suposision  Exa.  Señora,  haviendo  predicado,  é  impreso  su  sermón 
ccn  su  dedicatoria,  aprobasiones,  y  lo  demás,  sale  esta  fee,  que  la  Hamo 
de  erratas,  no  para  corregírselas,  que  es  incorregible,  sino  para  avisárselas, 
por  si  fuere  poco  avisado;  el  motivo,  que  tuvo  para  imprimirlo  fue,  no  se 
que  trabaxos,  que  tuvo  á  el  predicarlo,  de  que  se  siguió  que  los  ingenios 
vivos,  y  trabiesos  de  esta  nueva  España  le  sacasen  algunas  coplillas  á  lo 
fazeto,  sin  lastimarle  el  crédito;  de  que  picado  el  dicho  basallo  de  el  titu- 
lo de  V.  Exa.,  de  la  colegiatura,  y  por  la  cathedra,  hizo  tema  de  el  suio 
en  que  havia  de  dar  á  conoser  lo  que  sabia  imprimiendo  lo  que  predicaba, 
de  que  ha  salido  peor  de  lo  que  estaba,  el  rico  hombre  de  Alcalá. 

Conque  haviendo  de  salir  á  luz  esta  fee  de  erratas,  por  via  de  charidad; 
me  dá  mucha  esperanza  la  persona  de  V.  Exa,  aunque  la  veo  tan  distante 
(ó  por  mexor  decir  aunque  no  la  veo)  para  que  en  su  estrado  tenga  (ante 
aquella  sala  de  recivimiento  que  se  debe  esperar  de  su  grande  casa)  la  que 
sabe  ser  verdad,  que  la  propensión  no  es  afecto  como  sabe  cualquier  mo 
derado  phylosopho,  sino  á  el  rebes.  Con  todo  mi  pia  afección  me  lleba  de 
derecho  á  su  ducado  para  tener  este  escudo,  aunque  toquen  á  la  arma  la 
prudensia,  y  la  opinión,  aquella  en  ofreser  á  V.  Exa  vna  fee  cuias  erratas 
le  han  de  dar  en  rostro,  estas  porque  siendo  la  mia,  en  lo  que  digo,  no  solo 
probable,  sino  sierta,  y  segura,  verá  qualquiera  que  no  es  la  más  estrecha, 
por  lo  mucho  que  se  dexa  en  el  tintero,  y  disimula.  Pero  siendo  V.  Exa 
de  la  sin  par  casa  de  Alcalá,  raiz  de  los  Gonzales,  cabeza  de  los  Riberas, 
como  lo  exclama  el  Reino  de  Sevilla  donde  está  la  casa,  y  estados  de  V. 
Exa,  con  sus  ochenta  mili  escudos.  Y  siendo  yo  hijo  aunque  maior,  que 
mi  Padre,  y  que  mi  Madre,  creo  que  no  me  acusará  V.  Exa  lo  confiado 
por  lo  gustoso;  y  mas  hallándome  con  la  presision  objetiva  (que  la  formal 
es  fasil  defender)  nesesitado,  aunque  no  pidiendo  limosna  de  ponerme  este 
escrito  ensima  de  la  escribanía  de  V.  Exa,  pues  siempre  los  propósitos  son 
culpas,  sino  antes  por  la  enmienda  de  ella  (Dios  lo  quiera),  y  mas  quando 
las  elebadissimas  Personas  de  la  estatura  de  V.  Exa,  si  es  alta  de  cuerpo, 
que  como  dixe,  no  la  conosco  sino  por  su  grande  nombre  y  fama,  será  una 
deidad,  si  es  hermosa,  y  si  no  lo  fuere  no  será  V.  Exa  la  primera  y  la  úl- 
tima Señora  que  sea  fea  quedándose  en  su  soberanía  se  deben  acomodar, 
y  jusgo  que  por  sus  grandes  rentas,  si  no  están  empeñadas,  están  siempre 
mui  bien  acomodadas. 

Digo  Señora  que  las  personas  como  V.  Exa  deben  acomodarse  á  estas 
quixoterias  (que  decir  llanesas  lo  fuera  mui  grande  con  tan  grande  Seño- 
ra) reciviendo  una  flor,  para  la  mano  de  vn  hortelano,  y  vna  joya  para  el 


BIBLIOGRAFÍA  MEXICANA  DEL  SIGLO  XVlll. 


aparador  de  vn  Platero,  porque  servirse  de  todo  es  socarra,  servirle  con  to- 
do será  boberia,  y  el  cargarme  de  cosas  veniales  es  cosa  que  se  quita  con 
agua  bendita,  y  haviendo  tomado  esta  materia  por  parecerme  cosa  ligera, 
aunque  no  lijeresa,  me  llevó  acsidentalmeute  en  busca  de  V.  Exa  para  de- 
dicarle este  papelito  escrito  en  desengaños  de  el  Doctor  de  el  titulo  de  V. 
Exa  en  los  considerables  hierros,  que  trae  su  sermón.   No  trabaje  Exa  Se- 
ñora la  dicha  fee  para  imprimirla,  que  la  fee  se  imprime  por  los  oidos,  y 
no  por  los  ojos,  que  no  soi  tan  vano,  como  Dn.  Diego  de  Alcalá,  que  pu- 
diera crer,  que  mis  cosas  hizieran  impresión:  vna  inspirasion  de  el  Capitán 
de  corazas,  y  caballos  Dn.  Cosme  de  Alcalá  y  Coscojales  que  fue  parto  de 
mi  obediensia,  ó  respecto  de  su  persona,   me  la  haze  poner  en  la  prenza, 
sin  que  sude  en  ella  mi  trabajo;  pues  le  aseguro  á  V.  Exa,  que  me  ha  eos 
tado  poquissimo  trabajo,  y  sudor:  no  este  porque  soi  mui  seco  de  complec- 
xion,  no  á  quel  porque  soi  mui  floxo  de  natural:  V.  Exa  perdonará  las  fal- 
tas de  el  pinsel,  que  no  tengo  en  mi  casa  mas  que  vna  pluma  con  que  en 
lugar  de  coloridos,  saldrán  rasgos,  y  si  contra  ellos  contiene  el  cuidado  de 
el  desafecto,  ami  nada  se  me  dará,  porque  estimo  tampoco  la  copia,  como  el 
original ;  y  como  se  que  lo  digo,  es  verdad,  que  convence  mas,  que  la  mur- 
murasion,  haga  su  ofisio,  que  no  seré  el  primero,  y  vltimo  murmurado.  Re- 
civa  pues  V.  Exa  este  largo  obsequio,  dilatado  por  contener  muchos  folios: 
mas  quien  advirtiere,  que  erísierra  en  si  vna  dedicatoria,  dos  aprobasiones, 
y  vn  sermón,  no  la  tenga  por  la  vida  perdurable,  y  si  la  tuviere,  eso  ten- 
drá de  eterna,  que  Dios  sabe  lo  que  dexo,  y  caio,  pues  mas  me  ha  costado 
lo  que  he  de  quitar,  que  lo  que  he  de  poner:  no  dudo,  que  con  el  patrosi- 
nio  de  V.  Exa  será  bien  admitido  á  que  me  aiudará  lo  bien  quisto  que  está 
el  sujeto  con  quien  hablo,  y  assi  no  reselo  tiros,  bombardas,  ni  cámaras  que 
aseste  el  desafecto  osado  para  deslusirlo,  pues  V.  Exa  no  hará  caso  del  rui- 
do, ni  yo  de  el  murmullo.   Y  si  por  guarda  maior,  de  una  cosa  mui  presio- 
sa,  se  pone  una  mui  peregrina  persona,  por  custodia  de  este  papel,  basta 
la  cartera  de  V.  Exa,  en  cuias  esclaressidisimas  benas  tanta  real  sangre  se 
admira,  que  con  decir  que  V.  Exa  es  Abuela  de  la  Exa  Señora,   aquien 
se  dedica  la  obra,  no  es  menester  mas  preámbulo,  quando  por  ambas  lineas 
está  lo  Regio,  dexando  aun  lado  lo  Pontifisio,  para  que  assi  tenga  con  quien 
competirse,  y  su  maior  grandesa  está  en  dársela  á  sus  Nietos  paraque  ten 
ga  con  quien  igualarse.    Dios  Guarde  á  V.  Exa  no  se  si  diga  siglos  de  años, 
porque  de  años  se  componen  los  siglos.   Junio  6.  de  1703.  años. — B.  L.  M. 
de  V.  Exa  su  Capellán  Mr.  el  Dr.  Dn.  Santiago  de  llenares. 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

19 

PUNCTO  I? 

Dase  noticia  de  el  hecho  para  satisfacer  á  el  apólogo. 

La  fama  es  la  mexor,  y  principal  vida  de  la  honra,  y  prestándose  los  in- 
genios de  esta  nueva  España  de  tan  agudos,  qualquier  punto,  que  tirare 
á  el  menos  cabo  de  su  crédito,  hará  la  puntería  en  su  vida:  porque  apun- 
tará en  su  honrra.   Crédito  es  de  los  sujetos  de  la  nueva  España,  para  sa- 
tisfacer á  el  Arzediano  de  México,  que  vino  de  la  Europa  diciendo  á  voces 
que  havia  de  enseñar  en  estas  partes  la  Theologia  de  Alcalá,  predicando 
vn  sermón  para  modelo,  y  regla  de  los  Predicadores,  y  haviendolo  predi- 
cado con  la  gracia  de  el  Ave  Maria,  y  aun  de  todas  las  orasiones,  lo  saca 
ya  impreso,  para  que  sirva  de  dibuxo :  y  para  que  vea  que  los  entendimien- 
tos de  esta  nueva  España  claman  con  San  Augustin,  y  dicen:  propternos 
fama  nostra  non pollet,  sed  pollere  debet;  porque  no  peligre  su  opinión,  y 
fama,  según  el  mismo  Señor  San  Augustin:  nobis  enim  nesesaria  est  vita, 
alias  fama  nostra:  se  responderá  en  este  apologético  con  toda  verdad,  zen- 
sílles,  y  razón,  porque  no  paresca  injuria,  loque  es  defenza,  y  atodo  lo  que 
en  el  papel  impreso  en  cuatro  meses,  y  estudiado  en  siete  se  le  ha  notado 
en  seis  dias,  no  de  proposito,  sino  solo  de  paso,  por  que  aunque  es  verdad 
que  el  Rmo.  Padre  Fray  Juan  Fermín  de  Armendaris  Exdefinidor,  Nota- 
rio Apostólico,  y  Prior  que  ha  sido  de  el  Convento  Grande  de  N.  Padre 
San  Augustin  de  México  corrió  con  la  impresión,  y  pruebas,  para  corre- 
gir las  erratas,  como  substituto  de  el  Arzediano,  se  le  pasaron  con  todo  al- 
gunas sobre  las  quales  cae  la  refleexion  de  esta  respuesta. 

Has  de  saber  lector  mió  seas  de  la  calidad,  que  quisieres,  que  pasó  de  la 
Europa  á  esta  nueva  España,  con  no  menor  dignidad  que  la  de  Arzediano 
en  la  Yglesia  Metropolitana  de  México,  Ymperio  y  Emporio  de  letras,  cuias 
sillas  las  ocuparan  siempre  en  virtud,  noblesa,  y  sabiduría,  las  mas  releban- 
tes  prendas.  (Como  lo  publican  su  grande  Cabildo  de  Señores  Prebendados; 
los  mas  doctos  Cathedraticos,  y  Maestros):  Pasó  pues  á  la  silla  de  Arzedia- 
no (sin  saber  digo,  sin  saber  como)  el  Dr.  Dn.  Diego  Suaso  Coscojales.  Co- 
Uegial  maior  de  San  Yldefonso  Vniversidad  de  Alcalá  de  Enares  Cathe- 
dratico  en  propriedad  de  Phylosophia  en  ella  (como  acá  vervigracia  los 
muchachos  Bachilleres,  que  suplen  las  cathedras  desde  San  Juan  hasta  San 
Lucas) ;  según  vn  autor  complutense,  que  se  hallaba  á  la  sason  en  Alcalá, 
y  acá  lo  declaró,  para  descargo  de  su  consiensia:  pasó  digo  á  este  Cabildo, 
con  todas  estas  reberendas,  y  las  de  su  buena  fabrica,  estas  son  las  siguien- 
tes: moreno,  ancho,  grueso,  espaldudo,  y  sobre  todo  con  su  pie  de  viscaino, 
y  su  cabeza  de  lo  proprio,  entró  no  obstante  lo  viscaino  de  el  pie  con  buen 
pie  en  México,  porque  entró  con  el  sombrero  en  la  mano  muí  á  lo  de  Cor- 
te y  nada  en  basquense,  político,  vrbano,  carabanero,  muí  visitador  de  Se- 
ñoras, y  también  de  Señorías,  por  lo  que  se  cobró  algún  concepto,  á  lo 
menos  que  no  era  de  cortedad  viscaina  como  lo  dice  en  su  sermón:  sobre 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 
20 

estas  cortesías,  y  carabanas  dio  á  entender  en  algunas  conversasiones,  prin- 
cipalmente en  los  estrados  de  las  mugeres,  que  era  gran  predicador,  y  que 
no  havia  oido  en  México  (haviendo  oido  á  tantos)  ningún  sermón  bueno, 
ni  sujeto  tal,  y  con  esto  el  que  havia  empesado  á  hacerse  lugar  para  su 
sombrero,  lo  fue  perdiendo  por  su  bonete.  Oia  los  sermones  tanquam  po- 
tcstatcm  kabens,  serio  como  quien  jusga,  risueño,  como  quien  despresia, 
enfadado,  como  quien  burla,  y  como  el  Catón  Censorino  de  los  menores 
censores:  á  dicho  que  vnos  aora  empiesan,  de  otros  que  no  estudian;  de 
aquellos  que  no  aprietan,  de  estos,  que  no  hillan,  y  por  vltimo  de  todos, 
que  no  saben,  que  el  daría  el  modo  de  predicar  en  España,  que  oiríamos 
y  nos  enseñaría  la  Theologia  de  Alcalá.  Y  como  una  de  las  armas  mexi- 
canas sea  vna  de  aquellas  águilas  de  Roma  bestida  de  alas,  y  plumas,  sien 
do  los  de  por  acá  Hijos  del  Águila,  con  alas  porque  buelan  mui  alto,  y  con 
plumas  porque  escriben  mucho,  pues  en  todas  materias  rendirán  su  orgullo, 
y  en  las  de  entendimiento  ninguno  cederá:  porque  qui  vellit  ingenio  cederé 
rarusexit,  aunque  aquel  rarusse  entiende  de  otras  naciones,  porque  en  los 
mexicanos  no  ai  este  raro,  porque  ninguno  cede.  Ves  aqui  Lector  mió  que 
todos  esperaban  oir  á  este  Predicador,  para  ver  si  era  cosario,  ya  que  se  nos 
mostraba  Enemigo,  y  aviendole  ofiesido  (no  sin  misterio)  algunos  sermo- 
nes proprios  de  la  tierra,  como  son  el  de  la  Virgen  de  los  Remedios,  y  el  de 
el  Santissimo  Sacramento,  víspera  de  San  Andrés  por  la  libertad  de  las 
flotas,  y  otros,  que  ni  havia  oido,  ni  traído  de  España;  huvo  de  escojer  el  de 
la  Purificasion  de  María  Sma.  que  se  predica  en  toda  la  Christiandad,  y  con 
esta  esperanza  aguardaron  los  hijos  de  la  Águila  el  sermón  para  aprender: 
llegó  el  dia  hizose  el  auditorio,  ensendieronse  las  candelas,  subió  á  el  pul- 
pito persinose  en  latín,  y  susediole  lo  que  ya  abras  oido  por  ai,  en  sonetos, 
desimas,  coplas,  xacaras,  quintillas,  receptas,  y  grasias,  que  para  bajarle  su 
entono,  le  entonó  el  desengaño,  pues  lo  menos  fue  turbarse  á  la  mitad  de 
la  salutasion,  y  lo  mas  grave  para  correrse  delante  de  un  concurso  tan  doc 
to,  repetir  tres  vezes  vnsolesismo,  y  dos  vezes  vn  mal  asento;  porque  se 
le  da  vn  quarto  de  el  libro  quinto,  con  arto  sentimiento  de  sus  compañe- 
ros los  Señores  Capitulares,  pues  en  las  lecciones,  y  Missas,  que  le  caben 
en  el  coro,  y  en  el  altar,  abrevia  y  alarga  bien  á  costa  de  Nebrija,  y  de  el 
Maestro  de  seremonias,  que  se  escusa  vien  con  decir,  que  no  es  Maestro 
de  grammatica,  para  corregírselas  Quedó  pues  tan  pagado  de  su  sermón, 
que  luego  luego  aquella  tarde  se  fue  á  pasear,  ó  á  digerir  á  San  Cosme,  y 
después  lo  imprime,  para  dar  el  modelo  de  predicar,  como  párese  lo  da  á 
entender  en  la  oja  segunda  de  la  dedicatoria  por  estas  palabras  equivocas: 
porque  estamos  en  tiempo  tan  calamitoso,  que  aun  en  asnmptos  tan  arduos 
se  lleva  mas  el  cuidado,  de  el  desafecto,  que  el  de  imitasion.  Equivoca  sen- 
tensia!  de  quien  habla  aquesta  imitasion,  y  aqueste  exemplar?  de  el  mis- 
terio, que  predica?  ó  de  el  sermón,  en  que  se  queda?  porque  el  sermón  no 
puede  servir  de  exemplar,  ni  de  imitasion,  si  no  es  trabando  aquella  copla 


BIBLIOGRAFÍA  MEXICANA  DEL  SIGLO  XVIII. 

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que  finalisa,  exemplo  de  lo  que  acaba  la  carrera  de  los  siglos,  y  si  no  sabe, 
qual  es  la  troba,  se  lo  puede  preguntar  á  los  Padres  de  S,  Francisco;  mas 
porque  conosca  que  de  nuestra  parte  no  ai  desafecto,  sino  quexa,  como  de 
la  suia  tampoco  ai  exemplar,  porque  antes  ha  menesterlo  su  merced,  oiga 
el  Dr.  Alcalá  la  respuesta  para  que  le  sirva  de  satisfacsion,  y  á  nosotros 
de  executoria. 


PUNCTO  2? 

De  la  dedicatoria. 

Sint  Míecenates  non  derunt  flace  Marones,  le  dixo  aun  flaco  vn  hombre 
grueso:  y  siéndolo  tanto  (Dios  lo  bendiga)  nuestro  Arcediano,  buscó  para 
su  Mecenas  (que  ya  este  nombre  se  va  volviendo  ambiguo)  á  la  Exa.  Se- 
ñora Duquesa  de  Alburquerque  Virreina  de  aquesta  nueva  España,  em- 
pesandole  la  dedicatoria,  con  vna  ignorancia  crasa,  que  muestra  lo  poco 
que  fue  Cathedratico  de  phylosophia;  dice  pues:  es  la  propensión  vn  afecto. 
y  dice  vna  mentira,  porque  la  propensión  no  es  afecto,  el  afecto  si  es  pro- 
pensión, la  piedra,  el  fuego,  la  agua,  la  tierra,  tienen  propensión,  vnos  á 
subir,  y  otros  á  baxar,  y  no  tienen  afecto:  porque  latins  patet  afeetns  qnam 
propentio,  todo  el  que  tiene  afecto  tiene  propensión,  pero  no  todo  el  que 
tiene  propensión  tiene  afecto;  conque  no  está  bien  dicho:  es  la  propensión 
vn  afecto,  (y  quien  empiesa  caiendo,  como  proseguirá  acertando.)  Hacele 
pues  la  parola  á  su  Exa  con  aquello,  de  arbitra  prudensia  opinión,  censura, 
Capellán,  opinión,  presumpsion,  patrosinio,  medicina  Celi,  Europa,  Josué  de 
nuestra  España,  demasiado,  no  libre  de  acasos,  disculpas,  elebadissima  es- 
tatua, Deidades,  pequeños,  pobres,  Ricos,  llanesas,  flor,  joya,  Altar  y  dosel, 
con  todas  las  demás  voces,  que  hazen  sonido,  y  no  significan  concepto,  las 
quales  se  hallan  en  la  primera  oja  de  la  dedicatoria  Pasó  á  el  segundo  punto 
en  que  dice:  no  te  trabaxc  Señora  Exa  para  la  imprenta,  que  no  soi  tan  poco 
amante  de  mi  mismo,  que  quiera  darme  en  el  rostro  C07i  mis  defectos.  Vna 
exalasion  respecto  de  mi  venerasion,  ó  parto  de  mi  vivesa  que  la  suplió  con 
tanta  grasia  vna  Ave  Marta,  ha  ocasionado  que  sude  en  la  prensa  mi  mo- 
destia: porque  no  lo  trabaxó  para  la  imprenta,  pues  lo  trabajó  para  vn  Pul- 
pito de  vna  Cathedral,  y  en  presencia  de  un  Virrey,  y  donde  mas  es  tra- 
baxarlo  para  decirlo  á  tal  concurso,  que  trabaxarlo  para  imprimirlo,  mas 
ya  dice  el  Autor  el  porque:  Porque  no  soi  tan  poco  amante  de  mi  mismo, 
que  quiera  darme  en  rostro  con  mis  defectos.  O  que  amor  proprio!  pues  hom- 
bre de  Dios  si  eres  tan  amante  de  ti  mismo?  si  conoces  tus  defectos  porque 
los  sacas  aora  en  la  imprenta?  porque  que  lo  trabaxaras  ó  no  para  la  im- 
prenta ya  lo  imprimiste,  y  si  lo  trabaxaste  sin  intensión  de  imprimirlo,  por 
no  darte  en  cara  con  tus  defectos?  como  ya  no  haces  caso  de  tus  defectos, 
y  te  das  en  rostro  con  ellos?  Ves  como  eres  mal  lógico,  aunque  bengas  ca- 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 


thedratico?  Fuera  de  que  le  quieres  decir  á  la  Exa.  Señora  Duquesa  que 
si  le  hubieras  trabajado  para  la  imprenta,  lo  hubieras  trabajado  y  sacado 
mexor,  eso  no  puede  ser  porque  hombre  que  en  siete  meses  (tiempo  para 
parir  vn  Hijo  entero)  no  sabe  hazer  vn  Sermón  entero  hecho  y  derecho, 
como  lo  ha  de  quaajar  en  quatro,  que  rebentó  en  la  prensa:  pero  ya  dice 
su  motivo,  para  excusar  el  pecado.  Vna  exalasion  respecto  de  mi  venera- 
sion  ó  parto  de  mi  viveza,  (Después  abriremos  el  paréntesis,  y  á  el  abrirlo 
lo  partiremos,)  que  la  suplió  contanta  grasia  vna  Ave  Maria,  á  ocasionado 
que  sude  cu  la  imprenta  mi  modestia.  Señor  Dr.  de  Alcalá  poco  sabe  Vmd 
de  exalasion;  exalasion  puede  ser  aliento,  y  alli  lo  que  Vmd  llama  exala- 
sion no  fue  aliento,  sino  desmallo,  exalasion  puede  ser  soplo,  y  sino  fue  el 
de  su  sermón,  allí  no  huvo  otra  exalasion,  exalasion  puede  ser  cometa,  y 
allí  no  huvo  otro,  que  el  que  amenazo  Vmd,  y  á  su  cabeza,  exalasion  pue- 
de ser  humo,  y  alli  no  huvo  otro,  que  el  de  su  vanidad,  exalo,  axalas,  pro- 
piamente quiere  decir  hechar  de  si  vapor,  aliento  ó  vaho,  evaporar,  ó  re- 
bolverse  en  humo,  y  por  eso  la  exalasion  metheologica  se  llama  assi,  porque 
se  resuelve  con  brevedad,  en  fin  Señor  mió  la  exalasion  puede  ser  sudor, 
y  si  la  exalasion  no  fuera  cosa  que  saliera,  aqui  si  que  entraba  vien  la  exa- 
lasion, porque  assi  como  se  exala  la  alma,  porque  se  bá,  assi  se  le  fue,  y 
exaló  á  Vmd  el  sermón.  El  sol  contra  Gabaon  fue  quien  le  llevó  á  Vmd, 
con  los  setenta  (las  quales  no  vemos  en  el  sermón),  la  espesie,  que  no  de- 
bía de  ser  impresa,  pues  assi  voló;  vea  vmerced  si  el  sol  es  exalasion,  y  le 
pasaremos  el  bocablo.  Lo  bueno  es  que  diga,  que  la  exalasion  la  suplió  con 
tanta  gracia  vna  Ave  Maria,  concedo  la  gracia,  pero  si  tiene  por  la  gra- 
cia la  desgracia  de  la  turbasion,  quien  habrá  que  diga  que  la  desgracia 
es  gracia?  quien  le  suplió  á  el  Arcediano  la  gracia  fue  el  Dr.  Alberto,  que 
se  la  inspiró,  y  se  la  sopló,  por  tres,  ó  quatro  veces,  que  lo  que  es  por  el 
ya  estuvo  por  otras  tantas  para  coger  la  escalera,  y  baxarse  de  el  pulpito, 
lo  qual  le  huviera  estado  mexor,  pues  no  huviera  dado  después  aquellas 
sinco  de  corte,  con  tres  de  solesismos,  y  dos  malos  asentes:  pero  en  fin  esta 
exalasion  (que  iremos  á  saber  á  su  bocabulario,  en  que  sentido  la  explica), 
esa  fue  la  que  ha  ocasionado  que  sude,  en  la  prensa  su  modestia.  Yo  ten- 
go para  mi  que  mas  sudo  en  aquella  ora  en  el  pulpito  su  persona,  que  ha 
sudado  por  quatro  meses  su  modestia,  y  el  sudor  pienso  que  no  es  tanto 
de  su  modestia,  cuanto  de  su  agonía. 

Pues  para  tan  graves  males 
si  se  juntan  los  Doctores 
no  te  ordenaran  sudores, 
que  has  menester  magistrales. 

Mire  pues  el  Arcediano  su  magisterio,  para  que  tantee  su  sudor,  y  cui- 
de no  se  le  salga  por  el  la  modestia,  y  exalandosele  toda,  se  quede  sin 
nada. 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 


Mas  ya  de  su  dicha  infiero, 
que  á  el  penco  en  este  dislate 
pone,  porque  no  se  mate 
por  guarda  este  sudadero. 

Mas  aquel  paréntesis,  que  entre  renglones  no  asia  á  el  caso,  el  que  de 
xamos  serrado  y  abierto,  para  partirlo  á  que  fin  viene  aora?  el  paréntesis 
es  (respecto  de  mi  vetierasion,  ó  parto  de  mi  vivesa-),  este  está  entre  la  exa- 
lasion,  y  el  suplemento  de  el  Ave  Maria,  y  no  he  leido  otro  paréntesis, 
mas  paréntesis,  porque  no  he  visto  cosa  menos  á  el  proposito,  y  lo  que 
aqui  quiere  decir  el  Dr.  de  Alcalá  es,  que  la  exalasion,  que  es  un  instante 
se  ensendio,  y  se  apagó  por  que  la  suplió  con  tanta  gracia  vna  Ave  María, 
que  fue  nacida,  ó  de  el  respecto  de  su  benerasion,  ó  de  el  parto  de  su  vi- 
vesa.  Ai  tal  parto!  ai  tal  vivesa,  y  respecto!  que  de  algunas  vivesas  se  ori- 
ginen los  partos,  ya  lo  sabe  el  mundo,  y  el  sexto  mandamiento;  mas  con 
el  debido  respecto  nos  quiere  dar  en  las  barbas  con  este  parto,  no  se  lo  po- 
demos alumbrar,  y  mas  quando  todo  ello  quiere  decir  según  el  dicho  Cos- 
cojales ha  insinuado,  que  enfrascado  en  su  salutasion  inadvertidamente  he 
chó  los  ojos  asia  donde  estaba  en  su  asiento  la  Exa  Señora  Virreina,  y  que 
le  cogió  de  susto  (siendo  asi  que  vino  aquel  dia  la  Exa  Señora  acompaña- 
da con  el  Señor  Virrey  á  asistir  en  la  funecion,  cosa  que  no  pudo  ignorar 
el  Arcediano,  porque  la  salió  á  recibir  el  M?  Cabildo)  y  que  á  el  ver  á  su 
Exa,  mientras  se  le  venia  á  el  pensamiento,  lo  que  le  havia  de  decir  (como 
si  los  Predicadores  dicen  nunca  á  las  Señoras  Virreinas,  y  mas  en  presen- 
sia  de  sus,  maridos)  por  estudiar  alli  luego  luego  lo  que  havia  de  hablar  se 
le  olvidó  lo  que  havia  estudiado,  y  lo  mexor  es  que  no  le  habló  palabra  á 
su  Exa,  conque  se  le  fueron  ambos  estudios.  Esto  es  lo  que  llama,  respec- 
to de  sa  venerasion,  ó  parto  de  su  vivesa,  (como  que  su  vivesa  tuviera  por 
parto  olvidarse  de  el  estudio).  Dice  Plinió:  que  las  Mugeres  que  son  na- 
turalmente vivas  peligran  en  los  partos;  si  el  parto  de  vna  muger,  en  quien 
es  natural  el  parto,  por  la  vivesa  es  peligroso,  en  vn  hombre  tan  vivo  qual 
seria  el  parto  de  arrebatado,  ya  lo  dixó  el  mal  parto  y  si  lo  que  da  á  en 
tender  el  respecto  de  su  venerasion  es  que  los  que  se  turban  delante  de  las 
Señoras  Virreinas,  les  faltan  á  la  venerasion,  y  al  respecto,  siendo  vnos  dis- 
corteses: no  habrá  alguno  que  mida  la  discortesia  por  cumplir  con  la  obli- 
gasion  de  su  entendimiento,  y  de  su  memoria.  Mas  quien  habrá  que  haga 
aquella  comparasion  que  por  escudo  de  su  sermón  trae  el  Dr.  de  Alcalá 
aserca  de  el  Paraíso,  y  la  Señora  Virreina;  óigase:  Y  si  por  guarda,  y  pro- 
tector de  vna  de  las  mas  perfectas  obras,  que  Píos  hizo,  la  qual  fue  el  ame- 
no paraíso  determinó  su  Magestad  á  vn  hombre,  que  crio  en  el  principio  de 
el  mundo,  dándole  la  Exelensia  de  primer  Principe  de  la  naturaleza,  con  las 
perfecciones  de  la  Justicia,  y  de  la  gracia.  Poniendo  en  el  sus  divinos  ojos, 
para  que  fuesse  Defensor  de  aquella  obra,  fabricada  con  sus  ma^ws:  para 


bibliografía  mexicana  del  siglo  xvm. 

24 

mi  obra  será  indispensablemente  presiso  el  soberano  patrosino  de  V.  Exa. 
Gran  decir!  el  que  compara  con  Dios:  el  sermón  con  el  Paraíso,  y  ala  Se- 
ñora Virreina  con  Adán:  para  que  aiga  buena  comparasion  en  rigorosa 
ley  de  Rethorica,  y  de  Eloquencia,  ha  de  haver  alguna  similitud,  ó  pro- 
porsion ;  pues  qual  entre  la  Señora  Duquesa,  y  el  hombre  primero?  entre 
Dios  y  el  Predicador?  entre  el  sermón  y  el  Paraíso?  entre  obra,  y  obra? 
mas  si  el  Arcediano  quiere,  que  la  Señora  Virreina  dee  cuenta  de  su  ser- 
món, como  la  dio  de  el  Paraíso  Adán,  vea  en  que  paró  la  guarda,  y  cus- 
todia de  Adán:  vt  ensíodireí  ilium,  y  verá  que  dio  con  todo  en  tierra,  no 
obstante  la  guarda,  y  si  vn  Adán  que  fue  el  primer  hombre  no  pudo  de- 
fender el  Paraíso,  vna  Muger  aunque  sea  de  las  primeras,  como  hade  defen- 
der este  sermón,  que  aunque  tiene  de  Paraíso  su  poquito,  de  Serpiente  su 
puntita,  de  mansana,  y  su  picante  de  mentira,  nada  se  hallará  en  el  de  el 
árbol  de  la  ciensia:  menos  mala  hubiera  sido  la  comparasion  entre  la  Se- 
ñora Duquesa,  y  el  Cherubin,  pues  lo  puso  Dios  por  guarda  de  e¡  Paraíso, 
porque  no  lo  supo  guardar,  ni  defender  Adán,  que  assi  con  la  espada  en 
la  mano  estorbaba  el  camino  colocavit ante  Paradisum  Cherubin,  etflameum 
gladium,  atque  versatileiu  ad  custodiendam  viam  ligni  et  vites,  y  puesta  su 
Exa  en  vna  mano  con  el  sermón,  y  en  otra  con  la  espada  hecha  vna  Miner 
ba  sabia,  y  una  fuerte  Bellona,  saliera  á  la  defensa  con  su  espada  mas  de 
marca,  y  tuviera  vien  que  reñir  si  se  metiera  á  defender:  pero  por  amor 
de  Dios  si  el  Arcediano  no  es  Dios,  ni  lo  puede  ser,  si  su  sermón  no  es 
vna  de  las  mas  perfectas  obras  de  el  mundo,  por  estar  lleno  no  solo  de  im- 
perfecciones, sino  también  de  pecados:  á  que  fin  viene  este  Paraíso  con  esta 
obra?  y  esta  Señora  Virreina  con  esta  guarda?  y  este  hombre  con  todo 
esto?  vien  havia  menester  toda  la  guarda  de  su  respecto  su  Exa,  y  toda  la 
guardia  de  su  Palasio  para  defender  este  Paraíso,  donde  quien  caió  en  el 
fue  el  Arcediano  con  el  oficio  de  Adán,  pues  ya  que  su  culpa  no  fue  la  ori- 
ginal, fue  la  del  retracto.  A  el  Africano  Cipion  le  dedicó  vn  soldado  co- 
barde vn  escudo,  en  que  gravó  sus  armas,  y  el  Africano  para  decengañar 
el  obsequio  mandó  quemar  el  escudo;  la  clemensia,  y  piedad  de  V.  Exa 
no  hará  tanta  barata,  porque  no  quemará  el  genero,  pero  será  nesesario 
todo  su  poder,  para  defender  el  individuo.  Acaba  la  dedicatoria  el  Ora- 
dor con  estas  palabras,  que  se  hallaran  á  el  fin  hablando  de  la  calificasion, 
y  Real  sangre  de  su  Exa:  liu  cutas  exclaressidissimas  venas  tanta  sangre 
Real  se  infunde,  que  solo  puede  V,  Exa  dentro  de  si  competirse,  sin  que  otra 
Muger  en  el  inundo  se  utreba  á  igualarse  eou  ]'.  Exa.  Quien  duda  la  Real 
sangre  de  su  Exa,  pero  quien  no  veé  aqui,  que  por  vna  lisonja,  hace  dos 
injurias?  vna  a  la  Señora,  y  otra  á  su  marido,  á  el  Señor  Duque  agravia, 
porque  tiene  madre,  y  es  muger,  y  si  ninguna  muger  se  le  puede  igualar 
en  el  mundo:  luego  ni  la  madre  de  su  marido,  este  es  agravio,  y  yo  seé  de 
su  Exa  que  confiesa  la  igualdad  con  su  matrimonio,  y  con  su  casa:  tam- 
bién agravia  á  la  Señora  en  lo  mismo,  que  la  lisongea,   porque  esta  Exa 


BIBLIOGRAFÍA  MEXICANA  DEL  SIGLO  Xv'III. 

25 

Señora  tiene  hermana,  cuñada,  Tias,  sobrinas,  y  tiene  vna  hija,  como  mil 
perlas,  de  igual  sangre,  y  tan  Real  como  la  de  su  madre  la  Señora  Virrei- 
na, pues  como  no  habrá  en  el  mundo  muger,  que  se  le  atreba  á  igualar;  y 
la  Reyna  de  España  no  es  muger?  y  la  Duqueza  de  Alba  acaso  es  hom- 
bre? y  la  Marqueza  de  Astorga  es  algún  negro,  viejo?  y  por  amor  de  Dios 
la  de  Alcalá  donde  se  queda?  siquiera  porque  fuimos  Colegiales  Maiores, 
y  Cathedraticos  de  Alcalá.  A  la  verdad  ninguna  habrá  que  exeda  á  V. 
Exa,  pero  algunas  habrá  que  le  igualen;  hablemos  la  verdad  sin  lisonja, 
que  aunque  estamos  en  el  Paraiso  de  este  sermón  el  eritis  sicnt  Dij  no  le 
hemos  de  dejar  entrar. 


PUNCTO  III? 
De  las  dos  aprobasiones  en  común. 

Desde  que  Dios  hecho  su  luz  á  el  mundo,  qualquiera  cosa,  que  sale  á 
el  mundo  nesesita  de  aprobasion:  véanse  aquellas  seis  aprobasiones  de  las 
seis  primeras  obras,  para  que  todas  las  obras  vean,  y  conoscan,  que  á  el 
salir  á  luz  han  menester  aprobarse.  Es  obligasion  por  lo  regio,  y  lo  ordi- 
nario presentar  cualquier  pobrete  su  papel  si  lo  quiere  imprimir  para  que 
se  lo  remitan  á  la  sensura,  sin  que  sea  excomunión,  sino  alabanza,  por  ser 
ordinariamente  los  informantes  de  la  devosion  de  el  que  escribe  ó  imprime: 
y  luego  se  viene  á  los  ojos  la  duda,  porque  el  Arcediano  escojeria  por  Cen- 
sorinos á  dos  Catones?  como  á  el  Padre  Maestro  Fray  Antonio  Gutierres, 
y  á  el  Padre  Dr.  en  su  sagrada  Theologia  Fray  Antonio  Hermoso  de  Se- 
lis,  el  primero  Provinsial  sido  de  San  Augustin  de  México,  y  el  segundo 
Provinsial  siendo  de  San  Fransisco  en  la  tierra  dentro,  el  primero,  que  vino 
de  España  á  Michoacan,  y  el  segundo,  de  aya  también  á  Sacatecas,  Am- 
bos Calificadores  de  el  Santo  Ofisio,  quanto  mas  de  sermones?  Que  buen 
par  de  pichones,  para  sermón  de  Purificasion,  dos  Capillas,  que  aun  pu- 
dieran ser  Yglesias,  pues  y  que  mas  autoridad,  para  que  quede  aprobado 
el  sermón  Señor  Arcediano?  y  mas  quando  todo  el  de  todos  ocho  costa- 
dos (que  pudiera  decir  de  quatro)  es  español:  quien  da  la  lisensia  por  lo 
Regio?  el  Señor  Duque,  quien  por  lo  Eclesiástico?  el  Señor  Arzobispo,  á 
quien  se  dedica  á  la  Exa  Señora  Virreyna;  quien  lo  predica?  el  Santo  Ar- 
cediano, quien  lo  aprueba  por  el  Rey?  el  Padre  Fray  Antonio,  quien  por 
el  Papa?  el  Padre  Fray  Luiz,  quien  lo  imprime  Señor  Carrascoso  Villena, 
quien  corre  con  las  pruebas?  el  Padre  Fermín,  todo  de  costado,  á  costado 
español:  Vendito  sea  Dios  que  no  entraron  las  Yndias  aqui  ni  en  vn  punc- 
to,  nien  vna  coma  de  el  sermón,  todo  de  banda,  á  banda  de  la  otra  banda, 
pero  no  tan  bendito,  porque  luego  huvieron  de  sei  dos  Frayles?  (es  el  me- 
xor  bocablo,  y  el  mas  llano),  y  no  dos  Clérigos?  dos  Capillas?  y  no  dos 

4 


bibliografía  mexicana  del  siglo  XVlll 


bonetes?  dos  Gachupines?  (assi  llaman  á  los  de  España),  y  no  dos  Crio- 
llos? (assi  llaman  á  los  naturales)  peno  no  Yndios,  sino  tan  blancos,  como 
sus  mercejes,  pues  porque  no  se  partió  la  diferensia,  y  la  aprobasion?  por- 
que no  fue  mitad  de  vno,  y  mitad  de  otro?  mitad  de  Clérigo,  y  mitad  de 
Frayle?  mitad  de  bonete,  y  mitad  de  Capilla?  mitad  de  Criollo,  y  mitad 
de  Gachupín?  ambos  Gachupines,  ambos  Frailes,  y  que  no  se  pleitease 
la  alternativa!  Ó  misterio  grande  de  los  Clérigos!  pudo  escoger  á  su  Ciui- 
dad,  á  Rodrigo  de  Dean  á  üon  Andrés  Peres  de  Canónigo,  y  nos  pudiera 
meter  en  la  aprobasion  aquel  su  grande  pareser  de  que  la  Yglesia  de  Me 
xico  no  es  Metropolitana,  y  la  Rea!  Audiensia  no  es  Chansilleria,  y  lo  pro- 
bará también  como  Anagagoras.  quando  decia  que  era  negra  la  niebe:  de 
los  Criollos  pudo  valerse  de  un  Frayle,  como,  pero  ya  se  me  fue  el  Frayle, 
porque  ya  se  fue,  y  es  que  se  murió  sobre  ser  mui  docto,  era  mui  buen 
amigo;  pero  los  Frayles  á  pares,  ambos  Gachupines',  y  ambos  teñidos  de  vn 
color,  aunque  el  vno  negro,  y  el  otro  pardo,  ambos  á  dos  venidos  de  la  tie- 
rra dentro,  y  ambos  mui  fuera  de  la  tierra,  por  no  ajustarles,  y  estos  dos  am- 
bos aprobantes.    0  misterio!  Refiere  Horo  que Porcato  acusado  en 

tribunal  de  una  falsa  calumnia,  siendo  pribado  de  el  Emperador le 

señaló  por  Jueces  dos  amigos  suios  Romanos,  y  compatriotas,  para  que  lo 
sentensiassen,  y  el  satisfecho  de  su  derecho,  replicó:  que  se  le  señalasen  por 
Jueces  á  Arisconte,  y  Yamaco  dos  Sabinos  contrarios  suios,  y  da  la  razón 
el  Historiadorelegantissimo:  Ne  patries  simulantes  Patriota 7  parcerent Aris- 
contem,  et  Lamacum,  et  Sabinorum  genere  destinavit,  vi  quantum  fuisset 
censura  liberior,  tantum  veritas  sua  fuerit  illustrior.  Poca  satisfasion  tuvo 
el  Arcediano,  cuando  por  Censores  de  su  causa,  buscó  dos  cuñas  de  un  mes- 
mo  palo,  que  es  el  suio,  mas  desengáñese,  que  por  acá  quien  junta  el  flux, 
no  puede  hazer  primera;  sino  es  que  diga,  que  le  paresio  á  el  Cathedratico 
proprietario,  que  ninguno  de  aqueste  suelo  podía  tener  ojos,  para  ver  la 
luz  de  su  sermón:  pero  si  lo  jusga  sol,  los  hijos  de  la  Águila  nos  proba- 
mos con  los  rayos,  porque  lo  somos.  Y  oiga  dos  Mitras  de  México,  ambas 
de  España,  el  maior  Theologo,  que  de  la  antigua  ha  pasado,  á  esta  nueva 
España,  fue  el  Señor  Dr.  Dn.  Matheo  Saga  de  Bugeirío,  áquien  tembla- 
ron en  la  Europa  las  disputas,  y  las  Cathedras,  las  Vniversidades,  y  los 
Doctores,  el  qual  haviendo  oido  predicar  y  argüir  algunos  ingenios  mexi- 
canos, jamas  se  atrevió  á  subir  a  el  pulpito,  ni  aponer  replica:  porque  de- 
cia: que  hasta  los  muchachos  lo  hacían  estudiar  y  correr  en  México.  El  Exo 
Señor  Dn.  Fray  Paio  de  Ribera,  también  Arzobispo,  y  también  doctissimo, 
como  lo  dice  el  libro  de  su  apologético,  viendo  la  abundansia,  y  exeso  gran- 
de  de  sujetos,  decia  con  aquella  cansion  y  grasia,  de  que  Dios  lo  dotó:  acá  son 
mas  los  Doctores,  que  los  Doctorados,  aludiendo  á  que  aunque  á  muchos, 
que  tienen  el  grado  de  Do<  t<  >r<  -  por  la  Real  Vniversidad,  pero  que  todos  lo 
debían  tener,  y  donde  ai  tan  cresido  numero,  vea  el  Colegial  maior,  si  ha- 
bría ojos,  para  ver  sus  obras,  y  conoser  sus  ideas;  pero  buscólos  á  su  modo 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 


para  que  fuera  la  censura  benia,  y  para  que  tuviesse  lugar  este  verso,  que 
alia  lo  puede  construir. 

Dat  veniam  Corvis,  vexat  censura  Columbas. 


PUNCTO  IIII? 
De  la  aprobasion  de  el  Padre  Augustino. 

A  el  Rmo.  Padre  Fray  Juan  Gutierres,  que  vino  de  Secretario  de  la  Lu- 
na de  Michoacan,  como  er.  la  de  Valensia  le  tocó  ser  Fiscal  de  este  sol  para- 
do: es  varón  doctissimo,  y  mui  graduado  en  su  Religión.  Maestro  en  ella, 
Prior,  y  después  Provincial,  y  luego  su  punta  de  Monarchia,  aunque  no  la 
entruchó:  dio  su  aprobasion  el  dia  ocho  de  Marzo,  dia  de  San  Juan  de  Dios 
Padre  de  Pobres  enfermos,  y  hospitales,  y  el  Señor  Virrey  dio  su  lisensia 
el  dia  veinte,  y  tres  Marzo,  también  quaresma,  víspera  de  la  víspera  de  la 
Dominica  in  passione  (Viernes  de  Lázaro,  que  llaman).  La  passion,  que 
este  Padre  Reverendissimo  tiene  con  la  nación  Criolla,  havia  menester  mu- 
chos Jueves  Santos,  para  llorarla:  no  ai  por  acá  hombre,  que  sea  blanco, 
ingenio,  que  sea  agudo,  nobleza,  que  sea  limpia,  proceder,  que  sea  honra- 
do, casa  que  sea  solariega;  prendas  que  sean  cabales,  Estudiante,  que  sea 
docto;  ni  nada,  que  sea  algo,  que  solo  en  este  caso  puede  ser  la  nada  algo, 
donde  todo  es  nada  para  su  Paternidad,  y  assi  está  tan  bien  quisto,  como 
el  Arcediano,  y  á  este  hombre  buscó  el  otro  paraque  á  vno,  y  aotro  diga- 
mos lo  de  Marsial:  verecande  sancíius  ore  loqui.  Entra  su  Paternidad  con 
lo  de  su  centir,  porque  no  lo  sienta  la  tierra,  y  en  verdad,  que  la  tierra  es- 
tá vien  sentida  de  su  Paternidad,  con  sus  onze  de  obeja,  y  sus"  beinte,  y 
dos  de  Lobo,  y  como  que  lo  dice  acaso  pone  grande  estudio,  afectasion, 
y  fuerza:  da  á  entender,  que  no  asistió  á  el  sermón  con  bastante  sentimien- 
to suio  diciendo  en  el  séptimo  renglón  de  su  aprobasion:  que  dispuesto  ya 
á  decirle  {id  est  el  sentir)  como  censor  me  halle  preocupado  de  el  sentimiento 
de  110  haver  sido  oiente  (pudo  decir  oidor)  este  dia  defraudado  de  el  gusto 
de  oir  en  voz  de  el  Predicador,  lo  que  he  visto,  y  admirado  en  sus  papeles: 
Costosissima  me  huviera  salido  la  ausencia  á  no  resarsirsc  el  daño  por  la 
execusion  de  el  superior  decreto,  que  me  manda  ler  lo  que  dexé de  oír.  Des- 
pués mas  abaxo,  buelve  á  rebolcarse  en  la  ausiencia,  con  aquello  que  se 
hallará  á  el  acabar  la  aprobasion  diciendo:  que  tuvieron  como  yo  la  desgra- 
sia  de  ausentes.  Que  desgrasia  Padre  Maestro?  que  no  fue  sino  suma  di- 
cha, porque  si  los  que  tuvimos  esa  dicha  nos  tuvo  todo  el  tiempo  (fuera 
del  Ave  Maria)  que  duró  el  sermón  con  el  credo  en  la  boca,  para  que  es 
dar  á  entender  afectando  tres  vezes  en  la  aprobasion,  que  no  asistió  Nues- 
tro Padre  Gutierres?  es  por  bentura  para  sacar  falso  el  principio  de  aquella 
dezima: 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

28 

vino  de  San  Augustin 
el  nacional  Borbollón 
de  Gutierres  Fray  Antón 

porque  vino,  ó  no  vino  su  Paternidad,  si  vino  faltó  á  la  verdad  en  su  apro- 
basion,  sino  vino  faltó  á  las  leyes  de  la  amistad,  ó  fue  Profeta  de  el  mal 
parto,  que  havia  de  haver,  ó  vrtó  el  bulto,  quando  escapó  el  cuerpo:  fuera 
que  no  por  eso  se  le  quitan  los  azotes,  pues  para  sacar  brillante  el  nacional 
borbollón,  si  su  Paternidad  lo  ensiende,  y  lo  atiza,  que  hace  que  venga,  ó 
no  venga?  si  siempre  le  bendra  nacido  á  V.  P.  el  epitecto,  y  para  la  apro- 
bación de  lo  que  le  mandan  ver,  que  tiene  que  ver  el  sentimiento  de  la  no 
asistensia  de  lo  que  dexó  de  oir,  es  acaso  amarrarse  el  dedo,  y  curarse  en 
salud?  vno,  y  otro  debe  ser,  pero  concedido  que  dicho  Padre  no  vino,  de 
que  se  halla  preocupado  de  el  sentimiento?  ni  que  costas  son  estas  en  que 
havia  de  salir  condenado?  costosissima  (dice)  me  huviera  salido  la  ausencia. 
Ahórrele  Padre  Maestro  de  mil  sustos  la  ausencia,  y  huviera  dado  la  ida 
á  mil  Demonios,  porque  digame  V.  P.  desapasionadamente,  y  dexando  la 
Europa  á  vn  lado,  que  elegansia,  que  agudeza,  que  ingenio,  que  elocuen- 
cia, que  arte  se  le  halla  á  todo  el  sermón?  es  mas  que  vn  juil  enzartado  en 
otro,  con  sentones  de  bocablos,  y  de  periodos  de  guerra?  aqui  una  alforja, 
alli  otra,  es  mas  que  vn  tratadito  de  la  obediencia,  que  se  puede  aplicar  á 
la  sircunsición  del  Señor,  y  qualquier  otro  misterio  para  encargar  la  hu- 
mildad? que  novedad  le  halla?  que  estilo?  que  profundidad?  y  que  havia 
de  oir  V.  Paternidad  en  voz  del  Predicador?  que  ni  tiene  voz,  ni  gracia, 
ni  acción,  ni  talento,  ni  dominio  de  pulpito:  alli  cogió  con  la  mano  izquier- 
da, la  manga  derecha  de  la  sobrepeliz,  y  como  que  daba  con  vn  martillo 
en  el  pulpito,  sin  mas  acción,  ni  variedad  estuvo  marcando  con  arta  las 
tima,  aun  de  quien  no  se  la  devia  tener,  por  su  sobervia,  en  espesial  quan- 
do enclavijando  los  dedos,  apretó  las  manos,  que  á  el  fin  tuvo  lugar  para 
apretar  la  mano  á  el  verse  rendir  el  espíritu,  y  perder  su  crédito.  Buelvo 
la  oja,  y  paso  á  la  segunda  de  la  aprobasion:  Assi  muestra  bien  el  Autor 
(dice  N.  P.)  haver  hecho  lenguaje,  y  estilo  de  la  forma  silogística,  que  apren- 
dió de  Cursante  en  Salamanca,  y  enseñó  de  Maestro,  y  Colegial  Maior  en 
Alcalá,  sin  permitirse  á  la  Usencia,  que  cifra  el  pulpito,  y  suelen  tomarse  los 
argumentos.  Aun  en  medio  de  el  calor  y  poco  sufrimiento  de  la  disputa, 
como  N.  Padre  Gutierres  es  tan  castellano,  y  viejo,  nos  peina  el  estilo  de 
modo,  que  los  que  no  sabemos  acá  ni  aun  pronunsiarlo  hemos  menester 
aprenderlo:  de  suerte  Padre  Reverendo  que  assi  muestra  bien  Nuestro  Cos- 
cojales haver  hecho  lenguaje,  y  estilo  de  la  forma  silogística?  y  vien  como 
assi  lo  muestra?  la  forma  silogística,  que  consiste  en  el  (modus  scicudi), 
según  dicen  los  sumulistas  se  funda  en  saber  proponer  vn  silogismo  en  for- 
ma, con  su  maior,  menor,  y  consecuencia,  aunque  á  Autores,  que  dicen, 
que  la  consecuencia,  no  hace  á  la  forma  silogística,  y  la  tal  forma,  y  figura 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 
29 

pienzo,  que  ha  de  ser  de  tres  modos  según  se  contiene  en  aquel  verso,  sub 
pr <2  prima,  secunda  bis  pía,  tcrtia  bis  sub,  y  es  cosa  horrenda  Padre  mió  ha- 
ver  hecho  lenguaje,  y  estilo  (cuando  sea  assi)  de  esta  forma  porque  todo 
su  estilo  será  vn  argumento  continuo,  y  lo  que  es  bueno  para  las  disputas, 
no  sée  yo  que  sea  bueno  para  las  platicas.  De  vno  de  los  Philosophos  an- 
tiguos refiere  San  Juan  Crisostomo,  que  tenia  vna  muger,  que  el  dia  todo 
se  le  iba  en  replicas  con  su  marido,  contras,  argumentos,  disputas,  y  plei- 
tos, y  preguntándole,  como  le  sufría?  respondió:  me  enseña  en  casa  como 
he  de  estar  en  la  Cathedra.  Duro  estilo,  y  duro  lenguaje !  siempre  forma  si- 
logística, sin  otra  materia.  Visitaba  á  vna  Señora  un  hombre  critico,  y  en 
sus  conversaciones,  todos  sus  bocablos,  eran:  vltra,  prceterea,  preecipue, 
aduc,  imino,  potius,  hic,  et  nunc  y  avisándole  una  vez  que  venia  aquel  hom- 
bre á  visitarla,  se  mandó  negar,  y  preguntándole,  porque  se  negaba?  res- 
pondió: porque  ese  hombre  habla  en  latin.  Padre  Maestro  consejo  es  de 
un  gran  orador:  Singula  quceque  locum  tenent  sortita  desenter,  cada  cosa 
con  su  cosa,  y  cada  cosa  en  su  lugar;  pero  estilo  de  forma  silogística?  for- 
ma silogística  en  figura  de  estilo,  y  lenguaje?  si  vn  hombre  fuera  á  la  Vni- 
versídad  (aunque  fuera  la  de  Alcalá)  á  replicar,  y  en  lugar  de  argüir  pre- 
dicara, fuera  buen  decir  en  su  alavanza,  que  havia  hecho  el  estilo  conso- 
natorio,  lenguaje  escolástico?  si  porque  vno  fuera  Poeta  les  encomendaran 
la  dedicasion,  ó  defenza  de  vn  pleito,  y  de  facto  se  fuera  á  los  estrados  á 
hechar  coplas,  fuera  buen  elogio  decir,  que  era  naturaleza  el  lumen  poé- 
tico? y  esto  es  cuando  la  tal  forma  silogística  la  tuviera  el  Dr.  Suazo  pro- 
bada, que  aduc  sub  judice  lis  cst,  pues  lo  que  sabemos  por  acá  es,  que  ha- 
viendole  convidado  varias  veces,  assi  para  que  replicasse,  como  para  que 
admitiesse  algunos  actos,  que  han  querido  dedicarle,  mas  por  tentar  su  re- 
plica, que  por  buscar  su  sombra,  siempre  se  ha  escusado  de  vno,  y  otro: 
y  quien  tiene  por  lenguaje,  y  estilo  el  argumento,  y  la  forma  silogistica, 
bien  pudiera  en  estas  ocasiones  haver  sacado  su  media  espada:  pero  en  fin 
esto  la  aprendió  de  Cursante,  en  Salamanca,  para  enzeñarlo  de  Maestro, 
y  Colegial  Maior  en  Alcalá,  esto  si  le  agradesco  yo  mucho  á  el  Padre  Gu- 
tierres por  lo  mucho  que  venera  la  Vniversidad  de  Salamanca,  que  á  el  fin 
sabemos,  que  los  que  enseñan  en  Alcalá,  son  los  que  aprenden  en  Sala- 
manca: pues  haviendo  aprendido  en  esa  Escuela  pasó  (si  es  que  pasó)  á  la. 
de  Alcalá.  Padre  mío  quando  enseñó  esto  el  Arzediano?  pídale  V.  P.  los 
títulos  de  Cathedratico,  las  sertificasiones,  que  dio  á  los  Estudiantes,  y  las 
matriculas,  que  le  hecharon,  que  aquí  está  vn  Autor  complutense,  que  dice: 
que  sobre  la  materia  se  perderá  con  todo  Alcalá:  mas  ya  V.  P.  lo  prueba 
con  lo  que  dice  de  su  sermón  en  la  propia  oja:  Sin  permitirse  á  la  Usen- 
cia que  sufre  el  pulpito,  y  suelen  tomarse  los  argumentos,  aun  en  medio  de 
el  calor,  poco  sufrimiento  de  la  disputa.  No  me  dirá  Nuestro  P.  assi  Dios 
guarde,  que  licensias,  fuera  de  las  de  predicar  sufre  el  pulpito?  porque  si 
alguno  se  toma  mas  licensia  de  la  que  debe  está  ai  el  Santo  Tribunal  de  la 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII 
30 

fee,  (donde  V.  P.  es  Calificador,  y  lo  sabe  mui  bien,)  para  castigar  á  cual- 
quier Lisensiado,  y  le  cuesta  la  lisenciatura,  mas  de  lo  que  pudo  costarle 
á  el  Señor  Coscojales  la  borla:  en  fin  V.  S.  quiso  decir  Rigore  scholastico, 
y  puso  en  su  lugar  forma  silogística,  que  es  cosa  formalmente  distincta: 
mas  P.  mió  quien  es  consumado  Predicador  de  el  mismo  modo  sube  á  el 
pulpito,  que  á  la  Cathedra,  y  en  todas  artes,  y  ciencias  debe  ser  practico 
ó  por  lo  menos  especulativo  para  tener  crédito. 

Pasa  V.  P.  mas  abaxo,  y  dice:  si  viera  esta  tenasidad  de  orasion  (mexor 
fuera  de  cabeza  que  es  viscaina)  aprendida  cu  la  buena  escuela  aquel  Ma- 
estro, ó  Principe  de  los  Thcologos  de  su  tiempo  Fray  Domingo  de  Soto,  no 
hubiera  proferido  en  la  dolorida  exclamasion,  que  hizo  cu  Córdoba  riendo  ar- 
güir, (mexor  fuera  oiendo  argüir)  aun  Lector  agudo  de  su  orden,  (ó  felix 
ingenio  dixó,)pcro  infelizmente  nacido:  ó  felix  iugcuiuiu  infeliciter  natum, 
y  desentronando  el  Autor  de  la  Biblioteca  domicana,  que  refiere  el  caso, 
el  motivo  de  esta  alabanza  destemplada  en  lastimas  dice:  que  se  arrebató 
aquel  hombre  grande  de  la  compasión,  de  que  vn  sujeto  de  tan  elebadas  es- 
pe  raucas  huviesse  nacido  fuera  del  solar  mas  calificado  de  las  letras,  esto 
es  no  en  las  dos  Vnivcrsidades  de  Castilla,  sin  haver  merecido  picar  las  lo- 
sas de  sus  patios  en  estudio,  y  exersicio  de  las  ciencias,  que  vnas  trae  Padre 
N.  y  que  cola  arrastra  la  autoridad,  para  llevarnos  de  encuentro  á  los  que 
no  pizamos  las  lozas,  y  laxas  de  esas  Escuelas!  Padre  Fray  Antonio  res- 
pondo ala  autoridad,  y  todo,  y  supongo,  que  el  Padre  Fray  Domingo  de 
Soto  fue  vn  hombre  tan  grande,  grave  y  docto,  que  en  la  Vniversidad 
de  Salamanca  era  provervio:  qui  scit  Sotum,  scit  totum:  qui  ignora  Sotum 
ignorat  totum,  supongo  que  para  su  crédito  le  bastó  la  autoridad  del  Ce- 
sar Carlos  quinto,  que  le  eligió  por  su  confesor  pero  consuélanos,  que  su 
Padre  de  V.  P.  el  Señor  San  Agustin  es  el  mexor  y  maior  Dr.  de  los  Doc- 
tores, y  fue  ingenio  nacido  fuera  del  solar  mas  calificado  de  las  letras  en 
las  dos  Vniversidades  de  Castilla,  y  no  por  eso  le  diria  Soto  á  San  San 
Augustin:  ó  felix  ingenium  infeliciter  natum:  Consuélanos  también  que 
San  Gerónimo,  SanChrisostomo,  San  Ambrosio,  San  Gregorio,  SantoTho- 
mas,  San  Buena  Bentura,  Escoto,  y  otros  muchos  llamados  por  antono- 
macia  Doctores,  no  visitaron  las  dos  Vniversidades,  y  que  antes  en  ellas 
los  citan  por  Doctores,  y  con  todo  eso  no  les  diremos  la  dolorida  exclama 
sion,  en  que  prorrumpió  en  Córdoba  eldoctissimo  Soto:  consuélanos  tam- 
bién, que  la  Vniversidad  de  Paris,  Bolonia,  y  Ebora  con  otras  gravissimas 
Vniversidades,  con  la  de  México,  la  qual  Soto  con  la  de  Salamanca  sufre 
competencia,  no  cursaron  sus  patios,  no  pisaron  sus  lozas,  ni  entraron  en 
sus  Aulas,  no  vieron  sus  postes,  y  son  de  las  que  se  sabe,  que  sacan  los 
Doctores,  que  admiran:  porque  las  almas  son  todas  vnas,  y  con  el  exer- 
sicio se  hacen  los  entendimientos  maestros  con  los  mismos  libros,  doctos 
con  los  propios  autores,  y  sentencias  versados;  conque  nada  se  nos  da,  ni 
de  el  Doctor,  ni  de  la  lastima,  ni  de  la  exclamasion,  ni  de  Córdoba,  ni  de 


BIBLIOGRAFÍA  mexicana  DEL  SIGLO  XV 1 11. 

31 

el  autor  de  la  Biblia  dominicana,  y  ni  de  V.  P.  que  lo  alega,  que  ya  le  co- 
nocemos, que,  latet  anguis  in  herba.  Mas  por  vida  de  V.  P.  hágame  favor 
de  pazar  por  el  derecho  canónico,  cuando  tuviese  lugar,  (y  si  sabe  buscar- 
la) alli  se  encontrara  con  vna  clementina,  y  en  ella  con  las  Vniversidades 
famosas  de  el  mundo,  hallará  también  fuera  de  las  dos  selebradissimas  de 
Castilla,  y  bolviendo  la  reflecxion  á  estas  partes,  puede  N.  P.  considerar, 
que  assi  por  el  mismo  tiempo  que  eso  diria  en  Córdoba  Fray  Domingo  So- 
to, se  descubrió  esta  nueva  España,  donde  tiene  V.  P.  bastante  esperien- 
cia  de  la  Vniversidad  Mexicana,  donde  si  no  le  siega  la  pasión  hallará  tan- 
tos Doctores,  como  estudiantes,  que  le  quitan  de  la  boca  la  exclamasion  á 
Soto,  y  aun  pudiera  aplicar  el  epíteto  á  tanto  magisterio,  para  que  V.  P. 
no  sacara  la  braza  por  mano  agena,  pues  á  la  verdad  el  ser  mas  moder- 
na, no  le  quita  el  Ser  mas  docta,  y  pues  V.  P.  nos  quenta  su  quentesito  de 
córdoba  ó  de  cordobán,  valla,  valla  este  no  de  baqueta,  sino  de  polvillo:  ha- 
de saber  V.  P.  que  precedía  vnas  conclusiones  en  esta  Vniversidad  de  Mé- 
xico (contábalo  assi  no  el  Autor  de  la  Biblioteca  dominicana)  sino  el  de 
la  Secretaria  el  viejo  Plaza  á  quien  V.  P.  conoció  mui  bien,)  precedía  pues 
vn  Doctof  moso  grande  estudiante,  argüíale  el  Decano  de  la  facultad,  hom- 
bre también  mui  docto,  y  mui  viejo,  y  negándole  cierto  principio,  que  el 
viejo  tenia  llevaba  por  asentado,  le  dixo:  a  mi  me  niega  esa  proposision? 
no  sabe  que  antes  que  el  naciera,  yo  ya  sabia  Theologia?  á  que  respondió 
el  moso:  Señor  Doctor  eso  no  prueba  la  negada,  lo  que  prueba  es  que  V. 
P.  supo  Theologia  antes  que  yo,  pero  no  el  que  la  supiera  mexor,  que  yo, 
y  assi  lo  decia  Plauto:  non  ctate,  vertí  m,  ingenio  adipis  citur  Sapientia,  y 
Sócrates:  nec  experientia,  et  Rerum  mulíarum  vsus senes  eradit,  atque  efi- 
cil  vi  quid  ex  pedia t  aentins,  quam  allijs  prospiciat,  y  esto  puede  V.  P. 
llevar  sabido  en  pago  de  su  quentesito  de  Soto.  El  alma  como  yadiximos 
en  todas  partes  es  vna,  y  siendo  el  entendimiento  alma,  todos  los  enten- 
dimientos radicalmente  son  ¡únales,  hacelos  mas  dispiertos  el  vzo,  el  exer- 
sicio,  la  aplicación,  y  los  libros,  los  Maestros,  y  las  emulasiones,  el  estudio, 
y  el  ingenio,  y  si  el  sol  de  España  no  es  mexor,  ni  distincto,  que  el  de  acá, 
como  no  será,  sopeña  de  que  no  será  Sol,  Sol  et  homo  generant  hominem, 
siendo  los  de  la  nueva  España  hijos  de  la  antigua,  y  siendo  los  de  esta  tan 
para  todo,  que  todo  lo  saben  hacer  hijos,  pues  sus  hijos  son  tan  malos  y 
tan  rudos,  teniendo  el  mismo  sol,  y  los  mismos  hombres  Sol,  et  homo  gene- 
rant hominem,  los  mismos  hombres,  el  mismo  sol,  los  mismos  libros,  el 
mismo  Dios,  la  misma  fe,  la  misma  Escriptura  tenemos  acá,  y  demás  las 
abilidades  maiores,  pues  quando  los  hombres  con  barbas  andan  en  Espa- 
ña á  la  escuela  con  sus  cartillas,  andamos  acá  artos  de  matriculas,  y  borlas. 
Concluie  este  Reverendo  P.  con  su  aprobasion  diciendo:  Réstame  alabar 
el  buen  dictamen  del  Señor  .  Xrcediano  de  dar  ala  estampa  este  sermón,  para 
que  assi  corra  á  t>¡,los.  Tener  P.  N.  que  se  entiende  que  corra  a  iodos.'  quie 
re  decir  aquel  corra  que  los  aberguenze?  porque  á  la  verdad  el  corrido  le 


BIBLIOGRAFÍA  MEXICANA  DEL  SIGLO  XVIII. 

32 

toca  á  el  Arcediano,  y  si  nó  díganlo  la  xacaras  pasadas:  que  corra  á  todos ? 
pues  quien  habia  de  correr!  puede  ser  que  todos  se  corran  de  que  tal  co- 
sa se  imprima,  y  de  otra  suerte  la  proposición  de  V.  P.  no  es  corriente,  y 
assi  no  corre  por  mas  que  alege  Y.  P.  diciendo:  que  haviendo sido el prime 
ro  que  predicó  en  esta  tierra  sera u  las primisias,  porque  ni  aun  sus  diesmos 
queremos,  que  el  tendrá  cuidado  de  comérselos,  y  perdone  V.  P.  que  está 
nota  no  ha  sido  masque  por  haverle  conosido  á  Nuestro  Padre  la  macula, 
y  haverle  penetrado  el  espíritu  con  esta  dezima. 

dice  el  Padre  fray  Antón 
de  aqueste  Sermón  de  borra 
que  para  que  á  todos  corra 
será  buena  la  impresión  : 
venimos  en  su  opinión, 
pero  de  este  modo  sea 
que  qualquiera  a  el  puncto  vea, 
que  en  este  Sermón  ha  sido 
de  el  Arzediano  el  corrido, 
y  de  el  Padre  la  correa. 


Puncto  v? 
De  la  aprobasion  de  el  Padre  Fransiscano. 

El  mui  Reverendo  P.  Provinsial  de  Zacatecas,  Fray  Luiz  Antonio  Her- 
moso de  Celis,  Dr.  en  sagrada  Theologia,  fue  quien  tuvo  misericordia  de 
este  sermón,  en  que  haviendo  quedado  el  Arcediano  tan  feo,  buscó  para 
su  aprobasion  lo  hermoso,  dio  su  pareser  el  dia  quinze  de  Abril,  y  el  mis- 
mo dia  dio  el  Señor  Arzobispo  su  usencia  para  la  impression;  y  quien  se 
acordare,  que  el  dia  ya  dicho,  fue  la  Dominica  in  albis,  no  haga  misterio 
de  el  dia,  para  dexar  assi  la  aprobasion:  dala  su  Paternidad  rendido,  gus- 
toso, desapasionado,  observador  (que  observante  ya  lo  es  por  su  Religión) 
atento,  y  enseñado,  y  dice:  que  concurriendo  en  Madrid  1  aunque  tan  pig- 
meo) entre  varios  sujetos,  no  podía  por  ser  tales  pazar  plaza  de  turinos. 

Los  Noturinos,  que  en  plaza, 
pues  varios  Sujetos  eran, 
los  que  aqui  este  Padre  enlaza 
es  mexor  taurinos  Fueran, 
pues  eran  para  la  plaza. 

Vnos  de  Superior  Herarchia,  é  inspección,  que  ya  tenían,  de  la  ciencia 
de  el  orador  nntiquada  noticia,  y  experiencia,  pues  ya  le  havian  oido  gus- 
tosos en  la  Corte  de  Madrid  repetidos  sermones  con  singulares  aplausos, 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIll. 

33 

y  en  Alcalá  en  su  Cathedra  los  primeros  créditos  vii,  y  oi  á  el  Orador  aplau- 
dido: muchos  testigos  pudiera  citar,  algunos,  y  grandes  referir,  mas  no  es 
Razón,  que  sertidumbrado  de  que  el  Orador- se  mortifica  con  aplausos  al- 
tere su  modestia. 

Es  de  vna,  y  otra  manera 
esta  modestia  cesuda 
el  Arzediano  la  suda 
pero  el  Provincial  la  altera. 

Este  testigo  no  prueba,  porque  es  de  oidas,  y  no  de  vista;  oi  (dice)  de 
todos  á  el  Orador  aplaudido,  pero  no  dice  que  lo  vio,  y  testigos  de  oidas 
los  desconfia  el  derecho:  oculis  magis,  quam  auditui credendum  est.  Dice: 
que  en  Madrid  tenían  todos  antiqúada  experiencia  de  su  ciencia.  Pero  que 
es  esto  de  antiqúada  Padre  Provincial  ?  si  V.  P.  se  va  á  el  lexicón  con  el 
eclesiástico,  vera  que  es  vna  cosa,  que  no  se  vza:  si  dixera  V.  P.  antigua, 
immemorial,  cierta,  acentada,  baila;  pero  antiqúada  propiamente  es  cosa, 
que  no  está  en  vso,  porque  este  verbo  antiguo,  antiguas,  significa  quitar  lo 
antiguo  de  el  vzo,  y  assi  fue  la  experiencia,  que  tuvieron  de  la  ciencia  de 
el  Orador  en  Madrid  antiqúada,  como  acá  también,  porque  como  xamas 
huvo  vzo,  ni  experiencia  de  su  ciencia,  fue  la  experiencia  antiqúada,  por- 
que -orno  ninguno  dio  razón  de  tal  vzo,  ninguno  tuvo  vzo  de  tal  razón,  y 
esto  que  dixó  el  Padre  en  Madrid,  es  lo  que  decimos  acá,  conque  todos 
bamos  á  vna:  pero  no  es  esto  lo  quiere  decir  N.  P.  Provincial,  pues  alisto- 
nado,  como  dice:  su  Paternidad  en  la  segunda  hoja,  de  todos  los  Censores, 
guando  califican  orasion panegírica  (aunque  no  sean  panegíricas  las  ora- 
siones,  también  las  califican  los  Censores)  aunque  en  mi  la  purificasion  de 
este  sermón  sea  solo  ser emonia  de  calificar,  lo  que  mano  tan  docta  quiso  es 
cribir,  me  es  presiso  ponderar  sus  eloquentes  clausulas,  en  que  dice:  que 
como  séremonia  será  su  calificasion,  ó  vno  como  cumplimiento,  con  la  parro- 
quia, purificando  el  sermón  de  la  Purificasion,  con  la  purificasion  de  su  sére- 
monia, que  párese  mas  Maestro  de  seremonias,  que  Provincial. 

Mas  quando  aqueste  Censor 
se  muestra  tan  material 
mejor  será  corporal, 
que  no  purificador. 

Mas  no  demos  huelo  á  las  plumas  (prosigue  con  toda  su  hermosura  Nues- 
tro Celis)  no  es  razón  que  en  misterios  soberanos  de  purificación  yo  quiera 
hablar  quando  veo  que  asus  divinos  elogios  vn  sol  para  expresarnos  exem- 
plo,  quiere  emmudeeer:  sol  taeet.  Ya  aqui  el  Padre  se  retracta,  porque  hien- 
do á  ponderar  las  tales  eloquentes  clausulas  -quita  el  buelo  á  las  plumas, 
desplumando  las  alas  á  imitación  de  el  Sol,  que  asus  elogios,  paro  sus  ra- 

5 


BIBLIOGRAFÍA  mexicana  DEL  SIGLO  XV III 

34 

líos;  alude  á  que  en  el  sol  tacet  emmudecio  el  Arzediano,  y  aunque  esto  es 
mentar  la  soga  en  casa  de  el  aorcado,  con  todo  N.  P.  Provincial  me  hade 
perdonar  las  impertinencias,  por  que  aunque  su  Paternidad  no  quiera  ha- 
blar en  misterios  soberanos  de  Purificación,  no  hade  ser  por  tomar  el  exem- 
plo  de  el  Sol,  porque  el  Sol  no  se  paró  en  el  globo:  sol  tacet,  que  quando 
Maiia  se  purificó  en  el  Templo,  quien  se  paxó  en  el  de  la  Cathedral  fue 
el  Arsediano  á  el  predicar  de  ese  ministerio  admirable  de  la  Purificación, 
que  ni  airas,  ni  adelante  pudo  decir:  Sol  tacet. 

Mas  no  sin  misterio  registra  el  Padre  Provincial  vn  Simeón  si  de  el  es- 
píritu Santo  asistido  &,  también  lo  advierte  absorto,  y  elevado,  por  cuia 
causa  considerándole  Thimoteo  Hirosolimitano,  como  dormido  le  dice: 
surge  senex  quare  obdormis?  ó  santo,  y  benerable  Anciano  aora  duermes? 
aora  callas?  en  esta  ocacion  enmudesses?  Padre  N.  alíquando  bonus  dor- 
mítat  Homerus.  Digame  V.  P.  aquestas  preguntas  que  le  haze  Thimoteo 
á  el  Señor  Simeón,  de  dormido,  callado,  y  mudo?  son  oi  de  V.  P.  á  el  Ar- 
zediano aplausos,  ó  apodos,  alabanzas,  ó  bullas?  elogios,  ó  escarnios?  por- 
que párese  que  es,  como  si  dixera  ó  hombre  aquí  delante  de  este  concur- 
so, que  te  está  oiendo,  en  presencia  de  todo  México,  que  está  tu  lección 
aguardando  te  turbas?  aora  te  suspendes?  aora  te  quedas?  aora  te  paras? 
si  si  dice  N.  Padre  Ermoso  en  la  misma  hoja,  que  es  mui proprio  enmudecer, 
en  misterio,  que  es  mui  proprio  de  admirar,  y  como  otro  Arpoclates  con  el  de- 
do en  la  boca,  y  parlero  silencio  callar  es  mui  proprio  digo,  que  en  misterios  de 
la  Purificación  los  sentidos  mas  dispiertos,  y  distantes  se  transporten.  Es  assi, 
mas  lo  que  se  le  transportó  á  el  Arzediano  no  fue  el  sentido,  sino  la  poten- 
cia, porque  se  le  fue  el  Sermón  de  la  memoria,  y  esta  no  es  sentido,  sino 
potencia:  pero  dado  caso,  que  N.  Arzediano  se  paresse  de  misterio,  para 
que  es  añadir  sobre  el  misterio  de  la  Purificación,  aque  ese  misterio?  pues 
el  quedarse  vn  hombre  en  vn  sermón  no  es  lo  primero  de  el  Mundo,  que 
á  los  hombres  mas  doctos  ya  ha  sucedido,  porque  la  memoria  como  es  mu- 
ger  es  frágil:  lo  segundo,  que  nadie  presisamente  porque  se  quedó  afeó  á 
el  Arzediano,  aunque  pudiera,  pues  no  fuera  mucho  haviendo  antes  char- 
leado tanto:  lo  que  V.  P.  le  ha  de  defender,  en  lo  que  ha  de  poner  el  mis- 
terio, y  en  lo  que  ha  de  sacar  la  cara,  es  en  que  vn  Cathedratico  de  Alcalá, 
proprietario  en  la  de  phylosophia,  Arzediano  actual  de  México,  no  sepa 
minimus,  ni  menores,  ni  maiores,  no  minimus  porque  hierra  los  tiempos,  y 
el  subjuntivo  lo  haze  indicativo  no  menores,  porque  no  sabe  los  pretéritos, 
y  dixó  paricricrit,  haviendo  de  decir  piperit,  no  maiores,  porque  hierra  las 
quantidades,  y  escribiéndose  dimitió  con  tíos//,  lo  hizo  breve,  que  aunque 
lo  supo  pronunciar,  no  lo  podemos  escribir,  y  si  es  mui  proprio,  como  V.  P. 
dice :  enmudecer  en  mis/crio,  que  solo  es  para  admirar,  y  como  otro  Aporrates 
con  el  dedo  cu  la  boca  callar:  Suplico  á  V.  P.  mande,  ó  que  todos  los  sermo- 
nes, que  se  pr<  dican  á  los  misterio-,  de  Christo  S.  N.  y  de  su  Santissima  Ma- 
dre se  quiten,  ó  que  los  Predicadores  suban  á  el  pulpito,  y  con  su  dedo  en 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

35 

la  boca  se  estén  un  rato  sin  decir,  y  se  baxen  luego  á  desudar;  fuera  de  que 
el  Arzediano  dice  lo  contrario,  porque  el  Padre  dice:  que  el  pararse  fue  mis- 
terio, y  N.  Coscojales  dice:  que  paró  por  aquel  Ux  exalasion  respecto  de  su  be- 
iteración  ó  parto  de  su  viveza,  que  suplió  con  tanta  gracia  vna  Ave  Marta,  y 
vna  exalacion  no  es  misterio,  conque  por  aquí  vnos  pienzan  en  el  bailo, 
y  otros  lo  ensillan.  Prosige  N.  Ludovico  á  la  buelta  de  la  hoja  y  dice:  Lo 
que  vn  mal  mirar  discurre  borrones,  á  los  que  la  passion  publica  defectos, 
son  aun  mas  cresidos  aplausos,  y  para  esto  trae  lo  de  los  Cantores  decolo- 
ravit  me  Sol,  con  el  nolite  me  considerare,  quod fusca  sim.  Padre  N.  el  Sol 
á  la  Esposa  la  quitó  el  color,  que  eso  es  dccoloravit,  y  á  el  Arzediano  lo 
dexó  descolorido;  pero  esto  si  V.  P.  lo  advierte  mexor,  es  por  distincta 
causa.  En  el  texto  de  los  Cantares  habla  Salomón  en  el  mexor  sentido  de 
los  Ynterpretes  de  la  Etiopisa  Esposa  de  Moizes,  que  era  negra  (aunque 
algunos  Autores  dicen:  que  aqui  habló  por  ironia  por  ser  mui  blanca),  co- 
mo que  dixera  no  consideréis  el  color,  considerad  la  causa,  y  sabed:  que 
como  el  Sol  está  mui  cerca  de  la  Etiopia,  por  ser  tierra  tan  alta,  me  puso 
assi  el  Sol  con  su  sercania:  mas  en  nuestro  caso  fue  cosa  mui  distincta,  por- 
que estuvo  tan  lexos  de  la  memoria  de  el  Arzediano,  el  Sol  que  se  le  fue 
por  alto  el  Sol  tacet.  Y  assi  no  tiene  V.  P.  que  decir  mas  abaxo:  y  assi  se 
engaña  quien  considera  manchas,  las  que  son  perfecciones,  ni  tampoco  la 
exclamación:  Ó  y  como  las  sombras  del  Hereje  están  desbanesidas  en  los  ar- 
gumentos de  este  sermón!  luego  el  haverse  quedado  con  todos  los  acciden- 
tes, no  fue  sombra  en  el  Arzediano,  sino  perfección?  quien  tal  dixera,  pe- 
ro si  Bouum  ex  integra  causa;  malum  ex  quoqunque  defectu.  Componga 
V.  P.  el  proloquio,  y  diganos,  que  connexion  tiene  con  lo  dicho  la  excla- 
masion  de  que  las  sombras  de  el  Hereje  quedan  desbanesidas  con  los  ar- 
gumentos de  este  sermón.  Que  sermón  Padre?  ni  que  argumentos?  allá 
los  oirá  V.  P.  en  llegando  á  su  lugar,  pero  si  todo  lo  dicho  está  alli  en  la 
aprobasion,  es  contra  los  que  notaron  el  Sermón,  y  por  la  gracia  de  Dios 
ninguno  es  Hereje,  sino  todos  Christianos,  viejos,  viejissimos,  y  chatolicos, 
que  tiene  que  hazer  la  heregia  aqui  con  la  verdad?  Prosigue  pues:  quisie- 
ra purificar,  si  pudiese  antes  de  concluir,  estos  ami  corto  entender  bastardos 
accidentes,  obscuras  neblesillas.  En  paz  sea  dicho  P.  Maestro,  mas  aunque 
V.  P.  aia  ido  á  Roma  por  todo,  no  es  V.  P.  quien  ha  de  purificar,  ni  con- 
cluir aquellos  que  asu  corto  entender  le  párese  que  son  bastardos  acciden- 
tes; pero  ni  son  bastardos,  sino  legítimos,  ni  accidentes,  sino  substancias, 
ni  obscuras  ncblillas,  porque  son  mas  claras,  que  el  Sol,  y  mas  de  lo  que 
V.  P.  pienza  en  todas  lineas,  y  si  N.  P.  quiere  purificar,  y  quemar  (con  su 
puin,  tenazas,  y  todo)  de  los  que  hablan,  y  han  hablado  de  dicho  Sermón 
tendrá  V.  P.  bien  que  hazer,  y  se  quedará  deberás,  sin  hazer  nada,  porque 
ni  están  sujetos  á  las  leyes  de  V.  P.  con  su  purificación,  ni  á  su  quemazón, 
que  no  será  Razón  que  porque  V.  P.  sin.que,  ni  para  que  esté  abrazado, 
estén  los  otros  pobres  encendidos.   Trae  V.  P.  para  eso  lo  de  el  Propheta 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

Ysaias:  Ecce  Virgo  concipict,  lo  de  S.  Matheo,  y  S.  Lucas  con  su  lugarcito 
de  Gericó,  y  advierte,  que  eu  el  capitulo  antecedente,  vn  Seraphin  con  vn 
flamante  carbón  de  el  misterioso  altar  cogido,  quiere  que  Ysaias  sea  purifi- 
cado, los  labios  le  abraza,  y  los  labios  le  purifica;  acción  divina,  política  y 
soberana,  quemar,  y  purificar  labios,  que  han  de  hablar  acerca  de  los  Ser- 
mones. P.  N.  aunque  el  Sermón  de  el  Arzediano  está  impreso,  aun  no  está 
purificado.  Válgame  Dios  que  acción  tan  divina,  tan  política,  y  tan  sobe- 
rana le  parece  á  V.  R.  quemar  labios  que  han  de  hablar  acerca  de  los  Ser- 
mones! Dexo  la  graduación  que  está  mal  puesta,  porque  no  havia  de  decir, 
tan  divina,  política,  y  tan  soberana,  sino  tan  política,  tan  soberana,  y  aca- 
bar, por  tan  divina:  mas  quantos  habrán  predicado  mal,  y  no  les  habrán 
hablado  vna  palabra?  ni  escritoles  vna  copla?  Como  este  hombre  de  el  Ar- 
zediano, vino  hablando  tanto,  con  toda  la  colegiatura  entre  cuero,  y  car- 
ne, con  todo  su  modo  de  predicar  en  el  alma,  y  con  toda  la  Theologia  de 
Alcalá  en  el  cuerpo,  y  el  se  quedó  en  cuerpo,  y  alma,  y  se  quedó  sin  sen 
tido,  memoria,  y  construcción:  no  se  admire  V.  P.  que  haigan  abierto  los 
labios,  aunque  quiera  V.  P.  quemarlos,  porque  fuera  tenernos  por  tontos, 
si  no  dixeramos  siquiera  esta  boca  es  nuestra,  mas  sepa  V.  P.  que  quando 
se  manda  quemar  los  labios,  no  es  porque  se  dice  la  verdad,  (como  aqui), 
sino  porque  se  lisongea,  y  se  dice  mentira,  como  verá  V.  P.  en  este  que 
parece  quento,  y  es  vn  grande  caso:  Refiere  Pedro  Cri  que  el  Rey  Cam- 
bises  mandó  matar  á  Prosapio  vn  grande  Amigo  suio:  arrepintióse  de  el 
hecho,  y  llamó  á  un  grande  adulador,  que  tenia  llamado  Teophion,  y  pre- 
guntóle, que  le  havia  parecido  de  aquella  muerte,  y  respondióle,  dando  su 
aprobación  (como  N.  P.  Provincial)  Optinic  gratiam  enim  fatentur  omnes 
pro  tan  benigno  Principe,  y  el  pago  de  esta  lisonga  fue  mandar  luego  lue- 
go que  le  quemaran  la  lengua  á  el  adulador:  illico  quanvis pro  se  atenta- 
tioncm  protulijfct,  usque  ad  ciñeres  Teophiuis  linguam  comburi  iussit.  Si  la 
cosa  está  mal  hecha  por  donde  le  ha  de  entrar  la  alabanza?  lo  más  que  po- 
día hazer  era  callar,  pero  como  el  hombre  habló  tanto,  fue  preciso  que  nos- 
otros habláramos  vn  poco.  Añade  N.  P.  Provincial:  paresiale  á  alguno, 
que  siendo  Seraphin,  quien  incluie  cresidos  iusendios,  baslabasse  el  sin  mas 
sagradas  lumbres,  para  purificar  labios,  pues  padece  engaño,  que  no  es  osio- 
sa  la  diligencia,  labios,  que  se  han  de  ocupar  en  hablar  de  tales  oraciones 
purificadas,  nesesitan  para  su  purificación  de  repetidos  sagrados  fuegos:  vno 
paresse  no  es  bastante,  pues  añádesele  otro  mas  ardiente.  Aqui  P.  N.  con  to- 
da la  licencia  de  su  autoridad,  negó  supositum,  supone  que  fuera  de  la  bra- 
za de  el  carbón,  purificó  los  labios  de  el  Propheta  el  fuego  de  el  Seraphin, 
y  por  esso  dice:  que  para  purificar  los  labios,  se  nesecitó  de  repetidos  fue- 
gos ;  y  no  solo  es  falzo,  sino  contra  la  Escriptura;  porque  el  Seraphin  no 
purificó  á  el  Propheta  con  su  fuego,  sino  de  el  que  cogió  con  vnas  tenazas 
de  el  Altar,  conque  no  fueron  repetidos  los  fuegos,  sino  solo  vno,  no  el  de 
el  Seraphin,  sino  el  de  el  carbón  y  no  mas:  ct  volavit  ad  me  vnus  de  Sera- 


bibliografía  mexicana  del  siglo  xrm. 

37 

phin,  &  in  manu  eius  calculus,  quem  forcipe  tulerat  de  Altari.  Conque  no 
sirve  lo  que  V.  P.  admira,  de  quan  ocupados  andarían  estos  sagrados  fue- 
gos, si  purificassen  tantos  labios,  mexores,  que  los  de  V.  P.  se  purifiquen, 
para  hablar  con  la  debida  inteligencia  de  los  textos  de  la  Escriptura,  y  assi 
dexo  de  ponderar  el  conceptuó  de  la  mirra,  conque  V.  P.  acaba  su  apro- 
bación, porque  desde  luego  supongo,  que  el  Orador  la  mirra  era  lo  pri- 
mero, que  nos  havia  de  dar. 

Y  assi  le  dan  buena  carga, 
con  la  mirra  á  lo  que  infiero 
que  dará  si  se  descarga 
después?  quando  lo  primero, 
que  dá  es  cosa  tan  amarga. 

Mas  por  no  quedar  con  vn  escrúpulo  quisiera  aberiguar  de  V.  P.  vna 
cosa,  que  ya  se  me  habia  pasado,  y  la  deseaba  en  tres  renglones,  acerca  de 
la  maioria  de  el  Colegio  de  Alcalá,  esto  es,  de  Sn.  Yldephonzo,  y  vn  com- 
pañero mió  mas  bellaco  que  yo,  me  riñó  mucho,  porque  siendo  acerca  de 
maiorias,  se  me  habia  pasado  por  alto,  dice  V.  P.  á  el  acabar  la  primera  oja 
de  su  aprobación:  que  el  Colegio  de  San  Yldephonzo  de  Henares  es  el  se- 
gundo después  que  el  Apostólico,  supongo  que  el  Colegio  Apostólico  fue 
el  de  los  doce  Apostóles,  y  en  esta  suposición  después  de  el  Colegio  Apos- 
tólico se  sige  el  de  los  Cardenales,  conque  maior  que  este  es  el  de  San  Ylde- 
phonzo? pero  volviendo  á  suponer,  que  V.  P.  entienda  por  Colegio  Apos- 
tólico el  de  los  Cardenales,  yo  me  temo  mucho,  que  si  este  Sermón  como  ha 
de  ir  á  Alcalá,  ba  á  Salamanca  le  ha  de  poner  pleito  mi  Colegio  maior  de 
Cuenca,  de  el  Arzobispo  mi  Señor,  no  quiero  nombrar  á  el  de  San  Bartolo- 
mé, porque  no  sea  que  desuellen  álla  á  V.  P.  y  le  quiten  el  cuero,  porque  no 
seé  de  donde  le  han  de  salir  las  correas  sino  se  las  pide  prestadas  á  Nuestro 
Padre  Gutierres. 

PUNCTO  VI? 
De  la  salutación. 

Llegamos  ya  alas  dagas,  porque  llegamos  á  el  Sermón,  y  el  principio  de 
la  salutación  es  el  princio  de  vna  de  las  cartas,  conque  á  el  desembarcarse 
en  la  Veracruz,  dio  á  cierto  Prebendado  de  esta  Iglecia  por  parte  de  su 
arcedianato,  y  venida,  porque  para  estas  ocasiones  tiene  guardado  el  ren- 
dimiento, la  obediencia,  la  ocasión,  y  la  osadía,  la  elebacion,  el  puesto,  la 
cortedad,  lo  discreto,  el  theatro,  el  ruego,  el  respecto,  el  mérito,  la  máxima, 
la  idolatría,  la  fama,  el  rigor,  la  censura,  con  todos  los  demás  bocablos, 
verbigracia,  de  la  dedicatoria,  que  todas  son  voces  de  oropel,  pero  sin  oro, 
entradas  de  pabana,  sin  voz  masiza,  y  nos  dice:  que  el  objecto  de  el  dia  es 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII 

38 

el  soberano  misterio  de  la  Purificación  de  Maria,  como  si  a  dos  de  febrero 
celebra  otro  objecto  la  Sancta  Iglecia,  y  para  publicar  de  María  las  gran- 
dezas trae  el  benedictus  Dominas  Deas  Isrrael,  no  de  el  Viejo  Simeón,  si- 
no de  la  gran  discreción  de  David:  qui fecit  mirabilia  solas. 

Mas  la  intención  de  tus  fraudes 
no  logras,  como  se  vée 
pues  el  benedictas  fue 
el  que  no  se  dice  en  laudes. 

Dice  pues  en  la  segunda  pagina  (que  David  no  habla  sin  duda  del  so- 
berano misterio  aqui/)  Esta  Metropolitana  Iglesia  entre  las  insigues  la 
maior,  consagra  tan  festivos  cultos.  Dios  se  lo  pague  por  la  merced,  que 
nos  haze,  pues  dice:  que  esta  Metropolitana  de  México  es  la  maior;  como 
Toledo,  y  Sevilla  no  se  enojan  ?  sea  por  amor  de  Dios  que  algo  le  hemos 
de  agradecer,  mas  si  esta  Iglesia  Metropolitana  es  la  maior  de  el  Mundo, 
será  no  solo  por  sus  rentas,  sino  también  por  sus  sujetos,  pues  que  sujetos 
serán  sino  los  maiores  de  el  Mundo,  los  que  encierra  en  si  la  Iglesia  entre 
todas  las  de  el  Mundo  la  maior:  luego  estos  sujetos  bien  podran,  ó  com- 
petir, eexeder  á  los  de  la  Theologia  de  Alcalá,  si  acaso  la  Theologia  no 
es  vna  en  todo  el  Mundo,  sino  es  que  le  dá  á  la  Cathedral  la  maioria,  por 
comerse  las  rentas,  y  le  dexa  á  Alcalá  la  primacía  donde  se  aproprio  la 
Cathedra.  Mas  es  para  reír  la  causal  que  dá  de  los  festivos  cultos,  porque 
si  hablara  del  misterio,  creo  que  mandara  las  voces,  porque  alli  bendice  á 
Dios  porque  executa  todas  marabillas  solo:  qui  fecit  mirabilia  solus.  y 
aqui  le  bendigera  porque  haze  maravillosos  prodigios  acompañado,  esto 
quiere  decir,  que  presentarse  Christo,  en  el  Templo  no  fue  obrar  el  pro- 
digio solo,  porque  fue  con  su  Madre  Santissima,  (que  iba  á  purificarse) 
acompañado,  pero  si  el  misterio,  que  la  Iglesia  celebró  aquel  dia  no  fue 
culto  proprio,  é  individual  de  esta  Santa  Iglesia  Cathedral,  sino  de  toda 
la  Iglesia  en  común,  lo  que  dixó  de  esta  Iglesia  lo  pudo  decir  de  quales- 
quiera  Capilla,  y  qualesquier  Pueblo  de  Indios,  pues  en  todas  partes  se  ce- 
lebró este  misterio.  Dice:  que  no  están  en  Christo  las  maravillas  tan  solas, 
que  no  las  acompañen  de  Marta  las  maravillas,  para  esto  trae  por  prueba 
lo  de  Josué  steterunt  Sol,  &  Luna;  conviene  en  que  se  para  el  Sol,  y  pre- 
gunta, porque  se  para  la  Luna?  y  dice  alli  para  dar  su  respuesta,  y  solu- 
sion:  si  el  Sol  se  suspende  es  naturalissimo,  que  la  Luna  se  pare,  porque  si 
el  Sol  haze  maravillas  con  sus  luces,  le  lia  de  acompañar  la  Luna  con  sus 
resplandores:  Contra,  sie  argumentor:  porque  si  esta  prueba  probara  fuera 
porque  assi  en  pararse  el  Sol  hizo  vn  milagro,  assi  en  pararse  la  Luna  hizo 
vn  prodigio,  y  assi  el  prodigio  de  el  Sol,  no  fuera  solo,  porque  iba  acom- 
pañado, con  el  de  la  Luna;  sed  sie  est  que  en  pararse  no  hizo  prodigio  al- 
guno: luego  esto  no  prueba,  y  probo  minoran:  perté  si  el  Sol  se  suspende 


BIBLIOGRAFÍA  mexicana  DEL  SIGLO  XV III. 

39 

es  naturalissimo  que  la  Luna  se  pare,  sed perté  en  esta  ocasión  se  paró  el 
Sol:  luego  naturalissimámente  no  hizo  prodigio  alguno  la  Luna  en  pararse 
luego  la  Luna  en  aquel  caso  no  hizo  prodigio  con  sus  resplandores.  Probo 
consequentiam:  lo  que  es  natural  no  es  prodigioso,  ni  milagroso;  sed  perté 
allí  se  paró  la  Luna  naturalmente:  luego  el  pararse  allí  la  Luna  no  fue  mi- 
lagroso, ni  prodigioso.   Que  dixera  de  esta  forma  silogística  aqui  N.  P.  Gu- 
tierres.  Amigo  no  fue  menester,  que  Josué  mandasse  parar  á  la  Luna,  con 
precepto  diverso,  porque  el  dia,  que  se  le  mandó  a  el  Sol,  quedó  toda  la 
Esphera  parada,  y  consiguientemente   la  Luna,  porque  puede  Vmd.  con- 
sultar á  la  astrologia,  lo  mas  grasioso,  que  añade  con  el  folio  treinta,  es 
admirado  el  sagrado  Chronista  con  tan  peregrino  portento  haze  esta  pre- 
gunta: Non  ne  scriptam  est  hoc  iu  libro  Tustorum?  por  bentura  está  escrito 
semexante  suseso  en  el  libro  de  los  Justos,  y  los  Santos?  que  mal  entiende, 
y  construie  latin!  no  dice  tal  Josué,  no  dice  como  constriñe  el  Arcediano 
por  bentura  está  escrito;  antes  dice  lo  contrallo,  porque  dice  preguntan- 
do: por  bentura  no  está  escrito?  y  eso  quiere  decir  non  ne,  no  está  ya  es- 
crito? Responde  el  Arcediano:  todos  responden  que  no,  y  yo  digo  que  nin- 
guno habrá  de  responder  tal  desatino,  porque  es  contra  la  Escriptura,  y 
todos  dicen  que  si,  poique  todos  saben,  que  ya  está  escrito.   Señor  Arze- 
diano  dexemos  á  parte  la  mala  construcción,  por  la  qual  azotan  á  vn  mu- 
chacho por  mal  grainmatico;  pero  sepa  V.  S.  que  el  sucesso  que  ya  está 
escrito  en  el  libro  de  los  Justos,  y  de  los  Santos,  está  en  el  Propheta  Isaías: 
sicut  iu  valle,  quee  est  in  Gabaon  iracetur;  está  en  el  libro  del  Eclesiástico: 
an  non  iu  iracundia  eius  impedí  tus  est  sol.'  ct  vna  dies  facía  est,  quasiduo. 
Mire  aora  el  bendito  Coscojales,  con  que   conciencia  les  lebanta  este  falso 
testimonio  á  todos,  y  mire  si  sabe  quien  hizo  la  pregunta,  si  está  escrito 
el  sucesso,  pues  antes  porque  sabia,  que  estaba  el  sucesso  escrito  dixo: 
scriptum  est?  lo  que  sino  sabe  quien  hizo  la  pregunta,  es  porque  le  dá  aque- 
lla reñida  en  forma  de  noticia,  quando  le  dice:  pues  sepa  quien  hizo  la  pre- 
gunta, que  están  escritas  mas  soberanas,  quanto  ba  de  obedecer  á  la  voz 
luces  supremas,  á  monstrarse  obedientes  luces  humanas.   Luces  materia- 
les? si,  luces  naturales?  también,  luces  criadas?  no  ai  que  dudar;  pero  hu- 
manas! quien  le  ha  dicho  á  Vmd.  que  el  Sol,  y  Luna  son  hombres,  para  ser 
humanos.   Aora  se  sigue  aqui  el  mal  paso,  de  que  lo  sacó  el  Dr.  Alberto, 
por  medio  de  el  Ave  Ufaría,  pues  haviendole  atrabesado  los  Setenta  en  la 
boca,  atrás  ni  adelante  pudo  hechar  el  Sol  taeet,  hasta  que  con  tanta  gra- 
cia, que  mereció  por  ella  Vmd.  las  ygas  de  Juan  Manuel,  dixo  el  Ave  Ma- 
ria.    Dice  pues;  pero  querrán  saber,  qual  es  maior  maravilla,   la  del  Sol  o 
la  de  la  Luna/  la  de  Christo.  ó  la  de  María/  á  es/a  dificultad  responderá 
Josué  que  la  maior  maravilla,  está  en  la  obediencia  de  el  Sol,  como  se  injiere 
del  mismo  texto:  Sol  contra  Gabaouem  ne  mobearis.    En  el  pulpito  dixó  se- 
tenta vezes,  y  aqui  los  Setenta,  y  se  quedó  acabando  su  .Ave  María.  Pero 
en  el  Sermón  impreso  dice:  y  aqui  la  versión  hebrea,  o  mal  escripturario! 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVlll. 
40 

Para  Moreno  ese  coche 
veremos  esa  Deidad? 
Señor  Don  Diego?  de  noche, 
y  con  tanta  obscuridad. 

Pues  que  hombre,  que  sabe  escriptura  dice  la  vercion,  pues  no  es  ver- 
dón sino  raiz,  la  hebrea  no  es  versión,  sino  el  mismo  original,  el  Hebreo 
no  lee,  ni  vuelve,  todos  len,  y  vuelven  de  el  hebreo,  de  el  Hebreo  salió  la 
tradision  de  San  Gerónimo,  que  es  la  vulgata,  la  versión  de  los  Setenta, 
la  Biblia  regia,  Santos,  Pagnino,  el  Griego  el  Arábigo,  Batablo  el  Ciriaco, 
Arias,  Montano,  y  todos  los  demás,  que  volvieron;  pero  la  vercion  de  el 
Hebreo!  quien,  que  supo  algo  dixo  tal  cosa!  el  Hebreo  no  sacó  de  alguno, 
y  assi  no  tuvo  que  volver,  que  eso  quiere  decir  versión,  y  mire  Vmd.  vna 
pruebesita,  que  es  de  el  Autor,  que  escribió  el  libro,  que  intituló  gemines 
animee.  Puso  Pilato  sobre  la  cruz  aquel  titulo  lesas  Nazarenas  Rex  In- 
deorum,  y  refiere  que  estaba  escrito  en  tres  lenguas,  hebrea,  griega,  y  la- 
tina, porque  el  griego  y  el  latino,  y  todos  leieron  de  el  Hebreo,  pero  el  He- 
breo de  ninguno,  y  assiba  el  hebraice  por  delante,  porque  es  el  original, 
y  después  todos  los  que  leieron  el  griego  y  en  latin  grece.  et  latine,  y  assi 
quando  los  hombres  doctos  citan  á  el  Hebreo,  no  dicen  la  versión  hebrea, 
sinoeltextohebreo,y  esto  Señor  mió  aunque  está  enlatin,no  está  en  griego, 
sino  mui  claro.  Después  prosigue  dividiendo  la  ley  de  Dios,  y  la  de  Moisés, 
como  si  en  aquel  tiempo  la  ley  de  Moisés,  no  fuera  la  de  Dios.  Pasa  á  la 
de  David:  nunquid  cognocentnr  in  tenebris,  mirabilia  tua?  con  lo  de  San 
Juan:  luz  intenebris  lucet,  en  donde  no  oi  mas  que  suparola,  y  fin,  y  princi- 
pio de  el  Ave  Maria. 

PUNCTO  VII? 

De  el  primer  Discurso  de  el  Sermón. 

Comenzar,  proseguir,  y  acabar,  son  las  leyes  regulares  de  la  virtud. 
Exmo.  Señor?  porque  no  son  los  pasos  regulares  déla  virtud,  y  del  tiem- 
po, que  comienza  que  prosigue,  y  que  acaba.  Miren  que  lindo  exordio,  y 
que  lindo  D.  Diego.  Mas  comenzar,  proseguir,  y  acabar,  no  solo  son  las  le- 
yes regulares  de  la  virtud,  sino  de  el  vicio  también  pudo,  y  lo  proprio  pu- 
do decir  de  el  vicio,  que  dixó  de  la  virtud,  trae  esto  para  decir:  que  como 
en  Maria  Santissima  en  el  primer  instante  de  su  seer,  se  juntó  el  fracto  de 
la  gracia,  con  la  primavera  de  la  naturaleza,  no  respectó  en  la  virtud  princi- 
pios, y  progresos.  Y  no  dice  bien  con  toda  su  Theologia  de  Alcalá,  ni  sabe 
la  materia  de  mérito,  ni  la  de  beata  Virgine.  y  para  que  vea,  que  Maria 
Santísima  tuvo  eu  la  gracia  progresos,  dígame  como  entiende  aquel  texto 
de  los  cantares?  quos eft  ifta  ques progreditur, pulcra  vt  lana,  electa  vt  sol, 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 
41 

donde  en  el  pfogreditur  se  darán  á  entender  los  progresos,  que  en  materia 
de  gracia  tuvo  Maria  S.  por  todos  los  instantes  de  su  vida,  que  la  fue  cre- 
ciendo, y  aumentando,  hasta  verla  infinita,  como  mantienen  mui  graves 
AutoresTheoIogos,  porque  si  Maria  Santísima  por  la  gracia  de  su  Concep 
cion  engracia,  no  respectó  en  la  virtud:  luego  fuera  de  la  gracia  de  la  Con- 
cepción no  mereció  mas  gracia?  luego  la  gracia  de  la  maternidad  no  fue  gra- 
cia? luego  en  la  encarnación  de  el  verbo,  en  la  expectación  de  el  parto,  en 
la  Natividad  del  Señor,  en  la  huida  á  Egipto,  quando  se  perdió  el  Niño, 
á  el  pie  de  la  Cruz  no  tuvo  Maria  Santísima  que  merecer,  ni  tuvo  progre- 
sos su  gracia?  quando  ai  autor,  que  diga,  que  en  quantas  respirasiones  tu- 
vo la  Señora,  fue  mereciendo,  y  aumentando  la  gracia,  pero  que  mucho, 
si  muchos  dicen  fue  infinita.  Mire  aora  el  Theologo  de  Alcalá,  si  Maria 
Santísima,  aun  fuera  del  primer  instante  de  su  ser  concebida  en  gracia,  tu- 
vo progresos  en  la  virtud.  Pasasse  luego  á  confesar  con  el  Virrey,  y  dice- 
le: confieso  a  V  Exa  (miren  que  confíteor  Ded)  que  siempre  acostado  dificul- 
tad á  mi  rudeza,  querer  el  Ciclo  ver  á  María  executar  esta  ley.  Esta  es  su 
confecion. 

Mas  de  aquesta  confession 

ya  se  vee  la  nulidad, 

pues  para  la  absolución 

de  el  ViRey  la  potestad 

no  tiene  Jurisdicion. 

Prosigue,  y  dice:  con  todos  los  soberanos  misterios  de  esta  Soberana  Seño- 
ra, anduvo  Dios  tan  galante  en  favorecerle,  que  la  preservó  de  humanas  co- 
munes leyes;  pues  como  permite  que  se  sugetc  á  vua  ley  común  en  el  misterio 
de  su  purificación?  Esta  duda  hade  ser  de  mi  oración  la  idea,  de  esta  ora- 
ción será  todo  el  asumpto  de  este  papel.  Mas  que  se  entiende  por  aquello  que 
Dios  anduvo  tan  galante  en  favorecerle?  porque  esto  de  galanteen  voz  mui 
impropria,  hablando  de  Dios,  porque  en  todos  sus  atributos,  no  me  darán 
alguno,  que  responda  á  esta  voz  galante;  liberal  si,  Omnipotente  si,  magni- 
fico si;  pero  galano,  que  es  voz  mui  baxa  para  Dios,  y  para  la  divinidad 
mui  impropria,  y  porque  vea  que  no  en  todos  los  demás  misterios  anduvo 
Dios  tan  galante,  (como  dice:)  que  la  preserbó  de  humanas  comunes  leyes? 
Vna  de  las  humanas  comunes  leyes,  es  la  de  el  morir:  statutum  est  homi- 
nibus,femcl  morí,  y  en  el  dia  de  el  misterio  de  Maria  Señora,  vna  de  las 
cosas,  que  selebra  la  yglesia,  es  su  muerte  presiosa,  porque  no  la  privile- 
gió, y  precerbó  de  la  muerte?  y  vea  aqui  el  Señor  Arzediano  falsificada 
toda  su  absoluta,  pues  no  en  todos  los  misterios  de  la  Señora,  la  preserbó 
Dios  de  humanas  comunes  leyes.  Pasa  á  dividir  su  asumpto,  y  dice:  Los 
dos  mas  principales  misterios,  que  publican  cu  Maria  tas  maiores  glorias, 
son  el  de  su  Purísima  Concepción,  y  felix,  y  dichosa  Natividad :  la  alabanza 
maior  de  estos  misterios,  consistió  en  no  sujetarse  Maria  á  humanas  comunes 

6 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIll. 


leyes.  Con  que  el  primer  discurso  de  su  sermón  es  comparar  á  Maria  San- 
tísima en  su  purificación,  con  la  misma  Señora  en  su  Concepción  esempta 
de  la  culpa  original;  en  su  purificación,  sujeta  á  la  ley,  y  para  esta  compa- 
ración, le  pide  su  permiso  á  el  Señor  Duque,  diciendole:  Permítame  V.  Exa. 
que  contraponga  a  Maria  con  ella  misma.  Gran  contra  pocision  !  contrapo- 
ner á  Maria,  con  Maria,  exponer  á  la  misma  Señora  en  su  contra,  y  enque 
misterio,  pudo  ser  Maria  contraria  de  si  misma?  aqui  siendo  esta  propocision 
á  el  parecer  mala,  huvo  menester,  para  decirla  la  permisión  de  Dios,  masque 
ladeel  Señor  Virrey,  y  porque  en  esta  contrapocision  de  Maria  con  Maria, 
como  contiene  dos  extremos,  si  por  el  vno  se  dá  la  bentaja,  por  el  otro  la  ha 
de  dexar  vencida,  y  querer  persuadir,  que  á  Maria  no  se  le  haze  agravio, 
y  ofensa  con  la  duda,  pues  cede  todo  en  su  alabanza  proprin,  como  la  du- 
da, es  la  contrapocision,  y  la  misma  duda  pudo  hazer  en  el  Hijo  si  predi 
cara  en  el  dia  de  la  Circuncisión,  y  de  la  Madre  pudo  hazer  la  misma  duda 
también,  pues  se  sujetó  á  la  misma  ley,  que  promulgó  Augusto  Cesar,  de 
que  todo  el  Orbe  se  empadronara  á  lo  que  se  sujetó  Maria  S?  Exit  edic- 
tiim  á  Cesare  Augusto,  vt  scribcretur  vniversus  Orbis;  ascendit  autcm  Joseph, 
citm  Maria,  y  sobre  estos  misterios  pudo  hazer  la  misma  duda,  y  sin  qui- 
tar vna  letra  encaxar  todo  el  sermón,  que  como  es  de  communi  hace  á  todo. 
Llega  á  la  inmediata  de  proponer  su  duda,  para  declarar  su  idea,  y  excla 
ma:  Disimulad  mi  Dios  que  pregunte  mi  cortedad  viscaina,  y  á  la  verdad 
que  es  viscaina  la  cortedad,  y  la  pregunta  también,  (la  pregunta  es)  y  pues, 
si  la  libra isteis  de  comunes  leyes,  á  el  concebirse,  como  permitís,  que  se  su- 
jete d  la  ley  coman  de purificarsse.  Yo  se  la  responderé,  solo  con  decirle: 
que  en  sentencia  de  gravissimos  Padres  (como  después  veremos)  de  hecho 
Maria  Santissima  estuvo  libre  de  la  purificación,  sin  que  le  obligasse  la 
ley,  porque  aquella  fue  vna  obra,  que  hizo  la  Señora  de  su  pereroracion, 
y  vna  ceremonia  extrinceca,  y  exterior,  que  qualquiera,  que  conosiera  su 
pureza,  y  penetrara  aquel  profundo  exemplo  de  humildad,  conosiera,  que 
por  concebida  en  gracia,  y  por  haver  quedado  Virgen  después  de  el  parto, 
no  tenia  obligación  de  sujetarse  á  aquel  precepto;  pero  sino  librara  Dios 
á  Maria  de  comunes  leyes  á  el  concebirse  veré,  et  realiter  Maria  S^  se  hu- 
biera concebido  en  culpa  original,  que  era  formalmente  contra  su  crédito, 
y  por  esso  la  libró  de  humanas  leyes  á  el  concebirse;  y  permitió  el  que 
fuera  á  purificarse,  porque  la  purificación  era  seremonia,  y  la  concepción 
era  realidad,  y  con  eso  puede  respondersse  á  lo  corto,  y  á  lo  viscaino.  Con 
esa  misma  razón  se  puede  responder  también  á  lo  que  dicen  los  Santos 
Padres  aserca  de  exeptuar  á  Maria  de  aquella  ley  en  la  Concepción,  que 
fue  porque  estaba  predestinada,  para  ser  Madre  de  Dios,  porque  por  la 
misma  razón  estaba  ecempta  de  la  ley  de  la  purificación:  con  que  no  tiene 
entrada  su  duda,  ni  su  dificultad,  y  para  que  se  sepa  todo  lo  que  ai  en  este 
misterio,  Digo:  que  Maria  SI1  fue  á  el  templo  á  purificarse,  por  tíos  razo- 
nes: la  primera,  por  dar  exemplo  en  la  obediencia,  aunque  no  habla  la  ley 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

43 

con  Maria  S?  como  dice  el  Benerable  Veda.  La  segunda:  por  vna  profun- 
da humildad;  como  dice  Augustino.  La  tercera:  por  evitar  el  escándalo, 
como  dice  San  Lorenzo  Justiniano.  La  quarta:  por  imitar  á  su  Hijo,  que 
sin  obligarle  la  ley  de  la  circuncisión,  se  sujetó  á  el  cuchillo,  como  dice  San 
Bernardo.  La  quinta:  por  ocultarle  á  el  Demonio  el  misterio  de  la  Encar 
nación,  como  dice  Gofrido  Abad.  La  sexta  como  dice  el  citado  Abad  por- 
que no  se  entendiesse,  que  por  Madre  de  el  que  impuso  la  ley  le  quería 
eceptuar.  La  séptima:  hazer  esa  obra  de  su  pererogacion,  como  dice  Pe- 
dro Becense.  La  octaba:  por  hazersse  mas  agradable  ante  Dios,  con  aque- 
lla obra,  como  quiere  Ricardo.  La  nona:  para  darnos  exemplo,  de  que, 
aunque  estemos  mui  purificados,  aspiremos  á  ser  mas  limpios,  como  dice 
Santo  Thomás.  La  desima:  para  que  por  medio  de  mas,  y  mas  purifica 
dones,  aspiremos  á  mas  santidad,  como  dice  el  citado  Bernardo.  La  vnde 
cima:  porque  quiso  monstrar  la  charidad,  que  tenia  á  Dios,  obserbando 
vna  ley,  que  no  le  obligaba,  como  dice  San  Matheo.  La  duodécima:  por- 
que como  tenia,  que  temer,  que  havia,  que  purificar,  no  quiso  su  santidad 
huir  de  la  ley,  que  mandaba  la  limpieza,  para  que  la  misma  ley  adorara  á 
la  Señora,  por  mas  limpia,  como  dice  San  Juan  Chrisostomo,  y  vea  aqui 
el  Sr.  Coscojales  porque  permitió  Dios,  que  se  sujetara  Maria  á  la  ley  de 
purificarsse,  habiéndola  librado  de  comunes  leyes  á  el  concebirse.  Pero 
de  la  duda  pasa  á  la  prueba,  y  alli  dice:  á  la  prueba,  como  quien  dice  á  las 
obras  me  remito,  y  trae  la  de  el  Eclesiástico,  en  que  hablando  de  el  Sol 
dice:  Magnas,  qui fecit  illum  in  sermonibus  suis  festinavil  iter  (ó  que  po- 
co tiene  de  Sol  en  sus  sermones  el  Arzediano)  y  porque  el  Sol  en  los  ser- 
mones de  Dios  se  apresura,  festinavit  iter,  pero  el  Arzediano  con  los 
sermones  de  la  Virgen  se  para.  Haze  su  concepto,  y  de  todo  su  Sermón 
es  lo  menos  malo,  que  algo  le  hemos  de  alabar,  aunque  sea  por  lo  nega- 
tivo, y  ofresiendosele  alli  á  su  ignorancia,  vna  replica  de  la  solusion,  la  que 
paresiendole  mala  dice:  menos  mal;  traelo  de  Vas  admirabile  de  el  Ecle- 
siástico, dice  mexor.  La  primera  solusion  supuso,  que  era  mala,  y  no  pa- 
resiendole vien,  dio  otra  después,  que  no  le  paresio  tan  mala,  y  dixo:  me- 
nos mal;  no  quedó  contento  con  esta,  y  dixo:  mexor,  y  este  es  solesismo, 
no  solo  en  la  Rethorica  sino  en  la  lengua  castellana,  porque  si  en  la  pri- 
mera prueba  le  pareció  mal,  y  la  segunda  menos  mal,  después  de  mal,  y 
menos  mal,  no  se  sigue  mexor,  lo  mas  que  pudiera,  era  menos  mal. 

Mas  en  aqueste  Orador, 
de  vanidad  todo  lleno 
como  podrá  ser  lo  bueno 
donde  lo  mexor,  es  peor? 

Pero  á  el  fin  de  lo  mexor  concluie  el  puncto  diciendo:  Pero  ó  gran  Dios! 
en  el  mismo  rendimiento  de  purificarsse  Maria,  está  fundada  la  tnaior  exe- 
lencia  de  su  pureza,  y  otra  vez  á  la  prueba,  (como  quien  dice  manos  á  la 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XV ni 

44 

obra),  la  prueba  es  vna  autoridad  de  el  Angélico  Dr.  S.  Thomás,  en  que 
hablando  de  el  Sacramento  Eucharistico,  dixó:  que  era  el  maior  de  los 
milagros  que  obró  Christo:  miraculorum  ab  ibso  /(retoñan  máximum,  y 
cita  á  el  Santo  á  el  margen  diciendo:  Divus  Thomas  in  lec.fest.  Ene  Santo 
Thomás  en  las  lecciones  de  la  Eucharistia.  Las  hallará  Vmd.  en  el  opúsculo 
sinquenta  y  siete:  y  ha  de  saber  Vmd  que  S.  Thomás  Dr.  Angélico,  fue 
devotissimo  de  el  Sacramento  Eucharistico,  y  tanto  que  á  instancias  suias 
instituid  el  Papa  Vrbano  Ouarto,  la  fiesta  de  el  Corpus,  y  le  mandó  á  el 
Santo,  que  compusiera  el  oficio,  como  lo  hizo,  y  assi  amigo  mió  la  cita  no 
ha  de  ser  de  el  Breviario,  sino  de  el  opúsculo,  porque  de  este  se  trasladó 
á  el  Breviario,  no  á  la  contra.  Si  Señor  por  cierto  que  le  traerá  grande 
crédito  á  el  Santo  Dr.  la  cita  de  Vmd.  en  esta  materia,  quando  lo  tiene  tan 
grangeado  en  toda  su  sabiduría,  y  en  espesial  en  esta  de  Eucharistia;  so 
bre  que  escribió  con  grande  acierto,  y  aprobasion  de  el  mismo  Christo, 
onze  questiones,  y  quarenta,  y  ocho  artículos,  como  si  bien  los  busca  Vmd. 
los  hallará,  si  acaso  no  los  vio  en  Alcalá,  cuando  aquella  Cathedra  apro- 
priada,  é  impropria.  Mas  preguntando  en  que  consiste  ser  este  el  maior  mi 
lagro?  responde:  algunas  veces  lo  habrás  oido.  Si  Señor,  no  solo  algunas, 
sino  muchas  vezes,  y  mucho  mexor  traido,  y  mas  á  el  proposito,  y  mas 
bien  entendido,  porque  la  razón  de  Vmd.  en  el  Sacramento,  es  en  lo  que 
se  ve  distante,  de  lo  que  se  adora.  Que  es  lo  que  se  mira?  pan,  y  que  es 
lo  que  se  adora?  vn  Dios,  pues  que  maior  milagro  puede  haver  dice  el  Án- 
gel de  las  Escuelas  (y  tal  cosa  no  dice,  ni  quiere  decir  el  Ángel)  que  vn 
prodigio  tan  soberano,  donde  lo  que  se  vee  es  tan  distante  de  lo  que  se 
adora,  y  resuelta  esta  propocision,  equivale  á  esta:  el  Sacramento  de  la 
Eucharistia  es  el  maior  de  los  milagros,  pues  siendo  vno  solo,  porque  es 
lo  que  no  párese,  y  párese  lo  que  no  es?  es  Dios,  y  parece  pan;  y  si  por 
ser  lo  que  no  párese,  y  parecer  lo  que  no  es,  es  el  maior  milagro,  lo  pro- 
prio  pudiera  decirse  de  el  vicio  de  la  hipocrecia,  donde  vna  cosa  es  lo  que 
es,  y  otra  lo  que  paresse;  en  el  mismo  opúsculo  da  el  Santo  la  razón:  por- 
que el  Sacramento  de  la  Eucharistia  es  el  maior  de  los  milagros,  pues  sien- 
do vno  solo,  es  figurarum  vi  te  ruin  impletivum,  solatium  singularc  post 
eontristatis  su  ce  passionis  memoriali  percmmne ;  in  ibso  uamque  pañis,  ct  vi- 
num  in  Christi  corpus,  ct  sauguineni  substantialiter  convertuntur ;  mandil 
eatnr,  sed  minime  laceratur  quin  immo  divisso  Sacramento  sub  qualibet 
divisionis  partícula  integer  perceberat ,  accidentia  si  une  subido  in  eodeni 
subsistuut.  Vea  Vmd.  donde  hallará  en  todas  estas  palabras  la  razón  de 
ser  el  maior  milagro  por  ser  vna  cosa,  y  parecer  otra,  y  si  Vmd.  en  su  Ser- 
món nos  decia,  que  haviamos  de  oir  la  Theologia  de  Alcalá,  y  en  todo  el 
no  trae  otra,  sino  esta,  y  la  que  veremos  después  dándonos  Dios  vida,  y 
salud,  contra  el  Hereje  Elvidio;  ambas  á  dosTheologias  son  mui  comunes 
por  acá,  que  las  saben  los  Niños  de  la  escuela,  y  de  la  doctrina.  Prosigue 
diciendo:  aun  mexor  lo  explica  el  Santo.   Y  la  esplicacion  es  la  de  la  se- 


BIBLIOGRAFÍA  MEXICANA  DEL  SIGLO  XVlll. 

45 

quencia  de  la  missa  del  Corpus:  quod  non  capis,  qnod  non  vides  animosa 
firmat  fides  prceter  Retum  ordinem,  para  comprobar  que  á  el  purificarsse 
Maria,  se  vee  contra  su  pureza,  este  misterio  es  mas  milagroso,  que  el  de 
su  Concepción,  porque  en  su  Concepción  es  lo  mismo  que  se  mira,  y  assi 
concluie:  Esta  misma  es  la  razón  que  convence,  que  en  Maria  excdc  el  pro- 
digio de  purificarse,  á  el  grande  misterio  de  concebirssc.  El  purificarsse  Ma- 
ria Sma.  fue  vna  exterior  seremonia,  el  concebirsse  sin  peccado  fue  una 
realidad:  pues  como  será  posible,  que  ecxeda  vna  seremonia  á  una  reali- 
dad? La  gracia  de  la  Concepción  fue  gracia  santificante,  la  seremonia  de 
purificarsse  fue  mérito,  para  aumentar  mas  gracia;  pues  como  el  mérito, 
que  aumento  Maria  Sma.  de  gracia  en  su  purificación  pudo  ecxeder  á  la 
gracia  santificante  en  su  Concepción  ?  yo  quisiera  oirle  explicar  este  ecxeso, 
para  salir  de  este  escrúpulo,  Pero  ya  vuelve  para  satisfacernos,  á  las  voces 
de  Santo  Thomas  diciendo:  que  no  extrañe  sn  auditorio,  porque  el  esta  obli- 
gado y  quiere  serle  agradesido.  Que  obligación  será  esta,  en  que  le  está  á 
S.  Thomás?  y  qual  será  el  agradesimiento,  sin  duda  que  nos  quiere  dar 
á  entender,  que  es  Thomista,  y  yo  se  lo  creyera  como  fuera  mas  solido, 
mas  agudo,  mas  docto,  según  aquella  epístola  de  el  Doctissimo  Fray  Do- 
mingo Lopes  Dominicano,  que  recomendándole  á  un  amigo  suio,  dice: 
Amicum  salutat,  vsque  semper  doctrinae  sit  Auditor  vt  evadat doctior  pero 
aqui  en  lo  que  el  Arzediano  lo  muestra,  es  solo  en  aquella  cita  de  el  Bre- 
viario, y  en  esta  de  la  sequencia,  y  con  pocos  textos,  y  mui  comunes,  para 
glosarsse  Thomista,  pues  es  una  doctrina  en  que  todos  lo  son,  aunque  no 
sean,  y  este  agradesimiento  paresse  mui  poco,  porque  es  de  poco  trabaxo 
pues  con  rezar  el  oficio  de  el  dia  de  corpus,  y  decir  missa  esta  hecho  el 
costo,  porque  en  la  missa  está  la  cita  de  la  sequencia,  y  en  el  oficio  la  de 
el  Breviario.  En  fin  oigamos  el  agradesimiento,  para  pagar  esta  obliga- 
sion:  Dice  alli:  Para  otro  ecxeso  es  el  Sacramento  el  maior  milagro  de  Je 
sitchristo, porque  entiendan  vien  del  Santo.  Sin  duda  que  es  darnos  á  enten- 
der vien  á  Santo  Thomas,  es  el  agradesimiento,  conque  le  paga  la  obliga- 
ción, porque  asta  que  el  vino,  no  havia  por  acá,  quien  entendiera  bien  á  el 
Sancto,  pero  á  el  buen  entendedor  pocas  palabras  le  bastan.  Veamos  vien 
como  la  entiende.  Quod  non  capis,  quod  non  vides,  animosa  firmat  fides, 
porque  en  el  Sacramento  se  ere  firmemente,  lo  que  no  se  mira?  de  aqui  nos 
haze  pasar  á  la  purificación  de  Maria,  que  es  lo  que  se  ere?  pureza,  y  que 
es  lo  que  se  mira?  vna  seremonin,  que  en  lo  natural  parece  mancha,  pues 
qual  es  mas  en  los  rendimientos  de  nuestra  fee?  crer  lo  que  no  vemos, 
quod  non  vides,  ó  crer  lo  contrario  de  lo  que  miramos?  la  respuesta  es  fácil: 
mas  rendimientos  /tarjemos,  creiendo  lo  contrario  de  lo  que  vemos,  que  creieu- 
do  solo,  lo  que  no  miramos.  A  esta  respuesta  tan  fácil  se  dá  por  respuesta 
esta  solusion:  mas  rendimientos  hazemos  creiendo  lo  contrario  de  lo  que 
vemos,  que  creiendo  solo,  loque  no  miramos:  accidentaliter,  concedo;  subs- 
tantialiter  negó.    Aquel  pan,  que  accidentalmente  vemos,  porque  vemos 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

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los  accidentes,  ecensial,  y  substancialmente  es  el  mismo  Christo,  aquien 
adoramos,  y  aunque  en  la  Eucharistia  accidentaliter y  creemos  contra  lo  que 
vemos;  es  lo  mismo  que  adoramos,  porque  el  pan  consagrado  aceidentali- 
ter  es  pan,  y  eceneialiter,  et  substantialiter  es  Christo.  Dice:  que  la  razón 
que  dá  es  la  de  Santo  Thomas:  crer  lo  que  no  miro,  es  un  crer  fuera  de  el 
orden  común;  crer  contra  lo  que  veo,  es  contra  todo  orden  natural,  y  mas 
es  creer  contra  todo  estilo  de  naturaleza,  que  crer  fuera  de  aquello,  que 
comunmente  se  estila.  Señor  Dr.  ai  vnas  cosas,  que  son  intra  ordinarias, 
otra  que  son  extraordinarias,  vnas  que  son  propter  ordinarias,  y  otras  que 
son  supra  ordinarias,  Como  Vmd.  estudiaría  en  Alcalá,  y  si  acaso  estudio 
el  collectivo,  de  el  ente  sobre  natural,  las  que  son  intra  ordinarias  son  las 
cosas  naturales,  las  que  son  extraordinarias  son  las  que  salen  de  el  orden 
común,  las  que  son  propter  ordinarias,  son  aquellas,  que  ni  de  el  todo  son 
naturales,  ni  de  el  todo  eexeden  el  orden  de  la  naturaleza,  las  que  son  su 
pra  ordinarias  son  las  sobre  naturales,  y  lo  son  porque  eexeden  el  orden 
de  la  naturaleza,  participan  de  Dios,  como  Trino,  y  assi  se  hazen  divinas, 
y  aqui  el  preeter  Rerum  ordinem,  pues  es  cosa  sobrenatural  y  no  fuera  de 
el  orden  común,  como  dice  Vmd.  el  que  el  pan  se  convierta  en  el  cuerpo 
de  Christo,  que,  es  lo  que  non  capimus,  nec  vidintus,  et  adora-mus,  y  assi 
pues  Vmd.  le  está  tan  obligado  á  Sto.  Thomas,  y  se  le  quiere  monstrar 
agradesido,  no  diga,  que  es  fuera  de  el  orden  común,  lo  que  es  vna  cosa 
tan  sobrenatural. 


PUNCTO  VIII? 

En  que  se  divide  el  mismo  puncto. 

Prosigue  el  mismo  puncto:  el  octavo  no  lebantarás  falzo  testimonio,  ni 
mentiras,  y  pues  estamos  en  el  octavo  puncto,  como  se  abra  visto  en  todo 
este  escrito  no  ai  que  temer,  se  halla  quebrantado  este  mandamiento,  pues 
se  ban  citando  las  palabras  de  el  Autor  letra,  por  letra,  paraque  no  nos 
dexen  mentir,  y  por  no  hazer  el  punto  pasado,  demasiadamente  largo,  lo 
he  querido  dividir  en  otro  punto,  empesando  á  ponderar  aquella  senten- 
cia de  el  grande  S.  Dionisio.  Dice  pues  aquel  Autor  inventor  Americano 
de  los  Sermones,  vna  sentencia  de  S.  Dionisio,  verbigracia,  como  la  vez 
pasada  á  S.  Thomas  á  el  margen,  in  lectionibus  Breviari  Romani:  en  las 
lecciones  de  el  Breviario  Romano,  el  Breviario  la  sacó  de  la  epístola  se- 
tenta, que  á  Policarpio  escribió  S.  Dionisio,  y  le  aseguro  á  Vmd.  que  es 
vna  de  las  mas  elegantes,  que  escribió  el  Santo,  y  assi  para  otra  vez  cite 
Vmd.  la  epístola,  y  no  el  Breviario,  y  las  autoridades  de  los  Santos,  no  se 
citan  porque  están  en  el  oficio,  sino  en  sus  libros :  Las  palabras  de  la  auto- 
ridad son:  aut  Deus  nam  que  natura  patitur!  aut  mundi  machina  dissol- 
viturl  Dixó  (dice  el  Dr.  Cathedratico)  á  el  ver  las  tinieblas,  que  obseure- 


BIBLIOGRAFÍA  MEXICANA  DEL  SIGLO  XVIll. 

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sieron  á  el  mundo  en  la  muerte  de  Jesuchrislo;  ó  el  Dios  de  la  naturaleza 
padcsse,  ó  la  machina  del  mundo  se  destruie.  Yo  quisiera  saber  de  donde 
infiere  el  Santo  esta  destrucción  de  el  mundo?  responderá:  que  de  ver  que 
al  medio  dia  se  pone  el  Sol  Tenebrce  facta  sunt  super  vniversum  pero  esta 
respuesta  padesse  vna  grandissima  instancia:  en  la  mañana  de  la  resurrec- 
ción, madrugó  el  Sol  á  lucir,  valde  mane  orto  iam  Solé,  mucho  antes  que 
otras  vezes,  pues  si  la  grande  Astrologia  de  S.  Dionisio  infiere  tanto  pro- 
digio de  ver  que  el  Sol  tan  antes  de  tiempo  muere;  como  no  infiere  lo  mis- 
mo de  ver,  que  el  Sol  tan  anticipado  nace?  Este  es  á  el  pie  de  la  letra  el 
texto,  sobre  que  ba  aora  el  comento,  y  antes  que  llegemos  á  su  respuesta 
daré  yo  dos  á  su  duda,  vna  fundada  en  la  escriptura,  y  otra  en  la  conjetu- 
ra. Es  verdad  que  en  la  mañana  de  la  Resurrección  madrugó  el  Sol  á  lu- 
cir, pero  fue  el  de  Justicia  Christo,  de  quien  dixo  el  Propheta  para  este 
dia  orietur  vobis  Sol  iustitice,  y  assi  lo  entiende  la  glosa  interlineal  valde 
mane  orto  iam  Solé,  id  est  Christo,  que  fue  decir  el  Evangelista,  que  la  re- 
surrección de  el  Sol  de  Justicia  Christo,  fue  este  dia  mui  de  mañana,  no 
que  el  Sol  material  madrugó  mas  sino  que  quando  despuntó  el  Sol  mate- 
rial en  el  Oriente,  ya  el  Sol  de  Justicia  Christo,  havia  salido  de  el  sepulcro: 
por  mas  señas  que  discurriendo  S.  Pedro  Crisologo,  que  aquel  dia  havia 
salido  antes  que  otras  veces  el  Sol  para  congratular  la  Resurrección  de  el 
Sr.  erant  iuxta  naturam  tenebres,  et  tamen  dicitur  orto  Solé,  quasi  Christo 
resurgente  congratulans  ante  lucanus  f ruges,  et prius  sólito  exortus  est.  Dice 
el  Padre  Cornelio  alli  estando  el  Santo:  ita  ipsepenes quem  huius  Regisfides 
sit,  y  assi  lo  dice  el  Crisologo,  el  vea  como  lo  dice,  alia  lo  crea,  y  alia  se 
lo  halla.  Y  si  aun  S.  Pedro  Crisologo  no  se  le  pasa  interpretasion  de  nacer 
el  Sol  el  dia  de  la  Resurrecsion,  antes  de  los  demás  dias,  como  se  lo  po- 
dremos pasar,  á  quien  tiene  tan  poco  de  Crisologo,  como  es  N.  Arzediano. 
La  segunda  respuesta  es  conjetural,  pero  jenuina,  y  se  responde  á  ella :  que 
dado  caso,  que  el  Sol  huviera  salido  aquel  dia  antes  del  tiempo  común,  en 
que  á  constumbra  salir,  no  le  hizo  fuerza  á  S.  Dionisio  la  salida  de  el  Sol, 
y  las  tinieblas  si,  porque  estas  fueron  á  el  medio  dia,  la  salida  de  el  Sol 
mui  de  madrugada,  y  como  á  la  zason  S.  Dionisio  era  Gentil,  hombre  re- 
galón. Togado  de  Atenas,  y  de  su  Areopago,  y  persona  de  mucha  auto- 
ridad y  aesa  ora  estaba  durmiendo,  y  no  supo  si  el  Sol  havia  amanesido 
tarde,  ó  temprano,  y  por  eso  á  su  grande  astrologia  no  le  hizo  fuerza,  que 
el  Sol  tan  anticipado  nasiesse,  porque  no  lo  vio,  y  las  tinieblas,  que  fueron 
á  el  medio  dia  las  vio  por  sus  ojos.  Respondido  assi  á  su  duda,  veamos 
que  discurre  N.  Astronómico  Archidiácono.  Dice:  discurre mi cortedad \  que 
en  la  misma  astrologia  fundaría  el  Santo  la  diferencia.  Duro  caso  es  que 
el  Arzediano  quiera,  que  la  astrologia  de  S.  Dionisio,  lebante  figuras  en 
este  caso,  no  haviendose  lebantado  de  la  cania.  Dice  pues:  nacer  el  Sol 
mas  temprano,  es  fuera  de  ¿o  común,  que  se  estila,  pero  en  la  naturaleza  no 
tiene  razón  natural  que  se  le  oponga.   No  puede  ser  maior  desatino,  que  mas 


BIBLIOGRAFÍA  mexicana  DEL  SIGLO  XV 1 11. 

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razón  natural  se  puede  oponer,  que  haver  puesto  Dios  para  presidente  de 
el  dia  á  el  Sol.  vt  prcesset  dieit,  que  mas  razón  natural,  que  haverle  puesto 
Dios  para  dividir  el  dia  de  la  noche,  para  diferencia  de  los  tiempos,  para 
termino  de  los  dias,  para  computo  de  los  años,  dividant die ac  nocte sintque 
in  signa,  et  témpora,  et  dies,  et  anuos,  como  andaría  el  mundo,  y  los  cielos, 
si  no  tuviera  el  Sol  este  regular  movimiento,  (que  no  lo  quiero  llamar  es- 
tilo, porque  aqui  es  nombre  improprio!,  como  se  entendieran  los  dias,  los 
meses,  los  años,  sino  huviera  razón  natural,  que  se  le  opusiera  á  el  Sol, 
para  que  según  los  tiempos  naciera  á  tal  ora  determinada,  y  el  tiempo, 
que  gasta  según  la  región,  y  signo  que  visita,  y  de  ai  es  que  la  Luna  en 
vn  mes  anda  todo  el  globo,  para  lo  qual  á  menester  el  Sol  un  año,  y  por 
eso  fue  milagroso  el  caso  de  Josué,  donde  el  Sol  se  paró,  y  el  Arzediano 
también,  sin  ser  sol,  ni  milagro  el  que  sé  parasse;  por  eso  fue  milagro  el 
caso  de  Ecxequias,  quando  retrocedió  el  Sol  aquellas  dies  lineas,  y  por 
eso  fuera  milagro  el  dia  de  la  Resurrección,  el  que  saliera  antes  el  Sol,  si 
acaso  huviera  salido.  Ahora  se  sigue  lo  mexor,  que  dice:  pero  el  Eclipse 
de  Sol.  fue  contra  todas  leyes  de  naturaleza.  Absolutamente  hablando,  no 
ai  cosa  mas  natural  en  toda  la  astrologia,  y  en  los  Planetas,  que  los  Eclip- 
ses, tan  sin  natural,  que  el  Astrólogo,  que  en  su  almanaque  hierra,  y  no 
da  con  los  Eclipses,  no  es  Astrólogo,  porque  los  Eclipses,  son  el  A.  B.  C. 
de  la  Astrologia,  vien  que  en  este  Eclipse  como  después  veremos  fue  so 
brenatural,  mas  no  por  las  razones,  que  nuestro  Arzediano  da,  que  son  por 
ser  la  ora  de  el  medio  dia,  y  en  menguante  de  Luna.  No  por  haver  sido 
á  el  medio  dia  porque  á  esta  ora,  ya  hemos  visto  muchos  eclipses  de 
Sol,  aunque  no  totales;  no  porque  fue  en  menguante  de  Luna,  porque 
este  Eclipse  fue  en  la  llena  de  el  primer  mes,  que  los  Hebreos  llamaban 
Nisan,  y  corresponde  á  nuestro  mes  de  Marzo,  y  la  muerte  de  Christo 
S.  N.  fue  en  la  llena  de  el  mes  de  Marzo,  y  esa  es  la  causa  de  haver  re- 
rebuelto  la  Astrologia,  viendo,  que  la  Pasqua  de  Resurrecsion  caiga  en  el 
mes,  y  luna  de  Marzo,  por  eso  son  vnas  quaresmas  altas,  y  otras  baxas: 
mire,  como  havia  de  fundar  S.  Dionisio  en  la  Astrologia  su  discurso,  quan- 
do lo  huviera  hecho.  Fue  pues  el  Eclipse  milagroso,  y  las  tinieblas  insó- 
litas, prodigiosas,  y  sobre  naturales,  por  estas  razones,  que  voi  á  dar,  no 
mias,  sino  de  S.  Dionisio:  fue  milagro  porque  de  la  interposición  mila- 
grosa de  la  luna  entre  el  Sol,  y  la  tierra,  se  originó  este  Eclipse,  fue  mi- 
groso,  porque  no  estaban  entonces  de  opocision  la  Luna  y  el  Sol,  y  re- 
pentinamente se  opusieron,  fue  milagroso,  porque  la  Luna,  por  tres  oras, 
se  opuso  á  la  media  linea  de  el  Sol,  fue  milagroso,  porque  viniendo  de 
Oriente  á  Poniente  el  Sol  en  aquella  ora,  se  halló  como  en  el  Ocaso,  y 
acabadas  las  tres  oras,  retrocedió  á  ponerse  en  el  lugar  que  tenia  á  las 
tres  de  la  tarde,  fue  milagroso,  porque  no  previno  el  resesso  por  la  par- 
te de  el  Sol,  sino  por  la  es  diametra  opuesta,  fue  milagroso,  porque  este 
Eclipse,  fue  en  el  lleno  de  la  Luna  de   Marzo,   y  no  en  la  menguante, 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIll. 

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como  su  merced  dice,  y  en  el  lleno  de  la  Luna  no  puede  haver  Eclipse  de 
Sol,  porque  están  mui  distantes  los  dos  Planetas,  prodigioso  porque  duró 
tres  oras,  quando  otros  Eclipses  de  Sol  duran  mui  poco :  eo  quod Luna  so- 
lí taiigens  celerrime  moveatur,  ct  solem  pertranceat,  prodigioso,  porque  la 
Luna  suele  moverse  de  occidente  á  oriente,  y  aqui  sucedió  á  el  contrario, 
prodigioso,  porque  siendo  la  Luna  menor  Planeta,  que  el  Sol,  no  puede  en 
ningún  Eclipse  encubrir  toda  la  fuerza  de  el  Sol,  y  aqui  fue  total,  como  en 
Egipto  las  tinieblas  de  la  plaga  de  Faraón,  prodigioso,  porque  á  el  tiempo- 
de  el  Eclipse  las  estrellas  se  aparecieron  en  el  Cielo.  Vea  con  tantos  pro- 
digios, y  milagros  el  nuebo  Astrólogo,  si  el  Eclipse  de  el  Sol  fue  contra  to 
das  las  las  leyes  de  la  naturaleza,  tanto  por  ser  la  ora  del  medio  dia,  como 
porque  fue  en  menguante  de  Luna,  quando  ni  vna,  ni  otra  razón  es  prodi- 
giosa, sino  disparatadas,  y  mas  oiendo  de  S.  Dionisio  tantas,  que  por  eso 
predicando  en  Atenas  el  Apóstol  S.  Pablo,  y  diciendo  que  á  el  morir  Chris- 
to  se  havia  obscurecido  el  Sol  se  convirtió  S  .Dionisio  á  nuestra  S.  fee,  cla- 
mando que  havia  sido^testigo  de  las  tinieblas  de  el  Sol  viéndolas  por  sus 
ojos. 

Portcutum  cceli  llamó  Séneca  á  la  Luna,  prodigio  grande  de  el  Cielo: 
assi  lo  dice  el  Séneca  de  Alcalá  en  su  sermón,  yyocomosoi  ingenuo  con- 
fieso con  verdad,  que  en  seis  dias,  que  he  buceado  donde  traiga  Séneca  es- 
tas palabras  no  he  podido  encontrarlas,  hacenos  mucha  malaobra  en  no 
haber  puesto  la  cita:  pero  como  Séneca  á  el  fin  fue  Gentil,  sino  es  verdad 
que  fue  Discípulo  oculto  de  S.  Pablo,  no  es  Autor  que  puede  hallarse  en 
el  Breviario,  dexónos  sin  cita  su  autoridad,  para  ver  donde  dice  Séneca  con 
la  Astrologia  que  aquellas,  que  vemos  como  manchas  son  las  partes  mas 
diafanas,  y  christalinas  de  la  Luna,  y  yo  no  lo  he  de  crer  hasta  verlo  en  Sé- 
neca, ni  que  vn  hombre  tan  estudioso,  como  el  dixera,  que  la  luna  era  el 
portento  de  el  cielo,  porque  aquellas  que  vemos  como  manchas,  son  las 
partes  mas  diafanas,  y  cristalinas  de  la  Luna,  y  hablando  desapasionadamen- 
te, que  portento  este  para  el  cielo!  Algunos  dicen,  como  el  Padre  Clavio, 
y  otros  Astrólogos,  que  aquellas  manchas  de  la  luna,  no  solo  no  son  las 
partes  mas  diafanas  de  ella,  sino  las  más  crasas,  porque  lleban,  que  aquella 
es  la  porción  de  tierra,  de  que  fué  criada  la  Luna.  Otros  afirman,  que  alli 
está  el  Paraíso  terrenal,  y  que  aquellos,  que  alli  parecen  manchas,  son  Ríos, 
Arboles,  Montes  &.  Otros  dicen  mili  delirios,  que  los  puede  ir  á  buscar  en 
vn  libro,  que  escribió  Clemente  Stinc  de  los  Planetas.  Fuera  de  que  á  mi 
no  se  me  da  nada  que  lo  diga  Séneca,  ni  quiero  crer,  que  el  Cielo  es  por- 
tentoso por  estar  partes  cristalinas,  que  parecen  manchas 

Poco  me  debiera  mi  auditorio  (prosigue  el  Dr.  Coscojales)  si  se  quedara 
en  sola  esta  aplicasion  mi  discurso  ;  quiero  que  me  deba  mas  ingenioso  tra- 
baxo.  Veamos  el  trabaxo,  y  veamos  el  ingenio,  que  como  sea  de  ingenio 
yo  le  concedo  el  trabaxo,  poique  el  dia  de  oi  son  los  trabaxos,  para  los  in- 
geniosos. Dice  pues:  Negó  el  Blasfemo  Elvidio  la  purissima   integridad  de 

7 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

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Mana,  afirmando,  que  era  imposible,  quedar  purissima  Virgen,  siendo  ri- 
gorosa Madre;  para  convencer  a  el  Hereje,  y  hacerle  patente  la  purissima 
integridad  de  Maria,  he  buscado  clarissimos  textos,  en  la  Escriptura,  y  el 
que  mas  claramente  la  persuade  es  el  mismo,  con  que  el  Hereje  se  opone.   Vál- 
game Dios  que  diria,  y  que  diera  el  Dr.  Máximo  S.  Gerónimo  por  resu- 
citar aora  á  ver  conseguido  por  el  Dr.  Coscojales,  lo  que  el  Sto.  no  pudo 
con  toda  su  oración,  y  todo  su  estudio,  que  fue  convencerá  el  Hereje  El- 
vidio,  con  quien  sobre  estas   materias  tuvo,  tantas  disputas,  y  controver- 
cias,  tantas  replicas}'  argumentos,  tantos  textos,  y  razones.    Mas  antes  que 
á  su  cenzor,  oiga  el  Dr.  Coscojales  á  el   Sr.  S.  Augustin  arguiendole  á  el 
Hereje:   Hereses   stulte  vnde  sordos,  in  ea,q?ue  uee  concipiendo  libidiuem, 
nec pariendo passa  est  dolare.  Oiga  á  S.  Sipriano:   Maria  Genitrix,  et  obs- 
te trix  nullus  dolor,  nulla  natura  contumelia.   Oiga  á  S.  Bernardo:   Nihil 
in  ¡loe  concepta,  nihil  iu  hoc partu  impurumfuit,  nihil  ilicitum,  nihil púr- 
gandum,  nimiruin  cuín  proles  ista  fons  puritatis  sit,  et  purgationem  vene 
rit faceré  delictorum.    Mire   aora   el  Arzediano   si  á  estas  oras  estara  por 
convencer  el  Hereje  Elvidio,  y  lo  estará  aguardando,  para  que  lo  concluía, 
y  convenza.    Veamos  aora  el    texto,   que  á   penzado,  como  si  antes  no  lo 
hubiera  penzado  S    Gerónimo,  S.  Augustin,  y  S.  Gregorio,  S.  Juan  Chri- 
sostomo,  Theophilato,  y  todos  los  Padres,  y  es  el  mismo,  con  que  el  se  ar- 
guie,  assi  lo  dice:  quien  assi  arguie  es  el  Hereje:   Maria  se  purifica  según 
la  ley  de  Moisés  seeundum   legem    M oysi  luego  Maria  concibió  á  su  Hijo 
por  el  estilo  común,  con  intervención  de  varón,  porque  assi  lo  expresa  la 
misma  ley.    Diré,  y  citaré  la  ley  primero,  con   el  solesismo,  que  dixo,  en 
el  pulpito,  que  no  lo  dixera  vn  Hereje,  como  Elvidio,   y  luego  le  citaré 
con  otro  solesismo,  con  que  tres  vezes  la  imprimió  en  el  sermón.  Dixo  pues 
en  el  pulpito,  que  lo  oió  Dios,  y  todo  el  mundo.   Mulier  si  sucepto  semine 
parierit  maseulum  immuda  erit,  ya  sabe  que  el  parierit  es  solesismo,  y  ya 
que  en  el  sermón  no  imprimió  el  parierit  que  dixo  en  el  pulpito,  ai  mismo 
donde  cometió  el  pecado,  salió  tres  vezes  el  yerro  en  la  imprenta,  porque 
alli  imprimió  tres  vezes  en  lugar  de  el  parierit,  peperit,  las  dos  enmendan- 
do por  pluma,  y  la  vltima    vez  se  le  fue  el  parto,  y  dexó  peperit  que  con 
el  si,  que  lleba  á  subjuntivo,  es  el  tal  peperit  un  honrrado  solesismo  si  hay 
solesismo  que  sea  honrrado,  y  yo  Sr.   Arzediano  no  hede  crer,  que  quien 
hecha  solesismo,   pueda  convencer    Herejes,   y   es  caso   raro,   y   grande 
desgracia  que   adonde   hecho  el  solesismo  en  el   pulpito,  saliesse  otro  so- 
lesismo   en    lo  impreso,    lo  permitió  Dios  para   que  no  se  dijese,    que  era 
yerro  de  la  imprenta,  y   que  fuera   de   el  solesismo,  que  hecho  en  el  pul- 
pito, otro  solesismo   imprimiese.    Válgame  Dios  vn  solesismo  en  el  parto, 
y  otro  solesismo  después  de  el  parto,  que  partos  tan  aviesos! 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 
51 

En  dos  partos,  que  has  tenido 
tu  desgracia  ha  sido  igual, 
primero  pariste  mal, 
y  después  has  mal  parido. 

De  el  mal  parto,  vamos  á  el  buen  parto.  Dice  pues  el  catholico  de  el  Ar- 
zediano,  que  por  tal  le  tengo,  arguiendole  á  el  Hereje:  en  el  texto,  en  que 
discurres  la  mancha,  lias  de  ver  convencida  la  pureza,  mexor  fuera  decir 
has  de  ver  probada,  y  nos  dice  alli:  adviertan  aquel  si,  que  hace  el  man- 
dato coudisional,  y  el  no  advierte,  que  el  si  lleba  á  subjuntivo,  y  haviendo 
de  decir  pepererit,  dixo  peperit. 

En  tu  ignorancia  advertí, 
quando  aquel  si  nos  declaras 
que  Tu  mismo,  no  reparas 
también  en  el  mismo  si: 
pues  condicional  alli 
adviertes  executivo, 
y  pudiste  discursivo 
vn  solesismo  evitar, 
solamente,  con  mirar, 
que  el  si  lleva  á  subjuntivo. 

Dice  pues:  Adviertan  aquel  SI  de  el  texto:  si  sucepto  semine,  que  hace  el 
mandato  coudisional,  no  dice  absolutamente  Mulier,  ques  peperit.  (Peperit, 
dice  el  sermón,  ya  veo  que  es  solesismo,  pero  yo  lo  digo,  porque  lo  tras- 
lado) si  no  es  debaxo  de  condición  si  sucepto  semine.  Este  es  todo  el  texto, 
que  ha  penzado  su  ingenio,  y  su  trabaxo,  para  convencer  á  el  Hereje,  y 
esto  es  una  antiguaia,  que  la  penzará  vn  Niño  de  la  Escuela,  pues  no  ai 
Muchacho  en  tierra  de  Christianos,  que  no  sepa,  que  Maria  S.  concibió  por 
obra  del  Espíritu  Santo,  sin  obra  de  Varón;  conque  si  todo  este  es  el  tra- 
baxo costoso,  que  le  debió  el  Auditorio,  le  debió  muí  poco. 


PUNCTO   IX? 

De  el  segundo  discurso  de  el  sermón. 

Hasta  aqui  fue  el  careo  de  la  Purificación,  con  la  Concepción,  y  aora 
entra  el  segundo  puncto  careando  la  Purificación,  con  la  Natividad.  Dice 
el  Autor  de  los  sermones,  y  Juez  Superintendente  de  los  predicadores:  El 
segundo  misterio  que  publica  las  soberanas  glorias  de  Maria  es  el  de  su  fc- 
lisissimo  Nacimiento,  donde  anduvo  tan  generosa  la  Omnipotencia,  que  to- 
do jue,  prodigios,  y  maravillas;  pero  todas  tan  insigues,  como  excelentes  a 
humanas  leyes.   Nació  Maria  Hija  de  Juachiu,  y  Ana,  d  quienes  hizo  es- 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII 

52 

teriles  la  naturaleza,  porque  apezar  de  todas  las  leyes  humanas,  que  resis- 
tían, nació  esta  soberana  Aurora,  Aqui  dice:  que  Dois  dispensó  la  ley  de 
que  María  naciese  de  Padres  estériles,  y  Ancianos.  Y  en  otro  lugar  dice: 
que  nacer  María  contra  la  esterilidad  de  sus  Padres  es  singular  victoria. 
Supongo,  ó  admito,  que  nacer  de  Padres  estériles,  sea  contra  la  ley  de  la 
naturaleza,  en  que  ai  mucho,  que  aberiguar;  pero  este  nacimiento,  no  pu- 
do ser,  como  dice  el  Sr.  Doctor:  singular  victoria  en  Maria,  porque  que 
diremos  Sr.  Dn.  Diego  de  esta  ley,  y  de  esta  victoria  si  es  singular?  con- 
cedida también  á  Ysac  que  nació  de  una  vieja,  y  estéril,  como  Sara,  de 
Sanzon,  que  nació  de  otra  vieja,  y  estéril,  como  lo  era  su  Madre,  de  Sa- 
muel, que  nació  de  Auna  estéril,  también  de  el  Baptista,  que  nació  de 
Ysabel  estéril,  de  S.  Nicolás  Tolentino,  en  quien  aconteció  lo  mismo,  de  Se- 
non,  Xefonte,  y  Trigido,  que  nacieron  de  Madres,  que  la  que  menos  tenia, 
quando  los  engendraron,  eran  cien  años,  como  Vmd.  puede  ver  en  Ale- 
gandro  Peleg:  luego  no  es  singular  victoria  nacer  Maria  contra  la  esteri- 
lidad de  sus  Padres,  quando  la  victoria,  que  es  singular,  es  de  vno  solo,  y 
esta  como  Vmd.  vee,  ha  sido  de  tantos,  no  solo  Santos  sino  pecadores. 
Otros  pribilegios,  pudiera  Vmd.  haber  buscado,  para  ser  admirable,  y  vic- 
toriosa la  Natividad  de  N.  Señora,  y  los  hubiera  hallado  en  S.  Vicente  Fe- 
rrer,  '  en  S.  Juan  Damaceno,  2  en  el  Dr.  Pereira  sobre  el  Génesis,  3  en  Cle- 
mente Alexandrino,  en  S.  Epiphaneo,  y  todo  lo  vera  Vmd.  en  la  Biblio- 
teca. 4 

De  esta  ley  pasa  á  otra,  que  no  lo  es,  y  dice:  /¿ai  quien  dice:  que  siendo 
assi  que  todos  nacemos  llorando, como  Hijos  de  la  culpa;  nació  Maria  rien- 
do, como  Hija  de  la  gracia.  Miren  que  riza,  y  miren  que  gracia!  ser  dis- 
pensación de  la  ley  nacer  Maria  riendo,  poco  dixo,  y  poquissimo  quien  tal 
dixo.  Mas  quien  ha  dicho  que  es  ley  nacer  vn  hombre  llorando,  para  que 
sea  dispensación  de  la  ley  nacer  Maria  riendo?  Pero  dado  y  no  concedido 
que  la  riza  en  el  nacimiento  de  Maria  fue  dispensación  de  la  ley,  parece 
esta  poca  dispensación,  quando  la  gozaron  tantos,  como  aora  vera  el  dis- 
pensable  Autor  de  los  sermones.  Señor  mió  sepa  Vmd.  que  ai  quien  dice 
que  nacieron  riendo  Isac,  y  los  dos  Nicolases  el  de  Mira,  y  el  de  Tolen- 
tino, ai  quien  dice:  que  nacieron  en  Alexandria  vna  Catarina,  y  en 
Sena  otra,  ambas  riendo,  y  en  Roma  Santa  Martin \,  ai  quien  dice: 
que  nacieron  riendo  las  dos  Rozas,  vna  en  Vitervo,  y  otra  en  Lima.  Pues 
que  diremos  de  los  Gentiles?  ai  quien  dice  que  nacieron  riendo,  Solón,  y 
Sócrates,  Cricipo,  Piemaleon,  y  Diomedes,  ai  quien  dice:  que  nacieron 
riendo,  Aristomeo,  Marcia,  y  Cleopatra.  Conque  mire  el  Dr.  que  dispensa- 
ción tan  grande  haria  Dios,  en  conceder  á  Maria  S?  que  naciesse  riendo, 


1  Ser.  1  de  Nativit. 

2  ürat.  de  Orta  Virg. 

3  Lib.  1  cap.  1  tom.  1. 

4  Tomo  2. 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

53 

quando  tantos,  no  solo  Santos,  mas  también  Barbaros,  y  Gentiles  nacieron 
riendo,  y  no  llorando?  Conque  el  careo  de  la  Natividad  con  la  Purifica- 
sion  que  es  el  segundo  discurso  de  el  Sermón,  no  tiene  en  que  fundarse? 
Pero  lo  que  no  tiene  simiento,  como  habrá  de  tener  corona,  ó  chapitel?  El 
nacer  riendo  vna  criatura  no  es  contra  la  ley,  porque  primero  es  que  la  hai- 
ga, y  por  consiguiente  no  hay  dispensación,  y  aunque  según  la  ley  natu- 
ral la  esterilidad  se  oponga proxime  á  la  fecundidad,  remóte  no  está  su  opo- 
sición, que  si  la  materia  de  generatione  no  fuera  tan  inmunda,  é  indigna  de 
los  oidos  castos,  y  ojos  modestos,  que  me  pueden  1er,  y  oir,  pudiéramos 
referir  casos  también,  mui  memorables,  que  si  Vmd.  quisiere  divertirsse,  y 
ensuciarsse  los  puede  ver  en  Aristóteles,1  y  en  Galeno2  y  allí  hallará,  co- 
mo los  viejos,  y  viejissimos,  que  pasaban  plaza  de  estériles,  á  pares  tuvie- 
ron Hijos,  que  pasaron  de  nones.  Nace  todo  su  paralelo  fundado  en  estas 
dos  leyes,  que  la  vna  no  lo  es,  y  la  otra  pudiera  dexarlo  de  ser,  y  admira- 
do, sin  haver  sobre  que  caiga  la  admiración,  hace  esta  confession  general 
y  dice  hablando  con  todos,  y  no  con  el  Sr.  Duque:  confieso  que  decían  bien 
los  Antiguos  quando  //amaban  á  esta  la  fiesta  de  los  encuentros.  Sr.  mió  los 
que  assi  llamaban  á  esta  fiesta,  no  eran  los  Antiguos,  sino  los  Griegos,  y 
no  solo  la  llamaban,  sino  que  esta  oi  la  llaman  en  la  Iglesia  la  fiesta  de  la 
Purificasion,  y  assi  no  confiesse  Vmd.  que  decían  bien  los  Antiguos,  sino 
que  dicen  bien  los  Griegos,  no  quando  llamaban  sino  cuando  llaman  á  es- 
ta la  fiesta  de  los  encontrones.  Vea  Vmd.  .la  razón  porque  en  Sn.  Pedro 
Crisologo?  Thimoteo  Presbítero,  Hirosolimitano,  que  con  eso  hablara  con 
propiedad,  delante  de  Hombres,  que  están  llenos  de  erudición.  Funda  su 
discurso  en  aqueste  silogismo,  que  lo  quiero  llamar  assi,  porque  lo  hede 
poner  en  forma,  y  se  lo  he  de  responder  á  la  letra.  Arguie  assi:  Nace  Ma- 
ría atropellando  leyes  de  naturaleza,  purificasse  María  venciendo  los  altos 
privilegios  de  si  propia;  sed  sic  est  que  alli  nace  contra  lo  mismo,  que  la  hu- 
mana naturaleza  pide,  aqui  se  purifica  contra  los  privilegios  de  su  pureza: 
luego  á  el  nacer  Marta  vence  á  la  naturaleza,  y  quando  se  purifica  se  vence 
á  si  propia.  Este  es  todo  su  argumento,  y  toda  su  forma  silogística,  apren- 
dida en  Salamanca,  y  enseñada  en  Alcalá.  Respondo  assi:  nace  Maria  atro- 
pellando leyes  de  naturaleza,  purificasse  venciendo  los  altos  pribilegios  de 
si  propría,  negó  supositumquoad primam partan; set  sic  est  que  alli  nace  con- 
tra lo  mismo  que  la  naturaleza  pide,  negó  minorem:  luego  á  el  nacer  ven- 
ce á  la  naturaleza,  negó  consequentiam .  Miren  que  argumento!  donde  las 
tres  propocisiones,  mair,  menor,  y  consequencia  son  falsas,  sin  que  sea  ne- 
cesario darles  disparidad,  porque  de  vna,  y  otra  propocision  no  ai  compa- 
ración. Pero  ya  aprieta  su  argumento  diciendo:  á  la  prueba,  (como  quien 
dice  aya  lo  veréis)  tra  el  respienduit  fácies  eius,  cicut  sol,  quando  se  trans- 


1  Lib.  2  de  genit.  Cap.  i. 

2  Lib.  8  de  fox.  tnat.  fetus. 


BIBLIOGRAFÍA  MEXICANA  DEL  SIGLO  XVIII 

54 

figuró  Christo  en  el  Tabor,  y  dice:  en  dos  ocasiones  contempló  á  Ckristouna 
guando  transfigurado  luce,  y  otra,  guando  antes,  y  después  de  tranfigurar- 
se  110  resplandece.  Antes  de  pazar  de  aqui  hede  ponderar,  ó  que  yo  soi 
mal  contador,  ó  que  su  merced  es  mui  mal  Arismetico,  porque  esto  que 
ha  dicho,  no  es  contemplar  á  Christo  en  dos,  sino  en  tres  ocasiones,  y  si- 
no bamos  á  la  quenta,  vna  vez  contempla  Vmd.  á  Christo,  quando  trans- 
figurado se  luce,  esta  es  vna,  otra  quando  antes,  y  otra  cuando  después  de 
transfigurarse  no  resplandese,  son  tres,  por  que  vna  antes  de  la  transfigu- 
ración, otra  en  la  transfiguración,  y  otra  después  de  latransfiguracion,  son 
tres  ocasiones,  y  no  dos,  conque  este  fue  quatro  viscaino,  y  assi 

Quiero  saber  con  hainco 
Don  Diego  pues  razón  es, 
sin  saber  quantas  son  tres, 
si  sabes  qúantas  son  sinco? 
En  que  no  lo  sabes  finco 
por  mas  que  en  todo  te  alabes 
y  assi  será  vien  recabes 
para  que  no  te  den  baya; 
que  como  eres  de  Viscaia 
solo  de  los  quatros  sabes. 

Pondero  aora  la  alegacia,  conque  alega,  y  dice:  que  es  la  razón  clarissi- 
ma.  que  en  Chrispto  como  divino  era  natural  el  resplandecer  de  su  cuerpo.  Y 
aqui  le  quisiera  yo  preguntar  que  fue  lo  que  Chrispto  Nuestro  Señor,  les 
monstró  á  sus  Discípulos  en  el  Tabor  á  el  transfigurarse  resplandeciendo 
su  Rostro,  como  Sol?  si  su  divinidad,  ó  su  gloria,  para  que  diga:  que  en 
Chrispto  era  natural  el  resplandor  de  su  cuerpo.  La  Divinidad  no  se  les 
mostró,  porque  á  el  instante  huvieran  sido  bienabenturados  los  Discípulos: 
luego  lo  que  allí  les  mostró  fueron  algunos  rasgos  de  su  gloría  y  aunque 
en  Christo  como  divino  era  natural  el  resplandor  de  su  cuerpo,  como  en 
la  Transfiguración  no  les  mostró  la  divinidad  sino  su  gloria,  parece  que 
aquellos  resplandores  de  el  Tabor  nacieron  de  lo  glorioso,  y  rio  de  lo  bea- 
tifico, porque  si  midiéramos  absolutamente  lo  divino,  por  lo  lucido,  se  po- 
día inferir  que  todos  los  Bienabenturados  eran  divinos,  porque  mediante 
el  dote  de  claridad  son  lucidos,  lo  qual  es  absurdo,  y  lo  dexaron  assi  no- 
tado Tertuliano,  y  San  Juan  Chrisostomo;  conque  añadir  que  Christo  ven- 
ce, con  las  luces  las  tinieblas  denzas  de  la  noche,  no  hace  á  el  caso,  porque 
aunque  la  Transfigurasion  huviera  sido  de  dia,  con  sus  luces  infinitas  ve- 
zes  mas,  havia  Chrispto  de  vencer  las  de  el  Sol,  porque  en  la  bienabentu- 
ranza,  y  en  la  gloría  Civitas  non  estet  Sol  ñau  claritas  Del  iluminat  eam, 
et  lucerna  eius  est  Aguas. 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

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PUNCTO   X. 

De  la  segunda  parte  del  segundo  discurso. 

De  la  esterilidad,  pasa  á  la  rizn,  y  es  para  reir  la  segunda  parte  de  su 
discurso,  en  el  qual  dice:  Otra  diferencia  de  su  nacimiento  felix  declara  lo 
ecxelso  de  su  Purificasion.   Nace  María  y  en  sentencia  de  algunos,  nace 
riendo,  cuando  la  ley  de  el  nacer  pide  que  uasca  llorando?  luego  añade:  que 
supone  fue  altissimo  pribilegio,  y  supone  mal,  porque  ni  vno,  ni  otro  fue. 
Repara:  que  según  esta  opinión  nació  Alaria  distante  de  el  felix  nacimiento 
de  su  Hijo  Sautissimo.   Se  pregunta  pues,  como  nació  Christo  llorando, 
riendo?  La  Yglesia  dice,  que  nació  llorando:   Vagit  Infans  inter  arcta  con- 
ditus precepto,  y  cita  á  la  margen  el  himno  de  la  Dominica  in passione.  Vál- 
game Dios  por  citas  ya  la  de  el  Misal,  ya  la  de  el  Breviario,  ya  las  lecsio  • 
nes,  ya  los  himnos,  ya  las  sequencias,  solo  falta  vn  responsorio,  vna  Anti- 
phona,  y  un  invitatorio,  y  cata  aqui   el  Sermón  hecho  vn  oficio  entero,  y 
aqui  la  pregunta  á  la  Virgen  S?  pues  como  Señora  no  seguís  leyes,  que  si- 
gue vuestra  amada  prenda?  vuestro  Hijo  no  quiere  las  capciones  de  el  lian 
to,  y  voz  vzais  los  privilegios  de  el  regosijo.  Como  si  dixera,  como  vos  na- 
céis riendo,  y  vuestro  Hijo  nace  llorando?  vagit  infans,  y  la  misma  pre- 
gunta le  pudo  hazer  diciendo:  pues  como  Señora  voz  no  nacéis  entre  dos 
Brutos,  quando  assi  nace  en  vn  pesebre  vuestro  Hijo,  que  buena  pregunta 
Dos  misterios  se  verán  este  dia  (prosigue  el  Dr.  de  Alcalá)  Maria  se  pu 
rifica,  Christo  se  presenta,  Maria  porque  la  ley  lo  dice,  Christo  porque  la 
ley  lo  dispone  (aqui  la  admiración)  á  el  purificarse   Maria  van  el  Hijo  y 
la  Madre  iguales,  y  á  el  nacer,  van  el  Hijo,  y  la  Madre  tan  diferentes,  alli 
Madre  con  altos  privilegios  de  reir,  quando  el  Hijo  se  sujeta  d  las  leyes  de  el 
llorar.   Señor  de  mi  alma,  no  nos  dirá  Vmd.  que  tan  altos  están  esos  pri- 
bilegios  de  el  reir?  ó  asta  donde  subió   para  alcanzarlos?  y  para  oir  esta 
riza?  que  nos  haze  soltar  el  chachino  oir  que  sea  alto  pribilegio  el  reir, 
porque:  lo  que  yo  he  oido  decir  para  quitar  aquella  admiración  (aunque 
Vmd.  nos  preocupe  diciendo:  aqui  de  la  admiración!)  es  que  la  definición 
descriptiva  de  el  hombre  es  esta  homo  est  animal  risibile,  no  animal lacri- 
mabile,  y  aunque  esa  es  la  diferencia  que  ai  entre  el  hombre,  y  el  bruto, 
pues  estos  lloran,  y  aquellos  rien,  con  todo  no  se  yo  donde  halla  Vmd,  que 
la  riza  es  alto  privilegio,  quando  es  propriedad  la  riza.   Pero  hecha  la  com- 
paración entre  el  Hijo  y  la  Madre,  contra  la  riza  y  el  llanto  dice:  parece 
esta  diferencia  enigma,  pero  es  la  maior  grandeza.   Mas  bien  pudo  ser  gran- 
desa  esa  diferencia,  aunque  paresca  enigma  la  diferencia,  sino  es  que  le  pa- 
rezcan á  Vmd.  enigma,  y  grandesa  contradictorios,  pero  Vmd.  en  sus  pe- 
riodos, busca  que  suenen,  mas  no  que  signifiquen     Solicita  para  su  desem- 
peño vna  sentencia  de  Chrispto,  quando  dice:  vna  sentencia  de  Christo  me 
ha  de  desempeñar:  si  Mundus  vos  odit,  scitole,  guia  me priorem  odio  habuit. 
Discípulos  míos?  si  el  mundo  os  aborrece,  sabed  que  primero  me  aborreció  a 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

56 

mi,  y  esto  nace,  de  que  el  Dicipnlo  no  ha  ser  mas  privilegiado  que  el  Maes- 
tro: non  est  Dieipulus  supra  Magistrum.  Hice:  que  admite  la  igualdad, 
pero  que  tiene  que  hacer  vua  replica,  sie  replicat  Sapientissimus  Ds.  Dr. 
Complu tenéis  Didaeus  Sita sin s..  Habla  Christo  de  sus  milagros,  y  advierte, 
que  los  harán  maiores  sus  Discípulos:  Opera,  qu<z  ligo  fació,  elipse  faciet 
el  maiora  horum  faciet,  párese  dificultoso  de  compre  hender,  por  vua  parte 
d/ce  Chrispto:  que  el  Discípulo  no  ha  de  eexeder  á  </  Maestro  non  et  Disci- 
pulus  supia  Magistrum,  por  otra  diee:  que  ha ze grandes  milagros  el  Maes- 
tro, pero  que  los  hará  maiores  el  Pise  i  pulo:  maiora  horum  faeiet,  pues  si 
Jiaze  maiores  milagros  el  Discípulo,  eexedera  en  milagros  á  su  Maestro,  y 
esto  de  eexeder,  y  no  eexeder  parecen  extremos  opuestos,  y  contradictorios.  Y 
para  desatar  toda  esta  parola,  y  huevo  de  Juanelo,  nos  dice  en  las  barbas. 
Pues  se  engañan,  sin  entender  de  contradictorios.  Tener  que  no  nos  enga 
ñanios  Sr.  Arzediano,  nosotros  entendemos  de  contradictorios,  y  quando 
no  viéramos  mas  que  los  de  el  sermón,  bastara  para  que  saliéramos  gran- 
des Maestros;  Vmd.  es  el  que  se  engaña  porque  esta  propocision  non  est 
Discipulus  &,  y  esta  opera  quee  Ego  ¿V  no  son  contradictorios,  aunque  las 
apelasiones  son  diversas,  porque  aunque  los  Discípulos  hizieron  maiores 
milagros,  que  Chrispto,  no  por  eso  fueron  maiores  que  su  Maestro;  de  aqui 
aun  quartito  le  explicaré  los  testos,  que  aora  quiero  oir  la  explicasion  de 
Vmd,  que  es  aquesto:  quando  dice  Chrispto:  que  el  Discípulo  no  ha  de  ser 
maior  que  el  Maestro,  habla  de  lo  perseguido,  quando  dice,  que  será  maior, 
que  el  Maestro  (suplico  á  Vmd.  que  tal  no  dice,  ni  puede  decir,  porque 
Chrispto  nunca  dixó,  que  en  ninguna  linea  pudiera  ser  maior  alguno  de 
sus  Discípulos)  habla  de  lo  milagroso,  porque  como  los  milagros  son  aplauzo, 
y  sufrir  lo  perseguido  es  humilde  /¿abatimiento,  cabe  que  eexedan  los  Discí- 
pulos en  los  prodigios,  pero  no  en  los  habatimientos.  Y  que  hemos  de  sacar 
de  todo  este  bocabulario,  para  que  venga  á  proposito,  aplicándolo  á  su 
Hijo  y  asu  Madre  SS:.'  lo  que  sacamos  es  que  nacer  María  riendo  es  mila- 
gro, y  nacer  Chrispto  llorando  es  abatimiento,  que  en  su  Madre  la  riza  es 
aplauso,  y  en  Chrispto  el  llanto  es  persequcion,  y  que  Maria  no  venció  á 
Chrispto  con  los  abatimientos,  porque  Christo  nació  llorando,  y  lo  venció 
en  los  prodigios,  porque  Maria  nació  riendo,  conque  aqui  se  infiere,  que 
los  que  lloran  están  perseguidos,  y  abatidos,  y  los  que  ríen,  aplaudidos  y 
prodigiosos.  Que  diera  yo  aqui  por  Eraclito,  y  Democtito  para  esta  riza, 
y  para  este  llanto.  Mas  ya  que  se  lo  prometí  es  fuerza  esplicarle  los  tex 
tos  á  el  Dr.  de  Alcalá.  Señor  mió;  aunque  los  Apostóles  hizieron  maiores 
milagros,  que  Christo,  fue participative,  no potestative,  hizieron  la  conver- 
cion  de  tolo  el  Mundo,  Christo  no  convirtió  masque  quinientos  hombres, 
pocos  mas,  ó  menos,  hizieron  prodigios,  como  N.  P.  S.  Pedro,  que  sanaba 
con  la  sombra,  y  Christo  con  la  fimbra,  con  otros  muchos  que  hallará  Vmd. 
en  S.  Agustín.  Pero  mire  mi  Señor?  nunca  dixó  Christo,  ni  quizo,  ni  pu- 
do decir  en  el  maiora  horum  faeiet  que  los  Discípulos  havian  de  ser  mas 


bibliografía  mexicana  del  siglo  xviil 

57 

que  el  Maestro,  sino  que  havian  de  hazer  milagros  mas  prodigiosos,  lo  qual 
no  es  ser  los  Discípulos  mas  que  el  Maestro.  Oiga  Vmd.  sobre  este  lugar 
á  el  mexor  comentador  de  los  Psalmos,  y  Evangelios.  Hoc  enim  fece- 
runt  Apostoli,  non  in  virtnte  sua,  sed  Christi;  scilicet  auíoritatc,  et  po- 
testate  á  Christo  accepta;  guare  Christus  maior  erat  Mis  per  quos  maiora 
hcec  operatur,  decir  lo  contrario  eso  es  blasphemia,  fuera  heregia!  Des- 
entrañó el  Arzediano  este  texto  con  vn  elogio  para  Maria  Santissima, 
animándolos  por  boca  de  Chrispto,  y  dixo:  discreto  Auditorio  mió  aten- 
ción á  el  discurso.  Mucho  fue,  que  siendo  en  las  Yndias  le  pareciera 
discreto  el  Auditorio,  y  le  pidiesse  atención  á  el  discurso,  quando  dice: 
que  lo  que  estudió  cu  Alcalá  no  sirve  acá,  y  acá  pide  la  atención,  para  de- 
cirnos: que  Maria  se  purifica  y  Chrispto  se  presenta;  y  para  preguntarnos 
después  quien  de  los  dos  sirve  á  el  oh  o  de  exemplar?  es  Christo  quien  se 
presenta,  porque  Maria  se  purifica  ó  á  el  contrario  Maria  se  purifica  por- 
que Christo  se  presenta?  (Y  prosigue)  con  vn  prodigioso  texto  se  satisface  á 
la  duda,  y  el  texto  es  el  de  el  Libatorio,  que  como  antes  havia  salido  el 
de  la  institución,  quiso  hazer  el  dia  de  la  Purificasion  Jueves  Santo.  Exemp- 
tu/u  dedi  vobis,  ut  quaní  admodum  ligo  vobis  feci,  ita  et  vos  faciatis.  Ha- 
ze  aqui  la  distinecion,  que  ai  entre  la  causa  motiba  y  exemplar,  resolvien- 
do, que  Maria  no  pudo  servir  á  Crhisto  de  cxeniplo  para  prescutarsse,  pero 
pudo  servirle  de  motivo,  y  entran  aqui  vnas  palabras  suias,  que  casi  todas 
piden  comento,  y  nesesitan  aparte  vn  punto  entero  las  palabras  son,  las 
que  se  siguen.  Óiganlo  á  la  mexor  Beca  de  las  maiores  de  el  Mundo.  Esto 
dice  aqui,  y  mas  abajo  dice:  que  es  la  mejor  beca  de  el  Mundo.  Cosa  sin- 
gular es  el  conosimiento  grande,  que  N.  Dr.  tiene  de  las  cosas  maiores, 
que  ai  en  el  Mundo,  si  habla  de  la  Exma.  Señora  Vi  Rey  na  dice  en  su  de 
dicatoria:  que  su  Exa.  es  la  maior  Muger  de  el  Mundo,  si  habla  de  la  Ca- 
thedral  de  México  dice  en  la  salutación:  que  entre  las  insignes  de  el  Mundo 
es  la  maior,  si  habla  de  la  beca  de  Santo  Thomas  de  Villanueva  dice  en  el 
Sermón :  que  es  la  mexor  beca  de  el  Mundo.  Han  visto  lo  que  sabe  de  maio- 
res! y  con  tanto  saber  hierra  las  quantidades,  que  se  aprenden  en  maiores, 
pues'á  el  verbo  dimitió,  que  se  escribe  con  dos  tt,  los  abrevió,  olvidado 
de  el  consona  si  dúplex,  por  lo  que  es  fuerza  decirle. 

En  lo  mismo  que  persuades 
es  fuerza  te  contradigas. 
Como  sabes  de  maiores 
si  hierras  las  quantidades? 

Prosigue,  y  dice:  el  Sr.  Santo  Thomas  de  l  Illa  nueva.    No  ai  que  dudar, 
que  lo  menos  que  oi  tiene  S" -Thomas  es  lo  Señor,  que  se  le  debe  á  su  nom 
bre,  y  asu  sagrado  culto  la  adoración,  y  la  reberencia  de  Santo:  pero  noto 
que  cita  por  punto  en  todo  su  Sermón  á  Hugo  Cardenal,  á  S?  Thomas  de 
Aquino,  á  Sn.  Dionisio  Areopagita,  y  á  S?  Thomas  de  Villanueva,  y  fin 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

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(le  F  los  Sanctorum.  Cita  á  el  Eminentissimo  Hugo,  y  dice:  Hugo,  sin 
echarle  la  Señoría,  quando  tiene  la  eminencia.  A  S?  Thomás  de  Aquino, 
lo  cita,  y  dice:  buelvo  á  las  voces  de  S?  Thomás,  y  siquiera  porque  le  es 
obligado,  y  quiere  serle  agradecido,  pudo  decir  el  Sr.  Santo  Thomás.  A 
Sn.  Dionisio  Areopagita  lo  cita,  y  dice  Sn.  Dionisio  Areopagita,  pudien- 
do  decirle  el  Sr.  Sn.  Dionisio,  siquiera  porque  fue  este  S?  togado,  y  Juez 
incorrupto,  en  vn  Areopago  tan  grande  como  el  de  Atenas;  pues  si  á  los 
tres  Santos  Padres  primeros  no  les  nomina  Señores,  porque  á  S?  Thomás 
de  Villanueva  le  nombra  Señor?  Es  el  caso:  que  aqui  entra  el  estatuto  de 
el  Collegial  Maior,  y  como  los  Collegiales  deben  decir  el  Señor  Fulano, 
y  el  Señor  Zutano,  y  S?  Thomás  de  Villanueva  fue  Collegial  Maior  de 
Sn.  Ildephonzo  de  Alcalá,  de  donde  hayia  sido  también  el  Señor  Dr.  l)n. 
Diego,  entró  la  Señoría  por  encajar  el  estatuto;  pero  yo  estoi  en  que  el 
dia  de  oí  á  vista  de  la  laureola,  no  haze  el  Santo  caso  de  la  beca,  y  á  don- 
de está  lo  Santo,  poco  importa  el  estatuto,  pues  en  el  cielo,  solo  los  man- 
damientos entran. 

Prosigue,  y  dice:  mi  Collegial.  Quando  yo  oi  esto  en  el  pulpito,  y  lo  vi 
escrito  en  el  Sermón,  jusgué  que  alia  en  el  Collegio  Maior  havia  sido  el 
Santo  bendito  Subdito  de  el  Arzediano,  gozando  este  el  oficio  de  Rector 
de  el  Santo,  [jorque  aquella  autoridad  de  mi  Collegial,  no  denota  otra  cosa 
sino  que  el  Santo  le  estuvo  subdito,  porque  poner  el  mi  en  recto,  y  el  Co- 
llegial en  obliquo,  es  ponerse  en  mejor  lugar  que  el  Santo.  De  el  Sr.  S? 
Thomás  de  Villanueva,  pasa  á  su  Señor  el  fundador  de  su  Collegio  Maior 
diciendo:  El  Exmo.  Señor  Cardenal  de  España  mi  Señor  Dn.  Fray  Fran- 
cisco Cisneros,  y  Ximenes  el  Josué  de  nuestra  España.  Elogios  todos  me- 
residos  de  el  sujeto,  de  quien  hablamos  ;  pero  que  vn  hombre  que  fue  Co- 
llegial de  el  Collegio  que  fundó  el  Josué  de  nuestra  España,  temblasse  de 
miedo  á  el  llegar  á  el  texto  de  Josué?  vn  hombre  que  vivió  en  la  casa,  y 
le  comió  el  pan  al  Josué  Español,  porque  se  turbó  en  el  texto  de  el  Josué 
de  Ysrrael. 

Si  detuvo  á  el  mismo  Sol 
vn  Josué,  y  otro  Josué, 
como  el  Arzediano  fue 
afrenta  de  el  Español? 
Como  en  vn  mismo  arrebol 
Dn.  Diego  se  precipita, 
y  á  su  fundador  no  imita? 
No  vee  quedando  tan  feo, 
que  dirán,  que  a  el   Europeo 
lo  lia  venzido  el  Español. 

Concluie  la  cita  de  Sn  Thomás  de  Villanueva  hablando  con  el  Santo 
Arzobispo,  y  dice:    Deudo  de  deudos  de  la  Illustrissima  Familia,  y  nobi- 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

59 

lissima  de  Vuestra  Ecxa.  Illustrissimo,  y  Exmo.  Sr.  Poca  merced  le  haze 
á  su  Exa.  (quando  tanto  se  precia,  y  con  justa  razón  de  ser  pariente  im- 
mediato de  el  Santo)  en  decirle,  que  es  deudo,  de  deudos,  porque  con  es- 
tas palabras,  no  solo  le  quita  el  parentesco,  sino  el  deudo.  El  deudo  de  mi 
pariente  es  mi  deudo;  pero  el  deudo  de  mi  deudo,  ni  es  mi  deudo,  ni  mi  pa- 
riente, y  el  que  tiene  mi  sangre,  no  es  deudo  de  mi  pariente,  ni  tiene  la 
sangre  de  mi  pariente,  y  assi  el  deudo  de  mi  deudo,  que  parentesco  ten- 
drá con  migo?  Si  quando  el  Arzediano  alaba,  assi  injuria,  como  ofenderá 
quando  no  elogia?  Vamos  pues  á  su  autoridad  de  S?  Thomas,  para  que 
dee  el  Predicador  la  distinccion  entre  el  motivo  y  el  exemplo.  Dice  ya: 
itaquc  cum  Pucr  Iesus  essei primogénitas,  et  vnigenitus  Matris  su<z,  hodie  á 
Matre  lusia  Icgcm,  Dominus prcesentatus  est  ad  hoc  quippe  statutum  parti- 
cnlare  Virgo  prce  cceteres  tenebatur  quia  máxime  pro  ipsa  conditum  fue  ral 
statutum.  Huelgome  que  se  halla  ofresido  esta  autoridad,  para  responder  á 
el  Sr.  Arzediano,  lo  que  hay  en  esta  materia,  y  porque  dixó  el  Santo  estas 
palabras:  hade  saber  Vmd.  que  entre  los  Santos  Padres,  y  Escripturarios,- 
es  celebérrima  question  averiguar  si  Christo  Sr.  N.  como  primogénito  es- 
taba obligado  á  la  ley  de  la  purificasion:  dividense  los  mas  Padres  de  la 
Yglesia  assi  Griega,  como  Latina  en  dos  opiniones:  Sn.  Cirilo  Hirosolimi- 
tano1  Sn.  Metodio.  Sn.  Eligió.  Sn.  Illdefonzo2  y  otros  muchos  dicen:  que 
Christo  no  estuvo  obligado  á  la  ley  de  la  purificasion  de  los  Primogénitos, 
y  esta  para  mi  es  la  más  probable,  dexo  ahora  sus  fundamentos  porque  no 
hazen  á  el  caso.  La  segunda  opinión  de  que  Christo,  como  primogénito  es- 
tuvo obligado  á  la  ley  de  la  presentación  defienden  Sn.  Juan  Chrisostomos 
Sn.  Gerónimo*  Orígenes5  Sn.  Ambrosio,  Teofilato.  Sn.  Gregorio  Nasiance- 
no,  y  otros  con  Sto.  Thomas  de  Villa  Nueva,  y  dice:  que  aquella  ley  man- 
daba esta  presentasion  en  el  Levitico,  que  decia:  santifica  mich  lomne  Pri- 
mogenitum,  siendo  general  el  precepto  se  puso  solo  por  Christo  propter 
ipsum  solum  hoc  genérale  prceccptum  impositum  est,  y  se  fundaba  lo  primero 
en  la  acersion  de  la  Bulla,  lo  segundo  en  que  aquel  primogénito  se  havia  de 
llamar  Santo:  iquod  llud  Primogenitum  Sauctum  Domini  vocabiturflo  cual 
vnicamente  le  pudo  convenir  á  Christo,  según  dixo  el  Ángel  á  María  SS? 
et  quodnascetur  ex  le  sancium  vocabliur,  y  como  el  Sr.  S.  Thomas  de  Villa- 
nueva  es  de  esta  sentencia,  que  se  funda,  en  que  solo  por  Christo  se  puso 
el  precepto propicr  ipsum  solum  consiguientemente  dixo:  y  dixo  mui  bien 
assi  como  por  el  Hijo  se  puso  este  precepto,  assi  también  por  la  Madre  se 
puso  esta  ley.  principalmente  por  Chrispto,  y  el  irse  Christo  á  presentar  á 
el  templo  con  su  Madre,  no  le  pudo  la  Madre  servir  de  motivo,  ni  tal  cosa 
quiere  decir  el  Santo,  pues  cada  uno  en  su  ley,  y  según  ella  iba  á  cumplir 

1  De  ocur.  Domini. 

2  Serm.  de  Purific. 

3  De  ocur.  Domine. 

4.   Lib.  2  Con.  jovinia. 
5  Serm.  4.  in  Luc. 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

6o 

con  su  obligasion,  en  donde  Christo  solo  le  sirvió  á  su  Madre  de  exemplo, 
y  no  Maria  á  Christo  de  motivo,  porque  en  este  caso  parece  que  mas  fuer- 
za hasia  la  ley  del  Hijo,  que  se  presenta,  que  esta  ley  de  la  Madre  que  se 
purifica, 

Hermano  amado  mió  (prosigue  el  Orador  hablando  con  Santo  Thomas) 
sin  faltar  á  la  benerasion,  que  os  professa  mi  reherente  respecto,  como  pue- 
de lo  humano  motibar  acciones  en  lo  divino.'  Óiganlo  claro  en  el  Padre 
Nuestro.  Le  dice  hermano,  haviendole  dicho  antes  mi  Collegial;  "lo  tuvo 
Dios  de  su  mano  en  no  decirle  hijo  mió,  pero  hizo  mui  bien  que  no  era  ter- 
mino para  hablar  á  vn  Santo,  que  solo  se  lo  podia  decir  vn  San  Agustín, 
porque  en  este  caso  mas  autoridad  tiene  la  cinta,  que  la  beca,  pero  entró 
la  santa  hermandad  por  la  collegiatura,  y  no  por  la  professión.  Y  para  oir 
como  puede  lo  humano  motibar  acciones  á  lo  divino,  nos  dice:  que  oiga- 
mos el  Padre  Nuestro,  y  aqui  el  sonadissimo  dimitte  uobis  entra  en  su  lu- 
gar, y  ojala  pudiera  trasladarsse  el  dimitte  con  la  pluma,  como  lo  abrevió, 
abrebiando  en  todo  la  lengua. 

Pronunciar  latin  procura 
para  que  no  te  den  carga, 
y  para  no  hacerlo  alarga 
lo  que  fuere  abrebiatura. 

Dimitte  uobis  debita  nostra  decimos  á  Dios  guando  rezamos  la  oración. 

Manden  rezar  la  oración 
de  el  Padre  Nuestro  á  Dn.  Diego; 
mas  en  el  dimitte  el  ciego, 
no  puede  tener  perdón. 

Señor  perdonad  nuestras  deudas,  discreto  pedir,  pero  aun  pedimos  mas  di- 
mitte uobis  debita  nostra,  sien t  et  nos  dimitimus  debitoribusnostras,  aquel  si 
cut  el  nos  tiene  grandissima  dificultad.  Que  dificultad,  ni  que  grandissima 
Señor?  que  está  Vmd  predicando  en  presencia  de  Hombres  doctissimos,  para 
quees  la  replica:  Dios  no  puede  perdonar  como  yo  perdono,  si  Dios  perdona 
como  divino,  y  yo  perdono  como  humano:  luego  no  puede  verificarsse  aquel 
sieut  Dios  selo  perdoneáVmd  Sr.  Arzed'muo  para  quees  el  distingue)  dixó 
la  mexorbeca  de  el  Mundo:  no  puede  berificarsse  como  exemplo  es  verdad:  pero 
si  como  motivo,  y  exemplo  de  el  Hijo  que  se  presenta,  y  de  la  Madre  que  se 
purifica.  Quien  le  á  dicho  á  Vmd.  que  esse  distinguió  es  de  S.  Thomas  de 
Villanueva,  no  es  sino  mas  antiguo,  porque  es  de  su  Padre  Sn.  Augustin, 
y  es  de  Sn.  Cipriano,  vea  Vmd.  quanto  antes  estaba  dicho  el  distinguo  y 
aquel  cicut  es  causa  inductiba,  que  muebe  á  Dios  para  perdonarnos,  mas 
que  dixera  el  Sr.  Coscojales,  si  me  oiera  que  Sn.  Gregorio  Niceno  dice 
ibi:  que  aquel  cicut  et  nos  es  ponernos  á  Dios  nosotros  por  exemplo,  esto 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

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es  decirle  á  Dios  que  nos  imite  á  nosotros,  y  que  haga  lo  que  nosotros  hare- 
mos, pues  en  verdad  que  assi  lo  nota  en  proprios  términos  el  Nizeno  por 
estas  palabras:  vt  Dais  facía  riostra  imittetur:  ego  fea',  Domine  fac,  solví, 
solve,  dimisi  dimittc,  no  se  puede  ponderar  mas,  vea  si  en  el  imitctar  en 
tra  el  motivo,  ó  el  exemplo,  y  para  que  vea  asta  donde  llega  lo  que  Dios" 
estima  el  perdón  de  los  enemigos,  de  que  habla  el  cicut  ct  nos  dimitimus 
debitoribus  nostris, que  quiere  decir:  que  Dios  no  perdona  á  el  que  á  otro  no 
perdonaassi  hablando  en  la  causa  exemplar,  nos  ponemos,  como  por  caso 
imposible  por  exemplar  á  Dios,  como  si  dixeramos:  Sr.  el  que  el  Hombre 
os  sirva  de  exemplar  es  imposible,  pero  estimáis  vos  tanto  el  que  yo  per- 
done á  mi  enemigo,  que  aunque  es  imposible,  que  vos  queráis  el  imposi- 
ble de  imitarme,  lo  executais  perdonando  mis  pecados,  para  que  perdone 
yo  á  mis  enemigos.  Y  para  que  lo  entienda  mexor  le  hede  explicar  el  ci- 
ad con  dos  cicut  vno  en  la  misma  oración  de  el  Padre  Nuestro,  y  otro  en 
el  capitulo  quinto  de  el  Señor  Sn.  Matheo  en  la  oración  de  el  Padre  Nues- 
tro decimos:  fiat  voluntas  tita,  cicut  in  ccelo  el  inlerra,  hagasse  tu  volun- 
tad assi  en  el  cielo  como  en  la  tierra.  Digame  aora  el  Señor  Dr.  en  la  tie- 
rra se  haze  la  voluntad  de  Dios,  ni  se  puede  hazer,  como  en  el  Cielo?  no 
solo  se  puede  hazer,  pero  es  imposible,  y  assi  lo  argüían  los  Santos  Padres, 
contra  los  Pelagios,  como  también  les  explicaban  el  cicus  et  nos  dimitimus; 
pues  si  en  la  tierra  no  se  puede  hazer  la  voluntad  de  Dios  como  en  el  Cie- 
lo, como  decimos  aquel  cicut?  Mas  en  el  capitulo  ya  citado  nos  dice 
Christo:  cstote  ergo  perfecti,  cicut  el  Paler  vester  ccelestis  perfectus  cst,  po- 
niéndose Dios  por  exemplar  de  nosotros,  no  pide  otro,  porque  si  cupiera 
por  imposible  el  que  Dios  nos  imitara,  y  el  que  nosotros  fuéramos  tan  per- 
fectos, como  Dios,  lo  hiziera  Dios  por  ver  en  nosotros  esa  perfección,  y 
como  es  tanta  perfección  el  perdón  de  los  enemigos,  si  cupiera  en  Dios 
imitasion  havia  de  perdonar  nuestros  pecados,  tomando  exemplo  de  noso- 
tros, que  perdonamos  á  los  enemigos. 


PUNCTO  XI? 
De  la  peroración  de  el  sermón. 

Llegamos  ya  á  el  asta  aqui  de  su  sermón,  donde  hace  su  peroración  á 
la  Santissima  Virgen,  con  toda  aquella  prosa  de  estilo,  que  mas  parecen 
papeles  de  Galán,  que  voces  sagradas  de  predicasion,  y  sus  sentensias  de 
guerra  combenga  ó  no  combenga,  y  dice:  Que  habiendo  llegado  asta  allí  su 
reherente  osadia,  es  tal  la  modestia  de  Nuestra  Señora,  que  habiéndola  in- 
juriado queda  sin  el  escrúpulo  de  averia  ofendido.  Pero  como  en  otra  par- 
te pone  en  duda  esa  injuria,  y  dice:  disimule  tu  soberanía  mi  cortedad,  si 
c  injuriado  con  el  dibujo  á  tu  Ymagen,  y  si  primero  conose  que  ha  injuria- 
do, como  después  duda  lo  mismo  que  confiesa?  Pero  es  consequencia  de 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

62 

poca  importancia,  la  voz  mas  impropria  en  el  folio  veinte,  y  dos  es  esta: 
admita  tu  soberanía  el  animo  de  servirte,  si //  reparar  en  la  menudencia  de 
el  don.  Esto  de  menudencia  Señor  mió  es  maldita  palabra,  porque  menu- 
dencia se  deriva  de  menudo,  y  siendo  el  Sermón  en  viernes  si  Vmd.  se 
acuerda,  no  era  plato  de  el  dia,  porque  es  grosura. 

Esa  voz  escusar  pudo 
vuestra  poca  reberencia 
que  aun  que  es  vna  menudencia 
no  es  para  vzarla  á  menudo. 

Pero  el  motivo  que  dá  para  que  la  Virgen  Santissima  le  perdone  aque- 
lla injuria  que  puso  en  duda  es:  que  habitas  en  Región,  donde  no  taza  el 
tiempo  a  la  dicha,  porque  se  alarga  á  lo  felix  lo  eterno  Pues  que  importa 
que  se  alarge  á  lo  felix  lo  eterno,  ni  que  tiene  que  hazer  que  la  Región 
habite  donde  el  tiempo  no  taza  á  la  dicha,  para  que  disimule  la  soberanía 
de  Maria  Santissima  á  la  cortedad  del  Arzediano  á  nosotros  nos  taza  el 
tiempo  la  dicha,  y  no  habitamos  la  región,  donde  no  la  taza,  y  con  todo 
eso  tuvimos  mucho  que  disimularle  aquel  dia,  y  lo  hubiéramos  hecho  as- 
ta aora  si  su  vanidad  no  le  hubiera  engañado  mas  de  lo  que  estaba.  Pero 
que  queria  decir  en  estas  palabras:  Derrama  todo  el olimpo  en  luces  porgue 
no  sea  corlo  alcázar  para  tu  bencracion  los  corazones?  pero  si  los  corazones 
hande  ser  el  alcázar  donde  se  derrame  todo  el  olimpo,  siempre  será  el  al- 
cázar corto,  pues  hande  ser  el  alcázar  los  corazones.  Prosigue  en  el  mis- 
mo folio  con  la  coleta  de  guerra,  conque  acaba  todos  sus  sermones,  y  dice: 
Continua  las  felisidades  de  las  armas  christiauas  contra  los  enemigos  de  la 
fee,  para  que  sus  estandartes  Reales  sirvan  de  trofeo  á  las  catholicas plantas. 
Y  hablando  de  las  excelencias  de  el  Señor  Virrey,  pasaá  no  se  que  nese- 
sidad  de  el  Imo.  Cabildo,  con  su  exelentissimo  Principe  y  Prelado,  y  con- 
cluía diciendo:  yo  no  se  si  tendré  otra  ocasión  de  predicarte,  pero  ya  me  ha- 
llo gustozo  en  esta  Región  haviendo  logrado  esta  ocasión  de  servirte.  Tres 
cosas  dice  prodigiosas,  ponderémoslas  todas  tres:  yo  no  se  si  tendré  otra 
ocasión  de  predicarte,  pues  porque  dudóla  ocasión?  quando  en  México 
bastantes  se  ofresen  de  predicar,  el  caso  es  saber  predicar  de  la  ocasión, 
y  de  el  caso;  sin  duda  se  tuvo  por  oráculo  en  materia  de  pulpito,  y 
como  en  las  altas  de  esgrima  saca  vna  vez  vn  Maestro  de  armas  la  espa- 
da para  dar  su  lección,  assi  jusgó  N.  D.  Diego  que  con  hablar  vna  vez 
quedaba  jurado  Maestro,  y  lo  abjuraron  de  behemente,  porque  todos  sus 
tajos  fueron  rebeses,  y  conosiendo  la  treta  no  pudo  executar  la  conclusión; 
habló  y  diose  á  conocer,  mas  esto  lo  dice  á  el  aire,  porque  ya  á  buscado 
ocasiones  para  darse  á  conocer,  y  dar  á  entender  que  predicaba  derrepen- 
te  aunque  no  la  logró,  y  oiga  este  caso,  que  andaba  mui  valido,  y  publico: 
vno  de  los  sermones  que  se  predican  en  la  S.  Iglesia  Cathedral  en  la  oc- 
iaba de  el  Corpus,  corre  por  cuenta  de  la  Archicofradia  de  el  SS?  Sacra- 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

63 

mentó:  á  el  Religioso  Predicador.de  cuio  cargo  estaba  el  sermón,  fue  tres 
meses  antes  cierto  caballero  del  Orden  de  Sn.  Tiago  (que  quando  nos  pi- 
dan informasion  diremos  quien  es)  á  decirle  que  dexasse  el  sermón,  porque 
el  Señor  Árzediano  havia  propuesto  el  predicarlo:  es  que  hade  ser  con  dos 
condisiones  dixo  el  Caballero,  lo  hade  tener  V.  P.  secreto  dixo  el  Caba- 
llero? si  haré  respondió  el  Religioso,  y  lo  segundo  qual  es?  que  la  víspera 
de  el  sermón  se  hade  fingir  V.  P.  Enfermo,  para  que  assi  diga  la  Archico- 
fradia:  que  se  vale  del  Árzediano,  y  viendo  México  predicar  de  vn  dia  pa- 
ra otro  á  el  Arzediado  jusgue  que  fue  derrepente,  que  esees  todo  el  punto. 
Eso  no  haré  dixo  aqui  el  Religioso,  dexar  el  sermón  á  el  punto,  guardar 
secreto,  como  vn  mudo,  hazerme  enfermo,  como  vn  muerto,  mas  no  es 
crédito  de  mi  Religión,  que  avisando  la  vispera  predique  el  sermón  otro 
que  no  sea  de  mi  habito.  Vea  aora  si  ha  buscado  ocasión  de  predicar. 

Mas  no  andubiste  prudente 
en  el  medio  que  has  pensado 
puesto  que,  precisamente, 
se  turbará  derrepente 
quien  se  turba  de  pensado. 

Dexemos  la  ocasión,  que  párese  próxima,  y  "amos  á  las  otras  palabras. 
Pero  ya  me  hallo  gustoso  en  esta  Región.  Direle  en  esta  ocasión,  lo  que  en 
otra  dixo  Don  Luis  de  Gongoza. 

Muchos  siglos  coronéis 
esta  dichosa  Región, 
que  quando  os  mereció  Ave 
Seraphin  os  admiró. 
Va  nuestra  troba. 

Muchos  siglos  coronéis 
esta  dichosa  Región, 
que  os  oigo  pronunciar  Ave 
quando  el  sermón  se  os  voló. 

Pero  por  amor  de  Dios  este  hombre  porque  ha  de  estar  disgustado  en 
esta  Región?  que  dice  ya  esta  gustoso  en  ella;  tan  ma'o  es  venir  á  tener 
las  primeras  estimasiones,  asiento,  y  lugar!  de  tanto  disgusto  era  vna  dig- 
nidad, y  mas  como  la  de  Árzediano,  con  vna  renta  que  no  baxa  de  seis 
mil  pesos  á  el  año,  su  coche,  sus  lacallos,  sus  quatro  muías,  y  de  quando 
en  quando  sus  señorías:  y  mas  quando  dice:  qne  mañana,  ó  es  otro  dia  se- 
rá Arzobispo,  y  Virrey  de  México,  que  no  son  sus  echos  de  menores  pen- 
samientos. Pero  quisa  lo  dice  por  ser  esta  Región  tan  mala,  como  á  el  par- 
tirse á  ella  (assi  lo  dice  en  sus  conversasiones )  se  lo  dixo  un  Amigo  suyo: 
á  la  Nueba  España  ba  (dixole)  Vmd  ?  dexesse  acá  el  punto,  la  vergüenza,  y 
la  verdad,  con  que  Región  donde  no  ai  vergüenza,  punto,  ni  verdad  cía- 


BIBLIOGRAFÍA  MEXICANA  DEL  SIGLO  XVIII. 

64 

ra  está  que  ha  de  ser  mala  y  ha  de  estar  mui  disgustado  el  Sr.  Dr.  en  ella, 
y  mas  cuando  sobre  faltarle  estas  tres  prendas,  se  le  añade  ser  vn  corral 
de  Bacas,  como  lo  dice  el  mismo  Autor  Complutense,  que  quejándose  el 
Arzediano  á  el  encareser  sus  méritos  dice:  que  le  ha  susedido  lo  que  á  un 
gran  Toreador,  que  haviendo  hecho  grandes  lames  á  toros  muiferoses,  des- 
pués á  el  entrar  en  vn  corral  de  Bacas  lo  derribó  vna  de  ellas ;  que  assi 
después  de  haber  tenido  los  primeros  créditos  en  Alcalá,  y  Madrid,  ha  ve- 
nido á  este  corral  de  Bacas  á  México  á perderlo.  Sr.  Arzediano  si  esto  han 
hecho  con  Vmd.  las  Bacas  de  este  Reino,  que  harán  los  Toros?  mas  para 
que  Vmd.  esté  gustoso  en  esta  Región,  pongasse  delante  de  los  ojos  los 
grandes  sujetos,  que  han  ocupado  la  silla  de  su  dignidad;  vn.  Sr.  Dn.  Jo- 
seph  de  Adame  y  Arriaga  dechado  de  Juristas,  deposito  de  letras,  desem- 
peño de  Cathedras,  Canónigo  Doctoral  que  fue  de  la  Sa.  Iglesia  Cathedral 
en  la  Ciudad  de  los  Angeles,  y  después  Canónigo  de  esta  Metropolitana 
de  México,  Comisario  General,  Subdelegado  de  la  Santa  Cruzada,  Cathe- 
dratico  Jubilado  en  prima  de  leyes  por  esta  Real,  y  Pontificia  Vniversi 
dad,  Arzobispo  electo  de  Manila  en  las  Isllas  Philipinas.  Que  diremos  de 
vn.  Illo.  y  Rmo.  Sr.  Dn.  Gaspar  de  Legaspi,  de  tan  limpia,  quanto  roxa, 
y  generosa  sangre,  Obispo  de  Durango,  y  oi  de  Valladolid,  exemplo  de 
modestia  afabilidad,  y  virtud!  Que  de  aquel  que  fue  menor  la  fama  que  su 
nombre,  quando  estuvo  lleno  de  su  fama  todo  el  Orbe.  Vn.  Illo.  y  Rmo. 
Sr.  Dr.  Dn.  Isidoro  de  Sariñana,  y  Cuenca,  de  inmortal  memoria,  delicias 
de  su  Patria  en  todos  los  concursos  literarios,  el  primer  Cathedratico,  en 
el  pulpito  el  vnico  oráculo,  en  todas  Cathedras  singular,  Cura,  Cathedra- 
tico en  prima  de  Theologia,  Canónigo  lectoral  en  esta  Sa.  Iglesia,  Theso- 
rero,  Chantre,  Arzediano,  Dean,  y  Obispo  Dignisimo  de  Antequera.  Vea 
aora  que  antesesores  á  su  Silla  á  havido  en  esta  Región,  para  que  no  nos 
salga,  con  que  ya  se  halla  gustoso  en  esta  Región:  donde  por  Capellán  de 
Choro  que  estuviera  de  esta  Santa  Iglesia  (que  los  ha  tenido  relebantissi- 
mos  en  virtud,  y  letras)  pudieran  estar  mui  bien  premiadas  las  suias.  Y 
vien  porque  se  halla  ya  gustoso  en  esta  Región?  ya  lo  dice  hablando  con 
la  Señora:  haviendo  logrado  la  ocasión  de  servirte.  Miren  que  servisio  tan 
grande,  quiere  hallarse  tan  gustoso,  y  mas  aviendose  quedado  en  la  mitad 
de  el  obsequio,  con  vn  sermonsito  bien  improprio,  bien  moderado,  y  mui 
mal  dicho,  y  este  es  el  servisio  que  alega  para  aliarse  gustoso,  quando  pa- 
ra estar  mui  disgustado  le  pudiera  servir  el  mismo  sermón  de  motivo,  y  el 
mismo  puesto,  en  que  se  halla  de  confusión,  si  le  el  capitulo  grave  de  pra- 
berjdis. 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

65 

Punto  vltimo,  y  conclusión  de  todo  lo  dicho,  y  pensado 
en  estos  puntos. 

Acabóse  el  Sermón,  y  acabóse  la  respuesta,  mas  porque  no  paresca  na- 
cida de  alguna  passion  (que  no  la  ai)  si  razón  que  nos  sobra,  ni  de  mala 
voluntad,  que  Dios  nos  libre,  sino  de  la  pura  verdad,  protestamos  que  to- 
do lo  dicho,  y  hecho  en  este  papel,  es  para  desengaño  de  el  Autor,  mo- 
vidos de  charidad,  pues  no  es  razón  que  este  Caballero  haga  común  des- 
despresio  de  los  Sujetos  grandes  de  este  Emporio,  sin  que  halla  alguno 
de  los  mínimos,  ó  menores,  qual  soi  yo,  y  mis  compañeros  lo  refrene,  y 
para  que  en  lo  de  adelante  calle  contentándose,  y  dándole  á  Dios  mil  gra- 
sias  de  estar  en  esta  Región  gozando  de  vna  tan  alta  Silla,  de  que  se  ven 
pribados  muchos  mentados,  y  de  puestos,  siendo  Hijos  de  la  misma  Re- 
gión, quienes  lloran  olvidados,  viendo  abatidos  sus  estudios,  sin  premio 
sus  letras,  sin  lauro  su  trabajo,  su  sudor  sin  descanso,  sin  oído  sus  quexas, 
y  su  todo  sin  nada.  Y  que  pudiera  acordarse  con  toda  su  Collegiatura 
maior,  su  Cathedra  en  propriedad,  que  hizieran  las  Iglesias  de  España  si 
vieran  que  á  vno  solo  de  los  muchissimos,  y  grandes  Sujetos  que  ai  en 
estas  Indias,  (que  bastante  conosimiento  tienen  de  ellos,  por  las  que  han 
pasado  alia,  entre  los  quales  basta  vno  solo  para  nuestro  crédito,  quien 
goza  de  vna  de  las  maiores  Mitras  de  Europa)  si  promobieran  á  vno  de 
acá  á  vna  de  las  prebendas  de  Castilla,  que  hizieran  las  Iglesias  de  alia? 
que  se  quexaran  los  Naturales?  y  mas  si  fuéramos  á  decir  de  vnos  que  no 
hillan,  de  otros  que  110  aprietan,  de  esto»  que  no  siguen,  y  de  todos  que 
no  saben;  y  acá  por  esta  maldita  distancia,  porque  no  somos  vistos,  ni  oí- 
dos no  somos  adorados!  y  antes  si  pecho  por  tierra  cruzadas  las  manos, 
y  cosidos  los  labios,  hemos  de  recibir  á  Coscojales  con  mil  manos,  porque 
á  esto  nos  obliga  la  obediencia,  por  mas  que  el  derecho  lo  repugne.  El 
Melifluo  Padre,  y  Dr.  de  la  Iglesia  San  Bernardo  saviendo  que  el  Sumo 
Pontífice  Eugenio  quería  dar  la  Abadia  de  San  Athanasío  á  vn  Sujeto  tal, 
qual  dirán  estas  palabras  que  le  escrivio  á  su  Santidad:  occupare  hunc  lo- 
cum  et  non  facete  frucium,  nec  loco  expedit,  nec  vos  decet,  nec  nos.  El  mis- 
mo San  Bernardo  escribiéndole  á  Eugenio,  é  instruiendole  en  los  Sujetos 
que  havia  de  elegir  para  los  puestos  le  dice:  Vtros  aprobatos  opoi  tet  eligere, 
a  non  probandos,  porque  que  cosa  es  vn  principado  sin  méritos,  sino  vn  ti- 
tulo de  hombre  sin  tener  de  hombre,  ni  aun  titulo:  quid aliud  est  Princi- 
paium  sine  mcritis  nisi  titulus  siue  homine. 

Finalmente  porque  el  Sr.  Arzediano  conosca  la  altesa  de  su  Dignidad, 
y  lo  que  le  obliga  oiga  á  Ciseron,  para  que  assi  asentado  su  fundamento, 
vea  á  lo  que  esta  obligado  por  su  asiento:  quare  sim  hac  fundamenta  dig- 
nitatis  tiuc?  primum  integritas,  ct  continencia;  deinde  omnium,  qui  tecum 
sunt  pudor.  No  les  cause  pudor,  ni  vergüenza  asus  Compañeros  tener  tal 
Compañero,  y  assi  procure  fundamentar  bien  su  dignidad,  discurrir  que  el 

9 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 
66 

saberse  contener  vn  hombre  es  ser  recto,  integro  bien  hablado,  y  agrade- 
sido,  que  son  los  fundamentos  para  que  el  premio  pueda  ser  premio,  hon- 
rra,  y  decoro  de  sus  Compañeros:  porque  de  no,  ni  la  Collegiatura  maior, 
ni  la  Theologia  de  Alcalá,  ni  la  Philosophia  de  la  Cathedra,  ni  el  paren- 
texco  que  dice  tiene  con  la  Señora  Virreyna,  ni  todas  las  demás  candide- 
ses  que  habla  le  pueden  servir  de  mérito,  si  de  escarnio,  como  se  lo  dice 
ya  Juan  de  Óben  mudando  el  nombre  de  Carlos  en  el  de  Diego. 

Didace  laudandus  dubito  magis  atine  dolendus! 
elogio  dignus  sis  elogia  no  niagois. 

Para  desempeñar  el  Sermón  de  la  Purificasion,  predicó  el  de  la  Asump- 
sion  con  sinco  meses  de  termino  (y  aun  lo  pidió  todavía)  fue  tan  apartado 
de  proposito,  que  la  Salntasion  fue  vna  sátira  mui  indigna  de  la  Cathedra 
de  el  Espíritu  Santo,  y  el  Sermón  tan  distante  de  el  Evangelio,  como  ir  á 
España  por  Manila.  De  el  primer  discurso  pasó  á  el  tercero,  sin  decir  na- 
da de  el  segundo,  y  en  el  primero  dixo  tres  disparates,  pero  antes  que  al- 
zaran en  la  Misa  maior,  de  agradesidos  le  digeron  el  siguiente  soneto,  aca- 
bado en  chi. 

Recitó  su  papel  Diego  Cagachi 
quiero  decir  Dn.  Diego  Teculichi 
Ponze  de  León,  alias  mama  la  chichi 
Enemigo  mortal  de  el  quemacachi. 

Aora  baia  á  Sn.  Cosme  el  cachibachi 

♦ 

á  ostentar  carabanas  Seberichi, 

como  pudiera  el  gran  Marques  de  Lichi 

vfano,  ala  salud  de  su  Catachi: 

por  la  arenga  que  dixo  á  otro  chimochi 

en  vn  fandango  de  San  Garabichi 

le  ofreció  dos  mil  igas  su  Cocochi 

ai  que  peleche,  quele  papa,  quele  luchi? 

sobre  las  nubes  á  quedado  Gochi, 

si  tendrá  aora  que  censurar  Petuchi. 

AYALA.    Di-.   AGUSTÍN    de  (Clérigo. 

21.  lYELACION  de  Méritos.    En    I  boj.  infolio. 
S     i.  a.  1.  d.  i.  sed.  México  1760. 

AYALA.  JOSÉ   BUENAVENTURA  iClérigo.) 

22.  IVELACION  de  Méritos..  En  1  hoj.  infolio. 
S.  a.  n.  1.  d.  i.  sed.   México  siglo  XVIII. 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

67 


B 


BARBOSA.    Fr.    FRANCISCO  ClC   la  CONCEPCIÓN  (Franciscano.) 

23.  (^ARTILLA,  I  y  Methodo  |  para  saber  rezar  |  el  oficio  Divino.  | 
Escrita  |  Por  el  P.  Fr.  Francisco  |  de  la  Concepción  Barbosa,  de  la  Re-  \ 
guiar  Observancia  de  N.S.  P.  S.  |  Francisco,  Hijo  de  esta  Santa  Pro-  |  vin- 
cia  del  Santo  Evangelio  de  |  México,  y  Predicador  Conventual  |  en  el 
Convento  Grande  |  de  dicha  Ciudad.  |  Con  licencia,  y  privilegio  |  en  Mé- 
xico, en  la  Imprenta  Real  del  |  Superior  Gobierno,  de  los  Herede  |  ros 
de  la  viuda  de  Miguel  de  Rivera  |  Calderón,  en  el  Empedradillo.  |  Año  de 
1731-  l 

8vo.;  port.  orí.  y  vta.  la  licencia  del  Virrey;  pp.  1  á  23  la  obra. 

BARRY  y  RICAVILLA.  JUAN   B.  J.  de 

24.  IvETlRO  Espiritual  )  o  |  Exercicios,  |  Para  vn  dia  de  cada  mes.  | 
Compvesto  en  Francés,  |  por  vn  Padre  de  la  Compañía  de  |  Jesús.  |  Tra- 
ducido en  Español,  |  Para  la  vtilidad  espiritual  de  los  Hermanos  de  |  la 
Congregación  de  la  Buena  Muerte,  fundada  |  con  Authoridad  Apostólica, 
en  la  Iglesia  de  la  |  Casa  Professa  de  la  Compañía  dejesvs.  |  De  manda- 
to de  el  Exmo.  Señor  Duque  |  de  Linares,  Virrey  de  esta  Nueva  |  Espa- 
ña. I  Por  D.  Iuan  Bautista  Ioseph  de  Barry  \  y  de  Ricavilla,  Ldo.  en  Sa- 
grados Ca-  I  nones,  y  Leyes  en  la  Vniver-  \  sidad  de  París.  |  Con  licencia 
en  México,  |  Por  los  Herederos  de  la  Viuda  de  Miguel  de  \  Ribera  Calde- 
rón, año  de  iy/6. 

8vo.;  6  hojs.  prls.  s.  nr.   Pág.  I  á  527  con  la  obra  y  5  de  índice  y  Erratas  s.  numeración. 

BARRUEL.  Ab.  (Clérigo.) 

25.  HlSTORIA  |  del  Clero  |  en  el  tiempo  (  de  la  Revolución  France- 
sa, I  Escrita  en  francés  por  el  Ab.  Bar  niel,  Limosnero  de  \  su  Alteza  Se- 
renísima el  Príncipe  de  Conti,  |  Traducida  al  Castellano.  |  En   México:  | 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

68 

Reimpresa  por  Don  Mariano  Joseph  de  Zúñiga  y  Onti-  |  veros,  calle  del 
Espíritu  Santo,  año  de  1800.  | 

4to.;  port.;  5  hojs.  prls.  s.  nr.    PP.,  1,1,.  y  Prólogos;  pp.  1  á  271  la  obra. 

BECERRA  y  MORENO.  JOSÉ  XAVIER  (Clérigo.) 

2(>.     VÉASE:  Llanto  de  la  fama,  &.  (1761.)  en  nám.  837.    i?  Parte  Sec- 


BECERRA  LÓPEZ  DE  OSSVNA  y  ZARATE.  Dr.  SALVADOR 

(Clérigo.) 

27.  Véase:  Hercules  coronado.  &.  1747. 

28.  lLl  Sabio  Prodigo  |  Christo  Señor  Ntro.  |  Sacramentado.  |  Ser- 
món, I  Que  el  Sr.  Dr.  D.  Salvador  |  Bezerra  López  de  Ossuna,  y  Zarate,  | 
Chantre  Dignidad  de  la  Santa  Iglesia  ¡  Cathedral  de  Durango,  Canónigo 
mas  antiguo,  Racione-  |  ro  que  fue  de  ella,  Ex-Provisor,  y  Vicario  Gene- 
ral en  Se  |  de  Vacante,  y  Plena,  actual  Juez  Ordinario  de  Testamen-  | 
tos,  Capellanías,  y  Obras  pias,  Juez  Hacedor  desús  rentas  |  decimales,  seis 
vezes  reelecto  Examinador  Synodal,  Ca-  |  thedratico  de  la  Real  Univer- 
sidad de  México,  Canónigo,  |  Expurgador,  y  Revisor  de  libros  del  Santo 
Oficio,  Comis-  I  sario  Apostólico  Subdelegado,  y  primer  fundador  del  Rl. 
I  Tribunal  de  la  Cruzada  de  el  Obispado  de  Durango,  Rey-  |  no  de  la 
Nueva  Viscaya,  sus  Provincias,  Confines,  &c.  |  predicó  en  dicha  Sta.  Ca- 
thedral el  dia  Octavo  de  la  fes-  |  tividad  de  Corpus  Christi,  17.  de  Junio 
de  1 75  1.  I  Sácalo  á  luz  |  El  Br.  D.  Miguel  de  Arenivar,  Presbytero  |  Do- 
miciliario de  este  Obispado,  Graduado  en  Philosophia,  y  Theologia  por  | 
la  Real,  y  Pontificia  Vniversidad,  y  Capellán  Real  del  Muy  Ilustre  Señor 
I  Governador  de  este  Nuevo  Reyno;  y  lo  dedica  |  Al  mismo  Señor  D.  Juan 
Francisco  j  de  la  Pverta,  y  Barrera,  Cavallero  Professo  de  el  |  Abito  de 
Santiago;  Coronel  de  Infantería  Española  de  los  Reales  Exercitos  |  de  su 
Magestad  (que  Dios  guarde)  su  Governador,  y  Capitán  General  en  |  este 
Reyno  de  la  Nueva  Viscaya,  sus  Presidios,  fronteras,  &c.  |  En  México:  en 
la  Imprenta  del  Rl.  Colegio  de  S.  Hildefonso.  | 

4to.;  port.  orlad. y  vta.  bln.;  13  hojs.  prls.  s.  nr.  con  D.  PP.  y  LL.;  pp.  1  á  25  la  obra. 
BENAVIDES.    Fr.    ALONSO    dC   (Franciscano.) 

29    1  ANTO  I  que  se  sacó  |  de  vna  carta,  |  que  j  El R.  Padre  Fr.  Alon- 
so I  de  Benavides,  |  Custodio  que  fue  del  Nuevo  México,  [  embió   a  los 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

69 

religio-  |  sos  de  la  Santa  Custodia  de  la  |  Conversión  de  San  Pablo  de  di- 
|  cho  Reyno,  desde  Madrid,  |  el  año  de  1 63 1.  |  Dase  á  la  estampa  á  ex- 
pensas de  vn  I  afecto  á  la  Religión.  | 

8vo.;  port.  orí.  y  vta.  bine;  Dedicatoria;  2  hojs.  s.  n.;  pp.  i  á  10  la  obra  que  termina  con  la 
subscripción  siguiente: 

Con  licencia  de  los  superiores.  |  Impresso  en  México:  por  Joseph  Ber- 
nardo de  |  Hogal,  Ministro,  é  Impressor  del  Real,  y  j  Apostólico  Tribunal 
de  la  Santa  Cruzada  en  |  toda  esta  Nueva-España,  Año  de  1730.  | 

El  original  de  esta  carta  se  conservó  muchos  años  en  el  Archivo  del  Convento  de  San  Fran- 
cisco de  México  y  hoy  para  en  la  Biblioteca  Browniana  de  Providencia  (R.  I.,  U.  S.  A.) 

Se  reimprimió  al  final  de  la  "Vida  de  Fr.  Junípero  Serra"  escrita  por  el  P.  Fr.  Francisco  Pa- 
lou  (véase)  y  en  la  2?  edición  de  la  misma  al  final  de  la  "Historia  de  la  California"  del  P.  F.  J. 
Clavijero,  (México,  1S52). 

BENEDICTO.    PAPA  XIII 

30.  CONSTITUCIÓN  |  de  Nuestro  Santissimo  |  Señor,  el  Señor  |  BE- 
NEDICTO I  Papa  XIII.  I  En  favor  de  la  I  Tercera  Orden  |  de  N.  P.  S. 
Francisco.  |  Con  Licencia,  y  Privilegio:  En  Me-  j  xico,  por  Joseph  Ber- 
nardo de  Hogal,  |  Calle  déla  Monterilla.    Año  de  1726.  | 

8vo.;  port.  orí.  y  el  escudo  franciscano  en  la  vta.;  16  hojs.  s.  nr.  con  la  obra. 

BERISTAIN  y  ROMERO.  Dr.  JOSÉ  MARIANO  de  (Clérigo.) 

31.  KJ RACIÓN  fúnebre,  |  que  en  las  solemnes  exequias  |  que  se  cele- 
braron por  el  alma  |  del  Serenísimo  Señor  |  D.  Luis  Antonio  Jayme  |  de 
Borbon,  |  Infante  de  España,  |  En  la  Iglesia  de  Santa  Maria  del  Real  Si- 
tio de  San  |  Ildefonso,  el  dia  4  de  Septiembre  de  este  año,  |  Dixo  |  El  Dr. 
D.  Joseph  Mariano  |  de  Veristain  y  Romero,  |  Colegial  Palafoxiano  de  la 
Puebla  de  los  Angeles,  del  Gremio  |  y  Claustro  de  la  Universidad  de  Va- 
lencia, Catedrático  per-  |  petuo  de  Teología  por  S.  M.  de  la  Real  Univer- 
sidad de  Va-  I  lladolid,  Individuo  numerario  de  la  Real  Academia  Geo- 
gráfico- I  Histórica  de  Caballeros,  y  Honorario  de  la  Real  de  las  |  Bellas 
Artes  de  Dicha  Ciudad,  Censor  de  la  Real  Sociedad  |  Económica  de  aque- 
lla Provincia,  Benemérito  de  la  Real  Bas-  |  congada,  y  correspondiente  de 
la  de  los  Apatistas  de  Verona,  |  Reimpreso  en  la  Oficina  del  Real  Semi- 
nario Palafoxiano  |  de  la  Puebla  de  los  Angeles.   Año  de  1786.  | 

4to.;  port.;  pp.  3  á  24  la  obra. 

BLANCA    VALENZUELA.  MIGUEL  de  la 

32.  INSTANCIA  segunda  |  de  la  Vida,  y  Muerte  del  Capitán  |  D.  Mi- 
guel Velazquez  Lorea,  Alguacil  Mayor  del  |  Santo  Tribunal  de  la  Fé,  Al- 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVII 1. 

70 

calde  de  la  Santa  Her-  |  mandad,  Juez  de  la  Acordada,  por  nuestro  Inclyto 
I  Monarcha  el  Señor  D.  PHELIPE  QviNTO,  (que  |  Dios  nos  guarde)  y  se- 
ñalados Hechos  de  su  Hijo,  |  D.  Joseph  Velazquez,  Ortiz,  y  Lorea,  quien 
le  I  sucedió  en  los  proprios  Cargos,  por  |  Cédula  de  su  Magestad.  | 

4to.;  sigue  luego  el  texto  en  verso  y  á  dos  columnas  con  pp.  1  á  6;  á  continuación  otra  hoja 
s.  nr.  con  versos  del  autor  y  otros  de  los  Brs.  Francisco  Xavier  de  Cárdenas  y  Juan  Francisco 
Arévalo  Sahagun  Ladrón  de  Huevara.  Al  pie  de  la  primera  plana  de  esta  hoja,  la  subscripción 
siguiente: 

Con  licencia,  en  México,  en  la  Imprenta  Real  del  |  Superior  Govierno, 
de  Doña  Maria  de  Rivera;  en  el  Empedradillo.  |  Año  de  1732.  | 

BLANCO  VALDEZ.  Fr.  ANTONIO  (Franciscano.) 

33.  Véase:  Olmedo.  Fr.  R.  B.  (1775). 

BONETA.    Dr.  JOSÉ  (Clérigo.) 

34.  LjRITOS  I  del  Purgatorio,  |  y  Medios  J  para  callarlos,  |  Libro  pri- 
mero, y  segundo.  |  Dedicados.  |  A  la  Virgen  Santissima  |  del  Carmen.  | 
Compuesto  |  por  el  Doct.  Joseph  Boneta,  |  Racionero  de  la  Santa  Metro- 
politana Iglesia  I  de  Zaragoca,  y  Doctor  en  Sagrada  |  Theologia.  |  Quinta 
impression  añadida.  |  En  Zaragoca:  por  Gaspar  Thomas  |  Martínez,  Año 
de  1698.  [  Y  por  su  original:  En  la  Puebla,  en  la  Imprenta  del  Capitán  | 
Sebastian  de  Guevara,  y  Rios,  |  año  de  1703.  | 

4to.;  port.  orí.  y  un  texto  latino  en  su  vuelta.  7  hojs.  prls.  s.  n.  Pág.  1  á  301,  la  obra  y  3  pág. 
de  índice  s.  nr. 

BORROMEO.  San  CARLOS 

35.  1  ESTAMENTO  |  o  vltima  voluntad  del  alma.  |  Hecho  en  salud,  para 
assegurarse  el  Christiano  de  |  las  tentaciones  del  Demonio,  en  la  hora  de 
la  Muerte.  |  Ordenado  |  por  San  Carlos  Borromeo,  Cardenal  del  Titulo  | 
de  Santa  Práxedis,  y  Arcobispo  de  Milán.   (Un  grabado). 

Con  Licencia.  |  En  México,  por  Francisco  de  Rivera  Calderón  |  en  la 
Calle  de  S.  Agustín.   Año  de  1730.  | 

4to.;  portada  á  cuya  vuelta  comienza  el  texto  con  3  hojs.  mas  s.  nr. 


ANÓNIMOS. 

36.  JjREVE  I  Promptuario  |  de  las  partes  de  |  que  se  compone  |  la 
Oración;  |  sacada  de  varios  mysticos,  |  Por  un  Hermano  de  la  Santa  |  Es- 
cuela de  Christo  Señor  N.  |  Sita  en  el  Colegio  de  Ntro.  |  Gran  P.  Sr.  San 
Pedro,  I  de  esta  Corte.  |  Impresso  en  México  con  las  licencias  |  necessa- 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

71 

rias,  en  la  Imprenta  Real  de  el  |  Superior  Govierno,  y  de  el  Nuevo  Re-  | 
zado  de  Doña  Maria  de  Rivera,  en  |  el  Empedradillo.   Año  de  1747.  | 

ióvo.;  po'rt.  y  15  hojs.  s.  nr. 

El  nombre  del  colector  y  editor  consta  al  fin  de  la  Dedicatoria  con  esta  cuarteta: 

¡VlANUal  breve  es  el  que  ofrezco 
Tíisto  ObsEquio  comPreHensivo, 
porque  mi  obediencia  realze 
los  en  Sánchez  de  lo  fino. 


37.  IJREVE  Compendio  de  las  innume-  ¡  rabies  lamentables  ruinas,  y 
lastimosos  estragos,  que  a  la  |  violencia,  y  conjuración  de  todos  quatro 
Elementos,  expe-  |  rimentó  la  Gran  Ciudad,  y  Corte  de  Lisboa,  el  dia  | 
primero  de  Noviembre  de  este  año  |  de  1755.  | 

Reimpressa  en  Cádiz  y  por  su  original  en  la  Puebla  cu  la  l tu-  |  pie  uta 
de  la   Viuda  de  Miguel  de  Ortega,  donde  se  hallará    \ 

4to.;  sin  año,  sed  1756. 


bibliografía  mexicana  del  siglo  XVIIL 

73 


C 


CABRERA.    Fr.    TOMAS   (Misionero  franciscano.) 

38.  Tesoro  de  la  virtud,  |  escondido  en  el  tesoro  publico  |  de  opu- 
lento caudal,  j  Sermón  fúnebre,  |  Que  en  las  Honrras  celebradas  el  dia  3 
de  Septiembre  de  1742.  I  En  la  Iglesia  de  San  Matheo  de  Valparaiso,  | 
Al  Señor  Don  Fernando  |  de  la  Campa,  los,  |  Coronel  de  Infantería  Es- 
pañola, Caballero  de  la  Orden  de  Al-  |  cántaro,  y  Conde  de  San  Matheo 
de  Valparaiso,  |  Predicó  \  El  P.  Fr.  Manuel  Thomas  Cabrera,  |  Lector  de 
Prima  en  el  Colegio  Apostólico  de  Propaganda  Fide,  |  de  Nuestra  Señora 
de  Guadalupe  de  Zacatecas.  |  Sácalo  a  luz  |  la  Señora  Condesa  de  S.  Ma- 
theo de  Valparaiso  |  Doña  Isabel  Rosa  Catharina  |  de  Zeballos,  Villegas, 
I  Esposa  del  difunto  Caballero,  |  y  lo  dedica  |  Al  Illmo.  y  Rmo.  Señor 
Doctor  I  Don  Juan  Gómez  de  Parada,  |  Colegial  Mayor  del  Insigne  Co- 
legio Viejo  de  Santa  Maria  de  |  Todos  Santos,  de  México:  Doctor,  y  Ca- 
thedratico  de  Prima  de  |  Philosophia  en  la  Universidad  de  Salamanca:  del 
Consejo  de  |  Su  Magestad:  Obispo  de  Yucatán,  Gvatemala,  y  actual  |  de 
Guadalaxara.  |  Con  licencia:  En  México  por  la  Viuda  de  Don  Josep 
Bernardo  de  Hogal:  Calle  de  las  Capuchinas.   Año  de  1743.  | 

4to.;  port.;  19  hojs.  prls.  s.  nr.  con  1).  I'P.  y  LL.;  pp.  1  ñ  36  el  Sermón. 

CALDERÓN  VELARDE.  DIEGO  (Clérigo.) 

39.  Acto  |  de  contrición,  ¡  dispuesto  |  en  cincuenta  y  siete  |  deci- 
mas, I  por  el  Lie.  D.  Diego  |  Calderón  Velarde,  |  Cura  Beneficiado  por 
su  Magestad,  |  que  fue  de  la  Muy  Ilustre  Villa  de  |  Cordova,  en  el  Obis- 
pado de  la  Pue  |  bla  de  los  Angeles,  |  donde  se  imprimió.  |  Y  por  su 
Exemplar  en  México  por  la  |  Viuda  de  D.  Joseph  Bernardo  de  |  Hogal, 
año  de  1754.  |  Y  aora  en  la  Imprenta  de  la  Bibliotheca  |  Mexicana,  junto 
á  la  Iglesia  de  las  RR.  |  MM.  Capuchinas,  reimpreso  el  de  1 762.  | 

8vo.;  port.  orí.  con  grah.  en  su  vta.  y  al  pie  de  él   comienza  el   texto  de  la  obra  contenido  en 

7  hojs.  regladas  s.  nr. 

IO 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII 

74 
CARTAGENA.  Padre  JUAN  MIGUEL  de  Jesuíta.) 

40.  Véase:  Paz  y  Salgado.  |   1747.  | 

CASTILLA.   P.    MIGUEL  de  (Jesuíta.) 

41.  ^ERMON  |  panegyrico,  I  en  la  annual  festividad  que  con-  |  sagra 
á  la  Dedicación  del  Santo  Templo  Metropolitano  |  de  México,  la  muy 
Ilustre,  y  Venerable  Archi-Cofradia  |  del  Santissimo.  |  Predicólo  el  Pa- 
dre Miguel  de  Castilla  de  la  Com-  |  pañia  de  Jesvs  Cathedratico  de  Pri- 
ma de  el  Co-  I  llegio  Máximo  de  San  Pedro,  y  San  Pablo  |  Calificador  del 
Santo  Officio.  |  Dalo  á  la  estampa  |  Don  Miguel  Calderón  de  la  Barca 
del  Consejo  de  su  Mages-  |  tad  Oydor  mas  antiguo  que  fue  de  la  Real 
Audiencia  de  esta  |  Nueva-España,  promovido  por  su  Mag.  en  sucesivas 
mercedes  |  (á  consulta  délos  Consejos  de  Camarade  Castilla,  é  Indias)  á 
I  plazas  de  üydor  de  la  Real  Chancilleria  de  Granada,  y  Gover-  |  nador 
del  Reyno  de  la  Nueva  Galicia,  y  Presidente  de  |  la  Real  Audiencia  de 
Guadalaxara.  |  Y  lo  dedica.  |  Al  Exmo.  Señor  Don  Francisco  Fernán-  | 
dez  de  la  Cueva  Henriques,  Duque  de  Alburquerque  Mar-  |  qués  de  Cue- 
llar,  Conde  de  Ledesma,  Gentil-Hombre  de  la  |  Cámara  de  su  Magestad  | 
Virrey,  Gobernador,  y  Capi-  |  tan  General  de  la  Nueva-España,  y  Presi- 
dente I  de  la  Real  Audiencia  de  México.  ¡  Con  licencia:  En  México  por 
Juan  Joseph  Guillena  Carrasco    |  so  en  el  Empedradillo.    Año  de  1707.  | 

4to.;  port.  orí.;  13  hojs.  prls.  s.  nr.;  pp.  i  á  24  el  Sermón. 

42.  Sermón  |  de  \  San  Nicolás  |  el  Magno,  Arzobispo  de  Mira,  Pa-  | 
tron  de  la  Ciudad  de  Bari,  |  Que  predico  |  el  P.  Miguel  de  Castilla,  de  la 
Compañía  |  de  Iesvs,  Cathedratico,  que  fue  de  Prima  de  |  Theologia  en  el 
Collegio  Máximo  de  S.  Pedro  |  y  S.  Pablo,  y  ahora  Prefecto  de  la  muy  | 
Illustre,  y  Venerable  Congregación  del  Sal-  |  vador,  y  Calificador  del  San- 
to Officio.  I  En  la  Solemnidad,  |  Que  en  la  Iglesia  de  Religiosos  Bethle- 
mitas  I  desta  Ciudad  de  México  celebra  todos  los  años  |  el  Capp.  D.  Die- 
go de  Berasturi,  al  presente  |  dignissimo  Prefecto  de  dicha  Congregación, 
I  quien  te  saca  áluz,  desseoso  de  promover  |  la  devoción  del  Santo.  |  Con 
licencia  en  México:  ¡  Por  la  Viuda  de  Miguel  de  Ribera  Calde-  |  ron,  año 
de  1709.  I 

4to.;  port.  orí  ;  7  hojs.  prls.  s.  nr.  con  D.  PP.  y  LL.;  pp.  1  á  12  el  Sermón. 

CASTILLO.   FRANCISCO  XAVIER  del    clérigo.) 

Anteportada:    l'n  grabado  en  cobre  representando  á  "Nuestra  Señora  de  las  Lágrimas." 
Portada: 

43.  r\.LIENTO  de  pecadores.  |  Tiernos  exercicios  |  que  en  forma  de 
novena,  |  se  consagran  |  á  las  purísimas  y  tiernas  |  lagrimas  |  de  Nuestra 


BIBLIOGRAFÍA  MEXICANA  DEL  SIGLO  XVlll. 

7$ 

Señora  |  la  Santísima  Virgen  |  Maria  |  de  los  Dolores,  \  Para  alcanzar  por 
su  medio  la  conversión  perfecta  de  las  Almas.  |  Pof  el  Dr.  Don  Francis- 
co Xavier  del  |  Castillo,  Presbitero  de  este  |  Arzobispado.  |  Reimpresos 
en  México  en  la  Oficina  de  los  |  Herederos  del  Lie.  D.  Joseph  de  Jaure- 
gui,  |  calle  de  Santo  Domingo,  año  de  1794.  | 

l6vo.;  port.  empezando  á  la  vuelta  la  obra  que  ocupa  31  hojs.  s.  nr.  De  éstas  las  5  primeras 
páginas  contienen  la  Historia  de  la  imagen,  y  por  ser  estas  relaciones  dalos  importantes  para  la 
etnología  y  la  historia,  la  reproducimos  á  continuación: 

Origen  y  breve  noticia  de  la  milagrosa  Imagen  de  Nra.  Sra.  de  las 
Lagrimas,  que  se  venera  en  la  Metropolitana  Iglesia,  de  este  Arzobispado. 

Entre  las  Preseas  insignies  de  Sagradas  Reliquias,  y  Milagrosas  Image 
nes,  que  deposita  nuestra  Metropolitana  Iglesia,  es  digna  de  grande  esti- 
mación la  que  con  el  Título  de  nuestra  Señora  de  las  Lagrimas,  venera  en 
su  devota  Capilla,  el  muy  Ilustre  Arte  de  Platería  de  esta  Nobilisima  Ciu- 
dad, de  quien  solicitando  el  Origen  por  los  mas  Ancianos  de  su  profesión, 
y  libros  de  su  Archivo,  he  averiguado  las  siguientes  noticias  que  fielmen- 
te, y  con  brevedad  transcribo. 

Ser  de  esta  Sagrada  Imagen  la  antigüedad  tan  crecida,  que  si  no  ex- 
cede el  de  cien  años  acerca  ya  su  Origen  á  este  transcurso. 

Haber  tenido  este  Ilustre  Arte  para  sus  cultos  el  motivo,  ó  principio  de 
un  portentoso  acaso,  que  fué  el  de  haberse  originado  en  esta  Ciudad,  en 
uno  de  los  dias  de  la  Semana  Santa  cierto  bullicio,  ó  desinquietud,  que 
causó  la  competencia,  ó  emulación  en  el  transito  de  sus  Pasos,  y  devotas 
Procesiones,  las  que  retiradas  ya,  y  entrada  la  noche,  se  halló  en  sus  obs- 
curidades como  resulta  el  rico  Tesoro  de  tan  Milagrosa  Imagen,  siendo  de 
su  hallazgo  el  feliz  lugar,  el  que  registra  distrito  desde  el  Portal  que  lla- 
man de  Mercaderes,  hasta  el  de  una  Alcantarilla,  que  aun  existe,  ó  primer 
Zaguán  de  las  Tiendas  de  Platería,  y  Calle  que  va  al  Convento  de  nues- 
tro Padre  San  Francisco:  desde  cuyo  sitio  (después  de  haberse  puesto  á 
pública  vista  en  el  siguiente  dia)  por  no  haber  ocurrido  á  reconocerla  co- 
mo propia,  Persona  alguna,  (diligencia  que  se  solicitó  con  particular  es- 
mero) fué  dicha  Sagrada  Imagen  pasada  á  la  Parroquial  Iglesia  del  Titu- 
lo de  la  Santa  Vera-Cruz  de  esta  misma  Ciudad,  donde  con  muy  particu- 
lar esmero  fué  venerada  y  asistida,  por  el  cuidadozo  zelo  y  Christiana  de- 
voción, de  este  Nobilísimo  Arte  de  Platería,  que  con  crecidos  gastos,  no 
solo  promovía  sus  cultos,  sino  que  también  los  solicitaba  aumentar,  sacan- 
do dicha  su  Imagen,  en  pública  y  devota  Procesión,  que  hacia  el  Juevez 
de  la  Semana  Santa;  costumbre  que  ya  practicaba,  aun  por  los  años  de  mil 
seiscientos  sesenta  y  tres,  según  consta  de  sus  Archivos,  y  manuscritos, 
de  los  que  también  se  deduce  su  translación  á  la  Capilla,  que  es  en  esta 
Metropolitana  Iglesia,  bajo  del  titulo  de  la  Purísima  Concepción  de  núes- 


BIBLIOGRAFÍA  MEXICANA  DEL  SIGLO  XVIII. 

76 

tra  Señora,  donde  con  los  esmeros,  devoción,  y  liberalidad  que  acostum- 
bra, le  deposita  feliz  este  Nobilísimo  Arte,  que  aun  reconoce  agradecido 
á  la  Parroquial  Iglesia  de  la  Santa  Vera-Cruz,  su  antigua  estancia,  ofre- 
ciendo en  reconocimiento  de  ésta,  y  por  la  particular  alianza,  que  escritu 
ró  con  su  Muy  Ilustre,  c  Insigne  Archi-Cofradia  de  Cavalleros  la  Ofrenda 
de  un  anual  Cyrio;  hasta  aqui  las  noticias  de  su  Origen. 

De  su  Sagrado  aspecto,  y  singular  hermosura,  siendo  corto  lienzo  para 
dibujarla  el  papel,  y  aun  escasas  de  la  Retorica,  las  figuras  para  encarecer 
la,  solo  digo,  que  es  en  su  tamaño  y  proporcional  estatura,  como  en  el  de 
una  vara  y  media,  ó  poco  mas  de  altitud,  su  ropaje  el  de  una  encarnada 
Túnica,  que  sobreviste  con  un  manto  azul,  sin  daga,  las  manos  abiertas,  y 
no  enclavijadas,  con  un  blanco  lienzo  en  la  diestra,  tierna  demostración  de 
quien  manifiesta  sus  dolores,  ó  intenta  enjugar  de  sus  tiernos  Ojos  las  ver- 
tidas lagrimas;  el  semblante  tan  afligido  y  hermoso,  que  si  fué  empeño  del 
Arte,  parece  manifiesto  de  superior  artificio,  el  que  mas  admirable  se  re- 
gistra en  el  particular  acierto  conque  de  copiosas  y  abundantes  lagrimas 
se  descubre  esparcido:  motivo  que  acaso  le  dio  tan  tierno  doloroso  Títu- 
lo, y  noticias  tolas,  que  si  hasta  aqui  ha  adquirido  el  cuidad ->,  aumentará 
ya  la  nueva  solicitud  haciendo  de  unas  y  otras,  (como  es  debido)  jurídi- 
ca información. 


ANÓNIMO. 

44.  C^ATALOGUS  |  Personarun,  et  offi-  |  ciorum  ProvinciaeMexicanae  \ 
Societatis  JESU.  |  Inlndiys  1764. — El  escudo  de  la  Compañía.  |  Mexici. 
I  Typis  Reg.  &  Ant.  D.   II  defonsi  ¡  Seminarij  Collegij.  | 

8vo.;  port.  orí.;  una  hoja  s.  nr.  con  el  índice  de  los  colegios  y  casas;  pp.  i  á  55  la  obra. 
Por  ser  raro  y  contener  muy  interesantes  noticias  este  folleto  he  creído  conveniente  reprodu- 
cirlo aquí. 

Index  Alphabeticus  Collegiorum,  et  Domorum;  et  insuper 
Provinciarum  Missionum  Mexican/E  Provincia. 

Angclopolitanum  Collegium,  &  DomustertiaeProbationisSpiritus  Sancti. 

Angelopolitanum  Seminarium  Sancti  Hieronymi  pro  minoribus  studijs 
extemorum. 

Angclopolitanum  Collegium  S.  Ildefonsi. 

Angelopolitanum  Seminarium  S.  Ignatij  pro  majoribus  studijs  extemo- 
rum. 

Angclopolitanum  Collegium  S.  Francisci  Xav.  pro  Indis. 

Campcclicnsis  Residentia. 

Chiapcnsc  Collegium. 

Chiguaguensis  Residentia. 

Cinalocnse  Collegium. 


bibliografía  mexicana  del  siglo  XVIII. 

77 

Durangense  Collegium. 

Durangense  Seminar,  externorum  SS.  Petri,  &  Xaverij. 
Emeritense  Collegium. 

Emeritense  Seminarium  externorum  S.  Petri. 
Guadalaxarense  Collegium. 

Guadal  a. varen  se  Seminar,  extern.  S.  Ioannis  Baptistae. 
Guanajuatense  Collegium. 
Goa  tima  leu  se  Collegium. 

Goatimalensc  Seminarium  externorum  S.  Borgiae. 
Havanense  Collegium. 
Lcgionensc  Collegium 
Mexicana  Domus  Professorum. 
Mexicanuvi  Colleg.  Máximum  SS.  Petri,  &  Pauli. 
Mexicanum  Seminarium  externorum  S.  Ildefonsi. 
Mexicanum  Collegium  S.  Andreas. 
Mexicanum  Collegium  S.  Gregorij  pro  Indis. 
O ax acense  Collegium. 
Pacense  Collegium. 
Parralensis  Residentia. 
Parrensis  Residentia. 
Patzquarense  Collegium. 

Patzquarense  Seminarium  externorum  S.  Ignatij. 
Potosiense  Collegium. 
Portus  Principis  Residentia. 
Queretarense  Collegium. 

Queretarense  Seminarium  S.  Xaverij  pro  externis. 
Tepotzotlanense  Collegium,  &  Domus  Probationis. 
Tepotzotlanensc  Seminarium  Indorum  S.  Martini. 
Vallisoletanum  Collegium. 
Veracrucense  Collegium. 
Zacatecanense  Collegium. 

Zacatecanense  inchoatum  Seminarium  externorum. 
Zelajense  Collegium. 
Sunt  domicilia  42. 

Provinci/E  Missionum. 
California:  Provincia. 
Chinipensis  Provincia. 
Cinaloensis  Provincia. 
Sonoroensis  Provincia  &  Pimarum. 
Nayarithensis  Provincia. 
Taraumarensis  Provincia. 


bibliografía  mexicana  del  siglo  XVIII. 

78 

R.  P.  Franciscus  Zevallos  Provincialis  ig.  Maij  1763. 

P.  Ioannes  Ildefonsus  Tello,  Socias  R.  P.  Prov.  19  Maij  1763. 

Michael  Abaurrea,  Comes  R.  P.  Prov. 

Angelopolitanum  Colleg.  et  Domus  Terti.e 
Probat.  Spiritus  Sancti. 

P.  Iosephus  Bellido  Rector.  19.  Maij.  1763. 

P.  Emmanuel  Colazo  Minister,   Prcef Sanitatis,   &  ScJiol.   Corrcct.   ad 
mens  Secund.  C. 

P.  Mathias  Huerta,  (tachado)  Scncx. 

P.  Petrus  Cessati,  Instruet.  P.  P.  3.  Probat.  Prcef.  Leet.  ad  1.   tnensam 
C.  Con/.  N.  &  in  T. 

P.  Albertus  Zarzosa,  Oper. 

P.  Ioannes  Arrióla,  Oper.  Conf.  N.  &  in  T. 

P.  Ioannes  Franciscus  López,  Admon.  &  C.  Prcef.  exercit. 

P.  lofephus  Cumplido,  (tachado)  Prcef.  Sod'  Dolor.  Conf.  X.  &.  in  T. 
Corred,  ¡ib. 

P.  Iosephus  Ortega,  Capel. 

P.  Thomas  Sandoval. 

P.  Ignatius  Mozarave,  Proc.  Colleg. 

P.  Ignatius  Ronderos,  C.  Corred,  lid.  Conf.  in  T. 

P.  Iosephus  Santelises,  Oper.  Conf.  in  T. 

P.  Franciscus  Aramburu,  Prcef.  Spirit.  Conf.  N.  &  in  T. 

P.  Ioseph  Calderón,  Senex. 

P.  Agustinus  Arrióla,  Oper.  Conf.  AT.  &.  in  T. 

P.  Henricus  Alvarez,  (tachado)  CatJiech.  FF.  Collegit pitnct.  adán.  Oper. 
Conf.  N.  &  in  T. 

P.  Eugenius  Ramírez,  Oper.  Conf.  in  T.  Prcef  Cas.  consc. 

P.  Michael  Benjumea,  Prcef.  Sod.   Vifitat.  Conf.  N.  &.  in  T. 

P.  Petrus  Llanes,  Oper. 

P.  Iosephus  Bueno,  Oper. 

P.  Ioannes  Murillas,  Oper. 

P.  Didacus  Vargas,  Invalid. 

P.  Antonius  Cid,  Prcef.  Sod.  mixt.  &.  Carcer. 

P.  Emmanuel  Iturriaga,  Prcef.  CatJiech. 

P.  Maximilianus  Gil,  Oper. 

P.  Martinus  Vallarta.  Oper. 

P.  Ioachimus  Tapia,  Prcef.  Sod.  Puer.  Annunt. 

P.  Iosephus  Ignatius  Calderón,  Oper.  &.  Prcef.  Bibliotec. 

P.  Bernardinus  Ortiz,  Oper. 

P.  Ioachimus  Ibañez  (tachado). 

P.  Petrus  Gallardo. 

P.  Ignatius  Gisbert. 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIll. 
79 

PP.  Terti^e  Probationis. 

P.  Iosephus  Ignatius  Doporto. 

P.  Franciscus  Pascua  (tachado.) 

P.  Emmanuel  Albarran  (tachado). 

P.  Franciscus  Alegría. 

P.  Athanasius  Portillo. 

P.  Iosephus  Alegría. 

P.  Iosephus  Hurtasum. 

P.  Iosephus  Iranzo. 

P.  Andreas  Soriano. 

P.  Iosephus  Nevé. 

P.  Dominicus  Diez. 

P.  Ioannes  González. 

Professores  Gram 

P.  Michael  Vaquera,  Rhctor.  &.  Poes. 

....  4.  Cías  ¿dan,  qui  Soc,  Sup.  San. 

Andreas  García,  3.  Cías. 

P.  Iosephus  Acosta,  2.  Cías. 

Petrus  Márquez,  1.  Cías. 

Infirma  Mente. 

P.  Ioannes  Ramírez. 

P.  Emmanuel  Leaegui. 

Ioachimus  Castro. 

Thuribius  Hervin. 

Antonius  Lozano. 

Coadjutores 

Didacus  Arias,  Scnex. 

Franciscus  Xaverius  Yatza,  Administ.  Prcea. 

Franciscus  Gerardi,  Soc. 

Franciscus  Coz,  Soc. 

Basilius  Blanco,  Aídit. 

Antonius  Abruñedo,  Soc.  (tachado). 

Petrus  Inchaurrandieta,  Adjut.  Procurat. 

Michael  San  Martin,  (tachado)  Admiu.  Praul. 

Ioannes  Franciscus  Ponze,  Ludiuiag.  2. 

Salvator  Rodríguez,  Janiíor. 

Iosephus  Aguirre,  Soc. 

Iacobus  Palacios,  Soc.  Procur. 

Antonius  Ramírez,  Ludimag.  1. 

Franciscus  Puisac. 

Eugenio  Zambelli  (ms.) 

Ioannes  Llórente,  (tachado)  Custos  vefl. 

Emmanuel  Ciorraga,  Prom.  Cond. 


bibliografía  mexicana  del  siglo  XVlll. 

8o 
Seminarium  S.  Hieronymi. 

P.  Petrus  Bolado,  Super. 

Franciscus  Xaverius  Castillo,  Soc.  Super.  curat  Convict. 

Sacerdotes  jp.  in  j.  Prob.  non  Sac.  i .  SchoL  ./.  Coad.  18.  Socij.  y  2. 

Angelopolitanvm  Colleg.  S.  Ildefonsi. 

P    Iosephus  Zepeda,  Rector,  ip.  Majj.  1763. 

P.  Iosephus  Melendez,  Minister.  Prcef.  fanit.  Cor.  ad  2.  nicnf.  &.  lib. 

P.  Antonius  Salas,  Prcef.  Stud.  Admon.  C.  Con/.  N.  &.  in  T. 

P.  Ioannes  Castañeda,  Prcef.  Spir.  Conf.  N.  &.  in  T. 

P.  Vincentius  Rothea,  Proc.  Colleg. 

P.  Ignatius  Blanco,  Prcef.  Sod.  Dolor.  Cor.  lib.  Conf.  Al.  &.  in  T. 

P    Iosephus  Guerrero,  Oper.  Prcef.  Cathech.  &.  T. 

Professores. 

P.  Iosephus  Padilla,   Thcol.  Schol.  Primar.  C.  Conf.  in  T. 

P.  Ignatius  Cova,  Vespert.  C.  Conf  in  T. 

P.  Iosephus  Soldevilla,  Thol.  Mor.  Conf  in  T. 

P.  Ioanes  Ochoa,  Sac.  (tachado)  Script.  Prcef.  ton.  Conf  in  T. 

P.  Ioannes  Iragorri,  Metaph. 

P.  Franciscus  Martínez,  Phyf. 

P.  Iosephus  Legaspi,  Log. 

SCHOLASTICI  4.   AN.  THEOLOG. 

P.  Ioannes  Llantada. 
P.  Iosephus  Anguas. 

In  3.  An.  Theolog. 
Ferdinandus  Berra. 
H.  Gil  Rodríguez,  aud  Theolog.  Mor.  (ras.) 

Repetunt  philosophiam. 
Iosephus  Callejo. 
Mathias  Callejo. 
Iosephus  Castilla. 
Iosephus  Castañiza. 
Iosephus  Lava. 
Iosephus  Maldonado. 
Nicolaus  Loniana. 
Raphael  Rivera. 
Petrus  Cantón. 
Dominicus  González. 


BIBLIOGRAFÍA  MEXICANA  DEL  SIGLO  XVIII. 
81 


Franciscus  Domenec. 
Marianus  Velasco. 
Antonius  Barroso. 


Ignatius  Fano. 
Ioannes  Jabat. 
Gabriel  Echeverría. 


Metaphysici. 


LOGICI. 


Coadjutores. 


Adrianus  García,  Soc. 
Petrus  Carrera,  (tachado)  Ad/tiiti.    Prced. 
Franciscus  Pardo,  Admití    Prced. 
Salvator  López,  Gustos  vest 
Bernardus  Valdes,  Prom    C  otid. 
Ioannes  Antonius  Aguirre,  Soc.   Proc. 

Seminarium  s   [gnatij. 

P.  Ioannes  Muñoz,  Super. 

P.  Andreas  Cabo,  Soc.  Super.  cura  i  Cotivict. 

Sacerd.  18.   Schol.  ij.    Coadjut.  6.   Socij.  41 . 

Angelopolit;  Colleg.  S.  Pranc.  Xaveríj. 

P.  losephus  Rincón,   Vic-Rect.  2j.  Maij  1763.  Prcef.  san 

P.  Petrus  Zazurca,  Admon.   Cor.  ¿ib.  Col.  ati  C.  Con/.  1 11    T.  Missionat 

P.  losephus  Texedor,  C.  Cotí/.  N.  &  in  7!  Missiotiar. 

P.  losephus  Iañez,  C.  Conf.  N.  &  in   T.  Missiotiar. 

P.  Antonius  Priego,  Prcef   Catheck.  C   Conf.  N   &  Mag.  ling.  Moa. 

P.  Blasius  Arriaga,  Missiotiar.  Admitid.  Prced. 

P.  Petrus  Astegui,  Oper.  Missiotiar. 

P.  losephus  Velasco,  Oper.  Missiotiar. 

P.  Vincentius  Gome/.,  Oper.  Missiotiar.  Col  Indi, 

P.  Víctor  Brotons,  Oper.  Mission. 

P.  Paulus  Malo,  Oper.  Missiotiar. 

(  !<  >ADJUT<  >RES. 

Philippus  Loaiza,  (tachado)  Promus  cotid. 
Didacus  Barón,  Admití.  Prced. 
Marianus  Coca,   Lttdimag,  Indorum. 

Sacerdotes  11.    Coad.  ;.    Socij  14 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

82 

CAMPECHENSIS  residentia. 

P.  Augustinus  Palomino,  Super.  21.  Maij  1763. 

P.  Ioannes  Lucas  Castillo,  (tachado)  Prcef.  Cathech. 

P.  Iosephus  Frexomil,  Pro/.  Gram. 

Sacerdotes  /ocij  3. 

CllIAPENSE  COLLEGIUM. 

P.  Nicolaus  Bena vides  (tachado)  Rect.  rcj.  Maij  1763. 

P.  Martinus  Olague,  Pro/   Theolog.  Mor.  Oper. 

P.  Franciscus  Iguerategui,  Proc.  Colleg.  Oper. 

P.  Iosephus  Iturriaga,  Pro/es.  Gram.  Oper. 

P.  Antonius  Ximenez,  Pricf.  Sod.  Oper. 

Iosephus  Blanco,  Administ.  &  Lndunag. 

Sacerdotes  5.    Coad.  1.  Socij  6. 

CHIGUAGUENSIS    RESIDENTIA. 

P.  Dionysius  Murillo,  Super.  21.  Maij.  1763. 
Y.  Claudius  González,  Pro/es.  Gram.  Oper. 

Sacerdotes  Socij  2. 

ClNALüENSK    COLLEGIUM. 

P.  Iosephus  Gaifias,  Rect.  icj.  Maij.  1763. 
V.  Iosephus  Palomino,  Pro/   Gram    Oper. 

Sacerdotes  Socij  2. 

DlJRANGENSK  Coi.LEGIUM. 

P.  Ignatius  Aramburo,  Rect.  icj  Maij  1763.  Pr<ef.  salut. 

P.  Joannes  Emmanuel  Hierro,  (tachado)  Senex  in  Prced. 

Y.  Ioannes  Fuente,  Pne/.  Sod.  Dol.  Carc.  &  T.  C.  Con/.  N.  &  in  T. 

P.  Iosephus  Raymumliis  Rivt-r  •,  Pref Catitee h.  Oper  C. 

P.  Dominicns  Ascarza,  Colligit punct.  adán    Oper. 

Professores. 

P.  Michael  Valides,   Theolog.  Schol.  Admon.  Pne/  Spir.   C.  Con/  N.  & 
in  T. 

P.  Ioannes  Lartundo,    Theolog.  Mor.   C.  Con/.  N.  &.  in  T. 

P.  Pius  Laguna,  Metaph. 
Gram    idem  qui  curat  Convict. 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIll. 

83 

Coadjutores. 

Antonius  Urroz,  Promus  cond. 
Mathaeus  Carmona,  Ludimag. 

Seminarium  SS.  Petri,  et  XAVEK1J. 
P.  Iosephus  Espadas,  Curat  Convict. 

Sacerd.  9.  Coadj.  2.  Socij  11. 

EMERITENSE  COLLEGIUM. 

P.  Martinus  Puerto,  Rect.  19.  Maij  iyój.  Prcef.  sanit. 

P.  Michael  Gadea,  Prcef.  Sod.  C.  Conf  N.  &  in  T. 

P.  Franciscus  Xaverius  Gómez.  C.  Conf.  N.  &  in  T.  Oper. 

PROFESSORES. 

P idem  qui  Super.  Semin.  Theolog.  Schol. 

P.  Iosephus  Palomo,   Theolog.  Mor.  C.  Conf.  N.  &  in  T. 

P.  Augustinus  Castro,  Sae.  Can.  C.  Conf.  N.  &  in  T. 

P.  Iosephus  Domínguez,  Logic. 

P.  Michael  Carranza,  Gram.  in  1,  2,  j,  cías. 

P idem  qui  curat  Convict  in  4..  &  5  cías. 

COADJUTOR. 
Thomas  Martínez,  ad  domest. 

Seminarium  S.  Petri. 

P.  Petrus  Iturriaga,  Super. 
P.  Iosephus  Romero,  Soc. 

Sacerdotes  9.   Coadjut.  1.   Socij  10. 

GUADALAXARENSE    COLLEGIUM. 

P.  Iosephus  Estrada,  Vice-Rect.  16.  Nov.  iyój.  Prcef.  saiut.  &  Stud.  major. 

P.  Antonius  Aragonez,  (tachado)  Admon.  Prcef.  Spirit,  &  Sod.  Bona 
mort,  C.  Conf  N.  &  in  7. 

P.  Michael  Sola,  Mission.  curat.  Dom.  Laur.  Prcef  Can:  Conf  N.  & 
tu  T. 

P.  Ioannes  Guraya,  Missionar.  Prcef  T.  Conf.  in  T. 

PROFESSORES. 
P idem,  qui  Super.  Sem.  Theolog.   Schol.  C.  Conf.  .Y. 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XV III 

84 

P.  Iosephus  Diez,    Theolog.    Mor.    Prcef.   Stud.   Min.    &   Cas.  cojis.    C. 
Conf.  N. 

P.  Ioannes  Antonius  Doporto,  Metaph. 
P.  Ángelus  Quessa,  Log.  (tachado). 

idem,  qui  curat  Convic.  ./.  das.  Pcef.  <?r  Réct. 

Thomas  Gonzalo,  in  /,  .?,   ¿,  cías.   Guim. 

Coadjutores 

Franciscus  Montenegro,  Senex.  (tachado). 
Thadaeus  Rosales,  Ludimag, 
Iosephus  Cedano,  Admití.  Prced. 

Seminarium  S.  Joannis  Baptist.e. 

P.  Iosephus  Aguirre,  Super. 

Ioannes  Ravanillo,  Soc.  Super.  curat.   Couvict. 

Sacerd.  8.   Schol.  2.    Coadj.  3.   Socij  rj. 

GUANAJU ÁTENSE    COLLEGIUM. 

P.  Iosephus  Berrio,  Rector  19.  Maij  f/6j  Prcef.  salut.  &  Stud. 

V.  Ioannes  Villaamil,  Capel. 

P.  Emmanuel  Dominguez,  Misionar.  C.  Conf.  N.  &  in  T. 

P.  Pttrus  Malo,  Admon.  Prcef.  Spir.  C.  Conf  N.  &  in  T. 

P.  Ignatius  Texada,  Prcef.  Cathech.  &  Carc.  C.  Conf  N.  &  in  T. 

P.  Dionysius  Pérez,  Missionar.  C    Conf  N.  &  in  T. 

P.  Georgius  Vidaurre,  Log.  Mag. 

P.  Nicolaus  Noroña,  Misionar.  Oper. 

P.  Martinus  Irizar,  Missionar.  Oper. 

Ioannes  Almon,  Profes.  Gram. 

Coadjutores. 

Iosephus  Jordán,  Admití.  Prced. 
Raymundus  Ascensio,  Ludimag. 
Ioannes  Marint,  Curat.  eoustruct.   Temp. 

Sacerd.  <?.   Scliolar  1 .    Coadjut.  3.    Socij  13. 

GOATIMALENSE  COLLEGIUM. 

P.  Nicolaus  Calatayud,  Rector  19.  Maij  1763.  Prcef.  salut.  &  Stud. 
P.  Ioannes  Ignatius  Uria,  Admon.  Prcef.  Spir.  C.  Conf.  N.  &  in  T 
P.  Franciscus  Xaverius  Molina,  (tachado)  Proc.  Colleg. 
P.  Emmanuel  Muñoz,  Prcef.  T.    &  Carc. 


BIBLIOGRAFÍA  mexicana  DEL  SIGLO  XV III 

85 

P.  Raphael  Landivar,  Prest.  Sod.  Annunt. 
P.  Marianus  Fontecha,  Oper. 

>  Professores. 

P.  Thomas  Zayas,  Thcolog.  Schol.  C.  Conf.  N.  &  in  T. 

P idem,  qui  Super.  Sem.   1  heolog.  Mor.  C   Conf.  N.  &  in  T. 

P.  Bartholomaeus  Cañas,  Mctaph. 

P.  Ioannes  Sacrameña,  Log. 

P.  Emmanuel  González  Cantabrana,  Gram.  in  4.  P<zf.  &  Rheth. 

P.  Christophorus  Villafañe,  in  1 ,  2,  &j,  chis. 

Coadjutores. 

Martinus  Barroso,  Senex. 
Iosephus  Vasquez,  Prom.  cond, 
Antonius  Pons,  Ludimag  &  ALdit. 

Semina rium  S.  Borgi.1',. 
P.  Josephus  Vallejo,  Super. 

Sacerd.  12.  Coadjut.  j.  Socij.  15. 

Havanense  Collegium. 

P.  Stanislaus  Ruanova,  Rector  ig.  Maij  ijój.  Prcef.  salut.  &  Stud. 

P.  Josephus  Alaña,  Oper.  C.  Admon.  Conf.  N.  &  in  T. 

P.  Thomas  Butler,  Proc.  Colleg.  C.  Conf  N. 

P.  Franciscus  Villaurrutia,  Misionar.  Oper.  C.  Conf  N.  &  in  T. 

P.  Michael  Ruiz,  Missionar.  Oper. 

Professores. 

P.  Petrus  Rothea,  Tcolog.  Schol.  C.  Conf.  N. 

P.  Laurentius  Echave,  Thcolog.  Moral. 

P.  Hilarius  Palacios,  Metaph.  (ms.  P.  Josef  Cossio.) 

P.  Simón  Larrazabal,  Gram.  in  1,  2,  j  das. 

P.  Antonius  Poveda,  in  </  Poes.  &  Rhcth. 

/Egidius  Rodríguez,  Stud.   Thcolog.  Mor.  (tachado). 

Coadjutores. 

Ioannes  Frankenheiser,  Ad.  domest. 
Ioannes  Coveaga,  Admin.  Prced. 

Sacerdotes  10.  Schol.  1.  Coadjut.  2.  Socij  ij. 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

86 

Legionense  Collegium. 

P.  Andreas  Prud.  Fuente,  Rect.  rp.  Maij.   Prcef.  salut. 

P.  Franciscus  Xaverius  Alcozer,  Prcef.  Cathech.  C.   Conf.  N.  &  in  7. 

P.  Iulianus  Solano,  Prof.  Sod.  Dolor.  C.  Conf.  N.  &  in  T. 

P.  Antonius  Rios,  Capel.  C. 

P.  Franciscus  Morales,  Oper.  C.   Conf.  N.  &  in  T. 

P.  Ioanes  de  Deo  Ruiz,  Oper. 

Iosephvs  Anzorena,  Prof  es.  Gram. 

Coadjutor. 
Petrus  Mier,  Admin.  Argcntifod. 

Sacad.  6.  Scliol.  i.  Coad.  i.  Socij 8. 

Mexicana  Domus  Professorum. 

P.  Petrus  Reales,  Prcep.  ig.  Maij.  iyój.  C.  Prov. 

P.  Michael  Urisar,  Minist.  Prcef  sanit.  C.  Proc.  dom. 

P.  Ignatius  Calderón,  C.  Prov.  ad gravior.  Oper.  Conf.  in  T. 

P.  Iosephus  Paredes,  Adnwn.  Conf.  N.  &  in  T.  Prcef.  Cas.  eonsc. 

P.  Augustinus  Carta.  Oper.  C.  Prov.  Conf.  in  T. 

P.  Antonius  Ruiz,  Prcef.  Sod.  Salv.  C.  dom.  Conf  N.  &  in  T. 

P.  Iosephus  Iturriaga,  Cathech.  FF.  C.  dom.  Conf.  N.  &  in  T. 

P.  Franciscus  Pérez,  Oper.  Conf.  N.  &  in  T. 

P.  Vincentius  Zuazu,  Oper.  Conf.  in  T. 

P.  Iosephus  Restan,  Oper.  Conf  in  T. 

P.  Antonius  Corro,  Pra?f  Sod.  Bon.  mort. 

P.  Salvator  Davila,  Prcecept.  Excel.  Pro  Rcg.  filior. 

P.  Franciscus  Xaverius  Rodríguez,  Prcef.  Cathech. 

P.  Ioannes  Franciscus  Araujo,  Oper.  (tachado). 

P.  Iosephus  Cossio,  Oper.  (tachado). 

P.  Iosephus  Gondra,  Oper. 

P.  Ioannes  Diez,  Oper.  (tachado). 

P.  Franciscus  Vivar,  Oper. 

P.  Ioannes  Ignatius  González,  Oper.  Pra;f.  Carc.  &  T. 

P.  Enricus  Malo,  Oper.  (tachado). 

P.  Simón  de  Arroyo.  ( Ms.) 

P.  Domingo  Diez.  (Ms.) 

P.  Henrique  Alvarez.  (Ms.) 

Coadjutores. 
Petrus  Torres,  Soc. 
Michael  Boz,  Eleemos.  in  Urt. 
Melchior  Ruelas,  Eleemos.  ext.  urb. 


BIBLIOGRAFÍA  MEXICANA  DEL  SIGLO  XVlll. 

87 

Ángelus  Carta,  Aídituus. 
Franciscus  Villars,  Eleemos  in  urb. 
Iosephus  Olavarrieta,  Janitor. 
Franciscus  López,  Soc.  (tachado). 
Kmmanuel  Montalvan,  Soc. 
Dominicus  Vgatte.  ( Ms.) 
Augustinus  Borróte,  Curat.  vcst. 
Mathaeus  Miranda,  Soc.  (tachado). 
Thomas  Miranda,   Soc.  (tachado). 
H.  Mariano  Moctezuma.  (Ms.) 
Emmanuel  Miranda,  Proni.  cond. 

Sacerdotes  20.  Coadjut  12.  Socij  32. 

Mexic.  Coll.  Max.  SS.  Petri,  et  Pauli. 

1'.  Salvator  Gándara,  Red.  19.  Maij  IJÓJ.  C.  Prov. 

V.  Iosephus  Saiu  hez,  Minist.  C.  Prcef.  salut. 

P.  Iosephus  Castro  Cid,  Senex  in  Prced. 

P.  Ioachimus  Rodríguez,  Prcef  Stud.  maj.  Admon.  C.  Conf.  N.  ¿V  in  T. 

P.  Ioannes  Josephus  Nava,  C.  Conf.  N.  &.  in   T. 

P.  Michael  G  mzalez,  Prcef.  Spirit.  Catlieck.  FF.  Conf.  N .  &  in  7\  Cor. 
in  1  niens. 

P.  Michael  Castillo,  Prcef  Soda/.  Anutit.  Conf  N.  &  in  T. 

P.  Ioannes  Torija.  Preej.  Soda/.  Dolor.  &  Misión.  Conf.  N.  &.  in  7. 

P.  Ignatius  Gradilla,  /'roe.  Co/ieg. 

P.  Franciscus  Xaverius  Iañez,  Oper.  Conf.  in   T. 

P.  Iosephus  Vallaiti,  Prcef.  Soda/.  Puris.  Conf.  N.  Prof  Catli.  Exim. 
Doct.  in  alma  A  cade  ni. 

P.  Ludovicus  Pimentel,  Admití,  /'ned. 

P.  Laureanus  Bravo,  Oper. 

P.  Ferdinandus  Bravo,  (tachado).  Cape/,  (ms.  Exp°  ) 

P.  Fmmanuel  Guraya,  Pnef.   T.  &  Oper. 

P.  Petrus  Ciro,  Oper.  Missionar. 

P.  Franciscus  Xaverius  Rivero,  Cape/. 

P.  Ioannes  Noriega,  Admin.  Prced. 

Professores. 

P.  Paulus  Robledo,  Theolog.  Schol.  in  1 .  Cortect.  lib.  &  ad  2.  meus.  C. 
Conf.  N. 

P.  Ildefonsus  Fernandez,  Theolog.  Schol.  I 'es  Grcef.  Slud.  min  Colli- 
git.  pune/,  ad.  att.  Cor.  lib.  Conf.  Al. 

P.  Ioannes  Mota,    Theolog.  Mor 

P.  Franciscus  Xaverius  Contreras,  Sae  Seripi.  Prcef.  Cas.  canse.  &  ton 


bibliografía  mexicana  del  siglo  xrm. 


P.  Ioannes  de  Deo  Cisneros,  (tachado).  Metaph. 

P.  Ioannes  Quintanilla,  Phys. 

P.  Benedictus  Velasco,  Log. 

P.  Emmannel  Fabri,  (tachado),  Rhet. 

P.  Antonius  Castro,  Poes. 

Petrus  Vaquera,  in  j.  Cías. 

Emmanuel  Mendoza,  in  2.  Cías. 

Franciscus  Vidal,  /'//  /.  Cías 

SCHOl  ASTICI    IN  4.  ANNO. 

P.  Petrus  Marti,  (tachado). 

P.  losephus  Pereira,  (tachado) 

P.  losephus  Liebana,  (tachado). 

P.  Benedictus  Patino,  (tachado) 

P.  Petrus  Ganuza,  (tachado). 

P.  Gabriel  Santa  Cruz,  (tachado) 

P.  Ioannes  Malo,  (tachado). 

P.  Ignatius  Zamorano,  (tachado). 

P.  Thomas  Cabanas,  (fachado). 

P.  losephus  Antonius  Aguirrre, (ta<  hado) 

P.  Antonius  Lozano,  (tachado). 

P.  Petrus  Cuervo,  (tachado). 

P.  Mathias  Souza,  (tachado). 

IN  3. 
Ioanes  Chave-. 
Félix  de  Sebastian 
Raymundus  Sánchez, 
losephus  Antonius  Equia. 
Emuianuel  Rodríguez. 
Narcissus  González. 
Isidorus  González, 
losephus  Pozo. 
Athanasius  Frexoitiil. 
Petrus  Diez. 
Hilarius  Ugarte. 
Ignatius  Tagle. 
Franciscus  Calderón. 
Ioannes  Serrano. 

In  2. 
P.  Thomas  Esparza. 
F.mmanuel  Muñoz. 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 


Ioannes  Urrutia. 

Thomas  Arruti. 

Emmanuel  Arenas. 

Sebastianus  García  Diego. 

Michael  Castro. 

Raymundus  Poggio. 

Eligius  Fernandez  (tachado). 

Emmanuel  Antonius  Muñoz. 

Emmanuel  Velasco. 

Lucas  Marin  (tachado).  (En  ms.  Exí>°  ) 

In  i. 

Rothericus  Brito. 
Estephanus  Franyuti. 
Thomas  Basquás. 
Ioannes  Maneiro. 
Iosephus  Muñoz. 
Iosephus  Encinas. 
Ioannes  Jugo. 
Iosephus  Sierra. 
Ignatius  Noriega. 
Iosephus  Valoes. 
Ioannes  Esparza. 
Ioannes  Rodríguez. 
Franciscus  Reyna. 

Stud.  theolog.  mor. 

Ioannes  Flores. 
Ioachimus  Zayas. 

LoGIG. 

Raymundus  Tarros. 
Antonius  Lezaun,  invalid. 

Coadjutores. 

Ioannes  Martínez,  Senex  in  Prced.  (tachado). 
Petrus  Minguez  Sart,  &  Gustos  vest.  i. 
Vincentius  Vera,  Aídit. 
Ioannes  Eguzquiza,  Cur.  Construct.  Colleg. 
Genesius  Martínez,  Prom.  Cond. 
Dominicus  Rivero,  Admitid.  Prced. 
Gabriel  Caravantes,  Soc. 
Michael  Sabel,  Admití.  Prced. 


BIBLIOGRAFÍA  mexicana  del  SIGLO  XVlll. 

90 

Martinus  Montejano,  Adjut.  Procurat. 
Georgius  Schultz,  Valetudinar. 
Didacus  Rancurel,  Janit.  2. 
Michael  Coca,  Administ.  Prced. 
loannes  Morlete,  Cusios  vest. 
Stanislaus  Fondevilla,  Janit.  1 . 
Emmanuel  López,  Adjutor.  Admití. 
Marianus  Márquez,  Soc.  Proc. 
Barnabas  Pozo,  Soc. 
Iacobus  Coronel,  Adjut.  Admití. 
Tomas  Miranda,  (tus.) 

Semina kiuM  S.  Ildefonsi. 

P.  Iosephus  Iuliainis  Paneño,  Super.  11.  Jan.  fjój.. 

P.  Basilius  Solar,  Pro-Snp.  Prcef.   Theolog.  Schol. 

P.  Franciscus  Xaverius  Alegre,  Orditiat.  hyst.  Prov.  Pro/,  lit.  hum. 

P.  Simón  Arroyo  Curat.  Cotivict.  Gramm. 

P.  Michael  Ibarburu,  Prcef.  Spir.  &  Sod.  SS.  Cord.  JES.  MAR. 

P.  Emmanuel  Cossio,  Prcef.  Sac.  Can. 

Ludovicus  Santoyo,  Cur.  Convict.  Pililos. 

Dominicus  Ugarte,  (tachado)  Promus  cond.   (En  ws.  Joscph   Palacios.) 

Sacerd.  y 7,    Schol.  ¿6.    Coadjat.  iy.    Socij.  112. 

Mexicanum  colleg.  S.  Andre.e 

P.  Emmanuel  Alva,  Rect.  ¡y.  Maij  1763.  Prcef.  sanit. 

P.  Antonius  Paredes,  Admoti.  C.  Cotif.  N.  &  iu  T. 

P.  Iosephus  Carrillo,  C.  Conf.  N.  &  iu   '/. 

P.  Franciscus  Xaverius  Carranza,  C.  Conf.  N.  &  in  T. 

P.  loannes  Araoz,  C.   Conf.  N.  &  in  T. 

P.  Rochus  Andonaegui,  Oper. 

P.  Augustinus  Márquez,  Direct.  Exercit. 

P.  Antonius  Frenero,  Missionar.  fio  Indis. 

COADJU  I  1  (RES. 

Balthasar  Porras,  Admití.  Prced. 
Augustinus  Quixano,  Soc. 
Franciscus  Serrano,  Admitid  Piad. 

Procura tokes 

P.  Ignatius  Lizassoain,  Prov. 

P.  Franciscus  Xaverius  Bonilla,   Capel. 

P.  Emmanuel  Villalta,   Capel. 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 
91 

P.  Ioannes  Franciscus  Nortier,  Admind.  Prced. 

P.  Emmanuel  Bravo,  Capel. 

Ioannes  Lautner,   Venditor  sacari. 

Ioannes  Ventura,  Soc.  Proc. 

Iosephus  Arriaga,  Admind.  Prced. 

Bernardus  Sarmiento,  Admin.  Prced 

P.  Ioannes  Armesto,  Calif.  C.  Pro?',  ad grav 

Blassius  Guller,  Admin.  Pned.  pro  Californ. 

Cajetanus  Cao,  Soc.  Proc. 

P.  Iosephus  Hidalgo,  Reliq.  Mission. 

Ioannes  Antonius  Cossio,  Soc.  Proc 

Sacerdotes  15.   Coadjut.  10.  Socij  25. 

Mexicanüm  colleg.   S.   Gregorij. 

P.  Nicolaus  Vasquez,   Rector  zp.  Maij  i?6j.  Prcef.  sanit. 

P.  Andreas  Xav.  García  (tachado)  Admon.  Pned.  Spir.   Con/.  N.  C. 

P.  Hyacinthus  García,  (tachado)  Conf.  N.  invalid. 

P.  Iosephus  Elvillar,  Senex  in  Prced 

P.  Martinus  Alcozer,  Pned.  Sod.  Dolor.  Conf.  N.  &  in   7.  C. 

P.  Emmanuel  Cartagena,  Admin.  Pned. 

P.  Gaspar  Miralla,  Prcef.  Sod.  Pon.  mor/.  &  Carc.  C 

P.  Iosephus  Ximeno,  (tachado)  Invalid.  Conf.  ¿V. 

P.  Iosephus  Zamorano,  Opcr. 

P.  Vicentius  Diaz,  Opcr.  Cathech. 

P.  Christianus  Malck,  Oper. 

Coadjutores. 

Ioannes  Esparza,  Lndimag. 
Iosephus  Guebel,  ALdituus. 

Sacerdotes  11.  Coad.  2.  Socij  13. 

Oaxacense  collegium. 

P.  Michael  Gutiérrez,  Rector  19  Maij  1763.  Prcef.  sanit.  &  Sttid.  maj. 

P.  Petrus  Castañeda,  C.  Prcef.  Sod.  Dolor.  Conf.  N.  &  in  P. 

P.  Iacobus  Vargas,  Admon.  Prcef.  Spir.  (tachado)  C.  Conf.  N.  &  in  1 . 

P.  Iosephus  Manan,  Prcef.  T,  Oper.  C.  Conf.  N.  &  in  P. 

P.  Ioannes  Tembra,  Missionar.  Prcef.  Carc.  &  in  P. 

P.  Dominicus  Esparza,  Missionar.  Oper.  Conf.  in  7. 

PROFESSORES. 

P.  Iosephus  Quintana,  Theolog.  Prcef.  Stud.  min.  &  Cas.  Con  se.  Colli- 
git  punct.  ad.  an.  C.  Conf.  N.  &  in  P. 


bibliografía  mexicana  del  siglo  XVlll. 
92 

P.  Ioannes  Bermeo,  Phyf. 

Ignatius  Maldonado,  in  ?.  &  ¿j_.  Gram 

Antonius  Casanova,  in  1.  &  2.  Gram. 

Coadjutores. 
Philiphus  Galar,  Soc. 
Iosephus  Miranda,  Ludimag. 

Sacerd.  8.  Schol.  2.  Coad.  2.  Socij  12. 
Pacense  collegium. 

P.  Franciscus  Miranda,  Vic-Rect.  ip.  Maij.  1763.  Prcef  san. 

P.  Maximilianus  Le-Roi,  Admon.  Cathech.  púer.  C.  Conf.  N.  &  in  T. 

P.  Antonius  Agreda,  Prcef.  Spir.  &  Sod.  Dolor.  C.  Conf.  N.  &  in  T. 

P.  Marcus  González,  C.  Conf.  N.  &  in  T.  Prcef  Cas.  consc. 

P.  Nicolaus  Ozeguera,  Prcef.   T.  C.  Conf  N.  &-  in  T. 

P.  Antonius  Calvillo,  Oper. 

P.  Vicentius  Sandoval,  Oper. 

Sacerdotes  y. 

Parralensis  residentia. 

P.  Iosephus  Pastrana,  Super.  21.  Maij  1763. 
P.  Vicentius  Guerra,  Prof  Gram. 

Sacerdotes  2. 

Parrensis  residentia. 

P.  Salvator  Peña,  (tachado)  18.  Jnn.  i/ój.  V.  Xhv.  González,  (ms.) 

P.  Ioannes  Isidorus  Abee,  Oper. 

P.  Sanctius  Reynoso,  Oper.  (tachado)  P.  Urtasum  (ms.) 

P.  Franciscus  Xaverius  Lozano,  Prcef  Sod. 

Sacerdotes  4. 

Patzquarense  collegium. 

P.  Isidorus  Molina,  Rect.  29.  Feb.  1760.  Pnef.  sanie.  &  Stnd. 
P.  Salvator  Bustamante,  Admon.    Prcef  Carc.  &  Cathech,  C.  Conf  N. 
&  in  T 
P.  Ignatius  Lazcano,  (tachado)  Prcef.  Sod.  Do/.  C.  Conf.  N.  &.  in  T. 
P.  Cajetanus  Cortés,  Prof.  Metaph. 
Philiphus  Franyuti,  Prof.  Gram. 

Coadjutor. 
Ioannes  Sacher,  ad  domest. 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII 

93 
Seminarium  S.  Ignatii. 
P.  Ioannes  Antonius  Nava,  Supcr.  &  Pro/.  Theol. 

Sacerd.  5.  Scholar  1.  Coadjut.  1.  Socij.  y. 

PüTOSIENSE  COLLEGIUM. 

P.  Philippus  Lugo,  Rector  ig.  Maij  1763.  Prcef.  san.  &  Stud. 

P.  Christophorus  Hierro,  Admon.  Prcef.  Spir.  C.  Con/.  AL  &   in  T. 

P.  Bernardus  Zumpcirl,  Missionar.  C.  Conf.  N.  &.  in  T. 

P.  Iosephus  Pazin,  Prcef.  Sod.  Bol.  C.  Conf  N.  &  in  T. 

P.  Iosephus  Salazar,  Missionar.  C.  Conf.  N.  &  in  T.  Prcef.  Carc. 

P.  Faustinus  Vega,  Prcef.  Cas.  consc.  &  T.  Opcr. 

Franciscus  Cossio,  Profcs.  Gram. 

Coadjutor. 
Emmanuel  Ibañez,  Ludimag. 

Sacerdotes  6.  Schol.  1.  Coadjut.  /.  Socij.  8. 

PORTUS  PRINCIPIS  RESIDENTIA. 

P.  Petrus  Palacios,  Supcr.  Maij  lyój. 
P.  Ioachimus  Munave,  Oper. 
P.  Emmanuel  Brito,  Prof  Log. 
P.  Michael  Ortiz,  Prof.  Gram. 

Coadjutor. 
Raphael  Buitrón,  Ad  domest. 

Sacerdotes  4.  Coad.  1 .  Socij  5. 

Queretarense  coi.legium. 

P.  Didacus  Verdugo,  Vice-Rect.  16.  Nov.  1763.  Pra?f.  sanit.  &  Stud. 

P.  Andreas  Fuente,  Invalid.  in  Praid. 

P.  Franciscus  Chaves,  Prcef  Spir.  Admon.  C.  Conf.  N.  &  in  T. 

P.  Franciscus  Regis  Salazar,  Pra?f  Sod.  Bou.  morí.  C.  Conf.  N.  &  in  7. 

P.  Petrus  Blanco,  C.  Conf  N.  &  in  T. 

P.  Franciscus  Gutiérrez,  (tachado)  Cathech.  Prcef.  T. 

P.  Leander  Mauriño,  (tachado)  Missionar.  Oper. 

P.  Philippus  Latas,  Missionar.  Proef.  Carcer. 

Professores. 

P.  Franciscus  Ganancia,  Theolog.  Schol.   Rcsolut.   Cas    consc.   Conf.  N. 
&  in  T. 

P idem,  qui  Super.  Sem.   Theolog.  Mor.  C. 


BIBLIOGRAFÍA  MEXICANA  DEL  SIGLO  XVIII. 

94 

P.  Laurentius  Cabo,  Mctaph. 

P. .  ídem,  qui  Ciirat  Convict.  ./.  Cías.  Gram.  &'  Rlict. 

Ioannes  Arrieta,  1,  2,  3,  das.  Gram. 

Coadjutores. 

Iosephus  Camino,  Ludimag. 
Thurivius  Garcia,  Admití.  Prced. 
Ioannes  Garcia,  Soc.  (tachado). 

Seminarium  S.  Francisci  xaverii. 

P.  Didacus  Abad,  Super, 

Andreas  González,  Soc.  Super.  curat  Convict. 

Sacerdotes  ti.  Schol.  2.  Coadj.  3.  Socij  16. 

Tepotzotlannense  coll.  et  dom.  prob, 

P.  Iosephus  Utrera,  Rect.  ip.  Maij  i?6j.  Mag.  Novit.  Cor.adi.  víais. 
P.  Michael  Hieronymus  González,  Minist.  Prcef.  sanit.  C.  Cor.  ad  2. 
mens.  &  ¿ib. 

P.  Michael  Baver,  Prcef.  Spirit.  C.  Con/.  N.  &  in  T. 

P.  Michael  López,  Admon.  C.  Conf.  X.  &  in  T. 

P.  Antonius  Villaamil,  Oper. 

P.  Antonius  Jugo,  Prcef.  Lit.  Jium.  Cor.  lib. 

P.  Emmanuel  Sotelo,  Oper. 

P.  Franciscus  Los  Rios,  (tachado)  Oper.  (ins.  Exp° ) 

Júniores  studentes  humanioribus. 

P.  Iosephus  Antonius  Hidalgo. 
Benedictus  Urbina. 
Ioannes  Belmont. 
Magdalenus  Ocio. 
Ferdinandus  Calderón. 
Emmanuel  Colon. 
Iosephus  Goicoechea. 
Ignatius  Pérez. 
Ignatius  Clavigero. 
Ioannes  Martínez. 
Michael  Lozano. 
Iosephus  Quintanilla. 
Iosephus  Cimiano. 
Petrus  Jaso. 
Franciscus  Luces. 
Iosephus  Cincunegui. 


BIBLIOGRAFÍA  MEXICANA  DEL  SIGLO  XVIII. 
95 

NOVITII  SCHOLASTICI. 

P.  Ignatius  Amorin. 
Iosephus  Toledo. 
Augustinus  Velez  (tachado). 
Iosephus  Emmanuel  Castillo. 
Iosephus  González  Cruz. 
Iosephus  Andonaegui. 
Petrus  Aguirre. 
Iosephus  Bernárdez. 
Iosephus  Michael  Sierra. 
Augustinus  Muñoz. 
Dominicus  Rodríguez. 
Bernardus  Zarzosa. 
Iosephus  Arsdekin 
Marianus  Quintana 
Ioannes  Serrato. 
Polycarpus  Ramírez. 
Iosephus  Marianus  Guerrero. 
Iosephus  Arrucha. 
Andreas  Vazuazaval. 
Iosephus  Peñalver. 
Petrus  Pérez  Acal. 

Coadjutores  antioui. 

Petrus  Sobrino,  Proc. 
Iacobus  Castaños,  Soc.  Procur. 
Ioannes  Berens,  Sar.  Cusí.  vest. 
Ioannes  Ruidiaz.  Admití.  Prazd. 
Laurentius  Arrióla,  Mediáis. 
Iosephus  Turpin,  Soc.  Proc. 
Franciscus  Barreda,  Ad  domest. 

Coadjutores  novitii. 


Ioannes  Villavieja. 
Thomas  Arsdekin. 
Marianus  Moctezuma. 
Emmanuel  Vargas 
Augustinus  Real. 
Ioachimus  Uria. 
Ferdinandus  Serio. 
Didacus  Cárcamo. 
Vicentius  Tobar. 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

96 

Seminarium  indorum  S.  Martini. 
P.  Iosephus  Lucas  A  naya,  Super.  Prce/  T.  C.  Con/.  N.  &  in  T. 

Sacerdotes  n,  Schol.  post.  vota  /,-.  Se /¿otares  Novitij  20.  Coadj.  Antiq.  7. 
Coadjat.  Novitij  p.  Socij  62. 

VALLISOLETANUM    COLLEG1UM. 

P.  Iosephus  Castillo,  Rector  nj.  Maij  /yój.  Pro/,  sanit.  &  Stud. 
P.  Nicolaus  Peza,  Admon.  Prce/  Spir.  &  Carc.  C.  Con/  N.  &  in  T. 
P.  Iosephus  Caro,  Oper. 
P.  Ignatius  Ibarbutu,  Oper. 
P.  Dominicus  Cossio,  Capel. 

P.  Emmanuel  Herrera,  Prce/.  Sod.  Dolor.  &  Cas.  co/isc.  C.  Con/.  N  & 
in  T. 

P.  Franciscus  Xaverius  Clavigero,  Pro/.   PJiys.  C. 
P.  Iosephus  Silva,  Cathech.  Oper. 
Iosephus  Borda,  Pro/.  Gram.  in  ,\  &  j   cías. 
Petrus  Arenas,  in  1.  &  2. 

Coadjutores. 

Raymundus  Peralta,  Liuiimag. 
Didacus  Barreiro,  Admin.  Preed. 
Iosephus  Pichardo,  Admin.  Prc?d. 
Antonius  Muruaga,  Prom.  cond. 

Sacerdotes  S.    Schol.  2.    Coadj ut   y    Socij  1+ 

Veracrucense  collegium. 

