&
í4
boletín del instituto bibliográfico mexicano.
NU M ERO 7.
Bibliografía Mexicana
DEL SIGLO XVIII
POR EL DR. NICOLÁS LEÓN
l'IMI'KSOR DE ETNOLOGÍA
EN EL MUSEO NACIONAL.
i
SECCIÓN PRIMERA.
TERCERA PARTE.
A.-Z.
superaverunt fragmenta,
MÉXICO
IMPRENTA DE LA VIUDA DE FRANCISCO DÍAZ DE LEÓN
Cinco de Mayo y Callejón <1e Santa Clara.
1906
ADVERTENCIA
Con el presente tomo, 3? ele la Sección i-, que-
dan descriptos 2,400 impresos mexicanos del
Siglo XVIII y reimpresas ó por primera vez im-
presas obras de gran rareza é importancia.
En este particular es notable este volumen co-
mo lo verá el lector al imponerse de él.
Continuaré en mi tarea siempre ayudado por
el Supremo Gobierno de la Nación. •
c?£ Jtfeon.
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
I
A
ALDANA. Fr. CRISTOVAL DE (Mercedario.j
Anteportada:
1. («!♦) Chronica j de la | Merced ¡ de ¡ México. | Tomo Primero. |
Vuelta en blanco y sigue la portada:
Compendio | Histórico Chrono- | lógico, de el | Establecimiento, y pro-
gressos | de la Provincia de la Visitaci- | on de Nueva España, | del Real,
y Militar | Orden de N. S. de la | Merced. | Extrahido de la Chronica que
dexó manuscripta el M. R. P. M. | F. Francisco Parejas Dr. y Decano de
Sag. Theol. en la Real | Vniv. de México: dos veces Com. del Conv. gran-
de, y otrasdos | Proal. Primer Rect. de S. Ramón, Qualif. del Sto. OfT. & |
Por [ El P. M. F. Christoval de Aldana: Com. que ha sido de los | Con-
ventos de Zacatecas, Guadalaxara, y México: Sinodal en | el Obispado de
Guad. é hijo del Conv. de la Recol, á quien lo | D. C. y O. | Interroga ge-
nerationem prisiinam, & diligenter investiga \ Patrian memoriam: Ex.
Lid. Job. Cap. VIII. |
(Véase el facsímil adjunto).
BIBLIOGRAFÍA MEXICANA DEL SIGLO XV 1 11.
2
COMPENDIO
HISTÓRICO CHRONO
I.OGICO,DS El
SsttWeclBíieato, y progressos
de la provincia de la Visitad.
on de Nueva España,
DEL REAL,YM1LITAR
ORDEN DE N.S.DEL&
MERCED.
£Xtufa¡¿> Je U Cbrtnka,qacdeN¿nMRa«cr/ptar1 M.J^T.H*
fl francisco /'«reja: ur,y 0< an^ái Sag. Thto¡.tn Ja «cat
VWW.¿« léxico; da» tuces Cem^dei Ctnv.tnüd^jtirmdét
9tmL 6l\mtr Kectit io ¿aman, QuaU£ ¿J $». pf. €Té
toa
£1 f. M.F.Cbrrttarala'c^IeÍMUt Com. qu ka sUo ¿* fe*
Catun** á* ZacattA/, £«a¿iia«»asy /4artc*i >ím4»J o»
«tOV)ya&d0Gua¿¿ Bi>áaiCcnvde/a Mesi a «jekak»
ogKgO&S, Ca y O. 0g>dHp4¡l
lnttm¡gityner*t¡oi*m pifliruM, cr dil/finr inv*Jfytt
Vuelta blanca.
8vo. menor.; 5 hojs. prls. nrs. las dos primeras así: •♦$*. (II), (III), (W). y las res-
tantes s. nr. contienen: Dedicatoria del autor al Convento de Mercedes de las
Huertas; en ésta da noticias biográficas suyas diciendo que en temprana edad que-
dó huérfano y perdió la fortuna que su noble padre le dejara habiendo encontrado
asilo en tan críticas circunstancias, en el convento mencionado, donde profesó y
estudió todas las facultades mayores y menores.
Su ingreso al dicho convento fué el año 1744 y entonces contaba de edad unos
9 años.
Continúan los preliminares en el Prólogo en que promete una segunda parte de
esta obra conteniendo una "relación Geographica, y Chronologica délos Conven-
tos q. hoy tiene esta Sagrada Provincia, con una Escala curiosa, de las leguas, q.
cada uno dista, de este grande de México."
Sigue la Protesta Preliminar y después una razón que da "El Impresor" así:
"Muchísimas son las erratas, q. lleva este librito tanto en la colocación de las le-
tras, como en la Ortografía: pero si el que leyere es prudente, emmendará los ye-
rros, y disculpara mi impericia, suponiendo, q. enel arte no soy ni dicipulo: por q.
no he tenido Maestro. V José Gómez."
Queda la vuelta en blanco.
A continuación el texto de obra ocupando las páginas 1 a 268, numeradas.
El tomito está dividido en dos libios y llega su narración hasta el año 1604.
Probablemente se imprimió después del ano [770 puesto (pie cita los Concilios del
limo. Lorenzana, (pág. 66). Debe haber sido una edición doméstica de muy cor-
to numero de ejemplares pues este es el único hoj conocido, perteneciente á la bi-
blioteca del Sr 1) José \l ' Andrade, hoy en podei de su sobrino el Sr. Canónigo
D. Vicente de P. Ándrade. El tomo segundo quizá no se publicó.
(1770?)
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
3
ALFARO. P. LUIS FELIPE NERI DE (Felipense)
2. .L,AS doce puertas abiertas | déla celestial Sion, | por donde 1 pue-
den entrar las almas, | Aver, y gozar déla siempre Amabilissima, Hermo-
sissima, y Misericordiosíssima | Trinidad, | En el Soberano Alcázar de su
Gloria, | Devoción | a los Sacratíssimos Divinos Maestros \ déla ley de
gracia. | Jesús Nazareno, | y la nazarena María Puríssima, | en sus festi-
vidades sagradas, | y á sus doce tiernos discípulos, | y fervorosos aposto
les | Repartida en los doce meses del año, para que en cada | mes, se ve-
nere uno por su Espiritual Patrón, y se solicite su — intercession con varios
Exercicios de virtud, practicada | en su correspondiente día en el Cama-
rín del Santuario de | JESÚS Nazareno, en la Labor de Atotonilco dos |
Leguas, y media de San Miguel el Grande, donde están | colocados, por
su mas vil e indigno Esclavo el P. Luis | Phelipe Neri de Alfaro su Cape-
llán. | Con las licencias necessarias. | Impressa en México en la Imprenta
del Real, y mas Antiguo | Colegio de San Ildefonso, año de 1765. j
8vo.; port. con vta. bla.; 8 hojs. prls. s. n. con D. y Al I.ect.; 19 hojs. s. nr. con la obra.
ALVAREZ DE ABREU Y VALDEZ lllmo. Sr. Dr. MIGUEL
ANSELMO (Clérigo.)
«3. Carta | Pastoral | del limo. Sr. Dr. | D. Miguel \ Anselmo Alva-
rez I de Abreu y Valdez, | del Consejo de Su Majestad &c. \ Obispo de
Antequera | en el Valle de Oaxaca. ¡ Adorno tipográfico.
4to.; vta. de la port. con textos latinos; pp. I á 9S la obra que está firmada en Antequera Mayo
6 de 1769.
S. f. n. 1. de i. sed. México. Siglo VIII.
ALVAREZ de SOTO. ESTEBAN
4. «f» 1 Diarios | de lo Acaecido en los Puertos | de la | Guayra, y Por-
to-Cabello, I con la Escuadra Inglesa | desde el día 2 de Marzo hasta |
el 14. de Mayo | De este Año de 1743. | Cuyos sucessos felizes dedica el
afecto de [ Esteban Alvarez de Soto | Al nobilissimo cántabro, [ y escla-
recido Patriarcha | el Glorioso | S. Ignacio | de Loyola, | Patrono de la
Real Compañía | Guypuzcuana. ) Con licencia del Exmo. Sr. Virrey. [
Impressos por la Viuda de Don Joseph Bernardo | de Hogal, impressora
del Real, y Apostólico Tri- | bunal de la Santa Cruzada en todo este
Reyno. |
4to.; port. reglada y vta. blanca; pp. i á 14 la obra.
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
ÁLZATE y RAMÍREZ. JOSÉ ANTONIO de l Clérigo.)
5. .Diario | Literario | de México. | Dispuesto | para la utilidad pu-
blica, | á quien se dedica. | Por D. Joseph Antonio de \ Álzate y Ramírez.
| Ubertas federe, et pace. ¡ Marzo 12. de 1768. | Con las licencias neces-
sarias. | Impresso en México, en la imprenta de la | Bibliotheca Mexica-
na, en el Puente del Es- | piritu Santo, en donde se hallará este, y los |
siguientes; como también en la Librería del | Arquillo, frontero del Real
Palacio. I
4to.; port. orí. y vta. blanc; se publicaron solamente 8 números, que con excepción del nú-
mero 3 que tiene 6 hojas, todos los demás son de á 4, todos tienen el pie de imprenta que consta
en la portada y carecen de numeración en las páginas.
El núm. 6 contiene una descripción del terremoto de Abril de 1768 y expone la causa física de
él, chocando así con el fanatismo de su época.
La publicación se suspendió por falta de lectores, con el núm. 8 de Mayo 10 de 1768.
Se reimprimió en Puebla el año de 1831 en el tomo 4? de las obras de Álzate.
—6. Descripción | del | Barreno | Ingles, ( Instrumento | muy útil, y
necesario | para los mineros | y | labradores. | Por D. Joseph Antonio de
Álzate I y Ramírez. | Impressa con las licencias necesarias \ En México,
en la Imprenta del Lie. D. Joseph de | Jauregui, en la calle de S. Bernar-
do. Año de 1770. I Los caracteres de esta impression han sido fabricados
I en esta Ciudad por D. Francisco Xavier de Ocampo, a \ expensas de dicho
D. Joseph de Jauregui. \
4to.; port. y á su vta. unos versos latinos de Horacio; 1 lioj. prl. s. nr. con la Dedicatoria;
pp. 1 á 10 la obra que ilustra una lámina grabada sobre cobre.
— 7. Observaciones | meteorológicas | de los últimos nueve meses |
de el año ¡ de mil setecientos setenta y nueve. | Hechas en esta Ciudad |
de México \ Por D. Joseph Antonio de Álzate \ y Ramírez. \ Un adorno
tipográfico I Impressas con las licencias necesarias | En México, en la Im-
prenta del Lie. D. Joseph | de Jauregui, en la calle de S. Bernardo. | Año
de 1770. ¡
4to.; port. á su vta. con textos latinos; pp. 1 á 5 y siguen 9 s. nr.
— 8. Asuntos | Varios | sobre ciencias, | y Artes. | Obra periódica |
dedicada | Al Rey N. Sr. | (que Dios guarde) | Por D. Joscf Antonio de
Álzate, y Ramírez. \ Con las licencias necesarias | Impresa en México en
bibliografía mexicana del siglo xrin.
5
la Imprenta de la Biblio- | teca Mexicana del Lie. D. Josefde Jauregui, |
en la calle de San Bernardo. |
4to.; port. con vta. blanc.
Consta este periódico de 13 números, el primero con fecha Octubre 26 de 1772 á Enero 4 de
1773- ' ., , ,
Todos los números de este periódico, constan de 4 hojas con excepción de los nums. 9 y 12
que tienen sólo dos; en el núm. 9, hay intercalado un grabado en cobre representando una má-
quina para despepitar el algodón. Hay números paginados progresivamente y otros no la tienen;
su resultado en conjunto son 100 páginas. Todos los números tienen el encabezado de la por-
tada y al fin el mismo pie de imprenta de esta.
Reimpreso en Puebla el año de 1831 formando parte del tomo 4'.' de sus obras.
ANDRADE. Fr. FRANCISCO de San ESTEBAN
(Misionero franciscano.)
9. Titulo Glorioso | del Crucificado con Christo | en la mystica
cruz de la Vida, y predicación | admirable del Apóstol del Reyno de Gua-
temala, I y I Segunda Azuzena | de la religión seraphica, | El R. P. Fr.
Antonio Margil de Jesús, | Missionero Apostólico, Fundador, ex-
Guardian, y Padre de | los Colegios de Propaganda Fide, de toda la Nue-
va España, j Inscripción famosa | del libro de sus admirables virtudes, |
Que predicó en sus Honras Funerales, que a los dos años de su | muerte,
le hizo aqueste su apostólico Colegio de Christo j Crucificado de Guate-
mala, el dia 9. de Septiembre de 1728. años. | El R. P. Fr. Francisco de
San Estevan Andrade, | Predicador Apostólico, ex-Lector de Theologia,
Examinador | Synodal de este Obispado, y ex-Guardian de dicho Cole-
gio. I Sacanlo a luz los señores Licenciados D. Thomas Ignacio de Arana,
I y D. Francisco de Orozco, ambos del Consejo de su Magestad, | Oido-
res de esta Real Audiencia, y Chancelliria de Guatemala. | Qvienes afec-
tuosamente lo consagran al Dvlcissimo Nombre de Maria, \ Singularmente
venerado en todo el Reyno de Valencia, en las muchas, | y celebres Imáge-
nes de la Santissima Virgen, que possee. Y en segundo | lugar, lo dedica
mi afecto á la Nobilissimo Ciudad de Valencia. | Con licencia de los Supe-
riores en México, en la Imprenta Real del Superior Govierno, de los He-
rederos de la Viuda de Miguel de | Rivera Calderón; en el Empedradillo.
Año de 1729. I
4to.; port. orí. y vta. blanc; 15 hojs. prls. s. nr. con D. Pl\, LL. y Elogios en verso; pp. I
á 42 la obra que contiene preciosos datos históricos de los trabajos del P. Margil entre los indios
de Guatemala.
ANGUITASANDOBALy ROJAS. Dr. JUAN UBALDO (Clérigo.)
10. Kl titulo I de la Salud consumado. | Sermón | Panegyrico, | que
patente | el Augustissimo Sacramento del Altar. | A el feliz ingresso, |
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
6
que hicieron las Religiosas Dominicas en el Nuevo | Convento, que en la
Ciudad de Pasquaro se fundó | en el Templo de NUESTRA SEÑORA DE LA
SALUD el | dia de la Esclarecida Virgen Santa Teresa de | Jesús, el año
de 1747. I Predicó | El Dr. y Mro D. Juan Vbaldo de Anguita | Sando-
bal, y Roxas, Catedrático, que fué, de Philosophia en | el Real, y Pontifi-
cio Seminario de la Sta. Iglesia Metropolitana | de MexicOj Canónigo Ma-
gistral Decano de la de Valladolid, [ su Clavero, y Juez Hacedor, que ha
sido, Examinador Synodal | del Obispado de Michoacan, Presidente de
sus synodos, y | Vicario Visitador del Convento de Religiosas de Sta. |
Catharina de Sena de dicha Ciudad de Valladolid. | Quien lo dedica | A
Don Pedro Pérez de Tagle, | Alcalde Provincial por el Rey Nro. Sr. Mar-
qués, que I fue, de Altamira, y actual Regidor Capitular de la | Nobilissi-
ma Ciudad de la Puebla de los Angeles. | Con licencia de los Superiores:
I En México, en la Imprenta del Nuevo Rezado, de Doña Maria de Ribe-
ra: I En el Empedradillo. Año de 174S |
4to.; port. orí. y vta. blanc; 15 hojs. prls. s. nr. con DD. PP, y LL , al principio de la 1?
Ded. el escudo de armas de Tagle. Pp. 1 á 24 el Sermón.
Consta en la Ded. que D. Pedro Pérez de Tagle fabricó la iglesia del Sto, Cristo 'le la Piedad,
en Michoacan.
ANTONIO y MORENO. Fr. MARTIN de San Franciscano.)
II. CONSTRUCCIÓN | Predicable, | y | Predicación | Construida, |
Dividida en cinco opúsculos, | Vno de Titulo de la Santa CRUZ, otro del
Santissimo SACRAMENTO, otro de María | Santissima, otro Proprio de
SANTOS, y otro Común de Santos: | cuyas materias son: | Textos de la
Sagrada Biblia, Authoridades de Santos, Exemplos varios, Fábulas mora-
li I zadas, Vidas de Gentiles," Epithetos Sagrados, y Profanos, Proprieda-
des de Aves, Pezes, | Brutos, Flores, Arboles, Piedras preciosas, y otras
cosas: | Cuyas formas son | Anagrammas, y Conceptos varios, innumera-
bles para puntos de la Fiesta, vtiles, y deleytables, | proprios del intento
nuevamente inventado. | Cuyos vsos | Se verán explicados, y Practicados
en cada Opúsculo: | Cuyos fines son | La Honra, y Gloria de Dios, y la
Salvación de los Próximos: | Cuyo Author es | El M. R. P. Fr. Martin
de San Antonio y Moreno, indignissimo Hijo | de N. S P. S. Fran-
cisco, Professo, y Natural de la Ciudad de Córdoba en Andalucía de la |
Provincia Observante de Granada: é incorporado en la del Santissimo Nom
bre de JESÚS | de Goathemala, Ex-Lector de Theologia Escholastica, y
Moral, Predicador General | Jubilado, y Apostólico en los Reynos, y Obis-
pados de Córdoba | Granada, Sevilla, Jaén, Murcia y Málaga: | Cuyas ex-
pensas, é impression costeó | D. Francisco Antonio Sánchez de Tagle, Ca-
ballero, Professo, del Orden, y | Cavalleria de Santiago, Regidor perpetuo
BIBLIOGRAFÍA mexicana DEL SIGLO XV 1 11.
de esta Novilissima Ciudad, Thenieute Coronel del Re- | gimiento de In-
fantería Española de Comerciantes de ella, y Syndico General de todas las
Provincias de Nueva-España de la Religión de N. S. P. S. Francisco, &c.
| Cuyos elenchos | De Capítulos, Authores, y cosas más notables verás al
fin de cada Opúsculo: omito tablas de Es- | criptura Sagrada, pues seria
trasladar toda la Biblia. ¡ Con licencia de los Superiores: | Impreso en Mé-
xico por Joseph Bernardo de Hogal, Ministro, é Impressor del Real, y |
ApostolicoTribunal de laSantaCruzadaen todo este Reyno: Añode 1735. |
Folio; portada impresa con tintas roja y negra y vta. blanc.
14 hojs. prls. s. nr. con D. (al frente de ella el escudo de Sánchez de Tagle) PP., LL. y Pró-
logo. Pág. 1 á 432 la obra.
ANUNCIACIÓN. Fr. ANTONIO dC la Capuchino.)
12. LüZ I para saber andar | la Via Sacra. | Por el P. Fr. Antonio de
la Anun- | ciacion, Religioso Observante de N S, P. | S. Fran- | cisco,
Lector de Theologia, y | Predicador Apostólico en los Rey- | nos de Es-
paña. I El escudo de los franciscanos | Corregido por el Santo Oficio, |
Reimpresso en México en la Imprenta del | Real, y mas antiguo Colegio
de S. Ilde- | fonso, año de 1764. |
ióvo.; pon. á cuya vta. comienza la obra y ocupa 15 hojs. s. nr.
ANUNCIATA. CONGREGACIÓN de la
13. Advertencias | y | Preceptos | vtiles para la clase de j Menores.
I Imprímelos con licencias, y | Privilegio. | La Congregacipn de la Anun-
ciata, fundada en | el Collegio de San Pedro, y San Pablo de la | Compa-
ñía de Jesús de México. ¡ El escudo de la Compañía. | En México: por
los Herederos de la Viuda de | Francisco Rodríguez Lupercio. En la
Puer- I ta de Palacio. Añode 1723. |
8vo.; port. con vta. blanc; 15 hojs. s. nr. con la obra.
ARAIYIBURO. P. FRANCISCO MARÍA de Jesuíi
14. 1 RIDUO I Sagrado, ¡ Que es devoción muy útil para ¡ los tres pri-
meros dias de cada | mes | en obsequio, | adoración y amor | de la Sacra-
tissima, I Adorabilissima, Amabilissima, 1 Trinidad | De nuestro gran
Dios, y Señor. | Dispuesta por el Padre Francisco Ma- J ria de Arambu-
ro de la Compañía de ¡ Jesús. | En México en la Imprenta del Real, y |
Mas Antiguo Colegio de S. Ilde- | fonso, Año de 1757. |
l6vo.; port. y 10 hojs. ?-. nr. con la obra.
BIBLIOGRAFÍA MEXICANA DEL SIGLO XVIII.
ARBIOL Fl*. ANTONIO Franciscano.)
15. rLxPLICACION breve | de todo el Sagrado Texto | de la Doctrina
| Christiana. | Para consuelo, y | Aprovechamiento fundamental | de las
Personas Espirituales. | Sacada de la Quarta Impression | del Libro de
los Desengaños | Mysticos. | Que compuso | El P. Fr. Antonio | Arbiol,
de la Religión de San | Francisco. | Decima Tercia Impression. | En Za-
ragoza. Por Pedro Carreras. Año | de 1723. y por su original en México.
¡ Por Joseph Bernardo de Hogal. | Año de 1 73 1 . |
ióvo.; port. con la vía. conteniendo un grabado de las 5 llagas de Cristo; pp. 3 á 175 la obra.
Parece estar aprovechado, aunque con notables modificaciones el texto de Ripalda.
10. Vía-Sacra | Compuesta | por el R. P. Fr. Antonio | Arbiol, | y
reimpressa | Por un devoto de tan Santo | Exercicio, que enseñó Maria |
Santissima con su exemplo. \ El escudo franciscano. \ En México: por los
Herederos del Lie. D. | José Jauregui, calle de San Bernardo, | año de
1782. I
ióvo.; port. con un grab. de Jesús con la cruz á cuestas y 15 hojs. s. n. con la obra.
ARIAS IYIALDONADO. MANUEL JOSÉ (Clérigo.)
17. C^ANCIÓN Amorosa, | con que | el alma arrepentida | obsequia a
su Padre Dios | Compuesta por | Manuel Joseph Arias Mal | donado,
Br. en Philosophia y Theología, y | Notario del S. Tribunal de la Inqui-
sición. ! Dedícala | A la Bellissima Milagrosa Imagen | de Jesús Nazare-
no, I Ouese venera en Atotonilco, dos leguas, y me- | dia de la Villa de
San Miguel el Grande; cuyo | Capellán el Br. D. Luis Phelipe Neri de |
Alfaro, Comissario de dicho Santo Oficio, | la imprime á mayor, honra, y
gloria I de tan Soberana Imagen. | Reimpressa en México en la impren-
ta del Rl. y mas | Antiguo Colegio de San Ildefonso. Año de 1765. |
i6vo. port. y )S hojs, 5. m. con la obra que está toda en \
ARSONIO. P. CONSTANCIO Canónigo reglar de San Pablo.)
18. Semana Mariana, | y Devoción | A Maria Santissima, | Oracio-
nes Jaculatorias para cada dia de la semana, muy | provechosa para lograr
por su me- | dio buena muerte. | Compuesta en latin | Por el R. P. Cons-
tancio | Arsonio, Clérigo Reglar de S. Pablo. | Y traducida de Castella-
no por un [ Devoto de Maria Santissima. | Con las licencias necessarias: |
bibliografía mexicana del SIGLO XV III.
9
Reimpressa en México, en la Imprenta del Lie. D. Joseph de Jauregui,
Ca- | lie de S. Bernardo. Año de 1773. 1
Ióvo.; port. á cuya vta. comienza la obra que está contenida en 15 hojs s. nr.
ANÓNIMO.
19. Ave Maria. | Novena | De el Sacro-Santo Misterio de la | Eu-
charistia: | En reverencia de la Purissima | Sangre que eligió el Verbo Di-
| vino para su encarnación, del | Corazón de su Santissima Ma- | dre,
nuestra Señora la | Virgen Maria | llena de gracia. | Para comunicar á los
pecado- | res, en las purezas, y medicina | de su Santissimo Cuerpo, las |
dulzuras de tan peregrino | Cordial. | Dispuesto por un devoto | Religio-
| so Sacerdote.
ióvo.; port. con grab. en la vta. y 15 hojs. s. n. con la obra.
Al final:
Reimpressa en la Puebla, por la Viu- | da de Miguel de Ortega en el
Portal I de las flores. Año de 1745. |
AVENDAÑO SUARES de SOUZA. P. PEDRO de Clérigo)
20. Oración | Fúnebre | Panegyrica | que en las Honrras, que j ce-
lebró á la Magestad del | Señor \ D. Carlos | Segundo, | Rey de las Es-
pañas I el Real Convento de | Religiosas de Jesús Maria de | la Ciudad
de México | Hizo, y dijo | D. Pedro de Avendaño | Suares de Sousa el
dia 18 de Junio | de 1701 años. |
4to.; fojas 8 á 24.
Este sermón forma parte de la Relación de las honras fúnebres de «arlos [I, hecha-, en el
Convento de íesús María, y de las cuales no he visto ejemplar completo.
El Sr. García lcazbalceta en el tomo H de las "Memorias déla Academia Mexicana" páginas
117 a 144 publicó con el título de "Literatura Mexicana. -El Padre Avendaño. -Reyertas más
que literarias.— Rectificaciones á Beristain," un interesante estudio biográfico referente al Padre
Avendaño. En él se refiere a xmzpicante crítica escrita por este sujeto y que no se ha publicado;
como en mi poder existe una copia antigua de esa crítica, he creído conveniente publicarla aquí.
Su texto es como sigue:
( .l/.V. en 4to. con 78 hoj ■
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
FEE DE ERRATAS Y ERRATAS DE FEE
RESPUESTA APOLOGÉTICA A LA
DEDICATORIA, APROBASIONES, Y SER-
MÓN DE LA PURIFICACIÓN, QUE ME-
DIO PREDICÓ E IMPRIMIÓ DE EL TO-
DO EL DOCTOR DE ALCALÁ
DN. DIEGO ZUASO, Y COS-
AÑO CÓJALES. DE 1703.
ARZEDIANO DE MÉXICO.
SACADA A LUZ
POR TRES INGENIOS COMPASIVOS, DE ESTA NOBLE,
DOCTA, E INSIGNE CORTE MEXICANA;
PARA QUE SE DESCENGAÑE, EN
PARTE, EL ARZE-
DIANO.
BIBLIOGRAFÍA MEXICANA DEL SIGLO XVIII.
12
Desimas en N.
1. A un Dn. Diego de Arsedan
Doctissimo Viscain
vn sermón siete mesín,
en la Cathedral le dan.
Canónigos, y Dean
fiaron de su presumpcion
desempeño á la funccion;
porque esperaron según
sus grandes créditos son
famosissimo sermón.
2. El no dexó Religión,
Clero, ni Collegio á quien
no pidiesse á tutiplén
libros para su sermón:
cargó con Beda, y Aumon
Lira, Ambrosio, y Agustín,
con Cornelio, y Bellerlin,
San Cipriano, y San Efren,
y medio año ten, con ten
ensayó su Tocotín.
3. Con tan grande prebension.
jusgó de Europa el común
que habia de orar, como vn
Eloquente Ciseron,
y en gloria de su Nación
todo honrrado Galopín
apunto el postre, y á ruin,
se convocó vive San
para aplaudir á su gran
orador vltra marin.
4. Vino de San Augustin
el nacional Borbollón,
de Gutierres Frai Antón,
Ruiz, Ramos, Ponze de León
también vinieron en fin
los Luyandos Luiz, y Juan
Careaga, y el buen Teran,
que jamas oyen Sermón
Tagle, y Reberbueda, con
Lorenzo, Osorio, y Julián.
5. Ael pulpito como vn pan
de sera subió el timbón,
aunque Banduxo Bayon
le alentaba barbaján;
mas sirvióle de desban
la Setentona Versión
de el Sol contra Gabaon,
y fue tan grande el baiben
que surrapas mas de sien
dio el pobre á el primer tapón.
6. Aquel Choro machuquin
es Choro de bendision,
en cuya peruana Vnion
no se admite á Gachupín;
substentelos Medelin
que si descienden de Adán
con sudor se come el pan;
que á los Hijos no es razón
defraudarles la rasión,
para que la coma el can.
7. En fin Señores sabrán,
que en su Purificasion
cagó en su predicasion
el Arzediano gañan,
y aora imprimirlo querrán?
O Carrascoso Guillen
deten la mano deten!
que á los Condes de Carrion
les incumbe la impresión
con ruibardo, y ojasen.
OTRAS.
8. Un Arzediano de bien,
con mas sobervia que Aman
quiso orar, como Natán,
y quedo, como Rubén;
sin temer de el, y el baiben
subió en presensia de Aron
no aquerer parar de Eton
el carro, mas como el fin
fue ser vn Josué Cain,
paró en un gentil Faetón.
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
13
9. En vn lugar poco, á poco
quiso entrarse por su pico,
y aunque de lauses tan Rico
se quedó in citato loco.
Setenta viejos el coco
le hicieron; y aunque bellaco
se le conosio en el saco,
que de la orasion el flueco
es gusmano; y assi el checo
tiene su punta de caco.
10. Sobervio, como español,
quiso con modo subtil
hacer alarde gentil,
de como parar el sol:
no le obedesio el farol,
que antes Hicaro fatal
lo hecho en nuestra equinosial,
por que sepa el moscatel
que para tanto oropel
tiene espinas el nopal.
11. El Quixote se emmaraña
Subido en el clavileño,
y con Apolo el pequeño
jugó á la pipisigaña:
setenta vezes le araña,
y por mas, que le rasguña
como las vozes no empuña,
de el que por Israel se empeña
sele fue por vna greña,
aunque lo tenia en la vña.
OTRAS.
12. A el predicar, qual farol,
de luces el Arzediano
entendió el genero humano
que se parasse asta el Sol,
mas se apagó su arrebol,
con modo tan raro que
solo el Arzediano fue
quien se paró, y se deshiso:
porque hacer á el rebes quiso
Todo el papel de Josué.
13. Pararte misterio fué!
en tu sermón, que eres Sol,
y luces de tal farol
las sabe parar Josué;
. que eres tu Sol, vien se vee
de ciensias no ai que dudar;
y assi llego á imaginar,
que ser Sol llegaste assi,
pues que solo á el Sol, y ati
los hizo Josué parar.
14. Mas todo ello á el rebes fue,
de lo que pasó en Gabaon,
de lo que ati en tu sermón
te pasó según se vee:
no es nesesaria mas fee,
de lo que se vio alli
pues bien visto assi, que assi
detenido tu arrebol
si Josué detuvo á el Sol
el Sol te detuvo á ti.
15. Mas quien lo turvó párese
que el Sol no fue, y se deduse,
de que el Sol á todos luce,
y á Dn. Diego lo obscuresse;
turbólo á lo que se ofrese
vna multitud sin quenta,
de Doctores no fue afrenta
que si es pleito importuno
El que bengan dos á vno,
que sera venir Setenta.
16. Los Setenta en su Sermón,
lo turbaron, y en la quenta
no encontró de los Setenta
palabra de la versión;
hallóse en gran confusión,
y se sentó sin menearse
con Setenta no acordarse,
y es que fue sentarse alli,
pues lo que es Setenta, aquí
fue lo mismo, que sentarse.
17. Con solesismo, y asento
también flaqueó en la orasion;
conque assi la turbasion
fue lo de menos momento:
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
14
á dimitte el incremento
le herró, y pues se atreve
á abrebiarlo, es vien, que lleve
savido; porque se pula
que ha menester vna Bulla
dimitte, para ser breve.
El solesismo, que fue arto
craso, pues á parió puso
en vn latín, que compuso
mucho mas alia de el parto
parierit dixo; á tal parto
de tal latín los asares,
(y quien asta los hijares)
no hechará con los riñones
á el ver, que en parió los nones
pudo hechar, y no las pares?
19. Ni voz, ni gracia, ni acción,
ni oratoria, ni agudeza,
ni discurso, ni destresa
tuvo en toda su orasion :
y aqueste era el que lección
nos havía de dar? alia
en su Alcalá se podra,
que acá narises á pares
tenemos sin ser de Enares,
para darlas á Alcalá.
Receptas salomónicas para caídas.
Cedit super cellam in exelso domus suae, ignoravit quod ibi sint Gi
gantes.
Señor orador enfermo? Y pues aire fue la causa
yo soi Medico, que aplico de que cayera
posimas medisinales contra el aire le aplico
á los enfermos caídos. esta recepta.
Nubes, et ventus, et promisa non comptes. Prob. cap. 5.
Ventosos flatos de vientre
á la cabeza le han sido:
porque sus hinchados soplos
lo tienen desvanesido.
Sin duda, que de flaqueza
tanto mal le sobrevino,
pues dicen que por delgado
hubo de romper el hillo.
Y assi pues el remedio
mi ciensia ordena,
para ver si se curan
males de texta.
Verba susurronis, quasi Simplicia, et ipsa perbenient ad intima ventris.
Prob. Cap. 22.
Lo que pudieron Setenta
sobre Josué con aliño,
ni aun con el calor de el Sol
fué posible digerirlo.
Suasados fieltros le pongan
en el estomago mismo,
y ya que no el corrimiento
le quitarán el aito.
Y pues que ya se ha visto
en apretura,
bayan á la botica
por esta purga.
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
15
Cibos, quos comederas evomes, ne perdas sermones tuos. 22.
Desmayos, y suspensiones Pues para abrirle los ojos
le dieron tal parasismo, le mando dar vn colirio
que lo jusgamos por muerto, por que vea quando censura
aunque el estuvo por vivo. que el solo el suspenso ha sido.
Y assi bailan de presto
por lo que aplico,
y por ver si en sí buelve
denle este pisto.
Si sapiens fueris tibi eris; si autem illusor portabis malum. Prob. 9.
Enmudesida la lengua, Este mal es peor que todos
de que ai convulsión da indisios, por tener maior peligro
y sobre qual muerde mas pues ese, es el paradero,
se han trabado los cormillos. de los que dan muchos gritos.
Yes remedio eficáx
el que le mando,
porque á dientes de Sierpe
sangre de Drago.
illa, que actus est, et captus pro eis sermonibus. Prob. 6.
Pesado sueño le puso, Pues para muchos es bueno
en vn sueño tal, que vimos, vn castellano aforismo,
que ni aun el clarín de guerra que á los oradores griegos
le dispertó los sentidos. no les quadran los latinos.
Confortativos muchos
son nesesarios,
que es remedio mexor
para sus cascos.
Eris quasi dormiens in medio sitiem, et quasi spiritus gubernator, et
dices: verberaverunt me, sed non dolui. Prober: Cap. 25.
Las letras fueron la causa Nunca lo hicieran si no
de su dolensia á el principio, les huviera dado pico
que aunque poco achaque es, que también las letras matan
es achaque de perito. si ellas tienen algún visio.
Nesesita por esta
de evaquasion,
porque salga del cuerpo
el mal humor.
Vidisti nominen sapientem, sibi videri fuisse, et Templao venit perdisio
tua, nec habebit vltra medisinam. Prob. Cap. 26.
bibliografía mexicana del siglo XVllL
\6
Del achaque mal tuvo, Pues aunque fueran sus fuerzas
con Setenta nuestro dicho, de Gigante desmedido
porque queria su lugar le hizieran si con Setenta
le hizieron en el vasio. el Sol pararse quisó.
Muí bien hecho por sierto
lo que aora pagas,
porque jueges con tantos
a la parada.
Sicut Avis transmigras nido suo, sic quidem si quserit locum sum. Prob.
Cap. 2.
Ya nuestro enfermo está en cura, Solo quiero darte un régimen,
y con esto me despido, como capax receptivo,
porque no quiero mas paga, que le sea en lo de adelante
que el haverlo hecho de ofisio. remedio preserbativo.
Los vltimos consejos, y régimen para seguro, en esta octaba.
A ninguno sahieras por tablilla;
porque es ley de política entablada:
no hagas jestos á nadie, que es mansilla,
A que tu quedes feo sin hazer nada.
De tu lengua atrae la campanilla,
no des con ella alguna campanada,
porque no es tan metal el de la trompa,
de tu fama, que á el punto no se rompa.
Dedicatoria á la Exelentissima Señora Duquesa.
Exelentissima Señora.
Llama de derecho esta obra á V. Exa. á titulo de el de V. Exa. que es
titulo de sufisiensia. Vino de Alcalá el Predicador, de allá de Alcalá vino
el Dr. Dn. Diego de Suaso, y Coscojales, allá sé fue Collegial Maior, y
acá se vino por Arzediano, que le aseguro á Vmd. es buen bocado, y que
el más ronco diera por el vn buen grito: allá se las huvo con su Cathedra
en propiedad de phylosophía, y acá se bestia con la superitendensia que
quiere apropriarse vniversal, en el pulpito, qual lo dirá su sermón, que se
dio á la estampa, por regla, y tiene mui poco de reliquia, y tiene por gra-
cia, y donaire escarneser los grandes sujetos, que ai en este Reino, los que
le causaran á Vmd. mili gustos á el oirlos, y conoserlos: nos predica pues
el sermón, que V. Exa. verá por esta fee de erratas, que sale á luz, para
que á la luz de ella conosca, quan ciego anda. No negamos Señora las le-
tras de la Vniversidad de Alcalá, lo que si admiramos es, que de Alcalá
saliesen estas letras, y es tal su cabeza (como viscaina) que aunque des-
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
pues de cogido no ha quedado mudo, persebera todavía en el escarnio,
cuando debiera á el escarmiento acogerse mas que mucho tire coses el agi
gon, si de su nombre escrito Dn. Diego de Suaso, y Coscojales, sale por
annagramma sin quitarle una letra, ni .ponerle: doi dose, dose coses, á el
agigon que son veinte y quatro coses, porque tantas son dose, y dose. En
esta suposision Exa. Señora, haviendo predicado, é impreso su sermón
ccn su dedicatoria, aprobasiones, y lo demás, sale esta fee, que la Hamo
de erratas, no para corregírselas, que es incorregible, sino para avisárselas,
por si fuere poco avisado; el motivo, que tuvo para imprimirlo fue, no se
que trabaxos, que tuvo á el predicarlo, de que se siguió que los ingenios
vivos, y trabiesos de esta nueva España le sacasen algunas coplillas á lo
fazeto, sin lastimarle el crédito; de que picado el dicho basallo de el titu-
lo de V. Exa., de la colegiatura, y por la cathedra, hizo tema de el suio
en que havia de dar á conoser lo que sabia imprimiendo lo que predicaba,
de que ha salido peor de lo que estaba, el rico hombre de Alcalá.
Conque haviendo de salir á luz esta fee de erratas, por via de charidad;
me dá mucha esperanza la persona de V. Exa, aunque la veo tan distante
(ó por mexor decir aunque no la veo) para que en su estrado tenga (ante
aquella sala de recivimiento que se debe esperar de su grande casa) la que
sabe ser verdad, que la propensión no es afecto como sabe cualquier mo
derado phylosopho, sino á el rebes. Con todo mi pia afección me lleba de
derecho á su ducado para tener este escudo, aunque toquen á la arma la
prudensia, y la opinión, aquella en ofreser á V. Exa vna fee cuias erratas
le han de dar en rostro, estas porque siendo la mia, en lo que digo, no solo
probable, sino sierta, y segura, verá qualquiera que no es la más estrecha,
por lo mucho que se dexa en el tintero, y disimula. Pero siendo V. Exa
de la sin par casa de Alcalá, raiz de los Gonzales, cabeza de los Riberas,
como lo exclama el Reino de Sevilla donde está la casa, y estados de V.
Exa, con sus ochenta mili escudos. Y siendo yo hijo aunque maior, que
mi Padre, y que mi Madre, creo que no me acusará V. Exa lo confiado
por lo gustoso; y mas hallándome con la presision objetiva (que la formal
es fasil defender) nesesitado, aunque no pidiendo limosna de ponerme este
escrito ensima de la escribanía de V. Exa, pues siempre los propósitos son
culpas, sino antes por la enmienda de ella (Dios lo quiera), y mas quando
las elebadissimas Personas de la estatura de V. Exa, si es alta de cuerpo,
que como dixe, no la conosco sino por su grande nombre y fama, será una
deidad, si es hermosa, y si no lo fuere no será V. Exa la primera y la úl-
tima Señora que sea fea quedándose en su soberanía se deben acomodar,
y jusgo que por sus grandes rentas, si no están empeñadas, están siempre
mui bien acomodadas.
Digo Señora que las personas como V. Exa deben acomodarse á estas
quixoterias (que decir llanesas lo fuera mui grande con tan grande Seño-
ra) reciviendo una flor, para la mano de vn hortelano, y vna joya para el
BIBLIOGRAFÍA MEXICANA DEL SIGLO XVlll.
aparador de vn Platero, porque servirse de todo es socarra, servirle con to-
do será boberia, y el cargarme de cosas veniales es cosa que se quita con
agua bendita, y haviendo tomado esta materia por parecerme cosa ligera,
aunque no lijeresa, me llevó acsidentalmeute en busca de V. Exa para de-
dicarle este papelito escrito en desengaños de el Doctor de el titulo de V.
Exa en los considerables hierros, que trae su sermón. No trabaje Exa Se-
ñora la dicha fee para imprimirla, que la fee se imprime por los oidos, y
no por los ojos, que no soi tan vano, como Dn. Diego de Alcalá, que pu-
diera crer, que mis cosas hizieran impresión: vna inspirasion de el Capitán
de corazas, y caballos Dn. Cosme de Alcalá y Coscojales que fue parto de
mi obediensia, ó respecto de su persona, me la haze poner en la prenza,
sin que sude en ella mi trabajo; pues le aseguro á V. Exa, que me ha eos
tado poquissimo trabajo, y sudor: no este porque soi mui seco de complec-
xion, no á quel porque soi mui floxo de natural: V. Exa perdonará las fal-
tas de el pinsel, que no tengo en mi casa mas que vna pluma con que en
lugar de coloridos, saldrán rasgos, y si contra ellos contiene el cuidado de
el desafecto, ami nada se me dará, porque estimo tampoco la copia, como el
original ; y como se que lo digo, es verdad, que convence mas, que la mur-
murasion, haga su ofisio, que no seré el primero, y vltimo murmurado. Re-
civa pues V. Exa este largo obsequio, dilatado por contener muchos folios:
mas quien advirtiere, que erísierra en si vna dedicatoria, dos aprobasiones,
y vn sermón, no la tenga por la vida perdurable, y si la tuviere, eso ten-
drá de eterna, que Dios sabe lo que dexo, y caio, pues mas me ha costado
lo que he de quitar, que lo que he de poner: no dudo, que con el patrosi-
nio de V. Exa será bien admitido á que me aiudará lo bien quisto que está
el sujeto con quien hablo, y assi no reselo tiros, bombardas, ni cámaras que
aseste el desafecto osado para deslusirlo, pues V. Exa no hará caso del rui-
do, ni yo de el murmullo. Y si por guarda maior, de una cosa mui presio-
sa, se pone una mui peregrina persona, por custodia de este papel, basta
la cartera de V. Exa, en cuias esclaressidisimas benas tanta real sangre se
admira, que con decir que V. Exa es Abuela de la Exa Señora, aquien
se dedica la obra, no es menester mas preámbulo, quando por ambas lineas
está lo Regio, dexando aun lado lo Pontifisio, para que assi tenga con quien
competirse, y su maior grandesa está en dársela á sus Nietos paraque ten
ga con quien igualarse. Dios Guarde á V. Exa no se si diga siglos de años,
porque de años se componen los siglos. Junio 6. de 1703. años. — B. L. M.
de V. Exa su Capellán Mr. el Dr. Dn. Santiago de llenares.
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
19
PUNCTO I?
Dase noticia de el hecho para satisfacer á el apólogo.
La fama es la mexor, y principal vida de la honra, y prestándose los in-
genios de esta nueva España de tan agudos, qualquier punto, que tirare
á el menos cabo de su crédito, hará la puntería en su vida: porque apun-
tará en su honrra. Crédito es de los sujetos de la nueva España, para sa-
tisfacer á el Arzediano de México, que vino de la Europa diciendo á voces
que havia de enseñar en estas partes la Theologia de Alcalá, predicando
vn sermón para modelo, y regla de los Predicadores, y haviendolo predi-
cado con la gracia de el Ave Maria, y aun de todas las orasiones, lo saca
ya impreso, para que sirva de dibuxo : y para que vea que los entendimien-
tos de esta nueva España claman con San Augustin, y dicen: propternos
fama nostra non pollet, sed pollere debet; porque no peligre su opinión, y
fama, según el mismo Señor San Augustin: nobis enim nesesaria est vita,
alias fama nostra: se responderá en este apologético con toda verdad, zen-
sílles, y razón, porque no paresca injuria, loque es defenza, y atodo lo que
en el papel impreso en cuatro meses, y estudiado en siete se le ha notado
en seis dias, no de proposito, sino solo de paso, por que aunque es verdad
que el Rmo. Padre Fray Juan Fermín de Armendaris Exdefinidor, Nota-
rio Apostólico, y Prior que ha sido de el Convento Grande de N. Padre
San Augustin de México corrió con la impresión, y pruebas, para corre-
gir las erratas, como substituto de el Arzediano, se le pasaron con todo al-
gunas sobre las quales cae la refleexion de esta respuesta.
Has de saber lector mió seas de la calidad, que quisieres, que pasó de la
Europa á esta nueva España, con no menor dignidad que la de Arzediano
en la Yglesia Metropolitana de México, Ymperio y Emporio de letras, cuias
sillas las ocuparan siempre en virtud, noblesa, y sabiduría, las mas releban-
tes prendas. (Como lo publican su grande Cabildo de Señores Prebendados;
los mas doctos Cathedraticos, y Maestros): Pasó pues á la silla de Arzedia-
no (sin saber digo, sin saber como) el Dr. Dn. Diego Suaso Coscojales. Co-
Uegial maior de San Yldefonso Vniversidad de Alcalá de Enares Cathe-
dratico en propriedad de Phylosophia en ella (como acá vervigracia los
muchachos Bachilleres, que suplen las cathedras desde San Juan hasta San
Lucas) ; según vn autor complutense, que se hallaba á la sason en Alcalá,
y acá lo declaró, para descargo de su consiensia: pasó digo á este Cabildo,
con todas estas reberendas, y las de su buena fabrica, estas son las siguien-
tes: moreno, ancho, grueso, espaldudo, y sobre todo con su pie de viscaino,
y su cabeza de lo proprio, entró no obstante lo viscaino de el pie con buen
pie en México, porque entró con el sombrero en la mano muí á lo de Cor-
te y nada en basquense, político, vrbano, carabanero, muí visitador de Se-
ñoras, y también de Señorías, por lo que se cobró algún concepto, á lo
menos que no era de cortedad viscaina como lo dice en su sermón: sobre
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
20
estas cortesías, y carabanas dio á entender en algunas conversasiones, prin-
cipalmente en los estrados de las mugeres, que era gran predicador, y que
no havia oido en México (haviendo oido á tantos) ningún sermón bueno,
ni sujeto tal, y con esto el que havia empesado á hacerse lugar para su
sombrero, lo fue perdiendo por su bonete. Oia los sermones tanquam po-
tcstatcm kabens, serio como quien jusga, risueño, como quien despresia,
enfadado, como quien burla, y como el Catón Censorino de los menores
censores: á dicho que vnos aora empiesan, de otros que no estudian; de
aquellos que no aprietan, de estos, que no hillan, y por vltimo de todos,
que no saben, que el daría el modo de predicar en España, que oiríamos
y nos enseñaría la Theologia de Alcalá. Y como una de las armas mexi-
canas sea vna de aquellas águilas de Roma bestida de alas, y plumas, sien
do los de por acá Hijos del Águila, con alas porque buelan mui alto, y con
plumas porque escriben mucho, pues en todas materias rendirán su orgullo,
y en las de entendimiento ninguno cederá: porque qui vellit ingenio cederé
rarusexit, aunque aquel rarusse entiende de otras naciones, porque en los
mexicanos no ai este raro, porque ninguno cede. Ves aqui Lector mió que
todos esperaban oir á este Predicador, para ver si era cosario, ya que se nos
mostraba Enemigo, y aviendole ofiesido (no sin misterio) algunos sermo-
nes proprios de la tierra, como son el de la Virgen de los Remedios, y el de
el Santissimo Sacramento, víspera de San Andrés por la libertad de las
flotas, y otros, que ni havia oido, ni traído de España; huvo de escojer el de
la Purificasion de María Sma. que se predica en toda la Christiandad, y con
esta esperanza aguardaron los hijos de la Águila el sermón para aprender:
llegó el dia hizose el auditorio, ensendieronse las candelas, subió á el pul-
pito persinose en latín, y susediole lo que ya abras oido por ai, en sonetos,
desimas, coplas, xacaras, quintillas, receptas, y grasias, que para bajarle su
entono, le entonó el desengaño, pues lo menos fue turbarse á la mitad de
la salutasion, y lo mas grave para correrse delante de un concurso tan doc
to, repetir tres vezes vnsolesismo, y dos vezes vn mal asento; porque se
le da vn quarto de el libro quinto, con arto sentimiento de sus compañe-
ros los Señores Capitulares, pues en las lecciones, y Missas, que le caben
en el coro, y en el altar, abrevia y alarga bien á costa de Nebrija, y de el
Maestro de seremonias, que se escusa vien con decir, que no es Maestro
de grammatica, para corregírselas Quedó pues tan pagado de su sermón,
que luego luego aquella tarde se fue á pasear, ó á digerir á San Cosme, y
después lo imprime, para dar el modelo de predicar, como párese lo da á
entender en la oja segunda de la dedicatoria por estas palabras equivocas:
porque estamos en tiempo tan calamitoso, que aun en asnmptos tan arduos
se lleva mas el cuidado, de el desafecto, que el de imitasion. Equivoca sen-
tensia! de quien habla aquesta imitasion, y aqueste exemplar? de el mis-
terio, que predica? ó de el sermón, en que se queda? porque el sermón no
puede servir de exemplar, ni de imitasion, si no es trabando aquella copla
BIBLIOGRAFÍA MEXICANA DEL SIGLO XVIII.
21
que finalisa, exemplo de lo que acaba la carrera de los siglos, y si no sabe,
qual es la troba, se lo puede preguntar á los Padres de S, Francisco; mas
porque conosca que de nuestra parte no ai desafecto, sino quexa, como de
la suia tampoco ai exemplar, porque antes ha menesterlo su merced, oiga
el Dr. Alcalá la respuesta para que le sirva de satisfacsion, y á nosotros
de executoria.
PUNCTO 2?
De la dedicatoria.
Sint Míecenates non derunt flace Marones, le dixo aun flaco vn hombre
grueso: y siéndolo tanto (Dios lo bendiga) nuestro Arcediano, buscó para
su Mecenas (que ya este nombre se va volviendo ambiguo) á la Exa. Se-
ñora Duquesa de Alburquerque Virreina de aquesta nueva España, em-
pesandole la dedicatoria, con vna ignorancia crasa, que muestra lo poco
que fue Cathedratico de phylosophia; dice pues: es la propensión vn afecto.
y dice vna mentira, porque la propensión no es afecto, el afecto si es pro-
pensión, la piedra, el fuego, la agua, la tierra, tienen propensión, vnos á
subir, y otros á baxar, y no tienen afecto: porque latins patet afeetns qnam
propentio, todo el que tiene afecto tiene propensión, pero no todo el que
tiene propensión tiene afecto; conque no está bien dicho: es la propensión
vn afecto, (y quien empiesa caiendo, como proseguirá acertando.) Hacele
pues la parola á su Exa con aquello, de arbitra prudensia opinión, censura,
Capellán, opinión, presumpsion, patrosinio, medicina Celi, Europa, Josué de
nuestra España, demasiado, no libre de acasos, disculpas, elebadissima es-
tatua, Deidades, pequeños, pobres, Ricos, llanesas, flor, joya, Altar y dosel,
con todas las demás voces, que hazen sonido, y no significan concepto, las
quales se hallan en la primera oja de la dedicatoria Pasó á el segundo punto
en que dice: no te trabaxc Señora Exa para la imprenta, que no soi tan poco
amante de mi mismo, que quiera darme en el rostro C07i mis defectos. Vna
exalasion respecto de mi venerasion, ó parto de mi vivesa que la suplió con
tanta grasia vna Ave Marta, ha ocasionado que sude en la prensa mi mo-
destia: porque no lo trabaxó para la imprenta, pues lo trabajó para vn Pul-
pito de vna Cathedral, y en presencia de un Virrey, y donde mas es tra-
baxarlo para decirlo á tal concurso, que trabaxarlo para imprimirlo, mas
ya dice el Autor el porque: Porque no soi tan poco amante de mi mismo,
que quiera darme en rostro con mis defectos. O que amor proprio! pues hom-
bre de Dios si eres tan amante de ti mismo? si conoces tus defectos porque
los sacas aora en la imprenta? porque que lo trabaxaras ó no para la im-
prenta ya lo imprimiste, y si lo trabaxaste sin intensión de imprimirlo, por
no darte en cara con tus defectos? como ya no haces caso de tus defectos,
y te das en rostro con ellos? Ves como eres mal lógico, aunque bengas ca-
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
thedratico? Fuera de que le quieres decir á la Exa. Señora Duquesa que
si le hubieras trabajado para la imprenta, lo hubieras trabajado y sacado
mexor, eso no puede ser porque hombre que en siete meses (tiempo para
parir vn Hijo entero) no sabe hazer vn Sermón entero hecho y derecho,
como lo ha de quaajar en quatro, que rebentó en la prensa: pero ya dice
su motivo, para excusar el pecado. Vna exalasion respecto de mi venera-
sion ó parto de mi viveza, (Después abriremos el paréntesis, y á el abrirlo
lo partiremos,) que la suplió contanta grasia vna Ave Maria, á ocasionado
que sude cu la imprenta mi modestia. Señor Dr. de Alcalá poco sabe Vmd
de exalasion; exalasion puede ser aliento, y alli lo que Vmd llama exala-
sion no fue aliento, sino desmallo, exalasion puede ser soplo, y sino fue el
de su sermón, allí no huvo otra exalasion, exalasion puede ser cometa, y
allí no huvo otro, que el que amenazo Vmd, y á su cabeza, exalasion pue-
de ser humo, y alli no huvo otro, que el de su vanidad, exalo, axalas, pro-
piamente quiere decir hechar de si vapor, aliento ó vaho, evaporar, ó re-
bolverse en humo, y por eso la exalasion metheologica se llama assi, porque
se resuelve con brevedad, en fin Señor mió la exalasion puede ser sudor,
y si la exalasion no fuera cosa que saliera, aqui si que entraba vien la exa-
lasion, porque assi como se exala la alma, porque se bá, assi se le fue, y
exaló á Vmd el sermón. El sol contra Gabaon fue quien le llevó á Vmd,
con los setenta (las quales no vemos en el sermón), la espesie, que no de-
bía de ser impresa, pues assi voló; vea vmerced si el sol es exalasion, y le
pasaremos el bocablo. Lo bueno es que diga, que la exalasion la suplió con
tanta gracia vna Ave Maria, concedo la gracia, pero si tiene por la gra-
cia la desgracia de la turbasion, quien habrá que diga que la desgracia
es gracia? quien le suplió á el Arcediano la gracia fue el Dr. Alberto, que
se la inspiró, y se la sopló, por tres, ó quatro veces, que lo que es por el
ya estuvo por otras tantas para coger la escalera, y baxarse de el pulpito,
lo qual le huviera estado mexor, pues no huviera dado después aquellas
sinco de corte, con tres de solesismos, y dos malos asentes: pero en fin esta
exalasion (que iremos á saber á su bocabulario, en que sentido la explica),
esa fue la que ha ocasionado que sude, en la prensa su modestia. Yo ten-
go para mi que mas sudo en aquella ora en el pulpito su persona, que ha
sudado por quatro meses su modestia, y el sudor pienso que no es tanto
de su modestia, cuanto de su agonía.
Pues para tan graves males
si se juntan los Doctores
no te ordenaran sudores,
que has menester magistrales.
Mire pues el Arcediano su magisterio, para que tantee su sudor, y cui-
de no se le salga por el la modestia, y exalandosele toda, se quede sin
nada.
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
Mas ya de su dicha infiero,
que á el penco en este dislate
pone, porque no se mate
por guarda este sudadero.
Mas aquel paréntesis, que entre renglones no asia á el caso, el que de
xamos serrado y abierto, para partirlo á que fin viene aora? el paréntesis
es (respecto de mi vetierasion, ó parto de mi vivesa-), este está entre la exa-
lasion, y el suplemento de el Ave Maria, y no he leido otro paréntesis,
mas paréntesis, porque no he visto cosa menos á el proposito, y lo que
aqui quiere decir el Dr. de Alcalá es, que la exalasion, que es un instante
se ensendio, y se apagó por que la suplió con tanta gracia vna Ave María,
que fue nacida, ó de el respecto de su benerasion, ó de el parto de su vi-
vesa. Ai tal parto! ai tal vivesa, y respecto! que de algunas vivesas se ori-
ginen los partos, ya lo sabe el mundo, y el sexto mandamiento; mas con
el debido respecto nos quiere dar en las barbas con este parto, no se lo po-
demos alumbrar, y mas quando todo ello quiere decir según el dicho Cos-
cojales ha insinuado, que enfrascado en su salutasion inadvertidamente he
chó los ojos asia donde estaba en su asiento la Exa Señora Virreina, y que
le cogió de susto (siendo asi que vino aquel dia la Exa Señora acompaña-
da con el Señor Virrey á asistir en la funecion, cosa que no pudo ignorar
el Arcediano, porque la salió á recibir el M? Cabildo) y que á el ver á su
Exa, mientras se le venia á el pensamiento, lo que le havia de decir (como
si los Predicadores dicen nunca á las Señoras Virreinas, y mas en presen-
sia de sus, maridos) por estudiar alli luego luego lo que havia de hablar se
le olvidó lo que havia estudiado, y lo mexor es que no le habló palabra á
su Exa, conque se le fueron ambos estudios. Esto es lo que llama, respec-
to de sa venerasion, ó parto de su vivesa, (como que su vivesa tuviera por
parto olvidarse de el estudio). Dice Plinió: que las Mugeres que son na-
turalmente vivas peligran en los partos; si el parto de vna muger, en quien
es natural el parto, por la vivesa es peligroso, en vn hombre tan vivo qual
seria el parto de arrebatado, ya lo dixó el mal parto y si lo que da á en
tender el respecto de su venerasion es que los que se turban delante de las
Señoras Virreinas, les faltan á la venerasion, y al respecto, siendo vnos dis-
corteses: no habrá alguno que mida la discortesia por cumplir con la obli-
gasion de su entendimiento, y de su memoria. Mas quien habrá que haga
aquella comparasion que por escudo de su sermón trae el Dr. de Alcalá
aserca de el Paraíso, y la Señora Virreina; óigase: Y si por guarda, y pro-
tector de vna de las mas perfectas obras, que Píos hizo, la qual fue el ame-
no paraíso determinó su Magestad á vn hombre, que crio en el principio de
el mundo, dándole la Exelensia de primer Principe de la naturaleza, con las
perfecciones de la Justicia, y de la gracia. Poniendo en el sus divinos ojos,
para que fuesse Defensor de aquella obra, fabricada con sus ma^ws: para
bibliografía mexicana del siglo xvm.
24
mi obra será indispensablemente presiso el soberano patrosino de V. Exa.
Gran decir! el que compara con Dios: el sermón con el Paraíso, y ala Se-
ñora Virreina con Adán: para que aiga buena comparasion en rigorosa
ley de Rethorica, y de Eloquencia, ha de haver alguna similitud, ó pro-
porsion ; pues qual entre la Señora Duquesa, y el hombre primero? entre
Dios y el Predicador? entre el sermón y el Paraíso? entre obra, y obra?
mas si el Arcediano quiere, que la Señora Virreina dee cuenta de su ser-
món, como la dio de el Paraíso Adán, vea en que paró la guarda, y cus-
todia de Adán: vt ensíodireí ilium, y verá que dio con todo en tierra, no
obstante la guarda, y si vn Adán que fue el primer hombre no pudo de-
fender el Paraíso, vna Muger aunque sea de las primeras, como hade defen-
der este sermón, que aunque tiene de Paraíso su poquito, de Serpiente su
puntita, de mansana, y su picante de mentira, nada se hallará en el de el
árbol de la ciensia: menos mala hubiera sido la comparasion entre la Se-
ñora Duquesa, y el Cherubin, pues lo puso Dios por guarda de e¡ Paraíso,
porque no lo supo guardar, ni defender Adán, que assi con la espada en
la mano estorbaba el camino colocavit ante Paradisum Cherubin, etflameum
gladium, atque versatileiu ad custodiendam viam ligni et vites, y puesta su
Exa en vna mano con el sermón, y en otra con la espada hecha vna Miner
ba sabia, y una fuerte Bellona, saliera á la defensa con su espada mas de
marca, y tuviera vien que reñir si se metiera á defender: pero por amor
de Dios si el Arcediano no es Dios, ni lo puede ser, si su sermón no es
vna de las mas perfectas obras de el mundo, por estar lleno no solo de im-
perfecciones, sino también de pecados: á que fin viene este Paraíso con esta
obra? y esta Señora Virreina con esta guarda? y este hombre con todo
esto? vien havia menester toda la guarda de su respecto su Exa, y toda la
guardia de su Palasio para defender este Paraíso, donde quien caió en el
fue el Arcediano con el oficio de Adán, pues ya que su culpa no fue la ori-
ginal, fue la del retracto. A el Africano Cipion le dedicó vn soldado co-
barde vn escudo, en que gravó sus armas, y el Africano para decengañar
el obsequio mandó quemar el escudo; la clemensia, y piedad de V. Exa
no hará tanta barata, porque no quemará el genero, pero será nesesario
todo su poder, para defender el individuo. Acaba la dedicatoria el Ora-
dor con estas palabras, que se hallaran á el fin hablando de la calificasion,
y Real sangre de su Exa: liu cutas exclaressidissimas venas tanta sangre
Real se infunde, que solo puede V, Exa dentro de si competirse, sin que otra
Muger en el inundo se utreba á igualarse eou ]'. Exa. Quien duda la Real
sangre de su Exa, pero quien no veé aqui, que por vna lisonja, hace dos
injurias? vna a la Señora, y otra á su marido, á el Señor Duque agravia,
porque tiene madre, y es muger, y si ninguna muger se le puede igualar
en el mundo: luego ni la madre de su marido, este es agravio, y yo seé de
su Exa que confiesa la igualdad con su matrimonio, y con su casa: tam-
bién agravia á la Señora en lo mismo, que la lisongea, porque esta Exa
BIBLIOGRAFÍA MEXICANA DEL SIGLO Xv'III.
25
Señora tiene hermana, cuñada, Tias, sobrinas, y tiene vna hija, como mil
perlas, de igual sangre, y tan Real como la de su madre la Señora Virrei-
na, pues como no habrá en el mundo muger, que se le atreba á igualar; y
la Reyna de España no es muger? y la Duqueza de Alba acaso es hom-
bre? y la Marqueza de Astorga es algún negro, viejo? y por amor de Dios
la de Alcalá donde se queda? siquiera porque fuimos Colegiales Maiores,
y Cathedraticos de Alcalá. A la verdad ninguna habrá que exeda á V.
Exa, pero algunas habrá que le igualen; hablemos la verdad sin lisonja,
que aunque estamos en el Paraiso de este sermón el eritis sicnt Dij no le
hemos de dejar entrar.
PUNCTO III?
De las dos aprobasiones en común.
Desde que Dios hecho su luz á el mundo, qualquiera cosa, que sale á
el mundo nesesita de aprobasion: véanse aquellas seis aprobasiones de las
seis primeras obras, para que todas las obras vean, y conoscan, que á el
salir á luz han menester aprobarse. Es obligasion por lo regio, y lo ordi-
nario presentar cualquier pobrete su papel si lo quiere imprimir para que
se lo remitan á la sensura, sin que sea excomunión, sino alabanza, por ser
ordinariamente los informantes de la devosion de el que escribe ó imprime:
y luego se viene á los ojos la duda, porque el Arcediano escojeria por Cen-
sorinos á dos Catones? como á el Padre Maestro Fray Antonio Gutierres,
y á el Padre Dr. en su sagrada Theologia Fray Antonio Hermoso de Se-
lis, el primero Provinsial sido de San Augustin de México, y el segundo
Provinsial siendo de San Fransisco en la tierra dentro, el primero, que vino
de España á Michoacan, y el segundo, de aya también á Sacatecas, Am-
bos Calificadores de el Santo Ofisio, quanto mas de sermones? Que buen
par de pichones, para sermón de Purificasion, dos Capillas, que aun pu-
dieran ser Yglesias, pues y que mas autoridad, para que quede aprobado
el sermón Señor Arcediano? y mas quando todo el de todos ocho costa-
dos (que pudiera decir de quatro) es español: quien da la lisensia por lo
Regio? el Señor Duque, quien por lo Eclesiástico? el Señor Arzobispo, á
quien se dedica á la Exa Señora Virreyna; quien lo predica? el Santo Ar-
cediano, quien lo aprueba por el Rey? el Padre Fray Antonio, quien por
el Papa? el Padre Fray Luiz, quien lo imprime Señor Carrascoso Villena,
quien corre con las pruebas? el Padre Fermín, todo de costado, á costado
español: Vendito sea Dios que no entraron las Yndias aqui ni en vn punc-
to, nien vna coma de el sermón, todo de banda, á banda de la otra banda,
pero no tan bendito, porque luego huvieron de sei dos Frayles? (es el me-
xor bocablo, y el mas llano), y no dos Clérigos? dos Capillas? y no dos
4
bibliografía mexicana del siglo XVlll
bonetes? dos Gachupines? (assi llaman á los de España), y no dos Crio-
llos? (assi llaman á los naturales) peno no Yndios, sino tan blancos, como
sus mercejes, pues porque no se partió la diferensia, y la aprobasion? por-
que no fue mitad de vno, y mitad de otro? mitad de Clérigo, y mitad de
Frayle? mitad de bonete, y mitad de Capilla? mitad de Criollo, y mitad
de Gachupín? ambos Gachupines, ambos Frailes, y que no se pleitease
la alternativa! Ó misterio grande de los Clérigos! pudo escoger á su Ciui-
dad, á Rodrigo de Dean á üon Andrés Peres de Canónigo, y nos pudiera
meter en la aprobasion aquel su grande pareser de que la Yglesia de Me
xico no es Metropolitana, y la Rea! Audiensia no es Chansilleria, y lo pro-
bará también como Anagagoras. quando decia que era negra la niebe: de
los Criollos pudo valerse de un Frayle, como, pero ya se me fue el Frayle,
porque ya se fue, y es que se murió sobre ser mui docto, era mui buen
amigo; pero los Frayles á pares, ambos Gachupines', y ambos teñidos de vn
color, aunque el vno negro, y el otro pardo, ambos á dos venidos de la tie-
rra dentro, y ambos mui fuera de la tierra, por no ajustarles, y estos dos am-
bos aprobantes. 0 misterio! Refiere Horo que Porcato acusado en
tribunal de una falsa calumnia, siendo pribado de el Emperador le
señaló por Jueces dos amigos suios Romanos, y compatriotas, para que lo
sentensiassen, y el satisfecho de su derecho, replicó: que se le señalasen por
Jueces á Arisconte, y Yamaco dos Sabinos contrarios suios, y da la razón
el Historiadorelegantissimo: Ne patries simulantes Patriota 7 parcerent Aris-
contem, et Lamacum, et Sabinorum genere destinavit, vi quantum fuisset
censura liberior, tantum veritas sua fuerit illustrior. Poca satisfasion tuvo
el Arcediano, cuando por Censores de su causa, buscó dos cuñas de un mes-
mo palo, que es el suio, mas desengáñese, que por acá quien junta el flux,
no puede hazer primera; sino es que diga, que le paresio á el Cathedratico
proprietario, que ninguno de aqueste suelo podía tener ojos, para ver la
luz de su sermón: pero si lo jusga sol, los hijos de la Águila nos proba-
mos con los rayos, porque lo somos. Y oiga dos Mitras de México, ambas
de España, el maior Theologo, que de la antigua ha pasado, á esta nueva
España, fue el Señor Dr. Dn. Matheo Saga de Bugeirío, áquien tembla-
ron en la Europa las disputas, y las Cathedras, las Vniversidades, y los
Doctores, el qual haviendo oido predicar y argüir algunos ingenios mexi-
canos, jamas se atrevió á subir a el pulpito, ni aponer replica: porque de-
cia: que hasta los muchachos lo hacían estudiar y correr en México. El Exo
Señor Dn. Fray Paio de Ribera, también Arzobispo, y también doctissimo,
como lo dice el libro de su apologético, viendo la abundansia, y exeso gran-
de de sujetos, decia con aquella cansion y grasia, de que Dios lo dotó: acá son
mas los Doctores, que los Doctorados, aludiendo á que aunque á muchos,
que tienen el grado de Do< t< >r< - por la Real Vniversidad, pero que todos lo
debían tener, y donde ai tan cresido numero, vea el Colegial maior, si ha-
bría ojos, para ver sus obras, y conoser sus ideas; pero buscólos á su modo
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
para que fuera la censura benia, y para que tuviesse lugar este verso, que
alia lo puede construir.
Dat veniam Corvis, vexat censura Columbas.
PUNCTO IIII?
De la aprobasion de el Padre Augustino.
A el Rmo. Padre Fray Juan Gutierres, que vino de Secretario de la Lu-
na de Michoacan, como er. la de Valensia le tocó ser Fiscal de este sol para-
do: es varón doctissimo, y mui graduado en su Religión. Maestro en ella,
Prior, y después Provincial, y luego su punta de Monarchia, aunque no la
entruchó: dio su aprobasion el dia ocho de Marzo, dia de San Juan de Dios
Padre de Pobres enfermos, y hospitales, y el Señor Virrey dio su lisensia
el dia veinte, y tres Marzo, también quaresma, víspera de la víspera de la
Dominica in passione (Viernes de Lázaro, que llaman). La passion, que
este Padre Reverendissimo tiene con la nación Criolla, havia menester mu-
chos Jueves Santos, para llorarla: no ai por acá hombre, que sea blanco,
ingenio, que sea agudo, nobleza, que sea limpia, proceder, que sea honra-
do, casa que sea solariega; prendas que sean cabales, Estudiante, que sea
docto; ni nada, que sea algo, que solo en este caso puede ser la nada algo,
donde todo es nada para su Paternidad, y assi está tan bien quisto, como
el Arcediano, y á este hombre buscó el otro paraque á vno, y aotro diga-
mos lo de Marsial: verecande sancíius ore loqui. Entra su Paternidad con
lo de su centir, porque no lo sienta la tierra, y en verdad, que la tierra es-
tá vien sentida de su Paternidad, con sus onze de obeja, y sus" beinte, y
dos de Lobo, y como que lo dice acaso pone grande estudio, afectasion,
y fuerza: da á entender, que no asistió á el sermón con bastante sentimien-
to suio diciendo en el séptimo renglón de su aprobasion: que dispuesto ya
á decirle {id est el sentir) como censor me halle preocupado de el sentimiento
de 110 haver sido oiente (pudo decir oidor) este dia defraudado de el gusto
de oir en voz de el Predicador, lo que he visto, y admirado en sus papeles:
Costosissima me huviera salido la ausencia á no resarsirsc el daño por la
execusion de el superior decreto, que me manda ler lo que dexé de oír. Des-
pués mas abaxo, buelve á rebolcarse en la ausiencia, con aquello que se
hallará á el acabar la aprobasion diciendo: que tuvieron como yo la desgra-
sia de ausentes. Que desgrasia Padre Maestro? que no fue sino suma di-
cha, porque si los que tuvimos esa dicha nos tuvo todo el tiempo (fuera
del Ave Maria) que duró el sermón con el credo en la boca, para que es
dar á entender afectando tres vezes en la aprobasion, que no asistió Nues-
tro Padre Gutierres? es por bentura para sacar falso el principio de aquella
dezima:
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
28
vino de San Augustin
el nacional Borbollón
de Gutierres Fray Antón
porque vino, ó no vino su Paternidad, si vino faltó á la verdad en su apro-
basion, sino vino faltó á las leyes de la amistad, ó fue Profeta de el mal
parto, que havia de haver, ó vrtó el bulto, quando escapó el cuerpo: fuera
que no por eso se le quitan los azotes, pues para sacar brillante el nacional
borbollón, si su Paternidad lo ensiende, y lo atiza, que hace que venga, ó
no venga? si siempre le bendra nacido á V. P. el epitecto, y para la apro-
bación de lo que le mandan ver, que tiene que ver el sentimiento de la no
asistensia de lo que dexó de oir, es acaso amarrarse el dedo, y curarse en
salud? vno, y otro debe ser, pero concedido que dicho Padre no vino, de
que se halla preocupado de el sentimiento? ni que costas son estas en que
havia de salir condenado? costosissima (dice) me huviera salido la ausencia.