P.  Iosephus  Urbiola,  Red.  ip.  Maij  176 j.  Prce/.  sanit.  &  Stud. 

P.  Petrus  Luzena,  Admon.  Prce/  Spir.  &  ¿Ethiop.  C.  Con/  N.  &  in  T. 

P.  Antonius  Romero,  C.  Con/  N.  &  in  T.  Prce/.  Cas.  consc. 

P.  Iosephus  Campoy,  Prce/  Sod.  Dolor.  C   Con/.  N  &  in  T. 

P.  Thomas  Pérez,  Prce/  Carc.  C.  Con/.  N.  &  in  T. 

P.  Ioachimus  Leguinazabal,  Oper.  Colligit  punct.  ad.  an. 

Antonius  Noriega,  Pro/es.  Gram. 

Coadjutores. 

Eugenius  Zambdi,  Prom.  cond. 
Gregorius  Sesma,  Lndimag. 

Sacerdot.  6.   Schol.  1.   Coadjut.  2.  Socij  p. 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

97 

Zacatecanense  collegium. 

P.  Andreas  Luzena,   Vic  Rect.  18.  Jnn.  1763.  Prcef.  san.  &  Stitd. 
P.  Ludovicus  Tellez  Xiron,  Prcef.  Sod.   Dolor.  Spir.  &  Cas.  Cousc.  C. 
Con/.  N.  &  in  T. 

P.  Emmanuel  Arze,  Oper.  C.  Conf  N.  &  in  T. 
P.  Emmanuel  Theran,  Cathccli.  C.  Conf.  N.  &  in  T. 
P.  Franciscus  luanes,   Prof.  Metaph.  Cor  in  mens. 
P.  Emmanuel  Flores,  Prcef.  T.  df  Caro. 
Andreas  Roso,  Prof.  Gram. 

Coadjutores. 

Sebastianus  Vergara,  Admití.  Prozd. 
Ioanues  Hinterger,  Aiditnns. 
Iosephus  Borróte,  Luditnag. 
Ioannes  Artaza,  Prom.  Cond.  (tachado). 

Inchoatum  Seminarium. 
P.  Franciscus  Pineda,  Curdt  Convict.  C.   Conf  N.  &  in  T. 
Sacerdotes  J.   Schol.  1.  Coadjut.  4..  Socij 12. 

Zelayense  Collegium. 

P.  Iosephus  Piedra,  Rect.  19.  Maij  ijój.  Prcef.  sanit.  &  Stud. 

P.  Iosephus  Bernardus  Muñoz,   C.  Conf.  N.  &  in  T. 

P.  Marianus  González,  Admon.  Prcef.  Spir.  &  Carc.  C.  Conf.  N.  &  in  T. 

P.  Iosephus  Zamora,  Prcef.  Sod.  &  Cas.  consc.  Conf.  N.  &  in  T. 

P.  Iosephus  Izquierdo,  Cathech.  C.  Conf.  N.  &  in  T. 

P.  Franciscus  Urizar,  Oper. 

Gabriel  Viedmar,  Profes.  Gram. 

Coadjutor. 
Iosephus  Palacios,  (tachado)  Ad  domest. 

Sacerdot.  6.   Schol.  1.    Coadjut.  1.    Socij.  S. 

Provínole  Missionum. 
P.  Carolus  Roxas,   Visit.  Gen.  Mission.  ig.  Maij.  tyój. 

Provincia  California. 

P.  Lambertus  Hostel,   Visit.  in  Mission.  Passion. 
P.  Michael  Barco.   Rect.  in  Mission.  S.  Xaverij. 
P.  Bennus  Ducrué,  in  Mission.  Guadalup. 


bibliografía  mexicana  del  siglo  xviii. 
98 

P.  Iacobus  Begert,  in  Mission.  S  Aloys. 

P.  Carolus  Neumair,  in  Mission.  S.  Rosee. 

P.  Ignatius  Tirs,  ín  Mission.  S.  Tacobi. 

P.  Franciscus  Inaaina,  in  Mission  S.  loseph. 

P.  loannes  Xaverius  Bischoff,  in  Mission  Puriss. 

P.  Franciscus  Escalante,  in  Mission.  S    Rosalice. 

P.  Iosephus  Rothea,  in  Mission  S.  Tgnatij. 

P.  Georgius  Retz,  in  Mission.  S.  Gertrudis. 

P.  Vvenceslaus  Link,  in  Miss   S.  Borg. 

P.  Victorianus  Arnés,  Prope  infidel. 

P.  Xa  veri  us  Franco,  Prope  infidel. 

P.  Lucas  Ventura,  in  Castris  de  Loreto, 

P.  Iulianus  Salazar,  ejus  Seo. 

Coadjutor. 

loachimus  Cia,  Soc.  in  Cast.dc  Loreto. 

Saeerdotes  16.  Coadjutor  1 .  Socij.  ij. 

Chinipensis  Provincia. 

P.  Petrus  Paulus  Macida,   Visit.  in  Mission.   Guazapares 

V.  Emmanuel  Clever,  Rect   in  Miss.  S.  Anme. 

P.  Iosephus  Vvatzek,  in  Jlliss.  Iecora. 

V.  Iosephus  Falcumbeh,  in  Miss.  Moris. 

P.  Franciscus  Slesac,  in  Babaroco. 

P.  loannes  Cubedu,  in  M¡ss.  S.  Agnetis. 

P.  Nicolaus  Sachi,  in  Serocagui. 

P.  Iosephus  Chaves,  in   Tubares. 

P.  Vvenceslaus  Holub,  in  Satebo. 

P.  Franciscus  Xaverius  Vveijs,  in  Baburigamc 

P.  loannes  Stev,  in  Nabogame. 

P.  Ludovicus  Martin,  in   Miss.  S.  Andrece. 

Saeerdotes  12. 

Cinaloensis  Provincia. 

P.  loannes  Laurentius  Salgado,   Visit,  in   Viribis. 

P.  Iosephus  Ronderos,  Rect.  in  i  aa/noa. 

P.  Franciscus  Hlava,   ///  Moeorito. 

Y.  Ignatius  González,  /'//  Nio. 

Y.  Cosmas  Díaz,  in  Guazave. 

P.  loannes  Cedano,  /V/  Chicorato. 

P.  Antonius  Ventura,  in  Moehieave. 

P.  Antonius  Cardona,  in  Vaca. 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

99 

P.  Ioannes  Acuña,  in  Toro. 

P.  Laurentius  García,  in  Torin. 

P.  Ioannes  Plank,  iu  Bahcun. 

P.  Ioannes  Blanco,  iu  Rahun. 

P.  Georgius  Fraideneg,  iu  Mission.  S.  Crucis. 

P.  Franciscus  Ita,  iu  Bata  cosa. 

P.  Vicentius  Rubio,  /'//  Conicari. 

P.  Lucas  Merino,  iu  Nabojoa. 

P.  Franciscus  A  naya,  iu   '¡chueco. 

P.  Michael  Fernandez  Somera. 

P.  Sebastianus  Cava. 

Sacerdotes  ip. 

Nayarithensis  Provincia. 

P.  Antón  i  us  Polo,  Visit.  iu  Mission.  S.  Rites. 

P.  Franciscus  Xav.  González,  (tachado)  Rcc.  iu  Miss.  SS.   Triuitatis. 

P.  Thadaeus  Rivero,  (tachado)  iu  Izcatau.  P.  Laurent  Cavo  (¡Vis.) 

P.  Bartholomaeus  Volff,  in  Mission  S.  Theresice. 

P.  Iosephus  Naxera,  (tachado)  in  Guaina  mota.  P.  Andrés  Cabo  (Ms.) 

P.  Ignatius  Gómez,  in  Mission.  JES.  MAR. 

P.  Petrus  Oliveros,  in  Rosario.  Ign.  Zamorano.  (Ms.) 

Sacerdotes  y. 

Sonorensis  Provincia. 

P.  Emmanuel  Aguirre,  Visit.  in  Bacadeguatzi. 

P.  Iosephus  Roldan,  in  Aribechi. 

P.  Henricus  Kürtzel,  Rec.  in  Onavas. 

P.  Alexander  Rapicani,  in  Batuco. 

P.  Bartholomaeus  Saenz,  in  Banamichi. 

P.  Thomas  Pérez  de  la  Busta,  in  Caguaripa. 

P.  Bernardus  MiddendorfT,  in  Movas. 

P.  Ioannes  Neutuig,  Rec.  in  Guazabas. 

P.  Iosephus  Garrucho,  in  Opossura. 

P.  Andreas  Michel,  in  Vres. 

P.  Michael  Almela,  in  Cuquiarachi. 

P.  Franciscus  Villarroya,  in  Mis.  S.  Mar.  de  Basaraca. 

P.  Nicolaus  Perera,  in  Aconchi. 

P.  Iacobus  Sedelmayer,  in  Matape. 

P.  Franciscus  Loaiza,  Rec.  in  Opodcpc. 

P.  Ignatius  PfTenercorn,  in  Cucurpe. 

P.  Franciscus  Xav.  Paver,  Rec.  in  Mission.  S.  Ignatij. 

P.  Franciscus  Xaverius  González,  Juu.  in  Tecoripa. 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

IOO 

P.  Renedictus  Romeo,  in  Cumnripa. 
P.  Didacus  Rarrera,  in  Mission.  S.  Mar.  Soanca. 
P,  Alfonsus  Espinosa,  in  Mission.  S.  Xavierij  del  Vac. 
P.  Custodius  Ximeno,  in  Guevavi. 
P.  Ludovicus  Vivas,  in  Tabutama. 
P.  Antonius  Bents,  in  Caborca. 
P.  Michael  Gerstner,  in  Saric. 
P.  Iosephus  Och,  in  Babispe. 

Sacerdotes  26. 

Tarauma.rensis  Provinci  \. 

P.  Rartholomreus  Braun,   Vizit.  in  Temotzachic. 

P.  Philippus  Ruanova,  Rec.  in  Matachic. 

P.  Raphael  Palacio,  in  Miss.  S.    Thomce. 

P.  Iosepus  Vega,  in  Papigochic. 

P.  Ioachimus  Truxillo,  in  Tutuaca. 

P.  Matthaeus  Stefifel,  in  Tomochic. 

P.  Antonius  Hütl,  in  Sisoguichic. 

P.  Ludovicus  Iañez,  in  Carichic. 

P.  Gregorius  Vargas,  Rec.  in  Miss.  S.  Borgice. 

P.  Isidorus  Saavedra,  in  Coyeachic. 

P.  Emmanuel  Vi  vaneo,  in  Nonoava. 

P.  Ioannes  Hauga,  Soc.  in  Nonoava. 

P.  Ildefonsus  Corro,  in  Norogachic. 

P.  Iacobus  Matehu,  in  Tonackic. 

P.  Franciscus  Vadillo,  in  Chinanas. 

P.  Antonius  Strzanowski,  in  Gueguechic. 

Saccrdot.  16. 
Sunt  in  /lis  Provincijs  Socij  98. 

IN   VIA  AD  ILLAS  E  PP.  TERT.   PROB. 

P.  Franciscus  Xaverius  Pasqua. 

P.  Emmanuel  Albarran. 

P.  Iosephus  Iranzo. 

P.  Iosephus  Nevé.  4. 

/;/  Mission  S.  Ludovici  Sacerd.    7. 

/;/  Mission.  Sinaloaici  Saccrdot.  2. 

Sunt.  in  Mission.  Indorum,  &  in  via  ad  illas  Socij  1 11 . 

EXTRA  PROVINCIAM  IN  HISPANIA. 
P.  Marti  ñus  Goenaga,  in  Porta  S.  María. 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVlll. 

IOI 

P.  Ioannes  Villavicencio. 
P.  Ioachimus  Insausti. 

Sacerdot.  3. 

N-umerantur  Sacerdotes  4.33.  Schol.  ng.  Coadjut.  123.  Socij  673. 


Index  Alphabeticus  Cognominum  Sociorum  in  Provincia 
Mexicana. 


A 

Cognomen.  Natus. 

P.  Abad  Didacus Iun.  1  1727. 

F.  Abaurrea  Michael Maij  4  1732. 

P.  Abee  Ioannes  lsidor Iun.  3  XJ02. 

F.  Abruñedo  Antonias Oct.  18  17 12. 

P.  Acosta  Josephus Mar.  23  1736. 

P.  Acuña  Ioannes Maij  5  1 73 1 . 

P.  Agreda  Antonias Feb.  9  17 14. 

P.  Aguirre  Emann Maij  14  171 5. 

P.  Aguirre  los.  Aloys Oct.  20  1724.- 

P.  Aguirre  los.  Ant Oct.  22  1737. 

F.  Aguirre  Ioscphus Mar.  29  1721. 

F.  Aguirre  Ioannes Dec.  1  1743. 

N.  Sch.  Aguirre  Petr Iul.  6  1741. 

P.  Alaña  Ioscphus Ian.  1 1  1707. 

P.  Albarran  Emann Apr.  18  1736. 

P.  Alcozer  Martinus Sept.  14  1708. 

P.  Alcozer  Fran.  Xav Dec.  5  1720. 

P.  Alegre  Fran.  Xav Nov.  1 2  1 729. 

P.  Alegría  Franciscas Apr.  1  1738. 

P.  Alegría  Ioscphus Mar.  23  1739. 

P.  Almela  Michael Feb.  5  1729. 

Se.  Almon  Ioannes Dec.  27  1740. 

P.  Alva  Emmanuel. Ian.  3  17 12. 

P.  Alvarez  Hcnricus Iul.   1 5  1 708. 

P.  Amorin  N.  Ignat Oct.  1 2  1 730. 

P.  Anaya  Frauciscus Ian.  8  1709. 

P.  Anaya  los.  lucas Oct.  27  17 10. 

P.  Andonaegui  Roch Ian.  4  1707. 

N.  Se.  Andonaegui  los Nov.  12  1745. 

P.  Anguas  Ioscphus Mar.  4  1734. 

Se.  Anzorena  IoscpJi Feb.  8  1742. 


Ingres. 

Iul.  24   1 

741 

Iun.  9   1 

75i 

Iun.  2 

720 

Nov.  2 

73° 

Dec.  2   i 

754 

Aug.  27  i 

75i 

Aug.  2 

735 

Iul.  18 

735 

Ian.  9 

74i 

Iun.  28 

756 

Iul.  30 

745 

Iul.  2 

761 

Apr.  14 

763 

Mar.  1 1 

1722 

Ian.  4 

1754 

Feb.  27 

732 

Oct.  17 

738 

Mar.  19 

1747 

Mar.  1 1 

1754 

Iul.  29 

'754 

Apr.  1 1 

[748 

Mar.  4 

'753 

Oct.  17 

[728 

Nov.  15 

t730 

Iun.  1 1 

1763 

Ian.  17 

733 

Oct.  9 

1739 

Oct.  23 

t723 

Mar.  24 

1763 

Nov.  20 

1755 

Maij  18 

1759 

bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

102 


Cognomen.  Natus. 

P.  Aragonés  Antón luí.  17  i7°7- 

P.  Aramburu  Francisc CXt.  17  1706. 

P.  Aramburu   Ignatius Iul.  15  17 10. 

P.  Araoz  Ioannes Apr.  23  1704. 

P.  Araujo  Ioannes,  (tachado) Tan.  22  1733. 

Sch.  Arenas  Emman Apr.  1  i74°- 

Sch.  Arenas  Petras Maij  31  1 741 . 

F.  Arias  Didacus.  ...       Feb.  10  1698. 

P.  Armesto  Ioannes Iun.  23  17 13. 

P.  Arnés    Victoria  mis . .  Sept.  4  1736. 

P.  Arriaga  B/assins Febr.  3  1729. 

F.  Arriaga  íosepns. Oct.  i  1722. 

Se.  Arrieta  Ioannes Mar.  27  1744. 

P.  Arrióla  Ioannes'. Oct.  22  1698. 

P.  Arrióla  Angnstinns Feb.  12  1708. 

F.  Arrióla  Lanrcntins Ian.  12  1723. 

P.  Arroyo  Simón    . Nov.  4  1734. 

N.  Se.  Arrucha  los Aug.  21  1744. 

Se.  Arruti  Tilomas Sept.  21  1740. 

N.  Se.  Arsdekin  los   ....  Maij  28  1743. 

N.  F.  Arsdekin    TJiom Mar.  25  172  r. 

F.  Artaza  Ioannes,  (tachado) Ian.  7  17 16. 

P.  Arze  Emmanncl Apr.  5  1725. 

P.  Ascarza  Dominicas .    Aug.  4  1734 

Fr.  Assencio  Raym Nov.  2  1 724. 

P.  Astegui   Petrus Sept.  6  1 734 

B 

P.  Barco  Michael Nov.  13  1706. 

F.  Barón  Didacus luí.  6  1694. 

F.  Barreda  Franciscas Sept.  10  1726. 

P.  Barrera  Didacas Iul.  28  1 726. 

F.  Barreyro  Didacas Ian.  27  \J2\. 

Se.  Barroso  Antonias Aug.  30  1742. 

F.  Barroso  Martinas Iun.  19  1697. 

Se.  Basquás  Thomas Dec.  20  1739. 

P.  Baber  Michael Sept.  22  171 2. 

P.  Begert  Iacobas Dec.  22  1 7 1 7. 

P.  Bellido  Ioscphas Iun.  22  1700. 

Se.  Belmont  Ioannes Sept.  21  1742. 

P.  Benavides  Xieo/ans,  (tachado) Mar.  31  1720. 


Ingres 

Apr.  8 

1725 

Apr.  5 

'723 

Nov.  23 

1729 

Sept.  30 

1721 

Mar.  15 

1750 

Apr.  15 

1757 

Mar.  18 

1760 

Febr.  10 

1718 

Maij  15 

1735 

Apr.  13 

1754 

Mar.  29 

1753 

Maij  20 

•757 

Maij  19 

1758 

Nov.  12 

1715 

Oct.  14 

1728 

Iun.  28 

1752 

Aug.  10 

1753 

Mar.  26 

1764 

Feb.  27 

1757 

Mar.  18 

1764 

Aug.  14 

1763 

Maij  29 

1760 

Mar.  7 

1744 

Ian.  30 

1750 

Dec.  2 

i75o 

Iun.  15 

1 753 

Maij  18  1728 
Aug.  9  1738 
Aug.  9  1762 
Feb.  29  1744 
Maij  13  1756 
Aug.  14  1759 
Dec.  7  1726 
Maij  7  1759 
Iul.  16  1731 
Sept.  27  1736 
Apr.  26  1718 
Ian.  16  1762 
Iun.  28     1735 


BIBLIOGRAFÍA  MEXICANA  DEL  SIGLO  XVlll 


103 


Cognomen. 

P.  Benjumea  Michael. 

P.  Bents  A  u/01/ i us 

F.  Berens  Ionnes 

P.  Bermeo  Ioannes 

N.  Se.  Bernárdez  los 

Se.  Berra  Ferdinandus 

P.  Berrio  Iosephus 

P.  Bischoff  Ioannes. 

P.  Blanco  Ignatius 

P.  Blanco  loannss. . 

P.  Blanco  Peí  rus 

F.  Blanco  Bassilius 

F.  Blanco  Iosephus 

P.  Bolado  Peíi  us .............  . 

P.  Bonilla  Franciscus 

Se.  Burda  Iosephus. 

F.  Borróte  Angustin 

F.  Borróte  Iosephus 

F.  Boz  Michael.  - 

P.  Braun  Bartholom 

P.  Bravo  Laureanus 

P.  Bravo  Ferdinandus,   (tachado). 

P.  Bravo  Evimauuel. 

P.  Brito  Emmanuel 

Se.  Brito  Rothericus 

P.  Brotons   Víctor. 

P.  Bueno  Iosephus. .  .  . 

P.  Bustamante  Sidra t 

P.  Butler  Thomas 

F.  Buitrón  Raphael 


Natus. 
Sept.  27 
Mar.  15 
Apr.  23 
Feb.  14 
Ian.  24 
Ian.  4 
Tul.  11 
Nov.  1 
Mar.  7 
Mar.  30 
Sept.  5 
1 11 11 .  5 
Iun.  18 
Mar.  9 
Dec.  4 
Maij  25 
Apr.  14 
Maij  9 
Apr.  1 
Iun.  27 
luí.  10 
Feb.  29 
Mar.  25 
Sept.  13 
Maij  1 
Apr.  26 
luí.   17 
Iun.  20 
Aug.  28 
Nov.  2 


712. 

716. 
709. 
734- 
740. 
736. 
703. 
710. 
726. 
730. 
698. 
705. 
73^- 
73?- 
720. 
740. 
735- 
738. 
705- 
718. 
712. 
73i. 
737- 
734- 
738. 
734- 
717. 
702. 
722. 
525- 


Ingres. 

Apr.  4 
Oct.  9 
Maij  25 
Iun.  2 
Aug.  14 
Aug.  14 
Iun.   15 
Oct.  9 
Sept.  7 
Apr.  27 
luí.  25 
Iun.  20 
Iun.  28 
Feb.  18 
Dec.  7 
Dec.  23 
Ian.  5 
Oct.  23 
Oct.  31 
Oct.  22 
Mar.  23 
Ian.  19 
Ian:  3. 
Aug.  13 
Feb.   18 
Dec.  5 
Mar.  7 
Sept.  2 
luí.  13 
Oct.  23 


733 

732 
74i 
752 
763 
756 
722 
727 

74i 
748 
742 
732 
753 
748 
742 
75« 
755 
757 
729 
736 
732 
747 
752 
755 
758 
754 
744 
720 

745 
74  5 


c 


P.  Cabanas  Thomas.  .  . 
P.  Cabo  Laurentius .  .  . 

P.  Cabo  Andreas.  . 

P.  Calata)-  ud  Nicol 

P.  Calderón  Ignatius.. 
P.  Calderón  Ioseph. .  .  . 
V.  Calderón  Tos.  Ignat. 
Se.  Calderón  Francis.. 
Se.  Calderón  Ferdin. .  . 


Iul.  24 

1736 

Iun.  28 

1756 

Aug.  10 

1735 

Maij  29 

175  2 

Feb.  13 

1739 

Ian.  [4 

'758 

Iun.  18 

1711 

Iul.  I 

1734 

Maij  6 

1696 

Oct.  .3 

1  7  1 4 

Aug.  8 

lt«;l 

luí.  31 

i7^ 

Ian.  3 

¡703 

Fth.  19 

1732 

Dec.  8 

¡73" 

Aug.  14 

(75<5 

Oct.  19 

1743 

Mar.  6 

\~(>2 

bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 


104 


Cognomen. 

Se.  Callejo  I  o  se p  hits 

Se.  Callejo  Ma  tilias 

P.  Cal  vi  lio  A  uto  ni  its 

F.  Camino  Iosephus 

P.  Campoy  Iosephus 

P.  Cañas  Bartholont . ....  . 

Se.  Cantón  Petrus 

F.  Cao  Cajeta uus 

P.  Caro  Iosephus 

P.  Caro  Petrus 

F.  N.  Carcano  Didac 

P.  Cardona  Antonias  (tachado) 

F.  Carmona  Mathceus 

P.  Carranza  Franc.  Xav 

P.  Carranza  Michael 

F.  Carrera  Petrus 

P.  Carrillo  Iosephus 

P.  Carta  Augustinus 

F.  Carta  Ángelus 

P.  Cartagena  Eunnan 

F.  Caravantes  Gabriel . 

Se.  Casanova  Antón 

P.  Castañeda  Petrus .  .  . 

P.  Castañeda  loa  unes . 

Se  Castañiza  los . 

F.  Castañi  >s  lacobus 

Se.  Castilla  Iosephus 

P.  Castillo  Iosephus 

P.  Castillo  Michael .. 

P.  Castillo  loa  unes ....... 

Se.  Castillo  Fran.  Xav 

N.  Se.  Castillo  los.  Em 

P.  Castro  Augustinus 

P.  Castro  Antón ¿us 

Se.  Castro  loachimus 

Se.  Castro  Michael  ....    .... 

P.  Castro-Cid  los.  .  .    

P.  Cava  Sebastianas 

P.  Cedano   íoaiiues 

F.  Cedano  Iosephus 

P.  Cessati  Petrus 

P.  Chaves  Franciscas 


Natus.  Ingres. 

Sept.  8     1740.  Ian.  26 

Nov.  1  2    1 741.  Ian.  26 

Apr.   16    1727  Inn.   19 

Mar   9      1727.  Iun.  9 

Ang.  1  5   1723  Nov.  26 

Aug    24  1729.  Mar.   1 

Ftb.  19    1745.  Iul.   15 

Fcb.  25    1725.  Iul.  29 

Dec.  8      1 719.  Mar.  17 

Iun.  27     173  i .  Apr.  26 

Nov.  14   1722.  Sept.  28 

Apr    1  1    1728.  Aug.  4 

Sept.  20  1729.  Mar.  1 1 

Feb.  19    1703.  Apr.  17 

Iun.  17     1714  Mar.  31 

Apr.  16    1710.  Iul.  14 

Nov.  1      1700.  Mar.  25 

Maij.  31     1698  Maij  31 

Aug.  17    1717  Maij  12 

Feb.  22    1708.  Feb.  15 

Sept.  7      1718.  Maij  31 

Aug.  30  1741.  Nov.  23 

Apr.  22    1714.  Feb.  1 


Dec.  17  171 5. 

Maij     21  1744. 

Apr.  20  1717. 

Aug.  19  [742. 

Feb.  24  1705. 

Aug.  2  1707. 

Oct.  17  1 72  1. 

Oct.  10  1740. 

Mar.  16  1743. 

Ian.  24  1728. 

Aug.  28  173S. 

Sept.   I  1737. 

Iul.    15  1742 

Ian.    14  1687 

Oct.   19  1732. 

Iun.  21  1727. 

Dec.  21  1720 

Iun.  20  1696. 

Oct.  10  171 1. 


Apr.  22 
Mar.  18 
Ian.  17 
Ian.  26 
Iun.  2 
Feb.  1 
Iul.  31 
Aug.  13 
Feb.  28 
Ian.  15 
Maij  8 
Dec.  6 
Oct    23 
Oct.  18 
Aug.  30 
Iul.  21 
Iul.  30 
Maij  3 
Nov.  9 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  xviii. 


105 


Cognomen. 
P.  Chaves  Ioscphus  .... 
Se.  Chaves  Ioannes  .... 

F.  Cía  Ioachiinus 

P.  Cid  Antoniíts 

Se.  Cimiano  los 

Se.  Cincunegui  los 

F.  Ciorraga  Emman  .  .  . 
P.  Cisneros  Toa.  de  Dieo 
P.  Clavigero  Franciscas . 
Se.  Clavigero  Ignat .... 

P.  Clever  Emman 

F.  Coca  Michael 

F.  Coca  Marianus 

P.  Colazo  Emmannel.  .  . 
Se.  Colon  Emmannel.  .  . 
P.  Contreras  Franc.  Xai 

F.  Coronel  Iacobns 

P.  Corro  Antonins 

P.  Corro  Ildefonsns 

P.  Cortes  Cajetanns .  .  . . 
P.  Cossio  Dominicns. .  .  . 
P.  Cossio  Emmanuel  .  . 
P.  Cossio  los.  Greg .... 
Se.  Cossio  Francisc .  .  .  . 
F.  Cossio  loan.  Ant. . . . 

P.  Cova  Ignatias 

F.  Coveaga  Ioannes . . . . 

F.  Coz  Franciscas 

P.  Cu  ved  u  Ioannes 

P.  Cuervo  Petms 

P.  Cumplido  Iosepk,. .  . 


Natiis. 

Ingres 

Sept.  26 

1716. 

Sept.  26 

1738 

lul.  27 

1733. 

Feb.  4 

1754 

Apr.  16 

1736. 

Sept.  7 

1754 

De-.  9 

1714. 

Aug.  15 

1744 

luí.  8 

¡745- 

lul.  1 

1762 

lan.  14 

1745- 

Nov.  18 

1762 

Sept.  15 

1737. 

Aug.  14 

1761 

Mar.  8 

1731. 

Apr.  16 

1749 

Sept.  9 

1731. 

Feb.  13 

1748 

Oct.  13 

1744. 

Apr.  16 

1762 

lan.  25 

1720. 

Maij  25 

1737 

Aug.  8 

1720. 

Aug.  14 

1749 

Nov.  5 

J737- 

Apr.  19 

1755 

Maij.  22 

1721. 

Iun.  6 

1737 

lul.  17 

1744- 

Mar  24 

1762 

Sept.  5 

1720. 

Maij  16 

1740 

lul.  24 

1735. 

Maij  28 

1761 

lan.  10 

1724. 

Apr.  13 

1743 

Apr.  22 

1732- 

Sept.  3 

1746 

Aug.  7 

1730. 

lul.  30 

1748 

Aug.  30 

1710. 

Apr.  30 

1728 

Mar.  20 

1726. 

Maij  12 

1760 

Nov.  17 

1728. 

Feb.  25 

1752 

lan.  24 

1741. 

Jan.  12 

1760 

Dec.  i 

1721. 

Iun.  2 

1739 

lul.  28 

1720. 

Sept.  28 

1739 

Sept.  9 

1723- 

Iun.  20 

1755 

Oct.  4 

1707. 

lul.  1 

1 73  1 

Mar.  3 

1703. 

Dec.  7 

1725 

Mar.  15 

1735- 

lan.  21 

1757 

Mar.  1  1 

1700. 

Oct  17 

1719 

I) 


P.  Davila  Salvator.  .  . 
P.  Diaz   /  Incetitins  .  . 

P.  Diaz  Cosmas 

P.  Diez  losephns 

P.  Diez  Ioannes 

P.  Diez  Dominicas. .  . 

Se.  Diez  Petras 

Se.  Domenec  Francis 


Mar.  15  1727. 

Nov.  5  1733- 

Sept.  27  1835. 

Nov.  20  1728. 

Oct.  17  1735. 

Dec.  20  1736. 

Feb.  12  1738. 


Ai 


i/39- 


Iun.  19  1745 

Mar.  10  1 75  1 

Dec.  18  175  i 

Aug.  1. ó  1744 

Dec.  23  1752 

Feb.  5  1756 

Iun.  28  1756 

Maij  7  1759 


bibliografía  mexicana  del  siglo  xv 1 11. 

1 06 


Xa!  lis. 

Dec.  3  1722 

Oct.  14  1753 

Mar.  2  1733 

P.  Doporto  Ioscphus Ian.  25  1734 

P.  Ducré  Bennus Jun.  10  172  1 


Cognomen 
P.  Domínguez  Emm. 
P.  Dominguez  Tos. . . 
P.  Doporto  Ioannes. . 


In  gris. 

Iun.  28  1739 
Mar.  i  1749 
Sept.  13  1749 
Sept.  6  1752 
Sept.  28  1738 


P.  Echave  Laurcnt 

Se.  Echeverría  Gabriel. 
F.  Eguzquiza  Ioannes.. 
P.  El  villar  IosepJius . . .  . 
Se.  Encinas  Ioscphus.  .  . 

Se.  Equia  los.  Atit 

P.  Escalante  Francis. . . 
P.  Espadas  Ioscphus. .  .  . 
P.  Esparza  Dominicus  . 

P.  Esparza  7 liornas 

Se.  Esparza  Ioannes. .  .  . 
F.  Esparza  loan.  los .  .  . 
r.  Espinosa  Alfonsus..  . 
P.  Estrada  IosepJius. . .  . 


Aug.  10 

1727. 

Mar.  1 1 

1748 

Mar.  25 

1743- 

Sept.  2S 

1761 

Iun.  24 

171 1. 

luí.  1 

1731 

Maij  12 

16S6. 

Iun.  28 

1 70 1 

Sept.  3 

i/3S. 

Oct.  8 

1759 

Apr.  28 

1738. 

Nov.  30 

1754 

Nov.  20 

1724 

Aug.  25 

1744 

Apr.  20 

l735- 

Feb.  22 

1750 

Febr.  18 

1/3?- 

Oct.  2 

1754 

Dec  21 

1733. 

Apr.  18 

1760 

Iun.  24 

1741. 

Oct.  30 

1760 

luí.  5 

1713- 

Apr.  22 

1732 

Feb.  I 

1720. 

Aug.  14 

1750 

Maij  31 

1721. 

Feb.  28 

U37 

P.  Fabri  Eninianucl . . . . 
P.  Falcumbeli  IoscpJi .  . . 

Se.  Fano  Ignatius 

P.  Fernandez  Ildcfon. .  . 
P.  Fern.  Somera  Mich. . 
Se.  Fernandez  Eligius  . 
P.  Flores  Enunanucl .  .  . 

Se.  Flores  Ioannes 

F.  Fondevilla  Stanisl .  . 
P.  Fontecha  Marian  . . 
P.  Fraideneg  Georg.  .  .  . 
P.  Franco  Fran  Xav.  .  . 
F.  Frenkenheiser  loan. . 
Se.  Franyuti  Stcphan.  . 
Se.  Franyuti  Philipp. . . 
P.  Frenero  Ant'onius... 
P.  Frexomil  IosepJius.  .  . 


Nov.  18 

W17- 

Ian.  31 

1/54 

Apr.  7 

1697. 

Dec.  22 

I7'3 

Maij  7 

1743- 

Feb.  19 

1 76 1 

Oct.  3 

1709. 

Ian.  13 

1732 

Mar.  15 

■  1702. 

Nov.  12 

1717 

Iun.  7 

1 740. 

Dec.  6 

W57 

Ian.  28 

1727. 

Aug.  14 

1758 

Maij  16 

1733. 

Ian.  21 

1757 

Ian.  26 

1727. 

luí.  2 

1754 

Maij  3 

1735- 

Iun.  25 

1754 

Apr.  12 

1727. 

Oct.  14 

1743 

Oct.  2 

1733. 

Oct.  21 

1753 

Ian.  1 1 

1721. 

Dec.  7 

1753 

Ian.  1 

1737- 

Aug.  14 

1758 

Maij  i 

1739- 

Aug.  14 

1758 

Mar.  1  1 

1723- 

luí.  23 

1740 

Dec.  18 

1736. 

Dec.  2 

1754 

BIBLIOGRAFÍA  MEXICANA  DEL  SIGLO  XVlll. 

107 

Cognomen.                                                          Natus.  Ingres. 

Se.  Frexomi!  At lianas Maij  2      1739.  Mar.  18    1756 

P.  Fuente  A  miraos Dea  8      1705.  Iun.  30    1723 

P.  Fuete  Andr.   Prud Maij  21    1719.  Dec.  1 1    1737 

P.  Fuente  Ioannes Iun.  24    1724.  Feb.  24    1740 

G 

P.  Gadea  Michael Sept.  27  1725.  Mar.  7      1744 

F.  Galar  Philippus Iun.  6       1719.  Apr.  27    1748 

P.  Gallardo  Fctrus Iul.  17      1736.  Feb.  19    1750 

P.  Ganancia  Francisc Nov.  5      1723.  Iun.  26    1742 

P.  Gándara  Salvator Aug.  28  1709.  Apr.  20   1726 

P.  Ganuza  Petrus Iul.  20      1739.  Maij  14    1755 

P.  García  Andr.  Xav Dec.  3      1686.  Ian.  27     1705 

P.  Garda  Hyacinthus Aug   24  1692.  Maij  24    17 10 

P.  García  Lmtrentius Aug.  10  17 13.  Aug.  24  173  i 

Se   Garcia  Andrceas Nov.  29   1740.  Aug.  14  1757 

E.  García  Adrianas Iul.  20     1718.  Sept.  6     1737 

F.  Garcia  Thuribius Apr.  16   1722.  Maij  14    1755 

F.  Garcia  Ioannes  (tachado) Mar.  6      17 19.  Iun.  28     1758 

Se.  Gara  Diego  Scbast Ian.  20    1742.  Aug.  13  1757 

P.  Garfias  Iosephus Iul.  17      1709.  Ian.  13     1730 

P.  Garrucho  Ioseph Mar.  27    171 2.  Ian.  6       173  i 

F.  Gerardi  Fran.  Xav Dec.  3      1707.  Sept.  5     173 1 

P.  Getzner  Michael Mar.  17   1723.  Iul.  12      1744 

P.  Gil  Maximilianus Apr.  16   17 15.  Sept.  28  1741 

P.  Gisbert  Ignatius Feb.  20    1734.  Nov.  28  1754 

P.  Goenaga  Martinus Nov.  4      1704.  Sept.  13  1722 

Se    Goicoechea  los Aug.  9     1745.  Mar.  24   1762 

P.  Gómez  Fran.  Xav Mar.  25    1701.  Ian.  16     1724 

P.  Gómez  Ignatius Iun.  4       1730.  Mar.  15    1749 

P.  Gómez   Vincentins Nov.  28    1724.  Dec.  2      1750 

P.  Gondra  los.  Mar Sept.  8     1737.  Feb.  25    1752 

P.  González  Michael Febr.  16  1703.  Iun.  10    1720 

P.  González  Marian Nov.  28   1703.  Maij  11     17 19 

P.  González  Ignatius Sept.  9     17 17.  Mar.  22    1734 

P.  González  Fran.  Xav Maij.  9     17 18.  Sept.  28  1738 

P.  González  Marcns Dec.  22    1724.  Mar.  2      1743 

P.  González  Mich.  Hurón Oct.  1       1735.  Oct.  16    175 1 

P.  González  loan  Ign Ian.  6       1724.  Aug.  23  1753 

P.  González  Franc.  Xav Oct.  13     1732.  Aug.  27  1753 

P.  González  Cant.  Em Oct.  3       1736.  Oct.  5       1754 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

108 


( 'ognomen. 

Se.  González  Narcissus 

Se.  González  Isidorus 

Se.  González  Andrceas 

P.  González  Claudius 

Se.  González  Ioanncs 

Se.  González  Ioscph  Domin 

Se.  N.  González  Cruz  los 

Se.  Gonzalo  Thomas 

P.  Gradilla  Tgnatius 

F.  Guebel  Iosephus 

P.  Guerra  Vincentius 

P.  Guerrero  Iosephus 

Se.  N.  Guerrero  los.  Mar 

F.  Guller  Blasius 

P.  Gu raya  Ioanncs 

P.  Guraya  Emmanucl 

P.  Gutiérrez  Michacl 

P.  Gutiérrez  Francis.  (tachado). 


Natus 

Ingre. 

Oct.  29 

1736- 

Ian.  31 

1756 

Oct.  29 

1736. 

Ian.  31 

1756 

Nov.  30 

1742. 

Feb.  i 

1758 

luí.  6 

U36- 

Ian.  5 

1758 

Aug.  28 

1/34- 

Ian.  5 

1/59 

Dec.  14 

1742. 

Aug.  27 

1761 

Sept.  28 

1744. 

Feb.  28 

1763 

Sept.  9 

1738. 

Apr.  20 

1759 

Aug.  31 

I7I3- 

Inn.  12 

1728 

Mar.  19 

1714. 

Oct.  27 

1740 

Nov.  27 

I723- 

Aug.  15 

1744 

Mar.  18 

1736. 

Ian.  27 

1752 

Nov.  25 

1743- 

Mar.  24 

1764 

Apr.  22 

1703- 

Maij  23 

1744 

Aug.  17 

1727. 

Sept.  27 

1742 

Dec.  25 

1731- 

Mar.  8 

1749 

Aug.  30 

1718. 

Ian.  22 

1736 

Nov.  28 

1728. 

Nov.  19 

1746 

II 


P.  Hauga  Ioanncs 

P.  Herrera  Eviman..  .  .  , 
P.  Hervin  Thuribius..  .  , 
P.  Hidalgo  Iosephus.  .  . 
P.  Hidalgo  los.  Aut .  .  . 
P.  Hierro  loan.  Enunan . 
P.  Hierro  CJiristoph.  .  . 

P.  Hiitl  Antonius 

F.  Hinterger  loan 

P.  Hlaba  Franciscas.  .  . 

V.  Holub  Vvcnces 

P.  Hostel  Lamba  tus  .  . 
P.  Huerta  Ma thias.  .  .  . 
P.  Hurtassum  Iosephus. 


Maij  5 

1 7 16. 

Apr.  27 

1735 

Ian.  i 

1732. 

Ian.  21 

1747 

Mar.  5 

1695. 

luí.  15 

1723 

Aug.  20 

1718. 

luí.  12 

1735 

Apr.  13 

1734- 

Feb.  1 

1762 

luí.  8 

1678. 

Mar.  31 

1696 

Feb.  25 

1 704. 

luí.  30 

1722 

Iun.  1 

1732. 

Maij  18 

1754 

Aug.  9 

1725- 

Oct.  27 

1743 

Ian.  1 

1725. 

Oct.  20 

1740 

Ian.  1 

1734 

Oct.  27 

1753 

Oct.  18 

1706. 

Oet.  18 

1725 

Feb.  24 

16S0. 

Maij  29 

1697 

Ian.  7 

1736- 

Aug.  14 

1754 

Se.  Jabat  Ioanncs. . . 
P.  Iañez  Ludovicus.. 
P.  Iañez  Xaverius. .  . 
P.  Iañez  Iosephus.  .. 
Y.  Iarza  Frauc.  Xav. 


Dec.  16  1740 

Oct.  7  17 19 

Apr.  17  1706 

Mar.   17  1 7 16 

Oct.  1  1707 


Mar.  18  1 76 1 

Apr.  30  1738 

Maij  30  1738 

Aug.  8  1745 

Maij  30  1730 


bibliografía  mexicana  del  siglo  XV11L 


09 


Cas  no  ni  en. 


Natns. 


Se.  Jaso  Petrus Oct.  19  1744.  luí.  15      1762 

P.  Ibañez  Ioachimus  (tachado) Sept.  27  1721.  Dec.  12    1740 

F.  Ibañez  Emmamiel Feb.  13  1727.  Apr.  18   1760 

P.  Ibarburu  Ignatius Iul.  19  1725.  Mar.  2      1743 

P.  Ibarburu  Michael ...  Sept.  2  1722.  Apr.  14   1754 

P.  Iguerategui  Franc Oct.  4  1722.  Maij  18    1742 

P.  Illanes  Francis Nov.  17  1729.  Ian.  30     1749 

P.  Inaama  Franciscus  .  .    Maij  4  171 9.  Oct.  14    1735 

F.  Inehaurr.  Petrus    Iun.  20  1705.  Maij  18    1737 

P.  Infauti  Ioachimus Maij  22  171 1.  Aug.  14  1729 

F.  Jordán  IosepJuis Ian.  10  1705.  Iul.  30      1745 

P.  Iragorri  Ioannes Iul.  12  1728.  Feb.  1      1751 

P.  Iranzo  Iosephus Iul.  12  1734.  Dec.  12    1754 

P.  Irizar  Martinas Nov.  28  1738.  Iul.  29      1758 

P.  Ita  Franciscus Sept.  6  1 73 1 .  Aug.  20  1746 

P.  Iturriaga  Iosephus Apr.  26  17 17.  Dec.  3  1    1733 

P.  Iturriaga  Petrus Apr.  29  1722.  Apr.  16   1739 

P.  Iturriaga  los.  Jun Febr.  28  1726.  Mar.  18    1747 

P.  Iturriaga  Emitían. Dec.  24  1728.  Mar.  7      1744 

P.  Jugo  Antonius Feb.  13  1733.  Febr.  21  175  1 

Se.  Jugo  Ioannes Oct   28  1740.  Feb.  i       1760 

P.  Izquierdo  Ioseph Mar.  25  1 73  r .  Aug.  21  1747 


K 


P.  Kiirtzel  Henricus. 


Dec.  10    1722.     Oct.  21     1745 


P.  Laguna  Pius 

P.  Landivar  Rapliael . 
P.  Larrazaval  Simón  . 
P.  Lartundo  Ioannes. . . 
P.  Latas  Philippus.  .  . 
Se.  Lava  Iosephus. .  .  . 
F.  Lautner  Ioannes. .  . 
P.  Lazcano  Ignatius.. 
P.  Leaegui  Entinan  .  . 
P.  Legaspi  Iosephus .  . 
P.  Leguinazabal  loaeh. 
P.  Le-Roi  Maximil.  . 
Se.  Lezaun  Antonius . 
P.  Liebana  Iosephus.  . 


Maij  16  1734..  Aug.  27  1755 
Oct.  27  1 73  1 .  Feb.  17  1750 
Aug.  11  1723.  Iul.  30  1739 
Nov.  7     1716.     Nov.  20  1748 


Apr.  29  1725. 

Oct.  1  173S. 

Oct.  17  1707. 

Aug.  05  1705. 

Nov.  23  1710. 

Maij  27  1736. 

Ian.  27  1729. 

Apr.  18  1 7 16. 

Ian.  8  1733. 

Nov.  21  1737. 


Ian.  7  1755 
Apr.  11  1 76 1 
Mar.  25  1738 
Iul.  1  1722 
Feb.  19  1729 
Ian.  27  1752 
Dec.  7  1744 
Dec.  14  1733 
Nov.  30  1754 
Apr.  3      1755 


BIBLIOGRAFÍA  MEXICANA  DHL  SIGLO  XVUL 
1 10 


Cognomen.  Natas. 

P.  Link  Vvenceslaus. Mar.  29 

P.  Lizassoain  Ignat Apr.     8 

P.  Llanes  Petrus Iul.    6 

P.  Llantada  Ioannes Aug.  29 

F.  Llórente  Ioannes Dec.  10 

P.  Loaiza  Franciscas Dec.  10 

F.  Loaiza  Philippus Feb.  1 8 

Se.  Lomana  Nicolans Apr.  7 

P.  López  loan.  Franc Apr.  5 

P.  López  Michael Feb.  27 

F.  López  Franciscas Sept.  7 

F.  López  Emmanuel Iun.  20 

F.  López  Salvator Dec.  1 2 

P.  Los  Ríos  Francis  (tachado). Apr.  23 

P.  Lozano  Franc.  Xav Sept.  9 

P.  Lozano  Antonias Aug.  3 

Se.  Lozano  MicJiacl Oct.  1 

F.  Lozano  Antonias Oct.  26 

P.  Lucena  Petras Iul.  6 

P.  Lucena  Andreas Nov.  6 

Se.  Luces  Franciscas lan.  19 

P.  Lugo  Philiphas Maij  1 


736. 
717. 
717. 
735- 

723- 
718. 

713- 
743- 

699. 

714. 
719. 

734- 
736. 
732. 
721. 
739- 
744. 
73^- 
705. 
710. 

745- 
712. 


Ingres. 

Maij  18  1754 
Maij  14  1744 
Oct.  24  1734 
Dec.  2  1754 
Feb.  1  1759 
Apr.  30  1736 
Feb.  8  1732 
Iun.  2  1761 
Nov.  12  171  5 
Mar.  3  1736 
Maij  10  1734 
Mar.  6  1752 
Feb.  27  1757 
Feb.  I  1755 
Apr.  14  1737 
Aug.  14  1756 
Iun.  5  1762 
Apr.  18  1760 
Mar.  4  1725 
Oct.  21  1726 
Nov.  6  1762 
Maij  28  1728 


M 


P.  Macida  Pctr.  Paal Ian.  25     1703. 

Se.  Maldonado  Ignat Feb.  16    1740. 

Se.  Maldonado  los Iun.  7       1744- 

P.  Malek  Christianns Aug.  5     1733. 

P.  Malo  Petras Ian.   12     1724 

P.  Malo  Paalas Ian.  24     1732. 

P.  Malo  Henricns Iul.  1  5      1730. 

P.  Ma'o  Ioannes Iun.  24     1738. 

Se.  Maneiro  Ioannes Feb.  2       1744- 

P.  Manan  losephas Nov.  30  1730. 

Se.  Marin  Lacas  (tachado) Oct.  18    1742. 

F.  Marint  Ioannes Mar.  29   1706. 

V.  Márquez  Angnstin Nov.  17   17 14. 

Se.  Márquez  Petras Feb.  22    1 741 . 

F.  Márquez  Marian Aug.  16  1744- 

P.  Marti  Petrus Oct.  13    1733. 


Dec.  13 

1721 

Feb.  15 

1758 

Apr.  1 1 

1 76 1 

Oct.  27 

1753 

Sept.  6 

1746 

Nov.  12 

1/55 

Sept.  30 

1757 

Mar.  18 

1756 

Feb.  4 

1759 

luí.  9 

1749 

Feb.  4 

1759 

Mar.  24 

1749 

Apr  7 

1735 

Mar.  4 

1761 

Mar.  18 

.1761 

Iul.  8 

1754 

bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 
I II 


P. 

p. 

Se 
F. 
F. 
F. 
P. 
P. 
P. 
Se 
P. 
P. 
P. 
F. 
F. 
P. 
P. 
F. 
F. 
F. 
F. 
F. 
P. 
P. 
F. 
F. 
F. 
P. 
F. 
P. 
P. 
P. 
P. 
P. 
P. 
Se 
Se 
So 
Se 
P. 
P. 
F. 


Cognomen.  Na  tus. 

Martin  Ludovicus Aug.  25 

Martínez  Xavcr Nov.  25 

Martínez  Ioaunes Sept.  25 

Martínez  Ioaunes Iun.  1 1 

Martínez  Genesins Sept.  3 

Martínez  Thomas Sept.  19 

Matehu  Iacolms Oct.  3 

Mauriño  Leander  (tachado) Mar.  13 

Melendez  IoscpJius Ian.  2 1 

Mendoza  Emman Oct.  27 

Merino  Lucas Oct.  23 

Michel  Andrceas Iun.  2 1 

Middendorff  Bem Feb.  14 

Mier  Petras Fcb.  1 1 

Minguez  Petras Maij  1 2 

Miralla  Gaspar Mar.  1 1 

Miranda  Francisc Iun.  20 

Miranda  Iosephus Nov.  25 

Miranda  Mathceus Sept.  2 1 

Miranda  TJwm Dec.  28 

Miranda  Emman Ian.  26 

N.  Moctez  Manan Aug.  1 3 

Molina  Fr.  Xav Oct.  26 

Molina  Isidoras Nov.  2 

Montalvan  Emman Aug.  24 

Montejano  Martin Nov.  1 1 

Montenegro  Franc Nov.  1 2 

Morales  Franc Oct.  4 

Morlete  Ioaunes Iul.  2 

Mota  Ioannes Iun.  24 

Mozarave  Ignatius Nov.  1 

Munave  Ioachim Iun.  1 2 

Muñoz  los.  Femar Apr.  16 

Muñoz  Ioannes. Nov.  18 


Muñoz  Emmanuel 

.  Muñoz  Emmanuel 

Muñoz  Emm.  Ant 

Muñoz  Iosephus 

N.  Muñoz  August 

Murillas  Ioannes 

Mu  tillo  Dionysius 

Muruaga  Anión,  (tachado). 


Mar.  30 
Aug.  21 
Dec.  31 
Oct.  18 
Fcb.  26 
Ian.  2 
Mar.  20 
Feb.  12 


729. 

734- 
742. 
695. 

717. 
732. 
734- 
734- 
727. 
740. 
712. 
732. 
723> 
732. 
706. 
719. 
720. 
725. 
73i. 
730. 
733- 
742. 
708. 

703- 
721. 
709. 

693- 
711. 

734- 
724. 
701. 
699. 
790. 
726. 
730. 

739 
742. 

739- 
744- 
723- 
703. 
740. 


Ingres 

Mar.  10 
Mar.  10 
Maij    8 
Sept.  1 1 
Dec.  1 1 
Nov.  20 
Dec.  17 
Apr.  14 
Mar.  2 
Apr.  18 
Nov.  21 
Oct   27 
Oct.  21 
Maij  29 
Maij  26 
Iul.  23 
Mar.  24 
Iun.  18 
Dec.  6 
Maij  12 
Ian.  26 
Sept.  7 
Oct.  21 
Aug.  1 
Mar.  7 
Apr.  14 
Dec.  22 
Iun.  20 
Dec.  2 
Apr.  18 
Nov.  8 
Iul.  11 
Feb.  2 
Dec.  2 
Maij  7 
Feb.  27 
Feb.  18 
Apr.  25 
Sept.  17 
Sept.  1 
Sept.  3 


M¡ 


[8 


75i 
75i 
762 

713 
737 
755 
754 
754 
743 
760 
728 
754 
74i 
752 
730 
740 
740 
748 

757 
760 
761 

763 
726 
740 
744 
742 
732 
744 
753 
740 
716 
722 
712 

749 
748 

757 
758 
759 
763 
733 
723 
761 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 


N 


Cognomcn. 

P.  Nava  Ioann.  los.  .  . 
P.  Nava  Ioannes  Ant . 
P.  Naxera  IoscpJuis. .  . 
P.  Neumayer  Carolus. 

P.  Nevé  Iosephus 

P.  Noriega  Ioannes... 
Se.  Noriega  Antonius. 
Se.  Noriega  Ignatius . 
P.  Noroña  Nicolans  .  . 
P.  Nortier  Ioannes. .  .  . 


Na  tus. 
Ian.  29     1696. 
Aug.  22  1726. 
Iun.  9       1734. 

Mar.  15  1707. 
Iun.  10  1739. 
Mar.  19  1734. 
Apr.  12  1739. 
Aug.  3  1738. 
Apr.  1  1732. 
Feb.  22    1726. 


Ingres. 

Mar.  15  1720 

Feb.  29  1744 

Mar.  10  175  i 

Oct.  9  1723 

Iun.  29  1755 

Feb.  25  1752 

Sept.  7  1759 

Maij  12  1760 

Nov.  20  1753 

Oct.  16  1751 


O 


P.  Och.  Iosephus 

P.  Ochoa  Ioanes 

P.  Oceguera  Nicolaus. 
Se.  Ocio  Magdalenas . 
F.  Olavarrieta  Ioseph. 
P.  Olague  Marti 'ñus .  . 
P.  Oliverus  Petrus .  .  . 
P.  Ortega  Iosephus  .  .  . 
P.  Ortiz  Bernardinas . 
P.  Ortiz  Michael 


Feb.  21    1725.     Sept.  26  1743 
Mar.  23    1726.     Apr.  13    1743 


Feb. 

16 

1726. 

Ian  29 

1746 

Nov. 

28 

1746. 

Feb.  i 

1762 

Mar. 

18 

1719. 

Aug.  7 

1736 

Mar. 

21 

1712. 

luí.  18 

1735 

Apr. 

8 

^n°- 

Iun.  17 

1753 

Apr. 

15 

1700. 

Apr.  23 

1717 

Maij 

27 

1696. 

Feb.  18 

1733 

Mar. 

17 

1734- 

Maij  24 

1749 

P.  Padilla  Iosephus 

P.  Palacio  Raphael .  .  . 
P.  Palacios  Petrus. 
V.  Palacios  Hilarias.. 
F.  Palacios  Iosephus. . 
F.  Palacios  Iacobus .  .  . 
P.  Palomino  Iosephus. 
P.  Palomino  Angustí n 

P.  Palomo  Ioseph 

F.  Pardo  Franciscas. . 
P.  Paredes  Antonius..  . 
P.  Paredes  Iosephus. .  . 
P.  Parreño  Iosephus  .  . 
P.  Pasqua  Xarerius  . 
P.  Pastrana  Iosephus.  . 


Ian.  24  1 72 1. 

Aug.  5  1733- 

luí.  27  1723. 

Ian.  1 1  1729. 

Nov.  16  1714. 

Iul.  25  1730. 

Oct.  20  1705. 
Aug.  20  1714. 

Feb.  23  1727. 

Oct.  4  1713. 

Ian.  14  1 69 1. 

Apr.  30  1698. 

Dec  11  1728. 

Apr.  14  1732. 

Feb.  29  17 1 6. 


Iul.  6  1737 

Feb.  19  1750 

Apr.  27  1748 

Iul.  7  1753 

Iun.  22  1743 

Mar.  15  1749 

Dec.  1  1721 

Nov.  26  1729 

Oct.  23  1745 

Oct.  16  1751 

Mar.  19  1707 

Apr.  30  1713 

Aug.  14  1743 

Ian.  4  1754 

Dec.  31  1732 


BIBLIOGRAFÍA  MEXICANA  DEL  SIGLO  XVI II. 


ii3 


Cognomen. 
P.  Patino  Benedictas .. 
P.  Paver  Fian.  Xav  . . 
P.  Pazin  losephus  .  — 
P.  Peña  Salvator  .... 
Se.  N.  Penal  ve r  los 
F.  Peralta  Ray intuid. 
P.  Perera  Nicolaus .  .  . 

P.  Pe  reirá  los 

P.  Pérez  Busta  Thorn . 
P.  Pérez  Franciscus  .  . 
P.  Pérez   Tilomas. ... 
P.  Pérez  Dionysius .  .  . 

Se.  Pérez  Ignat 

Se.  Pérez  Aeal  Petras 

P.  Peza  Nicolaus 

F.  Pichardo  los 

P.  Piedra  Ioseplias..  .  . 

P.  Pimentel  Alys 

P.  Pineda  Franciscus  ■ 

P.  Plank  Ioannes. 

Se.  Poggio  Raymund .  . 

P.  Pulo  Antonias 

F.  Pons  Antonias .  .  .  . 

F.  Ponce  Ioannes 

P.  P01  tillo  Athanas 

F.  Porras  Balthasar . .  . 
P.  Poveda  Antonias .  . 

Se.  Pozo  Ioseph.  . . 

F.  Pozo  Barnabas 

P.  Priego  Antonias . .  .  . 
P.  Pssessercorn  Ignat.  . 
P.  Puerto  Martinas  .  .  . 
F.  Puisac  Franciscas. .  . 


Natus, 

Ingres. 

Mar.  2  1 

735- 

Maij  14 

755 

lan.  6 

1721. 

Oct.  9 

737 

Feb.  15 

723- 

Apr.  13 

743 

Feb.  i 

719 

Dee.  31 

739 

Maij  9 

746. 

luí.  30 

764 

Maij  30 

707. 

luí.  24 

732 

Seot.  23 

696. 

luí.   18 

719 

luí.  30 

735- 

lan.  25 

755 

Mar.  7 

712. 

Aug.  7 

[736 

Tul.  25 

692. 

luí    30 

'745 

Oct.  5 

726. 

Aug.  15 

1744 

Oet.  9 

73*- 

Maij  14 

'749 

Nov.  14 

743- 

Mar.  28 

[762 

Feb.  6 

746. 

Oct.  21 

[764 

Sept.  27 

712. 

lan.  17 

[733 

lan.  13 

t732. 

Maij  7 

[757 

Maij.  24 

[715. 

Nov.  22 

'732 

lan.  8 

727. 

Dee.  7 

[742 

lan    26 

l733- 

Mar    24 

748 

Aug.  16 

732. 

Maij.  18 

754 

Mar.  19 

741. 

Aug.  27 

757 

Mar.  3 

721. 

Maij  25 

737 

lan.  22     i 

732. 

lan.  22 

754 

Oct.   10     ! 

7H 

Feb.  17 

740 

Maij  2      i 

739- 

Iun.  25 

754 

lan.  5 

707. 

Nov.  17 

73° 

Nov.  3 

734- 

luí.   I 

75o 

Dee.   16 

73*- 

lan.  3  i 

756 

Iun.  1 1     ] 

740. 

Iun.  23 

7'" 

Feb.  8       J 

730. 

Apr.  3 

75' 

luí.  31 

725. 

Oct.  22 

742 

Nov.    17 

714. 

luí    20      J 

737 

Dee.  3 

729. 

lan.   15 

755 

O 


P.  Ouessa  Ángelus  (tachado) 

P.  Quintana  Ioseph 

Se.  N.  Quintana   Mar. ...... 

P.  Quintanilla  Ioaiin 

Se.  Quintanilla  los .     

F.  Uuixano  Aagast 


lan.  10  1734. 
Feb.  28  1713. 
Iul.  29  1745. 
Nov.  3  1729. 
Apr.  7  1741- 
Aug.  29  1719. 


Dee.  31  1749 
lan.  13  1732 
Mar.  18  1764 
Aug.  29  175  1 
[un.  2]  1762 
Mar.  7   1744 


BIBLIOGRAFÍA  MEXICANA  DEL  SIGLO  XVIII. 

i  14 


c  'ognomen. 

P.  Ramírez  Eugenius 

P.  Ramírez  Ioannss 

Se.  N.  Ramir.  Polycarp 

F.  Ramírez  Aut 

F.  Rancurél  Didacus 

P.  Rapicaní  Alexand 

Se.  Ravanillo  Toannes 

F.  N.  Real  Angust 

P.  Reales  Petrus.  ... .  . 

P.  Retz  Georgius 

P.  Restan  Iosepkus 

Se.  Reyna  Francis 

P.  Reynoso  Sanctius  . 

Se.  Rivera  Raphael 

P.  Rinoon  Iosepkus 

P.  Ríos  Antonias 

P.  R  i  vero  Thadaus 

P.  Rivero  Fran.  Xav 

P.  Rivero  Raymund 

F.  Rivero  Dominicus  ...... 

P.  Robledo  Paulas 

P.  Rodríguez  loachi 

P.  Rodrig.  Fran.  Xav  ...... 

Se.  Rodríguez  Emmanuel.  . 

Se    Rodríguez  Ioannes 

Se.  N.  Rodríguez  Doiiiin.  . . 

F.  Rodríguez  Salvat 

F.  Rodríguez  AEgid 

P.  Roldan  Iosepkus 

P.  Romeo  Benedictus . 

P.  Romero  Antonias  , 

P.  Romero  Iosepkus 

P.  Róndelos  Ignatius 

P.  Ronderos  loseph 

F.  Rosales  Tkadeus 

Se.  Roso  Andrceas 

P.  Rothea  /  'ioontius 

P.  Rothea  Potras 

P.  Rothea  Iosepkus 

P.  R" 

P.  Ruanova  Stanisl 


Natm 
Nov.   15 
Sept.  9 
lan.  26 
Oct    II 
luí    25 
Nov.     3 
Api'.   10 
Apr.  13 
Apr.  23 
Apr.  28 
Nov.  5 
Maij  9 
Aug.  15 
Oct.  24 
Iun.  19 
Mar.  16 
Nov.  2 
Dec.  3 
Aug.  24 
Aug.  4 
Iun.  30 
Nov.  2 
Mar.  31 
luí.  29 
luí.  26 
Nov.  29 
Oet.  27 
Maij  24 
Fcb.   10 
Oct.  31 
lan.  19 
lan    21 
Iun.  24 
Oet.  15 
Iun.  9 
Nov.  29 
Aug.  21 
Maij  5 
Feb.   21 
Nov.  4 
Feb.   15 


709 
710 

74S 
728 
702 
702 
74' 
736 
704 
717 
722 
742 
7<3 
745 
7 14 
701 
699 
729 


709 
693 
735 
739 
742 

74-1 
707 
756 
705 
728 


702 
7*7 
7 '4 
740 
718 
721 
732 
702 
715 


Ingres. 

Apr. 

13    1 

Iun 

2       1 

Mar. 

18    1 

Feb. 

1       1 

Nov 

30  1 

Oct. 

14    1 

Fcb. 

18    1 

Mar 

18    1 

Api 

18    1 

Oct. 

20    1 

lan. 

2 1      1 

lan 

26     1 

Apr 

19    1 

luí. 

2        1 

Mar 

24   1 

Mar. 

6     1 

Dee. 

1  1    1 

Mar. 

'5    • 

Mar. 

15    1 

Iun. 

18    1 

Iun. 

7       1 

Feb. 

6      1 

Iun. 

18     1 

luí. 

7        1 

Sept 

.  12  1 

Sept 

.  8     1 

Nov 

6     1 

luí. 

7        ' 

Apr 

2J      I 

Iun. 

7       ' 

Iun. 

20    1 

Apr 

16    1 

Nov 

10   1 

Mar 

18    1 

Mar 

'7    1 

lan 

1 2     1 

Mar 

27    1 

lan 

30     1 

Mar 

8    1 

Mar 

18    1 

Oct. 

7      1 

BIBLIOGRAFÍA  MEXICANA  DEL  SIGLO  XV 111. 
M5 

Cognomen. 

P.  Ruanova  Philipp Maij  9  17 16.  Mar.  18  1  737 

P.  Rubio  Vincentius Mar.  5  1737.  Iun.  1  5  1753 

F.  Ruelas  Melchior Ian.  25  1705.  Ian.   17  1733 

F.  Ruidiáz  loan.  Ant Maij  18  1718.  Mar.  18  1750 

P.  Ruiz  Antonius Iun.  19  1708.  Feb.  1  1726 

P.  Ruiz  Michael Mar.  2  1  726.  Apr.  27  1 748 

P.  Ruiz  loan,  de  Dco Ian.  6  1 73  1 .  Oct.  1  1  746 


P.  Saavedra  Isidoras  .  .  . 

F.  Sabel  MicJiacl 

P.  Sacrameña  Ioanncs. .  . 

F.  Sacher  Ioanncs 

P.  Sachi  Nicolans .  .  .  . .  . 

P.  Saenz  Bartholom .  .  .  . 

P.  Salas  Antonius 

P.  Salazar  Franc    Reg.  . 

P.  Salazar  I?i  lianas 

P.  Salazar  Iosephns . 
P.  Salgado  loan  Laur    . 
P.  Sánchez  IoscpJuts.  .  . 
Se.  Sánchez  Raymund.  . 
P.  Sandoval  Thomas. .  .  . 
P.  Sandoval  Vinccnt  .  .  . 
F.  San  Martin  Michael . 
P.  Stá-Cruz  Gabriel ..  .  . 
P.  Santelises  Iosepluis.. .  . 
Se.  Santoyo  Lndov .... 
F.  Sarmiento  Bernar .  .  . 
F.  Schultz  Georgias.  .  . 
Se.  Sebastian  Félix. 
P.  Sedelmayer  Iacobns.  . 
F.  N.  Serio  Ferdinan.  .  . 
Se.  Serrano  Ioanncs.  .  .  . 
F.  Serrano  Franciscas  .  . 
Se.  N.  Serrato  loan.  los. 
F.  Sesma  Gregorins  .  .  . 

P.  Slesac  Francis 

Se.  Sierra  Iosephns 

Sc.,N.  Sierra  los.  Mich. 
F.  Sobrino  Petras 


Feh.  7 

1727. 

Apr.  26 

749 

Ian.  8 

1710 

luí.  18 

739 

Apr.  13 

1/33 

Maij  12 

749 

Oct.  16 

1712 

Feb.  IO 

749 

luí.  4 

17.03. 

Oct.  9   1 

720 

Aug.  24 

1714. 

luí.  18   1 

735 

Apr.  4 

1694 

Feb.  19 

7" 

Ian.  13 

1721. 

Aug.  14 

7^ 

Ian.  31 

1728 

Oct.  12 

747 

luí.  5 

1715 

Oct.  5 

740 

Aug.  1 1 

1710. 

Nov.  17 

730 

Oct.  24 

1717 

Maij  25 

735 

Oct.  19 

1736 

Nov.  30 

754 

Sept  29 

1701 

Apr.  1 

720 

Nov.  15 

1722 

Dec.  2 

744 

Sept.  16 

1717 

Sept.  28 

73^ 

Sept.  15 

1737 

A  ug.  4 

'755 

Mar  24 

1706 

Mar.  27 

722 

Aug.  24 

1737 

Dec.  6 

757 

Aug.  20 

1737 

Ian.  26 

761 

Maij  13 

1723 

Iun.  3 

747 

Dec.  21 

1736 

Sept.  5 

'754 

Ian.  6 

1703 

Sept.  7 

722 

Maij  30 

1719 

Iun.  9 

764 

Mar.  iS 

1738 

Nov.  17 

756 

Ian.  14 

171  1 

Mar.  11 

753 

Ian.  11 

1746 

Mar.  18 

764 

Oct.  21 

1735 

Sept.  6 

752 

Sept.  30 

1728 

Oct.  27 

754 

Feb.  21 

1744 

Feb.  i 

760 

Sept.  29 

1744 

Aug.  14 

763 

Feb.  9 

1698 

Feb.  23 

718 

bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

lió 


Cognomen.  Natus 

P.  Sola  Michael Apr.  23 

P.  Solano  luliamis Ian.  27 

P.  Solar  los.  Basilins Apr.  15    1727 

P.  Soklevilla  Iosephns Mar.  19   1721 

P.  Soiiano  Andraas Ian.  9 

P.  Sotelo  Emitían Ian.  25 

P.  Sousa  Mathias Feb.  27 

P.  Steffel  Mathceus Sept.  20  1 734 

P.  Steb  Ioannes Aug   29  1735 

P.  Strzanovvski  Ant Ian.  12     1728 

P.  Silva  los.  Vincent Oct.  10    1  73  i 


1715 

1726 


1737 
1736 
1740 


Nov.    13  1733 

Iun.  12  1745 

luí.  30  1745 

Nov.   1  1740 

Ian.  14  1755 

Maij  13  1752 

Feb.  27  1757 

Oct.  27  1754 

Oct.  27  1754 

Oct.  27  1753 

Mar.  25  1750 


Se.  Tagle  Ignatius.  .  : 
P.  Tapia  Ioachitnus. .  . 
Se.  Tarros  Raymnn  .  . 
P.  Telles  Girón  Ludov 
P.  Tello  Ioannes  Jldef. 
P.  Tembra  Ioannes.  .  . 
P.  Theran  Entinan  .  .  . 
P.  Texada  Ignatius.  .  . 
P.  Texedor  Iosephns.  . 

P.  Tirs  Ignatius 

Se.  N.  Toledo  Ioseph  . 
P.  Torija  Ioannes  .  .  .  . 

F.  Torres  Petras 

F.  N.  Tovar  Vincent. . 
P.  Trnxillo  Ioachim  .  . 
F.  Turpin  lose  [luis.  .  . 


Nov.  30 

1737- 

Oct.  14 

1756 

Iun.  I 

1726. 

Dec.  2 

1744 

Feb.  12 

1744. 

Apr.  24 

1759 

Feb.  27 

1707. 

Iun.  10 

'723 

Nov.  28 

1718. 

Apr.  16 

1735 

Apr.  3 

1734- 

Feb.  25 

1752 

luí.  24 

1725. 

luí.  29 

1747 

Apr.  25 

1726. 

Aug.  1  1 

1741 

Ian.  3 

1726. 

Sept.  7 

1742 

luí.  2 

1733- 

Maij  18 

"754 

Feb.  IO 

1743- 

Feb.  18 

1763 

Iun.  29 

171 1. 

luí.  16 

1728 

luí.  3 

1702. 

Mar.  15 

1721 

Oct.  20 

'743- 

Oct.  2  1 

1764 

Apr.  29 

1726. 

luí.  30 

1745 

Feb.  1 1 

1746. 

Apr.  1  1 

1761 

u 


P.  Vadillo  Francise Oct.   12    1 7  1 9 

P.  Valdes  Michael Sept.  27  1  7 1  2 

F.  Valdes  Bernardas Sept.  29  1729 

P.  Vallaría  Iosephns Iul.  18      1719 

P.  Vallarta  Martinas Aug.  16  171 1 

P.  Vallejo  Iosephns Sept.  9     17 18 

Se.  Valoes  Iosephns Oct.  22    1 741 

P.  Vaquera  Michael Nov.  9      1739 

S.  Vaquera  Petras Apr.  29    1741 


.  Sept.  8 

1741 

.  Aug.  31 

1731 

.  Oct.  23 

1757 

).  Oct.  27 

1734 

.  Iul.  21 

1726 

.   Maij  3 

1741 

•  Aug.  5 

1760 

Iun.  28 

1756 

.  .  Mar.  4 

1758 

bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIll 
117 

Cognomen.  Natus. 

P.  Vargas  Didacus Dec.  4      1721.  Tul.     3      1742 

P.  Vargas  Gregorius Maij  9      1724.  Dec.  2      1741 

P.  Vargas  Iacobus Iul.  25      1702.  Dec.  12    1719 

F.  N.  Vargas  Emmau Iul.  7        ^727-  Oct.  6      1763 

P.  Vvatzek  Ioseph Dec.  2 1    1721  Oct   9      1  739 

Se.  N.  Vazuezabal  Attdr Nov.  30   1748.  Maij  18    1764 

P.  Vasquez  Nicolaus Sept.  7     1716.  Iul.  18    .1739 

F.  Vasquez  Iosephus Maij  4      1701.  Iul.  7        1734 

P.  Vega  Iosephus Feb.  18    1726.  Iun.  28     1 748 

P.  Vega  Faustinus Feb.  15    1729.  Iun.  21     1749 

P.  Vveis  Fran.  Xav Feb.  22    17 10.  Sept.  7     1728 

P.  Velasco  Iosephus Mar.  30    1732.  Maij  2      1747 

P.  Velasco  Benedict Dec.  28    1733.  Aug.  29  175  1 

Se.  Velasco  Emitían Iun.  2       1738.  Dec.  23    1758 

Se.  Velasco  Marianus Apr.  12   1744.  Iul.  25      1759 

F.  N.  Velez  Augustin Maij  6      1744.  Feb.  18    1  763 

P.  Ventura  Lucas Maij  2      1727.  Nov.  25    1749 

P.  Ventura  Autonius Febr.  23  1727.  Feb.  13    1750 

F.  Ventura  loanne* Mar  4       1751.  Ian.  19     1750 

F.  Vera  Vincentias Ian.  24     1708.  Maij  28    1730 

P.  Verdugo  Didacus Dec.  9      1704.  Apr.  2      1726 

F.  Vergara  Sebast ••  Iul.  22      1717.  Mar.  5      1737 

Se    Vgai te  Hilarius Ian.  20     1740.  Iun.  28     1756 

F.  Vgarte  Dominicas Feb.  20    1.717.  Iun.  9       1751 

Se.  Vidal  Franciscas. Feb.   14    1739.  Aug.  5      1760 

P.  Vidaurre  Georgias . Apr.  23    1732.  Apr.  22    1750 

Se.  Viedma  Gabriel Mar.  18    17.41.  Aug.  13  1757 

P.  Villaamil  loauues Iul.  2        17 16.  Mar.  17    1733 

P.  Villaamil  Antonias Iul.  8        1723.  Nov.  5      1740 

P.  Villafañe  Christoph Iul.  25      1731.  Nov.  13   1749 

P.  Villalta  Emmau Febr.  4    1726.  Mar.  1      1 749 

P.  Villaroya  Franciscas Nov.  20   1734.  Aug.  20  1754 

F.  Villars  Frauciscus Aug.  26  17 16.  Mar.  25    1738 

P.  Villavicencio  loan Dec.   15    1709.  Iul.  28      1724 

F.  N.  Villavieja  loan Iun.  22     1736.  Dec.  31    1762 

P.  Villaurrütia  Xav Feb.  12    1724.  Iul.  10      1745 

P.  Vivanco  Emmau Maij  30    1693.  Maij  5       17 10 

F.  Vivar  Franciscas Apr.  2      1735.  Mar.  29    1753 

P.  Vivas  Ludovicus Aug.  29  1720.  Ian.  3       1750 

P.  Vvólff  BarthnuBus Ian.  26     1711.  Oct.  20    1731 

Se.  Urbina  Benedict Ian.  23     1739.  Ian.  16     1 762 

P.  Urbiola  Iosephus Maij  8      1714.  Maij  4      1735 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

i  iS 


( 'ognomen.  Naíus. 

P.  Uria  loan.  Ignat Aug.  i  5  1695 

F.  N.  Uria  loachimus luí.  27  1742 

P.  Urizar  Michael Feb.  22  1722 

P.  Urizar  Franciscas Dea  3  1  1729 

F.  Urroz  Antonius Apr.  23  1703 

Se.  Urrutia  íoannes  . Aug.  23  1740 

P.  Utrera  Ioscplius Oct.  5  1  707 


Ingres. 

Iun.  6  1713 

Mar.  18  1764 

Ian.  22  i  741 

Apr.  20  1748 

Itil.  21  1730 

Feb.  27  .757 

Oct.    19  1722 


X 


P.  Ximenez  Antonius Maij  20    1732.      Maij  6      1749 

P.  Ximeno  Ioscphus Maij  18    1697.      Mar-     l    '  7l6 

P.  Ximeno  Custodios Maij  1       1734.     Sept.  29  1752 


1707. 
1715. 

1731. 
1739- 
1695. 


F.  Zambeli   Eugcnius Nov.  7 

P.  Zamora  Iosepkus Ian.  6 

P.  Zamorano  IoscpJi Oct.  6 

P.  Zamorano  Ignat Ian.  9 

P.  Zarzosa  Albertus Nov.  9 

Se.  N.  Zarzosa  Bernar Aug.  22  1743. 

P.  Zayas  Tilomas Oct.  4       1 71  5. 

Se.  Zayas  loachimus. .  Iun.  10     1741. 

P.  Zazurca  Pctrus Apr.  28   1720. 

P.  Zepeda  Iosepkus Oct.  26    1720. 

P.  Zeballos  Franciscus Oct.  7      1704. 

P.  Zuazu  Vincentius Apr.  20   17 19. 

P.  Zumpciel  Bernard Feb.  13    1707. 


Nov.  17 
Oct.  27 
Mar.  18 
Mar.  18 
Mar.  25 
Oct.  24 
Ocl.  5 
Sept.  7 
Ian.  7 
luí.  20 
Iun.  i 
Apr.  19 
Oct.  18 


1725 
1 73  1 
1750 
1756 
1710 
1763 
1734 
1759 
I750 
1737 
1720 
1736 
1725 


Nota. — El  ejemplar  que  para  esta  reimpresión  ha  servido,   tiene  adiciones  y  enmendaturas 
mss.  y  ellas  se  han  consignado  en  su  lugar. 


CAXIGA  y  RADA.   Dr.  AGUSTÍN  de  la  ^Clérigo.) 
45.     VÉASE:  Paz  y  Salgado.  |   1747.  | 


ANÓNIMOS. 

46.  LlTHARA  I  Armoniosa,  |  Para  dar  música  espiritual,  al  |  Niño 
Dios  huyendo  á  Egypto,  |  que  comienza  a  resonar  en  los  |  silencios  de  la 
media  noche  de  |  Ano  nuevo,  hasta  el  dia  |  Séptimo  de  Enero,  j  Templó- 
la I  Vn  devoto  Sacerdote,  que  reverente  |  la  ofrece  a  Jesús,  María,  |  y 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 
119 

Joseph.  I  Reimpressa.  En  México:  por  |  Joseph  Bernardo  de  Hogal.  En 
la  I  Calle  Nueva.   Año  de  1727.  ¡ 

ióvo.;  port.  con  grab.  en  su  vuelta  y  27  hojs.  con  la  obra. 

47.  (^,OLOQUIO  |  entre  el  Divino  Esposo,  |  y  el  ;ilma.  |  A  devoción  ( 
Del  P.  Fr.  Carlos  Joseph  Delgado,  |  Predicador,  y  Notario  del  Santo  Offi- 

|  ció  de  la  Inquisición.  |  Impreso  en  Madrid  por  Pedro  de  J  Arriba,  y  por 
su  original  en  México  |  en  la  Imprenta  de  Diego  Fernandez  |  de  León, 
año  de  17 10.,  y  segunda  |  vez  en  la  de  D.  Felipe  de  Zuñiga,  y  |  Ontive- 
ros,  calle  de  la  Palma,  ¡  el  de  1774.  | 

ióvo.;  port.;  y  7  hojs.  s.  nr.  con  la  obra. 

COLLADOS.    Fr.    VICENTE    (Dominico.) 

48.  Ave  Maria.  |  Copia  de  Carta  al  assumpto  del  sudor,  J  y  lagrimas 
de  Ntra.  Señora  del  Rosario  de  la  Villa  de  la  Guardia,  [  del  dia  primero 
de  Noviembre  de  este  año  de  1755.  escrita  al  M.  \  R.  P.  Fr.  Narciso  de 
Guindos,  Maestro  de  Numero  de  esta  Pro-  |  vincia,  de  Predicadores,  Prior 
que  fue,  y  es  del  Real  Convento  de  Santa  Cruz  de  la  Ciudad  de  Granada: 
por  el  M.  R.  P.  Fr.  Vi-  |  cente  Collados,  Ex-Cathedratico  de  Theologia 
del  Colegio  Ma-  |  yor  de  Santo  Thomas  de  Sevilla,  Maestro  en  Artes,  y 
Doctor  en  Sagrada  Theologia,  Regente  oy  del  Real  Convento  de  Predi- 
cado- ¡  tes  de  la  Ciudad  de  Xaén,  y  Examinador  Synodal  |  de  su  obis- 
pado. I 

4to.;  sigue  inmediatamente  el  texto  contenido  en  4  hojs.  s.  n.  y  al  pie  de  la  última: 

Reimpressa  en  la  Puebla  por  la  Viuda  de  Miguel  de  Ortega,  donde  se  ha- 
llara. (1755)- 

ANÓNIMOS. 

40.  Compasiva  I  y  tierna  memoria  |  De  las  burlas,  y  ultrajes,  que  pa- 
deció I  Jesuchristo,  |  En  la  Casa  de  Herodes,  qnando  |  tratándolo  como  á 
loco  le  vistió  I  por  mofa  la  Vestidura  |  blanca.  |  Sácala  á  luz  |  Un  Sacerdote 
de  esta  Ciudad,  á  devo-  |  cion,  y  expensas  de  una  Religiosa  de  el  I  exem- 
plarisimo  Convento  |  de  Regina  Cceü.  |  Reimpressa  en  México  en  la  Im- 
|  prenta  de  D.  Felipe  de  Zuñiga,  y  |  Ontiveros,  calle  de  la  Palma.  | 

ióvo.;  port.;  1  hoj.  grab.  y  6  s.  n. 

50.  COMULGADOR  |  y  explicación  mystica  !  delaRegla.  i8de  la  Con- 
gregación I  de  'a  Purissima,  que  es  de  la  Con-  ¡  fession,  \  Comunión.  | 
Con  vna  theorica,  y  practi-  |  ca  de  los  medios,  que  mas  facilitan  su  |  fre- 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XV ¡11 
1 20 

quente,  y  bien  aprovechado  vso:  Varias  |  Meditaciones,  y  (oraciones  vocales 
I  Recogida  en  svma  de  varios  papeles,  y  platicas  de  la  |  Purissima,  por  el 
mismo  Padre  |  Prefecto.  |  Dedicado  |  Al  Supremo  Rey  de  Cielo,  y  tierra 
I  Christo  Señor  Nuestro  |  Sacramentado.  |  Con  licencia  en  México,  |  por 
la  Viuda  de  Miguel  de  Ribera,  en  el  |  Empedradillo,  año  de  1714.  | 

4i'>.;  portada  en  cuya  vuelta  ota  la  dedicatoria  que  subscribe  Doña  Gertrudis  de  Vera;  fol.  1 
a  125  vuelta,  la  obra. 


51.  CONSUELO  |  a  la  Madre  |  de  Dios  I  En  la  muerte  su  Sino.  Mijo,  | 
Devoción  utilissima  ¡  En  honor  de  tan  Poderosa  Señora,  |  para  los  que  de- 
sean tributar  algún  I  culto  al  doloroso,  y  tiernissimo  |  Passo  de  su  Soledad, 
Angustias,  |  y  Dolores.  |  Copiada  a  la  letra  ¡  De  la  que  se  dio  a  luz  en  la 
Vida  I  del  V.  P.  Francisco  Tamariz  de  |  la  Compañía  de  Jesús.  |  Reim- 
preso en  el  Colegio  Real  de  |  San  Ignacio  de  la  Puebla  de  los  |  Angeles. 
Año  de  1767.  I 

ióvo.;  port.  á  cuya  vuelta  comienza  el  texto  y  ocupa  otra-  3  hojs.   -.  nr. 


52.  V^ONVITE  I  [»ara  K>s  exercicios  ¡  públicos  literarios  ¡  que  tendrán  | 
en  el  Real  Seminario  de  Minería  |  de  México  |  los  alumnos  de  este  esta- 
blecimiento, I  dirigidos  I  Por  el  Capitán  de  Milicias  Don  Andrés  Joseph 
I  Rodríguez  Catedrático  de  Matemáticas,  y  D.  Ma-  |  riano  Chanin  Maes- 
tro de  Gramática  Castellana  |  y  Lengua  Francesa,  j  a  presencia  j  del  Real 
Tribunal  General  |  del  importante  cuerpo  de  la  minería  |  de  Nueva  Espa- 
ña, I  Los  dias  17  y  18  de  Diciembre  á  las  nueve  y  media  ¡  de  la  mañana, 
y  tres  y  media  de  la  tarde.  |  Impreso  en  México,  por  Don  Felipe  de  Zú- 
ñiga  y  Onti veros,  |  Calle  del  Espíritu  Santo,  año  de  1 792.   j 

410.;  port.  v  3  hoj.  -.  u. 


CORDERO.    Fr.   JUAN   JOSÉ   (.Mercedario.J 

53.  VÉASE:  Paz  y  Salgado,    i  1747.) 

ANÓNIMOS. 

54.  INOPIA  de  Caita,  j  del  Emperador  |  de  la  China,  j  escrita  a  Nues- 
tro Santissimo  Padre  |  Benedicto  XIV.  |  Pidiendo  a  su  Santidad  j  una 
Princesa  de  Europa  en  matrimonio,  |  con  la  solemne  Promessa  (entre 
otras)  de  establecer  una  |  mutua  correspondencia  con  su  Santidad.  |  Tra- 
ducido del  Idioma  Chino  al  Castellano  por  el  Pa-   I  dre  Secretario  de  In- 


bibliografía  mexicana  del  siglo  XVlll 

121 

dias  de  la  Compañía  de  Jesús,  |  residente  en  la  Corte  Romana,  este  año 
de  1748.  I 

4to.;  sigue  el  texto  que  ocupa  2  hojs.  s.  n.  y  al  pie  de  la  ultima,  esta: 

Impressa  en  Madrid,  y  por  su  original  en  México,  con  licencia  del  Su- 
perior I  Gobierno,  por  la  Viuda  de  D.  Joseph  Bernardo  de  Hogal  año  de 
1749-  I 

55.  Coi'IA  de  Cartas,  escrita  por  el  \  Padre  Guardian  del  Real  Conven- 
to  de  Mequinez,  y  Vice-  j  Prefecto  Apostólico  de  las  Santas  Misiones,  que 
cu  las  par-  \  tes  de  Berbería  conserva  la  Religiosa  Provincia  de  San  Diego, 
j  de  RR.  PP,  Franciscos  Descalzos,  al  Padre  Procura-  \  dor  de  ellas.  \ 

4to.;  sigue  luego  el  texto  que  ocupa  4  1 1  < > j s .  s.  11.   y  al  pie  de  la  última: 

Reiu/pressa  en  Cádiz,  y  por  su  original  en  la  Puebla  cu  la  Pn-  \  preuta 
déla  Viuda  de  Miguel  de  Ortega.  Donde  se  hallará,  j  (1776)    j 

50.  v_.OR.ONA  I  de  amor,  |  que  se  ha  de  ,  Exercitar  por  las  cuen-  |  tas 
de  la  Camandula:  |  sacadas  de  las  obras  del  |  P.  Kngel  grave,  déla  |  Com- 
pañía de  Jesús.  |  Por  un  sacer-  [  dote  de  la  Eclesiástica,  [  y  Venerable 
Concordia  |  de  S.  Felipe  Neri,  de  la  |  Ciudad  de  la  Puebla,  j  En  México 
por  José-   I  ph  Bernardo  de  |  Hogal.  Año  de  1735.  | 

iovn.;  port.  orí.  y  con  grab.  á  su  vuelta  más  15  hojs.  s.  11    con  la  obra. 


57.  LüRONlTA  I  de  los  I  Siete  Dolores  ¡  de  Maria  SSma.  |  Señora 
nuestra.  \  Y  recomendación  |  quotidiana  |  De  los  cinco  mas  principales,  | 
que  sintió  su  tiernissimo  Corazón  |  en  el  discurso  de  la  Vida,  Passion,  |  y 
Muerte  de  su  Santissimo  Hijo.  |  Reimpresas  en  México,  en  la  1 111  |  pren- 
ta  de  D.  Felipe  Zuñiga,  y  Onti-  |  veros,  calle  de  la  Palma,  año  de  1774    | 

lóvo.;  port.  con  un  grab.  en  su  vuelta  y  15  liojs.  5.  nr    con  la  obra. 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XV ni. 
123 


D 


ANÓNIMOS. 

58.  .Decena  |  de  |  S.  Juan  Francisco  |  Regis  |  En  honor  de  los  diez 
años,  que  anduvo  |  haciendo  Missiones  por  varios  luga-  |  res  de  la  Fran- 
cia. I  Dirigida  principalmente  al  Gloriosissimo  fin  |  de  cooperar  con  nues- 
tras Oraciones,  y  Supli-  |  cas  (mediante  su  Patrocinio)  á  la  salvación  de  | 
las  Almas  redimidas  con  la  Preciosissima  San-  |  gre  de  Christo  crucifica- 
do. I  Comienza  á  14.  de  Mayo  para  acabarse  víspera  |  del  Santo,  que  es 
á  24  I  Dispuesta  para  honra,  y  gloria  de  Dios  por  un  Sa-  ¡  cerdote  de  la 
Compañía  de  Jesús  desseoso  del  bien  |  de  las  Almas,  y  afecto  á  este  Glo- 
riosissimo I  Santo.  I  Con  las  Ucencias  necesarias:  |  En  México  en  la  Im- 
prenta del  Real,  y  mas  Anti-  |  guo  Colegio  de  S   Ildefonso,  año  de  1765.  | 

ióvo. ;  port.;  1  hoj.  con  grabado  y  28  s.  11.  con  la  obra. 

59.  Decena  |  de  |  S.  Juan  Francisco  |  Regis,  |  En  honor  de  los  diez 
años,  que  anduvo  ha-  |  ciendo  Misiones  por  varios  lugares  |  de  la  Fran- 
cia. I  Dirigida  principalmente  al  Gloriosissimo  fin  |  de  cooperar  con  nues- 
tras Oraciones  y  Suplicas  |  (mediante  su  Patrocinio)  á  la  salvación  de  las 
Almas  redimidas  con  la  Preciosissima  Sangre  |  de  Christo  crucificado  | 
Comienza  á  14  de  Mayo  para  acabarse  Vis-  |  pera  del  Santo,  que  es  á  24. 
I  Dispuesta  para  honra  y  gloria  de  Dios,  por  un  |  Sacerdote  de  la  Com- 
pañía de  Jesús,  deseoso  |  del  bien  de  las  Almas,  y  afecto  á  este  |  Glorioso 
Santo.  ¡  Reimpresa  en  México,  en  la  Imprenta  de  los  |  Herederos  del  Lie. 
D.  Joseph  de  Jauregui  |  calle  de  Sto.  Domingo;  año  de  1795.  I 

ióvo.;  port.  y  15  hojs.  s.  n.  con  la  obra. 

00.  .DESAGRAVIOS  |  que  se  han  de  hacer  I  a  la  Suprema  Magestad  | 
de  nuestro  amantisimo  Dios  |  Trino  y  Uno,  |  Por  medio  de  nuestro  Amo- 
ro-  I  sisimo  Patriarca  y  Patrono  |  Señor  San  Joseph,  |  Todos  los  meses, 
en  los  dias  diez  y  |  siete,  diez  y  ocho,  y  diez  y  nueve.  |  Dispuestos  ¡  Por 
un  Devoto  del  Santo,  el  menor  de  |  todos,  para  impetrar  y  alcanzar  una 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 
124 

bue-  I  na  muerte,  siendo  en  ella  libres  de  núes-  |  tros  enemigos  con  la 
asistencia  de  |  nuestro  Amantísimo  Patriarca.  |  Reimpresos  en  México,  en 
la  Imprenta  |  nueva  Madrileña  de  D.  Felipe  de  Zúñiga  |  y  Ontiveros,  ca- 
lle de  la  Palma,  |  año  de  1778.  | 

iCvo.;  port.;  i  lioja  con  un  grabado  y  }0  s.  n.  con  la  obra 

61.  LJlíVOCION  I  para  el  dia  ocho  |  de  cada  mes  |  en  reverencia  |  del 
Gran  Padre  de  los  Pobres,  |  y  ¡  Glorioso  Patriarcha  |  S.  Juan  de  Dios.  | 
Dispuesta  |  por  un  humilde  Sacerdote  ¡  Esclavo  del  Santo.  |  Reimpressa 
en  México  en  la  Im-  |  prenta  de  D.  Felipe  de  Zuñiga,  y  |  Ontiveros,  calle 
de  la  Palma.  | 

l6vo.;  port.  con  grabado  en  la  vta.  y  "  hojs.  s.  n.  con  la  obra. 

(>2  LJevocion  j  muy  útil  |  y  provechosa,  |  que  comprehende  los  Ac- 
tos, ¡  y  afectos  mas  necessarios  para  |  el  Christiano.  |  en  honra,  y  gloria  | 
de  I  laSacratissimaFamilia  |  Jesús,  |  María,  Joseph,  |  Joaquín  |  y  Anua.  | 

i6vo.;  port.  con  i  grab.  en  su  vía.  y  7  hojs.  s.  n.  con  la  obra. 

03.  LJevocion,  y  Novena  |  del  Glorioso  |  Patriarcha  |  Sr.  San  Joa- 
chin,  I  Abuelo  natural  de  |  Jesu-Cristo,  y  Padre  de  la  Seré  |  nissima  Vir- 
gen Maria.  |  Ramillete  de  Flores  |  de  diferentes  Virtudes,  que  sus  de-  | 
votos  le  ofrecen  para  conseguir  por  |  medio  de  su  intercession,  el  favor  de 
sus  Sanlissimos  Nieto,  é  Hija.  |  Dispuesta  |  por  un  devoto  de  este  Glorio- 
so Santo.  I  Reimpressa  en  México  enlalm-  |  prenta  de  D.  Phelipe  de  Zu- 
ñiga y  I  Ontiveros,  calle  de  la  Palma.  | 

lóvo.;  port.  con  grab.  en  su  vuelta  y  15  hojs.  s.  n.  con  la  obra. 

(¡4.  Uevociox  i  tierna  y  muy  provechosa  |  principalmente  para  la 
Cuaresma  |  A  Christo  |  Señor  Nvestro  Crvcificado  y  á  |  Maria Santíssima 
de  los  Dolores  al  pie  de  la  Cruz  |  que  ha  de  durar,  sinco  dias  comenzando 
en  Lunes.  |  Sácala  á  luz  la  devoción  de  la  Madre  Antonia  |  Damiana  de 
S.  Joseph  Religiosa  del  Convento  de  |  Sr.  S.  Ioseph  de  Gracia.  |  Y  lo  de- 
dica y  ofrece  á  las  señoras  religio-  |  sas  de  todos  los  Conventos  de  Mé- 
xico. I 

8vo.;  port.  reglada  y  Ii  hojs.  s.  tir.  con  la  obra  que  tiene  al  final  la  suscripción  siguiente! 

Con  licencia  de  los  superiores.  |  En  México,  por  los  Herederos  de  la 
Viuda  de  |  Francisco  Rodríguez  Lupercio.  En  la  Puente  de  |  Palacio,  año 
de  1706.  I 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

125 

Anteportada:    Un  grabado  en  dulce  representando  á  "Nuestra  Señora  de  los  Gozos." 
Portada: 

05.  Devoción  |  de  los  gozos,  qve  la  |  SSma.  Virgen  Maria  |  Madre 
de  Dios,  y  Señora  N.  \  tuvo  en  la  Tierra  en  presencia  |  de  su  Santissimo 
Hijo:  y  de  los  |  que  ahora  tiene  en  el  Cielo:  |  Revelada  |  A  Santa  Matil- 
des, á  Santo  Thomas  |  Cantuariense:  á  San  Arnulpho  Monge  |  Lego  de 
San  Bernardo.  |  Confirmada  con  Exemplos,  para  es  |  tender  el  Culto,  y 
Veneración  de  esta  |  Emperatriz  Soberana.  |  Sácala  á  lvz  |  el  Doctor  Don 
Joseph  1  Vallejo,  y  Hermosillo.  |  Con  licencia  en  México  |  Por  la  Viuda 
de  Miguel  de  Rivera  Calderón  |   En  el  Empedradillo.    Año  de  1709.  | 

8vo.;  port.  orí.  y  i  grab.  en  sa  vta.,  más  15  hojs.  s.  n. 

G6.  DEVOCIÓN,  qve  |  cada  dia  se  ha  de  o-  |  frecer  á  Señor  San  |  Jo- 
seph. I  En  honra  de  las  siete  tris  |  tezas,  y  siete  alegrías  ma-  |  yores,  que 
tuvo  en  su  vida  |  Sacadas  del  Cordial  devoto  |  de  San  Joseph.  |  Reimpre- 
sas en  la  Puebla  en  |  la  imprenta  de  la  viuda  de  ¡  Miguel  de  Ortega.  Año 
de  I   1720.  I 

8vo.;  port.  orí.  con  grab.  en  la  vta.  y  7  hojs.  s.  n.  con  la  obra. 

07.  Devoción,  ¡  y  Novena  |  del  |  Glorioso  Patriarcha  |  Sr.  S.  Joa- 
chin,  I  Abuelo  natural  |  de  Jesu-Cristo,  y  Padre  de  la  |  Santissima  Virgen 
Nuestra  Se-  |  ñora,  que  sus  devotos  le  ofre-  |  cen  para  conseguir  por  su 
in-  I  tercession  el  favor  de  sus  San-  |  tissimos  Nieto,  ó  Hija.  |  Reimpressa 
en  México  |  por  la  Viuda  de  Don  Ioseph  |  Bernardo  de  Hogal.  |  Año  de 
1745-  I 

lóvo.;  port.  orí.  con  grab.  en  su  vta.  y  15  hojs.  s.  n.  con  la  obra. 

08.  DEVOCIÓN  \  á  el  virginal,  y  dolorosissimo  |  Corazón  |  De  nuestra 
Señora  la  siempre  [  Virgen  Maria.  |  Dispvuesta  |  Por  un  Religioso  del 
Real,  y  |  Militar  Orden  de  nuestra  Se-  |  ñora  de  la  Merced  Reden-  |  cion 
de  Cautivos.  |  Sacada  á  luz  \  Por  vna  Religiosa  del  Convento  |  de  la  Pu- 
rissima  Concepción  de  |  esta  Ciudad  de  la  Puebla.  |  Con  licencia,  en  la 
Imprenta  de  la  |  Viuda  de  Miguel  de  Ortega,  y  |  Bonilla.  Año  de  1746.  | 

rovo.;  port.  y  3  hjs.  9.  n. 

69.  DEVOCIÓN  |  á  la  Virgen  j  Maria  |  Nuestra  Señora.  |  Repartida 
por  las  veinte  y  qua-  |  tro  horas  del  dia,  á  las  partes,  y  |  perfecciones  de 
su  Purissimo  |  Cuerpo,  y  su  Santissima  Alma.  |  Por  un  Sacerdote  de  la 


BIBLIOGRAFÍA  MEXICANA  DEL  SIGLO  XVIII. 
i  26 

Venerable  |  Concordia  de  S.  Phelipe  Neri.  |  A  expensas  |  de  una  devota 
de  la  Señora.  |  Reimprfessa  en  la  Puebla,  por  la  |  Viuda  de  Miguel  de  Or- 
tega   I    Año  de  1754.  I 


70.  DevÓCION  |  á  Maria  Santissima  |  Nuestra  Señora.  ¡  Útil,  y  Pro- 
vechosa I  á  sus  devotos  |  Por  sus  tres  Ave  Marías,  se-  |  gun  se  le  reveló 
á  el  Venerable  |  Siervo  de  Dios  Fr.  .Antonio  Li-  |  naz  de  Jesús  Maria, 
Missio-  I  ñero  Apostólico,  &c.  j  Al  fin  van  añadidos  los  Gozos  de  |  Nues- 
tra Señora,  j  Reimpressas  en  México  por  los  Herederos  ¡  de  Doña  Maria 
de  Rivera.    En  la  Calle  |  de  San  Bernardo.    Año  de  1759.  | 

lóvo.;  port.  con  grab.  en  la  vta.  y  7  hjs.  s.  n    conlaobra. 


7P  DEVOCIÓN  |  á  los  Santissimos  Corazones  |  de  Jesús,  Maria,  |  y 
Joseph,  I  en  el  ejercicio  |  de  las  Virtudes  Theologales,  |  Fee,  Esperanza, 
Charidad,  y  Contrición.  |  Con  el  modo  también  practico  de  |  confessar, 
comulgar,  y  dar  gracias  |  después  de  la  Comunión.  |  Por  un  devoto  |  de 
estos  Santissimos  |  Corazones.  |  Reimpressa  en  México:  en  el  Real  y  | 
mas  antiguo  Colegio  de  San  Ilde-  |  fonso.  |  Año  de  1759.  | 

l6vo. ;  port.  y  31  hjs.  s.  n. 


72.  Devoción  |  á  la  Gloriosa  Virgen,  |  Inclyta  Martyr,  ¡  e  Insigne 
Doctora,  |  Santa  Catharina,  |  En  memoria,  y  reverencia  de  |  los  trece  días 
que  estuvo  en  la  |  prission,  y  antecedieron  á  ¡  su  Martyrio.  |  A  costa  de 
un  Devoto  Sacerdote,  |  que  desea  interesar  á  los  Fieles  |  en  la  Soberana 
Protección  |  de  la  Santa.  |  Reimpressa  en  México  en  la  Imprenta  |  de  la 
Bibliotheca  Mexicana,  en  el  |  Puente  del  Espíritu  Santo,  |  Año  de  1767.  | 

lóvo.;  port.;  1  hoja  con  grabado  y  14  hojs.  s.  n.  con  la  obra. 


73.  Devoción  |  al  Corazón  castissimo  |  del  Patriarcha  |  Sr.S. Joseph. 
I  Dispuesta  |  Por  un  Religioso  del  Real  y  |  Militar  Orden  de  Nuestra 
Se-  I  ñora  de  la  Merced.  Redempcion  |  de  Cautivos.  |  Sácala  á  luz  un  de- 
voto Sacerdote  |  de  este  Arzobispado.  |  Reimpressa  en  México,  en  la  Im- 
|  prenta  de  D.  Felipe  Zuñiga,  y  Onti-  |  veros,  calle  de  la  Palma,  año  de 
i/74-  I 

lóvo.;  port.  con  grab.  en  su  vuelta  y  7  hojs.  -.  n.  con  la  obra. 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XV  l  II. 
127 

74.  .L/EVOCION  |  y  Novena  \  del  Glorioso  Patriarca  |' Sr.  San  Joaquín, 
Abuelo  natural  de  Jesucristo,  |  y  Padre  de  la  Serenísima  (  Virgen  Maria 
Nuestra  Señora.  |  Ramillete  de  Flores  |  de  diferentes  Virtudes,  |  Que  sus 
Devotos  le  ofrecen  para  conse-  ¡  guir  por  medio  de  su  intercesión  el  |  fa- 
vor de  los  Santísimos  Nieto,  é  Hijo.  |  Reimpresa  en  la  Puebla  |  Por  los 
Herederos  de  la  Viuda  de  Miguel  |  Ortega,  en  el  Portal  de  las  Flores.  | 
Año  de  1774.  I 

lóvo.j  port.  y  15  hojs.  *.  n.  con  la  obra. 

75.  DEVOCIÓN  |  para  el  dia  ocho  |  de  cada  mes,  \  en  Reverencia  |  del 
Gran  Padre  de  los  pobre-,  |  y  Glorioso  Patriarcha  |  San  Juan  |  de  Dios. 
I  Por  un  Sacerdote  Devoto  del  |  mismo  Santo.  |  Reimpressa  en  México 
en  la  Impren-  |  ta  del  Lie.  D.  Joseph  de  Jauregui.  Ca-  |  lie  de  S.  Bernar- 
do; año  de  1775.  I 

ióvo.;  port.  con  grab.  en  su  vta.  y  6  liojs.  s.  n.  con  la  obra. 

70.  Devoción  |  de  los  [  Quince  Martes,  |  Al  ínclito  y  Gloriosísimo 
Padre  y  Pat:iarca  |  Sto  Domingo  |  de  Guzniaii.  |  Fundador  del  Sagrado 
Orden  de  Predicadores,  |  especialisimo  Abogado  de  alcanzar  para  sus  de- 
|  votos  la  penitencia  final  en  la  hora  de  la  muer-  |  te:  Para  alcanzar  fecun- 
didad las  estériles:  Para  conseguir  por  su  medio  sanidad  de  todo  genero 
de  enfermedades,  particularmente  de  calentu-  |  ras:  Y,  finalmente,  Asilo 
seguro  para  hallar  |  todo  bien.  |  Compuesta  |  Por  un  hijo  de  este  Patriarca 
glorioso.  |  Reimpresa  en  la  Puebla.  |  Por  los  Herederos  de  la  Viuda 'de 
Miguel  de  Ortega  ¡  en  el  Portal  de  las  Flores.  |  Año  de  1775.  | 

lóvo.;  port.  y  15  hjs.  s.  n. 


77.  Devoción  |  tierna  y  muy  provechosa  |  principalmente  |  para  la 
Quaresma,  |  á  |  Christo  |  Señor  Nuestro  |  Crucificado,  |  y  á  Maria  San- 
tissíma  I  de  los  Dolores  |  al  pie  de  la  Cruz,  |  Que  ha  de  durar  cinco  dias, 
comenzando  |  en  Lunes.  ¡  Reimpressa  |  á  solicitud  de  una  Devota.  ¡  En 
México,  en  la  Imprenta  de  la  Calle  de  |  San  Bernardo.   Año  de  1 776.  ¡ 

lóvo.;  port.  cod  grab.  en  su  vta.  y  30  Ih>i-.  5.  a.  con  la  obra. 

7.S.  DEVOCIÓN,  y  Novena  |  del  Glorioso  I  Patriarcha  l  Sr.  S.  Joaquín, 
I  Abuelo  natural  de  |  Jesu-Christo,  y  Padre  de  la  Seré-  |  nissima  Virgen 
Maria.  ¡  Ramillete  de  Flores  |  de  diferentes  Virtudes,  que  sus  de-  |  votos 
le  ofrecen  para  conseguir  por  |  medio  de  su  intercession,  el  favor  de  |  sus 


BIBLIOGRAFÍA  mexicana  DEL  SIGLO  XV 111. 

[28 

Santissimos  Nieto,  é  Hija.  |  Dispuesta  |  por  un  devoto  de  este  Glorioso 
Santo.  |  Reimpressa  en  México,  por  D.  Fe-  |  lipe  de  Zuñiga  y  Ontiveros, 
calle  de  |  la  Palma,  año  de  1776.  | 

lóvo.;  port.  con  grab.  en  la  vta.  y  15  hojs.  -.  n.  con  la  obra. 

79.  .L/EVOCION  I  á  Maria  Santissima  1  Nuestra  Señora  |  muy  útil,  y 
provechosa  |  para  sus  devotos  |  de  las  tres  Ave  Marías.  |  Según  se  lo  re- 
velo la  Santísima  Virgen  al  |  Ven.  Siervo  de  Dios  Fr.  Antonio  Linaz  de 
|  Jesús  Maria,  Misionero,  y  Fundador  |  de  los  Colegios  Apostólicos,  &c.  | 
Como  se  escribe  en  su  vida.  |  añadense  |  otras  varias  devociones  |  de  que 
usan  los  RR.  PP.  Misioneros  |  Apostólicos.  |  Reimpresa  en  México  |  En 
la  Imprenta  nueva  Madrileña  de  Don  [  Felipe  de  Zuñiga  y  Ontiveros,  ca- 
lle de  la  |  Palma,  año  de  1777.  | 

ióvo.;  port.  con  grab.  en  la  vta.  y  9  hojs.  s.  n.  con  la  obra. 

80.  Uevocion  I  á  los  Santissimos  Corazones  |  de  Jesús,  Maria,  |  y 
Joseph,  I  en  el  exercicio  |  de  las  Virtudes  Theologales,  |  Fee,  Esperanza, 
I  Caridad,  y  Contrición,  |  Con  el  modo  también  practico  de  |  confessar, 
comulgar,  y  dar  gracias  |  después  de  la  Comunión.  |  por  un  devoto  \  de 
estos  Santissimos  j  Corazones.  |  Reimpressa  en  México  en  la  Im-  |  pren- 
ta  del  Lie.  D.  Joseph  de  Jau-  |  regui,  Calle  de  San  Bernardo.  |  Año  de 
1778.  I 

iovo.;  port.  con  grab.  en  la  vta.  y  31  hojs.  s.  n.  con  la  obra. 

81.  L/EVOCION  |  ala  esclarecida  I  Virgen  |  Sta.  Gertrudis  |  laMagna, 
para  celebrar  \  el  dia  diez  y  seis  de  cada  mes,  |  consagrado  á  la  Santa.  | 
A  quien  dixo  su  Santísimo  Es-  |  poso,  que  lo  que  prometiera  en  |  la  tie- 
rra, lo  tendría  por  firme  |  en  el  Cielo:  motivo  suficiente  |  para  alentar  su 
devoción.  |  Reimpresa  en  México,  en  la  Imprenta  de  los  |  Herederos  del 
Lie.  D.  Joseph  de  Jauregui,  |  Calle  de  S.  Bernardo.  Año  de  1782.  | 

lóvo.;  port.  con  grab.  en  la  vta.  y  7  hojs.  s.  n.  con  la  obra. 

82.  .L/EYOCION  I  á  el  Corazón  |  castísimo  |  del  Patriarcha  |  mi  Señor 
San  Joseph.  ¡  Dispuesta  |  por  un  Religioso  del  Real,  y  Militar  |  Orden  de 
Nra.  Señora  de  la  Merced,  |  Redención  de  Cautivos,  |  que  saca  a  luz  |  un 
devoto  Sacerdote  Secular  de  este  |  Arzobispado.  |  Se  dan  en  la  Tercera 
Orden  de  S.  Augustin.  |  Reimpresa  en  México,  por  Don  Fe-  |  lipe  de  Zu- 
ñiga y  Ontiveros,  calle  |  del  Espíritu  Santo,  año  de  1783.  I 

lóvo.;  port,  con  grab.  en  la  vta.  y  3  hojs.  s.  n.  con  la  obra. 


bibliografía  mexicana  del  siglo  xvm 

129 

83.  .Devoción  I  para  los  agonizantes.  |  Obra  de  sumo  agrado  á  | 
Dios  y  provecho  de  núes-  |  tros  prógimos.  |  Sacada  j  de  diversos  autores 
por  un  deseoso  de  ser  ayudado  |  en  la  última  hora  de  la  muerte.  \  Reim- 
presa en  la  Puebla,  en  la  Im-  )  prenta  de  D.  Pedro  de  la  Rosa,  en  el  |  Por- 
tal de  las  Flores,  año  de  1786.  | 

l6vo.;  port.  con  grab.  en  su  vta.  y  15  hojs.  s.  n.  con  la  obra. 

84.  JL)eV0CI0N  I  por  los  agonizantes  |  obra  |  de  sumo  grado  |  á  Dios 
Nuestro  Señor,  ¡  y  provecho  de  todos  nuestros  |  próximos.  J  Sacada  ¡  de 
diversos  Autores,  por  un  deseoso  |  de  ser  ayudado  en  la  ultima  hora  | 
de  la  muerte.  |  Reimpresa  en  México,  en  la  Imprenta  de  los  |  Herederos 
del  Lie.  D.  Joseph  de  Jauregui.  |  Calle  de  S.   Bernardo.    Año  de  1786.  | 

ióvo.;  port.  con  grab.  en  su  vta.  y  15  hojs.  s.  n.  con  la  obra. 

85.  Devoción  I  para  el  dia  tercero  |  de  cada  mes,  |  en  honor  |  del 
Gloriosísimo  (  Apóstol  de  la  India,  |  Sn.  Francisco  |  Xavier.  \  Compuesta 
j  Por  un  Sacerdote  de  este  |  Arzobispado,  |  Reimpresa  en  México,  en  la 
Im-  S  prenta  de  D.  José  Francisco  Rangel  |  en  el  Puente  de  Palacio,  año 
de  1787.  I 

ióvo.;  port.;  i  hoja  con  grabado  y  13  hojs.  s.  n.  con  la  obra. 

80.  .Devoción  |  para  el  dia  tercero  ¡  de  cada  mes,  |  en  honor  |  del 
•Gloriosísimo  |  Apóstol  de  la  India  |  S.  Francisco  \  Xavier.  |  Compuesta  | 
Por  un  Sacerdote  Secular  del  |  Arzobispado  de  México.  |  Reimpresa  en 
México,  en  la  Imprenta  de  |  los  Herederos  del  Lie.  D.  Joseph  de  Jau-  | 
regui,  Calle  de  San  Bernardo.  ¡  Año  de  1789.  | 

lóvo.;  port.  con  grab.  en  la  vta.  y  7  hojs.  s.  n.  con  la  obra. 


87.  .Devoción  I  Para  el  dia  ocho  |  de  cada  mes,  |  en  reverencia  |  del 
gran  padre  de  los  pobres,  |  y  Glorioso  Patriarca  |  San  Juan  |  de  Dios.  | 
Por  un  Sacerdote  Devoto  del  |  mismo  Santo.  |  Reimpreso  en  Guadalaxa 
ra,  en  la  Ofici-  |  na  de  D.  Mariano  Valdés  Tellez  Gi-  |  ron,  año  de  1796.  | 

lóvo.;  port.  con  grab.  en  la  vta.  y  7  hojs.  s.  n.  con  la  obra. 

88.  Devoción  |  A  la  Gloriosísima  |  Señora  |  Santa  Ana,  |  Que  se 
ha  de  hacer  los  Martes  |  delante  de  su   Imagen,   rezando  |  cinco   Padre 

17 


BIBLIOGRAFÍA  MEXICANA  DEL  SIGLO  XV 111. 
130 

nuestros  y  cinco  |  Ave  Marías,  en  honra  de  sus  |  cinco  Gozos.  |  Reimpre- 
sa en  México  en  la  Oficina  del  Br.  |  Don  Joseph  Fernandez  Jauregui,  Ca- 
lle de  I  Santo  Domingo.   Año  de  1798.  | 

l6vo.;  port.  con  grab'.  en  la  vta.  y  13  hojs.  s.  n.  con  la  obra. 

89.  Devoción  |  Cotidiana  |  con  que  pueden  las  almas  |  solicitar  la 
protección  |  de  I  MariaSantisima  |  para  alcanzar  una  feliz  \  y  santa  muer- 
te. I  Reimpresa  en  México,  por  D.  Mariano  |  de  Zúñiga  y  Ontiveros.  ca- 
lle del  Es-  I  piritu  Santo,  año  de  1799.  ) 

ióvo.;  port.  y  7  hojs.  s.  n. 


memon; 


90.  Devocionario  |  Para  el  dia  siete  |  de  cada  mes  |  en 
y  honra  I  De  los  Dolores  |  De  la  Sacratissima  |  Virgen  Maria  |  Nuestra 
Señora  |  Al  pie  de  la  Cruz.  |  Reimpresa  en  México,  en  |  la  Imprenta  del 
Lie.  D.  I  Joseph  de  Jauregui,  calle  i  de  S.  Bernardo,  Año  |  de  1777.  | 

i6vo.;  port.  con  grab.  en  la  vta.  y  7  hojs.  s.  n.  con  la  obra. 

91.  DEVOCIONARIO  |  Hecho  por  un  Sacerdote  |  Á  petición  ¡  de  una 
alma  piadosa,  j  Y  dado  á  luz  |  á  expensas  de  un  bienhechor.  |  Impreso 
en  México,  por  Don  Maria-  |  no  de  Zúñiga  y  Ontiveros,  calle  del  |  Espí- 
ritu Santo,  año  de  1797.  | 

ióvo.;  port.  y  13  hojs.  s.  n.  con  la  obra,  toda  en  verso. 

92.  Devotas  |  Estaciones,  |  Que  la  Santissima  Virgen  anduvo  antes 
de  su  I  glorioso  Transito.  |  Por  todos  los  lvgares  santos  |  en  donde  sintió 
sus  divinos  gozos,  y  terribles  |  dolores.  |  Según  S.  Basilio,  S.  Geronymo, 
I  y  otros  Santos,  j  Y  para  que  sus  Devotos  la  acompañen  en  este  ¡  cami- 
no, y  ella  los  acompañe  en  su  vida,  y  en  |  su  muerte.  )  Las  dedica  afec- 
tvoso.  j  A  las  Señoras  Religiosas  de  esta  Ciudad  de  |  México,  vn  Sacer- 
dote del  Oratorio  de  N.  P.  |  S.  Phelipe  Neri,  deseoso  de  que  se  continúe 
I  el  culto,  y  devoción,  con  que  en  honra  de  tan-  |  ta  Reyna  las  andan  to- 
dos los  años.  I  Con  licencia  de  los  Superiores,  en  México,  |  por  los  Here- 
deros de  la  Viuda  de  Francisco  |  Rodriguez  Lupercio,  en  la  puente  de 
Palacio.  I  Año  de  17 19.  | 

8vo.;  port.  orí.  y  un  grab.  en  su  vta.  más  15  hojs.  s.  n.  con  la  obra. 

93.  Devotas  |  Canciones,  |  de  que  usan  |  Los  mui  Revdos.  Padres 
I  Missioneros  de  las  |  Missiones  |  de  propaganda  fide  |  de  estos  Reynos; 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 
131 

{  Para  encender  los  ánimos  |  en  piadosos  afectos  ¡  Sacadas  á  luz  para  | 
este  fin.  |  Con  licencia:  en  la  Puebla  en  |  la  Imprenta  de  la  Viuda  de  | 
Miguel  de  Ortega,  en  el  Portal  |  de  las  Flores.   Año  de  1756.  | 

l6vo.;  port.  y  7  hojs.  s.  n.  con  la  obra. 

94  jL)e votas  oraciones  |  al  glorioso  martyr  |  San  Juan  j  Nepomuce- 
110,  j  Protector  de  la  honra,  |  Que  pueden  sus  Devotos  ¡  rezar  todos  los 
dias,  para  |  implorar  su  auxilio.  |  A  devoción  |  De  el  mas  humilde,  y  be- 
neficiado I  devoto  del  Santo.  |  Con  las  li'cencias  necesarias  |  Impresas  en 
la  Oficina  de  Don  Fran-  |  cisco  Rangel,  Portal  de  Mercaderes  |  año  de 
1789.  I 

ióvo.;  port;  1  hoja  con  grabado  y  6  s.  n.  con  la  obra. 

95.  JUlA  doce  I  de  cada  mes.  |  Exercicio  devoto  |  Para  celebrar  el 
singular  Myste-  |  rio  de  la  Concepción  en  Gracia  |  de  Maria  Santissima  | 
Nuestra  Señora.  |  Y  el  estupendo  milagro  de  su  Apa-  |  ricion  prodigiosa 
en  su  Soberana,  |  y  Divina  Imagen  ¡  de  Guadalupe,  |  En  este  Dichoso 
Reyno  de  Nueva  j  España.  |  Dispuesto  por  un  Religioso  Sacerdote  del  | 
Orden  de  Nuestro  S.  P.  S.  Francisco.  |  Reimpresso  en  México:  en  la  Im- 
1  prenta  de  D.  Felipe  de  Zúñiga,  y  |  Ontiveros,  calle  de  la  Palma.  | 

ióvo.;  port.;  con  grab.  en  la  vta.  y  14  hojs.  s.  n.  con  la  obra. 

96.  J_yiA  diez  y  nueve,  |  Que  veneran  los  devotos  )  en  cada  uno  de  los 
doce  Meses  1  del  Año,  á  honra  de  su  Glorio-  |  sissimo  Protector  |  el  Pa- 
triarcha  |  Sr.  San  Joseph.  j  Devoción  j  para  celebrar  su  Dia,  y  en  él  im- 
plo- I  rar  la  protección  del  Santo.  |  Dispuesta  |  Por  un  Sacerdote  de  la 
Compa-  I  ñia  de  Jesvs.  [  Sácala  a  luz  |  Para  fomentar  la  Devoción,  el  Co- 
legio I  de  la  misma  Compañía  de  la  Ciudad  de  |  Santiago  de  Querétaro. 

j  Reimpresso  en  México:  En  la  Imprenta  |  del  Licenciado  D.  Joseph  Jau- 
regui.  I  Calle  de  San  Bernardo.  | 

ióvo  ;  port.  con  grab.  en  la  vta.  y  14  hojs.  s.  n.  con  la  obra. 


97.  iJlA  de  vida  |  para  lograr  una  |  buena  muerte.  |  Retiro  espiritual 
|  para  el  tercero  |  Viernes  de  cada  mes.  |  Dispuesto  |  por  vn  Sacerdote 
con-  I  gregante,  que  en  nombre  de  toda  la  |  Congregación  de  la  Buena 
Muerte  fun-  |  dada  con  authoridad  Apostólica  en  |  la  Casa  Professa  de 
México,  I  Lo  saca  á  luz,  |  y  lo  dedica  á  todas  las  Personas  de  |  ambos  se- 
xos, que  desseosas  de  su  bien,  |  quisieren  dedicarse  al  buen  retiro  |  de 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVlll. 
132 

aqueste  dia.  |  Con  licencia.  |  En  México:   Por  Joseph  Bernardo  de  |  Ho- 
gal :  En  el  Puente  del  Espíritu  I  Santo.  Año  de  1725.  | 

Svo.;  port.  orí.  y  pp.  I  á  45,  más  S  -.  n.  con  la  obra. 

1)8.  iJlA  diez  y  nueve,  '  Ove  veneran  los  devotos  |  En  cada  uno  de 
los  doze  Me-  ¡  ses  del  Año,  á  honra  |  de  su  gloriosissimo  J  Protector  |  el 
Patriarcha  |  Señor  S.  Joseph.  |  Devoción  |  Para  celebrar  su  Dia,  y  en  el  im- 
|  plorar  la  Protección  del  Santo,  |  Dispvesta  por  vn  Sacerdote  i  de  la  Com- 
pañia  de  Jesús.  |  Sácalo  á  luz  para  fomentar  |  la  Devoción  ]  el  Colegio  de 
la  misma  |  Compañía  de  la  Ciudad  de  Santia-  |  go  de  Queretaro.  |  Con 
licencia.  |  En  México:  en  la  Imprenta  del  Rl.  y  mas  An-  |  tiguo  Colegio 
de  San  Ildefonso.  Año  de  1750.  | 

Svo.;  port.  orí.  y  un  grab.  en  la  vta.,  más  hojs.  s.  n.  con  la  obra. 

91).  JLJlA  de  Dolores,  :  Viernes  Ultimo  de  cada  mes,  |  que  para  re- 
cuerdo de  la  Pas-  |  sion  de  nuestro  Redemptor,  |  y  de  los  Dolores  de  su 
Madre  ¡  Santissima,  se  há  fundado  ¡  en  el  Colegio  de  la  Compa-  ñia  de 
Jesús  de  la  Ciudad  |  de  Queretaro.  |  Reimprímese  para  augmento  de  |  la 
devoción,  á  expensas  de  la  Sra.  ¡  Doña  Josepha  Paula  de  Arguelles,  ¡  y 
Miranda  Sánchez  de  Tagle.  I  Reimpresso:  En  México,  en  la  Im-  j  prenta 
nueva  de  la  Biblioteca  Mexica-  |  na,  enfrente  de  San  Augustin.  Año  |  de 
1754-  I 

ióvo.;  port.  y  12  hojs.  5.  n.,  mas  1  grabado. 

100.  iJlA  de  Dolores,  j  Viernes  |  Ultimo  de  cada  mes,  ¡que  para  re- 
cuerdo de  la  Passion  ¡  de  nuestro  Redemptor,  y  de  los  ¡  Dolores  de  su 
Madre  Santis-  |  sima,  se  há  fundado  en  el  Colegio  |  de  la  Compañía  de 
Jesús  de  la  |  Ciudad  de  Queretaro.  |  Reimprímese  para  augmento  de  la  | 
devoción,  á  solicitud  de  un  Reli-  |  gioso  Missionero  Apostólico  del  Co- 
legio de  Nra.  Señora  de  Guada-  I  lupe  de  la  Ciudad  de  Zacatecas.  |  Reim- 
presso: En  México,  en  la  Im-  I  prenta  nueva  de  la  Biblioteca  Mexica-  I  na, 
en  frente  de  San  Augustin.   Año  |  de  1755.  | 

i6vo.;  port.  con  grab.  en  la  vta.  y  12  hojs.  s.  n.  con  la  obra. 


101.  IJlA  ultimo  I  de  cada  mes  |  Celebrado  con  particular devo-  |  cion 
en  honra,  y  culto  del  |  Glorioso  Padre  ¡  San  Ignacio  j  de  Loyola.  |  Por  un 
Sacerdote  de  la  |  Compañía  de  Jesús.  |  A  devoción  de  |  D.  Ignacio  Va- 
llaría, I  Regidor  de  la  Ciud.  de  la  Puebla.  |  Con  licencia  en  México,  en  la 


BIBLIOGRAFÍA  MEXICANA  DEL  SIGLO  XVlll. 

133 

nueva  Imprenta  del  Rl.  y  Mas-antiguo  Colegio  |  de  S.  Ildefonso.  Año  de 
1755-  ! 

ióvo.;  port.  y  5  hojs.  s.  n.  con  la  obra. 

102.  J_JlA  primero  |  de  cada  mes,  j  Consagrado  á  Dios,  |  en  veneración 
I  de  su  Divina  Providencia.  |  Por  un  Sacerdote  |  de  la  Compañía  de  Je- 
sús, j  A  devoción  de  una  Religiosa  ¡  de  Nuestra  Señora  de  la  Con-  |  cep- 
cion  en  la  Ciudad  de  |  la  Puebla.  |  Impresso  en  México  en  la  Im-  j  prenta 
del  Real,  y  mas  Antiguo  |  Colegio  de  San  Ildefonso,  ¡  año  de  1761.  | 

ióvo.;  port.  y  5  hojs.  s.  n.  con  la  obra. 

103.  LJlA  veinte,  |  y  ocho  |  de  cada  mes,  ¡  Dedicado  al  culto  |  del 
Corazón  |  del  Grande  Padre,  |  y  |  Doctor  de  la  Iglesia  |  S.  Augustin.  |. 
A  devoción  |  Que  compuso,  y  saca  áluz  un  |  Devoto  del  mismo  Sagrado 
I  Patriarcha.  |  Reimpresso  en  México,  en  la  Impren-  |  ta  del  Ldo.  D.  Jo- 
seph  de  Jáuregui,  |  Calle  de  S.  Bernardo.    Año  de  1762.  | 

ióvo.;  port.  con  grab.  en  la  vta.  y  13  hojs.  s.  n.  con  la  obra. 

104.  J_JlA  veinte  y  nueve  |  de  cada  mes,  |  Celebrado  |  con  particular 
devoción  |  en  honra,  y  culto  |  de  la  Gloriosa  |  Santa  Cathalina  |  de  Sena, 
I  con  un  breve  compendio  |  de  su  prodigiosa  vida.  |  Con  licencia  en  el  Co- 
legio Real  de  |  S.  Ignacio  de  la  Puebla.   Año  |  de  1766.  | 

l6vo.;  port.  y  15  hojs.  s,  n. 

105.  lLl  dia  diez  de  cada  mes  |  En  honra  |  de  S.  Francisco  |  de  Bor- 
ja,  I  Antes  Duque  quarto  de  Gandía,  y  |  después  tercero  General  de  la 
Com-  I  pañia  de  Jesús.  |  Añadidas  al  fin  unas  alabanzas  ¡  A  Señora  Santa 
Anna,  |  por  las  quatro  letras  iniciales  de  su  |  Nombre.  |  Por  un  Sacerdote 
de  la  misma  Com-  |  pañia.  j  A  expensas  de  dos  Religiosas  de  el  Con-  | 
vento  Real  de  Jesús  Maria  de  esta  |  Ciudad.  |  Con  licencia  en  México  en 
la  Imprenta  del  Real  I  y  mas  Antiguo  Colegio  de  San  Ildefonso,  ¡  año  de 
1766.  I 

ióvo.;  port.  y  7  hojs.  s.  n.  con  la  obra. 


100.  Día  veinte  y  uno  |  de  cada  mes,  |  en  honra,  y  culto  |  del  thau- 
maturgo  jesuíta,  |  S.  Luis  Gonzaga.  \  A  quien  declaró  |  el  Señor  Benedic- 
to XIII,  I  por  exemplar,  y  patrono  |  de  Innocencia,  y  Castidad,  |  prínci- 


BIBLIOGRAFÍA  MEXICANA  DEL  SIGLO  Xl'HI. 

134 

pálmente  |  de  la  Estudiosa  Juventud.  |  Por  un  Sacerdote  de  la  \  Compañía 
de  Jesús.  |  Con  licencia:  en  la  imprenta  de  |  el  Real,  y  mas  antiguo  de 
San  I  Ildefonso,  año  de  1766.  : 

i6vo.;  port.  y  7  hojs.  s.  n.  con  la  obra. 

107.  íJlA  I  veinte  y  seis  |  de  cada  mes,  I  dedicado  |  A  la  Gloriosissi- 
raa  I  Sra.  Sta.  Auna,  |  en  memoria,  y  re-  j  verenda  de  su  feli-  |  cissima 
muerte,  j  Reimpresso  en  México,  en  la  Im-  |  prenta  de  los  Herederos  de 
Doña  I  Maria  de  Rivera  Calle  de  S.  Ber--  |  nardo.   Año  de  1767.  | 

lóvo.;  port.  'con  grab.  en  su  vta.  y  8  hojs.  s.  n.  con  la  obra. 

108.  lLl  dia  diez  de  cada  mes.  (  en  honra  ¡  de  San  Francisco  \  de  Bor- 
ja,  I  Antes  Duque  quarto  de  Gandia,  |  y  después  tercero  General  de  la  ¡ 
Compañía  de  Jesús.  |  Añadidas  al  fin  unas  alabanzas  |  A  Señora  Santa 
Anna  |  por  las  quatro  letras  iniciales  |  de  su  Nombre.  |  Por  un  Sacerdote 
de  la  misma  |  Compañía  j  Reimpresso  en  México,  en  la  Imprenta  |  de  la 
Bibliotheca  Mexicana,  del  Lie.  D.  |  Joseph  de  Jauregui,  en  la  Calle  de  S. 
Bernardo.    Año  de  1774.  | 

)6vo  ;  port.  y  7  hjs.  s.  n. 

I  Oí).  ]_Jia  ocho  I  de  cada  mes,  |  Consagrado  |  en  reverente  culto  |  de 
laPurisima  |  Concepción  ¡  deMariaSma.  |  NuestraSeñora,  |  Implorando 
su  poderoso  patrocinio  j  para  alcanzar  la  divina  gracia.  |  Reimpreso  en  la 
Puebla.  I  Por  los  Herederos  de  la  Viuda  de  |  Miguel  Ortega,  en  el  Portal 
de  las  I  Flores.   Año  de  1775.  | 

i6vo.;  port  con  grab.  en  la  vta.  y  6  hojs.  s.  n.  con  la  obra. 

1  10.  1_Jia  diez  y  nueve,  |  Que  veneran  los  devotos  |  En  cada  uno  de 
los  doce  meses  del  |  año,  á  honra  de  su  Gloriosissimo  |  Protector  |  el  Pa- 
triarcha  |  Sr.  S.  Joseph:  ¡  Devoción  |  Para  celebrar  su  Dia,  y  en  él  implo- 
|  rar  la  protección  del  Santo.  |  Dispuesta  por  un  Sacerdote  de  la  Com-  | 
pañia  de  Jesús.  |  Lleva  añadida  la  Oración  corriente  j  para  implorar  su  Pa- 
trocinio. I  Reimpressa  en  México  por  D.  Feli-  {  pe  de  Zuñiga  y  Ontiveros 
calle  de  |  la  Palma,  año  de  1776.  | 

lóvo.;  port.  con  grab.  en  la  vta.  y  15  hjs.  s.  n.  con  la  obra. 

111.  JL/IA  ultimo  I  de  cada  mes  ¡  Celebrado  con  particular  devo-  | 
cion  en  honra,  y  culto  del  |  Glorioso  Padre  |  S.  Ignacio  |  de  Loyola.  |  Por 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

135 

un  Sacerdote  de  la  Com-  |  pañia  de  Jesús.  |  Reimpresso  en  México,  por  D. 
Fe-  ¡  lipe  de  Zuñiga  y  Ontiveros,  calle  |  de  la  Palma,  año  de  1776.  | 

ióvo.;  port.  con  grab.  en  la  vuelta  y  7  hojs.  s.  n.  con  la  obra. 

112.  JL/IA  ultimo  I  de  cada  mes,  |  Celebrado  con  particular  |  devoción 
en  honra,  y  cul-  1  to  del  Glorioso  Padre  \  San  Ignacio  |  de  Loyola.  |  Por 
un  Sacerdote  |  de  la  Compañía  de  Jesvs.  ¡  a  Devoción  |  de  D.  Ignacio 
Vallarta,  |  Regidor  de  la  Ciudad  de  la  |  Puebla.  |  Reimpresso  en  México, 
en  la  |  Imprenta  de  D.  Joseph  de  1  Jauregui.  Calle  de  San  Bernardo.  | 
Año  de  1778.  I 

ióvo.;  port.  con  grab.  en  la  vuelta  y  6  hojs.  s.  n.  con  la  obra. 

113.  UlA  tres  I  de  cada  mes  |  dedicado  |  al  culto,  veneración,  y  amor 
I  á  la  Santísima  |  Trinidad.  |  Sacado  |  del  Libro  titulado  Semana  Sa  | 
grada:  cuya  parte  se  reimprime  |  á  costa  de  la  Devoción  de  quien  |  solo 
pide  un  Credo  á  los  que  lo  |  leyeren,  ó  rezaren;  á  este  Inefable  |  Myste- 
rio  por  su  intención.  |  Reimpresso  en  México,  en  la  Imprenta  |  nueva  Ma- 
drileña de  D.  Felipe  de  Zúñiga,  |  y  Ontiveros,  calle  de  la  Palma,  |  año  de 
1778.  I 

i6vo.;  port.  con  grab.  en  su  vuelta  y  23  hojs.  s.  nr.  con  la  obra. 

114.  J_JlA  quatro  |  de  cada  mes  ]  en  obsequio  |  del  seráfico  Padre  |  S. 
Francisco  de  Asis,  |  y  en  memoria  de  su  gloriosa  j  muerte,  que  fue  el  dia 
4.  de  Octu-  I  bre,  en  que  su  alma  vencedora  |  subió  triunfante  á  los  Cie- 
los. I  Impreso  |  á  expensas  de  un  devoto.  |  Dispuesto  por  un  Religioso 
del  I  Apostólico  Colegio  de  Zacatecas,  |  Impreso  en  México  en  la  Im- 
prenta nueva  |  Madrileña  de  D.  Felipe  de  Zúñiga  y  Ontive-  |  res,  Calle 
del  Espíritu  Santo  año  de  1782.  | 

ióvo.;  port.;  con  grab.  en  la  vta.  y  7  hojs.  s.  n.  con  la  obra,  toda  en  verso. 

L15.  J_JlA  I  veinte  y  seis  !  de  cada  mes,  |  dedicado  |  á  la  Gloriosissi- 
ma  I  Sra.  Sta.  Anna,  |  en  memoria,  y  reverencia  de  ¡  su  felicíssima  muer- 
te. I  Reimpresso  en  México,  en  la  Im-  |  prenta  de  los  Herederos  del  Lie. 
I  D.  Joseph  de  Jauregui,  |  Calle  de  |  San  Bernardo.   Año  de  1782.  | 

ióvo.;  port.  y  7  hojs.  s.  n.  con  la  obra. 

11G.  UlA  trece  ¡  de  cada  mes  |  en  obsequio  y  culto  |  del  ¡  seráfico 
taumaturgo  |  S.  Antonio  |  de  Padua,  |  Reimpreso  á  devoción  de  unos  | 


BIBLIOGRAFÍA  MEXICANA  DEL  SIGLO  XVIII. 
136 

Devotos  del  Glorioso  Santo.  |  México:  |  Por  D.  Felipe  de  Zúñiga  y  On- 
tivero  I  calle  del  Espíritu  Santo,  año  de  1784.  | 

ióvo.;  port.  con  grah.  en  la  vía.  y  12  hojs.  s.  n.  con  la  obra. 

1  17.  LJlA  quatro  |  de  cada  mes  |  en  obsequio  |  del  seráfico  Padre  |  S. 
Francisco  de  Asís,  |  y  en  memoria  de  su  gloriosa  j  muerte,  que  fue  el  dia 
4.  de  Octu-  I  bre,  en  que  su  alma  vencedora  |  subió  triunfante  á  los  Cie- 
los. I  Impreso  |  á  expensas  de  un  devoto.  |  Dispuesto  por  un  Religioso  del 
Apos-  )  tolico  Colegio  de  Zacatecas.  |  Reimpreso  en  México  en  la  Im- 
prenta nueva  |  Madrileña  de  D.  Felipe  de  Zúñiga  y  Ontive-  |  ros,  Calle 
del  Espíritu  Santo  año  de  1784. 

i6vo. ;  port.  con  grabado  en  la  vta.  y  7  hojs.  s.  n.  con  la  obra. 

118.  1_Jia  veinte  |  y  ocho  ¡  de  cada  mes,  |  dedicado  al  culto  |  del  Co- 
razón I  del  Grande  Padre  |  y  Doctor  de  la  Iglesia.  |  San  Agustin,  ¡  á  de- 
voción I  que  compuso  y  saca  a  luz  un  De-  j  voto  del  mismo  Sagrado  | 
Patriarca.  |  Reimpreso  en  México,  por  D.  Felipe  de  ¡  Zúñiga  y  Ontiveros, 
Calle  del  Espíritu  ¡  Santo,  año  de  1784.  | 

ióvo.;  port.  con  grab.  en  la  vta.  y  13  hojs.  s.  n.  con  la  obra. 

1  19.  LJlA  ocho  del  mes,  |  en  que  haciendo  dulce  recuerdo  \  de  la  Pu- 
rísima I  Concepción  |  de  María  Santísima  |  Señora  Nuestra,  j  Se  implora 
su  poderoso  Patrocinio  |  para  alcanzar  la  Divina  gracia.  |  Dispuesto  por 
uno  de  los  Menores  Hijos  j  de  Nro.  P.  S.  Francisco.  |  Y  vá  añadida  la  de- 
voción de  la  Santísima  j  Virgen,  en  honra  de  su  Transito,  y  Glo-  |  riosa 
Asumpcion,  para  el  dia  quince  |  de  cada  mes.  |  Reimpreso  en  México,  en 
la  Imprenta  |  nueva  de  la  Calle  de  S.  Bernardo.  |  Año  de   1785.  ¡ 

ióvo.;  port.  con  grab.  en  la  vta.  y  15  hojs.  s.  n.  con  la  obra. 

120.  DlX  veinte  y  ocho  I  de  cada  mes,  \  dedicado  al  culto  ¡  del  Cora- 
zón del  Grande  Padre  |  y  |  Doctor  de  la  Iglesia,  |  San  Augustin.  ¡  A  de- 
voción, I  que  compuso,  y  saca  á  luz  un  devoto  |  del  mismo  Sagrado  |  Pa- 
triarca. I  Reimpreso  en  México,  en  la  Imprenta  |  de  los  Herederos  del 
Lie.  D.  Joseph  de  |  Jauregui,  Calle  de  San  Bernardo.  |  Año  de  1786.  | 

i6vo.;  port.;  y  7  hojs.  s.  n.  con  la  obra. 

121.  Día  ocho  I  del  mes,  |  en  que  haciendo  dulce  |  recuerdo  de  la 
Purísima  |  Concepción  |  de   Maria  Santísima  |  Señora  Nuestra,  |  se  im- 


bibliografía  mexicana  del  siglo  XV11L 
137 

plora  su  poderoso  Patrocinio  |  para  alcanzar  la  Divina  gracia.  |  Dispuesto 
por  uno  de  los  Menores  Hijos  de  Nro.  |  Padre  San  Francisco.  ¡  Y  vá  aña- 
dida la  Devoción  de  la  San-  |  tisima  Virgen,  en  honra  |  de  su  Transito,  | 
y  Gloriosa  Asunción,  |  para  el  dia  Quince  de  cada  mes.  |  Reimpreso  en  la 
Imprenta  de  la  Calle  de  |  San  Bernardo.   Año  de  1786.  | 

ióvo.;  port.  con  grab.  en  la  vta.  y  15  hojs.  s.  n.  con  la  obra. 

122.  lJlA  de  Dolores  |  Viernes  |  ultimo  de  .cada  mes,  |  que  para  re- 
cuerdo I  de  la  Pasión  |  de  Nuestro  Redentor,  ¡  y  de  los  Dolores  |  de  su 
Madre  Santísima,  |  Dispuso  |  Un  Sacerdote  de  este  Arzobispado  de-  | 
voto  de  la  Soberana  Reyna.  |  Reimpreso  en  México,  por  D.  Felipe  |  de 
Zúñiga  y  Ontiveros,  calle  del  Es-  |  piritu  Santo,  año  de  1788.  ¡ 

i6vo.;  port.  con  grab.  en  la  vta.  y  13  hojs.  s.  n.  con  la  obra. 

123.  JDlA  I  de  Dolores,  |  Viernes  ultimo  |  de  cada  mes,  |  para  recuer- 
do I  de  la  Pasión  |  de  Nuestro  Redentor,  |  y  de  los  |  Dolores  |  de  la  Vir- 
gen I  Santísima  su  Madre.  |  Dispuesto  por  un  Devoto.  |  Reimpreso  en 
México,  en  la  Imprenta  |  de  la  Calle  de  San  Bernardo.  |  Año  de  1788.  \ 

i6vo.;  port.  con  grab.  en  la  vta.  y  13  hojs.  s.  n.  con  la  obra. 


124.  LJlA  diez  y  nueve,  |  que  veneran  los  devotos  |  en  cada  uno  de 
los  doce  meses  \  del  año,  á  honra  de  su  Glorio-  |  sísimo  Protector,  |  el  Pa- 
triarca I  Sr.  San  Joseph  |  Devoción  |  para  celebrar  su  Dia,  y  en  él  im-  | 
plorar  la  protección  del  Santo.  |  Dispuesta  |  por  un  Sacerdote  de  la  Com- 
pañía I  de  Jesús.  |  Reimpreso  en  México  por  Don  Felipe  de  |  Zúñiga  y 
Ontiveros,  calle  del  Espíritu  |  Santo,  año  de  1788.  | 

i6vo,;  port.  con  grab.  en  su  vta.  y  14  hojs.  s.  n.  con  la  obra. 


125.  iJlA  primero  |  de  cada  mes,  |  consagrado  á  Dios,  |  en  veneración 
de  su  Divina  (  Providencia:  |  por  un  Sacerdote  de  la  Compañia  |  de  Je- 
sús. I  Reimpreso  en  México,  por  D.  Felipe  |  de  Zúñiga  y  Ontiveros,  calle 
del  I  Espíritu  Santo,  año  de  1790.  | 

l6vo.;  port.;  y  6  hojs.  s.  n.,  más  I  con  grabado. 


12G.  Día  doce  |  de  cada  mes:  |  Exercicio  Devoto  (  para  celebrar  el 
singular  Misterio  |  de  la  Concepción  en  Gracia  |  de  Maria  Santisima  | 
Nuestra  Señora,  |  y  el  estupendo  Milagro  de  su  Apa-  |  ricion  prodigiosa 


BIBLIOGRAFÍA  mexicana  DEL  SIGLO  XV 111. 

138 

en  su  Soberana  |  y  Divina  Imagen  |  de  Guadalupe,  |  en  este  dichoso  Rey- 
no  de  Nueva  |  España.  |  Dispuesto  por  un  Religioso  Sacerdote  |  del  Or- 
den de  N.  P.  S.  Francisco.  |  Reimpreso  en  México,  por  D.  Felipe  de  | 
Zuñigay  Ontiveros,  calle  del  Espíritu  |  Santo,  año  de  1790.  | 

l6vo.;  port.  con  grab.  en  su  vuelta  y  15  hojs.  s.  n. 

127.  J_JlA  diez  y  seis,  |  que  en  veneración  y  culto  |  del  ínclito  mártir 
I  de  Christo  |  y  grande  Abogado  |  de  la  Honra  |  San  |  Juan  Nepomuce- 
110,  [  dispuso,  I  dá  á  luz  y  dedica  á  el  mismo  |  Santo.  |  D.  R.  C.  P.  ]  Im- 
preso en  México,  por  D.  Felipe  |  de  Zuñiga  y  Ontiveros,  calle  del  |  Espí- 
ritu Santo,  año  de  1791.  | 

i6vo.;  port.;  7  hojs.  s.  n.  más  1  con  grabado. 

128.  LJlX  quatro  |  de  cada  mes  |  en  obsequio  [  del  Seráfico  Padre  |  S. 
Francisco  de  Asís,  |  y  en  memoria  de  su  gloriosa  |  muerte,  que  fue  el  dia 
4  de  Octu-  I  bre,  en  que  su  alma  vencedora  |  subió  triunfante  á  los  Cie- 
los, j  Impreso  |  á  expensas  de  un  devoto.  |  Dispuesto  por  un  Religioso 
del  Apostólico  |  Colegio  de  Zacatecas.  |  Reimpreso  en  México  por  D.  Fe- 
lipe I  de  Zuñiga,  y  Ontiveros,  calle  del  Espiritu  |  Santo,  año  de  1793.  | 

ióvo.;  port.  con  grab.  en  la  vta.  y  7  hojs.  s.  n.  con  la  obra. 


129.  JL/IA  veinte  y  cinco  j  de  cada  mes,  |  con  que  un  pecador  ingrato 
desea  |  que  las  almas  devotas  hagan  re-  |  cuerdo  de  los  Mysteríos  [  de  la 
Encarnación,  |  Nacimiento,  |  Pasión  y  muerte  |  de  N.  Sr.  Jesu-Christo, 
I  que  son  los  principales  de  nuestra  |  Redención,  y  celebra  la  Santa  Igle- 
|  sia  en  los  dias  veinte  y  cinco  de  |  Marzo,  y  de  Diciembre.  |  Con  las  li- 
cencias necesarias:  j  Impreso  en  México  en  la  Oficina  de  los  |  Herederos 
del  Lie.  D.  Joseph  de  Jauregui,  |  calle  de  Santo  Domingo,  año  de  1794    | 

i6vo.;  port.  y  14  hojs.  s.  n.  con  la  obra. 


130.  J_JlA  veinte  y  dos  |  de  cada  mes,  |  en  honor  de  la  gloriosa  |  Sta. 
Margarita  |  deCortona,  |  para  alcanzar  de  Dios  por  su  |  intersecion  la  ver- 
dadera peni-  I  tencia  de  los  pecados.  |  Dispuesta  por  un  Devoto  |  de  la 
Santa.  |  Impreso,  con  las  licencias  necesarias,  en  |  México,  en  la  Impren- 
ta de  los  Herederos  |  del  Lie.  D.  Joseph  de  Jauregui,  Calle  |  de  Sto.  Do- 
mingo, y  esquina  de  Tacuba.  |  Año  de  1794.  | 

ióvo.;  port.  y  5  hojs.  s.  n.  con  la  obra. 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XV ni. 
139 

131.  Día  treinta  de  cada  mes,  |  consagrado  en  honra  y  culto  \  de  la 
Gloriosísima  Virgen  |  Peruana  |  Santa  Rosa  |  de  Santa  Maria,  |  de  la  or- 
den dominicana,  I  especial  Abogada  para  alcanzar  |  un  gran  amor  de  Dios. 
I  Dispuesto  I  Por  un  devoto,  y  favorecido  |  de  la  Santa.  |  Con  las  licen- 
cias necesarias  |  Impreso  en  México  en  la  Imprenta  de  j  los  Herederos  del 
Lie.  D.  Joseph  de  |  Jauregui,  Calle  de  Santo  Domingo,  y  (  Esquina  de 
la  de  Tacuba.  Año  de  1794.  | 

ióvo,;  port.  y  7  hjs.  s.  n. 


J32.  DlA  bendito,  |  Que  sera  el  veinte  y  uno  |  de  cada  mes,  |  en  ob- 
sequio rendido  |  á  el  Grande  Abad,  y  Padre  de  la  |  Vida  Monacal  |  El  | 
Sr.  Benito.  |  Abogado  |  contra  todas  tentaciones.  |  Por  un  Sacerdote,  De- 
voto del  I  Santo.  [  A  Devoción  de  una  Religiosa  del  Con-  |  vento  de  Señor 
San  Bernardo  |  de  esta  Ciudad.  |  Reimpreso  en  México,  en  la  Imprenta 
de  I  Br.  D.  Joseph  Fernandez  Jauregui.  Calle  |  de  Santo  Domingo,  y  es- 
quina de  Tacuba.  |  Año  de  1795.  | 

ióvo.;  port.  y  15  hojs.  s.  n.  con  la  obra. 

133.  DoCENA  I  de  I  Puertas  celestiales,  \  Agradables  alabanzas  |  al 
Altissimo,  I  Divino,  y  Soberano  Mysterio  |  de  la  |  Individua  |  Trinidad. 
I  Dispuestas  j  para  el  domingo  primero  |  de  cada  mes,  |  y  ofrecidas  \  al 
Luminar  mayor  del  Cielo  de  la  Iglesia  \  El  Gran  P.  S.  Augustin,  j  Por 
un  afecto  suyo.  |  Reimpressa  en  México,  en  la  Imprenta  del  |  Lie.  D.  Jo- 
seph de  Jauregui,  Calle  de  |  S.  Bernardo.   Año  de  1775.  | 

8vo.;  port  ;  sigue  una  grab.;  17  hojs.  s.  n.  con  la  obra. 


134.  Doloroso  |  Rosario,  \  Conque  en  la  noche  |  del  Viernes  Santo 
I  Acompañando  las  Almas  Catholicas  |  La  Soledad  |  de  Maria  Sma.  |  dan 
el  debido  pésame  |  á  sus  Dolorosos  Sentimientos.  |  Dispuesto  |  Por  un  De- 
voto, deseoso  de  su  extensión.  |  Reimpreso  en  México,  en  la  Imprenta  de 
los  I  Herederos  del  Lie.  D.  Joseph  de  Jauregui.  |  Calle  de  San  Bernardo. 
Año  de  1779.  I 

l6vo.;  port.  con  grab.  en  la  vta.  y  15  hojs.  s.  n.  con  la  obra. 


135.  Dulce  recuerdo,  |  y  debidas  memorias  a  los  |  Santos  Angeles  | 
Custodios,  I  Protectores,  Com-  |  pañeros,  y  Abogados  fidelissi-  |  mos  de 
los  que  están  escritos  |  en  los  libros  de  los  vivientes.  |  Ofrécelo  |  Al  pro- 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVlll. 
140 

vecho,  y  utilidad  co-  |  mun,  una  Religiosa  de  Velo  |  negro  del  Convento 
del  Gran  |  Padre  de  la  Iglesia  San  Gero-  |  nymo,  en  la  Ciudad  de  |  la 
Puebla.  I  Con  licencia  en  Me-  |  xico,  por  la  Viuda  de  D.  Jo-  |  seph  Ho- 
gal.  Año  de  175  1.  | 

lóvo.;  port.  con  grab.  en  su  vta.  y  7  hojs.  s.  n.  con  la  obra. 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII 
141 


ANÓNIMO. 

130.  ilNCOMEND ACIÓN  I  del  alma  |  y  Exorcismo  |  Para  favorecer  á 
los  Moribundos  ¡  en  su  mas  afligido  trance.  |  Van  añadidos  al  fin  los  Do- 
lores I  y  Gozos  del  Patriarca  Señor  |  San  Joseph.  |  En  México,  por  Don 
MarianodeZú-  |  ñigay  Ontiveros,calledel  Espíritu  |  Santo,  año  de  1796.  | 

ióvo.;  port.  y  23  hjs.  s.  n. 

ENEBRO.  Fr.  MIGUEL  (Agustiniano.) 

137.  Novena  |  Al  Glorioso  Apóstol  |  de  Germania  [  San  Albano  | 
Mártir.  |  Dispuesta  |  por  el  M.  R.  P.  Fr.  |  Miguel  Enebro,  |  del  Orden  de 
N.  P.  San  Au-  |  gustin.  ¡  Con  las  licencias  necesarias.  |  Impresa  en  Mé- 
xico, en  la  Imprenta  |  nueva  Madrileña  de  los  Herederos  |  del  Lie,  D.  Jo- 
sep  Jauregui.  Calle  |  de  San  Bernardo.   Año  de  1783.  | 

ióvo,;  port.  y  15  hjs.  s.  n. 


138.  Novena  |  De  la  Gloriosa  |  Virgen,  y  Martyr  |  Sta.  Marina,  |  ó 
I  Margarita,  |  Que  dispuso  ¡  el  M.  R.  P.  Mro.  Fr.  Miguel  \  Aurelio  Ene- 
bro del  Orden  de  |  N.  P.  S.  Augustin.  |  Impresa  en  México  en  la  Impren- 
tarme- I  va  de  los  Herederos  del  Lie.  D.  Joseph  [Jauregui.  Año  de  1785.  | 

lóvo.;  port.  y  15  hjs.  s.  n. 


ANÓNIMO. 

1 30.  .lLscuela  I  De  el  Sagrado  Corazón  |  de  Jesús,  |  Para  sus  aman- 
tes esposas,  |  que  como  mas  favorecidas,  y  pri-  (  vilegiadas,  son  mas  pre- 
cissamente  obligadas  al  estudio,  y  exercicio  de  |  todas  las  virtudes,  cuya 
ciencia  |  aprenderán  fácilmente  en  la  Escuela  |  del  Dulcissimo  Corazón.  | 
Fundada  en  el  Sagrario  de  la  Ciudad  |  de  la  Puebla,  para  honra,  y  gloria 
I  de  Dios,  y  utilidad  de  las  Almas,  que  |  desean  aprovechar.  |  Reimpres- 


BIBLIOGRAFÍA  MEXICANA  DLL  SIGLO  XV  11 1. 

142 

sa  en  México,  en  la  Imprenta  |  nueva  de  ía  Bibliotheca  Mexicana,  enfren- 
te I  de  San  Augustin.   Año  de  1755.  | 

ióvo.;  port.  y  iS  boj.  s.  n. 

ESPINDOLA.    NICOLÁS  de    Clérigo.) 

140.  JcLxERCICIOS  I  de  Desagravios  |  de  Christo  |  Señor  Nuestro  |  en 
la  Cruz,  I  en  los  tres  dias  ,  de  Carnestolendas,  |  por  las  gran  dissimas  inju- 
rias, I  y  agravios,  con  que  ofenden  á  ¡  su  Bondad  estos  tres  dias.  |  Obra 
posthuma.  |  Que  dexo  dispuesta  |  El  Br.  D.  Nicolás  de  Espindola,  |  Pres- 
bytero  de  este  Arzobispado.  |  Reimpressa  en  México,  en  la  Imprenta  del 
L    I  D.  Joseph  de  Jauregui.   Calle  de  S.  Bernardo.  | 

i6vo.;  port.  con  grabado  en  la  vta.  y  25  hojs.  s.  n.  con  la  obra. 

141.  Jornadas  |  quehizo  |  la  San  tissima  Virgen  |  Maria,  |  desdeNa- 
zareth  |  á  Bethlen.  |  Dispuestas  |  Por  el  Br.  D.  Nicolás  |  de  Espindola.  | 
Reimpressa  en  México  en  la  Im-  |  prenta  del  Lie.  D.  Joseph  de  Jau-  |  re- 
gui,  en  la  Calle  de  S.  Bernardo.  | 

ióvo.;  port.  con  grab.  en  la  vta.  y  31  hojs.  s.  n.  con  la  obra. 

142.  r  LÁCEME,  1  Que  la  Alma  devota  puede  |  dar  el  Domingo  de  Pas- 
qua  á  1  Maria  SSma.  |  Nuestra  Señora  |  De  la  Resurrección  de  su  |  Pre- 
ciossisimo  Hijo  Jesús.  [  Dispuesta  |  por  el  Br.  D.  Nicolás  de  Espi-  |  ñola, 
que  ya  es  difunto.  |  Sale  á  luz  |  A  devoción  de  la  Madre  Maria  |  Theresa 
de  San  Yldephonso,  |  Indignissima  Religiosa  del  Sagrado  |  Convento  de 
la  Purissima  Con-  |  cepcion  de  esta  Ciudad  de  |  México.  [  Con  licencia  en 
México  I  Por  los  Herederos  de  la  Viuda  de  |  Miguel  de  Ribera  Calderón.  | 

Svo.;  port.  orí.;  I  hoj  con  grab.  y  6  bojs.  s.  n.  con  la  obra. 

143.  Via  |  Dolorosa  [  Compuesta  |  Por  el  Br.  Don  Nicolás  |  de  Es- 
pindola, Clérigo  Presbitero  |  de  este  Arzobispado  de  México.  |  A  devo- 
ción I  de  la  Madre  Thomasa  |  de  San  Yldephonso.  |  Religiosa  Professa ; 
y  Tornera  Ma-  |  yor  del  Religioso  Convento  j  Real  de  Jesús  |  Maria.  ¡ 
Con  licencia  de  los  Superiores:  En  México,  en  la  Imprenta  de  Francisco 
de  I  Ribera  Calderón.  Año  de  17 12.  ' 

Svo.;  port.  orí.  y  10  hojs.  s.  n.  con  la  obra. 

144.  Triduo  ¡  Espiritual  |  del  Niño  |  Perdido.  |  Y  hallado  en  el  | 
Templo.  ]  Dispuesto  por  el  Br.  D.  Xico-  |  las  de  Espinóla,  j  A  devoción 


bibliografía  mexicana  del  siglo  XVIIL 
143 

de  la  M.  Cathari-  |  na  Lvisa  de  la  Encarna-  |  cion,  Religiosa  del  Conven- 
to I  delaPurissimaConcep-  |  cion.  |  Con  licencia.  |  En  México,  por  Fran- 
cisco de  I  Rivera  Calderón.  Año  |  de  17 13.  | 

8vo.;  port.  orí.  y  II  hojs.  s.  n.  con  la  obra. 

345.  JN  ovena,  I  Que  celebró  la  Pu-  |  rissima  Virgen  María  Presen- 
|  tado  á  el  Niño  Dios  en  el  |  Templo  á  su  Eterno  |  Padre.  |  Dispuesta  | 
Por  el  Bachiller  Don  Nico-  |  las  Espinóla,  |  A  devoción  de  la  Madre  Tho- 
|  masa  de  Sanlldephonso,  Re-  |  ligiosa  Professa  en  el  Convento  |  de  Jesús 
Maria.  |  Con  licencia.  |  En  México,  por  Francisco  de  Ri-  |  vera  Calderón. 
Año  de  1713.  1 

8vo.;  port.  orí.  y  15  hojs.  s.  nr.  con  la  obra. 

146.  JN  OVENA,  I  Que  celebro  la  Purissima  |  Virgen  Maria  Presentan- 
do á  el  Niño  I  Dios  en  el  Templo  á  su  |  Eterno  Padre.  |  Dispuesta  |  Por 
el  Bachiller  Don  Nicolás  |  Espinóla.  |  A  devoción  de  la  Madre  Thomasa 
de  I  San  Ildephonso,  Religiosa  Professa  |  en  el  Convento  de  Jesús  Maria. 
I  En  México:  |  Por  los  Herederos  de  la  Viuda  de  Fran-  |  cisco  Rodríguez 
Lupercio,  en  la  Puente  |  de  Palacio.  Año  de  17 18.  | 

8vo.;  port.  orí.  con  grab.  en  la  vta.  y  15  hojs.  s.  n.  con  la  obra. 

147.  J_Jesagravios  I  de  Jesús,  |  Nuestro  Bien,  |  y  tiernas  Memorias, 
para  \  meditar,  y  contemplar  lo  que  padeció  en  la  |  noche  del  Jueves  en 
el  asqueroso,  é  inde-  |  cente  Apossentillo.  |  Dispuestos  |  por  el  Licencia- 
do D.  Nico-  I  las  de  Espindola,  Presbítero  |  y  |  los  saca  a  luz,  y  dedica  | 
a  su  Dulcissimo  Padre  |  San  Bernardo,  ¡  Vna  Religiosa  Hija  suya,  de  su 
Convento,  |  de  esta  Ciudad  de  México.  |  En  México  por  Francisco  de  Ri- 
vera Calde-  I  ron  en  la  calle  de  San  Augustin.  |  Año  de  17 18.  | 

8vo.;  port.  orí.;  pp.  1  á  46  la  obra. 

ANÓNIMO. 

148.  JlLxorcismo,  y  evangelios  De  Señor  S.  Joseph,  para  ahuyentar 
los  demonios,  el  agonizante,  que  asistiere  a  los  moribundos.  Reimpresso 
en  el  Colegio  Real  de  San  Ignacio  de  la  Puebla  de  los  Angeles,  Año  de 
1764.  I 


BIBLIOGRAFÍA  mexicana  DEL  SIGLO  XV 111 

145 


F 


FABIÁN  y  FUERO.   Mimo.  Sr.  D.  FRANCISCO  (Clérigo.) 

149.  Larta  I  Pastoral  |  del  limo.  Sr.  Dr.  |  D.  Francisco  |  Fabián  y 
Fuero.  |  Obispo  de  la  Puebla  |  de  los  Angeles  |  del  Consejo  de  su  Mages- 
tad  &.  I 

4to.;  vuelta  en  blanco. 

5  hojs.  prls.  s.  nr.  con  una  Carta  del  Illmo.  Sr.  Lorenzana  y  1  hoja  con  un  texto  de  San  Pablo; 
pp.  1  á  54  la  Pastoral;  pp.  55  á  233,  sermón  panegyrico  de  Sto.  Tomás  de  Aquino. 
S.  a.  n.  1.  d.  i.  sed  Puebla  1768. 


150.  JN  OS  Don  Fran-  |  cisco  Fabián  |  y  Fuero  &c.  &c.  | 

Sigue  el  texto;  en  la  hoja  subsecuente  esta: 

Directorio  |  Parroquial  |  para  ¡  el  Sagrado  |  Ministerio  de  los  Santos  | 
Sacramentos  |  de  la  |  Villa  |  de  ]  Cordova.  | 

PP.  1  á  60  esta  obra  que  firma  Joseplí  Antonio  Rodríguez  v  Valero;  sigue  otra  hoja  con  texto 
de  la  Pastoral  del  Obispo  fechada  en  la  Puebla  á  22  de  Septiembre  de  1769. 

FEBRER.    Fr.    ISIDRO   (Misionero  franciscano.) 

151.  IVllNA  Riquísima  |  de  los  tesoros  |  de  la  Divina  Gracia.  |  Con- 
tiene un  Método  práctico,  breve,  y  |  fácil  para  adornar  el  alma  con  las  pre- 
ciosas joyas  de  multiplicados  actos  de  |  virtudes,  y  algunos  lenitivos  paia 
suavi-  I  zar  la  aspereza  de  los  dolores,  y  trabajos  |  de  aquesta  miserable 
vida.  I  Da  luz  para  entrar  en  ella  |  el  R.  P.  Fray  Isidro  Febrer  |  de  la  Re- 
gular Observancia  de  N.  P.  S.  |  Francisco,  Misionero  Apostólico  del  Co- 
j  legio  de  S.  Miguel  de  Escornalbou,  &c.  |  Traducida  |  de  la  lengua  lemo- 
sina  I  por  un  P.  Misionero  del  Colegio  Apos-  |  tolico  de  S.  Fernando  de 
México.  1  Vá  añadido  un  Modo  práctico  de  oír  el  |  Santo  Sacrificio  de  la 
Misa,  y  de  rezar  la  |  Corona  de  Maria  SSmá.  |  Con  las  licencias  necesa- 
rias. I  En  México,  en  la  Imprenta  Matritten-  ¡  se  de  D.  Felipe  de  Zuñiga, 
y  Ontiveros,  |  calle  de  la  Palma,  año  de  1778.  | 

4to.;  port.;  5  hojs.  prls.  s.  nr.;  pág.  1  á  176  la  obra. 

19 


BIBLIOGRAFÍA  mexicana  DEL  SIGLO  XV III. 

146 

FERNANDEZ  de  URIBE.  JOSÉ  PATRICIO  (Clérigo. 

152.  Véase:  Reales  exequias  &c.  T?  2?  num.  521  (1789). 

FRANCO.   Fr.   TOMAS  (Agustiniano,) 

153.  Véase:  Miqueo  Gabriel.  (1753). 

FRANCO  de  la  VEGA.  TOMAS  (Clérigo.) 

154.  Véase:  Reales  exequias  &c.  T?  2?  núm.  529  (1789). 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

147 


G 


ANÓNIMO. 

155.    VjrACETA  de  las  Noticias  |  recevidas  por  vna  Valandra,  que  salió 
del  Puerto  de  la  |  Abana  el  dia  31.  del  pasado,  para  el  de  la  Vera  Cruz.  | 

Sigue  inmediatamente  el  texto  contenido  en  6  hojas  foliadas  de  1  á  6  y  al  pie  de  la  última  esta 
subscripción: 

Con  Privilegio  en  México  por  la  Viuda  de  Mi-  |  guel  de  Ribera  Calde- 
rón.  En  el  Empedradillo.  | 

4to.;  s.  a.  sed  1712. 


GALLARDO.    Dr.  JOAQUÍN  (Clérigo.) 
15G.    Véase:  Demostración  de  mas  tierna  &c.  (1788). 

GARCÍA.  P.  FRANCISCO  Jesuíta.) 

157.  .Decena,  |  o  Devoción  |  de  los  diez  Viernes  |  de  |  S.  Francisco 
I  Xavier,  |  De  la  Compañía  de  Jesús,  |  Apóstol  de  las  Indias.  |  Por  el  P. 
Francisco  |  Garcia  de  la  misma  Sagrada  |  Compañia.  |  Reimpressa  en  la 
Imprenta  del  Real,  |  y  mas  Antiguo  Colegio  de  San  |  Ildefonso,  año  de 
1764.  1 

ióvo.;  port.  y  7  hojs.  s.  n. 

158.  Decena  |  de  |  S.  Francisco  |  Xavier,  |  Por  el  P.  Francisco  Gar- 
cia de  I  la  Compañia  de  Jesús.  |  Devoción,  que  parece  pecu-  |  liar  para 
libertarse  de  dolor  |  Pleuritico.  |  Reimpressa  en  la  Imprenta  de  el  |  Real, 
y  mas  Antiguo  Colegio  de  |  San  Ildefonso  de  México,  |  Año  de  1765.  | 

ióvo.;  port.  y  7  hojs.  s.  n. 

159.  Novena  |  de  el  Gloriosissimo  |  Patriarcha  |  S.  S.  Joseph,  |  Pa- 
dre putativo  I  de  Jesús,  |  y  esposo  dignissimo  |  de  Maria.  [  Dispuesta  por 


BIBLIOGRAFÍA  mexicana  DEL  SIGLO  Xllll 
148 

un  Esclavo  de  el  SSraó  |  Patriarcha,  sacándola  de  lo  escrito  por  \  el  P. 
Francisco  García  de  la  Compañía  |  de  Jesús,  en  el  Libro  de  sus  |  Exce- 
lencias. Reimpressa  en  México:  por  Don  Phelipe  de  |  Zúñiga  y  Ontiveros, 
calle  de  la  Palma,  |  año  de  1 77 1 .  | 

l6vo.;  port.  y  15  hojs.  s.  n. 

100.  iN  OVENA  I  de  ¡  S.  Francisco  \  Xavier,  |  Apóstol  de  las  Indias.  | 
Por  el  P.  Francisco  Garcia  |  de  la  Compañía  de  Jesvs.  |  Reimpressa  en 
México,  por  Don  Feli-  |  pe  de  Zuñiga,  y  Ontiveros,  calle  de  j  la  Palma, 
año  de  1776.  | 

i6vo.;  port.;  con  grab.  en  la  vta.  y  15  hojs*.  s.  n.  con  la  obra. 

161.  Novena  |  del  Gloriosissimo  |  Patriarcha  |  S.  S.  Joseph,  |  Padre 
putativo  I  de  Jesús,  |  y  Esposo  Dignissimo  |  de  Maria.  |  Dispuesto  por 
un  Esclavo  del  SSmó.  |  Patriarcha,  sacándola  de  lo  escrito  por  |  el  P. 
Francisco  Garcia  de  la  Compañía  ¡  de  Jesvs,  en  el  libro  de  sus  |  Excelen- 
cias. I  Reimpressa  en  México,  por  D.  Fe-  ¡  lipe  de  Zúñiga  y  Ontiveros, 
calle  I  de  la  Palma,  año  de  1776.  | 

ióvo.;  port.  y  15  hojs,  s.  n. 

GARCÍA  ARELLANO.   IYIAIMU EL  (Clérigo.) 

162.  Véase:  Elogios  fúnebres,  &c.  (1758). 

GÓMEZ  PORTUGAL.  JOSÉ  ANA  (Clérigo.) 

103.  JN  OVEXA  I  del  Glorioso  |  Mártir  |  San  Hermion,  |  Cuyo  Santo 
Cuerpo  se  venera  en  la  |  Iglesia  Parroquial  de  la  Villa  de  San-  |  ta  Maria 
de  los  Lagos,  Obispado  |  de  Guadalaxara.  |  Dispuesta  |  Por  un  Sacerdote 
secular  de  la  mis-  |  ma  Villa.  |  Reimpresa  en  Guadalaxara,  en  la  Oficina 
de  I  Don  Mariano,  Valdés  Tellez  Girón.  |  año  de  1795.  ' 

Svo.;  pon.  y  10  hjs.  s.  n.  más  un  grabado. 

Este  impreso  pasó  por  mucho  tiempo  como  el  primero  hecho  en  Guadalajara. 

GOIYIEZ.   Dr.  JOSÉ  1YIARIA  y  VILLASEÑOR  (CL 

104.  Véase:  Reales  exequias,  &c.  T?  2°  ntíin.  524.   (1789). 

GONZÁLEZ  de  CÁNDANO.  Dr.  GASPAR  (Clérigo.) 

105.  VÉASE:  Reales  exequias,  &c.  T(?  2?  ntím.  524.  (1789). 


bibliografía  mexicana  del  siglo  XVIII. 
149 

GOROSITO.   Fr.   FRANCISCO  (Mercedario.J 

100.  Cartilla  |  en  Diálogos  |  acerca  dé  la  Confes-  |  sion,  y  sus  Re- 
quisitos para  enseñanca,  y  quietud  de  escrupulosos.  |  Por  el  Padre  Fray 
Francisco  de  Gorosito  |  del  Real  y  Militar  Orden  de  Ntra.  |  Señora  de  la 
Merced;  Redempcion  |  de  Captivos;  Presentado  de  Pulpito,  |  en  la  Pro- 
vincia de  México.  |  Y  a  el  fin,  le  añade  el  modo  |  de  Confessar  como  se 
debe,  confor-  |  mandóse  en  todo  con  la  Doctrina  de  |  los  Santos  Padres, 
y  enseñanca  |  de  los  Sagrados  Doctores.  |  Reimpressa  por  su  original  en 
la  Pue-  I  bla  en  la  Imprenta,  de  Francisco  Xa-  ¡  vier  de  Morales,  y  Sala- 
zar,  en  el  |  Portal  de  Borja,  Año  de  1732.  | 

Svo.;  port.  orí.  con  grab.  en  la  vuelta;  5  hojs.  prls.  s.  n.;  págs.  1  á  29  la  obra. 

GUTIÉRREZ  GODINES.    MIGUEL  (Clérigo.) 

107.  Romance,  |  que  escribió  |  el  Lie.  D.  Miguel  Gutiérrez  \  Godi- 
nes,  Cura  por  su  Magestad  del  Sto.  Ángel  |  Custodio  de  la  Ciudad  de  la 
Puebla.  \  A  el  valido  exemplar  |  de  la  Misericordia  de  Dios  |  Nuestro  Se- 
ñor, I  Especial  Consuelo  |  de  Justos  y  Pecadores,  (  el  Glorioso  Santo  |  La- 
drón I  Dimas.  I  Sácalo  a  luz  segunda  vez  |  un  Devoto  del  Santo,  y  Afec- 
to I  del  Author.  |  Impresso  en  la  Puebla  en  la  Imprenta  de  la  Viuda  |  de 
Miguel  de  Ortega,  y  por  su  Original,  con  las  ¡  licencias  necessarias,  en  Mé- 
xico, por  la  Viuda  de  ¡  Joseph  Bernardo  de  Hogal.   Año  de  1751.  | 

Svo.;  port.  orí.  y  vta.  bine;  I  grabado  en  madera;  17  hojs.  s.  nr.  (todas  orladas)  con  el  Ro- 
mance. 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

151 


H 


HARADA  y  MOXICA.   Fr.  AMBROSIO  (Mercedario.) 

168.  Novena  |  a  el  Taumaturgo  |  Seraphico  |  San  Antonio  |  de  Pa- 
dua.  I  Sacada  de  el  Compendio  de  su  |  Vida,  que  escribió  el  P.  Mro.  |  Fr. 
Antonio  Ambrosio  Harada  |  Moxica,  de  el  Real,  y  Militar  |  Orden  de 
nuestra  Señora  |  de  la  Merced,  Re-  |  dempcion  de  |  Captivos.  |  Reim- 
pressa  en  México:  en  la  Imprenta  de  los  |  Herederos  de  Doña  Maria  de 
Rivera.   Calle  |  de  San  Bernardo.   Año  de  1766.  | 

i6vo.;  port.;  I  grabado  y  14  hojs.  s.  n. 

109.  Novena  |  al  Taumaturgo  |  Seráfico  |  San  Antonio  |  de  Padua, 
\  Sacada  del  Compendio  de  su  Vi-  )  da,  que  escribió  el  P.  Mró.  Fr.  An-  | 
tonio  Ambrosio  Arada  Moxica,  |  del  Real  y  Militar  Orden  de  Nrá.  |  Srá. 
de  la  Merced,  Redención  |  de  Cautivos.  |  Reimpresa  en  México  en  la  Ofi- 
cina de  los  ]  Herederos  del  Lie.  D.  Joseph  de  Jauregui,  |  calle  de  San  Ber- 
nardo, año  de  1793. | 

t6vo.;  port.  con  grab.  en  su  vta.  y  15  hojs.  s.  11. 


170.  Novena  \  al  milagrosísimo  |  y  seráfico  |  San  Antonio  |  de  Pa- 
dua,  I  Sacada  del  Compendio  de  su  |  Vida,  que  escribió  |  El  P.  Mro.  Fr. 
Antonio  Ambrosio  de  Ha-  \  rada  Moxica,  del  Real  y  Militar  Orden  \  de 
nuestra  Señora  de  la  Merced,  Re-  \  dencion  de  Cautivos.  \  Tiene  al  fin  los 
Gozos  del  Santo,  y  dos  |  Oraciones  pata  comulgar.  |  Reimpresa  en  Mé- 
xico, por  D.  Mariano  |  de  Zúñiga  y  Ontiveros,  calle  del  Es-  |  píritu  San- 
to, año  de  1796.  | 

i6vo.;  port.  con  grab.  eft  la  vta.  y  15  hojs.  s.  n. 


HERRERA.  JOSÉ  HILARIO  (Clérigo.) 
171.     VÉASE:  Demostración  la  mas  tierna  &  (1788) 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XV III. 

153 


IGNACIO.  Sor  MARÍA  ANA  ÁGUEDA  de  S.  (Rosa.) 

172.  Oratorio  |  espiritual  |  Compuesto  \  Por  la  V.  y  M.  R.  M.  Sor 
I  María  Anna  Águeda  de  \  San  Ignacio.  |  A  petición  de  una  Religiosa  de 
I  el  Convento  del  Máximo  Dr.  S.  |  Geronymo,  su  querida  hija.  |  lo  com- 
puso, I  siendo  Dignissima  Priora  desu  Re-  |  ligiossisimo,  y  Recoleto  Con- 
vento I  de  Sta.  Rosa  Maria  de  Puebla.  |  Reimpresso  en  México,  en  la 
Impren-  |  ta  del  Lie.  D.  Joseph  Jauregui,  Ca-  |  lie  de  San  Bernardo.  Año 
de  1774.  I 

l6vo.;  port.  á  cuya  vuelta  comienza  la  obra,  contenida  en  7  hojs.  s.  nr. 


173.  IVIeditaciones  |  de  la  Sagrada  |  Passion,  |  de  gran  provecho  | 
para  las  almas.  |  Escritas  |  Por  la  M.  R.  M.  Mariana  \  Águeda  de  Sa?i 
Ignacio,  Priora,  ¡  que  fue  del  Convenio  de  Santa  \  Rosa  de  Santa  Maria. 
¡  Sácalas  a  luz  |  un  Devoto  Eclesiástico.  |  Reimpressas  en  México,  en  la 
Imprenta  de  la  |  Bibliotheca,  del  Lie.  D.  Joseph  Jauregui,  |  calle  de  San 
Bernardo,  año  de  1775.  | 

l6vo.;  port.  con  grab.  en  la  vta.  y  15  hojs.  s.  n.  con  la  obra. 


IGNACIA.   Sor  JUANA  (Urbanista.) 

Anteportada:    Un  grabado  en  madera  de  San  Francisco  de  Borja. 
Portada: 

174.  JN  OVENA  I  de  I  San  Francisco  |  de  Borja,  |  Grande  en  la  tierra, 
I  y  mayor  en  el  cielo.  |  Espejo,  1  que  ofrece  a  los  Grandes,  y  Señores  |  La 
M.  Juana  Ignacia,  |  Religiosa  de  Coro,  en  el  Conven-  |  to  de  la  Encarna- 
ción de  México.  |  Con  licencia,  en  la  Pvebla,  |  Por  Diego  Fernandez  de 
León:  |  y  por  su  Original  en  México,  |  Por  Francisco  de  Rivera  Calderón; 
I  en  la  calle  de  San  Agustín.  |  Año  de  1726.  [ 

8vo.;  portada  á  cuya  vuelta  comienza  la  ulna  que  está  contenida  en  5  hojs.  s.  nr. 

20 


BIBLIOGRAFÍA  MEXICANA  DEL  SIGLO  XV Ú  l 

154 

ANÓNIMOS. 

175.  INCENTIVO,  y  modo  |  para  acallar  los  gtitos  |  del  Pvrgatorio,  | 
en  vna  introducción  y  |  Novena  |  a  N.  Divino  Redentor  |  Crucificado,  y 
a  su  Dolorosissima  |  Madre  Maria  Santissima.  |  A  quienes  |  Dedica  esta 
Obra  vn  devoto  de  |  las  santas  Animas,  para  su  alivio.  |  Con  licencia  en 
México,  en  la  Imprenta  |  Rl.  del  Superior  Govierno  de  los  Here-  \  deros 
de  la  Viuda  de  Miguel  de  Rivera,  |  en  el  Empedradillo.  Año  de  1730.  | 

ióvo.;  port.  y  22  hjs.  s.  n. 

170.  Indulgencias  |  perpetuas,  |  concedidas  por  N.  Ssmo.  P.  1  El 
Señor  Pió  Sexto,  |  Papa  actualmente  reynante.  |  Las  reimprime  |  Un  de- 
seoso del  mayor  bien  de  |  las  almas,  |  Para  que  en  su  extensión  ¡  puedan 
los  Fieles  lograr  mas  fácilmente  de  este  espiritual,  y  ¡  por  lo  mismo  apre- 
ciabilisimo  ¡  tesoro.  |  En  la  Oficina  del  Real  Seminario  Pala-  |  foxiano  de 
la  Puebla  de  los  Angeles.  Año  de  1787.  | 

l6vo.;  port.  con  grab.  en  la  vta.  y  15  hojs.  s.  n. 

177.  iNVENIT  Philosophia  Jesuana  \itae  próxima  |  Quod  a  conceptu 
nomen  luctara  est,  ut  haberet  ¡  Moiti  vicina  comparat,  quam  ab  obitu  glo- 
riam  |  Habet  tamdem,  cum  vicerit.  |  Inde  mortem  conjice  felicisimam,  | 
Hinc  culpae  vitam  credas  expertem.  |  Illud  primum  nata  nomen  cum  pro- 
tulerit  infans,  |  Hanc  postremó  pené  mortua  cum  ediderit  moriens,  |  Si  ab 
illa  nomen,  vitam  auferas  penitus,  |  Si  hanc  illí  vocem,  inferas  prorfus.  j 
lili  ex  animo  militatura  nomen  dedit,  |  Inde,  ut  hauriat  Spiritum,  Isti  ex 
corde  victoriam  paritura  Spiritum  credidit,  ¡  Ut  fibi  nomen  daret  |  Vin- 
centi  igitur  facultati,  jamque  in  mortem  corruenti  |  Cum  nomen  detur  110- 
vum,  I  Quo  majus  extat  nullum,  |  Illa  ad  mortem  usque  cum  pervenerit, 
j  Occumbit;  |  Usque  ad  immortalitamem  cum  attigeiit,  ¡  Vivit.  |  Unde 
in  meliorem  afferta  vitam,  |  Unde  ab  imperio  vindicata  morti  |  Triumphat, 
atque  gloriatur  |  Adorando  Jesús  Nomine  |  Cujus  experta  virtutem,  cu- 
jus  dignata  gloria,  postremam  fibi  victoriam  paritura  Philosophia  veré  Je- 
suana, I  in  arenam  descendit.  Quin  ut  tanto  Nomini  victoria  |  adscriba- 
tur  D.  Antonius  Ibañes,  et  Galán  |  Reg.  &  Antiq.  D.  Ildefonsi  Collegij 
Alumnusilliusedoctuslitterasuniversam exanimo  |  PhilosophiamD.O.C.  | 

8vo.;  port.;  pp.  I  á  12  el  opúsculo  y  á  su  final,  s.  n.,  este  colofón: 

Defendentur  in  Reg.  ac  Pont.  M.  Atad.  |  (D.  O.  M.  Purissima  ac  Do- 
lentissima  |  V.  Maria  fine  originali  labe  concepta,  |  Castissimo  hujus  Spon- 
so  D.  Josepho,  &  j  SS.  Studiorum  Patronis  Joanne  Nepo-  ¡  muceno,  et 
Aloyso    Gonzaga   faventibus)    Trasses  erit   D.    Joannes  Joseph  |  A  Tina 


bibliografía  mexicana  del  siglo  XVIII. 

155 

A  uñón  Rodríguez  in  Fhilo-  |  sophia  Magister,  in  Sacra  Theologia  pro 
Me-  I  xicana  Academia  Doctor,  ejusdem  nuperá  |  Concilijs,  ad  Regium- 
que,  &  Ant:quiusS.  |  Ildefonsi  Regia  trabea,  proTheologico  cer-  ¡  tami- 
ne,  decotatus.  Die  7?  Menfis  May.  |  Auno  Dñi.  M.DCC.LXIV.  |  (D.  L. 
D.  R.)  I  Mexici:  ex  R.  &  A.  D.  Ildefonsi  Collegij  typis.  | 


r¿^5£Í£=Sr>^"^=a'»^ 


BIBLIOGRAFÍA  MEXICANA  DEL  SIGLO  XVIII. 

157 


J 


JOSÉ.   ANTONIA   DAIVIIANA  Cíe  San  (Concfepcionista.) 

178.  jUevocion  I  Tierna,  y  muy  provechosa,  |  principalmente  para  la 
Cuaresma,  |  A  Christo  |  Señor  Nuestro  Crucificado,  |  y  á  Maria  Santissi- 
ma  I  de  los  Dolores  al  pie  de  la  Cruz,  que  ha  de  durar,  |  cinco  dias  comen- 
cando  en  Lunes.  Sácala  á  luz  la  de-  |  vocion  de  la  Madre  Antonia  Damia- 
na  de  San  |  Joseph  Religiosa  del  Convento  de  Sr.  S.  Joseph  de  Gracia.  | 
Y  lo  dedica,  y  ofrece  á  las  señoras  reli-  |  giosas  de  todos  los  conventos  de 
México.  I 

Svo  ;  port.  y  II  lijs.  s.  n. 
Al  final: 

Con  licencia  de  los  Superiores.  |  En  México,  por  los  Herederos  de  la 
Viuda  de  |  Francisco  Rodríguez  Lupercio.  En  la  |  Puente  de  Palacio,  año 
de  1724.  I 

JOSÉ.    JUANA   de    S.   (Conccpcionista.) 

17!).  JN  OVENA  I  A  la  Gloriosissima  Virgen,  |  Amantissima  Esposa  de 
Christo,  y  del  Cié  |  lo  su  he'rmosissima  Cordera  |  Santa  Ynes  |  de  Monte 
Pulchiano,  |  Se  comienca  el  dia  doce  de  Abril,  y  se  acaba  el  dia  ¡  veinte, 
en  que  la  celebra  la  Santa  Yglesia.  |  Dispuesta  |  Por  la  Mdre.  Sor  Jvana 
de  S.  I  Ioseph,  Religiosa  de  Nra.  Sra.  de  la  Concepción  |  Con  licencia  de 
los  Svperiores  j  impresa  en  México  por  los  herederos  de  luán  lo  |  seph 
Guillena  Carrascoso,  en  el  empedradillo.  17 10.  | 

8vo  ;  port.  con  grab.  en  la  vta.  y  pp.  1  á  31  la  obra. 

180.  JN  OVENA  ¡  a  todos  los  Santos  |  de  la  Corte  Celestial,  |  Para  im- 
plorar su  patrocinio,  c  in-  |  tercesion  en  nuestras  necessidades  |  espiritua- 
les, y  corporales,  y  alean-  |  car  de  Dios  Nuestro  Señor  la  gracia  |  y  todas 
las  virtudes  como  tan  po-  l  derosos  con  Dios.  |  Compuesta  por  la  Madre 
Juana  Maria  de  San  Joseph,  Religiosa  |  Professa  del  Convento  de  la  Pu- 


BIBLIOGRAFÍA  MEXICANA  DLL  SIGLO  XVlll. 
158 

rissima  |  Concepción  de  la  Ciudad  de  México.  ¡  Dedícala  |  a  Christo  vida 
nuestra  |  Sacramentado.  |  Reimpressa  en  México:  Por  Francisco  |  Rivera 
Calderón,  en  la  calle  de  S.  Augustin,  |  Año  de  1725.  | 

8vo.;  port.  y  21  hjs.  s.  n. 

181.  JN  OVENA  |  a  la  Gloriosissima  |  Virgen,  Amantissima  Esposa  | 
de  Christo,  y  del  Cielo  su  |  hermosissima  Cordera  |  Santa  Ynes  |  de  |  Mon- 
te Pulchiano.  |  Se  comienza  el  dia  doze  de  |  Abril,  y  se  acaba  el  dia  veinte, 
|  en  que  la  celebra  la  S.  Iglesia.  |  Dispuesta  |  por  la  Madre  Sor  Juana  de 
San  |  Joseph,  Religiosa  de  N.  Señora  |  de  la  Concepción.  |  Reimpressa 
en  México:  Por  Joseph  |  Bernardo  de  Hogal,  Ministro,  Impres-  |  sor  del 
Real,  y  Apostólico  Tribunal  de  |  la  Santa  Cruzada    |  Año  de  173 1.  | 

ióvo.;  port.;  hoj.  grab.  y  22hojs.  s.  n. 

182.  JN  OVENA  I  a  la  Gloriosissima  Virgen,  j  Amantisima  Esposa  de 
Christo,  I  y  del  Cielo  su  hermosísima  |  Cordera  |  Santa  Inés  |  de  Monte 
Pulchiano.  |  Se  comienza  el  dia  doze  de  |  Abril,  y  se  acaba  el  dia  veinte, 
en  I  que  la  celebra  la  Santa  Iglesia.  |  Dispuesta  |  por  la  Madre  Sor  Juana 
de  Señor  [  San  Joseph,  Religiosa  de  Nuestra  |  Señora  de  la  Concepción. 
I  Reimpresa  en  México,  en  la  Imprenta  de  |  los  Herederos  del  Lie.  D.  Jo- 
seph de  Jau-  I  regui,  calle  de  S.  Bernardo.   Año  de  1786.  | 

i6vo.;  port.  y  15  hojs.  s.  n.  más  1  hoj.  con  un  grabado. 

183.  SEPTENARIO  I  del  Glorioso  Patriarcha  |  San  Ignacio  |  de  Loyola 
I  Fundador  de  la  Compañía  |  de  Jesús,  |  que  dedica  á  la  misma  Sagrada 
Compañía.  |  su  authora  j  la  Madre  Juana  de  San  Joseph,  Re-  |  ligiosa 
Professa  en  el  Convento  de  |  Niá.  Srá.  de  Balvanera.  |  Reimpressa  en  el 
Real,  y  mas  antiguo  |  Colegio  de  S.  Ildefonso  de  México,  J  Año  de  1765.  | 

ióvo.;  port.  y  15  hjs.  s.  n. 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

159 


L 


LANDETA.  Fr.  MANUEL  (Diegumo.j 

184.  DirectüRIUM  Diarium.  |  Recitationis  Offic.  Divini,  &  Miss  ce- 
lebrationis,  |  juxta  Rubiicas  Generales  Breviarij  Romani,  &  j  particulares 
Seraphici  ad  regulam  Sacrorum  |  Decretorum  de  promptum,  ad  régimen 
hujus  I  Almas  Francisc.  Discalceatae  Familias  Provinciae  |  S.  Didaci  |  Or- 
dinatum  Superiorum  jussu.  |  per  F.  Francisc.  Emmanuelem  |  de  Landeta. 
I  Pro  Anno  Dni,  1784.  Bissextum.  |  Cum  Gratia,  et  Privilegio,  j  Mexici 
ex  Typogr.  Matritens.  in  viá  S.  Bernard.  | 

8vo.;  port.  y  35  hjs.  s.  n. 

LARA.    Fr.    FERNANDO   de  (Carmelita) 

185.  1N  OVENA  I  Consagrada  j  a  Jesús,  |  María,  y  Joseph,  |  Trinidad 
Venerada  |  de  nuestra  devoción:  ¡  Y  por  esta  devoción  de  esta  nueva  No- 
|  vena,  nuevamente  venerada  con  nueve  |  exemplos  asombrosos,  que  esta 
Celes-  I  tial  Trinidad  de  nuestra  tierra  ha  obra-  |  do  con  sus  devotos.  | 
Compuesta  |  por  el  M.  R.  P.  Mró.  Fr.  Fernando  |  de  Lara,  del  Sagrado 
Orden  de  nuestra  |  Señora  del  Carmen,  de  Observancia.  |  Reimpresa  en 
México,  en  la  Imprenta  Madrileña  de  |  los  Herederos  del  Lie.  D.  Joseph 
de  Jauregui,  |  Calle  de  San  Bernardo.   Año  de  1 79 1.  | 

8vo.;  port.  con  grab.  en  la  vta.  y  15  hojs.  s.  n.  con  la  obra. 

LARA  IYIOGROVEJO.   PEDRO  de  (Clérigo.) 

180.  JN  ovena  I  al  Glorioso  |  Mattyr  ¡  S.  Sebastian,  |  Defensor  de  la 
I  Catholica  Iglesia,  y  Abogado  de  ¡  contagios,  y  Peste.  |  Dispuesta  |  Por 
el  Lie.  D.  Pedro  de  Lara  |  Mogrovejo,  Cura  de  la  Parro-  |  chial  de  San 
Sebastian  en  la  |  Ciudad  de  Guatemala.  |  Reimpressa  en  México  en  la  Im- 
prenta I  del  Lie.  D.  Joseph  de  Jauregui,  en  la  Ca-  ¡  lie  de  San  Bernardo. 
Año  de  1769.  I 

ióvo.;  port.  y  14  hoj.  s.  n. 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVlll. 
1 6o 

187.  .Novena  |  al  Glorioso  ¡  Martyr  |  San  Sebastian,  |  Defensor  de 
la  |  Catholica  Iglesia,  y  Abogado  |  de  contagios,  y  Peste.  |  Dispuesta  | 
por  el  Lie.  D.  Pedro  de  Lata  |  Mogrovejo,  Cura  de  la  Parro-  |  chial  de 
San  Sebastian  en  la  |  Ciudad  de  Guatemala.  |  Reimpresa  en  México  en  la 
Imprenta  de  |  los  Herederos  del  Lie.  D.  Joseph  de  Jaure-  |  gui.  Calle  de 
San  Bernardo.   Año  de  1780.  | 

lóvo.;  port.  y  15  hojs.  s.  n. 

LARRUIYIBE.   Fr.  JOSÉ  (Dominico.) 

188.  V  EASE:   Segundo  Quinze  de  Enero  &.  |   1730.  | 

LASCANO.   B.    LUCAS  (Clérigo.) 

189.  Véase:   Santa  María  Meraver.  |  1720   | 

IDO.  L^AUDATE  Dominum  |  omnes  gentes:*  Laúdate  \  eum  omnes  Po- 
puli.  I  Psalmus  116.  X.  1.  |  Sit  nomen  dni  benedictum.  |  Insacula  ssecu- 
lorum.  I  A  Solis  ortu  vsque  ad  occas  |  sum:*  Lau  dabile  nomen.  |  üomini. 
Psalm.  1 12.  X,  3.  I  Mexici:  Apud  Haeredes  Viduae  |  Francisci  Rodríguez 
Lupercio.  | 

8vo.;  port.  orí.;  pp.  I  á  46  la  obra. 

LAZCANO.   P.   FRANCISCO   XAVIER  (Jesuíta.) 
191.   Véase:  Elogios  fúnebres  &.  |  1758.  | 

LECA.   MANUEL  de  (Presbítero.) 

J92.  Ofrecimiento  |  devoto  |  de  las  cinco  preciosissimas — llagas  | 
de  N.  Sr.  Jesu-Christo,  |  que  para  utilidad,  y  provecho  |  de  los  Fieles  | 
saca  a  luz  |  D  Manuel  de  Leca,  |  rrcsbytero  Domiciliario  de  este  |  Ar- 
zobispado. I  Reimpresso  en  México:  en  la  Im-  j  prenta  del  Lie.  D.  Joseph 
de  Jau-  I  regui,  Calle  de  S.  Bernardo.  |  Año  de  1769.  | 

i6vo.;  port.  con  grab.  en  la  vta.  y  7  boj?,   s.  n.  con  la  ulna. 

193.  Ofrecimiento  |  devoto  |  de  las  cinco  preciosissimas  |  llagas  j 
de  N.  Sr.  Jesu-Christo,  |  que  para  utilidad,  y  provecho  |  de  los  Pieles  | 
saca  a  lvz  |  D.   Manuel  de  Leca,  |  Presbytero  Domiciliario  de  |  este  Ar- 


BIBLIOGRAFÍA  MEXICANA  DEL  SIGLO  XVIII. 
161 

zobispado.  |  Reimpresso  en  México:  en  la  Im-  |  prenta  del  Lie.  D.  Joseph 
de  Jau-  |  regui,  Calle  de  S.  Bernardo.  |  Año.  de  1776.  | 

ióvo.;  port.  con  grab.  en  la  vta.  y  7  hojs.  s.  n.  con  la  obra. 

LEÓN.  Dr.  NICOLÁS  JOSÉ  de  (Clérigo.) 

194.  iSJ  OVENA  I  en  honra  del  \  bien  aventurado  |  San  Juan  de  la  | 
Cruz,  I  segundo  Elias  del  |  Carmelo,  insigne  Dr.  Mystico,  |  P.  y  Funda- 
dor de  la  Religión  |  Sagrada  de  los  descalzos  de  |  Nra.  Sra.  del  Carmen. 
I  Dispvesta  por  el  Dr.  |  D.  Nicolás  Joseph  de  León,  Pres-  |  bitero,  Con- 
fessor,  y  Predicador  Gl.  |  de  este  Arzobisp.  de  México.  |  A  devoción  de 
vna  I  Religiosa  del  Convento  Anti-  ¡  guo  de  las  Descalzas  de  Santa  |  The- 
resa  de  Jesvs  desta  Ciudad.  | 

l6vo.;  port.;  1  hoja  con  grab.  y  12  hojs.  s.  n.  con  la  obra. 

195.  Clarín  del  cielo,  |  que  previene  nuestras  |  atenciones,  |  para  [ 
celebrar  el  adviento  dichoso  |  de  nuestra  vida  Christo.  \  Y  |  devotos  Exer- 
cicios,  I  para  empleo  de  las  Almas,  que  de-  |  sean  su  aprovechamiento.  | 

I  dispuestos  I  por  el  Dr.  D.  Nicolás  Joseph  de  León,  |  Clérigo  Presby te- 
ro, Confessor,  y  Predicador  |  General  de  este  Arzobispado  de  México.  | 
Imprimense  |  a  solicitvd,  y  expensas  de  vna  re-  \  ligiosa  del  Convento  de 
Nuestra  Señora  |  de  la  Encarnación  de  dicha  Ciudad.  |  Con  licencia  |  En 
México,  en  la  Imprenta  Real  del  |  Superior  Gobierno,  y  del  Nuevo  Re-  | 
zado  de  Doña  Maria  de  Rivera,  |  en  el  Empedradillo.  |  Año  de  1742.  \ 

Svo.;  port.  orí.  y  19  hojs.  s.  n. 

19G.  Novena  |  en  honra  |  del  Bienaventurado  Padre  |  San  Juan  |  de 
la  Cruz,  ¡  segundo  Elias  del  Carmelo,  [  insigne  Doctor  Mystico,  Padre,  y 
Fundador  |  de  la  Religión  Sagrada  de  los  Descalzos  |  de  Nuestra  Señora 
del  Carmen.  |  Dispuesta  |  por  el  Dr.  D.  Nicolás  Joseph  |  de  León,  Pres- 
bytero  de  este  Arzobispado.  |  Se  comienza  á  cinco  de  Diciembre  para  aca- 
¡  baria  Víspera  del  Santo,  que  es  á  catorze  de  ]  dicho  mes,  ó  según  la  ne- 
cessidad  urgiere.  |  Reimpressa  en  México,  en  la  Imprenta  del  |  Lie.  D. 
Joseph  de  Jauregui.  Calle  de  S.  Ber-  |  nardo.   Año  de  1774.  | 

ióvo.;  port.;  con  grab.  en  la  vta.  y  15  hojs.  s.  n.  con  la  obra. 

LEXARZAR.   PEDRO 

J97.  Laberinto  Devoto  |  formado  con  las  letras  ¡  de  esta  palabra:  | 
Soi  de  Dios,  I  que  dice  lo  mismo  al  revez,  ¡  que  al  derecho,  |  y  lo  propio 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XV 11  i. 

162 

comenzando  por  cualquiera  S  de  las  es-  |  quinas,  ó  por  la  del  centro:  y 
prosiguiendo  para  arri-  |  ba,  ó  para  abajo:  para  que  mediante  esta  reflexa, 
pro-  I  curemos  emplearnos  en  amar,  y  servir  á  Ntró.  Sobera-  [  no  Dueño; 
y  para  que  asi  como  en  él,  se  lee  repetidas  |  veces  la  misma  palabra  Soi 
de  Dios,  la  repitamos  |  nosotros  con  la  mayor  frequencia  y  devoción,  para 
I  honra  y  gloria  de  su  Divina  Magestad,  y  aprovecha-  |  miento  nuestro: 
sirviendo  principalmente  de  escudo  |  contra  las  tentaciones  de  nuestros 
enemigos,  |  para  resistirlas  y  vencerlas,  ayuda-  |  dos  de  la  Divina  Gracia. 
I  Dispuesto  I  por  Don  Pedro  Lexarzar.  |  Con  las  Licencias  necesarias  | 
Impreso  en  México  en  la  Imprenta  de  los  Herederos  del  \  Lie.  D.  Joseph 
de  Jauregui;  Calle  de  San  Bernardo.  |  Año  de  1792.  | 

8vo.;  port  ;  pp.  3  á  32  la  obra,  toda  en  verso. 


LOAYSAGA.   MANUEL  de  (Clérigo.) 

198.  JN  OVEN  A  I  de  la  Amabilissima  Reyna,  |  Madre,  y  Señora  de  | 
Occotlan,  |  que  se  venera  Extramuros  de  |  la  Ciudad  de  Tlaxcala.  |  Dis- 
pvsola  I  el  Lie.  D.  Manuel  de  Loay-  |  saga,  Clérigo  Presbytero,  y  |  Ca- 
pellán de  su  Santuario.  |  Reimpressa  en  México,  en  la  Imprenta  |  del  Lie. 
D.  Joseph  de  Jauregui,  en  la  |  Calle  de  San  Bernardo.  Año  de  1773.  | 

i6vo.;  port.  y  15  hojs.  s.  n. 


LÓPEZ.    Fr.    JOSÉ     Franciscano. 

199.  JTIEDRA  fundamental  |  de  la  mystica  Sion,  |  El  Nuevo  Convento 
de  Señoras  Naturales,  ¡  Caziques,  Religiosas  Descalzas  de  |  Corpus  Christi, 
I  la  R.  y  V.  M.  Sor  |  Petra  de  San  Francisco  |  Su  primera  Fundadora,  y 
Abadesa.  |  Sermón  |  Predicado  en  sus  honras,  el  dia  Sábado,  10  de  Mayo, 
I  de  1727  años.  |  Lo  dedica  a  el  Excmo.  Señor  |  D.  Balthasar  de  Zuñiga, 
Sotomayor,  |  y  Mendoza,  Marqués  de  Balero,  Ayamonte,  y  ¡  Alenquer, 
Grande  de  España  de  primera  Classe,  Duque  de  |  Ai  ion;  Vi  Rey  Gober- 
nador, y  Capitán  General,  que  fué  de  |  esta  Nueva- España;  y  Presidente 
del  Real,  y  Supremo  |  Consejo  de  Indias,  &c.  |  Don  Pedro  de  Escorza  Es- 
calante I  Cavallero  del  Orden  de  Santiago,  Alcalde  Ordinario,  que  fué  | 
de  la  Villa  de  Laredo,  Cabeza  de  las  quatro  Villas  de  la  Costa  |  de  la  mar, 
Arzobispado  de  Burgos,  y  Alcalde  Ordinario  de  |  esta  Ciudad  de  México, 
electo  el  año  de  doze,  y  reelecto  dos  I  vezes,  el  de  treze,  y  catorze,  sin 
exemplar  hasta  entonces.  |  Discurrido,  y  predicado  |  Por  el  P.  F.  Joseph 
López  I  Hijo  de  esta  Santa  Provincia  del  Santo  Evangelio,  Lector  de  | 
Sagrada  Theologia  en  el  Convento  de  N.  S.  P.  S.  Francisco  |  de  México  y 
Qualificador  del  Santo  Officio.  |  Con  licencia  de  los  Superiores  |  En  Me- 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

163 

xico:  Por  Joseph  Bernardo  de  Hogal,  Impressor  mayor  |  de  dicha  Ciudad. 
En  la  Calle  Nueva.  Año  de  1727.  | 

4to.;  port.  orí.  y  vuelta  blanca. 

8  hojs.,  pp.  s.  nr.  y  un  escudo,  el  del  Virrey,  á  la  cabeza  de  la  Dedicatoria.  Pág.  i  á  22  la 
obra. 

LÓPEZ.   P.  JUAN  FRANCISCO   Jesuíta.) 

200.  .Los  diez  Domingos  |  a  honor  |  de  S.  Ignacio  |  de  Loyola  |  Fun- 
dador de  la  Compañía  |  de  Jesvs.  [  Devoción  practica  |  para  quien  desea 
alcanzar  del  Santo  su  |  patrocinio,  y  alguna  gracia  |  particular.  |  Reim- 
pressos  con  las  licencias  necessa-  |  rias  en  lengua  Italiana,  en  Parma,  |  año 
de  1706.  y  traducidos  á  nuestro  |  vulgar  por  el  P.  Jvan  Francis-  |  co  Ló- 
pez de  la  misma  |  Compañía.  |  Y  por  su  original  (en  México)  en  la  Im-  | 
prenta  del  Real,  y  mas  Antiguo  Colegio  |  de  S.  Ildefonso.  Año  de  1752.  | 

8vo.;  port.  y  21  hojs.  s.  n. 

201.  v^akta  ¡  de  edificación,  |  en  que  |  El  P.  Juan  Francisco  López, 
I  Rector  del  Colegio  Máximo  de  S.  Pedro,  y  S.  Pablo  |  de  la  Sagrada  Com- 
pañía de  Jesús,  participa  a  todos  |  los  Superiores,  y  Colegios  de  ella,  |  La 
fervorosa  Vida,  |  y  religiosas  virtudes  ¡  del  V.  P.  Joseph  Maria  |  Genove- 
se,  I  Natural  de  la  Ciudad  de  Sicilia,  Religioso  professo  |  de  nuestra  Sa- 
grada Compañía,  Missionero  Aposto-  |  lico,  que  fué  en  las  Missiones  de 
Californias,  nueve  (  años  Maestro  de  Novicios  en  el  Colegio  de  Tepo-  |  zo- 
tlán,  tres  Rector  en  el  de  San  Andrés,  y  tres  en  |  el  Máximo  de  S.  Pedro, 
y  S.  Pablo,  donde  falleció  |  con  opinión  común  de  Santidad.  |  Impressa 
con  las  licencias  necessarias  en  México,  en  la  Impren-  |  ta  nueva  de  la  Ri- 
bliotheca  Mexicana.   Año  de  1758.  | 

En  4to.;  portada  dentro  de  un  marco  y  vuelta  en  blanco. 
Página  1  á  35  la  obra. 


202.   Véase:  Venegas.  P.Miguel.  |  1783.  | 


LÓPEZ.   PATRICIO  ANTONIO 

203.  1  RIVNPHOvS  aclamados  |  contra  Vandoleros  por  la  |  Real  Justicia 
que  (a  los  influxos  de  |  el  Excelentissimo  Señor  |  D.  Balthazar  |  Manuel 
de  Zuñiga  Guzman  |  Soto-Mayor,  Sarmiento,  y  |  Mendoza:  Marques  de 
Balero,  Aya-  |  monte,  Alenquer,  Virrey  Governador,  y  Capi-  |  tan  Gene- 
ral, que  fue  de  esta  Nueva-España,  y  Ma-  )  yordomo  Mayor  de  la  Sere- 
nissima  Princesa  núes-  |  tra  Señora)  a  conseguido  el  Capitán  |  D.  Miguel 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 
164 

Velazquez  |  Lorea,  Provincial  déla  Santa  Hermandad,  y  Al-  |  guacil  Ma- 
yor del  Tribunal  de  la  Santa  Inquici-  ¡  sion  de  este  Reyno,  conque  su  Ma- 
gestad  (que  Dios  |  guarde)  le  ha  honrado.  ¡  Obscqvioso  escribe,)'  reverente 
I  consagra  al  mismo  Excmo.  Señor  la  encogida  pluma  de  \  D.  Patricio  An- 
tonio López,  Caziqve  \  originario  del  Obispado  de  Antcqnera,  Valle  de  Oa- 
xaca.  I  Con  licencia  de  los  superiores  |  en  la  Puebla  de  los  Angeles  en  la 
Imprenta  de  la  Viuda  de  Miguel  |  de  Ortega,  en  el  Portal  de  las  Flores. 
Año  de  1723.  [ 

4to.;  port.  orí.  y  vta.  con  las  licencias;  3  hoj.  prls.  s.  nr.  con  la  Dedicatoria  y  Cédula  del  Rey 
á  Velazquez  de  Lorea;  sigue  la  obra  en  verso,  que  ocupa  4  hojs.  s.  nr.  y  al  pie  esta  inscripción: 

Impreso  en  la  Puebla,  con  las  licencias  necesarias.   Año  de  1723.  | 
LÓPEZ  de  AGUADO  ILDEFONSO  (Clérigo.) 


20L 


V  ease:  Honras  funerales  &  del  P.  Lazcano.  |  1763. 


LÓPEZ   AGUADO.    Fl*.   JUAN     Franciscano.) 

205.  V  OZES,  I  que  hizieron  eco,  |  en  la  Religiosa  Pyra,  |  que  en  las 
Honras  del  V.  P.  )  Fr.  Antonio  Margil  de  Jesús,  |  Predicador  y  Notario 
Apostólico,  Comissario  del  Santo  |  Oficio,  Fundador  Prefecto,  Ex-Guar- 
dian  y  Vice-  |  Comissario  de  los  Colegios  y  Missiones  de  Propaganda  \ 
Pide  de  esta  Nueva  España,  |  Erigió  |  N.  R.  P.  Fr.  Antonio  de  Harizon 
I  Lector  Jubilado,  Qualificador  del  Santo  Oficio  Padre  |  de  la  Provincia 
de  Santa  Helena  de  la  Florida,  Chronista  |  General,  Ex-Definidor,  y  Mi- 
nistro Provincial  de  esta  |  Provincia  del  Santo  Evangelio  de  México,  el  d'a 
21  I  de  Agosto  de  1726  en  el  Convento  de  N.  S.  P.  S.  |  Francisco  de  la 
Imperial  Ciudad  de  México.  |  Diólas  |  El  R.  P.  Fr.  Juan  López  Agnado, 
\  Lector  Jubilado,  Revisor  del  Santo  Oficio,  Misionero  Aposto-  \  lico,r  Ex- 
Guardian  del  Convento  de  San  Buenaventura  \  de  Valladolid,  en  la  San- 
ta Provincia  de  Michoacan.  |  Sácalas  á  luz  |  la  muy  Noble,  y  muy  Leal 
I  Ciudad  de  México;  |  quien  las  dedica  |  á  la  Eminentissima,  |  Sacra,  y 
muy  Veneranda  |  Congregación  |  de  Propaganda  Fide  \  Con  licencia  de 
los  Superiores.  En  Mcxico:  Por  Joscpli  \  Bernardo  de  Hogal.  Calle  de  la 
Monterilla.  |  S.  A.  1727.  | 

4to.;  port.;  más  16  fjs.  prel.  s.  n.  más  56  págs.  n. 

LÓPEZ  PORTILLO.   Dr.  ANTONIO  (Clérigo.) 

20G.    Véase:  Reales  exequias  &  T9  2(.'  N?  518.  J  1767.  | 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

165 


LL 


ANÓNIMO. 

207.  ÍLh  llanto  I  de  México  |  en  los  tiernos  y  lúgubres  recuerdos  |  que 
á  la  augusta  memoria  |  de  el  Gran  Papa  |  Clemente  XIV.  |  Consagraron 
I  las  dos  Ilustres  |  y  religiosissimas  Provincias  |  de  Predicadores  |  y  Me- 
nores Observantes  |  de  México  |  En  sus  dos  Máximos  Titulares  Conven- 
tos I  de  Santo  Domingo,  y  S.  Francisco  de  esta  Corte  |  los  dias  27  y  28 
de  Marzo,  3  y  4  de  Abril  de  1775.  |  Dedicado  |  al  Serenissimo  Señor  | 
Don  Carlos  Antonio  |  de  Borbon  |  Principe  de  Asturias  |  Impresso  en 
México  por  D.  Felipe  de  Zuñiga  y  Ontiveros,  |  calle  de  la  Palma,  año  de 
1775-  I 

4to.;  portada,  más  15  fjs.  prels.  s.  n. 


bibliografía  mexicana  del  siglo  xrm. 

167 


M 


MADRE  dC   DIOS.    Fr.   TEODORO  de   la  (Dominico.) 

208.  lVloDO  I  de  ofrecer  los  |  Mysterios  del  Santo  Rosario,  |  de  nues- 
tra Señora  la  Virgen  |  Maria,  |  sacado  del  libro:  |  Rosario  Vida  del  Alma 
compuesto  |  por  el  M.  R.  P.  Fr.  Theodoro  de  |  la  Madre  de  Dios,  del  Sa- 
grado I  Orden  de  Predicadores.  |  Vá  añadido  el  Ofrecimiento  de  |  la  Hora 
de  la  Señora,  y  la  Ce-  |  dula  para  las  calenturas  á  N.  P.  |  Santo  Domin- 
go. I  Reimpresso:  En  la  Puebla,  por  la  Viuda  |  de  Miguel  de  Ortega.  Año 
de  1757.  I 

lóvo.;  port.;  I  hoj.  con  grabado  y  22  hojs.  s.  n. 

209.  M.ODO  |  de  ofrecer  |  los  Mysterios  |  del  Santo  Rcsario  |  de  Nrá. 
Srá.  la  Santísima  Virgen  |  Maria,  |  sacado  del  libro  |  Rosario  Vida  del  Al- 
ma. 1  Compuesto  |  por  el  M.  R.  P.  Fr.  Theodoro  de  la  |  Madre  de  Dios, 
del  Sagrado  Orden  |  de  Predicadores.  |  Vá  añadido  el  Ofrecimiento  de  la 
Ho-  ¡  ra  de  la  Señora,  y  la  Cédula  para  las  |  Calenturas  de  N.  P.  Santo 
Domingo.  |  Reimpreso  en  la  Puebla  en  la  Impren-  |  ta  de  los  Reales  y 
Pontificios  Colegios  |  de  S.  Pedro  y  S.  Juan.   Año  de  1773.  | 

lóvo.;  port.  con  grab.  en  la  vta.  y  23  hojs.  s.  n. 

MADRID.    Fr.    BERNARDO  de  (Capuchino.) 

210.  INI  OVENA  I  de  la  Salvación  |  para  los  vivos,  |  y  para  los  difuntos, 
y  el  modo  de  hacerse.  |  Dedicada  |  a  la  Sagrada  Imagen  del  Santo  |  Chris- 
to  de  la  Salvación,  que  se  |  venera  en  el  Convento  de  San  |  Antonio  de 
Capuchinos  de  |  Madrid.  |  Compuesta  |  por  el  Rmó.  P.  Mró.  Fr.  Ber-  | 
nardino  de  Madrid,  del  Orden  |  de  Capuchinos.  Padre  de  esta  |  Provincia, 
Missionero  Aposto-  |  lico,  y  Predicador  de  S.  M.  | 

lóvo.;  port.  y  15  hojs,  s.  n. 
Al  final  de  la  última  esta: 

Reimpressa  en  México,  en  la  |  Imprenta  de  la  Biblioteca  Me-  |  xicana 
del  Lic.D.  Joseph  de  Jau-   |  regui,  Calle  de  San  Bernardo.   |  Añodei773.  | 


BIBLIOGRAFÍA  MEXICANA  DEL  SIGLO  XVIII. 
1 68 

211.  ISI  OVENA  |  de  la  Salvación  j  para  los  vivos,  |  y  para  los  difuntos, 
|  la  qual  comenzará  el  dia  |  24.  de  Octubre,  á  las  siete,  ¡  en  el  Sagrario  de 
esta  I  Santalglesia  Metro-  |  politana.  |  Compuesta  |  por  el  limó.  P.  Mtró. 
Fr.  Ber-  |  nardino  de  Madrid,  del  Orden  |  de  Capuchinos.  |  Reimpressa 
en  México,  en  la  Im-  |  prenta  del  Lie.  D.  Joseph  de  Jau-  |  regui,  Calle  de 
San  Bernardo.  |  Año  de  1778.  | 

ióvo.;  port.  con  grab.  en  la  vta.  y  15  hojs.  s.  n.  con  la  obra. 

212.  IN  OVENA  I  para  la  Salvación  |  de  los  vivos,  |  y  |  Difuntos,  |  La 
qual  comenzará  el  dia  24.  de  |  Octubre,  á  las  siete,  en  el  Sagra-  |  rio  de 
esta  Santa  Iglesia  ]  Metropolitana.  |  Compuesta  |  por  el  Rmó.  ¡  P.  Mró. 
Fr.  Ber-  J  nardino  de  Madrid,  del  Or-  |  den  de  Capuchinos.  |  Reimpresa 
en  México,  en  la  Imprenta  de  los  |  Herederos  del  Lie.  D.  Joseph  de  Jau- 
regui.  I  Calle  de  Santo  Domingo.  Año  de  1793.  | 

i6vo.;  port.  con  grab.  en  la  vta.  y  15  hojs.  s.  n.  con  la  obra. 

MAGALLANES.   Fr.  JUAN  de  (Agustiniano.) 

213.  Novena  |  del  Glorioso  |  S.  Guillermo,  |  Duque  de  Aquitania, 
Conde  de  |  Pictavia,  Religioso  del  Orden  de  |  N.  P.  S.  Augustin,  Patrón 
de  los  I  que  son  atribulados  con  |  tentaciones.  |  Compuesta,  |  por  el  P. 
Mró.  Fr.  Juan  de  Magalla-  |  nes,  de  el  mismo  Orden,  Mró.  en  Sa-  |  grada 
Teología  por  la  Rl.  Vniversidad  |  de  México,  y  Cronista  del  Santísimo  | 
Nombre  de  Jesús  de  esta  Nueva  |  España.  \  Reimpresa  en  México,  en  la 
Imprenta  de  los  |  Herederos  del  Lie.  D.  Joseph  de  Jauregui,  |  Calle  de 
S.  Bernardo.   Año  de  1783.  | 

ióvo.;  port.  y  14  hojs.  s.  n. 

IYIALDONADO.    IlImO.    Fr.    ÁNGEL  (Bernardo.j 

214.  SsMO.  Patri  |  E  |  cel-  |  so  in  verbo  gloria?,  |  Benedicto  |  XIII  | 
Pontifici  Máximo.  | 

4to.;  sigue  luego  el  texto  contenido  en  4  hojs.  s.  nr. 

Es  una  noticia  de  la  vida  y  virtudes  de  la  Madre  María  de  San  Tose,  Ménica,  y  fundadora  del 
Convento  de  la  Soledad  de  Oaxaca. 
S.  a.  n.  1.  d.  i. 

IY1ANNI.    P.    JUAN    B.     Jesuíta.) 

215.  QüATRO  I  Máximas  |  de  Christiana  |  Filosofía.  |  Sacadas  |  de 
cuatro  consideraciones  |  de  la  Eternidad.  |  Por  el  Padre  Juan  Bautista 
Manni,  |  de  la  Compañía  de  Jesús,  y  traducidas  |  de  Italiano  en  Español 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII 
169 

por  otro  Padre  |  de  la  misma  Compañía.  |  Lo  que  acá  se  vé  muere,  y  pasa. 
{  La  Eternidad  de  allá  sola  110  pasa.  |  Reimpressas  en  México,  en  la  Im- 
prenta de  I  los  Herederos  del  Lie.  D.  Joseph  de  Jau  |  regui,  Calle  de  San 
Bernardo.  |  Año  de  1789    | 

ióvo.;  port.  y  pp.  1  á  58  la  obra. 

216.  WUATRO  Máximas  )  de  |  Christiana Filosofía,  |  sacadas  |  de  cua- 
tro Consideraciones  |  de  la  Eternidad.  |  Por  el  P.  Juan  Bautista  |  Manni, 
de  la  Compañía  de  Jesús,  y  |  traducida  de  Italiano  en  Español  |  por  otro 
P.  de  la  misma  Compañía.  |  Lo  que  acá  se  vé  muere  y  pasa,  |  la  Eterni- 
dad de  allá  sola  no  pasa.  |  Reimpresas  en  la  Puebla  de  los  Ange-  |  les,  en 
la  Oficina  de  D.  Pedro  de  la  |  Rosa,  año  de  1790.  | 

ióvo.;  port.  y  31  hojs.  s.  n.  con  la  obra. 

ANÓNIMOS. 

217.  IVIano  de  Dios  |  Poderosa  Prompta  |  Liberal,  y  Benigna  |  para 
los  que  se  valieren  de  la  |  intercession  de  sus  cinco  |  gloriosos  Dedos,  | 
Jesús,  María,  Joseph,  |  Joaquín,  y  Anna.  |  Cuya  novena  |  ofrece  para  en- 
cender la  de-  ¡  vocíon,  un  Devoto  de  estos  |  Santissimos  cinco  |  Señores. 
I  Reimpressa  en  México  en  la  Imprenta  del  |  Lie.  D.  Joseph  de  Jauregui, 
Calle  de  San  Bernardo.   Año  de  1776.  | 

l6vo.;  port.  con  grabado  en  la  vta.  y  15  hojs.  s.  n.  con  la  obra. 

218.  IVIano  de  Dios  ¡  Poderosa,  Pronta,  ¡  Liberal,  y  Benigna  |  para 
los  que  se  valieren  de  la  |  intercesión  de  sus  cinco  |  Gloriosos  Dedos,  |  Je 
sus,  Maria,  Joseph,  |  Joaquín,  y  Anna.  |  cuya  novena  |  ofrece  para  encen- 
der la  devo  -  I  cion,  un  Devoto  de  estos  j  Santísimos  cinco  ¡  Señores.  |  Re- 
impresa en  México,  en  la  Imprenta  míe-  |  va  de  los  Herederos  del  Lie. 
D.  Joseph  de  |  Jauregui,  Calle  de  San  Bernardo.  |  Año  de  1781.  | 

ióvo.;  port.  con  grab.  en  la  vuelta  y  15  hojs.  s.  n. 

219.  lVlANO  de  Dios  |  Poderosa,  Pronta,  |  Liberal  y  Benigna,  |  Tara 
los  que  se  valieren  déla  |  intercesión  de  sus  ¡  Cinco  Gloriosos  Dedos  |  Je- 
sús, Maria.  |  Joseph,  |  Joaquín  y  Ana.  ¡  Cuya  Novena  ofrece  para  encen- 
der la  I  devoción,  un  devoto  de  estos  Santi-  |  simos  Cinco  Señores.  |  Re- 
impresa en  la  Puebla,  en  la  Imprenta  |  de  D.  Pedro  de  la  Rosa,  en  el  Por- 
tal I  de  las  Flores.    Año  de  1785.  | 

l6vo.;  port.;  y  15  hojs.  s.  n. 

22 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 


220.  IVIanualito  I  de  las  mas  usuales  |  Bendiciones  |  Que  se  acos- 
tumbran, |  Con  experimentado  provecho  |  de  sanos,  y  enfermos.  |  Aña- 
didas |  Las  Absoluciones  de  la  Bu-  |  la  del  Sr.  Benedicto  XIV,  y  |  Esca- 
pulario de  Nra.  Señora  |  de  la  Merced.  |  Reimpresso  en  México,  en  la  | 
Imprenta  de  los  Herederos  de  |  Doña  María  de  Rivera,  Calle  |  de  S.  Ber- 
nardo. Año  de  1766.  I 

l6vo.;  port.  y  14  hjs.  s.  n. 


221.  IVIanualito  |  de  las  mas  usuales  |  Bendiciones  |  Que  se  acos- 
tumbran, I  Conexperimentado  provecho  |  de  sanos,  y  enfermos.  1  Añadi- 
das I  Las  Absoluciones  de  la  |  Bula  del  Sr.  Benedicto  |  XIV.  y  el  Esca- 
pulario I  de  Ntra.  Señora  de  la  |  Merced.  |  Reimpreso  en  México  en  la 
Im-  I  prenta  del  Lie.  D.  Joseph  Jauregui.  |  Calle  de  S.  Bernardo.  Año 
de  1775.  I 

ióvo.;  port.  y  31  hojs.  s.  n. 


MARÍN.   FRANCISCO  (Clérigo) 

222.  1  RIDUO  Mariano  |  Mensal,  |  en  honor,  y  reverencia  |  Del  Feli- 
cissimo  Transito,  |  Entierro,  y  Assumpcion  |  de  la  Reyna  del  Cielo,  y  Tie- 
rra I  Maria  |  Señora  Nuestra,  |  Para  alcanzar  mediante  su  Protección,  | 
una  dichosa  muerte.  |  Se  ha  de  exercitar  esta  devoción  los  dias  trece,  |  ca- 
torce, y  quince  del  Mes  de  Agosto,  y  los  |  mismos  de  cada  un  Mes.  |  Es 
sacada  de  las  obras  |  De  la  V.  M.  Maria  de  Jesús  de  la  Villa  de  Agreda.  | 
Dispuesto  I  Por  D.  Francisco  Marin,  Clérigo  Domiciliario  |  de  este  Obis- 
pado, quien  lo  saca  á  luz,  ¡  y  reverente  lo  consagra  á  la  |  Santissima  Se- 
ñora. I  Reimpresso  en  la  Imprenta  Real  del  Colegio  de  |  San  Ignacio  de 
la  Ciudad  de  la  Puebla.  I  Año  de  1767.  | 

8vo.;  port.  y  7  hojs.  -.  n. 


223.  1  RIDUO  Mariano  |  Mensal,  |  en  honor  y  reverencia  |  del  felicí- 
simo tránsito,  |  Entierro  y  Asunción  |  de  la  Reyna  del  Cielo  y  Tierra,  | 
Maria  Santísima  |  Señora  Nuestra,  |  para  alcanzar  mediante  su  Protec-  | 
ción  una  dichosa  muerte.  |  Dispuesto  |  Por  D.  Francisco  Marin  Cíe-  |  ri- 
go  Domiciliario  del  Obispado  de  Puebla.  |  Reimpresa  en  México,  por  los 
Here-  |  deros  de  Don  Felipe  de  Zúñiga  y  |  Ontiveros,  calle  del  Espíritu 
Santo,  I  año  de  1794.  | 

ióvo.;  port.  con  grab.  en  la  vta.  y  15  hjs.  s.  n.  con  la  obra. 


BIBLIOGRAFÍA  MEXICANA  DEL  SIGLO  XV II I . 
171 

MAR  MOLE  JO.    Fl*.    ILDEFONSO   JOSÉ    (Misionero  franciscano.) 

224.  VÉASE:  Miqueo  Gabriel.  (1753). 

MÁRQUEZ.    AGUSTÍN  ANTONIO  (Jesuíta.) 

225.  Modo  de  Examinar  |  La  Conciencia,  |  Que  se  puede  practicar 
dos  veces  |  al  dia,  según  lo  acostumbran  los  |  Exercitantes  en  la  Santa 
Casa  de  l  Aracceli  de  esta  Ciudad.  |  Y  asimismo,  modo  de  prepararse,  | 
comenzar,  y  finalizar  la  Oración  |  Mental.  |  Dispuesto  |  Por  el  P.  Agus- 
tín Antonio  Mar-  |  quez  de  la  Compañía  de  Jesús.  |  Reimpreso  en  Méxi- 
co, por  los  Here-  |  deros  de  D.  Felipe  de  Zúñiga  y  On-  |  tiveros,  calle 
del  Espíritu  Santo.  | 

ióvo.;  port.  con  grab.  en  la  vta.  y  15  hojs.  s.  n.  con  la  obra. 

226.  M.ODO  de  Examinar  |  La  Conciencia,  |  Que  se  puede  practicar 
dos  ve  I  ees  al  dia,  según  lo  acostumbran  |  los  Exercitantes  en  la  Santa 
Ca-  I  sa  de  Aracceli  de  esta  Ciudad.  |  Y  assimismo,  modo  de  preparar-  ¡ 
se,  comenzar,  y  finalizar  la  |  Oración  Mental.  |  Dispuesto  ¡  Por  el  P.  Au- 
gustin  Antonio  |  Márquez  de  la  Compañia  de  |  Jesús.  |  Reimpresso  en 
México,  por  D.  Fe-  |  lipe  de  Zúñiga  y  Ontiveros,  calle  |  de  la  Palma,  año 
de  1773.  I 

ióvo.;  port.  con  grab.  en  la  vta.  y  15  hojs.  s.  n.  con  la  obra. 

227.  Modo  |  de  Examinar  la  |  Conciencia,  |  Según  se  practica  en  las  | 
Santas  Casas  de  Exercicios.  \  y  |  Asimismo  método  de  prepararse,  |  co- 
menzar y  finalizar  la  Oración  \  mental.  |  Dispuesto.  |  Por  el  P.  Agustín 
Antonio  Márquez  |  de  la  Compañia  de  Jesús.  |  Reimpreso  en  la  Puebla,  | 
En  la  Oficina  de  D.  Pedro  de  |  la  Llosa,  en  el  Portal  de  las  Flores.  |  Año 
de  1784.  I 

ióvo.;  port.  con  grab.  en  la  vuelta  y  15  hojs.  S.  n.  con  la  obra. 

MARTAGÓN.   Fr.   FERNANDO   (Franciscano.) 

228.  ExERCIClos  |  Espirituales  |  para  desagraviar  |  a  María  Santísi- 
ma I  Nuestra  Señora  |  de  los  Dolores.  |  Dispuestos  |  por  el  P.  Fr.  Fer- 
nando Marta-  |  gon  de  la  Regular  Observancia  de  |  N.  S.  P.  S.  Francisco, 
Hijo  de  la  |  Provincia  del  Santo  Evangelio  |  de  México:  J  Quien  lo  dedica 
I  a  la  misma  Santísima  Señora.  |  Con  licencias  necesarias.  |  Impresos  en 
México,  por  Don  |  Mariano  Joseph  de  Zúñiga  y  On-  |  tiveros,  calle  del 
Espíritu  San-  |  to,  año  de  1799.  | 

8vo.;  port.;  1  hoj.  prlr.  s.  n.;  pp.  1  á  208,  la  obra. 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 
172 

MARTIN.    MANUEL 

229.  llrXERCIClO  I  Cotidiano,  |  con  diferentes  |  Oraciones  |  y  |  De- 
vociones I  para  antes  y  después  de  |  la  Confesión  y  Sagrada  |  Comunión. 
I  Se  lia  añadido  ¡  el  Kxercicio  |  Christiano,  |  y  las  Oraciones  |  para  el 
Santo  Sacrificio  |  de  la  Misa.  |  Sacado  de  varios  Autores  |  por  D.  Manuel 
Martin.  |  Reimpreso  |  en  la  Puebla  de  los  Angeles  |  en  la  Oficina  de  D. 
Pedro  de  la  |  Rosa.   Año  de  1785.  | 

Svo.;  port.;  11  hojs.  prls.  s.  11.;   pp,  1  á  170  la  obra. 

MARTÍNEZ.    MIGUEL  ANTONIO  ALONSO  (Clérigo.) 

280.  OFRECIMIENTO  |  de  la  hora  de  la  |  encarnación  |  de  el  |  Verbo 
I  Divino,  I  en  las  entrañas  |  purísimas  de  Nía.  Señora  |  la  Virgen  |  Ma- 
ría I  Por  el  Bachiller  Don  Miguel  |  Antonio  Alonso  Martínez  |  Capellán 
de  el  Santuario  de  |  Nuestra  Señora  de  Guadalupe  |  de  esta  Ciudad  de  la 
Puebla  de  |  los  Angeles.   | 

ióvo.;  port.  y  7  hojs.  s.  n. 

Al  pie  de  la  última  esta  suscripción: 

Reimpressa  en  la  Puebla.  Por  la  |  Viuda  de  Miguel  de  Oitega.  Fn  el  | 
Portal  de  las  Flores.  |  Año  de  1748.  | 

MARTÍNEZ  de  ALFARO.    PEDRO   (Clérigo.) 

'281.  LJia  cinco  I  de  cada  mes,  |  en  obsequio  de  |  Sr.  S.  Fmigdio,  | 
Obispo  de  Ascoli  en  Pisa,  Patrono  ¡  dt  aquella  Santa  Iglesia,  que  fué  |  edi- 
ficada por  Constantino  |  Magno.  |  Compuesto  i  por  el  Br.  D.  Pedro  Mar- 
ti- 1  nez  de  Alfaro,  Clérigo  |  Presbítero  Domiciliario  del  Obis-  |  pado  de 
Michoacan,  Maestro  de  |  Capilla  de  la  Parroquia  de  |  Guanajuato.  |  Re- 
impreso en  México,  por  D.  Fe-  |  lipe  de  Zúñiga  y  Ontiveros,  calle  |  del 
Espíritu  Santo,  año  de  1787.  | 

lóvo.;  port.  con  grab.  en  la  vta.  y  12  hojs.  s.  a.  con  la  obra. 

Sigue  una  estampa  de  San  Felipe  Neri  y  á  su  vuelta  oraciones  en  su  honor  que  ocupan  otra 
hoja  más. 

MARTÍNEZ   LÁZARO  y  REBER.    Dr.  TEODORO  (Clérigo.) 

282.    Véase:  Flogios  fúnebres  al  Obispo  Padilla.  (1763). 

MARTÍNEZ  PACHECO.   DIONISIO 

288.  .Discursos  |  morales  I  sobre  el  engaño  |  de  la  vida,  |  y  desen- 
gaño déla  I  muerte:  |  Dispuestos  en  treinta  |  y  cinco  Dezimas,  |  illustra- 


BIBLIOGRAFÍA  MEXICANA  DEL  SIGLO  Xv'Hl 

173 

das  I  con  todo  genero  de  |  Erudición  Sagrada,  y  Humana,  ¡  Alegorías,  y 
Sentencias  |  provechosas  para  corregir  las  eos-  |  tumbrés,  y  enmendar  la 
vida.  I  Discurridos  |  por  D.  Dionysio  Martínez  |  Pacheco,  de  la  Ciudad 

de  México.  |  Con  las  licencias  en  México.  |  Por  D.  Christoval |  On- 

tiveros.    En  la  calle | 

8vo.;  port.  y  7  hoj.  s.  n. 
(S.  a.  sed  Siglo  XVIII). 

MATEOS  y  HERRERA.    IGNACIO   FERNANDO  iFelipense.) 

234.  V^ULTOS  Sagrados  |  en  debido  reconocimiento  |  del  Santissimo 
Rostro  I  de  Christo,  I  impresso  en  el  velo  de  |  la  Verónica  |  Desahogos  de 
la  Devoción,  en  |  que  por  nueve  dias  se  desagravia  |  á  Jesu-Christo  Señor 
nuestro,  de  |  los  tormentos,  que  padeció  en  |  su  adorable  Rostro  (  Com- 
pvesto  I  por  el  P.  D.  Ignacio  Fernando  Matheos  |  y  Herrera,  Presbytero, 
de  la  Congrega-  |  cion  del  Oratorio  de  N.  1\  |  S.  Phelipe  Neri.  |  Reim- 
presso  en  México:  en  la  Imprenta  |  del  Lie.  1).  Joseph  Jauregui.  Calle  de 
I  San  Bernardo.    Año  de  i  77  i .  | 

ióvo.;  port.  con  grab.  en  la  vta.  y  15  hojs.  s.  n.  con  la  obra. 

ANÓNIMO. 

235.  Véase:  México  Plausible  &.  N?  567.  T?  1?  (171 1). 


MORALES.   Fr.  ANTONIO  de  (Hipólito. 
230.     VÉASE:  Segundo  Quinze  de  Enero  &.  (1730). 

MORENO-    Fr.    FRANCISCO   ^Franciscano.j 

237.     VÉASE:  El  segundo  Quinze  de  Enero  &.  (1730). 


bibliografía  mexicana  del  siglo  XVII i 
175 


N 


NATAL.    P.   ANTONIO  (Jesuíta.) 

23S.  Corona  |  de  las  Virtudes  |  de  |  Maria  |  Santissima,  |  que  se  po- 
drá rezar  todos  los  dias.  |  Sacada  |  del  P.  Antonio  Natal,  |  en  la  segunda 
Parte  de  Caelesti  |  conversatione.  |  A  solicitud  |  del  Br.  D.  Jvan  de  Dios 
I  Fernandez  de  Cosgaya,  Presbytero.  |  Reimpressa  en  México  en  la  Itn-  | 
prenta  del  Lie.  D.  Joseph  de  Jau-  |  regui.  Calle  de  San  Bernardo,  |  año  de 
1774    I 

ióvo.;  port.  y  3  hojs.  s.  n. 

23í).  C^ORONA  ¡  de  las  Virtudes  |  de  |  Maria  |  Santísima,  |  que  se  po- 
drá ofrecer  todos  los  dias.  |  Sacada  |  del  Padre  Antonio  Natal,  en  la  se 
gunda  Parte  de  Ccclisti  \  Conversatione  |  A  solicitud  |  del  Br.  D.  Juan  de 
Dios  Fer-  |  nandez  de  Cosgaya.  Presbytero  |  de  este  Arzobispado.  |  Re- 
impresa en  México,  en  la  Imprenta  |  de  la  Calle  de  San  Bernardo.  |  Año 
de  1786.  ¡ 

l6vo.;  port.  y  3  hjs.  s.  n. 

NIEREMBERG.    P.JUAN    E  USE  BIO  (Jesuíta.) 

240.  Uevocion  I  a  la  Santísima  Vir-  |  gen  Maria  Nuestra  |  Señora, 
I  para  hacerse  uno  su  Esclavo,  |  pagándole  tributo  cada  año,  |  cada  mes, 
cada  semana, cada  |  dia  y  cada  hora.  |  Sacada  del  Devocionario  del  |  San- 
tísimo Sacramento  que  |  compuso  el  R.P.  Juan  Eusebio  |  Nieremberg.de 
la  Compañía  |  de  Jesús,  para  los  Esclavos  y  |  Devotos  de  la  Madre  de  Dios 
I  María  Santísima  bajo  qual  |  quiera  advocación.  |  A  devoción  de  un  Re- 
ligioso humilde  Esclavo  de  la  misma  |  Santísima  Señora.  | 

lóvo.;  port.  1  hoj.  con  grab.  y  10  hojs.  s.  n.  con  la  obra. 
S.  a.  n.  1.  d.  i. 

241.  Libro  de  la  vida  |  Jesús  |  Crrucificado.  |  Impresso  en  Jerusalen  | 
en  la  oficina  del  Monte  Calvario,  cumplidos  treinta,  y  tres  años  de  su  |  edad; 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

176 

á  costa  de  la  Sangre  del  Hijo  |  de  Dios.  |  Brevemente  dispuesto  |  para  que 
se  imprima  en  los  cora-  |  zones  de  todos.  |  Por  el  P.  Jvan  Evsebio  ¡  Nie 
remberg,  de  la  Compañía  [  de  Jesvs.  |  Con  licencia  |  Reimpresso  en  Mé- 
xico por  D.  I  Nicolás  Pablo  de  Torres  en  la  Pía-  |  zuela  de  Jesús  Nazareno 
año  de  |   1754.  | 

ióvo.;  port.  y  31  hjs.  s.  n. 

242.  Devoción  |  y  Novena  |  al  Señor  |  San  Miguel  ¡  Arcange'.  | 
Sacada  |  de  las  Obras  del  Padre  |  Eusebio  Nieremberg  |  Reimpresa  en 
México,  en  la  Oficina  del  Br.  |  Don  Joseph  Fernandez  Jauregui,  calle  de 
I  Santo  Domingo,  año  de   1796    | 

ióvo.;  port.  con  grab.  en  la  vta.  y  15  hojs.  s.  n.  con  la  obra. 

243.  DevoCION  |  y  |  novena  |  al  Señor  |  San  Miguel,  |  Sacada  |  De 
las  Obras  del  Padre  Eusebio  |  Nieremberg.  |  Reimpresa  en  México,  por 
D.  Mariano  |  de  Ztíñiga  y  Ontiveros,  calle  del  Espíritu  (  Santo,  año  de 
i/97-  I 

ióvo.;  port.  con  grab.  en  la  vta.  y  14  hojs.   s.  n.  con  la  obra. 

244.  Devoción  [  A  la  Santísima  |  Virgen  Maiia  J  Nuestra  Señora, 
I  Para  hacerse  uno  su  Esclavo,  pagan-  |  dolé  tributo  cada  año,  cada  mes, 
I  cada  semana,  cada  dia,  y  cada  hora.  |  Sacado  del  Devocionario  del  San 
tísi-  ¡  mo  Sacramento,  que  compuso  el  M.  |  R.  P.  Juan  Eusebio  Nierem- 
berg, I  de  la  Compañía  de  Jesús,  |  Para  los  Esclavos  de  la  Madre  de  |  Dios 
María  Santísima  Señora  nuestra.  |  A  devoción  de  la  Congregación  de  nues- 
|  tra  Señora  de  los  Dolores  del  Real  |  y  minas  de  Pachuca.  |  En  México, 
por  Don  Mariano  de  Zúñiga  y  |  Ontiveros,  calle  del  Espíritu  Santo,  |  año 
de  1799.  I 

lóvo.;  port.;  I  boj.  con  grab.  y  8  hojs.  s.  n.  con  la  obra. 

NIETO.    Fr.   JUAN    (Franciscano.) 

245.  ROSARIO  |  en  veneración  |  de  los  Sagrados  Mysterios  |  de  la 
Vida,  Passion,  y  Muer-  j  te  de  Christo  Redemptor  |  nuestro.  ¡  Sacado  del 
Libro  intitulado  |  Manogito  de  Flores,  |  que  compuso  |  el  R.  P.  Fr.  Juan 
Nieto  j  Religioso  Menor  de  N.  S.  P.  S.  |  Francisco,  en  la  Provincia  de  | 
Santiago.  \  Reimpresso  en  la  Puebla:  En  la  |  Imprenta  de  Christoval  Tha- 
deo  I  de  Ortega  Bonilla.  Año  de  1762.  | 

lóvo.;  port.  con  grab.  en  la  vta.  y  7  hojs.  s.  n.  con  la  obra. 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

177 

246.  IVOSARIO  I  A  los  siete  derramamientos  |  déla  |  Preciossima  San- 
gre I  de  Nuestro  Señor  |  Jesu-Christo,  |  Que  se  compone  de  siete  Mys- 
terios.  I  Devoción  muy  provechosa,  para  que  |  por  medio  de  ella  aplaque 
su  Divina  |  Magestad  la  presente  Epidemia.  |  Sacado  j  Del  Libro  intitu- 
lado Manogito  |  de  Flores,  que  compuso  |  El  R.  P.  Fr.  Juan  Nieto. 

Reimpresso  en  México:  En  la  Imprenta  de  |  la  Bibliotheca  de  los  He- 
rederos del  Lie.  I  D.  Joseph  de  Jauregui.  Calle  de  San  Ber-  |  nardo.  Año 
de  1779.  j 

lóvo.;  port.  con  grab.  en  la  vuelta  y  7  hojs.  s.  n.  con  la  obra. 

ANÓNIMOS. 

247.  INI  OTICIA  practica  |  de  |  los  dos  examenes  |  de  conciencia,  |  Mo- 
do de  oración,  |  y  adiciones,  |  que  N.  P.  |  S.  Ignacio  de  Loyola  |  enseña 
en  el  Libro  de  sus  |  Exercicios.  |  Reimpressa  en  México,  por  D.  Fe-  |  li- 
pe  de  Zuñiga,  y  Ontiveros,  calle  |  de  la  Palma,  año  de  1777.  | 

lóvo.;  port.  y  69  hjs.  s.  n. 

Algunas  hojas  están  picadas  para  poderse  doblar  y  retener  asi  la  clase  y  número,  al  diario,  de 

las  faltas. 


2-18.  JN  OVENA  I  á  I  la  Gloriosa  Se-  |  ñoraSanta  |  Auna  |  Sácala  á  luz 
para  la  publica  |  devoción.  |  Vn  devoto  F^sclavo  suyo.  |  Con  licencia  en 
la  Pue-  I  bla,  en  la  Imprenta  de  j  Miguel  de  Ortega. 

8vo  ;  port.  y  7  hjs.  s.  n. 


249.  JNoVENA  |  á  la  Gloriosa  Madre  |  de  la  siempre  |  Virgen  Maria, 
I  y  abuela  de  Jesús  |  Señora  Santa  ¡  Anua  |  Impressa  á  devoción  de  su 
I  humilde  Esclavo  el  Dr.  |  D.  Manuel  Joseph  de  \  Mendizaval.  |  Reim- 
pressa en  la  Imprenta  de  la  |  Bibliotheca  Mexicana.  Calle  |  del  Empedra- 
dillo.  I 


250.  Novena,  y  semana  ¡  á  la  Gloriosa  Madre  |  de  la  siempre  |  Vir- 
gen Maria,  \  y  abuela  de  Jesús  |  Sra.  Sta.  Anua.  ¡  Dispuestas  |  Por  un 
devoto  amarte-  |  lado  suyo.  |  Reimpresas  en  México,  en  la  Imprenta  de  | 
los  Herederos  del  Lie.  D.  Joseph  de  Jan-  |  regui,  Calle  de  Santo  Domin- 
go, y  Esqui-  |  na  de  la  de  Tacuba.   Año  de  ....   | 

lóvo.;  port. con  grab.  en  la  vuelta;  y  15  hojs.  s.  n.  con  la  obra. 

2-\ 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

i;S 

251.  JN  OVENA  |  á  el  taumaturgo  j  Seraphico  |  S.  Antonio  |  de  Padua. 
|  Sácala  del  Compendio  de  su  |  Vida,  que  escribió  el  P.  Mro.  |  Fr.  An- 
tonio Ambrosio  de  Ha-  |  rada  Moxica,  del  Real,  y  Mili-  |  tar  Orden  de 
Nuestra  Se-  |  ñora  de  la  Merced,  |  Redempcion  de  |  Captivos.  |  Reim- 
pressa  en  México:  En  la  Imprenta  de  los  Herede-  |  ros  de  D.  Maria  de 
Rivera  en  la  ¡  Calle  de  S.  Bernardo.  | 

ióvo.;  port.;  i  hoj.  grab.  y  14  s.  n. 

252.  JN  ovena  I  al  I  Glorioso  martyr  |  S.  Christoval,  |  Abogado  con- 
tra los  Tem-  |  blores,  y  Muertes  |  repentinas.  |  Compuesta  por  un  Sacer- 
dote J  Devoto  suyo.  |  Reimpresa  en  México,  en  la  Impren-  [  ta  de  los 
Herederos  del  Lie.  D.  Jo-  |  seph  de  Jauregui,  en  la  Calle  |  de  San  Ber- 
nardo. I 

l6vo.;  port.  con  grab.  en  la  vta.  y  14  hojs.  s.  n. 

253.  JN  OVENA  I  al  I  Glorioso  martyr  |  S.  Christoval  \  Por  vn  Religio- 
sa \  de  San  Francisco  devoto  |  suyo.  |  Abogado  contra  los  |  temblores,  y 
muertes  |  repentinas.  ¡  Con  licencia  |  En  México,  por  Miguel  de  |  Ribe- 
ra  Calderón.  | 

ióvo.;  port.  y  12  hjs.  s.  n. 

254.  Novena  |  á  S.  Estanislao  |  Kostka,  |  Novicio  de  la  Compañía  | 
de  Jesús,  |  Su  Benjamín,  y  de  toda  la  |  Iglesia,  por  ser  el  Sto.  Con-  |  fe- 
ssor  de  menos  edad,  que  venera.  |  Escrita  |  Por  un  Religioso  de  la  misma 
I  Compañia.  \  Reimpressa  en  la  Imprenta  del  j  Real  Colegio  de  S.  Ilde- 
fonso. [ 

ióvo.;  port.  y  13  hojs.  s.  n. 

255.  1>  OVENÁ  I  al  Glorioso  |  Patriarca  |  San  Felipe  |  Neri,  |  Funda- 
dor I  de  la  I  Congregación  |  del  Oratorio.  |  Reimpresa  en  la  Puebla  en  el 
Portal  I  de  las  Flores.   | 

8vo.;  port.  y  7  hojs.  s.  nr. 

25G.  Novena  |  del  Glorioso  Doctor  |  de  la  Iglesia  |  S.  Geronymo,  \ 
Abogado  contra  las  tentaciones  |  de  la  carne,  y  especial  Protector  |  para 
conseguir  la  virtud  de  |  la  Castidad.  |  Dispuesta  |  por  un  Padre  Sacerdote 
de  la  I  Congregación  del  Oratorio  del  |  Patriarca  S.  Felipe  Neri  de  |  esta 


BIBLIOGRAFÍA  mexicana  DEL  SIGLO  XV 111. 

179 

Ciudad.  I  Reimpressa  en  México,  en  la  Im-   |  prenta  de  D.  Felipe  de  Zú- 
ñiga  I  y  Ontiveros,  en  la  calle  de  la  Palma.  | 

ióvo.;  port.  con  grab.  en  la  vta.  y  10  hojs.  s.  n. 

257.  JN  OVENA  I  a  S.  Ignacio  |  de  Loyola,  |  Patriarcha,  |  y  Fundador 
I  de  la  Compañía  |  de  Jesús.  |  Compuesta  |  por  un  Padre  de  la  misma  | 
Compañía,  j  Reimpressa  en  México,  en  la  Im-  |  prenta  de  D.  Felipe  de 
Zuñiga,  y  |  Ontiveros,  calle  de  la  Palma.  | 

lóvo.;  port.;  con  grab.  en  la  vta.  y  15  hojs.  s.  n. 

258.  Novena  |  a  la  Seraphica  Madre  |  Santa  Theresa  |  de  Jesús,  | 
para  alcanzar  |  por  su  medio,  el  favor  que  se  |  desea  conseguir  de  Dios 
I  Nuestro  Señor.  |  Ordenada  |  por  vn  Religioso  Carmelita  |  Descalzo.  | 
Su  Eminencia,  el  Señor  Cardenal  Don  |  Luis  Manuel  Portocarrero,  Ar- 
zobispo I  de  Toledo,  concedió  cien  dias  de  Indul-  |  gencia  á  los  que  hizie- 
ren  esta  Novena,  |  por  cada  vez  que  la  hizieren.  | 

lóvo.;  port.  con  grab.  en  la  vta.  y  14  liojs.  s.  n. 

259.  JN  OVENA  I  a  I  la  Esclarecida  \  Virgen,  y  Doctora  |  Mystica  | 
Santa  |  Theresa  |  de  Jesvs.  |  Para  alcanzar  por  |  su  medio  singulares  fa- 
vores, de  Dios  I  Nuestro  Señor.  |  Por  vn  devoto  de  la  Santa.  |  Con  licen- 
cia en  México.  Por  los  herederos  [  de  la  viuda  de  Bernardo  Calderón,  y  por 
su  I  original  en  la  Imprenta  nueva  de  Joseph  |  Pérez,  en  la  Puebla  de  los 
Angeles.  | 

8vo.;  port.  y  pp.  1  á  17  la  obra. 

200.  JN  OVENA  I  del  ilustre,  y  esclarecido  |  Apóstol  valenciano  |  Sn. 
Vicente  |  Ferrer,  |  Ángel  del  Apocalipsi,  |  Apóstol  de  Christo,  |  Honra 
de  la  Iglesia  Católica,  |  Luz  del  Mundo,  |  Astro  resplandtciente  del  Cielo 
Dominicano,  |  Segundo  S.  Pablo  en  su  Predicación,  |  y  sin  segundo  en  su 
admirable  Vida,  ¡  y  prodigiosos  Milagros.  |  Dispuesta  |  por  un  Sacerdote 
del  mismo  Orden  |  Reimpressa  en  México,  en  la  Imprenta  de  la  j  Biblio- 
teca Mexicana  del  Lie.  D.  Joseph  de  |  Jauregui.  Calle  de  San  Bernardo.  | 

i6vo.;  port.  con  grab.  en  la  vta.  y  14  hojs.  s.  n.  con  la  obra. 

201.  JN  OVENA  ¡  en  Honrrade  la  Glorio-  |  sa  Santa  Ana,  Madre  de  la 
Dignissi-  j  ma  Madre  de  Dios,  Abuela  del  mis-  |  mo  Señor  humanado,  en 
memoria  |  tierna,  y  afectuosa.  |  De  la  Sagrada  Familia  |  Jesvs,  Maria  Jo- 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

1 8o 

I  seph,  Joachin,  y  |  mi  Señora  S.  Ana.  |  Ofrécela  con  afectvo-  |  so  rendi- 
miento á  los  piadosos  ánimos  |  la  Congregación  de  la  Santissima  |  Virgen 
de  los  Dolores  del  Collegio  |  de  la  Compañía  de  Jesvs  de  San  |  Pedro,  y 
San  Pablo  de  México.  |  Con  liceneia  de  los  Superiores.  |  En  México,  por 
Miguel  de  Ribera  en  |  el  Empedradillo.   Año  de  1701.  | 

8vo.;  portada  y  í < » 1  i «>  1  á  19  vuelta  y  1  hoj.  con  grab. 

262.  JN  OVEN  A  I  del  |  Gloriosissimo  |  San  Nicolás  ¡  de  Tolentino,  | 
Patrón  de  esta  no-  |  bilissima  Ciudad  de  México.  |  Dispuesta  |  por  vn  Sa- 
cerdote de  dicha  Ciu-  I  dad  de  México.  |  Sácala  a  luz  |  la  devoción  de  vna 
Religiosa  Professa  en  el  |  Sagrado  Convento  del  Gloriosissimo  |  Patriar- 
cha,  y  Señor  San  |  Ioseph  de  Gracia.  |  Con  licencia:  En  México,  |  por  los 
Herederos  de  la  Viuda  de  |  Bernardo  Calderón,  año  1703.  | 

8vo.;  port.  con  grab.  en  la  vta.  y  II  liojs.  s.  n.  con  la  obra. 

263.  JN  ovena  I  al  Gloriosissimo  Archi-Levi-  |  ta  Martyr  Romano  é 
Invictissi-  I  1110  Aragonés.  |  S.  Laurencio  |  Dispuesta  por  vn  Sacerdote 
de  este  |  Arzobispado.  ¡  Sale  a  luz  |  a  instancias  de  vna  Señora  Devota 
I  del  mismo  Santo,  de  quien  se  reco-  ¡  noce  con  especialidad  Patrocina- 
da, j  Con  licencia.  |  En  México:  Por  los  Herederos  de  la  |  Viudade  Fran- 
cisco Rodríguez  Lupercio,  |  en  la  Puente  de  Palacio.   Año  de  1708.  | 

8vó.;  pbrt.  con  grab.  en  la  vta.  y  11  hojs.  s.  11. 

'2d4  JN  OVENA  I  del  Glorioso  Doctor  |  de  la  Yglesia  |  S.  Gerónimo  | 
Abogado  contra  las  |  tentaciones  de  la  carne,  y  especial  |  Protector  para 
conseguir  la  |  virtud  de  la  Castidad.  |  Dispvesta  por  vn  P.  Sacerdote  ¡  de 
la  Congregación  del  Oratorio  del  Patriar-  |  cha  S.  Felipe  Neri  de  esta  Ciu- 
dad. I  a  devoción  |  de  la  Madre  Maria  Clara  de  S.  |  Francisco,  |  Portera 
Mayor,  quien  [  la  dedica  á  su  Madre  Santa  |  Pavía.  |  Con  licencia:  En  Mé- 
xico, por  Francisco  de  |  Rivera  Calderón.   Año  de  1708.  | 

8vo.;  portada,  más  20  hojs.  s.  n.  y  1  grabada. 

'-Mío.  JNnYKNA  I  en  culto  de  \  Sta.  Maria  |  Magdalena,  |  Serafín  abra- 
sado I  en  el  diuino  amor,  y  exemplo  |  de  penitencia.  \  Harase,  oíos  nueve 
I  dias  antes  de  su  fiesta,  ó  en  otro  |  qualquier  tiempo  del  |  año.  |  A  devo- 
ción I  de  vna  Religiosa  del  Real  Con-  |  vento  de  Jesvs  Maria  |  de  esta 
Ciudad.  I  Escrita  por  vn  Sacerdote,  devoto  |  de  la  Santa.  |  Con  licencia. 
En  México,  por  Fian-  |  cisco  de  Ribera  Calderón,  año  1708.  | 

Svo.;  port.  y  17  hojs,  s.  n. 


bibliografía  mexicana  del  siglo  xviil 

181 

266.  1\|  OVENA  I  en  Honrra  de  el  |  Glorioso  Obispo  de  Sebaste  |  Sr. 
San  Blas  |  dedícala  |  a  la  Soberana  Reyna  de  los  |  Cielos,  y  Madre  Dolo- 
rosa,  |  y  la  da  á  la  Estampa  la  Madre  |  Ysabel  de  San  Christoval,  Re-  | 
ligiosa  de  su  Convento  de  la  |  Concepción  de  esta  Ciudad  |  de  México. 
|  Con  licencia  de  los  Superiores.  |  En  México,  por  Francisco  de  Ribera  j 
Calderón.  Año  de  171.  i.  | 

8vo.;  port.  y  7  hojs.  s.  11. 

267.  Novena  |  en  evito  de  Santa  |  Maria  |  Magdalena.  |  Seraphin 
abrasado  en  el  divino  amor,  y  |  Exemplo  de  penitencia.  ¡  Haráse,  ó  los 
nueve  dias  antes  de  su  fiesta,  ó  |  en  otro  qualquier  tiempo  del  año.  [  A  de- 
voción de  vna  Religio  |  sa  del  Real  Convento  de  Iesus  Maria  |  de  esta  Ciu- 
dad. I  Escrita  por  vn  Sacerdote,  devoto  de  la  |  Santa.  \  Con  licencia,  en 
México  por  los  Herederos  de  la  Viuda  de  |  Francisco  Rodríguez  Luper- 
cio,  en  la  Puente  de  Palacio.  |  Año  de  17 12.  | 

8vo.;  port.  con  grab.  en  la  vta.  y  15  hojs.  s.  nr. 

268.  ÍN  OVENA  I  de  el  Gloriosissimo  |  Principe  San  |  Miguel.  |  Sácala 
a  luz,  y  la  dedica  |  al  Excmo.  Señor  D.  Fernando  de  Alen-  |  castre,  No- 
roña,  y  Silva,  Duque  de  Linares,  Mar-  |  ques  de  Valdefuentes,  de  Gobea, 
y  Porto  alegre,  |  Co-  |  mendador  mayor  del  Orden  de  Santiago  en  el  Rey- 
no  I  de  Portugal,  Gentil  Hombre  de  la  Cámara  de  su  Ma-  |  gestad,  de  su 
Consejo,  su  Vi-Rey,  Lugar  Teniente,  |  Governador,  y  Capitán  General 
de  esta  |  Nueva-España,  &c.  |  El  Cap.  D.  Estevan  Moreno  |  del  Castillo, 
Alcalde  Mayor  de  las  |  quatro  Villas  del  Marquezado  \  de  Oaxaca.  |  Con 
licencia,  en  México:  |  Por  los  Herederos  de  la  Viuda  de  Fran-  \  cisco  Ro- 
dríguez Lupercio,  en  la  Puente  |  de  Palacio.    Año  de  17 12.  | 

8vo.;  port.  con  grab.  en  la  vta.  y  13  hojs.  s.  n.  con  la  obra. 

269.  JN  OVENA  I  a  la  I  Preciosa  Cordera  |  de  el  Cielo  |  la  Gloriosissi- 
ma  I  Virgen,  y  Martyr  |  Santa  Inés.  |  Dispuesta  |  por  vn  Sacerdote  de 
este  Arcco-  ¡  bispado.  |  Sale  a  luz  |  a  instancias  de  la  M.  R.  Madre  |  Pe- 
tronila de  San  Joseph,  actual  |  Abadesa  de  el  Religiosissimo  Con-  |  vento 
de  Señoras  Religiosas  de  |  Santa  Inés.  |  Con  licencia:  En  México.  |  Por 
la  Viuda  de  Miguel  de  Ribera  ¡  Calderón.    Año  de  171 3.   I 

8vo.;  port.  y  [9  hojs.  s.  n. 

270.  Novenario  |  de  Alabanzas,  |  en  Honrra  de  la  |  Gloriosa  |  San- 
ta Paula,  I  Sacado  |  de  vna  Carta  con  nombre  de  Epita-  |  phio,  en  que  el 


BIBLIOGRAFÍA  MEXICANA  DEL  SIGLO  XVIII. 


Máximo  Doctor  de  |  la  Iglesia  S.  Gerónimo  haze  reía-  |  cion  a  la  Escla- 
recida Virgen  Eusto-  |  quio  de  la  admirable  vida,  y  prodi-  |  giosa  Santi- 
dad de  su  muy  ilustre  |  Madre  Paula.  |  A  devoción  de  vna  amante  |  Hija 
suya,  que  por  el  mismo  titulo  lo  con-  ¡  sagra  á  su  glorioso  Padre  San  | 
Gerónimo.  |  Con  licencia.  |  En  México,  por  Francisco  de  Rive-  |  ra  Cal- 
derón.  Año  de  171 5.  I 

8vo.;  port.  y  II  hojs.  ^.  n. 

271.  NüVEXA  |  del  |  Glorioso  Padre,  |  Doctor,  |  y  luz  de  la  Yglesia 
San  Augustin.  |  Dispuesta,  y  sacada  a  luz  |  por  vn  devoto  suyo.  |  Im- 
pressa  en  Lima,  ¡  y  por  su  original,  |  con  licencia,  en  México:  |  Por  los 
Herederos  de  la  Viuda  de  |  Francisco  Rodríguez  Lupercio,  En  la  |  Puente 
de  Palacio.   Año  de  17 16    | 

8vo.;  port.  y  7  hojs.  s.  n. 


Iesvs  sea  bendito.   Amen.  | 

272.  Novena  j  del  Santo  felicissimo,  y  |  buen  ladrón  |  San  Dimas,  | 
cuya  sagrada,  hermosis-  |  sima  Imagen,  se  venera  en  el  Convento  |  de 
Nuestra  Señora  de  la  Merced,  Re-  |  dempcion  de  Cautivos,  de  la  Puebla 
de  I  los  Angeles,  colocada  en  vna  Capilla  de  |  su  Sagrado  Templo,  que  se 
compuso,  do-  I  ró,  y  adornó,  con  las  limosnas  de  los  |  devotos,  assi  de  den- 
tro, como  de  |  fuera  de  dicha  Ciudad.  |  Dispúsola  |  vn  Religioso  afecto  al 
Santo,  Hijo  del  di-  |  cho  Real  Mercenario  Convento.  |  A  devoción  de  vna 
Reli-  I  giosa,  devota  del  Santo.  |  Impressa  en  la  Puebla.  Y  por  su  Origi- 
nal, en  I  México,  por  Francisco  Rivera  Calderón,  |  en  la  calle  de  S.  Au- 
gustin.  Año  de  1719.  I 

Svo.;  port.  orí.  y  un  grabado  en  su  vta.;  7  hojs.  S.  n.  edil  la  obra. 

NUÑEZ  de  HARO  y  PERALTA.   Mimo.  Sr.  ALONSO  (Clérigo.) 

273.  Nos  El  Dr.  D.  Alonso  Nuñez  de  |  Hato  y  Peralta,  por  la  Gra- 
cia de  Dios  I  y  de  la  Santa  Sede  Apostólica  Arzobispo  |  de  México,  Ca- 
ballero Gran  Cruz  Prelado  |  de  la  Real  y  Distinguida  Orden  Española  | 
de  Carlos  Tercero,  del  Consejo  de  S.  M.  &c.  | 

4to.;  sigue  inmediatamente  el  texto  contenido  en   15  pp.  nrs. 

El  contenido  es  interesante  y  por  ello  se  reproduce  á  continuación. 

A  nuestros  muy  amados  venerables  Hermanos  el  Dean  y  Calíllelo  de  nues- 
tra Santa  Iglesia  Metropolitana:  al  Abad  y  Cabildo  de  la  Insigne  y  Real 
Colegiata  de  nuestra  Señora  de  Guadalupe:  d  nuestros  Provisores,  Vicarios 


-■/■kíMÉS    ;  -y^% 


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PSAATTOAPOSTOLD0ESUCHRTSTQ   % 

.Thomas;con  quanfas  razones  deues*  ser 
particular  protectora e. éstas  arnericaspu: 
estu/uiste  el  señalado detulíiumo  Amaestro 
ifsegunsus  tradiciones;  para  anunciar  en  e 
Llaslaley  de Grac ia_y  con cjuant ajusticia 
ieuenlosAmericanos  serte  amartela: 
dos  afectos.  Yn te  rcede  con  Dios  allá 
,enel  Cielo  por  los  cjue  vinimos  en. 

itngsXe  Suelojy  cjue  nos  conceda  le  conosctm]  * 
Je    Amemo^yíe  yirvamos  Amen 


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>'¿??ra  Caí 


Escalerillas  cs#exño.c¿JSJir 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 
183 

generales  de  Españoles  é  Indios:  á  los  Vicarios  foráneos:  á,  los  Curas  y  de- 
más Clérigos  de  qualquiera  orden  que  sean:  á  los  RR.  PP.  Prelados  de  las 
Ordenes  Regulares:  á  los  Superiores  y  Superioras  de  todos  los  Conventos, 
Colegios  y  Hospitales;  y  á  todos  los  Fieles  de  ambos  sexos  de  esta  Ciudad  y 
Arzobispado  de  qualquier  grado,  dignidad,  calidad,  estado  y  condición  que 
sean,  salud,  paz  y  gracia  en  N.  S.  J.  C. 

Hacemos  saber,  que  en  la  solemne  Festividad  de  la  milagrosa  Apari- 
ción de  Maria  Santísima  de  Guadalupe,  que  se  celebró  en  su  Insigne  y 
Real  Colegiata  el  dia  12  de  Diciembre  del  año  anterior  de  1794,  predicó 
un  Sermón  el  P.  Dr.  Fr.  Servando  Mier,  de  esta  Provincia  de  Santiago  de 
Predicadores,  en  que  oponiéndose  á  la  recibida  y  autorizada  tradición 
de  dicha  Santa  Imagen,  publicó  una  nueva  y  fingida  Historia,  en  que 
asentó  haberse  estampado  en  la  Capa  de  Santo  Tomás  Apóstol,  viviendo 
aun  en  carne  mortal  la  Santísima  Virgen,  con  otras  muchas  proposiciones 
impías,  errores  y  fábulas  indignas  de  aquel  santo  lugar,  hasta  haber  afir- 
mado que  este  Santo  Apóstol  dexó  ocultas  las  Imágenes  del  Santo  Chris- 
to  de  Chalma,  de  nuestra  Señora  de  los  Remedios,  y  otras  que  se  veneran 
en  el  Reyno,  con  lo  que  quedó  escandalizado  todo  el  Público.  Y  respecto 
á  que  este  Sermón  se  predicó  en  nuestra  presencia,  y  aun  asistiendo  tam- 
bién el  Exmo.  Señor  Virrey,  la  Real  Audiencia,  los  demás  Tribunales,  y 
el  mas  crecido  y  numeroso  concurso;  y  á  que  por  razón  de  nuestro  minis- 
terio nos  incumbe  proveer  el  oportuno  remedio  en  estos  casos,  conforme 
á  lo  dispuesto  por  el  Santo  Concilio  de  Trento  en  la  Sess.  5.  Cap.  2  de 
Reformatione,  y  en  la  25  en  el  Decreto  de  Invocatione,  Veneratione,  &  Reli- 
quiis  Sanctorum,  &  Sacris  Imaginibus,  fulminamos  inmediatamente  Cau- 
sa de  oficio,  en  que  prohibimos  al  P.  Mier  el  uso  de  las  licencias  de  predicar 
y  mandamos  que  exhibiese  el  referido  Sermón  para  examinar  su  doctrina 
con  la  atención  y  cuidado  que  demanda  la  gravedad  de  la  materia.  Y  ha- 
biendo exhibido  varios  apuntes,  porque  dixo  no  tener  literalmente  escrito 
el  Sermón  según  lo  habia  predicado,  y  ocurrido  después  como  Partes  el 
Venerable  Cabildo  de  dicha  Insigne  y  Real  Colegiata,  y  la  Real  Congre- 
gación de  la  misma  Señora  fundada  en  ella,  pidiendo  se  declarasen  por 
impías,  falsas  y  temerarias  las  proposiciones  que  vertió  el  Predicador,  y 
que  se  diese  una  satisfacción  pública,  nombramos  por  Censores  á  los  Se- 
ñores Doctores  y  Maestros  Don  Joseph  Uribe,  y  Don  Manuel  de  Omaña, 
Canónigos  Penitenciario  y  Magistral  de  nuestra  Santa  Iglesia  Metropoli- 
tana, y  Catedráticos  de  Sagrada  Escritura  y  Vísperas  de  Teología  de  esta 
Real  y  Pontificia  Universidad,  y  por  Promotor  Fiscal  de  la  Causa  al  Doc- 
tor D.  Joseph  Nicolás  de  Larragoiti  Cura  de  la  misma  Santa  Iglesia,  Abo- 
gado de  esta  Real  Audiencia,  y  Catedrático  de  Vísperas  de  Leyes  de  la 
propia  Universidad.  Así  formalizada  la  Causa,  exhibió  después  el  P.  Mier 
otros  muchos  apuntes,  con  un  Sermón  que  dixo  haber  sacado  fielmente 
de  su  memoria,  y  al  tenor  preciso  del  que  predicó  en  el  Pulpito;  y  decía- 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII 


ró  también,  que  el  cuerpo  de  la  Historia  que  publicó,  lo  sacó  de  una  Obra 
manuscrita,  que  se  intentaba  dar  á  luz  con  e!  título  de  Clave  general  de 
Geroglíficos  Americanos,  cuyo  autor  era  el  Lie.  Don  Ignacio  Borunda 
Abogado  de  esta  Real  Audiencia.  Y  deseando  instruir  plenamente  el  Ex- 
pediente con  quanto  pudiera  conducir  para  calificar  la  verdad,  pasamos 
Oficio  al  Exmo.  Señor  Virrey  para  que  compeliese  á  dicho  Licenciado  á 
entregar  su  Obra  con  cuantos  papeles  y  documentos  tuviese  conducentes 
al  asunto:  y  habiéndolo  así  executado  con  declaración  que  hizo  de  no  re- 
servar alguno,  se  pasaron  todos  á  los  Señores  Censores  para  su  califica- 
ción. Estando  la  Causa  en  este  estado,  hizo  ocurso  el  P.  Mier  a  nuestro 
Tribunal,  y  también  al  Venerable  Cabildo  de  la  dicha  Insigne  y  Real  Co- 
legiata, en  que  se  retractó  de  la  doctrina  que  predicó,  confesando  llana- 
mente sus  errores,  pidiendo  perdón  de  ellos,  y  ofreciendo  dar  la  satisfac- 
ción que  se  juzgase  conveniente,  y  aun  componer  é  imprimir  una  Obra 
contraria  á  su  Sermón,  cuya  retractación  ratificó  judicialmente,  declarando 
haberla  hecho  de  su  libre  y  espontánea  voluntad,  y  movido  solo  de  haber 
conocido  su  yerro,  por  haberse  impuesto  bien  en  la  materia.  En  vista  de 
todo,  y  después  de  otros  trámites,  los  dichos  Señores  Censores  nos  expu- 
sieron su  dictamen,  en  que  con  la  mas  juiciosa  crítica,  con  la  erudición 
mas  profunda,  y  con  la  instrucción  mas  completa  de  las  reglas  Teológicas, 
Historia  Sagrada  y  Profana,  de  la  particular  de  esta  América,  y  de  los  so- 
lidísimos fundamentos  que  apoyan  la  recibida  tradición  de  Nuestra  Seño- 
ra de  Guadalupe,  demostraron  los  muchos  errores,  blasfemias,  milagros 
supuestos,  delirios  y  ridiculas  fábulas  que  contienen  el  Sermón  del  P.  Mier 
y  la  Clave  general  del  Lie.  Borunda,  y  nos  consultaron,  que  declarándolo 
así,  tomásemos  las  providencias  convenientes  para  evitar  que  se  propa- 
guen semejantes  especies  con  detrimento  de  la  piedad  christiana.  Y  dada 
vista  al  citado  Promotor,  apoyó  el  mismo  dictamen,  y  demostrando  con 
fundamentos  legales  tener  estado  los  autos  para  su  determinación,  conclu- 
yó pidiendo  nos  conformásemos  en  todo  con  lo  consultado  por  los  Seño- 
res Censores,  con  otras  providencias  que  promovió  concernientes  á  la  na- 
turaleza y  circunstancias  de  la  Causa.  En  esta  virtud,  y  considerando  que 
la  piadosa  y  recibida  tradición  de  la  Imagen  de  Maria  Santísima  de  Gua- 
dalupe, según  se  refiere  uniformemente  en  las  muchas  Historias  de  ella  y 
Sermones  que  corren  impresos,  y  se  ha  conservado  y  conserva  con  exac- 
titud en  la  memoria  de  todos  los  Fieles  de  esta  América,  aun  del  mas  rudo 
vulgo,  desde  el  año  de  1531.  en  que  se  verificó  su  milagrosa  Aparición, 
obtiene  tan  distinguido  lugar  entre  las  tradiciones  eclesiásticas,  pues  se 
halla  comprobada  con  una  Información  jurídica,  que  con  citación  Fiscal  y 
demás  formalidades  de  Derecho  se  recibió  en  el  año  de  1666  por  ante  qua- 
tro  Capitulares  de  nuestra  Santa  Iglesia,  como  Jueces  Comisionados  para 
ella,  en  que  de  común  acuerdo  declararon  el  milagro,  y  la  creencia  de  los 
años  anteriores  mas  de  veinte  Testigos,  y  entre  ellos  algunos  de  ochenta, 


BIBLIOGRAFÍA  mexicana  DEL  SIGLO  XI  III 

185 

deciento  y  mas  años,  que  recibieron  esta  verdad  de  los  mismos  que  vivian 
al  tiempo  del  milagro,  y  aun  de  aquellos  por  cuyo  medio  se  obró,  la  que  se 
presentó  en  la  Sagrada  Congregación  de  Ritos,  según  atestigua  el  Autor 
Italiano  Anastasio  Nicoceli  en  su  Relación  de  dicha  Santa  Imagen  impre- 
sa en  1681.  Lo  está  también  por  muchos  papeles  y  documentos  que  paran 
en  el  Archivo  de  dicha  Real  Colegiata,  y  prueban  la  creencia  del  milagro 
y  mucha  veneración  que  se  ha  tenido  siempre  á  esta  Santa  Imagen  desde 
la  época  de  su  milagrosa  Aparición,  pues  consta  que  desde  ella  se  le  co- 
menzó á  fabiicar  el  primer  Templo,  á  que  se  conduxo  de  esta  Ciudad  en 
26  de  Diciembre  de  1533:  que  en  1562  otorgó  una  Escritura  de  reconoci- 
miento de  cierto  censo  á  su  favor  Martin  de  Aranguren,  Mayordomo  que 
fue  de  nuestro  Illmó.  y  Venerable  antecesor  el  Señor  D.  Fr.  Juan  de  Zu- 
márraga,  y  que  en  1629  en  la  general  inundación  que  padeció  esta  Ciudad 
se  traxo  en  canoa  desde  Guadalupe  á  nuestra  Santa  Iglesia  Catedral,  co- 
mo el  mas  seguro  refugio  á  que  acudieron  los  Mexicanos  en  aquel  conflicto; 
fuera  de  otras  pruebas  y  argumentos  que  resultan  de  dichos  documentos. 
Lo  está  igualmente  por  las  muchas  Historias  impresas,  Sermones  y  Libros 
de  piedad  que  sucesivamente  y  con  absoluta  uniformidad  se  han  estado 
dando  á  luz  desde  el  año  de  1648,  á  mas  de  otras  manuscritas  que  se  han 
perdido  por  injuria  de  los  tiempos,  y  de  que  hay  moral  certidumbre,  pues 
D.  Fernando  de  Alva,  que  nació  por  los  años  de  1570,  en  la  Relación  que 
dio  de  dicha  Santa  Imagen,  asegura  que  la  trasladó  de  unos  papeles  muy 
antiguos  y  curiosos  de  un  Indio,  como  atestiguan  el  Padre  Florencia,  Si- 
guenza,  Miguel  Sánchez  y  Luis  Becerra  Tanco,  que  escribieron  por  esta 
Relación,  asegurando  el  primero  haberla  visto  y  tenido  en  su  poder.  Lo 
está  así  mismo  por  la  común,  uniforme  y  univeisal  creencia  de  todos  los 
Fieles  de  esta  América,  autorizada  con  la  veneración  y  exemplo  de  todos 
nuestros  dignos  y  sabios  antecesores  y  demás  Prelados  sufragáneos,  de  los 
Fxmós.'  Señores  Virreyes  y  Magistrados,  de  todos  los  Eclesiásticos  Secu- 
lares y  Regulares,  y  de  la  Nobleza  y  Plebe;  pues  todos  han  tributado  y 
tributan  á  esta  Imagen  y  á  su  milagrosa  Aparición  el  culto  más  sumiso 
y  la  devoción  mas  tierna,  sólida  y  reverente,  la  qual,  no  quedando  ceñida 
á  este  Continente,  se  ha  extendido  á  la  otra  América  y  á  nuestra  antigua 
España,  en  donde  es  casi  igual  la  veneración,  y  aun  se  ha  propagado  á  la 
Italia,  Flándes,  Alemania,  Austria,  Bohemia,  Baviera,  Polonia,  Irlanda  y 
Transilvania,  pues  en  todos  estos  países  se  venera  la  Imagen  de  Guadalu- 
pe de  México,  en  todos  corren  y  se  leen  Relaciones  impresas  del  milagro, 
sin  que  hasta  ahora  haya  habido  Autor  alguno,  Nacional  ó  Extrangero, 
que  haya  osado  impugnarlo  públicamente;  manifestándose  en  esto  una  ad- 
mirable providencia  del  Altísimo,  que  ha  contenido  la  mordaz  y  temera- 
ria crítica  de  los  Filósofos  del  siglo.  Lo  está  por  el  notorio  zelo  y  esfuerzos 
con  que  nuestros  piadosos  antecesores  han  promovido  los  cultos  de  esta 
Santa  Imagen,  pues  todos  sin  excepción  desde  el  otado  Y.  Señor  Zuma 

24 


bibliografía  mexicana  del  siglo  xviil 

i  86 

rraga  se  han  empeñado  en  dar  pruebas  de  su  creencia,  tierno  amor  y  ve- 
neración, dexando  todos  diversos  monumentos  de  su  piedad  en  su  Santua- 
rio y  aun  fuera  de  él.  Y  lo  está  finalmente  por  la  suprema  autoridad  de 
la  Iglesia,  pues  habiéndose  solicitado  que  la  Santa  Sede  concediese  para 
el  día  doce  de  Diciembre  Misa  y  Rezo  propio  de  la  Aparición  de  dicha 
Santa  Imagen,  y  habiéndose  examinado  primera  y  segunda  vez  el  punto 
por  la  sabia  Congregación  de  Ritos  con  todo  el  rigor  y  severidad  que  acos- 
tumbra, y  habiéndolo  ademas  examinado  por  sí  mismo,  leyendo  quantas 
Historias  y  documentos  se  presentaron,  el  Señor  Benedicto  Catorce,  cuya 
profunda  erudición,  sabiduría  y  circunspección  en  materia  de  Milagros, 
manifestada  en  sus  inmortales  escritos,  es  bien  notoria  á  todo  el  Orbe,  que- 
dó tan  íntimamente  persuadido  de  la  verdad  de  la  tradición,  que  se  hizo 
cordial  devoto  de  Nuestra  Señora  de  Guadalupe,  y  concedió  la  Misa  pro- 
pia y  Rezo,  en  que  se  hace  mención  de  ella  en  las  Lecciones  del  segundo 
Nocturno,  aplicándola  en  el  tercero  un  pasage  el  mas  alusivo  á  este  favor, 
y  elogiándola  en  algunas  de  sus  Antífonas,  especialmente  en  aquella  en 
que  comparando  esta  América  con  las  demás  Naciones,  resuena  desde  el 
alto  Solio  del  Vaticano,  que  Maria  Santísima  NON  FECIT  TALITER  OMNI 
NATIONI.  Con  presencia  de  todo  esto  y  de  otros  muchos  fundamentos, 
y  considerando  por  otra  parte  que  los  argumentos  de  que  se  han  valido, 
así  el  P.  Mier  en  su  Sermón,  como  el  Lie.  Borunda  en  su  Clave  para  la 
nueva  y  fingida  Historia  que  han  querido  atribuir  á  esta  Santa  Imagen, 
se  hallan  destituidos  de  toda  calificación,  autoridad,  apoyo  y  fundamento, 
y  no  exceden  los  términos  de  delirios  y  fábulas,  sin  tener  siquiera  alguna 
verisimilitud  probable,  ó  visrs  de  ella;  y  habiendo  también  consultado  con 
otros  varios  Sugetos  Teólogos  y  Juristas  solicitando  el  mejor  acierto  en 
esta  grave  é  importante  materia,  proveímos  Auto  en  21  del  corriente  Mar- 
zo, en  que  fuera  de  otras  providencias  que  dimos  tocantes  á  las  circuns- 
tancias de  la  Causa,  declaramos  por  falsa,  apócrifa,  impía  é  improbable  la 
Historia  de  la  Imagen  de  nuestra  Señora  de  Guadalupe  que  predicó  el  ci- 
tado P.  Mier,  y  que  por  tanto  contiene  su  Sermón  una  doctrina  escanda- 
losa, agena  del  lugar  sagrado  en  que  se  publicó,  injuriosa  á  gravísimos 
Autores  Españoles  y  Kxtrangeros,  fomenta  la  inflación  y  arrogancia  del 
propio  juicio  contra  los  preceptos  Apostólicos,  perturba  la  devoción,  reli- 
gión y  piedad,  combatiendo  una  tradición  constante,  uniforme  y  universal, 
por  lo  ménc  s  en  esta  América,  y  calificada  como  piadosa  por  la  Silla  Apos- 
tólica. Así  mismo  declaramos  por  igualmente  falsos  y  fabulosos  los  suce- 
sos, prodigios  y  milagros  que  el  dicho  Lie.  Borunda  refiere  en  su  Obra 
concernientes  al  establecimiento  de  la  Iglesia  en  esta  América,  y  especial- 
mente los  que  dicen  relación  á  la  referida  Imagen  de  Guadalupe;  y  para 
evitar  que  estas  fábulas  y  supuestos  milagros,  que  carecen  de  toda  califi- 
cación y  aun  de  verisimilitud,  se  propaguen  con  perjuicio  de  la  piedad  chris- 
tiana,  retuvimos  la  indicada  Obra  para  que  se  guarde  en  el  Secreto  de 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

187 

nuestro  Archivo  con  la  correspondiente  Nota,  y  prohibimos  á  los  Predica- 
dores que  en  sus  Sermones  prediquen  dichas  especies,  y  con  particularidad 
las  que  tocan  á  dicha  Santa  Imagen,  mandando  que  antes  bien  exhorten 
á  los  Fieles  á  que  se  mantengan  en  la  dicha  constante  y  autorizada  tradi- 
ción, hablando  en  su  apoyo  con  todos  los  fundamentos  que  hallen  condu- 
centes, y  que  por  el  general  escándalo  que  el  citado  Sermón  ha  causado 
en  todo  el  Reyno,  se  publicase  esta  determinación  por  Edicto,  que  se  lea  en 
un  dia  festivo  inter  Missarum  solemnia  en  nuestra  Santa  Iglesia  Metro- 
politana, en  la  de  la  dicha  Insigne  y  Real  Colegiata,  y  en  todas  las  demás 
de  esta  Ciudad  y  Arzobispado,  y  que  se  dirija  un  exemplar  á  todos  los 
Illmós.  Señores  Obispos  sufragáneos  de  esta  Provincia  para  que  lo  hagan 
circular  en  sus  respectivas  Diócesis,  si  lo  estimaren  conveniente. 

Por  tanto,  y  deseando  que  esta  determinación  tenga  su  mas  puntual  y 
cumplido  efecto,  mandamos  expedir  el  presente  para  que  todos  lo  Fieles 
queden  entendidos  de  ella,  y  les  exhortamos  y  encargamos  con  todo  el 
esfuerzo  y  persuasión  de  nuestro  ministerio  Pastoral,  á  que  se  conserven 
en  la  devota  creencia,  constante  y  apoyada  tradición  que  tenemos  de  la 
Portentosa  Imagen  de  Maria  Santísima  de  Guadalupe,  sin  dar  lugar  á  no- 
vedades perniciosas  que  entivian  y  retraen  de  la  piedad  y  religión  con  que 
todos  la  han  venerado  hasta  aquí,  y  del  culto  que  la  han  tributado  en  su 
Santo  Templo:  prohibimos  absolutamente  á  los  Predicadores,  así  Secula- 
res como  Regulares,  que  puedan  predicar  contra  ella,  y  les  mandamos  que 
antes  bien  exhorten  á  su  creencia,  y  que  se  imprima  y  publique  este  Edic 
to  en  la  forma  prevenida,  y  después  se  fixe  en  los  sitios  acostumbrados,  y 
se  pasen  los  exemplares  necesarios  con  las  Cordilleras  y  Oficios  correspon- 
dientes. Dado  en  esta  Ciudad  de  México,  firmado  de  Nos,  sellado  con  el 
Sello  de  nuestras  Armas,  y  refrendado  del  infrascrito  nuestro  Secretario 
de  Cámara  y  Gobierno,  á  25  de  Marzo  de  1795. — Alonso  Arzobispo  de  Mé- 
xico.— Por  mandato  de  S.  Exá.  el  Arzobispo  mi  Señor. 

Gran  resonancia  tuvo  en  toda  la  colonia  el  acontecimiento  que  relata  la  Pastoral  del  Sr.  Arzo 
hispo  de  México;  y  el  ligero  é  iluso  predicador  pagó  bien  caro  su  candidez  y  credulidad. 
Veamos  como  refiere  él  mismo  lo  acaecido  y  lo  que  después  sucedió: 

Mi  sermón  se  reduce  á  decir  que  la  imáyen  de  Guadalupe  habia  tenido 
culto  en  el  cerrillo  de  Tepeyácac,  llamado  por  eso  touantziii,  ó  de  nues- 
tra madre  y  Señora,  desde  que  Qetzalcohuaü  (que  quiere  decir  Santo  To- 
mas, y  los  indios  le  llaman  también  Santo  Tomé,  como  los  del  oriente)  les 
habia  anunciado  el  Evangelio.  Quizá  los  cristianos  la  escondieron  del  fu- 
ror de  los  apóstatas,  quando  la  persiguió  cruelmente  Huemac  rey  de  Tu- 
la, y  la  virgen  apareciendo  á  Juan  Diego  en  1531,  envió  su  antigua  imagen 
al  Obispo,  mandando  reedificarle  su  templo  etc.,  conforme  á  la  tradición. 

Todo  lo  dicho  estaba  desenvuelto  en  una  obra  del  Licenciado  Borunda 
Abogado  y  anticuario  megicano  intitulada:    Clave  general  de  geroglíficos, 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XI  u i 
[88 

americanos  escrita  con  ocasión  de  tres  monumentos  escavados  en  la  pla- 
za mayor  de  Mégico,  y  en  obsequio  á  la  invitación  hecha  á  tos  america- 
nos por  reciente  Real  orden  espedida  á  instancia  de  la  real  Academia  de 
la  historia  para  escribir  sobre  sus  antigüedades.  Se  deseaba  tener  medios 
para  imprimirla  y  para  conseguirlos  escitando  la  curiosidad  pública,  se  so- 
licitó predicase  yo  el  antecedente  análisis.  No  tuve  tiempo  de  leer  la  obra 
de  que  solo  recibí  algunos  apuntes;  pero  se  me  aseguró,  tanto  que  las  prue- 
bas eran  incontrastables  aunque  para  exhibir  toda  su  fuérzase  necesitaba 
toda  la  extensión  de  la  obra,  que  fué  sorprendida  mi  sencillez  y  buena  fe. 
Huic  uni  forstitam  potui  sucumbere  culpae. 

No  piense  VS.  que  esto  lo  anuncié  como  cierto.  A  mas  de  advertir  que 
no  negaba  las  apariciones  de  la  Virgen,  ni  me  oponía  á  la  tradición  primi- 
tiva y  genuina,  hice  desde  el  principio  esta  protesta:  "Sujeto  mis  propo- 
siciones á  la  corrección  de  los  sabios.  A  algunos  parecerán  estiañasjpero 
"á  mi  me  parecen  probables,  y  á  lo  menos  si  me  engaño,  habré exitado  la 
"decidía  de  mis  paysanos  para  que  probándomelo,  aclaren  mejor  la  ver- 
"dad  de  esta  historia,  que  no  cesan  de  criticar  los  desafect  s,  y  entonces 
"mas  gustoso  yo  veré  destruidas  todas  mis  pruebas,  de  que  ahora  solo  pue- 
"do  exhibir  algunas,  consultando  á  la  brevedad  é  inteligencia  de  la  mayor 
"parte  del  auditorio." 

Tampoco  pailí  tan  de  ligero  que  no  consultase  mi  sermón  antes  de  pre- 
dicarlo con  algunos  doctores  hábiles;  pero  tuve  la  desgracia  de  que  me  ani- 
masen prometiéndome  sus  plumas  y  aun-sus  bolsas  para  entrar  en  la  lidá 
mi  favor.  Debo  decir  en  disculpa  nuestra,  que  creyendo  la  tradición  como 
la  creiamos,  no  podíamos  menos  de  adoptar  el  sistema  propuesto,  pues  á 
no  ser  verdadero,  la  tradición  Guadaiupana  es  evidentemente  una  fábula 
mitológica,  porque  es  la  misma  historia  de  la  antigua  Tonantzin  que  los 
indios  veneraban  en  Tcpeyácac  desde  los  tiempos  de  Qnetzalcohiialt,  como 
es  fácil  colegirlo  reuniendo  lo  que  cuentan  de  ellaTorquemada  y  Becerra. 
Ni  dudo  que  el  indio  D.  Antonio  Valeriano  inventor  de  la  historia  de  Gua- 
dalupe se  propuso  por  obgeto  persuadir  que  la  imagen  era  la  misma,  co- 
mo lo  probaré  adelante.  Y  prescindiendo  hoy  de  la  verdad  de  la  tradición 
de  Guadalupe,  y  de  lo  que  prediqué,  creo  todavía  que  la  madre  del  ver- 
dadero Dios  en  megicano  Tezenfeotenantzin  tuvo  antiguamente  culto  en 
Tepeyácac  en  una  imagen  muy  semejante  á  lo  menos.  Así  lo  han  sentido 
autores  megicanos  respetables,  cuyos  MSS.  se  guardan  y  leen  en  Mégico 
con  aprecio.    Exhibiré  las  razones  á  su  tiempo. 

Por  ahora  ¿cree  VS.  que  por  tal  sermón  merecía  yo  perder  enteramente 
honor,  pati  ia,  bienes  y  liberta  i  ?J  Ah  Señor  una  es  la  causa  que  suena  y  otra 
la  verdadera  Suena  la  negativa  de  la  de  tradición,  pero  nada  es  mas  co- 
rriente en  Mégico  que  el  que  el  Arzobispo  es  uno  de  los  incrédulos  La 
causa  verdadera  es  que  mi  sermón  supone  necesariamente  la  predicación 
del  Evangelio  antes  de  la  conquista.    Aunque  apoyada  en  gravísimos  do- 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

189 

cimientos  y  sostenida  por  gravísimos  autores  aun  Arzobispos  y  Obispos 
de  América,  siempre  ha  incomodado  al  común  de  los  españoles,  porque 
creen  que  perjudica  á  su  gloria  Apostólica  y  porque  se  han  hecho  del  evan- 
gelio un  título  de  dominio,  contra  la  intención  de  su  autor:  gratis  accepis- 
tis,  gratis  date:  ecce  enim  maces  vestra  multa  est  i  11  codo. 

Por  tanto,  pues,  apenas  me  oyó  el  Arzobispo  aseverar  una  especie  que 
allá  solo  se  permite  á  sombra  de  tejado,  quando  juró  mi  pérdida  con  su 
acostumbrada  caridad  episcopal,  sino  que  como  guerrero  ejercitado  en  per- 
der americanos,  lejos  de  manifestar  un  verdadero  punto  de  ataque  que  hu- 
biera hecho  mi  causa  general,  pues  los  americanos  no  dudamos  de  dicha 
predicación,  para  acometerme  aislado  sorpiendió  á  mis  paysanos  por  el 
flanco  débil  de  su  tradición  favorita.  Yo  habia  predicado  el  viernes  12  de 
Diciembre  en  el  Santuario,  y  en  ese  dia  por  considerarse  al  pueblo  en  ro- 
mería muy  raro  es  el  sermón  en  Mégico;  pero  el  domingo  infraoctavo  son 
casi  tantos  como  los  pulpitos,  y  el  Arzobispo  envió  orden  á  las  iglesias 
para  que  todos  sus  oradores  predicasen  contra  mí  por  haber  negado  la 
tradición  de  Guadalupe.  Mil  tamborileros  de  bonete  y  chirimiteros  de  ca- 
pilla ejecutaron  á  un  tiempo  las  ordenes  de  su  tamboi  mayor,  y  resultó  el 
tolle  correspondiente.  Gracias  á  la  dulzura  natural  de  aquel  pueblo,  á  la 
estimación  en  que  yo  estaba,  y  á  la  reclusión  voluntaria  que  guardé  en  mi 
convento,  si  todo  paró  en  una  inmensa  habladuría.  La  medida  para  exi- 
tarla  y  motivar  un  pioceso,  era  tan  infalible,  que  á  las  ocho  y  media  de  la 
mañana  del  mismo  domingo,  es  decir,  antes  que  resultase  el  escándalo, 
pues  á  esa  hora  aun  no  se  habia  predicado  ningún  sermón,  ya  se  me  pidió 
el  mió,  y  me  intimó  la  suspensión  de  predicar,  á  tiempo  que  iba  á  hacer- 
lo en  la  iglesia  de  las  Capuchinas. 

Después  de  este  pregón  temerario  no  debe  V.  S.  esperar  ningún  paso 
legal.  Se  comenzó  por  encerrarme,  y  aunque  obgeté  luego  los  privilegios 
de  la  orden  mi  Provinci.il  era  un  turris  cbitrnca,  bebedor,  enemigo  mió 
particular  y  general  de  los  americanos,  como  el  Arzobispo,  con  quien  es- 
taba de  acuerdo.  Recurrí  á  éste  pidiendo  se  me  oyese,  y  la  respuesta  fué 
privarme  de  libros,  tintero,  papel  y  comunicación,  conminándome  con  se- 
vero castigo  si  volvía  á  escribir  mas  en  mi  dcfei  sa.  Se  saquearon  todos 
los  papeles  de  mi  celda  y  hasta  de  mis  escritorios  para  privarme  de  to- 
dos mis  documentos  y  defensas;  y  á  fuerza  de  violencias  y  de  engaños, 
prometiéndome  cortar  el  asunto  si  suscribía  a  una  sumisión,  firmé  una  en 
que  mi  Provincial  puso  que  habia  errado  y  pedia  humildemente  perdón: 
y  aunque  yo  entendía  esto  de  prudencia  ó  de  historia  inconexa  con  el  dog- 
ma, tuve  la  precaución  de  añadir  (pie  daba  el  paso  por  no  poder  sufrir  mas 
la  prisión.  Se  me  mandó  firmar  otra  retractación  para  el  Cabildo  de  Gua- 
dalupe; peí  o  al  Canónigo  que  vino  a  avisarme  lo  complacidos  que  que- 
daban (porque  secretamente  estaban  á  mi  favor)  advertí  era  solo  condi- 
cional caso  de  cumplírseme  lo  prometido 


bibliografía  mexicana  del  siglo  xvm. 

190 

Todo  era  nulo  en  sí,  pero  no  se  buscaba  sino  un  pretexto  con  que  pa- 
liar ante  el  público  la  falta  de  audiencia.  Guando  conocí  la  fraude,  intenté 
interponer  recurso  de  fuerza  ante  la  Real  Audiencia;  pero  no  logré  mas 
que  duplicar  el  rigor  de  mi  prisión.  En  fin  el  Arzobispo  dispensó  que  se 
trabajase  el  Domingo  til  Pasione  del  año  de  1795  por  el  piadoso  objeto 
de  imprimir  contra  mí  un  libelo  infamatorio  con  el  nombre  de  edicto.  Así 
llaman  allá  á  las  cartas  pastorales  para  que  hasta  los  nombres  sean  usur- 
pados; y  el  dia  de  la  Encarnación  se  publicó  en  todas  las  iglesias  de  Mé- 
gico  inter  Missarum  solemnia.  Hace  saber,  dice,  que  el  Dr.  Fr.  Servando 
Teresa  de  Mier  de  la  Provincia  de  Dominicos  de  Mégico  negó  en  el  día 
12  de  Diciembre  de  1794  la  tradición  de  Guadalupe  y  las  apariciones  de 
Nuestra  Señora  de  los  Remedios,  del  Señor  de  Chalina  y  otras  imágenes 
del  reyno,  con  otros  errores  (como  si  estos  lo  fuesen,  Teológicos  se  supo- 
ne): que  la  tradición  de  Guadalupe  consta  de  informaciones  hechas  el  añ  > 
de  1666,  en  que  declararon  mas  de  veinte  testigos  que  trataron  y  cono 
cieron  á  las  personas  que  intervinieron  en  el  milagro;  y  que  por  tanto  la 
imagen  es  conocida  y  venerada  en  España,  Italia,  Francia,  Holanda,  Ale- 
mania, Austria,  Baviera,  Prusia,  Sajonia,  etc. :  que  habiendo  mandado  exa 
minar  el  sermón  por  dos  canónigos  de  (quienes  exhibe  los  perifollos  como 
si  siempre  valiesen  lo  que  significan),  contenia  según  ellos  errores,  blas- 
femias, impiedades,  delirios  y  fábulas  sin  sombra  de  verosimilitud  alguna: 
esta  descarga  alude  sin  duda  á  la  predicación  del  Evangelio,  que  para  los 
españoles  es  blasfemia  é  impiedad;  pero  lo  mas  gracioso  es  que  los  dichos 
censores  aunque  hicieron  algunas  escaramusas  escolásticas  con  que  con- 
tentar ásu  comitente,  reasumieron  su  dictamen  afirmando  que  nada  habria 
reprensible  en  el  sermón,  si  no  se  hubiese  negado  en  él  la  tradición  de 
Guadalupe.  A  esta  negativa,  que  se  dispensaron  de  probar,  porque  la  su- 
ponen clara,  dijeron  que  se  podia  aplicar  la  censura  que  en  una  real  orden 
publicada  por  el  Ministro  Risco  se  habia  dado  contra  el  célebre  Dr.  Fe- 
rreras  por  haber  negado  la  tradición  del  Pilar,  pues  sin  duda  ambas  tra- 
diciones son  iguales.  Y  sin  mas  ni  mas  el  edicto  desenraja  toda  la  ensarta 
de  desatinos  de  algún  covachuelo  ignorante  vomitó  contra  aquel  sabio  his- 
toriador, diciendo  que  la  negativa  de  Guadalupe  era  subversiva  de  la  pie- 
dad, contraria  á  la  devoción  de  toda  la  Europa  (v.  g.  Constantinopla),  in- 
juriosa á  la  silla  Apostólica,  á  gravísimos  autores  españoles  y  extranjeros 
etc.  Que  se  habia  sacado  la  historia  de  los  papeles  de  un  indio  (grande 
autoridad);  y  que  habiendo  sido  las  actas  examinadas  dos  veces  (ni  una 
tampoco)  por  la  silla  Apostólica,  resonó  desde  el  alto  solio  del  vaticano 
que  11011  fecit  taliter  otnni  nationi.  Manda  que  no  hablen  de  los  principios 
de  la  Iglesia  americana  como  el  Padre  Mier  y  el  licenciado  Borunda  (Jio- 
copiis),  y  que  todos  crean  y  sostengan  con  todas  sus  fuerzas  la  tradición 
piadosa,  etc. 

Ecce  nunc  adisti  blasfemias.   Este  círculo  de  necedades  supersticiosas  se 


BIBLIOGRAFÍA  MEXICANA  DEL  SIGLO  XVÍJL 
191 

mandó  publicar  en  todas  las  iglesias  del  Arzobispado  eu  un  dia  festivo 
inter  Misarum  solemnia,  se  envió  á  los  obispos  sufragáneos  para  que  así 
lo  hiciesen  publicar  en  su  diócesis,  como  lo  ejecutaron,  excepto,  el  del  Nue- 
vo Reyno  de  León  mi  patria,  por  ser  allí  mi  familia  la  primera  del  reyno, 
y  estar  enlazada  con  toda  la  nobleza.  Se  reimprimió  aparte  en  quadernos 
para  venderlos,  y  al  cabo  se  insertó  en  la  gazeta.  Se  recurrió  á  la  univer- 
sidad para  que  me  borrase  de  la  lista  de  sus  doctores  Teólogos,  lo  que 
se  negó  á  hacer  hasta  que  le  mostrase  la  heregía  en  que  hubiese  incurri- 
do. Se  pidió  también  á  la  Inquisición  tomase  conocimiento  del  asunto, 
lo  que  era  regular  hubiese  admitido,  poique  ya  en  uno  de  aquellos  pane- 
gíricos que  leen  desde  el  pulpito  á  los  de  la  media  naranja,  se  habia  cri- 
minado á  un  pintcr  el  haber  dicho  que  la  imagen  está  llena  de  defectos  de 
pintura,  como  en  efecto  es  verdad.  Pero  ei  inquisidor  mayor  era  mi  pa- 
riente, y  suplió  el  parentesco  sensuum  deféctui  por  responder  que  el  asun- 
to no  pertenecia  á  la  fe. 

Preguntará  VS.  ¿de  donde  provino  tanto  furor?  De  qué  pasiones  en- 
contradas se  hallaron  en  un  mismo  punto.  Los  criollos  sabiendo  que  el 
Arzobispo  no  se  para  en  barras  contra  el  americano,  que  coje  entre  manos 
hasta  confundirlo  con  el  polvo,  se  daban  priesa  á  sacarle  todas  las  medi- 
das de  ruido  y  terror  que  podia  dar  de  sí  su  poder  espiritual,  para  afian- 
zar su  tradición  y  cerrar  la  boca  á  los  Europeos;  y  estos  sin  creer  aquella, 
gritaban  mas  alto  para  que  no  se  oyese  la  especie  incómoda  de  la  predi- 
cación del  Evangelio  anterior  de  la  conquista.  Añadióse  que  yo  sobresalía 
un  poco  dentro  y  fuera  del  claustro,  especialmente  en  el  pulpito,  y  aca- 
baba de  predicar  con  sumo  aplauso  estampando  en  la  gazeta  la  oración 
fúnebre  de  Hernán  Cortés  en  la  traslación  de  sus  huesos  de  San  Francisco 
á  un  mausoleo  de  mármol  en  su  iglesia  de  Jesús,  ó  por  mejor  decir,  en  su 
primer  entierro.  Con  esto  mezcló  en  la  escena  el  monstruo  de  la  envidia 
y  acabó  de  dar  fuego  á  la  mina,  cuya  explosión  me  ha  arrojado  hasta  la 
Península. 

A  otro  dia  de  la  publicación  del  edicto,  es  decir,  el  dia  27  de  Marzo, 
viernes  de  Dolores,  después  de  las  once,  en  que  la  Real  Audiencia  habia 
entrado  en  vacaciones  de  Semana  Santa,  para  tomarse  tiempo  de  frustrar 
la  apelación  si  la  iterponia,  se  me  intimó  la  sentencia  de  diez  años  de  des- 
tierro á  España,  reclusión  todo  ese  tiempo  en  el  convento  de  las  Caldas, 
que  está  en  un  desierto  cerca  de  Santander,  y  perpetua  inhabilidad  para 
toda  enseñanza  pública  en  cátedra,  pulpito  y  confesionario.  A  tal  huracán 
tal  ruido.  Desde  luego  VS.  ve  que  no  solo  es  tan  ilegal  como  injusta  la 
sentencia,  sino  nula  por  contraria  á  los  privilegios  de  regulares  y  á  las  le- 
yes de  indias,  que  mandan  guardárselos  conforme  al  concilio  de  Trento. 
Este  (Sess.  25  de  Reformatione)  solo  concede  á  los  Obispos  proceder  en 
derecho  contra  un  predicador  excento,  caso  de  predicar  heregías,  y  á  mí 
ni  en  la  censura,  ni  en  el  edicto,  ni  en  el  pedimento  fiscal  se  me  acusaba 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

192 

de  ellas,  ni  era  posible  porque  todo  el  sermón  versaba  sobre  puntos  de  he- 
cho inconexos  con  el  dogma.  La  heregía  estaría  en  la  censura,  porque 
conforme  al  axioma  Teológico  de  Ricardo  de  S.  Víctor,  "tan  heregía  es 
negar  que  es  de  fe  lo  que  no  lo  es."  La  atiocidad  de  la  sentencia  resalta 
mas  quando  se  considera  que  el  Arzobispo  acababa  de  publicaren  su  edic- 
to que  yo  me  habia  retractado  voluntariamente,  pedido  humildemente 
perdón,  y  ofrecido  toda  satisfacción,  y  aun  la  de  escribir  c  imprimir  á  mi 
costa  una  obra  contraria  á  mi  sermón.  Ex  ore  tito  te  judico,  serve  tiequam. 
Si  hice  todo  eso,  que  es  mas  de  lo  que  pudiera  y  debiera  pedirse  en  un 
punto  de  hecho  indiferente  á  la  religión,  ¿cómo  me  vienen  aplicando  una 
pena  que  apenas  el  tribunal  exhorbitante  de  la  Inquisición  aplicaría  á  un 
herege  convencido  de  tal?  Y  esto  después  de  haber  arruinado  mi  honor 
nominativamente  con  un  edicto  tan  escandaloso,  ó  por  mejor  decir,  con  un 
libelo  tan  infamatorio?  Y  todavía  dice  el  fiscal  que  esto  se  hacia  por  pie- 
dad en  atención  á  todo  lo  dicho  y  á  tres  meses  de  prisión?  Conque  yo  lo 
que  merecía  era  la  horca,  poique  solo  eso  faltaba.  ¿No  es  este  el  odio  y 
el  fanatismo  en  delirio? 

Confiscada  mi  biblioteca,  cuando  yo  tenia,  y  hasta  mis  ínfulas  doctora- 
les, para  costear  mi  depoi tacion,  el  domingo  de  Ramos  28  de  Marzo  se 
me  sacó  con  tropa  á  las  tres  y  media  de  la  mañana  de  mi  Convento  para 
Veracruz,  y  aunque  llegamos  de  noche  y  sonaba  un  Norte  terrible,  allá 
peligrosísimo,  se  me  embarcó  para  el  castillo  de  San  Juan  de  Ulúa,  donde 
se  me  depositó  en  un  calabozo,  con  las  miomas  prohibiciones  de  tintero, 
papel  y  comunicación.  Allí  estuve  muy  enfermo  dos  meses,  mientras  que 
se  armaba  la  maroma  en  España,  á  donde  llegué  en  28  de  Julio  bajo  par- 
tida de  registro,  seco,  enjuto  y  bien  acondicionado,  aunque  se  me  habia  em- 
barcado convaleciente  de  fiebre.  El  Prior  de  Santo  Domingo  á  donde  se 
me  llevó,  tuvo  la  caridad  de  responder  que  no  podía  hacerse  cargo  de  mí, 
si  no  se  le  daba  orden  de  tenerme  preso:  esto  era  pedirla;  vino  al  mes  y 
se  cumplió. 

Yo  habia  tenido  la  benditez  de  creer  que  bastaba  representar  por  la  vía 
reservada  la  ilegalidad,  injusticia  y  nulidad  visible  de  la  sentencia,  para 
que  se  me  mandase  ir  ante  el  Consejo  de  Indias,  como  pedia,  y  quedé  muy 
sorprendido  quando  se  me  respondió  que  obedeciese  al  Arzobispo  en  ir  á 
á  las  Caldas,  y  á  los  dos  años  recordase  mi  pretensión  por  mano  del  pre- 
lado local.  Esto  no  era  mas  que  guarda  tiempo  á  estilo  de  corte,  como  lo 
he  visto  después,  porque  los  agentes  del  Arzobispo  habian  maniobrado 
con  el  oficial  del  negociado  de  Mégico.  El  Arzobispo  habia  enviado  in- 
formes reservados  al  Rey,  al  General  de  mi  orden  y  al  Prior  de  las  Caldas 
(que  por  ficción  de  derecho  es  el  Provincial  de  los  Dominicos  de  Castilla), 
como  practican  los  poderosos  siempre  que  han  cometido  una  injusticia  cho- 
cante. Pero  por  si  no  estaba  bien  recomendado,  el  covachuelo  de  mi  asun- 
to desprendió  de  los  autos  el  famoso  edicto,  y  lo  envió  al  Prior  de  las  Cal- 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 
193 

das,  para  que  aquellos  frayles  mentecatos  me  tuviesen  por  un  monstruo, 
especialmente  no  habiendo  estado  en  América  para  convencer  hasta  donde 
puede  llegar  el  despotismo  y  ferocidad  de  sus  mitrados.  Así  fué  que  ha- 
biendo llegado  á  las  Caldas  en  25  de  Diciembre  del  mismo  año  (preso 
siempre  y  con  orden  de  no  tocar  en  Madrid)  aunque  la  sentencia  no  era  mas 
que  de  reclusión  en  el  convento,  y  odiosa  sint  restriiigenda,  y  yo  fui  el  res- 
tringido y  archivado  en  un  depósito  de  ratas  que  me  comieron  el  sombre- 
ro, y  yo  les  escapé  á  fuer  de  un  palo  con  que  estaba  armado  dia  y  noche. 

Mi  causa  es  tan  disparatada  que  yo  esperaba  salir  presto,  por  medio  de 
mis  cartas  á  Madrid,  de  Ur  Caldcorum,  donde  todo  se  reducía  á  quatro  ó 
cinco  frayles  simples  solicitantes,  tres  pájaros  dignos  de  jaulas,  y  otra  fa- 
milia semejante  en  castigo.  Pero  advirtiendo  que  andaban  entre  ellos  las 
especies  de  mis  cartas,  averigüé  que  abrían,  leian  y  enviaban  á  su  Pro- 
vincial, segundo  tomo  del  de  México.  Entonces  vi  que  no  habia  otro  con- 
sejo á  tomar  que  el  del  evangelio:  cum  persecuti fuerint  vos  &c,  y  dejando 
una  carta  en  verso  ad fratres  in  eremo,  me  di  á  la  estampa.  Pero  á  pocos 
pasos,  como  los  daba  apostólicamente  incertos  quo  fatajcrrcnt,  sin  viático, 
y  bajo  una  cubierta  conocida,  el  códice  extraviado  fué  restituido  al  archi- 
vo. No  obstante,  habia  escrito  ya  á  un  agente  de  Madrid,  y  representando 
igualmente  el  Provincial  al  Rey  que  no  habia  en  aquella  casa  recado  su- 
ficiente contra  un  criminal  tan  tremendo,  se  me  trasportó  á  San  Pablo  de 
Burgos. 

Aquí  hallé  un  Prior  racional,  quanto  puede  serlo  un  Dominico  de  Cas- 
tilla, según  les  he  tentado  la  ropa;  el  qual  no  solo  conoció  el  exceso  de  los 
Caldeos,  y  me  dejó  libre  en  el  convento,  sino  que  viéndome  siempre  en- 
fermo por  el  rigor  del  invierno,  empeñó  á  la  hermana  del  Ministro  Lla- 
guno  su  penitente,  para  que  se  me  trasladase  á  clima  mas  análogo,  acom- 
pañando yo  al  empeño  una  representación.  Obligado  mi  amigo  el  cova- 
chelo  á  dar  cuenta,  respondió  que  yo  comia  demasiada  pimienta;  como  si 
hallarse  sin  honor,  sin  patria,  sin  bienes,  sin  libertad  y  sin  salud,  fuese  al- 
gún sorbete  refrigerante. 

Fué  necesario  aguardar  que  se  cumpliesen  los  dos  años  de  la  Orden 
Real,  y  recordé  mi  pretensión  por  mano  del  Prelado  local.  Se  contestó  pi- 
diéndole un  informe  reservado.  Este  caballero  oficial  no  calcula  mal.  Un 
animalito  de  las  Indias  vestido  de  fino  entre  borregos;  con  algunas  ideas 
liberales  entre  vivientes  del  siglo  XIV,  que  se  desgañifan  ergotizando  so- 
bre algunos  párafos  metafísicos  de  Aristóteles;  con  alguna  educación  y  fi- 
nura propias  de  un  sujeto  de  la  primera  nobleza  entre  pobres  campesinos 
que  tienen  por  irreligiosidad  comer  con  cubierto,  y  solo  han  aprendido  á 
ponerse  y  quitarse  la  Capilla,  y  dar  gritos  en  solfa;  no  puede  menos  que 
chocar  y  atraerse  un  informe  correspondiente.  Por  fortuna  el  prior  es  de 
una  familia  regular  y  hombre  de  bien:  el  informe  fué  muy  bueno,  y  tal  la 
sorpresa  de  mi  covachuelo  de  ver  frustrado  su  ardid,  que  hace  ocho  meses 

25 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 
194 

se  ha  encerrado  en  la  cartuja.  Yo  pienso  que  por  la  prepotencia  de  los 
agentes  arzobispales  hay  aquí  gato  encerrado,  y  el  gato  es  de  dinero.  Ma- 
lum  signum,  como  decia  Don  Quixote,  porque  contra  este  género  de  ani- 
males, no  hay  flechas  en  mi  carcax.  Dios  lo  remedie,  pues  puedo  decir 
como  el  Profeta:  "Circundederunt  me  undique.  et  non  eratqui  adjuvaret. 
Respiciens  eram  ad  adjutorium  hominum,  et  non  erat.  Memoratus  sum  mi- 
sericordia tuae,  Domine."  (Cartas  del  Dr.  Fr.  Servando  Teresa  de  Mier  al 
Cronista  de  las  Indias  Dr.  D.  Juan  Bautista  Muñoz.  &.&.  Monterrey,  1887.) 

Como  el  predicador  hubiese  basado  toda  su  teoría,  cual  él  mismo  hemos  visto  lo  confiesa, 
en  un  escrito  del  Lie.  Borunda,  he  creído  conveniente  darlo  á  conocer  á  la  generalidad  de  los 
estudiosos  y  eruditos  y  á  la  vez  otro  atribuido  á  D.  Carlos  de  Sigüenza  y  Góngora,  con  el  cual  se 
encalabrinó  los  sesos  el  mencionado  Borunda. 

El  publicar  la  compilación  del  Sr.  Lie.  D.  José  Fernando  Ramírez,  servirá  también  para  en- 
derezar el  torcido  criterio  de  muchos  que  aun  sueñan  con  la  predicación  del  apóstol  Sto.  Tomás 
en  América. 

Doy  las  gracias  debidas  á  mi  buen  amigo  el  Sr.  Lie.  D.  \lfredo  Chavero  quien  puso  á  mi  dis- 
posición tan  precioso  Códice  y  me  permitió  imprimirlo. 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

195 


QUAD. 


DE   LOS   AUTOS 

FORMADOS  SOBRE  EL  SERMÓN  QUE  PREDICÓ  EL  P*  D™ 
SERVANDO  DE  MIER  DEL  ORDEN  DE  ST?  DOMINGO  EN 
LA  INSIGNE  Y  RL  COLEGIATA  DE  NRA.  S**  DE  GUA- 
DALUPE   EL  DÍA   12  DE  DIZIEME    DE   1794. 


Contiene  este  qnad"° 

La  obra  manuscrita  compuesta  por  el  Licdo.  Dn.  Ignacio  Borunda  con 
el  título  de  Clave  General  de  Geroglíficos  Americanos,  la  qual  se  ha  acumu- 
lado á  estos  autos,  como  incidente  á  dho.  sermón,  por  haber  sacado  de  ella 
el  predicador  las  especies  que  contiene. 


bibliografía  mexicana  del  siglo  xvin. 
196 

Clave  General  de  Geroglíficos  Americanos, 

resultada  de  combinación  del  alegórico  y  compuesto  idioma  mexicano,  con 
propriedades  de  cuerpos  naturales,  que  en  él  se  contienen,  monumentos 
explicados  por  el  mismo,  costumbres  de  la  nación  en  que  permanece,  y  de 
otra  á  que  se  asoció,  y  con  tradiciones  de  ambas  en  sentido  figurado,  co- 
municadas eti  los  años  primeros  de  su  conversión  al  cristianismo  que  ha- 
bían abrazado  desde  el  tiempo  de  la  nueva  Ley  y  después  abandonaron. 
Lo  advierte  Don  Joseph  Ignacio  Borunda,  antes  Colegial  dotado  en  el 
R.  de  la  Purísima  Concepción  de  Celaya,  después  en  el  de  San  Ildefonso 
de  México,  y  actual  del  Ilustre  de  Abogados. 


Contra  las  señales  propias  desconocidas,  es  gran  remedio  el  conocimiento 
de  idiomas. 

S.  Agust.  Lib.  2o.   de  Doct.  Crist.  Cap.  1 1°.  ,  Edic.  Rom.  ryjj.  (*) 


Exmo.  Señor, 

La  Real  confianza  depositada  en  la  persona  de  V.  Exa.  para  Gobierno 
de  este  reino,  ocasiona  mi  rendida  súplica  dirigida  á  que  V.  Exa.  se  digne 
presentar  áS  M.  (O.  D.  G.),  la  actual  clave  producida  de  la  observación 
de  treinta  y  dos  años1  en  los  principios  que  concuerda. 

Para  disipar  los  principales  errores  que  he  advertido  en  el  propio  espa- 
cio, como  originados  de  escritos  del  Siglo  décimo  sexto  y  copiados  hasta 
nuestros  días,  ha  precidido  reconocimiento  de  impresos  formados  ya  por 
tradiciones  comunicadas  á  voz  viva,  especialmente  en  idioma  de  mexica- 
nos y  en  los  años  primeros  de  su  conversión,  ya  por  manuscritos  en  el  pro- 
pio y  algunos  en  el  castellano,  ya  por  pinturas  que  presentaban  los  mismos, 
con  explicación  escrita,  ó  en  uno  ó  en  otro  Idioma.  No  ha  sido  menor  el 
de  documentosarchivados,  unos  en  Parroquias  antiguas,  otros  en  oficinas  de 
Tribunales  y  otros  entre  títulos  adquisitivos  desde  aquel  Siglo,  de  estan- 
cias y  Heredades,  ni  omitida  la  conformidad  de  varios  de  estos  últimos, 
aún  en  vistas  legales  con  monumentos  permanentes,  de  los  que  comun- 
mente se  escribió  su  distintivo  en  aquel  idioma,  entonces  dominante  y  na- 
tural de  los  Intérpretes  que  asistían  á  los  españoles. 

(*)  Cuando  el  año  1895  buscaba  en  el  archivo  de  la  Colegiata  de  Guadalupe  noticias  y  docu- 
mentos para  formar  la  I?  Parte  del  Albina  GuaJalupano,  descubrí  el  ras.  de  la  "(lave  de  Bo- 
runda"  que  se  creía  perdido;  más  tarde,  el  Señor  Duque  de  Loubat  pidió  copia  de  él,  la  que  se 
le  remitió  y  lo  publicó  en  edición  privada,  el  año  1S98  en  Roma  apud  Juan  Pascal  Scotti. 

Las  ediciones  de  este  señor  las  poseen  solamente  las  grandes  bibliotecas,  los  sabios  y  ciertos 
privilegiados  sujetos.  Yo,  al  hacer  ésta,  quiero  circule  en  manos  de  todos  los  estudiosos. — N.  León. 
I  Desde  1759. 


BIBLIOGRAFÍA  mexicana  DEL  SIGLO  XV III. 

197 

Si  tal  identidad,  indubitable  por  ocular,  se  coteja  con  frasismos  nacio- 
nales contenidos  en  las  historias  en  que  ya  se  solicita  discernir  la  verdad 
por  averiguación  de  geroglíficos,  según  Real  Cédula  de  veinte  y  dos  de 
Diciembre,  del  año  mil  setecientos  y  noventa,  varios  de  aquellos  resultan 
erróneamente  escritos  y  que  los  idiomas  regionales  examinados  por  su 
composición  y  raíces  descubren  el  sentido  figurado  aún  de  los  principales 
peñascos  excavados  en  el  año  de  aquella  Real  solicitud  y  en  su  consecu- 
tivo. El  concuerda  con  la  topografía  mexicana,  intacta  en  los  escritos,  con 
costumbres  de  las  dos  más  numerosas  y  antiguas  naciones  de  Nueva  Es- 
paña, y  con  los  demás  principios  de  ésta  clave,  que  á  más  de  la  notorie- 
dad en  los  que  asienta,  se  halla  calificado  por  Párrocos,  de  los  mas  exper- 
tos en  el  genio  é  idiomas  de  ambas  naciones,  para  bien  de  nuestra  Sagrada 
Religión,  de  la  Monarquía  y  del  Estado,  ó  fines  que  no  desmerecerán  la 
sabia  aceptación  de  V.  Exa.  y  el  alto  aprecio  de  la  Real  Corona. 


BIBLIOGRAFÍA  MEXICANA  DEL  SIGLO  XVlll. 


Señor, 

Por  la  unión  de  principios  que  hice  presentar  al  Virrey  de  V.  M.  en  es- 
ta Nueva  España,  formaba  clave  demostrativa  de  frecuentes  y  sustanciales 
errores  que  observaba  entre  impresos  y  manuscritos  del  Siglo  décimo  sex- 
to, y  manifestativa  de  la  topografía  mexicana,  intacta  en  los  mismos  escri- 
tos, cuando  se  expidió  la  soberana  solicitud  de  V.  M.,  á  instancia  de  la  Real 
Academia  de  Historia,  para  que  por  Geroglíficos  se  averigüe  la  verdad  de 
la  antigua,  ó  anhelo  que  justamente  supone  alterado  el  sentido  de  las  prin- 
cipales memorias  escritas  desde  aquel  Siglo. 

Ellas  aparecen  faltas  de  cronología  y  de  geografía  y  de  la  lima  del  idio- 
ma que  al  ingreso  de  la  Nacional  Española  en  este  Continente,  ministró 
verbalmente  muchas  de  sus  tradiciones. 

Mas,  habiéndose  excavado  en  el  año  mil  setecientos  y  noventa,  dos  de 
los  tres  principales  monumentos,  fielmente  copiados  en  esta  clave,  el  pri- 
mero resulta  instruyendo  la  fundación  de  esta  ciudad  de  México,  no  sólo 
datada,  sino  expresiva  del  establecimiento  de  sus  antiguas  contribuciones, 
lugares  'y  genealogía  de  sus  fundadores,  y  juntamente  de  la  situación  y 
causas  destructivas  de  la  Capital  antigua:  el  segundo,  hallado,  la  cronolo- 
gía universal  desde  la  creación  del  Mundo  hasta  el  año  cinco  mil  doscien- 
tos y  ochenta,  con  motivo  de  la  data  de  su  toma  en  la  del  terremoto  más 
memorable  á  tiempo  de  eclipse  solar;  y  el  tercero,  encontrado  en  el  de  no- 
venta y  uno,  la  dedicación  del  principal  Adoratorio  de  la  misma  ciudad 
con  su  data  respectiva. 

Por  ordenación  de  eclipses  centrales  de  sol  en  sentidos  lunisolares  de  á 
seiscientos  años,  y  por  revoluciones  de  cometas  en  cada  setecientos  y  veinte, 
advierte  tal  cronología  sucesos  notables,  comunes  los  unos  al  género  hu- 
mano, y  peculiares  otros  á  las  Naciones  para  quienes  se  figuró,  y  entre 
ellos  sus  establecimientos  postdiluvianos,  cercanos  á  esta  ciudad  y  separa- 
dos en  tiempo  y  lugares;  instruyendo  juntamente,  habitado  el  Continente, 
antes  de  aquella  época  de  general  inundación,  y  ministrando  principios  de 
la  ley  natural,  y  la  Religión  Cristiana  revelada  á  nuestro  primer  Padre,  co- 
municante de  ella  á  su  posteridad,  con  las  señales  verificadas  á  tiempo  de 
la  destrucción  de  aquella  Capital. 

Así  lo  dictan  las  memorias  symbolizadas  en  propiedades  de  cuerpos  na- 
turales, y  por  medio  de  Idioma  en  que  dominan  las  alegóricas,  comunes 
á  las  antiguas  asiáticas,  cuando  las  de  América  no  se  han  podido  averiguar 
por  fragmentos  de  pinturas,  ya  truncas  y  ya  alteradas. 

Pero  la  configuración  de  los  peñascos,  se  manifiesta  de  fe  publica  huma- 
na, tanto  en  su  abultada  magnitud  esculpida,  cuanto  en  el  lugar  de  gene- 
ral concurso,  actual  y  antiguo,  donde  se  han  encontrado.  Por  no  avernos 
dejado  los  naturales  del  Siglo  décimo  sexto,  regla  general  para  inteligen- 
cia de  los  geroglíficos  de  que  usaban  hasta  el  tiempo  de  su  conquista,  se 


BIBLIOGRAFÍA  MEXICANA  DEL  SIGLO  XVIII. 
199 

solicita,  cuando  la  luz  que  se  sospechaba  comprendida  en  algunos  impre- 
sos y  manuscritos,  se  halla  también  apagada  por  casi  innumerables  errores 
literales  de  su  idioma,  y  con  la  ignorancia  de  sentido  del  nuestro,  en  los 
que  escribieron  por  el  castellano,  y  ánimo  de  datación  en  otros,  heredita- 
rio hasta  hoy. 

Como  los  principios  de  esta  clave  descubren  con  su  concordancia,  ver- 
dades envueltas  en  monumentos  y  tradiciones  anotadas  en  ellos,  y  si  se  aco- 
moda á  otras  naciones  de  América,  se  encontrarán  las  mismas  verdades 
generales,  sucesos  peculiares  de  cada  una,  propiedades  y  secretos  de  sus 
territorios;  por  todo  la  presenta,  con  humilde  rendimiento  á  V.  M.  Sobe- 
rana, á  quien  Dios  guarde  los  muchos  años  que  ha  menester  la  Cristiandad. 

Señor 
El  ínfimo  vasallo  de  V.  M. 


Naturaleza  de  los  peñascos  esculpidos. 

i?  No  son  ya  desanimadas  memorias  como  las  escritas  desde  el  Siglo 
décimo  sexto,  faltas  unas  de  sentido  y  alteradas  otras,  sino  dibujadas  por 
idioma  de  la  Nación,  tratada  entonces  de  Mexicana,  las  que  presentan  tres 
bien  abultados  volúmenes  figurados  en  roca  opaca,  que  con  su  magnitud 
trina  en  ancho,  grueso  y  largo,  y  con  la  gravedad  específica  ó  peso  pecu- 
liar de  su  dureza,  están  dictando  haberse  elegido  tales,  tanto  para  recuer- 
do de  los  sucesos  que  mencionan,  cuanto  para  que  su  natural  permanencia 
advirtiese  á  los  venideros  el  lugar  de  donde  fueron  impelidos.  Ellos  no 
producen  con  ácido,  hervor  en  sus  recientes  quebraduras,  aunque  puedan 
haberlo  apuntado  en  su  tez  ó  superficie,  cubierta  en  mas  de  dos  y  medio 
Siglos,  por  tierra  de  osamentas  calizas  en  su  naturaleza.  La  de  los  peñas- 
cosos volúmenes  es  igual  á  la  de  la  mayor  prominencia  de  la  serranía  de 
nuestro  Sur,  donde  su  núcleo  desnudo,  aparece  más  opaco  como  expuesto 
al  viento,  sol  y  lluvia,  y  que  por  muchos  días  conserva  alguna  irregular 
nevada.  A  tal  roca  se  trata  también  de  arenosa  por  su  principal  basa  ó 
principio  compositivo  común  al  de  la  amoladera,  que  es  la  arena,  de  que 
no  sólo  se  manifiestan  bancos  ó  capas  horizontales  en  el  corte  vertical  de 
la  misma  serranía,  sino  que  se  anotó  también  nacionalmente  en  una  desús 
colinas  ó  alturas  de  segundo  orden,  en  lo  interno  (1),  la  amoladera  (2),  á 
la  población  (3),  distinguida  entre  quienes  no  son  naturales,  por  San  Ge- 
rónimo, de  barranca  abundante  en  ella,  cuyo  compuesto  es  de  arena  (4) 
en  piedra  (5). 

Lugar  de  donde  vinieron. 

De  aquella  altura  expuesta  y  dominante  á  esta  ciudad  situada  como  á 
cuatro  leguas  por  su  visual  dirección,  resultan  venidos  estos  y  otros  mu- 
(1)  co;  (2)  texalíi;  (3)  texalco;  (4)  xa/U;  (5)  tet/. 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 


chos  peñascos  sobre  que  se  estableció  su  centro,  dictándolos  impelidos, 
tanto  la  igualdad  de  naturaleza  con  los  permanentes  en  la  elevación  de  la 
Serranía  y  los  monumentos  volcánicos  que  conserva,  unos  en  sus  haldas 
y  basa  y  otros  en  sus  cumbres,  cuanto  los  geroglificos  de  los  mismos  pe- 
ñascos; sin  vestigio  en  costumbres  nacionales,  de  máquina  con  que  pudie- 
ra haberlos  dirigido  la  industria,  y  habiendo  costado  más  de  un  mil  pesos 
á  esta  Santa  Iglesia  Catedral,  la  condución  del  segundo  hallado,  desde  el 
lugar  de  su  invención,  por  espacio  de  .  . .  (hueco  en  el  original)  hasta  el  pié 
de  una  de  sus  torres,  donde  permanece,  y  cuando  el  estado  de  las  máqui- 
nas tiene  el  adelantamiento  á  que  no  llegaron  ni  en  el  Siglo  próximo  an- 
terior al  nuestro. 

El  en  qne  se  hallaron. 

Públicamente  se  excavaron  los  dos  primeros*,  casi  á  la  orilla  de  la  an- 
tigua Acequia,  que  aún  al  tiempo  de  la  invención,  corría  formando  lado 
meridional  á  la  plaza  mayor,  y  así  en  el  Cercado  del  mayor  de  los  anti- 
guos Adoratorios,  con  pocas  varas  de  intermedio  entre  ambos  peñascos, 
sin  memoria  determinada  de  ellos  entre  escritores  del  Siglo  decimosexto, 
habiéndola  hecho  del  tercer**  monumento,  hallado  en  esquina  del  atrio 
de  la  Santa  Iglesia,  con  distancia  intermedia  de  la  misma  plaza,  respecto  de 
aquellos  dos.  Pero  todo  descubre  que  los  dos  cercanos  entre  sí,  fueron  pa- 
lanqueados por  disposición  de  los  naturales,  dedicados  á  la  inteligencia  de 
sus  figuras,  y  en  tiempo  sobrado  para  esa  y  otras  ocultaciones,  desde  la 
retirada  que  de  esta  Ciudad  hizo  nuestra  Nación  conquistadora  hasta  su 
regreso  á  bloquearla. 

Motivos  de  ocultación  de  los  más  valiosos. 

Motivos,  pues,  fueron  los  del  valor  que  contienen,  ya  de  Religión  y  ya  de 
acopiadas  contribuciones  desde  la  data  de  fundación,  para  haber  soterra- 
do en  el  lugar  más  elevado  hasta  la  de  conquista,  en  donde  después  de  ella 
no  se  ha  edificado,  y  por  eso  halladas  á  poca  profundidad,  sus  principales 
auténticas  escrituras,  como  medio  que  había  de  evitar  curiosidad  á  la  in- 
teligencia; y  de  consecuente,  solicitudes  de  tesoros,  unos  sabidos  y  otros 
vistes  antes  de  aquella  retirada,  que  fueron  inútiles  después  de  rendida  la 
misma  ciudad  (a). 

2?  Lo  que  vemos  en  el  conjunto  de  sus  figuras,  son  partes  de  cuerpos 
naturales,  usos  y  acciones  que  por  disímbolos  para  quienes  no  han  pene- 

*  El  monumento  que  el  autor  llama  en  su  obra  "el  primero"  es  la  estatua  colosal  de  la  diosa 
Teoyaomiqui,  según  Gama,  ó  Coatlicue  según  Chavero;  la  "segunda"  se  ha  llamado  "calendario 
azteca"  por  Gama,  y  "Piedra  del  Sol"  por  Chavero. 

**  El  tercer  monumento  se  designa  vulgarmente  con  el  nombre  de  "Piedra  de  los  Sacrificios;" 
con  más  exactitud  "Piedra  de  Tizoc." 

(a)   Eas  notas  se  encontrarán  al  fin  del  Texto. 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 
20 1 

trado  en  los  idiomas  y  estilos  de  las  Naciones  á  que  se  conforman,  ni  en 
más  abultados  monumentos  subsistentes,  no  les  ministran  idea  de  efectos 
permanentes,  originados  de  acaecimientos  que  sabemos  porliteral  escritura 
de  las  historias  sagrada  y  profana,  explicados  por  símbolos  y  geroglíficos, 
así  como  sus  datas,  y  para  ellas,  también  las  revoluciones  periódicas  ce- 
lestes que  las  regulaban. 


Principios  generales  para  símbolos  y  jeroglíficos. 

Tratando  á  la  escritura  figurada  de  señales  propias  desconocidas,  y  des- 
pués de  distinguidas  en  naturales  y  en  las  que  llamó  dadas,  previniendo 
que  entre  los  hombres  fueron  dominantes  las  palabras,  advirtió  la  Águila 
de  la  Iglesia,  Africano  de  nación,   Obispo  en  aquella  parte  del  mundo  y 
floreciente  en  fines  del  Siglo  cuarto  y  principios  del  quinto  de  nuestra  era, 
que  es  gran  remedio  el  de  las  lenguas,  aconsejando  se  indague  la  fuerza  de 
palabras  y  de  frasismos  y  se  enmienden  los  Códigos  para  su  inteligencia; 
alentando  igualmente  á  penetrar  los  símbolos  ó  señales,  como  al  animal 
por  su  huella,  al  fuego  por  el  humo  etc.;  pues  como  muchas  cosas  se  trans- 
lucen  con  mayor  gusto,  por  vidrio  ó  por  canto,  así  deleita  más  la  verdad, 
cuando  se  descubre  por  imágenes  ó  símbolos.   Por  no  haber  todavia  concor- 
dado principios  tan  ciertos  y  atinados,  un  escritor  del  Siglo  próximo  an- 
terior al  nuestro,  tratando  de  la  antigua  elocuencia,  solamente  decía  en  ge- 
neral, de  los  geroglíficos,  que  quienes  bosquejaban  la  arcana  filosofía  con 
símbolos  y  velos  de  enigmas  para  que  no  la  entendiera  la  plebe  en  vulgar 
sentido,  inventaron  geroglíficos  significativos  de  vocablos,  no  con  letras 
sino  con  figuras  esculpidas,  de  animales  y  de  otras  cosas.   También  los  lla- 
mó monumentos  sagrados,  porque  según  se  significaron  entre  los  hebreos 
por  una  sola  expresión,  el  dominar  y  hablar  parabólicamente,  ó  que  de  so- 
los Príncipes  y  Señores  eran  propias  las  parábolas,  ellas  fueron  su  peculiar 
locución,  tomada  de  aquella  Nación  por  todas  las  orientales,  con  que  si  á 
los  medios  de  que  se  sirvieron  los  hombres  que  no  conocían  caracteres  ó 
literal  escritura  para  manifestar  á  los  ausentes  y  venideros  sus  peculiares 
costumbres,  gobierno  é  historia,  se  agrega  el  estilo  propio  de  cada  idioma; 
resulta:  que,  geroglíficos,  son  figuras  y  también  voces  compuestas  de  in-     Definición  dis- 
iento en  los  profanos  para  expresar  conceptos  imitativos  de  los  sagrados  cre'iva<iuer' 
y  por  eso  tan  varias  las  de  una  nación  respecto  de  las  de  otra,  cuanto  sus 
lenguas  difieran  en  la  explicación  de  ellos;  y  así  señales  propias  en  cada 
una  y  de  consecuente  desconocidas  á  otra  diversa;  y  símbolos  los  cuerpos 
y  señales  naturales  representadas  para  que,  por  las  propiedades  de  cada 
uno,  se  entiendan  otras  semejantes  en  los  objetos  á  que  se  dirigen,  como 
explicables  por  otros  modos,  ó  sin  voz  viva  ó  sin  literal  escritura  (b). 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

202 

Carácter  del  idioma  con  que  se  figuraron  los  hallados. 

3?  Por  no  haber  usado  de  ésta  en  su  gentilidad  los  mexicanos,  es  co- 
mún su  expresión  para  exculpir  en  piedra  ó  en  madera;  y  para  pintar, 
adaptada  después  de  conquistados,  á  nuestra  escritura;  añadiendo,  para  la 
en  piedra,  el  distintivo  de  su  materia  (6);  para  la  en  madera,  el  de  ésta  (7), 
y  tanto  para  pintar,  cuanto  para  nuestro  escribir,  sólo  el  verbo  común  á 
estas  cuatro  operaciones  (8).  La  observación  dilatada,  en  distintivos  na- 
cionales de  lugares,  cotejados  con  sus  monumentos  propios,  convence  ocu- 
larmente, que  muchos  de  los  símbolos  envolvían  geroglíficos  verbales,  ex- 
presivos de  costumbres  y  con  ellas  los  acaecimientos  y  tiempos,  compren- 
diéndolo todo  el  idioma  con  que  se  estamparon  sus  conceptos,  figurado, 
compuesto  y  tenazmente  hasta  hoy  retenido,  aunque  sin  usar  sus  natura- 
les en  poblaciones  compuestas  de  ellos  solos,  por  posesión  hereditaria  no 
interrumpida,  que  descubre  á  voz  viva  errores  de  escritura  originados  del 
siglo  de  su  conquista,  tiempo  en  que  no  existíamos,  para  afirmar  que  ar- 
ticulaban de  otro  modo,  y  habiendo  comenzado  desde  aquel  su  alteración, 
no  en  ellas  sino  en  las  mixturadas  con  gentes  venidas  entonces  al  Conti- 
nente, y  de  costumbres  é  idiomas  muy  diversos  de  los  de  éste.  El  fondo 
de  meditación  que  ministra  la  estructura  del  de  que  se  trata,  cuyo  valor 
en  las  figuras  de  contribución  expuestas  al  público,  se  hacía  deletrear  á  co- 
ros (9),  como  simboliza  el  fleco  (10)  presentado  en  el  peñasco  primera- 
mente ahora  hallado,  y  por  ello  colocado  sobre  entrada  á  su  antiguo  ado- 
ratorio,  está  todavía  dictando  que  los  individuos  de  talentos  propios  para 
discernimiento  de  su  composición  y  alusiones,  fueron  en  la  gentilidad  los 
educados  en  colegios,  mencionados  por  su  Conquistador,  aunque  sin  noti- 
cia de  su  destino,  que  resulta  para  lapidarios  y  pintores,  quienes  después 
de  aprendido  el  valor  de  las  más  antiguas  figuras  historiales,  y  las  ceremo- 
nias alusivas  á  ellas  y  de  observados  también  los  Libros  de  la  Naturaleza, 
estampaban  sus  descubrimientos  en  piedras,  como  prototipos  autorizados 
con  fé  pública,  de  los  cuales  resultaban  copias  particulares  pintadas.  El 
Archivo  general  de  tan  duros  originales,  llegó  á  serlo  esta  ciudad,  según 
sus  figurados  edificios,  celebrados  por  el  propio  Conquistador  y  acordes 
con  casi  innumerables  de  sus  piedras  esculpidas,  que  como  introducidas 
para  cimiento  de  los  fabricados  por  españoles  en  los  años  primeros  de  con- 
quista, se  han  excavado  de  los  más  envejecidos  en  el  Siglo  actual  (c). 

4?  Cuando  estamos  ya  tan  empapados  aun  en  nuestra  literal  escritura, 
gradualmente  perfeccionada  en  el  espacio  de  siglos  extrañaríamos  si  no  te- 
niendo memoria  cierta  del  estilo  con  que  se  manifestaban  los  conceptos  por 

(6)  tetlacuiloa;  "figurar,"  tlaritiloa;  "en  piedra,"  tetl,  tratando  hasta  hoy  de  tetlacnilotli  á  lo 
figurado  en  los  peñascos,  algunos  de  los  naturales  que  los  ven.;  (7)  cuaullacuiloa  "figurar"  tla- 
cuiloa;  "en  madera,"  cuauitl;  (8)  tlacniloa :  9:  tenpoa  común  á  "cantar  á  coros"  y  á  "deletrear" 
la  articulación,  notándose  en  otro  lugar,  porque  ésta  y  otras  voces  no  deben  escribirse  con  m; 
(ioj  Temposoncayotl. 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XV 111. 
203 

caracteres  antiguos,  se  nos  dijese  hoy  que  uno  solo  equivalía  á  diez,  otro 
á  quince  y  otro  á  veinte  de  los  nuestros.  Pero  sabemos  que  así  lo  declara- 
ron en  el  Oriente,  respectivo  á  Europa  y  Occidente  de  Nueva  España,  dos 
peritos  de  lugares  entre  sí  distantes,  con  tiempo  intermedio  y  sin  noticia 
en  el  segundo  de  la  versión  del  primero  en  Meliapor,  antigua  Capital  de 
las  costas  de  Coromandel  y  Golfo  de  Bengala,  nombrada  después  por  la 
Nación  portuguesa,  como  extrangera  de  aquel  país,  Calamina  en  alusión 
alas  cañas,  ó  cálamos  que  con  hierros  servian  de  Lanzas  á  sus  naturales,  y  á 
donde  la  misma  Nación  allí  aportada  hizo  conducir  de  Reynos  internos, 
en  mil  quinientos  sesenta  y  uno,  á  aquellos  inteligentes  en  letras,  y  Len- 
guas regionales  para  versión  de  los  caracteres,  declarados  por  de  los  que 
usaban  antiguamente  los  sabios,  y  contenidos  por  orla  de  la  prodigiosa  Cruz 
que  formó  la  Sangre  del  Apóstol  Sto.  Tomás  sobre  una  Loza  de  marmol 
al  tiempo  de  su  glorioso  Martyrio  en  la  Sierra  cercana,  y  excavada  en  mil 
quinientos  quarenta  y  ocho,  después  de  hallado  su  cuerpo  en  el  veinte  y 
dos  del  propio  siglo,  entre  ruinas  de  aquella  Ciudad,  alusiva  en  su  nacional 
distintivo,  equivalente  á  Pavo,  á  lo  que  sobresalió,  entre  las  de  aquella  re-     En  el  oriente> 

la  introducción 

gión,  como  esa  Ave  respecto  de  las  demás,  quando  fué  corte  tan  magnífi-  de  caracteres,  fué 
ca,  quanto  manifestaron  sus  edificios,  columnas  y  Pyrámides,  todo  ello  es-  cmura  figurada. 
culpido  con  figuras  de  Aves,  y  de  otros  Animales  (d). 

Semejantemente  usaron  los  Mexicanos  con  sus  esculpidas  figuras,  de 
symbolos,  y  Geroglíficos,  comprehendiendo  en  cada  uno,  varios  conceptos, 
según  lo  executa  su  Idioma,  y  para  ello  también  los  distintos  grupos  de 
sus  bosquexados  Dibujos.  En  la  Asia  se  sirvieron  las  Naciones,  sin  aban- 
dono de  symbolos,  de  caracteres  tan  escasos  que  apenas  se  comenzaron  en     Motivo  de  no 

,A/.  ,  1      1      -rY    1-     •  '      /-*•    •      •  •  1        .  haberse  radicado 

las  de  America,  por  aver  dexado  la  Religión  Cristiana  introducida  en  par-  ei  ..so  de  aquellos 
te  con  los  syrocaldeos,  aviendo  sido  cruelmente  sacrificados  quienes  usa-  !n  Nueva  Espa" 

J  '  ^  na. 

ron  de  ellos,  á  los  veinte  años  de  averia  abrazado,  pero  quedando  su  me- 
moria en  tradiciones  alegóricas,  y  la  Historia  cronológica  desde  la  creación 
del  Mundo,  transferida  á  la  escritura  symbólica,  y  geroglífica,  como  tam- 
bién su  alusión  á  aquella  Apostasia,  y  regreso  al  establecimiento  de  sus 
antiguas,  ambiciosas  y  terrenas  costumbres  en  el  de  esta  Ciudad,  según  el 
valor  de  los  tres  Monumentos  ahora  hallados,  comparado  con  la  auténtica 
y  permanente  Pintura  del  tiempo  de  aquellos  caracteres,  en  que  todavía 
se  manifiesta  uno  de  ellos. 

5?  Pero  siguiendo  el  orden  de  su  excavación;  el  primero  comunicó  á  la  Fundación  de 
posteridad,  quienes  como,  y  por  que  causa  establecieron  esta  fundación  en  Lllgai  ]agun0ie0n 
Lugar  lagunoso,  que  ya  por  nivelaciones  de  nuestros  dias,  y  ya  por  la  ma- 
yor elevación  aparente  de  sus  serranías  circunvalatorias  vistas  desde  el;  es 
el  mas  bajo,  é  incomodo,  y  mucho  mas  extraño  a  la  Idea  general  de  la  Na- 
ción fundadora,  á  quien  ha  dictado  su  propio  Idioma  que  población  (n), 
es  Sierra   (12),   con  Agua  (13),   o  Lugares  para  provisión  de  auxilios 

n)  Altepetl;  (12)  teptl;  (13)  Atl. 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 
204 

tan  necesarios  á  la  vida  humana,  y  no  siendo  por  ello  de  extrañar  que  ca- 
si todos  los  Poblados  estuviesen,  unos  en  serranías,  y  otros  al  pie  de  ellas, 
de  que  se  mandaron  bajar  después  de  la  conquista  española.   En  ambas 
frentes  del  cuerpo  humano,  figurado  en  este  peñasco  parado,  se  presenta 
su  caveza  mixta  de   Abeja  (insecto  por  sí  solo  advertido  en  los  lados  de 
ella),  y  de  cangrejo  con  cuatro  colmillos  symbólicos  de  lo  que  instruie  la 
Basa  plana. 
Alusiones  de  ia      6?  Las  propiedades  de  este  anfibio,  ó  que  vive  en  tierra  y  Agua,  comien- 
dYeiTeTcuerpo  do  ranas,  Moscos,  y  toda  broza  de  Laguna,  moviéndose  de  lado,  y  recu- 
parado  del  ai  o-  ]anf}0    las  conservan  sus  naturales  permanentes  en  algunos  de  su  Poblados 

numento  prime-  x  ° 

ramente hallado,  todavía  inundados,  y  retrocediendo  muchas  vezes  en  el  Agua  con  sus  ca- 
noas, ó  peculiares  Barcas  y  también  en  tierra  por  algún  tramo  á  tiempo 
de  su  despedida,  como  lo  hizieron  á  sus  antiguas  costumbres,  aun  los  que 
las  havian  abandonado  por  los  motivos  que  advierten  sus  extrañcts  figuras. 
En  su  Idioma  se  trata  á  tal  anfibio,  de  (14)  Abuela  (15),  por  el  Amo  (16). 
La  alusión  natural  de  Abuela  en  el  Cangrejo,  es  á  su  movimimiento  late- 
ral, paso  tardo  en  la  tierra,  semejantes  á  los  de  Gentes  muy  abuelas,  pro- 
piedades conque  Dios  lo  crió.  Pero  la  translativa  y  profanatoria  al  tiempo 
de  fundación  de  esta  ciudad,  quando  los  que  la  dirigieron  no  estaban  ya 
cojos,  y  tullidos,  es  á  sus  Ascendientes  así  libertados  en  la  era  del  Amo, 
que  es  la  nacional,  notablemente  señalada  con  eclipse  fuera  de  orden  natu- 
ral, y  por  ello  tratado  el  coxo  perniquebrado  de  (17),  quebrado  (18),  con 
inchazon  (19),  en  la  pierna  (20),  quando  el  distintivo  de  esta  es  común  al 
Mes  y  á  la  Luna,  y  por  su  peculiar  composición,  hilo  (21),  del  Maguey 
(22),  por  castigadas  así  las  escasas  reliquias  sobrevivientes  á  aquella  era 
á  tiempo  de  general  embriaguez,  y  libertadas  por  intercesión  de  la  que  po 
co  después  trataron  de  (23),  Madre  (24),  de  sus  (25),  Señores  (26),  y  tam- 
bién con  el  renombre  de  (27)  Abuela  (28),  nuestra  (29)  esto  es  de  la  des- 
cendencia de  los  libertados  y  quitándola  en  la  Serranía  de  nuestro  Norte 
por  (30),  propia  (31)  Madre  (32)  de  la  piedra  ó  Sierra  (33),  lo  que  les  mo- 
vió después  de  siglos  á  sacar  de  ella,  piedra,  Loza,  y  tierra  para  fundación 
de  habitaciones  en  el  contorno  de  la  antigua  tumorosidad  de  Peñascos  de 
esta  ciudad  el  enlozado  que  de  la  clase  de  Piedra  acostumbrada  hasta  hoy 
para  suelos  de  la  misma,  y  sacada  de  la  propia  serranía,  se  encontró  en 
nuestros  días,  como  á  cinco  varas  de  profundidad  al  cimentarse  la  amplia- 
ción de  fábrica  de  la  Rl.  casa  de  Moneda,  lo  documenta  primer  piso  esta- 
blecido en  partes  con  la  propia  loza,  y  después  de  muchos  siglos  levanta- 
do un  estado  quando  hasta  el  inundó  la  ciudad  el  Manantial  tratado  por 
ello  de  (34),  lo  interno  (35),  insolente  (36),  con  Agua  (37).   A  la  profana- 

14)  tecusitli;  (15^  sitli;  (16)  tecutli;  (17»  Metzpustecki;  18)  tecki;  (19)  pusauac  ;(2o)  Meitxtli, 
21  itxtli;  i2J  />/,//;  (23)  teteuinnan;  24)  nantli;  (25)  in;  (26)  teteutin;  27  tosi;  128)  sitli;  29I 
to;  (30)  tenanyuca;    31    yuca;    32)  nantli;  (33)  teU>(34)  Acuecuechco  ¡ójcuecuech;  (37) 

Atl. 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVlll. 
205 

cion  que  antes  avía  echo  la  ascendencia  de  los  fundadores  con  el  modelo 
primitivo  de  sus  Pinturas,  aludía  al  anual  desuelle  que  se  executaba  en  el 
Adoratorio  antiguo  y  mayor  de  esta  Ciudad,  desollando  á  una  Muger  en 
memoria  de  averio  hecho  con  la  que  en  tiempo  de  la  Conquista  española 
se  traduxo  por  hija  del  Señor  de  Cu/uaca/t,  á  quien  la  pidieron  los  Mexi- 
canos para  casarla,  según  otra  equivocación,  con  su  Caudillo,  ó  alusión  de 
aver  intentado  adorar  aquella  primera  Pintura  juntamente  que  al  Demo- 
nio (e). 

7V  Los  demás  symbolos,  y  Gero^líficos,  enlazados  desde  la  cima  de  la     „ 

'  J  °  Valor  en  gene- 

doble  caveza  del  Cangrejo,  manifiestan  en  ella  y  en  lo  restante  del  cuerpo,  raí  de  este  primer 

1  J  -       J      1         e        j     j  j  -iii  /  r-  Monumento. 

la  asendencia  de  los  tundadores  de  esta  ciudad  hasta  la  era  a  que  se  refie- 
ren sus  costumbres  dominantes:  Lugar  donde  se  hallaba  entonces  la  capi- 
tal antigua:  causas  de  su  destrucción,  y  lo  que  allí  se  perdió  de  mas  apre- 
ciado: número  determinado  de  personas  que  sobrevivieron  de  aquella,  el 
Lugar  de  su  acogida:  número  también  de  sus  descendientes  fundadores 
de  la  nueva:  las  contribuciones  que  entonces  establecieron  en  ella,  figurán- 
dola en  la  basa  plana,  como  extablecimiento  en  bajo  respecto  del  antiguo, 
y  expresando  las  partes  del  cuerpo  humano  sentado,  y  con  sus  agregadas, 
la  diminución  de  estatura  comparada  con  la  que  instruien  en  symbolos  del 
pasado:  los  Pueblos  conductores  de  materiales:  sus  tamaños:  método,  y 
lugares  de  su  transporte:  figura  que  se  dio  á  la  ciudad  distribuida  en  qua- 
tro  principales  Barrios  con  Azequias  para  entrada  y  Salida  de  sus  canoas, 
y  separados  del  establecimiento  de  la  nobleza,  y  este  respecto  del  Adora- 
torio  colocado  en  el  centro,  y  defendido  con  Azequia  circular  y  expresa- 
do su  conjuncto  de  Peñascos,  y  Lugar  de  donde  vino:  Ascendencia  mixta 
de  los  fundadores,  de  dos  naciones,  con  distinción  de  mayoría,  y  enlaze  de 
sus  Linages:  los  de  las  dos  mayores  Poblaciones  de  aquel  tiempo:  la  que 
de  ellas  tomó  el  primer  Govierno  después  de  concluida  la  fundación:  el 
enlaze  de  los  de  ella  con  los  de  otra  frontera:  tiempo  que  duró  la  misma 
fundación,  igual  á  otro  anterior  epidémico:  y  el  corrido  hasta  su  conclu- 
sión, regulado  desde  la  era  en  que  se  destruió  la  capital  Antigua.  Y  así 
continua  el  sentido  de  las  figuras  que  advierten  el  nuevo  establecimiento 
de  la  Nación,  mixta  también  por  anfibia,  y  simbolizada  en  la  de  cangrejo 
por  sus  alimentos,  ocupación  y  retrocedidas  costumbres,  siguiendo  des- 
pués por  el  mismo  orden  retrógrado  lo  tocante  á  la  capital  Antigua  que 
ministra  el  cuerpo  presentando  en  pié  para  restablecimiento  en  la  nueva 
de  las  principales  de  aquella. 

8?   La  figura  humana  esculpida  en  la  basa  al  mismo  tiempo  que  con  su       Fundadores 

descendientes  de 

asiento  en  el  suelo  symboliza  la  estatura  disminuida  ya  en  los  fundadores  Raza  de  doble 

,  •      j      j  ji  ■  i»  t»  j  •       corpulencia,   dis- 

de  esta  ciudad  respecto  de  la  corpulencia  que  su  ascendiente  Raza  domi-  min„¡da  ya  en 
nante  tuvo  cuatrocientos  años  antes,  ó  pérdida  proporcional  á  la  parte  del  el,os' 
brazo  figurado  en  el  cuerpo  de  la  Piedra  parada,   y  acorde  con  los  gero- 
glíficos  que  embuelben  aquel  brazo,  los  troncos  trozados  de  Árbol  presen- 


bibliografía  mexicana  del  siglo  XVUL 
206 

tados  en  el  mismo  cuerpo  parado,  una  cuchilla  de  texedor  en  el  vientre 
del  que  aparece  sentado,  y  la  medida  por  pies  de  su  calzado;  juntamente 
expresa  la  acción,  (38)  que  está  cimentando  ó  dando  principio  con  asen- 
tarse en  piedra  (39)  del  orificio  (40),  alusivo  al  volcánico  de  la  serranía  de 
Sur  de  donde  vino  el  conjunto  de  Peñascos,  quando  el  dar  principio  (41), 
es  derivación  de  la  misma  rayz.  La  postura  es  la  que  acostumbran  los  car- 
gadores, especialmente  Naturales  quando  llegan  de  lexos  con  carga  aun- 
que no  sea  pesada,  instruiendo  también  su  asiento  semejante  al  de  la  Rana 
Configuración  (42),  la  coufigu ración  que  tuvo  la  tumorosidad,  ó  agregado  de  Peñascos 

que  tuvo  el  con-  ,  f 

iunto  de  Peñas-  sobre  que  se  estableció  el  centro  de  la  fundación,  distinguido  nacionalmen- 
fundadón° dB  ^  te  Por  Ranero  (43),  parte  componente  de  la  expresión  del  Devanador  (44) 
impuesto  sobre  el  vientre  de  la  propia  figura:  ésta  se  esfuerza  con  los  pies 
(45),  revestidos  de  calzado  de  tacón  (46),  ó  calzado  (47),  con  vigueta  (48), 
equivalente  á  recalze  de  cimiento  con  estaca  (49),  así  anotada  por  el  gol- 
extrajo  aterís!  Pe  ^°))  en  Árbol  (51),  alusivo  al  corpulento  genealógico  que  pereció  al 
en  aquella  corpu-  tiempo  de  aquella  expulsión  de  Peñascos,  siendo  común  en  este  suelo  fixar 

1  enta   Genealo-  f 

gía  estacas  a  golpe  para  cimientos,  como  en  lugar  pantanoso,  y  debiendo  tam- 

bién notarse  el  compuesto  de  tal  esfuerzo  con  los  pies,  que  es  el  hazer  pie 
(52),  en  lo  que  arrojó  Piedra,  ó  Sierra  (53),  y  que  insistiendo  el  izquierdo 
sobre  la  primera  de  quatro  estacas  de  su  lado  symbólico  del  en  que  pre- 
cedió á  la  era  de  aquella  expulsión  al  desquicio  de  la  memorable  cúspide 
de  minyo,  el  derecho  fixa  sobre  la  segunda  de  las  del  suio,  quando  con  la 
elevación  de  ambos  pies  referidos  á  la  mano  figurada  sobre  cada  uno,  se 
la  Plebe  'íaborí  descubre  a  la  Plebe  (54),  laboriosa -en  la  fundación,  y  anegada  (55)  para 
sa  en  la  funda-  sostener  lo  pesado  (56)  á  una  (57),  mano  (58),  por  obediente  á  la  que  la 

cion.  , 

mandaba. 

9?  Cada  una  pende  de  su  vanda  (59),  que  por  ambas  manifiesta  al  avan- 
derizado  (60),  y  en  su  compuesto  al  que  coge  (61)  vanda  (62),  con  alguno 
(63),  alusión  á  la  ascendencia  de  los  fundadores  coligados  de  las  Serranías 
de  Norte  y  Sur.  Este  symbolo  liga  al  tovillo  (64),  que  vive  (65)  ó  perma- 
nece pisando  (66),  ó  haziendo  pie,  quando  las  manos  pendientes  de  él,  no 
tienen  coyunturas  que  se  advierten  en  las-del  cuerpo  de  la  Piedra  parada 
por  la  significación  que  allí  envuelven,  y  aquí  solo  el  distintivo  de  mano 
abultando  en  la  del  pie  izquierdo,  el  dedo  mayor  de  éste,  agregado  á  ella 
El  del  Rumbo  (6j)t  principal  (68),  en  el  camino  (69)  del  pie  (70),  izquierdo  (71),  symbó- 

en  que  se  declaró     _  x  w      '  *  "      '       J 

la  perversión  des-  lico  del  rumbo  originario  de  perversión  contenida  en  Alegoría  tradicional 

pues  de  la  era  na-  ,  .  ....  ,   ._  _. 

cionai.  que  se  asentara  en  su  lugar  como  que  quien  mira  al  oriente,  coloca  al  Nor- 

te ese  pie,  juntamente  alusivo  á  que  de  la  serranía  de  tenanyuca  se  conduxo 
la  loza  para  suelos  de  la  nobleza  según  se  acostumbra  hasta  hoy;  y  havién- 

(38)  tzintetica;  (39)  tetl;  (40)  tzintli;  (41)  tzintia;  42)  Cuiyatl;  (43)  cuiyaloni;  (44)  tlatecuiya- 
loni;  (45)  motlacxilitia;  (46)  uapalcatli;  (47)cactli;  (48)  uapalli;  (49)  cuautzotzontli;  (50)  tzotzontli; 
(51)  cuauitl;  1521  iexilitia;  (53)  motía;  (54)  rna  eualtin;  (55)  altin;  (56)  eua;  (57)  se;  (58)  maitl;  (59) 
moketzki;  (60)  tetloc  moketzani;  (61 1  ani;  (62  mok<  tzki;  (63)  tetloi  ;  (64)  kekeyolli;  (651  yulli;  (66) 
kekesa;  (67)  opuchicxopilli;  (68)  pillí;  (69)  otli;  1  701  icxitl;  (71 1  opuchtli. 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 
207 

dose  omitido  en  el  derecho  el  propio  dedo  porque  el  pie  sin  ese  distintivo, 
lo  es  de  la  medida  por  pies  (72),  que  con  su  compuesto  instruie  á  la  que 
viene  (73),  desgraciadamente  (74),  al  bollo  (75),  de  la  oquedad  en  centro  ei  de  lugar  se- 
(76),  con  medio  cuerpo  para  arriba  (yy),  ó  mitad  de  la  estatura  que  hasta  "¡no  e°i  RoiuTde 
la  era  que  ya  instruien  otros  de  sus  symbolos  y  geroglíficos,  tuvo  la  aseen-  Per,ascos- 
dencia  de  los  fundadores  quando  fué  su  principal  asiento  donde  quedó  des- 
pués oquedad  eminente  en  la  serranía  de  nuestro  Sur,  que  dispidió  aquel 
Rollo  de  Peñascos  al  lugar  de  esta  fundación,  donde  al  tiempo  de  ella,  era 
ya  la  estatura  de  sus  descendientes  la  mitad  de  la  anterior:  y  advirtiéndo- 
se con  el  propio  distintivo  de  la  medida  por  pies,  lo  labrado  (78),  para  ha- 
zer  fuerza  con  el  pie  (79),  como  que  en  el  derecho  se  symboliza  la  propia 
serranía  meridional,  de  donde  se  conducen  hasta  hoy  estacas,  que  se  labran 
para  cimentar,  y  permanece  la  Población  (80),  en  donde  (81),  labran  (82), 
madera  (83),  situada  á  nuestro  suoest  en  la  propia  cordillera  ó  rumbo  á 
que  se  manifiesta  la  abertura  del  pié  derecho  figurado,  como  la  del  izquier- 
do inclinada  á  noruest  por  otra  Población  de  las  de  fundadores  de  esta  ciu- 
dad; advirtiéndose  en  la  basa  de  la  meridional,  la  anotación  (84),  Pais  (85), 
de  baba  (86)  de  carpintero  (87),  comunmente  conocido  por  cJiimalistaca, 
y  es  de  lava  herrosa  de  antiguos  volcanes  de  sus  cumbres,  en  cuia  inme- 
diación se  halla  el  Pueblo  de  San  Gerónimo,  de  distintivo  nacional  relativo 
á  la  Amoladera  en  que  se  afilaban  las  hachas  destinadas  también  á  corte 
de  arboladuras,  y  fabricadas  con  la  propia  lava  fundida  con  mixtura  de 
osamentas,  de  que  se  han  hallado  acopios  en  oquedades  del  mismo  Mal-  Symboiotrans- 
pais.  En  el  calzado  de  ambos  pies,  y  lugar  respectivo  al  tovillo  se  figuró  nacional*5  „een* 

forma  cruzada  symbolica  de  los  quatro  rumbos  cardinales  manifestativos,  vuelve  al  Gero_ 
,  .       . ,  ,  slífico  de  Avar¡- 

tanto  de  la  ambiciosa  dominación  para  las  Gentes  de  ellos  á  que  se  desti-  c¡a 

nó  la  fundación,  cuanto  de  la  metonymica  acceptacion  del  efecto  por  la 
causa  que  en  la  era  nacional  de  la  Santa  cruz  hizo  perder  los  zurrones  ó 
avaros  acopios  de  oro,  mixturados  en  aquella  lava,  y  figurados  en  el  cuer- 
po de  la  Piedra  parada,  de  los  quales  es  geroglífico  el  distintivo  idiomá- 
tico  del  cruzero  según  se  descubre  en  ella. 

10?  La  descarga  de  materiales  de  piedras  y  estacas  con  que  juntamen-     Los  de  dos  po- 

it  /n/~«v  •  /^>     \  blaciones  de  car- 

te  se  instruie  la  Loza  (88),  que  en  su  compuesto  es  vigueta  (89),  de  piedra  gadores  con  An- 

(90),  se  presenta  con  ellos  en  una  Angarilla  (91),  que  por  el  suio  es  Anga-  garilla  de  Red' 
rilla  (92),  de  Red  (93),  quando  en  halda  septentrional  de  la  serranía  de 
nuestro  Norte,  á  cuio  pie  se  halla  la  Población  (95),  conocida  vulgarmente 
por  Gtiacalco,  se  asemeja  la  propia  Angarilla  manifestativa  según  esta  figu- 
rada fundación,  de  que  allí  se  inventó  tal  utensilio,  que  cargaban  los  de 
otra  conocida  hoy  por  S.  Pedro  Barrientos,  y  entre  naturales  (95),  dentro 

(72)  tlacxitamachiualoni;  (73)  ualoni;  (74)  chicu;  (751  tamalli;  (76)  xictle;  177)  tlactli;  (78)  ta- 
machiualoni;  (79)  tlacxilia;  (So)  cuauximalpa;  (81)  pa;  (82)  xima;  (83)  cuauitl;  (84)  ximalistlaccan; 
(85)  can;  ;86)  istiactli;  (87)  ximatl;  (88)  teuapalli;  (89)  uapalli;  (90)  tetl;  (91)  matlahuacalli;  (92) 
uacalli;  (93)  matlatl;  (94)  Matlauacalco;  (95)  tepemaxalco. 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 
208 

(96)  de  la  orqueta  (97),  de  la  Sierra  (98),  situada  en  haldo  de  sur  de  la 

propia  con  dos  Picachos  en  su  cima  que  forman  Orqueta,  symbolizada  en 

la  entrepierna,  á  que  es  común  su  expresión   nacional  por  la  que  forma 

nuestro  cuerpo,  y  acostumbrando  hasta  hoy  los  raspadores  del  jugo  de 

Maguey  introducir  en  la  propia  angarilla  los  cueros  en  que  lo  vierten  por 

medio  de  su  antigua  Avenencia,  ó  calabazo  largo. 

Codo  nacional       \  i9   Las  rodillas  y  codos  de  la  figura  tocan  en  los  extremos  de  una  cu- 
de  la  antigua  es-  ,  .  ,  .  .  . 

tatura  y  regula-  chilla  de  texedor,  instruiendo  con  distancias  entre  si  iguales,  una  desde  el 
das  paellas  con-  tovillo  á  la  rodilla,  y  otra  desde  el  codo  hasta  el  dedo  meñique,  ó  auricu- 

tnbuciones  '  *  *■       ' 

lar,  que  ambas  componían  un  solo  tamaño  hasta  la  era  nacional  en  la  Gen- 
te dominante,  ó  principal  manifestada  tal  en  la  entraña,  ó  desproporcional 
separación  del  pulgar  (99),  principal  ( 100),  de  la  mano  (  101 )  symbólica 
del  mando;  pues  para  significación  de  cosa  cabal,  están  las  dos  dimensiones 
levantadas  (102),  ó  expresión  que  en  su  común  valor  es  levantarse  á  dis- 
tancia determinada,  el  espacio  del  codo  nacional  desde  la  punta  de  éste 
hasta  el  dedo  auricular,  es  un  compuesto  (103),  instructivo  de  que  la  tabla 
del  brazo  desde  el  codo  á  la  muñeca  (104),  era  la  mano  (105),  en  cada  uno 
(106),  esto  es,  de  los  dedos  extremos  de  ella  en  su  abertura  natural,  y  sien- 
do aquellos  antiguos  palmos  proporcionales,  resulta  la  común  altura  de  la 
Plebe  antes  de  la  propia  era,  de  dos  y  dos  tercias  varas,  ó  brazada  Mexica- 
na con  que  hasta  después  de  conquista  se  vendían  terrenos  de  labranza,  ins- 
truiendo  al  mismo  tiempo  el  propio  compuesto  de  tal  codo  por  aplicado  á  la 
distancia  hasta  el  meñique,  que  ella  fué  el  palmo  de  la  Gente  dominante,  y 
proporcional  á  su  estatura  de  quatro  varas;  hasta  hoy  acostumbran  los  na- 
turales de  la  Serranía  de  nuestro  Sur  medir  sus  estacas  para  cimientos  des- 
de la  cintura  al  tovillo,  ó  en  la  distancia  tratada  de  arboladura  (107),  por 
lo  que  en  ella  forma  nuestro  cuerpo,  como  mitad  de  la  anterior,  y  suplien- 
do el  figurado  en  la  basa,  la  otra  mitad  con  el  espacio  del  codo  nacional, 
por  hallarse  sentado,  quando  juntamente  instruie  la  cuchilla  de  distintivo 
(108),  común  á  la  tabla  del  brazo,  tanto  el  ancho  proporcional  de  la  anti- 
gua estatura  por  saliente  de  su  vientre,  .quanto  el  exercicio  de  texedores, 
establecido  en  la  Plebe  de  los  barrios,  por  sus  fundadores. 
Gerogiíficos de       12?  Se  colocó  también  la  misma  medida  en  el  vientre  (109),  ó  en  la  Pie- 

restablecimiento     ...  ,  .  r 

délas  costumbres  dra  (i  io),  con  el  suio  ( 1 1 1 ),  como  significativa,  tanto  de  aquella  capa  arro- 
n"don°aieSalaera  Jac*a  de  Ia  serranía  de  sur  con  sus  habitantes,  y  demás  que  en  ella  avia  á 
tiempo  de  la  era  nacional,  quanto  del  restablecimiento  de  sus  antiguas  cos- 
tumbres, y  entre  ellas  las  contribuciones  alimentarias,  y  de  riquezas,  regu- 
ladas por  doble  palmo  para  los  Ministros  religionarios  de  la  nueva  funda- 
ción, juntamente  instructiva  en  su  figura,  de  que  este  peñasco  que  la  re- 
presentaba se  colocó  sobre  puerta  entrada  al  Adoratorio,  sostenida  por 

(96)  co;  (97)  maxalli;  (98)  tepetl;  (99)  mapilli;  (100)  pilli;  (101)  maitl;  (102)  oneua;  (103)  sen- 
motzotzopastli;  (104)  tzotzopastli;  (105)  maitl;  (106)  serme;  (107)  cuauyotl;  (108)  tzotzopastli; 
(109)  itetl;  (110)  tetl;  O11)  i- 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII 

209 

dos  fábricas  salientes  hasta  hoy  en  sus  costados,  y  en  altura  donde  con  la 
brazada  Mexicana,  un  hombre  parado  y  levantada  la  mano  tocase  los  ge- 
roglíficos  de  aquellas  contribuciones,  figuradas  desde  el  Perymetro,  ú  ori- 
lla del  cuerpo  de  ella.  En  el  propio  vientre  se  colocó  la  forma  del  Devana- 
dor (112),  que  hasta  hoy  fabrican  los  naturales,  especialmente  de  hueso, 
distinguiendo  con  color  la  configuración  que  se  dio  á  la  ciudad  fundada,  y 
advirtiendo  su  compuesto,  á  la  que  va  (113),  á  coger  con  la  mano  levan- 
tada lo  que  estaba  en  lo  alto  (114),  de  la  piedra,  ó  sierra  (115),  de  la  tie- 
rra (116),  ó  á  restablecer  con  las  contribuciones  de  lo  que  ésta  produce, 
lo  perdido  en  aquella.  Igual  advertencia  resulta  para  el  Ranero  (117),  de 
la  piedra  (118),  en  la  tierra  (119),  acorde  con  el  asiento  de  la  figurada  Na- 
ción, establecida  en  este  lugar,  bajo  respecto  del  en  que  su  ascendencia  tu- 
vo la  capital  antigua.  Como  la  nueva  se  fundó  en  laguna  circular  al  ojo    Figura  distri- 

r  butiva  de  la  ciu- 

que  mira  dentro  de  ella  (120),  en  cerco  (121),  de  Agua  (122),  se  advierte  dad  nueva. 
en  igual  forma  ceñido  de  ella,  el  Devanador,  y  distribuido  en  quatro  prin- 
cipales barrios  (123),  de  Canoa  (124),  de  Remo  (125),  separados  por  otras 
tantas  Azequias  enarcadas  (126).  ó  camino  (127),  de  canoa  (128),  y  en  su 
centro  (129),  expresión  común  á  los  permanentes  de  antiguos  volcanes,  el 
Adoratorio,  o  Altar  (130),  común  á  cosa  diaria,  y  por  ello  al  Sol  (f). 

13?  De  cada  corva  (131),  ó  lo  nervioso  (132),  de  la  Pantorrilla  (133),  y 
por  medio  de  hilo  (134),  symbólico  de  tiempo  y  generaciones  según  el 
contexto  de  otros  Geroglíficos  figurados  en  estos  Monumentos,  pende  una 
calavera  (135),  expresada  por  vaso  (136),  en  cumbre  (137),  ó  lugares  de 
oquedad  volcánica  de  donde  descendían  los  fundadores,  instruidos  de  raza 
mixta  de  dos  Naciones  distintas  en  Idioma  y  costumbres  con  la  clase  de 
Ouadrúpedo  de  que  se  presentan  los  hozicos  dejas  calaveras,  esto  es, 
de  Adive  (138),  distintivo  que  acomodan  los  naturales  á  individuos  des- 
cendientes de  Naciones  diversas  como  las  que  hoy  se  conocen  por  otomí 
la  una,  y  la  otra  por  Mexicana,  los  quales  reúnen  la  astucia  de  ésta,  y  el 
valor  ligereza  y  Montería  de  aquella,  propiedades  del  vulgarizado  coyote, 
otras  dos  se  hilan  de  las  sangraderas  de  los  brazos,  tratadas  de  (139),  vena, 
ó  Garguero  (140),  todavía  compuesto  de  camino  (141),  de  los  que  enfer- 
ma (142),  la  sangre  (143),  y  symbólicas  del  sexo  femíneo,  como  las  corvas 
del  varonil.  Las  salientes  de  éstas  se  afrontan  con  las  de  aquellos  (144), 
connotativo  común  á  vista  mutua,  y  á  acceso  de  varón  y  hembra,  y  por 
ello  manifestativo  de  que  los  fundadores  de  esta  ciudad  eran  de  raza  mixta 
otomí  y  Mexicana.  La  calavera  de  la  corva  izquierda,  ó  lado  de  Norte  es 
mas  abultada,  hallándose  en  el  Valle  Ciiautitlan,  Población  distinguida  por 

(112)  tlatecuiyaloni;  ,113  yaloni;  Í114  cui;  (115)  tetl;  (116)  tlalli;  (117  cuiyaloni;  (118)  tetl; 
119)  tlalli;  (120)  anauac;  (I2inauac;  122  atl;  (123)  tlaxilacalli;  124  acalli;  (125)  tlaxilotl; 
12Ó!  Acalotli;  (127)  otli;  ( 128)  Acalli;  :  1291  xicco;  130  mumustle;  131  cotztlaluayo;  (132  tía 
ruayo;(l33   cotztli;  (134    ichtli;     135)  cuaxicalli;  (136)  xiccalle;    137)  cuaitl;  (138)  coyotl;  (139) 

escocotli;  (140I  cocotli;  1  141 1  otli;    (,142)  cocoa;  (I43)estl¡;  (.144)  ixnaniiki. 

27 


BIBLIOGRAFÍA  MEXICANA  DEL  SIGLO  XVIII. 

210 

(145),  eti  (146),  sierra  (147),  del  Adive  (148),  y  aviándose  encontrado  tam- 
bién en  la  Plaza  mayor  de  esta  ciudad  al  tiempo  que  estos  monumentos 
figurados,  osamenta  y  caveza  de  extraordinaria  magnitud  del  propio  ani- 
mal, acompañada  de  trastecillos  de  Loza  propia  de  Cuautitlan^  y  de  diges 
de  cobre  en  figura  para  nosotros  de  Pera,  ó  symbolos  nacionales  de  raza 
determinada  y  de  mayor  magnitud  representada  en  la  de  la  caveza,  y  que 
descendía  de  Lugares  con  cráter  ú  oquedad  volcánica  semejante  á  la  de 
s¡m.boii.v>  te-  aquellos  diges.    Las  calaveras  tienen  las  bocas  abiertas  en  manifestación 

mor  alegorizado, 

.  voi-  de  sedientos  (149),  instruiendo  su  compuesto  á  los  que  mueren  (150),  por 
agua  (15  1  ),  como  fugitivos  del  fuego  que  con  sus  efectos  dictan  las  frentes 
del  cuerpo  parado,  y  figurado  en  este  esculpido  peñasco,  acordes  con  mo- 
numentos locales  volcánicos  á  que  se  refieren,  y  en  que  avia  perecido  el 
mayor  número  de  Ascendientes. 
Alternación  de       j^o  Las  ^os  mayores  calaveras,  symbólicas  de  las  razas  mayores  de  am- 

Go  viera  o 

bos  rumbos  Norte  y  Sur,  ó  ascendencia  de  los  principales  Gefes  de  la  nue- 
bos.Rm  va  fundación,  sostenidos  por  ¡as  manos  del  cargador,  que  los  advierte  tales 

con  el  valor  del  pulgar  separado,  se  ligan  con  dos  semiplanisferios  de  rayos 
(152),  ó  día  (153),  en  la  mitad  (154),  alusivo  al  en  que  pereció  aquella  cor- 
pulenta ascendencia,  y  recordado  con  remudar  Gente  operaría  á  medio  día 
Unodeíossym-  secrUI1  se  acostumbra  hasta  hov  en  Pueblos,  ó  labor  de  Minas.   El  cuello 

bolos  de!   üempo         °  ' 

corrido  desde  ía  del  symbólico  Ranero  y  cargador,  se  halla  adornado  con  Gargantilla  se- 
ta  ia  nueva  fun-  niejante  a  la  que  usan  las  mugeres  naturales,  y  en  que  señalan  su  cuenta 
dacton.  ^e  cosas  qLie  venden,  de  cinco  en  cinco,  sus  doblezes  son  como  los  de  la 

vívora,  symbólica  de  quatrocientos  años  corridos  desde  la  era  nacional  has- 
ta la  de  nuestra  fundación  como  el  Árbol  conocido  vulgarmente  por  Palo 
dulce,  y  entre  Naturalistas  Nefrético,  que  por  sus  escamas  y  duración  se 
advierte  distinguido  con  anotación  (155),  común  á  la  vívora.  La  de  la  Gar- 
gantilla (156),  lo  es  al  color  rubio,  que  en  el  de  la  piedra  preciosa  ó  Rubí 
señalada  por  el  (157),  es  metafórico,  y  por  ello  acomodado  su  compuesto 
de  año  (158),  común  á  la  Yerba,  del  Señor  (159),  del  color  (160),  que  es 
el  mismo  del  Sol,  especialmente  en  Primavera  en  la  qual  advierte  también  el 
segundo  monumento  excavado  que  se  regulaban  los  equinocciales;  y  éste 
de  la  nueva  fundación,  hasta  la  perpetua  escasez  de  alimentos  propios  de 
estas  antiguas  Lagunas,  en  los  quatro  meses  hyvernales,  symbolizados  con 
otros  tantos  colmillos  (161),  ó  dientes  (162),  de  vívora  (163),  expresión  co- 
mún á  los  humanos,  como  que  en  tales  meses  se  oculta  la  vívora,  y  no 
come,  y  concuerdan  otros  symbolos  de  permanencia  con  dientes  y  col- 
millos. 

15?  La  boca  es  desproporcionalmente  mayor  por  la  de  comunicación  de 
las  dos  Lagunas  que  se  presentan  á  los  extremos  de  ella  en  dos  cercos,  ó 

(145)  (coyotepec)  (146)  c;  (147)  tepetl;  ¡i4Scoyotl;  (149)  amicki;  (150)  micki;  (151)  atl;  (152) 
tlacotonalli;  (153)  tonalli;  (154)  tlaco;  (155I  coatli;  ^1561  cuscatl;  (157)  tlapalteoxihuitl;  (158) 
xiuitl;  (159)  teotli;  (160)  tlapalli;  (161)  coatlantli;  (162)  tlantli;  (163)  coatí. 


BIBLIOGRAFÍA  mexicana  DEL  SIGLO  XV III. 

21  I 

círculos  (164),  expresión  común  á  pústulas  de  semejante  forma,  y  resul- 
tantes de  enfermedad  venérea  instruida  juntamente  por  ellas;  symbolizán- 
dose  en  lá  propia  boca  de  comunicación,  tanto  los  lugares  donde  se  con- 
servó la  Data  de  la  era  nacional  desde  la  cual  se  reguló  la  de  fundación 
de  esta  ciudad,  quanto  la  ascendencia  por  ambas  líneas  con  la  mixtura 
(de  las)  de  los  propios  lugares,  del  primer  Gefe,  ó  Monarca  de  la  nueva 
fundación.    A  este  lo  refería  la  tradición  en  Idioma  nacional  hasta  el  Siglo     LugaresdeAs- 

cendencia    del 

décimo  sexto,  por  (165)  de  la  servidora  (166),  con  la  boca  (167),  de  la  primer  Gefe  ó 
Agua  (168),  que  es  la  de  comunicación  de  la  Laguna  vulgarmente  cono-  ñUevañmdadoiu 
cida  por  de  Chuleo.  La  sierra  dominante  á  la  Población  Tolyahualco,  si- 
tuada en  el  extremo  meridional  de  la  propia  boca,  y  significativa  de  que 
en  lo  intefno  (169),  de  la  Rosca  (170),  hai  enea  (171),  en  manifestación  de 
su  antiguo  hundido,  bosquexa  á  la  figura  humana  tratada  por  los  Natu- 
rales de  su  comarca,  de  Señor  (172),  con  Manta  ('  1 73  ),  que  es  hilo  (174), 
de  tiempo  y  generaciones,  en  la  cima  ó  cumbre  (175;,  presentándose  en 
ella  la  rosca  que  resulta  figurada  sobre  la  del  cargador,  ó  Ranero  descul- 
pido  en  la  basa  del  Monumento  descubierto.  La  de  Toly analco  se  advierte 
en  esa  forma  desde  su  frontera  Población,  distante  de  aquella,  una  legua, 
y  situada  al  extremo  septentrional  de  la  propia  boca,  baxo  el  renombre 
(176),  dentro  (177).  del  labio  (178),  de  la  tierra  (179),  mediando  entre  am- 
bas Poblaciones,  la  boca,  ó  estrecho  de  comunicación  de  aquella  perenne 
Laguna,  y  desde  Tolyahualco  se  ve  en  la  cima  de  la  serranía,  respectiva  á 
Tlaltenco,  y  distinguida  de  sus  consecutivas  por  (180),  Águila  apreciada 
(181),  en  piedra,  ó  sierra,  (182),  el  bosquexo  de  esta  Ave  hechada  con  alas 
abiertas  en  acción  de  empollar,  ó  symbolo  de  Primavera  en  que  se  ocupa 
en  ello  la  natural,  traiéndola  entonces  el  Macho  su  alimento,  quando  en  lo 
restante  del  año  le  acompaña  la  hembra  á  la  caza.  Su  colocación  ciñe  la 
parte  convexa  ó  exterior  de  antigua  oquedad  volcánica,  que  también  tie- 
ne la  cima  de  Tolyaualco;  y  la  cara  con  ojos  undidos  de  la  figura  esculpi- 
da del  Monumento  de  que  se  trata  es  de  Águila.  Los  bosquexos  de  aque- 
llas dos  sierras  se  miran  mutuamente  (183),  symbolo  de  mixtura  de  sangre 
entre  los  antiguos  moradores  de  ambas,  ó  ascendencia  del  primer  Gefe  de 
esta  ciudad,  trasladado,  á  la  también  symbólica  figura  de  su  fundación. 

16?  La  rosca,  ó  emboltorio,  tanto  de  esta,  quanto  de  la  cima  de  Tolya- 
ualco, y  comprehensiva  del  hilo  del  tiempo,  está  compuesta  del  Hogar  na- 
cional para  cozimiento  de  tortillas  de  Maiz  que  se  haze  en  la  tortera  de     Jeroglífico  de 

-1  liccion  de 

barro  (184),  con  tres  piedras  tratadas  de  (185  ),  frente  (1861,  de  la  otra  van-  donde  vendría  ia 
da  del  Agua.  (187),  está  el  labio,  ú  orilla  (188)  alusiva  á  la  meridional  de  crUrí^™"  * 
la  Península  de  España,  ó  Mar  Mediterráneo  á  que  como  antediluviano  se 

(164)  nanauac;  (165)  Acamapitli;  (166)  pitli;  1071  camac;  (16S  atl;  (1691  co;  170  yaualli;  (171) 
tulli;  (172)  teutli-,  (173)  cuachtli;  ;  174  ichtli;  175  cuaitl;  170  tlaltenco;  177  co;  (178)  tentli; 
11791  tlalli;  11S0  tecuautzin;  1S11  cuautzin;  1S2  tetl;  ,183  ixnamiki;  (1S41  comallij  US51  tena- 
maxtli;  (186)  ixtli:  (187)  amac;  188  tentli. 


BIBLIOGRAFÍA  MEXICANA  DEL  SIGLO  XVIII. 

212 

refiere  el  segundo  monumento  excavado,  siendo  aquel  Continente  oriental 
respecto  del  de  América  el  predicho  á  estos  naturales  como  lugar  de  don- 
de les  vendría  su  conversión  al  Cristianismo  según  la  tradición  confesada 
por  su  Monarca  en  la  primera  entrada  de  su  conquistador  á  esta  ciudad, 
que  se  concordará  Las  tres  piedras  levantan  á  la  tortera  del  suelo,  colo- 
cándola sobre  ellas,  dispuestas  en  forma  triangular,  que  encierra  al  fuego, 
y  tratando  á  este  Hogar  de  (189),  levantada  la  mano  para  alcanzar  lo  que 
está  en  alte»  1 190),  que  es  el  fuego  (191),  que  en  esta  figura  aplican  á  la 

ei  de  antigua  lepra  (192),  podredumbre  (193),  que  es  enfermedad  (194),  del  Señor  (195), 
alusión  común,  tanto  á  las  cumbres  volcánicas,  fétidas  al  tiempo  de  su 
erupción,  como  las  de  Tolyaualco  y  de  Tlaltenco,  quanto  á  la  lepra  con  que 
entonces  caió  el  Pelo  á  los  naturales,  ó  pérdida  con  que  presenta  la  cave- 
za  de  su  nacional  figura,  que  sin  él  se  trata  de  (196),  rala,  ó  desmoronada 
(197),  en  la  cumbre  (198),  y  al  calvo  (199),  filo  (200),  de  oquedad  en  cen- 
tro ( 201),  de  cumbre  (202),  alusivo  al  Pedernal  (203),  filo  (204),  del  Señor 
(20SJ,  tratado  entre  naturalistas,  de  piedra  de  Gallinazo,  anotación  origi- 
nada de  la  idiomática  del  Reyno  del  Perú,  alusiva  á  acaesimiento  solar  á 
tiempo  del  eclipse,  figurándose  también  á  este  Astro  con  tal  Ave  en  el 
Monumento  segundamente  hallado,  y  sirviendo  el  mismo  Pedernal,  ó  le- 
chino petrificado  de  Volcan  á  algunos  naturales  para  rapar  la  caveza  hasta 
hazerse  sangre. 

Symboio  de  j„o  Sobre  la  tortera  en  el  Hogar,  se  presenta  el  vaso  nacional,  que  por 

hambre. 

de  madera,  supone  sin  exercicio  de  fuego  al  mismo  Hogar,  con  que  advier- 
te colocándolo  sobre  la  caveza  symbólica  de  la  memoria,  la  extinción  del 
Maiz  desde  la  era  nacional  que  también  envuelve.  El  es  producto  de  Ár- 
bol distinguido  por  (206),  vaso  (207),  del  Árbol  (208).  En  el  ocultan  las 
mugeres  naturales  el  pelo  después  de  averio  lavado  con  el  propio  vaso, 
con  el  qual  cubren  también  alguna  cuenta  que  lleven,  con  granos  puestos 
Cesación  déla  sobre  la  tortera.   Su  colocación  boca  abaxo  (209),  boleado  (210)  ¿quando? 

lepra  por  el  Bau-  ,  -  t        '  i         •  /  • 

dsmo.  (2I1);  quando  el  pelo  (212)  común  a  quatrocientos,  en  la  tierra  (213).  íns- 

truie  que  aquella  Lepra  que  lo  hazia  caer  al  lavarlo  y  cesaba  con  la  Agua 

que  lavó  la  caveza  tratada  de  (214),  vaso  (215),  con  pelo  (216),  fué  origi- 

Datadeiafun-  nacja  quatrocientos  años  antes  de  la  fundación  de  esta  Ciudad,  que  por 

dación,  regulada 

desde  la  era  na-  cuenta  purificada  del  embolismo  ó  confusión  en  que  entonces  se  hallaba  la 

"adadeíaconfu-  Data,  envuelve  el  ocultado  pelo  en  el  vaso,  como  que  este  es  producto  que 

sion  en  que  se  cueiga  ¿e  ramazón,  la  qual  se  expresa  por  (217),  lo  enmarañado  (218),  de 

la  yerba  Í219),  común  al  año,  del  Árbol  (220),  común  al  de  Genealogía 

ascendente  de  los  fundadores  ya  en  bajo  respecto  de  la  antigua  Capital 

(189)  tlecuilli;  (190)  cuilli;  (191)  tetl;  (192)  teococolispalanalistli;  (193)  palanalistli;  (1941  coco- 
Üstli;  (195)  teotlij  (196)  cuacacayactli;  (197)  cacayactli;  (198)  cuaitl;  (1991  cuaxipetztli;  (200)  itz- 
tli;  (2oi)  xictle;  (202)  cuaitl;  (203)  teoitztli;  (204)  itztli;  (205)  teotli;  (206)  cuautecomatl;  (207) 
tecomatl;  (208)  cuauitl;  .209)  tlaltzoniccueptli;  12101  cueptli;  (211)  ic?;  (212)  tzontli;  (213)  tlalli; 
(214)  tzontecomatl;  (215)  tecomatl;  (216)  tzontli;  (2171  cuauxinpasolli;  (218)  pasolli;  (219)  xiuitl; 
122o1  cuauitl. 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 
213 

encumbrada,  que  instruien  los  Symbolos  y  Geroglíficos  de  este  monumen- 
to figurado  en  pie,  ó  tiempo  corrido  hasta  la  fundación  de  la  nueva  desde 
la  era  destructiva  de  aquella  quando  se  eclipsaron  Sol,  y  Luna  impuestos  Eclipse  solar  de 
sobre  el  vaso,  cada  uno  en  forma  de  ombligo,  ó  centro  natural  humano,  ó 
suceso  advertido  también  por  otro  distintivo  del  propio  vaso  (221)  el  que 
tiene  casa  (222),  en  oquedad  de  centro  (223),  como  eclipsados  ambos  as- 
tros á  medio  día,  ó  centro  de  su  curso  ó  en  que  hizo  mansión  el  Sol,  acor- 
de con  otros  symbolos  y  Geroglíficos  de  este  Monumento,  y  del  segundo 

hallado,  y  costumbres  nacionales;  mediando  entre  los  dos  de  este  vaso,  un    Erupciones  vol- 
cánicas en  ella. 
Panal  (224),  que  su  compuesto  de  agua  (225),  que  rodea  (226),  á  las  flechas 

(227),  instruie  á  la   Laguna  conocida  por  de  Chuleo,  donde  se  conservó 

la  Data,  ceñida  de  Picachos  volcánicos  antiguos  que  despidieron  fuego, 

por  tres  días,  symbolizados  en  las  tres  púas  del  Panal  (g). 

18?  En  la  doble  y  mixta  cabeza  de  cangrejo,  retrocedor  como  las  Datas     A  tiemP°  de 

embriaguez. 

de  tiempos  pasados  y  á  costumbres  antiguas,  y  de  Abeja  por  sus  propie- 
dades imitadas,  que  ya  figuran,  se  colocó  el  calavazo,  uaxitl,  que  usan  so- 
bre ella  los  Naturales  en  Payses  Calientes  de  nuestro  Sur,  á  distinción  de 
los  de  Nación  conocida  por  Uaxteca,  que  lo  cargan  por  la  espalda.  En  su 
centro,  que  siendo  la  Mollera  (228),  su  compuesto  la  ministra  Agua  (229), 
nuestra  (230),  quando  el  utensilio  es  de  Pulque  contrapuesto  á  ella,  y  sym- 
bolo  de  embriaguez  con  los  alveolos  propios  de  Panales  de  Abejas,  ó  ca- 
sillas (231),  expresión  común  á  dormitorio  consecuente  á  ella,  se  colocó     Symboio  de  te- 

rremoto  en  cruz, 

crucero  symbólico  de  los  quatro  rumbos  cardinales  de  que  ocurría  Gente  que  lo  es  de  ios 
á  la  antigua  Capital,  y  á  los  quales  fué  despedido  el  concurso  en  dia  de  cMdínJ«átíe^ 
gran  baile  y  festejo  según  antigua  nacional  tradición  comprobada  por  sym-  podeconcursode 

ellos  en  la  Capi- 

bolos  y  Geroglíficos  de  estos  Monumentos,  y  de  los  topográficos.  A  la  tai  antigua. 
misma  era  recordativa  de  aquella  Capital,  aludía  el  tratamiento  de  (232), 
Amo  (233)  quatro  vezes  (234),  siendo  esta  segunda  parte  todavía  com- 
puesta de  en  donde  (235),  está  la  mollera  mia,  symbólica  de  la  memoria 
(236),  que  se  daba  en  el  Adoratorio  de  la  nueva  á  la  mayor  prominencia 
de  la  serranía  de  nuestro  Sur,  todavía  dominante  á  los  quatro  rumbos,  y 
también  la  Alegórica  tradición  de  que  las  Naciones  de  Nueva  España,  unas 
avian  salido,  y  otras  llegaban  á  Lugar  distinguido  por  (237),  lo  interno 
(238),  en  cueva  (239),  de  dos  (240)  oquedades  en  centro  (241),  y  son  las 
antiguas  volcánicas  que  se  figuran  en  calaveras  en  este  Monumento,  do- 
minadas por  la  que  también  conservan  aquella  prominencia. 

19?  A  los  lados  de  la  mixta  caveza  se  presentan  dos  Pináculos  en  for-     Oquedades  de 

r  ella. 

ma  en  cestilla  de  estera  (242),  que  con  su  compuesto  de  casa  (243),  de  es- 
tera (244)  siendo  esta  alusiva  á  la  toba  en  colinas,  y  el  mismo  compuesto, 

(221)  xiccale;  (222)  cale;  (223)  xictle;  (224)  mimiyauatl;  (225)  atl;  (226) yaua;  1227'  mimi; 
(228)  tan;  (229)  atl;  (230)  to;  (231)  cochiantli;  (232)  napatecutli;  (233)  tecutli;  (234)  napa;  ^235) 
pa;  (236)  ñau;  (237)  xicomostoc;  (238I  co;  (239)  ostotl;  (240)  orne;  (241)  xictle;  (242)  Petlacalli; 
(243)  calli;  (244)  petatl. 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVlll. 
214 

común  al  sepulcro,  advierte  á  dos  eminencias  que  encierran  en  la  propia 
Serranía  de  Sur,  al  Pueblo  conocido  por  la  Magdalena,  y  nacionalmente 
(245),  en  lo  interno  (246),  el  sepulcro  (247),  de  la  Gente  principal,  y  do- 
minante, symbolizada  en  los  cuernos  del  cangrejo,  impuestos  á  las  mismas 
cestillas,  y  las  contribuciones  dedicadas  á  ellos,  en  las  uñas  y  triángulo  que 
se  repiten  al  pie  de  la  otra  frente  de  este  Monumento  parado,  donde  se 
expresan  sus  valores.  Las  dos  oquedades  de  la  tradicional  cueva  se  notan 
aqui  symbolizadas  en  Calaveras  (248),  ó  vaso  (249),  en  cumbre  (250),  alu- 
sivo á  su  cavidad  en  eminencia,  y  tratándolas  hasta  hoy  los  naturales  de 
su  comarca,  de  (251),  expresión  común  al  ombligo  colocado  en  medio  del 
cuerpo  humano. 

20?  El  pecho  mugeril  tiene  en  los  dos  lados  respectivos  la  sonaja  labra- 
da de  danzas  nacionales,  tratada  de  (252),  hilo  (253),  translativo  de  gene- 
raciones, de  la  Nariz,  ó  punta  orizontalmente  saliente  (254),  de  la  Agua 
(255),  ó  alusión  de  este  Ramo  repoblador  de  aquella  antigua  Capital  des- 
pués del  Diluvio,  acorde  con  el  tratamiento  de  la  proa  de  toda  embarca- 
ción distinguida  por  nariz  de  la  casa  en  agua  según  se  notará  después.  La 
propia  sonaja  se  usa  también  en  danza  de  Novios,  instruiendo  otro  com- 
puesto con  ella  (256),  al  generante  (257),  por  tal  sonaja  (258),  siendo  jun- 
tamente significativo  de  concurso  á  casamientos  de  la  Nación.  Las  dos 
manos  impuestas  sobre  el  mismo  Pecho,  siendo  por  el  compuesto  de  los 
cinco  dedos  de  cada  una  (259),  comunicado  carnal  (260),  por  la  mano  (26 1), 
symbolos  de  el  fin  de  los  Casamientos,  también  de  ciento  en  cada  una  con- 
forme al  estilo  nacional  regulativo  (262),  ó  que  tiene  la  cuenta  (263  |,  con 
cinco  (264),  esto  es,  veintenas  según  el  propio  estilo.  De  las  catorze  natu- 
rales conyunturas  (265),  asida  (266),  ó  (267),  exclamatorio,  pegajosa  (268), 
alusiva  á  la  muger  perpetua  del  marido,  omite  la  figura  las  dos  de  los  pul- 
gares symbólicos  de  mando,  en  manifestación  de  que  entre  número  de 
fundadores  de  la  nueva  Capital  descendientes  de  aquella  Población,  que 
casaron  al  tiempo  de  la  nueva,  ninguno  tenia  mando.  Por  ello  las  doze 
restantes  en  lugar  valioso  de  ciento,  ó  dedos  que  lo  symbolizan,  importan 
otras  tantas  centenas,  que  en  ambas  manos  componen  dos  mil  y  quatro- 
cientas  personas  de  nuevos  fundadores  descendientes  del  Lugar  de  sepul- 
cros á  que  señalan,  y  sin  expresar  número  en  las  sonajas  superiores,  im- 
puestas en  la  Garganta  de  la  figura  symbólica  de  la  misma  serranía  por  su 
distintivo  (269),  Garganta  (270),  de  la  tierra  (271),  como  las  siete  piedras 
que  la  adornan,  de  otros  tantos  collados,  é  individuando  la  venda  (272), 
vómito  (273),  en  la  tierra  (274),  colocada  en  la  caveza,  la  de  la  propia  se- 
rranía, de  que  baja  continuo  raudal  de  agua  á  otra  Población,  en  mas  ele- 

(2451  Petlacalco;  (246)  co;  (247)  Petlacalli;  (2481  cuaxicale;  (249)  xiccale;  1250)  cuaitl;  1251  xic- 
tle;  (252)  Ayacachtli;  (253)  ichtli;  (2541  yacatl;  255)  atl;  (2561  -\yacacachketza;  257!  Ketza;  (258) 
Ayacachtli;  (259)  macuilli;  (260)  cuilli;  1261)  maitl;  (2621  macuilpoale;  (2Ó3)poale;  (264)  macuilli; 
265.  >asaliuyantli;  (266)  antli;  (267)  u;  (268)  sasalic;  1269  tlatoscatl;  (270)  toscatl;  1271 1  tlalli; 
(272)  tlaxochtli;  ^273)  ixochtli;  (274)  tlalli. 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 
215 

vacion  que  la  de  Petlacalco,  distinguida  por  (275),  la  que  de  lo  interno 
{2j6),  vomita  (277),  agua  (278).  En  la  postura  de  esas  dos  manos,  y  de 
las  dos  inferiores  apegadas  á  la  calavera,  se  manifiesta  el  estylo  con  que  á 
lo  natural  se  conoce  el  medio  dia,  ó  tiempo  preciso  de  aquel  antiguo  su- 
ceso, señalándose  en  las  conyunturas  de  las  quatro,  el  número  de  quatro 
mil  v  ochocientos  fundadores  descendientes  de  los  doze  libertados  en  aquel     E1  de  sobrevi- 

■'  *  vientes  a  la  pro- 

Lugar,  que  symbolizan  otros  tantos  dientes  de  la  calavera,  tratados  de  p»a  era  en  lugar 

determinado. 

hueso  (279),  quando  se  denota  su  permanencia  entre  naturales,  no  obstan- 
te que  tengan  su  distintivo  propio. 

2 1  ?  De  la  calavera  de  esta  frente  sale  una  vívora  de  dos  cavezas,  ó  Mons-  ¡ado  e 
truo  (280),  el  que  da  placer  (281),  á  las  Gentes  (282),  instructivo  con  sus 
ataduras  (283),  de  lo  noble,  ó  principal  (284),  de  la  tierra  (285),  ú  oro  aco- 
piado de  Rios  y  Serranías,  que  todavía  se  tratan  de  Placeres  en  Lugares 
de  ellas,  en  Provincias  internas,  donde  lo  ruedan  las  Aguas.  Se  advierte 
figurado  tal  Monstruo  en  la  enagua  nacional  (286),  por  común  á  halda  de 
Sierra,  una  parte  del  compuesto  de  la  misma  enagua  (287).  ministrando 
la  otra  el  orificio  (288),  ó  cavidades,  tanto  del  Malpaís  de  la  serranía  de 
nuestro  Sur,  en  que  con  la  lava  quedaron  mixturados  los  antiguos  acopios 
de  contribuciones  preciosas  hasta  la  era  nacional,  quanto  las  de  vertientes, 
donde  á  los  quatrocientos  años  después  de  ella,  ó  en  la  data  de  nueva  fun- 
dación, se  cogia  para  feudal  reconocimiento  á  la  descendencia  de  aquella 
antigua  Raza  dominante,  de  veinte  y  seis  Lugares  figurados  en  otros  tan- 
tos troncos  trozados  de  árbol  en  sentido  orizontal,  y  distribuidos  en  el 
recinto  respectivo  á  la  rodilla  de  la  figura,  vista  por  ambas  frentes  y  cos- 
tados. El  distintivo  de  la  propia  rodilla  en  su  estructura  interna,  es  (289), 
piedra  (290),  con  hebra  (291),  de  Árbol  (292),  por  su  dureza,  y  enlaze  de  d¡E*  deJ'^sr™l' 
cuerdas  en  parte  del  cuerpo  que  el  Idioma  trata  de  arboladura,  siendo  co-  geri°  en  ríos, 

f  juntamente  que 

mun  el  propio  compuesto  a  tronco  de  Árbol  asi  trozado  que  instruyendo  paia  pesCa. 
también  aquella  dominante  estatura  humana  disminuida  por  aniquilación 
de  la  hebra  de  su  Árbol  genealógico  en  la  piedra,  ó  sierra  de  su  capital 
dominación,  advierte  juntamente  los  medios  inventados  por  ella,  de  piedra 
y  hebra,  ó  vejuco  montes,  con  que  se  ligan  Arboles  para  formación  de 
Presas,  ó  corrales  en  Rios  de  Pesca,  manifestados  en  veinte  Redes  (293), 
pendientes  de  la  enagua,  y  á  continuación  quatro  Mosqueadores  (294),  que     Estación  para 

ello  destinada. 

con  su  valor  de  Ala  (295),  para  la  fiesta  (296),  del  que  cierra  (297),  pre- 
vienen otros  tantos  meses  Ivernales,  en  que  después  de  mitigadas  las  cre- 
cientes, se  hazia,  tanto  la  Pesca,  quanto  la  busca  del  oro,  comenzando  desde 
la  venida  de  la  Garza,  á  que  alude  la  Ala,  y  también  á  la  materia  de  pluma 
escarmenadora  de  las  pajas  de  que  aparece  formado  el  fleco  (298),  ins- 

(275)  Axuchco;  (276)  co;  (277)  ixuchtia;  (278)  atl;  (279)  omití;  2S0)  tlacasemele;  (281)  seme- 
le;  (282)  tlaca;  (283)  tlalpilli;  (284)  pilli;  (285)  tlalli;  (286)  tzincueitl;  (287)  cueitl;  (288)  tzintli; 
(289)  cuautzontetl;  (290)  tetl;  (291)  tzontli;  (292)  cuauitl;  (293)  matlatl;  (294)  tzacuiluastli;  (295) 
astli;  (296)  iluitl;  (297)  tzacuá;  (298)  tenposoncayotl. 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIll. 

216 

tructivo  del  deletreo  articulativo  á  coros,  de  los  symbolos  de  contribu- 
ciones. 
Symboio  deía       22?  Como  el  distintivo  (299),  común  tanto  á  dos  cosas  enteras  y  comu- 

Serranía  de  Sur.  f  f 

nicables  entre  ambas,  quanto  a  dos  frentes,  envuelve  a  los  que  se  afrontan 
(300),  á  la  sierra  (301),  para  concupisencia  (302),  se  symboliza  en  las  dos 
de  este  Monumento  la  serranía  de  nuestro  Sur,  donde  también  residía  el 
Govierno  de  la  de  Norte,  y  quedando  por  eso  en  aquella  apropiadas  las 
dotes  (303),  distinguidas  por  lo  enagenado  (304),  en  sierra  (305).  De  ella 
corrió  aquel  Mal  país  de  Lava  abundante  hasta  hoy  en  vívoras  (306),  ó 
culebra  (307),  que  muerde  (308),  advirtiéndose  la  enagua  figurada,  com- 

EidekdeNor-  puesta  de  ellas,  en  las  frentes  y  costados  symbólicos  de  la  serranía  de  Nor- 
te, como  distinguidos  por  (309),  diente  (310),  de  concupisencia  (311),  con 
el  Baho  (312),  alusivo  á  la  muger  compañera  al  lado  del  hombre.  La  lava 
cubrió  á  las  Gentes  especialmente  concurrentes  de  ambas  Serranías,  como 
la  vívora  traga  á  los  conejos,  Ratas,  y  Lagartijas,  enteras,  manifestándose 
en  los  cascabeles  (313),  figurados,  tanto  los  recorvados  senos,  ó  cuevas  de 

ei de k  causa  taj  pai'S(  por  conlun  su  distintivo  al  caracol,  quanto  la  causa  del  estrago 

del  estrago.  x  *  o 

que  embuelbe  el  compuesto  de  hilo  (314),  de  la  enagua  (315),  ó  sucesión 
de  la  primera  muger,  de  quien  los  naturales  hazian  especial  mención  en 
estos  dos  Monumentos  primeramente  ahora  hallados,  y  en  tradiciones  re- 
feridas á  serranías  coetáneas  á  la  creación  de  la  común  Madre,  y  origen  de 
la  concupisencia. 
Contribuciones       23?  En  el  fleco  se  symbolizó  también  la  contribución  de  la  Gente  del 

del  con  torno  de  la 

Laguna.  contorno  de  la  Laguna,  destinada  á  los  Ministros  Religionarios  que  com- 

ponían el  canto  de  sus  coros,  y  la  qual  envuelve  su  compuesto  de  calabaza 
(316),  por  dentro  (317),  cocida  (318),  de  la  orilla  ó  labio  (319),  permane- 
ciendo en  el  propio  contorno  la  Población  (320),  cerca  (321),  de  la  cala- 
vaza  (322)  de  que  presenta  figura  su  inmediato  cerro,  y  también  la  cos- 
tumbre de  regalar  los  naturales,  especialmente  á  sus  Governadores,  las 
frutas  que  envuelve  un  synónimo  del  fleco  (323),  Calavaza  (324),  Aguacate 
(325),  grasoso  (326),  que  es  el  mejor  de  la  orilla  (327),  de  la  tierra  (328), 
y  advirtiendo  antonomasticamente  otro  synónimo  del  propio  adorno  (329), 
orilla  de  la  tierra,  que  en  él  se  simbolizaban  las  contribuciones  de  ella.  Pero 
Medidas  de  las  se  interrumpe  el  figurado  como  el  tiempo  de  ellas,  por  cinco  zurrones  (330), 

de  oro  y  sus  bol- 
sas, divididos  con  su  geroglífica  atadura,  que  fenecen  en  la  figurada  cueva  de 

dos  centros  xicomostoc,  donde  se  perdieron  los  de  la  Capital  antigua,  y  que 

sirvieron  á  acopiarse  desde  la  fundación  de  la  nueva,  advirtiendo  la  medida 

de  las  contribuciones  mayores  las  uñas  grandes,  alusivas  á  las  de  la  cuar- 


(299)  yonteixti;  (300)  ixti;  (301)  tetl;  1302)  yomoni;  (303)  teyocatilli;  (304)  yocatilli;  (305)  tetl; 
(3061  tecuancoatl;  1307)  coatí;  (308)  tecuani;  (309)  yoyomotlantli;  Í310)  tlantli;  (311 )  yomoni;  1312) 
iyotl;  313)  cuechtli;  (314^ ichtli;  (3l5)cueitl;  (316)  Ayotl;  (317)  c;  (318)  posoni;  (319)  tentli;  (320) 
Ayotlan;  C321)  itlan;  (322)  Ayotli;  (323)  tlatenchayauacayotl;  (324) ayotl;  (325)  Auacatl;  ,326]  cha- 
yauac;  (327)  tentli;  (328)  tlalli;  (329)  tlnatetli;  (330)  toctli. 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

ta  de  la  mano  (331),  uña  (332),  en  cada  uno  (333),  esto  es,  de  cada  dedo 
pulgar  y  meñ'que  tendidos  en  abertura  de  la  propia  mano,  y  distinguiendo 
las  menores  por  el  Geme  ó  distancia  entre  el  índice  y  pulgar.  Pero  otros 
tantos  Zurrones,  así  de  los  mayores,  como  de  los  menores  que  figura  el 
Monstruo,  se  amarraban  de  lo  contribuido  en  los  quatro  meses  Ivernales, 
con  ocho  mil  de  sus  respectivas  medidas  que  instruie  la  anotación  meto- 
nímica  de  bolsa  (334),  y  compuesta  de  principal  (335),  yerba  apreciable 
(336),  de  oquedad  en  centro  (337),  por  el  oro  perdido  en  las  volcánicas  de 
Xicomostoc,  siendo  la  propia  anotación  común  á  la  Cantidad  de  ocho  mil 
por  la  contenida  en  tales  bolsas  (h). 

24?  La  otra  frente  difiere  de  la  ya  desenvuelta,  en  advertir  otros  qua- 
tro collados  de  la  propia  serranía  de  sur  por  medio  de  otras  tantas  piedras 
impuestas  en  la  Garganta.  A  su  lateral  alineamiento  se  hallan  dos  mil  lar- 
gos pulgares,  symbólicos  de  los  principales  Gefes,  que  mediante  las  sona-     °tros  collados 

de  1a  serranía  de 


jas  se  enlazan  con  dos  manos,  la  una  con  catorze  coyunturas,  y  la  otra  con  surydepobiado- 
doze,  en  manifestación  de  dos  mil  y  seiscientas  personas  de  fundadores  saHódediasplra 
que  vinieron  de  aquellos  collados,  y  emparentadas  por  el  linage  significa-  i» fundación,  con 
do  en  la  faja  (338),  instructiva  con  su  compuesto  de  ligazón  (339),  de  per-  que  en  aquellos 
sonas  (340),  pares  ó  iguales  (341).   De  su  ascendencia  descubre  salvadas,  doTiaeranTcTo- 
ó  sobrevivientes  al  suceso  de  la  era  nacional,  veinte  y  dos  en  otros  tantos  nal- 
dientes  de  su  calavera,  symbólica  de  la  otra  oquedad  volcánica  de  Xico- 
mostoc; recordando  también  la  sobrevivencia  de  otras  catorze  de  Gefes, 
corpulentos,  con  otros  tantos  colmillos  mayores,  impuestos  á  los  brazos 
fornidos,  y  descubiertos  igualmente  por  esta  frente  que  por  los  costados, 

como  transferidos  de  la  Serranía  de  Sur  á  la  de  Norte;  y  señalando  su     Señal  de  aug- 
mento ó  diminu- 

govierno,  el  Mosqueador  aplicado  al  codo  que  abre  y  cierra  al  Brazo  y  don  de  tiempo 
mueve  las  acciones,  dirigidas  principalmente  en  aquellos  á  la  prolongación  parapesc 
del  tiempo  empleable  en  la  pesca,  y  solicitud  de  oro,  por  uno,  ó  dos  me- 
ses á  mas  de  los  ivernales,  determinables  según  la  anticipación,  ó  retarda- 
ción de  las  lluvias,  varia  en  los  añjs. 

25?  Descubriéndose  en  esta  frente,  symbólica  también  de  la  serranía  de 
sur  en  que  estuvo  la  Capital  antigua,  todo  el  tramo  del  brazo,  tendido  des- 
de el  ombro  hasta  la  mano  (342);  presenta  en  ambos  costados  alusivos  á 
la  de  Norte,  en  donde  instruie  la  repoblación,  como  acogidos  en  ella  aque-     otra  de  la  d¡- 
llos  sus  sobrevivientes  de  la  otra,  solo  el  molledo,  ó  parte  desde  el  ombro  ¿^""j"  estatu- 
al  codo  (343),  manifestativo,  de  que  el  brazo  nuestro  (344),  (de  la  nación  ra- 
fundadora),  es  la  mitad  (345),  en  cada  uno  (346),  así  de  la  estatura  ante- 
rior á  la  era  nacional,  como  del  poder,  comparadas  ambas  cosas  con  el 
cuerpo  y  mando  al  tiempo  de  la  fundación. 

26?  De  la  calavera,  ó  fuente  encumbrada  corre  una  dupla  cauda  del  Pa-     Ladeíosobre- 

(331)  senistitl;  (332)  istitl;  (333)  sennej  (334)  xickilpile;  (335)Pile5  (336)  kilitl;  (337)  xictle;  (338) 
sesentlacámecaj-otl;  (339)  mecayotl;  (340)  tlaca;  (341  sesennej  (342)  A.collin;  (343)  sentlacotacol; 
(344)  tacol;  (345)  tlaco;  (346)  serme. 

28 


dido. 


BIBLIOGRAFÍA  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 
218 
saliente  de  la  ca-  Vo  regional  (347),  symbólico  de  lo  sobresaliente  de  aquella  antigua  capi- 

pital  antigua 

tal  respecto  de  los  demás  lugares,  como  tal  Ave  comparada  con  otras  re- 
gionales, y  á  la  qual  crían  los  naturales  con  particular  atención.  La  misma 
dupla  cauda  es  semejante  á  la  configuración  que  forma  el  mal  pais  de  lava 
que  cuelga  de  la  serranía  de  Sur,  extendido  en  la  parte  llana  y  estrecho  en 
la  alta,  quedando  casi  en  el  todo  de  su  mediación  la  pequeña  heredad, 
compuesta  de  tres  planes  encerrados  por  la  propia  lava,  y  distinguido  el 
menor  de  ellos  por  (348),  en  lo  interno  (349),  está  la  camisa  (350),  alusiva 
á  la  figura  que  en  él  forma  el  cercado  de  la  propia  lava,  que  es  la  del  cotón, 
ó  camisa  nacional,  la  qual  corre  del  cuello  á  la  cintura,  y  con  solas  medias 
mangas.  El  plan  de  magnitud,  media  entre  ese  y  el  mayor,  es  (351),  den- 
tro (352),  de  lo  noble  y  principal  (353),  de  arriba  (354):  distinguiéndose 
al  mayor  por  su  misma  magnitud,  pero  también  con  anotación  de  lo  prin- 
cipal (355),  dentro  de  lo  principal  de  arriba  (356),  que  es  grande  (357). 
Tesoro aiií per-  27?  Ambos  son  acordes  con  el  compuesto  que  envuelve  la  figurada  cola 
de  Ave  (358),  lo  principal  (359),  de  la  inmundicia  (360).  En  ella  se  pre- 
senta dos  órdenes  de  las  que  se  llaman  pinas  de  plata  en  las  Haciendas,  ó 
Ingenios  de  beneficio  de  minerales,  distinguida  por  (361),  inmundicia  (362), 
del  Señor  (363),  tanto  por  derretido  aquel  metal  así  acopiado,  con  erup- 
ciones volcánicas,  quanto  por  atribuida  su  formación  al  Sol,  tratado  de 
Señor  en  sentido  abusivo  y  profanatorio  del  symbólico  de  la  Divinidad. 
La  figura  piramidal  cónica  de  tales  pinas  azogadas,  tratada  de  (364),  y 
cuia  rayz  (365),  se  acomoda  también  por  translación  á  la  inmundicia  hu- 
mana de  semejante  forma,  descubre  que  la  plata  fué  entre  estas  naciones, 
mucho  mas  rara,  ó  escaza  que  el  oro,  por  no  acarreada  en  la  abundancia 
que  este  por  los  Rios,  aunque  el  uso  de  ella  era  mui  antiguo  en  el  Mundo: 
pues  instruie  cosa  antigua  y  usada  (366),  que  guarda  ó  deposita  (367),  la 
tierra  (368). 

28?  Por  eclipsados  Sol  y  Luna  á  tiempo  de  aquel  memorable  suceso,  y 
por  él  también  temibles  aun  los  eclipses  naturales,  para  gentes  nacionales, 
especialmente  de  lugares  donde  los  monumentos  de  erupciones  volcánicas 
coetáneas  á  la  era  nacional,  la  recuerdan  con  sus  peculiares  anotaciones, 
son  dos  las  colas  (369),  principal  (370),  inmundicia  Í371),  de  los  Señores 
(372).  La  doble  cauda  fenece  tocando  á  un  triángulo  de  iguales  lados,  ó 
isóceles,  semejante  en  sus  lúnulas  á  los  rastrillos  acostumbrados  en  fundi- 
ciones de  minerales,  y  abrazando  á  ocho  uñas  ó  medidas,  por  el  valor  nu- 
meral de  su  compuesto  {373),  tres  (374),  esto  es,  días,  según  el  contexto, 
de  desgracia  (375),  que  con  las  llamas  de  humo  salientes  del  triángulo, 


(347)  nexolotl;  (348)  cotoneo;  (3491  co;  (350  cotonki;  (351)  acopilco;  (352)  co;  (353>  pilli;  (3541 
aco;  (355)  ueacopilco;  1356)  acopilco;  (357)  uei;  1358)  cuitlapilli;  (359)  pilli;  (360)  cuitlatl;  361) 
teocuitlatl;  (362)  cuicatl;  1363')  teotl;  ¡3641  tlapiasolli;  1365)  tlapiasoa;  1366)  solli;  (367)  pia;  (368) 
tlalli;  (369)  teteocuitlapilli;  1370)  pilli;  (371)  cuicatl;  372  teteotin;  (373J  cliicuei;  (374)  yei;  (375) 
chicu. 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 
219 

instruien  {376),  significativo  de  tercero  dia,  y  por  su  compuesto,  de  que 

aquella  materia  está  {377),  derretida  (378),  sobre  (379),  el  camino  (380).    e^^c°0e¡aqdue 

que  el  acopio  de  ella  era  de  mil  y  seiscientos  años,  lo  advierten  las  cuatro 

colas  del  Páxaro  sentzontli,  impuestas  sobre  las  del  Pavo,  como  valiosa 

cada  una  de  quatrocientos,  y  señalados  á  mas  de  ellos,  tres  meses  lunares 

por  las  lúnulas  del  rastrillo,  tratado  de  (381),  recogedor  (382),  de  la  ba-     Symboio  de  i» 

r  '  extinccion  del 

sura  ó  rastrojo  del  Maiz  (383),  comunmente  cosechado  entre  naturales  en  Mai¿  desde  íaera 
principio  de  la  luna  de  Diciembre,  ó  data  inicial  de  aquel  acopio  de  su  an- 
tiguo tesoro,  y  symbolizando  juntamente  el  rastrillo  la  extinción  del  maiz 
desde  aquel  suceso  de  Primavera,  instruida  en  esta  figurada  memoria,  con 
las  colas  del  sentzontli,  que  mudan  su  pelo  ó  pluma  anualmente  en  ella  (i). 
29?  A  los  lados  de  la  que  se  presenta  por  cabeza  de  este  peñasco,  se 
notan  los  siguientes  symbolos  y  Geroglíficos:  cofia  de  Red  (384),  instruc- 
tiva con  su  compuesto  de  Red  (385),  de  la  cumbre  (386);  como  que  sym- 
bolizándose  en  ella  la  capital  antigua,  se  notan  en  su  serranía  mallas  ú     costumbres  de 

la  capital  antí- 

oquedades  volcánicas  según  las  que  forma  la  red  entre  sus  nudos.  El  Pa-  gua, sudtadas en 
nal  que  custodian  las  Abejas,  figuradas  por  sus  ojos  laterales,  que  como  lanuev 
extraen  el  jugo  de  las  flores,  y  depositan  en  él  á  profusión  la  cera,  asi  po- 
nían allí  los  naturales  el  oro;  imitándolas  también  en  fabricar  sus  casillas 
emplastadas  con  lodos;  en  aver  vivido  allí,  y  después  en  su  nueva  funda- 
ción, asociados  á  distinción  de  otras  Gentes  errantes;  y  en  aver  embiado 
en  los  tiempos  respectivos  á  ambas  capitales,  sus  colonias  desde  ellas  á  otros 
lugares,  según  la  antigua  tradición  de  que  estas  naciones,  unas  a.vian  salido 
de  xicomostoc,  y  otras  llegaban  á  él. 

30?  El  torzal  (387),  que  liga  orizontalmente  á  la  caveza,  instruiendo  su     Terremotocon 

que  acabó  aque- 

compuesto,  vuelta  (388),  de  la  tierra  (389),  manifiesta  su  alusión  al  terre-  ua,y Lugar á que 
moto,  circunstanciado  en  el  segundo  peñasco  excavado,  con  que  destruida  ^"brevVvk'n! 
la  capital  antigua  de  la  Serranía  de  Sur,  se  transfirieron  los  pocos  liberta-  tesdeeiía. 
dos  de  ella,  á  la  de  Norte,  symbolizada  en  los  costados  de  éste  de  funda- 
ción, por  particular  anotación  del  lugar  donde  se  acogieron  aquellos,  con 
Pozo  en  corte  de  elevación,  tratado  de  (390),  ahoyado  (391),  de  la  Laguna 
(392),  según  permanece  respecto  de  la  extendida  antiguamente  hasta  las 
serranías  de  este  Valle,  el  pequeño  ahoyado  en  lo  interior  de  la  de  Norte, 
y  en  él  situada  en  la  basa  meridional  de  parte  de  la  propia  serranía  que 
por  el  rumbo  y  Valle,  de  su  Norte  presenta  vista  de  Águila,  la  antigua 
Población  (393),  que  en  su  mismo  compuesto  instruie  su  colocación  en  (394), 
la  sierra  (395),  de  la  Águila  (396),  quando  el  monumento  figurado  de  su 
memoria,  representó  también  al  propio  lugar  con  tocar  la  Ala  de  la  Ave 
al  plan  de  la  nueva  fundación  (j). 

(3761  uiptlatica;  (377)  ca;  (378)  tlatilli;  (379)  ipan;  (380)  utli;  (381)  tlasolononi;  13821  ololoni; 
(383)  tlasolli;  (384)  cuamatlatl;  (385)  matlatl;  (386)  cuaitl;  13S7)  tlamalintlij  (388.  malintli;  (389) 
llalli;  (390)  Atlacomulli;  (391  comulli;  (392)  atla;  1393)  cuautepec;  (394)  c;  (395)  tepetl;  (396) 
cuautli. 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

220 

NOTAS 

RECLAMADAS    DESDE    LA    PAGINA    200.* 

Nota  (a)  (  ¡  réase  la  pág.  200.) 

A  esta  clase  ele  Roca  llamó  el  Mineralogista  Sueco  Goschkal  Walerio, 
en  su  especie  91,  opaca,  Arenaria  y  compacta,  colocándola  Valmont  de 
Bomare  en  la  suia  191,  tom.  1?  de  la  Mineralogía  que  publicó  en  París, 
año  de  1774. 

La  medida  por  pies  como  una  de  las  alusiones  de  los  desproporcionados 
a  la  figura,  y  también  el  Devanador,  ambos  Geroglíficos  presentados  en  la 
basa  plana  del  Monumento  primeramente  ahora  hallado,  y  asentados  sus 
valores  á  los  números  marginales  8?  y  9?  y  en  la  Nota  (f ),  instruien  la  ex- 
pulsión de  Peñascos  de  aquella  Prominencia  de  Sur,  al  Lugar  que  después 
de  siglos  se  tomó  por  centro  de  esta  ciudad. 

Refiriéndose  pag.  105  de  la  Historia  de  Nueva  España,  escrita  por  su 
esclarecido  conquistador,  edición  de  1770,  muchos  hermosos  edificios  en 
los  Barrios  de  esta  ciudad,  á  mas  del  Principal:  asienta  el  contexto  desde 
la  133,  á  140,  la  fuga  que  aquel  hizo  de  ella  en  fines  de  Junio  de  1 520,  sin 
que  el  Bloqueo  de  su  Laguna  comenzase  hasta  mediado  Mayo  del  siguiente 
año,  con  extraordinario  número  de  coligados  para  él,  ganados  en  ese  es- 
pacio según  la  237,  y  siguientes,  ó  preparativo  notorio  por  naturaleza  á 
los  habitantes  de  esta  ciudad,  quienes  aviendo  conservado  dentro  de  ella, 
una  pequeña  parte  del  tesoro  nuevamente  acopiado  en  el  espacio  de  siglos 
queyainstruie  este  monumento,  y  apresada  por  Despojo  quando  se  rindió, 
tuvieron  tiempo  sobrado  para  aver  extraído  la  incomparablemente  mayor, 
tan  solicitada  después  por  los  conquistadores,  que  por  no  averia  hallado 
en  la  propia  ciudad,  movió  el  arreglo  de  Derechos  para  caso  de  invención 
de  qualesquiera  tesoros  en  casas,  Heredades,  Posesiones,  o  cues,  y  sepul- 
cros, por  disposiciones  R.s  de  1536,  40,  44,  79,  79,  y  95,  extractadas  en 
las  Leyes  1?  y  t)  tit.  12.  Lib.  8?  de  las  recopiladas  para  los  Reynos  del 
Dominio  español  en  ambas  Américas.  Por  aquellos  Lugares  expresados 
en  la  Ley,  han  hecho  después  de  ella  varios  particulares,  sus  tentativas  es- 
pecialmente en  túmulos  nacionales/cubiertos  de  tierra  en  lorma  parabólica, 
sin  que  haya  memoria  de  aver  encontrado  otra  cosa,  que  huesos  quemados, 
práctica  peculiar  para  los  de  los  antiguos  Señores,  de  la  que  descubre  el 
origen  el  monumento  primeramente  ahora  hallado.  También  ha  enseñado 
la  observación  y  concordancia  de  Relaciones  bien  fundadas,  que  las  trata- 

Del  Ms.  original.  Véase  esta  primera  nota  en  la  pág.  200. 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVlll 

221 

das  después  por  la  propia  ley,  y  conocidas  comunmente  por  cuevas,  fue- 
ron los  verdaderos  Depósitos  de  los  tesoros,  sabidos  solamente  por  la  tra- 
dición comunicada  de  uno,  ú  otro  de  los  Naturales  Principales  de  algunas 
antiguas  Poblaciones  en  que  no  se  advierte  la  necesidad  de  sus  individuos, 
común  en  las  mas;  sin  que  las  peculiares  ocupaciones  de  aquellas  puedan 
cubrir  sus  corrientes  contribuciones,  ya  Parroquiales,  y  ya  tributarias,  y 
mucho  menos  sufragar  gastos  extraordinarios,  especialmente  en  Litigios 
de  posesiones,  y  Linderos  de  terrenos,  y  de  Montes;  pues  en  las  demás  se 
nota  indigencia  aun  teniendo  exercicios  propios. 

Aquel  Conquistador  instruía  también,  pag.  378,  por  su  carta  de  15  de 
Octubre  de  1524,  al  referir  el  regreso  de  los  Naturales  á  sus  antiguas  con- 
trataciones en  la  propia  ciudad  después  de  reedificada,  por  averia  destruido 
para  rendirla,  que  ya  no  avia  en  ellas  las  Joyas  de  Oro  y  Plata  que  antes 
se  veían.  Y  así  no  solamente  resulta  el  carácter  de  genial  ocultación  en  los 
Naturales,  hereditario  hasta  hoy,  sino  también  que  si  aquellas  memorias, 
comunes  entonces  á  la  contratación  general  que  se  hazia  en  esta  ciudad, 
las  ocultaban  después  de  su  rendición,  como  casualmente  lo  hizieron  con 
la  pequeña  viborilla  de  oro,  y  de  estructura  propia  del  tiempo  anterior  á  la 
conquista,  hallada  debajo  del  segundo  peñasco  esculpido,  ó  comprobación 
evidente  de  la  ocultación  también  de  éste  ¿quanto  mas  lo  harían  del  sen- 
tido de  su  nacional  escritura  los  únicos  depositarios  de  él,  como  despoja- 
dos de  sus  empleos,  y  precisos  intereses  que  les  procuraba  su  dedicación  á 
ella,  y  deben  considerarse  en  mui  escaso  número  sobrevivientes  á  la  pro- 
pia rendición,  resistida  por  los  mismos  que  componían  el  consejo  y  direc- 
ción? Y  así  siempre  serán  sospechosas,  y  producirán  notorias  contrarieda- 
des, las  instrucciones  que  después  de  bastantes  años  de  conquista  ministra- 
ban á  españoles,  algunos  Naturales,  que  á  mas  de  no  aver  sido  de  los 
dedicados  en  la  Gentilidad  á  la  inteligencia  de  aquella  escritura,  eran  de 
una  Nación  ocultadora,  y  á  quien  no  solamente  el  valor  de  sus  esculpidas 
figuras  acusaba  de  Apóstata,  sino  también  sus  costumbres,  anotaciones  to 
pográficas,  y  algunas  de  las  tradiciones  verbalmente  averiguadas  por  uno 
u  otro  de  los  antiguos  Misioneros  dedicados  á  Idiomas,  como  que  si  esas 
se  concuerdan  con  éstos,  con  las  mismas  costumbres,  Monumentos  locales, 
y  propiedades  de  cuerpos  naturales,  ministran  el  sentido  compuesto,  y  ale- 
górico en  que  no  se  han  entendido,  que  es  el  propio  de  sus  symbolos  y  Ge- 
roglíficos.  Con  que  el  aver  seguido  algunos  escritores,  las  relaciones  nc 
examinadas  por  combinación  de  Principios  sólidos,  no  ha  producido  otro 
efecto,  que  augmentar  número  de  copiantes  con  nuevas  contrariedades,  na- 
cidas del  modo  de  pensar  de  cada  uno.  El  es  vicio  tan  antiguo,  y  común 
en  las  ciencias,  que  movió  al  emperador  Justiniano  á  prevenir  á  sus  Juris- 
consultos, no  juzgasen  por  lo  mexor  aquello  en  que  concurriese  la  muche- 
dumbre de  Autores,  en  la  Ley  1?,  §  6?,  tit.  17,  de  como  se  ha  de  aclarar 
el  Derecho  antiguo,  Lib.  1?  de  su  Código,  ó  en  materias  antiguas,  que  so- 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

222 

lamente  pueden  aclararse  por  Principios  acordes,  y  contemporáneos  de  lo 
que  necesariamente,  ó  suponen,  ó  infieren. 

Nota  (b)  (Véase  la pág.  201.) 

Esta  definición  general,  tanto  de  symbolos,  quanto  de  Geroglíficos  re- 
sulta de  la  concordancia  que  dicen  entre  sí  los  Caps.  1?,  2?,  3?,  4?,  11?  y 
14?,  Lib.  2?  de  Doctrina  cristiana,  compilada  por  S.  Agustín,  edición  Ro- 
mana de  1735,  y  de  su  Carta  119,  aviendo  citado  ésta,  y  no  aquéllos,  el 
Religioso  Confesor  de  Luis  13?  de  Francia,  Nicolás  Causino  (nacido  en 
1583>  Y  muerto  en  165  1),  cap.  6?,  Lib.  4?.  de  Elocuencia  Sagrada,  y  hu- 
mana, edición  de  Colonia  de  Agripina  de  1691,  en  que  asentó  por  una  de 
las  Fuentes  de  la  Invención  á  los  Geroglíficos,  como  en  el  64,  del  propio 
Lib?  á  la  Parábola  por  una  de  las  especies  de  la  semejanza. 

Es  digno  de  toda  atención  que  un  S.to  Padre  antiguo,  y  tan  ilustrado 
como  S.  Agustín,  colocase  en  tratado  de  Doctrina  Cristiana  estas  Reglas, 
especialmente  la  del  citado  cap?  11?  "contraías  señales  propias  descono- 
"cidas  es  gran  remedio  el  conocimiento  de  las  Lenguas.  Y  los  hombres  de 
"Lengua  latina  que  ahora  recivimos  para  instruirles,  necesitan  de  otras  dos 
"para  conocimiento  de  las  divinas  escrituras,  conviene  á  saber,  de  la  He- 
"brea  y  Griega,  para  que  se  recurra  á  los  exemplares  anteriores  si  ocasio- 
"  nare  alguna  duda  la  infinita  variedad  de  los  Intérpretes  latinos.  "  Conque 
previniéndose  para  los  de  este  Idioma  la  necesidad  de  aquellos  dos  orien- 
tales, quando  se  asentaba  por  principio  general  para  Naciones  de  otras 
Lenguas,  el  conocimiento  de  las  en  que  se  hallasen  las  señales  propias  des- 
conocidas, es  claro  que  la  Doctrina  de  Jesucristo  se  advertía  estampada 
también  en  figuras  symbólicas  y  geroglíficas  de  los  Idiomas,  ó  paraboliza- 
das según  habló  siempre  Jesucristo  á  los  Pueblos.  Al  Mexicano  lo  colocó 
en  el  orden  de  los  orientales,  F.  Martin  del  Castillo,  Religioso  Franciscano 
de  la  Provincia  de  los  Angeles,  y  de  la  del  S.to  Evangelio  de  México,  asen- 
tando cap.  2?,  Lib.  3?  de  su  Gramática  hebrea,  impresa  en  León  de  Fran- 
cia en  1676,  aver  defendido  en  conclusiones  públicas  del  Capítulo  Gen.1  de 
su  Religión,  celebrado  en  Toledo  en  1658,  los  Rudimentos  de  la  Hebrea, 
Chaldea,  Syra,  Arábiga,  Griega,  y  occidental  Mexicana. 

La  ocultación  que  de  intento  se  hizo  á  la  Plebe,  del  sentido  de  Symbo- 
bolos,  y  Geroglíficos,  por  los  depositarios  de  él,  no  originó  la  Idolatría,  ó 
materialismo  antiguo,  según  pretendía  el  Abate  Pluche  en  su  Historia  del 
cielo,  instruir  la  introducida  en  África  por  los  Egipcios,  sino  que  se  abusó 
del  sentido  de  los  primitivos,  como  que  el  de  los  de  América  esta  dictando 
la  profanación  hasta  de  los  frasismos  primeros  del  Cristianismo  y  que  la 
causó  la  Apostasia^de  él,  movida  de  las  dos  pasiones  humanas  según  la  avia 
■4predicho  Jesucristo,  si  se  concuerdan  las  tradiciones  alegóricas,  regionales, 
con  los  Evangelios.    Por  ello  no  es  de  extrañar  que  el  sentido  que  aquel 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 
223 

escritor  daba  á  los  Geroglíficos  de  Egipto,  fuese  impugnado  por  Le  Mire 
en  su  memoria  inserta  en  la  2^  parte  de  las  de  Trevoux  de  Junio  de  1740, 
y  también  par  La  Nauze  en  la  de  la  Academia  de  bellas  letras  Tom.  14, 
Pag-  358.  Es,  pues,  innegable,  que  el  atinado  de  aquella  antigua  clase  de 
escritura,  consiste  en  la  combinación  de  la  estructura,  uso  figurado,  y  apli- 
caciones del  idioma  á  que  pertenecen,  y  de  las  circunstancias  regionales 
de  la  Nación  que  se  sirvió  de  ellas,  ó  unión  de  Principios  que  no  se  han 
propuesto  los  escritores,  acaso  por  laboriosa,  y  procedente  de  observacio- 
nes dilatadas. 

Nota  (c)  (Véase  la  pdg.  202  ) 

D.  Luis  Becerra  Tanco,  Párroco  de  Naturales  en  varios  lugares,  y  del 
de  Ixtlapalapan  tan  cercano  á  esta  ciudad,  al  que  entró  en  el  163 1,  aun 
aviendo  aprendido  este  Idioma  por  curso  habitual  desde  su  Infancia,  inten- 
tentaba  después  de  muchos  años,  dicernir  su  sentido  compuesto,  y  figura- 
do, y  reputaba  á  las  Pinturas  de  la  Gentilidad  indistinta  y  generalmente 
por  Instrumentos  auténticos,  quando  no  consta  que  estuviesen  autorizadas 
como  las  Piedras  esculpidas  colocadas  en  Lugares  públicos,  de  las  quales 
no  hizo  mención  alguna. 

El  aver  manifestado  el  asumpto  de  su  tratado  "Felicidad  de  México  en 
"el  principio,  y  milagroso  origen  que  tuvo  el  Santuario  de  la  Virgen  Ma- 
"ria  nuestra  Señora  de  Guadalupe  etc."  edición  postuma  en  Sevilla  de 
1685,  no  solamente  con  pinturas  posteriores  á  la  conquista  española,  ó 
de  tiempo  en  que  ya  no  se  figuraban  en  Piedra  los  sucesos,  sino  también 
con  fundamento  tan  poderoso  especialmente  entre  estas  Naciones,  como 
la  memoria  tradicional  en  cantares,  no  requería  que  asentase  aquella  au- 
tenticidad indistinta  de  las  del  Gentilismo. 

Semejante  Calificación  á  la  que  este  escritor  hazia  en  el  sexto  de  sus  pá- 
rrafos tocantes  á  la  quinta  Aparición,  acerca  del  título  de  Guadalupe,  que 
repugnaba  huviesen  dado  los  Naturales  á  esta  Insigne  Imagen,  diciendo 
"y  recien  ganada  esta  tierra  y  en  muchos  años  después,  no  se  hallaba  In- 
"dio  que  acertase  á  pronunciar  con  propiedad  nuestra  Lengua  castellana, 
"y  los  nuestros  no  podían  pronunciar  la  Mexicana,  sino  era  con  muchas 
"impropiedades,"  puede  hacerse  de  la  inteligencia  que  se  ha  dado  hasta 
hoy  á  mucho  de  lo  escrito  en  aquel  siglo.  Aquel  Intérprete  confesaba  aver 
seguido  la  que  daban  á  las  Pinturas,  D.  Gaspar  de  Prabez,  y  D.  Pedro  Ponce 
de  León,  Párrocos  á  quienes  trató,  diciendo  también  por  alusión  á  los  mas 
antiguos  Misioneros,  que  solos  aquellos  Ministros  Evangélicos  que  se  apli- 
caron á  escudriñar  los  Mapas,  pudieron  dar  su  inteligencia,  y  que  de  ellos, 
y  de  los  cantares  sacó  F.  Juan  de  Torquemada  lo  que  escribió  en  su  pri- 
mero tomo  de  la  Monarquía  Indiana,  en  que  refiere  la  fundación  de  esta 
Ciudad,  y   otras  cosas  de  mayor  antigüedad. 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVI11. 

224 

El  escritor  de  la  citada  Monarquía,  impresa  en  Sevilla,  año  161 5,  asen- 
taba en  el  Prólogo  á  su  Libro  primero,  por  una  de  las  causas  en  la  falta  de 
cronología  tocante  á  lo  que  escribió  de  Historia  antigua,  la  de  estas  Nacio- 
nes en  el  tiempo  primero  de  su  conversión  por  aver  quemado  sus  Histo- 
rias los  Ministros  evangélicos  que  entonces  vinieron  repitiendo  en  el  Cap. 
6?,  Lib.  3?,  que  lo  hizieron  porque  como  todas  ellas  eran  figuras  y  carac- 
teres que  representaban  animales  racionales  é  irracionales,  Ierbas,  Arbo- 
les, Piedras,  Montes,  Aguas,  Sierras,  y  otras  cosas,  entendieron  que  eran 
demostración  de  supersticiosa  Idolatría.  ¿Pues  como  es  concordable  tan 
seria  y  zelosa  resolución,  con  aver  los  mismos  comunicado  el  valor  de  ellas, 
ó  sentido  que  siguieron  D.  Luis  Bezerra  y  demás  que  cita,  sin  aver  tam- 
poco estos  succesores  examinado  el  de  muchas  Pinturas  que  todavía  que- 
daron, ó  encargádose  de  las  razones  fundamentales  del  estylo  nacional  de 
ellas?  Assí  corría  entre  las  mismas  y  se  ha  copiado  hasta  nuestros  días  el 
imaginario  é  incordinable  calendario,  fingido  á  pocos  años  de  la  rendición 
de  México,  por  los  pocos  sabedores  de  la  significación  de  la  Cronología  que 
ocultaron,  y  se  ha  hallado  ahora.  ¿Pero  de  quanta  satisfacción  será,  que  re- 
cordándose hoy  algunas  de  las  memorias  que  escribieron  aquellos  antiguos 
Misioneros,  nos  dicten  ellas  mismas  su  averiguación  por  los  mas  dedicados 
á  los  Idiomas,  no  conforme  á  las  Pinturas,  sino  á  las  tradiciones  entendi- 
das por  los  mismos  en  sentido  literal,  y  no  en  el  compuesto  y  alegórico 
del  Mexicano  entonces  dominante? 

El  escritor  de  aquella  Monarquía,  cap.  n?  Lib.  1?  reputando  inaveri- 
guable el  origen  de  los  mismos  Naturales,  daba  por  motivo  no  aver  cono- 
cido letras  con  que  escribir  sus  historias;  y  asentando  que  usaron  de  Pin- 
turas, en  que  á  vezes  una  sola  figura  contenía  la  mayor  parte  del  caso 
sucedido,  ó  todo,  quando  prevenía  que  tal  estylo  era  propio  de  solos  los 
Maestros  ó  Ravinos,  quienes  variaban  el  modo:  manifestó  bastantemente 
que  con  tal  memoria  general,  aunque  cierta,  pero  no  contraída  por  menor 
ó  prácticamente  en  las  figuras,  no  podía  entender  las  pintadas  que  tuvo,  y 
cita  en  otros  Capítulos  y  especialmente  en  el  i?  Lib.  2?  el  cotejo  del  Idio- 
ma que  las  regulaba,  y  de  su  peculiar  estructura,  con  los  demás  principios 
de  esta  clave,  comprueba  la  verdad  de  aquella  tradición,  no  distinguida  en 
la  práctica,  y  verificada  ahora  por  menor  en  cada  figura  de  las  esculpidas 
en  los  Monumentos  que  toma  por  tema.  Varios  han  sido  pero  discordan- 
tes, no  solo  entre  si,  sino  también  en  lo  mismo  que  cada  uno  ha  referido, 
los  que  después  de  aquel  Historiador  han  intentado  conocer  el  valor  de 
ellas,  sin  aver  tomado  por  medio  el  sentido  de  los  styíos  nacionales,  y  pro- 
poniéndose, entre  otros  errores  el  cimental  de  que  cada  figura  expresaba 
un  solo  concepto  quando  se  usaba  de  ella,  sin  atender  á  que  formadas  por 
el  Idioma,  vario  en  la  significación,  según  á  lo  que  alude,  ó  partes  de  que 
se  componen  sus  voces,  acaece  lo  mismo  en  las  figuras  que  lo  representan. 

D.  Francisco  Xavier  Clavigero  (á  quien  familiarmente  traté  en  el  año 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

225 

1 76 1),  después  de  tanteados  muchos  impresos,  y  algunos  manuscritos,  y 
Pinturas,  para  la  Idea,  extractada  de  todos  ellos,  que  publicó  baxo  el  título 
de  Historia  Antigua  de  México,  en  Cesena,  año  1780,  asentaba  en  el  Ca- 
tálogo de  escritores  de  Nueva  España,  con  que  dio  principio  á  su  tomo 
primero,  por  la  obra  mas  completa  á  la  de  la  citada  Monarquía;  expresión 
alusiva  á  la  abundancia  de  noticias,  como  que  en  el  segundo  tomo  pag.  57, 
decia,  que  cuanto  ella  tiene  de  bueno,  fué  tomado  de  los  Religiosos  Moto- 
linia,  y  Sahagun,  y  en  la  186,  que  en  la  Historia  Mexicana  no  deben  juz- 
garse distintas  las  Artes  de  la  Historia  y  de  la  Pintura,  Ínterin  no  haiga 
otros  Historiadores,  mas  que  sus  Pintores,  ni  otros  escritos,  sino  sus  Pin- 
turas; context  en  que  manifestó  no  tener  idea  del  valor  figurado  en  pie- 
dras; calificó  también  á  la  de  la  Monarquía  en  aquel  catálogo,  de  frecuen- 
tes contrariedades,  y  falta  de  crítica,  y  que  su  escritor  supo  bastante  bien 
el  Idioma  Mexicano,  y  trató  á  los  de  la  Nación  por  muchos  años.  No  obs- 
tante su  dilatado  manejo,  los  errores,  ya  de  escritura,  ya  de  traducción  de 
la  nomenclatura  nacional,  y  los  que  ni  aun  así  pudo  poner  en  versión,  y  se 
anotarán  en  lo  conducente  al  sentido  de  algunas  figuras  esculpidas,  en  los 
Monumentos  nuevamente  hallados,  por  originales,  y  también  en  algunos 
topográficos  concordantes;  descubren  el  origen  de  sus  contrariedades  en 
no  aver  conocido  la  escritura  Idiomática,  y  su  sentido  figurado,  y  de  con- 
siguiente tampoco  el  valor  de  la  Geografía,  y  costumbres  nacionales,  sien- 
do al  mismo  tiempo  exculpable  en  la  falta  de  la  cronología  ocultada,  aun- 
que sin  los  otros  principios,  huviera  quedado  tan  muda  como  innumerables 
Tiedras  esculpidas.  También  se  anotarán  las  tradiciones  que  copió,  y  re- 
sulten acordes  con  estas  figuras,  como  escritas  aquellas  en  literal  sentido 
por  los  antiguos  Misioneros,  desde  luego  con  intento  de  que  después  se 
indagase  el  translativo,  á  semejanza  de  su  primer  Intérprete,  y  por  ello 
compañero  de  los  mismos  F.  Alonso  de  Molina,  ó  primer  español  inteli- 
gente en  el  Idioma,  quien  publicó  su  Diccionario  de  Castellano  á  Mexicano 
en  1555,  augmentándolo  con  mas  de  cuatro  mil  voces  en  1 5 7 1 ,  en  que  im- 
primió el  de  Mexicano  á  Castellano,  con  fin  expreso  desde  el  primero,  de 
que  con  el  tiempo  se  descubriera  la  que  llamó  Mina  inagotable  de  frasis- 
mos,  asentando  en  general  que  tiene  secretos,  de  los  quales  se  manifiestan 
varios  por  el  método  de  esta  clave.  Aunque  aquel  español  el  mas  versado 
en  esta  Lengua,  como  que  de  él  referia  su  cronista  cap.s  9,  y  14,  Lib?  159, 
y  59,  Lib?  20?  de  la  Monarquía,  que  los  Misioneros  venidos  año  1 524»  ^e 
consiguieron  desde  Niño  para  Intérprete,  y  que  vivió  hasta  la  ultima  vegez, 
no  podía  desembolver  la  composición  y  el  sentido  figurado  de  la  propia 
Lengua,  no  aviendo  por  lo  mismo  dado  seiie  de  nombres  propios  de  Lu- 
gares, aun  siguiendo  el  método  de  Lebí  ¡ja,  que  los  asentaba,  ó  convicción 
evidente  de  que  aun  no  está  conocido  el  valor  cierto  de  este  Idioma,  y  la  im- 
presión de  aquella  obra  padeció  algunos  errores  literarios,  sin  fee  de  ellos;  pero 
á  vencer  ambas  dificultades  se  dirige  también  el  método  de  que  se  trata. 

29 


bibliografía  mexicana  del  siglo  XVlll. 

226 

Nota  (d)  (  Véase  la  pág.  20J  ) 

La  invención  del  Sanio  cuerpo,  la  refirió  el  Virrey  de  la  India  D.  Juan 
Barros,  Década  3?  de  Asia,  Lib?  7?,  Cap.  11?;  y  la  de  la  Sta  Cruz  y  sus 
prodigios,  después  de  su  averiguación,  hecha  por  el  R.  Obispo  de  Cochin 
se  remitió  estampada  al  Rey  D.  Sebastian,  é  Infante  Cardenal  D.  Enrique, 
Arzobispo'de  Lisboa,  aprobante  comisionado  para  ello  de  la  S.ta  Sede.  La 
traducción,  que  se  dio  á  los  caracteres  de  la  orla,  fué  la  siguiente:  "des- 
pués que  apareció  la  Ley  de  los  cristianos  en  el  Mundo,  de  ai  á  treinta 
"años,  á  veinte  y  uno  de  Diciembre  el  Apóstol  S.to  Tomás  en  Meüapnr, 
"donde  huv  conocimiento  de  Dios,  y  mudanza  de  Ley,  y  destrucción  del 
"Demonio.  Nació  Dios  de  la  Virgen  María  y  estuvo  en  su  obediencia  trein- 
"ta  años,  y  era  un  Dios  eterno.  Este  Dios  enseño  á  doze  Apóstoles  su 
"Ley,  y  uno  de  ellos  vino  á  Meliapor  con  un  Bordón  en  la  mano,  y  hizo 
"una  Iglesia,  y  el  Rey  de  Malabar,  y  el  de  Coromandel,  y  el  de  Pandí,  y 
"otros  de  diversas  Naciones  y  sectas,  se  determinaron  todos  de  todo  su 
"corazón  y  voluntad  concertándose  entre  si,  de  se  sugetar  á  la  Ley  de  S.t0 
"tomas,  Varón  Santo  y  renitente.  Vino  tiempo  en  que  S.to  Tomás  murió 
"por  mano  de  un  Brachmen,  y  de  su  sangre  hizo  una  cruz."  Es  bien  no- 
table la  distinción  de  aver  aquellos  señalados  Reyes  determinándose  de 
veras  á  seguir  la  Ley  de  Jesucristo;  lo  que  supone  que  algunos  se  decla- 
raron falsamente  secuaces  de  ella  en  aquella  Región.  Así  acaeció  también 
en  América,  en  donde  de  las  Naciones  que  aun  hoy  se  convierten,  son  mu- 
chos los  que  apostatan  á  poco  tiempo  de  su  reducción.  Aunque  esta  ver- 
sión se  hizo  en  el  año  1561,  la  invencicn  de  la  S.ta  Cruz  fue  el  de  1548, 
siendo  Rey  de  Portugal  D.  Juan  tercero,  y  Governador  suio  en  la  India 
D.  Juan  de  Castro,  según  la  concordancia  de  Historiadores  Portugueses, 
citados  por  F.  Gregorio  Garcia  en  su  tratado  "Predicación  del  Evangelio 
en  el  nuevo  Mundo  viviendo  los  Apóstoles,"  edición  en  Baeza  de  1625. 

Este  Religioso  Dominico,  que  en  Misión  dirigida  de  España  entró  en 
la  Provincia  de  Quito  año  1587,  según  instruió  Cap.  5?,  Lib.  6?  de  su  tra- 
tado, manifestó  en  el,  la  tradición  y  Monumentos  de  aver  predicado  él 
mismo  Apóstol  en  los  Reynos  del  Perú,  y  del  Brasil,  infiriendo  averio  he- 
cho también  en  Nueva  España,  por  la  que  solamente  pasó  aquel  escritor 
viniendo  de  la  otra  América  para  su  regreso  á  España.  Como  los  Regio- 
nales han  carecido  del  sentido  alegórico  y  compuesto  del  Idioma,  con  que 
en  Nueva  España  se  conservaban  antiguas  memorias  relativas  á  Monumen- 
tos locales  de  aquella  Predicación,  no  es  de  extrañar  que  estos  no  se  ha- 
yan advertido  como  tales,  y  sí  la  negativa  de  algunos  opositores  de  dificul- 
tades en  Mar,  tiempo,  y  distancias,  por  falta  de  reflexión  en  el  modo  con 
que  se  vencían,  expreso  en  lo  final  del  Evangelio  de  S.  Marcos,  "predica- 
ron donde  se  quiera  esperando  el  Señor,  y  confirmando  la  Predicación 
"con  señales  consecutivas." 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

227 

Nota  (e)  (Véase  la  pág.  20 J.) 

Que  los  mas  de  los  Naturales  vivían  dipersos  en  serranías  aun  en  los 
primeros  años  después  de  la  Conquista  española,  lo  instruien  las  disposi- 
ciones de  1551,  60,  65,  68,  73,  y  78  de  que  se  extractó  la  Ley  1?,  tit.  3?, 
Lib.  6?  de  Recop.  de  estos  Reynos,  para  que  se  congregasen  en  Poblacio- 
nes. La  misma  común  dispersión  en  los  Montes  fué  desde  luego  la  que  á 
su  conquistador  causó  tanta  novedad  la  vez  primera  que  vio  á  es^a  ciudad, 
refiriéndola  por  Temixtitan,  situada  en  medio  de  la  Laguna,  pag.  78,  de 
su  Historia. 

El  tratamiento  de  Canoas  que  hasta  hoy  se  da  á  las  Barcas  Mexicanas 
de  figura  de  Arteza,  fué  introducido  por  los  españoles  que  usaban  á  su  lle- 
gada á  este  Continente,  de  varios  del  Idioma  Aytino  ó  de  la  isla  Ayti  sig- 
nificativa de  Pais  boscoso,  después  Española,  ó  de  Sto.  Domingo,  como 
los  de  Barbacoa,  Hamaca,  Cazique,  Macana  etc.  El  Mexicano  de  tal  Barca 
es  Acalli,  casa  calli,  en  agua  atl,  como  que  sus  Remeros  viven  y  duermen 
en  ella,  costumbres  tan  antiguas,  quanto  instruien  sus  symbolos  y  Gero- 
glíficos.  Traxeron  también  aquellos  conquistadores,  los  Ganados  que  aquí 
no  se  conocían  por  separación  del  continente  en  la  Data  que  instruie  el 
Monumento  segundamente  ahora  hallado,  como  fueron  el  cavallar,  Bacu- 
no,  y  Lanar  según  las  Mercedes  para  estancias  concedidas  en  el  siglo  de 
conquista  con  pena  de  perdimiento  del  Derecho  á  ellas  si  dentro  de  tiempo 
señalado  no  estuviesen  pobladas  con  número  determinado  de  cavezas  para 
su  procreo.  Por  ello  no  tiene  nombre  propio  Mexicano  el  cavallar:  al  Ba- 
cuno  se  impuso  el  de  Cuacuaue,  por  el  que  tiene  madera  cuanitl  en  la  ci- 
ma cuaitl:  á  la  oveja  ichcatl,  por  semejanza  de  su  Lana  al  Algodón  de  que 
es  peculiar  este  distintivo:  al  cerdo  Pit.zotl,  por  parecido  al  Javalí;  á  la  Ga- 
llina totolin,  por  la  montesa  que  se  le  asemeja  etc. 

Instruien  también  las  Mercedes  del  propio  siglo  para  tierras  de  labor, 
conocidas  por  cavallerías  desde  luego  por  el  cavallillo,  ó  espacio  entre  los 
surcos,  que  no  la  usaron  los  Naturales  en  alturas,  las  que  concedidas  á  es- 
pañoles, las  desmontaron  afloxando  el  Ganado  y  herramienta  su  migajon, 
robado  succesivamente  por  las  Aguas,  y  que  ensolvó  Planes  inundados,  á 
cuia  orilla  aun  siembran  algunos  Naturales  el  grano  de  Maiz,  horadando 
en  la  tierra  con  estaca  lo  necesario  para  él,  después  de  bajada  la  inunda- 
ción, que  en  este  Valle  tocaba  al  pié  de  sus  serranías,  según  la  distribución 
de  Bergantines  que  en  él  hizo  su  conquistador  para  bloquear  la  ciudad,  y 
también  se  manifiesta  en  la  natural  nivelación  de  su  plan,  como  antiguo 
deposito  de  agua. 

Con  s,  corresponde  se  escriban  las  voces  en  que  muchos  han  usado  z,  la 
qual  no  se  pronuncia  en  este  Idioma  ageno  de  compresión  de  lengua  en- 
tre las  dos  dentaduras.  La  z,  es  propia  como  distintiva  coadyuvante  quan- 
do  es  precedida  de  t  en  articulación  de  tz,  clavando  la  lengua  contra  la 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 
228 

dentadura  inferior  al  moverse  con  la  Quixada  á  tocar  el  Paladar.  La  h  se 
introduxó  en  el  sonido  de  ;/,  ó  precedida,  ó  seguida  de  otra  vocal.  El  Dic- 
cionario la  omitió  al  principio  de  dicción,  aunque  con  la  impropiedad  de 
aver  usado  de  v  consonante,  y  de  h  en  el  medio:  aviendo  asentado  algu- 
nas Gramáticas  por  aquella  articulación  equivocada,  que  suena  suave  la  //, 
y  advirtiéndose  el  uso  aspirativo  de  j,  en  alguno?,  aunque  pocos  lugares, 
por  apegado  de  otros  Idiomas,  según  sucedió  al  Castellano  por  el  Arábigo, 
y  al  Italiano  con  la  h  inútil  en  su  escritura. 

La  i  que  en  solos  nombres  acabados  en  //,  advertía  pronunciada  como 
c,  el  Presbítero  D.  Iph.  Agustin  de  Aldama  al  n?  7?  de  su  Gramática  Me- 
xicana, impresa  en  esta  ciudad,  año  1754,  resulta  ahora  extensiva  también 
á  muchos  finalizados  en  tli,  en  escritos,  pero  articulados  tic,  por  natura- 
leza de  Idioma  puro,  y  acorde  su  sentido,  con  los  figurados  en  los  monu- 
mentos de  q.e  se  trata.  Notaba  también  este  Preceptor  al  n?  27  que  en  el 
Idioma  se  usa  la  synalefa  casi  siempre  que  se  componen  unas  voces  con 
otras;  y  al  n?  28,  el  uso  de  la  synonimia. 

Los  prácticos  en  el  Mexicano  saben  que  es  de  respiración  suspendida  el 
acento  que  las  Gramáticas  llaman  saltillo,  notado  de  este  modo  en  la  sy- 
laba  primera  de  tátli  Padre,  y  equivocado  en  algunos  escritos  con  h,  talitli. 
También  les  es  notorio  que  Carece  del  verbo  ligativo  ser,  y  de  relativos  en 
las  expresiones  compuestas,  las  cuales  suponen  á  los  de  su  contexto,  á  ex- 
cepción de  una,  ú  otra  en  que  se  contiene,  ó  el  ligativo  de  estar  Ca  para 
connotación  de  alguna  particular  permanencia,  ó  el  posesivo  y  también  re- 
lativo in  sus,  ó  i  su.  Las  synalefas  son  frecuentes  en  los  mismos  compues- 
tos si  se  examina  el  valor  de  ellos,  y  también  el  suplemento  de  verbales 
con  el  pretérito  perfecto,  ó  con  otros  tiempos,  advertido  en  el  Aviso  déci- 
mo del  citado  primitivo  Diccionario.  Carece  de  ñ  nasal,  y  de  articulación 
insuflativa  lateral,  como  la  que  posee  el  castellano  en  la  //,  pues  con  cada 
una  de  estas  dos  forma  el  Mexicano,  otras  tantas  sylabas  resultadas  de  sus 
inmediatas  vocales,  como  si  para  expresar  calli  casa  se  escribiera  cal-li. 

El  uso  de  x  para  articulación  insuflativa  de  prolongación  de  labios,  ori- 
ginó que  pronunciada  como  y,  de  que  se  usó  en  los  mas  antiguos  escritos 
del  siglo  dézimo  sexto,  se  ignore  la  significación  de  muchas  expresiones 
especialmente  topográficas,  pronunciadas  hasta  hoy  con  el  mismo  vicio  en- 
tre quienes  no  usan  de  pureza  en  este  Idioma,  como  Jalapa,  Jilosingo  etc., 
siendo  en  él  insufladas,  y  por  ello  debiéndose  escribir  con  x;  el  aver  otros 
introducido  ch,  por  de  igual  insuflación  Francesa,  causó  que  articuladas 
algunas  como  en  castellano  la  e/¿,  no  se  entienda  el  valor  de  Chictla,  Chi- 
maluacan  etc.,  dictándolas  el  propio  Idioma  no  con  esas  dos  consonantes 
continuadas,  usadas  en  otras  voces,  sino  con  la  x,  de  insuflación  semejante 
también  á  la  de  se  italianas,  é  insubstituibles  por  la  alteración  que  causa- 
rían en  otras  significaciones,  como  si  lema. va i Vi,  orquesta  maxalli,  de  pie- 
dra tetl,  se  escribiese  temasealli,  significaría  estufa  para  baño.  Y  así  es  ne- 


bibliografía  mexicana  del  siglo  XVII i 
229 

cesario  el  uso  de  la  x,  pero  ad virtiendo  su  sonido  de  Xictla-,  significativo  de 
lugar  abundante  de  oquedades  centrales;  y  de  Ximaluacan,  país  can,  de 
dueños  del  carpintero  ximalna,  alusivo  á  lo  que  se  asienta  en  su  lugar. 

Quando  las  Gramáticas  instruien  que  este  Idioma  carece  de  b,  d,  f,  g,  j, 
r,  s,  excluiendo  indebidamente  á  esta  última  según  queda  advertido,  in- 
cluien  en  el  Alfabeto  articulativo  nacional  á  la  k,  sin  usar  de  ella  en  los 
escritos,  y  si  de  qu  con  equivocación  para  quien  lee,  y  no  oye  las  voces  en 
que  estas  dos  letras  continuadas  se  liquidan,  y  las  en  que  no.  Quanitl,  pro- 
nunciado aiauitl,  es  madera,  ó  Árbol;  y  liquidado  caititl  es  tiempo:  quil 
en  compuestos  es  indiferente  para  cui/Ii,  común  á  cosa  alcanzada  con  la 
mano  levantada  a  lo  alto,  y  á  comunicado  carnal,  y  liquidado  kill,  parte 
de  /'////"/yerba  apreciable:  quccJitli  articulado  cnechili,  común  á  caracol,  y 
á  casca vel  de  vivora;  y  liquidado  Jiechtli  pescuezo.  Y  así  es  claro  que  el 
Mexicano  carece  de  q,  y  que  para  liquidación  antes  de  a,  o,  ti,  debe  usarse 
de  c,  y  antes  de  c,  i,  de  /•.  Por  inconvenientes  semejantes  excluió  Garcilazo 
de  la  Vega,  letras  que  indebidamente  se  introduxeron  al  escribir  la  Len- 
gua general  del  Perú,  según  sus  advertencias  al  origen  de  los  Incas,  etc. 

El  escritor  de  Monarquía  tom.  2?,  Lib.  10,  cap.  33,  mencionaba  una  bien 
espaciosa  Procession  desde  esta  Ciudad  á  la  de  Ixtapalapan,  como  dos  le- 
guas distante  por  su  visual  dirección.  Aquella  ceremonia  dixeron  los  na- 
turales por  notoria  astucia,  á  los  españoles,  hazerse  cada  cincuenta  y  dos 
años,  Periodo  que  no  se  expresa  en  alguno  de  los  tres  Monumentos  ahora 
hallados,  y  que  manifiestan  los  antiguos  nacionales,  regulativos  de  tiempo. 
El  fin  con  que  algunos  de  los  recien  vencidos,  é  inteligentes  de  sus  verda- 
deros Períodos,  inventaron  en  Pinturas  aquel,  incoordinable,  y  complica- 
do, resulta  por  la  concordancia  de  los  originales  figurados  en  Peñascos, 
costumbres,  Idioma,  y  tradiciones,  aver  sido  que  la  Nación  conquistadora 
no  llegase  á  entender  el  valor  de  los  que  se  han  conservado  firmemente  es- 
culpidos. Con  el  propio  fingido  Período  ocultaron  también  la  alusión  de 
aquella  ceremonia,  que  comenzando  por  quebrar  todas  las  vasijas,  y  figu- 
ras, y  apagar  todo  fuego  desde  el  principio  de  la  noche  en  que  empezaba 
la  Procesión,  renovaban  el  fuego,  y  demás,  al  amanecer  del  siguiente  dia, 
symbolizando  los  Ministros  Religionarios  con  la  hypocresia  de  la  quiebra 
de  vasijas,  y  extinccion  de  fuego,  el  desprendimiento  de  lo  terreno  por  te- 
mor del  fin  del  Mundo  que  ha  de  ser  consumado  con  tal  elemento,  según 
uno  de  estos  propios  Monumentos  que  se  los  instruía,  juntamente  con  la 
tradición;  manifestando  luego  en  su  renovación,  que  avian  de  permanecer 
en  sus  obstinadas  costumbres  hasta  el  mismo  fin  del  Mundo. 

Que  la  estabilidad  en  el  regreso  que  se  hizo  á  ellas  después  que  se  avian 
abandonado,  era  el  symbólico  espíritu  de  tal  ceremonia,  lo  comprueba  el 
distintivo  que  la  daban  de  tcteoiicncmi,  el  andar  iicucmi,  de  los  Señores  te- 
teo,  ti?i,  retrocediendo  como  el  cangrejo  con  que  se  expresaron  en  la  fun- 
dación de  esta  ciudad.   En  el  citado  capítulo  se  asentaba  ttoncuemi,  y  tra- 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 
230 

ducia  por  caminar  como  Dioses,  quando  para  plural  en  la  primera  parte 
de  compuestos  se  debe  duplicar  su  primera  sylaba,  y  que  en  ellos  la  de  teo 
no  se  refiere  precisamente  á  Dios  según  la  entendía  en  todos  aquel  escritor. 
El  uso  indiferente  en  este  Idioma  de  articular  ya  o,  y  ya  u}  tan  observado 
hasta  hoy,  quanto  advertido  en  el  Aviso  séptimo  de  aquel  primer  Diccio- 
nario, según  acaece  en  el  Hebreo,  en  el  cual  es  antonomastico  de  Señor  el 
nombre  Santo  de  Dios;  y  el  aver  los  primeros  que  escribieron  Doctrina 
cristiana  en  Mexicano,  añadido  ucliulíi,  asentando  uelnelliteoíl,  para  sig- 
nificar verdaderamente  Dios,  ó  composición  agena  de  las  naturales  del  Idio- 
ma, tanto  por  directa  siendo  ellas  inversas,  quanto  porque  pierden  parte 
de  la  última  sylaba,  y  algunas  vezes  toda  ella  en  las  voces  componentes 
quando  son  de  mas  de  una,  excepta  la  última  compositiva  que  conserva 
integra  en  sus  finales:  todo  ello  descubre  la  indiferencia  de  teotii,  ó  tcutli, 
por  común  á  todo  señor,  antonomastico  del  Criador  symbolizado  en  el 
sol  por  sus  propiedades,  semejantes  en  el  estylo  de  nuestra  limitada  com- 
prehension,  á  las  de  la  Divinidad;  y  sin  que  la  pérdida  de  i  final  en  teotl 
cause  inmutación  del  significado,  como  no  la  hay  entre  at¡,  y  atli,  coatí,  y 
coatli,  etc  ;  pues  el  uso  ó  la  supresión  de  ella,  es  sola  variación  en  los  Dia- 
lectos, ó  Ramos  distintos  en  que  se  halla  distribuido  el  mismo  Idioma,  en 
el  qual  augmentó  el  Diccionario  por  notorio  error  de  impresión,  en  su  pri- 
mera sylaba  con  i  al  Cangrejo,  escrito  tecuisitli. 

El  Aaiccucchco,  citado  en  la  versión,  es  el  grande  Manantial  del  Pueblo 
conocido  por  Churubusco,  asentado  cap.  67,  Lib  2?  de  la  Monarquía  por 
Huitzilopochco,  aunque  sin  traducción  que  se  manifiesta  alusiva  á  su  si- 
tuación, cercana  y  en  bajo  respecto  del  cerro  en  que  después  de  la  con- 
quista se  descubrió  dentro  de  Cueva,  una  antiquísima  Imagen  de  Jesucris- 
to en  el  sepulcro,  ó  memoria  de  que  allí  estaba  ocultada,  según  el  valor 
de  UitzlopQchtli,  que  ya  se  expresará.  En  el  propio  cap?  se  escribió  con 
error  aquel  manantial  Acuecuexatl.  En  el  23,  Lib.  3?,  se  refirió  ¡a  inun- 
dación que  causó  en  esta  ciudad,  distante  de  él,  dos  leguas,  aviéndose  en 
ella  elevado  la  Agua  un  estado,  sin  averse  ministrado  el  tamaño  del  Me- 
xicano, que  era  de  brazada  del  pie  á  la  mano  de  un  hombre  pinado,  y  con 
ella  levantada,  con  que  en  escrituras  del  siglo  Dézimo  sexto  vendían  los 
Naturales  del  contorno  de  esta  Laguna,  sus  pequeños  terrazgos  á  los  es- 
pañoles, ó  común  estatura  de  la  Plebe  anteriora  la  era  nacional,  instruida 
tal,  y  por  equivalente  á  dos  y  dos  tercias  de  nuestras  varas,  en  la  basa  plana 
del  Monumento  primeramente  ahora  hallado. 

El  mismo  con  particular  Geroglífico  en  los  costados  de  la  figura  presen- 
tada en  pie  con  todo  el  Peñasco,  instruie  á  Lugar  determinado  de  la  Se- 
rranía de  Norte  por  acogida,  no  solamente  de  los  libertados  en  ella  en  la 
propia  era,  sino  también  de  los  transferidos  á  él,  de  la  sur;  dictando  junta- 
mente la  basa  del  propio  Monumento,  y  las  costumbres  conservadas  hasta 
hoy  por  los  Naturales  de  tal  Lugar,  aver  sacado  la  descendencia  de  aque- 


BIBLIOGRAFÍA  MEXICANA  DEL  SIGLO  XVIII. 
231 

líos  libertados,  materiales  de  la  misma  Serranía,  para  su  fundación.  El  es- 
critor de  la  Monarquía  cap.  23,  Lib.  10,  traducía  á  Teíeuimian,  por  Madre 
de  todos  los  Dioses,  y  por  Abuela  nuestra  Tosí. 

El  mismo  instruía  en  el  citado  cap?  la  cruel  ceremonia  con  que  se  recor- 
daba á  tal  Madre,  y  que  tuvo  origen  de  lo  que  avía  referido  cap.  18,  Lib.  7? 
Pero  como  no  conocía  los  sentidos  alegórico,  y  compuesto  del  Idioma  en 
que  se  ministraron  las  tradiciones  que  copiaba  de  manuscritos  de  los  pri- 
meros Misioneros  de  su  Religión,  y  asentadas  por  los  mismos  en  el  literal, 
no  son  de  extrañar  algunas  expresiones,  dimanadas  de  error  de  inteligen- 
cia, que  se  hallan  en  sus  relativas  memorias,  siendo  necesario  copiar  esta 
por  el  valor  con  que  se  concuerda. 

Dice,  pues,  en  el  citado  18,  "otro  sacrificio  no  menos  espantoso  que  in- 
"  humano  tenían  estos  Indios  inventado  por  el  mismo  Demonio,  cuyos  con- 
centos y  regocijos  son  ver  ensangrentadas  sus  manos  con  sangre  humana, 
"el  qual  fué  desollar  á  los  sacrificados,  como  á  otro  S.  Bartolomé,  que  tam- 
"bién  fué  invención  y  astucia  suya  para  con  sus  ministros  en  el  martirio  y 
"muerte  de  este  bendítíssimo  Apóstol,  los  quales  desollauan  después  de 
''muertos,  y  auerles  sacado  los  corazones,  como  se  dice  en  otra  parte,  cu- 
"yas  pieles  se  vestian  otros  ministros  suyos  para  representar  con  ellas  las 
"imágenes  y  semejanzas  de  sus  falsos  Dioses." 

Hasta  aquí,  es  bien  notable,  que  asentando  tal  crueldad  como  sugerida 
por  el  comun  enemigo  del  Género  humano,  usava  la  representación  de  ta- 
les Imágenes,  todavía  no  advirtiese  la  alusión  que  embuelbe  el  origen  de 
esa  ceremonia,  que  sigue  refiriendo  así:  "El  origen  de  este  sacrificio  fué 
"pedir  los  Mexicanos  por  orden  de  su  Dios  Huitzilopuclitli,  al  Señor  de 
"  Ciilkuacan  vna  hija  suya,  la  qual  pidieronpor  Reyna  y  Abuela  de  su  Dios, 
"cuya  historia  se  dize  en  el  Libro  de  los  Dioses,  donde  se  trata  de  esta 
"Diosa  Toci,  y  aviendola  traydo  con  toda  la  honrra  posible,  y  mucho  con- 
"lento  de  su  Padre,  luego  lanoche  siguiente  mandó  el  ydolo  á  sus  minis- 
"tros,  diziendo,  que  él  avia  elegido  aquella  donzella  por  Diosa  de  la  dis- 
cordia entre  Mexicanos  y  Culhuas,  y  que  así  quería  que  luego  fuese 
"muerta,  que  desde  aquel  punto  la  tomaba  por  Madre;  y  que  el  modo  de 
"consagrársela  y  deificárst-la,  fuese  matándola  y  después  de  muerta,  que 
"la  desollarse,  cuya  piel  y  pellejo  se  vistiese  vno  de  los  mas  valerosos  man- 
cebos Mexicanos,  y  le  vistiessen  los  vestidos  de  la  defunta,  y  le  pusiessen 
"al  lado  de  su  simulacro  y  figura,  y  que  llamassen  á  su  padre  y  gente  de 
"Culhuacan,  para  que  Ja  adorassen,  todo  lo  dicho  cumplieron  los  Mexica- 
"nos,  como  gente  que  en  todo  le  obedecían,  y  puesto  aquel  mancebo  que 
"representaua  la  donzella  con  su  piel  y  vestidos  al  lado  de  la  imagen,  ó  si- 
"mulacro,  llamaron  á  su  padre,  el  qual  vino  á  la  adoración  de  sü  hija,  cre- 
"yendo  que  estaña  viua,  y  elegida  en  Reyna  de  la  nación  Mexicana;  y  en- 
erando en  el  aposento  (que  estaua  oscuro)  tomó  incienso  y  comencé  á 
"incensar,  y  como  se  quemasse  y  leuantasse  llama,  conoció  el  Rey  el  en- 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 
232 

"gaño  y  fraude,  y  cercado  de  temores  salió  dando  vozes,  ¡nuocando  su  gen- 
"te  y  pidiendo  armas  contra  los  traydores  (como  en  su  lugar  mas  larga- 
" mente  se  trata)  fuesse  á  su  casa  mui  dolorido,  y  su  desgraciada  hija  quedó 
"muerta  y  desollada,  y  constituida  por  Diosa,  hermana  de  lluitzilopitchili, 
"aunque  la  verdad  es,  que  fué  á  padecer  con  él  penas  y  tormentos  eternos. 
"Pero  lo  que  quedó  introducido  desde  entonces  fué  aquel  género  de  sacri- 
"ficio  de  dessollar  hombres,  porque  creyeron  los  bárbaros  Indios,  que  pues 
"por  aquel  modo  auia  su  ydolo  deificado  aquella  falsa  Diosa,  que  assi  se- 
"ria  precioso  aquel  género  de  seruicio  que  se  le  hiciese,  y  fué  esté  sacri- 
"ficio  después  muy  usado,  como  se  verá,  tratando  de  las  fiestas  que  á  esta 
"falsa  Diosa  y  á  otros  hazian.'' 

La  equivocación  de  las  primeras  traducciones  de  este  Idioma,  en  que  se 
expresaban  los  Naturales  sus  tradiciones,  las  ha  hecho  aparecer  inverosí- 
miles y  complicadas  después  de  escritas  en  castellano;  pues  teniendo  en 
su  original  un  sentido  compuesto  y  alegórico,  se  trasladaban  en  el  vulgar. 
Así  resulta  la  memoria  de  la  que  se  traduxo  por  Diosa,  no  conteniendo  el 
Idioma  tal  distintivo,  sino  el  de  Reyna,  ó  gran  Señora,  también  se  la  asen- 
tó por  hija  del  Señor  de  Culuacan,  porque  siendo  común  el  distintivo  de 
hija  con  el  de  Doncella  ichpochtli,  y  el  que  hasta  hoy  dan  los  Naturales  á 
algún  sacerdote  quando  manifiestan  el  aprecio  que  de  él  hazen,  el  de  tla- 
sotatzin,  Padre  tátzin,  amado  tlasotli,  á  mas  del  relativo  á  la  custodia  del 
sacramento,  y  á  que  le  tiene  en  las  manos,  teopixki,  el  que  tiene pixki,  co- 
mún á  quien  guarda,  al  Señor  teotli;  y  anotándose  á  todo  Rey  por  neitla  ■ 
toani,  el  que  habla  tlatoani,  es  el  grande  uei,  y  callando  por  ello  hasta  hoy 
los  demás  naturales  quando  hablan  sus  Governadores:  ya  no  es  de  extra- 
ñar que  no  se  haya  conocido  la  alusión  de  aquel  á  quien  antiguamente 
respectaron  como  á  Rey  y  Señor,  y  á  la  Insigne  Doncella  como  á  Reyna 
y  Señora,  aviéndose  profanado  después  de  siglos,  los  primitivos  frasismos, 
según  se  irá  notando.  F.  Honorato  de  Sta.  Maria  §  IV,  Art.  1 1?,  part.  2?, 
disert.  4?,  tomo  2?,  citando  á  otros,  advirtió  que  la  palabra  Papa  estaba 
en  uso  desde  los  primeros  siglos  para  significar  á  los  Presbíteros,  y  aun  al 
Sumo  Pontífice,  y  á  los  Obispos,  hasta  que  Gregorio  Séptimo  mandó  que 
este  título  no  se  diera  mas  que  á  los  succesores  de  S.  Pedro  en  la  Iglesia 
de  Roma.  Hoy  es  sabido  q.e  en  Italia  los  niños  llaman  á  sus  Padres  Papá 
acentuando  larga  la  segunda  sylaba.  Se  entendió  también  en  la  traduc- 
ción q.e  el  Ydolo  de  quien  se  referia  el  mandamiento  para  aquel  desuello 
avia  sido  Huitzlopochíli,  con  notorio  error  ó  contraposición  dimanada  de 
tan  valioso  distintivo. 

Si  se  ocurre  á  registrar  la  cita  del  Libro  de  los  Dioses,  que  el  escritor 
déla  Monarquía  hizo  en  el  de  los  sacrificios,  tocante  á  la  que  llamaba  Tosí, 
no  se  encuentra  su  memoria  bajo  este  distintivo,  sino  con  el  de  Chalchi- 
uitlicue,  cuio  valor  traducía  cap.  23,  Lib.  6?,  por  valutas,  ó  faldellín  de  las 
aguas  entre  ''verdes  y  azules"  siendo  el  de  su  compuesto,  la  halda  cueitl 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

233 

común  á  la  enagua,  suia  i,  es  de  piedra  preciosa,  chalchiuitl,  la  cual  se 
comprobará  alusiva  al  diamante  en  otros  lugares,  según  lo  instrúie  tam- 
bién el  de  esta  anotación  relativa  á  la  sierra  conocida  vulgarmente  por  de 
Tlaxcala,  siéndolo  la  de  tal  Población  Texcala  peñascal,  así  como  Matlal- 
cueye,  con  que  igualmente  se  conocía  la  propia  sierra,  y  que  aquel  escri- 
tor asentaba  significativa  de  "vestida,  o  ceñida,  de  un  faldellín  ó  naguas 
"azules  del  color  de  la  flor  matlalin"  aunque  no  por  estylo  de  su  com- 
puesto, que  es  la  que  tiene  la  halda  cueye,  de  matlallin,  común  á  Azul 
obscuro,  y  á  la  flor  con  que  lo  dan  los  naturales  á  sus  ropas,  conocida  por 
Rosilla.  Asentaba  á  esa  sierra  de  grandísima  veneración  en  la  Gentilidad, 
y  que  á  ella,  y  á  los  Lugares  que  escribía  S.  Juan  Tianhni zmanalco,  Santa 
Ana  Chiauhtcmpan  (cuias  anotaciones  entendía  con  error  Cap.  7,  Lib.  10, 
según  se  instruirá),  á  otro  "que  agora  se  llama  "Nuestra  Señora  de  Gna- 
"clahipe,"  á  otro  junto  al  Pueblo  de  Tepepulco  y  á  la  sierra  de  Toluccan 
"venían  muchas  Gentes  á  ofrecer  sacrificios  al  Dios  Tlaloc,  y  á  los  demás 
"Dioses  sus  compañeros  como  á  los  que  creían  les  hazian  bien  de  darles 
"aguas;  también  refería  que  como  estos  Indios  no  sintieron  tan  grosera- 
"mente  de  la  Divinidad  que  vuiessen  de  tratar  casamientos  en  Dioses  y 
"Diosas,  no  la  hizieron  muger  de  Tlaloc,  sino  compañera  suya.  Otros  mu- 
"chos  nombres  dieron  estos  Indios  á  esta  Diosa,  pero  el  de  Chalchiuitli- 
"cue  ora  el  mas  común  y  usado."  Pero  todavía  no  penetraba  el  origen 
del  frasismo  alegórico  á  una  perfectisima  Virginidad,  symbolizada  en  ena- 
gua de  Diamante  como  impenetrable,  y  después  transferido  é  Lugares 
propios  de  su  producción:  aviendo  también  intentado  manifestar  algunos 
de  los  recien  conversos,  por  medio  de  tal  expresión,  álos  españoles,  que  de 
serranías  donde  tuvo  culto  la  Madre  de  Dios,  venía  la  lluvia,  según  se  ob- 
serva hasta  hoy  atendidas  en  ellas  las  ruinas  de  antiquísimos  edificios.  La 
de  Tlaloc,  vale  la  bebida  octli,  de  la  tierra  llalli,  ó  alusión  á  la  Agua  como 
la  de  la  serranía  oriental  de  este  Valle,  tratada  de  Tlaloccan,  país  can,  de  la 
bebida  octli  de  la  tierra  llalli,  observándose  que  quando  el  año  es  lloviso, 
comienzan  las  Aguas  por  esa  serranía:  sin  que  el  Dios  Tlalocateuhtli,  de 
que  principalmente  trataba  aquel  escritor  en  su  citado  cap?  tenga  otra  sig- 
nificación que  la  del  Amo  tecutli  del  Agua  atl,  que  es  la  bebida  octli,  de 
la  tierra  tlalli,  alusivo  al  Todopoderoso  que  la  embía.  Por  el  mismo  mo- 
tivo, aun  ministrando  muchas  de  las  memorias  que  copiaba,  el  sentido  alu- 
sivo de  las  tradiciones,  y  ceremonias,  no  conocía  aquel  escritor  el  del  de- 
suelle de  la  Doncella  del  Señor  de  Cnluacan,  tratada  también  de  Madre. 
Si  se  pone  atención  al  en  que  hasta  hoy  usa  este  Idioma  por  Madre  de  al- 
guno á  tenantli,  siendo  su  compuesto  de  Madre  nantli,  en  Piedra  tell,  co- 
mo la  Madre  de  Rio  expresada  Anantli,  Madre  nantli,  en  la  agua  atl,  no- 
tándose también  muchos  Lugares  explicados  con  las  mismas  Rayzes,  unos 
por  Tcnanco,  otros  por  Tlaltenanco,  otros  por  Tenanitlan,  Tcnantzinco, 
etc.;  al  mismo  tiempo  que  descubren  con  sus  compuestos,  el  synécdoque 

30 


bibliografía  mexicana  del  siglo  xrm 
234 

en  el  uso  de  piedra  por  Sierra,  ministrando  el  primer  Monumento  ahora 
hallado  la  acogida  de  los  nacionales  aun  de  la  de  Sur,  á  la  de  nuestro  Norte 
quando  figuran  la  destrucción  de  su  Capital  antigua  con  terremoto,  fuegos 
volcánicos,  y  á  tiempo  de  eclipse  solar  central  á  medio  dia,  y  en  el  año 
quatro  mil  y  treinta  del  Mundo  según  el  segundo  Monumento,  ó  de  uni- 
versal cronología,  y  por  ello  acorde  el  estylo  con  que  S.  Mateo,  Cap.  27, 
v.  50,  refiriendo  la  espiración  de  Jesucristo  en  la  Cruz,  expresó:  "y  la  tie- 
"rra  se  movió  y  las  piedras  se  rasgaron:"  juntamente  advierten  á  la  que 
en  ellos  fué  la  Madre  libertadora  de  los  hombres  que  sobrevivieron  en  ta- 
les Lugares,  quando  el  núcleo  o  peñasquería  primitiva  de  las  propias  se- 
rranías se  desnudó  de  sus  costras  terreas. 

Varias  son  las  Poblaciones  antiguas,  tratadas  hasta  hoy  de  Tenanco.  Por 
lo  mismo  es  extraño  que  al  mencionar  D.  Luis  Bezerra  en  el  párrafo  pri- 
mero de  su  testificación,  á  Tenango  de  Tazco,  huviese  seguido  la  corrup- 
ción de  escritura,  tanto  en  Tazco,  de  donde  era  nativo,  y  cuio  valor  se  ex- 
presa en  su  lugar,  quanto  de  Tenango,  quando  hasta  hoy  se  conoce  por 
Cacalotenanco  la  Población  á  que  se  refería,  y  siendo  su  compuesto  el  de, 
dentro  Co,  de  la  Madre  nantli,  de  piedra,  ó  sierra  tetl,  del  cuervo  cacalotl, 
Ave  que  allí  abunda;  la  qual  forma  nido  en  Primavera,  como  la  Aquila 
figurada  en  el  Lugar  á  que  alude  uno  de  los  symbolos  de  el  Monumento 
primero  hallado.  Pero  como  el  antiguo  frasismo  nacional  de  la  cristiandad, 
según  va  descubriendo,  se  halla  en  Alegorías  por  semejanza  á  Cuerpos  na- 
turales, resulta  tembien  conforme  á  las  circunstancias  peculiares  de  cada 
lugar,  concurriendo  en  aquel  Poblado,  su  situación  en  lo  interno  de  serra- 
nía distinguida  por  abrigo  de  una  Ave,  de  que  no  hai  memoria  hiziesen 
los  naturales  algún  uso  particular  siendo  notoria  su  costumbre  de  obser- 
var las  propiedades  de  todos  los  Animales,  de  las  quales  se  sirvieron  para 
symbólico  recuerdo  ó  memoria  de  las  mas  importantes  y  antiguas,  é  imi- 
tando al  cuervo  en  esconder  lo  que  coge,  quando  allí  existe  una  pequeña 
Imagen  de  la  Virgen  Maria,  de  singular  veneración  entre  ellos,  y  en  otra 
Alegoria  asentaban  á  su  antiguo  Apóstol  como  ocultador  de  cosas  precio- 
sas en  Barrancas  de  Rios,  y  en  serranías,  por  el  motivo  que  envuelve  la 
propia  memoria.  A  lo  mismo  aluden  las  anotaciones  de  otros  Tenanco  y 
Tlaltenanco. 

De  estas  últimasse  observan  dos,  no  mui  distantes  de  esta  Capital,  hallán- 
dose una  como  á  quatro  leguas  por  su  visual  dirección,  en  la  cordillera  al 
Suoest,  y  á  la  linde  del  eremitorio  de  la  Religión  descalza  del  Carmen,  co- 
nocido por  Desierto.  Su  compuesto  dicta  en  la  parte  tenanco,  situación 
semejante,  interna  en  madre  de  Piedra  ó  sierra,  y  en  la  tlalli,  de  la  tierra, 
de  la  Población  Tlaltenanco,  conocida  por  S.  Mateo,  de  la  que  asienta  la 
tradición  pintada  en  la  sacristía  de  aquel  eremitorio,  aver  guiado  á  los  pri- 
meros Religiosos  solícitos  de  lugar  propio  para  tal  fundación,  el  Bautista 
S.  Juan  en  trage  desconocido,  y  el  qual  les  señaló  el  en  que  la  determina 


BIBLIOGRAFÍA  MEXICANA  DEL  SIGLO  XVIll. 

235 

ron,  y  desaparecido,  le  hallaron  semejante  en  la  imagen  del  mismo  Pre- 
cursor, colocada  en  la  Iglesia  de  Tlaltenanco  y  conservada  hasta  hoy  en 
la  del  eremitorio,  á  que  se  transfirió.  Otra  también  antigua  Población  en  la 
ultima  inferior  colina  de  la  propia  serranía  ministra  concordancia  de  aquel 
distintivo,  con  el  permanente  en  su  Barrio  Tenanitlan,  cerca,  ó  inmediato 
itlan,  de  la  Madre  nantli,  de  Piedra,  ó  sierra,  tetl,  siendo  el  Poblado  mas 
conocido  por  S.  Ángel. 

Otro  Tlaltenanco  se  nota  al  pie  meridional  de  la  propia  serranía,  en  Po- 
blación tratada  de  Cuernavaca,  donde  se  distingue  á  una  antiquísima  Ima- 
gen de  la  Virgen  Maria  con  particular  Santuario  anotado  por  de  Nuestra 
Señora  de  Tlaltenanco.  La  parte  tlaltenantli  es  común  a  Vallado,  pero  su 
misma  estructura  concordada  con  las  circunstancias  de  Lugares  así  ano- 
tados, la  instruien  extendida  ó  usada  por  asimilación  á  los  en  que  tuvo  su 
origen.  D.  Luis  Bezerra  intentando  comprobar  aquella  mutua  impropie- 
dad de  articulación  del  castellano  en  los  naturales  de  Nueva  España,  y  la 
de  estos  en  los  españoles,  entre  tres  exemplares  topográficos  de  que  se  valía 
en  el  citado  sexto  párrafo  de  la  quinta  Aparición  y  fueron  Atlautlacoloa- 
yan,  Quauhnahuac,  y  Quauhaxallan,  seguía  los  vicios  de  escritura  guar- 
dando en  los  tres  la  h,  y  la  n  final  en  el  que  debia  aver  escrito  cuaaaxala; 
pues  son  raras  las  anotaciones  á  que  corresponde  la  n  final,  y  muchas  las 
en  que,  como  por  cadencia  mal  oida,  se  usó  desde  el  siglo  dézimo  sexto, 
por  españoles  y  por  naturales  recientes  en  nuestra  escritura,  ó  tiempo  en 
q.e  puede  decirse  q.e  todo  se  acaba  en  n  por  vicio  semejante  al  que  adver- 
tía un  matemático,  en  el  tratamiento  latino  de  sinus,  que  incluiendo  en  su 
origen  escrito  S.  I.  el  de  semises  inscripte,  ó  por  sus  iniciales  latinas,  el 
valor  de  mitades  inscriptas,  esto  es,  mitad  de  la  cuerda  del  Arco  duplo 
correspondiente  al  Ángulo  del  seno,  se  bolvió  inentendible  sinus,  por  es- 
crito así  quando  todo  se  acababa  en  us. 

Aquel  escritor  no  solamente  dexó  sin  traducción  á  cuauaxala,  siendo  la 
de  su  compuesto,  arenal  xala,  duro  cuanac,  conforme  al  terreno  de  Gua- 
dalaxara  á  que  aquel  se  refería,  sino  que  también  alteró  la  de  Atlauilaco 
loayan,  dándole  la  de  Lugar  donde  tuerce  el  arroyo,  sin  conocer  el  valor 
del  yan,  ni  el  de  tía  en  tal  compuesto,  que  ministra  el  de  lugar  continuado 
yan  de  Agua  atl,  que  rueda  tlacoloa,  la  Barranca  Atlautli,  según  acaecía 
en  el  degenerado  Tacubaya,  bien  cercano  á  esta  ciudad,  antes  que  se  di- 
rigiesen á  ella  por  españoles,  las  vertientes  de  los  manantiales  de  Sta.  Fee, 
que  entonces  tenian  su  curso  por  aquella  Barranca.  Pero  merece  atención  que 
significando  rodar  tlacoloa,  todavía  su  compuesto  lo  dicte  encorbar  coloa, 
la  tierra  tlalli  como  que  la  concordancia  de  la  configuración  de  América 
respecto  del  Mar,  y  otras  anotaciones  de  sus  costas  que  se  asientan  como 
tocantes  á  la  era  nacional,  tema  propio  que  figura  el  segundo  Monumento, 
están  dictando  que  el  encorbarse  la  tierra,  y  rodar,  todo  fué  á  un  tiempo, 
y  por  ello  se  advierte  inclinada  también  la  figura  presentada  en  pie  con  el 


BIBLIOGRAFÍA  mexicana  DEL  SIGLO  XV I II. 

236 

Peñasco  parado  que  primero  se  excavó,  como  relativo  á  aquella  data  des- 
tructiva de  la  capital  antigua,  situada  en  la  serranía  de  Sur  de  este  Valle. 
Ella  es  la  que  se  interpone  entre  el  de  esta  nueva,  y  la  antigua  Pobla- 
ción vulgarizada  por  Cuernavaca,  que  intentando  aquel  escritor,  que  la 
mencionaba,  ministrar  el  valor  de  su  original  Cuaunauac,  la  traducía  por 
cerca  de  la  Arboleda,  ó  pie  de  la  Montaña;  porque  siendo  su  compuesto 
de  nauac,  y  de  cuantía  significativo  éste  de  Monte,  ó  lugar  abundante,  que 
denota  el  tía.  de  Árbol  cuauitl,  entendió  á  nauac  por  adverbio  de  inme 
diacion,  y  que  en  el  Diccionario  se  asentó  por  Cerca,  con  equivocación  no- 
toria en  lugar  de  cerco.  Su  compuesto,  lo  instruie  al  mismo  tiempo,  en  C, 
la  agua  atl,  está  la  mollera  ñau,  symbólica  de  la  memoria  de  lo  undido  en 
el  Mar  y  Lagos,  en  aquella  era,  y  juntamente  de  la  situación  de  los  quatro 
naui  (á  que  es  común  en  el  compuesto)  partes  de  la  tierra,  colocadas  so- 
bre el  Mar.  Por  cerco  instruie  también  á  nauac,  la  producción  tratada  por 
Naturalistas  de  Europa,  de  cardo  de  las  Indias  occidentales  ó  Caído  de 
Melón,  conocido  vulgarmente  en  Nueva  España  por  Visnaga,  y  entre  Na- 
turales uitznauac,  cerco,  ó  corona  nauac,  de  espina  uitztli,  como  que  pre- 
senta la  mas  perfecta  con  sus  púas,  recordando  al  mismo  tiempo  la  data 
de  aquel  undido  general  á  las  quatro  partes  de  la  tierra,  por  la  causa  co- 
mún á  ellas,  que  fué  la  de  la  espina.  Con  que  permaneciendo  en  aquella 
Población  Cuaunauac,  el  distintivo  de  una  Imagen,  que  el  mismo  concor- 
dado con  la  inmemorial  antigüedad  de  la  efigie,  y  circunstancias  locales, 
la  instruie  Madre  de  la  Sierra  de  la  tierra,  con  Tlaltcnanco,  resulta  el  que 
los  Naturales  intentaron  comunicar  á  los  españoles  al  tiempo  del  descu- 
brimiento de  la  misma  Imagen,  refiriendo  su  origen  por  Cuauua?¿ac,  en  c, 
la  agua  atl,  de  las  quatro  naui,  está  el  Árbol  cuauitl.  antonomástico  del 
corpulento  genealógico,  que  es  el  sentido  de  todo  el  Compuesto,  aunque 
su  translación  á  cercado  de  Monte  sea  acorde  con  el  Vallado  contenido  en 
Tlaltcnanco,  como  que  las  colinas  de  su  circunvalación  se  hallaban  pobla- 
das de  Arboleda  antes  de  desmontadas  por  españoles  para  sus  labores; 
pues  otras  situaciones  semejantes  no  tuvieron  estos  distintivos  por  parti 
culares. 

La  symbólica  nacional  espina,  se  encuentra  también  alegorizada  con 
cinco  figuras  translativas,  en  el  ceñido  distintivo  Uitzilacki  de  Población 
de  Naturales,  situada  en  el  extremo  meridional  elevado  de  la  propia  Se- 
rranía intermedia,  y  que  vista  desde  Cuernavaca,  á  que  forma  lado  sep- 
tentrional presenta  con  la  Abra  donde  se  halla  i'itzilacki,  la  forma  de  Ar- 
teza,  ó  Canoa.  Los  Remeros  tratan  de  ilacki  á  la  que  se  inunda,  y  de  uitztli 
espina,  al  Pulque  de  Maguey  recien  trozado  en  su  penca  central  que  le- 
vanta su  púa  mas  que  las  otras.  Allí  origina  continuo  trozamiento  de  tal 
Planta,  la  bebida  que  de  ella  se  estrae,  supletoria  de  Agua  que  produce 
mui  escasa  un  pequeño  y  retirado  Manantial.  Con  que  la  metafórica  Ca- 
noa, omitida  por  supresión,  ministra  con  la  metonímica  espina,  el  antítesis, 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

237 

ó  contraposición  á  la  hyperbolica  inundación  de  aquella  Planta  abundante 
allí.  Por  ella  distinguen  los  Naturales  desde  este  Valle  hasta  Uitzilacki,  al 
viento  Sur  por  uitztlampa,  en  donde  pa,  acaba  tlami,  la  espina  uitztli,  co- 
mo que  saliendo  dulce  de  allí  tal  bebida,  se  agria  quando  pasa  ya  á  tem- 
peramento caliente,  el  qual  comienza  en  Cucrnavaca,  y  por  él  tratan  los 
de  Uitzlilacki,  al  Sur,  de  tonayan,  en  donde  de  continuo  yan,  hace  calor 
tona. 

Por  estylo  semejante  figurado  se  expresaba  al   Norte  en  esta  Ciudad 
quando  era  de  Naturales,  tratándolo  de  Mitlampa,  en  donde  pa,  acaba  tla- 
mi, la  flecha  mitl,  alusiva  á  la  del  Sol  en  punto  de  medio  dia,  symbolizada 
en  el  distintivo  de  un  Picacho  de  la  Serranía  de  Norte,  que  los  nativos  de 
ella  conocen  por  otomi,  flecha  mitl,  nuestra  to,  en  el  camino  otli,  recorda- 
tivo del  tiempo  preciso  de  la  era  nacional,  y  en  el  qual  tampoco  admite 
sombra  aquel  Picacho  por  vertical,  que  también  es  el  punto  mas  notable 
aproximado  al  Meridiano,  y  Norte  de  esta  Ciudad.   Al  mismo  Picacho  tra- 
tan también  aquellos,  de  Cuautzin,  Águila  apreciable,  teniendo  la  serranía 
en  que  se  halla,  el  bosquexo  de  tal  Ave  boca  arriba,  vista  desde  la  Pobla- 
ción situada  en  su  Valle  septentrional  Cuautitlan,  cerca  itlan,  de  la  Águi- 
la Cuautli,  metafórica  de  los  conceptos  a  que  se  acomodaba,  y  se  asenta- 
rán en  sus  respectivos  lugares.   Por  no  entendida  la  alusión  del  Norte  de 
esta  Ciudad  ha  venido  copiado  hasta  nuestros  dias  el  error  de  impresión 
con  que  se  asentó  en  el  Diccionario  augmentado  con  c  y  por  ella  escrito 
Mictlampa  quando  á  su  parte  Principal  componente  mictlan  augmentado 
también  con  el  vicio  general  de  u,  se  refería  por  significativa  del  Infierno, 
sin  discernimiento  tampoco  de  la  antonomasia  que  envuelve  el  compuesto 
mictla,  lugar  abundante  manifestado  en  el  tía,  de  quien  mere  micki,  por- 
que la  mayor  parte  de  las  Gentes  se  condena,  según  la  común  tradición 
de  los  Padres  de  la  Iglesia,  y  conforme  también  se  figuró  en  el  segundo 
Monumento  excavado;  pues  el  distintivo  de  la  situación  del  Infierno,  es 
tlalxicco,  dentro  co,  de  la  oquedad  céntrica  xictli  de  la  tierra  tlalli,  adver- 
tida en  lugares  volcánicos,  con  alusión  también  á  la  era  nacional,  junta- 
mente de  eclipse  solar  central,  según  ambos  primeros  Monumentos  exca- 
vados, se  distingue  al  oriente  por  Ixtlampa,  en  donde  pa,  acaba  tlami,  el 
frente  ixtli,  alusivo  al  de  la  Luna  en  creciente  hasta  su  llena,  como  que  á 
ese  Rumbo  presenta  en  aquel  espacio  su  parte  obscura,  y  en  la  men- 
guante al  Poniente  snatlampa,  en  donde  pa,  acaba  tlami  la  muger  suatl, 
ó  la  metafórica  del  Sol,  que  de  él  recive  la  luz,  según  alegoría  expre- 
sada en  otro  Lugar,  y  conforme  á  la  Población  Snateutla,  polvadera  tcu- 
tla,  de  la   muger  suatl,   porque  allí  la  levanta  tal  viento  en  tiempo  seco, 
y  de  Menguante,  y  comprehendida  en  distrito  jurisdiccional  de  Cuauxi- 
wxnco,  que  su  compuesto  instruie  á  su  Población  cavezera,  distinguida  así, 
dentro  co,  de  la  Madre  nantli,  de  la  oquedad  del  centro  xicllc,  del  Árbol 
cuauitl,  siendo  común  el  Cuan  del  compuesto,  á  Cuantía  Monte  que  en- 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

238 

cierra  al  Lugar  poblado.  Aun  asentando  el  Diccionario  al  Poniente  por 
ciuatlampa  ccat/,  ó  frasismo,  cuia  parte  ecatl  es  viento,  no  solamente  no 
distinguía  la  composición  de  siuatlampa,  sino  que  omitió  el  ixtlampa  en 
el  Oriente,  al  qual  expresaba  ron  las  anotaciones  siguientes,  que  ya  se  ex- 
plican por  sus  valores:  totiatiuhiquisayan,  salidero  Kisayan,  suio  i,  al  ca- 
mino 7itli,  que  haze  Calentar  tonatia:  Tonatiuk-inemanayan,  tendedero 
manayan,  suio  i  (quitado  el  error  de  c),  que  á  los  suios  in,  haze  Calentar 
tonatia:  Tonatinhixco,  al  frente  ixco,  del  camino  útli,  que  haze  calentar 
tonatia. 

Pero  no  hai  que  extrañar  el  no  averse  desembuelto  esos,  y  otros  frasis- 
mos,  quando  no  se  ha  hecho  ni  con  el  mas  usual,  aun  de  los  que  no  son 
naturales,  con  que  preguntan  á  los  que  lo  son,  por  el  Lugar  de  su  morada, 
y  que  al  mismo  tiempo  comprueba  la  particular  atención  que  se  tenia  á 
las  circunstancias  locales,  como  recordativas,  por  sus  singulares  anotacio- 
nes, de  los  mas  notables  sucesos,  juntamente  con  los  destinos  que  se  daba 
á  sus  producciones.  El  es  hasta  hoy  tan  sabio,  como  campamocJian,  de  la 
morada  tuia  mochan,  en  donde  pa,  está  el  pais,  o  territorio  can?  Aun  la  ex- 
presión general,  de  que  usa  este  Idioma  para  Nación  sccnit/aca,  Gentes 
tlaca,  en  lugar  de  por  sí  separado  sccni,  ministra  idea  bastante 'de  las  se- 
ñales perpetuas  que  servían  de  limites  y  de  las  cuales  y  de  otras  notables 
situadas  aun  dentro  de  una  misma  Nación,  se  valían  para  explicar  las  me- 
morias historiales.  Tal  frasismo  es  también  digno  de  reflexión  como  acor- 
de con  el  V.  8,  Cap.  32,  del  Deuteronomio :  "quando  el  Altísimo  dividía 
"á  las  gentes:  quando  separaba  á  los  hijos  de  Adán,  constituyó  términos 
"de  los  Pueblos  según  el  número  de  los  hijos  de  Israel."  Y  así  cuando  in- 
tentaron instruir  á  los  españoles  con  Cnaunauac  y  Tlaltenanco,  manifes- 
taron el  descubrimiento  de  la  Imagen  que  conserva  este  distintivo  en  el 
Lugar  que  con  su  anotación  advierte  la  Historia  de  su  antigüedad.  Ambos 
concuerdan  en  sentido  de  Vallado,  pero  dictando  la  naturaleza  y  circuns- 
tancias de  tal  cercado,  ó  madre  de  piedra  de  la  tierra,  las  colinas  ó  Lomas 
que  presentan  el  flanco  de  aquella  Serranía,  apoyado  en  ellas,  como  el  de 
otras  muchas.  Tales  colinas  se  notan  después  de  robada  la  tierra  que  cu- 
biía  su  superficie  en  estado  de  Montes,  formadas  por  capas  de  la  materia 
tratada  nacionalmente  de  tepetlatl,  estera  petlatl,  de  piedra  ó  sierra  tct/, 
como  que  siendo  alturas  de  segundo  orden  que  apoyan  á  las  de  primero, 
compuesto  de  peñasquerías  visibles,  por  desnudas,  hazen  el  oficio,  ó  des 
tino  de  la  estera,  que  es  el  descanso  de  las  propias  serranías.  Así  recuerdan 
los  cuerpos  naturales  anotados  en  este  Idioma,  que  la  Madre,  ó  vienttepe- 
ñascoso  de  serranías  estuvo  primero  cubierto  de  las  costras  terreas,  de  que 
se  formaron,  después  de  separadas  de  él,  las  colinas  en  las  bases  primitivas 
del  mismo  núcleo  y  en  las  quales  se  descubrieron  muchas  de  las  corrientes 
antes  subterráneas,  y  descendentes  con  rapidez,  por  la  inclinación  del  Con- 
tinente, desde  el  pie  de  la  de  Uitzilacki  hasta  la  costa  del  Mar  del  Sur,  por 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII 
239 

espacio  de  mas  de  ochenta  leguas,  en  que  se   agregan  'otras,  originadas 
también  de  otras  cordilleras  semejantes. 

A  la  nacional  estera  de  piedra,  ó  vulgar  tepetate  y  castellana  toba,  común 
á  la  que  crian  los  dientes,  de  hueso  por  naturaleza,  la  tratan  los  Natura- 
listas de  tophus  caracterizándola  de  concreción  pedrosa,  ligera,  porosa  y 
formada  por  un  conjunto  de  partecillas  terrosas,  mas,  ó  menos  atenuadas, 
y  dispuestas  por  costras,  encontrándose  en  ellas  impresiones  de  cuerpos 
que  se  destruieron  en  las  mismas  costras.  Esto  se  advierte  en  los  tepetates 
regionales,  entre  los  quales  se  han  hallado  enormes  osamentas  humanas. 
Asientan  también  aquellos,  que  la  toba  se  forma  diariamente,  y  es  de  di- 
versas especies,  como  arcillosa,  arenisca,  margosa,  mineral,  y  de  diferentes 
consistencias,  figuras  y  colores,  y  aunque  impeditiva  de  la  plantación,  la 
que  es  pedrosa,  pero  adequada  para  fábricas  por  la  incorporación  que  se 
haze  con  la  mezcla  La  expresión  de  que  diariamente  se  forma  tal  mate- 
ria, es  cierta  si  se  entiende  sucesivamente  en  todas  las  especies  de  ella,  y 
no  en  un  sentido  tan  general  que  se  repute  formarse  hoy  en  qualquier  lu- 
gar como  la  que  se  nota  hecha  ya  de  muchos  siglos,  y  de  distintas  clases 
según  la  de  los  Lugares  que  cubrieron  á  los  cuerpos  animales,  de  los  qua- 
les no  se  ha  distinguido  traer  su  origen  la  propia  materia. 

A  estos  sí,  atribuien  los  naturalistas  el  de  la  creta,  que  tratan  de  tierra 
calcárea,  desmoronable  entre  los  dedos,  privada  de  sabor  y  olor,  comun- 
mente blanquisca,  de  considerable  extensión  en  el  agua  y  que  se  apega  á 
la  lengua,  reputándola  primitiva  en  Montañas  secundarias.  Entre  varios 
Lugares  anotados  en  estylo  de  este  Idioma  por  Tisapa,  aunque  asentados 
por  aquel  común  vicio  de  ;/  final  en  escritos,  Tisapan,  se  nota  uno  bien 
conocido  en  la  serranía  de  Sur,  y  mui  cercano  á  Tenanitlan,  ó  S.  Ángel, 
advirtiéndose  la  Agua  de  su  pequeño  Rio,  pura  en  el  curso  más  alto  que 
el  propio  Lugar  Tisapa  y  turbia  é  insípida  ya  en  las  Barrancas  de  el  Pue- 
blo, así  tratado  por  la  mixtura  que  en  ellas  contrae  de  veneros  agregados 
de  lo  subterráneo  de  sus  Lomas,  tepetatosas  en  su  superficie  después  de 
desmontadas  para  labor,  y  con  ella  robada  su  capa  terrea.  Pero  según  el 
Monumento  primeramente  hallado,  fué  corto  el  número  de  libertados  en 
la  era  nacional,  en  la  propia  serranía,  que  en  la  altura  mayor  conserva  el 
distintivo  Tlaltenanco.  El  de  Tisapa,  vale  lo  mismo  que  Río  apa,  ó  donde 
pa,  hai  agua  atl,  de  creta  tisatl. 

De  este  absorvente  es  sabida  su  aplicación  á  curaciones  de  Azedías, 
Lombrices,  y  otras  enfermedades,  pero  no  en  el  estado  de  inexplicable 
atenuación  y  divisibilidad,  como  lo  instruien  las  aguas  en  que  se  anotó  di- 
suelta con  el  distintivo  tisatl,  Agua  atl,  de  Médico  tisitl,  así  como  la  co- 
mún causa  de  las  Azedías  en  la  Lombriz  cJiichilocuillin,  común  al  cebo 
para  pescar,  y  por  su  compuesto,  gusano  ocuillin,  que  haze  azedar,  ó  amar- 
gar cJiichilia. 

Aun  quando  la  aplicación  de  Tisapa  en  tales  Lugares  no  fuera  poste- 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 
240 

rior  al  tiempo  del  Medico  á  que  se  refiere  sino  coetánea  del  mismo,  toda- 
vía supone  en  ellos  el  segundo  Monumento  ahora  hallado,  sobrada  creta 
en  el  Continente,  por  instruirlo  poblado  antes  del  General  Diluvio,  y  des- 
pués de  él,  comenzado  á  repoblar  á  los  ciento  y  quatro  años  de  tal  época. 

Es  también  de  notar  la  equivocación  profanatoria  de  varios  frasismos 
primitivos  de  este  Idioma.  Así  lo  dicta  entre  otros  el  cotejo  de  tzin,  que 
asentándolo  las  Gramáticas  solamente  por  reverencial  y  propio  de  verbos, 
se  usa  también  como  apreciativo,  y  en  compuestos  topográficos  originado 
de  tzintli  orificio,  según  advierte  la  situación  del  antiguo  Poblado  Tenante 
zinco,  dentro  co,  del  orificio  tzintli,  de  la  Madre  de  alguno,  ó  Madre  de 
Piedra  ó  sierra  tenantli,  por  hallarse  en  el  concurso  de  sus  vertientes.  Pero 
tal  distintivo  referido  á  la  Población,  manifiesta  su  origen,  dentro  co,  está 
la  reverenciada,  ó  apreciada  Madre  mantzin,  de  la  Piedra,  ó  Sierra  tetl, 
alusivo  al  de  ocultación  de  una  de  las  Imágenes  de  la  misma  Madre  que 
escondió  aquel  México,  y  también  metafórico  cuervo. 

Semejantemente  se  advierte  conservado  hasta  hoy  Tcnanyuca,  instruc- 
tivo de  propia  Madre  de  piedra  con  relación  á  la  que  sacaron  de  la  serra- 
nía de  Norte  los  fundadores  de  esta  ciudad,  y  de  que  todavía  continua  fa- 
bricando lozas  la  descendencia  de  uno  délos  Pueblos  autoresde  lafundación. 
Mas  su  primitivo  sentido  de  propia  Madre  de  la  Sierra,  lo  instruien  no  so- 
solamente  la  acogida  á  ella,  figurada  en  el  primer  Monumento  hallado,  y 
la  concordancia  de  las  antiguas  tradiciones,  explicadas  por  el  principal  Idio- 
ma en  que  se  conservaron  hasta  los  años  consecutivos  á  la  conquista  es- 
pañola, sino  también  la  copia  original  y  permanente  hasta  hoy,  de  aquella 
Madre,  expresiva  en  sus  symbolos,  conformes  al  mismo  Idioma,  del  recuer- 
do de  la  era  nacional  y  fines  de  tan  sigular  Pintura,  descubierta  con  par- 
ticulares prodigios  á  los  diez  años  de  aquella  conquista,  y  también  acordes 
con  otros  Monumentos  de  la  propia  Serranía,  distinguidos  en  su  valor  por 
las  anotaciones  permanentes,  que  descubren  el  lugar  preciso  y  determina- 
do de  su  primer  culto  y  adoración  en  la  propia. 

El  resulta  también  averio  tenido  en  otra  cima  aunque  desquiciada  antes 
de  otra  cordillera  del  mismo  lado  de  Norte,  y  distante  de  esta  ciudad  mas  de 
veinte  leguas,  que  fué  de  donde  la  pidieron  los  Mexicanos  para  pasarla  de  los 
de  aquella  Nación  á  la  suya,  á  fin  de  formar  por  este  medio,  confederación 
entre  ambas.  Como  el  concurso  de  Alegorías  referidas  á  aquella,  descu- 
briendo las  costumbres  comunes  entonces  á  ésta,  instruien  juntamente  la 
predicación  del  Precursor  del  Mesías,  la  del  mismo  Señor  en  vida  mortal, 
y  después  de  resucitado,  antes  de  su  Ascensión  á  los  cielos,  monumentos 
de  el  establecimiento  en  América  de  los  Discípulos  que  eligió  para  que  ra- 
dicasen en  ella  las  verdades  de  la  nueva  ley,  antes  prometida  en  las  pro- 
fecías y  en  symbólicas  ceremonias  de  la  antigua;  ya  no  es  de  extrañar  que 
los  Ministros  religionarios  del  Adoratorio  de  México  vistiesen  de  negro,  no 
cortasen,  ni  peynasen  el  cabello  durante  su  mansión  en  el  claustro,  á  que 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 
241 

no  entraba  muger,  y  sin  acceso  á  alguna  en  el  propio  tiempo,  guardando 
también  en  determinados  del  año,  abstinencia  de  señalados  manjares,  se- 
gún su  conquistador,  pag.  105  de  su  Historia.  Tampoco  deberá  hazer  no- 
vedad que  formasen  su  estatua  comestible  de  Uitzlopochtli  de  varias  semi- 
llas de  las  que  introduxo  él  uso  su  ascendencia  al  tiempo  de  su  estableci- 
miento en  este  Valle,  y  faltaron  desde  la  citada  era;  pero  volviendo  pocos 
años  después  la  lluvias,  cesaron  otra  vez  en  los  lugares  de  apostasía  de  la 
Religión  cristiana.  Entre  aquellas  de  que  se  componía  la  masa,  era  una 
la  del  Bledo  encarnado,  distinguido  por  Kiltonilli,  symbólico  de  aquella 
esterilidad  que  ministra  su  compuesto  de  calentada  tonilli,  la  yerba  apre- 
ciable  kilitl,  y  en  su  profanatoria  alusión  también  del  oro  en  que  bolvie- 
ron  á  emplear  su  ardiente  solicitud.  La  estatua  se  distribuía  al  Pueblo  a 
semejanza  de  nuestra, sagrada  comunión  y  con  ceremonias  tan  alusivas  á 
la  de  la  Pasión  del  Redemptor,  como  la  de  tirar  el  principal  Ministro  al 
corazón  de  la  estatua  un  dardo  para  matarla,  y  comer  después  su  cuerpo; 
y  la  Procesión  hasta  afuera  de  los  Barrios  de  la  Ciudad  el  dia  anterior  á 
aquella  distribución,  según  el  cap.  38,  lib.  6?  de  la  Monarquía.  Aun  al  co- 
menzarse la  Alegoría  del  21  del  propio  Lib?,  se  prevenía  que  entre  los  na- 
turales, hasta  el  tiempo  de  conquista,  unos  creían  ser  Uitzlopochtli  puro 
espíritu,  y  otros  que  fué  nacido  de  Muger,  refiriendo  estos  últimos,  que 
junto  á  la  ciudad  de  Tula,  mui  grande  en  el  Gentilismo  hai  una  sierra  lla- 
mada Coatepec.  La  advertencia  de  aquella  antigua  magnitud  de  tal  Pobla- 
ción, significativa  de  abundante  en  enea  tulli,  juntamente  con  la  cercanía 
de  la  Sierra  que  se  cita,  se  fundó  en  la  distancia  que  hoy  se  observa  entre 
ella  y  el  Pueblo  conocido  por  lula,  que  será  como  de  cinco  leguas  por  su 
visual  dirección,  mediando  entre  ambos  puntos  una  grande  vega,  que  su 
natural  nivelación  la  manifiesta  antiguo  vaso  de  Laguna,  y  permanecien- 
do aun  entre  españoles  el  distintivo  que  la  Nación  tratada  por  los  mismos 
de  otomi,  y  la  mas  antigua  Pobladora  en  aquel  territorio  según  el  Monu- 
mento segundamente  ahora  hallado,  dá  á  la  que  se  asentó  por  Sierra,  y  es 
Démingo,  significativo  de  Agua  del  Adive,  ó  coyotl  mexicano.  Pero  así  ese, 
como  el  de  tuni  significativo  de  Banco  en  el  mismo  Idioma  de  aquel  Pais, 
y  alusivo  á  la  configuración  plana  en  la  cima  de  la  mole  á  que  se  refiere, 
y  mayor  que  la  de  su  basa,  ó  anotación  conservada  en  una  pequeñísima 
Población  de  ella,  por  su  lado  occidental  donde  permanece  una  célebre 
Imagen  de  origen  ignorado,  y  representativa  de  Jesucristo  en  ecce  homo,  y 
en  el  de  Sur  otra  Población  distinguida  en  Idioma  de  Mexicanos  por  Mis- 
kiauala,  abundante  de  púa  auatl,  de  Acacia  Miskitl,  y  la  vulgarizada  por 
Tesca,  al  pie  de  su  Norte,  comprueban  la  identidad  del  Lugar  de  la  tradi- 
ción, con  vestigio  de  antiquísimo  edificio  en  la  propia  cima,  tratada  cap.  24 
del  citado  lib?,  de  Tzatzitepec,  en  c,  sierra  hpetl,  para  gritar  tzatzi,  ó  alu- 
sión á  lo  que  ya  instruie  la  misma  Alegoría. 

La  anotación  Coatepec  no  traducida  en  el  mismo  cap?,  sino  por  sierra  de 

31 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

242 

la  culebra,  siendo  la  de  esta  común  al  Gemelo,  porque  ella  pare  mellizos, 
concuerda  con  la  del  contexto  de  que  en  ella  hazía  su  morada  una  muger 
Coatlicue^  asentada  por  faldellín  de  la  Culebra,  pero  conforme  al  compuesto, 
que  la  enagua  cueitl,  suia  i,  es  la  del  Gemelo  coatí  alusiva  á  la  túnica  que 
ya  se  expresará  por  su  symbólico  distintivo.  Es  también  de  notar  que  la 
morada  ó  mansión  se  significa  por  Icloayan,  y  se  entiende  también  por 
lugar  de  Gente  de  asiento,  pero  que  su  compuesto  lo  descubre  continuo 
de  agua  ayan,  que  es  el  Camino  oí/i,  del  diligente  yel,  permaneciendo  en 
la  halda  de  sur  de  aquel  extraño  banco  peñascoso,  un  mui  escaso,  y  no 
corriente  manantial,  á  que  alude  la  agua  del  Adive  Deminyó,  ó  Animal 
con  propiedades  de  ligero,  gritón,  astuto,  y  de  valor. 

Al  mismo  tiempo  se  conservó  con  el  Camino  de  la  agua,  apropiado  á 
persona  diligente,  memoria  semejante  á  la  que  Juan  de  Betanzos,  Intér- 
prete de  naturales  del  Perú,  adquirió  de  ellos  para  la  Historia  que  escri- 
bió de  orden  de  D.  Antonio  de  Mendoza  Virrey  de  aquel  Reyno,  bajo 
el  titulo  de  narración  de  los  Incas,  y  quien  part.  r?,  cap.  2?,  asentó  averse 
metido  en  el  Mar  junto  á  Puerto  viejo,  con  dos  compañeros,  caminando 
por  él  sin  barca  como  si  estuviera  en  tierra,  un  hombre  blanco  y  barbado, 
que  en  el  mismo  Reyno,  y  en  el  distrito  de  Cacha,  Provincia  de  Canas,  á 
diez  y  ocho  leguas  del  Cuzco,  avia  apagado  con  dos  ó  tres  golpes  el  fuego 
que  avía  prendido  en  una  cordillera,  donde  permanecen  piedras  quemadas 
por  espacio  de  un  quarto  de  legua,  y  siendo  lo  demás  verde  y  con  Yerba, 
o  suceso  acaecido,  quando  muchos  de  aquellos  naturales  se  dirigían  en- 
furecidos contra  el  á  matarle,  viendo  entonces  bajar  aquel  fuego  del  cielo, 
que  les  hizo  arrojar  las  flechas,  y  pidiendo  perdón  postrados  en  tierra,  mo- 
vieron á  aquel  varón  á  apagarlo,  y  gravaron  después  su  estatua  en  piedra 
de  cinco  varas  de  largo,  y  una  de  ancho. 

Aun  previniendo  D.  Luis  Bezerra  en  el  tercero  párrafo  de  su  adverten- 
cia acerca  del  dia  en  que  debe  celebrarse  la  aparición  de  la  Insigne  Ima- 
gen de  Maria  Santísima,  que  veneramos  bajo  el  título  de  GUADALUPE, 
"que  el  Apóstol  Santo  Tomas  sin  duda  fué  el  que  predicó  el  Santo  Evan- 
"gelio  á  las  Naciones  de  este  Reyno,  mucho  antes  de  la  fundación  de  esta 
"Ciudad,  en  la  de  Tula,  ó  como  dicen  los  naturales  Tolla  11,  de  que  vi  pin- 
"tura  y  tradición,  que  no  puede  aplicarse  á  otro  del  Apostolado,  por  aver- 
"se  conservado  su  apellido  Didimus  etc  ,"  todavía  no  ministraba  el  na- 
cional equivalente  al  latino  de  que  usó.  De  no  expresarlo,  fué  motivo  el 
no  aver  conocido  la  composición  y  sentido  figurado  del  Idioma,  encontran- 
do al  mismo  tiempo  por  dificultad  en  la  tradición  inserta  en  la  Monarquía 
de  F.  Juan  de  Torquemada,  que  antes  avia  citado,  advertirse,  cap.  24,  lib. 
6?,  traducido  á  Quetzalcouatl  por  plumage,  de  culebra,  ó  culebra  que  tiene 
plumage,  y  que  ella  se  cría  en  la  Provincia  de  Xicalauco,  que  está  en  la 
entrada  del  Reyno  de  Iucatan  yendo  de  la  de  Tabasco.  El  distintivo  que 
conserva  tal  Provincia  es  el  vulgarizado  Usumasiutla,  en  lugar  del  Mexi- 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII 
243 

cano,  Uusumaíutlan,  entre  intlan  monos  uusumatin,  como,  que  allí  abun- 
dan, y  tratada  en  los  primeros  manuscritos  de  Xicalanco,  significativo  de 
que  en  lo  interno  de  ella  co,  coge  ana,  al  vaso  xiccale,  siendo  hasta  hoy 
habitada  por  la  Nación  Uastecatl,  distinguida  en  aquellos  por  xiccalacatl; 
ó  Pais  donde  se  ciía  el  Dragón  alado,  con  grito,  caveza,  y  pluma  en  ella 
de  Loro,  y  cuerpo  de  vivora,  anidante  en  huecos  de  Palmas,  y  causando 
luego  la  muerte  á  quien  muerde. 

Su  distintivo  ketzalcoatl,  se  confundió  con  el  del  Apóstol  Ketzalcoua,  el 
que  se  apodera,  ó  domina,  denotado  en  el  na,  como  el  Pescador  michua, 
o  que  se  apodera  na  del  Pescado  micJiin,  así  aquel  del  dragón  kctzalcoatl. 
En  los  manuscritos  de  que  se  Compuso  aquel  capítulo,  se  referia  por  Que- 
tzalcouatl  al  que  fué  gran  Sacerdote  en  Tula,  donde  tuvo  templo  sump- 
tuoso  con  muchas  gradas,  tan  angostas,  que  no  cabía  un  pie  en  ellas.  Esta 
parte  de  la  tradición  así  expresada,  todavía  quedó  en  un  sentido  ambiguo, 
y  mas  acomodable  á  templo  dedicado  á  Ketzalcoua,  como  que  se  le  refería 
en  el  de  Dios,  y  no  en  el  de  Señor,  y  quando  las  gradas  mencionadas  son 
las  de  los  tabernáculos,  como  el  de  aquel  templo  que  hizo  fabricar  al  ver- 
dadero Dios,  y  á  su  inmaculada  Madre  sobre  la  cima  Deminyó,  el  mencio- 
nado Apóstol.  Aquel  dragón  ketzalcoatl,  vivora  coatí,  sobresaliente,  ó  vis- 
tosa ketzalli,  en  alusión  á  su  plumage,  no  solamente  no  le  ofendía,  sino  que 
le  exterminó  hasta  aquella  costa,  de  que  era  symbólica  la  Caveza  de  Mona, 
figurada  en  una  esmeralda  ketzalitztli,  con  que  se  representó  en  piedra  tan 
firme  y  de  color  de  esperanza,  el  Lugar  por  donde  predixo  á  estas  Nacio- 
nes se  las  avía  de  bolver  á  instruir  en  las  verdades  que  tanto  afanó  para 
radicar  en  ellas;  pues  al  Rio  de  Tabasco  aportó  después  de  siglos  el  con- 
quistador de  las  mismas,  aun  antes  que  al  Puerto  de  Veracruz.  S.  Marc. 
cap.  16,  v.  18,  referia  lo  que  Jesucristo  dixo  á  sus  Discípulos  después  de  la 
resurrección:  "quitará  las  serpientes,"  verificado  también  materialmente 
por  S.  Pablo,  cap.  28,  de  los  hechos  de  los  Apóstoles. 

Instruía  asimismo  la  tradición,  que  fue  hombre  blanco,  crecido  de  cuer- 
po, frente  ancha,  ojos  grandes,  cabellos  negros  negros  y  largos,  barba  gran- 
de y  redonda,  ó  señales,  agenas  las  mas,  de  las  Naciones  de  Nueva  España, 
á  quienes  enseñó  á  labrar  plata,  oro,  y  piedras  preciosas,  que  fué  averie 
instruido  Autor  de  la  fábrica  de  vasos  sagrados,  y  demás  dedicado  al  culto 
divinno.  Que  quando  ya  se  iba,  hizo  quemar  todas  las  cosas  que  tenía  he- 
chas de  Plata  y  Conchas,  y  enterró  otras  preciosas  dentro  de  las  Sierras  y 
Barrancas  de  los  Rios.  ¿Pero  quien  no  ve  una  clara  alusión  de  los  vasos 
sagrados  en  el  fuego  para  extinguir  su  Consagración,  y  juntamente  la  ocul- 
tación de  tantas  portentosas  Imágenes  de  Jesucristo  y  de  su  inmaculada 
Madre  que  desde  el  siglo  Dézimo  sexto  comenzaron  á  descubrirse  en  tales 
Lugares,  ya  en  Cuevas  inaccesibles,  y  ya  en  corazones  de  Arboles?  Ella 
fué  una  apostólica  determinación  preservativa  de  la  profanación  que  era 
consiguiente  á  la  Apostasia,  declarada,  tanto  en  el  ultrage  de  la  insigne 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

244 

Pintura,  permanente  hasta  hoy  en  sus  señales,  y  que  embuelve  la  Alego- 
ría de  la  hija  del  Señor  de  Culuacan,  quanto  en  la  Bebida  que  le  hizo  llo- 
rar amargamente  quando  se  la  dio  un  Viejo  tratado  de  Titlacana. 

Esta  anotación  es  significativa  de  somos  dueños  de  personas,  ó  gentes, 
que  eran  los  esclavos  que  engordaban  para  comérselos,  costumbre  á  que 
bolvieron  declarando  con  ella  la  Apostasía  aquellos  iniquos  Caudillos,  y 
advirtiéndose  todavia  rastros  de  ella  en  algunas  de  las  Naciones  internas 
aun  no  reducidas,  como  también  la  facilidad  de  apostatar  después  de  algún 
tiempo  de  docilitadas.  Las  del  tiempo  de  conquista  preguntaban  á  los  Mi- 
sioneros españoles  por  el  Reyno  de  Tlapala  á  donde  Ketzalcoua  se  avia  ido, 
y  le  esperaba  otro  viejo  como  el  que  le  bolvió  á  aparecer  en  la  Población 
escrita  Cholula,  adonde  pasó  después  de  salido  de  Tula,  ó  aquella  Idola- 
tría, y  antiguas  costumbres.  Tlapala  es  significativo  de  lugar  que  abunda 
en  color,  como  le  es  aquel  Reyno  en  donde  se  halló  el  Cuerpo  del  Apóstol 
de  estas  Gentes,  á  tiempo  coetáneo  á  la  conquista  de  Nueva  España.  No 
es  extraño  entender  predixese  la  buelta  á  ella  del  Evangelio,  poniendo  por 
señal  cercana,  y  conforme  al  estylo  nacional  regulativo,  aun  de  tiempo, 
por  veintenas,  la  erupción  del  Manantial  Acuecuechco,  que  en  el  cap.  23, 
lib.  3?,  de  la  Monarquía  se  referia  acaecida  veinte  años  antes  que  los  espa- 
ñoles llegaran  á  la  tierra,  admirándose  que  sus  aguas  reventasen  por  aque- 
lla parte  donde  jamás  se  avian  visto. 

La  concordancia  de  escritores  Portugueses  de  la  India  citados  por  F. 
Gregorio  García  en  su  Tratado  sobre  la  predicación  del  Evangelio,  en  esta 
y  aquella,  instruie  averiguado  al  arrivo  de  aquellos  á  la  oriental,  tanto  por 
la  tradición  conservada  entre  sus  naturales,  que  los  Muchachos  Malabares 
cantaban  en  su  Idioma  por  las  calles,  quanto  por  lo  escrito  en  sus  Anales, 
que  aviendo  estado  Santo  Tomas  en  la  Isla  de  Zocotora,  situada  en  la  en- 
trada que  hace  al  Occeano  al  Seno  de  Arabia,  dexando  en  ella  bautizados 
á  muchos,  de  quienes  halló  descendientes  Tristan  de  Acuña,  pasó  á  la  ciu- 
dad de  Cranganor,  en  que  aviendo  estado  algunos  días,  y  hecho  cristianos 
á  muchos,  fué  á  Colano  también  de  Malabares,  edificó  Iglesia  en  Goa,  y 
siguiendo  con  gran  trabajo  su  camino  por  la  Cordillera  oriental  de  Serra- 
nías llegó  á  los  Reynos  de  Narsinga,  haziendo  asiento  en  Coromandel,  que 
entonces  tenía  por  Corte  á  Mcliapor;  en  su  costa  varó  un  Árbol  de  mag- 
nitud nunca  vista  en  otro,  en  ocasión  que  el  Rey  Sagamo  y  sus  Bracme- 
nes  le  impedían  edificar  Yglesia,  y  sin  que  el  Monarca  que  pretendía  mo- 
ver el  Árbol  para  un  edificio,  lo  huviese  conseguido,  ya  con  Maromas,  y 
ya  con  elefantes,  ofreciéndose  entonces  el  Apóstol  ante  aquellos,  á  condu- 
cirlo desde  la  costa,  distante  en  aquel  tiempo,  de  la  Corte,  diez  leguas,  si 
se  le  concedía  para  fábrica  de  templo,  lo  que  otorgado  por  la  burla,  atan- 
do un  Ramillo  del  Árbol  con  una  correa  que  ceñía,  y  hecha  la  señal  de  la 
Cruz,  lo  conduxo  desde  la  costa,  con  la  facilidad  que  á  una  paja,  hasta 
la  fosa  de  los  muros  de  la  ciudad,  á  vista  de  innumerable  Gente,  y  puso 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 
245 

en  ese  Lugar  (según  algunos  junto  á  la  Iglesia  que  edificó)  una  cruz  de 
piedra  con  la  siguiente  advertencia:  "quando  llegare  el  Mar  á  esta  piedra, 
"por  divina  ordenación,  vendrán  hombres  blancos  de  tierra  mui  remota,  á 
"predicar  la  doctrina  que  yo  ahora  enseño,  y  á  renovar  la  memoria  de  ello;" 
é  hizo  sabedores  de  lo  mismo  á  los  presentes  para  que  la  conservasen  de 
padres  á  hijos,  comenzando  el  lugar  señalado  á  ser  batido  del  Mar  quando 
á  él  llegaron  los  portugueses. 

En  cantares  se  conservaron  también  las  tradiciones  especialmente  de  la 
Nación  Otomí,  tratada  cap.  9?  del  libro  3?  de  la  Monarquía,  de  Chichimc- 
catl,  por  lo  que  se  advertirá  en  otro  lugar,  y  ocupante  del  País  donde  se 
halla  la  mole  Deminyo,  y  que  instruía  los  Palacios  del  Ketzalcoaa  mexica- 
no de  esmeraldas,  de  Plata,  conchas,  de  todo  género  de  maderas,  de  tur- 
quesas, y  plumas  preciosas,  ó  metáforas  del  Reyno  eterno  de  Dios:  que  todo 
le  sobraba;  siendo  en  su  tiempo,  abundante  el  maiz,  y  demás  frutos. 

Si  esto  se  concuerda  con  el  valor  del  Ydioma  dominante  al  tiempo  de  la 
conquista  española,  y  con  los  Monumentos,  resulta  la  alusión  á  averse  res- 
tituido la  tierra  á  su  antigua  fecundidad  con  la  crencia  de  las  verdades  cris- 
tianas, después  de  la  esterilidad  que  instruien  desde  la  era  nacional. 

Que  cuando  aquel  se  fué. convirtió  los  Arboles  de  cacao  en  los  de  Aca- 
cia mixkitl.  Esto  fué  averse  buelto  tierra  de  tan  particular  sequedad,  co- 
mo la  que  se  nota  en  aquel  País,  y  en  los  que  abunda  el  vulgar  Mezqu itc, 
después  de  la  Apostasía  ó  señales  consecutivas  de  aquella  Predicación,  que 
advirtió  el  Evangelista.  Que  los  vasallos  del  mismo  Ketzalcona,  le  eran  mui 
obedientes,  y  ligeros,  aviéndose  anotado  equívocamente  por  tlancuasemil- 
uike,  pues  son  fiestas  semiluike,  de  rodilla  tlancuatl,  distintivo  de  la  rodilla 
doblada,  que  su  compuesto  la  advierte  Gemela  cuati,  debajo  tlani,  por  am- 
bas colocadas  debajo  del  que  se  hinca  sobre  ellas,  ó  exercicio  de  oración 
de  sus  Discípulos,  á  quienes  sentados  besaba  aquel  Apóstol  los  pies,  á  imi- 
tación de  su  sagrado  Maestro,  como  que  lo  mismo  es  rodilla,  que  el  Ge- 
melo debajo.  Que  cuando  se  hazia  algún  llamamiento  en  el  Reyno  para  lo 
que  aquel  mandaba,  se  subia  el  Pregonero  en  aquella  Sierra  Tzatzitepcc, 
y  sus  voces  se  oían  por  mas  de  cien  leguas  hasta  las  costas  del  Mar. 

Aquí  se  nota  averse  traducido  al  Predicador  por. Pregonero  tzatzini  el 
que  grita,  y  por  ello  tratada  también  aquella  tendida  cumbre  de  la  grande 
Mole  donde  se  hizo  el  principal  asiento  para  extensión  del  Cristianismo, 
de  Tzatzitepec,  en  c,  cerro  tepetl,  para  predicar  ó  gritar  tzatzi.  Asimismo 
se  advierte  extendida  desde  él  la  Misión  hasta  las  costas,  y  tratado  por  ella 
al  mismo  Apóstol  de  Padre  de  Culuacan,  ó  Pais  can,  que  se  inclina  Culua, 
como  lo  está  el  continente  para  ambos  mares,  permaneciendo  en  la  costa 
del  de  Sur  el  distintivo  Culiacan,  ó  acaecimiento  que  instruie  en  la  era 
nacional  el  segundo  Monumento  hallado.  La  Alegoría  del  Apóstol  con- 
tinua con  que  hazia  Penitencia,  no  admitía  sacrificios  sangrientos  de  hom- 
bres, ni  de  Animales,  sino  de  Pan,  Rosas,  Flores,  y  perfumes;  prohibía 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 
246 

Guerras,  Robos,  muertes  y  otros  daños;  era  castísimo,  usando  vestiduras 
largas  hasta  los  pies,  y  encima  Manta  sembrada  de  cruzes  coloradas:  como 
las  usaban  los  Patriarcas  succesores  de  los  Apóstoles  en  la  Iglesia  Orien- 
tal; y  que  se  lavaba  á  media  noche  en  una  Fuente  nombrada  xiupacoyan. 

Su  compuesto  la  dicta  Lavadero  y  Batan,  á  que  es  común  pacoyan,  con 
Yerba  xinitl,  como  la  de  aquella  mole,  llena  de  abrojos  con  que  se  disci- 
plinaba, para  bautizar  en  aquel  escaso  manantial  tratado  de  Lavadero  por 
los  Mexicanos,  que  distinguieron  al  Bautismo  por  necuatekilistli,  trabajo 
tekilistli,  en  la  cima  cuaitl;  del  solicito  nel,  donde  con  el  xiupacoyan,  jun- 
tamente se  instruía  que  tal  Sacramento  se  ministraba  comunmente  al  año 
á  que  también  se  extiende  xiuitl,  de  catequizados  ó  doctrinados  tetlamach- 
tiltin  succesivamente  progresados  ichtiltin,  por  Médico  tlama,  en  la  sierra 
tetl.  Tratáronle  también  de  tal  por  sus  prodigiosas  sanidades  corporales, 
á  que  asemejaba  las  de  las  Almas.  Tomas  Boti  cap.  3  lib.  4  y  en  el  12, 
lib.  5?  de  su  Tratado  de  las  señales  de  la  Iglesia,  y  Maluenda  en  el  de  An- 
tigüedades cap.  25  lib.  3?  citaron  una  carta  del  Religioso  Manuel  Nobrega, 
Provincial  de  la  Compañía  de  Jesús  en  el  Brasil,  fecha  en  la  Ciudad  del 
Salvador  en  mil  quinientos  quarenta  y  nueve  dirigida  á  Martin  Azpilcue- 
ta,  en  que  refirió  la  memoria  tradicional  conservada  hasta  entonces  por 
los  Naturales  de  aquella  Provincia,  de  aver  aportado  á  ella  el  mismo  Após- 
tol Santo  Tomas,  de  quien  aprendieron  los  antiguos  Moradores  del  Pueblo 
nombrado  San  Vicente,  que  está  al  principio  del  Brasil,  de  quales  manja- 
res avian  de  usar  sin  miedo,  ni  sospecha  de  enfermedad,  ni  de  muerte. 

Si  en  aquella  América  se  averiguó  la  tradición  de  tales  conocimientos 
en  la  naturaleza,  en  Nueva  España  todavía  los  instruie  semejantes  el  Idio- 
ma antiguo  dominante  en  ella,  y  las  costumbres  de  sus  Naturales,  usando 
de  singulares  Yerbas  y  Plantas  para  determinadas  enfermedades,  obstina- 
das á  las  mas  delicadas  Medicinas.  Si  en  aquella  se  conservó  hasta  el  nom- 
bre Tome  del  Apóstol  en  esta  también,  no  solamente  bajo  el  de  Gemelo, 
sino  el  mismo  Tome. 

Permanece  en  esta  Ciudad  en  su  extremo  oriental,  y  por  ello  mas  cer- 
cano á  la  solitaria  tumorosidad  peñascosa  conocida  por  Peñón  donde  exis- 
ten las  Aguas  thermales,  el  distintivo  Tomatlan,  sin  que  haiga  vestigio  ni 
memoria  de  "que  el  terreno  que  lo  conserva  extensivo  hasta  el  Hospital  de 
Leprosos  de  S.  Lázaro,  haya  sido  destinado  en  algún  tiempo  á  solo  cul- 
tivo del  tomate,  ó  Solano  pomífero  de  Naturalistas,  y  el  qual  siembran  los 
Naturales  entre  otras  hortalizas,  en  Camellones  aun  de  los  distantes  de 
tal  terreno.  Es  también  de  atender  que  las  nomenclaturas  topográficas, 
aluden  todas  á  Monumentos  permanentes,  aun  las  relativas  á  produccio- 
nes que  lo  son  indeleblemente;  sin  aver  tradición  ni  memoria  de  la  ano- 
tación con  que  se  distinguía  á  tal  Peñón,  que  aquel  terreno  Tomatlan  cerca 
itlan,  del  tomatl  lo  descubre  tratado  por  semejanza  á  esta  producción. 

De  ella  usan  los  naturales  en  sus  alimentos  "especialmente  para  amor- 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 
247 

tiguar  el  ardor,  ó  acrimonia  del  Pimiento  Chilli,  pero  asándola  primero 
en  las  brazas;  y  siendo  sabido  que  su  jugo  es  lenitivo,  ya  en  dolores  de 
Garganta,  ya  en  ardores  de  espaldas  y  de  ríñones,  y  ya  en  otras  dolencias. 
Si  el  distintivo  toniatl  se  descompone,  resulta  agua  at¡,  de  Totne. 

La  del  Peñón,  aunque  de  muchos  años  analyzada,  y  por  mui  hábiles  fa- 
cultativos, no  ha  producido  á  todos,  iguales  principios,  de  manera  que  ha- 
yan concluido  un  juicio  uniforme,  y  sin  discrepancia  acerca  de  ellos,  y  mu- 
cho menos  alguno  claramente  mecánico,  tocante  á  las  cantidades  de  los 
mismos  principios,  que  sean  uniformemente  suficientes  en  su  mixtura;  y 
aun  cotejados  los  resultantes  de  porciones  de  Agua  entre  sí  iguales. 

Lo  mismo  acaece  con  otras  muchas  thcrmalcs,  que  aunque  así  distingui- 
das por  su  calor,  pero  no  tan  clara  y  circunstancialmente  como  en  el  Idioma 
que  en  general  las  trata  de  Atotonilco¡  adentro  co,  calentada  tonilli,  en  el 
camino  otli,  la  Agua  atl,  ó  comprobación  del  juicio  sabido  de  naturalistas, 
de  que  tales  aguas  son  indicio  de  Volcanes  vezinos,  que  en  particular  ad- 
vierte la  anotación  tomatl  de  este  Peñón,  concordada  la  costumbre  con  que 
los  naturales  usan  de  tal  producción. 

Pero  la  memoria  tradicional  de  los  medios  de  que  se  valia  aquel  singu- 
lar Médico  en  sus  curaciones,  ya  la  manifestaron  varias  Naciones  de  la  Ca- 
lifornia mas  septentrional  y  todavía  Gentiles,  como  Iabipais,  Jalchedunes, 
Jamajabs,  Iagualapis,  y  Chemevcts,  de  las  quales  ocurrían  ciegos,  enfermos, 
y  cansados,  á  rogar  les  pusiese  las  manos  y  rezara  el  peregrino  transitan- 
te por  sus  Rancherías  en  el  año  mil  setecientos  setenta  y  seis,  F.  Francis- 
co Garcés,  muerto  después  con  otros  tres  de  sus  Compañeros,  á  manos  de 
la  Nación  Yuma,  en  el  Rio  Colorado,  en  el  de  ochenta  y  uno;  y  quien  avien- 
do  procurado  indagar  en  aquella  peregrinación,  el  origen  de  tales  demos- 
traciones, no  pudo  saberlo,  según  el  cap.  5,  lib.  4?,  de  la  Crónica  del  Co- 
legio de  Misioneros  de  la  Santa  Cruz  de  Querétaro. 

Con  alusión,  pues,  al  bautismo  que  ministraba  aquel  insigne  Médico,  y 
con  que  también  sanaba  las  enfermedades  corporales,  y  señaladamente  la 
Lepra  según  advierte  el  Idioma  con  el  distintivo  de  la  caveza  y  manos  le- 
vantadas de  la  figura  esculpida  en  la  basa  del  Monumento  primeramente 
ahora  hallado,  instruie  asimismo  que  lo  hazia  á  los  catequizados,  en  el  mo- 
do y  lugares  de  sus  fundaciones,  con  el  synónimo  de  los  doctrinados  te- 
tlanonotztin  significativo  de  enmendados,  amonestados,  corregidos,  y  ad- 
vertidos por  otros,  tanto  en  alguna  Historia,  quanto  en  el  valor  de  lo  que 
se  les  aconseja,  y  también  de  llamados  á  menudo  para  ser  hablados,  como 
que  á  todo  ello  se  extiende  nonotztin,  los  de  la  tierra  tlalli,  á  la  sierra  íetl. 
Que  también  les  admitía  á  Sacramento  de  orden  lo  dicta  la  concordancia 
de  aprovechados  momoscaltin,  con  su  compuesto  de  enclaustrados  caltin, 
diariamente  momostle,  y  con  la  casa  de  recogimiento  comprehendida  en  el 
Adoratorio  de  México,  y  recordativa  de  aquellas  primeras  por  su  anota- 
ción uitznauacalmecac,  traducida  cap.  13  lib.  8?  de  la  Monarquía  por  ca- 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

248 

sa  junto  á  la  de  las  espinas  y  púas,  siendo  su  valor  el  de  corredor  calme- 
cas  ó  en  c,  soga  mccatl,  de  casa  calli,  de  los  de  la  corona  nauac,  de  espina 
uitztli,  y  por  ello  con  capilla  uitznauateucalli,  casa  calli,  del  Señor  teutli, 
de  la  corona  de  espina  uitznauac,  según  la  que  figura  el  monumento  se- 
gundo hallado,  y  dedicada  en  el  mismo  Adoratorio  á  los  que  se  traduxe- 
ron  por  Dioses  sentzonuitznauac,  quando  su  compuesto  es  el  de  los  de  la 
corona  de  espinas  uitznauac,  con  el  pelo  tzontli,  común  á  quatrocientos, 
en  cada  uno  senne,  por  la  que  usaban  aquellos  Discípulos  ordenados.  Pero 
es  notable,  tanto  la  expresión  de  ese  número  por  la  del  pelo,  quanto  que 
la  tradición  asentase  al  Apóstol  entre  estas  Naciones  por  veinte  años,  y 
que  el  Diccionario  advirtiese  á  esos  dos  números,  y  al  de  ocho  mil  que  es- 
cribió xiquipilli,  por  principales  de  la  cuenta  Mexicana,  aunque  sin  discer- 
nimiento de  sus  compuestos,  aplicados  después  de  su  origen  á  usos  profa- 
nos: pues  el  de  veinte  senpoale,  advierte  en  el  suio  al  que  tiene  la  cuenta 
poale  en  cada  uno  saine,  que  en  esta  tradición  se  conforma  con  cada  uno 
de  los  veinte  años,  en  que  habitó  el  Apóstol  entre  estas  Naciones,  y  re- 
sultando al  fin  de  ellos,  quatrocientos  ordenados.  La  anotación  de  ocho 
mil  debiendo  expresarse  xickilpile,  según  la  aplicación  que  ministra  este 
primer  Monumento  para  el  .oro,  recogido  en  Rios,  y  recodos  de  serranías, 
instuie  en  la  tradición  relativa  á  aquel  Apóstol,  tanto  el  aver  dexado  vein- 
te fundaciones,  en  las  quales  aviendo  ordenado  en  cada  una  de  ellas,  y  en 
cada  año  veinte  Discípulos  resultaron  ocho  mil  al  tiempo  de  su  partida, 
quanto  el  Gazofilacio,  ó  tesoro  que  resultó  para  conservación  de  ellas  en 
Lugar  anotado  por  xickilpilco,  dentro  co,  está  lo  principal  pilli  de  la  Yer- 
ba apreciada  hilitl,  de  oquedad  en  centro  xictle.  Por  ello  en  este  Ydioma 
vale  lo  mismo,  ó  es  todo  uno  xickílpile  que  es  ocho  mil,  que  bolsa,  y  que 
el  que  tiene  la  principal /////,  yerba  apreciada  kilítl  de  oquedad  de  centro 
xictle.  Es  notorio  que  en  el  Pueblo  Xickilpilco  hai  antiguo  tesoro,  solici- 
tado aun  en  este  siglo  por  Rl.  Cédula,  y  que  diligenciada  según  constan- 
cia de  Proceso  existente  en  el  Archivo  de  la  sala  del  crimen  de  esta  Rl. 
Audiencia,  no  pudo  conseguirse  su  descubrimiento.  Es  también  cierto  por 
particulares,  pero  verídicas  tradiciones,  que  de  allí  ha  sacado  uno  ú  otro 
particular,  también  en  el  actual  siglo,  porción  de  oro  virgen,  ya  en  gran- 
des trozos  semejantes  á  los  que  suelen  encontrarse  en  Placeres  de  Provin- 
cias internas,  y  ya  en  lo  que  llaman  polvo.  Y  finalmente  allí  se  conserva 
una  antiquísima  ó  inmemorial  Imagen  de  Jesucristo  Crucificado  que  en  el 
sentido  nacional  es  el  principal  qe.  tiene  aquella  yerba  de  Oquedad  cén- 
trica comenzada  á  acopiar  desde  el  tiempo  de  su  Apóstol  en  aquel  lugar 
de  tan  considerable  población  hasta  el  de  la  conquista  española  que  los  de 
esta  ciudad  de  México  tenían  camino  destinado  para  aquella,  por  lo  mas 
fragoso  de  la  Serranía  Occidental  de  este  Valle  mencionado  en  Merced  de 
una  pequeña  parte  de  ella  del  año  1555,  y  explicándose  el  segundo  monu- 
mento excavado  aun  para  averiguación  de  la  Data  de  su  tema  por  estylo 


bibliografía  mexicana  del  siglo  xviil 

249 

colectivo  de  noticias  en  las  Plazas,  ó  mercados  nacionales  donde  concu- 
rren Gentes  de  varias  Provincias,  y  en  los  iguales  también  recogen  limos- 
nas para  sus  cofradías;  aviendo  sido  frecuentes  las  disposiciones  testamen- 
tarias de  muchos  Naturales  especialmente  del  siglo  Dézimo  sexto  en  que 
dexaban  á  las  mismas  cofradías,  sus  terrazgos  que  regulaban  por  medidas 
de  á  veinte  brazadas,  de  las  quales  instruie  el  origen  el  propio  Monumen- 
to cronológico  en  la  numeración  de  años,  menor  que  quatrocientos. 

A  aquellos  individuos  ordenados,  fueron  también  señalados  con  el  epí- 
teto, que  siendo  otro  synónomo  de  aprovechados  iyolomasic,  instruie  á  los 
que  llegaron  á  alcanzar  por  la  mano  asi'c,  de  dos  orne, — -los  corazones  iyolo, 
esto  es,  de  las  Naciones  convertidas  por  los  dos  Gemelos,  quienes  usaron 
de  ambas  manos  en  las  preces  del  Sacrificio  incruento  de  Altar,  y  fueron 
Maestros  de  los  educados  en  aquella  Sierra,  cuia  desquiciada  situación  de 
su  natural  colocación  expresa  otro  synónimo  del  aprovechado  Oixcouetz 
la  que  caió  ouetz,  al  frente  ixco  del  camino  otli,  conservándose  interrum- 
pido por  la  Mole  Deminyo,  el  antiguo  que  allí  permanece,  y  siendo  nota- 
ble que  en  el  Adoratorio  de  México  se  practicaba  anualmente  el  sacrificio 
de  quatrocientos  cautivos  hechos  en  Guerra  (que  era  de  religión,  origen  de 
las  que  tuvieron  los  Mexicanos  con  los  de  Xickilpilcó),  atándoles  para  él  las 
manos,  de  modo  que  tocasen  al  corazón,  según  descubre  el  Idioma,  por 
memoria  de  aquellas  conversiones,  y  de  semejante  crueldad  hecha  la  pri- 
mera vez  en  Tula  según  el  cap.  17  lib.  7?  de  la  Monarquía,  ó  lugar  donde 
así  se  declaró  la  Apostasia.  El  distintivo  del  Neófito,  ó  nuevo,  es  otra  ex- 
presión alusiva  al  desquicio  de  aquella  mole,  pues  yancuic  ministra  en  su 
compuesto:  con  te,  alcanzar  de  lo  alto  con  la  mano  cui,  coge  ana,  lo  suio 
i,  que  fue  la  cúspide  de  la  serranía  desquiciado  antes  de  la  venida  de  los 
Gemelos,  por  quien  instruie  otra  alegoría;  ministrando  el  sinónomo  de  nue- 
vo Ríñones,  se  descubriera  nes  en  el  camino  otli,  después  Kin. 

La  del  Gemelo  también  referia  que  los  Ministros  de  los  Ydolos  tomaron 
de  aquel  las  costumbres  de  bañarse  á  media  noche,  pero  estos  en  Fuentes. 
De  ella  se  advierte  una  anotada  Tlapacoyan,  Lavadero  pacoyan,  de  la  tie- 
rra tlalli,  que  se  halla  como  á  cinco  leguas  al  Suest  de  esta  ciudad,  y  es 
de  impetuosa  corriente  que  desemboca  en  la  cenegosa,  é  húmida  Laguna 
conocida  por  de  Chalco.  Que  se  tenia  por  cierto  aver  hecho  el  Calendario, 
aunque  el  segundo  Monumento  descubre  qe.  no  es  el  que  los  Naturales  le 
figuraron  al  Religioso  F.  Toribio  de  Benavente  ó  Motolinia,  y  que  este, 
y  por  él  los  demás  escritores,  entendieron  uno  semejante  al  Español,  y  no 
una  cronología  universal.  Finalmente  asentaban  que  á  su  partida,  le  hi- 
zieron  dejar.los  instrumentos  de  las  artes,  siendo  natural  la  huviesen  apren- 
dido de  aquel  ilustrado  Apóstol  en  veinte  años  que  referían  aver  vivido 
entre  ellos. 

Mas  la  Alegoría  del  trozo,  ó  Mole  Deminyo  tuni,  Tzatzitepce,  Miskia- 
uala,  ó  Coatepec,  continuaba  con  que  Coatlicue  fue  Madre  de  muchas  Gen 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVlll 

250 

tes,  y  en  especial  de  los  Indios  Sentzonuitznauac.  Pero  como  si  se  entien- 
de su  continuación  en  el  sentido  en  que  se  traduxo,  no  ministra,  sino  una 
complicación,  y  no  el  Alegórico,  y  al  mismo  tiempo  compuesto  que  con- 
tiene haziéndose  por  tales  motivos  y  por  el  de  ingerencia  en  su  traducción, 
de  frasismos  ágenos,  del  valor  que  descubren  otros  correspondientes  á  ella 
necesaria  la  misma  continuación  se  manifestarán  estos  por  anotación  de 
las  tres  primeras  cláusulas  asentadas  por  aquel  escritor;  aqui  copiadas  con 
omisión  de  otras  sus  consecutivas;  por  mucho  mas  alteradas  en  la  tradi- 
ción tocante  al  origen  de  Uitzlupuchtle,  la  que  referia  así:  "este  Dios,  unos 
"creían  ser  puro  espíritu,  y  otros  nacido  de  muger,  y  estos  cuentan  su  his- 
toria de  esta  manera.  Iunto  á  la  ciudad  de  Tula  (que  aunque  agora  es 
"Pueblo  pequeño,  era  muy  grande  en  su  paganismo  y  gentilidad)  ay  una 
"Sierra  que  se  llama  coatepec,  que  quiere  dezir  en  el  cerro  de  la  culebra, 
"en  este  hacia  su  morada  una  muger  llamada  cuatlicue,  que  quiere  dezir 
"faldellín  de  la  culebra,  la  cual  fue  Madre  de  muchas  Gentes,  en  especial 
"de  unos  Indios  llamados  centzunhuitznahua,  y  una  muger  cuio  nombre 
"era  Coyolxauqui.  Esta  muger  según  mentira  de  los  antiguos,  era  muí 
"devota  y  cuidadosa  en  el  servicio  de  sus  Dioses,  y  con  esta  deuocion  se 
"ocupaua  ordinariamente,  en  barrer  y  limpiar  los  lugares  sagrados  de  aque- 
"11a  Sierra.  Aconteció  (pues)  un  dia  que  estando  barriendo,  como  acos- 
tumbraba, vio  baxar  por  el  ayre  una  pelota  pequeña  hecha  de  plumas, 
"a  manera  de  ouillo  hecho  de  hilado,  que  se  le  vino  á  las  manos,  la  qual 
'.'tomo  y  metió  entre  las  nahuas,  o  faldellín  y  la  carne  debaxo  de  la  faxa 
"que  le  ceñía  el  cuerpo  (porque  siempre  traen  faxado  este  genero  de  ves- 
"tído)  no  imaginando  ningún  misterio  ni  fin  de  aquel  caso." 

Advertido  ya  el  sentido  de  la  primera  cláusula  es  todavía  de  notar  en 
ella,  averse  asentado  por  dos  personas,  á  la  que  su  contexto  entendido  por 
el  idioma  de  que  se  traduxo,  ministra  una,  pero  distinguida  por  dos  seña- 
les; la  una  Coatlicue  alusiva  á  la  túnica  del  Gemelo;  y  la  otra  Coyolxauki, 
que  aun  no  traducía  aquel  escritor  é  instructiva  de  la  que  adorna  á  estylo 
antiguo  xauki,  el  Adive  coyoil,  esto  es,  con  flores  propias  de  Primavera, 
ó  tiempo  explicado  en  el  Diccionario  por  pintar  la  fruta,  á  que  es  común 
xauki.  La  segunda  cláusula  refiere  que  era  muí  devota  lo  ql.  se  expresa 
en  este  Idioma,  por  miectlateomatini  (sabedora  matini,  del  señor  teotli,  de 
la  tierra  tlalli,  de  mucho  miec:)  y  cuidadosa  motlacuitlaitiani  (iluminadora 
tljxuiane,  de  levantar  á  lo  alto  las  manos  cui,  al  tirar  sierras  motla)  en  el 
servicio  tlamaviacapac  (en  la  cima  icpac  al  distribuir,  y  hazer  á  vezes  el  ofi- 
cio mainaca,  en  la  tierra  tlali)  de  sus  Dioses  inteteotin  (de  los  Señores  te- 
tcotiu,  suios  in)  y  con  esta  devoción  inintlateomatilistica  (y  con  la  ciencia 
del  Señor  de  la  tierra,  esta)  se  ocupaba  monctekipaclioaya  (se  abatía  mo- 
pachoaya  en  el  trabajo  tekitl,  diligente  fiel)  ordinariamente  ítlaítechmoma- 
tiaya  (de  la  tierra  tlali,  suia  /que  es  de  del  hilo  ichtlí,  de  la  sierra  tet/suia 
i,  lo  que  sabia  para  si  momatiaya)  en  barrer  tlachpantica  (estando  en  el 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

251 

plan  ó  superficie  pantica,  del  juego  de  pelota  tlachtli:)  y  limpiar  tlayec- 
tictica  (purificando yectica,  la  tierra  tlalli)  los  lugares  tlacauayan  ('del  co- 
mún canayan,  en  la  tierra  tlalli)  sagrados  tlateochiualtin  (de  las  obras 
chiualtin,  del  Señor  teotli  de  la  tierra  tlalli)  de  aquella  sierra  inontepetl 
(que  es  aquella  iiwn,  sierra  tepetl). 

De  manera,  que  el  sentido  compuesto  de  esta  cláusula,  es  que  la  sabe- 
dora del  Señor  de  la  tierra,  de  mucho  de  ella,  é  iluminadora  de  pedir  mi- 
sericordia al  tiempo  del  desquicio  de  sierras  y  al  distribuir  y  hazer  á  vezes 
el  oficio  de  sus  Discípulos  desde  la  cima  con  la  ciencias  del  Señor  se  abatía 
en  el  trabajo  diligente  de  la  tierra  suia  que  es  del  hilo  de  la  Sierra  suia  lo 
qual  sabia  para  sí,  estando  en  el  plan,  ó  superficie  del  juego  de  pelota,  pu- 
rificando la  tierra  del  común  abandono  de  ella  en  las  obras  del  Señor,  que 
lo  es  aquella  Sierra.  Como  referido  su  contexto  al  desquiciado  trozo  Dcmin- 
yo,de  cima  plana  que  juntamente  se  instruie  destinado  después  de  la  aposta- 
sia  á  juego  ceremonial  de  pelota  recordativo  de  su  desquicio  es  notable 
que  se  trate  de  hilo  de  la  tierra  suia,  pues  en  aquella  Serranía  advierte  el 
segundo  Monumento  ahora  hallado  el  primer  establecimiento  postdilu- 
viano. 

Continúa  la  tercera  cláusula  con  que  aconteció  un  dia  omochiu  iluitl  (se 
hizo  omochiu  la  fiesta  iluitl)  que  estando  barriendo  tlachpantitica  (hallán- 
dose en  pie,  ó  viviendo  sobre  el  hilo  de  la  tierra)  como  acostumbraba  iniu 
moniatiaya  (como  in,  lo  sabia  para  si  inmatiaya)  vio  okitlachi  (espero  ochi, 
en  la  tierra  tlalli,  lo  que  salió  okis)  bajar  temouis  (de  donde  tienes  isca  el 
camino  utli,  tuio  mo,  de  la  sierra  tétl)  por  el  Ayre  ó  improvisadamente 
atenemachpan  (sobre  pan  donde  frecuentemente  ac/ii,  vive  nemi,  en  la  sie- 
rra tetl,  la  agua  atl)  una  pelota  pequeña  hecha  de  plumas  á  manera  de 
ovillo  hecho  de  hilado  iluitlaicpatetlalilli  (que  es  el  asentado  tlalilli,  cerro 
tetl,  de  la  cima  icpac  en  la  tierra  tlalli  de  la  fiesta  iluitl)  que  se  le  vino  á 
las  manos  oniyaualco  (dentro  co,  de  lo  enrroscado  yahualli,  suio  i,  que  era 
el  fin  on)  la  cual  tomó  okintotlaneuilli  (levantada  como  vuela  la  Ave  euilli 
por  el  que  tiró  como  piedra  amollan  lo  que  salió  okis)  y  metió  okicaloca 
(en  donde  c  fué  el  caserío  cala,  que  acabó  okis)  entre  las  naguas  cuetzalan 
(de  la  Abra  tzalan  de  la  halda  cueitl)  y  la  carne  nacatzalan  (Abra  tzalan, 
de  la  carne  uacatl)  debajo  de  la  faja  tlauilpilone  ncxilan  (debajo  tlan  col- 
gado ilpiloni,  del  vientre  xilantli,  de  la  diligente  nel)  que  la  cenia  el  cuer- 
po okiicuitlapiaya  inacayos  (que  de  positaba  playa,  la  tierra  tlalli  a\  levan- 
tar las  manos  á  lo  alto  cui  de  donde  salió  okis  su  encarnación  inacayó)  no 
imaginando  ningún  mysterio  amoyolnonotzatica  tlaakilli  (con  que  tica, 
corrige  nonotza,  la  vida yolia,  vuestra  amo,  que  es  la  negación  tlaakilli) 
ni  fin  de  aquel  caso  amono  tlaministli  netekipacholpa  (sembradura  milistli 
de  la  tierra  tlalli,  también  no  vuestra  amo  en  que  pa,  estuvo  lo  abatido 
pacholli  del  trabajo  tckitl  de  la  diligente  nel). 

Instruie,  pues,  esta  tercera  cláusula,  que  en  dia  de  festividad,  viviendo 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVlll. 

252 

aun  en  la  tierra  aquella  Señora  esperó  en  la  tierra  lo  que  salió  del  camino 
de  la  Sierra,  sobre  donde  frecuentemente  vive  en  ella  la  agua,  que  es  el 
asentado  cerro  de  la  cima,  en  la  tierra  de  la  fiesta,  dentro  de  lo  enrroscado 
sino,  q.e  fue  el  fin  de  aquel  desquicio  al  volar  como  Ave  el  que  tiró  la  sie- 
rra que  salió,  donde  acabó  el  caserío,  de  la  Abra  de  la  halda,  Abra  de  la 
carne  que  fue  lo  ocultado  con  la  faja  colgada  del  Vientre  de  aquella  dili- 
gente, que  guardaba  la  tierra  al  levantar  las  manos  á  lo  alto  de  donde  sa 
lió  su  encarnación,  que  corrigió  la  vida  de  los  nacionales,  que  era  la  ne- 
gociación de  carne  humana,  tratada  de  sembradura  de  la  tierra,  para  cuio 
exterminio  se  abatía  aquella  Señora. 

Aquella  desquiciada  cumbre  Deminyo,  se  halla  en  antiguo  camino,  que 
se  dirigía  á  la  mayor  elevación  de  su  serranía  donde  sin  lysion  sus  paredes 
ó  grandes  lienzos  laterales  permanece  la  respectiva  oquedad,  de  la  qual  se 
manifiesta  salida  la  cumbre  como  de  rayz,  conociéndose  hasta  hoy  la  ca- 
ñada tratada  en  esta  Alegoría  de  Abra  y  á  la  que  tiene  salida  la  misma 
oquedad,  por  tepeitic,  dentro  itic,  de  la  sierra  Tepetl.  El  trozo  desarraiga- 
do, del  qual  se  originan  las  nubes  quando  llueve  en  aquella  seca  comarca, 
quedó  también  entero,  ó  sin  lesión  y  en  figura  de  ovillo,  cuia  toma  aun  en 
común  sentido  de  tlaneuilli,  es  significativo  de  tomada  para  volverla  en  la 
misma  especie,  lo  que  descubre  su  desquicio  para  symbólico  exemplar  de 
la  conservación  de  la  naturaleza  divina  después  de  encarnado  el  Verbo,  y 
de  la  virginal  integridad  de  su  inmaculada  Madre  también  lo  es  de  la  que 
Jesucristo  conserva  en  la  hostia  Eucarística,  aun  dividida,  y  aviendo  asen- 
tado el  Diccionario  á  niniyatiaco  por  significativo  de  venir  á  ofrecerse  á 
Dios  en  sacrificio.  Y  el  sentido  compuesto  ya  desembuelto,  ministra  aquel 
desquicio  por  S.  Juan  Bautista  al  amanecer  como  que  al  mismo  instruien 
otras  alegóricas  memorias  concordadas,  por  desquiciador  de  otras  Serra- 
nías, advirtiendo  la  de  esta,  su  predicación  en  aquel  lugar  del  alto  myste 
rio  de  la  Encarnación  con  exemplar  tan  portentoso  como  el  de  aquella 
voluminosa  cumbre  invertida  de  su  primitiva  situación,  y  sin  perjuicio  de 
la  Cordillera  en  el  vacio  que  dexo,  y  en  la  qual  se  estableció  después  por 
el  Apóstol  de  estas  Gentes,  Claustro  y  educación  cristiana. 

Con  que  no  es  de  hazer  fuerza  que  en  la  parábola  nacional  se  traduxese 
con  equivocación  á  la  fiesta  iluitl,  por  pluma  iuitl,  tampoco  la  debe  cau- 
sar que  no  se  reflexionase  el  distintivo  del  cuerpo,  que  aqui  se  menciona 
ceñido  por  faja;  pues  siendo  toñacayo,  su  compuesto  lo  advierte  lo  encar- 
nado nacayo  nuestro  to.  Menos  se  advertía  symbblizado  en  la  faja  el  Di- 
vino Verbo  encarnado  aquella  que  corrigió  después  iniqua  costumbre  de 
negociar  en  carne  humana,  tratada  de  sembradura  de  la  tierra  en  el  lugar 
donde  se  instruie  el  establecimiento  de  los  primeros  pobladores  postdílu- 
vianos,  y  donde  también  advierte  la  Parábola,  derrumbada  la  Serranía 
en  modo  tan  señalado  quanto  simbólico  de  aquel  Mysterio,  siendo  no- 
table que  el  segundo  Monumento  exprese  el  arreglo  á  la  Ley  natural  en 


BIBLIOGRAFÍA  mexicana  DEL  SIGLO  XV III. 

253 

aquellos  Pobladores,  y  su  obediencia  al  mandamiento  de -Dios,  comunica- 
do por  el  Patriarca  Noe  director  de  los  derroteros,  para  ese  estableci- 
miento. 

El  Mysterio  de  la  Encarnación  que  se  descubre  expreso  en  esta  Pará- 
bola del  origen  de  UitzlupucJitle,  se  advierte  también  en  el  tratamiento  de 
Tonacayoa,  que  se  daba  á  Senteult,  Señor  teult,  en  cada  una  semie,  pues 
este  es  de  clara  alusión  á  cada  partícula  Eucarística  y  aquel  al  encarnar 
nacayoa,  en  lo  nuestro.  A  Senteutl  se  traducía  erróneamente  cap.  25  del 
citado  lib.  6?  de  la  Monarquía,  por  Diosa  de  la  Mazorca  sentli,  del  Maíz; 
y  á  tonacayoua  escrita  con  vicio  de  h  tonacayohua,  por  de  las  miesses,  sin 
atender  al  contexto  de  la  misma  tradición,  que  expresando  tonacayoua, 
discernía  en  el  na  á  la  que  poseía  á  quien  encarno  en  lo  nuestro,  ó  á  la 
Madre  del  Verbo  humanado;  y  asentando  de  la  propia  "que  la  tenian  en 
"grandísima  reverencia  y  veneración  en  especial,  los  de  la  Provincia  de 
"los  totojiacas  y  la  obedecían  en  todo." 

Y  aun  aviendo  comunicado  también  esa  Nación  el  motivo  que  tenía  para 
su  particular  estimación,  que  se  asentó  en  el  mismo  lugar  "y  la  causa  de 
"tenerla  en  tan  grande  estimación,  y  de  serle  mui  devotos  y  servidores, 
"era  porque  no  quería  recibir  sacrificios  de  muertes  de  hombres,  antes  los 
"aborrecía  y  prohibía.  Los  sacrificios  que  ella  amana  y  de  que  se  agra- 
"daua,  y  se  los  pedía  y  mandaua  ofrecer,  eran  tórtolas,  paxaros,  conexos, 
"yeibas  y  flores,  y  tenianla  por  Abogada  delante  del  gran  Dios,  porque 
"les  decía  que  le  hablaua  y  abogaua  por  ellos.  Tenían  grande  esperanza 
''en  ella,  que  por  su  intercession  les  auia  de  librar  de  aquella  dura  serui 
"dumbre  que  los  otros  Dioses  les  pedian  de  sacrificarles  hombres,  porque 
''lo  tenian  por  gran  tormento;  y  solamente  lo  hazian  por  el  gran  temor 
"que  tenian  al  Demonio  por  las  amenazas  que  les  hazia  y  daños  que  del 
"recebían,  no  obedeciéndolo  en  esto.  A  esta  Diosa  mirauan  con  suma  re- 
ferencia, y  sus  respuestas  tenian  como  oráculo  divino,  y  mas  que  otros 
"señalados  los  sacerdotes  de  su  culto  y  seruicio,  como  ya  hemos  dicho  en 
"otra  parte:  y  que  esta  Diosa  no  quisiesse  sacrificios  de  hombres  no  se  que 
"sea  ni  tampoco  lo  entiendo,  porque  esto  de  querer  los  vnos  vno,  y  otros 
"otro,  son  para  mi  adiuinancas  etc."  Concluiendo  después  el  mismo  es- 
critor esta  tradición  con  asentar  "solo  se  dezirque  esto  dezian  los  Indios, 
"que  asi  lo  quería  esta  Diosa,  y  que  aborrecía  lo  contrario  " 

No  podia  este  escritor  aver  manifestado  mas  claramente  la  falta  de  inte- 
ligencia en  las  tradiciones,  ya  por  la  de  los  Idiomas  en  que  se  comunica- 
ron, ya  por  la  de  la  cronología  regional  ignorada  hasta  hoy,  y  ya  por  la 
de  la  topografía  también  inaveriguada,  no  obstante  de  que  los  monumen- 
tos locales  examinados  por  los  respectivos  idiomas  podían  haber  ministra 
do  luces  bien  claras  de  los  insignes  Maestros  que  tuvieron  estas  Naciones 
en  el  siglo  primero  de  la  era  Cristiana,  á  que  se  refería  la  enseñanza  de  la 
Señora,  y  respuestas  que  recivian  de  la  misma  sus  sacerdotes:  aunque  en 


bibliografía  mexicana  del  siglo  XVlll. 

254 

la  cronología  deben  ser  exculpables  todos  los  escritores  de  las  antigüeda- 
des de  Nueva  España,  como  que  el  Monumento  figurado  que  la  ministra 
no  se  avia  descubierto  hasta  nuestros  dias,  y  del  qual  nos  persuade  la  ig- 
norancia anterior  de  la  topografía,  que  aun  se  huviese  presentado  antes  á 
la  vista,  avria  quedado  su  valor  tan  mudo  como  el  de  aquella. 

Pero  en  el  de  la  Monarquía,  se  agregaba  á  la  falta  de  esos  principios,  la 
que  llamó  común  opinión  de  no  aver  tenido  estas  Naciones  noticia  de  la  ve- 
nida del  Salvador  al  Mundo  ni  de  su  venida,  milagros,  muerte  y  pasión 
según  decía  cap.  49,  lib.  15?  "y  conforme  a  esta  común  opinión,  es  lo  q.e 
"e  tratado  en  los  Capítulos  pasados,  y  también  donde  se  dize  no  estar  he 
"cha  la  total  promulgación  del  Santo  Evangelio,  y  Ley  de  Jesucristo  hasta 
"agora:  porque  se  confirma  en  uno  hallarse  mención  de  tal  cosa  en  todas 
"nuestras escrituras,  donde  se  trata  de  todo  lo  substancial  que  a  pasado  en 
"el  mundo  desde  su  principio."  La  falta  del  sentido  alegórico  no  le  hizo 
concordar  lo  que  Jesucristo  previno  á  sus  Discípulos,  según  el  cap?  8  de 
S.  Lucas  "a  vosotros  es  dado  conoscer  el  mysterio  del  Reyno  de  Dios,  pero 
"a  los  demás  en  parábolas:  para  que  los  que  ven  no  vean,  y  los  que  oien 
'no  entiendan:"  que  al  explicarles  la  del  sembrador,  en  la  qual  les  dixo 
"salió  el  que  siembra  á  sembrar  su  semilla"  las  expresó  según  el  13  de  S. 
Mateo  "el  que  siembra  la  buena  semilla  es  el  hijo  del  hombre.  Pero  el 
"campo  es  el  Mundo:"  que  este  mismo  evangelio  dexó  advertido  todas 
"estas  cosas  hablo  Jesús  en  parábolas  a  las  turbas:  y  no  les  habla  sin  pa- 
rábolas: Para  que  lo  que  estaba  dicho  por  el  Profeta  que  dixo:  abriré  en 
"parábolas  mi  boca,  arrojare  vomitando  las  cosas  escondidas  desde  la  cons- 
"titucion  del  Mundo." 

El  motivo  que  el  escritor  de  la  Monarquía  asentaba  en  su  citado  cap. 
para  no  entender  enseñado  el  Evangelio  en  Nueva  España,  en  aquel  pri- 
mer siglo  de  la  era  cristiana,  fue  que  las  cosas  de  la  religión,  ritos,  costum- 
bres, y  modo  de  vivir  de  los  Indios,  al  tiempo  que  estos  Reynos  se  descu- 
brieron, eran  en  todo  y  por  todo,  ágenos  y  contrarios  á  nuestra  cristiandad, 
á  lo  menos  en  lo  tocante  á  la  Fe.  Esta  generalidad  se  advierte  contrariada 
con  la  tradición  que  afirmó  tocante  á  la  alegoría  Tonacayoua.  Si  sobre  las 
costumbres,  y  ritos  regionales,  huviera  confesado  ingenuamente  como  en 
aquella  tradición,  que  no  los  entendía,  no  huviera  calificado  por  de  poco 
fundamento  las  relaciones  manuscritas  que  cita  como  la  de  las  Cruzes  que 
hallaron  los  Españoles  en  Isla  entonces  conocida  por  Cozumel,  y  hoy  de 
Carmen  cercana  á  la  Península  de  Yucatán  cuando  descubrieron  esta.  La 
opinión  que  seguía  este  escritor  diversa  del  juicio  formado  por  los  prime- 
ros Misioneros  le  hizo  dar  más  crédito  que  una  tradición  incontroversa, 
como  aquella,  á  una  relación  particular  que  atribuía  el  establecimiento  de 
las  cruzes  pocos  años  antes  de  la  llegada  de  los  españoles,  por  un  Indio 
tenido  por  Profeta,  q.e  la  predixo,  ó  conseja  desmentida  por  el  emperador 
Moteusoma  quien  confesó  á  su  conquistador  en  su  primera  entrada  á  Mé- 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

255 

xico  saber  aquella  venida,  por  la  memoria  prediccional  conservada  en  sus 
nacionales  escrituras,  según  se  concordará  en  otro  lugar. 

Tampoco  huviera  referido  por  de  poco  fundamento,  la  declaración  q.e 
en  Idioma  nacional  de  la  propia  Península  y  á  un  eclesiástico  secular  que 
lo  entendía  y  por  ello  encargado  del  R.  Obispo  D.  F.  Bartolomé  de  las 
Casas,  de  visitar  y  predicar  á  aquellos  naturales,  hizo  un  principal  de  ellos 
de  la  creencia  antigua  heredada  de  Padres  á  hijos,  en  Dios  que  está  en  el 
cielo,  y  es  Padre,  Hijo,  y  Espíritu  Santo  y  de  que  en  el  tiempo  antiguo 
vinieron  a  aquella  tierra  veinte  hombres  de  ropas  largas  y  sandalias,  q.e 
mandaban  se  confesasen  las  Gentes  y  que  ayunasen,  siendo  el  principal 
de  ellos  Cocolcan.  Después  de  aver  referido  á  la  letra  aquel  escritor  la  Apo- 
logía manuscrita  de  aquel  R.  Obispo,  que  dixo  se  guardaba  en  el  convento 
de  Sto.  Domingo  de  México,  y  cuia  substancia  es  la  que  aquí  se  ha  ex- 
tractado continua  asentando  "esto  escriue  el  Obispo  de  Chiapa,  pero  aña- 
de "luego:  si  estas  cosas  son  verdad,  parece  auer  sido  en  aquella  tierra 
"nuestra  santa  Fe  sabida:  pero  como  en  ninguna  parte  de  las  Indias  aúe- 
"mos  tal  nueua  hallado,  puesto  que  en  la  tierra  del  Brasil,  que  posseen  los 
"Portugueses,  se  imagina  hallarse  rastro  de  Santo  Tomas  Apóstol:  pero 
"como  aquella  nueva  no  voló  adelante:  ciertamente  la  tierra  y  reyno  de 
"Iucatan  da  a  entender  cosas  mas  especiales  y  de  mayor  antigüedad,  por 
"las  grandes,  admirables  y  esquisitas  maneras  de  edificios  antiquissimos  y 
"letreros  de  ciertos  caracteres,  que  en  otra  ninguna  parte.  Finalmente,  se- 
cretos son  estos  que  solo  Dios  los  sabe,  estas  son  palabras  formales  del 
"Obispo  de  Chiapa,  y  lo  cierto  que  aquello  no  se  tuuo  por  cierto". 

¿Pero  entre  quienes  no  se  tuvo  por  tal?  Entre  los  que  no  observaba  la 
naturaleza  y  circunstancias  de  los  Monumentos  locales,  y  que  no  adver- 
tían el  sentido  compuesto  y  alegórico  de  los  Idiomas  regionales,  no  avien- 
do  por  estas  causas  hallado  aquel  R.  Obispo  otra  noticia  semejante  á  la 
que  adquirió  por  medio  del  inteligente  que  encontró  en  aquella  Península, 
y  comprobando  la  tradición  declarada  en  ella  sus  edificios  y  caracteres  li- 
terales, aunque  ignorado  su  valor,  como  el  del  permanente  hasta  hoy  en 
el  mas  celebre  antiguo  Monumento,  conservado  á  la  vista  con  justa  admi- 
ración, continuaba  todavía  el  escritor  de  la  Monarquía  refiriendo  "otra  co- 
"sa  contó  vn  religioso  muí  conocido  por  verdadero  sieruo  de  Dios,  y  frayle 
"de  S.  Francisco,  llamado  F.  Francisco  Gómez;  que  por  ser  todavía  viuo 
"y  muy  viejo,  pierde  la  memoria  que  en  esta  historia  se  deuia  a  sus  fieles  y 
"largos  trabajos  en  esta  Viña  del  Señor:  y  es  que  viniendo  el  de  Guate- 
"mala  en  compañía  del  varón  santo  fray  Alonzo  de  Escalona,  pasando  por 
"el  Pueblo  de  Nexapa,  de  la  provincia  de  Guaxaca,  el  vicario  de  aquel 
"convento,  que  es  de  la  orden  de  Santo  Domingo,  les  mostró  unos  pape- 
"les  q.e  hauian  sacado  de  vnas  pinturas  antiquissimas,  hechas  en  unos  cue- 
"ros  largos  rollizos  y  muy  ahumados,  donde  estauan  tres  o  cuatro  cosas 
"tocantes  a  nuestra  Fe:  y  eran  la  Madre  de  nuestra  Señora,  y  tres  herma- 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

256 

"ñas,  hijas  suyas,  que  las  tenian  por  santas:  y  la  que  representaua  a  núes 
"tra  Señora",  estaua  con  el  Cabello  cogido  al  modo  que  lo  cogen  y  atan 
"las  Indias,  y  en  el  nudo  que  tienen  atrás  tenia  metida  vna  cruz  pequeña, 
"por  la  cual  se  daua  a  entender  que  era  mas  santa:  y  q.e  de  aquella  auia 
"de  nacer  vn  gran  Profeta,  que  auia  de  venii  del  cielo,  y  lo  auia  de  parir 
"sin  ayuntamiento  de  Varón  quedando  ella  Virgen;  y  que  a  ese  gran  Pro 
"feta,  los  de  su  Pueblo  lo  auian  de  perseguir  y  querer  mal,  y  lo  auian  de 
"matar,  crucificándolo,  en  una  cruz.  Y  así  estaua  pintado,  crucificado,  y 
"tenía  atadas  las  manos  y  los  pies  en  una  cruz,  sin  clauos.  Estaua  tam- 
"bien  pintado  el  articulo  de  la  Resurrección,  como  auia  de  resucitar  y  su- 
"bir  al  Cielo.  Dezian  estos  padres  Dominicos,  que  hallaron  estos  cueros 
"entre  vnos  Indios  que  vinían  hazía  la  costa  del  mar  del  Sur,  los  cuales 
"contauan  que  sus  antepasados  les  dexaron  aquella  memoria."  Es  de  re- 
fleccionar,  que  aquellas  antiquísimas  Pinturas  se  conservaron  en  cueros 
largos,  ó  semejantes  á  los  rollos  antiguos,  usados  entre  etruscos  según  los 
hallados  en  Ponpeyana  y  Herculano  del  Reino  de  Ñapóles  en  el  siglo  ac- 
tual y  formados  de  papel  egipciaco  para  escritura  de  caracteres:  y  que  aun 
quando  en  la  traducción  de  aquella  tradicional  memoria,  no  huviese  usado 
del  tiempo  futuro  en  lugar  del  pretérito  de  la  venida  pasión  y  muerte  del 
Salvador  del  Mundo,  todavía  no  es  de  extrañar  confundida  en  esa  parte  la 
tradición.  El  Religioso  escritor  anónimo  cap.  2?  de  su  tratado  "Apostó- 
licos afanes  de  la  Compañía  de  Jesús"  refiriendo  los  tres  principales  ídolos 
de  la  Nación  del  Nayarit  á  los  cuales  clamaba  esta  en  sus  mayores  congo- 
jas arrastrándose  hasta  las  puertas  de  sus  templos  referia  al  uno  distinguido 
por  Tayaoppa  ó  Padre  de  los  vivientes  que  adoraban  en  una  piedra  blanca, 
en  que  creían  sacramentado  al  Sol  como  especial  obra  suya:  á  otro  por  Ta 
te,  ó  Madre  nuestra  que  adoraban  en  dos  piedras  blancas,  en  que  un  Indio 
hechizero  llamado  Azquel,  les  hizo  creer  se  avía  convertido  una  India 
Vieja  para  quedarse  con  ellos  esternamente:  y  al  tercero  por  Quanamoa  á 
quien  veneraban  por  su  Redemptor  por  averies  socorrido  en  la  falta  de 
lumbre  que  antes  padecían  y  en  la  de  otras  cosas  como  calzones,  sombre- 
ros, hachas,  machetes,  cazos,  y  eslabones  y  que  ingratos  á  sus  beneficios, 
le  prendieron,  le  pusieron  en  una  Cruz  en  que  murió,  y  desde  donde  avien- 
do  resucitado  á  vista  de  sus  perseguidores  subió  á  los  cielos  con  grande 
ruido  de  Chirimías  y  de  otros  instrumentos  músicos. 

En  el  año  mil  setecientos  setenta  y  seis  también  advirtieron  los  Misio- 
neros de  la  Sta  Cruz  de  Querétaro,  al  registrar  con  la  expedición  destinada 
por  el  Rio  Gila,  el  célebre  Monumento  conocido  entre  españoles  por  casa 
de  Moctezuma,  que  el  Gobernador  de  Naturales  de  Uturicut,  contaba  de 
ella  una  historia  ó  tradición  conservada  de  sus  antepasados,  que  se  calificó 
reducida  á  patrañas  mezcladas  confuzamente  con  algunas  verdades  católi- 
cas, según  el  cap.  3?  del  citado  Lib.  4?  de  la  Crónica  de  aquel  Colegio. 