Ahórrele Padre Maestro de mil sustos la ausencia, y huviera dado la ida
á mil Demonios, porque digame V. P. desapasionadamente, y dexando la
Europa á vn lado, que elegansia, que agudeza, que ingenio, que elocuen-
cia, que arte se le halla á todo el sermón? es mas que vn juil enzartado en
otro, con sentones de bocablos, y de periodos de guerra? aqui una alforja,
alli otra, es mas que vn tratadito de la obediencia, que se puede aplicar á
la sircunsición del Señor, y qualquier otro misterio para encargar la hu-
mildad? que novedad le halla? que estilo? que profundidad? y que havia
de oir V. Paternidad en voz del Predicador? que ni tiene voz, ni gracia,
ni acción, ni talento, ni dominio de pulpito: alli cogió con la mano izquier-
da, la manga derecha de la sobrepeliz, y como que daba con vn martillo
en el pulpito, sin mas acción, ni variedad estuvo marcando con arta las
tima, aun de quien no se la devia tener, por su sobervia, en espesial quan-
do enclavijando los dedos, apretó las manos, que á el fin tuvo lugar para
apretar la mano á el verse rendir el espíritu, y perder su crédito. Buelvo
la oja, y paso á la segunda de la aprobasion: Assi muestra bien el Autor
(dice N. P.) haver hecho lenguaje, y estilo de la forma silogística, que apren-
dió de Cursante en Salamanca, y enseñó de Maestro, y Colegial Maior en
Alcalá, sin permitirse á la Usencia, que cifra el pulpito, y suelen tomarse los
argumentos. Aun en medio de el calor y poco sufrimiento de la disputa,
como N. Padre Gutierres es tan castellano, y viejo, nos peina el estilo de
modo, que los que no sabemos acá ni aun pronunsiarlo hemos menester
aprenderlo: de suerte Padre Reverendo que assi muestra bien Nuestro Cos-
cojales haver hecho lenguaje, y estilo de la forma silogística? y vien como
assi lo muestra? la forma silogística, que consiste en el (modus scicudi),
según dicen los sumulistas se funda en saber proponer vn silogismo en for-
ma, con su maior, menor, y consecuencia, aunque á Autores, que dicen,
que la consecuencia, no hace á la forma silogística, y la tal forma, y figura
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
29
pienzo, que ha de ser de tres modos según se contiene en aquel verso, sub
pr <2 prima, secunda bis pía, tcrtia bis sub, y es cosa horrenda Padre mió ha-
ver hecho lenguaje, y estilo (cuando sea assi) de esta forma porque todo
su estilo será vn argumento continuo, y lo que es bueno para las disputas,
no sée yo que sea bueno para las platicas. De vno de los Philosophos an-
tiguos refiere San Juan Crisostomo, que tenia vna muger, que el dia todo
se le iba en replicas con su marido, contras, argumentos, disputas, y plei-
tos, y preguntándole, como le sufría? respondió: me enseña en casa como
he de estar en la Cathedra. Duro estilo, y duro lenguaje ! siempre forma si-
logística, sin otra materia. Visitaba á vna Señora un hombre critico, y en
sus conversaciones, todos sus bocablos, eran: vltra, prceterea, preecipue,
aduc, imino, potius, hic, et nunc y avisándole una vez que venia aquel hom-
bre á visitarla, se mandó negar, y preguntándole, porque se negaba? res-
pondió: porque ese hombre habla en latin. Padre Maestro consejo es de
un gran orador: Singula quceque locum tenent sortita desenter, cada cosa
con su cosa, y cada cosa en su lugar; pero estilo de forma silogística? for-
ma silogística en figura de estilo, y lenguaje? si vn hombre fuera á la Vni-
versídad (aunque fuera la de Alcalá) á replicar, y en lugar de argüir pre-
dicara, fuera buen decir en su alavanza, que havia hecho el estilo conso-
natorio, lenguaje escolástico? si porque vno fuera Poeta les encomendaran
la dedicasion, ó defenza de vn pleito, y de facto se fuera á los estrados á
hechar coplas, fuera buen elogio decir, que era naturaleza el lumen poé-
tico? y esto es cuando la tal forma silogística la tuviera el Dr. Suazo pro-
bada, que aduc sub judice lis cst, pues lo que sabemos por acá es, que ha-
viendole convidado varias veces, assi para que replicasse, como para que
admitiesse algunos actos, que han querido dedicarle, mas por tentar su re-
plica, que por buscar su sombra, siempre se ha escusado de vno, y otro:
y quien tiene por lenguaje, y estilo el argumento, y la forma silogistica,
bien pudiera en estas ocasiones haver sacado su media espada: pero en fin
esto la aprendió de Cursante, en Salamanca, para enzeñarlo de Maestro,
y Colegial Maior en Alcalá, esto si le agradesco yo mucho á el Padre Gu-
tierres por lo mucho que venera la Vniversidad de Salamanca, que á el fin
sabemos, que los que enseñan en Alcalá, son los que aprenden en Sala-
manca: pues haviendo aprendido en esa Escuela pasó (si es que pasó) á la.
de Alcalá. Padre mío quando enseñó esto el Arzediano? pídale V. P. los
títulos de Cathedratico, las sertificasiones, que dio á los Estudiantes, y las
matriculas, que le hecharon, que aquí está vn Autor complutense, que dice:
que sobre la materia se perderá con todo Alcalá: mas ya V. P. lo prueba
con lo que dice de su sermón en la propia oja: Sin permitirse á la Usen-
cia que sufre el pulpito, y suelen tomarse los argumentos, aun en medio de
el calor, poco sufrimiento de la disputa. No me dirá Nuestro P. assi Dios
guarde, que licensias, fuera de las de predicar sufre el pulpito? porque si
alguno se toma mas licensia de la que debe está ai el Santo Tribunal de la
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII
30
fee, (donde V. P. es Calificador, y lo sabe mui bien,) para castigar á cual-
quier Lisensiado, y le cuesta la lisenciatura, mas de lo que pudo costarle
á el Señor Coscojales la borla: en fin V. S. quiso decir Rigore scholastico,
y puso en su lugar forma silogística, que es cosa formalmente distincta:
mas P. mió quien es consumado Predicador de el mismo modo sube á el
pulpito, que á la Cathedra, y en todas artes, y ciencias debe ser practico
ó por lo menos especulativo para tener crédito.
Pasa V. P. mas abaxo, y dice: si viera esta tenasidad de orasion (mexor
fuera de cabeza que es viscaina) aprendida cu la buena escuela aquel Ma-
estro, ó Principe de los Thcologos de su tiempo Fray Domingo de Soto, no
hubiera proferido en la dolorida exclamasion, que hizo cu Córdoba riendo ar-
güir, (mexor fuera oiendo argüir) aun Lector agudo de su orden, (ó felix
ingenio dixó,)pcro infelizmente nacido: ó felix iugcuiuiu infeliciter natum,
y desentronando el Autor de la Biblioteca domicana, que refiere el caso,
el motivo de esta alabanza destemplada en lastimas dice: que se arrebató
aquel hombre grande de la compasión, de que vn sujeto de tan elebadas es-
pe raucas huviesse nacido fuera del solar mas calificado de las letras, esto
es no en las dos Vnivcrsidades de Castilla, sin haver merecido picar las lo-
sas de sus patios en estudio, y exersicio de las ciencias, que vnas trae Padre
N. y que cola arrastra la autoridad, para llevarnos de encuentro á los que
no pizamos las lozas, y laxas de esas Escuelas! Padre Fray Antonio res-
pondo ala autoridad, y todo, y supongo, que el Padre Fray Domingo de
Soto fue vn hombre tan grande, grave y docto, que en la Vniversidad
de Salamanca era provervio: qui scit Sotum, scit totum: qui ignora Sotum
ignorat totum, supongo que para su crédito le bastó la autoridad del Ce-
sar Carlos quinto, que le eligió por su confesor pero consuélanos, que su
Padre de V. P. el Señor San Agustin es el mexor y maior Dr. de los Doc-
tores, y fue ingenio nacido fuera del solar mas calificado de las letras en
las dos Vniversidades de Castilla, y no por eso le diria Soto á San San
Augustin: ó felix ingenium infeliciter natum: Consuélanos también que
San Gerónimo, SanChrisostomo, San Ambrosio, San Gregorio, SantoTho-
mas, San Buena Bentura, Escoto, y otros muchos llamados por antono-
macia Doctores, no visitaron las dos Vniversidades, y que antes en ellas
los citan por Doctores, y con todo eso no les diremos la dolorida exclama
sion, en que prorrumpió en Córdoba eldoctissimo Soto: consuélanos tam-
bién, que la Vniversidad de Paris, Bolonia, y Ebora con otras gravissimas
Vniversidades, con la de México, la qual Soto con la de Salamanca sufre
competencia, no cursaron sus patios, no pisaron sus lozas, ni entraron en
sus Aulas, no vieron sus postes, y son de las que se sabe, que sacan los
Doctores, que admiran: porque las almas son todas vnas, y con el exer-
sicio se hacen los entendimientos maestros con los mismos libros, doctos
con los propios autores, y sentencias versados; conque nada se nos da, ni
de el Doctor, ni de la lastima, ni de la exclamasion, ni de Córdoba, ni de
BIBLIOGRAFÍA mexicana DEL SIGLO XV 1 11.
31
el autor de la Biblia dominicana, y ni de V. P. que lo alega, que ya le co-
nocemos, que, latet anguis in herba. Mas por vida de V. P. hágame favor
de pazar por el derecho canónico, cuando tuviese lugar, (y si sabe buscar-
la) alli se encontrara con vna clementina, y en ella con las Vniversidades
famosas de el mundo, hallará también fuera de las dos selebradissimas de
Castilla, y bolviendo la reflecxion á estas partes, puede N. P. considerar,
que assi por el mismo tiempo que eso diria en Córdoba Fray Domingo So-
to, se descubrió esta nueva España, donde tiene V. P. bastante esperien-
cia de la Vniversidad Mexicana, donde si no le siega la pasión hallará tan-
tos Doctores, como estudiantes, que le quitan de la boca la exclamasion á
Soto, y aun pudiera aplicar el epíteto á tanto magisterio, para que V. P.
no sacara la braza por mano agena, pues á la verdad el ser mas moder-
na, no le quita el Ser mas docta, y pues V. P. nos quenta su quentesito de
córdoba ó de cordobán, valla, valla este no de baqueta, sino de polvillo: ha-
de saber V. P. que precedía vnas conclusiones en esta Vniversidad de Mé-
xico (contábalo assi no el Autor de la Biblioteca dominicana) sino el de
la Secretaria el viejo Plaza á quien V. P. conoció mui bien,) precedía pues
vn Doctof moso grande estudiante, argüíale el Decano de la facultad, hom-
bre también mui docto, y mui viejo, y negándole cierto principio, que el
viejo tenia llevaba por asentado, le dixo: a mi me niega esa proposision?
no sabe que antes que el naciera, yo ya sabia Theologia? á que respondió
el moso: Señor Doctor eso no prueba la negada, lo que prueba es que V.
P. supo Theologia antes que yo, pero no el que la supiera mexor, que yo,
y assi lo decia Plauto: non ctate, vertí m, ingenio adipis citur Sapientia, y
Sócrates: nec experientia, et Rerum mulíarum vsus senes eradit, atque efi-
cil vi quid ex pedia t aentins, quam allijs prospiciat, y esto puede V. P.
llevar sabido en pago de su quentesito de Soto. El alma como yadiximos
en todas partes es vna, y siendo el entendimiento alma, todos los enten-
dimientos radicalmente son ¡únales, hacelos mas dispiertos el vzo, el exer-
sicio, la aplicación, y los libros, los Maestros, y las emulasiones, el estudio,
y el ingenio, y si el sol de España no es mexor, ni distincto, que el de acá,
como no será, sopeña de que no será Sol, Sol et homo generant hominem,
siendo los de la nueva España hijos de la antigua, y siendo los de esta tan
para todo, que todo lo saben hacer hijos, pues sus hijos son tan malos y
tan rudos, teniendo el mismo sol, y los mismos hombres Sol, et homo gene-
rant hominem, los mismos hombres, el mismo sol, los mismos libros, el
mismo Dios, la misma fe, la misma Escriptura tenemos acá, y demás las
abilidades maiores, pues quando los hombres con barbas andan en Espa-
ña á la escuela con sus cartillas, andamos acá artos de matriculas, y borlas.
Concluie este Reverendo P. con su aprobasion diciendo: Réstame alabar
el buen dictamen del Señor . Xrcediano de dar ala estampa este sermón, para
que assi corra á t>¡,los. Tener P. N. que se entiende que corra a iodos.' quie
re decir aquel corra que los aberguenze? porque á la verdad el corrido le
BIBLIOGRAFÍA MEXICANA DEL SIGLO XVIII.
32
toca á el Arcediano, y si nó díganlo la xacaras pasadas: que corra á todos ?
pues quien habia de correr! puede ser que todos se corran de que tal co-
sa se imprima, y de otra suerte la proposición de V. P. no es corriente, y
assi no corre por mas que alege Y. P. diciendo: que haviendo sido el prime
ro que predicó en esta tierra sera u las primisias, porque ni aun sus diesmos
queremos, que el tendrá cuidado de comérselos, y perdone V. P. que está
nota no ha sido masque por haverle conosido á Nuestro Padre la macula,
y haverle penetrado el espíritu con esta dezima.
dice el Padre fray Antón
de aqueste Sermón de borra
que para que á todos corra
será buena la impresión :
venimos en su opinión,
pero de este modo sea
que qualquiera a el puncto vea,
que en este Sermón ha sido
de el Arzediano el corrido,
y de el Padre la correa.
Puncto v?
De la aprobasion de el Padre Fransiscano.
El mui Reverendo P. Provinsial de Zacatecas, Fray Luiz Antonio Her-
moso de Celis, Dr. en sagrada Theologia, fue quien tuvo misericordia de
este sermón, en que haviendo quedado el Arcediano tan feo, buscó para
su aprobasion lo hermoso, dio su pareser el dia quinze de Abril, y el mis-
mo dia dio el Señor Arzobispo su usencia para la impression; y quien se
acordare, que el dia ya dicho, fue la Dominica in albis, no haga misterio
de el dia, para dexar assi la aprobasion: dala su Paternidad rendido, gus-
toso, desapasionado, observador (que observante ya lo es por su Religión)
atento, y enseñado, y dice: que concurriendo en Madrid 1 aunque tan pig-
meo) entre varios sujetos, no podía por ser tales pazar plaza de turinos.
Los Noturinos, que en plaza,
pues varios Sujetos eran,
los que aqui este Padre enlaza
es mexor taurinos Fueran,
pues eran para la plaza.
Vnos de Superior Herarchia, é inspección, que ya tenían, de la ciencia
de el orador nntiquada noticia, y experiencia, pues ya le havian oido gus-
tosos en la Corte de Madrid repetidos sermones con singulares aplausos,
bibliografía mexicana del SIGLO XVIll.
33
y en Alcalá en su Cathedra los primeros créditos vii, y oi á el Orador aplau-
dido: muchos testigos pudiera citar, algunos, y grandes referir, mas no es
Razón, que sertidumbrado de que el Orador- se mortifica con aplausos al-
tere su modestia.
Es de vna, y otra manera
esta modestia cesuda
el Arzediano la suda
pero el Provincial la altera.
Este testigo no prueba, porque es de oidas, y no de vista; oi (dice) de
todos á el Orador aplaudido, pero no dice que lo vio, y testigos de oidas
los desconfia el derecho: oculis magis, quam auditui credendum est. Dice:
que en Madrid tenían todos antiqúada experiencia de su ciencia. Pero que
es esto de antiqúada Padre Provincial ? si V. P. se va á el lexicón con el
eclesiástico, vera que es vna cosa, que no se vza: si dixera V. P. antigua,
immemorial, cierta, acentada, baila; pero antiqúada propiamente es cosa,
que no está en vso, porque este verbo antiguo, antiguas, significa quitar lo
antiguo de el vzo, y assi fue la experiencia, que tuvieron de la ciencia de
el Orador en Madrid antiqúada, como acá también, porque como xamas
huvo vzo, ni experiencia de su ciencia, fue la experiencia antiqúada, por-
que -orno ninguno dio razón de tal vzo, ninguno tuvo vzo de tal razón, y
esto que dixó el Padre en Madrid, es lo que decimos acá, conque todos
bamos á vna: pero no es esto lo quiere decir N. P. Provincial, pues alisto-
nado, como dice: su Paternidad en la segunda hoja, de todos los Censores,
guando califican orasion panegírica (aunque no sean panegíricas las ora-
siones, también las califican los Censores) aunque en mi la purificasion de
este sermón sea solo ser emonia de calificar, lo que mano tan docta quiso es
cribir, me es presiso ponderar sus eloquentes clausulas, en que dice: que
como séremonia será su calificasion, ó vno como cumplimiento, con la parro-
quia, purificando el sermón de la Purificasion, con la purificasion de su sére-
monia, que párese mas Maestro de seremonias, que Provincial.
Mas quando aqueste Censor
se muestra tan material
mejor será corporal,
que no purificador.
Mas no demos huelo á las plumas (prosigue con toda su hermosura Nues-
tro Celis) no es razón que en misterios soberanos de purificación yo quiera
hablar quando veo que asus divinos elogios vn sol para expresarnos exem-
plo, quiere emmudeeer: sol taeet. Ya aqui el Padre se retracta, porque hien-
do á ponderar las tales eloquentes clausulas -quita el buelo á las plumas,
desplumando las alas á imitación de el Sol, que asus elogios, paro sus ra-
5
BIBLIOGRAFÍA mexicana DEL SIGLO XV III
34
líos; alude á que en el sol tacet emmudecio el Arzediano, y aunque esto es
mentar la soga en casa de el aorcado, con todo N. P. Provincial me hade
perdonar las impertinencias, por que aunque su Paternidad no quiera ha-
blar en misterios soberanos de Purificación, no hade ser por tomar el exem-
plo de el Sol, porque el Sol no se paró en el globo: sol tacet, que quando
Maiia se purificó en el Templo, quien se paxó en el de la Cathedral fue
el Arsediano á el predicar de ese ministerio admirable de la Purificación,
que ni airas, ni adelante pudo decir: Sol tacet.
Mas no sin misterio registra el Padre Provincial vn Simeón si de el es-
píritu Santo asistido &, también lo advierte absorto, y elevado, por cuia
causa considerándole Thimoteo Hirosolimitano, como dormido le dice:
surge senex quare obdormis? ó santo, y benerable Anciano aora duermes?
aora callas? en esta ocacion enmudesses? Padre N. alíquando bonus dor-
mítat Homerus. Digame V. P. aquestas preguntas que le haze Thimoteo
á el Señor Simeón, de dormido, callado, y mudo? son oi de V. P. á el Ar-
zediano aplausos, ó apodos, alabanzas, ó bullas? elogios, ó escarnios? por-
que párese que es, como si dixera ó hombre aquí delante de este concur-
so, que te está oiendo, en presencia de todo México, que está tu lección
aguardando te turbas? aora te suspendes? aora te quedas? aora te paras?
si si dice N. Padre Ermoso en la misma hoja, que es mui proprio enmudecer,
en misterio, que es mui proprio de admirar, y como otro Arpoclates con el de-
do en la boca, y parlero silencio callar es mui proprio digo, que en misterios de
la Purificación los sentidos mas dispiertos, y distantes se transporten. Es assi,
mas lo que se le transportó á el Arzediano no fue el sentido, sino la poten-
cia, porque se le fue el Sermón de la memoria, y esta no es sentido, sino
potencia: pero dado caso, que N. Arzediano se paresse de misterio, para
que es añadir sobre el misterio de la Purificación, aque ese misterio? pues
el quedarse vn hombre en vn sermón no es lo primero de el Mundo, que
á los hombres mas doctos ya ha sucedido, porque la memoria como es mu-
ger es frágil: lo segundo, que nadie presisamente porque se quedó afeó á
el Arzediano, aunque pudiera, pues no fuera mucho haviendo antes char-
leado tanto: lo que V. P. le ha de defender, en lo que ha de poner el mis-
terio, y en lo que ha de sacar la cara, es en que vn Cathedratico de Alcalá,
proprietario en la de phylosophia, Arzediano actual de México, no sepa
minimus, ni menores, ni maiores, no minimus porque hierra los tiempos, y
el subjuntivo lo haze indicativo no menores, porque no sabe los pretéritos,
y dixó paricricrit, haviendo de decir piperit, no maiores, porque hierra las
quantidades, y escribiéndose dimitió con tíos//, lo hizo breve, que aunque
lo supo pronunciar, no lo podemos escribir, y si es mui proprio, como V. P.
dice : enmudecer en mis/crio, que solo es para admirar, y como otro Aporrates
con el dedo cu la boca callar: Suplico á V. P. mande, ó que todos los sermo-
nes, que se pr< dican á los misterio-, de Christo S. N. y de su Santissima Ma-
dre se quiten, ó que los Predicadores suban á el pulpito, y con su dedo en
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
35
la boca se estén un rato sin decir, y se baxen luego á desudar; fuera de que
el Arzediano dice lo contrario, porque el Padre dice: que el pararse fue mis-
terio, y N. Coscojales dice: que paró por aquel Ux exalasion respecto de su be-
iteración ó parto de su viveza, que suplió con tanta gracia vna Ave Marta, y
vna exalacion no es misterio, conque por aquí vnos pienzan en el bailo,
y otros lo ensillan. Prosige N. Ludovico á la buelta de la hoja y dice: Lo
que vn mal mirar discurre borrones, á los que la passion publica defectos,
son aun mas cresidos aplausos, y para esto trae lo de los Cantores decolo-
ravit me Sol, con el nolite me considerare, quod fusca sim. Padre N. el Sol
á la Esposa la quitó el color, que eso es dccoloravit, y á el Arzediano lo
dexó descolorido; pero esto si V. P. lo advierte mexor, es por distincta
causa. En el texto de los Cantares habla Salomón en el mexor sentido de
los Ynterpretes de la Etiopisa Esposa de Moizes, que era negra (aunque
algunos Autores dicen: que aqui habló por ironia por ser mui blanca), co-
mo que dixera no consideréis el color, considerad la causa, y sabed: que
como el Sol está mui cerca de la Etiopia, por ser tierra tan alta, me puso
assi el Sol con su sercania: mas en nuestro caso fue cosa mui distincta, por-
que estuvo tan lexos de la memoria de el Arzediano, el Sol que se le fue
por alto el Sol tacet. Y assi no tiene V. P. que decir mas abaxo: y assi se
engaña quien considera manchas, las que son perfecciones, ni tampoco la
exclamación: Ó y como las sombras del Hereje están desbanesidas en los ar-
gumentos de este sermón! luego el haverse quedado con todos los acciden-
tes, no fue sombra en el Arzediano, sino perfección? quien tal dixera, pe-
ro si Bouum ex integra causa; malum ex quoqunque defectu. Componga
V. P. el proloquio, y diganos, que connexion tiene con lo dicho la excla-
masion de que las sombras de el Hereje quedan desbanesidas con los ar-
gumentos de este sermón. Que sermón Padre? ni que argumentos? allá
los oirá V. P. en llegando á su lugar, pero si todo lo dicho está alli en la
aprobasion, es contra los que notaron el Sermón, y por la gracia de Dios
ninguno es Hereje, sino todos Christianos, viejos, viejissimos, y chatolicos,
que tiene que hazer la heregia aqui con la verdad? Prosigue pues: quisie-
ra purificar, si pudiese antes de concluir, estos ami corto entender bastardos
accidentes, obscuras neblesillas. En paz sea dicho P. Maestro, mas aunque
V. P. aia ido á Roma por todo, no es V. P. quien ha de purificar, ni con-
cluir aquellos que asu corto entender le párese que son bastardos acciden-
tes; pero ni son bastardos, sino legítimos, ni accidentes, sino substancias,
ni obscuras ncblillas, porque son mas claras, que el Sol, y mas de lo que
V. P. pienza en todas lineas, y si N. P. quiere purificar, y quemar (con su
puin, tenazas, y todo) de los que hablan, y han hablado de dicho Sermón
tendrá V. P. bien que hazer, y se quedará deberás, sin hazer nada, porque
ni están sujetos á las leyes de V. P. con su purificación, ni á su quemazón,
que no será Razón que porque V. P. sin.que, ni para que esté abrazado,
estén los otros pobres encendidos. Trae V. P. para eso lo de el Propheta
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
Ysaias: Ecce Virgo concipict, lo de S. Matheo, y S. Lucas con su lugarcito
de Gericó, y advierte, que eu el capitulo antecedente, vn Seraphin con vn
flamante carbón de el misterioso altar cogido, quiere que Ysaias sea purifi-
cado, los labios le abraza, y los labios le purifica; acción divina, política y
soberana, quemar, y purificar labios, que han de hablar acerca de los Ser-
mones. P. N. aunque el Sermón de el Arzediano está impreso, aun no está
purificado. Válgame Dios que acción tan divina, tan política, y tan sobe-
rana le parece á V. R. quemar labios que han de hablar acerca de los Ser-
mones! Dexo la graduación que está mal puesta, porque no havia de decir,
tan divina, política, y tan soberana, sino tan política, tan soberana, y aca-
bar, por tan divina: mas quantos habrán predicado mal, y no les habrán
hablado vna palabra? ni escritoles vna copla? Como este hombre de el Ar-
zediano, vino hablando tanto, con toda la colegiatura entre cuero, y car-
ne, con todo su modo de predicar en el alma, y con toda la Theologia de
Alcalá en el cuerpo, y el se quedó en cuerpo, y alma, y se quedó sin sen
tido, memoria, y construcción: no se admire V. P. que haigan abierto los
labios, aunque quiera V. P. quemarlos, porque fuera tenernos por tontos,
si no dixeramos siquiera esta boca es nuestra, mas sepa V. P. que quando
se manda quemar los labios, no es porque se dice la verdad, (como aqui),
sino porque se lisongea, y se dice mentira, como verá V. P. en este que
parece quento, y es vn grande caso: Refiere Pedro Cri que el Rey Cam-
bises mandó matar á Prosapio vn grande Amigo suio: arrepintióse de el
hecho, y llamó á un grande adulador, que tenia llamado Teophion, y pre-
guntóle, que le havia parecido de aquella muerte, y respondióle, dando su
aprobación (como N. P. Provincial) Optinic gratiam enim fatentur omnes
pro tan benigno Principe, y el pago de esta lisonga fue mandar luego lue-
go que le quemaran la lengua á el adulador: illico quanvis pro se atenta-
tioncm protulijfct, usque ad ciñeres Teophiuis linguam comburi iussit. Si la
cosa está mal hecha por donde le ha de entrar la alabanza? lo más que po-
día hazer era callar, pero como el hombre habló tanto, fue preciso que nos-
otros habláramos vn poco. Añade N. P. Provincial: paresiale á alguno,
que siendo Seraphin, quien incluie cresidos iusendios, baslabasse el sin mas
sagradas lumbres, para purificar labios, pues padece engaño, que no es osio-
sa la diligencia, labios, que se han de ocupar en hablar de tales oraciones
purificadas, nesesitan para su purificación de repetidos sagrados fuegos: vno
paresse no es bastante, pues añádesele otro mas ardiente. Aqui P. N. con to-
da la licencia de su autoridad, negó supositum, supone que fuera de la bra-
za de el carbón, purificó los labios de el Propheta el fuego de el Seraphin,
y por esso dice: que para purificar los labios, se nesecitó de repetidos fue-
gos ; y no solo es falzo, sino contra la Escriptura; porque el Seraphin no
purificó á el Propheta con su fuego, sino de el que cogió con vnas tenazas
de el Altar, conque no fueron repetidos los fuegos, sino solo vno, no el de
el Seraphin, sino el de el carbón y no mas: ct volavit ad me vnus de Sera-
bibliografía mexicana del siglo xrm.
37
phin, & in manu eius calculus, quem forcipe tulerat de Altari. Conque no
sirve lo que V. P. admira, de quan ocupados andarían estos sagrados fue-
gos, si purificassen tantos labios, mexores, que los de V. P. se purifiquen,
para hablar con la debida inteligencia de los textos de la Escriptura, y assi
dexo de ponderar el conceptuó de la mirra, conque V. P. acaba su apro-
bación, porque desde luego supongo, que el Orador la mirra era lo pri-
mero, que nos havia de dar.
Y assi le dan buena carga,
con la mirra á lo que infiero
que dará si se descarga
después? quando lo primero,
que dá es cosa tan amarga.
Mas por no quedar con vn escrúpulo quisiera aberiguar de V. P. vna
cosa, que ya se me habia pasado, y la deseaba en tres renglones, acerca de
la maioria de el Colegio de Alcalá, esto es, de Sn. Yldephonzo, y vn com-
pañero mió mas bellaco que yo, me riñó mucho, porque siendo acerca de
maiorias, se me habia pasado por alto, dice V. P. á el acabar la primera oja
de su aprobación: que el Colegio de San Yldephonzo de Henares es el se-
gundo después que el Apostólico, supongo que el Colegio Apostólico fue
el de los doce Apostóles, y en esta suposición después de el Colegio Apos-
tólico se sige el de los Cardenales, conque maior que este es el de San Ylde-
phonzo? pero volviendo á suponer, que V. P. entienda por Colegio Apos-
tólico el de los Cardenales, yo me temo mucho, que si este Sermón como ha
de ir á Alcalá, ba á Salamanca le ha de poner pleito mi Colegio maior de
Cuenca, de el Arzobispo mi Señor, no quiero nombrar á el de San Bartolo-
mé, porque no sea que desuellen álla á V. P. y le quiten el cuero, porque no
seé de donde le han de salir las correas sino se las pide prestadas á Nuestro
Padre Gutierres.
PUNCTO VI?
De la salutación.
Llegamos ya alas dagas, porque llegamos á el Sermón, y el principio de
la salutación es el princio de vna de las cartas, conque á el desembarcarse
en la Veracruz, dio á cierto Prebendado de esta Iglecia por parte de su
arcedianato, y venida, porque para estas ocasiones tiene guardado el ren-
dimiento, la obediencia, la ocasión, y la osadía, la elebacion, el puesto, la
cortedad, lo discreto, el theatro, el ruego, el respecto, el mérito, la máxima,
la idolatría, la fama, el rigor, la censura, con todos los demás bocablos,
verbigracia, de la dedicatoria, que todas son voces de oropel, pero sin oro,
entradas de pabana, sin voz masiza, y nos dice: que el objecto de el dia es
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII
38
el soberano misterio de la Purificación de Maria, como si a dos de febrero
celebra otro objecto la Sancta Iglecia, y para publicar de María las gran-
dezas trae el benedictus Dominas Deas Isrrael, no de el Viejo Simeón, si-
no de la gran discreción de David: qui fecit mirabilia solas.
Mas la intención de tus fraudes
no logras, como se vée
pues el benedictas fue
el que no se dice en laudes.
Dice pues en la segunda pagina (que David no habla sin duda del so-
berano misterio aqui/) Esta Metropolitana Iglesia entre las insigues la
maior, consagra tan festivos cultos. Dios se lo pague por la merced, que
nos haze, pues dice: que esta Metropolitana de México es la maior; como
Toledo, y Sevilla no se enojan ? sea por amor de Dios que algo le hemos
de agradecer, mas si esta Iglesia Metropolitana es la maior de el Mundo,
será no solo por sus rentas, sino también por sus sujetos, pues que sujetos
serán sino los maiores de el Mundo, los que encierra en si la Iglesia entre
todas las de el Mundo la maior: luego estos sujetos bien podran, ó com-
petir, eexeder á los de la Theologia de Alcalá, si acaso la Theologia no
es vna en todo el Mundo, sino es que le dá á la Cathedral la maioria, por
comerse las rentas, y le dexa á Alcalá la primacía donde se aproprio la
Cathedra. Mas es para reír la causal que dá de los festivos cultos, porque
si hablara del misterio, creo que mandara las voces, porque alli bendice á
Dios porque executa todas marabillas solo: qui fecit mirabilia solus. y
aqui le bendigera porque haze maravillosos prodigios acompañado, esto
quiere decir, que presentarse Christo, en el Templo no fue obrar el pro-
digio solo, porque fue con su Madre Santissima, (que iba á purificarse)
acompañado, pero si el misterio, que la Iglesia celebró aquel dia no fue
culto proprio, é individual de esta Santa Iglesia Cathedral, sino de toda
la Iglesia en común, lo que dixó de esta Iglesia lo pudo decir de quales-
quiera Capilla, y qualesquier Pueblo de Indios, pues en todas partes se ce-
lebró este misterio. Dice: que no están en Christo las maravillas tan solas,
que no las acompañen de Marta las maravillas, para esto trae por prueba
lo de Josué steterunt Sol, & Luna; conviene en que se para el Sol, y pre-
gunta, porque se para la Luna? y dice alli para dar su respuesta, y solu-
sion: si el Sol se suspende es naturalissimo, que la Luna se pare, porque si
el Sol haze maravillas con sus luces, le lia de acompañar la Luna con sus
resplandores: Contra, sie argumentor: porque si esta prueba probara fuera
porque assi en pararse el Sol hizo vn milagro, assi en pararse la Luna hizo
vn prodigio, y assi el prodigio de el Sol, no fuera solo, porque iba acom-
pañado, con el de la Luna; sed sie est que en pararse no hizo prodigio al-
guno: luego esto no prueba, y probo minoran: perté si el Sol se suspende
BIBLIOGRAFÍA mexicana DEL SIGLO XV III.
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es naturalissimo que la Luna se pare, sed perté en esta ocasión se paró el
Sol: luego naturalissimámente no hizo prodigio alguno la Luna en pararse
luego la Luna en aquel caso no hizo prodigio con sus resplandores. Probo
consequentiam: lo que es natural no es prodigioso, ni milagroso; sed perté
allí se paró la Luna naturalmente: luego el pararse allí la Luna no fue mi-
lagroso, ni prodigioso. Que dixera de esta forma silogística aqui N. P. Gu-
tierres. Amigo no fue menester, que Josué mandasse parar á la Luna, con
precepto diverso, porque el dia, que se le mandó a el Sol, quedó toda la
Esphera parada, y consiguientemente la Luna, porque puede Vmd. con-
sultar á la astrologia, lo mas grasioso, que añade con el folio treinta, es
admirado el sagrado Chronista con tan peregrino portento haze esta pre-
gunta: Non ne scriptam est hoc iu libro Tustorum? por bentura está escrito
semexante suseso en el libro de los Justos, y los Santos? que mal entiende,
y construie latin! no dice tal Josué, no dice como constriñe el Arcediano
por bentura está escrito; antes dice lo contrallo, porque dice preguntan-
do: por bentura no está escrito? y eso quiere decir non ne, no está ya es-
crito? Responde el Arcediano: todos responden que no, y yo digo que nin-
guno habrá de responder tal desatino, porque es contra la Escriptura, y
todos dicen que si, poique todos saben, que ya está escrito. Señor Arze-
diano dexemos á parte la mala construcción, por la qual azotan á vn mu-
chacho por mal grainmatico; pero sepa V. S. que el sucesso que ya está
escrito en el libro de los Justos, y de los Santos, está en el Propheta Isaías:
sicut iu valle, quee est in Gabaon iracetur; está en el libro del Eclesiástico:
an non iu iracundia eius impedí tus est sol.' ct vna dies facía est, quasiduo.
Mire aora el bendito Coscojales, con que conciencia les lebanta este falso
testimonio á todos, y mire si sabe quien hizo la pregunta, si está escrito
el sucesso, pues antes porque sabia, que estaba el sucesso escrito dixo:
scriptum est? lo que sino sabe quien hizo la pregunta, es porque le dá aque-
lla reñida en forma de noticia, quando le dice: pues sepa quien hizo la pre-
gunta, que están escritas mas soberanas, quanto ba de obedecer á la voz
luces supremas, á monstrarse obedientes luces humanas. Luces materia-
les? si, luces naturales? también, luces criadas? no ai que dudar; pero hu-
manas! quien le ha dicho á Vmd. que el Sol, y Luna son hombres, para ser
humanos. Aora se sigue aqui el mal paso, de que lo sacó el Dr. Alberto,
por medio de el Ave Ufaría, pues haviendole atrabesado los Setenta en la
boca, atrás ni adelante pudo hechar el Sol taeet, hasta que con tanta gra-
cia, que mereció por ella Vmd. las ygas de Juan Manuel, dixo el Ave Ma-
ria. Dice pues; pero querrán saber, qual es maior maravilla, la del Sol o
la de la Luna/ la de Christo. ó la de María/ á es/a dificultad responderá
Josué que la maior maravilla, está en la obediencia de el Sol, como se injiere
del mismo texto: Sol contra Gabaouem ne mobearis. En el pulpito dixó se-
tenta vezes, y aqui los Setenta, y se quedó acabando su .Ave María. Pero
en el Sermón impreso dice: y aqui la versión hebrea, o mal escripturario!
bibliografía mexicana del SIGLO XVlll.
40
Para Moreno ese coche
veremos esa Deidad?
Señor Don Diego? de noche,
y con tanta obscuridad.
Pues que hombre, que sabe escriptura dice la vercion, pues no es ver-
dón sino raiz, la hebrea no es versión, sino el mismo original, el Hebreo
no lee, ni vuelve, todos len, y vuelven de el hebreo, de el Hebreo salió la
tradision de San Gerónimo, que es la vulgata, la versión de los Setenta,
la Biblia regia, Santos, Pagnino, el Griego el Arábigo, Batablo el Ciriaco,
Arias, Montano, y todos los demás, que volvieron; pero la vercion de el
Hebreo! quien, que supo algo dixo tal cosa! el Hebreo no sacó de alguno,
y assi no tuvo que volver, que eso quiere decir versión, y mire Vmd. vna
pruebesita, que es de el Autor, que escribió el libro, que intituló gemines
animee. Puso Pilato sobre la cruz aquel titulo lesas Nazarenas Rex In-
deorum, y refiere que estaba escrito en tres lenguas, hebrea, griega, y la-
tina, porque el griego y el latino, y todos leieron de el Hebreo, pero el He-
breo de ninguno, y assiba el hebraice por delante, porque es el original,
y después todos los que leieron el griego y en latin grece. et latine, y assi
quando los hombres doctos citan á el Hebreo, no dicen la versión hebrea,
sinoeltextohebreo,y esto Señor mió aunque está enlatin,no está en griego,
sino mui claro. Después prosigue dividiendo la ley de Dios, y la de Moisés,
como si en aquel tiempo la ley de Moisés, no fuera la de Dios. Pasa á la
de David: nunquid cognocentnr in tenebris, mirabilia tua? con lo de San
Juan: luz intenebris lucet, en donde no oi mas que suparola, y fin, y princi-
pio de el Ave Maria.
PUNCTO VII?
De el primer Discurso de el Sermón.
Comenzar, proseguir, y acabar, son las leyes regulares de la virtud.
Exmo. Señor? porque no son los pasos regulares déla virtud, y del tiem-
po, que comienza que prosigue, y que acaba. Miren que lindo exordio, y
que lindo D. Diego. Mas comenzar, proseguir, y acabar, no solo son las le-
yes regulares de la virtud, sino de el vicio también pudo, y lo proprio pu-
do decir de el vicio, que dixó de la virtud, trae esto para decir: que como
en Maria Santissima en el primer instante de su seer, se juntó el fracto de
la gracia, con la primavera de la naturaleza, no respectó en la virtud princi-
pios, y progresos. Y no dice bien con toda su Theologia de Alcalá, ni sabe
la materia de mérito, ni la de beata Virgine. y para que vea, que Maria
Santísima tuvo eu la gracia progresos, dígame como entiende aquel texto
de los cantares? quos eft ifta ques progreditur, pulcra vt lana, electa vt sol,
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
41
donde en el pfogreditur se darán á entender los progresos, que en materia
de gracia tuvo Maria S. por todos los instantes de su vida, que la fue cre-
ciendo, y aumentando, hasta verla infinita, como mantienen mui graves
AutoresTheoIogos, porque si Maria Santísima por la gracia de su Concep
cion engracia, no respectó en la virtud: luego fuera de la gracia de la Con-
cepción no mereció mas gracia? luego la gracia de la maternidad no fue gra-
cia? luego en la encarnación de el verbo, en la expectación de el parto, en
la Natividad del Señor, en la huida á Egipto, quando se perdió el Niño,
á el pie de la Cruz no tuvo Maria Santísima que merecer, ni tuvo progre-
sos su gracia? quando ai autor, que diga, que en quantas respirasiones tu-
vo la Señora, fue mereciendo, y aumentando la gracia, pero que mucho,
si muchos dicen fue infinita. Mire aora el Theologo de Alcalá, si Maria
Santísima, aun fuera del primer instante de su ser concebida en gracia, tu-
vo progresos en la virtud. Pasasse luego á confesar con el Virrey, y dice-
le: confieso a V Exa (miren que confíteor Ded) que siempre acostado dificul-
tad á mi rudeza, querer el Ciclo ver á María executar esta ley. Esta es su
confecion.
Mas de aquesta confession
ya se vee la nulidad,
pues para la absolución
de el ViRey la potestad
no tiene Jurisdicion.
Prosigue, y dice: con todos los soberanos misterios de esta Soberana Seño-
ra, anduvo Dios tan galante en favorecerle, que la preservó de humanas co-
munes leyes; pues como permite que se sugetc á vua ley común en el misterio
de su purificación? Esta duda hade ser de mi oración la idea, de esta ora-
ción será todo el asumpto de este papel. Mas que se entiende por aquello que
Dios anduvo tan galante en favorecerle? porque esto de galanteen voz mui
impropria, hablando de Dios, porque en todos sus atributos, no me darán
alguno, que responda á esta voz galante; liberal si, Omnipotente si, magni-
fico si; pero galano, que es voz mui baxa para Dios, y para la divinidad
mui impropria, y porque vea que no en todos los demás misterios anduvo
Dios tan galante, (como dice:) que la preserbó de humanas comunes leyes?
Vna de las humanas comunes leyes, es la de el morir: statutum est homi-
nibus,femcl morí, y en el dia de el misterio de Maria Señora, vna de las
cosas, que selebra la yglesia, es su muerte presiosa, porque no la privile-
gió, y precerbó de la muerte? y vea aqui el Señor Arzediano falsificada
toda su absoluta, pues no en todos los misterios de la Señora, la preserbó
Dios de humanas comunes leyes. Pasa á dividir su asumpto, y dice: Los
dos mas principales misterios, que publican cu Maria tas maiores glorias,
son el de su Purísima Concepción, y felix, y dichosa Natividad : la alabanza
maior de estos misterios, consistió en no sujetarse Maria á humanas comunes
6
bibliografía mexicana del SIGLO XVIll.
leyes. Con que el primer discurso de su sermón es comparar á Maria San-
tísima en su purificación, con la misma Señora en su Concepción esempta
de la culpa original; en su purificación, sujeta á la ley, y para esta compa-
ración, le pide su permiso á el Señor Duque, diciendole: Permítame V. Exa.
que contraponga a Maria con ella misma. Gran contra pocision ! contrapo-
ner á Maria, con Maria, exponer á la misma Señora en su contra, y enque
misterio, pudo ser Maria contraria de si misma? aqui siendo esta propocision
á el parecer mala, huvo menester, para decirla la permisión de Dios, masque
ladeel Señor Virrey, y porque en esta contrapocision de Maria con Maria,
como contiene dos extremos, si por el vno se dá la bentaja, por el otro la ha
de dexar vencida, y querer persuadir, que á Maria no se le haze agravio,
y ofensa con la duda, pues cede todo en su alabanza proprin, como la du-
da, es la contrapocision, y la misma duda pudo hazer en el Hijo si predi
cara en el dia de la Circuncisión, y de la Madre pudo hazer la misma duda
también, pues se sujetó á la misma ley, que promulgó Augusto Cesar, de
que todo el Orbe se empadronara á lo que se sujetó Maria S? Exit edic-
tiim á Cesare Augusto, vt scribcretur vniversus Orbis; ascendit autcm Joseph,
citm Maria, y sobre estos misterios pudo hazer la misma duda, y sin qui-
tar vna letra encaxar todo el sermón, que como es de communi hace á todo.
Llega á la inmediata de proponer su duda, para declarar su idea, y excla
ma: Disimulad mi Dios que pregunte mi cortedad viscaina, y á la verdad
que es viscaina la cortedad, y la pregunta también, (la pregunta es) y pues,
si la libra isteis de comunes leyes, á el concebirse, como permitís, que se su-
jete d la ley coman de purificarsse. Yo se la responderé, solo con decirle:
que en sentencia de gravissimos Padres (como después veremos) de hecho
Maria Santissima estuvo libre de la purificación, sin que le obligasse la
ley, porque aquella fue vna obra, que hizo la Señora de su pereroracion,
y vna ceremonia extrinceca, y exterior, que qualquiera, que conosiera su
pureza, y penetrara aquel profundo exemplo de humildad, conosiera, que
por concebida en gracia, y por haver quedado Virgen después de el parto,
no tenia obligación de sujetarse á aquel precepto; pero sino librara Dios
á Maria de comunes leyes á el concebirse veré, et realiter Maria S^ se hu-
biera concebido en culpa original, que era formalmente contra su crédito,
y por esso la libró de humanas leyes á el concebirse; y permitió el que
fuera á purificarse, porque la purificación era seremonia, y la concepción
era realidad, y con eso puede respondersse á lo corto, y á lo viscaino. Con
esa misma razón se puede responder también á lo que dicen los Santos
Padres aserca de exeptuar á Maria de aquella ley en la Concepción, que
fue porque estaba predestinada, para ser Madre de Dios, porque por la
misma razón estaba ecempta de la ley de la purificación: con que no tiene
entrada su duda, ni su dificultad, y para que se sepa todo lo que ai en este
misterio, Digo: que Maria SI1 fue á el templo á purificarse, por tíos razo-
nes: la primera, por dar exemplo en la obediencia, aunque no habla la ley
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
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con Maria S? como dice el Benerable Veda. La segunda: por vna profun-
da humildad; como dice Augustino. La tercera: por evitar el escándalo,
como dice San Lorenzo Justiniano. La quarta: por imitar á su Hijo, que
sin obligarle la ley de la circuncisión, se sujetó á el cuchillo, como dice San
Bernardo. La quinta: por ocultarle á el Demonio el misterio de la Encar
nación, como dice Gofrido Abad. La sexta como dice el citado Abad por-
que no se entendiesse, que por Madre de el que impuso la ley le quería
eceptuar. La séptima: hazer esa obra de su pererogacion, como dice Pe-
dro Becense. La octaba: por hazersse mas agradable ante Dios, con aque-
lla obra, como quiere Ricardo. La nona: para darnos exemplo, de que,
aunque estemos mui purificados, aspiremos á ser mas limpios, como dice
Santo Thomás. La desima: para que por medio de mas, y mas purifica
dones, aspiremos á mas santidad, como dice el citado Bernardo. La vnde
cima: porque quiso monstrar la charidad, que tenia á Dios, obserbando
vna ley, que no le obligaba, como dice San Matheo. La duodécima: por-
que como tenia, que temer, que havia, que purificar, no quiso su santidad
huir de la ley, que mandaba la limpieza, para que la misma ley adorara á
la Señora, por mas limpia, como dice San Juan Chrisostomo, y vea aqui
el Sr. Coscojales porque permitió Dios, que se sujetara Maria á la ley de
purificarsse, habiéndola librado de comunes leyes á el concebirse. Pero
de la duda pasa á la prueba, y alli dice: á la prueba, como quien dice á las
obras me remito, y trae la de el Eclesiástico, en que hablando de el Sol
dice: Magnas, qui fecit illum in sermonibus suis festinavil iter (ó que po-
co tiene de Sol en sus sermones el Arzediano) y porque el Sol en los ser-
mones de Dios se apresura, festinavit iter, pero el Arzediano con los
sermones de la Virgen se para. Haze su concepto, y de todo su Sermón
es lo menos malo, que algo le hemos de alabar, aunque sea por lo nega-
tivo, y ofresiendosele alli á su ignorancia, vna replica de la solusion, la que
paresiendole mala dice: menos mal; traelo de Vas admirabile de el Ecle-
siástico, dice mexor. La primera solusion supuso, que era mala, y no pa-
resiendole vien, dio otra después, que no le paresio tan mala, y dixo: me-
nos mal; no quedó contento con esta, y dixo: mexor, y este es solesismo,
no solo en la Rethorica sino en la lengua castellana, porque si en la pri-
mera prueba le pareció mal, y la segunda menos mal, después de mal, y
menos mal, no se sigue mexor, lo mas que pudiera, era menos mal.
Mas en aqueste Orador,
de vanidad todo lleno
como podrá ser lo bueno
donde lo mexor, es peor?
Pero á el fin de lo mexor concluie el puncto diciendo: Pero ó gran Dios!
en el mismo rendimiento de purificarsse Maria, está fundada la tnaior exe-
lencia de su pureza, y otra vez á la prueba, (como quien dice manos á la
bibliografía mexicana del SIGLO XV ni
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obra), la prueba es vna autoridad de el Angélico Dr. S. Thomás, en que
hablando de el Sacramento Eucharistico, dixó: que era el maior de los
milagros que obró Christo: miraculorum ab ibso /(retoñan máximum, y
cita á el Santo á el margen diciendo: Divus Thomas in lec.fest. Ene Santo
Thomás en las lecciones de la Eucharistia. Las hallará Vmd. en el opúsculo
sinquenta y siete: y ha de saber Vmd que S. Thomás Dr. Angélico, fue
devotissimo de el Sacramento Eucharistico, y tanto que á instancias suias
instituid el Papa Vrbano Ouarto, la fiesta de el Corpus, y le mandó á el
Santo, que compusiera el oficio, como lo hizo, y assi amigo mió la cita no
ha de ser de el Breviario, sino de el opúsculo, porque de este se trasladó
á el Breviario, no á la contra. Si Señor por cierto que le traerá grande
crédito á el Santo Dr. la cita de Vmd. en esta materia, quando lo tiene tan
grangeado en toda su sabiduría, y en espesial en esta de Eucharistia; so
bre que escribió con grande acierto, y aprobasion de el mismo Christo,
onze questiones, y quarenta, y ocho artículos, como si bien los busca Vmd.
los hallará, si acaso no los vio en Alcalá, cuando aquella Cathedra apro-
priada, é impropria. Mas preguntando en que consiste ser este el maior mi
lagro? responde: algunas veces lo habrás oido. Si Señor, no solo algunas,
sino muchas vezes, y mucho mexor traido, y mas á el proposito, y mas
bien entendido, porque la razón de Vmd. en el Sacramento, es en lo que
se ve distante, de lo que se adora. Que es lo que se mira? pan, y que es
lo que se adora? vn Dios, pues que maior milagro puede haver dice el Án-
gel de las Escuelas (y tal cosa no dice, ni quiere decir el Ángel) que vn
prodigio tan soberano, donde lo que se vee es tan distante de lo que se
adora, y resuelta esta propocision, equivale á esta: el Sacramento de la
Eucharistia es el maior de los milagros, pues siendo vno solo, porque es
lo que no párese, y párese lo que no es? es Dios, y parece pan; y si por
ser lo que no párese, y parecer lo que no es, es el maior milagro, lo pro-
prio pudiera decirse de el vicio de la hipocrecia, donde vna cosa es lo que
es, y otra lo que paresse; en el mismo opúsculo da el Santo la razón: por-
que el Sacramento de la Eucharistia es el maior de los milagros, pues sien-
do vno solo, es figurarum vi te ruin impletivum, solatium singularc post
eontristatis su ce passionis memoriali percmmne ; in ibso uamque pañis, ct vi-
num in Christi corpus, ct sauguineni substantialiter convertuntur ; mandil
eatnr, sed minime laceratur quin immo divisso Sacramento sub qualibet
divisionis partícula integer perceberat , accidentia si une subido in eodeni
subsistuut. Vea Vmd. donde hallará en todas estas palabras la razón de
ser el maior milagro por ser vna cosa, y parecer otra, y si Vmd. en su Ser-
món nos decia, que haviamos de oir la Theologia de Alcalá, y en todo el
no trae otra, sino esta, y la que veremos después dándonos Dios vida, y
salud, contra el Hereje Elvidio; ambas á dosTheologias son mui comunes
por acá, que las saben los Niños de la escuela, y de la doctrina. Prosigue
diciendo: aun mexor lo explica el Santo. Y la esplicacion es la de la se-
BIBLIOGRAFÍA MEXICANA DEL SIGLO XVlll.
45
quencia de la missa del Corpus: quod non capis, qnod non vides animosa
firmat fides prceter Retum ordinem, para comprobar que á el purificarsse
Maria, se vee contra su pureza, este misterio es mas milagroso, que el de
su Concepción, porque en su Concepción es lo mismo que se mira, y assi
concluie: Esta misma es la razón que convence, que en Maria excdc el pro-
digio de purificarse, á el grande misterio de concebirssc. El purificarsse Ma-
ria Sma. fue vna exterior seremonia, el concebirsse sin peccado fue una
realidad: pues como será posible, que ecxeda vna seremonia á una reali-
dad? La gracia de la Concepción fue gracia santificante, la seremonia de
purificarsse fue mérito, para aumentar mas gracia; pues como el mérito,
que aumento Maria Sma. de gracia en su purificación pudo ecxeder á la
gracia santificante en su Concepción ? yo quisiera oirle explicar este ecxeso,
para salir de este escrúpulo, Pero ya vuelve para satisfacernos, á las voces
de Santo Thomas diciendo: que no extrañe sn auditorio, porque el esta obli-
gado y quiere serle agradesido. Que obligación será esta, en que le está á
S. Thomás? y qual será el agradesimiento, sin duda que nos quiere dar
á entender, que es Thomista, y yo se lo creyera como fuera mas solido,
mas agudo, mas docto, según aquella epístola de el Doctissimo Fray Do-
mingo Lopes Dominicano, que recomendándole á un amigo suio, dice:
Amicum salutat, vsque semper doctrinae sit Auditor vt evadat doctior pero
aqui en lo que el Arzediano lo muestra, es solo en aquella cita de el Bre-
viario, y en esta de la sequencia, y con pocos textos, y mui comunes, para
glosarsse Thomista, pues es una doctrina en que todos lo son, aunque no
sean, y este agradesimiento paresse mui poco, porque es de poco trabaxo
pues con rezar el oficio de el dia de corpus, y decir missa esta hecho el
costo, porque en la missa está la cita de la sequencia, y en el oficio la de
el Breviario. En fin oigamos el agradesimiento, para pagar esta obliga-
sion: Dice alli: Para otro ecxeso es el Sacramento el maior milagro de Je
sitchristo, porque entiendan vien del Santo. Sin duda que es darnos á enten-
der vien á Santo Thomas, es el agradesimiento, conque le paga la obliga-
ción, porque asta que el vino, no havia por acá, quien entendiera bien á el
Sancto, pero á el buen entendedor pocas palabras le bastan. Veamos vien
como la entiende. Quod non capis, quod non vides, animosa firmat fides,
porque en el Sacramento se ere firmemente, lo que no se mira? de aqui nos
haze pasar á la purificación de Maria, que es lo que se ere? pureza, y que
es lo que se mira? vna seremonin, que en lo natural parece mancha, pues
qual es mas en los rendimientos de nuestra fee? crer lo que no vemos,
quod non vides, ó crer lo contrario de lo que miramos? la respuesta es fácil:
mas rendimientos /tarjemos, creiendo lo contrario de lo que vemos, que creieu-
do solo, lo que no miramos. A esta respuesta tan fácil se dá por respuesta
esta solusion: mas rendimientos hazemos creiendo lo contrario de lo que
vemos, que creiendo solo, loque no miramos: accidentaliter, concedo; subs-
tantialiter negó. Aquel pan, que accidentalmente vemos, porque vemos
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
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los accidentes, ecensial, y substancialmente es el mismo Christo, aquien
adoramos, y aunque en la Eucharistia accidentaliter y creemos contra lo que
vemos; es lo mismo que adoramos, porque el pan consagrado aceidentali-
ter es pan, y eceneialiter, et substantialiter es Christo. Dice: que la razón
que dá es la de Santo Thomas: crer lo que no miro, es un crer fuera de el
orden común; crer contra lo que veo, es contra todo orden natural, y mas
es creer contra todo estilo de naturaleza, que crer fuera de aquello, que
comunmente se estila. Señor Dr. ai vnas cosas, que son intra ordinarias,
otra que son extraordinarias, vnas que son propter ordinarias, y otras que
son supra ordinarias, Como Vmd. estudiaría en Alcalá, y si acaso estudio
el collectivo, de el ente sobre natural, las que son intra ordinarias son las
cosas naturales, las que son extraordinarias son las que salen de el orden
común, las que son propter ordinarias, son aquellas, que ni de el todo son
naturales, ni de el todo eexeden el orden de la naturaleza, las que son su
pra ordinarias son las sobre naturales, y lo son porque eexeden el orden
de la naturaleza, participan de Dios, como Trino, y assi se hazen divinas,
y aqui el preeter Rerum ordinem, pues es cosa sobrenatural y no fuera de
el orden común, como dice Vmd. el que el pan se convierta en el cuerpo
de Christo, que, es lo que non capimus, nec vidintus, et adora-mus, y assi
pues Vmd. le está tan obligado á Sto. Thomas, y se le quiere monstrar
agradesido, no diga, que es fuera de el orden común, lo que es vna cosa
tan sobrenatural.
PUNCTO VIII?
En que se divide el mismo puncto.
Prosigue el mismo puncto: el octavo no lebantarás falzo testimonio, ni
mentiras, y pues estamos en el octavo puncto, como se abra visto en todo
este escrito no ai que temer, se halla quebrantado este mandamiento, pues
se ban citando las palabras de el Autor letra, por letra, paraque no nos
dexen mentir, y por no hazer el punto pasado, demasiadamente largo, lo
he querido dividir en otro punto, empesando á ponderar aquella senten-
cia de el grande S. Dionisio. Dice pues aquel Autor inventor Americano
de los Sermones, vna sentencia de S. Dionisio, verbigracia, como la vez
pasada á S. Thomas á el margen, in lectionibus Breviari Romani: en las
lecciones de el Breviario Romano, el Breviario la sacó de la epístola se-
tenta, que á Policarpio escribió S. Dionisio, y le aseguro á Vmd. que es
vna de las mas elegantes, que escribió el Santo, y assi para otra vez cite
Vmd. la epístola, y no el Breviario, y las autoridades de los Santos, no se
citan porque están en el oficio, sino en sus libros : Las palabras de la auto-
ridad son: aut Deus nam que natura patitur! aut mundi machina dissol-
viturl Dixó (dice el Dr. Cathedratico) á el ver las tinieblas, que obseure-
BIBLIOGRAFÍA MEXICANA DEL SIGLO XVIll.
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sieron á el mundo en la muerte de Jesuchrislo; ó el Dios de la naturaleza
padcsse, ó la machina del mundo se destruie. Yo quisiera saber de donde
infiere el Santo esta destrucción de el mundo? responderá: que de ver que
al medio dia se pone el Sol Tenebrce facta sunt super vniversum pero esta
respuesta padesse vna grandissima instancia: en la mañana de la resurrec-
ción, madrugó el Sol á lucir, valde mane orto iam Solé, mucho antes que
otras vezes, pues si la grande Astrologia de S. Dionisio infiere tanto pro-
digio de ver que el Sol tan antes de tiempo muere; como no infiere lo mis-
mo de ver, que el Sol tan anticipado nace? Este es á el pie de la letra el
texto, sobre que ba aora el comento, y antes que llegemos á su respuesta
daré yo dos á su duda, vna fundada en la escriptura, y otra en la conjetu-
ra. Es verdad que en la mañana de la Resurrección madrugó el Sol á lu-
cir, pero fue el de Justicia Christo, de quien dixo el Propheta para este
dia orietur vobis Sol iustitice, y assi lo entiende la glosa interlineal valde
mane orto iam Solé, id est Christo, que fue decir el Evangelista, que la re-
surrección de el Sol de Justicia Christo, fue este dia mui de mañana, no
que el Sol material madrugó mas sino que quando despuntó el Sol mate-
rial en el Oriente, ya el Sol de Justicia Christo, havia salido de el sepulcro:
por mas señas que discurriendo S. Pedro Crisologo, que aquel dia havia
salido antes que otras veces el Sol para congratular la Resurrección de el
Sr. erant iuxta naturam tenebres, et tamen dicitur orto Solé, quasi Christo
resurgente congratulans ante lucanus f ruges, et prius sólito exortus est. Dice
el Padre Cornelio alli estando el Santo: ita ipsepenes quem huius Regisfides
sit, y assi lo dice el Crisologo, el vea como lo dice, alia lo crea, y alia se
lo halla. Y si aun S. Pedro Crisologo no se le pasa interpretasion de nacer
el Sol el dia de la Resurrecsion, antes de los demás dias, como se lo po-
dremos pasar, á quien tiene tan poco de Crisologo, como es N. Arzediano.
La segunda respuesta es conjetural, pero jenuina, y se responde á ella : que
dado caso, que el Sol huviera salido aquel dia antes del tiempo común, en
que á constumbra salir, no le hizo fuerza á S. Dionisio la salida de el Sol,
y las tinieblas si, porque estas fueron á el medio dia, la salida de el Sol
mui de madrugada, y como á la zason S. Dionisio era Gentil, hombre re-
galón. Togado de Atenas, y de su Areopago, y persona de mucha auto-
ridad y aesa ora estaba durmiendo, y no supo si el Sol havia amanesido
tarde, ó temprano, y por eso á su grande astrologia no le hizo fuerza, que
el Sol tan anticipado nasiesse, porque no lo vio, y las tinieblas, que fueron
á el medio dia las vio por sus ojos. Respondido assi á su duda, veamos
que discurre N. Astronómico Archidiácono. Dice: discurre mi cortedad \ que
en la misma astrologia fundaría el Santo la diferencia. Duro caso es que
el Arzediano quiera, que la astrologia de S. Dionisio, lebante figuras en
este caso, no haviendose lebantado de la cania. Dice pues: nacer el Sol
mas temprano, es fuera de ¿o común, que se estila, pero en la naturaleza no
tiene razón natural que se le oponga. No puede ser maior desatino, que mas
BIBLIOGRAFÍA mexicana DEL SIGLO XV 1 11.
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razón natural se puede oponer, que haver puesto Dios para presidente de
el dia á el Sol. vt prcesset dieit, que mas razón natural, que haverle puesto
Dios para dividir el dia de la noche, para diferencia de los tiempos, para
termino de los dias, para computo de los años, dividant die ac nocte sintque
in signa, et témpora, et dies, et anuos, como andaría el mundo, y los cielos,
si no tuviera el Sol este regular movimiento, (que no lo quiero llamar es-
tilo, porque aqui es nombre improprio!, como se entendieran los dias, los
meses, los años, sino huviera razón natural, que se le opusiera á el Sol,
para que según los tiempos naciera á tal ora determinada, y el tiempo,
que gasta según la región, y signo que visita, y de ai es que la Luna en
vn mes anda todo el globo, para lo qual á menester el Sol un año, y por
eso fue milagroso el caso de Josué, donde el Sol se paró, y el Arzediano
también, sin ser sol, ni milagro el que sé parasse; por eso fue milagro el
caso de Ecxequias, quando retrocedió el Sol aquellas dies lineas, y por
eso fuera milagro el dia de la Resurrección, el que saliera antes el Sol, si
acaso huviera salido. Ahora se sigue lo mexor, que dice: pero el Eclipse
de Sol. fue contra todas leyes de naturaleza. Absolutamente hablando, no
ai cosa mas natural en toda la astrologia, y en los Planetas, que los Eclip-
ses, tan sin natural, que el Astrólogo, que en su almanaque hierra, y no
da con los Eclipses, no es Astrólogo, porque los Eclipses, son el A. B. C.
de la Astrologia, vien que en este Eclipse como después veremos fue so
brenatural, mas no por las razones, que nuestro Arzediano da, que son por
ser la ora de el medio dia, y en menguante de Luna. No por haver sido
á el medio dia porque á esta ora, ya hemos visto muchos eclipses de
Sol, aunque no totales; no porque fue en menguante de Luna, porque
este Eclipse fue en la llena de el primer mes, que los Hebreos llamaban
Nisan, y corresponde á nuestro mes de Marzo, y la muerte de Christo
S. N. fue en la llena de el mes de Marzo, y esa es la causa de haver re-
rebuelto la Astrologia, viendo, que la Pasqua de Resurrecsion caiga en el
mes, y luna de Marzo, por eso son vnas quaresmas altas, y otras baxas:
mire, como havia de fundar S. Dionisio en la Astrologia su discurso, quan-
do lo huviera hecho. Fue pues el Eclipse milagroso, y las tinieblas insó-
litas, prodigiosas, y sobre naturales, por estas razones, que voi á dar, no
mias, sino de S. Dionisio: fue milagro porque de la interposición mila-
grosa de la luna entre el Sol, y la tierra, se originó este Eclipse, fue mi-
groso, porque no estaban entonces de opocision la Luna y el Sol, y re-
pentinamente se opusieron, fue milagroso, porque la Luna, por tres oras,
se opuso á la media linea de el Sol, fue milagroso, porque viniendo de
Oriente á Poniente el Sol en aquella ora, se halló como en el Ocaso, y
acabadas las tres oras, retrocedió á ponerse en el lugar que tenia á las
tres de la tarde, fue milagroso, porque no previno el resesso por la par-
te de el Sol, sino por la es diametra opuesta, fue milagroso, porque este
Eclipse, fue en el lleno de la Luna de Marzo, y no en la menguante,
bibliografía mexicana del SIGLO XVIll.
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como su merced dice, y en el lleno de la Luna no puede haver Eclipse de
Sol, porque están mui distantes los dos Planetas, prodigioso porque duró
tres oras, quando otros Eclipses de Sol duran mui poco : eo quod Luna so-
lí taiigens celerrime moveatur, ct solem pertranceat, prodigioso, porque la
Luna suele moverse de occidente á oriente, y aqui sucedió á el contrario,
prodigioso, porque siendo la Luna menor Planeta, que el Sol, no puede en
ningún Eclipse encubrir toda la fuerza de el Sol, y aqui fue total, como en
Egipto las tinieblas de la plaga de Faraón, prodigioso, porque á el tiempo-
de el Eclipse las estrellas se aparecieron en el Cielo. Vea con tantos pro-
digios, y milagros el nuebo Astrólogo, si el Eclipse de el Sol fue contra to
das las las leyes de la naturaleza, tanto por ser la ora del medio dia, como
porque fue en menguante de Luna, quando ni vna, ni otra razón es prodi-
giosa, sino disparatadas, y mas oiendo de S. Dionisio tantas, que por eso
predicando en Atenas el Apóstol S. Pablo, y diciendo que á el morir Chris-
to se havia obscurecido el Sol se convirtió S .Dionisio á nuestra S. fee, cla-
mando que havia sido^testigo de las tinieblas de el Sol viéndolas por sus
ojos.
Portcutum cceli llamó Séneca á la Luna, prodigio grande de el Cielo:
assi lo dice el Séneca de Alcalá en su sermón, yyocomosoi ingenuo con-
fieso con verdad, que en seis dias, que he buceado donde traiga Séneca es-
tas palabras no he podido encontrarlas, hacenos mucha malaobra en no
haber puesto la cita: pero como Séneca á el fin fue Gentil, sino es verdad
que fue Discípulo oculto de S. Pablo, no es Autor que puede hallarse en
el Breviario, dexónos sin cita su autoridad, para ver donde dice Séneca con
la Astrologia que aquellas, que vemos como manchas son las partes mas
diafanas, y christalinas de la Luna, y yo no lo he de crer hasta verlo en Sé-
neca, ni que vn hombre tan estudioso, como el dixera, que la luna era el
portento de el cielo, porque aquellas que vemos como manchas, son las
partes mas diafanas, y cristalinas de la Luna, y hablando desapasionadamen-
te, que portento este para el cielo! Algunos dicen, como el Padre Clavio,
y otros Astrólogos, que aquellas manchas de la luna, no solo no son las
partes mas diafanas de ella, sino las más crasas, porque lleban, que aquella
es la porción de tierra, de que fué criada la Luna. Otros afirman, que alli
está el Paraíso terrenal, y que aquellos, que alli parecen manchas, son Ríos,
Arboles, Montes &. Otros dicen mili delirios, que los puede ir á buscar en
vn libro, que escribió Clemente Stinc de los Planetas. Fuera de que á mi
no se me da nada que lo diga Séneca, ni quiero crer, que el Cielo es por-
tentoso por estar partes cristalinas, que parecen manchas
Poco me debiera mi auditorio (prosigue el Dr. Coscojales) si se quedara
en sola esta aplicasion mi discurso ; quiero que me deba mas ingenioso tra-
baxo. Veamos el trabaxo, y veamos el ingenio, que como sea de ingenio
yo le concedo el trabaxo, poique el dia de oi son los trabaxos, para los in-
geniosos. Dice pues: Negó el Blasfemo Elvidio la purissima integridad de
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bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
50
Mana, afirmando, que era imposible, quedar purissima Virgen, siendo ri-
gorosa Madre; para convencer a el Hereje, y hacerle patente la purissima
integridad de Maria, he buscado clarissimos textos, en la Escriptura, y el
que mas claramente la persuade es el mismo, con que el Hereje se opone. Vál-
game Dios que diria, y que diera el Dr. Máximo S. Gerónimo por resu-
citar aora á ver conseguido por el Dr. Coscojales, lo que el Sto. no pudo
con toda su oración, y todo su estudio, que fue convencerá el Hereje El-
vidio, con quien sobre estas materias tuvo, tantas disputas, y controver-
cias, tantas replicas}' argumentos, tantos textos, y razones. Mas antes que
á su cenzor, oiga el Dr. Coscojales á el Sr. S. Augustin arguiendole á el
Hereje: Hereses stulte vnde sordos, in ea,q?ue uee concipiendo libidiuem,
nec pariendo passa est dolare. Oiga á S. Sipriano: Maria Genitrix, et obs-
te trix nullus dolor, nulla natura contumelia. Oiga á S. Bernardo: Nihil
in ¡loe concepta, nihil iu hoc partu impurumfuit, nihil ilicitum, nihil púr-
gandum, nimiruin cuín proles ista fons puritatis sit, et purgationem vene
rit faceré delictorum. Mire aora el Arzediano si á estas oras estara por
convencer el Hereje Elvidio, y lo estará aguardando, para que lo concluía,
y convenza. Veamos aora el texto, que á penzado, como si antes no lo
hubiera penzado S Gerónimo, S. Augustin, y S. Gregorio, S. Juan Chri-
sostomo, Theophilato, y todos los Padres, y es el mismo, con que el se ar-
guie, assi lo dice: quien assi arguie es el Hereje: Maria se purifica según
la ley de Moisés seeundum legem M oysi luego Maria concibió á su Hijo
por el estilo común, con intervención de varón, porque assi lo expresa la
misma ley. Diré, y citaré la ley primero, con el solesismo, que dixo, en
el pulpito, que no lo dixera vn Hereje, como Elvidio, y luego le citaré
con otro solesismo, con que tres vezes la imprimió en el sermón. Dixo pues
en el pulpito, que lo oió Dios, y todo el mundo. Mulier si sucepto semine
parierit maseulum immuda erit, ya sabe que el parierit es solesismo, y ya
que en el sermón no imprimió el parierit que dixo en el pulpito, ai mismo
donde cometió el pecado, salió tres vezes el yerro en la imprenta, porque
alli imprimió tres vezes en lugar de el parierit, peperit, las dos enmendan-
do por pluma, y la vltima vez se le fue el parto, y dexó peperit que con
el si, que lleba á subjuntivo, es el tal peperit un honrrado solesismo si hay
solesismo que sea honrrado, y yo Sr. Arzediano no hede crer, que quien
hecha solesismo, pueda convencer Herejes, y es caso raro, y grande
desgracia que adonde hecho el solesismo en el pulpito, saliesse otro so-
lesismo en lo impreso, lo permitió Dios para que no se dijese, que era
yerro de la imprenta, y que fuera de el solesismo, que hecho en el pul-
pito, otro solesismo imprimiese. Válgame Dios vn solesismo en el parto,
y otro solesismo después de el parto, que partos tan aviesos!