Refiere  también  el  de  la  Monarquía  la  memoria  escrita  y  firmada  por  F. 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

257 

Diego  de  Mercado,  uno  de  los  mas  exemplares  y  penitentes  de  su  tiempo, 
y  á  quien  años  antes  en  conversación  sobre  cosas  de  nuestra  Fe  dijo  un  In- 
dio viejo,  de  nación  otomi,  que  los  de  ella  tenían  en  su  antigüedad  un  Li- 
bro, que  las  personas  mayores  guardaban  succesivamente  de  Padres  á  hi- 
jos, para  enseñarlo,  y  tenía  escrita  doctrina  en  dos  columnas,  con  la  pintura 
de  Cristo  Crucificado  entre  ambas,  con  rostro  enojado,  por  el  cual  decían 
que  reñía  Dios,  y  volvían  sus  ojos  con  una  varita  por  reverencia,  y  la  guar- 
daban en  él,  el  qual  por  averio  enterrado  los  que  lo  guardaban  quando  vi- 
nieron los  españoles,  se  pudrió,  pues  si  no  se  huviera  perdido  vería  aquel 
Religioso  como  la  doctrina  q.e  les  enseñaba  era  la  misma  que  se  contenía 
en  aquel  Libro:  también  le  dixo  que  tuvieron  noticia  de  la  destrucción  del 
Diluvio,  y  que  solas  siete  personas  se  salvaron  en  la  Arca,  y  las  demás  pe- 
recieron con  los  animales,  y  aves  excepto  las  que  allí  salvaron.   '  Turne- 
aron también  noticia  de  la  embaxada  que  hizo  el  Ángel  a  nuestra  Señora, 
"por  una  metáfora,  diziendo  que  una  cosa  muy  blanca,  como  pluma  de 
"aue  cayó  del  cielo,  y  vna  Virgen  se  abaxo  y  la  cogió,  y  metió  en  su  vien- 
"tre,  y  quedo  preñada:  pero  no  sabían  dezir  q.e  se  hizo  lo  que  parió.   Lo 
"que  estos  dixeron  deldiluuio,  atestiguaron  también  en  Guatemala  los  In- 
"dios  Achies,  afirmando  que  lo  tenían  pintado  entre  otras  sus  antiguallas 
"las  quales  todas  los  frayles  con  el  espíritu  y  zelo  que  lleuauan  de  destruir 
"la  ydolatria,  se  las  quitaron  y  quemaren,  teniéndolas  por  sospechosas." 
Por  la  negativa  en  que  este  escritor  insistía  de  no  aver  tenido  noticia 
estas  Naciones,  de  la  Religión  de  Iesucristo,  antes  de  la  venida  de  los  es- 
pañoles, sin  embargo  de  sus  tradiciones  y  Pinturas,  por  falta  de  los  demás 
principios  ya  asentados,  no  conocia  el  valor  de  las  Alegorías  en  que  se 
conservaba  su  circunstanciada  memoria.  Y  así  no  es  de  extrañar  que  va- 
cilase sobre  el  valor  de  Huitzlupuchtle  en  su  citado  cap.  21.  lib.  6?  á  que 
puso  por  rubro  "Donde  se  trata  del  Dios  Hiiitziliipuchtli,  llamado  de  los 
"antiguos  Marte  muy  querido  y  celebrado  de  estas  gentes  indianas,  en  es- 
"pecial  de  Mexicanos,  y  se  dizen  embustes  del  Demonio  mezclados  con 
"misericordias  de  Dios,  y  de  como  fingió  nacer  de  muger. "   Después  co- 
menzó su  tratado,  diciendo  "Huitzilupuchtfi,  Dios  antiguo  y  guiador  de 
"los  Mexicanos,  es  nombre  compuesto  de  varios  significados.  Vnos  dizen 
"que  se  compone  de  este  nombre  Huitzilin,  que  es  un  paxarito  muy  pe- 
"queño,  verde  y  hermoso,  que  chupa  flores,  y  se  mantiene  de  aquel  sudor 
"humedad  que  despiden,  o  engendran  en  sus  hojas,  y  de  otro  nombre  que 
"es  tlahuipuchtli,  que  quiere  dezir  nigromántico,  o  hechizero  que  echa 
"fuego  por  la  boca.  Y  de  estos  dos  nombres  cortados  se  compone  Huitzi- 
"lupuchtliy  con  el  se  nombra  este  diabólico   Marte  Indiano,  otros  dizen 
"que  de  Huitzili,  que  es  aquel  paxarito,  y  opuchtli  que  es  mano  yzquier- 
"da,  y  assí  dirá  todo  el  compuesto  mano  izquierda,  o  siniestra  de  pluma 
"relumbrante,  porque  este  ydolo  traía  destas  plumas  ricas  y  resplandecien- 
"tes  en  el  molledo  del  brazo  izquierdo.   Yo  tengo  para  mi  que  ambos  sig- 

33 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

258 

"niñeados  le  quadran  y  son  propios,  por  lo  que  de  este  infernal  Dios  di- 
" remos.  Este  Dios  assi  nombrado  fue  el  que  traxeron  los  Mexicanos,  el 
"qual  dizen  que  los  saco  de  su  tierra  y  traxo  a  esta  de  Anahuac,  donde 
"se  hizieron  tan  señores  absolutos  y  poderosos,  y  con  tanto  nombre  como 
"en  otro  tiempo  los  Romanos  etc." 

A  quienes  saben  lo  que  son  Idiomas  alegóricos  y  examinados  por  sus 
rayzes,  basta  la  vacilación  que  manifestó  este  escritor  en  discernir  el  valor 
de  esta  expresión,  para  concluir  que  no  conocia  el  del  nacional  Mexicano 
que  intentaba  traducir.  El  monumento  primeramente  ahora  hallado  ins- 
truie  por  tierra  de  los  Mexicanos,  á  su  antigua  Capital  situada  en  la  se- 
rranía de  nuestro  Sur  hasta  la  era  nacional,  que  fué  la  de  su  destrucción, 
y  también  advierte  á  los  que  libertaron  entonces  de  aquella  acogidos  des- 
pués en  la  de  nuestro  Norte,  quedando  ya  conocido  el  valor  del  Ananac 
por  el  contorno  de  las  Lagunas  ó  cerco  nauac  de  agua  atl,  en  este  Valle, 
aunque  con  mas  adición  el  compuesto,  se  distinguía  á  toda  la  América  se- 
gún se  notará.  Como  aquella  destrucción  fue  en  Primavera,  anotada  hasta 
con  monumento  permanente  en  Cordillera  Sudeste,  no  es  extraña  tampo- 
co su  symbolisacion  con  las  plumas  de  aquel  Paxarillo  uitzitzilin,  el  que 
repica  tzitzilini  con  la  espina  uttztli,  alusiva  al  pico  con  que  zumba  pro- 
pio de  la  misma  estación  con  que  los  Ministros  Religionarios  del  princi- 
pal Adoratorio  de  esta  ciudad  adornaban  la  grande  estatua  que  adoraban 
como  representativa  de  su  corpulenta  ascendencia  destruida  en  aquella  era 
y  profanatoria  después  de  la  Apostasía  de  sus  desendientes,  de  la  sagrada 
persona  de  Jesucristo  explicado  por  Uitzilupuchtle,  el  que  tiene  á  la  izquier- 
da upuchtle,  la  espina  Uitztli,  ó- la  Antiquísima  Imagen  del  mismo  Señor 
crucificado,  que  se  halló  en  el  lado  meridional  de  la  propia  despedazada 
cordillera  de  Sur  donde  se  fundó  el  célebre  Santuario  vulgarizado  de  Chal- 
ina, equivocado  de  Xalamac,  en  donde  c,  á  la  vanda  ainac,  está  la  arena 
xalli,  como  que  allí  la  arrolla  á  un  lado  del  Rio  que  desemboca  de  la  cor- 
dillera expuesta  al  Sur  y  es  la  propia  de  Uitzilacki,  Población  situada  al 
Oriente  respecto  de  Chalina,  y  por  ello  á  la  izquierda  de  este,  como  que 
todo  el  lado  meridional  de  esa  serranía  es  donde  fenece  el  temperamento 
frío,  y  mas  elevado  respecto  de  los  Países  calientes  q.e  se  descubren  desde 
ella,  y  la  derecha  ó  izquierda  de  los  simulacros,  se  refeiía  con  respecto  á 
quien  los  mira  según  concuerda  también  el  tratamiento  de  Doncella  que 
se  asentará  por  sus  rayzes.  El  concurso  á  aquel  Santuario,  singularmente 
atendido  por  la  recolección  de  Religiosos  Agustinos  en  él  establecida  es 
tan  numeroso  de  naciones  aun  mui  distantes,  y  con  los  vestuarios,  y  ador- 
nos antiquísimos,  que  se  advierte  por  una  de  las  mas  famosas  Romerías. 
Pero  este  Idioma  es  al  mismo  tiempo  tan  particular,  que  señalando  con  su 
topografía  los  monumentos  que  instruien  la  historia  antigua  como  acaece 
con  la  situación  de  Uitzilacki,  ó  lugar  de  la  metonímica  espina  de  la  em- 
briaguez, á  la  izquierda  de  la  situación  de  Chalina,  donde  el  siglo  Dézimo 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 
259 

sexto  se  halló  en  una  cueva  aquella  insigne  Imagen,  juntamente  contiene 
Alegorías  tan  claras,  y  acordes  con  los  frasismos  y  Misterios  de  nuestras 
sagradas  Religión  y  escrituras,  como  ya  se  sigue  notando,  y  entre  ellos  el 
de  Uitzlupuchtle,  ó  que  á  la  izquierda  tiene  la  espina,  alusiva  al  mismo 
tiempo  á  la  llaga  del  costado,  situada  en  el  lado  de  mano  izquierda  de  quien 
la  mira,  y  que  tanto  punzó  como  espina  al  Apóstol  Santo  Tomas  por  su 
primera  incredulidad  en  la  Resurrección  de  Jesucristo,  hasta  que  por  man- 
damiento del  mismo  Sor.  metió  su  mano  en  la  propia  llaga  y  cumplió  tan 
exactamente  con  lo  que  entonces  le  previno  de  que  no  fuese  incrédulo,  sino 
fiel,  quanto  instruie  la  memoria  que  dexó  en  este  frasismo,  concordado  con 
la  que  asentó  el  evangelista  S.  Juan  V?  26  y  27,  cap.  20. 

Es  la  llaga  antigua  en  este  Idioma  tzotzouitztli,  asentada  en  el  Diccio- 
nario con  defecto  de  /  en  su  penúltima  sylaba  tzotzouzitli que  su  compuesto 
la  instruie  espina  uitztli  del  mezquino  tzotzoca,  común  á  cosa  mal  tratada 
como  acaece  en  la  punzada  que  dexa  al  paziente,  la  que  por  falta  de  sufi- 
ciente abertura  en  su  primera  atención,  se  cierra  después  sin  aver  quedado 
limpia.  Pero  como  la  parte  componente  tzotzoca  es  común  al  Avariento, 
este  antiguo  vicio  resulta  también  corregido  en  la  llaga  del  costado  del 
Redemptor  del  Mundo,  quien  explicando  á  sus  Discípulos  la  parábola 
del  sembrador,  les  previno  "el  que  sembró  en  espinas,  este  es  el  que  oye 
"la  palabra  y  la  solicitud  de  este  siglo,  y  el  engaño  de  las  riquezas,  sofo- 
ca la  palabra,  y  se  hace  infructuosa,"  según  el  v.  22  del  citado  13  de  S. 
Mateo.  Siendo  de  notar  que  también  en  el  Idioma  de  que  se  trata,  es  co- 
mún á  oir,  y  entender  la  expresión  caki:  y  que  figurando  el  primer  Mo- 
numento ahora  hallado,  las  costumbres  de  embriaguez  y  avaricia  hasta  la 
era  nacional,  y  después  su  regreso  á  ellas,  establecido  en  esta  ciudad,  el  se 
advierte  motivo  de  la  antigua  Apostasía  de  estas  Naciones  conforme  á  la 
predicción  de  Jesucristo,  señalando  las  anotaciones  topográficas  los  luga- 
res pedregosos,  y  de  espinas  en  que  se  oyó  su  doctrina,  y  su  desarraigue 
en  ellas  por  aquellas  causas,  y  por  la  de  la  tribulación  según  los  v.  20  y  21. 
"Pero  el  que  siembre  lugares  pedregosos,  este  es  el  que  oye  la  palabra,  y 
"la  recibe  continuamente  con  gozo:  empero  en  si  no  tiene  rayz,  sino  que 
"es  temporal  pues  hecha  la  tribulación  y  persecución  por  la  palabra,  con- 
tinuamente se  escandaliza."  Y  asi  no  es  de  extrañar  que  la  tradición 
mencionase  á  Uitzlupuchtle  por  Dios  de  la  Guerra,  originada  de  la  Apos- 
tasía, y  entre  Naciones  tan  materiales  hasta  hoy  para  sus  persuaciones, 
como  antes  lo  avía  sido  su  Apóstol  para  la  de  la  Resurrección  del  Señor 
quien  le  dixo  "poique  me  viste  Tomas,  creiste"  según  el  29  del  citado  de 
S.  Juan.  Otra  de  las  Alegorías  regionales  se  refería  también  á  la  Imagen 
de  Jesucristo  crucificado,  tratado  de  Tlasolteutl,  Señor  teutl,  de  la  broza, 
o  vasura  del  mayz  tlasoli,  como  que  en  el  Monumento  primeramente  ahora 
hallado  se  figura  el  año  de  la  era  Nacional  por  de  singular  esterilidad  que 
no  dexó  grano,  sino  aquella  vasura,  y  la  propia  Data  resulta  en  el  según- 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 
260 

do  Monumento  acorde  con  la  señal  de  la  cruz  contenida  en  el  primero, 
aver  sido  la  de  la  Crucifixión  del  Salvador  del  Mundo.  El  escritor  de  la 
Monarquía  cap.  32  de  su  lib?  6?  lo  entendía  por  sus  erróneas  traducciones 
alusivo  á  la  antigua  Venus  por  la  aplicación  translativa  que  se  daba  al  fra- 
sismo,  que  refirió  sin  conocer  su  valor  en  las  siguientes  cláusulas  "Estos 
"Indios  Mexicanos  tenian  entre  sus  falsos  Dioses,  uno  que  lellamauan  Tía- 
"soltcutl,  que  quiere  dezir  Dios  del  estiércol,  o  de  la  basura,  el  cual  apli- 
"cauan  a  los  pecadores  sucios  y  carnales:  de  manera  que  era  esta  la  Diosa 
"Venus,  que  en  otros  tiempos  celebraron  los  barbaros  y  vestíales  hombres 
"del  mundo:  esta  es  la  venus  antigua,  y  entre  estos  Indios  fue  Tlasoltattl, 
"Diosa  del  estiércol,  y  mui  bien  denominada  de  este  nombre,  porque  Diosa 
"de  amores  y  sensualidades  ¿que  puede  ser  sino  Diosa  sucia,  puerca  y  tiz- 
"nada,  pues  el  acto  que  se  le  atribuye  es  suzio  y  puerco  y  lleno  de  toda 
"manzilla  y  fealdad?  Verdad  sea  que  estos  Indios  usauan  de  la  adoración 
"de  esta  Diosa  Tlasolteutl  diferentemente  que  los  antiguos,  porque  la  ado- 
"ravan  en  orden  de  tenerla  propicia  para  el  perdón  de  los  pecados  carna- 
"les  y  desonestos,  que  aunque  mentían  también  en  esto,  no  era  tan  grande 
"su  pecado  como  el  de  los  que  la  tenian  por  Diosa  de  sus  torpezas.  Eran 
"mui  devotos  de  esta  falsa  Diosa  Tlasolteutl  las  personas  carnales  y  le  ha- 
"zian  sacrificios  y  ofrendas  porque  les  perdonase  sus  pecados  carnales  y 
"feos,  y  que  no  los  castigase  por  ellos  según  lo  mas  ó  menos  de  sus  culpas." 
La  emoción  que  sienten  las  Gentes  que  ocurren  al  Santuario  de  Chalina 
á  hazer  allí  las  confesiones  generales  de  su  vida,  son  las  que  entienden  á 
vista  de  aquel  insigne  Cruzifixo,  ser  el  representativo  del  Señor  de  la  va- 
sura  ó  que  limpia  sus  conciencias,  y  en  un  llano  antes  de  llegar  al  Santua- 
rio, los  Indios,  se  desnudan  y  revuelcan  en  el  zacate  y  me  han  dicho  espa- 
ñoles creen  se  les  perdonan  sus  pecados,  y  me  parece  que  el  zacate  en  que 
se  revuelcan  lo  atan  después  y  lo  'queman.  Las  contrariedades,  pues  y  los 
errores  en  que  incurria  el  escritor  de  la  Monarquía,  resultan  originados  de 
la  inteligencia  que  daba  á  las  tradiciones  referidas  por  manuscritos  de  los 
mas  antiguos  Misioneros  y  con  prevenciones  de  un  sentido  alusivo,  como 
los  ritos, ^costumbres,  y  ceremonias  regionales' profanatorias  de  la  religión 
cristiana  hasta  invariadas  de  los  frasismos  de  este  Idioma  en  q  e  se  imitó 
el  estylo  con  que  quedó  en  otros  de  él,  permanente  la  memoria  de  aque- 
lla. Pero  como  escribía  con  sinceridad  de  ánimo  y  no  con  el  de  ocultación 
de  las  averiguaciones  de  los  anteriores  escritores,  no  solamente  asentaba 
las  tradiciones  que  manifiestan  aquellas  contrariedades  de  inteligencia,  sino 
que  concluyendo  su  citado  cap.  49,  lib.  15?  con  que  "también  se  hallo  en  al- 
"  gunas  Provincias  de  esta  Nueva  España,  como  era  en  la  totonaca,  expresa- 
"uan  la  venida  del  hijo  del  gran  Dios  (que  era  el  sol)  a  el  Mundo:  dezian 
"hauian  de  venir  para  renouarlo  en  todas  las  cosas;  aunque  esto  no  lo  en- 
cendían, ni  interpretauan  en  lo  espiritual,  sino  en  lo  temporal,  y  terreno 
"como  dezir  que  con  su  venida,  los  panes  hauian  de  venir  más  purificados 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 
261 

"y  substanciales,  y  las  frutas  mas  sabrosas  y  de  mayor  virtud,  y  las  vidas 
"de  los  hombres  auian  de  ser  mas  largas  y  todo  lo  demás  según  esta  me- 
moria etc."  dijo"  después  conforme  á  su  negativa  "estos  casos  últimos  cuenta 
"el  padre  fray  Gerónimo  de  Mendieta:  pero  aunque  el  con  las  personas 
"que  se  le  contaron  son  de  grandísima  opinión  y  crédito,  es  lo  cierto  que 
"todos  estos  hombres  moradores  de  esta  Nueva  España  estauan  ignoran- 
"tes  de  los  mysterios  altos  de  nuestra  Santa  Fe,  de  la  que  carecían  no  por 
"falta  de  auerlos  en  el  mundo,  y  ser  ya  su  predicación  hecha  en  el,  sino 
"porque,  por  culpas  que  cometían,  les  auian  hecho  Dios  indignos  de  tan 
"grandes  mercedes:  y  lo  muí  cierto  y  aueriguado  es,  que  la  noticia  del 
"verdadero  Dios  nuestro  entró  con  la  entrada  de  los  españoles,  que  profe- 
"san  su  santa  ley  y  Euangelio,  como  dexamos  dicho,  y  probado  en  los  ca- 
pítulos atrás  referidos." 

La  causa,  ó  culpa  radical  del  desorden  ó  extrauio  de  la  Religión  que  en- 
contró aquí  la  Nación  española,  fue  la  Apostasia,  predicha  por  Jesucristo, 
quien  asemejando  el  Reyno  de  los  cielos  al  hombre  que  sembró  buena  se- 
milla en  su  campo  y  que  cuando  dormían  los  hombres  vino  su  enemigo  y 
sobre  sembró  zizañas  en  medio  del  trigo,  y  se  fue,  aviendo  aparecido  es- 
tas, cuando  avia  crecido  la  yerba  y  dado  fruto,  asentó  después  "pero  lle- 
" gando  los  esclavos  del  Padre  de  Familias,  le  dixeron:  Señor,  por  ventura 
"no  sembraste  buena  semilla  en  tu  campo?  de  donde,  pues,  tiene  zizañas? 
"Y  dize:  el  hombre  enemigo  hizo  esto.  Pero  los  esclavos  le  dixeron:  quie- 
"res,  Vamos  y  las  escogemos?  Y  les  dize:  no:  no  sea  que  cogiendo  las  zi- 
"  zanas,  arranquéis  con  ellas  de  rayz  también  el  trigo.  Dexadlos  crezer 
"ambos  hasta  la  siega,  y  en  el  tiempo  de  la  siega  diré  á  los  segadores,  co- 
"ged  primeramente  las  zizañas,  y  atadlas  en  manogillos,  para  quemarlas, 
"pero  el  trigo  juntadlo  en  mi  granero." 

No  puede  aver  hombres  mas  enemigos  de  los  demás,  que  los  que  se  co- 
men unos  á  otros,  según  acaece  todavía  entre  algunas  Naciones  mas  Sep- 
tentrionales de  esta  Nueva  España,  y  practicaban  tan  de  cierto  los  de  Mé- 
xico antes  de  su  conquista,  engordando  esclavos,  á  quienes  hazian  vailar 
en  Patio  destinado  dentro  de  su  antiguo  Adoratorio,  antes  de  matarles 
según  el  cap.  14,  lib.  8?  de  la  citada  Monarquía.  Y  así  no  es  de  estrañarse 
que  por  la  misma  parábola  se  esperasen  en  algunas  Provincies  de  Nueva 
España,  la  venida  del  hijo  del  gran  Dios,  symbolizado  en  el  sol,  llamando 
á  los  españoles,  que  profesaban  la  Religión  cristiana,  hijos  de  el,  quando 
se  la  advirtieron  por  sus  ceremonias  al  ingreso  al  continente. 

También  es  digno  de  atención  que  prohibiéndose  en  la  propia  parábola 
coger  las  propias  zizañas,  conservase  la  tradición  de  Ketzalcoua,  su  ausen- 
cia por  la  metafórica  bebida  de  la  carnicería  humana,  aun  permaneciendo 
en  los  lugares  escritos  al  tiempo  de  conquista  Tlaxcalla,  Huexotzinco,  y 
Cholulla,  la  de  que  adoraban  en  un  mismo  Señor  traducido  por  Dios,  lla- 
mados los  de  aquellos  dos  primeros,  Camaxtlc,  y  los  del  último  Ketzalcoua, 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVlll. 
262 

según  el  cap.  31,  lib.  10  de  la  Monarquia;  quando  Camaxtle,  es  el  que  tie- 
ne al  frente  itztle,  la  boca  camac  alusiva  á  las  muchas  que  hay  en  Nueva 
España  de  antiguos  Volcanes,  que  aquella  anotación  advertía  abiertas  al 
frente  de  aquel  Apóstol  en  su  predicación,  como  manifestativas  de  la  eter- 
na destinada  al  incendio  de  los  manogillos  de  zizañas. 

El  Profeta  Joeel  v.l  3,  cap.  3,  avia  dicho  "embiad  las  hozes,  por  que 
"madurilla  la  miez:  venid  y  baxad,  por  que  esta  lleno  el  Lagar,  están 
"abundantes  los  Lagares:  porque  se  multiplico  la  malicia  de  ellos."  El 
Género  humano  después  de  aquella  Profecía,  fue,  no  solamente  redimido 
con  la  muerte  del  Salvador,  sino  también  corregido  y  en  paites  castigado 
y  destruido  al  tiempo  de  ella  con  aquel  general  terremoto  singularmente 
anotado  por  eclipse  solar,  extraordinario  según  se  figura  en  el  Monumento 
segundamente  ahora  hallado,  y  quando  estaban  llenos  de  vino  los  Laga- 
res como  instruie  el  primero  excavado,  ó  á  tiempo  de  los  Bacanales  Ro- 
manos, al  tercero  dia  de  Luna  nueva  que  presenta  la  figura  de  la  Hoz  an- 
tigua, ó  época  de  que  salieron  las  Apostólicas  al  corte  de  los  vicios  é 
Idolatría,  por  averse  madurado  la  mies  de  los  corazones  humanos  con  aque- 
lla inocente  victima,  y  con  los  prodigios  en  que  se  manifestó,  generales  en 
un  tiempo  quando  fué  ofrecida,  y  particulares  después  al  predicarla  por  el 
Mundo  sus  Discípulos. 

Pero  como  la  segunda  mies  á  que  se  refirió  la  parábola  de  las  zizañas, 
explicó  su  mismo  Inventor  Jesucristo  á  sus  Discípulos  cuando  le  pidieron 
se  las  manifestase  "que  es  la  consumación  del  siglo,"  conservaron  también 
los  Naturales  la  tradición  circunstanciada  de  la  persona  que  en  el  cap.  20, 
líb.  6?  de  la  Monarquia,  se  escribió  erróneamente  Tezcatlipuca  traducién- 
dose del  mismo  modo  por  espejo  resplandeciente,  quando  no  hai  tal  íli- 
puca  en  este  Idioma.  Y  si  es  propia  de  él  la  expresión  Texcaltelpucatl  Man- 
cebo sin  casar  telpucatl,  del  peñasco  texcalli,  á  que  alude  la  anotación  texca, 
subsistente  al  pie  de  aquel  demiiiyo,  desquiciado  de  su  inmediata  cordillera. 
Aquel,  pues,  tuvieron  por  increado,  invisible  y  alma  del  Mundo,  refiriendo 
que  cuando  apareció  y  hablaba  con  los  hombres,  era  á  semejanza  de  hom- 
bre, sabía  y  alcanzaba  sus  secretos,  ser  poderoso  para  destruir  los  Cielos 
y  la  tierra  quando  quisiese,  teniéndole  todavía  al  tiempo  de  la  conquista, 
puesto  en  las  encrucixadas  y  divisiones  de  las  calles,  un  asiento  ó  silla  de 
piedra,  que  aquel  escritor  copiaba  momoztli,  pero  q.e  el  Idioma  lo  instruie 
momostle,  significativo  de  cosa  diaria  ó  symbolo  de  inmensidad  y  continua 
presencia;  pues  el  asiento  es  yeyantli,  ó  tlaliloyan.  En  la  misma  relación 
se  le  ponía  por  synónomo  ichialoca  traduciéndolo  por  donde  se  espera, 
quando  es  ichialoccan,  en  dos  lugares  occan,  es  el  esperado  cJiialli  suio  i, 
ó  el  Juicio  final  con  separación  de  Justos  y  de  reprobos.  También  referia 
el  mismo  escritor  que  le  llamaban  moyocoyatzin  traduciéndolo  por  el  que 
haze  quanto  quiere,  quando  escrito  sin  error,  es  amoyocayotzin  q.e  aun  su 
significación  de  pavellon  de  mosquitos,  la  advierte  alegórica  su  compuesto 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

263 

del  reverenciable  camino  otzin  suio  i,  está  ca,  donde  el  mosquito  moyotl 
que  es  del  Ayre  por  el  cual  desaparecía  según  la  misma  tradición,  que  tam- 
bién le  llamaba  telpuchtli  mancebo,  aunque  no  porque  apareciese  solamente 
como  tal,  y  curiosamente  vestido  según  entendía  aquel  compilador  sino 
por  no  casado  como  lo  usa  el  Idioma. 

Que  el  alegorizado  texcaltelpuchitl,  era  el  mismo  Jesucristo,  que  apare- 
cía visible  a  los  mortales  para  manifestarles  cumplidas  las  verdades  que  les 
avía  enseñado  durante  su  vida  lo  comprueba  una  de  las  de  la  parábola  del 
uitzlupuchtle,  alterada  enque  anotó  á  la  tradición  que  se  le  dio  de  aver  na- 
cido en  las  señales,  que  entendidas  por  el  estylo  del  Idioma,  concuerdan 
con  las  symbólicas  del  Juicio  final  el  nacer  no  solamente  se  expresa  por 
tlacati,  sino  tanbien  por  tlaticpackisa:  y  así  cuando  la  tradición  asentaba 
uitzlupuchtle  ó  tlalticpackisa,  era  para  instruir  con  sus  compuestos,  que  el 
que  tiene  á  la  izquierda  la  espina,  salió  okis,  de  encima  de  la  tierra,  tlal- 
ticpac,  entonces  era  quando  se  referia  que  traía  en  la  mano  izquierda  una 
Rodela,  que  se  escribió  tehuehuelli,  no  conociéndose  tal  expresión  en  el 
Idioma,  y  si  teuuelli,  el  poderoso  uelli,  Señor  teutli,  la  Rodela,  ó  escudo, 
es  chimalli,  simbó.ica  de  la  Santa  Cruz,  y  esta  de  nuestra  Redempcion. 
Que  en  la  derecha  traia  un  dardo  o  vara  larga  de  color  azul.  Tal  mano  es 
symbólica  de  la  omnipotencia,  como  la  vara  de  la  Justicia;  y  su  color,  del 
que  presenta  á  nuestra  vista  el  Cielo;  como  que  de  el,  tratado  de  Sion  por 
el  profeta  David  v.  8  salmo  9,  á  semejanza  de  aquel  Monte  por  su  altura, 
y  según  expresaron  los  antiguos  Filósofos  al  Olympo  de  casa  del  Omni- 
potente, embiará  el  Señor  la  vara  de  su  virtud,  ó  poder.  Siendo  notable, 
tanto  el  uso  que  hazen  los  Jueces  naturales  Mexicanos  de  la  vara  alta  se- 
ñalada en  su  cim$  con  la  Santa  Cruz,  quando  el  distintivo  de  esta  insignia 
de  Justicia  conque  anotan  a  las  que  la  traen  por  topile,  el  que  tiene  lo  prin- 
cipal pile,  nuestro  to,  que  era  la  práctica  execucion,  ó  exercicio  de  aquel 
atributo. 

La  misma  tradición  continuaba  con  que  el  Rostro  de  uizlupuchtle,  era 
rayado  de  azul.  La  raya  para  señalar  se  expresa  por  el  distintivo  del  Ár- 
bol productivo  de  la  bayna  conque  se  fabrica  la  tinta  antigua  nacional  que 
la  haze  azulear  en  cualquier  clase  de  lienzo,  ó,  de  papel;  y  es  tilcuauitl 
Árbol  cuauitl  común  al  Genealógico,  de  tinta  tlilli.  Se  conoce  también 
este  por  uitzachitle  fuego  tletl  antes  todo  aclito,  de  la  espina  uitztli:  pues 
brotando  ella  en  el  .natural  antes  que  crezca  el  mismo  Árbol,  ni  que  pro- 
duzca aquel  fruto,  el  fuego  de  que  se  forma  también  su  distintivo,  advierte 
el  de  la  consumación  del  Mundo  q.e  precederá  á  la  separación  de  Justos  y 
de  Reprobos,  señalados  con  el  fruto  sangriento  de  las  espinas  del  Redemp 
tor  que  symbolizaban  aquellas  Rayas.  En  la  frente  tenia  un  penacho,  este 
se  expresa  por  keketzalli,  común  a  cosa  dispersa,  como  la  sinagoga  y  Na- 
ción Judaica  después  de  la  muerte  del  Redemptor,  y  también  el  Género 
humano  con  las  señales  previas  del  Juicio  final.  Era  de  Pluma  de  color  ver- 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 
264 

de,  symbólico  de  esperanza,  y  anotado  en  este  Idioma  por  kiltoc,  Zurrón 
toctli,  de  yerva  apreciable  kilitl  symbolica  del  conjunto  de  buenas  obras 
de  los  Justos  y  transferida  después  por  la  avaricia  al  acopio  de  riquezas, 
como  en  el  Monumento  primeramente  ahora  hallado.  La  primera  izquier- 
da, opacJiimetztli  la  Luna  meitztle,  ó  el  hilo  del  Maguey,  á  la  izquierda 
optichtli,  simbólica  de  la  llaga  del  costado,  era  delgada  pitzauac,  punzada 
auac,  al  tocar  instrumento  de  viento  pitza  era  también  emplumada  por 
symbolo  de  Primavera  en  que  la  mudan  las  Aves,  y  fué  la  crucifixión  del 
Redemptor.  Ambos  brazos  y  también  los  muslos  estaban  pintados  de  aquel 
color  azul,  los  brazos  ambos  se  expresan  por  sesensiyaca,  en  la  nariz  ya- 
catl  (del  Calvario),  fué  el  condesender  si,  con  cada  uno  sesene,  de  los  mis- 
mos brazos  para  ser  enclavado,  el  muslo  es  tomaxac,  endido  ó  enclavado 
actli,  con  especie  de  calzoncillo  Nacional  maxtlatl,  nuestro  to,  advirtién- 
dose que  con  aquel  color  azul  symbólico  también  de  la  sangre  del  Redemp- 
tor, estaban  pintados,  Brazos  y  muslos  quando  en  este  Idioma  el  pintar, 
tlacuiloa,  es  común  á  escribir,  que  fué  instruir  el  libro  de  la  vida  eterna  de 
los  Justos  y  el  de  la  sempiterna  muerte  de  los  reprobos. 

Como  el  compilador  de  las  memorias  antiguas  no  desenvolvía  su  senti- 
do nacional,  que  ministra  el  del  establecimiento  del  Evangelio  en  el  Siglo 
primero  de  la  era  cristiana,  tampoco  distinguía  el  valor  de  muchos  Monu- 
mentos manifestativos  de  los  prodigios  que  entonces  se  obraban,  ni  la  sub- 
sistencia entre  ellos  de  muchas  Imágenes  de  Jesucristo  y  de  su  inmaculada 
Madre,  halladas  las  mas  en  el  dézimo  sesto,  y  algunas  aun  en  el  consecu- 
tivo, pero  de  todas  ignorado  el  Origen  al  tiempo  de  su  descubrimiento. 
Y  así,  no  ocultaba  la  tradición  de  que  trataba  el  escritor  del  Manifiesto 
satisfactorio,  ú  opuscolo  Guadalupano,  impreso  en  esta£iudad,  en  mil  se- 
tecientos y  noventa  tocante  á  la  Insigne  Imagen  de  Guadalupe  como  de- 
positadas sus  circunstancias  en  el  Idioma  Mexicano  y  que  no  comenzaron 
á  examinarse  hasta  el  Año  1648,  en  que  el  Capellán  de  su  Santuario  D. 
Luis  Lazo  de  la  Vega  significó  cogerle  mui  de  nuevo,  tratando  á  sus  an- 
tecesores de  Adanes  dormidos.  Ignorando,  pues,  el  escritor  de  la  Monar- 
quía el  sentido  del  Idioma  en  que  se  comunicó  aquella  tradición  á  los  es- 
pañoles, y  el  valor  de  los  symbolos  y  Geroglíficos  nacionales;  y  careciendo 
juntamente  nosotros  hasta  hoy  después  de  prolixas  solicitudes  que  han 
precedido,  de  alguna  auténtica  averiguación  que  se  tuviera  practicado  al 
tiempo  de  su  descubrimiento,  solamente  mencionaba  el  culto  establecido 
allí  por  los  primeros  Misioneros,  pero  no  el  Origen  de  esta  Insigne  Imagen, 
averiguado  en  la  solemne  información  del  año  mil  seiscientos  sesenta  y 
seis. 

Por  eso  es  extraña  la  contraposición  que  el  escritor  del  opúsculo  preten- 
día formar  entre  la  patente  de  seis  de  Abril  del  año  mil  seiscientos  nueve 
expedida  en  Madrid  por  el  Prelado  Gen.  de  Indias  del  Orden  del  escritor 
de  la  Monarquia,  en  que  mandó  á  este  escribiese  nuevas  crónicas  de  estas 


BIBLIOGRAFÍA  MEXICANA  DEL  SIGLO  XI  IH 

265 

Provincias,  y  el  contexto  del  cap  4,  lib.  1 ;,  tom.  3,  en  que  aparece 
cribia  ya  este  tomo  en  el  mismo  año  de  aquella  Patente:  pues  de  aquel 
Prólogo  Gen.1  resulta  averse  comenzado  siete  años  antes  del  seiscientos  y 
onze;  y  la  mención  que  se  hizo  en  la  propia  Patente,  de  los  informes  reci 
bidos  por  aquel  Prelado,  tocantes  á  la  instrucción  y  circunstancias  del  Cro 
nista  y  el  mandamiento  para  que  quando  acuitase  la  Historia,  la  embiara 
á  España  por  el  menor  costo  de  su  impresión,  suponen  necesariamente  la 
noticia  en  su  Comisario  Gen.1  de  averia  comenzado,  y  que  no  la  continua- 
ba y  concluía  el  escritor  hasta  que  se  le  mandase.  También  intentaba  el 
del  opúsculo  resultar  otra  contrariedad  cotejándole  otros  dos  lugares  de 
la  Monarquía  en  que  consta  aver  estado  F.  Juan  de  Torquemada,  así  en  la 
Provincia  de  Michoacan;  como  en  Guatemala,  quando  en  su  citado  Pró- 
logo General,  avia  dicho  no  aver  salido  á  esas,  ni  otras  q.e  expresa.  Pero 
como  esto  lo  asentó  con  la  limitativa,  de  no  aver  salido  "como  otros  ha- 
cen en  demanda  y  busca  de  estas  cosas"  que  eran  las  noticias  eclesiásticas 
de  que  trataba;  es  claro  el  fin  de  la  proposición  dtrijida  á  aquella  solicitud, 
y  así  no  fue  absoluta,  que  seria  la  contrariada. 

Así  mismo  intentaba  notarle  de  plagiario,  por  que  diciendo  F.Juan  Bau- 
tista, de  su  mismo  orden,  en  el  Prólogo  de  su  sermonario  para  Adviento, 
en  Lengua  Mexicana,  impreso  en  México  año  mil  seiscientos  seis,  que  su 
maestro  en  ella  F.  Gerónimo  de  Mendieta  escribió  en  la  Castellana  un  gran 
libro,  con  titulo  de  Historia  Eclesiástica  Indiana  de  la  venida  de  los  pri- 
meros Religiosos  á  esta  Nueva  España,  y  la  vida  de  muchos  y  Santos  Re- 
ligiosos de  esta  Provincia  del  Santo  Evangelio,  al  qual  antes  que  muñese 
se  lo  entregó  para  que  lo  imprimiese,  y  se  avia  mejorado  en  aver  caido  en 
manos  de  F.  Juan  de  Torquemada;  este  asentaba  del  mismo  F.  Gerónimo 
cap.  jt,,  lib.  20,  "escribió  muchas  cosas,  en  especial  el  libro  que  intitulo 
"Historia  eclesiástica  Indiana,  el  que  envió  á  España  el  R.  P.  Comisario 
"general  de  Indias,  para  que  lo  hiciese  imprimir.  Obra,  cierto,  grande  y 
"de  mucho  trabajo,  y  gusto.  No  se  que  se  hizo."  Aquí  notaba  el  de  el 
opúsculo,  que  relacionando  F.  Juan  Bautista  en  el  citado  año  de  su  im 
presión,  en  que  vivía  el  escritor  de  la  Monarquía,  la  entrega  de:  aquella 
Historia,  no  contradixo  este  tal  cosa;  y  que  dixo  no  sabia  lo  que  se  hizo, 
resultando  también  por  aquella,  patente  en  que  se  le  encargaba  recoger 
los  escritos  de  F.  Gerónimo  de  Mendieta,  que  estos  no  estaban  en  la  co- 
misaría  Gen.1  Si  el  notador  huviera  atendido  á  las  cláusulas  consecutivas 
de  la  que  copió,  avria  conocido  que  el  recipiente  de  aquella  I  listona  se 
hallaba  tan  distante  de  su  ocultación,  que  el  mismo  declaró  lo  que  avia  re- 
cibido después  de  aver  advertido  que  el  exemplar  limpio,  y  coordinado, 
q.e  F.  Gerónimo  de  Mendieta  avia  enbiado  á  su  comisario  Gen.1  avia  pa- 
decido extravio  pues  siguió  asentando  "Otro  libro  escrito,  en  que  se  co- 
"piló  muchos  auisos  y  constituciones  para  esta  Prouincia,  y  para  la  refor- 
"ma  de  la  vida;  y  muchas  caitas  de  grande  ei  udiccion  escritas  a  diferentes 

34 


BIBLIOGRAFÍA  MEXICANA  DEL  SIGLO  XVI II. 
266 

"propósitos,  el  cual  libro  tengo  en  mí  poder,  y  de  él  y  de  algunos  barro- 
"nes  del  primero  me  e  aprouechado  mucho  en  estos  mios,  en  especial  en 
"las  cosas  de  la  conuercioñ  de  estas  gentes  Indianas,  y  de  la  vida  de  los 
"Religiosos  que  en  ellas  refiero,  porque  fué  mui  curioso  investigador  de 
"estas  cosas." 

Estos  mismos  concordado  con  lo  que  refirió  del  propio  Religioso  Men- 
dieta,  natural  de  la  Ciudad  de  Victoria,  que  tomó  el  hábito  en  la  de  Bil- 
bao siendo  de  mui  poca  edad,  ordenado  de  Presbítero,  pasó  á  Indias  año 
de  mil  quinientos  cincuenta  y  cuatro,  donde  falleció,  después  de  aver  es- 
tado en  esta  Parroquia  de  México,  mas  de  cincuenta  y  cinco:  resulta  que 
murió  de  ochenta,  en  el  mismo  seiscientos  y  diez,  y  por  su  avanzada  edad 
y  extravio  de  la  primera  crónica  que  escribió,  se  le  mandó  á  F.  Juan  de 
Torquemada,  formándola  de  nuevo,  recogiendo  aquellos  borradores.  Tam- 
bién resulta  el  sentido  en  que  dixo  en  su  Prólogo  General,  que  de  las  co- 
sas eclesiásticas  de  Nueva  España  avia  ávido  pocos  ó  ningunos  escritores; 
pues  lo  entendía  de  obras  impresas,  como  lo  manifiestan  sus  repetidas  ex- 
presiones de  escritos  de  mano,  quando  se  referia  en  muchos  lugares  de  la 
suia,  á  los  de  los  Religiosos  Olmos,  Sahagun,  Benavente,  ó  Motolinia, 
Mendieta  y  otros.  Y  así,  no  se  equivocó  en  olvido  de  ellos,  como  intentaba 
anotarlo  el  de  el  opúsculo,  quien  decia  lo  cierto  en  advertirle  falto  de  crí- 
tica, según  ya  lo  avia  apuntado  antes  D.  Franc?  Xavier  Clavigero,  aun- 
que en  General.  Pero  no  por  eso  se  ha  conocido  todavía  la  causa  de  mu- 
chas de  sus  contrariedades,  la  cual  no  fue  la  falta  de  verdad  en  los  hechos 
que  referia  tocantes  á  la  Historia  antigua  sino  el  sentido  que  les  daba  por 
carecer  de  los  mas  esenciales  principios  para  su  discernimiento,  manifes- 
tando esto,  la  sinceridad  de  ánimo  con  que  asentaba  en  su  citado  Prólogo 
"solo  digo  que  lo  mas  que  en  estos  libros  va  dicho,  hasta  agora  no  se  ha 
"tratado,  y  lo  que  digo  con  otros,  va  en  grande  manera  ampliado,  y  se- 
"gun  va  vestido  de  añadidura,  parece  todo  el  ropage,  lo  añadido." 

Criticaba  también  el  del  Manifiesto,  ú  opúsculo  Guadalupano,  al  cap.  7, 
lib.  10,  de  la  Monarquía,  por  famoso  texto  que  ha  dado  mucho  que  pen- 
sar, y  de  mero  coco  ó  espantajo,  en  que  su  escritor  sin  faltar  á  la  verdad, 
dexó  una  franca  ocasión  de  que  se  equivocasen  los  Lectores,  teniendo  para 
si  que  no  incluia  tanta  dificultad  como  algunos  han  creído;  pero  sin  averia 
desatado.  Por  ello  lo  copio  á  la  letra,  y  también  será  preciso  hacerlo  aquí 
por  conducente,  como  q.e  el  que  la  criticava,  tampoco  conocía  los  sentidos 
figurado  y  compuesto  del  Idioma  en  que  se  comunicó  la  tradición  de  la 
Insigne  Imagen  de  que  trataba.  La  letra  del  citado  capitulo  dice  "en  esta 
"Nueva  España  tenían  también  estos  Indios  Gentiles  tres  lugares  en  los 
"cuales  honrraban  a  tres  Dioses  diversos  y  les  celebraban  fiestas:  el  uno 
"de  los  cuales  esta  situado  en  las  faldas  de  la  sierra  grande,  y  que  llaman  de 
"Tlaxcala,  y  los  antiguos  le  llamaron  Matlalcueye.  en  este  lugar  hazian 
"fiestas  á  la  Diosa  llamada  Toci,  que  quiere  decir  nuestra  abuela.   Otro 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 
267 

"lugar  está  de  este  á  la  parte  del  medio  día,  seys  leguas  poco  mas  o  me- 
"nos,  que  se  llama  Tianquizmanalco,  que  quiere  dezir,  lugar  llano,  o  he- 
"cho  á  mano,  de  los  mercados  y  ferias,  en  este  lugar  hazían  fiesta  á  vn 
"Dios  que  le  llamauan  telpuchitle,  que  quiere  dezir  mancebo,  y  el  otro  que 
"esta  una  legua  de  esta  Ciudad  de  México  á  la  parte  del  Norte,  hacían 
"fiesta  á  otra  Diosa  llamada  Tonan  que  quiere  dezir  nuestra  Madre:  cuya 
"deuocion  de  Dios  preualecia  cuando  nuestros  frayles  vinieron  a  estatie- 
"rra,  y  á  cuyas  festividades  concurrían  grandísimos  gentios  de  muchos 
"leguas  á  la  redonda  en  especial  de  Tianquizmanalco,  que  venían  a  el  en 
"memoria;  de  Guatemala,  que  son  trecientas  leguas,  y  de  partes  mas  lexos 
"a  ofrecer  dones  y  presentes." 

Ya  quedan  advertidos  los  valores  de  Matlalcueye  y  de  Téxcala  tratado 
de  Tlaxcala  con  error. 

Lo  fué  también  la  traducion  de  Tiankismalco,  pues  su  compuesto  lo  ins- 
truie  en  lo  interno  co.  está  extendido  mauatli,  común  á  cosa  ofrecida,  la 
Plaza  ó  Mercado  tiankistli.  Semejantemente  se  distinguió  á  otras  antiguas 
Poblaciones  por  liankistenco,  en  lo  interno  co  está  el  labio  ú  orilla  te/itli, 
de  la  Plaza  tiankistli;  que  es  instruir  Poblaciones  desquiziadas  de  su  pri- 
mera situación,  anotada  en  lugar  ó  parte  tan  notable  de  ellas,  como  en 
Plaza.  Se  concluió  aquel  capítulo  asentando  en  substancia,  que  los  prime- 
ros Religiosos  para  extinguir  aquella  Idolatría,  determinaron  fundar  tem- 
plo en  la  halda  de  aquella  serranía  Matlalcueye,  en  el  Pueblo  Chiautempa 
"que  quiere  dezir  a  la  orilla  húmeda,  o  de  la  ciénega  por  serlo  el  sitio'' 
dedicándolo  á  la  gloriosísima  Santa  Ana  abuela  de  nuestro  Señor  para  que 
concordase  la  antigua  festividad,  aunque  no  en  el  abuso  é  intención  ido- 
látrica; en  Tiankismanalco  á  S.  Juan  Bautista,  y  en  Tonanzin\u\\\.o  á  Mé- 
xico á  la  Virgen  Sacratísima,  que  es  nuestra  Señora  y  Madre. 

Muchas  vezes  se  dismynuye  la  verdad  por  la  distancia  entre  ella  y  la 
fantasía,  que  como  atmósfera  la  ofusca  con  nubes  de  opiniones;  aunque 
la  falta  de  fuerza  en  estas,  y  la  solidez  permanente  de  aquella,  manifiestan 
los  mas  ciertos  y  eficaces  medios  para  su  descubrimiento.  Así  sucedió  con 
la  memoria  de  la  Religión  cristiana,  permanente  hasta  el  siglo  décimo  sexto 
entre  estas  naciones,  en  sus  ceremonias,  tradición  y  anotaciones  topográ- 
ficas, y  por  las  quales,  aun  sin  inteligencia  de  su  sentido  alegórico,  la  sos- 
pecharon algunos  de  los  antiguos  Misioneros,  según  persuaden  las  dedica- 
ciones á  Señora  Santa  Ana  en  lugar  donde  se  conservó  la  Adoración  á  la 
Madre  de  Dios  humanado  bajo  el  tratamiento  de  abuela  de  las  mismas 
Naciones,  por  Madre  libertadora  de  sus  ascendientes,  y  en  otro  á  S.  Juan 
Bautista,  de  singular  aprecio  hasta  hoy  para  los  Naturales  de  aquel  lugar, 
y  de  sus  comarcanos,  y  equivocado  con  Jesu  Cristo  en  el  distintivo  de 
Mancebo,  como  de  quien  habia  pensado  el  Pueblo  que  fuese  el  Mesías  se- 
gún el  v.  15,  cap.  de  S.  Lucas,  como  también  que  en  cumplimiento  de  las 
Profecías,  todo  Valle  se  llenaría  y  todo  monte  y  collado  se  humillaría,  se- 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

268 

gun  los  v.s  4  y  5:  pues  vino  por  testimonio,  para  que  diese  testimonio  de 
la  luz,  y  todos  creyeran  por  el,  según  el  v.  7,  cap.  I?,  de  S.  Juan.  Aque- 
llos zelosos  Misioneros  hicieron  fabricar  esos  y  otros  muchos  templos,  en 
lugares,  donde  advertian  antigua  adoración,  para  asegurar  la  del  verdadero 
Dios  y  de  sus  sanctos,  y  exterminar  la  Idolatría  regional,  que  ya  resulta 
abusiva  de  nuestra  religión  verdadera,  aunque  no  hubiesen  formado  jui- 
cio cierto  del  origen  de  tantas  portentosas  Imágenes,  descubiertas  á  pocos 
años  de  la  conquista  española;  pues  los  mismos  lugares  anotados  en  este 
Idioma  conservativo  de  las  mas  antigüedades,  y  la  materia,  estylo  y  demás 
circunstancias  de  las  propias  Imágenes,  nos  están  dictando  hasta  hoy,  que 
no  se  formaron  en  el  syglo  Dézimo  sexto,  sino  en  el  primero  de  la  era  cris- 
tiana. Uno  de  los  propios  lugares,  está  en  la  serranía  de  nuestro  Norte, 
donde  según  la  memoria  copiada  por  aquel  escritor  que  adoraba  á  Totum, 
y  del  cual  referia  también  D.  Luis  Bezerra  en  el  párrafo  undécimo  de  los 
tocantes  á  prueba  de  las  apariciones  de  la  Virgen  Mariaajuan  Diego  "es 
"también  tradición  irrefragable,  y  constaba  de  las  Pinturas  históricas,  que 
"que  en  el  tiempo  del  Gentilismo,  daban  los  Idolatras  culto  en  el  cerrillo 
"que  se  decia  Tepeyac,  y  hoy  de  Guadalupe,  y  en  el  lugar  que  se  apare- 
"ció  por  tres  vezes  la  Virgen  Maria  Señora  nuestra,  a  el  Indio  Juan  Die- 
"go,  á  una  Diosa  que  llamaban  Teotenantzin,  que  es  lo  mismo  que  Madre 
"de  los  Dioses:  y  por  otro  nombre  Toci,  que  significa  nuestra  Abuela." 

En  esta  tradición  del  tiempo  de  la  Gentilidad,  y  por  eso  comunicada  á 
los  españoles  en  Idioma  ageno  de  ellos,  todavía  el  mismo  que  en  general 
advertía  la  falta  de  su  pronunciación  en  aquellos,  y  del  castellano  en  los 
naturales,  aun  en  muchos  años  después  de  conquistados,  no  se  encargaba 
de  demostrar  los  errores  de  traducion,  entre  los  cuales  incurrió  en  la  que 
aplicaban  á  Teotenantzin,  quando  es  patente  su  valor  de  la  apreciada  Ma- 
dre Nantzin,  que  está  en  la  Sierra  tetl,  es  la  del  Señor  teotli.  Con  este 
frasismo  también  es  acorde  el  de  la  Teteuinnan,  como  que  siendo  su  valor 
el  de  Madre  de  sus  Señores,  alude  á  la  propia  Madre  de  Dios,  á  la  qual  se 
acogió  la  ascendencia  libertada  por  su  intercesión  en  la  era  nacional,  cesan- 
do también  á  pocos  años  de  ella  las  calamidades,  y  recordando  la  descen- 
dencia de  aquellos  libertados,  y  fundadora  de  esta  ciudad,  aquel  beneficio 
con  tal  distintivo. 

Aquel  traductor  recordaba  la  falta  de  propiedad  en  la  pronunciación  del 
Idioma  Mexicano  entre  españoles,  según  lo  avia  hecho  también  el  escri- 
tor de  la  Monarquía  con  la  del  latino  entre  los  Naturales,  asentando  cap. 
36,  lib.  15?  que  para  retener  estos  la  palabra  Pater  figuraban  una  vande- 
rilla,  que  en  Mexicano  se  llama  Pantli;  y  para  recordarla  uoster,  una  tuna, 
que  es  nochtli.  Mas  no  por  esto  distinguían  los  vicios  con  que  hallaron  es- 
critas las  expresiones  de  que  se  servían.  D.  Luis  Bezerra  por  solo  la  ca- 
rencia de  d,  y  de  gy  en  este  Idioma,  advertía  no  aver  podido  pronunciar 
Juan  Diego,  á  quien  se  manifestaba  la  Madre  de  Dios,  ni  su  tio  Juan  Ber- 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 
269 

nardino,  a  quien  sanó  la  Señora,  el  distintivo  de  Guadalupe  que  se  dio  á 
la  Virgen  María.  Infería  que  pudo  aver  dicho  Tequatlauopeuh,  lo  que  tra- 
ducía por  la  que  tuvo  origen  de  la  cumbre  de  las  peñas,  como  que  entre 
ellas  la  vio  Juan  Diego  la  primera  y  cuarta  vez.  Pero  no  el  orden  de  las 
partes  de  este  compuesto,  es  conforme  á  los  del  Idioma,  ni  la  traducción 
que  se  le  dio,  falta  en  una  de  las  mismas  partes,  lo  instruye  alusivo  á  aque- 
lla nación,  sino  al  lugar  del  culto  primitivo  de  la  sagrada  Imagen;  lo  que 
juntamente  descubre  aver  hallado  aquel  escritor,  esta  parte  de  la  tradición 
mal  expresada  anotó  uno  de  los  primeros  manuscritos.  Por  que  el  conno 
tante  o,  de  todo  pretérito  Perfecto,  como  peu,  de  pena  comenzar  se  expre- 
sa al  principio  del  compuesto:  y  así  el  de  este,  otecuantlanpeu,  la  que  co- 
menzó opeu,  debajo  ó  tlani,  de  la  cumbre  cuaitl,  de  la  piedra,  ó  sierra  tetl; 
lo  que  resulta  acorde  con  el  valor  de  los  Monumentos  que  ya  se  descubren. 
También  decía  aver  podido  pronunciar  Juan  Bernardino,  tequantlaxopeuh, 
que  traducía  por  la  que  ahuyentó,  ó  apartó  á  los  que  nos  comian,  enten- 
diendo á  las  Fieras.  Pero,  á  mas  de  aver  dexado  sin  el  connotante  o,  de 
pretérito,  á  tal  compuesto,  aplicó  á  Tlaxopeua,  una  significación  que  no 
tiene,  qual  es  la  de  ahuyentar;  pues  esta  se  expresa  por  senmana,  ó  por 
moyana,  y  la  de  Tlaxopeua,  es  dar  punta  pie:  lo  que  también  descubre  aver 
hallado  D.  Luis  Bezerra,  esta  otra  parte  de  la  tradición,  que  vale  lo  que 
abatió  oxopeu,  en  la  tierra  Tlalli,  al  Bravo  Tecuani,  que  es  aver  desterra- 
do al  enemigo  común  del  género  humano,  contenido,  como  también  el  lu- 
gar de  la  tierra  que  empezó  con  él  en  el  mismo  frasismo  otecuantlaxopeu 
el  que  comenzó  opeu,  con  la  olla  xoctli,  de  la  tierra  Tlalli,  es  el  Bravo,  ó 
cruel  Tecuani.  Que  quando  al  oir  los  españales  la  narración  de  aquellos 
dos  Naturales,  tocante  á  una  Imagen  de  la  Madre  de  Dios,  tan  rara  y  des- 
conocida par  sus  particulares  adornos,  y  clase  de  Pintura,  y  en  ocasión  de 
aver  sanado  repentinamente  de  una  fiebre  maligna,  Juan  Bernardino,  en- 
tendieron su  descubrimiento- semejante  al  de  la  de  Estremadura;  bastan- 
temente lo  manifiesta  la  adoración  que  la  dieron  los  que  no  entendían  los 
Idiomas  nacionales,  llamándola  de  Guadalupe;  y  comprobando  esto  mis- 
mo el  mas  antiguo  impreso  del  año  de  1648,  publicado  por  el  Presbítero 
D.  Miguel  Sánchez,  antiguo  capellán  de  su  Santuario,  quien  concluió  su 
Relación  recordando  aquella  formada  por  S.  Lucas,  y  que  conservada  en 
Sevilla  como  enviada  á  su  Arzobispo  S.  Leandro,  por  el  Papa  S.  Grego- 
rio, la  ocultaron,  después  los  cristianos  al  ingreso  de  los  Sarracenos  en 
aquel  Reyno,  en  una  cueva  de  Estremadura  donde  después  de  seisientos 
años  apareció  á  Gil,  vaquero  de  Cáceres;  pidiendo  Templo,  y  resucitando 
á  un  hijo  suio. 

El  contexto  de  algunas  de  las  expresiones  tocantes  á  la  tradición,  en 
Idioma  nacional  conservadas  hasta  el  año  de  1666,  ó  de  la  solemne  inspec- 
ción, en  que  intervino  D.  Luis  Bezerra,  con  las  circunstancias,  tanto  de  la 
cumbre  mas  elevada  de  la  serranía  de  nuestro  norte;   quanto  de  sus  prin- 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII 
270 

cipales  collados  situados  á  su  pié,  y  distinguidas  por  anotaciones  también 
nacionales,  pero  permanentes  hasta  hoy,  descubren  la  relativa  al  lugar  del 
primer  culto  que  se  dio  á  esta  Insigne  Imagen,    Tecuaillaluccan,  en  dos 
partes  ucean,  de  la  tierra  llalli,  está  la  cumbre  aiaitl,  de  la  piedra,  ó  sie- 
rra tetl,  dicta  anotado  el  espacio  de  la  base  de  la  propia  serranía  que  corre 
al  oriente  desde  los  collados  de   Tepeyacac,  significativo  de  en  c,  la  nariz 
yacatl  de  la  Sierra  tepetl,  hasta  otro  de  la  Población  Santa  Clara  cuauti 
tlan,  cerca  ó  al  pié  itlan,  de  la  cumbre  cuaitl,  según  se  halla  la  misma  Po- 
blación, cuios  naturales  tratan  al  propio  collado,  de  cuapitli,  principal  pitli, 
cumbre  cuaitl,  este,  y  los  de  Tepeyacac,  están  separados  de  la  cordillera 
formando  ensenadas  en  tierra  llana,  y  son  de  peñasquería  propia  de  las  de- 
mas  cumbres  de  aquella,  y  no  de  Toba,  toplius  ó  tepetlatl.   El  lugar  del  des- 
quicio de  esos  collados  es  patente  en  la  cima  mas  elevada  de  la  propia  cor- 
dillera, plana  y  con  vestigios  de  mui  antiguo  edificio,  y  distinguida  por 
lyatepec,  en  c,  la  sierra  tepetl,  parada  ó  en  pie  icac.  entre  naturales  del  Pue- 
blo S.  Cristoval  tratado  con  el  mismo  renombre,  vulgarizado  por  Ecatepec, 
y  situado  al  abrigo  que  le  forma  la  propia  Sierra  con  su  vertical  retage, 
quedando  entre  él,  y  el  de  Cuatitlan,  mencionado  por  patria  de  Juan  Diego 
en  la  relación  de  D.  Luis  Bezerra,  el  de  Sta  María  Tolpetlatl,  en  c,  estera 
petlatl,  de  enea,  tolli,  que  mencionaba  por  el  de  su  vecindario,  y  cuio  com- 
puesto, alusivo  al  mismo  collado  cuapitli,  que  media  entre    Cuatitlan  y 
Toltepetlac,  á  diestra  á  la  propia  cumbre  situada  en  estera  ó  lugar  donde 
descansa,  y  productiva  de  enea  de  que  se  forman  las  usuales,  como  lugar 
pantanoso,  y  para  distrivucion  del  tepetlatl  de  otras  serranías.  Merece  aten- 
ción que  tratándose  al  collado  de  Sta  Clara  de  principal  cumbre,  ella  y  las 
de  Tepeyacac  están  en  tierra  llana,  y  sin  haver  sido  aquella  Población  de 
las  congregadas,  ó  bajadas  de  Serranías  en  el  siglo  dézimo  sexto  después 
de  la  conquista  española,  pues  todas  las  que  lo  fueron,  conservan  funda- 
ción escrita  de  ello;  advirtiéndose  que  si  en  algunas  se  ha  extraviado  tal 
documento,  se  encuentra  contextacion  de  sus  linderos  en  Heredades  ó  es- 
tancias cercanas,  de  que  por  despobladas  con  aquellas  translaciones,  se  hi- 
zieron  mercedes  á  los  conquistadores,  ó  á  sus  desendientes,  y  no  concor- 
dando entonces  el  distintivo  topográfico  en  el  lugar  trasladado,  y  sí  en  su 
situación  antigua.   Pero  no  hay  que  extrañar  se  conserve  por  estilo  de  ano- 
tación, el  desquicio  de  la  que  fué  cumbre  mas  elevada  en  la  Serranía  de 
nuestro  norte,  quando  se  encuentra  también  en  otras,  y  entre  ellas  en  Po- 
blación tocante  á  distrito  jurisdiccional  del  vulgarisado   Yzucar,  conocida 
por  S.  Antonio  Cuaiuccan,  en  dos  paites  ucean,  está  la  cumbre  cuaitl,  por 
otras  dos  tumorosidades  existentes  alli  en  tierra  llana,  y  venidas  de  su  in- 
mediata Serranía. 

Este  Idioma,  que  á  quienes  no  lo  han  penetrado  por  sus  rayzes,  ha  pa- 
recido mui  fácil  por  su  natural  articulación  comparativamente  menos  difí- 
cil que  la  de  otros,  como  el  conocido  por  otomi,  que  la  tiene  ya  nasal,  ya 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVlll. 
271 

gutural,  y  ya  insuflativa  obscura,  á  que  sus  Artistas  llaman  castañuela,  no 
hai  duda  que  no  se  resiste,  ó  dificulta  á  la  pronunciación.  Pero  también 
es  cierto  que  su  valor,  y  delicada  articulación  en  vocales  consecutivas,  di- 
ficulta el  discernimiento  de  su  valor,  sino  se  separan  como  pertenecientes 
á  sus  distintas  partes  componentes.  Si  en  Cuaiuccan,  se  hiere  la  i  sobre  la 
u,  pronunciando  cua-yuccan,  significa  Pais,  ó  territorio  can,  propio  yuca, 
de  la  cumbre  cuaitl;  lo  que  no  instruie  el  concepto  como  sin  herir  la  /so- 
bre la  vocal  consecutiva,  cuai-uccan.  Otras  veces  con  suprimir  alguna  vo- 
cal necesaria  en  el  compuesto,  queda  indiferente,  su  significación,  como  en 
Cuatitlan,  que  si  las  circunstancias  permanentes  no  instruyeran  á  su  prime- 
ra sylaba  cua,  de  cuaitl,  cumbre,  seria  indiferente  á  cuati  vivora,  ó  Gemelo, 
sucediendo  lo  mismo  en  cuapilli,  y  en  ambos  por  falta  de  la  /,  que  se  nota 
en  Cuaiuccan.  Si  para  la  Población  conocida  por  Tlayacapa,  no  se  duplica 
la  i,  al  pronunciarla,  significa  en  donde  pa,  esta  la  nariz  yacatl,  de  la  tierra 
tlalli;  cuando  no  es  de  ella,  sino  de  su  Serranía  la  punta  saliente  en  sen- 
tido horizontal  ó  semejanza  de  la  nariz  humana,  y  no  en  el  vertical,  a  que 
algunos  la  han  entendido  común.  Siendo  propio  de  esta  mitl,  común  á  tal 
fecha.  Pero  si  se  articula  como  escrito  Tlaiyacapa,  ministra  su  verdadero 
valor,  en  donde  pa,  esta  la  nariz,  yacatl,  beber  agua  Tlai,  como  que  allí 
esta  el  único  manantial  de  aquella  comarca,  y  abajo  la  Población.  Aun 
asentando  D.  Luis  Bezerra  en  el  penúltimo  de  sus  párrafos  tocantes  áprue 
bas  de  la  tradición  "y  es  de  advertir,  que  no  dice  la  tradición,  que  se  fi- 
guró la  Imagen  en  presencia  del  Señor  Obispo  Zumárraga,  si  no  que  sa- 
"vido  en  aquella  ocasión  que  el  Indio  desplegó  la  manta  en  cuio  regazo 
"recogió  las  flores,  y  que  esto  fue  dando  á  dicho  Señor  Obispo,  las  señas 
"de  que  le  avia  mandado  que  pidiese"  todavía  entendió  figurado  á  este 
singular  simulacro  en  la  propia  Manta  del  Mensagero  Juan  Diego,  y  no 
manifestado,  descubierto  ó  aparecido  dentro  de  ella  como  que  todo  esto 
significa  el  omonextitzino,  con  que  se  expresaba  la  tradición  en  el  impreso 
del  año  de  1649.  El  antiquísimo  lienzo,  pues  conservado  hasta  hoy  con  su 
materia  estylos  de  Pintura,  símbolos  y  geroglíficos  nacionales  nos  instruien 
el  tiempo  y  fines  de  su  representación.  Como  aquel  escritor  dexó  en  esta 
parte  la  tradición,  no  entendida,  no  es  de  extrañar  que  asentando  desde  el 
undézimo  párrafo  de  su  Discurso  sobre  el  modo  conque  pudo  figurar  la 
Imagen,  los  frasismos  nacionales  que  aludian  á  su  antiguo  origen  y  á  su 
descubrimiento  cuando  de  ellos  se  usó;  ellos  mismos  estén  dictando  sen- 
tido tan  distante  del  que  aquel  les  daba,  aun  expresando  en  su  párrafo  dé- 
cimo "que  la  mayor  elegancia  del  Idioma  Mexicano,  consiste  en  la  pro- 
" piedad  de  las  voces  conque  las  cosas  se  expresan,''  así  como  el  de  la 
Monarquía  cap.  30,  lib.  6?,  refiriendo  á  dos  que  trataba  de  Dioses  de  los 
Lapídanos  de  piedras  preciosas,  y  confesando  ignorar  sus  significaciones, 
decia  "la  causa  de  darles  estos  nombres  no  la  se,  pero  se  que  fue  esta  genLe 
"de  la  que  con  mas  propiedad  y  causa  dio  nombre  á  las  cosas.  " 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 
272 

Los  frasismos,  pues,  conque  al  tiempo  del  descubrimiento  de  tan  singu- 
lar  Imagen,  se  expresaron  los  naturales,  y  que  después  hallo  escritos  D. 
Luis  Bezerra,  los  afirmó  en  el  siguiente  contexto  "al  referir,  pues  la  apa- 
rición de  la  Imagen,  dezia  el  escrito  antiguo:  omomacliiotinextiqtiiz,  lo- 
"cucion  compuesta  de  tres  verbos;  machiotia,  que  significa  señalar,  ó  se- 
" llar:  nextia,  que  significa  mostrar:  y  quiza,  que  significa  figurada,  ó 
"impresa:  porque  si  huvieran  sentido  los  que  historiaron  el  hecho,  que  se 
"havia  figurado  la  Imagen  en  cuanto  el  Indio  desplegó  la  capa,  dirían: 
"  otnonextimachiotiquiz,  que  es  lo  mismo,  que  se  vio  figurar."  No  puede 
ser  mas  impropia  y  agena  del  carácter,  ó  estylo  expresivo  de  este  Idioma 
que  se  le  anotaba  en  general,  la  traducción  redundante  que  se  dio  á  este 
frasismo,  siendo  tan  ceñidos  los  nacionales,  cuanto  se  ha  manifestado  hasta 
aquí,  y  se  observará  en  todos  los  que  se  usa  en  esta  Clase:  pues  á  mas  de 
dominar  en  ellos  el  sentido  translativo,  sus  conpociciones  no  se  instruien 
redundancia,  sino  conceptos  abrebiados,  y  así  en  este  la  parte  okis,  no  tiene 
el  de  salió,  sino  el  de  acabó  según  se  acostumbra  hasta  hoy  aviéndose  tam- 
bién en  el  Diccionario  ilhuitloquiz,  por  fiesta  pasada,  y  que  la  expresión 
dicta  acabó,  Okis,  la  fiesta  iluitlt  Nextia,  es  demostrar,  manifestar,  ó  des- 
cubrir, haciéndolo  reflexivo,  ó  el  mo,  común  á  los  verbos  de  la  composición, 
y  equivalen  al  se,  castellano.  Machiotia  significa  señalar,  pero  no  de  cual- 
quier modo,  sino  para  que  lo  señalado  sirva  de  norma  ó  modelo,  el  qual 
es  macJiiotl,  su  derivad, ,  y  tan  común  y  usado  como  en  el  por  señal  de  la 
Sta  Cruz  ipanpaimmachistzin  in  Cruz,  y  propagado  regionalmente  entre 
quienes  no  son  naturales  el  distintivo  Machiote:  para  alguna  norma.  Con- 
que el  sentido  de  aquel  tradicional  frasismo  es  se  acabó  omokis  de  descu- 
brir nextia,  lo  que  se  señaló  para  nombrar  omomachioti:  y  esto  necesaria- 
mente supone  la  memoria,  asi  del  destino  que  en  su  origen  tuvo  tan  sym- 
bólica  Imagen,  como  de  su  antigua  ocultación,  y  también  noticia  de  que 
volverá  á  manifestarse,  según  la  avia  de  que  por  intercesión  de  la  que  re- 
presenta, se  libertarán  estas  Naciones  de  los  crueles  sacrificios  humanos, 
quando  se  recordaba  por  Tonacayoua. 

Era  tan  circunstanciada  su  memoria,  cuanto  descubre  el  valor  de  otros 
tres  frasismos  conque  se  explican  los  naturales  al  tiempo  de  su  admirable 
descubrimiento,  pues  continuó  aquel  escritor  refiriendo  "lo  otro,  porque 
"de  tres  maneras  decian  los  naturales  antiguos  el  milagro  de  la  pintura, 
"siendo  preguntados,  el  primer  modo  era  omocopintziiw,  pretérito  del  verbo 
"copina,  que  significa  ."segregar  ó  apartar  una  cosa  de  otra,  y  es  el  modo 
"aqueste  mas  propio,  para  significar  el  copiar,  o  trasladar:  empero  ya  se 
"ve  que  para  ello  es  el  verbo  metaphórico. "  Este  que  llamó  modo  mas 
propio,  al  mismo  tiempo  que  supone  con  la  pregunta  de  los  españoles,  aver 
estos  extrañado  tal  pintura,  comparada  con  inumerables  nacionales  histó- 
ricas que  vieron  en  lienzos  fabricados  de  hilo  de  Maguey,  instruie  también 
á  veces  copiado  en  este  la  Madre  de  Dios  en  vida  mortal.    Porque  orno- 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XV ul 
273 

copintzino,  es  se  copió  por  molde  natural,  que  es  la  significación  propia  de 
copina,  siendo  la  o  así  inicial,  como  final,  propia  de  pretérito;  el  mo,  el  se 
reflecsivo  castellano;  y  el  tzin  apreciativo,  y  reverencial.  De  xalcopinca, 
territorio  can,  de  amoldar  copina,  en  arena  xalli  se  trata  hasta  hoy  á  un 
pequeño,  pero  antiguo  Barrio  del  Poblado  de  Tlaltcololulco,  en  cuio  Mer- 
cado se  contrataba  entre  otras  mercaderías,  con  figuras  de  oro  y  plata  va- 
ciadas á  molde  en  arena, -por  impresiones  de  Aves  y  otros  Animales  na- 
turales. El  mismo  frasismo  copina,  es  translativo  para  desollar,  como  que 
á  las  Gentes  con  quienes  se  hazia,  se  les  sacaba  la  piel  íntegra  y  tan  amol- 
dada al  cuerpo  de  que  salia,  que  se  la  pudiese  vestir  otro  igual,  ceremo- 
nia con  que  se  recordaba  el  desuello  de  la  Teteuinnan  según  los  cap.  18, 
y  29,  lib.  7?,  de  la  Monarquía. 

Pero  es  notable  el  uso  de  ese  frasismo  en  aquella  tradición  aviendo  en 
el  Idioma  otros  significativos  de  copiar  ó  sacar  Imágenes,  el  uno  es  kistia, 
compuesto  de  ixtia  aprontar,  como  su  rrayz  ixtle,  frente,  á  la  cual  se  co- 
loca todo  original  para  ser  trasladado,  connotándolo  el  ki\  pero  ageno  para 
significar  copia  á  molde.  Otro,  es  viachiyoana,  coger  ana,  con  el  baho  iyotl, 
la  señal  ó  modelo  machiotl:  siendo  expreso,  v.  7,  cap.  2V,  del  Génesis  "for- 
"mó  pues  el  Señor  Dios  al  hombre  del  todo  blando  de  la  tierra,  e  inspiró 
"en  su  semblante  el  aliento,  y  fué  hecho  el  hombre  en  alma  viviente."  A 
esta  se  expresa  en  Idioma  de  Mexicanos,  por  vida  yolilistli;  por  Tlalpit- 
zalistli,  soplo  pitzalistli,  en  la  tierra  Tlalli;  po.  -  ,/iento  ecatl;  y  por  baho 
iyotl:  lo  que  descubre  el  abuso  q.e  se  hizo  entre  los  hombres,  de  aquel 
modo  significativo  en  la  formación  del  primero  y  que  se  ha  observado  en- 
tre los  iguales  ignorantes  ensalmadores,  que  saludan  arrojando  el  baho  á 
la  frente;  y  el  de  algunos  naturales  que  fabrican  hasta  hoy  muñecos  debarro, 
y  ocultan  en  cuevas.  Otro  sinónomo  de  copiar  Imagen,  es  octacaana,  co- 
ger ana,  con  caña  acatl,  la  bebida  octla,  antonomástica  en  el  Pulque,  tra- 
tado por  la  Nación  que  habla  en  el  monumento  primeramente  ahora  ha- 
llado, de  agua  nuestra,  y  aludiendo  la  profanación  de  octacaana,  al  estylo 
con  que  extrae  el  jugo  del  Maguey  para  esa  bebida,  porque  entonces  lla- 
ma el  baho  con  Avenencia  de  Calavazo  largo  Acocil/i  Garguero  cocootl,  ó 
camino  oí/i,  para  los  que  enferma  cocoa,  la  Agua  atl^ox  ser  el  Pulque  me- 
dicina para  diarreáticos.  Mas  la  significación  de  sacar  Imagen,  con  coger 
con  Caña  la  bebida  es  patente  abuso  del  destino  que  se  dio  en  la  primitiva 
cristianidad  á  este  jugo  anotado  por  medicina  en  el  Acocotl,  y  juntamente 
contravención  profanatoria  porque  en  lienzo  del  h:i'">  de  tal  Planta  instruien 
estampada  la  Imagen  de  la  Madre  de  Dios,  su  materia  uno  de  sus  symbo- 
los,  y  las  costumbres  nacionales;  advirtiéndose  también  el  anhelo  de  la  pro- 
pagación humana,  excitada  con  el  exceso  de  tal  vino  nacional. 

Seguia  asentando  D.  Luis  Bezerra  "el  segundo  modo  era  diciendo  omo- 
"machiotitzino,  como  tenemos  dicho  machiotia  simplifica  sellar  o  imprimir 
"alguna  señal,  como  se  haze  en  la  imprenta  con  una  Imagen,  ó  con  las  le- 

35 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

274 

"tras  que  se  van  poniendo  al  revés,  para  que  salgan  al  derecho;  y  esto 
"mismo  es  lo  que  digo  acerca  del  modo  en  que  se  figuró  la  Santa  Imagen 
"de  la  Virgen  Maria."  Este  escritor  entendía  averse  figurado  la  misma 
Señora  al  tiempo  de  su  descubrimiento  á  Juan  Diego,  y  en  su  capa,  ó  Til- 
ma y  no  averse  descubierto  dentro  de  esta  el  lienzo  primitivo  donde  se  co1 
pió  en  vida  mortal  la  Madre  de  Dios;  pues  en  el  párrafo  séptimo  de  su 
citado  Discurso  avia  dicho  "lo  otro,  que  se  infiere  de  todo  el  contexto  de 
"la  tradición,  es,  que  la  Bendita  Imagen  se  dibuxó  y  pintó  en  la  manta 
"del  Indio,  y  en  la  forma  que  vido  el  a  la  Virgen  santísima  la  ultima  vez 
"a  la  vuelta  del  Montecillo.  Pero  esta  equivocación  es  de  la  clase  de  las 
"demás  que  quedan  ya  anotadas,  y  también  de  laque  cometió  al  traduzir 
"el  tercer  frasismo  de  la  propia  traducción,  cuando  dezia"  el  tercer  modo 
es:  " otnichiuilhuitzino,  que  significa  pintóse,  ó  dibujóse,  y  aunque  es  assí, 
"que  con  este  verbo  se  dice,  escrivir,  ó  pintar,  es  de  advertir  que  para  ese 
"significado  es  el  verbo  metafórico,  porque,  como  el  pintar,  y  escrivir,  fue 
"invención  de  los  hombres,  y  no  acción  nativa,  le  inventaron  después,  y 
"este  se  compuso  del  nombre,  ix,  que  significa  el  semblante  ó  aparición  de 
"  algo,  y  del  verbo  cui,  que  significa  coger  como  quiera,  y  estando  el  Verbo 
"traslaticio  en  la  voz  passiva  cutio,  es  lo  mismo  que  ser  patente  á  todos  el 
"haz  ó  semblante  de  algo  porque  el  oficio  del  que  pinta  ó  escrive,  es  ha- 
"cer  á  todos  manifiesta  la  cosa;  luego  este  modo  de  hablar  no  contradice 
"lo  que  se  pretende  dar  á  entender,  acerca  del  modo  que  á  mi  ver  se  pintó 
"la  Imagen.''  Este  modo  asentaba  después,  por  semejante  á  quien  se  re- 
representa  en  un  espejo.  Pero  el  valor  de  omocopintzino,  significativo  de 
que  se  copió  á  molde,  instruie  que  fué  por  contacto  de  este  lienzo  al  cuerpo 
Virginal  de  la  Madre  de  Dios  en  vida  mortal. 

Por  el  mismo  contexto  de  aquel  escritor,  en  que  refería  el  tercer  modo, 
ó  frasismo  de  la  tradición,  como  compuesto  de  ix,  es  manifiesto  el  error 
de  impresión  que  se  cometió  en  él,  inmutando  esta  sylaba  en  la  de  ich,  que 
reducida  á  ix,  resulta  aquel  omixiuihiitzino  significativo  de  la  á  quien  re- 
verencialmente  otro  descubrió  en  secreto  iluitziuo,  que  avia  de  parir  mixiui, 
ó  el  alto  misterio  de  la  Encarnación  del  Verbo  Divino,  revelado  por  el  Ar- 
cángel S.  Gabriel,  y  representado  por  symbolos  nacionales  en  tan  Insigne 
Imagen.  El  mismo  frasismo  omixiuiluitziiw,  es  común  para  significar  la 
que  descubrió  el  secreto  iluitziuo,  de  parir  mixiui,  usándose  hasta  hoy  la 
singular  yerba  que  facilita  los  pastos,  conocida  por  suapatli,  medicamento 
patli,  de  muger  suatl,  y  concordando  la  ceremonia  preliminar  al  desuello 
de  la  muger  que  se  presentaba  á  la  Tetcuiuuan,  de  acompañarla  gran  nú- 
mero de  las  de  su  sexo,  especialmente  Médicas  y  parteras,  según  la  me- 
moria del  citado  cap.  23,  lib.  10,  de  la  Monarquía.  Su  escritor  referia  la 
ceremonia,  practicada  anualmente  en  el  que  llamaba  undézimo  mes,  Vchpa- 
uitztli  del  Calendario  así  entendido  F.  Toribio  de  Benavente,  ó  Motolinia 
según  el  cap.  36  del  propio  lib.,  colocando  el  primer  dia  de  tal  mes  á  veín- 


bibliografía  mexicana  del  siglo  XVIll. 

275 

ticuatro  de  Agosto.  Pero  tanto  el  error  de  Vchpauiztli,  no  significativo  en 
este  Idioma,  en  lugar  de  xupaniliíztli,  el  verano,  y  por  el  expresada  la 
Primavera,  aun  en  el  Diccionario,  por  xapanitiz  tempam,  dictándola  su 
compuesto  en  donde  pa,  está  el  labio,  orilla,  ó  principio  tentli,  del  Verano 
xupanitztli,  ó  la  señal  celeste  del  primer  dia  de  tal  estación  obserbada 
desde  la  cima  de  la  Serranía  de  nuestro  Norte  que  instruie  el  segundo  mo- 
numento hallado,  quanto  el  juego  con  que  aquellas  Mugeres  daban  la  pri- 
mera vista  al  Pueblo  tirándose  con  pelotas  de  heno,  espadaña,  juncia  y 
pencas  de  Nopal,  de  que  permanece  constumbre  en  algunos  lugares,  y  ci- 
ma plana  de  la  propia  Serranía,  advertida  por  juego  de  pelota,  quando 
aquellas  demostraciones  se  observan  en  Carnestolendas;  descubren  que  se 
hacian  por  anuncio  público  del  Equinoccio  de  Primavera, symbolizada  tam- 
bién en  esta  insigne  Pintura  de  la  Madre  de  Dios,  y  acorde  con  el  color  de 
su  soberano  rostro  que  se  expresará  por  estilo  nacional. 

Es  sabido  que  tlacuiloa  es  común  á  pintar,  y  á  escribir,  el  cual  ni  es  pa- 
sivo de  cui  ni  este  se  contiene  en  aquel  frasismo  carente  de  c,  ni  significa 
coger  como  quiera,  sino  levantar  la  mano  para  alcanzar  lo  q.e  está  en  alto, 
y  que  es  rayz  del  significativo  de  comunicarse  carnalmente  Varón  y  Hem- 
bra, añadiéndose  para  él,  nocon,  como  se  advierte  en  el  Diccionario:  siendo 
acorde  este  frasismo  con  el  estylo  de  Payses  Calientes  de  nuestro  sur,  donde 
los  naturales  cargan  sobre  la  caveza  el  calavazo,  según  se  nota  el  colocado 
en  la  del  symbolico  Cangrejo  del  Monumento  primeramente  hallado,  y 
cuando  en  tal  situación  es  natural  levantar  la  mano  para  alcanzarlo,  ó  fra- 
sismo profanatorio  del  symbolo,  de  esta  sagrada  Imagen.  Y  asi  es  clara  la 
equivocación  q.e  padeció  D.  Luis  Bezerra  en  la  inteligencia  del  frasismo 
omixiiiiluitzino,  como  la  de  aver  asentado  en  el  párrafo  dezimo  quinto  de 
las  pruebas  de  la  tradición,  la  materia  del  lienzo  de  la  misma  Imagen,  for- 
mado de  la  Palma  icfotl,  expresión  que  concordaba  con  los  Geroglificos 
figurados  en  el  segundo  Monumento,  ó  de  cronología  resulta  valioso  de 
pierna  de  lienzo  sotl,  quando  ic,  alusiva  á  eclipse  central  al  tercero  dia 
de  Luna  nueva,  que  aquel  traductor  halló  en  los  primeros  escritos  y  no 
entendió  por  el  fenómeno  que  formó  era  nacional,  y  se  representó  también 
en  esta  singular  Imagen.  Su  sagrado  lienzo  es  compuesto  de  dos  piernas 
como  los  antiguos  destinados  á  Pinturas  historiales  Mexicanas.  De  dos  se 
advirtieron  compuestas  también  las  mantas  acostumbradas  por  los  Natu- 
rales de  Sta  Cruz  de  la  Sierra  en  la  América  Meridional  quienes  declara- 
ron á  sus  conquistadores,  que  así  la  usaba  el  Santo  Apóstol  que  avia  pre- 
dicado á  sus  Ascendientes,  la  fé  de  una  Cruz,  la  cual  dexo  señalada  con 
el  dedo  en  una  Piedra  colocada  después  por  los  conquistadores  como  mi- 
lagrosa en  la  Iglecia  Mayor  según  la  relación  de  Cevallos,  triunfo  19?  de 
la  Cruz,  y  quien  desde  Jaén  escribió  á  F.  Gregorio  Garcia,  averia  adqui- 
rido del  D.r  D.  Felipe  de  Molina  Chantre  y  Provisor  de  la  S.ta  Iglesia  de 
las  Charcas,  cerciorado  justamente  con  Cevallos  del  Cura  de  S.ta  Cruz  y 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 
276 

deve  advertirse  con  Bezerra  Tanco  que  las  capas  de  los   Mexicanos  son 
tres,  y  no  dos  lienzos  y  sí,  son  así  las  de  los  Peruanos  según  Fr.y  Gre?  Gar- 
cía.  De  los  lienzos  Mexicanos  destinados  á  Pinturas,  según  permanecen 
algunos,  su  hilo  suave  y  texido  con  alguna  pintura,  aun  siendo  de  la  Planta 
de  Maguey.   Y  así  no  puede  repugnarse  su  formación  desde  la  propia  Plan- 
ta en  esta  mysteriosa  Imagen  por  la  comparación  que  el  escritor  del  Ma- 
nifiesto, ú  opúsculo  Guadalupano,  mencionó  pag.  2?  de  la  titulada  Pieza 
num?  1?  aver  hecho  entre  dos  Mantas  Nacionales,  conocidas  por  Ayates, 
la  una  fabricada  de  la  pita  de  la  propia  planta  que  resultó  áspera  después 
de  muchas  vezes  lavada  y  estrujada,  pero  suave  la  de  aquella  clase  de  Pal- 
ma; pues  no  advertía  que  huviese  hecho  macerar  por  bastante  tiempo  en 
agua  la  Penca  del  Maguey  después  de  descortezada,  según  acostumbran 
algunos  Naturales,  no  se  ha  entendido  el  valor  que  contiene  este  determi- 
nado lienzo  en  aver  sido  de  la  propia  por  no  discernidos  sus  symbolos  y 
Geroglíficos,  como  tampoco  los  demás  nacionales.    Por  de  Maguey,  lo  ins- 
truió  el  primer  escritor  español  de  las  Apariciones  de  la  Madre  de  Dios  á 
Juan  Diego,  y  Capellán  del  Santuario  Primitivo  después  de  la  conquista 
de  su  antiquísima  Imagen,   Y  debe  también  reflexarse  que  la  manta  de  Ic- 
zotl  toda  es  suave,  y  la  de  Pita  como  advierte  el  P.  Florencia,  es  áspera 
por  el  envez.   Lo  cierto  que  este  entendía  tosco  el  Lienzo,  tanto  por  el 
concepto  alterado  de  la  tradición  que  seguia,  de  aver  sido  Manta  de  aquel 
mensagero  y  no  descubierto  dentro  de  ella,  quanto  falto  de  disposición  ó 
aparejo  en  su  Pintura.    Mas  la  calificación  del  facultativo  Pintor  D.  Miguel 
Cabrera  aprobaba  con  sus  contemporáneos,  y  de  igual  aceptación  en  su 
exercicio  lo  resultó  semejante  á  cotenze  de  calidad  media  entre  superior  é 
Ínfimo,  §  II  de  la  Maravilla  Americana  impresa  en  mil  setecientos  cin- 
cuenta y  seis,  y  aun  en  la  citada  página  del  manifiesto  tí  opúsculo  asenta- 
tado  por  bastantemente  fino  y  vien  texido  aunque  sin  recuerdo  compara- 
tivo de  otros  de  igual  calidad  entre  los  antiguos  de  Pinturas  nacionales. 
También  se  nota  figurada  en  el  propio  Lienzo,  el  que  no  advertido  hasta 
el  escritor  de  la  Maravilla,  trató  este  de  numero  ocho  á  poca  distancia  so- 
bre el  pie  derecho  de  la  Santa  Imagen  según  asentó  §  VIII.   Los  Profeso- 
res de  pintura  asistentes  á  la  inspección  de  la  propia  Imagen  dixeron  pagi- 
an  9  de  la  titulada  2''}  pieza  del  Manifiesto,  no  son  cosa  especial  tratándose  su 
escritor  de  rasgo,  en  la  lamina  donde  lo  copió  con  aquella  clase  de  Palma. 
Oualesquiera  caracteres  peculiares  de  una  Nación,  presentados  á  otra  que 
no  los  haya  visto,  ni  usado  de  ellos,  serán  rasgados  para  la  que  los  ve  de 
nuevo;  y  sin  la  significación  que  contienen,  nada  la  instruirán.    Por  esta 
causa  dedicados  muchos  de  los  recién  conversos  en  los  años  primeros  de 
conquista,  á  nuestra  liberal  escritura,  cometían  frecuentes  errores  al  usarla, 
ya  en  sus  Idiomas,  y  ya  en  el  Castellano.    Por  extraños  también  en  la  Na- 
ción Portuguesa  aquellos  hallados  por   orla  de  la  Santa  Cruz  que  se  for- 
mó con  la  sangre  de  S.t0  Tomas,  estuvieron  muchos  hasta  su  versión.   Y 


bibliografía  mexicana  del  siglo  XVIll. 

277 

así  tampoco  debe  hazer  fuerza,  que  no  se  haya  conocido  por  de  la  clase 
de  aquellos,  el  permanente  en  esta  Insigne  Imagen.  Su  cotejo  con  aque- 
llos, que  aunque  pocos,  equivalen  á  tantos  conceptos,  quanto  expresó  su 
misma  versión,  instruie  que  aunque  por  si  solo,  tiene  valor  de  las  que  hoy 
llamamos  cláusulas    Lo  propio  se  nota  en  solos  los  cuatro  siguientes 


r^t^^ 


asentados  por  F.  Martin  del  Castillo,  pag.  329  de  su  Gramática  Hebrea 
por  Syro-caldeos,  y  en  los  cuales  se  contiene  la  salutación  Angélica,  ex- 
presada por  el  mismo  escritor  en  los  Idiomas  Syro-caldeo,  y  Latino,  y 
equivalente  á  nuestro  Castellano  siguiente:  "La  paz  sea  contigo  Maria 
"mui  por  menor  graciosa;  el  Señor  es  contigo,  bendita  tu  entre  las  muge- 
"res,  porque  tu  hijo  es  el  salvador  de  las  Almas."  Son  muchos  los  Idio- 
mas de  América,  y  asi  no  seria  inútil  expresar  también  su  contexto  Syro- 
caldeo  "xelaon  lech  Mariam,  rehimtha;  adohonat  tismmech,  berichth  at 
"at  binxe,  ere  at  telidth  phanoka  denaphxathan." 

Aun  cuando  el  carácter  permanente  en  tan  insigne  Imagen  hubiese  sido 
solo,  y  no  acompañado  de  otros  en  lugar  inmutado  por  la  profanación  que 
referia  el  desuelle  de  la  Teteunintian,  es  otra  comprovacion  de  su  valor, 
la  figura  presentada  en  donde  el  se  halla.  El  escritor  de  la  Maravilla,  lo 
advirtió  "sobre  el  pie  derecho  á  poca  distancia  en  el  Canon  principal  que 
"descansa  sobre  el,  en  una  quiebra  que  haze"  cuando  poco  antes  descri- 
biendo la  túnica  abrochada  desde  el  Cuello,  relacionaba  "y  desde  aqui  le 
"fluie  hasta  las  sagradas  plantas,  en  donde  ayrosamente  descansa,  des- 
prendiéndose un  extremo,  que  recibe  el  Ángel,  como  después  veremos.'' 
A  este  lo  notaba  diciendo:  "tiene  inclinada  la  caveza  sobre  el  lado  izquier- 
"do  .  .  .  Y  dixe  hablando  de  nuestra  Señora  que  por  este  lado  se  le  des- 
prende la  fimbria  de  la  túnica,  y  por  el  derecho  la  del  Manto,  y  de  ellos  dos 
"extremos  está  asido  el  hermoso  Atlante,  cargado  sobre  su  caveza."  Sien- 
do esta,  symbólica  de  la  memoria,  como  la  instruien  las  costumbres  nacio- 
nales, y  los  Monumentos  ahora  hallados,  y  examinados  por  el  Idioma  de 
ellos  mismos,  y  su  cumbre  cnaitl,  común  á  las  de  serranías;  y  el  que  se  ha 
tratado  de  Ángel,  de  la  infancia  educada  en  la  Ley-Cristiana,  con  el  vuelo 
ó  rapidez  que  manifiestan  sus  Alas,  y  en  vida,  ó  antes  de  incurrir  en  efecto 
la  inmaculada  Señora  en  la  pena  de  muerte  impuesta  por  Dios  á  todo  el 
Género  humano:  resulta  recordada  como  Maestra  de  aquellos  sus  discípu- 
los ó  á  configuración  pues  del  adoro  comprensivo  de  tal  carácter  oriental, 
resulta  ser  la  de  los  antiguos  Libros  ó  Rollos,  de  la  escritura  santa,  seme- 
jantes á  los  Diplomas  Romanos,  y  á  la  Halda  de  la  serranía  de  nuestro 
Norte  en  el  lugar  donde  á  su  pie  ebtán  los  collados  de  Tepeyacac  y  en  cor- 
te común  al  del  Almayzal,  distinguido  en  el  Diccionario,  por  nectiakimi- 
¿otoni,  siendo  su  compuesto,  el  que  enbuelbe  kimiloloni,  la  cumbre  cuaitl, 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XV u i 

278 

de  la  diligente  uel,  esto  es,  la  ciencia  de  la  misma  sagrada  Señora,  y  tam- 
bién las  cumbres  de  serranías,  donde  tuvo  su  primitivo  culto  entre  estas 
Naciones. 

Instruiendo  el  distintivo  Nacional  del  Symbólico  Almayzal  figurado  en 
esta  admirable  Imagen  su  ocultación  en  cumbre;  y  el  primer  Monumento 
hallado,  las  calamidades,  y  entre  ellas  la  de  la  Guerra,  envuelta  en  las  tra- 
diciones Alegóricas,  por  comenzada  con  la  Apostasía,  que  ocasionó  el 
tratamiento  á  Jesu  Cristo  crucificado,  de  Dios,  ó  Señor  de  la  Guerra,  para 
la  qual  avian  antes  elegido  estas  Naciones,  por  medianera  á  su  inmaculada 
Madre,  contra  cuio  portentoso  simulacro  se  enfurecieron  después  por  ins- 
tigación diabólica:  es  también  conforme  el  recuerdo  de  las  verdades  con- 
tenidas en  la  escritura  sagrada,  á  la  symbólica  envoltura  de  la  propia  se- 
rranía como  uno  de  los  prodigios  obrados  al  tiempo  que  se  estampó  en  tan 
antiguo  Lienzo. 

Aquel  facultativo  en  pintura  lo  calificó  falto  de  Aparejo,  fundándose 
no  solamente  en  la  declaración  solemnemente  juramentada  de  los  Pintores 
del  Año  mil  seiscientos  sesenta  y  seis,  que  lo  vieron  por  el  envés  y  trans- 
portados en  él  todos  los  colores  de  la  Santa  Imagen  que  se  admiran  en  el 
haz,  sino  también  en  averio  el  mismo  observado  muchas  ocasiones,  que 
citó  uno  de  sus  comprofesores  aprobantes  por  una  pequeña  hendidura, 
como  de  dos,  ó  tres  dedos  entre  las  dos  láminas  de  plata,  que  cuando  sa- 
có repetidas  copias  de  su  original,  ya  cubrían  el  respaldo.  Por  ei  experi- 
mento que  sin  estorbo  del  Lienzo,  veia  con  claridad  y  distinción  los  objetos 
que  estaban  de  la  otra  parte;  y  si  tuviera  aparejo,  impediría,  el  paso  á  la 
vista  la  interposición  de  la  pintura  entro  los  ojos  y  el  objeto.  Después  que 
asentaba  esto  en  su  §  III,  en  que  también  advertía,  que  si  alguno  se  ha 
engañado  en  juzgarlo  aparejado,  ha  tenido  su  equívoco,  fundamento  en 
otra  no  vulgar  singularidad  de  esta  pintura,  que  también  engañó  á  primera 
vista  al  que  lo  notó:  observa  en  el  §  V  que  según  parece,  están  la  caveza 
y  manos  al  oleo  la  túnica  y  el  Ángel  con  las  nubes  que  le  sirven  de  orla, 
al  temple:  el  Manto  de  aguazo:  y  el  campo  sobre  que  caen  y  terminan  los 
Rayos,  se  persibe  como  de  pintura  labrada  al  temple. 

También  admiraba,  que  siendo  estas  especies  tan  distintas  en  su  prác- 
tica, que  cada  uno  requiere  diversa  disposición,  y  Aparejo,  no  se  encuen- 
tre alguno  en  este  Lienzo;  y  por  ello  quedó  persuadido  á  ser  sobrenatural 
su  Pintura.  Porque  la  al  oleo  se  executa  en  virtud  de  Azeytes  desecantes, 
con  unión,  firmeza,  y  hermosura,  para  lo  que  ha  de  anteceder  aparejo:  la 
al  temple  usa  de  colores  de  todas  especies,  con  goma,  cola  ó  semejantes: 
la  de  Aguazo,  se  executa  sobre  Lienzo  blanco  y  delgado,  y  su  disposición 
es  humedecerlo  por  el  reverso,  sirviendo  para  los  claros  de  lo  que  se  a  de 
pintar,  el  mismo  que  da  la  tela:  y  la  labrada  al  temple  obra  empastando 
y  cubriendo  en  el  mismo  hecho  de  pintura  la  superficie,  y  pide  que  la  ma- 
teria en  que  se  pinta,  sea  firme  y  sólida,  como  Tabla,  Pared,  etc.,  porque 


BIBLIOGRAFÍA  MEXICANA  DEL  SIGLO  XVII I. 
279 

de  ser  como  la  del  Lienzo  de  esta  sagrada  Imagen,  las  despediría  lo  mui 
pastoso  y  cargado  de  colores.* Y  de  este  último  estylo  de  pintura,  enten- 
dió el  propio  facultativo,  nacido  el  equívoco  que  él  también  padeció  en 
averie  parecido  aparejado  el  Lienzo. 

Si  este  juicio  discretivo  y  fundado  pormenor  en  las  cuatro  clases  de  pin- 
tura aparente  en  esta  singular,  se  coteja  con  la  expresión  de  los  que  pa- 
gina 8,  de  la  titulada  Pieza  num.  2?  del  Manifiesto,  ú  opúsculo,  pregunta- 
dos sin  solemnidad  "¿si  les  parece  que  el  Ayate  tiene  aparejo  suficiente 
"en  todas  las  partes  para  mantener  esta  pintura  sin  que  sus  colores  se  trans- 
portasen ó  rechupasen  por  el  revés?,  digeron  que  si''  resulta,  no  sola- 
mente aquella  ilusión  óptica,  sino  también  que  para  tal  afirmativa  le  avia 
de  aver  visto  el  Lienzo  por  el  envés,  lo  que  no  consta  que  hizieron.  Pero 
preguntado  á  continuación  "¿si  supuestas  las  reglas  de  su  facultad,  y  pres- 
cindiendo de  toda  pasión  ó  empeño,  tienen  por  milagrosamente  pintada 
"esta  Santa  Imagen?  respondieron  que  sí,  en  cuanto  á  lo  sustancial  y  pri- 
mitivo, que  consideran  en  nuestra  Santa  Imagen;  pero  no  en  cuanto  á 
"ciertos  retoques  y  rasgos  que  sin  dexar  duda,  demuestran  aver  sido  exe- 
"cutados  posteriormente  por  manos  atrevidas."  La  pregunta  suponiendo 
tácitamente  el  aver  pensado  algunos,  que  antes  se  ha  tenido  pasión,  ó  em- 
peño en  persuadir  por  milagrosa  á  esta  pintura,  también  supone,  en  los 
preguntados  las  reglas  de  su  facultad;  que  es  lo  mismo  que  juzgarlas  bas- 
tantes para  calificarla,  un  punto  de  tan  difícil,  ó  realmente  imposible  ave- 
riguación por  solas  aquellas  reglas.  Nadie  dudará  que  en  esto  se  tomó  un 
medio,  por  el  cual  se  intentó  persuadir  suficiente  conocimiento  en  los  ca 
lificadores,  con  solo  ser  examinados  en  su  facultad.  Aun  siendo  de  gran 
crédito  en  ella  el  escritor  de  la  Maravilla,  necesitó  su  juicio  explicativo  ser 
aprobado  por  aquellos  a  quienes  sus  obras  en  la  misma  facultad,  les  hizie 
ron  de  la  mayor  opinión. 

Aun  quando  los  respondentes  ahora  huvieran  sido  de  los  más  diestros,  y 
atinados  en  la  práctica  de  Pintura,  y  con  la  instrucción  necesaria  en  la  His- 
toria de  costumbres  y  trages  nacionales,  y  en  la  representada  con  el  Si- 
mulacro que  pretendían  examinar;  todavía  su  calificación  no  fundada, 
quedaría  con  sola  autoridad  extrínseca,  mui  distante  de  un  convencimiento 
demostrativo  de  la  verdad  que  era  el  que  se  intentaba  en  aquel  Manifies- 
to. ¿Porque  no  se  asentaron  los  motivos,  que  les  hizieron  considerar  mi- 
lagrosa esta  Pintura  en  lo  substancial  y  primitivo?  Lo  cierto  es,  que  esos 
retoques  y  rasgos,  advertidos  también  por  otros  facultativos,  son  los  que 
tienen  aparejo,  y  este  pensaron  aquellos  de  la  respuesta,  que  se  extendió 
á  todo  el  Lienzo.  Pero  su  inspección  por  el  respaldo;  lo  raido  de  él  por 
el  haz;  la  vista  como  bosquexada,  que  á  distancia  competente  presenta  la 
sagrada  Imagen,  cuando  queda  competente  ó  confundida  en  la  cercana: 
la  antiquísima  nacional  tradición  del  original  que  en  ella  se  estampó,  con- 
fesando hoy  los  facultativos  su  ignorancia  del  Arte  con  que  pudiera  figu- 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

280 

rarse,  como  tan  distante  y  ageno  del  que  se  nota  en  esta  Pintura:  y  la 
Alegoría  también  tradicional  del  desuelle  cíe  la  Doncella,  equivocada  en 
hija,  del  Señor,  ó  Padre  de  Culuacan,  con  el  carácter  permanente  syrocal- 
deo  en  tan  raro  simulacro,  descubren  la  causa  motiva  en  los  primeros  es- 
pañoles que  lo  vieron,  para  averio  resanado  en  los  lugares  lastimados. 

Ella  se  atribuiría  entonces  á  sola  antigüedad,  como  se  entiende  hoy  de 
la  también  Insigne  de  los  Remedios,  que  aun  siendo  de  escultura  no  ad- 
mite en  su  Sagrado  Rostro  imprimación  alguna,  hallándose  también  tan 
desfigurada,  y  también  ignorado  su  origen.  Su  invención  debajo  de  un 
Maguey,  fué  la  averiguada  en  el  Siglo  dézimo  sexto,  y  su  hiztoria  es- 
crita en  él,  por  los  cronistas  de  las  Provincias  de  N.a  S.a  de  la  Merced,  y 
de  S  Augustin,  de  quienes  la  extractó  el  Religioso  P.  Francisco  de  Flo- 
rencia en  peculiar  tratado  que  publicó,  año  mil  seiscientos  ochenta  y  cinco. 
El  mismo  extractador,  que  el  §  i°  de  su  Io  cap.0  ponia  por  Rubro:  "Lo 
cierto  de  sus  noticias  por  "tradición"  creveteaba  al  Margen  de  su  núm.°  2 
"descuido  en  escribir  el  origen  de  esta  Santa  Imagen"  y  asentaba  en  el 
propio  número,  "de  su  origen,  tenemos  poco  en  las  historias  antiguas  de 
"aqueste  Reino:  poique  á  los  principios  de  la  conquista  mas  se  ocuparon 
"los  españoles  en  ganar,  que  en  escribir;  y  los  Religiosos,  y  eclesiásticos, 
"q.e  debieran  asegurar  por  escrito  las  notizias  desta  Bendita  Imagen,  y  de 
"la  de  N.  Señora  de  Guadalupe,  como  las  vian  también  impresas  en  los 
"corazones  Mexicanos,  acaso  se  persuadieron,  que  sobraban  los  escritos, 
"quando  podia  testificar  la  evidencia  ocular  las  Maravillas,  que  vian  y  go- 
"zaban:  como  si  los  primeros  que  las  testificaban  de  vista,  fuessen  eter- 
"nos,  y  los  que  les  sucedían,  y  de  ellos  las  oyeron,  no  pudiesen  olvidarse, 
"  de  lo  que  sabian  de  oidas.  Pero  no  hay  que  lamentar  este  accidente  en  las 
"Imágenes  milagrosas  de  aqueste  Reino,  y  particular  en  esta  de  los  Re- 
"medios;  pues  como  prueba  mui  bien  el  erudito  P.  Fr.y  Luis  de  Cisneros 
"lib.  1,  cap.  4,  es  común  á  los  mas  célebres  Santuarios  de  la  Europa:  que- 
riendo N.  Señor,  á  lo  que  podemos  entender  enseñarnos,  que  basta  y  so- 
"bra  tradición  continuada  de  padres,  á  hijos,  para  que  demos  entero  cré- 
"dito  alas  maravillas  de  las  Imágenes  de  su  Madre,  siendo  ella  voces  y 
"palabras  que  nos  están  diciendo  que  no  puede  ser  falso  el  origen,  que 
"funda  en  tan  notorios  Milagros  (dice  S.  Agustin  trat.  24  sobre  S.  Juan) 
"lo  que  nos  hablen:  tienen  en  verdad,  si  se  entiendan,  su  lengua". 

Por  la  difícil  inteligencia  de  ellos,  como  supone  esta  sentencia  de  tan  sa- 
bio y  Santo  Doctor,  y  no  por  descuido  de  averiguaciones  en  el  Siglo  Dé- 
zimo  sexto  acerca  de  los  extraños  y  repentinos  descubrimientos  de  estas  y 
otras  antiquísimas  Imágenes,  no  se  conoció  desde  entonces  el  origen  pri- 
mero de  las  mismas,  q.e  manifiestan  las  alegorías  nacionales,  y  los  Monu- 
mentos de  los  lugares  de  su  invención  en  el  propio  siglo,  anotados  por  los 
portentos  obrados  en  ellos  desde  el  primero  de  la  era  Cristiana.  El  extrac- 
tador del  que  se  dio  á  la  insigne  de  los  Remedios,  continuaba  la  tradición 


BIBLIOGRAFÍA  mexicana  DEL  SIGLO  XV 111. 
281 

con  tal  rezelo,  que  prevenía,  y  con  razón,  que  esta  como- la  de  otros  San- 
tuarios, puede  ser  invariable,  y  cierta  en  la  substancia,  y  probable  y  con- 
trovertible, en  los  accidentes.  Referia  aver  estado  en  el  antiguo  Pueblo, 
nombrado  de  S.  Juan,  situado  al  Poniente  de  la  Hermita  de  Nf-  Señora, 
como  dos  tiros  de  piedra.  Donde  nació  D.  Juan,  Indio,  principal,  llamado 
en  su  paganismo  Ce  Cuautli,  o  Águila,  y  por  sobre  nombre  después  de 
Cristiano,  Tobar:  que  fue  uno  de  los  que  vieron  con  sus  ojos,  como  el  mis- 
mo lo  testificó,  á  la  Santísima  Virgen  en  la  forma  de  la  Imagen  que  halló 
después,  echando  á  puños  tierra  en  los  ojos  á  los  Mexicanos  que  venian  en 
alcanze  de  los  españoles,  desde  un  torreoncillo  que  estaba  en  lo  alto  de  un 
templo  del  Pueblo  llamado  Otoncapulco  donde  esta  la  Iglesia  del  Santua- 
rio, y  adonde  para  defenderse  de  la  multitud  de  sus  enemigos,  se  avian 
empeñolado  Cortes,  y  los  suyos:  que  vio  también  al  lado  de  la  Señora  un 
Caballero  armado  sobre  un  Caballo  blanco,  que  hazía  gran  matanza  en  los 
Indios,  y  según  las  señas,  fue  Santiago;  Todo  lo  cual  está  de  antigua  pin- 
tura en  la  Iglesia  del  propio  Santuario. 

Que  todas  las  vezes  que  D.  Juan  de  Tovar  para  venir  á  Tlacupan,  en- 
tonces cavezera  de  su  doctrina,  pasava  por  el  alto  de  Otoncapulco,  camino 
forzoso,  veia  á  la  Señora  allí,  resplandeciente,  y  hermosa,  convidándole  á 
que  la  vuscase  en  aquel  sitio:  todo  lo  cual  comunicó  á  los  religiosos  Fran- 
ciscanos de  Tlacupan,  quienes  como  prudentes  no  le  dieron  asenso,  hasta 
que  un  dia  trabajando  el  propio  D.  Juan  con  los  Plebeyos  en  esa  Iglesia 
Parroquial  al  subir  un  pilar,  le  caió,  dexandole  como  muerto,  pues  aunque 
veia,  le  sepultaban  sin  esperanza  de  vida,  y  llevado  á  su  casa,  donde  se  le 
administraron  los  Santos  óleos,  como  ya  imposibilitado  para  otros  sacra- 
mentos, á  la  media  noche  se  le  apareció  la  Virgen  en  la  forma  resplande- 
ciente mas  que  otras  vezes,  y  dándole  una  peltrina,  ó  cinta,  le  mandó  que 
se  la  ciñese,  lo  que  cumpliendo,  quedó  sano  y  sin  lesión,  de  manera  á  que  la 
mañana  siguiente  fué  á  pie  desde  su  Pueblo,  que  aquel  escritor  refería  dis- 
tante mas  de  una  legua,  á  Tlacupan  á  trabajar  la  obra:  y  que  después  en 
una  tarde  en  que  avia  suvido  á  lo  alto  de  aquel  templo  de  Otoncapulco, 
encontró  allí  á  la  Imagen  de  la  Señora  que  se  le  avía  representado,  arro- 
jada debajo  de  un  Maguey  y  la  llevó  á  su  casa,  donde  la  tuvo  de  diez  á 
doze  años,  en  cuio  espacio  se  le  ausentaba,  y  la  hallaba  en  el  lugar  de  la 
vez  primera. 

Sobre  esta  tradición,  aunque  invariable  en  cuanto  á  los  prodigios  obra- 
dos con  el  inventor  de  tan  insigne  Imagen,  hallada  en  el  año  mil  quinien- 
tos y  cuarenta,  según  cómputo  de  F.  Luis  de  Cisneros,  cronista  de  la  Pro- 
vincia de  N?  S?  de  la  Merced  lib.  1?,  cap.  8?  ocurren  las  siguientes  reflexio- 
nes, tocantes  á  su  antiquísimo  origen.  Primero  que  el  mismo  Religioso 
Florencia,  lo  conocía  tan  dudoso,  que  poniendo  por  Rubro  á  su  segundo 
Capítulo  "de  lo  que  en  el  origen  de  esta  Santa  Imagen  es  solo  conjetura- 
''ble  por  discursos  probables"  se  explicaba  en  el  de  este  modo  "atenta  la 

36 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 


"verdad  cierta  de  la  invención  de  la  milagrosa  Virgen  de  nuestra  Señora 
"de  los  Remedios,  que  en  su  Santuario  adoramos,  importa  poco  que  no 
"sepamos  de  cierto,  quien  la  puso  en  aquel  parage,  donde  se  halla,  de  que 
"modo  se  puso?  De  donde  vino?  Nilo  demás  que  la  piadosa  curiosidad  in- 
"vestiga  de  ella?  estas  circunstancias  basta  discurrirlas  como  posibles,  para 
"asentir  á  ellas  probablemente;  sin  que  la  contingencia  de  ser,  ó  no  ser  así 
"hecho,  sea  perjudicial  á  la  substancia  de  la  verdad  principal,  en  que  es- 
"triva  el  crédito  del  asenso."  Es  cierto,  que  este  escritor  según  sus  Cláu- 
sulas, solo  atendía  á  la  certidumbre  de  la  invención  ó  descubrimiento  de 
la  Virgen  aunque  no  por  eso,  puede  calificarse  de  sola  piadosa  curiosidad 
el  conocimiento  del  tiempo  y  lugar  de  donde  vino,  como  que  estas  dos 
esenciales  circunstancias  envuelven  un  punto  de  tanta  importancia,  como 
rl  de  manifestación  del  tiempo  en  que  se  estableció  la  adoración  de  las  sa- 
gradas Imágenes. 

Continuaba  refiriendo  la  congetura  introducida,  de  aver  sido  la  que  hizo 
colocar  en  el  Adoratorio  de  México  D.  Fernando  Cortez  antes  de  su  fuga 
de  esta  Ciudad,  á  la  qual  acometieron  los  Mexicanos,  juzgándola  defenso- 
ra de  los  españoles,  vencedores,  é  intentaron  derrivarla  ya  con  las  cuerdas 
de  los  Arcos  ya  con  maromas,  a  las  cuales  se  les  apegaban  á  unos  las  ma- 
nos, á  otros  se  les  entorpecían  los  brazos,  y  á  otros  se  les  entumían  las  pier- 
nas, y  caian  por  las  gradas,  según  la  relación  del  cap.  69,  lib.  4?  de  la  Mo- 
narquía, aviéndose  asentado  en  el  63  del  propio  lib.  otro  prodigio  Anterior 
que  obró  la  Madre  de  Dios  por  medio  de  su  Imagen  á  pocos  dias  de  su  co- 
locación en  el  Adoratorio,  en  que  vinieron  ante  el  propio  Conquistador 
muchos  Indios  cargados  de  cañas  ó  mazorcas  secas  de  Mayz,  quexándose 
de  que  por  aver  este  con  los  españoles  despreciando  á  los  Dioses  de  aque- 
llos, y  puesto  en  su  lugar  á  los  de  estos,  ó  aquella  Imagen  acompañada  de 
un  Crucifixo,  no  avia  llovido,  y  perecerían  de  hambre;  a  que  respondió  el 
conquistador,  de  hoy  á  mañana  lloverá,  y  tendréis  el  mejor  año,  pues  yo 
y  mis  compañeros  pedimos  á  la  Señora,  cuia  Imagen  está  en  el  templo,  lo 
alcance  de  su  hijo  todo  poderoso  cuya  es  la  otra  Imagen;  y  que  llamando 
separadamente  á  sus  Españoles,  y  manifestándoles  el  empeño  en  que  se 
hallaba  les  exhortó  á  oración,  dolor  de  las  culpas,  y  reconciliación  de  ren- 
cores si  los  hubiere  entre  ellos,  con  lo  que  y  aver  el  siguiente  dia  comul- 
gado Cortes  y  otros  Capitanes  con  feé  y  confianza,  y  celebrándose  el  sa- 
crificio de  la  Misa  en  el  templo,  antes  que  baxasen  de  el,  y  hallándose  el 
Cielo  sereno,  se  comenzó  á  cubrir  el  cerro  donde  después  apareció  N*  S^ 
de  Guadalupe,  de  una  espeso  nublado  descargando  tanta  agua,  que  con 
estar  el  alojamiento  de  los  españoles  tan  cercano  al  templo,  llegaron  á  aquel 
mojados  continuando  después  las  lluvias  de  manera  que  fué  mu  i  grande  la 
cosecha  en  el  año. 

Relacionó  también  el  Religioso  á  Florencia,  la  congetura  de  que  á  la 
Imagen  de  los  Remedios,  traxo  Juan  Rodríguez  de  Villafuerte,  uno  de  los 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XV II i. 
283 

treze  Capitanes  de  los  vergantines,  porque  Fr.  Luis  de-Cisneros,  cap.  6, 
lib.  1?,  leió  en  uno  de  los  anales  manuscritos  por  uno  de  los  conquistado- 
res, aver  cometido  Cortez  á  aquel  Capitán  que  hiziese  casa  á  N?  S:.1  de  los 
Remedios  quando  derrocó  los  ídolos  del  Adoratorio  de  México,  enten- 
diéndole por  frase  de  que  la  colocase  allí,  como  que  hasta  el  Año  mil  qui- 
nientos setenta  y  quatro  en  que  el  Cabildo  de  esta  Nobilísima  Ciudad  ad- 
vocó en  sí  el  Patronato  del  Santuario  de  los  Remedios,  no  lo  edificó  la 
misma:  y  q.e  la  Imagen  que  traxo  aquel  Capitán,  se  la  dio  un  hermano 
suyo,  antes  soldado  en  Guerras  de  Italia  y  Alemania,  de  las  que  le  avía 
sacado  con  felicidad,  para  que  saliese  también  con  ella,  de  las  que  se  le  es- 
peraban á  Juan  de  Villafuerte  en  estas  peligrosas  Regiones. 

La  segunda  reflexión  que  ocurre  sobre  todas  estas  memorias  tocantes  al 
origen  de  la  Insigne  Imagen  de  los  Remedios,  es  que  el  mismo  que  las  men- 
cionaba ese  después  de  asentado  que  preguntados,  sesenta  y  cinco  y  mas 
años  antes  del  ingreso  del  Religioso  Florencia  (que  es  lo  mismo  que  antes 
del  Mil  seiscientos  veinte)  Indios  antiguos  y  españoles  que  vivían  en  el  dis- 
trito de  los  Remedios,  de  los  quales  unos  alcanzaron  al  Cazique  D.  Juan 
y  le  comunicaron;  y  otros  á  los  que  le  conocieron  y  comunicaron;  y  con- 
sultadas historias  antiguas  impresas  y  manuscritas,  y  los  Archivos  de  la 
Ciudad  y  memorias  del  Santuario,  y  en  particular  la  testificación  de  D? 
Ana  de  Tovar,  hija  de  aquel  Cazique,  no  le  pudo  sacar  cosa  cierta  y  ave- 
riguada, sino  solo  congetural,  y  no  repugnante  de  ellos.  Es  tercera  refle- 
xión, que  aun  en  tiempo  del  extractador  de  las  memorias  de  este  origen, 
no  todos  asen  traer  (sic)  á  él,  pues  en  su  número  36  asentó  "fácilmente 
"me  desenbarazava  de  la  obgecion  de  los  que  dizen  que  la  Imagen  de  N? 
"Señora,  que  estubo  en  el  Adoratorio  del  templo  de  la  Plaza  de  México, 
"no  es  la  que  hoi  tenemos  en  el  Santuario  de  los  Remedios,  sino  la  que 
"se  tiene  y  venera  en  el  Templo  de  S.  Francisco  de  la  Puebla,  con  nom- 
"bre  de  la  Conquistadora.''  Esto  intentava  desvanecer  con  dos  razones, 
siendo  la  una  que  aquella  se  venera  en  el  mencionado  Templo  desde  la 
íundacion  de  su  Convento  en  el  Año  mil  quinientos  y  treinta;  y  la  otra 
con  la  cita  del  cap.  3?  lib.  3?  de  la  Monarquía,  en  que  su  escritor  (á  quien 
supone  instruido  en  las  cosas  de  su  orden,  como  Provincial  que  fué  de  ella) 
asentó  "en  esta  dicha  Iglesia  está  también  la  Imagen  de  N?  S?  que  llaman 
"la  Conquistadora,  que  dizen  los  antiguos,  que  la  trageron  los  primeros, 
"que  vinieron  de  España,  á  la  cual  hallaron  favorable  en  diversas  ocasio- 
"nes"  y  el  Religioso  Florencia  entendía  con  fundamento  por  primeros  á 
los  misioneros  Franciscanos  según  el  estylo  del  de  la  Monarquía. 

La  cuarta  reflexión,  es  que,  con  no  aver  sido  aquella,  todavía  no  se  iden- 
tificaba la  del  Santuario  de  los  Remedios,  con  la  que  primero  se  colocó  en 
el  Adoratorio  de  México  bajo  el  mismo  renombre.  Este,  naturalmente, 
debia  extenderse  también  á  la  de  cuia  antigüedad  se  trata,  tanto  por  la  re- 
pentina sanidad  con  que  se  asintió  á  la  relación  de  D.  J  uan  de  Tovar  cuanto 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

284 

por  la  semejanza  de  su  configuración,  y  adorno.  Como  los  distintivos  idio- 
máticos,  una  vez  entendidos  advierten  el  estylo  de  la  Historia  antigua:  y 
sus  acordes  monumentos,  permanentes,  son  testigos  vivos  de  ella  para  las 
generaciones  y  no  uno  ú  otro  individuo  de  mui  corta  vida;  aviéndola  tra- 
tado, desde  luego  por  esta  consideración  un  sabio,  aunque  Gentil  como 
Cicerón  Lib.  2?  de  Oratoria,  n.  36  de  "testigo  de  los  tiempos,  luz  de  la 
"verdad,  vida  de  la  memoria,  Maestra  de  la  vida  y  correo  de  la  antigüe- 
"dad;"  no  es  de  extrañar,  que  se  fundare  en  solos  testigos,  y  mucho  mas 
de  oidas,  y  sin  relaciones  á  alguna  permanente,  indefectible  y  adequa  se- 
ñal, origine  confusión,  según  se  nota  en  la  información  recivida  en  el  año 
mil  quinientos  ochenta  y  dos,  de  que  resultó,  que  aquella  Imagen  de  al- 
tura de  un  codo  y  distinguida  por  la  Conquistadora,  está  en  este  Reyno 
desde  el  día  (1)  diez  y  nueve  del  propio  siglo,  y  que  la  endonó  Hernán 
Cortez  á  un  Indio  de  Tlascala,  como  escribía  el  Religioso  Juan  Antonio 
de  Oviedo,  en  su  Zodiaco  Mariano,  en  mil  seiscientos  cincuenta  y  cinco, 
pag.  154.  Aquella  memoria  de  tal  donación,  la  resultan  de  la  colocada  en 
el  Adoratorio  de  México,  la  señal  que  conservan  la  que  ya  se  asentaría  el 
tiempo  y  lugar  donde  aquel  conquistador  con  los  dias  consecutivos  á  su 
nocturna  fuga  de  esta  ciudad  se  acogió:  su  permanencia  hasta  mediado  el 
siglo  actual  en  el  inmediato  vecino  al  propio  lugar;  y  la  pintura  del  Re- 
ligioso que  la  restauró  (2). 

El  compilador  de  la  prodigiosa  historia  de  los  Remedios,  pretendía  tam- 
bién identificar  esta  Imagen  con  la  que  el  conquistador  hizo  colocar  en  el 
Adoratorio,  porque  por  medio  de  aquella  consiguió  la  lluvia  y  han  sido 
frecuentes  las  que  el  Todopoderoso  ha  concedido  por  la  de  los  Remedios. 
Pero  como  aun  antes  de  la  conquista  se  conservaba  alegorizado  el  patro- 
cinio de  la  Madre  de  Dios  por  las  súplicas  inmediatas  desde  su  inmacula- 
da vida,  tratada  de  Chalchiüitlicue,  para  aquel  beneficio  es  mas  claro  el 
resultado  de  que  muchas  de  las  insignes  Imágenes  de  origen  inaverigua- 
do, que  hasta  hoy  veneramos,  y  entre  las  mismas,  la  de  los  Remedios,  son 
del  Siglo  de  la  era  Cristiana.  Esta  verdad  contraída  á  la  propia  Sagrada 
Imagen,  semejante  á  la  que  con  demostración  de  singular  aprecio,  conser- 
van los  naturales  de  aquel  Pueblo  Cacalotenanco,  la  comprueban  los  Mo- 
numentos de  su  comarca,  anotados  por  este  Idioma.  La  figura  parabólica 
de  extraño  silon  (sic)  peñascoso  existente  en  la  basa  Oriental  de  la  Cor- 
dillera de  Tlaltenancoy  en  la  qual  se  encontró  aquella  Imagen  del  Bautista 
S.  Juan,  está  declarando  que  fué  antigua  cumbre  de  la  misma  serranía; 
como  tanbien  instruie  algunas  de  las  anotaciones  de  su  restante  cordillera 
septentrional  respecto  del  mismo  Peñón.  La  predicación  del  Bautista  en 
la  propia,  conservándose  en  Población  la  mas  cercana  á  tal  Monumento 

(1)  Léase:  desde  el  año  diez  y  nueve;  etc. 

(2)  No  se  puede  restablecer  el  sentido  en  todo  este  párrafo,  porque  en  el  original  deben  fal- 
tar algunas  palabras. 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

285 

hasta  el  symbolo  de  la  tradición,  el  qual  consiste  con  el  que  se  usó  en  el 
segundo  peñasco  ahora  excavado,  para  determinación  de  la  Data  de  la 
era  nacional  con  respecto  á  la  de  Creación,  y  así  misino  con  anotación 
igualmente  inmemorial  de  otro  Poblado  al  Norte  de  aquel  y  en  la  propia 
cordillera  occidental  de  este  valle. 

Existe  el  parabólico  Señor,  separado  de  la  colina  donde  se  halla  el  San- 
tuario, y  en  el  de  ambos  los  vestigios  del  Pueblo  de  S.  Juan,  vecindario 
que  fué  de  aquel  D.  Juan  de  Tovar,  siendo  también  notable  igual  Adora- 
ción en  tal  vecindario,  á  la  que  se  dio  por  los  primeros  Misioneros  al  de 
Tiankismanalco,  según  las  relaciones  del  siglo  dézimo  sexto.  No  conser- 
varon altas  (sic)  la  anotación  nacional  del  Pueblo  al  pie  de  este  Peñón, 
sino  en  motivo  del  derrotero  de  los  Españoles  desde  su  nocturna  fuga  de 
esta  ciudad  en  Junio  de  mil  quinientos  y  veinte:  Tratándose  de  ella,  y  de  su 
mañana  consecutiva,  se  refiere  cap.  72,  lib.  4,  de  la  Monarquía  "seria  ya 
"salido  el  sol  quando  tomaron  un  pequeño  templo  llamado  Otoncalpulco, 
"y  en  este  trecho  según  dice  Fray  Bernardino  de  Sahagun,  mataron  los 
"Indios  enemigos  á  los  hijos  de  Motecuhfoman,  que  yuan  guiando  á  los  Es- 
apañóles.  Llegados  á  este  lugarejo  parece  que  milagrosamente  nuestro 
"Señor  Dios  mouio  los  de  un  Pueblo,  que  estaua  allí  cerca,  que  se  llamaua 
"  Teocalhuiacan,  como  otros  de  otro  llamado  Tliliuliquitepec,  que  eran  oto- 
"mies  de  Tlaxalla,  los  quales  están  poblados  entre  esta  nación  Mexicana, 
"y  tenían  muchos  amigos  Mexicanos  etc."  También  se  asentaba  en  el  pro- 
pio Capitulo  "tenia  el  templo  de  este  Pueblo  Otoncalpulco,  una  torre  en  un 
"alto  siendo  todo  el  campo  razo,  adonde  los  Cauallos  lanceauan  muchos 
"Indios  etc  .  .  .  .  Aeste  templo  llamaron  de  la  Victoria,  después  Nuestra 
"Señora  de  los  Remedios,"  conque  era  notorio  en  aquel  Siglo,  y  que  tal 
templo  se  dedicó  por  los  Españoles  á  la  Imagen  después  de  descubierta 
por  D.  Juan  de  Tovar,  á  los  veinte  años  de  aquella  fuga;  y  que  era  nota- 
blemente distinguido  por  su  torre. 

Que  no  estaba  en  colina,  formada  de  toba  ó  tepetlatl,  descubierta  des- 
pués de  afloxada  su  capa  terrea  y  robada  por  las  lluvias,  como  la  en  que 
se  halla  el  nuevo  santuario  construido  en  el  año  mil  quinientos  setenta  y 
cuatro,  porque  los  avecindados  en  aquella  comarca  veían,  la  víspera  y  día 
de  S.  Hipólito  Martyr,  anualmente,  luces,  resplandores,  flámulas,  gallar- 
detes, Iglesias  á  medio  hacer  por  mancebos  de  rostros  resplandecientes; 
sino  en  aquel  señor  (sic)  donde  se  acogió  el  exército  Español  a  la  maña- 
na consecutiva  de  la  noche  de  su  fuga,  y  el  cual  conserva  las  señales  de 
su  natural  escape  de  peñasquería  por  todos  sus  lados,  y  los  antiquísimas 
paredes  (vestigios  que  no  avia  en  la  colina  donde  esta  el  Santuario,)  lo 
instruie  claramente  la  relación  de  aquel  conquistador  pag.  144  de  su  His 
toria,  en  que  dixo  "y  llegué  a  la  dicha  Ciudad  de  Tacuba,  halle  toda  la 
"Gente  remolinada  en  una  Plaza,  que  no  sabian  donde  ir:  á  los  cuales  yo 
"di  priesa  que  se  saliesen  al  campo,  antes  que  se  recreciese  mas  Gente  en 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII 
286 

"la  dicha  Ciudad,  y  tomasen  las  azoteas,  por  que  nos  harían  desde  ellas  mu- 
"cho  daño,  e  los  que  llevaban  ia  delantera  digeron,  que  no  sabian  por  don- 
''de  habían  de  salir,  y  yo  los  hice  quedar  en  la  rezaga,  y  tomé  la  delantera 
"hasta  los  sacar  fuera  de  la  dicha  Ciudad,  y  esperé  en  unas  labranzas:  y 
"cuando  llego  la  rezaga,  supe,  que  avian  recibido  algún  daño,  que  avian 
"muerto  algunos  españoles,  y  Indios,  y  que  se  quedaba  por  el  Campo  y 
"el  Camino  mucho  oro  perdido,  lo  qual  los  Indios  cogian:  y  alli  estube, 
"hasta  que  paso  toda  la  Gente,  peleando  con  los  Indios:  en  tal  manera 
"que  los  detuve,  para  que  los  peones  tomassen  un  cerro,  donde  estaba  una 
''Torre,  y  Aposento  fuerte,  el  cual  tomaron  sin  recibir  ningún  daño,  por- 
"que  no  me  parti  de  alli,  ni  deje  pasar  los  contrarios,  hasta  aver  ellos  to- 
"mado  el  Cerro,  en  que  Dios  sabe  el  trabajo,  y  fatiga,  que  alli  se  recibió, 
"porque  ya  no  habia  Caballo,  de  veinte  y  cuatro  que  nos  habian  quedado, 
"que  pudiesse  correr,  ni  caballero  que  pudiese  alzar  el  brazo,  ni  Peón  sa- 
"110,  que  pudiese  menearse;  y  llegados  al  dicho  Aposento,  nos  fortalezi- 
"mos  en  él  y  alli  nos  cercaron  y  tubieron  cercados  hasta  la  noche,  sin  nos 
"dexar  descansar  una  hora:  en  este  desbarato  se  halló  por  copia,  que  mu- 
" rieron  ciento  y  cincuenta  españoles;  y  cuarenta  y  cinco  yeguas  y  Caba- 
dlos, y  mas  de  dos  mil  Indios,  que  servían  a  los  Españoles:  entte  los  cua- 
"les  mataron  ai  Hijo  y  hijas,  de  Muetezuma,  y  a  todos  los  otros  Señores 
"que  traiamos  presos." 

Después  se  refirió  aver  salido  de  allí  á  la  media  noche  ignorando  para 
donde  iba,  sin  mas  guia  que  un  Indio  de  los  que  llamó  de  Tescaltecal,  quien 
dixo  les  sacaría  á  su  tierra:  y  que  peleando  todo  el  siguiente  día.  sin  aver 
en  él  y  en  la  noche  anterior,  andado  mas  de  tres  leguas,  ya  cerca  de  la  de 
éste,  fué  Dios  servido  de  mostrarles  una  torre,  y  buen  Aposento  en  un  ce- 
rro, donde  también  se  hizieron  fuertes.  De  las  leguas  de  España,  no  hai 
m-as  de  tres,  reguladas  á  poco  mas  ó  menos,  desde  el  escampado  Peñón 
de  Otoncalpulco  hasta  el  Ceiro  donde  permanece  parte  de  la  antiquísima 
Iglesia  de  Teocalhuyacan,  lugares  ambos  de  situación  tan  opuesta  en  la 
historia  tradicional  de  la  Insigne  Imagen  de  los  Remedios;  como  ignora- 
dos sus  distintivos  nacionales,  y  por  ello  varias  las  congeturas  de  su  ori- 
gen, y  de  la  permanente  cinta  ó  correa  conque  la  Madre  de  Dios  sanó  á 
D.  Juan  de  Tovar.  El  distintivo  Otoncapulco,  instruie,  que  dentro  co  borró 
señal  anterior  ópalo  el  caminante  otoncatl,  el  cual  resulta  del  concurso  de 
tan  circunstanciados  Monumentos,  aver  sido  el  Bautista  quien  estrechó 
aquel  antiguo  camino  al  enseñar  la  Adoración  al  Infante  Jesús  que  tiene 
en  la  mano  su  inmaculada  Madre  y  á  cuio  simulacro  de  tan  portentosa  du- 
ración fabricó  después  el  Apóstol  de  estas  Gentes  en  el  propio  Peñón  su 
antiguo  Templo,  después  profanado,  ó  en  lugar  donde  materialmente  que- 
dó parabolizado  el  Camino  de  la  vida  recta  conforme  á  los  v.s  3  y  4  del 
cap.  3?  de  S.  Lucas,  quien  tratando  del  mismo  Bautista  rcfeiia,  "y  vino  á 
"•toda  la  Región  del  Jordán,  predicando  el  Bautismo  de  la  penitencia  para 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIll. 

287 

"perdón  de  los  pecados,  como  esta  escrito  en  el  libro  de  las  predicaciones 
"de  Isaías  Profeta:  la  voz  del  que  clama  en  el  desierto:  disponed  el  Ca- 
"mino  del  Señor:  haced  derechos  sus  caminos  estrechos".  Así  es  el  per- 
manente al  pié  de  aquel  Peñón,  estrecho  también  el  que  se  halla  entre  la 
basa  de  la  Cordillera  de  nuestro  Norte,  y  los  Collados  de  Cuatitlan  y  Te- 
peyacac;  y  el  situado  entre  la  mole  Deminyo.  Pero  aqui  ocurren  las  re- 
flexiones siguientes.  Que  explicándose  en  aquel  sagrado  evangelio  latino 
y  traducido  del  Hebreo,  al  Libro  de  las  Predicaciones,  por  Libro  de  pala- 
bras scrmonum,  en  el  Mexicano  es  común  la  expresión  Tlatolli  á  todo  Idio- 
ma, conservación,  y  predicación  sin  que  para  distinguirse  esta  última  sig- 
nificasion,  de  las  otras  dos  se  la  añada,  sino  el  distintivo  del  Señor  teotl, 
llamándose  por  esta  causa  á  la  doctrina  cristiana  Teotlatolle,  conversación, 
ó  Idioma,  tlatolli,  del  Señor  teotl;  y  anotando  el  frasismo  de  la  Plaza,  ó 
Mercado,  por  Tiankistlatlolle,  ó  conversación  tlatolli  de  la  Plaza  tiankistli; 
al  de  la  Plebe,  por  maseiiallatolli,  ó  Idioma  tlatolli  del  Plebeyo  masenalli, 
y  al  de  Gente  principal  tecpillatolli,  conversación  tlatolli,  de  Hidalgo  tec- 
pilli.  La  otra  reflecsion  que  es  tocante  al  frasismo  de  perdonar,  la  hizo  ya 
con  motivo  del  versículo  del  miserere,  dele  iniquitatem  meam,  y  tratando 
de  verbos  aplicativos  de  este  Idioma  del  Presbítero  D.  Joseph  Agustín  de 
Aldama  en  su  citada  Gramática  al  N°  275  asentando  "hay  algunos  que  no 
"parecen  verdaderos  aplicativos,  porque  su  significación  es  metaphórica; 
"y  parece  que  no  les  conviene  la  definición  del  N°  273  exemplo:  popoloa, 
"significa  (entre  otras  cossas  que  constan  del  vocavulario)  significa,  digo 
"borrar;  y  del  sale  este  2l^>\\c?J(\\o  popoUuúa,  (perdonar).  Lo  metaphórico 
"consiste  en  que  perdonar  es  como  borrar  la  culpa  al  ofensor  ó  delincuente. 
"No  porque  es  de  Indios  te  parezca  mal  dicha  metáphora:  que  la  mesma 
"es  ésta  dele  iniquitatem  meam  (borra,  esto  es,  perdona  mi  maldad". 

La  tercera  es  que  al  frente  Oriental  de  aquel  Señor,  á  corta  distancia  de 
él,  y  en  la  base  de  las  Colinas  tepetatosas  la  Población  vulgarmente  cono- 
cida por  Naucalpa,  que  la  configuración  de  la  propia  basa  que  la  recinta, 
la  instruie  Nacaspa,  en  donde  está  pa,  la  oreja  naeastli  symbólica  de  en- 
tendida tradición  y  á  distancia  de  algunas  leguas  al  lado  septentrional,  otra 
sobre  la  misma  cordillera  con  distintivo  en  el  Idioma  otomide  sus  natura- 
les de  Magu  significativa  de  mi  oreja,  y  asentado  en  Libros  Parroquiales 
de  Tlalnepantla,  del  siglo  dézimo  sexto,  en  el  Mexicano.  Por  S.  Francisco 
nacazueiac,  en  c,  lo  largo  ueiac,  de  la  oreja  nacattli,  como  que  el  corte  de 
la  colina  en  que  se  halla,  presenta  semejante  figura,  formada  por  su  res- 
pectiva barranca:  y  en  el  intermedio  de  ambos  territorios  así  distinguidos 
se  nota  tanto  una  de  las  prominencias  de  la  propia  cordillera,  advertida 
por  MatlatepeCy  en  c  el  Cerro  tepetl  están  los  diez  matlactle  comprensivo 
de  diez  picachos  en  su  orilla,  ó  elevado  labio,  cuanto  en  la  tierra  llana  cer- 
cana ya  á  la  baza  del  mismo  Cerro  otro  anotado  entre  Españoles  por  S. 
Lorenzo,  que  no  liga  con  cordillera  alguna. 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

288 

Que  este  fué  la  Cotona  de  aquel,  lo  instruie  la  notación  Tecixkinauac,  de 
uno  de  los  Barrios,  reducido  ya  á  Heredad,  de  la  antigua  Población  que 
huvo  en  el  propio  Cerro.  Porque  sus  radicales  son  la  Corona  nauac,  toda 
ixkich,  esta  tendida  tectli.  Esta  falta  al  de  Matlatepec,  cuio  valor  advertido 
por  los  diez  picachos  de  su  superior  perymetro,  ú  orilla,  resulta  symbólico 
de  los  diez  preceptos  de  la  Ley  Divina,  como  que  el  mandamiento  se  ex- 
presa por  tenauatiíli  el  enpuntado  auatilli  al  labio  ú  orilla  teutli.  Es  cier- 
to, que  algunos  entienden  aquel  distintivo,  escribiéndolo  tequixquinauac, 
por  cercado  nauac,  de  nitro,  ó  salitre  tequixquitl;  pero  sin  atender  q.e  se- 
ñalada esta  clase  de  sal  de  uso  peculiar  entre  naturales,  por  las  finales  //, 
sus  rayzes  ichkich  el  todo  de  lo  tendido  testli  (szc),  están  dictando  el  ori- 
gen de  ella,  que  es  el  concurso  resultante  de  los  principios  mineral,  vege- 
tal y  animal,  cuando  los  más  de  los  naturalistas  lo  atribuien  al  mineral; 
los  mas  de  los  químicos  al  vegetal,  y  algunos  modernos  de  estos  al  animal 
y  entre  ellos  Stahl  señaladamente  á  la  putrefacción  de  los  Cuerpos:  y  no 
siendo  por  eso,  de  extrañar  que  se  reproduzca  siempre  el  salitre,  en  lugares 
ó  de  inmundicias,  ó  de  habitaciones  de  cualesquiera  animales,  y  que  se  en- 
cuentre en  peñascos  y  cuevas  de  desiertos,  como  que  su  formación  en  es- 
tos últimos  lugares,  es  un  testimonio  de  que  fueron  antiguamente  habi- 
tantes. 

Así  también  advierte  la  cordillera  tepetatosa  ó  de  toba  y  lado  meridional 
del  Valle  donde  está  aquel  Cerro  tekiskinahiiac,  con  el  antiguo  tratamiento 
de  ella,  permanente  en  Población  situada  á  su  basa  oriental,  y  conocida 
por  S.  Gregorio  Tcpeílacalco,  acorde  con  el  que  ministran  los  antiguos  do- 
cumentos de  la  heredad  distinguida  en  ellos  por  Sta  Monica  Tepetlacalco, 
distante  una  legua  casi  al  occidente  de  aquella,  que  la  misma  seria  (sic) 
caio  de  la  serranía  formando  sepulcro  á  los  habitantes  como  que  en  él  se 
expresa  que  adentro  co,  fue  el  sepulcro  petlacalli,  de  piedra,  de  la  sierra 
tetl  o  casa  calli,  de  la  estera  de  la  sierra  tcpetlalt.  Asimismo  del  propio  ce- 
rro tecixkinahuac,  tanto  por  documentos  del  siglo  dézimo  sexto,  adquisi- 
tivos de  estancias  y  heredades  de  su  comarca,  que  trataban  á  la  antigua 
población  que  en  el  huvo,  y  de  que  conserva  vestigios,  de  Tlalncpantla 
Teocal/uiyacan,  cuanto  por  inscripción  permanente  y  gravada  con  letra  en 
piedra  del  Arco  exterior  de  la  puerta  del  costado  de  la  actual  Parroquia 
Tlalnepantla,  situada  en  tierra  llana,  y  con  cercanía  al  Ángulo  de  las  co- 
linas tepetatosas,  donde  se  lee  Teocalhuyacan,  Iglecia  año  de  1587  por  que 
en  esta  fha  se  concluid  la  trasladada  allí,  resulta  que  de  mucha  antigüedad 
fué  dedicado  aquel  país,  a  la  Iglesia,  según  lo  contiene  la  expresión  Teo- 
calueyacan,  pais,  ó  territorio  can,  á  lo  largo  ueyac,  de  la  Iglesia  teocalli,  se- 
gún permanecen  las  paredes  de  la  antigua  de  aquel  Cerro,  corridas  Norte 
Sur,  ó  Rumbo  de  la  Cordillera;  y  en  medio  ncpantla,  de  la  tierra  tlalli, 
según  se  nota  situado  al  mismo  Cerro. 

Los  prodigios,  pues  obrados  así  al  tiempo  de  la  precursion,  ó  curso  pro- 


bibliografía  mexicana  del  siglo  XVII i. 
289 

pió  del  Bautista,  para  el  establecimiento  ya  cercano  de  la  Iglesia  militante, 
como  en  el  de  la  sangrienta  muerte  del  Salvador  que  la  fundó  y  en  el  de 
la  consecutiva  predicación  de  sus  escogidos  disipulos,  destinados  á  la  ra- 
dicación de  ella,  resultan  origen  de  diezmos  y  primicias,  y  aun  de  hereda- 
des propias  de  los  templos,  que  conservaban  los  Ministros  religiosos  de 
ellos  hasta  la  conquista  Española  y  refieren  los  cap.s  20  y  21,  lib.  8?  de  la 
Monarquía.  El  mismo  escritor  tratando  en  el  24  lib.  6?  del  tiempo  en  que 
se  empeño  Ketzalcoua,  referia  "llego  a  otro  (lugar)  que  es  un  Cerro  junto 
"del  Pueblo  de  Tlalnepantla,  dos  leguas  de  esta  Ciudad  de  México,  donde 
"se  sentó  en  una  piedra,  y  puso  las  manos  en  ella,  y  las  dexo  estampadas, 
"que  hasta  el  dia  de  hoy  se  ven  las  señales  de  todo  en  ella,  y  tienen  por 
"cosa  aueriguada  los  moradores  conuenzinos  de  este  lugar  auerlas  hecho 
"  Quetzalcohuatl,  y  yo  lo  he  preguntado  con  particular  inquisición,  y  assi 
"me  la  an  certificado,  demás  de  tener  lo  escrito  con  mucha  puntualidad 
"de  muy  fidedignos  autores,  y  assí  se  llamo  entonces  aquel  lugar,  y  se  lia 
"ma  de  presente  Temacpalco,  que  quiece  dezir,  en  la  palma  de  la  mano." 
Aunque  ya  no  se  conoce  tal  monumento,  no  es  de  extrañar  que  sabiendo 
algunos  de  los  naturales  principales  su  alusión,  lo  ocultasen  quando  ya  ad- 
vertían que  lo  admiraban  los  españoles.  El  propio  escritor  apuntaba  á  con- 
tinuación la  memoria  escrita  por  F.  Bernardino  de  Sahagun  en  que  dice 
andaban  los  naturales,  á  pocos  años  de  la  conquista,  dando  tientos  para 
ver  si  los  Religiosos  y  españoles  sabian  algo  de  las  antiguallas  que  ellos 
tenian.  Conque  no  puede  estar  mas  claro  el  rezelo  que  les  asistia,  de  que 
sus  tradiciones  fuesen  entendidas  por  la  concordancia  de  los  Monumentos 
regionales  con  las  verdades  Cristianas. 

En  tal  Cerro  pues  tuvo  aquel  Conquistador  el  segundo  Aposento  fuerte, 
que  fué  su  antiguo  templo,  trasladado  después  á  la  situación  donde  hoy  se 
halla  el  de  Tlalnepantla,  en  el  cual,  a  mas  de  ser  notorio,  como  hecho  de 
nuestros  dias,  averse  conservado  la  Imagen  de  la  Virgen  Maria  que  hoy  se 
venera  en  el  del  convento  principal  de  Religiosos  Franciscanos  de  esta 
Ciudad,  bajo  el  titulo  de  la  Macana  que  traxeron  de  aquel  Pueblo  en  el 
año  de  mil  setecientos  cincuenta  y  cinco,  en  que  entregaron  su  Parroquia 
á  Cura  Secular,  lo  refirió  también  el  mencionado  Religioso  Juan  Antonio 
de  Oviedo  pag.s  123  y  124,  de  su  Zodiaco.  También  decia  que  la  traxe- 
ron los  primeros  Religiosos  Franciscanos  de  España,  y  haviéndola  lleva- 
do al  Nuevo  México  en  el  1 58 1 ,  en  una  sublevación  que  allá  hizieron  los 
Indios,  dio  uno  de  ellos  con  Macana  á  la  Imagen  un  golpe,  que  la  partió 
la  frente,  que  después  no  se  la  ha  podido  unir,  y  la  traxejon  después  á 
Tlalnepantla. 

Pero  tal  relación  la  descubre  confirmada  la  crónica  de  la  misma  Religión 
en  el  citado  cap.  30,  tom.  i?  de  la  Monarquía,  donde  se  notó  permanente  en 
la  Ciudad  de  Puebla  la  que  traxeron  aquellos  Reliogiosos  de  la  misma  Or- 
den.   Estos  fueron  tres  Flamencos,  venidos  no  el  año   1523  que  decia  el 

37 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 
290 

cap?  18,  lib.  20  de  la  propia  Monarquía;  sino  en  el  1520,  ó  data  corregida 
por  otro  escritor  Remesal,  y  advertida  en  los  retratos  de  los  mismos  tres, 
que  se  hallan  en  la  escalera  del  citado  convento  de  esta  Ciudad,  siendo  uno 
de  ellos  el  de  F.  Pedro  de  Gante,  pariente  muí  cercano  del  Emperador 
Carlos  Quinto,  y  aun  que  lego  en  su  profesión  de  particulares  luces,  y  hu- 
mildad que  le  hizo  despreciar  los  honores  y  se  dedicó  á  la  Cristiana  y  po- 
lítica instrucción  de  los  naturales  por  medio  del  Idioma  Mexicano  a  que 
tuvo  especial  aplicación.  Su  Retrato  colocado  á  la  puerta  de  la  Capilla, 
adonde  se  trasladó  desde  Tlalnepantla  la  Imagen  de  la  Macana  la  presenta 
colocada  sobre  su  mesa  como  conservada  en  su  habitación. 

De  esto  resulta  aver  sido  quien  la  recuperó  de  los  naturales,  como  que 
se  governaban- recien  conservados  por  su  dirección.  Y  asi  su  permanen- 
cia hasta  nuestros  dias  en  aquella  Población  á  que  se  trasladó  la  de  la  an- 
tigua acogida  que  dieron  sus  naturales,  á  aquel  Conquistador  en  la  mayor 
aflicción:  la  memoria  tradicional  de  aver  este  endonado  una  Imagen  de  la 
Virgen  María  a  un  Indio  de  Tlascala  aviendo  instruido  que  de  esta  Na- 
ción era  el  que  le  guió  y  sacó  á  su  tierra:  y  aquella  rabia  levantada  contra 
la  que  hizo  colocar  en  el  Adoratorio  de  esta  Ciudad,  permaneciendo  irre- 
sanable  la  abertura  del  Golpe  de  Macana:  ministran  en  combinación,  la 
identidad  de  la  que  por  tan  notable  señal  ha  conservado  la  tradición  in- 
variada  y  alusiva  de  aquella  arma  nacional. 

Aun  la  confusión  introducida  sobre  el  Origen  de  estas  tres  singulares 
Vírgenes  la  de  la  Macana,  la  Conquistadora  permanente  en  Puebla,  y  la 
de  los  Remedios,  siempre  ha  supuesto  como  indubitable  que  desde  la  con- 
quista ya  estaban  en  este  Reyno  las  tres,  dimanando  de  esa  propia  data 
la  confusión.  Pero  la  antigüedad  de  la  de  los  Remedios,  es  tan  notoria  res- 
pecto de  las  otras  dos,  que  no  necesita  sino  sola  su  inspección,  pública  a 
todos.  Y  cuando  el  nacional  antiguisimo  distintivo  del  lugar  de  su  descu- 
brimiento, advierte  que  allí  se  enseñó  la  doctrina  y  camino  del  Mesías,  na- 
cido de  una  Madre  Virgen,  que  lo  presenta  el  Mysterio  de  su  Encarnación 
por  medio  de  la  humillación  de  aquel  collado  de  una  Serranía  Madre;  no 
señalara  ya  el  tiempo  de  su  antigüedad?  Aquella  Inmaculada  admitía  en 
vida  inmortal,  la  adoración  que  se  daba  á  su  hijo;  debiendo,  notarse  por 
tal  causa,  la  inclinación  que  manifiesta  su  Imagen  de  Guadalupe;  por  el 
alto  Mysterio,  que  representa  de  la  Encarnación  del  Verbo  divino,  expre- 
sada en  este  Idioma  por  tonacayoa.  La  de  Extremadura,  aun  representan- 
do al  Original  después  del  parto,  como  que  manifiesta  á  Jesús  en  los  bra- 
zos, se  halla  iluminada  en  su  contorno  con  los  rayos  del  Sol  de  Justicia 
por  la  ilustración  singular  que  del  propio  Mysterio  comunicó  á  su  inma- 
culada Madre.  Por  manto  tiene  también  al  Sol,  la  titulada  de  Candelaria 
conservada  en  la  Iglesia  de  S.t0  Domingo  cercana  á  la  Ciudad  de  S.  Cris- 
toval  en  la  Isla  de  Tenerife,  una  de  las  Canarias  descubiertas  por  las  Na- 
ciones de  Europa,  año  mil  cuatrocientos  y  cinco,  donde  instruió  la  tradi- 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII 
291 

cion  desde  el  tiempo  de  la  Gentilidad  de  los  Isleños,  aver-aparecido  en  una 
cueva  después  Parroquiaj'en  que  los  Pastores  se  guarecían  de  las  aguas, 
é  introducían  sus  cabras  que  un  dia  asombradas  de  la  claridad  q.e  vieron 
dentro  de  ella,  huieron  á  mucha  distancia,  y  acudiendo  el  Pastor  en  vista 
de  la  claridad  y  del  vulto  de  la  Imagen,  tomo  una  piedra  para  tirársela, 
quedándose  desde  entonces  para  el  resto  de  su  vida,  dentro  al  puño  muer- 
to con  el  brazo;  lo  que  sabido  por  los  moradores,  la  llamaron  Madre  del 
Sol,  según  la  relación  de  Pedro  Martyr  de  Angleria,  Lib.  I  de  sus  Déca- 
das del  Oceao. 

Pero  en  la  mysteriosa  Pintura  de  la  Nueva  España,  es  bien  raro  y  dig- 
no de  atención  que  resultan  de  su  Origen  después  de  la  muerte  del  Re- 
demptor,  y  su  primer  culto  en  la  cima  plana  de  la  serranía  de  nuestro  Norte 
quando  después  de  desquiciada  ya  era  debajo  de  ella,  tradición  conservada 
hasta  su  descubrimiento  á  los  diez  años  de  conquistada  esta  Ciudad,  con 
el  frasismo  nacional  Otecuatlanpeu  symbolice  el  Mysterio  de  la  Encarna- 
ción hasta  en  su  aspecto  de  catorce  á  quince  años,  que  notaba  el  escritor 
de  la  Maravilla  en  su  §  IV,  como  su  estatura  de  siete  módulos,  ó  cuartas, 
menos  medio  tercio,  ó  dos  dedos;  y  sin  presentar  á  su  hijo  Jesús,  como  otras 
antiquísimas  Imágenes.  Pero  esto  mismo  y  la  antigua  Apostasia  de  la  na- 
ción, para  quien  se  representó  así  tal  mysterio,  descubie  la  antiquísima 
también  incredulidad  de  la  propria  Nación.  Se  manifiesta  pues  su  inma- 
culada pureza,  no  solo  en  su  honestísima  representación  sino  también  por 
los  frasismos  nacionales,  que  fué  perfecta  su  Virginidad  antes  del  parto  en 
el  parto  y  después  del  parto.  Se  presenta  en  pie,  observándose  que  la  ca- 
vecera  oriental  de  su  serrania  tratada  de  Icatepec,  también  lo  esta;  y  la 
parte  de  su  vertical  retage,  colocada  en  la  halda  meridional,  y  en  figura 
semejante  al  symbolo  de  la  escritura  que  se  figuró  al  pie  de  la  sagrada  Ima- 
gen. Pero  ambos  symbolos,  instruiendo  que  fué  así  copiada  al  tiempo  de 
tal  prodigio,  y  en  vida  mortal,  y  postura  natural,  a  quien  vive,  y  por  ella 
distinguido  el  tobillo  kekeyole,  el  que  tiene  vida  yole,  con  pisar  kekesa;  es- 
tán dictando  también  la  integridad  virginal.  Porque  en  este  Idioma  se  ex- 
presa á  la  entera  Virgen  por  ocmomotquitinemi  la  que  vive  nenii,  entera 
ó  sin  falta  motkiti,  todavía  oc;  como  aquella  parte  de  la  serrania,  aun  se- 
parada de  su  primer  lugar,  y  vista  á  competente  distancia,  y  también  á  la 
suficiente,  la  soberana  Imagen  entera  y  en  pie.  Otro  frasismo  de  la  entera 
Virgen  es  ocmasinemi  la  que  vive  nenú  para  otorgar  sia,  con  la  mano  matl 
symbolica  de  suplica,  todavía  oc;  según  se  manifiestan  las  de  la  Soberana 
Señora  unida;  aquella  parte  separada  de  la  cavezera  oriental  de  la  serra- 
nia, unida  á  la  halda  meridional.  Y  el  tercer  frasismo,  es  occhalchiuitl,  pie- 
dra preciosa  chalckiuitl,  antonomástica  en  el  diamante  por  su  impenetrable 
dureza;  como  aquella  nucleosa  parte  desprendida  de  la  serrania,  y  el  mys- 
terio de  la  Cruz,  figurada  en  la  que  el  escritor  de  la  Maravilla  trató  de 
Medalla  ó  escudo  pendiente  del  cuello  de  la  sagrada  Imagen  según  lo  está 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 
292 

aquella  parte  de  la  serranía  respecto  de  la  cima:  y  acabando  la  parte  úl- 
tima de  este  tercer  compuesto,  con  todavía  oc,  como  los  otros  tres  y  según 
se  advierte  permanente  la  configuración  de  la  serranía,  y  la  Imagen  sa- 
grada. 

Su  cíngulo,  se  manifiesta  en  sola  la  atadura,  colocada  en  el  vientre  Vir- 
ginal; y  expresándose  esta  por  tlalpilli,  principal  piili  de  la  tierra  tlalli, 
resulta  symbolizado  en  ella  el  verbo  divino,  como  encarnado  en  la  tierra: 
y  aludiendo  tal  frasismo  después  de  profanado,  al  oro,  que  el  primer  Mo- 
numento hallado  instruie  atado  en  zurrones.  Insiste  la  Imagen  sagrada  con 
el  pie  derecho  sobre  la  que  se  ha  tratado  de  Luna,  aunque  no  en  el  esta- 
do determinado  que  manifiesta,  ni  por  su  valor  nacional  de  Meitzli^á.  que 
la  veloz  pronunciación  de  Vocales  continuadas,  ha  quitado  la  i,  déla  pri- 
mera sylaba  en  los  escritos  por  Metztli,  siendo  su  significasion  la  de  filo 
itstli,  del  Maguey  metí,  o  alegoría  del  castigo,  que  experimentaron  los  in- 
crédulos de  la  nueva  Ley,  y  sus  mysterios,  á  tiempo  en  que  profanaron 
los  sacrificios  de  la  antigua,  con  embriaguez  y  desórdenes  á  ella  consecu- 
tivos, como  los  Romanos  en  sus  Bacanales;  festejo  recordado  en  nueva  Es- 
paña, con  la  costunbre  primeramente  de  pintarse  los  naturales  la  cara  en 
carnestolendas,  con  aquella  creta  tisatl,  resultante  de  osamentas;  y  siendo 
notable  que  en  el  dia  consecutivo  á  aquellas  nos  haga  memoria  la  Santa 
Iglesia,  de  nuestra  conversión  en  tierra  de  osamentas,  con  ceniza  de  ellas. 
Al  tercero  dia  de  Luna  nueva  ó  estado  de  laque  conculca  tan  mysteriosa 
Imagen,  y  al  cual  figura  también  el  segundo  Monumento  hallado  como  te- 
ma de  la  averiguación  de  su  Data,  resulta  alusiva  tal  planta,  que. con  sus 
pencas  exteriores,  en  abertura  semejante  á  los  brazos  de  la  Luna  en  aquel 
estado,  advierte  también  el  en  que  la  propia  Planta  produce  el  jugo  del 
vino  nacional:  e  instruiendo  juntamente  las  púas  presentadas  en  la  Orla  de 
la  Imagen,  y  propias  en  las  ondulaciones  del  Maguey;  el  principal  destino 
que  se  dio  á  este,  al  tiempo  de  tal  pintura  para  lienzos  texidos  con  la  he- 
bra de  su  macerada  penca. 

La  symbólica  Luna,  advertida  por  el  escritor  de  la  Maravilla  en  su  cita- 
do §  VIII,  de  color  de  tierra  obscura,  se  halla  sobre  cabeza  humana,  quan- 
to  en  este  Idioma  es  común  su  cima  á  la  de  serranías,  y  en  la  de  nuestro 
sur  instruie  el  primer  monumento  hallado,  la  destrucción  de  la  capital  an- 
tigua á  tiempo  del  eclipse  solar  á  medio  dia.  La  persona  sobre  que  carga 
y  tiene  cruz  en  el  pecho,  es  de  solo  medio  cuerpo  para  arriba  tlactli  común 
al  que  se  incorpora  con  otro,  como  el  Sol  y  la  Luna  con  la  tierra,  á  nues- 
tra natural  vista  en  los  eclipses;  y  advirtiendo  el  citado  primer  monumen- 
to, ia  diminución  de  estatura  de  la  Gente,  dominante  al  tiempo  de  aquella 
era,  con  solo  medio  cuerpo  en  la  data  de  fundación  de  la  capital  nueva,  á 
los  quatrocientos  años  de  destruida  la  antigua  con  la  Santa  Cruz  en  su  ci- 
ma. Pero  referido  el  symbolode  esta  media  persona,  á  su  juvenil  semblante; 
elevación  de  manos  con  los  brazos  abiertos,  y  adorno  de  Alas,  juntamen- 


bibliografía  mexicana  del  siglo  xvm. 

293 

te  instruie,  según  estilo  nacional,  la  incorporación  á  la  nueva  Ley  de  la  na- 
ciente Iglesia  en  esta  Región,  con  la  rapidez  de  las  Alas,  y  para  alcanzar 
la  vida  eterna,  symbolizada  en  tal  acción  de  las  manos  levantadas  para  al- 
canzar lo  que  está  en  alto  cuiltin,  frasismo  profanado  en  el  primer  citado 
monumento,  tanto  para  regreso  á  las  costumbres  castigadas  en  aquella  era, 
y  entre  ellas  la  embriaguez,  cuanto  para  rascar  la  lepra  de  la  cabeza,  la 
descendencia  de  la  raza  infiel,  y  fundadora  de  la  capital  nueva. 

La  vida  eterna,  aunque  escrita  por  error  semtcacyolistlila.  dicta  su  pro- 
pio compuesto,  semicacyolistli:  vidayolilistli;  en  pie  de  icac,  ó  permanente, 
de  cada  uno  sanie,  de  los  gustos  que  se  expresan  por  melauacanemilize , 
los  que  viven  ncmulise,  donde  está  ca,  la  verdad  melauac.  La  symbólica 
Iglesia  se  halla  asida  con  la  una  mano,  del  extremo  del  symbolo  de  la  escri- 
tura divina  representada  en  prolongación  de  la  túnica  la  qual  se  expresapor 
vestidura  interior  tlanctutle,  fuego  tletl,  de  los  quatro  nctui  de  la  tierra  tlalli, 
ó  rumbos  cardinales  de  ella, que  el  citado  primermonumentosymboliza  tam- 
bién un  cruzero,  juntamente  alusivo  al  terreno  de  la  era  nacional.  Con  la 
otra  mano  se  agarra  del  extremo  del  Manto  citachtli,  hilo  ichtli  de  la  cima 
ciuiitl  que  es  la  de  la  sagrada  Imagen,  cubierta  con  el  propio  Manto.  Los 
dos  primeros  monumentos  hallados  instruien  el  hilo  por  symbólico  de 
tiempo  y  generaciones,  advirtiendo  el  segundo  la  consumación  de  los  siglos 
por  fuego:  y  la  misma  mysterios  Imagen,  la  permanencia  de  la  Iglesia  mi- 
litante, asida  de  la  Escritura  divina,  hasta  aquella  consumación.  El  propio 
manto,  dicta  también  la  honestidad,  ó  singular  recato  en  toda  Doncella 
que  vea  tal  Imagen  con  aquella  extremidad  de  él,  asida  á  la  izquierda  de 
quien  la  mira,  por  el  distintivo  de  toda  Doncella  ichpochtli,  á  la  izquierda 
opoclitli  está  el  hilo  ichtli,  como  que  este  advierte  por  alusivo,  al  tiempo, 
que  tiene  fin  ó  extremo  como  aquel  Manto,  y  siendo  de  notar  que  todo  lo 
final  se  expresa  por  tzonkiscayotl,  salida  ó  finalización  kiscayotl,  del  pelo 
ó  hebra  tzontli  que  aludiendo  en  el  origen  del  pasivo,  al  ultimo  fin  del 
Mundo  en  que  las  almas  se  volverán  á  unir  a  sus  propios  cuerpos  perso- 
nales y  por  ello  con  sus  pelos,  resulta  la  inteligencia  errónea  y  abusiva  del 
propio  frasismo,  en  la  costumbre  con  que  muchos  naturales  recogen  los  que 
se  les  caen  al  peynarse,  y  los  guardan  en  abugeros. 

Como  el  distintivo  del  pelo  es  común  á  quatrocientos,  y  el  citado  primer 
Monumento  instruie  por  método  nacional,  la  fundación  de  esta  Ciudad  des- 
pués de  quatro  siglos  de  la  era  regional,  también  resulta  que  hasta  cum- 
plido tal  espacio,  no  volvió  á  salir  el  pelo  á  la  raza  descendiente  de  la  au- 
tora para  la  Apostasia  de  la  Religión  cristiana  ó  suceso  igualmente  señalado 
en  la  exprecion  szonkiscayotl,  otra  synonoma  de  lo  final,  es  tlatlatzacca- 
yotl,  tapadera  tzaccayoll  de  lo  que  arde,  quema  ó  obraza  tlatla  que  dictán- 
dolo la  concordancia  de  los  monumentos,  especialmente  de  la  serranía  de 
nuestro  Norte,  alusivo  al  manto,  figurado  en  la  Imagen  de  la  Madre  de  Dios, 
con  que  extinguió  el  incendio  de  la  propia  serranía:  usó  después  aquella 


BIBLIOGRAFÍA  mexicana  DEL  SIGLO  XV ¡11. 

294 

descendencia  apóstata,  en  sentido  profanatorio  y  vengativo,  de  otra  clase 
de  tapadera  sobre  la  caveza  de  su  figurada  fundación.  El  antiguo  fuego  de 
la  mencionada  Serranía,  no  solamente  se  manifiesta  exteriormente  en  al- 
gunos espacios  de  ella  asidos  y  en  algunas  lavas  de  tezontli,  sino  también 
en  los  indicios  del  subsistente  interno  de  ella;  como  son  los  ruidos  subte- 
terráneos,  que  se  han  observado  en  distintas  ocasiones  venidos  de  norte 
sur  en  esta  Ciudad;  el  Aceyte  de  piedra  ó  petróleo,  descubierto  también 
en  nuestros  dias  donde  se  halla  el  Santuario;  y  el  manantial  permanente 
también  allí,  de  Agua  azufrosa,  y  cuia  singular  figura  semejante  á  la  es- 
portilla nacional,  ó  tompiatle,  fuego,  íletl,  que  guarda  pia,  tome,  advierten 
también  parte  de  los  prodigios  que  obia  aquel  Apóstol,  y  la  permanencia 
de  su  singular  distintivo  en  la  anotación  de  este  utensilio  de  figura  cilin- 
drica y  con  el  asiento  en  ella  cónicamente,  según  se  advierte  la  emanación 
de  aquel  pozillo  dentro  de  su  cabidad  cilindrica. 

Ella  resulta  originada  del  tiempo  en  q.e  se  cubrió  su  antiguo  fuego  sub- 
terráneo, en  el  de  la  incorporación  nacional  á  la  nueva  Ley  de  Jesucristo, 
como  instruie  la  expresión  de  fuego  cubierto  tlacpenalli,  comenzado  petia- 
lli  el  un  cuerpo  incorporado  con  otro  tlactli.  A  la  infancia  educada  enton- 
ces en  los  sagrados  mysterios  de  la  propia  Ley,  según  se  presenta  el  Ju- 
venil semblante  de  la  symbólica  Iglesia  de  esta  ynsigne  Imagen  resulta 
también  alusiva  la  ceremonia  cruel,  y  recordativa  de  la  perversión  poste- 
rior, conservada  hasta  el  tiempo  de  conquista  en  la  inteligencia  del  sa- 
crificio de  Niños,  que  se  executaba  en  la  propia  serranía  de  Norte.  En  el 
cap.  21  lib.  7?  de  Ja  Monarquía  se  refirió  que  "en  especial  en  esta  Ciudad 
"de  México  los  subían  á  un  monte  y  sierra  que  le  cae  en  la  parte  del  Norte, 
"llamada  Co/¿uatcpcc,"  ó  distintivo  que  la  instruie,  en  c,  Sierra  tepetl,  del 
Gemelo  coatí,  como  que  su  cima  plana  con  vestigios  de  antiquísimo  edifi- 
cio, manifiesta  en  ella,  uno  de  los  principales  establecimientos  para  edu- 
cación cristiana. 

Aun  la  estación  en  que  comenzó  aquella  incorporación  y  el  singular 
prodigio  de  averse  copiado  la  Madre  de  Dios  en  esta  mysteriosa  Pintura, 
la  advierte  no  solamente  la  ceremonia  del  anual  desuelle  de  la  muger,  sino 
también  el  color  de  su  apasible  rostro  moreno,  mas  no  de  la  clase,  ni  de- 
bilitado, de  que  es  propio  yayactic,  ni  de  sucios  de  que  lo  es  catzactic,  los 
que  por  no  averse  distinguido  en  el  Diccionario  conforme  ásu  natural  apli- 
cación, se  asentaron  en  el,  como  synónomos  átpayauac,  expresión  propia 
del  que  presenta  el  mismo  sagrado  rostro,  y  de  significación  común  á  cosa 
matizada  de  flores:  el  synónomo  pues  de  tal  color  lo  es  canmiletic;  catni- 
letic  con  falta  de  ;/,  en  su  primera  sylaba  y  escrito  en  el  Diccionario,  con 
adición  de  c  en  su  penúltima  cuando  sus  rayzes  son  en  pie,  ó  viviente  can- 
mileua  al  pintar  la  fruta  e  instructivo  en  su  compuesto  de  eua  levantarse 
de  dormir,  de  la  sementera  milli,  del  pais  can,  lo  advierten  índice  de  Pri- 
mavera, en  que  se  obraron  los  altos  mysterios  de  la  Encarnación,  y  Pasión 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 
295 

del  Redemptor  del  Mundo  que  symboliza  la  misma  sagrada  ymagen,  pues 
se  significa  este  último  no  solamente  en  la  era  nacional  de  aquel  eclipse, 
sino  también  en  la  corona  tratada  ya  de  uitznauac  cerco  de  la  espina  uitz- 
li,  del  año  xiuitl  alusivo  al  de  aquella  era;  y  ya  de  tlatocayotl,  nomencla- 
tura tocayotl,  de  la  tierra  llalli,  como  que  hasta  los  tiempos  de  conquista 
distinguía  la  nación  Mexicana  á  la  América  por  Teotlixcoanauac,  corona 
nauac,  de  la  frente  ixco,  del  Señor  Teoili,  anotación  entendida  sin  el  valor 
de  su  compuesto,  por  fines  de  la  tierra  hasta  las  costas  del  Mar  cap.  10,  lib. 
3?  de  la  Monarquía. 

Es  bien  notable  el  tratamiento  de  Princesa  ó  gran  Señora  Tlatocasiua- 
pile;  con  que  en  manuscrito  poco  posterior  al  año  1537  e  impreso  en  1649, 
citado  pag.  3  del  Manifiesto  ú  opúsculo  Guadalupano,  refería  el  descubri- 
miento de  esta  antiquísima  Imagen,  uno  de  los  nativos  en  el  Idioma  todavía 
dominante,  señalándola  por  el  distintivo  de  Guadalupe  que  la  dieron  los 
españoles,  así  como  a  esta  Ciudad  con  el  que  corria  confundido  entre 
los  mismos  de  México,  y  con  los  primeros  vicios  en  la  escritura  del  propio 
Idioma,  que  quitados  es  el  siguiente  "  Ueitlamauisoltica  omonexiti  iniluicac 
" tlatocas'uiapili santa  Maria  Totlasonautzin  Guadalupe  in  nican  ueialtepa- 
"nauac  México,  itocayocan  Tepeyacac,''  esta  sucinta  memoria,  traducida  en 
el  sentido  vulgar,  contiene  el  siguiente  "con  maravilla tlamáuisoltica  gran- 
de uei  se  manifestó  omonexiti  la  del  Cielo  inilhuicac  la  Reyna  Tlatoca- 
"siuapile,  Santa  Maria,  apreciada  Madre  nuestra  tonantzin  Guadalupe, 
"aqui  innican,  en  el  cerco  nauac,  de  agua  atl,  de  la  Población  Altepetl, 
"grande  uei  México  en  el  territorio  can,  cuio  nombre  ¿tocayo  es  adonde 
"está  c,  la  nariz  yacatl,  de  la  sierra  tepetl".  Pero  el  compuesto  y  alegórico 
de  los  mismos  frasismos  llama  la  atención  á  reflexionar  qne  el  de  maravilla 
Tlamáuisoltica  conque  se  expresaba  la  narración,  alude  antonomástica- 
mente  á  la  propia  Imagen  colocada  dentro  de  Maguey,  pues  sus  partes 
componentes,  la  que  está  ca,  dentro  itic,  de  lo  usado  antiguamente  salli, 
que  es  la  espina  uilztli,  del  Médico  tlama,  grande  uei.  Las  de  Reyna  Tla- 
tocasiuapile,  son,  la  que  tiene  el  principal  pile  ó  á  Jesús  encarnado,  es  la 
muger  suatl,  q.e  da  nombre  á  la  tierra  Tlatoca;  lo  que  haze  resultar  nece- 
sariamente, que  las  admirables  nomenclaturas  de  Idiomas  que  con  sobrada 
Justicia  pueden  reputarse  por  otros  tantos  testimonios  de  la  Religión  cris- 
tiana, se  originaron  viviendo  la  inmaculada  Señora,  según  lo  avia  anun- 
ciado su  propio  hijo  después  de  resucitado,  cuando  advirtió  por  una  de  las 
señales  de  los  creyentes  q.e  hablarían  en  lenguas  nuevas,  como  refirió  S. 
Marcos  cap.   16,  v.   1 7. 

Con  que  no  debe  extrañarse  que  las  del  Mexicano  como  tan  antiguas 
instruían  especialmente  los  sucesos  regionales  de  aquel  mismo  tiempo  de 
los  anteriores  hasta  el  de  creación,  y  entre  ellos  el  de  la  muerte  del  Re- 
dentor en  la  era  nacional,  recordada  también  en  la  destrucción  de  la  ca- 
pital antigua  de  estas  naciones,  señalada  después  de  su  aniquilación  con 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 
296 

la  figura  cóncava,  semejante  á  la  que  queda  en  el  tronco  del  Maguey  des- 
pués de  extinguido  su  Jugo  por  la  nacional  extracción  de  él,  lo  que  ad- 
vierte la  anotación  México^  dentro  co,  del  que  tiene  oquedad  céntrica  xic- 
tlc,  de  maguey  metí,  según  se  presenta  en  la  serranía  de  sur,  una  de  sus 
prominencias  descubierta  para  esta  Ciudad.  Este  pues  resulta  aver  sido  el 
sentido  con  que  los  naturales  afirmaban  á  los  españoles  del  siglo  dézimo 
sexto,  que  el  nombre  México  lo  tomaron  sus  ascendientes  del  Dios  prin- 
cipal que  traxeron,  el  cual  tenia  dos  el  uno  UitzlopocUtle  y  el  otro  Mexic- 
tle,  según  la  memoria  referida  cap.  23,  lib.  3?  de  la  Monarquía. 

Aun  sin  intelegencia  en  su  escritor  de  tan  alusiva  tradición,  y  por  ella 
asentados  con  error  las  expresiones  Huitzilopochtli  y  Mexitly,  referia  á  esta 
segunda  como  tradición  por  los  mismos  Naturales  en  la  significación  de 
ombligo  de  Maguey.  Tal  lugar  cóncavo  del  cuerpo  humano  jt/V//í,  es  co- 
mún ál  distintivo  que  hasta  hoy  dan  á  aquella  eminente  oquedad  de  la 
serranía;  pero  como  á  otra  parte  componente  ó  el  Maguey  metí,  que  es 
la  del  infierno  Tlalxicco,  adentro  co,  está  la  oquedad  céntrica  xictli,  de  la 
tierra  77a//*,  symbolizada  en  la  de  la  antigua  Capital  México.  Por  ello  tam- 
poco se  deberá  ya  extrañar  la  confusión,  originada  en  parte  de  ocultación 
nacional,  y  en  parte  de  falta  de  examen  de  tal  Idioma  en  aquellos  á  quie- 
nes era  ageno,  conque  aquel  escritor  seguía  asentando  "y  assi  dizen  que 
"los  primeros  Mexicanos  lo  tomaron  de  sus  Dioses  (el  nombre)  y  assi  en 
"sus  principios  se  llamaron  ftlexica,  y  de  este  nombre  se  nombró  la  Ciu- 
"dad  siendo  el  primero  que  tuvo  Tennchititlan  por  razón  del  Nopal  que 
"hallaron  sobre  la  piedra  cuando  en  ella  fundaron:  y  aunque  la  Ciudad 
"se  llama  en  común  nombre  México  entre  los  españoles  é  Indios  que  agora 
"se  van  criando,  los  viejos  nunca  la  llamauan  ni  llaman  México,  sino  Te- 
"nuchtitlan,  á  diferencia  del  otro  segundo  barrio  que  se  llamó  Tlatelolco.v 

De  la  señal  pues,  asimilativa  del  suceso  de  aquella  antigua  Capital,  y 
de  la  causa  de  su  destrucción,  ó  vicio  dominante  de  embriaguez,  tomaron 
el  distintivo  Mexica  los  descendientes  de  los  libertados  de  ella  que  figura- 
ron su  memoiia  en  el  primer  monumento  ahora  excavado,  y  fueron  en  nu- 
mero tan  escaso  respecto  del  indeterminado  que  allí  pereció  cuanto  dexa 
entender  el  abultado  de  la  colmena  que  juntamente  presentan,  y  las  exten- 
didas y  permanentes  ruinas  volcánicas  y  de  terremoto,  existentes  en  tal 
serranía  que  fenece  por  el  lado  meridional  en  el  alegórico  Uitzilacki.  Y  el 
de  Tenuchca  asentado  en  el  siguiente  cap.  24  de  aquel  libro,  fue  el  pe- 
culiar de  los  fundadores  de  la  Ciudad  hasta  hoy  habitada  y  referente  á  lo 
mas  notable  que  avia  entonces  en  este  determinado  lugar,  motivo  de  ha- 
verse  distinguido  la  nueva  Población  por  Tenuchtitlan  ó  tratamiento  que 
también  se  le  daba  en  escrituras  Jurídicas  del  siglo  dézimo  sexto  agregán- 
dose en  ella  el  de  México.  La  expresión  característica  no  se  confirma  con 
la  signicacion  de  Nopal  sobre  piedra,  que  la  daba  aquel  escritor  como  que 
su  natural  valor,  es  cerca  ó  al  pie  itlan  de  la  tuna  nicchtli.  de  piedra  ó  de 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVlll. 

297 

Sierra  tetl.  A  la  inútil  ó  despreciable  trata  la  nación  llamada  otomi  por 
equivocación  española,  de  Fronda  (sic),  conque  igualmente  nombra  esta 
Ciudad,  a  la  cual  suelen  llamar  los  Naturales  Mexicanos  de  la  serranía  del 
Sur,  TemitcJiico  dentro  co,  de  la  tuna  nuclitli,  de  piedra  ó  sierra  tetl. 

Como  en  el  figurado  monumento  de  su  fundación  se  instruie  al  Ramero, 
alusivo  al  modo  con  que  el  conjunto  de  peñascos  de  la  serranía  de  Sur  caio 
en  en  este  lugar  donde  se  hizo  después  nueva  fundación,  semejantemente 
se  anotó  al  mismo  conjunto  por  tuna  de  aquella  serranía  con  referencia  al 
tiempo  circunstanciado  de  su  caida.  La  tuna  cae  al  contorno  del  Nopal: 
sabida  es  también  la  propiedad  singular  de  el  de  que  la  tuna,  frutosuio 
precede  á  su  flor,  de  la  qual  se  observa  abrirse  al  extremo  de  el  por  el  ca- 
lor del  Sol,  y  cerrarse  en  la  noche.  Parece  no  podría  anotarse  con  mas 
propiedad  el  tiempo  en  que  caió  aquella  pedrosa  tuna  en  este  lugar,  por 
Primavera  en  que  abre  su  flor  la  natural,  según  se  desmoronó  aquella  Se- 
rranía desde  sus  cumbres,  á  medio  dia,  y  cerrándose  al  mismo  tiempo 
con  la  obscuridad  de  un  eclipse  singular,  pero  caiendo  aquellas  al  contor- 
no de  su  Nopal,  al  que  trataba  de  Árbol  muy  grande  y  grueso,  y  abierto 
por  medio  con  gran  ruido  y  á  tiempo  de  comer,  otra  alegoría  tradicional 
que  se  concordará  con  los  geroglificos  de  la  figura  de  nueva  fundación.  (1) 

Del  lugar  preciso  de  ella,  ó  teuucJitli,  referia  el  escritor  de  la  Monarquía, 
cap.  22V  de  su  citado  lib?  "este  lugar  (según  la  mejor  razón  que  yo  é  po- 
dido averiguar  y  examinar)  es  donde  agora  está  edificada  la  Iglesia  ma- 
"yor  y  placa  de  la  Ciudad."  En  él,  pues,  se  hallaron  estos  y  otros  enor- 
mes peñascos,  y  al  mismo  aludía  el  nacional  escudoheráldico  de  la  propia 
Ciudad,  compuesto  de  una  Águila,  parada  sobre  tuna,  y  en  acción  de  vo- 
lar, ó  symbolo  de  la  Luna  aparecida  en  aquel  memorable  eclipse,  acaecido 
al  tercero  de  conjunción  según  instruieel  tema  del  otro  monumento  exca- 
vado, ó  tercero  dia  de  su  perigeo  y  distancia  mayor  de  la  tierra,  symboliza- 
da  en  el  vuelo  de  la  Ave  parada  sobre  eminencia  que  representaba  la  que 
lo  avia  sido  de  la*serranía. 

La  propia  Águila  llevaba  una  culebra  symbolo  del  tiempo,  por  su  vida 
ó  larga  duración,  para  nosotros  indeterminada,  y  que  aquel  escudóla  ins- 
truie de  quatrocientos  años,  corridos  desde  aquel  eclipse,  era  nacional  y 
Caida  de  la  tuna  de  la  sierra,  hasta  la  nueva  fundación  sobre  el  conjunto 
peñascoso  venido  de  ella,  según  concuerdan  otros  geroglificos  del  monu 
mentó  figurado  de  la  propia  fundación,  tocantes  al  tiempo  de  ella. 

Que  la. Águila  de  aquel  escudo  fué  symbólica  de  la  Luna  aparecida  en 
el  meridiano  de  esta  Ciudad,  lo  comprueba  la  permanente  configurada 
en  las  ondulaciones  de  la  serranía  de  nuestro  norte  en  la  parte  de  ella  co- 
rrespondiente al  propio  meridiano,  visible  desde  el  Pueblo  Cuaiititlau, 
cerca  ó  al  pie  tlan,  de  la  Águila  cuautli,  situado  en  su  valle  septentrional 

.    (1)   Este  mismo  asunto  del  árbol  que  estalla  se  trata  igualmente  en  la  nota  (A). 

38 


BIBLIOGRAFÍA  MEXICANA  DEL  SIGLO  XVII 1. 
298 

y  á  la  qual  se  refiere  también  el  de  Cuautepec,  en  donde  está  c  la  sierra 
tepcll,  de  la  Águila  atautli,  existente  en  su  basa  meridional. 

La  propia  Ave  colocada  en  el  tcnucJitli  del  escudo,  tenia  á  la  culebra, 
ó  symbolo  de  aquellos  quatrocientos  años  anteriores,  en  el  pico  tcnitztli, 
filo  itztli,  del  labio  tentli,  alusivo  al  de  la  sumersión  del  antiguo  de  este 
Continente  en  aquella  era,  el  qual  figura  el  segundo  monumento  excavado. 
£1  temor  de  acaecimiento  tan  memorable,  hizo  también  conservar  en  los 
descendientes  de  la  nueva  fundación,  la  administración  de  justicia. 

Según  el  cap.  25?,  lib.  1 1?  de  la  Monarquía,  el  Presidente  ó  Juez  mayor 
después  del  Rey,  se  distinguía  por  Siuacoua.  Avia  otro  inferior  Tlacatec- 
catl,  con  dos  que  aquel  escritor  referia  como  Asesores,  sin  examen  de  es- 
tas expresiones,  siendo  el  uno  tlailotlac,  y  otro  CuaunucJitli.  Si  se  atiende 
á  sus  valores,  resulta  conservada  en  el  uno  la  memoria  del  que  discernía 
lo  justo,  y  dictó  que  se  arreglasen  á  ello  los  Pueblos;  pues  Siuacoua,  es  el 
dominante  de  la  vivora  coua,  de  la  muger  siuatl,  ó  alusión  al  Apóstol  que 
venció  al  Demonio  symbolizado  en  el  Dragón  que  engañó  á  Eva.  Tlaca- 
teccatl  era  el  ocupado  en  las  Gentes,  ó  persona  dedicada  á  la  administra- 
ción de  justicia,  que  su  subordinación  á  aquel  Presidente,  la  manifiesta 
introducida  por  el  mismo  Apóstol.  En  Tlailotlac,  cuerpo  incorporado  con 
otro  tlactli,  se  revuelve  de  donde  iba  iloti,  á  la  tierra  tlalli,  se  recordaba 
aquel  prodigioso  eclipse  de  la  era  nacional,  en  que  revolvió  la  luna  del  Ca- 
mino que  llevaba,  como  que  fué  el  tercero  dia  de  conjunción,  ó  acaecimien- 
to tan  notable  de  tiempo  en  que  no  se  administraba  justicia,  sino  iniquidad. 

Y  CuaunucJitli,  es  la  tuna  nuchtli,  de  la  Águila  cuautli,  ó  el  conjunto 
de  peñascos  lugar  de  la  nueva  fundación,  recordado  por  el  tiempo  de  su 
impulsión  quando  revolvió  aquella  symbólica  Águila  déla  luna. 

Nota  (f)  (Véase  pág.  209.) 

La  anotación  topográfica  de  payses  de  Carpinteros,  se  advierte  también 
en  Poblaciones  cercanas  á  lava  herrosa,  conocidas  vulgarmente  por  Chi- 
maluacan,  que  la  misma  los  descubre  escritos  así  con  error  del  siglo  dézi- 
1110  sexto,  en  lugar  de  Ximaluacan.  territorio  can,  de  que  se  apodera  el 
carpintero  ximalua.  Algunos  españoles  que  en  los  tiempos  de  conquista 
vieron  instrumentos  de  tal  hierro,  los  reputaron  por  su  color,  de  cobre,  co- 
mo no  acostumbrados  á  el,  sino  al  de  vena,  que  no  hallaron  aqui  excavada; 
aunque  otros  aseguraban  ser  de  hierro.  No  hai  vestigio  en  las  costumbres 
nacionales  del  uso  del  cobre  para  cortar,  quando  todavía  se  sirven  para 
ello  algunos  naturales,  de  aquella  lava  filosa  en  lugares  tratados  comun- 
mente de  malpais. 

Que  los  texidos  se  fabricaban  también  del  ancho  desde  la  punta  del  co- 
do hasta  la  del  dedo  del  corazón  ó  de  en  medio,  lo  dicta  la  costumbre  con 
que  los  regulan  así  los  naturales  tendiendo  el  brazo,  ó  dimensión  á  que  alu- 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 
299 

dio  el  Diccionario,  tratándola  de  seumolicpitl,  la  punta  del  codo  molicpitl, 
en  cada  una  senne,  esto  es,  de  cada  dimensión,  aunque  escribiéndose  en 
aquel  semolicpitl. 

Las  symbolizadas  en  varias  partes  del  cuerpo  figurado  conforme  al  es- 
tylo  del  Idioma,  son  acordes  con  muchas  deformes  osamentas,  halladas  en 
varios  tiempos  desde  el  de  conquista  hasta  el  nuestro,  sin  que  alguno  ha- 
ya todavía  convencido  con  demostración,  que  sean  de  otra  especie  distinta 
del  hombre,  pues  de  elefantes,  á  que  mas  se  asemejan  las  nuestras,  no  hi- 
zieron  mención  estas  naciones.  De  manera  que  una  ú  otra  que  se  ha  ha- 
llado de  ellos,  y  de  otros  animales  antediluvianos  en  nuestro  continente, 
ha  sido  mucho  mas  notable,  como  que  no  aparece  conservada  en  él  su  es- 
pecie después  del  Diluvio.  El  Conquistador  español,  pag.s  106  y  107,  en 
su  carta  de  30  de  Octubre  de  1520,  y  relativa  á  su  primera  entrada  en  es- 
ta Ciudad,  en  el  anterior,  asentaba  que  dentrodela  que  trató  de  gran  Mez- 
quita ó  templo  principal,  avia  tres  salas  donde  estaban  los  principales  ído- 
los de  maravillosa  grandeza  y  altura;  y  en  sus  geroglíficos  aparecen  ahora 
tres  ordenes  de  ella.  También  instruía  que  esos  bultos  y  cuerpos  en  que 
creian,  eran  de  muí  mayores  estaturas  que  el  de  un  gran  hombre,  y  las  for- 
maban de  las  semillas  y  legumbres  que  comen,  y  molidas  las  amasaban  con 
sangre  de  corazones  humanos. 

La  magnitud  que  representaban,  resulta  por  la  concordancia  de  sus  mo- 
numentos, que  fue  la  de  los  antiguos  Señores  dominantes  en  Nueva  Espa- 
ña hasta  la  era  nacional,  reverenciados  en  ellas  por  sus  descendientes,  des- 
pués de  la  Apostasía  de  la  Religión  Cristiana,  y  haciendo  honores  divinos 
á  sus  Monarcas  hasta  el  tiempo  de  conquista;  de  que  acusado  Moteusoma 
(el  que  se  manifiesta  con  ceño  mosoma,  de  Señor  teutli)  por  la  Nación  to- 
tonaca,  ante  los  españoles,  desde  la  costa  de  Veracruz  intentó  indemnizarse 
diciendo  á  su  conquistador,  al  mostrar  el  cuerpo  levantadas  las  vestiduras 
"veisme  aquí  que  so  de  carne  y  hueso  como  vos  y  como  cada  uno,  y  que 
soí  mortal  y  palpable",  según  la  pag.  82,  con  que  sabia  que  Dios  no  es  cor- 
poral ni  mortal,  pero  sin  distinguirlo  en  quanto  tal,  y  no  en  quanto  hom- 
bre; lo  que  resulta  al  mismo  Monarca,  descendiente  de  los  incrédulos  en  el 
mysterio  singular  de  Encarnación  del  Hijo  de  Dios;  y  sin  que  aquella  su 
demostración  pueda  atribuirse  á  noticia  del  Ser  divino,  comunicada  antes 
por  los  españoles,  pues  tal  descargo  lo  hizo  la  vez  primera  que  ellos  entra- 
ron en  esta  Ciudad. 

De  la  reverencia,  pues,  que  daban  á  aquellas  corpulentas  estatuas,  con- 
cordada con  otras  ceremonias  imitatorias  de  las  de  nuestra  Sagrada  Reli- 
gión, resulta  que  después  de  aver  la  raza  incrédula  y  degenerada  de  cor- 
pulencia, hecho  abandonar  á  otras  la  fé  de  Jesucristo,  por  medio  de  sus 
crueles  y  alevosas  invenciones,  ella  fué  la  que  se  hizo  adorar,  imitando  la 
reverencia  introducida  desde  el  tiempo  de  la  predicación  del  Evangelio, 
para  Jesucristo  y  su  Madre  inmaculada  en  sus  imágenes,  y  las  de  sus  sa- 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

300 

grados  Discípulos  y  Martyres  por  aquella  fee;  aviándose  experimentado 
hasta  nuestros  días  el  oculto  abuso  en  algunos  Pueblos  de  naturales,  de  los 
ministerios  sacerdotales,  y  de  los  sagrados  Mysterios  por  el  que  se  les  ha 
procesado. 

Si  el  origen  de  varias  de  sus  costumbres,  descubierto  en  sus  Alegorías, 
y  en  los  Monumentos  figurados,  se  concuerda  con  la  doctrina  de  la  Escri- 
tura Santa,  resulta  en  aquellas  Gentes  corpulentas,  tratadas  antonomásti- 
camenté  en  ellas  de  tales,  ó  Gigantes,  por  sus  propiedades  de  Poderosos, 
soberbios  y  tyranos,  que  el  motivo  de  aver  resistido  la  creencia  del  Mesías 
prometido  en  la  Ley  antigua,  y  sus  Profeta^,  la  embidia  fomentada  por  el 
enemigo  común  del  Género  humano,  de  que  el  hijo  de  Dios  huviese  encar- 
nado en  la  descendencia  de  Sem,  y  no  en  la  de  Caín,  instruiándola  de  este, 
que  de  ella  venia  la  incrédula,  ó  maligno  zelo  semejante  al  de  Caín  por  su  sa- 
crificio no  admitido,  y  a  quien  procuró  imitar  después  del  Diluvio,  con  los 
crueles  que  ella  introduxo  en  Lugares  que  advierte  por  principal  residen- 
cia de  aquel  enemigo  de  los  de  su  propia  naturaleza  y  su  primer  homicida. 
La  misma  Raza  incrédula  instroia  aver  sido  laportdiluviana  que  introduxo 
el  uso  de  aquellas  semillas,  de  que  fabricaban  sus  grandes  estatuas;  y  avien- 
do  asentado  el  Diccionario  al  Gigante  por  Quinametli,  que  su  compuesto 
lo  descubre  alusivo  al  que  se  haze  pesado  ametli,  después  kin,  en  manifes- 
tación de  no  averse  hecho  gravosos  en  los  tiempos  primeros  de  su  asiento 
en  este  Rey  no;  para  con  la  Nación  primero  establecida  en  ei  lugar  que  re- 
fiere después  del  Diluvio;  también  ponía  el  propio  Diccionario,  por  synó- 
nomo  tlacalteyac  lo  largo  uciac,  de  !a  Gente  tlacatl,  relativo  á  su  nacional 
corpulencia. 

La  clase  de  Roca,  de  que  se  advierten  estos  figurados  peñascos,  es  de 
naturaleza  igual  también  á  la  que  se  nota  en  enormes,  sin  ligazón  entre  sí, 
ni  con  serranía  alguna,  de  que  se  hallan  bien  distantes  los  del  extraño  ce- 
rrillo Chapultepec,  situado  á  menos  de  legua  del  extremo  occidental  de  esta 
Ciudad.  Su  distintivo  encierra  el  valor  de  que  en  c,  la  sierra  tepetl,  estuvo 
la  Langosta  chapulín,  como  que  la  propiedad  de  tal  insecto  es  saltar  que- 
dando sentado  donde  cae,  como  también  la  Rana;  lo  que  instruie  aver  así 
acaecido  á  tal  tumorosidad,  provenida  del  mismo  modo  que  la  antigua  cen- 
tralde  estaCiudad,  desde  lamayorpromlnenciadelaserranía,  de  Sur,  á  que 
está  enteramente  descubierto  CJiapnltcpcc.  Otra  tumorosidad  se  nota  tam- 
bién con  Población  sobre  ella,  y  tratada  de  Tcpcpan,  de  sobre  pan,  la  sie 
rra  tepetl,  situada  á  poca  distancia  de  la  propia  serranía,  cuias  inmediatas 
cumbres  inferiores  á  aquella  prominente,  conservan  oquedades  volcánicas 
como  ella.  Por  estylo  semejante  se  anotó  otra  erupción  de  lava  telsontlí: 
pelo  tzontli,  de  piedra  ó  Sierra  tetl,  por  dimanada  de  ella  como  el  natural 
de  la  caveza,  ó  parte  encumbrada  del  cuerpo;  tratando  de  Tepcucuc  á  un 
cerrillo  de  esta  clase  de  Lava  situado  en  llanura,  los  Naturales  de  la  Pobla- 
ción establecida  en  ella,  escrita  erróneamente   entre  Historiadores  Ama- 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII 
301 

quemecan,  y  por  ello  sin  significación,  quando  Amacmecan  tiene  la  de  te- 
territorio  can,  del  Maguey  metí,  á  la  otra  vanda  de  la  Agua  Aniac,  por 
situado  á  la  otra  de  la  Laguna  vulgarmente  conocida  por  de  Chalco,  y 
siendo  la  alusión  del  Maguey  la  de  la  era  nacional  en  que  advierte  aseme- 
jado también  á  tal  Planta  al  propio  cerrillo,  y  por  eso  dedicados  aquellos  es- 
pecialmente á  su  Cultivo  en  la  misma  Población.  Al  symbólico  Maguey 
lo  descubre  venido  del  cercana  Volcan  nevado,  el  distintivo  tefieueue 
con  que  nombran  al  Guarda  del  Santuario  en  Cueva  de  una  antiquísima 
Imagen  de  Jesucristo  en  el  Sepulcro,  siendo  su  significación  la  del  viejo 
iteue,  con  que  distinguen  al  propio  volcan,  de  la  sierra  tepetl,  que  es  el  otro 
picacho  nevado  que  tratan  de  ilamatl  vieja.  Otras  dos  poblaciones  en  la 
Provincia  conocida  por  Uaxteca,  advierten  á  sus  fronteras  cumbres  neva- 
da?, con  aver  tratado  á  un  Pueblo  de  Ueuetlan  cerca  ó  al  pie  itlan,  del 
viejo  nene,  y  á  otros  de  ilamatlan,  cerca  itlan,  de  la  vieja  ilamatl,  á  Pica- 
chos nevados  en  la  que  se  conoce  por  Sierra  Gorda,  ó  Sierra  Madre.  Y  de 
Ueuechocayan,  lagrimal  chocayan,  del  viejo  íiene,  es  la  anotación  de  otro 
Poblado  al  pie  de  la  Serranía  que  se  conoce  por  Perote,  en  lugar  donde 
concurren  las  vertientes  de  su  cumbre  nevada,  y  cuia  antigua  Lava  ó  Mal- 
pais  corre  por  veinte  y  dos  leguas  hasta  el  Mar  de  Veracruz;  hallándose 
otro  Ilamatlan,  cercano  á  la  Serranía  nevada  de  Orizava.  Por  estilo  seme- 
jante alusivo  y  de  especial  conformidad  con  las  anotaciones  de  CJiapulte- 
pec,  Tepepan,  y  Tepenene  ministra  el  monumento  figurado,  la  del  Ranero 
de  la  Sierra,  en  la  tierra  tlatecniyaloni,  por  venida  de  la  serranía  de  Sur  la 
tnmorosidad  de  Peñascos,  ó  Centro  de  la  nueva  Ciudad  sobre  ruinas  de  la 
parte  más  elevada  de  la  antigua  Capital. 

De  las  erupciones  volcánicas  del  siglo  primero  de  la  era  Cristiana  tomó 
distintivo  la  Hoguera  nacional  tlenenepilli  lengua  nenepilli,  6  el  principal 
pilli,  sexo  femíneo  y  puericia  nenetl,  alusivo  al  de  Gente  corpulenta  según 
el  Monumento,  es  el  del  fuego  tetl;  como  lo  declaran  los  synónomos  de 
ella,  tlecnesalotl  pegamento  salotl  en  halda  cncitl,  de  fuego  tletl;  y  tleco- 
moltic,  Barranco  comoltic,  de  fuego  tletl,  en  lugares  advertidos  por  distin- 
tas especies  de  lavas  tratándose  á  la  tincta  de  los  naturalistas  en  los  de 
Tetzontepec,  sierra  tepetl,  de  hebra,  ó  pelo  tsontli,  de  piedra  ó  sierra  tetl, 
por  provenida  de  cumbres  como  el  natural  de  la  caveza;  á  la  de  pómez 
tepnxactli,  esponja pUxactli,  de  piedra  ó  sierra  tetl,  anotación  del  Pueblo 
Tepnxacco,  de  situación  donde  hay  tal  pomes;  á  la  herrosa  istlaetli  baba, 
advertida  en  Ximalistlacean,  y  en  Istlacpaluccan,  en  dos  lugares  ucean,  el 
color  palli,  de  baba  istlaetli,  por. dos  tumorosidades  q.e  se  presentan  allí, 
de  la  piedra  vulgarizada  por  Ispal.  Esta  por  sus  propiedades,  ya  de  du- 
reza resistente  á  la  lima,  ya  de  chispear  quando  anda  entre  ella  las  cabal- 
gaduras herradas,  y  ya  de  su  peso  respectivo,  mayor  que  el  de  otras  piedras, 
resulta  aver  sido  el  Granito  apreciado  también  entre  estas  naciones  para 
permanencia  de  muchas  figuras  que  se  han  hallado,  formadas  de  el  á  tiem- 


bibliografía  mexicana  del  siglo  XVlll. 

302 

po  de  su  blandura  en  estado  menos  cálido.  Las  mismas  propiedades  han 
señalado  los  naturalistas,  al  que  se  empleó  en  los  soberbios  Obeliscos  de 
Egipto,  y  en  los  de  Pompeyo  y  Cleopatra  en  Roma,  personages  de  aquel 
siglo. 

Solicitando  los  escritores  á  los  fundadores  de  la  actual  México  los  escri- 
bían Nauatlacas,  sin  expresar  su  significación,  ni  el  de  la  Monarquía  cap. 
2?  Lib.  2?  aun  mencionando  la  tradición  asentada  por  Gomara,  Herrera  y 
Acosta,  tocante  al  Lugar  de  donde  vinieron  aquellos  y  los  Mexicanos. 

Clavijero  pag.  2j,  tom.  1?,  escribía  A naitatlaca,  entendiéndolo  por  per- 
sonas cercanas  á  la  Agua,  fundado  en  la  significación  errónea  de  nauac 
por  cerca,  siendo  esta  itlan,  y  quando  aquella  antigua  tradición  comuni- 
cada en  Idioma  nacional,  advertia Naaaatlaca,  Marineros,  ó  Remeros  Atla- 
ca}  ó  Gentes  flaca,  de  Agua  atl,  del  contorno,  ó  cerco  nauac,  quienes  con 
su  remo  ílaxilotl,  conocían  el  camino  otli del  centro  xictle,  de  la  tierra  tlalli. 
De  las  quatro  Azequias  con  que  figuraron  sus  Barrios,  se  acabó  de  cerrar 
en  nuestros  dias  la  que  giraba  por  los  Puentes  Quebrado,  de  Monzón  y  de 
Jesús,  permaneciendo  la  del  de  Solano,  y  parte  de  la  del  Cuervo.  Los  qua- 
tro principales  Barrios  se  mencionaron  cap.  38,  lib.  6?  de  la  Monarquía, 
el  uno  por  Tcopan,  con  el  vicio  de  ;/,  que  aun  quitada  todavia  significaría 
Iglesia,  ó  en  donde  estapa,  el  Señor  teotli,  quando  los  otros  tres  aluden 
á  señales  naturales,  y  por  ello  también  Tzoapa,  en  donde  está/to,  la  lavaza 
tzoatl,  que  es  el  de  Curtidores:  el  segundo  Atzacualco,  dentro  co,  de  lo 
aislado  atzacualli,  ó  encerrado  tzacualli,  con  agua  atl,  que  es  el  conocido 
por  S.  Sebastian:  el  tercero  escrito  con  qu,  Quepopan,  siendo  Cucpopa,  en 
donde  está  pa,  la  calzada  cueptli,  y  es  el  conocido  por  S.ta  Maria,  donde 
permanace  parte  de  aquella  antigua;  y  el  cuarto  Moyotla,  Mosquital,  que 
es  el  S.  Juan. 

Para  distinción  de  este  ordenado  establecimiento  se  anotó  su  colindante 
Población  Tlaltclolco,  Tlaltololco  ó  Tlalteolololco,  expresiones  diversifica- 
das por  los  dialectos  del  Idioma,  la  primera  con  synalefa  en  la  sylaba  ini- 
cial o,  de  oloiotli  Rollo,  la  segunda  en  la  de  íctl piedra,  y  la  tercera  sin  ella 
en  esas  sylabas,  pero  las  tres  en  la  li  de  tlalli  tierra  y  todas  significativas 
de  Rollo  de  tierra  con  piedra,  indicando  el  co,  lo  interno  del  mismo  Rollo, 
habiéndose  anotado  á  cada  uno  de  dos  notables  de  materia  volcánica  en 
el  Jbl^lpaís  de  nuestro  Sur  y  de  figura  casi  Pyramidal,  por  Tcolololco,  con 
que  hasta  hoy  los  tratan  los  Naturales  de  su  cercanía,  equivaliendo  á  nues- 
tro castellano  de  lo  interno  co,  el  Rollo  oloiotli,  de  piedra  tctl.  Cap.  24,  lib. 
3°  de  la  Monarquía  se  escribió  erróneo  Tlatilalco,  y  también  Xatilnlco, 
por  Xaltcolololco,  dentro  co,  del  Rollo  oloiotli,  de  piedra  tctl,  con  arena 
xalli.  A  este  mixto  lo  agregaba  allí  el  Rio  conocido  hoy  por  de  los  Re- 
medios, variado  después  de  la  Conquista,  de  su  antigua  Madre,  y  por  ello 
frecuente  la  nueva  en  desabordes  á  tiempo  de  mucha  lluvia.  Cap.  13,  lib. 
2o  de  la  Monarquía  se  refería,  aunque  con  error  en  adición  de  di  y  sin  sig- 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

303 

nificcacion  á  Acaniapichtli  por  primer  Rey  de  México,  quien  traia  origen 
de  Ctilnacan,  que  es  el  territorio  aislado  entre  las  dos  Lagunas  y  compre- 
hensivo de  la  serranía  de  Tlaltenco.  En  el  propio  cap?  se  asentaba  que 
un  principal  de  la  familia  Mexicana,  nombrado  Cohnatzontli  casó  en  Cnl- 
huacan  con  hija  de  otro  principal  Acxoqnaiitli.  Debióse  escribir  Cnatzon- 
tli,  pelo  ó  quatrocientos  tzontli,  en  la  cumbre  ó  cima  cnaill,  alegórico  al 
valor  de  la  figurada  en  la  sierra  de  Tolyahualco;  como  Axocnaiitli,  Águila 
Cuautli,  en  la  olla  xoctli,  de  Agua  atl,  á  la  de  Tlaltenco. 

Por  alguna  de  las  tradiciones  escritas  en  el  siglo  Dézimo  sexto,  se  asentó 
tnmbien  cap.  22,  lib.  1?  de  la  citada  Monarquía,  averse  olvidado  el  uso  del 
Maiz  con  las  continuadas  secas,  venidas  desde  vida  de  los  pocos  escapados 
Tnltecas  en  las  Riveras  de  estas  Lagunas,  hasta  que  un  Señor  de  Cuate- 
pee,  descendiente  de  aquellos,  teniendo  noticia  de  sus  antepasados,  de  co- 
mo era  el  Pan  (esto  es  tortillas),  y  aviendo  guardado  desde  su  niñez,  al- 
gunos granos,  los  bolvió  á  sembrar,  y  extendió;  y  que  los  chichimecas  se 
mantenían  con  conejos,  y  venados.  También  se  refirió  semejante  extin- 
ccion  del  Algodón,  propio  de  Payses  húmedos,  calientes,  como  son  las 
costas  de  Nueva  España.  Esta  dilatada  epidemia  recordada  en  aquel  siglo 
en  que  se  escribía  sin  determinación  de  tiempo,  se  advierte  distinguida  en 
duración,  por  dos  Datas  que  resultan  de  la  concordancia  de  este  primer 
Monumento  hallado,  que  la  ministra  desde  la  era  nacional  por  cinco  años 
consecutivos  juntamente  con  la  Lepra,  y  de  la  posterior,  y  mas  dilatada 
que  instruie  la  Alegoría  tocante  á  la  Apostasía;  pero  comprehendiendo 
los  symbolos  y  geroglíficos  ya  expresados  de  la  basa  de  este  primero,  con- 
servados ambos  castigos  en  Razas  determinadas,  y  en  los  territorios  que 
habitaron  por  quatrocientos  años  hasta  la  fundación  de  esta  Ciudad. 

La  expresión  natural  del  pelo  tzontli,  es  translativa  en  cuerpos  abun- 
dantes, ó  de  pluma,  ó  de  hebra,  en  serranía  comprehendida  en  distrito  ju- 
risdiccional del  vulgar  Tasco,  instruido  Tlaco  mitad  por  la  que  allí  forma 
respecto  de  su  elevación,  el  hundido  en  que  se  halla,  advierte  en  parte  mas 
alta,  y  distante  de  aquel  Lugar,  el  distintivo  vulgarizado  por  Chontlalpa 
entre  quienes  no  son  naturales,  pero  entre  quienes  lo  son,  Tzontlalpac, 
arriba  tlalpac  (todavía  compuesto  de  encima  iepac,  de  la  tierra  llalli)  del 
pelo  tzontli,  alusivo  á  la  mucha  y  menuda  hebra  del  Árbol  conocido  por 
Atiene,  viejo  nene,  en  Agua  atl,  por  su  inmemorial  duración  en  ella,  aun- 
que escrito  equívocamente  por  algunos  del  siglo  décimo  sexto,  A/ine- 
hnetl,  que  es  el  tratado  por  naturalistas,  de  Árbol  de  vida,  ó  cedro  Ame- 
ricano, abundante  en  Rio,  bajo  respecto  de  aquella  serranía  Tzontlalpac. 

Semejante  metáfora  se  nota  también  en  el  Pájaro  asentado  en  el  Dic- 
cionario por  Acxoyatoiotl  que  su  compuesto  de  Pajaro  loto 1 1  del  Acxoyatl 
Árbol  conocido  vulgarmente  por  del  Perú  según  anotación  del  Pueblo 
Acxoyatln,  donde  advierte  su  natural  abundancia  el  tía,  y  cercano  al  anti- 
guo mineral  Pachnccan,  en  dos  partes  ucean,  hay  heno  Pachtli,  como  que 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 
304 

allí  se  produce  hasta  en  las  peñas  de  los  dos  lados  de  su  cañada;  descubre 
señalado  por  su  inclinación  á  la  frutilla  de  tal  Árbol,  al  mismo  Pájaro,  dis- 
tinguido también  por  sentzontli  en  alusión  á  la  repentina  mudanza  de  su 
pluma  tratada  de  pelo  tzontli  en  cada  una  senne,  esto  es,  en  cada  Prima- 
vera, que  se  le  cae. según  acaeció  á  los  Naturales  con  el  suio  desde  la  me- 
morable era,  quatrocientos  años  anterior  á  la  fundación  de. esta  ciudad, 
proyectada  para  los. fines  de  restablecer  en  ella,  las  antiguas  costumbres  de 
sus  Ascendientes  que  symbolizan  en  el  retroceso  del  Cangrejo,  y  en  ven- 
ganza de  la  destrucción  de  su  Capital  antigua,  y  males  sobrevenidos  á  los 
incrédulos  que  á  ella  sobrevivieron.  Así  imitaron  también  el  espíritu  de.su 
antigua  Ascendencia  postdiluviana,  ó  fabricantes  de  Babylonia,  de  que  des- 
cendían según  sus  memorias  figuradas  en  el  segundo  Monumento,  y  de 
quienes  refería  Flavio  Joseph  cap.  4?  lib.  1?  que  aviéndoles  mandado  Dios 
se  separasen  del  Campo  de  Sennar  á  poblar  otras  tierras  donde  cosecha- 
sen frutos  abundantes,  y  evitaran  contestaciones,  y  que  no  habiéndolo  se- 
rían castigados,  lo  fueron  con  los  males  que  les  sobrevinieron  por  no  haber 
obedecido  aquellos  hombres  fuertes  é  indóciles  y  aviendo  proyectado  Nem- 
brot,  nieto  de  Cham,  fabricar  la  torre  con  intento  de  salvarse  en  ella  de  otro 
Diluvio,  si  Dios  amenazase  con  él  á  la  tierra,  y  de  vengar  por  medio  de  la 
propia,  la  muerte  de  sus  Padres  ó  sentido  que  no  se  opone  al  del  Deute- 
ronomio,  en  que  se  refiere  el  modo  engañoso  de  aquellos  fabricantes  para 
que  cooperasen  los  demás  hombres  á  la  obra,  y  asentando  aquel  antíqua- 
rio/Elaviq,  el  ánimo  de  ellos. 

:  Estos  monumentos  nacionales  descubren  la  permanencia  de  aquel  espí- 
ritu depravado  hasta  en  la  fundación  de  esta  ciudad,  si  se  examinan  sus 
figurados  conceptos  por  la  concordancia  de  costumbres  con  el  valor  de  un 
Idioma  variado  de  sentido,  aun  por  quienes  mas  se  dedicaron  á  él.  Así  se 
advierte  en  compuestos  con  el  numeral  segregativo  saine.  Aunque  tradu- 
cido en  el  Diccionario  scnnecomonilli  por  un  trago,  todavía  se  inmuta  su 
valor  de  trago  combnilli,  en  cada  una  saine,  esto  es,  en  cada  acción,  ó  con- 
versación, según  los  repiten  algunos  naturales  Mexicanos  al  beber  Pulque, 
que  siendo  en  cantidad  aun  de  aquellas  que  otros  absuerven  (sic)  segui- 
das, ellos  tardan  para  consumirlas  por  la  repetición  de  sus  tragos.  Senne- 
ixcneyonilistli  entendido  por  una  ojeada,  queda  sin  su  propio  sentido  de 
mirada  ixciieyonilistli,  en  cada  una  senne,  como  que  la  acostumbran  en 
cada  acción.  Pastas  traducciones  de  un  trago,  y  de  una  ojeada  se  asentaron 
directas  en  inteligencia  de  que  senne  valiese  uno  en  compuestos,  expresados 
juntamente  con  redundancia  de  su  segunda  sílaba  en  lugar  de  sencomonilli, 
seiiixcneyonilistli,  formados  con  pérdida  de  ella  como  sentzontli. 

Nota  (gj  (Véase  la pág.  213.) 

La  semejanza  del  Adive  en  persona  humana  para  anotación  de  sus  pro- 
piedades se  advierte  también  en  aquella  cúspide  Deminyo,  Agua  del  Adive 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

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ó  Coyotl  Mexicano,  permaneciendo  en  el  lado  septentrional  de  su  basa,  y 
pequeña  Población  vulgarmente  conocida  por  Tesca,  la  antiquísima  ano- 
tación con  que  se  distinguió  á  la  propia  cúspide  desquiciada,  por  Peñasco 
texcalli,  cuio  compuesto  ministra  el  valor  de  casa  calli,  en  masa  textli, 
partes  ambas  alusivas  á  la  de  aquella  de  cristiana  educación  allí  estableci- 
da, de  que  se  conservan  vestigios  en  su  cima. 

De  mancebo  del  Peñasco  se  trató  antonomásticamente  á  quien  lo  des- 
quició; y  á  la  misma  mole  después  que  sobre  ella  se  hizo  aquella  funda- 
ción se  distinguió  por  Agua  del  Adive  alegórico  de  sus  propiedades  de 
discernimiento,  valor,  ligereza  y  habitación  en  desiertos,  que  se  notaron 
en  quien  allí  estableció  fundación. 

De.  Texcayacac  se  trata  también  á  otra  Población,  siendo  su  valor  en  c, 
la  nariz  yacatl,  del  Peñasco,  ó  casa  en  masa  texcalli,  á  la  qual  se  conoce 
vulgarmente  por  Tescaliacaque,  y  á  una,  dos  leguas  cercana  á  esta  ciudad, 
por  Coyoacan  territorio  can,  de  Agua  atl,  del  Adive  Coyotl,  que  es  el  mal- 
país  de  peñasquería  volcánica  con  un  escaso,  y  no  continuo  manantial  en 
parte  fragosa  y  elevada,  ó  alusión  al  uso  que  de  ella  se  hizo. 

Por  estylo  semejante  al  del  Idioma  se  figuraban  los  Conceptos  en  la  es- 
critura geroglífica,  y  en  el  mismo  se  fundaban  también  las  ceremonias  re- 
cordativas de  los  acaecimientos.  De  manera  que  al  descubrirse  en  el  Mo- 
numento, de  que  se  trata  las  cavezas  de  Adives  en  los  fundadores  de  esta 
ciudad,  resulta  no  solamente  una  imitación  profanatoria  de  la  aplicación 
que  primero  se  dio  al  coyotl,  sino  también  la  manifestación  que  se  hizo  en 
la  abertura  de  sus  bocas,  significativa  del  intento  de  morir  por  Agua,  con- 
cordando el  valor  de  la  ceremonia,  que  á  la  primera  entrada  de  su  conquis- 
tador hizieron  los  principales  naturales,  según  la  pag.  80  de  su  historia  de 
tocar  la  tierra  con  la  mano  besando  ésta  después,  como  que  el  besamanos 
nacional,  es  tenamicki,  compuesto  de  morir  micki,  por  agua  atl,  á  la  orilla 
ó  labio  tentli,  con  que  intentaron  manifestar  aquellos  inteligentes  en  sus 
memorias  figuradas,  tanto  el  aver  muerto  sus  Ascendientes  abrazados  á  la 
orilla  de  la  Laguna,  origen  de  la  costumbre  de  quemar  los  cadáveres  de 
sus  Monarcas,  quanto  que  esto  también  movió  á  su  descendencia  á  esta- 
blecer su  nueva  fundación  en  lo  interno  de  la  laguna,  que  supone  aver  ex- 
trañado aquel  nuevamente  llegado. 

La  Águila  de  caveza  roxa,  es  cuscacuautli,  compuesto  de  Águila  cuautli, 
roxa  cuscatl,  común  á  la  Gargantilla,  que  por  la  figurada  se  instruie  tal  ade- 
rezo de  Rubí  en  las  Mugeres,  aviéndose  usado  de  él  para  manifestación  del 
tiempo  de  cinco  años  representado  en  sus  Cinco  reflexiones,  por  una  Ale- 
goría semejante  á  la  que  embuelbe  el  compuesto  de  la  misma  clase  de  pie- 
dra tlapalteoxiuitl,  común  en  su  última  parte  xiuitl,  á  la  Yerba  tratándola 
de  tal,  como  atribuida  su  formación  al  Sol,  de  color  igual,  especialmente  en 
Primavera.  Las  poblaciones  anotadas  por  Cuscatlan,  instruien  su  cercanía 
itlan,  al  Rubí  cuscatl.  Las  de  Cuauacan  disminuidas  de  su  parte  inicial  com- 

39 


bibliografía  mexicana  del  siglo  XVIII. 
306 

ponente  chalchiuitl,  genérico  de  toda  piedra  preciosa,  antonomástica  en  el 
Diamante,  y  entendida  en  el  Diccionario  por  clase  piedrezuelas  verdes,  co- 
mo instruida  tal  por  la  astucia  de  los  Naturales  se  manifiestan  por  criade- 
ros de  él,  tratado  de  Chalchiucuauae,  dura  Cuauac,  piedra  preciosa  chal- 
chihuitl,  y  por  ello  su  territorio  Chalchiucuauacan.  Así  se  señaló  en  la 
serranía  conocida  por  de  Orizava  al  Lugar  Chalchiucoamula,  Lugar  abun- 
dante de  la  Yevbaramulli,  amula,  adentro  Co,  lo  es  de  piedra  preciosa  Chal- 
chihuitl,  ó  Diamante,  anotado  también  así  en  la  que  hoy  se  conoce  heredad 
Chalchinapa,  Rio  Apa,  de  piedra  preciosa  chalchiuitl,  cercana  á  la  Pobla- 
ción Tenantzinco,  dentro  Co,  del  orificio  tzintli,  de  la  Madre  de  piedra  te- 
nantli. 

Otra:  Atlancuaualoya,  ordinaria  indurecencia  (sic)  cuaualoyan,  en  la  Ba- 
rranca Atlautli,  cercana  á  la  de  Xonacatepec,  en  c,  sierra  tepetl,  de  xonacatl, 
ó  nombre  propio  de  la  Yerba  amulli,  aludiendo  este  á  revuelta  mullí,  con 
agua  atl,  como  que  así  sirve  de  jabón  nacional,  y  el  xonacatl  usado  de  los  na- 
turales en  la  cebolla  por  semejanza  en  su  bulbo,  ojas  y  producción  de  éstas 
fuera  de  tierra,  y  aquel  dentro  de  ella,  comprueba  el  indicio  de  criadero  de 
Diamantes  por  la  propia  Yerba,  y  también  el  otro  distintivo  de  ellos  que 
asentaba  el  Diccionario  por  cuantecpatl  pedernal  tecpatl,  duro  cuauac,  ori- 
gen de  aver  entendido  los  escritores,  que  los  naturales  esculpían  en  piedra 
con  pedernal,  qnando  lo  hazian  con  diamante,  y  con  esmeralda  tratada  de 
Ketzalitztli,  filo  itztli,  sobresaliente  Ketzalli,  notándose  Población  Tlal- 
kctzalapa,  Rio  Apa,  sobresaliente  ketzalli,  de  la  tierra  llalli,  en  distrito  ju- 
risdiccional del  vulgar  tlapa,  y  permitiendo  la  disposición  de  26  de  Mayo 
de  1609,  extractada  en  la  Ley  19,  tit.  12,  lib.  6?,  de  Recop.  de  estos  Rey- 
nos,  el  repartimiento  de  naturales  para  beneficio  de  Minas  de  oro,  plata, 
Azogue,  y  esmeraldas.  Cap.  39,  lib  i?,  de  la  Monarquía  se  refería  un  Apo- 
deramiento  que  hizo  Acoltia  Señor  del  escrito  Azcaputzalco,  del  estado  de 
Tepotzollan.  Población  distinguida  por  cerca  itlan,  del  corcobado  tepotzo 
que  es  el  mas  cercano  Picacho  de  su  Serranía,  inclinado  á  la  misma  Pobla- 
ción. Aquella  invasión  se  asentaba  hecha  por  pasión  del  invasor  contra  „ 
Chalchiucua,  escriio  con  diminución,  siendo  el  diamante  cJialcJiiucuacua,  y 
con  falta  semejante  también  la  Provincia,  una  en  cordillera  con  la  de  Te- 
potzotlan,  y  cercana  á  ella,  tratada  en  el  cap.  31  del  propio  lib.  de  Cuahua- 
can.,  siendo  Chalchiucuauacan. 

Aquel  Lugar  cercano  á  esta  Ciudad,  por  erróneamente  escrito  desde  el 
siglo  Dézimo  sexto  Azcaputzalco,  entendido  como  Hormiguero,  lo  instruie 
Axalpusaualco,  dentro  co,  de  lo  hinchado^>//.sY?i'm////  de  arena,  xa lli,  con  agua 
atl,  su  situación  en  la  agregada  allí  antiguamente  quando  el  Rio  conocido 
por  los  Remedios  tenia  por  ella  su  curso,  variado  después  de  la  conquista, 
sirviendo  hoy  su  terreno  para  barro  destinado  á  vasos  porosos  de  Pulque 
conocidos  por  caxetes,  que  pulverizados  facilitan  el  asierre  de  cantería;  y 
notándose  otra  Población  anotada  por  Axalpusaiialtonco,  dentro  co,  de  la 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

307 

hinchazoncilla pusualtontli,  de  Arena  con  agua  axalli,  conocida  por  S.  Pe- 
dro Escapusaltongo  adonde  ocurre  el  Rio  de  la  serranía  de  Cuatiacan.  La 
Laguna  perenne  conocida  con  renombre  de  Chalco  por  escrita  así  también 
su  principal  Población,  desde  aquel  siglo,  la  advierte  Axalco,  dentro  co,  de 
arena  con  agua  axalli,  una  de  sus  cercanas  heredades,  así  tratada  por  los 
Naturales,  siendo  la  propia  clase  de  Arena  la  Causa  de  la  fertilidad  de  sus 
sementeras,  que  concuerda  la  serranía  Amilpan,  sobre  ipan,  sementera  mi- 
lli,  de  Agua  All,  por  colgada  á  su  llanura.  El  Diccionario  asentó  á  Axa- 
lli por  arena  para  corte  de  piedras  preciosas;  de  lo  que  resulta  originada  la 
equivocación  en  el  escritor  de  quien  la  copió  D.  Fran.co  Clavigero  en  su 
lámina  3?  entre  las  pag.s  192  y  193,  tom.  2?  y  que  juzgaba  á  Chalco  valio- 
so de  Lugar  de  piedra  preciosa,  por  su  arena  servible  para  corte  de  ella. 

Nota  (h)  (Véase  la pág.  21  y.) 

En  figura  semejante  al  calavazo  aquí  represantado,  se  fabrica  la  caja  de 
vihuelas  de  paja  silvestre,  ó  que  nace  en  los  Campos  sin  cultivo,  sacatl me- 
xicano, distinguiendo  con  coloren  pequeños  quadrados  las  casillas  que  apa- 
recen en  el  esculpido,  aviendo  asentado  el  Diccionario  el  distintivo  que 
dieron  los  Naturales  á  las  cuerdas  de  tal  instrumento  quando  lo  vieron  á 
los  españoles,  por  tlaluamecatl,  cuerda  mecatl,  del  calavazo  uaxitl,  de  la 
tierra  llalli. 

Al  cruzero  notó  S.  Gerónimo  cap.  15  del  Evangelio  de  S.  Marcos,  sym- 
bólico  de  los  quatro  rumbos  principales  del  Mundo,  lo  que  también  se  sig- 
nificaba en  la  expresión  Tauatinsuyo,  propia  del  distrito  dominado  por  los 
Incas,  en  el  Idioma  del  Perú,  según  Garcilazo  lib.  1?,  cap.  4,  siendo  el  figu- 
rado en  este  Monumento,  symbólico  del  movimiento,  ó  terremoto  en  cruz 
á  los  mismos  quatro  vientos,  sengun  se  esperimentan  hasta  hoy  varios 
temblores,  es  al  mismo  tiempo  significativo  metonímico  del  efecto  por  la 
Causa  que  obró  aquel  trastorno  comprehendido  en  la  expresión  nacional 
del  cruzero,  asentado  en  el  Diccionario  uitoliucajiepaniutoc,  zurrón  toctli, 
así  iuki,  uno  en  pos  de  otro  nepan,  que  está  ca,  torcido  uitoliiii,  alusión  á 
los  de  oro  que  ya  figuran  amarrados,  y  se  perdieron  mixturados  con  lava 
volcánica  en  aquella  Data  y  Serranía  en  que  hasta  entonces  se  acopiaban, 
señalando  en  el  así  la  configuración  del  malpaís,  semejante  en  sus  tortuo- 
sidades al  de  sus  amarres. 

Asentó  también  á  uitoliui  por  Arco  toral;  y  desde  la  Población  Uaxir 
lian,  cerca  Ulan,  del  calavazo  uaxitl,  por  la  figura  de  tal  que  representa 
su  mas  cercano  cerro,  y  situada  al  pie  de  la  serranía  del  vulgar  Tasco,  se 
nota  esta  derrumbada  en  ambos  lados  de  su  Rio  de  Pesca  por  choque  si- 
multáneo que  allí  formó  el  dilatado  Puente  que  llaman  de  Dios,  con  señal 
acanalada  en  el  lugar  de  la  unión.  Asentándose  cap.  30,  lib.  6,  de  la  Mo- 
narquía quitzetzeloua,  en  lugar  de  tzetzeloa,  no  se  advertía  su  significación 


BIBLIOGRAFÍA  mexicana  DEL  SIGLO  XV II i. 

308 

metafórica  de  cernir  por  temblar.  A  viéndose  puesto  en  el  propio  cap?  á 
tzatzehda  la  traducción  de  rociar  con  Agua,  todavía  no  se  conoció  la  parte 
componente  que  embuelbe  de  piedra  en  el  te,  aun  refiriéndose  que  los  Pe- 
tateros,  ó  fabricantes  de  esteras  daban  esos  epítetos  en  el  Adoratorio  de 
esta  Capital  á  Napateaitli,  y  sin  aver  entendido  aquel  escritor  que  el  pre- 
sente de  indicativo  suple  muchas  vezes  por  su  derivativo,  y  que  así  se  sig- 
nifica al  que  rocía  tzeluia,  con  agua  atl,  de  piedra  tetl,  alusiva  á  la  antigua 
erupción  derretida  de  la  mayor  prominencia  de  la  serranía  de  Sur,  de  don- 
de viene  la  lluvia  á  la  Población  de  Petateros  Axuchimilco,  en  lo  interno 
co,  está  la  sementera  milli,  que  vomita  ixuchtia,  agua  atl,  por  los  manan- 
tiales de  que  abunda  la  misma  Población,  á  donde  se  dirigía  aquella  lava 
después  petrificada  y  permanente  con  el  vulgar  distintivo  de  malpaís,  re- 
putando los  moradores  de  aquella  como  condolido  de  los  angustiados  á 
la  mole  eminente  Napatectitli,  quando  recordaban  el  teatzeluia,  por  que 
no  llegó  á  aquel  Lugar. 

Tampoco  se  reputó  alegórica  la  tradición  asentada  cap.  1?  lib.  2?  y  re- 
ducida á  que  comiendo  los  Mexicanos  á  la  sombra  de  un  Árbol  muí  gran- 
de y  grueso,  quebró  repentinamente  por  medio  con  gran  ruido,  (i)  lo  que, 
según  el  cap?  siguiente,  fué  en  el  parage  Chicomostoc,  tan  erróneamente 
así  escrito,  como  traducido  directamente  por  "siete  cuevas,"  del  que  unas 
Naciones  avian  salido,  y  otras  pasado  por  el,  según  común  opinión  de  to- 
das las  descubiertas  en  esta  Nueva  España  hasta  principios  del  Siglo  dé- 
zimo  séptimo,  apuntada  cap  8?  lib.  3?;  quando  la  concordancia  de  los  Ge- 
roglíficos  descubre  aquel  Lugar  memorable  á  que  concurrían  las  demás 
Naciones  seducidas  por  la  corpulenta,  donde  quebró  su  Árbol  genealógico 
que  hazia  sombra  á  la  iniquidad  destruida  á  Medio  día,  ó  tiempo  de  comer. 

De  los  Mexicanos  en  Xicomostoc  se  refería  aquella  tradición,  sin  cono- 
cimiento en  españoles,  del  distintivo  de  aquellos,  y  por  falta  de  él,  confun- 
diendo el  escritor  de  la  Monarquía,  el  que  ponía  cap.s  13,  y  14,  lib  i?  como 
de  Naciones  diversas,  entre  Gigantes  por  primeros  Pobladores  de  Nueva 
España;  Tultecas  como  los  segundos,  y  Mexicanos  que  reputaba  poste- 
riores en  el  citado  cap.  1?  lib.  2?;  quando  aun  por  la  memoria  que  extrac- 
taba cap.  22,  lib.  i?,  tocante  á  aver  suscitado  un  Señor  de  Cuautepcc,  des* 
cendiente  de  los  pocos  escapados  tultecas  en  las  orillas  de  estas  Lagunas, 
el  uso  del  Maiz,  olvidado  con  muchas  y  continuadas  secas  venidas  desde 
vida  de  aquellos;  podia  aver  entendido  descendientes  de  aquellos,  á  los 
Mexicanos  y  la  anotación  de  estos  Mexicca,  relativa  á  los  habitantes  de 
oquedad  en  centro  xicca,  del  Maguey  metí  ó  antigua  Capital  donde  tan 
de  asiento  se  usaba,  si  también  huviera  concordado  igual  anotación  en  dos 
Poblaciones  de  este  Valle,  la  una Mexicctzinco,  dentro  co,  del  orificio  tzin- 
tli,  de  los  avecindados  de  la  oquedad  en  centro  xicca,  del  Maguey  metí, 

(1)  Véase  la  nota  de  la  pág.  297. 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 
309 

como  que  en  tal  lugar  concurren  las  vertientes  de  la  serrania  de  Sur,  de 
donde  se  trasladaron  antiguamente  algunos  de  sus  habitantes  á  Mexicca- 
tzinco  vulgarmente  llamado  Megicalsingo,  y  otros  á  la  conocida  por  la  Mag- 
dalena Mexicca,  situada  al  hilo  de  las  mismas  vertientes  mas  cercanas  á 
esta  Ciudad. 

La  serrania  del  Mineral  Tecpantitlan,  cerca  itlan,  de  la  junta  tecpantli, 
por  la  inmediata  de  dos  Rios,  se  trata  de  sierra  de  Petlacala,  que  es  sig- 
nificativa de  abundante  de  sepulcros,  aviéndose  encontrado  en  excavacio- 
nes de  ella,  enormes  osamentas  humanas  que  por  aver  cubierto  también 
aquella  cordillera,  se  anotó  en  la  misma  su  memoria.  La  antigua  Población 
también  mineral,  distinguida  por  Omitían,  cerca  itlan,  del  hueso  omití,  por 
el  desnudo,  y  elevado  Picacho  de  su  serranía,  ó  de  la  clase  que  los  Natu- 
ralistas por  costumbre  antigua,  oro  de  Placeres  de  Rios  y  de  Serranías,  lo 
instruid  su  conquistador  pag.s  98  y  99,  de  su  historia,  refiriendo  que  el 
emperador  ñlotcnsoma  distribuid  españoles,  guiados  de  Naturales  á  mu- 
chas Provincias  y  Ciudades,  de  nombres  que  olvidó  por  diversos  y  avér- 
sele  perdido  las  escrituras  y  que  se  les  entregó  en  aquellas  el  oro  por  me- 
dida que  llevaron  de  esta  Capital.  Si  esto  se  coteja  con  lo  que  pocos  meses 
antes  avia  dicho  el  Emperador,  pag.  82,  de  averie  quedado  de  sus  Abuelos, 
algunas  alhajas  de  oro,  descubre  su  primer  ánimo  de  ocultación. 

D.  Alvaro  Alonso  Barba,  cap.  28,  lib.  i?  de  su  Arte  de  metales,  escrito 
en  1637,  y  Reyno  del  Perú,  instruía  no  averse  encontrado  en  la  Provincia 
de  los  Lipes  labor  alguna  antigua  de  Plata,  constándole  por  lo  mucho  que 
vio  sacado  de  lugares  minerales,  no  conocidos  entre  españoles,  que  las  avia 
riquísimas  y  entre  ellas  la  de  los  Encomenderos,  sabida  por  solo  averse  mi- 
nistrado de  ella  mucha  plata  á  dos  que  lo  fueron  de  aquella  Provincia,  nom- 
brados Tapias,  para  que  se  volviesen  á  España;  y  aviendo  conocido  toda- 
vía aquelt  escritor  á  algunos  de  los  individuos  que  la  cargaron  hasta  el 
Puerto  de  Arica. 

Que  en  Nueva  España  permanecía  costumbre  después  de  conquistada. 
de  sacar  naturales  de  tierra  fria  á  la  Caliente,  y  al  contrario,  lo  comprue- 
ban las  prohibiciones  de  que  se  continuara,  fundados  en  lo  nocivo  del  des- 
temple, y  expedidas  en  los  años  155  1,  y  68,  de  que  se  extractó  la  ley  13, 
tit.  1?  lib.  6?  de  Recopilación  de  estos  Reynos  El  destino  de  aquellas 
transmigraciones  dentro,  ó  fuera  de  temperamentos  semejantes,  bastante- 
mente manifiesta  que  era  para  trabajo  en  Rios  y  placeres  de  oro,  el  aver 
Andrés  de  Tapia  cedido  á  la  R.1  Corona,  la  Ciudad  conocida  entre  espa 
ñoles  por  Cholula,  y  Antonio  de  Ordaz,  la  tratada  de  Guejosingo,  que  te 
nian  en  encomienda,  dándoles  el  primer  Virrey  1).  Antonio  de  Mendoza 
en  cambio  de  ellas,  á  Tapia  el  pueblo  de  Atotonilco,  y  á  Ordaz  los  vulga- 
rizados en  Tlapa  y  Chilapa,  que  los  mismos  encomenderos  solicitaron  por 
el  oro  que  se  tributaba  de  estos  últimos  lugares,  y  no  de  aquellos  primero 
encomendados,  según  el  cap.  12  lib.  6V  de  la  Monarquía,  en  que  se  asentó 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 


Culpa  siendo  Teocuitlapa,  de  que  ha  quedado  el  distintivo  de  solo  Tlapa, 
porque  su  compuesto  nacional  lo  instruie  en  donde  pa,  está  la  plata  teo- 
cuitlatl.  En  el  distrito  jurisdiccional  de  Tlapa  hay  Población  vulgarmente 
tratada  de  Cuitlasala,  siendo  Teocuitlatzalan  la  abra  de  la  Sierra  tzalan, 
es  de  plata  tcocuitlatl,  como  que  en  ella  permanece  veta  y  Mina  derrum- 
bada, y  de  una  de  sus  cuevas  se  extrageron  en  nuestros  dias  figuras  de  oro. 
vaciadas  á  estylo  de  la  Gentilidad. 

En  el  Diccionario  se  asentó  al  oro  con  dos  distintivos:  uno  tetlcozaiiqui; 
que  aunque  debido  escrivir  tccosauki,  equivale  al  que  amarillea  cosauki,  la 
piedra  tctl,  y  es  rayz  de  la  anotación  topográfica  Tecosantla,  que  señala 
allí  el  tía,  la  abundancia  de  oro.  El  otro  distintivo  de  él,  es  custicteocui- 
tlatl,  correspondiente  á  Plata  teociiitlatl,  amarilla  custic.  Al  oro  en  polvo 
se  expresó  también  en  el  Diccionario  por  teocuitlatlalli,  que  fué  tratarlo 
de  tierra  llalli,  de  plata  teocuitlatl;  y  al  de  arenas  por  teocuitlaxalli,  que 
vale  arena  xalli,  de  plata  teocuitlatl,  Ambos  son  ágenos  del  estylo  de  te- 
cosa  uki,  con  el  qual  concuerda,  no  sola  la  anotación  Tecosautla%  sino  tam- 
bién la  de  Tlalcosautitlan,  cerca  Ulan  del  que  amarillea  cosauki,  la  tierra 
tlatli,  Población  comprehendida  en  distrito  jurisdiccional  del  vulgarizado 
Chilapa,  y  cercana  á  recalada  del  caudaloso  Rio  Tectianapa,  Rio  Apa,  bravo 
tecuani  que  es  el  Rio  Apa  de  oquedad  céntrica,  ó  catarata  xictli  con  que 
se  anotó  de  xiclapa  (sic.)  Al  Mineral  Tlalpuxauac,  lo  ministra  su  com- 
puesto, en  lo  esponjoso  xauac  de  la  tierra  tlalli;  quando  entre  ella  se  en- 
cuentra el  oro.  A  la  Población  vulgarizada  por  Mescala,  la  instruie  su  si- 
tuación Amacxala,  arenal  xala,  á  la  otra  vanda  de  la  agua  amac,  pues  se 
halla  en  el  que  ha  formado  su  Rio. 

Los  Peruanos  anotaron  por  CJiaquiyapu  heredad  de  oro,  á  la  Ciudad 
distinguida  entre  españoles,  por  de  la  Paz,  según  Barba,  lib.  i?  cap.  26. 
Así  se  advierte  también  metafórico  el  tratamiento  del  oro  entre  Mexica- 
nos por  x ickilpilli  principal  yerba  apreciable  de  oquedad  céntrica:  y  tam- 
bién á  Toltccamila  lugar  abundante  de  ceméntelas  mila,  de  tultecas  tolleca, 
quando  es  mineral  situado  en  Chilcuautla  distrito  jurisdiccional  del  vulgar 
Ckautla,  y  originalmente  Cuantía,  de  pimiento  Chilli,  que  es  el  más  pe- 
queño y  picante.  En  el  cap.  22  lib.  2o  de  la  Monarquía,  aun  ignorando  su 
escritor  el  quando,  referia.que  los  acuilmas,  chichimccas  y  tultecas  se  exi- 
mían de  tributar  oro,  plata,  y  piedras  preciosas,  eme  intentaba  exigirles  el 
Señor  de  la  Población  que  escribía  Azcaputzalco,  fundados  en  la  pobreza 
á  que  entonces  se  veían  reducidos,  aviendo  sido  antes  poderosos;  y  ahora 
instruien  sus  geroglíficos  el  acopio  de  riquezas  que  perdieron  en  época  de- 
terminada, juntamente  con  el  Gentío  que  las  ministraba,  repuesto  después 
de  siglos  en  número  tan  abultado,  quanto  dictan  las  relaciones  del  lib.  3? 
de  la  citada  Monarquía,  y  el  qual  acabó  hasta  el  grado  que  documentan 
los  vestigios  de  Poblaciones  desiertas,  casi  ya  innumerables. 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 
311 

Nota  (i)  (Véase  la pág.  219). 

La  expresión  translativa  de  la  plata  por  immundicia  del  Señor,  es  jun- 
tamente de  synecdoque  por  formada  de  Azufre,  producción  atribuida  al 
Sol,  y  acorde  con  la  anotación  Cuitlauac,  alusiva  á  las  antiguas  corridas 
de  Azufre  volcánico,  cubiertas  con  las  Aguas  de  la  Laguna  hasta  la  Po- 
blación asi  distinguida,  situada  dentro  de  la  propia  Laguna,  y  cercana  á  la 
Población  Tolyaualco,  ó  material  conservado  dentro  de  las  mismas  aguas 
en  consistencia  semejante  á  la  que  se  conoce  por  cera  de  Campeche;  y 
permaneciendo  en  una  de  las  cumbres  de  su  serranía  frontera  de  Norte,  ó 
de  Tlaltcnco,  el  distintivo  Ocuitlaxochco,  el  que  de  lo  interno  co,  vomitó 
oixuch,  ¡inmundicia  cnitlatl:  Barba,  cap.  2?  lib.  1?  decía  aver  pensado  al- 
guno que  en  las  entrañas  de  la  tierra  hai  materias  hediondas,  equivalentes 
á  estiércoles  de  animales:  y  en  el  19,  que  los  metales  tienen  por  principios 
al  Azufre  y  Azogue,  comprobándolo  con  la  general  experiencia  de  que  los 
abundantes  en  aquél,  son  los  de  mayor  riqueza,  y  con  que  los  de  Challa- 
tiri,  aun  siendo  de  plata  dexaban  mucho  Azogue  en  el  horno;  y  apoyando 
en  el  18o  la  opinión  que  atribuie  tales  principios  al  Calor  del  Sol.  Que  los 
Mexicanos  también  excavaron  minerales  de  plata  mixturada  en  su  cria- 
dero con  Azogue  lo  manifiestan  sus  pinas  ó  conos  figurados  en  las  colas 
del  Pago  regional,  y  lo  comprueban  los  Monumentos  y  vetas  de  tal  clase 
en  el  lindero  antiguo  de  la  jurisdicción  de  Cuernavaca,  tratada  nacional- 
mente de  Tlauican,  según  el  rubro  del  cap.  87,  lib.  4?  de  la  Monarquía, 
aunque  su  escritor  no  traducía  ese  distintivo  cuio  valor  es  el  de  país  Can, 
de  bermellón  tlauitl. 

Al  lindero,  pues,  de  ella  es  al  que  se  referia  la  Determinación  explicada 
en  Junta  de  R.1  Hazienda  del  año  1727,  para  que  se  abriesen  las  minas  de 
Azogue  de  Huauhtla  y  Cuernavaca  cerradas  en  el  de  17 18.  por  R.1  orden 
del  anterior  de  17,  insertas  en  los  comentarios  á  las  ordenanzas  de  Minas 
impresos  en  la  corte  de  V.  M.  año  de  1750,  pag.s  26  y  35.  Como  en  aque- 
lla fecha  en  que  se  trató  de  su  abertura,  era  notoria  la  situación  de  tal  mi- 
neral pareció  entonces  suficiente  la  expressíon  de  Huauhtla  y  Cuernavaca, 
que  por  no  averse  hecho  con  mas  individuación,  ha  ocasionado  una  con- 
fusa indeterminación  de  lugar  quando  se  ha  solicitado  desde  el  año  de 
1780.  Pero  las  vetas  permanentes  en  el  lindero  de  la  jurisdicción  de  Cuer- 
navaca, y  el  del  antiguo  mineral  Uautla,  que  es  el  Rio  conocido  por  Chi- 
naineca,  descubren  su  identidad,  especialmente  donde  estuvo  una  antigua 
Población  distinguida  por  Apatlaco,  que  juntamente  instruie  antiquísimo 
lindero  al  mismo  Rio  por  su  valor  de  que  la  mitad  tlaco,  es  el  Rio  Apa, 
señalado  como  tal  por  la  abertura  que  de  él  se  manifiesta  aver  hecho  la  de 
sus  serranías,  especialmente  visible  en  el  parage  conocido  por  junta  de  los 
Rios,  ú  operación  propia  de  extraño  terremoto. 

Las  quatro  colas  del  Páxaro  sen tzontli,  por  su  pelo  tzoutli,  común  á  qua- 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII 

312 

trocientos,  en  cada  una  senne,  de  las  caudas  del  Pavo  regional,  advierten 
también  la  contribución  anual  de  mil  y  seiscientos  de  éstos,  establecida  al 
tiempo  de  la  nueva  fundación.  Pero  como  en  el  concurso  de  los  demás  ge- 
roglíficos  de  este  Monumento,  se  notan  juntamente  referidas  las  del  Pájaro, 
á  otros  tantos  años;  y  el  segundo  excavado  dicta  la  radicación  de  la  na- 
ción mexicana  en  el  año  2170,  del  Mundo,  en  aquel  pays  caliente  y  mi- 
neral de  bermellón,  donde  abunda  en  sus  Rios  el  Perrillo  aquático  que  la 
symboliza  allí,  y  en  el  cual  también  se  encuentra  la  anotación  del  proprio 
Perrillo:  resulta  el  avaro  acopio  que  se  avia  hecho  de  tesoros  en  la  capital 
antigua,  comenzado  por  los  que  se  extraían  de  aquel  territorio  desde  el 
año  dos  mil  quatiocientos  y  treinta  del  Mundo  ó  á  los  doscientos  y  sesenta 
de  aquella  radicación,  pues  estos  son  los  que  median  entre  el  2170,  y  el 
1600  del  acopiado  tesoro,  destruido  con  la  capital  antigua  en  el  4030,  como 
en  la  fundada  á  los  quatrocientos  de  aniquilada  aquélla,  entró  la  Nación 
española  en  el  mil  quinientos  y  diez  y  nueve  de  la  era  cristiana,  quando 
tenían  ya  de  establecidas  las  contribuciones  de  la  nueva  fundación,  1089 
años,  de  este  periodo  resultan  las  que  existían  en  aquel  ingreso. 

No  es  extraño  que  aquella  capital,  llena  de  tesoros,  siendo  sus  Gefes  ava- 
ros, la  tuviesen  tan  opulenta  en  los  vicios,  que  para  estos  extendieran  la 
prodigalidad,  y  cerrasen  la  mano  para  los  necesitados.  Debía  también  es- 
perar su  incredulidad  pertinaz,  el  exterminio  de  ella  con  terremoto,  fuego 
y  Azufre,  tanto  por  el  exemplar  anterior  de  Sodoma,  quanto  por  el  que 
en  caveza  de  Jerusalem,  avia  predicho  Ezequiel  para  todas  sus  imitadoras, 
ó  verdades  que  ya  se  les  avian  anunciado  últimamente  y  como  cercanas  por 
el  Precursor  del  Mesías.  Aquel  Profeta  v.  49,  y  50,  cap.  16,  decia:  "cata 
"ai  esta  fué  la  iniquidad  de  Sodoma  tu  hermana,  la  soberbia,  la  sociedad 
"del  pan,  y  la  abundancia  y  la  ociosidad  de  ella  y  de  sus  hijas:  y  no  ren- 
"dian  la  mano  al  necesitado  y  al  pobre,  y  son  levantadas,  e  hizieron  abo- 
"minaciones  delante  mi,  y  las  arranqué  como  viste."  Esto  prevenía  des- 
pués del  anterior  suceso  que  refiere  el  v.  24,  cap.  19,  del  Génesis:  <4pues 
"el  Señor  llovió  sobre  Sodoma  y  Gomorra,  Azufre  y  fuego  por  el  Señor 
"del  cielo.  ..." 

Nota  ( j )  (  Véase  la  pág.  219. ) 

Al  torzal  tlamalintli,  lo  fabrican  hoy  las  mugeres  naturales  con  lana  car- 
dada por  medio  de  la  cabeza  espinosa  del  cardo  sylvestre,  distinguida  por 
uitzkiltzontecomatl,  caveza  tzontecomatl,  del  cardo  uitzkilitl^  siendo  esta 
última  parte  compuesta  de  yerba  apreciable  kilitl,  de  espina  uitzli,  con  que 
se  anotó  á  la  Población  Uitzkihican,  en  dos  partes  ó  lugares  ucean,  hai 
cardo  uitzkilitl.  Asi  cardada  la  llaman  tochomitl,  significativo  de  pelo  de 
conejo,  ó  contraposición  de  su  suavidad  á  la  dureza  que  supone  su  com- 
puesto de  hueso  omití,  de  conejo  tochtli;  descubriendo  también  la  aplica- 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 
313 

cion  del  frasistno  al  torzal,  que  de  tal  pelo  se  fabricaba  elmugeril  quando 
aqui  no  se  conocía  lana. 

Como  el  hueso  también  es  symbolo  de  duración,  y  el  conejo  de  habita 
dores  de  Cuevas,  y  algunos  picachos  verticales  iguales,  y  vistos  á  distan- 
cia competente  se  asemejan  á  las  orejas  del  conejo,  se  trató  a  algunas  de 
las  serranías  que  los  presentan  de  Tuclitepec,  dentro  c,  de  la  sierra  tepetl, 
del  conejo  tuclitli,  adviertiéndose  juntamente  libertadas  algunas  personas 
en  cuevas,  en  aquella  era  memorable,  é  instruiendo  el  número  de  las  de 
nuestro  norte  en  el  valle,  el  de  las  muelas  figuradas  al  hilo  del  torzal  de  los 
costados  en  este  Monumento,  y  las  muelas  de  los  labios  del  cangrejo  en 
ambas  frentes,  el  número  de  las  sobrevivientes  á  la  orilla  de  la  serranía  de 
sur.  En  ella  permanece  la  anotación  nacional  Tuchtcpec  referida  á  su  mar. 
elevada  mole,  con  relación  á  su  lado  meridional,  en  distrito  de  Senpoala, 
la  de  Omettichco,  dentro  co  del  conejo  tuchtli,  dos  orne  todavía  compuesto 
de  que  está  el  maguey  metí,  en  el  Camino  o///,  ó  symbólica  predicción  de 
aquel  suceso  de  la  era  nacional,  alusivo  á  la  aniquilación  de  la  embriaguez 
con  averse  colocado  allí  en  tierra  llana  dos  picachos  de  serranía.  En  dis- 
trito del  vulgarizado  Chautla  también  permanece  la  de  Nauituchco,  dentro 
co,  del  conejo  tuchtli,  quatro  naui;  todavia  compuesto  de  que  lo  suio  i,  es 
la  mollera  ñau,  symhólica  de  la  memoria,  y  acercándose  en  aquella  situa- 
ción los  extremos  de  quatro  serranías. 

Que  aquella  memoria  original  se  extendió  después  aun  para  conserva- 
ción de  la  de  circunstancias  naturales,  lo  comprueba  la  anotación  Toch- 
milco,  dentro  co,  de  la  sementera  milli,  del  conejo  tochtli;  pues  éste  alude 
á  los  dos  picachos  nevados  vistos  desde  aquella  Población,  cuio  plan  tra- 
tado de  sementera  de  ellos,  lo  fecundan  sus  vertientes. 

Y  que  la  primitiva  referencia  de  conejos,  fué  á  los  libertados  en  cuevas, 
lo  comprueban  también  las  concordes  anotaciones  de  la  serranía  de  Sur  de 
Tlaltenanco,  en  el  sentido  de  madre  de  piedra  de  la  Sierra  en  lo  interno 
y  la  de  su  cercana  Población  á  la  madre  de  piedra  Tenanitlan;  y  en  la  de 
Norte  Tenanyuca  propia  madre  de  piedra. 

La  alusión  de  los  Conejos,  causó  error  de  inteligencia  en  D.  Lorenzo 
Botufini,  pag.  6  de  su  Idea  de  una  Nueva  Historia  General  de  la  Améri- 
ca Septentrional,  reputando  por  signo  del  grande  eclipse  en  la  muerte  de 
Jesucristo,  al  número  de  siete  conejos.  Aunque  tal  animal  fué  symbolo 
de  los  libertados  en  aquella  era,  pero  no  lo  fué  del  eclipse,  que  en  el  se- 
gundo Monumento  ahora  excavado,  se  figura  con  relación  á  las  siete  es- 
trellas del  carro,  ú  osa  mayor,  por  su  acaecimiento  en  equinoccio,  en  que 
también  se  presenta  el  coluro  por  referencia  á  las  mismas  estrellas  aun  en- 
tre los  astrónomos  del  siglo  actual.  Pero  no  es  de  estrañar  la  falta  de  sen- 
tido de  las  figuras  symbólicas  entre  escritores  del  Dézimo  sexto;  de  quie- 
nes se  propagó  inteligencia  quando  se  advierte  la  del  mas  usual  de  los 
Idiomas 

4-J 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 
314 

A  l<i  Nación  conocida  hast  1  hoy  entre  españoles  p  >r  otoiui,  aun  su  con 
quistado!'  no  la  trato  así  hasta  que  estaba  en  el  bloqueo  de  .esta  ciudad,  lla- 
mando entonces  a  sus  individuos  utumies,  que  es  Gente  serrana,  pag  252, 
de  su  historia.  Antes  avia  mencionado,  pag.  207,  á  Chichimecatecle,  que 
no  podia  escribir  Chichimecateutli,  Señor  tcutli,  de  cuerda  mccatl  con  Ar- 
pón ckichikilli,  por  Gefe  de  10  mil  conductores  hasta  Texcuco,  que  llama- 
ba Tesaico,  del  maderage  para  Vergantines,  labrado  en  el  vulgar  Tlascala.- 
A  esa  clase  de  arma  nacional  aludía  el  distintivo  chichimecatlt  con  que  los 
escritores  de  aquel  siglo  referían  tratada  por  Mexicanos,  á  la  nación  que 
después  se  sospechaba  alusiva,  y  ya  á  Perros,  quando  no  hai  ni  tradición 
ni  figura  esculpida  de  otros,  sino  de  aqnático  itzaiintli,  y  al  terrestre  con- 
ducido por  conquistadores,  se  distinguió  entre  naturales  por  chichi,  en  alu- 
sión á  su  propiedad  de  chupar  quando  bebe.  El  de  otomi  se  originó  de  este 
valle,  al  señalar  en  él  los  Mexicanos  su  lindero  para  con  la  que  trataban, 
ya  de  Cliicliimccatl  por  aquella  arma,  y  ya  de  Masaua  por  aposesionada  y 
diestra  en  caza  de  venado  Masatl;  Otomí,  flecha  mitl,  nuestra  to,  al  camino 
otli,  es  al  Picacho  tratado  también  así,  aun  hasta  hoy,  por  algunos  natu 
rales  de  la  serranía  de  Norte,  á  que  se  refiere  el  Meridiano  de  esta  Ciudad, 
y  antiguo  lindero  en  tre  ambas  naciones,  como  que  casi  en  Cuáutitlan  (si- 
tuado al  otro  lado  de  la  propia  serranía)  comenzaba  ¡a  grande  Provincia 
de  los  otomís,  según  el  cap.  4?,  lib.  1?  de  la  Monarquía,  y  lo  comprueban 
los  vicios  con  que  hasta  hoy  se  usa  del  mexicano,  desde  el  mismo  Valle 
Ciiautitlan,  Garcilazo  cap.  4?,  lib.  1?  de  sus  Comentarios,  también  adver- 
tía equivocado  en  Perú  á  Pelú  significativo  de  Rio,  en  que  hallaron  á  uno 
de  sus  naturales,  los  primeros  españoles  que  allí  aportaron,  preguntándole 
por  el  nombro  del  Pais,  y  respondiendo  el  por  el  del  Rió,  antiguo  límite  de 
la  dominación  de  los  Incas. 

La  desconocida  Provincia  de  Aztlan,  de  donde  salieron  los  Mexicanos 
al  viage,  mencionado  cap.  1?,  lib.  2?  de  la  Monarquía,  la  instrnie  la  Ala 
Astli,  figurada  en  este  Monumento,  por  la  rinconada  de  Cuautepec. 

Y  la  tradición  de  aquel  derrotero  de  tan  corto  recinto  como  lo  manifies- 
ta la  anotación  permanente  de  los  lugares  que  en  él  se  referían,  resulta  alu- 
siva á  Misión  perversiva  de  la  Religión  Cristiana,  que  hizieron  los  de  tal 
lugar  después  de  su  Apostasía,  para  introducir  ésta  en  las  Gentes  de  aque 
líos  otros  en  donde  se  detenían  con  tal  fin,  dexándoles  para  él,  ministros 
seductores,  que  con  agüeros,  y  pactos  diabólicos,  les  engañaron,  é  intro- 
duxeron  en  Tula  quando  allí  estuvieron,  el  cruel  sacrificio  humano.  Así, 
pues,  lo  dicta  la  concordancia  de  las  tradiciones  con  los  Geroglíficos  y 
topografía  nacionales,  monumentos,  costumbres  é  Idioma. 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIll. 
315 


M.   P.    S. 


Pide,  que  esta  Representación  se  agregue  con 
la  copia  que  produce  conforme  á  fra  R  1  intención, 
al  expediente  de  la  materia,  proveyéndose  sobre  su 
otrosí  para  los  fines  de  la  R.l  Cédula,  entretanto 
S.  M.  resuelve. 


D.  Jph.  Ign?  Borunda,  Abogado  de  esta  R.1  Audi1,  é  individuo  de  su 
Il.tre,  y  R.  Colegio,  ante  V.  A.  á  quien  S.  M.  (Q.  D.  G.),  en  R.1  Cédula 
de  veinte  y  dos  de  Diciembre  del  año  proxime  anterior,  y  á  instancia  de 
la  R.1  Academia  de  la  Historia  ha  encargado  por  su  Consejo  Supremo,  la 
conservación  del  Museo  que  acopió  D.  Lorenzo  Boturini  para  que  por  Ge» 
roglíficos  se  escriba  la  Antigua  de  esta  Nueva  España,  presento  conforme 
á  la  R.1  intención,  copia  de  carta  que  entregué  en  veinte  y  quatro  de  Oc- 
tubre del  mismo  año  á  V.tro  E.xmo  Presidente,  en  la  qual  con  el  Alfabeto 
que  ministré  para  inteligencia  actual  de  los  Caracteres  con  que  escribieron 
los  Naturales,  especialmente  de  este  Valle  de  México  recien  conquistados, 
manifesté  también  el  origen  de  muchos  errores  que  he  notado  en  los  es- 
critores de  la  propria,  y  la  clave,  ó  Método  que  juzgo  únicamente  sólido, 
y  atinado  para  su  corrección. 

Esja  es  un  principio  necesario  al  descubrimiento  de  la  verdad  porque 
advierte  las  equivocaciones  que  la  han  ofuscado,  tanto  en*  la  Cronologia 
con  Anacronismos,  quanto  en  la  Geografía  con  multiplicación  de  Nacio- 
nes que  fué  una  en  Idioma,  y  en  sus  principales  costumbres,  y  distinguida 
en  Cantones,  y  por  ellos  en  algunos  usos,  y  ceremonias,  reputando  tam- 
bién los  escritores,  extinguidas  otras  que  permanecen.  Rayzes  que  han 
producido  la  complicación,  é  inverosimilitud  de  las  tradiciones  realmente 
acordes,  tanto  acerca  de  transmigraciones,  quanto  de  calamidades,  y  lenta 
Repoblación,  y  de  otros  particulares  proprios  de  Antigüedad. 

La  inteligencia  de  la  Cronologia  de  los  Mexicanos  se  halla  tan  distante 
de  los  modos  propios  y  naturales  con  que  la  figuraron,  que  por  no  atina- 
dos entre  quienes  han  intentado  penetrarla  sin  conocimiento  intimo  del 
genio,  é  Ideas  que  usan  hasta  hoy  sus  Nacionales,  y  no  puede  adquirirse 
sin  frecuente  y  dilatado  manejo  de  los  mismos  especialmente  en  Poblacio- 
nes compuestas  de  ellos  solos,  y  sin  mixtura  de  otras  castas  la  han  tras- 
tornado los  escritores  de  manera  que  siendo  un  Monumento  por  donde 
puede  aclararse  la  de  otras  Naciones,  también  confundida,  la  pusieron  en 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVllí. 
316 

estado  de  un  verdadero  embolismo.  De  éste  resultan  cada  día  mas  contra- 
riedades, quando  explicada  aquella  según  Principios  claros,  se  descubre  ya 
por  sí  misma  fundada  en  un  Artificio,  ó  conjunto  de  las  Ideas  mas  natu- 
rales, desconocido  entre  nosotros,  por  la  cortina  del  casi  continuo  sentido 
figurado  de  sus  expresiones  en  Memorias  tradicionales  con  que  deben  con- 
cordarse. 

Hasta  la  general  de  los' nudos,  intacta  en  los  escritores,  é  instructiva  de 
acaecimientos  memorables  en  las  Santas  Escrituras,  se  ha  mirado  como  un 
Borrón,  copiando  separadamente  algunas  de  sus  figuras  sin  la  ligazón,  ó 
enlaze  que  sus  Inventores  las  dieron  con  otras,  dejándolas,  por  eso,  sus 
posteriores  disecantes  á  la  manera  de  un  cuerpo  que  aunque  organizado, 
y  armónico  con  sus  partes  coligadas,  especialmente  con  las  mas  cercanas 
antes  de  separadas,  pero  que  después  de  mutiladas  le  vuelven  inservible, 
sin  alma,  ó  sin  sentido.  Assi  sucedería  también  en  nuestra  escritura,  si,  ó 
se  la  truncassen  sus  cláusulas,  y  Periodos,  ó  se  la  omitiesen  sus  Puntua- 
ciones, en  que  consiste  su  habla. 

Su  Geografía  forma  una  ciencia  natural,  que  advierte,  ó  la  situación,  y 
circunstancias  de  sus  territorios,  ó  sus  Producciones,  provenidas  unas  se- 
gún orden  regular  de  la  naturaleza,  y  resultantes  otras  de  acaecimientos 
extraordinarios.  Pero,  como  ello  está  vertido  con  raro  laconismo,  y  uso 
frecuente  del  estylo  figurado  en  el  Idioma  proprio,  y  éste  se  vició  en  nues- 
tra Nación;  el  escollo  formado  con  tan  duras  Rayzes,  ha  sido  contra  el 
que  han  chocado  los  errores,  ó  falta  de  sentido  de  la  Historia  original  y 
verdadera,  en  los  que  han  intentado  escribirla. 

Es  bien  notable,  que  publicadas  en  distintos  tiempos,  Gramáticas  y  Dic- 
cionarios de  el  mismo  Idioma,  no  se  haya  verificado  uno,  ni  aun  escaso, 
de  nombres  propios  de  Lugares.  Observación  que  agregada  á  la  de  los 
errores,  parece  concluiente  de  que  aun  no  se  ha  penetrado  en  los  senos  de 
esta  Lengua,  si  juntamente  se  reflexiona  en  la  astucia  característica  de  esta 
sagaz  Nación,  con  que  coadyuvó  desde  el  siglo  de  su  conquista  á  la  co- 
rrupción de  ella  entre  europeos,  pues  los  Naturales  mantenidos  en  Pobla- 
ciones sin  mezcla,  conservan  sus  Dialectos  originales. 

Es  cierto  que  ignoran  el  valor  de  sus  Geroglíficos;  pero  en  sitios  donde 
permanecen  algunos  bien  notables,  suelen  usar  ocultamente  algunas  de  las 
ceremonias,  que  eran  frequentes  en  el  Pueblo  antes  de  su  Conquista,  y  sin 
inteligencia  en  él,  de  sus  Alusiones,  porque  la  ciencia  de  ellas  estaba  re- 
servada á  sus  Ministros  y  Consejeros. 

De  éstos  es  natural  persuadirse,  que  adoloridos  con  la  extinción  de  sus 
empleos,  rápidamente  causada  por  el  Religioso  zelo  español,  no  las  reve- 
laron á  los  de  nuestra  Nación,  tan  temerosos  de  ella  desde  su  primer  in- 
greso a  Nueva  España,  que  intentaron  su  expulsión  por  medio  de  los  Do- 
nes sugeridos  á  su  soberano  Moteusoma,  equivalente  en  su  expresión,  á 
manifestarse  señado  como  tal  Señor. 


BIBLIOGRAFÍA  mexicana  DEL  SIGLO  XV ¡11. 

317 

Si  su  violenta  muerte  en  el  Motin,  originado  de  la  unión  en  que  se  ha- 
llaba con  su  Conquistador,  y  coadyuvado  también  con  la  sugestión  de  Nar- 
vaez,  no  nos  huviera  privado  de  tan  gran  sabio  en  las  escrituras  de  su 
Nación  quanto  hablando  con  el  Consejo  de  ella,  le  declaró  á  aquel  en  su  pri- 
mera contestación,  no  avria  quedado  desde  entonces  ocultada  su  inteli- 
gencia. 

Teniendo  á  la  vista,  la  crítica  peculiar  para  la  Historia  Antigua,  con 
reflexión  en  los  últimos  treinta  años  de  mi  edad  de  cinquenta,  sobre  los 
elementos,  ó  Principios  coordinados  de  la  Vniversal,  y  combinación  por 
bastante  espacio  de  los  de  Cálculo,  Geometría,  é  Historia  natural,  con  la 
de  los  Mexicanos,  inseparable  de  su  Idioma,  conozco  el  acierto  con  que  se 
penetró  ya  la  necesidad  de  rectificar  varios  Puntos  dudosos,  otros  compli- 
cados, y  muchos  inverosímiles,  asentados,  ó  por  falta  de  constancia  intui- 
tiva, y  observada  en  usos,  y  costumbres  de  algunas  Naciones,  ó  en  la  natu- 
raleza, clima,  y  producciones,  de  sus  territorios,  ó  de  sus  Idiomas  originales, 
resultando  también  alterado  en  los  escritores,  el  sentido  de  algunas  tradi- 
ciones, conservadas  por  distintos  medios  en  millares  de  años. 

Considerando,  desde  luego,  la  sabia  Academia  que  la  Data  del  Descu- 
brimiento de  América,  apenas  se  regula  por  tres  siglos,  solicita  en  ella,  con 
diestro  tino,  la  verdad  de  varios  Puntos  de  Historia,  que  con  preferencia 
á  otras  debía  ministrar  los  de  Nueva  España,  donde  abundaron  mas  los 
Geroglificos. 

Y  aunque  el  solícito  Boturini  acopió  algunos,  pero  en  cuanto  á  su  inte- 
ligencia creo  avria  variado  la  idea  que  publicó  año  mil  setecientos  qua- 
renta  y  seis,  y  repitió  en  el  de  cincuenta  en  oración  Latina  sobre  el  De- 
recho natural  de  las  Gentes  de  esta  América,  si  dedicado  después  en  ella 
al  examen  del  Idioma  Mexicano,  con  el  tiempo,  y  frequencia  que  requiere, 
lo  hubiesse  concordado  con  las  costumbres,  y  Geroglificos  Nacionales.  Por 
tal  medio,  adjunto  al  estado  á  que  han  llegado  las  ciencias  naturales  en 
nuestros  días,  y  con  rapidez  respecto  de  los  suios,  podia  aver  tocado  en  la 
clave  de  los  Geroglificos  que  permanecieren,  ó  en  Piedras,  ó  en  Pinturas 
escapadas  del  grande  incendio  primero,  de  los  quales  se  reputan  los  mas 
sin  sentido  conocido,  los  menos  con  erróneo,  y  uno,  ú  otro  tan  ligeramente 
sabido  como  á  vuelo  de  Páxaro  el  Dibuxo. 

Por  todo 

A.  V.  A.  suplico  que  dada  cuenta  con  esta  Representación,  se  agregue 
al  expediente  de  la  materia. 

Otrosí:  porque  entretanto  se  provee  sobre  el  Museo,  y  S.  M.  destina 
persona  para  el  intento,  el  exercicio  de  mi  Profession,  por  necessario  á  mi 
subsistencia,  embaraza  la  labor  de  la  clave  para  los  Geroglificos:  suplico 
también  se  sirva  V.  A.  providenciar  tocante  á  esto  para  los  fines  de  la  R. 
Cédula. 


BIBLIOGRAFÍA  mexicana  DEL  SIGLO  XI  III. 

318 


MÉTODO  DE  ESTA  CLAVE. 


Si  la  escritura  geroglífica  de  la  Nación   Mexicana  fuera  difusa  como  la 

nuestra  literal  y  no  conforme  al  estylo  sublime  de  su  Idioma,  que  arrebata 

la  consideración  con  un  solo  ámbito  de  palabras,  sería  extraño  que  este 

corto  volumen  tocante  á  ella,  contuviese  manifestación  de  los  principales 

errores  escritos  acerca  de  la  Historia  antigua  de  Nueva  España:  idea  de 

la  topografía  nacional:  la  fundación  circunstanciada  de  esta  ciudad  de  Me- 

4430  del  mun-  xjco  en  el  año  quatro  mil  quatrocientos  y  treinta  del  Mundo,  con  la  des- 

4030  del  mun-  truccioii  de  la  Capital  antigua  en  el  quatro  mil  y  treinta:  la  cronología  uni- 

doo3od  j-cr)  versa]   hasta  el   cinco  mil   doscientos  y   ochenta,  correspondiente  al   mil 

5280  del  mun-  J  r 

doói28od.j-c.  doscientos  y  ochenta  de  la  era  cristiana,  ó  doscientos  treinta  y  nueve  an- 
tes del  arribo  de  la  Nación  española  á  la  misma  Ciudad  en  el  mil  quinien- 
d5'9'  tos  v  diez  y  nueve:  y  la  dedicación  del  antiguo  templo,  ó  Adoratorio  ma - 

4800  del  mun-  '  J 

doúSood.  j-c.  yor  de  ella,  en  el  quatro  mil  ochocientos. 

o  Datas  reüresentadas  por  ordinacion  de  Periodos  lunisolares.  Pero  es 
lacónico  ó  abreviado  aquel  antiguo  y  permanente  frasismo,  al  mismo  tiempo 
que  instruie  sucesos  recordados  con  señales  celestes,  anotadas  en  ceremo- 
nias públicas,  para  que  por  su  medio  se  conservase  en  la  tradición  la  me- 
moria de  aquellas  (a). 

La  noticia  confundida  de  las  antiguas  anotaciones  Asiáticas,  movió  al 

(*)  Estas  dos  fechas,  4030  y  4430  expuestas  según  las  ideas  del  autor,  marcan  entre  los  dos 
acontecimientos  una  distancia  de  400  años,  que  ha  sido  señalada  ya  en  el  texto  de  la  nota  (e). 

(a)  Por  estas  expresiones  de  arrebatar  la  consideración  con  un  solo  pensamiento,  con  una  sola 
figura,  ó  con  un  solo  ámbito  de  palabras  caracterizaba  en  su  Prefacio,  al  discurso  sublime,  el  edi- 
tor en  1675  de  la  traducción  francesa  hecha  por  Casandro  del  tratado  Griego  que  dictó  Longino, 
Ministro  de  Zenobia  Peyna  de  Oriente  en  el  siglo  tercero  de  la  iglesia.  Pero  al  tomar  por  exem- 
plo  al  texto  sagrado  "Dios  dixo,  hágase  la  luz,  y  la  luz  se  ¡tizo,''  entendía  lo  sublime  de  él,  en 
señalar  la  obediencia  de  la  criatura  á  las  ordenes  del  Criador,  sin  advertir  que  seria  suponer  la 
existencia  de  ella  antes  de  su  creación,  la  qual  se  refiere  allí,  donde  no  mencionándose  materia 
de  que  Dios  formase  la  luz,  sino  solo  su  mandamiento  y  la  formación  de  ella,  se  instruie  que  con 
solo  querer  hace  quanto  quiere.  Y  así  lo  sublime  en  el  discurso  consiste  en  arrebatar  la  conside- 
ración á  lo  que  necesariamente,  ó  en  él  se  supone,  ó  se  infiere  del  mismo. — Al  frasismo  sublime 
Mexicano  aludía  el  distintivo  con  que  algunos  naturales  recien  conversos  intentaban  darlo  á  en- 
tender á  los  españoles  llamándolo  nauatl,  translativo  para  cosa  sonora,  ó  que  llama  la  atención 
á  examinarla  por  el  oido,  á  distinción  de  la  que  no  se  conoce  por  solas  figuras  en  piedras,  ó  en 
pinturas.  El  es  rayz  notoria  de  la  primera  parte  que  envuelve  el  tratamiento  que  hasta  hoy  se  dá 
á  qualquier  Intérprete  de  un  Idioma  á  otro,  y  es  el  de  Náuatlato,  el  que  habla  explicando  tía  toa, 
cosa  que  suena,  ó  llama  la  atención  nauatl. 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 
319 

escritor  de  los  elementos  de  la  Historia,  después  de  pulsada  la  incertidum- 
bre  en  que  hallaba  la  cronología  siendo  ella  y  la  Geografía  las  lumbreras 
de  aquélla,  á  presentar  por  dos  Libros  divinos  de  que  resulta  la  verdadera 
serie  de  los  tiempos  á  la  escritura  Santa  y  á  la  naturaleza  en  los  movi- 
mientos y  aspectos  de  Sol,  Luna  y  otros  Planetas,  prefiriendo  á  los  eclip- 
ses, tractados  de  caracteres  públicos  celestes  é  infalibles  de  los  tiempos. 
Atribuía  la  diligencia  de  los  Historiadores  antiguos  en  aver  conservado 
memoria  de  gran  número  de  tales  fenómenos,  al  loco  error  de  la  Antigüe- 
dad pagana,  crédula  de  que  ellos  anunciaban  la  muerte  de  los  Grandes  y 
decadencia  de  los  Imperios  (b). 

El  monumento  cronológico  ahora  descubierto,  ministra  su  Concordan- 
cia con  las  verdades  de  la  Divina  escritura,  y  á  aquellos  caracteres  por  re- 
gulativos para  tiempos  dilatados,  mirando  hasta  hoy  las  Naciones  antigua- 
mente radicadas  en  este  Reyno,  á  los  eclipses  con  particular  temor,  tanto 
por  el  extraordinario  á  tiempo  que  su  incredulidad  é  inobediencia  fueron 
castigadas,  y  acabó  el  Imperio  de  sus  Grandes  en  poder  y  corpulencia, 
quanto  por  las  últimas  señales  del  Mundo,  que  Jesucristo  y  sus  discípulos 
les  advirtieron  (c). 

Estos  y  otros  conceptos,  abreviados  en  frasismos  del  idioma  con  que  se 
estamparon,  exigen  para  que  no  degenere  su  versión,  el  método  con  que 
se  forma  esta  clave  instructiva  en  su  número  marginal  primero,  de  la  na- 
turaleza de  los  cuerpos  elegidos  para  permanencia  de  las  memorias  que 
ministran  los  excavados;  del  lugar  de  donde  fueron  impelidos:  del  en 
que  ahora  se  hallaron;  y  de  los  motivos  de  su  ocultación  anterior.  En  el 
segundo  marginal,  de  los  principios  generales  que  ministró  un  S.to  Padre, 
contemporáneo  de  la  fundación  de  esta  ciudad,  para  discernimiento  de  las 
señales  que  hoy  se  tratan,  ya  de  symbolos,  ya  de  Geroglificos;  y  de  lo  que 
notaba  un  escritor  del  siglo  dé¿imo  séptimo,  acerca  del  stylo  verbal  trans- 
lativo  con  que  las  Naciones  orientales,  imitando  á  la  Hebrea  figuraban  sus 
Historias  reservadas:  pues  contraidos  estos  elementos  y  concordados  con 
la  topografía  del  Idioma  Mexicano,  cuio  carácter  apunta  en  general  el  Nú- 
mero tercero,  y  con  costumbres  permanentes  las  mas  y  algunas  de  las  abo 
lidas  que  refirieron,  ya  el  conquistador  de  estas  Naciones,  y  ya  sus  antiguos 


(/>)   El  Abate  de  Vallemont,  en  los  elementos  de  la  Historia,  edición  de  1758,  tom.  1'.',  vÑ  II, 
cap.  2?,  lib.  !'.',  de  la  pag.  25  á  27. 

i,  1  S.  Marc  ,  cap.  13,  v.  24.   "Pero  en  aquellos  dias,  después  de  aquella  tribulación,  el  sol  se 
"volverá  tinieblas,  y  la  luna  no  dará  su  resplandor." 

En  el  estylo  con  (pie  Flavio  Joseph  (nacido  año  37  de  la  era  cristiana  y  muerto  en  el  93,  se- 
gún el  citado  Vallemont,  pag.  82,  tom.  1'.')  asentaba  cap.  3?,  lib.  i'.'  de  sus  Antigüedades  judai- 
cas, que  si  los  Patriarcas  antediluvianos  huvieran  vivido  menos  de  seiscientos  años,  nohuvieran 
podido  perfeccionar  la  Astronomía,  porque  entonces  se  cumple  el  grande  año,  sin  expresión  <le 
los  regulativos  de  tal  Periodo;  se  manifiesta  que  hasta  aquel  siglo  eran  saludos  en  su  Nación  he- 
brea, y  sin  nue  aparezi  opias  de  aquellas  antigüedades,  escritas  para  la  Griega,  según 
su  Prefacio,  ó  por  alguna  de  las  suputaciones,  frecuentes  enti  porque  juzgase,  noto 
rias  entre  estos,  las  mismas  señales. 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 
320 

Misioneros,  descubren  usada  entre  ellas  hasta  el  arribo  de  aquél  á  este  con- 
tinente, la  escritura  Asiática,  figurada,  recordada  al  Número  quarto,  por 
la  invención  de  otra  ciudad  en  la  costa  de  Coromandel,  al  tiempo  de  con- 
quista de  la  de  México:  comenzando  desde  el  Quinto,  el  valor  de  lo  figu- 
gurado  en  estos  peñascos,  con  sus  distintivos  nacionales,  reclamados  por 
número  al  pie  de  lo  que  se  presenta  como  versión  expositiva;  y  dictando 
las  notas  separadas  con  letras,  la  concordancia  de  la  topografía  con  otros 
lugares  á  mas  de  los  contenidos  en  la  serie  relativa  de  las  figuras,  y  tam- 
bién tradiciones  de  las  averiguadas  desde  los  años  primeros  de  conquista 
sin  sentido  alegórico,  que  con  él  resultan  alusivas  á  algunos  particulares 
contenidos  en  estos  monumentos,  apuntándose  juntamente  errores  litera- 
les originados  desde  entonces,  que  hizieron  variar  su  sentido  á  los  escrito- 
res sucesivos. 

Si  entre  naciones  que  conocían  caracteres  literales,  como  la  Griega  y  Ro- 
mana, se  cometieron  tantos  yerros  al  copiar  en  los  primeros  siglos  de  la 
Iglesia,  manuscritos  sagrados,  porque  se  hallaban  en  los  peculiares  hebreos 
¿en  cuantos  era  preciso  que  incurrieran  los  naturales  de  Nueva  España  al 
escribir  su  Idioma  quando  aprendían  el  uso  nuestro  literal?  En  muchos  era 
también  forzoso  que  incidieran  los  españoles  aun  los  mas  dedicados  á  la  in- 
teligencia de  Idiomas  regionales,  pues  no  discernían  su  valor  sino  como  en 
sombras,  tanto  por  falta  de  Maestros  que  conformasen  sus  frecuentes  di- 
versidades, composición  y  sentido  figurado,  respecto  del  castellano,  quanto 
por  el  espíritu  de  ocultación  que  resulta  de  varios  manuscritos  y  pinturas 
de  naturales,  comparadas  con  las  tradiciones  que  muí  pocos  de  ellos  ma- 
nifestaron. La  confusión  se  augmentó  con  averse  introducido,  desde  el  si- 
glo Dézimo  sexto  algunas  relaciones  y  también  copias  alteradas  de  pintu- 
ras antiguas.  Por  esta  consideración  formé  desde  el  año  mil  setecientos 
sesenta  y  ocho  el  Alfabeto  que  en  el  de  noventa  entregué  al  Virrey  de  esta 
Nueva  España,  Conde  de  Revillagigedo,  con  carta  en  que  se  descubre  la 
utilidad  que  puede  resultar  de  él,  y  se  insertan  en  esta  clave,  pues  lacla- 
se de  letra  que  en  el  se  manifiesta  es  de  la  que  primero  usaron  los  natura- 
les recien  conversos,  y  ya  se  reputaba  antigua  en  el  año  mil  quinientos  no- 
venta y  ocho  (d). 

(d)  I7.  Honorato  de  Sta.  Maria,  Carmelita  descalzo  de  la  Provincia  de  Aquitania,  nacido  en 
1651,  y  muerto  en  1729,  entre  sus  reflexiones  sobre  Reglas  y  uso  de  la  Crítica  tocante  á  la  His- 
toria de  la  Iglesia,  impresas  en  Taris  por  los  año>  1  71S  y  1719,  traducidas  al  castellano  por  F. 
Fran.o  de  S.  Cirilo,  Provincial  de  la  Nueva  España,  en  1792,  y  publicadas  en  el  actual,  preve- 
nía <0>  1?,  art.  2'.',  disert.  I?,  tom.  3'.':  "por  lo  que  toca  al  origen  de  los  yerros  de  los  manuscritos 
"á  mas  del  pequeño  libro  de  Enrique  Es  te  van  de  origine  mendorum,  y  de  loque  dixeron  el  Au- 
"tor  de  la  lectura  de  los  Padres  y  el  P.  Mabillon,  á  quienes  se  puede  ver:  M.  le  Clerc  empleó 
"mas  de  la'mitad  del  segundo  tomo  de  su  tratado,  que  se  intitula  "Ars  critica,"  en  describir  el 
"origen  de  los  yerros  de  los  manuscritos;  él  atribuye  una  parte  de  ellos  á  los  que  dictaban,  unas 
"veces  porque  no  articulaban  bien  las  palabras,  porque  tomaban  una  letra  por  otra,  porque  olvi- 
daban alguna  dicción  ó  alguna  letra,  y  otras  veces  porque  ponían  en  el  texto  lo  que  estaba  al 
"margen.  También  los  copistas  contribuieron  mucho  á  multiplicar  los  yerros  de  los  manuscritos 
"ó  porque  no  atendían  á  lo  que  les  dictaban,  Ó  porque  omitían,  mudaban,  anadian  ó  dislocaban 


BIBLIOGRAFÍA  MEXICANA  DEL  SIGLO  XVUI. 
321 

Un  crítico  del  siglo  dézimo  séptimo,  se  proponía  siete  jnedios  ó  Reglas 
para  inteligencia  del  sentido  de  escritores  antiguos;  de  manera  que  quien 
sabe  bien  un  Idioma,  al  leerlo  se  halle  en  estado  de  concebir  en  su  enten- 
dimiento aquellas  mismas  ideas,  que  los  que  escribieron  en  él  quisieron  ex- 
presar con  sus  palabras.  Pata  acertar  advertía  primero,  saber  bien  las  re- 
glas de  la  Gramática  de  la  lengua  de  que  se  trata:  2(?  procurar  tener  inte- 
ligencia de  los  modos  de  hablar  de  cada  escritor:  3?  formarse  idea  de  su 
estylo  y  del  que  se  usaba  en  el  tiempo  en  que  escribió:  4?  instruirse  délas 
opiniones  que  prevalecían  en  su  tiempo  y  de  aquellas  á  que  daba  la  pre- 
ferencia: 5?  no  suponer  ligeramente  que  haya  sido  igualmente  profundo 
en  todo  género  de  ciencias,  y  acertado  en  todo  lo  que  dixo,  aunque  hábil 
y  célebre:  6?  examinar  si  habla  como  persuadido  de  lo  que  dice,  ó  si  se 
acomoda  á  las  opiniones  de  su  tiempo:  y  7?  procurar  atribuirle,  no  lo  que 
debió  pensar,  sino  lo  que  en  la  realidad  pensó;  y  no  acomodar  sus  expre- 
siones á  nuestras  ideas,  sino  nuestras  ideas  á  sus  expresiones  (e). 

Pues  si  estos  requisitos  reputaba  precisos  suponiendo  Gramáticas  com- 
pletas de  Idiomas  en  que  se  lean  escritos  antiguos  ¿que  avria  juzgado  de 
los  en  que  aviéndose  formado  varias,  están  todavía  por  discernirse  sus  va- 
lores compuesto  y  alegórico?  Las  quatro  ultimas  reglas  son  acomodables 
para  examen  de  la  Historia  antigua  de  Nueva  España,  en  lo  escrito  acerca 
de  ella  por  españoles,  especialmente  del  siglo  dézimo  sexto:  pues  refun- 
diéndose las  tres  primeras  en  la  averiguación  del  valor  significativo  de  los 
Idiomas,  y  siendo  estos  los  regulativos  de  la  escritura  symbólica  y  Gero- 
glífica,  una  vez  entendida,  no  se  encuentran  en  ella,  como  autorizada  por 
unánime  asenso  y  sin  discordancia  de  los  que  la  usaron,  las  opiniones  ó 
embarazos,  que  después  de  la  invención  de  caracteres  originó  entre  Grie- 
gos, Romanos  y  otras  Naciones,  la  ignorancia  de  la  escritura  característica 
hebrea. 

En  quanto  á  tradiciones,  esto  es,  doctrinas,  historias,  hechos,  ó  prácti- 
cas conservadas  en  la  memoria  de  los  hombres  y  pasadas  de  unos  á  otros 

"las  letras,  las  frases,  y  aun  los  periodos  enteros,  ó  porque  no  hacían  distinción,  no  observando 
"puntuación  alguna,  ó  poniéndola  según  su  fantasía.  No  quiero  hablar  de  los  yerros  de  los  fal- 
sarios, y  aun  de  los  mismos  críticos,  que  muchas  veces  por  quererlos  corregir,  echaron  á  per- 
"der  los  manuscritos." 

En  el  art.  4?  del  propio  lib.  tratando  de  los  frutos  de  la  crítica  también  asentaba:  "mediante 
"esta  antorcha  se  descubre  el  dia  de  hoy,  que  suele  haber  mucha  diferencia  entre  los  libros  im- 
"presos  y  los  exemplares  manuscritos:  que  á  estos  exemplares  los  alteraron  en  una  infinidad  de 
"pasages,  no  solo  en  quanto  á  las  espresiones,  sino  también  en  quanto  á  los  periodos  enteros  y 
"partes  considerables:  y  que  no  siempre  se  deben  preferir  los  manuscritos  antiguos  á  los  nuevos 
"por  solo  el  título  de  antigüedad.  Por  ios  socorros  de  la  critica  nos  han  enseñado  los  sabios,  que 
"los  buenos  manuscritos  deben  ser  antiguos,  mui  correctos,  mui  cercanos  al  siglo  y  al  tiempo  de 
"sus  originales,  si  es  que  ellos  mismos  no  lo  son:  que  se  deben  distinguir  por  la  forma  de  la  le- 
"tra  o  de  los  mismos  manuscritos:  que  no  todos  son  quadrados:  en  fin  nos  enseñan  como  se  pue- 
"de  hacer  juicio  del  tiempo,  de  las  calidades,  de  la  verdad  ó  de  la  falsedad  de  estos  antiguo-  rao- 
"numentos  de  la  antigüedad,  y  de  la  variedad  de  lecciones  que  se  halla  en  ellos.'' 

(e¡  I.e  Clerc,  Bibliot.  V.  y  hist.  año  1688,  pag.  309,  apoyado  por  F.  Honorato,  art.  7'.',  part. 
i",  disert.  2'.'  del  tomo  I? 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVI II. 

322 

por  palabras,  pinturas,  imágenes  ú  otros  Monumentos,  la  primera  de  las 
nueve  reglas  que  establecía  el  escritor  de  las  reflexiones  para  las  piadosas 
de  la  Iglesia,  es  la  que  se  advierte  dominante  en  esta  clave  para  las  que 
en  ella  se  concuerdan. 

Aquélla,  pues,  se  reduce  á  no  deberse  admitir  tradición  piadosa  sin  prue- 
ba proporcionada  á  la  materia  de  que  se  trata,  como  medio  justo  entre 
creer  demasiado,  y  no  creer  bastante.  Para  no  caer  en  alguno  de  estos  dos 
extremos,  distinguía  dos  géneros  de  verdades,  unas  que  miran  á  la  natu- 
raleza de  las  cosas,  y  otras  á  su  existencia.  También  discernía  quatro  gé- 
neros de  certeza,  verdad  segura,  ó  creencia  firme:  la  una  metafísica,  diri- 
gida á  la  esencia  de  las  cosas,  como  que  el  todo  es  mayor  que  su  parte;  y  la 
segunda  física,  fundada  en  la  existencia  del  objeto,  que  según  el  orden  de 
las  cosas  no  puede  dexar  de  ser  de  la  manera  que  es:  la  tercera  geométri- 
ca como  necesariamente  resultada  de  proposiciones  bien  probadas  por  de- 
finiciones, axiomas  ú  otras  demostradas:  y  la  cuarta  moral,  fundada  en 
congeturas,  circunstancias  y  testimonio  de  Autores,  pero  todas  bastante 
fuertes;  de  manera  que  ésta  es  la  mas  solida  después  de  una  demostración, 
ó  después  del  testimonio  de  los  sentidos   (/). 

La  certeza  de  los  sucesos  que  se  instruien  en  esta  clave,  es  producida 
de  la  combinación  de  las  quatro  clases  de  verdad. 

Porque  la  naturaleza  de  los  monumentos,  concordada  con  sus  peculia- 
res distintivos,  que  ministra  el  Idioma  en  que  principalmente  se  anotaron, 
es  de  esencia;  la  permanencia  de  ellos,  física:  los  resultados  hazen  la  geo- 
métrica, como  provenidos  de  esas  dos  certezas:  y  la  moral  de  los  acaeci- 
mientos pasados,  propia  y  adecuada  ala  creencia  material  y  característica 
en  estas  Naciones,  como  efecto  de  aquellas  otras  tres  clases  de  ella,  por  las 
quales  se  conservaron  las  tradiciones  de  los  mismos  sucesos,  comunicados 
por  generaciones,  conforme  lo  manifiestan  sus  symbolos.  El  Archivo  de  la 
inteligencia  de  ellos,  es  tan  antiguo  como  los  Idiomas  en  sus  sentidos  com- 
puesto y  alegórico;  y  se  ha  conservado  con  tal  sigilo,  que  por  él  no  se  han 
manifestado  antes  sus  propios  valores,  ni  los  de  ceremonias  públicas,  las 
mas  abolidas,  ni  los  de  costumbres  peculiares  de  sus  naturales,  permanen- 
tes las  mas,  y  mui  diversas  de  las  de  españoles.  Y  así,  no  es  de  extrañar 
que  cotexada  con  Historias  de  antigüedades,  escritas  después  de  la  con- 
quista española,  resuke  en  ellas  una  mezcla  de  hechos,  unos  ciertos,  otros 
dudosos,  auque  probables,  y  muchos  falsos  ó  supuestos  {g). 

Entre  las  serranías  que  se  citan,  se  comprenden  algunas  de  las  mas  emi- 
nentes y  dilatadas,  distinguidas  en  Italia  por  Alpes,  en  España  por  Pire- 
neos,  en  la  América  meridional  por  Andes  y  en  Nueva  España  por  Sierra 
Madre,  aunque  invertida  la  anotación  respecto  de  la  Mexicana,  de  que  nos 

(/)  Reg.  1?,  disert.  3?,  lih.  iV,  toni.  3?,  de  la  traducción  castellana. 

\un  en  la  Historia  eclesiástica  se  ha  advertido  semejante  mezcla,  §  y  art.  3?  disert.  2? 
del  citado  lib.  1?  del  tomo  3? 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

323- 

ha  venido  tal  tratamiento,  alegórico  á  lo  que  se  asienta  en  su  lugar.  Como 
entre  naciones  del  otro  continente,  se  han  reputado  antediluvianas  á  las 
cumbres  conservativas  de  nieve,  y  de  consiguiente  á  sus  cordilleras,  así 
también  se  advierte  señalada  en  cumbres  semejantes,  la  memoria  de  nues- 
tros primeros  Padres,  en  Nueva  España,  por  su  coetánea  creación.  De  dos 
entre  sí  cercanas,  á  la  una  se  trata  de  antiguo,  y  á  la  otra  de  vieja,  ó  dis- 
tintivos radicalmente  diversificados  en  género,  quando  á  las  otras  especies 
comunes  á  ambos  sexos,  se  les  separa  en  él  por  adición,  ó  de  varón,  ó  de 
Hembra. 

Tanto  la  solicitud  del  sentido  cierto  de  Geroglíficos  nacionales,  por  no 
satisfecha  con  el  que  se  les  ha  dado  en  los  escritos  por  medio  de  expresio- 
nes desconocidas  en  el  Idioma  mas  observado  de  la  Nación  Española, 
como  dominante  en  que  se  la  ministraron  las  primeras  ideas  regionales  des- 
de su  conquista,  quanto  los  principios  combinados  en  que  se  funda  esta  cla- 
ve, y  las  memorias  figuradas  en  los  tres  peñascos  y  en  otros  monumentos 
mucho  mas  abultados,  como  lo  son  varias  porciones  de  cerranías;  forman 
su  defensa,  exclusiva  de  abstracciones,  y  simentada  en  fundamentos  per- 
manentes y  reales:  pues  los  conocimientos  nacionales  son  por  semejanza 
á  cuerpos  naturales,  con  que  hasta  hoy  los  explican  las  mismas  naciones. 

Las  memorias  que  se  notan  de  la  Religión  Cristiana,  son  las  que  resul- 
tan de  la  combinación,  y  no  solicitadas  de  intento;  pues  los  frasismos  del 
Idioma  han  ocasionado  su  concordancia  con  varios  lugares  de  la  Escritu- 
ra sagrada,  que  resultan  en  sentido  conforme  á  las  reglas  generales  de  los 
sabios  y  Antiguos  Padres  de  la  Iglesia,  quienes  explicaban  el  que  se  les 
dio  en  el  siglo  primero  de  la  era  cristiana  ó  tiempo  en  que  con  la  venida 
del  Mesías,  propetido  en  la  Ley  antigua  y  en  las  profecías,  acabó  aquélla, 
y  fué  manifestada  á  todas  las  naciones  la  nueva  con  sus  singulares  míste- 
tenos, y  la  permanencia  de  los  mandamientos  de  la  natural  y  divina. 

Después  pretendió  la  apostasía  confundir  la  Religión  Cristiana,  y  tam- 
bién repetir  la  concordancia  que  siglos  antes  se  intentó  hazer,  desde  el 
tiempo  de  la  Ley  antigua,  de  Dios  con  Baal,  y  de  colocar  á  Dagon,  y  á 
la  Arca,  en  un  altar  (¡1). 

Así  lo  descubren  las  ceremonias  usadas  hasta  el  tiempo  de  la  conquista 
española,  los  monumentos,  la  tradición  y  la  escritura  figurada  por  Idioma 
que  distingue  la  profanación  hasta  de  los  frasismos  sagrados,   (i). 

Y  en  la  materia  es  clara  mi  sumisión  á  la  censura  de  nuestra  Santa  Ma- 
dre la  Iglesia  Católica,  Apostólica  Romana. 


(k)  Lib.  3'.'  de  los  Royos,  cap.  18,  v.  21,  y  lili,  i?  cap.  5?  v.  2. 

(i)  Fundándose  §  III,  art.  i'.',  part.  2a,  tom.  4?  de  las  Reflexiones  sobre  uso  de  las  crítica, 
que  en  los  tres  primeros  siglos  de  la  iglesia  no  huvo  versiones  de  la  Escritura  sagrada,  sino  en 
los  Idiomas  Siriaco,  Griego  y  Latino,  ni  el  oficio  publico  y  la  Liturgia  se  celebró  en  el  vulgar 
de  los  Pueblos  que  recibían  el  Evangelio,  sino  011  los  do  aquellos  tres  países,  no  obstante  asen- 
taba su  escritor,  que  las  exhortaciones  é  instrucciones  á  los  fieles  en  las  Asambleas  publicas,  se 
hazian  en  lengua  que  todo  el  Pueblo  entendía. 


bibliografía  mexicana  del  siglo  XVlll. 
324 


ANOTACIONES  PRELIMINARES. 


Quando  se  asientan  permanentes  incredulidad,  abusos,  y  superstición 
aun  entre  Naciones,  de  años  y  siglos  ya  reducidas  en  nuestro  continente 
no  se  extienden  á  todos  sus  individuos,  como  que  muchos  de  ellos  son  ver- 
daderos cristianos,  y  por  eso  reprehensores  de  otros  que  ocultamente  con- 
tinúan en  Idolatria,  y  asisten  precisados  á  las  funciones  públicas  de  Reli- 
gión, en  que  no  intervienen  ceremonias  de  sus  antiguas. 

Iil  paralelo  septentrional,  ó  altura  de  Polo  de  esta  Ciudad  de  México, 
se  ha  regulado  por  observación  comparativa  hecha  en  el  Puerto  de  Aca- 
pulco  por  individuos  destinados  á  la  expedición  marítima  española  de  la 
vuelta  al  Globo,  en  inmersión  de  uno  de  los  satélites  de  Júpiter  por  el  Sol, 
y  también  en  México  por  otro  de  los  mismos  individuos,  y  después  de  bien 
verificada  en  aquel  Puerto  su  propia  longitud,  el  resultado  de  la  altura  de 
México  fue  i9°-r-35/  +  10".  Y  el  de  su  occidental  longitud,  de  93°  +  3'  res- 
pecto del  Meridiano  de  Cádiz,  ó  285°+ 19'  oriental  respecto  del  de  Te- 
nerife. 

La  legua  común,  ó  de  ordenanza  de  Nueva  España,  es  de  cinco  mil  va- 
ras castellanas;  y  la  vara  de  quatro  palmos:  advertencia  indispensable, 
tanto  para  idea  del  intermedio  de  algunos  monumentos  bien  notables  que 
se  mencionan  en  esta  clave,  quanto  para  las  dimensiones  de  estaturas  hu- 
manas antiguas,  que  instruie  el  primer  peñasco  ahora  excavado,  y  se  acla- 
ran por  comparación  las  de  nuestra  vara,  la  qual  es  sabido  que  se  compo- 
ne de  treinta  y  seis  pulgadas. 

Se  ha  colocado  al  principio,  la  lámina  representativa  del  insigne  monu- 
mento Americano,  desconocido  en  el  Arte  de  Pintura  ó  Imagen  de  Maria 
siempre  Virgen  y  Madre  de  Dios,  distinguida  por  la  Nación  española  bajo 
el  renombre  de  Guadalupe;  y  en  la  propia  lámina  también  la  celebérrima 
Cruz  de  invención  contemporánea  en  el  Oriente,  para  cotexo  del  carácter 
syro-caldeo  que  se  advierte  en  ambos  monumentos  sagrados,  y  testimonio 
de  su  antigüedad. 

Al  fin  se  presenta  copia  fiel  de  los  tres  peñascos  figurados  ó  memorias 
nacionales  coordinadas,  y  también  la  desenvoltura  ó  separación  de  sus  par- 
tes agrupadas,  siendo  muchas  de  ellas  de  usos  regionales,  y  todas  decla- 
rativas del  sentido  de  las  mismas  memorias.   Las  escalas  de  los  tres  repre- 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIll. 

325 

sentados  en  sus  totales,  son  proporcionales,  á  su  magnitud;  la  qual  en  el 
primer  excavado,  es  de  altura  de  tres  varas  y  dos  pulgadas;  de  dos  varas, 
menos  dos  pulgadas  de  ancho  en  sus  frentes:  y  de  dos  varas,  menos  seis 
pulgadas,  en  el  grueso  de  sus  costados.  Pero  las  láminas  desenvolutivas 
de  los  grupos,  representan  con  augmento  las  partes  después  de  separadas, 
para  claridad  de  las  clases  de  que  son. 

M.  R.  P.  F.  Servando  de  Mier, 

V.  P.  no  tiene  que  fatigarse,  ni  yo  que  conmoverme  con  contestación 
verbal,  pues  por  la  misma  conmoción  q.e  me  causa,  no  paso  personalmen- 
te, quando  con  presencia  de  los  borradores  q.e  á  solo  V.  P.  confio,  y  lleva 
el  Portador,  puede  V.  P.  responder  á  todo  lo  que  me  dice  en  su  esquela, 
previniendo  también  qe  el  libro  de  F.  Gregorio  García  "Predicación  del 
Evangelio  en  el  nuevo  Mundo,  viviendo  los  Apóstoles"  citado  por  Beze- 
rra  Tanco,  es  tan  raro,  q.e  solo  D.  Juan  de  Santelizes  lo  tenia,  y  su  sobri- 
no el  Lie.  Santelizes  q.e  vive  en  la  calle  de  la  Canoa,  en  una  de  las  casas 
de  D.  Juan  Nicolás  Abad  dirá  caso  que  se  le  pida  á  V.  P.  á  quien  lo  ven- 
dió. Por  lo  mismo  acompaño  también  el  extracto  que  formé  de  el,  y  la  S. 
Cruz  q.e  contiene.  De  él  y  de  los  borradores  puede  V.  P.  sacar  lo  condu- 
cente á  sola  N?  S?  de  Guadalupe;  y  enquantoá  la  Predicación  de  S  to  To- 
más añadirse  la  tradición  de  Oaxaca  y  la  que  cita  Boturini  del  convento 
de  Tonala  pag.  57  de  su  Catálogo,  y  también  la  que  hay  en  Meztitlan, 
donde  la  Crónica  de  S.  Agustín  del  M.r0  Grijalva  menciona  en  un  retage 
inaccesible  de  la  serranía,  una  cruz  pintada  en  figura  de  tau,  y  una  Luna, 
y  cita  Boturini  como  descubierta  por  él. 

Sobre  lo  de  milagros  nuevos,  es  bien  extraño  el  cargo,  porque  son  tan 
antiguos  como  los  de  los  Apóstoles,  concordando  el  Evangelio  de  q.e  á 
solos  aquellos  fue  concedido  el  mysterio  del  Reyno  de  Dios,  pero  á  los 
demás  en  parábolas  y  el  de  q.e  hablarían  los  creyentes  en  nuevos  Idiomas 
entre  los  cuales  es  uno  de  los  testimonios  de  aquellas  verdades,  los  senti- 
dos compuesto  y  alegórico  del  Mexicano  que  no  se  han  examinado,  y  son  los 
que  descubren  que  el  Peñasco  del  pie  de  la  torre,  es  monumento  de  S.  To- 
más, como  que  comprehende  hasta  la  data  en  q.e  avian  de  volver  el  Evan- 
gelio á  Nueva  España,  según  se  verificó  en  15  15  en  q.e  llegaron  los  espa- 
ñoles á  Yucatán;  y  así  dicho  Monumento  es  del  año  55  de  la  era  cristiana, 
en  q.e  S.  Tomás  lo  dexó  por  memoria;  y  lo  cual  exige  una  obra  para  su 
explicación,  q.e  debe  costear  el  Superior  Gobierno,  en  cumplimiento  de  la 
cédula. 

V.  P.  dispense  los  borrones,  y  acabe  de  consolarse,  y  pedir  á  la  Sra  y 
al  S.  Apóstol,  q.e  mitiguen  el  castigo  q.e  puede  sobrevenir  á  los  incrédu- 
los motores  de  la  revolución,  q.e  espero  acabe  de  calmar  el  Santo  sudia 
próximo.   Ex  corde.    Borunda. 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIll 

326 

Que  el  Evangelio  se  predicó  en  ambas  Américas  desde  el  tiempo  de  los 
S.tos  Apóstoles  lo  fundó  con  el  mas  atinado  pulso  uno  de  los  escritores  del 
siglo  17?  (a).  Sus  principales  fundamentos  no  pueden  rebatirse  por  la  crí- 
tica mas  rigorosa  de  ntros  dias.  Redúcense  á  los  siguientes,  despejados  de 
las  repeticiones  y  erudiciones  menos  necesarias  de  q.e  se  sirvió  este  escri- 
tor, supuesto  que  el  nombre  Griego,  Evangelium  es  lo  mismo  q.e  buena 
nueva,  ó  buen  metisage.  El  q.e  esparcieron  los  Apóstoles  contuvo  la  En- 
carnación del  Hijo  de  Dios,  sus  hechos,  milagros,  y  maravillas,  sus  dichos, 
mandatos  y  consejos,  su  vida,  muerte,  Resurrección,  y  subida  á  los  cielos. 

Que  para  su  promulgación  en  todo  el, Mundo  bastaba  que  se  hiziera  ella 
en  la  Metrópoli  y  cabeza  de  cada  Reyno  y  Provincia  para  que  de  allí  se 
extendiera  sin  q.e  fuere  necessario  q.e  llegasse  su  noticia  á  cada  uno  en  par- 
ticular según  advirtió  uno  de  los  mas  ilustrados  S.tüS  Doctores  (b)  S.t0  To- 
más de  Aquino  in  10  ad  Rom.  Lee.  3.  Que  á  unas  partes  fueron  los  mis- 
mos Apóstoles,  á  otras  sus  coadjutores,  y  á  otras  los  demás  Discípulos  de 
Jesús.  Que  en  unas  partes  se  asentó  la  Fe,  y  fundaron  Iglesias,  y  en  otras, 
no.    De  manera  que  no  fructificó  en  todas  la  semilla  Divina. 

Que  Christo  mandó  á  sus  Discípulos  que  enseñassen  á  todas  las  Nacio- 
nes "yendo  á  todo  el  Mundo,  predicad  el  Evangelio  á  toda  criatura  (c)" 
en  quien  se  entiende  el  hombre  como  compendio  de  todas  {d).  Sigue  tal 
Mandato  puede  interpretarse  como  dirigido  á  todos  los  successores  de  los 
Apóstoles,  pues  haviendo  partido  predicaron  en  todas  partes  {e).  Que  tam- 
bién dijo  á  sus  Discípulos  "wc  seréis  testigos  en  Jerusalem y  en  toda  Jadea, 
y  Samarla,  y  hasta  lo  último  de  la  tierra"'  (/).  Que  San  Pablo  (g)  dixo 
"Gracias  doi  á  mi  Dios  por  Jesucristo  en  nombre  de  todos  vosotros,  por- 
"que  vuestra  Fe  se  predica  en  todo  el  Mundo."  Que  el  proprio  Apóstol  (//) 
también  dixo  "Por  ventura  no  oyeron?  Y  ciertamente  por  toda  la  tierra 
íl  salió  su  voz  y  fama  de  los  Apóstoles  y  hasta  los  fines  del  orbe  se  oyeron  sus 
"palabras."  De  manera  qe  con  eso  probó  el  mismo  S.  Pablo  q.e  cuando 
embió  su  carta  á  los  Romanos  (/')  ya  estaba  cumplida  la  Profecía  de  Da- 
vid acerca  de  la  predicación  del  Evangelio  en  todo  el  Mundo  por  boca  de 
los  Apóstoles,  y  Discípulos. 

(a)  F.  Gregorio  García  del  Orden  de  Predicadores  en  su  tom.  en-8?  impreso  en  Baeza,  año 
1625  baxo  el  titulo  de  "Predicación  del  Evangelio  en  el  Nuevo  Mundo,  viviendo  los  Apóstoles" 
y  quien  asentó  en  su  proemio  que  vivió  en  el  Perú,  y  que  fue-  a  Castilla  por  Nueva  España,  á  la 
qual  atravesó  desde  el  Puerto  de  la  Isla  de  China,  y  de  Nicoya  del  mar  del  Sur  hasta  el  de  San 
Juan  de  Lúa  en  el  del  Norte;  y  en  el  cap.  5,  lib.  6,  folio  225.  Quando  año  1587  entramos  24  Re- 
ligiosos con  nuestro  Provincial  por  el  distrito  de  Quito  para  cuia  provincia  habiamos  salido  de 
España. 

(b)  En  el  original  no  hay  esta  nota. 
(<■)  S.  Maten  jS  y  S.  Marcos  16. 

Según  S.n  Gregorio,  homil.  29  in  evang. 
(<•)   Seguí)  S.n   Mareos  en  el  lugai      il  ido 
(f)    Según  S.n   I. mas  Acto  I. 
¿     Ad.  Rom.  1. 

{k)  Ad.  Rom.  1  y  Psalmo  18  de  Dabid. 
(/)  Que  según  Baronio  tomo  1  Anno  Christ.  58  fué  en  el  año  2?  de  Nerón. 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVlll. 

327 

Que  el  proprio  S.  Pablo  (j)  también  dixo  "en  la  palabra  de  verdad  del 
"Evangelio  que  llegó  á  vosotros  como  está  en  todo  el  Mundo  y  da  fruto 
"y  ciece;  y  después  estad  firmes  en  la  esperanza  del  Evangelio  q.e  oystes 
"el  cual  se  ha  predicado  en  toda  la  criatura  q.e  esta  debaxo  del  cielo."  Y 
que  esta  carta  á  los  Colosenses  fué  escrita  en  el  año  4  de  Nerón  ó  60  del 
Nacimiento  de  Christo  (k)  de  modo  que  á  lo  sumo  en  30  años  divulgaron 
los  Apóstoles  el  Evangelio  por  todo  el  Mundo  (/).  Finalmente  cita  otros 
muchos  F.  Gregorio  Garcia,  concordantes  de  Profetas,  Evangelistas  y  Stos 
Doctores  que  convencen  lo  mismo,  y  respondiendo  á  los  que  á  primera 
vista  parece  no  aver  entendido  q.e  fuesse  general  á  todas  las  Naciones  la 
promulgación  del  Evangelio  los  concordó  con  la  inteligencia,  que  parece 
la  mas  propria  (;//)  "la  predicación  del  Evangelio  de  Christo  nuestro  Se- 
"ñor  se  puede  entender  de  dos  maneras.  De  una,  quanto  á  la  divulgación 
"de  Christo.  Y  así  el  Evangelio  fué  predicado  en  todo  el  Mundo  en  tiem- 
"po  de  los  Apóstoles,  y  de  esta  manera  se  ha  de  entender  lo  que  dice  S. 
"  Chrisóstomo.  De  otra  manera  se  puede  entender  la  predicación  del  Evan- 
"gelio  en  todo  el  orbe  con  pleno  y  cumplido  fruto,  y  efecto  de  la  suerte 
"que  en  cada  Nación  de  las  Gentes  se  fundasse  Iglesia,  y  assi  se  ha  de  en- 
cender S.  Agustín  quando  dize  que  aun  no  se  ha  predicado  el  Evangelio 
"en  todo  el  mundo."  También  asienta  la  predicación  del  Evangelio  que 
hizo  S.t0  Thomás  en  la  India  intra  Gangem  llamada  Indostan  no  solamen- 
te por  la  noticia  que  dexaron  de  ella  los  dos  S.tos  Gregorios,  y  otros  mu- 
chos anteriores  á  la  llegada  de  los  Portugueses  á  aquella  Región  sino  por 
lo  mas  reciente  é  individual  que  adquirieron  éstos  en  tiempo  del  Rey  D. 
Manuel  de  Portugal  llegando  á  las  costas  Malabares  de  Calicut,  y  de  Co- 
chin  y  á  las  de  Narsinga  y  de  Coromandel,  encontrando  en  ella  las  seña- 
les del  Christianismo  plantado  por  S.  Thomás,  y  especialmente  conservado 
por  los  habitantes  de  Cranganor  y  de  Paliacate,  aunque  ya  adulterada  en 
parte  con  errores  del  Patriarca  Nestoriano  de  Armenia  conservando  sin 
embargo,  muchas  ceremonias  Apostólicas  (;/),  y  gozosos  aquellos  Natura- 
les de  la  llegada  del  Capitán  D.  Vasco  de  la  Gama,  se  pusieron  baxo  de 
su  protección  para  que  les  amparasse  en  el  Christianismo  que  avian  reci 
bido  de  S.  Thomás,  y  juntamente  les  libertara  de  las  injurias  de  los  Bár- 
baros sometiéndose  por  eso  á  la  obediencia  del  Rey  de  Portugal. 

Tanto  por  la  tradición  conservada  entre  aquellos  Naturales,  que  cantan 
comunmente  en  las  Calles  los  Muchachos  Malabares  en  su  Idioma,  quanto 
por  lo  escrito  en  sus  anales,  averiguaron  los  Portugueses  [o)  que  partiendo 
Sto.  Thomás  para  la  India,  Provincia  q.e  le  cupo  en  suerte,  fué  primero  á 

(j)  Ad.  Coló  1. 

(k)  Según  Baronío,  tom.  1  anno  6o. 

(/)  Según  S.n  Chrisóstomo,  Hom.  79  in  Matth. 

(m)  De  S.t°  Thomás,  1-2,  ques.    106,  art.  4,  Ad.  4  ' 

(«)  Que  refieren  Ossor.  lib.  3,  y  Masses  lili.  2  Historiadores  diligentissimos  de  la  India. 

(o)   Como  refieren  los  P.es  Juan  de  Lucena  lib.  1'.'  cap.  13,  y  libro  3,  cap.  3.  Juan  Pedro  Mas- 


BIBLIOGRAFÍA  MEXICANA  DEL  SIGLO  XV til. 

328 

la  Isla  de  Zocotorra  en  la  entrada  que  hace  al  Océano  al  Seno  de  Arabia, 
de  donde  dexando  muchos  baptizados,  de  quienes  halló  descendientes  el 
Portugués  Tristan  de  Acuña,  pasó  á  la  ciudad  de  C.ranganor  en  que  avien- 
do  estado  algunos  dias  y  hecho  Christianos  á  muchos  fué  á  Colano,  que 
también  es  de  Malabares:  que  edificó  Iglesia  en  Gna,  y  siguiendo  con  gran 
trabajo,  su  camino  por  la  cordillera,  y  oriental  de  las  Sierras  y  pasando  á 
los  Reynos  de  Narsinga,  hizo  asiento  en  Coramandel,  cuia  capital  y  corte 
de  su  Rey  era  entonces  Meliapor  situada  en  la  costa  del  Golfo  de  Bengala 
y  en  donde  aviendo  varado  un  árbol  de  tamaño  nunca  visto  y  en  ocasión 
en  que  el  Rey  Sagamo,  entonces  de  aquella  corte  y  sus  Sacerdotes  llama- 
dos Brachmenes  impedían  al  Sto.  edificar  Iglesia  sin  que  aquel  q.e  lo  pre- 
tendía para  un  edificio  huviera  podido  conseguir  moverlo,  ni  con  fuerzas 
humanas  por  medio  de  Maromas,  ni  con  las  de  Elefantes  se  ofreció  el 
Apóstol  ante  el  Rey  y  sus  Brachmenes  á  conducirlo  desde  la  costa  (dis- 
tante entonces  mas  de  10  leguas  de  la  corte),  si  se  lo  daba  para  la  fábrica 
de  un  templo,  lo  que  concedido  como  por  burla  en  inteligencia  de  que  era 
desatino,  pasó  á  la  costa  desde  la  qual  atando  un  Ramillo  del  Árbol  con 
una  correa  con  que  andaba  ceñido,  hecha  la  señal  de  la  Cruz  lo  conduxo 
con  la  misma  facilidad  que  á  una  paja  hasta  la  fossa  de  los  Muros  de  la 
ciudad  á  vista  de  innumerable  Gente  y  puso  en  ese  lugar  (que  según  al- 
gunos era  junto  á  la  Iglesia  que  edificó)  una  Cruz  de  piedra,  con  la  siguien- 
te advertencia  "Ouando  llegare  el  mará  esta  piedra  por  divina  ordenación, 
"vendrán  hombres  blancos  de  tierra  muí  remota  á  predicar  la  doctrina  que 
"yo  ahora  enseño,  y  á  renovar  la  memoria  de  ello"  é  hizo  sabedores  de 
ello  á  los  presentes  entonces  para  q.e  conservassen  la  memoria  de  Padres 
á  hijos,  aviéndose  verificado  después  de  muchos  siglos,  que  quando  los 
Portugueses  llegaron  á  la  India,  ya  comenzaba  el  lugar  señalado  por  el 
Apóstol  áser  bañado  del  Mar.  Desmereciendo  por  la  alta  reputación  Após- 
tol, la  de  los  Brachmenes,  vengativo  uno  de  ellos,  dio  muerte  á  su  propio 
hijo,  imputándola  á  S.to  Tomas,  quien  citado  ante  el  Rey  y  pidiendo  li- 
cencia para  preguntar  en  público,  y  trahido  el  cuerpo  defunto  á  quien  dixo 
"¿ea  Niño?  por  Christo  á  quien  yo  predico  por  verdadero  Dios,  te  mando 
"q.e  declares  aquí  sin  circunloquios  y  rodeos,  sino  claramente,  quien  haya 
"sido  el  Autor  de  esta  tan  grande  maldad,"  y  entonces  respondió  con  voz 
alta  y  clara  la  verdad  en  esta  sustancia  "Tomás  es  legado  cierto  del  sumo 
"Dios  cuia  Fe  y  Ley  predica,  y  mi  padre  por  odio  q.e  le  tenia  me  quitó 
"la  vida,  poniendo  en  mi  sus  manos  malvadas,  para  atribuir  esta  calumnia 
"á  Tomas  que  esta  inocente." 

Como  el  Rey  Sagamo,  y  muchos  de  su  Reyno  se  convirtieron  á  la  Fe 
de  Jesu  Christo  resolvieron  los  Bracmenes  quitar  la  vida  al  Apóstol  y  lo 

seo  lib.  2?  y  3"  y  Pedro  Rivadeneira  1?  parte  en  la  vida  de  Sto.  Thome  F.  A.  de  S.  Román,  Be- 
nito lib.  I?  cap.  13  y  el  L.do.  Pedro  Ordoñez  Cevallos  (que  estuvo  en  la  India)  en  el  triunfo  l" 
de  la  Cruz. 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 
329 

executaron  con  flechas  y  piedras  atravesándole  con  una- lanza  á  tiempo 
hazia  oración  en  una  capilla  situada  en  un  Monte  alto,  no  muy  distante  de 
aquella  corte  donde  como  humilladero  se  solia  retirar  ante  una  cruz.  Sus 
Discípulos  pasaron  el  S.to  Cuerpo  á  la  Iglesia  que  poco  antes  avia  edifi- 
cado su  Maestro,  enterrando  con  él,  el  pedazo  de  Lanza  con  su  hierro,  que 
havía  quedado  pegada  á  las  costillas  quando  le  atiavesaron  con  ella;  el 
Báculo  de  usaba  en  sus  peregrinaciones,  y  una  basija  de  barro  con  tres 
celemines  de  tierra  dentro  mezclada  con  su  sangre,  quedando  desde  en- 
tonces el  lugar  del  sepulcro  ilustrado  con  milagros,  y  frecuentado  de  los 
que  á  el  ocurrían  á  visitarlo. 

Esta  memoria  conservada  en  los  Anales  y  en  la  tradición  de  los  Mala- 
bares, se  hizo  palpable  á  los  Portugueses  quando  por  mandato  del  Rey  D. 
Juan,  successor  de  su  Padre  D.  Manuel  solicitó  su  Virrey  en  la  India 
D.  Duarte  de  Metieses  (/>),  por  comission  que  dio  á  Man.1  de  Frias  Gober- 
nador de  la  Costa  de  Coromandel,  asociado  con  algunos  sacerdotes,  y  un 
oficial-de  cantería  nombrado  Vicente  Fernandez,  el  cuerpo  de  S.to  To- 
mas (¿7),  que  sabian  de  antemano  los  mismos  Portugueses  conservarse  en 
la  ciudad  antigua  de  Meliapor  por  que  aviendo  navegado  el  año  15  17  con 
Diego  Fernandez  y  otros  Portugueses  desde  Malaca  á  Paliacate  situado  en 
la  Costa  de  Coromandel  8  leguas  al  Norte  de  Meliapor,  un  Armenio  nom- 
brado Coge  Escander,  les  llevó  por  tierra  á  Meliapor  con  intento  de  en- 
señarles ser  álli  donde  estaba  el  Sepulcro. 

Las  ruinas  de  aquella  corte  manifestaron  la  Alegoría  de  su  nombre  sig- 
nificativo en  la  antigua  de  aquel  Pais,  de  Pavón  alusivo  á  lo  que  sobresalía 
entre  las  Ciudades  de  Oriente  quando  era  corte  assí  como  aquella  Ave 
entre  las  otras:  porque  ocupaba  un  grande  espacio  sumptuosos  edificios, 
Pirámides  y  columnas  y  otras  piezas  bien  labradas  con  figuras  humanas, 
y  de  Aves,  y  animales,  conservándose  hasta  entonces  en  el  medio  de  ella 
los  vestigios  de  un  templo  de  que  no  existía  sino  la  Capilla  edificada  al 
Oriente,  al  estylo  de  nuestras  Iglesias  con  cimborrio  en  lo  alto  hecha  de 
Bóbeda  de  piedra,  ladrillo,  y  cal,  adornada  por  dentro  y  fuera  con  varias 
cruzes  de  la  hechura  de  las  de  Calatrava,  Alcántara,  y  de  Avis.  Cerciora- 
dos por  la  noticia  anterior  del  Armenio,  y  de  los  Naturales  de  aquella  tie- 
rra los  comissionados  del  año  de  1522  de  que  en  un  Sepulcro  dentro  de 
aquella  Capilla  estaban  los  huesos  del  Apóstol,  y  pareciéndoles  reparar 
primero  el  edificio,  porque  sus  paredes  flaqueaban  ya  con  el  peso  de  la 
Bóveda,  cavando  la  tierra  descubrieron  á  menos  de  dos  varas  una  como 
caxa  ó  sepultura  cubierta  con  una  losa,  con  letras  gravadas  en  la  parte  in- 
terior, de  Lengua  mui  antigua,  llamada  Badaga  que  según  la  interpréta- 
la) Segün  Lucena  Hb.  3  cap.  4  este  Mandamiento  lo  recibió  aquel  Virrey  año  1522. 
\q)  La  Relación  de  la  solicitud,  é  invención  del  S.to  Cuerpo,  la  escribió  Juan  Barros,  Virrey 
de  la  India:  Década  3  de  Asia,  lib.  7,  cap.  H,  y  la  siguieron  Villegas  y  Rivadeneyra  1  par.  vida  de 
S.to  Tomas.    Lucena  lib.  3,  cap.  4.    Mass.  lib.  8  y  S.   Román  lib.  2  cap.  31. 

42 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

330 

cion  de  los  inteligentes  en  ella  testificaban  lo  siguiente  "este  templo  edificó 
"S.to  Tomas,  para  cuio  servicio  y  reparo  hizo  donación  el  Rey  Sagamo, 
"de  la  décima  de  las  mercaderías  que  se  traxessen  á  vender  á  esta  Ciudad, 
"dexo  ordenado  y  encargado  á  sus  descendientes  y  successores,  so  pena 
"de  su  maldición,  que  no  permitiessen  quitar  ni  disminuir  algo  de  esa  Al- 
"cavala  y  donación."  Y  confirmaba  á  este  monumento  escrito  la  tradición 
de  los  naturales  conque  asentaban  estar  pagando  todavía  aquel  tributo  cuio 
origen  cierto  ignoraban,  pues  en  solo  los  muy  sabios  se  conservaban  los 
rastros  de  aquella  memoria  manejándose  los  demás  confusamente  por  lo 
que  aquellos  hazian.  Debaxo  de  la  Losa  se  hallo  un  cuerpo  ú  osamenta 
parda  semejante  á  las  carnes  de  aquellos  Naturales  de  color  amulatado — 
que  afirmaron  los  Naturales — sabían  por  tradición  ser  del  mismo  Rey  que 
hizo  aquella  donación,  y  a  quien  convirtió  Sto.  Tomás.  Cavando  mas  aden- 
tro dieron  con  una  cueba  ó  cuadra  á  modo  de  Capilla,  en  que  llenos  ya  de 
santo  temor  que  parece  les  infundió  la  vecindad  del  sagrado  depósito,  no 
permitieron  quesiguiessen  los  cavadores  Gentiles,  llamando  para  el  intento 
al  P.e  Antonio  Gil,  Proveedor  de  la  obra,  nombrado  por  el  Virrey,  á  Die- 
go Fernandez  y  a  Blas  Diaz,  que  asistían  allí,  quienes  hasta  después  de 
preparados  con  los  Sacramentos  de  Confesión  y  Eucaristía  no  se  resolvie- 
ron á  entrar  en  la  cueva,  formada  de  cuatro  paredes  de  ladrillo  y  cal,  que 
tendría  9  pies  de  alto,  toda  repartida  de  tres  en  3  palmos,  en  capas,  unas 
de  sola  tierra,  otras  de  ladrillo,  y  la  ultima  de  Argamasa  tan  fuerte  que  no 
la  podían  romper  con  Picos  y  debaxo  de  ella  una  como  tumba  compuesta 
de  2  grandes  piedras  colocadas  sobre  otras,  hallando  dentro,  cubiertas  de 
cal,  y  arena  unos  (sic)  de  hombre,  blancos  con  las  Nieves  con  los  quales 
estaba  el  hierro  de  una  Lanza,  encaxado  en  un  pedazo  de  asta,  y  otro  de 
palo  con  recatón  de  hierro  que  parecía  bordón  de  caminante  y  á  los  pies 
de  los  huesos  un  vaso  de  barro,  que  hazía  tres  celemines  lleno  de  tierra  y 
sangre  que  demostraba  haverse  cogido  todo  junto.  Debaxo  de  este  sepul- 
cro se  encontró  otro  cuerpo  reputado  por  de  algún  discípulo  de  S.to  To- 
mas ú  osamenta  de  color  pardo,  semejante  á  la  del  Rey  Sagamo.  En  un 
cofre  se  depositaron  los  huesos  de  éste  y  del  otro  Discípulo,  y  en  otro  mas 
curioso,  esmaltado,  y  cubierto  con  hoja  de  plata,  se  colocaron  los  del  Após- 
tol. Esta  invención  fué  año  1523  (r)  y  escondidos  estos  huesos  dentro  del 
mismo  altar,  finalmente  se  trasladaron  á  Goa  por  un  Religioso  Francisca- 
no, siendo  Virrey  D.  Constantino  de  Berganza  á  tiempo  que  edificaba  allí 
un  templo  á  S.to  Tomas  (s),  que  fue  reynando  D.  Sebastian,  quando  ya  se 
iba  olvidando  esta  invención  (/)  aunque  el  P.  F.  Gregorio  Garcia  concor- 
dando á  otros  escritores  concluie  con  que  no  todos  los  huesos  de  Sto.  To- 
más fueron  trasladados  á  Goa,  y  que  quedaron  algunos  en  la  antigua  Me- 

Segun  Barros,  Década,  3?  de  Asia,  lib.  31.',  cap.  u. 

-  gun  Masseo,  lib.  8? 

-  gun  S.n  Román,  lib.  2'.',  cap.  13 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

331 

liapor  nombre  proprio  que  tuvo  en  el  Idioma  de  aquel  Pais-y  antiguamente 
distinguida  con  el  de  Calamina,  por  los  extrangeros  de  él  en  alusión  á  las 
cañas  ó  cálamos  que  con  sus  hierros  puestos  servían  de  Lanzas  á  los  Na- 
turales, y  de  donde  se  trasladaron  algunos  á  Edessa,  de  Mes^opotania,  y 
después  á  Orthonia  en  la  Apulia,  según  los  Martirologios  y  otros  escrito- 
res de  siglos  mui  anteriores  á  la  invención  de  los  Portugueses  quienes  im- 
pusieron á  la  Ciudad  de  Meliapor,  el  nombre  de  Sto.  Tomé. 

Que  en  el  año  1548  siendo  Rey  de  Portugal  D.  Juan  tercero,  y  su  Go- 
bernador en  la  India  D.  Juan  de  Castro  como  se  tuviesse  noticia  cierta  de 
q.e  el  Martirio  de  este  Apóstol  avía  sido  en  un  Monte  cerca  de  Meliapor, 
el  Capitán  de  la  Fortaleza,  y  todos  los  Portugueses  con  orden  del  Gober- 
nador trataron  de  edificar  en  el  proprio  lugar  una  Hermiía,  abriendo  ci- 
mientos para  ella,  hallaron  en  las  ruinas  de  los  que  alli  avía,  una  losa  de 
marmol  blanco  de  4  palmos  de  largo,  y  3  de  ancho  con  una  cruz  labrada 
de  medio  relieve,  y  de  la  hechura  de  la  de  Alcántara,  Calatrava,  y  Avis 
en  una  de  sus  caras  y  de  igual  forma  á  las  cruzes  que  antes  se  hallaron  den- 
tro, y  fuera  del  templo  de  la  ciudad,  aunque  la  de  esta  Piedra  tenía  enci- 
ma de  la  punta  de  la  Asta  una  ave  con  alas  estendidas  baxando  al  stylo 
con  que  se  pinta  la  Paloma  representativa  de  la  venida  del  Spiritu  Santo 
en  la  Anunciación  de  la  Virgen  Maria,  y  en  el  Bautismo  de  Jesucristo  Esta 
Ave  por  mas  semejante  al  Pavón,  se  entendió  ser  divisa  de  la  ciudad  de 
Meliapor.  A  mas  de  que  los  4  extremos  de  la  Cruz  remataban  en  Flor  de 
Lys  Lylio  ó  Azucena,  simbólica,  tenía  por  orla,  un  Arco  con  letras,  y  figu- 
ras tan  extrañas,  q.e  no  huvo  en  muchos  años  quien  la  supiesse  leer.  Lo 
que  mas  asombró  á  sus  descubridores,  fué  que  así  el  campo  de  la  Piedra, 
como  algunas  partes  del  cuerpo  de  la  cruz,  parecían  averse  ensangrentado 
en  aquel  punto.  Limpia  del  polvo,  y  puesta  por  Retablo  en  el  Altar  de  la 
Capilla  que  se  fabricaba  en  el  Monte  al  tiempo  de  comenzarse  á  cantar  el 
Evangelio  en  la  Missa  de  su  festividad  que  se  celebró  en  el  Monte  á  18  de 
Diciembre,  porque  en  el  2  1  se  hazia  en  la  ciudad,  se  cubrió  la  cruz  de  co- 
lor negro,  y  comenzando  á  destilar  gotas  de  licor  y  después  copiosamente 
quedó  llena  de  él.  Limpiada  por  el  sacerdote  con  los  corporales,  quedaron 
tan  manchados  como  si  lo  sacassen  de  un  vaso  de  sangre;  con  el  sudor  se 
fue  mudando  la  Cruz  de  su  color  alabastrino,  en  amarillo,  después  en  ne- 
gro obscuro,  y  finalm.te  en  el  de  cielo  apacible,  claro,  y  resplandeciente 
en  el  qual  permaneció  hasta  que  acabada  la  Missa  bolvió  á  su  natural  blan- 
co y  en  las  festividades  de  igual  dia  de  los  años  acaeció  la  misma  Mara- 
villa, la  que  habiendo  cesado  por  algunos  pocos,  se  repitió  en  la  del  1561. 
El  Capitán  y  Vicario  de  la  Ciudad,  teniendo  noticia  de  la  erudición  anti- 
gua de  la  India  y  de  sus  letras  y  Lenguas  que  poseía  un  Brachmen  del 
Reyno  de  Narsinga  mui  distante  tierra  adentro  de  Meliapor  le  hizieron  ve- 
nir y  diciendo  en  vista  de  los  caracteres,  ser  de  los  q.e  antiguamente  usa- 
ban los  Sabios,  poniendo  una  letra  por  10,  por  15,  y  por  20,  la  traduxo  en 


bibliografía  mexicana  del  siglo  xviil 


esta  forma  "después  que  pareció  la  Ley  de  los  christianos  en  el  Mundo, 
"de  ai  á  30  años  á  21  de  Diciembre  murió  el  Apóstol  S.to  Tomás  en  Me- 
"liapor  donde  hubo  conocimiento  de  Dios,  y  mudanza  de  ley,  y  destruc- 
"cion  del  Demonio.  Nació  Dios  de  la  Virgen  María  y  estubo  en  su  obe- 
"diencia  30  años,  y  era  un  Dios  eterno.  Este  Dios  enseñó  á  12  Apostóles 
"su  ley,  y  uno  de  ellos  vino  á  Meliapor  con  un  bordón  en  la  mano  y  hizo 
"una  Iglesia,  y  el  Rey  de  Malabar  y  el  de  Coromandel  y  el  de  Pandi  y 
'otros  de  diversas  naciones  y  sectas  se  determinaron  todos  de  todo  su  co- 
" razón  y  voluntad,  concertándose  entre  sí  de  sugetar  á  la  Ley  de  S.to  To- 
rnas, Varón  Santo  y  penitente.  Vino  tiempo  en  q.u  Sto.  Tomas  murió  por 
"mano  de  un  Brachmen,  y  de  su  sangre  hizo  una  Cruz."  Esta  traducción 
concordó  en  un  todo  con  la  q.e  hizo  otro  Gentil  de  mucha  edad  y  también 
de  la  propria  classe  de  erudición  en  letras,  y  lenguas  antiguas,  y  de  otro 
lugar  distante,  llamado  por  los  Portugueses,  y  sin  que  supiesse  del  primer 
Intérprete,  ni  aquél  del  segundo. 

Todo  ello  se  justificó,  y  con  repetidos  testimonios  auténticos,  y  estam- 
pada la  Cruz  por  disposición  del  Obispo  de  Cochín,  se  envió  al  Rey  D. 
Sebastian  y  al  Infante  Cardenal  D.  Enrique,  Arzobispo  entonces  de  Lis- 
boa, quien  con  autoridad  de  la  Silla  Apostólica,  lo  averiguó  diligentemen 
te,  y  lo  aprobó  (//). 

Que  Azuzena,  fué  en  Hebreo  Sosana,  de  donde  después  se  llamó  co- 
rruptamente Sosería,  ó  Susena,  y  con  el  artículo  arábigo  A  Azucena  cono- 
cida por  los  Franceses  por  Lys  y  era  symbolo  en  la  escritura  Divina  alusivo 
intentos  especialm.1-  á  la  Pureza  pero  mas  general,  y  aun  entre  los  Genti- 
tiles  lo  fué  de  la  esperanza,  á  que  parece  aludían  las  de  la  Cruz  de  S.to 
Tomás  como  medio  por  el  qual  esperamos  ntra  salvación. 

Comprueba  también  la  predicación  de  S.to  Tomás  en  la  India  con  que 
en  tiempo  de  D.  Juan  3V  de  Portugal  traxeron  á  Alfonso  de  Sosa  su  Vir- 
rey en  la  India,  unas  Láminas  de  Metal  con  letras  gravadas  tan  antigua 
que  solo  un  judio  muí  perito  en  Lenguas  y  sabio  en  antigüedades,  llamado 
para  el  intento,  pudo  leerlas  aunque  con  dificultad,  por  la  antigüedad,  y 
poca  noticia  de  la  Lengua  en  que  estaban  escritas  y  contenían  una  dona- 
ción que  el  Rey  de  aquellos  tiempos  hizo  á  S.'°  Tomás  del  sitio  y  solar  ne- 
cesario para  edificar  un  templo  (.v),  también  con  otra  donación  q.e  hizo  el 
Rey  Bucaraya,  de  Nartinga  á  la  Iglesia  de  S.t0  Tomás  de  Meliapor,  escrita 
en  3  Láminas  de  Bronce  escritas  por  una  cara  con  letra  y  lenguage  que 
no  entendió,  sino  un  Bracmen  de  Cangebaran  llamado  para  el  intento  quien 

I  oda  e>ia  reía  .  i  -  Gregorio  (Jarcia  del  <  'biápo  Osorio,  lib.  3:  de  Lucena,  lib. 

3,  cap.  5:  «le  Ma  1  '■         la,  2  parí.,  lil)    10,  cap.  4.   1,  %%  3:  de  F.  Juan  Gonz  en  el  I  ti  - 

neraric,  cap.  24:  de  Villegas,  1  par.  en  la  vida  de  Sto.  Thome:  de  Rivadeneyra,  1  par,  21  de  Di- 
ciem.:  de  S.  Román  en  la  Hist.  de   la   India,   lib.   3,   cap.   30:   de  Ceballos  en  el  triunfo  10  de  la 
Cruz:  de  F.  Alonso  Ciaconio,  lib.  de  S.  Cruce,   cap.  35:   de  Jacobo  Gretsero,  tom.  1,  de  Cruce, 
lib.  2,  cap.  1:  y  de  Baronio,  anno"57. 
^egun  el  Obispo  Ossorio,  lib.  3. 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII 

333 

las  interpretó.  Y  en  la  otra  cara  tenía  cada  Lámina:  una  Cruz,  por  insig- 
nia del  Apóstol;  un  Pavón,  por  armas  de  la  Ciudad  de  Meliapor.  Que  las 
huvo  Antonio  Peynado,  á  instancia  del  P.  Alonzo  Cipriano,  de  un  Brach- 
men  que  las  tenia  en  gran  secreto,  prometiéndole  por  ellas  300  pandaos, 
de  los  quales  recibió  50,  aguardando  por  los  demás  hasta  que  huviesse  to- 
mado possesion  la  casa  del  Santo  como  se  pretendía,  de  las  tierras  que  con- 
tenía la  donación,  pues  enviaron  su  traslado  los  proprios  consecutores  al 
Vicario  del  Obispo  de  Cochin  para  que  él,  y  el  Virrey  D.  Alonzo  de  No- 
roña  negociase  por  sus  cartas,  y  envaxadores  con  el  Rey  de  Bisnaga,  que 
mandando  examinar  las  Láminas,  y  constando  de  la  autoridad  de  ellas  res- 
tituyesse  á  la  Iglesia  del  Apóstol  en  la  posession  de  las  tierras  q.e  le  habían 
dado  sus  antepasados,  y  eran  la  Ciudad  de  Meliapor,  y  los  lugares  de  4 
leguas  de  su  comarca,  y  de  las  rentas  y  derechos  que  en  cualquiera  manera 
le  perteneciessen,  réditos  de  Poros,  (sic),  casas,  sementeras,  Huertas  Agua 
de  Ríos,  presas,  estanques,  tesoros  de  rubís,  y  piedras  que  se  hallasen  en- 
cima y  debaxo  de  la  misma  tierra  y  del  Mar  en  todos  los  Navios  que  alli 
aportassen  y  quebrassen  en  la  costa  {y). 

La  comprueba  también  con  2  templos  que  vio  el  Cap."  D.  Vasco  de  la 
Gama  en  el  Pueblo  Pandarane  donde  visitó  al  Rey  de  Calicut,  el  uno  te- 
nido de  sus  habitantes  por  santissímo  y  al  entrar  en  él  salieron  ásu  puerta 
9  sacristanes  asperjándoles  con  agua:  las  paredes  estaban  adornadas  de 
Imágenes  pintadas,  y  en  medio  de  él  una  capilla  de  forma  redonda  a  q.e 
se  subia  por  gradas,  y  con  una  Puerta  de  metal  muy  angosta,  y  dentro  una 
Imagen  puesta  en  la  pared  del  testero,  y  la  qual  no  pudieron  ver  los  Hués- 
pedes, por  la  obscuridad  del  lugar  y  porque  no  se  les  permitió  entrar  en 
aquel  interior,  al  qual  llegando  los  4  Sacristanes  dezian  en  alta  voz,  Maria, 
María,  señalando  con  el  dedo  á  la  Imagen,  y  en  oyéndolo  el  Magistrado, 
llamado  Catual  quien  guiaba  al  Cap."  Gama,  se  postró  en  tierra  con  sus 
acompañados,  con  las  manos  abiertas.  Y  los  Anales  de  aquel  Reyno  asien 
tan  q.e  el  Rey  de  Calicut  que  fabricó  aquel  templo,  fué  uno  de  los  3  Ma- 
gos que  fueron  á  Belén.  Que  los  Portugueses  vieron  otro  templo  antiquí- 
ssimo  i  n  la  ciudad  de  Coulan  no  mui  lexos  de  Cochin,  en  la  costa  de  Calicut, 
del  qual  afirmaron  los  habitantes  christianos,  que  lo  edificó  S.t0  Tomás: 
Que  en  la  propria  ciudad  avia  otra  Iglesia  ó  Capilla  dedicada  á  nuestra 
Señora,  en  la  qual  se  retraxo  Antonio  de  Salas  con  12  Portugueses  huien- 
do  de  la  furia  de  los  enemigos  que  iban  á  matarlo.  Y  q.e  quando  Franco 
de  Almeyda  Gobernador  de  la  India  trató  de  hazer  un  Fuerte  en  la  Isla 
Achedina  halló  Paredes  ruinosas  en  q.e  avia  cruzes  de  color  negro,  y  Ber 
mejo  {z)  también  comprueba  con  la  invención  que  hizo  el  Capitán  D.  Alon- 
so de  Albutquerque  del  célebre  hasta  hoy  crucifixo  de  cobre  que  se  halló 
dentro  de  una  de  las  paredes  del  templo  de  ídolos  con  letras  mui  gastadas 

{y)  Según  Lucena,  cap.  5,  lib.  5. 
(z)  Según  Ossorio  lib.  1,  3?  y  4'.' 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

334 

de  las  q.e  se  entendió  averse  hecho  en  tpo.  de  S.to  Tomás  de  la  ciudad  de 
Goa  quando  lo  mandó  derribar  aun  contradiciéndolo  el  Consejo  q.e  para 
ello  formó  el  qual  se  oponía  por  temor  de  que  se  sublebassen  los  Gentiles 
que  lo  resistían  (a).  Asimismo  lo  comprueba  con  la  tradición  averiguada 
por  S.  Franc.co  Xavier,  quien  preguntando  á  aquellos  Indios  ¿porque  se 
llamaban  de  Sto.  Tomé?  respondieron  q.e  por  aver  predicado  á  sus  pasa- 
dos la  Sta.  Fee  de  Christo  Jesús  S.to  Tomás  quien  les  prometió,  que  jamás 
fallarían  Christianos  en  aquellas  partes  (b).  Y  también  lo  comprueba  con 
que  el  año  1 126  siendo  Sumo  Pontífice  Calisto  2  fue  á  Roma,  por  devoción 
un  Patriarca  de  la  India,  llamado  Joan,  quien  en  público  consistorio  del 
mismo  Papa  (y)  y  de  muchos  Cardenales,  y  Prelados,  dixo  Sto.  Tomás 
aparecía  visible,  cada  año,  y  con  su  propria  mano  comulgaba  á  su  Pueblo 
dando  la  sagrada  Hostia  á  los  dignos  y  dexando  de  darla  á  los  indignos  (c). 
Asienta  también,  no  solamente  averiguado  en  los  Anales  de  Calicut,  que 
su  Rey  fué  uno  de  los  3  Magos,  quien  quando  volvió  de  adorar  á  Jesús, 
edifico  aquel  templo  dedicado  á  Maria  con  el  Niño  en  los  brazos  (d).  Vino 
también  averiguada  la  tradición  por  aver  quemado  los  enemigos  del  Chris- 
tianismo  las  escrituras  en  que  constaba  que  en  una  parte  de  la  India  avia 
descendientes  de  los  Reyes  Magos  con  rastro  de  Religión  Christiana  {e)} 
y  por  eso  confirmada  la  memoria  antigua  de  diez  familias  que  existían  en 
el  Reyno  de  Tarsis  descendientes  de  aquellos  Reyes  (/),  y  por  ello  com- 
binada la  de  que  Sto  Tomas  predicó  á  los  Magos  (g),  y  que  aviendo  lle- 
gado á  sus  tierras,  les  bautizó,  y  fueron  sus  coadjutores  (/¿).  - 

Funda  también  que  S.t0  Tomás  predicó  en  la  China,  ó  India  extra  Gan- 
gem  no  solamente  por  la  relación  de  que  después  de  aver  puesto  en  admi- 
ración con  sus  grandes  milagros  á  los  Partos,  Medas,  Indios,  Etiopes,  ilus- 
tró á  todos  los  que  moran  en  la  última  Región  del  Oriente,  y  en  el  último 
del  Occeano  (i),  situación  que  concuerda  con  la  de  la  China  sino  también 
por  la  tradición  de  los  Chinos  de  que  avia  muí  largo  tiempo  que  fué  á  aquel 
Reyno  un  hombre  estrangero,  quien  les  predicaba  una  ley  nueva  por  don- 
de podrían  ir  al  cielo,  y  que  ocupado  en  ello  algunos  días,  viendo  que  ha- 


(n)  Según  Ceballos  triunfo  i"  de  la  Cruz.  <  Issorio  lili.  7  \I:i^cn  Hit.  4  y  S.  Román,  lib.  i", 
cap.  30. 

(¿>)  Ceballos  triunfo  I? 

I  lina.  Cron.  Mund.  Gesner.  Bibliot,  Dionis.  Cartu.  Serna,  3  de  S.  Tom.  Naudero.  Hi^t. 
gener.  38.   Stapter.  Collect.  D.  Thom. 

(//)  Por  la  relación  que  el  Dr.   Navarro  Azpilcueta  nent.  de  <  »rati.  cap.  21  11?  28 

asentó  averie  hecho  el  Obispo  ( Jerónimo  <  's^nio,  quien  la  supo  después  de  publicar  sus  escritos. 
(e)  Ceballos,  triunfo  1?  de  la  Cruz. 

(/")  De  Haiton  Armenio,  lil>.  de  Tarta,  cap.  2?  De  Ortelio  in  tabulis  India,  et  Tartaria,  y  de 
Genebrardo,  lib  2'.'  Chronogr.  pag.  208  acordes  con  el  Salmo  Ji,  los  Reyes  de  Tarsis,  y  las  Is- 
las ofrecerán  Dones. 

I  '  iroteo  in  Synopsi,  y  Sophronio,   Apud  S.  Hierom.  de  Script.  Eccle.  in  Thom. 
1.1  Autor  S.  Mateo,  Hom.  2  el  (  >bispo  Pedro  de  Xatal.   lib.  2  cap.  48;  Juan  Echio  invita. 
S.    Thom  y  un  Calendario  antiguo  según  Héctor  Pinto,  diálogo  4  par.  1?  c.  21. 
^"gun  Xicéphoro  Calixto,  lib.  2  cap.  40. 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XV 111. 

335 

zia  poco  fruto,  porque  andaban  ocupados  en  Guerras  civiles,  partió  para 
la  India  dexando  primero  algunos  Discípulos  bautizados  é  instruidos  en 
las  cosas  de  la  Fee  para  q.e  la  predicassen  en  la  primera  ocasión  q.e  se  ofre- 
ciesse.  Lo  que  concuerda  con  la  relación  que  hizieron  los  Indios  Christia- 
nos  de  Cranganor  á  los  Portugueses  (j)  de  que  en  sus  escrituras,  y  Anales 
antiguos  conservados  en  sus  Archivos,  constaba  que  S.t0  Tomás  pasó  á  la 
China,  donde  aviendo  edificado  algunas  Iglesias  en  el  poco  tiempo  que  allí 
estubo,  se  bolvió  á  Coromandel  para  visitar  á  los  que  avia  dexado  conver- 
tidos quando  pasó  á  la  China.  Lo  comprueba  asimismo  con  la  Lección  2? 
del  2?  Nocturno  del  Breviario  Caldeo  de  la  Iglesia  de  Sto.  Tomás  del  Ma- 
lavar  llamado  Gaza,  esto  es,  tesoro  (k),  que  traducido  dice  "Por  Sto.  To- 
"más  desapareció  el  error  de  la  Idolatría  de  los  Indios;  por  Sto.  Tomás 
"fueron  los  chinos,  y  etiopes  convertidos  á  la  verdad.  Por  Sto.  Tomás  re- 
cibieron el  Sacramento  del  Bautismo  y  la  adopción  de  hijos.  Por  Sto.  To- 
"más  creyeron,  y  confessaron  al  Padre,  y  al  Hijo,  y  al  Spiritu  Santo.  Por 
"Sto.  Tomás  guardaron  la  Fee  de  un  Dios,  que  avian  recibido.  Por  Sto. 
"Tomás  nacieron  á  toda  la  India,  luces,  y  resplandores  de  doctrina  que  da 
"vida.  Por  Sto.  Tomás  solo,  y  subió  á  los  chinos  el  Reyno  de  los  cielos." 
Y  la  3?  Antiphona  del  3?  Nocturno  "los  Indios  Chinos,  Persas,  y  los  de- 
"mas  Isleños,  y  los  que  en  la  Syria,  Armenia  Grecia  y  Romanía  ofrecen 
"adoración  en  tu  nombre,  en  memoria  de  Sto.  Tomás." 

Lo  comprueba  también  conque  aviendo  ido  en  Romeria  un  Armenio  á 
Meliapor,  afirmó  á  los  Portugueses  ya  residentes  allí  que  en  las  escrituras 
autenticas  de  los  Archivos  Armenios  se  referia  q.e  antes  que  Sto.  Tomás 
padeciesse  martyrio,  pasó  á  la  China  donde  predicó  el  Evangelio,  y  porqe 
hazia  poco  fruto  se  bolvió  á  Meliapor,  dexando  en  aquel  Reyno,  algunos 
Discípulos  que  avia  convertido  (/). 

Asimismo  conque  los  Chinos  tuvieron  noticias  del  Mysterio  de  la  Tri- 
nidad, usando  en  sus  templos  3  Puertas  con  3  cerraduras  (m).  Que  sus  Sa- 
cerdotes usaban  un  cordón  de  3  hilos,  que  aunque  al  principio  insignia  de 
la  Trinidad,  pero  después  de  perdida  la  Luz  del  Evangelio,  con  la  Intro- 
ducción de  la  Idolatría,  y  depravación  de  costumbres,  adoraron  en  puras 
criaturas  (n).  Que  en  la  Ciudad  de  Ancheo,  tierra  firme  de  la  China,  en 
la  capilla  mayor  de  un  templo  entre  1 1 1  figuras  de  ídolos,  avia  una  á  quien 
se  tenía  mucha  reverencia,  pintada  ron  un  cuerpo  de  cuios  ombros  salen 
3  cavezas,  que  se  miran  una  á  otra  é  interpretan  los  chinos  que  tienen  una 
sola  voluntad;  y  también  otra  figura  de  una  hermosissima  Muger  con  un 
Niño  en  los  brazos,  de  la  qual  dizen  que  lo  parió,  quedando  virgen,  otra 

(  / )  Según  Masseo  !  ib.  2'.1 

(i)  Que  traducido  á  la  lengua  Latina  por  el    P.  Juan    Matia  Catlüpori   pusieron    Nicolás  Fri- 
gaurlt  (sic),  lib.  3  cap.  11  y  1).  Fran.co  Herrera  Maldonado  en  el  epítome  de  la  China. 
(/)  Según  Bernardino  de  Escalante,  cap.  15. 
(m)  Según  Domingo  Niger  de  India  in  duas  comment.    10  asu. 
(»)  Según  relación  de  Franco  de  Herrera  y  Maldonado  en  su  l£ pitóme  de  la  China. 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

336 

de  un  hombre  vestido  al  modo  que  los  christianos  pintan  á  los  Apóstoles  (o). 
Que  en  un  Monasterio,  en  que  los  Chinos  viven  en  clausura,  á  manera  de 
Religiosos,  llenos  de  supersticiones,  situado  en  una  Isleta  de  un  gran  Rio, 
en  Cantón  avia  otra  Imagen  de  Muger  de  igual  belleza  con  un  niño  que 
la  tenía  echados  los  brazos  al  cuello,  y  delante  de  elia  una  Lámpara  ar- 
diendo noche  y  dia,  y  preguntados  los  chinos,  respondieron  lo  que  de  la 
de  Ancheo  (/>).  Y  que  en  una  de  las  Islas  Filipinas  avia  una  Imagen  de 
ntra  Sra  con  un  niño  en  los  brazos  á  quien  los  Naturales  tenían  grande  ve- 
neración (q).  Que  en  muchos  de  los  templos  de  la  China  se  ven  algunas 
Pinturas  antiguas  de  12  insignes  esclarecidos  Varones,  con  casi  las  mismas 
insignias,  que  entre  nosotros  pintan  á  los  Apóstoles,  y  que  los  Chinos  di 
zen  de  ellos,  que  fueron  grandes  Filósofos,  y  vivieron  virtuosamente  por 
lo  cual  están  hechos  Angeles  en  el  Cielo. 

Que  los  Chinos  conservan  en  un  Libro,  q.e  titulan  del  Principio  del  Mun- 
do, la  memoria  de  su  creación,  y  de  la  de  los  hombres,  aunqu.e  la  refieren 
con  mil  errores. 

Afirman  que  la  Alma  tuvo  principio  del  cielo,  y  no  tendrá  fin  por  ha- 
berla dado  el  ser  eterno.  Que  la  que  viviere  según  las  Leyes  q.e  ellos  ob- 
servan, en  el  cuerpo  en  que  Dios  la  infundió  sin  hazer  daño  al  próximo, 
será  llevada  al  Cielo,  donde  vivirá  eternamente  con  grandes  regalos  hecha 
Ángel.  Y  que  la  q.e  viviere  mal,  era  en  compañía  de  los  Demonios  á  car- 
celes  mui  oscuras  donde  padecerá  con  ellos  tormentos  que  nunca  se  aca- 
barán. Confiesan  que  hay  un  Lugar  donde  las  Animas  que  han  de  ir  á  ser 
Angeles  se  limpian  de  todo  lo  que  se  les  pegó,  y  que  para  q.e  esto  sea  mas 
presto,  ayuda  el  bien  q.e  hazen  los  parientes  y  amigos.  Y  asi  es  cosa  mui 
usada  en  todo  aquel  Reyno,  el  hazer  oficios,  y  oraciones  por  los  Difuntos 
en  dia  señalado  en  el  mes  de  Agosto.  No  hazen  las  ofrendas  en  los  tem- 
plos, sino  en  las  casas,  en  las  quales  ponen  mucha  comida  para  los  muer- 
tos, y  para  los  que  tienen  por  santos  Abogados  de  los  difuntos,  y  al  son 
de  Atambor  cantan  á  coros,  y  yendo  de  quando  en  quando  los  Monacillos 
al  Altar  á  ofrecer  oraciones  escritas  en  papel  q.e  son  las  que  han  de  cantar  al 
son  de  los  Instrumentos,  se  buelben  á  sentar,  buelben  de  nuevo  á  cantar, 
y  al  fin  de  las  canciones,  dice  una  oración  en  tono  el  que  haze  el  oficio,  y 
acabada  da  con  una  tableta  pequeña  un  golpe  sobre  la  mesa  respondiendo 
los  Monacillos  al  mismo  son  vaxando  las  cavexas,  y  toman  ciertos  papeles 


(o)  F.  Juan  Gonzz  2  part.  lib.  I,  cap.  25  refiere  que  estas  Figuras  las  vieron  F.  Martin  de 
Herrada,  natural  de  Pamplona  y  F.  Gerónimo  Martin,  natural  de  México,  Religiosos  recomen- 
dables del  Orden  de  S.  Augustin,  q.e  salieron  de  Manila  con  otros  2  españoles,  Pedro  Sarmiento, 
y  Miguel  de  Loarcha,  á  predicar  el  Fvangelio  en  China. 

(/)  Fsto-vio  F.  Gaspar  de  la  Cruz  Varón  Apostólico,  Religioso  Dominico  según  Gonz.z  ,  1 
par.  lib.  2  cap.  1. 

(q)  Según  carta  dirigida  á  la  Provincia  de  Religiosos  Dominicos  de  Guatemala,  por  su  muí 
Religioso  individuo  F.  Juan  de  Castro,  primer  Provincial  de  la  de  Filipinas,  y  que  aseguró  Fr. 
^regcrio  García  averie  referido  los  de  Goatemala,  quando  por  aquel  Reyno  (sic). 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

337 

dorados,  y  pintados  y  los  queman  delante  del  Altar,  y  acabados  los  sacri- 
ficios comen  con  los  de  la  casa  los  Manjares  de  las  Mesas  (r). 

Que  aman  la  abstinencia  anteponiéndola  al  Matrimonio.  Hazen  mucho 
por  los  Huérfanos,  y  tienen  grandes  Fábricas,  y  dotaciones  para  los  Pere- 
grinos. Cantan  casi  al  Stilo  Gregoriano  sus  oraciones.  Para  sus  sacrificios 
usan  de  vestiduras  semejantes  á  las  Albas,  y  sobrepellizes. 

Los  Sacerdotes  son  muí  Penitentes,  y  habitan  en  Desiertos,  y  Despobla- 
dos, y  los  q.e  están  en  las  ciudades  en  templos  grandes.  Porq.e  los  habi- 
tantes piensan  q.e  sus  oraciones  pueden  librar  las  Almas  del  Infierno,  y 
trasladarlas  á  la  Gloria,  hazen  á  sus  Sacerdotes  grandes  limosnas.  Su  há- 
bito es  austero,  raen  el  Cabello,  y  Barba  contra  el  estylo  de  las  demás 
Gentes  de  aquel  Reyno;  y  en  sus  oraciones  la  palabra  tolome,  cuia  signi- 
ficación ignoran  ya.  Que  los  Chinos  tienen  profecía  de  q.e  han  de  ser  su- 
getados  de  hombres  de  ojos  grandes  y  Barbas  largas  q.e  han  de  ir  del  Oc- 
cidente, de  donde  les  ha  de  ir  la  verdadera  Ley  q.e  los  ha  de  llevar  al  cielo 
á  ser  Angeles.  Que  embiando  un  gran  presente  un  chino  Piloto  á  Antonio 
de  Faria  dixo  dezid  á  Ntro.  Capitán  q.e  tiempo  vendrá,  en  que  ellos  se 
comunicarán  con  nosotros  por  amistad  de  Ley  verdadera  del  Dios  de  la 
Clemencia  sin  término,  el  qual  con  su  muerte  dio  vida  á  todos  los  hombres 
con  herencia  perpetua  en  la  casa  de  los  buenos;  porque  así  lo  veremos  que 
ha  de  ser  por  nuestras  profecías,  después  de  pasado  el  medio  del  medio  del 
tiempo  (s). 

Que  los  Japones  adoraban  un  Dios  figurado  con  3  cabezas;  bautizan  los 
Niños  y  hazen  penitencia  con  ayunos,  y  contra  los  insultos  del  Demonio 
se  defienden  con  la  señal  de  la  Cruz  (t).  Que  entre  sus  innumerables  ído- 
los adoran  una  Muger  con  un  Niño  en  los  brazos  diciendo  q.e  es  Madre  de 
un  gran  Fotoque  q.e  ellos  adoran  y  veneran  mucho  (u).  Y  que  refieren  que 
se  obscureció  el  Cielo  y  huvo  otras  grandes  maravillas  en  la  muerte  de  uno 
de  aquellos  Dioses  q.e  adoran. 

Que  Sto.  Tomás  predicó  también  en  Cochinchina  tierra  firme  de  la  Chi- 
na, quando  bolbió  de  ella  para  el  Indostan,  lo  comprueba  con  el  gran  Tun- 
quin,  Padre  de  la  Reyna  María,  oyendo  que  en  las  partes  Orientales  de  la 
China  avía  Gente  que  ensenaba  Ley  de  un  solo  Dios,  y  comunicándolo  con 
su  hija  le  dixo  ésta  q.e  el  enfado  q.e  tenia  en  su  Ley  era  su  muchedumbre 
de  118  Dioses  sin  fundamento  lo  q.1  motivó  la  encargasse  la  averiguación 
del  origen,  y  descendencia  de  tantos,  y  que  juntando  ella  á  los  Bonzos  mas 
sabios,  quienes  respondieron  que  eran  camiés,  esto  es  Dioses,  y  eso  bastaba 
para  que  no  se  entrasse  en  mas  investigación,  despedida  la  Junta,  llama- 
sse  á  uno  para  q.e  registrando  todos  los  Archivos  del  Reyno,  como  lo  exe- 

(r)  Según  González  i  part.  lib.  2,  cap.  6. 

(s)  Según  la  relación  sacada  por  F.  Gerónimo  Gradan  del  Orden  del  Carmen  cap.  87  del  Iti- 
nerario de  Fernán  Méndez.  ^ 
(/)  Según  Ortelio  in  tabula  Indig. 
(«)  Según  Fernandez  lib.  2  de  la  Hist.  cap.  23. 

43 


BIBLIOGRAFÍA  MEXICANA  DEL  SIGLO  XVlll. 

338 

cuto  en  el  espacio  de  3  a.s  ,  le  instruiera  en  lo  que  resultara  que  fué  lo  si- 


guiente "Llegó  á  estos  Reynos,  aviendo  sido  lanzado  y  expelido  de  la 
"China,  un  hombre  de  vida  sin  reprehensión  y  humilde,  con  vestiduras 
"de  Penitencia,  el  Cabello,  y  Barba  largo  y  en  todo  muí  sabio  (x),  el  qual 
"predicó  la  venida  del  unigénito  hijo  de  Dios,  engendrado  de  su  Padre 
"Eterno  de  su  mismo  ser,  y  substancia,  que  manifestó  quien  era  su  Pa- 
"dre,  dándolo  á  conocer  en  el  Mundo,  no  como  él  lo  conocía,  sino  por  se- 

(*)  Aquí  notó  F.  Gregorio  García  lo  que©entó  Metafraste  de  aver  entrado  en  la  India  este 
bendito  Apóstol  mui  humilde,  y  pobre,  sus  cabellos  crecidos  y  desmelenados,  el  rostro  amarillo. 
y  seco,  su  cuerpo  extenuado;  con  un  vestido  viejo  y  roto. 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

339 

"mejanzas,  según  el  entender  humano,  y  declarando  que  del  amor  corres- 
pondiente entre  el  padre  y  el  Hijo  procedia  el  Spiritu  Santo,  y  así  hizo 
"  una  figura  de  3  caras  correspondientes  en  un  cuerpo  por  ser  3  y  uno,  con 
"q.e  quedó  declarado  por  aquel  gran  sabio  Tomás,  q.e  assi  se  decia  el  que 
"sabia  y  manifestaba  el  Dios  no  conocido,  primera  causa.   Mandóse  hazer 
"estatua,  y  que  se  ponga  en  los  Altares  junta  con  la  primera  á  su  lado  de- 
"recho.    El  dicho  S.to  y  humilde  enseñó  que  queriendo  el  Padre  eterno 
"vestir  á  su  hijo  de  carne  humana  paraq.e  los  hombres  lo  viessen  y  creye- 
"ssen,  por  obra  de  Spiritu  Santo  baxo  á  las  entrañas  de  una  Virgen  San- 
dísima preservándola  el  Spiritu  Santo  encarnó  en  ella,  y  le  parió  sin  co- 
rrupción porq.e  era  Madre  de  Dios,  y  así  dio  otra  Imagen  de  una  Muger 
"con  un  Niño  en  brazos,  q.e  se  mandó  poner  en  los  Altares  de  los  Tem- 
"píos,  al  otro  lado  del  Dios  no  conocido.   También  dio  el  S.to  humilde, 
"otras  dos  Imágenes  de  este  Niño  ya  hombre  en  una  cruz  pendiente  *nuer- 
"to,  y  otra  resucitado.   La  junta  á  pedimento  de  los  Bonzos,  y  común  del 
"Pueblo,  que  pidieron  se  quitassen  por  el  escándalo  y  horror  q.e  les  cau- 
"saba  Dios  muerto  y  resucitado,  y  hijo  del  Dios  Supremo.   Y  asi  las  man- 
"daron  quitar  con  maduro  acuerdo,  y  ponerlas  en  una  cueva,  y  cerrarla 
"que  no  se  sabe  cual  sea,  solo  quedó  una  Cruz  en  los  Palacios  del  sumo 
"Bonzo,  á  do  estuvo  infinitos  años  hasta  que  sucedió  lo  que  en  su  lugar 
"daré  por  relación  á  vuestra  Magestad.   El  Predicador  Sto.  humilde,  pasó 
"por  el  Rey  no  de  Champaa,  y  Camboia  hasta  la  gran  Isla  Sumatra,  y  el 
"cabo  Quersoneso,  y  convirtió  muchos,  y  fué  por  todos  aquellos  Reynos 
"hasta  el  de  Coromandel,  y  hizo  su  morada  en  Calamina,  y  de  allí  salía 
"  por  todas  las  partes  convezinas.   Los  Bonzos,  de  embidia  le  mataron  y  el 
"Rey  descendiente  del  Dios  Rey  hizo  exército,  y  salió  á  la  vengaza,  y  por 
"no  darle  paso  los  Laos,  los  conquistó,  y  sugetó  á  su  corona,  y  pasando 
"adelante  venció  en  diversas  Batallas  los  siete  Reyes  de  Pegú,  Siam,  Lu- 
"gor,  Patán,  Paon,  Jor,  y  Arrancón,  y  por  el  gran  castigo  que  hizo  el  Rey 
"de  Calamina  en  sus  Bonzos,  y  en  otros  sus  parientes  se  confederaron,  y 
"se  tornó  triunfante  y  rico,  con  nombre  de  Gran  Tunquin,  que  se  ha  guar- 
dado hasta  hoy  (j)  como  queda  referido  q.e  se  pidió  por  los  Bonzos,  y 
"Gente  vulgar,  que  se  quitasse  Dios  muerto,  y  resucitado,  y  un  Bonzo, 
"Griego  de  Nación  defendió  contra  todos  con  grande  erudición  ser  Imá- 
" genes  de  su  Dios  y  no  debense  quitar  túvose  por  millagro  que  por  decir 
"la  Junta  de  los  demás  q.e  avia  4  Dioses  y  que  bastaban  2  de  aquella  Ley, 
"votándose  entre  todos,  quales  quedarían?  todos  dixeron  que  la  de  3  ros- 
"tros,  y  la  de  la  Madre  con  su  hijo,  y  luego  se  echó  suertes,  y  les  cupo  á 
"las  proprias,  por  lo  qual  quedaron  confirmadas.   Después  se  halló  en  los 
"Anales  qi«e  el  hijo  de  esse  Rey,  que  es  el  séptimo  de  la  Descendencia  del 
"Dios  Rey,  quiso  saber  porq.e  estaba  una  cruz  en  su  Palacio  entre  las  an- 
tiguallas de  sus  pasados.   No  le  supieron  decir  mas  de  que  en  la  herencia 

(y\  Según  Ceballos  triunfo  37  déla  Cruz. 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XV II i. 

340 

"que  su  buen  padre  heredó  del  gran  Bonzo  su  Tio,  vino  aquella  Cruz  y  que 
"por  eso  se  guardaría.  El  Rey  la  mandó  quitar  de  allí,  y  entrando  á  cabo 
"de  dos  meses  otra  vez,  y  visto  que  no  la  havian  quitado  se  enojó,  y  raan- 
"dó  que  en  el  misino  hueco  á  do  estaba  lo  hinchíesseu,  llenando  la  pared. 
"Se  quedó  allí  por  muchos  años,  perdiéndose  la  memoria  de  á  do  estaba 
"hasta  que  haziéndose  la  obra  que  el  Emperador  Padre  de  V.tras  Mages- 
"  tades  mandó  hazer  se  halló  en  el  dicho  hueco,  q.e  fue  tenida  por  Santa, 
"y  teniendo  noticia  V.tras  Magestades  de  esta  Fee,  mandaron  que  los  que 
"llegassen  á  sus  Reynos  que  fuessen  Christianos,  los  traxessen  ante  si  como 
"se  hizo,  y  fueron  informados.  Para  lo  qual  el  Emperador  embió  sus  Em- 
"  bajadores  á  pedir  viniessen  Bonzos  de  esta  Fee,  y  hasta  ahora  no  han 
"llegado.  Esto  es  gran  Señora  lo  que  he  podido  hallar,  como  he  referido 
"de  la  descendencia  y  milagros  de  nuestros  Dioses;  y  dando  mi  parecer 
"como  V.tra  Alteza  me  es  pedido,  digo  que  los  demás  fuera  de  los  5  di- 
"chos,  no  hallo  q.e  se  les  deba  adoración,  salvo  mexor  acuerdo"  (z).  Aun- 
que F.  Gregorio  Garcia  previno  que  no  tenia  tantos  testimonios  como  los 
de  la  India  Oriental,  que  documentasen  la  Predicación  del  Evangelio  en 
la  América  en  tiempo  de  los  Apóstoles,  pero  advirtió,  que  los  que  pudo 
hallar  fué  por  grande  averiguación  y  diligencia  que  hizo  de  ellos  assí  en 
este  continente  como  en  España,  y  son  los  siguientes. 

La  tradición  de  que  una  Imagen  de  ntra  Sra.  que  con  nombre  de  la  Can 
delariaseconservaen  la  Iglesia  de  Sto.  Domingo  á  cinco  leguas  de  la  Ciudad 
de  San  Christobal  en  la  Isla  de  Tenerife,  una  de  las  Canarias  q.e  reputo  por 
de  América  descubiertas  año  1405  por  Joan  Betancor,  de  NacionFrances(tf), 
se  descubrió  ó  apareció  desde  el  tiempo  q.e  eran  de  Gentiles,  en  una  cueva, 
que  hoy  es  Parroquia  donde  los  Pastores  se  guarecían  de  las  Aguas,  y  me 
tían  sus  Cabras,  Ganado  que  era  el  que  allí  avía  entonces,  y  el  qual  un  día, 
asombrado  de  la  claridad  que  vio  dentro  de  la  cueva,  huio  á  mucha  dis- 
tancia y  acudiendo  el  Pastor,  en  vista  de  la  claridad  y  del  bulto  de  la  Ima- 
gen, tomó  una  piedra  con  q.e  á  cometiendo  á  tirarla,  se  le  quedó  muerto 
el  brazo,  y  la  piedra  en  el  puño  que  tuvo  cerrado  en  el  tiempo  que,  y  sa- 
biendo esto  los  Moradores  comenzaron  á  llamar  á  la  Imagen,  Madre  del 
Sol  hasta  q.e  quando  entraron  allí  los  Españoles,  les  advirtieron  q.e  aque- 
lla Imagen  no  era  Madre  del  Sol  aunque  lo  tiene  por  manto  (que  eso  sig- 
nificaba aquella  claridad,  y  resplandor),  sino  Madre  de  Dios  que  crió  al 
Sol,  y  la  llamaron  de  la  Candelaria.  Por  lo  tocante  á  las  Islas  de  Barloven- 
to y  a  Nueva  España  mencionó  el  Juicio  que  de  la  propria  predicación 
formaron  Gonzalo  Hernández  de  Oviedo,  y  Valdés,  Alcayde  de  la  Forta- 
leza de  la  Ciudad  de  Sto.  Domingo  en  la  Isla  Española,  y  Chronista  del 
Emperador  Carlos  Quinto,  y  de  su  Madre  la  Reyria  D*  Juana,  y  el  qual 
vivió  mas  de  20  años  en  dichas  Islas,  y  compuso  la  Historia  que  llamo  Ge- 

(z)  Según  el  mismo  Zevallos  en  el  citado  triunfo  37. 
(a)  Según  Pedro  Martyr  lib.  1.  occea.  decad. 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIll. 

341 

neral  de  las  Indias  fundando  su  juicio  (b)  en  que  salió  el  sonido  de  los  Após- 
toles por  toda  la  tierra,  y  su  predicación  hasta  los  fines  del  orbe  de  ella  (c): 
Estevan  de  Salazar  hombre  muí  Docto,  y  que  antes  de  entrar  en  la  Car- 
tuxa  vivió  algunos  años  en  est  Nueva  España,  donde  averiguando  esta 
materia,  halló  algunos  vestigios  de  ella  entendiendo  que  por  este  continen- 
te pasó  alguna  como  breve  Nuve  de  la  predicación  del  Evangelio  desde 
el  tiempo.de  los  Apóstoles  (</):  F.  Diego  Duran,  Religioso  Dominico  de 
la  Provincia  de  México,  criollo  de  este  Reyno  q.e  sabia  mui  bien  la  Len- 
gua Mexicana  y  otras,  quien  en  un  libro  manuscrito  asentaba  las  señales 
que  encontró  de  aquella  Predicación:  y  F.  Agustín  Dávila,  y  Padilla  de  la 
misma  Orden  y  Provincia,  Arzobispo  de  S.to  Domingo,  quien  en  su  His- 
toria Mexicana  q.e  imprimió,  prometió  fundar  lo  mismo  aunque  no  llegó 
á  darse  á  luz  esa  otra  obra. 

Que  Pedro  Martyr  de  Angleria,  primer  Obispo  y  Chronista  de  las  Islas 
Barlovento  que  vivió  en  ellas  en  tiempo  de  Colon,  refirió  haber  tenido  un 
libro  compuesto  por  un  Hermitaño  Catalán,  conocido  por  F.  Ramón,  á 
quien  traxo  Colon,  y  vivió  en  las  Islas  mucho  tiempo  instruiendo  á  sus 
Reyezuelos,  nombrados,  caziques,  en  la  Religión  Christiana,  aviendo  ave- 
riguado de  ellos  con  ese  motivo,  que  creían  en  un  solo  Dios  infinito,  invi- 
sible y  todo  Poderoso,  á  quien  sus  antepasados  pusieron  2  nombres,  Iocav 
na  Huamavnocon,  y  que  tenía  Madre  á  quien  daban  5,  Attabeira,  Mamona, 
Hucarapita  Yiella  Guimazoa  (e).  Y  que  en  Cumaná,  cuia  costa  visitó  Co- 
lon, entre  los  muchos  Dioses  que  tenían  los  Naturales,  lo  era  una  Aspa 
como  la  de  S.  Andrés,  y  un  signo  como  de  escrivano  quadrado,  cerrado, 
y  atravesado  en  Cruz  de  esquina  á  esquina,  con  q.e  se  defendían  de  los 
Fantasmas  de  noche  y  lo  ponían  á  los  Niños  quando  nacían,  y  creían  que 
la  Alma  era  inmortal  (/).  Que  cuando  Cortés  entro  en  la  Isla  de  Cozu- 
mel  halló  en  medio  de  un  Patío  grande,  cercado  de  piedra  y  cal,  una  Cruz 
de  10  palmos  de  largo,  que  adoraban  los  Naturales  por  Dios  de  la  lluvia  (g), 
y  que  aquella  Isla  era  Santuario,  donde  cada  Pueblo  tenía  su  templo  ó  Al- 
tar, en  que  adoraban  entre  sus  Dioses,  cruzes  de  Madera,  y  de  latón  (//), 
y  que  de  éstas  hallaron  los  Españoles  en  yucatan,  muchas  sobre  las  se- 
pulturas de  cuerpos  humanos.  Y  impugna  F.  Gregorio  García  así  la  con- 
getura  sin  fundamento  de  q.e  los  Españoles  arrojados  por  los  Moros  de 
España  en  tpo.  del  Rey  D.  Rodrigo,  huviessen  venido  á  Cozumel  y  la  re- 
lación de  Torquemada  (i)  de  q.e  aquella  Cruz  la  lebantó  un  Sacerdote  de 


(/>)   5.  partida,  lib.  2,  cap.  7. 
(<r)    Salmo  18. 

(d)  Discurso  16  sobre  el  (redo,  cap.  3. 

(e)  Occea.  Deca.  lib.  10. 

{/)  Según  Gomara,  1  part.  cap.  83. 

\g)   V.  Benito  Fern.z  en  su  I 'cetrina,  y  Gomara,  2  par.  cap.  1. 

(h)  Gomara,  1  par.  cap.  34. 

{i)  Lib.  15,  cap.  49. 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

342 

sus  Naturales,  pocos  años  antes  q.e  llegassen  allí  los  Españoles,  por  las  con 
trariedades  que  embuelbe  el  reputarle  Profeta,  quando  mandó  q.e  se  ofre- 
ciera á  los  ídolos  una  Masita  de  Algodón,  en  señal  de  que  sería  el  tributo 
q.e  avian  de  pagar  los  Naturales  á  los  Españoles  q.e  allí  llegassen. 

Menciona  la  tradición  q.e  se  le  refirió  en  esta  N*  España,  de  q.e  en  el 
Pueblo  de  Huiztla  Provincia  de  Socomisco,  se  halló  una  Cruz,  labrada  de 
Madera,  de  la  qual  refería  la  tradición  de  sus  Naturales,  conservada  hasta 
en  pintura,  q.e  muchos  años  antes  q.e  los  Españoles  descubrieran  estas  Pro- 
vincias, pasó  por  allí  un  hombre  blanco,  vestido,  y  barbado  como  ellos, 
quien  con  sus  manos  labró  aquella  Cruz,  y  la  hincó  en  tierra,  estando  pos- 
trado adorándola  toda  una  tarde,  y  q.e  al  otro  dia  se  fué  de  allí,  é  hizo  lo 
mismo  en  otros  dos  Pueblos  adelante,  Chiltcpec  y  Ayutla. 

Que  en  el  Puerto  del  Mar  del  Sur,  llamado  Quantochco,  y  corruptamente 
Guatulco,  estaba  otra  Cruz,  que  la  tradición  de  los  Chontales  sus  natura 
les,  y  sus  pinturas  afirmaban  averia  puesto  un  Varón  Santo,  que  fué  S.t0 
Tomás  cuia  figura,  y  también  su  nombre  estaban  esculpidos  en  una  Peña, 
y  en  memoria  del  mismo  Apóstol  hay  un  Pueblo  en  aquella  Provincia  con 
el  nombre  de  S.to  Tomás.  Que  sus  Naturales  tenían  en  grande  veneración 
á  esta  Cruz  en  el  tiempo  de  su  Gentilidad.  Que  quando  el  famoso  corsario 
Ingles  Fran.co  Draque  tocó  en  Guatulco,  y  la  mandó  quemar,  viendo  que 
el  fuego  no  obraba  la  hizo  alquitranar,  y  brear,  y  que  cubierta  con  chami- 
za la  echassen  al  fuego  en  el  qual  aviendo  ardido  el  material  por  3  dias 
quedó  intacta  la  Cruz,  y  hecho  á  la  vela  el  corzario,  desprendido  de  allí 
con  la  maravilla,  bolvieron  al  Puerto  sus  habitantes  que  se  habian  refugia- 
do á  los  Montes.  Como  el  prodigio  se  divulgó  no  solamente  por  N?  Es- 
paña, sino  hasta  el  Perú,  viniendo  á  visitarla  la  quitaron  tantas  astillas,  q.e 
de  5  brazas  q.e  tenia  de  largo,  y  con  un  grueso  á  proporción  (j)  quedó  en 
una  sola,  lo  q.e  motivó  su  translación  por  el  Obispo  de  Huaxaca  D.  Juan 
de  Cervantes,  á  su  Catedral,  donde  le  edificó  Capilla,  dexando  á  los  Na- 
turales, q.e  avian  resistido  su  translación,  otra  q.e  se  labró.  Pero  que  de  la 
trasladada  se  ignora  la  Madera,  por  no  aver  en  aquella  Provincia,  Árbol 
de  aquella  especie,  y  olor,  y  aunque  Torquemada  atribuió  al  V.  F.  Mar- 
tin de  Valencia  aver  puesto  aquella  Cruz,  pero  F.  Gregorio  García  justa- 
mente repugnó  ese  pensamiento  fundándose  principalmente  en  las  antiguas 
tradición  y  pinturas  de  los  Chontales.  Y  debe  agregarse  á  eso,  la  de  no 
conocerse  en  aquellos  Payses  Árbol  de  aquella  naturaleza,  de  q.e  la  huvie- 
ra  podido  fabricar  el  V.  Valencia.  Comprueba  también  la  tradición  de  los 
Chontales  de  Guatulco,  con  otra  de  los  Naturales  de  Vera-paz  en  el  Rey- 
no  de  Goatemala,  adquirida  por  un  Religioso  Dominico  muí  viejo  que  sa- 
bia mui  bien  su  lengua,  y  les  doctrinó  por  muchos  años,  á  quien  referieron 
que  avia  muchos  siglos  que  vino  por  el  Mar  del  Norte,  y  llegó  al  Puerto 

(i)  Según  Torquemada,  lib.  i6,  cap.  28. 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII 

343 

Bacalar,  un  hombre  de  mediana  estatura,  moreno  de  rostro,  de  ojos  gran- 
des, y  buenas  facciones;  el  cabello  crespo  y  negro,  y  tan  largo  que  le  daba 
por  los  hombros,  de  barba  bien  poblada,  vestido  de  blanco,  al  modo  q.e 
se  visten  aquellos  Naturales,  descalzo,  sin  sombrero,  ni  otra  cosa  en  la  ca- 
veza,  con  un  báculo  tan  pequeño  que  colgado  al  brazo,  tasadamente  po- 
día alcanzar  á  él  con  la  mano.  Que  éste  les  predicó  en  su  lengua  la  Encar- 
nación del  Hijo  de  Dios  q.e  fué  el  mismo  dia  q.e  allí  llegó,  de  que  quedó 
entre  ellos,  noticia  de  Padres  á  hijos  q.e  Christo  ntro.  Sor.  avía  nacido  de 
S.ta  Maria  Virgen,  q.e  después  les  predicó  otros  muchos  sermones,  y  pasó 
predicando  hasta  Guatulco,  donde  aviendo  predicado  á  los  Naturales,  se 
despidió  de  ellos,  y  les  encargó  q.e  no  se  olvidassen  de  las  palabras  de  Dios, 
qe  les  avía  predicado,  porque  les  importaba  para  salvarse;  y  que  dichas  es- 
tas razones,  se  entró  por  la  mar  (que  es  la  del  Sur)  caminando  por  ella, 
como  por  tierra,  y  de  la  misma  manera,  q.e  avía  venido  por  la  del  Norte 
(la  Provincia  de  Vera-paz  esta  en  los  2  Mares),  de  q.e  asombrados,  le  si- 
guieron con  la  vista  hasta  que  le  perdieron.  Menciona  también  la  Cruz  (k) 
á  manera  de  tau  que  es  T.  labrada  á  quadros,  como  tablero  de  Axedrez, 
un  quadro  blanquisco  del  color  de  la  Peña  y  otro  de  un  muí  perfecto  Azul 
y  assí  alternativamente  y  q.e  vista  por  la  gran  distancia  en  q.e  está  en  la 
Punta  altíssima,  retaxada  de  la  sierra' de  Meztitlan,  parece  de  un  codo  en 
alto,  y  frente  de  la  Cruz,  una  media  Luna  á  su  mano  izquierda,  y  con  los 
mismos  quadros,  y  colores  alternados  sin  que  haya  memoria  del  tiempo 
ni  por  quien  ni  paraq.6  fin  se  esculpieron  aquellas  figuras,  admirando  aquel 
Azul  permanente.  También  asienta  averie  referido  F.  Fran.co  de  la  Guar- 
dia, Religioso  Dominico,  que  assistía  doctrinando  á  los  Indios  del  Pueblo 
Petapa,  5  Leguas  de  la  Ciudad  de  Guatemala,  q.e  2  leguas  de  el  estaba  una 
Capilla  y  Retrete  en  q.e  dezian  los  Naturales  aver  estado  una  Imagen  de 
Muger  hecha  de  Piedra  á  la  qual  llamaban  la  Reyna. 

Que  otro  Religioso,  vicario  de  su  convento  de  S.t0  Domingo  de  Vera- 
cruz,  le  dio  una  relación  escrita  que  el  supo  verbal.  Domingo  Guigelmo 
Santo  Varón,  extremado  en  la  Lengua  Zapoteca,  uno  de  los  que  entra- 
ron á  convertir  á  aquella  nación,  y  quien  más  trabajó  en  ella  en  q.e  asen- 
taba que  quando  los  de  su  orden  entraron  en  la  Provincia  Zapoteca  á  pre- 
dicar, llegaron  al  Pueblo  Quicchapa,  donde  encontraron  en  poder  de  su 
cazique,  una  Biblia  de  solas  figuras,  cuia  significación  se  iva  enseñando  por 
tradición  de  unos  á  otros  de  sus  Naturales,  y  en  ella  estaba  la  Creación, 
el  Diluvio,  la  Torre  de  Babel,  el  pasage  de  los  hijos  de  Israel  y  la  Anun- 
ciación, en  q.e  tenían  pintada  á  ntra.  Sra.  en  trage  de  India  con  Naguas, 

(k)  Traslado  á  la  letra  la  relación  del  testigo  ocular  D.  Estevan  de  Salazar,  quien  indagando, 
no  pudo  saber  mas  que  aquel  Pico  y  todas  aquellas  Sierras  tomaron  nombre  de  Meztitlan,  por- 
que Meztli  es  la  Luna,  Tetl,  piedra,  y  Tlan  sobre  la  Peña  en  que  debe  notarse  que  su  origen  es 
Mestitlan,  junto  á  la  Luna.  V  F.  Gregorio  García  juzgó  que  el  no  aver  encontrado  quien  diesse 
razón  de  aquella  Cruz  era  porq.e  sus  Moradores  eran  descendientes  de  Nauatlacá  Significativo 
de  Gente  que  se  explica  claro  á  distinción  de  los  sdvestres  que  se  mantenían  de  caza,  y  por  eso 
se  conocian  por  Chichimecas  y  vinieron  primero,  y  después  los  Nauatlacá. 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

344 

y  Huípil,  sentada  texiendo  una  tela,  y  sobre  su  caveza  en  alguna  distan- 
cia, una  como  Paloma  de  que  salían  Rayos,  entendiéndola  los  Naturales 
por  Donzella  q.e  parió  al  hijo  de  Dios,  llamando  á  los  resplandores  xipij- 
bitao,  q.e  significa  Spiritu  de  Dios. 

Asientan  también  las  2.  relaciones  de  Torquemada  (/).  Que  los  Indios 
Achíes  de  Goatemala  afirmaron  q.e  entre  sus  antiguallas  tenían  pintado  el 
diluvio.  Que  los  de  Nueva  España  tuvieron  noticia  de  la  Creación  del 
Mundo  y  del  Diluvio:  q  e  en  la  otra  vida  avía  Infierno,  donde  daban  tor- 
mentos; que  en  fin  del  Mundo  ha  de  aver  otro  Juicio  último  (como  huvo 
en  el  Diluvio)  el  qual  ha  ser  de  fuego;  que  han  de  revivir  todas  las  criatu- 
ras: que  se  eclipsarán  Luna,  y  Sol;  q.e  ha  de  tener  fin  el  Mundo;  y  que  las 
Animas  son  immortales;  y  que  éstas  y  otras  cosas  conservaron  con  Pintu- 
ras, todas  las  cuales  les  quitaron  los  Frayles  y  se  las  quemaron  con  zelo 
de  destruir  la  Idolatria,  teniéndolas  por  sospechosas  (w).  También  insertó 
la  relación  de  F.  Bartolomé  de  las  Casas  q.e  inventó  Torquemada  (;/),  pero  la 
de  F.  Gregorio  Garcia  acaba  en  la  cláusula  "y  que  estos  mandaban  q.e  se 
confessassen  las  gentes,  y  que  ayunassen"  y  varia  solamente  respecto  de 
la  que  insertó  Torquemada,  en  q.e  este  asentó  "y  no  traían  bonetes  sobre 
sus  cabezas,"  y  F.  Gregorio  asentó  "y  no  traían  cosa  alguna  sobre  sus  ca- 
vezas,"  y  advirtió  que  esa  Relación  era  una  Apología  manuscrita  de  F. 
Bartolomé  de  las  Casas,  q.e  se  guardaba  en  el  convento  de  S.t0  Domingo 
de  México.  También  advierte  F.  Gregorio  Garcia,  la  significación  que  al- 
gunos (o)  entendieron  de  los  nombres  q.e  daban  los  Indios  de  Jucatan  alas 
3  Divinas  personas,  y  á  la  Virgen.  Por  q.e  Izona,  ó  como  otros  escriben 
leona  q.e  daban  al  Padre,  es  Griego,  y  significa  Imagen,  lo  q.e  como  pro- 
pio del  hijo  (/>)  descubre  invención  introducida  entre  los  Indios  en  su  tra- 
dición, en  dar  al  Padre,  el  nombre  del  hijo.  Y  el  de  Bacab,  que  daban  al 
hijo,  puede  ser  corrupto  el  de  Abbá,  que  en  Hebreo  es  proprio  del  Padre 
y  lo  significa  {q).  Que  Echuah,  parece  corrupto  del  Hebreo  Haruach,  sig- 
nificativo de  Spiritu  (r);  y  el  de  Chiribias,  corrupción  de  Maria.  Y  también 
asienta  F.  Gregorio  García  aver  sabido  D.  Estevan  de  Salazar  en  Nueva 
España  (s)  que  un  Indio  de  Cholula  afirmaba  ser  cosa  auténtica  por  sus 
Historias  q.e  en  tpos  muí  antiguos  avia  venido  á  Nueva  España  un  hom- 
bre blanco,  con  barba,  y  enseñado  cierta  doctrina,  la  qual  ya  estaba  olvi- 
dada con  el  tiempo;  que  le  mataron  en  dicho  pueblo  porque  prohibía  la 
Idolatría,  y  edificaron  sobre  su  cuerpo  un  gran  Templo.   Que  pasando  F. 

(/)  Torquemada  lib.  15,  cap.  49. 

(m)  Según  F.  Gerónimo  Román  2?  part.  de  sus  Repúblicas,  en  la  de  las  Indias  Occident.  lib. 
2,  cap.  15. 

(«)  En  el  citado  cap.  49,  lib.  15. 

(o)  Salazar,  Discurso  16,  cap.  3;  y  Maluenda  de  Antiquitate  lib.  3,  cap.  25. 

(/)  Según  S    Pablo  2  ad  Corint.  4  y  ad  colos.  1. 

(?)  Según  S.  Thomas  de  Aquino  ín  8  ad  Rom.  et  in  4  ad.  Galat.  S.  Marc.  14. 

(r)  Según  Maluenda  en  el  lugar  citado. 

(j)  Salazar,  Disc.  16,  cap.  3. 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

345 

Gregorio  por  el  convento  de  su  orden  Nexapa  á  18  ó  20  leguas  de  Tehuan- 
tepec,  le  dio  por  escrito  F.  Diego  de  Azevedo,  después  Pral.  de  aquella 
Provincia,  varias  cosas  notables  de  aquel  Pais,  y  entre  ellas  la  relación  de 
que  azia  el  Norte  de  Tehuantepec  en  una  Peña  alta  que  baña  el  sol  al  na- 
cer veian  todos  una  Imagen  de  Frayle  Dominico,  y  á  sus  pies  una  India 
con  un  Paño  grande  como  Mantenilla  (sic)  que  se  está  confessando,  y  que 
le  ofrecían  sacrificios  los  Indios;  que  otros  que  la  vieron  le  informaron  á 
F.  Gregorio,  que  parece  mas  al  vivo  mirándola  de  lexos  que  de  cerca,  que 
esta  en  un  Hueco  de  la  Peña,  á  manera  de  Cueva:  que  la  llamaban  F.  Peña, 
y  el  Pueblo  situado  al  pié  de  aquel  Risco  ó  peñasco,  que  es  muí  alto  se 
llama  Tlacotepec,  y  que  en  aquella  Provincia  administraban  los  Dominicos 
á  q.e  atribuio  F.  Gregorio,  aquel  Pronóstico. 

Que  el  propio  P.  Azevedo  asentó  también  en  su  rtlacion  que  en  lo  del 
cerro  que  nombraban  Cempoaltepec,  que  entendió  significar  cerro  que  abra- 
za 20  cerros,  y  desde  el  cual  aun  sin  llegar  á  su  cumbre  vio,  año  1592,  los 
2  Mares  del  Norte,  y  Sur,  Volcan  de  México,  Sierra  de  Perote,  llanadas 
de  Veracruz  etc.  están  en  2  piedras  grandes,  señalades  2  huellas  de  hom- 
bres, una  frente  de  la  otra,  de  casi  2/t,  de  largo  cada  una  y  las  atribuio  F. 
Gregorio  a  q.e  fueron  de  algún  Varón  Santo,  y  corpulento,  que  las  dexo 
impresas  por  señal  de  la  promulgación  del  Evangelio.  Que  otro  Religioso 
le  contó  en  Nueva  España,  que  en  los  Cendales,  Provincia  de  Chiapa,  junto 
al  Pueblo  de  Ococingo,  22  ó  23  leguas  de  Chiapa  de  Españoles,  hay  unos 
edificios  antiguos,  y  en  ellos  figuras  de  hombres  de  grande  estatura,  ar- 
mados de  la  misma  Piedra,  unos  con  Almáticas,  y  otros  con  Mitras;  y  que 
los  Indios  no  sabían  dar  mas  razón  que  aquellas  figuras  eran  de  otra  Gente 
de  diferente  Nación  de  la  suia. 

Comprueba  la  Predicación  del  Evangelio  en  la  América  Meridional  con 
la  carta  (/),  del  P.  Manuel  Nobrega,  Provincial  de  la  Compañía  de  Jesús 
en  el  Brasil  fha  año  1549  en  la  ciudad  del  Salvador,  y  dirigida  á  Martin 
de  Azpilcueta,  en  que  refirió  la  memoria  conservada  por  tradición  de  unos 
á  otros  en  los  Naturales  de  aquella  Provincia  de  aver  aportado  á  aquella 
Región  el  Apóstol  Sto  Tomás,  de  quien  aprendieron  los  antiguos  Mora- 
dores de  un  Pueblo  nombrado  S.  Vicente,  que  está  al  principio  del  Brasil, 
de  que  manjares  avían  de  usar  sin  miedo  ni  sospecha  de  enfermedad,  ni  de 
muerte  según  la  relación  de  sus  Mayores,  y  Antepasados.  Que  una  vez 
salieron  ciertos  Bárbaros  muí  furiosos  contra  un  Discípulo  de  Sto.  Tomás 
para  matarle  con  sus  flechas,  y  Dardos,  y  que  sin  llegar  al  Discípulo  se 
bolvieron  contra  ellos  mismos.  Y  que  los  Brasileños  muestran  las  huellas 
de  ese  Apóstol,  señaladas  en  una  Peña,  las  quales  afirmó  el  P.  Nobrega 
aver  visto,  en  otra  carta  del  año  1552. 

Que  el  Obispo  F.  Bartolomé  de  las  Casas  en  su  Apología  manuscrita 

(()  Que  citaron  Tomas  Boti  de  segnis  ecclesielib.  4,  cap.  3,  y  lib.  5,  cap.  12;  Rivadeneyra  1? 
parte  en  la  vida  de  S.  Tomas  Apóstol;  y  Maluenda  de  Antiquit.  lib.  3  cap.  25. 


BIBLIOGRAFÍA  mexicana  DEL  SIGLO  XV III. 

346 

afirmó  que  en  el  Brasil  se  hallaron  rastros  de  aver  llegado  allí  Sto  Tomás 
Apóstol.  Que  entre  los  Naturales  de  la  Provincia  de  Sta  Cruz  de  la  Sierra 
ó  del  Monte  avía  Naciones  mui  dóciles,  y  otras  Bárbaras  que  hazía  Gue- 
rra á  aquellas,  las  que  reducidas  ya  al  Christianismo  por  los  Españoles 
acordaron  llevar  á  los  confines  de  sus  enemigos  para  defenderse  de  sus  ve- 
jaciones una  piedra  adonde  están  señalados  unos  pies,  que  la  tradición  asen- 
taba ser  de  un  S.  Apóstol,  que  predicó  los  tiempos  pasados,  la  Fee  de  una 
Cruz  que  tiene  señalada  la  misma  piedra  en  el  medio  de  ella,  la  cual  hizo 
el  S.  Pacume  ('nombre  que  dan  á  los  Sacerdotes  de  la  verdadera  Ley,  y  á 
los  suios  el  de  Mohanes)  con  su  dedo  en  señal  de  que  era  la  verdadera  la 
que  predicaba;  y  que  se  valieron  de  este  medio  de  defensa  por  haver  ad- 
vertido que  los  Españoles  ponían  la  cruz  en  sus  Vanderas,  y  en  otras  par- 
tes, y  que  sabido  por  estos  la  traxeron  á  su  Ciudad,  y  la  colocaron  en  la 
Iglesia  Mayor  como  á  Cruz  Milagrosa,  y  aparecida  entonces  acerca  de  ellos, 
y  q.tf  informándose  los  mismos  Españoles  de  los  Mahones  ó  Sacerdotes,  di- 
xeron  estos  q.e  sus  pasados  dexaron  dicho,  como  avia  pasado  por  allí  un 
hombre  Santo  con  aquel  hábito  q.e  ellos  usaban,  q.e  son  unas  cusmas  y  man- 
tas al  modo  q.e  las  pintan  á  los  Apóstoles,  con  sus  camisetas  largas,  estre- 
chas, en  el  cuerpo,  sacados  los  brazos,  y  luego  aquellas  Mantas  á  modo  de 
Sábanas  de  2  piernas  por  Capa,  sin  zapatos,  ni  sombreros,  ni  otra  cosa  al- 
guna (//).  Y  advierte  F.  Gregorio  García  que  debe  distinguirse  esta  cruz 
impresa  en  la  Piedra  y  junto  á  ella  las  pisadas  de  hombre,  de  otra  de  ma- 
dera que  en  aquella  misma  Provincia  hizo  un  Soldado  Facineroso  (v).  Y 
concuerda  esta  tradición  con  la  que  escribió  F.  Bernardo  de  Armentia  que 
tenían  en  la  Provincia  del  Paraguay  ó  Rio  de  la  Plata  (x).  Que  en  el 
Cuzco,  Ciudad  del  Perú  hallaron  los  Españoles  una  estatua  humana  de 
oro  con  barba  larga,  y  q.e  los  Indios  afirmaban  q.e  entre  ellos  se  decia  que 
en  tiempo  muy  antiguo  avia  venido  un  hombre  de  aquella  figura  y  talle 
navegando  sobre  su  Manto  por  la  Mar,  y  enseñándoles  cierta  Doctrina  ol- 
vidada ya,  y  enterrada  con  el  tiempo.  Que  les  dixo  q.e  después  de  muchos 
años  aviéndola  olvidado  vendría  Gente  del  Oriente,  blanca  y  barbada  co- 
mo él,  que  se  la  tornaria  á  enseñar,  y  que  asi  conservaron  su  estatua  como 
de  hombre  divino  entre  sus  Dioses  {y);  y  añade  otro  de  los  escritores,  que 
aquel  hombre  fue  coronado  con  el  Martyrio,  no  aprovechando  cosa  alguna 
su  doctrina  en  los  Naturales  [z);  y  asentando  otro,  que  por  no  averia  que- 
rido recibir  ellos,  baxó  fuego  del  cielo,  y  les  abrasó,  y  también  á  los  ce- 


{u)  Esta  relación  es  la  de  Cevallos,  triunfo  19  de  la  Cruz,  quien  escribió  á  F.  Gregorio  García 
desde  Jaén  averia  adquirido  del  D.r  D.  Felipe  de  Molina  Chantre  y  Provisor  de  la  Iglesia  de  las 
Charcas,  quien  juntamente  con  Cevallos  para  mayor  certificación  escrivió  al  cura  de  S.ta  Cruz  y 
embió  lo  mismo  que  se  ha  referido. 

(v)  Que  refiere  Acosta  en  la  Hist.  Moral,  lib.  7,  cap.  27. 

(x)  Que  insertó  Torquemada  lib.  15,  cap.  4S. 

(>"  Según  Salazar,  Discurso  16,  cap.  3 

(s)  Acosta,  de  Procur.  Ind.  Salute,  lib.  1,  cap.  2. 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

347 

rros,  cuias  peñas  se  convirtieron  en  Pómez  (a);  y  refiriendo  otro  que  los 
Indios  contaban  por  tradición,  que  un  hombre  blanco,  y  barbado,  a  quien 
llamaban  Viracocha  avia  habitado  en  una  cueva  que  se  conocia  (d);  y 
aviendo  asentado  otro  q.e  hasta  el  t.po  q.e  entraron  los  Españoles  con  D. 
Franc.co  Pizarro  en  el  Cuzco  havia  en  las  ruynas  de  Moyna  un  bulto  de 
piedra  conforme  al  talle  de  un  hombre,  con  vestidura  larga,  y  cuentas  en 
las  manos  (c).  Que  otro  escritor  averiguó  que  aquel  hombre  blanco  y  bar- 
bado apareció  en  el  Perú,  y  llegando  al  distrito  de  Cacha  Provincia  de  los 
Canas,  18  leguas  del  Cuzco,  vinieron  con  grande  furia  muchos  Indios  con- 
tra él  para  matarle:  q.e  vieron  baxar  fuego  del  cielo,  el  qual  iba  quemando 
la  cordillera  adelante  hasta  donde  ellos  estaban:  que  viendo  el  castigo  al 
ojo,  arrojaron  las  flechas,  y  dardos  y  llenos  de  temor  se  postraron  por  tie- 
rra pidiendo  perdón,  y  entonces  aquel  hombre  tomó  una  vara,  y  cami- 
nando para  donde  estaba  el  fuego,  dio  en  el  dos  ó  tres  golpes,  y  luego  se 
apagó,  y  los  Indios  en  memoria  de  ello,  le  hizieron  una  estatua  de  piedra 
grabada  en  una  mui  grande,  q.e  tenía  5  v.s  de  largo,  y  una  de  ancho:  que 
persevera  aquella  quemadura  en  aquel  cerro,  y  cordillera,  y  se  ven  pie- 
dras quemadas  en  espacio  de  un  quarto  de  legua,  estando  lo  demás  verde 
como  Yerba,  y  Monte,  y  que  los  Indios  de  Cacha  decian  que  aquel  hom- 
bre era  alto  de  cuerpo,  con  una  vestidura  blanca  q.e  le  daba  á  los  tovillos, 
la  qual  traia  ceñida,  tenia  el  Cabello  corto,  y  en  la  caveza  una  Corona  co- 
mo la  de  los  clérigos  Sacerdotes,  que  andaba  siempre  destocado,  y  traia 
en  las  manos  un  libro  á  manera  de  Breviario  y  que  con  2  compañeros  suios 
se  metió  en  la  Mar  de  junto  á  Puerto  viejo,  por  donde  andaban  sin  Navio 
ni  barca  como  si  caminaran  por  tierra  (d),  y  la  estatua  que  de  él  avía  en 
Cacha  tenía  la  estatura  de  un  hombre,  era  de  piedra  en  su  voestimenta  y 
con  corona  ó  tiara  en  la  caveza,  y  viéndola  dixeron  algunos  de  losEspañoles 
que  podría  ser  figura  de  algún  Apóstol  q.e  llegó  á  aquella  tierra  ( e).  Aun  se 
dio  idea  mas  individual  de  la  propia  estatua  expresando  que  era  de  un  hom- 
bre de  buena  estatura,  con  una  barba  larga  de  mas  de  un  palmo,  los  ves- 
tidos largos,  y  anchos  como  túnica,  ó  sotana  llegaban  hasta  los  pies,  tenia 
un  extraño  animal,  de  figura  no  conocido,  con  garras  de  León,  por  el  Pez- 
cuezo  con  una  cadena  y  el  ramal  de  ella  en  la  una  mano  de  la  estatua,  la 
qual  semejaba  á  las  imágenes  de  n.tros  bienaventurados  Apóstoles,  y  mas 
propriamente  á  las  del  S.or  San  Bartolomé,  porque  le  pintan  con  el  Demo- 

(a)  El  Maestro  F.  Rodrigo  de  Loaysa,  Religioso  Agustino,  quien  vivió  muchos  años  en  el 
Perú,  y  envió  esta  relación  á  F.  Gregorio  García. 

(¿>)  F.  Gregorio  García  asentó  avérselo  referido  un  hombre  honrrado  <[iie  vivió  mucho  t.po 
en  el  Cuzco. 

(<r)  Pedro  de  Cieza  diligente  en  averiguar  antigüedades  del  Perú,  y  quien  lo  oyó  á  los  Espa- 
ñoles q.e  entraron  con  Pizarro  al  Cuzco,  i  part.  cap.  97. 

(</)  Juan  de  Betanzos,  quien  se  informo  de  los  Indios,  de  quienes  fue  interprete  para  formar 
la  Historia,  que  escribió  p.r  Mandamiento  de  D.  Ant'.'  de  Mendoza,  siendo  Virrey  del  Perú  en 
la  narración  de  los  Incas,  1  par.  cap.  2. 

(e)  Cieza,  1  part.,  cap.  98. 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

348 

nio  atado  á  sus  pies,  como  estaba  la  figura  del  Inca  Viracocha  con  su  ani- 
mal no  conocido  (/).  Que  la  tradición  de  los  Indios  de  Tiuanaco,  Provin- 
cia del  Perú  conservaba  que  por  grandes  pecados  q.e  hizieron  los  de  aquel 
tiempo,  y  porq.e  apedrearon  á  un  hombre  que  pasó  por  aquella  Provincia, 
fueron  convertidos  en  unas  estatuas  de  hombres,  y  de  mugeres  que  per- 
manecían en  ella  (g).  Que  los  Reyes  Incas  y  sus  Amaufas  ó  Filósofos  á 
mas  de  adorar  al  Sol  por  Dios  visible,  adoraron  al  Dios  verdadero,  como 
invisible  baxo  la  expression  de  Pachacamac,  significativo  del  que  dá  al  al- 
ma al  Mundo  universo,  nombre  que  tomaban  en  boca  solamente  quando 
les  era  preciso,  y  entonces  encogiendo  los  hombros,  inclinando  la  caveza, 
alzando  los  ojos  al  cielo,  y  baxándolos  al  suelo,  levantando  las  manos  abier- 
tas en  derecho  de  los  hombros  dando  besos  al  Ayre,  y  decían  que  no  le 
conocían  porque  no  le  avian  visto  pero  q  e  le  adoraban  en  su  corazón.  Que 
Pedro  de  Cieza,  y  F.  Gerónimo  Román  atribuyeron  al  Demonio,  el  nom- 
bre de  Pachacamac  porque  no  sabían  su  propia  significación,  pues  al  De- 
monio llamaban  Zupay,  y  antes  de  nombrarlo  escupian  en  señal  de  abo- 
minación. Que  los  Historiadores  Españoles  del  Perú  dieron  á  Dios  el 
nombre  de  Ticci  Viracocha  que  nada  significa  y  que  el  de  Pacha  Yacpe- 
che,  que  también  le  dieron  los  mismos,  no  significa  sino  eñseñador  del 
Mundo  (h).  Pero  F.  Gregorio  Garcia  funda  en  los  mismos  escritos  de  Gar- 
cilazo,  que  aunque  á  Dios  criador  del  Cielo  y  Tierra  llamaron  Pachacamac 
nombre  muí  antiguo  compuesto  de  la  Lengua  Quichuca  q.e  después  to- 
maron los  Incas,  porque  el  Cuzco  q.e  fue  corte  suia  está  en  la  Provincia 
donde  es  materna,  y  por  eso  la  composición  de  él  es  anterior  á  su  Monar- 
quía, pero  q.e  el  de  Conticci,  ó  Ticci  Viracocha  Pacha  Yachachec,  aunq.e 
inventado,  y  compuesto,  pero  ó  por  no  ser  de  Lenguage  General  del  Perú, 
ó  corrupto  con  el  de  algunas  Provincias  (i),  ó  porque  los  Indios  para  adu- 
lar á  los  Españoles,  les  dieron  el  nombre  de  el  Dios  mas  alto,  y  estimado 
que  tenían  {j),  no  fué  compuesto  por  los  Españoles,  sino  q.e  lo  introduxo 
el  Rey  nombrado  Viracocha,  diciendo  q.e  le  avia  hablado  el  Dios  de  este 
nombre  (k),  y  que  Pachacutec,  hijo  de  Inca  Viracocha  dio  á  conocer  los 
demás  nombres  que  se  añadían  al  de  Viracocha,  Ticci  Pacha  Yachachec, 
con  cuio  favor  tuvo  una  victoria  ese  Rey  (/),  y  por  todo  ello,  ese  nombre 
lo  dieron  á  aquel  hombre  blanco  barbado,  que  allí  apareció,  reputado  des- 
pués por  Dios  concordando  la  de  ticci  significativa  de  fundamento,  proprio 
de  algún  Apóstol,  ó  Discípulo  (m)  y  la  de  Pacha  Yachachec  que  es  Maes- 

(/)  Garcilaso,  1.  part.  lib.  5,  cap.  22. 

(g)  El  mismo  i.  part.  lib.  3,  cap.  2  refino  avérselo  escrito  Diego  Alcobaza,  su  Amigo,  tratan- 
do de  las  antigüedades  de  Provincia. 

(h)  Según  el  mismo,  1.  part.  lib.  2,  cap.  2. 
(i)  Según  el  propio  Garcilazo  en  el  cit.  lib.  2,  cap.  2. 
(j)  Según  el  propio  Garcilazo  lib.  5,  cap.  18. 
[k)  Según  Garcilazo  1  part.  lib.  4.  cap.  21. 
(/)  Según  Acosta  lib.  6.  cap.  21. 

r  la  expresión  de  S.  Pablo,  ad  ephes.  2. 


bibliografía  mexicana  del  siglo  XVIII. 

349 

tro  del  Mando  (;/)  propia  también  de  los  Apóstoles  (o).  Y  comprueba  esto 
con  la  relación  q.e  le  hizo  un  Religioso  Agustino  q.e  estuvo  mucho  tiempo 
en  el  Perú  y  doctrinó  á  los  Indios  en  el  Distrito  del  Cuzco,  q.e  en  medio 
de  un  Rio  permanecía  una  palma  muí  alta,  q.e  decían  los  Indios  se  hizo  de 
un  Báculo  que  llevaba  un  hombre  blanco,  y  barbado  como  Español,  q,e 
ellos  llaman  Viracocha,  quien  pasando  el  Rio  lo  dexó  hincado.  Asimismo 
con  q.e  en  la  Provincia  de  Calua,  10  leguas  de  la  Ciudad  de  Loxa,  está 
cerca  del  Pueblo  Consa7iama,  una  piedra,  grande,  donde  hay  una  huella 
de  hombre,  que  manifiesta  no  estar  hecha  por  acaso  de  la  naturaleza,  ni 
por  industria  ó  Arte,  sino  milagrosamente,  y  últimamente  con  que  la  tie- 
rra propia  donde  se  da  la  fruta  que  llaman  los  Españoles  Granadilla,  es  la 
de  los  Quixos,  Jurisdicción  de  Quito,  donde  aviendo  entrado  F.  Gregorio 
García  entre  24  Religiosos  con  su  Pral.,  año  1587  les  manifestaron  su  mis- 
teriosa, llamada  hoy  de  la  Pasión,  de  cuio  círculo  baxo  salen  unos  ramales 
de  color  de  sangre  q.e  parecen  Azotes  en  medio  del  centro  inferior  se  le- 
vanta una  columna  verde,  y  al  pie  de  ella  3  hojas  que  forman  hechura  de 
3  clavos,  y  la  campana  de  la  flor  es  á  modo  de  corona  de  espinas,  y  den- 
tro de  ella  estas  las  venas  dispuestas  de  modo  q.e  hazen  á  la  vista,  Lanza, 
Caña  con  esponja,  escalera  Cruz. 

Que  un  Sacerdote  honrrado,  y  virtuoso  que  ya  vivía  en  tpo.  de  F.  Gre- 
gorio Garcia  en  Andalucía,  y  antes  por  algunos  años  en  la  ciudad  del  Cuz- 
co, le  refirió  aver  oído  decir  en  él  averse  hallado  en  aquel  Reyno  una  Cruz 
en  una  Laguna,  y  se  decia  aver  sido  hechura  de  Apóstol  ó  Discípulo  que 
predico  en  el  Perú.  Que  entre  los  ídolos  que  encontraron  los  Españo- 
les en  ese  Reyno,  avia  algunos  con  Báculos,  y  Mitran,  sin  averse  po- 
dido saber  de  los  Indios,  acerca  del  origen  de  estos  ornamentos,  sino  que 
se  avian  conservado  desde  tiempo  muí  antiguo  (p),  y  q.e  viendo  á  D.  To- 
mas de  Verlanga,  Obispo  de  Tierra  firme  decir  Missa  vestido  de  Pontifi- 
cal, admirados  decían  que  era  como  su  Huaca,  que  eran  Dioses  que  ado- 
raban. Que  los  Indios  de  la  Pra.  del  Perú  que  está  baxo  la  linea  equinoccial 
traían  Coronas  como  las  de  los  Religiosos  quando  entraron  alli  los  Espa- 
ñoles: que  en  algunos  Templos,  especialmente  en  los  Pueblos  q.e  llaman 
de  Passao  tenian  en  todos  los  pilares  de  ellos  hombres  y  Niños,  crucifica- 
dos los  Cuerpos;  y  en  los  Pueblos  de  la  Provincia  que  llaman  Caraque  te- 
nian sobre  las  puertas  de  los  Templos,  figuras  de  hombres  con  vestidura  de 
la  misma  forma  de  Almática  de  Diácono  (q).  Que  entre  los  Reyes  Incas 
se  hallaron  los  nombres  de  Paulo  y  de  Tito  discípulo  de  S.  Pablo,  pues 
Htiayna  Capac  Inca  tuvo  un  hijo  llamado  Pablo,  y  Huáscar,  Inca,  hijo  y 
succesor  de  Hnayna  capac  se  llamó  primero  Tito  cussi  Hualpa,  y  un  tío 


(«)  Según  Garcilazo  i.  part.  lib.  2.  cap.  2. 
(o)  Por  la  expression  de  S.  Mateo,  5  y  28. 
(/)  Gomara,  part.  1,  cap.  121,  y  Apolonio  lib,  1, 
(q)  Zarat,  lib.  t¡,  cap.  4V 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

350 

suio,  Tito  Inca  Bimachi  (r)  y  también  huvo  otro  Inca  llamado  Tito  hn- 
panqui.  One  el  vestido  de  los  Indios  de  aquel  Reyno,  á  que  llaman  Pa- 
cha y  cusma  ó  Vncu,  y  los  Españoles,  Manta  y  Camiseta,  es  semejante  al 
q.e  por  tradición  se  suele  poner  á  las  Imágenes  de  los  Apóstoles,  á  quienes 
parece  q.e  imitan  en  las  Sandalias.  Que  creían  aver  un  Dios  q.e  da  ser  á 
todo  el  Mundo.  Que  tenian  noticia  del  Misterio  de  la  Trinidad,  porque 
adoraban  á  un  ídolo  Tancatanca,  de  quien  decían  que  en  uno  eran  tres,  y 
en  tres,  uno,  y  tenian  también  3  estatuas,  dedicadas  al  Sol,  en  todo  muí 
parecidas,  nombradas  Apnx  hit  i,  Churi  Inti,  hit  i  Huanqui,  Padre  Sol; 
Hijo  Sol,  Hermano  Sol;  que  la  misma  manera  nombraban  las  3  estatuas 
del  Chuqui  Illa,  de  quien  decían  que  presidia  en  la  Región  del  Ayre,  donde 
truena,  llueve  y  nieva,  diciendo  Chuqui  Illa  Ca tu  Illa  Intu  Illa  {s).  Que 
los  Incas  Amautas,  ó  Filósofos,  tuvieron  que  el  hombre  es  compuesto  de 
cuerpo,  y  Alma,  que  esta  es  Spíritu  immortal,  y  el  cuerpo  hecho  de  tierra 
porque  se  convierte  en  ella,  llamando  al  hombre  Allpacamasca,  tierra  ani- 
mada, y  para  diferenciarle  de  los  Brutos,  á  quienes  llamaban  en  general 
Llama  significativo  de  Bestia,  le  nombraban  Runa,  hombre  de  entendi- 
miento, y  razón;  que  creían  avía  otra  vida  con  pena  para  los  malos,  y  des- 
canso para  los  buenos,  dividiendo  al  Universo  en  3  Mundos,  y  llamando 
al  Cíelo  Hanan  Pacha,  Mundo  alto,  de  donde  decían  que  van  los  buenos 
á  ser  premiados  de  sus  virtudes;  Hurin  Pacha  á  este  Mundo  de  genera- 
ción, corrupción,  y  significativo  de  Mundo  baxo;  y  Ven  Pacha  al  centro 
de  la  tierra,  y  significativo  de  Mundo  alia  baxo,  donde  decían  que  van  á 
parar  los  malos  dándole  también  nombre  de  Za  paypa  Huacin,  significa- 
tivo de  casa  del  Demonio,  aunq.e  no  entendían  la  otra  vida  spiritual,  si  no 
corporal,  diciendo  que  la  del  Mundo  alto  era  quieta  y  libre  de  trabajos,  y 
la  del  Infierno  ó  Mundo  inferior  llena  de  trabajos  (/);  también  creyeron 
que  el  Mundo  ha  de  tener  fin,  para  lo  cual  precederá  grandíssíma  seca, 
y  que  perderán  su  Luz  el  Sol  y  Luna,  por  lo  que  lloraban  y  daban  gran- 
des alaridos  en  los  Eclipses  especialmente  de  sol  (v). 

Que  los  Peruvianos  creieron  la  resurrecion  de  los  cuerpos,  lo  fiuida  con- 
tra los  que  dixeron  no  aver  alcanzádola  (.r),  con  que  asentaban  que  aca- 
bado este  Mundo,  nos  avernos  de  levantar  todas  las  Gente  con  vida  nueva, 
y  con  esta  misma  carne  como  ahora  somos  {y),  y  con  que  tenían  grandís- 
simo  cuidado  de  poner  los  cabellos  y  uñas  que  se  cortaban  en  los  agugeros 
de  las  Paredes,  y  alándolos  cuando  se  caían  para  q.e  cuando  las  Almas  se 
levanten  de  las  sepulturas  con  todo  lo  que  fué  de  sus  cuerpos  no  se  deten- 


(r)  Acosta,  lib.  6,  cap.  22  y  23. 
(s)  Según  Acosta  lib.  5,  cap.  27. 
(t)  Según  Garcilazo,  1  part.,  lib.  2,  cap.  7. 
(v)  Según  Gomara,  I  part.,  cap.  122,  y  Apolonio,  lib.  5. 
(x)  Contra  Polo,  cap.  2,  y  Acosta,  lib.  5,  cap.  7. 

[y)  Según  la  averiguación  del  Interprete  Betanzos  hecha  p.r  mandamiento  del  Virrey  Mendo- 
za, part.  1,  cap.  20. 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

351 

gan  en  buscar  sus  uñas  y  cabellos,  porq.e  ha  de  aver  aquel  día  gran  bulli- 
cio, y  mucha  prisa  de  manera  que  si  fuera  posible  aviamos  de  escupir  en 
un  lugar  (z). 

Finalmente  refiere  que  en  la  cumbre  de  un  cerro  muí  alto  del  Valle  de 
Iotoco,  Provincia  de  los  Musos,  en  Nuevo  Reyno  de  Granada  están  impre- 
sas huellas  de  pie  bumano  en  una  Losa,  y  que  en  un  Valle  á  espaldas  del 
Pueblo  de  Tocaregua  en  el  corregimiento  de  Tunxa,  y  provincia  llamada 
Huane,  término  de  la  Ciudad  de  Vetez,  está  una  losa  como  encaxada  en 
unos  peñascos  altos,  en  la  qual,  que  tendrá  22  varas  de  alto  y  cerca  de  dos 
de  ancho,  están  grabadas  como  de  medio  relieve  3  figuras  de  hombre  con 
un  mismo  género  de  vestido,  q.e  es  el  que  traen  los  Indios,  el  que  está  en 
medio  se  diferencia  de  los  demás  en  q.e  tiene  barba,  y  sandalias.  A  los  pies 
de  las  3  están  gravados  5  renglones,  euios  caracteres  no  han  podido  en- 
tenderse, sin  embargo  de  averio  procurado  muchos,  ya  por  ser  antiguas  y 
de  lengua  estrangera,  y  ya  por  casi  borradas  con  las  inclemencias  del  cielo, 
y,  la  tradición  de  los  Indios  asienta  que  un  cazíque  de  aquella  Provincia 
llamado  Chocata  hizo  gravar  aquellas  figuras,  mucho  tiempo  antes  que  en- 
traran en  aquella  tierra  los  Españoles.  Se  juzga  por  algunos  que  la  figura 
del  hombre  q.e  está  en  medio,  es  de  Apóstol,  ó  Discípulo  que  llegó  allí  á 
predicar  el  Evangelio,  porque  á  mas  de  la  barba  y  sandalias,  parece  que 
tiene  en  la  mano  izquierda,  un  libro  cerrado.  También  se  ha  pensado  que  las 
2  figuras,  que  están  á  los  lados;  que  son  de  Indios,  son  de  Discípulos,  q.e 
fueron  con  aquél,  que  les  convirtió  en  aquel  Reyno.  Finalmente  asienta 
F.  Gregorio  Garcia,  que  personas  honrradas  y  de  crédito,  que  vivieron 
mucho  tpo  en  el  Perú,  le  afirmaron  aver  oido  decir,  que  San  Bartolomé 
avia  predicado  en  él. 

(2)  Según  Garcilazo,  1  part.,  lib.  2,  cap.  7. 


bibliografía  mexicana  del  siglo  xviil 

353 


EL 

APÓSTOL  SANTO  TOMAS 


EN    EL 


NUEVO  MUNDO. 


COLECCIÓN  DE  NOTICIAS  Y  MEMORIAS  RELATIVAS  Á  LA 
PREDICACIÓN  DEL  EVANGELIO  EN  AMÉRICA  ANTES 
DE  SU  DESCUBRIMIENTO  POR  LOS  ESPAÑOLES. 


COLECTADAS  Y  ORDENADAS 


D.  JOSÉ  F.  RAMÍREZ 


Conservador  del  Museo  Nacional 


LAS    PUBLICA   EL     DR.     N-     LEÓN 


Profesor  de  Etnología 
el  Museo  Nacional  de  México. 


(De  la  colección  de  MSS.  del  Sr.  Lie.  Alfredo  Chavero.) 


4^ 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  xvm. 

354 


PRÓLOGO  DEL  COLECTOR. 


Noticias  del  Opúsculo  de  Sigüenza  intitulado  Fénix  del  Occidente. 

Hace  mas  de  un  siglo  que  nuestro  infortunado  é  infatigable  anticuario 
Dn.  Lorenzo  Boturini  (i)  ¡amentaba  la  ineficacia  de  las  diligencias  que  ha- 
bía hecho  en  pos  del  Opúsculo  intitulado  Fénix  del  Occidente  que  escribió 
Don  Carlos  de  Sigüenza  y  Góngora  con  el  designio  de  probar  la  predica- 
ción del  Evangelio  en  el  Nuevo  Mundo,  por  el  Apóstol  Santo  Tomás.  Pro- 
siguió la  empresa  con  el  propio  mal  éxito,  nuestro  historiador  Don  Maria- 
no Veytia,  (2)  que  recogió  algunas  de  sus  noticias,  instrucciones  y  papeles 
diseminados  y  al  fin  perdidos  por  la  indolencia  del  gobierno  colonial.  "Yo 
"no  he  podido  hallar  otra  cosa,  decía  que  la  noticia  de  que  (Sigüenza)  es- 
cribió esta;  pero  nadie  que  la  haya  visto,  ni  menos  que  me  diese  luz  de 
"poderla  hallar.'' — Con  estas  esplicaciones,  de  ha  cien  años,  no  debemos 
esperar  muchas  luces  de  los  que  escribieron  después,  copiando  ó  extrac- 
tando á  los  anteriores,  en  cuyo  caso  se  encuentran  Eguiara,  Beristain, 
el  P.  Mier  y  Bustamante.  No  hay  que  alucinarse  con  la  explicación  de  Be- 
ristain, que  tal  parece  formada  con  presencia  del  texto,  El,  solo  ha  copia- 
do una  parte  del  título.  Ocurramos,  por  tanto,  al  autor  mismo  y  á  los 
contemporáneos,  únicos  que  hoy  pueden  darnos  alguna  certidumbre  en  es- 
ta investigación. 

La  mas  antigua  mención  que  conozco  de  aquel  opúsculo  es  la  que  hace 
el  propio  Sigüenza  en  el  Prólogo  de  la  Crónica  del  Convento  de  Jesús  Ma- 
ría, que  escribió  con  el  título  de  Paraíso  Occidental.  Lamentando  allí  que 
su  pobreza  y  falta  de  protección  no  le  permitían  imprimir  sus  escritos,  de- 
cía:—  "probablemente  morirán  conmigo.  .  .  .quiera  Dios  Nuestro  Señor  no 
"sea  así  lo  que  tengo  averiguado  de  la  predicación  de  Santo  Tomás  Apóstol 
"en  esta  tierra  y  de  su  Christiandad  primitiva." — Como  las  aprobaciones 
y  licencias  para  la  impresión  de  esta  obra  son  de  mediados  de  1682,  y  la 
edición  se  hizo  en  1684,  podemos  concluir  de  aquella  indicación,  que  en 
esa  época  no  tenia  el  autor  mas  que  apuntes. 

En  1690  se  dio  á  luz  la  Libra  astronómica  y  philosophica,  mediante  el 

(1)  Catálogo  del  Museo  Indiano  §  XXIV.  n.  6. 

(2)  Ilist.  ant.  de  México,   Lib.  I,  cap.  19. 


BIBLIOGRAFÍA  MEXICANA  DEL  SIGLO  XVIII. 

355 

favor  que  le  dispensó  Don  Sebastian  de  Guzman  y  Córdoba,  que  figura 
allí  como  editor.  Este,  en  su  prólogo,  fechado  el  i?  de  Enero  del  mismo, 
dá  noticias  mas  precisas,  según  manifiestan  los  dos  párrafos  siguientes:  — 
"Si  en  mi  concepto  es  sobradamente  bueno  este  libro  (La  libra  astronó- 
"  mica),  juzgo  son  mejores  otros,  que  tiene  ya  perfeccionados  el  autor  de 
"este.  De  todos  ellos  puedo  dar  razón  como  quien  los  ha  leido  con  notable 
"gusto,  y  siendo  contingente  se  pierdan  por  su  descuido,  si  no  se  impri- 
"men,  pondré  aquí  sus  títulos  y  epilogaré  sus  asuntos,  para  que  siquiera 
''esta  memoria  se  conserve  de  ellos  en  aquel  caso. — Fénix  del  Occidente 
"  S.  Thomas  Apóstol  hallado  con  el  nombre  de  Quetzacoatl  entre  las  cotizas 
ude  antiguas  tradiciones,  conservadas  en  piedras,  en  Teomoxtles  Tul  tecos  y 
"en  cantares  Teochichimecos  y  Mexicanos.  Demuestra  en  él  haber  predi- 
"cado  los  apóstoles  en  todo  el  Mundo,  y  por  el  consiguiente  en  la  Amé- 
"  rica,  que  no  fué  absolutamente  incógnita  á  los  antiguos.  Demuestra  tam- 
"bien  haber  sido  Quetzalcotl  el  glorioso  Apóstol  S.  Thomé,  probándolo 
"con  la  significación  de  uno  y  otro  nombre,  con  su  vestidura,  con  su  doc- 
trina, con  sus  profecías  que  expresa:  dice  los  milagros  que  hizo,  describe 
"los  lugares  y  dá  las  señales  donde  dejó  el  Santo  Apóstol  vestigios  suyos 
"cuando  ilustró  estas  partes,  donde  tuvo  por  lo  menos  quatro  discípulos. " 
Este  breve  epítome,  que  juzgo  escrito  por  el  propio  autor,  parece  no  dejar 
duda  deque  en  ésa  fecha  estaba  ya  la  obra  enteramente  concluida. 

Apoya  esta  deducción  Fr.  Agustín  de  Vetancurt  en  la  noticia  que  da 
de  las  obras  que  consultó  para  escribir  su  Teatro  Mexicano.  Después  de 
hacer  la  enumeración  de  las  impresas  de  Sigüenza,  á  quien  llama  — "su 
compatriota  y  amigo," — confesándosele  deudor  de  buenos  servicios  litera- 
rios, dice:  —  "También  tiene  muchos  libros  escritos  que  aun  no  ha  impreso, 
"como  son:  Año  Mexicano,  Fénix  de  Occidente,  S.  Thomé  Apóstol,  hallado 
"entre  las  cenizas  de  antiguas  tradiciones,  papeles,  &c."  Esto  se  escribía 
entre  1696  y  1698.  —  También  nuestro  historiador  Clavijero  menciona  á 
Sigüenza  en  la  "Noticia  de  los  escritores  de  la  historia  antigua  de  Mé- 
"xico" — como  autor  de  "una  larga  y  muy  erudita  disertación  sobre  la  pu- 
blicación del  Evangelio  en  Anahuac,  hecha,  según  el  creia,  por  el  Após- 
"tol  Santo  Tomas,  valiéndose  de  la  tradición  de  los  Indios,  de  las  cruces 
"halladas  y  veneradas  en  México  y  de  otros  monumentos."  Esto  escribía 
en  Bolonia  el  año  de  1780  y  Clavigero  se  referia,  ciertamente,  á  los  datos 
que  habia  recogido  antes  del  extrañamiento  de  los  Jesuítas,  á  cuya  Biblio- 
teca legó  Sigüenza  sus  M.SS. — Hay  pues  todos  los  datos  que  puede  mi- 
nistrar la  certidumbre  humana  para  creer  que  ha  existido  una  obra  de  este 
asunto;  mas  con  excepción  del  editor  de  la  Libra  astronómica,  que  nos 
dijo  ha  1  7 1  años  que  la  había  leido,  juzgo  que  de  entonces  á  hoy  podemos 
repetir  con  Veytia,  que  nadie  la  ha  visto,  alcanzando  mi  sospecha,  aun  al 
mismo  Clavigero. 

Pero  si  aquel  curioso  opúsculo  se  ha  perdido  creo  que  poseemos  todos 


bibliografía  mexicana  del  siglo  xviil 

356 

ó  la  mayor  parte  de  los  materiales  que  sirvieron  para  su  formación,  reu- 
nidos ahora  en  este  volumen  por  la  mas  singular  casualidad.  (*) 

II 

NOTICIAS  del  M.S. —  Piezas  que  forman  la  colección. — Autor  anónimo. 

—  Trata  el  mismo  asunto  que  el  Fénix  del  Occidente.  —  Parte  de  él  reco- 
gen Boturini  y  Veytia.  — Descubrimiento  de  la  pieza  principal  en  la  Bi- 
blioteca de  la  Profesa.  —  Descripción.  —  A dvertencias  relativas  á  esta  copia. 

—  Conjeturas  de  ser  el  M.S  el  mismo  que  poseyó  Sigue  tiza  y  que  se  con- 
servaba en  la  Biblioteca  de  los  Jesuítas. — Su  mérito  literario.  —  Si  no  es 
la  obra  atribuida  á  Sigüenza,  le  ministró  sus  materiales. 

En  el  lugar  que  antes  he  citado  decia  Boturini — "Tengo  unos  apuntes 
"históricos  de  la  predicación  del  glorioso  A  póstol  Santo  Tomas  en  la  Amé 
"rica.  Hállanse  en  34  fojas  de  papel  de  china,  que  supongo  sirvieron  á  Dn. 
"Carlos  de  Sigüenza  y  Góngora  para  escribir  en  el  mismo  asunto  la  obra 
"Fénix  del  Occidente  &c."  Estos  apuntes  se  conservaban  todavía  en  el  Ar- 
chivo del  Vi  rey  nato  el  año  de  1745,  según  consta  en  el  inventario  practi- 
cado ese  año. — Cinco  años  después  llegó  Veytia  á  esta  Ciudad  (México) 
y  no  hay  duda  que  adquirió  ese  mismo  M.S.  ó  su  copia,  pues  hablando  de 
antiguas  pinturas  mexicanas  que  poseia,  dice — "Yo  tengo  entre  los  pape- 
"les  que  he  recogido  una  explicación  entera  de  uno  de  estos  mapas,  que 

"contiene  los  puntos  mas  principales  de  nuestra  fee y  el  autor  de 

"esta  esplicacion  dice  que  el  mapa  se  lo  dio  EL  Br.  Dn.  Carlos  de  Sigüenza 
"y  Góngora  &c."  (1).  Un  descuido  del  impresor  y  del  editor  subvierten 
enteramente  este  pasage,  pues  por  su  lectura  se  entiende  que  Sigüenza  dio 
el  mapa  al  autor,  cuando  fué  precisamente  á  la  inversa.  Esto  lo  vemos  muy 
claro  en  el  número  56  donde  dice — "Quiero  escribir  aquí  una  historia  pin 
"tada  por  figuras  al  modo  de  los  Indios,  la  cual  tuve  en  México  mas  de 
"catorce  años,  sin  entenderla  del  todo,  hasta  que  llegué  á  leer  lo  aquí  co 
"piado  de  Herrera  de  Cealcoquin,  la  cual,  año  de  1680,  cuando  me  volví 
"á  Filipinas,  dexé  al  Br.  Don  Carlos  de  Sigüenza  y  Góngora,  Catedrático 
"de  matemáticas,  juntamente  con  un  cuaderno  mauuscripto  de  mas  de  cin- 
"cueutay  dos  fojas  de  noticias  de  haber  predicado  en  Nueva  España  Santo 
"Thomé  Apóstol  &c." — Este  pasage  nos  da  la  corrección  de  la  errata  que 
se  escurrió  en  la  impresión  de  Veytia,  y  que  consiste  en  haber  substituido 
el  artículo  ¿7/del  original,  con  el. — También  nos  da  la  certidumbre  de  que  el 
M.S.  á  que  se  refiere  Veytia  es  el  mismo  de  Boturini. — Su  original  ha  des 
aparecido  y  solo  conozco  la  copia  que  nos  dejó  el  propio  Veytia  en  uno 

;  1  En  el  MS.  intitulado  "Historia  de  Quetzalcohatl"  que  poseo,  autógrafo  del  Hermano  Ma- 
nuel Duarte,  consta  que  comenzó  á  investigar  y  escribir  acerca  de  tal  asunto  el  año  de  1640  y  en 
la  ciudad  de  México.    \.  León). 

(1     Hist.  ant.  cit.  Lib.  1,  cap.  16  al  fin. 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XV 11  i. 

357 

uno  de  sus  volúmenes  M.SS.  intitulados  "Papeles  curiosas  de  Historia  de 
Indias  recogidos  por  &c."  el  mismo;  y  hoy  propiedad  de  mi  amigo  Don 
José  ivlaria  Andrade.  La  copia  es  muy  descuidada  y  con  todos  sus  defec- 
tos se  ha  trasladado  á  esta  colección.  Ella  forma  el  opúsculo  último  que 
comienza  en  la  página.  .  . . 

El  mismo  pasage  citado  nos  dá  también  la  certidumbre  de  que  en  po- 
der de  Sigüenza  existia  otro  MS.  mas  extenso  sobre  el  propio  asunto,  que 
le  dejó  su  autor  al  marchar  para  Filipinas:  ¿era  acaso  el  tan  buscado  Fé- 
nix de  Occidente? .  .  .  .  Nada  se  sabia,  porque  si  bien  la  copia  de  Veytia 
comienza  con  los  mismos  apuntes  que  el  otro  M.S.  antiguo,  su  extensión 
no  corresponde  en  manera  alguna  á  la  que  debieran  ocupar  las  j2  fs.  pa- 
sadas que  dejó  el  viagero  de  Filipinas. — ¿Lo  tuvo  Veytia  á  la  vista?,  .  .  . 
parece  improbable,  pues  también  lo  habia  copiado  en  su  colección. — Ade- 
mas, los  cinco  capítulos  que  ha  consagrado  á  este  asunto,  empeñándose 
en  probar  la  predicación  de  Santo  Tomas,  están  tomados  enteramente  de 
su  copia,  trascribiendo  sus  mismas  noticias  aun  con  sus  propios  numerosos 
errores  históricos  y  filológicos. — Yo  creo  que  no  conoció  el  otro  M.  5. 

Empeñado  yo  en  buscarlo  y  cuando  ya  habia  perdido  toda  esperanza, 
una  singularísima  casualidad  lo  puso  en  mis  manos. —  Ocupábame  en  co- 
leccionar dos  malas  copias  de  la  Historia  de  Tlaxcala,  para  sacar  una  terce- 
ra menos  defectuosa,  cuando  recordé  que  el  Barón  de  Humboldt  menciona- 
ba haber  visto  un  ejemplar  en  la  Biblioteca  de  la  Profesa  Afortunadamente 
desempeñaba  las  funciones  de  Bibliotecario  el  Señor  Presb?  Don  Felipe 
Villarello,  cumplido  caballero,  tan  distinguido  por  su  cortesía  como  por  su 
instrucción  y  que  en  nada  se  asemeja  al  común  de  los  intratables  guardia- 
nes de  estos  tesoros  literarios,  que  ahuyentan  á  los  que  pueden  utilizarlos 
y  los  dejan  perder  impasibles,  si  es  que  no  acojen  á  los  que  van  á  robarlos. 
—El  P.  Villarello  ofreció  al  Sr.  Andrade  buscar  el  M.S.  y  cuando  con  él 
ocurrí  á  saber  el  resultado,  me  presentó  un  volumen  en  folio,  advirtiéndo- 
me que  no  existía  lo  que  yo  buscaba,  pero  que  allí  había  algo  relativo  á 
Tlaxcala.  Era  una  sola  foja  que  contenía  la  representación  de  su  Ayunta- 
miento pidiendo  la  exención  de  tributos. — Aunque  la  curiosidad  me  exi- 
taba  á  registrar  el  volumen,  ni  la  hora  ni  la  oportunidad  me  favorecían  y 
juzgando  al  Sr.  Villarello,  por  lo  que  me  había  pasado  con  otros  muchos 
de  su  estado,  ni  aun  pensé  en  pedirle  el  permiso  de  llevar  el  volumen,  pues 
era  también  la  primera  vez  que  lo  veia. — Pero  S.  R.  suplió  mi  cortedad 
poniéndolo  en  mis  manos,  exitándome  á  llevarlo  y  autorizándome  para  que 
copiara  cuanto  estimara  interesante. 

Este  rasgo  generoso,  único  que  cuento  en  mi  larga  caricia  de  investiga- 
ciones, me  proporcionó  el  hallazgo  de  lo  que  tan  ansiosamente  habia  bus- 
cado y  la  oportunidad  de  reunir  dos  piezas  conexas  separadas  un  largo  pe- 
ríodo de  años  y  que  solo  reunidas  podia  dar  luz  para  descubrir  su  común 
origen. — El  volumen  á  que  me  refiero  ha  perdido  su  portada;  está  forrado 


BIBLIOGRAFÍA  MEXlt  ANA  DLL  SIGLO  XVlll. 

358 

en  pergamino  y  á  lo  largo  del  lomo  tiene  el  siguiente  título  de  tinta  negra,  en 
caracteres  antiguos  de  letra  itálica,  mezclados  con  gótica:  —  "Fragmentos 
"de  Mentor*  Mexicanas."' — La  f'.'  262  está  escrita  solamente  por  una  cara 
con  apuntes  sueltos  y  desordenados  que  tienen  toda  la  apariencia  de  un 
borrador,  comenzando  con  el  siguiente  renglón. — "Pítima  rica,  nuevo  Fe 
"nixdela  América: Didimo:  Solorzatto Poli. — Lib.  /"  cap.  1  fa 3  col.i."  {a) 
Estas  palabras  trajeron  luego  á  mi  memoria  el  Fénix  del  Occidente,  de  Dn. 
Carlos  de  Sigüenza,  juzgando  tenerlo  ya  en  mis  manos.  La  foja  263  co- 
mienza.— "f  A  mayor  gloria  de  Dios  y  honra  del  Santo  Apóstol  Thomé" 
continuando  hasta  la  f?  267  con  noticias  relativas  al  asunto,  sacadas  de  la 
Crónica  de  la  Compañía  de  Jesús  del  Brasil,  escrita  por  el  P.  Simón  de 
Vasconcelos.  Termínase  con  la  siguiente  razón  —  "Concuerda  á  la  letra 
"con  el  original  citado  de  la  Historia  de  la  Compañía  de  las  Provincias 
"del  Brasil  escripta  por  el  P.  Simón  de  Vasconcelos,  donde  la  saqué  y  á 
"que  me  remito;  en  México  á  26  de  Septiembre  de  1679  años  M.  Cduar- 
"te"  (una  rúbrica).  .  .  .  Veytia,  ó  el  escribiente,  abrevió  aquel  final  en  su 
copia,  poniendo  el  siguiente. — "  Concuerda  con  el  originan  de  quien  la  sacó 
"en  México  en  26  de  Septiembre  de  1679  el  hermano  M.  Cduarte." — Imi- 
tóse, tan  bien  como  se  pudo,  la  letra  y  rúbrica  del  copiante. 

Con  estas  noticias  comienza  el  M.S.  de  Veytia,  de  que  antes  di  razón, 
continuando  con  la  copia  del  de  Boturini,  también  mencionado,  y  que  en 
este  volumen  se  vé  en  la  pág.  (en  blanco  en  el  original). 

Pues  bien;  el  original  de  la  Profesa  tiene  algo  mas,  pues  continua  toda- 
vía con  noticias  sacadas  del  P.  Vasconcelos  que  terminan  ala  vuelta  de  la 
f?  siguiente  con  el  §  44  y  esta  razón — "Hasta  aquí  el  dicho  autor,  y  pro- 
sigue hablando  del  Brasil."  Una  rúbrica.  Después  de  cuatro  renglones  y 
medio  testados,  y  que  contienen  noticias  sacadas  del  Cronista  Herrera,  en- 
tra la — "Historia  notable  de  Zetzalcohuatl  &c,  que  en  este  volumen  co- 
mienza en  la  pág.  (en  blanco  en  el  original)  prosiguiendo  hasta  el  fin  del  to- 
mo que  concluye  con  la  f?  309,  aunque  por  el  rastro  que  quedó  se  advierte 
que  tenia  una  mas,  y  que  el  texto  concluía  hacia  la  mitad  de  la  primera 
plana.  He  notado  estas  pequeneces  porque  ellas  nos  servirán  para  rastrear 
al  autor. 

La  limpieza  con  que  se  copiaron  las  noticias  que  preceden  á  la — "His- 
toria notable  de  Zetzalcohuatl"  y  los  términos  de  su  concuerda,  autorizan 
para  creer  que  es  un  traslado  de  otra  copia:  1?  por  su  limpieza  misma;  2? 
por  la  diferencia  de  la  fórmula  del  concuerda  y  la  adición  de  la  palabra 
"hermano;"  3?  porque  se  dice  que  está  sacada  á  la  letra  del  original  de 
la  historia  del  P.  Vasconcelos.  El  error  es  notable,  pues  ésta  historia  se  es- 
cribió originalmente  en  Portugués  y  no  se  que  haya  traducción  castellana. 
Tales  circunstancias  explican  la  diferencia  anotada  entre  el  M.S.  de.Vey- 

1.1  contenido  de  esta  f?  se  ha  trasladado  al  fin  del  M.S.  para  no  interrumpir  su  contenido, 
colocándolo  como  fragmento  en  la  pág.  (en  blanco  en  el  original). 


bibliografía  mexicana  del  ¿1GL0  xvm 

359 

tía  y  el  de  la  Profesa,  respecto  de  lo  que  aquel  tiene  de  menos. — Su  copia 
se  sacó,  probablemente,  de  otra  que  sirvió  de  original  á  ambas,  ó  si  lo  fué 
del  M.S.  de  la  Profesa,  fué  también  antes  que  en  él  se  hicieran  los  aumen- 
tos que  tiene. — La  uniformidad  de  la  escritura  manifiesta  claramente  que 
la  continuación  hasta  el  fin  del  M.S.  é  "Historia  de  Zetzalcohuatl"  se  hizo 
por  el  mismo  Duarte  en  la  copia  que  se  reservó.  Ella  convence  también, 
con  la  propia  evidencia,  que  es  el  original,  pues  aunque  muy  limpia  en  su 
texto,  tiene  tantas  y  tan  desordenadas  apostillas,  que  es  imposible  prose- 
guir metódicamente  su  lectura:  las  mas  se  escribieron  en  el  orden  natural, 
otras  atravesadas  y  muchas  tan  dislocadas,  que  su  entrada  se  halla  dos  ó 
tres  páginas  adelante  ó  atrás,  frecuentemente  aún  sin  la  señal  que  marque 
su  correspondencia. — En  tal  incertidumbre  las  he  colocado  donde  hacian 
mejor  sentido  con  el  texto. 

Este,  se  ve  interrumpido  á  cada  paso  con  la  palabra  "nota"  unas  veces 
dentro  del  paréntesis  y  otras  sin  él,  cortando  la  narración. — Tal  irregula- 
ridad me  habia  sugerido  la  idea  de  que  fuera  efecto  de  la  ignorancia  del 
copiante,  que  hubiera  intercalado  en  el  texto  las  apostillas  que  tuviera  su 
original;  mas  bien  reflexionando  me  convencí  de  que  eran  obra  del  redac- 
tor mismo,  que  escribía  y  salpicaba  sus  propias  observaciones  según  le  ve- 
nían á  las  mientes.  Confirmóme  en  este  juicio  el  carácter  de  su  trabajo, 
que  realmente  no  es  mas  que  un  centón  de  noticias  sacadas  de  las  histo- 
rias y  Crónicas  americanas,  ligadas  con  las  ideas  y  conceptos  necesarios 
para  darles  tal  cual  unidad  y  desempeñar  el  intento  del  colector,  reducido 
á  probar  la  predicación  del  Evangelio  por  Santo  Tomas. — Así  el  M.S.  es, 
propiamente,  una  serie  de  Apuntes,  mezclados  con  las  reflexiones  que  su- 
jerían  al  colector  y  que  distinguía  con  la  palabra  Nota.  Como  esta  revol- 
tura introducía  una  grande  confusión  y  obscuridad  en  el  todo,  me  tomé  la 
licencia  de  enmendarla  separando  las  Notas,  del  Texto  y  colocándolas  en 
esta  copia  al  pié  de  la  página.  Al  revisar  la  copia  he  advertido  que  que- 
daron algunas  intercaladas,  y  sobre  ellas  llamo  la  atención.  Aunque  esa 
enmienda  en  nada  perjudica  ni  altera  la  esencia  de  la  obra;  sin  embargo, 
para  conservarle,  hasta  donde  lo  permite  una  copia,  su  tipo  original,  he 
marcado  al  margen,  con  tinta  roja,  sus  principales  accidentes,  advirtiendo 
las  que  son  apostillas  ó  notas,  y  la  forma  que  presentan  en  el  original,  agre- 
gando, por  mi  propia  cuenta,  otras  para  facilitar  la  lectura.  Entiéndase, 
pues,  que  todo  lo  escrito  de  tinta  roja  es  adición  mia.  (*) 

Concluiré  la  parte  descriptiva  del  MS.  con  algunas  observaciones  des- 
tinadas á  confirmar  una  conjetura  antes  asentada;  conviene  á  saber  que 
aquel  es  el  mismo  que  el  copiante  Duarte  dice  haber  dejado  á  Sigüenza. 
Según  su  noticia,  el  MS.  tenia  mas  de  52  fojas,  frace  que  por  su  limitación 
pacífica  permite  conjeturar  que  no  llegaban  á  60. — Pues  bien,  el  MS.  in- 

(*)  En  esta  impresión  lo  escrito  con  tinta  roja  se  hará  notar  por  precederle  un  asterisco.  * 
(N.  León). 


BIBLIOGRAFÍA  MEXICANA  DEL  SIGLO  XVIII. 

360 

ferido  en  el  volumen  de  la  Profesa,  tiene  actualmente  49  y  el  fragmento  de 
otra  copiado  aquí  en  la  página  378. — Dentro  de  él  corre  suelta  una  foja 
trunca,  de  letra  diversa  y  también  antigua,  que  trata  del  mismo  asunto, 
sin  poderse  conjeturar  cuantas  mas  tuviera.  —  Dándole  solamente  tres  ó 
cuatro  tenemos  ya  lo  suficiente  para  completar  el  número  de  fojas  indicado 
por  Duarte. 

Para  presumir  que  aquel  volumen  perteneció  á  Sigüenza  obran  los  si- 
guientes datos: 

1?  Un  documento  que  corre  de  la  f?  36  á  la  75,  con  el  siguiente  enca- 
bezado:— "Alvoroto  y  Motin  de  los  Indios  de  México.—  Copia  de  carta 
"de  Dn  Carlos  de  Sigüenza  y  Góngora,  Cosmógrafo  del  Rey  en  la  N* 
"Esp?  Catedrático  de  matemáticas  en  la  Rl  Universidad  y  Capellán  Ma- 
"yor  del  Hospital  Real  del  Amor  de  Dios  de  la  Ciudad,  en  que  le  dá  ra- 
"zon  al  Almirante  Dn  Andrés  de  Pez  del  Tumulto  " — Todo  este  título  es 
de  letra  de  Sigüenza  y  la  copia  concluye  con  su  firma  entera,*que  conozco 
muy  bien. — La  carta  es  de  30  de  Agosto  de  1,692. 

2?  El  documento  que  ocupa  las  fojas  j6  á  101,  tiene  el  siguiente  enca- 
bezado.—  "Orden  de  S.  E.  para  que  Dn.  Carlos  de  Sigüenza  y  Góngora 
"fuese  á  registrar  la  Bahia  y  Puerto  de  Panzacola  en  el  Seno  Mexicano  y 
"la  relación  que  de  él  hace  &?" — Siguen  los  títulos  de  sus  empleos  y  ho- 
nores.—  El  informe  es  de  otra  letra  con  correcciones  de  aquel.  Su  fecha  15 
de  Mayo  de  1693. 

3?  Una  relación  sin  fecha,  de  la  f?  139  á  142  que  Dn.  Damián  Manza- 
net  hace  á  Sigüenza  del  descubrimiento  de  la  Bahia  del  Espíritu  Santo  y 
Rio  de  las  Tejas.— Aunque  no  dirijida  al  mismo,  pero  si  conexa  con  sus 
investigaciones,  figura  en  el  volumen  otra  larga  relación  de  Fr.  Francisco 
de  Jesús  Maria,  al  Virey  Conde  He  Galve,  sobre  las  tribus  de  indios  que 
habitan  el  territorio  de  Tejas. — Documentos  de  este  género  y  calidad  pro- 
babilizan  la  conjetura  de  que  su  colector  fuera  Sigüenza,  y  que  ese  volu- 
men perteneciera  á  la  colección  de  sus  MSS. 

4?  Es  un  hecho  bien  comprobado  que  los  legó  en  número  de  28  á  la  Bi- 
blioteca de  los  Jesuítas,  y  de  los  cuales  dice  Eguiara  (*)  vio  ocho  en  folio 
que  allí  existían  en  su  tiempo,  con  el  título  de  Fragmentos  de  Historia  Me 
xicaua.  Este  corresponde,  casi  á  la  letra,  con  el  que  actualmente  conserva 
el  MS.  de  la  Profesa;  y  si  se  considera  que  en  ese  título,  bastante  usado, 
se  lee  confusamente  la  palabra  Memorias,  equivocándose  con  la  de  Histo- 
rias, no  es  improbable  que  Eguiara,  pasando  rápidamente  la  vista  por  él, 
tomara  el  uno  por  el  otro,  pues  yo,  q.e  lo  examinaba  con  cuidado,  incurrí, 
precisamente  en  esa  equivocación  al  poner  el  concuerda  en  las  primeras 
copias  que  saqué  de  algunas  piezas. — Confirma  la  conjetura  la  noticia  de 
Eguiara,  omitida  por  Beristain,  de  la  carta  escrita  al  Almirante  D.  Andrés 
de  Pez,  sobre  el  Tumulto  de  México  y  de  otros  opúsculos  con  la  siguiente 

(*)  Bibliotheca  Mexicana,  &c,  pág.  483. 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 
361 

mención: — " Historiam  narrationes seditionis  Indorum  Mejeici,  anuo  1692. 
"  Testimonia  et  Opuscula  multiplicis  argumenti. "  Hé  aquí  una  reminiscen- 
cia que  corresponde  bien  al  contenido  de  nuestro  volumen,  aunque  reve- 
lando que  el  bibliógrafo,  como  el  común  de  su  género,  no  examinó  dete- 
nidamente todas  sus  piezas;  á  menos  que  entendamos  no  pretendía  atribuir 
á  Siguen za  los  Opúsculos  multiplicis  argumenti. 

5?  Encuentro  la  última  pieza  de  convicción  en  los  términos  con  que  Cla- 
vigero  menciona  la  obra  de  Sigüenza,  relativa  á  la  predicación  de  Santo 
Toma?,  pues  ni  le  pone  título,  cuando  era  tan  conocido  y  repetido  el  de 
Fénix  del  Occidente,  y  describiéndola  dice  que  era—  "una  larga  y  muy  eru- 
dita disertación  &a  " — Esta  calificación  cuadra  perfectamente  al  M.  S.  pues 
siendo  según  advertí,  un  centón  formado  de  numerosas  y  variadas  noti- 
cias, con  la  escrupulosa  remisión  á  sus  autores,  se  presenta  á  primera  vista 
como  una  obra  de  vastísima  erudición,  sin  división  de  capítulos  ó  seccio- 
nes, y  exactamente  en  la  forma  común  de  una  disertación  ó  memoria. — 
Es  muy  reparable  la  circunspección  con  que  Clavigero  omite  su  titulo; 
mas  se  comprende  advirtiendo  que  ninguno  tiene  en  el  original. — Presu- 
mo, por  tanto,  que  este  es  el  MS.  á  que  él  se  refiere  y  que  si  lo  atribuyó 
á  Sigüenza,  fué  por  encontrarlo  entre  sus  MSS.  y  porque  él  mismo  se  pro- 
clamaba autor  de  una  obra  de  su  asunto.  Por  eso  también  dije  antes  que 
sospechaba  no  conoció  la  de  este. —  Una  concordancia  de  fechas  nos  con- 
duce también  á  robustecer  parte  de  estas  conjeturas.  Vimos  antes  que 
cuando  Sigüenza  hablaba  de  esta  materia  en  el  Prólogo  de  su  Paraíso  Oc- 
cidental, indicaba  tener  únicamente  apuntes. — Ahora  bien,  esa  obra  estaba 
ya  concluida  y  en  (su)  revisión  á  mediados  de  1682  y  recordando  que 
Duarte  decia  haberle  entregado  su  MS.  en  1680  parece  muy  probable  que  á 
este  se  refiera  en  aquella  mención. — Concluyo  de  todo  y  resumiendo  mis 
conjeturas,  que  si  el  opúsculo  que  forma  la  segunda  parte  de  este  volumen, 
no  es  el  tan  buscado  y  proclamado  Fénix  del  Occidente,  él  y  la  primera  nos 
dan,  por  lo  menos,  sus  materiales. 

El  mérito  de  esta  colección  tiene  dos  aspectos.  Considerada  como  un 
depósito  de  noticias  especiales,  concretadas  á  su  objeto,  es  inestimable, 
porque  ahora  largas  y  molestas  investigaciones,  aunque  siempre  tendrá 
que  lucharse  con  las  dificultades  que  opongan  las  remisiones,  ó  por  sus 
equivocaciones,  ó  por  la  diferencia  de  las  ediciones  á  que  se  refieran.  El 
mérito  intrínseco  tiene  también  dos  aspectos,  uno  histórico  y  otro  crítico- 
filológico.  El  primero  es  ninguno,  porque  las  tareas  evangélicas  atribuidas 
á  Santo  Tomas  carecen  absolutamente  de  fundamento,  siendo  aun  dudo- 
sas (para  mi  improbables)  las  que  se  le  atribuyen  en  la  India.  El  empeño 
para  probalizarlas  en  América  ha  dado  origen  á  los  innumerables  errores 
críticos  y  filológicos  del  colector  de  los  apuntes,  y  de  cuantos  han  acome- 
tido la  propia  empresa,  pues  su  sistema  se  funda  en  interpretaciones  abso- 
lutamente caprichosas  de  las  pinturas  mexicanas  y  en  etimologías  falsas  y 

46 


BIBLÍOCRALIA  MEXICANA  DHL  SIGLO  XVIlt. 
362 

violentas.  Se  reconoce  desde  luego  que  el  colector  no  sabia  la  lengua  me- 
xicana y  que  consultó  con  personas  que  tampoco  eran  muy  entendidas,  ó 
que  se  dejaban  fascinar  por  lo  piadoso  del  asunto;  achaque  que  se  nota  en 
otros  de  nuestros  escritores. 

La  circunstancia  expresada  bastaria  para  desechar  la  suposición  de  que 
ese  MS.  fuera  obra  de  Sigüenza,  de  quien  se  dice  era  peritísimo  en  la  len- 
gua mexicana.  Yo  así  lo  creo;  sin  que  por  esto  ratifique  el  juicio  emitido 
sobre  su  grande  pericia  lingüística,  pues  en  las  pocas  traducciones  etimo- 
lógicas que  de  él  nos  han  llegado,  advierto  graves  equivocaciones.  No  hay 
mas  que  ver  las  de  la  Relación  del  viage  de  Gumelli  Careri,  obra  induda- 
blemente suya.  Allí  hay  errores  patentes  é  injustificables. — ¿Quién  será, 
entonces,  el  autor  de  esos  apuntes?  ...  El  ímprobo  trabajo  que  se  tomó 
para  reunidos  merece  bien  que  se  consagren  algunos  renglones  para  inves- 
tigarlo. 

III 

CONJETURAS  sobre  el  autor.  — Continuación  déla  noticia  del  MS.— Épo- 
ca en  que  se  escribió. — Escribióse  en  México. — Conjetúrase  ser  el  autor 
el  Hermano  Manuel  Duarte,  de  la  Compañía  de  Jesús. — Pasages  de  la 
Historia  Jusuítica  y  de  un  diario  mexicano  que  lo  comprueban.  —  Piceas 
contenidas  en  esta  copia. 

Indescribibles  son  las  inceitidumbres  en  que  me  metió  esta  investiga- 
ción, pues  no  me  faltaban  razones  para  atribuir  el  M.S.  á  tres  personas  di- 
versas y  aun  para  presumir  fueran  trabajos  de  distintos  anotadores,  refun- 
didos en  una  copia,  por  ignorancia  ó  descuido  del  escribiente.  Algo  de 
alicena  manu  se  encuentra  y  lo  he  notado  donde  lo  he  advertido. — Voy  á 
dar  razón  de  las  especies  que  allí  se  ven  diseminadas  y  que  concordadas 
deben  darnos  la  conjetura  que  buscamos. 

Preséntase  en  primer  término,  reclamando  la  propiedad,  el  Duarte  tan- 
tas veces  repetido;  mas  su  concuerda,  que  hemos  visto,  y  otras  notas  re- 
partidas en  el  texto  {a)  parecen  indicar  que  era  un  simple  copiante,  y  no 
de  muy  alta  literatura,  puesto  que  en  la  apostilla  del  §  74  decía  que  no 
copiaba  allí  los  textos  latinos  por  no  errarlos  con  solecismos. — Sin  embargo, 
en  esos  mismos  pasages  y  en  otros  se  percibe  claramente  que  no  era  mero 
copiante,  sino  colector  de  excerpta,  que  entresacaba  á  la  letra  todo  lo  que 
encontraba  sobre  su  asunto,  agregando  sus  propias  reflexiones,  según  mas 
estensamente  he  dicho  antes.  No  parece  tampoco  que  tuviera  pretensio- 
nes de  autor,  y  que  se  limitaba  á  compilar  noticias  que  pudieran  servir  á 
persona  más  entendida,  para  desempeñar  su  piadoso  intento;  conviene  á  sa- 
ber, fundar  la  predicación  de  Santo  Tomas  en  América. — Esto  nos  lo  dice 

Vid»   Los  6§  43,  51   5  78 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

363 

claramente  en  la  fervorosa  invocación  con  que  concluye  el ■{  78,  explicán- 
dose así  los  motivos  y  sentimientos  que  lo  dirigieron  para  donar  su  M.S. 
á  Sigüenza,  uno  de  los  mas  afamados  literatos  de  la  época  y  que  se  ocu- 
paba especialmente  de  estudios  históricos  americanos. — La  primera  parte 
de  este  trabajo  quedó  concluida  en  26  de  Septiembre  de  1679  y  la  restante 
en  el  curso  del  año,  según  lo  indican  las  fechas  citadas  en  los  ^§  51,  55, 
61  y  71.  —  Larga  y  fatigosa  me  parece  la  tarea  para  dejarla  consumada  en 
tan  breve  tiempo,  por  lo  que,  y  por  el  aspecto  del  M.S.  presumo  que  en  esa 
época  se  sacó  la  copia  limpia  del  que  llamaremos  texto  y  que  en  otra  pos- 
terior se  fueron  agregando  las  numerosas  apostillas  que  ahora  hacen  tan 
molesta  su  lectura. 

Con  lo  antes  dicho  es  inútil  advertir  que  el  colector  escribía  en  esta  Ciu- 
dad de  México,  y  así  lo  dice  expresamente  en  los  párrafos  citados,  siendo 
notables  los  55  y  71  y  mas  aun  el  47  donde  claramente  nos  revela  que  era 
Jesuíta.  Así  lo  manifiestan  las  siguientes  palabras:  —  "que  este  sagrado 
"Apóstol  aya  pasado  por  el  Brasil  al  Paraguay  y  Perú,  dizelo  el  P.  Pedro 
"de  Rivadeneira — de  Nuestra  Compañía  &?" — En  otro  de  los  pasages  ci- 
tados decia  que  moraba  en  el  Colegio  denominado  entonces  de  Sn.  Pedro 
y  Sn.  Pablo,  después  de  San  Gregorio.  Por  otras  reminiscencias  del  colec- 
tor sabemos  que  estuvo  en  Cuernavaca  y  en  Xochicalco,  de  cuya  Pirámide 
escribió  una  descripción,  que  no  conocemos;  que  habia  viajado  por  las  otras 
Américas,  Filipinas,  el  Japón  y  que  sabia  la  lengua  Tagala.  Mas  dificul- 
tades tuve  para  cerciorarme  si  conocía  el  Mexicano,  porque  para  todo  hay 
conjeturas.  Esta  contradicción  fué,  precisamente,  la  que  mas  me  tuvo  mu- 
cho tiempo  perplejo  en  la  duda  de  si  el  M.S.  contenia  el  trabajo  de  perso- 
nas diversas;  pero  me  atengo  á  lo  que  muestran  sus  equivocaciones  y  á  lo 
que  nos  advierte  el  mismo  al  fin  del  §  57,  con  motivo  de  la  palabra  Tetz- 
catl: — "Si  el  nombre  (dice)  está  mal  escrito,  no  sé  la  lengua." 

Las  noticias  que  preceden  nos  ministran  en  último  análisis  los  siguien- 
tes datos  conjeturales  sobre  el  Colector;  que  era  Jesuíta;  que  estaba  en 
México  entre  los  años  de  1679  y  1680;  que  en  este  se  volvió  á  Filipinas 
y  que  al  marchar  dejó  su  M.S.  á  Sigüenza.  Parece  también  muy  proba- 
ble que  era  el  mismo  apellidado  üuarte  que  ostensiblemente  figura  como 
copiante.   ¿Habia  en  la  Compañía  de  Jesús  una  persona  á  quien  concirnie- 

ran  estas  indicaciones  y  que  fuese  capaz  de  emprender  tal  trabajo? 

He  aquí  el  problema  Como  los  PP.  Pérez  de  Rivas,  Florencia,  Oviedo  y 
Alegre,  historiadores  particulares  de  la  Provincia  Mexicana,  ni  los  biblió- 
grafos y  escritores  contemporáneos  dan  luz  alguna  sobre  la  persona,  me 
ocurrió  buscarla  en  Filipinas.  Registrando  la  Segunda  parte  de  la  Historia 
de  su  Provincia,  escrita  por  el  P.  Murillo  Velarde,  encontré  en  la  ñ  356 
v.  el  siguiente  pasage  que  entiendo  dá  la  solución  y  que  copio  á.  la  letra. 

"El  H.  Manuel  üuarte  nació  en  Oporto  de  Portugal  á  25  de  Diciem- 
"bre  de  1624  y  el  de  1652  entró  en  la  Compañía  de  Manila:  fué  Procura- 


BIBLIOGRAFÍA  MEXICANA  DEL  SIGLO  XVIII. 

364 

"dor  del  Colegio  dos  años:  pasó  por  compañero  del  Procurador  de  esta 
"Provincia  á  Madrid  y  Roma  y  quedó  01  México  catorce  años  por  Procura- 
"dor  de  esta  Provincia  y  vuelto  á  ella  murió  en  Iloilo  el  año  1689."  (1) 

Alentado  con  este  dato  interesante  quise  encontrarle  su  justificación, 
esperanzado  también  en  aumentar  mis  noticias.  Solo  encontré  en  el  Dia- 
rio de  sucesos  notables  del  Pie.  Robles,  que  el  18  de  Enero  de  1680  llegó, 
á  México  el  Gentil-hombre  de  la  Nao  de  China  Santa  Rosa;  que  entre  los 
dias  4  y  8  de  Marzo  salieron  los  reemplazos  para  Acapulco;  que  el  29  se 
hizo  el  Galeón  á  la  vela  para  Filipinas,  y  por  el  citado  P.  Murillo  sabemos 
que  el  24  de  Junio  ancló  en  la  bahía  de  Manila  llevando  á  bordo  á  Fr.  Die- 
go de  Aguilar,  Obispo  consagrado  de  Zebú,  y  con  toda  probabilidad,  al 
Hermano  Manuel  Duarte .  —  Residiendo  en  aquella  comarca  escribió  el 
opúsculo  que  se  ha  copiado  de  la  Colección  de  Veytia,  colocado  aq»uí  al  fin 
(pág.),  (en  blanco  en  el  original)  como  que,  evidentemente  fué  también  el 
último. 

Estos  datos  nos  ministran  dos  congruencias  que,  no  pueden  considerar- 
se casuales.  El  H.  Duarte  dice  expresamente  que  en  1680  salió  de  Méxi- 
co para  Filipinas,  y  está  probado  que  en  ese  mismo  año  zarpó  de  Acapulco 
un  Galeón  para  aquellas  islas.  Es  sabido  que  su  comunicación  con  Méxi- 
co se  hacia  por  este  único  medio  y  en  épocas  determinadas;  así  es  que  hay 
una  casi  certidumbre  de  que  entonces  se  embarcó  el  H.  Duarte.  En  el 
mismo  lugar  citado  dice  que  el  M  S.  de  que  se  trata  lo  habia  conservado 
en  México  mas  de  catorce  años,  y  que  al  ausentarse  lo  donó  a  Sigüenza. 
La  crónica  jesuítica  de  Filipinas  nos  confirma  el  hecho  de  su  permanencia 
en  ésta  ciudad  durante  un  igual  periodo;  luego  parece  que  la  identidad  del 
M.S.  y  de  su  autor  está  suficientemente  probada. 

Pongo  fin  á  este  prólogo  con  la  siguiente  advertencia  que  dará  á  cono- 
cer las  piezas  que  forman  la  colección  y  las  circunstancias  que  particular- 
mente les  conciernen. 

i?  Pluma  rica.  Nuevo  Fénix  de  la  América. — Pág.  1?  Estas  son  las  pri- 
meras palabras  escritas  en  la  cabeza  de  la  página  con  que  comienza  el  M.S. 
original,  y  que,  según  antes  dije,  solo  contiene  una  serie  de  apuntes  dislo- 
cados y  discordantes,  escritos  en  borrador.  Su  copia  se  ve  en  el  primer 
fragmento  colocado  en  la  página  369. — Por  estraño  que  parezca  el  título 
de  Pluma  rica,  no  carece  de  originalidad,  ni  puede  dudarse  que  tal  fuera 
el  que  el  autor  impusiera  á  sus  apuntes. — El  alude  á  la  palabra  mexicana 
Quetzalli  en  composición  Quetzal,  y  que  todos  los  escritores  traducen  por 
Pluma  rica  ó  sea  Pluma  muy  fina  y  estimada.  Esa  palabra  es  el  primiti- 
vo del  compuesto  Quetzalcoatl,  nombre  del  misterioso  personage  que  figura 
en  las  mas  antiguas  tradiciones  como  el  civilizador  de  México,  y  según 
otros  de  toda  la  América.    Pretenden  también  que  él  fué  el  mismo  apóstol 

1  1  De  este  escritor  y  de  su  obra  no  habla  el  P.  Somervog'el  en  su  "Biblioteca." — (N.  León;. 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XV ni. 

365 

Santo  Tomas,  y  que  bajo  aquel  nombre  predicó  el  Evangelio  en  el  Nuevo 
Mundo.  Establecer  su  identidad  es  el  intento  de  la  obra.  —  Los  primeros 
apuntes  quedaron  concluidos  en  26  de  Setiembre  de  1679  y  contenían  so- 
lamente lo  comprendido  entre  las  páginas  1*  á  38. — Parece  que  aquí  sus 
pendió  el  colector  sus  trabajos,  y  que  de  ellos  se  sacaron  algunas  copias, 
entre  otras  la  colocada  al  principio  del  volumen  citado  del  M.S.  de  Veytia, 
pues  no  contienen  mas.  Posteriormente  continuó  el  colector  agregando 
los  extractos  que  siguen  de  la  pág.  á  la  (en  blanco  en  el  original)  de  este 
volumen. 

2?  Historíetele  Quetzakoatl,  pág.(enblancoeneloriginal). — Esteopúscu- 
lo  ó  centón  que  aquí  figura  como  una  pieza  suelta,  en  el  M.S.  original,  si- 
gue á  continuación  de  los  apuntes  anteriores,  inmediatamente  después  del 
párrafo  que  se  ve  testado  en  la  pág.  (en  blanco  en  el  original). 

En  esa  Historia  es  donde  se  encuentra  el  sinnúmero  de  testaduras  ó  pos- 
tillas y  remisiones  de  que  hablo  en  este  prólogo  y  que  hacen  tan  difícil  su 
lectura.  Toda  ella  se  reduce  á  noticias  sacadas  de  la  historia  de  la  predi- 
cación de  Santo  Tomas  en  la  India  Oriental,  y  de  las  tradiciones  ameri 
canas  relativas  á  Quetzakoatl  Cucukau  tegidas  con  las  opiniones  de  los 
cronistas  de  ambas  Américas  que  pretenden  deducir  de  su  comparación, 
la  identidad  de  un  solo  individuo  en  la  persona  de  Santo  Tomas. 

3^  Fragmentos  pág.  (en  blanco  en  el  original). —  En  el  original  ocupan 
dos  ojas:  la  primera  colocada  al  principio  de  la  obra  y  llena  con  notas  y 
apuntes,  según  antes  la  he  descrito;  la  segunda  corria  suelta  en  el  volu- 
men, sin  que  haya  podido  acertar  con  el  lugar  á  que  corresponde.  Todas 
estas  piezas  forman  un  solo  cuerpo  en  el  M.S.  original  que  el  H.  Duarte 
dejó  á  Sigüenza  al  partir  para  Filipinas,  con  excepción  de  la  primera  in- 
gerida al  principio  en  la  colección  de  Veytia,  y  las  otras  permanecieron 
desconocidas. 

4?  Predicación  del  Evangelio  en  las  Indias  pág.  (en  blanco  en  el  origi- 
nal).— Esta  fué  la  última  tarea  literaria  del  colector,  escrita  ciertamente  en 
Filipinas  á  su  vuelta  de  México,  puesto  que  allí  hace  mención  del  M.S. 
que  dejó  á  Sigüenza  en  1679.  Parece  también  indudable  que  su  original 
formaba  parte  del  rico  museo  de  antigüedades  de  Boturini  según  se  per- 
cibe de  la  siguiente  noticia  que  dá  en  el  párrafo  24  n?  6  de  su  catálogo. 

"Ademas,  tengo  (dice)  unos  apuntes  históricos  de  la  predicación  del 
"glorioso  apóstol  Santo  Tomás,  en  la  América.  Hállanse  en  34  fojas  de 
"papel  de  china,  que  supongo  sirvieron  á  Dn.  Carlos  de  Sigüenza  y  Gón- 
"gora  para  escribir  en  el  mismo  asunto  la  obra  Fénix  del  Occidente,  que 
"no  he  podido  hasta  lo  presente  conseguir  por  no  haberse  dado  á  las  es- 
campas. &V 

Confirma  esta  noticia  el  inventario  que  se  formó  á  los  bienes  de  aquel 
infortunado  anticuario  al  tiempo  de  su  prisión  el  año  de  1742,  y  que  con 
su  proceso  original  se  conserva  en  el  Museo;  menciónase  allí  con  las  pro- 


BIBLIOGRAFÍA  mexicana  DEL  SIGLO  XV III 

366 

pías  señasen  el  n-9  54  del  inventario,  &?  Existia  todavía  el  año  de  1745 
f;ii  que  se  hizo  un  segundo  inventario;  mas  no  figura  ya  en  el  tercero  que 
se  práctico  el  año  de  1804.  Ignórase  el  paradero  del  original,  mas  tene- 
mos su  copia,  aunque  bastante  defectuosa  por  el  descuido  del  amanuense. 
Ella  forma  realmente  la  segunda  pieza  de  la  citada  colección  del  M.S.  de 
Veytia,  siendo  la  primera  la  misma  de  este  volumen,  bien  que  allí  figuran 
ambas  como  una  sola  con  el  título  de  predicación  del  Evangelio  en  las  Indias. 

Si  tal  era  el  del  original,  ó  fué  discurrido  por  Veytia,  no  se  sabe,  aun- 
que puede  conjeturarse  lo  segundo.  Mas  existe  en  un  volumen  foliado  con 
la  portada  que  se  ve  en  la  página  citada  de  este,  teniendo  en  los  lugares 
allí  señalados  con  unos  cuadretes,  dos  estampas;  la  una  impresa  y  la  otra 
dibujada  con  pluma,  ambas  sobre  puestas.  No  permitiendo  la  dimencion 
de  mi  copia  colocarlas  en  la  manera  que  lo  están  en  el  infolio  de  Veytia, 
se  han  distribuido  en  las  páginas  (en  blanco  el  original)  y  marcando  sola- 
mente el  lugar  del  asiento  que  tienen  en  el  original. 

Parece  indudable  que  la  copia  de  aquel  se  sacó  del  mismo  M.S.  original 
que  poseyó  Boturini,  así  lo  indica  el  siguiente  pasage  de  la  advertencia  que 
Veytia  puso  al  principio  del  volumen. 

"Por  lo  que  mira  (dice)  á  los  papeles  que  contiene  este  libro,  el  primero 
"es  un  manuscrito  muy  curioso,  cuyo  autor  no  se  sabe,  pero  que  parece  ha- 
"ber  sido  escrito  en  Manila,  según  dice  el  caballero  Boturini  en  el  índice 
"de  los  monumentos  antiguos  que  recorrió  por  estar  en  34.  fojas  de  papel 
"de  china,y  del  que  se  sacó  esta  capia;  su  asunto  es  probar  que  predicó  Santo 
"Tomás  Apóstol  en  la  Nueva-España." 

Veytia  hace  una  reminiscencia  del  mismo  manuscrito  en  el  cap.  16.  lib. 
iV  de  su  Historia  Antigua  de  México  en  las  siguientes  palabras.  —  "Yo 
"tengo  entre  los  papeles  que  he  recogido  una  explicación  entera  de  uno 
"de  estos  mapas  ó  pinturas  geroglíficas  de  los  Indios  que  contiene  los  pun- 
"tos  mas  principales  de  nuestra  fé.  Comienza  por  la  creación  del  hombre, 
"su  pecado,  destierro  del  Paraíso,  el  diluvio,  la  torre  de  Babel,  y  sigue  la 
"encarnación,  nacimiento,  pasión  y  muerte  de  Cristo,  y  la  venida  de  un 
"apóstol  que  predicó  el  Evangelio  en  aquellos  primeros  tiempos;  y  el au- 
" tor  de  esta  explicación  dice  que  el  mapa  se  lo  dio  al  Bachiller  D.  Carlos 
"de  Sigüenza  y  Góngora." 

Esta  reminiscencia  y  la  descripción  del  M.S.  no  dejan  duda  sobre  su 
identidad  El  asunto  del  que  nos  ocupa  es  el  mismo  que  el  del  precedente, 
con  algunas  noticias  mas  sobre  la  mitología,  costumbres  y  origen  de  los 
americanos,  conteniendo  de  nuevo  y  como  muy  singular  (párrafo  56  y  si- 
guientes) la  interpretación  de  la  antigua  pintura  que  el  colector  dejó  á  Si- 
güenza, y  que  explica  enteramente  y  como  una  representación  simbólica 
de  los  principales  sucesos  y  misterios  del  cristianismo.  En  todo  ello  no  hay 
mas  que  fantasmas  creados  por  el  entusiasmo  religioso  y  por  la  falta  de  co- 
nocimiento del  asunto.  A  lo  que  puede  juzgarse  por  la  descripción,  parece 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

367 

que  la  pintura  solo  representa  una  querella  entre  dos  pueblos  de  Oaxaca, 
de  la  que  resultaron  heridos  y  un  homicidio,  y  que  vino  á  rematar  en  una 
ejecución  de  justicia.  ¡Y  Veytia  dio  pasaporte  á  la  explicación  mejorándo- 
la hasta  agregarle  el  diluvio,  la  torre  de  Babel,  &?! 

5?  Predicación  del  Evangelio  en  América  antes  de  la  conquista  (página 
en  blanco  en  el  original).  Con  la  pieza  anterior  terminan  los  trabajos  lite- 
rarios del  H.  Duarte,  mas  por  la  congruencia  con  su  asunto  he  agregado 
la  disertación  que  escribió  el  célebre  religioso  exclaustrado  D.  Servando 
Teresa  de  Mier,  sobre  la  predicación  de  Santo  Tomas.  Apreciable  como 
rasgo  de  ingenio,  no  tiene  mérito  alguno  histórico  ni  filosófico,  porque  sus 
interpretaciones  y  explicaciones  son  enteramente  arbitrarias,  y  tan  fantás- 
ticas como  las  antes  mencionadas.  La  mayor  parte  estriban  en  la  compa- 
ración, y  mejor  se  diría  corrupción  y  dislocación  de  palabras  mexicanas. 
Véase  para  las  noticias  de  su  copia  la  advertencia  que  hago  al  principio  de 
ella  en  la  pág.  (en  blanco  en  el  original).  Veytia  consagró  también  al  pro- 
pio asunto  los  capítulos  15,  16,  17,  18,  19,  y  20  del  libro  1?  de  la  Historia 
antigua  de  México,  mas  no  conteniendo  cosa  nueva  ó  notable,  y  andando 
su  obra  en  manos  de  todos,  me  pareció  innecesario  abultar  el  volumen 
con  su  copia. 

Componiéndose  este  de  varias  piezas,  con  diversos  títulos,  era  necesario 
darles  uno  común  que  abrazara  su  asunto.  El  de,  El  Apóstol  Santo  Tomás 
en  el  Nuevo-Mundo,  me  pareció  que  llenaba  el  objeto,  abrazándolos  todos. 
—  México,  Septiembre  16.  de  1862. — José  T.  Ramírez. — una  rúbrica.  C. 


-  ^Ayvgxg.'vv'^- 


PARTE  PRIMERA. 

•  PLUMA   RICA. 
NUEVO  FÉNIX  DE  LA  AMÉRICA. 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

371 

(A  MAYOR  GLORIA  DE  DlOS  Y  HONRA  DEL  SANTO   APÓSTOL  THOMÉ.) 

El  P.  Simón  de  Vazconcelos  Religioso  de  la  Compañía  de  Jesús  en  la 
coronica  que  el  año  de  1663  compuso  de  la  Provincia  del  Brasil  de  la  mis- 
ma Compañía  escribe  así  á  fs.  51  núm.  82  lib.  1?  de  las  cosas  curiosas  del 
Brasil.  Quanto  á  la  religión  convenían  todos  los  indios  de  todas  las  nacio- 
nes, así  de  una  como  de  otra  parte  de  la  América,  que  habia  tradición  en- 
tre ellos  antiquísima  de  padres  á  hijos,  que  muchos  siglos  después  del  Di- 
luvio, anduvieron  en  sus  tierras  unos  hombres  blancos,  vestidos,  barbados 
que  hablaban  cosas  de  un  Dios  y  de  otra  vida;  uno  de  ellos  se  llamaba 
Sumé,  que  quiere  decir  Thomé.  y  que  estos  no  fueron  admitidos  de  sus 
antepasados  y  se  acojieron  á  otras  partes  del  mundo,  enseñándoles  pri- 
mero con  todo  á  plantar  y  coger  el  fruto  del  principal  mantenimiento  de 
que  usan  llamado  Mandioca,  y  á  fol.  ni.  n.  18  lib.  2.  dice  así: 

18. —  Habernos  dicho  en  general  cuanto  á  la  fe  de  Dios:  cuanto  á  la  fee  de     venida  de sto. 
Cristo  en  particular,  es  cosa  digna  de  saberse  la  que  los  indios  apuntaron  Thomé  áia  a  me- 
en su  respuesta  acerca  de  la  venida  del  Apóstol  St0  Tome  á  esta  su  tierra 
adonde  decian  tenían  por  tradición  les  enseñó  cosas  de  la  otra  vida,  pero 
que  no  fué  recibido  de  sus  antepasados. — Sobre  esta  duda  curiosa  para 
mayor  claridad,  diié  lo  que  vi  y  alcancé  de  personas  fidedignas;  yaze  en 
aquella  parte  de  playa  que  viene  corriendo  al  Norte  del  Puerto  de  las  Vi- 
llas de  San  Vicente,  no  muy  lejos  de  él,  un  pedazo  de  arrecife,  ó  laxa,  que 
cubre  y  lava  el  mar,  con  la  variedad  de  sus  ordinarias  mareas.    En  medio 
de  esta  ven  todos  los  que  aquella  parte  llegan  (ademas  de  otras    menos 
principales)  dos  plantas  (pegadas)  del  pie  derecho  y  izquierdo  de  un  hom- 
bre descalzo  en  proporción  de  quien  camina  hacia  la  mar;  la  parte  poste- 
rior para  la  tierra  y  la  anterior  pata  la  mar,  tan  vivas  y  expresas  como  si 
á  un  tiempo  se  hiciesen  y  viesen;  y  de  tal  modo  permanentes  que  no  pu- 
dieron los  siglos  pasados  borrarlas,  ni  parece  podran  los  futuros;  porque 
supuesto  que  no  entran  de  impresión  en  la  piedra,  son  como  de  pintura 
tan  natural,  y  viva  que  el  mejor  pintor  del  mundo  parece  no  podría  imi- 
tar obra  tan  perfecta.   Destas  pisadas  pues  (que  fueron  siempre  de  los  por- 
tugueses, desde  su  primera  entrada  en  el  Brasil,  tenidas  por  cosa  milagrosa, 
y  respetadas  por  cosa  santa,  hasta  el  tiempo  en  que  esto  escribo)  tomando 
información  los  primeros  que  poblaron  esta  capitanía;  y  después  de  ellos 
^algunos  padres  de  nuestra  Religión,  hallaron  por  tradición  antigua,  de  pa- 
dres á  hijos,  de  los  naturales  de  la  tierra,  que  eran  plantas  (pegadas)  de 
un  hombre  blanco,  barbudo  y  vestido,  .que  en  tiempos  antiquísimos  an- 
duvo en  aquellas  partes,  llamado  Sumé  en  su  lengua  que  es  lo  mismo  que 
en  la  nuestra  Thomé;  y  enseñaba  cosas  de  la  otra  vida;  y  en  el  fuadamento 
de  dicha  tradición  y  de  la  misma  cosa  que  de  suyo  parece  milagrosa,  fué 
siempre  habido  y  tenido  por  lugar  santo  y  venerado  por  tal;  y  con  razón. 
Porque  á  qué  propósito  se  pone  naturaleza  á  pintar  imágenes  tan  propias 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

de  los  pies  de  un  hombre?  y  después  á  que  propósito  las  conserva  por  tan 
larga  distancia  de  tiempos? 

19. — Sobre  la  verdad  de  esta  tradición  de  los  indios  confieso  que  tuve 
yo  en  tiempos  pasados  alguna  duda,  pero  de  esta  me  fué  librando  el  mis- 
mo tiempo,  y  la  experiencia  de  manera  que  vengo  hoy  á  tenerla  por  cosa 
cierta.  —  Convénceme  los  argumentos  de  las  grandes  señales,  que  se  halla- 
ron y  hallan  de  presente  por  toda  esta  costa  del  Brasil,  y  fuera  de  ella  por 
toda  la  América.  En  esta  Bahia  de  Todos  Santos,  afuera  de  la  barra,  en 
otra  playa  semejante,  distante  como  dos  leguas  de  la  ciudad  á  donde  lla- 
man TUípeá,  vide  con  mis  ojos  y  ven  cada  dia  nuestros  Padres,  y  todo  el 
pueblo  en  otro  pedazo  de  arrecife,  ó  laja,  una  planta  (pegada)  de  hombre 
perfectísima,  metida  de  impresión  en  las  sustancias  de  la  piedra,  la  parte 
posterior  hacia  la  tierra,  hacia  la  mar  la  anterior.  A  esta  viniendo  yo  de 
un  pueblo  de  Indios,  vide  que  concurrían  todos  los  que  traíamos  en  com- 
pañía, aun  los  que  venían  cargados;  pregunté  la  causa  á  uno  de  ellos  (que 
yo  era  nueve  en  el  camino):  respondiéronme  todos:  Pay,  Sumé pipitera 
angabacie:  pue  está  allí  la  planta  (pegada)  de  San  Thomé;  entonces  les 
pedí  me  llevasen  á  ella,  vi  á  la  pisada  que  dije  de  un  pié  descalso  izquierdo 
así  }•  á  la  manera  que  si  fuera  impreso  en  blando  barro.  Tiénenla  los  In- 
dios en  gran  veneración,  y  no  pasa  ninguno  que  no  la  visite,  si  puede;  y 
se  persuaden  á  que  poniendo  allí  el  pié,  les  queda  mejorado  todo  el  cuerpo. 
— No  es  esta  parte  tan  frecuentada  como  la  otra  de  Sn  Vicente  de  los  por- 
tugueses, porque  está  la  mayor  parte  del  tiempo  cubierta  de  la  mar,  y  so- 
lamente aparece  y  se  descubre  en  las  menguantes  mayores. 

20. — Dentro  de  la  barra  de  la  misma  Bahia  de  Todos  Santos,  como  á  tres 
leguas  de  distancia  en  el  parage  que  llaman  St0  Thomé,  ó  Toqué  Toqué,  en 
otra  playa  y  en  otro  pedazo  de  laja  semejante  dejó  el  mismo  Santo  otras 
dos  pisadas;  en  la  misma  forma  que  la  de  la  laja  de  Tlápoá;  y  en  distancia 
la  una  de  la  otra,  lo  que  requiere  la  proporción  de  los  pasos  ordenados  de 
un  hombre  que  camina:  fueron  siempre  en  todo  el  Brasil  habidas  y  teni- 
das y  veneradas  por  pisadas  del  Santo  Apóstol,  milagrosas  entre  portugue- 
ses; y  la  tradición  antiquísima  de  los  Indios,  derivada  de  padres  á  hijos  es 
en  la  misma  forma,  que  arriba  hemos  dicho;  que  son  pisadas  de  un  hom- 
bre blanco,  barbudo  y  vestido  que  en  aquellas  partes  andubo  y  les  habla- 
ba de  otro  mundo,  digo  modo  de  vivir  muy  diferente;  que  se  llamaba  Tho- 
mé, de  quien  afirmaban  estos  particularmente,  que  cierto  día  exasperados 
sus  abuelos  de  la  novedad  de  su  doctrina,  ó  inducidos  de  sus  hechiceros, 
ó  del  común  enemigo  del  género  humano,  arremetiendo  á  él  para  prender- 
lo, él  se  fué  derecho  á  la  playa  retirándose,  abriendo  primero  por  un  monte 
abajo,  el  cual  era  tan  levantado,  y  enriscado  que  era  imposible  seguirlo 
por  allí;  y  que  mientras  por  otra  parte  rodeaban  con  algún  circuito  y  lo 
buscaban  tuvo  lugar  de  huir,  y  lo  vieron  caminar  sobre  las  aguas  de  la  mar, 
dejando  burlados  sus  intentos;  y  en  memoria  de  su  repugnancia  dejó  aque- 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

373 

lias  pisadas  impresas  en  la  piedra  referida.  Esta  tradición  es  constante; 
averiguáronla  los  PP.  de  la  Comp^  de  Jesús,  que  en  el  misino  lugar  resi- 
dían antiguamente;  los  cuales  dichos  ntros.  PP.  reconocieron  siempre  y  ve- 
neraron aquellas  señales  como  del  Santo,  y  como  cosa  sobre  natural.  En 
la  cumbre  del  monte  por  donde  bajó  fundó  la  devoción  del  Pueblo  una  Igle- 
sia en  honra  del  Santo  y  en  memoria  de  la  dicha  tradición;  la  cual  Iglesia 
si  bien  fué  siempre  venerada  y  visitada  de  los  fieles,  en  el  tiempo  presente, 
lo  es  con  mas  continuación  y  concurso  por  los  efectos  extraordinarios,  ha- 
bidos por  milagrosos  que  allí  esperimenta  la  fee  común  de  los  enfermos  y 
necesitados. 

21. — Aquí  para  confirmación  de  lo  sobredicho,  obró  la  divina  Potencia 
una  circunstancia,  que  parece  trae  mucho  de  sobrenatural:  es  esta  una 
fuente  de  agua  peremne  y  dulce,  que  brota  de  otro  peñasco  junto  al  de  las 
pisadas  á  pocos  pasos  andados  á  la  falda  del  propio  monte,  por  donde  es 
tradición  que  bajó  el  Santo. — A  esta  fuente  llama  el  vulgo,  fuente  de  Santo 
Thomé,  milagrosa  por  nacer  milagrosamente  de  la  peña  viva,  cual  halla 
la  de  Moisés  en  el  Desierto;  otros  porque  milagrosamente  nació  al  tcque 
y  pisada  de  un  pié  del  Santo;  cuya  pisada  allí  se  vio,  cual  la  del  pie  del 
cordero  de  San  Clemente  desiib  cuius pedes  fons  vivís  emanar ;  y  de  aquí 
quieren  se  derive  el  nombre  Toqué,  Toqué. — Otros  porque  milagrosamente 
se  conserva  siempre  en  un  mismo  tenor  sus  aguas  así  en  invierno  como  en 
verano,  sin  que  jamás  redunde  aunque  más  llueva,  sin  que  deje  de  estar 
llena  por  mas  calma  y  sequedad  que  halla  en  la  tierra. — Otros  finalmente 
poique  cura  milagrosamente  con  sus  aguas  á  todo  género  de  enfermedades. 

22. — Esto  es  lo  que  dicen;  yo  diré  lo  que  vide  con  mis  ojos  y  es  lo  que 
parece  más  verosímil,  por  informaciones  que  tuve  de  personas  ancianas, 
vecinas  del  mismo  lugar,  yendo  á  él  solo  para  efecto  de  averiguar  la  ver- 
dad: vide  que  es  cierto  que  nace  aquella  fuente  de  la  piedra  sobredicha, 
no  de  aquel  mismo  lugar,  á  donde  su  agua  se  junta  como  en  pila  de  agua 
bendita,  sino  un  poco  mas  arriba,  de  uno  como  ojo  pequeño  por  donde 
mana  y  sale,  en  tan  poca  cantidad,  que  apenas  se  vé,  sino  del  que  hiciere 
reflexión  porque  baja  como  lamiendo  la  laja  y  como  que  apenas  la  moja 
no  mas,  pero  llenando  siempre  la  pila;  y  lo  que  trasborda  ó  rebosa  es  tam- 
bién imperceptible,  porque  del  mismo  modo  va  lamiendo  la  piedra,  ó  laja 
sutilmente;  y  como  es  poca  y  cae  en  arena,  ni  se  emposa  ni  puede  perci- 
birse. 

23. — Con  razón  de  cuanto  vide  dudo,  si  se  ha  de  decir  que  nace  esta 
agua  de  la  misma  piedra  viva,  ó  bien  que  por  aquel  ojo  que  dije,  viene 
atraída  de  la  sustancia  del  monte?  y  la  razón  de  la  duda  es,  porque  hace 
fuerza  la  experiencia,  que  demuestra,  que  ni  mengua  ni  redunda  jamas  el 
agua  de  esta  fuente,  sino  que  siempre  está  en  su  mismo  ser;  porque  sabe- 
mos que  lo  natural  de  las  fuentes  que  tienen  su  nacimiento  de  la  tierra,  és 
que  redundan  en  las  invernadas,  y  faltan   en  las  grandes  secas.  Y  la  que 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

374 

nace  de  piedra  viva,  no  sigue  estas  variedades,  porque  esta  no  depende  de 
la  tierra,  que  se  empapa  con  grandes  invernadas,  ó  se  seca  con  grandes 
calmas.  Cada  cual  juzgará  en  esta  duda  lo  que  le  pareciere,  yo  solo  digo 
lo  que  vi  y  experimenté. 

24. — Hacerca  de  lo  que  dicen  que  brotó  al  toque  del  pie  del  santo,  su- 
puesto que  no  hallé  en  esta  piedra  señal  de  la  huella  del  Santo,  ni  quien 
la  viese,  formé  con  todo  un  argumento  favorable;  porque  supuesta  la  tra- 
dición referida,  que  bajó  huyendo  el  Santo  por  aquel  monte  abajo,  obser- 
vé (poniéndome  en  el  lugar  de  las  huellas  de  la  laja  término  en  que  fué  á 
parar;  y  mirando  derecho  á  la  cumbre  del  monte,  á  donde  dicen  que  es- 
tuvo el  pueblo,  y  de  donde  parece  que  salió)  queda  la  fuente  esta  en  el 
camino,  y  que  de  fuerza  viniendo  derecho  habia  de  pasar  por  el  peñasco 
en  que  nace,  y  de  aquí  se  hace  verosímil,  que  yendo  pasando  pisaría  con 
los  pies  la  piedra,  á  cuyo  toque  brotarían  las  aguas.  Cuanto  al  efecto  de 
las  aguas  de  esta  fuente,  bien  se  puede  por  ellas  con  verdad  llamar  mila- 
grosa; és  cosa  muy  sabida  y  pública,  que  en  nombre  del  Santo  y  con  modo 
habido  por  milagroso,  dan  salud  aquellas  aguas  á  los  enfermos  que  llegan 
á  lavarse  con  ellas,  ó  las  hacen  traer  para  eso.  Todo  lo  colegí  de  la  gran 
frecuencia  de  las  romerías  que  hacen  á  ellas;  y  de  los  votos  que  vi  colgan- 
do de  las  paredes  de  la  Iglesia  y  de  los  varios  y  diversos  sucesos  milagro- 
sos que  oi  contar  en  este  género  á  hombres  fidedignos. 

25. — Las  huellas  del  Santo  que  dije  al  principio,  no  las  vide  ni  hoy  se 
columbran;  vide  empero  la  laja,  y  en  ella  me  mostraron  los  antiguos  del 
lugar  la  parte  á  donde  estuvieron  y  en  donde  las  vieron  con  sus  ojos  en 
que  no  puede  haber  duda  alguna  porque  lo  convence  la  fama  y  lo  testifi- 
can instrumentos  antiquísimos  de  datos  y  mercedes  de  tierras  de  aquellos 
primeros  tiempos,  en  los  cuales  se  asignan  por  lindero  las  pisadas  ó  hue- 
llas del  Santo.  Diciendo  a^-i,  concedo  una  data  de  tierra  sita  en  las  huellas 
de  San  Thomé,  tanto  para  tal  parte,  y  tanto  para  ia  otra  &?  y  estos  ins- 
trumentos vide  y  leñemos  uno  en  nuestro  archivo  deste  Colegio  de  la  Bahia. 
Pero  el  tiempo  que  todo  lo  gasta,  vino  pasados  siglos,  no  menos  que  de 
mil  y  quinientos  años,  á  segar  estas  santas  señales.  Unos  dicen  que  por  la 
continuación  de  los  devotos,  que  gustaban  de  llevar  reliquias  raspando 
la  parte  de  ellas;  otros  que  ayudó  para  ello  la  disposición  del  sitio,  que  es 
playa  de  arena  muy  movediza,  y  pudo  arrazar  ó  llenar  los  vacios  conglu- 
tinándose con  la  misma  piedra. 
Señales   del       26. — Pasando  yo  por  laCiudad  de  N.  Sra.  de  la  Asumpcion  en  Cabo-Frio 

Sto    Apóstol  en  .     J       r  f 

Cabo-Frío.  distante  del  rio  de  Janeiro  diez  y  ocho  leguas  en  altura  de  23  grados  y  un 
sesmo  al  Sur  de  la  línea,  el  capitán  que  allí  gobernaba  me  fué  á  mostrar 
un  paraje,  á  que  llaman  Itajuru  (nombre  de  los  Indios)  entre  la  ciudad  y 
una  fuente  extraordinaria,  de  agua  colorada  medicinal,  en  especial  contra 
mal  de  Piedra.  Aquí  me  mostró  un  peñasco  grande  amoldado  y  señalado 
con  varias  bordonadas,  ó  golpes  (de  siete  á  ocho  arriba)  tan  impresas  en 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

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la  piedra  como  si  con  el  mismo  bordón  golpearan  blanda  cera;  porque  to- 
das las  muescas  eran  iguales:  y  la  tradición  de  los  Indios  es,  que  son  del 
bordón  de  Sn  Thomé,  en  ocasión  que  los  Indios  resistían  á  la  Doctrina  que 
allí  les  predicaba;  y  les  quiso  mostrar  con  este  ejemplo  que  cuando  las  pe- 
ñas se  dejaban  penetrar  de  la  palabra  de  Dios  sus  corazones  mas  duros, 
resistían  mas  obstinados  que  las  duras  piedras. 

27. — Es  también  digna  de  notar  aquí  la  historia  de  Mayrapé,  lugar  dis- 
tante como  diez  leguas  en  lo  interior  de  la  ensenada  desta  Ciudad;  es  un  camino  de  San 
camino  formado  de  arena  sólida  y  pura,  de  media  legua  de  largo,  la  mar  Thomé  milagro- 
adentro;  y  la  tradicícion  acerca  de  él  és,  que  le  hizo  milagrosamente  Santo 
Thomé,  cuando  andando  en  esta  Bahia  de  todos  Santos  predicando  á  los 
Indios  de  aquel  parage,  ellos  se  amotinaron  contra  el  Santo,  de  lo  que  hu- 
yendo la  furia  de  sus  arcos  y  flechas  fué  levantando  el  mar  aquel  camino 
por  el  cual  caminase  á  pié  enjuto  á  vista  de  ellos,  cubriéndose  luego  el  prin- 
cipio del  agua  porque  no  le  pudiesen  seguir  los  gentiles,  que  en  la  playa 
quedaron  admirados  de  cosa  tan  extraordinaria;  y  de  allí  en  adelante  lla- 
maron á  aquel  camino  milagroso  Mairapé;  que  es  lo  mismo  en  lengua  Bra- 
sílica,  que  camino  de  hombre  blanco;  así  llamaban  á  San  Thomé,  porque 
hasta  entonces  ningún  hombre  blanco  habian  visto. 

28. — En  la  altura  de  la  Ciudad  de  la  Paraiba,  en  siete  grados  á  la  parte 
del  Sur,  en  el  monte  en  un  lugar  hoy  desierto  y  solitario,  se  ve  otro  pe-  Huellas  dei 
ñasco  con  dos  huellas  de  un  hombre  mayor  y  otros  de  otro  mas  pequeño;  St0- en Páraybá- 
y  ciertas  letras  esculpidas  en  la  piedra.  Este  lugar  es  hallado  á  cada  paso 
siempre  que  los  Indios  salen  de  los  pueblos  á  cazar  al  monte;  y  tienen  en- 
tendido que  aquellas  huellas  son  de  Sto.  Thomé:  y  según  lo  que  afirma  San 
Crisóstomo  y  Santo  Tomas,  que  acompañaba  á  Sto.  Thomé,  uno  de  los  di- 
cípulos  de  Cristo,  las  segundas  huellas  menores  deben  ser  de  este.  Aque- 
llas letras  pretendieron  los  Indios  remedar  á  nuestros  P.P.  en  aquellos  pue- 
blos, pero  nunca  fueron  entendidas  hasta  hoy  ni  su  significación. 

29.  —  No  solo  en  el  Brasil,  sino  que  en  toda  la  Nueva-España  hay  no-     señales  del 
ticias  admirables:  diré  las  de  mayor  cuenta:  Fray  Toachin  Brulio  en  la  His-  ^to'  APósto1  en 

J    J  Nueva  España. 

toria  del  Perú,  de  su  Religión  de  San  Agustín  lib  1  cap.  5  refiere,  que  en 
la  mar  del  Sur,  en  un  pueblo  llamado  Guatulco,  tenían  aquellos  Indios  sus 
naturales,  no  solo  por  tradición  antiquísima  de  sus  antepasados,  sino  aun 
por  escrito  en  ciertas  pinturas  de  que  usaban  en  lugar  de  letras  que  una 
cruz  que  allí  adoraban  con  suma  veneración,  les  había  sido  dada  por  Santo 
Thome.  cuya  imagen  y  propio  nombre  tenían  esculpido  en  peña  viva,  en 
una  roca  para  memoria  perpetua  de  cosa  tan  Santa:  lo  mesmo  refiere  el 
P.  Gregorio  Garcia,  lib.  5?  Cap.  5  en  donde  añade  que  esta  cruz,  es  la  mis- 
ma que  pretendió  quemar,  aquel  insigne  hereje  Francisco  Draque  cuando 
pasó  el  estrecho  de  Magallanes,  pero  sin  efecto  y  con  ejemplo  de  un  por- 
tentoso y  maravilloso  milagro,  porque  la  cruz  echada  en  las  llamas  no  se 
quemó;  antes  por  tres  veces  fustró  la  pérfida  intención  del  hereje,  que  otras 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

376 

tantas  intentó  consumirla  con  fuego,  cubriéndola  con  pez  y  alquitrán.  Y 
finalmente  esta  milagrosa  Cruz  trasladó  pasados  años  para  la  Ciudad  de 
Oaxaca  un  Prelado  celoso  Dn  Juan  de  Cervantes,  y  es  allí  venerada  con 
gran  multitud  de  milagros. 
ciLl^oTdivU  30.— Fray  Bartolomé  de  las  Casas,  varón  fidedigno,  Obispo  de  Chiapa, 
nos  misterios  después  de  hecha  gran  información  del  caso,  afirma  en  una  apología  suya, 
que  consta  por  antiquísima  tradición  de  los  Indios  de  aquellas  partes,  que 
en  tiempos  antiguos  fueron  anunciados  á  sus  abuelos  los  misterios  de  la 
Sma  Trinidad,  Parto  de  la  Virgen,  y  de  la  Pasión  de  Cristo,  por  unos  hom- 
bres blancos  barbudos,  vestidos  hasta  los  artejos.  Conviene  con  lo  que 
arriba  dijimos,  que  andaba  con  el  Santo  apóstol  Thomé  otro  discípulo  de 
Cristo. 

31. — Aquellos  primeros  castellanos  Fernando  Cortes,  y  sus  compañeros, 
cuando  al  principio  entraron  en  la  Isla  de  Cozumel,  en  N.  España,  halla- 
ron una  cosa  que  les  causó  admiración,  porque  vieron  un  hermoso  muro 
veneraban áia  de  piedra  cuadrada,  y  en  medio  de  él,  arbolada  una  Cruz  de  diez  palmos  de 

Santa   Cruz    por 

díos  de  la  lluvia,  alto  venerada  por  todo  el  gentio  por  Dios  de  la  lluvia;  y  lo  que  es  masque 
por  su  medio  la  alcanzaban  en  las  secas,  haciendo  para  el  efecto  prosecio- 
nes  y  preces  á  su  modo  gentílico.  O  por  milagro  de  Sn.  Thomé,  que  allí 
la  plantó  (según  nota  el  autor  de  la  Historia  del  Perú  arriba  citado)  ó  por 
traza  del  enemigo  infernal,  para  hacer  que  esta  gente  idolatrase  en  el  exeso 
de  la  veneración,  teniendo  á  aquella  Cruz  por  verdadero  Dios;  era  este  lu- 
gar tenido  por  común  sagrario  de  todas  las  islas  circunvecinas,  y  no  habia 
pueblo  alguno  que  en  el  no  tuviese  su  Cruz  de  piedra,  mármol  ó  de  otra 
materia.  Así  lo  afirma  también  Gomara  seg.  part.  cap.  15,  y  Justo  Lipsio 
en  el  lib.  3?  en  que  trata  de  la  Cruz. 

32. — Finalmente  pruébase  el  asunto  que  pretendo  de  que  anduvo  por 
estas  partes  el  Apóstol  Sto.  Thomé,  por  testimonios  infinitos  de  todos  los 
reinos  de  la  América,  y  de  todas  las  gentes  y  naciones  naturales  del  Bra- 
sil, del  Paraguay,  del  Perú,  especialmente  del  Cuzco,  Quito  y  México,  co- 
mo largamente  trata  y  confirma  el  P.  Mtro.  Fr.  Antonio  de  Calancha  en 
el  lib.  2?  de  su  Historia  Peruana  cap.  2?  Lo  que  todo  supuesto:  quien  ha- 
brá que  niegue  hoy  el  haberse  de  tener  por  cierta  tradición  tan  constante 
por  tantas  vias,  por  tantos  Reinos,  por  tantas  naciones  y  casos  tan  extrao- 
dinarios?  De  otra  manera  negariase  la  fee  común  de  la  tradición  humana 
en  todas  las  demás  cosas  tanto  contra  el  estilo  del  mundo,  y  el  intento  de 
la  Sagrada  Escritura  que  dice:  Exod.  32.  interroga  patrem  tuunt,  et  anun 
tiabi  tibí:  marores  tuos  et  dicent  tibi.  Si  me  pregunto  yo:  así  como  en  el 
papel  las  letras,  ¿porque  no  se  imprimirán  también  en  las  memorias  las 
especies  de  las  cosas  memorables? — Neguemos  pues  las  hazañas  de  los  Ce- 
sares, Pómpeos,  y  de  nuestros  Viriatos,  Sertorios  y  otras  historias  seme- 
jantes. 

33. — Contaré  un  caso  gracioso  y  juntamente  muy  al  caso  en  prueba  del 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

377 

intento:  refiérelo  el  P.  Alfonso  de  Ovalle  de  la  Compañía  de  Jesús  en  el 
Lib.  que  compuso  de  la  Historia  del  Reino  de  Chile,  (*)  que  oyó  contar 
muchas  veces  al  P.  Diego  de  Torres  de  la  misma  Compañía  Provincial  y 
fundador  de  aquellas  Provincias,  varón  digno  de  todo  crédito:  que  yendo 
el  dicho  provincial  caminando  por  un  Valle  de  Quito  vio  un  dia  de  fiesta 
un  Indio  anciano,  que  tocando  un  tamboril,  estaba  al  son  de  él  cantando 
cierta  historia  en  su  lengua,  ciertas  historias,  (sic)  la  cual  estaban  oyendo 
con  atención  y  cuidado  otros  mancebos,  paró  el  P.  y  en  acabando  de  can- 
tar el  Indio,  le  preguntó  qué  ceremonia  era  aquella  ?  Respondió  el  uno  de 
aquellos  oyentes,  que  aquel  Indio  que  cantaba  era  el  Archivista  del  lugar, 
el  cual  era  obligado  á  salir  los  dias  festivos,  á  aquel  lugar  y  repetir  cantan- 
do las  tradiciones  y  cosas  memorables  de  sus  antepasados  en  presencia  de 
aquellos  oyentes,  que  por  su  muerte  estaban  destinados  á  quedar  en  su 
lugar;  porque  como  los  Indios  no  tenían  libros  usaban  desta  diligencia  para 
conservar  en  las  memorias  las  historias  antiguas;  pasó  mas  á  preguntar 
que  era  lo  que  cantaba  de  presente?  Respondió  que  cantaba  primeramente 
la  historia  de  un  Diluvio  que  hubo  en  el  mundo  antiguamente  que  inundó 
toda  la  tierra  (que  inundó  toda  la  tierra)  (sic)  y  que  pasados  después  de 
aquel  Diluvio  muchos  siglos,  habiéndose  vuelto  á  poblar  de  nuevo  el  mun- 
do vino  al  Perú  un  hombre  blanco  llamado  Thome,  á  predicar  una  ley 
nueva,  nunca  oida  en  aquellas  regiones:  ejemplo  es  este  que  muestra  con 
evidencia  la  fee  que  debemos  dar  á  las  tradiciones  de  las  gentes  aunque 
bárbaras:  qué  mas  importa  que  el  escribano  escriba  en  papel  las  Historias, 
ó  que  aquel  del  tamborcillo  las  asiente  en  las  memorias  de  los  que  le  es- 
taban oyendo?  para  efecto  de  que  sean  conservadas  en  perpetua  memo- 
ria. Y  por  qué  haremos  mas  aprecio  y  estima  de  lo  que  se  escribe  en  un 
papel  que  lo  que  se  imprime  en  las  memorias  de  los  hombres  ?  De  que  por 
el  sobredicho  discurso  saco  por  cosa  cierta,  que  se  debe  dar  crédito  á  la 
tradición  que  afirma  haber  andado  en  estas  partes  el  Apóstol  Sto.  Tomé. 
34. — Y  para  que  de  una  vez  apretemos  este  asunto,  tengo  de  hacer  de 
ello  demostración  con  argumentos  de  mayor  profesión,  y  digo  asi.   Alguno      Pruébase  el 

11f,  ia'i  i  i»  •  1  i«     •  ■    '  asunto  cun  razo- 

de  los  Sagrados  Apostóles,  por  obligación  de  precepto  divino  paso  a  esta  nes  Q, 

América  á  promulgar  el  Evangelio  de  la  ley  de  gracia  en  que  los  hombres 
se  habían  de  salvar:  este  Apóstol  no  fué  Sn.  Pedro  ni  Sn.  Pablo,  ni  San 
Joan,  ni  San  Andrés,  San  Felipe,  ni  Santiago,  ni  San  Mateo,  ni  San  Ta- 
deo,  ni  San  Simón,  ni  San  Matías,  ni  el  otro  Santiago  ni  San  Bartolomé; 
resta  luego  que  fuese  Sto.  Thomé. — Sola  la  primera  de  estas  proposicio- 
nes tiene  necesidad  de  prueba:  que  alguno  de  los  Sagrados  Apóstoles  por 
obligación  de  precepto  divino  pasó  á  esta  América  á  promulgar  el  Evan- 
gelio de  la  ley  de  gracia  en  que  los  hombres  se  habian  de  salvar  esto  pa- 
rece que  convencen  las  palabras  de  Cristo  por  Sn.  Marcos  (**)  en  el  cap. 

(/)   Lib.  8,  cap.  1,  parag.  último. 
(**)  San  Marcos,  16. 


bibliografía  mexicana  del  siglo  XVlll. 

378 

16  á  donde  antes  de  subir  al  cielo  lanzó  la  obligación  que  tenia  sobre  los 
Apóstoles  y  les  dijo  así:— id  por  el  mundo  universo  y  predicad  el  Evan- 
gelio á  toda  criatura:  el  que  creyere  y  fuere  bautizado  salvarse  ha;  y  el 
que  no  creyere  condenarse  ha.  Quien  dice  por  el  mundo  universo  no  ex- 
cluye la  América  que  es  cuasi  la  mitad  del  mundo:  quien  dice  á  toda  cria- 
tura, no  deja  y  aparta  las  de  la  América,  que  son  casi  la  mitad  de  las  gen- 
tes; y  que  este  precepto  se  haya  de  explicar  en  la  generalidad  que  suena, 
del  mundo  y  criaturas,  (*)  entienden  los  santos  PP.  y  DD.  sagrados,  al 
margen  citados.  Muéstralo  con  razón  eficaz  porque  Cristo  era  Redentor 
universal,  así  de  la  América  como  de  las  otras  partes  del  mundo:  luego  la 
misma  obligación  le  corría  de  mandar  predicar  el  Evangelio  á  la  parte  de 
la  América,  como  á  las  demás  partes  del  mundo.  Así  lo  ponderó  Hugo 
Cardenal,  (**)  sacando  la  misma  consecuencia.  Era  Cristo  (dice  él)  Reden- 
tor universal  del  mundo:  luego  á  todos  debia  comunicar  el  beneficio  de  la 
ley  Evangélica.  Declaro  más  el  argumento:  porque  esta  ley  de  gracia  tie- 
ne el  ser  gracia,  y  tiene  el  ser  ley;  en  cuanto  gracia  es  don  universal  de 
todas,  porque  es  ganada  por  la  muerte  y  sangre  de  Cristo  como  Redentor 
universal  de  todas  las  gentes  sin  excepción  de  personas,  cuanto  y  mas  del 
medio  mundo  de  la  América:  en  cuanto  ley  debe  este  Evangelio  de  Cris- 
to ser  promulgado  según  el  derecho  de  las  gentes  humano  y  divino  en  todo 
el  distrito  del  legislador;  y  este  es  todo  el  mundo.  Y  si  no,  como  podrán 
ser  habidos  por  transgresores  de  la  dicha  ley,  aquellos  á  quien  no  fué  de- 
nunciada? O  con  qué  razón  podrá  el  indio  de  la  América  ser  condenado 
apareciendo  en  la  otra  vida  sin  bautismo,  si  este  no  le  fué  predicado? 

35. — Consta  de  lo  dicho,  que  mandó  Cristo  á  los  Santos  Apóstoles,  que 
promulgasen  la  ley  de  gracia  por  todo  el  mundo  universo,  sin  excepción 
de  parte  alguna,  porque  de  todas  era  Redentor,  á  todas  tenia  igual  obli- 
gación, y  esa  misma  obligación  que  tenia  (yéndose  al  cieio)  dejaba  á  los 
Apóstoles,  como  sucesores  suyos  en  el  oficio.  Pero  no  queda  bastantemen- 
te probado,  que  con  efecto  corriesen  los  Apóstoles  el  universo  mundo  ó 
todas  las  cuatro  partes  de  él,  que  lo  mesmo  es:  esto  prueba  ahora  con  los 
Los  apóstoles  argumentos  siguientes.    Porque  la  doctrina  común  de  los  SS.  PP.  y  DD. 

predicaron   el 

Evangelio  en  to-  sagrados  és,  que  la  ley  evangélica  fué  promulgada  por  todo  el  mundo  uni- 
do el  mundo  en  ,  .  A       ,    ,     .  .  ,    .  .         ,  _  .  ,       , 

espacio  de  menos  verso  Por  l°s  mismos  Apostóles  dentro  del  espacio  de  40  anos  después  de 
de  40  años.  ja  mUerte  y  pasión  de  Cristo.  Así  lo  afirman  expresamente  Sto.  Tomas, 
Sn.  Juan  Crisóstomo,  Sn.  Gregorio  Papa,  Eutimio,  Teofilato,  (***)  en  los 
lugares  citados  á  la  margen,  con  grande  número  de  expositores  modernos, 
en  particular  San  Eutimio,  citado,  siente  que  dentro  del  espacio  de  veinte 
hasta  treinta  años,  predicaron  los  Apóstoles  la  ley  de  Cristo  por  todo  el 

(*)  Gregor.  inhomil.  super.  Marc.  ióTheoph.  Hugo  Cardi  Caetano — Ibid.  Barrad,  in  Matth. 
28  et  Marc.  16. 

(**)  Hugo  Cardi  in  Marc.  16. 

(***)  S.  Thom.  ad.  Bernard.  10.  lee.  4. — S.  Greg.  Pap.  in  cap.  16  Mare. — S.  Joan  Crisost. 
Homil  76 — Supra  Matb, — Euthim.  é  Theophi.  sup.  Matth.  24. 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

379 

mundo:  el  Evangelista  Sn.  Marcos  cuando  compuso  su  Evangelio,  decia 
ya  entonces,  que  estaba  dibulgada  la  ley  de  Cristo  por  los  Apóstoles  en 
todas  las  partes  del  mundo:  Prcedicauerunt  vbiqui  etta.  Siendo  así  que  el 
Santo  Evangelista  escribió  su  Evangelio  doce  años  solamente  después  de 
la  muerte  de  Cristo,  según  lo  dice  César  Baromeo:  (2)  San  Pablo  hablan- 
do de  su  tiempo  dice,  que  ya  entonces  estaba  predicado  el  Evangelio  á 
toda  criatura,  que  habita  debajo  del  cielo,  Prcedicatum  est  Evangelium  in 
cmni  creature  qua  sub  cáelo  est.  Y  quien  negará  que  está  esta  nuestra  Amé- 
rica debajo  del  cielo?  sino  aquellos  que  les  nieguen  el  mismo  cielo  como 
después  veremos. 

36  — Sígnese  de  todos  estos  argumentos,  que  alguno  de  los  sagrados 
Apóstoles  pasó  á  esta  cuarta  parte  del  mundo  que  llamaremos  América, 
á  promulgar  la  ley  de  gracia. — Consta  también  que  este  Apóstol  no  fué 
Sn.  Pedro  ni  Sn.  Pablo,  ni  alguno  de  los  que  referimos  arriba,  como  se  ve 
en  la  relación  de  sus  vidas,  y  porque  no  hay  A  que  lo  diga;  resta  pues 
que  este  fué  el  Apóstol  Sto.  Thomé.  Parece  que  así  lo  quisieron  signifi-  Conciúyeseque 
car  Sn.  Crisóstomo,  homilia  16  y  Santo  Tomas  en  su  Catena  in  Joannem  Thomé  pasó  á ia 
cap.   11.  á  donde  dicen    Thomas  infermior  crat  &  infid  )  aliis;  Aménca' 

postea  ómnibus  forta  orfactus  est;  &  irrepreliensibiles  quisolus  terrarum 
orbem  percurrit  &  in  mediis  plebibus  voluctatur  volentibus  in  interficere. 
Ni  hace  contra  esta  doctrina  la  csposicion  de  algunos  DD.  que  dicen,  que 
los  SS:  Apóstoles,  ni  eran  obligados  á  querer,  ni  con  efecto  dice  corrieron 
por  sí  mismos  el  mundo  universo,  que  eso  parecía  imposible  siendo  tan  po- 
cos, y  en  tan  breve  tiempo:  porque  esta  exposición  se  entiende  (según  los 
mesmos  DD.  bien  estudiados)  (*)  que  no  corrieron  los  Santos  Apóstoles 
el  universo  mundo,  cuanto  á  lugares  particulares  é  individuos,  lo  que  es 
verdad,  y  después  se  hizo  y  va  haciendo  por  sus  sucesores;  pero  que  co- 
rriesen todo  el  mundo  cuanto  á  los  lugares  principales,  ni  lo  niegan,  ni  lo 
pueden  negar,  pues  sabemos  que  anduvieron  los  Apóstoles  en  las  tres 
partes  del  mundo  principales  Asia,  Europa  y  África;  y  solo  de  la  Amé- 
rica procedía  nuestra  cuestión,  cuya  parte  afirmativa  agora  demostrare- 
mos. Ni  yo  vide  A.  alguno  que  lo  niegue  absolutamente;  solamente  no  lo 
afirman  porque  no  les  eran  notorios  y  presentes  los  argumentos  que  nos 
son  manifiestos. 

37. — Hallé  solamente  el  Doctísimo  Cornelío  Alapide  sobre  el  cap.  16. 
de  San  Marcos,  que  dice  así:  que  no  parece  verosímil  que  tan  pocos  Após- 
toles por  sí  corriesen  el  mundo  todo;  principalmente  porque  en  la  Amé- 
rica no  se  hallan  vestigios  de  la  fee.  Si  supiera  este  doctísimo  expositor 
los  vestigios  de  fé  prodigiosos  que  habernos  referido,  qué  dijera?  Sin  duda 
alguna  no  dudaría. — Si  supiera  de  aquella  tradición  tan  constante  y  ave- 
riguada por  el  Obispo  de  Chiapa,  arriba  referida,  de  como  los  Indios  an- 

(2)  Cesar  Bacom.  ad  an  XI.  45  Pauli  col  mira.  23. 
(*)  Madonat,  Corne!.  á  Lap  Lorinus. 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

380 

tiguos  de  aquellas  partes  fueron  instruidos  de  los  Misterios  de  la  Sma.  Tri- 
nidad, Parto  de  la  Virgen,  y  Pasión  de  Cristo  por  unos  hombres  blancos, 
barbudos,  vestidos  hasta  el  tovillo:  de  los  muchos  vestigios  que  el  gran 
Colon  descubridor  primero  de  las  tierras  de  Nueva-España,  y  sus  compa- 
ñeros hallaron  en  las  primeras  islas  de  ella;  que  sus  moradores  reconocían 
un  solo  Dios  infinito  y  omnipotente;  y  que  este  Dios  tuvo  madre;  que  vie- 
nen á  ser  los  dos  primeros  artículos  de  la  fe.e;  que  en  dimana  tierra  no 
muy  distante  de  la  sobredicha,  entre  sus  ídolos  adoraban  aquellos  natura- 
les una  Cruz  con  ceremonias  de  gran  devoción,  con  ella  se  bendecían  á  sí 
y  á  sus  hijos  recienacidos  para  librarse  y  librarlos  á  ellos  de  males,  según 
lo  refiere  Gomara  part.  3?  cap.  83. — Si  todos  estos  y  otros  vestigios  de  la 
magnificencia  de  sus  templos,  de  la  diversidad  de  sus  ceremonias,  de  sus 
ayunos  y  abstinencias  rigurosas  de  carne,  y  otros  semejantes  que  dejo  ago- 
ra por  la  brevedad,  y  se  pueden  ver  en  parte  en  el  P.  Fr.  Antonio  de  Ca- 
lancha,  religioso  fidedigno  Agustino  en  el  lib.  2?  de  la  Historia  del  Perú:  (*) 
supiera  el  doctísimo  Cornelio  Alapide,  no  dudara  de  que  había  en  la  Amé- 
rica vestigios  de  la  fee,  y  de  que  pasó  á  estas  partes  alguno  de  los  sagra- 
dos Apóstoles,  y  por  consiguiente  que  fué  Santo  Thomé. 

38. — De  todo  lo  arriba  referido  se  saca  con  bastante  certeza,  que  pasó 
,1C'"-  á  esta  América  nuestra  el  Santo  Apóstol  Thomé,  y  que  anduvo  en  ella 
por  los  lugares  marítimos  que  llevamos  apuntado,  y  son  los  principales  de 
estas  partes;  y  sobre  esta  resolución  son  dignas  de  ponderar,  otras  dos  re- 
soluciones morales,  una  de  parte  de  la  justicia  y  misericordia  infinita  de 
nuestro  gran  Dios  y  Señor,  que  no  permitió  dilatar  hasta  el  tiempo  del 
descubrimiento  de  este  nuevo  mundo  (que  fué  espacio  de  mil  y  quinien- 
tos años)  la  gracia  de  la  ley  Evangélica,  sino  que  luego  la  comunicó  á  to- 
das sus  gentes  igualmente  con  las  otras  partes  del  mundo;  la  otra  de  parte 
de  los  naturales  de  la  tierra,  que  contra  estos  (que  no  admitieron  aquel 
Santo  legado  evangélico)  estarán  gritando  hasta  el  día  último  del  juicio, 
aquellas  señales  de  sus  huellas,  de  su  bordón,  y  de  su  doctrina  que  en  tes- 
timonio les  dejó  de  su  pertinacia,  que  con  la  vista  de  ellos  no  podrán  ale- 
gar ignorancia. 

39. — Ademas  de  los  AA  arriba  referidos  lleva  que  vino  á  estas  partes 
otros  aa  ,k  el  Santo  Apóstol,  el  P.  Francisco  de  Mendoza  de  la  Compañía  de  Jesús 
en  su  Viridario  Pobl.  44.  y  el  P.  Rivadeneira  de  la  mesma  compañía  en 
su  Flos  Santorum  en  la  vida  del  mismo  San  Thomé;  y  Andrés  Lucas  en  la 
vida  de  Sn.  Ignacio  fol.  245  á  donde  trae  una  (profecía)  notable  del  mismo 
Santo,  que  pronosticando  á  los  Indios  dijo,  que  después  de  muchos  siglos 
vendrían  á  sus  tierras  vnos  sacerdotes  sucesores  suyos  á  predicarles  el  mis- 
mo Evangelio  que  el  les  predicaba,  y  traerian  por  divisas  cruces  en  las 
manos,  y  que  estos  los  congregarían  en  poblaciones  para  que  viviesen  en 
orden  y  política  cristiana;  y  que  entonces  Tupis  y  Garamomis  (que  com- 

(*)  Lib.  2. — Cap.  2  núm.  1. 


.-11. n 


BIBLIOGRAFÍA  MEXICANA  DLL  SIGLO  XVlll 

38i 

prenden  todas  las  naciones),  vivirán  en  paz,  lo  cual  se  cumplió  con  la  en- 
trada de  la  Compañia  de  Jesús  en  aquellas  partes,  cuando  vieron  los  In- 
dios los  sacerdotes  de  ella  que  llegaron  á  aquellas  regiones  con  cruces  en 
las  manos  en  lugar  de  bordones,  y  que  eran  los  primeros  que  después  del 
Santo  Apóstol  predicándoles  á  Cristo  los  unían  en  varias  poblaciones,  l'ro- 
fesia  que  siendo  hallada  con  la  misma  uniformidad,  hallada  entre  todos  los 
Indios  de  aquellas  partes  de  tan  varias  naciones,  lenguas  y  territorios  y  en 
distancia  de  200  y  300  leguas  y  aun  mas,  sin  haberse  jamas  comunicado 
entre  sí  pareció  tener  sólido  fundamento;  y  como  tal  (después  de  hecha 
bastante  diligencia)  la  escribieron  los  Pl\  de  la  Compañia  en  los  Anales 
de  aquella  Provincia. 

40. — Los  AA.  del  Libro  intitulado  Imago  soeculi  fol.  63.  al  fin  refieren 

,  .  r      •  1  j         j      j  j  J  Compruébase 

la  misma  profesia,  y  resuelven  que  no  se  puede  dudar  de  que  anduviese  lamismapr&fe6iii 
en  estas  partes  el  Santo  Apóstol,  por  estas  substanciales  palabras  Invernó  y  venida  del  sto. 

r  .  .  Apóstol. 

tissimis  illis  Peraguaria  Provinciis  tantam  vbique  ínter  Barbaros  meno- 
riam  Vcstiguiaqite  Sancti  Tlwmoj  Apostolli  istic  olim  fuisse.  Hacen  men- 
ción también  de  esta  profesia,  Fr.  Joachin  Brulio  ya  citado  lib.  1?  cap.  5 
n.  7.  y  fray  Joan  de  Torquemada,  part.  y}  de  su  Monarquía  Indiana  lib. 
15.  cap.  40;  y  el  P.  Alonso  de  Ovalle  de  la  Compañia  de  Jesús  citado  ya, 
á  donde  dice  también,  que  en  muchas  partes  del  Perú  y  Paraguay  es  co- 
mún tradición  haber  estado  en  ellas  el  Apóstol  Santo  Thomé,  y  que  de 
ello  hay  grandes  señales;  y  trae  otros  argumentos  forzosos.  El  primero 
de  los  sumptuosos  y  magníficos  Templos  que  hubo  en  los  dos  poderosos 
Imperios  del  Perú  y  México,  mucho  antes  que  fuese  á  ellos  gente  españo- 
la, de  los  cuales  hallaron  aun  en  su  entrada  muchos  muy  ricos  y  muy  ador- 
nados, como  largamente  consta  todo  de  los  historiadores.  Lo  segundo  el 
conocimiento  que  tuvieron  del  verdadero  Dios,  Criador  del  Mundo,  remu- 
nerador  de  los  buenos  y  castigador  de  los  malos,  de  Cristo  Redentor,  de 
la  inmortalidad  del  ánima,  como  la  tuvieron  los  Indios  ingas  amantas,  y 
de  la  resureccion  de  los  (muertos)  sic  cuerpos,  como  tuvieron  otros;  que  de 
todo  trae  AA  en  el  capítulo  citado.  Y  por  tercero  argumento  trae  una  her- 
mosa Cruz,  de  que  escribe  Garcilazo,  que  tenían  los  Reyes  ingas  en  Cuzco 
en  uno  de  sus  palacios  reales  en  cierto  apartamiento  llamado  Guaca  lugar 
sagrado  (para  ellos)  y  venerado.  Lo  cual  todo  hace  á  nuestro  intento,  de- 
mostrando que  de  fuerza  habia  de  haber  persona  que  les  comunicase  la 
noticia  de  las  cosas  dichas  antes  que  entrasen  en  aquellas  regiones  los  Cas- 
tellanos; y  no  parece  podia  ser  otro,  que  el  Apóstol  Santo  Thomé;  con 
que  habernos  mostrado  la  verdad  de  la  tradición  de  haber  venido  á  las  par- 
tes de  la  América  este  Santo  Apóstol;  sobre  todo  consta  de  la  Iglesia  Si- 
riaca, á  donde  en  las  lecciones  de  este  Santo  se  lee,  que  estuvo  en  la  Amé- 
rica y  predicó  allí  á  aquellos  pueblos;  y  parece  no  se  puede  hoy  negar. 

Concuerda  á  la  letra  con  el  original  citado  de  la  Historia  de  la  Compañia 
de  la  Provincia  del  Brasil  escrita  por  el  P.  Simón  de  Vazconcelos,  donde 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 
382 

la  saqué  y  á  que  me  remito.  En  México  á  26  de  Setiembre  de  1679  años. 
— M,  Duarte. — Una  rúbrica. 

Allí  mismo  á  fs.  129  lib.  2  col.  1  núm.  41.  sobre  la  siguiente  materia  di- 
ce el  dicho  A.  lo  siguiente. 
sí  pueden  sai-       ^x — Después  de  tantas  dudas  curiosas,  parece  bien  les  ponga  fin  una 

varse  los  Indios 

del  Brasil  enme-  muy  necesaria  y  es  esta,  la  de  la  salvación  de  estos  Indios.    Si  en  medio  de 
dad  CS  '   su  gentilidad  podían  ó  pueden  salvarse  algunos  de  ellos?  ó  si  todos  se  con- 

denan? De  verdad  que  cuando  tomé  la  pluma  para  tratar  esta  duda,  me 
pareció  que  igualmente  la  tomaba  para  tratar  de  una  apología  en  defensa 
de  la  misericordia  de  nuestro  gran  Dios,  por  que  sin  duda  dura  cosa  pa- 
rece aquella  voz  común  de  que  toda  esta  inmensidad  de  almas  de  un  mun- 
do entero  en  tan  vastísimas  tierras  y  por  espacio  de  tantos  siglos  de  5>°00> 
seis  mil  y  siete  mil  años  después  de  su  creación,  hasta  la  venida  de  los 
Predicadores  evangélicos  se  hubiese  todo  de  perder:  siendo  cierto  que  mu- 
rió Cristo  por  salvarlas;  y  quiere  Dios  que  todas  se  salven.  Ahora  pues, 
yo  después  de  considerar  la  duda  y  ver  con  cuidado  los  PP.  y  DD.  sagra- 
dos, tengo  en  ie  ha  habido  grandes  misericordias  de  la  divina 
bondad,  sobre  estas  desamparadas  gentes. 

42. — Y  digo  en  primer  lugar  que  en  la  confusión  de  tantos  siglos,  cuan- 
do aun  la  tierra  de  la  América  estaba  escondida,  y  antes  que  á  ella  pasase 
el  Apóstol  Santo  Thomé,  ó  otros  predicadores,  los  hombres  destas  partes 
en  las  tinieblas  de  su  gentilismo  vivian,  ordinariamente  hablando,  con  ig- 
norancia invencible  de  la  fé  divina,  y  por  consiguiente  sin  pecado  de  infi- 
delidad, porque  hubiesen  de  ser  condenados.  Esta  resolución  supuesto  que 
fué  refutada  y  desfavorecida  de  muchos,  con  todo  es  recibida  hoy  de  los 
mejores  y  mas  pios  DD.  con  Santo  Tomas.  Secunda  seeundcr  quest.  10  art. 
10  y  los  demás  citados  á  la  margen;  (*)  y  la  razón  es  clara,  porque  estas 
gentes,  no  tuvieron  conocimiento  alguno  de  la  fé,  ni  supieron  que  cosa  es 
revelación,  ni  aun  por  ventura  que  cosa  es  Dios  algunos  de  ellos:  luego 
mal  podrían  pecar  contra  precepto  de  la  fé,  que  no  sabían:  es  lo  que  cla- 
ramente dice  San  Pablo  ad.  Rom.  10  Quomodo  credent,  si  non  audieruntf 
aut  quomodo  audient  sitie  predicante?  como  habian  de  creer,  si  no  oian? 
ó  como  habian  de  oir  sin  que  les  predicasen? — El  pobre  Tapuya  metido 
en  las  breñas,  á  quien  nunca  vino  al  pensamiento,  la  obligación  de  la  fé, 
con  qué  razón  se  le  imputaría  á  pecado  á  la  falta  de  ella?  y  lo  mismo  se 
ha  de  decir  de  los  que  vinieron  y  viven  aun  hoy  después  de  la  predicación 

(*)  Altisiodorense  in  sum.  lib.  3  tract  3  cap.  2  quest.  3 — Gilhelmo  Parisiense  de  Fide  c.  2 — 
Alexand  Halensis  2.  part.  quest.  112. — S.  B.  vent,  in  3.  distinl.  25,  art.  I,  question  2  et  3. — Ga- 
briel in  dist  22  quest.  2  art.  3  dub.  I. — Gerson  tract.  de  vita  spirit.  lect.  2.  et  4.  — Corduba.  lib. 
2  quest.  4. — conel  2  de  lege  pcenali,  citados  por  Solarez  de  fide  disp.  17.  sect.  1.  parag.  2. — Va- 
lencia, Medina,  Vázquez,  Durando,  Conrado,  Alamai,  Victoria,  Pedro  Sotto,  Sotto,  Cana,  Azor, 
Sánchez,  los  cuales  refiere  y  cita  el  mesmo  padre  Soarez  de  fide  disp.  17.  sect.  1.  n?  5.  S.  Thoh. 
ad  Rom.  10. 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  kvul 

383 

del  Apóstol  Santo  Thomé,  ó  á  otros  predicadores  en  la  América,  si  no 
oyeron  tal  predicación,  ó  no  les  fué  suficientemente  propuesta.  Porque  co- 
mo dice  Santo  Tomas,  no  basta  que  predicasen  la  fé  los  Apóstoles  en  todas 
las  Provincias  ó  Reynos,  si  tales  ó  tales  personas  en  particu'ar  no  la  oye- 
ron. Así  lo  trata  con  pruebas  más  extensas  Victoria  en  una  relación  que 
hace  de  los  indios  moradores  en  las  Islas;  y  el  P.  Soarez  citado  al  margen 
en  la  disp.  17  sect.  i.'n?  9. 

43. — Antes  añado  que  podían  y  pueden  en  aquella  su  gentilidad,  tener 
ignorancia  invencible  no  solo  de  los  misterios  sobrenaturales  de  la  fé,  Tri- 
nidad, Encarnación  y  Remuneración,  que  son  de  sí  sobrenaturales,  y 
exceden  el  conocimiento  natural  del  hombre,  mas  también  de  los  propios 
Misterios  de  Dios  autor  de  la  naturaleza  como  de  haber  Dios,  ser  uno  solo, 
independiente  &* — Por  lo  menos  en  algunas  personas,  y  por  algún  tiem- 
po de  la  vida.  Porque  estas  verdades  aunque  se  pueden  conocer  con  la  luz 
natural  del  entendimiento,  con  todo  no  son  proposiciones  á  que  llamamos 
per  se  notas,  ni  primeros  principios  cuanto  á  nosotros,  puesto  que  lo  sean 
en  si;  y  es  necesaria  ó  propia  intención,  ó  doctrina  agena;  para  lo  cual  son 
los  entendimientos  de  los  Indios  brasiles  tan  poco  capaces  de  especular 
en  estas  materias,  que  á  lo  que  mas  subieron,  por  si,  fué  el  conocimiento 
de  aquella  confusión,  que  por  veces  dijimos  de  una  excelencia  superior, 
aquellan  Tupa  que  tiene  dominio  sobre  los  truenos  y  rayos,  y  á  quien  pa- 
rece atribuyen  la  remuneración  de  los  mejores  ó  peores  lugares  de  la  otra 
vida;  y  hasta  aquí  y  no  mas  sube  de  punto  el  discurso  de  esta  pobre  gen- 
te; si  esto  es  conocer  á  Dios,  ó  no,  dejólo  yo  al  juicio  de  los  Doctos.  (*) 
De  donde  es  que  si  dijésemos,  que  algunos  de  estos  por  algún  tiempo  tu- 
vieron ignorancia  de  Dios;  sus  homicidios,  adulterios,  hurtos,  y  semejan- 
tes obras,  aunque  contra  la  lumbre  de  la  razón  natural,  y  materialmente 
sean  malas,  no  son  con  todo  pecados  mortales  teológicos,  que  llaman  los 
DD,  ni  por  ellos  merecen  el  infierno,  sino  otra  pena  temporal;  porque  co-  Losque  tienen 
mo  no  conocen  á  Dios,  no  cometen  contra  él  injuria,  en  la  cual  consiste  ,snoran(;,í 

J  Utos  por  los  pe- 

dí ser  infinita  la  culpa  del  pecado,  y  merecedora  de  pena  eterna.   Antes  cados  que  come. 

.  ten,  no  merecen 

aquellos  que  entre  ellos  tuviesen  ignorancia  semejante,  invencible  de  al-  pena  de  infierno, 
gunos  de  los  principios  morales  (porque  no  repugnan  á  lo  menos  en  algu- 
nas materias,  no  tan  conocidas,  como  la  simple  fornicación,  venganza  y 
semejantes,  según  los  DD.)  no  pecarian  ni  aun  física  ni  materialmente, 
porque  entonces  no  ofendían  el  dictamen  de  la  razón:  añado  mas,  que  to- 
dos aquellos  que  en  esta  su  gentilidad,  hubiesen  según  la  justa  ley  de  la 
razón  y  dictamen  de  lo  bueno  y  honesto,  podrían  alcanzar  de  Dios  gracia  y 
salvarse;  según  aquel  principio  de  los  Teólogos  Fafienti  quodinse est Deus 

(*)  Véanse  los  expositores  de  Sto.  Thomas  sobre  la  quest.  76  tratando  de  la  ignorancia.  Váz- 
quez hic.  disp.  122.  Sánchez  lib.  1.  decalog.  c.  16  n.  33. — Valencia,  Azor,  Alex.  y  otros  que  cita, 
sigue  Suarez  granatense  de  fide  disp.  17.  sect.  2.  n.  6  y  7  ad  med.  Hugo  cardenal  de  incarn.  d. 
5  sect.  6.  núm.  107  el  carde.   Hugo  de  incarn.  de  5  sect.  5.  número  setenta. 


BIBLIOGRAFÍA  MEXICANA  DEL  SIGLO  XVIII. 

384 

non  denegat gratiam.  (*)  Y  acreciento  que  tengo  para  mi,  que  aquel  prin- 
cipio podrá  tener  efecto  también  en  los  que  no  pecaron  en  el  discurso  de 
su  vida,  si  á  fin  de  ella  tuvieren  eficaz  arrepentimiento  y  deveras  les  pe- 
sare de  haber  ofendido  á  aquel  que  conocen  por  Dios  ó  el  mismo  timbre 
de  la  razón:  porque  hacen  lo  que  en  si  es;  y  puédese  cree  de  la  grandeza  de 
la  misericordia  del  Señor  (que  quiere  se  salven  todos  los  hombres)  les  con- 
ceda á  estos  pobres  asi  arrepentidos  el  mismo  auxilio  de  la  gracia,  que  en 
el  primero  caso,  para  que  se  salven:  y  es  conforme  á  la  buena  ra,zon,  y  los 
DD.  que  cito  al  margen.  (**) 

Hasta  aquí  el  dicho  Autor  y  prosigue  hablando  del  Brasil. — una  rúbrica. 

NOTAS. 
(Letra  del  Sr.  Ramírez). 

1?  En  el  MS  de  Veytia  se  encuentran  las  siguientes  apostillas. — "En 
una  hacienda  nombrada  Sta.  Maria  Mejé,  que  fué  de  los  Indios  Villegas  y 
hoi  de  sus  herederos,  en  la  Doctrina  de  Xocotitlan,  de  la  jurisdicción  de 
Ixtlahuaca,  en  un  ojo  de  agua  dulcísima  y  delgada,  que  sale  por,  entre  unas 
peñas  negras  de  piedra  mui  lisa,  están  dos  manos  estampadas  de  color  blan- 
co, que  parecen  de  cal  y  también  una  figura  de  un  medio  cuerpo  de  gato 
y  el  otro  medio  una  cola,  que  rodea  la  peña,  que  será  de  mas  de  una  vara, 
cuyas  pinturas,  aunque  con  mis  manos  labe  muchas  veces,  hasta  con  ja- 
bón, nunca  pude  borrar,  porque  en  mojándolas  se  pierden  y  así  que  se  se- 
can están  tan  patentes  como  siempre.  Los  Indios  viejos  de  esta  hacienda 
dicen,  que  siempre  las  han  visto,  y  que  muchos  españoles  han  hecho  lo 
misino  que  y  ó,  pero  nunca  han  conseguido  el  borrar  dichas  manos,  ni  la  figu- 
ra del  gato,  que  se  ve  tan  claramente  que  hasta  los  ojos  parecen  dibujados 
á  pincel.  Solo  Dios  sabrá  para  que  se  mantiene  esto,  y  por  qué  y  quien  lo 
pintó. — Mejé  y  Febrero  25  de  1736  (Vide  pág.)  (en  blanco  en  el  original). 

2?  "En  la  Huasteca,  ó  Sierra  alta  vi  yo  otro  ojo  de  agua  como  este  que 
se  dice.  Está  en  la  Sierra  ya  bajando  para  el  Pueblo  de  Coattatlan,  del  Cu- 
rato de  Tlanchinol.  Mana  la  agua  de  un  pequeño  agujero  abierto  en  una 
peña  muy  dura.  Está  en  el  mero  camino.  Los  Indios  dicen  que  el  Ven. 
Fr.  Alonso  de  Roa,  agustiniano,  lo  abrió  milagrosamente  con  un  báculo 
para  dar  de  beber  á  un  sacristán  que  lo  acompañaba." — (Vide  pág.)  (en 
blanco  en  el  original). 

(Es  copia  literal.  —  No  hai  datos  para  resolver  si  las  apostillas  son  de  Vey- 
tia, pues  la  primera  y  el  primer  período  de  la  segunda  son  de  la  propia  le- 
tra que  la  copia,  y  la  continuación  de  dicha  segunda  apostilla  es  de  otra 
mano,  que  algo  se  asemeja  á  la  de  Veytia.  —  R.) 

(*)  Suar.  de  fide:  d.  17  sect.  I.  n.  7.  fine. 

(**)  Suar.  de  fide.  d.  12.  sect.  2.  n.  14. — Delugo  de  fide  disp.  10.  sect.  1    n.  20. 


PARTE  SEGUNDA. 

HISTORIA    DE    QUETZALCOHUATL. 


*9 


BIBLIOGRAFÍA  MEXICANA  DEL  SIGLO  XVIII. 

386 


Estos  aunque  están  mal  pintados 
.significan  indios 
Yna  inedia  mitra;  assi  lo  uzaban 
los  Reyes  de  México:  que  se  intitula- 
ban tenientes  de  quetzalcohoatl 
Torquem.  c.  14.  1.  4.  par.  1. 


Quetzalcohatl  q.  predicó  el  santo  euan- 
gelio  en  el  nueuo  mundo:  assi  Vestía  según 
Herr.  Dec.  2.  lib.  7.  D  219.  histor.  gen  de  las 
yndias  Yeasse  num.  9.  17.  20:  Predico  en 
Nueua  españa.  Yucatán.  Brazil.  Perú,  chile; 
y  Paraguay 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

387 

HISTORIA  notable  de  Ketzalcohuatl:  tradición  de  los  hombres  blancos, 
barbudos  y  vestidos  que  en  tiempos  pasados  entraron  en  esta  Nueva-  Es- 
paña, y  profesia  de  que  habían  de  venir  á  ella  hombres  como  ellos;  y  de 
como  los  Reyes  de  México  se  llamaban  tenientes  deste  Quetzalcohuatl  el 
cual  traía  pintadas  cruces  en  el  vestido;  con  otras  cosas  muy  de  notar. 

1. — Torquemada  Monarquía  Indiana  Part.  1.  lib.  3?  f?  277.  col.  2.  cap. 
7.  de  la  población  de  Tullan,  ó  Tula  18  leguas  de  México  al  Norte,  que 
dice  la  fundaron  el  año  de  700  (*)  de  la  encarnación.  Tratando  del  tercer 
Rey  que  allí  hubo  llamado  Huemac,  escribe  así:  "Estando  pues  poblada 
esta  provincia  de  Tula,  con  el  origen  y  principio  que  hemos  dicho  algu- 
nos años  después  de  esta  poblazon  vinieron  de  hacia  la  parte  del  Norte 
ciertas  Naciones  de  gentes  que  aportaron  á  la  parte  de  Panuco:  (**)  estas     Hombresbian- 

.  .  eos,  barbudos. 

gentes  fueron  unos  hombres  bientraidos  y  bien  aderezados  de  ropas  largas, 
á  manera  de  ropas  de  lienzo  negro  como  sotanas  de  Clérigos  abiertas  por 
delante  y  sin  capillas,  y  los  cuellos  escotados,  y  las  mangas  cortas  y  an- 
chas, que  no  llegaban  al  codo,  que  el  dia  de  hoy  algunas  destas  ropas  usan 
los  naturales  en  sus  bailes,  contra  haciendo  aquellas  naciones:  estas  gen- 
tes pasaron  adelante  del  Panuco,  con  buena  industria,  sin  ningún  reen- 
cuentro de  guerra  ni  pelea,  y  viniendo  de  lance  en  lance  hasta  Tullan  (á 
donde  llegaron  y  fueron  bien  recibidos  y  hospedados  de  los  naturales  de 
aquella  Provincia)  allí  fueron  muy  regalados,  porque  era  gente  muy  enten- 
dida, y  hábiles  de  grandes  trazas  y  industrias  y  labraron  oro  y  plata,  y 
eran  muy  grandes  artífices  de  cualquier  arte,  eran  grandes  lapidarios  sobre 
extremo,  así  en  estas  cosas  delicadas,  como  en  dar  otras  industrias  para  la 
sustentación  humana,  para  labrar  y  romper  tierras,  de  suerte  que  por  su 
buen  gobierno  y  grandes  industrias  y  habilidades  tuvieron  gran  cabida  con 
ellos  y  á  donde  quiera  que  llegaban  los  tenían  y  estimaban  en  mucho  y 
hacian  grande  honra:  mas  esta  nación  no  se  sabe  de  donde  hayan  podido 
venir,  (3)  porque  no  hay  mas  noticia  de  esta  que  al  principio  dijimos,  que 
vinieron  aportar  á  la  Provincia  de  Panuco,  quieren  decir  que  fueron  algu- 
nos Romanos  ó  Cartagineses,  que  con  temporales  siniestros  pudieron  ve- 
nir á  dar  á  alguna  costa  de  las  que  caen  debajo  del  Norte;  y  que  como  no 
tuvieron  con  que  tornar  á  pasar  mar  tan  largo,  se  aventuraron  á  entrar  la 
tierra  adentro:  otros  quieren  decir  que  debieron  ser  algunos  Irlandeses:  y 
en  cuanto  á  esto  por  no  desvariar  solo  se  puede  dejar  á  Dios.   La  razón  que 

(*)  Adviértase  que  á  fs.  281,  columna  2a,  part.  Ia,  escribe  que  no  pudo  hallar  punto  fijo  en 
cuanto  á  los  años  en  las  historias  de  los  indios,  sí  en  cuanto  á  la  verdad  de  las  cpsas. 

(**)   Panuco  dista  de  México  al  Norte  en  la  costa  en  el  seno  mexicano  más  de  6o  leguas. 

(31  A  f.  40  dice  qué  estos  Tultecás  fundaron  á  Tula;  que  vinieron  de  Httetlapam;  su  patria, 
desterrados  el  año  ce  tecpatl  de  la  parte  del  Poniente  de  México    1  '  cpatl  señala  la 

salida  de  los  mexicanos  de  la  suya):  que  vinieron  del  poniente;  que  tuvieron  noticias  del  l'iluvio, 
y  por  fuego  se  ha  de  acabar  el  mundo;  que  mas  de  quinientos  años  fueron  perseguidos. 


BIBLIOGRAFÍA  MEXICANA  DEL  SIGLO  XVlll. 
388 

dan  por  donde  se  coligen  ser  irlandeses,  es  porque  se  rayaban  las  caras, 
como  estos,  y  que  comian  carne  humana;  y  por  estar  tan  cerca  de  los  Ba- 
callaos y  un  estrecho  que  hay  así  mismo  muy  pequeño  por  donde  también 
pudieron  venir,  y  pasar.  Y  visto  por  estas  nuevas  gentes  que  en  Tula  no 
se  podian  sustentar,  por  estar  la  tierra  tan  poblada,  procuraron  pasar  ade- 
Puebian  en  lante;  y  fueron  á  poblar  á  Cholullan  donde  por  el  consiguiente  fueron  muy 

(he. hila  junto   á 

PuebiadeíosAn-  bien  recibidos;  donde  conocidamente  se  sabe,  que  emparentaron  los  natu- 
rales de  allí  con  ellos  y  quedaron  poblados  y  arraigados  muchos  tiempos. 
Y  se  cuenta  en  este  paso  un  cuento,  y  es  que  como  hubiesen  llegado  á  Tu 
la,  estas  gentes  traian  consigo  una  persona  muy  principal  por  caudillo,  que 

Keualcohuatl  1        t      1 

era  su  caudillo,    los  gobernaba,  al  cual  llamaban  Ketzalcohuatl  (que  después  los  cholulte- 
cas  adoraron  por  Dios)  este  se  tiene  por  muy  averiguado  que  fué  de  muy 
buenas  disposiciones  blanco  y  rubio  y  barbudo  y  bien  acondicionado:  y 
Suspartes.       que  estando  en  Tula  le  cometieron  adulterio  los  Señores  de  aquella  Re- 
pública especialmente  Tezcatlipuca  y  Hueniac,  y  que  visto  su  mal  término, 

Oaxack, Misteca  se  salió  de  Tullan  muy  enojado  y  se  vino  á  Cholulan,  donde  habitó  mu- 
chos años  con  sus  gentes,  de  los  cuales  envió  desde  allá,  á  las  Provincias 
de  Tlaxyacac  á  poblarla,  y  á  toda  esa  Mixteca  alta  y  baja,  y  Tzapotecas; 
y  estas  gentes  dicen  que  hicieron  aquellos  grandes  y  suntuosísimos  edifi- 
cios de  Mictlan  (que  qiere  decir  infierno  en  la  lengua  mexicana)  que  cier- 
tamente es  edificio  muy  de  ver,  porque  arguye  de  aquellos  que  lo  labra 
ron  y  edificaron  ser  hombres  de  muy  grande  entendimiento  y  para  mucho 
y  de  muy  grandes  fuerzas:  y  así  estas  gentes  como  atrás  tengo  dicho  die- 
ron industria  de  muchas  cosas  buenas  para  el  uso  de  la  vida  humana  (co- 
mo otras  dejamos  declarado)  de  donde  se  toma  derivación  de  llamarse  ar- 
tífices de  cualquier  primor  y  sutileza;  y  así  á  los  que  son  maestros  de 
cualquier  Arte  ó  ingenio  sutil  y  delicado  á  nuestro  sentimiento  lo  llaman 
los  naturales  Tultecatl,  que  quiere  decir  como  si  dijésemos  el  artífice,  to- 
mando aquel  nombre  primero  del  pueblo  de  Tullan,  que  es  donde  vinieron 
á  parar  los  Tultecas;  y  así  por  esta  causa  llaman  el  dia  de  hoy,  á  la  Ciudad 
de  Cholullan  Tollan  Cholullan;  y  asíalos  cholultecas  se  llaman  por  exe- 
lencia  grandes  Tultecas  porque  son  grandes  artífices;  y  de  aquí  se  ha  to- 
mado costumbre  de  llamar  á  los  hombres  discretos  y  que  hacen  sus  nego- 
cios con  discreción  grandes  Tultecas.  De  suerte  que  la  derivación  compren- 
de sabiduría  y  así  estos  chochultecas  son  grandes  plateros,  aunque  no  de 
martillo  ni  mazonería,  sino  de  vaciado  en  moldes  sutiles,  y  muy  grandes 
lapidarios,  no  para  conocer  la  propiedad  de  las  piedras,  ni  aplicallas  para 
ninguna  virtud,  mas  de  para  tenerlas  por  cosas  preciadas,  y  en  mucha  es- 
timación, mas  sabíanlas  labrar,  y  las  labraban  y  limpiaban  en  grande  per- 
fección, que  de  bastas  y  toscas  las  limpiaban  y  las  formaban  de  diversas 
labores  con  mucha  medida  igualdad  y  forma ;  y  las  abrían  con  las  esculturas 
que  eran  necesarias  fabricando  las  imágenes  y  figuras  que  querían  con  ellas, 
con  delicadeza  y  sutil  escultura,  de  todas  las  variedades  que  se  les  pedia. 


BIBLIOGRAFÍA  MEXICANA  DEL  SIGLO  XVlll 

339 

2. — Tornando  pues  al  discurso  que  llevamos  de  los  Tultecas,  que  fue- 
ron pasando  hacia  Cholula  (cuyo  caudillo  era  Ketzalcohuatl)  habiendo 
estado  mucho  tiempo  en  la  dicha  Ciudad  de  Cholula;  y  habiendo  también 
emparentado  con  los  moradores  antiguos  de  ella  habiendo  ido  muchos  de 
ellos  á  las  Provincias  de  Huaxac,  á  poblar  por  mandado  de  dicho  Ketzal- 
cohuatl, tuvo  noticia  como  Huemac,  su  grande  enemigo,  venia  con  mu-     Huemac  viene 

00  contra  el. 

chas  gentes  en  su  demanda,  y  por  todas  las  partes  que  llegaba  venia  des- 
truyendo y  talando  todas  las  cosas  que  hallaba  por  todas  las  Provincias  por 
donde  pasaba,  y  haciendo  muchas  crueldades  y  tiranías:  y  como  este  dicho  H"uye  á  Cam. 
Quetzalcohuatl  temiaal  Rey  Humac  por  grande  guerrero  no  le  quizoaguar- 
dar,  y  determinó  saliese  de  la  Ciudad  y  así  lo  hizo,  y  se  fué  con  gran  parte 
de  su  gente  dando  color  á  su  ida  con  decir  que  iba  á  visitar  otras  provin- 
cias, y  gentes  que  habia  enviado  á  poblar  las  tierras  de  OnoJiualco,  que  son 
vecinos  del  mar;  y  son  las  que  agora  llamamos  Yucatán,  Tabasco  y  Cam 
peche,  que  todas  aquellas  provincias  las  nombraban  estos  naturales  en  su     Lossuyospue- 

.  •!•   1       1    s-\         1  1  blan  á  Tabasco, 

gentilidad    OllohualcO.  Yucatán  y  Cam- 

3. — Llegado  Huemac  al  sitio  y  lugar  donde  entendió  hallar  á  su  enemi- 
go Quetzalcohuatl  y  sabiendo  se  le  habia  ido,  sintiólo  mucho  y  con  el  enojo 
que  recibió  hizo  gran  matanza  en  todos  los  que  pudo  haber  de  la  tierra; 
y  á  tanto  llegó  el  temor  que  le  tomaron  que  se  hizo  adorar  por  Dios,  pre 
tendiendo  en  esto  destruir  y  oscurecer  la  fama  que  habia  dejado  en  aquella 
tierra  Quetzalcohuatl,  y  hacerse  Señor  absoluto  de  la  Ciudad  de  Cholula 
pero  también  de  la  de  Quauhquechulau,  Izucau,  Atlixco,  y  todas  las  pro- 
vincias de  Tepeyacac,  Tecamachalco,  Quecholac  y  Tehuacan,  de  todo  lo  cual 
fué  Rey  y  Señor  y  aun  después  adorado  por  Dios  de  todos  ellos. 

4  — Lib.  6?  cap.  24  fs.  51.  Part.  segunda  dice  así:  Ketzalcohuatl,  quiere     Comole  tuvie. 

,.,.,,,,,,  .  ,  .     .  ron  por  Dios  del 

decir  plumaje  de  culebra  o  culebra  que  tiene plumage;  y  estas  culebras  cuyo  aire  yie  iev*nta- 

ron  templo. 

nombre  dieron  los  Indios  á  este  su  Dios,  se  crian  en  la  provincia  de  Xica       Ketzalcohuatl 
lauco,  que  está  en  la  entrada  del  Reyno  de  Yucatán  yendo  de  la  de  Tabas-  culebra, 
co:  este  Dios  Quetzalcohuatl  fué  muy  celebrado  de  los  de  la  Ciudad  de 
Cholula;  y  tenido  en  aquel  lugar  por  el  mayor  de  todos.   Este  Quetzalco- 
huatl según  historias  verdaderas  fué  gran  Sacerdote  en  la  Ciudad  de  Tula,     Fué  sacerdote 
que  de  allí  fué  á  Cholula;  y  no  como  dice  el  Obispo  Fr.  Bartolomé  de  las 
Casas  en  su  apología  escrita  de  mano,  de  Yucatán,  aunque  fuese  allá  como     De  éi  escribió 
después  diremos:  dicen  del  que  era  hombre  blanco,  crecido  de  cuerpo,  an-  ch¡aPa'sp 
cha  la  frente,  los  ojos  grandes,  los  cabellos  largos  y  negros,  la  barba  grande 
y  redonda.    Este  Quetzalcohuatl  dicen  los  naturales  que  era  grande  artis- 
ta y  muy  ingenioso  que  les  enseñó  muchas  cosas  de  las  artes  mecánicas,     Loque  leseu- 
en  especial  el  arte  de  labrar  piedras  preciosas  que  son  chalchihuites,  que 
son  unas  piedras  verdes  que  estiman  en  mucho  precio:  también  para  fun 
dir  plata  y  oro  y  hacer  otras  cosas  que  como  le  vieron  los  Indios  de  tan 
grande  ingenio  le  tuvieron  en  grande  estimación,  y  lo  reverenciaban  como 
á  Rey  en  aquella  Ciudad;  y  así  fué  que  aunque  en  lo  temporal,  era  el  que 


bibliografía  mexicana  del  siglo  XVÍll. 
390 

gobernaba  un  señor  llamado  Huetnac,  en  lo  espiritual  y  eclesiástico  este 
Quetzalcoluiatl  era  supremo  y  como  Pontífice  máximo. 

5. — Fingen  los  que  mucho  quieren  engrandecer  á  este  su  Dios,  que  te- 
nia unos  palacios  hechos  de  piedras  verdes  como  esmeraldas,  otros  hechos 
de  plata,  otros  de  conchas  coloradas  y  blancas,  otros  de  todo  género  de 
madera,  otros  de  turquesas,  otros  de  plumas  preciosas  y  ricas:  dicen  mas 
haber  sido  muy  rico,  y  que  le  sobraba  todo  cuanto  habia  menester.  Dicen 
que  sus  vasallos  les  eran  muy  obedientes,  y  que  eran  muy  ligeros;  que  se 
llamaban  Tlancuacenmilliuiquc,  y  que  cuando  querían  hacer  algún  llama- 
miento en  el  Reyno  y  dar  aviso  de  alguna  cosa,  que  Ouetzalcohuatl  man- 
daba, se  subia  el  pregonero  en  una  sierra  alta  que  está  junto  de  la  ciudad 
de  Tula  llamada  Tzatzitepec,  donde  á  grandes  voces  pregonaba,  lo  que 
Quetzalcohuatl  ordenaba  y  mandaba,  y  que  estas  voces  se  oian  por  espa- 
cio de  cien  leguas  y  mas. hasta  las  costas  de  la  mar,  y  esto  afirman  por 
verdad;  y  refiriendo  esto  el  P.  Fr.  Bernardino  de  Sahagun,  dice  que  estan- 
do en  la  Ciudad  de  Xochimilco  oyó  una  noche  á  deshora  una  voz  seme- 
jante; y  que  le  pareció  que  era  voz  que  pasaba  todos  los  términos  y  límites 
humanos;  y  que  preguntado  otro  dia  de  mañana,  que  voz  era  aquella  tan 
grande  le  respondieron  los  Indios  que  de  la  Tecpan  ó  comunidad  llamaban 
á  los  macehuales  para  que  fuesen  á  trabajar  á  los  maizales.  Si  es  verdad 
que  esta  voz  se  oya  de  tan  lejos,  ya  se  ve  que  no  podría  ser  humana,  sino 
arte  é  invención  del  demonio  que  la  dilataba  ó  fingía  en  aquellas  partes 
donde  los  llamamientos  se  hacian;  y  cosas  se  mandaban;  y  puede  creerse 
esto  por  verdad,  y  por  cosa  que  así  pasaba,  pues  este  engañador  así  como 
en  otras  cosas  los  engañaba,  también  los  traian  engañados  con  esto.  Dicen 
que  en  aquellos  tiempos  que  el  señoreaba,  era  abundantísimo  el  maiz  y  las 
calabazas  grandes  de  una  braza  y  muy  gruesas  y  que  subian  por  ellas  co- 
mo por  árboles;  las  mazorcas  del  maiz  tan  grandes  y  gruezas  que  solo  una 
era  bastante  carga  de  una  persona,  y  todas  las  otras  semillas  eran  abun- 
dantísimas y  muy  crecidas;  que  sembraban  y  cogian  algodón  de  todos  co- 
lores, blanco,  colorado,  amarillo  y  otras  muchas  y  varias  colores;  que  en 
el  mismo  pueblo  de  Tula  se  criaban  muchas  y  diversas  especies  de  pája- 
ros como  son  Xiuhtototl,  Quetzaltototl  Zacuan,  Tlauhquccholy  otras  mu- 
chas aves,  que  cantaban  dulce  y  suavemente;  habia  árboles  de  cacao  de 
todo  género;  que  sus  vasallos  eran  muy  ricos  y  que  no  les  faltaba  nada; 
y  que  no  padecían  hambre,  ni  mengua,  alguna:  que  Quetzalcohuatl  hacia 
penitencia  pinzando  sus  piernas  y  sacándose  sangre  con  que  ensangrenta- 
ba las  puntas  del  maguey  y  se  lavaba  á  media  noche,  que  se  llamaba  Xitih- 
pacoya;  y  de  él  dicen  que  tomaron  esta  costumbre  los  sacerdotes  y  minis- 
tros de  los  ídolos  (sic)  Mexicanos. 

6. — Estando  pues  Ouetzalcohuatl  con  esta  pompa  y  Magestad,  gozando 
de  su  buena  fortuna  dicen  los  Indios  que  un  grande  mágico  llamado  Ti- 


BIBLIOGRAFÍA  MEXICANA  DEL  SIGLO  XVIII. 

391 

tlac ahita  (1)  (que  es  nombre  de  otro  Dios  como  dejamos  dicho)  fué  á  Tula 
y  que  tomando  forma  y  figura  de  viejo  entró  á  ver  á  Quetzalcohuatl,  y 
saludándose  los  dos,  el  viejo  fingiendo  dijo:  Señor  porque  sé  vuestros  in- 
tentos y  cuanto  deseas  cierta  partida  á  tierras  apartadas  de  estas,  y  tam 
bien  porque  supe  de  vuestros  criados  que  andáis  indispuesto  y  falto  de  salud 
os  he  traido  cierta  bebida  que  bebiéndola  conseguiréis  el  fin  de  vuestros 
intentos,  que  será  ir  á  los  Reynos  que  deseas  y  tener  salud  cumplida  para 
poder  hacer  esta  jornada  y  juntamente  no  se  os  acordará  de  las  fatigas  y 
trabajos  de  la  vida  y  de  como  sois  mortal. 

7. — Viendo  Quetzalcohuatl  descubiertos  sus  intentos  por  este  fingido 
viejo  le  preguntó  qué  á  donde  habia  de  ir?  á  lo  cual  TitlacaJuta  le  respon- 
dió que  estando  determinado  por  los  Supremos  Dioses  que  habia  de  ir  á 
los  Reynos  de  Tlapalla,  (2)  que  esto  era  inevitable,  porque  estaba  allá  otro 
viejo  que  le  estaba  aguardando.  Como  oyó  esto  Quetzalcohuatl,  dijo  que 
era  así,  que  lo  deseaba  mucho;  y  que  si  la  jornada  se  habia  de  hacer  por 
aquel  medio,  que  fuese  muy  enhorabuena;  y  tomando  el  vaso  en  la  mano 
bebió  el  licor  que  en  él  venia.  La  causa  de  persuadirse  este  Quetzalco- 
huatl tan  fácilmente  á  lo  que  Titlacahua  le  decia  fué  desear  vivamente  ha 
cerse  inmortal,  y  gozar  la  vida  perpetuamente  y  para  este  fin  hacia  todas 
las  diligencias  imaginables.  Esto  corrió  muy  en  general  entre  estos  mexi- 
canos, como  lo  testifica  el  P.  Sahagun,  y  por  esta  causa  se  persuadió  fá- 
cilmente Motecuhfiima  á  que  sería  él  cuando  supo  la  llegada  de  los  espa- 
ñoles á  la  costa  como  decimos  en  su  libro;  y  creia  en  esta  ocacion  este 
Quetzalcohuatl  que  este  viejo  le  habia  de  dar  certidumbre  de  este  negocio. 

(i)  A  fs.  40,  col.  1,  y  á  fs.  43  col.  i,  este  Titlacahua  le  llamaban  por  otro  nombre  Tezcatlipu- 
ca,  que  quiere  decir  espejo  resplandeciente,  es  nombre  alegórico  y  metafórico,  como  también  lo  es 
Quetzalcohuatl,  que  es  mexicano;  y  siendo  Quetzalcohuatl  de  tierras  estrañas,  estraño  seria  su 
verdadero  nombre,  porque  Pedro  español  con  mudarse  á  Reyno  estraño  no  muda  su  nombre,  y 
así  este  no  es  su  nomine  propio:  queizal es  un  plumage  rico  de  plumas  muy  preciadas,  que  ata- 
ban los  Señores  en  el  molledo  y  traian  en  los  bailes  en  las  grandes  fiestas  y  en  las  espaldas  y  ro- 
delas en  las  guerras:  y  el  nombre  cohuatl,  es  muy  repetido  en  sus  historias  y  personas;  y  que 
encierra  misterio  en  su  entender  gentílico  como  aquel  espejo  resplandeciente,  es  lo  mismo  que  es- 
pejo en  que  se  ven  todas  las  cosas.   Consta  de  la  Ia  part.  de  Torquemada  que  á  Cortes  llamaban      Nombre  que 

los  Indios  chalchihuitl,  que  suena  piedra  preciosa;   y  á  Sandoval  *  llamaban  Tonali,  que  és  sol,   los  ind,i,J*  imPu" 

.  .     ,  „  n  Mcron  a  Cortés. 

porque  Sandoval  era  rubio,  hermoso  y  agraciado,  y  á  Cortes  por  estima  y  aprecio  en  que  le  tenían. 

Cihuacohuatl era  la  Eva  de  los  Indios  f.  64,  p.  2:  Cihuacohuatl era  dictado  como  Virey  f-375  p. 
2. — A  f.  97,  p.  1?  col.  2  escribe  que  el  Emperador  Techotlalatzin,  antes  de  los  Mexicanos,  ins- 
tituyó cuatro  dignidades  hacerca  de  su  persona,  como  Camarero  Mayordomo  etc.  y  otra  5?  otra 
muy  grande  que  se  llamaba  Cohuatl  sobrestante  de  todos  los  que  labraban  oro  y  pluma  y  otras 
cosas  necesarias  para  su  palacio  y  casa;  el  cual  presidía  á  los  de  Ocolco,  cerca  de  Tezcuco,  y  ¡as 
armas  y  vestidos  que  se  había  de  poner  por  grandeza  este  Emperador  no  las  habían  de  hacer  sino 
los  hijos  de  este  Señor  L'ohaatl:  que  parece  tener  alusión  esto  al  nombre  de  Quetzalcohuatl  artí- 
fice como  se  dice  arriba:  á  fs.  64  col.  2,  p.  2,  escribe  que  la  Diosa  Cihuacohuatl,  según  la  etimo- 
logía de  este  nombre  fué  Eva  engañada  de  la  culebra,  que  paría  á  pares  los  hijos  de  dos  en  dos 
(coates)  quiere  decir  culebros  ó  hijos  de  la  muger  á  quien  engañó  la  culebra.  *  Cuando  yo  escribí 
esta  nota,  no  habia  leido  la  declaración  de  Becerra  Dedimo  que  es  coate;  y  así  por  discurso  escri- 
bí esta  nota  sobre  el  nombre  Quetzalcohuatl. 

(2)  A  fs.  84  columna  2a  capítulo  45,  parte  2,  dice  que  se  llamaba  Tlilapan,  ó  Tizapan:  Tlilapan 
es  Etiopia. 

(*)  Deberá  decir:  A  ¡varado. 


BIBLIOGRAFÍA  MEXICANA  DEL  SIGLO  XV UL 

392 

Después  de  haber  bebido  este  brebaje,  quedó  Quetzalcohuatl  fueta  de  si 
y  sin  juicio,  y  comenzó  á  llorar  triste  y  amargamente  y  luego  se  le  movió 
el  corazón,  y  se  deteiminó  de  ir  á  aquella  parte  que  se  llamaba  Tlapallan. 
Con  esta  determinación  que  ya  tenia  (con  el  embuste  y  encanto  del  Ni- 
gromántico hizo  quemar  todas  las  cosas  que  tenia  hechas  de  plata  y  con- 
chas y  enterró  otras  cosas  preciosas  dentro  de  las  sierras  y  barrancas  de 
los  rios;  y  como  era  Nigromántico  convirtió  los  árboles  de  cacao  en  otros 
que  no  lo  eran  que  se  llaman  Mizquitl,  y  mandó  á  todas  las  especies  de 
aves,  que  allí  solazaban  y  daban  placer,  que  le  fuesen  delante  hasta  la  tie- 
rra de  Anahuac,  que  dista  mas  de  cien  leguas  de  Tula;  y  luego  Quetzal- 
cohuatl, se  puso  en  camino,  dejando  su  ciudad  perseguido  de  este  Nigro- 
mántico y  hechicero  que  le  había  vencido,  y  llegando  á  un  lugar  que  se 
Llegó  á        llama  CuauJititlan,  estaba  allí  un  árbol  grande,  grueso  y  muy  crecido,  y 

Cuauhtitlan  ,  ■  ,,,.,.//  ,  t,  •  •     '       1  'i 

cerca  de  México  arrimándose  a  el  pidió  a  uno  de  sus   rages  un  espejo  y  mirándose  en  el 

al  Norte  5  leguas 

vidose  mas  viejo  de  lo  que  antes  era  y  dijo,  ya  estoy  viejo;  y  por  esto  se 
nombró  desde  entonces  aquel  lugar  Hitehue  Cuauhtitlan  que  quiere  decir 
junto  al  árbol  viejo,  6  del  viejo,  y  tomando  piedras  apedreó  el  árbol,  y  to- 
das las  metia  dentro  del  tronco,  que  permanecieron  así  por  muchísimos 
años.  Pasó  de  este  lugar  y  por  este  camino  que  iba  le  iban  tañendo  flau- 
tas y  otros  instrumentos  muchas  de  las  gentes  que  llevaba:  llegó  á  otro 
que  es  un  cerro  junto  del  pueblo  de  Tlalnepantla,  dos  leguas  de  esta  ciu- 
dad de  México  al  Norte  algo  al  Norueste,  donde  se  sentó  en  una  piedra  y 

tstampó  las  t>  >  r  J 

manp¡ed"aUna  puso  las  manos  en  ella  y  las  dejó  estampadas  que  hasta  el  dia  de  hoy  se 
paL"  ven  jas  señales  de  todo  en  ella,  y  tienen  por  cosa  muy  averiguada  los  mo- 
radores convecinos  de  este  lugar  haberlas  hecho  Quetzalcohuatl.  E  yo  lo 
he  preguntado  con  particular  inquisición,  y  así  me  lo  han  certificado  de- 
mas  de  tener  lo  escrito,  con  mucha  puntualidad  de  muy  fidedignos  auto- 
res; y  así  se  llamó  entonces  aquel  lugar  y  se  llama  de  presente  Temacpalco 
que  quiere  decir  en  la  palma  de  la  mano. 

Yendo  pues  Quetzalcohuatl  su  jornada  camino  de  la  costa  para  el  reyno 
de  Tlapalla  hizose  encontradizo  con  él  el  nigromántico  Titlacahua  con  otros 
dos  que  también  habían  sido  en  el  embuste  de  Tullan  (con  otros  muchos 
que  hicieron  para  destuir  aquella  ciudad  como  en  otr  >  lugar  decimos)  solo 
á  fin  de  estorbarle  el  viaje,  é  impedirle  la  jornada;  y  preguntándole  que  á 
donde  iba  le  respondió  que  á  Tlapalla,  y  dijéronle  pues,  á  quien  dejais  en- 
comendado el  Reyno  de  Tula,  y  quien  hará  penitencia  en  él  ?  á  esto  respon- 
dió, que  ya  no  estaba  eso  á  su  cuidado  porque  le  cumplía  ir  en  seguimien- 
to de  su  camino,  y  preguntándole  á  que  iba  á  aquellas  tierras;  respondió 
que  había  venido  á  llamarle  de  parte  del  Señor  de  ellas,  que  era,  el  Sol. 
Esta  fábula,  ó  embuste  corrió  muy  en  general  entre  estos  Mexicanos;  y 
dice  el  P.  Fr.  Bernardino  de  Sahagun,  que  en  la  ciudad  de  Xochimilco  le 
preguntaron  algunos  yndios,  que  donde  estaba  Tlapallan?  y  que  les  res- 
pondió que  no  sabia  y  tampoco  entendió  el  intento  de  la  pregunta,  porque 


Estuvo  mucho 
la. 


BIBLIOGRAFÍA  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

393 

aun  no  sabia  estas  cosas,  porque  fué  cincuenta  años  antes  que  lo  escribiera 
que  vino  á  ser  muy  pocos  años  después  de  su  convercion  y  entrada  del 
Evangelio;  y  dice  mas,  que  entonces  ellos  andaban  dando  tiento  para  ver 
si  nosotros  los  Religiosos  y  españoles  sabíamos  algo  de  las  antiguallas  que 
ellos  tenían. 

8. — Viendo  pues  los  hechiceros  la  determinación  y  engaño  á  que  se  ha- 
bía persuadido  Quetzalcohuatl  no  hicieron  mas  instancia  en  detenerle  pero 
obligáronle  á  que  dejase  los  instrumentos  que  consigo  llevaba  de  todas  las 
artes  mecánicas,  y  algunas  oficiales  de  ellas,  para  que  ya  que  se  iban  no 
faltasen  estas  cosas  en  esta  indiana  república  y  luego  Quetzalcohuatl  echó 
en  una  fuente  todas  las  joyas  ricas  que  llevaba  consigo  y  desde  entonces 
se  llamó  aquella  fuente  Cozcuapan  que  quiere  decir  agua  de  sartales  ó  ca- 
denas preciosas;  y  agora  se  llama  Coaapan  que  quiere  decir  en  el  agua  de 
la  culebra;  y  debió  de  ser,  porque  este  hombre  se  llamaba  Quetzalcohuatl 
que  quiere  decir  culebra  empluniajada.  De  esta  manera  fué  caminando  su- 
friendo algunas  molestias  de  estos  encantadores  sus  enemigos  hasta  llegar 
á  Cholula,  donde  fué  recibido  (como  en  otra  parte  decimos)  y  después 
adorado  por  Dios.  Aquí  estuvo  mucho  tiempo;  y  después  que  fué  echado  t¡e 
de  aquí  quedó  tan  viva  su  memoria  que  le  adoraron  por  Dios;  y  esto  por 
tres  razones,  la  primera  porque  les  enseñó  el  oficio  de  la  platería,  el  cual 
nunca  hasta  entonces  se  habia  sabido,  ni  visto  en  aquella  tierra,  de  lo 
cual  todos  se  precian  ó  se  preciaban  en  esta  tierra  los  vecinos  de  dicha 
Ciudad.  La  segunda  porque  nunca  quizo,  ni  admitió  sacrificios  de  sangre 
de  hombres,  ni  animales,  sino  solamente  de  pan,  rosas  y  flores  y  perfumes 
y  otros  olores.  La  tercera  porque  vedaba  y  prohibía  con  mucha  eficacia 
las  guerras,  robos  y  muertes,  y  otros  daños  que  se  hiciesen  en  unos  á  otros. 
Dicen  que  cuando  nombraban  delante  de  él  muertes  ó  guerras,  ó  otros  ma- 
les tocantes  á  daño  de  los  hombres  volvia  la  cara  á  otra  parte  y  se  tapaba 
los  oídos,  por  no  verlos  ni  oirlos.  También  se  alababa  en  él  que  fué  cas- 
tísimo y  honestísimo,  y  en  muchas  otras  cosas  muy  moderado. 

9. — Era  en  tanta  reverencia  y  devoción  tenido  este  Dios,  y  tan  visitado 
y  reverenciado  con  votos  y  peregrinaciones  en  todos  estos  reynos  por  sus 
prerogativas,  que  aun  los  mismos  enemigos  de  la  ciudad  de  Cholula  se  pro- 
metían venir  en  romería  á  cumplir  sus  promesas  y  devociones,  y  venían 
seguros;  y  los  señores  de  las  otras  provincias  ó  ciudades  tenían  allí  su  ca- 
pilla y  oratorios,  y  sus  ídolos  ó  simulacros;  y  solo  este  entre  todos  los  otros 
dioses  se  llamaba  en  aquella  ciudad  señor  por  exelencia:  de  manera  que 
cuando  juraban  desian  por  nuestro  señor,  se  entendía  por  Quetzalcohuatl 
y  no  por  otro  alguno  aunque  habia  otros  muchos,  que  eran  dioses  muy  es- 
timados. Todo  esto  por  el  amor  grande  que  le  tuvieron  y  tenían  por  estas  Reprendía 
tres  razones  dichas:  y  la  que  es  muy  verdadera  y  general  es,  porque  á  la  vi«ud< 
verdad  el  señorío  deste  Quetzalcohuatl  fué  suave  y  no  les  pidió  en  servi- 
cio sino  cosas  ligeras  y  no  penosas;  y  les  enseñó  las  que  eran  virtuosas 


enseñaba 


bibliografía  mexicana  del  siglo  xviil 

394 

prohibiéndoles  las  malas,  nocivas  y  dañosas,  enseñándoles  también  á  abo- 
rrecerlas. 

i  o. — Desto  parece  (y  parecerá  mas  claro  abajo)  que  los  indios  que  ha- 
dan y  hacen  sacrificios  de  hombres,  no  eran  ni  son  de  voluntad  sino  por 
miedo  grande  que  tienen  al  demonio,  por  las  amenazas  que  les  hacia  que 
los  habia  de  destruir  y  dar  malos  temporales,  y  muchos  infortunios  si  no 
cumplían  con  el  culto  y  servicio  que  por  tributo  y  señal  de  su  señorío  les 
debían  por  el  derecho  que  tantos  años  atrás  sobre  aquellas  gentes  ha  pre- 
tendido tener  adquirido. — Afirman  haber  estado  con  ellos  veinte  años  cum- 
plidos, después  de  los  cuales  se  fué  siguiendo  su  camino  á  los  Reynos  de 

Tlapallan,  llevándose  consigo  cuatro  mancebos  principales  y  virtuosos  de 
la  misma  ciudad  y  desde  Cuatzacualco,  provincia  distante  de  esta  ciudad 

150  leguas  hasia  la  mar,  tornólos  á  enviar;  y  entre  otras  cosas,  digo  doc- 
díjo  loque  su-  trina  que  les  dio,  fué  digesen  á  los  moradores  de  la  Ciudad  de  Cholula,  que 

cedió  en  la  veni-  .  .  .  ....... 

dadeíosespaño.  tuviesen  por  cierto  que  en  los  tiempos  venideros  habían  de  venir  por  la 
mar  de  hacia  donde  sale  el  sol,  unos  hombres  blancos  con  barbas  blancas 
como  él,  y  que  serian  señores  de  las  tierras,  y  que  aquellos  eran  sus  her- 
manos; (1)  y  así  estos  indios  siempre  esperaron  que  él  habia  de  cumplir 
aquella  profesia,  y  cuando  vieron  á  los  cristianos  luego  los  llamaron  Dio- 
Los  indios  ses  \como  en  su  lugar  decimos)  hijos  y  hermanos  de  Ouetzalcohuatl;  aun- 
'emPraeron.espe  que  después  que  conocieron  y  esperimentaron  sus  obras  no  los  tuvieron 
por  celestiales,  porque  en  aquella  ciudad  fué  señalada  (y  no  otra  hasta  en- 
tonces igual  en  la  Indias,  y  por  ventura  ni  en  mucha  parte  del  mundo)  la 
matanza  que  los  Españoles  hicieron. 

1 1. — Otros  dicen  que  siempre  creyeron  los  de  Cholula  que  habia  de  vol- 
ver á  gobernarlos  y  consolarlos  y  que  cuando  vieron  venir  los  navios  de 
los  españoles  decían  que  ya  tornaba  su  Dios  Ouetzalcohuatl.  Aquellos  cua- 
tro discípulos  que  tornó  á  enviar  Quetzalcohuatl  del  camino,  los  recibie- 
ron los  de  la  Ciudad  luego  por  señores,  dividiendo  todo  el  señorío  de  ella 
en  cuatro  Tetrarquias  ó  principados,  cada  uno  de  los  cuales  tenia  la  cuarta 
parte  del  señorío  de  aquella  Provincia  habiéndose  regido  hasta  entonces 
con  gobierno  político  y  no  real. 

12. — Este  era  el  Dios  del  aire  y  tenia  su  templo  en  forma  redonda  y  era 
muy  sumptuoso.  Los  antiguos  hicieron  Diosa  del  aire  á  Juno  por  ser  her- 
juno  Diosa,  mana  de  Júpiter,  y  á  este  dice  Cicerón  que  dieron  el  gobierno  del  cielo, 
según  lo  platicaron  Eumio  y  Eurípides  y  á  Juno  le  dieron  el  aire  por  la 
semejanza  y  cercanía  del  lugar,  porque  asi  como  son  personas  muy  con- 
juntas dos  hermanos  por  estar  el  uno  al  otro  muy  vecino  sin  que  haya  san- 
gre ni  grado  mayor  de  por  medio  (por  ser  entrambos  nacidos  de  un  tronco) 
así  lo  están  el  cielo  y  el  aire  (aunque  media  el  fuego)  atribuyese  á  muger 
por  su  blandura  y  delicadeza  estas  son  las  palabras  de  Cicerón  de  natura 
deorum  lib  2.   Por  esto  mismo  los  Indios  aplicaron  á  Ouetzalcohuatl  el  aire 

1    Mira  cumplida  esta  profecía  á  f.  número  87. 


BIBLIOGRAFÍA  MEXICANA  DEL  SIGLO  Xv'Ill, 

395 

por  la  blandura  y  suavidad  de  condición  que  tenia  para  con  todos,  no  que- 
riendo las  cosas  ásperas  y  desabridas  que  otros  estimaban  y  apetecían.  De 
manera  que  (el)  Dios  del  aire  que  entre  los  Indios  era  Ouetzalcohuatl  lo 
fué  entre  los  antiguos  gentiles  Juno;  y  quien  miente  en  lo  esencial,  que  es 
atribuir  á  las  criaturas  la  deidad  que  no  tienen,  no  es  mucho  que  mienta 
en  lo  accesorio,  haciéndole  muger,  ó  hombre  que  ni  el  uno  ni  el  otro  fue- 
ron Dioses,  ni  tuvieron  poder  en  el  aire,  como  confesamos  del  verdadero 
Dios  N.  S.  y  en  su  hijo  Jesucristo;  el  cual  en  cierta  borrasca  de  mar  que 
inibo,  donde  iba  en  un  barquillo  navegando  con  sus  discípulos  en  cierta 
ocasión,  le  mandó  cesar  y  que  la  tormenta  parace,  y  así  se  cumplió  y  hizo. 

13. — Herrera  Decada  3  lib.  2  fs.  85  dice.  —  Con  todo  eso  confesaban  los 
mexicanos  á  un  Supremo  Dios  y  Hacedor  de  todo,  y  este  era  el  principal 
que  veneraban  mirando  al  cielo,  llamándole  Criador  del  cielo  y  tierra,  ad- 
mirable y  otros  nombres  de  gran  exelencia:  esto  dice  este  autor.  Y  si  por 
el  fruto  se  conoce  el  árbol,  esta  es  doctrina  de  Didimo. 

Hemos  de  advertir,  que  fué  este  Ouetzalcohuatl  muy  amigo  de  la  cul- 
tura y  ceremonias  de  la  adoración  de  los  ídolos  y  él  misino  ordenó  muchos 
ritos  y  ceremonias,  y  fiestas  de  los  Dioses;  y  tiénese  por  cierto  que  este 
hizo  el  calendario:  (1)  tenia  sacerdotes  que  se  llamaban  quequetzacolhua, 
que  quiere  decir  los  Religiosos  y  sacerdotes  de  la  orden  de  Quetsalcohuatl.  (2) 
Dexó  mucha  memoria  de  si  entre  estas  gentes;  y  dicen  que  las  mujeres  que 
eran  estériles  y  mañeras,  haciendo  ofrendas  y  sacrificios  á  este  Dios,  luego 
se  hacían  preñadas.  Era  (como  decimos)  Dios  de  los  vientos,  porque  le 
-atribuían  el  poder  mandar  á  los  vientos  que  ventasen  ó  dejasen  de  ventar. 
También  decían  que  este  Ouetzalcohuatl  barría  los  caminos,  para  que  vi- 
niesen á  llover  los  Dioses  Tlaloques;  esto  imaginaban  porque  ordinaria- 
mente un  mes  ó  mas  antes  que  comiencen  las  aguas  hace  recios  vientos  en 
toda  esta  nueva  España.  Dicen  deste  Dios  Ouetzalcohuatl,  que  viviendo 
en  esta  vida  mortal,  vestia  vestiduras  largas  hasta  los  pies  por  honestidad, 
con  una  manta  encima,  sembrada  de  cruces  coloradas.  (3)  Tenían  ciertas 
piedras  verdes  suyas  con  grande  veneración  estos  desta  ciudad  y  con  gran- 
de veneración  las  guardaban,  y  estimaban  como  reliquias,  y  la  una  de  ellas  en  el  vestido, 
tenia  semejanza  de  cabeza  de  Mona  muy  sacada  al  natural.    En  la  ciudad 

1  Hizo  el  Calendario  ó  rueda  que  está  á  fs.  39S  lib.  1  v.  cap  35.  part,  2:  '  y  en  el  modo  de 
contar  allí  es  por  olimpiadas  de  4.  en  4.  años. 

2  Fundó  el  sacerdocio:  al  sacerdote  llamaban  Teupisque,  v  Ten  ti á  Dios  f  189.  col.  2.  par.  2. 
cap.  3. — Teotecuhtli,  era  el  Sumo  Sacerdote,  es  decir  Supremo  sobre  todos  los  consagrados:  al 
Pontífice  menor  llamaban  lluey  Teupixque,  que  quiere  decir  grande  gua.da  de  las  cosas  de  Dios 
f.  189.  col.  1.  á  f.  567.  p.  2.  Mictantecutli, — quiere  decir  .SV/7<>/-  del  infierno;,  que  decían  haber 
gloria  y  Paraíso  terrenal  á  donde  iban  las  ánimas. 

Se  refiere  á  la  Monarquía  Indiana  del  P.Torquemada  (tinta  roja). 