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
51
En dos partos, que has tenido
tu desgracia ha sido igual,
primero pariste mal,
y después has mal parido.
De el mal parto, vamos á el buen parto. Dice pues el catholico de el Ar-
zediano, que por tal le tengo, arguiendole á el Hereje: en el texto, en que
discurres la mancha, lias de ver convencida la pureza, mexor fuera decir
has de ver probada, y nos dice alli: adviertan aquel si, que hace el man-
dato coudisional, y el no advierte, que el si lleba á subjuntivo, y haviendo
de decir pepererit, dixo peperit.
En tu ignorancia advertí,
quando aquel si nos declaras
que Tu mismo, no reparas
también en el mismo si:
pues condicional alli
adviertes executivo,
y pudiste discursivo
vn solesismo evitar,
solamente, con mirar,
que el si lleva á subjuntivo.
Dice pues: Adviertan aquel SI de el texto: si sucepto semine, que hace el
mandato coudisional, no dice absolutamente Mulier, ques peperit. (Peperit,
dice el sermón, ya veo que es solesismo, pero yo lo digo, porque lo tras-
lado) si no es debaxo de condición si sucepto semine. Este es todo el texto,
que ha penzado su ingenio, y su trabaxo, para convencer á el Hereje, y
esto es una antiguaia, que la penzará vn Niño de la Escuela, pues no ai
Muchacho en tierra de Christianos, que no sepa, que Maria S. concibió por
obra del Espíritu Santo, sin obra de Varón; conque si todo este es el tra-
baxo costoso, que le debió el Auditorio, le debió muí poco.
PUNCTO IX?
De el segundo discurso de el sermón.
Hasta aqui fue el careo de la Purificación, con la Concepción, y aora
entra el segundo puncto careando la Purificación, con la Natividad. Dice
el Autor de los sermones, y Juez Superintendente de los predicadores: El
segundo misterio que publica las soberanas glorias de Maria es el de su fc-
lisissimo Nacimiento, donde anduvo tan generosa la Omnipotencia, que to-
do jue, prodigios, y maravillas; pero todas tan insigues, como excelentes a
humanas leyes. Nació Maria Hija de Juachiu, y Ana, d quienes hizo es-
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII
52
teriles la naturaleza, porque apezar de todas las leyes humanas, que resis-
tían, nació esta soberana Aurora, Aqui dice: que Dois dispensó la ley de
que María naciese de Padres estériles, y Ancianos. Y en otro lugar dice:
que nacer María contra la esterilidad de sus Padres es singular victoria.
Supongo, ó admito, que nacer de Padres estériles, sea contra la ley de la
naturaleza, en que ai mucho, que aberiguar; pero este nacimiento, no pu-
do ser, como dice el Sr. Doctor: singular victoria en Maria, porque que
diremos Sr. Dn. Diego de esta ley, y de esta victoria si es singular? con-
cedida también á Ysac que nació de una vieja, y estéril, como Sara, de
Sanzon, que nació de otra vieja, y estéril, como lo era su Madre, de Sa-
muel, que nació de Auna estéril, también de el Baptista, que nació de
Ysabel estéril, de S. Nicolás Tolentino, en quien aconteció lo mismo, de Se-
non, Xefonte, y Trigido, que nacieron de Madres, que la que menos tenia,
quando los engendraron, eran cien años, como Vmd. puede ver en Ale-
gandro Peleg: luego no es singular victoria nacer Maria contra la esteri-
lidad de sus Padres, quando la victoria, que es singular, es de vno solo, y
esta como Vmd. vee, ha sido de tantos, no solo Santos sino pecadores.
Otros pribilegios, pudiera Vmd. haber buscado, para ser admirable, y vic-
toriosa la Natividad de N. Señora, y los hubiera hallado en S. Vicente Fe-
rrer, ' en S. Juan Damaceno, 2 en el Dr. Pereira sobre el Génesis, 3 en Cle-
mente Alexandrino, en S. Epiphaneo, y todo lo vera Vmd. en la Biblio-
teca. 4
De esta ley pasa á otra, que no lo es, y dice: /¿ai quien dice: que siendo
assi que todos nacemos llorando, como Hijos de la culpa; nació Maria rien-
do, como Hija de la gracia. Miren que riza, y miren que gracia! ser dis-
pensación de la ley nacer Maria riendo, poco dixo, y poquissimo quien tal
dixo. Mas quien ha dicho que es ley nacer vn hombre llorando, para que
sea dispensación de la ley nacer Maria riendo? Pero dado y no concedido
que la riza en el nacimiento de Maria fue dispensación de la ley, parece
esta poca dispensación, quando la gozaron tantos, como aora vera el dis-
pensable Autor de los sermones. Señor mió sepa Vmd. que ai quien dice
que nacieron riendo Isac, y los dos Nicolases el de Mira, y el de Tolen-
tino, ai quien dice: que nacieron en Alexandria vna Catarina, y en
Sena otra, ambas riendo, y en Roma Santa Martin \, ai quien dice:
que nacieron riendo las dos Rozas, vna en Vitervo, y otra en Lima. Pues
que diremos de los Gentiles? ai quien dice que nacieron riendo, Solón, y
Sócrates, Cricipo, Piemaleon, y Diomedes, ai quien dice: que nacieron
riendo, Aristomeo, Marcia, y Cleopatra. Conque mire el Dr. que dispensa-
ción tan grande haria Dios, en conceder á Maria S? que naciesse riendo,
1 Ser. 1 de Nativit.
2 ürat. de Orta Virg.
3 Lib. 1 cap. 1 tom. 1.
4 Tomo 2.
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
53
quando tantos, no solo Santos, mas también Barbaros, y Gentiles nacieron
riendo, y no llorando? Conque el careo de la Natividad con la Purifica-
sion que es el segundo discurso de el Sermón, no tiene en que fundarse?
Pero lo que no tiene simiento, como habrá de tener corona, ó chapitel? El
nacer riendo vna criatura no es contra la ley, porque primero es que la hai-
ga, y por consiguiente no hay dispensación, y aunque según la ley natu-
ral la esterilidad se oponga proxime á la fecundidad, remóte no está su opo-
sición, que si la materia de generatione no fuera tan inmunda, é indigna de
los oidos castos, y ojos modestos, que me pueden 1er, y oir, pudiéramos
referir casos también, mui memorables, que si Vmd. quisiere divertirsse, y
ensuciarsse los puede ver en Aristóteles,1 y en Galeno2 y allí hallará, co-
mo los viejos, y viejissimos, que pasaban plaza de estériles, á pares tuvie-
ron Hijos, que pasaron de nones. Nace todo su paralelo fundado en estas
dos leyes, que la vna no lo es, y la otra pudiera dexarlo de ser, y admira-
do, sin haver sobre que caiga la admiración, hace esta confession general
y dice hablando con todos, y no con el Sr. Duque: confieso que decían bien
los Antiguos quando //amaban á esta la fiesta de los encuentros. Sr. mió los
que assi llamaban á esta fiesta, no eran los Antiguos, sino los Griegos, y
no solo la llamaban, sino que esta oi la llaman en la Iglesia la fiesta de la
Purificasion, y assi no confiesse Vmd. que decían bien los Antiguos, sino
que dicen bien los Griegos, no quando llamaban sino cuando llaman á es-
ta la fiesta de los encontrones. Vea Vmd. .la razón porque en Sn. Pedro
Crisologo? Thimoteo Presbítero, Hirosolimitano, que con eso hablara con
propiedad, delante de Hombres, que están llenos de erudición. Funda su
discurso en aqueste silogismo, que lo quiero llamar assi, porque lo hede
poner en forma, y se lo he de responder á la letra. Arguie assi: Nace Ma-
ría atropellando leyes de naturaleza, purificasse María venciendo los altos
privilegios de si propia; sed sic est que alli nace contra lo mismo, que la hu-
mana naturaleza pide, aqui se purifica contra los privilegios de su pureza:
luego á el nacer Marta vence á la naturaleza, y quando se purifica se vence
á si propia. Este es todo su argumento, y toda su forma silogística, apren-
dida en Salamanca, y enseñada en Alcalá. Respondo assi: nace Maria atro-
pellando leyes de naturaleza, purificasse venciendo los altos pribilegios de
si propría, negó supositumquoad primam partan; set sic est que alli nace con-
tra lo mismo que la naturaleza pide, negó minorem: luego á el nacer ven-
ce á la naturaleza, negó consequentiam . Miren que argumento! donde las
tres propocisiones, mair, menor, y consequencia son falsas, sin que sea ne-
cesario darles disparidad, porque de vna, y otra propocision no ai compa-
ración. Pero ya aprieta su argumento diciendo: á la prueba, (como quien
dice aya lo veréis) tra el respienduit fácies eius, cicut sol, quando se trans-
1 Lib. 2 de genit. Cap. i.
2 Lib. 8 de fox. tnat. fetus.
BIBLIOGRAFÍA MEXICANA DEL SIGLO XVIII
54
figuró Christo en el Tabor, y dice: en dos ocasiones contempló á Ckristouna
guando transfigurado luce, y otra, guando antes, y después de tranfigurar-
se 110 resplandece. Antes de pazar de aqui hede ponderar, ó que yo soi
mal contador, ó que su merced es mui mal Arismetico, porque esto que
ha dicho, no es contemplar á Christo en dos, sino en tres ocasiones, y si-
no bamos á la quenta, vna vez contempla Vmd. á Christo, quando trans-
figurado se luce, esta es vna, otra quando antes, y otra cuando después de
transfigurarse no resplandese, son tres, por que vna antes de la transfigu-
ración, otra en la transfiguración, y otra después de latransfiguracion, son
tres ocasiones, y no dos, conque este fue quatro viscaino, y assi
Quiero saber con hainco
Don Diego pues razón es,
sin saber quantas son tres,
si sabes qúantas son sinco?
En que no lo sabes finco
por mas que en todo te alabes
y assi será vien recabes
para que no te den baya;
que como eres de Viscaia
solo de los quatros sabes.
Pondero aora la alegacia, conque alega, y dice: que es la razón clarissi-
ma. que en Chrispto como divino era natural el resplandecer de su cuerpo. Y
aqui le quisiera yo preguntar que fue lo que Chrispto Nuestro Señor, les
monstró á sus Discípulos en el Tabor á el transfigurarse resplandeciendo
su Rostro, como Sol? si su divinidad, ó su gloria, para que diga: que en
Chrispto era natural el resplandor de su cuerpo. La Divinidad no se les
mostró, porque á el instante huvieran sido bienabenturados los Discípulos:
luego lo que allí les mostró fueron algunos rasgos de su gloría y aunque
en Christo como divino era natural el resplandor de su cuerpo, como en
la Transfiguración no les mostró la divinidad sino su gloria, parece que
aquellos resplandores de el Tabor nacieron de lo glorioso, y rio de lo bea-
tifico, porque si midiéramos absolutamente lo divino, por lo lucido, se po-
día inferir que todos los Bienabenturados eran divinos, porque mediante
el dote de claridad son lucidos, lo qual es absurdo, y lo dexaron assi no-
tado Tertuliano, y San Juan Chrisostomo; conque añadir que Christo ven-
ce, con las luces las tinieblas denzas de la noche, no hace á el caso, porque
aunque la Transfigurasion huviera sido de dia, con sus luces infinitas ve-
zes mas, havia Chrispto de vencer las de el Sol, porque en la bienabentu-
ranza, y en la gloría Civitas non estet Sol ñau claritas Del iluminat eam,
et lucerna eius est Aguas.
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
55
PUNCTO X.
De la segunda parte del segundo discurso.
De la esterilidad, pasa á la rizn, y es para reir la segunda parte de su
discurso, en el qual dice: Otra diferencia de su nacimiento felix declara lo
ecxelso de su Purificasion. Nace María y en sentencia de algunos, nace
riendo, cuando la ley de el nacer pide que uasca llorando? luego añade: que
supone fue altissimo pribilegio, y supone mal, porque ni vno, ni otro fue.
Repara: que según esta opinión nació Alaria distante de el felix nacimiento
de su Hijo Sautissimo. Se pregunta pues, como nació Christo llorando,
riendo? La Yglesia dice, que nació llorando: Vagit Infans inter arcta con-
ditus precepto, y cita á la margen el himno de la Dominica in passione. Vál-
game Dios por citas ya la de el Misal, ya la de el Breviario, ya las lecsio •
nes, ya los himnos, ya las sequencias, solo falta vn responsorio, vna Anti-
phona, y un invitatorio, y cata aqui el Sermón hecho vn oficio entero, y
aqui la pregunta á la Virgen S? pues como Señora no seguís leyes, que si-
gue vuestra amada prenda? vuestro Hijo no quiere las capciones de el lian
to, y voz vzais los privilegios de el regosijo. Como si dixera, como vos na-
céis riendo, y vuestro Hijo nace llorando? vagit infans, y la misma pre-
gunta le pudo hazer diciendo: pues como Señora voz no nacéis entre dos
Brutos, quando assi nace en vn pesebre vuestro Hijo, que buena pregunta
Dos misterios se verán este dia (prosigue el Dr. de Alcalá) Maria se pu
rifica, Christo se presenta, Maria porque la ley lo dice, Christo porque la
ley lo dispone (aqui la admiración) á el purificarse Maria van el Hijo y
la Madre iguales, y á el nacer, van el Hijo, y la Madre tan diferentes, alli
Madre con altos privilegios de reir, quando el Hijo se sujeta d las leyes de el
llorar. Señor de mi alma, no nos dirá Vmd. que tan altos están esos pri-
bilegios de el reir? ó asta donde subió para alcanzarlos? y para oir esta
riza? que nos haze soltar el chachino oir que sea alto pribilegio el reir,
porque: lo que yo he oido decir para quitar aquella admiración (aunque
Vmd. nos preocupe diciendo: aqui de la admiración!) es que la definición
descriptiva de el hombre es esta homo est animal risibile, no animal lacri-
mabile, y aunque esa es la diferencia que ai entre el hombre, y el bruto,
pues estos lloran, y aquellos rien, con todo no se yo donde halla Vmd, que
la riza es alto privilegio, quando es propriedad la riza. Pero hecha la com-
paración entre el Hijo y la Madre, contra la riza y el llanto dice: parece
esta diferencia enigma, pero es la maior grandeza. Mas bien pudo ser gran-
desa esa diferencia, aunque paresca enigma la diferencia, sino es que le pa-
rezcan á Vmd. enigma, y grandesa contradictorios, pero Vmd. en sus pe-
riodos, busca que suenen, mas no que signifiquen Solicita para su desem-
peño vna sentencia de Chrispto, quando dice: vna sentencia de Christo me
ha de desempeñar: si Mundus vos odit, scitole, guia me priorem odio habuit.
Discípulos míos? si el mundo os aborrece, sabed que primero me aborreció a
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
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mi, y esto nace, de que el Dicipnlo no ha ser mas privilegiado que el Maes-
tro: non est Dieipulus supra Magistrum. Hice: que admite la igualdad,
pero que tiene que hacer vua replica, sie replicat Sapientissimus Ds. Dr.
Complu tenéis Didaeus Sita sin s.. Habla Christo de sus milagros, y advierte,
que los harán maiores sus Discípulos: Opera, qu<z ligo fació, elipse faciet
el maiora horum faciet, párese dificultoso de compre hender, por vua parte
d/ce Chrispto: que el Discípulo no ha de eexeder á </ Maestro non et Disci-
pulus supia Magistrum, por otra diee: que ha ze grandes milagros el Maes-
tro, pero que los hará maiores el Pise i pulo: maiora horum faeiet, pues si
Jiaze maiores milagros el Discípulo, eexedera en milagros á su Maestro, y
esto de eexeder, y no eexeder parecen extremos opuestos, y contradictorios. Y
para desatar toda esta parola, y huevo de Juanelo, nos dice en las barbas.
Pues se engañan, sin entender de contradictorios. Tener que no nos enga
ñanios Sr. Arzediano, nosotros entendemos de contradictorios, y quando
no viéramos mas que los de el sermón, bastara para que saliéramos gran-
des Maestros; Vmd. es el que se engaña porque esta propocision non est
Discipulus &, y esta opera quee Ego ¿V no son contradictorios, aunque las
apelasiones son diversas, porque aunque los Discípulos hizieron maiores
milagros, que Chrispto, no por eso fueron maiores que su Maestro; de aqui
aun quartito le explicaré los testos, que aora quiero oir la explicasion de
Vmd, que es aquesto: quando dice Chrispto: que el Discípulo no ha de ser
maior que el Maestro, habla de lo perseguido, quando dice, que será maior,
que el Maestro (suplico á Vmd. que tal no dice, ni puede decir, porque
Chrispto nunca dixó, que en ninguna linea pudiera ser maior alguno de
sus Discípulos) habla de lo milagroso, porque como los milagros son aplauzo,
y sufrir lo perseguido es humilde /¿abatimiento, cabe que eexedan los Discí-
pulos en los prodigios, pero no en los habatimientos. Y que hemos de sacar
de todo este bocabulario, para que venga á proposito, aplicándolo á su
Hijo y asu Madre SS:.' lo que sacamos es que nacer María riendo es mila-
gro, y nacer Chrispto llorando es abatimiento, que en su Madre la riza es
aplauso, y en Chrispto el llanto es persequcion, y que Maria no venció á
Chrispto con los abatimientos, porque Christo nació llorando, y lo venció
en los prodigios, porque Maria nació riendo, conque aqui se infiere, que
los que lloran están perseguidos, y abatidos, y los que ríen, aplaudidos y
prodigiosos. Que diera yo aqui por Eraclito, y Democtito para esta riza,
y para este llanto. Mas ya que se lo prometí es fuerza esplicarle los tex
tos á el Dr. de Alcalá. Señor mió; aunque los Apostóles hizieron maiores
milagros, que Christo, fue participative, no potestative, hizieron la conver-
cion de tolo el Mundo, Christo no convirtió masque quinientos hombres,
pocos mas, ó menos, hizieron prodigios, como N. P. S. Pedro, que sanaba
con la sombra, y Christo con la fimbra, con otros muchos que hallará Vmd.
en S. Agustín. Pero mire mi Señor? nunca dixó Christo, ni quizo, ni pu-
do decir en el maiora horum faeiet que los Discípulos havian de ser mas
bibliografía mexicana del siglo xviil
57
que el Maestro, sino que havian de hazer milagros mas prodigiosos, lo qual
no es ser los Discípulos mas que el Maestro. Oiga Vmd. sobre este lugar
á el mexor comentador de los Psalmos, y Evangelios. Hoc enim fece-
runt Apostoli, non in virtnte sua, sed Christi; scilicet auíoritatc, et po-
testate á Christo accepta; guare Christus maior erat Mis per quos maiora
hcec operatur, decir lo contrario eso es blasphemia, fuera heregia! Des-
entrañó el Arzediano este texto con vn elogio para Maria Santissima,
animándolos por boca de Chrispto, y dixo: discreto Auditorio mió aten-
ción á el discurso. Mucho fue, que siendo en las Yndias le pareciera
discreto el Auditorio, y le pidiesse atención á el discurso, quando dice:
que lo que estudió cu Alcalá no sirve acá, y acá pide la atención, para de-
cirnos: que Maria se purifica y Chrispto se presenta; y para preguntarnos
después quien de los dos sirve á el oh o de exemplar? es Christo quien se
presenta, porque Maria se purifica ó á el contrario Maria se purifica por-
que Christo se presenta? (Y prosigue) con vn prodigioso texto se satisface á
la duda, y el texto es el de el Libatorio, que como antes havia salido el
de la institución, quiso hazer el dia de la Purificasion Jueves Santo. Exemp-
tu/u dedi vobis, ut quaní admodum ligo vobis feci, ita et vos faciatis. Ha-
ze aqui la distinecion, que ai entre la causa motiba y exemplar, resolvien-
do, que Maria no pudo servir á Crhisto de cxeniplo para prescutarsse, pero
pudo servirle de motivo, y entran aqui vnas palabras suias, que casi todas
piden comento, y nesesitan aparte vn punto entero las palabras son, las
que se siguen. Óiganlo á la mexor Beca de las maiores de el Mundo. Esto
dice aqui, y mas abajo dice: que es la mejor beca de el Mundo. Cosa sin-
gular es el conosimiento grande, que N. Dr. tiene de las cosas maiores,
que ai en el Mundo, si habla de la Exma. Señora Vi Rey na dice en su de
dicatoria: que su Exa. es la maior Muger de el Mundo, si habla de la Ca-
thedral de México dice en la salutación: que entre las insignes de el Mundo
es la maior, si habla de la beca de Santo Thomas de Villanueva dice en el
Sermón : que es la mexor beca de el Mundo. Han visto lo que sabe de maio-
res! y con tanto saber hierra las quantidades, que se aprenden en maiores,
pues'á el verbo dimitió, que se escribe con dos tt, los abrevió, olvidado
de el consona si dúplex, por lo que es fuerza decirle.
En lo mismo que persuades
es fuerza te contradigas.
Como sabes de maiores
si hierras las quantidades?
Prosigue, y dice: el Sr. Santo Thomas de l Illa nueva. No ai que dudar,
que lo menos que oi tiene S" -Thomas es lo Señor, que se le debe á su nom
bre, y asu sagrado culto la adoración, y la reberencia de Santo: pero noto
que cita por punto en todo su Sermón á Hugo Cardenal, á S? Thomas de
Aquino, á Sn. Dionisio Areopagita, y á S? Thomas de Villanueva, y fin
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
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(le F los Sanctorum. Cita á el Eminentissimo Hugo, y dice: Hugo, sin
echarle la Señoría, quando tiene la eminencia. A S? Thomás de Aquino,
lo cita, y dice: buelvo á las voces de S? Thomás, y siquiera porque le es
obligado, y quiere serle agradecido, pudo decir el Sr. Santo Thomás. A
Sn. Dionisio Areopagita lo cita, y dice Sn. Dionisio Areopagita, pudien-
do decirle el Sr. Sn. Dionisio, siquiera porque fue este S? togado, y Juez
incorrupto, en vn Areopago tan grande como el de Atenas; pues si á los
tres Santos Padres primeros no les nomina Señores, porque á S? Thomás
de Villanueva le nombra Señor? Es el caso: que aqui entra el estatuto de
el Collegial Maior, y como los Collegiales deben decir el Señor Fulano,
y el Señor Zutano, y S? Thomás de Villanueva fue Collegial Maior de
Sn. Ildephonzo de Alcalá, de donde hayia sido también el Señor Dr. l)n.
Diego, entró la Señoría por encajar el estatuto; pero yo estoi en que el
dia de oí á vista de la laureola, no haze el Santo caso de la beca, y á don-
de está lo Santo, poco importa el estatuto, pues en el cielo, solo los man-
damientos entran.
Prosigue, y dice: mi Collegial. Quando yo oi esto en el pulpito, y lo vi
escrito en el Sermón, jusgué que alia en el Collegio Maior havia sido el
Santo bendito Subdito de el Arzediano, gozando este el oficio de Rector
de el Santo, [jorque aquella autoridad de mi Collegial, no denota otra cosa
sino que el Santo le estuvo subdito, porque poner el mi en recto, y el Co-
llegial en obliquo, es ponerse en mejor lugar que el Santo. De el Sr. S?
Thomás de Villanueva, pasa á su Señor el fundador de su Collegio Maior
diciendo: El Exmo. Señor Cardenal de España mi Señor Dn. Fray Fran-
cisco Cisneros, y Ximenes el Josué de nuestra España. Elogios todos me-
residos de el sujeto, de quien hablamos ; pero que vn hombre que fue Co-
llegial de el Collegio que fundó el Josué de nuestra España, temblasse de
miedo á el llegar á el texto de Josué? vn hombre que vivió en la casa, y
le comió el pan al Josué Español, porque se turbó en el texto de el Josué
de Ysrrael.
Si detuvo á el mismo Sol
vn Josué, y otro Josué,
como el Arzediano fue
afrenta de el Español?
Como en vn mismo arrebol
Dn. Diego se precipita,
y á su fundador no imita?
No vee quedando tan feo,
que dirán, que a el Europeo
lo lia venzido el Español.
Concluie la cita de Sn Thomás de Villanueva hablando con el Santo
Arzobispo, y dice: Deudo de deudos de la Illustrissima Familia, y nobi-
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
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lissima de Vuestra Ecxa. Illustrissimo, y Exmo. Sr. Poca merced le haze
á su Exa. (quando tanto se precia, y con justa razón de ser pariente im-
mediato de el Santo) en decirle, que es deudo, de deudos, porque con es-
tas palabras, no solo le quita el parentesco, sino el deudo. El deudo de mi
pariente es mi deudo; pero el deudo de mi deudo, ni es mi deudo, ni mi pa-
riente, y el que tiene mi sangre, no es deudo de mi pariente, ni tiene la
sangre de mi pariente, y assi el deudo de mi deudo, que parentesco ten-
drá con migo? Si quando el Arzediano alaba, assi injuria, como ofenderá
quando no elogia? Vamos pues á su autoridad de S? Thomas, para que
dee el Predicador la distinccion entre el motivo y el exemplo. Dice ya:
itaquc cum Pucr Iesus essei primogénitas, et vnigenitus Matris su<z, hodie á
Matre lusia Icgcm, Dominus prcesentatus est ad hoc quippe statutum parti-
cnlare Virgo prce cceteres tenebatur quia máxime pro ipsa conditum fue ral
statutum. Huelgome que se halla ofresido esta autoridad, para responder á
el Sr. Arzediano, lo que hay en esta materia, y porque dixó el Santo estas
palabras: hade saber Vmd. que entre los Santos Padres, y Escripturarios,-
es celebérrima question averiguar si Christo Sr. N. como primogénito es-
taba obligado á la ley de la purificasion: dividense los mas Padres de la
Yglesia assi Griega, como Latina en dos opiniones: Sn. Cirilo Hirosolimi-
tano1 Sn. Metodio. Sn. Eligió. Sn. Illdefonzo2 y otros muchos dicen: que
Christo no estuvo obligado á la ley de la purificasion de los Primogénitos,
y esta para mi es la más probable, dexo ahora sus fundamentos porque no
hazen á el caso. La segunda opinión de que Christo, como primogénito es-
tuvo obligado á la ley de la presentación defienden Sn. Juan Chrisostomos
Sn. Gerónimo* Orígenes5 Sn. Ambrosio, Teofilato. Sn. Gregorio Nasiance-
no, y otros con Sto. Thomas de Villa Nueva, y dice: que aquella ley man-
daba esta presentasion en el Levitico, que decia: santifica mich lomne Pri-
mogenitum, siendo general el precepto se puso solo por Christo propter
ipsum solum hoc genérale prceccptum impositum est, y se fundaba lo primero
en la acersion de la Bulla, lo segundo en que aquel primogénito se havia de
llamar Santo: iquod llud Primogenitum Sauctum Domini vocabiturflo cual
vnicamente le pudo convenir á Christo, según dixo el Ángel á María SS?
et quodnascetur ex le sancium vocabliur, y como el Sr. S. Thomas de Villa-
nueva es de esta sentencia, que se funda, en que solo por Christo se puso
el precepto propicr ipsum solum consiguientemente dixo: y dixo mui bien
assi como por el Hijo se puso este precepto, assi también por la Madre se
puso esta ley. principalmente por Chrispto, y el irse Christo á presentar á
el templo con su Madre, no le pudo la Madre servir de motivo, ni tal cosa
quiere decir el Santo, pues cada uno en su ley, y según ella iba á cumplir
1 De ocur. Domini.
2 Serm. de Purific.
3 De ocur. Domine.
4. Lib. 2 Con. jovinia.
5 Serm. 4. in Luc.
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
6o
con su obligasion, en donde Christo solo le sirvió á su Madre de exemplo,
y no Maria á Christo de motivo, porque en este caso parece que mas fuer-
za hasia la ley del Hijo, que se presenta, que esta ley de la Madre que se
purifica,
Hermano amado mió (prosigue el Orador hablando con Santo Thomas)
sin faltar á la benerasion, que os professa mi reherente respecto, como pue-
de lo humano motibar acciones en lo divino.' Óiganlo claro en el Padre
Nuestro. Le dice hermano, haviendole dicho antes mi Collegial; "lo tuvo
Dios de su mano en no decirle hijo mió, pero hizo mui bien que no era ter-
mino para hablar á vn Santo, que solo se lo podia decir vn San Agustín,
porque en este caso mas autoridad tiene la cinta, que la beca, pero entró
la santa hermandad por la collegiatura, y no por la professión. Y para oir
como puede lo humano motibar acciones á lo divino, nos dice: que oiga-
mos el Padre Nuestro, y aqui el sonadissimo dimitte uobis entra en su lu-
gar, y ojala pudiera trasladarsse el dimitte con la pluma, como lo abrevió,
abrebiando en todo la lengua.
Pronunciar latin procura
para que no te den carga,
y para no hacerlo alarga
lo que fuere abrebiatura.
Dimitte uobis debita nostra decimos á Dios guando rezamos la oración.
Manden rezar la oración
de el Padre Nuestro á Dn. Diego;
mas en el dimitte el ciego,
no puede tener perdón.
Señor perdonad nuestras deudas, discreto pedir, pero aun pedimos mas di-
mitte uobis debita nostra, sien t et nos dimitimus debitoribusnostras, aquel si
cut el nos tiene grandissima dificultad. Que dificultad, ni que grandissima
Señor? que está Vmd predicando en presencia de Hombres doctissimos, para
quees la replica: Dios no puede perdonar como yo perdono, si Dios perdona
como divino, y yo perdono como humano: luego no puede verificarsse aquel
sieut Dios selo perdoneáVmd Sr. Arzed'muo para quees el distingue) dixó
la mexorbeca de el Mundo: no puede berificarsse como exemplo es verdad: pero
si como motivo, y exemplo de el Hijo que se presenta, y de la Madre que se
purifica. Quien le á dicho á Vmd. que esse distinguió es de S. Thomas de
Villanueva, no es sino mas antiguo, porque es de su Padre Sn. Augustin,
y es de Sn. Cipriano, vea Vmd. quanto antes estaba dicho el distinguo y
aquel cicut es causa inductiba, que muebe á Dios para perdonarnos, mas
que dixera el Sr. Coscojales, si me oiera que Sn. Gregorio Niceno dice
ibi: que aquel cicut et nos es ponernos á Dios nosotros por exemplo, esto
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
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es decirle á Dios que nos imite á nosotros, y que haga lo que nosotros hare-
mos, pues en verdad que assi lo nota en proprios términos el Nizeno por
estas palabras: vt Dais facía riostra imittetur: ego fea', Domine fac, solví,
solve, dimisi dimittc, no se puede ponderar mas, vea si en el imitctar en
tra el motivo, ó el exemplo, y para que vea asta donde llega lo que Dios"
estima el perdón de los enemigos, de que habla el cicut ct nos dimitimus
debitoribus nostris, que quiere decir: que Dios no perdona á el que á otro no
perdonaassi hablando en la causa exemplar, nos ponemos, como por caso
imposible por exemplar á Dios, como si dixeramos: Sr. el que el Hombre
os sirva de exemplar es imposible, pero estimáis vos tanto el que yo per-
done á mi enemigo, que aunque es imposible, que vos queráis el imposi-
ble de imitarme, lo executais perdonando mis pecados, para que perdone
yo á mis enemigos. Y para que lo entienda mexor le hede explicar el ci-
ad con dos cicut vno en la misma oración de el Padre Nuestro, y otro en
el capitulo quinto de el Señor Sn. Matheo en la oración de el Padre Nues-
tro decimos: fiat voluntas tita, cicut in ccelo el inlerra, hagasse tu volun-
tad assi en el cielo como en la tierra. Digame aora el Señor Dr. en la tie-
rra se haze la voluntad de Dios, ni se puede hazer, como en el Cielo? no
solo se puede hazer, pero es imposible, y assi lo argüían los Santos Padres,
contra los Pelagios, como también les explicaban el cicus et nos dimitimus;
pues si en la tierra no se puede hazer la voluntad de Dios como en el Cie-
lo, como decimos aquel cicut? Mas en el capitulo ya citado nos dice
Christo: cstote ergo perfecti, cicut el Paler vester ccelestis perfectus cst, po-
niéndose Dios por exemplar de nosotros, no pide otro, porque si cupiera
por imposible el que Dios nos imitara, y el que nosotros fuéramos tan per-
fectos, como Dios, lo hiziera Dios por ver en nosotros esa perfección, y
como es tanta perfección el perdón de los enemigos, si cupiera en Dios
imitasion havia de perdonar nuestros pecados, tomando exemplo de noso-
tros, que perdonamos á los enemigos.
PUNCTO XI?
De la peroración de el sermón.
Llegamos ya á el asta aqui de su sermón, donde hace su peroración á
la Santissima Virgen, con toda aquella prosa de estilo, que mas parecen
papeles de Galán, que voces sagradas de predicasion, y sus sentensias de
guerra combenga ó no combenga, y dice: Que habiendo llegado asta allí su
reherente osadia, es tal la modestia de Nuestra Señora, que habiéndola in-
juriado queda sin el escrúpulo de averia ofendido. Pero como en otra par-
te pone en duda esa injuria, y dice: disimule tu soberanía mi cortedad, si
c injuriado con el dibujo á tu Ymagen, y si primero conose que ha injuria-
do, como después duda lo mismo que confiesa? Pero es consequencia de
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
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poca importancia, la voz mas impropria en el folio veinte, y dos es esta:
admita tu soberanía el animo de servirte, si // reparar en la menudencia de
el don. Esto de menudencia Señor mió es maldita palabra, porque menu-
dencia se deriva de menudo, y siendo el Sermón en viernes si Vmd. se
acuerda, no era plato de el dia, porque es grosura.
Esa voz escusar pudo
vuestra poca reberencia
que aun que es vna menudencia
no es para vzarla á menudo.
Pero el motivo que dá para que la Virgen Santissima le perdone aque-
lla injuria que puso en duda es: que habitas en Región, donde no taza el
tiempo a la dicha, porque se alarga á lo felix lo eterno Pues que importa
que se alarge á lo felix lo eterno, ni que tiene que hazer que la Región
habite donde el tiempo no taza á la dicha, para que disimule la soberanía
de Maria Santissima á la cortedad del Arzediano á nosotros nos taza el
tiempo la dicha, y no habitamos la región, donde no la taza, y con todo
eso tuvimos mucho que disimularle aquel dia, y lo hubiéramos hecho as-
ta aora si su vanidad no le hubiera engañado mas de lo que estaba. Pero
que queria decir en estas palabras: Derrama todo el olimpo en luces porgue
no sea corlo alcázar para tu bencracion los corazones? pero si los corazones
hande ser el alcázar donde se derrame todo el olimpo, siempre será el al-
cázar corto, pues hande ser el alcázar los corazones. Prosigue en el mis-
mo folio con la coleta de guerra, conque acaba todos sus sermones, y dice:
Continua las felisidades de las armas christiauas contra los enemigos de la
fee, para que sus estandartes Reales sirvan de trofeo á las catholicas plantas.
Y hablando de las excelencias de el Señor Virrey, pasaá no se que nese-
sidad de el Imo. Cabildo, con su exelentissimo Principe y Prelado, y con-
cluía diciendo: yo no se si tendré otra ocasión de predicarte, pero ya me ha-
llo gustozo en esta Región haviendo logrado esta ocasión de servirte. Tres
cosas dice prodigiosas, ponderémoslas todas tres: yo no se si tendré otra
ocasión de predicarte, pues porque dudóla ocasión? quando en México
bastantes se ofresen de predicar, el caso es saber predicar de la ocasión,
y de el caso; sin duda se tuvo por oráculo en materia de pulpito, y
como en las altas de esgrima saca vna vez vn Maestro de armas la espa-
da para dar su lección, assi jusgó N. D. Diego que con hablar vna vez
quedaba jurado Maestro, y lo abjuraron de behemente, porque todos sus
tajos fueron rebeses, y conosiendo la treta no pudo executar la conclusión;
habló y diose á conocer, mas esto lo dice á el aire, porque ya á buscado
ocasiones para darse á conocer, y dar á entender que predicaba derrepen-
te aunque no la logró, y oiga este caso, que andaba mui valido, y publico:
vno de los sermones que se predican en la S. Iglesia Cathedral en la oc-
iaba de el Corpus, corre por cuenta de la Archicofradia de el SS? Sacra-
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
63
mentó: á el Religioso Predicador.de cuio cargo estaba el sermón, fue tres
meses antes cierto caballero del Orden de Sn. Tiago (que quando nos pi-
dan informasion diremos quien es) á decirle que dexasse el sermón, porque
el Señor Árzediano havia propuesto el predicarlo: es que hade ser con dos
condisiones dixo el Caballero, lo hade tener V. P. secreto dixo el Caba-
llero? si haré respondió el Religioso, y lo segundo qual es? que la víspera
de el sermón se hade fingir V. P. Enfermo, para que assi diga la Archico-
fradia: que se vale del Árzediano, y viendo México predicar de vn dia pa-
ra otro á el Arzediado jusgue que fue derrepente, que esees todo el punto.
Eso no haré dixo aqui el Religioso, dexar el sermón á el punto, guardar
secreto, como vn mudo, hazerme enfermo, como vn muerto, mas no es
crédito de mi Religión, que avisando la vispera predique el sermón otro
que no sea de mi habito. Vea aora si ha buscado ocasión de predicar.
Mas no andubiste prudente
en el medio que has pensado
puesto que, precisamente,
se turbará derrepente
quien se turba de pensado.
Dexemos la ocasión, que párese próxima, y "amos á las otras palabras.
Pero ya me hallo gustoso en esta Región. Direle en esta ocasión, lo que en
otra dixo Don Luis de Gongoza.
Muchos siglos coronéis
esta dichosa Región,
que quando os mereció Ave
Seraphin os admiró.
Va nuestra troba.
Muchos siglos coronéis
esta dichosa Región,
que os oigo pronunciar Ave
quando el sermón se os voló.
Pero por amor de Dios este hombre porque ha de estar disgustado en
esta Región? que dice ya esta gustoso en ella; tan ma'o es venir á tener
las primeras estimasiones, asiento, y lugar! de tanto disgusto era vna dig-
nidad, y mas como la de Árzediano, con vna renta que no baxa de seis
mil pesos á el año, su coche, sus lacallos, sus quatro muías, y de quando
en quando sus señorías: y mas quando dice: qne mañana, ó es otro dia se-
rá Arzobispo, y Virrey de México, que no son sus echos de menores pen-
samientos. Pero quisa lo dice por ser esta Región tan mala, como á el par-
tirse á ella (assi lo dice en sus conversasiones ) se lo dixo un Amigo suyo:
á la Nueba España ba (dixole) Vmd ? dexesse acá el punto, la vergüenza, y
la verdad, con que Región donde no ai vergüenza, punto, ni verdad cía-
BIBLIOGRAFÍA MEXICANA DEL SIGLO XVIII.
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ra está que ha de ser mala y ha de estar mui disgustado el Sr. Dr. en ella,
y mas cuando sobre faltarle estas tres prendas, se le añade ser vn corral
de Bacas, como lo dice el mismo Autor Complutense, que quejándose el
Arzediano á el encareser sus méritos dice: que le ha susedido lo que á un
gran Toreador, que haviendo hecho grandes lames á toros muiferoses, des-
pués á el entrar en vn corral de Bacas lo derribó vna de ellas ; que assi
después de haber tenido los primeros créditos en Alcalá, y Madrid, ha ve-
nido á este corral de Bacas á México á perderlo. Sr. Arzediano si esto han
hecho con Vmd. las Bacas de este Reino, que harán los Toros? mas para
que Vmd. esté gustoso en esta Región, pongasse delante de los ojos los
grandes sujetos, que han ocupado la silla de su dignidad; vn. Sr. Dn. Jo-
seph de Adame y Arriaga dechado de Juristas, deposito de letras, desem-
peño de Cathedras, Canónigo Doctoral que fue de la Sa. Iglesia Cathedral
en la Ciudad de los Angeles, y después Canónigo de esta Metropolitana
de México, Comisario General, Subdelegado de la Santa Cruzada, Cathe-
dratico Jubilado en prima de leyes por esta Real, y Pontificia Vniversi
dad, Arzobispo electo de Manila en las Isllas Philipinas. Que diremos de
vn. Illo. y Rmo. Sr. Dn. Gaspar de Legaspi, de tan limpia, quanto roxa,
y generosa sangre, Obispo de Durango, y oi de Valladolid, exemplo de
modestia afabilidad, y virtud! Que de aquel que fue menor la fama que su
nombre, quando estuvo lleno de su fama todo el Orbe. Vn. Illo. y Rmo.
Sr. Dr. Dn. Isidoro de Sariñana, y Cuenca, de inmortal memoria, delicias
de su Patria en todos los concursos literarios, el primer Cathedratico, en
el pulpito el vnico oráculo, en todas Cathedras singular, Cura, Cathedra-
tico en prima de Theologia, Canónigo lectoral en esta Sa. Iglesia, Theso-
rero, Chantre, Arzediano, Dean, y Obispo Dignisimo de Antequera. Vea
aora que antesesores á su Silla á havido en esta Región, para que no nos
salga, con que ya se halla gustoso en esta Región: donde por Capellán de
Choro que estuviera de esta Santa Iglesia (que los ha tenido relebantissi-
mos en virtud, y letras) pudieran estar mui bien premiadas las suias. Y
vien porque se halla ya gustoso en esta Región? ya lo dice hablando con
la Señora: haviendo logrado la ocasión de servirte. Miren que servisio tan
grande, quiere hallarse tan gustoso, y mas aviendose quedado en la mitad
de el obsequio, con vn sermonsito bien improprio, bien moderado, y mui
mal dicho, y este es el servisio que alega para aliarse gustoso, quando pa-
ra estar mui disgustado le pudiera servir el mismo sermón de motivo, y el
mismo puesto, en que se halla de confusión, si le el capitulo grave de pra-
berjdis.
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
65
Punto vltimo, y conclusión de todo lo dicho, y pensado
en estos puntos.
Acabóse el Sermón, y acabóse la respuesta, mas porque no paresca na-
cida de alguna passion (que no la ai) si razón que nos sobra, ni de mala
voluntad, que Dios nos libre, sino de la pura verdad, protestamos que to-
do lo dicho, y hecho en este papel, es para desengaño de el Autor, mo-
vidos de charidad, pues no es razón que este Caballero haga común des-
despresio de los Sujetos grandes de este Emporio, sin que halla alguno
de los mínimos, ó menores, qual soi yo, y mis compañeros lo refrene, y
para que en lo de adelante calle contentándose, y dándole á Dios mil gra-
sias de estar en esta Región gozando de vna tan alta Silla, de que se ven
pribados muchos mentados, y de puestos, siendo Hijos de la misma Re-
gión, quienes lloran olvidados, viendo abatidos sus estudios, sin premio
sus letras, sin lauro su trabajo, su sudor sin descanso, sin oído sus quexas,
y su todo sin nada. Y que pudiera acordarse con toda su Collegiatura
maior, su Cathedra en propriedad, que hizieran las Iglesias de España si
vieran que á vno solo de los muchissimos, y grandes Sujetos que ai en
estas Indias, (que bastante conosimiento tienen de ellos, por las que han
pasado alia, entre los quales basta vno solo para nuestro crédito, quien
goza de vna de las maiores Mitras de Europa) si promobieran á vno de
acá á vna de las prebendas de Castilla, que hizieran las Iglesias de alia?
que se quexaran los Naturales? y mas si fuéramos á decir de vnos que no
hillan, de otros que 110 aprietan, de esto» que no siguen, y de todos que
no saben; y acá por esta maldita distancia, porque no somos vistos, ni oí-
dos no somos adorados! y antes si pecho por tierra cruzadas las manos,
y cosidos los labios, hemos de recibir á Coscojales con mil manos, porque
á esto nos obliga la obediencia, por mas que el derecho lo repugne. El
Melifluo Padre, y Dr. de la Iglesia San Bernardo saviendo que el Sumo
Pontífice Eugenio quería dar la Abadia de San Athanasío á vn Sujeto tal,
qual dirán estas palabras que le escrivio á su Santidad: occupare hunc lo-
cum et non facete frucium, nec loco expedit, nec vos decet, nec nos. El mis-
mo San Bernardo escribiéndole á Eugenio, é instruiendole en los Sujetos
que havia de elegir para los puestos le dice: Vtros aprobatos opoi tet eligere,
a non probandos, porque que cosa es vn principado sin méritos, sino vn ti-
tulo de hombre sin tener de hombre, ni aun titulo: quid aliud est Princi-
paium sine mcritis nisi titulus siue homine.
Finalmente porque el Sr. Arzediano conosca la altesa de su Dignidad,
y lo que le obliga oiga á Ciseron, para que assi asentado su fundamento,
vea á lo que esta obligado por su asiento: quare sim hac fundamenta dig-
nitatis tiuc? primum integritas, ct continencia; deinde omnium, qui tecum
sunt pudor. No les cause pudor, ni vergüenza asus Compañeros tener tal
Compañero, y assi procure fundamentar bien su dignidad, discurrir que el
9
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
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saberse contener vn hombre es ser recto, integro bien hablado, y agrade-
sido, que son los fundamentos para que el premio pueda ser premio, hon-
rra, y decoro de sus Compañeros: porque de no, ni la Collegiatura maior,
ni la Theologia de Alcalá, ni la Philosophia de la Cathedra, ni el paren-
texco que dice tiene con la Señora Virreyna, ni todas las demás candide-
ses que habla le pueden servir de mérito, si de escarnio, como se lo dice
ya Juan de Óben mudando el nombre de Carlos en el de Diego.
Didace laudandus dubito magis atine dolendus!
elogio dignus sis elogia no niagois.
Para desempeñar el Sermón de la Purificasion, predicó el de la Asump-
sion con sinco meses de termino (y aun lo pidió todavía) fue tan apartado
de proposito, que la Salntasion fue vna sátira mui indigna de la Cathedra
de el Espíritu Santo, y el Sermón tan distante de el Evangelio, como ir á
España por Manila. De el primer discurso pasó á el tercero, sin decir na-
da de el segundo, y en el primero dixo tres disparates, pero antes que al-
zaran en la Misa maior, de agradesidos le digeron el siguiente soneto, aca-
bado en chi.
Recitó su papel Diego Cagachi
quiero decir Dn. Diego Teculichi
Ponze de León, alias mama la chichi
Enemigo mortal de el quemacachi.
Aora baia á Sn. Cosme el cachibachi
♦
á ostentar carabanas Seberichi,
como pudiera el gran Marques de Lichi
vfano, ala salud de su Catachi:
por la arenga que dixo á otro chimochi
en vn fandango de San Garabichi
le ofreció dos mil igas su Cocochi
ai que peleche, quele papa, quele luchi?
sobre las nubes á quedado Gochi,
si tendrá aora que censurar Petuchi.
AYALA. Di-. AGUSTÍN de (Clérigo.
21. lYELACION de Méritos. En I boj. infolio.
S i. a. 1. d. i. sed. México 1760.
AYALA. JOSÉ BUENAVENTURA iClérigo.)
22. IVELACION de Méritos.. En 1 hoj. infolio.
S. a. n. 1. d. i. sed. México siglo XVIII.
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
67
B
BARBOSA. Fr. FRANCISCO ClC la CONCEPCIÓN (Franciscano.)
23. (^ARTILLA, I y Methodo | para saber rezar | el oficio Divino. |
Escrita | Por el P. Fr. Francisco | de la Concepción Barbosa, de la Re- \
guiar Observancia de N.S. P. S. | Francisco, Hijo de esta Santa Pro- | vin-
cia del Santo Evangelio de | México, y Predicador Conventual | en el
Convento Grande | de dicha Ciudad. | Con licencia, y privilegio | en Mé-
xico, en la Imprenta Real del | Superior Gobierno, de los Herede | ros
de la viuda de Miguel de Rivera | Calderón, en el Empedradillo. | Año de
1731- l
8vo.; port. orí. y vta. la licencia del Virrey; pp. 1 á 23 la obra.
BARRY y RICAVILLA. JUAN B. J. de
24. IvETlRO Espiritual ) o | Exercicios, | Para vn dia de cada mes. |
Compvesto en Francés, | por vn Padre de la Compañía de | Jesús. | Tra-
ducido en Español, | Para la vtilidad espiritual de los Hermanos de | la
Congregación de la Buena Muerte, fundada | con Authoridad Apostólica,
en la Iglesia de la | Casa Professa de la Compañía dejesvs. | De manda-
to de el Exmo. Señor Duque | de Linares, Virrey de esta Nueva | Espa-
ña. I Por D. Iuan Bautista Ioseph de Barry \ y de Ricavilla, Ldo. en Sa-
grados Ca- I nones, y Leyes en la Vniver- \ sidad de París. | Con licencia
en México, | Por los Herederos de la Viuda de Miguel de \ Ribera Calde-
rón, año de iy/6.
8vo.; 6 hojs. prls. s. nr. Pág. I á 527 con la obra y 5 de índice y Erratas s. numeración.
BARRUEL. Ab. (Clérigo.)
25. HlSTORIA | del Clero | en el tiempo ( de la Revolución France-
sa, I Escrita en francés por el Ab. Bar niel, Limosnero de \ su Alteza Se-
renísima el Príncipe de Conti, | Traducida al Castellano. | En México: |
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
68
Reimpresa por Don Mariano Joseph de Zúñiga y Onti- | veros, calle del
Espíritu Santo, año de 1800. |
4to.; port.; 5 hojs. prls. s. nr. PP., 1,1,. y Prólogos; pp. 1 á 271 la obra.
BECERRA y MORENO. JOSÉ XAVIER (Clérigo.)
2(>. VÉASE: Llanto de la fama, &. (1761.) en nám. 837. i? Parte Sec-
BECERRA LÓPEZ DE OSSVNA y ZARATE. Dr. SALVADOR
(Clérigo.)
27. Véase: Hercules coronado. &. 1747.
28. lLl Sabio Prodigo | Christo Señor Ntro. | Sacramentado. | Ser-
món, I Que el Sr. Dr. D. Salvador | Bezerra López de Ossuna, y Zarate, |
Chantre Dignidad de la Santa Iglesia ¡ Cathedral de Durango, Canónigo
mas antiguo, Racione- | ro que fue de ella, Ex-Provisor, y Vicario Gene-
ral en Se | de Vacante, y Plena, actual Juez Ordinario de Testamen- |
tos, Capellanías, y Obras pias, Juez Hacedor desús rentas | decimales, seis
vezes reelecto Examinador Synodal, Ca- | thedratico de la Real Univer-
sidad de México, Canónigo, | Expurgador, y Revisor de libros del Santo
Oficio, Comis- I sario Apostólico Subdelegado, y primer fundador del Rl.
I Tribunal de la Cruzada de el Obispado de Durango, Rey- | no de la
Nueva Viscaya, sus Provincias, Confines, &c. | predicó en dicha Sta. Ca-
thedral el dia Octavo de la fes- | tividad de Corpus Christi, 17. de Junio
de 1 75 1. I Sácalo á luz | El Br. D. Miguel de Arenivar, Presbytero | Do-
miciliario de este Obispado, Graduado en Philosophia, y Theologia por |
la Real, y Pontificia Vniversidad, y Capellán Real del Muy Ilustre Señor
I Governador de este Nuevo Reyno; y lo dedica | Al mismo Señor D. Juan
Francisco j de la Pverta, y Barrera, Cavallero Professo de el | Abito de
Santiago; Coronel de Infantería Española de los Reales Exercitos | de su
Magestad (que Dios guarde) su Governador, y Capitán General en | este
Reyno de la Nueva Viscaya, sus Presidios, fronteras, &c. | En México: en
la Imprenta del Rl. Colegio de S. Hildefonso. |
4to.; port. orlad. y vta. bln.; 13 hojs. prls. s. nr. con D. PP. y LL.; pp. 1 á 25 la obra.
BENAVIDES. Fr. ALONSO dC (Franciscano.)
29 1 ANTO I que se sacó | de vna carta, | que j El R. Padre Fr. Alon-
so I de Benavides, | Custodio que fue del Nuevo México, [ embió a los
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
69
religio- | sos de la Santa Custodia de la | Conversión de San Pablo de di-
| cho Reyno, desde Madrid, | el año de 1 63 1. | Dase á la estampa á ex-
pensas de vn I afecto á la Religión. |
8vo.; port. orí. y vta. bine; Dedicatoria; 2 hojs. s. n.; pp. i á 10 la obra que termina con la
subscripción siguiente:
Con licencia de los superiores. | Impresso en México: por Joseph Ber-
nardo de | Hogal, Ministro, é Impressor del Real, y j Apostólico Tribunal
de la Santa Cruzada en | toda esta Nueva-España, Año de 1730. |
El original de esta carta se conservó muchos años en el Archivo del Convento de San Fran-
cisco de México y hoy para en la Biblioteca Browniana de Providencia (R. I., U. S. A.)
Se reimprimió al final de la "Vida de Fr. Junípero Serra" escrita por el P. Fr. Francisco Pa-
lou (véase) y en la 2? edición de la misma al final de la "Historia de la California" del P. F. J.
Clavijero, (México, 1S52).
BENEDICTO. PAPA XIII
30. CONSTITUCIÓN | de Nuestro Santissimo | Señor, el Señor | BE-
NEDICTO I Papa XIII. I En favor de la I Tercera Orden | de N. P. S.
Francisco. | Con Licencia, y Privilegio: En Me- j xico, por Joseph Ber-
nardo de Hogal, | Calle déla Monterilla. Año de 1726. |
8vo.; port. orí. y el escudo franciscano en la vta.; 16 hojs. s. nr. con la obra.
BERISTAIN y ROMERO. Dr. JOSÉ MARIANO de (Clérigo.)
31. KJ RACIÓN fúnebre, | que en las solemnes exequias | que se cele-
braron por el alma | del Serenísimo Señor | D. Luis Antonio Jayme | de
Borbon, | Infante de España, | En la Iglesia de Santa Maria del Real Si-
tio de San | Ildefonso, el dia 4 de Septiembre de este año, | Dixo | El Dr.
D. Joseph Mariano | de Veristain y Romero, | Colegial Palafoxiano de la
Puebla de los Angeles, del Gremio | y Claustro de la Universidad de Va-
lencia, Catedrático per- | petuo de Teología por S. M. de la Real Univer-
sidad de Va- I lladolid, Individuo numerario de la Real Academia Geo-
gráfico- I Histórica de Caballeros, y Honorario de la Real de las | Bellas
Artes de Dicha Ciudad, Censor de la Real Sociedad | Económica de aque-
lla Provincia, Benemérito de la Real Bas- | congada, y correspondiente de
la de los Apatistas de Verona, | Reimpreso en la Oficina del Real Semi-
nario Palafoxiano | de la Puebla de los Angeles. Año de 1786. |
4to.; port.; pp. 3 á 24 la obra.
BLANCA VALENZUELA. MIGUEL de la
32. INSTANCIA segunda | de la Vida, y Muerte del Capitán | D. Mi-
guel Velazquez Lorea, Alguacil Mayor del | Santo Tribunal de la Fé, Al-
bibliografía mexicana del SIGLO XVII 1.
70
calde de la Santa Her- | mandad, Juez de la Acordada, por nuestro Inclyto
I Monarcha el Señor D. PHELIPE QviNTO, (que | Dios nos guarde) y se-
ñalados Hechos de su Hijo, | D. Joseph Velazquez, Ortiz, y Lorea, quien
le I sucedió en los proprios Cargos, por | Cédula de su Magestad. |
4to.; sigue luego el texto en verso y á dos columnas con pp. 1 á 6; á continuación otra hoja
s. nr. con versos del autor y otros de los Brs. Francisco Xavier de Cárdenas y Juan Francisco
Arévalo Sahagun Ladrón de Huevara. Al pie de la primera plana de esta hoja, la subscripción
siguiente:
Con licencia, en México, en la Imprenta Real del | Superior Govierno,
de Doña Maria de Rivera; en el Empedradillo. | Año de 1732. |
BLANCO VALDEZ. Fr. ANTONIO (Franciscano.)
33. Véase: Olmedo. Fr. R. B. (1775).
BONETA. Dr. JOSÉ (Clérigo.)
34. LjRITOS I del Purgatorio, | y Medios J para callarlos, | Libro pri-
mero, y segundo. | Dedicados. | A la Virgen Santissima | del Carmen. |
Compuesto | por el Doct. Joseph Boneta, | Racionero de la Santa Metro-
politana Iglesia I de Zaragoca, y Doctor en Sagrada | Theologia. | Quinta
impression añadida. | En Zaragoca: por Gaspar Thomas | Martínez, Año
de 1698. [ Y por su original: En la Puebla, en la Imprenta del Capitán |
Sebastian de Guevara, y Rios, | año de 1703. |
4to.; port. orí. y un texto latino en su vuelta. 7 hojs. prls. s. n. Pág. 1 á 301, la obra y 3 pág.
de índice s. nr.
BORROMEO. San CARLOS
35. 1 ESTAMENTO | o vltima voluntad del alma. | Hecho en salud, para
assegurarse el Christiano de | las tentaciones del Demonio, en la hora de
la Muerte. | Ordenado | por San Carlos Borromeo, Cardenal del Titulo |
de Santa Práxedis, y Arcobispo de Milán. (Un grabado).
Con Licencia. | En México, por Francisco de Rivera Calderón | en la
Calle de S. Agustín. Año de 1730. |
4to.; portada á cuya vuelta comienza el texto con 3 hojs. mas s. nr.
ANÓNIMOS.
36. JjREVE I Promptuario | de las partes de | que se compone | la
Oración; | sacada de varios mysticos, | Por un Hermano de la Santa | Es-
cuela de Christo Señor N. | Sita en el Colegio de Ntro. | Gran P. Sr. San
Pedro, I de esta Corte. | Impresso en México con las licencias | necessa-
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
71
rias, en la Imprenta Real de el | Superior Govierno, y de el Nuevo Re- |
zado de Doña Maria de Rivera, en | el Empedradillo. Año de 1747. |
ióvo.; po'rt. y 15 hojs. s. nr.
El nombre del colector y editor consta al fin de la Dedicatoria con esta cuarteta:
¡VlANUal breve es el que ofrezco
Tíisto ObsEquio comPreHensivo,
porque mi obediencia realze
los en Sánchez de lo fino.
37. IJREVE Compendio de las innume- ¡ rabies lamentables ruinas, y
lastimosos estragos, que a la | violencia, y conjuración de todos quatro
Elementos, expe- | rimentó la Gran Ciudad, y Corte de Lisboa, el dia |
primero de Noviembre de este año | de 1755. |
Reimpressa en Cádiz y por su original en la Puebla cu la l tu- | pie uta
de la Viuda de Miguel de Ortega, donde se hallará \
4to.; sin año, sed 1756.
bibliografía mexicana del siglo XVIIL
73
C
CABRERA. Fr. TOMAS (Misionero franciscano.)
38. Tesoro de la virtud, | escondido en el tesoro publico | de opu-
lento caudal, j Sermón fúnebre, | Que en las Honrras celebradas el dia 3
de Septiembre de 1742. I En la Iglesia de San Matheo de Valparaiso, |
Al Señor Don Fernando | de la Campa, los, | Coronel de Infantería Es-
pañola, Caballero de la Orden de Al- | cántaro, y Conde de San Matheo
de Valparaiso, | Predicó \ El P. Fr. Manuel Thomas Cabrera, | Lector de
Prima en el Colegio Apostólico de Propaganda Fide, | de Nuestra Señora
de Guadalupe de Zacatecas. | Sácalo a luz | la Señora Condesa de S. Ma-
theo de Valparaiso | Doña Isabel Rosa Catharina | de Zeballos, Villegas,
I Esposa del difunto Caballero, | y lo dedica | Al Illmo. y Rmo. Señor
Doctor I Don Juan Gómez de Parada, | Colegial Mayor del Insigne Co-
legio Viejo de Santa Maria de | Todos Santos, de México: Doctor, y Ca-
thedratico de Prima de | Philosophia en la Universidad de Salamanca: del
Consejo de | Su Magestad: Obispo de Yucatán, Gvatemala, y actual | de
Guadalaxara. | Con licencia: En México por la Viuda de Don Josep
Bernardo de Hogal: Calle de las Capuchinas. Año de 1743. |
4to.; port.; 19 hojs. prls. s. nr. con 1). I'P. y LL.; pp. 1 ñ 36 el Sermón.
CALDERÓN VELARDE. DIEGO (Clérigo.)
39. Acto | de contrición, ¡ dispuesto | en cincuenta y siete | deci-
mas, I por el Lie. D. Diego | Calderón Velarde, | Cura Beneficiado por
su Magestad, | que fue de la Muy Ilustre Villa de | Cordova, en el Obis-
pado de la Pue | bla de los Angeles, | donde se imprimió. | Y por su
Exemplar en México por la | Viuda de D. Joseph Bernardo de | Hogal,
año de 1754. | Y aora en la Imprenta de la Bibliotheca | Mexicana, junto
á la Iglesia de las RR. | MM. Capuchinas, reimpreso el de 1 762. |
8vo.; port. orí. con grah. en su vta. y al pie de él comienza el texto de la obra contenido en
7 hojs. regladas s. nr.
IO
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII
74
CARTAGENA. Padre JUAN MIGUEL de Jesuíta.)
40. Véase: Paz y Salgado. | 1747. |
CASTILLA. P. MIGUEL de (Jesuíta.)
41. ^ERMON | panegyrico, I en la annual festividad que con- | sagra
á la Dedicación del Santo Templo Metropolitano | de México, la muy
Ilustre, y Venerable Archi-Cofradia | del Santissimo. | Predicólo el Pa-
dre Miguel de Castilla de la Com- | pañia de Jesvs Cathedratico de Pri-
ma de el Co- I llegio Máximo de San Pedro, y San Pablo | Calificador del
Santo Officio. | Dalo á la estampa | Don Miguel Calderón de la Barca
del Consejo de su Mages- | tad Oydor mas antiguo que fue de la Real
Audiencia de esta | Nueva-España, promovido por su Mag. en sucesivas
mercedes | (á consulta délos Consejos de Camarade Castilla, é Indias) á
I plazas de üydor de la Real Chancilleria de Granada, y Gover- | nador
del Reyno de la Nueva Galicia, y Presidente de | la Real Audiencia de
Guadalaxara. | Y lo dedica. | Al Exmo. Señor Don Francisco Fernán- |
dez de la Cueva Henriques, Duque de Alburquerque Mar- | qués de Cue-
llar, Conde de Ledesma, Gentil-Hombre de la | Cámara de su Magestad |
Virrey, Gobernador, y Capi- | tan General de la Nueva-España, y Presi-
dente I de la Real Audiencia de México. ¡ Con licencia: En México por
Juan Joseph Guillena Carrasco | so en el Empedradillo. Año de 1707. |
4to.; port. orí.; 13 hojs. prls. s. nr.; pp. i á 24 el Sermón.
42. Sermón | de \ San Nicolás | el Magno, Arzobispo de Mira, Pa- |
tron de la Ciudad de Bari, | Que predico | el P. Miguel de Castilla, de la
Compañía | de Iesvs, Cathedratico, que fue de Prima de | Theologia en el
Collegio Máximo de S. Pedro | y S. Pablo, y ahora Prefecto de la muy |
Illustre, y Venerable Congregación del Sal- | vador, y Calificador del San-
to Officio. I En la Solemnidad, | Que en la Iglesia de Religiosos Bethle-
mitas I desta Ciudad de México celebra todos los años | el Capp. D. Die-
go de Berasturi, al presente | dignissimo Prefecto de dicha Congregación,
I quien te saca áluz, desseoso de promover | la devoción del Santo. | Con
licencia en México: ¡ Por la Viuda de Miguel de Ribera Calde- | ron, año
de 1709. I
4to.; port. orí ; 7 hojs. prls. s. nr. con D. PP. y LL.; pp. 1 á 12 el Sermón.
CASTILLO. FRANCISCO XAVIER del clérigo.)
Anteportada: l'n grabado en cobre representando á "Nuestra Señora de las Lágrimas."
Portada:
43. r\.LIENTO de pecadores. | Tiernos exercicios | que en forma de
novena, | se consagran | á las purísimas y tiernas | lagrimas | de Nuestra
BIBLIOGRAFÍA MEXICANA DEL SIGLO XVlll.
7$
Señora | la Santísima Virgen | Maria | de los Dolores, \ Para alcanzar por
su medio la conversión perfecta de las Almas. | Pof el Dr. Don Francis-
co Xavier del | Castillo, Presbitero de este | Arzobispado. | Reimpresos
en México en la Oficina de los | Herederos del Lie. D. Joseph de Jaure-
gui, | calle de Santo Domingo, año de 1794. |
l6vo.; port. empezando á la vuelta la obra que ocupa 31 hojs. s. nr. De éstas las 5 primeras
páginas contienen la Historia de la imagen, y por ser estas relaciones dalos importantes para la
etnología y la historia, la reproducimos á continuación:
Origen y breve noticia de la milagrosa Imagen de Nra. Sra. de las
Lagrimas, que se venera en la Metropolitana Iglesia, de este Arzobispado.
Entre las Preseas insignies de Sagradas Reliquias, y Milagrosas Image
nes, que deposita nuestra Metropolitana Iglesia, es digna de grande esti-
mación la que con el Título de nuestra Señora de las Lagrimas, venera en
su devota Capilla, el muy Ilustre Arte de Platería de esta Nobilisima Ciu-
dad, de quien solicitando el Origen por los mas Ancianos de su profesión,
y libros de su Archivo, he averiguado las siguientes noticias que fielmen-
te, y con brevedad transcribo.
Ser de esta Sagrada Imagen la antigüedad tan crecida, que si no ex-
cede el de cien años acerca ya su Origen á este transcurso.
Haber tenido este Ilustre Arte para sus cultos el motivo, ó principio de
un portentoso acaso, que fué el de haberse originado en esta Ciudad, en
uno de los dias de la Semana Santa cierto bullicio, ó desinquietud, que
causó la competencia, ó emulación en el transito de sus Pasos, y devotas
Procesiones, las que retiradas ya, y entrada la noche, se halló en sus obs-
curidades como resulta el rico Tesoro de tan Milagrosa Imagen, siendo de
su hallazgo el feliz lugar, el que registra distrito desde el Portal que lla-
man de Mercaderes, hasta el de una Alcantarilla, que aun existe, ó primer
Zaguán de las Tiendas de Platería, y Calle que va al Convento de nues-
tro Padre San Francisco: desde cuyo sitio (después de haberse puesto á
pública vista en el siguiente dia) por no haber ocurrido á reconocerla co-
mo propia, Persona alguna, (diligencia que se solicitó con particular es-
mero) fué dicha Sagrada Imagen pasada á la Parroquial Iglesia del Titu-
lo de la Santa Vera-Cruz de esta misma Ciudad, donde con muy particu-
lar esmero fué venerada y asistida, por el cuidadozo zelo y Christiana de-
voción, de este Nobilísimo Arte de Platería, que con crecidos gastos, no
solo promovía sus cultos, sino que también los solicitaba aumentar, sacan-
do dicha su Imagen, en pública y devota Procesión, que hacia el Juevez
de la Semana Santa; costumbre que ya practicaba, aun por los años de mil
seiscientos sesenta y tres, según consta de sus Archivos, y manuscritos,
de los que también se deduce su translación á la Capilla, que es en esta
Metropolitana Iglesia, bajo del titulo de la Purísima Concepción de núes-
BIBLIOGRAFÍA MEXICANA DEL SIGLO XVIII.
76
tra Señora, donde con los esmeros, devoción, y liberalidad que acostum-
bra, le deposita feliz este Nobilísimo Arte, que aun reconoce agradecido
á la Parroquial Iglesia de la Santa Vera-Cruz, su antigua estancia, ofre-
ciendo en reconocimiento de ésta, y por la particular alianza, que escritu
ró con su Muy Ilustre, c Insigne Archi-Cofradia de Cavalleros la Ofrenda
de un anual Cyrio; hasta aqui las noticias de su Origen.
De su Sagrado aspecto, y singular hermosura, siendo corto lienzo para
dibujarla el papel, y aun escasas de la Retorica, las figuras para encarecer
la, solo digo, que es en su tamaño y proporcional estatura, como en el de
una vara y media, ó poco mas de altitud, su ropaje el de una encarnada
Túnica, que sobreviste con un manto azul, sin daga, las manos abiertas, y
no enclavijadas, con un blanco lienzo en la diestra, tierna demostración de
quien manifiesta sus dolores, ó intenta enjugar de sus tiernos Ojos las ver-
tidas lagrimas; el semblante tan afligido y hermoso, que si fué empeño del
Arte, parece manifiesto de superior artificio, el que mas admirable se re-
gistra en el particular acierto conque de copiosas y abundantes lagrimas
se descubre esparcido: motivo que acaso le dio tan tierno doloroso Títu-
lo, y noticias tolas, que si hasta aqui ha adquirido el cuidad ->, aumentará
ya la nueva solicitud haciendo de unas y otras, (como es debido) jurídi-
ca información.
ANÓNIMO.
44. C^ATALOGUS | Personarun, et offi- | ciorum ProvinciaeMexicanae \
Societatis JESU. | Inlndiys 1764. — El escudo de la Compañía. | Mexici.
I Typis Reg. & Ant. D. II defonsi ¡ Seminarij Collegij. |
8vo.; port. orí.; una hoja s. nr. con el índice de los colegios y casas; pp. i á 55 la obra.
Por ser raro y contener muy interesantes noticias este folleto he creído conveniente reprodu-
cirlo aquí.
Index Alphabeticus Collegiorum, et Domorum; et insuper
Provinciarum Missionum Mexican/E Provincia.
Angclopolitanum Collegium, & DomustertiaeProbationisSpiritus Sancti.
Angelopolitanum Seminarium Sancti Hieronymi pro minoribus studijs
extemorum.
Angclopolitanum Collegium S. Ildefonsi.
Angelopolitanum Seminarium S. Ignatij pro majoribus studijs extemo-
rum.
Angclopolitanum Collegium S. Francisci Xav. pro Indis.
Campcclicnsis Residentia.
Chiapcnsc Collegium.
Chiguaguensis Residentia.
Cinalocnse Collegium.
bibliografía mexicana del siglo XVIII.
77
Durangense Collegium.
Durangense Seminar, externorum SS. Petri, & Xaverij.
Emeritense Collegium.
Emeritense Seminarium externorum S. Petri.
Guadalaxarense Collegium.
Guadal a. varen se Seminar, extern. S. Ioannis Baptistae.
Guanajuatense Collegium.
Goa tima leu se Collegium.
Goatimalensc Seminarium externorum S. Borgiae.
Havanense Collegium.
Lcgionensc Collegium
Mexicana Domus Professorum.