3  A  f.  251  col.  1.  part.  3.  escribe  que  á  la  Cruz  llamaron  los  Indios  Tonacaquahuitl,  que  quiere 
madero  que  dd  el  sustento  de  nuestra  vida,  tomada  la  etimología  del  maiz  que  llaman  Tonacayutl, 
que  quiere  decir  cosa  di-  nuestra  carne:  á  f.  n?  60  veras  que  en  Yucatán  llamaban  á  la  t  árboi 
de  la  salud  del  mundo. 


t    t 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 
396 

de  Tula  tenían  un  templo  muy  sumptuoso  y  grande  con  muchas  gradas  y 
tan  angostas,  que  no  cavia  un  pié  en  ellas:  su  imagen  tenia  la  cara  muy 
fea  y  la  cabeza  larga,  y  muy  barbado:  teníanla  echada,  y  no  en  pie,  y  cu- 
bierta de  mantas,  y  dicen  que  lo  hicieron  en  memoria  de  que  otra  vez  ha- 
bía de  volver  á  reinar,  y  en  reverencia  de  su  mucha  magestad  debían  de 
tener  cubierta  su  figura;  y  el  tenerla  echada  debió  de  significar  su  ausen- 
cia como  el  que  duerme,  que  se  acuesta  para  dormir,  y  que  en  despertando 
de  aquel  sueño  de  ausencia  se  levantaría  á  reinar.  Los  de  Yucatán,  vene- 
Los  de  Cam-  raron  y  reverenciaron  á  este  Dios  Ouetzalcohuatl,  y  lo  llamaron  Kukulcan: 

peche  lo  reveren-  ~'  J 

tuva"  y  alH  es"  y  decían  haber  llegado  allí  de  las  partes  del  Poniente  (que  es  de  estas  par- 
tes, porque  respecto  de  estas,  está  Yucatán  al  oriente)  decían  deste,  que 
descendía  de  los  Reyes  de  Yucatán,  que  llamaron  Cocomes,  que  significa 
oidores.  Herr.  dec.  4  lib.  10.  cap.  2.  f.262  dice  que  cocom  era  un  señor  y  á 
los  suyos  llamaba  cocomes:  cuando  llegaron  españoles  habia  70  años  que 
se  habían  ido  y  llevado  los  libros  de  su  creencia  al  cabo  de  500  años  que  es- 
tuvieron allí:  y  á  este  Cocom  mató  el  Señor  de  los  Tutuxius. 
Motecuhfuma        r4- — ^ib.  4.  cap.  13  tom.  i.  f.  417.  col.  2.  vuelve  á  tratar  de  Quetzal- 

íos^spañXs,  y  cohuatl.  dice  asi :  Motecuhcuma  quedóse  solo  y  pensativo,  y  aun  bien  sos- 

agentó  que  era  1  j  1 

Quetzaicohuati.  pecnoso  de  mucha  novedad  en  sus  remos:  porque  era  de  muy  buen  enten- 
dimiento, y  consideraba  los  prodigios  pasados,  y  traia  á  la  memoria  lo  que 
su  adivino  le  habia  dicho  (por  lo  cual  le  echó  la  casa  encima  y  lo  mató)  y 
acordábase  de  lo  que  su  hermana  Papam  le  había  dicho  años  antes,  y  lo 
que  XcrjaJiualpilli  también  le  habia  dicho  y  pensaba  que  no  eran  acaso  es- 
tas cosas,  sino  que  venían  amenazando  algún  gran  mal,  ó  trueque  de  go- 
bierno; y  como  los  negocios  graves  quieren  comunicación  y  consejo  hizo 
luego  llamar  á  todos  los  que  lo  eran  de  él,  que  fueron  el  Rey   Cacama  de 

Llamó  á  con-  Tetzcuco,  su  sobrino,  al  cual  envió  á  llamar  por  la  posta,  y  á  Cuitlahua- 
que'era  Queuaí-  tzin,  su  hermano,  señor  del  pueblo  de  Iztapalapam,  y  á  Icihuacohualt  (quie- 
¡ioies.  '    re  decir  miiger  culebra)    Tlilpotonqui,    Tlacochcalcatl,    Cnapiatzin,    Ticoc, 

lavacatl,  Quetzalaztatzin,  Huitnahiiacatl,  Tlailotlac,  y  Ecatempantiltzin 
que  eran  de  su  consejo  ordinario,  á  los  cuales  manifestó  lo  que  pasaba,  y 
habiendo  dado  y  tomado  en  pareceres  y  adivinanzas  de  lo  que  podia  ser 
concluyeron  su  consejo  con  persuadirse  que  seria  Quetzalcohuatl,  á  quien 
en  un  tiempo  adoraron  por  Dios,  de  quien  también  pensaron  que  habia  de 
venir  á  reinar  otra  vez  en  estas  tierras,  por  haberlo  dicho  él  mucho  antes, 

Tiapaia.  cuando  pasó  de  aquí  á  las  provincias  de  Tlapala,  y  se  les  había  desapare- 
cido en  la  costa  de  la  mar  é  ido  hacia  aquellas  partes  orientales,  y  como 
por  esta  causa  le  esperaban,  entendieron  ser  el  que  habia  llegado. 

15- — Con  esta  persuacion  que  tuvieron  determinaron  que  se  nombrasen 

Nombran    quien 

le  vaya  á  recibir,  personas  que  fuesen  á  recibirle,  y  en  Ínterin  que  iban,  se  les  mandó  á  los 
gobernadores  de  las  costas  que  pusiesen  gran  cuidado  y  vigilancia  en  ata- 
layar y  descubrir  lo  que  por  el  mar  viniese,  en  especial  los  lugares  de  Nauh- 
íla,  Toztla,  Mictla  y  Cuauhíla.  para  que  en  aquellas  partes  por"  ser  mas 


bibliografía  mexicana  del  siglo  XVlll. 

397 

cómodas  se  viesen  mejor  y  mas  presto  y  trajesen  razón  mas  cierta  de  lo 
que  pasaba;  con  aqueste  recaudo  fueron  despachados  estos  gobernadores  y 
capitanes.  Fueron  nombrados  cinco  señores  para  que  llevasen  un  presente 
que  el  Emperador  enviaba  á  Quetzalcohuatl,  los  cuales  fueron  IohuaJiycliau, 
y  aqueste  fué  por  superior,  Tep)iztecatl,  cuasi  igual  al  primero,  Ticahuac, 
Huehuetecatl,  y  el  cuarto  y  último  se  llamaba  Hueycamecatleca,  y  mandó- 
seles  que  con  la  mayor  brevedad  posible  fuesen  á  la  mar,  y  hablasen  de 
parte  de  Motecuhcuma  y  su  Senado  á  Quetzalcohuatl  su  Señor  y  le  ofre- 
ciesen el  Reyno  y  un  gran  presente  que  les  fué  dado  para  que  le  llevasen:  — 
este  es  el  que  dicen  Gomara  y  Antonio  de  Herrera  dec.  2.  lib.  2.  cap.  5. 
confusamente  que  trajeron  á  Hernando  Cortés  cuando  saltó  en  tierra  por 
parte  de  los  gobernadores  de  Motecuhcuma,  y  esto  dicen  por  estas  pala- 
bras:—el  cual  presente  se  dijo  que  habia  enviado  á  Joan  de  Grijalva,  que 
llegó  en  aquellas  partes,  sino  que  por  mucha  priesa  que  se  dieron  los  que  le 
llevaban,  hallaron  que  era  ido;  y  fué  así,  pero  no  se  como  los  que  pusieron 
en  estilo  aquella  relación,  de  que  se  aprovechó  Herrera,  se  dejaron  esto 
como  en  este  capítulo  lo  dejo  referido;  y  otras  muchas  cosas,  que  en  lo  que 
sigue  se  dirán;  porque  aquellas  y  estas  son  corresponsivas,  y  quien  dio  ra- 
zón de  lo  uno  pudo  darlo  de  lo  otro,  aunque  pienso  que  estuvo  el  yerro 
en  no  hacer  estas  inquisiciones  é  informaciones  mas  que  con  los  españoles, 
que  entonces  vinieron,  y  no  averiguaron  con  los  indios  que  también  les 
toca  mucha  parte  de  ellas;  y  aun  el  todo  pues  fueron  el  blanco  donde  todas 
las  cosas  de  la  conquista  se  asentaron,  y  son  los  que  muy  bien  las  supieron 
y  las  pusieron  en  historia  á  los  principios  por  sus  figuras  y  caracteres,  y 
después  que  supieron,  escribir 'algunos  curiosos  de  ellos  las  escribieron  las 
cuales  tengo  en  mi  poder;  y  tengo  tanta  envidia  al  lenguaje  y  estilo  con 
que  están  escritas,  que  me  holgara  saberlas  traducir  en  castellano  con  la 
elegancia  y  gracia  que  en  su  lengua  mexicana  se  dicen;  y  por  ser  historia 
pura  y  verdadera  la  sigo  en  todo;  y  sí  á  los  que  las  leyeren  pareciesen  no- 
vedades digo  que  no  lo  son,  sino  la  pura  verdad  sucedida;  pero  que  no  se 
han  escrito  hasta  agora,  porque  los  pocos  que  han  escrito  los  sucesos  de 
las  indias,  no  las  supieron,  ni  hubo  quien  se  las  dijese;  ni  tampoco  yo  las 
escribiera  si  no  las  hallara  averiguadas  del  P.  Fr.  Bernardino  de  Sahagun 
Religioso  Santo  y  grave  que  fué  de  los  segundos  que  entraron  en  la  con- 
versión de  esta  Nueva  España;  y  de  los  primeros  ó  el  primero  investiga- 
dor de  las  cosas  mas  secretas  de  la  tierra,  y  supo  todos  los  secretos  de  ella; 
y  se  ocupó  más  de  sesenta  años  en  escribir  lengua  mexicana  y  todo  lo  que 
pudo  alcanzar  en  ella. 

16. — Lib.  4.  cap.  14.  f.  419.  col.  1.  par.  1. — vuelve  á  proseguir  la  pro- 
fesia  de  Quetzalcohuatl,  y  dice  así. — Esta  mentira  se  conservó  en  aquellos 
tiempos  y  se  fué  reforzando  con  mucha  mayor  opinión,  en  todos  los  que 

después  le  sucedieron;  y  fué  tan  creída  su  vuelta  de  los  mexicanos,  que  los  miaban  Tenien- 
tes de  Quetzalco- 

que  entraban  reinando  recibían  el  Reyno  con  esta  condición  de  que  eran  huati. 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

398 

tenientes  de  su  Señor  Ouetzalcohuatl  y  que  en  viniendo  se  lo  entregarían 
y  obedecerían  como  vasallos  en  él. 

i/. — Sabida  pues  esta  historia,  decimos,  que  como  estas  gentes  aguar- 
daban á  este  Ouetzalcohuatl,  y  tenian  por  muy  cierto  que  habia  de  volver 
á  reinar  en  estos  reinos  de  la  Nueva  España,  cualquier  demostración  ó  ama- 
go que  habia  de  alteración  y  rumor  de  alguno  que  parecia  luego  pensaban 
ser  él;  y  como  trajeron  las  nuevas  que  en  el  capítulo  pasado  dejamos  di- 
chas, y  mas  de  la  parte  por  donde  vieron  que  se  habia  desaparecido,  y  en 
navios  tan  grandes  en  medio  de  un  mar  tan  ancho  y  peligroso,  persuadié- 
ronse á  que  él  era  y  no  otro,  y  por  esto  pusieron  mayor  cuidado  en  la  vi- 
gilancia de  su  vuelta;  y  atalayado  el  mar  noches  y  dias  en  todos  los  meses 
del  año  (como  los  gentiles  del  Oriente)  sino  de  dia  y  de  noche  todo  el  año 
entero  al  fin  del  cual;  como  Juan  de  Grijalva  fué  á  Cuba,  y  de  su  ida  re- 
sultó la  venida  de  Cortés  por  la  misma  derrota  que  el  primero,  fué  fuerza 
que  los  indios  viesen  los  navios  y  con  el  mandato  espreso  que  tenian  de 
Llevan  por     su  Rey  fueron  por  postas  á  dar  el  aviso  de  ello,  llevando  pintado  el  número 

pintura  el    aviso     ,  ,  11  •  1  11  1  1   t       1 

de  la  llegada  de  de  navios  y  la  manera  de  la  gente  que  vieron  andar  en  ellos,  lo  cual  todo 

Cortés. 

mostraron  á  Motecuhcuma;  y  con  el  nuevo  aviso  que  tuvo  de  esta  segunda 
armada  (que  fué  por  fin  de  Febrero  de  1,5  19)  hizo  Junta  de  los  de  su  con- 
sejo y  de  otras  personas  de  prendas  y  autoridad  y  dióles  parte  de  las  nue- 
vas que  había  traído  las  atalayas  de  la  costa  del  Oriente,  de  lo  que  de  nuevo 
habia  aparecido  en  la  mar,  que  confirmaba  las  pasadas  del  año  antes;  y 
confiriendo  el  caso  trataron  de  lo  que  convenia  hacer.  Y  como  cuando  en- 
traron los  magos  en  Jerusalem  preguntando  por  el  Rey  nuevamente  naci- 
do, que  se  turbó  Herodes  y  todos  los  de  sü  alianza  y  valía,  y  confirieron 
los  Doctores  el  caso,  y  dieron  razón  del  lugar  donde  habia  de  tener  su  na- 
cimiento; y  así  estos  indios  del  consejo  del  Rey,  turbados  con  él  y  confu- 
sos dijeron,  que  pues  era  verdad  que  su  Dios  y  Rey  Quetzalcohuatl  habia 
ido  á  los  Reynos  de'Tlapala  á  verse  con  el  Dios  Sol,  al  cual  todos  sus  ante- 
pasados habian  esperado,  que  también  lo  seria,  que  era  el  que  en  los  navios 
habia  aparecido,  pues  no  parecia  caso  humano  que  hombres  mortales  an- 
duviesen por  la  mar  tan  metidos  dentro  de  sus  aguas,  sin  que  hubiesen 
perecido  en  ella;  y  así  creían  ser  él;  y  que  pues  venia  era  razón  que  fuesen 
embajadores  y  personas  principales  á  darle  la  obediencia  de  parte  de  aquel 
Senado  y  á  recibirlo.  De  aquí  pudiéramos  inferir  que  estos  mexicanos  to- 
maron la  costumbre  de  elegir  Reyes,  y  á  no  acostumbrar  en  su  República 
que  lo  fuesen  por  herencia:  lo  cual  pudiéramos  probar  con  decir  que  creian 
que  tenian  Rey  vivo,  y  en  algún  tiempo  habia  de  volver  á  la  posesión  de 
su  Reyno,  que  no  habian  de  consentir  que  otro  entrase  en  su  posesión  per- 
petua; sino  como  los  gobernadores  que  en  ausencia  de  los  reyes  sirven  el 
oficio  como  la  persona  real,  con  la  limitación  que  dice  solo  el  tiempo  de  la 
ausencia,  estando  puestos  y  aparejados  de  hacer  dejación  de  él  cada  y  cuan- 
do que  venga  su  natural  y  legítimo  heredero.    Pero  esto  fué  locura  en  ellos, 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

399 

como  también  lo  fue  creer  que  este  encantador  iba  á  yeerse  con  el  Sol  para 
volver  después  á  gozar  del  reino  temporal  que  habia  dejado.  Pero  bien 
creería  yo  que  ya  que  el  Demonio  inventó  este  engaño,  y  causó  este  em- 
buste para  tener  engañadas  á  estas  gentes;  que  también  seria  permisión 
de  Dios,  no  para  que  en  el  engaño  permaneciesen  estas  gentes  erradas,  sino 
para  que  cuando  llegasen  los  cristianos  á  estas  tierras  con  el  apellido  y  voz 
de  su  Evangelio  santo,  estuviesen  ya  algo  dispuestos  para  recibirle:  con  el 
apercibimiento  y  cuidado  que  estaban,  que  habia  de  venir  otros  á  despo- 
jarlos del  reino  y  señorío,  y  si  el  demonio  lo  alcanzara  bien  á  entender,  su- 
piera que  este  Ouetzalcohuatl  que  el  fingía  Rey  y  Dios  de  estas  gentes, 
habia  de  ser  Dios  verdadero  Rey  y  Señor  de  todo  lo  criado;  y  que  como 
Cortés  le  venia  á  quitar  la  posesión  del  Reyno  á  Motecuhcuma  (que  sin 
saber  lo  que  se  decían  los  indios  le  enviaron  á  recibir  por  Ouetzalcohuatl) 
así  también  este  Señor  y  Rey  Soberano,  venia  en  hábito  de  rey  universal 
á  destruirlo  y  quitarle  el  reyno,  mayormente  que  ya  tenían  pronósticos  de 
ello  y  aviso  de  Papan  la  señora  de  este  Tlatelolco,  que  antes  diez  años  le 
habia  dicho,  como  vimos  en  el  libro  pasado  en  el  capítulo  de  los  prodigios. 

18. — Volviendo  al  propósito  digo,  que  determinados  estos  Indios  con  el    Mote 
Rey  de  lo  que  se  habia  de  hacer,  ordenaron  un  gran  presente,  ora  sea  el  c 

'  ~  t>  r  ras  ¿e  Quetzal- 

que  antes  habían  llevado  á  Joan  de  Grijalva  y  que  lo  hubiesen  vuelto,  ora 
otro  tal  ó  mayor  que  había  sido  el  primero;  pero  lo  que  hubo  mas  fué  en  • 
viarle  con  él  todas  las  vestiduras  sacerdotales  que  decian  que  usaba  Ouet- 
zalcohuatl cuando  estaba  en  la  tierra,  que  según  esto  era  sacerdote  y  Rey, 
como  Numa  Pompilío  en  Roma;  y  aquí  se  verifica  como  el  sacerdocio  y  el 
Reyno  ha  andado  junto  en  algún  tiempo,  en  el  mundo  (como  en  otra  parte 
decimos.)  Todo  esto  que  Motecuhcuma  dio  de  sus  tesoros  que  se  llevase  á 
los  que  habían  aparecido  en  la  mar,  lo  envolviesen  en  mantas  ricas,  y  las 
pusieron  en  petacas;  y  hecho  esto  habló  Motecuhcuma  á  los  Señores  que 
iban  por  mensageros  desta  manera.    Id  compañeros  mios  á  cumplir  esta 

,      .      ,  .  ,    .  „  ,  .        j  tecuhsuma  á   los 

embajada  a  que  os  enviamos  este  gravísimo  Senado  y  yo:  mirad  que  no  os  en. 
detengáis  en  ninguna  parte,  sino  que  con  toda  la  brevedad  posible  lleguéis 
á  la  presencia  de  vuestro  señor  y  Rey  Ouetzalcohuatl;  y  dezidle  vuestro 
vasallo  Motecuhcuma  que  agora  tiene  la  tenencia  de  vuestro  reyno,  nos 
envía  á  saludar  á  V.  M,  y  nos  dio  este  presente  que  aquí  traemos  con  las 
insignias  sacerdotales,  que  siempre  han  tenido  en  grande  estimación  y  hon- 
ra: con  este  despacho  partieron,  estos  embajadores,  de  la  presencia  del  Rey, 
y  siguieron  su  camino;  y  con  la  mayor  priesa  que  pudieron  vinieron  á  la 
costa  donde  había  llegado  Fernando  Cortés  con  toda  su  compañía. 

19. — Cuando  llegaron  estos  mensageros  de  Motecuhcuma  á  la  orilla  de 
la  mar,  entráronse  en  canoas,  y  metieron  todas  sus  cargas  en  ellas,  y  fué- 
ronse  á  los  navios  de  Fernando  Cortes;  y  viendo  el  estandarte  de  la  Capi- 
tanía fuéronse  á  ella  por  parecerles  que  allí  estaba  el  señor  y  rey  que  bus-     Llegan ..  ios 
caban.    Los  que  venían  en  los  navios  todos  estaban  a  la  mira  de  lo  que  pa- 


Lo  t\ue  lii: 


BIBLIOGRAFÍA  mexicana  del  SIGLO  XVIII 

400 

saba,  y  como  las  canoas  llegaron  á  la  Capitanía  hicieron  señas  los  indios 
de  querer  entrar,  y  los  de  dentro  les  preguntaron  que  de  donde  venían  y 
quienes  eran,  y  qué  querían?  Ellos  respondieron  que  eran  mexicanos,  y  que 
venían  de  México  á  buscar  á  su  Señor  y  Rey  Ouetzalcohuatl  que  sabian 
estaba  allí.  Aunque  los  españoles  no  entendían  las  palabras,  conocieron  el 
intento  por  las  señas;  y  maravillados  de  su  demanda,  trataban  entresí  el  ca- 
so y  decían  que  quiere  decir  esto,  que  dicen  estos  que  aquí  está  su  Rey  y 
su  Dios,  y  que  le  quieren  ver?  esto  oyó  Fernando  Cortés,  y  él  con  todos 
pensaron  bien  el  caso;  y  después  de  haberle  platicado,  concertaron  que  Dn 
Fernando  Cortés  se  ataviase  con  los  mejores  atavíos  que  tenia  y  le  adere- 
sasen  un  trono  en  el  alcázar  de  popa,  donde  se  sentase  representando  per- 
sona de  rey,  y  que  estando  desta  manera  entrasen  los  indios  á  verle  y  ha- 
blarle: hecho  esto  digerno  á  los  indios  que  fuesen  muy  bien  venidos,  que 
allí  estaba  el  que  buscaban,  y  que  le  verian  y  hablarían.  Habiendo  oido 
esto  los  indios  juntaron  sus  canoas  á  bordo  de  la  Capitana  y  los  de  arriba 
los  ayudaron  á  subir,  y  metieron  dentro  las  cargas  que  llevaban.  Luego 
que  entraron  asentáronse  sobre  la  cubierta  y  ataviáronse  y  vistiéronse  lo 
mas  galanamente  que  pudieron,  y  desatando  sus  cargas,  pusieron  con  muy 
buen  orden  su  presente:  hecho  esto  pidieron  licencia  para  ver  al  que  bus- 
caban, fueron  llevados  al  alcázar  donde  ya  Fernando  Cortés  estaba  aguar- 
dando con  la  representación  de  Magestad  que  hemos  dicho:  ellos  entraron 
dentro  con  su  presente  en  las  manos;  y  como  le  vieron  en  aquel  trono  y 
magestad  creyendo  que  era  su  Dios  Quetzalcohualt  luego  se  postraron  en 
tierra  y  la  besaron  que  era  la  adoración  Latría  con  que  reverenciaban  á  sus 
Dioses  y  levantándose  dijo  el  superior  de  ellos.  Dios  nuestro  y  señor  nues- 
tro, seáis  muy  bien  venido,  que  mucho  tiempo  ha  que  os  esperamos  nosotros 
vuestros  siervos;  Motecuhcuma  vuestro  vasayo  y  teniente  de  vuestro  Rey- 
no  nos  envia  á  vuestra  presencia  para  que  en  nombre  suyo  os  saludemos, 
y  dice  que  seáis  muy  bien  venido  y  os  suplica  que  recibáis  este  pequeño 
don  y  estos  ornamentos  preciosos  que  usabades  entre  nosotros  en  cuanto 
vistenáCortés  nuestro  Rey  y  Dios;  y  habiendo  dicho  esto  comenzaron  á  vestirle  con  aque- 

oon  la   vestidura  , 

¿e  Hos  ornamentos  que  le  llevaban,  pusiéronle  en  la  cabeza  una  pieza  hecha  a 

ouetzalcohuatl  t.  '   r 

manera  de  almete  en  que  había  mucho  oío  y  piedras  de  mucho  valor  y  un 
plumero  ricamente  aderezado,  pusiéronle  una  vestidura  que  se  llamaba  Xi- 
ailli,  que  cubre  desde  la  garganta  hasta  la  cinta  y  los  medios  brazos  de  te- 
la preciosa;  luego  le  echaron  al  cuello  un  collar  de  piedras  preciosas  de  mu- 
cho valor  y  hermosura,  y  de  esta  manera  lo  fueron  vistiendo  de  la  cabeza 
á  los  pies  con  ornamentos  y  vestiduras  sacerdotales  de  grande  precio  y  es- 
timación, añadiendo  á  los  ordinarios  de  Quetzalcohuatl  los  que  eran  tam- 
bién de  los  Dioses  Tezcatlipuca  y  Tlalocatlecutli  los  cuales  todos  le  pu- 
sieron á  sus  pies,  como  diciendo  en  esto  que  á  él  reconocían  por  el  mayor 
de  sus  Dioses,  como  hacen  cuando  dan  algún  presente  á  alguna  persona 
constituida  en  dignidad:  después  que  hicieron  esto  díjoles  el  interprete  en 


Dan  la  emba 
íada 


bibliografía  mexicana  del  siglo  XVI1L 

401 

nombre  de  Fernando  Cortés;  pues  no  trais  mas  de  esto  para  recibirme?  al 
cual  respondió  el  principal  de  ellos  y  dijo:  Señor  y  Rey  nuestro  esto  nos 
dieron  que  trugésemos  á  V.  M  y  no  mas:  Luego  Fernando  Cortés  mandó 
á  los  suyos  que  los  llevasen  al  castillo  de  proa  y  los  tratasen  humanamente 
y  dejasen  reposar,  y  que  luego  les  diesen  de  comer  de  las  cosas  de  Casti- 
lla con  toda  venevolencia  y  cortesía:  cuando  estos  indios  entraron  en  el  na- 
vio vinieron  otros  muchos  de  los  otros  navios  á  ver  loque  en  la  plática  pa- 
saba y  vieron  y  oyeron  todo  lo  dicho  de  que  quedaron  admirados,  y  no 
sabian  que  decirse  á  tan  gran  simpleza  y  novedad. 

20. — Trataron  de  espantar  á  estos  mensageros  con  aherrojarlos  congrí-  Espantólos 
líos  y  cadenas  y  con  disparar  el  artillería,  desafíándoles  para  que  luchasen; 
todo  esto  á  fin  de  que  fuesen  diciendo  cosas  espantosas  para  que  los  que 
las  oyesen  se  atemorizasen  y  les  cobrasen  miedo,  que  era  el  que  los  había 
de  hacer  Señores  de  la  Victoria  y  tierra:  durmieron  allí  aquella  noche;  y 
otro  dia  de  mañana  pusieron  por  obra  lo  que  el  dia  antes  habían  trazado, 
latiéronse  á  los  indios  y  metiéronlos  en  colleras,  y  echáronles  grillos  en  los 
pies,  y  comenzaron  á  disparar  la  artillería;  los  indios  que  se  vieron  presos 
y  aherrojados  y  combatidos  de  tanto  ruido  y  truenos  de  la  artillería  y  olor 
de  la  pólvora,  cayeron  sin  sentido  y  estuvieron  por  grande  rato  como  muer- 
tos, y  como  los  vieron  así  los  soldados,  cogiéronlos  entre  los  brazos  y  sen- 
tándoles les  echaron  agua  en  los  rostros,  y  diéronsela  á  beber,  con  que  vol- 
vieron del  pasmo  y  asombro  que  de  lo  hecho  habían  cobrado,  quitáronles 
las  prisiones  y  díjoles  el  capitán:  sabido  he  que  los  mexicanos  son  muy 
valientes  y  de  muchas  fuerzas  y  muy  diestros  en  el  luchar,  y  que  uno  solo 
basta  á  rendir  á  diez  y  veinte  de  sus  enemigos,  por  lo  cual  y  satisfacerme 
de  esta  verdad  y  salir  de  esta  duda,  quiero  que  luchéis  con  mi  gente,  para 
ver  si  sois  mas  valientes  que  ellos.  Dioles  rodelas  y  espadas  y  lanzas  pa- 
ra que  acometiesen.  Los  indios  pobres  y  desventurados  qué  cuando  supie- 
ran usar  de  aquellas  armas  que  les  habían  dado  estaban  con  las  prisiones 
y  ruido  de  la  artillería  mas  muertos  que  vivos,  no  solo  no  aceptaron  el  de- 
safio pero  excusándose  de  él  diciendo;  Señor  no  es  á  eso  á  lo  que  venimos, 
ni  Motectihcuma  nos  mandó  que  viniésemos  á  reñir,  ni  á  probar  fuerzas 
con  vuestras  gentes,  sino  que  solo  os  visitásemos  de  su  parte  y  os  besásemos 
las  manos  como  lo  hemos  hecho,  y  si  hiciésemos  lo  contrario  que  nos  man- 
dáis y  nos  atreviésemos  á  tan  grande  desacato,  no  solo  nos  riñera  por  ello 
pero  nos  quitaría  las  vidas;  á  esto  replicó  el  Capitán,  no  tenéis  que  escusa- 
ros  con  razón  alguna  porque  habéis  de  hacer  esto  que  os  mando,  porque 
tenemos  noticia  de  vosotros  los  mexicanos,  que  sois  valientes,  y  habéis  de 
hacer  todos  vuestros  poderíos  para  ofender  y  defenderos  de  los  mios.  No 
pudieron  acabarlo  con  ellos,  y  viendo  que  no  querían  uno  ni  otro  ni  dos  á 
dos,  ni  de  ninguna  manera  para  experimentar  sus  fuerzas  y  destreza  en  el 
pelear  (para  si  viniesen  con  ellos  alguna  vez  á  las  manos)  injuriáronlos  de 
palabra  y  obra,  y  los  despidieron  diciendo  que  eran  cobardes  y  afemina- 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

402 

dos,  y  que  se  fuesen  como  tales  á  México,  que  ellos  venían  ya  á  conquis- 
tar á  los  mexicanos,  y  que  á  sus  manos  morían  todos;  y  que  dijesen  áMo- 
tecuhcumi,  como  su  presente  no  les  había  agradado,  y  que  yendo  ellos  á 
México  les  robarían  cuanto  tenían  y  lo  tomarían  para  sí:  si  estos  supieron 
lo  que  se  dijeron,  ó  nó,  bien  se  echa  de  ver,  pues  hablaron  á  tiento  no  sa- 
biendo lo  porvenir,  ni  habiendo  catado  las  cosas  de  la  tierra. 

21. — No  estaban  tan  hábiles  y  resabidos  nuestros  españoles,  cuando  Gra- 
co  Capitán  Romano  andando  en  las  conquistas  de  España  llegó  á   poner 
cerco  á  la  ciudad  de  Certima,  cuyos  moradores  cercados  se  fueron  á  él  y  le 
digeron  que  confesaban  ser  sus  fuerzas  flacas  para  contra  los  romanos,  que 
á  no  ser  así  que  ellos  se  defenderían  como  mejor  pudieran,  á  cuya  causa  le 
pedían  los  dejase  pasar  libremente  hasta  el  Real  que  tenían  ya  puesto  el 
campo  los  celtiveros  para  pedirles  ayuda  y  socorro  y  que  cuando  no  se  lo 
diesen  ellos  determinarían  entonces  lo  que  mas  les  conviniese.    El  Capitán 
Sempronio  Graco  (como  dice  Tito  Livio)  les  concedió  esta  licencia  libre  y 
liberalmente,  y  pocos  días  después  volvieron  trayendo  consigo  otros  diez 
embajadores  de  los  seltiveros,  los  cuales  llegando  delante  de  Graco  y  toda 
aquella  Magestad  romana  que  la  representaban  con  grande  autoridad  á  la 
manera  que  los  capitanes  romanos  acostumbraban,  la  cual  acresentó  Graco 
entonces  para  darles  audiencia  con  mayor  autoridad  y  pompa  á  estos  em- 
bajadores.   Nota  Tito  Livio  que  era  la  ora  de  medio  dia  y  que  hacia  mu- 
cho caler,  y  que  antes  de  hablar  ni  decir  su  embajada  pidieron  al  Prector 
que  les  mandase  traer  de  beber;  el  cual  riéndose  de  su  llaneza  y  simplici- 
dad mandó  que  se  lo  trajesen,  y  habiendo  ya  bebido  una  vez,  y  deman- 
dándoles la  sed  otra,  volvieron  á  pedirla  y  no  pudieron  reprimir  la  risa  los 
romanos  viendo  la  mucha  simplicidad  de  la  gente  y  la  poca  urbanidad  de 
su  trato  mayormente  para  con  romanos,  que  era  gente  resabida,  avisada  y 
muy  cortesana:  habiendo  pues  bebido  otra  vez  á  contento  los  embajadores 
dijo  el  mas  anciano  de  ellos:    Aquí  somos  enviados  de  parte  de  los  celtive- 
ros á  preguntarte  con  qué  confianza  nos  mueves  guerra?  á  la  cual  pregunta 
respondió  el  Prector,  que  en  confianza  de  un  muy  grueso  y  escogido  ejér- 
cito, había  venido  á  hacerla,  y  que  si  querían  verlo  que  él  era  contento  de 
mandárselo  mostrar  para  que  llevasen  á  los  suyos  mayor  claridad  y  certi- 
dumbre de  su  valor  y  fuerza,  y  respondiendo  los  embajadores  que  gustarían 
de  ello,  mandó  Graco  á  los  Tribunos  que  se  armasen  muy  pomposamente 
así  como  los  de  la  infantería  y  á  pié,  como  los  de  á  caballo  que  escaramu- 
ceasen todos  por  el  Campo:  hízose  así  y  con  mucha  atención  lo  vieron  todos 
los  embajadores,  y  habiéndolo  bien  visto  se  despidieron  del  Prector  para 
dar  respuesta  de   su  embajada  á  los  de  Certima.    Los  embajadores  de  los 
celtiveros  dijeron  clara  y  abiertamente  á  sus  capitanes  que  no  convenia  en- 
viar socorro  á  los  cercados  por  ser  la  gente  que  era  tan  robusta,  y  los  cer- 
cados se  dieron  viéndose  solos  y  sin  ayuda  de  aquellos  en  quien  confiaban 
Dos  cosas  vemos  en  este  caso;  la  una.  la  simplicidad  antigua  de  nuestros 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVlll 

403 

españoles  en  la  llaneza  con  que  piden  agua;  y  la  otra,  la  astucia  del  Ptec- 
tor  de  enseñarles  su  poder  y  pujanza  para  acobardarles  y  asombrarlos,  y 
que  nías  fácilmente  se  rindiesen.  Esto  mismo  sucede  á  los  indios  con  Cor- 
tés, yendo  de  paz  buscando  á  su  Dios  Quetzalcohuatl,  á  los  cuales  atemo- 
rizó con  las  cosas  dichas  para  que  su  temor  fuera  mayor,  y  que  o>n  él  re- 
presentasen á  Motecuhcuma  el  poder  de  los  castellanos,  p:ira  que  pudiese 
tanto  el  temor  en  ellos  como  la  fuerza  de  las  armas  con  que  habian  de  com 
batirlos. 

22. — Con  estos  temores  y  respuesta  (digna  por  cierto  de  la  locura  de  Mo- 
tecuhcuma y  de  los  de  su  Consejo)  se  entraron  los  indios  en  sus  canoas,  y  lu'  e'"baJado 
tan  aprisa  que  á  cualquiera  momento  de  dilación  les  parecía  anuncios  y  nue- 
vas tristes  de  su  muerte;  y  con  ella  comenzaron  á  remar  no  solo  los  remeros 
que  para  ello  llevaban,  sino  todos  por  venir  á  dar  cuenta  á  su  Rey  de  lo  que 
con  Quetzalcohuatl  les  habia  pasado;  con  esta  prisa  llegaron  á  una  isleta 
que  se  llama  Xicalanco,  allí  comieron  y  reposaron  un  poco,  y  de  allí  se  par- 
tieron, y  llegaron  á  un  pueblo  que  se  llama  Tecpantlayacac,  que  estaba 
en  la  ribera,  y  de  allí  fueron  á  Cuetlaxtla,  que  está  algunas  leguas  de  la 
tierra  adentro;  hicieron  aquí  noche,  rogáronles  los  Señores  y  principales 
del  pueblo  que  se  detuviesen  aquel  dia  y  descansasen,  ellos  respondieron 
que  la  priesa  que  llevaban  era  mucha,  porque  la  embajada  con  que  bamos 
á  nuestro  Señor  Motecuhcuma  es  tal  que  nunca  jamas  se  ha  visto  su  se 
mejante  en  estos  reinos,  y  no  es  necesario  que  otro  lo  sepa  antes  que  él,  y 
por  esto  nos  cumple  no  descansar  sino  caminar  con  priesa:  luego  se  par- 
tieron é  iban  tan  turbados  y  apresurados,  que  en  ninguna  cosa  recibían 
consuelo,  ni  en  el  comer  ni  dormir  ni  les  daba  contento  cosa  ninguna  iban 
suspirando  afligida  y  afectuosamente  atónitos  y  angustiados:  callaban  to- 
dos guardando  silencio  estraño  y  cuando  se  hablaban  á  solas  los  unos  á  los 
otros,  decian:  habernos  visto  cosas  tan  espantosas  y  raras,  que  son  indicio 
de  que  han  de  venir  sobre  nosotros  grandes  males  y  tribulaciones;  pero  Se- 
ñor Dios,  quienes  serán?  ó  de  donde  vendrán  aquellos  que  nos  han  de  con- 
quistar á  nosotros  los  mexicanos?  que  somos  los  mas  poderosos,  antiguos 
y  temidos  en  todos  estos  Reynos.  Porque  causa  vamos  tan  angustiados  y 
atribulados  que  nuestro  corazón  con  golpes  que  nos  da  en  el  pecho  nos  dice 
la  pena  que  llevamos?  Indicio  es  este  de  algún  gran  mal  que  se  nos  acerca. 
Con  estas  y  otras  consideraciones  fueron  su  camino  y  en  breves  jornadas 
llegaron  á  esta  ciudad  de  México  algo  de  noche  y  fuéronse  derechos  á  los 
Palacios  del  Rey  Motecuhcuma,  y  digeron  á  los  de  la  Cámara  que  avisa- 
sen al  Rey  de  su  llegada  y  que  si  dormía  le  despertasen,  porque  el  caso  no        Llegan 

J  .  f  »r       n  á  la  presencia  di 

pedia  tardanza  ni  dilación,  y  que  le  dijesen  Señor  vuelto  han  los  embaja-    Motecuhcuma. 
dores  que  enviaste  á  la  mar  á  recibir  á  nuestro  Dios  Quetzalcohuatl:  en 
traron  los  guardias  á  decírselo,  y  cuando  lo  oyó  Motecuhcuma,  dijo:  decid- 
les que  no  entren  acá  sino  que  se  vayan  á  la  sala  de  la  judicatura,  y  que 
allí  me  aguarden:  luego  mandó  aparejar  esclavos  para  un  sacrificio,  é  yendo 


BIBLIOGRAFÍA  MEXICANA  DEL  SIGLO  Xl'lll. 

404 

á  la  Sala  del  Juzgado  congregó  á  los  del  consejo  y  ministros  que  hiciesen 
el  sacrificio  de  los  esclavos,  con  cuya  sangre  rosearon  á  los  embajadores: 
esta  ceremonia  usaban  cuando  venia  alguna  embajada  de  mucha  importan- 
cia en  casos  graves,  y  nuevamente  acaecidos. 

Prosigue  allí  mismo  cap.  15  f.  424  col.  2.   lib.  4.  prart.   1.   así.  —  Después 

Oye  Mi  r     /  1         1  1 1      •  1     1  /  •         1  •         -  1  1      ■     j 

puma  la  respues-  que  fue  hecha  aquella  idolátrica  ceremonia,  de  rociar  a  los  embajadores  con 

tadesusenibaja- 

■' ,,res-  la  sangre  de  los  sacrificados  sentóse  Motecuhcuma  en  su  trono  y  silla  para 

oir  con  aplauso  y  magestad  la  embajada  que  los  mensajeros  traían;  y  que 
según  creia  tenia  por  averiguado,  que  era  Quetzalcohuatl  el  que  habia  lie 
gado  á  la  costa  de  la  mar,  y  aguardaba  la  razón  cierta  de  lo  que  detei mi- 
naba en  orden  de  su  venida.  —  Luego  los  mensajeros  postrados  en  tierra, 
la  besaron  1  que  en  su  lengua  llaman  tlahualizíli,  que  es  ceremonia  idolá 
trica  de  adoración)  y  así  postrados  comenzó  el  principal  de  los  embajadores 
de  esta  manera:  Señor  poderoso  y  Rey  nuestro,  luego  que  llegamos  á  la 
orilla  del  mar  vimos  dentro  del  agua  unas  casas  grandísimas  todas  de  ma- 
dera con  grandes  artificios  dentro  y  fuera  las  cuales  andan  por  el  agua  hon- 
da de  la  mar,  como  las  canoas  que  acá  nosotros  usamos  por  nuestra  laguna 
y  acequias;  dijeronos  que  estas  casas  se  llaman  navios,  y  ninguno  de  no- 
sotros sabrá  decir  los  diversos  oficios  y  cosas  que  en  sí  contienen:  fumios 
en  canoas  á  ellos  y  entramos  en  el  principal  navio  (ó  casa  de  agua)  donde 
estaba  el  estandarte  que  traían:  eran  los  navios  muchos  y  en  cada  uno  ve- 
nia mucha  gente,  y  todos  nos  estuvieron  mirando  hasta  que  subimos  en  la 
Capitana:  luego  procuramos  ver  al  Señor  Quetzalcohuatl  á  quien  buscá- 
bamos para  darle  el  presente  que  llevábamos,  y  nos  mostraron  en  una  pieza 
apartada  un  Señor  sentado  en  un  trono  muy  ricamente  vestido,  y  señalán- 
dolo con  la  mano  dijeron,  este  és  el  que  buscáis:  postrámonos  á  sus  pies, 
besando  la  tierra,  y  adorándolo  cerno  á  Dios,  luego  digimos  lo  que  nos 
mandasteis,  y  lo  compusimos  con  los  vestidos  y  joyas  que  nos  disteis  y  pre- 
sentárnosle lo  demás  que  llevamos  para  darle;  y  puesto  todo  á  sus  pies  nos 
dieron  á  entender  que  era  poco;  aquel  día  nos  trataron  bien,  y  nos  dieron 
de  comer  y  de  beber  de  un  licor  bueno  que  llaman  vino:  aquella  noche 
dormimos  en  el  navio:  á  la  mañana  quisieron  probar  nuestras  fuerzas,  y 
mandábannos  pelear  con  ellos,  escusamonos  con  mucha  resistencia:  apri- 
sionáronnos y  dispararon  piezas,  que  son  sus  truenos  y  relámpagos,  que 
nos  espantaron  mucho,  y  caimos  como  muertos  Al  cabo  nos  dieron  de  co 
mer,  vimos  sus  aunas  y  sus  caballos  y  sus  perros,  que  les  ayudan  en  la  pe 
lea  de  que  nos  espantamos  mas;  y  seria  cosa  muy  prolija  y  larga  contar 
todas  las  cosas  en  particular:  dicen  que  vienen  acá  á  conquistarnos  y  á  ro- 
barnos: no  sabemos  mas:  si  vinieren  acá  sabremos  lo  que  quieren  y  lo  que 
pueden;  solo  decimos  que  venimos  grandemente  espantados  y  atemoriza- 
dos. Mucho  se  admiró  Motecuhcuma  de  lo  que  estos  embajadores  dijeron, 
y  mudáronseie*los  colores  del  rostro,  y  mostró  muy  gran  tristeza  y  des- 
mayo. 


bibliografía  mexicana  del  siglo  XVUL 

405 

24.  —  Asentósele  en  el  corazón  que  se  habia  de  veer  en  muy  grandes  tra- 
bajos y  afrentas,  así  él  como  todos  los  de  su  imperio  y  rey  no:  movido  de 
este  sentimiento  comenzó  á  llorar  amargamente  y  con  él  todos  los  que  allí 
estaban,  y  estas  lágrimas  y  llanto  corrió  después  por  toda  la  ciudad  así  chi- 
cos como  grandes:  luego  comenzaron  por  las  plazas  y  calles  á  hacer  corrillos 
y  á  llorar  unos  con  otros  imitándose  á  este  llanto  con  razones  tiernas  y  sen- 
tidas que  se  decían.  Decían  los  grandes  males  que  amenazaban  y  la  ruina 
y  caida  que  habian  de  tener,  como  si  ya  estuvieran  en  ella,  adivinándoles 
el  corazón  lo  que  después  les  sobrevino:  andaban  todos  cabizbajos  y  llo- 
rosos; los  padres  doliéndose  de  sus  hijos  les  decían  ¡ay  de  mi  y  de  vosotros, 
hijos  mios,  que  grandes  males  habéis  de  ver,  y  lo  peor  es  que  los  habéis  de 
pasar  y  sufrir!  lo  mismo  decian  las  madres  á  sus  hijas  con  otras  lástimas 
que  el  grande  amor  y  tristeza  les  enseñaba:  con  estas  muestras  de  tristeza 
pagaron  la  noche  y  el  dia  todo;  y  Motecuhcuma,  como  mas  interesado  en 
honor  y  honra  que  podia  perder,  lo  sentía  mas  que  todos.- — A  f.  255.  lib. 
2.  cap.  90  col.  2.  pait  I.  declara  mas  la  profesía  que  tenían  de  la  venida  ' 
de  los  españoles  asi.  —  Demás  de  esto  declararon  los  naturales  de  aquesta  ' 
tierra,  que  muchos  años  antes  que  los  españoles  viniesen  (por  tiempo  de 
cuatro  generaciones)  los  padres  y  las  madres  juntaron  á  los  hijos,  y  los  vie- 
jos de  la  parentela  á  los  mozos,  y  les  decian  lo  que  habia  de  suceder  en  los 
tiempos  venideros:  sabed  (decian)  que  vendrá  una  gente  barbuda,  que  trae- 
rán cubiertas  las  cabezas  con  unos  apastles,  que  son  los  barreñones  ó  lebri- 
llos de  barro,  y  con  unos  como  cobertores  de  las  troges;  (y  esto  decian  por 
los  sombreros  y  gorras  que  ellos  nunca  antes  usaron  ni  vieron)  y  esto  de- 
cian y  vendrán  vestidos  de  muchos  colores  (que  para  ellos  también  era  cosa 
nueva)  y  cuando  estos  vinieren  cesarán  todas  las  guerras,  y  en  toda  la  parte 
del  mundo  habrá  paz  y  amistad,  (esto  decian  porque  no  pensaban  que  ha- 
bia más  mundo  que  la  tierra  que  llega  hasta  la  mar)  y  todo  el  mundo  se 
abrirá,  y  hacerse  han -caminos  en  toda  parte,  para  que  unos  con  otros  se  co- 
muniquen y  (que)  todo  se  ande;  decian  esto  porque  en  tiempo  de  su  gen- 
tilidad, ó  infidelidad,  todo  estaba  cerrado;  y  no  se  comunicaban  y  contra- 
taban á  causa  de  las  continuas  guerras  que  las  provincias  tenían  unas  con 
otras;  y  así  decían,  entonces  se  venderá  en  los  mercados  cacao  (que  es  la 
almendra  de  que  hacen  la  bebida  que  en  otra  parte  decimos)  y  se  vende- 
rán plumas  ricas,  algodón  y  mantas  y  otras  cosas  de  que  entonces  en  otras 
y  muchas  partes  carecian  por  no  haber  comercio,  ni  comunicación  de  una 
parte  á  otra,  que  algunas  aun  la  sal  les  faltaba.  Y  mas  decian,  entonces  pe- 
recerán nuestros  Dioses,  y  no  habrá  mas  que  uno  en  el  mundo,  y  no  nos 
quedará  mas  que  una  muger  á  cada  uno.  ¡Oh  qué  ha  ser  de  nosotros?  cómo 
hemos  de  poder  vivir?  mirad  hijos  que  por  ventura  esto  acontecerá  en  unes 
tros  tiempos,  ó  de  vuestros  hijos  ó  nietos.  Y  así  andaban  los  viejos  con  csu 
esperanza  llena  de  temor,  y  siempre  de  mano  en  mano  avisando  á  los  mo- 
zos.   Por  esta  plática  que  ellos  entre  sí  traían  miraban  mucho  en  las  seña- 


ue  tenían  de  la 
enida  de  los  es- 


BIBLIOGRAFÍA  MEXICANA  DEL  SIGLO  XVII!. 
406 

les  arriba  contadas,  y  en  otras  que  no  habrán  venido  á  mi  noticia,  tenién- 
dolas todas  por  pronósticos  de  lo  que  acerca  de  la  destrucción  de  sus  Dioses 
y  de  sus  ritos,  y  libertad  en  los  tiempos  advenideros  habia  de  suceder:  — 
juzgando  que  ya  se  iba  acercando  el  tiempo,  y  aguardando  cada  día  cuando 
se  cumpliera.  Y  esta  fué  la  causa  (como  después  veremos)  poique  Mote- 
cuhcuma tanto  temia  la  llegada  de  Cortés  á  México,  con  saber  que  traia 
tan  poca  gente,  y  así  procuraba  el  estorbarse,  persuadiéndole  con  sus  men 
sageros  á  que  se  volviese,  en  parte  ofreciéndole  dones,  y  en  parte  ponién- 
dole temores. 
est^ompréno.0  t — Confirma  la  profesia  con  lo  que  dijo  á  Cortes  el  mismo  Motecuhcuma, 
cuen"rae¡neu"á  como  lo  dice  el  cap.  47.  lib.  4. — f.  497.  part.  I?  (y  lo  escribe  también  He- 

apostilla,     aistri-  -  ,  .        _  ...  T^ 

buida  en  las  mar-  rrera.    Dec.   2.  lib.   10.  cap.  4.  f.  271.  col.   i.  al  ano  1520,  y  lib.  5     Dec    2. 

genes   de   las  fs 

278  v  y  277  v  co-  cap  5  f  22). — Señor  Capitán  (dijo  á  Cortés  Motecuhcuma)  tengo  por  burla 

menzandoen'  '  r  x      J  *  '  °       r 

cedUsndo^á'esta  1°  flue  °^e  vosotros  al  principio  me  digeron,  tanto  que  aún  los  tlaxcaltecas 
,a  vuestros  amigos  estuvieron  de  este  parecer:  ahora  como  desengañado  no 
solo  os  tengo  por  amigos,  pero  por  muy  cercanos  parientes,  porque  mi  pa 
dre  dijo  que  oyó  al  suyo,  que  nuestros  pasados  y  Reyes  de  quien  yo  des 
ciendo,-no  fueron  naturales  de  esta  tierra,  sino  advenedizos,  los  cuales  vi- 
niendo con  un  gran  Señor,  que  desde  á  poco  se  volvió  á  su  naturaleza,  como 
mas  poderosos  señorearon  estas  tierras,  que  eian  de  los  otomies  ó  chichime- 
cas,  y  al  cabo  de  muchos  años,  este  Señor  tornó  por  ellos,  pero  no  quisie- 
ron volver  por  haberse  casado  aquí  y  tener  hijos  y  mando.  Volvióse  aquel 
Señor  muy  descontento  de  ellos,  y  les  dijo  á  la  partida,  que  enviaría  sus 
hijos  para  que  los  gobernasen  en  paz  y  en  las  leyes  y  religión  de  sus  pa- 
dres, y  que  si  esto  no  aceptasen  de  su  voluntad  por  fuerza  serian  á  ello 
compelidos.  Por  esto  hemos  siempre  creido,  que  algún  dia  vendrían  los  de 
aquellas  partes  á  nos  sugetar  y  mandar,  y  así  creo  yo  que  sois  vosotros  se- 
gún de  donde  venis,  y  la  noticia  que  ese  gran  Rey  que  os  envía  tiene  de 
nosotros.  Por  tanto,  Señor  Capitán,  sed  cierto  que  os  obedeceremos,  si  ya 
no  traéis  algún  engaño,  y  partiremos  con  voz  lo  que  tuviéremos;  y  si  aque- 
llo que  he  dicho,  no  fuese  tan  cierto,  por  sola  vuestra  virtud  sois  merece- 
dores, que  se  os  haga  todo  buen  tratamiento.  Y  si  habéis  creido  que  soy 
Dios,  y  que  como  algunos  falsamente  dicen  me  vuelvo  cuando  quiero  en 
león,  tigre  ó  cierpe,  es  falsedad  porque  soy  hombre  mortal  como  los  otros; 
y  diciendo  esto  se  pellizcó  en  la  mano,  y  dijo:  tocad  mi  cuerpo  que  de  car- 
ne y  hueso  és,  bien  que  como  Rey  me  tengo  en  mas  por  la  dignidad  y 
preeminencia  en  que  los  Dioses  me  pusieron.  Y  en  el  punto  que  esto  decia 
se  enterneció  tanto,  que  no  pudo  tener  las  lágrimas.  Hasta  aquí  la  historia, 
y  de  decir  Motecuhcuma,  que  según  la  parte  por  donde  vinieron  los  espa- 
ñoles creia  él  la  profesia,  confirma  la  tradición  de  que  por  Panuco  vino 
Quetzalcohuatl,  que  es  á  la  misma  parte  al  oriente,  y  de  allá  dijo  que  en- 
viaría los  suyos  como  aquí  se  cumplió. 

25  —Pero  cosa  es  de  considerar,  lo  que  dicen  que  tantos  años  antes,  anun- 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  xvm. 

407 

ciaban  los  padres  á  los  hijos  la  venida  de  los  españoles  y  lo  que  con  ella  ha- 
bía de  suceder.  —Si  fuera  de  27  años  atrás  cuando  se  descubrió  la  Espa- 
ñola, ó  que  fuese  de  treinta  poco  mas  ó  menos,  cuando  Colon  tuvo  noticia 
de  ella,  no  era  mucho  porque  el  Demonio  que  lo  anda  todo  lo  podia  desde 
entonces  conjeturar  que  según  es  la  codicia  de  los  hombres  no  habian  de 
parar  en  aquella  Isla  los  españoles  (pues  ya  tenían  nuevas  de  estas  regio- 
nes) hasta  correrlas  todas  y  sujetarlas,  y  como  hablaba  otras  cosas  á  los  In- 
dios de  aquel  tiempo  les  diría  también  esto:  mas  de  cuatro  edades  atrás, 
no  se  yo  como  por  ira  del  demonio  se  podia  saber,  sino  es  porque  él  sabia 
muy  bien,  que  el  Evangelio  se  había  de  predicar  infaliblemente  en  todo  el 
mundo,  y  también  pudo  acertar  á  decir  verdad  pensando  que  mentía,  ó 
pudo  ser  que  los  que  lo  contaron  se  erraron  en  la  cuenta  de  los  años,  y  los 
30  les  parecieron  300  aguardando  tan  grande  novedad.  O  por  ventura  lo 
supieron  tantos  años  antes  por  permisión  divina,  para  que  advirtiendo  al- 
gunos de  ellos  con  este  aviso  en  los  errores  de  su  gentilidad  y  ceguedad 
de  sus  vicios  se  fuesen  con  buenos  deseos  y  buenas  obras  disponiendo,  y 
haciendo  en  alguna  manera  capaces  para  merecer  á  sí  y  á  su  pueblo  tan 
inefable  misericordia,  como  la  que  nuestro  clementísimo  Dios  quería  usar 
con  ellos,  conforme  á  aquello  dijo  á  Abraham;  si  hallare  cincuenta  Justos 
en  la  ciudad  de  Sodoma,  Genes.  18,  con  todos  los  demás  usaré  de  miseri- 
cordia por  amor  de  ellos:  y  así  se  cuentan  muchas  virtudes  de  algunos  Se- 
ñores y  principales  del  tiempo  de  la  infidelidad  en  especial  de  Nezahual- 
pitzintli  Rey  de  Tetzcuco,  y  de  su  padre  Nezahnalcoyotl;  el  uno  de  los 
cuales,  no  solo  con  el  corazón  dudó  ser  Dioses  los  que  adoraban,  mas  aun 
lo  decia  á  otros  que  no  le  cuadraban,  ni  tenia  para  sí  que  aquellos  eran 
Dioses;  y  entre  los  otros  vicios  (como  mas  feo)  dicen  que  aborrecia  el  pe- 
cado nefando  (como  lo  vimos  en  su  historia,  y  hacia  matar  á  los  que  lo 
cometían)  y  así  habría  otros  á  quien  Dios  alumbraría  para  vivir  conforme 
cá  la  ley  de  naturaleza  y  dictamen  de  la  razón;  pero  volviendo  á  lo  comen- 
zado, digo:  que  estos  pronósticos  precedieron  á  la  conquista  de  estos  Rey- 
nos,  y  entrada  de  nuestros  españoles  en  ellos,    f 

25.  bis. — Porque  atrás  á  f.  núm.  6  se  dice  que  Tlilacahua  era  nigromán- 

,  ,  ,  , .  ,  ..     ,    .  Titlacahuaque 

tico,  y  el  que  con  sus  embustes  le  persuadió  ect — diré  brevemente  quien  fué  Júpiter, 
era,  según  escribe  en  la  2?  part.  citada  ya  á  f.  40  col.  2  lib.  6?  Monarquía 
Indiana  de  T01  quemada,  cuyo  título  és.  —  Cap.  20.  que  trata  del  Dios  Tez- 
catlipuca  y  de  los  atributos  que  le  aplicaban,  y  como  fué  este  el  que  los  an- 
tiguos gentiles  llamaron  Júpiter. — Dice  pues  así: — Todas  las  naciones  del 
mundo  que  dejando  á  nuestro  Dios  verdadero  han  adulterado  con  el  De- 
monio siguiendo  su  religión  fingida  y  falsa  adoración,  aunque  le  han  cono- 
cido y  adorado  debajo  de  nombres  diferentes,  según  los  lenguajes  y  modos 
de  hablar  diferentes  de  los  hombres,  ha  sido  aplicable  en  cada  nación  un 
mismo  oficio,  porque  el  mismo  Demonio  ha  sido  tan  astuto  y  sagaz,  que 
lo  mismo  que  á  unos  predicó  de  sí,  eso  mismo  enseñó  á  otros,  Lo  cual  se 


Tescatlipoca 
Rz) 


bibliografía  mexicana  del  siglo  xrm. 

408 

vé  probado,  y  no  con  apariencias  sino  con  verdad  muy  cierta,  en  este,  lla- 
mado en  lengua  mexicana  Tezcatlipuca,  que  quiere  decir,  espejo  resplan- 
deciente, el  cual  tuvieron  estos  naturales  por  increado  é  invisible,  y  por  el 
mas  principal  de  todos  los  Dioses;  y  decian  de  él  que  era  ánima  del  mun- 
do. (*)  Quien  de  los  que  saben  algo  de  historia  y  leen  en  ella  los  errores 
de  los  antiguos  no  dirá  que  este  éi  Júpiter  tan  celebrado  de  todos  ellos,  el 
cual  dice  San  Agustín  ser  llamado  ánima  del  mundo  (lib;  4.  de  civit.  cap. 
i  1)  y  la  razón  és,  por  tenerle  por  vivificador  de  todas  las  cosas  de  él,  cu- 
yas virtudes  repartieron  ¡os  hombres  en  la  división  y  partes;  para  el  que 
digere  que  San  Agustín  en  este  lugar  citado,  no  le  llama  ánima,  sino  ani- 
mo del  mundo,  digo:  que  tiene  razón  y  lo  confirma  S.  Isidoro  Disid.  lib.  1. 
de  diferentiis  verborum:  poniendo  la  diferencia  que  hay  entre  ánima,  áni- 
mo y  espíritu ;  y  dice  que  ánima  se  dice  aquella  por  la  cual  vivimos,  y  ánimo 
aquel  por  el  cual  somos  gobernados,  y  espíritu  por  el  cual  espiramos:  que 
sea  esto  así,  lo  confirma  por  lo  que  dice  Varro  y  lo  refiere  San  Agustín 
lib.  7.  de  civit.  cap.  22.  diciendo  que  son  tres  los  grados  del  ánima  en  todo 
género  de  cosa,  uno  que  pasa  todas  las  cosas  vivientes  del  cuerpo,  y  no 
tienen  sentido  sino  solamente  disposición  y  sanidad.  Esta  fuerza  y  grado 
de  vida  se  dice  redunda  en  nuestro  cuerpo  y  ser  comunicada  á  los  huesos, 
uñas  y  cabellos  así  como  en  la  tierra  á  los  árboles,  que  sin  tener  sentido 
tienen  vida  vegetativa  con  que  crecen.  El  segundo  grado  dice  ser  de  los 
sentidos  esteriores,  á  los  cuales  se  comunica  el  ánima  por  particular  y  oculto 
modo;  conviene  á  saber,  á  los  ojos,  orejas,  narices,  boca  y  tacto.  El  tercer 
grado  dice  ser  sumo  y  supremo,  el  cual  se  llama  ánimo.  De  manera  que  al 
ánimo  hace  parte  distinta  del  ánima;  y  luego  añade:  en  la  cual  parte  mas 
resplandece  y  campea  la  inteligencia  ó  entendimiento.  (*) 

26.  —  Esto  viene  muy  ajustado  con  lo  que  deja  dicho  San  Isidro  que  el 

(*)  Torquem.  f.  2S3.  col.  2  part.  2.  cap.  16,  dice  así  —Porque  al  que  representaba  á  Tezca- 
tlipuca. ó  Titlacahoan,  adoraban  y  reconocían  como  á  Dio-  como  á  imagen  de  aquel  Dios  cuyo 
principio  y  origen,  no  conocían  ni  sainan,  por  no  tenerle  por  cosa  de  este  mundo  visible,  ni  por 
mortal,  sino  por  inmortal  criador  y  hacedor  de  todas  las  cosas;  y  á  este  otro  llamado  Huitzilo- 
pccktlt,  no  adoraban,  ni  miraban  con  este  respeto, aunque  le  tenían  por  Dios  de  las  batalla-;  Ten- 
cauhtzin,  que  quiere  decir,  hermano  menor,  por  cuanto  tenían  ñor  mayor  á  Huiuilopoclitli:  esto 
dice  este  autor;  y  de  aquí  sacamos  que  Tezcatlipuca,  Huitzilopochtli  y  Teucauhtzin  eran  lo-  tres 
Dioses  supremos. — El  lugar  está  claro:  véase  en  ese  lugar  que  dice,  tenia  mitra  la  estatua  de  la 
2?  persona,  y  encima  un  pedernal;  tiene  alguna  alusión  porque  por  el  comienza  su  cuenta  así  co- 
mo nosotros  desde  el  nacimiento  de  Jesucristo  segunda  persona  de  la  SS.  Trinidad.  Pedernal  zs 
cuchillo. 

C*  I  llerr.  Dec.  3.  lib.  2.  cap.  15.  f.  86.  col.  1. — Había  otro  ídolo  en  México  muy  principal, 
que  era  el  Dios  de  la  penitencia  y  de  los  Jubeleos  y  perdón  de  pecados,  que  se  llamaba  Tezcatli- 
puca, que  era  de  piedra  negra  relumbrante  como  azabache  con  atavíos  galanos,  tenia  zarcillos  de 
oro  y  plata  en  el  labio  bajo  con  un  cañuto  cristalino  de  un  geme  de  largo,  y  en  él  una  pluma  ver- 
de, otras  veces  azul,  la  coleta  de  los  cabellos  ceñida  con  una  cinta  de  oro  bruñido,  y  en  ella  por 
remate  una  oreja  de  oro  con  unos  humos  pintados  en  ella  que  significaban  los  ruegos  de  los  afli- 
gidos y  pecadores  que  oia  cuando  se  encomendaban  á  él;  de  entre  esta  oreja  y  la  otra,  salían  unas 
garzotas,  y  al  cuello  un  joyel  de  oro,  brazaletes  de  oro  en  lo-  brazos,  en  el  ombligo  una  rica  pie- 
dra verde,  en  la  mano  izquierda  un  mosqueador  de  plumas  preciadas  verdes,  azules  y  amarillas, 
que  salían  de  una  plancha  de  oro  reluciente  muy  bruñida  (pie  parecía  espejo,  significando  que  en 
él  veía  todo  cuanto  se  hacia  en  el  mundo;  y  el  espejo  se  llamaba  su  mirador;  en  la  mano  derecha 


BIBLIOGRAFÍA  mexicana  del  SIGLO  XVI1L 

409 

ánimo  es  por  el  cual  somos  regidos  y  gobernados;  y  es  así,  porque  del  en- 
tendimiento nace  la  razón,  y  por  la  razón  se  gobiernan  las  cosas  y  se  ri- 
gen; y  si  el  entendimiento  y  razón  está  en  la  parte  del  ánima,  llamada  áni- 
mo, luego  no  debe  llamarse  Júpitir  ánima  sino  ánimo  del  mundo,  pues 
creían  ser  por  él  regido  y  gobernado.  Digo  que  en  lo  dicho  tiene  razón 
(el  que  lo  hubiere  notado)  pero  fácilmente  quedará  asegurado  y  satisfecho 
con  traer  á  la  memoria,  que  no  han  entendimiento  sin  vida  porque  en  ella 
se  apoya  para  tener  ser;  y  esta  vida  está  en  el  ánima,  como  en  lugar  pro- 
pio; y  si  del  ánima  viene  la  vida,  el  entendimsento  tiene  el  ser  que  tiene 
por  ser  potencia  de  ella,  luego  sin  ella  no  será  nada.  Y  no  tomándola  por 
suprema  inteligencia  en  cuanto  este  nombre  dios,  sino  en  cuanto  dá  vida 
á  las  cosar.,  luego  ánima  della  debe  ser  llamado,  pues  decimos  que  la  vida 
está  en  ella;  y  así  Dios  nos  vivifica,  no  en  cuanto  es  ánima  nuestra,  por 
cuanto  ni  Dios  es  nosotros,  ni  nosotros  parte  ninguna  de  Dios,  que  es  cosa 
real  y  verdaderamente  distinta  de  nosotros;  pero  en  cuanto  nos  dá  el  ser 
y  vida  que  tenemos  (diciendo  San  Pablo:  en  él  vivimos,  nos  movemos  y 
somos)  por  este  ser  y  vida  que  nos  comunica  Dios  como  á  criaturas  suyas, 
á  cada  cosa  en  su  género  y  especie  decimos  ser  Dios  ánima  de  todas  ellas, 
y  por  consiguiente  manera  de  todo  el  mundo;  y  porque  solo  conocían  es- 
tos efectos  los  antiguos,  y  desconocían  al  verdadero  dador  erraron  ciega  y 
ciegamente  atribuyéndolo  á  Júpiter;  y  estos  Indios  á  Tezcatlipuca,  que  es 
el  mesmo  diferente  solo  en  la  pronunciación  y  letras  del  nombre,  según  la 
lengua  de  cada  nación. 

27. — De  esta  manera  debe  ser  entendido  esto,  porque  de  otra  manera 
no  pudiera  decirse,  que  Dios  es  ánimo  del  mundo,  como  contra  Abaylardo 
herege  lo  prueba  doctísímamente  Fr.  Alonso  de  Castro  en  su  lib.  5?  con- 
tra Hereges,  porque  seguirse  ya  que  Dios  era  menor  que  el  mundo,  si  se 
digese  que  era  ánima  suya;  y  la  razón  és,  por  cuanto  se  hacia  parte  suya 
en  ser  su  ánima,  y  en  estar  incluso  en  su  circunferencia  y  límites  finitos,  y 
ser  difinido  con  él:  y  decir  esto  ó  afirmarlo,  es  blasfemia,  por  cuanto  Dios 
no  puede  ser  determinado  en  sustancia  finita  porque  dice  Job:  (i)  por  ven- 
tura no  piensas  que  Dios  es  mas  alto  que  el  cielo  y  que  está  sublimado  y 
ensalzado  sobre  los  eges  de  las  estrellas?  y  como  dice  el  Paralipomenon:  (2) 
el  cielo  y  el  cielo  de  los  cielos  no  bastan  para  lugar  suyo.  Y  el  Profeta 

tenia  4  saetas  que  significaban  el  castigo  que  por  el  pecado  daba  á  los  malos,  estaba  sentado  en 
un  escaño  con  grande  autoridad  rodeado  de  cortina  colorada  pintadas  en  ella  calaberas  y  huesos 
de  muertos;  en  la  mano  izquierda  una  rodela  con  cinco  pinas  de  algodón,  en  la  derecha  una  vara 
arrojadiza  ó  tiradera  amenazando  con  ella.  De  la  rodela  salían  4  saetas.  El  semblante  airado,  el 
cuerpo  untado  de  negro,  la  cabeza  llena  de  plumas. — Hasta  aquí  el  Autor. — Lo  que  se  debe  pon- 
derar que  tenia  zarcillos. — A  f.  160.  col.  2.  dec.  3.  lib.  4  escribe  Herrera  que  en  Cumaná  los 
traian  los  sacerdotes;  y  á  f.  36  n?  68.  se  escribe  que  en  Campeche  tenían  zarcillos  los  Ídolos;  con 
que  se  prueba  que  de  N.  España  salió  el  que  les  iba  predicando  y  también  como  este  Dios  per- 
donaba pecados,  que  solo  Dios  los  pudo  perdonar. 

(1)  Job.  cap.  12. 
{2)  Paralip.  cap.  2. 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 
410 

Isaías,  (1)  lo  engrandece  y  confiesa  por  infinito  diciendo:  á  puños  mide  la 

inmensidad  de  las  aguas  y  á  palmos  la  grandeza  de  los  cielos:  pues  sí  Dios 

es  tan  grande  como  puede  ser  verdad,  que  sea  ánima  del  mundo,  siendo 

cosa  que  excede  á  toda  otra  grandeza?  por  manera  que  se  debe  entender 

en  razón  del  efecto  que  hace,  que  es  en  dar  vida  al  mundo  ó  á  las  cosas 

todas  que  en  él  se  contienen,  porque  por  esta  razón  se  puede  decir  que  és 

ánima  del  mundo.    Por  cuanto  da  vida  á  todas  las  que  en  el  se  incluyen  y 

no  porque  él  es  parte  de  ellas,  ni  ellas  parte  ninguna  de  él,  sino  cosa  real 

y  distinta  de  él;  siendo  Dios  el  vivificador  de  ellas,  y  ellas  las  vivificadas 

de  él;  recibiendo  este  beneficio  de  Dios  como  de  autor  de  todo  el  ser  y 

vida  que  tienen. 

Dio* supe- ¡urá       2&. — San  Isidoro  lib.  8.  Eth.  cap.  11.  dice  llamarse  Júpiter,  como  si  di- 
todos los  dioses.  .  ,  T  T1      ,  ,      ,  •  1       ■      /  i-         1  \ 

jesemos  Juvans  pater,  Padre  ayudador,  que  quiere  decir  (como  dice  luego) 
mayor  que  los  otros  y  superior  á  todos:  esto  mismo  decimos  de  Tezcatli- 
puca,  del  cual  decian  estos  Indios  ser  superior  á  todos  los  otros  dioses;  y 
Titiacahua:  como  á  tal  le  tenían  aplicados  diversos  nombres,  uno  era  Titlacaliua,  que 
quiere  decir  cuyos  esclavos  y  siervos  so)>iosy  y  este  atributo  no  se  le  daba  á 
ninguno  de  los  demás,  ni  á  Huitzilopochtli  con  ser  su  mas  grande  y  prin- 
cipal Dios,  y  que  le  tenían  por  ayudador  y  favorecedor  de  las  batallas. 

29. — Dicen  también  que  era  como  aire  y  obscuridad:  que  sea  aire  bien 

se  echa  de  ver,  si  consideramos  la  condición  del  aire  en  cuanto  pasa  fácil 

y  ligeramente  y  no  veemos  su  substancia,  aunque  sentimos  sus  efectos,  lo 

cual  se  verifica  en  el  demonio,  cuyas  tentaciones  pasan,  y  el  se  deshace  en 

todas  ellas  cuando  es  vencido  del  tentado:  es  obscuridad  pues  está  falto  de 

la  gracia  de  Dios,  y  caido  en  los  errores  de  las  tinieblas  infernales  donde 

le  tienen  padeciendo  para  siempre.    Decian  de  él  que  cuando  aparecía  en 

fi»urrderhombre  a'gunos  de  sus  aparecí mientos  y  hablaba  con  los  hombres  era  en  semejanza 

^ecarleta0nszab:   >us  de  hombre  y  que  sabia  y  alcanzaba  sus  secretos.    Una  de  las  aclamaciones 

Oración  que  le  con  que  le  llamaban  era  decir,  ó  Dios  todo  poderoso  que  dais  vida  á  los 

hacian  que  viene 

bien  con  lo  nota-  hombres,  que  os  llamáis   Titlacahua,  hacedme  esta  tan  señalada  merced 

do  á  1 '     n 

de  darme  todo  lo  necesaiio  para  la  vida  asi  del  comer  como  del  beber,  y 
gozar  de  vuestra  clemencia  y  suavidad,  y  de  la  estación  con  que  pueda  re- 
levar el  mucho  trabajo  que  tengo  y  necesidad  que  padezco:  aved  miseri- 
cordia de  mi  que  vivo  vida  triste,  pobre  y  desamparada;  y  pues  me  ocupo 
en  vuestro  servicio  barriendo  y  limpiando  el  lugar  de  vuestra  morada  y 
haciendo  fuego  para  vuestros  perfumes  y  sahúmanos,  abrid  las  manos  de 
vuestra  misericordia  y  usadla  con  migo. — Oración  es  esta  digna  de  ser  no- 
tada, pero  indigna  de  este  Dios  á  quien  era  ofrecida,  la  cual  compete  al 
verdadero  y  soberano  como  al  que  por  naturaleza  le  son  debidas  todas  las 
alabanzas  por  ser  suyas  y  no  de  otro.  Pero  gentes  engañadas  no  es  mara- 
villa que  truequen  las  manos  y  digan  al  demonio  lo  que  deben  decir  á  Dios. 

(I)  Isai.  40. 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XV II i. 
411 

30. — Creyeron  de  él  que  así  como  daba  bienes  á  los  hombres,  daba  tam- 
bién enfermedades  incurables  y  contagiosas,  y  decian  que  era  por  razón  de 
estar  enojado,  y  que  no  cumplían  los  votos  que  en  su  servicio  se  hadan, 
ó  porque  los  casados  no  se  abstenían  de  actos  matrimoniales  en  los  dias  de 
los  ayunos;  y  cuando  se  sentían  de  las  dichas  enfermedades  que  creían  ve- 
nirles de  él  por  las  culpas  cometidas,  hacían  nueva  protestación  y  voto  de 
enmendar  sus  vidas,  si  se  viesen  sanos.  Otros  que  no  sanaban  con  la  fuer- 
za de  los  dolores  desesperados  le  blasfemaban  y  decian  palabras  sucias  y 
feas,  llamándole  de  borracho,  puto  y  otras  semejantes  dignas  de  quñ  n  él  es. 
Llamábanle  por  otro  nombre  Moyocayatzin,  que  quiere  decir  el  que  lince      Moyoayatzi 

el  que  hace  cua 

cuanto  quiere  por  que  no  tenia  resistencia  111  contradicción  su  voluntad  (á  toquiere. 
lo  que  creian)  y  que  ninguno  le  iba  á  la  mano  en  nada,  así  en  el  cirio  co- 
mo en  la  tierra.  Decian  ser  poderoso  para  destruir  los  cielos  y  la  tierra 
cuando  quisiese.  Teníanle  puesto  en  todas  las  encrucijadas  y  divisiones  de 
las  calles  un  asiento  ó  silla  llamado  Momoztli  y  por  otro  nombre  Yéldalo- 
ca,  que  quiere  decir,  donde  se  aguarda;  y  este  asiento  ó  trono  lo  enrama- 
ban de  cinco  en  cinco  dias  y  estaba  todo  el  año  enramado,  y  nadie  se  sen- 
taba en  el  dicho  asiento  que  es  lo  mismo  que  en  las  casas  de  los  reyes  la 
silla  y  dosel,  que  hay  en  las  salas,  que  representa  la  magestad  y  nadie  se 
atreve  á  sentar  en  él,  sino  es  el  mismo  Rey,  y  así  decian  que  venia  Titla- 
cahua  á  su  asiento  y  que  en  él  descansaba,  y  mostrando  su  magestad  le  te- 
nian  enramado  todo  el  año.  (*) 

30  bis. — Llamábanle  Telpuchtli  que  quiere  decir  mancebo,  porque  las  mas 
veces  que  aparecía  era  en  forma  de  un  mancebo  muy  gentil-hombre  y  muy 
curiosamente  ataviado,  representando  en  esto  uno  de  los  atributos  de  Dios 

(*)  Dice  Torquemada  como  vemos  que  este  es  Júpiter,  y  los  indios  le  tenían  y  atribuían  todas 
aquellas  cosas  que  se  atribuyen  al  Todopoderoso  y  Omnipotente,  y  le  llamaban  Teotl,  que  es 
Teos;  cuando  dice  que  éste  se  apareció  ó  habló  á  Quetzalcohnatl  y  le  dijo  el  secreto  de  su  cora- 
zón, quien  se  enterará  que  era  aquél  Titlacohuat  y  como  le  llamaban  Nigromántico.  Lo  cierto 
es  que  el  que  sacaba  estas  noticias  á  los  indios,  ó  ellos  no  entendían  bien  lo  que  se  les  pregun- 
taba, ó  el  que  preguntaba  no  los  entendía  o  al  menos  los  términos  y  alegorías:  ejemplo;  á  f  39. 
col.  I.  cap.  19.  part.  2.  escribe  asi,  entre  sus  dioses  había  uno  llamado  Ometecutli,  que  quiere  de- 
cir dos  hidalgos;  y  otro  llamado  Omecihuatl  que  quiere  decir  dos  mugeres:  aqui  se  reconoce  y 
vé  como  no  reparó  en  preguntar  la  dificultad,  que  luego  se  ofrece  aquí,  y  es:  si  era  uno,  como  se 
llamaba  con  el  nombre  dos?  La  mala  inteligencia  que  en  esto  habría,  seria  como  si  á  un  judio  se 
le  dijera,  v.  g;  el  quinto  no  matarás;  este  pues  á  su  modo  pintaría  un  número  cinco  y  una  muer- 
te, después  otro  entendería  cinco  muertes,  y  se  dejaría  la  verdadera  inteligencia,  y  por  leer  el 
quinto  no  matarás  leria  cinco  muertes. —  Titlacahua,  escribe  él,  que  quiere  decir  de  quien  somos 
esclavos;  cuyos  esclavos  somos;  de  manera  que  aquella  palabra  en  que  le  mostraban  ó  decian  co- 
mo eran  siervos  ó  esclavos  de  aquel  Dios,  tomaba  él  por  difinicion  de  ese  tal  Dios;  sin  reparar 
en  que  es  incompatible  el  ser  esclavo  con  ser  Señor  Supremo.  Didimo  y  Thome,  se  llamó  mies-  Cjueualcoatl 
tro  santo  apóstol  que  estuvo  en  la  América:  este  Qttelzalcohitatl  tenia  mas  su  nombre  propio: 
este  tiene  nombre  de  plumería,  ó  penacho,  el  nuestro  como  se  vé  en  el  Pe  Lucena  vida  de  San  Ja- 
vier lib.  3.  cap.  4.  f.  168.  en  aquella  cruz  que  está  en  su  sepulcro  en  Miliapor  hay  sobre  ella  un 
pavón  ave  de  rico  plumage  ó  Quctzatl  6  Penacho.  A.  f.  10  del  lib.  intitulado  "Aparición  de  Ntra. 
Sra.  de  Guadalupe  de  México  impreso  año  de  675  acerca  de  este  nombre  se  escribe  que  le  pro- 
nunciaria  el  indio  á  quien  la  S?  se  apareció,  asi  Tecuantlaxopeuh,  que  significa  la  que  auyentó  ó 
apartó  á  los  que  nos  comían;  y  siendo  el  nombre  metafórico,  se  entiende  por  las  bestias,  fieras 
ó  leones  &?  Asi  en  nuestro  caso  de  Quetzalcohnatl. 


Thome 
(tinta  roja  ) 


BIBLIOGRAFÍA  MEXICANA  DEL  SIGLO  XV II I 
412 

de  quien  dice  David;  todas  las  cosas  se  acatan,  y  como  vestidura  se  enveje- 
cen, pero  vos  Señor  permanecéis  en  un  mismo  ser  y  vuestros  años  no  des- 
caecen: dando  á  entender  en  esto  la  inmutabilidad  y  permanencia  de  Dios 
y  que  su  vida  no  está  medida  con  el  tiempo,  antes  el  mismo  tiempo  corre 
con  la  permanencia  y  eternidad  de  Dios,  desde  que  el  mundo  fué  creado, 
el  cual  tiempo  así  como  comenzó,  así  ha  de  acabar,  y  Dios  se  ha  de  que- 
dar como  era  antes  y  no  ha  de  tener  fin,  como  ni  tampoco  tuvo,  ni  tiene 
principio:  De  manera  que  este  atributo  de  solo  Dios,  y  falsamente  aplicado 
al  Demonio;  que  tuvo  principio  en  su  creación,  aunque  no  ha  de  tener  fin 
como  los  otros  angeles  buenos  y  animales  racionales,  que  aunque  tuvieron 
principio  creativo,  no  han  de  tener  fin,  ó  en  la  bienaventuranza  con  Dios, 
ó  en  el  infierno  con  el  Demonio  engañador  y  falso.  Otros  nombres  tenía 
como  Júpiter  en  los  tiempos  pasados,  pero  estos  basten  para  conocer  la  ce- 
guera de  las  gentes  y  astucia  del  Demonio;  y  conviniendo  de  que  este  Tez 
catlipuca  es  Júpiter  y  que  es  un  mismo  Demonio  cubierto  con  un  ropage 
vidt  tara  ¡a  y  nombrado  con  estos  nombres (Desde  aquí  á  fs.  23  no  es  del 

continuación  de 

este  asunto,  n.41.  caso,  pero  conduce,  y  con  cosas  curiosas  y  notables). 

•t    roja.)  r  '   '  J  ' 

31. — Escribe  fr.  Gregorio  Argaez  á  fs.  135  de  la  Historia  Corona  Real 
de  la  España  por  España,  así:  Murió  Samuel  después  de  20  años  de  asis- 
tencia en  España  el  3.400  de  la  creación.  Después  de  637.  años  de  difunto 
volvió  á  resucitar  en  los  principios  de  la  ley  de  gracia,  por  los  méritos  del 
Apóstol  Santiago,  y  en  el  bautismo  se  llamó  Pedro,  y  fué  nombrado  pri 
mero  Arzobispo  de  Beaga. — Y  á  fs.  8.  tom.  3?  Teatro  Monástico,  en  la 
Iglesia  Btacarence  trata  de  él  y  añade,  que  fué  Monge  Carmelita  y  que 
también  lo  fueron  todos  los  compañeros  de  Santiago  en  España. 

32. — Riciarco  Rey  de  los  suevos,  fué  el  primer  Rey  Católico  del  mundo 
de  los  esentos  del  Imperio  romano,  que  recibió  la  fé  católica  el  año  de  Cristo 
de  448  (antes  que  la  recibiese  en  Francia  el  Rey  Clodoreo  52.  años  según  Ba 
ronio): — Corona  Gótica  á  f.  56.  y  allí  se  escribe  á  f.  103  que  tenia  Bisciarco 
su  corte  en  Braga. — Y  á  fs  56.  del  lib.  "Armas  y  triunfos  de  Galicia,"  es- 
cribe su  autor  fr.  Felipe  de  la  Gándara,  que  le  convirtió  Balconio  Arzobispo 
de  Braga  que  es  en  Portugal  en  la  provincia  de  entre  Duero  y  Miño.  —  Y 
Salazar  de  Mendoza.  "Origen  de  las  dignidades"  á  fs.  5.  escribe  que  el  año 
23. — del  nacimiento  de  Jesucristo.  Octaviano  Augusto  fundó  á  Braga: 
año  de  308.  antes  del  nacimiento  de  Cristo  los  Galos  celtas  poblaron  á  San- 
taren  orillas  del  Tajo  Coimbra,  Porto,  Braga,  y  Guimaraen,  en  Portugal, 
juntándose  á  ellos  los  griegos,  que  moraban  en  Galicia,  llamaron  aquella 
Brovincia  Gallo  Gresia;  Dignidades  á  f.  4. 

33. — La  primera  Misa  que  se  dijo  en  la  América  el  año  de  1.492.  la  dijo 
pnmera  misa  en  fr.  Juan  Pérez  de   Marchena,  que  iba  con  Colon  al  descubrimiento  en  el 
primer  pueblo  que  fundó  en  la  Española  á  quien  llamó  la  Navidad;  escríbelo 
Juan  Diaz  de  la  Calle  á  fs.  2  del  libro  intitulado  "Memorial  de  las  noticias 
sacras  y  reales  de  las  Indias  Occidentales,"  el  cual  dio  al  Consejo  Real  de 


A  menea. 


De  la  piedra 
Imán. 


BIBLIOGRAFÍA  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

413 

las  Indias  año  646,  en  el  cual  era  Oficial  Mayor:  escríbese  en  la  Historia 
general  de  la  Merced  por  fr.  Alonso  Ramón  tom.  2  cap.  6.  lib.  12.  fs.  89. 
col.  2.  que  era  Portugués  de  nación  y  guardián  del  Convento  de  la  Randa 
Orden  de  San  Francisco,  que  sabia  algo  de  cosmografía.  Navegando  año 
de  1500  del  nacimiento  de  la  India  Oriental  con  una  armada  Pedro  Alva- 
rez  Cabral,  alargándose  á  la  mar  por  montar  el  cabo  de  Esperanza  acaso 
descubrió  la  América  por  la  parte  del  Brasil;  llevando  allí  13  religiosos  de 
San  Francisco,  cuyo  comisario  fr.  Enrique  dijo  la  primera  Misa  dia  de  la 
cruz  con  muy  grande  solemnidad,  y  hubo  sermón,  y  esta  fué  la  primera  en 
la  misma  tierra  firme  de  la  América,  con  que  se  prueba  fué  portugués  el 
que  la  dijo.  Tablas  cronológicas  del  P.  Claudio  Clemente  de  la  Compañía, 
Guerra  Brasila  f.  13 — n?  20.  lib.  1  Dec.  i. — Padre  Vazconcelos  Coronica 
de  la  Provincia  de  Ths.  de  la  Compañía  de  Jhs.  lib.  i.  fs.  9.  col.  1.  de  las 
cosas  curiosas  del  Brasil. 

34. — Escribe  Antonio  de  Herrera  Coronista  de  las  Indias  Dec.  1.  lib.  i. 
cap.  6.  f.  1 1,  que  en  Amalfi  en  Italia  año  de  1300  del  nacimiento  de  N.  Se- 
ñor Jesucristo  se  halló  el  arte  de  la  Abuja  de  marear,  y  escribe  en  la  histo- 
ria de  la  China  pág.  "119  n?  17  el  Arzobispo  de  la  Española  Navarrete, 
Dominicano,  que  en  la  gran  China  el  Príncipe  Chenkung,  inventó  en 
aquellas  partes  el  Abuja  de  marear  á  los  1,919  años  después  del  Diluvio, 
á  los  2,796  de  aquel  Imperio,  con  fué  antes  que  en  Italia,  1,748  años. 

35. — Porque  muchos  que  no  han  leido  (que  hay  mucho  que  leer,  y  aun 
lo  mas  no  está  escrito)  á  cualquiera  cosita  se  espantan,  y  mas  si  es  de  par- 

,  , .      .  j.j         1  Descubrimiento 

tes  remotas,  quiero  poner  aquí  una  cosa  rara,  un  prodigio  sucedido  dentro  admirable  de  las 
de  Castilla:  traelo  brevemente  el  Señor  Solorzano  "Política  Indiana"  lib.  i. 
cap.  5  col.  2.  dice  asi  —  y  en  menos  distancia  de  tiempo  lo  experimentamos 
en  los  que  procedieron  de  aquellos  antiguos  Españoles,  que  huyendo  la 
invación  de  los  Moros  se  escondieron  en  el  Valle  que  llaman  de  las  Batue- 
cas, que  está  cercado  de  las  altas  cerranias  y  montes  de  la  Peña  de  Francia, 
donde  estuvieron  escondidos  cerca  de  800  años  en  continuadas  generacio- 
nes, sin  saber  ya  los  unos,  digo  los  últimos,  como  vinieron  alli  los  primeros, 
ni  que  hubiese  mas  mundo,  ni  tener  sino  unas  pequeñas  vislumbres  de  cris- 
tiandad, hasta  que  acaso  fueron  descubiertos  en  nuestro  siglo  y  traídos  á 
mejor  vida  por  el  Duque  de  Alva  andando  por  aquellos  montes  á  caza, 
como  lo  refiere  el  insigne  y  nunca  bien  alabado  Laureado  y  premiado 
poeta  Lope  de  Vega  Carpió,  único  Fénix  de  España,  admiración  y  por- 
tento del  Orbe  por  las  muchas  comedias  y  otras  obras  que  compuso,  en 
una  de  este  descubrimiento  y  aplicándolo  al  intento  de  que  tratamos  el  no 
menos  digno  de  alabanza  el  Docto  P.  M.  fr.  Basilio  Ponce  de  León.  i.  part. 
varias  disp.  quest.  6. 

(El  Apóstol  San   Pedro  dio  su  báculo  pastoral  al  Apóstol  San  Mateo     Milagro  que 

v  /  obró  Santiago  en 

para  que  resucitase  con  él  después  de  cuarenta  dias  de  muerto  á  San  Mar-       Portugal 
cial  su  discípulo,  que  murió  caminando  á  Alemania  á  donde  iba  á  predi- 


BIBLIOGRAFÍA  MEXICANA  DEL  SIGLO  XVlll. 
414 

car;  y  de  aquí  dicen  viene  el  que  el   Papa  no  use  Báculo,  como  los  Obis 
pos:  Calderón  grandezas  de  Roma  f.   166.  col.  2.  cap.  2.) 

$6. — Contamos  arriba  aquel  prodijioso  y  maravilloso  milagro  que  vi 
niendo  obró  el  Santo  Patrono  de  España  Santiago  en  aquel  judio  Samuel; 
ahora  veremos  otro  que  después  de  muerto  obró  con  un  gentil,  que  pare- 
ce que  ya  desde  entonces  se  ensayaba  en  hacer  maravillas  con  aquellos 
que  habian  después  de  dilatar  la  fé  Santa  que  les  predicó  á  las  mas  dila- 
tadas y  remotas  Provincias  y  naciones  del  universo:  traelo  fr.  Gregorio 
Argaez  tom.  3?  f.  179  "Teatro  Monástico;  "  en  el  de  los  Obispos  de  la  San- 
ta Iglesia  de  Oporto  en  Portugal  col.  2?  dice  así — Sucedió  en  los  dias  de 
su  Gobierno  (habla  de  San  Basilio  primer  Obispo  de  Oporto  Monge  Car- 
melita discípulo  de  Santiago  Apóstol  el  año  de  37  de  Cristo)  en  el  Obis- 
pado de  Oporto,  aquel  milagro  que  obró  Dios  en  la  playa  del  Océano, 
cuando  viniendo  los  discípulos  de  Santiago  con  el  cuerpo  de  su  Maestro,  y 
pasando  á  vista  de  la  tierra  de  Maya,  libró  de  la  muerte  á  aquel  caballero 
mancebo  que  se  vio  debajo  de  las  aguas,  llevado  de  la  furia  del  caballo, 
que  desbocado  estando  corriendo  en  la  ribera  con  otros  festejando  una  bo- 
das; y  llegando  por  debajo  del  agua  hasta  el  barco  salió  arriba  lleno  el  ca- 
ballo y  caballero  de  veneras;  y  fué  metido  en  el  barco  por  los  discípulos  de 
Santiago,  que  asombrados  él  y  ellos  de  la  maravilla  le  catequizaron  y  lle- 
gó á  bautizarse,  siendo  el  primer  caballero  (digámoslo  así)  que  del  orden 
de  Santiago  tuvo  Portugal. — Cuenta  largamente  el  suceso  Dn  Mauro  Cas- 
tella  en  la  Historia  de  Santiago,  diciendo  haber  sido  tronco  este  Caballero 
de  los  de  Rivadeneira,  Venero,  Pimentel  y  otros  linajes  famc  ses  de  Espa- 
ña, que  usan  por  armas  las  veneras.  Hasta  aqui  Argaez  que  claramente 
dice  haber  sucedido  cerca  de  la  ciudad  de  Oporto  en  Portugal;  y  porque 
no  se  ponga  duda  en  ello,  porque  muchos  atribuyen  á  Galicia  la  Provin- 
cia de  entre  Duero  y  Miño  al  Reyno  de  Galicia,  aunque  lo  fué  ha  mas  de 
quinientos  años;  y  de  la  misma  manera  á  los  linages  que  son  originarios 
de  esta  Provincia  los  atribuyen  á  Galicia. — El  mismo  Argaez  (pa.  confir- 
mación de  lo  que  quiero  probar)  allí  mismo  á  fs.  183.  contando  los  lugares 
de  la  Iglesia  de  Oporto,  dice  así — Palenciaca  ó  Palencia,  que  es  el  pago  de 
Amaya  donde  pelearon  los  Romanos  en  los  campos  Palenciacos,  que  hoy 
se  dice  Páranos:  esto  el  dicho  autor:  con  que  se  ve  que  á  Maya  (aunque 
también  haya  Maya  en  Castilla)  es  en  el  Obispado  de  Oporto  en  Portugal 
orillas  del  Océano  á  donde  sucedió  el  milagro. —  El  Marques  de  Monte- 
Velo  á  fs.  185.  de  su  memorial  Genealógico,  escribe  (hablando  de  la  tierra 
de  Maya  en  Castilla,  junto  á  Pizuerga,  y  de  la  de  Portugal)  asi — Está  de 
Portugal  esta  entre  Duero  y  Miño,  que  era  en  aquellos  tiempos  la  tierra 
que  hay  entre  los  Rics  Luna  y  Duero,  que  hoy  en  mas  corto  terreno  con- 
serva su  nombre  cerca  de  la  ciudad  de  Oporto,  y  es  una  de  las  comarcas 
en  que  se  divide  aquel  Obispado,  y  hace  á  la  Marina. 

37.  —  Reinando  en  Portugal  Don  Alonso  V.  antes  del  año  de  1455  Fer- 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

415 

nando  Pó  descubrió  las  Islas  de  los  Azores,  y  en  la  cumbre  de  un  monte, 
en  la  del  Cuervo  fué  hallada  una  estatua  de  un  hombre  á  caballo  en  pelo, 
la  cabeza  descubierta,  la  mano  izquierda  en  la  clin  del  caballo,  la  derecha 
señalando  al  poniente,  plantado  sobre  una  loza,  y  ella  y  la  estatua  era  de 
una  misma  piedra,  mas  abajo  letras  en  una  peña  que  no  fueron  conocidas. 
Faria  Epítome  part.  3.  cap.   13  fol.   155. 

37  bis.  —  Manuel  de  Faria  Fpítome  de  las  Historias  portuguesas  par.  1.      Navegaciones 

r  r,  -i  '17-1  1    /-  r-     c       '    /-  /_.       antiquísimas  por 

cap.  4  fs.  $7  nv  o  escribe  asi. — Vuelto  el  Capitán  bato  a  Cartazo  (ano  de    el  Océano  por 

V     ^  D/  V  r  f  *       V  Hanon    Oartagi- 

480  antes  del  nacimiento  de  Cristo)  fueron  enviados  á  España  en  su  lugar  nes- 
los  hermanos  suyos  Hanon  y  Himilcon  con  la  fama  que  corría  que  los  hui- 
tanos  deseoso  Hanon  de  tratarlos  vino  rompiendo  las  olas  del  Océano  en 
algunas  Galeras,  casi  siempre  con  España  á  la  vista,  hasta  que  pasado  el 
guardiana,  registradas  las  riberas  de  Lusitana,  descubrió  á  pocos  dias  el  lu- 
gar deseado.  Salieron  en  tierra  con  tanta  veneración  como  si  pisaran  cielo, 
por  ser  aquella  parte  á  donde  los  habitadores  tenían  para  si  que  de  noche 
bajaban  los  Dioses  á  sus  festejos.  Hallaron  á  algunos  de  los  naturales  uni- 
dos en  catervas  con  las  armas  y  rudeza  de  aquel  siglo  expuestos  á  defen- 
der las  cabanas  en  que  vivian  mas  Hanon,  que  pretendía  usar  antes  de  la 
maña  que  del  poder,  se  hubo  de  manera  que  los  obligó  á  singular  amistad. 
Supo  de  ellos  cual  hubiese  sido  la  grandeza  y  suntuosidad  del  Templo  de 
Hércules,  su  sepulcro,  la  traslación  de  cuerpo  á  Cádiz,  la  tradición  del  orí- 
gen  de  unos  cúmulos  de  piedras,  memoria  del  entierro  de  Tubal.  Parecióle  Tumuii. 
que  se  debia  veneración  á  la  noticia  investigada,  si  ya  no  era  lisonja  para 
obligar  los  portugueses,  pues  hizo  muchos  sacrificios  á  las  Deidades  del 
mar  con  asistencia  numerosa  de  ellos,  habiéndoles  presentado  vestidos  y 
adornos  africanos  para  que  en  aquellas  ceremonias  se  mirasen  unos  á  otros 
con  nuevo  y  estraño  lucimiento:  así  les  ganó  las  voluntades  levantando  los 
montes  de  tierra  con  eminencia  grande  por  trofeos  de  su  llegada  en  estas 
partes.  Volviendo  á  Cartago  con  notable  admiración  de  todo. —  Esto  es- 
cribe Faria;  y  vemos  Cartagineses  de  Cartago,  que  está  dentro  del  estre- 
cho navegar  el  Océano:  escribe  Solorzano  "Política  Indiana"  lib.  1  part.  1. 
cap.  1.  f.  3.  que  Hanon  cartaginés  pasó  á  la  India.  Visto  és  que  por  el 
Océano.  Herí*.  Dec.  1.  lib.  1.  cap.  1.  f  2  escribe  que  Hanon  y  Eudoxio 
navegaron  desde  el  estrecho  de  Gibraltar  al  mar  bermejo. — Francisco  de 
Brito  Freyre  en  la  Dec.  1.  lib.  n?  31.  "Guerra  Brasílica"  escribe  así — Loque 
cuenta  Aristóteles  de  admiran,  lib.  8,  de  ccelo  lib.  2.  de  la  Isla  Occidental 
descubierta  por  los  africanos  arrebatados  de  iigurosa  tormenta  á  un  viage 
muy  largo;  y  lo  que  refiere  Platón  de  Solón -(cap  4.  en  su  Ti  meo:  Tune 
enim  Pelagus  illud  innavigabile  erar.  Diod.  sienlo  lib.  6.  cap.  7);  y  Solón 
de  los  sacerdotes  de  Egypto:  cuyas  pirámides  (dice  Amiano)  esculpían 
pinturas  de  animales,  traídos  de  diferente  Orbe:  en  este  siglo  quiso  tam- 
bién que  fuese  hallada  en  la  América  una  moneda  con  el  retrato  de  Au-  c&^r°queaáeeha. 
gusto  César,  y  ofrecida  por  Don  Juan  Rufo  Arzobispo  concentino  al  Pon- 


Tule,  Thule, 
Tula,  Tollan. 


BIBLIOGRAFÍA  MEXICANA  DEL  SIGLO  XVlll. 
416 

tifice  Romano.  No  pareciendo  de  menos  tiempo  las  memorias  de  los  antiguos 
Reyes  y  los  vestigios  de  los  suntuosos  edificios  que  se  hallaron  en  las  In- 
dias de  Castilla,  hasta  la  fantasía  de  los  poetas  alegan  por  testigos  desta 
verdad:  Pedro  Bercio  "Cosmografía:"  Garcilaso  "Comentarios  Reales" 
lib.  2.  y  otros  muchos  en  aquellos  versos  de  Meda  acto  2  (*)  Hasta  aquí  es- 
te Autor. — Quien  quiera  ver  cosas  curiosas  de  estas  gentes  de  la  América 
lea  el  libro  de  las* cosas  curiosas  del  Brasil,  que  anda  al  fin  de  la  Coronica 
de  la  Provincia  del  Brasil  de  la  Compañía  de  Jesús  que  sacó  á  luz  año  1663 
el  P.  Simón  de  Vazconcelos. 

38. — Los  Reyes  de  Portugal  después  de  haber  sacudido  de  todo  su  rey- 
Principio délos  no  el  yugo  Sarraceno,  que  ganaron  año  de  714  del  nacimiento  de  Jesucris- 

descubrimientos 

modernos.  to  pasaron  á  África;  allá  pasó  Don  Jun  I.  año  de  1  41  5,(**)  y  ganó  á  Ceuta. 
Faria  Epitome  par.  3.  cap.  11.  f.  123  n?  32;  allá  pasó  Don  Alonso  V.  y 
Don  Sebastian  dos  veces  y  en  la  última  perdió  la  vida  por  dilatar  la  Santa 
fé.  Pero  su  hijo  quinto  Don  Enrique — Maestre  de  la  Caballería  de  N.  S. 
Jesucristo  el  año  de  1410  con  dos  carabelas  envió  á  descubrir  las  costas 
de  África  por  el  Océano,  y  pasaron  al  cabo  de  Bueña-Esperanza;  y  aquí 
se  dio  y  tuvo  principio  la  navegación  y  descubrimiento  de  la  América:  P. 
Claudio  Clemente  "Tablas  cronológicas"  en  las  de  la  India  Oriental  Dec. 
1.  2.  3.  año  de  1  418  Tristan  Vaz  Teixeira;  y  Bartolomé  Pereztelo  descu- 
brieron la  Isla  de  Puerto-Santo  y  dos  adelante  la  de  Madera.  Faria  epit. 
par  3.  cap.  1 2.  f.  131.' —  Aquí  en  esta  Isla  de  la  Madera  vivia  antes  que  co- 
n  ,    .  . .       menzar  Colon  el  descubrimiento  casado  con  Felipa  Muñoz  Perestelo,  nieta 

Colon  había  *  ' 

deavemra°desceu-  de  Bartolomé  Perestelo  descubridor  de  la  Madera,  como  veremos,  y  an- 
Ponugue=!e's.con  tes  de  ir  al  descubrimiento  habia  navegado  á  Guinea  con  los  portugueses: 
Herr.  Dic.  1.  lib.  1.  cap.  1.  f.  44  al  principio  escribe  que  hablando  Colon 
de  las  Sirenas  dijo,  que  no  eran  tan  hermosas  como  las  pintaban,  y  que  ya 
las  habia  visto  en  las  costas  de  Guinea;  y  esto  dijo  cuando  hizo  el  primer 
viage,  en  el  cual  no  aportó  á  Guinea  para  poderlas  ver,  que  á  ser  así  tam- 


hubo  del  nuevo-  D¡en  ]as  vieran  los  compañeros  y  seria  cosa  ociosa  su  advertencia:  también 

mundo  antes  del  r  J 


Señales  que 

[el 
a 

descubrimiento.  ftjif  £  £  ^  coi  2.  consta  que  ya  antes  habia  navegado  al  Norte  hasta  75 
grados.  En  Illescas  "Histor.  Pontifical"  lib.  6?  cap.  22.  %2.  f.  130;  y  en 
Mariana  tom.  2.  lib.  26.  f.  500  se  dice — Vivia  Colon  en  la  Isla  de  Madera; 
esto  supuesto  veremos  agora  con  la  certeza  con  que  comenzó  la  empresa 
para  quien  Dios  tenia  guardada  una  cosa  tan  grande,  y  á  los  Reyes  de 
Castilla  un  nuevo  mundo:  Señales  que  aparecieron  en  las  Islas  de  los  Azo- 

*)  Venient  annis 

Saecula  seris  quibus  Occeatfus 
Vincula  rerun  laxet  &  ingens 
Pateat  tellus,  Tiphysq;  novos 
Detegat  Orbes,  nec  st  tenis 
Ultima  Thale.— 


(**J  Antes  que  Gama  pasase  por  mar  á  la  India  habia  ido  á  ella  por  tierra  Payna  y  Covillan; 
porque  desde  el  año  de  1380  tenían  los  portugueses  noticia  y  mapa.   Faria  part  3.  f.  188  cap.  14. 


bibliografía  mexicana  del  siglo  XVlll. 

4*7 

res  de  este  nuevo  mundo  cosas  dignas  de  saberse. — Herr.  Dec.  2.  lib.  1  cap. 
2.  f.  4.  col.  1.  escribe. — Que  en  lo  que  Colon  imaginaba  acerca  del  nuevo 
descubrimiento  dice  asi — Esta  opinión  le  confirmó  Martin  de  Bohemia  por-     Martin  de  Bo- 

hernia. 

tugues  su  amigo,  natural  de  la  Isla  de  Fayal  gran  Cosmógrafo:  tuvo  (dice) 
Colon  esperiencias  muy  probables  porque  hablando  con  hombres  que  na- 
vegaban los  mares  de  Occidente,  especialmente  á  las  Islas  de  los  Azores, 
le  afirmó  Martin  Vicente,  que  hallándose  una  vez  400  leguas  al  Poniente 
del  cabo  de  San  Vicente  tomó  un  pedazo  de  madero  labrado  por  artificio, 
y  á  lo  que  se  juzga  no  con  hierro.  Pedro  Correa  casado  con  hermana  de 
la  muger  de  Colon,  le  certificó  que  en  las  Islas  de  Puerto-Santo  habia  vis- 
to otro  madero  venido  con  los  vientos  ponientes,  y  labrado  de  la  misma 
fuma,  y  que  también  vio  cañas  muy  gruesas,  que  en  cada  cañuto  cabrían 
tres  azumbres;  y  Colon  dijo  haber  oido  afirmar  esto  mismo  al  Rey  de  Por- 
tugal hablando  con  él  en  estas  materias  y  que  tenia  las  cañas,  y  se  las  mandó 
mostrar:  así  mismo  le  certificaron  vecinos  de  las  Islas  de  los  Azores  que  ven- 
tando ponientes,  traia  la  mar  algunos  pinos  y  los  echaba  en  la  costa  de  la 
Graciosa  y  del  Fayal  no  los  habiendo  en  ninguna  parte  de  aquellas  Islas. 
En  la  Isla  de  Flores  echó  la  mar  dos  cuerpos  de  hombres  muertos  que 
mostraban  tener  las  caras  muy  anchas  y  de  otro  gesto  del  que  tienen  los 
cristianos:  otra  vez  se  vieron  dos  canoas  ó  Almadías  con  casa  movediza, 
que  pasando  de  una  á  otra  Isla  las  debió  de  alejar  la  fuerza  allí:  Anto 
nio  de  Lemos  casado  en  la  Isla  de  la  Madera,  certificó  que  habiendo  co- 
rrido con  su  carabela  buen  trecho  al  Poniente  le  habia  parecido  de  ver  tres 
Islas  cerca  de  donde  andaba;  y  en  las  Islas  de  la  Gomera,  del  Hierro  y  de 
las  Azores  muchos  afirmaban  que  vian  cada  año  algunas  Islas  hacia  la  parte 
del  Poniente  (col.  1.  f.  5):  un  vecino  de  la  Isla  de  la  Madera,  el  año  de  1  484 
pidió  al  Rey  de  Portugal  licencia  para  ir  á  descubrir  cierta  tierra  que  juraba 
que  via  cada  año  y  siempre  de  una  manera  y  de  aquí  sucedió,  que  en  las  car- 
tas de  marear  antiguas  se  pintaran  algunas  Islas  por  aquellos  mares,  espe- 
cialmente la  ysla  que  dician  Antilla,  y  la  ponían  poco  mas  de  200  leguas 
al  Poniente  de  las  Islas  de  Canaria  y  de  las  Azores,  la  cual  estimaban  los 
portugueses  que  era  la  Isla  de  las  siete  ciudades,  cuya  fama  y  apetito  ha 
hecho  á  muchos  por  codicia  desvariar  y  gastar  muchos  dineros  sin  prove- 
cho; y  según  se  suena  dicen  los  portugueses  que  esta  Isla  de  las  siete  Ciu- 
dades fué  poblada  de  ellos  cuando  se  perdió  España,  porque  huyendo  de 
aquella  persecución  se  embarcaron  siete  obispos  y  mucha  gente  y  aporta- 
ron en  aquella  Isla,  á  donde  cada  uno  hizo  su  pueblo:  y  porque  la  gente 
no  pensase  en  tornar  quemaron  los  navios;  y  que  en  tiempo  del  Infante 
Dn.  Enrique  de  Portugal,  con  tormenta  corrió  un  navio  que  habia  salido  de 
Portugal,  y  no  paró  hasta  dar  en  ella,  y  los  de  la  Isla  llevaron  la  gente  del 
navio  á  la  Iglesia  por  ver  si  eran  cristianos  y  hacían  las  ceremonias  roma- 
nas; y  visto  que  lo  eran  les  rogaron  se  estuviesen  allí  hasta  que  viniese  su 
Señor;  pero  que  los  marineros  temiendo  que  no  les  quemasen  el  navio  y  los 

53 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

418 

detuviesen  se  volvieron  á  Portugal  muy  alegres  confiando  de  recibir  mer- 
cedes del  Infante,  que  los  maltrató  por  haberse  venido  sin  mas  razón  y  los 
mandó  volver;  pero  que  el  maestre  y  los  marineros  no  lo  osaron  hacer  y 
salidos  del  Reyno  nunca  mas  volvieron:  (f.  5.  col.  2  )  dice  mas  que  los  gru- 
metes del  navio  portugués  cogieron  arena  para  el  fogón  y  que  hallaron  que 
mucha  parte  de  ella  era  oro;  y  algunos  salieron  de  Portugal  á  buscar  esta 
provincia,  entre  los  cuales  fué  uno  Diego  de  Tem,  cuyo  Piloto  Diego  Ve- 
lazqnez  vecino  de  Palos,  afirmó  á  Colon  en  el  Monasterio  de  la  Rábida, 
que  se  perdieron  de  la  Isla  del  Fayal  y  que  anduvieron  150  leguas  al  sud- 
ueste,  y  que  á  la  vuelta  descubrieron  la  Isla  de  las  Flores:  después  dijo 
que  navegaron  al  norueste,  tanto  camino  que  les  quedaba  el  cabo  de  Cla- 
ra, que  es  en  Irlanda  hacia  el  Leste,  y  notaron  que  ventando  muy  recio 
los  ponientes  la  mar  era  muy  llana  y  entendían  había  tierra  allí  cerca:  esto 
fué  cuarenta  años  antes  que  Colon  descubriese  las  Indias  (f.  6.  col.  1.)  Pe- 
dro de  Velasco  Gallego  dijo,  que  navegando  á  Irlanda  se  metió  tanto  al 
Norte  que  vio  tierra  hacia  el  Poniente  de  aquella  Isla.  Vicente  Diaz  Pilo- 
to portugués  vecino  de  Tavira  viniendo  de  Guinea  en  el  parage  de  la  Isla 
de  Madera  dijo  que  le  pareció  de  ver  una  Isla  que  mostraba  ser  verdadera 
tierra,  y  que  descubrió  el  secreto  á  un  mercader  ginoves  su  amigo,  á  quien 
persuadió  que  armase  para  el  descubrimiento,  y  que  habida  licencia  del 
Rey  de  Portugal  se  envió  recaudo  á  Francisco  de  Casana  hermano  del  mer- 
cader para  que  armase  una  nao  en  Sevilla,  y  la  entregase  á  Vicente  Diaz; 
pero  burlándose  del  negocio,  no  quizo,  y  volviendo  el  Piloto  á  la  Terce- 
ra, con  el  ayuda  de  Lucas  de  Casana  armó  un  navio  y  salió  dos  ó  tres 
veces  mas  de  ciento  y  tantas  leguas  y  no  halló  nada.  A  esto  se  anadia  la 
diligencia  de  Gaspar  y  Miguel  de  Corte-Real  hijos  del  capitán  que  descu- 
biió  la  Tercera  que  se  perdieron  en  demanda  de  esta  tierra  (f.  14.  col.  1) 
„  ,.     .       ,    Colon  vino  á  Fspaña  y  particularmente  á  Portugal  siendo  mozo  con  el  fin 

Colon  viene  de  r  J    r  & 

Genova  a  Portu-  ^ue  jQS  otros  hombres  á  buscar  mejor  ventura:  casó  con  Felipa  Muñoz  de 

Perestelo,  y  hubo  en  ella  á  Dn  Diego  Colon:  habiendo  propuesto  el  negocio 

Colon  al  Rey  de  Portugal,  de  quien  no  fué  aprobado  dice  f.  14.  col.  2.— así — 

Este  caso  dio  mucho  sentimiento  á  Colon,  y  aborreció  tanto  las  cosas  de  Por- 

Pasa  de  Portu- 
gal á  castilla,      tugal,  que  hallándose  sin  su   muger  que  era  fallecida,  determinó  de  irse  á 

Castilla:  el  año  de  1.484  salió  secretamente  de  Portugal  por  mar  la  vuelta 
del  Andalucia:  aportó  á  Palos  de  Moguer;  f.  15.  col.  1. — Dejó  antes  de  ir  á 
ver  á  los  Reyes  Católicos  á  su  hijo  en  el  Monasterio  de  la  Rábida  encomen- 
dado á  fray  Juan  Pérez  de  Marchena  Guardian  de  aquella  casa,  algo  Cosmó- 
grafo y  docto  en  letras  humas:  este  es  quien  dijo  la  primera  misa  en  la  Amé- 
rica año  de  1,492  que  este  año  la  descubrió  Colon  por  la  Corona  de  Castilla. 
v   .  .  ^Q. — La  primera  noticia  cierta  y  verdadera  de  haber  venido  gentes  ul- 

Noticias  que  se  O  ^  Sr  J  fc> 

índfaTV' otros  tramarinas  á  ellas  son  las  referidas  en  la  historia  de   OitctzalcoJutatl;  y  la 

me.o  áfilas.        venida  también  á  ellas  del  Santo  Apóstol  Santo  Thome. — También  habia 

Gente  negra     llegado  á  la  Española  gente  negra:  fol.  100.   col.  1.  Dec.  1.  lib.  3.  lo  dice 

que  vino  anfigua-  o  *  ^ 

ñola. 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 
419 

Hérr.  por  estas  palabras.  —  Dijo  también  (Colon)  que  por  aquel  camino 
pensaba  experimentar  lo  que  decían  los  Indios  de  la  Española,  que  habia 
ido  á  ella  de  la  parte  del  Sur  y  Sudueste  gente  negra  que  traia  los  hierros 
de  las  azagayas  de  un  metal  que  llamaban  guanin  &?  á  f.  57.  el  dicho  Dec. 
I.  lib.  3.  col.  2.  escribe,  que  llegando  Colon  á  la  Isla  de  Guadalupe,  halló 
en  tierra  un  codaste  de  navio,  y  los  Indios  le  dieron  noticia  de  la  Espa- 
ñola, y  en  Jamaica  hallaron  una  India  de  Campeche  que  les  dio  la  misma  otras  señales, 
noticia:  el  dicho  á  f.  33.  Dec.  1.  lib.  i.  col.  1.  escribe  que  en  la  Española, 
vio  en  tierra  una  fusta  de  doce  bancos  debajo  de  una  enramada  y  un  pan 
de  cera,  y  supuesto  que  allí  no  habia  cera  y  todo  estaba  junto  donde  vino 
lo  uno  vino  lo  otro,  que  sin  duda  seria  de  la  tierra  que  está  á  barlovento 
que  es  Guinea  en  la  costa  de  África  á  donde  usan  semejantes  embarcacio- 
nes; y  aunque  en  Campeche  hay  cera,  pero  los  Indios  no  la  beneficiaban, 
ni  hay  justas  ni  las  hubo. 

40.  —  De  lo  dicho  se  prueba  que  los  indios  (para  el  sentir  de  algunos)     Los  indios  an- 
daban por  la  tie- 

navegaban  y  comerciaban  por  la  tierra,  y  tenían  larga  noticia  unos  de  otros  rrayiamar. 
puesto  que  la  tal  noticia  no  paraba  solamente  en  ella  sino  que  llegaba  á  Is- 
las muy  remotas  como  hemos  visto:  á  f .  165.  Dec.  i.  lib.  5.  col.  2.  se  escribe 
que  andando  Dn.  Bartolomé  Colon  año  de  1502  descubriendo  por  la  costa 
de  Honduras  topó  una  canoa  tan  grande  como  una  galera  y  de  ocho  pies  de  canoa, 
ancho  cargada  de  mercaderías,  iba  de  hacia  Poniente,  traia  en  medio  de  la 
canoa  un  toldo  de  esteras  de  palma,  que  en  Nueva— España  llaman  petates, 
iban  dentro  de  él  las  mugeres,  hijos,  hacienda  y  mercaderías,  sin  que  agua 
del  cielo  ni  de  la  mar  las  pudiese  mojar:  á  f.  291.  col.  1.  Dec.  1.  lib.  9.  es- 
cribe Herr,  que  estando  Basco  Nuñes  de  Balboa  un  indio  le  dio  noticia  de 
la  mar  del  sur  y  de  las  costas  del  Perú  y  riquezas  de  sus  Reyes,  oro  &:.' 
de  ella  resultó  el  descubrimiento  del  Perú;  y  otro  escribe  que  en  pintura 
se  lo  mostró:  aquella  larga  y  grande  calzada  que  tenian  los  ingas  desde 

Quito  á  Chile  es  un  testimonio  irrefragable;  y  acá 

"La  primera  moneda  que  apareció  en  las  manos  de  Indios  en  la  Amé-  La  primera 
rica  fué  el  año  de  1492,  lleváronla  los  del  primer  viaje  de  Colon  y  era  Por-  recio  en  las  ¡n- 
tuguesa  llamada  seytil,  esto  es,  la  sesta  parte  de  un  maravedí  de  cobre,  la 
cual  estimó  mucho  el  indio  que  la  hubo  Dec.  1.  lib.  1.  col.  2.  f.  28.  lo  es- 
cribe Herr.,  y  es  por  cierto  mucho  de  ponderar  nuestro  corto  caudal  sig- 
nificado en  esta  monedilla  con  que  nos  hallábamos  cuando  Dios  nos  hacia 
Señores  de  las  mayores  riquezas  del  mundo;  y  también  de  como  el  primero 
que  vio  este  nuevo  mundo  Rodrigo  de  Triana  se  pasó  á  África  á  ser  Moro 
•perdiendo  la  luz  de  la  ley  de  gracia,  y  cerrando  los  ojos  á  la  fé  cuando  Dios 
de  nuevo  la  comunicaba  misericordiosamente  á  estas  nuevas  gentes;  jui- 
cios de  Dios,  escribe  el  primer  cronista  de  las  indias  Gonzalo  Fernandez 
de  Oviedo,  que  el  primero  que  se  ordenó  en  la  América  fué  en  la  Española, 
el  Lie.  Casas  después  Obispo  de  Chiapas  gran  defensor  de  los  Indios  á  quien 
deben  su  libertad  y  por  quienes  padeció  mucho. 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII 

420 

Santo  Thomé       41. — -El  P.  Antonio  Ruiz  de  la  Compañía  de  Jesús  en  la  Conquista  Es- 

Apósto). —  í  11 11-       ••i,.t  •  re  c  j-  -t' 

tese  con  lo"  que  piritual  del  Parayuav  impresa  año  de    1.6^0  a  f.  2Q.  ^  21.  dice  asi. — Esta 

también  esta. i  fs     ^  ,       . 

conquista  que  la  Compañía  hizo  fué  siempre  á  pié  por  mas  de  18  años,  por 
carecer  toda  aquella  región  de  cabalgaduras;  usamos  siempre  llevaren  las 
manos  unas  cruces  de  dos  varas  de  largo  y  de  un  dedo  de  grueso  para  que 
esta  insignia  se  mostrase  siempre  nuestra  predicación.  Recibiónos  esta  gente 
con  extraordinarias  muestras  de  amor,  danzas  y  regocijos,  cosa  que  hasta 
allí  no  habíamos  experimentado;  salían  las  mugeres  á  recibirnos  trayendo 
sus  hijuelos  en  los  brazos,  señal  muy  cierta  de  paz  y  amor:  regaláronnos 
con  sus  ordinarias  comidas  de  raices  y  frutos  de  la  tierra;  estrañando  no- 
sotros tan  estraño  agasajo,  nos  dijeron,  que  por  tradición  muy  antigua  y 
recibida  de  sus  antepasados  tenían  que  cuando  Santo  Thomé  (á  quien  co- 
munmente en  la  Provincia  de  Paraguay  llaman  Znme  y  en  las  del  Perú 
Turne)  pasó  por  aquellas  partes,  les  dijo  estas  palabras:  —  "esta  doctrina 
que  yo  agora  os  predico  con  el  tiempo  la  perderéis;  pero  cuando  después 
de  muchos  tiempos  vinieren  unos  sacerdotes  sucesores  mios  que  trajeren 
cruces,  como  yo  traigo  oirán  vuestros  descendientes  esta  doctrina:" — esta 
tradición  les  obligó  á  hacernos  tan  extraordinario  agasajo:  hicimos  allí  una 
población  muy  buena  que  fué  escala  para  otras  que  hicimos  en  aquella  pro- 
vincia. 

42.  —  La  razón  que  para  entender  que  Santo  Thome  ilustró  el  Occidente 
con  su  presencia  y  doctrina,  como  hizo  en  el  Oriente,  son  muchas  y  em- 
pezando por  el  nombre  que  dan  á  los  sacerdotes  dá  no  poca  luz  á  salir  de 
duda:  llámanlos  abaré,  que  quiere  decir  Hornos  segregatus  á  venere:  Hom 
bre  casto.  Piste  nombre  á  ninguno  de  los  indios  convino  desde  sus  proge- 
nitores hasta  Santo  Thome,  sino  al  mismo  Santo  de  quien  comunmente  dicen 
los  indios  que  fué  Pay  Abaré,  Padre  sacerdote;  y  en  propios  términos  hom- 
bre diferente  de  los  demás  hombres  en  ser  casto.  Toda  esta  fuerza  tiene 
esta  breve  palabra;  ni  después  de  Sto.  Tomé  convino  á  otros  sino  á  los  sa- 
cerdotes; y  aunque  el  vocablo  Pay,  que  quiere  decir  Padre,  lo  usurparon 
los  viejos,  los  magos  y  hechiceros  honrándose  con  él,  jamas  el  de  Abaré  \o 
han  admitido;  y  la  razón  de  esto  á  mi  ver  es  clara.  —  La  virtud  de  la  virgi- 
nidad, castidad  y  celibato  la  ignoraron,  de  manera  que  antes  la  tuvieron 
por  infelicidad,  y  por  felicidad  muy  grande  el  abundar  en  mugeres  y  tener 
muchos  hijos,  muchas  criadas  y  familias;  y  cualquiera  falta  en  esto  lo  im- 
putaban á  desdicha,  y  aun  duró  mucho  tiempo  este  sentimiento  entre  los 
cristianos  que  bautizamos,  como  se  verá  por  este  ejemplo:  enviudó  un  Ca- 
cique ya  cristiano,  tratamos  de  casarle  y  dándole  el  sí  á  una  muger;  ella  no 
quiso;  publicóse  el  caso,  y  él  afrentado  y  corrido  dejó  sus  vasallos,  su  casa 
y  su  tierra,  y  perpetuamente  se  desterró  por  no  vivir  con  esta  afrenta:  otro 
Eunuco  á  natura,  reconocida  su  falta  se  andaba  como  venado  ó  fiera  por 
los  montes  huyendo  de  ser  visto;  y  poniendo  nosotros  toda  diligencia  en 
traerlo  al  pueblo,  no  podíamos  con  él  domesticarlo  ni  con  los  muchacho?, 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 
421 

que  no  lo  ahuyentasen  hasta  que  venció  nuestra  porfía  y  deseo  de  bauti- 
zarlo: tanto  como  esto  es  tan  lejos  de  aplicarse  el  nombre  de  Abare,  y  de 
tener  nombre  de  castos;  y  aun  los  magos  y  hechiceros,  que  nos  contradi- 
cen comunmente  el  Evangelio,  por  oprobio  nos  llaman  Abare,  si  bien  los 
ya  cristianos  han  conocido  la  alteza  de  la  virtud  de  la  castidad  por  la  pre- 
dicación nuestra. 

42. — Fama  constante  es  en  todo  el  Brasil  entre  los  moradores  portugue-  _. 

~J  x  °  22  —  Ue  otros 

ses,  y  entre  los  naturales  que  habitan  toda  la  tierra  firme,  que  el  Santo  Sto'ToméenUs 

.         .         ,  ,     ,  .  .  iiitijí-  10  yndias    occiden- 

Apostol  empezó  a  caminar  por  tierra  desde  la  Isla  de  Santos,  sita  al  Sur  tales 
en  que  hoy  se  ven  rastros  que  manifiestan  este  principio  de  camino  ó  ras- 
tro en  las  huellas  que  el  Santo  Apóstol  dejó  impresas  en  una  gran  peña  que 
está  al  fin  de  la  playa  donde  se  embarcó  enfrente  de  la  barra  de  San  Vi- 
cente, que  por  testimonio  público  se  veen  el  dia  de  hoy,  menos  de  un  cuarto 
de  legua  del  Pueblo;  yo  no  las  he  visto;  pero  doscientas  leguas  de  esta  costa 
la  tierra  adentro  vimos  mis  compañeros  y  yo  un  camino  que  tiene  ocho  pal- 
mos de  ancho,  y  en  este  espacio  nace  una  muy  menuda  yerba,  y  á  los  dos 
lados  de  este  camino  crece  hasta  casi  media  vara;  y  aunque  agostada  la  paja 
se  quemen  aquellos  campos,  siempre  nace  la  yerba  á  este  modo;  corre  este 
camino  por  toda  aquella  tierra;  y  me  han  certificado  algunos  portugueses, 
que  corre  muy  seguido  desde  el  Brasil,  y  que  comunmente  le  llaman  ca- 
mino de  Santo  Thomé;  y  nosotros  hemos  tenido  la  misma  relación  de  los 
Indios  de  nuestra  espiritual  Conquista. 

44. — En  la  Ciudad  de  la  Asumpcion  del  Paraguay  está  una  peña  pegada 
á  la  ciudad  en  cuya  planicie  se  ven  hoy  dos  huellas  humanas,  á  modo  de 
zandalia,  impresas  en  la  misma  peña;  la  huella  del  pie  izquierdo  antecede 
á  la  del  derecho,  como  de  persona  que  hacia  fuerza  ó  hincapié;  y  hay  tra- 
dición entre  los  indios  que  el  Santo  Apóstol  predicaba  á  los  gentiles  desde 
aquella  peña,  y  que  á  oirle  se  llenaban  los  campos  de  gente,  y  como  ya  di- 
gimos  tienen  por  tradición,  que  el  Santo  Apóstol  les  dio  la  Mandioca,  y  es 
el  pan  principal  que  los  naturales  tienen.  Y  certifica  el  Docto  Lorenzo  de 
Mendoza  Prelado  de  aquella  Diócesis,  en  un  testimonio  auténtico  en  que 
dá  testimonio  de  los  vestigios  dichos,  y  que  supo  de  los  naturales  que  por 
el  mal  tratamiento  que  sus  naturales  hicieron  al  Santo,  les  dijo  que  aque- 
llas raices  de  Mandioca  habian  de  sazonar  en  pocos  meses,  pero  que  en  cas- 
tigo no  la  lograrian  en  un  año,  y  así  pasa  el  dia  de  hoy. 

4;.-  —  En  empeño  me  ha  puesto  mi  deseo  de  seguir  el  rastro  de  este  Santo     . 

^J  tr  r  o  §43. -De  otros 

Apóstol,  y  así  me  obliga  á  salir  de  mi  Provincia  á  la  del  Perú;  y  creo  que  ^ino^haUan 
no  salgo  de  mi  intento,  pues  deseo  rastrear  que  el  Santo  estuvo  en  la  Pro- 
vincia del  Paraguay,  y  que  la  tradición  de  los  naturales  es  cierta  que  traia 
una  cruz  por  compañía  de  su  peregrinación. 

"Que  haya  pasado  al  Perú  uno  de  los  discípulos  de  Cristo  N.  S.  la  tra- 
dición de  toda  aquella  provincia  lo  testifica;  y  lo  escribe  el  P.  fray  Alonso 
Ramos  de  la  sagrada  Religión  de  San  Agustín,  Historia  de  N.  S?  de  Co 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 
422 

pacabana  cap.  7,  8,  9,  10,  1 1:  el  cual  en  el  cap.  7  dice  estas  palabras:  "Por 
casi  inmemorial  tradición  tienen  los  naturales  del  Perú,  especialmente  los 
serranos,  que  anduvo  en  él  un  hombre  jamas  visto  otra  vez,  predicando  al 
verdadero  Dios;"  hasta  aquí  este  Autor.  Y  en  el  cap.  8.  dice:  "le  quisie- 
ron apedrear  eu  el  campo  de  Cacha  cinco  ó  seis  jornadas  del  Cuzco  camino 
del  Callao,  donde  aun  en  este  tiempo  se  ven  estas  peñas  abrazadas,  (*)  di 
cen  que  con  fuego  del  cielo  que  quiso  vengar  tan  atrevida  desvergüenza, 
dejando  al  Santo  libre  de  aquellas  sacrilegas  manos.  Pasó  adelante  el  Santo 
varón,  y  saliendo  á  tierra  del  Callao  deseó  ver  que  famoso  altar  y  adora- 
torio  que  los  collas  tenían  en  la  Isla  Titicaca  y  destruirle  si  pudiese. — Y 
mas  abajo  dice  este  Autor:  En  este  tiempo  les  predicó  la  creencia  y  culto 
divino  á  un  solo  Dios,  y  viendo  el  poco  fruto  que  con  esta  verdad  haria  y 
la  dura  obstinación  en  que  se  estaban,  comenzó  á  reprenderlos  ásperamente 
de  donde  vinieron  á  cobrarle  aborrecimiento  grande. — Y  mas  abajo  dice: 
teníanle  en  gran  veneración,  tanto  que  le  vinieron  á  llamar  Taapac,  que 
quiere  decir  hijo  del  Creador;  tentáronle  con  riquezas  y  con  blanduras. 

46.  —  En  el  cap.  9.  trata  este  Autor  de  una  cruz  que  este  Santo  discípulo 
levantó  en  el  Pueblo  llamado  Carabuco;  y  que  á  su  vista  enmudecieron  los 
ydolos,  y  no  dando  respuesta  y  sabida  la  causa  por  los  gentiles  quitaron 
de  Carabuco.  jR  Qruz  y  ]a  intentaron  quemar,  y  no  pudiendo  la  enterraron  cerca  de  una 
laguna  donde  cubría  aquel  sitio  ó  sepultura  el  agua,  al  cabo  de  mas  de  mil 
y  quinientos  años  la  hallaron  con  la  entereza  que  hoy  se  ve;  y  prosiguien- 
do esta  materia  dice  así  este  Autor;  hízose  averiguación  por  los  años  de 
1.600  con  un  indio  muy  antiguo,  que  tendría  ciento  y  veinte  años  llamado 
Dn.  Fernando,  el  cual  dijo,  que  por  tradición  tuvieron  sus  pasados  que  ha- 
bían visto  en  sus  tierras  un  hombre  de  grande  estatura  vestido  casi  al  modo 
y  trage  de  ellos,  blanco,  zarco  que  predicaba  dando  voces,  que  adorasen  á 
un  solo  Dios,  reprendiendo  vicios  y  que  llevaba  consigo  una  cruz,  y  le 
acompañaban  cinco  ó  seis  indios;  y  que  los  demonios  huían  de  ella,  los  cua- 
les persuadieron  muchas  veces  á  los  indios  á  que  matasen  aquel  hombre, 

(*)  Herr.  Dec.  5.  lib.  3.  cap.  6.  dice  así.  Que  apareció  luego  por  la  parte  del  medio  dia  un 
hombre  blanco  de  gran  cuerpo,  de  veneranda  presencia,  que  era  tan  poderoso,  que  bajaba  las  sie- 
rras, crecía  los  valles,  sacaba  fuentes  de  las  peñas;  á  quien  por  sus  obras  llamaban  principio  de 
todas  las  cosas  criadas  y  padre  del  Sol,  porque  dio  ser  á  los  hombres  y  animales  y  por  su  mano 
les  vino  notable  beneficio;  y  que  obrando  estas  maravillas  fué  de  largo  hacia  el  Norte,  y  de  ca- 
mino iba  dando  orden  de  vida  A  las  gentes,  hablando  con  mucho  amor  amonestando  que  fuesen 
buenos  y  se  amasen  unos  á  otros;  al  cual  hasta  los  últimos  tiempos  de  los  Ingas  llamaban  Tice- 
viracocha,  y  en  el  Callao  Titapaca,  y  en  otras  partes  Ai  uaná;  y  que  le  hicieron  muchos  templos 
y  bultos  en  ellos  á  su  semejanza,  á  los  cuales  sacrificaban  Uice  también  que  pasados  algunos  tiem- 
pos oyeron  decir  á  sus  mayores,  que  pareció  otro  hombre  semejante  al  referido,  que  sanaba  los 
enfermos,  daba  vista  á  los  ciegos;  y  que  en  la  Provincia  de  los  caños,  queriendo  locamente  ape- 
drearle le  vieron  hincado  de  rodillas  alzadas  las  manos  al  cielo,  invocando  al  divino  favor,  y  que 
apareció  un  fuego  del  cielo  que  los  espantó  tanto  que  a  gritos  y  clamores  le  pedían  que  los  librase 
del  peligro,  pues  les  venia  aquel  castigo  por  el  pecado  que  habían  cometido,  y  que  luego  cesó  que- 
dando abrazadas  las  piedras,  que  hoy  se  ven  quemadas  y  tan  livianas,  que  aunque  grandes  se  le- 
vantan como  corchos;  y  dicen  que  desde  allí  se  fué  á  la  mai  \  entrando  en  ella  .sobre  su  manto 
Analogía    con   tendido  nunca  mas  se  vio  por  lo  que  le  llamaron  Viraco*  ha,  qut    quiere  decir  espuma  de  la  mar; 

la  tradición  d< 
Quetzalcoatl. 
(tinta  roja.) 


BIBLIOGRAFÍA  MEXICANA  DEL  SIGLO  XVIII. 

42  3 

porque  de  no  hacerlo  se  les  seguia  mucho  daño,  y  no  responderían  sus 
oráculos:  los  yndios  ataron  al  Santo  y  le  azotaron.  Depuso  mas  este  tes- 
tigo, que  todas  las  veces  que  al  Santo  le  tenian  en  alguna  aflixion  bajaban 
unas  muy  vistosas  aves  á  acompañarle,  y  que  agora  que  era  cristiano  juz- 
gaba que  serian  angeles;  y  que  oyó  decir  que  después  que  azotaron  al  Santo 
bajaron  aquellas  hermosísimas  aves  y  lo  desataron;  y  que  el  Santo  tendien-  Vide  u  apost. 
do  su  manto  sobre  la  laguna  navegó  y  se  fué  por  ella  (tiene  esta  laguna  a" 
ochenta  (80)  leguas  de  circuito)  y  que  pasando  por  un  juncal  dejó  hecha 
una  senda  que  hasta  hoy  dura;  á  manera  de  un  callejón,  y  es  venerada  de 
todos;  y  que  de  estos  juncos  ó  espadañas  comen  los  enfermos  y  sanan. 
Refirió  también  que  por  tradición  se  sabia  que  el  Santo  dejó  una  peque- 
ñuela  caja  en  un  cerro. 

47. — Ouando  el  volcan  de  Arequipa  reventó  en  un  cerro  que  está  cerca 
del  mar,  un  hombre  que  por  aquellos  valles  cuidaba  de  una  hacienda  vio 
venir  de  lo  alto  á  él  tanta  ceniza  que  parecía  un  caudaloso  Rio;  esperó  á 
que  socegase  esta  avenida;  y  echando  los  ojos  por  aquella  parte  halló  cerca 
del  mismo  cerro  una  túnica,  la  cual  no  se  pudo  averiguar  si  era  de  lana  ó 
de  algodón,  larga  y  al  parecer  inconsútil,  tiraba  á  color  de  tornasol,  y  con 
ella  dos  zapatos  como  zandalias  de  tres  suelas  y  en  la  suela  por  de  dentro 
estampado  el  sudor  del  pié  eran  de  hombre  grande,  que  causó  á  todos  ad- 
miración. Las  cuales  reliquias  se  juzgó  comunmente  eran  del  Santo  dis- 
cípulo del  Señor;  una  zandalia  de  estas  tiene  una  Señora  principal  en  un 
cofre  de  plata,  y  hace  muchos  milagros. 

48. — El  V.  Diego  Alvarez  de  Paz  de  la  Compañía  de  Jesús  que  escri- 
bió aquellos  maravillosos  libros  de  vita  spirituali,  afirmó  muchas  veces  ha- 
ber visto  esta  zandalia,  y  decia  ser  tan  levantado  el  olor  y  fragancia  que 
despedía  que  dejaba  atrás  otro  cualquier  olor. 

En  la  Provincia  de  los  chachapoyas,  donde  yo  estuve,  en  un  pueblo  lla- 
mado San  Antonio  dos  leguas  de  este  pueblo  está  una  loza  grande  de  mas 
de  un  estado  de  alto  y  mas  de  seis  varas  de  ancho,  en  cuya  planicie  están 
estampados  dos  pies  juntos  de  á  14  puntos  cada  uno;  adelante  de  estas 
huellas  están  dos  concavidades  y  en  cada  una  de  ellas  cabe  una  rodilla,  que 
demuestran  que  allí  se  arrodillaba  el  Santo,  y  así  lo  sienten  todos:  al  lado 
de  estas  señales  está  señalado  un  báculo  en  la  misma  peña,  que  tendrá  dos 
varas  de  largo  con  sus  ñudos  denotando  que  fué  caña  ó  palo  con  ñudos,  y 
parece  según  se  puede  conjeturar,  que  el  Santo  se  desocupaba  del  báculo 
para  poner  las  manos  juntas  para  orar:  es  público  que  el  Santo  Arzobispo 
de  los  Reyes  Don  Toribio  Alfonso  Mogrobejo  fué  en  persona  á  verlo,  y  de 
rodillas  dio  gracias  á  N.  Señor  por  haber  visto  tales  rastros  del  sagrado 
discípulo  del  Señor:  quiso  mudar  esta  loza  pero  fué  imposible;  porque  ya 
antes  que  los  españoles  conquistasen  el  Perú  Colla  Jupa  Gobernador  de 
Guazcar  Inga  que  entró  á  conquistar  aquella  Provincia  intentó  llevarlo  á 
la  suya  y  no  pudo;  y  así  dejó  mandado  que  todos  los  yndios  la  adorasen: 


Almirabl 

Huellas, 
(t    r) 


BIBLIOGRAFÍA  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

424 

el  dicho  Arzobispo  mandó  hacer  sobre  la  loza  una  Capilla  para  que  aque- 
lla reliquia  estuviese  con  decencia.  Esto  es  muy  corriente  en  el  Perú,  y 
toda  esta  historia  la  trae  latamente  el  P.  Fray  Alonso  Ramos  y  en  un  cap. 
de  ella  dice  así. 

49.  —  Lo  que  á  personas  curiosas  he  oido  platicar  tocante  á  este  glorioso 
Santo  és  heber  venido  á  estas  partes  del  Perú  por  el  Brasil,  Paraguay  y  Tu- 
cuman;  y  el  Rmo.  Señor  Don  Lorenzo  de  Grado  Obispo  que  fué  de  Popayan, 
digo  Paraguay,  pasando  el  añode  1. 619  por  el  Santuario  deCopacabana  dijo 
que  en  todo  aquel  Obispado  del  Paraguay  hay  grandes  barruntos  de  haber 
pasado  por  él  uno  de  los  discípulos  del  Redemptor;  de  aquí  se  dice  ha- 
ber pasado  á  Chachapoyas;  y  de  allí  á  los  Valles  de  Trujillo,  y  después  á 
los  de  Cañete,  y  de  esto  hay  grandes  conjeturas,  porque  en  Calungo  doc- 
trina de  los  P.P.  Predicadores  se  vé  hoy  dia  una  gran  loza  y  en  ella  impre- 
sos los  pies  de  un  hombre  de  grande  estatura,  y  unos  caracteres  (*)  en  len- 
gua que  debe  ser  griega  ó  hebrea  porqe.  no  han  aceitado  personas  que  los 
han  visto  con  lo  que  quieren  decir:  los  indios  viejos  tratando  de  aquellos 
y  de  los  pies  estampados  en  la  loza  dicen:  que  un  hombre  de  gran  estatu- 
ra, blanco  zarco  y  de  baiba  crecida,  para  darles  á  entender  y  comprobar 
que  el  Dios  á  quien  él  predicaba  era  poderoso  y  su  ley  era  verdad  con  el  de- 
do había  hecho  en  las  peñas  aquellas  señales.   Hasta  aquí  dice  este  Autor. 

50. — Demás  de  lo  dicho  es  vos  constante  de  tradición  muy  antigua,  que 
el  Santo  mandó  á  los  indios  del  Perú  que  edificase  un  templo  al  verdade- 
ro Dios  que  el  predicaba;  hiciéronlo,  y  habiendo  llevado  mucha  paja  para 
cubrirle,  estando  el  Santo  de  noche  durmiendo  sobre  ella,  se  apareció  el 
demonio  fiero  y  espantable  y  mandó  á  los  indios  que  quemasen  aquel  hom- 
bre con  aquella  paja,  reprediéndolos  de  fáciles  en  creer  á  un  hombre  ad- 
venedizo y  extranjero:  pusieron  fuego  á  la  paja,  y  ardiendo  salió  el  Santo 
con  toda  paz  y  sociego  por  medio  de  las  llamas  dejando  asombrados  á  los 
gentiles. 
LxipidoTúé s?oe       5  i- — Saliera  del  carril  de  la  brevedad  que  deseó  en  esta  narración  sim- 

Thome    Dho   P.        ,.  .  /  ,  j-'ijic—  c     ' 

Ramos á fs.  32.  pie,  si  por  menor  me  pusiera  a  probar  que  este  discípulo  del  benor  tue 
Santo  Tomás,  tocaré  algunos  fundamentos  á  que  dará  principio  el  sagra- 
do texto:  Emites  in  mundum  universum practicare  Evangeliumomni  crea- 
titree:  Alare,  ultr.  este  cargo  se  dio  á  todos  los  Apóstoles,  y  así  San  Am- 
brosio sobre  este  lugar  dice:  Agitavit  Chistas  saos  per  diversa  mundi 
dixerit  11 1  toti  orbi  Evangelium preedicarent.  Los  Apóstoles  se  encargaron 
de  esta  empresa,  y  á  ellos  se  les  cometió,  y  que  diesen  vuelta  á  todo  el  mun- 
do universo  con  su  predicación;  y  si  esto  es  verdad,  como  lo  es  infalible, 
como  se  puede  pensar  que  dejaron  á  escusas  sin  la  luz  del  Evangelio  toda 
la  América,  que  según  cuenta  matemática,  es  casi  la  tercera  parte  del  mun- 

(*)  Estos  caracteres  ó  letras,  mira  á  f.  á  donde  está  la  cruz  que  se  halló  del  Sto.  en  Melia- 
por,  y  allí  hay  semejantes  letras; — también  en  el  Brasil  ciertas  letras  esculpidas  en  Piedra  como 
venios  arriba  f.         n"  9. — 


bibliografía  mexicana  del  siglo  xrm. 

425 

do;  que  haya  oido  Santo  Tilomas  el  que  ilustró  los  indios  del  Occidente     predicación  de 

...  .  ,        _,    .  _T     Sto.    I'homas. 

con  su  predicación  es  muy  gran  congetura  el  haberle  escogido  Cristo  JN. 
S.  por  Apóstol  de  la  gente  mas  abatida  del  universo  mundo  para  negros  y 
indios.    Predicó  á  los  Bracmanos  como  lo  dice  Orígenes,  Ensebio  y  otros     Enei  Oriente. 
(Origen  in  Gen.  lib.  3  :Eusebio  lib.  3,  cap.  1.  Marti  rol.  21.  diciemb.  S.  Juan 
Crisóstomo  oratio  deduo  Apos):  doctrinó  los  indios  del  Oriente.  Los  Etio- 
pes fueron  lavados  y  blanqueados  con  la  predicación  de  este  Santo  Após- 
tol, como  dice  Sn.  Juan  Crisóstomo.    Los  abesinos  que  habitan  la  Etiopia     En  África. 
oyeron  su  voz,  y  hoy  le  veneran  como  á  su  primer  Apóstol;  y  esta  conge- 
tura junta  con  las  tradiciones  que  quedan  referidas  hacen  probable  que 
San  Thomé  predicó  en  todo  el  Occcidente,  empezando  por  el  Brasil  pa-     Quepredicóei 
sando  naturalmente  en  embarcación  de  Romanos,  que  por  la  costa  de  Afri-  te. 
ca  (como  dicen  algunos)  tenían  comunicación  con  la  América,  ó  que  Dios 
por  milagro  lo  llevase  (que  se  puede  tener  por  mas  cierto).   Pasó  al  Para- 
guay; y  de  allí  á  los  Peruanos:  en  el  Paraguay  le  conocen  hoy  por  el  nom- 
bre, llamándole  Pay  Turné,  como  consta  de  una  relación  que  tengo  en  mi 
poder  del  Dor.  Don  Francisco  de  Alfaro,  Oidor  que  hoy  es  del  Consejo  de     Dor.  Aifaro. 
hacienda  el  mas  práctico  que  hoy  se  conoce  de  cosas  de  Indias  por  haber 
andado  las  partes  próximas  y  remotas  de  todo  el  Perú  y  Paraguay,  el  cual 
en  su  relación  dice  así: — "Cuando  estuve  gobernando  la  gobernación  de 
Santa  Cruz  de  la  Sierra  supe  que  habia  en  toda  aquella  tierra  noticia  d^  un 
Santo  que  llamaban  Pay  Turné,  el  cual  habia  venido  de  muy  lejos,  de  suer- 
te que  entendí  cuino  habia  venido  del  Brasil  por  el  Paraguay: — hasta  aquí 
dicho  Dor.  Alfaro. 

52. — De  moliera  que  ya  queda  conocido  por  Thomé  en  el  Brasil,  Para- 
guay y  Perú:  que  este  sagrado  Apóstol  haya  pasa  lo  por  el  Brasil  al  Pa- 
raguay y  Perú  dícelo  el  P.  Pedro  de  Rivadeneira  de  nuestra  Compañía  2? 
part.  f.  7 1 5;  por  est  is  palabras: — "  y  no  solamente  predicó  el  Santo  Apóstol 
á  todas  estas  Provincias  y  Naciones,  pero  en  el  Br  sil  escribe  el  P.  Manuel 
de  Nobrega  Provincial  de  la  Compañía  de  Jesús  que  fué  en  aquella  Pro- 
vincia, que  los  naturales  de  ella  tienen  noticia  de  Santo  Thomé,  y  de  ha- 
ber pasado  por  aquella  tierra,  y  que  muestran  algunos  rastros  y  señales  de 
ello,  las  cuales  el  mismo  padre  habia  visto  por  sus  ojos:" — haita  aquí  el  di- 
cho Autor.  Luego  mucho  se  llegó  á  certidumbre  la  tradición  que  hay  en  el 
Paraguay,  de  que  por  allí  pasó  el  Santo,  el  cual  así  como  en  la  India  Oriental 
profetizó  la  renovación  de  su  predicación  evangélica,  diciendo.  Cuando  profesiadei 
llegare  el  mar  á  esta  piedra,  por  divina  ordenación  vendrán  hombres  blan- 
cos de  tierras  muy  remotas  á  predicar  la  doctrina  que  yo  agora  os  ensaño, 
y  á  renovar  la  memoria  de  ella:  de  la  misma  manera  profetizó  el  Santo  la 
entrada  de  los  de  la  Compañía  en  estas  partes  del  Paraguay  de  que  voy     profes¡a  de! 

Santo 

tratando,  por  casi  las  mismas  palabras:  esto  que  yo  os  pre  lico  se  os  ha  de    en  Paraguay 
olvidar  pero  cuando  vengan  unos  sacerdotes  sucesores  mios  que  traigan 
cruces  como  yo  traigo,  entonces  volvereis  á  oir  esta  misma  doctrina  que 


Snia.  Trinidad 


J  25. Que  es 
muy  probable 
que  el  Sto  Após- 
tol se  acompañó 
de  la  cruz  en  e 
Occidente. 


de  Carrabu 
(lápiz.) 


BIBLIOGRAFÍA  mexicana  DEL  SIGLO  Xlllí. 

426 

yo  os  enseño;  de  cuya  enseñanza  y  doctrina  les  quedó  hasta  nuestros  tiem- 
pos el  conocimiento  del  abscondido  Misterio  de  la  Sma.  Trinida  1,  si  bien 
ya  olvidados  celebraban  supersticiosamente  una  celebre  festividad  de  este 
Misterio:  en  el  Perú  halláronse  tres  estatuas  del  Sol,  que  llaiíiiban  Apo- 
iiiti  Churinti,  Iníigua,  ó  (¡ni,  (*)  que  quiere  decir  el  Padre  y  Sor.  Sol,  el 
hijo  del  Sol,  el  hermano  del  Sol;  y  que  el  Santo  les  explicó  la  unidad  de  las 
tres  personas  divinas,  dá  testimonio  un  Ydolo  que  llamaron  Tangatanga 
en  que  adoraban  en  este  uno  en  tres,  y  en  tres  uno;  lo  cual  tengo  por  muy 
probable  que  les  quedó  del  Apóstol,  y  ellos  lo  aplicaron  á  sus  Ydolos;  y 
así  entiendo  que  el  nombre  que  en  el  Paraguay  dan  á  Dios  que  es  Tupa 
y  corresponde  á  Mancha  los  inventaron  los  mismos  indios  oyendo  las  ma- 
ravillas que  de  Dios  les  anunciaba  el  Santo,  y  espantados  d  jeron  Tupa,  quid 
est  Jioc,  cosa  grande. 

53.  —  No  se  puede  dudar  que  el  Santo  Apóstol  Santo  Thome  fué  devo- 
tísimo de  las  llagas  de  su  Divino  Maestro  por  el  especial  favor  que  el  Se- 
ñor le  hizo  en  que  con  sus  manos  las  palpase;  y  aunque  en  su  corazón  las 
tenía  impresas,  como  esteriormente  no  las  podía  llevar  por  mostrarlas  á  los 
gentiles,  aprobechóse  sin  duda  del  instrumento  de  la  Cruz  (**)  donde  se  ha- 
bía obrado,  y  a^í  es  muy  digno  de  creer  que  el  Santo  la  llevó  consigo.  La 
señal  que  dio  en  el  Oriente  de  la  predicación  futura  fué  una  Cruz  de  pie- 
dra (***)  que  tenia  esculpida  en  una  piedra  delante  de  la  cual  hacia  siempre 
oración:  en  Meliapur  en  el  lugar  á  donde  fué  m  irtirizado  se  muestra  una 
cruz  cortada  en  piedra  con  algunas  manchas  de  sangre  y  en  la  misma  pie- 
dra se  ven  otras  señales  suyas;  que  aun  en  estas  señales  de  piedra,  no  quiso 
fuese  inferior  el  Occidente  al  Oriente  como  ya  hemos  visto  en  las  señales 
que  en  piedra  vemos  hoy  esculpidas:  halláronse  en  el  Oriente  letras  incóg- 
nitas, en  Occidente  se  ven  hoy  también.  Fué  muerto  por  un  Bracmano 
sobre  un  piedra.  La  Cruz  que  este  Santo  llevó  al  Occidente  es  de  tanto 
peso  que  parece  de  piedra,  así  en  su  peso  como  en  su  incorrupción,  por- 
que como  ya  dijimos;  estuvo  debajo  de  tierra  que  bañ  iba  el  agua  mas  de 
mil  y  quinientos  años  y  se  vee  hoy  tan  entera,  sólida  y  macisa  como  lo 
pudiera  estar  una  piedra,  y  lo  mas  és,  con  un  olor  particular,  sin  dar  mués  - 
tra  que  en  algún  tiempo  se  sugete  á  corrupción. 

54. — Agora  nos  queda  averiguar,  si  esta  Cruz  la  hizo  el  Santo  en  Ca- 
rabuco donde  la  colocó,  ó  en  el  Brasil  ó  Paraguay;  la  razón  de  dudar  és, 
que  era  grande  de  altor  casi  de  dos  varas  y  media  gruesa  y  por  labrar, 
porque  después  de  labrada  ahora  en  nuestros  tiempos,  quedó  de  un  palmo 
de  ancho  en  cuadro,  y  tan  pesada,  que  la  mitad  de  ella  que  se  llevó  á  Clin- 

(*)  Herr.  Dec  5.  lib.  4.  f.  116.  columna  1.  habla  de  estas  tic-  estatuas  del  Sol,  y  dice  se  lla- 
maban. Apointi,  Churinti,  Intiquaoqui;  que  quiere  decir  el  Padre  y  S,ño>  el  Sel,  el  Hijo  Sol,  y 
el  hermano  Sol;  y  en  Chucunsaca  usaban  adorar  á  Tangatanga,  un  Ydolo queen  uno  decian  que 
era  tres  y  tres  en  uno.  —  Mira  adelante  á  f.  n?  79. 

("")   P.  Acosta.    Historia  Moral,  cap.  27.  f.  377. 

(***)   P.  Lacena.  Historia  de  San  Xavier,  lib.  3.  cap.  4.  f.  16S.  —  I".  Rivadeneira,  vbi  supra. 


BIBLIOGRAFÍA  mexicana  DEL  SIGLO  XV III. 

427 

quisaca,  iban  reventando  con  ella  dos  muías  que  la  llevaban  en  unas  pan- 
gúelas de  que  en  esta  Corte  (dice  el  Dor.  Alfaro)  hay  abonados  testigos, 
que  le  vieron  llevar;  é  yo  he  hecho  varias  pruebas  alguras  veces  con  muy 
pequeñas  partículas  de  ella,  que  echadas  en  agua  se  van  á  fondo;  y  así  pa- 
rece que  el  Santo  no  se  había  de  embaí  azar  en  tanta  longitud  de  leguas 
con  tan  pesada  carga. 

55. —  Con  todo  eso  parece  casi  cierto,  que  el  Santo  la  llevó  de  muy  lejas 
partes;  que  no  la  hizo  en  Carabuco  es  cierto  poique  toda  aquella  comarca, 
no  solo  es  falta  de  madera  provechosa  para  alguna  fabrica,  pero  aun  de  la 
leña  común  que  se  aplica  al  fuego;  y  así  lo  advierte  el  Dor.  Dn.  Francisco 
de  Alfaro  en  su  Mem.  por  estas  palabras: — "Advieito  que  todas  aquellas 
tienas  al  rededor  de  la  laguna  (que  tedas  las  he  andado)  son  muy  faltas 
de  madera  y  aun  de  leña:" — hasta  aquí  dice,  y  aun  advierte  que  sin  duda 
aquesta  Cruz  vino  de  muy  lejos,  porque  afirma,  no  haber  visto  en  todo  el 
Perú  madera  semejante;  y  así  consta  que  no  se  hizo  alli,  demás  que  ma- 
dera incorruptible  como  ella  és  y  tan  pesada  y  olorosa  y  de  su  calidad  y 
color  no  se  halla  en  todo  el  Perú;  que  no  la  hay  en  tola  la  Provincia  del 
Paraguay,  es  cosa  cierta,  porque  en  casi  treinta  años  que  ha  que  andamos 
por  aquellos  montes  los  de  la  Compañía  en  busca  de  indios  gentiles,  nunca 
habernos  visto  tal  especie  de  madera:  yo  tengo  en  mi  poder  un  pedazo  de 
ésta  Cruz  milagrosa  con  testimonios  ciertos  y  haciendo  cotejo  con  una  es- 
pecialidad (sic)  que  hay  en  el  Brasil,  que  los  naturales  llaman  Xacaraitdá 
y  1<  s  españoles  Palo-Santo  de  que  se  hacen  cosas  muy  curiosas  por  reme 
dar  el  ébano,  hallo  que  es  de  la  misma  especie;  y  así  lo  afirman  testigos 
prácticos  de  esta  madera  con  quien  hice  la  esperiencia  en  el  olor  y  color, 
muy  particular  en  el  peso  porque  el  Palo-Santo  muy  pequeñitas  partícu- 
las que  se  pongan  en  el  agua  se  van  luego  al  fondo;  y  esto  mismo  hace 
aquesta  Santa  Reliquia;  de  donde  se  colige,  que  el  Santo  Apóstol  fabricó 
esta  V.  Cruz  en  el  Brasil,  en  donde  empezó  su  predicación,  comunicando 
á  toda  la  especie  de  esta  madera  las  virtudes  que  la  esperiencia  nos  enseña 
para  la  salud  humana,  porque  bebida  el  agua  en  que  se  cuece  hace  muy 
buenos  efectos,  y  principalmente  contra  la  disenteria,  á  cuya  causa  la  voz 
común  le  ha  puesto  por  nombre  Palo-Santo.  Hay  desde  donde  el  Sto.  llevó 
esta  Cruz  hasta  Carobrico,que  fué  donde  la  enarboló,  mas  de  mil  50. — y  dos- 
cientas leguas;  de  manera  que  se  saca  de  lo  dicho  por  muy  probable  la  tra- 
dición que  en  el  Paraguay  se  tiene  de  haber  dicho  el  Sto.  Apóstol  que 
cuando  viniesen  unos  hombres  sucesores  suyos,  que  trajesen  cruces  como 
él  traia  volverían  á  oir  la  doctrina  que  él  les  enseñaba.  —  A  la  objeción  se 
puede  responder,  que  quien  en  el  Oliente  en  la  Ciudad  de  Meliapur  trajo  un 
madero  de  inmensa  grandeza,  que  mucho  número  de  hombres  y  elefantes  no 
podían  mover,  para  la  fábrica  de  un  templo  material,  bien  podría  traer  este 
madero  precioso  para  el  edificio  espiritual  de  su  predicación;  y  el  que  de  una  "no^reíaSeá 

I,.         /        .  ■  /  ,  ii-  •  /—  1  j  .la  América  y  de 

ndia  a  otra  le  paso  sm  galeones,  le  aligeraría  su  Cruz  al  peso  de  una  paja,  eiuáu  india. 


BIBLIOGRAFÍA  MEXICANA  DLL  SIGLO  Xl'lll. 


6  p    t  Co-       56.  —  El  empeño  en  que  me  ha  puesto  el  tratar  de  la  Cruz  de  Santo  Thome, 


niü  Sto.  Apusti; 

1  ol la  Santa 

en  Carobuco. 


me  obliga  á  decir  de  su  colocación  por  las  manos  del  Santo,  de  su  invención 
en  estos  nuestros  dias,  y  efectos  que  hizo  y  al  presente  hace;  y  no  jusgo 
haber  salido  de  mi  intento  porque  trato  cíe  la  conversión  de  gentiles  y  pre- 
dicación del  Evangelio,  (pie  es  imposible  hacerse  sin  Cruz,  y  aun  á  veces 
muy  pesada,  pero  como  es  el  yugo  de  Cristo,  ella  aligera.  Consta  por  tra- 
dición que  el  Sto.  colocó  este  divino  Estandarte  en  Carabuco,  pueblo  de 
gentiles  de  los  mas  idolatras  y  supersticiosos  que  se  conocieron  en  el  Peni, 
á  cuya  vista  enmudecieron  los  simulacros  que  hasta  allí  habían  sido  muy 
parleros,  avisando  á  los  Indios,  que  mientras  no  quitaban  aquella  Cruz  ni 
habían  de  ser  propicios,  ni  darles  respuesta;  y  esta  fué  la  causa  porque  los 
indios  echaron  aquella  preciosa  reliquia  en  la  Laguna,  pero  yéndose  la 
echaron^en  una  Cruz  por  su  peso  al  fondo  en  presencia  de  los  gentiles  á  la  mañana  ama- 

laguna. 

El  modo  rom.)  necia  sobre  el  agua,  los  cuales  por  quitar  de  una  vez  aqueste  estorbo  á  sus 

fué  hallada  la  b         '  f         M  M 

Su-  '•  ídolos  sacaron  la  Cruz  del  agua  y  encomendándosela  al  fuego  pretendie- 

ron volverla  ceniza,  á  que  aplicaron  todo  su  poder  sin  que  las  llamas  hi- 
ciesen en  ella  mas  señal  de  la  necesaria  para  que  ahora  en  nuestros  tiem- 
pos se  comprobase  la  tradición  común  de  los  indios  á  la  vista  de  nuestros 
ojos;  y  así  por  un'lado  tiene  una  breve  señal  de  fuego. 

57. — Viendo  los  gentiles  que  los  dos  elementos  de  aguay  fuego  no  podian 
contrastar  aquel  madero,  trataron  de  encoineud  trio  á  la  tierra:  cabaron  en 
ella  tres  estados  y  tan  junto  al  agua,  que  lo  mas  del  año  cubria  aquel  lugar, 
y  allí  depositaron  este  tesoro;  y  para  que  estuviese  más  oculta  dejaron  he- 
cho un  albañal  de  inmundicias.  Llegó  el  tiempo  que  el  Señor  tenia  deter- 
minado sacar  este  testimonio  de  verdad  de  su  Evangelio  para  que  constase 
que  por  los  sagrados  Apóstoles  se  habla  predicado  en  todo  el  universo:  cuya 
invención  fué  esta,  sacada  de  la  Historia  del  P.  Fr.  Alonso  Ramos  del  or- 
den de  Sn.  Agustín.—  Comían  los  indios  de  Carabuco  juntos  en  la  plaza 
el  dia  celebre  de  Corpus,  uso  común  por  aquellas  partes  de  celebrar  las 
fiestas,  encendióse  al  calor  del  vino  una  pesada  pendencia  entre  dos  par- 
cialidades que  habitaban  en  aquel  pueblo,  y  viniendo  á  las  manos  prorrum- 
pieron también  en  voces  diciéndose  alternativamente  palabras  injuriosas: 
los  Amanzayas  que  eran  advenedizos,  dijeron  á  los  Urnizayas  que  eran 
naturales  del  pueblo:  vosotros  sois  mal  inclinados  y  hechiceros,  y  vuestros 
antepasados  apedrearon  á  un  Santo  (*)  que  les  predicaba  la  fe  y  creencia  de 
un  solo  Dios,  y  pretendieron  quemarle  una  Cruz  que  consigo  traia;  esta  la 
tenéis  escondida,   y  sabéis  muy  bien  donde  está  y  no  la  queréis  mostrar. 


(*.)  Santo  Thome:  Santo  Thomc:  Santo  Thome!  ....  Luego  que  leí  lo  que  va  escrito  al  prin- 
cipio «le  este  Santo  Apóstol,  me  acordé  haber  leido  lo  que  aquí  llevo  escrito  de  Quetzalcohualt,  y 
con  cuidado  lo  voiví  á  leer;  y  porque  me  pareció  ser  nuestro  Sto.  Apóstol,  lo  escribí  aquí  para 
que  el  lector  hiciera  juicio  de  ello.  Ahora  llegando  aquí  con  la  pluma  me  dio  vehemente  deseo, 
é  impulso  de  leer  la  aparición  de  N?  Sra.  de  Guadalupe  de  México  en  que  hallé  lo  que  veros  al 
n'.'  52  que  confirma  lo  que  yo  sentía:  el  Sor.  es  testigo  á  la  verdad,  á  cuya  gloria  lo  comenzé  y 
á  honra  dej  Santo,  para  que  todos  lo  sepan  y  den  alabanza. 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII 

429 

Vino  esta  noticia  al  Cura  llamado  el  P.  Sarmiento  y  muy  siervo  de  Dios, 
el  cual  ya  con  halagos,  ya  con  amenazas  supo  el  lugar,  de  donde  habien- 
do cabado  tres  estados  la  sacó.  —  Hace  nuestro  Señor  por  esta  Cruz  mu- 
chos milagros,  principalmente  contra  los  rayos  c  incendios,  muchos  se 
cuentan;  y  muchos  escribe  el  P.  Fr.  Alonso  Ramos  eül  Con  esto  he  con- 
cluido con  la  Cruz  restos  y  señales  que  hay  en  el  Occidente  del  glorioso 
Apóstol;  agora  volveré  á  mis  reducciones  deseoso  de  que  alguno  tome  es- 
te rasguño  para  tratarlo  en  histoiia  con  fundamento. 

Hasta  aquí  el  P.  Antonio  Ruiz  que  acaba  á  fs.  35,  de  quien  lo  copié  en 
México  á  15.  de  Noviembre  de  1,679.  años. — Duarte.  —  Una  rúbrica. 

58.  —  A  fs.  26  del  libro  intitulado  "felicidad  de  México"  en  la  aparición     pruébasecomo 
de  N;.1  Srñora  de  Guadalupe  que  escribió  el  Licenciado  Becerra;*  y  dio  á  dios  metafórica- 

mente    llamaban 

la  estampa  año  de  1,675  el  Doctor  Don  Antonio  de  Gama  sujeto  de  todas   Q^akohuati 

r  >     /  J  J  es  Sto.  Thome. 

prendas,  segundo  Gama  en  descubrir  como  el  primero  y  su  ascendiente  el 
nuevo  mundo  de  la  India,  y  en  llevará  él  la  nueva  luz  del  Evangelio:  és- 
te en  dar  á  conocer  el  descubrimiento,  ó  nuevo  y  milagroso  hallazgo  de  la 
luz  del  Occidente  Maria,  escribe  en  el  lugar  citado  así,  á  fs.  26: — A  que 
se  llega  ser  el  día  22  de  Diciembre,  subsecuente  á  la  festividad  del  Após- 
tol Santo  Tomás,  que  sin  duda  fué  él  quien  predicó  el  Evangelio  á  las  na- 
ciones de  este  nuevo  reino  mucho  antes  de  la  fundación  de  esta  Ciudad,  en 
la  de  Tula,  ó  como  dicen  los  naturales  Tollan  de  que  vi  pintura  y  tradición 
que  no  puede  aplicarse  á  otro  del  Apostolado,  por  haberse  conservado  su 
apellido:  Didimün;  esto  es  Mellizo,  y  de  que  hayan  quedado  en  las  Indias 
Occidentales  rastros  de  este  Santo  Apóstol,  véase  al  Sor.  Don  Juan  de 
Solorsano  en  su  Política  lib.  1  cap.  7.  donde  cita  á  fr.  Gregorio  García  Re- 
ligioso Dominico  en  su  libro  de  Indiarum  Origine;  y  en  otro  tratado  es- 
pecial del  Santo  Evangelio  en  el  nuevo  Orbe;  y  así  mismo  á  fray  Alonso 
Ramos  en  la  Historia  de  la  Virgen  de  Copacabana,  y  otros  A.  A.;  y  no 
puedo  persuadirme,  á  que  el  cómputo  de  los  siglos,  que  usaban  los  natu- 
rales mexicanos  de  52  años  cada  siglo,  dando  á  cada  año  la  cantidad  de 
365  dias  tan  conforme  á  la  verdad,  se  pueda  atribuir  al  Demonio,  Padre 
de  la  mentira,  sino  á  enseñanza  de  este  Santo  Apóstol;  á  que  se  llega  que 
al  fin  de  cada  52  años  solares  anadian  13  intercalares,  por  trece  bisiesto?, 
que  hay  en  cada  uno  de  estos  siglos;  porque  al  tiempo  que  se  dividieron 
los  Apóstoles  por  todo  el  Orbe  á  predicar  el  Santo  Evangelio,  siguieron 
el  cómputo  del  año  ordenado  por  Julio  Cesar,  que  precedió  al  nacimien- 
to de  Cristo  Señor  Nuestro,  que  observaron  los  Romanos  en  todo  su  Im- 
perio.—  Hasta  aquí  este  Autor  el  cual  dice,  que  el  Santo  Apóstol  hizo  el 
Calendario  mexicano.  — Ai  riba  á  fs.  ri?  13  se  ve  como  Torquemada  es- 
cribiendo de  Quetzalcohuatl,  dice  que  hizo  el  Calendario;  luego  este  es 
Santo  Thome,  de  quien  así  mismo  escribe  que  traía  en  el  vestido  cruces,     Notable ttt 

(*)   Parece  que  como  allá  habló  la  bonica  de  Balaan,  aquí  habló  una  Becerra;  y  que  bien  ha- 
bló!  Oh  dichoso  hombre!.  .  .  .   Ojos  de  lince  que  viste  la  profundidad  de  las  aguas  de  Theomin, 


BIBLIOGRAFÍA  MEXICANA  DEL  SIGLO  XVIII 


430 


Noticias  del 

Pantillan. 


Como  escribí 
lus  iridios. 


Pintura    gero 
glífica. 


Demuéstrase 
como  este  fué  St 

Thomecon  algí 
lias  notas  á  ello 


como  las  traia  el  Santo  Apóstol:   escribe  Torquemada  (como  se  ve  á  fs. 
11?  1)  que  los  de  Quetzalcohtiatl,  fabricaron  aquellos  grandes  palacios 
de  Mictlan  en  la  Mixteen,  que  quiere  dicir  Infierno,  y  á  este  propósito  re- 
fiere loque  escribe  Solorzano  "Política  Indiana"  lib.  I.  cap.  7.  ful.  28.  col. 
2.  que  dice  así:— Que  es  así  mismo  lo  que  San  Pablo  dijo  del  nombre  San- 
to de  Jesús,  que  le  adorarían  y  le  hincarían  la  rodilla  todos  los  del  Cielo, 
tierra  y  Infiernos.   Donde  San  Hilario  y  Maluenda(*)  dicen,  que  en  la  pala- 
bra Infiernos  quiso  significar  nuestros  antípodas  y  americanos  que  estaban 
como  escondidos  ó  sepultados  en  lo  más  bajo  de  tales  abismos  de  mares  y 
tierras,  que  respecto  de  las  nuestras  en  toda  propiedad  se  llaman  infernas. 
59.  —  Para  mayor  inteligencia  de  lo  que  luego  diré  conviene  decir  aquí, 
como  el  P.  Francisco  Calderón  de  nuestra  Compañía,  provincial  que  fué  de 
esta  Nueva  España  escribió  (que  he  leído)  el  año  de  1,637  un  libro  del  Pau- 
titlan  (y  para  eso  mandó  también  pintar  un  libro  que  está  en  nuestro  Cole- 
gio de  México  en  la  librería  en  figuras  como  escribían  los  indios  de  México, 
y  sus  Reyes,  en  que  está  el  Pantitlan)  á  fs.  15.  (con  autoridad  de  fr.  Gerónimo 
de  San  Román  lib.  2.  cap.  15  de  las  Indias  Occidentales)  dice  así: — ''Yo 
he  hallado  que  los  indios  tienen  historia  de  3,800.  años.  Estos  mismos  in- 
dios vinieron  de  Babilonia:  tuvieron  noticia  de  la  creación  del  mundo,  y  del 
primer  hombre  del  género  humano:  de  su  caida  por  haber  comido  del  árbol 
prohibido:  también  la  tuvieron  del  Diluvio,  y  propagación  del  género  hu- 
mano por  el  modo  siguiente: — Pintan  un  geroglífico  que  significa  el  dia  á 
un  latió  un  n?  de  siete,  con  que  declaran  que  en  ese  dia  crió  Dios  N.  S.  to- 
das las  criaturas:  luego  pintan  al  primer  hombre  Adán,  que  de  varonil  edad 
se  llalla  en  el  Paraíso,  pintan  el  atbol  veda  lo  de  que  comió  y  señalaban  el 
dia  nono:  luego  pintan  al  primer  hombre  caído,  arr  >jado  fuera  del  Paraíso, 
denotando  que  por  haber  comido  de  aquel  árbol  cayó  de  la  alteza  en  que  es- 
taba y  fué  echado  del  Paraíso:  luego  pintan  al  hombre  cultivando  la  tierra 
y  á  otros  que  le  acompañan  en  varios  ejercicios  y  oficios  manuales:   pintan 
dtspues  agua  que  va  cayendo  del  cielo  inundando  la  tierra  y  la  gente  que 
perece  en  el  Diluvio:  en  la  cumbre  de  un  alto  monte  pintan  una  cueva  y 
á  la  entrada  huellas  de  personas  que  van  entrando;  pintan  ocho  personas 
que  en  ella  se  amparan  de  las  aguas  con  algunos  pájaros  que  los  acompa- 
ñan, en  que  declaran  aquella  celebrada  Arca  que  fabricó  Noe,  defensa  de 
las  ocho  personas  que  en  ella  entraron  con  los  demás  de  los  animales." — 
Hasta  aquí  el  P.  Calderón. — Hemos  entendido  esta  Historia  así  pintada  y 
así  escrita;  pero  pregunto,  quien  pintaba  solamente  la  entendiera  si  no  se 
la  explicaban? ....  que  para  eso  eran  los  cantares  de  los  indios;  y  cuantos 
leyendo  aquí  que  cito  el   lib.  del  Pantitlan,  no  saben  lo  que  es;   y  dirán, 
mire  el  bárbaro  lo  que  escribe;  pues  preguntemolo  que  se  lo  diré. (**) 
60.  — Veamos  pues  ahora  (hablando  con  la  misma  protesta  con  que  aca- 

(*)  De  antich,  lib.  3    cap.  16  pág.  150.  —De  Hilar,  supr.  psalm.  3. — 
Esto  se  confirma  á  fs.  119.  col.  1,  Ilerr.  Dcc.  3.  lib.  3.  cap.    10. 


BlBLlOGRAVlA  MEXICANA  DEL  SIGLO  XVÜl. 

43 1 

ba  la  Historia  de  la  aparición  déla  Virgen  Santísima  de  Guadalupe  el  Lie. 
Becerra,  y  con  el  deseo  que  en  las  con  que  acaba  la  tradición  del  Santo 
Apóstol  en  el  Paraguay  el  1\  Antonio  Ruiz)  que  cuentan  las  historias  que 
vido  Torquemada  y  cita  Becerra  del  Quetzalcohuatl  según  que  de  su  His- 
toria Monarquía  Indiana  van  á  la  letra  sacadas  (de  que  es  digno  de  ala- 
banza, el  Sr.  le  haya  dado  el  premio)  y  de  alabar  por  ello  al  Señor  que  le 
dio  impulso  para  que  escribiera  esta  Historia;  que  no  hay  duda  que  será 
de  mucha  gloria  de  Dios  y  honra  del  Santo  Apóstol  y  consuelo  de  los  na- 
turales destas  partes  el  saberse  que  el  Santo  Apóstol  estuvo;  y  que  lo  es- 
cribieron debajo  de  aquel  nombre  metafórico  á  Quetzalcohuatl  no  adora- 
ron como  á  Dios,  que  eso  no  lo  dice  la  Historia.  —  Escriben  de  él  que  vino 
de  la  costa  de  Panuco  á  Tula  el  mismo  de  quien  habla  Becerra  con  nom-  Qlleizaicohuati. 
bre  de  Didimo  ó  Mellizo:  dicen  lo  primero  de  él,  que  era  blanco,  barbudo, 
a'to  de  cuerpo  (cuya  Imagen  dice  guardaban  envuelta  en  mantas  ricas  re- 
costada, y  de  aquí  se  prueba  que  no  le  tenían  por  Dio?,  contra  lo  que  es 
cribió  Torquemada,  cuando  le  describe  por  uno  de  los  dioses  de  los  indios) 
de  buena  condición;  dice  que  en  Tula  le  cometieron  adulterio  los  Señores 
de  allí,  (*)  y  que  dos  Señores  eran  quien  lo  cometían  Tezcatlipuca  y  Híte- 
mete; (**)  dicen  que  de  Cholula  se  fue  á  Campeche:  (notta:  allí  como  dice 

Herr.  Decad.  2.  lib.  .  .  .  fs.  61.  col.  1.  part.  2  fué  donde  la  primera  vez,  año      Nota  ¡nterca- 

r  .  Ilda  en el  texto- 

de  1517,  españoles  con  Francisco  Hernández  de  Cordova,  vieron  Cruces; 

y  la  tradición  de  aquellos  indios  era,  que  un  hombre  blanco  que  fué   allí     Cruces  en 

de  las  partes  del  Poniente  las  puso:  de  aquí  se  prueba  que  primero  estuvo 

en  esta  Nueva  España,  que  en  el  Brasil,  Paraguay  ni  Perú,  á  que  se  l'ega 

la  tradición  de  la  Santa  Cruz  de  Guatulco(**#)  Otra  Historia  hay  que  con- 

(*)  Repárese  que  no  ha  dicho  que  fué  casado. 

Nota.  Hay  aquí  en  que  reparar  en  la  incertezade  este  cuento:  dice  que  dos  le  acometieron       Xoia  . 


lurtes. 


1  ue    to- 


el  adulterio,  y  el  uno  de  ellos  es  á  quien  ellos  difinen  por  Dios  Supremo  v  Todopoderoso,  como  do  lo  compreadi- 

,                    •                                                                            ,.r                                                      1-  -  1     !!•           ■        „  do  en  esta  se  cu- 
liemos  visto;  con  que  se  reconoce  cuan  diferentemente  se  entendió  la  Historia:  Htiemac era  ver-  .neutra  incorpo- 

daderamente  Rey  ó  Casique  allí,  y  Torquemada  le  nombra  entre  los  que  allí  lo  fueron;  este  pues  rado  en  el  cuerpo 

,  .  .       .  .  .  .  del  texto  original 

persiguió  al  Santo  y  a  su  doctrina;  y  por  eso  siguiendo  el  consejo  de  Cristo  se  salió  de  allí  para  como  s¡  formase 

Cholula:  ademas  de  que  hablando  Torquemada  de  Quetzalcohuatl  en  lo  corriente  de  su  I  listona,  ^áníosesudirec- 


y  después  como  de  hombre  á  quien  á  su  modo  canonizaron  por  santo,  y  en  las  partes  que  andu-  ció» ' 

vo,  tiempo  &;.'  hay  contradicción;  como  aquí  en  decir  que  el  que  los  indios  tenian   por    Supremo  al  principio  y  fin' 

y  Omnipotente  Dios  le  habían  hecho  adulterio  juntamente  con  otro  hombre  mortal;  y  la  razón  á  >e  la,  n"sma 

.                               .           .    •     .                                                          J                                                                                          '  numera   hay    no- 
mi  ver  de  esta  implicación,  es  porque  aunque  Torquemada  fue  muy  deligente  en  averiguar  lo  que  tado- 
escribió,  pero  no  todo  lo  que  escribió  lo  averiguó;  porque  lomas  lo  escribieron  los  primeros  Ue  S£z.Ptinta  roja.) 
ligiosos,  en  especial    como  se  saca  de  las  mismas  historias,  todo  lo  que  tocaba  á  religión  en  que  ¡.apalabra 

,       .      .    .                                  .        ,.           .      ,     ,                 r            ,     ,        •     ,-                   ,     ,  adulterio,  uaná 

al  principio,  no  con  tanta  inteligencia  de  las  metáforas  de  los  indios  para  dudar   y   pregunta!',    y  una  significación 

sacar  el  verdadero  sentido;  ademas  de  que  luego  los  Religiosos  les  dieron  á  entender  que  cuan-  ^"j™  }t"£a 
tas  ceremonias  y  ritos  tenian  eran  diabólicos,  y  al  Diablo  habian  adorado;  y  así  los   inisnn 
dios  contribuían  también  y  usaban  de  la  palabra  nigromántico  (á  nuestro  entender    encantador, 
hechicero  &  '.' 

***)  Notta.  Herr.  Dec.  3.  lib.  4.  f.  165  col.  1.  dice  así:  —  En  Cumaná  adoraban  muchos  ídolos.  Esta  AW«  for- 

y  entre  ellos  tenian  una  Aspa  como  la  de  San  Andrés,  en  un  cuadro  como  signo  de    Escribano,  mj  una  apostilla 

3  '                                                                                                                 ...  escrita  en  el  ori- 

cuadrado,  cerrado  y  atravesado  en  cruz  de  esquina  á  esquina;  y  muchos  religiosos    dijeron   que  g¡,tal  al  margen, 
era  cruz,  que  se  defendían  de  noche  con  ella  de  los  fantasmas,  y  la  ponían  a  los  niños  en  acaban- 
do de  nacer;  esto  escribe  el  Autor.  — Tero  yo  vide  delante  de  Cuernavaca  en  esta  Nueva  España 

4  leguas  de  ella  al  Sudueste  en  el  cr.mino  que  va  á  Mazatepec,  junto  al  1  ueblo  de  Tetlauma,  en 


ÉIBL10GRAFIA  MEXICANA  DEL  SIGLO  XVIII. 

432 

firma  lo  que  digo  de  no  haber  entendido  la  Historia  de  los  Indios.  Dije- 
ron los  indios  que  Huemac  siguió  hasta  Cholula  á  Ouetzalcohuatl  y  que 
hizo  allí  grandes  castigos,  y  que  se  hizo  adorar  por  dios.(*) 

61.  —  Demás  que  fué  gran  sacerdote  en  Tula,  y  que  el  Obispo  de  Chiapa 
escribió  de  él  la  apología  de  Campeche;  ( 1)  dice  mas,  que  era  alto  de  cuer- 
Huemac.         po,  (2)  que  era  artista  ingenioso;  (3)  que  en  Cholula  Huemac  gobernaba 
ouetzalcohuatl.  1°  temporal  y  Quetzalcohuatl  lo  espiritual;  (4)  que  tenia  pillados  de  pie- 
dras preciosas;  que  los  subditos  eran  muy  obedientes,  abundantes  los  fru- 
tos &?;  que  hacia  penitencia  sacándose  (frutos  &?  (5)  sangre  con  que  en 

un  cerro  el  templo  llamado  Xuchicalco  esculpidas  en  las  piedras  Aspas  deesta  forma  X  y  Mitras; 
y  las  veía  quien  quisiere. — Calaucha  lib.  2.  cap.  2.  f.  315.  col.  2  dice  se  hallaron  también  en  el 
Perú;  á  f.  327.  col.  2.  trae  otras  Aspas  que  se  hallaron  esculpidas  en  Calango,  y  cita  á  (lomara 
cap.  83.  part.  1. 
Esta  nota  está  (*)  Notta  que  á  Huemac  no  lo  tu  vieron  los  indios  por  Dios,  y  así  mal  le  podrían  dar  adoración: 
intercalada  en  el  est0  se       ueba  en  que  escribiendo  libro  de  los  que  tuvieron,  no  lo  cuentan  ni  lo  mencionan  como 

texto     \  ule  sup.  .  .  . 

la  de  la  pág.  (t.  tal  en  la  Historia;  lo  que  sí  querían  decir  era,  que  habiendo  Huemac  apartado  á  los  cholultecas 
de  la  buena  doctrina  del  Apóstol,  la  detestaron  y  dieron  culto  á  laque  tenían;  y  esta  palabra  cul- 
to, estaría  escrito  con  tal  término  que  en  la  esplicacion  se  entendió  ó  equivocaba  con  adoración. 
Valdreme  de  un  símil,  porque  de  otra  manera  no  puedo,  ni  sé  darme  á  entender;  para  probar  co- 
mo en  la  materia  pudo  haber  mala  inteligencia,  mala  esplicacion  y  ningún  reparo  en  el  historia 
dor,  V.  g.  enseña  un  cristiano  á  un  moro,  a  un  gentil  en  Turquía  ó  en  la  Tartaria  &a  á  persig- 
narse, comienza:  Por  la  señal  de  la  Santa  Cruz  de  nuestros  enemigos  ¿s-3.-  pregunto  agora,  estas 
palabras  como  suenan,  si  el  que  las  oyó  las  enseñase  á  otro,  y  este  le  preguntase  que  quiere  de- 
cir aquella  palabra poi  la  señal  aquí  está  la  dificultad)  era  necesario  que  este  recurriese  al  que 
se  la  enseñó,  el  cual  solo  para  esplicarsela  le  refiriese  toda  la  doctrina  cristiana  y  le  esplicaria 
aquella  palabra  por  la  señal  asi  habla  la  criatura  pecadora  con  Dios  Padre,  Todopoderoso  ofen- 
dido yledice,porlos  méritos  de  tu  hijo  Jesucristo  y  por  lo  que  por  mi  padeció  en  la  Cruz  en  su  pa- 
sión, líbrame,  perdóname  mis  pecados:  así  le  diria  al  gentil  ó  al  infiel;  pero  á  cualquiera  católico; 
y  en  lo  escrito  bastaría  solo  decir  por  la  señal:  así  en  nuestro  caso.  Cuantos  en  nuestra  lengua, 
aunque  lo  leen  no  sabrán  que  es  Nadie,  Solsticio,  Antartico,  senorinia  de  claveles,  avezado,  Kqui- 
nocio  &?  Pues  que  seria  si  estos  nombres  los  copiase  un  chichimeca?  que  llevaba  en  llevar  so- 
lo lo  que  suena  la  vos;  al  sombrero,  llamamos  sombrero  porque  nos  hace  sombra;  de  manera  que 
hay  aquí  nombre  y  su  significado,  teniendo  áeste  modo  en  sus  historias  los  indios  las  cosas,  á 
quien  las  sacaba,  no  daba  mayor  inteligencia,  iban  faltas  de  la  verdad  y  de  la  buena  inteligencia: 
pondré  otro  ejemplo  de  esto;  escribe  que  los  Tultecas  salieron  de  su  tierra  Huehuetlapan  el  año 
ce  leepall,  y  describiendo  la  salida  de  los  mexicanos  de  la  suya  Azllan  para  venir  á  ésta  y  muchos 
años  después  dice,  que  salieron  el  año  ee  teepatl,  como  si  dijéramos:  Los  Godos  vinieron  á  Es- 
paña año  de  1679  y  los  Moros  ganaron  á  España  el  año  de  1679:  en  la  2?  parte  diserniendo  la 
rueda  con  que  contaban  los  años  y  los  meses  escribe  una  impropiedad  en  los  nombres  mexicanos 
vueltos  en  castellano  como  si  dijéramos  uno  Enero,  dos  Febrero,  tres  Mayos,  cuatro  Abriles-,  en 
lugar  de  decir  el  1?  Enero,  el  segundo  Febrero,  el  tercero  Mayo,  el  cuarto  Abril, 
(i)   Con  que  parece  que  debió  de  sentir  lo  mismo  que  Becerra. 

Todas  las  notas  (2)   ^5iene  'Men  esto  con  decirse  en  el  Paraguay  de  la  huella  de  14  puntos  y  en  el   Brasil  de 

que  siguen  están    gtO.  Thome. 

intercaladas  en  el  ,  ,        ,  .  .         .  .  ,..,., 

texto  y  separadas         (3)  Es  decir  que  les  ensenaba  a  trabajar  y  que  ejercitasen  oficios  para  adquirir  la  vida,  y  que 
por  paréntesis      ¿|  trabajaba  para  sustentar  la  vida  honestamente  con  sus  manos,  por  aprovechar  y  huir  la  ocio- 
vertido  en  las     sidad,  como  después  lo  enseñaron  é  hicieron  los  Religiosos;  y  en  el  Brasil  y  Paraguay  les  ense- 
coíno  ellas  mece-  n°  *  plantar  la  Mandioca,  que  es  el  Cazavi. 

dklas  de  la  pala-         (zl     j?s  contra  lo  que  ha  dicho  que  no  concurrieron  nunca  juntos,  pues  aquel  era  perseguidor 
roja.  Rz.)  suyo;   y  perseguido  de  él  se  salió  huyendo  á  Campeche. — También  entenderían  los  indios  por 

piedras  preciosas,  Margaritas,  etcétera,  alegóricamente  lo  alto,  lo  precioso  de  su  doctrina,  docu- 
mentos y  enseñanza. 

(5)  Aquello  pudo  ser  ó  de  las  riquezas  celestiales,  ó  de  la  gloria  que  les  predicaba  por  pará- 
bola, como  decimos  de  la  celestial   ferusalen,  ó  del    Paraíso  terrenal  antes  del  pecado  cuando  la 

Interpretacio- 
nes alegóricas       razón  obedecía  al  Divino  Hacedor  y  correspondían  las  criaturas  terrestres  á  Adán  antes  que  pe- 
cara; y  aquellas  grandes  voces  serian  las  que  daba  para  llamar  á  los  hombres  á  oír  la  divina  pala- 


bibliografía  mexicana  del  siglo  XVII i. 

433 

sangrentaba  las  púas  del  maguey;  (i  )  que  los  sacerdotes  dicen  tomaron 
de  él  ésta  costumbre  (2). —  Escriben  que  estando  en  Tula,  (3)  aquel  má- 
gico Titlacahuan:  Dios  Omnipotente  y  Todopoderoso  que  dice  tratando 
de  él  se  le  apareció  como  viejo,  que  sabia  sus  secretos,  sus  intentos;  que  le 
reveló  lo  que  pensaba,  que  le  dio  aquella  bebida  que  le  suspendió  los  sen- 
tidos, que  le  enlibó,  que  le  hizo  inmortal;  (4)  que  le  dijo  aquel  nigromán- 
tico que  le  apareció  que  habia  de  ir  á  Tlapala  porque  le  estaba  allá  aguar- 
dando otro  viejo;  (5)  que  después  de  aquella  venida  lloró  amargamente  y 
comenzó  su  jornada;  (6)  que  esto  corrió  muy  en  general  entre  los  indios, 
y  que  á  esta  causa  se  persuadió  Motecuhcuma,  que  cuando  llegaron  los 
españoles  se  persuadió  y  todos  á  que  este  era  Quetzalcohuatl;  (7)  que  con 
el  encanto  y  embuste  del  nigromántico  antes  de  partirse  de  Cholula  que- 
mó algunas  cosas  que  tenia  hechas  de  plata  y  enterró  otras  cosas  preciosas 
•  en  las  barrancas  &?;  (8)  que  como  era  nigromántico  convirtió  los  árboles 
buenos  en  malos  y  mandó  á  las  aves  que  le  acompañasen  cantando  &?;  (9) 

bra  con  el  símil  del  que  llamaba,  á  la  mañana,  á  medio  dia,  á  la  tarde  &?;  ponderándoles  que  de- 
bían servir  á  Dios  como  las  criaturas  á  su  criador,  Sol,  Luna,  Estrellas  &?-;  como  los. esclavos  y 
vasallos  temporales  al  rey. 

(i)  Aquí  se  ve  la  equivocación  y  peor  inteligencia  que  por  decir  que  les  enseñó  penitencia  y 
la  hacia  él  enseñándoles  á  llorar  sus  pecados,  y  con  las  púas  del  maguey  castigaba  su  carne,  le-  ' 
yeron  que  se  sacaba  sangre  para  huntar  las  púas  del  maguey:  y  en  decir  que  se  lavaba  á  media 
noche,  que  se  llamaba  Xinkpacoya,  que  no  lo  explica  quizas  diria,  que  así  como  la  luz  de  la  gra- 
cia alumbra  la  obscuridad  de  la  media  noche  así  la  penitencia  lava  y  blanquea  lo  más  negro  (le- 
las culpas. 

(2)  Y  tomarían  las  demás  buenas  que  mudaron  ó  dejaron  pues  dice  Torq.  hablando  de  sus  ce- 
remonias y  ritos  que  el  demonio  quiso  hacer  mona  de  Dios,  por  qué  lo  dijo?  sino  porque  tenían 
el  remedio  de  toda  nuestra  religión  (lee  su  2'}  p.  y  lo  verás1  que  mudaron  ó  que  se  les  apagó  co- 
mo á  los  Batuecos. 

(i,)  Es  lo  que  se  escribe  atrás  á  fs.  n?  6. 

(4)  Que  otra  cosa  fué  sino  Dios  Eterno,  Dios  Viejo,  Dios  Anciano  al  modo  que  les  hablaría 
que  por  medio  de  su  Hijo  les  reveló  Misterios  altos,  que  le  dio  su  cuerpo  Sino,  en  bebida,  Mis- 
terio tan  alto  que  su  consideración  trasforma  al  hombre,  y  de  hombre  carnal  y  mortal  por  el  pe- 
cado le  hace  inmortal  por  medio  de  la  Gracia,  y  que  este  le  envió  á  predicar  y  á  convertir  al 
mundo. 

(5)  Esto  fué  lo  mismo  que  decirle  que  después  de  esta  vida  iria  á  la  (doria  y  á  descansar  á  lo 
alto  con  el  padre  délas  lumbres  ó  luces  que  eso  es  Tlapalan;  y  que  Tlapala  no  es  la  tierra,  se 
prueba  en  lo  que  dice  que  los  indios  preguntaban  al  P.  Sahagun  á  donde  era  Tlapala. 

(6)  Esto  sería  que  dijo  Misa  se  comulgó  y  lloraría  la  perdición  de  tantas  almas. 

(7)  Luego  creian  á  que  habia  de  volver?  y  porqué  lo  creyeron?  porque  él  lo  habia  dicho;  y 
como  lo  dijo  así  sucedió:  luego  aqui  vemos  cumplida  la  mesma  profesia,  que  les  dijo,  como  se 
cumplió  en  el  Brasil,  Paraguay,  Perú  y  Malipur;  luego  este  Quetzalcohuatl  es  Didimo  Mellizo  y 
Thomé? 

(8)  Esto  seria  por  no  echar  las  margaritas  á  los  puercos,  vista  la  persecución,  quemar  algunos 
ornamentos  ó  cosas  sagradas,  ó  esconder  algunas  reliquias  como  hacían  los  cristianos  de  la  pri- 
mitiva iglesia  en  las  persecuciones. 

(9)  Como  estas  obras  son  maravillosas  denotan  algunos  milagros  .pie  obraba  el  Santo  para 
confirmación  de  su  doctrina;  asi  en  las  plantas  (Cristo  mandó  a  la  higuera  &?  |  y  á  las  aves  y  le 
obedecerían  al  modo  que  el  V.  P.  Anchieta  y  otros  muchos  Santos  y  por  eso  le  llamaron  nigro- 
mántico: lo  cierto  es  que  en  la  lengua  de  los  indios  le  llamaban  el  obrador  de  maravillas:  y  ma 
yor  maravilla  fué  aquella  que  referimos  arriba  que  obro  Santiago  en  España  resucitando  a  Samuel 
muerto  después  de  637  años;  y  con  todo  dicen  que  en  toda  ella  solo  a  siete  convirtió.  Pero  aun- 
que aquí  le  llamaban  nigromántico,  la  verdades,  que  los  indios  no  le  tuvieron  por  tal  ni  por  Dios, 
sino  que  le  estimaban  como  á  hombre  admirable  por  los  prodigios  y  maravillas;  y  para  que  se  vea 
una  de  las  equivocaciones  ó  errores  de  la  relación  .pie  dictaban  y  del  que  copiaba:  describe  Toe- 


BIBLIOGRAFÍA  mexicana  DEL  SIGLO  XVI 11 

434 

que  le  acompañaba  mucha  gente  tocando  flautas  é  instrumentos;  (i)  que 
caminando  contra  Tula  camino  de  México  á  la  parte  del  Norte  algo  al  no- 
roeste en  un  serró  descansó  (2)  y  estampó  las  manos  en  una  piedra  y  que- 
daron estampadas,  y  por  eso  se  llamó  después  Tecnacpalco;  y  dice  Tor- 
quemada  que  averiguó  ser  así.  (3)  Viendo  los  hechiceros  la  determinación 
y  engaño  á  que  se  halda  persuadido  Quetzalcolutatl  no  lucieron  mas  instan- 
cia en  detenerle;  (4)  que  le  preguntaron  á  donde  iba?  que  respondió  que  á 
Tlapala;  que  le  llamaban  de  la  parte  del  Señor  de  ella  que  era  el  Sol;  (5) 
que  vivió  veinte  años  en  Cholula,  y  después  de  ido  le  adoraron  por  Dios; 
que  les  enseñó  oficios  &?;  que  no  admito  sacrificios  de  sangre  humana  ni 
animales,  sino  de  pan,  Rosas  y  Flores  y  olores,  y  porque  vedaba  y  prohi- 
bía las  guerras,  robos  muertes  y 'daño  del  prójimo;  y  que  cuando  en  su 

quemada  la  jornada  que  hizo  de  Tula  para  Chulula  con  estas  formales  palabras  que  le  fuesen  de- 
lante hasta  la  tierra  de  Anahuac,  que  dista  cien  leguas  de  Tula:  esto  dice;  y  á  fs    50.  lib.  I.  p.  I. 
Anahuac.  comienza  el  cap.   21  con  estas  palabras  :    Cap.  21.    De  como  vinieron  otros  seis  señores  de  la  parte 

del  Poniente  á  esta  tuna  de  Anahuac ;  y  en  el  mismo  tomo  i.  p  i.  en  el  Prólogo  del  lib.  4'.'  dice 
asi:  Desembarcó  (Cortes)  en  esta  tierra  de  Anahu.u:  esto  escribe  estando  en  México.  Pues  si 
Anahuac  és  la  tierra  de  México  (como  lo  és  y  toda  esta  N.  España,  y  de  Tula  á  México  no  hay 
mas  de  18  leguas,  y  de  México  á  Cholula  no  pasan  de  veinte,  como  no  reparó  en  la  demasía,  ni 
en  la  tradición  de  distancias  y  partes. 

fl)  Bien  pudo  ser  que  como  en  unas  partes  fuese  mal  recibido,  en  otras  partes  sus  maravillas 
le  sirviesen,  ó  quisiesen  denotar  alguna  procesión  festiva  que  hacia  Sí" 

(2)  Es  junto  á  Tlanepantla. 

(3)  Pien  pudo  ser  que  como  allá  estampó  las  huellas  para  confirmar  la  verdad  de  su  doctrina 
aquí  obrase  maravilla  en  la  piedra  para  lo  mismo.   ••(  lira  piedra  está  en  Ayotla  detras  de  la  Igle- 

Esta  urna  is       "s'a  cerca  del  camino  real  estampado  el  pie  derecho  y  el  izquierdo  en  Sta.  Catalina  á  orilla  de  la 
de  diversa  y  mas   <qaguna  de  Chalco.''   Nota  ahtua  manii. 

forma  una  após-  (41  Esto  dijeron  los  indios  á'forquemada,  y  él  lo  escribió,  ahora  pregunto: — Aquellos  hechi- 
tilla  marginal.  ceros  que  vieron  la  determinación  de  Quetzalcohuatl  Sí",  quien  serian?  aquí  hay  perseguido  que 
se  iba  y  perseguidores  que  se  quedaban;  quien  persuade  y  quien  és  persuadido:  luego  en  los  mis- 
mos yndios  habían  igualmente  hechiceros  como  á  Quetzalcohuatl  nigromántico.  Como  con  esta 
contradicción  se  hacia  concepto  formal  del  caso  sin  reparar?  y  si  los  perseguidores  eran  hechice- 
Interpretacio-  ros  y  él  nigromántico,  y  sin  nada  de  esto  supieron  de  lo  precioso  que  echó  en  la  fuente  de  Coa- 
"""  aleg°"cas-  pan  ,|e  qUe  habia  de  servir  el  echarlas  allí:  en  este  punto  parece  que  hay  mas  enigma,  quizá  que 
tiene  alusión  á  la  fuente  ó  pila  del  Santo  bautismo,  cuyas  preciosas  aguas  encierran  lo  mas  pre- 
cioso de  la  Gracia.  Enseñóles  Quetzalcohuatl  cosas  buenas,  y  por  eso  le  levantaron  templo,  no 
como  á  Dios;  al  templo  llamaban  (Herr.  Uec.  2.  lib.  7.  f.  250.  col.  2)  casa  de  Dios:  Teucali:  y  á 
Dios  Teutl;  y  dicen  las  historias  describiendo  sus  templos  al  tiempo  de  la  entrada  de  los  españo- 
les que  en  lo 'alto  estaba  el  altar  y  piedra  en  que  se  sacrificaban;  y  dirá  claro  está,  quien  les  enseñó 
á  levantar  templos  fué  (Quetzalcohuatl,  en  ellos  se  sacrificaban  hombres,  luego  Quetzalcohuatl 
enseñó  á  sacrificar  hombres?  No. — Moisés  enseñó  al  Pueblo  de  Dios  su  ley  Santa;  y  el  á  un  vol- 
ver de  ojos  idolatró  en  el  toro  de  metal.  Son  tan  antiguos  los  templos  entre  los  indios,  que  es- 
cribió Torquem.  lib.  I.  cap.  13.  part.  1. — que  tultecas  compañeros  de  ntro.  Quetzalcohuatl  mu- 
chísimo mas  antiguos  que  mexicanos,  lo  hicieron  seis  leguas  de  México,  y  se  llamó  l'eotihuacan, 
que  dice,  casa  de  los  Dioses;  y  en  Tula  y  Cholula  el  sacrificar  hombres  (Torquem.  lib.  2.  cap.  I. 
Part.  I.)  lo  inventaron  los  mexicanos  los  mas  modernos  en  la  tierra;  y  fué  viviendo  á  ella  en  Tula; 
y  aqui  vemos  que  en  Tula  á  donde  comenzó  la  buena  doctrina  Quetzalcohuatl,  comenzó  su  per- 
secución y  después  el  sacrificio  de  carne  humana. 
Tlapala.  (5     Reparo  aqui  en  este  nombre  Tlapala,  que  dice  part.  1.  lib.  2.  cap.  14.  f.  40.  col.  2.  que  los 

tultecas  con  quienes  vino  por  caudillo  Quetzalcohuatl,  salieron  de  su  patria  Iluehue  Vlapalau, 
que  quiere  decir  Tlapala  la  vieja:  allá  da  á  entender  que  cuando  llegó  á  Tula  ya  estaba  fundada, 
en  fin  en  lo  que  en  este  capítulo  aquí  citado,  á  lo  que  escribe  á  f.  27S.  col.  1.  lib.  3.  cap.  7.  part. 
I.  hay  contradictoria.  Digo  mas  en  esta  nota;  así  como  Tlapala  es  la  lumbre  celestial,  ó  alta  cla- 
nes alegóricas  rielad  &?,  y  allí  está  el  Sol,  el  decir  el  Santo  que  iba  allá,  para  consiguiente  á  alguna  enseñanza 
suya.  ''1  respuesta  á  alguna  pregunta  que  le  hacían. 


onunciacion 
exicana  de  los 

año- 


BIBLIOGRAFÍA  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

435 

presencia  nombraban  guerras,  muertes  ó  males  del  prójimo  volvía  la  cara 
á  otra  parte  y  se  tapaba  los  oidos;  que  fué  castísimo  y  honestísimo  y  en 
todo  muy  moderado;  (i)  que  fué  su  templo  muy  venerado,  que  aun  los 
enemigos  venian  á  él  en  romería.  (2) 

62. — ¿Quien  les  enseñó  á  estos  indios  aquella  oración  que  está  á  f  11?  20? 
y  quien  Teos,  como  llaman  a  Dios  los  griegos?  aunque  ellos  nunca  pueden 
como  las  demás  naciones  pronunciar  los  nombres  peregrinos  castellanos  con 
la  perfección  que  nosotros:  yo  he  tenido  historias  suyas  en  su  lengua  y  en 
nuestra  letra,  escribía  por  Velasco  Tclasco;  Fiso?  rey  por  Visorrey;  domines  i>, 
por  tomines;  lomatiriqítis por  Don  Martin  Henriqucz;  dola  por  Tula;  cita  non 
t  ton  por  cuarto;  Tcatiuosti  por  Tea  tinos;  Viltiscca  por  Villaseca:  así  todos: 
y  les  he  oido  decir  ala. vas  por  naranjas;  Señóla  por  Señora;  pottonis  poi  bo- 
tones. En  Navarra  y  Vizcaya  llaman  á  Dios  Tangoicoa,  que  suena  Dios  de 
lo  Alto;  pues  Teutl  Dios  Todopoderoso  que  dais  vida  á  los  hombres  dad- 
me todo  lo  necesario  para  la  vida  humana  &?  y  gozar  de  vuestra  clemencia, 
aved  misericordia  de  mi.  Espejo  resplandeciente;  y  otros  semejantes  que 
dirían  estos  indios,  que  significan?  quien  se  las  enseñó?  pues  si  allá  aque- 
llos entendieron  y  entienden  á  Tangoicoa  por  el  Señor  de  lo  Alto,  por  Dios; 
estos  que  entenderán? — Dicen  que  llevó  cuatro  discípulos  mancebos  prin- 
cipales y  virtuosos  de  Cholula  y  que  desde  Cuazacualco  los  volvió  á  enviar,  y 
y  entre  otra  doctrina  que  les  dio  fué  que  dijesen  á  los  de  Cholula  que  tuvie- 
sen por  cierto  que  en  los  tiempos  venideros  habian  de  venir  de  la  mar  por  la  se  cumplió 
paite  de  donde  sale  el  sol  hombres  blancos  con  barbas  blancas  como  él,  y 
que  serian  Señores  de  estas  tierras  y  que  aquellos  eran  sus  hermanos  (3) 


(1)  Esto  dicen  y  todo  conviene  con  la  santidad  del  Santo  Apóstol,  y  no  convienen,  ni  al  De- 
monio ni  á  nigromántico,  ni  á  hechicero,  el  decir  que  el  Santo  les  quitaba  el  sacrificar  hombres, 
no  pudo  ser  porque  como  se  lia  probado  no  lo  usaban  en  aquel  tiempo:  reparo  en  que  no  declara 
la  historia  si  estos  sacrificios,  ofrendas  &?  que  le  hacían  era  viviendo,  ó  á  su  imagen  después  de 
ido,  y  lo  mas  cierto  parece  que  no  era  viviendo;  porque  no  consta  que  á  ninguno  viviendo  sacri- 
ficasen hombres;  y  mal  se  los  ofrecían  en  tiempo  que  no  lo  usaban:  las  otras  acciones  virtuosas 
seria  viviendo;  y  si  muerto  lo  hacia  su  imagen,  eso  seria  mayor  maravilla  que  queria  obrar  Dios 
como  por  medio  de  la  Sta.  Cruz  que  dejó  en  Campeche  la  obró  con  los  Indios. 

(2)  Seria  al  olor  de  la  buena  doctrina  que  les  enseñó  la  cual  después  se  acabó  como  en  Para- 
guay, Brasil,  Peni  y  Malipur  por  falta  de  la  comunicación  con  los  demás  cristianos  de  Asia,  En 
ropa  y  África;  Roma  Concilios  &?;  y  porque  Dios,  como  el  Santo  lo  reveló,  tenia  destinado  el 
cuando  y  el  medio  que  despu  s  tomó  para  la  conversión  de  este  nuevo-mundo,  ó  plugo  a  la  di- 
vina Clemencia  ele  su  Gracia  á  sus  Ministros,  para  que  prediquen  y  lleven  adelante  la  gran  con- 
versión de  estas  gentes,  y  mueva  á  algún  levantado  y  fervoroso  espíritu  á  que  escriba,  á  que  pu- 
blique las  maravillas  que  obró  el  Santo  Apóstol  en  esta  nueva  España  para  que  grandes  y  peque- 
ños lo  sepan  y  alaben  al  Sor.  por  ello  así  como  da  á  los  de  la  Compañía  de  Jesús;  pues  hoy  á  19 
de  Noviembre  de  1Ó79  comienzan  en  esta  ciudad  de  México  las  doctrinas  con  el  Jubileo  de  las 
Misiones  con  notable  fervor. 

(3)  Ksto  dijo,  y  esto  se  cumplió;  y  les  diría  mas,  que  á  predicar  y  enseñar  lo  qe.  el  aba  en  Pa- 
raguay dijo  lo  mismo  en  el  Perú  y  Malipur  también  y  se  cumplió;  y  en  el  Paraguay  los  de  la  Com- 
pañía, y  en  Nuev.  España  los  Religiosos  de  Sor  San  Francisco  entraron  011  cruces  en  las  manos; 
aquellas  profesias  se  cumplieron  y  esta  también,  luego  este  es  aquel?  I  >e  cuno  los  indios  lo  espe- 
raron y  creyeron  en  él  ó  los  suyos  cuando  vinieron  los  españoles,  y  embajada  solemne  .pie  le 
enviaron  ya  lo  vimos,  y  cuando  vinieron  los  españoles  luego  les  llamaron  Teut  r,  Dioses,  hijos  ó 
hermanos  de  Ouetzalcohuatl. 


Pr 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIll. 

436 

— Dice  que  le  llaman  Dios  del  ai  re ;  (i)  que  había  otro  Dios  del  aire  llama- 
do Quetzalcohuatl;  (2)  que  el  Templo  que  le  levantaron  era  redondo;  que 
era  amigo  de  la  .Agricultura  y  ceremonias  de  los  Dioses  y  su  adoración,  (3) 
que  él  mismo  ordenó  muchos  ritos  y  ceremonias;  que  hizo  el  calenda- 
rio; que  tenia  sacerdotes  que  se  llamaban  Keketzalcohuatl,  que  quiere  decir 
Religiosos  y  Sacerdotes  del  orden  de  Quetzalcohuatl.  Que  obraba  maravillas; 
que  viviendo  vida  mortal  vestia  vestiduras  largas  hasta  los  pies  por  hones- 
tidad con  una  manta  encima  sembrada  de  cruces  coloradas;  (4)  Escriben 
mas  de  él,  que  en  Tula  tenia  un  gran  Templo  y  su  imagen  tenia  la  cara 
fea;  (5)  dicen  mas,  que  en  Yucatán  lo  veneraron  y  le  llamaron  Cuculcan.  (6) 

1  Quizá  alude  ó  quiere  decir,  el  de  la  1  Marina  Celestial  ó  Angélica  como  decimos  el  Águila 
Agustino,  el  Angélico  Thomas,  qe.  no  se  entiende  qe.  el  uno  es  Águila  ni  el  otro  A tiget.  Escribe 
tíerr.  Dec.  2.  lih.  7.  cap.  18.  f.  232.  col.  2.  hablando  de  Dioses  y  Templos  de  mexicanos  asi:  "To- 
do esto  entre  los  sacerdotes  y  sabios  en  su  Religión  tenia  sus  sentidos  y  entendimientos  literales  y 
morales:  esto-  ¡dolos  -egun  el  Pueblo  decia  eran  hermanos,  aunque  en  los  oficios  y  advocaciones 
diferentes,  porque  Tezcatlipuca  era  Dios  de  la  Providencia  y  Httitzilopochili  de  la  guerra,  era  este 
mas  venerado  y  tenido  en  mas  estima  que  los  demás. 

(2)  Esta  definición  de  Dioses  &?  dice  á  fs.  255.  col.  1.  que  la  dio  Andrés  de  Tapia  conquista- 
dor v  Cénzalo  de  l'mbria  un  Piloto  que  contaron  hasta  los  Escalones  del  Templo  y  lo  vieron  to- 
do; y  de  aquí  dice  que  lo  tomó  el  Coronista  Gomara,  y  lo  tomarían  todos:  con  que  conviene  en  que 
entre  muchos  dioses  que  tenían  había  tres  principales:  como  entenderían  Tapia  y  Umbría  Dioses? 
ó  como  les  explicarian  Dioses  los  Indios  podia  ser  con  mala  inteligencia  lo  que  de  ordinariamente 
decimos  voy  á  Misa  á  Sto.  Domingo  á  San  Fr?nco.  &?  á  la  Iglesia  de  Sto.  Domingo  á  la  Iglesia 
de  Sn.  Franco.,  y  no  decimos  á  la  Iglesia  de  Dios  pues  es  cierto  qe.  á  la  Tglesia  de  Dios  vamos 
aunque  esté  allí  Sto.  Domingo  ¿vH  pues  si  entre  muchos  habiatres  superiores,  estos  podia  ser  co- 
mo se  ve  arriba  á  f.  n?  47.  de  las  tres  estatuas  que  tenían  los  del  Perú  que  significaban  como  allí 
se  escribe  el  Misterio  de  la  Trinidad,  y  que  en  lugar  de  tres  personas  y  un  solo  Dio-  verdadero 
entendian  Dioses:  y  que  cuando  dicen  tuvieron  por  Dios  á  Quetzalcohuatl,  se  ha  de  entender  al 
modo  que  ellos  le  canonizaron.—  Escribe  que  cuando  el  Y.  Mateo  Recio  entró  en  la  gran  China 
hal'ó  allá  Judíos  relajados  en  los  ritos  y  ceremonias  de  su  ley:  llevaba  el  V.  un  cuadro  y  en  él  pin- 
tada la  Virgen  Maria,  el  Niño  Jesús  en  los  brazos  y  San  Juan  niño  allí:  preguntóle  al  Judío  que 
quienes  eran,  dijo  el  Judio  esta  es  Rebeca,  este  Ezau,  aquel  Jacob:  y  dice  allí  que  al  Mesías  Moxán 
v  Xorzolin  á  Jerusalem.  Este  ejemplo  esplica  mucho  en  nuestro  caso.  En  nuestras  corónicas  de 
las  Indias  hay  dos  ejemplos  algo  á  nuestro  intento:  preguntaban  los  españoles,  primero  en  Vera- 
cruz  y  en  Panamá  como  se  llamaba  la  tierra;  y  ellos  respondieron  muy  al  contrario,  y  es  de  notar 
f|e.  esto  que  respondieron  Ulua  y  Perú  quedó' por  nombre  perpetuado  en  nuestra  memoria  y  lo 
estará  mientras  durare. 

^     Notta:  Amigo  de  lo-  Dioses  y  su  adoración,  ordenó  ritos  y  ceremonias  á  los  1  >ioses,  luego 

apTOtniaSmargi-  él  n0  era  Dus  Pues  daba  la  foración  á  otro  1  tios:  luego  decir  que  lo  tuvieron  por  Dio-  ya  se  vé 

"»'•  que  es  lab'  >. 

14'.  Esto  dijeron  de  Uuct/alcohuatl:  en  que  el  Demonio  huye  de  la  Cruz  y  no  la  viste  ni  hace 
tales  obras,  ni  los  hechiceros  y  nigrománticos:  y  también  que  no  llamaron  ni  á  sus  discípulos  con 
ti  nombre  con  que  llaman  á  Dios  Tetitl;  qe  sin  duda  el  nombre  Teotl se  lo  daria  el  Sto.  Apóstol* 
como  los  demás  qu.  tenian  cerno  remedo  á  la  ierarquia:  pregunto  yo,  que  rastros  de  cristiandad 
se  halló  en  los  Patuecos  al  cabo  de  800  años?  teniendo  los  primeros  qe.  allí  entraron  muchos  años 
de  criítiauos,  pues  en  estos  indios  al  cabo  de  1.500  años  de  loqe.  pasó  volando  como  rayo,  qué  ras- 
nos,  qué  señales  había?  *  Aquellos  Patuecos  v  esto-  indios  fueron  muy  parecidos  en  qe.  allá  cerca 

*    Desde  este  ,  _  ,  '        .        .    . 

hasta  el  fin  de  la  de  donde  estaban  se  apareció  N?  Sra.  de  la  lena,  y  a  esta  la  \  írgen  de  Guadalupe. 
"°orMn™runael  (51  (¿ue  pintándole  vivo  dicen  era  blanco,  rubio  &?  quizas  qu.  por  no  haber  oido  su  doctrina, 

apostilla  no  permitió  Dios  lo  acertasen  á  retratar,  como  lo  que  sucedió  con  N  ;.'  Si  a    de  Copacapana  en  el 

Perú. 

(í  Y  vemos  que  estando  Campeche  tan  cerca  de  Nueva-España  ya  le  habían  puesto  diferente 
nombre,  y  siendo  el  mismo  no  le  llamaban  Quetzalcohuatl;  y  decir  allí  qe.  los  Cocomes  que  con 
oidores  vienen  de  él,  es  decir  que  los  Letrados  recibieron  de  el  la  doctrina  ó  leves  con  que  gober- 
naban. Cuando  escriben  que  barria  los  caminos  pa.  qe.  viniesen  los  Dioses  Tlaloques  con  aquel 
simil  de  la  lluvia,  es  decir,  qe.  quitaba  los  estorbos,  los  embarazos,    sic   l<  >-  caminos,  los  malos  pa- 


BIBLIOGRAFÍA  MEXICANA  DEL  SIGLO  XVIII. 

437 

63. — Dicen  las  historias  que  se  maravillaron  mucho  estos  indios  cuando 
vieron  á  los  compañeros  de  Cortés  herir  los  Pinos  para  hacer  la  pez  para 
los  bergantines;  y  que  cuando  subieron  con  Ordaz  al  volcan  á  sacar  azu- 
fre para  la  pólvora  se  espantaron  los  indios  y  se  juntaron  muchas  milla- 
radas á  ver  en  que  paraba.  Y  en  el  Perú,  en  el  Cuzco,  cuando  los  espa- 
ñoles allí  uncieron  los  primeros  Bueyes  para  arar,  se  llenaron  los  campos 
de  indios  á  ver  la  maravilla.  De  nuestro  Quetzalcohuatl  dicen  y  no  acá 
ban,  de  cuan  artífice  é  ingenioso  era,  cuantas  y  diversas  cosas  les  enseñó 
así  humanas  terrestres  como  celestiales  y  divinas:  hallamos  entre  ellos 
el  arte  admirable  de  la  pintura  dn  rica  plumería  esta  sin  duda  les  enseña- 
ría el  Santo;  y  asi  como  quien  les  descubrió  el  modo  de  alumbrarse  con 
tea;  le  tuvieron  en  estimación  más  que  humana,  así  al  Santo  como  por  la 
pintura  por  la  obra  y  en  la  doctrina  era  todo  precioso,  todo  celestial  (di- 
gámoslo asi);  llamarle  han  el  Apeles,  el  pintor  de  plumas,  y  no  como  quie- 
ra sino  metafóricamente.  Pintamos  á  los  cuatro  Evangelistas  (ya  se  sabe 
la  metáfora)  al  uno  con  un  ángel,  buey  otro,  hombre  otro  y  águila  otro. 
N.  Apóstol  Santo  Thome  es  Vinomio,  nombre  par,  á  pares  Thomas,  Di- 
dimo,(*)  Mellizo,  coate.  Torquemada  á  fs.  64.  col.  2.  part.  2.  llama  coates 
á  aquellos  que  nacen  de  dos  en  dos:  el  mismo  á  lo  literal  solamente  dice 
que  Quetzalcohualt  dirá  en  español  culebra  emplumajada;  de  modo  que 
e^te  nombre  encierra  coate  ó  Mellizo;  y  plumas,  plumaje  y  no  cualquiera 
pluma,  pluma  rica,  pluma  preciosa,  pluma  del  cielo:  este  nombre  plumaje, 
penacho,  lo  entendieron  los  indios  metafóricamente,  qué  hace  la  pluma? 
de  qué  sirve  la  pluma?  La  pluma  hermosea  la  vista,  atrae  el  aire  hecha 
abanico  ó  mosqueador,  adorna:  por  la  semejanza  de  las  aves  vuela,  de  una 
parte  á  otra;  sube  de  lo  bajo  á  lo  alto;  baja  de  lo  alto  á  lo  bajo;  pues  aho- 
ra Quetzalcohualt  (al  modo  que  se  explica  el  Águila  Agustino)  coate  el  de 
la  enseñanza  admirable  aquel  que  así  como  pluma  preciosa  voló,  subió,  nos 
trujo  del  cielo,  nos  enseñó  aquellas  cosas  divinas  y  celestiales  nunca  de 
antes  vistas  ni  oidas;  aquel  que  con  las  cosas  que  nos  decia  de  los  cielos  y 
del  Supremo  Dios  nos  elevaba  y  nos  arrebataba  la  consideración  para  que 
como  pluma  ligera  nos  levantásemos  de  las  cosas  terrestres  á  las  celestia- 
les y  divinas;  visto  que  el  nombre  como  lo  és,  es  metafórico,  otro  entendi- 
miento mas  alto  que  el  mió  dará  en  el  punto:  de  aquí  quizas  nació  la  grande 

sos  de  los  pecadores,  y  los  disponía  pa.  qe.  los  Dioses,  pa.  qe.  la  Pina.  Trinidad,  la  <  ¡rae  i  a  Divina 
viniesen  á  ellos,  y  los  hartase  como  las  aguas  materiales  á  la  tierra  seca  y  árida.— El  decir  de  él 
(como  parece  atrás  á  f.  nV  6)  qe.  tomó  el  espejo  y  mirándose  en  él  dijo:  ya  estoy  viejo,  pudo  ser  ac- 
ción natural  qe.  la  podia  decir  cualquiera  Santo:  pero  el  referirlo  ellos,  y  qe.  el  dicho  se  conserve 
hoy  en  el  Pueblo  de  Huehuetoca  junto  al  Desagüe,  alude  á  esto  á  mi  ver.  A  esto,  escriben  del  Sto. 
que  era  industrioso,  qe.  les  enseñó  muchas  artes  y  ciencias;  ellos  hallamos  qe.  usaban  espejos  de 
piedra  muy  bruñida  á  qe.  llamaban  Tctzcatl (si  el  nombre  está  mal  escrito  no  se  la  lengua]  este  les 
enseñará  el  Santo  á  hacer  con  la  industria  de  bruñir  la  piedra,  y  seria  quizas  en  aquel  lugar;  y 
probando  la  vista  en  si  diria  aquellas  palabras. 

(*)  Santiago  tiene  varios  nombres:  Jacobo,  Jacome,  Xayme,  Xaume,  Xemes,  Diego,  Dida- 
co,  Jaques. 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

438 

estimación  en  que  tenían  á  la  plumeria  para  adornarse  con  ella,  al  modo 
que  el  hábito  de  Santiago  por  devoción  del  Santo;  y  el  nombre  cohualt 
de  la  misma  manera  que  se  halla  á  cada  paso  repetido  en  hombres  y  mu- 
geres.  Para  creer  que  el  Santo  Apóstol  estuvo  en  la  Nueva  España  sirven 
todas  las  razones  que  trae  el  P.  Vazconcelos,  y  la  que  está  á  fs.  n?  35.  San 
Marcos  dice  en  su  Evangelio  que  ya  cuando  lo  escribió,  doce  años  des- 
pués de  la  muerte  de  Jesucristo,  ya  estaba  predicado  el  Evangelio  en  to- 
do el  mundo. 

64. —  Aquella  llama  divina,  esto  es,  aquella  doctrina  santa  que  el  Santo 
Apóstol  predicó  en  la  América, parece  que  se  apagó  para  revivir  como  Fé- 
nix después  de  tantos  años  con  más  fuerza;  y  así  por  la  alusión  de  pluma 
rica  se  le  acomoda  lo  de  nuevo  Fénix. 

"A  fs.  64.  col.  2.  part.  2.  escribe  Torquemada:  que  estos  indios  tenían 
que  habia  habido  una  muger  llamada  Cihuacoalt  que  paria  los  hijo«s  á  pa- 
res; y  que  les  llamaban  los  coates  ó  los  culebros;  y  que  el  P.  Sahagnn  en- 
tendió que  era  Eva,  que  parió  los  hijos  de  dos  en  dos;  y  dice  que  tuvieron 
noticia  de  la  encarnación, (>)  y  de  la  serpiente  que  engañó  á  Eva.  —  Claro 
está  que  la  tenían  por  el  Santo  Apóstol. 

65. —  Gil  González  Dávila  "Teatro  Eclesiástico  de  las  Iglesias  de  las  In- 
dias" que  imprimió  el  año  de  1649:  á  fs.  229  en  la  Santa  Iglesia  de  Oaxa^ 
ca,  escribe  de  la  Santa  Cruz  de  Guatulco  con  estas  palabras:  Fue  que  una 
Cruz  que  los  indios  decían,  que  muchos  centenares  de  años  antes  que  llega- 
sen los  españoles  la  habia  puesto  un  hombre  blanco,  barbudo  y  vestido  de  blan- 
co,}1 qe.  habia  estado  una  tarde  adorándola  postrado  delante  de  ella. 

El  dicho  Gil  González  á  f.  103  Teatro  de  la  Santa  Iglesia  de  Yucatán 
escribe  que  usaban  espejos  en  que  se  miraban  los  hombres  y  no  las  muge- 
res;  y  prosigue  así:  "Pocos  años  antes  que  llegasen  á  la  Provincia  los  nues- 
tros un  indio  llamado  Chilancanibal  (*)  venerado  de  los  suyos  por  señalado 
y  verdadero  profeta  les  dijo:  que  estuviesen  muy  ciertos  que  dentro  de  po- 
cos años  vendria  de  la  parte  de  donde  el  Sol  nace  gente  barbada  y  blanca, 
y  que  entraña  en  la  Provincia  con  la  insignia  de  la  Cruz  enarbolada  en 
alto,  y  les  mostró  su  forma  en  cuya  presencia  (dijo)  nuestros  Dioses  no  po- 
dran ser  de  importancia;  y  que  esta  gente  habia  de  ser  Señora  de  la  tierra; 
que  no  harían  mal  á  los  que  creyesen  en  la  señal  de  la  Cruz;  que  gozarían 
de  paz  y  cesaría  la  adoración  de  sus  ídolos,  y  adorarían  á  un  solo  Dios  ver- 
dadero á  quien  estas  nuevas  gentes  adoraban.  (*)  Mandó  tejer  una  manta 
de  algodón  y  les  propuso  que  de  aquella  manera  habia  de  ser  el  tributo  que 

(s)  Escribe  lterr.  Dec.  4.  lib.  8.  cap.  4.  f.  197.  que  en  Honduras  á  aquella  a  quien  atribuyen 
que  ñivo  hijo  sin  llegar  á  varón  dice  que  porque  era  muy  sabia  la  llamaron  Comizahualt,  esto  és, 
Tigre  que  vuela  por  metáfora. 

(')  Citan  Caníbal:  esta  partícula  ciíwAí/suena  Mellizo  en  la  lengua  Tagala  de  Manila;  y  aun 
en  esta  de  Campeche  que  no  entienden  su  significación  tiene  dos  nombres,  como  allá  el  Quetzatl, 
Cohua  ti. 

(*)  De  esta  profesia  trata  Ilerr.  Dec.  4  lib.  10.  f.  264  col.  1.  cap.  3  de  este  mismo  Chilan- 
cambal. 


bibliografía  mexicana  del  siglo  XVltt. 


439 


habían  de  pagar:  con  autoridad  de  Profeta  al  Señor  de  la  tierra  le  mandó, 
que  ofreciese  aquella  manta  á  los  Dioses  pa.  qe.  estuviese  guardada,  y  for- 
mó de  piedra  la  señal  de  la  Cruz  y  la  colocó  en  los  patios  de  los  templos  y 
oratorios  de  sus  ídolos,  diciendo:  que  aquel  era  el  verdadero  árbol  de.  la 
salud  del  mundo:  y  por  cosa  muy  nueva  la  iban  á  ver  muchos  indios;  y 
sucedió  como  el  Profeta  lo  propuso  al  Pueblo;  y  dieron  entero  crédito  á  ello, 
y  viendo  á  Francisco  de  Montejo  y  á  los  suyos,  que  fueron  los  primeros 
conquistadores,  hacer  con  tanta  humildad,  reverencia  y  adoración  á  la 
Cruz,  entendieron  que  era  llegada  la  hora  de  lo  que  el  Profeta  dijo."  (i) 
— Dice  luego: — Hallaron  en  ella  los  nuestros  un  á  manera  de  bautismo,  y 
no  en  otra  parte  de  las  ludias;  á  este  r¡to  le  daban  el  nombre  de  segundo 
nacimiento;  y  tenían  á  esta  manera  de  bautismo  tanta  reverencia  que  todos 
lo  recibían,  y  afirmaban  que  recibían  en  él  una  pura  disposición  para  ser 
buenos  y  conseguir  la  gloria  que  esperaban:  y  el  que  no  le  recibía  no  se 
casaba;  y  cuando  le  recibían  ayunaban  los  P.  P.  tres  días  antes  y  se  abste- 
nían del  uso  de  sus  mugeres:  también  vieron  que  usaban  de  confesión,  y 
que  sus  sacerdotes  les  daban  sus  penitencias  Conocían  que  los  trabajos  que 
les  venían  era  la  causa  sus  culpas,  y  para  que  cesasen  se  vahan  de  la  con- 
fesión, como  también  en  sus  enfermedades  y  en  la  hora  de  su  muerte;  cas- 
tigaban á  los  adúlteros;  creían  en  la  inmortalidad  del  alma;  que  después 
de  esta  vida  habia  otra  mas  excelente.  Decían  mas,  que  la  vida  futura  se 
dividía  en  buena  y  mala;  esta  para  los  viciosos  y  la  buena  para  los  buenos 
donde  se  vivía  sin  pena,  y  en  la  mala  con  grandes  necesidades.  De  aquí 
procedió  que  la  conversión  de  estos  indios  fuese  mas  fácil  que  las  de  otras 
Provincias;  y  sus  naturales  mas  obedientes  á  lo  que  les  enseñaban.  Dice 
mas:  Cual  de  los  Apóstoles  llegase  á  estas  regiones  ó  discípulos  suyos  no 
és  fácil  de  averiguar.  Santo  Thomé  llegó  hasta  la  India  Oriental,  Sn.  Bar- 
tolomé, Sn.  Simón  y  Sn  Judas  á  otras  distantes  de  aquestos  climas;  lo  cierto 
es  que  la  promulgación  del  Evangelio  Santo  en  todo  el  Oí  be  duró  30  años: 
este  secreto  se  sabrá  el  último  día  del  mundo,  ó  cuando  Dios  lo  manifes- 
tare á  algún  siervo  amado  suyo.  Esto  escribe  este  Autor.  Con  que  siente 
por  lo  que  leyó  de  Chilancambal,  que  su  enseñanza  era  buena,  y  que  se 
predicó  la  Ley  Evangélica  en  Yucatán. 

66  — He  observado  en  la  Historia  que  esciibe  que  incitados  los  mexica- 
nos allá  en  su  tierra  Aztlan  de  la  voz  de  un  pajarillo  se  movieron  á  par- 
tirse á  esta  tierra;  y  que  su  oráculo  les  dijo  que  fundasen  á  México  don  le 
les  mostraría  sobre  un  tunal  un  Águila;  y  acreció  aquel  pajarillo,  esten- 
diose,  creció,  llegó  á  su  mayor  grandeza,  cayó  y  acabó  en  un  Rey  llama- 
do Águila  que  baja,  Cuaulitcmoc,  que  fué  el  último  que  perdió  el  Reyno: 
ganoselo  otro  Rey  cuyas  armas  eran  Águilas,  el  invicto  Emperador  Car- 
los V;  y  otra  ave  paloma  columbo,  Colon  descubrió  la  América. — Cuando 

(1)  Herr.  Dec.  2.  lib.  3.  f.  75  trae  esto  el  año  de  1,518:  y  dice  que  por  las  cruce?  que  vio  dijo: 
hemos  hallado  una  Nueva  España.    Cosa  es  rara! 


( )bservaneia. 


BIBLIOGRAFÍA  MEXICANA  DEL  SIGLO  XVIII. 

440 

los  mexicanos  salieron  de  su  tierra  fué  el  año  Tccpatl-  cuando  llegaron  á 
México  era  también  Tecpaíl:  cuando  vinieron  los  españoles  era  Tccpatl.  (i) 
(1679  non''  a  20 — una  rúbrica.) 
£7.  — Es  cosa  muy  de  notar  lo  que  escribe  el  coronista  de  las  Indias  An  • 
tonio  de  Herrera  Dec.  2.  lib.  3.  cap.  i.  f.  74  y  75:  que  el  año  de  1,518 
Juan  de  Grijalva  descubrió  dia  deSanta  Cruz  el  primer  pueblo  de  este  nue- 
vo mundo  (el  mismo  dia,  18  años  antes  descubrieron  el  Brasil  los  Portu- 
gueses) y  habiendo  llegado  á  la  tierra  de  Yucatán  en  que  halló  los  edifi- 
cios y  la  Santa  Cruz  de  que  se  hizo  mención,  dijo  hemos  hallado  una  Nueva 
España,  (2)  y  de  aquí  le  vino  el  nombre  que  tiene,  como  por  señal  y  en 
testimonio  del  Santo  hallazgo  de  la  Cruz  que  dejó  el  Santo  Apóstol  en  que 
se  cumplió  su  profesia,  la  cual  los  indios  tuvieron  por  tan  verdadera,  que 
preguntaban  á  los  castellanos  si  venían  de  donde  sale  el  sol  respecto  de 
ellos;  y  concurrió  aquí  una  circunstancia  maravillosa,  que  luego  saltó  en 
tierra  Grijalva,  y  mandó  celebrar  el  Santo  sacrificio  de  la  Misa;  y  una  in- 
dia de  Xamaica  que  estaba  allí  cautiva  aguardando  que  la  sacrificasen  co- 
mo á  su  marido  y  otras  nueve  personas  cobró  libertad  y  se  fueron  los  cas- 
tellanos: dice  mas  allí  la  Historia,  que  todos  los  castellanos  antes  de  veer  la 
i.,;  casteiu-    tierra,  voluntariamente  se  cortaron  todos  el  cabello,  pareciéndoles  que  iban 

nos   se    quitaron 

elcabe,1°  á  tierra  que  no  tendrían  lugar  de  peinarlos.   Y  esta  fué   la  primera  Misa 

que  se  celebró  en  esta  tierra  firme  por  la  parte  de  Nueva  España,  de  la 
cual  aun  no  se  sabe  el  fin  y  linderos  por  el  Norte:  el  Clérigo  que  la  dijo 
se  llamaba  Joan  Díaz  él  que  acompañó  á  Co.rtes  en  la  conquista  de  Méxi- 
co, y  está  enterrado  en  Tlaxcala:  digo  que  allí  bautizó  los  primeros  cris- 
tianos que  tuvo  Tlaxcala,  él  está  enterrado  en  la  Puebla  de  los  Angeles: 
Teatro  citado  á  f.  72. 
„..,  .  68. — Escribe  Herr.  tom.  i.  en  la  descripción  de  las  Indias  Occidentales 

b.cuncios  que  t 

anet"güe3a7cha  f-  57  ™1-  *•  hablando  de  la  Ciudad  de  Guamanga  en  el  Perú,  dice  asi:  Há- 
llanse  en  su  comarca  unos  grandes  edificios  que  los  indios  dicen  que  hi- 
cieron ciertos  hombres  blancos,  barbudos  que  allí  llegaron  antes  de  los  in- 
gas, muy  diferentes  en  la  traza  de  los  que  labraban  los  Inga?;  hasta  aqui 
Herr.  Y  esto  confirma  lo  del  templo  ó  edificios  de  Mictlan  que  vimos  arri  - 
ba  f.  núm.  i.  y  los  que  hay  en  Campeche,  Teotihuacan  y  otros.  Nótese 
que  aunque  arriba  núm.  6o  dice  que  poros  años  antes  que  llegasen  los 
nuestros  á  Yucatán  profetizó  Chilancambal  su  benida.   Lo  que  quiere  de- 

Pintura  mexl-         (i)  En  la  Historia  pintada  en  la  librería  del  Colegio  de  Sn.  Pedro  y  San  Pablo  están  pintados 

los  Reyes  de  México,  y  se  sigue  un  hombre  vestido  á  lo  español  sentado  en  una  silla  de  Castilla 

Geroglífico  de  con  sombrero;  y  así  como  á  los  otros  está  allíjunto  su  nombre  en  geroglífico,  en  el  de  Cortés  hay 

1  ■'""'"•  un  pez  dentro  de  una  batea  ó  sesto,  que  no  sé  su  significación,  y  el  año  Acá ti  con  un  cero  así  o: 

esto  último  es  el  año  caña;  el  uno  es  el  primer  año  después  que  llegaron  los  españoles. 

2)  A  Nueva  España  dio  el  nombre  la  santa  t;  este  nombre  le  puso  Grijalva  y  sus  compañe- 
ros.—Herrera  Dec.  3.  lib.  2.  cap.  10.  f.  74.  col.  2. — Torquemada  lib.  3.  f.  388.  col.  f.  cap.  4. 
part.  1. —Viernes  Santo  que  es  dia  de  la  Cruz  llegó  Cortés  á  la  Veracruz,  que  por  eso  se  llamó 
así;  y  luego  se  dijo'misa:  de  manera  que  en  las  tres  entradas  primeras  con  misterio  se  vieron  eru- 


bibliografía  mexicana  del  siglo  xvul 

441 

cir,  leyendo  bien  al  dicho  Autor  en  todo  lo  que  escribe  en  varias  partes,  • 
hablando  de  Yucatán,  es  que  setenta  años  antes  que  llegasen  los  españo- 
les se  habían  acabado  los  Cocomes  que  llevaron  los  libros  y  enseñanza  de 
Chilancambal.  Escribe  Torquemada  con  particular  advertencia,  que  acer- 
ca de  las  Historias  de  los  indios  en  cuanto  al  computo  de  los  años,  no  hay 
cosa  cierta,  ni  se  puede  averiguar;  y  esto  digo  por  lo  que  está  arriba  á  f. 
núm.  1.  que  dice  que  Tulala  fundaron  año  de  700  de  la  Encarnación;  por- 
que los  Tultecas  que  la  fundaron,  por  todo  lo  que  se  ha  visto  de  ellos  de- 
nota una  antigüedad  inmemorial  y  que  denota  que  antes  que  viniese  el 
Santo  Apóstol  vinieron  los  que  fabricaron  los  edificios,  y  trujeron  como 
dice  el  Maiz  y  Algodón,  y  les  enseñaron  los  caracteres  históricos  que  te-  M°,uien  tr,1¡° el 
nian;  y  con  ellos  se  entendería  así  el  Santo  Apóstol:  así  como  San  Xavier 
en  el  Japón  para  predicar  no  fué  necesario  deprender  sus  caracteres.  Quien 
hallare  el  origen  del  Maíz  hallará  mucho.  Puede  ser  que  como  la  Divina 
Providencia  dispuso  y  acomodó  las  cosas  en  cuanto  al  orden  de  naturaleza 
según  las  naciones  de  este  mundo,  que  por  medio  del  Apóstol  les  diese  es- 
tas semillas,  pues  no  habia  animales  para  arar  la  tierra  &? 

A  f.  168  lib.  3.  cap.  5.  al  fin,  en  la  vida  que  el  año  de  1600  escribió  el 
P.  Juan  de  Lucena  del  Apóstol  de  la  India  Sn  Francisco  Xavier  trae  pin- 
tada la  cruz  que  antecede  así  como  está  copiada.  La  tradición  del  Após- 
tol Sto.  Thome  en  la  India  era  que  habia  mas  de  mil  y  quinientos  años 
que  en  el  reyno  de  Narsinga  (1)  en  la  ciudad  de  Calamina  á  quien  los  na- 
turales llamaban  Meliapur,  que  quiere  decir  Pavón,  (2)  por  la  hermosura 
de  sus  edificios  y  opulencia  (3)  cavando  los  portugueses  hallaron  un  tem- 
plo arruinado  como  los  nuestros,  que  todo  dentro  y  fuera  estaba  señalado 
de  cruces  como  las  que  usan  los  caballeros  de  Aniz  en  Portugal.  El  año 
de  1522  cavando  allí  buscando  el  cuerpo  del  Santo  (Nótese  que  ni  Cruz 
ni  Pavón  tenia)  hallaron  un  sepulcro  (4)  con  tapadera  de  piedra,  que  por 

(1)  Cosa  notable  que  el  año  de  1517  fue  cuando  en  la  India  Diego  Fernandez  descubrió  la 
noticia  del  sepulcro  de  Santo  Thome  en  el  Oriente;  y  en  el  mismo  año  de  15 17  en  la  América  en 
el  Occidente  Francisco  Fernández  de  Cordova  llegó  á  Yucatán  en  la  cual  hayo  cruces  del  Santo 
Apóstol  (Herr.  Dec.  2.  hb.  2.  f.  61.  col,  1.  cap.   17.) 

(2)  Poco  mas  de  media  legua  de  la  ciudad  fué  el  martirio  del  Santo  Apóstol. 

(3)  Torquemada  part.  2:.'  f.  307.  col.  2.  cap.  31.  escribe  que  Quetzali  son  plumas  grandes  y 
verdes:  esto  e-te  Autor.  Que  mayor  comprobación  que  el  Pavón  alude  á  nuestro  Queizakohiiatl 
de  quien  habla  Torquemada  en  este  lugar  citado  — A  f.  á  la  vuelta  se  escribe  con  autoridad  del 
P.  Barradas — tom.  2  lib.  6.  cap.  14  que  se  llamaba  Teomini  abismo  de  profundísimas  aguas,  y 
Mellizo  chamelote  de  aguas  llamamos  á  una  tela  que  hace  visos,  que  hace  aguas  semejantes  á  la 
pluma  del  Pavón:  si  el  Santo  les  declaró  el  significado  de  estas  aguas,  que  mejor  símbolo  pues  lo 
podían  escribir  á  causa  de  no  tener  letras. 

(4)  Es  muy  digno  de  notar  lo  que  el  P.  Lucena  en  la  Vida  de  San  Francisco  Xavier  lib.  3  f. 
158  col.  2.  cap.  2.  ponderando  la  grande  devoción  que  el  Santo  tuvo  con  el  Apóstol  Santo  Tho- 
me, diciendo  que  después  de  muerto  hallaron  un  relicario  de  cobre  que  traia  al  cuello  en  el  cual 
habia  una  firma  de  Sn.  Ignacio  de  Loyola  y  la  fórmula  de  los  votos  de  su  profesión,  y  enmedio 
un  hueso  del  Santo  Apóstol  Santo  Thomé.  Prueba  este  singular  testimonio  la  tradición  de  que 
tratamos,  que  sin  duda  tuvo  conocimiento  mas  que  de  la  fé  humana  de  estar  su  cuerpo  en  Me- 
liapor,  y  que  dejaba  como  vinculada  la  imitación  del  Santo  Apóstol  en  los  de  la  Compañía  en  el 
celo  de  la  predicación. 


bibliografía  mexicana  del  siglo  XVIII. 

442 

la  parte  de  abajo  tenia  letras  en  lengua  badaga;  contenían  que  el  Rey  que 
lo  era  cuando  el  Santo  allí  llegó  le  donó  ciertas  tierras  y  esta  sepultura 
con  el  cuerpo  que  había  en  él  dicen  que  era  el  Rey  Sagaino  á  quien  el 


Santo  convirtió:  cavando  mas  hallaron  la  sepultura  del  Santo  y  su  cuerpo 
muy  blanco,  el  hierro  de  una  lanza  encajado,  en  un  pedazo  de  ella  otro  pe- 
dazo de  palo  con  el  regatón  de  hierro  que  parecía  de  bordón.  Fuera  de  la 
ciudad  en  el  lugar  donde  le  martirizaron,  queriendo  fabricar  una  Hermita 
hallaron  en  unos  cimientos  una  laja  blanca  de  mármol  de  cuatro  palmos  de 
largo,  tres  de  ancho  con  esta  cruz  de  relieve,  en  la  punta  de  encima  este 


BIBLIOGRAFÍA  MEXICANA  DEL  SIGLO  XVIll. 

443 

Pavón  con  orla  de  letras  extrañas,  que  en  muchos  años  no  se  entendieron; 
y  que  el  Pavón  parece  ademas  de  lo  dicho  denotar  al  Espíritu  Santo:  has- 
ta aqui  dho.  Autor,  (i ) 

6g  — Algunos  han  dicho,  visto  qe.  algunos  de  estos  indios  se  circuncida-  ch-c. incisión, 
ban  qe.  eran  descendientes  de  Judíos,  ó  que  tuvieron  su  ley:  de  lo  mismo 
se  puede  inferir  que  no  lo  eran,  pues  tenían  bautismo  como  luego  vere- 
mos, y  si  fueron  Judios  no  lo  habían  de  tener,  ni  cruces,  que  esto  no  ense- 
ñan los  Judios  porque  no  creen  en  el  Crucificado,  ni  tienen  bautismo,  ni 
creen  en  la  Virgen.  La  Circuncisión  es  un  Misterio  que  le  usa  celebrar 
fiesta  la  Iglesia  Católica,  y  al  principio  le  usó  en  la  primitiva  Iglesia  hasta 
que  después  le  revocó,  y  pudo  el  Santo  Apóstol  enseñarlo,  si  vino  luego 
que  subió  Cristo  á  los  cielos  á  estas  partes,  ó  bien  que  les  predicó  el  Mis- 
terio y  ellos  le  pintaron;  y  del  modo  que  prevaricaron  en  lo  demás  de  la 
Santa  doctrina,  en  esto  será  lo  mesmo. 

70 — Pues  se  ha  dicho  de  la  circuncisión  que  dicen  tenian  los  indios,  no      Bautismo  que 

tenían  los  indios. 

parecerá  fuera  de  propósito  hablar  del  Baustismo  idolátrico  qe.  tenian  es- 
tos indios.  Torquem.  lib.  13  f.  481.  col.  2.  cap.  16,  dice:  Luego  que  nacia 
el  niño  lo  primero  le  cortaban  el  ombligo  y  enterrarlo;  lavaba  la  Partera  la 
criatura  diciéndole  estas  palabras:  '-Recibe  el  agua  por  ser  tu  Madre  la  Dio- 
sa ChalcliiJiuitlyciie;  CJialchinJitlatonac  (quien  supiere  bien  la  lengua  y  sus 
metáforas,  verá  lo  significado)  y  póngate  el  lavatorio  para  lavar  y  quitar 
las  manchas,  y  suciedades  que  tienes  de  parte  de  tus  padres,  y  limpie  tu 
corazón  y  dé  buena  y  perfecta  vida:  "Señora"  (decia  á  la  Diosa  del  agua) 
"Señora  Exelentísima  Chalckihuitlycue,  (2)  CJialchinJitlatonac  ya  nació 
"esta  criatura  en  el  mundo  enviada  de  los  Dioses  Ometicutli  y  Omccihuatl, 
"que  viven  y  reinan  en  el  dozeno  cielo,  para  que  la  lavéis  y  limpies  de  las 
"manchas  y  suciedades  que  trae  heredadas  de  su  padre  y  madre;  y  esto  os 
"suplico  por  razón  de  estaros  cometido  de  parte  de  los  Dioses  el  quitar, 
"lavar  y  limpiar  todas  malas  fortunas  y  todas  las  manchas  de  los  que  vie- 
"nen  á  la  vida  mortal:  Señora  mía,  que  de  esta  criatura  limpia  pues  tienes 
"virtud  y  poder  para  ello:"  otra  ves  tornaba  á  repetir  estas  palabras,  di- 
ciendo: "Diosa  del  agua  recebid  á  la  criatura  venida  y  nacida  en  este  triste 

(1)  Es  cierto  que  por  la  ave  de  plumas  ricas  como  lo  es  el  Pavón  y  la  alusión  de  Quetzal,  y 
la  tradición  en  que  todo  va  consiguiente,  que  lo  que  significó  allá  eso  quiere  acá;  menos  el  decir 
que  por  llamarse  Meliapor  la  ciudad  que  de  antes  se  llamaba  Calamina,  que  quizas  por  el  Santo 
se  llamó  Meliapor:  querer  que  el  Pavón  es  armas  de  la  ciudad,  no  lleva  camino,  que  á  serlo  estu- 
vieran en  la  piedra  del  Sepulcro  del  Rey,  como  por  sello  de  la  donación  que  hacia  al  Santo  y  á  su 
Iglesia;  y  estuviera  juntamente  con  las  demás  cruces  que  hahia  en  el  Templo;  y  como  puede  ser 
que  quien  martirizaba  al  Santo  pusiese  alli  las  armas  de  la  ciudad,  que  no  le  pasaba  por  el  pen- 
samiento levantarle  Ara:  esto  es  en  la  ciudad;  y  alia  fuera  de  ella  en  el  lugar  del  martirio,  y  en 
la  Cruz  en  cuya  presencia  oraba  menos:  lo  cierto  parece  que  si  allá  significó  el  Espíritu  Santo, 
acá  habia  la  misma  razón:  finalmente  ello  es  digno  de  teda  ponderación.  Calamina  y  Meliapur 
tuvo  y  tenia  por  nombre  esta  ciudad,  pues  si  por  ser  hermosa  se  llamó  Pavón?  antes  por  hermo- 
sa, y  Calamina  como  se  llamaría?  Xo  dice  que  antes  era  fea,  ó  menos  lustrosa  y  populosa:  de  cual- 
quiera manera  no  se  acomoda,  el  que  el  Pavón  sea  por  Meliapor,  sino  qe.  el  nombre  Pavón  le 
tuviese  por  el  mismo  significado,  que  acá  el  Quetzal  por  plumaje  precioso. — 

(2)  A  fs.  39.  esplica  bien  estos  dos  nombres  en  la  columna  r.' 


BIBLIOGRAFÍA  mexicana  DEL  SIGLO  XV III 

444 

"mundo."  y  tornando  el  agua  en  la  mano  derecha  soplaba  y  poniasela  en 
la  boca,  pecho  y  cabeza,  y  decíale: — "recibe  niño  á  tu  Madre  Chalchihui- 
"tlycue  que  es  Diosa  del  agua,  y  ella  te  reciba  para  sustentarte  en  el  mundo." 
Hecha  esta  ceremonia,  lávale  todo  el  cuerpo  y  decíale:  "Descienda  en  el 
"lavatorio  en  que  te  lavé  el  Dios  invisible,  y  limpiete  de  las  malas  fortunas 
"que  antes  que  nacieseis  te  dieron  los  Dioses,  y  quite  y  aparte  de  ti  los  pe- 
"cados  y  suciedades  que  tomaste  de  tus  padres.  —Niño  mas  precioso  que 
"todas  las  cosas  Omctecnhtli  y  Omecihuatl  te  criaron  en  el  cielo  doceno  (i) 
"para  venir  al  mundo  y  nacer  en  él;  pues  sábete,  niño  mió,  que  este  mundo 
"á  que  has  venido  es  triste  y  doloroso,  lleno  de  trabajos  y  miserias,  y  es  un 
"valle  de  lágrimas;  y  creciendo  en  él  has  de  comer  pan  con  dolor,  traba- 
jando con  tus  manos."   Hasta  aquí  el  Autor.  {2) 

71. — Allí  arriba  á  f.  n?  61  observamos  aquella  cosa  digna  de  reparo;  y 
aquí  se  ofrece  decir,  que  así  como  la  Paloma,  ó  quien  tenia  su  nombre, 
trujo  la  noticia  del  Santo  Evangelio  á  la  América;  así  un  hombre  llamado 
Gama  (3)  con  unas  naos  que  tenían  nombres  de  Arcángeles  y  Angeles  co- 
mo volando  fué  llevado  el  Evangelio  á  la  India  Oriental;  y  escribe  el  P. 
Claudio  Clemente  en  las  Tablas  Cronológicas,  en  la  de  la  India  Dec.  9? 
que  Gama  llevó  á  fr.  Pedro  de  Couillones,  Fraile  trinitario,  y  á  Cortes  acom- 
pañó fr.  Bartolomé  de  Olmedo  Religioso  mercedario  y  fueron  ambos  los 
primeros,  aquí  este  en  Nueva  España;  y  ambos  de  Religiones  cuyo  insti- 
tuto es  la  redención  de  cautivos  que  parece  los  venían  á  rescatar  de  las  ti- 
nieblas en  que  vivían  con  predicación  y  á  tomar  posesión  del  milagroso 
rescate  que  se  habia  de  hacer  en  las  mismas  tierras.  También  es  digno  de 
reparo  que  aquella  revelación  de  Santo  Thome,  cuando  dijo  allá  en  Para- 
guay y  Brasil,  "que  hombres  blancos  con  cruces  en  las  manos  &?-"  se  en- 
tendía ser  y  fuese  manifiesta  y  entendida  la  tradición  de  su  predicación 
en  la  América  cuando  á  ella  llegaron  los  Apóstoles  que  son  los  Jesuítas, 
que  así  le  llaman  en  Portugal  donde  salió,  y  todos  sus  compañeros  el  P. 
Manuel  de  Nobrego  Provinl.  de  aquella  Provincia,  que  fué  el  primero  que 
descubrió  las  señales  de  haber  llegado  alli  y  inquirió  la  tradición  que  des- 
pués se  aclaró  con  la  evidencia  que  se  ha  visto,  en  lo  que  los  PP.  citados 
han  dicho;  y  por  lo  que  dijere  especialmente  de  la  estada  del  Santo  en  es- 
tas partes  de  Nueva-España  se  deberá  al  Br.  Becerra,  que  como  vimos,  lo 
apuntó  en  el  Librito  de  la  Virgen  de  Guadalupe. 

(i)  A.  f.  39.  lib.  6?  Cap.  19  Part.  I?  col.  2.  dice:  onceno  cielo. 

(2)  Repite  aquí  esta  palabra  Oineíecuhtli  dos  Dioses)  Omecihuatl;  aquella  palabra  Orne,  es 
lo  mismo  que  dos,  pues  anteponerla  al  nombre  es  tan  grande  barbarismo,  como  lo  fuera,  v.  g.;  el 
qe.  preguntándome  uno  como  se  llamaba  el  sombrero,  espejo,  tintero,  yo  por  decirle  se  llama 
sombrero,  se  llama  espejo,  se  llama  tintero,  le  dijera  se  llama  un  sombrero,  un  espejo,  un  tinte- 
ro; de  esto  tiene  mucho,  y  esto  ha  causado  mucha  confusión,  qe.  pa.  decir  Dios  y  Diosa  que  en 
número  son  dos,  este  Dos  lo  entendió  por  cada  uno  sin  que  se  le  ofreciera  dificultad  alguna:  á 
este  Ome-Tcculitli  y  Ome-Cihuatl  es  á  quien  á  fs.  369'col.  2.  lib.  3?  cap.  41.  part.  I.  dice  que  lla- 
man el  gran  Padre  y  la  gran  Madre. 

(3)   Para  denotar  que  uno  es  presto  y  diligente  decimos,  ligero  como  un  Gamo. 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

445 

72. — Siguiendo  la  tradición  Herr.  Dec.  4.  lib.  8.  f.  209.  col.  1.  cap.  10. 
dice:  que  en  Yucatán  (1)  tenian  demás  del  Señor,  un  gran  Sacerdote  que 
vestia  una  ropa  larga  azul  con  una  diadema  en  la  cabeza,  y  á  veces  Mitra  M'"-1  v-  pa- 
labrada de  colores  (2)  y  en  los  cabos  de  la  Tiara  un  manojo  de  plumas  de 
colores:  llevaba  un  báculo  como  obispo;  todos  le  obedecían  en  lo  espiritual. 
Tenia  el  segundo  lugar  otro  que  era  gran  Doctor  en  sus  libros  y  hechice- 
rías: declaraba  sus  agüeros:  tenia  otros  cuatro  sacerdotes  vestidos  de  dife- 
rentes colores,  que  eran  del  Consejo  en  las  cosas  de  sus  Ritos:  habia  un 
Sacristán  que  guardaba  las  hoyas  y  cosas  de  sus  sacrificios  y  el  que  sacaba 
los  corazones  á  los  hombres  sacrificados;  (3)  y  hadan  las  ceremonias:  el 
sacerdote  mayor  gobernaba  lo  temporal,  y  á  él  lo  elegían  por  suertes,  y 
sacrificaba  á  los  ídolos  sangre  de  las  orejas,  de  la  lengua  y  del  miembro 
genital. — Adoraban  al  Sol  cuando  sale. — Tenian  dos  ídolos,  el  uno  en  fi- 
gura de  hombre,  de  mujer  el  otro;  fiara  estos  eran  todos  sus  sacrificios.  (4) 
Sacrificábanse  muchos  indios  de  6  hasta  12  años  bastardes  y  nacidos  en- 
tre ellos:  los  sacerdotes  arrodillados  con  insensarios  vueltos  al  Sol  zahu- 
maban y  hadan  invocaciones  vueltos  á  las  cuatro  pattes  del  mundo;  pre- 
dicaba uno;  otras  muchas  supersticiones  y  ritos  tenian:  el  confesarlas  11111- 
geres  que  estaban  de  parto  ya  se  dijo:  tenian  pintado  un  árbol  con  siete 
ramas,  que  significaba  siete  grados  de  parentezco;  y  en  ellos  por  reta  línea 
no  podia  casar  nadie  sino  habiendo  hecho  alguna  gran  facción  en  armas, 
desde  el  tercer  grado  y  por  linea  transversal.  Habia  otro  árbol  con  cuatro 
ramos,  que  significaba  hasta  el  cuarto  grado  dentro  del  cual  no  se  podia 
casar  nadie;  otras  buenas  leyes  y  costumbres  tenian. 

j$. — Muchos  indios  (5)  (habla  de  Yucatán)  de  discreción  digeron  haber 

(1)  De  este  lugar  comienzan  los  chontales,  lengua  diferente;  y  de  una  laguna  que  está  en  su 
término  sale  el  Rio  Lompa  muy  grande:  tiene  en  medio  dos  peñoles  en  el  uno  solian  sacrificar. 
Tres  leguas  de  esta  ciudad  está  el  lugar  de  Mimila,  que  era  de  gran  devoción  para  los  indios  pi- 
piles, y  otras  naciones  iban  allí  á  ofrecer  y  sacrificar. 

(2)  Torquem.  escribe:  que  Motecuhcuma  era  Sacerdote  y  lo  fué  también  Cuatchtemoc  último      Pintura  mexi- 
Rey;  y  todos  ellos  en  nuestra  librería  en  la  Historia  pintada,  tienen  en  la  cabeza  la  Mitra  como 

quien  dice;  y  cuando  los  indios  bailan  el  tocotin,  le  ponen  en  la  cabeza,  y  le  llamamos  cepil,  no  se 
si  lo  pronunciamos  bien  ni  su  significado. 

(3)  Ya  se  ha  notado  que  los  mexicanos  en  tiempos  á  estos  muy  modernos,  inventaron  los  sa- 
crificios de  hombre;  y  así  estos  que  eran  muy  mas  antiguos,  prevaricaron  con  ellos,  así  en  esto 
como  en  lo  demás  según  la  conveniencia  temporal  de  los  Señores  temporales  que  eran  los  Sa- 
cerdotes. 

{\)  Dice  aquí  que  á  este  ídolo  hombre  y  muger  eran  todos  sus  sacrificios,  con  que  denota  que 
no  tenian  Otro  á  quien  sacrificar,  y  que  adoraban  al  Sol:  allá  á  f.  197.  cap  4.  lib.  8.  Dec.  4  habla 
de  este  y  dice  que  le  llamaban  el  gran  Padre  y  la  gran  Madre;  y  así  se  ve  en  la  Historia  pintada 
y  en  ella  á  este  personage  como  Obispo,  como  aquí  le  pinta;  y  también  se  ve  el  engaño  y  la  equi- 
vocación para*  decir  que  adoraban  al  Sol.   Y  es  el  caso  que  en  la  historia  pintada  donde  se  sacó,       n. 

r  1  ir  Pintura   mexi- 

para  denotar  que  aquella  tierra  de  que  se  habla  está  de  Oriente  á  Poniente  y  que  aquel  maestro  cana. 
Obispo  fué  de  la  parte  del  Norte,  pintaron  Sol  arriba  y  abajo  denotando  que  desde  Oriente  á  Po- 
niente caminaba  sobre  ella,  y  luego  aparece  este  Obispo  por  la  parte  del  Norte  respecto  de  ellos, 
y  de  aquí  nació  el  engaño,  como  el  decir  que  le  adoraban,  pues  él  claramente  dice  que  solo  al 
Gran  Padre  y  Madre  eran  todos  sus  sacrificios  en  el  calendario  que  tenian  como  los  mexicanos 
de  que  infirió  el  Br.  Becerra,  como  vimos,  la  estada  del  Santo  Apóstol  en  estas  parles. 

(5)   Herr.  Dec.  4.  lib.  10.  cap.  2.  f.  260. 


bibliografía  mexicana  del  siglo  XVlll. 
446 

oído  á  sus  mayores  y  antepasados,  que  aquella  tierra  habían  poblado  cier- 
tas gentes  venidas  por  la  parte  de  Oriente,  á  las  cuales  habia  Dios  librado 
de  otras  abriéndoles  camino  por  la  mar.  (1)  Las  Provincias  son  18  y  en  to- 
das se  han  hallado  tantos  y  tan  grandes  edificios  de  cantería  que  espanta; 
de  que  se  infiere  que  fué  tierra  de  mucho  lustre;  y  admira  que  no  hallán- 
dose en  ella  ningún  género  de  metal  se  hayan  podido  labrar  tan  grandes 
edificios,  los  cuales  parecían  haber  sido  templos:  halláronse  en  estos  tem- 
plos esculpidas  figuras  de  hombres  desnudos  con  zarcillos  en  las  orejas  al 
uso  indiano.  ídolos  á  honra  de  todos  los  edificios,  leones,  jarras  y  otras  co- 
sas.— Chicheniza  es  un  asiento  muy  bueno,  diez  leguas  de  Izanal  á  donde 
Treshermanos  jos  ant¡p-Uos  dicen,  que  reinaron  tres  hermanos,  los  cuales  llegaron  allí  de 

qe.    llegaron   allí  °  '      *  '  ° 

v?v¡ansinnmúge-  'a  parte  del  Poniente,  juntaron  gran  población,  gobernaron  algunos  años 
te!  'u  '""  en  paz  y  justicia. — Estos  edificaron  grandes  edificios  y  muy  galanos. — Afir- 
man que  vivieron  sin  mugeres,  muy  honestamente;  y  con  el  tiempo  dicen 
que  faltó  uno  y  que  su  ausencia  hizo  tanta  falta,  que  los  otros  dos  comen- 
zaron á  ser  deshonestos  y  parciales;  y  de  tal  manera  los  aborreció  el  pue- 
blo que  los  mataron  y  se  despoblaron,  y  dejaron  los  edificios  especialmente 
el  mas  honroso  que  es  diez  leguas  de  la  mar. — Los  que  poblaron  á  Chi- 
cheniza se  llamaron  los  Izaes:  con  estos  hay  opinión  que  reinó  un  gran  Se- 
Cucuican.      ñor  dicho  Cucnlcan;  (2)  y  todos  conforman  en  que  este  entró  por  la  parte 

Templo  Este  sin  ....  .  .  ,  , 

duda  fué  Quet-  del  Poniente;  y  la  diferencia  que  en  esto  hay  no  es,  sino  si  entro  antes  ó 
después  de  los yzaes,  ó  con  ellos.  Finalmente  el  nombre  del  edificio  de  Chi- 
cheniza, y  el  suceso  en  las  cosas  de  la  tierra  después  de  la  muerte  de  los 
Señores  muestra  haber  Cucnlcan  regido  esta  tierra  juntamente  con  ellos. 
Fué  hombre  de  buena  disposición;  no  le  conocieron  muger,  ni  hijos;  fué 
gran  repúblico,  y  por  esto  tenido  por  Dios.  Para  socegar  la  tierra  fundó  á 
donde  hoy  está  la  ciudad  de  Mérida,  y  quince  de  la  mar,  y  allí  hicieron  un 
setco  como  de  medio  cuarto  de  legua,  de  una  pared  en  piedra  seca  con  dos 
ei  Templo  de  puertas:  hicieron  sus  templos,  al  mayor  llamaron  Kukulkan;  edificaron 
también  cerca  del  casas  á  los  Señores,  entre  los  cuales  repartió  Cucnlcan 
tierras  y  Pueblos  á  cada  uno:  á  la  Ciudad  llamó  Mayapan.  que  quiere  de- 
cir la  Bandera  de  la  Maya,  porque  Maya  significa  la  lengua.  Con  esto  se 
socegó  la  tierra  y  vivieron  en  paz  algunos  años  con  Cucnlcan  (3)  que  los 
gobernó  en  justicia  hasta  que  ordenada  su  partida  y  encomendándoles  su 
partida  (sic)  se  volvió  á  México  por  el  camino  que  habia  ido,  y  algún  tiem- 
po se  detuvo  en  Champoton  á  donde  en  memoria  de  su  jornada  hizo  un 
edificio  dentro  de  la  mar  y  hoy  dia  se  vé. 

( 1  )  De  este  lugar  se  puede  colegir  que  eran  hebreos  á  los  cuales  Dios  abrió  camino  en  las 
aguas  del  mar  bermejo  y  que  diversas  gentes  aportaron  á  esta  tierra  ademas  del  Apóstol;  y  que 
Tula  ó  Tallan  era  tierra  de  los  unos. 

(2)  Este  Cuculcan,  ya  habías  visto  arriba  n?  14.  f.  que  es  el  mismo  que  asi  llama  Torquem., 
y  en  N.  España  Quetzalcohuatl.—Culcan  era  de  México,  dice  en  este  lugar  al  margen  Herr.  Con- 
cordados bien  estos  lugares  parece  que  ido  el  Santo  dejó  discípulos  que  proseguían  su  doctrina. 
3  1  A  f.  45.  habla  de  este  y  le  llama  Cocolcan:  es  Cocom:  Cocomes. 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

447 

74. — Considerando  los  Señores  de  Yucatán,  que  no  se  podían  conservar 
si  no  gobernaba  uno,  determinaron  de  dar  el  Señorío  al  linaje  de  los  Co- 
comes,  (1)  que  eran  tan  ricos  que  poseían  22  buenos  pueblos;  y  ordenaron 
qe.  pues  el  mercado  no  era  para  mas  de  los  Templos,  se  labrasen  casas  fue- 
ra de  él  á  donde  tuviesen  sus  mayordomos,  (qe.  cada  uno  traya  una  vara 
gorda  y  corta);  que  recibían  los  tributos  de  sal,  maiz,  ropa  &?,  y  de  los  pue- 
blos llevaban  los  mancos  y  ciegos,  y  los  sustentaban  en  casa  de  estos  ma- 
yordomos; encargaban  mucho  la  paz  y  buen  tratamiento  de  la  gente  me- 
nuda; y  que  trabajase  pa.  su  sustento  y  el  de  los  Señores.  Tenían  pa.  las 
cosas  del  culto  de  sus  Dioses,  uno  que  era  el  Sacerdote  mayor  á  quien  su- 
cedían en  el  Sacerdocio  sus  hijos:  estaban  en  él  las  llaves  de  su  religión; 
aconsejaba  á  los  Señores;  respondía  á  sus  preguntas;  proveía  de  Sacerdotes 
á  todos  los  Pueblos,  que  se  ocupaban  en  enseñar  sus  ciencias  y  escribir  li- 
bros de  ellas.  Viviendo  los  Cocomes  en  este  concierto  de  la  parte  de  medio 
dia  de  las  faldas  de  la  sierra  de  Lecandó  entraron  grandes  compañías  de 
gente,  qe.  tienen  por  cierto  eran  de  Chiapa;  y  anduvieron  40  años  por  des- 
poblados de  Yucatán  y  al  cabo  aportaron  á  las  sierras,  que  caen  algo  en- 
frente de  la  ciudad  de  Mayapan,  diez  leguas  de  ella. 

Dejo  por  un  rato  la  narración,  luego  volveré  á  ella,  por  decir  de  paso  en  Episod; 
este  lugar  con  Torquemada  lib.  6.  f.  66.  col.  2.  part.  2.  porque  viene  á  pro- 
pósito de  lo  que  vamos  escribiendo,  dice  así:  "Lo  misino  era  en  toda  la 
costa  del  Sur,  casi  desde  Panamá  hasta  la  Provincia  de  Nicaragua,  y  en  la 
del  Norte  por  nombre  de  Dios  y  la  Provincia  de  Veragua;  y  desde  allí 
por  toda  aquella  tierra  hasta  Honduras,  tenían  conocimiento  alguno  (sic) 
de  Dios  verdadero  y  qe.  era  uno  y  que  moraba  en  el  Cíelo,  al  cual  en  la 
lengua  del  Darien  llamaban  Chicuhna — principio  de  todo;  el  mismo  co- 
nocimiento tenían  en  las  provincias  de  Honduras  y  Naco  á  donde  se  pobló 
la  Ciudad  de  Gracias  á  Dios,  creyendo  haber  un  Dios  Criador  de  todo;  pero 
esta  noticia  fué  mesclada  con  la  adoración  que  dieron  al  Sol,  Luna  y  Es- 
trellas."— Esto  este  Autor.  (2) 

Volvamos  á  buscar  nuestro  asunto.  Diez  leguas  de  ella  á  donde  pobla- 
ron, enfrente  de  la  Ciudad  de  Mayapan,  dies  leguas  (sic)  de  ella  á  donde 
poblaron  y  edificaron  muy  buenos  edificios;  y  agrandándose  al  cabo  de 
algunos  años  los  de  Mayapan  de  su  modo  de  vivir,  le  mandaron  convi- 
dar pa.  que  hiciesen  morada  pa.  los  Señores.  Los  Tutuxios,  que  así  se 
llamaron  los  extranjeros,  visto  este  comedimiento  edificaron  en  la  Ciudad 

(1)  Cocomes  como  vimos  arriba  á  f.  n?  14  dice  Torquemada  que  los  Cocomos  eran  oidores  Sal 
Nótese  que  esta  palabra  Cocomes  en  Mexicano  es  lo  mismo  que  culebras,  y  Cocom  dice  en  otra  par- 
te. Con  que  en  el  nombre  es  el  Cohuatl  de  nuestro  Quezatcohuatl.  Que  esta  palabra  plural  Coco- 
mes,  es  como  si  á  nuestro  modo  por  Su.  Francisco  dijéramos  los  Franciscos  &?,  y  el  decir  allá 
Torquemada  qe.  eran  oidores,  es  lo  mismo  que  aquí  dice  que  tenian  los  libros,  las  ciencias,  las 
leyes  y  las  cátedras,  que  eran  los  Doctores. — Mira  á  f s 

(2)  Herr.  Dec.  2.  lib.  3.  f.  84.  col.  2.  cap.  5.  dice  de  los  de  Honduras  confesaban  á  un  s>>],, 
Dios;  y  sin  conocimiento  dice  qe.  tocaban  á  la  Virgen  N.  S;  qe.  del  Dilubio  escapó  en  una  canoa 
un  hombre  con  su  mujer  é  hijos  y  qe.  de  estos  se  multíplice')  el  mundo.  &. 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

443 

y  se  extendieron  por  la  tierra,  sugetos  á  las  leyes  de  los  de  Mayapm. — 
Estando  así  en  tanta  paz,  entró  la  codicia  en  el  goberna  lor  de  la  ciudad, 
que  era  del  linaje  Cocoiu  (dirá  de  la  religión)  y  comunicándose  con  el  Go- 
bernador que  los  Reyes  mexicanos  tenían  en  Tabasco  y  Xicalanco  metió 
en  Mayapan  gente  de. guerra  y  la  ganó,  hacienda  esclavos  á  muchos  de  los 
naturales;  y  no  lo  pudiendo  sufrir  los  otros  señares,  se  conjuraron  con  el 
Señor  de  los  Tuxins;  y  acudiendo  en  dia  señalado  á  la  cisa  del  señor  To- 
com  le  mataron  con  sus  hijos,  salvo  á  uno  que  estaba  ausente,  y  le  saquea- 
ron la  casa  y  tomaron  sus  heredades;  y  desampararon  la  ciudad,  deseando 
cada  señor  vivir  en  libertad  en  sus  pueblos,  al  cabo  de  500  años  que  se  fun- 
dó, (i)  en  la  cual  habían  vivido  con  mucha  policía;  y  habría  que  se  despo- 
bló, según  la  cuenta  de  los  indios,  hasta  que  llegaron  los  españoles  á  Yu- 
catán 70  años;  cada  señor  procuró  de  llevar  los  más  libros  de  sus  ciencias 
que  pudo  á  su  tierra,  á  donde  hicieron  templos;  y  esta  es  la  principal  cau- 
sa de  los  muchos  edificios  que  hay  en  Yucatán. 

75. — Siguió  toda  su  gente  (2)  Ahxihn  Señor  de  los  Tutuxius  (3)  y  pobló 
en  Maní,  que  quiere  decir  ya  pasó,  como  si  dijese  hagamos  libro  nuevo;  y 
de  tal  manera  cundieron  que  hicieron  una  gran  Provincia  que  se  llama  hoy 
dia  Tutuxiú.  El  Cocón,  que  se  hallaba  ausente  en  la  tierra  de  Ulua,  (4) 
sabida  la  muerte  del  Padre,  y  el  desvárate  de  la  ciudad  se  fué  apriesa  y 
con  algunos  amigos  y  parientes  que  recogió  hizo  un  buen  pueblo  con  tem- 
plo á  sus  Dioses  y  le  llamó  Tibrilon,  que  quiere  decir,  jugados  hemos  sido, 
tiempos  quedan  para  desquitarnos.  Estos  cundieron  mucho,  y  procedieron 
de  ellos  muchas  familias,  que  se  llamaron  Cocomes;  y  la  Provincia  de  ellos 
se  llama  ahora  Zututa.  Al  tiempo  del  desvárate  de  Ma  yapan,  no  quisieron 
los  conjurados  hacer  mal  á  los  mexicanos,  sino  dejáronlos  libres,  conque 
queriendo  quedar  en  la  tierra  quedasen  de  por  sí,  y  con  que  no  emparenta- 
sen con  los  naturales. — Otro  yerno  de  un  sabio  y  estimado  sacerdote  de 
Mayapan  llamado  Achel,  que  aprendió  las  ciencias  del  suegro,  seguido 
de  mucha  gente  por  la  fama  de  la  ciencia  pobló  en  Terrohó;  y  estos  Se- 
ñores Cheles  siempre  continuaron  en  saber  mucho  de  su  Religión  y  man- 
tener el  sacerdocio;  y  así  fueron  señores  de  una  Provincia  que  se  llamó 
Aharrinchel,  que  es  la  de  Izamal:  luego  hubo  opiniones  diversas  entre  Co- 
comes, Cheles  y  Xihuis,  &?  (5)  Acabada  esta  pestilencia  en  las  sierras  de 
Mani  en  la  Provincia  de  Tiituxin  el  indio  Chilan  (6)  Caníbal  sacerdote 
dijo  la  profesia  de  la  Cruz  de  que  atrás  se  ha  hablado. — Y  Don  Joan  Co- 
cón, que  cristiano  así  se  llamaba,  descendiente  de  los  Cocomes,  mostró  un 
libro  pequeño  que  le  mostró  su  abuelo,  que  fué  el  hijo  que  escapó  del  Co- 

(1)  Según  esto  aquella  doctrina  permaneció  allí  500  años  y  la  iban  propagando  sus  discípulos. 

2  Herr.  Dec.  4  lib.  10.  cap.  3.  f.  262.  col.  2. 

3  Totolxiuh  escribe  Torquemada,  quiere  decir  pájaro  fuego. 

(4)  Ulua,  es  en  Honduras  un  Rio  que  sale  á  la  mar,  á  donde  se  predicó  la  misma  doctrina. 

(5)  Herr.  Dec.  4.  lib.  10.  cap.  3.  f.  254.  col.  1. 

6     ibid.  f.  258.  col.  1. — Parece  <]ue  Ci/an  es  pueblo  y  tenia  Señor. 


bibliografía  mexicana  del  siglo  XVI i í 

449 

com,  que  mataron  en  Mayapan,  á  donde  estaba  pintado  un  venado,  refi- 
riendo que  habia  dejado  dicho,  que  cuando  en  aquella  tierra  entrasen  aque- 
llos venados  grandes,  que  eran  las  vacas,  se  mudaría  el  culto  de  sus  Dioses, 
lo  cual  habia  visto  cumplido  en  la  entrada  de  los  castellanos,  y  con  ellos 
las  vacas. 

68.— Escribe  Torquemada  f.  58.  col.  i.  part.  2?  que  los  indios  llamaban     Como  los  ¡n. 

rnr*  i  i  .  •  1  •         •  1  ,  1  1  dlOS  tuvieron    IlÜ- 

lupan  al  trueno,  y  le  teman  por  cosa  divina  y  sobrenatural;  y  de  estapa-    tic¡a ó. conoci- 
miento del  ver- 
labra  dice  usan  los  predicadores  para  darles  conocimiento  del   verdadero  dadei 

Dio?;  y  á  f .  59.  col.  2.  lib.  6?  cap.  27.  part.  1.  escribió  Torquemada,  que 
Teutl  absolutamente  quiere  decir  Dios;  y  dice  que  al  .SW  llamaban  Toua- 
tiuh,  porque  alumbra  haciendo  propio  él  de  su  efecto;  así  como  á  Dios  que 
teniendo  muchos  nombres  como  parece  por  el  verbo  que  significa  la  obra 
mas  principal  que  sobre  los  hombres  obra,  que  es  dar  vida;  porque  según 
san  Isidoro  puede  venir  de  este  verbo  do,  das,  que  significa  dar;  y  así  es- 
tos yndios  le  llamaban  Ipal/iemohuani,  que  quiere  decir,  aquel  por  cuya 
virtud  vivimos:  y  este  nombre  mismo  es  el  que  daban  al  principal  Dios 
que  ellos  imaginaban  que  es  el  Todopoderoso,  y  está  en  todo  lugar;  esto 
dice  este  autor. — Llamar  á  Dios  Teutl,  Sol  divino,  Sol  de  Justicia,  Clari- 
dad inmensa,  Eterna  luz,  cuando  lo  dice  un  cristiano  hablando  con  Dios, 
no  será  llamar  Dios  al  Sol;  luego  de  lo  que  refiere  este  insigne  varón,  (*) 
y  por  lo  que  dice  del  Brasil  y  que  le  enseñaban  debajo  de  aquel  significa- 
do Tupan  y  lo  que  hemos  leido  en  los  lugares  citados,  y  la  asentada  tra  - 
dicion  de  que  el  Santo  Apóstol  estuvo  en  Nueva  España,  se  puede  colé  • 
gir  que  antes  de  sus  ritos,  y  en  ellos  después  fueron  mezclados  los  ritos 
católicos,  pero  con  tales  significados,  símbolos  y  metáforas,  que  hasta  hoy 
no  se  han  entendido. 

69. — Escribe  Herr.  Dec.  4   lib.   10   cap.  4   f.  268.  col.  1.  que  en  Yuca-      ,     . 

-'  T  r     T  1  Sepultura  de 

tan  en  el  Fueblo  de  Maní  abriendo  u:ia  sepultura,  cerrada  por  todas  par-  G,-?:u,te- 
tes,  se  halló  en  ella  un  cuerpo  de  extremada  grandeza  deshecho  salvo  unos 
pedazos  de  las  canillas  de  las  piernas;  y  de  la  cabeza  sacaron  una  muela 
que  pesaba  poco  menos  de  libra  y  media,  y  lny  opinión  que  antiguamente 
hubo  hombres  de  grandísima  estatura  en  esta  tierra;  hasta  aquí  el  Autor. 
De  esta  sepultura  de  piedra  y  lo  que  se  ha  dicho  de  edificios  se  prueba  que 
gentes  peregrinas  antiquísimas  vinieron  á  estas  partes  y  en  diversas  tiem  ■ 
pos.   También  es  digno  de  ponderar  lo  que  á  fs.  299.  col.  2.  lib  9  dec.  2? 

(*)  El  M.  R.  P.  Torquemada,  que  de  esta  manera  merece  ser  siempre  npml  escla- 

recido varón,  á  1.  57.  col.  2.  cap.  26.  part.  2.  dice  asi: — "En  aquella  ¡ornada  que  Alvar  Nvñez 
Cabeza  de  Vaca  hizo  á  la  Florida,  á  donde  andubo  perdido  tantos  años,  dice,  que  saliendo  ya  al 
cabo  de  su  peregrinación  con  sus  tres  compañeros  hallaron  (sic)  junto  de  donde  hallaron  cristia- 
nos en  Xalisco,  ciertas  gentes,  y  que  preguntándoles  que  á  quien  adoraban  y  a  quien  sacrifica 
ban  y  pedían  el  agua  para  sus  labranzas  y  salud;  respondieron,  que  á  un  hombre  que  estaba  en 
el  cielo;  y  preguntándoles  cómo  se  llamaba,  dijeron  que  Agnar,  y  que  creianqueé!  habia  criado 
todo  el  mundo  y  las  cosas  de  él:  preguntóles  como  lo  sabían;  respondieron,  que  sus  padres  y 
abuelos  se  los  habían  dicho,  y  de  muchos  tiempos  tenían  noticia  de  ello,  y  sabian  que  el  agua  y 
todas  las  cosas  buenas  las  emviaba  — Aquel  Cabeza  de  Vaca  les  dijo  que  el  que  ellos  decian  le 
llamábamos  Dios  y  que  asi  lo  llamasen;  digeron  que  si  liazíah. 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

450 

dice  Herr.  que  año  de  1520,  cuando  Hernando  Cortés  estaba  conquistan- 
do á  México,  Hernando  de  Magallanes  pasaba  el  estrecho;  y  allí  la  prime- 
ra tierra  que  vido  (y  es  en  la  América)  fué  dia  de  Santa  Cruz  de  Mayo,  y 
ese  nombre  le  puso;  y  pasó  á  Filipinas  y  allí  puso  en  Zebú  aquella  Cruz 
milagrosa  que  no  pudieron  derribar  los  yndios;  que  parece  que  la  Santa 
Cruz  andaba  trayendo  á  los  españoles  á  esta  tierra  para  que  predicasen  sus 

L¡b.  i.r?2i.     misterios,  y  se  entendiese  la  tradición.  —  Escribe  Argensola  lib.  i.  f.  21  A 

Es"¿qu¡voca-    en  la  Historia  del  Maluco,  que  á  tiempo  que  Cortés  estaba  de  cerco  sobre 
(Nota aliena ma-  México,  una  de  las  naves  de  Magallanes  apoitó  á  Tehuantepec  en  la  mar 

Es  equivoca-  del  Sur  cerca  de  Guatulco  á  donde  puso  la  Cruz  el  Santo  Apóstol,  saltó 
en  tierra  un  clérigo  vizcaíno  capellán  de  la  nao,  habló  al  señor  el  cual  aga- 
sajó á  los  castellanos;  partió  á  México  el  Clérigo,  y  Cortés  quedó  maravi- 
llado; y  fué  mucha  parte  esta  gente  y  este  caso  para  ganar  á  México,  por 
entender  los  yndios  que  andaban  los  castellanos  en  la  mar  del  Sur.   Nota- 

Reiiquiadeía  D'e  concurrencia  de  maravillas. — En  esta  ciudad  de  México  en  la  Sactis- 
Guaüiico en Mé-  tia  de  las  Señoras  Religiosas  de  N?  Sra  de  Valvanera  está  pintada  la  Santa 
Cruz  de  Guatulco  de  que  hablamos  fs.  n?  60  con  letrero  que  refiere  como 
en  el  sagrario  de  dicho  convento,  hay  un  pedazo  de  la  Santa  Cruz;  y  re- 
firiendo el  caso  y  milagro  de  cuando  el  Draque  la  quiso  quemar,  dice  que 
fué  el  año  de  1618;  y  parece  que  este  año  sería  el  en  que  se  llevó  de  Gua- 
tulco á  Oaxaca,  porque  el  Draque  fué  mucho  antes. 

70. — Morando  el  Santo  Varón  fray  Andrés  de  Olmos  en  el  convento  de 
Cuernavaca  (1)  se  averiguó  haber  el  Demonio  aparecido  á  un  yndio  en  fi- 
gura de  Señor  ó  casique  vestido  y  compuesto  con  joyas  de  oro,  y  esto  fué 
por  la  mañana,  y  le  llamó  á  un  campo  y  le  dijo:  "Ven  acá  Fulano,  vé  y  di 
á  tal  principal,  qué  cómo  me  ha  olvida  lo  tanto  tiempo?  que  diga  á  su  gente 
me  vayan  á  hacer  fiesta  al  pié  del  monte  porque  no  puedo  entrar  allí  donde 
vosotros  estáis,  que  está  ahi  esa  Cruz;" — y  dicho  esto  desapareció — El  in- 
dio hizo  el  mensaje  que  el  Demonio  le  mandó  y  el  principal,  que  se  decia 
Don  Joan,  con  gente  que  llamó  fueron  á  hacer  la  dicha  fiesta,  y  allá  se  sa- 
crificaron y  hicieron  su  ofrenda;  y  cierto  discípulo  criado  entre  los  frailes 
los  descubrió,  y  fueron  presos  y  castigados  (aunque  con  misericordia  por 
ser  nuevos  en  la  fé),  y  el  dicho  P.  fray  Andrés  preguntó  al  mismo  indio  á 
quien  el  Demonio  habia  aparecido,  lo  que  con  él  pasó,  y  halló  que  por  ser 
falto  de  fé  y  hacer  oración  á  sus  Diose-;,  ó  ídolos  antiguos,  le  habia  toma- 
do por  mensajero  para  engañar  á  otros.  Y  escribió  el  dicho  P.  la  oración 
ó  palabras  con  que  habia  orado:  y  en  su  manera  que  pedia  á  su  Dios  ser 
llevado  de  esta  vida  pues  ya  eran  esclavos  y  les  era  tomada  su  tierra  y  no 
estaban  en  su  libertad:  hasta  aquí  el  Autor.  Este  ejemplo  prueba  y  per- 
suade á  creer,  que  el  Demonio  tan  enemigo  de  la  Cruz  (como  él  lo  confesó) 
como  los  halló  faltos  en  la  fé  que  el  Santo  Apóstol  les  predicó,  lespersua- 

(1)  Torquemada  lib.  6?  fs.  87.  col.  1.  part,  2? 


Ejemplo   arer. 
ca  de  la  Sta. 


BIBLIOGRAFÍA  MEXICANA  DEL  SIGLO  XVIII. 

45 1 

diría  sin  duda  que  la  borrasen  y  quitasen  para  que  mas  libremente  permi- 
tiéndolo Dios,  les  indujese  á  las  idolatrías  que  tenían;  y  fué  permicion  di- 
vina el  que  quedasen  algunas  para  probar  la  predicación  del  Santo  Após- 
tol en  este  mundo. 

71. — Diego  de  Couto  en  la  Dec.  7?  de  la  "Historia  de  la  India"  á  79 
dice  así: — Escribe  Posidonio,  que  en  tiempo  del  Rey  Euergente  (1)  de 
Egipto,  Eudoxo  por  mar  fué  á  descubrir  la  India,  y  que  volviendo  de  allá 
cargado  de  ricas  mercaderías  fué  derrotado  á  tomar  la  costa  de  Etiopia  (que 
sería  por  Melinde)  porque  eso  sucede  de  ordinario  á  los  que  salen  de  Cal - 
culpara  el  estrecho  del  mar  rojo,  que  era  el  viaje  que  este  hacia,  y  que 
en  el  tiempo  que  allí  se  detuvo  travo  amistad  con  los  naturales  y  aprendió 
algo  de  la  lengua;  y  después  habiendo  llegado  á  Egipto  sobre  cuentas  que 
tuvo  con  aquella  Reyna  en  que  ella  le  alcanzaba  él  se  huyó  á  África  desde 
donde  se  partió  á  Cádiz. — Allí  armó  dos  embarcaciones  para  ir  rodeando 
la  costa  de  África  y  buscar  aquellas  gentes  de  la  costa  de  Etiopia,  de  quien 
Gama  quedando  aficionado  y  con  esperanzas  de  grande  interés  con  su  co- 
mercio á  donde  llegó  pasando  el  Cabo  de  Buena  Esperanza;  y  que  vol- 
viendo de  allá  halló  una  famosa  isla  en  el  camino  despoblada,  que  le  pa- 
reció muy  fértil  y  de  buenas  aguas  y  frutas;  y  que  por  haberle  parecido 
buena  y  fresca  después  de  haber  vuelto  á  España  volvió  allá  con  una  nao 
cargada  de  arados,  semillas  y  algunos  compañeros  para  cultivarla  y  po- 
blarla, y  que  se  perdió  en  la  costa  de  Etiopia  junto  al  cabo  de  Buena  Es- 
peranza; y  que  de  los  pedazos  de  la  nao  armó  una  embarcación  en  que  se 
salvó.  Y  considerando  este  viage  por  cierto  tenemos  ser  aquella  isla,  que 
hallaron  tan  grande  y  fértil  la  Isla  de  San  Lorenzo;  porque  desde  Melinde 
al  cabo  de  Buena  Esperanza,  no  hay  otra  tan  grande  ni  tan  fértil.  Hasta 
aqui  Couto  (Lee  la  nota  del  margen) 

Lucena  L.  i.  f.  46.  col.  2.  cap.  12.  de  la  vida  de  San  Francisco  Xavier 
en  cuyo  dia  el  año  de  1679  escribió  esto — "En  la  navegación  que  el  San- 
to hizo  á  la  India,  dice  asi:  De  Melinde  llegaron  á  Zocotara,  isla  en  la  cos- 
ta de  África  30  leguas  del  cabo  Guardafú,  y  50  de  la  tierra  firme  de  Ara- 
bia, la  mayor  que  hay  en  ta  garganta  de  los  mares  que  van  á  embocar  el 
estrecho  de  Meca,  á  que  llamamos  mar  rojo,  llámanse  cristianos  los  natu- 
rales de  esta  isla,  y  tienen  poco  mas  del  nombre  de  Cristianos,  adoran  con 
gran  reverencia  la  Santa  Cruz,  cuya  sagrada  imagen  por  devoción  traen 

(1  I  El  año  de  la  creación  3,823  en  la  61'  edad  Ptolomeo  Euergentes  reinó  en  Egipto  20  años, 
144  años  antes  de  Cristo,  año  de  3,721  (en  tiempo  de  Pelipo  Macedón )  de  la  Creación  hubo  otro 
Rey  llamado  Ptolomeo  Euergentes  en  Egipto,  reinó  26  años. — No  dice  esta  Historia  que  Eudo- 
xo rodeó  aquella  á  que  llama  isla  para  con  verdad  probar  que  lo  era:  luego  en  decir  que  era  isla 
no  la  habiendo  rodeado  pues  estaba  destrozado;  en  llamar  isla  á  la  tal  tierra  le  sucedió  lo  mismo 
que  á  los  portugueses  el  año  de  1500,  que  sin  querer  huyendo  del  cabo  de  Buena  Esperanza  apor- 
taron á  la  tierra  del  Brasil  á  quien  pensando  que  era  isla  llamaron  i>la  de  Santa  Cruz;  y  cada  dia 
veemos  naos  que  navegan  á  la  India  arribar  al  Brasil  por  la  cercanía  del  cabo;  y  cerca  de  él  se 
perdió  Eudoxo;  y  así  me  persuado  que  fué  la  América  la  que  llama  isla;  y  por  lo  menos  sacamos 
que  desde  Cádiz  se  hizo  esta  notable  navegación. 


BIBLIOGRAFÍA  mexicana  del  SIGLO  XVIll. 

452 

todos  al  cuello,  y  en  todas  las  Iglesias  (que  algunas  tienen  edificadas  con- 
forme á  su  pobreza  la  advocación  es  la  Santa  Cruz);  alli  resan  tres  veces 
al  día,  una  muy  temprano  como  maitines  a  hora  de  vísperas,  la  otra  á  com- 
pletas, la  tercera,  diciendo  uno  solo  un  verso  y  los  demás  respondiendo 
juntamente  como  en  coro.  Ayunan  con  rigor  los  dos  tiempos  del  año,  á 
semejanza  del  Adviento  y  Cuaresma;  pagan  diezmos  de  los  frutos  que  co- 
jen;  los  hombres  ordinariamente  tienen  nombres  de  Apóstoles,  las  muge- 
res  de  Maria;  y  estas  son  todas  las  huellas  y  rastro  de  la  fe  y  cristiandad 
que  por  alli  pasó  (según  se  tiene  por  tradición)  el  Apóstol  Santo  Thomé. 
En  lo  demás  viven  con  los  yerros  de  los  abesinos;  de  cuyos  ritos  aunque 
supersticiosos  también  les  faltan  muchos,  que  así  por  que  están  casi  siem- 
pre sin  pastor  como  por  el  comercio  y  mezcla  matrimonial  con  los  moros, 
y  en  fin,  por  la  aspereza  natural  de  la  misma  tierra,  no  solamente  tienen 
perdida  la  policia  sagrada,  pero  en  parte  la  humana.  (1) 

70  bis.  El  portugués  llama  Gema  á  lo  que  en  castellano  Yema. 

Hay  unos  huevos  que  tienen  llemas;  el  portugués  le  compone  así  el 
nombre. 

~       ,  f  Geméo — En  castellano  suena  Gemelo. — 
Gema  ) 

Sí?°    í  Niños— Gemelos,  Mellizos. 
Niño   ) 

}  mo.  —  Didimo,  Mellizo.    Cual  és  Ouetzalcohuatl. 
Di        S 

(#)  opinar)  'opujso  I  bu¡3^ 

oiuoD  rstJjqsn^  (  1^03  I  Co  )  mes.    Cocomes,  Coates,  Ge- 
l  PH°3  I  Co  )        melos 

„   ,       [■  can.  —  Cuculcan,  cuates 

Cul       ) 

TU  }  ■         ,  rj,  .         , 

„  /  xiuh. —  lutuxiuh 

Tu        S 

~.         f-  taca. — Tititaca. 
Ti         S 

r  (  Tanga  )  ~  ™ 

S3JJ  U3  oun    'oim  na  £  '  &       Tanga,  Tan^a 

11  (  Tanga  S 

—  '[°S  19P  oll«lUJ3ll  l9  'of'M  {og  p  '[05  p  -jog  Á  ajpyj  <  Ti     Trinitas  (2) 

(TiS 

(i)  Si  en  aquellos  zccotorinos  cultivados,  aunque  tarde,  y  alli  á  las  orillas  de  tierras  donde 
floreció  la  cristiandad  se  hallaba  apenas  las  señales,  maravilla  es  que  acá  haya  durado  siquiera  la 
tradición,  y  la  señal  de  la  santa  cruz;  también  dice  alli  que  los  de  Melinde  Moros  alli  cerca  tenían 
la  Sta.  t  y  se  enterraban  con  ella  á  la  cabecera,  señal  de  que  fueron  antes  cristianos. 

(*)   En  esta  forma  se  encuentra  escrito  el  original  (Ramírez! 

(2)  Con  todos  estos  nombres  se  halla  significado  Didimo,  Cuate,  ó  Mellizo;  en  unas  partes 
como  hemos  visto,  ó  su  doctrina  con  una  particularidad,  qe.  en  la  parte  que  mas  á  la  clara  se  re- 
presenta la  Trinidad,  qe.  es  en  el  Cuzco  en  las  tres  estatuas  de  oro:  así  como  Trinidad  Santísima 
se  refiere  Dios,  Dios,  Dios;  asi  allí  el  nombre  Titicaca:  Tanga,  Tanga;  ApoinTi,  c/ntanTi,  in 
Tiquaoqui;  tres  veces  repite  el  Ti,  Ti,  Ti.  — 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

453 

Y  en  otras  fiestas  (i)  (habla  de  Cholula  y  Tlaxcala)  levantaban  un  cau- 
tivo en  una  cruz  atado  y  alli  le  aseateaban,  y  la  cruz  era  un  madero  muy  le- 
navtado  y  alto:  y  otro  dia  de  fiesta  ataban  á  otro,  á  otra  mas  baxa,  y  con 
unos  palos  de  ff  encina  de  una  braza  lo  apaleaban  y  moria  en  este  tor-      Muertede 

( Iruz  usauan  los 

mentó:  estas  mismas  ceremonias  y  ritos  guardaban  en  todas  esotras  Pro-  ¡"dios, 
vincias  (2)  dichas,  y  esto  era  en  el  dia  ó  Pascua  llamado  TeoxiJmitl,  que 
quiere  decir  año  de  Dios:  esto  dice  este  autor. — Y  yo  he  estimado  el  ha- 
ber hallado  este  lugar  masque  si  hubiera  hallado  el  cerro  del  Potosí;  por 
que  esto  confirma  de  lleno  en  lleno  la  tradición  y  verdad  de  las  cruces  que 
dejo  el  Santo  Apóstol,  y  su  predicación.  Esta  fiesta  dice  que  era  á  princi- 
pio de  Marzo,  y  que  el  sacrificado  en  estas  fiestas  significaba  el  ídolo  á 
quien  hacian  la  fiesta,  y  que  llevaba  sus  vestiduras:  pues  ahora;  si  la  fiesta 
era  al  2?  de  los  tres  que  dice  tenían  por  Dioses  supremos,  parece  que  el  (interpretación) 
Apóstol  les  enseñó  (claro  está)  el  misterio  del  Calvario,  y  el  segundo  á 
quien  mataban  á  palos  el  buen  ladrón.  El  fuego  nuevo  que  sacaban  tam- 
bién denota  la  ceremonia  que  usa  la  Iglesia  el  Sábado  Santo;  y  prueba 
que  esta  ceremonia  sea  la  pasión  y  misterios  del  Calvario  el  ayuno  que  pre-      "Muestra  cc~ 

1  L  J  J  ~l  f  mo  el  sto  Após- 

cedia  y  penitencia,  como  nuestra  Cuaresma.— Pero  dirá  alguno  que  como  !,f  tfem  T  modo 
de  dos  Crucificados  se  infiere  el  Calvario,  que  allí  hubo  tres  crucificados;  &" 
se  responde:  que  asi  como  el  que  surcando  el  mar,  á  los  primeros  selajes  al 
asomar  los  montes  aunque  á  distancia  larga,  dice  tierra;  y  asi  es  lo  mismo 
á  nuestro  intento,  ademas  que  el  que  le  leia  la  historia  á  Torquemada,  no 
le  leia  el  catesismo  de  las  cosas  eclesiásticas  de  los  indios,  hablaba  como  so- 
lemos á  nuestro  modo,  sin  apurar  la  razón,  sino  como  se  ofrece:  quien  le- 
yere con  atención  á  Torquemada,  hallará  que  tenían  los  indios  cierta  forma 
de  comunión  ó  remedo  de  la  nuestra;  como  también  confesión  y  bautismo 
&? — Ahora  pues,  demos  caso,  que  cuando  los  españoles  llegaron  á  este 
nuevo  mundo  hallasen  la  comunión  como  hoy  la  usa  la  Santa  Iglesia,  y 
también  hallara  tradición  de  que  Santo  Thomé  Apóstol  había  predicado  la 
fé,  y  que  desde  entonces  tenían  la  comunión:  si  este  caso  fuera  verdadero, 
probaba  que  la  fé  y  enseñanza  era  de  Católico;  pero  contradecía  que  el 
Apóstol  la  enseñase  la  comunión  como  hoy  la  usan  los  católicos;  porque 
cuándo  en  tiempo  de  los  Apóstoles,  y  después  en  la  primitiva  Iglesia  co- 
mulgaban los  fieles  debajo  de  dos  especies?  á  que  remeda  esta  de  los  in- 
dios; y  claro  está  que  si  el  Santo  Apóstol  se  la  enseñó,  y  acá  no  habia  pan 
ni  vino,  que  en  algún  modo  ó  manera  lo  habia  de  disponer;  conque  prue- 
ba este  modo  de  comunión  ser  la  que  les  dio  el  Santo:  pero  como  las  de- 
mas  ceremonias  adulteradas,  y  supuesto  que  no  tenian  letras  y  que  escribian 

1 1 1  Toi'quemada  part.  2''!  f.  310  col.  2.  cap.  31. 