Mexicanuvi Colleg. Máximum SS. Petri, & Pauli.
Mexicanum Seminarium externorum S. Ildefonsi.
Mexicanum Collegium S. Andreas.
Mexicanum Collegium S. Gregorij pro Indis.
O ax acense Collegium.
Pacense Collegium.
Parralensis Residentia.
Parrensis Residentia.
Patzquarense Collegium.
Patzquarense Seminarium externorum S. Ignatij.
Potosiense Collegium.
Portus Principis Residentia.
Queretarense Collegium.
Queretarense Seminarium S. Xaverij pro externis.
Tepotzotlanense Collegium, & Domus Probationis.
Tepotzotlanensc Seminarium Indorum S. Martini.
Vallisoletanum Collegium.
Veracrucense Collegium.
Zacatecanense Collegium.
Zacatecanense inchoatum Seminarium externorum.
Zelajense Collegium.
Sunt domicilia 42.
Provinci/E Missionum.
California: Provincia.
Chinipensis Provincia.
Cinaloensis Provincia.
Sonoroensis Provincia & Pimarum.
Nayarithensis Provincia.
Taraumarensis Provincia.
bibliografía mexicana del siglo XVIII.
78
R. P. Franciscus Zevallos Provincialis ig. Maij 1763.
P. Ioannes Ildefonsus Tello, Socias R. P. Prov. 19 Maij 1763.
Michael Abaurrea, Comes R. P. Prov.
Angelopolitanum Colleg. et Domus Terti.e
Probat. Spiritus Sancti.
P. Iosephus Bellido Rector. 19. Maij. 1763.
P. Emmanuel Colazo Minister, Prcef Sanitatis, & ScJiol. Corrcct. ad
mens Secund. C.
P. Mathias Huerta, (tachado) Scncx.
P. Petrus Cessati, Instruet. P. P. 3. Probat. Prcef. Leet. ad 1. tnensam
C. Con/. N. & in T.
P. Albertus Zarzosa, Oper.
P. Ioannes Arrióla, Oper. Conf. N. & in T.
P. Ioannes Franciscus López, Admon. & C. Prcef. exercit.
P. lofephus Cumplido, (tachado) Prcef. Sod' Dolor. Conf. X. &. in T.
Corred, ¡ib.
P. Iosephus Ortega, Capel.
P. Thomas Sandoval.
P. Ignatius Mozarave, Proc. Colleg.
P. Ignatius Ronderos, C. Corred, lid. Conf. in T.
P. Iosephus Santelises, Oper. Conf. in T.
P. Franciscus Aramburu, Prcef. Spirit. Conf. N. & in T.
P. Ioseph Calderón, Senex.
P. Agustinus Arrióla, Oper. Conf. AT. &. in T.
P. Henricus Alvarez, (tachado) CatJiech. FF. Collegit pitnct. adán. Oper.
Conf. N. & in T.
P. Eugenius Ramírez, Oper. Conf. in T. Prcef Cas. consc.
P. Michael Benjumea, Prcef. Sod. Vifitat. Conf. N. &. in T.
P. Petrus Llanes, Oper.
P. Iosephus Bueno, Oper.
P. Ioannes Murillas, Oper.
P. Didacus Vargas, Invalid.
P. Antonius Cid, Prcef. Sod. mixt. &. Carcer.
P. Emmanuel Iturriaga, Prcef. CatJiech.
P. Maximilianus Gil, Oper.
P. Martinus Vallarta. Oper.
P. Ioachimus Tapia, Prcef. Sod. Puer. Annunt.
P. Iosephus Ignatius Calderón, Oper. &. Prcef. Bibliotec.
P. Bernardinus Ortiz, Oper.
P. Ioachimus Ibañez (tachado).
P. Petrus Gallardo.
P. Ignatius Gisbert.
bibliografía mexicana del SIGLO XVIll.
79
PP. Terti^e Probationis.
P. Iosephus Ignatius Doporto.
P. Franciscus Pascua (tachado.)
P. Emmanuel Albarran (tachado).
P. Franciscus Alegría.
P. Athanasius Portillo.
P. Iosephus Alegría.
P. Iosephus Hurtasum.
P. Iosephus Iranzo.
P. Andreas Soriano.
P. Iosephus Nevé.
P. Dominicus Diez.
P. Ioannes González.
Professores Gram
P. Michael Vaquera, Rhctor. &. Poes.
.... 4. Cías ¿dan, qui Soc, Sup. San.
Andreas García, 3. Cías.
P. Iosephus Acosta, 2. Cías.
Petrus Márquez, 1. Cías.
Infirma Mente.
P. Ioannes Ramírez.
P. Emmanuel Leaegui.
Ioachimus Castro.
Thuribius Hervin.
Antonius Lozano.
Coadjutores
Didacus Arias, Scnex.
Franciscus Xaverius Yatza, Administ. Prcea.
Franciscus Gerardi, Soc.
Franciscus Coz, Soc.
Basilius Blanco, Aídit.
Antonius Abruñedo, Soc. (tachado).
Petrus Inchaurrandieta, Adjut. Procurat.
Michael San Martin, (tachado) Admiu. Praul.
Ioannes Franciscus Ponze, Ludiuiag. 2.
Salvator Rodríguez, Janiíor.
Iosephus Aguirre, Soc.
Iacobus Palacios, Soc. Procur.
Antonius Ramírez, Ludimag. 1.
Franciscus Puisac.
Eugenio Zambelli (ms.)
Ioannes Llórente, (tachado) Custos vefl.
Emmanuel Ciorraga, Prom. Cond.
bibliografía mexicana del siglo XVlll.
8o
Seminarium S. Hieronymi.
P. Petrus Bolado, Super.
Franciscus Xaverius Castillo, Soc. Super. curat Convict.
Sacerdotes jp. in j. Prob. non Sac. i . SchoL ./. Coad. 18. Socij. y 2.
Angelopolitanvm Colleg. S. Ildefonsi.
P Iosephus Zepeda, Rector, ip. Majj. 1763.
P. Iosephus Melendez, Minister. Prcef. fanit. Cor. ad 2. nicnf. &. lib.
P. Antonius Salas, Prcef. Stud. Admon. C. Con/. N. &. in T.
P. Ioannes Castañeda, Prcef. Spir. Conf. N. &. in T.
P. Vincentius Rothea, Proc. Colleg.
P. Ignatius Blanco, Prcef. Sod. Dolor. Cor. lib. Conf. Al. &. in T.
P Iosephus Guerrero, Oper. Prcef. Cathech. &. T.
Professores.
P. Iosephus Padilla, Thcol. Schol. Primar. C. Conf. in T.
P. Ignatius Cova, Vespert. C. Conf in T.
P. Iosephus Soldevilla, Thol. Mor. Conf in T.
P. Ioanes Ochoa, Sac. (tachado) Script. Prcef. ton. Conf in T.
P. Ioannes Iragorri, Metaph.
P. Franciscus Martínez, Phyf.
P. Iosephus Legaspi, Log.
SCHOLASTICI 4. AN. THEOLOG.
P. Ioannes Llantada.
P. Iosephus Anguas.
In 3. An. Theolog.
Ferdinandus Berra.
H. Gil Rodríguez, aud Theolog. Mor. (ras.)
Repetunt philosophiam.
Iosephus Callejo.
Mathias Callejo.
Iosephus Castilla.
Iosephus Castañiza.
Iosephus Lava.
Iosephus Maldonado.
Nicolaus Loniana.
Raphael Rivera.
Petrus Cantón.
Dominicus González.
BIBLIOGRAFÍA MEXICANA DEL SIGLO XVIII.
81
Franciscus Domenec.
Marianus Velasco.
Antonius Barroso.
Ignatius Fano.
Ioannes Jabat.
Gabriel Echeverría.
Metaphysici.
LOGICI.
Coadjutores.
Adrianus García, Soc.
Petrus Carrera, (tachado) Ad/tiiti. Prced.
Franciscus Pardo, Admití Prced.
Salvator López, Gustos vest
Bernardus Valdes, Prom C otid.
Ioannes Antonius Aguirre, Soc. Proc.
Seminarium s [gnatij.
P. Ioannes Muñoz, Super.
P. Andreas Cabo, Soc. Super. cura i Cotivict.
Sacerd. 18. Schol. ij. Coadjut. 6. Socij. 41 .
Angelopolit; Colleg. S. Pranc. Xaveríj.
P. losephus Rincón, Vic-Rect. 2j. Maij 1763. Prcef. san
P. Petrus Zazurca, Admon. Cor. ¿ib. Col. ati C. Con/. 1 11 T. Missionat
P. losephus Texedor, C. Cotí/. N. & in 7! Missiotiar.
P. losephus Iañez, C. Conf. N. & in T. Missiotiar.
P. Antonius Priego, Prcef Catheck. C Conf. N & Mag. ling. Moa.
P. Blasius Arriaga, Missiotiar. Admitid. Prced.
P. Petrus Astegui, Oper. Missiotiar.
P. losephus Velasco, Oper. Missiotiar.
P. Vincentius Gome/., Oper. Missiotiar. Col Indi,
P. Víctor Brotons, Oper. Mission.
P. Paulus Malo, Oper. Missiotiar.
( !< >ADJUT< >RES.
Philippus Loaiza, (tachado) Promus cotid.
Didacus Barón, Admití. Prced.
Marianus Coca, Lttdimag, Indorum.
Sacerdotes 11. Coad. ;. Socij 14
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
82
CAMPECHENSIS residentia.
P. Augustinus Palomino, Super. 21. Maij 1763.
P. Ioannes Lucas Castillo, (tachado) Prcef. Cathech.
P. Iosephus Frexomil, Pro/. Gram.
Sacerdotes /ocij 3.
CllIAPENSE COLLEGIUM.
P. Nicolaus Bena vides (tachado) Rect. rcj. Maij 1763.
P. Martinus Olague, Pro/ Theolog. Mor. Oper.
P. Franciscus Iguerategui, Proc. Colleg. Oper.
P. Iosephus Iturriaga, Pro/es. Gram. Oper.
P. Antonius Ximenez, Pricf. Sod. Oper.
Iosephus Blanco, Administ. & Lndunag.
Sacerdotes 5. Coad. 1. Socij 6.
CHIGUAGUENSIS RESIDENTIA.
P. Dionysius Murillo, Super. 21. Maij. 1763.
Y. Claudius González, Pro/es. Gram. Oper.
Sacerdotes Socij 2.
ClNALüENSK COLLEGIUM.
P. Iosephus Gaifias, Rect. icj. Maij. 1763.
V. Iosephus Palomino, Pro/ Gram Oper.
Sacerdotes Socij 2.
DlJRANGENSK Coi.LEGIUM.
P. Ignatius Aramburo, Rect. icj Maij 1763. Pr<ef. salut.
P. Joannes Emmanuel Hierro, (tachado) Senex in Prced.
Y. Ioannes Fuente, Pne/. Sod. Dol. Carc. & T. C. Con/. N. & in T.
P. Iosephus Raymumliis Rivt-r •, Pref Catitee h. Oper C.
P. Dominicns Ascarza, Colligit punct. adán Oper.
Professores.
P. Michael Valides, Theolog. Schol. Admon. Pne/ Spir. C. Con/ N. &
in T.
P. Ioannes Lartundo, Theolog. Mor. C. Con/. N. &. in T.
P. Pius Laguna, Metaph.
Gram idem qui curat Convict.
bibliografía mexicana del SIGLO XVIll.
83
Coadjutores.
Antonius Urroz, Promus cond.
Mathaeus Carmona, Ludimag.
Seminarium SS. Petri, et XAVEK1J.
P. Iosephus Espadas, Curat Convict.
Sacerd. 9. Coadj. 2. Socij 11.
EMERITENSE COLLEGIUM.
P. Martinus Puerto, Rect. 19. Maij iyój. Prcef. sanit.
P. Michael Gadea, Prcef. Sod. C. Conf N. & in T.
P. Franciscus Xaverius Gómez. C. Conf. N. & in T. Oper.
PROFESSORES.
P idem qui Super. Semin. Theolog. Schol.
P. Iosephus Palomo, Theolog. Mor. C. Conf. N. & in T.
P. Augustinus Castro, Sae. Can. C. Conf. N. & in T.
P. Iosephus Domínguez, Logic.
P. Michael Carranza, Gram. in 1, 2, j, cías.
P idem qui curat Convict in 4.. & 5 cías.
COADJUTOR.
Thomas Martínez, ad domest.
Seminarium S. Petri.
P. Petrus Iturriaga, Super.
P. Iosephus Romero, Soc.
Sacerdotes 9. Coadjut. 1. Socij 10.
GUADALAXARENSE COLLEGIUM.
P. Iosephus Estrada, Vice-Rect. 16. Nov. iyój. Prcef. saiut. & Stud. major.
P. Antonius Aragonez, (tachado) Admon. Prcef. Spirit, & Sod. Bona
mort, C. Conf N. & in 7.
P. Michael Sola, Mission. curat. Dom. Laur. Prcef Can: Conf N. &
tu T.
P. Ioannes Guraya, Missionar. Prcef T. Conf. in T.
PROFESSORES.
P idem, qui Super. Sem. Theolog. Schol. C. Conf. .Y.
bibliografía mexicana del SIGLO XV III
84
P. Iosephus Diez, Theolog. Mor. Prcef. Stud. Min. & Cas. cojis. C.
Conf. N.
P. Ioannes Antonius Doporto, Metaph.
P. Ángelus Quessa, Log. (tachado).
idem, qui curat Convic. ./. das. Pcef. <?r Réct.
Thomas Gonzalo, in /, .?, ¿, cías. Guim.
Coadjutores
Franciscus Montenegro, Senex. (tachado).
Thadaeus Rosales, Ludimag,
Iosephus Cedano, Admití. Prced.
Seminarium S. Joannis Baptist.e.
P. Iosephus Aguirre, Super.
Ioannes Ravanillo, Soc. Super. curat. Couvict.
Sacerd. 8. Schol. 2. Coadj. 3. Socij rj.
GUANAJU ÁTENSE COLLEGIUM.
P. Iosephus Berrio, Rector 19. Maij f/6j Prcef. salut. & Stud.
V. Ioannes Villaamil, Capel.
P. Emmanuel Dominguez, Misionar. C. Conf. N. & in T.
P. Pttrus Malo, Admon. Prcef. Spir. C. Conf N. & in T.
P. Ignatius Texada, Prcef. Cathech. & Carc. C. Conf N. & in T.
P. Dionysius Pérez, Missionar. C Conf N. & in T.
P. Georgius Vidaurre, Log. Mag.
P. Nicolaus Noroña, Misionar. Oper.
P. Martinus Irizar, Missionar. Oper.
Ioannes Almon, Profes. Gram.
Coadjutores.
Iosephus Jordán, Admití. Prced.
Raymundus Ascensio, Ludimag.
Ioannes Marint, Curat. eoustruct. Temp.
Sacerd. <?. Scliolar 1 . Coadjut. 3. Socij 13.
GOATIMALENSE COLLEGIUM.
P. Nicolaus Calatayud, Rector 19. Maij 1763. Prcef. salut. & Stud.
P. Ioannes Ignatius Uria, Admon. Prcef. Spir. C. Conf. N. & in T
P. Franciscus Xaverius Molina, (tachado) Proc. Colleg.
P. Emmanuel Muñoz, Prcef. T. & Carc.
BIBLIOGRAFÍA mexicana DEL SIGLO XV III
85
P. Raphael Landivar, Prest. Sod. Annunt.
P. Marianus Fontecha, Oper.
> Professores.
P. Thomas Zayas, Thcolog. Schol. C. Conf. N. & in T.
P idem, qui Super. Sem. 1 heolog. Mor. C Conf. N. & in T.
P. Bartholomaeus Cañas, Mctaph.
P. Ioannes Sacrameña, Log.
P. Emmanuel González Cantabrana, Gram. in 4. P<zf. & Rheth.
P. Christophorus Villafañe, in 1 , 2, &j, chis.
Coadjutores.
Martinus Barroso, Senex.
Iosephus Vasquez, Prom. cond,
Antonius Pons, Ludimag & ALdit.
Semina rium S. Borgi.1',.
P. Josephus Vallejo, Super.
Sacerd. 12. Coadjut. j. Socij. 15.
Havanense Collegium.
P. Stanislaus Ruanova, Rector ig. Maij ijój. Prcef. salut. & Stud.
P. Josephus Alaña, Oper. C. Admon. Conf. N. & in T.
P. Thomas Butler, Proc. Colleg. C. Conf N.
P. Franciscus Villaurrutia, Misionar. Oper. C. Conf N. & in T.
P. Michael Ruiz, Missionar. Oper.
Professores.
P. Petrus Rothea, Tcolog. Schol. C. Conf. N.
P. Laurentius Echave, Thcolog. Moral.
P. Hilarius Palacios, Metaph. (ms. P. Josef Cossio.)
P. Simón Larrazabal, Gram. in 1, 2, j das.
P. Antonius Poveda, in </ Poes. & Rhcth.
/Egidius Rodríguez, Stud. Thcolog. Mor. (tachado).
Coadjutores.
Ioannes Frankenheiser, Ad. domest.
Ioannes Coveaga, Admin. Prced.
Sacerdotes 10. Schol. 1. Coadjut. 2. Socij ij.
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
86
Legionense Collegium.
P. Andreas Prud. Fuente, Rect. rp. Maij. Prcef. salut.
P. Franciscus Xaverius Alcozer, Prcef. Cathech. C. Conf. N. & in 7.
P. Iulianus Solano, Prof. Sod. Dolor. C. Conf. N. & in T.
P. Antonius Rios, Capel. C.
P. Franciscus Morales, Oper. C. Conf. N. & in T.
P. Ioanes de Deo Ruiz, Oper.
Iosephvs Anzorena, Prof es. Gram.
Coadjutor.
Petrus Mier, Admin. Argcntifod.
Sacad. 6. Scliol. i. Coad. i. Socij 8.
Mexicana Domus Professorum.
P. Petrus Reales, Prcep. ig. Maij. iyój. C. Prov.
P. Michael Urisar, Minist. Prcef sanit. C. Proc. dom.
P. Ignatius Calderón, C. Prov. ad gravior. Oper. Conf. in T.
P. Iosephus Paredes, Adnwn. Conf. N. & in T. Prcef. Cas. eonsc.
P. Augustinus Carta. Oper. C. Prov. Conf. in T.
P. Antonius Ruiz, Prcef. Sod. Salv. C. dom. Conf N. & in T.
P. Iosephus Iturriaga, Cathech. FF. C. dom. Conf. N. & in T.
P. Franciscus Pérez, Oper. Conf. N. & in T.
P. Vincentius Zuazu, Oper. Conf. in T.
P. Iosephus Restan, Oper. Conf in T.
P. Antonius Corro, Pra?f Sod. Bon. mort.
P. Salvator Davila, Prcecept. Excel. Pro Rcg. filior.
P. Franciscus Xaverius Rodríguez, Prcef. Cathech.
P. Ioannes Franciscus Araujo, Oper. (tachado).
P. Iosephus Cossio, Oper. (tachado).
P. Iosephus Gondra, Oper.
P. Ioannes Diez, Oper. (tachado).
P. Franciscus Vivar, Oper.
P. Ioannes Ignatius González, Oper. Pra;f. Carc. & T.
P. Enricus Malo, Oper. (tachado).
P. Simón de Arroyo. ( Ms.)
P. Domingo Diez. (Ms.)
P. Henrique Alvarez. (Ms.)
Coadjutores.
Petrus Torres, Soc.
Michael Boz, Eleemos. in Urt.
Melchior Ruelas, Eleemos. ext. urb.
BIBLIOGRAFÍA MEXICANA DEL SIGLO XVlll.
87
Ángelus Carta, Aídituus.
Franciscus Villars, Eleemos in urb.
Iosephus Olavarrieta, Janitor.
Franciscus López, Soc. (tachado).
Kmmanuel Montalvan, Soc.
Dominicus Vgatte. ( Ms.)
Augustinus Borróte, Curat. vcst.
Mathaeus Miranda, Soc. (tachado).
Thomas Miranda, Soc. (tachado).
H. Mariano Moctezuma. (Ms.)
Emmanuel Miranda, Proni. cond.
Sacerdotes 20. Coadjut 12. Socij 32.
Mexic. Coll. Max. SS. Petri, et Pauli.
1'. Salvator Gándara, Red. 19. Maij IJÓJ. C. Prov.
V. Iosephus Saiu hez, Minist. C. Prcef. salut.
P. Iosephus Castro Cid, Senex in Prced.
P. Ioachimus Rodríguez, Prcef Stud. maj. Admon. C. Conf. N. ¿V in T.
P. Ioannes Josephus Nava, C. Conf. N. &. in T.
P. Michael G mzalez, Prcef. Spirit. Catlieck. FF. Conf. N . & in 7\ Cor.
in 1 niens.
P. Michael Castillo, Prcef Soda/. Anutit. Conf N. & in T.
P. Ioannes Torija. Preej. Soda/. Dolor. & Misión. Conf. N. &. in 7.
P. Ignatius Gradilla, /'roe. Co/ieg.
P. Franciscus Xaverius Iañez, Oper. Conf. in T.
P. Iosephus Vallaiti, Prcef. Soda/. Puris. Conf. N. Prof Catli. Exim.
Doct. in alma A cade ni.
P. Ludovicus Pimentel, Admití, /'ned.
P. Laureanus Bravo, Oper.
P. Ferdinandus Bravo, (tachado). Cape/, (ms. Exp° )
P. Fmmanuel Guraya, Pnef. T. & Oper.
P. Petrus Ciro, Oper. Missionar.
P. Franciscus Xaverius Rivero, Cape/.
P. Ioannes Noriega, Admin. Prced.
Professores.
P. Paulus Robledo, Theolog. Schol. in 1 . Cortect. lib. & ad 2. meus. C.
Conf. N.
P. Ildefonsus Fernandez, Theolog. Schol. I 'es Grcef. Slud. min Colli-
git. pune/, ad. att. Cor. lib. Conf. Al.
P. Ioannes Mota, Theolog. Mor
P. Franciscus Xaverius Contreras, Sae Seripi. Prcef. Cas. canse. & ton
bibliografía mexicana del siglo xrm.
P. Ioannes de Deo Cisneros, (tachado). Metaph.
P. Ioannes Quintanilla, Phys.
P. Benedictus Velasco, Log.
P. Emmannel Fabri, (tachado), Rhet.
P. Antonius Castro, Poes.
Petrus Vaquera, in j. Cías.
Emmanuel Mendoza, in 2. Cías.
Franciscus Vidal, /'// /. Cías
SCHOl ASTICI IN 4. ANNO.
P. Petrus Marti, (tachado).
P. losephus Pereira, (tachado)
P. losephus Liebana, (tachado).
P. Benedictus Patino, (tachado)
P. Petrus Ganuza, (tachado).
P. Gabriel Santa Cruz, (tachado)
P. Ioannes Malo, (tachado).
P. Ignatius Zamorano, (tachado).
P. Thomas Cabanas, (fachado).
P. losephus Antonius Aguirrre, (ta< hado)
P. Antonius Lozano, (tachado).
P. Petrus Cuervo, (tachado).
P. Mathias Souza, (tachado).
IN 3.
Ioanes Chave-.
Félix de Sebastian
Raymundus Sánchez,
losephus Antonius Equia.
Emuianuel Rodríguez.
Narcissus González.
Isidorus González,
losephus Pozo.
Athanasius Frexoitiil.
Petrus Diez.
Hilarius Ugarte.
Ignatius Tagle.
Franciscus Calderón.
Ioannes Serrano.
In 2.
P. Thomas Esparza.
F.mmanuel Muñoz.
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
Ioannes Urrutia.
Thomas Arruti.
Emmanuel Arenas.
Sebastianus García Diego.
Michael Castro.
Raymundus Poggio.
Eligius Fernandez (tachado).
Emmanuel Antonius Muñoz.
Emmanuel Velasco.
Lucas Marin (tachado). (En ms. Exí>° )
In i.
Rothericus Brito.
Estephanus Franyuti.
Thomas Basquás.
Ioannes Maneiro.
Iosephus Muñoz.
Iosephus Encinas.
Ioannes Jugo.
Iosephus Sierra.
Ignatius Noriega.
Iosephus Valoes.
Ioannes Esparza.
Ioannes Rodríguez.
Franciscus Reyna.
Stud. theolog. mor.
Ioannes Flores.
Ioachimus Zayas.
LoGIG.
Raymundus Tarros.
Antonius Lezaun, invalid.
Coadjutores.
Ioannes Martínez, Senex in Prced. (tachado).
Petrus Minguez Sart, & Gustos vest. i.
Vincentius Vera, Aídit.
Ioannes Eguzquiza, Cur. Construct. Colleg.
Genesius Martínez, Prom. Cond.
Dominicus Rivero, Admitid. Prced.
Gabriel Caravantes, Soc.
Michael Sabel, Admití. Prced.
BIBLIOGRAFÍA mexicana del SIGLO XVlll.
90
Martinus Montejano, Adjut. Procurat.
Georgius Schultz, Valetudinar.
Didacus Rancurel, Janit. 2.
Michael Coca, Administ. Prced.
loannes Morlete, Cusios vest.
Stanislaus Fondevilla, Janit. 1 .
Emmanuel López, Adjutor. Admití.
Marianus Márquez, Soc. Proc.
Barnabas Pozo, Soc.
Iacobus Coronel, Adjut. Admití.
Tomas Miranda, (tus.)
Semina kiuM S. Ildefonsi.
P. Iosephus Iuliainis Paneño, Super. 11. Jan. fjój..
P. Basilius Solar, Pro-Snp. Prcef. Theolog. Schol.
P. Franciscus Xaverius Alegre, Orditiat. hyst. Prov. Pro/, lit. hum.
P. Simón Arroyo Curat. Cotivict. Gramm.
P. Michael Ibarburu, Prcef. Spir. & Sod. SS. Cord. JES. MAR.
P. Emmanuel Cossio, Prcef. Sac. Can.
Ludovicus Santoyo, Cur. Convict. Pililos.
Dominicus Ugarte, (tachado) Promus cond. (En ws. Joscph Palacios.)
Sacerd. y 7, Schol. ¿6. Coadjat. iy. Socij. 112.
Mexicanum colleg. S. Andre.e
P. Emmanuel Alva, Rect. ¡y. Maij 1763. Prcef. sanit.
P. Antonius Paredes, Admoti. C. Cotif. N. & iu T.
P. Iosephus Carrillo, C. Conf. N. & iu '/.
P. Franciscus Xaverius Carranza, C. Conf. N. & in T.
P. loannes Araoz, C. Conf. N. & in T.
P. Rochus Andonaegui, Oper.
P. Augustinus Márquez, Direct. Exercit.
P. Antonius Frenero, Missionar. fio Indis.
COADJU I 1 (RES.
Balthasar Porras, Admití. Prced.
Augustinus Quixano, Soc.
Franciscus Serrano, Admitid Piad.
Procura tokes
P. Ignatius Lizassoain, Prov.
P. Franciscus Xaverius Bonilla, Capel.
P. Emmanuel Villalta, Capel.
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
91
P. Ioannes Franciscus Nortier, Admind. Prced.
P. Emmanuel Bravo, Capel.
Ioannes Lautner, Venditor sacari.
Ioannes Ventura, Soc. Proc.
Iosephus Arriaga, Admind. Prced.
Bernardus Sarmiento, Admin. Prced
P. Ioannes Armesto, Calif. C. Pro?', ad grav
Blassius Guller, Admin. Pned. pro Californ.
Cajetanus Cao, Soc. Proc.
P. Iosephus Hidalgo, Reliq. Mission.
Ioannes Antonius Cossio, Soc. Proc
Sacerdotes 15. Coadjut. 10. Socij 25.
Mexicanüm colleg. S. Gregorij.
P. Nicolaus Vasquez, Rector zp. Maij i?6j. Prcef. sanit.
P. Andreas Xav. García (tachado) Admon. Pned. Spir. Con/. N. C.
P. Hyacinthus García, (tachado) Conf. N. invalid.
P. Iosephus Elvillar, Senex in Prced
P. Martinus Alcozer, Pned. Sod. Dolor. Conf. N. & in 7. C.
P. Emmanuel Cartagena, Admin. Pned.
P. Gaspar Miralla, Prcef. Sod. Pon. mor/. & Carc. C
P. Iosephus Ximeno, (tachado) Invalid. Conf. ¿V.
P. Iosephus Zamorano, Opcr.
P. Vicentius Diaz, Opcr. Cathech.
P. Christianus Malck, Oper.
Coadjutores.
Ioannes Esparza, Lndimag.
Iosephus Guebel, ALdituus.
Sacerdotes 11. Coad. 2. Socij 13.
Oaxacense collegium.
P. Michael Gutiérrez, Rector 19 Maij 1763. Prcef. sanit. & Sttid. maj.
P. Petrus Castañeda, C. Prcef. Sod. Dolor. Conf. N. & in P.
P. Iacobus Vargas, Admon. Prcef. Spir. (tachado) C. Conf. N. & in 1 .
P. Iosephus Manan, Prcef. T, Oper. C. Conf. N. & in P.
P. Ioannes Tembra, Missionar. Prcef. Carc. & in P.
P. Dominicus Esparza, Missionar. Oper. Conf. in 7.
PROFESSORES.
P. Iosephus Quintana, Theolog. Prcef. Stud. min. & Cas. Con se. Colli-
git punct. ad. an. C. Conf. N. & in P.
bibliografía mexicana del siglo XVlll.
92
P. Ioannes Bermeo, Phyf.
Ignatius Maldonado, in ?. & ¿j_. Gram
Antonius Casanova, in 1. & 2. Gram.
Coadjutores.
Philiphus Galar, Soc.
Iosephus Miranda, Ludimag.
Sacerd. 8. Schol. 2. Coad. 2. Socij 12.
Pacense collegium.
P. Franciscus Miranda, Vic-Rect. ip. Maij. 1763. Prcef san.
P. Maximilianus Le-Roi, Admon. Cathech. púer. C. Conf. N. & in T.
P. Antonius Agreda, Prcef. Spir. & Sod. Dolor. C. Conf. N. & in T.
P. Marcus González, C. Conf. N. & in T. Prcef Cas. consc.
P. Nicolaus Ozeguera, Prcef. T. C. Conf N. &- in T.
P. Antonius Calvillo, Oper.
P. Vicentius Sandoval, Oper.
Sacerdotes y.
Parralensis residentia.
P. Iosephus Pastrana, Super. 21. Maij 1763.
P. Vicentius Guerra, Prof Gram.
Sacerdotes 2.
Parrensis residentia.
P. Salvator Peña, (tachado) 18. Jnn. i/ój. V. Xhv. González, (ms.)
P. Ioannes Isidorus Abee, Oper.
P. Sanctius Reynoso, Oper. (tachado) P. Urtasum (ms.)
P. Franciscus Xaverius Lozano, Prcef Sod.
Sacerdotes 4.
Patzquarense collegium.
P. Isidorus Molina, Rect. 29. Feb. 1760. Pnef. sanie. & Stnd.
P. Salvator Bustamante, Admon. Prcef Carc. & Cathech, C. Conf N.
& in T
P. Ignatius Lazcano, (tachado) Prcef. Sod. Do/. C. Conf. N. &. in T.
P. Cajetanus Cortés, Prof. Metaph.
Philiphus Franyuti, Prof. Gram.
Coadjutor.
Ioannes Sacher, ad domest.
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII
93
Seminarium S. Ignatii.
P. Ioannes Antonius Nava, Supcr. & Pro/. Theol.
Sacerd. 5. Scholar 1. Coadjut. 1. Socij. y.
PüTOSIENSE COLLEGIUM.
P. Philippus Lugo, Rector ig. Maij 1763. Prcef. san. & Stud.
P. Christophorus Hierro, Admon. Prcef. Spir. C. Con/. AL & in T.
P. Bernardus Zumpcirl, Missionar. C. Conf. N. &. in T.
P. Iosephus Pazin, Prcef. Sod. Bol. C. Conf N. & in T.
P. Iosephus Salazar, Missionar. C. Conf. N. & in T. Prcef. Carc.
P. Faustinus Vega, Prcef. Cas. consc. & T. Opcr.
Franciscus Cossio, Profcs. Gram.
Coadjutor.
Emmanuel Ibañez, Ludimag.
Sacerdotes 6. Schol. 1. Coadjut. /. Socij. 8.
PORTUS PRINCIPIS RESIDENTIA.
P. Petrus Palacios, Supcr. Maij lyój.
P. Ioachimus Munave, Oper.
P. Emmanuel Brito, Prof Log.
P. Michael Ortiz, Prof. Gram.
Coadjutor.
Raphael Buitrón, Ad domest.
Sacerdotes 4. Coad. 1 . Socij 5.
Queretarense coi.legium.
P. Didacus Verdugo, Vice-Rect. 16. Nov. 1763. Pra?f. sanit. & Stud.
P. Andreas Fuente, Invalid. in Praid.
P. Franciscus Chaves, Prcef Spir. Admon. C. Conf. N. & in T.
P. Franciscus Regis Salazar, Pra?f Sod. Bou. morí. C. Conf. N. & in 7.
P. Petrus Blanco, C. Conf N. & in T.
P. Franciscus Gutiérrez, (tachado) Cathech. Prcef. T.
P. Leander Mauriño, (tachado) Missionar. Oper.
P. Philippus Latas, Missionar. Proef. Carcer.
Professores.
P. Franciscus Ganancia, Theolog. Schol. Rcsolut. Cas consc. Conf. N.
& in T.
P idem, qui Super. Sem. Theolog. Mor. C.
BIBLIOGRAFÍA MEXICANA DEL SIGLO XVIII.
94
P. Laurentius Cabo, Mctaph.
P. . ídem, qui Ciirat Convict. ./. Cías. Gram. &' Rlict.
Ioannes Arrieta, 1, 2, 3, das. Gram.
Coadjutores.
Iosephus Camino, Ludimag.
Thurivius Garcia, Admití. Prced.
Ioannes Garcia, Soc. (tachado).
Seminarium S. Francisci xaverii.
P. Didacus Abad, Super,
Andreas González, Soc. Super. curat Convict.
Sacerdotes ti. Schol. 2. Coadj. 3. Socij 16.
Tepotzotlannense coll. et dom. prob,
P. Iosephus Utrera, Rect. ip. Maij i?6j. Mag. Novit. Cor.adi. víais.
P. Michael Hieronymus González, Minist. Prcef. sanit. C. Cor. ad 2.
mens. & ¿ib.
P. Michael Baver, Prcef. Spirit. C. Con/. N. & in T.
P. Michael López, Admon. C. Conf. X. & in T.
P. Antonius Villaamil, Oper.
P. Antonius Jugo, Prcef. Lit. Jium. Cor. lib.
P. Emmanuel Sotelo, Oper.
P. Franciscus Los Rios, (tachado) Oper. (ins. Exp° )
Júniores studentes humanioribus.
P. Iosephus Antonius Hidalgo.
Benedictus Urbina.
Ioannes Belmont.
Magdalenus Ocio.
Ferdinandus Calderón.
Emmanuel Colon.
Iosephus Goicoechea.
Ignatius Pérez.
Ignatius Clavigero.
Ioannes Martínez.
Michael Lozano.
Iosephus Quintanilla.
Iosephus Cimiano.
Petrus Jaso.
Franciscus Luces.
Iosephus Cincunegui.
BIBLIOGRAFÍA MEXICANA DEL SIGLO XVIII.
95
NOVITII SCHOLASTICI.
P. Ignatius Amorin.
Iosephus Toledo.
Augustinus Velez (tachado).
Iosephus Emmanuel Castillo.
Iosephus González Cruz.
Iosephus Andonaegui.
Petrus Aguirre.
Iosephus Bernárdez.
Iosephus Michael Sierra.
Augustinus Muñoz.
Dominicus Rodríguez.
Bernardus Zarzosa.
Iosephus Arsdekin
Marianus Quintana
Ioannes Serrato.
Polycarpus Ramírez.
Iosephus Marianus Guerrero.
Iosephus Arrucha.
Andreas Vazuazaval.
Iosephus Peñalver.
Petrus Pérez Acal.
Coadjutores antioui.
Petrus Sobrino, Proc.
Iacobus Castaños, Soc. Procur.
Ioannes Berens, Sar. Cusí. vest.
Ioannes Ruidiaz. Admití. Prazd.
Laurentius Arrióla, Mediáis.
Iosephus Turpin, Soc. Proc.
Franciscus Barreda, Ad domest.
Coadjutores novitii.
Ioannes Villavieja.
Thomas Arsdekin.
Marianus Moctezuma.
Emmanuel Vargas
Augustinus Real.
Ioachimus Uria.
Ferdinandus Serio.
Didacus Cárcamo.
Vicentius Tobar.
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
96
Seminarium indorum S. Martini.
P. Iosephus Lucas A naya, Super. Prce/ T. C. Con/. N. & in T.
Sacerdotes n, Schol. post. vota /,-. Se /¿otares Novitij 20. Coadj. Antiq. 7.
Coadjat. Novitij p. Socij 62.
VALLISOLETANUM COLLEG1UM.
P. Iosephus Castillo, Rector nj. Maij /yój. Pro/, sanit. & Stud.
P. Nicolaus Peza, Admon. Prce/ Spir. & Carc. C. Con/ N. & in T.
P. Iosephus Caro, Oper.
P. Ignatius Ibarbutu, Oper.
P. Dominicus Cossio, Capel.
P. Emmanuel Herrera, Prce/. Sod. Dolor. & Cas. co/isc. C. Con/. N &
in T.
P. Franciscus Xaverius Clavigero, Pro/. PJiys. C.
P. Iosephus Silva, Cathech. Oper.
Iosephus Borda, Pro/. Gram. in ,\ & j cías.
Petrus Arenas, in 1. & 2.
Coadjutores.
Raymundus Peralta, Liuiimag.
Didacus Barreiro, Admin. Preed.
Iosephus Pichardo, Admin. Prc?d.
Antonius Muruaga, Prom. cond.
Sacerdotes S. Schol. 2. Coadj ut y Socij 1+
Veracrucense collegium.
P. Iosephus Urbiola, Red. ip. Maij 176 j. Prce/. sanit. & Stud.
P. Petrus Luzena, Admon. Prce/ Spir. & ¿Ethiop. C. Con/ N. & in T.
P. Antonius Romero, C. Con/ N. & in T. Prce/. Cas. consc.
P. Iosephus Campoy, Prce/ Sod. Dolor. C Con/. N & in T.
P. Thomas Pérez, Prce/ Carc. C. Con/. N. & in T.
P. Ioachimus Leguinazabal, Oper. Colligit punct. ad. an.
Antonius Noriega, Pro/es. Gram.
Coadjutores.
Eugenius Zambdi, Prom. cond.
Gregorius Sesma, Lndimag.
Sacerdot. 6. Schol. 1. Coadjut. 2. Socij p.
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
97
Zacatecanense collegium.
P. Andreas Luzena, Vic Rect. 18. Jnn. 1763. Prcef. san. & Stitd.
P. Ludovicus Tellez Xiron, Prcef. Sod. Dolor. Spir. & Cas. Cousc. C.
Con/. N. & in T.
P. Emmanuel Arze, Oper. C. Conf N. & in T.
P. Emmanuel Theran, Cathccli. C. Conf. N. & in T.
P. Franciscus luanes, Prof. Metaph. Cor in mens.
P. Emmanuel Flores, Prcef. T. df Caro.
Andreas Roso, Prof. Gram.
Coadjutores.
Sebastianus Vergara, Admití. Prozd.
Ioanues Hinterger, Aiditnns.
Iosephus Borróte, Luditnag.
Ioannes Artaza, Prom. Cond. (tachado).
Inchoatum Seminarium.
P. Franciscus Pineda, Curdt Convict. C. Conf N. & in T.
Sacerdotes J. Schol. 1. Coadjut. 4.. Socij 12.
Zelayense Collegium.
P. Iosephus Piedra, Rect. 19. Maij ijój. Prcef. sanit. & Stud.
P. Iosephus Bernardus Muñoz, C. Conf. N. & in T.
P. Marianus González, Admon. Prcef. Spir. & Carc. C. Conf. N. & in T.
P. Iosephus Zamora, Prcef. Sod. & Cas. consc. Conf. N. & in T.
P. Iosephus Izquierdo, Cathech. C. Conf. N. & in T.
P. Franciscus Urizar, Oper.
Gabriel Viedmar, Profes. Gram.
Coadjutor.
Iosephus Palacios, (tachado) Ad domest.
Sacerdot. 6. Schol. 1. Coadjut. 1. Socij. S.
Provínole Missionum.
P. Carolus Roxas, Visit. Gen. Mission. ig. Maij. tyój.
Provincia California.
P. Lambertus Hostel, Visit. in Mission. Passion.
P. Michael Barco. Rect. in Mission. S. Xaverij.
P. Bennus Ducrué, in Mission. Guadalup.
bibliografía mexicana del siglo xviii.
98
P. Iacobus Begert, in Mission. S Aloys.
P. Carolus Neumair, in Mission. S. Rosee.
P. Ignatius Tirs, ín Mission. S. Tacobi.
P. Franciscus Inaaina, in Mission S. loseph.
P. loannes Xaverius Bischoff, in Mission Puriss.
P. Franciscus Escalante, in Mission. S Rosalice.
P. Iosephus Rothea, in Mission S. Tgnatij.
P. Georgius Retz, in Mission. S. Gertrudis.
P. Vvenceslaus Link, in Miss S. Borg.
P. Victorianus Arnés, Prope infidel.
P. Xa veri us Franco, Prope infidel.
P. Lucas Ventura, in Castris de Loreto,
P. Iulianus Salazar, ejus Seo.
Coadjutor.
loachimus Cia, Soc. in Cast.dc Loreto.
Saeerdotes 16. Coadjutor 1 . Socij. ij.
Chinipensis Provincia.
P. Petrus Paulus Macida, Visit. in Mission. Guazapares
V. Emmanuel Clever, Rect in Miss. S. Anme.
P. Iosephus Vvatzek, in Jlliss. Iecora.
V. Iosephus Falcumbeh, in Miss. Moris.
P. Franciscus Slesac, in Babaroco.
P. loannes Cubedu, in M¡ss. S. Agnetis.
P. Nicolaus Sachi, in Serocagui.
P. Iosephus Chaves, in Tubares.
P. Vvenceslaus Holub, in Satebo.
P. Franciscus Xaverius Vveijs, in Baburigamc
P. loannes Stev, in Nabogame.
P. Ludovicus Martin, in Miss. S. Andrece.
Saeerdotes 12.
Cinaloensis Provincia.
P. loannes Laurentius Salgado, Visit, in Viribis.
P. Iosephus Ronderos, Rect. in i aa/noa.
P. Franciscus Hlava, /// Moeorito.
Y. Ignatius González, /'// Nio.
Y. Cosmas Díaz, in Guazave.
P. loannes Cedano, /V/ Chicorato.
P. Antonius Ventura, in Moehieave.
P. Antonius Cardona, in Vaca.
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
99
P. Ioannes Acuña, in Toro.
P. Laurentius García, in Torin.
P. Ioannes Plank, iu Bahcun.
P. Ioannes Blanco, iu Rahun.
P. Georgius Fraideneg, iu Mission. S. Crucis.
P. Franciscus Ita, iu Bata cosa.
P. Vicentius Rubio, /'// Conicari.
P. Lucas Merino, iu Nabojoa.
P. Franciscus A naya, iu '¡chueco.
P. Michael Fernandez Somera.
P. Sebastianus Cava.
Sacerdotes ip.
Nayarithensis Provincia.
P. Antón i us Polo, Visit. iu Mission. S. Rites.
P. Franciscus Xav. González, (tachado) Rcc. iu Miss. SS. Triuitatis.
P. Thadaeus Rivero, (tachado) iu Izcatau. P. Laurent Cavo (¡Vis.)
P. Bartholomaeus Volff, in Mission S. Theresice.
P. Iosephus Naxera, (tachado) in Guaina mota. P. Andrés Cabo (Ms.)
P. Ignatius Gómez, in Mission. JES. MAR.
P. Petrus Oliveros, in Rosario. Ign. Zamorano. (Ms.)
Sacerdotes y.
Sonorensis Provincia.
P. Emmanuel Aguirre, Visit. in Bacadeguatzi.
P. Iosephus Roldan, in Aribechi.
P. Henricus Kürtzel, Rec. in Onavas.
P. Alexander Rapicani, in Batuco.
P. Bartholomaeus Saenz, in Banamichi.
P. Thomas Pérez de la Busta, in Caguaripa.
P. Bernardus MiddendorfT, in Movas.
P. Ioannes Neutuig, Rec. in Guazabas.
P. Iosephus Garrucho, in Opossura.
P. Andreas Michel, in Vres.
P. Michael Almela, in Cuquiarachi.
P. Franciscus Villarroya, in Mis. S. Mar. de Basaraca.
P. Nicolaus Perera, in Aconchi.
P. Iacobus Sedelmayer, in Matape.
P. Franciscus Loaiza, Rec. in Opodcpc.
P. Ignatius PfTenercorn, in Cucurpe.
P. Franciscus Xav. Paver, Rec. in Mission. S. Ignatij.
P. Franciscus Xaverius González, Juu. in Tecoripa.
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
IOO
P. Renedictus Romeo, in Cumnripa.
P. Didacus Rarrera, in Mission. S. Mar. Soanca.
P, Alfonsus Espinosa, in Mission. S. Xavierij del Vac.
P. Custodius Ximeno, in Guevavi.
P. Ludovicus Vivas, in Tabutama.
P. Antonius Bents, in Caborca.
P. Michael Gerstner, in Saric.
P. Iosephus Och, in Babispe.
Sacerdotes 26.
Tarauma.rensis Provinci \.
P. Rartholomreus Braun, Vizit. in Temotzachic.
P. Philippus Ruanova, Rec. in Matachic.
P. Raphael Palacio, in Miss. S. Thomce.
P. Iosepus Vega, in Papigochic.
P. Ioachimus Truxillo, in Tutuaca.
P. Matthaeus Stefifel, in Tomochic.
P. Antonius Hütl, in Sisoguichic.
P. Ludovicus Iañez, in Carichic.
P. Gregorius Vargas, Rec. in Miss. S. Borgice.
P. Isidorus Saavedra, in Coyeachic.
P. Emmanuel Vi vaneo, in Nonoava.
P. Ioannes Hauga, Soc. in Nonoava.
P. Ildefonsus Corro, in Norogachic.
P. Iacobus Matehu, in Tonackic.
P. Franciscus Vadillo, in Chinanas.
P. Antonius Strzanowski, in Gueguechic.
Saccrdot. 16.
Sunt in /lis Provincijs Socij 98.
IN VIA AD ILLAS E PP. TERT. PROB.
P. Franciscus Xaverius Pasqua.
P. Emmanuel Albarran.
P. Iosephus Iranzo.
P. Iosephus Nevé. 4.
/;/ Mission S. Ludovici Sacerd. 7.
/;/ Mission. Sinaloaici Saccrdot. 2.
Sunt. in Mission. Indorum, & in via ad illas Socij 1 11 .
EXTRA PROVINCIAM IN HISPANIA.
P. Marti ñus Goenaga, in Porta S. María.
bibliografía mexicana del SIGLO XVlll.
IOI
P. Ioannes Villavicencio.
P. Ioachimus Insausti.
Sacerdot. 3.
N-umerantur Sacerdotes 4.33. Schol. ng. Coadjut. 123. Socij 673.
Index Alphabeticus Cognominum Sociorum in Provincia
Mexicana.
A
Cognomen. Natus.
P. Abad Didacus Iun. 1 1727.
F. Abaurrea Michael Maij 4 1732.
P. Abee Ioannes lsidor Iun. 3 XJ02.
F. Abruñedo Antonias Oct. 18 17 12.
P. Acosta Josephus Mar. 23 1736.
P. Acuña Ioannes Maij 5 1 73 1 .
P. Agreda Antonias Feb. 9 17 14.
P. Aguirre Emann Maij 14 171 5.
P. Aguirre los. Aloys Oct. 20 1724.-
P. Aguirre los. Ant Oct. 22 1737.
F. Aguirre Ioscphus Mar. 29 1721.
F. Aguirre Ioannes Dec. 1 1743.
N. Sch. Aguirre Petr Iul. 6 1741.
P. Alaña Ioscphus Ian. 1 1 1707.
P. Albarran Emann Apr. 18 1736.
P. Alcozer Martinus Sept. 14 1708.
P. Alcozer Fran. Xav Dec. 5 1720.
P. Alegre Fran. Xav Nov. 1 2 1 729.
P. Alegría Franciscas Apr. 1 1738.
P. Alegría Ioscphus Mar. 23 1739.
P. Almela Michael Feb. 5 1729.
Se. Almon Ioannes Dec. 27 1740.
P. Alva Emmanuel. Ian. 3 17 12.
P. Alvarez Hcnricus Iul. 1 5 1 708.
P. Amorin N. Ignat Oct. 1 2 1 730.
P. Anaya Frauciscus Ian. 8 1709.
P. Anaya los. lucas Oct. 27 17 10.
P. Andonaegui Roch Ian. 4 1707.
N. Se. Andonaegui los Nov. 12 1745.
P. Anguas Ioscphus Mar. 4 1734.
Se. Anzorena IoscpJi Feb. 8 1742.
Ingres.
Iul. 24 1
741
Iun. 9 1
75i
Iun. 2
720
Nov. 2
73°
Dec. 2 i
754
Aug. 27 i
75i
Aug. 2
735
Iul. 18
735
Ian. 9
74i
Iun. 28
756
Iul. 30
745
Iul. 2
761
Apr. 14
763
Mar. 1 1
1722
Ian. 4
1754
Feb. 27
732
Oct. 17
738
Mar. 19
1747
Mar. 1 1
1754
Iul. 29
'754
Apr. 1 1
[748
Mar. 4
'753
Oct. 17
[728
Nov. 15
t730
Iun. 1 1
1763
Ian. 17
733
Oct. 9
1739
Oct. 23
t723
Mar. 24
1763
Nov. 20
1755
Maij 18
1759
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
102
Cognomen. Natus.
P. Aragonés Antón luí. 17 i7°7-
P. Aramburu Francisc CXt. 17 1706.
P. Aramburu Ignatius Iul. 15 17 10.
P. Araoz Ioannes Apr. 23 1704.
P. Araujo Ioannes, (tachado) Tan. 22 1733.
Sch. Arenas Emman Apr. 1 i74°-
Sch. Arenas Petras Maij 31 1 741 .
F. Arias Didacus. ... Feb. 10 1698.
P. Armesto Ioannes Iun. 23 17 13.
P. Arnés Victoria mis . . Sept. 4 1736.
P. Arriaga B/assins Febr. 3 1729.
F. Arriaga íosepns. Oct. i 1722.
Se. Arrieta Ioannes Mar. 27 1744.
P. Arrióla Ioannes'. Oct. 22 1698.
P. Arrióla Angnstinns Feb. 12 1708.
F. Arrióla Lanrcntins Ian. 12 1723.
P. Arroyo Simón . Nov. 4 1734.
N. Se. Arrucha los Aug. 21 1744.
Se. Arruti Tilomas Sept. 21 1740.
N. Se. Arsdekin los .... Maij 28 1743.
N. F. Arsdekin TJiom Mar. 25 172 r.
F. Artaza Ioannes, (tachado) Ian. 7 17 16.
P. Arze Emmanncl Apr. 5 1725.
P. Ascarza Dominicas . Aug. 4 1734
Fr. Assencio Raym Nov. 2 1 724.
P. Astegui Petrus Sept. 6 1 734
B
P. Barco Michael Nov. 13 1706.
F. Barón Didacus luí. 6 1694.
F. Barreda Franciscas Sept. 10 1726.
P. Barrera Didacas Iul. 28 1 726.
F. Barreyro Didacas Ian. 27 \J2\.
Se. Barroso Antonias Aug. 30 1742.
F. Barroso Martinas Iun. 19 1697.
Se. Basquás Thomas Dec. 20 1739.
P. Baber Michael Sept. 22 171 2.
P. Begert Iacobas Dec. 22 1 7 1 7.
P. Bellido Ioscphas Iun. 22 1700.
Se. Belmont Ioannes Sept. 21 1742.
P. Benavides Xieo/ans, (tachado) Mar. 31 1720.
Ingres
Apr. 8
1725
Apr. 5
'723
Nov. 23
1729
Sept. 30
1721
Mar. 15
1750
Apr. 15
1757
Mar. 18
1760
Febr. 10
1718
Maij 15
1735
Apr. 13
1754
Mar. 29
1753
Maij 20
•757
Maij 19
1758
Nov. 12
1715
Oct. 14
1728
Iun. 28
1752
Aug. 10
1753
Mar. 26
1764
Feb. 27
1757
Mar. 18
1764
Aug. 14
1763
Maij 29
1760
Mar. 7
1744
Ian. 30
1750
Dec. 2
i75o
Iun. 15
1 753
Maij 18 1728
Aug. 9 1738
Aug. 9 1762
Feb. 29 1744
Maij 13 1756
Aug. 14 1759
Dec. 7 1726
Maij 7 1759
Iul. 16 1731
Sept. 27 1736
Apr. 26 1718
Ian. 16 1762
Iun. 28 1735
BIBLIOGRAFÍA MEXICANA DEL SIGLO XVlll
103
Cognomen.
P. Benjumea Michael.
P. Bents A u/01/ i us
F. Berens Ionnes
P. Bermeo Ioannes
N. Se. Bernárdez los
Se. Berra Ferdinandus
P. Berrio Iosephus
P. Bischoff Ioannes.
P. Blanco Ignatius
P. Blanco loannss. .
P. Blanco Peí rus
F. Blanco Bassilius
F. Blanco Iosephus
P. Bolado Peíi us ............. .
P. Bonilla Franciscus
Se. Burda Iosephus.
F. Borróte Angustin
F. Borróte Iosephus
F. Boz Michael. -
P. Braun Bartholom
P. Bravo Laureanus
P. Bravo Ferdinandus, (tachado).
P. Bravo Evimauuel.
P. Brito Emmanuel
Se. Brito Rothericus
P. Brotons Víctor.
P. Bueno Iosephus. . . .
P. Bustamante Sidra t
P. Butler Thomas
F. Buitrón Raphael
Natus.
Sept. 27
Mar. 15
Apr. 23
Feb. 14
Ian. 24
Ian. 4
Tul. 11
Nov. 1
Mar. 7
Mar. 30
Sept. 5
1 11 11 . 5
Iun. 18
Mar. 9
Dec. 4
Maij 25
Apr. 14
Maij 9
Apr. 1
Iun. 27
luí. 10
Feb. 29
Mar. 25
Sept. 13
Maij 1
Apr. 26
luí. 17
Iun. 20
Aug. 28
Nov. 2
712.
716.
709.
734-
740.
736.
703.
710.
726.
730.
698.
705.
73^-
73?-
720.
740.
735-
738.
705-
718.
712.
73i.
737-
734-
738.
734-
717.
702.
722.
525-
Ingres.
Apr. 4
Oct. 9
Maij 25
Iun. 2
Aug. 14
Aug. 14
Iun. 15
Oct. 9
Sept. 7
Apr. 27
luí. 25
Iun. 20
Iun. 28
Feb. 18
Dec. 7
Dec. 23
Ian. 5
Oct. 23
Oct. 31
Oct. 22
Mar. 23
Ian. 19
Ian: 3.
Aug. 13
Feb. 18
Dec. 5
Mar. 7
Sept. 2
luí. 13
Oct. 23
733
732
74i
752
763
756
722
727
74i
748
742
732
753
748
742
75«
755
757
729
736
732
747
752
755
758
754
744
720
745
74 5
c
P. Cabanas Thomas. . .
P. Cabo Laurentius . . .
P. Cabo Andreas. .
P. Calata)- ud Nicol
P. Calderón Ignatius..
P. Calderón Ioseph. . . .
V. Calderón Tos. Ignat.
Se. Calderón Francis..
Se. Calderón Ferdin. . .
Iul. 24
1736
Iun. 28
1756
Aug. 10
1735
Maij 29
175 2
Feb. 13
1739
Ian. [4
'758
Iun. 18
1711
Iul. I
1734
Maij 6
1696
Oct. .3
1 7 1 4
Aug. 8
lt«;l
luí. 31
i7^
Ian. 3
¡703
Fth. 19
1732
Dec. 8
¡73"
Aug. 14
(75<5
Oct. 19
1743
Mar. 6
\~(>2
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
104
Cognomen.
Se. Callejo I o se p hits
Se. Callejo Ma tilias
P. Cal vi lio A uto ni its
F. Camino Iosephus
P. Campoy Iosephus
P. Cañas Bartholont . .... .
Se. Cantón Petrus
F. Cao Cajeta uus
P. Caro Iosephus
P. Caro Petrus
F. N. Carcano Didac
P. Cardona Antonias (tachado)
F. Carmona Mathceus
P. Carranza Franc. Xav
P. Carranza Michael
F. Carrera Petrus
P. Carrillo Iosephus
P. Carta Augustinus
F. Carta Ángelus
P. Cartagena Eunnan
F. Caravantes Gabriel .
Se. Casanova Antón
P. Castañeda Petrus . . .
P. Castañeda loa unes .
Se Castañiza los .
F. Castañi >s lacobus
Se. Castilla Iosephus
P. Castillo Iosephus
P. Castillo Michael ..
P. Castillo loa unes .......
Se. Castillo Fran. Xav
N. Se. Castillo los. Em
P. Castro Augustinus
P. Castro Antón ¿us
Se. Castro loachimus
Se. Castro Michael .... ....
P. Castro-Cid los. . .
P. Cava Sebastianas
P. Cedano íoaiiues
F. Cedano Iosephus
P. Cessati Petrus
P. Chaves Franciscas
Natus. Ingres.
Sept. 8 1740. Ian. 26
Nov. 1 2 1 741. Ian. 26
Apr. 16 1727 Inn. 19
Mar 9 1727. Iun. 9
Ang. 1 5 1723 Nov. 26
Aug 24 1729. Mar. 1
Ftb. 19 1745. Iul. 15
Fcb. 25 1725. Iul. 29
Dec. 8 1 719. Mar. 17
Iun. 27 173 i . Apr. 26
Nov. 14 1722. Sept. 28
Apr 1 1 1728. Aug. 4
Sept. 20 1729. Mar. 1 1
Feb. 19 1703. Apr. 17
Iun. 17 1714 Mar. 31
Apr. 16 1710. Iul. 14
Nov. 1 1700. Mar. 25
Maij. 31 1698 Maij 31
Aug. 17 1717 Maij 12
Feb. 22 1708. Feb. 15
Sept. 7 1718. Maij 31
Aug. 30 1741. Nov. 23
Apr. 22 1714. Feb. 1
Dec. 17 171 5.
Maij 21 1744.
Apr. 20 1717.
Aug. 19 [742.
Feb. 24 1705.
Aug. 2 1707.
Oct. 17 1 72 1.
Oct. 10 1740.
Mar. 16 1743.
Ian. 24 1728.
Aug. 28 173S.
Sept. I 1737.
Iul. 15 1742
Ian. 14 1687
Oct. 19 1732.
Iun. 21 1727.
Dec. 21 1720
Iun. 20 1696.
Oct. 10 171 1.
Apr. 22
Mar. 18
Ian. 17
Ian. 26
Iun. 2
Feb. 1
Iul. 31
Aug. 13
Feb. 28
Ian. 15
Maij 8
Dec. 6
Oct 23
Oct. 18
Aug. 30
Iul. 21
Iul. 30
Maij 3
Nov. 9
bibliografía mexicana del SIGLO xviii.
105
Cognomen.
P. Chaves Ioscphus ....
Se. Chaves Ioannes ....
F. Cía Ioachiinus
P. Cid Antoniíts
Se. Cimiano los
Se. Cincunegui los
F. Ciorraga Emman . . .
P. Cisneros Toa. de Dieo
P. Clavigero Franciscas .
Se. Clavigero Ignat ....
P. Clever Emman
F. Coca Michael
F. Coca Marianus
P. Colazo Emmannel. . .
Se. Colon Emmannel. . .
P. Contreras Franc. Xai
F. Coronel Iacobns
P. Corro Antonins
P. Corro Ildefonsns
P. Cortes Cajetanns . . . .
P. Cossio Dominicns. . . .
P. Cossio Emmanuel . .
P. Cossio los. Greg ....
Se. Cossio Francisc . . . .
F. Cossio loan. Ant. . . .
P. Cova Ignatias
F. Coveaga Ioannes . . . .
F. Coz Franciscas
P. Cu ved u Ioannes
P. Cuervo Petms
P. Cumplido Iosepk,. . .
Natiis.
Ingres
Sept. 26
1716.
Sept. 26
1738
lul. 27
1733.
Feb. 4
1754
Apr. 16
1736.
Sept. 7
1754
De-. 9
1714.
Aug. 15
1744
luí. 8
¡745-
lul. 1
1762
lan. 14
1745-
Nov. 18
1762
Sept. 15
1737.
Aug. 14
1761
Mar. 8
1731.
Apr. 16
1749
Sept. 9
1731.
Feb. 13
1748
Oct. 13
1744.
Apr. 16
1762
lan. 25
1720.
Maij 25
1737
Aug. 8
1720.
Aug. 14
1749
Nov. 5
J737-
Apr. 19
1755
Maij. 22
1721.
Iun. 6
1737
lul. 17
1744-
Mar 24
1762
Sept. 5
1720.
Maij 16
1740
lul. 24
1735.
Maij 28
1761
lan. 10
1724.
Apr. 13
1743
Apr. 22
1732-
Sept. 3
1746
Aug. 7
1730.
lul. 30
1748
Aug. 30
1710.
Apr. 30
1728
Mar. 20
1726.
Maij 12
1760
Nov. 17
1728.
Feb. 25
1752
lan. 24
1741.
Jan. 12
1760
Dec. i
1721.
Iun. 2
1739
lul. 28
1720.
Sept. 28
1739
Sept. 9
1723-
Iun. 20
1755
Oct. 4
1707.
lul. 1
1 73 1
Mar. 3
1703.
Dec. 7
1725
Mar. 15
1735-
lan. 21
1757
Mar. 1 1
1700.
Oct 17
1719
I)
P. Davila Salvator. . .
P. Diaz / Incetitins . .
P. Diaz Cosmas
P. Diez losephns
P. Diez Ioannes
P. Diez Dominicas. . .
Se. Diez Petras
Se. Domenec Francis
Mar. 15 1727.
Nov. 5 1733-
Sept. 27 1835.
Nov. 20 1728.
Oct. 17 1735.
Dec. 20 1736.
Feb. 12 1738.
Ai
i/39-
Iun. 19 1745
Mar. 10 1 75 1
Dec. 18 175 i
Aug. 1. ó 1744
Dec. 23 1752
Feb. 5 1756
Iun. 28 1756
Maij 7 1759
bibliografía mexicana del siglo xv 1 11.
1 06
Xa! lis.
Dec. 3 1722
Oct. 14 1753
Mar. 2 1733
P. Doporto Ioscphus Ian. 25 1734
P. Ducré Bennus Jun. 10 172 1
Cognomen
P. Domínguez Emm.
P. Dominguez Tos. . .
P. Doporto Ioannes. .
In gris.
Iun. 28 1739
Mar. i 1749
Sept. 13 1749
Sept. 6 1752
Sept. 28 1738
P. Echave Laurcnt
Se. Echeverría Gabriel.
F. Eguzquiza Ioannes..
P. El villar IosepJius . . . .
Se. Encinas Ioscphus. . .
Se. Equia los. Atit
P. Escalante Francis. . .
P. Espadas Ioscphus. . . .
P. Esparza Dominicus .
P. Esparza 7 liornas
Se. Esparza Ioannes. . . .
F. Esparza loan. los . . .
r. Espinosa Alfonsus.. .
P. Estrada IosepJius. . . .
Aug. 10
1727.
Mar. 1 1
1748
Mar. 25
1743-
Sept. 2S
1761
Iun. 24
171 1.
luí. 1
1731
Maij 12
16S6.
Iun. 28
1 70 1
Sept. 3
i/3S.
Oct. 8
1759
Apr. 28
1738.
Nov. 30
1754
Nov. 20
1724
Aug. 25
1744
Apr. 20
l735-
Feb. 22
1750
Febr. 18
1/3?-
Oct. 2
1754
Dec 21
1733.
Apr. 18
1760
Iun. 24
1741.
Oct. 30
1760
luí. 5
1713-
Apr. 22
1732
Feb. I
1720.
Aug. 14
1750
Maij 31
1721.
Feb. 28
U37
P. Fabri Eninianucl . . . .
P. Falcumbeli IoscpJi . . .
Se. Fano Ignatius
P. Fernandez Ildcfon. . .
P. Fern. Somera Mich. .
Se. Fernandez Eligius .
P. Flores Enunanucl . . .
Se. Flores Ioannes
F. Fondevilla Stanisl . .
P. Fontecha Marian . .
P. Fraideneg Georg. . . .
P. Franco Fran Xav. . .
F. Frenkenheiser loan. .
Se. Franyuti Stcphan. .
Se. Franyuti Philipp. . .
P. Frenero Ant'onius...
P. Frexomil IosepJius. . .
Nov. 18
W17-
Ian. 31
1/54
Apr. 7
1697.
Dec. 22
I7'3
Maij 7
1743-
Feb. 19
1 76 1
Oct. 3
1709.
Ian. 13
1732
Mar. 15
■ 1702.
Nov. 12
1717
Iun. 7
1 740.
Dec. 6
W57
Ian. 28
1727.
Aug. 14
1758
Maij 16
1733.
Ian. 21
1757
Ian. 26
1727.
luí. 2
1754
Maij 3
1735-
Iun. 25
1754
Apr. 12
1727.
Oct. 14
1743
Oct. 2
1733.
Oct. 21
1753
Ian. 1 1
1721.
Dec. 7
1753
Ian. 1
1737-
Aug. 14
1758
Maij i
1739-
Aug. 14
1758
Mar. 1 1
1723-
luí. 23
1740
Dec. 18
1736.
Dec. 2
1754
BIBLIOGRAFÍA MEXICANA DEL SIGLO XVlll.
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G
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P. Ganuza Petrus Iul. 20 1739. Maij 14 1755
P. García Andr. Xav Dec. 3 1686. Ian. 27 1705
P. Garda Hyacinthus Aug 24 1692. Maij 24 17 10
P. García Lmtrentius Aug. 10 17 13. Aug. 24 173 i
Se Garcia Andrceas Nov. 29 1740. Aug. 14 1757
E. García Adrianas Iul. 20 1718. Sept. 6 1737
F. Garcia Thuribius Apr. 16 1722. Maij 14 1755
F. Garcia Ioannes (tachado) Mar. 6 17 19. Iun. 28 1758
Se. Gara Diego Scbast Ian. 20 1742. Aug. 13 1757
P. Garfias Iosephus Iul. 17 1709. Ian. 13 1730
P. Garrucho Ioseph Mar. 27 171 2. Ian. 6 173 i
F. Gerardi Fran. Xav Dec. 3 1707. Sept. 5 173 1
P. Getzner Michael Mar. 17 1723. Iul. 12 1744
P. Gil Maximilianus Apr. 16 17 15. Sept. 28 1741
P. Gisbert Ignatius Feb. 20 1734. Nov. 28 1754
P. Goenaga Martinus Nov. 4 1704. Sept. 13 1722
Se Goicoechea los Aug. 9 1745. Mar. 24 1762
P. Gómez Fran. Xav Mar. 25 1701. Ian. 16 1724
P. Gómez Ignatius Iun. 4 1730. Mar. 15 1749
P. Gómez Vincentins Nov. 28 1724. Dec. 2 1750
P. Gondra los. Mar Sept. 8 1737. Feb. 25 1752
P. González Michael Febr. 16 1703. Iun. 10 1720
P. González Marian Nov. 28 1703. Maij 11 17 19
P. González Ignatius Sept. 9 17 17. Mar. 22 1734
P. González Fran. Xav Maij. 9 17 18. Sept. 28 1738
P. González Marcns Dec. 22 1724. Mar. 2 1743
P. González Mich. Hurón Oct. 1 1735. Oct. 16 175 1
P. González loan Ign Ian. 6 1724. Aug. 23 1753
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bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
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( 'ognomen.
Se. González Narcissus
Se. González Isidorus
Se. González Andrceas
P. González Claudius
Se. González Ioanncs
Se. González Ioscph Domin
Se. N. González Cruz los
Se. Gonzalo Thomas
P. Gradilla Tgnatius
F. Guebel Iosephus
P. Guerra Vincentius
P. Guerrero Iosephus
Se. N. Guerrero los. Mar
F. Guller Blasius
P. Gu raya Ioanncs
P. Guraya Emmanucl
P. Gutiérrez Michacl
P. Gutiérrez Francis. (tachado).
Natus
Ingre.
Oct. 29
1736-
Ian. 31
1756
Oct. 29
1736.
Ian. 31
1756
Nov. 30
1742.
Feb. i
1758
luí. 6
U36-
Ian. 5
1758
Aug. 28
1/34-
Ian. 5
1/59
Dec. 14
1742.
Aug. 27
1761
Sept. 28
1744.
Feb. 28
1763
Sept. 9
1738.
Apr. 20
1759
Aug. 31
I7I3-
Inn. 12
1728
Mar. 19
1714.
Oct. 27
1740
Nov. 27
I723-
Aug. 15
1744
Mar. 18
1736.
Ian. 27
1752
Nov. 25
1743-
Mar. 24
1764
Apr. 22
1703-
Maij 23
1744
Aug. 17
1727.
Sept. 27
1742
Dec. 25
1731-
Mar. 8
1749
Aug. 30
1718.
Ian. 22
1736
Nov. 28
1728.
Nov. 19
1746
II
P. Hauga Ioanncs
P. Herrera Eviman.. . . ,
P. Hervin Thuribius.. . ,
P. Hidalgo Iosephus. . .
P. Hidalgo los. Aut . . .
P. Hierro loan. Enunan .
P. Hierro CJiristoph. . .
P. Hiitl Antonius
F. Hinterger loan
P. Hlaba Franciscas. . .
V. Holub Vvcnces
P. Hostel Lamba tus . .
P. Huerta Ma thias. . . .
P. Hurtassum Iosephus.
Maij 5
1 7 16.
Apr. 27
1735
Ian. i
1732.
Ian. 21
1747
Mar. 5
1695.
luí. 15
1723
Aug. 20
1718.
luí. 12
1735
Apr. 13
1734-
Feb. 1
1762
luí. 8
1678.
Mar. 31
1696
Feb. 25
1 704.
luí. 30
1722
Iun. 1
1732.
Maij 18
1754
Aug. 9
1725-
Oct. 27
1743
Ian. 1
1725.
Oct. 20
1740
Ian. 1
1734
Oct. 27
1753
Oct. 18
1706.
Oet. 18
1725
Feb. 24
16S0.
Maij 29
1697
Ian. 7
1736-
Aug. 14
1754
Se. Jabat Ioanncs. . .
P. Iañez Ludovicus..
P. Iañez Xaverius. . .
P. Iañez Iosephus. ..
Y. Iarza Frauc. Xav.
Dec. 16 1740
Oct. 7 17 19
Apr. 17 1706
Mar. 17 1 7 16
Oct. 1 1707
Mar. 18 1 76 1
Apr. 30 1738
Maij 30 1738
Aug. 8 1745
Maij 30 1730
bibliografía mexicana del siglo XV11L
09
Cas no ni en.
Natns.
Se. Jaso Petrus Oct. 19 1744. luí. 15 1762
P. Ibañez Ioachimus (tachado) Sept. 27 1721. Dec. 12 1740
F. Ibañez Emmamiel Feb. 13 1727. Apr. 18 1760
P. Ibarburu Ignatius Iul. 19 1725. Mar. 2 1743
P. Ibarburu Michael ... Sept. 2 1722. Apr. 14 1754
P. Iguerategui Franc Oct. 4 1722. Maij 18 1742
P. Illanes Francis Nov. 17 1729. Ian. 30 1749
P. Inaama Franciscus . . Maij 4 171 9. Oct. 14 1735
F. Inehaurr. Petrus Iun. 20 1705. Maij 18 1737
P. Infauti Ioachimus Maij 22 171 1. Aug. 14 1729
F. Jordán IosepJuis Ian. 10 1705. Iul. 30 1745
P. Iragorri Ioannes Iul. 12 1728. Feb. 1 1751
P. Iranzo Iosephus Iul. 12 1734. Dec. 12 1754
P. Irizar Martinas Nov. 28 1738. Iul. 29 1758
P. Ita Franciscus Sept. 6 1 73 1 . Aug. 20 1746
P. Iturriaga Iosephus Apr. 26 17 17. Dec. 3 1 1733
P. Iturriaga Petrus Apr. 29 1722. Apr. 16 1739
P. Iturriaga los. Jun Febr. 28 1726. Mar. 18 1747
P. Iturriaga Emitían. Dec. 24 1728. Mar. 7 1744
P. Jugo Antonius Feb. 13 1733. Febr. 21 175 1
Se. Jugo Ioannes Oct 28 1740. Feb. i 1760
P. Izquierdo Ioseph Mar. 25 1 73 r . Aug. 21 1747
K
P. Kiirtzel Henricus.
Dec. 10 1722. Oct. 21 1745
P. Laguna Pius
P. Landivar Rapliael .
P. Larrazaval Simón .
P. Lartundo Ioannes. . .
P. Latas Philippus. . .
Se. Lava Iosephus. . . .
F. Lautner Ioannes. . .
P. Lazcano Ignatius..
P. Leaegui Entinan . .
P. Legaspi Iosephus . .
P. Leguinazabal loaeh.
P. Le-Roi Maximil. .
Se. Lezaun Antonius .
P. Liebana Iosephus. .
Maij 16 1734.. Aug. 27 1755
Oct. 27 1 73 1 . Feb. 17 1750
Aug. 11 1723. Iul. 30 1739
Nov. 7 1716. Nov. 20 1748
Apr. 29 1725.
Oct. 1 173S.
Oct. 17 1707.
Aug. 05 1705.
Nov. 23 1710.
Maij 27 1736.
Ian. 27 1729.
Apr. 18 1 7 16.
Ian. 8 1733.
Nov. 21 1737.
Ian. 7 1755
Apr. 11 1 76 1
Mar. 25 1738
Iul. 1 1722
Feb. 19 1729
Ian. 27 1752
Dec. 7 1744
Dec. 14 1733
Nov. 30 1754
Apr. 3 1755
BIBLIOGRAFÍA MEXICANA DHL SIGLO XVUL
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Cognomen. Natas.
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F. Lozano Antonias Oct. 26
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P. Lugo Philiphas Maij 1
736.
717.
717.
735-
723-
718.
713-
743-
699.
714.
719.
734-
736.
732.
721.
739-
744.
73^-
705.
710.
745-
712.
Ingres.
Maij 18 1754
Maij 14 1744
Oct. 24 1734
Dec. 2 1754
Feb. 1 1759
Apr. 30 1736
Feb. 8 1732
Iun. 2 1761
Nov. 12 171 5
Mar. 3 1736
Maij 10 1734
Mar. 6 1752
Feb. 27 1757
Feb. I 1755
Apr. 14 1737
Aug. 14 1756
Iun. 5 1762
Apr. 18 1760
Mar. 4 1725
Oct. 21 1726
Nov. 6 1762
Maij 28 1728
M
P. Macida Pctr. Paal Ian. 25 1703.
Se. Maldonado Ignat Feb. 16 1740.
Se. Maldonado los Iun. 7 1744-
P. Malek Christianns Aug. 5 1733.
P. Malo Petras Ian. 12 1724
P. Malo Paalas Ian. 24 1732.
P. Malo Henricns Iul. 1 5 1730.
P. Ma'o Ioannes Iun. 24 1738.
Se. Maneiro Ioannes Feb. 2 1744-
P. Manan losephas Nov. 30 1730.
Se. Marin Lacas (tachado) Oct. 18 1742.
F. Marint Ioannes Mar. 29 1706.
V. Márquez Angnstin Nov. 17 17 14.
Se. Márquez Petras Feb. 22 1 741 .
F. Márquez Marian Aug. 16 1744-
P. Marti Petrus Oct. 13 1733.
Dec. 13
1721
Feb. 15
1758
Apr. 1 1
1 76 1
Oct. 27
1753
Sept. 6
1746
Nov. 12
1/55
Sept. 30
1757
Mar. 18
1756
Feb. 4
1759
luí. 9
1749
Feb. 4
1759
Mar. 24
1749
Apr 7
1735
Mar. 4
1761
Mar. 18
.1761
Iul. 8
1754
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
I II
P.
p.
Se
F.
F.
F.
P.
P.
P.
Se
P.
P.
P.
F.
F.
P.
P.
F.
F.
F.
F.
F.
P.
P.
F.
F.
F.
P.
F.
P.
P.
P.
P.
P.
P.
Se
Se
So
Se
P.
P.
F.
Cognomen. Na tus.
Martin Ludovicus Aug. 25
Martínez Xavcr Nov. 25
Martínez Ioaunes Sept. 25
Martínez Ioaunes Iun. 1 1
Martínez Genesins Sept. 3
Martínez Thomas Sept. 19
Matehu Iacolms Oct. 3
Mauriño Leander (tachado) Mar. 13
Melendez IoscpJius Ian. 2 1
Mendoza Emman Oct. 27
Merino Lucas Oct. 23
Michel Andrceas Iun. 2 1
Middendorff Bem Feb. 14
Mier Petras Fcb. 1 1
Minguez Petras Maij 1 2
Miralla Gaspar Mar. 1 1
Miranda Francisc Iun. 20
Miranda Iosephus Nov. 25
Miranda Mathceus Sept. 2 1
Miranda TJwm Dec. 28
Miranda Emman Ian. 26
N. Moctez Manan Aug. 1 3
Molina Fr. Xav Oct. 26
Molina Isidoras Nov. 2
Montalvan Emman Aug. 24
Montejano Martin Nov. 1 1
Montenegro Franc Nov. 1 2
Morales Franc Oct. 4
Morlete Ioaunes Iul. 2
Mota Ioannes Iun. 24
Mozarave Ignatius Nov. 1
Munave Ioachim Iun. 1 2
Muñoz los. Femar Apr. 16
Muñoz Ioannes. Nov. 18
Muñoz Emmanuel
. Muñoz Emmanuel
Muñoz Emm. Ant
Muñoz Iosephus
N. Muñoz August
Murillas Ioannes
Mu tillo Dionysius
Muruaga Anión, (tachado).
Mar. 30
Aug. 21
Dec. 31
Oct. 18
Fcb. 26
Ian. 2
Mar. 20
Feb. 12
729.
734-
742.
695.
717.
732.
734-
734-
727.
740.
712.
732.
723>
732.
706.
719.
720.
725.
73i.
730.
733-
742.
708.
703-
721.
709.
693-
711.
734-
724.
701.
699.
790.
726.
730.
739
742.
739-
744-
723-
703.
740.
Ingres
Mar. 10
Mar. 10
Maij 8
Sept. 1 1
Dec. 1 1
Nov. 20
Dec. 17
Apr. 14
Mar. 2
Apr. 18
Nov. 21
Oct 27
Oct. 21
Maij 29
Maij 26
Iul. 23
Mar. 24
Iun. 18
Dec. 6
Maij 12
Ian. 26
Sept. 7
Oct. 21
Aug. 1
Mar. 7
Apr. 14
Dec. 22
Iun. 20
Dec. 2
Apr. 18
Nov. 8
Iul. 11
Feb. 2
Dec. 2
Maij 7
Feb. 27
Feb. 18
Apr. 25
Sept. 17
Sept. 1
Sept. 3
M¡
[8
75i
75i
762
713
737
755
754
754
743
760
728
754
74i
752
730
740
740
748
757
760
761
763
726
740
744
742
732
744
753
740
716
722
712
749
748
757
758
759
763
733
723
761
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
N
Cognomcn.
P. Nava Ioann. los. . .
P. Nava Ioannes Ant .
P. Naxera IoscpJuis. . .
P. Neumayer Carolus.
P. Nevé Iosephus
P. Noriega Ioannes...
Se. Noriega Antonius.
Se. Noriega Ignatius .
P. Noroña Nicolans . .
P. Nortier Ioannes. . . .
Na tus.
Ian. 29 1696.
Aug. 22 1726.
Iun. 9 1734.
Mar. 15 1707.
Iun. 10 1739.
Mar. 19 1734.
Apr. 12 1739.
Aug. 3 1738.
Apr. 1 1732.
Feb. 22 1726.
Ingres.
Mar. 15 1720
Feb. 29 1744
Mar. 10 175 i
Oct. 9 1723
Iun. 29 1755
Feb. 25 1752
Sept. 7 1759
Maij 12 1760
Nov. 20 1753
Oct. 16 1751
O
P. Och. Iosephus
P. Ochoa Ioanes
P. Oceguera Nicolaus.
Se. Ocio Magdalenas .
F. Olavarrieta Ioseph.
P. Olague Marti 'ñus . .
P. Oliverus Petrus . . .
P. Ortega Iosephus . . .
P. Ortiz Bernardinas .
P. Ortiz Michael
Feb. 21 1725. Sept. 26 1743
Mar. 23 1726. Apr. 13 1743
Feb.
16
1726.
Ian 29
1746
Nov.
28
1746.
Feb. i
1762
Mar.
18
1719.
Aug. 7
1736
Mar.
21
1712.
luí. 18
1735
Apr.
8
^n°-
Iun. 17
1753
Apr.
15
1700.
Apr. 23
1717
Maij
27
1696.
Feb. 18
1733
Mar.
17
1734-
Maij 24
1749
P. Padilla Iosephus
P. Palacio Raphael . . .
P. Palacios Petrus.
V. Palacios Hilarias..
F. Palacios Iosephus. .
F. Palacios Iacobus . . .
P. Palomino Iosephus.
P. Palomino Angustí n
P. Palomo Ioseph
F. Pardo Franciscas. .
P. Paredes Antonius.. .
P. Paredes Iosephus. . .
P. Parreño Iosephus . .
P. Pasqua Xarerius .
P. Pastrana Iosephus. .
Ian. 24 1 72 1.
Aug. 5 1733-
luí. 27 1723.
Ian. 1 1 1729.
Nov. 16 1714.
Iul. 25 1730.
Oct. 20 1705.
Aug. 20 1714.
Feb. 23 1727.
Oct. 4 1713.
Ian. 14 1 69 1.
Apr. 30 1698.
Dec 11 1728.
Apr. 14 1732.
Feb. 29 17 1 6.
Iul. 6 1737
Feb. 19 1750
Apr. 27 1748
Iul. 7 1753
Iun. 22 1743
Mar. 15 1749
Dec. 1 1721
Nov. 26 1729
Oct. 23 1745
Oct. 16 1751
Mar. 19 1707
Apr. 30 1713
Aug. 14 1743
Ian. 4 1754
Dec. 31 1732
BIBLIOGRAFÍA MEXICANA DEL SIGLO XVI II.
ii3
Cognomen.
P. Patino Benedictas ..
P. Paver Fian. Xav . .
P. Pazin losephus . —
P. Peña Salvator ....
Se. N. Penal ve r los
F. Peralta Ray intuid.
P. Perera Nicolaus . . .
P. Pe reirá los
P. Pérez Busta Thorn .
P. Pérez Franciscus . .
P. Pérez Tilomas. ...
P. Pérez Dionysius . . .
Se. Pérez Ignat
Se. Pérez Aeal Petras
P. Peza Nicolaus
F. Pichardo los
P. Piedra Ioseplias.. . .
P. Pimentel Alys
P. Pineda Franciscus ■
P. Plank Ioannes.
Se. Poggio Raymund . .
P. Pulo Antonias
F. Pons Antonias . . . .
F. Ponce Ioannes
P. P01 tillo Athanas
F. Porras Balthasar . . .
P. Poveda Antonias . .
Se. Pozo Ioseph. . .
F. Pozo Barnabas
P. Priego Antonias . . . .
P. Pssessercorn Ignat. .
P. Puerto Martinas . . .
F. Puisac Franciscas. . .
Natus,
Ingres.
Mar. 2 1
735-
Maij 14
755
lan. 6
1721.
Oct. 9
737
Feb. 15
723-
Apr. 13
743
Feb. i
719
Dee. 31
739
Maij 9
746.
luí. 30
764
Maij 30
707.
luí. 24
732
Seot. 23
696.
luí. 18
719
luí. 30
735-
lan. 25
755
Mar. 7
712.
Aug. 7
[736
Tul. 25
692.
luí 30
'745
Oct. 5
726.
Aug. 15
1744
Oet. 9
73*-
Maij 14
'749
Nov. 14
743-
Mar. 28
[762
Feb. 6
746.
Oct. 21
[764
Sept. 27
712.
lan. 17
[733
lan. 13
t732.
Maij 7
[757
Maij. 24
[715.
Nov. 22
'732
lan. 8
727.
Dee. 7
[742
lan 26
l733-
Mar 24
748
Aug. 16
732.
Maij. 18
754
Mar. 19
741.
Aug. 27
757
Mar. 3
721.
Maij 25
737
lan. 22 i
732.
lan. 22
754
Oct. 10 !
7H
Feb. 17
740
Maij 2 i
739-
Iun. 25
754
lan. 5
707.
Nov. 17
73°
Nov. 3
734-
luí. I
75o
Dee. 16
73*-
lan. 3 i
756
Iun. 1 1 ]
740.
Iun. 23
7'"
Feb. 8 J
730.
Apr. 3
75'
luí. 31
725.
Oct. 22
742
Nov. 17
714.
luí 20 J
737
Dee. 3
729.
lan. 15
755
O
P. Ouessa Ángelus (tachado)
P. Quintana Ioseph
Se. N. Quintana Mar. ......
P. Quintanilla Ioaiin
Se. Quintanilla los .
F. Uuixano Aagast
lan. 10 1734.
Feb. 28 1713.
Iul. 29 1745.
Nov. 3 1729.
Apr. 7 1741-
Aug. 29 1719.
Dee. 31 1749
lan. 13 1732
Mar. 18 1764
Aug. 29 175 1
[un. 2] 1762
Mar. 7 1744
BIBLIOGRAFÍA MEXICANA DEL SIGLO XVIII.
i 14
c 'ognomen.
P. Ramírez Eugenius
P. Ramírez Ioannss
Se. N. Ramir. Polycarp
F. Ramírez Aut
F. Rancurél Didacus
P. Rapicaní Alexand
Se. Ravanillo Toannes
F. N. Real Angust
P. Reales Petrus. ... . .
P. Retz Georgius
P. Restan Iosepkus
Se. Reyna Francis
P. Reynoso Sanctius .
Se. Rivera Raphael
P. Rinoon Iosepkus
P. Ríos Antonias
P. R i vero Thadaus
P. Rivero Fran. Xav
P. Rivero Raymund
F. Rivero Dominicus ......
P. Robledo Paulas
P. Rodríguez loachi
P. Rodrig. Fran. Xav ......
Se. Rodríguez Emmanuel. .
Se Rodríguez Ioannes
Se. N. Rodríguez Doiiiin. . .
F. Rodríguez Salvat
F. Rodríguez AEgid
P. Roldan Iosepkus
P. Romeo Benedictus .
P. Romero Antonias ,
P. Romero Iosepkus
P. Róndelos Ignatius
P. Ronderos loseph
F. Rosales Tkadeus
Se. Roso Andrceas
P. Rothea / 'ioontius
P. Rothea Potras
P. Rothea Iosepkus
P. R"
P. Ruanova Stanisl
Natm
Nov. 15
Sept. 9
lan. 26
Oct II
luí 25
Nov. 3
Api'. 10
Apr. 13
Apr. 23
Apr. 28
Nov. 5
Maij 9
Aug. 15
Oct. 24
Iun. 19
Mar. 16
Nov. 2
Dec. 3
Aug. 24
Aug. 4
Iun. 30
Nov. 2
Mar. 31
luí. 29
luí. 26
Nov. 29
Oet. 27
Maij 24
Fcb. 10
Oct. 31
lan. 19
lan 21
Iun. 24
Oet. 15
Iun. 9
Nov. 29
Aug. 21
Maij 5
Feb. 21
Nov. 4
Feb. 15
709
710
74S
728
702
702
74'
736
704
717
722
742
7<3
745
7 14
701
699
729
709
693
735
739
742
74-1
707
756
705
728
702
7*7
7 '4
740
718
721
732
702
715
Ingres.
Apr.
13 1
Iun
2 1
Mar.
18 1
Feb.
1 1
Nov
30 1
Oct.
14 1
Fcb.
18 1
Mar
18 1
Api
18 1
Oct.
20 1
lan.
2 1 1
lan
26 1
Apr
19 1
luí.
2 1
Mar
24 1
Mar.
6 1
Dee.
1 1 1
Mar.
'5 •
Mar.
15 1
Iun.
18 1
Iun.
7 1
Feb.
6 1
Iun.
18 1
luí.
7 1
Sept
. 12 1
Sept
. 8 1
Nov
6 1
luí.
7 '
Apr
2J I
Iun.
7 '
Iun.
20 1
Apr
16 1
Nov
10 1
Mar
18 1
Mar
'7 1
lan
1 2 1
Mar
27 1
lan
30 1
Mar
8 1
Mar
18 1
Oct.
7 1
BIBLIOGRAFÍA MEXICANA DEL SIGLO XV 111.
M5
Cognomen.
P. Ruanova Philipp Maij 9 17 16. Mar. 18 1 737
P. Rubio Vincentius Mar. 5 1737. Iun. 1 5 1753
F. Ruelas Melchior Ian. 25 1705. Ian. 17 1733
F. Ruidiáz loan. Ant Maij 18 1718. Mar. 18 1750
P. Ruiz Antonius Iun. 19 1708. Feb. 1 1726
P. Ruiz Michael Mar. 2 1 726. Apr. 27 1 748
P. Ruiz loan, de Dco Ian. 6 1 73 1 . Oct. 1 1 746
P. Saavedra Isidoras . . .
F. Sabel MicJiacl
P. Sacrameña Ioanncs. . .
F. Sacher Ioanncs
P. Sachi Nicolans . . . . . .
P. Saenz Bartholom . . . .
P. Salas Antonius
P. Salazar Franc Reg. .
P. Salazar I?i lianas
P. Salazar Iosephns .
P. Salgado loan Laur .
P. Sánchez IoscpJuts. . .
Se. Sánchez Raymund. .
P. Sandoval Thomas. . . .
P. Sandoval Vinccnt . . .
F. San Martin Michael .
P. Stá-Cruz Gabriel .. . .
P. Santelises Iosepluis.. . .
Se. Santoyo Lndov ....
F. Sarmiento Bernar . . .
F. Schultz Georgias. . .
Se. Sebastian Félix.
P. Sedelmayer Iacobns. .
F. N. Serio Ferdinan. . .
Se. Serrano Ioanncs. . . .
F. Serrano Franciscas . .
Se. N. Serrato loan. los.
F. Sesma Gregorins . . .
P. Slesac Francis
Se. Sierra Iosephns
Sc.,N. Sierra los. Mich.
F. Sobrino Petras
Feh. 7
1727.
Apr. 26
749
Ian. 8
1710
luí. 18
739
Apr. 13
1/33
Maij 12
749
Oct. 16
1712
Feb. IO
749
luí. 4
17.03.
Oct. 9 1
720
Aug. 24
1714.
luí. 18 1
735
Apr. 4
1694
Feb. 19
7"
Ian. 13
1721.
Aug. 14
7^
Ian. 31
1728
Oct. 12
747
luí. 5
1715
Oct. 5
740
Aug. 1 1
1710.
Nov. 17
730
Oct. 24
1717
Maij 25
735
Oct. 19
1736
Nov. 30
754
Sept 29
1701
Apr. 1
720
Nov. 15
1722
Dec. 2
744
Sept. 16
1717
Sept. 28
73^
Sept. 15
1737
A ug. 4
'755
Mar 24
1706
Mar. 27
722
Aug. 24
1737
Dec. 6
757
Aug. 20
1737
Ian. 26
761
Maij 13
1723
Iun. 3
747
Dec. 21
1736
Sept. 5
'754
Ian. 6
1703
Sept. 7
722
Maij 30
1719
Iun. 9
764
Mar. iS
1738
Nov. 17
756
Ian. 14
171 1
Mar. 11
753
Ian. 11
1746
Mar. 18
764
Oct. 21
1735
Sept. 6
752
Sept. 30
1728
Oct. 27
754
Feb. 21
1744
Feb. i
760
Sept. 29
1744
Aug. 14
763
Feb. 9
1698
Feb. 23
718
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
lió
Cognomen. Natus
P. Sola Michael Apr. 23
P. Solano luliamis Ian. 27
P. Solar los. Basilins Apr. 15 1727
P. Soklevilla Iosephns Mar. 19 1721
P. Soiiano Andraas Ian. 9
P. Sotelo Emitían Ian. 25
P. Sousa Mathias Feb. 27
P. Steffel Mathceus Sept. 20 1 734
P. Steb Ioannes Aug 29 1735
P. Strzanovvski Ant Ian. 12 1728
P. Silva los. Vincent Oct. 10 1 73 i
1715
1726
1737
1736
1740
Nov. 13 1733
Iun. 12 1745
luí. 30 1745
Nov. 1 1740
Ian. 14 1755
Maij 13 1752
Feb. 27 1757
Oct. 27 1754
Oct. 27 1754
Oct. 27 1753
Mar. 25 1750
Se. Tagle Ignatius. . :
P. Tapia Ioachitnus. . .
Se. Tarros Raymnn . .
P. Telles Girón Ludov
P. Tello Ioannes Jldef.
P. Tembra Ioannes. . .
P. Theran Entinan . . .
P. Texada Ignatius. . .
P. Texedor Iosephns. .
P. Tirs Ignatius
Se. N. Toledo Ioseph .
P. Torija Ioannes . . . .
F. Torres Petras
F. N. Tovar Vincent. .
P. Trnxillo Ioachim . .
F. Turpin lose [luis. . .
Nov. 30
1737-
Oct. 14
1756
Iun. I
1726.
Dec. 2
1744
Feb. 12
1744.
Apr. 24
1759
Feb. 27
1707.
Iun. 10
'723
Nov. 28
1718.
Apr. 16
1735
Apr. 3
1734-
Feb. 25
1752
luí. 24
1725.
luí. 29
1747
Apr. 25
1726.
Aug. 1 1
1741
Ian. 3
1726.
Sept. 7
1742
luí. 2
1733-
Maij 18
"754
Feb. IO
1743-
Feb. 18
1763
Iun. 29
171 1.
luí. 16
1728
luí. 3
1702.
Mar. 15
1721
Oct. 20
'743-
Oct. 2 1
1764
Apr. 29
1726.
luí. 30
1745
Feb. 1 1
1746.
Apr. 1 1
1761
u
P. Vadillo Francise Oct. 12 1 7 1 9
P. Valdes Michael Sept. 27 1 7 1 2
F. Valdes Bernardas Sept. 29 1729
P. Vallaría Iosephns Iul. 18 1719
P. Vallarta Martinas Aug. 16 171 1
P. Vallejo Iosephns Sept. 9 17 18
Se. Valoes Iosephns Oct. 22 1 741
P. Vaquera Michael Nov. 9 1739
S. Vaquera Petras Apr. 29 1741
. Sept. 8
1741
. Aug. 31
1731
. Oct. 23
1757
). Oct. 27
1734
. Iul. 21
1726
. Maij 3
1741
• Aug. 5
1760
Iun. 28
1756
. . Mar. 4
1758
bibliografía mexicana del SIGLO XVIll
117
Cognomen. Natus.
P. Vargas Didacus Dec. 4 1721. Tul. 3 1742
P. Vargas Gregorius Maij 9 1724. Dec. 2 1741
P. Vargas Iacobus Iul. 25 1702. Dec. 12 1719
F. N. Vargas Emmau Iul. 7 ^727- Oct. 6 1763
P. Vvatzek Ioseph Dec. 2 1 1721 Oct 9 1 739
Se. N. Vazuezabal Attdr Nov. 30 1748. Maij 18 1764
P. Vasquez Nicolaus Sept. 7 1716. Iul. 18 .1739
F. Vasquez Iosephus Maij 4 1701. Iul. 7 1734
P. Vega Iosephus Feb. 18 1726. Iun. 28 1 748
P. Vega Faustinus Feb. 15 1729. Iun. 21 1749
P. Vveis Fran. Xav Feb. 22 17 10. Sept. 7 1728
P. Velasco Iosephus Mar. 30 1732. Maij 2 1747
P. Velasco Benedict Dec. 28 1733. Aug. 29 175 1
Se. Velasco Emitían Iun. 2 1738. Dec. 23 1758
Se. Velasco Marianus Apr. 12 1744. Iul. 25 1759
F. N. Velez Augustin Maij 6 1744. Feb. 18 1 763
P. Ventura Lucas Maij 2 1727. Nov. 25 1749
P. Ventura Autonius Febr. 23 1727. Feb. 13 1750
F. Ventura loanne* Mar 4 1751. Ian. 19 1750
F. Vera Vincentias Ian. 24 1708. Maij 28 1730
P. Verdugo Didacus Dec. 9 1704. Apr. 2 1726
F. Vergara Sebast •• Iul. 22 1717. Mar. 5 1737
Se Vgai te Hilarius Ian. 20 1740. Iun. 28 1756
F. Vgarte Dominicas Feb. 20 1.717. Iun. 9 1751
Se. Vidal Franciscas. Feb. 14 1739. Aug. 5 1760
P. Vidaurre Georgias . Apr. 23 1732. Apr. 22 1750
Se. Viedma Gabriel Mar. 18 17.41. Aug. 13 1757
P. Villaamil loauues Iul. 2 17 16. Mar. 17 1733
P. Villaamil Antonias Iul. 8 1723. Nov. 5 1740
P. Villafañe Christoph Iul. 25 1731. Nov. 13 1749
P. Villalta Emmau Febr. 4 1726. Mar. 1 1 749
P. Villaroya Franciscas Nov. 20 1734. Aug. 20 1754
F. Villars Frauciscus Aug. 26 17 16. Mar. 25 1738
P. Villavicencio loan Dec. 15 1709. Iul. 28 1724
F. N. Villavieja loan Iun. 22 1736. Dec. 31 1762
P. Villaurrütia Xav Feb. 12 1724. Iul. 10 1745
P. Vivanco Emmau Maij 30 1693. Maij 5 17 10
F. Vivar Franciscas Apr. 2 1735. Mar. 29 1753
P. Vivas Ludovicus Aug. 29 1720. Ian. 3 1750
P. Vvólff BarthnuBus Ian. 26 1711. Oct. 20 1731
Se. Urbina Benedict Ian. 23 1739. Ian. 16 1 762
P. Urbiola Iosephus Maij 8 1714. Maij 4 1735
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
i iS
( 'ognomen. Naíus.
P. Uria loan. Ignat Aug. i 5 1695
F. N. Uria loachimus luí. 27 1742
P. Urizar Michael Feb. 22 1722
P. Urizar Franciscas Dea 3 1 1729
F. Urroz Antonius Apr. 23 1703
Se. Urrutia íoannes . Aug. 23 1740
P. Utrera Ioscplius Oct. 5 1 707
Ingres.
Iun. 6 1713
Mar. 18 1764
Ian. 22 i 741
Apr. 20 1748
Itil. 21 1730
Feb. 27 .757
Oct. 19 1722
X
P. Ximenez Antonius Maij 20 1732. Maij 6 1749
P. Ximeno Ioscphus Maij 18 1697. Mar- l ' 7l6
P. Ximeno Custodios Maij 1 1734. Sept. 29 1752
1707.
1715.
1731.
1739-
1695.
F. Zambeli Eugcnius Nov. 7
P. Zamora Iosepkus Ian. 6
P. Zamorano IoscpJi Oct. 6
P. Zamorano Ignat Ian. 9
P. Zarzosa Albertus Nov. 9
Se. N. Zarzosa Bernar Aug. 22 1743.
P. Zayas Tilomas Oct. 4 1 71 5.
Se. Zayas loachimus. . Iun. 10 1741.
P. Zazurca Pctrus Apr. 28 1720.
P. Zepeda Iosepkus Oct. 26 1720.
P. Zeballos Franciscus Oct. 7 1704.
P. Zuazu Vincentius Apr. 20 17 19.
P. Zumpciel Bernard Feb. 13 1707.
Nov. 17
Oct. 27
Mar. 18
Mar. 18
Mar. 25
Oct. 24
Ocl. 5
Sept. 7
Ian. 7
luí. 20
Iun. i
Apr. 19
Oct. 18
1725
1 73 1
1750
1756
1710
1763
1734
1759
I750
1737
1720
1736
1725
Nota. — El ejemplar que para esta reimpresión ha servido, tiene adiciones y enmendaturas
mss. y ellas se han consignado en su lugar.
CAXIGA y RADA. Dr. AGUSTÍN de la ^Clérigo.)
45. VÉASE: Paz y Salgado. | 1747. |
ANÓNIMOS.
46. LlTHARA I Armoniosa, | Para dar música espiritual, al | Niño
Dios huyendo á Egypto, | que comienza a resonar en los | silencios de la
media noche de | Ano nuevo, hasta el dia | Séptimo de Enero, j Templó-
la I Vn devoto Sacerdote, que reverente | la ofrece a Jesús, María, | y
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
119
Joseph. I Reimpressa. En México: por | Joseph Bernardo de Hogal. En
la I Calle Nueva. Año de 1727. ¡
ióvo.; port. con grab. en su vuelta y 27 hojs. con la obra.
47. (^,OLOQUIO | entre el Divino Esposo, | y el ;ilma. | A devoción (
Del P. Fr. Carlos Joseph Delgado, | Predicador, y Notario del Santo Offi-
| ció de la Inquisición. | Impreso en Madrid por Pedro de J Arriba, y por
su original en México | en la Imprenta de Diego Fernandez | de León,
año de 17 10., y segunda | vez en la de D. Felipe de Zuñiga, y | Ontive-
ros, calle de la Palma, ¡ el de 1774. |
ióvo.; port.; y 7 hojs. s. nr. con la obra.
COLLADOS. Fr. VICENTE (Dominico.)
48. Ave Maria. | Copia de Carta al assumpto del sudor, J y lagrimas
de Ntra. Señora del Rosario de la Villa de la Guardia, [ del dia primero
de Noviembre de este año de 1755. escrita al M. \ R. P. Fr. Narciso de
Guindos, Maestro de Numero de esta Pro- | vincia, de Predicadores, Prior
que fue, y es del Real Convento de Santa Cruz de la Ciudad de Granada:
por el M. R. P. Fr. Vi- | cente Collados, Ex-Cathedratico de Theologia
del Colegio Ma- | yor de Santo Thomas de Sevilla, Maestro en Artes, y
Doctor en Sagrada Theologia, Regente oy del Real Convento de Predi-
cado- ¡ tes de la Ciudad de Xaén, y Examinador Synodal | de su obis-
pado. I
4to.; sigue inmediatamente el texto contenido en 4 hojs. s. n. y al pie de la última:
Reimpressa en la Puebla por la Viuda de Miguel de Ortega, donde se ha-
llara. (1755)-
ANÓNIMOS.
40. Compasiva I y tierna memoria | De las burlas, y ultrajes, que pa-
deció I Jesuchristo, | En la Casa de Herodes, qnando | tratándolo como á
loco le vistió I por mofa la Vestidura | blanca. | Sácala á luz | Un Sacerdote
de esta Ciudad, á devo- | cion, y expensas de una Religiosa de el I exem-
plarisimo Convento | de Regina Cceü. | Reimpressa en México en la Im-
| prenta de D. Felipe de Zuñiga, y | Ontiveros, calle de la Palma. |
ióvo.; port.; 1 hoj. grab. y 6 s. n.
50. COMULGADOR | y explicación mystica ! delaRegla. i8de la Con-
gregación I de 'a Purissima, que es de la Con- ¡ fession, \ Comunión. |
Con vna theorica, y practi- | ca de los medios, que mas facilitan su | fre-
bibliografía mexicana del SIGLO XV ¡11
1 20
quente, y bien aprovechado vso: Varias | Meditaciones, y (oraciones vocales
I Recogida en svma de varios papeles, y platicas de la | Purissima, por el
mismo Padre | Prefecto. | Dedicado | Al Supremo Rey de Cielo, y tierra
I Christo Señor Nuestro | Sacramentado. | Con licencia en México, | por
la Viuda de Miguel de Ribera, en el | Empedradillo, año de 1714. |
4i'>.; portada en cuya vuelta ota la dedicatoria que subscribe Doña Gertrudis de Vera; fol. 1
a 125 vuelta, la obra.
51. CONSUELO | a la Madre | de Dios I En la muerte su Sino. Mijo, |
Devoción utilissima ¡ En honor de tan Poderosa Señora, | para los que de-
sean tributar algún I culto al doloroso, y tiernissimo | Passo de su Soledad,
Angustias, | y Dolores. | Copiada a la letra ¡ De la que se dio a luz en la
Vida I del V. P. Francisco Tamariz de | la Compañía de Jesús. | Reim-
preso en el Colegio Real de | San Ignacio de la Puebla de los | Angeles.
Año de 1767. I
ióvo.; port. á cuya vuelta comienza el texto y ocupa otra- 3 hojs. -. nr.
52. V^ONVITE I [»ara K>s exercicios ¡ públicos literarios ¡ que tendrán |
en el Real Seminario de Minería | de México | los alumnos de este esta-
blecimiento, I dirigidos I Por el Capitán de Milicias Don Andrés Joseph
I Rodríguez Catedrático de Matemáticas, y D. Ma- | riano Chanin Maes-
tro de Gramática Castellana | y Lengua Francesa, j a presencia j del Real
Tribunal General | del importante cuerpo de la minería | de Nueva Espa-
ña, I Los dias 17 y 18 de Diciembre á las nueve y media ¡ de la mañana,
y tres y media de la tarde. | Impreso en México, por Don Felipe de Zú-
ñiga y Onti veros, | Calle del Espíritu Santo, año de 1 792. j
410.; port. v 3 hoj. -. u.
CORDERO. Fr. JUAN JOSÉ (.Mercedario.J
53. VÉASE: Paz y Salgado, i 1747.)
ANÓNIMOS.
54. INOPIA de Caita, j del Emperador | de la China, j escrita a Nues-
tro Santissimo Padre | Benedicto XIV. | Pidiendo a su Santidad j una
Princesa de Europa en matrimonio, | con la solemne Promessa (entre
otras) de establecer una | mutua correspondencia con su Santidad. | Tra-
ducido del Idioma Chino al Castellano por el Pa- I dre Secretario de In-
bibliografía mexicana del siglo XVlll
121
dias de la Compañía de Jesús, | residente en la Corte Romana, este año
de 1748. I
4to.; sigue el texto que ocupa 2 hojs. s. n. y al pie de la ultima, esta:
Impressa en Madrid, y por su original en México, con licencia del Su-
perior I Gobierno, por la Viuda de D. Joseph Bernardo de Hogal año de
1749- I
55. Coi'IA de Cartas, escrita por el \ Padre Guardian del Real Conven-
to de Mequinez, y Vice- j Prefecto Apostólico de las Santas Misiones, que
cu las par- \ tes de Berbería conserva la Religiosa Provincia de San Diego,
j de RR. PP, Franciscos Descalzos, al Padre Procura- \ dor de ellas. \
4to.; sigue luego el texto que ocupa 4 1 1 < > j s . s. 11. y al pie de la última:
Reiu/pressa en Cádiz, y por su original en la Puebla cu la Pn- \ preuta
déla Viuda de Miguel de Ortega. Donde se hallará, j (1776) j
50. v_.OR.ONA I de amor, | que se ha de , Exercitar por las cuen- | tas
de la Camandula: | sacadas de las obras del | P. Kngel grave, déla | Com-
pañía de Jesús. | Por un sacer- [ dote de la Eclesiástica, [ y Venerable
Concordia | de S. Felipe Neri, de la | Ciudad de la Puebla, j En México
por José- I ph Bernardo de | Hogal. Año de 1735. |
iovn.; port. orí. y con grab. á su vuelta más 15 hojs. s. 11 con la obra.
57. LüRONlTA I de los I Siete Dolores ¡ de Maria SSma. | Señora
nuestra. \ Y recomendación | quotidiana | De los cinco mas principales, |
que sintió su tiernissimo Corazón | en el discurso de la Vida, Passion, | y
Muerte de su Santissimo Hijo. | Reimpresas en México, en la 1 111 | pren-
ta de D. Felipe Zuñiga, y Onti- | veros, calle de la Palma, año de 1774 |
lóvo.; port. con un grab. en su vuelta y 15 liojs. 5. nr con la obra.
bibliografía mexicana del SIGLO XV ni.
123
D
ANÓNIMOS.
58. .Decena | de | S. Juan Francisco | Regis | En honor de los diez
años, que anduvo | haciendo Missiones por varios luga- | res de la Fran-
cia. I Dirigida principalmente al Gloriosissimo fin | de cooperar con nues-
tras Oraciones, y Supli- | cas (mediante su Patrocinio) á la salvación de |
las Almas redimidas con la Preciosissima San- | gre de Christo crucifica-
do. I Comienza á 14. de Mayo para acabarse víspera | del Santo, que es
á 24 I Dispuesta para honra, y gloria de Dios por un Sa- ¡ cerdote de la
Compañía de Jesús desseoso del bien | de las Almas, y afecto á este Glo-
riosissimo I Santo. I Con las Ucencias necesarias: | En México en la Im-
prenta del Real, y mas Anti- | guo Colegio de S Ildefonso, año de 1765. |
ióvo. ; port.; 1 hoj. con grabado y 28 s. 11. con la obra.
59. Decena | de | S. Juan Francisco | Regis, | En honor de los diez
años, que anduvo ha- | ciendo Misiones por varios lugares | de la Fran-
cia. I Dirigida principalmente al Gloriosissimo fin | de cooperar con nues-
tras Oraciones y Suplicas | (mediante su Patrocinio) á la salvación de las
Almas redimidas con la Preciosissima Sangre | de Christo crucificado |
Comienza á 14 de Mayo para acabarse Vis- | pera del Santo, que es á 24.
I Dispuesta para honra y gloria de Dios, por un | Sacerdote de la Com-
pañía de Jesús, deseoso | del bien de las Almas, y afecto á este | Glorioso
Santo. ¡ Reimpresa en México, en la Imprenta de los | Herederos del Lie.
D. Joseph de Jauregui | calle de Sto. Domingo; año de 1795. I
ióvo.; port. y 15 hojs. s. n. con la obra.
00. .DESAGRAVIOS | que se han de hacer I a la Suprema Magestad |
de nuestro amantisimo Dios | Trino y Uno, | Por medio de nuestro Amo-
ro- I sisimo Patriarca y Patrono | Señor San Joseph, | Todos los meses,
en los dias diez y | siete, diez y ocho, y diez y nueve. | Dispuestos ¡ Por
un Devoto del Santo, el menor de | todos, para impetrar y alcanzar una
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
124
bue- I na muerte, siendo en ella libres de núes- | tros enemigos con la
asistencia de | nuestro Amantísimo Patriarca. | Reimpresos en México, en
la Imprenta | nueva Madrileña de D. Felipe de Zúñiga | y Ontiveros, ca-
lle de la Palma, | año de 1778. |
iCvo.; port.; i lioja con un grabado y }0 s. n. con la obra
61. LJlíVOCION I para el dia ocho | de cada mes | en reverencia | del
Gran Padre de los Pobres, | y ¡ Glorioso Patriarcha | S. Juan de Dios. |
Dispuesta | por un humilde Sacerdote ¡ Esclavo del Santo. | Reimpressa
en México en la Im- | prenta de D. Felipe de Zuñiga, y | Ontiveros, calle
de la Palma. |
l6vo.; port. con grabado en la vta. y " hojs. s. n. con la obra.
(>2 LJevocion j muy útil | y provechosa, | que comprehende los Ac-
tos, ¡ y afectos mas necessarios para | el Christiano. | en honra, y gloria |
de I laSacratissimaFamilia | Jesús, | María, Joseph, | Joaquín | y Anua. |
i6vo.; port. con i grab. en su vía. y 7 hojs. s. n. con la obra.
03. LJevocion, y Novena | del Glorioso | Patriarcha | Sr. San Joa-
chin, I Abuelo natural de | Jesu-Cristo, y Padre de la Seré | nissima Vir-
gen Maria. | Ramillete de Flores | de diferentes Virtudes, que sus de- |
votos le ofrecen para conseguir por | medio de su intercession, el favor de
sus Sanlissimos Nieto, é Hija. | Dispuesta | por un devoto de este Glorio-
so Santo. I Reimpressa en México enlalm- | prenta de D. Phelipe de Zu-
ñiga y I Ontiveros, calle de la Palma. |
lóvo.; port. con grab. en su vuelta y 15 hojs. s. n. con la obra.
(¡4. Uevociox i tierna y muy provechosa | principalmente para la
Cuaresma | A Christo | Señor Nvestro Crvcificado y á | Maria Santíssima
de los Dolores al pie de la Cruz | que ha de durar, sinco dias comenzando
en Lunes. | Sácala á luz la devoción de la Madre Antonia | Damiana de
S. Joseph Religiosa del Convento de | Sr. S. Ioseph de Gracia. | Y lo de-
dica y ofrece á las señoras religio- | sas de todos los Conventos de Mé-
xico. I
8vo.; port. reglada y Ii hojs. s. tir. con la obra que tiene al final la suscripción siguiente!
Con licencia de los superiores. | En México, por los Herederos de la
Viuda de | Francisco Rodríguez Lupercio. En la Puente de | Palacio, año
de 1706. I
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
125
Anteportada: Un grabado en dulce representando á "Nuestra Señora de los Gozos."
Portada:
05. Devoción | de los gozos, qve la | SSma. Virgen Maria | Madre
de Dios, y Señora N. \ tuvo en la Tierra en presencia | de su Santissimo
Hijo: y de los | que ahora tiene en el Cielo: | Revelada | A Santa Matil-
des, á Santo Thomas | Cantuariense: á San Arnulpho Monge | Lego de
San Bernardo. | Confirmada con Exemplos, para es | tender el Culto, y
Veneración de esta | Emperatriz Soberana. | Sácala á lvz | el Doctor Don
Joseph 1 Vallejo, y Hermosillo. | Con licencia en México | Por la Viuda
de Miguel de Rivera Calderón | En el Empedradillo. Año de 1709. |
8vo.; port. orí. y i grab. en sa vta., más 15 hojs. s. n.
G6. DEVOCIÓN, qve | cada dia se ha de o- | frecer á Señor San | Jo-
seph. I En honra de las siete tris | tezas, y siete alegrías ma- | yores, que
tuvo en su vida | Sacadas del Cordial devoto | de San Joseph. | Reimpre-
sas en la Puebla en | la imprenta de la viuda de ¡ Miguel de Ortega. Año
de I 1720. I
8vo.; port. orí. con grab. en la vta. y 7 hojs. s. n. con la obra.
07. Devoción, ¡ y Novena | del | Glorioso Patriarcha | Sr. S. Joa-
chin, I Abuelo natural | de Jesu-Cristo, y Padre de la | Santissima Virgen
Nuestra Se- | ñora, que sus devotos le ofre- | cen para conseguir por su
in- I tercession el favor de sus San- | tissimos Nieto, ó Hija. | Reimpressa
en México | por la Viuda de Don Ioseph | Bernardo de Hogal. | Año de
1745- I
lóvo.; port. orí. con grab. en su vta. y 15 hojs. s. n. con la obra.
08. DEVOCIÓN \ á el virginal, y dolorosissimo | Corazón | De nuestra
Señora la siempre [ Virgen Maria. | Dispvuesta | Por un Religioso del
Real, y | Militar Orden de nuestra Se- | ñora de la Merced Reden- | cion
de Cautivos. | Sacada á luz \ Por vna Religiosa del Convento | de la Pu-
rissima Concepción de | esta Ciudad de la Puebla. | Con licencia, en la
Imprenta de la | Viuda de Miguel de Ortega, y | Bonilla. Año de 1746. |
rovo.; port. y 3 hjs. 9. n.
69. DEVOCIÓN | á la Virgen j Maria | Nuestra Señora. | Repartida
por las veinte y qua- | tro horas del dia, á las partes, y | perfecciones de
su Purissimo | Cuerpo, y su Santissima Alma. | Por un Sacerdote de la
BIBLIOGRAFÍA MEXICANA DEL SIGLO XVIII.
i 26
Venerable | Concordia de S. Phelipe Neri. | A expensas | de una devota
de la Señora. | Reimprfessa en la Puebla, por la | Viuda de Miguel de Or-
tega I Año de 1754. I
70. DevÓCION | á Maria Santissima | Nuestra Señora. ¡ Útil, y Pro-
vechosa I á sus devotos | Por sus tres Ave Marías, se- | gun se le reveló
á el Venerable | Siervo de Dios Fr. .Antonio Li- | naz de Jesús Maria,
Missio- I ñero Apostólico, &c. j Al fin van añadidos los Gozos de | Nues-
tra Señora, j Reimpressas en México por los Herederos ¡ de Doña Maria
de Rivera. En la Calle | de San Bernardo. Año de 1759. |
lóvo.; port. con grab. en la vta. y 7 hjs. s. n conlaobra.
7P DEVOCIÓN | á los Santissimos Corazones | de Jesús, Maria, | y
Joseph, I en el ejercicio | de las Virtudes Theologales, | Fee, Esperanza,
Charidad, y Contrición. | Con el modo también practico de | confessar,
comulgar, y dar gracias | después de la Comunión. | Por un devoto | de
estos Santissimos | Corazones. | Reimpressa en México: en el Real y |
mas antiguo Colegio de San Ilde- | fonso. | Año de 1759. |
l6vo. ; port. y 31 hjs. s. n.
72. Devoción | á la Gloriosa Virgen, | Inclyta Martyr, ¡ e Insigne
Doctora, | Santa Catharina, | En memoria, y reverencia de | los trece días
que estuvo en la | prission, y antecedieron á ¡ su Martyrio. | A costa de
un Devoto Sacerdote, | que desea interesar á los Fieles | en la Soberana
Protección | de la Santa. | Reimpressa en México en la Imprenta | de la
Bibliotheca Mexicana, en el | Puente del Espíritu Santo, | Año de 1767. |
lóvo.; port.; 1 hoja con grabado y 14 hojs. s. n. con la obra.
73. Devoción | al Corazón castissimo | del Patriarcha | Sr.S. Joseph.
I Dispuesta | Por un Religioso del Real y | Militar Orden de Nuestra
Se- I ñora de la Merced. Redempcion | de Cautivos. | Sácala á luz un de-
voto Sacerdote | de este Arzobispado. | Reimpressa en México, en la Im-
| prenta de D. Felipe Zuñiga, y Onti- | veros, calle de la Palma, año de
i/74- I
lóvo.; port. con grab. en su vuelta y 7 hojs. -. n. con la obra.
bibliografía mexicana del SIGLO XV l II.
127
74. .L/EVOCION | y Novena \ del Glorioso Patriarca |' Sr. San Joaquín,
Abuelo natural de Jesucristo, | y Padre de la Serenísima ( Virgen Maria
Nuestra Señora. | Ramillete de Flores | de diferentes Virtudes, | Que sus
Devotos le ofrecen para conse- ¡ guir por medio de su intercesión el | fa-
vor de los Santísimos Nieto, é Hijo. | Reimpresa en la Puebla | Por los
Herederos de la Viuda de Miguel | Ortega, en el Portal de las Flores. |
Año de 1774. I
lóvo.j port. y 15 hojs. *. n. con la obra.
75. DEVOCIÓN | para el dia ocho | de cada mes, \ en Reverencia | del
Gran Padre de los pobre-, | y Glorioso Patriarcha | San Juan | de Dios.
I Por un Sacerdote Devoto del | mismo Santo. | Reimpressa en México
en la Impren- | ta del Lie. D. Joseph de Jauregui. Ca- | lie de S. Bernar-
do; año de 1775. I
ióvo.; port. con grab. en su vta. y 6 liojs. s. n. con la obra.
70. Devoción | de los [ Quince Martes, | Al ínclito y Gloriosísimo
Padre y Pat:iarca | Sto Domingo | de Guzniaii. | Fundador del Sagrado
Orden de Predicadores, | especialisimo Abogado de alcanzar para sus de-
| votos la penitencia final en la hora de la muer- | te: Para alcanzar fecun-
didad las estériles: Para conseguir por su medio sanidad de todo genero
de enfermedades, particularmente de calentu- | ras: Y, finalmente, Asilo
seguro para hallar | todo bien. | Compuesta | Por un hijo de este Patriarca
glorioso. | Reimpresa en la Puebla. | Por los Herederos de la Viuda 'de
Miguel de Ortega ¡ en el Portal de las Flores. | Año de 1775. |
lóvo.; port. y 15 hjs. s. n.
77. Devoción | tierna y muy provechosa | principalmente | para la
Quaresma, | á | Christo | Señor Nuestro | Crucificado, | y á Maria San-
tissíma I de los Dolores | al pie de la Cruz, | Que ha de durar cinco dias,
comenzando | en Lunes. ¡ Reimpressa | á solicitud de una Devota. ¡ En
México, en la Imprenta de la Calle de | San Bernardo. Año de 1 776. ¡
lóvo.; port. cod grab. en su vta. y 30 Ih>i-. 5. a. con la obra.
7.S. DEVOCIÓN, y Novena | del Glorioso I Patriarcha l Sr. S. Joaquín,
I Abuelo natural de | Jesu-Christo, y Padre de la Seré- | nissima Virgen
Maria. ¡ Ramillete de Flores | de diferentes Virtudes, que sus de- | votos
le ofrecen para conseguir por | medio de su intercession, el favor de | sus
BIBLIOGRAFÍA mexicana DEL SIGLO XV 111.
[28
Santissimos Nieto, é Hija. | Dispuesta | por un devoto de este Glorioso
Santo. | Reimpressa en México, por D. Fe- | lipe de Zuñiga y Ontiveros,
calle de | la Palma, año de 1776. |
lóvo.; port. con grab. en la vta. y 15 hojs. -. n. con la obra.
79. .L/EVOCION I á Maria Santissima 1 Nuestra Señora | muy útil, y
provechosa | para sus devotos | de las tres Ave Marías. | Según se lo re-
velo la Santísima Virgen al | Ven. Siervo de Dios Fr. Antonio Linaz de
| Jesús Maria, Misionero, y Fundador | de los Colegios Apostólicos, &c. |
Como se escribe en su vida. | añadense | otras varias devociones | de que
usan los RR. PP. Misioneros | Apostólicos. | Reimpresa en México | En
la Imprenta nueva Madrileña de Don [ Felipe de Zuñiga y Ontiveros, ca-
lle de la | Palma, año de 1777. |
ióvo.; port. con grab. en la vta. y 9 hojs. s. n. con la obra.
80. Uevocion I á los Santissimos Corazones | de Jesús, Maria, | y
Joseph, I en el exercicio | de las Virtudes Theologales, | Fee, Esperanza,
I Caridad, y Contrición, | Con el modo también practico de | confessar,
comulgar, y dar gracias | después de la Comunión. | por un devoto \ de
estos Santissimos j Corazones. | Reimpressa en México en la Im- | pren-
ta del Lie. D. Joseph de Jau- | regui, Calle de San Bernardo. | Año de
1778. I
iovo.; port. con grab. en la vta. y 31 hojs. s. n. con la obra.
81. L/EVOCION | ala esclarecida I Virgen | Sta. Gertrudis | laMagna,
para celebrar \ el dia diez y seis de cada mes, | consagrado á la Santa. |
A quien dixo su Santísimo Es- | poso, que lo que prometiera en | la tie-
rra, lo tendría por firme | en el Cielo: motivo suficiente | para alentar su
devoción. | Reimpresa en México, en la Imprenta de los | Herederos del
Lie. D. Joseph de Jauregui, | Calle de S. Bernardo. Año de 1782. |
lóvo.; port. con grab. en la vta. y 7 hojs. s. n. con la obra.
82. .L/EYOCION I á el Corazón | castísimo | del Patriarcha | mi Señor
San Joseph. ¡ Dispuesta | por un Religioso del Real, y Militar | Orden de
Nra. Señora de la Merced, | Redención de Cautivos, | que saca a luz | un
devoto Sacerdote Secular de este | Arzobispado. | Se dan en la Tercera
Orden de S. Augustin. | Reimpresa en México, por Don Fe- | lipe de Zu-
ñiga y Ontiveros, calle | del Espíritu Santo, año de 1783. I
lóvo.; port, con grab. en la vta. y 3 hojs. s. n. con la obra.
bibliografía mexicana del siglo xvm
129
83. .Devoción I para los agonizantes. | Obra de sumo agrado á |
Dios y provecho de núes- | tros prógimos. | Sacada j de diversos autores
por un deseoso de ser ayudado | en la última hora de la muerte. \ Reim-
presa en la Puebla, en la Im- ) prenta de D. Pedro de la Rosa, en el | Por-
tal de las Flores, año de 1786. |
l6vo.; port. con grab. en su vta. y 15 hojs. s. n. con la obra.
84. JL)eV0CI0N I por los agonizantes | obra | de sumo grado | á Dios
Nuestro Señor, ¡ y provecho de todos nuestros | próximos. J Sacada ¡ de
diversos Autores, por un deseoso | de ser ayudado en la ultima hora |
de la muerte. | Reimpresa en México, en la Imprenta de los | Herederos
del Lie. D. Joseph de Jauregui. | Calle de S. Bernardo. Año de 1786. |
ióvo.; port. con grab. en su vta. y 15 hojs. s. n. con la obra.
85. Devoción I para el dia tercero | de cada mes, | en honor | del
Gloriosísimo ( Apóstol de la India, | Sn. Francisco | Xavier. \ Compuesta
j Por un Sacerdote de este | Arzobispado, | Reimpresa en México, en la
Im- S prenta de D. José Francisco Rangel | en el Puente de Palacio, año
de 1787. I
ióvo.; port.; i hoja con grabado y 13 hojs. s. n. con la obra.
80. .Devoción | para el dia tercero ¡ de cada mes, | en honor | del
•Gloriosísimo | Apóstol de la India | S. Francisco \ Xavier. | Compuesta |
Por un Sacerdote Secular del | Arzobispado de México. | Reimpresa en
México, en la Imprenta de | los Herederos del Lie. D. Joseph de Jau- |
regui, Calle de San Bernardo. ¡ Año de 1789. |
lóvo.; port. con grab. en la vta. y 7 hojs. s. n. con la obra.
87. .Devoción I Para el dia ocho | de cada mes, | en reverencia | del
gran padre de los pobres, | y Glorioso Patriarca | San Juan | de Dios. |
Por un Sacerdote Devoto del | mismo Santo. | Reimpreso en Guadalaxa
ra, en la Ofici- | na de D. Mariano Valdés Tellez Gi- | ron, año de 1796. |
lóvo.; port. con grab. en la vta. y 7 hojs. s. n. con la obra.
88. Devoción | A la Gloriosísima | Señora | Santa Ana, | Que se
ha de hacer los Martes | delante de su Imagen, rezando | cinco Padre
17
BIBLIOGRAFÍA MEXICANA DEL SIGLO XV 111.
130
nuestros y cinco | Ave Marías, en honra de sus | cinco Gozos. | Reimpre-
sa en México en la Oficina del Br. | Don Joseph Fernandez Jauregui, Ca-
lle de I Santo Domingo. Año de 1798. |
l6vo.; port. con grab'. en la vta. y 13 hojs. s. n. con la obra.
89. Devoción | Cotidiana | con que pueden las almas | solicitar la
protección | de I MariaSantisima | para alcanzar una feliz \ y santa muer-
te. I Reimpresa en México, por D. Mariano | de Zúñiga y Ontiveros. ca-
lle del Es- I piritu Santo, año de 1799. )
ióvo.; port. y 7 hojs. s. n.
memon;
90. Devocionario | Para el dia siete | de cada mes | en
y honra I De los Dolores | De la Sacratissima | Virgen Maria | Nuestra
Señora | Al pie de la Cruz. | Reimpresa en México, en | la Imprenta del
Lie. D. I Joseph de Jauregui, calle i de S. Bernardo, Año | de 1777. |
i6vo.; port. con grab. en la vta. y 7 hojs. s. n. con la obra.
91. DEVOCIONARIO | Hecho por un Sacerdote | Á petición ¡ de una
alma piadosa, j Y dado á luz | á expensas de un bienhechor. | Impreso
en México, por Don Maria- | no de Zúñiga y Ontiveros, calle del | Espí-
ritu Santo, año de 1797. |
ióvo.; port. y 13 hojs. s. n. con la obra, toda en verso.
92. Devotas | Estaciones, | Que la Santissima Virgen anduvo antes
de su I glorioso Transito. | Por todos los lvgares santos | en donde sintió
sus divinos gozos, y terribles | dolores. | Según S. Basilio, S. Geronymo,
I y otros Santos, j Y para que sus Devotos la acompañen en este ¡ cami-
no, y ella los acompañe en su vida, y en | su muerte. ) Las dedica afec-
tvoso. j A las Señoras Religiosas de esta Ciudad de | México, vn Sacer-
dote del Oratorio de N. P. | S. Phelipe Neri, deseoso de que se continúe
I el culto, y devoción, con que en honra de tan- | ta Reyna las andan to-
dos los años. I Con licencia de los Superiores, en México, | por los Here-
deros de la Viuda de Francisco | Rodriguez Lupercio, en la puente de
Palacio. I Año de 17 19. |
8vo.; port. orí. y un grab. en su vta. más 15 hojs. s. n. con la obra.
93. Devotas | Canciones, | de que usan | Los mui Revdos. Padres
I Missioneros de las | Missiones | de propaganda fide | de estos Reynos;
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
131
{ Para encender los ánimos | en piadosos afectos ¡ Sacadas á luz para |
este fin. | Con licencia: en la Puebla en | la Imprenta de la Viuda de |
Miguel de Ortega, en el Portal | de las Flores. Año de 1756. |
l6vo.; port. y 7 hojs. s. n. con la obra.
94 jL)e votas oraciones | al glorioso martyr | San Juan j Nepomuce-
110, j Protector de la honra, | Que pueden sus Devotos ¡ rezar todos los
dias, para | implorar su auxilio. | A devoción | De el mas humilde, y be-
neficiado I devoto del Santo. | Con las li'cencias necesarias | Impresas en
la Oficina de Don Fran- | cisco Rangel, Portal de Mercaderes | año de
1789. I
ióvo.; port; 1 hoja con grabado y 6 s. n. con la obra.
95. JUlA doce I de cada mes. | Exercicio devoto | Para celebrar el
singular Myste- | rio de la Concepción en Gracia | de Maria Santissima |
Nuestra Señora. | Y el estupendo milagro de su Apa- | ricion prodigiosa
en su Soberana, | y Divina Imagen ¡ de Guadalupe, | En este Dichoso
Reyno de Nueva j España. | Dispuesto por un Religioso Sacerdote del |
Orden de Nuestro S. P. S. Francisco. | Reimpresso en México: en la Im-
1 prenta de D. Felipe de Zúñiga, y | Ontiveros, calle de la Palma. |
ióvo.; port.; con grab. en la vta. y 14 hojs. s. n. con la obra.
96. J_yiA diez y nueve, | Que veneran los devotos ) en cada uno de los
doce Meses 1 del Año, á honra de su Glorio- | sissimo Protector | el Pa-
triarcha | Sr. San Joseph. j Devoción j para celebrar su Dia, y en él im-
plo- I rar la protección del Santo. | Dispuesta | Por un Sacerdote de la
Compa- I ñia de Jesvs. [ Sácala a luz | Para fomentar la Devoción, el Co-
legio I de la misma Compañía de la Ciudad de | Santiago de Querétaro.
j Reimpresso en México: En la Imprenta | del Licenciado D. Joseph Jau-
regui. I Calle de San Bernardo. |
ióvo ; port. con grab. en la vta. y 14 hojs. s. n. con la obra.
97. iJlA de vida | para lograr una | buena muerte. | Retiro espiritual
| para el tercero | Viernes de cada mes. | Dispuesto | por vn Sacerdote
con- I gregante, que en nombre de toda la | Congregación de la Buena
Muerte fun- | dada con authoridad Apostólica en | la Casa Professa de
México, I Lo saca á luz, | y lo dedica á todas las Personas de | ambos se-
xos, que desseosas de su bien, | quisieren dedicarse al buen retiro | de
bibliografía mexicana del SIGLO XVlll.
132
aqueste dia. | Con licencia. | En México: Por Joseph Bernardo de | Ho-
gal : En el Puente del Espíritu I Santo. Año de 1725. |
Svo.; port. orí. y pp. I á 45, más S -. n. con la obra.
1)8. iJlA diez y nueve, ' Ove veneran los devotos | En cada uno de
los doze Me- ¡ ses del Año, á honra | de su gloriosissimo J Protector | el
Patriarcha | Señor S. Joseph. | Devoción | Para celebrar su Dia, y en el im-
| plorar la Protección del Santo, | Dispvesta por vn Sacerdote i de la Com-
pañia de Jesús. | Sácalo á luz para fomentar | la Devoción ] el Colegio de
la misma | Compañía de la Ciudad de Santia- | go de Queretaro. | Con
licencia. | En México: en la Imprenta del Rl. y mas An- | tiguo Colegio
de San Ildefonso. Año de 1750. |
Svo.; port. orí. y un grab. en la vta., más hojs. s. n. con la obra.
91). JLJlA de Dolores, : Viernes Ultimo de cada mes, | que para re-
cuerdo de la Pas- | sion de nuestro Redemptor, | y de los Dolores de su
Madre ¡ Santissima, se há fundado ¡ en el Colegio de la Compa- ñia de
Jesús de la Ciudad | de Queretaro. | Reimprímese para augmento de | la
devoción, á expensas de la Sra. ¡ Doña Josepha Paula de Arguelles, ¡ y
Miranda Sánchez de Tagle. I Reimpresso: En México, en la Im- j prenta
nueva de la Biblioteca Mexica- | na, enfrente de San Augustin. Año | de
1754- I
ióvo.; port. y 12 hojs. 5. n., mas 1 grabado.
100. iJlA de Dolores, j Viernes | Ultimo de cada mes, ¡que para re-
cuerdo de la Passion ¡ de nuestro Redemptor, y de los ¡ Dolores de su
Madre Santis- | sima, se há fundado en el Colegio | de la Compañía de
Jesús de la | Ciudad de Queretaro. | Reimprímese para augmento de la |
devoción, á solicitud de un Reli- | gioso Missionero Apostólico del Co-
legio de Nra. Señora de Guada- I lupe de la Ciudad de Zacatecas. | Reim-
presso: En México, en la Im- I prenta nueva de la Biblioteca Mexica- I na,
en frente de San Augustin. Año | de 1755. |
i6vo.; port. con grab. en la vta. y 12 hojs. s. n. con la obra.
101. IJlA ultimo I de cada mes | Celebrado con particular devo- | cion
en honra, y culto del | Glorioso Padre ¡ San Ignacio j de Loyola. | Por un
Sacerdote de la | Compañía de Jesús. | A devoción de | D. Ignacio Va-
llaría, I Regidor de la Ciud. de la Puebla. | Con licencia en México, en la
BIBLIOGRAFÍA MEXICANA DEL SIGLO XVlll.
133
nueva Imprenta del Rl. y Mas-antiguo Colegio | de S. Ildefonso. Año de
1755- !
ióvo.; port. y 5 hojs. s. n. con la obra.
102. J_JlA primero | de cada mes, j Consagrado á Dios, | en veneración
I de su Divina Providencia. | Por un Sacerdote | de la Compañía de Je-
sús, j A devoción de una Religiosa ¡ de Nuestra Señora de la Con- | cep-
cion en la Ciudad de | la Puebla. | Impresso en México en la Im- j prenta
del Real, y mas Antiguo | Colegio de San Ildefonso, ¡ año de 1761. |
ióvo.; port. y 5 hojs. s. n. con la obra.
103. LJlA veinte, | y ocho | de cada mes, ¡ Dedicado al culto | del
Corazón | del Grande Padre, | y | Doctor de la Iglesia | S. Augustin. |.
A devoción | Que compuso, y saca áluz un | Devoto del mismo Sagrado
I Patriarcha. | Reimpresso en México, en la Impren- | ta del Ldo. D. Jo-
seph de Jáuregui, | Calle de S. Bernardo. Año de 1762. |
ióvo.; port. con grab. en la vta. y 13 hojs. s. n. con la obra.
104. J_JlA veinte y nueve | de cada mes, | Celebrado | con particular
devoción | en honra, y culto | de la Gloriosa | Santa Cathalina | de Sena,
I con un breve compendio | de su prodigiosa vida. | Con licencia en el Co-
legio Real de | S. Ignacio de la Puebla. Año | de 1766. |
l6vo.; port. y 15 hojs. s, n.
105. lLl dia diez de cada mes | En honra | de S. Francisco | de Bor-
ja, I Antes Duque quarto de Gandía, y | después tercero General de la
Com- I pañia de Jesús. | Añadidas al fin unas alabanzas ¡ A Señora Santa
Anna, | por las quatro letras iniciales de su | Nombre. | Por un Sacerdote
de la misma Com- | pañia. j A expensas de dos Religiosas de el Con- |
vento Real de Jesús Maria de esta | Ciudad. | Con licencia en México en
la Imprenta del Real I y mas Antiguo Colegio de San Ildefonso, ¡ año de
1766. I
ióvo.; port. y 7 hojs. s. n. con la obra.
100. Día veinte y uno | de cada mes, | en honra, y culto | del thau-
maturgo jesuíta, | S. Luis Gonzaga. \ A quien declaró | el Señor Benedic-
to XIII, I por exemplar, y patrono | de Innocencia, y Castidad, | prínci-
BIBLIOGRAFÍA MEXICANA DEL SIGLO Xl'HI.
134
pálmente | de la Estudiosa Juventud. | Por un Sacerdote de la \ Compañía
de Jesús. | Con licencia: en la imprenta de | el Real, y mas antiguo de
San I Ildefonso, año de 1766. :
i6vo.; port. y 7 hojs. s. n. con la obra.
107. íJlA I veinte y seis | de cada mes, I dedicado | A la Gloriosissi-
raa I Sra. Sta. Auna, | en memoria, y re- j verenda de su feli- | cissima
muerte, j Reimpresso en México, en la Im- | prenta de los Herederos de
Doña I Maria de Rivera Calle de S. Ber-- | nardo. Año de 1767. |
lóvo.; port. 'con grab. en su vta. y 8 hojs. s. n. con la obra.
108. lLl dia diez de cada mes. ( en honra ¡ de San Francisco \ de Bor-
ja, I Antes Duque quarto de Gandia, | y después tercero General de la ¡
Compañía de Jesús. | Añadidas al fin unas alabanzas | A Señora Santa
Anna | por las quatro letras iniciales | de su Nombre. | Por un Sacerdote
de la misma | Compañía j Reimpresso en México, en la Imprenta | de la
Bibliotheca Mexicana, del Lie. D. | Joseph de Jauregui, en la Calle de S.
Bernardo. Año de 1774. |
)6vo ; port. y 7 hjs. s. n.
I Oí). ]_Jia ocho I de cada mes, | Consagrado | en reverente culto | de
laPurisima | Concepción ¡ deMariaSma. | NuestraSeñora, | Implorando
su poderoso patrocinio j para alcanzar la divina gracia. | Reimpreso en la
Puebla. I Por los Herederos de la Viuda de | Miguel Ortega, en el Portal
de las I Flores. Año de 1775. |
i6vo.; port con grab. en la vta. y 6 hojs. s. n. con la obra.
1 10. 1_Jia diez y nueve, | Que veneran los devotos | En cada uno de
los doce meses del | año, á honra de su Gloriosissimo | Protector | el Pa-
triarcha | Sr. S. Joseph: ¡ Devoción | Para celebrar su Dia, y en él implo-
| rar la protección del Santo. | Dispuesta por un Sacerdote de la Com- |
pañia de Jesús. | Lleva añadida la Oración corriente j para implorar su Pa-
trocinio. I Reimpressa en México por D. Feli- { pe de Zuñiga y Ontiveros
calle de | la Palma, año de 1776. |
lóvo.; port. con grab. en la vta. y 15 hjs. s. n. con la obra.
111. JL/IA ultimo I de cada mes ¡ Celebrado con particular devo- |
cion en honra, y culto del | Glorioso Padre | S. Ignacio | de Loyola. | Por
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
135
un Sacerdote de la Com- | pañia de Jesús. | Reimpresso en México, por D.
Fe- ¡ lipe de Zuñiga y Ontiveros, calle | de la Palma, año de 1776. |
ióvo.; port. con grab. en la vuelta y 7 hojs. s. n. con la obra.
112. JL/IA ultimo I de cada mes, | Celebrado con particular | devoción
en honra, y cul- 1 to del Glorioso Padre \ San Ignacio | de Loyola. | Por
un Sacerdote | de la Compañía de Jesvs. ¡ a Devoción | de D. Ignacio
Vallarta, | Regidor de la Ciudad de la | Puebla. | Reimpresso en México,
en la | Imprenta de D. Joseph de 1 Jauregui. Calle de San Bernardo. |
Año de 1778. I
ióvo.; port. con grab. en la vuelta y 6 hojs. s. n. con la obra.
113. UlA tres I de cada mes | dedicado | al culto, veneración, y amor
I á la Santísima | Trinidad. | Sacado | del Libro titulado Semana Sa |
grada: cuya parte se reimprime | á costa de la Devoción de quien | solo
pide un Credo á los que lo | leyeren, ó rezaren; á este Inefable | Myste-
rio por su intención. | Reimpresso en México, en la Imprenta | nueva Ma-
drileña de D. Felipe de Zúñiga, | y Ontiveros, calle de la Palma, | año de
1778. I
i6vo.; port. con grab. en su vuelta y 23 hojs. s. nr. con la obra.
114. J_JlA quatro | de cada mes ] en obsequio | del seráfico Padre | S.
Francisco de Asis, | y en memoria de su gloriosa j muerte, que fue el dia
4. de Octu- I bre, en que su alma vencedora | subió triunfante á los Cie-
los. I Impreso | á expensas de un devoto. | Dispuesto por un Religioso
del I Apostólico Colegio de Zacatecas, | Impreso en México en la Im-
prenta nueva | Madrileña de D. Felipe de Zúñiga y Ontive- | res, Calle
del Espíritu Santo año de 1782. |
ióvo.; port.; con grab. en la vta. y 7 hojs. s. n. con la obra, toda en verso.
L15. J_JlA I veinte y seis ! de cada mes, | dedicado | á la Gloriosissi-
ma I Sra. Sta. Anna, | en memoria, y reverencia de ¡ su felicíssima muer-
te. I Reimpresso en México, en la Im- | prenta de los Herederos del Lie.
I D. Joseph de Jauregui, | Calle de | San Bernardo. Año de 1782. |
ióvo.; port. y 7 hojs. s. n. con la obra.
11G. UlA trece ¡ de cada mes | en obsequio y culto | del ¡ seráfico
taumaturgo | S. Antonio | de Padua, | Reimpreso á devoción de unos |
BIBLIOGRAFÍA MEXICANA DEL SIGLO XVIII.
136
Devotos del Glorioso Santo. | México: | Por D. Felipe de Zúñiga y On-
tivero I calle del Espíritu Santo, año de 1784. |
ióvo.; port. con grah. en la vía. y 12 hojs. s. n. con la obra.
1 17. LJlA quatro | de cada mes | en obsequio | del seráfico Padre | S.