(2)  Calancha  á  quien  yo  no  habia  leido  cuando  escribia  esto  escribe  á  fojas  329.  col.  2.  cap.  3. 
que  cuando  entraron  los  españoles  en  terreno  de  Quito  y  en  Passao,  vn  los  pilares  de  los  templos 
hallóse  en  todos  los  pilares  de  ellos  hombres  y  niños  crucificados,  al  modo  qe.  hoy  pinta  la  Iglesia 
los  mártires,  y  los  yndios  traían  corona.  Dice  qe.  como  trataban  mas  de  buscar  oro  los  españoles 
qe.  de  predicar  no  averiguaron  lo  qe.  era  V.  f.  va — 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVlll. 

454 

por  geroglíficos  ó  pinturas  se  acomodó  el  Santo  con  ellos;  y  así  el  nombre 
del  Santo  Di  vino,  que  de  otra  manera  mejor  lo  escribirían  sin  letras?  que  por 
la  etimología  ó  significado  de  coate,  coatí,  Mellizo. — A  Dios  trino  y  uno, 
qué  mejor  modo  habia  para  esplicarselo  que  las  tres  estatuas  del  Sol?  (co- 
mo vimos  atrás  f.  188  núm.  47)  y  aquella  piedra  de  tres  rostros  los  nombres 
de  Gracia,  Esperanza  y  Fé,  Cenáculo,  Pecebre,  Moisés,  Espíritu  Santo, 
Unción;  y  nombres  así  y  de  Apóstoles  claro  está  que  caian  debajo  de  pin- 
tura, con  la  cual  no  quedaba  bastantemente  explicado,  sino  que  era  nece- 
sario suplir  lo  mas  con  la  voz  é  inteligencia,  que  era  lo  que  ellos  cantaban  y 
contaban  unos  á  otros  (y  como  entre  nosotros  con  llevar, que  es  mejor  nues- 
tro modo  en  escribir  hay  entre  los  escritores  diversas  opiniones  acercade  na- 
rrar una  cosa,  así  dice  Torquemada  que  la  hay  en  la  historia  de  los  indios.) 
Pero  aquellos  geroglíficos,  aquellos  significados  á  nuestra  vista  parecerian 
disparates;  ejemplo:  cuando  por  Pedro  viésemos  Piedra,  qué  entendería- 
mos? si  no  viniese  uno  y  dice  Pedro?:  así  otros  muchos  como:  No  levanta- 
rás falso  testimonio;  La  muger  virgen  que  concibió  por  obra  del  Espíritu 
Santo;  La  unión  hipostática;  Dos  naturalezas;  Querubines;  Serafines;  Caí- 
da de  los  Angeles;  Virgen  en  el  parto,  antes  y  después  del  parto,  Naci- 
miento, Estrella,  Pastores,  Angeles,  Herodes  &?  que  todas  estas  cosas  y 
todas  las  que  convenían  á  tantos  y  tan  divinos  Misterios  y  sentidos,  pará- 
bolas, símbolos  y  metáforas  puestos  á  su  modo  al  cabo  de  1.500  años  y  tras- 
tocado todo  sin  inteligencia  y  con  raras  y  diversas  figuras,  que  habia  de  pa- 
recerá Andrés  de  Tapia  y  Humbria  el  piloto  sino  idolatría,  lo  que  parecerán 
á  un  rústico  á  un  pastor  las  figuras  matemáticas  y  astrológicas:  pongamos 
caso  que  un  rústico,  un  hombre  sin  letras  apareciera  con  un  libro  de  estas 
Artes  en  el  Mogori  y  que  el  gran  Mogor  le  mandase  que  se  lo  esplicase,  este 
aunque  estuviese  libro  en  español,  qué  esplicacion  le  daria?  y  qué  resultaria 
de  lo  que  el  Mogor  escribia?  así  lo  mas  en  nuestro  caso;  y  mas  cuando  desde 
el  principio  los  españoles  fueron  con  ese  corriente,  con  ese  tinte  y  enten- 
dieren las  cosas  sin  distinción  á  carga  serrada,  juzgando  como  si  el  primer 
gentil  que  derrepente  entrase  en  nuestras  Iglesias  á  donde  viese  pintado 
Demonio,  Dragón,  Culebra,  que  engañó  á  Eva,  y  otras  cosas  así,  sin  dis- 
tinguir que  significaban  ni  porqué  estaban  allí,  digese  que  adorábamos 
aquellas  cosas  pues  las  teníamos  en  las  Iglesias  y  en  los  altares.  Quien  con 
atención  leyere  á  Remesal,  y  las  historias  indianas,  y  las  tiranías  de  aque- 
llos tiempos,  y  lo  que  padeció  el  V.  varón  Fr.  Bartolomé  de  las  Casas,  obis- 
po de  Chiapa,  por  defender  á  los  indios,  á  quien  todos  para  llevar  adelante 
el  intento  de  tiranizarlos  y  tenerlos  por  esclavos,  calumniaban  de  incapa- 
ces ni  racionales,  idólatras,  hechiceros  &?  verá  como  desde  entonces  que- 
daron en  mala  opinión  á  carga  cerrada:  á  tanto  llegó  la  mala  opinión  que 
los  tenían  por  incapaces  de  doctrina  y  sacramentos,  y  por  consecuencia  les 
negaban  el  Cielo:  pues  si  les  negaban  el  cielo  como  habian  de  creer  que 
Apóstol  del  Señor  habia  predicado  á  tales  gentes?  pues  no  habia  para  qué, 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

455 

pues  predicaba  en  vano.  Luego  no  era  mucho  que  entendiesen  que  todo 
era  idolatría,  que  nunca  tuvieron  cosa  buena.  —  Acerca  de  la  mala  opinión 
c  incapacidad  en  que  eran  tenidos  los  indios,  por  lo  que  en  su  favor  escri- 
bió Don  Fr.  Juan  Garces  (sic)  primer  obispo  de  Tlaxcala  el  año  de  1536, 
la  Santidad  de  Paulo  III  despachó  su  breve  (que  cita  Solorzano  lib.  2.  cap. 
1.  f.  6j.  col.  Política;  y  Fr.  Agustín  Dávila,  Historia  de  Santo  Domingo  de 
Nueva-España  lib.  1.  cap.  42)  en  que  con  vivas  razones  y  eficaces  ejem- 
plos procura  mostrar  cuanto  se  engañan  ó  pretenden  engañar  los  que  siem- 
bran tan  mala  doctrina  &?  Véase  allí  las  palabras  de  dicho  Breve  del  año 
de  1537.   También  lo  trae  Torquemada  lib.  1.  cap.  14  parte  1.  (1) 

71. — Calancha  (2)  lib.  2.  f.  409.  col.  i.  núm.  7.  cap.  19.  de  la  "Historia 
de  San  Agustin  del  Perú,"  dice  asi:  Para  que  se  vea  la  conquista  que  le 
cometió  el  Cielo  (habla  de  Fr.  Antonio  de  Baeza)  y  que  género  de  enigmas 
le  pusieron  delante,  es  conveniente  saber  que  cosa  fué  PacJiacamae  y  su 
desdicha  en  su  prosperidad;  cual  su  error  en  la  creación  del  mundo  y  del 
orbe  y  será  gustoso  saber  el  origen  de  sus  ídolos  y  principio  de  sus  Gua- 
cas; y  verán  sus  idolatrías  cotejadas  con  las  de  España  y  Asia;  y  servirá 
de  advertimiento  á  los  confesores;  porque  PacJiacamae  fué  el  Atenas  de 
esta  Monarquía,  y  la  Sinagoga  de  esta  gentilidad. 

Este  adoratorio  y  Guaca  de  PacJiacamae,  fué  el  mayor  y  mas  populoso  Tempto  Je  Pa. 
de  estos  indios;  mucho  dicen  de  los  antiguos  y  todo  lo  prueban  sus  rui- 
nas, que  si  no  son  de  materia  tan  noble,  como  las  de  Roma  y  Troya  por 
ser  de  tapias  y  adoves  y  barro,  dicen  en  su  altura,  distancias,  comparti- 
mientos y  latitud  su  antigua  magestad  y  primer  alteza.  El  Templo  se  lla- 
maba del  Dios  PacJiacamae,  que  después  fué  llamado  Mamacona,  nombres 
de  las  vírgenes  dedicadas  al  Sol,  como  en  Europa  las  Vestales.  Habia  aqui 
muchas  respetadas  como  Deidades  y  como  en  el  Templo  de  Jerusalem. 
Tiene  la  Guaca  ó  Templo  eminente  altura,  cuasi  medio  cuarto  de  legua  de 
circunferencia  y  diversa  multitud  de  patios;  cuadras,  aposentos  menores  y 
mas  pequeños,  pasadizos,  salas  y  oficinas,  que  todo  va  formando  uno  como 
alto  monte,  con  las  puertas  al  Oriente,  y  en  todas  y  en  las  paredes  del 
Templo  figuras  de  animales  fieros  leones,  tigres  y  otras  vestías,  y  varios 
pájaros  del  mar;  y  noté  mucho  que  todo  se  gobierna  hacia  la  parte  de 
Oriente;  y  las  subidas  principales  de  escaleras  mayores,  lugares  de  sacrifi- 
cios de  cuerpos  humanos,  niños  y  mujeres  cae  á  la  parte  Occidental;  y  la 
de  los  sacrificios  de  animales  á  las  dos  partes  Meridional  y  Setemptrio- 
nal;  los  aposentos  inferiores  parecen  de  los  criados  de  aquellos  que  hacían 

(1)  He  notado  y  es  digno  de  reparo  que  en  las  partes  en  que  menos  era  oida  y  admitida  la 
predicación  del  Sto.  Apóstol,  en  estas  partes  allí  obraba  los  prodigios  qe.  el  tiempo  ha  conserva- 
do: en  esta  Nueva-España  á  donde  obró  mucho  estampó  las  manos  como  que  obraba  en  Campeche 
adonde  se  halló  la  Cruz  y  le  vieron,  no  hay  otra  señal;  en  el  Brasil  y  Paraguay  parece  estaban  mas 
duros,  y  obraría  el  Santo  para  su  conversión  prodigios,  y  como  qe.  no  le  oían  parece  que  sacudía 
los  zapatos  siguiendo  el  consejo  del  Evangelio,  y  eso  denotan  las  huellas  qe.  estampó  en  las  piedra--. 

(2)  Aquí  llegaba  escribiendo  cuando  topé  á  Calancha,  y  saque  lo  que  digo  con  su  autoridad. 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

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oficio  de  sacerdotes;  los  mas  altos  segundos  de  los  de  mayor  autoridad  y 
y  los  terceros  que  se  avecinan  con  los  patios  altos  de  los  sacrificios  eran 
de  los  sacerdotes;  y  una  gran  casa  que  está  en  lo  eminente  al  lado  del 
Templo  superior  muestra  ser  la  casa  del  Rey  Inga,  porque  otro  templo  tie- 

Tenian bóbedas.  ne  en  el  centro  en  forma  y  modo  de  bóbedas  donde  daba  el  Demonio  los 
oráculos.  No  tenia  éste  ídolo  ni  estatua  (Garcilaso  part.  1.  cap.  30  )  afir- 
ma; y  el  P.  Blas  Valera  Jesuita  dejó  escrito,  que  una  zorra  tenían  dentro, 
y  otros  peses  por  que  los  españoles  hallaron  una  de  finísimo  oro  entre 
cántaros  en  este  Templo  de  Pachacamac;  lo  cierto  es  que  no  tuvo  estatua, 
ni  fingieron  figura:  esta  zorra  de  oro  fué  sacrificio  y  forma  de   ídolo. — 

^Noh.ib¡aestá-  j?n  todo  el  circuito  de  la  Guaca  no  se  permitia  entrar  á  nadie,  sino  á  Seño- 
res y  Sacerdotes,  ó  á  los  que  morían  en  el  Templo  (sic)  de  su  romería  por- 
que los  juzgaban  deidades.  Sacrificaban  zorra  al  ídolo;  no  se  juzgará  por 
barbaridad,  cuando  nuestros  antiguos  ofrecían  un  asno  al  Dios  Baco,  como 
dice  Plinio  lib.  24;  y  á  la  Diosa  Céres  una  puerca,  como  advierte  Ovidio 
lib.  1.  fast.  una  sierva,  á  Diana  unos  perros,  como  refiere  el  mesmo  le  ofre- 
cían los  sábeos  y  los  tesalios.  —  La  gran  población  que  muestra  á  los  con- 
tornos era  de  los  naturales  y  la  otra  de  indios  extrangeros  que  venían  de 
distantes  tierras  en  romeria  ó  á  negocios  con  el  Inga;  las  otras  muchas  Gua- 
cas que  están  convecinas  son  altares  de  particulares  familias  Pueblos,  Rey- 
nos  y  Provincias,  que  como  capilla  que  adornan  y  hacen  autoridad  á  una 
de  nuestras  catedrales,  asi  aquellas  Guacas  eran  para  la  ostentación  y  ma- 
gestad  del  templo  Pachacamac.  Hoy  no  ha  dejado  el  tiempo  masque  unos 
paredones  viejos  que  sirven  de  memoriales,  y  unos  rastros  que  sirven  de 
apuntamientos,  vense  las  ruinas  en  que  ha  tenido  el  dejo  opotentísimas  ciu- 
dades, consuelanse  con  Troya  y  contemplan  á  Jerusalen.  Que  divinidad 
atribuyesen  á  este  Dios  de  quien  el  templo  y  pueblo  se  llamó  Pachacamac, 

Quien  fué  Pa-  J  ~i  r        J    r 

u„' ."'v'ér'dad-ro  será  gustoso  saber  poniendo  aquí  á  la  letra  algunas  clausulas  de  Garcilaso 
Inga,  con  que  prueba  que  antes  de  los  Reyes  Ingas  y  de  ser  Monarquía  tu- 
vieron á  Pachacamac  por  Dios  invisible  y  criador  universal;  dice  pues  en 
sus  "Comentarios  Reales"  1.  part.  lib.  2.  cap.  2. — Demás  de  adorar  al  Sol 
por  Dios  visible  á  quien  ofrecieron  sacrificios,  y  hicieron  grandes  fiestas  los 
Reyes  Incas  y  sus  Amantas  que  eran  los  filósofos,  rastrearon  con  lumbre 
natural  al  verdadero  Sumo  Dios  y  Señor  Nuestro  que  crió  el  Cielo  y  la  tie- 
rra, al  cual  llamaron  Pachacamac:  es  nombre  compuesto  de  Pacha  que  es 
mundo  universo  y  de  Camac  principio  del  presente  del  verbo  cama,  que 
es  animar  el  cual  verbo  se  deduce  del  nombre  cama.  Pachacamac,  quiere 
decir,  El  que  dá  ánima  al  mundo  universo,  y  en  toda  su  propia  y  entera 
significación,  que  quiere  decir,  el  que  hace  con  el  universo  lo  que  el  ánima 
con  el  cuerpo.  Tenian  este  nombre  en  tan  gran  veneración,  que  no  le  osa- 
ban tomar  en  la  boca;  ycuando  lesera  forzoso  tomarlo  era  haciendo  afée- 
la -ran  revé-  tos  Y  muestras  de  mucho  acatamiento  encojiendo  los  hombros,  inclinando 

nomblabaná1^-  la  cabeza  y  todo  el  cuerpo,  alzando  los  ojos  al  cielo  y  bajándolos  al  suelo, 

chacamac. 


bibliografía  mexicana  del  siglo  xrni. 

457 

levantando  las  manos  abiertas  en  derecho  de  los  hombros,  dando  besos  al  aire 
y  besando  la  mano,  ceremoniagentílica  que  abominó  Job,  queentrelos  In- 
cas y  sus  vasallos  eran  ostentaciones  de  suma  adoración  y  reverencia,  con  las 
cuales  demostraciones  nombraban  al  PacJiacamac  y  adoraban  al  Sol,  y  reve- 
renciaban al  Rey,  y  no  mas. — Tuvieron  al  PacJiacamac  en  mayor  veneración 
interior  que  al  Sol,  que  como  he  dicho  no  osaban  tomar  su  nombre  en  la 
boca  y  al  Sol  le  nombraban  á  cada  paso.  —  Preguntando  quien  era  el  Pa- 
chacamac,  decían  que  era  el  que  daba  vida  al  universo  y  le  sustentaba,  pero 
que  no  le  conocían  porque  no  le  veian,  y  que  por  eso  no  le  hacían  templos, 
ni  le  ofrecían  sacrificios,  mas  que  lo  adoraban  en  su  corazón,  esto  és,  men- 
talmente; y  le  tenían  por  Dios  no  conocido. — El  Inga,  como  dice  Garcila-     vjos  no  con°- 
so  lib.  6.  cap.  31.  part.  i,  no  quiso  conquistará  fuerza  de  armas  ni  derra- 
mando sangre  á  los  del  valle  de  Pachacamac  por  adorar  un  mismo  Dios  él 
y  ellos,  y  asi  con  dádivas, favores  y  ruegos  los  sugetó:  reprensión  á  los  Re- 
yes cristianos  dada  por  un  indio  gentil,  que  adorando  á  Jesucristo  solo  ocu- 
pan sus  fuerzas  contra  los  de  su  propia  ley;  bárbara  guerra  y  quinta  esencia 
de  la  maldad  sacada  por  el  alambique  de  la  ambición. — Agustín  de  Zara- 
te escribiendo  lo  que  el  P.  fr.  Vicente  de  Valverde  dijo  al  Rey  Atahualpa, 
que  Cristo  N.  S.  había  criado  el  mundo,  dice,  que  respondió  el  Inga:  que 
él  no  sabia  nada  de  aquello,  ni  que  nadie  criase  nadasino  el  Sol  aquien  ellos 
tenían  por  Dios  y  á  la  tierra  por  madre  y  á  sus  Guacos,  y  que  PacJiacamac 
había  criado  todo  lo  que  allí  había;  de  donde  consta  claro,  que  los  indios 
le  tenian  por  hacedor  de  todas  las  cosas;  y  luego  que  el  Demonio  vio  pie 
dicar  nuestro  Santo  Evangelio  y  vio  que  se   bautizaban  los  indios,  dijo  á 
algunos  familiares  suyos,  en  el  valle  que  hoy  llaman  PacJiacamac,  por  el 
famoso  templo  que  allí  edificaron  á  este  Dios  no  conocido,  que  el  Dios  que 
los  españoles  predicaban  y  él  era  todo  uno,  como  lo  escriben  Pedro  de  Cie- 
za  de  León  en  la  demarcación  del  Perú  cap.  61.  y  fr.  Gerónimo  Román  en 
la  "República  de  las  Indias  occidentales"  lib.  1.  cap.  1  5.  dice  lo  mismo,  ha- 
blando ambos  de  este  mismo  PacJiacamac.   Y  el  decir  el  Demonio,  que  el 
Dios  de  los  cristianos  y  el  Pachacamac  era  todo  uno,  dijo  verdad;  porque 
la  intención  de  aquellos  indios  fué  dar  este   nombre  al   sumo  Dios  que  da 
vida  y  ser  al  universo  como  lo  significa  el  mismo  nombre;  y  en  decir  que 
él  era  el  PacJiacamac  mintió,  porque  la  intención  de  los  indios  nunca  fue 
dar  este  nombre  al  Demonio,  que  no  le  llamaban  sino  Zitpay,  que  quiere 
decir  Diablo,  y  para  nombrarlo  escupían  primero  en  señal  de  abominación; 
y  al  Pachacamac  nombraban  con  la  adoración  y  demostraciones  que  he- 
mos dicho.    Empero  como  este  enemigo  tenia  tanto  poder   entre  aquellos 
infieles,  hacíase  Dios  entrando  en  todo  aquello  que  los  Indios  veneraban  por 
cosa  sagrada,  hablaba  en  sus  oráculos  y  templos  y  en  rincones  de  sus  casas, 
y  en  otras  partes  diciéndoles  que  era  Pachacamac,  y  que  era  todas  las  de- 
mas  cosas  á  que  los  indios  atribuían  deidad;  y  por  este   engaño  adoraban 
aquellas  cosas  en  que  elDemonio  les  hablaba, pensando  que  era  á  la  deidad 

5S 


bibliografía  mexicaxa  del  SIGLO  XVIII. 

458 

que  ellos  imaginaban,  que  si  entendieran  que  era  el  Demonio  las  quemaran 
entonces  como  ahora  lo  hacen  por  la  misericordia  de  Dios,  que  quiso  co- 
municársele. Hasta  aqui  es  de  Garcilaso,  y  dice  ademas  de  esto,  lib.  6. 
cap.  31,  que  habiendo  prohibido  el  Inga,  después  que  ganó  á  Pachacamac, 
que  no  se  sacrificasen  niños  ni  personas  humanas  y  que  no  hubiese  ídolos 
en  el  templo,  decia  el  Demonio  que  él  era  el  hacedor  de  todo;  y  que  el 
ídolo  Rimac  hablaba  á  la  gente  pleveya. — Este  Rimac  era  el  ídolo  de  Li- 
ma.— El  Obispo  fr.  Luis  Gerónimo  Ore  en  su  "Símbolo  Católico  Indiano" 
cap  9.  f.  40,  pone  la  oración  que  el  Inga  y  los  indios  decian  al  Pachaca- 
Oraciondeio*  mac,  y  como  él  la  traduce  en  nuestro  castellano  es  esta.   "Oh  Hacedor  que 

Ingas. 

''estás  desde  los  cimientos  y  principio  del  mundo  hasta  los  fines  de  el, 
"Poderoso,  Rico  y  Mesericordioso  que  diste  ser  y  valor  á  los  hombres,  y 
"con  decir  sea  este  hombre  y  esta  sea  muger  hiciste  formaste  y  pintaste 
"á  los  hombres  y  á  las  mugeres;  á  todos  estos  que  hiciste  y  diste  ser  guár- 
"dalos  y  vivan  sanos  y  salvos  sin  peligro  y  en  paz.  ¿Adonde  estas?  por 
"ventura  en  lo  alto  del  cielo  ó  bajo,  ó  en  las  nubes  y  nublados,  ó  en  los 
"abismos?  Óyeme  y  respóndeme  y  concédeme  lo  que  pido:  danos  perpe- 
tua vida,  para  siempre  teños  de  tu  mano;  y  esta  ofrenda  recíbela  á  do 
"quiera  que  estuvieres  ¡oh  Hacedor!" — No  convengo  en  que  los  indios 
Con  stv  rho-  conocieron  esto  sin  mas  maestro  que  su  lumbre  natural,  sino  que  el  Santo 

me  andaba  otro 

discípulo.  Apóstol  Thome  y  el  discípulo  que  en  estas  tierras  predicaron  los  instruye- 

ron en  este  conocimiento  de  Dios,  como  han  pensado  otros  que  viendo  ha- 
cer al  Apóstol  tales  maravillas,  portentos  y  milagros  y  desaparecérseles  en 
la  playa  de  Pachacamac  cuando  sobre  su  capa  se  arrojó  al  mar  y  navegar 

nave^sobr^M!  sobre  ella,  como  en  su  lugar  dijimos  y  se  prueba  con  la  fábula  de  estos  in- 
dios que  agora  dijimos,  lo  tuvieron  por  sumo  Hacedor  y  vida  del  univer- 
so y  por  Dios  oculto  é  invisible.  Pero  lo  mas  derecho  es  que  desde  aque- 
llos santos  les  quedó  la  noticia  de  haber  un  Dios  verdadero  que  crió  el  Sol, 
Estrellas  y  todo  el  universo. 

72. — Prosigue  á  f.  41 1,  col.  i. — Cuan  cierto  sea  que  los  Indios  llamaron 
Pachacamac  no  al  Demonio  sino  al  Dios  Criador  del  universo  se  prueba 
con  un  suceso  bien  tierno  que  refiere  Garcilaso  2.  part.  lib  2.  cap.  8:  El  dia 
piimero  que  entraron  en  el  Cuzco  los  Españoles  donde  se  cogió  un  sin  nú- 
mero de  tesoros  entrando  Alonso  Ruiz  natural  de  Trujíllo  en  Estremadu- 
ra  á  saquear  las  casas  con  los  otros,  entró  en  una  de  la  cual  salió  un  indio  (i) 
Comose  halló  alegrísimo  dueño  de  ella  y  le  dijo — "seas   muy  bien  venido  que  muchos 

la  St?  Cruz  en  el  .  ,  .  .  _ 

Cuzco.  dias  ha  que  te  espero  que  el  Pachacamac  me  ha  prometido,  por  sueños  y 

agüeros,  que  yo  moriría  hasta  que  viniese  gente  nueva  la  cual  me  enseña- 
ría la  verdadera  ley  que  hemos -de  tener,  porque  toda  mi  vida  he  vivido  con 
deseo  de  ella  en  mi  corazón,  tengo  por  muy  cierto  que  debes  de  ser  tú  el 

{\\  Orellana  "Claros  Varones  del  Nuevo  Mundo"  cap.  4.  f.  165;  y  el  Inga  Garcilazo  "Co- 
mentaríos  Realeo"  lil>.  1  .  2'}  part.  cap.  8,  dicen  que  en  casa  de  este  indio  se  halló  la  Cruz  pin- 
tada. 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

459 

que  me  la  has  de  enseñar:"  —  Alonso  Ruiz  entendió  algo,  y  admirado  de 
verle  con  tanto  placer  cuando  debiera  estar  como  los  otros  lleno  de  pesar, 
volvió  al  indio  con  Felipe  el  intérprete,  que  declaró  el  gozo  y  las  palabras 
del  indio. — Admirado  Alonso  Ruiz  le  hizo  preguntas  y  repreguntas,  y  así 
de  lo  que  respondió  de  sus  costumbres  y  vida  como  de  lo  que  de  otros  se 
informó  supo  como  era  virtuoso  en  la  ley  natural,  sin  haber  agraviado  á 
nadie,  antes  hecho  bien  á  muchos,  deseando  saber  la  ley  verdadera  en  que 
se  salvaban  los  hombres;  el  español  en  tres  dias  le  enseñó  los  principales 
Misterios  de  nuestra  Santa  Fe,  que  ansiosísimo  aprendió  y  creyó  el  in- 
dio: llevó  un  sacerdote  y  le  bautizó  con  sumo  gozo  del  bautizado  y  gran 
alegría  del  sacerdote  y  padrino.  Alonso  Ruiz  se  fué  á  España  con  mas  de 
cincuenta  mil  pesos,  que  teniéndolos  por  dignos  de  restituir  los  dio  al  Em  • 
perador  como  señor  del  Perú,  pidiéndole  algo  de  limosna  para  poderse 
sustentar.  Agradecido  el  Emperador  de  esta  muestra  de  justificación  ad- 
mitió la  restitución  de  Alonso  Ruiz  y  le  dio  cuatrocientos  mil  maravedíes 
de  renta  en  cada  un  año  de  juro  perpetuo  y  una  aldegüela  llamada  Marta 
cerca  de  Trujillo,  con  que  medró  asegurando  su  conciencia  mucho  mas  de 
lo  que  comprara  con  los  cincuenta  mil  pesos  y  hoy  la  gozan  sus  herede- 
ros. Dos  cosas  sacamos  de  aquí,  que  al  ángel  ó  á  Dios  que  habló  á  esle 
dichoso  indio  le  llamó  Pachacamac,  Dios  verdadero,  invisible  y  reconoció 
que  no  era  Demonio,  pues  le  aseguraba  por  mejor  ley  la  nuestra  que  le 
habia  de  sacar  de  los  errores  de  la  otra.  La  2?  que  se  vea  que  por  haber 
dejado  de  continuar  el  saco  ó  el  robo  por  doctrinar  al  indio,  le  perpetuó 
Dios  su  hacienda,  disponiéndole  á  restituir  y  á  estimar  su  ánima  renun- 
ciando mas  que  la  riqueza  reteniendo.  Y  de  los  otros  del  saco  no  hay  nin- 
guno que  tenga  que  comer.   El  indio  murió  dentro  de  poco  bien  alegre. 

73. — Que  acción,  obra  ó  beneficio  les  hubiese  venido  de  este  Dios  Pa- 
chacamac, y  como  crió  á  los  indios  diré,  porque  en  ellos  no  quedó  memo- 
ria de  Adán  y  Eva,  así  como  á  los  griegos  y  latinos  que  atribuían  la  pro-     Griegos  y  Uti- 
criación  del  mundo  á  diferentes  progenitores,  dando  otros  nombres  á  los  noticia  de  Adau 

1  y  Eva. 

protoplastos  ó  primeros  hombres.  Cuales  tuviesen  los  serranos  por  su  pri- 
mer padre  queda  dicho,  y  ahora  diremos  á  cual  reconociesen  los  marítimos 
que  son  los  jungas  habitadores  de  los  llanos  y  arenales  del  Perú  hasta  Ari- 
ca distancia  de  300  leguas  de  longitud  con  doce  ó  quince  leguas  y  en  par- 
te menos  de  latitud  al  ancho  de  la  costa  del  mar.  Dice  una  fábula  que  ellos 
creían  por  infalible  y  creyeron  hasta  que  se  hizo  la  visita  general  contra  la 
idolatría  y  llegó  hasta  Guarney  por  la  parte  de  los  llanos;  y  en  todos  los 
pueblos  y  comarcas  lo  creian,  y  aun  hoy  lo  creen  muchos  mas  que  los  ar- 
tículos de  la  fé,  y  no  admitian  el  haber  sido  el  principio  de  los  hombres 
Adán  y  Eva,  sino  los  que  en  sus  informaciones,  donde  declararon  mas  de 
mil  testigos,  vido  como  uno  de  los  que  iban  á  catequizar  á  los  indios  y  á 
inquirir  sus  errores  el  P.  Luis  Turnel  compañero  del  P.  José  de  Arriaga 
dice  lib.  1.  M.  S.  1*  Idolatriam  cap.  10  que  el  origen  de  los  indios  de  los 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

460 

Origen  de  ios  llanos,  dicen  ellos,  que  fué  y  el  de  sus  Guacas  y  comidas  este:  Oue  no  ha- 
indios  de  ios  lia-  . 
»os.                  l)¡a  en  el  principio  del  mundo  comida  para  un  hombre  y  una  muger,  que  el 

Dios  Pachacamac  habia  criado  murió  de  hambre  y  quedó  una  sola  muger, 
que  saliendo  un  dia  á  sacar  raices  de  yerbas  entre  espinas  con  que  poder- 
se sustentar,  alzó  los  ojos  al  Sol  y  entre  abundantes  lágrimas  y  quejosos 
suspiros  le  dijo  al  Sol  así:  "Amado  Criador  de  todas  las  cosas  para  que 
"me  sacaste  á  la  luz  de  este  mundo  si  habia  de  ser  para  matarme  con  po- 
"breza  y  consumirme  con  hambre?  O  nunca  te  acordaras  de  ciiarme  de 
"la  nada,  ó  me  acabaras  al  punto  que  salí  á  este  mundo  yo  sola  en  él  sin 
"sucesión  de  hijos,  pobre,  afligida  y  sola.  Por  qué  ¡oh  Sol!  si  nos  criaste 
"nos  consumes?  y  cómo  si  eres  el  que  repartes  luces  muestras  ser  misera - 
"ble  negándome  el  sustento?  No  pareces  piadoso,  pues  no  te  compadeces 
"de  los  afligidos  y  no  socorres  á  los  que  criaste  tan  desdichados.  Permite 
"ó  que  el  cielo  me  mate  con  un  rayo,  ó  la  tierra  me  trague  acabando  tan 
"trabajosa  vida,  ó  socórreme  benigno  pues  me  criaste  ¡Oh  Omnipotente!" 
—  Estas  y  otras  ternuras  y  desesparaciones  decía  afligida  al  Sol,  estímulos 
de  la  hambre,  que  cria  rabias,  como  dijo  Silio  Itálico;  compadecido  el  Sol 
bajó  alegre,  saludóla  benigno  y  preguntóle  la  causa  de  su  lloro  fingiéndose 
ignorante;  y  ella  le  dijo  el  afán  de  su  vida  el  trabajo  de  buscar  el  sustento 
entre  espinas  y  la  triste  pasadia  librada  solo  en  desenterrar  mices:  —  cosa 
como  esta  creyeron  los  latinos  y  la  repite  Lucano  Pharsal  6 — oyendo  sus 
lástimas  condolido  de  sus  lágrimas  le  dijo  palabras  amorosas,  que  depusiese 
el  miedo,  que  esperase  descansos,  porque  ya  no  seria  causa  de  sus  penas 
la  que  hasta  allí  lo  habia  sido  de  sus  congojas.  Consuelo  que  en  semejante 
ocasión  repitió  Ovidio  de  sus  Dioses  lib.  1.  Methamórphosis. — Mandóle  que 
continuase  en  sacar  las  raices  y  ocupada  en  esto  le  infundió  sus  rayos  el  Sol 
y  concibió  un  hijo  que  dentro  de  cuarenta  dias  parió  con  grande  alegría, 
segura  ya  de  ver  sobradas  las  venturas  y  amontonadas  las  comidas;  pero 
salió  al  contrario,  porque  el  Dios  Pachacamac  indignado  de  que  al  Sol  se 
le  diese  la  adoración  debida  á  él  y  naciese  aquel  hijo  en  desprecio  suyo, 
cogió  al  recién  nacido  semi  Dios  y  sin  atender  á  las  defensas  y  gritos  de 
la  madre,  que  pedia  socorro  al  Sol  padre  de  aquel  hijo  y  también  padre  del 
Dios  Pachacamac,  lo  mató  despedazando  en  menudas  partes  á  su  herma- 
no.—  Lo  mesmo  cuenta  Ovidio  que  hizo  Medea  despedazando  á  su  her- 
mano Gialco  sembrando  sus  huesos  por  los  campos. —  Fratecidio  de  que 
á  lamentosas  voces  y  á  quejas  justas  pedia  venganza  al  Sol  padre  (esta 
afligida  queja  en  igual  ocasión  pinta  Virgilio  Georgicon);  pero  Pachaca- 
mac porque  nadie  otra  vez  se  quejase  de  la  providencia  de  su  padre  el  Sol 
de  que  no  producía  mantenimientos,  ni  la  necesidad  obligase  á  que  otro 
que  él  se  le  diese  la  Suprema  adoración  sembró  los  dientes  del  difunto  y 
nació  el  maiz,  semilla  que  se  asemeja  á  los  dientes.  —  Sembró  las  costillas 
y  huesos  y  nacieron  las  yucas,  raiz  redonda  que  tiene  proporción  en  lo 
largo  y  blanco  con  los  huesos,  y  las  demás  frutas  de  la  tierra  que  son  raices 


BIBLIOGRAFÍA  mexicana  DEL  SIGLO  XV III. 
461 

de  la  carne  procedieron  los  pepinos,  pacayes  y  lo  restante  de  sus  frutos  y 
árboles;  y  desde  entonces  ni  conocieron  hambre  ni  lloraron  necesidad,  de- 
biéndosele al  Dios  Pachacamac  el  sustento  y  la  abundancia,  continuando 
de  suerte  su  fertilidad  la  tierra  que  jamas  ha  tenido  con  extremo  hambres 
la  posteridad  de  los  Ingas. 

75  (bis)  — No  se  aplacó  la  madre  con  esta  abundancia,  porque  en  cada 
fruta  tenia  un  acordador  del  hijo  y  un  fiscal  de  su  agravio;  y  asi  su  amor 
y  la  venganza  le  obligaban  á  clamar  al  Sol  y  á  pedir  ó  el  castigo  ó  el  re- 
medio de  sus  desdichas,  (como  de  otra  cantó  Virgilio  /Eneid.  4.)  bajó  el 
Sol,  no  poderoso  contra  el  hijo  Pachacamac,  sino  condolido  de  la  muger 
que  le  lastimaba,  y  preguntándole  donde  tenia  la  vid  y  ombligo  del  hijo 
difunto,  mostróselo  y  el  Sol  dándole  vida  crió  del  otro  hijo  y  se  lo  entregó 
á  la  madre  diciéndole. —  ''Toma  y  envuelve  en  mantillas  este  niño  que  llora, 
"que  su  nombre  es  Vichama."  (1)  — Crió  al  niño  y  creció  hermosísimo  has- 
ta ser  bello  y  gallardo  mancebo,  que  á  imitación  de  cu  padre  el  Sol  quiso 
andar  el  mundo  y  veer  lo  criado  en  él,  consultó  á  la  madre  y  continuó  su 
viaje;  no  hubo  bien  asentádose,  cuando  el  Dios  Pachacamac  mató  á  la  que 
ya  era  vieja  y  la  dividió  en  pequeños  trozos,  y  los  dio  á  comer  á  los  cuer- 
vos índicos,  que  llaman  gallinazos,  y  á  los  buitres  peruanos  que  llaman  con- 
dores; y  los  cabellos  y  huesos  guardó  escondidos  en  las  orillas  del  mar. — 
Crió  hombres  y  mugeres  que  poseyesen  el  mundo  y  nombró  Curacas  y  Ca- 
ciques que  lo  gobernasen.  Volvió  el  semi  Dios  Vichama  á  su  patria  que 
se  llama  Vegueta,  valle  abundante  de  arboleda  y  hermoso  pais  de  flores 
conjunto  una  legua  poco  mas  ó  menos  de  Guaura:  deseoso  de  ver  á  su  ma- 
dre no  la  halló,  supo  de  un  Curaca  el  cruel  castigo,  y  arrojaban  fuego  sus 
ojos  de  furor  y  llamas  su  corazón  de  sentimiento,  al  modo  que  pintó  Vir- 
gilio yEney.  10.  el  enojo  del  otro;  convocó  los  que  habitaban  aquellos  va- 
lles, preguntó  por  los  huesos  de  su  madre,  supo  donde  estaban,  fuelos  com- 
poniendo como  solian  estar,  y  dando  vida  á  su  madre  la  resucitó  á  esta 
vida  y  trató  de  la  venganza,  porque  solo  ella  aplacara  el  furor,  como  de 
otro  dijo  Ovidio,  y  fué  disponiendo  el  aniquilar  al  Dios  Pachacamac;  pero 
él  por  no  matar  á  estotro  hermano  enojado  con  los  hombres  se  metió  en  la 
mar  en  el  sitio  y  paraje  donde  agora  está  su  templo  y  hoy  el  Pueblo  y  Valle 
de  Pachacamac  de  quien  vamos  hablando.  Viendo  el  Vichama  que  se  le 
habia  escapado  el  Pachacamac,  bramando  encendia  los  aires  y  centellando 
atemorizaba  los  campos,  como  del  otro  dijo  Persio  Satyr.  3;  volvió  el  enojo 
contra  los  de  Vegueta,  y  culpándolos  de  cómplices,  no  porque  mataron 
sino  porque  permitieron,  y  cuando  no  cooperasen  en  el  castigo  se  alegra- 
rían de  la  muerte,  llevado  de  un  repentino  furor,  sin  admitir  disculpas,  ni 
mitigarse  con  ruegos,  pidió  al  Sol  su  padre  los  convirtiese  en  piedras,  con- 
versión que  luego  se  hizo.  Viéndose  en  piedras  convertidos  las  criaturas 
que  formó  el  Pachacamac  ya  invisibles  para  que  se  vea  cuan  dificultoso  es 

1 1    Otras  informaciones  dicen  que  Villanía. 


BIBLIOGRAFÍA  MEXICANA  DEL  SIGLO  XVlll. 
462 

á  los  Dioses  falsos  aplacar  la  ira  una  vez  atizada,  como  dijo  Séneca  en  Me- 
dea,  pagando  los  hombres  las  culpas  del  tal  Dios:  dichosos  los  que  confie- 
san que  Jesucristo  pagó  las  nuestra?.  No  hubo  bien  ejecutado  el  castigo 
el  Sol  y  el  Vichama  cuando  se  arrepintieron  de  la  impiedad,  que  lo  que  la 
ira  yerra  el  arrepentimiento  no  puede  enmendar,  castiga  el  dolor  de  ha- 
berlo ejecutado  y  la  pena  de  no  hallarle  el  remedio,  como  dijo  Oracio;  el  Sol 
y  el  Vichama  no  pudiendo  deshacer  el  castigo,  quisieron  satisfacer  el  agra- 
vio y  determinaron  dar  honra  de  divinidad  á  los  curacas  y  caciques,  á  los 
nobles  y  á  los  valerosos,  y  llevándolos  á  las  costas  y  playas  del  mar,  los  dejó 
á  unos  para  que  fuesen  adorados  por  Guacas,  y  á  otros  puso  dentro  del 
mar  que  son  los  Peñoles  y  escollos  ó  euripos  á  quien  les  diesen  títulos  de 
deidad,  y  cada  año  ofreciesen  hoja  de  plata  chica  y  espinco  con  que  se  apla- 
casen los  tales  convertidos,  dando  el  primer  lugar  al  curaca  Amac;  que  es 
un  Peñol  ó  roca  una  legua  de  tierra  rodeada  del  mar,  por  ser  este  el  ma- 
yor que  entonces  era  de  los  hombres,  (y  por  esto  es  hoy  el  de  mayor  ado- 
ración entre  estos  indios).  Viendo  el  Vichama  el  mundo  sin  hombres,  y  las 
Guacas  y  Sol  sin  quien  las  adorase,  rogó  á  su  padre  el  Sol  criase  nuevos 
hombres,  y  él  le  envió  tres  huevos  uno  de  oro,  otro  de  plata  y  de  cobre  el 
otro;  del  huevo  de  oro  salieron  los  curacas,  los  caciques  y  los  nobles  que 
llaman  segundas  personas  y  principales;  de  el  de  la  plata  se  ejendraron  las 
mugeres  de  estos,  y  del  huevo  de  cobre  la  gente  pleveya,  que  hoy  llaman 
mitallos  y  sus  mugeres  y  familia. — Este  principio  creian  como  si  fuera  ar- 
tículo de  fé  todos  los  indios  de  la  Guaura,  de  Cupi,  de  Barranca,  de  An- 
cayaina,  de  Guacho,  de  Vegueta  y  los  que  habitan  la  costa,  como  se  ave- 
riguó por  el  Visitador  Fernando  de  Avendaño  y  por  los  P.P.  Pablo  José 
de  Arriaga  y  Luis  Teruel;  y  los  indios  desde  Caravillo,  cinco  leguas  de 
Lima  al  Norte,  y  Padiacamac,  cinco  leguas  al  Sur  y  los  pueblos  que  corren 
la  costa  al  medio  dia  hasta  Arica  que  veneran  sus  Peñoles,  rocas  ó  esco- 
llos; solo  diferencian  este  origen  diciendo,  que  los  hombres  que  se  criaron 
después  para  poblar  este  mundo  y  adorar  con  sacrificios  á  los  Dioses  y 
Guacas  los  crió  el  Dios  Pachacamac  enviando  á  la  tierra  cuatro  estrellas, 
dos  varones  y  dos  hembras  de  quien  se  procrearon  los  Reyes  y  generosos, 
y  los  pleveyos,  pobres  y  serviles  mandando  el  Supremo  Dios  Pachacamac 
que  á  las  tales  estrellas,  que  él  habia  enviado  y  las  volvia  al  cielo,  y  á  los 
caciques  y  curacas  convertidos  en  piedras  los  adorasen  por  Guacas,  ofre- 
ciéndoles su  bebida,  y  plata  en  hoja. — Esta  es  la  fábula  que  como  nosotros 
la  fé  (la)  creian,  y  aun  hoy  creen  muchos  esta  ficion;  y  esta  es  la  causa  de 
adorar  este  Dios  y  á  estas  Guacas. 

74. — Prosigue — Ellos  olieron  al  Santo  Apóstol  ó  á  su  discípulo  predi- 
Muestracomo  car  que  Dios  crió  á  N.  P.  Adán  y  Eva,  y  que  por  haber  quebrantado  el 

>s  indios  troca-  l 

y  fab 
la  doctrina  del 
Apóstol, 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 
463 

do,  y  que  á  Eva  por  la  culpa  le  dio  por  pena  parir  con  dolor  sus  hijos;  (1) 
y  comer  de  su  trabajoy  sudor,  y  que  en  castigo  no  le  administrase  la  tie- 
rra sino  espinas  y  abrojos;  (2)  y  se  sustentaron  con  raices  de  yerbas;  y  qui- 
tando algo,  conjuntando  trozos,  como  razones  de  carta  rota,  dijeron  ellos 
que  por  culpa  habia  muerto  el  varón  y  quedado  la  mugerque  cogia  raices: 
oyeron  que  Cain  y  Abel  hallaron  frutas  de  la  tierra  que  ofrecieron,  y  que 
Cain  mató  á  su  hermano  Abel  (3)  y  lo  dejó  hecho  pedazos  en  los  campos, 
donde  la  sangre  clamaba  su  muerte,  que  lloró  años  su  madre  Eva;  y  ellos 
dicen  que  el  Dios  Pachacamac  mató  á  suhermanomenor  y  lo  lloró  su  madre 
y  de  él  procedieron  las  frutas  que  hoy  tienen:  oyeron  que  en  vez  de  Abel 
parió  otro  hijo  Eva  que  se  llamó  Seth,  dado  por  Dios  en  lugar  del  her- 
mano difunto;  dicen  estos,  que  el  ombligo  del  muerto,  parió  otro  hi- 
jo la  muger  dado  en  retorno  por  el  despedazado  hijo:  oyeron  que  del 
hijo  Seth  procedió  Noe  y  que  por  culpas  destruyó  Dios  al  mundo  con 
agua  y  las  peñas  y  hombres  cubrió  con  el  Diluvio;  y  ellos  dicen  que 
se  convirtieron  en  peñas,  rocas,  peñoles  y  cerros  de  las  aguas  del  mar:  oye- 
ron que  de  tres  hijos  de  Noe  que  se  escaparon  en  el  Arca  se  volvió  á  pro- 
crear el  mundo,  y  ellos  ponen  en  tres  huevos  ó  en  cuatro  estrellas  las  nue- 
vas generaciones  de  su  descendencia:  oyeron  que  Adán,  y  Eva,  Seth  y 
Noe  fueron  al  cielo  ,  y  dicen  que  son  estrellas  que  de  allá  bajaron  y  allá 
se  volvieron. — Al  fin  quitando  cláusulas  añadiendo  ficciones  asentaron  de- 
pravando su  principio:  Asi  como  Ovidio  en  el  libro  primero  desús  trans 
formaciones  y  metamorfosis  (y  lo  creyeron  todos  los  griegos  y  latinos)  que     Nona- aquí 

.  ,  .  .  .  „  no  saqué  los  Iu- 

Jupiter  fue  mayor  Dios  y  mas  omnipotente  criador  que  su  padre  Saturno,  gares latinos  por 

J      r  J  J  '  *  r  no  errarlos  con 

de  que  hace  triscas  Lactancio  lib.  1.  de  Falsa  Religión  cap.  1 1.  álos  gentiles  -»lecismos- 
que  dan  superior  omnipotencia  al  hijo  que  al  Dios  su  padre.  Y  viendo  en 
el  Genisis  que  Dios  se  llamaba  Jehova  le  llamaron  Jove  que  eso  es  Júpiter, 
como  advittió  Guillermo  Stukio  de  sacrificis  gentilium.  Y  si  del  Sol  y 
aquella  muger  creyeron  estos  indios  que  nació  aquel  hombre  y  por  casti- 
go convirtió  hombres  en  piedras:  Ovidio  dice,  que  consultaron  la  Diosa 
Femis  Deucalion  y  Pirra  sobre  como  se  repararía  otra  vez  el  mundo  en- 
jendraiulo  nuevos  hombres  después  que  Júpiter  los  acabó  todos,  y  fué 
acordado  que  cubriéndose  el  rostro  Deucalion  arrojase  piedras,  por  las  es- 
paldas, y  salieron  hombres  y  Pirra  las  arrojó  y  se  convirtieron  en  mugeres. 
Disparate  que  confirmaron  de  ver  en  el  Genisis  que  Noe  después  del  Di- 
luvio se  embriagó  y  dormido  en  la  tierra  entraron  sus  dos  hijos  Sem  y 
Jafet  y  cubiertos  con  las  capas  los  rostros  y  caminando  á  él  vueltas  las  es- 
paldas le  cubrieron  las  carnes  (de  que  se  habia  burlado  su  hijo  Caín)  y  de 
estosse  volvió  á  multiplicar  el  género  humano.  Y  mayor  disparate  fué  creer 

(i)  Genes,  c.  3.  Mullere  dixit  multiplicabo  erunattas  &*conceptus  tUOS  indoloro  parió  filios. 
(1)  Spinas  et  tribuios  germinatit  &?  comedes  herbam  tena,  in  sudore  vultus  tui  vesceris  pane. 
(31  Posuit  mihi  Deus  semé  aliud  pro  Abel  occidit  Cain.  Mota  déaest  (precibusnimirum)  sor 
tem  q.  dedit  dijeiti  templo,  &?  veíate  caput,  constas  que  resolvit  vestas  ossag. 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

464 

hombres  de  tan  agudo  ingenio  como  los  griegos,  latinos,  romanos  y  españo- 
lesque  en  piedras  habia  convertido  Júpiter  á  los  hombres,  que  en  su  segundo 
Metamorfosis  pinta  Ovidio;  y  que  de  piedras  habia  vuelto  á  enjendrar  la 
multiplicación  de  los  hombres,  que  el  de  estos  indios,  pues  en  huevos  se 
crian  cosas  vivientes  asi  de  aves  como  de  peces.  Y  los  sabios  stoicos  cre- 
yeron por  sin  duda,  como  lo  refiere  Cicerón  alegando  á  Lusilio  Stoyco;  y 
abomina  Lactancio  que  el  Sol,  Luna  y  en  particular  las  Estrellas  tenian 
entendimiento,  usaban  discurso  se  gobernaban  con  acuerdo  y  obraban  con 
propio  consejo.  También  creyeron  muchos  antiguos,  como  dice  San  Ful- 
gencio, que  de  la  Junta  de  Júpiter  (que  para  enamorar  á  Leda  hija  de  Pín- 
daro)  se  convirtió  en  cisne,  y  ella  parió  un  huevo  con  dos  yemas  de  que  sa- 
lieron Castor  y  Polux  y  Elena. — PauloPerucio  dice,  que  pariódos  huevos  y 
que  del  uno  salieron  Cartor  y  Polux  y  del  otro  Elena  y  Etetemestra.  Es 
tos  dos  hermanos  son  los  que  llaman  signo  Geminis. — De  Júpiter  creyeron 
que  se  habia  convertido  en  Toro  para  llevar  por  la  mar  á  Europa  su  dama, 
y  en  cisne  para  atraer  con  alagos  á  Leda  que  le  resistía,  y  se  convirtió  en  oro 
para  conquistar  los  amores  de  Dafne.  De  estas  tres  transformaciones  hizo 
Estacio  curiosos  versos  en  un  epitalamio,  y  de  ellas  escribió  mucho  Ter- 
tuliano en  su  Apologético  abominándolas. — Arnobio  en  el  lib.  5?  dixo 
¡Oh  egregia  paga  de  la  culpa!  Oh  digna  y  preciosa  dulzura  por  la  cual  Jú  - 
piter  Máximo  se  hizo  cisne  y  toro  y  vestido  de  blanco  se  puso  á  engendrar 
huevos!  ¡Oh  egregia  merces  culpa!  Oh  digna  &?  preciosa  dulcedo  ettí1 
Y  de  esto  se  rie  y  reprende  Séneca  de  vita  beata  cap.  26.  á  los  que  tales 
transformaciones  maquinaron.  He  aqui  de  huevos  hombres  y  de  hombres  es- 
trellas; y  ponderados  es  este  mayor  que  el  otro.  Y  decir  estos  que  el  Sol  en- 
gendró enaquellamujer  áTifon  hijo  del  Sol,  llamadoTitan  y  de  la  tierra  que 
le  parió  en  menosprecio  de  Júpiter;  y  que  enterrados  los  miembros  del  hijo 
que  parió  salieron  las  semillas  que  oy  tienen,  y  del  hombligo  de  un  hermano 
crió  el  Sol  el  segundo  que  se  llamó  Vichama.  Mayor  desalumbramiento  fué 
elde  los  Sicilianos,  queadoraban  los  dioses  que  llamaban  Palíeos,  cuya  ge- 
nealogía escribe  Macrobio,  diciendo;  Que  junto  á  Simetro  reo  de  Cicilia 
violentando  el  Dios  Júpiter  la  voluntad  de  la  ninfa  Talia,  quedó  preñada 
y  temerosa  de  que  la  Diosa  Juno  celosa  no  la  castigase  deseó  que  la  tierra 
se  abriese  y  la  tragase,  lo  cual  le  concedió  Júpiter;  pero  cuando  llegó  el 
tiempo  del  parto  se  volvió  á  abrir  la  tierra  y  nacieron  los  infantes  que  se 
llamaron  Dioses  Páticos.  Midase  el  un  disparate  con  el  otro  y  será  mayor 
el  de  los  Sicilianos.  Y  si  estos  dicen  que  el  Dios  Supremo  Pachacamac  vien- 
do enojado  á  su  hermano  Vichama  se  escondió  en  la  playa  del  mar;  los 
griegos,  españoles  y  italianos,  creyeron  Joan  Rauisio  de  Dios  tom.  2,  que 
el  Dios  Apolo  (que  es  el  Sol  que  mató  los  cíclopes,  le  privaron  de  ser  Dios 
y  de  tener  dibinidad)  debía  de  ser  alquilada  ó  se  la  prestaron)  y  se  puso  á 
ser  pastor  de  vacas  del  ganado  de  Amito  Rey  de  Tesalia;  y  estos  indios 
que  al  que  una  vez  juzgaron  digno  de  divinidad  nunca  les  pareció  poder- 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

473 

grande  de  puntas  que  en  cada  una  tiene  j  (i)  rostros  diferentes:  y  decian 
algunos  que  aquella  señora  la  llevó  allí  por  el  aire  y  que  en  virtud  de  pie- 
dra vencía  las  batallas  y  extendió  su  imperio,  y  que  hubo  tres  hijos  sin  ser 
casada;  aunque  otros  dicen  que  eran  sus  hermanos  y  que  no  conocía  va- 
ron  y  que  viéndose  vieja  les  repartió  la  tierra  (2)  y  dio  buenos  consejos 
para  el  buen  tratamiento  de  sus  vasallos,  y  que  mandó  sacar  su  cama  de  la 
casa  y  vino  un  gran  relámpago  (3)  con  truenos  'y  vieron  un  lindísimo  paja' 
ro  volando  que  porque  nunca  mas  pareció  la  señora  creian  que  era  ella  el  pá- 
jaro que  se  iba  al  cielo.   Y  desde  entonces  hasta  que  llegaron  los  españoles, 
solemnizaron  aquel  dia  con  gran  fiesta.  Luego  repartieron  los  tres  hermanos 
la  Provincia  de  Serquin  y  la  gobernaron  en  policía  y  buenas  costumbres 
y  fué  la  gente  valiente  y  guerrera.   Y  como  la  Comizagual  era  Maga  ha- 
cia muchos  encantos,  y  así  dio  á  entender  á  la  gente  lo  que  queria  de  Re- 
ligión y  superstición.  Entre  los  muchos  ídolos  que  adoraban  habia  uno,  que 
llamaban  el  gran  Padre  y  otro  qe.   decian  la  gran  Madre,  y  á  estos  pe- 
dían salud.   Otros  Dioses  habia,  á  unos  pedian  hacienda,   remedio  en  la 
pobreza  y  que  los  sacase  de  necesidad,  diesen  de  comer  y  criasen  sus  hijos, 
guardasen  sus  sementeras  y  ayudasen  en  sus  guerras.  Y  muchos  años  en 
los  viejos  duraron  estas  supersticiones,  y  el  demonio  los  engañaba  y  apa- 
recía como  león,  tigre  ó  coyote  que  es  un  animal  como  lobo;  y  en  forma 
de  lagarto,  culebra  ó  de  pájaro.   Porque  de  estos  animales  (linda  ilación)  y 
aves  hay  muchas  en  esta  Provincia,  y  á  estos  llaman  nahuales,  que  era  tan- 
to como  decir  guardadores  ó  comp.°%  y  cuando  moría  el  pájaro  también 
moria  el  indio  que  estaba  con  el  prendado;  y  esto  se  vido  muchas  veces  y 
tenido  por  cosa  verdadera;  y  la  manera  como  hacían  esta  alianza  era  así. 
Ibase  el  indio  al  rio,  monte  ó  cerro,  ó  lugar  mas  escondido,  convocaba  los 
demonios  por  los  nombres  que  le  parecía,   hablaba  con  los  ríos,  piedras, 
montes;  decia  que  iba  á  llorar  para  tener  lo  que  sus  pasados  tuvieron,  y 
llevaba  algún  perro  ó  gallo  que  sacrificar;  y  con  aquella  tristeza  se  dormía 
y  en  sueños  ó  despierto  veia  algunos  de  los  sobredichos  animales,  y  enton- 
ces le  pedia  que  les  diesen  ganancia  en  la  sal,  cacao  &  y  derramaba  san- 
gre de  la  lengua,  de  las  orejas  ó  de  otra  parte  del  cuerpo,  y  luego  hacian  su 
pacto  con  el  tal  animal  el  cual  le  decia  ensueños  ó  estando  despierto:  tal 
dia  iras  á  cazar  y  el  primer  pájiro  que  vieres  ó  animal  seré  yo  que  seré  tu 
.  Nahualy  compañero;  y  de  esta  manera  se  afijaba  entre  ellos  el  amistad  qe. 
cuando  moria  el  uno  moria  el  otro,  y  era  de  manera  que  el  que  no  tenia 
Nahual  no  podia  ser  rico. 

Notta:  mira  á  fs  á  la  vuelta  núm.  47.  que  esto  tiene  semejanza  con  aque- 

(1)  Aquella  muger  sabia  mágica,  y  que  obraba  en  virtud  .le  los  tres  rostras.  En  la  pintura  es 
hombre  dirá  Dios  hombre:  la  Santísima  Trinidad.  & 

(2)  Que  les  repartió  las  tierras  y  dio  buenos  consejos:  alude  á  que  Jesucristo  comizagual man- 
dó, á  sus  discipulos  por  el  mundo  á  predicar  buenos  documentos,  doctrina  Sta.  &  ó  bien  cuando 
los  Santos  Apóstoles,  se  hallaron  al  tránsito  de  la  Sma.  Virgen  que  se  volvieron  ásus  Provincias. 

(3)  Vino  un  gran  relámpago  &  alude  á  la  venida  del  Espíritu  Santo.  Asumpción  de  la  Virgen. 


bibliografía  mexicana  del  siglo  xvm. 

474 

Pintura  histó.  lio.  La  historia  de  que  se  sacó  esta  relación  ha  14  años  que  la  tengo  en  pin- 
tura de  los  indios  y  es  muy  larga:  tiene  aun  mas  algunas  cosas,  en  especial 
el  Apóstol  con  otro  discípulo  detras;  él  alto  de  cuerpo,  capa  larga,  bordón 
ó  báculo,  en  la  mano  cosa  como  mitra  sobre  el  sol  bajando  del  cielo;  tenia 
cruz  en  la  mitra,  aunque  ya  no  se  vé  que  se  ha  despintado.  Supuesta  la 
predicación  del  Santo  Apóstol  en  estas  partes,  se  advierte  que  esta  pintu- 
ra Comizagual  (este  nombre  está  corrompido)  no  es  muger  sino  hombre. 

Descripción     Allí  está  la  muger  Virgen.   Baja  de  lo  alto  en  la  pintura  un  hombre  blan- 

de  la   pintura  y 

malárica  co'  ^e  ga"arc^a  presencia,  cabello  largo,  llagado  el  cuerpo,  sobre  la  cabeza 
un  pájaro  con  arco  y  flecha  en  la  mano,  carcax  á  las  espaldas  sobre  nubes 
el  cual  ha  bajado  de  lo  alto,  á  donde  está  aquella  muger  virgen  delante 
de  él  en  la  tierra  un  viejo  con  espada  levantada  en  la  mano,  y  rodela  en 
la  izquierda;  y  luego  caido  tendido  en  el  suelo  clavada  la  flecha  del  hijo 
de  la  virgen  este  hombre  llagado  hijo  de  virgen  es  la  segunda  persona  que 
bajó  de  lo  alto  á  pelear  con  el  demonio  que  estaba  apoderado  de  la  tierra, 
le  venció  &?  el  pájaro  que  tiene  sobre  la  cabeza  denota  el  Espíritu  Santo, 
la  virtud  del  Altísimo.  Madre  Virgen  que  huvo  tres  hijos  etc.  Templo  de 
la  Sma  Trinidad.  La  piedra  que  dicen  llevó  la  Virgen  por  el  aire,  signifi- 
ca la  gracia,  la  encarnación  &?  La  historia  es  muy  larga;  véala  el  curio- 
so; en  ella  está  el  gran  padre  y  la  gran  madre  la  cual  tiene  sobre  la  cabeza 
la  culebra  con  plumas  y  el  nombre  Maria  con  verdadera  significación  de 
mar,  aguas  de  gracia  preciosa  &^ 

Para  que  se  vea  el  modo  que  tenian  los  indios  para  escribir  las  oracio- 
nes, pondré  el  ejemplo  siguiente,  y  se  verá  que  lo  mismo  sería  de  la  que 
les  enseñó  el  Santo  Apóstol  de  que  sin  duda  ha  nacido  el  no  entender  bien 
sus  caracteres,  ni  aun  los  mesmos  descendientes  de  los  que  usaban,  por- 
que á  la  verdad  una  misma  cosa  puede  equivocar  sentidos  varios,  dice 
así:  —  El  vocablo  que  ellos  tieiv  n  que  mas  tira  á  la  pronunciación  de  Pater 
es  Pantli  que  significa  una  como  banderita  con  que  cuentan  el  número  de 
veinte,  pues  para  acordarse  del  vocablo  Pater  ponían  aquella  banderita 
que  significa  Pantli,  y  en  ella  dicen  Pater:  para  la  segunda  que  dice  Nos- 


ter,  el  vocablo  que  ellos  tienen  mas  parecido  á  esta  pronunciación  es 
Nochtli  que  es  nombre  de  la  que  llamamos  Tuna  y  en  España  Higo  de 
las  Indias;  pues  para  acordarse  del  vocablo  Noster,  pintaban  consecuti- 
vamente tras  de  la  banderita  una  tuna  que  ellos  llaman  Nochtli.  Esto  di- 
ce: y  yo  digo,  que  pinten  estas  dos  cosas  banderita  y  tima  y  que  la  mués- 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

47  S 

tren  á  cualquier  indio  que  entienda  sus  pinturas,  y  apostaré  que  no  le  da 

esta  significación  ni  el  más  entendido  y  sabio  lenguarás.  (i) 

Escribe  (2)  [que  la  noche  siguiente  que  Cortés  llegó  á  Tlaxcala  (3)  á  media     Confirma  Tor- 

noche  hallaron  levantada  una  cruz  de  altura  de  tres  brazas  bien  labrada  y  dicion  de  ios  in- 
dios acerca  de  la 

que  Cortés  fué  el  primero  que  la  vio  y  por  la  mañana  mandó  que  la  quitasen  ^'óstoi06'  St°' 
de  su  lugar  y  la  tendiesen  en  el  suelo,  hincando  á  los  dos  señores  más  prin- 
cipales qe.  eran  Maxixcatzin  y  Xicotencatl,  que  ellos  tres  la  levantasen  y 
pusiesen  á  donde  habia  de  estar;  y  asiendo  Cortés  de  la  cabeza,  y  Ma- 
xixcatzin del  cabo  della  y  Xicotencatl  del  medio,  la  levantaron  y  pusieron 
•en  su  lugar  donde  estuvo  muchos  años,  hasta  que  consumida  se  puso  otra. 
Dicen  que  al  tiempo  que  se  levantó  aquella  cruz  primera  que  el  sacerdo- 
te mas  principal  de  los  ídolos  que  tenia  á  su  cargo  el  templo  mayor  (que 
era  como  catedral)  donde  estaba  su  principal  Dios,  que  llamaban  Camax- 
tli,  temiendo  que  aquellos  hombres  recien  venidos  se  lo  tomarían,  como 
lo  harían  en  otras  partes,  la  misma  noche  que  acullá  en  Tizatlan  se  puso 
la  Cruz  mandó  poner  mucha  gente  de  guarda  para  que  con  fuegos  avisa- 
sen si  acaso  los  españoles  intentasen  hacer  lo  que  sospechaba.  Fué  este 
sacerdote  á  media  noche  á  incensar  al  templo,  que  le  tenia  rodeado  de  mu- 
cha gente  por  el  temor  dicho.  A  esta  hora  vino  súbitamente  sobre  ellos 
una  gran  claridad  á  manera  de  relámpago,  que  los  turbó  á  todos,  y  á  los 
que  miraban  ó  estaban  de  cara  al  Oriente  les  pareció  que  aquella  claridad 
habia  nacido  en  el  Oriente,  y  á  los  que  estaban  vueltos  al  Poniente  que  de 
aquella  parte  y  lo  mismo  que  del  Septentrión  y  Mediodía  á  los  que  mira- 
ban y  estaban  vueltos  á  aquella  parte;  de  manera  que  pareció  venir  aque- 
lla repentina  claridad  de  todas  lascuatro  partes  del  mundo.  Otros  muchos 
indios  habia  á  esta  hora  junto  á  la  Cruz  que  Cortés  y  los  Señores  Tlax- 
caltecas habían  levantado,  y  también  ellos  como  esotros  vieron  la  misma 
claridad.  Otro  sacerdote  que  estaba  en  otro  templo  apartado  de  este  lugar 
llamado  Macniltonal  vio  al  Demonio  en  forma  espantosa,  que  le  pareció 
puerco  corriendo  por  la  ladera  arriba  de  una  cuesta  que  llaman  Moyotcpec, 
en  lo  alto  se  desapareció  Decían  mas  que  los  Señores  y  sacerdotes  después 
de  esto  se  juntaron  para  tratar  de  aquella  grande  claridad  y  resplandor, 
que  todos  ellos  vieron  y  que  cosa  seria.  Y  entre  otros  juicios  y  pláti  ^""^ÍTsL- 
cas  que  sobre  esto  pasó  concluyeron  que  aquella  claridad  que  de  todas  las  de^5.10' el año 
cuatro  partes  del  mundo  pareció  venir  significaba  la  paz  universal,  que  se 
habia  de  seguir  de  allí  adelante,  y  que  sus  ritos  y  religión  del  todo  cesa- 
rían, y  que  llegaría  la  fama  de  los  nuevamente  venidos  á  todas  partes  y  se 
cumpliría  lo  que  tanto  tiempo  habia  que  esperaban,  y  decían  ya  hemos  al 
Tlatzonpan  (que  es  el  fin  del  mundo)  y  estos  que  han  venido  son  los  que 
han  de  permanecer.  No  hay  que  esperar  otra  cosa;  pues  se  cumple  lo  que  nos 

(i)  Torquem.  lib.  15  cap.  16.  col.  2.  f.  1 16.  par.  3. 

(2)  Torquem.  lib.  16.  cap.  27.  f.  229.  col.  2. 

(3)  A.  f.  301.  col.  2.  par.  1.  escribe  Torquemada  que  Tlaxcala  quiere  decir  casa  Je  pan.  —  Be- 
lem  llamóse  antes  Texcallan  f.  302.  col.  2.  parte  1? 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

476 

dejaron  dicho  nuestros  pasados.  Prosigue. — Si  consideramos  las  palabras 
de  estos  tlaxcaltecas  veremos  como  dijeron  verdad  (1)  como  otro  Caifas 
sin  saber  lo  que  decían,  porque  así  como  fué  verdad  que  convino  que  un 
Santo  Thomé  muriese,  que  era  Cristo  porque  todo  el  mundo  no  pereciese 
así  también  esta  Santa  Cruz  fué  el  medio  de  la  paz  que  hubo  entre  Dios  y 
los  hombres  en  la  cual  hizo  Cristo  la  reconciliación  y  amistad  deseadas  de  la 
paz  cristiana;  y  esta  Santa  f  lo  fué  de  todos  estos  reynos,  porque  conver- 
tidos á  la  ley  de  Cristo  la  tuvieron  todos  y  quedaron  hermanos  hijos  de 
Dios  y  herederos  de  su  gloria;  y  asi  como  en  la  venida  de  Cristo  al  mun- 
do se  cumplió  lo  que  dixeron  antes  los  Profetas,  así  ni  mas  ni  menos  en- 
la  venida  délos  nuestros  á  estos  indios  se  cumplió  todo  lo  que  nuestros  an- 
tepasados d eraron  dicho  de  que  otras  gentes  habían  de  venir  y  apoderarse 
de  estos  reynos,  y  enseñar  otra  ley  que  habia  de  permanecer ;  la  cual  es  esta 
evangélica.  Que  en  cuanto  á  esta  parte  dixeron  verdad,  pero  no  por  mo- 
do tan  infalible  como  hablaron  los  Profetas;  aunque  tengo  para  mi  que  lo 
dirian  por  voluntad  de  Dios,  para  que  cuando  viniese  no  pareciese  de  tal 
punto  nueva,  sino  que  ya  tenían  noticia  della  por  algún  modo.  Hasta  aquí 
nuestro  Autor:  no  hay  mas  que  pedir  ni  que  desear  para  acabar  de  enten- 
der la  verdad  de  la  tradición  de  que  Santo  Thomé  apóstol  estuvo  y  pre- 
dicó el  Santo  Evangelio  en  la  América,  comenzando  por  Panuco  á  donde 
aportó,  y  de  allí  á  Tula,  luego  á  Cholula,  Campeche,  &:.1 — Dice  Torque- 
mada  qne  luego  se  bautizaron  en  Tlaxcala  los  tres  Señores  principales  go- 
bernadores de  aquella  república.  Tlaxcala  quiere  decir  casa  de  Pan  (2) 
Chalchiuhapan  (3)  por  otro  nombre  (lib.  6.  cap.  23.  part.  2.  f.  50  col.  1.) 
se  llamaba:  que  fuente  graciosa  mar  de  gracia  aguas  preciosas  nombre  que 
daban  á  una  diosa  (4)  que  todo  el  significado  cuadra  á  la  virgen;  véalo  el 
curioso  en  este  lugar  citado  que  es  cosa  notable. 

82. — Torquem.  lib.  8  cap.  18.  parte  3  dice  así.  Aunque  con  particular 
cuidado  he  leído  muchos  A.  A.  antiguos  que  hablan  de  los  templos  de  la 
ciega  gentilidad,  no  hallo  en  ellos  que  su  número  fuese  aventajado,  cuyos 
mas  diligentes  cultores  de  los  ídolos  fueron  los  de  Roma,  Tebis,  Menfis,  y 
Atenas;  los  de  esta  nueva  España  demás  de  ser  cuidadosísimos  del  servi- 

(1)  ¡Oh  pobres  indios!  aún  cuando  dicen  verdad  no  quiere  que  sean  como  los  Magos  que  cre- 
yeron la  profesia  de  la  estrella,  sino  como  Caifas:  ¡Oh  dichosos  indios!  pues  creíste  la  dicha 
que  os  estaba  profetizada  por  Santo  Thomé. — Santo  mió,  porque  dudaiste,  no  creistela  resurec- 
cion  de  Cristo  nuestro  Maestro  y  vida  nuestra,  ha  estado  con  incredulidad  la  tradición  de  vues- 
tra asistencia  en  este  nuevo  mundo;  ya  lo  habéis  pagado,  agora  haced  que  sea  clara  y  manifiesta 
á  todos. 

(2)  Tlaxcala  casa  de  Fan  Belén  Torq.  f.  3  ?col.  2.  part.  r.1 

(3)  Chalchihuitlicue,  faldellín  azul. 

(4)  Matlacueye;  lo  mismo;  esta  es  á  quien  llamaban  la  gran  Madre.  Faldellín  azul,  esto  és; 
vistoso  cielo;  trujo  al  cielo  en  su  vientre;  agua  azul  para  el  nombre  de  Mariade  Guadalupe,  (pie 
allí  dice  estar  esta  fuente  y  es  así  Guadalupe  Nota.. — Torquem.  part.  2.  lib.  6'.'  cap.  23  hablando 
de  esta  Diosa  escribe  que  muchas  fuentes  le  tenían  consagradas,  y  una  de  ellas  en  Guadalupe  cer- 
ca de  México  que  es  aquella  que  está  al  Oriente  de  la  Santa  Casa  un  tiro  de  piedra,  que  está 
cercada  y  hierve  ó  sale  á  borbollones;  y  esta  Diosa  es  aquella  Teotenantzin  que  dice  Becerra  á 
f.  15.  del  lib.  de  la  Virgen  de  Guadalupe  que  tenían  allí  los  indios  por  Deidad. 


bibliografía  mexicana  del  siglo  xviil 

477 

ció  del  Demonio  fueron  aventajados  en  hacerles  y  edificarles  casas  y  tem- 
plos, en  tanto  número  que  pienso  pasan  de  quarenta  mil,  entre  chicos  y 
grandes,  y  afirma  con  verdad  quien  los  vido,  y  es  que  solo  en  CJwlula  habia 
trescientos,  siendo  el  uno  de  ellos  comenzado  y  no  acabado  por  la  sober- 
bia sepa  con  que  le  comenzaron;  en  esta  Ciudad  de  México  y  en  la  de  Tetz- 
cuco  pasaban  de  esta  cuenta  y  número  y  de  increíble  grandeza  y  maravilloso 
artificio  á  su  usanza  á  cuya  hechura  y  bondad  de  edificios  correspondía  una 
maravillosa  y  artificiosa  curiosidad  de  pinturas,  que  hacían  toda  la  obra 
parecer  de  un  delicado  pincel:  cap.  19  dice:  Por  grande  maravilla  tienen     ihomé  banba 

Templo. 

los  historiadores  antiguos  que  en  algunos  de  sus  templos  haya  habido  mu- 
cha curiosidad,  abundancia  de  oro  &? — Del  de  Diana  en  Efesso,  maravilla 
del  mundo  que  toda  la  gente  de  Asia  tardó  en  hacerlo  220  años;  pero  si 
con  atención  y  ojos  desapasionados,  y  no  con  los  que  algunos  miran  las  co- 
sas de  las  Indias  teniéndolas  en  poco,  queremos  mirar  la  hermosura,'curio- 
sidad  de  los  que  estos  gentiles  ocidentales  tenian,  veremos  que  son  no  solo 
en  edificios,  pero  lo  que  es  mas,  en  riquezas  de  los  mas  aventajados  del 
mundo:  si  los  queremos  notar  en  cuanto  á  su  grandeza,  excedía  el  de  Méxi- 
co y  Tetzcuco  al  de  Bufiris  que  boxeaba  mil  seiscientos  y  veintiocho  pa- 
sos y  estos  mas  de  3,000  (tres  mil)  y  de  alto  mas  de  cincuenta  estados, 
asiento  y  capillas  habia  en  los  cimientos  y  paredes  destos  templos  tan  gran- 
des y  espantosas  piedras  que  sola  su  grandeza  ponía  admiración;  si  en  el 
templo  de  Efesso  habia  columna  de  sesenta  pies  de  alto,  viera  las  piedras 
(no  127  como  eran  las  columnas  de  aquel  edificio,  sino  mucho  mas  sin  nú- 
mero) con  que  estaba  edificado  el  templo  del  Sol  que  estaba  en  el  valle  de     Templo  del 

'  ^  r         .     -  Sol  de  notable 

Lucay  cuatro  leguas  de  la  del  Cuzco  en  el  Perú,  las  cuales  tienen  veinte  |raanfeed"  en  ca' 
pies  de  largo  y  doce  de  ancho,  y  una  vara  de  ancho;  y  las  de  Thomé  banba 
llevadas  de  mas  de  doscientas  leguas  pasándolas  por  sierras  asperísimas  y 
ríos  caudalosos  pareciendo  ambas  cosas  casi  imposibles,  y  aun  mentira  el 
afimarlo  si  la  misma  verdad  no  estuviera  á  los  ojos  de  todos  los  que  por  allí 
pasan  que  sin  querer  las  ven  por  estar  patentes  á  todos.  (1)  —  Estos  de  la 
nueva  España  aunque  no  estaban  guarnecidos  de  penachos  de  oro,  como  el 
de  Diana  ó  el  que  dice  Tito  Livio  de  Júpiter,  tenian  otros  adornos  de  cosas 
muy  ricas  y  admirables  así  de  paños  tejidos  de  infinitas  labores  como  de  otras 
cosas  que  lo  hacían  vistoso  y  lindo.  Digo  que  los  del  Perú  (ya  que  no  todos 
muchos)  no  solo  tenian  las  paredes  y  cubierta  aforradas  en  planchas  de  oro, 
pero  el  suelo  guarnecido  de  ellas,  como  el  de  Dios  en  Jerusalem,  y  lo  que 
mas  admira  es;  que  eran  estas  planchas  de  oro  maciso  y  finó  tan  gruesas  co- 
mo un  dedo  y  de  mas  de  á  tres  palmos  de  largo,  ancho  de  un  geme  al  mo- 
do y  echura  de  los  espaldares  de  que  usamos  en  las  sillas  de  espaldar  ó 

(1)  Tres  leguas  de  la  villa  de  Cuernavaca  (Cuauhitahuac  en  lengua  mexicana)  al  suduoeste 
en  el  camino  que  va  á  Mazatepec,  en  un  cerro  hay  un  templo  con  semejantes  piedras  llamase  Xu- 
chicalco,  que  dice  casa  de  flores:  allí  se  ven  mitras  y  esta  X  en  aspa:  ha  diez  años  que  vide  este 
templo  y  entonces  escribí  su  forma:  junto  á  él  medio  cuarto  de  legua  hay  un  pueblecillo  llamado 
Tetlanma. 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

478 

imperiales,  cuyo  peso  eran  quinientos  castellanos.  Y  porque  no  parezca 
que  hablamos  á  montón  y  á  carga  cerrada,  y  se  atribuya  á  encarecimiento 
declaróme  mas  haciendo  memoria  de  algunos  para  probar  esta  verdad.  El 
primero  es  aquel  Templo  famoso  que  habia  pasada  la  Provincia  de  Pasto 
hacia  la  de  Quito;  aun  agora  se  ven  las  señales  de  las  planchas  de  oro  y 
plata  en  las  paredes  donde  también  hubo  grandísima  copia  de  basijas  de 
lo  mismo  para  los  vinos  y  las  otras  cosas  de  los  sacrificios,  las  cuales  eran 
nunca  vistas  ni  oidas  en  el  mundo  (ni  aun  en  el  Templo  de  Dios  en  Jeru- 
salem,  de  las  cuales  dice  la  Sagrada  Escritura  que  eran  de  metal  ó  bronce) 
y  este  espanto  se  podia  extender  á  la  muchedumbre,  número,  cantidad,  di- 
versidad, hechura  y  grandeza  con  grande  suma  de  riqueza  en  su  adorno. 
— El  Templo  de  la  ciudad  de  Jacunga  mas  adelante  de  Quito,  fuera  de  las 
planchas  de  oro  referidas  en  el  pasado,  tenían  encorporadas  y  como  em- 
butidas en  sí  muchas  ovejas  y  corderos  de  oro  macisas  hechas  de  martillo, 
y  otras  figuras  de  bulto  hechas  de  lo  mismo. 

83. — Es  muy  de  notar  aquel  templo  famosísimo  y  nunca  jamas  otro  ima- 
ginado que  estaba  en  la  ciudad  de  Thome  banba,  (1)  cuyas  paredes  eran 
chapeadas  y  cubiertas  de  oro  y  esculpidas  en  sus  chapas  muchas  figu- 
ras de  varias  cosas,  y  muchas  ovejas  de  oro  y  corderos  y  aves  diversas  y 
muchos  manojos  de  pajas,  todo  de  fino  oro;  y  en  las  portadas  y  otras  pie- 
zas señaladas  muchas  esmeraldas  y  otras  piedras  de  diversos  colores  y 
hechuras,  puestas  y  asentadas  á  trechos,  que  hacían  labor  sobre  el  oro  de 
grande  artificio,  y  fuera  de  lo  dicho  en  otros  lugares,  estaba  esmaltado  el 
oro  con  colores  diversos  y  varios  que  lo  hermoseaban  mucho:  tenia  mu- 
chos vasos  de  oro  para  el  servicio  de  los  ministros,  muchas  tinajas  de  oro. 
Y  aunque  este  Templo  referido  era  tan  rico  y  adornado  lo  fué  mas  el  de 
Pachacamac,  el  cual  fué  de  los  mas  antiguos  de  todos  los  del  Perú  y  con 
quien  tenian  mayor  devoción  acudiendo  á  él  de  más  de  300  leguas  en  ro- 
mería á  ofrecer  votos  aun  antes  que  hubiese  Reyes  en  el  Perú. — El  templo 
de  Bilcas  donde  estaba  la  muy  rica  figura  del  Sol  y  los  asientos  reales  en 
una  piedra  de  once  pies  de  largo  y  siete  de  ancho,  estaba  todo  cubierto  de 
oro  y  de  piedras  preciosas,  para  cuya  guarda  habia  cuarenta  porteros  y 
cuarenta  mil  personas  de  servicio  del  templo,  y  de  los  palacios  del  Rey. — 
El  templo  de  la  Ciudad  del  Cuzco  cabeza  del  Perú  era  el  más  famoso,  y 
que  ninguno  lo  fué  mas;  del  cual  sacaron  los  nuestros  tantas  y  tan  incom- 
parables riquezas,  que  cuando  lo  saquearon  hicieron  una  sala  que  tenia 
veinte  y  cinco  pies  de  largo  y  quince  de  ancho,  y  tan  alto  montón  que  nin- 
guno alcanzaba  su  altura  con  un  palmo.  Y  este  despojo  fué  el  que  ofreció 
á  dar  el  Rey  Atabaliba  cuando  le  prendieron  los  españoles  y  juntamente 
diez  mil  cargas  de  p'ata,  y  todo  lo  cumplió  muy  cumplidamente. 

'_'  (1)  Thomé  bamba:  Templo.  Aquí  se  halla  á  las  claras  el  nombre  del  Santo!  Tumbes  en  el  Pe- 
rú, también  es  su  nombre  Zu>nc.—  T/io»ie\t  llaman  en  Paraguay,  Brasil  y  Perú  como  se  ve  otras 
á  f.  n?  33;  y  en  esta  Nueva  España  Totonuhuacaii  Pueblo  cerca  de  la  Puebla. — V.  la  nota  de  f. 
al  margen  núm.  77. 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

479 

Escribe  fray  Antonio  de  la  Calancha  lib.  2,  cap.  5.  fs.  341.  col.  t)  así 

No  he  hallado  el  nombre  dulcísimo  de  Jesús  ni  de  Maria,  ni  de  Jesucristo    En  Paraguay 

1  .  se  hallaron  los 

quedasen  en  cantares,  cuentos  ni  otra  memoria  excepto  en  el  Parag-uav.  nombres  de Je- 

o        J  '    SUSi   de  Maria  y 

Esto  escribe  Calancha,  pero  acá  en  la  Nueva  España  le  tenían  con  sus  de  -íesucrist0 
nombres  metafóricos. 

84-  —  El  P.  Rivadeneyra  á  f.  708  del  Flos  Santorum  col.  1 .  en  la  vida  de 
Santo  Thomé  escribe  así: — Y  no  menos  lo  tienen  por  tal  los  pueblos  de 
Alemania,  (1)  como  lo  dice  el  Obispo  Guillermo  Lindano  varón  doctísi- 
mo, y  en  aquella  Provincia  hay  templos  muy  antiguos  dedicados  á  Sto. 
Thomé  Apóstol,  y  aun  las  partes  septentrionales  que  están  mas  debajo  del 
mismo  polo  ártico  hay  Iglesias  de  Santo  Thomé,  reconociendo  aquellas 
partes  el  beneficio  que  por  medio  de  su  predicación  recibieron. 

85.—  Hablando,  Herrera  Dec.  3.  lib.  3  f  1 19  col.  2,  de  los  indios  de  Mi-     M^hoacan 

,-.  t^..  Que  Dios  adora- 

choacan,  dice:  Su  principal  Dios  era  Incapacita:  (2)  teníanle  por  hacedor  ban 
de  todas  las  cosas;  que  daba  la  vida  y  la  muerte,  los  buenos  y  los  malos 
temporales;  llamábanle  en  sus  tribulaciones;  mirando  al  cielo,  entendiendo 
que  allí  estaba:  en  suma  confesaban  un  Dios,  y  el  Juicio  final,  y  el  Cielo, 
y  el  Infierno  y  el  fin  del  mundo;  que  Dios  hizo  un  hombre  una  muger  de 
barro  que  yéndose  á  bañar  se  deshicieron  en  el  agua  y  los  volvió  á  hacer 
de  ceniza  y  de  ciertos  metales;  y  volviendo  á  bañarse  descendió  el  mundo 
de  ellos;  y  que  hubo  Dilubio  y  un  indio  dicho  Tezpi  que  era  sacerdote  se 
metió  con  su  muger  é  hijos  en  un  madero  como  arca  con  diferentes  ani- 
males y  semillas,  y  que  todos  escaparon;  y  que  en  menguando  el  agua  en- 

(1)  A  Alemania  llaman  Germania,  Germanos,  Mellizos;  yá  Dios  llaman  Teuh,  el  primero  es  el 
nombre  Cuate,  el  segundo  Teolt  con  que  acá  enseñó  el  de  Dios. — Y  el  decir  Torquem.  lib.  3.  f. 
278,  col.  2.  part.  1?,  escribiendo  de  Quetzalcohuatl  opa  algunos  tuvieron  que  eran  irlandeses  con- 
viene con  lo  que  aquí  dice  que  predicó  el  Sto.  á  aquellas  gentes  que  están  debajo  del  Norte  adon- 
de está  Thule  de  quien  escribió  Séneca  los  versos  que  verás  al  margen  de  f.  n?  37.  que  es  en 
Irlanda  como  lo  dice  Soloyano  Polit.  lib.  i.  cap.  6.  f.  25.  col.  2  y  estas  gentes  con  que  vino  acá 
Quetzalcohuatl  fundaron  áTula,  y  donde  salieron  se  llamaba  Iluehuetlapa,  qe.  dice  la  Vieja  Tula 
como  si  digesemos  España  la  Vieja  y  Nueva  España,  —  Mira  á  Torquemada  part.  1?  f.  40.  col.  2. 
f.  278  col.  1.  y  verás  como  combina  esto.  — Tultecas  escribe  Torquem.  qe.  fueron  los  poblado- 
res de  esta  N.  España  después  de  los  Gigantes.  Ahora  digo  qe  así  como  Castellano  sale  de  Cas- 
tilla, español  de  España,  mexicano  sale  de  México;  así  tultecas  sale  de  Tula,  nombre  que  apela 
á  la  patria  ó  tierra  de  donde  salieron  que  dice  se  llama  Huehue  Tlapa,  y  por  eso  llamaron  á 
esta  Tula.  —  Escribe  Torquem.  part.  1  f.  278  que  Quetzalcohuatl  se  fué  á  Cholula  á  parte  remo- 
ta llamada  Tlapalla.  — Tlapallan,  y  en  otra  parte  dice  Tlilapan  ó  Tizapan  la  primera  palabra  Tli- 
lapan  es  lo  mismo  que  Etiopia;  la  segunda  parece  que  dice  hueso  quemado.  En  la  vida  de  Santo 
Thomé  citada  se  escribe  que  predicó  á  los  etiopes  y  que  los  lavó  con  las  aguas  del  Sto.  Evange- 
lio, pues  el  decir  acá  que  iba  á  las  partes  negras  era  lo  mismo  que  decir  que  iba  á  donde  estaba 
la  gente  negra  y  Ingente  como  hueso  que/nado  esto  es,  no  tan  negra,  cuales  son  los  malavares  de 
la  India  en  San  Thomé  á  donde  le  martirizaron.  — También  en  la  pintura  ya  citada  está  pintada 
esta  tierra  negra  con  pasos  de  hombre  blanco  con  bordón,  que  llega  á  la  tal  tierra  negra  á  donde 
está  una  Iglesia,  de  la  cual  por  cada  uno  de  sus  dos  lados  por  un  camino  salen  huellas  de  hom- 
bre hasta  orillas  del  mar,  á  donde  está  sentado  al  cabo  de  cada  senda  en  coclillas  un  anciano  con 
zandalias,  bordón  en  la  mano.  Se  escribe  en  la  vida  del  Santo  que  por  Zocotora  dio  principio  á 
la  conversión  de  la  India;  y  Zocotora  está  en  Etiopia. 

(2)  Concuerda  esto  con  lo  que  á  fojas  13.  capítulo  5  escribe  el  Padre  Francisco  Calderón  en  la 
relación  del  Pantitlan,  con  autoridad  de  Fray  Gerónimo  Román  libro  2'.1  capítulo  15.  16. 'de  las 
Indias  occidentales.  —  De  aquí  se  saca  cuan  erradamente  han  escrito  algunos  que  adoraban  mu- 
chos dioses,  pues  en  suma  no  era  mas  de  uno. 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

480 

vio  el  ave  llamada  Aura  y  se  quedó  comiendo  de  los  cuerpos  muertos,  y 
que  envió  otros  pájaros  y  también  se  quedaron;  y  que  el  pájaro  pequeño 
dellos  muy  estimado  por  la  pluma  de  diversos  colores  volvió  con  un  ramo. 
Tenían  sacerdotes  que  predicaban  en  los  templos  con  terrible  espanto  y 
que  causaba  á  los  hombres  grandísimo  temor,  con  lo  cual  les  movía  á  ha- 
cer lo  que  les  predicaba.  Traian  coronas  abiertas  en  la  cabeza,  y  el  cabe- 
llo largo  y  guirnaldas  de  fluecos  colorados. 

En  Nicaragua,  dice  Herr.  Dec.  3.  lib.  4  f .  154  col.  1,  tenían  por  letras 
las  figuras  de  los  de  Culua  (és  México)  y  los  libros  de  papel  y  pergamino 
un  palmo  de  ancho  y  doce  de  largo  á  donde  señalaban  por  ambas  partes 
de  azul  y  colorado  y  otros  colores;  tenían  pintadas  sus  leyes  y  ritos  con 
gran  semejanza  de  los  mexicanos.  No  casan  los  sacerdotes  sino  los  que 
oyen  pecados  ágenos  y  dan  penitencia  según  la  culpa  y  no  revelan  la  con- 
fesión sopeña  de  castigo.  (1)  Echaban  las  fiestas  que  eran  18  como  los  me- 
ses. Vestían  sobrepelliz  blanca  de  algodón:  también  Herr  Dec.  3.  lib.  5.  f. 
216.  col  2.  dice  que  en  Ibreras  los  indios  que  descendían  de  mexicanos  te- 
nían el  uso  de  la  confesión,  y  que  al  sacerdote  llamaban  Papa.  Véase  á  f. 
88.  col  1.  Dec.  3.  libro  2.  — 

En  el  Jubileo  de  las  misiones  que  hubo  en  esta  Ciudad  de  México  con 
notable  aprovechamiento  de  las  almas  á  24  de  Nove,  de  1679  años  hacien- 
do la  doctrina  en  este  Colegio  de  Sn  Fedro  y  Sn  Pablo  el  P.  José  Vidal 
dijo  en  el  pulpito  qe.  en  esta  Ciudad  hablando  con  una  muger  del  Miste- 
rio de  la  Sma.  Trinidad  y  explicándoselo  dijo  ella:  Jesús  mi  padre  uno  y 
tres,  tres  y  uno  cerno  puede  ser  sino  por  obra  del  demonio,  no  crea  tal;  y 
el  Padre  dixo  que  le  dixo:  Señora,  pues  como  el  demonio  puede  hacer  que 
uno  sea  tres  y  que  tres  sea  uno  como  no  lo  podrá  hacer  Dios.  —  El  mismo 
Padre  los 

(Aquí  concluye  el  M.  S.  — Por  un  fragmento  que  quedó  de  la  foja  siguien- 
te parece  que  terminaba  cu  ella  hacia  la  mitad  de  su  primera  plana,  (fir- 
mado) Ramírez. 


(1)  A  f.  No  se  escribe  que  estando  el  Santo  en  Cholula  envió  discípulos  á  estas  partes;  y  así 
como  en  Campeche,  á  donde  estuvo,  se  halló  entre  su  doctrina  la  confesión,  así  se  halló  en  esta 
Provincia  junto  con  el  Sacerdocio  y  lo  demás,  que  no  se  supo,  ni  preguntó  entonces  ni  se  inquirió. 


FRAGMENTOS 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

4S3 

FRAGMENTO   i?<'> 
Pluma  rica  nuevo  Fénix  de  la  América. 


AUTORES  DE  QUIEN  SE  SACO  LO  QUE  SE  DICE  AQUÍ. 

P.  Simón  de  Vazconcelos,  Crónica  de  la  Provincia  del  Brasil  lib.  2,  f.  1 11. 
n?  18  Cosas  curiosas  del  Brasil. 

P.  Antonio  Ruiz,  Conquista  Espiritual  del  Paraguay  de  fs.  29  á  fs.  25. 

P.  Fr.  Alonso  Ramos,  Historia  de  N.  Sra.  de  Copacapana,  cap.  5,  8,  9, 
10,  11. 

Historia  de  la  aparición  de  N.  Sra  de  Guadalupe  de  México  del  Br.  Be- 
cerra, impreso  año  de  1675  f.  26. 

Solorzano,  Política  Indiana,  lib.  1.  cap.  7. 

Torquemada,  Monarquía  Indiana,  lib.  3.  col.  2.  cap.  7.  f.  271  part.  1.  lib. 
5  cap.  13  parte  1.  Lib.  4  cap.  14.  parte  1.  Verbo  Quetzalcohuatl.  Lib.  2. 
cap.  90.  parte  1  f.  255.  Lib.  60.  col.  2.  f.  40  parte  2*  toda  entera. 

P.  Nicolás  del  Fecho,  Historia  Paraguay,  latina  del  año  de  1673  lib.  6. 
cap.  4.  f.  155.  Lib.  8.  cap.  41.  Lib.  10.  cap.  11.  Lib.  12.  cap.  18. 

Didimo:  Solorzano  Polit.  lib.  1.  cap.  1.  f.  3.  col.  1. 

Teomin:  Gemelo,  abismo  de  profundísimas  aguas. 

Chilan  cambal,  Chilan  camb.  Dec.  2.  lib.  5.  f.  75.  col.  1. 

Kukulkan. 

Kokon. 

Kokones. 

Torquem.  Monar.  par.  2?  f.  89.  col.  1.  lib.  6?  cap.  48.  dice  así:  A  los 
que  en  su  lengua  llaman  Cocohua,  que  quiere  decir,  culebras,  porqe.  dicen 
qe.  la  prim?  muger  que  parió  dos,  llamaban  Cohuatl 'que  significa  culebra;  y 
de  aqui  es  qe.  llamaban  culebras  á  los  Mellizos.  Y  allí  á  f.  64,  col.  2.  cap. 
31.  lib.  6?  dice  así:— A  una  Diosa  llamaban  Ciliuacohuatl,  que  q.  d.  la 
muger  culebra  que  paria  las  criaturas  de  dos  en  dos;  y  según  la  etimología 
fué  la  primera  muger  del  mundo  madre  de  todo  el  género  humano,  la  cual 
fué  engañada  de  la  culebia  en  el  Paraiso;  y  también  es  verdad  que  después 
del  pecado  concibió  y  parió  un  hijo  y  una  hija  de  un  parto,  Cayn  el  va- 
ron  y  Caimana  la  muger,  y  luego  al  segundo  parto  parió  á  Abel  y  á  su 
hermana  Delbora,  y  de  allí  en  adelante  los  parió  como  queda  dicho;  pues 
por  estas  propiedades  la  llamaron  estos  indios  Cihuacohuatl,  que  quiere 
decir  la  muger  de  la  culebra,  como  si  digera  á  quien  engaño  la  culebra,  ó 

(1)  Este  se  encuentra  al  principio  del  opúsculo  escrito  en  el  solo  frente  de  la  f?  que  en  el  M.  S. 
de  la  Profesa  es  la  262.  (Rz.) 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XV u i. 

484 

la  muger  que  paria  dos  criaturas  juntas;  porque  á  los  gemelos  que  son  de 
un  parto  los  llaman  cocohua  que  q.  d.  culebras,  como  si  dijesen  culebras  de 
la  muger  culebra:  hasta  aqui  dicho  autor: 

Comisahnal.  Torquem.  lib.  3.  cap.  41.  f.  366.  quiere  decir  tigre  que  vue- 
la: no  era  hombre  como  lo  prueba  la  pintura,  y  en  esta  pintura  la  gran 
madre  tiene  la  culebra;  cohuatl  sobre  la  cabeza  partida  en  dos,  ó  dos  en 
una  con  plumaje,  ques  el  nombre  ó  significado  Quetzalcohuatl. 

Yztacmiscohuatl:  Torquem.  lib.  1.  f.  35.  col  2.  cap.  12.  part.  1.  signi- 
fica /.  viejo  blanco  anciano,  ó  el  anciano  padre. 

2.  Adán  y  3  Eva,  Padres  y  principio  del  género  humano,  como  lo  de- 
muestra aquella  pintura;  y  el  cap.  48  f.  89.  col  1.  lib.  6?  parte  2?  la  muger 
deste  uno  se  llamaba  Ylaincueitl. 

A  fs  44.  Tome,  abismo  de  profundidad,  Gemelo,  Didimo.  Barradas  tom. 
2.  lib.  6.  cap.   14. 

fA  la  santa  llamaban  Tonacaquahuitl  quiere  decir  madero  que  da  sus- 
tento de  Na  Vida:  etimología  del  Maiz.  Tauacayutl,  que  quyere  decir  cosa 
de  nuestra  carne  f.  231.  col.  lib.  16.  cap.  28.  part.  3?  Torquem. 

Tras  luengos  años  verná 
un  siglo  nuebo  y  dichoso 
que  al  Océano  anchuroso 
sus  límites  pasará, 
descubrirá  grandes  tierras 
verán  otro  nuevo  mundo, 
navegando  el  gran  profundo 
que  agora  el  paso  nos  cierra. 
La  Thule  tan  afamada 
como  del  mundo  postrera 
quedará  en  esta  carrera 
por  muy  sercana  contada 
Que  nada  sea  nuevo  fundo 
en  el  decirlo  Salomón, 
mas  sin  embargo  Colon 
dio  al  viejo  otro  nuevo  mundo. 

Veranse  estos  versos  á  fojas  n?  37  pero  si  quien  los  escribió  vivió  en 
tiempo  de  los  Apóstoles,  hallará  este  lugar  á  la  letra  de  la  venida  de  los 
españoles  á  las  Indias  año  1492:  como  también  en  tiempo  de  Salomón  se 
supo  de  ellas;  y  así  Colon  fué  segundo  descubridor,  el  primero  fué  Didimo. 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

485 

FRAGMENTO  2?^ 

AUTORES    CITA  DOS. 

Fray  Joan  Brulio  agustino.  Historia  Peruana,  lib.  1.  cap.  5.  núm.  17. 

Fray  Gregorio  García  lib.  5.  cap.  5. 

Gomara  2?  part.  cap.  15-3?  part.  cap.  83. 

Instolipsio  lib.  3.  en  que  trata  de  la  Cruz. 

Fr.  Antonio  de  la  Calancha  agustino  lib.  2.  cap.  20.  Historia  Peruana. 

P.  Alonso  de  Ovalle.  Historia  de  Chili  lib.  8.  $  último. 

P.  Francisco  de  Mendoza  Viridario.  Problema  44. 

P.  Riva  de  Neyra.  Vida  de  S.  Thomé. 

P.  Andrés  Lucas  f.  245. 

Torquemada,  Monarquía  Indiana,  parte  3?"  lib.  15.  cap.  40. 

Antonio  de  Herrera  Cronista  de  las  Indias  Dec.  1*  lib.  2(?  cap.  14  f.  71.     Razones  nota- 
r-i       t     i-  1      /  .  iti       k'es  que  dijo  un 

col.  i  en  el  año  de  1494  escribe  que  a  7  de  Julio  salto  en  tierra  en  la  Isla  indio á Colon, 
de  Cuba  para  oir  misa  á  la  cual  asistió  un  indio  viejo  Cacique  que  acaba- 
da habló  á  Colon  así. — Tu  has  venido  á  estas  tierras,  que  nunca  antes  viste 
con  gran  poder,  y  has  puesto  gran  temor.  Sabe  que  según  lo  que  acá  sen- 
timos, hay  dos  lugares  en  la  otra  vida  á  donde  van  las  ánimas;  uno  malo 
y  lleno  de  tinieblas  guardado  para  los  que  hacen  mal;  otro  es  alegre  y  bue- 
no, á  donde  se  han  de  aposentar  los  que  aman  la  paz  de  las  gentes,  y  por 
tanto  si  tu  sientes  que  has  de  morir,  y  que  á  cada  uno  según  lo  que  acá 
hiciese  allá  le  ha  de  responder  el  premio,  no  harás  mal  á  quien  no  te  lo 
hiciere:  lo  que  aqui  habéis  hecho  es  bueno  porque  me  parece  que  es  ma- 
nera de  agradar  á  Dios.  Dijo  que  habia  estado  en  la  Española,  en  Xamay- 
ca  y  en  la  isla  ab? jo  de  Cuba,  y  que  el  Señor  de  aquellas  partes  andaba 
como  sacerdote  vestido.  Hasta  aquí  este  Autor,  con  que  se  prueba  que 
Colon  lleva  donsigo  clérigo  sacerdote:  no  hay  le  sacerdote  porque  lo  di- 
jera aquí. 

Por  la  vecindad  de  los  de  Yucatán,  parece  que  de  allá  les  pudo  venir 
esta  doctrina  como  se  verá  adelante. 


FRAGMENTO  3?<2» 

Vetancourt,  Teatro  Mexi?  2.  p.  t.  3?  n?  12.  Juno  entre  los  antiguos  fué 
la  Diosa  de  los  vientos  por  la  venzind.  ...  el  aire  tiene  al  cielo,  donde  rey- 

(i)  Se  encuentra  al  reverso  f?  271  del  M.  S.  de  la  Profesa,  y  escrito  en  sentido  inverso,  co- 
mo si  fuera  un  borrador  desechado.   En  esta  copia  corresponde  á  la  pág... .     Rz. 

(2)  Este  fragmento  corre  en  un  f.  suelta  sin  numeración  ni  indicación  del  lugar  á  donde  co- 
rrespende.  Su  carácter  de  letra  aunque  antiguo  y  de  la  época  á  cpie  pertenece  el  M.  S.  es  diver- 
so.— Estando  lacerado  en  uno  de  sus  márgenes  ha  dejado  las  lagunas  que  en  la  copia  se  indican 
con  líneas  de  puntos. — (Rz.) 


BIBLIOGRAFÍA  MEXICANA  DEL  SIGLO  XVIII. 

486 

na  Júpiter  su  hermano,  atribuirse  á  su  muger  dice  Cicerón  p.  .  .  .  diera  y 
cuevedad  mugeril.  Los  mexicanos  tuvieron  á  un  hombre  que  vino  por  la 
parte  de  el  norte.  .  .  .  con  el  cabello  largo,  ojos  grandes  y  la  barba  redon- 
da, vestido  hasta  los  pies  con  una  manta.  .  .  .  labrada  de  cruces  coloradas, 
de  condición  suave,  ynxeniosa  que  les  enseñó  á  fundir  plata  y  oro  á  labrar 
piedras  preciosas:  llamáronle  Ouetzalcohuatl,  que  quiere  decir  Mellizo,  Dy- 
dimo,  ó  co.  .  .  .  piedra  preciosa;  que  coatí  llaman  á  los  Mellizos  y  Quctza- 
lli  á  la  piedra  preciosa;  era  casto,  en  el  comer  muy  templado,  salió  de  Tu- 
la porque  dijo  que  le  esperaban  sus  hermanos  y  cer.  ...  de  Tlalnepantla 
acompañado  de  músicas  y  flautas,  estampó  las  manos  en  una  piedra,  de- 
joles los  instrumentos  con  que  labraba  la  piedra,  pasó  á  Cholula  donde  les 
enseñó  á  hacer  cosas  curiosas  y  acompañado  de  cuatro  mancebos  pasó  á 
Tabasco  y  de  allí  á  Yucatán  donde  le  veneraron  por  Dios  y  le  llamaron 
Kukulcan,  y  dicen  que  de  allí  echando  la  capa  en  el  mar  se  fué  en  ella  y 
despareció  con  sentimiento  suyo.  Dejó  pronosticado  que  vendrían  de  don  - 
de  sale  el  sol  hombres  blancos  que  serian  dueños  de  la  tierra  y  él  con  ellos; 
y  así  cuando  vino  Cortes  decian  que  era  Quetzalcohua.lt.  Pagáronle  con 
el  apothesis  de  venerarlo  por  Dios,  y  edificarle  templos  en  Tula  en  Cho- 
lula un  sumptuoso,  y  en  México  una  capilla  y  en  Yucatán  y  otras  partes. 
Grijalva  edad  1.  cap.  19.  Luego  á  la  entrada  de  esa  tierra,  está  una  que 
dio  harto  que  pensar  á  los  que  la  vieron  por  estar  señalada,  con  la  señal 
de  salud  que  es  el  Tao.  Tan  bien  cortado  y  en  unapuenta  tan  elevada,  que 
no  la  pudieron  labrar  otros  que  los  Anxeles:  á  su  lado  está  una  luna  de  la 
mesma  obra:  de  donde  tomó  nombre  aquel  pueblo  que  se  llama  Mcztlitlan 
porque  Meztli  quiere  decir  luna,  tetl  piedra  y  asi  Mcztitlan  quiere  decir  la 
Luna  sobre  la  piedra.  El  lugar  donde  están  esculpidas  estas  dos  imágenes, 
y  la  escultura,  son  tales  que  admiran  á  los  que  las  ven:  y  dan  bien  que  pen- 
sar á  los  que  buscan  su  origen:  porque  demás  de  ser  el  lugar  muy  alto,  está 
en  una  peña  tajada  donde  no  parece  posible  que  hayan  llegado  hombres. 
La  figura  de  la  Cruz  es  esta  T  labrada  á  cuadros  como  tablero  de  Axe- 
drez. . .  .  Un  cuadro-de  el  color  de  la  peña  que  es  blanquisca  y  el  otro  de 
un  muy  perfecto  azul  has.  .  .  vivo,  que  ni  la  antigüedad  y  inclemencias  á 
que  esta,  ni  la  distancia  ni  el  aire  que  siempre  está  por  allí  turbado  con 
continuas  plunvias;  nada  lo  destempla  para  que  á  los  ojos  no  paresca  finí- 
simo. El  tamaño  de  la  Cruz  desde  abajo  es  de  un  codo,  pero  según  la  pers- 
pectiva debe  de  ser  grandísima  porque  al  que  menos  le  echa  de  distancia 
son  tres  cuartos  de  legua.  La  que  está  á  su  lado  es  del  mismo  corte  y  co- 
lores y  aunque  entonces  se  hicieron  grandes  deligencias  nunca  se  pudo  ha- 
llar el  origen  de  estas  ymaxenes.  El  P.  fray  Estevan  de  Salazar  en  sus  dis- 
cursos del  Credo,  refiere  que  halló  en  aquellos  tiempos  un  viejo  deciento 
y  veinte  años  el  cual  dijo  que  vencía  su  memoria  y  la  de  sus  padres  y  abue- 
los, y  por  buen  discurso  se  concluye  una  muy  grande  antigüedad;  porque 
la  fundación  de  el  pueblo  de  Mcztitlan  es  antiquísima  y  habiendo  tomado 


BIBLIOGRAFÍA  MEXICANA  DEL  SIGLO  XVIII. 

487 

nombre  de  aquella  Luna  que  le  hace  frente,  se  colige  la  grande  antigüe- 
dad de  la.  .  .  .  Algunos  hubo  que  quisieron  probar  de  aquí,  que  habia  ha- 
bido en  esta  tierra  alguna  noticia  del  Evangelio  antes  que  nuestros  predi- 
cadores viniesen  á  ella  y  que  esto  pudo  ser  desde  el  tiempo  de  los  Apóstoles, 
según  aquello  del  P.  Salmo  in  omnc  en  ierran  exivite  lanus  corum  y  que 
aquella  Cruz  de  la  sierra  habia  sido  cortada  por  (el)  ministerio  de  Anxe- 
les  y  asian  con.  .  .  .  que  los  Demonios  para  borrar  aquella  memoria  habian 
esculpido  la  Luna  á  otro  lado.   A  la  manera  que  los  gentiles  movidos  tam- 
bién del  Demonio  habian  puesto  en  el  lugar  del  Calvario  á  donde  estaba 
la  Santa  Cruz  una  estatua  de  Venus  para  profanar  el  lugar  y  borrar  el  lu- 
gar de  la  Santa  Cruz  hasta  que  la  piedad  de  Santa  Helena  la  descubrió  y 
quebrantó  el  ídolo.   Como  quiera  que  ello  fuese  los  indios  reverenciaban  á 
la  luna  sin  parar  mientes  en  la  otra  señal  que  estaba  á  la  mano  derecha 
hasta  que  Dios  fué  servido  que  por  ministerio  de  nuestros  predicadores 
menguase  aquella  luna  y  empesase  á  alumbrar  la  Cruz  que  como  sol  per- 
manece. Y  ciertamente  que  aunque  las  conjeturas  no  tienen  fundamento 
bastante  y  así  no  podemos  afirmar  con  certidumbre  ninguna  de  las  cosas 
que  se  ofrecen  á  esta  materia  no  podemos  negar  que  les  fué  á  nuestros  pre- 
dicadores de  gran  consuelo  y  ayuda  esta  imagen  porque  viendo  la  señal 
de  la  Cruz  en  la  frente  de  aquellas  serranías  luego  concibieron  grandes  es- 
peranzas de  que  Dios  los  guardaba  con  particular  providencia  y  les  pro- 
metía particulares  auxilios  y  para  con  los  yndios  fué  de  grande  ayuda, 
porque  teniendo  ellos  creido  que  tenia  aquello  particular  deidad,  si  sola 
estuviera  la  luna  entonces  tuvieran  mas  dificultad  la  predicación  y  ahora 
se  estuviera  el  ídolo  en  su  altar  porque  no  es  posible  borrarla  de  el  lugar 
donde  está  y  con  estar  allí  tan  bien  esculpida  la  Cruz  fué  fácil  persuadir- 
les la  menguante  de  su  luna,  la  declinación  de  su  imperio,  la  obscuridad  de 
sus  supersticiones  y  la  salud  y  reino  de  la  Cruz. 

ídem  edad  3.  cap.  1 1  (hablando  del  Mtro.  Veracruz)  leio  todas  las  partes 
de  S.  Thomas  en  dos  años  y  no  les  parezca  á  los  teólogos  de  nuestros  tiem- 
pos que  era  lectura  esta  de  poco  fondo  y  aprovechamiento;  porque  leyen- 
do solos  los  tezoros  de  Santo  Thomas  al  fin  se  vienen  á  saber  todas  las 
doctrinas  que  ahora  confunden  los  modernos  en  una  sola  cuestión,  demás 
de  que  la  grande  asistencia  en  el  estudio  y  el  estilo  que  tenia  en  leer  se  ga- 
naba mucho  tiempo.  Era  pues  el  estilo  leer  in  voce  el  texto  y  con  las  par- 
tes de  Santo  Thomas  deletralle  hasta  entenderle  y  si  el  Mtro.  le  ilustraba 
con  alguna  lectura  ó  algún  ejemplo  era  in  voce  ó  con  alguna  palabra  bre- 
ve al  margen  de  manera  que  los  oyentes  se  hacían  estudiantes  y  no  escri- 
banos (En  el  refectorio)  á  veces  en  comiendo  el  primer  plato  mandaba 
bajar  al  lector  de  mesa  y  en  vez  de  la  lección  explicaba  un  artículo  de  San 
Thomé. 

Copiado  de  un  vol.  en  fol.  de  309.  f.  intitulado   Fragmentos  de  Memo- 
rias Mexicanas  y  que  con  las  marcas  Est.   29.— Caj"  1.  N.  9— se  conser- 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 


Q. 

van  en  la  Biblioteca  del   Oraton     ^       feVv?e  ^n   (Casa  Profesa)  de 

esta  Ciudad;  y  de  cuyo  vol.  este  lv? ocUpa  ^aS  '  K<l0w&>A  309  vta. 

Cotejado.  México  Abril  II  de  185  ^a  de  ^a  los  constitu- 


cionalistas  en  Tacubaya. 

(Firmado)  José  F.  Ramírez. 


bibliografía  mexicana  DEL  SIGLO  XV III. 

■j 


PREDI  - 
DEL    E  - 

EN    LAS 


-C  AC  ION 
-  V  A  N  G  E  L  I  O 
INDIAS. 


Como  quiera  que  se  toca  en  estos  rastros  y  noticias  de  la  Predicación  de 
la  Ley  Evangélica  muchas  veces  por  Symbolos,  figuras  y  metaphoras  el 
Mysterio  inefable  de  la  Santísima  Trinidad,  ha  parecido  poner  aquí  este,  que 
declara  y  esplica  este  Divino  Mysterio.  Y  quien  creiera,  que  esta  misma 
figura  (excepto  las  letras)  fuese  hallada  en  las  Historias,  y  Mapas  de  los 
Indios,  con  los  mismos  quatro  Animales  en  los  quatro  Ángulos  que  repre- 
sentan á  los  quatro  Evangelistas. 


Lugar  de  la  fig.  n'.'  2. 
Véase  la  pág. . . . 


Sirve  para  lo  que  se  escribe  al  folio        número  97. 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 
490 


'&h$£fi&,"Ár  1  ¡H  i r---;% ff*^ 


RASTROS  Y  SEÑALES 
Zte  A?  primera  predicación  cu  el  Nuevo  Mundo. 

1.   Tras  luengos  años  verná  1.  Thul< 

un  siglo  nuevo,  y  dichoso,  ^ 

que  al  Océano  anchuroso  g 

sus  límites  pasará:  Q-         2.  - 

descubrirán  grandes  tierras, 

verán  otro  nuevo  Mundo 

navegando  el  gran  profundo 

que  ahora  el  paso  nos  cierra 

la  Tule  tan  afamada, 

como  del  mundo  postrera,  i  '?  «  ~  -2  n 

~-  ~  ¿  -  r.  ~ 
quedará  en  esta  carrera  g  f  •=       g 

por  muy  cercana  contad.    Solorzano  Política  Indiana.  I. ib.  i.    Cap.  6  mí- 
mero  25  col.  i.  dice  que  Tule  es  Irlanda.  2  Batuecas. 

2  Para  apoio  de  lo  que  tengo  que  escribir  acerca  de  los  rastros  que  en 
la  América  se  hallaron  de  la  primera  predicación  de  la  ley  de  gracia,  an- 
tes que  á  ella  llegasen  los  Castellanos,  no  será  fuera  de  camino,  lo  que  su- 
cedió en  el  viejo  mundo  á  muchos  christianos,  cuya  historia  la  trae  Solor- 
zano también  á  mi  intento:  Política  Indiana  Lib.  1?  cap.  5?  f.  18  col.  2  de 
esta  manera: — Y  en  menos  distancia  de  tiempo  lo  experimentamos  en  los 
que  procedieron  de  aquellos  antiguos  Españoles,  que  huiendo  de  la  inva- 


Í  Al6 

=     =      -      ~    ¿ 

1  .3  i  £  I  S 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 
491 

cion  de  los  Moros,  se  escondieron  en  el  Valle  que  llaman  de  las  Batuecas, 
que  está  cercado  de  altas  sierras  y  montes  de  la  Peña  de  Francia,  donde 
estuvieron  escondidos  cerca  de  800  ochocientos  años  en  continuas  gene- 
raciones, sin  saber  los  últimos,  como  vinieron  allí  los  primeros,  ñique  hu- 
biese mas  Mundo,  ni  tener  sino  unas  pequeñas  vislumbres  de  Christiandad, 
hasta  que  acaso  fueron  en  nuestros  siglos,  y  traidos  á  mejor  vida  por  el 
Duque  de  Alva,  andando  por  aquellos  montes  á  caza,  como  lo  refiere  el  in- 
signe, y  nunca  dignamente  laureado,  y  premiado  Poeta  Lope  de  Vega 
Carpió,  único  Phenix  de  España,  y  admiración,  y  portento  del  Orbe  por 
las  muchas  comedias  y  otras  obras  que  compuso,  en  una  que  hizo  de  este 
descubrimiento,  y  aplicándolo  al  intento  de  que  tratamos  el  no  menos 
digno  de  alabanza  Docto  P.  Mro.  Fr.  Basilio  Ponce  de  León  i  part.  va- 
riar, disp.  quest.  6.  y  Fray  Gregorio  Garcia  Dúcos,  lib.  1?  cap.  4núm.  20 
en  el  tratado  de  la  predicación  del  N.  Mundo. 

3.  —  Herrera  en  la  Historia  general  de  las  Indias  Occidentales  Decada  1.     Noticias  y  se. 

,     „      nales  que  se  vie- 

lib.  1 .  n.  4.  col  1 .  cap.  2  dice  —  Por  muchas  maneras  daba  Dios  causas  a  D.  ron  dei  x.  Mun- 

r  do  en  el  V  ejo, 

Cristóbal  Colon  para  emprender  tan  grande  hazaña;  y  demás  de  las  razones  ^¡mfenió  til' 
que  se  han  referido,  que  lo  movieron,  tuvo  experiencias  muy  probables, 
porque  hablando  con  hombres,  que  navegaban  los  mares  de  Occidente, 
especialmente  á  las  Islas  de  los  Azores,  le  affirmó  Martin  Vicente,  que  MartinVicei 
hallándose  una  vez  quatrocientas  y  cinquenta  leguas  al  Poniente  del  Cabo 
de  San  Vicente,  tomó  un  pedazo  de  madero  labrad.)  por  artificio,  y  á  lo 
que  se  juzgaba  no  con  hierro,  de  lo  cual,  y  por  aver  ventado  muchos  días 
poniente,  imaginaban,  que  aquel  palo  venia  de  alguna  Isla.  Pedro  Correa  Pedro  Correa. 
casado  con  una  hermana  de  la  muger  de  Colon,  le  certificó  que  en  la  Isla 
de  Puerto  Santo  avia  visto  otro  madero  venido  con  los  mismos  vientos  y 
labrado  de  la  misma  forma,  y  que  también  vio  cañas  muy  gruesas  (1)  que 
en  cada  canuto  podían  caber  tres  azumbres;  y  D.  Christobal  Colon  dijo  aver 
afirmar  esto  mismo  al  Rey  de  Portugal  hablando  en  estas  materias,  y  que 
tenía  estas  cañas,  y  se  las  mandó  mostrar,  las  cuales  juzgó  aver  sido  traí- 
das con  el  ímpetu  del  viento  de  la  mar;  pues  en  toda  Europa  no  se  sabia, 
que  las  hubiese  semejantes,  y  ayudaba  á  esto,  que  Tolomeo  en  el  lib.  1  de 
su  Cosmographia  dice,  que  se  hallan  en  la  India  aquellas  cañas,  así  mismo 
lo  certificaron  vecinos  de  las  Islas  Azores,  que  venteando  Ponientes  recios, 
y  Noruestes,  traia  la  mar  algunos  pinos,  y  los  echaba  en  la  costa  de  la 
Graciosa  y  del  Facial,  no  los  habiendo  en  ninguna  parte  de  aquellas  Islas.    Azore^rastros5 

que  vieron  del  X. 

En  la  Isla  de   Flores  echó  la  mar  dos  cuerpos  de  hombres  muertos,  que  Mundo. 
mostraban  tener  las  caras  muy  anchas,  y  de  otro  gesto  que  tiene  el  délos  ^Cuerpos  muer- 
Cristianos,   Otra  vez  se  vieron  dos  canoas,  ó  Almadias  con  casas  movedi-     canoas  0  aima- 
zas,  que  pasando  de  una  Isla  á  otra  los  debió  de  arrebatar  la  fuerza  del 
viento.   Antonio  Leme  casado  en  la  Isla  de  la  madera,  certificó,  que  ha-     Antonio Leme 

(1)  De  aquellas  cañas  hay  en  las  costas  de  Veracruz,  en  la  costa  de  Honduras,  Brasil,  y  en  la 
de  Acapulco  y  en  todas  las  Philipinas. 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 
492 

biendo  corrido  con  su  Garavela  buen  trecho  al  Poniente,  le  avia  parecido 
de  ver  tres  islas  ceraa  de  donde  andaba,  y  en  las  de  la  Gomera,  del  Hie- 
rro y  de  los  Azores   muchos  afirmaban,  que  veian  cada  año  algunas  Is 
Medirá  quiire    'aS  hacia  la  parte  del  Poniente,  —  Un   vecino  de  la  Isla  de  la  Madera  el 
ks  uiases'     '"  año  (^e  r4^4  pidió  al  Rey  de  Portugal  licencia  para  ir  á  descubrir  cierta 
tierra,  que  juraba  que  veia  cada  año,  y  siempre  de  una   manera,   concor- 
dando con  los  de  las  Islas  de  loi  Azores,  y  de  aquí  sucedió  que  en  las  car- 
tas de  marear  antiguas  se  pintaban  algunas  islas  por  aquellos  Mares,  espe- 
cialmente la  que  decían  Antilla,  y  la  ponían  poco  mas  de  doscientas  leguas 
al  Poniente  de  Canarias,  y  délos  Azores,  la  cual  estimaban  los  Portugue- 
sa de  las  7     Ses,  que  era  la  isla  de  las  siete  ciudades  que  fué  poblada  de  ellos,  quando 

ciudades  '      *  M  f  »    n 

se  perdió  España  reynando  D.  Rodrigo,  porque  huyendo  de  aquella  per- 
secusion  se  embarcaron  siete  Obispos,  y  mucha  gente  y  aportaron  en  aque- 
lla Isla;  á  donde  cada   uno  fundó  su  pueblo,  y  porque  la  gente  no  se  vol- 

Navio  que  fué  v'ese  quemaron  los  navios,  y  que  en  tiempo  del  infante  D.  Enrrique  de 
sfete ciudades"  Portugal  con  tormenta  corrió  un  Navio  que  había  salido  de  Portugal  y  no 
pasó  hasta  dar  en  ella,  y  los  de  la  Isla  llevaron  la  gente  del  Navio  ala  Igle- 
sia por  ver  si  eran  Christianos,  y  hacían  las  ceremonias  romanas,  y  visto 
que  lo  eran  les  rogaron  que  estuviesen  allí  hasta  que  viniese  succesor;  pero 
que  los  Marineros  temiendo  que  no  les  quemasen  el  Navio  y  los  detuvie- 
sen, se  volvieron  á  Portugal  muy  alegres,  confiando  recibir  mercedes  del 
Infante,  el  qual  los  maltrató  por  haberse  venido  sin  razón  y  los  mandó 
volvet;  pero  que  el  Maestre  y  los  marineros,  no  lo  osaron  hacer,  y  salidos 
del  Reyno  nunca  mas  volvieron.  Dicen  mas,  que  los  Grumetes  del  Navio 
Portugués  cogieron  cierta  tierra,  ó  arena  para  su  fogón,  y  que  hallaron 
que  mucha  parte  de  ella  era  oro,  y  algunos  salieron  de  Portugal  á  buscar 

Diego  Tiene  esta  Provincia  entre  los  quales  fué  uno  Diego  Tiene,  cuyo  Piloto  dicho 
Diego  Velazquez  veeino  de  Palos,  afirmó  á  Colon  en  el  Monasterio  de  San- 
ta María  de  la  Rábida,  que  se  perdieron  en  la  Isla  de  Fayal,  y  que  andu- 
vieron 150  leguas  por  el  sudueste,  y  que  á  la  vuelta  descubrieron  la  Isla 
de  Flores,  guiándose  por  muchas  aves,  que  veian  volar  hacia  allá  las  qua- 
les conocieron  que  no  eran  marinas.  Después  dijo  que  fueron  por  el  Su- 
1  ueste  tanto  camino,  que  les  quedaba  el  Cabo  de  Clara,  que  es  en  Irlanda 
hacia  el  Este  á  donde  hallaron  que  ventaban  muy  recios  los  Ponientes,  y 
la  marera  mui  llana,  lo  qual  creian,  que  procedía  de  tierra,  que  debia  de  ha- 
ber por  allí,  y  los  abrigaba  de  la  parte  de  Occidente,  y  que  no  prosiguie- 
ron en  descubrirla,  porque  siendo  ya  por  Agosto,  temieron  el  Invierno: 
esto  fué  quarenta  años  antes,  que  Colon  descubriese  las  Indias.  En  el 
Viose  tierra  del    Puerto  de  Santa  María  dixo  otro  Marinero,  que  navegando  á  Irlanda  vio 

Nuevo  Mundo  '    M  & 

aquella  tierra,  que  los  otros  imaginaban,  que  era  Tartaria  que  daba  vuel- 
ta por  Occidente,  la  que  después  ha  parecido  ser  los  Bacallaos,  que  no  pu- 
Pedro  vdasco  dieron  llegar  á  ella,   por  los  terribles   vientos.   Pedro  de   Velasco   Gallego 

la  vi<»  también  ..  1        '    t    1  1  ■  >  1    \t  •  /■    •  « 

dixo,  que  navegando  a  Irlanda,  se  metió  tanto  al  Norte,  que  vio  tierra  ha- 


BIBLIOGRAFÍA  mexicana  DEL  SIGLO  XV III. 

493 

cia  el  Poniente  de  aquella  isla.  —  Vicente  Díaz  Piloto  Portugués  vecino  de     Vicente  Díaz 
Javira,  viniendo  de  Guinea,  en  el  parage  de  la  Isla  de  la  Madera,  dixo  que  VK 
le  pareció  ver  una  isla,  que  mostraba  ser  verdadera  tierra,  y  que  descubrió 
el  secreto  á  un  mercader  Genoves  su  amigo,  á  quien  persuadió  que  arma- 
se para  el  descubrimiento,  y  que  ávida  licencia  del  Rey  de  Portugal  se  en- 
vió recado  á  Francisco  de  Casano  hermano  del  mercader,  para  que  armase 
una  Nao  en  Sevilla,  y  la  entregase  á  Vicente    Díaz;  pero  que  burlándose 
del  negocio,  no  quizo,  y  volviendo  el  Piloto  á  la  Tercera  armó  un  navio 
con  Lúeas  de  Casano,  y  salió  mas  de  dos  ó  tres  veces,  mas  de  ciento  y  tan- 
tas leguas,  y  jamas  halló  nada.    A  esto  se  añadía  la  diligencia  de  Gaspar, 
y  Miguel  de  Corte  Real,  hijos  del  Capitán,  que  descubrió  la  tercera,  que  ^descubridores 
se  perdieron  en  demanda  de  esta  tierra.  - — Hasta  aquí  nuestro  Autor. 

4. — Herrera  Decad.  1.  Lib.  1.  cap.  5  col  2.  fol  33  dice  así,  (hablando  de     Noticia  de  las 

primeras  gentes, 

Colon  quando  el  año  de  1492  andaba  descubriendo  en  la  Costa  de  Santo  que  se  sabe  pasa- 

1  *  •*  ron  al  Nuevo 


Domingo)  vio  una  Fusta  de  12  bancos  en  tierra  debajo  de  una  Enrramada,  M 


ron  al  iVuevo 
undo   antes  d 
Colon 

y  en  unas  casas  cerca  hallaron  un  pan  de  cera,  y  una  cabeza  de  hombre 
colgada  de  acestilla  en  un  poste.  Esto  dice  nuestro  Autor,  y  también  que 
antes  avia  aliado  un  codaste  de  navio,  que  seria  de  aquellos  que  salieron 
á  descubrir,  y  no  parecieron.  También  escribe,  que  halló  Colon  en  poder  Nebros  pasaron 

,  _        ,  11'     a  11  a  j       1  •  1  /->•  al  Nuevo  Mundo 

de  los  Indios  allí  Azagallas  Arma  de  hierro  usada  en  Guinea,  y  que  pre- 
guntando á  los  Indios  que  las  habia  llevado  allí,  dixeron  que  gente  negra, 
y  señalaban  al  Sueste,  que  es  hacia  Guinea,  donde  también  usaban  aquel 
género  de  fusta,  y  la  cera  no  podia  ser  si  no  donde  era  la  Embarcación 
porque  aunque  hay  mucha  en  Yucatán;  pero  los  Indios  no  usaban  de  ella, 
y  parece  que  los  Indios  le  havian  muerto  poco  avia,  pues  duraba  la  cera  y 
la  fusta.  Y  aunque  no  sea  del  caso  para  que  se  vea  como  por  varios  acon- 
tecimientos, y  casos  las  gentes  de  unas  partes  han  pasado  á  otras.  Pero  no 
sabemos  quien  ha  traído  unos  negros  Cafres  atezados  muy  parecidos  á  los  isla  de  Negros 
Xalofos,  los  quales  habitan  á  Isla  de  Negros  por  ellos  así  llamada;  que  es- 
tá en  medio  de  Philipinas. 

5.   Solorzano.  Política  Indiana  Lib.  1:  Cap.  5.  f.  19.  col.    1.  dice.  —  En-     s-  opinión  de 

que  los   Españo- 

tre  los  quales  no  quiero  pasaren  silencio  el  que  traen   Gomara   1    nar    KsTpoblaíín  e? 

^  t  r  ^  •    r        •   el  Nuevo  Mundo 

Historia  Indica  Cap.  53.  y  otros  (aunque  no  se  con  cuanta  certeza)  de  los  e"  Vuca 
Españoles,  que  huyendo  de  la  guerra,  y  servidumbre  de  los  Moros  en  tiem- 
po del  Rey  D.  Rodrigo  se  embarcaron  en  el  Océano,  y  aportaron  á  Cozu- 
mel,  y  Yucatán,  y  viviendo,  y  muriendo  en  aquellas  provincias,  pusieron 
sobre  sus  sepulturas,  y  otras  partes  muchas  Cruces,  y  se  las  enseñaron  á 
reverenciar  ha  los  Indios  los  quales  se  hallaron  allí  por  los  Castellanos, 
quando  descubrieron  estas  Provincias  año  de  15  17  con  Diego  Hernández 
de  Cordova. 

6 — Herrera  Decad.  5.  Lib.  9.   Cap.    16.  foxas  314.   col.  2.  dice. — Este  6.  Héspero  Rey 

dj  España  po- 

Gonzalo  Fernandez  de  Oviedo  escribió  este  año  de    1536  al  Rey,  que  te    srf"\ las  lslas  d« 

JxJ  J  '    n  B.irlovento. 

nia  approvado  con  cinco  Authores,  que  la  Isla  Española  y  las  demás  de 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

494 

Barvolento,  1568  años,  antes  de  la  venida  de  Cristo,  fueron  poseídas  del 
Rey  Héspero  doceno  de  España,  contando  desde  Tubal.  —  Esto  dice  este 
Autor,  y  otros  escriben,  que  también  señoreó  á  las  Islas  de  Cabo  verde, 
que  están  en  las  Costas  de  África  y  que  se  llaman  también  Esperides  por 

Esperides        este  Rey. 

7    (¡liantes         7. — En  las  Historias  Mexicanas  se  escribe,  que  los  primeros  que  habi- 

avia  en  el  Nuevo 

m,ina°  taron  eran  Gigantes,  de  que  hay  bastantes  testimonios,  como  también  de 

que  los  huvo  en  Yucaatan,  como  lo  escribe  Herrera  Decad.  4.  Lib.  10  cap. 
4.  f.  268.  Col.  i.  por  estas  palabras:  en  Yucatán  en  Maní  en  una  sepultu- 
ra de  piedra,  se  hallaron  huesos  de  hombres  tan  grandes,  que  de  la  cabe- 
za sacaron  una  Muela,  que  pesaba  poco  menos  de  libra  y  media;  y  hay 
allí  opinión,  que  antiguamente  huvo  allí  hombres  de  grandísima  esta- 
tura. 

8  Gigantes  que  8. — Herr.  Decada  4.  Lib.  2.  Cap.  7.  f.  44.  col.  2.  dice. — A  esta  punta  de 
Hu.ua  de  ¿ta     Sta.  Elena  (es  en  la  mar  del  Suren  la  Costa  del  Perú)  cuentan  los  naturales, 

Elena  en  el  Perú 

que  llegaron  en  tiempos  antiguos  en  Balzas  hombres  tan  grandes,  que  los 
ordinarios  no  les  llegaban  á  las  rodillas,  que  no  llevaban  Mugeres,  ni  iban 
vestidos  sino  algunos  con  pieles  de  Animales,  y  por  que  no  hallaron  agua 
hicieron  pozos  que  hoi  dia  se  ven  con  muy  buena  agua,  y  fresca  cabados  en 
peñas  viva,  obra  mysteriosa,  y  que  comia  cada  uno  mas  que  cincuenta 
hombres,  y  por  que  la  vianda  no  les  bastaba  pescaban  en  la  Mar  con  redes; 
las  mugeres  de  la  tierra  no  les  podían  sufrir,  y  los  naturales  hacian  sus  jun- 
tas para  hecharlos,  porque  eran  aborrecibles,  y  usaban  mucho  del  pecado 
nefando  sin  vergüenza  de  las  gentes,  ni  temor  de  Dios;  y  así  dicen,  que  los 
castigo  con  fuego  del  Cielo;  estando  todos  juntos  usando  su  pecado,  sin  que 
quedasse  sino  algunos  huesos,  y  que  hoi  dia  se  ven  de  increíble  grandeza, 
y  un  Castellano  afirmó  averse  hallado  una  muela,  que  pesaba  media  libra,  y 
otras  señales,  afirman  otros  aver  visto  con  sus  propios  ojos,  de  donde  se 
infiere,  que  esta  historia  no  es  vana,  y  que  esos  hombres  fueron  allí  de 
la  parte  del  Estrecho  de  Magallanes,  como  hoi  dia  los  indios  lo  afirman 
y  refieren. 
indiospasaron       Herrera  Decada  4.  lib.  10.  cap.  2.  f.   258.  col.  2.  hablando  de  Yucatán 

al  N.  Mundo,  y  ^  .  .  , 

poblaron á Yuca-  dice. —Muchos  indios  de  discreción  decían  haber  oido  á  sus  antepasados, 

que  aquella  tierra  habian  poblado  ciertas  gentes  venidas  por  la  parte  de 

Oriente  á  las  cuales  habia  Dios  librado  de  otros  abriéndoles  camino  por 

la  mar. 

circuncisión  i  o. — Herrera  Dec.  4.  lib.  9.  Cap.  7.  f  235.  hablando  de  la  provincia  de 

usaban  algunos  .  •íjtj> 

indios  en  el  n.    Coazacualco,  e  Iluta  dice.  —  llenen  muchos  ritos  de  indios,  y  usancircun- 

Mundo 

sidarse,  y  también  en  la  Provincia  de  Cuexatla,  y  decían  que  así  lo  tenían 
por  costumbre.  Hasta  aquí  este  Autor.  Viene  bien  esto  con  lo  que  allí  se 
escribe,  que  en  Yucatán  que  es  cerca  de  aquí  aportaron  los  hijos  de  Israel, 
quando  pasaron  allá  de  Lacandon  en  espacio  de  40  años,  y  también  escri- 
be el  M.  R.  P.  Fr.  Juan  de  Torquemada  en  la  Monarquía  Indiana  en  la 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

495 

2?  parte  que  es  el  Calendario,  que  en  la  Provincia  de  Michoacan,  que  es 
en  la  Nueva  España  usaban  los  indios  de  circunsicion. 

1 1.  —  Hcrr.  Doc.  t,.  lib.  2.  cap.  ii.  f.  7Q  col.  i.  dice  — Después  de  lafun-     Gentes aporta- 

J  r  '  ^  r  ron  á  Pánuco 

dación  de  México,  y  de  toda  la  tierra  fueron  navegantes  de  hacia  el  Norte,  y 
aportaron  á  Pánuco,  (i)  llevaban  ropas  largas,  abiertas  por  delante,  sin  Ca- 
pillas.con  los  cuellos  escotados,  con  las  mangas,  que  hasta  estos  tiempos  las 
usan  por  gracejo  en  sus  bailes  remedando  aquella  Nación  que  sin  contradi  - 
cion  pasó  hasta  Tula  y  por  estar  muy  poblada  pasaron  á  Cholula,  á  donde    u  y  pYsTron  1' 

,  t  holula 

se  arraigaron.  Desde  allí  poblaron  á  Oaxaca,  y  a  la  Misteca  alta,  y  baja,  y    PobUrona0a- 
Zapotecas:  enseñaron  mucha  política  en  toda  la  tierra,  y  por  esto  en  siendo  **saylas 
algún  hombre  de  prudencia  é  industria,  le  llamaban  Tulteca,  y  á  f.  219.  lib  7. 
col.  i.Dec   2  escribe  Herrera,  que  el  Caudillo  de  estas  gentes  vestia  de  ne       Ketzaicohuati 
gro  hasta  los  pies  por  honestidad  con  una  manta  blanca  encima  sembrada  de 
cruces  colorarlas,  y  añade  que  fué  Virgen,  que  instituyó  el  ayuno,  y  peni- 
tencia.   Hasta  aquí  este  Autor;  y  Torquemada  Monarquía  Indiana  f.  278 
col    1.  Lib.  3.  Cap.  7.  añade  que  eran  estas  gentes  altos  de  cuerpo,  y  que 
ya  estaba  poblada  la  Provincia  de  Tula,  y  que  no  se  sabe  de  donde  haya 
podido  venir.  Quieren  decir  algunos,  que  fueron  Romanos,  ó  Cartagineses, 
y  que  con  temporales  vinieron  á  dar  á  alguna  costa  de  las  que  caen  debajo 
del  Norte,  y  que  como  no  tuvieron  en  qué  volverse  se  aventuraron  á  en- 
trar la  tierra  adentro.   Otros  quieren  decir,  que  debieron  de  ser  algunos 
Irlandeses,  y  en  cuanto  á  esto  por  no  desviar,  solo  se  puede  dexar  á  Dios,     irlandeses  pa. 

saron  al  N.  mun- 

La  razón  que  dan  por  donde  se  colige  ser  Irlandeses,  es  porque  se  raya-  do 
ban  las  casas  como  estos,  y  que  comían  carne  humana,  y  por  estar  tan  cerca 
de  los  Bacallaos,  y  un  estrecho  que  hay  así  mismo  por  donde  también  pu- 
dieron venir,  y  pasar,  y  se  cuenta  en  este  paso  un  cuento,  y  es  que  habiendo 
llegado  á  Tula  estas  gentes  traían  consigo  una  persona  muy  principal  por 
Caudillo,  que  los  gobernaba,  al  qual  llamaron  Quetzalcohuatl,  (que  des- 
pués los  Cholultecas  adoraron  por  Dios)  este  se  tiene  averiguado  que  era 
de  buena  disposición,  blanco,  rubio,  barbudo,  y  bien  acondicionado.  De 
Tula  se  vino  á  Cholula  donde  habitó  muchos  años  con  sus  gentes,  de  los 
cuales  envió  á  poblar  á  la  Provincia  de  Oaxaca,  Misteca  y  Zapotecas,  y 
estas  gentes  dicen  que  hicieron  aquellos  grandes  y  sumptuosos  edificios  de 
Romanos  de  Mictlan,  que  quiere  decir  infierno  en  lengua  mexicana,  que  josde 

ciertamente  es  edificio  muy  de  ver,  porque  se    ,     .      ,      ,   vprt     ,      ,      , 
argulle  de  los  que  lo  obraron,  y  edificaron  ser   >    £  """'    i¡    u  "qS  -^    c 
hombres  de  muy  grande  entendimiento,  y  pa    TnS^-^g^T: 
ra  mucho,  y  de  muy  grandes  fuerzas,  y  asi   ¿   w    v    ~         &    v  .«    «j 
estas  trentes  dieron  industria  de  muchas  cosas  ¿    «    u*  *"*  —    -    u*  „.    <u 
para  la  vida  humana.  De  Cholula  se  salió  Ket-   «5  £  *S    «    3    °    o    &  ^  ü 
zalcohuatl  con  gran   paite  de  sus  gentes,  si    ^-o^cS-2_ro    =    5 
guiendo  á  los  que  avia  enviado  á  poblar  las         c«u— ■    o    c    o»    c    n.  M 

(I)  Panuco  no  está  de  México  al  Norte,  sino  al  Nordeste  en  la  ensenada  de  Vera  Cruz,  y  es       Esta  nota  está 
^  ,     _,  inferida  en  el  tex- 

Puerto  de  Mar.  to 


BIBLIOGRAFÍA  MEXICANA  DEL  SIGLO  XVlll. 

496 

tierras  de  Onohualco,  que  ahora  llaman  Yucatán,  Tavasco  y  Campeche. 
Fundóse  Tula  Hasta  aquí  dicho  Autor,  el  cual  á  fs.  277  col  2.  dice,  que  Tula  se  fundó  á 

año  700  tie  Jesu- 

"  '  los  setecientos  años  de  la  Encarnación  del  Hijo  de  Dios,  y  á  fs.  40.  lib.  1. 

col.  1.  cap.  14  dice  los  Tultecas  fueron  fundadores  de  la  tierra  después  de 

Tuhecas.         los  Gigantes:  estos  Tultecas  ocupaban  estas  Provincias  como  señores  pro- 

Que  hubo -dí-  pietarios  de  ellas:  tuvieron  noticia  de  la  Creación  del  Mundo;  que  hubo  Di- 
luvióla creación  * 

luvio  y  otras  muchas  cosas,  que  tenían  en  pintura,  é  historia:  que  otra  vez 
se  habia  de  acabar  el  mundo  por  fuego.  Tulteca  dice  hombre  artífice,  por- 
que los  de  esta  nación  fueron  grandes  artífices,  como  se  vé  en  toda  la  N. 
España,  y  en  las  ruinas  del  pueblo  de  San  Juan  Teotihuacán,  en  el  de  Tula, 
y  Cholula,  que  trageron  Mugeres,  maiz  y  algodón,  y  que  vinieron  deste 
nados  de  su  patria.  Huehuetlapam,  ó  Tulapam;  quiere  decir  Tula  la  vieja. 
Tardaron  desde  que  salieron  de  su  tierra  hasta  Tula  ciento,  y  cuatro  años,  (i) 
y  que  vinieron  de  la  parte  del  Poniente,  y  pasaron  poblando  á  las  partes 
-  de  Guatemala.  Hasta  aquí  este  autor,  el  qual  en  la  segunda  parte,  que  es 
el  Calendario,  y  Fiestas  de  los  mexicanos  hace  larga  mención  de  Ketzal- 
cohuatl.  Hasta  aquí  este  Autor,  el  qual  escribe  que  quando  se  fué  á  las  par- 
tes de  Campeche  dixo  á  sus  discípulos,  que  el  enviaría  sus  gentes  después 
á  Cholula,  y  que  por  eso  los  Mexicanos,  quando  año  de  15  18  quando  tuvie 
ron  noticia  que  andaban  Castellanos  en  la  Costa,  creyeron  que  eran  de 
Ketzalcohuatl.  No  parece  que  será  fuera  del  intento,  porque  tiene  mucha 
12  combinación  con  lo  que  se  ha  escrito,  y  lo  trae  Torquemada  cap.  47.  Lib 
Moteuhzuma    4?  f.  497  que  dijo  Moctezuma  Rey  de  México  á  Cortés,  quando  le  visitó 

dice  á  Cortés  que 

^Es^ñoie"'6  ^a  Pr'mera  vez  en  México,  y  es  así.  Porque  mi  Padre  dixo,  que  oyó  al  suyo, 
que  nuestros  pasados,  y  Reyes  de  quien  yo  desciendo,  no  fueron  naturales 
de  esta  tierra,  sino  advenedizos,  los  quales  viniendo  con  un  gran  Señor, 
que  desde  ha  poco  se  volvió  á  su  naturaleza,  como  mas  poderosos  seño- 
rearon esta  tierra,  que  era  de  los  Otomices,  y  Chichimecas,  y  al  cabo  de 
muchos  años  este  Señor  tornó  por  ellos,  pero  no  se  quisieron  volver  por 
haberse  casado  aquí,  y  tener  hijos,  y  mando.  Volvióse  aquel  Señor  mui 
desconsolado  y  descontento  de  ellos,  y  les  dijo  á  la  partida,  que  enviaría 
sus  hijos  para  que  los  gobernasen  en  paz,  y  en  las  leyes,  y  Religión  de  sus 
Padres,  y  que  si  esto  no  aceptasen  por  su  voluntad,  por  fuerza  serian  á  ello 
compelidos;  por  esto  hemos  siempre  creído,  que  algún  día  vendrían  los  de 
aquellas  paites  á  nos  sujetar,  y  mandar,  y  así  creo  yo  que  sois  vosotros, 
según  de  donde  venis,  y  la  noticia  que  ese  gran  rey  que  os  envía  tiene  de 
nosotros.    Por  tanto,  Señor  Capitán,  sed  cierto  que  os  obedeceremos,  si  ya 

muy  antiguos  y  .  .  _  .  .  . 

peregrinos      no  traéis  algún  engaño,  y  partiremos  con  vos  lo  que  tuviéremos.    Hasta 
aquí  dicho  Autor. 

13. —  Quiero  escribir  aquí  dos  viajes  antiguos,  y  muy  dignos  de  notar, 

Apostilla  mar-         '  '     Notable  fué  el  descuido  de  este  gravísimo  Autor,  y  Santo  Religioso,   puesto  que  sabia  la 
ginal  tu  el  ongi-  lengua  mexicana,  y  también  que  Ketzalcohuatl  era  estrangero  no  preguntar  por  qué  siéndolo  te- 
nía el  nombre  Mexicano,  y  también  el  no  dudar,  y  preguntar  como  tardaron  cien  años  en  llegar 
á  México  viniendo  del  Poniente,  pues  apenas  habia  120  leguas  de  la  mar  del  Poniente  á  México. 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII 

497 

y  la  trae  Solórzano  Política  Indiana  lib.  i,  cap.  i,  fs.  3,  col.  1,  diciendo  que 
Hanon  Cartaginés  estuvo  en  la  India  Oriental,  y  estando  Cartago  dentro 
de  las  columnas  de  Hércules,  esto  es,  dentro  del  estrecho  de  Gibraltar,  ne 
cesariamente  habia  de  navegar  por  el  Océano,  y  pudo  acaso  tomar  tierra 
en  la  América,  como  también  acaso  el  año  de  1500  navegando  á  la  India 
la  armada  de  Pedro  Narvaez  Cabral,  apartándose  demasiado  del  cabo  de 
Boa  Esperanza,  dieron  vista  á  la  tierra  del  Brasil,  que  por  ser  dia  de  la 
Santa  Cruz  de  Mayo  llamaron  así  primero. 

14. —  Diego  de  Couto  en  la  Dec.  7  de  la  Historia  de  la  India  Oriental  á     Eudoxo descu- 

,  ...  .  bridor  de  la    In- 

fs  79  dice  asi.  —  Escribe  Posidonio  que  en   tiempo  del  Rey  Enemente  de    dia  Oriental,  y 

'  í  ¡r  j  o  vlno  a  Cádiz 

Egipto,  partió  Eudoxo  por  mar  á  descubrir  la  India,  y  que  volviendo  de  allá 
cargado  de  ricas  Mercaderías,  fué  derrotado  á  tomar  las  costas  de  Etyo- 
pia,  (que  seria  por  Melinde)  poique  esto  sucede  de  ordinario  á  los  que  sa- 
len de  Calcut  para  el  estrecho  del  mar  rojo,  que  era  el  viaje,  que  este  ha- 
ría, y  que  en  el  tiempo  que  allí  se  detuvo  trabó  amistad  con  k>s  Naturales,  y 
aprendió  algo  de  su  lengua,  y  después,  habiendo  llegado  á  Egipto  sobre 
cuentas  que  tuvo  con  aquel  Rey,  en  que  él  le  alcanzaba,  él  se  huyó  á  Áfri- 
ca, desde  donde  se  pasó  á  Cádiz;  allí  armó  dos  embarcaciones  para  ir  ro- 
deando á  la  costa,  de  África,  y  buscar  aquellas  gentes  de  la  costa  de  Etyo 
pia,  de  quienes  había  quedado  aficionado,  y  con  esperanzas  de  grandes 
inteteses  en  el  comercio,  á  donde  llegó  pasando  el  cabo  de  Boa  Esperan- 
za, y  que  volviendo  de  ellas  halló  una  famosa  isla  en  el  camino  despobla 
da,  que  le  pareció  muy  fértil  de  buenas  aguas,  y  frutos,  y  que  por  haberle 
parecido  buena,  y  fresca,  después  de  haber  vuelto  á  España  volvió  allá  con 
una  gran  Nao  cargada  de  arados,  semillas,  y  algunos  compañeros  para 
poblarla,  y  cultivarla,  y  que  se  perdió  en  la  costa  de  Etyopia  junto  al  ca- 
bo de  Boa  Esperanza,  y  que  de  los  pedazos  de  la  Xao  armó  una  embar- 
cación en  que  se  salvó;  y  considerando  este  vwaje  por  cierto,  tenemos  ser 
aquella  isla  tan  grande  y  fértil  la  isla  de  San  Lorenzo,  porque  desde  Me-  rsia  de  San  Lo- 
linde  al  cabo  de  Boa  Esperanza,  no  hay  otra  tan  grande  ni  tan  fértil.  Has-  descubrió 
ta  aquí  Couto.  Año  de  3,823  de  la  creación  del  mundo  en  la  sexta  edad 
del  mundo  Ptolomeo  Energetes  reinó  en  Egipto  29  años,  esto  fué  144  años 
antes  de  Cristo,  porque  su  Santo  Nacimiento  fué  año  de  3.967  y  año  de 
3,721  (en  tiempo  de  Philippo  Macedón  j  de  la  creación  del  Mundo  hubo 
otro  Rey  llamado  Ptolomeo  Energetes  en  Egipto,  que  reinó  26  años.  Tam- 
bién es  notable  el  viaje  de  la  Xao  Victoria  de  la  armada  de  Magallanes,  Nao  v¡ctor¡a 
que  saliendo  año  de  1.5  19  del  puerto  de  Sn  Lucar  volvió  á  él  al  cabo  de 
tres  años,  habiendo  dado  vuelta  al  Mundo. 

15. —  Asi  como  tratamos  de  estos  viages,  y  del  que  traxeron  las  Gentes, 
que  de  mar  en  fuera  entraron  en  este  Nuevo  Mundo,  parece  muy  propio 

Los  indios  pa- 

de  este  lugar  como  los  indios  pasaron  de  unas  partes  á  otras  en  este  Nue    saron  por  mar  de 

0  ir  unas  partes  a 

vo  Mundo,  así  por  mar  como  por  tierra,  y  así  mismo  que   entendieron  el  íacLmografia" 
arte  de  Cosmografía  para  caminar. 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XV II i. 

498 

QuedeiX  16.  —  Herrera.  Dec.   i,  lib.  9,  cap.  4,  f.  296,  col.  2.  hablando  de  las  cosas 

Mundo  pasaron  r  ... 

íosindiosáias    ¿Q  ]a  js]a  je  Cuba,  dice  asi:  Acerca  de  las  leies,  y  costumbres,  pues  se  ha- 

Islas  de  Barbo-  »  J  í 

liaron  poblados,  y  con  señores,  se  debían  de  regir  al  alvedrio  del  señor,  y 
vivían  en  justicia,  afirmando,  como  affirman  muchos,  que  la  gente  de  la 
Española,  Cuba,  San  Juan  se  poblaron,  y  Jamaica  de  la  gente  que  pasó  de 
la  Florida.   Hasta  aquí  dicho  autor,  el  qual  escribe  que  cuando  Colón  lie 
colon  haiió  en  q¿  a  Jamaica,  halló  allí  gente  de  Yucatán,  que  con  tormenta  habían  apor 

Jamaica  Gente     o  ■>  °  ^  r 

JeVncatan        tado  allí,  y  el  dicho  autor  escribe  también  que  andando  Colón  por  la  Cus 
ta  de  Honduras,  topó  con  unacanoaque  venía  del  Poniente,  que  es  de  hacia 
indios  de  n.     Nueva  España  vestidas  más  de  30  personas,  que  alli  iban  á  lo  mexicano,  y 

España  por  la 

Mar.  legaban    nevaban  entre  las  demás  mercaderías  aquellas  espadas  de  pedernal,   que 

hasta  delante  de  ^  r  r  ^ 

trocaban  por  cacao,  oro,  y  plumas,  y  escribe  Torquemada,  que  año  de  1517 
llegó  Diego  Fernandes  de  Córdoba  á  descubrir  por  la  parte  de  Yucatán,  y 
llegando  á  la  isla  de  Cozumel  dia  de  la  Santa  Cruz  de  Mayo,  levantó  por 
memoria  la  señal  de  la  Sta  Cruz  de  madera,  y  llamó  al  lugar  Santa  Cruz, 
india  de  ja.     y  mandó  decir  Misa,  quando  de  los  Indios  se  huio,  y  vino  á  los  Castella- 

maicaque  halla-  ......  .  .  -  ,      ,    ,  ,         , 

ron  los  Casteiia-  UOs  una  india  delainaica,  que  tenían  para  sacrificar,  como  habían  hecho 

nos  en  Cozumel 

á  sus  compañeros,  los  quales  con  tormenta,  que  sin  duda  por  virtud  de  la 
Santa  Cruz  cobraría  la  vida  del  alma  como  cobró  la  del  cuerpo. 
La  Mai'mchi  i/- — Los  dos  autores  escriben,  que  llegando  Dn  Fernando  Cortés,  quan- 

do añ  >  de  1.5  19  venía  á  la  conquista  de  N.  España,  peleando  en  la  costa 
de  la  mar  con  los  indios  de  Tabasco,  después  de  haberlos  vencido,  ellos  en 
señal  de  paz,  y  amistad,  le  presentaron  20  indias,  entre  lasquales  vino  una, 
que  era  Natural  de  Xalisco,  en  N.  España  adelante  de  Guadalajara,  que 
habia  300  leguas  de  distancia  de  una  á  otra  parte,  que  prueba  lo  mucho 
que  los  indios  traginaban  por  tierra.  Esta  se  llamó  Maria  Ana  en  el  Bap- 
tismo,  y  los  indios  Malinche,  y  fue  intérprete  de  Cortes  en  la  conquista,  110 
porque  ella  sabía  español,  sino  porque  sabia  la  campechana,  que  hablaba 
Gerónimo  de  Aguilar,  á  quien  Cortes  halló,  y  sacó  de  Campeche,  de  mo- 
do que  lo  que  ella  oia  de  la  lengua  mexicana,  lo  decia  en  campechana  á 
Augilar,  y  este  en  castellano  á  Cortés,  y  así  se  entendían. 

ind¡osen3  1 8.  —  Herrera.  Dec.  3.  lib.  5.  cap.  11.  fl  215  col  1.  hablando   de  la  pro- 

ocasiones mués-  11—  n  '  • 

tran  mapas  de   vincia  del  Perú  en  la  Mar  del  Sur  cerca  de   Panamá,  escribe  lo  siguiente: 

mas  de  600  le- 
guas de  tierra     y  ¿c  Mercaderes  por  los  interpretes  se  tomó  noticia  de  toda  la  costa,  y  de 

todo  lo  que  después  se  descubrió,  hasta  el  Cuzco  (que  era  la  cabecera  ó 

Ciudad  adonde  estaban  los  Ingas)  que  es  una  larguísima  distancia,  y   de 

aquí  dicen  también  que  tomó  el  nombre  el  Perú  como  se  dixo,    que  tam 

bien  se  entendió  así,  quando  llegó  á  esta  tierra  el  año  de  1.5  15  el  Capitán 

Gaspar  de  Morales,  y  con  él  Francisco  Pizarro,  y  primero  que  á  los  dos  á 

Basco  Xuñez  de  Balboa. 

19.  —  Antonio  de  Herrera.  Dec.  3  lib.  6.  cap.    12.   col.  2.  escribe  lo   si- 


Comolo'.  In- 


CortesSiatíeürraa  guieiite: — Hernando  CoitCh  quando  fué  de  México  año  de  1524  por  tiena 
á  Honduras  contra  Cristóbal  de  Olid,  que  se  le  habia  rebelado,  habia  en- 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

499 

viado  á  decir  á  los  Sres  de  Tabasco,  y  Xicalantes,  que  para  la  jornada  le 
enviasen  algunos  hombres  prácticos  de  la  costa,  y  de  la  tierra:  diéronle 
Mercaderes,  que  entendidos  del  intento  de  Cortés  le  mostraron  un  lienzo 
texido  de  algodón  pintado  el  camino  hasta  Naco,  y  Xito  en  Honduras,  y 
hasta  Nicaragua,  poniendo  la  Gobernación  de  Panamá,  con  todos  los  ríos 
y  poblaciones,  que  se  habían  de  pasar,  y  las  Ventas,  adonde  ellos  hacían 
sus  jomadas  quando  iban  á  sus  ferias:  agradeciéndoselo  Cortes  quedando 
maravillado  de  la  noticia  que  tenían  de  tierras  tan  apartadas. 

20.  —  Herrera.  Dec    3.  lib  4  cap.  1  i  f  163  col  1.  hablando  de  los  Indios     Comoiosin- 

^>  •  í  ~"  dios  de  Liimana 

de  dimana  dice:— Adoraban  muchos  ídolos,  y  entre  ellos  tenían  una  as-  ^0ersa¿afoÍmaruz 
pa,  como  la  de  San  Andrés  en  un  quadro  como  signo  de   Escribano  qua- 
drado  y  atravesado  en   Cruz  de  esquina  á  esquina,  y  muchos    religiosos 
dixeron,  que  era  Cruz  y  que  se  defendían  con  ella  de  los  fantasmas;  y  las 
ponían  á  los  niños  en  acabando  de  nacer. 
21. —  El  Mtro  Gil  González  de  Avila  en  el  teatro  de  las  Iglesias  de  los     RastrosdeRe- 

ligion  que  se  ha- 

Indios  en  el  de  la  Iglesia  de  Yucatán  en  Campeche  á  fs  203  escribe  así: —  Jaron  en  Yuca- 
Pocos  años  antes  que  llegasen  á  la  Provincia  los  Castellanos,  un  Indio  prin-     Profesia  de  ia 

n  b  venida  de  los 

cipal,  Sacerdote  de  sus  ídolos  llamado  Chilancambal,  venerado  délos  su-  Castellanos 
yos  por  verdadero  Profeta,  les  dixo,  que  estuviesen  muy  ciertos  que  dentro 
de  pocos  años  vendrían  de  la  parte  de  donde  nace  el  sol  gente  barbada,  y 
blanca,  y  que  entrarían  en  la  Provincia  con  la  insignia  de  la  Cruz  enarbo 
lada  en  alto,  y  les  mostró  su  forma,  en  cuya  presencia  dixo  otros  í  lolos  no 
podrán  nada  conosciendo  que  su  virtud  es  maior,  que  su  potencia,  y  que 
esta  gente  habia  de  ser  Señora  de  la  tierra,  y  que  no  harían  mal  á  los  que 
creyesen  en  la  señal  de  la  Cruz,  que  gozarían  de  paz,  y  cesaría  la  adora- 
ción de  sus  ídolos,  y  adorarían  á  un  solo  Dios  verdadero  á  quien  estas  nue- 
vas gentes  adoraban.  Mandó  texer  una  manta  de  algodón,  y  les  dixo,  que 
de  aquella  manera  habia  de  ser  el  tributo  que  habían  de  pagar,  y  con  au- 
toridad de  Profeta  mandó  al  Señor  de  la  tierra,  que  ofreciese  aquella  man- 
ta á  los  Dioses  para  que  estuviese  guardada,  y  formó  de  piedra  la  señal  de 
Cruz,  y  la  colocó  en  los  patios  de  los  templos,  y  Oratorios  de  sus  ídolos  ^¡{^^i? 
diciendo  que  aquel  era  el  verdadero  árbol  de  la  salud  del  mundo,  y  por  cosa 
maravillosa  la  iban  á  ver  muchos  indios,  y  sucedió  como  el  Profeta  lo  pro- 
puso al  pueblo,  y  dieron  entero  crédito  á  ello,  y  viendo  á  Dn  Francisco 
Montejo,  y  á  los  suyos,  que  fueron  los  primeros  conquistadores  hacer  con 
tanta  humildad  reverencia,  y  adoración  á  la  Cruz,  entendieron  que  habia 
llegado  la  hora,  que  el  Propheta  les  dixo.  Hallaron  alli  los  nuestros  una 
manera  de  baptismo,  y  no  en  otra  parte  de  las  Indias.  A  este  le  daban  nom       Baptismo  que 

.  tenían   los    Cam 

bre  de  segundo  nacimiento  y  tenían  á  esta  manera  de  baptismo  tanta  re    péchanos 
verenda,  que  todos  le  recibían,  y  afirmaban,  que  recibían  en  él  una  pura     . 
disposición  para  ser  buenos,  y  conseguir  la  gloria  que  esperaban,  y  quien 
no  le  recibía  no  se  casaba,  y  cuando  lo  recibía  ayunaban   los  padres  tres     Ayunaban 
dias,  y  se  abstenían  del  uso  de  sus   Mujeres.   También  vieron  que  usaban     confesaban 


Creían  la  in- 

moi tahdad  del 


BIBLIOGRAFÍA  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 


de  confesión,  y  que  sus  sacerdotes  les  daban  sus  penitencias.  Conoscían 
que  los  trabajos,  que  les  venían  eran  originados  de  las  culpas,  como  tam- 
bién de  sus  enfermedades,  y  en  la  hora  de  su  muerte.  Creian  la  inmorta- 
lidad del  alma,  y  qe.  después  de  esta  vida  avia  otra  mas  excelente,  y  ale- 
gre, que  la  gozaba  el  alma  en  saliendo  de  esta  vida.   Decían  mas,  que  la 

Qu-hab¡agio-  vida  futura  se  dividía  en  buena,  y  mala,  esta  para  los  malos,  y  la  buena 
para  los  buenos,  donde  se  vivia  sin  pena,  y  en  la  mala,  esta  p?  los  malos, 
y  la  buena  p?  los  buenos,  y  en  la  mala  con  grandes  necesidades.  Qual  de 
los  Apostóles  llegase  á  esta  Regiones,  ó  Discípulo  suio,  no  es  fácil  de  ave- 

gíi  González     riguar.    Santo  Thomé  llegó  hasta  la  India  oriental,  y  Sn  Bartholomé,  Sn 

de  Avila  es  de 

opinión  que  ai-    Simón,  Sn  Judas  á  otras  distantes  de  aquellos  climas.   Lo  cierto  es  que  la 

gun  apóstol  odis-  J 

dÍ?o,1enSYucaPta<n  promulgación  del  Santo  Evangelio  duró  treinta  años.   Este  secreto  se  sa 
brá  en  el  último  día  del  mundo,  ó  quando  Dios  lo  manifestare  á  algún  sier- 
vo suio.    Hasta  aqui  este  Autor,  el  cual  es  de  parecer,  que  algún  Apóstol, 
ó  discípulo  suio  predicó  á  estos  indios. 

22. — Ya  gracias  á  Dios  se  sabe,  que  fué  quien  predicó  en  la  América  el 
a  a  que  hablan  Apóstol  Santo  Thomé.  (i)   Si  tu  lector  lo  quieres  ver,  lee  á  f.  1 1 1  n  18  lib. 

de  la  predicación  .     .  ,  AT  -     / 

de  sto.  Tomas  2  de 'las  cosas  curiosas  del  Brasil  que  escribió  el  P.  Vasconcelos  en  la  Cro 
nica  de  las  Provincias  del  Brasil  de  la  Compañía  de  Jesús,  y  en  la  conquista 
Espiritual  del  Paraguay,  que  escribió  el  P.  Ant°  Ruiz  de  Montoya  desde 
fs.  29  á  fs.  55  y  en  la  historia  latina  novísima  de  la  dicha  Provincia  del  P. 
Teco',  y  en  la  historia  de  San  Agustín  del  Perú  de  Fr  Antonio  de  Calan- 
cha:  allí  leerás  como  anduvo  predicando  en  la  América  el  Sto  Apóstol. 
Pero  p?  que  veas  como  estuvo  en  Nueva  España,  lee  la  Aparición  de  la 
Virgen  de  Guadalupe  impresa  en  México  año  de  1675  á  fs.  j6  verbo  Di- 
vino, y  verás  como  estuvo  en  Tula,  como  bien  lo  escribe  allí  el  Br.  Bece- 
rra Cathedrático  de  lengua  mexicana,   que  en  las  historias  de  los  indios 

Ketzaicohuati  leiendo  las  obras  maravillosas,  y  doctrina  que  enseñó  aquel  Ketzalcohuatl, 
el  que  traía  la  capa  sembrada  de  Cruces  coloradas,  advirtió  qe  era  Didimo, 
esto  es,   Coate   Gemelo,  y  por  si  no  bastare  lee  la  Monarquía  Indiana  ya 

Que  es  gemelo  citada  verbo  Ketzalcohuatl  (que  es  lo  qe  en  N.  España  Coate,  aunque  los 
Indios  escriben  Coatí,  que  es  culebra,  aludiendo  á  que  las  culebras  paren 
los  hijos  de  dos  en  dos,  que  en  España  llaman  Mellizo,  ó  Gemelo  por  el 
huevo,  que  tiene  2  llemas.  Cambal  llaman  en  Philipinas  á  2  criaturas,  que 
nacen  juntas.  Lib.  3?  col.  2  Cap.  7  f.  277.  part  2.  Lib.  5.  cap.  13  part  if 
desde  fs.  417  á  fs.  431  lib  14  parte  1?  Lib.  2  cap.  90.  fs.  255.  parte  I?  — 
Part.  2.  f.  40  col.  2. 

Muestran  que         2  3. — En  el  año  de  i  C 1 8  salió  con  armada  de  la  Isla  de  Cuba  el  Capitán 

por  la  Sia.  Cruz  J  J 

se  le  dio  ei  nom-  Tlian  (|fc  Grijalva  á  descubrir  á  N.  España,  el  qual  passó  delante  de  Vera- 
breque  hoy  tiene  J  ■>  r         '        t.         r 

aiaNuevaEspa-  cruz>  y  como  tocase  de  camino  en  Yucatán,  viendo  los  compañeros  tantas 
casas  de  cal,  y  canto,  Torres,  y  Cruces,  admirados  dixeron,  qué  es  esto  que 
hallamos?  y  Grijalva  les  contestó  Nueva  España,  y  así  le  llamaron  de  allí 
(i)  Se  comprueba  con  Authores  qe  Sto  Thomé  predicó  en  el  Nuevo  Mundo. 


bibliografía  mexicana  del  siglo  xviil 

501 

en  adelante,  y  después  lo  confirmó  el  Rey.   Así  lo  dissé  Herrera  Dec.   2. 
lib.  3.  cap.  1.  f.  75.  col.  1. 

24. — La  primera  Misa,  que  se  dixo  en  las  Indias  Occidentales  año   de     Qu^ndijoia 

primera  Misa  en 

1492  la  dixo  Fr.  Juan  Pérez  de  Marchena,  que  fué  con  Colon:  dicelo  Juan  ^in  Mundo  en  u 

■  -^  •>  '    ^  •>  Isla  de  banto 

Diaz  de  la  Calle  official  Maior  del  Consejo  de  Indias  en  el  Memorial  ¡m-  D' 
preso,  que  le  dio  de  las  noticias  sacras,  y  Reales  de  las  Indias  Occidenta- 
les á  f.  2  y  en  la  Historia  general  de  la  Merced  de  Fr.  Alonso  Ramón  tom. 
2.  cap  6.  lib.  12.  fs.  89.  col.  2  escribe  que  era  Portugués  de  Nación  Guar- 
dian del  Convento  de  la  Rávida  del  orden  de  Sn.  Francisco,  que  sabía  al- 
go de  Cosmografía. 

25. — En  la  Armada  de  Pedro  Alvarez  Cabral,  que  tocamos  arriba  que     Quien  dijG  )a 

_  .  '     /    1       1-       i>         1        r>  1  '  1     -n  -i       m  ií  Misa  en  la  tie- 

ano  de  1500  paso  a  la  India  de  Portugal,  y  acaso  topo  en  el  Brasil,  iban     rra  firme  del 

N.  Mundo  en  el 

13  Religiosos  de  Sn  Francisco  de  los  cuales  era  Comisario  Fr.  Enrique,  Bras¡1 
todos  saltaron  en  tierra,  y  en  la  plaia  dia  de  la  Cruz  se  dixeron  Misas,   y 
una  muy  Solemne  con  Sermón,  porque  estuvieron  allí  un  mes,  de  manera, 
que  estas  fueron  las  primeras,  y  antes  nadie  la  avia  dicho. 

26. — Herrera  dice  que  la  i?  Misa  la  cantó  en  la  Isla  de  Sto.    Domingo     Quien  dijo  ia 

1?  Misa  nueva  en 

el  Lie.  Bartholomé  de  las  Casas,  Sevillano,  que  después  fué  Obispo  de  Chia-  el  Niiev°  Mundo 
pa,  y  padeció  mucho  por  los  Indios,  y  á  él  le  deben  la  libertad,  que  tie- 
nen, de  modo,  que  este  Santo  Varón,  cantó  la  1?  Misa,  que  allí  se  dixo. 

27. — Herrera  Dec.  3.  lib.  2.  cap.  15.  fs.  85.  col.  2.  dice  lo  siguiente: — 
Y  con  todo  eso  confesaban  los  Mexicanos  á  un  Supremo  Dios  Señor;  y  Ha-  <-"oni°  >°s  mex¡- 

1  '  canos   adoraban 

cedor  de  Todo,  y  este  era  el  principal,  que  adoraban,  y  veneraban  miran-  D^sverdadero 
do  al  cielo  llamándole  Criador  del  Cielo  y  Tierra,  admirable,  y  otros  re- 
nombres de  gran  excelencia.  Hasta  aquí  el  Autor. — Teotl  llamaban  á  Dios 
en  lengua  mexicana,  y  Teopancali  á  la  Iglesia.  Esto  es,  casa  de  Dios,  y 
aquel  edificio  que  diximos  arriba,  que  hay  en  Sn  Juan  Teotihuacan,  quie- 
re decir  casa  de  todos  los  Dioses.  De  este  lugar  y  de  este  nombre  Teos, 
que  es  como  llamaban  á  Dios  los  griegos,  y  el  Deus  de  los  latinos,  se  sa- 
ca, que  los  Indios  tuvieron  verdadero  conocimiento  de  Dios,  sino  que  aquella 
Fee,  aquella  doctrina  del  Cielo,  que  les  fué  enseñada,  con  el  tiempo,  co 
mo  les  faltaron  los  verdaderos  maestros,  que  se  la  predicaron,  y  no  vinie- 
ron otros  de  la  parte  donde  vinieron  los  primeros,  los  discípulos  de  aque- 
llos la  fueron  mudando  y  corrompiendo  con  el  tiempo,  y  quedó  en  tales 
sombras,  y  figuras,  que  cuando  llegaron  los  castellanos  no  alcanzaron  ni 
entendieron  tales  principios,  porque  en  aquellos  principios  no  se  trataba 
mas,  que  de  buscar  plata,  y  después  de  muchos  años,  quando  algún  cu  - 
rioso  preguntaba  algo  de  Religión,  como  ya  eran  muertos  los  Sacerdotes, 
no  habia  quien  diese  clara  noticia,  y  si  algo  decian,  como  muchas  cosas 
eran  methafóricas,  y  alegóricas,  ni  se  explicaban,  ni  eran  entendidos. 

28.— Herrera  Dec.  5.  lib.  4.  cap.  4.  fs    114  col.    1— dice  (hablando  del  Muestraqueen 

.  el  Perú  creian  en 

Perú)  comunmente  confesaban  a  m\  Supremo  Dios,  y  Hacedor  de   todo,  Dios  verdadero 
que  era  el   Viracoha  y  le  llamaban  Criador  del  Cielo,  y  de  la  tierra,  admi- 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

502 

rabie  y  otros  semejantes  nombres,  y  le  veneraban  mirando  al  Cielo.   Dice 
luego  este  Autor.   Aquí  estaba  el  ídolo  del  Sol  finísimo,  y  grandes  Joyas, 
en  el  cual  hería  el  Sol  en  naciendo,  y  hiriendo  en  él  revolvían  los   rayos, 
como  si  fuera  otro  Sol.   A  este  adoraban  en  segundo  lugar,  y   allí  tenían 
la  hermosísima  plancha  de  oro  del  Sol,  que  en  los  despojos  cayó  en  suerte 
á  un  Soldado  Castellano,  y  en  una  noche  la  perdió  al  juego,  y  después  del 
Sol  veneraban,  y  adoraban  al  Trueno,  fingiendo  que  era  hombre,  que  es- 
taba en  el  Cielo  Añade  luego:  estos  tres  Viracoha,  Sol,  y  True-       M¡       0 
no  adoraban  en  diversas  formas  de  todos  los  demás  (1)  —  Has-       2  ~  3 
ta  aquí  el   Autor — Allí  el  Autor  en  la  col.  2   escribe  que   el       _  N  70 
Inga  Viracoha,  que  fué,  el  que  puso  en  primer  lugar  al  Tic-  v 

juma df Senado3  ci  Viracoha,  á  quien  atribuían  el  poder,  y  mando  de   todo  en     )  innic|aa 

res.ascentóyde-  ,  .  , 

cretó.queningu-  un  concilio  de  sus  Orejones  dixo,  que  el  Sol,  no  podía  ser   Dios,   porque 

no  tuviese  por 

a]esofd  invisible  Dios  era  Señor,  que  obraba  con  Señoría,  y  quietud,  y  que  cosa  tan  inquie- 
ta como  el  Sol,  no  podía  ser  Dios.  Hasta  aquí  el  Autor,  y  de  este  lugar  se 
prueba,  que  no  adoraban  al  Sol  y  aunque  le  tenían  en  los  templos,  ya  se 
ha  visto  por  este  decreto,  que  no  era  para  adorarle,  como  á  Sol  material, 
sino  como  á  Sol  de  justicia,  no  como  á  cosa  criada  como  lo  es  el  Cielo,  sino 
methathóricamente  como  sol  Divino  luz  inmensa. 

29. — Herrera  Dec.  2.  lib.  3.  f.  119,  Col.  1  hablando  de  los  Indios  de  Me 


Los  Indios  de 
Mechoa 
creian  en 
verdadero 


rl';!nh!.nCD"üs  choacan  en  la  N.  España  dice  lo  siguiente — En  cuanto  á  la  Religión  eran 


muy  conformes  con  los  mexicanos  y  crueles  en  derramar  sangre  humana 
en  sus  sacrificios,  y  el  mismo  dominio  tenia  el  Demonio  sobre  ellos.  Su 
principal  Dios  era  Tucapacha,  teniéndolo  por  hacedor  de  todas  las  cosas, 
que  daba  la  vida  y  la  muerte:  llamábanle  en  sus  atribuciones  mirando  al 
Cielo,  entendiendo  que  allí  estaba.    En  suma  confesaban  un  Dios,  y  el  jui- 

Creian  que  '  n  >  J         J 

avia  cielo,  infier-  cj0  fina]    Cielo,  y  el  Infierno,  y  el  fin  del  Mundo;  que  hizo  Dios  un  hom  - 

no,  Juicio  final,  '  '    J  '    J  '    t 

ladadTAdanCeT   bro,  y  una  mugei'  de  barro,  que  yéndose  á  bañar  se  deshicieron  en  el  agua 

Diluvio  ..,,-  ,         „  ..  .  ,.,, 

y  los  volvió  a  formar  de  Ceniza,  y  de  ciertos  metales,  y  que  volviendo  a 
bañarse  descendió  el  Mundo  de  ellos,  y  que  hubo  diluvio  y  un  Indio  lla- 
mado Tezpi,  que  era  Sacerdote,  se  metió  con  su  Muger,  é  hijos  en  un  ma- 
dero como  arca,  y  que  todos  escaparon,  y  que  en  menguando  el  agua,  en- 
tró el  ave  que  se  llama  Aura,  y  se  quedó  comiendo  de  los  cuerpos  muertos 
y  embió  otros  pájaros,  y  que  el  pájaro  pequeño  de  ellos  muy  estimado  por 
la  pluma  de  diversos  colores  volvió  con  un  ramo.  Tenían  sacerdotes  que 
predicaban  en  los  templos  con  terrible  espanto,  y  que  movía  á  los  oyentes 
Los  sacerdotes  con  gran  temor,  con  eso  les  iiiducian  á  hacer  lo  que  les  predicaban,   aun- 

traian  Coronas  °  *  r 

que  contra  su  voluntad:  los  sacerdotes  traian  los  cuellos  largos,  y  Coronas 

(1)  Hemos  visto  como  adoraban  en  el  Perú  áTangatanga,  á  quien  llama  Herrera  Ídolo,  que 
en  el  texto  significaba  uno  en  tres,  y  tres  en  uno,  que  es  el  Misterio  de  la  Trinidad.  También  hemos  visto 

como  le  adoraban  en  las  tres  estatuas  del  Sol  Padre,  Hijo  y  Hermano.  Ahora  acabamos  de  ver 
como  esplicaban  á  la  Sma.  Trinidad  en  diversos  significados  y  vemos  como  aquí  le  llama  Viraco- 
cha al  Padre,  Sol  al  Hijo,  Trueno  al  Espíritu  Santo,  que  es  en  la  forma  en  que  vino  sobre  los  dis- 
cípulos. 


BIBLIOGRAFÍA  MEXICANA  DEL  SIGLO  XVIII. 

503 

abiertas  en  la  cabeza,  como  los  de  la  Iglesia  católica,  y  guirnalda  de  flores 
coronadas. 

30.  —  Pues  hemos  visto,   como  sin  sombras   ni  rodeos,  adoraban  á  Dios     Raeros  que  se 

hallaron  entre 

verdadero,  veamos  ahora  el  rastro  que  ha  quedado  de  las  vestiduras  sagra-  ios  indios  del  sa- 

'  1  n  o  cerdocio,  su  ves- 

da?,  Herr.  Dec.  3.  lib.  3  cap.  13.  fs.   125  hablando  de  la  Misteca,  metían,  jd0^*¿  cd0ifans'dad 
dice,  los  muchachos  de  7  años  en  Religión,  y  allí  los  enseñaban  buenas  eos-     vestido  de  ios 
tumbres:  subían  de  grado  en  grado  en  las  dignidades:  eran  losoficios  por 
4  años,  y  el  Rey  hacia  los  nombramientos  y  proveía  los  cargos.    El  vesti- 
do Monacal  era  una  manta  blanca  vasta,  y  los  pañetes  de  papel  de  la  tie- 
rra.— El  vestido  Pontifical  para  celebrar  las  fiestas  eran  mantas  de  diversos     Vestido  Ponti- 
fica! 
colores  pintados  de  historias  de  los  Dioses.    Poníanse  unas  como  camicetas 

que  llegaban  á  la  rodilla:  en  las  piernas  unas  como  antiparras.    En  el  bra- 
zo izquierdo   un   pedazo  de   manta  con  Orla   como   manípulo,   y  encima  Manípulo,  capa 

de  asperges 

capa  como  las  nuestras,  con  borla  colgada  á  las  espaldas.    Una  gran  Mitra     Mitra 
en  la  Cabeza  de  plumas  verdes  de  lindo  artificio  pintados  los   principales 
Dioses  en  ella.  Cuando  vailaban  los  sacerdotes  en  los  patios  de  los  Monas- 
terios vestían  ropa  blanca  pintada,  y  ropetas,  como  camisetas  de  Galeotes. 
No  comían  sino  yervas,  y  legumbres,  sino   cuando  había  alguna  ofrenda.     Su  abstinencia 

Ciertas  mugeres  continentes  les  guisaban  la  comida,  y  se  mudaban  de  4     Mujeres  conti- 
nentes 
en  4  años.   Ayunaban  las  vigilias  de  las  fiestas,  comiendo  solo  pan,  agua,     Ayunaban 

y  Miel  de  Maguey:  Eran  muy  pobres,  y  no  tenían  cosa  propia.  Su  oración    .Pobreza 

era  pedir  salud  para  los  Reyes,  paz  para  la  República. 

31. — Herrera  Dec.  4  Lib.  8.  cap.  10.  fs.  2CQ  col.  1,  hablando  de  los  Chon-     Rastros  que  se 

J  ^  V  ^  f  hallaron  en  los 

tales  de  Guatemala  dice. — Tres  leguas   de   esta   Laguna   esta  el  lugar  de  chontaies 
Mimila,  que  era  de  gran  devoción  para  los  Indios  Pipiles,  que  allí  iban  á 
sus  Ofrendas,  y  Sacrificios,  tenian,  ademas  del  Señor  un   gran  Sacerdote, 
que  vestia  una  ropa  larga  azul,  con  una  Diadema  en  la  Cabeza,  y  á  veces     Diadema 
Mitra  labrada  de  colores,  y  en  los  Cabos  de  la  Tyara   un  manojo  de  plu-     Tiara 
mas  de  colores:  llevaba  un   Báculo   como  Obispo.  Todos  le  obedecían  en     Báculo 
lo  espiritual.   Tenia  el  segundo  lugar  uno  que  era  gran  Doctor:  en  sus  Li-     sacristán 
bros,  y  hechicerías  declaraban  sus  agüeros.  Tenian  otros  quatro  Sacerdo- 
tes: vestían  de  diversos  colores:  estos  eran  del  Consejo  en  las  cosas  desús 
ritos.   Avia  un  Sacristán  que  guardaba  las  cosas  de  la  Iglesia,  y  el  que  sa 
caba  los  corazones  á  los  hombres  sacrificados,  y  hacia  las   ceremonias,  y 
avia  otros,  que  tenian  trompetas,  y  los  instrumentos  para  llamar  la  gente. 
Tenian  dos  ídolos  en  figura  de  hombre,  y  el  otro  en  figura  de  muger,  y  á 

estos  eran  todos  sus  sacrificios:  tenian  Calendario,  y  predicaban  al  pueblo:     Tenían  calen- 
dado 
confesábanse  las  muyeres,  quando  estaban  de  parto:  ponían  los  Sacerdo-     Predicadores 

o  »   1  ¡r  r  Confesábanse 

tes  nombres  á  los  Niños.  No  casaban  dentro  del  guarda  grado.  Vivían  es- 
tos Indios  en  buenas  costumbres. 

32.— Herrera  Dec.  3  Lib.  2.  cap.   18  f.  26.  col.  1.  dice— En  Yucatán,  y  ^^d^sil 
en  Honduras,  avia  unos  Libros  de  hojas  enquadernados  en  que  tenian  los  tSdario0*0 


bibliografía  mexicana  del  siglo  xviil 

504 

Indios  la  distribución  de  sus  tiempos,  y  conocimientos  de  los  planetas,  ani- 
males y  otras  cosas  naturales. 
iesaqut°do  Ke"a"       33- — El  P.  Vasconcelos  en  la  Historia  citada  prueba  aver  estado  el  Após- 

zalcohuatl  en  N.    .10         l       ti  '  1  _i  •     •  /  1  t       »• 

España  tol  banto  1  nome  con    la  tradición  que  se  conservo  entre   los    Indios  por 

sto  Thpmas  tanto  tiempo,  y  por  aver  dejado  el  Santo  estampadas  las  plantas  de  mis 
pies  en  las  piedras  en  varias  partes  de  aquella  Región.  En  N.  España  se 
hallan  semejante  testimonio,  como  lo  refiere  Torquemada  en  la  2a.  part.  que 
es  el  Calendario,  y  fiestas  que  tenían  los  mexicanos  en  la  vida  de  Ketzal- 
cohuatl  aquel  hombre  Virgen  que  traia   la  Capa  sembrada  de  Cruces  co 

Huehuetoca     loradas,  de  este  pues  que  caminando  de  Tula  para  Cholula  llamó  Huehue 
toca  á  un  pueblo,  que  hoy  conserva  este  nombre  junto  al  Desagüe,  y  que 
adelante  viniendo  hacia  México,  aunque  entonces  aun  no  estaba  fundado, 
en  otro  pueblo  mui  grande  tiró  unas  piedras  muy  grandes  á  unos  Arboles, 

En  Quautitian  las  quales  quedaron  allí  clavadas,  y  al  lugar  llamaron  Quautit'an,  que  dura 
hasta  hoy,  y  caminando  cerca  del  Pueblo  de  Tlalnepantla,  antes  como  un 
d£gF=         cuarto  de  legua  en  un  Puertezuelo  desviado  del  camino,  estampó  una  ma- 
no en  una  piedra,  que  todos  la  ven,  y  en    memoria  de  este  caso,  se  fundó 

Tiemaco,  e>     allí  un  Pueblecillo,  que  se  llamó   Tlemaco,  que  en   mexicano  quiere  decir 

decir  se  deriva  *  '     *  ^ 

%n/ñcT¡rí'cen>  ^a  P'et^ra  de  'a  mano.    No  dice  Torquemada  porqué  hizo   aquello  Ketzal- 

é  incensario  Rzi.i  j-'i  r  r*  -i  /->  i  11 

Tiemaco         coliuatl:  yo  diré  lo  que  se  me  ofrece.  Se  escribe  que  en  Campeche,  adonde 
Espejos  el  estuvo,  usaban  los  hombres  espejos:  yo  digo  que  esto  enseñaría  el  San- 

to á  los  Sacerdotes,  como  lo  usamos  hoy  en  las  Sacristías  en  la  Nueva  Es- 
paña, los  usaban  de  piedra  bruñida,  á  que  llamaban  Tetzcatl.  Supongo, 
como  se  dice,  que  él,  y  los  suyos  eran  ingeniosos,  que  el  Santo  aviendo 
acabado  alguno  en  aquel  lugar,  lo  daria  alguno  para  que  lo  probase,  y  se 
mirase  en  él,  y  haciéndolo,  le  diría  el  Santo,  porque  quizas  era  viejo,  Hue 
huetoca,  que  dice  en  mexicano,  viejo  estás,  ó  viejo  te  llaman,  y  como 
aquellas  gentescelebraban  las  maravillas  que  obraba,  y  oían  su  doctrina,  en 
memoria  del  beneficio  del  espejo  darían  este  nombre  á  aquel  Lugar.  Lo 
cierto  es,  que  el  Santo  huyendo  de  la  persecución,  que  contra  él  levanta- 
ron los  de  Tula  (i)  por  contrarios  á  lo  nue  el  predicaba,  que  por  la  quen- 
ta  serian,  ó  Gentiles,  ó  Judíos,  y  estas  maravillas  del  Espejo  piedras,  y 
señal  en  la  piedra,  sin  duda  la  pondría  para  prueba,  y  testimonio  de  su 
Templo  de  ia  doctrina.   Se  escribe  en  la  Aparición  de  la   Virgen  de  Guadalupe  en  Mé- 

Madre  de  Dios         .  .  ,, 

en  México  xico,  que  en  aquel  mismo  lugaren  que  año  i  53  1  se  appareciola  Santa  Ima- 

gen, avia  antiguamente  un  Templo  á  una  Diosa  llamada  en  lengua  mexi- 
cana Madre  Dios,  el  qual  parece  mui  verosímil,  que  levantaría  este  Santo 
Varón,  quando  de  Tiemaco  proseguía  su  camino  á  Cholula,  á  donde  escri 
be  que  estaba  muy  despacio,  y  que  allí  lo  tuvieron  por  Santo,  y  levantaron 
después  un  Templo;  muy  diferente  en  hechura,  que  los  de  los  Dioses,  por- 

Aposiilla  mar-         ( ' )  ^e  este  l'-;gar>  y  °t-ro  que  se  escribe  de  Yucatán,  se  colige  que   la  ley  de  Dios  fué  perse- 
ginal  guida,  y  que  su  predicador  se  fué  anunciándoles  quando  vendrian  quien  llevase  adelante  su  doc- 

trina, que  fué  la  venida  de  los  castellanos. 


BIBLIOGRAFÍA  MEXICANA  DEL  SIGLO  XVIII. 

505 

que  este  era  redondo,  el  qual  estaba  en  un  alto  monte  fabricado  á  mano  de 
adoves,  que  aun  hoy  se  ven  las  minas  mui  levantadas. 

34  — Fr.  Joachin  Brulio  en  la  Historia  del  Perú  de  su  religión  de  San-      Señales  del 
Aeustin. — -Lib.  1.  cap.  ;.  refiere,  que  en  la  mar  (le!  Sur  en  un  pueblo  lia-  Thomé  en  Nue- 
mado  Huatulco,  tenían  los  Indios  sus  naturales,  no  solo  por  tradición  an- 
tiquísima de  sus  antepasados,  sino  aun  por  escrito  en  ciertas  pintura 
que  usaban  en  limar  de  letras,  que  una  Cruz  que  allí  adoraban  con  suma 

M  &  '   n  n  Gual 

veneración  auia  sido  dada  por  Santo  Thomé  cuya  Imagen,  y  propio  nom- 
bre tenían  esculpido  en  peña  viva  en  una  roca  para  memoria  de  cosa  tan 
Santa.  Lo  mismo  refiere  el  P.  Fr.  Gregorio  García  Lib.  5.  cap.  5.  en  don- 
de añade  que  esta  Cruz  es  la  misma  que  pretendió  quemar  aquel  insigne 
herege  Francisco  Draque  quando  pasó  el  estrecho  de  Magallanes;  pero  sin 
afecto,  y  con  ejemplo  de  un  portentoso,  y  maravilloso  milagro,  porque  la     ei  hereje  Dra- 

f  que  quizo  que- 

Santa  Cruz  hechada  en  las  llamas,  no  se  quemo,  antes  por  tres  veces  fus-  mariaS:mtai 
tro  la  pérfida  intención  del  herege,  que  otras  tantas  intentó  consumirla  con 
fuego,  cubriéndola  con  pez,  y  alquitrán,  y  finalmente  esta  milagrosa  Cruz 
tras'adó  pasados  años  á  la  Ciudad  de  Oaxaca  un    Prelado  celoso  llamado 
Don  Juan  de  Cervantes,  y  alli  es  venerada  con  gran  multitud  de  milagros. 

35.  —  Fr.  Bartholomé  de  las  Casas  Varón  fidedíssimo  Obispo  de.  Chiapa.     Testimonio  del 

Obispo  de  Chia- 

despues  de  hecha  grave  información  del  caso  affirma  en  una  apología  suia,    pa  en  que  dice 

1  °  1  omo  fueron 

que  consta  por  antiquísima  tradición  de  los  Indios  de  aquellas  partes,  que  h"f"jn0c.'f0ds0m yVte? 

en  tiempos  antiguos  fueron  anunciados  á  sus  Abuelos   los  mysterios  de  la  r'° 

Sma.  Trinidad,  parto  de  la  Virgen  y  de  la   Pasión  de  Christo  por  unos 

hombres   blancos,   barbudos,   vestidos  hasta  los  Artejos.    Esto  lo  refiere  el 

P.  Vasconcelos  en  la  Chrónica  citada,  y  añade,  que  tenían  los  reyes  Ingas     Cmz  que  te- 
man los  1 
en  el  Cuzco  en  uno  de  sus  Palacios  Reales  en   cierto  apossento  llamado 

Guaca  Lugar  sagrado  para  ellos  y  venerado. 

36.— Con  muchos  testimonios,  y  Lugares  se  ha  probado  como  á  los  In-  cYbVprtd¡cóá 
dios  les  fué  predicada.,  y  anunciada  la  ley  de  gracia.  Ahora  veremos  co-  '' 
mo  antes  que  los  Castellanos  la  anunciassen  en  estos  últimos  siglos,  quan- 
do entraron  en  la  América,  la  predicó  un  Indio  en  la  Isla  de  Cuba  á.  7  de 
Julio  de  1494  á  Colon,  y  sus  compañeros.  Dícelo  Herrera  Dec.  i.  Lib.  2. 
f.  71.  Col.  1.  por  estas  palabras  después  de  haber  asistido  á  la  Missa,  que 
Colon  mandó  decir  en  tierra. — Tu  has  venido,  dice,  á  estas  tierras,  que  nun 
ca  antes  viste,  con  gran  poder,  y  has  puesto  gran  temor,  Sabe,  que  según 
lo  que  acá  sentimos,  hay  dos  lugares  en  la  otra  vida  á  donde  van  las  Ani- 
mas: uno  malo  y  lleno  de  tinieblas  guardado  para  los  que  hace  mal:  otro  es 
alegre,  y  bueno  á  donde  se  han  de  aposentar  los  que  aman  la  paz  délas 
gentes,  y  por  tanto,  si  tu  sientes,  que  has  de  morir,  y  que  acada  uno,  se- 
gún lo  que  acá  hiciere  allá  le  ha  de  responder  el  premio  no  harás  mal  á 
quien  no  te  lo  hiciese:  lo  que  aquí  habéis  hecho  es  mui  bueno,  porque  me 
parece  que  es  manera  de  dar  gracias  á  Dios. — Dixo  que  había  estado  en 
la  Española,  en  Jamaica,  y  la   isla  abaxo  de  Cuba,  y  que  el  Sr.  de  aquella 

64 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

506 

parle  andaba  vestido  cuino  Sacerdote.  Allí  dijo  á  Colon  un  marinero,  que 
la  tierra  adentro  entre  muchos  Indios  vio  uno  vestido  de  blanco  hasta  los 
artejos. 

Herrera.  Dec.  1.  Lib  9.  cap.  4.  f.  297.  col.  I.  dicen  tenían  estos  Indios  de 
uSadeN^'V  Cuba  conosciiiiien to,  que  avia  sido  el  Cielo,  y  las  otras  cosas  criadas,  y  de- 
ios  indios  des-    cían  que  por  tres   personas,  que  la  una  vino  por  tal  parte,  y  las  otras  de 

cendian  de  Caín  ir  ^ 

otras.  Tuvieron  gran  noticia  del  Diluvio,  y  que  se  avia  perdido  el  Mundo 
por  mucha  agua.  Decian  los  viejos  de  mas  de  setenta  años,  que  un  Viejo 
sabiendo  que  avia  de  venir  el  Diluvio,  hizo  una  gran  nao,  y  se  metió  en  ella 
con  su  casa,  y  muchos  animales,  y  que  envió  un  cuervo  y  no  volvió,  por 
comer  de  los  cuerpos  muertos,  y  después  envió  una  paloma,  la  qual  traxo 
una  rama  como  bobo;  pero  no  era  hobo,  el  qual  salió  del  Navio,  y  hizo  vi- 
no de  Parras  monteses,  y  se  embriagó,  y  teniendo  dos  hijos  el  uno  se  rió,  y 
dixo  al  otro,  hechemonos  con  él;  pero  que  el  otro  le  riño,  y  cubrió  al  Pa- 
dre, el  qual  después  de  dormido  el  vino,  sabiendo  la  desbergüenza  del  hijo 
le  maldixo,  y  que  al  otro  dio  bendición,  y  que  de  aquel  avian  procedido  los 
Indios  de  estas  tierras,  y  que  por  esto  no  tenían  sayos  ni  Capas;  pero  que 
los  Castellanos  procedían  del  otro,  por  lo  qual  andaban  vestidos. 
Religiosos  qe.       3/-  —  Herr.  Dec.  3  lib.  2  cap.  16  f.  89.  col.  1.  hablando  de  México  dice. 

avia  en  México  ,  _  .      ,       ,  „  .. 

—  El  Monasterio  de  los  hombres  que  estaba  frontero  al  de  las  Doncellas 
había  en  el  mancebos  hasta  de  18  años  á  20  á  los  quales  llamaban  religio- 

Coronas  sos,  traían  en  las  cabezas  coronas  como  frayles,  poco  cabello,  aunque  cre- 

cido hasta  media  oreja,  y  mas  largo  por  el  colodrillo,  hasta  las  espaldas,  á 

Tenian lustres  manera  de  trenza,   donde  le  ataban.   Vivían  en   pobreza,  castidad,  y  obe- 

votos   Religiosos 

diencia:  servían  á  los  Sacerdotes  en  las  cosas  del   Culto:  barrían  los  luga- 
res Sagrados:  traían  leña  para  el  brazero,  que  como  lámpara  de  continua 
ardía  delante  del  Altar  junto  al  ídolo.    Havia  muchachos  que  servían  co- 
Monadios       mo  monacillos.   Todos  tenían  Superior.   Vivían  con  tanta  honestidad,  que 
quando  salían  á  donde  avia  Mugeres  llevaban  los  ojos  en  el  suelo.   Pedian 
Mendingaban    limosna  de  4  en  4  años.   Vivían  en  pobreza,  sin  tener  mas  que  la  limosna: 
Penitencia       hacían  penitencia,  sacándose  sangre  de  los  molledos:  á  f.  66  col.  i  Dec.  2 
Religiosos  á     lib.  7  escribe,  que  en  Cempoala  avia  Religiosos,  que  vestían  á  manera  de 

modo  de  Domí-  f     . 

■neos  Frayles  Dominicos. 

38. —  Herrera  Dec.  3.  lib.  2.  cap.  16  f.  90  col  2  escribe  asi. —  El  hombre 
mo  de  su  dignidad  (habla  del  Supremo  Sacerdote)  era  Papa  ó  Topilzin:  su  ro- 
pa era  una  cortina  colorada  como  Dalmática,  con  fluecaduras  por  orla,  una 
corona  de  plumas  verdes,  y  amarillas,  y  Zarcillos  de  oro  en  las  (cabeza) 
orejas  con  piedras  verdes,  y  debaxo  del  labio  junto  al  medio  de  la  barba 
una  piedra  azul.  Verase  lo  mismo  Dec.  2.  lib.  7.  f.  166  col.  1  como  en  Cem- 
poala tenia  también  este  nombre  Papa  en  su  lengua. 
tt  30.  —  Escribe  Torquemada,  (y  yo  lo  saqué  á  la  letra  en   aquel   manus- 

Muestrase   co-          ov  n  '    \j    j  t. 

nos  celebraban    cripto,  que  dexé  al  Br.  Siiigüenza)  en  la  t)  parte  de  la  Monarquía  India- 
íaPaaoD*"*  de  na,  que  dos  modos  tenían  de  sacrificar   hombres  los  mexicanos:  los  mas 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

507 

eran  hombres  captivos,  de  estos  sacrificaban  muchos  en- sus  festividades, 
y  en  otras  necesidades  otros,  y  eran  muy  pocos:  á  estos  en  especial  los  sa- 
crificaban á  los  Dioses  del  cielo,  que  á  estos  que  se  habían  de  sacrificar 
vestían  los  atavíos  de  aquel  á  quien  le  sacrificaban,  (  1)  y  decían,  que  este 
así  tenia  la  figura,  y  significaba  al  que  estaba  en  el  Ciclo,  é  iban  muy  ale- 
gres, y  contentos  por  las  calles,  y  plazas,  bailando  hasta  el  lugar  del  sa- 
crificio. Este  asentado,  dicen,  que  celebraban  en  México  una  fiesta*  que- 
se  llamaba  del  Gran  Dios,  en  la  cual  sacrificaban  á  un  hombre  subido  en 
una  gran  Cruz  de  palo  al  qual  mataban  flechando,  y  al  segundía  en  otra 
Cruz  mas  baxa  mataban  al  otro  no  flechado,  sino  quebradas  las  piernas 
con  un  palo.  Aquí  claramente  se  vé,  como  representa  este  paso  el  myste- 
rio  del  Calvario  en  la  muerte  de  Christo,  y  del  Buen  Ladrón,  que  son  los 
que  están  en  el  Cielo,  porqe  se  dice  que  el  sacrificado  significa  á  aquel,  á 
quien  eran  crucificado;  pues  muriendo  estos  como  Christo  y  el  mal  Ladrón, 
derechamente  se  ve  como  celebraban  los  mysterios  de  la  Pasión,  y  aquí 
no  parece  el  Mal  Ladrón,  porque  ese  no  está  en  el  Cielo,  no  havia  aquí  pa- 
pel pues  ellos  no  celebraban  á  los  condenados.  Como  no  tenían  Caballos, 
no  moría  herido  con  lanza  al  que  significaba  á  Jesu- Christo. 

Herrera  Dec.  3.  lib.  2.  f.  92.  cap.  17.  col.  1.  dice  que  en  México  for- 
maban un  ídolo  de  figura  de  hombre  formado  de  masa  de  Bledos,  y  otras 
semillas,  al  qual  sacan  en  procession  hasta  Chapultepec,  Tacubaia  y  Co- 
yuacan,  hasta  volverá  México,  saliendo,  dice,  todas  las  dignidades  del  Tem- 
plo por  su  antigüedad  con  mucho  concierto,  vestidas  según  el  ofíicio  de 
cada  una  con  guirnaldas,  y  sartales  de  flores,  y  tras  ellos  iban  los  Dioses 
y  Diosas  que  adoraban,  con  varias  figuras  vestidos  de  la  misma  librea:  po- 
nían al  rededor  los  trozos  de  Maiz,  y  hacían  sobre  ellos  ciertas  ceremonias 
de  canto,  y  baile,  con  lo  qual  quedaban  benditos  por  carne  de  aquel  Dios: 
acabada  la  fiesta  los  Sacerdotes  tomaban  el  ídolo  y  los  trozos,  y  como  pan 
bendito  á  manera  de  comunión,  lo  repartían,  y  daban  al  pueblo  chicos,  y 
grandes,  hombres  y  Mugeres  que  lo  recibían  con  gran  reverencia,  temor, 
y  lágrimas,  diciendo  que  comian  la  carne  de  Dios,  y  llevaban  de  ella  á  los 
enfermos,  y  tenian  por  gran  pecado  comer,  ó  beber  agua,  ni  otra  cosa,  has- 
ta passado  medio  día,  y  escondían  el  agua  á  los  niños,  y  avisaban  á  todos 
que  se  guardasen  de  la  ira  de  Dios.  Acabado  esto  un  Viejo  de  mucha  au- 
toridad se  subía  en  alto,  y  predicaba  su  lei,  y  ceremonias:  á  esta  fiesta  lla- 
maban ypaina  uitzilipuztli.  \ 

40. — Herrera  Dec.  3.  lib.  4  cap.   15.  f   170.  col.    i,  dice  quando  sucedía     Loque  piece- 
el  Rey  en  el  reino  llevábanle  al  templo:  iba  acompañándole  mucha  gente 
con  gran  silencio  y  lo  subían  de  los  brazos  por  las  gradas  dos  Principales, 
y  el  Ministro  maior  le  daba,  y  ponia  las  insignias  reales,  y  le  saludaba  con 

(1)  Herrera  Dec.  3.  lib.  2  cap.  15.  fs.  87  col.  2.  dice-  -  También  hadan  Dioses  de  hombí 
vos,  y  antes  ile  sacrificarles  á  sus  ídolos  poníanles  el  nombre  del  misino  ídolo. — No  dice  lo  de      Apostilla 
este  sacrificio,  por  <¡e.  el  no  tuvo  la  noticia  del  Calendario  como   [orquem 


bibliografía  mexicana  del  siglo  XVIII. 

508 

palabras£breves,  y  le  cubría  con  dos  mantas  de  algodón,  una  negra  y  otra 
azul,  pintadas  en  ellas  muchas  cabezas,  y  huezos  de  muertos,  para  que  se 
acordase  que  avia  de  morir  como  los  demás,  y  luego  volvia  el  Ministro  á 
hacerle  una  larga  plática,  acordándole  el  servicio  de  los  Dioses,  lajusticia, 
la  clemencia,  el  cuidado  del  reino  y  defensa  de  sus  vasallos.  Respondía 
otorgándole  todo,  dándole  las  gracias  por  tales  consejo-:  vajábase  al  patio, 
en  donde  recibía  obediencia  de  toda  la  nobleza,  y  en  señal  le  presentaban 
J  oías,  y  mantas  ricas  y  le  acompañaban  á  un  aposento  que  estaba  en  el  mes- 
mo  Pattio:  de  allí  no  salía  en  quatro  días,  ayunando  estaba  allí,  y  dando 
gracias  á  los  Dioses  yendo  al  templo  á  horas  señaladas.  Pasado  esto  le  lle- 
vaban á  su  palacio  con  gran  regocijo,  á  donde  era  obedecido,  y  temido, 
que  apenas  había  quien  le  mirase  á  la  Cara,  sino  cuando  salía  con  algunos 
privados  en  secreto. 

41. — Herrera  Dec.  4.  lib.  1.  cap.  11.  f.  24.  col.  i,  describiendo  las  cosas 

del  Oro  tu  • 

Dilu-  de  la  Provincia  del  oro  dice.  —  La  noticia  que  tenían  de  Dios  era  que quan- 

vio,  de  la  V  -i  t  -i 

do  sucedió  el  Diluvio  se  escapó  un  hombre  en  una  canoa,  con  su  muger, 
é  hijos,  y  que  de  ellos  se  había  multiplicado  el  mundo,  y  que  en  el  cielo 
avia  un  señor,  que  hacia  llover,  y  era  causa  de  los  demás  movimientos  ce- 
lestiales; que  avia  en  el  cielo  también  una  muger  muy  linda  con  un  niño 
Jesús,  ni  del  origen  de  ellos  mismos  tenían  noticia.  . 
Rastros qe. ha-       42. — Herrera   Dec.  3.  lib.  4.    cap.  7.  f.   174.  col.  r.1,    dice   (hablando  de 

liaron  en  Nicara-         ^  J  ~r.tr/  , 

Nicaragua  en  la  mar  del  Sur  (no  se  casan  los  Sacerdotes  sino  los  que  oyen 
pecados  ágenos,  y  dan  penitencia,  según  la  culpa,  y  no  revelaban  la  culpa, 
so  pena  del  castigo;  y  á  fs.  216  col.  2.  cap.   12  hablando  de  la  misma  gen- 
te dice.  —  Confesaban  al  Papa  las  cosas  quetenian  por  pecado,  con  que  les 
parecía  que  quedaban  libres,  y  en  la  Dec.  3.  cap.    12  hablando  de  la  mis- 
Bezo,  ma  gente  dice  f.  122  — Las  Mugeres  vestían  al  uso  Místico,  (es  en  N.  Es- 
Casoraro         pana;  todos  traían  zarcillos  en  las  orejas,  y  anillos  de  oro  en  los  dedos,  ve- 
Loquesigue     zotes  de  oro,  y  cristal  en  el  labio  bajo.  Hasta  aquí  el  Autor.   Nótese,  que 
también  los  Sacerdotes  Mexicanos  y  Campechanos  usaban   zarcillos,  y  la» 

ancí  Rz 

Dec.  5.  lib.  7.  cap.  9.  f.  213.  col.  i,  hablando  de  las  liberalidades  de  D.  Die- 
go de  Almagro  dice  un  juan  de  Lepe,  pidió  á  D.  Diego  un  anillo  de  una 
carga  de  ellos,  que  allí  estaba,  y  promptamente  le  respondió,  que  tomase 
cuantos  cupiesen  en  sus  dos  manos.  Esto  dice  este  Autor,  y  sacamos  de 
esto,  que  denota  tener  comunicación  los  Peruanos  con  los  de  N.  España: 
así  por  esto  y  otros  usos,  y  el  maíz,  y  molerlo  de  la  misma  manera  en  Qui- 
to. Adviértese,  que  aquellos  anillos  era  despojo  de  guerra,  al  modo  de  la 
batalla  de  Canas,  que  tuvieron  los  romanos,  donde  entre  los  despojos  de 
los  vencidos  se  hallaron  muchos  anillos,  que  los  median  con  medidas. 
L.,s  indios  del       43- — Herrera  Dec.  5.  lib.  4  Cap.  5.  f.  115.  col.  2.  dice:  Tenían  en  el  Perú, 

imbien  ,         ■  ,  ,  ■  ,.  . 

usaban  la  confe-  que  todas  las  cosas  adversas  venían  por  pecados,  y  el  remedio  era  usar  de 

Sacrificios:  usaban  confesarse  vocalmente,  y  abia  confesores,  y   daban   sus 

a"  penitencias,  y  pecados  reservados  al  mayor,  y  también  confesaban  muge- 


bibliografía  mexicana  del  siglo  xvnt 

509 

res,  y  en  algunas  Provincias  tenían  opinión,  que  era  gran  pecado  callar  al- 
gún pecado  en  la  confesión,  y  en  este  convenían  con  los  de  N.  España,  Yu- 
catán y  Honduras. 

44. — Herrera.  Dea  4.  Lib.  9.  cap.  7.  f.   234.  col.    1. — Hablando  de  los     conmemora- 

^  cion  de  los  difun- 

Mixis  junto  á  la  ciudad  de  Oaxaca  en  N.  España  dise  asi.    Es  la  gente  de  t .. 
buena  estatura,  con  barbas  largas  cosa  rara  en  las  Indias,  y  su  lengua,  < 
hablando,  muy  gruesso  á  manera  de  Alemanes:  cada  año  hacian   aquella 
memoria  á  los  difuntos,  poniéndoles  comida  por  ofrenda  sobre  las  sepultu- 
ras por  el  mes  de  Noviembre  dos  días  antes,  ó  después  que  nosotros  cele- 
bramos la  memoria  de  los  difuntos.  Asta  aqui  el  Autor,  (i) 

45.  —  Herrera.  Dea  4.  Lib.  10.  Cap.  2.  f.  261.  col.  1.   dice.    Chichemiza,     Rastrosquese 

hallaron    en   Yu- 

(es  Yucatán)  es  un  assiento  diez  leguas  de  Yzamal,  á  donde  los  antiguos  catan 
dicen,  que  hubo  tres  Señores  hermanos,  los  quales  llegaron  allí  de  la  par-     Que  de  México 

fueron  allí  ¿  pre- 

te  del  poniente  edificaron  grandes  templos,  y  muí  galanos,  y  rigieron  al    dicadores 

_  ,.     .  r  ...  .  Uno  de  ellos 

gunos  anos  en  paz,  y  justicia:  afirman  que  vivían  sm  mugeres  honestamen-  qe.  seda  el  Mtro. 

.  /  •       1    •  r  se  lué  a  predicar 

te,  y  que  con  el  tiempo  falto  el  uno,  y  con  su  ausencia  hizo  tanta  taita,  que  &  otra  pane 
los  Discípulos  comenzaron  á  ser  deshonestos,  y  parciales;  y  de  tal  mane- 
ra ¡os  aborrecieron,  y  los  mataron,  y  se  despoblaron,  y  dejaron  los  edificios,  ^onestós'á  ?os" 

•     ,  ,  i  ,  j-i  ji  T  11  '      dos  discípulos, 

especialmente  el  mas  honroso  diez  leguas  del  mar.   Eos  que  poblaron  a  derrivan  ios  tem- 
plos y  apostatá- 

Chicheniza,  se  llamaron  los  Yzaes:  con  estos  hay  opinión  que  reinó   un  ron 

gran  Señor  dicho  Cuculcan,  y  todos  conforman  en  que  este  entró  por  la  decirqe.de  Mé- 
xico fué  fCetzal- 

parte  del  Poniente,  y  la  diferencia  es  si  entró  antes,  ó  después  de  los  Yzaes,  cohuati  á  Vuca- 
ó  con  ellos    Finalmente  el  nombre  del  edificio  de   Chicheniza,   y  el  suceso     Muéstrase  qe. 

Ketzálcohuatl 


Cam- 
peche y  el  nom- 


en  las  costas  de  la  tierra,  después  de  la  muerte  de  los  dos,  que  diximos, 
muestra  haber  Cuculcan  regido  estas  tierras  juntamente  con  ellos:  fué  hom-  Srei 
bre  de  buena  disposición:  no  le  conocieron  Muger,  ni  hijos,  fué  gran  repú- 
blico, y  por  esto  tenido  por  Dios:  eligieron  assiento  ocho  leguas  mas  aden- 
tro, donde  ahora  está  la  ciudad  de  Marida,  y  quince  de  la  mar:  allí  hicieron 
un  cerco  de  medio  quarto  de  legua  de  una  pared  en  piedra  seca,  con  dos 
puertas:  hicieron  sus  templos,  y  el  maior  llamaron  Cuculcan,  y  edificaron     Levantantem- 

1  J  píos   y   reparten 

allí  cerca  las  casas  de  los  Señores,  entre  los  quales  reparte  Cuculcan  las    '^"s"* á s"s 
tierras:  á  la  ciudad  llamó  Mayapan,  qe.  suena  labandera  déla  Maya,  porque      Ciudad  de 

3     r        '  M  J        r       n  Mayapan  funda- 

Maya  dice  lengua:  con  esto  se  sosegó  la  tierra,  y  vivieron  en  mucha  paz  «japoi Ketzaico- 

algunos  años  hasta  que,  disponiendo  Cululcan  su  partida,  encomendando 

15  M       »  f  r  ^  Ketzalcohual 

les  el  buen  gobierno,  en  que  los  dejaba  se  volbió  á  México  por  el  camino  d«i>« 
á  donde  habia  ido  allí,  y  algún  tiempo  se  estuvo  en  Campoton,  á  donde  ¿^x 

I  spaña 

por  memoria  fundó  un  templo  dentro  de  la  mar,  que  hoy  se  ve.  gestos 

Considerando  los  Señores  de  Yucatán,  después  de  ido  su  Maestro,  que    diferentemente 

•  •  i-  1U"  ^11 

no  se  podría  crovernar,  si  no  gobernaba  uno,  dieron  el  gobierno  a  uno  del   nv  9  se  escribe 

linaje  de  los  Cocomes,  que  tenia  22  pueblos,  y  por  qe.  no  cabían  en  aquel   ^i  " 

(1)  Aqueste  rito,  esta  conmemoración  es  mui  ]  ue  usamos  los  católicos,  como     rr¡ 

bien  el  del  Baptismo,  Conflession,  5  los  demás  que  usaban  en  Campeche;  que  es  por  esta  Cordi-      Nota  ingerida 
llera,   <[uc  denota  el  que  llegó  irtes  quien  les  predicó  la  ley  de  gracia  totalmente  olvi- 

dada de  ellos  al  cavo  de  tantos  años     ['  n  los  Castellar) 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII 

510 

Veesequeiuc  cercado  poblaron  á  fuera:  recibían  los  tributos,  y  los  daban  á  los   Señores, 

go  Ketzalco- 

huati,  se  salió  de  queera  maiz.  sal,  miel  y  pescado,  con  lo  cual  sustentaba  á  los  Cielos,  que 

Yucatán  preva-      *  J     r  o       »   i 

c¡Curios  casando*  Para  es0  juntaban.   Tenían  para  el  culto  Sacerdotes:  y  uno  era  superior  á 
tes  quien  sucedían  los  Hijos:  estaban  en  él  las  llaves  de  su  religión:  aconseja- 
ba á  los  Señores:  respondía  á  sus  preguntas:  proveía  de  Sacerdotes  á  todos 
Tenían  cs.-uc-  los  pueblos,  que  se  ocupaban  en  enseñar  sus  Ciencias,  y  escribía  libros  de 
ñ  aban  las  cosas  ellas    Viviendo  los  Cocomes  en  este  consierto  de  la  parte  del   medio  dia 

de  la  reli . 

Gentes  qe  e„-  de  las  faldas  de  las  Sierra  de   Lacandon,  entraron  grandes  compañías  de 

traron  en   Yuca- 
tan,  y  edificaron  gente,  que  teman  por  cierto  eran  de  Chapa,  y  anduvieron  cuarenta  años 

templos,  los  qua-   °  '  ^  r  f    >  J 

'",7"  por  los  despoblados  de  Yucatán,   v  al  cabo  aportaron  á  las  Sierras  que 

anos  por  un  De-    r  ir  »     j  r  t. 

caen  algo  enfrente  de  la  Ciudad  de  Mayapan,  diez   leguas  de  allí,  allí  po 
blaron,    y  edificaron  buenos  edificios,  al  cabo  de  algunos  años  los  de  Ma- 
yacapan  los  convidaron  para  que  hiciesen  morada  á  los  Señores  en  el  asien  - 
Totoxinespa-  to  ^e  'a  ciudad  de  Totoxius,  que  assi  llamaban  los  extrangeros,  por  esto 

labra  mexicana  -    ,        ,—  .        ,       ,  ,  •  ¡~  ....  .      . 

se  pasaron  a  la  Ciudad   y    edificaron,  y  multiplicaron,  y  vivieron  sugetos 

á  las  leyes,  y  costumbres  de  Mayacapan. 
CocomeTes íen-       4^ — Viviendo,  dice  allí,  en  paz,  entró  la  codicia  en  el  gobierno  de  la  pa- 
ydfce'en'pturai  cífica  Ciudad  del  Hnage  délos  Cocomes,  y  comunicándose  con  el  goberna- 

Culebras,  así  co-  ii->  1      **/     •  /  t-  ,,.        ,  .  ,  „  , 

mo en singu  ar   dor,  que  los  Reyes  de  México  teman  en  lavasco,  y  Xicalanco,  metió  en  Ma- 

Coatl,  y  el  decir 

ero 


y  llamarse  Coco-  yapan  gente  de  guerra,  y  tiranizó  la  tiena,  y  dio  en  hacer  esclavos,  p 

mee     9   iid  pnrln      J        T  O  O  '     J  <     J  >     f 


aludiendo 


Queuakohu'ari,  el  Señor  de  Totixius,  no  lo  consintió  entre  los  suios,  con  que  se  ganó  el 

es  como  decir  de  1       1        ,  •  1  •  r        j       1  •  /  r 

Domingo  Domi-  amor  de  la  tierra,  y  con  la  comunicación  de  los  mexicanos  entro  mas  gen- 


nicos 


te  en  Mayapan,  y  no  lo  consintiendo  se  juntaron  con  el  Señor  de  los  To- 
tixius, y  subiendo  á  la  casa  del  Sr.  Cocón,  le  mataron,  y  desampararon  la 
ai  cab  de  500  ciudad,  deseaudo  cada  Sr.  vivir  en  libertad.    Al  cabo  de  500  años,  que  se 
adaSen" Yucatán"  fundó,  y  aira  que  se  despobló  según  la  cuenta  de  los  Indios,  hasta  que  lle- 

aquella   Religión  f 

que aiii fundó    garon  los  castellanos  a  Yucatán  setenta  años  cada  Señor,   procuró  llevar 

Ketzalcohuatl        °  r 

Estosería  año  los  más  libros  de  sus  ciencias  á  donde  hicieron  templos,  y  esta  es  la  prin- 
cipal causa  de  los  que  ay  en  Yucatán. 

47.  —  Prosigue  diciendo  de  aqui,  siguiendo  á  Ahxiú,  Señor  de  los  Toto- 
xius poblaron  en  Maní,  que  quiere  decir,  ya  passó,  como  si  dixessemos  ya 
passó  hagamos  Libro  nuevo,  y  hoy  se  llama  esta  tierra  Tutuxin. 

Vuelve  de  las     48.  —  El  Cocom  (alli  mismo)  que  se  hallaba  en  la  tierra  de  Ukía  (México) 

partes  de  N.  Es- 
pana  otro  discí-  sabida  la  muerte  del  padre,  fue  allá,  y  juntando  los  parientes  fundó  un  buen 

pulo  de  la   Reli-  r  '  J    J  r 

§cohulti \Kiíeva"  pueblo  con  templos  á  sus  Dioses,  y  le  llamó  Tibulon,  que  quiere  decir  Ju- 

gfon^e'xtinguida  gados  hemos  sido,  tiempos  quedan  para  desquitarnos.   Cundieron  mucho, 

cisma  qe  hu-  y  procrearon  muchas  familias,  que  se  llamaron   Coconies.  (46.   Prosigue.) 

lamismaqueá    Otro  yerno  de  un  sabio  y  honrado  sacerdote  pobló  Terrohó.  Pobla<1as  es- 

n?45  dice  de 

aquellos  dos  dis-  tas  gentes  comenzaron  atener  diversas  opiniones  en  materia  de  Religión,  y 

cípulos,   que    co-  »  r  o  y 

pardales"  "'  *"  ^on  Juan   Cocom   Cliristiauo  ya,  y  descendiente  de  los  Cocomes  mostró 
com mostró cum-  un  Libro,  que  le  dexó  su  Abuelo,  á  donde  estaba  pintado  un  Venado,  re- 

plida  la  profesia  , 

finendo,  que  dexo  dicho,  que  quando  en  aquella  tierra  entrasen  de  aque- 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

511 

líos  Venados  grandes,  que  eran  las  Vacas;  se  mudaría  el  culto  de  sus  Dio- 
ses lo  qual  aira  visto  cumplido  en  la  entrada  de  los  Castellanos. 

49.  —  Herrera.  Dec.  4.  Lib.   10:  esciibe  las  Mujeres  horadaban  ternillas    E"  Vl":atan '« 

J  mujeres  se  pinta- 


Calen - 


cilios  en  las  orejas:  labrábanse  el  cuerpo  de  la  cinta  arriba   También  usa-  ' '  x'r,^( 

han  del  Calendario  para  la  quenta  de  los  años.   Hasta  aqui  este  Autor.—  loYmexfcanos'tt 

Aquí  en  Vizallas  en  Filipinas,  se  labraban  también  los  Indios  el  cuerpo  con  calendario, tiene 

por  cosa  cierta  el 

Abujas,  y  allí  ponían  tinta,  y  por  eso  se  llamo  Pintados;  y  el  ponerse  aque    BfuéBee1CAra  qi!e 
lia  piedra  en  las  narices  es  lo  mismo  que  en  Véngala,  y  otras  partes  de  la  ^omo'be^cribe0 

I,.  ^         tíh     •  i  •      i  '  mi  /'-t-i  en  el  libro  citado 

unía  usan  las  Mujeres;  pero  la  piedra  esta  en  un  anulo,  y  en  Cabite  lo  usan     deN?Srade 

Guadalupe 

las  Moras  Mugeres  de  los  Lazcares,  que  también  son  Moros,  que  traen  ani- 
llos en  las  Narices.  Me  he  alargado  mucho  en  las  cosas  de  Yucatán,  por 
ser  á  donde  más  rastros' se  han  hallado,  que  no  se  pueden  ni  fuera  justo 
dexarlas. 

50. — Porque  algunos  han  escrito,  que  en  la  América,  no  se  halló  hierro,     En  u  América 

j       1       •  '111  -ii  11  1  avia  minas  de 

y  todos  Jo  niegan  a  boca  llena,  con  que  sin  duda  que  aquellas  grandes  pie-  "¡erro 

dras,  templos,  etc.  lo  debieron  de  labrar  los  antiguos  con  las  uñas?  Pues 
sepasse  que  Herrera  Dec.  4.  lib.  9.  cap.  5.  f.  230.  escribe,  que  en  las  mi- 
nas de  Taxco  aira  unas  de  hierro,  y  en  Tagimaroa  en  Michoacan,  y  en 
Mestitlan,  y  estas  se  beneficiaban.  En  el  Brasil  escribe  el  P.  Vasconcelos, 
que  lo  ay  y  también  se  hallaron  cerca  de  Quito. 
51.  —  Herrera  historia  general  de  las  Indias  Dec.  4.  lib.  8.  cap.  4   f.  197.      Historia  de 

Cealcokin  ó  Cor- 

col    i.  hablando  de  las  cosas  de  Honduras,  adonde  está  la  ciudad  de  Gra    quin 
cias  á  Dios,  escí  ibe  asi. — No  se  ha  podido  hallar  mayor  antigüedad  en  esta 
Provincia  de  Cerquin,  sino  que  decían  los  viejos  que  aria  doscientos  años 
que  avia  llegado  á  ella  una  Sra.  que  llaman   Comizahuatl,  que  suena  Ty-     Comizahuati 
gre,  que  vuela  porque  era  muy  sabia,  y  estos  Indios  tienen  en  grande  es- 
tima al  Tigre,  y  asi  la  applicaron  este  nombre:  decian  que  era  blanca,  co 
mo  Castellana,  y  sabía  el  arte  magia,  y  que  hizo  su  asiento  en  Cealkokin 
la  tierra  más  fértil  de  la  Provincia,  á  donde  estaban  las  piedras  y  caras  de 
leones,  á  donde  idolatraban  y  la  piedra  grande  de  tres  puntas,  que  en  ca- 
da una  ay  tres  rostros  disformes,  y  dicen  algunos  que  aquella  Sra.  las  llevó 
allí  por  el  aire,  y  que  en  virtud  de  la  piedra  vencía  las  batallas.  Y  estendió     Piedra  trina 
su  Imperio,  y  que  hubo  tres  hijos  sin  ser  casada,  aunque  otros  dicen,  qe. 
eran  sus  hermanos,  y  que  no  conoció  varón,   y   que  viéndose  vieja  les  re-      Mujer  que  sin 

!      \  :ir.'H 

partió  las  ti e  1  ras;  y  dio  buenos  consejos  pata  el  buen  tratamiento  de  sus  va     p»"0.  illien  5e- 

sallos,  y  que  vianda  sacar  su  cama  de  casa,  y  vino  un  relámpago  con  true- 
nos, y  vieron  un  lucidísimo  pájaro  volando,  que  poique  nunca  mas  pareció 
la  Seno/ a,  creyeron  que  era  el  Páxaro,  y  se  iba  al  Ciclo.   Y  desde  entonces     Creianqe.ia 

Sr.i  se  luc  al  cielo 

hasta  que  llegaron  los  españoles  solemnizaban  aquel  dia  con  gran  fiesta,      celebraban 

*  &  "  "1  O  ,    aque[1a 

Luego  repartieron  estos  tres  heimain  s  la  tierra  de  Cerquin,  y  governaron  V|r?e" "da añ" 
esta  Provincia  en  política,  y  buenas  costumbres,  y  fué  la  gente  valiente,  y 
guerrera,  v  como  la  Comizahuatl  era   Mágica,  hacia  muchos  encantos,  y 


C/5 

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c 

s. 

p 

4: 

o 

o 

c£ 

=  Z 

ti. 

ri. 

ti. 

BIBLIOGRAFÍA  mexicana  del  SIGLO  XVlll. 

512 

asi  dio  á  entender  á  la  gente  lo  que  queria  de  Religión  y  supersticiones. 

Entre  los  demás  ídolos,  que  adoraban,  avia  uno  que  llamaban  el  gran  Pa- 

Gran  Padre  y    dre,  v  otro  á  quien   decían  la  erran  Madre,  y  á  estos  pedían  salud.  Otros 

[adre  '   J  M  5  -  '   3  V 

que  daban  salud  Dioses  avia,  á  unos  pedían  hacienda,  remedio  en  sus  pobrezas,  y  que  los 
sacase  de  una  necesidad,  diesen  de  comer,  y  criasen  sus  hijos,  sus  semen- 
teras y  ayudasen  en  sus  granjerias,  y  muchos  años  en  los  Viejos  duraron 
estas  supersticiones.   Hasta  aquí  este  autor. — Nota. 

52.  —  Para  cuya  inteligencia  es  de  saber,  que  esta  Provincia  no  dista  mu 

cho  de  Yucatán  por  la  parte  que  confina  con  Honduras,  en  la  parte  que 

mira  á  la  mar  del  norte.    Salen  al  mar  dos  Rios  Uhía,  y  Lempa,  y  Tuluó  se 

Trinitas    supone,  como  se  ha  dicho  en  las  cosas  de  Yucatán,  y  quando  de  la 

„•     partede  México  fueron  alláantiguamente  aquellos  tres  maestros  que 

_•       Jí     enseñaron  las  cosas  de  Religión,  y   levantaron  templos,  y   Cruces, 

que  se  escribe,  faltó  uno  de  ellos  (y  se  escribe  á  n?  45  )  el  qual  sin 

duda  pasó  á  esta  Provincia  predicando  la  ley  de  gracia,  pues  aquí, 

}■  en  Honduras,  Nicaragua,  Guatemala,  y  Oaxaca,  y  notorias,  que 

...     la  una  es  la  Santa  Cruz  de  Guatulco;  y  así  para  mayor  inteligencia 

-   C'  I     y  comprobación  de  lo  que  luego  diré,  es  de  saber  lo  que  dice  este 

J^¿  _=     autor  en  la 

53. —  Dec.  5.  lib.  4,  cap.  5.  f.   116.  col.  i  hablando  de  la  Religión  de  los 
Indios  del  Perú  dice  así.  —Y  es  de  notar,  que  las  tres        Estatuas  del  sol,  qe.  re- 

,,,,,,  A  rri.     ^1  T--      presentaban  el Mysterio de 

estatuas  del   sol  se  llamaban    Apon    11,   Lhueym   li,         .        ^  .  .,   ,       ^. 

la  Sma.    Trinidad. — Dice 

Intocuao  Ti,  que  quiere  decir:  Padre  y  Señor  el  Sol,  Hermano  del  sol,  aviendo 
el  Hijo  Sol,  y  el  Hermano  Sol — Y  en  Churquisaca  nombrado  primero  Padre, 
usaban  á  adorará  Tanga  Tanga  un  ídolo  que  decían    ¿Hijo,  y  no  dice  de  cual  de 

todos  es  hermano,  con  qe. 

que  uno  era  tres,  y  tres  era  uno.  en  ¡gua]  gradoestá  esta3? 

54.  — No  es  para  omitir,  y  dejar  en  silencio  lo  que   personaconla  1?  qe.  con  la 

de  los  Peruanos  cuenta  Herrera  Dec.  5.  lib.  3.  cap.  6.  2-  conque  esta  3?  significa 

_,  ,.  ,  .  T      ,.  el    Espíritu  .san!...  y  otras 

f.  77.  col.  i.  Cuentan,  dice,  también  los  Indios,  se^un  , 

''  °  la  Sma    [  nnidad,  qe  como 

lo  tienen  por  tradición  de  sus  Antepasados,  y  pare-    no  tenían  letras  se  los  espli- 

ce  por  sus  cantares,  que  en  su  antigüedad  estuvieron  có  así  el  Santo  Apóstol, 
mucho  tiempo  sin  ver  el  sol,  y  que  por  los  grandes  votos,  y  plegarias,  que 
hacian  á  sus  Dioses  salió  el  Sol  de  la  Laguna  Titiaca,  y  de  la  Isla  que  es- 
ta en  ella,  que  es  en  el  Callao,  y  que  apareció  luego  por  la  parte  de  medio 
día  un  hombre  blanco  de  gran  cuerpo,  y  de  veneranda  presencia,  que  era 
tan  poderoso  que  baxaba  las  sierras,  crecía  los  Valles,  y  sacaba  futntes  de 
las  piedras,  al  qual  por  su  gran  poder  llamaban  principio  de  todas  las  co- 
sas criadas,  y  padre  del  Sol,  porque  dio  el  ser  á  los  hombres,  y  animales, 
y  que  por  ser  mano  les  vino  notable  beneficio,  y  que  obrando  estas  mara- 
villas fué  de  largo  hacia  el  Norte,  y  de  camine  iba  dando  orden  de  vivir 
á  las  Gentes  hablando  con  mucho  amor,  amonestando  que  fuesen  buenos, 
Combr"bníaT  Y  ss  amasen  unos  á  otros,  al  qual  hasta  los  últimos  tiempos  de  los  Ingas 
llamaron  Ticeviracochoa,  y  en  el  Callao  Titapaca,  y  en  otras  partes  Arna- 


Creacion  de  los 
astros 


Ra  tro 
de  haber  estado 
I  homé  en 
el  Perú 


Sto.  en  el   2erú 


bibliografía  mexicana  del  siglo  XVUl. 

513 

na,  que  le  hicieron  muchos  Templos,  y  cultos  en  ellos  á  su  semejanza,   á      ^empíos3™" 

.  .  .  -  estatuas  y  hasta 

los  quales  sacrificaban.  ios  últimos  ingas 

lo  veneraron 

55.  —  Dicen  mas,  que  pasados  algunos  tiempos  según  dijeron  sus  mayo-      Pruébase  que 

dos  veces  avian 

res,  que  apareció  otro  hombre  semejante  al  referido  que  sanaba  á  los  en-  entrado  predica- 

'    n  V  J  M  dores  en  el  Perú 

ferinos,  daba  vista  á  los  Ciegos,  y  que  en  la  Provincia  de  las  cañas,  que- 
riendo locamente  apedrearle  le  vieron  hincado  de  rodillas,  alzadas  las 
manos  al  Cielo  invocando  el  divino  favor,  y  que  apareció  un  fuego  del  cié     Maravilla  obra- 

'    J    M  r  fe  da  en  el  Perú 

lo,  que  les  espantó  tanto,  que  con  grandes  gritos,  y  clamores  le  pedían,  que 
les  librase  de  aquel  peligro,  pues  les  venia  aquel  castigo,  por  lo  que  habían 
cometido,  y  que  luego  cesó  el  fuego,  quedando  abrasadas  las  piedras,  y 
que  hoy  día  se  ven  quemadas,  y  tan  livianas,  que  aunque  grandes  se  le- 
vantan como  corcho,  y  dicen  que  desde  alli  se  fué  al  mar  y  entrando  en  él 

sobre  su  manto  tendido,  nunca  mas  pareció;  por  lo  cual  le  llamaron  Viraco-  Algunos  han  di- 
cho que  Apóstol 

cha,  quiere  decir  Espuma  de  la  mar,  nombre  que  después  mudó  significa-  predicó  en  el  pe- 

'     *  r  *  r  °  rú,   y  Calancha 

cion,  y  que  luego  le  hicieron  un  templo  en  el  Pueblo  de  Cacha,  y  algunos  ^"a^aiuá'un 
Castellanos  por  solo  su  discurso  han  dicho,  que  este  debia  de  ser  algún  cStoPThomé.e 
Apóstol;  pero  los  mas  cuerdos  lo  tienen  por  vanidad,  porqué  en  todos  es 
tos  templos  se  sacrificaba  al  Demonio,  y  hasta  que  los  Castellanos  entra- 
ron en  el  Perú,  no  fué  oído  ni  predicado  el  Santo  Evangelio,  ni  vista  la 
señal  de  la  Sma.  Cruz.  Hasta  aquí  nuestro  Autor,  al  qual  quiero  hacer  es- 
ta pregunta.  Señor  Chronista  Antonio  de  Herrera,  Chronista  insigne,  y 
y  en  todo  grande,  y  con  gran  crédito  y  fama:  Dígame  Ud.  si  este  no  fué 
Apóstol  ó  discípulo  suyo,  quien  sería?  Y  dígame  mas  Ud.  quien  sería 
aquel  que  en  la  Dec.  5  lib.  4  cap.  . .  .  f .  114  col.  1  les  enseñó  la  creencia 
de  aquel  Dios  verdadero  &?  (Véase  á  n?  28)  y  el  mysterio  de  la  Sma.  Tri- 
nidad que  nos  cuenta?  Claro  está  que  no  dirá  que  el  Demonio,  que  ese 
fuera  mayor  disparate,  que  el  que  escribe  Ud.  cuando  dice  que  los  mexi- 
canos hacían  Dioses  de  hombres  (Véase  la  nota  de  n?  39  al  margen).  Cla- 
ro está  que  algún  hombre  seria  y  no  el  Demonio,  porque  este  no  enseña 
el  conocimiento,  creencia  de  Dios,  ni  darle  reverencia  antes  lo  contrario. 
Luego  lo  mas  cierto  es  que  fué  Apóstol,  y  el  decir  que  aquellos  Templos 
se  sacrificaba,  no  prueba  contra  esto,  porque  escribe  Ud.  que  el  Demonio 
llaman  en  el  Perú  Sapo,  y  no  nos  escribe  que  aya  Templo  de  esta  advo- 
cación,, y  bien  se  compadece,  con  que  el  que  se  dedicó  Templo  del  Dios 
verdadero  lo  fuese  de  Baal,  después  que  por  haber  ellos  faltado  de  aque- 
lla primera  enseñanza,  no  es  argumento  para  negarla  totalmente,  ni  con  to- 
dos cuantos  sacrificios  nos  cuenta  Ud.  no  nos  dice  uno  que  hiciesen  dere- 
chamente á  Zapo. 

56.  —  Quiero  describir  aquí  una  historia  pintada  por  figuras  al  modo  de  Comienza  la  his- 

m  toria  pintada. 

los  Indios  la  qual  tuve  en  México  mas  de  14  años,  sin  entenderla  del  to-      i.a  interpreta- 
do,  hasta  que  llegué  á  leerlo  aquí  copiado,  de  Herrera  de  Cealcoquin,   la  enteramente  ima- 

^  °  ^  l  ginaria,  como  lo 

qual  año  de  1680,  cuando  me  volvi  a  Philipinas  dexé  al  Br.  Dn  Carlos  de  io"  las¿r'7l 
Sigüenza  y  Góngora  Catedrático  de  Matemáticas,  juntamente  con  un  cua- 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

5 '4 

cierno  manuscripto  de  más  52  fs.  de  noticias  de  aver  predicado  en  N.  Es- 
paña Santo  Trióme  Aposto':  otaba  la  historia  en  manta  de  algodón  doble 
de  quatro  brazas  de  largo,  y  tres  de  ancho  de  mui  buena  pintura  al  tem- 
ple con  muy  perfectas  pinturas,  y  descripciones  en  lengua  castellana;  pe- 
ro el  lenguaje  nadie  lo  entendió  en  México.  Pondré  números  para  la  ma- 
yor inteligencia. 
Descríbesela  57  —  j.  Tenia  á  la  paite  Oriental  un  Sol,  y  también  al  Poniente,  y  le 
treros.  Estaba  la  tierra  biarriamada,  con  Montes,  cerros,  Ríos,  Casas,  Igle- 
sias y  Caminos,  con  Arboles  de  peras,  Duraznos  y  Rosales,  para  demostrar 
que  es  tierra  templada,  y  una  semejanza  del  paraíso  terrenal. 

58.  —  2.  En  un  Monte  alto  mui  levantado,  que  sube  y  descuella  sobre 
otros,  estaba  sentado  sobre  un  feroz  tigre  un  hombre  bien  agestado,  blan- 
co, barbudo,  (nótese  que  todos  los  que  había  en  la  pintura  lo  son)  vestido 
con  una  ropa  colorada,  las  mangas  hasta  medio  brazo  con  Anéeos,  y  bor- 
las que  cuelgan  por  debajo  de  los  brazo?,  y  un  Mastti  que  le  tapab  i  las 
paites  algo  largo,  y  tendido  en  la  cabeza,  tenia  una  como  Corona  con  Li- 
rios, de  ella  pendían  sobre  las  orejas  unas  borlas  coloradas  con  gracia:  tenía 
bezote  de  oro  en  el  labio  de  abaxo,  á  la  manera,  que  se  escribe  le  traian 
entre  Mexicanos  el  Papa,  y  los  Reyes.  En  la  mano  derecha  tenia  ceptro 
real,  en  la  izquierda  una  rodela:  del  lado,  y  costado  derecho  muy  arrima- 
da á  él,  sentada  también  sobre  el  Tigre  estaba  una  Muger  muy  blanca,  y 
hermosa,  coxido  el  cabello  con  un  trenzado  redondo  de  cintas  de  colores 
al  modo  de  las  Gitanas;  tenia  faldellín  azul,  y  Corpino,  las  mangas  hasta 
medio  brazo,  con  la  mano  derecha  señalaba  con  el  dedo  al   Cielo. 

59.-3.  Abaxo  en  lo  llano  avia  una  Iglesia  grande  con  Campanas,  y 
Cruz  encima,  y  rótulo  que  decía  Tuati  Ciudad,  y  algo  lexos  otra  Iglesia 
con  letrero  que  decía  Santa  María  Magdalena  Tepecimatlan,  y  otra  en 
otra  parte  con  rótulo  Santa  María  Tualuo;  otra  Iglesia  mas  que  se  descu- 
bría Santiago,  y  al  pie  de  aquel  monte  levantado  avia  otia  Iglesia  con  Cruz 
encima  como  las  demás;  pero  sin  letrero. 

60.  —  5.  (i)  Al  pie  de  aquel  alto  Cerro  venían  á  parar,  como  que  baxa- 
ban  huellas,  ó  plantas,  que  en  las  Historias  mexicanas,  que  he  tenido,  y 
entiendo  algunas,  significa  camino,  qe.  remataban  cerca  de  la  Ciudad. 

61.  —  6.  Al  principio  de  las  huellas  estaba  un  hombre  desnudo  de  pies 
sobre  tronco  de  árbol  el  qual  tronco  estaba  parado,  y  arrimado  al  marco 
de  la  pintuia,  de  manera  cpie  atrás  no  avia  otra  cosa:  tenia  Maztti,  ó  Ba- 
gagece  blanco:  en  la  cabeza  bonete  redondo  no  muy  alto  caído  atrás  de 
color  rojo  apagado. 

62.  —  7.    Deíante  de  este  hombre  que  acabamos  de  descubrir,  caminaba 
un  hombre  de  grande   estatura  con  Sandalias,  y  Maztle,    algo  largo,   des- 
Mitra,  Báculo,    nudo,  Capa  de  Arpeges,  Báculo  en  la  mano  como  obispo,  Mitra  con  Cruz 

sobre  la  frente,  blanco,  barba  larga,  y  de  agradable  presencia,  ojos  grandes. 
(1)  Xo  se  halla  el  4  en 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

515 

63.  —  8.  Donde  en  la  Ciudad  remataban  aquellos  pasos  que  dixe,  vol- 
vían á  comenzar  hasta  la  cima  de  un  mediano  cerro;  en  el  qual  estaba  una 
piedra  azul,  quadrada,  sobre  la  qual  estaba  sentado  un  Anciano  delante 
de  él,  como  bajando:  sentados  en  cloclillas  estaban  otros  cinco. 
'  64. — 9  Luego  después  de  los  cinco  sobre  piedra  cuadrada  y  colorada 
estaba  otro  anciano  con  la  cabeza  grande,  y  sentado.  Delante  de  este  se 
seguía  otro,  y  una  muger:  luego  delante  de  la  qual  estaba  en  pie  un  Man- 
cebo de  gallardo  aspecto,  largo  de  cabello  y  muy  caído  por  las  espaldas 
en  lugar  de  Maztti.  Toalla  larga  mui  blanca,  desnudo  el  cuerpo  como  Ecce 
Homo,  .llagado,  y  lleno  de  sangre:  en  la  mano  arco  y  flecha,  y  al  hombro 
un  Carcax  lleno  de  ellas:  por  encima  (y  aquí  se  ve  claro  como  se  engañó 
quien  dixo,  que   Comizahuatl   era  muger,   engañado  quizas   porque  tiene  Engaño  conque 

n  '    n  fc.       »  i>  ~l  r        I  entendieron 

los  cabellos  largos  á  lo   Nazareno)  de  la  cabeza  estaba  pintado  un  Tigre,  qil%e]exmabrr°"  era 
como  quando  quiere  saltar  en  el  aire. 

65.  — 10.  De  este  Mancebo  talian  huellas,  como  que  venian  baxando 
hasta  el  pié  de  un  Cerrillo,  y  allí  volvia  á  parecer,  como  estaba  allá  este 
Mancebo  apuntando  con  el  arco  y  flecha  á  un  hombre  muy  viejo,  y  cano, 
que  estaba  en  pié  con  ropilla  levantada  en  la  mano  derecha,  una  arma  co- 
mo punta  de  lanza;  pero  tan  larga  como  una  espada,  y  en  la  izquierda  una 
Rodela,  el  assí  estaba  luego  caido  en  el  suelo,  clavado  con  una  flecha,  de- 
mostrando ser  vencido  de  aquel  mancebo,  decia  un  rótulo:  iiuaniopeliua . 

66. — ,,  Allá  en  aquella  procession  de  hombres  sentados  en  coclillas, 
que  dice  generación,  ó  descendencia,  se  seguia  luego  inmediato  uno  que 
se  parecía  á  aquel  que  estaba  en  el  Cerrillo  n?  8  del  cualprocedian  dos  hom  - 
bres,  los  quales  era  principio,  pirque  estaban  sentados  iguales  de  otros 
muchos,  qe.  apartándose  cada  uno  por  su  parte  fueron  principio,  y  origen 
de  dos  naciones,  aunque  diferentes  en  el  trage,  como  veremos. 

67.  — 12.   El  uno  de  aquellos  dos  tenia  delante  de  si  22  personas,   y  los 

tres  últimos  estaban  vestidos  á  la  española  con  sombrero,  Ropilla,  Calzas     En  el  trage  se 

1  '  í  '  conoce  que  son 

á  lo  antiguo,  Medias,  y  Zapatos,  y  letrero,  que  decia;  Tio  Don  Diego  de  cn 
Velasco  Gobernador,  Tio  Don  Diego  de  Velasco  Gobernador,  Tio  Don 
Diego  de  Velasco  Gobernador. —  Aquel  que  caminaba  por  la  parte  opues- 
ta tenia  delante  de  si  mas  personas,  los  unos  y  los  otros  en  coclillas,  los 
cinco  últimos  á  la  española  con  los  Sombreros  algo  differentes,  y  todos 
barbados  y  blancos. 

68.  — 13.  Avia  una  Laguna  pequeña  de  que  salia  un  rio  en  ella  de  en- 
tre dos  piedras  azules,  que  la  una  se  levantaba  de  la  otra,  como  si  fuera  su 
tapadera.  Salia  una  Muger  mosa  muy  hermosa,  con  faldellín,  y  manto 
azul,  que  le  cubria  la  cabeza. 

69.  — 14.   Allá  á  un   lexos   sobre  piedra  colorada   estaban  dos  figuras     nos  figuras  de 

~  ~  r  hombre  y  de  mu- 

sentadas,  con  las  manos' levantadas  algo  abiertas,  el  uno  era  Varón  tenia  se 
Tyara  en  la  Cabeza,  estaba  vestido.   El  otro  bulto  era  aquella  Muger,  que 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

516 

salia  de  la  peña,  sobre  la  Cabeza  á  un  lado  estaba   pintada  una  culebra  de 
dos  Cabezas. 
Volador.  70 — 15.    Delante   de    estas  figuras  estaba  el  Árbol  volador  quatro  In- 

dios volando,  colgados  de  las  cuerdas,  y  en  la  cumbre  del  Volador  otro 
bailando  con  Tamborín,  y  Flauta,  como  lo  usan  los  mexicanos,  y  esto' 
prueba  la  comunicación,  que  tenían  los  unos,  y  los  otros. 

71. — 16.  Avia  una  casita  baxa  almenada:  de  ella  se  levantaba  un  Paxa- 
ro:  habia  letras  que  explicaba   lo  qe.  era. 

72  — iy.  Avia  piedra  grande  de  tres  lados,  ó  esquinas,  y  otras  dos  re- 
dondas, y  algo  lexos  otra  con  un  animal,  y  letra  que  decia  Bechechaha. 

73.  — 18.    A  la  parte  del   Poniente  avia   un  rio,  que  corria  al  Norte,  y 
letra  que  decia  Lempa. 
Tierra  negra:         7 4. — IQ.    Salían  de  la  ciudad  unos  pasos  que   remataban  en  tierra  ne- 

notable  testin.o- 

nioeseste  gra  en  que  av¡a  Iglesia  con  Campana,  y  Cruz,  de  la  qual  se  apartaban  las 
huellas  por  dos  sendas  hasta  la  mar  que  estaba  allí,  en  cuia  orilla  estaban 
dos  Ancianos  en  coclillas  desnudos  con  Mazttis,  y  Cacles,  y  Bordones  como 
Peregrinos. 

75. — 20  Allá  á  un  lado  en  una  horca  estaba  ahorcado  un  hombre  á 
quien  despedazaban  dos  Sebales:  á  un  lado  un  español  con  gorra,  y  vara 
levantada:  allí  también  un  indio  con  letrero,  y  el  dedo  en  la  boca,  y  enci- 
ma de  la  Horca  rótulo  que  decia  1526  Justicia  Castilla,  y  proseguían  las 
letra?. 

y6. — 2  1.    Por  la  orilla,  ó  circunferencia  de  la  pintura,  avia  pintadas  en 
divisiones  no  muy  juntas  cabezas,  una  de  hombre  otra  de  muger,  cada  par 
con  letrero,  qe.  cada  una  comenzaba  Coció  cocona. 
Explica  Tenemos  ya  descripta  nuestra  pintura,  sigúese  ahora  una  breve  explica- 

ción, según  mi  corta  capacidad,  é  inteligencia,  dexando  al  curioso,  que  dis- 
curra con  maior  acierto. 

yy. — Se  ha  de. suponer,  que  lo  mas  de  esta  pintura  tiene  su  sentido,  co- 
mo el  de  cosas  espirituales,  y  de  Religión  en  metaphoras,  y  alegóricas, 
como  quando  se  dice  Sol  de  Justicia,  Le'on  de  luda,  Varón  fuerte  &? 

i. — El  tener  al  Oriente,  v  Poniente  el  Sol,  dirá,  que  aquella  tierra  esta 

El  Sol  porque  J  í  * 

cita  de   Oriente  á  Poniente,  y  que  camina  por  ella  en   paralelo,  ó  tierra 
alumbrada  con  la  luz  del  Sol  divino. 
Lacreadonde       2. — Parece,  y  demuestra  la  creación  de  Adán,  y  Eva:  el  estar  en  monte 

hombres 

alto  dirá  lo  mejor  de  la  tierra,  tierra  que  se  aventaja  á  las  otras  el  Paraíso 
terrenal.  El  estar  sobre  Tigre  el  dominio  de  todos  los  animales.  El  Cep- 
tio,  y  Rodela,  significa  el  mando,  y  señorío,  que  le  dio  Dios  del  Universo. 
Anciano;  dirá  el  primero,  el  mas  antiguo  de  los  hombres.  El  Vezóte  en 
los  labios  la  gracia  en  que  Dios  le  crió,  insignia  de  que  también  usaban 
el  maior  Sacerdote,  á  quien  llamaban  Papa,  que  en  estos  denotaba  aquel 
que  tenia  especial  gracia  paraenseñar  los  Ritos.  Aquella  muger  es  Eva,  que 
salió  del  costado  de  Adán.  El  estar  señalando  al  Cielo,  dirá  que  de  allí  les 


BIBLIOGRAFÍA  MEXICANA  DEL  SIGLO  XVIII. 

vino  el  ser.    Los  arboles  frutales  aludirá  al  árbol  vedado,    y  precepto,  que    F1   ecado  de 

Di  Adán, 

ios  les  puso. 

78  — 3.    Parece,  que  son  templos,  ó  Iglesias,  las  quales  siendo  ya  Chris 
tianos  fundaron  allí  los  Misterios  Evangélicos  con  la  advocación  de  aque- 
llos Santos  tutelares. 

79.-6.    Aquel  hombre  sobre  aquel  tronco,  puede  ser  que  signifique    á 
Cristo,  y  el  estar  delante  aquel  hombre  de  grande  estatura,  quena  decir 
hablando  del  que  era  su  Discispulo,  y  que  vino  á  enseñar  doctrina  del  Cie- 
lo, y  que  predicó  á  Cristo,  la  Encarnación,  Pasión,  Resureccion,  la  Crea-     Losmysterios 
cion  del  hombre,  y  el  Misterio  de  la  Sma.  Trinidad,  que  todo  esto  demues    fueron  enseñados 
tran  las  figuras,  que  aquí  se  representan,  y  que  demuestra  ser  Sacerdote,  y 
Obispo,  como  lo  fueron  los  Apóstoles,  y  que  tiene  mucha  semejanza  por  En  e,  PerUi  Bra. 
lo  de  grande  estatura  con   lo  que  acabamos  de  escribir  de  aquel   hombre  Yucatán,, y ceai- 

coquim,  concuer- 

que  se  apareció  en  el  Perú,  y  así  mismo  con  aquel  Ketzalcohuatl,  que  di-     dan  en  que  ei 

n  r  '    J  n  ^  Santo  Apóstol  te- 

ce  Torquemada  que  vino  á  Tula,  y  traia  la  capa  llena  de  cruces  colorada^,  tnl',aagrande  esta" 
y  también  se  parece  á  aquel  que  de  Nueva  España  fué  á  Campeche,  y  de 
allí  dexando  fundada  la  Religión,  y  Discípulos,  se  fué  á  otra  parte,  que  sin 
duda  es  este  nuestro  de  esta  pintura,  y  el  P.  Vasconcelos  dice,  que  la  tra- 
dición del  Brasil  es,  que  era  de  grande  estatura,  y  que  era  el  apóstol  San- 
to Thomé,  y  es  el  mismo  nombre,  con  que  le  llamaron  los  mexicanos,  que 
es  Coatí,  ó  Coate,  que  en  castellano  dice   Gemelo,   y  en  latín  Dídimo,    Didimo.  Coatí 
que  así  se  llamó  el  Santo,  como  lo  llegó  á  entender  de  las  pinturas,  é  his- 
torias mexicanas  el  Br.  Becerra,  Cathedrático  de  lengua  mexicana,   y  lo    Br.  Becerra  fué 
notó  á  fs.  26  del  libro  intitulado  Felicidad  de  México,  y  dice  que  les  ense     en  las  historias 

mexicanas  el 

ñó  el  Calendario  con  la  quenta  del  año,  y  meses,  según  lo  usa  la  Sta.  Iglesia  nombre  del  Santo 
y  es  muy  digno  de  reparo  lo  que  trae  el  P.  Sucena  en  la  vida  de  Sn.  Fran- 
cisco Xavier,  en  la  estampa,  en  que  está  la  Cruz  de  piedra,  que  se  la  kalló  v¡  1  •  pág 
en  Meliapor  en  el  sepulcro  de  Sn.  Thomé  Apóstol,  en  que  juntamente  con 
las  letras  de  la  circunferencia  está  sobre  la  Cruz  un  Pavón  Real,  que  es  la 
misma  ave  Ketzalti  de  plumas  ricas,  que  es  el  uno  de  los  nombres,  con  que 
le  llamaban  los  mexicanos,  con  que  se  prueba  ser  el  mismo,  y  en  lengua 
de  los  Indios  de  Philiphinas  llaman  Caníbal  á  dos  criaturas,  que  nacen  iun-    p*v»"  Culebra 

r  »  n  j  Mellizo 

tas,  y  Caníbal  se  llama  en  Campeche  el  de  la  Prophecia,  pues  asentado  co-  ^étzaicohuHtf' 
1110  lo  parece,  que  este  fuese  el  Apóstol,  ú  otro  embiado  de  Dios  á  predicar 
á  estas  Gentes  del  Nuevo  Mundo,  como  bien  lo  prueba  el  P.  Vasconcalos, 
quando  dixo  á  sus  discípulos:  id  por  todoel  Mundo  predicad  á  toda  criatura, 
y  siendo  la  América  la  maior  porción  de  él,  es  cierto  que  se  predicó  en  ella 
el  Santo  Evangelio,  pues  dice  San  Mateo  que  escribió  su  Evangelio  á  los 
treinta  años  de  la  muerte  de  Cristo,  que  el  Evangelio  estaba  predicado  en 
todo  el  mundo;  pues  siendo,  como  digo,  este  el  Apóstol,  ó  otro  el  que  pre- 
dicó, sacase  que  lo  que  hay  en  esta  pintura,  son  cosas  que  declaran  los  mys- 
terios  de  la  fee,  y  qe.  alcabo  de  tantos  años  pasando  de  tiempo  en  tiempo, 
y  de  mano  en  mano  solo  se  han  hallado  estos  rastros,  pues  faltando  quien 


BIBLIOGRAFÍA  MEXICANA  DEL  SIGLO  XV 11 1 . 

518 

llevase  adelante  aquella  predicación,  como  en  las  demás  partes  del  mundo 
por  los  discípulos,  y  sucesores  de  los  Apóstoles,  y  recurso  al  Santo  Papa, 
y  la  rcform  icion  de  ritos  por  los  Concilios,  en  que  avia  de  parar?  Pues  se 
habla  que  en  u  1  concilio  Toledano,  se  reformó  un  abuso  introducido  en 
Galicia,  y  era  que  los  Clérigos  consagraban  leche  en  lugar  de  agua.  Lo  que 
sucedió  á  los  indios  de  la  América  con  la  predicación,  es  lo  mismo  qe.  los 
españoles  de  las  Batuecas,  que  apenas  conservaron  unís  vislumbres  al 
cavo  de  800  años:  acá  al  cabo  de  1500  algo  se  halló. 

80  — 8.    Aquel  anciano  del  cerro  sobre  piedra    azul,   denota   á  Adán 
caido  por  el  pecado,  y  fuera  del  paraíso.   La  piedra  azul  la  gracia  conque 
Dios  le  reparó,  y  á  todos  mediante  la   Encarnación  de  su  Hijo  en  las  en- 
trañas de  la  Virgen,  que  está  cubierta  con    Manto  azul,  cubierta  de  Cielo 
Como  pintaban   llena  de  gracia,  que  según  las  Historias  mexicanas  ala  Gracia  explicaban 

á  la  Gracia  f 

con  símbolo  de  piedras  preciosas  verdes,  y  azules.  Aquellos  cinco  que  se 
siguen  luego  sentados  en  coclillas,  que  denota  proceder  unos  de  otros, 
serán  algunos  Patriarcas,  ó  Profetas,  que  precedieron  á  la  venida  del  Me- 
sías, ó  los  ascendientes  de  Christo,  según  la  carne. 

81.  — 9.  Aquella  Muger  parece  á  la  Virgen  María,  pues  está  como  ella 
allá  en  la  Laguna  nasciendo  entre  las  piedras,  que  significando  ellas  la  Gra- 

Marianascidaen  cia  dirá  que  María  nasció  y  fué  concebida  en  gracia.  El  nascimiento  de  la 
cabeza  grande  será  David  ascendiente  de  la  Virgen,  ó  San   Joachin.   El 

Fig„ra  <ie  disto  mancebo  blanco  Hago  con  Arco  y  Flecha  es  Christo.  El  Tigre  sobre  la  ca- 
beza, es  señal  de  fortaleza  y  virtud.  Los  Leones,  aunque  los  hay  en  Amé- 
rica, no  son  valientes,  como  los  Tigres,  y  así  con  los  Tigres  simbolizan  lo 
dicho,  y  quadra  con  lo  que  dice  la  escriptura  de  Cristo  cuando  le  llama 
León  de  Judá,  conque  se  hade  entender,  que  lo  que  Herrera  entendió  por 
Muger  Tigre  que  vuela,  es,  y  se  ha  de  entender  de  Cristo,  y  su  virtud  di- 
vina, que  estando,  corno  está  delante  de  la  Virgen,  denota  que  es  su  Hijo 
según  la  carne.  Habiáseme  olvidado  de  decir,  como  aquella  piedra  colo- 
rada significará  sangre,  y  el  pecado  original,  el  qual  con  la  sangre,  y  pa- 
sión de  Christo  se  redimió,  y  el  de  la  cabeza  grande  será,  á  quien  Dios 
hizo  la  promesa  de  ello. 

Cristo  padeció        82. —  io.   El  mancebo  gallardo  es  Christo,  que  con  su  sangre  y  con  su 

por  el  hombre  .  ,..,.,,  •  '       i    t~\ 

pasión  redimió  al  hombre,  y  venció  al  Demonio  serpiente  antigua,  como 
quien  estaba  apoderado,  y  encastillado  en  este  Mundo,  significado  en  aquel 
Cerro,  y  le  venció  y  quitó  la  Arma. 
Los  fundadores  ^3-  —  ll-  -Aquellos  dos  hombres  principio  de  las  dos  Procesiones,  traen, 
no  son  indios"  como  todos  los  demás,  su  principio  de  Adán,  y  en  esto  no  se  apartaron 
como  otros  indios  de  la  verdad.  Aquellas  dos  Procesiones,  ó  parcialida- 
des, es  gente,  que  parece  que  asentó,  y  habita  aquella  tierra,  y  parece  que 
ya  estaba  allí  cuando  llegó  aquel  predicador,  y  el  ser  blancos,  y  barbu- 
dos, como  los  Mixes,  da  á  entender  que  no  son  indios. 

84.  —  1 2.  Aquellos  tres  vestidos  á  la  española,  denota  que  en  tiempo  del 


bibliografía  mexicana  del  siglo  XVIII. 

5  »9 

primero  de  ellos  llegó  quien  los  baptizó,  y  que  su  descendencia   era  Cris- 
tian;!; ti  llamai  se  Velasco  por  sobre  nombre  es  en  memoria  de  Un  Luis  de  D.Diego  de  ve- 

lasco 

Velasco  Virey  de  Nueva  españa,  el  qual  daría  á  estos  el  Caciscado.  Tam 
bien  se  ha  de  entender,  que  los  que  están  al  lado  contrario,  también  reci- 
bieron la  fée  Católica;  pero  que  teniendo  el  mismo  origen  se  apartáronlos 

unos  de  los  otros,  y  esta  será  la  de  los  Mixes;  pues  se  escribe  de  ellos  que     Mixes  son  fo- 
rasteros 
son  blancos,  y  barbudos,  y  como  quiera  que  sea  parece  que  son  advene- 
dizos Europeos. 

8=5. —  M     Aquella   Muger  bella,  y  hermosa  es  Maria.    La  Mar  significa     Com  o  explican 

J  J  n  fe  J  &  los  indios  el  nom- 

su  nombre;  la  piedra  azul  la  gracia,  en  que  fué  concebida.  —  El  rio,  que  sa  bre  de  Mana 
le  de  aquella  mar  el  bien  que  por  Maria,  como  rio  llena  toda  la  tierra,  ó 
la  fuente  de  la  gracia  Jesús,  que  traxo  en  sus  entrañas,  y  como  fuente  de 
aguas  vivas  riega  á  toda  la  Iglesia  Santa  por  medio  de  los  Sacramentes: 
El  Faldellín,  y  Manto  azul,  escomo  de  ordinario  la  pintan;  cubierta  la  ca- 
beza significa  ser  Madre.  En  Guadalupe  se  apareció  con  manto  azul,  aun- 
que también  con  corona. 

86. —  14.    Las  dos  figuras  sentadas  en  piedra  colorada  es  Dios  y  Ntra. 
Sra:  tener  abiertas  las  manos,   significa,  que  á  solo  Dios  se  ha  de  pedir,  y 
á  su  Madre  Sma,  porque  siempre  están  con  las  manos  abiertas  para  derra- 
mar misericordias  sobre  los  vivientes.    La  piedra  colorada  es  atributo,   y 
distintivo  para  conoscer  la  Imagen  de  Chiisto,  y  su  Pasión,  y  que  es  pie- 
dra firme.   El  tt  ner  la  Sra.  sobre  la  cabeza  á  un   lado  la  culebra,  es  esto,  a  Eva  llamaban 
Escribe  Torquemada  Monarquía  Indiana  part.  2   fs.  160  que  á  Eva  llama-     gerCuiebra 
ban  los  Indios  Cihuacohuatl,  que  dice  muger  culebra;  ó  la  muger  á  quien 
engañó  la  culebra;  pues  ahora,   como  por  aquella  Eva  nos  perdimos,  dirá 
esta  es  la  segunda  Eva,  por  quien  fuimos  ganados,  y  restaurados.    El  Vo 
Ldor  significa  aquella  fiesta  que  dice   Herrera,  que  le  hadan  cada  año-  al 
gian  Padre,  y  á  la  gran  Madre,  y  con  mucha  propiedad  le  aplicaron  estes 
nombres,  pues  á  nadie  como  á  D¡os,  y  á  la  Virgen  se  deben  atribuir  estos 
nombres,  y  acudir  como  lo  hacían  estos  Indios  en  sus  necesidades,  que  fué 
lo  que  aquel  predicador  les  enseñó  con  los  demás  cosas  del  cielo. 

87.—  15.  Prueba  lo  que  ya  se  ha  tocado,  que  su  Predicador,  ó  ellos  tu- 
vieron mucha  comunicación  con  Mexicanos,  así  por  el  Volador;  como  pol- 
los sacrificios,  y  aun  la  lengua,  pues  aquel  nombre  Tepccimatlaii  es  mexi- 
cano, y  aun  se  puede  decii  que  de  ellos  recibieron  los  abusos  y  corrupte- 
la de  la  primera  Doctrina,  la  qual  en  Tula,  Cholula,  y  otras  partes,  fue 
perseguida  por  mas  de  quinientos  años,  como  lo  apunta  Torquemada  di- 
ciendo que  Huemac  perseguidor  de  Netzacohuatl  se  hizo  adorar  por  Dios. 

88 — 16.  Aquella  casita  pequeña  de  piedra  almenada,  y  el  Páxaro,  que 
se  levanta  volando,  y  aquel  relámpago  y  trueno,  son  en  contuso  unos  pe- 
dazos de  misteryo  de  la  Resureccion;  Assumpcion,  venida  del  Espíritu 
Santo,  y  tinieblas  del  Monte  Calvario:  mal  explicados  por  quien  los  decía, 
y  poco  entendidos  de  quien  hizo  la  relación  que  vido  Herrera. 


BIBLIOGRAFÍA  MEXICANA  DEL  SIGLO  XVIII. 
520 
La  piedra  trina     89  —  17.   La  piedra  grande  de  tres  puntas  con  los  tres  rostros  disformes, 

era  fie.  de  la  Snia      ..—         ..-,  .-^..ti  ■  •         1         1  ,        •  j-j  c 

Tnnidad.  v  pág  significa  la  Sma.  Tnnidad  explicado  el  mysteno  por  su  predicador,  y  hxa- 
da,  ó  esculpida  en  la  piedra  esquinada  para  memoria  eterna  de  lo  que  re- 
presentaba. El  decir  que  los  rostros  eran  disformes,  se  ha  de  entender  por 
lo  grande  del  mysteiio,  que  representaban.  El  decir,  que  la  traxo  allí  por  el 
aire,  ya  se  ve,  que  no  habla  de  piedras  naturales,  sino  que  en  sentido  es- 
piritual dice  que  la  doctrina  de  Quisto,  y  mysteno  de  la  Sma.  Trinidad 
les  fueron  anunciados,  y  para  Testimonio  induvitable,  quedaron  allí  escul- 

Akanzaronque   pidas.    Quando  dice  que  no  conoció  Varón  habla  de  la  Stma.  Virgen  por 

la  Virgen  parió  ,  ,  _>  .         ,.  .  ... 

virgen  el  mysteno  de  la  Encarnación.  Quando  dice  que  huvo  tres  lujos  sin  ser  ca- 

sada &?  y  que  otros  dicen  que  eran  sus  hermanos  se  debe  notar,  que  dos 
Hermanes,  y  aquel  de  quien  se  dice  que  lo  eran  son  tres,  en  que  vuelve  á 
repetir  el  mismo  mysterio,  y  en  suma  dice,  en  que  grado  está  la  Persona 

Tuvieron  que  la  del  Hijo,  con  el  Padre,  y  el  Espíritu  Santo.  En  decir  que  era  Mágica,  quie- 
predicóJnSt°do  re  decir  la  Sabiduría  celestial,  y  maravillas  con  que  obraba  Christo.  Quan- 

el  Mundo 

do  dice,  que  estendió  su  Imperio,  dita  la  predicación  Evangélica  por  todo 
el  mundo.  En  decir,  que  como  era  Mágica  dio  á  entender  de  Religión, 
quiere  decir  que  las  verdades  y  milagros,  con  que  predicó  Christo,  y  su 
doctrina,  convencía  á  los  Infieles  con  tal  fuerza  y  eficacia,  que  los  obliga- 
ba á  recibirla  Las  dos  piedras  que  avia  mas,  y  con  letrero  no  alcanzo  su 
significado,  sino  es  que  son  aquellas,  en  que  están  esculpidas  las  caras  de 
de  los  Leones. 

90  —  18.  Aquel  Río  Lempa  que  sale  á  la  mar  del  Norte  servirá  al  curio- 
so que  quisiere  saber  la  situación  de  esta  tierra,  de  la  cual  no  dista  mucho 
el  Rio  Ulna. 
Tuvierm  ios  in-     91  —  19-    Aquellos  passos,  que  caminan  á  tierra  negra,  quiere  decir  que 
Thom'é'estuvo  de  alli  pasaron   á   Ethyopia  aquellos  dos,  y  que   allí  fundaron    Iglesia,  y 

en  Ethyopia  f  , 

que  de  allí  pasaron  por  mar  a  otra  paite.  Esto  tiene  su  apoyo  en  lo  que 
escribe  Torquemada,  quando  escribe,  que  Ketzalcohuatl,  que  entendemos 
por  Sn.  Thomé  passó  de  Cholula  á  Tlilapan,  que  es  tierra  negra,  lo  qual 
también  concuerda  con  lo  que  en  la  vida  de  Sn  Javier  se  dice,  que  quan- 
do el  Santo  llegó  á  Zocotora  hallo  Cruces,  y  Christianos  desde  el  tiempo, 
en  que  padeció  allí  SantoThomé  Apóstol,  aunque  mezcladosya  con  Moros. 
Crueldad  usada  92  —  20.  La  Horca  y  el  Ahorcado,  es  un  castigo  cruel,  que  hicieron  los 
Castellanos,  y  alude  á  ¡o  que  escribe  Herrera,  que  en  las  Mixes  el  capitán 
1\  checo  hecho  á  los  perros  á  un  Indio  que  no  quiso  descubrir  á  su  Señor 
que  hacia  daño  á  los  Castellanos. 

93 — 21.  Aquellas  cabezas  de  hombres,  y  mugeres  en  la  orilla  de  la  pin- 
tuia,  son  los  cazamientos  de  las  dos  familias  referidas  año  1 1,  que  cada  uno 
de  aquellos  hombres  tiene  su  letrero  con  letra  que  dice  Cofio  cofana;  por 
comienzo  de  cada  letrero,  que  dirá:  casó  Fulano  con  Sutana,  porque  allá 
donde  están  no  habrá  lugar  para  escribirlo. 

94. — Herrera  Dec.  3.  Lib.  2.  cap.  15.  fs.  86  col ....  dice  hablando  de  la 


con  un  indio 


bibliografía  mexicana  del  siglo  xviií 


521 


Religión  de  los  mexicanos.  Avia,  dice,  otro  ídolo  en  México  mui  princi- 
pal, que  era  el  Dios  de  la  Penitencia,  y  de  los  Jubileos,  y  perdón  de  pe- 
cados, que  se  llamaba  Tetzcatlipuca,  cuia  figura  era  de  piedra  negra  relum- 
brante como  azabache,  vestido  con  atavíos  galanos:  tenia  zarcillos  de  oro,  y 
plata.  En  el  labio  baxo  con  un  canutillo  cristalino  de  un  geme  de  largo, 
y  en  él  una  pluma  verde.  La  coleta  de  los  cabellos  la  cenia  una  cinta  de 
oro  bruñido,  y  en  ella  por  remate  una  oreja  de  oro  con  unos  humos  pin- 
tados en  ella,  que  significan  los  ruegos  de  los  afligidos,  y  pecadores,  que 
oya  cuando  se  encomendaban  áél:  de  entre  esta  oreja  y  la  otra  salían  unas 
garcetas,  y  al  cuello  tenía  un  Joiel  de  oro,  que  le  cubria  todo  el  pecho,  y 
brazeletes  de  oro  en  los  brazos.  En  el  ombligo  una  rica  piedra  verde:  en 
la  mano  izquierda  un  mosqueador  de  plumas  verdes,  amarillas  y  azules 
preciadas,  que  salían  de  una  chapa  de  oro  reluciente,  y  mui  bruñida  que 
parecía  espejo,  que  significaba  (Nota.  Este  era  su  nombre)  que  en  aquel 
espejo  veia  todo  lo  que  se  hacia  en  el  Mundo,  y  el  espejo  llamaban  su  mi- 
rador. En  la  mano  derecha  tenia  cuatro  saetas,  sifinificando  el  castigo  que 
daba  por  los  pecados  á  los  malos.  Así  lo  pintaban  sentado  con  mucha  au- 
toridad en  una  escaño,  rodeado  con  una  cortina  Colorada,  labrada  de  ca- 
laveras, y  huesos  de  muertos:  en  la  mano  izquierda  una  rodela  con  cinco 
pinas  de  algodón:  en  la  derecha  una  vara  arrojadiza  amenazando  con  ella: 
de  la  rodilla  salían  cuatro  saetas:  el  semblante  airado;  la  Cabeza  llena  de 
plumas  de  Codornices. 

95. — Nota.  (  +  )  los  espejos,  que  usaban  los  mexicanos,  (como  se  ha  toca- 
do) son  de  piedra  mui  bruñida,  llámanle  Tetzcatl,  que  quiere  decir  piedra 
reluciente,  ó  resplandeciente.  Ahora  pues  de  un  verbo  que  significa  Dios, 
y  de  otro  que  significa  reluciente,  ó  resplandeciente,  se  compone  Tetzca- 
tlipuca, quitando  de  cada  verbo  alguna  sylaba,  como  lo  usa  mucho  aque- 
lla nación,  y  lo  declara  el  siguiente  ejemplo  Xaltocan,  que  en  Mexicano 
Xal  en  arena,  Teotl  es  Dios,  y  Calí  que  es  casa,  y  todo  junto  Xaltocan  Ca- 
sa de  Dios  en  el  Arenal;  y  así  se  llama  un  pueblo  que  está  adelante  de  Mé- 
xico; pues  ahora  según  lo  que  escribe  este  Autor  Dec.  3.  lib.  2.  cap.  5.  fs  85. 
col.  1.  que  confesaban  á  un  Dios  todo  poderoso,  admirable  &?  quien  ne- 
gará que  un  Dios  que  perdona  pecados,  inefable,  admirable  que  todo  lo 
vé,  que  en  él  se  ven  todas  las  cosas,  como  en  espejo  claro,  es  Dios  Omni- 
potente, y  no  el  Demonio,  que  á  este  le  llamaban  Mictlan,  verbo  que  sig- 
nifica inferus,  y  de  Teuhtli  verbo  que  significa  Príncipe,  ó  Señor,  y  á  nues- 
tro modo  el  Príncipe  de  las  tinieblas,  al  qual  entendían  por  lo  que  es,  y  si 
alguno  replicare,  que  al  Demonio  llaman,  y  lo  repiten  á  cada  paso  Tlaca- 
tecole,  desengáñese  que  no  dice  Diablo,  sino  hombre  Buho,  de  este  verbo 
Tlaca  que  es  hombre,  y  del  verbo  Tecolotl,  que  es  el  Buho,  ó  mochuelo, 
debaxo  de  cuía  figura  veían  al  Demonio,  así  como  por  Diablo,  decimos  Dia- 
ño,  Diantre,  Demonio,  Bersebú,  Patillas,  etc. 


Tetzcatlipuca 
Dios  de  los  me- 
xicanos 

Creían  que  Dios 
perdonaba  los 
pecados  de  los 
arrepentidos, y 
que  hacían  pe- 
nitencia 


Que  óia  \o\  rue- 
gos de  los  pe- 
cadores 


(Je.  veía  cuan  tu 
se  hacia  en  el 
mundo 

Qe.  castigaba  á 
los  malos 


-  "ü.S, u 

Tetzcatl 
t 
Encuéntrase  co- 
mo aquí,  inter- 
calada en  el 
texto.   Parece 
aliena  manu 


Hattocan 


Mictlan- Teuhtli 
Sr.  del  infierno 


Haca   Tocolutl 


BIBLIOGRAFÍA  mexicana  DEL  SIGLO  XV III. 

522 


¡¡5 
Cuna.  Cabeza  de  perro  con  manipulo.  00  **  Venado  Calli. 

En  castellano  dice:   Nasció  Netzahualcóyotl  á  dos  dias  del  mes  Venado 
del  año  Calli. 

Puse  aquí  este  punto,  ó  clausula  de  historia  mexicana,  para  ver  como 
escribian  ó  pintaban  sus  historias:  para  pintar  ó  escribir  este  nombre  Mé- 
t-  rt  xico,  pintan  una  penca  de  Maguey,  que  es  Metí,  y  » 

|-?  ¿-        una  Avispa  que  es  Xiote,  (sic),  y  una  Olla  que  es  ¡    g    i    \ 

Metí.  Xicote     Coiui,  y  quitándole  algo  á  cada  uno  de  estos  ñora-  ¡   í    S   || 

Comi  .  ,  ,  .2      s      s "     «      «       ' 

bres  sale  México,  y  asi  quando  se  vieren  estas  tres  *   h   -i   u   u    ; 

cosas  en  pintura  no  dice  otra  cosa  que  México  y  Tenoch-titlan. — 
para  pintar  á  Tenochtitlan  que  es  el  sobre  nombre 

de  México  pintan  una  piedra  que  es  Tetl,  sobre  ella  «       ¡ 

un  Tunal  con  Tunas,  que  en  su  lengua,  es  Nochtli,  *      - 

,  „-,  i-.».i  •,  '      j     1         1  j  j  Chimalpopoca.    En   castellano 

y  todo  i  unto  lenochtitlan,  quitándole  algo  de  cada     _  . .  ,      ,    ,,     . 

/  J  '     *  o  Rodela  quemada;  asi  se  llamo  uno 

Verbo.  de  l°s  Reyes  de  México. 

97. — Al  primer  Rey  de  México  llamaron  Acamapixtli 

que  suena  Caña,  Mano,  Piciette,  que  son  ciertas  Cañuelas,  «     2     § 

con  que  tomaban  el  tabaco  en  sus  convites;  así  lo  verá  y  con  5    §  .5 

media  Mitra  en  la  cabeza  el  curioso  en  la  estampa  que  trae     Acama  pistli. 

Antonio  de  Herrera  en  la  primera  foxa  de  la  Dec.  i  de  su 

historia  general  de  las  Indias,  y  con  esta  media  Mitra  en  la  Cabeza  están 

pintados  todos  los  Reyes  en  sus  historias,  y  se  verá  en  una  mui  curiosa,  que 

está  en  el  Colegio  de  San  Pedro  y  San  Pablo  de  México  en  la  Librería. 

Assentado  como  es  verdad,  que  los  Reyes  traían  en  la  cabeza  media  Mi- 

Porqe. usaban  tra  decimos  que  la  traían,  porque  como  luego  veremos,  no  eran  Reyes  so- 
de  media  mitra  »  n  >    r        i  o  j 

1x°cóReyesdeMé  beranos,  sino  Tenientes  de  Ketzalcohuatl,  que  por  usarla  él  entera,  usaban 
ellos  la  mitad,  en  señal  de  que  le  tenían,  y  esperaban,  que  avia  de  volver 
á  reinar,  y  esta  media  Mitra  es  aquella,  que  se  ponen  en  la  cabeza  con  ri- 
cas joyas  en  la  Nueva  España  quando  bailan  el  Tocotin,  aludiendo  esto  de 
las  Mitras  como  en  el  vaile,  á  que  en  su  gentilidad,  salían  solamente  los 
Reyes  á  bailar  un  poco,  como  sucedía  en  la  fiesta  del  fuego  nuevo,  que  era 
de  52  á  52  años,  como  largamente  escribe  Torquemada,  y  entonces  juga- 

Qué  significaba    ban  al  Palo  volador  con  la  rueda  que  significaba  un  siglo,  y  los  quatro  in- 

el  Volador 

dios,  que  colgados  de  ella  daban  trece  vueltas  cada  uno,  significaban  las 
quatro  casas,  ó  señales,  con  que  señalaban  los  años,  de  modo,  que  quatro 
de  á  trece  hace  los  cincuenta  y  dos  años,  á  que  llamaban  Xiumolpia,  esto 
es  atadura  de  los  años,  porque  temían  que  al  cabo  de  cincuenta  y  dos  se 
avia  de  acabar  el  Mundo,  y  se  disponían  para  ello  con  ánimos,  oraciones  y 
sacrificios,  y  en  todo  el  reino  se  apagaba  el  fuego,  y  la  noche  de  21  de  Di- 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

523 

ciembre,  quando  el  Sol  acaba  su  maior  declinación  a  la  parte  del  Sur,  sa- 
lían en  una  gran  procesión  de  México,  mui  despacio,  de  modo,  que  á  me- 
dia noche  llegaban  á  un  Cerro,  que  está  cerca  de  Mexicalcingo,  y  en  la  cima 
sobre  una  piedra  el  Sacerdote  abria  por  los  pechos  en  Cruz  á  un  Cautivo,  La  fiesta  dd  fue. 
y  allí  con  dos  palillos  sacaba  fuego,  y  si  se  ensendian  era  señal,  que  Dios 
les  alargaba  otro  siglo  de  vida,  y  comenzaban  á  dar  voces  de  júbilo  y  ale- 
gría, y  al  punto  cogian  del  fuego  nuevo,  y  corriendo  lo  llevaban  aquel  día 
á  partes  mui  distantes:  vueltos  á  México  en  la  plaza,  que  por  eso  era  mui 
grande  vailaban  veinte  mil  Indios  todos  Señores,  y  entonces  el  Rey  no  se 


Media  mitra 
Motezuma  Su 
ombre 


excusaba  de  salir  á  bailar.  El  7?  año  del  Reynado  de  Motezuma  sucedió 
esta  fiesta,  y  assi  quando  hoi  vailaban  esta  gravísima  danza,  sale  el  que 
hace  el  Rey,  y  dan  sendas  vueltas,  y  luego  se  sienta  en  una  silla,  y  los  de- 
más prosiguen  vailando.  El  nombre,  ó  la  señal,  con  que  los  indios  en  sus 
historias  pintadas  nombran  o  señalan,  (como  á  los  mas  Reyes  cada  uno  por 
su  figura)  á  Motezuma  es  la  media  Mitra,  que  traian  todos  en  la  cabeza,  y 
así  se  hallaba  pintado. 

98- — Torquemada  Monarquía  Indiana  Lib.  4.  cap.   13.  fs.  417.  col.    1.     Motezuma  tie- 

'  *  n  T  f  J  f    /  ne  noticia  de  los 

part.  2?  hablando  de  quando  el  año  de  15  18  llegó  Juan  de  Grijalva  á  la  castellanos 
costa  de  Veracruz  de  que  fué  avisado,  Motezuma  dice  así. — Señor  nues- 
tro, dignos  somos  de  muerte  por  aver  venido  sin  vuestra  licencia  á  vues- 
tra real  presencia,  pero  el  negocio  es  tan  arduo,  y  grave,  que  lo  sufre.   Es 
el  caso,  que  todos  juntos  los  que  aquí  venimos,  hemos  visto.  Dioses,  que     Dioses  llaman 

J  "i-i  '    ^  a  los  castellanos 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

su 

han  llegado  á  nuestra  costa  en  grandes  casas  de  agua,  (que  así  llaman  á 
los  navios)  y  les  hemos  hablado,  y  conversado,  y  hemos  comido  con  ellos, 
y  les  dimos  mantas  ricas,  y  ellos  nos  dieron  en  retorno  estas  piedras  pre- 
ciosas, que  aquí  traemos.  Luego  le  presentaron  las  cuentas  y  avalorios,  qe. 

Recado  qe.  le  traian,  y  dixeron:  estas  piedras  nos  dieron,  y  dixeron:  id  á  la  Corte  y  dad- 
mando  Grijalva 

á  Motezuma  ias  á  vuestro  Señor  Motezuma,  y  decidle  que  nos  volvemos  á  nuestra  tie- 
rra, y  que  otra  vez  volveremos,  y  le  veremos.  No  respondió  el  Emperador 
á  esto  nada;  (que  solo  estaba  sintiendo  en  su  pecho)  pero  dixo  á  los  Men- 
sajeros cansados  vendréis  de  tan  largo  y  asselerado  camino,  id  á  descansar, 
y  no  digáis  á  nadie  esta  embaxada,  que  quiero  secreto  en  ella,  por  que  el 
pueblo  fácil  y  bullicioso  no  se  altere,  y  á  su  tiempo  os  llamaré.  Saliéronse 
los  Mensageros,  y  diéronles  Salas  á  donde  estuviesen.  Motezuma  quedóse 
solo,  y  pensativo,  y  aun  bien  sospechoso  de  mucha  novedad  en  sus  Rey- 
nos,  porque  era  de  muy  entendimiento,  y  consideraba  los  prodigios  pasa- 
dos, y  traia  á  la  memoria  lo  que  su  adivino  le  avia  dicho,  (por  lo  cual  le 
hecho  la  casa  encima  y  lo  mató,)  y  acordábase  de  lo  que  su  hermana  Pa- 
pan le  avia  dicho  años  antes,  y  lo  que  Nezahualpilli  también  le  avia  dicho, 
y  pensaban  que  no  eran  acaso,  sino  que  venian  amenazando  algún  gran 
mal,  ó  trueque  del  gobierno,  y  como  los  negocios  graves  quieren  comuni- 
Liama  Mote-    cacion,  y  consejo,  hizo  llamar  á  los  que  lo  eran  del  suio,  que  fueron  el  Rey 

zuma  á  consejo  ,  .  ,    ,  ., 

Cacama,  de  Tetzcuco  su  sobrino,  el  qual  envío  a  llamar  por  la  posta  a  Cui- 
tlahuatzin  su  hermano  Señor  del  Pueblo  de  Yxtapalapan,  y  á  Cihuacoatl, 
Tlilpotonqui,  Tlacohcalcatl,  Ouapiatzin,  Tízoc,  Yavacatl,  Quetzalaztatzin, 
Houitznahuacal,  Tlailotlac,  y  Ecatenpatitltzin,  que  llegados  manifestó  lo 
quepassaba,  y  aviendodado,  y  tomado  en  pareceres,  y  adivinanzas  de  lo  que 
Motezuma ysus  podría  ser,  concluieron  su  consejo  con  persuadirse  á  creer  que  seria  Ket- 

consejerosseper- 

telcet'ztícohuati  zalcohuatl,  á  quien  en  un  tiempo  adoraron,  por  Dios,  de  quien  también  pen- 
i^ophe^z'ado^^  saban,  que  avia  de  venir  á  reinar  otra  vez,  en  estas  tierras,  por  averio  el 
mucho  antes  dicho,  quando  passó  de  aquí  á  las  Provincias  de  Tlalapa,  y  se 
les  avia  desaparecido  en  la  costa  de  la  Mar,  y  ido  hacia  aquellas  partes 
Orientales,  y  como  por  esta  causa  lo  esperaban;  entendieron  ser  el,  que 
avia  llegado. 

99. — Con  esta  persuacion  que  tuvieron,  determinaron,  que  se  nombrasen 
personas,  que  fueran  á  recibirle,  y  en  el  interim,  que  iban,  se  les  mandó  á 
los  Gobernadores  de  la  costa,  que  pussiessen  gran  quidado  y  vigilancia  en 
atailar,  y  descubrir  lo  que  por  la  Mar  viniese  en  especial  Nautla,  Totztla, 
Mictlan,  y  Cuautla,  para  qe.  de  aquellas  partes,  por  ser  mas  cómodas  se 
viessen  mejor,  y  traxesen  razón  mas  presto  de  lo  que  pasaba.  Con  aque- 
embiaMotezu-  líos  recados  fueron  despachados  estos  Governadores:  fueron  nombrados 

ma  un  presente  á  _  .... 

Ketzakohuati  y  cinco  Señores,  para  que  llevassen  un  presente,  que  el  Emperador  embiaba. 

á  offrecerle  el  L  A  1  "i  r 

Reyno  ¿  Ketzalcohuatl,  los  quales  fueron  Yohualiychan,  y  este  fué  por  Superior, 
Teputztecatl,  Ticahua,  y  Huehuetecatl,  y  el  último  y  quinto  se  llamaba 
Hueicamecatleca,  embiandoseles,  que  con  la  maior  brevedad  posible,  fue- 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

525 

sen  á  la  mar  y  hablasen  de  parte  de  su  Señor  Motezuma  y  su  Senado  á 
Ketzalcohuatl  su  Señor,  y  le  ofifressiesen  el  Reyno,  y  un  gran  presente 
que  les  fué  dado  para  que  le  llevassen.  Este  es  el  que  dicen  Gomara,  y 
Herrera  Dec.  2.  Lib.  5.  cap.  5.  confusamente,  que  traxeron  á  Hernando 
Cortés,  quando  saltó  en  tierra  por  parte  de  los  Gobernadores  de  Mote- 
cuhzuma,  y  lo  dicen  por  estas  palabras:  el  qual  presente,  se  dixio,  que  avia 
embiado  á  Juan  de  Grijalva  quando  llegó  en  aquellas  partes,  sino  que  por 
mucha  priesa  que  se  dieron  hallaron  que  era  ido,  y  fué  así,  pero  no  se  co- 
mo los  que  pusieron  en  estilo  aquella  relación  de  que  se  aprovecho  Herre- 
ra se  dexaron  esto,  como  en  este  capítulo  lo  dexo  referido,  y  otras  mu- 
chas cosas,  que  en  lo  que  se  sigue  se  dirá,  por  que  aquellas  y  estas  son 
corresponsivas,  y  quien  dio  razón  de  lo  uno,  pudo  darla  de  lo  otro  aunque 
pienso  que  estuvo  el  yerro  en  no  hacer  estas  inquisiciones,  é  informacio- 
nes, no  mas  que  con  los  Españoles,  que  entonces  vinieron,  y  no  las  averi-  Queja  de  ios  qe. 