Francisco de Asís, | y en memoria de su gloriosa j muerte, que fue el dia
4. de Octu- I bre, en que su alma vencedora | subió triunfante á los Cie-
los. I Impreso | á expensas de un devoto. | Dispuesto por un Religioso del
Apos- ) tolico Colegio de Zacatecas. | Reimpreso en México en la Im-
prenta nueva | Madrileña de D. Felipe de Zúñiga y Ontive- | ros, Calle
del Espíritu Santo año de 1784.
i6vo. ; port. con grabado en la vta. y 7 hojs. s. n. con la obra.
118. 1_Jia veinte | y ocho ¡ de cada mes, | dedicado al culto | del Co-
razón I del Grande Padre | y Doctor de la Iglesia. | San Agustin, ¡ á de-
voción I que compuso y saca a luz un De- j voto del mismo Sagrado |
Patriarca. | Reimpreso en México, por D. Felipe de ¡ Zúñiga y Ontiveros,
Calle del Espíritu ¡ Santo, año de 1784. |
ióvo.; port. con grab. en la vta. y 13 hojs. s. n. con la obra.
1 19. LJlA ocho del mes, | en que haciendo dulce recuerdo \ de la Pu-
rísima I Concepción | de María Santísima | Señora Nuestra, j Se implora
su poderoso Patrocinio | para alcanzar la Divina gracia. | Dispuesto por
uno de los Menores Hijos j de Nro. P. S. Francisco. | Y vá añadida la de-
voción de la Santísima j Virgen, en honra de su Transito, y Glo- | riosa
Asumpcion, para el dia quince | de cada mes. | Reimpreso en México, en
la Imprenta | nueva de la Calle de S. Bernardo. | Año de 1785. ¡
ióvo.; port. con grab. en la vta. y 15 hojs. s. n. con la obra.
120. DlX veinte y ocho I de cada mes, \ dedicado al culto ¡ del Cora-
zón del Grande Padre | y | Doctor de la Iglesia, | San Augustin. ¡ A de-
voción, I que compuso, y saca á luz un devoto | del mismo Sagrado | Pa-
triarca. I Reimpreso en México, en la Imprenta | de los Herederos del
Lie. D. Joseph de | Jauregui, Calle de San Bernardo. | Año de 1786. |
i6vo.; port.; y 7 hojs. s. n. con la obra.
121. Día ocho I del mes, | en que haciendo dulce | recuerdo de la
Purísima | Concepción | de Maria Santísima | Señora Nuestra, | se im-
bibliografía mexicana del siglo XV11L
137
plora su poderoso Patrocinio | para alcanzar la Divina gracia. | Dispuesto
por uno de los Menores Hijos de Nro. | Padre San Francisco. ¡ Y vá aña-
dida la Devoción de la San- | tisima Virgen, en honra | de su Transito, |
y Gloriosa Asunción, | para el dia Quince de cada mes. | Reimpreso en la
Imprenta de la Calle de | San Bernardo. Año de 1786. |
ióvo.; port. con grab. en la vta. y 15 hojs. s. n. con la obra.
122. lJlA de Dolores | Viernes | ultimo de .cada mes, | que para re-
cuerdo I de la Pasión | de Nuestro Redentor, ¡ y de los Dolores | de su
Madre Santísima, | Dispuso | Un Sacerdote de este Arzobispado de- |
voto de la Soberana Reyna. | Reimpreso en México, por D. Felipe | de
Zúñiga y Ontiveros, calle del Es- | piritu Santo, año de 1788. ¡
i6vo.; port. con grab. en la vta. y 13 hojs. s. n. con la obra.
123. JDlA I de Dolores, | Viernes ultimo | de cada mes, | para recuer-
do I de la Pasión | de Nuestro Redentor, | y de los | Dolores | de la Vir-
gen I Santísima su Madre. | Dispuesto por un Devoto. | Reimpreso en
México, en la Imprenta | de la Calle de San Bernardo. | Año de 1788. \
i6vo.; port. con grab. en la vta. y 13 hojs. s. n. con la obra.
124. LJlA diez y nueve, | que veneran los devotos | en cada uno de
los doce meses \ del año, á honra de su Glorio- | sísimo Protector, | el Pa-
triarca I Sr. San Joseph | Devoción | para celebrar su Dia, y en él im- |
plorar la protección del Santo. | Dispuesta | por un Sacerdote de la Com-
pañía I de Jesús. | Reimpreso en México por Don Felipe de | Zúñiga y
Ontiveros, calle del Espíritu | Santo, año de 1788. |
i6vo,; port. con grab. en su vta. y 14 hojs. s. n. con la obra.
125. iJlA primero | de cada mes, | consagrado á Dios, | en veneración
de su Divina ( Providencia: | por un Sacerdote de la Compañia | de Je-
sús. I Reimpreso en México, por D. Felipe | de Zúñiga y Ontiveros, calle
del I Espíritu Santo, año de 1790. |
l6vo.; port.; y 6 hojs. s. n., más I con grabado.
12G. Día doce | de cada mes: | Exercicio Devoto ( para celebrar el
singular Misterio | de la Concepción en Gracia | de Maria Santisima |
Nuestra Señora, | y el estupendo Milagro de su Apa- | ricion prodigiosa
BIBLIOGRAFÍA mexicana DEL SIGLO XV 111.
138
en su Soberana | y Divina Imagen | de Guadalupe, | en este dichoso Rey-
no de Nueva | España. | Dispuesto por un Religioso Sacerdote | del Or-
den de N. P. S. Francisco. | Reimpreso en México, por D. Felipe de |
Zuñigay Ontiveros, calle del Espíritu | Santo, año de 1790. |
l6vo.; port. con grab. en su vuelta y 15 hojs. s. n.
127. J_JlA diez y seis, | que en veneración y culto | del ínclito mártir
I de Christo | y grande Abogado | de la Honra | San | Juan Nepomuce-
110, [ dispuso, I dá á luz y dedica á el mismo | Santo. | D. R. C. P. ] Im-
preso en México, por D. Felipe | de Zuñiga y Ontiveros, calle del | Espí-
ritu Santo, año de 1791. |
i6vo.; port.; 7 hojs. s. n. más 1 con grabado.
128. LJlX quatro | de cada mes | en obsequio [ del Seráfico Padre | S.
Francisco de Asís, | y en memoria de su gloriosa | muerte, que fue el dia
4 de Octu- I bre, en que su alma vencedora | subió triunfante á los Cie-
los, j Impreso | á expensas de un devoto. | Dispuesto por un Religioso
del Apostólico | Colegio de Zacatecas. | Reimpreso en México por D. Fe-
lipe I de Zuñiga, y Ontiveros, calle del Espiritu | Santo, año de 1793. |
ióvo.; port. con grab. en la vta. y 7 hojs. s. n. con la obra.
129. JL/IA veinte y cinco j de cada mes, | con que un pecador ingrato
desea | que las almas devotas hagan re- | cuerdo de los Mysteríos [ de la
Encarnación, | Nacimiento, | Pasión y muerte | de N. Sr. Jesu-Christo,
I que son los principales de nuestra | Redención, y celebra la Santa Igle-
| sia en los dias veinte y cinco de | Marzo, y de Diciembre. | Con las li-
cencias necesarias: j Impreso en México en la Oficina de los | Herederos
del Lie. D. Joseph de Jauregui, | calle de Santo Domingo, año de 1794 |
i6vo.; port. y 14 hojs. s. n. con la obra.
130. J_JlA veinte y dos | de cada mes, | en honor de la gloriosa | Sta.
Margarita | deCortona, | para alcanzar de Dios por su | intersecion la ver-
dadera peni- I tencia de los pecados. | Dispuesta por un Devoto | de la
Santa. | Impreso, con las licencias necesarias, en | México, en la Impren-
ta de los Herederos | del Lie. D. Joseph de Jauregui, Calle | de Sto. Do-
mingo, y esquina de Tacuba. | Año de 1794. |
ióvo.; port. y 5 hojs. s. n. con la obra.
bibliografía mexicana del SIGLO XV ni.
139
131. Día treinta de cada mes, | consagrado en honra y culto \ de la
Gloriosísima Virgen | Peruana | Santa Rosa | de Santa Maria, | de la or-
den dominicana, I especial Abogada para alcanzar | un gran amor de Dios.
I Dispuesto I Por un devoto, y favorecido | de la Santa. | Con las licen-
cias necesarias | Impreso en México en la Imprenta de j los Herederos del
Lie. D. Joseph de | Jauregui, Calle de Santo Domingo, y ( Esquina de
la de Tacuba. Año de 1794. |
ióvo,; port. y 7 hjs. s. n.
J32. DlA bendito, | Que sera el veinte y uno | de cada mes, | en ob-
sequio rendido | á el Grande Abad, y Padre de la | Vida Monacal | El |
Sr. Benito. | Abogado | contra todas tentaciones. | Por un Sacerdote, De-
voto del I Santo. [ A Devoción de una Religiosa del Con- | vento de Señor
San Bernardo | de esta Ciudad. | Reimpreso en México, en la Imprenta
de I Br. D. Joseph Fernandez Jauregui. Calle | de Santo Domingo, y es-
quina de Tacuba. | Año de 1795. |
ióvo.; port. y 15 hojs. s. n. con la obra.
133. DoCENA I de I Puertas celestiales, \ Agradables alabanzas | al
Altissimo, I Divino, y Soberano Mysterio | de la | Individua | Trinidad.
I Dispuestas j para el domingo primero | de cada mes, | y ofrecidas \ al
Luminar mayor del Cielo de la Iglesia \ El Gran P. S. Augustin, j Por
un afecto suyo. | Reimpressa en México, en la Imprenta del | Lie. D. Jo-
seph de Jauregui, Calle de | S. Bernardo. Año de 1775. |
8vo.; port ; sigue una grab.; 17 hojs. s. n. con la obra.
134. Doloroso | Rosario, \ Conque en la noche | del Viernes Santo
I Acompañando las Almas Catholicas | La Soledad | de Maria Sma. | dan
el debido pésame | á sus Dolorosos Sentimientos. | Dispuesto | Por un De-
voto, deseoso de su extensión. | Reimpreso en México, en la Imprenta de
los I Herederos del Lie. D. Joseph de Jauregui. | Calle de San Bernardo.
Año de 1779. I
l6vo.; port. con grab. en la vta. y 15 hojs. s. n. con la obra.
135. Dulce recuerdo, | y debidas memorias a los | Santos Angeles |
Custodios, I Protectores, Com- | pañeros, y Abogados fidelissi- | mos de
los que están escritos | en los libros de los vivientes. | Ofrécelo | Al pro-
bibliografía mexicana del SIGLO XVlll.
140
vecho, y utilidad co- | mun, una Religiosa de Velo | negro del Convento
del Gran | Padre de la Iglesia San Gero- | nymo, en la Ciudad de | la
Puebla. I Con licencia en Me- | xico, por la Viuda de D. Jo- | seph Ho-
gal. Año de 175 1. |
lóvo.; port. con grab. en su vta. y 7 hojs. s. n. con la obra.
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII
141
ANÓNIMO.
130. ilNCOMEND ACIÓN I del alma | y Exorcismo | Para favorecer á
los Moribundos ¡ en su mas afligido trance. | Van añadidos al fin los Do-
lores I y Gozos del Patriarca Señor | San Joseph. | En México, por Don
MarianodeZú- | ñigay Ontiveros,calledel Espíritu | Santo, año de 1796. |
ióvo.; port. y 23 hjs. s. n.
ENEBRO. Fr. MIGUEL (Agustiniano.)
137. Novena | Al Glorioso Apóstol | de Germania [ San Albano |
Mártir. | Dispuesta | por el M. R. P. Fr. | Miguel Enebro, | del Orden de
N. P. San Au- | gustin. ¡ Con las licencias necesarias. | Impresa en Mé-
xico, en la Imprenta | nueva Madrileña de los Herederos | del Lie, D. Jo-
sep Jauregui. Calle | de San Bernardo. Año de 1783. |
ióvo,; port. y 15 hjs. s. n.
138. Novena | De la Gloriosa | Virgen, y Martyr | Sta. Marina, | ó
I Margarita, | Que dispuso ¡ el M. R. P. Mro. Fr. Miguel \ Aurelio Ene-
bro del Orden de | N. P. S. Augustin. | Impresa en México en la Impren-
tarme- I va de los Herederos del Lie. D. Joseph [Jauregui. Año de 1785. |
lóvo.; port. y 15 hjs. s. n.
ANÓNIMO.
1 30. .lLscuela I De el Sagrado Corazón | de Jesús, | Para sus aman-
tes esposas, | que como mas favorecidas, y pri- ( vilegiadas, son mas pre-
cissamente obligadas al estudio, y exercicio de | todas las virtudes, cuya
ciencia | aprenderán fácilmente en la Escuela | del Dulcissimo Corazón. |
Fundada en el Sagrario de la Ciudad | de la Puebla, para honra, y gloria
I de Dios, y utilidad de las Almas, que | desean aprovechar. | Reimpres-
BIBLIOGRAFÍA MEXICANA DLL SIGLO XV 11 1.
142
sa en México, en la Imprenta | nueva de ía Bibliotheca Mexicana, enfren-
te I de San Augustin. Año de 1755. |
ióvo.; port. y iS boj. s. n.
ESPINDOLA. NICOLÁS de Clérigo.)
140. JcLxERCICIOS I de Desagravios | de Christo | Señor Nuestro | en
la Cruz, I en los tres dias , de Carnestolendas, | por las gran dissimas inju-
rias, I y agravios, con que ofenden á ¡ su Bondad estos tres dias. | Obra
posthuma. | Que dexo dispuesta | El Br. D. Nicolás de Espindola, | Pres-
bytero de este Arzobispado. | Reimpressa en México, en la Imprenta del
L I D. Joseph de Jauregui. Calle de S. Bernardo. |
i6vo.; port. con grabado en la vta. y 25 hojs. s. n. con la obra.
141. Jornadas | quehizo | la San tissima Virgen | Maria, | desdeNa-
zareth | á Bethlen. | Dispuestas | Por el Br. D. Nicolás | de Espindola. |
Reimpressa en México en la Im- | prenta del Lie. D. Joseph de Jau- | re-
gui, en la Calle de S. Bernardo. |
ióvo.; port. con grab. en la vta. y 31 hojs. s. n. con la obra.
142. r LÁCEME, 1 Que la Alma devota puede | dar el Domingo de Pas-
qua á 1 Maria SSma. | Nuestra Señora | De la Resurrección de su | Pre-
ciossisimo Hijo Jesús. [ Dispuesta | por el Br. D. Nicolás de Espi- | ñola,
que ya es difunto. | Sale á luz | A devoción de la Madre Maria | Theresa
de San Yldephonso, | Indignissima Religiosa del Sagrado | Convento de
la Purissima Con- | cepcion de esta Ciudad de | México. [ Con licencia en
México I Por los Herederos de la Viuda de | Miguel de Ribera Calderón. |
Svo.; port. orí.; I hoj con grab. y 6 bojs. s. n. con la obra.
143. Via | Dolorosa [ Compuesta | Por el Br. Don Nicolás | de Es-
pindola, Clérigo Presbitero | de este Arzobispado de México. | A devo-
ción I de la Madre Thomasa | de San Yldephonso. | Religiosa Professa ;
y Tornera Ma- | yor del Religioso Convento j Real de Jesús | Maria. ¡
Con licencia de los Superiores: En México, en la Imprenta de Francisco
de I Ribera Calderón. Año de 17 12. '
Svo.; port. orí. y 10 hojs. s. n. con la obra.
144. Triduo ¡ Espiritual | del Niño | Perdido. | Y hallado en el |
Templo. ] Dispuesto por el Br. D. Xico- | las de Espinóla, j A devoción
bibliografía mexicana del siglo XVIIL
143
de la M. Cathari- | na Lvisa de la Encarna- | cion, Religiosa del Conven-
to I delaPurissimaConcep- | cion. | Con licencia. | En México, por Fran-
cisco de I Rivera Calderón. Año | de 17 13. |
8vo.; port. orí. y II hojs. s. n. con la obra.
345. JN ovena, I Que celebró la Pu- | rissima Virgen María Presen-
| tado á el Niño Dios en el | Templo á su Eterno | Padre. | Dispuesta |
Por el Bachiller Don Nico- | las Espinóla, | A devoción de la Madre Tho-
| masa de Sanlldephonso, Re- | ligiosa Professa en el Convento | de Jesús
Maria. | Con licencia. | En México, por Francisco de Ri- | vera Calderón.
Año de 1713. 1
8vo.; port. orí. y 15 hojs. s. nr. con la obra.
146. JN OVENA, I Que celebro la Purissima | Virgen Maria Presentan-
do á el Niño I Dios en el Templo á su | Eterno Padre. | Dispuesta | Por
el Bachiller Don Nicolás | Espinóla. | A devoción de la Madre Thomasa
de I San Ildephonso, Religiosa Professa | en el Convento de Jesús Maria.
I En México: | Por los Herederos de la Viuda de Fran- | cisco Rodríguez
Lupercio, en la Puente | de Palacio. Año de 17 18. |
8vo.; port. orí. con grab. en la vta. y 15 hojs. s. n. con la obra.
147. J_Jesagravios I de Jesús, | Nuestro Bien, | y tiernas Memorias,
para \ meditar, y contemplar lo que padeció en la | noche del Jueves en
el asqueroso, é inde- | cente Apossentillo. | Dispuestos | por el Licencia-
do D. Nico- I las de Espindola, Presbítero | y | los saca a luz, y dedica |
a su Dulcissimo Padre | San Bernardo, ¡ Vna Religiosa Hija suya, de su
Convento, | de esta Ciudad de México. | En México por Francisco de Ri-
vera Calde- I ron en la calle de San Augustin. | Año de 17 18. |
8vo.; port. orí.; pp. 1 á 46 la obra.
ANÓNIMO.
148. JlLxorcismo, y evangelios De Señor S. Joseph, para ahuyentar
los demonios, el agonizante, que asistiere a los moribundos. Reimpresso
en el Colegio Real de San Ignacio de la Puebla de los Angeles, Año de
1764. I
BIBLIOGRAFÍA mexicana DEL SIGLO XV 111
145
F
FABIÁN y FUERO. Mimo. Sr. D. FRANCISCO (Clérigo.)
149. Larta I Pastoral | del limo. Sr. Dr. | D. Francisco | Fabián y
Fuero. | Obispo de la Puebla | de los Angeles | del Consejo de su Mages-
tad &. I
4to.; vuelta en blanco.
5 hojs. prls. s. nr. con una Carta del Illmo. Sr. Lorenzana y 1 hoja con un texto de San Pablo;
pp. 1 á 54 la Pastoral; pp. 55 á 233, sermón panegyrico de Sto. Tomás de Aquino.
S. a. n. 1. d. i. sed Puebla 1768.
150. JN OS Don Fran- | cisco Fabián | y Fuero &c. &c. |
Sigue el texto; en la hoja subsecuente esta:
Directorio | Parroquial | para ¡ el Sagrado | Ministerio de los Santos |
Sacramentos | de la | Villa | de ] Cordova. |
PP. 1 á 60 esta obra que firma Joseplí Antonio Rodríguez v Valero; sigue otra hoja con texto
de la Pastoral del Obispo fechada en la Puebla á 22 de Septiembre de 1769.
FEBRER. Fr. ISIDRO (Misionero franciscano.)
151. IVllNA Riquísima | de los tesoros | de la Divina Gracia. | Con-
tiene un Método práctico, breve, y | fácil para adornar el alma con las pre-
ciosas joyas de multiplicados actos de | virtudes, y algunos lenitivos paia
suavi- I zar la aspereza de los dolores, y trabajos | de aquesta miserable
vida. I Da luz para entrar en ella | el R. P. Fray Isidro Febrer | de la Re-
gular Observancia de N. P. S. | Francisco, Misionero Apostólico del Co-
j legio de S. Miguel de Escornalbou, &c. | Traducida | de la lengua lemo-
sina I por un P. Misionero del Colegio Apos- | tolico de S. Fernando de
México. 1 Vá añadido un Modo práctico de oír el | Santo Sacrificio de la
Misa, y de rezar la | Corona de Maria SSmá. | Con las licencias necesa-
rias. I En México, en la Imprenta Matritten- ¡ se de D. Felipe de Zuñiga,
y Ontiveros, | calle de la Palma, año de 1778. |
4to.; port.; 5 hojs. prls. s. nr.; pág. 1 á 176 la obra.
19
BIBLIOGRAFÍA mexicana DEL SIGLO XV III.
146
FERNANDEZ de URIBE. JOSÉ PATRICIO (Clérigo.
152. Véase: Reales exequias &c. T? 2? num. 521 (1789).
FRANCO. Fr. TOMAS (Agustiniano,)
153. Véase: Miqueo Gabriel. (1753).
FRANCO de la VEGA. TOMAS (Clérigo.)
154. Véase: Reales exequias &c. T? 2? núm. 529 (1789).
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
147
G
ANÓNIMO.
155. VjrACETA de las Noticias | recevidas por vna Valandra, que salió
del Puerto de la | Abana el dia 31. del pasado, para el de la Vera Cruz. |
Sigue inmediatamente el texto contenido en 6 hojas foliadas de 1 á 6 y al pie de la última esta
subscripción:
Con Privilegio en México por la Viuda de Mi- | guel de Ribera Calde-
rón. En el Empedradillo. |
4to.; s. a. sed 1712.
GALLARDO. Dr. JOAQUÍN (Clérigo.)
15G. Véase: Demostración de mas tierna &c. (1788).
GARCÍA. P. FRANCISCO Jesuíta.)
157. .Decena, | o Devoción | de los diez Viernes | de | S. Francisco
I Xavier, | De la Compañía de Jesús, | Apóstol de las Indias. | Por el P.
Francisco | Garcia de la misma Sagrada | Compañia. | Reimpressa en la
Imprenta del Real, | y mas Antiguo Colegio de San | Ildefonso, año de
1764. 1
ióvo.; port. y 7 hojs. s. n.
158. Decena | de | S. Francisco | Xavier, | Por el P. Francisco Gar-
cia de I la Compañia de Jesús. | Devoción, que parece pecu- | liar para
libertarse de dolor | Pleuritico. | Reimpressa en la Imprenta de el | Real,
y mas Antiguo Colegio de | San Ildefonso de México, | Año de 1765. |
ióvo.; port. y 7 hojs. s. n.
159. Novena | de el Gloriosissimo | Patriarcha | S. S. Joseph, | Pa-
dre putativo I de Jesús, | y esposo dignissimo | de Maria. [ Dispuesta por
BIBLIOGRAFÍA mexicana DEL SIGLO Xllll
148
un Esclavo de el SSraó | Patriarcha, sacándola de lo escrito por \ el P.
Francisco García de la Compañía | de Jesús, en el Libro de sus | Exce-
lencias. Reimpressa en México: por Don Phelipe de | Zúñiga y Ontiveros,
calle de la Palma, | año de 1 77 1 . |
l6vo.; port. y 15 hojs. s. n.
100. iN OVENA I de ¡ S. Francisco \ Xavier, | Apóstol de las Indias. |
Por el P. Francisco Garcia | de la Compañía de Jesvs. | Reimpressa en
México, por Don Feli- | pe de Zuñiga, y Ontiveros, calle de j la Palma,
año de 1776. |
i6vo.; port.; con grab. en la vta. y 15 hojs*. s. n. con la obra.
161. Novena | del Gloriosissimo | Patriarcha | S. S. Joseph, | Padre
putativo I de Jesús, | y Esposo Dignissimo | de Maria. | Dispuesto por
un Esclavo del SSmó. | Patriarcha, sacándola de lo escrito por | el P.
Francisco Garcia de la Compañía ¡ de Jesvs, en el libro de sus | Excelen-
cias. I Reimpressa en México, por D. Fe- ¡ lipe de Zúñiga y Ontiveros,
calle I de la Palma, año de 1776. |
ióvo.; port. y 15 hojs, s. n.
GARCÍA ARELLANO. IYIAIMU EL (Clérigo.)
162. Véase: Elogios fúnebres, &c. (1758).
GÓMEZ PORTUGAL. JOSÉ ANA (Clérigo.)
103. JN OVEXA I del Glorioso | Mártir | San Hermion, | Cuyo Santo
Cuerpo se venera en la | Iglesia Parroquial de la Villa de San- | ta Maria
de los Lagos, Obispado | de Guadalaxara. | Dispuesta | Por un Sacerdote
secular de la mis- | ma Villa. | Reimpresa en Guadalaxara, en la Oficina
de I Don Mariano, Valdés Tellez Girón. | año de 1795. '
Svo.; pon. y 10 hjs. s. n. más un grabado.
Este impreso pasó por mucho tiempo como el primero hecho en Guadalajara.
GOIYIEZ. Dr. JOSÉ 1YIARIA y VILLASEÑOR (CL
104. Véase: Reales exequias, &c. T? 2° ntíin. 524. (1789).
GONZÁLEZ de CÁNDANO. Dr. GASPAR (Clérigo.)
105. VÉASE: Reales exequias, &c. T(? 2? ntím. 524. (1789).
bibliografía mexicana del siglo XVIII.
149
GOROSITO. Fr. FRANCISCO (Mercedario.J
100. Cartilla | en Diálogos | acerca dé la Confes- | sion, y sus Re-
quisitos para enseñanca, y quietud de escrupulosos. | Por el Padre Fray
Francisco de Gorosito | del Real y Militar Orden de Ntra. | Señora de la
Merced; Redempcion | de Captivos; Presentado de Pulpito, | en la Pro-
vincia de México. | Y a el fin, le añade el modo | de Confessar como se
debe, confor- | mandóse en todo con la Doctrina de | los Santos Padres,
y enseñanca | de los Sagrados Doctores. | Reimpressa por su original en
la Pue- I bla en la Imprenta, de Francisco Xa- ¡ vier de Morales, y Sala-
zar, en el | Portal de Borja, Año de 1732. |
Svo.; port. orí. con grab. en la vuelta; 5 hojs. prls. s. n.; págs. 1 á 29 la obra.
GUTIÉRREZ GODINES. MIGUEL (Clérigo.)
107. Romance, | que escribió | el Lie. D. Miguel Gutiérrez \ Godi-
nes, Cura por su Magestad del Sto. Ángel | Custodio de la Ciudad de la
Puebla. \ A el valido exemplar | de la Misericordia de Dios | Nuestro Se-
ñor, I Especial Consuelo | de Justos y Pecadores, ( el Glorioso Santo | La-
drón I Dimas. I Sácalo a luz segunda vez | un Devoto del Santo, y Afec-
to I del Author. | Impresso en la Puebla en la Imprenta de la Viuda | de
Miguel de Ortega, y por su Original, con las ¡ licencias necessarias, en Mé-
xico, por la Viuda de ¡ Joseph Bernardo de Hogal. Año de 1751. |
Svo.; port. orí. y vta. bine; I grabado en madera; 17 hojs. s. nr. (todas orladas) con el Ro-
mance.
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
151
H
HARADA y MOXICA. Fr. AMBROSIO (Mercedario.)
168. Novena | a el Taumaturgo | Seraphico | San Antonio | de Pa-
dua. I Sacada de el Compendio de su | Vida, que escribió el P. Mro. | Fr.
Antonio Ambrosio Harada | Moxica, de el Real, y Militar | Orden de
nuestra Señora | de la Merced, Re- | dempcion de | Captivos. | Reim-
pressa en México: en la Imprenta de los | Herederos de Doña Maria de
Rivera. Calle | de San Bernardo. Año de 1766. |
i6vo.; port.; I grabado y 14 hojs. s. n.
109. Novena | al Taumaturgo | Seráfico | San Antonio | de Padua,
\ Sacada del Compendio de su Vi- ) da, que escribió el P. Mró. Fr. An- |
tonio Ambrosio Arada Moxica, | del Real y Militar Orden de Nrá. | Srá.
de la Merced, Redención | de Cautivos. | Reimpresa en México en la Ofi-
cina de los ] Herederos del Lie. D. Joseph de Jauregui, | calle de San Ber-
nardo, año de 1793. |
t6vo.; port. con grab. en su vta. y 15 hojs. s. 11.
170. Novena \ al milagrosísimo | y seráfico | San Antonio | de Pa-
dua, I Sacada del Compendio de su | Vida, que escribió | El P. Mro. Fr.
Antonio Ambrosio de Ha- \ rada Moxica, del Real y Militar Orden \ de
nuestra Señora de la Merced, Re- \ dencion de Cautivos. \ Tiene al fin los
Gozos del Santo, y dos | Oraciones pata comulgar. | Reimpresa en Mé-
xico, por D. Mariano | de Zúñiga y Ontiveros, calle del Es- | píritu San-
to, año de 1796. |
i6vo.; port. con grab. eft la vta. y 15 hojs. s. n.
HERRERA. JOSÉ HILARIO (Clérigo.)
171. VÉASE: Demostración la mas tierna & (1788)
bibliografía mexicana del SIGLO XV III.
153
IGNACIO. Sor MARÍA ANA ÁGUEDA de S. (Rosa.)
172. Oratorio | espiritual | Compuesto \ Por la V. y M. R. M. Sor
I María Anna Águeda de \ San Ignacio. | A petición de una Religiosa de
I el Convento del Máximo Dr. S. | Geronymo, su querida hija. | lo com-
puso, I siendo Dignissima Priora desu Re- | ligiossisimo, y Recoleto Con-
vento I de Sta. Rosa Maria de Puebla. | Reimpresso en México, en la
Impren- | ta del Lie. D. Joseph Jauregui, Ca- | lie de San Bernardo. Año
de 1774. I
l6vo.; port. á cuya vuelta comienza la obra, contenida en 7 hojs. s. nr.
173. IVIeditaciones | de la Sagrada | Passion, | de gran provecho |
para las almas. | Escritas | Por la M. R. M. Mariana \ Águeda de Sa?i
Ignacio, Priora, ¡ que fue del Convenio de Santa \ Rosa de Santa Maria.
¡ Sácalas a luz | un Devoto Eclesiástico. | Reimpressas en México, en la
Imprenta de la | Bibliotheca, del Lie. D. Joseph Jauregui, | calle de San
Bernardo, año de 1775. |
l6vo.; port. con grab. en la vta. y 15 hojs. s. n. con la obra.
IGNACIA. Sor JUANA (Urbanista.)
Anteportada: Un grabado en madera de San Francisco de Borja.
Portada:
174. JN OVENA I de I San Francisco | de Borja, | Grande en la tierra,
I y mayor en el cielo. | Espejo, 1 que ofrece a los Grandes, y Señores | La
M. Juana Ignacia, | Religiosa de Coro, en el Conven- | to de la Encarna-
ción de México. | Con licencia, en la Pvebla, | Por Diego Fernandez de
León: | y por su Original en México, | Por Francisco de Rivera Calderón;
I en la calle de San Agustín. | Año de 1726. [
8vo.; portada á cuya vuelta comienza la ulna que está contenida en 5 hojs. s. nr.
20
BIBLIOGRAFÍA MEXICANA DEL SIGLO XV Ú l
154
ANÓNIMOS.
175. INCENTIVO, y modo | para acallar los gtitos | del Pvrgatorio, |
en vna introducción y | Novena | a N. Divino Redentor | Crucificado, y
a su Dolorosissima | Madre Maria Santissima. | A quienes | Dedica esta
Obra vn devoto de | las santas Animas, para su alivio. | Con licencia en
México, en la Imprenta | Rl. del Superior Govierno de los Here- \ deros
de la Viuda de Miguel de Rivera, | en el Empedradillo. Año de 1730. |
ióvo.; port. y 22 hjs. s. n.
170. Indulgencias | perpetuas, | concedidas por N. Ssmo. P. 1 El
Señor Pió Sexto, | Papa actualmente reynante. | Las reimprime | Un de-
seoso del mayor bien de | las almas, | Para que en su extensión ¡ puedan
los Fieles lograr mas fácilmente de este espiritual, y ¡ por lo mismo apre-
ciabilisimo ¡ tesoro. | En la Oficina del Real Seminario Pala- | foxiano de
la Puebla de los Angeles. Año de 1787. |
l6vo.; port. con grab. en la vta. y 15 hojs. s. n.
177. iNVENIT Philosophia Jesuana \itae próxima | Quod a conceptu
nomen luctara est, ut haberet ¡ Moiti vicina comparat, quam ab obitu glo-
riam | Habet tamdem, cum vicerit. | Inde mortem conjice felicisimam, |
Hinc culpae vitam credas expertem. | Illud primum nata nomen cum pro-
tulerit infans, | Hanc postremó pené mortua cum ediderit moriens, | Si ab
illa nomen, vitam auferas penitus, | Si hanc illí vocem, inferas prorfus. j
lili ex animo militatura nomen dedit, | Inde, ut hauriat Spiritum, Isti ex
corde victoriam paritura Spiritum credidit, ¡ Ut fibi nomen daret | Vin-
centi igitur facultati, jamque in mortem corruenti | Cum nomen detur 110-
vum, I Quo majus extat nullum, | Illa ad mortem usque cum pervenerit,
j Occumbit; | Usque ad immortalitamem cum attigeiit, ¡ Vivit. | Unde
in meliorem afferta vitam, | Unde ab imperio vindicata morti | Triumphat,
atque gloriatur | Adorando Jesús Nomine | Cujus experta virtutem, cu-
jus dignata gloria, postremam fibi victoriam paritura Philosophia veré Je-
suana, I in arenam descendit. Quin ut tanto Nomini victoria | adscriba-
tur D. Antonius Ibañes, et Galán | Reg. & Antiq. D. Ildefonsi Collegij
Alumnusilliusedoctuslitterasuniversam exanimo | PhilosophiamD.O.C. |
8vo.; port.; pp. I á 12 el opúsculo y á su final, s. n., este colofón:
Defendentur in Reg. ac Pont. M. Atad. | (D. O. M. Purissima ac Do-
lentissima | V. Maria fine originali labe concepta, | Castissimo hujus Spon-
so D. Josepho, & j SS. Studiorum Patronis Joanne Nepo- ¡ muceno, et
Aloyso Gonzaga faventibus) Trasses erit D. Joannes Joseph | A Tina
bibliografía mexicana del siglo XVIII.
155
A uñón Rodríguez in Fhilo- | sophia Magister, in Sacra Theologia pro
Me- I xicana Academia Doctor, ejusdem nuperá | Concilijs, ad Regium-
que, & Ant:quiusS. | Ildefonsi Regia trabea, proTheologico cer- ¡ tami-
ne, decotatus. Die 7? Menfis May. | Auno Dñi. M.DCC.LXIV. | (D. L.
D. R.) I Mexici: ex R. & A. D. Ildefonsi Collegij typis. |
r¿^5£Í£=Sr>^"^=a'»^
BIBLIOGRAFÍA MEXICANA DEL SIGLO XVIII.
157
J
JOSÉ. ANTONIA DAIVIIANA Cíe San (Concfepcionista.)
178. jUevocion I Tierna, y muy provechosa, | principalmente para la
Cuaresma, | A Christo | Señor Nuestro Crucificado, | y á Maria Santissi-
ma I de los Dolores al pie de la Cruz, que ha de durar, | cinco dias comen-
cando en Lunes. Sácala á luz la de- | vocion de la Madre Antonia Damia-
na de San | Joseph Religiosa del Convento de Sr. S. Joseph de Gracia. |
Y lo dedica, y ofrece á las señoras reli- | giosas de todos los conventos de
México. I
Svo ; port. y II lijs. s. n.
Al final:
Con licencia de los Superiores. | En México, por los Herederos de la
Viuda de | Francisco Rodríguez Lupercio. En la | Puente de Palacio, año
de 1724. I
JOSÉ. JUANA de S. (Conccpcionista.)
17!). JN OVENA I A la Gloriosissima Virgen, | Amantissima Esposa de
Christo, y del Cié | lo su he'rmosissima Cordera | Santa Ynes | de Monte
Pulchiano, | Se comienca el dia doce de Abril, y se acaba el dia ¡ veinte,
en que la celebra la Santa Yglesia. | Dispuesta | Por la Mdre. Sor Jvana
de S. I Ioseph, Religiosa de Nra. Sra. de la Concepción | Con licencia de
los Svperiores j impresa en México por los herederos de luán lo | seph
Guillena Carrascoso, en el empedradillo. 17 10. |
8vo ; port. con grab. en la vta. y pp. 1 á 31 la obra.
180. JN OVENA ¡ a todos los Santos | de la Corte Celestial, | Para im-
plorar su patrocinio, c in- | tercesion en nuestras necessidades | espiritua-
les, y corporales, y alean- | car de Dios Nuestro Señor la gracia | y todas
las virtudes como tan po- l derosos con Dios. | Compuesta por la Madre
Juana Maria de San Joseph, Religiosa | Professa del Convento de la Pu-
BIBLIOGRAFÍA MEXICANA DLL SIGLO XVlll.
158
rissima | Concepción de la Ciudad de México. ¡ Dedícala | a Christo vida
nuestra | Sacramentado. | Reimpressa en México: Por Francisco | Rivera
Calderón, en la calle de S. Augustin, | Año de 1725. |
8vo.; port. y 21 hjs. s. n.
181. JN OVENA | a la Gloriosissima | Virgen, Amantissima Esposa |
de Christo, y del Cielo su | hermosissima Cordera | Santa Ynes | de | Mon-
te Pulchiano. | Se comienza el dia doze de | Abril, y se acaba el dia veinte,
| en que la celebra la S. Iglesia. | Dispuesta | por la Madre Sor Juana de
San | Joseph, Religiosa de N. Señora | de la Concepción. | Reimpressa
en México: Por Joseph | Bernardo de Hogal, Ministro, Impres- | sor del
Real, y Apostólico Tribunal de | la Santa Cruzada | Año de 173 1. |
ióvo.; port.; hoj. grab. y 22hojs. s. n.
182. JN OVENA I a la Gloriosissima Virgen, j Amantisima Esposa de
Christo, I y del Cielo su hermosísima | Cordera | Santa Inés | de Monte
Pulchiano. | Se comienza el dia doze de | Abril, y se acaba el dia veinte,
en I que la celebra la Santa Iglesia. | Dispuesta | por la Madre Sor Juana
de Señor [ San Joseph, Religiosa de Nuestra | Señora de la Concepción.
I Reimpresa en México, en la Imprenta de | los Herederos del Lie. D. Jo-
seph de Jau- I regui, calle de S. Bernardo. Año de 1786. |
i6vo.; port. y 15 hojs. s. n. más 1 hoj. con un grabado.
183. SEPTENARIO I del Glorioso Patriarcha | San Ignacio | de Loyola
I Fundador de la Compañía | de Jesús, | que dedica á la misma Sagrada
Compañía. | su authora j la Madre Juana de San Joseph, Re- | ligiosa
Professa en el Convento de | Niá. Srá. de Balvanera. | Reimpressa en el
Real, y mas antiguo | Colegio de S. Ildefonso de México, J Año de 1765. |
ióvo.; port. y 15 hjs. s. n.
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
159
L
LANDETA. Fr. MANUEL (Diegumo.j
184. DirectüRIUM Diarium. | Recitationis Offic. Divini, & Miss ce-
lebrationis, | juxta Rubiicas Generales Breviarij Romani, & j particulares
Seraphici ad regulam Sacrorum | Decretorum de promptum, ad régimen
hujus I Almas Francisc. Discalceatae Familias Provinciae | S. Didaci | Or-
dinatum Superiorum jussu. | per F. Francisc. Emmanuelem | de Landeta.
I Pro Anno Dni, 1784. Bissextum. | Cum Gratia, et Privilegio, j Mexici
ex Typogr. Matritens. in viá S. Bernard. |
8vo.; port. y 35 hjs. s. n.
LARA. Fr. FERNANDO de (Carmelita)
185. 1N OVENA I Consagrada j a Jesús, | María, y Joseph, | Trinidad
Venerada | de nuestra devoción: ¡ Y por esta devoción de esta nueva No-
| vena, nuevamente venerada con nueve | exemplos asombrosos, que esta
Celes- I tial Trinidad de nuestra tierra ha obra- | do con sus devotos. |
Compuesta | por el M. R. P. Mró. Fr. Fernando | de Lara, del Sagrado
Orden de nuestra | Señora del Carmen, de Observancia. | Reimpresa en
México, en la Imprenta Madrileña de | los Herederos del Lie. D. Joseph
de Jauregui, | Calle de San Bernardo. Año de 1 79 1. |
8vo.; port. con grab. en la vta. y 15 hojs. s. n. con la obra.
LARA IYIOGROVEJO. PEDRO de (Clérigo.)
180. JN ovena I al Glorioso | Mattyr ¡ S. Sebastian, | Defensor de la
I Catholica Iglesia, y Abogado de ¡ contagios, y Peste. | Dispuesta | Por
el Lie. D. Pedro de Lara | Mogrovejo, Cura de la Parro- | chial de San
Sebastian en la | Ciudad de Guatemala. | Reimpressa en México en la Im-
prenta I del Lie. D. Joseph de Jauregui, en la Ca- ¡ lie de San Bernardo.
Año de 1769. I
ióvo.; port. y 14 hoj. s. n.
bibliografía mexicana del SIGLO XVlll.
1 6o
187. .Novena | al Glorioso ¡ Martyr | San Sebastian, | Defensor de
la | Catholica Iglesia, y Abogado | de contagios, y Peste. | Dispuesta |
por el Lie. D. Pedro de Lata | Mogrovejo, Cura de la Parro- | chial de
San Sebastian en la | Ciudad de Guatemala. | Reimpresa en México en la
Imprenta de | los Herederos del Lie. D. Joseph de Jaure- | gui. Calle de
San Bernardo. Año de 1780. |
lóvo.; port. y 15 hojs. s. n.
LARRUIYIBE. Fr. JOSÉ (Dominico.)
188. V EASE: Segundo Quinze de Enero &. | 1730. |
LASCANO. B. LUCAS (Clérigo.)
189. Véase: Santa María Meraver. | 1720 |
IDO. L^AUDATE Dominum | omnes gentes:* Laúdate \ eum omnes Po-
puli. I Psalmus 116. X. 1. | Sit nomen dni benedictum. | Insacula ssecu-
lorum. I A Solis ortu vsque ad occas | sum:* Lau dabile nomen. | üomini.
Psalm. 1 12. X, 3. I Mexici: Apud Haeredes Viduae | Francisci Rodríguez
Lupercio. |
8vo.; port. orí.; pp. I á 46 la obra.
LAZCANO. P. FRANCISCO XAVIER (Jesuíta.)
191. Véase: Elogios fúnebres &. | 1758. |
LECA. MANUEL de (Presbítero.)
J92. Ofrecimiento | devoto | de las cinco preciosissimas — llagas |
de N. Sr. Jesu-Christo, | que para utilidad, y provecho | de los Fieles |
saca a luz | D Manuel de Leca, | rrcsbytero Domiciliario de este | Ar-
zobispado. I Reimpresso en México: en la Im- j prenta del Lie. D. Joseph
de Jau- I regui, Calle de S. Bernardo. | Año de 1769. |
i6vo.; port. con grab. en la vta. y 7 boj?, s. n. con la ulna.
193. Ofrecimiento | devoto | de las cinco preciosissimas | llagas j
de N. Sr. Jesu-Christo, | que para utilidad, y provecho | de los Pieles |
saca a lvz | D. Manuel de Leca, | Presbytero Domiciliario de | este Ar-
BIBLIOGRAFÍA MEXICANA DEL SIGLO XVIII.
161
zobispado. | Reimpresso en México: en la Im- | prenta del Lie. D. Joseph
de Jau- | regui, Calle de S. Bernardo. | Año. de 1776. |
ióvo.; port. con grab. en la vta. y 7 hojs. s. n. con la obra.
LEÓN. Dr. NICOLÁS JOSÉ de (Clérigo.)
194. iSJ OVENA I en honra del \ bien aventurado | San Juan de la |
Cruz, I segundo Elias del | Carmelo, insigne Dr. Mystico, | P. y Funda-
dor de la Religión | Sagrada de los descalzos de | Nra. Sra. del Carmen.
I Dispvesta por el Dr. | D. Nicolás Joseph de León, Pres- | bitero, Con-
fessor, y Predicador Gl. | de este Arzobisp. de México. | A devoción de
vna I Religiosa del Convento Anti- ¡ guo de las Descalzas de Santa | The-
resa de Jesvs desta Ciudad. |
l6vo.; port.; 1 hoja con grab. y 12 hojs. s. n. con la obra.
195. Clarín del cielo, | que previene nuestras | atenciones, | para [
celebrar el adviento dichoso | de nuestra vida Christo. \ Y | devotos Exer-
cicios, I para empleo de las Almas, que de- | sean su aprovechamiento. |
I dispuestos I por el Dr. D. Nicolás Joseph de León, | Clérigo Presby te-
ro, Confessor, y Predicador | General de este Arzobispado de México. |
Imprimense | a solicitvd, y expensas de vna re- \ ligiosa del Convento de
Nuestra Señora | de la Encarnación de dicha Ciudad. | Con licencia | En
México, en la Imprenta Real del | Superior Gobierno, y del Nuevo Re- |
zado de Doña Maria de Rivera, | en el Empedradillo. | Año de 1742. \
Svo.; port. orí. y 19 hojs. s. n.
19G. Novena | en honra | del Bienaventurado Padre | San Juan | de
la Cruz, ¡ segundo Elias del Carmelo, [ insigne Doctor Mystico, Padre, y
Fundador | de la Religión Sagrada de los Descalzos | de Nuestra Señora
del Carmen. | Dispuesta | por el Dr. D. Nicolás Joseph | de León, Pres-
bytero de este Arzobispado. | Se comienza á cinco de Diciembre para aca-
¡ baria Víspera del Santo, que es á catorze de ] dicho mes, ó según la ne-
cessidad urgiere. | Reimpressa en México, en la Imprenta del | Lie. D.
Joseph de Jauregui. Calle de S. Ber- | nardo. Año de 1774. |
ióvo.; port.; con grab. en la vta. y 15 hojs. s. n. con la obra.
LEXARZAR. PEDRO
J97. Laberinto Devoto | formado con las letras ¡ de esta palabra: |
Soi de Dios, I que dice lo mismo al revez, ¡ que al derecho, | y lo propio
bibliografía mexicana del SIGLO XV 11 i.
162
comenzando por cualquiera S de las es- | quinas, ó por la del centro: y
prosiguiendo para arri- | ba, ó para abajo: para que mediante esta reflexa,
pro- I curemos emplearnos en amar, y servir á Ntró. Sobera- [ no Dueño;
y para que asi como en él, se lee repetidas | veces la misma palabra Soi
de Dios, la repitamos | nosotros con la mayor frequencia y devoción, para
I honra y gloria de su Divina Magestad, y aprovecha- | miento nuestro:
sirviendo principalmente de escudo | contra las tentaciones de nuestros
enemigos, | para resistirlas y vencerlas, ayuda- | dos de la Divina Gracia.
I Dispuesto I por Don Pedro Lexarzar. | Con las Licencias necesarias |
Impreso en México en la Imprenta de los Herederos del \ Lie. D. Joseph
de Jauregui; Calle de San Bernardo. | Año de 1792. |
8vo.; port ; pp. 3 á 32 la obra, toda en verso.
LOAYSAGA. MANUEL de (Clérigo.)
198. JN OVEN A I de la Amabilissima Reyna, | Madre, y Señora de |
Occotlan, | que se venera Extramuros de | la Ciudad de Tlaxcala. | Dis-
pvsola I el Lie. D. Manuel de Loay- | saga, Clérigo Presbytero, y | Ca-
pellán de su Santuario. | Reimpressa en México, en la Imprenta | del Lie.
D. Joseph de Jauregui, en la | Calle de San Bernardo. Año de 1773. |
i6vo.; port. y 15 hojs. s. n.
LÓPEZ. Fr. JOSÉ Franciscano.
199. JTIEDRA fundamental | de la mystica Sion, | El Nuevo Convento
de Señoras Naturales, ¡ Caziques, Religiosas Descalzas de | Corpus Christi,
I la R. y V. M. Sor | Petra de San Francisco | Su primera Fundadora, y
Abadesa. | Sermón | Predicado en sus honras, el dia Sábado, 10 de Mayo,
I de 1727 años. | Lo dedica a el Excmo. Señor | D. Balthasar de Zuñiga,
Sotomayor, | y Mendoza, Marqués de Balero, Ayamonte, y ¡ Alenquer,
Grande de España de primera Classe, Duque de | Ai ion; Vi Rey Gober-
nador, y Capitán General, que fué de | esta Nueva- España; y Presidente
del Real, y Supremo | Consejo de Indias, &c. | Don Pedro de Escorza Es-
calante I Cavallero del Orden de Santiago, Alcalde Ordinario, que fué |
de la Villa de Laredo, Cabeza de las quatro Villas de la Costa | de la mar,
Arzobispado de Burgos, y Alcalde Ordinario de | esta Ciudad de México,
electo el año de doze, y reelecto dos I vezes, el de treze, y catorze, sin
exemplar hasta entonces. | Discurrido, y predicado | Por el P. F. Joseph
López I Hijo de esta Santa Provincia del Santo Evangelio, Lector de |
Sagrada Theologia en el Convento de N. S. P. S. Francisco | de México y
Qualificador del Santo Officio. | Con licencia de los Superiores | En Me-
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
163
xico: Por Joseph Bernardo de Hogal, Impressor mayor | de dicha Ciudad.
En la Calle Nueva. Año de 1727. |
4to.; port. orí. y vuelta blanca.
8 hojs., pp. s. nr. y un escudo, el del Virrey, á la cabeza de la Dedicatoria. Pág. i á 22 la
obra.
LÓPEZ. P. JUAN FRANCISCO Jesuíta.)
200. .Los diez Domingos | a honor | de S. Ignacio | de Loyola | Fun-
dador de la Compañía | de Jesvs. [ Devoción practica | para quien desea
alcanzar del Santo su | patrocinio, y alguna gracia | particular. | Reim-
pressos con las licencias necessa- | rias en lengua Italiana, en Parma, | año
de 1706. y traducidos á nuestro | vulgar por el P. Jvan Francis- | co Ló-
pez de la misma | Compañía. | Y por su original (en México) en la Im- |
prenta del Real, y mas Antiguo Colegio | de S. Ildefonso. Año de 1752. |
8vo.; port. y 21 hojs. s. n.
201. v^akta ¡ de edificación, | en que | El P. Juan Francisco López,
I Rector del Colegio Máximo de S. Pedro, y S. Pablo | de la Sagrada Com-
pañía de Jesús, participa a todos | los Superiores, y Colegios de ella, | La
fervorosa Vida, | y religiosas virtudes ¡ del V. P. Joseph Maria | Genove-
se, I Natural de la Ciudad de Sicilia, Religioso professo | de nuestra Sa-
grada Compañía, Missionero Aposto- | lico, que fué en las Missiones de
Californias, nueve ( años Maestro de Novicios en el Colegio de Tepo- | zo-
tlán, tres Rector en el de San Andrés, y tres en | el Máximo de S. Pedro,
y S. Pablo, donde falleció | con opinión común de Santidad. | Impressa
con las licencias necessarias en México, en la Impren- | ta nueva de la Ri-
bliotheca Mexicana. Año de 1758. |
En 4to.; portada dentro de un marco y vuelta en blanco.
Página 1 á 35 la obra.
202. Véase: Venegas. P.Miguel. | 1783. |
LÓPEZ. PATRICIO ANTONIO
203. 1 RIVNPHOvS aclamados | contra Vandoleros por la | Real Justicia
que (a los influxos de | el Excelentissimo Señor | D. Balthazar | Manuel
de Zuñiga Guzman | Soto-Mayor, Sarmiento, y | Mendoza: Marques de
Balero, Aya- | monte, Alenquer, Virrey Governador, y Capi- | tan Gene-
ral, que fue de esta Nueva-España, y Ma- ) yordomo Mayor de la Sere-
nissima Princesa núes- | tra Señora) a conseguido el Capitán | D. Miguel
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
164
Velazquez | Lorea, Provincial déla Santa Hermandad, y Al- | guacil Ma-
yor del Tribunal de la Santa Inquici- ¡ sion de este Reyno, conque su Ma-
gestad (que Dios | guarde) le ha honrado. ¡ Obscqvioso escribe,)' reverente
I consagra al mismo Excmo. Señor la encogida pluma de \ D. Patricio An-
tonio López, Caziqve \ originario del Obispado de Antcqnera, Valle de Oa-
xaca. I Con licencia de los superiores | en la Puebla de los Angeles en la
Imprenta de la Viuda de Miguel | de Ortega, en el Portal de las Flores.
Año de 1723. [
4to.; port. orí. y vta. con las licencias; 3 hoj. prls. s. nr. con la Dedicatoria y Cédula del Rey
á Velazquez de Lorea; sigue la obra en verso, que ocupa 4 hojs. s. nr. y al pie esta inscripción:
Impreso en la Puebla, con las licencias necesarias. Año de 1723. |
LÓPEZ de AGUADO ILDEFONSO (Clérigo.)
20L
V ease: Honras funerales & del P. Lazcano. | 1763.
LÓPEZ AGUADO. Fl*. JUAN Franciscano.)
205. V OZES, I que hizieron eco, | en la Religiosa Pyra, | que en las
Honras del V. P. ) Fr. Antonio Margil de Jesús, | Predicador y Notario
Apostólico, Comissario del Santo | Oficio, Fundador Prefecto, Ex-Guar-
dian y Vice- | Comissario de los Colegios y Missiones de Propaganda \
Pide de esta Nueva España, | Erigió | N. R. P. Fr. Antonio de Harizon
I Lector Jubilado, Qualificador del Santo Oficio Padre | de la Provincia
de Santa Helena de la Florida, Chronista | General, Ex-Definidor, y Mi-
nistro Provincial de esta | Provincia del Santo Evangelio de México, el d'a
21 I de Agosto de 1726 en el Convento de N. S. P. S. | Francisco de la
Imperial Ciudad de México. | Diólas | El R. P. Fr. Juan López Agnado,
\ Lector Jubilado, Revisor del Santo Oficio, Misionero Aposto- \ lico,r Ex-
Guardian del Convento de San Buenaventura \ de Valladolid, en la San-
ta Provincia de Michoacan. | Sácalas á luz | la muy Noble, y muy Leal
I Ciudad de México; | quien las dedica | á la Eminentissima, | Sacra, y
muy Veneranda | Congregación | de Propaganda Fide \ Con licencia de
los Superiores. En Mcxico: Por Joscpli \ Bernardo de Hogal. Calle de la
Monterilla. | S. A. 1727. |
4to.; port.; más 16 fjs. prel. s. n. más 56 págs. n.
LÓPEZ PORTILLO. Dr. ANTONIO (Clérigo.)
20G. Véase: Reales exequias & T9 2(.' N? 518. J 1767. |
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
165
LL
ANÓNIMO.
207. ÍLh llanto I de México | en los tiernos y lúgubres recuerdos | que
á la augusta memoria | de el Gran Papa | Clemente XIV. | Consagraron
I las dos Ilustres | y religiosissimas Provincias | de Predicadores | y Me-
nores Observantes | de México | En sus dos Máximos Titulares Conven-
tos I de Santo Domingo, y S. Francisco de esta Corte | los dias 27 y 28
de Marzo, 3 y 4 de Abril de 1775. | Dedicado | al Serenissimo Señor |
Don Carlos Antonio | de Borbon | Principe de Asturias | Impresso en
México por D. Felipe de Zuñiga y Ontiveros, | calle de la Palma, año de
1775- I
4to.; portada, más 15 fjs. prels. s. n.
bibliografía mexicana del siglo xrm.
167
M
MADRE dC DIOS. Fr. TEODORO de la (Dominico.)
208. lVloDO I de ofrecer los | Mysterios del Santo Rosario, | de nues-
tra Señora la Virgen | Maria, | sacado del libro: | Rosario Vida del Alma
compuesto | por el M. R. P. Fr. Theodoro de | la Madre de Dios, del Sa-
grado I Orden de Predicadores. | Vá añadido el Ofrecimiento de | la Hora
de la Señora, y la Ce- | dula para las calenturas á N. P. | Santo Domin-
go. I Reimpresso: En la Puebla, por la Viuda | de Miguel de Ortega. Año
de 1757. I
lóvo.; port.; I hoj. con grabado y 22 hojs. s. n.
209. M.ODO | de ofrecer | los Mysterios | del Santo Rcsario | de Nrá.
Srá. la Santísima Virgen | Maria, | sacado del libro | Rosario Vida del Al-
ma. 1 Compuesto | por el M. R. P. Fr. Theodoro de la | Madre de Dios,
del Sagrado Orden | de Predicadores. | Vá añadido el Ofrecimiento de la
Ho- ¡ ra de la Señora, y la Cédula para las | Calenturas de N. P. Santo
Domingo. | Reimpreso en la Puebla en la Impren- | ta de los Reales y
Pontificios Colegios | de S. Pedro y S. Juan. Año de 1773. |
lóvo.; port. con grab. en la vta. y 23 hojs. s. n.
MADRID. Fr. BERNARDO de (Capuchino.)
210. INI OVENA I de la Salvación | para los vivos, | y para los difuntos,
y el modo de hacerse. | Dedicada | a la Sagrada Imagen del Santo | Chris-
to de la Salvación, que se | venera en el Convento de San | Antonio de
Capuchinos de | Madrid. | Compuesta | por el Rmó. P. Mró. Fr. Ber- |
nardino de Madrid, del Orden | de Capuchinos. Padre de esta | Provincia,
Missionero Aposto- | lico, y Predicador de S. M. |
lóvo.; port. y 15 hojs, s. n.
Al final de la última esta:
Reimpressa en México, en la | Imprenta de la Biblioteca Me- | xicana
del Lic.D. Joseph de Jau- | regui, Calle de San Bernardo. | Añodei773. |
BIBLIOGRAFÍA MEXICANA DEL SIGLO XVIII.
1 68
211. ISI OVENA | de la Salvación j para los vivos, | y para los difuntos,
| la qual comenzará el dia | 24. de Octubre, á las siete, ¡ en el Sagrario de
esta I Santalglesia Metro- | politana. | Compuesta | por el limó. P. Mtró.
Fr. Ber- | nardino de Madrid, del Orden | de Capuchinos. | Reimpressa
en México, en la Im- | prenta del Lie. D. Joseph de Jau- | regui, Calle de
San Bernardo. | Año de 1778. |
ióvo.; port. con grab. en la vta. y 15 hojs. s. n. con la obra.
212. IN OVENA I para la Salvación | de los vivos, | y | Difuntos, | La
qual comenzará el dia 24. de | Octubre, á las siete, en el Sagra- | rio de
esta Santa Iglesia ] Metropolitana. | Compuesta | por el Rmó. ¡ P. Mró.
Fr. Ber- J nardino de Madrid, del Or- | den de Capuchinos. | Reimpresa
en México, en la Imprenta de los | Herederos del Lie. D. Joseph de Jau-
regui. I Calle de Santo Domingo. Año de 1793. |
i6vo.; port. con grab. en la vta. y 15 hojs. s. n. con la obra.
MAGALLANES. Fr. JUAN de (Agustiniano.)
213. Novena | del Glorioso | S. Guillermo, | Duque de Aquitania,
Conde de | Pictavia, Religioso del Orden de | N. P. S. Augustin, Patrón
de los I que son atribulados con | tentaciones. | Compuesta, | por el P.
Mró. Fr. Juan de Magalla- | nes, de el mismo Orden, Mró. en Sa- | grada
Teología por la Rl. Vniversidad | de México, y Cronista del Santísimo |
Nombre de Jesús de esta Nueva | España. \ Reimpresa en México, en la
Imprenta de los | Herederos del Lie. D. Joseph de Jauregui, | Calle de
S. Bernardo. Año de 1783. |
ióvo.; port. y 14 hojs. s. n.
IYIALDONADO. IlImO. Fr. ÁNGEL (Bernardo.j
214. SsMO. Patri | E | cel- | so in verbo gloria?, | Benedicto | XIII |
Pontifici Máximo. |
4to.; sigue luego el texto contenido en 4 hojs. s. nr.
Es una noticia de la vida y virtudes de la Madre María de San Tose, Ménica, y fundadora del
Convento de la Soledad de Oaxaca.
S. a. n. 1. d. i.
IY1ANNI. P. JUAN B. Jesuíta.)
215. QüATRO I Máximas | de Christiana | Filosofía. | Sacadas | de
cuatro consideraciones | de la Eternidad. | Por el Padre Juan Bautista
Manni, | de la Compañía de Jesús, y traducidas | de Italiano en Español
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII
169
por otro Padre | de la misma Compañía. | Lo que acá se vé muere, y pasa.
{ La Eternidad de allá sola 110 pasa. | Reimpressas en México, en la Im-
prenta de I los Herederos del Lie. D. Joseph de Jau | regui, Calle de San
Bernardo. | Año de 1789 |
ióvo.; port. y pp. 1 á 58 la obra.
216. WUATRO Máximas ) de | Christiana Filosofía, | sacadas | de cua-
tro Consideraciones | de la Eternidad. | Por el P. Juan Bautista | Manni,
de la Compañía de Jesús, y | traducida de Italiano en Español | por otro
P. de la misma Compañía. | Lo que acá se vé muere y pasa, | la Eterni-
dad de allá sola no pasa. | Reimpresas en la Puebla de los Ange- | les, en
la Oficina de D. Pedro de la | Rosa, año de 1790. |
ióvo.; port. y 31 hojs. s. n. con la obra.
ANÓNIMOS.
217. IVIano de Dios | Poderosa Prompta | Liberal, y Benigna | para
los que se valieren de la | intercession de sus cinco | gloriosos Dedos, |
Jesús, María, Joseph, | Joaquín, y Anna. | Cuya novena | ofrece para en-
cender la de- ¡ vocíon, un Devoto de estos | Santissimos cinco | Señores.
I Reimpressa en México en la Imprenta del | Lie. D. Joseph de Jauregui,
Calle de San Bernardo. Año de 1776. |
l6vo.; port. con grabado en la vta. y 15 hojs. s. n. con la obra.
218. IVIano de Dios ¡ Poderosa, Pronta, ¡ Liberal, y Benigna | para
los que se valieren de la | intercesión de sus cinco | Gloriosos Dedos, | Je
sus, Maria, Joseph, | Joaquín, y Anna. | cuya novena | ofrece para encen-
der la devo - I cion, un Devoto de estos j Santísimos cinco ¡ Señores. | Re-
impresa en México, en la Imprenta míe- | va de los Herederos del Lie.
D. Joseph de | Jauregui, Calle de San Bernardo. | Año de 1781. |
ióvo.; port. con grab. en la vuelta y 15 hojs. s. n.
219. lVlANO de Dios | Poderosa, Pronta, | Liberal y Benigna, | Tara
los que se valieren déla | intercesión de sus ¡ Cinco Gloriosos Dedos | Je-
sús, Maria. | Joseph, | Joaquín y Ana. ¡ Cuya Novena ofrece para encen-
der la I devoción, un devoto de estos Santi- | simos Cinco Señores. | Re-
impresa en la Puebla, en la Imprenta | de D. Pedro de la Rosa, en el Por-
tal I de las Flores. Año de 1785. |
l6vo.; port.; y 15 hojs. s. n.
22
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
220. IVIanualito I de las mas usuales | Bendiciones | Que se acos-
tumbran, | Con experimentado provecho | de sanos, y enfermos. | Aña-
didas | Las Absoluciones de la Bu- | la del Sr. Benedicto XIV, y | Esca-
pulario de Nra. Señora | de la Merced. | Reimpresso en México, en la |
Imprenta de los Herederos de | Doña María de Rivera, Calle | de S. Ber-
nardo. Año de 1766. I
l6vo.; port. y 14 hjs. s. n.
221. IVIanualito | de las mas usuales | Bendiciones | Que se acos-
tumbran, I Conexperimentado provecho | de sanos, y enfermos. 1 Añadi-
das I Las Absoluciones de la | Bula del Sr. Benedicto | XIV. y el Esca-
pulario I de Ntra. Señora de la | Merced. | Reimpreso en México en la
Im- I prenta del Lie. D. Joseph Jauregui. | Calle de S. Bernardo. Año
de 1775. I
ióvo.; port. y 31 hojs. s. n.
MARÍN. FRANCISCO (Clérigo)
222. 1 RIDUO Mariano | Mensal, | en honor, y reverencia | Del Feli-
cissimo Transito, | Entierro, y Assumpcion | de la Reyna del Cielo, y Tie-
rra I Maria | Señora Nuestra, | Para alcanzar mediante su Protección, |
una dichosa muerte. | Se ha de exercitar esta devoción los dias trece, | ca-
torce, y quince del Mes de Agosto, y los | mismos de cada un Mes. | Es
sacada de las obras | De la V. M. Maria de Jesús de la Villa de Agreda. |
Dispuesto I Por D. Francisco Marin, Clérigo Domiciliario | de este Obis-
pado, quien lo saca á luz, ¡ y reverente lo consagra á la | Santissima Se-
ñora. I Reimpresso en la Imprenta Real del Colegio de | San Ignacio de
la Ciudad de la Puebla. I Año de 1767. |
8vo.; port. y 7 hojs. -. n.
223. 1 RIDUO Mariano | Mensal, | en honor y reverencia | del felicí-
simo tránsito, | Entierro y Asunción | de la Reyna del Cielo y Tierra, |
Maria Santísima | Señora Nuestra, | para alcanzar mediante su Protec- |
ción una dichosa muerte. | Dispuesto | Por D. Francisco Marin Cíe- | ri-
go Domiciliario del Obispado de Puebla. | Reimpresa en México, por los
Here- | deros de Don Felipe de Zúñiga y | Ontiveros, calle del Espíritu
Santo, I año de 1794. |
ióvo.; port. con grab. en la vta. y 15 hjs. s. n. con la obra.
BIBLIOGRAFÍA MEXICANA DEL SIGLO XV II I .
171
MAR MOLE JO. Fl*. ILDEFONSO JOSÉ (Misionero franciscano.)
224. VÉASE: Miqueo Gabriel. (1753).
MÁRQUEZ. AGUSTÍN ANTONIO (Jesuíta.)
225. Modo de Examinar | La Conciencia, | Que se puede practicar
dos veces | al dia, según lo acostumbran los | Exercitantes en la Santa
Casa de l Aracceli de esta Ciudad. | Y asimismo, modo de prepararse, |
comenzar, y finalizar la Oración | Mental. | Dispuesto | Por el P. Agus-
tín Antonio Mar- | quez de la Compañía de Jesús. | Reimpreso en Méxi-
co, por los Here- | deros de D. Felipe de Zúñiga y On- | tiveros, calle
del Espíritu Santo. |
ióvo.; port. con grab. en la vta. y 15 hojs. s. n. con la obra.
226. M.ODO de Examinar | La Conciencia, | Que se puede practicar
dos ve I ees al dia, según lo acostumbran | los Exercitantes en la Santa
Ca- I sa de Aracceli de esta Ciudad. | Y assimismo, modo de preparar- ¡
se, comenzar, y finalizar la | Oración Mental. | Dispuesto ¡ Por el P. Au-
gustin Antonio | Márquez de la Compañia de | Jesús. | Reimpresso en
México, por D. Fe- | lipe de Zúñiga y Ontiveros, calle | de la Palma, año
de 1773. I
ióvo.; port. con grab. en la vta. y 15 hojs. s. n. con la obra.
227. Modo | de Examinar la | Conciencia, | Según se practica en las |
Santas Casas de Exercicios. \ y | Asimismo método de prepararse, | co-
menzar y finalizar la Oración \ mental. | Dispuesto. | Por el P. Agustín
Antonio Márquez | de la Compañia de Jesús. | Reimpreso en la Puebla, |
En la Oficina de D. Pedro de | la Llosa, en el Portal de las Flores. | Año
de 1784. I
ióvo.; port. con grab. en la vuelta y 15 hojs. S. n. con la obra.
MARTAGÓN. Fr. FERNANDO (Franciscano.)
228. ExERCIClos | Espirituales | para desagraviar | a María Santísi-
ma I Nuestra Señora | de los Dolores. | Dispuestos | por el P. Fr. Fer-
nando Marta- | gon de la Regular Observancia de | N. S. P. S. Francisco,
Hijo de la | Provincia del Santo Evangelio | de México: J Quien lo dedica
I a la misma Santísima Señora. | Con licencias necesarias. | Impresos en
México, por Don | Mariano Joseph de Zúñiga y On- | tiveros, calle del
Espíritu San- | to, año de 1799. |
8vo.; port.; 1 hoj. prlr. s. n.; pp. 1 á 208, la obra.
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
172
MARTIN. MANUEL
229. llrXERCIClO I Cotidiano, | con diferentes | Oraciones | y | De-
vociones I para antes y después de | la Confesión y Sagrada | Comunión.
I Se lia añadido ¡ el Kxercicio | Christiano, | y las Oraciones | para el
Santo Sacrificio | de la Misa. | Sacado de varios Autores | por D. Manuel
Martin. | Reimpreso | en la Puebla de los Angeles | en la Oficina de D.
Pedro de la | Rosa. Año de 1785. |
Svo.; port.; 11 hojs. prls. s. 11.; pp, 1 á 170 la obra.
MARTÍNEZ. MIGUEL ANTONIO ALONSO (Clérigo.)
280. OFRECIMIENTO | de la hora de la | encarnación | de el | Verbo
I Divino, I en las entrañas | purísimas de Nía. Señora | la Virgen | Ma-
ría I Por el Bachiller Don Miguel | Antonio Alonso Martínez | Capellán
de el Santuario de | Nuestra Señora de Guadalupe | de esta Ciudad de la
Puebla de | los Angeles. |
ióvo.; port. y 7 hojs. s. n.
Al pie de la última esta suscripción:
Reimpressa en la Puebla. Por la | Viuda de Miguel de Oitega. Fn el |
Portal de las Flores. | Año de 1748. |
MARTÍNEZ de ALFARO. PEDRO (Clérigo.)
'281. LJia cinco I de cada mes, | en obsequio de | Sr. S. Fmigdio, |
Obispo de Ascoli en Pisa, Patrono ¡ dt aquella Santa Iglesia, que fué | edi-
ficada por Constantino | Magno. | Compuesto i por el Br. D. Pedro Mar-
ti- 1 nez de Alfaro, Clérigo | Presbítero Domiciliario del Obis- | pado de
Michoacan, Maestro de | Capilla de la Parroquia de | Guanajuato. | Re-
impreso en México, por D. Fe- | lipe de Zúñiga y Ontiveros, calle | del
Espíritu Santo, año de 1787. |
lóvo.; port. con grab. en la vta. y 12 hojs. s. a. con la obra.
Sigue una estampa de San Felipe Neri y á su vuelta oraciones en su honor que ocupan otra
hoja más.
MARTÍNEZ LÁZARO y REBER. Dr. TEODORO (Clérigo.)
282. Véase: Flogios fúnebres al Obispo Padilla. (1763).
MARTÍNEZ PACHECO. DIONISIO
288. .Discursos | morales I sobre el engaño | de la vida, | y desen-
gaño déla I muerte: | Dispuestos en treinta | y cinco Dezimas, | illustra-
BIBLIOGRAFÍA MEXICANA DEL SIGLO Xv'Hl
173
das I con todo genero de | Erudición Sagrada, y Humana, ¡ Alegorías, y
Sentencias | provechosas para corregir las eos- | tumbrés, y enmendar la
vida. I Discurridos | por D. Dionysio Martínez | Pacheco, de la Ciudad
de México. | Con las licencias en México. | Por D. Christoval | On-
tiveros. En la calle |
8vo.; port. y 7 hoj. s. n.
(S. a. sed Siglo XVIII).
MATEOS y HERRERA. IGNACIO FERNANDO iFelipense.)
234. V^ULTOS Sagrados | en debido reconocimiento | del Santissimo
Rostro I de Christo, I impresso en el velo de | la Verónica | Desahogos de
la Devoción, en | que por nueve dias se desagravia | á Jesu-Christo Señor
nuestro, de | los tormentos, que padeció en | su adorable Rostro ( Com-
pvesto I por el P. D. Ignacio Fernando Matheos | y Herrera, Presbytero,
de la Congrega- | cion del Oratorio de N. 1\ | S. Phelipe Neri. | Reim-
presso en México: en la Imprenta | del Lie. 1). Joseph Jauregui. Calle de
I San Bernardo. Año de i 77 i . |
ióvo.; port. con grab. en la vta. y 15 hojs. s. n. con la obra.
ANÓNIMO.
235. Véase: México Plausible &. N? 567. T? 1? (171 1).
MORALES. Fr. ANTONIO de (Hipólito.
230. VÉASE: Segundo Quinze de Enero &. (1730).
MORENO- Fr. FRANCISCO ^Franciscano.j
237. VÉASE: El segundo Quinze de Enero &. (1730).
bibliografía mexicana del siglo XVII i
175
N
NATAL. P. ANTONIO (Jesuíta.)
23S. Corona | de las Virtudes | de | Maria | Santissima, | que se po-
drá rezar todos los dias. | Sacada | del P. Antonio Natal, | en la segunda
Parte de Caelesti | conversatione. | A solicitud | del Br. D. Jvan de Dios
I Fernandez de Cosgaya, Presbytero. | Reimpressa en México en la Itn- |
prenta del Lie. D. Joseph de Jau- | regui. Calle de San Bernardo, | año de
1774 I
ióvo.; port. y 3 hojs. s. n.
23í). C^ORONA ¡ de las Virtudes | de | Maria | Santísima, | que se po-
drá ofrecer todos los dias. | Sacada | del Padre Antonio Natal, en la se
gunda Parte de Ccclisti \ Conversatione | A solicitud | del Br. D. Juan de
Dios Fer- | nandez de Cosgaya. Presbytero | de este Arzobispado. | Re-
impresa en México, en la Imprenta | de la Calle de San Bernardo. | Año
de 1786. ¡
l6vo.; port. y 3 hjs. s. n.
NIEREMBERG. P.JUAN E USE BIO (Jesuíta.)
240. Uevocion I a la Santísima Vir- | gen Maria Nuestra | Señora,
I para hacerse uno su Esclavo, | pagándole tributo cada año, | cada mes,
cada semana, cada | dia y cada hora. | Sacada del Devocionario del | San-
tísimo Sacramento que | compuso el R.P. Juan Eusebio | Nieremberg.de
la Compañía | de Jesús, para los Esclavos y | Devotos de la Madre de Dios
I María Santísima bajo qual | quiera advocación. | A devoción de un Re-
ligioso humilde Esclavo de la misma | Santísima Señora. |
lóvo.; port. 1 hoj. con grab. y 10 hojs. s. n. con la obra.
S. a. n. 1. d. i.
241. Libro de la vida | Jesús | Crrucificado. | Impresso en Jerusalen |
en la oficina del Monte Calvario, cumplidos treinta, y tres años de su | edad;
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
176
á costa de la Sangre del Hijo | de Dios. | Brevemente dispuesto | para que
se imprima en los cora- | zones de todos. | Por el P. Jvan Evsebio ¡ Nie
remberg, de la Compañía [ de Jesvs. | Con licencia | Reimpresso en Mé-
xico por D. I Nicolás Pablo de Torres en la Pía- | zuela de Jesús Nazareno
año de | 1754. |
ióvo.; port. y 31 hjs. s. n.
242. Devoción | y Novena | al Señor | San Miguel ¡ Arcange'. |
Sacada | de las Obras del Padre | Eusebio Nieremberg | Reimpresa en
México, en la Oficina del Br. | Don Joseph Fernandez Jauregui, calle de
I Santo Domingo, año de 1796 |
ióvo.; port. con grab. en la vta. y 15 hojs. s. n. con la obra.
243. DevoCION | y | novena | al Señor | San Miguel, | Sacada | De
las Obras del Padre Eusebio | Nieremberg. | Reimpresa en México, por
D. Mariano | de Ztíñiga y Ontiveros, calle del Espíritu ( Santo, año de
i/97- I
ióvo.; port. con grab. en la vta. y 14 hojs. s. n. con la obra.
244. Devoción [ A la Santísima | Virgen Maiia J Nuestra Señora,
I Para hacerse uno su Esclavo, pagan- | dolé tributo cada año, cada mes,
I cada semana, cada dia, y cada hora. | Sacado del Devocionario del San
tísi- ¡ mo Sacramento, que compuso el M. | R. P. Juan Eusebio Nierem-
berg, I de la Compañía de Jesús, | Para los Esclavos de la Madre de | Dios
María Santísima Señora nuestra. | A devoción de la Congregación de nues-
| tra Señora de los Dolores del Real | y minas de Pachuca. | En México,
por Don Mariano de Zúñiga y | Ontiveros, calle del Espíritu Santo, | año
de 1799. I
lóvo.; port.; I boj. con grab. y 8 hojs. s. n. con la obra.
NIETO. Fr. JUAN (Franciscano.)
245. ROSARIO | en veneración | de los Sagrados Mysterios | de la
Vida, Passion, y Muer- j te de Christo Redemptor | nuestro. ¡ Sacado del
Libro intitulado | Manogito de Flores, | que compuso | el R. P. Fr. Juan
Nieto j Religioso Menor de N. S. P. S. | Francisco, en la Provincia de |
Santiago. \ Reimpresso en la Puebla: En la | Imprenta de Christoval Tha-
deo I de Ortega Bonilla. Año de 1762. |
lóvo.; port. con grab. en la vta. y 7 hojs. s. n. con la obra.
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
177
246. IVOSARIO I A los siete derramamientos | déla | Preciossima San-
gre I de Nuestro Señor | Jesu-Christo, | Que se compone de siete Mys-
terios. I Devoción muy provechosa, para que | por medio de ella aplaque
su Divina | Magestad la presente Epidemia. | Sacado j Del Libro intitu-
lado Manogito | de Flores, que compuso | El R. P. Fr. Juan Nieto.
Reimpresso en México: En la Imprenta de | la Bibliotheca de los He-
rederos del Lie. I D. Joseph de Jauregui. Calle de San Ber- | nardo. Año
de 1779. j
lóvo.; port. con grab. en la vuelta y 7 hojs. s. n. con la obra.
ANÓNIMOS.
247. INI OTICIA practica | de | los dos examenes | de conciencia, | Mo-
do de oración, | y adiciones, | que N. P. | S. Ignacio de Loyola | enseña
en el Libro de sus | Exercicios. | Reimpressa en México, por D. Fe- | li-
pe de Zuñiga, y Ontiveros, calle | de la Palma, año de 1777. |
lóvo.; port. y 69 hjs. s. n.
Algunas hojas están picadas para poderse doblar y retener asi la clase y número, al diario, de
las faltas.
2-18. JN OVENA I á I la Gloriosa Se- | ñoraSanta | Auna | Sácala á luz
para la publica | devoción. | Vn devoto F^sclavo suyo. | Con licencia en
la Pue- I bla, en la Imprenta de j Miguel de Ortega.
8vo ; port. y 7 hjs. s. n.
249. JNoVENA | á la Gloriosa Madre | de la siempre | Virgen Maria,
I y abuela de Jesús | Señora Santa ¡ Anua | Impressa á devoción de su
I humilde Esclavo el Dr. | D. Manuel Joseph de \ Mendizaval. | Reim-
pressa en la Imprenta de la | Bibliotheca Mexicana. Calle | del Empedra-
dillo. I
250. Novena, y semana ¡ á la Gloriosa Madre | de la siempre | Vir-
gen Maria, \ y abuela de Jesús | Sra. Sta. Anua. ¡ Dispuestas | Por un
devoto amarte- | lado suyo. | Reimpresas en México, en la Imprenta de |
los Herederos del Lie. D. Joseph de Jan- | regui, Calle de Santo Domin-
go, y Esqui- | na de la de Tacuba. Año de .... |
lóvo.; port. con grab. en la vuelta; y 15 hojs. s. n. con la obra.
2-\
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
i;S
251. JN OVENA | á el taumaturgo j Seraphico | S. Antonio | de Padua.
| Sácala del Compendio de su | Vida, que escribió el P. Mro. | Fr. An-
tonio Ambrosio de Ha- | rada Moxica, del Real, y Mili- | tar Orden de
Nuestra Se- | ñora de la Merced, | Redempcion de | Captivos. | Reim-
pressa en México: En la Imprenta de los Herede- | ros de D. Maria de
Rivera en la ¡ Calle de S. Bernardo. |
ióvo.; port.; i hoj. grab. y 14 s. n.
252. JN ovena I al I Glorioso martyr | S. Christoval, | Abogado con-
tra los Tem- | blores, y Muertes | repentinas. | Compuesta por un Sacer-
dote J Devoto suyo. | Reimpresa en México, en la Impren- [ ta de los
Herederos del Lie. D. Jo- | seph de Jauregui, en la Calle | de San Ber-
nardo. I
l6vo.; port. con grab. en la vta. y 14 hojs. s. n.
253. JN OVENA I al I Glorioso martyr | S. Christoval \ Por vn Religio-
sa \ de San Francisco devoto | suyo. | Abogado contra los | temblores, y
muertes | repentinas. ¡ Con licencia | En México, por Miguel de | Ribe-
ra Calderón. |
ióvo.; port. y 12 hjs. s. n.
254. Novena | á S. Estanislao | Kostka, | Novicio de la Compañía |
de Jesús, | Su Benjamín, y de toda la | Iglesia, por ser el Sto. Con- | fe-
ssor de menos edad, que venera. | Escrita | Por un Religioso de la misma
I Compañia. \ Reimpressa en la Imprenta del j Real Colegio de S. Ilde-
fonso. [
ióvo.; port. y 13 hojs. s. n.
255. 1> OVENÁ I al Glorioso | Patriarca | San Felipe | Neri, | Funda-
dor I de la I Congregación | del Oratorio. | Reimpresa en la Puebla en el
Portal I de las Flores. |
8vo.; port. y 7 hojs. s. nr.
25G. Novena | del Glorioso Doctor | de la Iglesia | S. Geronymo, \
Abogado contra las tentaciones | de la carne, y especial Protector | para
conseguir la virtud de | la Castidad. | Dispuesta | por un Padre Sacerdote
de la I Congregación del Oratorio del | Patriarca S. Felipe Neri de | esta
BIBLIOGRAFÍA mexicana DEL SIGLO XV 111.
179
Ciudad. I Reimpressa en México, en la Im- | prenta de D. Felipe de Zú-
ñiga I y Ontiveros, en la calle de la Palma. |
ióvo.; port. con grab. en la vta. y 10 hojs. s. n.
257. JN OVENA I a S. Ignacio | de Loyola, | Patriarcha, | y Fundador
I de la Compañía | de Jesús. | Compuesta | por un Padre de la misma |
Compañía, j Reimpressa en México, en la Im- | prenta de D. Felipe de
Zuñiga, y | Ontiveros, calle de la Palma. |
lóvo.; port.; con grab. en la vta. y 15 hojs. s. n.
258. Novena | a la Seraphica Madre | Santa Theresa | de Jesús, |
para alcanzar | por su medio, el favor que se | desea conseguir de Dios
I Nuestro Señor. | Ordenada | por vn Religioso Carmelita | Descalzo. |
Su Eminencia, el Señor Cardenal Don | Luis Manuel Portocarrero, Ar-
zobispo I de Toledo, concedió cien dias de Indul- | gencia á los que hizie-
ren esta Novena, | por cada vez que la hizieren. |
lóvo.; port. con grab. en la vta. y 14 liojs. s. n.
259. JN OVENA I a I la Esclarecida \ Virgen, y Doctora | Mystica |
Santa | Theresa | de Jesvs. | Para alcanzar por | su medio singulares fa-
vores, de Dios I Nuestro Señor. | Por vn devoto de la Santa. | Con licen-
cia en México. Por los herederos [ de la viuda de Bernardo Calderón, y por
su I original en la Imprenta nueva de Joseph | Pérez, en la Puebla de los
Angeles. |
8vo.; port. y pp. 1 á 17 la obra.
200. JN OVENA I del ilustre, y esclarecido | Apóstol valenciano | Sn.
Vicente | Ferrer, | Ángel del Apocalipsi, | Apóstol de Christo, | Honra
de la Iglesia Católica, | Luz del Mundo, | Astro resplandtciente del Cielo
Dominicano, | Segundo S. Pablo en su Predicación, | y sin segundo en su
admirable Vida, ¡ y prodigiosos Milagros. | Dispuesta | por un Sacerdote
del mismo Orden | Reimpressa en México, en la Imprenta de la j Biblio-
teca Mexicana del Lie. D. Joseph de | Jauregui. Calle de San Bernardo. |
i6vo.; port. con grab. en la vta. y 14 hojs. s. n. con la obra.
201. JN OVENA ¡ en Honrrade la Glorio- | sa Santa Ana, Madre de la
Dignissi- j ma Madre de Dios, Abuela del mis- | mo Señor humanado, en
memoria | tierna, y afectuosa. | De la Sagrada Familia | Jesvs, Maria Jo-
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
1 8o
I seph, Joachin, y | mi Señora S. Ana. | Ofrécela con afectvo- | so rendi-
miento á los piadosos ánimos | la Congregación de la Santissima | Virgen
de los Dolores del Collegio | de la Compañía de Jesvs de San | Pedro, y
San Pablo de México. | Con liceneia de los Superiores. | En México, por
Miguel de Ribera en | el Empedradillo. Año de 1701. |
8vo.; portada y í < » 1 i «> 1 á 19 vuelta y 1 hoj. con grab.
262. JN OVEN A I del | Gloriosissimo | San Nicolás ¡ de Tolentino, |
Patrón de esta no- | bilissima Ciudad de México. | Dispuesta | por vn Sa-
cerdote de dicha Ciu- I dad de México. | Sácala a luz | la devoción de vna
Religiosa Professa en el | Sagrado Convento del Gloriosissimo | Patriar-
cha, y Señor San | Ioseph de Gracia. | Con licencia: En México, | por los
Herederos de la Viuda de | Bernardo Calderón, año 1703. |
8vo.; port. con grab. en la vta. y II liojs. s. n. con la obra.
263. JN ovena I al Gloriosissimo Archi-Levi- | ta Martyr Romano é
Invictissi- I 1110 Aragonés. | S. Laurencio | Dispuesta por vn Sacerdote
de este | Arzobispado. ¡ Sale a luz | a instancias de vna Señora Devota
I del mismo Santo, de quien se reco- ¡ noce con especialidad Patrocina-
da, j Con licencia. | En México: Por los Herederos de la | Viudade Fran-
cisco Rodríguez Lupercio, | en la Puente de Palacio. Año de 1708. |
8vó.; pbrt. con grab. en la vta. y 11 hojs. s. 11.
'2d4 JN OVENA I del Glorioso Doctor | de la Yglesia | S. Gerónimo |
Abogado contra las | tentaciones de la carne, y especial | Protector para
conseguir la | virtud de la Castidad. | Dispvesta por vn P. Sacerdote ¡ de
la Congregación del Oratorio del Patriar- | cha S. Felipe Neri de esta Ciu-
dad. I a devoción | de la Madre Maria Clara de S. | Francisco, | Portera
Mayor, quien [ la dedica á su Madre Santa | Pavía. | Con licencia: En Mé-
xico, por Francisco de | Rivera Calderón. Año de 1708. |
8vo.; portada, más 20 hojs. s. n. y 1 grabada.
'-Mío. JNnYKNA I en culto de \ Sta. Maria | Magdalena, | Serafín abra-
sado I en el diuino amor, y exemplo | de penitencia. \ Harase, oíos nueve
I dias antes de su fiesta, ó en otro | qualquier tiempo del | año. | A devo-
ción I de vna Religiosa del Real Con- | vento de Jesvs Maria | de esta
Ciudad. I Escrita por vn Sacerdote, devoto | de la Santa. | Con licencia.
En México, por Fian- | cisco de Ribera Calderón, año 1708. |
Svo.; port. y 17 hojs, s. n.
bibliografía mexicana del siglo xviil
181
266. 1\| OVENA I en Honrra de el | Glorioso Obispo de Sebaste | Sr.
San Blas | dedícala | a la Soberana Reyna de los | Cielos, y Madre Dolo-
rosa, | y la da á la Estampa la Madre | Ysabel de San Christoval, Re- |
ligiosa de su Convento de la | Concepción de esta Ciudad | de México.
| Con licencia de los Superiores. | En México, por Francisco de Ribera j
Calderón. Año de 171. i. |
8vo.; port. y 7 hojs. s. 11.
267. Novena | en evito de Santa | Maria | Magdalena. | Seraphin
abrasado en el divino amor, y | Exemplo de penitencia. ¡ Haráse, ó los
nueve dias antes de su fiesta, ó | en otro qualquier tiempo del año. [ A de-
voción de vna Religio | sa del Real Convento de Iesus Maria | de esta Ciu-
dad. I Escrita por vn Sacerdote, devoto de la | Santa. \ Con licencia, en
México por los Herederos de la Viuda de | Francisco Rodríguez Luper-
cio, en la Puente de Palacio. | Año de 17 12. |
8vo.; port. con grab. en la vta. y 15 hojs. s. nr.
268. ÍN OVENA I de el Gloriosissimo | Principe San | Miguel. | Sácala
a luz, y la dedica | al Excmo. Señor D. Fernando de Alen- | castre, No-
roña, y Silva, Duque de Linares, Mar- | ques de Valdefuentes, de Gobea,
y Porto alegre, | Co- | mendador mayor del Orden de Santiago en el Rey-
no I de Portugal, Gentil Hombre de la Cámara de su Ma- | gestad, de su
Consejo, su Vi-Rey, Lugar Teniente, | Governador, y Capitán General
de esta | Nueva-España, &c. | El Cap. D. Estevan Moreno | del Castillo,
Alcalde Mayor de las | quatro Villas del Marquezado \ de Oaxaca. | Con
licencia, en México: | Por los Herederos de la Viuda de Fran- \ cisco Ro-
dríguez Lupercio, en la Puente | de Palacio. Año de 17 12. |
8vo.; port. con grab. en la vta. y 13 hojs. s. n. con la obra.
269. JN OVENA I a la I Preciosa Cordera | de el Cielo | la Gloriosissi-
ma I Virgen, y Martyr | Santa Inés. | Dispuesta | por vn Sacerdote de
este Arcco- ¡ bispado. | Sale a luz | a instancias de la M. R. Madre | Pe-
tronila de San Joseph, actual | Abadesa de el Religiosissimo Con- | vento
de Señoras Religiosas de | Santa Inés. | Con licencia: En México. | Por
la Viuda de Miguel de Ribera ¡ Calderón. Año de 171 3. I
8vo.; port. y [9 hojs. s. n.
270. Novenario | de Alabanzas, | en Honrra de la | Gloriosa | San-
ta Paula, I Sacado | de vna Carta con nombre de Epita- | phio, en que el
BIBLIOGRAFÍA MEXICANA DEL SIGLO XVIII.
Máximo Doctor de | la Iglesia S. Gerónimo haze reía- | cion a la Escla-
recida Virgen Eusto- | quio de la admirable vida, y prodi- | giosa Santi-
dad de su muy ilustre | Madre Paula. | A devoción de vna amante | Hija
suya, que por el mismo titulo lo con- ¡ sagra á su glorioso Padre San |
Gerónimo. | Con licencia. | En México, por Francisco de Rive- | ra Cal-
derón. Año de 171 5. I
8vo.; port. y II hojs. ^. n.
271. NüVEXA | del | Glorioso Padre, | Doctor, | y luz de la Yglesia
San Augustin. | Dispuesta, y sacada a luz | por vn devoto suyo. | Im-
pressa en Lima, ¡ y por su original, | con licencia, en México: | Por los
Herederos de la Viuda de | Francisco Rodríguez Lupercio, En la | Puente
de Palacio. Año de 17 16 |
8vo.; port. y 7 hojs. s. n.
Iesvs sea bendito. Amen. |
272. Novena j del Santo felicissimo, y | buen ladrón | San Dimas, |
cuya sagrada, hermosis- | sima Imagen, se venera en el Convento | de
Nuestra Señora de la Merced, Re- | dempcion de Cautivos, de la Puebla
de I los Angeles, colocada en vna Capilla de | su Sagrado Templo, que se
compuso, do- I ró, y adornó, con las limosnas de los | devotos, assi de den-
tro, como de | fuera de dicha Ciudad. | Dispúsola | vn Religioso afecto al
Santo, Hijo del di- | cho Real Mercenario Convento. | A devoción de vna
Reli- I giosa, devota del Santo. | Impressa en la Puebla. Y por su Origi-
nal, en I México, por Francisco Rivera Calderón, | en la calle de S. Au-
gustin. Año de 1719. I
Svo.; port. orí. y un grabado en su vta.; 7 hojs. S. n. edil la obra.
NUÑEZ de HARO y PERALTA. Mimo. Sr. ALONSO (Clérigo.)
273. Nos El Dr. D. Alonso Nuñez de | Hato y Peralta, por la Gra-
cia de Dios I y de la Santa Sede Apostólica Arzobispo | de México, Ca-
ballero Gran Cruz Prelado | de la Real y Distinguida Orden Española |
de Carlos Tercero, del Consejo de S. M. &c. |
4to.; sigue inmediatamente el texto contenido en 15 pp. nrs.
El contenido es interesante y por ello se reproduce á continuación.
A nuestros muy amados venerables Hermanos el Dean y Calíllelo de nues-
tra Santa Iglesia Metropolitana: al Abad y Cabildo de la Insigne y Real
Colegiata de nuestra Señora de Guadalupe: d nuestros Provisores, Vicarios
-■/■kíMÉS ; -y^%
\~;\
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$**.
PSAATTOAPOSTOLD0ESUCHRTSTQ %
.Thomas;con quanfas razones deues* ser
particular protectora e. éstas arnericaspu:
estu/uiste el señalado detulíiumo Amaestro
ifsegunsus tradiciones; para anunciar en e
Llaslaley de Grac ia_y con cjuant ajusticia
ieuenlosAmericanos serte amartela:
dos afectos. Yn te rcede con Dios allá
,enel Cielo por los cjue vinimos en.
itngsXe Suelojy cjue nos conceda le conosctm] *
Je Amemo^yíe yirvamos Amen
■:f\
i^-pe-t; iop£¿ J/nu
T*\
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Escalerillas cs#exño.c¿JSJir
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
183
generales de Españoles é Indios: á los Vicarios foráneos: á, los Curas y de-
más Clérigos de qualquiera orden que sean: á los RR. PP. Prelados de las
Ordenes Regulares: á los Superiores y Superioras de todos los Conventos,
Colegios y Hospitales; y á todos los Fieles de ambos sexos de esta Ciudad y
Arzobispado de qualquier grado, dignidad, calidad, estado y condición que
sean, salud, paz y gracia en N. S. J. C.
Hacemos saber, que en la solemne Festividad de la milagrosa Apari-
ción de Maria Santísima de Guadalupe, que se celebró en su Insigne y
Real Colegiata el dia 12 de Diciembre del año anterior de 1794, predicó
un Sermón el P. Dr. Fr. Servando Mier, de esta Provincia de Santiago de
Predicadores, en que oponiéndose á la recibida y autorizada tradición
de dicha Santa Imagen, publicó una nueva y fingida Historia, en que
asentó haberse estampado en la Capa de Santo Tomás Apóstol, viviendo
aun en carne mortal la Santísima Virgen, con otras muchas proposiciones
impías, errores y fábulas indignas de aquel santo lugar, hasta haber afir-
mado que este Santo Apóstol dexó ocultas las Imágenes del Santo Chris-
to de Chalma, de nuestra Señora de los Remedios, y otras que se veneran
en el Reyno, con lo que quedó escandalizado todo el Público. Y respecto
á que este Sermón se predicó en nuestra presencia, y aun asistiendo tam-
bién el Exmo. Señor Virrey, la Real Audiencia, los demás Tribunales, y
el mas crecido y numeroso concurso; y á que por razón de nuestro minis-
terio nos incumbe proveer el oportuno remedio en estos casos, conforme
á lo dispuesto por el Santo Concilio de Trento en la Sess. 5. Cap. 2 de
Reformatione, y en la 25 en el Decreto de Invocatione, Veneratione, & Reli-
quiis Sanctorum, & Sacris Imaginibus, fulminamos inmediatamente Cau-
sa de oficio, en que prohibimos al P. Mier el uso de las licencias de predicar
y mandamos que exhibiese el referido Sermón para examinar su doctrina
con la atención y cuidado que demanda la gravedad de la materia. Y ha-
biendo exhibido varios apuntes, porque dixo no tener literalmente escrito
el Sermón según lo habia predicado, y ocurrido después como Partes el
Venerable Cabildo de dicha Insigne y Real Colegiata, y la Real Congre-
gación de la misma Señora fundada en ella, pidiendo se declarasen por
impías, falsas y temerarias las proposiciones que vertió el Predicador, y
que se diese una satisfacción pública, nombramos por Censores á los Se-
ñores Doctores y Maestros Don Joseph Uribe, y Don Manuel de Omaña,
Canónigos Penitenciario y Magistral de nuestra Santa Iglesia Metropoli-
tana, y Catedráticos de Sagrada Escritura y Vísperas de Teología de esta
Real y Pontificia Universidad, y por Promotor Fiscal de la Causa al Doc-
tor D. Joseph Nicolás de Larragoiti Cura de la misma Santa Iglesia, Abo-
gado de esta Real Audiencia, y Catedrático de Vísperas de Leyes de la
propia Universidad. Así formalizada la Causa, exhibió después el P. Mier
otros muchos apuntes, con un Sermón que dixo haber sacado fielmente
de su memoria, y al tenor preciso del que predicó en el Pulpito; y decía-
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII
ró también, que el cuerpo de la Historia que publicó, lo sacó de una Obra
manuscrita, que se intentaba dar á luz con e! título de Clave general de
Geroglíficos Americanos, cuyo autor era el Lie. Don Ignacio Borunda
Abogado de esta Real Audiencia. Y deseando instruir plenamente el Ex-
pediente con quanto pudiera conducir para calificar la verdad, pasamos
Oficio al Exmo. Señor Virrey para que compeliese á dicho Licenciado á
entregar su Obra con cuantos papeles y documentos tuviese conducentes
al asunto: y habiéndolo así executado con declaración que hizo de no re-
servar alguno, se pasaron todos á los Señores Censores para su califica-
ción. Estando la Causa en este estado, hizo ocurso el P. Mier a nuestro
Tribunal, y también al Venerable Cabildo de la dicha Insigne y Real Co-
legiata, en que se retractó de la doctrina que predicó, confesando llana-
mente sus errores, pidiendo perdón de ellos, y ofreciendo dar la satisfac-
ción que se juzgase conveniente, y aun componer é imprimir una Obra
contraria á su Sermón, cuya retractación ratificó judicialmente, declarando
haberla hecho de su libre y espontánea voluntad, y movido solo de haber
conocido su yerro, por haberse impuesto bien en la materia. En vista de
todo, y después de otros trámites, los dichos Señores Censores nos expu-
sieron su dictamen, en que con la mas juiciosa crítica, con la erudición
mas profunda, y con la instrucción mas completa de las reglas Teológicas,
Historia Sagrada y Profana, de la particular de esta América, y de los so-
lidísimos fundamentos que apoyan la recibida tradición de Nuestra Seño-
ra de Guadalupe, demostraron los muchos errores, blasfemias, milagros
supuestos, delirios y ridiculas fábulas que contienen el Sermón del P. Mier
y la Clave general del Lie. Borunda, y nos consultaron, que declarándolo
así, tomásemos las providencias convenientes para evitar que se propa-
guen semejantes especies con detrimento de la piedad christiana. Y dada
vista al citado Promotor, apoyó el mismo dictamen, y demostrando con
fundamentos legales tener estado los autos para su determinación, conclu-
yó pidiendo nos conformásemos en todo con lo consultado por los Seño-
res Censores, con otras providencias que promovió concernientes á la na-
turaleza y circunstancias de la Causa. En esta virtud, y considerando que
la piadosa y recibida tradición de la Imagen de Maria Santísima de Gua-
dalupe, según se refiere uniformemente en las muchas Historias de ella y
Sermones que corren impresos, y se ha conservado y conserva con exac-
titud en la memoria de todos los Fieles de esta América, aun del mas rudo
vulgo, desde el año de 1531. en que se verificó su milagrosa Aparición,
obtiene tan distinguido lugar entre las tradiciones eclesiásticas, pues se
halla comprobada con una Información jurídica, que con citación Fiscal y
demás formalidades de Derecho se recibió en el año de 1666 por ante qua-
tro Capitulares de nuestra Santa Iglesia, como Jueces Comisionados para
ella, en que de común acuerdo declararon el milagro, y la creencia de los
años anteriores mas de veinte Testigos, y entre ellos algunos de ochenta,
BIBLIOGRAFÍA mexicana DEL SIGLO XI III
185
deciento y mas años, que recibieron esta verdad de los mismos que vivian
al tiempo del milagro, y aun de aquellos por cuyo medio se obró, la que se
presentó en la Sagrada Congregación de Ritos, según atestigua el Autor
Italiano Anastasio Nicoceli en su Relación de dicha Santa Imagen impre-
sa en 1681. Lo está también por muchos papeles y documentos que paran
en el Archivo de dicha Real Colegiata, y prueban la creencia del milagro
y mucha veneración que se ha tenido siempre á esta Santa Imagen desde
la época de su milagrosa Aparición, pues consta que desde ella se le co-
menzó á fabiicar el primer Templo, á que se conduxo de esta Ciudad en
26 de Diciembre de 1533: que en 1562 otorgó una Escritura de reconoci-
miento de cierto censo á su favor Martin de Aranguren, Mayordomo que
fue de nuestro Illmó. y Venerable antecesor el Señor D. Fr. Juan de Zu-
márraga, y que en 1629 en la general inundación que padeció esta Ciudad
se traxo en canoa desde Guadalupe á nuestra Santa Iglesia Catedral, co-
mo el mas seguro refugio á que acudieron los Mexicanos en aquel conflicto;
fuera de otras pruebas y argumentos que resultan de dichos documentos.
Lo está igualmente por las muchas Historias impresas, Sermones y Libros
de piedad que sucesivamente y con absoluta uniformidad se han estado
dando á luz desde el año de 1648, á mas de otras manuscritas que se han
perdido por injuria de los tiempos, y de que hay moral certidumbre, pues
D. Fernando de Alva, que nació por los años de 1570, en la Relación que
dio de dicha Santa Imagen, asegura que la trasladó de unos papeles muy
antiguos y curiosos de un Indio, como atestiguan el Padre Florencia, Si-
guenza, Miguel Sánchez y Luis Becerra Tanco, que escribieron por esta
Relación, asegurando el primero haberla visto y tenido en su poder. Lo
está así mismo por la común, uniforme y univeisal creencia de todos los
Fieles de esta América, autorizada con la veneración y exemplo de todos
nuestros dignos y sabios antecesores y demás Prelados sufragáneos, de los
Fxmós.' Señores Virreyes y Magistrados, de todos los Eclesiásticos Secu-
lares y Regulares, y de la Nobleza y Plebe; pues todos han tributado y
tributan á esta Imagen y á su milagrosa Aparición el culto más sumiso
y la devoción mas tierna, sólida y reverente, la qual, no quedando ceñida
á este Continente, se ha extendido á la otra América y á nuestra antigua
España, en donde es casi igual la veneración, y aun se ha propagado á la
Italia, Flándes, Alemania, Austria, Bohemia, Baviera, Polonia, Irlanda y
Transilvania, pues en todos estos países se venera la Imagen de Guadalu-
pe de México, en todos corren y se leen Relaciones impresas del milagro,
sin que hasta ahora haya habido Autor alguno, Nacional ó Extrangero,
que haya osado impugnarlo públicamente; manifestándose en esto una ad-
mirable providencia del Altísimo, que ha contenido la mordaz y temera-
ria crítica de los Filósofos del siglo. Lo está por el notorio zelo y esfuerzos
con que nuestros piadosos antecesores han promovido los cultos de esta
Santa Imagen, pues todos sin excepción desde el otado Y. Señor Zuma
24
bibliografía mexicana del siglo xviil
i 86
rraga se han empeñado en dar pruebas de su creencia, tierno amor y ve-
neración, dexando todos diversos monumentos de su piedad en su Santua-
rio y aun fuera de él. Y lo está finalmente por la suprema autoridad de
la Iglesia, pues habiéndose solicitado que la Santa Sede concediese para
el día doce de Diciembre Misa y Rezo propio de la Aparición de dicha
Santa Imagen, y habiéndose examinado primera y segunda vez el punto
por la sabia Congregación de Ritos con todo el rigor y severidad que acos-
tumbra, y habiéndolo ademas examinado por sí mismo, leyendo quantas
Historias y documentos se presentaron, el Señor Benedicto Catorce, cuya
profunda erudición, sabiduría y circunspección en materia de Milagros,
manifestada en sus inmortales escritos, es bien notoria á todo el Orbe, que-
dó tan íntimamente persuadido de la verdad de la tradición, que se hizo
cordial devoto de Nuestra Señora de Guadalupe, y concedió la Misa pro-
pia y Rezo, en que se hace mención de ella en las Lecciones del segundo
Nocturno, aplicándola en el tercero un pasage el mas alusivo á este favor,
y elogiándola en algunas de sus Antífonas, especialmente en aquella en
que comparando esta América con las demás Naciones, resuena desde el
alto Solio del Vaticano, que Maria Santísima NON FECIT TALITER OMNI
NATIONI. Con presencia de todo esto y de otros muchos fundamentos,
y considerando por otra parte que los argumentos de que se han valido,
así el P. Mier en su Sermón, como el Lie. Borunda en su Clave para la
nueva y fingida Historia que han querido atribuir á esta Santa Imagen,
se hallan destituidos de toda calificación, autoridad, apoyo y fundamento,
y no exceden los términos de delirios y fábulas, sin tener siquiera alguna
verisimilitud probable, ó visrs de ella; y habiendo también consultado con
otros varios Sugetos Teólogos y Juristas solicitando el mejor acierto en
esta grave é importante materia, proveímos Auto en 21 del corriente Mar-
zo, en que fuera de otras providencias que dimos tocantes á las circuns-
tancias de la Causa, declaramos por falsa, apócrifa, impía é improbable la
Historia de la Imagen de nuestra Señora de Guadalupe que predicó el ci-
tado P. Mier, y que por tanto contiene su Sermón una doctrina escanda-
losa, agena del lugar sagrado en que se publicó, injuriosa á gravísimos
Autores Españoles y Kxtrangeros, fomenta la inflación y arrogancia del
propio juicio contra los preceptos Apostólicos, perturba la devoción, reli-
gión y piedad, combatiendo una tradición constante, uniforme y universal,
por lo ménc s en esta América, y calificada como piadosa por la Silla Apos-
tólica. Así mismo declaramos por igualmente falsos y fabulosos los suce-
sos, prodigios y milagros que el dicho Lie. Borunda refiere en su Obra
concernientes al establecimiento de la Iglesia en esta América, y especial-
mente los que dicen relación á la referida Imagen de Guadalupe; y para
evitar que estas fábulas y supuestos milagros, que carecen de toda califi-
cación y aun de verisimilitud, se propaguen con perjuicio de la piedad chris-
tiana, retuvimos la indicada Obra para que se guarde en el Secreto de
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
187
nuestro Archivo con la correspondiente Nota, y prohibimos á los Predica-
dores que en sus Sermones prediquen dichas especies, y con particularidad
las que tocan á dicha Santa Imagen, mandando que antes bien exhorten
á los Fieles á que se mantengan en la dicha constante y autorizada tradi-
ción, hablando en su apoyo con todos los fundamentos que hallen condu-
centes, y que por el general escándalo que el citado Sermón ha causado
en todo el Reyno, se publicase esta determinación por Edicto, que se lea en
un dia festivo inter Missarum solemnia en nuestra Santa Iglesia Metro-
politana, en la de la dicha Insigne y Real Colegiata, y en todas las demás
de esta Ciudad y Arzobispado, y que se dirija un exemplar á todos los
Illmós. Señores Obispos sufragáneos de esta Provincia para que lo hagan
circular en sus respectivas Diócesis, si lo estimaren conveniente.
Por tanto, y deseando que esta determinación tenga su mas puntual y
cumplido efecto, mandamos expedir el presente para que todos lo Fieles
queden entendidos de ella, y les exhortamos y encargamos con todo el
esfuerzo y persuasión de nuestro ministerio Pastoral, á que se conserven
en la devota creencia, constante y apoyada tradición que tenemos de la
Portentosa Imagen de Maria Santísima de Guadalupe, sin dar lugar á no-
vedades perniciosas que entivian y retraen de la piedad y religión con que
todos la han venerado hasta aquí, y del culto que la han tributado en su
Santo Templo: prohibimos absolutamente á los Predicadores, así Secula-
res como Regulares, que puedan predicar contra ella, y les mandamos que
antes bien exhorten á su creencia, y que se imprima y publique este Edic
to en la forma prevenida, y después se fixe en los sitios acostumbrados, y
se pasen los exemplares necesarios con las Cordilleras y Oficios correspon-
dientes. Dado en esta Ciudad de México, firmado de Nos, sellado con el
Sello de nuestras Armas, y refrendado del infrascrito nuestro Secretario
de Cámara y Gobierno, á 25 de Marzo de 1795. — Alonso Arzobispo de Mé-
xico.— Por mandato de S. Exá. el Arzobispo mi Señor.
Gran resonancia tuvo en toda la colonia el acontecimiento que relata la Pastoral del Sr. Arzo
hispo de México; y el ligero é iluso predicador pagó bien caro su candidez y credulidad.
Veamos como refiere él mismo lo acaecido y lo que después sucedió:
Mi sermón se reduce á decir que la imáyen de Guadalupe habia tenido
culto en el cerrillo de Tepeyácac, llamado por eso touantziii, ó de nues-
tra madre y Señora, desde que Qetzalcohuaü (que quiere decir Santo To-
mas, y los indios le llaman también Santo Tomé, como los del oriente) les
habia anunciado el Evangelio. Quizá los cristianos la escondieron del fu-
ror de los apóstatas, quando la persiguió cruelmente Huemac rey de Tu-
la, y la virgen apareciendo á Juan Diego en 1531, envió su antigua imagen
al Obispo, mandando reedificarle su templo etc., conforme á la tradición.
Todo lo dicho estaba desenvuelto en una obra del Licenciado Borunda
Abogado y anticuario megicano intitulada: Clave general de geroglíficos,
bibliografía mexicana del SIGLO XI u i
[88
americanos escrita con ocasión de tres monumentos escavados en la pla-
za mayor de Mégico, y en obsequio á la invitación hecha á tos america-
nos por reciente Real orden espedida á instancia de la real Academia de
la historia para escribir sobre sus antigüedades. Se deseaba tener medios
para imprimirla y para conseguirlos escitando la curiosidad pública, se so-
licitó predicase yo el antecedente análisis. No tuve tiempo de leer la obra
de que solo recibí algunos apuntes; pero se me aseguró, tanto que las prue-
bas eran incontrastables aunque para exhibir toda su fuérzase necesitaba
toda la extensión de la obra, que fué sorprendida mi sencillez y buena fe.
Huic uni forstitam potui sucumbere culpae.
No piense VS. que esto lo anuncié como cierto. A mas de advertir que
no negaba las apariciones de la Virgen, ni me oponía á la tradición primi-
tiva y genuina, hice desde el principio esta protesta: "Sujeto mis propo-
siciones á la corrección de los sabios. A algunos parecerán estiañasjpero
"á mi me parecen probables, y á lo menos si me engaño, habré exitado la
"decidía de mis paysanos para que probándomelo, aclaren mejor la ver-
"dad de esta historia, que no cesan de criticar los desafect s, y entonces
"mas gustoso yo veré destruidas todas mis pruebas, de que ahora solo pue-
"do exhibir algunas, consultando á la brevedad é inteligencia de la mayor
"parte del auditorio."
Tampoco pailí tan de ligero que no consultase mi sermón antes de pre-
dicarlo con algunos doctores hábiles; pero tuve la desgracia de que me ani-
masen prometiéndome sus plumas y aun-sus bolsas para entrar en la lidá
mi favor. Debo decir en disculpa nuestra, que creyendo la tradición como
la creiamos, no podíamos menos de adoptar el sistema propuesto, pues á
no ser verdadero, la tradición Guadaiupana es evidentemente una fábula
mitológica, porque es la misma historia de la antigua Tonantzin que los
indios veneraban en Tcpeyácac desde los tiempos de Qnetzalcohiialt, como
es fácil colegirlo reuniendo lo que cuentan de ellaTorquemada y Becerra.
Ni dudo que el indio D. Antonio Valeriano inventor de la historia de Gua-
dalupe se propuso por obgeto persuadir que la imagen era la misma, co-
mo lo probaré adelante. Y prescindiendo hoy de la verdad de la tradición
de Guadalupe, y de lo que prediqué, creo todavía que la madre del ver-
dadero Dios en megicano Tezenfeotenantzin tuvo antiguamente culto en
Tepeyácac en una imagen muy semejante á lo menos. Así lo han sentido
autores megicanos respetables, cuyos MSS. se guardan y leen en Mégico
con aprecio. Exhibiré las razones á su tiempo.
Por ahora ¿cree VS. que por tal sermón merecía yo perder enteramente
honor, pati ia, bienes y liberta i ?J Ah Señor una es la causa que suena y otra
la verdadera Suena la negativa de la de tradición, pero nada es mas co-
rriente en Mégico que el que el Arzobispo es uno de los incrédulos La
causa verdadera es que mi sermón supone necesariamente la predicación
del Evangelio antes de la conquista. Aunque apoyada en gravísimos do-
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
189
cimientos y sostenida por gravísimos autores aun Arzobispos y Obispos
de América, siempre ha incomodado al común de los españoles, porque
creen que perjudica á su gloria Apostólica y porque se han hecho del evan-
gelio un título de dominio, contra la intención de su autor: gratis accepis-
tis, gratis date: ecce enim maces vestra multa est i 11 codo.
Por tanto, pues, apenas me oyó el Arzobispo aseverar una especie que
allá solo se permite á sombra de tejado, quando juró mi pérdida con su
acostumbrada caridad episcopal, sino que como guerrero ejercitado en per-
der americanos, lejos de manifestar un verdadero punto de ataque que hu-
biera hecho mi causa general, pues los americanos no dudamos de dicha
predicación, para acometerme aislado sorpiendió á mis paysanos por el
flanco débil de su tradición favorita. Yo habia predicado el viernes 12 de
Diciembre en el Santuario, y en ese dia por considerarse al pueblo en ro-
mería muy raro es el sermón en Mégico; pero el domingo infraoctavo son
casi tantos como los pulpitos, y el Arzobispo envió orden á las iglesias
para que todos sus oradores predicasen contra mí por haber negado la
tradición de Guadalupe. Mil tamborileros de bonete y chirimiteros de ca-
pilla ejecutaron á un tiempo las ordenes de su tamboi mayor, y resultó el
tolle correspondiente. Gracias á la dulzura natural de aquel pueblo, á la
estimación en que yo estaba, y á la reclusión voluntaria que guardé en mi
convento, si todo paró en una inmensa habladuría. La medida para exi-
tarla y motivar un pioceso, era tan infalible, que á las ocho y media de la
mañana del mismo domingo, es decir, antes que resultase el escándalo,
pues á esa hora aun no se habia predicado ningún sermón, ya se me pidió
el mió, y me intimó la suspensión de predicar, á tiempo que iba á hacer-
lo en la iglesia de las Capuchinas.
Después de este pregón temerario no debe V. S. esperar ningún paso
legal. Se comenzó por encerrarme, y aunque obgeté luego los privilegios
de la orden mi Provinci.il era un turris cbitrnca, bebedor, enemigo mió
particular y general de los americanos, como el Arzobispo, con quien es-
taba de acuerdo. Recurrí á éste pidiendo se me oyese, y la respuesta fué
privarme de libros, tintero, papel y comunicación, conminándome con se-
vero castigo si volvía á escribir mas en mi dcfei sa. Se saquearon todos
los papeles de mi celda y hasta de mis escritorios para privarme de to-
dos mis documentos y defensas; y á fuerza de violencias y de engaños,
prometiéndome cortar el asunto si suscribía a una sumisión, firmé una en
que mi Provincial puso que habia errado y pedia humildemente perdón:
y aunque yo entendía esto de prudencia ó de historia inconexa con el dog-
ma, tuve la precaución de añadir (pie daba el paso por no poder sufrir mas
la prisión. Se me mandó firmar otra retractación para el Cabildo de Gua-
dalupe; peí o al Canónigo que vino a avisarme lo complacidos que que-
daban (porque secretamente estaban á mi favor) advertí era solo condi-
cional caso de cumplírseme lo prometido
bibliografía mexicana del siglo xvm.
190
Todo era nulo en sí, pero no se buscaba sino un pretexto con que pa-
liar ante el público la falta de audiencia. Guando conocí la fraude, intenté
interponer recurso de fuerza ante la Real Audiencia; pero no logré mas
que duplicar el rigor de mi prisión. En fin el Arzobispo dispensó que se
trabajase el Domingo til Pasione del año de 1795 por el piadoso objeto
de imprimir contra mí un libelo infamatorio con el nombre de edicto. Así
llaman allá á las cartas pastorales para que hasta los nombres sean usur-
pados; y el dia de la Encarnación se publicó en todas las iglesias de Mé-
gico inter Missarum solemnia. Hace saber, dice, que el Dr. Fr. Servando
Teresa de Mier de la Provincia de Dominicos de Mégico negó en el día
12 de Diciembre de 1794 la tradición de Guadalupe y las apariciones de
Nuestra Señora de los Remedios, del Señor de Chalina y otras imágenes
del reyno, con otros errores (como si estos lo fuesen, Teológicos se supo-
ne): que la tradición de Guadalupe consta de informaciones hechas el añ >
de 1666, en que declararon mas de veinte testigos que trataron y cono
cieron á las personas que intervinieron en el milagro; y que por tanto la
imagen es conocida y venerada en España, Italia, Francia, Holanda, Ale-
mania, Austria, Baviera, Prusia, Sajonia, etc. : que habiendo mandado exa
minar el sermón por dos canónigos de (quienes exhibe los perifollos como
si siempre valiesen lo que significan), contenia según ellos errores, blas-
femias, impiedades, delirios y fábulas sin sombra de verosimilitud alguna:
esta descarga alude sin duda á la predicación del Evangelio, que para los
españoles es blasfemia é impiedad; pero lo mas gracioso es que los dichos
censores aunque hicieron algunas escaramusas escolásticas con que con-
tentar ásu comitente, reasumieron su dictamen afirmando que nada habria
reprensible en el sermón, si no se hubiese negado en él la tradición de
Guadalupe. A esta negativa, que se dispensaron de probar, porque la su-
ponen clara, dijeron que se podia aplicar la censura que en una real orden
publicada por el Ministro Risco se habia dado contra el célebre Dr. Fe-
rreras por haber negado la tradición del Pilar, pues sin duda ambas tra-
diciones son iguales. Y sin mas ni mas el edicto desenraja toda la ensarta
de desatinos de algún covachuelo ignorante vomitó contra aquel sabio his-
toriador, diciendo que la negativa de Guadalupe era subversiva de la pie-
dad, contraria á la devoción de toda la Europa (v. g. Constantinopla), in-
juriosa á la silla Apostólica, á gravísimos autores españoles y extranjeros
etc. Que se habia sacado la historia de los papeles de un indio (grande
autoridad); y que habiendo sido las actas examinadas dos veces (ni una
tampoco) por la silla Apostólica, resonó desde el alto solio del vaticano
que 11011 fecit taliter otnni nationi. Manda que no hablen de los principios
de la Iglesia americana como el Padre Mier y el licenciado Borunda (Jio-
copiis), y que todos crean y sostengan con todas sus fuerzas la tradición
piadosa, etc.
Ecce nunc adisti blasfemias. Este círculo de necedades supersticiosas se
BIBLIOGRAFÍA MEXICANA DEL SIGLO XVÍJL
191
mandó publicar en todas las iglesias del Arzobispado eu un dia festivo
inter Misarum solemnia, se envió á los obispos sufragáneos para que así
lo hiciesen publicar en su diócesis, como lo ejecutaron, excepto, el del Nue-
vo Reyno de León mi patria, por ser allí mi familia la primera del reyno,
y estar enlazada con toda la nobleza. Se reimprimió aparte en quadernos
para venderlos, y al cabo se insertó en la gazeta. Se recurrió á la univer-
sidad para que me borrase de la lista de sus doctores Teólogos, lo que
se negó á hacer hasta que le mostrase la heregía en que hubiese incurri-
do. Se pidió también á la Inquisición tomase conocimiento del asunto,
lo que era regular hubiese admitido, poique ya en uno de aquellos pane-
gíricos que leen desde el pulpito á los de la media naranja, se habia cri-
minado á un pintcr el haber dicho que la imagen está llena de defectos de
pintura, como en efecto es verdad. Pero ei inquisidor mayor era mi pa-
riente, y suplió el parentesco sensuum deféctui por responder que el asun-
to no pertenecia á la fe.
Preguntará VS. ¿de donde provino tanto furor? De qué pasiones en-
contradas se hallaron en un mismo punto. Los criollos sabiendo que el
Arzobispo no se para en barras contra el americano, que coje entre manos
hasta confundirlo con el polvo, se daban priesa á sacarle todas las medi-
das de ruido y terror que podia dar de sí su poder espiritual, para afian-
zar su tradición y cerrar la boca á los Europeos; y estos sin creer aquella,
gritaban mas alto para que no se oyese la especie incómoda de la predi-
cación del Evangelio anterior de la conquista. Añadióse que yo sobresalía
un poco dentro y fuera del claustro, especialmente en el pulpito, y aca-
baba de predicar con sumo aplauso estampando en la gazeta la oración
fúnebre de Hernán Cortés en la traslación de sus huesos de San Francisco
á un mausoleo de mármol en su iglesia de Jesús, ó por mejor decir, en su
primer entierro. Con esto mezcló en la escena el monstruo de la envidia
y acabó de dar fuego á la mina, cuya explosión me ha arrojado hasta la
Península.
A otro dia de la publicación del edicto, es decir, el dia 27 de Marzo,
viernes de Dolores, después de las once, en que la Real Audiencia habia
entrado en vacaciones de Semana Santa, para tomarse tiempo de frustrar
la apelación si la iterponia, se me intimó la sentencia de diez años de des-
tierro á España, reclusión todo ese tiempo en el convento de las Caldas,
que está en un desierto cerca de Santander, y perpetua inhabilidad para
toda enseñanza pública en cátedra, pulpito y confesionario. A tal huracán
tal ruido. Desde luego VS. ve que no solo es tan ilegal como injusta la
sentencia, sino nula por contraria á los privilegios de regulares y á las le-
yes de indias, que mandan guardárselos conforme al concilio de Trento.
Este (Sess. 25 de Reformatione) solo concede á los Obispos proceder en
derecho contra un predicador excento, caso de predicar heregías, y á mí
ni en la censura, ni en el edicto, ni en el pedimento fiscal se me acusaba
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
192
de ellas, ni era posible porque todo el sermón versaba sobre puntos de he-
cho inconexos con el dogma. La heregía estaría en la censura, porque
conforme al axioma Teológico de Ricardo de S. Víctor, "tan heregía es
negar que es de fe lo que no lo es." La atiocidad de la sentencia resalta
mas quando se considera que el Arzobispo acababa de publicaren su edic-
to que yo me habia retractado voluntariamente, pedido humildemente
perdón, y ofrecido toda satisfacción, y aun la de escribir c imprimir á mi
costa una obra contraria á mi sermón. Ex ore tito te judico, serve tiequam.
Si hice todo eso, que es mas de lo que pudiera y debiera pedirse en un
punto de hecho indiferente á la religión, ¿cómo me vienen aplicando una
pena que apenas el tribunal exhorbitante de la Inquisición aplicaría á un
herege convencido de tal? Y esto después de haber arruinado mi honor
nominativamente con un edicto tan escandaloso, ó por mejor decir, con un
libelo tan infamatorio? Y todavía dice el fiscal que esto se hacia por pie-
dad en atención á todo lo dicho y á tres meses de prisión? Conque yo lo
que merecía era la horca, poique solo eso faltaba. ¿No es este el odio y
el fanatismo en delirio?
Confiscada mi biblioteca, cuando yo tenia, y hasta mis ínfulas doctora-
les, para costear mi depoi tacion, el domingo de Ramos 28 de Marzo se
me sacó con tropa á las tres y media de la mañana de mi Convento para
Veracruz, y aunque llegamos de noche y sonaba un Norte terrible, allá
peligrosísimo, se me embarcó para el castillo de San Juan de Ulúa, donde
se me depositó en un calabozo, con las miomas prohibiciones de tintero,
papel y comunicación. Allí estuve muy enfermo dos meses, mientras que
se armaba la maroma en España, á donde llegué en 28 de Julio bajo par-
tida de registro, seco, enjuto y bien acondicionado, aunque se me habia em-
barcado convaleciente de fiebre. El Prior de Santo Domingo á donde se
me llevó, tuvo la caridad de responder que no podía hacerse cargo de mí,
si no se le daba orden de tenerme preso: esto era pedirla; vino al mes y
se cumplió.
Yo habia tenido la benditez de creer que bastaba representar por la vía
reservada la ilegalidad, injusticia y nulidad visible de la sentencia, para
que se me mandase ir ante el Consejo de Indias, como pedia, y quedé muy
sorprendido quando se me respondió que obedeciese al Arzobispo en ir á
á las Caldas, y á los dos años recordase mi pretensión por mano del pre-
lado local. Esto no era mas que guarda tiempo á estilo de corte, como lo
he visto después, porque los agentes del Arzobispo habian maniobrado
con el oficial del negociado de Mégico. El Arzobispo habia enviado in-
formes reservados al Rey, al General de mi orden y al Prior de las Caldas
(que por ficción de derecho es el Provincial de los Dominicos de Castilla),
como practican los poderosos siempre que han cometido una injusticia cho-
cante. Pero por si no estaba bien recomendado, el covachuelo de mi asun-
to desprendió de los autos el famoso edicto, y lo envió al Prior de las Cal-
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
193
das, para que aquellos frayles mentecatos me tuviesen por un monstruo,
especialmente no habiendo estado en América para convencer hasta donde
puede llegar el despotismo y ferocidad de sus mitrados. Así fué que ha-
biendo llegado á las Caldas en 25 de Diciembre del mismo año (preso
siempre y con orden de no tocar en Madrid) aunque la sentencia no era mas
que de reclusión en el convento, y odiosa sint restriiigenda, y yo fui el res-
tringido y archivado en un depósito de ratas que me comieron el sombre-
ro, y yo les escapé á fuer de un palo con que estaba armado dia y noche.
Mi causa es tan disparatada que yo esperaba salir presto, por medio de
mis cartas á Madrid, de Ur Caldcorum, donde todo se reducía á quatro ó
cinco frayles simples solicitantes, tres pájaros dignos de jaulas, y otra fa-
milia semejante en castigo. Pero advirtiendo que andaban entre ellos las
especies de mis cartas, averigüé que abrían, leian y enviaban á su Pro-
vincial, segundo tomo del de México. Entonces vi que no habia otro con-
sejo á tomar que el del evangelio: cum persecuti fuerint vos &c, y dejando
una carta en verso ad fratres in eremo, me di á la estampa. Pero á pocos
pasos, como los daba apostólicamente incertos quo fatajcrrcnt, sin viático,
y bajo una cubierta conocida, el códice extraviado fué restituido al archi-
vo. No obstante, habia escrito ya á un agente de Madrid, y representando
igualmente el Provincial al Rey que no habia en aquella casa recado su-
ficiente contra un criminal tan tremendo, se me trasportó á San Pablo de
Burgos.
Aquí hallé un Prior racional, quanto puede serlo un Dominico de Cas-
tilla, según les he tentado la ropa; el qual no solo conoció el exceso de los
Caldeos, y me dejó libre en el convento, sino que viéndome siempre en-
fermo por el rigor del invierno, empeñó á la hermana del Ministro Lla-
guno su penitente, para que se me trasladase á clima mas análogo, acom-
pañando yo al empeño una representación. Obligado mi amigo el cova-
chelo á dar cuenta, respondió que yo comia demasiada pimienta; como si
hallarse sin honor, sin patria, sin bienes, sin libertad y sin salud, fuese al-
gún sorbete refrigerante.
Fué necesario aguardar que se cumpliesen los dos años de la Orden
Real, y recordé mi pretensión por mano del Prelado local. Se contestó pi-
diéndole un informe reservado. Este caballero oficial no calcula mal. Un
animalito de las Indias vestido de fino entre borregos; con algunas ideas
liberales entre vivientes del siglo XIV, que se desgañifan ergotizando so-
bre algunos párafos metafísicos de Aristóteles; con alguna educación y fi-
nura propias de un sujeto de la primera nobleza entre pobres campesinos
que tienen por irreligiosidad comer con cubierto, y solo han aprendido á
ponerse y quitarse la Capilla, y dar gritos en solfa; no puede menos que
chocar y atraerse un informe correspondiente. Por fortuna el prior es de
una familia regular y hombre de bien: el informe fué muy bueno, y tal la
sorpresa de mi covachuelo de ver frustrado su ardid, que hace ocho meses
25
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
194
se ha encerrado en la cartuja. Yo pienso que por la prepotencia de los
agentes arzobispales hay aquí gato encerrado, y el gato es de dinero. Ma-
lum signum, como decia Don Quixote, porque contra este género de ani-
males, no hay flechas en mi carcax. Dios lo remedie, pues puedo decir
como el Profeta: "Circundederunt me undique. et non eratqui adjuvaret.
Respiciens eram ad adjutorium hominum, et non erat. Memoratus sum mi-
sericordia tuae, Domine." (Cartas del Dr. Fr. Servando Teresa de Mier al
Cronista de las Indias Dr. D. Juan Bautista Muñoz. &.&. Monterrey, 1887.)
Como el predicador hubiese basado toda su teoría, cual él mismo hemos visto lo confiesa,
en un escrito del Lie. Borunda, he creído conveniente darlo á conocer á la generalidad de los
estudiosos y eruditos y á la vez otro atribuido á D. Carlos de Sigüenza y Góngora, con el cual se
encalabrinó los sesos el mencionado Borunda.
El publicar la compilación del Sr. Lie. D. José Fernando Ramírez, servirá también para en-
derezar el torcido criterio de muchos que aun sueñan con la predicación del apóstol Sto. Tomás
en América.
Doy las gracias debidas á mi buen amigo el Sr. Lie. D. \lfredo Chavero quien puso á mi dis-
posición tan precioso Códice y me permitió imprimirlo.
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
195
QUAD.
DE LOS AUTOS
FORMADOS SOBRE EL SERMÓN QUE PREDICÓ EL P* D™
SERVANDO DE MIER DEL ORDEN DE ST? DOMINGO EN
LA INSIGNE Y RL COLEGIATA DE NRA. S** DE GUA-
DALUPE EL DÍA 12 DE DIZIEME DE 1794.
Contiene este qnad"°
La obra manuscrita compuesta por el Licdo. Dn. Ignacio Borunda con
el título de Clave General de Geroglíficos Americanos, la qual se ha acumu-
lado á estos autos, como incidente á dho. sermón, por haber sacado de ella
el predicador las especies que contiene.
bibliografía mexicana del siglo xvin.
196
Clave General de Geroglíficos Americanos,
resultada de combinación del alegórico y compuesto idioma mexicano, con
propriedades de cuerpos naturales, que en él se contienen, monumentos
explicados por el mismo, costumbres de la nación en que permanece, y de
otra á que se asoció, y con tradiciones de ambas en sentido figurado, co-
municadas eti los años primeros de su conversión al cristianismo que ha-
bían abrazado desde el tiempo de la nueva Ley y después abandonaron.
Lo advierte Don Joseph Ignacio Borunda, antes Colegial dotado en el
R. de la Purísima Concepción de Celaya, después en el de San Ildefonso
de México, y actual del Ilustre de Abogados.
Contra las señales propias desconocidas, es gran remedio el conocimiento
de idiomas.
S. Agust. Lib. 2o. de Doct. Crist. Cap. 1 1°. , Edic. Rom. ryjj. (*)
Exmo. Señor,
La Real confianza depositada en la persona de V. Exa. para Gobierno
de este reino, ocasiona mi rendida súplica dirigida á que V. Exa. se digne
presentar áS M. (O. D. G.), la actual clave producida de la observación
de treinta y dos años1 en los principios que concuerda.
Para disipar los principales errores que he advertido en el propio espa-
cio, como originados de escritos del Siglo décimo sexto y copiados hasta
nuestros días, ha precidido reconocimiento de impresos formados ya por
tradiciones comunicadas á voz viva, especialmente en idioma de mexica-
nos y en los años primeros de su conversión, ya por manuscritos en el pro-
pio y algunos en el castellano, ya por pinturas que presentaban los mismos,
con explicación escrita, ó en uno ó en otro Idioma. No ha sido menor el
de documentosarchivados, unos en Parroquias antiguas, otros en oficinas de
Tribunales y otros entre títulos adquisitivos desde aquel Siglo, de estan-
cias y Heredades, ni omitida la conformidad de varios de estos últimos,
aún en vistas legales con monumentos permanentes, de los que comun-
mente se escribió su distintivo en aquel idioma, entonces dominante y na-
tural de los Intérpretes que asistían á los españoles.
(*) Cuando el año 1895 buscaba en el archivo de la Colegiata de Guadalupe noticias y docu-
mentos para formar la I? Parte del Albina GuaJalupano, descubrí el ras. de la "(lave de Bo-
runda" que se creía perdido; más tarde, el Señor Duque de Loubat pidió copia de él, la que se
le remitió y lo publicó en edición privada, el año 1S98 en Roma apud Juan Pascal Scotti.
Las ediciones de este señor las poseen solamente las grandes bibliotecas, los sabios y ciertos
privilegiados sujetos. Yo, al hacer ésta, quiero circule en manos de todos los estudiosos. — N. León.
I Desde 1759.
BIBLIOGRAFÍA mexicana DEL SIGLO XV III.
197
Si tal identidad, indubitable por ocular, se coteja con frasismos nacio-
nales contenidos en las historias en que ya se solicita discernir la verdad
por averiguación de geroglíficos, según Real Cédula de veinte y dos de
Diciembre, del año mil setecientos y noventa, varios de aquellos resultan
erróneamente escritos y que los idiomas regionales examinados por su
composición y raíces descubren el sentido figurado aún de los principales
peñascos excavados en el año de aquella Real solicitud y en su consecu-
tivo. El concuerda con la topografía mexicana, intacta en los escritos, con
costumbres de las dos más numerosas y antiguas naciones de Nueva Es-
paña, y con los demás principios de ésta clave, que á más de la notorie-
dad en los que asienta, se halla calificado por Párrocos, de los mas exper-
tos en el genio é idiomas de ambas naciones, para bien de nuestra Sagrada
Religión, de la Monarquía y del Estado, ó fines que no desmerecerán la
sabia aceptación de V. Exa. y el alto aprecio de la Real Corona.
BIBLIOGRAFÍA MEXICANA DEL SIGLO XVlll.
Señor,
Por la unión de principios que hice presentar al Virrey de V. M. en es-
ta Nueva España, formaba clave demostrativa de frecuentes y sustanciales
errores que observaba entre impresos y manuscritos del Siglo décimo sex-
to, y manifestativa de la topografía mexicana, intacta en los mismos escri-
tos, cuando se expidió la soberana solicitud de V. M., á instancia de la Real
Academia de Historia, para que por Geroglíficos se averigüe la verdad de
la antigua, ó anhelo que justamente supone alterado el sentido de las prin-
cipales memorias escritas desde aquel Siglo.
Ellas aparecen faltas de cronología y de geografía y de la lima del idio-
ma que al ingreso de la Nacional Española en este Continente, ministró
verbalmente muchas de sus tradiciones.
Mas, habiéndose excavado en el año mil setecientos y noventa, dos de
los tres principales monumentos, fielmente copiados en esta clave, el pri-
mero resulta instruyendo la fundación de esta ciudad de México, no sólo
datada, sino expresiva del establecimiento de sus antiguas contribuciones,
lugares 'y genealogía de sus fundadores, y juntamente de la situación y
causas destructivas de la Capital antigua: el segundo, hallado, la cronolo-
gía universal desde la creación del Mundo hasta el año cinco mil doscien-
tos y ochenta, con motivo de la data de su toma en la del terremoto más
memorable á tiempo de eclipse solar; y el tercero, encontrado en el de no-
venta y uno, la dedicación del principal Adoratorio de la misma ciudad
con su data respectiva.
Por ordenación de eclipses centrales de sol en sentidos lunisolares de á
seiscientos años, y por revoluciones de cometas en cada setecientos y veinte,
advierte tal cronología sucesos notables, comunes los unos al género hu-
mano, y peculiares otros á las Naciones para quienes se figuró, y entre
ellos sus establecimientos postdiluvianos, cercanos á esta ciudad y separa-
dos en tiempo y lugares; instruyendo juntamente, habitado el Continente,
antes de aquella época de general inundación, y ministrando principios de
la ley natural, y la Religión Cristiana revelada á nuestro primer Padre, co-
municante de ella á su posteridad, con las señales verificadas á tiempo de
la destrucción de aquella Capital.
Así lo dictan las memorias symbolizadas en propiedades de cuerpos na-
turales, y por medio de Idioma en que dominan las alegóricas, comunes
á las antiguas asiáticas, cuando las de América no se han podido averiguar
por fragmentos de pinturas, ya truncas y ya alteradas.
Pero la configuración de los peñascos, se manifiesta de fe publica huma-
na, tanto en su abultada magnitud esculpida, cuanto en el lugar de gene-
ral concurso, actual y antiguo, donde se han encontrado. Por no avernos
dejado los naturales del Siglo décimo sexto, regla general para inteligen-
cia de los geroglíficos de que usaban hasta el tiempo de su conquista, se
BIBLIOGRAFÍA MEXICANA DEL SIGLO XVIII.
199
solicita, cuando la luz que se sospechaba comprendida en algunos impre-
sos y manuscritos, se halla también apagada por casi innumerables errores
literales de su idioma, y con la ignorancia de sentido del nuestro, en los
que escribieron por el castellano, y ánimo de datación en otros, heredita-
rio hasta hoy.
Como los principios de esta clave descubren con su concordancia, ver-
dades envueltas en monumentos y tradiciones anotadas en ellos, y si se aco-
moda á otras naciones de América, se encontrarán las mismas verdades
generales, sucesos peculiares de cada una, propiedades y secretos de sus
territorios; por todo la presenta, con humilde rendimiento á V. M. Sobe-
rana, á quien Dios guarde los muchos años que ha menester la Cristiandad.
Señor
El ínfimo vasallo de V. M.
Naturaleza de los peñascos esculpidos.
i? No son ya desanimadas memorias como las escritas desde el Siglo
décimo sexto, faltas unas de sentido y alteradas otras, sino dibujadas por
idioma de la Nación, tratada entonces de Mexicana, las que presentan tres
bien abultados volúmenes figurados en roca opaca, que con su magnitud
trina en ancho, grueso y largo, y con la gravedad específica ó peso pecu-
liar de su dureza, están dictando haberse elegido tales, tanto para recuer-
do de los sucesos que mencionan, cuanto para que su natural permanencia
advirtiese á los venideros el lugar de donde fueron impelidos. Ellos no
producen con ácido, hervor en sus recientes quebraduras, aunque puedan
haberlo apuntado en su tez ó superficie, cubierta en mas de dos y medio
Siglos, por tierra de osamentas calizas en su naturaleza. La de los peñas-
cosos volúmenes es igual á la de la mayor prominencia de la serranía de
nuestro Sur, donde su núcleo desnudo, aparece más opaco como expuesto
al viento, sol y lluvia, y que por muchos días conserva alguna irregular
nevada. A tal roca se trata también de arenosa por su principal basa ó
principio compositivo común al de la amoladera, que es la arena, de que
no sólo se manifiestan bancos ó capas horizontales en el corte vertical de
la misma serranía, sino que se anotó también nacionalmente en una desús
colinas ó alturas de segundo orden, en lo interno (1), la amoladera (2), á
la población (3), distinguida entre quienes no son naturales, por San Ge-
rónimo, de barranca abundante en ella, cuyo compuesto es de arena (4)
en piedra (5).
Lugar de donde vinieron.
De aquella altura expuesta y dominante á esta ciudad situada como á
cuatro leguas por su visual dirección, resultan venidos estos y otros mu-
(1) co; (2) texalíi; (3) texalco; (4) xa/U; (5) tet/.
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
chos peñascos sobre que se estableció su centro, dictándolos impelidos,
tanto la igualdad de naturaleza con los permanentes en la elevación de la
Serranía y los monumentos volcánicos que conserva, unos en sus haldas
y basa y otros en sus cumbres, cuanto los geroglificos de los mismos pe-
ñascos; sin vestigio en costumbres nacionales, de máquina con que pudie-
ra haberlos dirigido la industria, y habiendo costado más de un mil pesos
á esta Santa Iglesia Catedral, la condución del segundo hallado, desde el
lugar de su invención, por espacio de . . . (hueco en el original) hasta el pié
de una de sus torres, donde permanece, y cuando el estado de las máqui-
nas tiene el adelantamiento á que no llegaron ni en el Siglo próximo an-
terior al nuestro.
El en qne se hallaron.
Públicamente se excavaron los dos primeros*, casi á la orilla de la an-
tigua Acequia, que aún al tiempo de la invención, corría formando lado
meridional á la plaza mayor, y así en el Cercado del mayor de los anti-
guos Adoratorios, con pocas varas de intermedio entre ambos peñascos,
sin memoria determinada de ellos entre escritores del Siglo decimosexto,
habiéndola hecho del tercer** monumento, hallado en esquina del atrio
de la Santa Iglesia, con distancia intermedia de la misma plaza, respecto de
aquellos dos. Pero todo descubre que los dos cercanos entre sí, fueron pa-
lanqueados por disposición de los naturales, dedicados á la inteligencia de
sus figuras, y en tiempo sobrado para esa y otras ocultaciones, desde la
retirada que de esta Ciudad hizo nuestra Nación conquistadora hasta su
regreso á bloquearla.
Motivos de ocultación de los más valiosos.
Motivos, pues, fueron los del valor que contienen, ya de Religión y ya de
acopiadas contribuciones desde la data de fundación, para haber soterra-
do en el lugar más elevado hasta la de conquista, en donde después de ella
no se ha edificado, y por eso halladas á poca profundidad, sus principales
auténticas escrituras, como medio que había de evitar curiosidad á la in-
teligencia; y de consecuente, solicitudes de tesoros, unos sabidos y otros
vistes antes de aquella retirada, que fueron inútiles después de rendida la
misma ciudad (a).
2? Lo que vemos en el conjunto de sus figuras, son partes de cuerpos
naturales, usos y acciones que por disímbolos para quienes no han pene-
* El monumento que el autor llama en su obra "el primero" es la estatua colosal de la diosa
Teoyaomiqui, según Gama, ó Coatlicue según Chavero; la "segunda" se ha llamado "calendario
azteca" por Gama, y "Piedra del Sol" por Chavero.
** El tercer monumento se designa vulgarmente con el nombre de "Piedra de los Sacrificios;"
con más exactitud "Piedra de Tizoc."
(a) Eas notas se encontrarán al fin del Texto.
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
20 1
trado en los idiomas y estilos de las Naciones á que se conforman, ni en
más abultados monumentos subsistentes, no les ministran idea de efectos
permanentes, originados de acaecimientos que sabemos porliteral escritura
de las historias sagrada y profana, explicados por símbolos y geroglíficos,
así como sus datas, y para ellas, también las revoluciones periódicas ce-
lestes que las regulaban.
Principios generales para símbolos y jeroglíficos.