^  *  '     *  J  escribieron  en 

guaron  con  los  Indios,  que  también  les  toca  mucha  parte  de  ella,  y  aun  el  ^deías^n"" 
todo,  pues  fueron  el  blanco,  á  donde  todas  las  cosas  de  la  Conquista  se  ases- 
taron, y  son  los  que  muy  bien  la  supieron,  y  las  pusieron  en  historia  al 
principio  por  sus  figuras,  y  caracteres,  y  después,  que  supieron  escribir,  al- 
gunos curiosos  de  ellos  las  escribieron,  las  quales  tengo  en  mi  poder,  y  ten- 
go tanta  envidia  al  lenguage,  y  estilo  con  que  están  escritas,  que  me  hol-     Alabanza  de  ia 

&  o        ta    *   J  "1  »    T.  engua  mexicanal 

gara  saberlas  traducir  en  Castellano  con  la  elegancia,  y  gracia,  que  en  su 
lengua  Mexicana  se  dicen,  y  por  ser  historia  pura  y  verdadera,  la  sigo  en 
todo,  y  si  á  los  que  la  leieren  parecieren  novedades,  digo  que  no  lo  son, 
sino  la  pura  verdad  sucedida;  pero  que  no  se  han  escrito  hasta  ahora,  por- 
que los  pocos  que  han  escrito  los  sucesos  de  las  Indias  no  los  supieron,  ni 
hubo  quien  que  se  las  dixese,  ni  tampoco  yo  las  escribiera,  si  no  las  hallara 
averiguadas  por  el  P.  Fr.  Bernardino  de  Sahagun,  Religioso  Santo,  y  gra- 
ve, que  fué  de  los  segundos,  que  entraron  en  la  conversión  de  esta  Nueva 
España,  y  de  los  primeros,  ó  el  primer  investigador  de  las  cosas  mas  secre- 
tas de  la  tierra,  y  supo  todos  los  secretos  de  ella,  y  se  ocupó  mas  de  sesen- 
ta años  en  escribir  lengua  Mexicana,  y  todo  lo  que  pudo  alcanzar  en  ella.  K(.fiere  )apro. 
100. — Torquemada  Monarquía  Indiana  Lib.  4.  cap.  14.  fs.  419  Col.  1.  cahuaüVdwm- 
hablando  de  Ketzalcohuatl,  dice — Fuese  huiendo  á  la  ciudad  de  Cholula, 
y  allí  le  siguió,  y  corrió,  y  dexando  el  Reyno  se  fué  hacia  la  Mar,  fingien- 
do que  el  Dios  Sol  le  llamaba  á  la  otra  parte  del  Mar  por  la  banda  de  Orien- 
te; pero  prometió  el  volver  después  con  mucha  pujanza  á  vengar  sus  inju- 
rias, y  á  redimir  su  pueblo  de  agravios,  y  tiranías,  porque  decían  de  él,  que 
era  muy  humano,  y  misericordioso.  Esta  mentira  se  conservó  en  aquellos 
tiempos,  y  se  fué  reforzando  con  mucha  mayor  opinión  en  todos  los  que 
después  les  succedieron,  y  fué  tan  creída  su  vuelta  de  los  Mexicanos,  que   tomo  ios  Revés 

'   J  2  de  México  se  11a- 


t  IKCtl- 


los  que  entraban  teynando,  recibían  el  Reyno  con  esa  condición,  Je  que  cían  t^sa^nK1e 
Tenientes  de  su  Señor  Quetzalcohuatl,  y  que  en  viniendo,  se  lo  dexarian,  y  Jr^sotraTan 

...  ir  11  en    la  cabeza   la 

obedecerían  como  Vasallos.  media  Mitra 


BIBLIOGRAFÍA  mexicana  DEL  SIGLO  XI  III 

526 

101.  —  Sabida,  pues,  esta  historia,  decimos,  que  como  estas  gentes  aguar- 
daban á  este  Quetzalcohuatl,  y  tenian  por  mui  cierto,  que  avia  de  volver 
á  Reinar  estos  reinos  de  la  Nueva  España,  qualquier  demostración,  y  ama- 
go, que  avia  de  alteración,  y  rumor  de  alguno,  que  aparecia  luego  pensa- 
ban ser  él,  y  como  traxeron  las  nuevas  que  dexamos  dichas,  y  mas  por  la 
parte  por  donde  vieron  que  se  había  desaparecido,  y  en  Navios  tan  gran- 
des por  Mar  ancho,  y  peligroso  persuadiéronse  á  que  era  él,  y  no  otro,  y 
por  eso  pusieron  maior  cuidado  en  la  vigilancia  de  su  vuelta,  atalaiando  el 
mar,  no  tres  dias  en  todos  los  meses  del  año  como  los  gentiles  de  Oriente, 
sino  de  dia  y  de  noche  todo  el  año,  al  fin  del  qual  como  Juan  de  Grijalva 
fué  á  Cuba,  y  de  su  ida  resultó  la  venida  de  Fernando  Cortes  por  la  mis- 
ma derrota  que  el  primero,  fué  fuerza  que  los  Indios  viesen  los  navios,  y 
con  el  mandato  espreso  que  tenían  de  su  Rey,  fueron  por  la  posta  á  dar  el 
aviso  de  ello,  llevando  pintados  el  número  de  navios,  y  la  manera  de  Gen- 
te, que  vieron  andar  en  ellos,  lo  qual  todo  mostraron  á  Moteuhzuma,  y 
Tuvo  Motezu-  con  ^  nuevo  aviso,  que  tuvo  de  esta  segunda  Armada,  que  fué  por  fin  de 

nía   nueva  de  la   17    1  1  ...  111  •-.  1  , 

venida  de  Cortes  r ebrero  de  1 5 19  hizo  junta  de  los  de  su  Consejo,  y  de  otras  personas  de 
prendas,  y  autoridad,  y  dioles  parte  de  las  nuevas,  que  avian  traido  los 
Atalaias  de  la  Costa  del  Oriente,  de  lo  que  de  nuevo  avia  aparesido  en  la 
mar  que  confirmaba  las  pasadas  del  año  antes,  y  confiriendo  el  caso  tra- 
taron de  lo  que  convenia  hacer,  y  como  quando  entraron  los  Magos  en  Je- 
rusalem,  preguntando  por  el  Rey  nuevamente  nacido,  que  se  turbó  Hero- 
des,  y  los  de  su  Consejo,  así  estos  Indios  del  Consejo  del  Rey,  turbados 
con  él,  y  confusos,  dixeron,  que  pues  era  verdad,  que  su  Dios,  y  Rey  Ket- 
zalcohualt  avia  ido  á  los  Reynos  de  Tlapala  á  verse  con  el  Dios  Sol,  al  qual 
todos  sus  antepasados  avian  esperado,  que  también  lo  seria  que  era  el  que 
en  los  navios  avia  aparecido,  pues  no  parecia  caso  humano,  y  que  hom- 
bres mortales  anduviessen  por  la  mar  metidos  tan  dentro  de  sus  aguas  sin 
que  hubiesen  peresido  en  ellas,  y  así  creían  ser  él,  y  que  pues  venia,  era 
razón  que  fuesen  Personas,  y  Embaxadores,  y  Personas  principales  á  dar- 
i  Torquemada  le  la  obediencia  de  parte  de  aquel  Senado,  y  á  recibirlo.   De  aqui  pudiera- 

infiere,  que  por  ,  , 

qe  los  Reyes    mos  inferir,  que  estos  Mexicanos  tomaron  la  costumbre  de  elegir  Reyes, 

eran  tenientes  de  °  J 

Keuaicohuak    y  no  aconstumbrar  á  su  República,  que  lo  fueran  por  herencia,  lo  qual  pu- 

eran  por  elección   J  r  »   T.  f  >  n  r 

dieramos  probar  con  decir,  que  si  creían,  que  tenian  Rey  vivo,  y  que  en 
algún  tiempo  avia  de  volver  á  la  posesión  de  su  Rey  no,  que  no  avian  de 
consentir  que  otro  entrasse  en  su  posession  perpetua,  sino  como  los  Gover- 
nadores,  que  en  ausencia  de  los  Reyes  sirven  el  Officio  como  la  persona 
Real,  con  la  limitación,  que  dice  solo  el  tiempo  de  la  ausencia,  estando 
prestos,  y  aparejados  á  hacer  dexasion  de  el  cada,  y  quando  que  venga  su 
natural,  y  legítimo  heredero. 
mexiclnol l Ket-       102. — Volviendo  al  propósito,  digo,  qe.  determinado  Motezuma  de  lo 

zalcohtiatl   las  .      .   .         .       .  .  , 

vestidura-,  con-  que  había  de  hacer,  ordenaron  un  gran  presente,  ora  sea  el  que  antes  avian 

que  anduvo 

cuando  estuvo    llevado  á  Juan  de  Grijalva  y  que  lo  hubiesen  vuelto;  ora  otro  tal,  ó  maior, 

con  ellos  J  J  J     ^ 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

527 

que  avia  sido  el  primero;   pero  lo  que  uvo  mas,  fué  embiarle  con  él  todas    ATorquemada 
las  vestiduras  Sacerdotales,  que  decían  usaba  Ketzalcohuatl,  quaudo  esta-  z^cohuad era L 

cerdote  y  Rey 

ba  en  la  tierra,  que  según  esto  era  Sacerdote,  y  Rey  como  Xuma  Pom- 
pilio  en  Roma  y  aquí  se  verifica  como  el  Sacerdocio,  y  el  Reyno,  ha  an- 
dado junto  en  alguu  tiempo  en  el  Mundo.  Todo  esto  que  Motezuma  dio 
de  sus  thesoros,  que  se  llevasse  á  los  que  avian  apparecido  en  la  mar,  lo 
envolvieron  en  Mantas  ricas,  y  las  pusieron  en  Petacas,  y  hecho  tod*  ac- 
to, habló  Motezuma  á  los  Señores,  que  iban  por  Mensajeros,  de  esta  ma- 
nera.  Id  compañeros  á  cumplir  esta  embajada  á  qe.  os  embiamos  este  gia-     1^0  qe.  mandó 

,  .  .  .  dec¡r   Motezuma 

vísimo  Senado,  é  yo:  mirad  que  no  os  detengáis  en  ninguna  parte  sino  que  á  Ket™'cohuati 
con  toda  brevedad  posible  lleguéis  á  la  persona  de  nuestro  Señor,  y  Rey 
Ketzalcohuatl,  y  decidle:  Vuestro  Vasallo  Motezuma,  que  ahora  tiene  la 
tenencia  de  Nuestro  Reino  nos  embia  á  saludar  á  Vuestra  Magestad  y  nos 
dio  este  presente  que  aquí  traemos,  con  las  insignias  Sacerdotales,  que 
siempre  han  tenido  en  grande  estimación,  y  honra.  Con -este  despacho  se 
partieron  los  embajadores  de  la  presencia  del  Rey,  y  siguieron  su  camino, 
y  con  la  maior  priesa,  que  pudieron,  fueron  á  la  costa  donde  ya  habia  lle- 
gado Fernando  Cortés  con  todo  su  acompañamiento. 

103.  —  Quando  llegaron  estos  Mensajeros  á  la  orilla  de  la  Mar,  entrá- 
ronse en  Canoas,  y  metieron  todas  sus  cargas  en  ellas,  y  fuéronse  á  los  na- 
vios de  Hernando  Cortés,  y  viendo  el  estandarte  de  la  capitanía  fuéronse 
á  ella,  por  parecerles  que  alli  estaría  el  Señor,  y  Rey  que  buscaban.  Los 
de  los  otros  navios  todos  estaban  á  la  mira  de  lo  que  pasaba,  y  como  las 
canoas  llegaron  á  la  capitanía,  hicieron  señas  los  indios  de  querer  entrar,     Llegáronles 

,  ,        ,  ,  ,        ,  ,  .  ,    Mensajeros  á   la 

los  de  dentro  les  preguntaron,  que  de  donde  venían,  y  quienes  eran,  y  que  capitanía  dunde 

estaba  Cortes 

queiían?  Respondieron  que  eran  Mexicanos,  y  que  venían  de  México  á 
buscar  á  su  Señor  y  Rey  Ketzalcohuatl,  que  sabian  que  estaba  allí.  Aun- 
que los  Españoles  no  entendían  las  palabras,  conoscieron  el  intento  pol- 
las señas,  y  maravillados  por  su  demanda  trataban  entre  sí  el  caso,  y  de- 
cían; que  quiere  decir  esto  que  dicen  estos,  que  aquí  está  su  Rey,  y  su 
Dios,  y  que  le  quieren  ver?  Esto  oió  Fernando  Cortés,  y  el  con  todos  pen- 
saron bien  el  caso,  y  después  de  averio  platicado,  concertaron  que  Dn  Fer- 
nando Cortés  se  ataviasse  con  los  mejores  atavíos  que  tenían,  y  le  aderesa-  Finge  Cones  ser 
ssen  un  Trono  en  el  Alcázar  de  popa  donde  se  sentase  representando  Per-  Lnque 
sonade  Rey,  y  que  estando  de  esta  manera  entrasen  los  Indios  á  verle,  y 
hablarle.  Hecho  esto  dijeron  á  los  Indios,  que  fuesen  muy  bien  venidos, 
que  allí  estaba  el  que  buscaban,  y  que  le  verían  y  le  hablarían.  Aviendo 
oído  esto  los  Indios,  juntaron  sus  camas  á  bordo  de  la  Capitanía,  y  los  de 
arriba  los  aiudaron  á  subir,  y  metieron  dentro  las  cargas,  que  llevaban: 
luego  que  entraron  asentáronse  sobre  la  cubierta,  y  ataviáronse  y  vistié- 
ronse, lo  mas  galamente,  que  pudieron,  y  desatando  sus  cargas  pusieron 
en  muy  buen  orden  su  presente:  hecho  esto  pidieron  licencia  para  ver  al 
que  buscaban:  fueron  llevados  al  Alcázar,  donde  ya  Cortés  estaba  aguar- 


bibliografía  mexicana  del  siglo  XVIII. 
528 

dando  con  la  representación  de  Majestad,  que  diximos:  ellos  entraron  den- 
tro con  su  presente  en  las  manos,  y  como  le  vieron  en  aquel  Trono,  y  Ma- 
jestad creiendo  que  era  su  Dios  y  Señor  Ketzalcohuatl,  luego  se  postraron 
Palabras  que    en  tierra,  la  besaron,  qe.  era  la  adoración  latría,  con  que  reverenciaban  á 

dixeron  los  Men-  *  * 

cor,euatiá  Ketzal"  sus  Dioses,  y  levantándose  el  que  iba  por  superior  de  todos:  Dios  nuestro 
Prueba«ecomo  y  Señor  nuestro  seáis  muy  bien   venido,  que  grandes  tiempos  ha  que  os 

acia   muchos    si-   "  J  10  11 

fat'.an "e  le  espe"  esperábamos  nosotros  vuestros  siervos  y  Vasallos:  Motezuma  vuestro  Va- 
sallo, y  Teniente  de  vuestro  Reyno  nos  embia  á  vuestra  presencia  para  que 
á  su  nombre  os  saludemos,  y  dice,  que  seáis  muy  bien  venido,  y  os  supli- 
ca que  recibáis  este  pequeño  don,  y  estos  ornamentos  preciosos,  que  usa- 
bades  entre  nosotros  en  quanto  nuestro  Rey,  y  Dios,  y  dicho  esto  comen- 
zaron á  vestirle  con  aquellos  Ornamentos,  que  le  llevaban:  pusiéronle  en 

vistieron  á  Cor-  la  cabeza  una  pieza  hecha  á  manera  de  Almete,   en  que  avia  mucho  oro, 

tes  las  vestidu- 

cohuatiKetzal  y  Podras  ^e  mucho  valor,  y  un  plumero  ricamente  aderezado:  pusiéronle 
una  vestidura  que  se  llamaba  Xiculli,  que  cubre  desde  la  garganta  hasta 
la  cinta  y  los  medios  brazos  de  tela  preciosa,  luego  le  echaron  al  cuello  un 
collar  de  piedras  preciosas  de  mucho  valor  y  hermosura,  y  de  esta  mane- 
ra lo  fueron  vistiendo  de  la  Cabeza  á  los  pies  con  Ornamentos,  y  vestidu- 
ras Sacerdotales  de  gran  precio,  y  estima,  añadiendo  á  los  ordinarios  del 
Dios  Ketzalcohuatl,  los  que  eran  también  del  Dios  Tlezcaltipuca,  y  del 
Dios  Tlalocatecutli,  los  quales  le  pusieron  á  sus  pies  como  diciendo  en  es- 
to, que  á  él  le  reconoscían  por  el  maior  de  sus  Dioses,  como  hacen  quan- 
do  dan  algún  presente  á  alguna  persona  constituida  en  dignidad.  Después 
que  hicieren  esto,  díxoles  el  interprete  en  nombre  de  Fernando  Cortes. 
Pues  no  traéis  mas  de  esto  para  recibirme?  A  que  respondió  el  principal 
de  ellos,  y  dixo:  Señor  y  Rey  nuestro:  esto  nos  dieron  que  traxeramos  á 
Vuestra  Majestad,  y  no  mas.  Luego  Fernando  Cortés  mandó  á  los  suios, 
qe.  los  llevasen  al  Castillo  de  Proa,  y  los  tratasen  humanamente,  y  dexasen 
reposar,  y  que  luego  les  diesen  de  comerlas  cosas  de  Castilla  con  toda  be- 
nevolencia, y  cortesia. 
C"T s  M^ns" -  I04- — Trataron  después  de  espantar  á  estos  Mensajeros  con  arrojarlos 
lotezu-  ^sjc^  con  gr¡i]0S)  y  cadenas,  y  con  disparar  la  artillería,  desafeándolos  para 
que  luchasen,  todo  esto  á  fin  de  que  fuesen  diciendo  cosas  espantosas  pa- 
ra que  las  oisen,  se  atemorizasen,  y  les  cobrasen  miedo,  que  era  el  que  los 
avia  de  hacer  Señores  de  la  tierra:  durmieron  allí  aquella  noche,  y  otro  día 
de  mañana  pusieron  por  obra  lo  que  el  dia  antes  avian  trazado:  fuéronse 
á  los  Indios,  y  metiéronlos  en  colleras,  y  echáronles  (piedras)  grillos  á  los 
pies,  y  comenzaron  á  disparar  la  Artillería:  los  indios  que  se  vieron  pre- 
sos y  aherrojados,  y  combatidos  de  tanto  ruido,  y  truenos  de  la  Artillería, 
y  el  olor  de  la  Pólvora,  caieron  sin  sentido  en  tierra,  y  estuvieron  por  muy 
buen  rato  como  muertos,  y  como  los  vieron  así  los  soldados,  cogiéronlos 
entre  los  brazos,  y  sentándolos  les  echaron  agua  en  los  rostros,  y  dieron- 
sela  á  beber,  con  que  volvieron  del  pasmo,  y  asombro  que  avian  tenido: 


iría 


bibliografía  mexicana  del  siglo  xvm. 

529 

quitáronles  las  prisiones,  y  díxoles  el  Capitán:  sabido  he  que  los  Mexica- 
nos son  muy  valientes,  y  de  muchas  fuerzas,  y  muy  diestros  en  el  luchar,  y' 
que  uno  solo  basta  á  vencer,  y  rendir  diez,  y  veinte  de  sus  enemigos,  por 
lo  qual  para  satisfascerme  de  esta  verdad,  y  salir  de  esta  duda,  quiero  que 
luchéis  con  mi  gente,  para  ver  si  sois  mas  valientes  que  ellos:  dioles  Ro- 
delas, y  espadas,  y  Lanzas  para  que  acometiesen:  los  indios  pobres  y  des- 
venturados, que  quando  supieron  usar  de  aquellas  armas,  que  les  avian 
dado,  estaban  con  las  prisiones,  y  ruido  de  la  Artillería  mas  muertos  que 
vivos,  no  aceptaron  el  desafio:  pero  excusáronse  de  él  diciendo:  Señor  no 
es  eso  á  lo  que  venimos,  ni  Motezuma  nos  mandó  que  viniésemos  á  reñir, 
ni  á  probar  fuerzas  con  vuestras  gentes,  sino  á  que  solo  os  visitassemos  de 
su  parte,  y  os  bessasemos  las  manos,  como  lo  hemos  hecho,  y  si  hiciése- 
mos lo  que  nos  mandáis,  y  nos  atreviessemos  á  tan  grande  desacato,  no  so- 
lo nos  reñiría  por  ello,  sino  que  nos  quitara  las  vidas.  A  esto  replicó  el  Ca- 
pitán: no  tenes  que  excusaros  con  razón  alguna,  porque  aveis  de  hacer  esto 
que  os  mando,  porque  tenemos  noticias  de  vosotros  Jos  Mexicanos  de  que 
sois  valientes,  y  aveis  de  hacer  todos  vuestros  poderíos  para  ofender,  y  de- 
fenderos de  los  mios.  No  pudieron  acabarlo  con  ellos,  y  viendo  que  no 
querían  uno,  á  uno,  ni  dos  á  dos,  ni  de  ninguna  manera  para  experimentar 
sus  fuerzas,  y  destreza  en  el  pelear  (para  si  viniessen  con  ellos  algunas  ve- 
ces á  las  manos)  injuriáronlos  de  palabras,  y  los  despidieron,  diciendo  que     Respuesta  d¡s- 

paratada  que  dio 

eran  cobardes  y  afeminados,  y  qe.  se  fuesen  como  tales  á  México,  que  ellos  Cortes  á  íosme- 

J  J      *■  ■*  xicanos 

venian  ya  á  conquistar  á  los  Mexicanos,  y  qe.  á  sus  manos  morirían  to- 
dos, y  dixesen  á  Motezuma,  cómo  su  presente  no  les  avia  agradado,  y  que 
yendo  ellos  á  México,  les  robarían  cuanto  tenían,  y  lo  tomarían  para  si. 
Si  estos  supieron  lo  que  se  dixeron,  ó  no,  bien  se  hecha  de  ver,  pues  abla- 
ron  á  tiento,  no  sabiendo  lo  porvenir,  ni  abiendo  echo  cata  de  las  cosas  de 
la  tierra. 

'105.  —  Con  estos  temores,  se  entraron  los  Indios  en  sus  Canoas,  y  tan 
aprisa,  que  qualquiera  movimiento  de  dilación,  les  parecian  anuncios,  y 
nuevas  tristes  de  su  muerte,  y  con  ella  comenzaron  á  remar,  no  solo  los  re- 
meros que  para  esto  llevaban,  sino  todos  sin  diferencia,  mudándose,  y  ani- 
mándose los  unos  y  los  otros,  tanto  por  apartarse,  y  alexarse  de  los  Na- 
vios, donde  tan  mal  les  avia  ido,  quanto  por  venir  acá  á  dar  cuenta  á  su 
Rey  de  lo  que  con  Ketzalcohuatl  les  avia  pasado.  Con  esta  priesa  llegaron 
á  una  isleta  llamada  Xicalanco,  donde  comieron,  y  reposaron  un  poco,  y 
de  allí  se  partieron,  y  llegaron  á  un  Pueblo,  que  se  llama  Tecpantlayac,  que     Caminan  ios 

r  'JO  -1  1  Mensajeros  á 

estaba  en  la  Rivera:  de  alli  fueron  á  Cuetlaxta,  que  está  la  tierra  adentro:  México 
aquí  durmieron:  rogáronles  los  principales  que  descansasen:  respondieron 
la  priesa  es  tal,  porque  la  embajada  que  llevamos  á  nuestro  Señor  Motezu- 
ma, es  tal,  que  jamas  se  ha  visto  otra  semejante  en  estos  Reynos,  y  no  es 
bien  que  otro  lo  sepa  primero,  y  por  eso  importa  no  descansar.  Luego  se 
partieron,  é  iban  tan  turbados,  y  apresurados,  que  en  ninguna  cosa  reci- 


BIBLIOGRAFÍA  MEXICANA  DEL  SIGLO  XvIIL 

530 

bian  consuelo,  ni  en  el  comer,  ni  en  el  dormir,  ni  les  daba  consuelo  cosa 
ninguna:  iban  suspirando  afligida,  y  afectuosamente:  atónitos  y  angustia- 
dos callaban  todos,  guardando  silencio  extraño,  y  quando  se  hablaban  á 
solas  los  unos  á  los  otros  decían,  avernos  visto  cosas  tan  espantosas,  y  ra- 
ras que  son  indicio,  de  que  han  de  venir  sobre  nosotros  grandes  males,  y 
tribulaciones;  pero,  Señor,  quienes  serán,  ó  de  donde  vendrán  aquellos  que 
nos  han  de  conquistar  á  nosotros  los  Mexicanos?  que  somos  los  mas  po- 
derosos antiguos,  y  temidos  en  todos  estos  Rey  nos?  Porqué  causa  vamos  tan 
angustiados,  y  atribulados,  que  nuestro  corazón  con  golpes  que  nos  da  en 
el  pecho,  nos  dice  la  pena,  que  llevamos?  Indicio  es  este  algún  gran  mal, 
que  se  nos  acerca.  En  breve  llegaron  á  esta  ciudad  de  México  algo  de  no- 
che: fueron  derechos  á  Palacio,  y  dixeron  á  los  de  la  Cámara,  que  diesen 
aviso  á  Motezuma,  y  que  si  dormía  lo  dispertasen,  porque  el  caso  no  su- 
fría tardanza.  Entraron  los  guardas  á  decirlo,  y  cuando  lo  vio  Motezuma 
dixo,  decidles  que  no  entren  acá,  sino  que  se  vayan  á  la  Sala  de  la  Judica- 
tura, y  que  allí  me  aguarden,  y  mandó  aprestar  esclavos  para  un  sacrifi- 
cio, é  yendo  á  la  Sala  congregó  los  del  Consejo,  y  Ministros  que  hicieron 
el  sacrificio,  con  cuia  sangre  rosciaron  á  los  Embajadores.  Esta  ceremonia 
usaban  quando  venia  alguna  embaxada  de  mucha  importancia  en  casos 
graves,  y  nuevamente  acaecidos. 
Oie Motezuma  T 06. —  Después,  que  fué  hecha  aquella  idolátrica  ceremonia  de  rociarlos 
latrreaSxPeUrontasuT'e  Embajadores  con  la  sangre  de  los  que  avian  muerto,  sentóse  Motezuma 

Mensajeros  ,-..,,  .  •»»  11  1      •      1 

en  su  Trono,  y  Silla  para  oír  con  Magestad  la  embajada,  porque  según 
creia,  tenia  por  averiguado  que  era  Ketzalcohuatl  el  que  avia  venido,  y 
aguardaba  la  razón  cierta  de  lo  que  determinaba  en  orden  á  su  venida. 
Luego  los  Embajadores  postrados  en  tierra  la  besaron  (que  en  su  lengua 
llaman  Tlacualiztli,  que  es  ceremonia  idolátrica  de  adoración)  y  así  pos- 
trados habló  (se)  el  superior  de  esta  manera:  Señor  poderoso  y  Rey  nues- 
tro: luego  que  llegamos  á  la  orilla  del  mar  estos  criados  tuios,  y  yo,  vimos 
dentro  del  agua  unas  Casas  grandísimas  todas  de  madera,  con  grandes  ar- 
tificios dentro,  y  fuera,  los  cuales  andan  por  el  agua  honda  de  la  Mar,  co- 
mo las  canoas,  que  acá  nosotros  usamos  por  nuestra  Laguna,  y  Asequias, 
dixeronos,  que  estas  Casas  se  llaman  navios,  y  ninguno  de  nosotros  sa- 
brá decir  los  diversos  officios,  y  cosas,  que  en  sí  contienen:  entramos  en  la 
Capitana:  eran  los  navios  muchos,  y  en  cada  uno  mucha  gente,  y  todos 
nos  estuvieron  mirando,  hasta  que  subimos:  luego  procuramos  ver  al  Se- 
ñor Ketzalcohuatl,  para  darle  el  presente  y  mostráronnos  en  una  pieza 
apartada  á  un  Señor  sentado  en  un  Trono  muy  ricamente  vestido,  y  seña- 
lándolo con  la  mano  dixeron:  este  es  el  que  buscáis:  postramonos  á  sus 
pies,  besando  la  tierra,  y  adorándolo  como  á  Dios:  luego  le  diximos  lo  que 
nos  mandastes  y  le  compusimos  con  los  vestidos  y  joyas,  que  nos  diste,  y 
presentárnosle  lo  demás  que  llevábamos  para  darle,  y  puesto  todo  á  sus 
pies  nos  dieron  á  entender  que  era  poco:  aquel  dia  nos  trataron  bien;  y 


bibliografía  mexicana  del  siglo  XVIII. 

531 

nos  dieron  de  comer  y  de  beber  de  un  licor  bueno,  que  llaman  Vino:  aque- 
lla noche  dormimos  en  el  navio:  á  la  mañana  quisieron  probar  nuestras 
fuerzas  y  mandábannos  pelear  con  ellos:  escusamonos  con  mucha  resisten- 
cia: aprisionáronnos,  y  dispararon  piezas,  que  con  sus  truenos  y  relámpa- 
gos nos  asustaron  mucho,  y  caimos  como  muertos.  Después  que  nos  reco- 
bramos y  nos  dieron  de  comer,  vimos  sus  armas,  y  sus  Caballos,  y  sus 
perros,  que  les  anidaban  en  la  pelea,  de  que  nos  maravillamos,  y  seria 
cosa  muy  larga  y  prolixa  contar  todas  las  cosas  en  particular.  Dicen 
que  vienen  acá  á  conquistarnos,  y  robarnos.  No  sabemos  más:  si  vinieren 
acá  sabremos  lo  que  quieren,  y  lo  que  pueden:  solo  decimos  que  venimos 
grandemente  espantados,  y  atemorizados  mucho.  Se  admiró  Motezuma  de 
lo  que  los  Embaxadores  dixeron,  y  mudársele  (sic)  los  colores  del  rostro, 
y  mostró  muy  gran  tristeza,  y  desmaio:  asentósele  en  el  corazón,  que  se 
habían  de  ver  en  muy  grandes  trabajos,  y  afrentas  asi  como  todos  los  de 
su  Imperio,  y  Reyno:  movido  de  este  sentimiento,  comenzó  á  llorar  amar- 
gamente, y  con  él  todos  los  que  allí  estaban,  y  estas  lágrimas,  y  llanto  co- 
rrió después  por  todos  los  de  la  ciudad,  así  chicos  como  grandes:  luego 
comenzaron  por  las  Plazas  á  hacer  corrillos,  y  á  llorar  unos  con  otros,  in- 
citándose á  este  llanto  con  razones  tiernas,  y  sentidas,  que  se  decian  los 
grandes  males  que  amenazaban,  y  la  caída,  y  ruina,  que  avian  de  tener, 
como  si  ya  estuviesen  en  ella,  adivinándoles  el  corazón  lo  que  después  les 
sucedió:  andaban  todos  cabizbajos,  y  llorosos:  los  Padres  doliéndose  de  sus 
hijos,  les  decian:  ay  de  mi  y  de  vosotros,  hijos  míos,  que  grandes  males 
aveis  de  ver,  y  lo  peor  es,  que  los  aveis  de  passar,  y  sufrir:  lo  mismo  de- 
cian las  Madres  á  las  Hijas,  con  otras  lástimas,  que  el  grande  amor,  y  tris- 
teza les  enseñaban.  Con  estas  muestras  de  tristeza  pasaron  la  noche,  y  el 
dia  todo,  y  Motezuma,  como  más  intensado  en  el  honor,  y  honra,  que  po- 
dia  perder,  lo  sentia  más  que  todos. 

107. — El  Mexicano  que  venia  de  parte  de  Motezuma,  dio  á  Fernando     Notabiepre- 

sente  que  embió 

Cortes  la  bien  venida,  y  luego  con  mucha  gravedad,   mandó  tender  unas  Motezuma  áCor- 

'    ■>  &  &  '  tes.   Torquem. 

esteras,  muy  ricamente  labradas,  (que  ellos  llaman  Petates)  y  encima  de  fsL*¿(4CoiT  '7 
ellas  mantas  de  algodón:  luego  sobre  ellas  pusieron  diversidad  de  Camissas 
de  algodón  y  telas  de  lo  mismo,  delicadísimamente  labradas,  entretexidas 
de  plumas,  de  extremados,  y  excelentes  visos,  y  de  muy  varios  y  diffe- 
rentes  colores;  Rodelas  hechas  de  varas  muy  blancas,  entretexidas  con  plu- 
mas y  con  patenas  de  oro  y  plata,  y  en  otras  perlas  menudas  como  aljó- 
far, y  no  se  puede  decir  su  artificio,  lindeza  y  hermosura.  Un  casquete  de 
madera  muy  sutil  cubierto  de  granos  de  oro  por  fundir.  Un  capacete 
de  planchas  de  oro,  y  Campanillas  colgadas,  y  encima  asentadas  unas  pie- 
dras como  esmeraldas.  Penachos  de  varios  plumages  grandes,  con  los  cabos 
de  argentería  de  oro  colgando.  Mosqueadores  de  pluma  rica  con  mil  lin- 
dezas y  juguetes  de  oro,  y  plata,  hechos  por  muy  subtil  y  maravilloso  ar- 
tificio.  Braseletes,  y  otras  armaduras  de  oro,  y  plata  que  usaban  en  sus 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

532 

guerras,  con  sus  plumas  verdes,  y  amarillas  interpuestas,  y  cueros  de  Ve- 
nado muy  adornados,  que  no  se  puede  esplicarsu  curiosidad.  Alpargatas, 
ó  Sandalias  de  Cuero  de  Venado  (que  llaman  Cactli)  cosidos  con  hilo  de 
oro,  y  por  suela  una  piedra  blanca,  y  azul  cosa  preciosa,  y  muy  delgada, 
Espejos  hechos  de  Margajita,  que  es  metal  resplandeciente  como  plata,  y 
tan  grandes  como  un  puño,  redondos  como  una  bola,  engastados  en  oro, 
que  dexado  el  valor  del  engaste,  solo  la  hechura,  y  hermosura  se  pudiera 
vender  en  muy  caro  precio,  y  que  á  cualquiera  Rey,  y  Señor  grande  se  pu- 
dieran presentar. — Muchas  mantas,  y  Cortinas  para  camas,  delgadísimas 
de  algodón,  que  parecian  ser  mas  ricas,  que  si  fueran  de  seda,  y  de  diver- 
sos colores:  Muchas  piezas  de  oro,  y  plata.  Un  collar  de  oro,  que  tenia 
mas  de  cien  esmeraldas,  y  muchos  mas  rubíes,  y  colgaban  muchas  campa- 
nillas de  oro;  y  otro  collar  con  muchas  esmeraldas,  y  ciertas  perlas  ricas,  y 
la  hechura  admirable,  y  otras  piesezuelas  como  Ranas  y  animalejos.  Joias 
como  medallas  chichas,  y  grandes,  que  sola  la  hechura,  y  el  primor  del  ar- 
tificio de  ellas  valían  mas,  que  el  oro  y  plata.  Granos  de  oro  por  fundir 
sacados  de  las  minas,  como  Garvanzos,  y  menos,  y  lo  que  mas  engrande- 
ció este  presente,  fueron  dos  ruedas,  una  del  Sol,  con  sus  raios,  y  follaje,  y 
ciertos  animales  señalados,  que  pesaba  mas  de  cien  marcos.  La  otra  de  pla- 
ta de  la  figura  de  Luna  labrada  á  la  misma  manera  que  el  Sol  de  cinquenta 
y  tantos  marcos  de  peso:  tenia  de  grueso  con  un  real  de  acuatro,  poco 
mas,  ambas  macisas  del  tamaño  de  una  gran  rueda  de  carreta.  Todos  los 
que  vieron  el  presente  quedaron  suspensos,  y  admirados  de  tan  gran  ri- 
queza. Este  presente  embió  Motezuma  á  Cortes  luego  que  saltó  en  tierra 
en  la  Veracruz  con  Tehutli,  á  quien  habia  mandado  que  regalase  mucho, 
después  que  le  embió  á  saludar  y  á  recibir  por  Ketzalcohuatl. 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 
533 


DISERTACIÓN. 


SOBRE  LA  PREDICACIÓN  DEL  EVANGELIO  EN  AMÉ 


:rica 


ANTES  DE  LA  CONQUISTA. 


DR.  D.  SERVANDO  DE  MIER  Y  NORIEGA. 


BIBLIOGRAFÍA  MEXICANA  DEL  SIGLO  XI  'II!. 

534 

ADVERTENCIA 

El  Dor.  Mier  imprimió  este  Opúsculo  al  fia  de  la  obra  que  publicó  en 
Londres  el  año  de  1S13  bajo  el  seudónimo  de  Don  José  Guerra  y  con  el 
título  de  "Historia  de  la  Revolución  de  Nueva  España,  antiguamente  Aua- 
Jiuac,  2  touis.  en  Sa.  Figura  allí  desde  la  pag.  ii  á  continuación  de  una  cer- 
tificación con  que  Dn  Antonio  Capmani  da  fee  de  que  habiéndose  exami- 
nado en  la  Academia  de  la  Historia  el  famoso  sermón  que  predicó  el  Padre 
Mier  el  12  de  Noviembre  de  1794  se  declaró  que  no  contenía  nota  teoló- 
gica y  que  en  él  no  se  negaba  la  verdad  de  la  Aparición  Guadalupana. 
Ese  documento  dio  motivo  á  esta  disertación  á  que  su  autor  puso  el  si- 
guiente epígrafe  "Nota  ilustrativa  de  este  documento  y  cu  que  se  trata  de 
la  predicación  del  Evangelio  en  América  antes  de  la  Conquista.'" —  Con  él 
se  ha  compuesto  el  título  de  su  portada. 

Aunque  de  ese  Opúsculo  corre  impresos  y  de  él  se  hiz.o  una  reimpre- 
sión Dn  Carlos  María  Bustamante,  que  infirió  como  suplemento  (sin  serlo) 
al  fin  del  Lib.  3?  de  la  Historia  general  de  X.  E.  del  P.  Sahagum,  sin  em- 
bargo me  pareció  conveniente  agregar  aquí  su  copia  porque  su  asunto  es 
absolutamente  el  mismo  que  el  de  los  opúsculos  que  le  preceden  y  con  sus 
propios  eruditos  errores;  esto  es,  la  predicación  del  Apóstol  Santo  Tomás 
en  América,  bajo  los  nombres  de  Ketzalcohuatl,  Chilan  Balan,  Chilan 
Caníbal  etc.  etc.  Quizá  la  única  diferencia  que  puede  asignarse  entre  este 
y  los  otros  procede  (procede)  del  espíritu  que  los  dirijía.  En  los  unos  era 
el  simple  sentimiento  católico;  en  el  P.  Mier  influía  principalmente  el  des- 
afecto á  la  dominación  española.  Hiriéndoles  en  sus  fibras  mas  delicadas, 
intentó  probar  que  no  fueron  los  Españoles  los  primeros  introductores  del 
Cristianismo;  y  aunque  cubrió  su  intento  con  velo  religioso,  fué  bien  com- 
prendido y  de  aquí  le  vino  la  fuerte  persecución  civil  y  eclesiástica  que  le 
lanzó  mas  allá  de  los  mares. 


Apenas  los  españoles  se  acercaron  al  Continente  de  América  en  15  18, 
desembarcando  en  Cozumel  junto  á  Yucatán,  hallaron  muchas  cruces  den- 
tro y  fuera  de  los  templos,  y  en  su  patio  almenado  puesta  una  cruz  gran- 
de en  cuyo  contorno  hacían  procesión  pidiendo  á  su  Dios  lluvias,  y  á  todas 
las  veneraban  con  grande  devoción.  De  ellas  se  hallaron  en  todo  Yucatán, 
aun  sobre  los  pechos  de  los  muertos  de  antiguo  sepultados.  De  aquí  vino, 
que  los  Españoles  le  comenzaran  á  llamar  N.  España.  En  tal  relación  con- 
vienen todos  unánimes. 

Herrera  dice:  (decad.  III.  lib.  3.  cap.  1)  "que  Gomara  cuenta  que  algu  ■ 
nos  Españoles  pensaron,  que  quizá  huyendo  de  los  moros  algunos  de  sus 
antepasados  irian  por  allí,  pero  que  el  no  lo  cree:  y  aunque  en  otra  parte 


BIBLIOGRAFÍA  MEXICANA  DEL  SIGLO  XV 111. 

535 

dice  que  no  se  pudo  saber  de  donde  les  habían  venido  á  los  Indios  las  cru- 
ces y  tanta  devoción  con  ellas,  bien  pudo  salir  de  esta  duda  porque  impri  ■ 
mió  su  historia  en  1553,  y  desde  1527  el  adelantado  Francisco  de  Montejo 
comenzó  la  conquistade  Yucatán,  y  en  algunas  provincias  que  le  recibieron 
pacíficamente,  especialmente  en  Tutuxiú,  cuya  cabeza  es  Miní  ([4  leguas  de 
donde  ahora  es  Mérida,)  se  entendió  que  pocos  años  antes  que  llegasen  los 
Castellanos,  un  Indio  principal  sacerdote  llamado  Chilam  Cámbal,  tenido 
entre  ellos  por  gran  profeta,  dixo,  que  dentro  de  breve  tiempo  iría  de  hacia 
donde  nace  el  Sol  gente  y  barbada  y  blanca,  que  llevarían  levantada  la  se- 
ñal de  la  Cruz  que  les  mostró,  á  la  cual  no  podrían  llegar  sus  Dioses  y 
huirían  de  ellos,  y  que  esta  gente  había  de  señorear  la  tierra:  y  que  dexa- 
rias  sus  ídolos  y  adorarían  un  solo  Dios,  á  quien  aquellos  hombres  adora 
ban.  Hizo  texer  una  manta  de  algodón,  y  dixo  que  de  aquella  manera  ha- 
bía de  ser  el  tributo  que  se  había  de  pagar  á  aquellas  gentes,  y,  mandó  al 
Señor  de  Miní,  que  se  llamaba  Mochanxiú,  que  ofreciese  aquella  manta  á 
los  ídolos  para  que  estuviese  guardada,  y  la  señal  de  la  Cruz  hizo  hacer  de 
piedra,  y  la  puso  en  los  patios  de  los  templos  adonde  fué  \  ista,  diciendo 
que  aquel  era  el  árbol  verdadero  del  mundo  y  por  cosa  muy  nueva  la  iban 
á  ver  muchas  gentes,  y  la  veneraban  desde  entonces  Y  esta  fué  la  causa 
que  preguntaron  á  Francisco  Hernández  de  Córdoba  si  iban  de  donde  na- 
cía el  Sol,  y  quando  fué  el  Adelantado  Montejo  y  los  Indios  echaron  de 
ver  que  se  hacia  tanta  reverencia  á  la  Cruz,  tuvieron  por  cierto  lo  que  les 
habia  dicho  su  profeta  Chilamcánbal." 

Herrera  queda  muy  satisfecho  con  esta  relación,  como  si  no  fuera  tan 
disparate  haber  ido  allá  los  Españoles  en  tiempo  de  los  moros,  como  po- 
ner un  profeta  que  mande  ofrecer  dones  á  los  ídolos.  Profetas  verdaderos 
entre  idólatras  solo  pudieron  ocurrir  á  los  Españoles,  eme  á  cada  paso  los 
encontraban  en  Indias,  por  el  cuento  de  las  Sibilas,  y  la  historia  de  Balan. 
Pero  está  demostrado,  que  las  profesías  de  las  Sibilas  fueron  una  fricción 
piadosa  de  los  primitivos  Cristianos;  y  así  donde  el  Misal  Romano  lee  en  la 
Secuencia  de  difuntos:  teste  David  cum  Sivilla,  sustituyó  el  Parisiense: 
crucis  expandeus  vexilla.  Balan  así  como  Job,  aunque  no  eran  Israelistas, 
eran  siervos  del  verdadero  Dios  que  adoraban,  aunque  el  primero  preva- 
ricase para  dar  un  mal  consejo. 

Aun  dado  el  caso  de  un  mal  profeta  en  un  caso  de  extraordinaria  provi- 
dendencia,  no  era  para  el  caso  de  Yucatán  con  sus  nombres  y  los  tiempos 
en  que  existieron.  Pero  esos  serian  sacerdotes  ó  sabios  que  en  diferentes 
tiempos  recordaron  la  primitiva  de  Chilancánbal,  la  qual  es  la  mas  larga, 
célebre  y  conocida:  y  se  engaña  mucho  Herrera,  ó  los  que  se  lo  contaron, 
en  decir  que  existiera  pocos  años  antes  de  la  Conquista,  porque  los  Indios 
según  su  dicho  Montemayor,  le  daban  quatro  edades  de  antigüedad,  y 
ajustada  la  quenta,  viene  á  ser  en  los  primeros  siglos  de  la  Iglesia.  Es  ver- 
dad que  Montemayor  insiste  en  que  no   era   su  nombre  Chilan-Cámbal, 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

536 

porque  el  vio  escrito  Chilan-Balán,  y  no  advierte,  que  esta  novedad  con- 
tra el  testimonio  de  todos  los  autores  españoles,  es  una  corrupción  manifiesta 
por  la  semejanza  de  letras  para  aludir  al  profeta  Balan;  y  acabaria  de  con- 
vencerse, si  supiera  que  Chilan-Cámbal  en  lengua  Chinesa  significa  Santo 
Tomás.  Y  no  hay  que  admirarse  de  que  venga  á  traer  de  China  la  inter- 
pretación, porque  haré  ver,  que  de  allá  vino  la  voz  del  Evangelio  á  las 
Américas;  así  como  el  calendario  Mexicano,  que  dicen  les  traxo  el  predi- 
cador, es  casi  idéntico  al  de  los  Tártaros  Chineses,  y  la  lengua  mexicana 
está  llena  de  palabras  Chinas.  Desde  luego  con  solo  leer  en  el  viaje  de  Lord 
Macatuci  las  terminaciones  de  los  nombres  de  los  magnates  de  aquel  im- 
perio se  verá  que  son  las  mismas  de  los  mexicanos  con  la  partícula  cere- 
monial tzin  etc.  etc. 

Tenemos  mejores  testimonios  en  Remesal  liistor.  de  Chiapa  lib.  V  Cap.  7. 
quando  el  Santo  Obispo  de  Chiapa  llegó  á  Campeche  el  año  1544  de  paso 
para  su  obispado  con  religiosos  Dominicos. — "No  solo  averiguaron  ellos 
lo  mismo  que  Montejo,  sino  que  los  Indios  se  bautizaron  todos  sin  falta 
dando  al  bautismo  el  nombre  de  renascencia,  como  Jesu-Cristo  le  llama 
en  el  Evangelio:  misi  quis  renatus  fuesit  ex  agua,  etc.  Y  que  lo  recibían 
con  las  mismas  ceremonias  de  los  Cristianos  hasta  imponiendo  el  lienzo 
blanco  y  con  exorcismos,  ayunando  antes  tres  dias  los  padres,  y  guardando 
continencia  ocho  dias  después,  y  confesándose  los  que  eran  grandecillos 
como  en  la  primitiva  Iglesia  los  catecúmenos.  Y  todos  usaban  la  confe- 
sión y  otras  muchas  ceremonias  de  la  Iglesia." 

El  santo  Obispo  envió  á  visitaren  su  nombre  al  interior  un  clérigo  Fran- 
cisco Hernandes  perito  en  la  lengua,  y  este  le  escribió:  que  habiéndoles  pre- 
guntado por  su  creencia  antigua  respondieron,  que  creian  en  la  Trinidad, 
á  cuyas  personas  daban  los  verdaderos  nombres  en  su  lengua,  con  perfec- 
to conocimiento  del  resto  de  la  religión  de  Jesu-Cristo,  en  cuya  memoria 
ayunaban  (los)  el  viernes  dia  de  su  muerte,  y  veneraban  á  su  madre  Vir- 
gen: que  aquella  doctrina  venia  de  Padres  á  hijos  de  tiempos  antiguos,  en 
que  vinieron  20  hombres  y  el  principal  de  ellos  se  llamaba  Cozas,  los  qua- 
les  mandaban  que  se  confesasen  las  gentes  y  ayunasen."  El  Santo  Obis- 
po refiere  todo  esto  y  mas  en  su  historia  apologética  de  las  Indias— como 
puede  leerse  en  Remesal  ubi  supra  y  en  Torquemada  tom.  3.  lib.  15.  cap. 
49,  y  concluye  el  Obispo — "En  la  tierra  del  Brasil  que  poseen  los  Portu- 
gueses se  imagina  hallarse  rastro  de  Santo  Tomas  apóstol,  y  parece  haber 
sido  en  Yucatán  nuestra  Santa  fé  sabida.  Ciertamente  esta  tierra  y  reino 
da  á  entender  cosas  mas  especiales  y  de  mayor  antigüedad  que  en  otras 
partes  de  las  Indias,  por  las  grandes,  admirables  y  excesivas  maneras  de 
edificios  y  letreros  de  ciertos  caracteres,  que  en  ninguna  otra  parte  se  ha- 
llan:—Finalmente  secretos  son  estos  que  solo  Dios  los  sabe." 

Hanse  averiguado  muchos  de  estos  después  del  tiempo  del  Santo  Obis- 
po, pues  quien  leyere  las  crónicas  del  Brasil,  especialmente  del  P.  Manuel 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

537 

de  Nóbrega,  verá  que  allí  conservaron  hasta  el  nombre  de  Jesús  y  María, 
y  el  de  Santo  Tomé  que  les  había  predicado.  Apenas  los  españoles  pusie- 
ron el  pie  en  las  riberas  del  Río  de  la  Plata,  que  el  Comisario  de  Sn  Fran- 
cisco, que  fué  destinado  con  otros  cuatro  religiosos  para  allá,  no  pudiendo 
entrar  en  el  rio  fué  al  puerto  de  Dn  Rodrigo,  que  hoy  llaman  dice  el,  de 
Sn  Francisco,  y  escribe  á  un  Consejero  de  Indias  desde  allí  en  i  de  Mayo 
año  1538; — que  los  cristianos  fueron  recibidos  como  Angeles  de  los  In- 
dios, de  quienes  averiguó  que  cuatro  años  antes  habia  habido  allí  un  pro- 
feta llamado  Eguiara  que  les  anunció,  que  presto  llegarían  cristianos  her- 
manos de  Santo  Tomé  á  bautizarlos,  y  no  les  hiciesen  mal,  y  así  les  harían 
infinito  bien:  y  dice  que  halló  que  en  los  cantares  que  les  enseñó  á  los  In- 
dios mandaba,  que  se  guardasen  los  mandamientos  y  otras  muchas  cosas 
de  los  Cristianos.  Ved  la  carta  en  Torquem.  tom.  3?  lib.  5.  cap.  48.  Ellos 
pues  referían  su  cristianismo  á  Santo  Tomé,  y  él  mismo  sería  el  Eguiara 
que  dice  haber  precedido  cuatro  años,  y  serian  cuatro  edades  como  en  Yu- 
catán, sino  fué  algún  sacerdote  que  recordase  la  profecía. 

En  una  palabra,  que  un  hombre  venerable,  barbado,  blanco,  pelo  y  bar- 
ba larga  con  un  báculo  predicó  en  toda  América  una  ley  santa  y  el  ayuno 
de  cuarenta  días,  y  levantó  cruces  que  los  Indios  adoraban,  y  les  anunció 
que  vendrían  del  Oriente  hombres  de  su  misma  religión  á  enseñarlos  y  do- 
minarlos, es  un  hecho  tan  constante  en  todas  las  historias  que  han  escrito 
los  Españoles,  no  menos  que  los  geroglíficos  Mexicanos  y  Quipos  Perua- 
nos, que  es  necesario  creerlo,  ó  abandonarse  á  un  ciego  pirronismo.  El 
Viracocha  barbado  del  Perú  no  era  otra  cosa,  y  del  tuvieron  los  Imas  la 
cruz  que  guardaban  con  veneración  en  su  Palacio,  y  la  predicción  de  que 
irian  gentes  barbadas  y  blancas:  y  por  eso  llamaron  á  los  Españoles  vira- 
cochas: y  aun  conservan  el  nombre  de  Santo  Tomé,  pues  por  eso  á  nues- 
tros Sacerdotes  llamaron  Paytumes  ó  padres  Tomes,  aunque  á  los  suyos 
llamaban  Moanes.  Santa  Cruz  de  la  Sierra  llamóse  así,  porque  los  Indios 
les  presentaron  una  que  conservaban  con  veneración  grabada  en  una  pie- 
dra. No  necesito  decir  mas  porque  hasta  de  Garcilazo  consta  (i)  que  por 
semejantes  tradiciones  se  sujetaron  los  Peruanos  sin  efusión  de  sangre  á  los 
Españoles,  según  les  estaba  mandado  de  antiguo  por  sus  Incas. 

En  México  la  turbación  de  Moteuhzoma,  sus  consultas  con  el  Rey  de 
Tezcuco  luego  que  Juan  de  Grijalba  arribó  por  la  primera  vez  á  la  costa 
de  N.  España,  los  regalos  que  embió  á  Cortes  etc.  etc  ,  no  provienen  sino  de 
la  misma  profesía  ó  tradición,  con  que  esperaban  á  su  antiguo  predicador 
Quetzalcohuatl,  ó  gentes  de  su  religión.  Es  necesario  leer  sobre  esto  á  Tor- 
quemada  Mon.  Ind.  tom.  1.  lib.  4  cap.  14.  Y  dice  Boturini,  que  vio  en  los 
geroglíficos  de  los  Mexicanos,  que  puntualmente  llegó  Cortes  en  el  mismo 
año  y  carácter  ce  acatl  en  que  ellos  aguardaban  á  Quetzalcohuatl:  de  suer- 
te que  quando  Cortés  llegó,  no  era  la  dificultad  de  reconocerle  como  Se- 

fl)  Ved  pág.  145  del  1  tomo  de  esta  Histor. 

68 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

533 

ñor,  sino  de  saber  si  era  el  mismo  ó  venían  de  su  parte,  pues  en  muchas 
señales  convenían,  aunque  la  crueldad  y  rapacidad  de  los  Españoles  age- 
na  de  Quetzalcohuatl  los  detenia.  Aprobar  que  Cortés  lo  era  para  some- 
terse á  él  se  dirigieron  todos  los  discursos  de  Maxiscatzin  en  el  Senado 
de  Tlaxcala.  Sobre  explorar  esto  rodaron  todas  las  conferencias  de  Mo- 
teuhsoma  con  Cortés,  como  consta  de  todos  los  historiadores,  pues  Moteuh- 
soma,  no  se  intitulaba  sino  teniente  de  Quetzalcohuatl,  y  todo  el  arte  de 
Cortés  estaba  en  persuadirle  que  el  Rey  de  España  era  este.  Así  le  escribe 
en  su  primera  carta  á  Carlos  V: — yo  le  respondí  á  todo  lo  que  me  dixo  sa- 
tisfaciendo aquello  queme  pareció  que  convenía, especialmente  en  hacelle  creer 
que  V.  M.  era  á  quien  ellos  esperaban.  Engañado  así  Moteuhzoma  juntó  los 
reyes  y  señores  de  su  Imperio,  y  arengándoles  con  la  misma  tradición  que 
sabían  y  estaba  escrita  en  sus  monumentos,  se  reconoció  por  feudatario 
del  supuesto  Quetzalcohuatl.  Y  no  solo  en  cada  reyno  del  interior  se  ha 
bló  la  misma  tradición  de  gentes  del  Oriente  que  debían  venir  aun  en  los 
Antillas  se  encontró  la  misma,  y  por  eso  en  todas  partes  se  les  recibió  co- 
mo una  raza  santa,  sino  que  contradiciéndolo  después  con  sus  costumbres, 
los  Indios  se  recelaban  de  haber  sido  engañados,  y  testifican  los  Misione- 
ros que  no  cesaban  de  explorar  si  sabian  sus  antiguallas,  y  de  preguntarles 
en  México,  ¿donde  era  Huehuetlapallan,  á  donde  se  habia  ido  Quetzal- 
cohuatl ? 

Ningún  misionero  de  los  que  han  escrito  hasta  hoy  ha  dejado  de  apun- 
tar los  vestigios  claros  del  cristianismo  que  encontraban  hasta  entre  las 
tribus  salvajes,  de  cuyos  testimonios  pudiera  formar  un  grueso  volumen. 
Ya  que  no  es  este  lugar  indicaré  siquiera  algunos  de  los  principales  que  han 
tratado  la  materia  para  que  otros  puedan  instruirse,  si  Dios  no  me  diere  vi- 
da para  demostrar  todo  esto  de  propósito.  Desde  el  siglo  16  escribió  el 
Dominicano  fr.  Diego  Duran  en  México  para  probar  esto,  exhibiendo  las 
pruebas  que  hallara  en  los  escritos  y  prácticas  de  los  Indios.  Su  historia 
que  no  pudo  imprimirse  se  vendió  al  P.  Tovar  Jesuíta,  (véase  la  histor.  de 
Sto.  Domingo  de  México  por  Dávila  Padilla  últimas  hojas)  quien  la  dio  al 
P.Acosta;  y  este  la  imprimió  en  su  historia  de  Indios,  sin  mentar  el  autor 
que  no  hizo  sino  copiar,  como  le  hecha  en  cara  Torquemada,  ni  podía  ha- 
cer otra  cosa,  pues  no  estuvo  sino  de  paso  en  N.  España,  ni  entendía  una 
palabra  de  lengua  mexicana.  Sí  la  entendiese  ¿hubiera  asentado  el  desa- 
tino de  que  los  mexicanos  no  tenían  palabra  con  que  significar  á  Dios  co- 
mo los  griegos,  quando  es  tan  semejante  el  teotl de  aquellos  al  theos áe  es- 
tos? No  ha  habido  nación  que  tuviese  ideas  mas  claras  de  Dios  y  de  todos 
sus  atributos,  como  adelante  dice.  (1)  En  dicha  historia  de  Acostase  leen 

(i)  El  error  de  Acosta  provino  de  haber  oido  á  los  Mexicanos  usar  siempre  de  la  palabra  Dios 
aun  hablando  en  su  lengua:  y  no  sabia  que  esto  vino  del  empeño  que  tomaron  los  misioneros 
franciscanos  de  que  no  llamasen  á  Dios  con  los  términos  de  su  lengua  propia,  para  que  no  for- 
masen, decían  igual  idea  del  verdadero,  que  la  que  tenían  de  los  Dioses  falsos.   Los  dominicanos 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII 

539 

á  cada  paso  vestigios  claros  del  Cristianismo  en  las  ceremonias  religiosas 
de  los  Indios,  y  en  su  creencia  así  sobre  la  Trinidad,  como  sobre  la  Euca- 
ristía, la  Penitencia  etc.  sino  que  el  P.  Acosta  lo  atribuye  todo  á  enseñan- 
za del  Diablo,  que  dice  quiso  hacer  la  mona  de  Dios.  ¡  Al  diablo  verdade- 
ramente se  le  ofrece  meterse  á  fabricante  de  Cruces  y  maestro  de  doctrina 
cristiana!  Muy  tonto  lo  quiere  hacer,  quando  siendo  enemigo  del  Evan- 
gelio, lo  suponen  preparando  los  ánimos  para  recibirlo,  con  hacerles  antes 
creer  sus  mas  elevados  Misterios.  El  diablo  y  los  profetas  idólatras  son  sin 
embargo  el  recurso  continuo  de  todos  los  escritores  Españoles  para  iludir 
los  testimonios,  que  á  cada  paso  han  encontrado  de  la  predicación  Evan- 
gélica, y  ya  se  sabe,  que  efugios  tan  ridículos  y  desesperados  en  hombres 
ta  hábiles  como  Acosta  solo  sirven  para  acabar  de  demostrar  que  los  he- 
chos son  ¡negables.  Tal  vez  Acosta  dedicando  su  historia  á  los  reyes,  no 
se  atrevió  á  declarar  lo  que  sentía,  porque  por  lo  que  dice  sobre  esto  en  su 
obra  de  procura uda  Indorum,  se  conoce,  que  el  creia  sobre  eso  otra  cosa 
mas  que  el  diablo. 

En  el  mismo  siglo  el  Arzobispo  de  Santo  Domingo  Dávila  Padilla,  cro- 
nista Real,  escribió  un  libro  para  probar  la  predicación  Apostólica  en  las 
Indias,  y  aunque  no  se  imprimió,  él  mismo  lo  cita  en  su  historia  de  Sto. 
Domingo  de  México  y  otros  A  A,  como  Maluenda  de  Amti  Cristo,  el  qual, 
sin  embargo  de  no  haberle  leido  ni  á  Duran,  trae  bastante  y  dice,  que  si 
alguno  porfía  en  sostener  la  dicha  predicación,  él  cederá  sin  mucha  difi- 
cultad. 

Siguióse  el  celebre  P.  Torquemada,  y  siguiendo  á  los  primeros  misione- 
ros trae  bastante  bueno  para  probar  la  predicación  apostólica  en  las  Indias 
ensuMon.Ind.  tom.  3 . lit>.  19  cap. 48  y  49;  sino  que  temeroso  del  gobierno, 
después  de  haberlo  contado  todo  como  verdadero  citando  misioneros  res- 
petables, concluye  como  dudando,  que  no  debió  de  tenerse  por  cierto,  pues 
no  se  hizo  caso  de  cosa  que  tanto  lo  merecía,  y  que  puede  ser  lo  enseñase 
todo  el  diablo  como  mona  de  Dios. 

Luego  en  principios  del  siglo  17  escribió  otro  religioso  no  menos  instrui- 
do y  caracterizado  que  él  el  P.  Betancourt,  y  prueba  largamente  que  los  In- 
dios creían  y  usaban  los  siete  sacramentos,  como  en  él  puede  verse.  De 
ahí  el  P.  Remesal,  hombre  muy  verídico  trae  todo  lo  que  de  él  citamos  an- 
tes y  mas,  aunque  el  también  se  parapeta  un  poco  con  el  diablo.  ¡Pobres 
Indios!  ya  que  no  se  puede  negar  que  tuvieron  noticia  del  Evangelio,  su 
apóstol  habia  de  ser  el  mismo  diablo!  Pero  el  diablo  esta  cu  Cantillana, 
decia  asustado  el  alcalde  de  esta  Villa  por  no  atreverse  á  revelar  que  allí 
estaba  Don  Pedro  el  Cruel,  y  el  temor  del  gobierno  ha  impedido  explicar 

replicaban,  que  no  lo  habían  sido  menos  los  de  los  Griegos  y  Latinos,  y  los  apóstoles  no  les  mu- 
daron el  nombre  de  Dios  por  el  hebreo,  y  que  los  indios  se  desatinaban  no  pudiendo  tixar  idea 
alguna  con  la  palabra  Dios.  Al  cabo  uniéndose  algunos  dominicanos  á  la  multitud  franciscana 
prevaleció  la  opinión  de  estos,  que  por  cierto  era  desatinada. 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

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á  los  A  A.  especialmente  á  Remesal,  cuya  obra  en  América  y  España  su- 
frió para  su  impresión  una  oposición  terrible. 

Ha  habido  otros  que  la  han  hecho  de  propósito  á  la  dicha  predicación 
para  adular  al  Gobierno.  Tal  es  el  célebre  Solorzano,  que  trabajando  de 
jure  Indiarum  para  establecer  los  títulos  del  dominio  de  los  reyes  de  Es 
paña  sobre.ellas,  y  habiendo fixado  por  principal  laBula  de  Alexandro  6?  y 
la  predicación  del  Evangelio,  arremete  contra  las  pruebas  de  estar  hecha 
por  Santo  Tomas.  Pero  habiendo  salido  luego  á  luz  y  en  favor  de  ella  las 
obras  de  fr.  Gregorio  Garcia,  Dominicano,  y  de  Fr.  Antonio  Calancha, 
Agustiniano,  se  retracta  en  su  Política  Indiana  lib.  1.  cap.  7  diciendo:  "que 
no  se  opone  á  la  tal  predicación  Apostólica  respecto  de  la  mucha  diligen- 
cia que  en  averiguarla  testifican  haber  puesto  estos  A  A;"  bien  que  toda- 
vía no  se  despide  enteramente  de  sus  favoritas  memorias  del  diablo,  y  ad- 
vierte, que  estando  ya  olvidada  la  fé,  eso  nada  perjudica  á  los  derechos  de 
S.  M.  Acabara  de  rebentar,y  dixera claro  qual  era  elmóvilde  suoposicion. 

Dichos  dos  A  A.  que  citó  y  á  los  quales  dice  se  debe  leer  precisamente, 
arrojaron  de  una  vez  la  máscara  sin  precausión  ninguna.  El  primero  era 
Europeo,  autor  de  la  historia  de  ¡os  Yucas,  y  de  la  Eclesiástica  de  Indios, 
del  Origen  de  los  Indios  reimpreso  en  Madrid,  aunque  la  menos  valuable 
de  sus  obras,  y  en  esta  apuntó  algo  de  lo  que  escribió  después  en  su  pre- 
dicación del  Evangelio  en  el  Nuevo  Mundo  viniendo  los  Apóstoles.  Es  un 
tomito  en  8  impreso  en  Baeza.  Trae  muchas  y  muy  buenas  pruebas  co- 
mo por  ejemplo:  haberse  encontrado  entre  los  Indios  toda  la  Biblia  en  fi 
guras,  lo  que  pareciéndole  no  se  le  habrá  de  creer  en  España,  pidió  á  los 
misioneros  en  Veracruz  le  diesen  su  testimonio  por  escrito,  como  lo  exe- 
cutaron.  Ya  Torquemada  contaba,  ubi  supra  qe.  los  (Mexicanos)  Misio 
ñeros  habían  encontrado  en  poder  de  los  Indios  figurados  varios  artículos 
de  la  fé  como  la  resurección  y  la  crucifixión  de  Jesu  Cristo,  aunque  no  lo 
tenian  pintado  en  la  Cruz  con  clavos  sino  atado;  y  la  imagen  de  la  Virgen 
con  otras  dos  santas,  sino  que  aquella  tenia  una  cruz  en  el  pelo,  y  eso  de- 
cían significar  que  era  mas  santa.  No  se  fixa  Garcia  en  Apóstol,  aunque 
cuenta  que  unos  creian  hubiese  sido  Sn  Bartolomé  que  predicó  en  la  India 
esterior,  y  que  creyendo  suya  por  la  semejanza  una  Imagen  que  tenian 
los  Indios,  le  hacían  gran  fiesta  los  Mestizos  del  Cusco:  y  otros  que  el  Após- 
tol Sto.  Tomas  que  predicó  en  la  India  ulterior,  y  de  haber  predicado  en 
la  China  trae  la  relación  que  sobre  eso  dieron  sus  sabios,  habiendo  regis- 
trado sus  archivos  de  orden  de  una  Emperatriz. 

El  P.  Calancha,  criollo  de  la  ciudad  de  la  Plata  ó  chuquisaca,  prome- 
tiendo todavía  mas  en  otros  tomos  de  su  Crónica  de  Sn.  Agustín  del  Perú, 
ocupa  todo  su  libro  2?  del  único  tomo  que  yo  he  visto,  en  probar  la  pre- 
dicación evangélica  en  todas  las  Indias  por  el  Apóstol  Santo  Tomás,  único 
de  quien  los  padres  digan  se  remontó  á  naciones  bárbaras  y  desconocidas. 
En  efecto  todos  lo  hacen  Apóstol  de  los  Partos,  y  en  esta  palabra  los  an- 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

541 

tiguos  entendían  hasta  los  Chinos  y  los  verdaderos  Indios,  así  llamados 
del  rio  Indo,  ó  sea  de  su  rey  Indo. 

En  dicho  libro  verá  el  lector  la  multitud  de  A.  A.  Españoles  y  extran- 
jeros que  han  sostenido  la  dicha  predicación,  como  Fr.  Alonso  Ramos  en 
su  historia  de  Copacavana,  Rivadeneira  en  su  Flor  Santorun  vida  de  San- 
to Tomás,  y  otros  muchos.  Allí  verá  que  los  misioneros,  así  como  en  Mé- 
xico se  empeñaron  en  quemar  como  figuras  mágicas  los  escritos  de  los  In- 
dios, en  el  Perú  hacian  picar  los  letreros  grabados  en  piedras,  que  los  Indios 
veneraban  como  reliquias  ó  memorias  del  varón  venerable  que  les  predicó 
una  ley  santa:  lo  que  sabido  por  Santo  Toribio  Arzobispo  de  Lima,  man- 
dó cubrir  los  lugares  donde  estaban  con  capillas,  juzgando  digna  de  res- 
peto tal  tradición.  Allí  se  verá  como  por  los  cantares  de  los  Peruanos  y 
sus  quipos  (de  quienes  dá  mejor  idea  que  quantos  A.  A.  he  visto,  excepto 
un  Italiano,  que  ha  puesto  este  género  de  escritura  en  tal  claridad,  que  ha 
escrito  en  hilos  hasta  canciones  quichuas,)  constaba,  que  un  varón  santo, 
blanco,  barbado,  ojos  azules,  pelo  largo  vestido  de  blanco,  capa  judia  de 
varios  lienzos,  ó  piernas,  con  sandalias,  un  libro  bajo  el  brazo,  y  dos  dis- 
cípulos les  predicó  el  evangelio,  dio  las  cruces,  derribó  los  ídolos,  é  hizo 
muchos  prodigios;  relación  y  señales  que  quadran  admirablemente  con  el 
Ketzalcohuatl  de  México,  llamado  en  Yucatán,  Campeche,  etc.  (pais  que 
los  mexicanos  llamaban  Onohualco)  Cosas,  Coco/can,  Chilancavibal. 

Que  Ketzalcohuatl  fuese  Santo  Tomás,  lo  sostuvo  el  célebre  matemáti- 
co é  historiador,  cosmógrafo  mayor  de  las  Indias,  Don  Carlos  de  Sigüenza 
y  Góngora  en  su  obra  intitulada  Feuix  del  Occidejite  el  Apóstol  Sauto  To- 
más, que  citan  Don  Nicolás  Antonio,  Pinclo,  la  Biblioteca  mexicana  de 
Eguiara  etc.  El  Canónigo  Uribe  en  su  dictamen  sobre  el  sermón  del  Dr. 
Mier  dice,  que  creía  se  quedó  esta  obra  solo  intentada;  y  yo  creo  que  ne- 
cesitaba estudiar  mas,  y  hubiera  leído  en  la  Libra  astronómica  de  dicho 
autor,  que  le  imprimió  en  México  el  Factor  del  Rey:  que  este  enumeran- 
do en  el  prólogo  las  obras  de  Sigüenza  con  distinción  de  las  completas  y 
comenzadas,  pone  entre  aquellas  la  del  Fénix  y  da  un  análisis  de  ella,  por 
el  qual  sabemos  que  Ketzalcohuatl  era  su  Santo  Tomás.  El  mismo  Sigüen- 
za en  el  prólogo  de  su  Paraíso  Occidental  la  cita  como  acabada,  sino  que 
no  salia  á  luz  por  falta  de  medios.  Al  mismo  tiempo,  esto  es,  mediado  el 
siglo  pasado  un  Jesuita  Mexicano  escribió  en  Manila  la  Historia  del  ver- 
dadero Ketzalcohuatl  el  Apóstol  Sauto  Tomé. 

Del  mismo  parecer  fué  el  famoso  Becerra  Tanco  en  su  historia  de  Gua- 
dalupe, cuyo  voto  por  ser  de  un  tan  gran  maestro  de  lengua  mexicana  es  de 
un  gran  peso.  Boturini  en  su  idea  de  una  Nueva  historia  general  de  las 
Judias,  prometió  probar  lo  mismo  con  los  muchos  documentos  que  sobre 
esto  habia  recogido  en  su  museo.  Por  su  muerte  y  encargo  trató  de  escri- 
bir la  nueva  historia  el  caballero  Veytia,  natural  de  la  Puebla  de  los  An- 
geles, y  lo  desempeñó  bastante  bien  en  esta  parte.   Sus  varias  obras  corren 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII 

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M.  SS.  y  he  visto  una  colección  de  ellas  en  la  Secretaria  de  gracia  y  jus- 
ticia de  Indias.  Es  verdad  que  Clavigero  en  su  Storia  antica  <V  il  Messi- 
co,  aunque  no  se  atreve  á  negarlo  por  saber  que  lo  sostuvo  Sigüenza,  en 
cuyas  obras  siempre  se  admira  la  solidez  y  la  erudición,  bien  que  él  nun- 
ca vio  la  obra  de  que  se  trata,  no  le  sigue  en  esta  opinión.  Pero  no  se  de- 
be hacer  caso  de  lo  que  dice  en  italiano,  porque  habiendo  el  Jesuíta  Es- 
pañol Dios  dado,  á  quien  comunicaba  con  su  mesa  su  obra,  delatádola 
al  Consejo  de  Indias,  este  no  quiso  conceder  su  impresión  en  castellano  á 
pesar  de  las  instancias  del  Cronista  Muñoz;  y  para  hacerla  pasar  en  ita- 
liano dedicada  á  la  Universidad  de.  México,  Clavigero  recortó  y  añadió 
notas  contra  su  testo  y  contra  Casas:  flaqueza  que  Dios  le  castigó,  me 
decían  en  Roma  los  ex  Jesuitas  americanos,  y  no  llegó  á  recibir  el  grado 
de  Dor.  ni  el  regalo  que  le  envió  la  Universidad.  No  obstante,  el  referirse 
en  la  Crónica  de  Tehuantepec  que  el  Dominicano  Burgoa,  en  que  apoya 
la  predicación  de  Santo  Tomás,  indica  lo  que  él  no  se  atrevía  á  decir.  Fi- 
nalmente ha  sostenido  el  mismo  dictamen  el  célebre  antiquario  y  gran  len- 
gua mexicana  Licdo.  Borunda,  abogado  respetable  cargado  de  familia  á 
quien  el  mal  Arzobispo  Haro  despojó  de  su  obra  AI.  S.  y  arruinó  inclu- 
yéndole en  su  escandaloso  edicto  contra  el  Doctor  Mier. 

Entre  las  maniobras  inicuas  con  que  se  trató  de  perder  á  este,  habiendo 
pedido  el  fiscal  del  consejo  pasase  su  sermón  á  censura  de  la  Academia 
de  la  historia,  el  venal  secretario  del  consejo  Cerda  le  pasó  todo  lo  que  era 
contra  el  Dor.  Mier,  para  obligarlo  á  condenarle,  suprimiendo  la  defensa 
que  este  habia  presentado.  Y  á  fin  que  de  palabra  no  pudiese  instruir  á 
los  Académicos,  se  le  suscitó  una  intriga  fraylesca  para  que  estuviera  arres- 
tado. Entonces  el  predicador  escribió  una  disertación,  en  que  probaba  la 
predicación  del  Evangelio  por  Santo  Tomás  o  QuetzalcoJiuatl,  y  reducía 
toda  la  mitología  mexicana,  especialmente  la  del  tiempo  de  los  Tultecas 
ó  de  los  Dioses  llamados  Tlaloquei,  (esto  es,  del  paraíso)  á  Dios,  Jesu-Cris- 
to,  su  madre,  Sto  Tomas,  y  sus  discípulos,  ó  mártires  que  murieron  en  la 
persecución  de  Hitemac.  Esta  disertación  la  envió  con  algunos  libros  al  cé  • 
lebre  Dor.  Fraggia,  cronista  Real  de  Aragón,  conocidísimo  por  sus  obras 
en  la  república  literaria,  que  era  el  antiquario  y  bibliotecario  de  la  acade- 
mia y  uno  de  los  censores;  el  qual  habló  así  resueltamente  en  plena  aca- 
demia:— "confesemos  de  buena  fé  que  no  sabemos  una  palabra  de  antigüe- 
dades americanas:  el  Dor  Mier  me  ha  enviado  algunos  libros  con  una  diser- 
tación digna  de  ser  presentada  aquí  y  de  darle  lugar  á  su  autor;  y  aseguro 
á  Uds.  que  si  para  sostener  la  predicación  de  Santiago  en  España,  tuvié- 
semos la  décima  parte  de  las  pruebas  que  tienen  los  americanos  para  de- 
fender la  de  Santo  Tomas  en  América  cantaríamos  el   triunfo."    (i)   Este 

(1  El  que  obtuvieron  los  españoles  en  Roma  contra  el  Cardenal  Haronio  para  restituir  la  lec- 
ción de  haber  predicado  Santiago  en  España,  se  debió  á  los  falsos  Cronisones  de  Luitfrando  etc. 
que  entonces  pasaban  por  verdaderos,  y  hoy  se  sabe  que  fueron  fingidos  por  el   P.    Román.    La 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVlll. 

543 

sabio  académico  defendió  no  solo  todo  el  sermón  del  D-r  Mier  sino  la  obra 
de  Borunda,  y  su  dictamen  fué  el  que  aprobó  la  Academia,  que  en  cuerpo 
examinó  en  mas  de  siete  meses  al  asunto,  casi  sin  ocuparse  de  otra  cosa  en 
cada  sesión.  En  fin  habiendo  dicho  en  Paris  al  Dor.  Mier  que  el  autor  de 
las  notas  á  Carli  era  Langles  bibliotecario  nacional;  como  este,  aunque  deís- 
ta según  las  notas,  decidía  en  ellas,  qe.  era  indispensable  absolutamente  la 
predicación  del  evangelio  antiguamente  en  América,  le  escribió  una  larga 
carta  latina,  en  que  lo  apoyaba  probando  haber  sido  Santo  Tomas  ó  Quet- 
zalcohiialt,  la  qual  leyó  con  gusto  el  célebre  Obispo  de  Bois  Gregoire,  y 
le  confesó  ser  probabilísima  la  predicación  alli  de  aquel  Apóstol:  los  Jesuí- 
tas americanos  en  Roma  copiaron  ávidamente  también  la  misma  carta. 

¡Que  lástima  que  el  miedo  haya  impedido  en  México  dar  sobre  este  pun- 
to las  instrucciones  competentes  al  sabio  Barón  de  Humboldt;  y  que  este 
dando  á  luz  en  una  edición  tan  magnifícalas  antigüedades  mexicanas,  y  la 
historia  de  Quetzalcokuatl,  la  copie  literalmente  con  las  equivocaciones  de 
los  antiguos  misioneros,  y  gaste  su  esquisita  erudición  en  buscar  un  pue- 
blo adorador  de  culebras  para  comparar  el  Mexicano!  Ya  se  había  inten- 
tado comparar  á  los  Indios  con  los  judíos,  porque  teniendo  aquellos  la  his- 
toria de  estos  en  sus  escritos  simbólicos,  con  la  antigüedad  se  confundió  la 
de  los  unos  con  la  de  los  otros,  como  se  nota  á  cada  paso  en  Torquemada, 
y  que  sacaron  muchas  leyes  y  prácticas  de  ella,  ó  quizá  del  cristianismo. 
Ahora  se  querrá  volver  á  la  cantinela,  porque  los  judíos  llegaron  á  adorar 
la  serpiente  de  metal  que  Moisés  levantó  en  el  descierto:  y  si  la  cosa  llega 
á  manos  de  Dupoy  que  se  yo  donde  iremos  á  parar.  Con  que  es  menes- 
ter decir  algo  sobre  esta  culebrería. 

¿De  donde  consta  que  los  mexicanos  adoraban  las  culebras?  Es  claro, 
me  responderán:  porque  Ketzalcohuatl,  dios  general  del  Anahuac,  quiere 
decir:  culebra  emplumajada;  la  entrada  de  su  templo  figuraba  una  boca  de 
culebra;  las  había  grabadas  en  el  muro  que  rodeaba  el  gran  templo  de  Mé- 
xico; otra  había  al  rededor  del  calendario,  qe.  haberles  traído  aquel  Dios; 
los  lugares  donde  él  estuvo  y  levantó  Santuarios  se  llamaron  Coahuatepec 
ó  Coatepec,  esto  es,  en  el  monte  de  la  culebra.  Adoraban  á  Cihnacohuatl 
ó  muger  culebra,  llamada  también  Coattaiitona,  esto  es,  nuestra  madre  es 
la  madre  de  las  culebras,  la  qual  veneraban  como  madre  de  todas  las  gentes 
del  Anahuac  y  de  su  Dios  HuitzilopocJitli.  Se  adoraban  también  Chico 
mecoJiiiatl  ó  siete  culebras.   Los  sacerdotes  de  la  Diosa  Tzentehult  se  11a- 

autoridad  que  se  alegaba  de  Sn  Isidoro  en  las  vidas  de  los  patria  iras  tampoco  vale  después  que 
el  Obispo  de  Guadix  de  Griticosarte  probó  que  no  era  tal  obra  del  Santo.  El  argumento  terrible 
de  Nata]  Alejandro:  que  si  hubiera  habido  tal  tradición,  la  hubiera  alegado  el  Obispo  de  Santia- 
go disputando  la  primacía  al  de  Toledo  en  un  Concibo  Romano,  argumento  áque  los  Españoles 
respondían  qué  no  habia  ido  tal  Obispo  de   I  5 ucitó  con  mas  fuerza,   desde  que   á  fines 

del  siglo  pasado  la  Academia  de  la  historia  extrajo  documentos  del  Archivo  de  Toledo,  de  que 
su  Obispo  en  aquel  año  se  disponia  á  pasar  á  Roma.    Ningún  aña  cree  tal    predica- 

sion  de  Santiago.  La  de  Sn  Pablo  si  que  tiene  gravísimos  fundamentos  hasta  en  el  mismo:  cuín 
in  Hispaniam  prosficie  caepero:  escribe  a  les  Romanos. 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

544 

maban  coatlau,  cocomcs,  ó  cocohua,  esto  es,  culebras;  y  á  solos  ellos  era  per- 
mitido lavarse  en  la  fuente  Coapan  ó  agua  de  las  culebras.  Y  si  el  varón 
de  Humboldt  en  lugar  de  escribir  Huasacualco  ó  Guatzacualco,  hubiese 
sabido  que  el  nombre  verdadero  era  Ceatzacualco,  hubiera  dicho  que  sig- 
nifica donde  se  esconde  la  culebra,  porque  allí  se  embarcó  y  desapareció 
Ketzatcohuatl,  según  Torquem.  i.  8:  cap.  24. — Si  hubiese  sabido  que  no 
Guatuzco  ni  Hautuzco  sino  Cuatulco  se  llama  el  otro  puerto  donde  es- 
tuvo aquel,  hubiera  podido  traducir:  donde  es  adorada  la  culebra.  En  una 
palabra:  asi  como  MotcuJisoma  se  intitulaba  teniente  de  KetzalcoJiuatl,  así 
su  virey  ó  primer  magistrado  de  México  sin  apelación  se  llamaba  Colina- 
cihuatl,  y  todo  el  imperio  se  llamaba  Colhuacan,  que  Boturini  traduce: 
pais  de  las  culebras.  Con  lo  que  en  efecto  parece  México  el  pais  mas  cu- 
lebroso  y  enculebrinado  del  mundo. 

Pero  yo,  que  he  estudiado  bien  la  mitología  mexicana,  tomo  á  Torque- 
mada,  disparatadamente  como  todos  los  A  A  españoles,  trae  la  más  com- 
pleta que  se  haya  dado  á  luz,  y  me  entro  desde  luego,  sin  el  miedo  que 
tuvieron  los  soldados  de  Cortes,  por  la  boca  de  serpiente  que  figuraba  la 
boca  del  templo  de  Quetzalcohitatl,  y  que  era  en  Cholula  (Cholollan)  el 
mayor  de  todo  el  Anahuac,  ó  por  mejor  decir  una  soberbia  pirámide  que 
hasta  hoy  existe  como  una  montaña  de  un  cuarto  de  legua  de  base.  ¿Y 
qué  encuentro?  un  anciano  blanco,  rubio,  con  pelo  y  barba  largos,  su  tú- 
nica blanca  larga  hasta  los  pies  y  ceñida,  su  capa  blanca  sembrada  de  cru- 
ces coloradas,  todo  precioso,  calzado  de  sandalias,  corona  abierta  en  la  ca- 
beza y  encima  de  ella  una  especie  de  mitra,  que  Torquemada  llama  almete 
ó  bonete  alto  y  redondo  más  ancho  de  arriba  que  de  abajo;  al  qual  ancia- 
no tenian  recostado  en  señal  de  que  lo  estaban  aguardando. 

El  que  haya  visto  como  yo  los  Obispos  Griegos,  ó  sepa  cuales  son  las 
vestiduras  ó  insignias  de  los  Obispos  Orientales,  conocerá  al  momento  que 
este  es  un  Obispo  del  Oriente.  De  allá  vino  según  su  historia,  compare- 
ciendo por  la  California  (aunque  Torquemada  dice  que  llegó  á  Tula  (To- 
llan)  habiendo  desembarcado  en  Panuco)  unos  dicen  con  14  y  otros  con 
7  discípulos  vestidos  hasta  los  pies  con  túnicas  y  capas  judias,  modelo  de 
las  de  los  Indios,  que  en  su?  fiestas  solían  arremedar  todo  aquel  ropaje. 
No  traxeron  Mugeres,  ni  jamas  tuvo  ninguna  Quctzalcohitatl,  que  fué  con- 
tinentísimo. Este  fué  gran  sacerdote  en  Tula  y  desde  alli  envió  sus  discí- 
pulos á  predicar  en  Hauxiyacac  y  otras  provincias  una  nueva  y  santa  ley. 
El  derribaba  los  ídolos,  prohibía  los  sacrificios  que  no  fuesen  de  pan,  flores 
ó  inciensos,  aborrecía  las  guerras,  enseñaba  la  penitencia,  el  ayuno  de  40  ó 
setenta  días,  y  les  dio  noticia  de  Tzciitcotl,  Huitzilopochtli  y  Tonacayo- 
hua,  que  después  diré  quienes  fueron.  El  traxo  las  cruces  como  las  que 
en  Cuatulco,  en  Tlaxcala,  en  Tehuantepec,  y  otras  muchas  partes  hallaron 
los  Españoles,  y  pueden  verse  en  sus  A  A,  como  en  Lipsio  de  Cruce,  en 
rotro  libro  Español  Excelencias  de  la  Cruz.  En  el  Flarus  Scriptuare  del  P. 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

545 

Ababan  etc.  etc.  Se  cree  de  su  tiempo  la  formada  de  yervas  siempre  ver- 
de en  Tepique.  que  han  cantado  tanto  los  poetas  americanos,  en  latín  y 
castellano. 

Perseguido  por  el  Rey  de  Tula  que  habia  apostatado  de  su  religión,  y 
muertos  en  la  persecución  siete  de  sus  discípulos,  y  no  estando  aun  funda- 
do México,  pasó  á  orilla  de  su  lago  hasta  Cholula  ó  gran  de  Tula  donde 
estuvo  algunos  años.  Pero  no  cesando  la  persecución  del  Rey  Huemac, 
que  vino  con  un  ejército  sobre  Cholula  se  fué  á  Coatzacoalco,  donde  se  em- 
barcó para  Onohualco  (esto  es  Yucatán),  enviando  para  aquella  4  discipu- 
losquenoqueriendo  ya  volver  con  él  al  Oriente  por  hallarse  bien  y  casados 
en  el  país,  se  volvió  solo  á  Huehuctlapayau,  dejándoles  dicho  en  todas  par- 
tes, que  otros  hermanos  suyos  ó  de  su  religión  vendrían  á  enseñarlos  y  al 
cabo  los  dominarían:  sobre  cuyo  suceso  les  dio  muchas  señales  que  todas 
se  cumplieron  con  la  llegada  de  los  Españoles.  Tal  es  en  compendio  la  his- 
toria del  célebre  QuetzalcoJiuatl  que  trae  Torquemada  en  muchas  partes 
de  su  Mou.  Lid.  como  puede  verse  por  los  índices,  y  especialmente  tom. 
1.  lib.  3.  cap  7.  y  lib.  4.  cap.  14  y  en  el  tom.  2.  lib.  6.  cap.  24  así  como 
también  Gomara,  Acosta  y  otros. 

Si  de  su  templo  voy  al  de  la  CiliuacoJuiatl  ó  muger  culebra,  me  encuen- 
tro con  una  Virgen  blanca  y  rubia,  que  sin  lesión  de  su  virginidad  parió 
por  obra  del  Cielo  al  Señor  de  la  corona  de  espinas  teo/iuictzua/iuac,  la 
qual  estaba  vestida  á  la  manera  de  Quetzalcohuatl  y  por  eso  la  llamaban 
también  Cohuatliaic,  sino  que  la  túnica  cueitl estaba  esmaltada  de  piedrass 
preciosas  símbolo  de  su  virginidad,  y  por  eso  le  decían  ChalcJiihuitlique, 
y  el  manto  era  azul  Matlalcuege,  y  sembrado  de  estrellas  Citlacue  (ad- 
viértase que  citlaliu,  estrella,  es  palabra  Chinesca  y  por  otro  nombre  se  lla- 
maba TouacayaJiuca,  esto  es,  madre  ó  señora  del  que  ha  encarnado  entre 
nosotros,  así  como  llamaban  á  las  cruces  tonacaguitl,  árbol  del  que  encar- 
nó entre  nosotros,  pues  nacayo  significa  encarnar.  Esta  Diosa  dice  Tor- 
quemada, prohibía  y  detestaba  los  sacrificios  humanos. 

Es  inútil  cansarnos  en  andar  buscando  culebras  por  los  templos  adora- 
das como  dioses.  No  encontraremos  otra  que  una  de  palo,  la  qual  lleva- 
ban por  delante  como  pendón  ó  bandera,  que  por  eso  llamaban  Ezpauiz- 
íli,  en  ciertas  procesiones  presididas  por  el  Sacerdote  que  representaba  á 
Quetzalcohuatl,  así  como  nosotros  llevamos  la  cruz.  V  como  esta  no  va  en 
las  procesiones  sino  para  indicar  que  aquella  ceremonia  pertenece  á  la  Re- 
ligión de  Jesu  Cristo,  la  culebra  no  era  sino  geroglífico  indicativo  de  que 
lo  que  hacian  pertenecía  á  la  Religión  de  QuetzalcoJiuatl,  y  por  lo  mismo 
gravaban  culebras  al  rededor  de  los  templos;  pero  aquella  culebra  no  era 
adorada  en  ningún  altar  ni  capilla,  aunque  habia,  dice  Torquemada,  un 
lugar  donde  se  guardaba. 

Todo  el  error  proviene  del  raro  empeño  de  traducir  cókuatl  ó  coatí  por 
culebra,  significando  igual  y  mas  usadamente  mellizo.    Esta  última  pala- 

69 


HIBLIOGRAFIA  MEXICANA  DEL  SIGLO  XVIII. 

546 

bra  no  la  oiria  el  barón  de  Humboldten  N.  España,  sino  á  algún  europeo 
ó  americano  muí  instruido,  porque  todos  los  demás  no  usan  sino  la  pala- 
bra coate  para  significar  gemelo;  y  ya  yo  estudiaba  Teología,  cuando  su 
pe  que  lo  mismo  significaba  mellizo.  Pero  nunca  damos  el  nombre  decoates 
á  las  culebras:  y  aunque  es  cierto,  que  en  lengua  mexicana  también  se  lia 
man  estos  así,  no  se  sabe,  si  de  los  mellizos  humanos,  que  son  bastante 
comunes  en  N.  España  y  debieron  nombrar  primero,  se  hizo  tal  nombre 
sinónimo  de  las  culebras,  porque  precisamente  paren  mellizos;  ó  al  revez. 
Lo  cierto  es,  que  en  la  lengua  Mexicana  no  hay  otra  palabra  para  signi- 
ficar mellizos  sino  coatí.  Así  lo  vierte  también  el  diccionario  de  Molina  que 
es  el  usual  y  común,  y  el  mismo  Torquemada  que  vierte  cikua-cokuatl 
muger  culebra,  dice  cap.  31  del  lib.  6?:  una  de  las  diosas  de  que  estos  na- 
turales de  N.  España  hacían  mucho  caudal  era  Cihuacohuatl  que  quiere 
decir  muger  culebra,  y  decian  que  paria  siempre  gemelos  ó  crias  de  dos 
en  dos.  Esta  muger  ó  diosa  según  la  etimología  de  este  nombre  dice  el  P. 
Sahagun,  que  fué  Eva  la  cual  parió  gemelos  siempre:  porque  Cihuacohuatl 
quiere  decir  la  muger  que  parió  dos  criaturas  juntamente,  pues  á  los  ge- 
melos, ó  que  son  de  un  parto  los  llaman  Cocóhua,  como  si  dixesen:  cule- 
bras de  la  muger  culebra,  y  la  daban  por  madre  de  todas  estas  gentes,  ha- 
biendo parido  sin  acceso  de  varón,  dexando  de  hacer  relación  del  primer 
padre  del  mundo.  A  vuelta  de  mil  dislates  Torquemada  apunta  siempre 
la  verdad,  y  es  que  la  llaman  Virgen  melliza,  Coatlantona  madre  de  los 
mellizos,  y  Mixcohuatl  pare  mellizos;  por  otro  nombre  según  él  mismo 
en  otra  parte,  Omccíhuatl,  que  el  traduce  dos  mugeres,  así  como  á  Quet- 
zalcohuatl  llamaban  Omctóchtli  que  él  traduce  dos  hombres.  Es  decir  que 
sus  nombres  en  la  inteligencia  de  los  Indios  eran  de  mellizo  y  melliza  (1) 
Ahora  bien,  ¿que  significa  Tomás?  Puede  significar  abismo  de  profundí- 
simas aguas;  pero  su  significado  propio  y  común  por  la  raiz  tam  es  el  de 
mellizo,  en  griego  Didymmus;  y  este  nombre  griego  era  el  que  se  daba 
con  mas  frecuencia  á  Santo  Tomás  entre  los  cristianos,  según  el  Evange- 
lio: Thomas  qui  dióitur  Dydimus.  Con  que  si  el  nombre  de  Tomás  se  con- 
servó en  el  Brasil  y  en  otras  partes  de  América,  y  la  señal  (sic.)  que  de  él 
conservaron  y  de  sus  operaciones,  convienen  exactamente  con  las  que 
cuentan  los  mexicanos  de  su  Quetzalcohuatl,  Coco/can  ó  Cozas  etc.  que  sig- 
nifica ¡o  mismo  que  Thomas,  esto  es,  mellizo  ¿porqué  no  hemos  de  tradu- 
cirlo por  esta  palabra,  y  nos  hemos  de  ir  á  enculebrinar  contra  el  tenor 
de  la  historia  y  del  sentido  común?    Mas  diré:  no  se  puede  traducir  Quet- 

(1)  Aun  pienso  que  por  las  desgracias  que  les  sucedieron  por  la  persecución  délos  mellizos 
ó  Tomases  de  Tula,  les  quedó  la  superstición  que  cuenta  Torquemada  i.  6.  cap.  48,  —  "Tenían 
"que  quando  la  muger  pare  dos  criatura.-,  de  un  vientre  (lo  qual  en  esta  tierra  acontece  muchas 
"veces)  habia  de  morir  el  padre  ó  la  madre.  Y  el  remedio  que  el  demonio  les  daba  era  que  ma- 
"tasen  al  uno  de  los  mellizos;  á  los  quales  en  su  lengua  llamaban  Cocóhua,  que  quiere  decir,  cu- 
•  debías,  porque  dicen,  que  la  primera  muger  que  parió  dos  llamaban  Cohuatl,  que  significa  cule- 
"bra;  y  de  aqui  es  que  nombraban  culebras  á  los  mellizos,  y  decian  habían  de  comer  á  su  padre 
"ó  madre,  si  no  matasen  á  uno  de  los  dos." 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

547 

zalcohuatl  culebra  emplumajada  como  practica  Torquemada,  porque  en- 
tonces no  diría  Qaetzalcohuatl  sino  Cohoqaétzal.  Los  mexicanos  á  manera 
que  todas  las  naciones  del  Oriente,  traducían  los  nombres  siendo  signifi- 
cativos en  su  lengua,  y  aun  necesitaban  hacerlo  así,  poique  el  significado 
les  daba  el  carácter  geroglífico  con  que  lo  escribían,  ó  por  sí  ó  por  su  si- 
nónimo y  correlativo;  ó  por  el  significado  de  las  partes,  que  mediante  una 
dision,  entraban  á  componer  el  vocablo  Así  significando  Xolotl  ojo,  con 
pintar  este  lado  de  un  hombre,  se  lee  que  es  el  Emperador  de  los  Teochi- 
chimecas  Xolotl,  y  significado  Coyotl coyote  ó  adive,  en  pintando  la  cabe- 
za de  este  con  la  boca  abierta  al  lado  de  otra  figura  humana,  se  lee  que 
este  es  el  Emperador  de  los  Acólhuas  Netzahualcóyotl,  que  significa 
coyote  hambriento,  porque  anduvo  así  y  en  los  montes quando  los  Tepa- 
necas  tiranizaron  su  Reyno.  Si  el  nombre  no  es  significativo,  buscan  en 
tonces  palabras  que  le  sean  mas  asonantes.  Asi  para  escribir  Cortés  ó  co- 
mo ellos  pronunciaban  Cutléz  (por  no  tener  en  su  lengua  ;)  pintaban  á  su 
lado  una  xicarita  de  palo  que  en  su  idioma  es  Cuatliy  dentro  unos  pece- 
sillos  ahuatli:  con  lo  que  se  leia  Cuhuatli,  y  este  es  el  nombre  que  con  el 
trancurso  del  tiempo  ^hubiera  quedado  á  Cortés.  Torquemada  dice,  que 
como  los  misioneros  les  enseñaban  en  latin  el  Patcr  noster,  los  ludios  para 
retenerlo  en  la  memoria  lo  escribían  á  su  modo,  y  ponían  una  banderita 
que  es  paiitli  y  un  higo  de  tuna,  que  es  Nochtli,  etc. 

Lo  primero  pues  que  hacian  á  la  llegada  de  Santo  Tomás,  sería  indagar 
el  significado  de  su  nombre,  y  sabiendo  que  era  el  de  mellizo,  pintarían 
al  lado  de  su  figura  una  culebra  que  es  el  sinónimo:  y  como  quetzatl  es  un 
plumero  precioso  (como  después  esplicaré,)  poniéndolo  sobre  ella,  se  lee- 
ría Quetzalcohuatl.  Aun  pienso  que  retuvieron  en  Cholula,  donde  moró 
mas  tiempo,  el  otro  significado  mas  remoto  de  Tomás,  esto  es,  abismo  de 
profundísimas  aguas:  y  de  aquí  no  solo  venerable  como  dador  de  las  llu- 
vias, sino  la  tradición,  que  descascarando  su  templo  en  Cholula  manarían 
raudales  de  agua  que  inundarían  todo:  amenaza  que  hicieron  los  Cholul- 
tecas  cuando  fué  Cortés,  y  de  que  intimidados  los  Tlaxcaltecas,  no  quisie- 
ron entrar  con  este  en  aquella  ciudad,  que  era  la  Roma  de  los  Nahuatla- 
cas,  y  tenían  tantos  templos  como  dias  el  año.  Pero  el  significado  que  todos 
retuvieron  comunmente,  fué  el  de  Mellizo  ó  coatí,  y  á  él  hacian  alusión  en 
toda  su  mitología,  religión  y  gobierno,  que  por  referirse  á  Qitctzalcohitatl 
era  teocrático:  ni  mas  ni  menos  que  los  cristianos  de  Santo  Tomé  descu- 
biertos en  el  Asia,  no  solo  se  glorian  de  tener  este  nombre,  sino  de  aludir 
á  él  en  todo.  ¿Quanto  mas  los  mexicanos  que  lo  reverenciaban  por  su  pa- 
dre común,  señor,  fundador  y  Maestro,  y  en  Cholula  le  llamaban  por  an- 
tonomasia nuestro  Señor,  toteotl? 

Todo  en  efecto  aludía  en  el  Anáhuac  á  este  varón  célebre.  Luego  que 
perseguida  su  religión  por  Huemac  (mano  grande)  que  quiso,  dice  Torque- 
mada, hacerse  adorar  por  Dios,   se  fué  á   un  monte,  que  de  su  nombre  se 


BIBLIOGRAFÍA  MEXICANA  DEL  SIGLO  XVIII. 

543 

llamó  Coliuatípcc,  montaña  de  Tomás.  A  Huekueloca,  donde  hoy  es  el  desa- 
güe de  México,  se  les  dio  este  nombre  porque  allí  les  dixo:  llámenme  vie- 
jo, estoes,  presbítero,  nombre  que  usaban  los  antiguos  Obispos,  y  con  que 
se  firmaban  los  Apóstoles:  Joanes  sénior  firma  Sn.  Juan.  En  otro  lugar  tiró 
unas  piedras  á  un  árbol  en  que  se  clavaron  y  de  ello  se  llamó  Cuautitlan. 
Luego  gravó  su  mano  en  una  piedra,  que  Torquemada  dice  vio  todavía,  y 
hasta  hoy  se  llama  el  lugar  Temalpalco,  palma  de  la  mano  en  la  piedra.  Lue- 
go llegó  á  Cholollan,  á  donde  por  fin  persiguéndole  entró  Huemac  con  un 
exército,  y  en  él  se  embarcó  para  Campeche  y  las  Islas  de  Coatzacoalco,  que 
desde  entonces  se  llamó  donde  se  esconde  el  Mellizo.  En  otro  puerto  donde 
estuvo  allí  cerca,  puso  una  cruz  grande,  de  cuya  madera,  dicen  los  escrito- 
res, no  hallarse  árbol  treinta  (30)  leguas  en  contorno,  la  qual,  habiendo  in- 
tentado quemarla  el  Ingles  Drac,  fué  llevada  á  la  catedral  de  Oaxaca,  don- 
de se  venera.  De  tal  cruz  vino  el  nombre  al  lugar  de  Cnatnlco,  ó  donde  es 
adorado  el  palo:  allí  cerca  según  Calancha  se  veia  gravado  en  una  peña  el 
retrato  de  Santo  Tomás  con  su  nombre  escrito  en  letras. 

En  la  persecución  del  cristianismo  fueron  martirizados  siete  discípulos 
de  Quetzalcoliuatl  y  estos  son  los  que  Torquemada  llama  CicomecoJiuall,  ó 
siete  mellizos  que  luego  llama  diosa,  todo  sin  pies  ni  cabeza.  La  cabeza  de 
uno  de  ellos,  que  debia  ser  el  principal  mandó  hechar  Huemac  en  la  lagu- 
na de  México:  y  en  una  isleta  de  ella  se  salvaron  los  cristianos,  que  del 
nombre  de  Cristo  ó  Meesi,  esto  es  ungido,  llamaron  Mexsieo  á  su  ciudad, 
y  el  que  la  gobernaba  era  á  nombre  de  Qnctzalcohnatl  como  su  teniente. 
El  templo  que  luego  levantaron  fué  al  rededor  de  la  cabeza  del  mártir  á 
quien  llaman  los  escritores  Copil,  que  Beytia  traduce  hijo  del  mellizo,  y 
puede  traducirse  mellizo  principal.  El  lugar  de  su  sepulcro  dicen  Torque- 
mada y  Acosta,  que  se  conservó  hasta  la  conquista  con  grande  veneración. 
Ya  prové  en  una  nota  (1)  que  el  nombre  México  significa  donde  es  adora- 
do Cristo,  porque  Meesi  lo  significa,  y  dixe  también  que  este  por  otro 
nombre  se  llamaba  ieohuitznahuac  señor  de  la  corona  de  espinas.  Ahora 
añado  que  el  Obispo  de  México,  ó  gran  sacerdote  ( Hueiteopixquin)  lla- 
maba Huitznahuateohuatzin  el  venerable  ministro  del  Señor  de  la  corona 
de  espinas,  y  su  coadjutor  ó  Vicario  general  Mexiteohuatzin  venerable 
ministro  del  Señor  Cristo:  así  como  el  templo  se  llamaba  Huitznahuaieo 
ealli,  casi  de  Dios  ó  del  Señor  (teo-calli  es  vocablo  enteramente  Griego) 
de  la  corona  de  espinas:  y  á  eso  aludía  también  según  ellos  la  corona  que 
llevaban  en  la  cabeza  á  ejemplo  de  Qnctzaleo/inall,  porqe.  á  los  sacerdo- 
tes se  les  decia  tzentzon  huitznahuac  los  que  tienen  la  corona  de  espinas 
formada  en  el  pelo  de  cada  uno:  así  como  los  cristianos  de  Sto.  Tomé  en 
el  Oriente  llevan  el  pelo  coitado  en  forma  de  Cruz. 

Es  cosa  admirable  como  toda  la  mitología  mexicana  se  explica  á  con - 
secuencia  del  cristianismo,  en  traduciendo  á   QuetzalcoJinatl  por  Sto.  To- 

(1)  Pág.  Ved  también  la  nota  á  la  pág. 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

549 

mas,  y  mucho  mejor  la  historia  de  este,  que  Torquemada  ya  confunde  con 
la  de  los  Tultecas  (lib.  i.  cap.  14.)  ya  la  separa  (lib.  3.  cap.  7.)  ya  la  da  por 
verdadera  y  legítima  en  su  primer  tomo:  ya  después  le  párese  en  el  2?  lle- 
na de  fábulas,  inverosimilitudes,  y  absurdos,  porque  ya  se  vé,  en  errando 
el  objeto  de  una  pintura  historiada,  se  cuentan  mil  despropósitos.  Pero  co- 
mo el  conserva  los  nombres  que  no  se  pueden  errar,  porque  los  dan  los 
geroglificos,  y  Gomara,  Acosta  y  otros  muchos,  que  lograron  mejores  in- 
térpretes, escriben  también  la  historia  de  Quetzalcohicatl,  yo  me  atrevería 
á  dar  su  historia  seguida  en  que  nada  se  encuentre  que  no  sea  digno  de  un 
Apóstol:  y  me  serviría  de  comprobante  el  mismo  Torquemada  en  su  ma- 
la traducción,  porque  por  ella  se  conoce  el  geroglífico  que  preexistia,  y  ex- 
plicaría fácilmente,  en  suponiendo  que  se  hablaba  de  un  predicador  del 
evangelio  en  los  primeros  siglos. 

Ací  como  Torquemada  queria,  que  la  Cihuacohuatl,  ó  virgen  (á  quien 
llamaron  melliza  por  haberla  dado  á  conocer  Sto.  Tomas,  y  cuyo  nombre 
llevaba  el  virey  de  México  por  dignidad)  queria  qe.  fuese  Eva,  mi  sabio 
amigo  Herbas  Panduradióen  que  Qiietzalcohuatl era  Adán.  Preguntándo- 
le yo  en  Roma  la  causa  de  tan  extraña  opinión:  "Vd.  ha  visto,  me  respon- 
dió, el  M.  S.  simbólico  de  los  mexicanos  que  hay  en  el  Vaticano,  y  que  es 
antiquísimo,  pues  que  está  adjunta  la  explicación  de  un  dominicano  á  me- 
diado del  siglo  16.  Boturini  debia  tener  copia,  pues  dice  que  los  Mexicanos 
ponían  la  época  del  diluvio  conforme  al  cómputo  de  los  setenta,  y  este  del 
Vaticano  la  pone  así.  Yo  vi  en  la  cabeza  de  QuetzalcoJiuatl el  mismo  ador- 
no que  ponen  en  la  de  Adán,  y  como  le  atribuyen  las  ciencias  y  artes,  y 
el  calendario,  que  como  todos  los  demás  calendarios  opino  yo  se  hizo  en 
las  primeras  edades  del  mundo,  colegí  que  po  Jia  ser  Adán;  pero  todo  eso 
lo  escribí  sin  libros  sobre  mis  apuntes  en  mi  triste  patria.  Horcajo;  y  así 
no  defiendo  nada,  ni  sé  Mexicano:  levanté  sola  la  casa  para  que  UUds.  la 
sigan  como  mejor  instruidos."  Lo  qual  cuento,  por  que  algunos  me  han 
objetado  la  autoridad  de  aquel  sabio. 

Solo  me  resta  explicar:  que  significa  el  quetzal,  puesto  que  cahuatl  sig- 
nifique mellizo  ó  Tomás:  como  del  Cristianismo  pasaron  los  Mexicanos  á 
una  idolatría  tan  absurda;  y  por  domle  vino  á  América  su  Apóstol  ó  pre- 
dicador. Comienzo  por  lo  último  y  digo:  que  sí  fué  el  Apóstol  Santo  To- 
más, no  puedo  menos  que  maravillarme  de  que  cristianos  me  hagan  con 
sobrecejo  esta  pregunta.  Si  Jesu-Cristo  dio  á  los  Apóstoles  el  don  de  mi- 
lagros y  de  lenguas  para  entender  el  Evangelio,  ¿les  negaría  los  conoci- 
mientos geográficos  indispensables,  y  mas  quando  según  la  tradición  ecle- 
siástica lo  primero  que  hicieron  fué  dividirse  el  mundo  por  suertes,  para 
partirse  cada  uno  á  cumplir  con  el  precepto  de  su  maestro  de  anunciar  el 
evangelio  en  todo  el  universo?  ¿De  donde  sacaría  Sn.  Clemente,  succe- 
sor  de  Sn.  Pedro,  el  conocimiento  del  otro  mundo,  de  que  habla  en  su 
epístola  á  los  cristianos?  Si  según  las  Actas  de  los  Apóstoles,  á  cada  pa- 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

550 

so  que  daban,  el  espíritu  del  Señor  les  decía  por  donde  y  á  donde  habían 
de  ir  dentro  de  la  India  que  conocían:  si  dice  á  Sn.  Felipe  (cap.  8)  que 
fuese  por  el  camino  de  Garza  y  luego  que  se  junte  al  carro  de  Kumico  de 
la  Reyna  de  Candace  para  catequizarle,  y  desde  Garza  es  arrebatado  por 
los  aires  hasta  Azoto  270  estadios  para  evangelizar  á  los  Filisteos:  ¿había 
mayor  dificultad  para  enviar  un  Apóstol  á  la  mayor  parte  del  mundo? 
Habiéndose  partido,  concluye  su  evangelio  S.  Marcos,  predicaron  en  todas 
partes,  cooperando  el  Señor  y  con  firmando  sn  predicación  con  milagros. 

Pero  conozco  el  siglo  en  que  estoy,  y  no  lo  necesitamos.  Se  sabe  que 
entre  América  y  Asia  solo  media  un  corto  estrecho,  elado  la  mayor  parte 
del  año,  y  que  era  muy  fácil  pasar  en  barcas,  como  lo  han  pasado  los  ru- 
sos para  establecer  su  América  Rusa.  Los  discípulos  que  traxo  Ketzalco- 
hnatl,  según  los  Mexicanos,  heran  hombres  habilísimos  que  les  enseñaron 
las  artes,  y  sin  duda  eran  peritos  en  la  Náutica,  pues  Ketzalcohuatl se  em 
barco  á  un  lado  de  Vera  Cruz  para  Campeche  y  las  Islas,  y  en  Tehante- 
tepec  para  el  Sur. 

En  mi  juventud  leí  un  libro  escrito  en  Cantón  de  China,  donde  un  in- 
glés, cuyo  nombre  no  puedo  acordarme,  demostraba  que  en  los  seis  pri- 
meros siglos  de  la  Iglesia  hubo  un  comercio  corriente  entre  la  América  y 
China.  El  anotador  de  Carli  trae  también  pruebas  de  que  en  el  siglo  5? 
había  comercio  entre  México  y  la  China,  y  puntualmente  en  ese  siglo  po- 
ne Torquemada  la  venida  de  Ketzalcohuatl  á  Nueva  España. 

Entonces  no  sería  el  Apóstol  Sto.  Tomás,  se  me  dirá. —Que  el  Apóstol 
de  las  Américas  se  llamaba  Tomas,  para  mi  es  absolutamente  fuera  de  duda. 
Que  fuese  el  Apóstol  Sto.  Tomas  depende  de  averiguar  la  época  en  que 
vino  Quetzalcohuatl,  averiguación  que  no  puedo  hacer  ahora  por  falta  de 
libros,  pues  no  tengo  á  la  mano  sobre  Indias  sino  á  Torquemada  y  Reme- 
sal,  y  todo  lo  demás  vá  á  cuenta  de  mi  memoria;  pero  pues  un  hombre  tan 
profundamente  sabio  en  antigüedades  Mexicanas  como  Sigüenza,  lo  con- 
fundió con  Sto.  Tomás,  no  debió  hallar  dificultad  en  la  época.  El  sábic 
astrónomo  Gama  que  tenia  un  dicernimiento  tan  fino,  y  ha  dexado  M.  S. 
la  antigua  historia  de  los  Mexicanos,  habrá  zanjado  este  punto.  De  Tor- 
quemada para  épocas  antiguas  no  puede  uno  fiarse,  porque  confunde  el 
Calendario  astronómico  con  el  Divinatorio,  prueba  de  que  no  entendía  aquel 
y  á  veces  trae  épocas  contradictorias.  En  esta  misma  época  de  Quetzalt- 
coluiatl,  dice  que  vino  poco  después  de  la  llegada  de  los  Tnltecas,  y  antes 
habia  confundido  á  estos  con  los  discípulos  de  aquel,  porque  Tnltecas  quiere 
decir  artífices  sabios;  y  diciendo  de  estos  que  traían  túnicas  blancas,  de  los 
otros  dice  que  las  traian  negras,  Beytia  dice  que  hubo  dos  predicadores, 
uno  el  5  ó  el  6  siglo  y  el  otro  anterior,  que  fué  doce  años  después  de  la 
muerte  de  Cristo,  según  un  eclipse  que  el  calcula  ser  el  mismo  que  acon- 
teció en  su  muerte,  eclipse  que  en  esa  muerte,  dice  Benedicto  14,  ponen 
también  los  Chineses.    Yo  no  me  fío  de  tales  cálculos. 


BIBLIOGRAFÍA  MEXICANA  DEL  SIGLO  Xl'iíL 

551 

La  verdad  es  que  yo  encuentro  gravísimas  dificultades  en  que  fuese  el 
Apóstol,  salvo  que  se  confundiesen  las  cosas  del  primero  con  las  del  se 
gundo  predicador,  si  lo  hubo.  Lo  primero,  poique  no  está  del  todo  demos- 
trado, que  Sto.  Tomás  predicase  en  China.  Las  pruebas  que  dá  Fr.  Gre- 
gorio García  y  es  la  relación  que  sacada  de  los  archivos  del  Imperio  dieron 
los  Chinos  á  su  Emperatriz,  y  ya  citamos,  no  puede  convenir  al  Apóstol, 
pues  el  Tomás  de  que  hablan  dio  imágenes  de  la  Trinidad,  de  Cristo,  de 
la  Virgen,  etc.  y  los  apóstoles  no  daban  imágenes;  porque  eso  de  las  imá 
genes  de  la  Virgen  pintadas  por  San  Lúeas,  médico  que  han  convertido 
como  un  pintor  de  familia,  está  muy  en  cuestión,  y  parecen  ser  del  siglo 
1 1  ó  12  del  pintor  Lúeas  de  Florencia  llamado  el  santo,  que  por  devoción 
se  destinó  á  pintarlas,  y  las  daba  de  valde.  Las  historias  del  Pilar  y  de  Lo- 
reto  están  desacreditadas  entre  los  mejores  críticos.  (1)  También  Quetzal- 
cohuatl  dio  imágenes  en  América  y  de  él  decían  los  de  Campeche  tener 
una  piedra  triangular  por  donde  explicaban  la  Trinidad  que  conocían  muy 
bien,  y  en  cuyo  nombre  se  bautizaban  todos,  y  nadie  se  podía  casar  sin 
estar  bautizado. 

Mas,  Quetzalcohuatl  instituyó  Monges  en  N.  España,  que  según  Acosta 
hacían  los  tres  votos  de  pobreza,  obediencia  y  castidad  ocupándose  dia  y 
noche  en  la  salmodia,  y  salían  á  pedir  limosna,  de  que  vivían,  con  sus  tú- 
nicas blancas,  brazos  cruzados  y  cabeza  inclinada  con  mucha  humildad. 
Y  los  monges  no  comenzaron  hasta  el  siglo  4?  á  lo  menos  con  esas  forma- 
lidades. Coronas  en  la  cabeza  tampoco  comenzaron  en  tiempo  de  los  Após- 
toles, y  aun  después  no  las  hubo  en  los  primeros  siglos,  sino  las  que  lla- 
maron de  San  Pablo,  y  era  el  pelo  cortado  en  derredor  sobre  la  frente  y 
orejas  en  memoria  de  la  corona  de  espinas  etc.  Las  vestiduras  de  Quet- 
zalcohuatl  eran  de  un  Obispo  oriental,  y  no  las  usaban  los  apóstoles.  Las 
vestiduras  de  los  Obispos  de  N.  España,  especialmente  de  los  del  reyno  de 
Oaxaca  y  provincias  Mixtecas,  eran  idénticas  á  las  de  nuestros  Obispos 
con  todos  sus  Pontificales  hasta  mitra  formada  con  plumas  verdes  de  Que- 
tzalli  exquisitamente  labradas,  y  los  Sacerdotes  usaban  todos  en  las  fun 
ciones  de  Iglesias  roquetes  ó  sobrepellices  (Torq.  to.  2.  lib.  9.  cap.  28). 
Las  cruces  no  comenzaron  á  ser  objeto  público  de  veneración,  sino  des- 
pués que  en  tiempo  de  Constantino  dexaron  de  ser  un  instrumento  de  su- 
plicio.   Los  Obispos  del  Anahuac,  aunque  elegidos  en  Oaxaca  por  elección 

( i)  La  primera  supone  la  predicación  de  Santiago  y  el  mismo  Traggia,  cronista  real  de  Ara- 
gón, tnedixo:  que  á  pesar  de  lo  que  escribiera  en  1"-  primen  u  historia-eclesiástica, 
la  del  Pilar  no  podia  sostenerse.  Tengo  en  mi  poder  el  documento  mas  antiguo,  añadió,  y  iliee 
bien  Bi  nedicto  14,  es  del  catorceno  siglo.  El  sá  Yerégui,  inquisidor 
de  la  Suprema  y  Maestro  de  los  Infantes  de  España,  quando  li  ir  del  Pilar  ó  ! 
resaba  el  dia  8  de  Setiembre  ó  común  de  la  Virgen,  porque  decia  que  eran  fábulas  intolerables. 
Lambertini  defiende  la  segunda  le  replicaba  yo,  y  él  respondía:  como  todo  lo  que  adoptaban  la> 
congregaciones  de  Roma,  aunque  no  fue-..  tar  A  A.  sin  dársele  mucho  cuidado 
de  examinar  lo  que  decían.  Tal  crítica  de  la  de  Lambertini  oí  siempre  á  los  sabios  de  Italia  y  Es- 
paña. 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

552 

popular  como  á  los  principios  de  la  Iglesia,  eran  consagrados  con  óleo;  como 
lo  era  también  el  Emperador  de  México,  y  en  tiempo  de  los  Apóstoles  solo 
se. usó  la  imposición  de  las  manos.  En  fin,  la  continua  salmodia  por  las  di- 
versas oras  del  dia  y  de  la  noche  que  resonaba  en  los  templos  de  México, 
y  el  aparato  de  Arcedianos,  chantres,  tesoreros,  Maestrescuelas,  que  todo 
habia  en  sus  catedrales  (Torq.  t.  2.  lib.  9.  cap.  6),  no  son  cosas  del  tiem- 
po de  los  Apóstoles.  Los  Obispos  de  N.  España  en  Michoacan,  México, 
y  la  Mixteca,  á  pesar  de  usar  de  tres  lenguas  esencialmente  diferentes,  se 
llamaban  Papas  como  todos  los  Obispos  del  mundo  antiguamente,  hasta 
que  creo  Inocencio  3V  mandó  dárselo  á  solo  el  de  Roma,  y  hoy  lo  usan  los 
Obispos  del  Oriente;  pero  no  lo  usaban  los  Apóstoles  Y  cierto  no  sé  don- 
de pudo  venir  tal  nombre  á  los  Obispos  Mexicanos  sino  de  Qnetzalcohuatl, 
pues  aunque  esa  palabra  griega  se  halla  en  las  lenguas  del  Perú  para  decir 
padre,  en  la  lengua  mexicana  á  este  se  le  dice  tata  y  á  la  madre  nana,  y 
Papa  no  significa  nada. 

El  rito  de  la  Pascua  en  México  ó  de  la  Santa  cena  y  Misa  (No  hay  que 
escandalizarse  porque  la  habia)  era  enteramente  Oriental. — Al  mismo 
tiempo  puntualmente,  dice  el  P.  Sahagun,  que  nosotros  celebramos  la  Pas- 
cua, celebraban  los  Mexicanos  la  suya  después  de  un  ayuno  de  40  dias  en 
que  ayunaban,  absteniéndose  de  carne,  vino,  especies,  y  uso  del  matrimo- 
nio. Precedía  á  la  celebración  de  la  Pascua  una  penitencia  pública.  El  lec- 
tor recuerde  de  que  entonces  se  reconciliaban  antiguamente  en  la  Iglesia  los 
penitentes  públicos.  Luego  se  bendecía  solemnemente  agua  que  se  guar- 
daba, como  todavia  practicamos  hoy  los  católicos  el  sábado  santo,  en  que 
antiguamente  se  daba  el  bautismo  solemne.  De  ahí  hacian  de  sus  semillas 
la  estatua  de  su  Dios  Hnitzilopochtli  (no  de  otro,)  la  qual  precisamente 
había  de  ser,  dice  Torquemada,  amasada  en  la  capilla  del  Sr.  de  la  corona 
de  espinas,  y  de  allí  la  llevaban  con  grande  música  al  altar  principal,  ve- 
lando toda  la  noche  como  los  Cristianos  antiguos.  Entonces  llegaba  todo 
el  pueblo  á  hacer  su  ofrenda,  y  luego  venían  los  sacerdotes  y  consagraban 
la  estatua:  y  advierte  Torquemada  usaban  de  esta  palabra  consagración, 
(Torq.  lib.  6.  cap.  38,}  y  que  desde  aquel  momento  ya  la  miraban  como 
la  misma  carne  y  huesos  de  su  dios  Hnitzilopochtli.  Sacábanle  por  el  día 
en  una  solemnísima  procesión,  y  á  la  tarde  el  sacerdote  que  presidía  la  pro- 
cesión, y  era  necesariamente  el  que  representaba  á  Qnetzalcohnatl,  tiraba 
un  dardo  con  punta  de  lanza  al  corazón  de  la  estatua,  lo  que  decían  era 
matar  á  su  Dios  para  comerlo:  y  esta  era  la  señal  de  repartirlo,  llevando 
de  ella  cuatro  diáconos  con  roquetes  á  las  parroquias  de  los  cuatro  barrios 
de  la  ciudad  para  dar  la  comunión  al  pueblo,  la  qual  llamaban  teoenalo: 
dios  es  comido,  y  los  Totomacas  Toyoliayatlacúal ;  manjar  de  nuestra  vi- 
da, y  lo  recibían  con  mucha  devoción,  compunción  y  lágrimas,  teniendo 
cuidado  no  cayese  en  tierra  la  menor  mihaja;  y  había  de  ser  en  ayuno  na- 
tural; para  lo  que  en  todo  aquel  dia  se  escondía  en  todo  el  país  la  agua  de 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

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los  niños,  que  también  comulgaban. — En-fin,  el  Obispo  hacía  un  sermón, 
con  qe.  terminaba  la  función,  dice  Acosta,  en  quien  está  aún  mejor  contada 
toda  esta  ceremonia  que  en  Torquemada.  Para  no  dexarnos  dudar  á  que  se 
aludia  en  esto,  en  una  de  estas  funciones  ponían  á  un  hombre  en  una  cruz, 
y  á  otro  puesto  sobre  una  cruz   pequeña  daban  con  la  caña  en  la  cabeza. 

Quien  sabe  los  ritos  litúrgicos  del  Oriente,  y  sabe  que  el  pan  de  mil  fi- 
guras simbólicas  se  amasa  en  el  Oriente  en  una  capilla;  se  le  lleva  en  pro 
cesión  para  el  altar  mayor  con  tal  aparato  y  devoción  que  escandaliza  á 
los  latinos;  que  hasta  para  repartir  la  comunión  la  señal  es  dar  con  un  dar- 
do en  figura  de  lanza  el  pan,  como  que  esto  significa  la  lanzada  que  dio  á 
Cristo  el  Centurión;  que  antiguamente  comulgaban  los  niños  etc.  etc.  co- 
noce al  momento  que  esta  era  una  Misa  oriental.  Y  si  nuestros  misione- 
ros no  dieron  en  ello,  fué  por  su  ignorancia  de  aquellos  ritos.  Tampoco,  sin 
estar  advertido  un  latino,  creería  que  era  Misa  la  que  celebraban  los  grie- 
gos, y  mucho  menos  los  coptos  y  Ktiopes.  En  un  i  palabra:  el  ayunar  en 
México  y  Chololan  la  septuagésima,  punto  de  que  han  hecho  uno  capital  de 
su  cisma  los  griegos,  por  que  los  latinos  solo  ayunan  40  dias:  el  seguir  en 
los  cómputos  del  diluvio,  no  la  Vulgata  sino  los  70  de  que  usa  la  Iglesia 
Griega,  acaba  de  confirmar  que  su  predicador  era  Oriental. 

Haciéndome  todas  estas  dificultades  sospechar,  que  nuestro  Tomas  no 
era  el  apóstol  me  dediqué  á  estudiar  los  autores  portugueses,  como  Barros 
y  otros  que  cita  García,  sobre  las  cosas  de  la  India  pertenecientes  á  Sto. 
Tomas,  de  que  han  escrito  largamente  por  su  cuerpo,  cruz  y  memorias  ha'- 
lladas  en  Meliapor,  ciudad  de  Coromandel.  Y  en  sus  historias  hallé  en  el 
5?  ó  6?  siglo  otro  Sto.  Tomas,  obispo,  sucesor  suyo,  Judio  helenista  tam- 
bién como  el  Apóstol,  (esto  es  Hebreos  que  hablaban  griego  con  idiotismos 
hebreos)  tan  celebre  como  él  por  su  predicación  y  milagros:  del  qual  el 
breviario  ó  santoral  de  la  Iglesia  Ciriaca  tiene  largas  lecciones,  en  que  se 
refiere  como  pasó  á  predicar  á  la  China,  y  otras  regiones  bárbaras  y  remo- 
tas, haciendo  muchos  prodigios.  Este  sin  duda  debe  ser  nuestro  Quetzalco- 
huatl,  Chilancambal  en  lengua  Chinesca,  que  traxo  sin  duda  discípulos 
Chines.  Los  grandes  edificios  de  Mictlan,  Campeche,  etc.  que  se  atribu- 
yen á  los  discípulos  de  Quetzalcohuatl  son  muy  parecidos  á  los  Chineses.  (1) 

(I)  Poco  ha  se  descubrieron  cerca  del  pueblo  de  Palenque  en  la  Provincia  de  ciudad  Real  de 
Chapa  las  ruinas  de  una  antigua  ciudad  qe.  ocupaba  8  leguas  de  extensión.  Dentro  de  poco  reci- 
biré pa.  comunicar  á  los  sabios  de  Inglaterra  las  estampas,  qe.  se  han  sacado  de  las  figuras  de 
baxos  y  medios  relieves  conservadas  en  los  estucos,  etc.  de  aquellas  ruinas,  y  rodeados  de  gero- 
glíficos,  qe.  á  muchos  parecen  ser  idénticos  á  los  Egipcios  y  confirmar  la  opinión  de  Siguen za  y 
Carli  de  haber  estos  sido  los  pobladores  de  la  América  del  Norte,  ('cica  .le  Vera  Cruz  se  encuen- 
tran también  sepultadas  en  la  arena  grandes  columnatas  de  mármol,  qe.  prueban  haber  existido 
por  allí  naciones  muy  civilizadas.  Yo  he  visto  qe.  de  los  monumento-.  Mexicanos  resulta  casi  lo 
mismo,  qe.  Herbas  ha  deducido  por  las  lenguas,  esto  es.  qe.  la  América  del  Norte  se  pobló  por 
dos  partes  á  saber,  de  parte  de  la  Asia  pr.  pueblo.  que  vinieron  de  la  tartana  Chine-a.  y  se  en 
cuentran  en  sus  M.  SS.  simbólicos  descritos  lo.  rios,  montañas  etc.  por  donde  pasaron:  y  de 
hacia  las  Antillas,  (sicj  por  gentes  qe.  parece  subieron  de  la  Atlántida,  cuya  sirnersion  no  es  unpa- 
sage  oscuro  en  las  historias  mexicanas;  ella  parece  ser  una  de  sus  cuatro  grandes  épocas;  hasta 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

554 

Ahora  entra  la  explicación  de  la  palabra  Quetzal,  que  compone  el  nom- 
bre de  Quetzalcokuatl.  Es  palabra  sincopada  ó  elidiada  de  Quetzal-li,  es- 
pecie nueva  del  género  Psittacus,  descrita  por  el  naturalista  Lavalley  de- 
dicada con  el  nombre  de  Psittacus  Mosino  á  este  otro  naturalista  mexicano 

su  compañero  en  la  composición  de  la  Flora  Mexicana,  el  qual  traxo  aquel 
páxaio  de  las  selvas  de  Goatemala,  donde  se  cria.  Su  color  es  verde  es- 
meralda preciosísima,  y  sus  plumas,  de  que  tiene  tres  muy  grandes  por 
cola,  eran  tan  apreciadas,  qe.  tenia  pena  de  muerte  quien  los  mataba.  Las 
damas  hoy  las  estiman  muchísimo.  Quando  se  le  coje,  píenle  las  plumas 
de  la  cola  con  la  pesadumbre.  Su  nombre  era  un  distintivo  de  aprecio  lo 
daban  á  un  pajarito  de  dulce  canto  que  llaman  Quetzaltototl,y  para  alabar 
una  doncella  honesta  y  hermosa  la  solían  llamar  pluma  de  Quetzalti. 

Por  eso  Boturini  traduce  á  Quetzal  en  el  predicador,  páxaro  de  pluma 
rica,  y  en  general  traducen  los  A  A  á  Quetzalcohuatl,  precioso  mellizo. 
Bastaba,  para  darle  el  nombre  de  Quetzal  que  simboliza  la  virginidad  su 
continencia  tan  celebra  la,  que  los  sacerdotes  de  Cholula  en  su  Septuagé 
sima  se  exhortaban  á  ella  diciento:  que  era  vergüenza  no  poderse  obste- 
ner  de  sus  mugeres  en  tan  poco  tiempo,  quando  su  Señor  Quetzalcohuatl 
nunca  tuvo  ninguna.  La  virginidad  era  tan  preciada  de  los  Mexicanos,  que 
moria  sin  falta  por  haber  violado  la  suya  alguna  de  sus  innumerables  inon 
jas,  y  el  encontrar  sin  ella  á  la  desposada  disolvia  el  matrimonio. 

El  autor  de  la  historia  del  verdadero  Quetzalcohuatl dice:  que  como  en 
tre  los  católicos  la  aureola  que  se  pinta  á  los  santos  es  la  señal  de  serlo,  el 
Quetzal  ó  plumero  era  indicio  ó  geroglífico  de  lo  mismo  entre  los  Mexi- 
canos: y  por  eso  Hiutzilopochtli  tenia  en  la  mano  derecha  una  Cruz  for- 
mada con  cinco  globos  de  plumas:  así  como  el  pintar  rayos  al  rededor  de 
la  cara  y  zarcillos  en  las  orejas,  era  geroglífico  de  divinidad  que  solo  po- 
nían á  la  imagen  de  Dios:  y  que  si  el  Sumo  sacerdote  llevaba  zarcillos  en 
las  orejas,  era  por  ser  ministro  suyo.  La  explicación  es  ingeniosa,  y  aunque 
me  acuerdo  que  cuando  la  lei.  deseaba  mayores  comprobantes  que  los  que 
apuntaba  el  autor,  pudo  tomarse  este  símbolo  de  qe.  la  mitra  de  los  Obispos 
era  formada  de  plumas  de  Quetzalti.  —  Dice  Torquemada,  que  conservaban 
en  Cholula  ciertas  esmeraldas  como  reliquias  de  Quetzalcohuatl,  y  una  de 
ellas  tenia  primorosamente  entallada  una  cabeza  de  mono.  Esta  es  gero- 
glífico de  que  debia  de  volver  de  países  extraños. 

Beytia  no  vio  á  dicho  autor,  y  dando  la  traducción  de  Quetzalcohuatl 
por  precioso  mellizo,  añade  que  el  haberle  apropiado  el  sobre  nombre  de 
Quetzal  alude  á  alguna  cosa  especial,  y  que  algo  significa  estar  colgada  del 
pico  de  una  ave  la  celebre  cruz  de  Santo  Tomas  hallada  en  Meliapor. 

señalan  e!  número  de  los  qe.  se  salvaron,  y  los  montes  en  donde  todavía  llaman  á  la  agua  ,4// y 
ai  mar  Atlachnci.  Volviendo  á  las  ruinas  de  Palenque,  en  Goatemala  >e  escribió  una  Obra  muy 
erudita  diciendo  el  nombre  de  la  Nación  de  quien  era  aquella  gran  ciudad,  y  se  pretende  que  por 
los  fragmentos,  que  era  población  de  Cartagineses.  En  iSoj  estaba  en  Madrid  esta  obra  pa.  su 
impresión  en  poder  del  Sr.  (di  Lemos. 


BIBLIOGRAFÍA  MEXICANA  DEL  SIGLO  XVIII 

555 

Acerca  de  esta  ave  varios  A  A.  Portugueses  escriben  que  es  una  palo- 
ma; pero  los  demás  que  es  un  pavo.  Este  según  ellos  es  el  geroglífico  de 
Meliapor,  que  eso  significa,  y  dicen  que  tenia  su  Obispo  guardadas  con 
gran  veneración  y  aprecio  unas  láminas  de  metal  en  que  estaba  escrita  la 
donación  que  hizo  el  rey  Singamo  á  Sto.  Tomás  de  unas  tierras  para  la  Igle 
sia;  y  por  el  reverso,  en  señal  de  aceptación  por  parte  del  Santo,  figurado 
un  pavo  por  ser  el  geroglífico  de  Meliapor.  Esto  apuntó  también  fr.  Gre- 
gorio Garcia.  Ahora  digo  yo  que  nuestro  Santo  Tomas  se  titularía  de  Me 
liapor,  como  todos  los  Obispos  del  Oriente  del  lugar  de  sus  sillas,  y  así  fir- 
maban en  los  Concilios,  Cirilo  de  Alexandría,  Juan  de  Constantinopla  etc. 
y  los  Indios  traducirían  Meliapor  por  su  significado  de  pavo,  escribiendo  y 
sustituyendo,  no  el  común,  sino  su  precioso  Quetrjalli,  de  cuyas  plumas 
usaría  la  mitra  como  en  efecto  se  la  pintaban  también  á  su  imagen,  y  el 
qual  páxaro,  aunque  los  naturalistas  lo  pongan  ahora  en  el  género  Psittacus 
ó  de  papagallo,  allá  no  pasa  sino  por  ser  el  pavo  Real  de  la  América  del 
Norte. 

El  lector  escoja  de  estas  interpretaciones,  mientras  yo  paso  por  fin  á  res- 
ponder como  pudieron  pasar  los  Mexicanos  del  cristianismo  á  los  sacrifi- 
cios y  una  idolatría  tan  absurda.  Y  respondo  lo  i?  que  todo  eso  está  pon- 
derado en  extremo.  Lo  segundo  que  así  como  la  grosera  idolatría  de  los 
Ejipcios,  y  de  allí  de  los  Griegos  y  los  Romanos,  provino  de  la  ruda  ó  equi- 
vocada interpretación  de  su  antigua  escritura  geroglífica,  así  pudo  prove- 
nir en  los  Indios  de  la  mala  interpretación  de  la  suya,  en  la  qual  tenian 
escritas  las  divinas  escrituras,  y  de  la  siniestra  interpretación  de  la  doctri- 
na Evangélica.  ¿Qué  absurdos  y  fábulas  increíbles  no  han  deducido  los  Ju- 
díos de  las  escrituras  y  tradiciones?  ¡Que  despropósitos,  horrores  y  excesos 
no  derivaron  de  ellas  y  de  la  doctrina  Apostólica  los  Gnósticos,  Nicolaitas, 
Cerintianos,  Ebionitas,  Maniqueos  y  otros  hereges  antiguos!  ¿De  donde 
sino  de  la  mala  interpretación  del  antiguo  testamento,  ó  mala  aplicación  de 
sus  máximas  al  nuevo  han  venido  con  los  diezmos  y  primicias,  las  guerras 
de  religión,  las  matanzas  hechas  en  América,  y  los  quemados  de  la  Inqui- 
sición? ¡Que  cuadro  de  abusos  no  se  podría  presentir  tan  horroroso  como 
el  de  los  Mexicanos!  ¿El  Mahometismo  no  es  una  rama  extraviada  del 
cristianismo?  ¿Y  el  pueblo  menudo  católico  no  es  un  idólatra  material  ge- 
neralmente por  su  ignorancia,  pues  lo  es  tener  mas  devoción  con  unas  imá 
genes  que  con  otras,  poniendo  en  aquellas  su  confianza  como  si  residiese 
en  alguna  de  ellas  virtud  alguna,  ó  Dios  pudiese  prendarse  mas  de  las  ora- 
ciones que  se  le  dirigen  ante  una  pintura,  que  ante  otra? 

¿Cuanto  mas  debia  suceder  entre  los  Indios,  que  carecían  de  letras  al 
fabéticas,  que  desde  el  nacimiento  de  la  religión  sufrieron  una  persecución 
tan  cruel  para  exterminarla,  que  gimieron  muchos  años  fugitivos  y  ence- 
rrados entre  las  juncias  y  espadañas  de  la  laguna  de  México,  ya  tributa- 
rios de  los  Tepanecas  de   Atzcapozalco,   ya  de  los  Teochichimecas  de 


BIBLIOGRAFÍA  MEXICANA  DEL  SIGLO  XVIII 

r-56 

Tezcoco,  que  por  fin  los  dominaron,  y  habían  de  introducir  su  religión  do- 
minante? ¿No  vimos  en  la  Francia,  católica  18  siglos,  hacerse  con  la  revo- 
lución un  tránsito  á  la  idolatría,  y  hasta  el  ateísmo?  Me  era  muy  fácil  hacer 
ver  como  por  todos  aquellos  medios  fué  alterándose  la  religión  entre  los 
Mexicanos:  algo  dixe  ya  de!  origen  de  los  sacrificios  humanos  de  una  ma- 
la interpretación  de  !a  máxima  cristiana  de  que  Dios  no  quería  sino  cora- 
zones ardientes.  (1)  Acaso  se  agregó,  (cuando  por  la  persecución  del  Cris- 
tianismo creyeron  haberlos  castigado  Dios  con  una  peste  y  sequedad)  el 
empeño  de  aplacarle,  imitando  á  los  mártires,  que  se  ofrecían  gustosos  á 
la  muerte  como  aceptísima  á  los  ojos  de  Dios:  pues  procuraban  que  las 
víctimas  fuesen  voluntarias,  alzando  los  ojos  al  cielo,  y  otras  aluciones  se- 
mejantes í  martirio,  y  martirio  de  mellizos.  Tal  vez  mucho  de  ello  nació 
de  la  opinión  de  que  Ketzalcohuatl  bebía  sangre  y  se  comía  un  niño;  opi- 
nión que  nació  de  la  creencia  de  los  católicos  sobre  la  eucaristía;  imputa- 
ción contra  los  cristianos  primitivos  tan  creída  en  el  antiguo  mundo,  que 
por  ella  resonó  mil  veces  el  anfiteatro  Romano  con  el  grito:  Christiain  ad 
bestias;  y  que  quedó  tan  esparcida  entre  los  gentiles  del  Nuevo  mundo. 
que  una  de  las  razones  que  mas  hacían  valer  muchos  quando  la  llegada 
de  los  Españoles,  p  na  dudar  que  fuesen  Ketzalcohuatl  ó  sus  discípulos, 
era  que  no  bebían  sangre  ni  comían  niños. 

Todos  los  ritos  é  historia  de  los  mexicanos  están  aludiendo  tan  clara- 
mente á  ritos  y  pasajes  del  antiguo  y  nuevo  Testamento,  que  los  A.  A. 
Españolas  lo  han  nota  lo  á  cada  paso:  y  el  viage  de  los  Mexicanos  al  Ana- 
huac  es  tan  idéntico  al  de  Israel  por  el  desierto,  que  en  la  i?"  edición  de 
Torquemada  se  suprimió,  y  para  restituirlo  en  la  2'1}  véanse  las  salvas  que 
tuvo  que  hacer  el  editor  de  su  prólogo.  Por  eso  Moteuhsoma  habiendo 
oido  toda  la  doctrina  que  produxo  Cortés  sobre  la  creación  del  mundo  y 
religión  Cristiana,  le  respondió,  que  estaban  acordes  en  todo  con  la  doc- 
trina de  sus  mayores  y  el  mismo  Cortés  escribe  en  su  primera  carta  al 
Empera  lor  Carlos  5?  que  qu  indo  emprendió  derribar  los  ídolos  le  dixo  el 
de  México:  nosotros  con  el  transcurso  del  tiempo  liábanos  olvidado  ó  tras- 
tornado la  doctrina  de  nuestro  Señor  Ketzalcohuatl ',  tú  que  vienes  ahora  de 
su  Corte  y  la  ten  Irás  mas  presente,  ve  diciendo  lo  que  debemos  tener  y  creer 
y  nosotros  lo  haremos  todo.  Por  lo  qual  y  otras  muchas  cosas,  no  cesa  Acos- 
ta  de  decir,  que  estaba  abierta  la  puerta  pira  haber  introducido  el  Evan- 
gelio en  América  sin  ninguna  efusión  de  sangre. 

Pero  vuebo  á  decir,  que  los  Españoles  y  misioneros  empeñados  en  no 
ver  sino  al  diablo  aun  en  las  cruces,  todo  lo  endiablaron  sin  escrúpulo;  y 
recogiendo  los  ritos  y  creencias  de  las  diferentes  provincias,  y  por  haber 
quemado  las  bibliotecas,  informándose  del  vulgo  necio,  que  entre  los  cató- 
licos daría  también  de  nuestra  creencia  una  relación  endiablada,  hicieron 
una  pepitoria  insoportable.    Desde  que  los  Españoles  llegaron  á  N.  Espa- 

(I     Xota  á  la  pág.  ...  -*--."■ 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

557 

ñi  y  se  vieron  incensar,  y  llamar  tcotli  ó  teutli,  dieron  en  que  los  tenían 
por  dioses,  y  oyendo  esta  palabra  los  misioneros  aplicada  hasta  los  mon- 
tes todo  se  les  volvió  dioses  y  diosas.  Podían  reflexionar  que  ellos  necesi 
taban  la  imagen  de  su  rey,  ó  sus  sacerdotes,  y  á  todos  los  que  asisten  á 
(los)  sus  misas  y  oficios  solemnes.  Entre  los  Mexicanos  se  incensaba  á  los 
Embaxadores  como  personas  sagradas  c  inviolables,  y  por  tales  se  dieron 
ellos.  Llamáronles  tcotli,  porque  así  llamaban  á  los  magistrados  y  á  los 
caballeros  de  sus  cuatro  órdenes  militares,  como  puede  verse  en  Torqu-e 
roada,  aunque  este  escriba  tecuchtli  como  Motecutzuma,  á  causa  de  la  que 
//  es  letra  de  saltillo  como  se  esplican  los  prólogos  Mexicanos,  esto  es,  as- 
pirada de  tal  suerte,  que  parece  sonar  cu,  y  por  eso  para  levantar  la  aña 
den  una  h:  teuhtli:  Moteuhsoma.  (i)  Pero  teotl  ó  teutl  no  significa  Dios 
sino  por  antonomasia  como  señor  entre  nosotros,  y  su  significado  es  el  de 
Señor.  Aun  es.  fasismo  suyo  para  expresar  lo  excelente  en  cada  género: 
así  el  pimiento,  que  ellos  llaman  Ckili,  si  es  muy  rico  llaman  teo-chili,  y 
los  mestizos  fraseando  á  su  exemplo  en  Castellano,  para  expresar  por  exein- 
plo  un  mulato  que  se  levanta  sobre  su  esfera,  dicen  que  es  un  Señor  mu- 
lato, un  aguardiente  muy  fuerte  Señor  aguardiente  etc.  como  en  la  Euro- 
pa noble  y  gentil.  Los  Indios  siempre  que  mentaban  á  Dios,  era  añadiendo 
al  tleotipalnemohuani,  el  que  da  la  vida,  Ipalnemohualoni,  esto  es,  el  Señor 
por  quien  vivimos;  que  es  la  frase  de  Su  Pablo:  in  quo  vivimus,  movemur, 
ct  sumus. 

El  que  entrase  en  las  Iglesias  católicas  sui  entender  su  religión  ó  len- 
gua, pensaría  que  teníamos  tantos  dioses  como  imágenes;  y  según  las  di- 
ferencias de  nombres,  figuras  y  advocaciones  que  damos  á  Cristo  y  su  ma- 
dre, los  multiplicaría  á  millares:  y  no  dudaría  atribuir  divinidad  á  los 
santos,  viéndolos  sobie  los  altares,  dedicados  templos  á  su  nombre,  dados 
á  ellos  patronazgos  de  ciudades  y  villas,  protección  á  cada  uno  contra  cier- 
tas enfermedades,  para  ciertas  cosas,  y  á  favor  de  ciertos  gremios,  con  la 
circunstancia  de  que  en  tal  parte  su  imagen  es  mas  milagrosa  que  en  otra. 
Con  todo  lo  qual  nos  daría  por  idólatras  extravagantes  y  desatinados,  y 
así  lo  hacen  los  protestantes.  Pues  ni  más  ni  menos  hicieron  los  Españo- 
les con  los  Indios:  aunque  al  fin  los  misioneros  se  fueron  apercibiendo  del 
error,  y  ya  convenían,  según  Torquemada,  en  que,  á  lo  menos  las  diosas 
que  ellos  llaman  de  las  aguas,  no  eran  sino  una,  que  es  la  misma  Virgen 
mclliza  de  que  hemos  hablado. 

Pero  no  la  adoraban  por  Diosa,  ni  hubo  tales  diosas  entre  ellos,  y  así  Tor- 
quemada á  la  misma  ya  llama  dios,  ya  diosa,  sin  saber  lo  que  se  decía:  pues 
los  Indios  distinguían   muy  bien  á  dios  de  los  santos  en  los   nombres,  en 

(i'l  Lo^  misi(  ñeros  escribían  con  Z  este  nombre  y  todas  las  palabras  mexicanas  excluyendo 
la  S.Ae  su  alfabeto.    Pase  el  Tz  por  ser  á  veces  la  pronunciación  del   Tzade  hebreo;  pero  es  in- 
justa dice  Borunda,  la  exclusión  de  la  S.   No  es  la  Z  española  la  qe.  pronuncian  los  ln 
una  O  silvada,  qe.  heredada  de  ellos  es  la  que  pronuncian  los  criollos  Mexicanos;  á  los  quales 
por  eso  en  Castilla  juzgan  andaluces,  y  en  Andalucía  Castellanos  ó  Portugueses. 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XV II i 

553 

las  oraciones,  y  en  el  culto.  El  mismo  dice  que  solo  se  arrodillaban  y  pos 
traban  ante  la  representación  de  Tlezcatipuca  que  era  su  mayor  dios,  pu- 
ro espíritu;  y  que  á  solo  este,  y  á  ningún  otro,  ni  á  Huitzilopochtli  (sic)  le 
llamaban  Titlacohua;  y  que  le  dirigieron  esta  oración:  O!  dios  todo  pode- 
roso, que  dais  vida  á  los  hombres,  que  os  llamáis  Titlacohua  (esto  es,  cuyos 
esclavos  somos,)  ¡tacedme  esta  tan  señalada  merced  de  darme  todo  lo  nece- 
sario y  gozar  de  vuestra  clemencia,  suavidad  y  deleitación-  hacedme  mise- 
ricordia de  mi,  abrid  las  manos  de  vuestra  piedad  y  usadla  conmigo.  Y  di- 
ce en  otra  parte,  que  todas  sus  oraciones  terminaban  con  Mayihu,  hágase 
así,  como  nosotros  con  amen.  —  "Dicen  de  él,  prosigue,  que  lo  sabe  y  ve 
todo,  y  que  dá  las  enfermedades  contagiosas  en  castigo  de  los  pecados. 
Llamábanle. Moyocayatzin,  el  qe.  hace  quanto  quiere,  porque  á  su  volun- 
tad no  podía  resistirse,  y  decían  ser  poderoso  para  destruir  cielo  y  tierra. 
Llamábanle  telpuehtli  que  quiere  decir  joven  porque  es  eterno.  Otros 
nombres  tenía  este  Tezcaltlipuca:" — y  se  ve  que  todos  significaban  diver- 
sos atributos  de  la  divinidad:  este  mismo  nombre  significa  espejo  resplan- 
deciente ó  donde  todo  se  ve,  speculum  siue  mácula,  como  llama  á  Dios  la 
Escritura. 

Teo-Huitz-lopoehtli,  y  no  Huitzilopochtli,  según  interpreta  Borunda, 
es  decir:  el  señor  de  la  espina  ó  herida  en  el  costado  izquierdo  de  quien  le 
mira:  y  esto  dice  Torquemada  (tom.  2?  lib.  6.  cap.  21.)  es  el  mismo  ñíecsi 
que  traxo  á  los  Aztecas,  dándoles  el  nombre  de  Mecsicanos  quando  les 
manilo  ungirse  las  caras  con  cierto  ungüento,  como  hemos  antes  dicho  en 
una  nota  (i)  y  así  celebraban  su  fiesta  todos  embijados  y  ungidos:  prueba 
todo  de  que  Mecsi  significa  ungido  ó  Cristo;  por  otro  nombre  Teo  tlaloc, 
ó  señor  del  paraíso,  y  por  otro  nombre  Señor  de  la  corona  de  espinas,  co- 
mo está  dicho.  Los  Tlaxcaltecas  le  llamaban  Calinaxile  ó  señor  desnudo, 
como  está  en  la  cruz.  Tenia  una  en  la  mano  formada  con  cinco  globos  de 
pluma:  así  como  se  encuentra  otra  Ciuz,  pintada  de  finísimo  azul  con  los 
cinco  globos  blancos,  en  la  sierra  casi  inaccesible  de  Meztitlan  desde  tiem- 
po tan  inmemorial,  que  por  tener  al  lado  pintada  la  luna  en  Mexicano 
Meztli,  dio  nombre  al  lugar  de  Meztitlan,  esto  es,  junto  á  la  luna.  Ya  es- 
tá dicho  como  aseguraban  que  lenian  naturaleza  humana  y  divina,  y  habia 
nacido  de  una  Virgen  santa  y  devota  sin  lesión  de  su  virginidad,  llamada 
(  oatlicue,  que  lo  parió  en  el  monte  Coatepec  de  Tula:  alusión  todo  á  que  fue 
dado  á  conocer  en  el-  tiempo  de  los  Tultecas  por  Quctzalcohuatl.  Torque- 
mada dice: — "Tuvieron  noticia  de  la  encarnación,  y  lo  explicaban  por  una 
metáfora  diciendo,  que  uno  como  ovillo  de  plumas  baxó  del  cielo,  y  po- 
niéndolo ella  baxo  su  cintura  patio  á  Huitzilopuchtliyñ.  hecho  varón  per- 
fecto etc."  Su  imagen  indicaba  los  mismos  atributos  que  nosotros  damos 
á  Jesu-Cristo,  y  aun  explicada  según  Torquemada  (tom.  2.  lib.  6.  cap.  21.) 
nada  presenta  que  no  sea  digno  de  un  dios. 

(i)  Pág.  ... 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 


559 


Dios  puro  espíritu  y  Omnipotente,  Dios  hombre,  y. su  madre  virgen  son 
los  tlaloques  ó  dioses  del  tiempo  de  ios  Tultecas  dados  á  conocer  por  Quet 
zalcohuaíl,  y  añadiendo  á  este  como  Santo  y  sus  discípulos  mártires,  áesto 
viene  á  reducirse,  si  bien  se  explica  todo,  toda  la  Mitología  Mexicana,  se- 
gún hizo  ver  el  Dr.  Mier  en  su  disertación  para  la  Academia  de  la  histo- 
ria: aunque  los  Españoles  se  han  empeñado  en  hacer  diablos,  y  aun  en  hallar 
los  dioses  de  los  Romanos.  Esta  comparación  no  me  parece  razonable:  por- 
que por  exemplo  dice  Torquemada:  "que  la  diosa  Tlazoltcotl  corresponde 
á  Venus,  porque  quiere  decir  diosa  de  la  basura,  y  que  de  ella  eran  muy 
devotas  las  personas  deshonestas;  pero  no  era  dice  lib.  6.  cap.  23.  porque  pa- 
trosinase  como  la  Venus  antigua  sus  impurezas,  sino  para  tenerla  propicia 
á  fin  de  obtener  perdón  de  este  pecado"  ¿Y  qué  tiene  que  ver  esto  con  Ve- 
nus? La  idolatría  de  los  Mexicanos  no  era  mas  limpia:  jamas  adoraron  los 
vicios  ni  á  ninguno  que  los  hubiese  tenido,  dice  Dávila  Padilla,  y  dice  bien. 
En  fin,  ¿porqué  hemos  de  llamar  idólatras  y  no  cristianos  á  los  Indios  de 
Yucatán,  que  todos  estaban  bautizados  en  nombre  de  la  Trinidad,  y  vene- 
raban las  Cruces?  ¿Porqué  hemos  de  llamar  idólatra  al  Emperador  Neza- 
hnalcoyotl,  que  prohibió  los  sacrificios  humanos,  y  levantó  templos  al  dios 
creador?  ¿Porqué  hemos  de  llamar  idólatras  á  los  Totonacas  y  Mixtecas, 
que  sobre  estar  bautizados,  (como  todos  los  Nahuatlacas  y  Mexicanos' 
ofrecidos  por  eso  á  Quetzalcohuatl desde  esta  ceremonia  á  los  8  dias  de  na- 
cidos) no  ofrecían  sacrificio  ninguno  humano,  y  adoraban  á  Tzenteotl,  que 
Torquemada  llama  Dios,  ya  Diosa,  ya  Dioses,  y  no  quiere  decir  sino  el  ver- 
dadero Dios? 

El  mismo  dice,  que  este  Dios,  que  confunde  con  la  Tonacayohua,  prohibía 
y  detestaba  los  sacrificios;  y  sus  monges  eran  según  él  los  mas  exemplares, 
castos  y  penitentes,  ocupados  en  esc.ibír  la  historia:  (tom.  2.  lib.  9  cap.  8  ) 
"^  esta  diosa  miraban  con  snma  reverencia,  y  sus  respuestas  tenian  por 
oráculo  divino,  y  mas  que  otros  eran  señalados  los  sacerdotes  de  su  culto  y 
servicio;  y  que  esta  diosa  no  quisiese  sacrificios  de  'hombres  no  sé  que  sea,  ni 
tampoco  lo  cutiendo,  porque  esto  de  querer  unos  uno,  y  otros  otro  son  pa  mi 
adivinanzas." 

¿Qué  ha  de  ser  sino  que  habia  diferentes  cultos  y  religiones,  así  como  el 
mismo  pone  los  religiosos  observantes  del  orden  de  Quetzalcohuatl,  y  es- 
tos monges  del  verdadero  Dios,  que  llama  en  otra  parte  Cuntían  ó  melli- 
zos,  los  quales  no  se  juntaban  con  los  demás  ni  para  lavarse?  Habrá  tam- 
bién fuera  de  los  monges  Congregaciones  seculares  de  Tctzcaltipuca,  Dios 
Omnipotente  puro  espíritu,  todo  ejemplar  y  virtuoso;  y  cierto  no  se  exhor- 
taría mejor  en  nuestro  cristianismo  á  las  vírgenes  destinadas  á  los  monas- 
terios, que  se  exhortaba  á  las  suyas  en  su  ingreso  al  orden  de  Quetzaco- 
liuatl,  (1)  Ved  á  Torquemada  tom.  2.  lib.  9.  cap.  32. 

(i)  Habiéndose  pasado  el  impresor  tres  pequeñas  notas  en  mis  lugares  respsetivos  las  reunió 
aquí  diciendo:  que  Quetzalcohuatl  «tuvo  en  América  20  años  cumplidos:  que  Huehuettapallan  á 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

560 

En  México  el  verdadero  Dios  tenía  templo  aparte,  y  adonde  ahora  está 
N.  Sra  de  Guadalupe  que  es  en  Tepeyacac  (esto  es  lugar  junto  al  cerro,  el 
qual  se  llamaba  Tonan  ó  de  nuestra  madre)  habia  templo  sobre  el  cerrillo 
dedicado  á  la  tzenteotenantzin,  que  está  en  el  cerro  tépetl,  es  la  madre  del 
verdadero  Dios  tzenteotl.  Su  fiesta  principal  se  celebraba  en  el  solsticio  hi- 
berno, dia  de  Santo  Tomas  y  era  tal  la  devoción  con  ella,  que  nadie  pasa 
ba  junto  al  cerrillo,  según  Torqnemada,  sin  subir  á  ofrecer  en  su  ara  las 
flores  que  por  allí  podía  hallar. 

Otro  templo  tenia  la  misma,  como  patrona  de  las  aguas,  (pues  lo  eran 
todos  los  Tlaloques  venerados  en  los  montes)  en  Otancapulco,  y  habién- 
dose en  aquel  templo  salvado  los  Españoles  de  Cortés  en  la  triste  noche 
que  salieron  huyendo  de  México,  atribuyéndolo  á  milagro  de  la  Virgen, 
pusieron  allí  después  según  Torqnemada  tom.  1.  lib.  4.  cap.  72  una  ima- 
gen que  llamaron  Na  Sra  de  las  Victorias  (Acosta  dice  que  del  Socorro 
por  el  que  recibieron)  y  después  llamaron  de  los  Remedios.  Como  el  Ayun- 
tamiento de  México  fué  el  que  edificó  la  capilla,  puso  allí  después  capellán, 
á  pesar  de  los  franciscanos  que  antes  la  custodiaban. 

Quiero  concluir  con  una  noticia  que  puede  interesar  á  México,  cuya  pla- 
za afea  una  capillita  llamada  de  los  Talavarteros,  la  qual  escapó  al  decreto 
del  4?  Concilio  Mexicano  para  destruir  todas  las  capillas  pequeñas,  porque 
se  dixo  haber  tradición,  de  que  allí  se  dixera  la  primera  Misa.  Tal  tradición 
es  fabulosa;  los  primeros  misioneros  pusieron  en  varias  esquinas  ó  encru- 
cijadas de  México  Cruces  para  que  allí  se  reunieran  los  indios  á  rezar,  y 
una  de  ellas  estaba  donde  ahora  la  capillita  en  question  poique  los  fran- 
ciscanos tuvieron  su  primer  convento  donde  está  la  catedral  para  cuya 
erección  vendieron  el  terreno,  pasándose  á  la  casa  de  las  aves  de  Moteu- 
hsoma  donde  están.  Los  que  vendían  losa,  ó  talavera  como  allá  dicen,  to- 
maron devoción  con  la  Cruz  de  Tacuba,  á  cuyo  pie  se  reunían,  y  le  hicie- 
ron un  ceicado  de  piedra;  luego  alcanzaron  un  jubileo;  y  para  erigir  la  ca- 
pilla que  ahora  existe  pidieron  permiso  á  la  Catedral,  y  sobre  todo  á  la  ca- 
sa del  Estado  de  Hernán  Cortes,  de  quien  era  el  terreno.  Esta  casa,  que 
debió  de  ayudar  al  costo,  puso  allí  unas  pinturas  alusivas  á  los  primerossu- 
cesos  religiosos  del  tiempo  de  Cortés,  y  de  allí  nació  la  tal  tradición,  pues 
si  hubiera  preexistido,  se  hubiera  hecho  mension  de  ella  en  tales  autos  pa- 
ra motivar  la  fábrica  de  la  capilla,  y  colectar  las  limosnas  necesarias.  Exis- 
ten los  autos  en  la  secretaria  de  la  casa  del  Estado.  Abajo  pues  con  tal 
parche,  que  pega  tan  mal  en  tan  magnifica  plaza. 


donde  se  fué  quiere  decir:  muy  grande  á  tierra  de  color;  y  que  el  P.  Calancha  copió  en  su  lib.  2° 
uno  de  los  letreros  gravados  en  piedras,  que  habia  antes  de  la  Conquista  en  el  Perú  y  yo  presen- 
taré á  la  Sociedad  Real  de  Londres  por  si  lo  puede  interpretar. 


BIBLIOGRAFÍA  mexicana  DEL  SIGLO  XV III. 
Sói 


o 


ANÓNIMOS. 

274.  Obsequio  |  para  venerar  |  en  el  dia  siete  |  de  cada  mes  |  a  el 
Glorioso  Padre  |  de  la  Providencia  |  San  Cayetano  |  Tiene  |  Patriarca  de 
la  Orden  |  de  Clérigos  Reglares,  Doctor  en  |  ambos  Derechos,  y  Prelado 
Romano  |  Dispuesta  |  Por  un  amartelado  Devoto  suyo.  |  En  México  en 
la  Imprenta  de  Don  |  Felipe  Zúñiga,  y  Ontiveros.  Ca  |  lie  del  Espiritu- 
Santo  año  de  1783.  | 

i6vo.  port.  con  grab.  en  la  vta.  y'j  hojs  s.  n.  con  la  obra. 

Oficia. 

275. *f*  I  IHS.  [  Mense  Ianuario  |  In  Dom.  XI.  post  Epiphan.  |  Offic. 
SSML  Nominis  |  IESU.  |  Dup,  secundae  classis.  |  Cum  licentia,  |  et  pri- 
vilegio. I  MEXICI:  Apud  Iosephum  Bernardum  |  de  Hogal,  Regij  Tribu  - 
nalis  Sanctas  |  Cruciatse  in  hoc  Reyno  |  Typographum.  | 

8vo.  port.  orí.  á  cuya  vuelta  comienza  la  obra  con  pág.  2  y  termina  con  12.  ( 1 732.) 


276.  Officia  I  Sanctorum  |  in  breviario  |  romano  |  ex  mandato  ¡ 
Summorum  Pontificum  |  apponenda,  |  iuxta  rubricas  |  Breviarij  Roma- 
ni,  I  Ex  Dec.  Sac.  Rit.  Congr.  |  auctoritate  |  Superiorum  novissimé  |  re- 
cognita  I  Cvm  licentia  |  &  Privilegio.  |  MEXICI:  Apud  Iosepum  Bernar- 
dum de  \  Hogal,  Regij  Tribunalis  Sanctae  Cruciatae  |  in  hoc  Regno  Typo- 
graphum. I  Armo  MDCCXXXII.  | 

8vo.  port.  orí.;  126  hojs.  s.  n.  con  la  obra.  Al  final  de  cada  oficio  esta  el  pie  de  imprenta  re- 
petido, aunque  sin  año. 

277.  OfficIUM  in  festo  B.  V.  Mariae  de  Guadalupe  Mexicana.  (Una 
estampa  con  la  Virgen  de  Guadalupe)  Mexici  M.DCC.LV.  Typis  Sacror. 
Librorum  apud  Heredes  D.  Marise  de  Rivera,  in  viá  de  Empedradillo. 
Cum  gratia,  et  privilegio.  | 

8vo.  port.  más  63  págs.  n.  más  otra  s.  n. 

71 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

562 

278.  Officium  I  propium  |  in  festo  ¡  Sancti  Patris  Nostri  |  Philippi 
Xerii  I  Approbatum,  et  extensum  |  A  Sac.  Rituum  Congregatione  |  Pro 
ómnibus,  qui  Congregationis  Oratorii  Institutum  |  tám  in  Regno  Perua- 
no, quám  in  Indiis  |  Occidentalibus  profitentur.  \  Mexici  MDCCLIX.  | 
Typis  Haeredum  1).  Marine  de  Rivera.  |  Cum  gratia,  et  privilegio.  | 

4to.  port.  con  tintas  roja  y  negra;  págs.  3  á  55  la  obra. 

279.  Officia  I  Sanctorum  |  Antiqua  Nonnulla,  |  &  recentiora  om- 
nia,  I  in  nova  editione  |  Breviarii  Franciscani  |  vel  correcta,  |  vel  innova- 
ta,  I  et  juxta  Kalendarium  |  Hispano-Seraphicum  |  disposita,  et  ordina- 
ta,  I  pro  Ómnibus  Eodem  Breviario  ¡  utentibus.  |  Cum  superiorum  per- 
missti.  I  Mexici  ex  nova Typographia  Matritensi  Heredum  Lie.  |  D.  Joseph 
á  Jauregui  in  via  S.  Bernardi.  Anuo  1787.  | 

Svo.,    Port.  con  vta.  bln.;  2  hojs.  prls.  s.  n.  con  la  Licencia:   pags.  1  á  346  la  obra  y  4  hojas 
nr.  con  el  índice. 

280.  Ofrecimiento  |  de  la  Hora  |  á  la  Serenísima  |  Virgen  María  | 
Nuestra  Señora  |  En  su  Rosario  Perpetuo.  |  Con  la  letanía,  |  que  se  can- 
ta en  su  Santa  |  Casa  de  Loreto.  j  Se  expenden  en  la  Archicofradía  |  de 
Nuestra  Señora  del  Rosario  |  de  Santo 'Domingo  |  de  México.  | 

ióvo.,  port.  con  grab.  en  la  vta.  y  pp  i  á  2o,  la  obra.  En  México;  S.  A. 

281.  Ofrecimiento  |  déla  Hora  |  á  la  Serenísima  |  Virgen  Maria  [ 
Nuestra  Señora,  |  En  su  Rosario  perpetuo.  |  Con  la  Letanía,  que  se  can 
ta  1  en  su  Santa  Casa  de  Loreto.  |  Impresso  en  México:  |  En  la  Imprenta 
de  Doña  María  |  de  Ribera.  ¡  En  el  Empedradillo.  ¡ 

i6vo.,  port.  y  2  hjs.  s.  n.  1  boj.  grab. 

282.  OFRECIMIENTO  j  del  Rosario  de  los  Siete  Dolores  |  de  la  Vir- 
gen Maria  Madre  de  Dios  |  y  Señora  nuestra.  |  Para  pedirle  buena  muer- 
te. I  Con  la  Letania  de  Loreto.  |  A  devoción  |  de  un  Sacerdote  de  la  Con- 
gregación de  I  San  Felipe  Neri.  |  Con  licencia  en  México,  por  los  Here- 
deros de  I  la  Viuda  de  Bernardo  Calderón.  | 

8vo.;  port.  y  7  hjs.  s.  n. 

283.  Ofrecimiento  |  de  la  Corona  |  de  los  Desagravios  |  de  Nuestra 
Señora.  |  Que  para  los  Martes,  y  |  Viernes  de  la  Semana  |  consagra  á  las 
almas  de-  |  votas  un  Religioso  de  N.  |  S.  P.  S.  Francisco.  ¡  Y  salea  luz  | 
á  devorión  de  Juan  Antonio  de  Santa  Rosa,  el  Ciego.  |  Con  licencia  de 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

.    563 

los  Superiores.  |  En  México:  Por  Joseph   Bernar-  ¡  do  de  Hogal    |  En  la 
Calle  de  la  \  Monterilla.  Año  de  1729.  | 
i6vo.;  port  y  17  hjs  s.  n. 

284.  OFRECIMIENTOS  |  para  el  Rosario  de  |  quinze  Mysterios,  cpie 
se  ha  de  ¡  rezar  el  dia  de  los  Dolores  de  |  Nuestra  Señora  la  Virgen  ! 
Maria,  |  sacados  |  Solo  de  lo  que  padeció  desde  que  lie-  |  gó  al  Calvario, 
siguiendo  los  passos  |  dolorosos  de  nuestro  Salvador,  y  las  |  consideracio- 
nes que  en  su  Soledad  |  atormentaron,  y  traspassaron  su  Santis-  |  sima 
Alma,  aquellos  tres  dias;  ceñidos  |  á  la  brevedad  que  pide  una  hora.  | 
Dispuesto  I  á  devoción  de  la  Madre  Juana  Inés  |  dé  la  Cruz,  Religiosa  del 
Convento  ¡  de  San  Geronymo  de  esta  Ciudad  |  (que  Dios  aya.) 

l6vo.;  port.  con  grab.  en  la  vta.  y  15  hojs.  s.  n.  con  la  obra. 

Con  licencia,  en  México:  |  En  la  Imprenta  de  RI.  del  Superior  Gobier- 
|  no,  y  del  Nuevo  Rezado  de  Doña  Maria  |  de  Rivera,  en  el  Empedradi- 
11o.  1735. 

285.  OFRECIMIENTO  |  á  la  Preciosissima  |  Sangre  |  de  Christo  |  Se- 
ñor Nuestro.  |  Sacado  |  Del  memorial  de  los  Siete  Dolores  |  que  sacó  á 
luz  el  P.  Pedro  de  Mer-  |  cado,  de  la  Compañía  de  Jesús.  |  Van  nueva- 
mente añadidas  las  tres  |  necessidades,  que  tuvo  la  Madre  de  |  Dios  al  pie 
de  la  Cruz,  el  dulcissi-  |  mo  nombre  de  Jesús,  y  Oficio  Parvo.  |  Reimpre- 
sso  en  México,  por  los  He-  |  rederos  de  Doña  Maria  de  Rivera.  |  Calle 
de  San  Bernardo.  Año  1768.  | 

ióvo.;  port.  con  grab.  en  la  vta.  y  12  hojs.  s.  n.  con  la  obra. 

280.  Ofrecimientos  |  de  la  corona  |  de  los  siete  dolores  |  de  Ma- 
ria Santísima,  |  sacados  |  del  Hacezito  de  Mirrha,  |  ó  modo  de  compade- 
cer á  Maria  San-  I  tisima  nuestra  señora,  en  sus  siete  |  principales  dolores. 
l'Con  licencia  del  Sr.  Provisor  |  Reimpresos  en  México  en  la  imprenta 
Madrileña,  |  de  los  herederos  del  Lie.  D.  Joseph  de  Jauregui  j  en  la  ca- 
lle de  S.  Bernardo.  Año  de  1792.  | 

8?  port,  y  8  hjs.  s-n  mas  1  hoj.  grab. 

287.  OFRECIMIENTO  |  de  la  corona  |  de  los  desagravios  |  de  Nuestra 
Señora  |  la  Virgen  Maria,  |  Que  para  los  Martes,  y  Viernes  |  de  la  Sema- 
na consagra  á  las  Al-  |  mas  devotas  un  Religioso  de  |  X.  S.  P.  S.  Fran- 
cisco. I  Reimpresso  en  México,  p  >r  D.  Fe-  ¡  lipe  de  Zuñiga  y  Ontiveros, 
calle  I  de  la  Palma,  año  de  1773.  | 

l6vo  port.  con  grab.  en  la  vta.  y  14  hojs.  s-n  con  la  Obra. 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

564 

288.  Ofrecimiento  |  de  la  Estación  |  del  Santísimo  |  Sacramento  | 
sacado  |  Del  Tratado  de  Indulgencias,  y  Ex-  |  plicacion  Moral  de  las  de 
la  Reli-  I  gion  de  nuestra  Señora  de  la  Mcr-  \  ced,  Redención  de  cautivos, 
que  I  dispuso  el  R.  P.  Presentado  Fray  |  Antonio  de  Forres  y  Toledo,  Re- 
li- I  gioso  de  la  misma  Orden.  |  Por  un  devoto  del  Santísimo  Sacra-  | 
mentó  deseoso  del  alivio  délas  Ben-  \  ditas  Animas  del  Purgatorio.  |  Im- 
preso en  la  Puebla,  en  la  Imprenta  de  j  Don  Pedro  de  la  Rosa.  |  Año 
de  1794.  I 

ióvo.  port.  y  3  hjs.  n-s. 

280.  OFRECIMIENTO  |  déla  |  Corona  |  de  los  Desagravios  |  de  |  Ma- 
ría Santísima  |  nuestra  Señora.  ¡  Que  para  los  Martes  y  Viernes  de  la  | 
Semana,  consagra  á  las  Almas  devotas  |  un  Religioso  de  Nuestro  Seráfico 
I  Padre  San  Francisco.  |  Reimpreso  en  México  en  la  Oficina  del  |  Br.  D. 
Joseph  Fernandez  Jauregui,  Calle  |  de  Santo  Domingo  y  esquina  de  Ta- 
cuba.  I  Año  de  1796.  | 

16.  port.  con  grab.  en  la  vta.  y  7  hojs.  s-n  con  la  Obra. 


OLIVA  Fr.  JOSÉ   RAFAL    Misionero  Franciscano., 

290.  Véase:  El  Blasón  Zacatecano  &.  (1797). 

ANÓNIMOS. 

291.  Oración  |  Devotissima  \  á  la  Santissima  |  Virgen,  |  Que  se 
puede  dezir  todos  los  dias,  ¡  o  cada  semana  los  Sábados,  ó  en  |  cada  vna  de 
las  festividades  |  delaSeñora.  j  Contienenseenella  |  varios  Actosde  Amor, 
de  Alabanza,  de  |  Adoración,  de  Fé,  de  Esperanca,  de  Con-  |  formidad.de 
Ofrecimientos,  de  Suplí-  ¡  cas,  y  Peticiones:  por  lo  qual  se  pro-  |  curaha- 
zer  con  todo  el  afecto  |  possible  |  Dedicase  |  A  la  Madre  Thomasa  de 
San  Ildefonso,  Religiosa  Professa,  y  ¡  Tornera  niayor  del  Religioso  Con- 
|  vento  Real  de  Iesus  Maria.  |  Con  licencia,  en  México,  por  Francisco  | 
de  Rivera  Calderón,  año  1709.  | 

8?  port.  y  7  hjs.  s-n. 

202.  Oración  ¡  Que  todos  los  dias  hazia  la  V.  |  M.  Maria  de  la  En- 
carnación, 1  Alma  muy  favorecida  de  Dios  |  quien  la  enseñó,  que  para  al- 
ean- I  zar  lo  que  quería  lo  pidiese  por  |  el  amantissimo  Corazón  de  |  Je- 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

565 

svs  I  Sacada  del  Compendio  delco     |  razón  dejesvsen  el  folio4?  I  YOtras 
quatro  Oraciones  |  muy  devotas.  |  Vna  Ave  Maria  por  los  |  Bienechoies  | 
ióvo.  port.  con  grab.  en  la  vta.  y  hojs.  s-n  con  la  Obra. 

Al  final  esta:  |  Reympressa  en  la  Puebla,  en  la  Impren  |  ta  nueva  de 
Francisco  Xavier  de    Mora-  |  les,  en  el  Portal  de   Rorja.    Año  de    1733.  | 

21)3.  wRACION  I  A  nuestra  Señora  |  délos  |  Dolores,  ¡  y  |  Exercicio 
quotidiano  |  Para  facilitar  el  Camino  de  |  nuestra  salvación,  j  Reimpressa 
en  México  en  la  Impren  |  ta  del  Superior  Gobierno  del  Br.  D.  |  Joseph 
Antonio  de  Hogal,  Calle  |  de  Tiburcio,  año  de  1769.  | 

ióvo.  port.  con  grab.  en  la  vta.  y  7  hojs.  s  n  con  la  Obra. 

204  ÜRACION.  ¡  Devota,  |  que  j  comprende  |  los  Actos;  y  Afee-  | 
tos  mas  necessarios  |  para  un  Chris-  |  tiano.  |  Reimpressa  en  México,  en 
la  I  Imprenta  del  Lic.^D.  Joseph  |  de  Jauregui,  Calle  de  S.  Ber-  |  nardo. 
Año  de  1770.  I 

i6vo.  port.  con  grab.  en  la  vta.  y  3  hojs.  s-n  con  la  Obra. 

295.  Oración  |  áSan  |  Estanislao  |  Kostka,  |  Benjamín  de  la  j  Igle- 
sia, I  y  de  Maria  |  Santissima,  |  para  alcanzar  la  devo-  |  cion  esta  Seño- 
ra y  las  pura-  |  za  de  cuerpo,  y  alma.  |  Con  Licencia  del  Ordinario  | 
Reimpresa  en  México,  en  la  |  Imprenta  de  la  Biblioteca  |  Mexicana.  Año 
de  1770.  I 

rovo.  port.  y  3  hjs.  s-n  nías  1  de  anteportada  con  grab.  en  la  vta. 

290    vyRACION  I   Para  ofrecer  todos  los  |  Viernes  del  año  ;  La  Cande 
la  I  que  á  las  doce  del  |  dia  se  enciende  en  memoria  |  de  los  Dolores  |  de 
la  Sacratísima  Virgen  |  Maria  |  nuestra  Señora.  |  Puebla  de  los   Angeles 
1777.  [  Reimpresa  |  En  la  Oficina  de  D.  Pedro  de  la  |  Rosa,  en  el  Portal 
de  las  Flores.  | 

lóvo.  port.  con  grab.  en  la  vta.  y  3  hojs.  s-n  con  la  Obra. 

297.  Oración  devotissima  |  á  la  Santissima  |  Virgen  |  de  los  |  Do- 
lores. I  que  sepuedeempezar  Jueves  |  para  acabarse  el  Sábado,  en  |  hon- 
ra de  las  tres  necessida  les  |  que  padeció  la  Señora  al  pie  |  de  la  Cruz.  | 
A  expensas  |  de  un  Devoto  de  esta  Soberana  |  Señora  |  Reimpressa  en 
México,  en  la  Imprenta  |  de  la  Biblioteca  de  los  Herederos  del  Lie  |  D. 
Joseph  de  Jauregui.  Calle  de  San  [  Bernandu.  Año  de  1779.  | 

lóvo.  y  7 hjs.  s-n. 


BIBLIOGRAFÍA  MEXICANA  DEL  SIGLO  XVIII. 

$66 

208.  wk\<  IONES  |  A  Mari  a  Santísima,  y  |  Señor  San  Joseph,  pa- 
ra saludarlos  y  alabarlos,  |  y  para  alentar  |  nuestras  confianzas.  |  Dedu- 
cidas de  varias  partes  de  la  Ve-  |  nerable  Madre  Sor  Maria  de  Jesvs  |  de 
Agreda.  |  Dispuestas  por  un  Sacerdote  Reli-  |  gioso  deja  Provincia  de  San- 
tiago |  de  Xalisco  del  Obispado  |  de  Guadalaxara.  [  Con  las  licencias  ne- 
cesarias |  Impresas  en  México,  en  la  Imprenta  nueva  |  Madrileña  de  los 
Herederos  del  Lie.  D.  Jo-  |  seph  de  Jauregui,  en  la  Calle  de  S.  Ber-  |  nar- 
do. Año  de  1785.  I 

¿>"  port.  y  4  hjs.  s-n.mas  2  gra! 

21)!).  LyRNAMENTO  virginal  j  de  la  esposa:  |  Con  cinco  preciosas  Pie- 
dras, I  que  en  el  Sacratissimo  Nombre  |  de  Maria  |  Nvestra  Soberana 
Rey  na;  forma  la  mas  vistosa  Joya,  en  los  |  Cinco  Sentidos  Corporale- 
bien  góver-  ¡  nados,  para  celebrar  los  Des-  |  posorios  con  Chu'stoN.  Ses 
ñor.  I  Dedicado,  |  A  las  Señoras  Religiosas  Virgines  |  Esposas  del  mismo 
Christo.  1  Con  licencia  en  México,  en  la  Imprenta  j  Rl.  del  Superior  Go- 
bierno de  los  Here-  |  deros  de  Miguel  de  Rivera,  en  el  Em-  |  pedradillo. 
Año  1728. 

l6vo.  port.  y  15  hojs.  s.  n. 


OSSVNA   Fr.  JOAQUÍN  de  (Dieguino.) 

300.  1  EREGRINACION  |  Christiana  |  por  el  camino  ieal  ]  de  la  celeste 
Jerusalen,  [  Dividida  en  nueve  Jornadas,  con  quatro  |  Hospicios,  que  son 
unas  Estaciones  devotas  |  al  modo  del  Via-Crucis,  y  Guirnaldas  á  la  |  Sa- 
grada Passion  de  Christo,  y  Dolores  j  de  su  Santissima  Madre  ¡  Añadi- 
da al  fin  una  Refacción  Espiritual  de  |  Oraciones  para  antes,  y  después 
de  recibir  ¡  los  Santos  Sacramentos  de  la  Penitencia,  |  y  Comunión.  |  Dis 
puesto  todo  I  por  Er.  Joachin  Ossuna,  |  Religioso  Descalzo  de  la  Santa, 
y  Seraphica  j  Provincia  de  S.  Diego  de  México.  |  y  la  dedica  |  A  la  dolo- 
rosa  espada  del  Corazón  :  Virgíneo.  |  Impressa en  México,  j  Con  las  licen- 
cias necessarias,  en  la  Imprenta  de  |  la  Bibliotheca  Mexicana,  enfrente  de 
S.  Augustin.  ¡  Año  de  1756. 

Svo.;  port.  36  hojs.  prls.  s.  n.  con  D.  PP.  LL.  y  Prólogo  que  el  autor  llama  Calzada;  págs. 

I  á  331  la  obra  que  termina  con  7  hojs.  de  índice,  s.  n. 

301.  CERLA  I  de  la  gracia  |  y  concha  del  cielo,  |  Devoción  mensal  | 
A  la  Concepción,  y  preñez  virgínea  j  de  la  Madre  de  Dios,  para  los  dias 
ocho,  y  veinte  y  cinco  de  catín  mes.  |  Con  un  I  Septenario  de  la  Concep- 
ción, I  que  comienza  el  dia  primero  de  Diciembre,  I  y  un  novena-rlc  j  a  la 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

567 

preñez  virgínea,  |  cuyo  principio  es  el  dia  diez  y  seis  de  Marzo  |  Sacado 
todo  de  las  Obras  de  la  V.  M.  Agreda,  |  y  dispuesto  |  por  Fr.  Joachim 
de  Ossvna,  |  Religioso  Descalzo  de  N.  S.  P.  S.  Francisco,  é  Hijo  |  de  la 
Santa  Provincia  de  San  Diego  de  México.  |  y  lo  dedica  1  A  los  doce  An- 
geles de  los  mil  Custodios  de  |  la  Emperatriz  Celestial.  |  Impressa,  con  las 
licencias  necessarias,  en  México,  en  la  |  Imprenta  de  la  Bibliotheca  Mexi- 
cana. Año  de  1758.  ¡ 

8vo.  port.  12  hjs.  prls.  s.  11.;  1  hoj.  grab.;  págs.  1  á  128  la  obra. 

302.  Velas  |  de  bien  morir,  |  en  el  candelero  de  oro  |  los  tránsitos  j 
de  los  cinco  Señores,  |  y  Precursor  Sagrado.  |  Dispuestos  |  Por  el  P.  Pdor 
Fr.  Joachim  de  |  Ossuna  Minorita  Descalzo,  Hijo  de  la  Seraphica  Provin- 
cia I  de  S.  Diego  de  México,  Expur-  |  gador  de  libros  nombrado  por  la  | 
Santa  Inquisición.  |  Reimpressas:  en  México,  en  la  Im-  |  prenta  de  la  Bi- 
bliotheca.  Año  1758.  I 

ióvo.  port.  con  grab.  en  la  vta.  y  30  hojs.  s.  n.  con  la  obra. 

303.  Peregrinación  |  Christiana  |  por  el  camino  real  |  de  la  celeste 
Jerusalen,  |  Dividida  en  nueve  Jornadas,  con  quatro  |  Hospicios,  que  son 
unas  Estaciones  devotas  |  al  modo  del  Via-Crucis,  y  Guirnaldas  á  la  |  Sa- 
grada Passion  de  Quisto,  y  Dolores  |  de  su  Santissima  Madre.  |  Añadi- 
da al  fin  una  Refacción  Espiritual  de  |  Oraciones  para  antes,  y  después 
de  recibir  |  los  Santos  Sacramentos  de  la  Penitencia,  |  y  Comunión.  |  Dis- 
puesto todo  I  por  Fr.  Joacchin  Ossuna,  |  Religioso  Descalzo  de  la  Santa, 
y  Seraphica  |  Provincia  de  S.  Diego  de  México.  |  Y  la  dedica  |  A  la  dolo- 
rosa  espada  del  Corazón  Virgíneo.  |  Reimpresa  en  México,  |  En  la  Im- 
prenta de  la  Bibliotheca  Mexicana,  en  fren-  |  te  de  San  Augustin.  Año 
de  1760.  i 

8vo.  port.;  i  hoj.  grab.;  35  hojs.  prs.  s.  n.  con  D.  PP.  I.I..  I>.  ó  Garita  y  1  hoj.  de  erratas 
págs.  1  á  356  la  obra  y  S  hojs.  s.  n.  con  el  índice. 


•w\A@g%AA.^ 


bibliografía  mexicana  del  siglo  XVI1L 

569 


PALAFOX  Y   MENDOZA.    Illmo.    Sr.   JUAN    DE 

304.  Suspiros  |  Espirituales,  I  Descansos  del  alma,  |  y  Jacvlatorias 
Devotas,  pa-  |  ra  disponer  la  vida  á  una  buena  muerte,  |  y  muy  propias 
para  ayudar  en  la  muer-  |  te,  á  los  que  salen  de  la  vida,  j  Dedicadas  j  al 
Doctor  Nicolás  Gomes  Brizeño,  Cura  por  |  su  Magestad  de  la  Santa  Igle- 
sia Catedral  |  de  la  Ciudad  de  los  Angeles,  Juez  de  Testa-  |  mentos,  y 
Obras  pias,  Provisor,  Vicario  Ga-  |  neral,  y  Governadorde  todo  el  Obis- 
pado por  I  el  Illmo.  y  Exmo.  V.  Señor  D.  Jvan  de  Pa  |  lafox,  y  Mendo- 
sa, el  tiempo  que  fué  |  meritíssimo  Obispo  de  la  Puebla,  Delegado  |  de 
las  apelaciones  de  dicho  Obispado  de  los  |  Angeles,  estando  en  la  Ciudad 
de  México  en  |  compañía  de  dicho  Señor  Exmo.  y  Subdele-  |  gado  de  la 
Vista  general  del  Reyno.  |  A  hora  reimpresos  á  solicitud  del  Lie.  D.  Ro- 
j  que  del  Valle,  y  Luna,  Presbítero  de  dicho  |  Obispado,  y  Notario  del 
Santo  Tribunal  de  |  la  Inquisición  de  este  Reyno.  | 

8vo.;  port.  orí  con  vta  blanc;  5  hojs.  prls.  s.  n.;  fol.  1  á  19  vuelta  la  obra  y  esta  suscripción 
final. 

Con  licencia  j  En  México,  por  la  Viuda  de  Bernar-  |  do  Calderón,  en 
la  calle  de  S.  Au-  |  gustin,  Año  de  167 1.  \  Y  |  Por  su  original  en  la  Pue- 
bla, por  la  I  Viuda  de  Miguel  de  Ortega,  y  Bo-  |  nilla,  en  el  Portal  de  las 
Flores,  don-  |  de    se  vende.  Año  j  de  1725.  | 

305.  lVlODO  I  de  ofrecer,  |  y  ¡.visitar  con  fruto  |  de  devoción  la  Se- 
manaSanta  |  las  Estaciones  |  délos  |  Monumentos,  |  Sacado  de  los  Exer- 
cicios  devo-  |  tos,  que  compuso  el  Illmo.  Señor  j  D.  Juan  de  Palafox  y 
Mendo-  |  za,  Obispo  de  Osma.  |  Reimpresso  en  México:  Por  Joseph  Ber- 
nardo de  Hogal,  Mi-  )  nistro,  é  Impressor  del  Real,  |  y  Apostólico  Tri- 
bunal de  la  |  Santa  Cruzada,  Año  de  1734.  | 

i6vo.;  port.  y  14  hjs.  s.  n. 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 


30G.  Modo  DE  ofrecer  |  y  visitar  con  fruto  |  de  devoción  |  la  Se- 
mana Santa  |  las  Estaciones  |  de  los  ¡  Monumentos,  |  sacado  |  de  los 
Exercicios  devotos  que  compuso  |  el  I  limo.  Señor  D.  Juan  de  Palafox  |  y 
Mendoza,  Obispo  de  Osma.  |  Reimpreso  en  México  en  Imprenta  del  Br.  | 
D.  Joseph  Fernandez  Jauregui,  Calle  de  |  Santo  Domingo,  y  esquina  de 
Tacuba.  |  Año  de  1797.  | 

ióvo.;  port.  y  15  bjs.  s.  n. 


PALMERO.     Fr.    JUAN    (Dominico.) 

307.  JVLodo  DE  OFRECER  |  los  lunes  ó  viernes  |  al  Ángel  del  Apoca- 
lypsi,  1  Apóstol  de  la  Europa,  |  Clarín  del  Juicio  |  San  Vicente  Ferrer,  \ 
Para  alcanzar  su  patrocinio  con  |  especialidad  á  la  hora  de  la  |  muerte,  co- 
mo se  practica  to-  |  dos  los  Lunes  en  el  Imperial  |  Convento  de  Nuestro 
Padre  Santo  |  Domingo  de  esta  Ciudad  |  de  México.  |  Por  el  P.  Predica- 
dor Fr.  Juan  Pal  |  mero;  del  Orden  de  Predicadores.  |  Reimpresso  en  la 
Imprenta  |  de  la  Biblioteca  Mexicana,  junto  |  á  la  Iglesia  de  las  RR.  MM. 
Ca-  I  puchinas.   Año  de   1761.  | 

i6vo.;  port.  con  grab.  en  la  vta.   y  6  hjs.  s.  n.  con  la^obra. 


PAREDES.    P.    IGNACIO    DE     Jesuíta.) 

308.  JN  OVENA  I  de  la  Triunphante  |  Compañía  de  Jesús  |  San  Igna- 
cio de  Loyola,  |  y  |  sus  bienaventurados  |  hijos.  \  Dispuesta  |  Por  el  P. 
Antonio  de  Paredes  ¡  de  la  Compañía  de  Jesús.  |  Con  las  licencias  nece- 
sarias. I  Reimpressa  en  México  en  la  Imprenta  |  del  Real,  y  mas  Antiguo 
Colegio  de  San  ¡  Ildefonso  de  México.    Año  ¡  de  1756.  ( 

8vo.;  port.  y  7  hjs.  s.  n. 

309.  JN  OVEN  A  |  para  implorar  la  vida,  |  y  especialmente  |  en  el  ar- 
ticulo terrible  de  la  muerte,  j  la  protección  y  amparo  |  de  San  Camilo  | 
de  Lelis,  |  Glorioso  Patriarcha,  |  y  fundador  de  su  Sagrado  Orden,  lla- 
ma- |  do  comunmente,  délos  Agonizantes,  por  |  estar  dedicado  por  voto 
á  el  consuelo,  y  |  alivio  de  Cuerpo,  y  Alma  de  los  enfermos,  |  y  especial- 
mente los  Moribundos:  |  Dispuesta  |  por  el  P.  Ignacio  de  Paredes  |  de  la 
Compañía  de  Jesús.  |  Impressa  con  las  licencias  necesarias  en  México  | 
en -la  Imprenta  de  los  Herederos  de  Doña  Maria  |  de  Rivera,  en  el  Em- 
pedradillo.  Año  de  1756.  ' 

i6vo.;  port.  y  7  hjs.  s.  n. 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

571 

310.  JNoVENA  I  de  la  gloriosa  santa  \  Heduvige  |  Princesa  de  Polo- 
nia: Pa  I  trona  de  los  Adeudados  in-  |  solventes,  Desvalidos,  |  y  Pobres  | 
Por  el  P.  Antonio  de  Paredes  |  de  la  Compañía  de  Jesús.  |  A  expensas  de 
un  Devoto  de  |  la  Santa.  |  Con  Licencia  |  En  la  Imprenta  de  la  Biblio-  | 
theca  Mexicana,  junto  á  la  ¡  Iglesia  de  las  RR.  Madres  Ca-  |  puchinas. 
Año  de  1 761.  j 

ióvo.  port.  y  15  hjs  s-n. 

311.  IN  OVENA  ]  para  imploraren  la  vida,  |  y  especialmente  |  en  el  ar- 
tículo terrible  de  la  muerte  |  la  protección,  y  amparo  |  de  S.  Camilo  |  de 
Leus,  I  Glorioso  Patriarcha,  y  |  Fundador  de  su  Sagrado  Orden,  llamado  | 
comunmente,  de  los  Agonizantes,  por  estar  |  dedicado  por  voto  á  el  con- 
suelo, y  alivio  de  |  Cuerpo,  y  alma  de  los  enfermos,  y  espe  |  cialmente 
de  los  Moribundos:  |  Dispuesta  |  Por  el  P.  Ignacio  Paredes  |  de  la  Com- 
pañía de  Jesús.  |  Reimpressa  en  México:  en  la  Imprenta  de  D.  |  Phelipe 
de  Zuñiga,  y  Ontiveros,  Calle  de  |  la  Palma.   Año  de  1775.  | 

l6vo.  port.  y  15  hjs.  s-n.  más  1  hoj.  grab. 

312.  JN  OVENA  I  de  la  Emperatriz  |  augusta  |  virgen  gloriosa  |  Santa 
Pulcheria  |  Flavia.  |  Patrona  de  la  Iglesia,  Tutelar  de  |  las  Doncellas, 
Abogada  contra  |  los  Terremotos,  |  Por  el  Padre  Antonio  de  |  Paredes  de 
la  Compañía  |  de  Jesús.  |  Reimpresa  en  México,  en  la  Imprenta  |  nueva 
de  la  Calle  de  S.  Bernardo.  |  Año  de  1787.  | 

ióvo.  port.  y  15  hjs    s-n.  mas  1  hoj.  grab. 

313.  JN  OVENA  (  de  la  gloriosa  |  Santa  |  Heduvige,  |  Princesa  de  Po- 
lonia. I  Patrona  de  los  Adeudados  insol  |  ventes,  Desvalidos  y  Porbes.  | 
Dispuesta  |  Por  el  Padre  Antonio  Paredes  de  la  |  Compañía  de  Jesús.  | 
Reimpresa  en  México,  en  la  Impren  )  ta  de  los  Heiederos  de  D.  Felipe 
de  I  Zuñiga  y  Ontiveros,  calle  del  Espí    |  ritu  Santo,  año  de  1795.  | 

l6vo.  port.  y  15  hjs.  s-n.  mas  1  hoj.  grab. 


PARRALES.  MANUEL  CAYETANO  (Clérigo.) 

314.  I  IADOSO,  y  devoto  |  Exercicio  ¡  para  desagraviar  á  la  Magestad 
de  I  Jesu-Cristo  |  de  la  ingratitud,  que  recibió  de  |  aquel  cruel  Sayón, 
quando  hirió  |  su  Rostro  Santissimo  con  una  |  cruel  bofetada  en  la  noche  | 
de  su  Passion.  |  Sale  áluz  |  A  devoción  del  Br.  Manuel  Ca-  |  yetano  Pa- 


BIBLIOGRAFÍA  mexicana  DEL  SIGLO  XV I II. 

572 

rrales,  y  Guerrero,  Cíe-  j  rigo  Presbytero  de  este  |  Arzobispado.  |  Reim- 
pressa  en  México  en  la  Imprenta  del  Lie.  |  D.  Jpseph  Jauregui  Calle  de 
S.  Bernardo.  | 

ióvo.  port.  con  grab.  en  la  vta.  y  7  hojs.  s-n.  con  la  Obra. 

315.  l^AS  tres  caídas  |  que  dio  |  la  Magestad  |  de  Christo  |  en  el  ca- 
mino I  del  Monte  Calvario,  |  Puestas  á  la  Consideración  |  De  las  Almas 
devotas,  para  que  las  ¡  Mediten.  |  Por  el  Br.  D.  Manuel  Cayetano  Par-  | 
rales,  y  Guerrero,  Clérigo  Presbytero  |  de  este  Arzobispado.  |  Reimpres- 
sas  en  México,  en  la  Im  |  prenta  de  D.  Phelipe  de  Zuñiga,  y  |  Ontiveíos, 
calle  de  la  Palma.  | 

lóvo.  port.  con  grab.  en  la  vta.  y  7  hojs.  s-n.  con  la  Obra. 

316.  .Devoción  |  al  |  Glorioso  Pattiarcha  |  Sr.  S.  Joseph  |  dignissi- 
mo  esposo  1  de  Maria,  |  para  celebrar  el  día  diez  y  |  nueve  de  cada  Mes; 
día  consa  |  grado  al  Santo.  |  Por  el  Br.  D.  Manuel  Cayetano  |  Parrales, 
Cleiigo  Presbytero  de  |  este  Arzobispado,  y  Esclavo  per-  j  petuo  de  Sr. 
S.  Joseph.  1  Reimpresa  en  México:  |  En  la  Imprenta  de  Doña  Maria  de 
Ri-  I  vera,  en  el  Empedradillo.  | 

lóvo.  port.  con  grab.  en  la  vta.  y  14  hojs.  s-n.  con  la  Obra. 

317.  jVleditacion  j  Piadosa  para  considerar  \  a  Jesu-Christo  |  Nues- 
tro Señor  I  Los  Viernes  entre  nueve  y  |  diez  de  la  mañana,  en  el  Passo  | 
el  mas  tierno  de  su  Passion  ¡  de  los  azotes  |  a  la  columna.  |  Dispuesta  | 
por  el  Br.  D..  Manuel  Cayetano  |  Panales,  Clérigo  Presbytero  de  este  |  Ar- 
zobispado. I  Reimpressa  en  México,  en  la  Imprenta  |  del  Lie.  D.  Joseph 
de  Jauregui,  Calle  |  de  San  Bernardo.  | 

lóvo.  port.  con  grab.  en  la  vta.  y  7  hojs.  s.  n.  con  la  obra. 

318.  Devoción  |  alaSantissima  |  Virgen  |  Maria,  |  Para  solemnizar 
los  Sábados  |  del  Año.  |  Dispvesta  |  Por  el  Bachiller  Don  Manuel  |  Caye- 
tano Parrales,  y  Guerre-  \  10  Presbytero  de  este  Arzo  |  bispado.  Escla- 
vo perpetuo  de  I  la  Señora.  |  Con  licencia.  En  México:  Por  |  Joseph  Ber- 
nardo de  Hogal.  En  |  la  Calle  de  la  Monterilla.  |  Año  de  1729.  | 

lóvo.  port.  y  14  hojs.  s    n. 

319.  PlADOSO,  y  devoto  ]  exercicio  |  Para  desagraviar  á  la  Magestad 
de  I  Jesu-Christo,  |  de  la  ingratitud,  que  recibió  de  aquel  |  cruel  Sayón, 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

573 

quando  hirió  su  Rostro  |  Santissimo  con  una  cruel  bofetada  |  en  la  noche 
de  su  Passion.  |  Sale  á  luz  |  A  devoción  del  Br.  D.  Manuel  |  Cayetano 
Parrales,  y  Guer  |  rero,  Clérigo  Presby tero  de  este  Arzobispado.  ¡  Reim- 
presso  con  licencia,  en  México  |  por  la  Viuda  de  Joseph  Bernardo  J  de 
Hogal.   Año  de  1742.  | 

l6vo.  port.  con  grab.  en  la  vta.  y  7  hojs.  s.  n.  con  la  obra. 

320.  Devoción  |  al  |  Glorioso  Patriarcha  |  Señor  |  San  Joseph,  |  dig- 
nissimo  |  Esposo  de  Maria,  |  para  celebrar  el  dia  diez,  y  ¡  nueve  de  cada 
Mes,  dia  con-  |  sagrado  al  Santo.  |  Por  el  Br.  D.  Manuel  Cayeta-  |  no  Par- 
rales, Clérigo  Presbyte-  |  ro  de  este  Arzobispado,  y  Es-  I  clavo  perpetuo 
de  Sr.  S.  Joseph.  |  Reimpressa  en  México  por  la  |  Viuda  de  D.  Joseph 
Bernar-  |  do  de  Hogal.   Año  de  1744.  | 

ióvo.  port.  y  14  hojs.  s.  n.  más  1  hoj.  grab. 

321.  Devoción  |  al  |  Glorioso  Patriarcha  |  Sr.  San  Joseph,  |  Dignissi- 
mo  I  Esposo  de  Maria,  |  para  celebrar  el  dia  diez,  y  |  nueve  de  cada  mes, 
dia  con-  |  sagrado  al  Santo.  |  Por  el  Br.  D.  Manuel  Cayeta-  |  no  Parra- 
les, Clérigo  Presby-  |  tero  de  este  Arzobispado,  y  |  Esclavo  perpetuo  de 
Sr.  I  San  Joseph.  |  Reimpressa  en  México  por  |  la  Viuda  de  D.  Joseph 
Ber-  I  nardo  de  Hogal.   Año  de  1748.  | 

ióvo.  port.  con  grab.  en  la  vta.  y  14  hojs.  s.  n.  con  la  obra. 


322.  JLas  Tres  Caidas,  |  que  dio  )  la  Magestad  |  de  Christo  |  en  el  ca- 
ino  del  Monte  |  Calvario.  |  Puestas  á  la  consideración  |  de  las  Almas 
devotas,  para  |  que  las  mediten:  |  Por  el  Br.  D.Manuel  |  Cayetano,  Parra- 
les, I  y  Guerrero,  Clérigo  |  Presbytero  de  este  |  Arzobispado.  |  ímpres- 
sas  en  México:  |  Por  la  Viuda  de  Joseph  Bernar-  |  do  de  Hogal.  Año  de 
1753-  I 

l6vo.  port.  con  grab.  en  la  vta.  y  7  hojs.  s,  n.  con  la  obra. 


ni 


323.  Devoción  |  al  Glorioso  Patriarca  j  Sr.  San  Joseph  j  Dignissi- 
mo  esposo  |  de  Maria,  |  para  celebrar  |  el  dia  diez  y  nueve  j  de  cada  mes, 
dia  consagrado  al  Santo.  |  Por  el  Bachiller  ¡  D.  Manuel  Cayetano  Parra- 
les, Clérigo  I  Presbytero  de  este  Arzobispado,  y  Escla-  |  vo  perpetuo  de 
Señor  San  Joseph.  |  Reimpressa  en  México,  por  los  He-  j  rederos  de  D. 
Maria  de  Rivera,  en  la  |  Calle  de  S.  Bernardo.   Año  de  1767  |  . 

iovo.  port.  con  grab.  en  la  vta.  y  15  hojs.  s.  n.  con  la  obra. 


bibliografía  mexicana  del  siglo  xnn. 

574 

324.  Devoción  I  al  Glorioso  Patriarcha  |  Sr.  San  Joseph,  |  Digni- 
ssimo  Esposo  |  de  María,  |  para  celebrar  |  el  dia  diez  y  nueve  |  de  cada 
mes,  |  dia  consagrado  al  Santo  |  por  el  Bachiller  |  Don  Manuel  Cayetano 
Parrales,  Clérigo  |  Presbytero  de  este  Arzobispado,  y  Escla-  |  vo  Perpe- 
tuo de  Señor  San  Joseph.  |  Reimpressa  en  México:  En  la  Imprenta  de 
Don  |  Phelipede  Zuñiga,  y  Ontiveros.  Calle  de  la  |  Palma.  Año  de  1768.  \ 

ióvo.;  port.  con  grab.  en  la  vta    y  15  hojs.  s.  n.  con  la  obra. 

325.  JbLxERCICIOS  I  devotos  |  para  desagraviar  |  á  Christo  |  Sacra- 
mentado, I  de  los  agravios,  que  recibe  de  j  los  malos  Christianos.  |  Dis- 
puestos I  por  el  Br.  Don  Manuel  |  Cayetano  Parrales  y  Guerre  |  ro,  Cíe  • 
rigo  Presbytero  de  |  este  Arzobispado.  |  Reimpresso  en  México,  en  la  Im- 
pren-  |  ta  del  Ldo.  D.  Joseph  de  Jauregui,  |  Calle  de  San  Bernardo.  Año 
de  1769.  I 

l6vo.;  port!  con  grab.  en  la  vta.  y  47  hojs.  s.  n.  con  la  obra. 

326.  ÍLh  SANTO  ENTIERRO  |  de  ¡  Jesu-Christo  |  Nuestro  Redentor,  | 
Que  en  espíritu  acompañan  las  |  Almas  devotas,  ofreciendo  al  |  Señor  |  por 
Sepulcro  sus  |  corazones.  |  Dispuesto  |  por  el  Br.  D.  Manuel  Cayeta-  |  no 
Parrales,  y  Guerrero,  Cíe-  |  rigo  Presbytero  de  este  |  Arzobispado.  |  Re- 
impreso en  México  en  la  Im-  |  prenta  de  D.  Felipe  de  Zuñiga,  ca-  |  lie  de 
la  Palma,  año  de  1774.  | 

ióvo.;  port.  con  grab.  en  la  vta.  y  7  hojs.  s.  11.  con  la  obra. 

327.  r  IADOSO,  Y  DEVOTO  |  exercicio  |  para  desagraviar  á  la  Mages- 
tad  de  |  Jesu-Christo  |  de  la  ingratitud  que  recibió  de  aquel  |  cruel  Sa- 
yón, quando  hirió  su  rostro  |  Santissimo  con  una  cruel  bofetada  |  en  la 
noche  de  su  Passion.  |  Sale  á  luz  |  A  devoción  del  Br.  D.  Manuel  Ca-  | 
yetano  Parrales  y  Guerrero,  Clérigo  |  Presbytero  de  este  Arzobispado.  \ 
Reimpresso  en  México:  por  D.  Feli-  |  pe  de  Zuñiga  y  Ontiveros,  calle  de 
I  la  Palma,  año  de  1776.  | 

i6vo.;  port.  con  grab.  en  la  vta.  y  7  hojs.  s.  n.  con  la  obra. 

328.  Devoción  I  al  Glorioso  Patriarcha  |  Señor  San  Joseph,  |  Dig- 
nissimo  Esposo  |  de  María,  |  para  celebrar  ]  el  dia  diez,  y  nueve  |  de  ca- 
da mes,  I  dia  consagrado  al  Santo  |  por  el  Bachiller  |  D.  Manuel  Cayeta- 
no Parrales,  Clérigo  |  Presbytero  de  este  Arzobispado,  y  |  esclavo  perpe- 
tuo de  Señor  San  Joseph.  |  Reimpresso  en  México,  en  la  Imprenta  |  del 
Lie.  D.  Joseph  Jauregui,  calle  |  de  San  Bernardo.  Año  de  1776    | 

ióvo.;  port.  con  grab.  en  la  vta.  y  15  hojs.  s.  n.  con  la  obra. 


nen 


BIBLIOGRAFÍA  MEXICANA  DEL  SIGLO  XVIIL 

575 

329.  Convite  Sagrad,)  |  á  las  Almas  devotas  |para  que  acompa- 
1  á  |  Jesús  |  en  los  tormentos  que  padeció  el  |  dia  Sacratísimo  de  su 

Passion,  con  |  la  Corona  de  Espinas,  que  pu-  |  sieron  en  su  Santissima 
Cabeza.  |  Dispuesto  |  por  el  Br.  D.  Manuel  Cayetano  Par-  |  rales,  y  Gue- 
rrero, Clérigo  Presbytero  |  de  este  Arzobispado.  |  Reimpresso  en  Méxi- 
co, en  la  Imprenta  de  |  los  Herederos  del  Lie.  D.  Joseph  de  Jaure-  |  gui, 
calle  de  San  Bernardo.  Año  de  1780.  | 

ióvo.;  port.  con  grab.  en  la  vta.  y  7  hojs.  s.  n.  con  la  obra. 

330.  Devoción  |  al  Glorioso  Patriarcha  |  Señor  San  Joseph  |  Dig- 
msimo  Esposo  |  de  Maria  Santísima,  (  para  celebrar  |  el  dia  diez  y'nueve  j 
de  cada  mes,  |  dia  consagrado  al  Santo.  |  Dispuesto  |  por  el  Br.  D  Ma- 
nuel Cayetano  Par  j  rales,  Clérigo  Presbytero  de  este  Ar-  ¡  zobispado  y 
esclavo  perpetuo  de  |  Señor  San  Joseph.  |  Reimpreso  en  México  por  los  I 
Herederos  del  Lie.  D.  Joseph  de  |  Jauregui.  Año  de  1788.  j 

ióvo.;  port.  con  grab.  en  la  vta.  y  15  hojs.  s.  n.  con  la  obra. 

331.  llXERCICIOS  I  devotos  |  para  desagraviar  ¡  á  |  Christo-Sacra- 
mentado,  de  los  agravios  que  recibe  de  los  malos  Christianos.  |  Dispues- 
tos ]  por  el  Br.  D.  Manuel  Cayetano  |  Parrales,  y  Guerrero,  Clérigo  | 
Presbytero  de  este  Arzobispado.  |  Reimpresos  en  México,  en  la  Oficina 
de  los  I  Herederos  del  Lie.  D.  Joseph  de  Jauregui,  |  calle  de  Santo  Do- 
mingo, y  esquina  de  |  Tacuba.  Año  de  1795.  | 

ióvo.;  port.  con  grab.  en  la  vta.  y  49  hojs.  s.  n.  con  la  obra. 

PATINO.    Fr.    PEDRO    PABLO   (Dieguino) 

332.  Ordo  j  Divini  Persolvendi  officii,  |  Sacrique  Celebrandi  |  juxta 
Breviarij  Romano-Serapichi,  &  Missalis  Rubri-  |  cas  nupper  á  S.  Sede 
dispos.  &  approbat.  pro  omnib.  |  utriusq.  sex.  Trium  Ordin.  S.  P.  N.  Fran- 
cisci,  I  qui  Ministr.  Gener.  totius  Ordin.  subduntur,  |  pro  anuo  domini  M. 
DCC.  XCI.  I  Hic  vero  restrict.  &  accomod.  ad  Fratr.  Minores  |  Excalcea- 
tos  hujusce  N.  Prov.  Mexic.  |  Sancti  Didaci.  |  EtRR.  Monial.  Capuce, 
necnon  D.  D.  Tertiarios  |  laúd.  Prov.  subject.  extra  claustra  degentes.  |  A 
Frat.Petro  Paulo  Patino  ejusd.  Eparch.  minor.  Aluinn.  &  olim.  Philosopb.) 
Lectore  Superior,  jussu  disposit.  j  Cuín  gratia  et  privilegio.  |  Mexici  ex 
Typographia  Matritensi  Heredum  Lie.  D.  Jo-  |  sephi  á  Jauregui.  In  via  S. 
Bernardi.  | 

l6vo.;  y  hojs:  X. .  . .  s.  n. 

PIMENTEL  SOTOMAYOR  Y  OSSORIO.    Br.  DIEGO  MARÍA. 

333.     VÉASE:   Honras  fúnebres  &  al  P.  Lazcano  (1763) 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

$77 


o. 


ANÓNIMOS. 

334:.  V^UINARIO  |  que  para  implorar  |  el  amparo  |  del  portentoso 
virgen,  |  Doctor  y  Martyr  |  Carmelita  |  San  Pedro  Thomas,  |  Obispo,  Ar- 
zobispo, Patriarcha,  |  Inquisidor,  Nuncio,  Legado,  y  Ca  |  pitan  General 
de  la  Iglesia:  especialis  |  simo  Abogado  contra  todo  genero  de  |  peste,  epi- 
demia, enfermedad  conta  |  giosa,  y  en  cuyo  Corazón  se  |  halló  impresso 
el  dulcissimo  |  Nombre  de  MARÍA.  |  Ha  dispuesto  un  Sacerdote  Na-  | 
tural  de  la  Ciudad  de  México,  j  R-iimpresso  en  el  Rl.  y  mas  antiguo  Co- 
legio de  |  S.  Ildefonso  de  dicha  Ciudad,  año  de  1762.  | 

8?  port  y  II  hjs  s.  n. 

335.  vJüINARlo  I  para  implorar  |  el  amparo  |  del  Portentoso  virgen, 
I  Doctor,  y  Mártir  |  Carmelita  |  S.  Pedro  Thomas,  |  Obispo,  Arzobispo, 
I  Patriarca,  Inquisidor,  Nuncio,  Legado,  |  y  Capitán  General  de  la  Igle- 
sia. I  Especial  Abogado  contra  todo  |  género  de  Pestes,  Epidemias,  y 
Enfer-  |  medades  contagiosas.  |  En  cuyo  Corazón  se  halló  impreso  j  el 
Dulcísimo  Nombre  de  MARÍA.  |  Por  un  Sacerdote  afecto  del  Santo.  | 
Reimpreso  en  la  Puebla  de  los  Angeles  |  en  la  Oficina  de  D.  Pedro  de  la 
Rosa,  I  Año  de  1784.  [ 
16.  port  y  27  hjs  s.  n. 

330.  v)uiNARIO,  I  que  |  para  implorar  el  aniparo  |  del  portentoso  vir- 
gen I  Doctor,  y  Mártir  |  Carmelita  |  San  Pedro  |  Thomas,  |  Obispo,  Ar- 
zobispo, Patriarca,  |  Inquisidor,  Nuncio,  Legado,  |  y  Capitán  general  de 
la  Iglesia;  |  especialisimo  Abogado  contra  tcdo  genero  |  de  Peste,  Epide- 
mia ó  Enfermedad  con  |  tagiosa,  y  en  cuyo  Corazón  se  |  halló  impreso  { 
el  dulcísimo  nombre  de  Matia.  |  Dispuesto  |  por  un  Sacerdote  de  la  Ciu- 
dad de  México.  I  Reimpreso  en  la  Imprenta  nueva  de  los  He  |  rederos 
del  Lie.  D.  Joseph  de  Jauregui,  |  Calle  de  San  Bernardo.  Año  de  1784.  | 

16.  port  y  pp  1-30  la  obra. 


BIBLIOGRAFÍA  mexicana  DEL  SIGLO  XV III. 
578 

337.  WUIXARIO,  ¡  que  para  implorar  el  amparo  |  del  portentoso  vir- 
gen I  Doctor  y  Mártir  |  Carmelita  ¡  San  Pedro  Tomas,  |  Obispo,  Arzo 
hispo,  Patriarca,  |  Inquisidor,  Nuncio,  Legado  j  y  Capitán  general  de  la 
Iglesia:  |  especialisimo  Abogado  contra  todo  genero  de  ¡  Peste,  Epide- 
demia  ó  enfermedad  contagiosa,  y  l  en  cuyo  Corazón  se  halló  impreso  | 
El  dulcísimo  nombre  de  Maria.  j  Dispuesto  |  por  un  Sacerdote  de  la  Ciu- 
dad de  México.  |  Reimpreso  en  México  en  la  Oficina  nueva  de  los  i  He- 
rederos del  Lie.  D.  Joseph  de  Jauregui,  calle  de  !  Santo  Domingo  y  es- 
quina de  Tacuba,  año  de  1794    | 

8?  port  y  pp  1-30  la  obra. 

QUINTANA.  Fr.  AGUSTÍN  DE    Dominico) 

338.  CuNFESSioXAKIO  |  En  Lengua  |  Mixe*  j  Con  una  Construcción 
de  las  Oraciones  |  de  la  Doctrina  Christiana,  y  un  Compen  |  dio  de  Vo- 
ces Mixes,  para  enseñarse  á  pro  |  nunciar  la  dicha  Lengua.  |  Escrito  todo 
¡  Por  el  P.  Fr.  Augustin  |  de  Quintana  de  la  Orden  de  Predicado-  |  res, 
Cura  qe.  fué  de  la  Doctrina  de  S.  Juan  |  Bautista  de  Xuquila.  |  Dedica- 
do. I  Al  Glorioso  Apóstol  de  la  Europa.  |  S.  Vicente  Ferrer.  |  El  escudo 
dominicano,  j  Con  licencia:  en  la  Puebla  por  la  Viuda  |  de  Miguel  de  Or- 
tega.  Año  de  1733.  I 

41?  port  orí.  v  en  =u  vuelta  un  horroroso  grabado  en  madera  representando  á  San  Vicente  Fe- 
rrer; 7  hois.  prls.  s.  nr.  con  D.  PP.  LL.  y  Prologo;  pp.  i  á  148  la  obra  y  2  hojs.  s.  nr.  con  el 
índice. 

La  obra  se  divide  así.  Confessonario;  pp.  i.  80;  Parentescos,  pp.  80  84;  Construcción  y  expli- 
cación ó  régimen  del  mixe,  pp.  85  123;  el  escudo  dominicano  en  la  pag.  124;  Compendio  de  Vo- 
ces Mixes,  pp.  125  135;  Diptongos,  137  38;  Modo  de  contar,  pp.  139-43;  Partes  del  cuerpo,  143 
148. 

Al  fin  del  índice: 

Laus  Deo.  |  Et  B.  Mariae  |  Semper  Virgini,  |  Beato  que  |  Vicentio  | 
Europaeorum  |  Apostólo.  I 

Esta  obra  la  reimprimió  el  Sr.  Conde  de  Cherencey  en  el  Vol  XVIII, 
2?  Serie,  de  las  "Actes  de  la  Societé  Philologique" 

En  la  1*  Parte  de  la  Sección  1^  de  esta  obra  cometí  el  error  de  afirmar 
que  la  obra  reimpresa  de  Quintana  fué  la  Doctrina  de  1729,  siendo  é^ta 
de  1733. 

QUIROCA   P.    DOMINGO    DE    Jesuíta) 

339.  JN  OVENA  I  en  honra  j  de  la  Soberana  Imagen  ¡  de  |  Cliristo  | 
Crucificado,  j  milagrosamente  |  renovada,  ¡  Colocada  en  su  Capilla  en  la 
Igle-  |  sia  del  Convento  de  Sr.  S.  Joseph  |  de  la  antigua  Fundación  de 
Sta.   I  Teresa  de  Religiosas  Carmelitas  I  Deseabas  de  esta  Corte    |  Por  el 


BIBLIOGRAFÍA  mexicana  DEL  SIGLO  XVUl. 

579 

P.  Domingo  de  Quiroga,  de  la  |  Compañía  de  Jesús.  |  Reimpresa  en  Mé- 
xico, en  la  Oficina  de  |  la  calle  de  S.  Bernardo.  Año  de  1784.  | 

i6vo.  port.  y  14  hjs.  s-n. 

QUIROS  CAIVIPOSAGRADO   MANUEL 

340.  .DEVOCIONARIO  |  para  celebrar  |  el  dia  treinta  de  cada  mes,  | 
consagrado  |  al  Glorioso  Mártir  \  dejesu-ehristo  |  Sr.  S.  Cristóbal.  |  Dis- 
puesto I  Manuel  Quirós  Campo-  \  sagrado.  \  Impreso  en  México,  con  las 
Licencias  ne-  |  cesarías,  en  la  Imprenta  nueva  Madrileña  \  de  los  Herede- 
ros del  Lie.  D.  José  de  Jan-  |  regui,  calle  de  S.  Bernardo,  año  de  1784.  | 

l6vo.  port.  con  grab.  en  la  vta.  y  7  hojs.  s-n.  con  la  Obra  en  verso  casi  toda. 


bibliografía  mexicana  del  siglo  xviil 
581 


R 


RAMÍREZ  DE  ARELLANO.  JUAN  JOSÉ   (Felipense) 

341.  Novena  |  al  Glorioso  Anacoreta  |  S.  Antonio  |  el  Magno 
Abbad,  Guia,  y  Maes-  |  tro  de  los  antiguos  monges,  clarissimo  Sol  del 
I  Oriente,  Columna  fortissima  de  los  catholi  |  eos,  Pasmo  de  los  siglos, 
Remedio  de  los  que  |  padecen  la  enfermedad  del  fuego  sacro.  Es-  |  pecial 
protector  contra  los  demonios.  |  Dispuesta.  |  Por  el  Br.  D.  Ivan  Ioseph 
Ra-  I  mirez  de  Arellano,  Presbytero  del  Oratorio  del  |  Santissimo  Patriar- 
cha  S.  Phelipe  Neri,  |  y  capellán  por  el  Mayor  del  Colegio  de  las  |  Don- 
cellas de  Nuestra  Señora  de  la  Cha-  I  ridad  de  la  Ciudad  de  México.  |  Con 
licencia  de  los  Svperiores.  |  En  México,  por  los  Herederos  de  la  Viuda  | 
de  Francisco  Rodríguez  Lupercio.  En  la  |  Puente  de  Palacio.  Año  de  1706  | 

8V  port.  con  grab.  en  la  vta.  y  pp.  I  30  la  obra. 

342.  N  OVENA  I  al  esclarecido  mártir  j  San  Elias,  |  Virgen  purísimo, 
Sagrado  Profeta,  ¡  valeroso  Antagonista  del  Anti-Chris-  |  to,  eminentísi- 
mo Doctor  del  viejo  |  y  nuevo  Testamento,  severísimo  |  Zelador  de  la 
honra  de  Dios,  Pa  |  triarca  grande,  y  fundador  insigne  |  de  la  Sacratísi- 
Religion  de  nuestra  |  Señora  del  Monte  Carmelo.  |  Dispuesta  |  Por  el  Br. 
D.  Juan  Joseph  '  Ramírez  de  Arellano.  |  Capellán  por  el  mayor  del  co- 
legio de  I  las  Doncellas  de  nuestra  Señora  de  la  |  Caridad,  de  la  corte  de 
México.  I  Reimpresa  en  la  Puebla,  en  la  Imprenta  de  D.  |  Pedro  de  la  Ro 
sa,  en  el  portal  de  las  Flores.  |  Año  de  1786.  | 

8V  port.  y  23  hjs.  s-n. 


RAMÍREZ  DEL  CASTILLO.  PEDRO  (Clérigo). 

343.  OüARESMA  I  Enhonradel principe  |  Santissimo, y poderosissimo, 
I  Sr.  San  Miguel  |  Patrón  máximo  de  la  vniver  |  sal  Iglesia,  Defensor 
amantissimo  de  las  almas,  |  y  Abogado  efficassimopara  alcanzar  |  la  Sal- 


bibliografía  mexicana  del  siglo  xviíl 

582 

vacion.  I  Que  celebraron:  |  Los  devotos  mas  insignes  del  Soberano  Prin- 
|  cipe,  y  se  instruye,  y  ordena  con  algu-  |  nos  exercicios.  |  Por  el  Dr.  D. 
Pedro  Ramires  del  Castillo,  Cura  Propio  |  del  Sagrario,  y  Parroquial  del 
mismo  Santo  Principe:  |  antes  de  la  Ciudad  de  Pachuca,  Juez  Eclesiásti- 
co en  I  ella,  Vice  Rector,  y  Cathedratico  de  Eloquencia,  y  |  Philosophia 
en  el  Seminario  del  Tridentino,  Rector  |  reelecto  de  la  Real  Vniversidad, 
Qualificador  del  San-  |  to  Oficio,  y  Examinador  Synodal  de  este  Ar-  |  zo- 
bispado.  I  Dedícala:  |  A  los  devotos  del  Seraphin  |  Soberano.  |  Con  licen- 
cia en  México:  por  los  Herederos  de  la  Viuda  |  de  Francisco  Rodríguez 
Lupercio  en  la  Puente  j  de  Palacio.  Año  de  1727.  | 
8?  port.  con  grab.  en  la  vta.  y  pp  1  46  la  obra. 

RAMOS.  FRANCISCO. 

344.  VISITA  amorosa,  |  y  agradecida.  |  Que  las  esposas  de  Christo  | 
Señor  nuestro,  han  de  hazer  |  A  el  Monte  Calvario,  |  á  llorar,  y  sentir  la 
muerte,  |  y  desamparo  |  de  su  crucificado  esposo,  |  y  la  extrema  Soledad 
¡  de  su  dolorosa  madre  |  Maria  Santissima  |  al  pie  de  la  Cruz.  |  Sacadade 
las  Meditaciones  de  V.  Padre  |  Thomas  de  Kempis.  |  Por  Francisco  Ra- 
mos. I  Tercero  de  habito  exterior  del  Sagrado  |  Orden  de  N.  P.  S.  Fran- 
cisco. ¡  Que  desseoso  de  el  logro  de  tan  buen  empleo  \  la  ofrece  obsequio- 
so á  las  señoras  Religiosas.  ¡  Con  licencia  en  México,  por  los  Herederos 
de  I  la  Viuda  de  Miguel  de  Ribera.  Año  de  1729.  | 

l6vo.  port.  y  15  hjs.  s-n. 

345.  V  ISITA  amorosa,  |  y  agradecida,  |  que  las  esposas  de  Christo  ¡ 
Señor  Nuestro  han  de  hazer  |  á  el  Monte  Calvario,  |  á  llorar,  y  sentir  la 
muerte,  |  y  desamparo  |  de  su  crucificado  esposo,  y  la  extrema  soledad  | 
de  su  dolorosa  madre  |  Maria  Santissma  |  al  pie  de  la  Cruz  |  Sacada  de 
las  meditaciones  del  V.  Padre  |  Thomas  de  Kempis.  |  Por  Francisco  Ra- 
mos, I  Tercero  de  habito  exterior  del  Sagrado  Orden  |  de  X.  P.  San  Fran- 
cisco I  que  deseoso  del  logro  de  tan  buen  empleo  |  la  ofrece  obsequioso 
á  las  señoras  Religiosas.  |  Reimpressa  en  México,  en  la  Imprenta  de  |  los 
Herederos  de  Doña  Maria  de  Rivera,  ]  en  la  calle  de  San  Bernardo.  Año 
de  1767.  I 

8V  port.  y  15  hjs.  s-n. 

RANCEL  DIIY1AS. 

34G.    J_ylsCURSO  físico  (  sobre  la  formación  |  délas  Auroras  Boreales. 
I   Por  D.  Joseph  Francisco  D'unas  Rangcl,   |   Reloxero  de  esta  Corte.  | 
4'.1  sigue  inmediatamente  el  texto  contenido  en  VII  pp.  nrs.  y  al  pie  de  la  última  esta: 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII 

583 

Con  las  licencias  necesarias:  |  Impreso  en  México  en  la  Oficina  de  los 
Herederos  del  Lie.  |  D.  Joseph  dejaniegni,  calle  de  San  Bernardo.  |  Vño 
de  1790.  I 

ANÓNIMOS. 

347.  h^I.  Raphael  Medico  |  de  los  oj\s  del  cuerpo,  |  y  del  alma  |  San 
Luis  Gonzaga,  |  estudiante  Theologo  |  de  la  Compañía  de  Jesús,  |  Patrón 
singular  de  la  vista,  por  |  su  Angelical  modestia,  |  con  unanovena  breve  | 
que  se  consagra  al  Santo  Joven,  |  para  que  todos  soliciten  |  su  patrocinio. 
I  Sácalos  á  luz  1  la  Congregación  de  la  Buena  |  Muerte  de  la  Casa  Pro- 
fessa  I  de  México.  |  Reimpresso  en  México,  en  la  Imprenta  de  |  la  Biblio- 
teca, del  Lie.  D.  Joseph  Jaure-  |  gui,  en  la  calle  de  San  Bernardo.  |  Año 
de  1776.  I 

ióvo.  port.  y  15  hjs    s  n. 

3-18.  rvASGO  épico  I  en  que  se  decanta  la  feliz  victoria,  |  Que  las  Ar- 
mas Españolas  obtuvieron  contra  la  |  Armada  Inglesa,  en  ocasión  que 
pretendia  ella  |  apoderarse  de  las  Fortalezas  de  la  Guayra,  y  |  Puerto-Ca- 
bello, en  la  America,  este  año  |  de  1743.  I  Dispuesto  |  Por  un  ingenio 
Cántabro.  |  Dalo  á  la  estampa  |  D.  Francisco  Antonio  de  Echavarri,  y 
Ugarte,  |  Caballero  del  Orden  de  Santiago,  Oidor  de  esta  Real  j  Audien- 
cia, I  y  lo  consagra  |  Al  Serenissimo  Señor  |  Don  Fernando  de  Borbon  | 
Principe  de  Asturias.  |  Con  licencia  en  México,  |  Impresso  por  la  Viuda 
de  Don  Joseph  Bernardo  de  |  Hogal,  Impressora  del  Real,  y  Apostólico 
Tribunal  de  |  la  Santa  Cruzada  en  todo  este  Rcyno.  |  Año  de  1743    | 

4to;  port.  orí.  y  vta.  bine;  3  hoj,  ports  con  dedic;  pp.  1-34  la  obra. 

349.  IVECOMENDACION  [  Quotidiana  I  de  los  cinco  principales  |  Dolo- 
res I  de  I  Maria  |  Santissima  |  nuestra  señora.  |  ♦$♦  |  Ihs  |  Reimpressa  en 
México:  en  la  Imprenta  |  del  Real,  y  mas  Antiguo  Colegio  de  |  S.  Ilde- 
fonso, año  de  1763.  | 

ióvo.  port.  y  3  hjs.   s-n. 

350.  Jesús,  María,  y  Joseph.  |  Recuerdos  |  al  pecador  dormido,  |  y 
avisos  I  a  el  buen  christiano.  |  Competencia  |  Entre  el  Ángel  de  la  Guar- 
da, I  y  el  demonio,  en  que  el  hom-  |  bre  ha  de  decidir  con  su  buen,  |  ó 
mal  obrar.  |  Con  otros  afectos  (  breves  Ti  lo  ultimo,  paraexi  |  tara  el  Al- 
ma á  el  santo  amor,  |  y  temor  de  Dios.  ,  Reimpressos  en  México:  |  En  la 
Imprenta  nuevadela  |  Biblioteca  Mexicana,  enfrente  |  de  S.  Agustín.  Año 
de  1754.  I 

l6vp    po.-t    v  pp    1-52  la  obra 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII 

584 

351.  JK-EGLA  I  primitiva,  |  y  constituciones  |  de  los  religiosos  descal- 
zos I  del  Orden  de  la  Bienaventurada  Virgen  Maria  |  del  Monte  Carmelo, 
de  la  Primitiva  Observan-  |  cia  de  la  Congregación  de  España.  |  Confir- 
madas por  N.  M.  S.  P.  y  Sr.  |  Alexandro  Papa  VI.  dia  tercero  de  Julio  del 
j  año  de  1658,  el  quartode  su  Pontificado.  |  traducidas  del  idioma  latino  | 
en  Castellano  |  Impressas  en  Madrid,  y  por  su  original  |  en  la  Puebla,  en 
la  Imprenta  de  la  Viuda  de  Miguel  de  ¡  Ortega,  y  Bonilla.    Año  de  1756.  | 

8vo.;  port.  orí.  y  vta.  bine,  pp,  1-628  la  obra  con  mas  S  prts.  con  I  >.  1'.  i-,  é  índice. 

352.  rvEGLA,  I  y  Constituciones  |  de  las  religiosas  |  de  Santa  Brígida, 
¡  Con  arreglamento  en  lo  dispositivo,  y  preceptivo  á  las  [  moderadas  por 
la  Venerable  Madre  Marina  de  Esco  |  bar,  insertas  en  Latin  en  la  Bula 
Apostólica  del  Señor  |  Urbano  VIII.  su  fecha  en  Roma  en  Santa  Maria 
la  I  Mayor  á  10.  de  Noviembre  de  1628.  y  en  la  serie,  |  orden,  y  distribu- 
ción de  sus  Capítulos,  y  Párrafos  á  j  las  impressas  en  Valladolid  de  Casti  - 
lia  el  Año  de   1647.   ! 

8vo.  port.  I  hoj.  gral).;  2  prts,  s  n.;  pp.  1-96  la  obra  con  más  3  de  s.  n.  de  índice. 

353.  JKegla,  I  Que  deben  guardar  los  her-  |  manos  de  la  Sagrada  Or- 
den llamada  de  los  |  Terceros  de  Penitencia  |  la  que  por  especial  volun-  | 
tad,  y  Revelación  de  Dios  fundó  N.  S.  P.  |  San  Francisco,  |  después  de  la 
primera  dt  los  |  Frayles  Menores,  y  segunda  de  Santa  Claia  |  Laauthen 
tico,  confirmo,  y  |  diódenuevo  N.  Smo.  1'.  Nicolao  IV.  |  fue  apiobada  por 
veinte,  y  ¡  dos  Summos  Pontífices,  que  con  especiales  |  Privilegios,  y  Gra- 
cias le  han  favorecido,  dan-  |  dolé  el  primer  lugar,  y  preeminencia  entre  | 
todas  las  Militares,  por  la  grande  autoridad,  |  y  Santidad  de  su  Fundador; 
y  por  averia  |  Dios  ilustrado  con  tantos  Santos  Cano-  |  nizados,  y  Beati- 
ficados, i  Impressa  en  México,  por  D.  Christoval,  y  D.  \  Phelipe  deZuñi- 
ga.  En  la  calle  de  la  Palma  1761.  | 

ióvo.  port.  con  grab.  en  la  vta.  y  15  hojs.  s-n  con  la  Obra. 


354.  rvÉLACION  Breve  de  lo  acaecido  |  en  la  Ciudad  de  Guatemala, 
desde  el  dia  27.  de  Agosto  del  |  año  17  17.  hasta  oy  q  se  cuentan  16,  de 
Octubre  \  del  mismo  año.   | 

4to.  Sigue  el  texto  inmediatamente  al  anterior  encabezado  y  está  su  contenido  en  14  hojas  s. 
nr.  con  esta  suscricion,  al  pie  de  la  ultima: 

hnpresso  en  Guathemala:  Y  por  su  original  en  México,  por  \  ¡os  herede- 
ros de  Juan  JosepJi  Guillena  Carrascoso;  \  en  la  Alcayzería    \  ( iyiy. ) 


bibliografía  mexicana  del  siglo  xvnt. 

5S5 

355.  K.ELACION  I  De  la  Sorprecha  (sic)  hecha  par  los  Franceses  de 
la  I  Movila  en  el  Castillo  de  San  Carlos,  y  Punta  de  |  Sigüenza;  y  su  Res- 
tauración por  las  Armas  de  su  |  Magestad  (que  Dios  guarde)  e!  día  7.  de 
Agosto  I  deste  año  de  1 7 1 9.  | 

4to.;  sigue  luego  el  texto  contenido  en  4  hoj.  s.  nr.  y  al  fin  de  la  última  esta: 

En  México:  Por  los  herederos  j  de  Juan  Joseph  Guillena  Carrascoso; 
en  la  Alcayzeria.  | 

350.  IVELACION  de  los  rayos,  \  que  el  dia  22,  y  29  de  Julio  de  este  año 
I  de  1747.  cayeron  en  la  Capilla,  que  en  |  la  Santa  Iglesia  Cathedral  de  la 
Puebla  I  de  lus  Angeles  está  dedicado  al  glorioso  |  Patriarca  S.  Ignacio  de 
Loyola,  sacada  |  de  la  información  Jurídica,  que  se  hizo  |  en  la  misma  Ciu- 
dad de  la  Puebla,  |  en  el  mes  de  Septiembre  |  del  mismo  año.  | 

4to.;  sigue  inmediatamente  el  texto  que  ocupa  8  pp.  nrs. 

357.  IYELACION  |  de  los  estragos,  y  rui-  |  ñas  lamentables,  que  ha  oca- 
sionado un  |  violento  Terremoto  en  la  Ciudad  de  |  Cuba,  acaecido  el  dia 
onze  de  Junio  |  a  las  doze  y  onze  minutos  de  la  |  noche  de  este  año  pre- 
sente. ¡ 

4to.;  sigue  luego  el  texto  que  ocupan  2  hjs.  s.  n. 
(S.  a.  n.  1.  d.  i.  sed.  México  1766.) 

358.  IYELACION  exacta  j  del  sacrilego  robo,  |  y  extracción  |  del  San- 
tísimo Sacramento,  |  executado  por  un  Mulato,  en  la  Ciudad  de  Car-  |  ta- 
gena  de  Indias.  |  Primera  parte.  | 

4to.;  sigue  luego  el  texto  contenido  en  4  hojs.  s.  nr.  y  al  pie  de  la  última  esta: 

Con  las  licencias  necesarias  reimpresa  en  México  en  la  Imprenta  del 
Lie.  I  D.  Joseph  de  Jauregui,  Calle  de  San  Bernardo.  Año  de  1776.  ¡ 


359.  JKetraTO  breve  |  del  Instituto,  ¡  y  Religión  ¡  de  la  Compañía  ¡ 
ile  Maria  SSma.  |  ó  de  la  Enseñanza,  |  Sacado  (lela  |  grande  Historia  de 
esta  I  esclarecida  Orde.11.  |  Dale  á  Ivz  |  La  M.  Rda.  Madre  Maria  ¡  Fran- 
cisca Croy,  Priora  del  Convento  de  |  la  muy  noble,  y  antiquissima  |  Ciu- 
dad de  Tudela  de  ¡  Navaria.  |  Con  Licencia:  Reimpressa  en  el  Real,  |  y 
mas  antiguo  Colegio  de  San  Ilde-  |  fonso,  año  de  1753.  | 

l6vo.;  port.  y  26  hjs.  s.  n. 


BIBLIOGRAFÍA  MEXICANA  DHL  SIGLO  XV III. 

586 

REY.  Fr.  FRANCISCO  (Franciscano.) 

360.  Novena  |  á  la  esclarecida  |  Virgen  |  Sta.  Gertrudis  |  la  Magna. 
I  A  quien  dixo  el  Señor,  que  lo  |  que  prometiera  en  la  tierra,  lo  |  tendría 
por  firme  en  el  Cielo.  |  Cuyo  motivo  es  bastante  para  |  alentarse  en  la  de- 
voción [  Por  el  R.  P.  Lector  Fr.  Francisco  |  Rey,  del  Orden  de  S.  Fran- 
cisco. I  Reimpresa.    En  México:   Por  |  Joseph  Bernardo  de  Hogal.    En  la 

I  calle  de  la  Monterilla.  |  Año  de  1730    | 
ióvo.;  port.  y  14  hjs.  s.  n. 

361.  JN  OVENA  ¡  á  la  esclarecida  j  Virgen  |  S.  Gertrudis  |  la  Magna.  | 
A  quien  dixo  el  Señor,  que  lo  |  que  prometiera  en  la  tierra  lo  ¡  tendría  por 
firme  en  el  Cielo  ¡  Cuyo  motivo  es  bastante  [jara  |  alentarse  en  la  devo- 
ción; I  Por  el  R.  P.  Lector  Fr.  Francisco  |  Rey,  del  orden  de  S.  Francisco. 
¡  En  México:  Por  los  Herederos  |  de  la  Viuda  de  Francisco  Ro-  ¡  diiguez 
Lupercio,  en  la  Puente  j  de  Palacio.   Año  de  1734.   i 

ióvo.;  port.  y  13  hjs.  s.  n. 

302.  JN  OVENA  ¡  á  la  esclarecida  [  Virgen  \  Santa  Gertrudis  |  la  Mag- 
na. I  A  quien  dixo  el  Señor,  que  lo  |  que  prometiera  en  la  tierra,  |  lo  ten 
dría  por  firme  |  en  el  Cielo.  ¡  Cuyo  motivo  es  bastante  para  ¡  alentarse  en 
la  devoción.  |  Por  el  R.  P.  Lector  Fr.  Fian-  [  cisco  Rey,  del  Orden  de 
I  N.  P.  S.  Francisco.  |  Reimpressa  en  Mebico  por  la  |  Viuda  de  D.  Joseph 
Bernardo  |  de  Hogal.   Año  de  1746.  | 

i6vo.;  port.  con  grab.  en  la  vta.  y  13  hjs.  s.  n.  con  la  obra. 

363.  Novena  |  á  la  esclarecida  |  Virgen  |  Sta.  Gertrudis  |  la  Magna. 
I  A  quien  dixo  el  Señor  que  lo  |  qtie  prometiera  en  la  tierra,  lo  \  tendría 
por  firme  en  el  Cielo.  |  Cuyo  motivo  es  bastante  para  alen-  |  tarse  en  la 
devoción.  |  Por  el  R.  P.  Lect.  Fr.  Fran-  |  cisco  del  Rey,  Religioso  del  | 
Orden  de  San  Francisco.  |  Reimpressa  en  México  en  la  Im-  |  prenta  del 
Lie.  D.  Joseph  de  Jáu-  |  regui.   Calle  de  San  Bernardo.  |  Año  de  1774.  | 

l6vo.;  port.  con  grab.  en  la  vta.  y  13  hjs.  s.  n.  con  la  obra. 

364.  Novena  |  á  la  esclarecida  |  Virgen  ¡  Sta.  Gertrudis  |  la  Magna. 
I  A  quien  dixo  el  Señor,  que  lo  que  |  prometiera  en  la  tierra,  lo  tendría  | 
por  firme  en  el  Ciclo.  |  Cuyo  motivo  es  bastante  para  alen-  |  tarse  en  la 
devoción.  ¡  Por  el  R.  P.  Lect.  Fr.  Francisco  ¡  del  Rey,  Religioso  del  Or- 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

587 

den  de  |  San  Francisco.  (  Reimpressa  en  México,  en  la- Imprenta  de  |  de 
los  Herederos  del  Lie.  D.  Joseph  de  Jan-  |  regui,  Calle  de  S.  Bernardo. 
Año  de  1781.  I 

ióvo.;  port.  y  n,  hjs.  s.  n. 

REYIMOSO.   Fr.    PEDRO  iMercedario.) 

3tí5.  /Advertencias  |  de  declinaciones,  |  y  de  todo  genero  |  de  tiem- 
pos, I  con  otros  rudimentos  {  de  la  Gramática.  |  Dispvestas  |  Por  el  P.  Fr. 
Pedro  Reynoso,  del  Orden  de  N,  |  Sra.  de  la  Merced,  Redempcion  de  Cau- 
tivos. I  Quien  afectuoso  las  dedica  |  A  D.  Phelipe  Rodríguez  de  Madrid, 
I  Hijo  Primogénito  de  el  Muy  Ilustre  Señor  |  Don  Sebastian  Rodríguez 
de  Madrid,  |  Marqués  de  Villa-Mediana,  &c.  |  En  México,  en  la  Impren 
ta  Real  del  Superior  Govierno,  |  de  los  Herederos  de  la  Viuda  de  Miguel 
de  Rivera;  |  en  el  Empedradillo.  | 

8?;  port.  y  47  hjs.  s.  n. 

3G6.  .Líber  |  desillabarvm  |  quantitate,  ac  versificandi  ratione,  ;  vtro- 
que  Idiomate,  fcilicet  Hispano,  |  &  Latino  concinnatus:  |  seu  |  Commen- 
taria  ¡n  regulas]  Antonij  Nebrissensis,  ex  probatissimis  |  Auctoribus  Gram- 
maticas  artis  collecta  |'in  Iuventutis  purioris  dictionis  studiosae  |  gratiam. 
absoluta  |  Adjectis  quibusdam  notulis  ad  pleniorem  |  earumdemque  intel- 
ligentiam.  |  Editvr  in  lvcem  a  P.  Fr.  Petro  Reynoso  |  Monasterij  Mexicani 
Regalis,  ac  Militaris  |  Ordinis  B.  Marías  de  Merced  Redemptionis  j  Capti- 
vorum  Filio.  |  Superiorvm  permissv:  |  Mexici  apud  Haeredes  Vidae  Mi- 
chaelis  de  Rivera.  |  Armo  M  DCC  XXX.  | 

8?;  port.  págs.  1  á  93  la  obra. 

ANÓNIMOS. 

3G7.  rvEZETA  I  espiritual  I  contra  dolores  |  cólicos,  de  Hijada,  Piedra, 
I  de  Ríñones,  y  contra  qualquier  |  otro  genero  de  enfermedad.  |  La  de- 
voción de  I  San  Liboiio  |  Obispo  de  Cenomania  |  en  Francia,  |  por  un 
Religioso  de  la  Compa-  |  ñia  de  Jesvs.  |  Reimpressa  en  México:  en  la  Im- 
|  prenta  de  les  Herederos  de  Doña  |  Maria  de  Rivera,  Calle  de  San  |  Ber- 
nardo, Año  de  1765.  I 

ióvo.;  port.  y  7  hojs.  s.  n. 

368.  lYEZETA  I  espiritual  |  contra  dolores  |  Cólicos,  de  Hijada.  Pie- 
dra, de  I  Riñones,    y  contra   qualquier  ¡  otro  genero  de  enfermedad  |  La 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

588 

devoción  de  |  San  Liborio  |  Obispo  de  Cenomania  |  en  Francia.  |  Por  un 
Religioso  de  la  Compañía  |  de  Jesvs.  j  Reimpressa  en  México  en  la  Im- 
prenta de  I  los  Herederos  del  Lie.  Joseph  de  Janregni,  |  Calle  de  S.  Ber- 
nardo.  Año  de  1780.  I 

1  ovo  ;  port.  y  7  hojs.  s.  n. 


RIBERA.    Fr.    LUIS     DE    Agustiniano.) 

369.  Ofrecimiento  |  devoto,  |  a  los  siete  dolores,  y  |  Gozos  del  Glo- 
rioso I  Patriarcha  Señor  |  San  Joseph,  |  Esposo  de  la  SS.  Virgen  |  Maria  | 
Dispuesto  por  el  R.  P.  Lector  Fr.  Luis  de  |  Ribera,  Ministro  de  la  Terce- 
ra Orden  de  ¡  San  Agustín  desta  Ciudad.  |  Que  lo  Dedica  cá  los  Nobilissi- 
mos  Esclavos  |  de  la  Familia  de  Jesús  Maria  y  Joseph  |  Con  licencia:  en 
México  por  los  Herederos  |  de  la  Viuda  de  Bernardo  Calderón,  año 

ióvo.;  port.  con  grab.  en  la  vta,  y  5  hojs.  s.  n.  con  la  obra. 


RÍOS.  VICENTE  ANTONIO   DE   LOS    Clérigo.) 

370.  VÉASE:   Elogios  Fúnebres  al  Obispo  Padilla.    (1763)  | 

RISPÓLO.    AGUSTÍN 

371.  JMemoRIA  perpetua  |  de  la  Passion,  y  Llagas  de  |  N.  Sr.  Jesu- 
Christo.  I  con  la  qual  nos  preparamos  |  para  bien  morir.  |  Dividida  por 
los  siete  dias  de  la  semana.  |  Sacada  á  luz  en  Ñapóles  por  Au  |  gustin 
Rispólo  en  lengua  Toscana,  |  Y  traducida  en  la  Castellana  |  para  la  co- 
mún vtilidad.  I  La  dedica  |  Al  Seraphico  Padre  |  San  Francisco.  |  Vn  de- 
voto del  Gloriosissimo  |  Santo.  |  A  cuyas  expensas  se  costeo  esta  \  Ter- 
cera Impression.  | 

ióvo.;  port.  y  15  hojs.  s.  n, 

RIVERA  CALDERÓN.   GABRIEL  DE    Clérigo.) 

372.  JlLl  mejor  Jacob,  ]  Que  con  la  escala  cá  sus  Hombros,  |  pisando 
del  Calvario  la  aspereza,  |  nos  facilita  de  el  Cielo  |  la  subida.  |  Novena  ¡ 
A  el  Pacientissimo  Nazareno  |  Jesús.  |  Dispuesta  |  Por  el  Br.  D.  Gabriel 
de  Rivera  |  Calderón,  Capellán  del  Convento  |  de  Santa  Inés.  |  A  instan- 
cias de  algunas  Reli-  |  giosas  de  esta  Corte  de  |  México.  |  Con  licencia  en 
México  por  los  Herede-  |  ros  de  la  Viuda  de  Migue!  de  Rivera.  | 

8?;  port.  y  15  hojs.  s,  n. 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVlll. 

589 

373.  lLl  vaso  de  elección  |  gustado  |  Y  procurado  convertir  en  Me-  | 
dicina  del  Alina,  |  Con  el  calor  de  vna  piadosa  devoción,  ó  |  Novena  | 
Del  Gloriosso  Apóstol  de  las  |  Gentes  |  San  Pablo.  Dispuesta  |  por  el  Hr. 
D,  Gabriel  de  Rivera  |  Calderón,  Capellán  del  Sagrado  |  Convento  de  Se- 
ñoras Religiosas  de  |  Santa  Inés,  de  esta  Corte  |  de  México.  J  A  quienes 
con  todo  el  afecto  de  |  su  corazón  la  Dedica.  |  Con  licencia  en  México, 
por  los  Here-  |  deros  de  la  Viuda  de  Miguel  de  Rivera.  | 

8?;  port,  y  17  hojs.  s,  n, 

(17 17  en  las  licencias.) 

374.  1UENTE  DEL  CEDRÓN  ¡  ó  |  Dulcissimo  Vado,  |  para  passar,  con 
mérito,  y  consuelo,  los  |  trabajos  de  nuestra  vida,  considerando  lo  |  que 
padeció  Jesús,  en  este  Arroyo,  |  la  noche  de  su  Passion.  |  Devoción  vti 
lissinia,  I  por  lo  que  instruye  para  el  gobierno  |  y  mérito  de  nuestras  al- 
mas. I  Que  propone  á  la  piedad,  y  pacien-  |  cia  Christiana,  \  el  Br.  Don 
Gabriel  de  Ribera  Cal-  ¡  deron,  Capellán  del  Religiosissimo  |  Monasterio 
de  Santa  Inés,  de  |  esta  Ciudad  de  México.  |  Y  lo  dedica  |  A  su  Amable 
Esclarecido  Padre,  el  |  Apóstol  San  Pablo,  exemplo  grande  |  en  el  passo 
de  este  Arroyo.  |  Con  licencia  en  México,  por  los  Here-  |  deros  de  la  Viu- 
da de  Miguel  de  Ribera,  |  en  el  Empedradillo,  año  de  1720.  | 

8?;  port.  y  II  hojs.  s.  n. 

375.  ÍLh  DOCTOR  ANGÉLICO,  |  enseña  la  practica  de  Virtudes  |  An- 
gélicas, y  la  alcanca  del  Señor,  por  medio  de  su  devoción,  |  y  de  esta  su  | 
Novena,  |  que  dedica  j  á  la  devoción  de  vna  Religiosa  |  del  Monasterio 
de  Santa  Ynés,  |  Virgen  y  Martyr.  j  Su  Capellán  |  el  Bac.  D.  Gabriel  | 
de  Rivera  Calderón.  |  Con  licencia:  [  En  México,  por  los  Herederos  de  la 
Viuda  I  de  Miguel  de  Rivera.  Año  de  1722.  | 

8?;  port.  y   I  hjs.  grab.  y  7  hojs.  s.  n. 

RODRÍGUEZ   y    ARISPE.     PEDRO    JOSÉ   (Felipense 
37G.     VÉASE:  Tierna  demostración  &  (1763) 

RODRÍGUEZ   LUPERCIO.    Fr.    ANTONIO    Fu. 

377.     VÉASE:  Santa  Maria  Maraver  (1720) 


-vv/\/V§)(c)'W- 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

59' 


s 


SALAMANCA.     Fr.    JUAN     DE    (Mercedario) 

378.  JN  OVENA  I  á  la  Gloriosissima  |  Redemptora  j  Mari  a  Santísima  | 
Nuestra  Señora,  \  Coronada  Reyna  |  de  la  Merced,  |  ó  Misericordia.  | 
Dispuesta  |  por  el  P.  Fr.  Juan  de  Ta-  j  lamanca,  (sic)  Predicador  del  Con  | 
vento  de  Madrid  del  Real,  y  Militar  |  Orden  de  Ntra.  Sra.  de  la  Merced. 
|  Reimpressa  en  México,  en  la  Impren-  |  ta  del  Lie.  D.  Joseph  de  Jau- 
regui.  Ca-  |  lie  de  San  Bernardo.  Año  de  1776.  | 

ióvo.;  port.  con  grab.  en  la  vta.  y  14  hojs.  s.  n.  con  la  obra. 

379.  JN  OVENA  I  á  la  Gloriosísima  \  Redentora  |  Maria  Santísima  | 
Nuestra  Señora  (  Coronada  Reyna  |  de  la  Merced,  |  ó  misericordia  |  Dis- 
puesta I  por  el  R.  P.  Fr.  Juan  de  Salamanca,  ¡  Predicador  del  Convento 
de  Madrid,  |  del  Real  y  Militar  Orden  de  nuestra  |  Sra.  de  la  Merced.  I 
Reimpresa  en  México,  en  la  Imprenta  del  |  Br.  D.  Joseph  Fernandez  Jau- 
regui.  Calle  |  de  Santo  Domingo.  Año  de  1796.  | 

ióvo.;  port,  con  grab"  en  la  vta.  y  14  hojs.  s.  n.  con  la  obra. 

SALAZAR.     Fr.    JUAN    JOSÉ    DE      Franciscano) 

380.  Véase:  Paz  y  Salgado  (1747) 

SALCEDA.    P.   PABLO  (Jesuíta} 

381.  LJevocion  I  utilissima  j  á  los  Siete  |  Aservissimos  Dolores  |  de 
I  Maria  Santissima.  |  Sacada  |  de  la  que  en  honor  de  tan  Sobe-  |  rana 
Reyna  compuso  el  Padre  |  Pablo  de  Salceda.  [  Impressa  en  México  por 
Doña  Maria  |  de  Benavides,  y  por  su  original  reim-  |  pressa  en  la  Impren- 
ta del  Lie.  D.  Jo-  |  seph  de  Jauregui,  calle  de  San  |  Bernardo,  año  1774.  I 

i6vo.;  port.  con  grab.  en  la  vta  y  7  hojs.  s.  n.  con  la  obra. 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

592 

SALGADO.  DR.  MARCOS  JOSÉ 

382.  C^URSUS  Medicus  |  Mexicanus  |  Insta  sanguinis  circulationem,  & 
alia  I  Recentiorum  Inventa  |  Ad  vsnm  Studentium  i  11  hác  Regali,  ¡  Pon- 
tificia, Mexicana  Academia  j  Concinnatvs  |  A  D.  D.  Marco  Iosepho  \  Sal- 
gado j  Angelo  politano,  in  eá  lem  Academia  |  Piimariae  Apollineae  Exe- 
diae  Moder-  |  atore  Regij  que  Protomedicatus  |  hniusce  novi  Orbis  Prae- 
side.  I 

Pars  Prima  Physiologica.  |  Superiorum  Permissu  |   Mexici:  apnd  Hae- 
redes  Viduae  Michaélis  de  J   Rivera,  en  el  Empedradillo,  año  de    1727.  | 
(su). 

4to.;  port  orí.  con  vta  blanca.  U  hojs.  prls.  s.  nr.  con  dedicatoria,  Pareceres,  Licencia,  Elo- 
gios al  autor  en  verso  latino,  Prefacio  é  índice. 

En  el  Parecer  del  Dr.  Ildefonso  de  Roxas  consta  que  fue  notable  y  dis- 
tinguido en  todos  sus  estudios  el  autor  de  esta  obra  que  una  vez  señalán- 
dole con  el  dedo,  dijo  el  Protomedico  Dr.  José  Montano:  "Han!  \  Erit 
Ule  novi  huius  Orbis  Galenus  alter." 

El  intento  del  autor  de  esta  obra  fue  presentar  á  la  juventud  estudiosa 
una  obra  que  contuviese  todos  los  conocimientos  de  la  moderna  ciencia 
médica,  sin  ocuparse  de  las  varias  cuestiones  y  opiniones  de  los  escritores, 
"quá  scholares,  plus  distrahuntur,  quana  informantur.'' 

La  doctrina  está  expuesta  con  claridad  y  consición,  y  para  su  tiempo, 
este  libro  fue  un  excelente  tratado  de  fisiología  humana  apropiado  á  ser- 
vir de  texto  á  los  estudiantes. 

SALVATIERRA  Y  CÁRNICA.    Clérigo) 

383.  Métrica  ¡  Historia  |  de  la  Milagrosissima  |  Aparición  |  de 
Nuestra  Señora  de  ¡  Guadalupe  |  de  ¡  México.  |  Compuesta  |  Por  el  Br. 
D.  Bernardino  ¡  de  Salvatierra  y  Garnica  I  Originario  de  dicha  Ciudad.  | 
Pueblo  de  los  Angeles    |    En  la  Oficina  de  S.  Pedro  de  la  Rosa,    j    Año  de 

1782.  I 

ióvo.;  port.  y  15  hjs.  s.  n.  Toda  la  obra  en  verso. 

ANÓNIMO. 

384.  Salve,  |  y  |  Dolores  |  déla  Virgen,  |  que  cantan  |  en  sus  misio- 
nes I  Los  Padres  Misioneros  Des-  |  calsos  del  Colegio  de  N.  P.  S.  |  Fran- 
cisco del  Monte  de  la  |  Villa  de  Beniganim.  |  Reimpresa  en  México:  en  la 
Imprenta  del  |  Lie.  D.  Joseph  de  Jauregui,  Calle  de  San  1  Bernardo.  Año 

de  1777.   I 

ióvo.;  port  y  6  hjs  s.  n. 


BIBLIOGRAFÍA  MEXICANA  DEL  SIGLO  XVUL 
593 

SAAVEDRA.  Fr.   MARCOS  DE  (Don 

385.  Confessonario  |  Breve  |  Activo,  y  Passivo,  |  En  Lengua 
Mexicana,  j  Conelqual  |  Los  que  comienzan  (sabiéndolo  bien  de  |  memo- 
ria) parece  que  qualquiera estará  |  suficiente  mientras  aprenda  mas.  j  Dis- 
puesto |  Por  el  P.  F.  Marcos  de  Saavedra,  |  Predicador  General  en  el  Or- 
den del  Sr.  Sto.  |  Domingo,  y  Provincial  de  Santiago  de  Pre  |  dicadores 
de  Nueva-España.  |  Escudo  de  los  dominicos,  j  Reimpreso  en  México:  | 
En  la  Imprenta  Real  del  Superior  Gobierno  y  |  del  Nuevo  Rezado,  de 
Doña  Maria  de  Rivera,  |  en  el  Empedradillo.   Año  de  1746.  j 

8'.';  port.  orí.  y  vta.  blanc;  7hojs.  s.  nr.  con  el  texto,  ádos  columnas,  en  castellano  y  mexicano, 

Siendo  de  suma  importancia  para  los  nahuatlistas  el  conocimiento  de 
esta  obra,  y  por  otra  parte  de  extremada  rareza;  me  ha  parecido  servicio 
útil  su  reimpresión. 

PENITENTE,  QUE  SE  ACUSA. 


PRIMERO  MANDAMIENTO. 
No  he  amado  á  Dios  con  todo  mi  co-     Amo  onicnotlazotili  ín  Dios  ica  mo- 

razon-  chi  moyollo. 

Crei  en  sueños.  Onicneltrocac  in  temictli. 

Crei,  quando  llora  el  Tecolote,  1,  Pa-     Onicneltrocac  in  tecolotl  tzatzi,  1,  to- 

xaro,  1,  Paxaros.  totl,  1,  totom< 


le. 


SEGUNDO  MANDAMIENTO. 
Jure  el  Nombre  de  Dios,  1,  la  Cruz..     Onictlapicteneuh  itocatzin   Dios,  1, 

1,  hize  la  Cruz.  ]a  Cruz,  1,  oniquetz  Cruz. 

Con  mentira,  1,  menti,   le  dixe  ver-     Ica  iztlacatiliztli,  1,  oniztlacati,  1,  ne- 

"a"-  lli  mellaua  oniquito. 

TERCERO  MANDAMIENTO. 
Dexé  la  Missa  en  Domingo,  1,  fiesta.     Oniccauh    Missa   ipan  Domingo,  1, 

huei  iluitl. 
La  dexé  de  floxera.  Onictlatzilhui,  1,  onictlatziuh  zacauh. 

Porque  estuve  enfermo.  Ca  oninococouaya. 

Onitequiti,    1,    onitequipa,    no   ipan 
Trabaxc  en  Domingo.  Domingo. 

CUARTO  MANDAMIENTO. 
No  estimo,  ni  honro  á  mis  Padres.        Amo  niquimmauiztilia  in  notauan. 
Perdi  el  respecto  á  mi  Padre,  1,  Ma-     Onicmauizpolo  in  notatzin,  I,nonan- 
dre.  tzin. 


bibliografía  mexicana  del  siglo  xvm. 

594 


i.  A  mi  Abuelo.  2.  Abuela.  3.  Tio. 
4.  Tia.  5.  Padrastro.  6.  Madras- 
tra. 7.  Suegro.  8.  Suegra.  9.  Mari- 
do, 1,  Muger. 

La  aporreé,  I,  afligi,  1,  escupí. 

La  rompí  la  cabeza. 
La  rempujé,  1,  derribé. 


1.  Nocoltzin.  2.  Nozitzin.  3.  Notla- 

tzin.  4.   Nauitzin.    5.   Notlacpata. 

6.  Nochauanan    7.   Nomonta.    8. 

Nomonnan.   9.   Nonamic,   1,   No- 

ziutuh. 
Onicmicti,   1,   onictoliui,   1,  onicchi- 

chac. 
Onicquatzayan. 
Ouicxopeuh,  1,  onicmayaub. 


QUINTO  MANDAMIENTO. 


Me  desseé  la  muerte. 

Le  desseé  á  otro  la  muerte. 

Dixe  muerame  yo. 

Aporreé  á  otro,   1,   ó  lo  afrenté,  1 

deshonré. 
Levanté  testimonio  falso. 

Dixe,  que  tenia  hombre,  1,  muger. 
Que  estaba  amancebado. 
Y  no  lo  sé.  me  lo  dixeron. 


Oninomiquitlan. 

Onitemiquitzeleui. 

Oniquito  manimiqui. 

Onicmicti  ce  tlacatl,  1,  onicpinauhti, 

1,  onimanizpolo. 

Tetech  cantlapic  onictlami  tlatlaco- 

lli. 
Oniquitoca  quipieoquichtli,l,ciautl. 

Ca  momecatia. 

Yuan  amo  nicmati,  onechiluique. 


Dixe,  que  era  ladrón,   1,  le  achaqué      Oniquito  ca  ichtequi,  itec  onictlami 


hurto. 


ichteccayotl. 


SEXTO  MANDAMIENTO. 


Tuve,  1,  tengo  una  muger,  1,   hom- 
bre, 
1.  Casada.  2.  Donzella.  3.  Suelta. 

La  heché  á  perder,  1,  des,  honré. 

Pequé  con  ella. 

Todos  los  dias. 

Cada  semana. 

Cada  mes. 

Vna  vez,  1,  dos,  1,  tres,  1,  diez,  1,  vein 

te. 
Vna  vez  solamente,  1,  dos. 

Era  mi  Tio,  1,  Tia. 

Mi  Nuera,  1,  Yerno. 

Mi  Entenada,  1,  Entenado. 

Mi  sobrina  (dice  el  hombre.) 

Mi  Sobrino  (dice  la  muger.) 


Onicpix,  1,  pipié  ce  ciuatl,  1,  oquich- 

tli. 
1.  Xamique.  2.  Ichpochtli.  3.  Icno- 

ciuatl. 
Oniquichpoehcuili,  1,  onic  mauizpo- 

lo. 
Onitlatlaco,  1,   onicchiuhtlatlacolli 

inauac  momoztlac. 
Cecen  cemana. 
Cecen  meztli. 
Ceppa,  1,  oppa,  1,  yexpa,  1,  matlacpa, 

1,  cempoalpa. 
Ceppa  mayan,  1,  oppa  mayan,  1,  ca- 

niyoppa. 
Nanitztin,  1,  notlatzin. 
Nociuamon,  1,  nomon. 
Notlapauitec. 
Nomach. 
Nopilo. 


bibliografía  mexicana  del  siglo  xvtn. 

595 


Mi  Padrastro,  1,  Madrastra. 
Mi  cuñado,  I,  Cuñada. 
Mi  Prima  hermana. 
Desseé  una  muger,   y  quería  pecar 
con  ella,  1,  llegar  á  ella. 

Adulteré,  1,  hize  adulterio. 

La  solicité,  la  jugué. 
Palpe  sus  carnes  la  besé. 

Desseo  quantas  veo. 

Y  quiero  pecar  con  ellas. 


La  estiré,  1,  la  arrastré. 

Dixe  palabras  deshonestas. 

Soñé  que  cohabitaba  con  muger,  1, 
hombre. 

Se  derramó  el  semen. 

Quando  desperté,  me  deleyté. 

Quisiera,  que  fuera  verdad,  1,  me  pe- 
só, lo  deshecho,  lo  escupí. 

Quité  á  otro  su  muger,  ó  amiga,  1,  me 
la  quitó  á  mi  (es  frasse.) 


Notlacpata,  1,  nochahuanan. 

Nohuelpotl. 

Noueltiuh,  1,  noueltiuatzin. 

Onicxeleuh  ceciuarlyuan  nicnequia 

inauc  nitlatlacoz,  1,  nicchiuaz  tla- 

tlacolli,  1,  itech  naziz. 
Onitetlaxin,  1,  onicchiuh  tetlaxima- 

liztle. 
Oniccamanalui  onicaulti. 
Onicmatocac    inacayo,    onictempi- 

cho. 
Niquimixeleuia  in  ixquichtim  ni- 

quimmitta. 
Yuan   nicnecqui  ianauac  nitlatlacoz, 

1,  nicchiuaz  tlatlacolli,  1,  intechea- 

ziz. 
Onictititz,  1,  onic  uilantoli. 
Onictenquixti  in  auillatoli. 
Onictemic  inauac  nicochi  ciuatl,  1, 

oquichtü. 
Oquis  noxiuachio,  1,  xinachtli. 
Iniquac  onicac  onitlayelpac. 
Onicnequia  neltiz,   1,  melauacyez,  1, 

oninotequipacho,   onictelchiuh, 

onicchichac. 
Onitlanquateui  ce  tlacatl,  1,  onech- 

tlanquateui. 


SÉPTIMO  MANDAMIENTO. 

Hurté  dinero.marrano,  gallina, man-      Oniquichtec  tomin,  pitzotl,  tlatlaz- 
ta,  lana,  maíz,  mazorca,  fruta,  pan.  qui,  tilmatli,  ichcatl,  tlaolli  xochi- 

qualli,  tlaxcalli,  centli. 

OCTAVO   MANDAMIENTO. 
Sospeché  mal  de  otro.  Tetetch  ouichicoyolauac. 

^1    Lo  demás  se  dixo  en  el  quinto  Mandamiento. 

NOVENO  MANDAMIENTO. 
Desseé  la  muger  agena,  1,  marido.         Onicixeleuch  in  teciuauh,  1,  tenamic. 

DÉCIMO   MANDAMIENTO. 
Desseé  los  bienes  ágenos.  Onicquileui  in  teaxca  1,  tetlatqui. 

Comi  carne  en  Viernes,  ó  Vigilia.  Oniqua  nacatl  Viernes,  Vigilia. 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XV u i. 

596 


1.  Carne,  2.  grossura,  3.  higado,  4. 
tripas. 

No  ayuné  tantos  Viernes,  1,  la  Vi- 
gilia de  Pasqua. 

Me  embriagué  un  poco,  sin  perder- 
me. 

Perdi  pie,  1,  el  juicio,  &c. 

Frasse  de  que  se  embriagó. 

Bebi  blanco,  1,  amarillo. 
Hize  tepache. 

Lo  vendi,  1,  lo  di  á  otros. 

Embriagué  á  otros. 

Soy  pulquero,  1,  vendo  pulque. 


1.   Yecnacatl,   2.  itic  cua,  3.  iyelte- 

pach,  4,  icuitlaxcol. 
Amo  oninocauh  quezqui  Viernes,  1, 

Pasqua  iuigilia. 
Onitlauan. 

Onipolo  in  tlalli,  1,  oni  iuintic,  oni- 
xoccomic. 

Oninicotlac,  1,  onicchioh  chicontetl 
tlatlacolli,  1,  oninochicontehui. 

Oniquic  iztac,  1,  coztic. 

Onicchiuh,  1,  onictali  tepach,  1,  coz- 
tic. 

Onicnamacac,  1,  onictemacac. 

Onitetlauanti. 

Niocnamac.  1.  nicnamaca  octli 


CONFESSOR,    QUE    PREGUNTA 
En  lo  común,  lo  muy  particular  y  necessario. 


Persígnate. 

Sabes  las  quatro  Oraciones,  y  los 

mandamientos. 
Quanto  ha,  que  confessaste? 

Callaste  por  temor,  ó  vergüenza  al- 
gún pecado? 

Qué  pecado,  dilo,  confiessalo? 

Sabe,  que  hiziste  nula  tu  confession, 
y  has  menester  bolver  de  nuevo  á 
confessar  todos  tus  pecados. 

Cumpliste  la  penitencia,  que  te  dio 
tu  Confesor? 

Si,  1,  no,  1,  la  hize. 

Mira,  pues,  que  llegas  delante  de 
Dios,  á  quien  con  tus  pecados 
ofendiste,  enojaste,  y  despreciaste. 


Ximomachioti. 

Ticmati    nautlamantli,    iuan    teote- 
nahuatili? 

Iquin  ye  quezquich  cauitl  in  otimo- 
yolcuiti,  1,  otimoyolmelauh. 

Cuiz  oticmauhcacauh,  1,  oticpinaniz- 
cauh?  ceutetl  motlatlacol: 

Tleyn  tlatlacolli,  xiquito,  ximocuiti? 

Xicmati,  ca  onenquiz  moneyolcuiti- 
liz  ihuan  motechmonequi  oceepa- 
ticyancuicapoaz  motlatlacol. 
Oticohiuh,  1,  oticneltili  in  tlama- 
caualiztli  in  omiztequiuhti  mote- 
yol  cuiticauh? 

Quemacatzin,  1,  amotzin,  1,  onic- 
chiuh. 

Xiquitta,  ca  ixpantzinco  tonaci  tía- 
touani  Dios,  in  motlatlacoltica  otic- 
moteopouili,  oticmoqualanili,  iuan 
oticmotelchiuili. 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

597 

Di,  con  gran  dolor  de  tu  corazón.  Xiquito  uey  montequipacholiztica 
Señor,  yo  herré,  y  pequé,  duélete  Notecuiyoe,  oninotlapololti,  oni- 

de  mi,  que  me  pesa,  porque  te  tlatlaco,  maxinechmoittilli,  ca  ni- 

ofendi.  notequipachoua,  ynic  onimitzno- 

yolitlacaluitzino. 

Di  ahora  tus  pecados.  Xiquito  axcan  motlatlacol. 

PRIMERO  MANDAMIENTO. 
Por  ventura  has  dudado  en  la  Fe,  ó     Cuix  ipan  otimoyoltzotzon  in  nelto- 

Artículos?  coni,  1,  ineltococatzin  Dios? 

Creíste  en  sueños?  Oticneltocat  in  temictli? 

Qué  creiste,  ó  qué  soñaste?  Tlein  oticneltocac,  1,  tleyn  otictemic? 

SEGUNDO  MANDAMIENTO. 
Juraste  el  nombre  de  Dios?  hiziste       Cuix  otictlapicteneuh    ito    catzin 

la  Cruz?  •     Dios?  1,  otiquetz  Cruz? 

Qué  afirmaste?  Tleyn  oticnelitto?l,  tleyn  otictlane- 

lito? 
Era  verdad,  ó  mentira?  Cuix  melauac?  1,  neltiliztli?  anoco 

iztlatiliztli? 
No  lo  hagas  otra  vez,  que  es  gran     Amo  occepa  xiochiua,  ca  huey  ima- 
deshonor  de  Dios.  uizpololocatzin  Dios. 

TERCERO  MANDAMIENTO. 

Dexaste  la  Missa   en   Domingo,  ó  Otictlatzilui,l,  oticlatziuhcauh  Missa 

fiesta  grande?  ipan  Domingo,  anoco  uey  pie,  lo- 

ni  ipan? 

En  qué  fiesta,  ó  de  quien?  Tleyn  iluitlipan,  1,  aquini,  iluitzin? 

Ouantas  vezes,  ó  quantos  Domin-  Oueizquipa,  1,  queizqui  Domingos? 
gos? 

Estabas  enfermo,  1,  recumbente?  Cuix  otimococouaya,  1,  otiuetztoya? 

Por  tu  descuydo,  ó  floxera  no  la  al-  Cuix  motlatziuiliztica  amo  uel  cen- 

canzaste  entera?  tetl  ipan  otacito? 

Trabajaste  en  Domingo,  ó  en  fiesta  Otitequiti,  1,  otitequipano  ipan  Do- 
grande?  mingo?  uey  pieloni  ipan? 

Fue  trabajo  de  todo  el  dia  el  que  hi-  Cuix  cemiluitequitl  in   oticchiuh,  1, 

ziste?  otitequipano. 

QUARTO  MANDAMIENTO. 
Perdiste   el  respecto   á  tu   Padre,  ó     Cuix  oticmauizpolo  in   motatzin,   1, 

Madre?  monantzin. 

Los  has  obedecido,  y  honrado?  Otiquintlacamati,  iuanoti  quimma- 

uiztili? 


BIBLIOGRAFÍA  mexicana  DEL  SIGLO  XV til. 

598 


OUINTO  MANDAMIENTO. 


Aporreaste  á  alguno?  1,   lo  reñiste, 

1,  reñiste  con  él? 
Le  rompiste  la  cabeza?,  lo  apaleaste? 

Has  murmurado  á  alguno? 

Levantaste  falso  testimonio? 

Qué  es  lo  que  dixiste?  1,  achacaste? 

Delante  de  quienes  lo  dixiste? 

Buelvele  su  honra,  y  di,  que  herras- 
te, 1,  que  hablaste  con  passion,  ó 
embidia. 

Te  es  necessario,  que  delante  de 
quien  lo  dixiste  te  desdigas. 

Hechizaste  alguno,  ó  dixiste,  que  te 

hechizo? 
Descubriste  el  pecado  ageno  que  no 

se  sabia? 


Cuix  acá  otiemicti?  I,  oticcauac?  1, 
otiquixtlatzin? 

Oticquatzayan?  1,  oticquaui?  1,  oti- 
quixtlatzin? 

Cuix  acá  oticchicoitto?  1,  otiepatz- 
commoni? 

Cuix  tetech  otictlami  tn  tlatlacolli? 

Tleyn  otiquitto,  1,  tleyn  itech  otic- 
tlami? 

Aquin  imixpan  otiquito? 

Xiccuepili  imanico,  xiquito,  ca  oti- 
motlapololti,  1,  ca  otitlaco  tecoco- 
liliztica,  anoco  nexicoliztica? 

Vel  notechmonequi  imix  pan  otiqui- 
to timotletol  cuepaz,  timotlatoli- 
lochtzin. 

Cuix  acá  otictlachiuh,  ano90  otiqui- 
to onechtlachiuh? 

Cuix  oricpantlan,  1,  oticteilui  in  te- 
tlatlacol  inamo  omachoya? 


SEXTO   MAX 

Pecaste  con  alguna  muger,  1,  hom- 
bre? 
Era  casada?  1,  donzella?  1,  suelta? 

Ouantas  vezes  pecaste  con  ella? 

Quanto  tiempo  la  tuviste? 
Guantas  vezes  cada  semana,  1,  mes? 

Era  tu  parienta,  1,  pariente? 
Como  la  nombras  de  parentesco? 
Tu  cuñada,  1,  cuñado? 
Entenada,  1,  entenado? 
Ouantas  vezes  pecaste  con  el  pensa- 
miento, ó  malos  desseos? 

(J uantas  vezes  la  desseaste,ó  buscas- 
te que  quisieras  pecar  con  ella,  que 
no  lo  pudiste  hazer? 


DAMIENTO. 

Cuix    otitlatlaco    inauaca   tlauatl,   1, 

oquichtli? 
Cuiz  namique?  1,  ichpochtli?  1,  icno- 

ciuatl? 
Quezquipa  i  nauacotitlatlaco?l,  itech 

otacic? 
Ouexquich  cauit  otiepix? 
Quezquipa  cecencemana?  1,  cece- 

metztli? 
Motlacayouh? 
Quem  ticnotza? 
Mouepotl? 
Motlacpauitec? 
Quezquipa  otitlatlaco,  ica  motlalna- 

miquiliz?  anoco  icamoquallacleui- 

liz? 
Quezquipa  otiquilnamic,  1,  otictemo 

in  ticnequia  ni  titlatlacoz,  in  amo 

nel  oticchiuh? 


BIBLIOGRAFÍA  MEXICANA  DEL  SIGLO  XVIII. 

599 

Desseaste  á  alguno,  ó  alguna  para     Cuix  acá  oticxeleuh  ynic  titlatlacoz. 

pecar? 
Le  soñaste?  1,  le  besaste?  1,  palpaste     Oticcamenallul?  1,  otictem  picho?  1, 


1,  estiraste? 
Era  donzella,  1,  mancebo? 
La  hechaste  á  perder?  1,  deshonras- 


te? 


oticmatocact,  1,  oticuilan? 
Ichpochtli?  1,  telpochtli? 
Oticichpouili?  oticmauizpolo? 


IIuvo  escándalo?  violo  alguien? 


Cuix  acá  omitzmauhcaitac?  aquin 
oquittac? 

SÉPTIMO   MANDAMIENTO. 


Has  hurtado  algo,  ó  cogido? 
Qué  es  lo  que  hurtaste? 
Ayudaste  á  alguno  para  hurtar? 

Es  menester,  que  lo  restituyas,   pa 
ra  que  Dios  te  perdone. 


Cuix  itla  oticichicc?  1,  oticuic? 

Tleyn  otiquichtec? 

Cuix  acá  oticpaleuh  inic  itlaquichte- 

quiz,  1,  quicuiz? 

Vel  motechmonequi  tiecuepiliz  ¡ax- 

caua  ynic  Dios  mitzmotlapopo- 
luiliz. 


Octavo,  y  noveno  Mandamiento,  ya  están  en  el  quinto,  y  sexto. 


DEZIMO   MAN DAM I ENTO. 
Desseaste  los  bienes  ágenos? 
Qué  quisieras  quitarlos? 
Te  embriagaste  algún  rato? 
Perdiste  pie,  ó  el  juicio,  &c. 


Otiqueleuh  in  teaxca?  tetlatqui? 

Inticnequiani  tiquixtiz?  1,  ticeuiz. 

Otitlauan? 

Otiiuintic?  1,  otixocomic?  1,  otiepolo 

intlalli? 
Otitetlananti?  1,   cequintin  otiquin- 
tlauanti? 
Comiste  carne  en  Viernes,  ó  Vigilia?     Otinacaqua  ipan  Viernes,  anoco,  Vi- 
Ay  uñaste  todos  los  Viernes  de  Qua-  gilia? 


P^mbriagaste  á  otros? 


resma? 

Quantos  dexaste? 

Porqué  causa  no  ayunaste? 

Ayunaste  las  Vigilias  de  Resurrec- 
ción, y  Natividad,  que  te  obligan? 


Otimocauh  mochi  Viernes  Cuares- 
ma? 
Quezquitetl  oticeauh? 
Tleyca,  1,  tleypampa   amo  otimo- 
cauh? 

Otimocauh  ipan  inezcalilitzin,  inan 

ipan  itlacatilitzin,   iuigilias,  inuel 

monauatil  timocauaz? 

Lo  demás  que  pueda  preguntarse,  se  llalla  en  el  otro  Confessonario  del 

Penitente,  que  se  acusa;  mudando  para  preguntar  el  pronombre  donde  dice 

Onic,  preguntar  Otic. 

Has  hecho  otra  cosa,  te  acuerdas  de     Cuix  itla  occentlamandi  oticchiuh? 

mas?  occentlaman  tli  tiquilnamiqui? 

Mira  no  se  te  olvide  algo  por  tu  des-      Xiquita  amo  tleyn  tictla  tziuchca  il- 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XV II i. 
600 


cuydo,  miedo,  vergüenza;  porque 
sera  nula  tu  confession,  y  nada  te 
aprovechará. 

Es  menester,  que  enmiendes  tu  vi- 
da, que  no  es  buena.  No  te  pier- 
das. Acuérdate,  que  eres  mortal, 
y  que  has  de  dar  cuenta  á  Dios. 

Mira,  que  si  perseveras  en  tus  cul- 
pas, voluntariamente  te  precipi- 
tas al  infierno,  donde  hay  pena 
eterna,  que  nunca  se  acaba. 

Dexa  de  una  vez  tus  pecados,  y  en- 
trégate á  Dios,  que  es  tu  Criador, 
tu  Redemptor  y  Bienhechor, 
amale,  y  témele,  y  haz  su  volun- 
tad. 

Todo  esto,  que  has  confessado,  y  to- 
do aquellode  que  no  te  acuerdas, 
y  se  te  olvida,  todo  lo  arrojas,  y 
confiessas  delante  de  Dios. 

De  todo  ahora  te  pesa  grandemen- 
te, y  te  dueles,  porque  ofendiste 
á  tu  Dios. 

Todo  ahora  lo  detestas,  y  propones 
firmemente  de  no  ofender  mas  á 
Dios;  ni  quebrantar  su  Ley. 

Cúmplelo  assi,  y  no  faltes  á  tu  pa- 
labra. 

Vés  aqui  la  penitencia,  que  has  de 
hazer  por  tus  pecados;  no  se  te 
olvide. 

Dirás  cinco  vezes  Padre  nuestro,  y 
Ave  Maria,  1,  cinco,  1,  veinte,  1, 
un  Rosario  de  la  Virgen  Santis- 
sima. 


cauaz  anoco  ticpinauízcauaz;  ca 
nenquicaz  moneyolcuililiz,  iuan 
atle  mitzonquixtiz  atle  mitzpale- 
uitz. 

Vuel  motech  monequi,  ticcuepaz 
monemiliz  ca  amo  qualli.  Amo  ti- 
mizpoloz.  Xiquiloamiqui,  catimi- 
quini,  iuan  catitlapo  naz  izpatzin- 
co,  in  Dios. 

Xiquita,  ca  intla  ipan  titlamelauaz 
motlatlacolmixcoyan  mictlan  ti- 
móte pexiuia,  in  ompa  cemicac 
tlaihiyouiliztli,  in  aye  tlamiz,  aye 
tzonquicaz. 

Melanac  xiccentelchina  mochi  mo- 
tlatlacol,  xicmocemmacatzino  in 
Dios,  ca  motechiuhcatzin,  mote- 
maquixticatzin,  moteichelilica- 
tzin.  Xicmotlacotili,  xicmimacaxi- 
li,  iuan  xicchina  itlanequilitzin. 

Mochi  inin  in  oticmocuiti,  iuan  in- 
quexquich  in  amo  tiquilnamiqui, 
iuantiquilcaua,  mochi  tictepeua, 
iuan  ticmocuitia  ixpantzinco  in 
Dios. 

Mochi  axcan  chicauacmitztequipa- 
chona  mitz  choctia,  yehica  otic- 
moyolitlacalui  in  motlatocatzin 
Dios. 

Mochi  axcan  ticcentelchiua,  iuan  ti- 
mocemixnauatia,  ca  aocmo  cepa 
ticmoyolitlacaluiz;  ticmoteotlatol 
panauiliz  in  Dios. 

Mayuch  xicneltili,  1,  xicchina,  iuan 
amo  xicpanaui,  1,  amo  xicauilquix- 
ti  mo  tlatol. 
Izcatqui  in  tlamaceualiztli  in  ticchi- 
uaz  ipampa  motlatlacol,  amo  xi- 
quilcaua.  . 
Ti  quitoz  macuilpan  Totatzi,  iuan 
Santa  Maria,  1,  caxtolpan,  1,  cem- 
poualpan,  1,  centetl  ixochicozcat- 
zin  SantaMaria. 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

6o  i 

Ahora  con  gran  dolor  de  tu  cora-  Axcan  ueymonetequipacholizticaxi- 

zon.di:  Señor,  pequégrandemen-  quito,  Noté  cuiyoe  oniueytlatlaco, 

te  tened  misericordia  de  mi,   y  maxinechmocnoittili,  iuan  xinech- 

perdonadme.  motlapopoluili. 

No  es  menester  preguntar  todo  lo  que  está  aqui,  sino  solamente  lo  qra  fue- 
re necessario,  según  la  calidad  de  las  personas,  y  su  confession. 

LAUS  DEO. 


SUAREZ  MARRERO.  Dr.  DIEGO  (Clérigo) 

386.  ORACIÓN  FÚNEBRE,  |  que  ¡  en  las  exequias  I  de  nuestro  Católi- 
co Monarca  |  el  Sr.  D.  Carlos  III  |  Celebradas  por  el  muy  Ilustre  Vene- 
rable Cabil  |  do  de  la  Santa  Iglesia  Catedral  de  Valla-  |  dolid  de  Michoa- 
can  |  dixo  |  El  Sr.  Dr.  D.  Diego  Suárez  Matrero  \  Prelado  de  la  misma 
Iglesia  |  Oficiando  de  Pontifical  el  Illmo.  Sr.  Obispo  |  Diocesano,  con  asis- 
tencia de  ambos  Cabildos,  de  |  las  Religiones,  y  de  todas  las  clases  de  es- 
ta |  Ciudad,  dia  3  de  Septiembre  de  1789.  |  Impresa  en  México,  por  Don 
Felipe  de  Zúñiga  y  Ontiveros,  |  calle  del  Espíritu  Santo,  año  de  1790.  ¡ 

4'.';  con  la  vuelta  de  la  portada  en  blanco.  2  hojs.  prelim.  s.  n.  Págs.  i  á  38  el  sermón.  (Escrito 
con  tino  buen  gusto  y  sobriedad  literaria.) 


BIBLIOGRAFÍA  mexicana  DEL  SIGLO  XV III. 

603 


T 


TELLO   DE  OROZCO.   Br.  JOSÉ  (Clérigo. 

387.  VÉASE:  Santa  Maria  Maraver  (1720) 

TERESA.  Fr.  MANUEL  DE  SANTA  (Carmelita). 

388.  InSTRUCTORIO  |  Espiritual  |  de  los  Terceros,  Terceras,  |  y  Bea- 
tas de  Nuestra  Señora  del  |  Carmen:  |  Dispuesto  |  Por  F.  Manuel  de  San- 
ta Teresa.  |  Carmelita  Descalzo,  Lector  de  Sagrada  Es-  |  criptura,  Ex- 
Diffinidor,  y  Prior,  que  fue,  de  |  los  Conventos  de  Zélaya,  y  Toluca;  y  | 
Vicario  del  Santo  Desierto:  |  quien  lo  dedica  |  á  la  mesma  Sandssima  Vir- 
gen: I  á  expensas  |  De  la  mesma  Venerable  Tercera  Orden  de  ¡  Nuestra 
Señora  del  Carmen  de  Sr.  S.  Joseph  ¡  de  la  Ciudad  de  Toluca.  |  Con  li- 
cencia: En  México  por  la  Viuda  de  i  Don  Joseph  Bernardo  de  Hogal,  ca- 
lle de  las  I  Capuchinas.  Año  de  1742.  ¡ 

4°;  port.  á  bulas  roja  y  negra;  8  hojs.  prls.  s.  n.;  pág.  i  á  159  la  obra. 

TOMAY.  Fr.  IGNACIO  (Jesuíta) 

380.  rU,  Verdadero  amante  del  Corazón  deífico  de  Jesús.  En  que  se 
ponen  doce  consideraciones  breves  sobre  las  excelencias  y  virtudes  de  es- 
te divino  Corazón:  y  toda  la  práctica  de  su  verdadera  devoción.  1  or  el  P. 
Ignacio  Tomay,  de  la  Compañía  de  Jesús.  Dedicado  á  la  Inmaculada  Ma- 
dre del  mismo  Jesús.  Que  es  el  que  preside  á  su  Corazón  Santísimo,  para 
que  nos  introduzca  dentro  de  él,  y  haga,  que  sea  nuestra  continua  y  dicho- 
sa Morada  y  segurissimo  Asilo.  En  México,  en  la  Imprenta  nueva  de  la 
Biblioteca  Mexicana,  en  frente  de  San  Agustín.  Año  de  1753. 

En  8.  pág.  246. 

TORRES.  Fr.  MIGUEL  DE  (M 

390.  .Novena  |  del  Primer  Redemptor,  |  y  mejor  Cautivo,  ¡  Christo, 
I  Rescatado  j  en  su  Sagrada,  y  Milagrosa  J  Imagen,  del  poder  de  un  Ju- 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 
604 

dio,  que  estaba  |  en  Argel  prissionero  de  los  Moros.  |  Dispuesta  |  Por  el 
R.  P.  M.  Fr.  Miguel  de  Torres,  |  del  Real,  y  Militar  Orden  de  Nuestra  | 
Señora  de  la  Merced,  Redempcion  |  de  Cautivos.  |  Reimpressa  en  la  Im- 
prenta de  la  Biblioteca  |  Mexicana,  calle  de  S.  Bernardo.  |  Año  de  1778. 
l-6vo.;  port.  y  15  hojs.  s.  n.  con  la  nina  que  es  la  precedida  de  una. 

Narración  succinta  del   modo  del  Hallazgo,  y  Rescate  del  primer  Re- 

demptor,  y  mejor  Cautivo  Rescatado. 

TORRES.  Dr.  JOSÉ  DE  (Clérigo) 

301.  Respuesta  |  Jurídica  |  al  Señor  Dean  |  Dr.  D.  Rodrigo  García  ¡ 
Flores  de  Valdes,  Por  el  Dr.  D.  Josepk  de  Torres,  \  actual  Maestre  Sene- 
la  de  la  Santa  Iglesia  de  México,  '  sobre  la  costumbre  |  de  no  ganar  ! 
los  Prebendados  enfermos  \  derecho  de  acrecer,  y  manuales  de  aniver- 
sarios, e  inteligencia  del  >•  de  los  Estatutos  de  dicha  |  Santa  Iglesia. 
Con  licencia:  Fn  México,  en  la  Imprenta  nueva  j  de  los  Herederos  de  la 
Viuda  de  Francisco  Rodríguez  Lupercio,  en  la  Puente  de  Palacio.  Año 
de  1722.  I 

En  4?,  portada  orlada  y  á  su  vuelta  comienza  la  obra.   Pág.  3  á  19  la  obra. 

392.  Consistencia  |  de  la  respuesta,  |  que  dio  |  el  Maestre  Escuela  | 
á  la  consulta,  que  le  hizo  |  el  Sr.  Dr.  D.  Rodrigo  García  Flores  de  Val- 
des,  ¡  Dean  que  fué  de  esta  Santa  Iglesia  Cathedral,  |  de  México  el  año 
passado  de  1722.  ,  Sobre  ¡  La  Costumbre  de  no  ganar  los  Prebendados 
enferrros  j  la  porción  vacante  de  derecho  de  accrescer  en  |  dicha  Santa 
Iglesia  y  fundamentos  que  ¡  vigorizan  el  ser  la  Costumbre  Racional  j 
Prescripta,  Laudable,  Santa,  y  '  Favorable  á  el  culto;  \  Y  Reflexiones,  | 
que  se  hazen  de  un  papel,  j  cuyo  Author  dice,  como  Racionero  de  dicha 
Santa  !  Iglesia  aver  sido  de  voto  contrario;  pretendiendo,  |  fundarlo,  e 
impugnar  dicha  |  Respuesta,  j  Con  licencia  |  En  México:  Por  los  Herede- 
ros de  la  Viuda  |  de  Francisco  Rodríguez  Lupercio.  En  la  Puente  j  de 
Palacio.    Año  de  1725.   | 

En  folio,  portada  orlada  y  mas  textos  latinos  á  su  vuelta.  3  hojs  prelims.  y  con  Pareceres  y  Li- 
cencia.   Pag.  1  á  7  8  la  obra. 

TRONCOSO.   Fr.   NICOLÁS    Dominico) 

393.  Véase:  Miqueo  Gabriel. 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVllt. 
605 


V 


VALDES.    limo.    GERÓNIMO    DE    (Benedictino) 

394.  JN  OVENA  I  á  la  gloriosa  |  Sra.  Santa  Ana  |  compuesta  ¡  por  el 
Ilustrissimo,  y  Reveren  |  dissimo  Señor  Don  Fr.  Gero  |  nymo  de  Valdés, 
dignissimo  j  Obispo  de  la  Habana,  del  Or  |  den  del  Patriarcha  San  Be- 
to. I  Con  licencia  de  los  Superiores:  |  En  México,  por  Francisco  de  Ribe- 
ra I  Calderón.   Año  de  1723. 

8'.'  port  y  11  hojs  s.  n. 


VALDES.  Fr.  JOSÉ  FRANCISCO  (Dieguino) 

395.  LJ  i  a  diez  y  siete,  |  Exercicio  devoto  |  en  obsequio  |  de  |  San  Pas 
qual  I  Baylon,  |  Para  implorar  su  Patrocinio  á  la  |  hora  de  la  muerte.  | 
Dispuesto  j  por  el  P.  Fr.  Joseph  Francisco  |  Valdes,  Calificador  del  Sto. 
Oficio  I  de  la  Inquisición,  Lector  Emérito,  y  j  Custodio  actual  de  la  Pro- 
vincia de  I  Franciscos  Descalzos  de  S.  Diego  |  de  México  |  Reimpresso 
en  México,  en  la  de  los  Here-  |  deros  del  Lie.  D.  Joseph  de  Jauregui,  | 
Calle  de  San  Bernardo,  año  de  1780.  | 

l6vo.   port.  con  grab.  en  la  vta.  y  13.  hojs.  s.  n.  con  la  obra. 


396.  iJlAdíezy  siete,  |  Exercicio  devoto  |  en  obsequio  |  de  ¡  S.  Pas* 
qual  Baylon,  |  Para  implorar  su  Patrocinio  á  la  |  hora  de  la  muerte  |  Dis- 
puesto I  Por  el  P.  Fr.  José  Fran-  |  cisco  Valdés,  Calificador  del  Sto.  |  Ofi- 
cio de  la  Inquisición,  Lector  |  Emérito,  y  Custodio  actual  de  la  |  Provincia 
de  Franciscos  Descaí-  |  zos  de  S.  Diego  de  México.  |  Con  las  licencias  ne- 
cesarias. I  Impresso  en  México,  por  D.  Feli-  |  pe  de  Zúñiga  y  Ontiveros, 
calle  I  del  Espíritu  Santo,  año  de  1784.  | 

l6vo.  port»  y  13  hjs.  s.  n.  más  1  grabado. 


bibliografía  mexicana  del  SIGLO  XVIII. 

606 

397.  JN  OVENA  sagrada  |  para  implorar  |  el  Patrocinio  |  del  Santísimo 
Patriarca  |  Sr.  S.  Joseph.  |  Dispuesta  |  Por  el  R.  P.  Fr.  Joseph  |  Francisco 
Valdés,  Religioso  |  de  la  Provincia  de  |  S.  Diego.  |  Dala  á  la  Imprenta  | 
Don  Francisco  Araujo,  j  humildísimo  Esclavo  ¡  del  Santo.  |  En  Mcxico, 
por  D.  Felipe  de  Zúñiga  y  |  Ontiveros,  año  de  1789.  | 

SV  port.  y  24  lijs.  s.  n. 


VERD1GUER.  ISASI  Dr.   LUCAS  DE  (Clérigo] 
398.  Véase:   México  plausible,  &.  T?  1?  N?  367.   (1711). 


-^N^V/\,  gXg/AyV^^  - 


bibliografía  mexicana  del  siglo  XVUL 

607 


ZAVALA   Y    BUSTOS.   JOSÉ  VICENTE    BRUNO    « 

399.  IN  OVENA  I  al  Glorioso  San  |  Bruno  |  Fundador  de  la  esclareci- 
da I  Orden  de  la  Cartuja,  y  especial  {  Abogado  para  hallar  las  cosas  |  per- 
didas. I  Dala  á  luz  El  Kr.  D.  Job  Vicente  |  Bruno  de  Zabala  y.  Bustos,  Clé- 
rigo |.  Presbítero  del  Obispado  de  Michoa-  |  can,  Notario  del  Santo  Oficio 
y  hu-  I  milde  hijo  y  Esclavo  del  Santo.  |  Impresa  en  México  en  la  Ofici- 
|  na  de  D.  Gerardo  Flores  Coro-  |  nado,  año  de  1791.  | 

i6vo.  port.  y  30  hjs.  s.  n.  más  1  hoj.  grab. 


400.  N  OVENA  I  al  Glorioso  |  San  Bruno,  |  Fundador  |  de  la  esclare- 
cida ]  Orden  de  la  Cartuja,  |  y  especial  Abogado  |  para  hallar  las  cosas 
perdidas.  |  Dala  á  luz  |  el  Br.  D.  Joseph  Vicente  Bruno  de  Zabala,  |  y 
Bustos,  Clérigo  Presbítero  del  Obispado  |  de  Michoacan,  Notario  del  San- 
to Oficio,  I  y  humilde  hijo  y  Esclavo  del  Santo.  |  En  México:  por  Don  Ma- 
riano de  Zúñiga  |  y  Ontiveros,  calle  del  Espíritu  Santo,  |  año  de  1796.  | 

i6vo.  port.  y  23  hjs.  s.  n.  más  1  hoj.  grab. 


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