Tratando á la escritura figurada de señales propias desconocidas, y des-
pués de distinguidas en naturales y en las que llamó dadas, previniendo
que entre los hombres fueron dominantes las palabras, advirtió la Águila
de la Iglesia, Africano de nación, Obispo en aquella parte del mundo y
floreciente en fines del Siglo cuarto y principios del quinto de nuestra era,
que es gran remedio el de las lenguas, aconsejando se indague la fuerza de
palabras y de frasismos y se enmienden los Códigos para su inteligencia;
alentando igualmente á penetrar los símbolos ó señales, como al animal
por su huella, al fuego por el humo etc.; pues como muchas cosas se trans-
lucen con mayor gusto, por vidrio ó por canto, así deleita más la verdad,
cuando se descubre por imágenes ó símbolos. Por no haber todavia concor-
dado principios tan ciertos y atinados, un escritor del Siglo próximo an-
terior al nuestro, tratando de la antigua elocuencia, solamente decía en ge-
neral, de los geroglíficos, que quienes bosquejaban la arcana filosofía con
símbolos y velos de enigmas para que no la entendiera la plebe en vulgar
sentido, inventaron geroglíficos significativos de vocablos, no con letras
sino con figuras esculpidas, de animales y de otras cosas. También los lla-
mó monumentos sagrados, porque según se significaron entre los hebreos
por una sola expresión, el dominar y hablar parabólicamente, ó que de so-
los Príncipes y Señores eran propias las parábolas, ellas fueron su peculiar
locución, tomada de aquella Nación por todas las orientales, con que si á
los medios de que se sirvieron los hombres que no conocían caracteres ó
literal escritura para manifestar á los ausentes y venideros sus peculiares
costumbres, gobierno é historia, se agrega el estilo propio de cada idioma;
resulta: que, geroglíficos, son figuras y también voces compuestas de in- Definición dis-
iento en los profanos para expresar conceptos imitativos de los sagrados cre'iva<iuer'
y por eso tan varias las de una nación respecto de las de otra, cuanto sus
lenguas difieran en la explicación de ellos; y así señales propias en cada
una y de consecuente desconocidas á otra diversa; y símbolos los cuerpos
y señales naturales representadas para que, por las propiedades de cada
uno, se entiendan otras semejantes en los objetos á que se dirigen, como
explicables por otros modos, ó sin voz viva ó sin literal escritura (b).
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
202
Carácter del idioma con que se figuraron los hallados.
3? Por no haber usado de ésta en su gentilidad los mexicanos, es co-
mún su expresión para exculpir en piedra ó en madera; y para pintar,
adaptada después de conquistados, á nuestra escritura; añadiendo, para la
en piedra, el distintivo de su materia (6); para la en madera, el de ésta (7),
y tanto para pintar, cuanto para nuestro escribir, sólo el verbo común á
estas cuatro operaciones (8). La observación dilatada, en distintivos na-
cionales de lugares, cotejados con sus monumentos propios, convence ocu-
larmente, que muchos de los símbolos envolvían geroglíficos verbales, ex-
presivos de costumbres y con ellas los acaecimientos y tiempos, compren-
diéndolo todo el idioma con que se estamparon sus conceptos, figurado,
compuesto y tenazmente hasta hoy retenido, aunque sin usar sus natura-
les en poblaciones compuestas de ellos solos, por posesión hereditaria no
interrumpida, que descubre á voz viva errores de escritura originados del
siglo de su conquista, tiempo en que no existíamos, para afirmar que ar-
ticulaban de otro modo, y habiendo comenzado desde aquel su alteración,
no en ellas sino en las mixturadas con gentes venidas entonces al Conti-
nente, y de costumbres é idiomas muy diversos de los de éste. El fondo
de meditación que ministra la estructura del de que se trata, cuyo valor
en las figuras de contribución expuestas al público, se hacía deletrear á co-
ros (9), como simboliza el fleco (10) presentado en el peñasco primera-
mente ahora hallado, y por ello colocado sobre entrada á su antiguo ado-
ratorio, está todavía dictando que los individuos de talentos propios para
discernimiento de su composición y alusiones, fueron en la gentilidad los
educados en colegios, mencionados por su Conquistador, aunque sin noti-
cia de su destino, que resulta para lapidarios y pintores, quienes después
de aprendido el valor de las más antiguas figuras historiales, y las ceremo-
nias alusivas á ellas y de observados también los Libros de la Naturaleza,
estampaban sus descubrimientos en piedras, como prototipos autorizados
con fé pública, de los cuales resultaban copias particulares pintadas. El
Archivo general de tan duros originales, llegó á serlo esta ciudad, según
sus figurados edificios, celebrados por el propio Conquistador y acordes
con casi innumerables de sus piedras esculpidas, que como introducidas
para cimiento de los fabricados por españoles en los años primeros de con-
quista, se han excavado de los más envejecidos en el Siglo actual (c).
4? Cuando estamos ya tan empapados aun en nuestra literal escritura,
gradualmente perfeccionada en el espacio de siglos extrañaríamos si no te-
niendo memoria cierta del estilo con que se manifestaban los conceptos por
(6) tetlacuiloa; "figurar," tlaritiloa; "en piedra," tetl, tratando hasta hoy de tetlacnilotli á lo
figurado en los peñascos, algunos de los naturales que los ven.; (7) cuaullacuiloa "figurar" tla-
cuiloa; "en madera," cuauitl; (8) tlacniloa : 9: tenpoa común á "cantar á coros" y á "deletrear"
la articulación, notándose en otro lugar, porque ésta y otras voces no deben escribirse con m;
(ioj Temposoncayotl.
bibliografía mexicana del SIGLO XV 111.
203
caracteres antiguos, se nos dijese hoy que uno solo equivalía á diez, otro
á quince y otro á veinte de los nuestros. Pero sabemos que así lo declara-
ron en el Oriente, respectivo á Europa y Occidente de Nueva España, dos
peritos de lugares entre sí distantes, con tiempo intermedio y sin noticia
en el segundo de la versión del primero en Meliapor, antigua Capital de
las costas de Coromandel y Golfo de Bengala, nombrada después por la
Nación portuguesa, como extrangera de aquel país, Calamina en alusión
alas cañas, ó cálamos que con hierros servian de Lanzas á sus naturales, y á
donde la misma Nación allí aportada hizo conducir de Reynos internos,
en mil quinientos sesenta y uno, á aquellos inteligentes en letras, y Len-
guas regionales para versión de los caracteres, declarados por de los que
usaban antiguamente los sabios, y contenidos por orla de la prodigiosa Cruz
que formó la Sangre del Apóstol Sto. Tomás sobre una Loza de marmol
al tiempo de su glorioso Martyrio en la Sierra cercana, y excavada en mil
quinientos quarenta y ocho, después de hallado su cuerpo en el veinte y
dos del propio siglo, entre ruinas de aquella Ciudad, alusiva en su nacional
distintivo, equivalente á Pavo, á lo que sobresalió, entre las de aquella re- En el oriente>
la introducción
gión, como esa Ave respecto de las demás, quando fué corte tan magnífi- de caracteres, fué
ca, quanto manifestaron sus edificios, columnas y Pyrámides, todo ello es- cmura figurada.
culpido con figuras de Aves, y de otros Animales (d).
Semejantemente usaron los Mexicanos con sus esculpidas figuras, de
symbolos, y Geroglíficos, comprehendiendo en cada uno, varios conceptos,
según lo executa su Idioma, y para ello también los distintos grupos de
sus bosquexados Dibujos. En la Asia se sirvieron las Naciones, sin aban-
dono de symbolos, de caracteres tan escasos que apenas se comenzaron en Motivo de no
,A/. , 1 1 -rY 1- • ' /-*• • • • 1 . haberse radicado
las de America, por aver dexado la Religión Cristiana introducida en par- ei ..so de aquellos
te con los syrocaldeos, aviendo sido cruelmente sacrificados quienes usa- !n Nueva Espa"
J ' ^ na.
ron de ellos, á los veinte años de averia abrazado, pero quedando su me-
moria en tradiciones alegóricas, y la Historia cronológica desde la creación
del Mundo, transferida á la escritura symbólica, y geroglífica, como tam-
bién su alusión á aquella Apostasia, y regreso al establecimiento de sus
antiguas, ambiciosas y terrenas costumbres en el de esta Ciudad, según el
valor de los tres Monumentos ahora hallados, comparado con la auténtica
y permanente Pintura del tiempo de aquellos caracteres, en que todavía
se manifiesta uno de ellos.
5? Pero siguiendo el orden de su excavación; el primero comunicó á la Fundación de
posteridad, quienes como, y por que causa establecieron esta fundación en Lllgai ]agun0ie0n
Lugar lagunoso, que ya por nivelaciones de nuestros dias, y ya por la ma-
yor elevación aparente de sus serranías circunvalatorias vistas desde el; es
el mas bajo, é incomodo, y mucho mas extraño a la Idea general de la Na-
ción fundadora, á quien ha dictado su propio Idioma que población (n),
es Sierra (12), con Agua (13), o Lugares para provisión de auxilios
n) Altepetl; (12) teptl; (13) Atl.
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
204
tan necesarios á la vida humana, y no siendo por ello de extrañar que ca-
si todos los Poblados estuviesen, unos en serranías, y otros al pie de ellas,
de que se mandaron bajar después de la conquista española. En ambas
frentes del cuerpo humano, figurado en este peñasco parado, se presenta
su caveza mixta de Abeja (insecto por sí solo advertido en los lados de
ella), y de cangrejo con cuatro colmillos symbólicos de lo que instruie la
Basa plana.
Alusiones de ia 6? Las propiedades de este anfibio, ó que vive en tierra y Agua, comien-
dYeiTeTcuerpo do ranas, Moscos, y toda broza de Laguna, moviéndose de lado, y recu-
parado del ai o- ]anf}0 las conservan sus naturales permanentes en algunos de su Poblados
numento prime- x °
ramente hallado, todavía inundados, y retrocediendo muchas vezes en el Agua con sus ca-
noas, ó peculiares Barcas y también en tierra por algún tramo á tiempo
de su despedida, como lo hizieron á sus antiguas costumbres, aun los que
las havian abandonado por los motivos que advierten sus extrañcts figuras.
En su Idioma se trata á tal anfibio, de (14) Abuela (15), por el Amo (16).
La alusión natural de Abuela en el Cangrejo, es á su movimimiento late-
ral, paso tardo en la tierra, semejantes á los de Gentes muy abuelas, pro-
piedades conque Dios lo crió. Pero la translativa y profanatoria al tiempo
de fundación de esta ciudad, quando los que la dirigieron no estaban ya
cojos, y tullidos, es á sus Ascendientes así libertados en la era del Amo,
que es la nacional, notablemente señalada con eclipse fuera de orden natu-
ral, y por ello tratado el coxo perniquebrado de (17), quebrado (18), con
inchazon (19), en la pierna (20), quando el distintivo de esta es común al
Mes y á la Luna, y por su peculiar composición, hilo (21), del Maguey
(22), por castigadas así las escasas reliquias sobrevivientes á aquella era
á tiempo de general embriaguez, y libertadas por intercesión de la que po
co después trataron de (23), Madre (24), de sus (25), Señores (26), y tam-
bién con el renombre de (27) Abuela (28), nuestra (29) esto es de la des-
cendencia de los libertados y quitándola en la Serranía de nuestro Norte
por (30), propia (31) Madre (32) de la piedra ó Sierra (33), lo que les mo-
vió después de siglos á sacar de ella, piedra, Loza, y tierra para fundación
de habitaciones en el contorno de la antigua tumorosidad de Peñascos de
esta ciudad el enlozado que de la clase de Piedra acostumbrada hasta hoy
para suelos de la misma, y sacada de la propia serranía, se encontró en
nuestros días, como á cinco varas de profundidad al cimentarse la amplia-
ción de fábrica de la Rl. casa de Moneda, lo documenta primer piso esta-
blecido en partes con la propia loza, y después de muchos siglos levanta-
do un estado quando hasta el inundó la ciudad el Manantial tratado por
ello de (34), lo interno (35), insolente (36), con Agua (37). A la profana-
14) tecusitli; (15^ sitli; (16) tecutli; (17» Metzpustecki; 18) tecki; (19) pusauac ;(2o) Meitxtli,
21 itxtli; i2J />/,//; (23) teteuinnan; 24) nantli; (25) in; (26) teteutin; 27 tosi; 128) sitli; 29I
to; (30) tenanyuca; 31 yuca; 32) nantli; (33) teU>(34) Acuecuechco ¡ójcuecuech; (37)
Atl.
bibliografía mexicana del SIGLO XVlll.
205
cion que antes avía echo la ascendencia de los fundadores con el modelo
primitivo de sus Pinturas, aludía al anual desuelle que se executaba en el
Adoratorio antiguo y mayor de esta Ciudad, desollando á una Muger en
memoria de averio hecho con la que en tiempo de la Conquista española
se traduxo por hija del Señor de Cu/uaca/t, á quien la pidieron los Mexi-
canos para casarla, según otra equivocación, con su Caudillo, ó alusión de
aver intentado adorar aquella primera Pintura juntamente que al Demo-
nio (e).
7V Los demás symbolos, y Gero^líficos, enlazados desde la cima de la „
' J ° Valor en gene-
doble caveza del Cangrejo, manifiestan en ella y en lo restante del cuerpo, raí de este primer
1 J - J 1 e j j j -iii / r- Monumento.
la asendencia de los tundadores de esta ciudad hasta la era a que se refie-
ren sus costumbres dominantes: Lugar donde se hallaba entonces la capi-
tal antigua: causas de su destrucción, y lo que allí se perdió de mas apre-
ciado: número determinado de personas que sobrevivieron de aquella, el
Lugar de su acogida: número también de sus descendientes fundadores
de la nueva: las contribuciones que entonces establecieron en ella, figurán-
dola en la basa plana, como extablecimiento en bajo respecto del antiguo,
y expresando las partes del cuerpo humano sentado, y con sus agregadas,
la diminución de estatura comparada con la que instruien en symbolos del
pasado: los Pueblos conductores de materiales: sus tamaños: método, y
lugares de su transporte: figura que se dio á la ciudad distribuida en qua-
tro principales Barrios con Azequias para entrada y Salida de sus canoas,
y separados del establecimiento de la nobleza, y este respecto del Adora-
torio colocado en el centro, y defendido con Azequia circular y expresa-
do su conjuncto de Peñascos, y Lugar de donde vino: Ascendencia mixta
de los fundadores, de dos naciones, con distinción de mayoría, y enlaze de
sus Linages: los de las dos mayores Poblaciones de aquel tiempo: la que
de ellas tomó el primer Govierno después de concluida la fundación: el
enlaze de los de ella con los de otra frontera: tiempo que duró la misma
fundación, igual á otro anterior epidémico: y el corrido hasta su conclu-
sión, regulado desde la era en que se destruió la capital Antigua. Y así
continua el sentido de las figuras que advierten el nuevo establecimiento
de la Nación, mixta también por anfibia, y simbolizada en la de cangrejo
por sus alimentos, ocupación y retrocedidas costumbres, siguiendo des-
pués por el mismo orden retrógrado lo tocante á la capital Antigua que
ministra el cuerpo presentando en pié para restablecimiento en la nueva
de las principales de aquella.
8? La figura humana esculpida en la basa al mismo tiempo que con su Fundadores
descendientes de
asiento en el suelo symboliza la estatura disminuida ya en los fundadores Raza de doble
, • j j ji ■ i» t» j • corpulencia, dis-
de esta ciudad respecto de la corpulencia que su ascendiente Raza domi- min„¡da ya en
nante tuvo cuatrocientos años antes, ó pérdida proporcional á la parte del el,os'
brazo figurado en el cuerpo de la Piedra parada, y acorde con los gero-
glíficos que embuelben aquel brazo, los troncos trozados de Árbol presen-
bibliografía mexicana del siglo XVUL
206
tados en el mismo cuerpo parado, una cuchilla de texedor en el vientre
del que aparece sentado, y la medida por pies de su calzado; juntamente
expresa la acción, (38) que está cimentando ó dando principio con asen-
tarse en piedra (39) del orificio (40), alusivo al volcánico de la serranía de
Sur de donde vino el conjunto de Peñascos, quando el dar principio (41),
es derivación de la misma rayz. La postura es la que acostumbran los car-
gadores, especialmente Naturales quando llegan de lexos con carga aun-
que no sea pesada, instruiendo también su asiento semejante al de la Rana
Configuración (42), la coufigu ración que tuvo la tumorosidad, ó agregado de Peñascos
que tuvo el con- , f
iunto de Peñas- sobre que se estableció el centro de la fundación, distinguido nacionalmen-
fundadón° dB ^ te Por Ranero (43), parte componente de la expresión del Devanador (44)
impuesto sobre el vientre de la propia figura: ésta se esfuerza con los pies
(45), revestidos de calzado de tacón (46), ó calzado (47), con vigueta (48),
equivalente á recalze de cimiento con estaca (49), así anotada por el gol-
extrajo aterís! Pe ^°)) en Árbol (51), alusivo al corpulento genealógico que pereció al
en aquella corpu- tiempo de aquella expulsión de Peñascos, siendo común en este suelo fixar
1 enta Genealo- f
gía estacas a golpe para cimientos, como en lugar pantanoso, y debiendo tam-
bién notarse el compuesto de tal esfuerzo con los pies, que es el hazer pie
(52), en lo que arrojó Piedra, ó Sierra (53), y que insistiendo el izquierdo
sobre la primera de quatro estacas de su lado symbólico del en que pre-
cedió á la era de aquella expulsión al desquicio de la memorable cúspide
de minyo, el derecho fixa sobre la segunda de las del suio, quando con la
elevación de ambos pies referidos á la mano figurada sobre cada uno, se
la Plebe 'íaborí descubre a la Plebe (54), laboriosa -en la fundación, y anegada (55) para
sa en la funda- sostener lo pesado (56) á una (57), mano (58), por obediente á la que la
cion. ,
mandaba.
9? Cada una pende de su vanda (59), que por ambas manifiesta al avan-
derizado (60), y en su compuesto al que coge (61) vanda (62), con alguno
(63), alusión á la ascendencia de los fundadores coligados de las Serranías
de Norte y Sur. Este symbolo liga al tovillo (64), que vive (65) ó perma-
nece pisando (66), ó haziendo pie, quando las manos pendientes de él, no
tienen coyunturas que se advierten en las-del cuerpo de la Piedra parada
por la significación que allí envuelven, y aquí solo el distintivo de mano
abultando en la del pie izquierdo, el dedo mayor de éste, agregado á ella
El del Rumbo (6j)t principal (68), en el camino (69) del pie (70), izquierdo (71), symbó-
en que se declaró _ x w ' * " ' J
la perversión des- lico del rumbo originario de perversión contenida en Alegoría tradicional
pues de la era na- , . .... , ._ _.
cionai. que se asentara en su lugar como que quien mira al oriente, coloca al Nor-
te ese pie, juntamente alusivo á que de la serranía de tenanyuca se conduxo
la loza para suelos de la nobleza según se acostumbra hasta hoy; y havién-
(38) tzintetica; (39) tetl; (40) tzintli; (41) tzintia; 42) Cuiyatl; (43) cuiyaloni; (44) tlatecuiya-
loni; (45) motlacxilitia; (46) uapalcatli; (47)cactli; (48) uapalli; (49) cuautzotzontli; (50) tzotzontli;
(51) cuauitl; 1521 iexilitia; (53) motía; (54) rna eualtin; (55) altin; (56) eua; (57) se; (58) maitl; (59)
moketzki; (60) tetloc moketzani; (61 1 ani; (62 mok< tzki; (63) tetloi ; (64) kekeyolli; (651 yulli; (66)
kekesa; (67) opuchicxopilli; (68) pillí; (69) otli; 1 701 icxitl; (71 1 opuchtli.
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
207
dose omitido en el derecho el propio dedo porque el pie sin ese distintivo,
lo es de la medida por pies (72), que con su compuesto instruie á la que
viene (73), desgraciadamente (74), al bollo (75), de la oquedad en centro ei de lugar se-
(76), con medio cuerpo para arriba (yy), ó mitad de la estatura que hasta "¡no e°i RoiuTde
la era que ya instruien otros de sus symbolos y geroglíficos, tuvo la aseen- Per,ascos-
dencia de los fundadores quando fué su principal asiento donde quedó des-
pués oquedad eminente en la serranía de nuestro Sur, que dispidió aquel
Rollo de Peñascos al lugar de esta fundación, donde al tiempo de ella, era
ya la estatura de sus descendientes la mitad de la anterior: y advirtiéndo-
se con el propio distintivo de la medida por pies, lo labrado (78), para ha-
zer fuerza con el pie (79), como que en el derecho se symboliza la propia
serranía meridional, de donde se conducen hasta hoy estacas, que se labran
para cimentar, y permanece la Población (80), en donde (81), labran (82),
madera (83), situada á nuestro suoest en la propia cordillera ó rumbo á
que se manifiesta la abertura del pié derecho figurado, como la del izquier-
do inclinada á noruest por otra Población de las de fundadores de esta ciu-
dad; advirtiéndose en la basa de la meridional, la anotación (84), Pais (85),
de baba (86) de carpintero (87), comunmente conocido por cJiimalistaca,
y es de lava herrosa de antiguos volcanes de sus cumbres, en cuia inme-
diación se halla el Pueblo de San Gerónimo, de distintivo nacional relativo
á la Amoladera en que se afilaban las hachas destinadas también á corte
de arboladuras, y fabricadas con la propia lava fundida con mixtura de
osamentas, de que se han hallado acopios en oquedades del mismo Mal- Symboiotrans-
pais. En el calzado de ambos pies, y lugar respectivo al tovillo se figuró nacional*5 „een*
forma cruzada symbolica de los quatro rumbos cardinales manifestativos, vuelve al Gero_
, . . , , slífico de Avar¡-
tanto de la ambiciosa dominación para las Gentes de ellos á que se desti- c¡a
nó la fundación, cuanto de la metonymica acceptacion del efecto por la
causa que en la era nacional de la Santa cruz hizo perder los zurrones ó
avaros acopios de oro, mixturados en aquella lava, y figurados en el cuer-
po de la Piedra parada, de los quales es geroglífico el distintivo idiomá-
tico del cruzero según se descubre en ella.
10? La descarga de materiales de piedras y estacas con que juntamen- Los de dos po-
it /n/~«v • /^> \ blaciones de car-
te se instruie la Loza (88), que en su compuesto es vigueta (89), de piedra gadores con An-
(90), se presenta con ellos en una Angarilla (91), que por el suio es Anga- garilla de Red'
rilla (92), de Red (93), quando en halda septentrional de la serranía de
nuestro Norte, á cuio pie se halla la Población (95), conocida vulgarmente
por Gtiacalco, se asemeja la propia Angarilla manifestativa según esta figu-
rada fundación, de que allí se inventó tal utensilio, que cargaban los de
otra conocida hoy por S. Pedro Barrientos, y entre naturales (95), dentro
(72) tlacxitamachiualoni; (73) ualoni; (74) chicu; (751 tamalli; (76) xictle; 177) tlactli; (78) ta-
machiualoni; (79) tlacxilia; (So) cuauximalpa; (81) pa; (82) xima; (83) cuauitl; (84) ximalistlaccan;
(85) can; ;86) istiactli; (87) ximatl; (88) teuapalli; (89) uapalli; (90) tetl; (91) matlahuacalli; (92)
uacalli; (93) matlatl; (94) Matlauacalco; (95) tepemaxalco.
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
208
(96) de la orqueta (97), de la Sierra (98), situada en haldo de sur de la
propia con dos Picachos en su cima que forman Orqueta, symbolizada en
la entrepierna, á que es común su expresión nacional por la que forma
nuestro cuerpo, y acostumbrando hasta hoy los raspadores del jugo de
Maguey introducir en la propia angarilla los cueros en que lo vierten por
medio de su antigua Avenencia, ó calabazo largo.
Codo nacional \ i9 Las rodillas y codos de la figura tocan en los extremos de una cu-
de la antigua es- , . , . . .
tatura y regula- chilla de texedor, instruiendo con distancias entre si iguales, una desde el
das paellas con- tovillo á la rodilla, y otra desde el codo hasta el dedo meñique, ó auricu-
tnbuciones ' * *■ '
lar, que ambas componían un solo tamaño hasta la era nacional en la Gen-
te dominante, ó principal manifestada tal en la entraña, ó desproporcional
separación del pulgar (99), principal ( 100), de la mano ( 101 ) symbólica
del mando; pues para significación de cosa cabal, están las dos dimensiones
levantadas (102), ó expresión que en su común valor es levantarse á dis-
tancia determinada, el espacio del codo nacional desde la punta de éste
hasta el dedo auricular, es un compuesto (103), instructivo de que la tabla
del brazo desde el codo á la muñeca (104), era la mano (105), en cada uno
(106), esto es, de los dedos extremos de ella en su abertura natural, y sien-
do aquellos antiguos palmos proporcionales, resulta la común altura de la
Plebe antes de la propia era, de dos y dos tercias varas, ó brazada Mexica-
na con que hasta después de conquista se vendían terrenos de labranza, ins-
truiendo al mismo tiempo el propio compuesto de tal codo por aplicado á la
distancia hasta el meñique, que ella fué el palmo de la Gente dominante, y
proporcional á su estatura de quatro varas; hasta hoy acostumbran los na-
turales de la Serranía de nuestro Sur medir sus estacas para cimientos des-
de la cintura al tovillo, ó en la distancia tratada de arboladura (107), por
lo que en ella forma nuestro cuerpo, como mitad de la anterior, y suplien-
do el figurado en la basa, la otra mitad con el espacio del codo nacional,
por hallarse sentado, quando juntamente instruie la cuchilla de distintivo
(108), común á la tabla del brazo, tanto el ancho proporcional de la anti-
gua estatura por saliente de su vientre, .quanto el exercicio de texedores,
establecido en la Plebe de los barrios, por sus fundadores.
Gerogiíficos de 12? Se colocó también la misma medida en el vientre (109), ó en la Pie-
restablecimiento ... , . r
délas costumbres dra (i io), con el suio ( 1 1 1 ), como significativa, tanto de aquella capa arro-
n"don°aieSalaera Jac*a de Ia serranía de sur con sus habitantes, y demás que en ella avia á
tiempo de la era nacional, quanto del restablecimiento de sus antiguas cos-
tumbres, y entre ellas las contribuciones alimentarias, y de riquezas, regu-
ladas por doble palmo para los Ministros religionarios de la nueva funda-
ción, juntamente instructiva en su figura, de que este peñasco que la re-
presentaba se colocó sobre puerta entrada al Adoratorio, sostenida por
(96) co; (97) maxalli; (98) tepetl; (99) mapilli; (100) pilli; (101) maitl; (102) oneua; (103) sen-
motzotzopastli; (104) tzotzopastli; (105) maitl; (106) serme; (107) cuauyotl; (108) tzotzopastli;
(109) itetl; (110) tetl; O11) i-
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII
209
dos fábricas salientes hasta hoy en sus costados, y en altura donde con la
brazada Mexicana, un hombre parado y levantada la mano tocase los ge-
roglíficos de aquellas contribuciones, figuradas desde el Perymetro, ú ori-
lla del cuerpo de ella. En el propio vientre se colocó la forma del Devana-
dor (112), que hasta hoy fabrican los naturales, especialmente de hueso,
distinguiendo con color la configuración que se dio á la ciudad fundada, y
advirtiendo su compuesto, á la que va (113), á coger con la mano levan-
tada lo que estaba en lo alto (114), de la piedra, ó sierra (115), de la tie-
rra (116), ó á restablecer con las contribuciones de lo que ésta produce,
lo perdido en aquella. Igual advertencia resulta para el Ranero (117), de
la piedra (118), en la tierra (119), acorde con el asiento de la figurada Na-
ción, establecida en este lugar, bajo respecto del en que su ascendencia tu-
vo la capital antigua. Como la nueva se fundó en laguna circular al ojo Figura distri-
r butiva de la ciu-
que mira dentro de ella (120), en cerco (121), de Agua (122), se advierte dad nueva.
en igual forma ceñido de ella, el Devanador, y distribuido en quatro prin-
cipales barrios (123), de Canoa (124), de Remo (125), separados por otras
tantas Azequias enarcadas (126). ó camino (127), de canoa (128), y en su
centro (129), expresión común á los permanentes de antiguos volcanes, el
Adoratorio, o Altar (130), común á cosa diaria, y por ello al Sol (f).
13? De cada corva (131), ó lo nervioso (132), de la Pantorrilla (133), y
por medio de hilo (134), symbólico de tiempo y generaciones según el
contexto de otros Geroglíficos figurados en estos Monumentos, pende una
calavera (135), expresada por vaso (136), en cumbre (137), ó lugares de
oquedad volcánica de donde descendían los fundadores, instruidos de raza
mixta de dos Naciones distintas en Idioma y costumbres con la clase de
Ouadrúpedo de que se presentan los hozicos dejas calaveras, esto es,
de Adive (138), distintivo que acomodan los naturales á individuos des-
cendientes de Naciones diversas como las que hoy se conocen por otomí
la una, y la otra por Mexicana, los quales reúnen la astucia de ésta, y el
valor ligereza y Montería de aquella, propiedades del vulgarizado coyote,
otras dos se hilan de las sangraderas de los brazos, tratadas de (139), vena,
ó Garguero (140), todavía compuesto de camino (141), de los que enfer-
ma (142), la sangre (143), y symbólicas del sexo femíneo, como las corvas
del varonil. Las salientes de éstas se afrontan con las de aquellos (144),
connotativo común á vista mutua, y á acceso de varón y hembra, y por
ello manifestativo de que los fundadores de esta ciudad eran de raza mixta
otomí y Mexicana. La calavera de la corva izquierda, ó lado de Norte es
mas abultada, hallándose en el Valle Ciiautitlan, Población distinguida por
(112) tlatecuiyaloni; ,113 yaloni; Í114 cui; (115) tetl; (116) tlalli; (117 cuiyaloni; (118) tetl;
119) tlalli; (120) anauac; (I2inauac; 122 atl; (123) tlaxilacalli; 124 acalli; (125) tlaxilotl;
12Ó! Acalotli; (127) otli; ( 128) Acalli; : 1291 xicco; 130 mumustle; 131 cotztlaluayo; (132 tía
ruayo;(l33 cotztli; (134 ichtli; 135) cuaxicalli; (136) xiccalle; 137) cuaitl; (138) coyotl; (139)
escocotli; (140I cocotli; 1 141 1 otli; (,142) cocoa; (I43)estl¡; (.144) ixnaniiki.
27
BIBLIOGRAFÍA MEXICANA DEL SIGLO XVIII.
210
(145), eti (146), sierra (147), del Adive (148), y aviándose encontrado tam-
bién en la Plaza mayor de esta ciudad al tiempo que estos monumentos
figurados, osamenta y caveza de extraordinaria magnitud del propio ani-
mal, acompañada de trastecillos de Loza propia de Cuautitlan^ y de diges
de cobre en figura para nosotros de Pera, ó symbolos nacionales de raza
determinada y de mayor magnitud representada en la de la caveza, y que
descendía de Lugares con cráter ú oquedad volcánica semejante á la de
s¡m.boii.v> te- aquellos diges. Las calaveras tienen las bocas abiertas en manifestación
mor alegorizado,
. voi- de sedientos (149), instruiendo su compuesto á los que mueren (150), por
agua (15 1 ), como fugitivos del fuego que con sus efectos dictan las frentes
del cuerpo parado, y figurado en este esculpido peñasco, acordes con mo-
numentos locales volcánicos á que se refieren, y en que avia perecido el
mayor número de Ascendientes.
Alternación de j^o Las ^os mayores calaveras, symbólicas de las razas mayores de am-
Go viera o
bos rumbos Norte y Sur, ó ascendencia de los principales Gefes de la nue-
bos.Rm va fundación, sostenidos por ¡as manos del cargador, que los advierte tales
con el valor del pulgar separado, se ligan con dos semiplanisferios de rayos
(152), ó día (153), en la mitad (154), alusivo al en que pereció aquella cor-
pulenta ascendencia, y recordado con remudar Gente operaría á medio día
Unodeíossym- secrUI1 se acostumbra hasta hov en Pueblos, ó labor de Minas. El cuello
bolos de! üempo ° '
corrido desde ía del symbólico Ranero y cargador, se halla adornado con Gargantilla se-
ta ia nueva fun- niejante a la que usan las mugeres naturales, y en que señalan su cuenta
dacton. ^e cosas qLie venden, de cinco en cinco, sus doblezes son como los de la
vívora, symbólica de quatrocientos años corridos desde la era nacional has-
ta la de nuestra fundación como el Árbol conocido vulgarmente por Palo
dulce, y entre Naturalistas Nefrético, que por sus escamas y duración se
advierte distinguido con anotación (155), común á la vívora. La de la Gar-
gantilla (156), lo es al color rubio, que en el de la piedra preciosa ó Rubí
señalada por el (157), es metafórico, y por ello acomodado su compuesto
de año (158), común á la Yerba, del Señor (159), del color (160), que es
el mismo del Sol, especialmente en Primavera en la qual advierte también el
segundo monumento excavado que se regulaban los equinocciales; y éste
de la nueva fundación, hasta la perpetua escasez de alimentos propios de
estas antiguas Lagunas, en los quatro meses hyvernales, symbolizados con
otros tantos colmillos (161), ó dientes (162), de vívora (163), expresión co-
mún á los humanos, como que en tales meses se oculta la vívora, y no
come, y concuerdan otros symbolos de permanencia con dientes y col-
millos.
15? La boca es desproporcionalmente mayor por la de comunicación de
las dos Lagunas que se presentan á los extremos de ella en dos cercos, ó
(145) (coyotepec) (146) c; (147) tepetl; ¡i4Scoyotl; (149) amicki; (150) micki; (151) atl; (152)
tlacotonalli; (153) tonalli; (154) tlaco; (155I coatli; ^1561 cuscatl; (157) tlapalteoxihuitl; (158)
xiuitl; (159) teotli; (160) tlapalli; (161) coatlantli; (162) tlantli; (163) coatí.
BIBLIOGRAFÍA mexicana DEL SIGLO XV III.
21 I
círculos (164), expresión común á pústulas de semejante forma, y resul-
tantes de enfermedad venérea instruida juntamente por ellas; symbolizán-
dose en lá propia boca de comunicación, tanto los lugares donde se con-
servó la Data de la era nacional desde la cual se reguló la de fundación
de esta ciudad, quanto la ascendencia por ambas líneas con la mixtura
(de las) de los propios lugares, del primer Gefe, ó Monarca de la nueva
fundación. A este lo refería la tradición en Idioma nacional hasta el Siglo LugaresdeAs-
cendencia del
décimo sexto, por (165) de la servidora (166), con la boca (167), de la primer Gefe ó
Agua (168), que es la de comunicación de la Laguna vulgarmente cono- ñUevañmdadoiu
cida por de Chuleo. La sierra dominante á la Población Tolyahualco, si-
tuada en el extremo meridional de la propia boca, y significativa de que
en lo intefno (169), de la Rosca (170), hai enea (171), en manifestación de
su antiguo hundido, bosquexa á la figura humana tratada por los Natu-
rales de su comarca, de Señor (172), con Manta (' 1 73 ), que es hilo (174),
de tiempo y generaciones, en la cima ó cumbre (175;, presentándose en
ella la rosca que resulta figurada sobre la del cargador, ó Ranero descul-
pido en la basa del Monumento descubierto. La de Toly analco se advierte
en esa forma desde su frontera Población, distante de aquella, una legua,
y situada al extremo septentrional de la propia boca, baxo el renombre
(176), dentro (177). del labio (178), de la tierra (179), mediando entre am-
bas Poblaciones, la boca, ó estrecho de comunicación de aquella perenne
Laguna, y desde Tolyahualco se ve en la cima de la serranía, respectiva á
Tlaltenco, y distinguida de sus consecutivas por (180), Águila apreciada
(181), en piedra, ó sierra, (182), el bosquexo de esta Ave hechada con alas
abiertas en acción de empollar, ó symbolo de Primavera en que se ocupa
en ello la natural, traiéndola entonces el Macho su alimento, quando en lo
restante del año le acompaña la hembra á la caza. Su colocación ciñe la
parte convexa ó exterior de antigua oquedad volcánica, que también tie-
ne la cima de Tolyaualco; y la cara con ojos undidos de la figura esculpi-
da del Monumento de que se trata es de Águila. Los bosquexos de aque-
llas dos sierras se miran mutuamente (183), symbolo de mixtura de sangre
entre los antiguos moradores de ambas, ó ascendencia del primer Gefe de
esta ciudad, trasladado, á la también symbólica figura de su fundación.
16? La rosca, ó emboltorio, tanto de esta, quanto de la cima de Tolya-
ualco, y comprehensiva del hilo del tiempo, está compuesta del Hogar na-
cional para cozimiento de tortillas de Maiz que se haze en la tortera de Jeroglífico de
-1 liccion de
barro (184), con tres piedras tratadas de (185 ), frente (1861, de la otra van- donde vendría ia
da del Agua. (187), está el labio, ú orilla (188) alusiva á la meridional de crUrí^™" *
la Península de España, ó Mar Mediterráneo á que como antediluviano se
(164) nanauac; (165) Acamapitli; (166) pitli; 1071 camac; (16S atl; (1691 co; 170 yaualli; (171)
tulli; (172) teutli-, (173) cuachtli; ; 174 ichtli; 175 cuaitl; 170 tlaltenco; 177 co; (178) tentli;
11791 tlalli; 11S0 tecuautzin; 1S11 cuautzin; 1S2 tetl; ,183 ixnamiki; (1S41 comallij US51 tena-
maxtli; (186) ixtli: (187) amac; 188 tentli.
BIBLIOGRAFÍA MEXICANA DEL SIGLO XVIII.
212
refiere el segundo monumento excavado, siendo aquel Continente oriental
respecto del de América el predicho á estos naturales como lugar de don-
de les vendría su conversión al Cristianismo según la tradición confesada
por su Monarca en la primera entrada de su conquistador á esta ciudad,
que se concordará Las tres piedras levantan á la tortera del suelo, colo-
cándola sobre ellas, dispuestas en forma triangular, que encierra al fuego,
y tratando á este Hogar de (189), levantada la mano para alcanzar lo que
está en alte» 1 190), que es el fuego (191), que en esta figura aplican á la
ei de antigua lepra (192), podredumbre (193), que es enfermedad (194), del Señor (195),
alusión común, tanto á las cumbres volcánicas, fétidas al tiempo de su
erupción, como las de Tolyaualco y de Tlaltenco, quanto á la lepra con que
entonces caió el Pelo á los naturales, ó pérdida con que presenta la cave-
za de su nacional figura, que sin él se trata de (196), rala, ó desmoronada
(197), en la cumbre (198), y al calvo (199), filo (200), de oquedad en cen-
tro ( 201), de cumbre (202), alusivo al Pedernal (203), filo (204), del Señor
(20SJ, tratado entre naturalistas, de piedra de Gallinazo, anotación origi-
nada de la idiomática del Reyno del Perú, alusiva á acaesimiento solar á
tiempo del eclipse, figurándose también á este Astro con tal Ave en el
Monumento segundamente hallado, y sirviendo el mismo Pedernal, ó le-
chino petrificado de Volcan á algunos naturales para rapar la caveza hasta
hazerse sangre.
Symboio de j„o Sobre la tortera en el Hogar, se presenta el vaso nacional, que por
hambre.
de madera, supone sin exercicio de fuego al mismo Hogar, con que advier-
te colocándolo sobre la caveza symbólica de la memoria, la extinción del
Maiz desde la era nacional que también envuelve. El es producto de Ár-
bol distinguido por (206), vaso (207), del Árbol (208). En el ocultan las
mugeres naturales el pelo después de averio lavado con el propio vaso,
con el qual cubren también alguna cuenta que lleven, con granos puestos
Cesación déla sobre la tortera. Su colocación boca abaxo (209), boleado (210) ¿quando?
lepra por el Bau- , - t ' i • / •
dsmo. (2I1); quando el pelo (212) común a quatrocientos, en la tierra (213). íns-
truie que aquella Lepra que lo hazia caer al lavarlo y cesaba con la Agua
que lavó la caveza tratada de (214), vaso (215), con pelo (216), fué origi-
Datadeiafun- nacja quatrocientos años antes de la fundación de esta Ciudad, que por
dación, regulada
desde la era na- cuenta purificada del embolismo ó confusión en que entonces se hallaba la
"adadeíaconfu- Data, envuelve el ocultado pelo en el vaso, como que este es producto que
sion en que se cueiga ¿e ramazón, la qual se expresa por (217), lo enmarañado (218), de
la yerba Í219), común al año, del Árbol (220), común al de Genealogía
ascendente de los fundadores ya en bajo respecto de la antigua Capital
(189) tlecuilli; (190) cuilli; (191) tetl; (192) teococolispalanalistli; (193) palanalistli; (1941 coco-
Üstli; (195) teotlij (196) cuacacayactli; (197) cacayactli; (198) cuaitl; (1991 cuaxipetztli; (200) itz-
tli; (2oi) xictle; (202) cuaitl; (203) teoitztli; (204) itztli; (205) teotli; (206) cuautecomatl; (207)
tecomatl; (208) cuauitl; .209) tlaltzoniccueptli; 12101 cueptli; (211) ic?; (212) tzontli; (213) tlalli;
(214) tzontecomatl; (215) tecomatl; (216) tzontli; (2171 cuauxinpasolli; (218) pasolli; (219) xiuitl;
122o1 cuauitl.
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
213
encumbrada, que instruien los Symbolos y Geroglíficos de este monumen-
to figurado en pie, ó tiempo corrido hasta la fundación de la nueva desde
la era destructiva de aquella quando se eclipsaron Sol, y Luna impuestos Eclipse solar de
sobre el vaso, cada uno en forma de ombligo, ó centro natural humano, ó
suceso advertido también por otro distintivo del propio vaso (221) el que
tiene casa (222), en oquedad de centro (223), como eclipsados ambos as-
tros á medio día, ó centro de su curso ó en que hizo mansión el Sol, acor-
de con otros symbolos y Geroglíficos de este Monumento, y del segundo
hallado, y costumbres nacionales; mediando entre los dos de este vaso, un Erupciones vol-
cánicas en ella.
Panal (224), que su compuesto de agua (225), que rodea (226), á las flechas
(227), instruie á la Laguna conocida por de Chuleo, donde se conservó
la Data, ceñida de Picachos volcánicos antiguos que despidieron fuego,
por tres días, symbolizados en las tres púas del Panal (g).
18? En la doble y mixta cabeza de cangrejo, retrocedor como las Datas A tiemP° de
embriaguez.
de tiempos pasados y á costumbres antiguas, y de Abeja por sus propie-
dades imitadas, que ya figuran, se colocó el calavazo, uaxitl, que usan so-
bre ella los Naturales en Payses Calientes de nuestro Sur, á distinción de
los de Nación conocida por Uaxteca, que lo cargan por la espalda. En su
centro, que siendo la Mollera (228), su compuesto la ministra Agua (229),
nuestra (230), quando el utensilio es de Pulque contrapuesto á ella, y sym-
bolo de embriaguez con los alveolos propios de Panales de Abejas, ó ca-
sillas (231), expresión común á dormitorio consecuente á ella, se colocó Symboio de te-
rremoto en cruz,
crucero symbólico de los quatro rumbos cardinales de que ocurría Gente que lo es de ios
á la antigua Capital, y á los quales fué despedido el concurso en dia de cMdínJ«átíe^
gran baile y festejo según antigua nacional tradición comprobada por sym- podeconcursode
ellos en la Capi-
bolos y Geroglíficos de estos Monumentos, y de los topográficos. A la tai antigua.
misma era recordativa de aquella Capital, aludía el tratamiento de (232),
Amo (233) quatro vezes (234), siendo esta segunda parte todavía com-
puesta de en donde (235), está la mollera mia, symbólica de la memoria
(236), que se daba en el Adoratorio de la nueva á la mayor prominencia
de la serranía de nuestro Sur, todavía dominante á los quatro rumbos, y
también la Alegórica tradición de que las Naciones de Nueva España, unas
avian salido, y otras llegaban á Lugar distinguido por (237), lo interno
(238), en cueva (239), de dos (240) oquedades en centro (241), y son las
antiguas volcánicas que se figuran en calaveras en este Monumento, do-
minadas por la que también conservan aquella prominencia.
19? A los lados de la mixta caveza se presentan dos Pináculos en for- Oquedades de
r ella.
ma en cestilla de estera (242), que con su compuesto de casa (243), de es-
tera (244) siendo esta alusiva á la toba en colinas, y el mismo compuesto,
(221) xiccale; (222) cale; (223) xictle; (224) mimiyauatl; (225) atl; (226) yaua; 1227' mimi;
(228) tan; (229) atl; (230) to; (231) cochiantli; (232) napatecutli; (233) tecutli; (234) napa; ^235)
pa; (236) ñau; (237) xicomostoc; (238I co; (239) ostotl; (240) orne; (241) xictle; (242) Petlacalli;
(243) calli; (244) petatl.
bibliografía mexicana del SIGLO XVlll.
214
común al sepulcro, advierte á dos eminencias que encierran en la propia
Serranía de Sur, al Pueblo conocido por la Magdalena, y nacionalmente
(245), en lo interno (246), el sepulcro (247), de la Gente principal, y do-
minante, symbolizada en los cuernos del cangrejo, impuestos á las mismas
cestillas, y las contribuciones dedicadas á ellos, en las uñas y triángulo que
se repiten al pie de la otra frente de este Monumento parado, donde se
expresan sus valores. Las dos oquedades de la tradicional cueva se notan
aqui symbolizadas en Calaveras (248), ó vaso (249), en cumbre (250), alu-
sivo á su cavidad en eminencia, y tratándolas hasta hoy los naturales de
su comarca, de (251), expresión común al ombligo colocado en medio del
cuerpo humano.
20? El pecho mugeril tiene en los dos lados respectivos la sonaja labra-
da de danzas nacionales, tratada de (252), hilo (253), translativo de gene-
raciones, de la Nariz, ó punta orizontalmente saliente (254), de la Agua
(255), ó alusión de este Ramo repoblador de aquella antigua Capital des-
pués del Diluvio, acorde con el tratamiento de la proa de toda embarca-
ción distinguida por nariz de la casa en agua según se notará después. La
propia sonaja se usa también en danza de Novios, instruiendo otro com-
puesto con ella (256), al generante (257), por tal sonaja (258), siendo jun-
tamente significativo de concurso á casamientos de la Nación. Las dos
manos impuestas sobre el mismo Pecho, siendo por el compuesto de los
cinco dedos de cada una (259), comunicado carnal (260), por la mano (26 1),
symbolos de el fin de los Casamientos, también de ciento en cada una con-
forme al estilo nacional regulativo (262), ó que tiene la cuenta (263 |, con
cinco (264), esto es, veintenas según el propio estilo. De las catorze natu-
rales conyunturas (265), asida (266), ó (267), exclamatorio, pegajosa (268),
alusiva á la muger perpetua del marido, omite la figura las dos de los pul-
gares symbólicos de mando, en manifestación de que entre número de
fundadores de la nueva Capital descendientes de aquella Población, que
casaron al tiempo de la nueva, ninguno tenia mando. Por ello las doze
restantes en lugar valioso de ciento, ó dedos que lo symbolizan, importan
otras tantas centenas, que en ambas manos componen dos mil y quatro-
cientas personas de nuevos fundadores descendientes del Lugar de sepul-
cros á que señalan, y sin expresar número en las sonajas superiores, im-
puestas en la Garganta de la figura symbólica de la misma serranía por su
distintivo (269), Garganta (270), de la tierra (271), como las siete piedras
que la adornan, de otros tantos collados, é individuando la venda (272),
vómito (273), en la tierra (274), colocada en la caveza, la de la propia se-
rranía, de que baja continuo raudal de agua á otra Población, en mas ele-
(2451 Petlacalco; (246) co; (247) Petlacalli; (2481 cuaxicale; (249) xiccale; 1250) cuaitl; 1251 xic-
tle; (252) Ayacachtli; (253) ichtli; (2541 yacatl; 255) atl; (2561 -\yacacachketza; 257! Ketza; (258)
Ayacachtli; (259) macuilli; (260) cuilli; 1261) maitl; (2621 macuilpoale; (2Ó3)poale; (264) macuilli;
265. >asaliuyantli; (266) antli; (267) u; (268) sasalic; 1269 tlatoscatl; (270) toscatl; 1271 1 tlalli;
(272) tlaxochtli; ^273) ixochtli; (274) tlalli.
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
215
vacion que la de Petlacalco, distinguida por (275), la que de lo interno
{2j6), vomita (277), agua (278). En la postura de esas dos manos, y de
las dos inferiores apegadas á la calavera, se manifiesta el estylo con que á
lo natural se conoce el medio dia, ó tiempo preciso de aquel antiguo su-
ceso, señalándose en las conyunturas de las quatro, el número de quatro
mil v ochocientos fundadores descendientes de los doze libertados en aquel E1 de sobrevi-
■' * vientes a la pro-
Lugar, que symbolizan otros tantos dientes de la calavera, tratados de p»a era en lugar
determinado.
hueso (279), quando se denota su permanencia entre naturales, no obstan-
te que tengan su distintivo propio.
2 1 ? De la calavera de esta frente sale una vívora de dos cavezas, ó Mons- ¡ado e
truo (280), el que da placer (281), á las Gentes (282), instructivo con sus
ataduras (283), de lo noble, ó principal (284), de la tierra (285), ú oro aco-
piado de Rios y Serranías, que todavía se tratan de Placeres en Lugares
de ellas, en Provincias internas, donde lo ruedan las Aguas. Se advierte
figurado tal Monstruo en la enagua nacional (286), por común á halda de
Sierra, una parte del compuesto de la misma enagua (287). ministrando
la otra el orificio (288), ó cavidades, tanto del Malpaís de la serranía de
nuestro Sur, en que con la lava quedaron mixturados los antiguos acopios
de contribuciones preciosas hasta la era nacional, quanto las de vertientes,
donde á los quatrocientos años después de ella, ó en la data de nueva fun-
dación, se cogia para feudal reconocimiento á la descendencia de aquella
antigua Raza dominante, de veinte y seis Lugares figurados en otros tan-
tos troncos trozados de árbol en sentido orizontal, y distribuidos en el
recinto respectivo á la rodilla de la figura, vista por ambas frentes y cos-
tados. El distintivo de la propia rodilla en su estructura interna, es (289),
piedra (290), con hebra (291), de Árbol (292), por su dureza, y enlaze de d¡E* deJ'^sr™l'
cuerdas en parte del cuerpo que el Idioma trata de arboladura, siendo co- geri° en ríos,
f juntamente que
mun el propio compuesto a tronco de Árbol asi trozado que instruyendo paia pesCa.
también aquella dominante estatura humana disminuida por aniquilación
de la hebra de su Árbol genealógico en la piedra, ó sierra de su capital
dominación, advierte juntamente los medios inventados por ella, de piedra
y hebra, ó vejuco montes, con que se ligan Arboles para formación de
Presas, ó corrales en Rios de Pesca, manifestados en veinte Redes (293),
pendientes de la enagua, y á continuación quatro Mosqueadores (294), que Estación para
ello destinada.
con su valor de Ala (295), para la fiesta (296), del que cierra (297), pre-
vienen otros tantos meses Ivernales, en que después de mitigadas las cre-
cientes, se hazia, tanto la Pesca, quanto la busca del oro, comenzando desde
la venida de la Garza, á que alude la Ala, y también á la materia de pluma
escarmenadora de las pajas de que aparece formado el fleco (298), ins-
(275) Axuchco; (276) co; (277) ixuchtia; (278) atl; (279) omití; 2S0) tlacasemele; (281) seme-
le; (282) tlaca; (283) tlalpilli; (284) pilli; (285) tlalli; (286) tzincueitl; (287) cueitl; (288) tzintli;
(289) cuautzontetl; (290) tetl; (291) tzontli; (292) cuauitl; (293) matlatl; (294) tzacuiluastli; (295)
astli; (296) iluitl; (297) tzacuá; (298) tenposoncayotl.
bibliografía mexicana del SIGLO XVIll.
216
tructivo del deletreo articulativo á coros, de los symbolos de contribu-
ciones.
Symboio deía 22? Como el distintivo (299), común tanto á dos cosas enteras y comu-
Serranía de Sur. f f
nicables entre ambas, quanto a dos frentes, envuelve a los que se afrontan
(300), á la sierra (301), para concupisencia (302), se symboliza en las dos
de este Monumento la serranía de nuestro Sur, donde también residía el
Govierno de la de Norte, y quedando por eso en aquella apropiadas las
dotes (303), distinguidas por lo enagenado (304), en sierra (305). De ella
corrió aquel Mal país de Lava abundante hasta hoy en vívoras (306), ó
culebra (307), que muerde (308), advirtiéndose la enagua figurada, com-
EidekdeNor- puesta de ellas, en las frentes y costados symbólicos de la serranía de Nor-
te, como distinguidos por (309), diente (310), de concupisencia (311), con
el Baho (312), alusivo á la muger compañera al lado del hombre. La lava
cubrió á las Gentes especialmente concurrentes de ambas Serranías, como
la vívora traga á los conejos, Ratas, y Lagartijas, enteras, manifestándose
en los cascabeles (313), figurados, tanto los recorvados senos, ó cuevas de
ei de k causa taj pai'S( por conlun su distintivo al caracol, quanto la causa del estrago
del estrago. x * o
que embuelbe el compuesto de hilo (314), de la enagua (315), ó sucesión
de la primera muger, de quien los naturales hazian especial mención en
estos dos Monumentos primeramente ahora hallados, y en tradiciones re-
feridas á serranías coetáneas á la creación de la común Madre, y origen de
la concupisencia.
Contribuciones 23? En el fleco se symbolizó también la contribución de la Gente del
del con torno de la
Laguna. contorno de la Laguna, destinada á los Ministros Religionarios que com-
ponían el canto de sus coros, y la qual envuelve su compuesto de calabaza
(316), por dentro (317), cocida (318), de la orilla ó labio (319), permane-
ciendo en el propio contorno la Población (320), cerca (321), de la cala-
vaza (322) de que presenta figura su inmediato cerro, y también la cos-
tumbre de regalar los naturales, especialmente á sus Governadores, las
frutas que envuelve un synónimo del fleco (323), Calavaza (324), Aguacate
(325), grasoso (326), que es el mejor de la orilla (327), de la tierra (328),
y advirtiendo antonomasticamente otro synónimo del propio adorno (329),
orilla de la tierra, que en él se simbolizaban las contribuciones de ella. Pero
Medidas de las se interrumpe el figurado como el tiempo de ellas, por cinco zurrones (330),
de oro y sus bol-
sas, divididos con su geroglífica atadura, que fenecen en la figurada cueva de
dos centros xicomostoc, donde se perdieron los de la Capital antigua, y que
sirvieron á acopiarse desde la fundación de la nueva, advirtiendo la medida
de las contribuciones mayores las uñas grandes, alusivas á las de la cuar-
(299) yonteixti; (300) ixti; (301) tetl; 1302) yomoni; (303) teyocatilli; (304) yocatilli; (305) tetl;
(3061 tecuancoatl; 1307) coatí; (308) tecuani; (309) yoyomotlantli; Í310) tlantli; (311 ) yomoni; 1312)
iyotl; 313) cuechtli; (314^ ichtli; (3l5)cueitl; (316) Ayotl; (317) c; (318) posoni; (319) tentli; (320)
Ayotlan; C321) itlan; (322) Ayotli; (323) tlatenchayauacayotl; (324) ayotl; (325) Auacatl; ,326] cha-
yauac; (327) tentli; (328) tlalli; (329) tlnatetli; (330) toctli.
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
ta de la mano (331), uña (332), en cada uno (333), esto es, de cada dedo
pulgar y meñ'que tendidos en abertura de la propia mano, y distinguiendo
las menores por el Geme ó distancia entre el índice y pulgar. Pero otros
tantos Zurrones, así de los mayores, como de los menores que figura el
Monstruo, se amarraban de lo contribuido en los quatro meses Ivernales,
con ocho mil de sus respectivas medidas que instruie la anotación meto-
nímica de bolsa (334), y compuesta de principal (335), yerba apreciable
(336), de oquedad en centro (337), por el oro perdido en las volcánicas de
Xicomostoc, siendo la propia anotación común á la Cantidad de ocho mil
por la contenida en tales bolsas (h).
24? La otra frente difiere de la ya desenvuelta, en advertir otros qua-
tro collados de la propia serranía de sur por medio de otras tantas piedras
impuestas en la Garganta. A su lateral alineamiento se hallan dos mil lar-
gos pulgares, symbólicos de los principales Gefes, que mediante las sona- °tros collados
de 1a serranía de
jas se enlazan con dos manos, la una con catorze coyunturas, y la otra con surydepobiado-
doze, en manifestación de dos mil y seiscientas personas de fundadores saHódediasplra
que vinieron de aquellos collados, y emparentadas por el linage significa- i» fundación, con
do en la faja (338), instructiva con su compuesto de ligazón (339), de per- que en aquellos
sonas (340), pares ó iguales (341). De su ascendencia descubre salvadas, doTiaeranTcTo-
ó sobrevivientes al suceso de la era nacional, veinte y dos en otros tantos nal-
dientes de su calavera, symbólica de la otra oquedad volcánica de Xico-
mostoc; recordando también la sobrevivencia de otras catorze de Gefes,
corpulentos, con otros tantos colmillos mayores, impuestos á los brazos
fornidos, y descubiertos igualmente por esta frente que por los costados,
como transferidos de la Serranía de Sur á la de Norte; y señalando su Señal de aug-
mento ó diminu-
govierno, el Mosqueador aplicado al codo que abre y cierra al Brazo y don de tiempo
mueve las acciones, dirigidas principalmente en aquellos á la prolongación parapesc
del tiempo empleable en la pesca, y solicitud de oro, por uno, ó dos me-
ses á mas de los ivernales, determinables según la anticipación, ó retarda-
ción de las lluvias, varia en los añjs.
25? Descubriéndose en esta frente, symbólica también de la serranía de
sur en que estuvo la Capital antigua, todo el tramo del brazo, tendido des-
de el ombro hasta la mano (342); presenta en ambos costados alusivos á
la de Norte, en donde instruie la repoblación, como acogidos en ella aque- otra de la d¡-
llos sus sobrevivientes de la otra, solo el molledo, ó parte desde el ombro ¿^""j" estatu-
al codo (343), manifestativo, de que el brazo nuestro (344), (de la nación ra-
fundadora), es la mitad (345), en cada uno (346), así de la estatura ante-
rior á la era nacional, como del poder, comparadas ambas cosas con el
cuerpo y mando al tiempo de la fundación.
26? De la calavera, ó fuente encumbrada corre una dupla cauda del Pa- Ladeíosobre-
(331) senistitl; (332) istitl; (333) sennej (334) xickilpile; (335)Pile5 (336) kilitl; (337) xictle; (338)
sesentlacámecaj-otl; (339) mecayotl; (340) tlaca; (341 sesennej (342) A.collin; (343) sentlacotacol;
(344) tacol; (345) tlaco; (346) serme.
28
dido.
BIBLIOGRAFÍA mexicana del SIGLO XVIII.
218
saliente de la ca- Vo regional (347), symbólico de lo sobresaliente de aquella antigua capi-
pital antigua
tal respecto de los demás lugares, como tal Ave comparada con otras re-
gionales, y á la qual crían los naturales con particular atención. La misma
dupla cauda es semejante á la configuración que forma el mal pais de lava
que cuelga de la serranía de Sur, extendido en la parte llana y estrecho en
la alta, quedando casi en el todo de su mediación la pequeña heredad,
compuesta de tres planes encerrados por la propia lava, y distinguido el
menor de ellos por (348), en lo interno (349), está la camisa (350), alusiva
á la figura que en él forma el cercado de la propia lava, que es la del cotón,
ó camisa nacional, la qual corre del cuello á la cintura, y con solas medias
mangas. El plan de magnitud, media entre ese y el mayor, es (351), den-
tro (352), de lo noble y principal (353), de arriba (354): distinguiéndose
al mayor por su misma magnitud, pero también con anotación de lo prin-
cipal (355), dentro de lo principal de arriba (356), que es grande (357).
Tesoro aiií per- 27? Ambos son acordes con el compuesto que envuelve la figurada cola
de Ave (358), lo principal (359), de la inmundicia (360). En ella se pre-
senta dos órdenes de las que se llaman pinas de plata en las Haciendas, ó
Ingenios de beneficio de minerales, distinguida por (361), inmundicia (362),
del Señor (363), tanto por derretido aquel metal así acopiado, con erup-
ciones volcánicas, quanto por atribuida su formación al Sol, tratado de
Señor en sentido abusivo y profanatorio del symbólico de la Divinidad.
La figura piramidal cónica de tales pinas azogadas, tratada de (364), y
cuia rayz (365), se acomoda también por translación á la inmundicia hu-
mana de semejante forma, descubre que la plata fué entre estas naciones,
mucho mas rara, ó escaza que el oro, por no acarreada en la abundancia
que este por los Rios, aunque el uso de ella era mui antiguo en el Mundo:
pues instruie cosa antigua y usada (366), que guarda ó deposita (367), la
tierra (368).
28? Por eclipsados Sol y Luna á tiempo de aquel memorable suceso, y
por él también temibles aun los eclipses naturales, para gentes nacionales,
especialmente de lugares donde los monumentos de erupciones volcánicas
coetáneas á la era nacional, la recuerdan con sus peculiares anotaciones,
son dos las colas (369), principal (370), inmundicia Í371), de los Señores
(372). La doble cauda fenece tocando á un triángulo de iguales lados, ó
isóceles, semejante en sus lúnulas á los rastrillos acostumbrados en fundi-
ciones de minerales, y abrazando á ocho uñas ó medidas, por el valor nu-
meral de su compuesto {373), tres (374), esto es, días, según el contexto,
de desgracia (375), que con las llamas de humo salientes del triángulo,
(347) nexolotl; (348) cotoneo; (3491 co; (350 cotonki; (351) acopilco; (352) co; (353> pilli; (3541
aco; (355) ueacopilco; 1356) acopilco; (357) uei; 1358) cuitlapilli; (359) pilli; (360) cuitlatl; 361)
teocuitlatl; (362) cuicatl; 1363') teotl; ¡3641 tlapiasolli; 1365) tlapiasoa; 1366) solli; (367) pia; (368)
tlalli; (369) teteocuitlapilli; 1370) pilli; (371) cuicatl; 372 teteotin; (373J cliicuei; (374) yei; (375)
chicu.
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
219
instruien {376), significativo de tercero dia, y por su compuesto, de que
aquella materia está {377), derretida (378), sobre (379), el camino (380). e^^c°0e¡aqdue
que el acopio de ella era de mil y seiscientos años, lo advierten las cuatro
colas del Páxaro sentzontli, impuestas sobre las del Pavo, como valiosa
cada una de quatrocientos, y señalados á mas de ellos, tres meses lunares
por las lúnulas del rastrillo, tratado de (381), recogedor (382), de la ba- Symboio de i»
r ' extinccion del
sura ó rastrojo del Maiz (383), comunmente cosechado entre naturales en Mai¿ desde íaera
principio de la luna de Diciembre, ó data inicial de aquel acopio de su an-
tiguo tesoro, y symbolizando juntamente el rastrillo la extinción del maiz
desde aquel suceso de Primavera, instruida en esta figurada memoria, con
las colas del sentzontli, que mudan su pelo ó pluma anualmente en ella (i).
29? A los lados de la que se presenta por cabeza de este peñasco, se
notan los siguientes symbolos y Geroglíficos: cofia de Red (384), instruc-
tiva con su compuesto de Red (385), de la cumbre (386); como que sym-
bolizándose en ella la capital antigua, se notan en su serranía mallas ú costumbres de
la capital antí-
oquedades volcánicas según las que forma la red entre sus nudos. El Pa- gua, sudtadas en
nal que custodian las Abejas, figuradas por sus ojos laterales, que como lanuev
extraen el jugo de las flores, y depositan en él á profusión la cera, asi po-
nían allí los naturales el oro; imitándolas también en fabricar sus casillas
emplastadas con lodos; en aver vivido allí, y después en su nueva funda-
ción, asociados á distinción de otras Gentes errantes; y en aver embiado
en los tiempos respectivos á ambas capitales, sus colonias desde ellas á otros
lugares, según la antigua tradición de que estas naciones, unas a.vian salido
de xicomostoc, y otras llegaban á él.
30? El torzal (387), que liga orizontalmente á la caveza, instruiendo su Terremotocon
que acabó aque-
compuesto, vuelta (388), de la tierra (389), manifiesta su alusión al terre- ua,y Lugar á que
moto, circunstanciado en el segundo peñasco excavado, con que destruida ^"brevVvk'n!
la capital antigua de la Serranía de Sur, se transfirieron los pocos liberta- tesdeeiía.
dos de ella, á la de Norte, symbolizada en los costados de éste de funda-
ción, por particular anotación del lugar donde se acogieron aquellos, con
Pozo en corte de elevación, tratado de (390), ahoyado (391), de la Laguna
(392), según permanece respecto de la extendida antiguamente hasta las
serranías de este Valle, el pequeño ahoyado en lo interior de la de Norte,
y en él situada en la basa meridional de parte de la propia serranía que
por el rumbo y Valle, de su Norte presenta vista de Águila, la antigua
Población (393), que en su mismo compuesto instruie su colocación en (394),
la sierra (395), de la Águila (396), quando el monumento figurado de su
memoria, representó también al propio lugar con tocar la Ala de la Ave
al plan de la nueva fundación (j).
(3761 uiptlatica; (377) ca; (378) tlatilli; (379) ipan; (380) utli; (381) tlasolononi; 13821 ololoni;
(383) tlasolli; (384) cuamatlatl; (385) matlatl; (386) cuaitl; 13S7) tlamalintlij (388. malintli; (389)
llalli; (390) Atlacomulli; (391 comulli; (392) atla; 1393) cuautepec; (394) c; (395) tepetl; (396)
cuautli.
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
220
NOTAS
RECLAMADAS DESDE LA PAGINA 200.*
Nota (a) ( ¡ réase la pág. 200.)
A esta clase ele Roca llamó el Mineralogista Sueco Goschkal Walerio,
en su especie 91, opaca, Arenaria y compacta, colocándola Valmont de
Bomare en la suia 191, tom. 1? de la Mineralogía que publicó en París,
año de 1774.
La medida por pies como una de las alusiones de los desproporcionados
a la figura, y también el Devanador, ambos Geroglíficos presentados en la
basa plana del Monumento primeramente ahora hallado, y asentados sus
valores á los números marginales 8? y 9? y en la Nota (f ), instruien la ex-
pulsión de Peñascos de aquella Prominencia de Sur, al Lugar que después
de siglos se tomó por centro de esta ciudad.
Refiriéndose pag. 105 de la Historia de Nueva España, escrita por su
esclarecido conquistador, edición de 1770, muchos hermosos edificios en
los Barrios de esta ciudad, á mas del Principal: asienta el contexto desde
la 133, á 140, la fuga que aquel hizo de ella en fines de Junio de 1 520, sin
que el Bloqueo de su Laguna comenzase hasta mediado Mayo del siguiente
año, con extraordinario número de coligados para él, ganados en ese es-
pacio según la 237, y siguientes, ó preparativo notorio por naturaleza á
los habitantes de esta ciudad, quienes aviendo conservado dentro de ella,
una pequeña parte del tesoro nuevamente acopiado en el espacio de siglos
queyainstruie este monumento, y apresada por Despojo quando se rindió,
tuvieron tiempo sobrado para aver extraído la incomparablemente mayor,
tan solicitada después por los conquistadores, que por no averia hallado
en la propia ciudad, movió el arreglo de Derechos para caso de invención
de qualesquiera tesoros en casas, Heredades, Posesiones, o cues, y sepul-
cros, por disposiciones R.s de 1536, 40, 44, 79, 79, y 95, extractadas en
las Leyes 1? y t) tit. 12. Lib. 8? de las recopiladas para los Reynos del
Dominio español en ambas Américas. Por aquellos Lugares expresados
en la Ley, han hecho después de ella varios particulares, sus tentativas es-
pecialmente en túmulos nacionales/cubiertos de tierra en lorma parabólica,
sin que haya memoria de aver encontrado otra cosa, que huesos quemados,
práctica peculiar para los de los antiguos Señores, de la que descubre el
origen el monumento primeramente ahora hallado. También ha enseñado
la observación y concordancia de Relaciones bien fundadas, que las trata-
Del Ms. original. Véase esta primera nota en la pág. 200.
bibliografía mexicana del SIGLO XVlll
221
das después por la propia ley, y conocidas comunmente por cuevas, fue-
ron los verdaderos Depósitos de los tesoros, sabidos solamente por la tra-
dición comunicada de uno, ú otro de los Naturales Principales de algunas
antiguas Poblaciones en que no se advierte la necesidad de sus individuos,
común en las mas; sin que las peculiares ocupaciones de aquellas puedan
cubrir sus corrientes contribuciones, ya Parroquiales, y ya tributarias, y
mucho menos sufragar gastos extraordinarios, especialmente en Litigios
de posesiones, y Linderos de terrenos, y de Montes; pues en las demás se
nota indigencia aun teniendo exercicios propios.
Aquel Conquistador instruía también, pag. 378, por su carta de 15 de
Octubre de 1524, al referir el regreso de los Naturales á sus antiguas con-
trataciones en la propia ciudad después de reedificada, por averia destruido
para rendirla, que ya no avia en ellas las Joyas de Oro y Plata que antes
se veían. Y así no solamente resulta el carácter de genial ocultación en los
Naturales, hereditario hasta hoy, sino también que si aquellas memorias,
comunes entonces á la contratación general que se hazia en esta ciudad,
las ocultaban después de su rendición, como casualmente lo hizieron con
la pequeña viborilla de oro, y de estructura propia del tiempo anterior á la
conquista, hallada debajo del segundo peñasco esculpido, ó comprobación
evidente de la ocultación también de éste ¿quanto mas lo harían del sen-
tido de su nacional escritura los únicos depositarios de él, como despoja-
dos de sus empleos, y precisos intereses que les procuraba su dedicación á
ella, y deben considerarse en mui escaso número sobrevivientes á la pro-
pia rendición, resistida por los mismos que componían el consejo y direc-
ción? Y así siempre serán sospechosas, y producirán notorias contrarieda-
des, las instrucciones que después de bastantes años de conquista ministra-
ban á españoles, algunos Naturales, que á mas de no aver sido de los
dedicados en la Gentilidad á la inteligencia de aquella escritura, eran de
una Nación ocultadora, y á quien no solamente el valor de sus esculpidas
figuras acusaba de Apóstata, sino también sus costumbres, anotaciones to
pográficas, y algunas de las tradiciones verbalmente averiguadas por uno
u otro de los antiguos Misioneros dedicados á Idiomas, como que si esas
se concuerdan con éstos, con las mismas costumbres, Monumentos locales,
y propiedades de cuerpos naturales, ministran el sentido compuesto, y ale-
górico en que no se han entendido, que es el propio de sus symbolos y Ge-
roglíficos. Con que el aver seguido algunos escritores, las relaciones nc
examinadas por combinación de Principios sólidos, no ha producido otro
efecto, que augmentar número de copiantes con nuevas contrariedades, na-
cidas del modo de pensar de cada uno. El es vicio tan antiguo, y común
en las ciencias, que movió al emperador Justiniano á prevenir á sus Juris-
consultos, no juzgasen por lo mexor aquello en que concurriese la muche-
dumbre de Autores, en la Ley 1?, § 6?, tit. 17, de como se ha de aclarar
el Derecho antiguo, Lib. 1? de su Código, ó en materias antiguas, que so-
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
222
lamente pueden aclararse por Principios acordes, y contemporáneos de lo
que necesariamente, ó suponen, ó infieren.
Nota (b) (Véase la pág. 201.)
Esta definición general, tanto de symbolos, quanto de Geroglíficos re-
sulta de la concordancia que dicen entre sí los Caps. 1?, 2?, 3?, 4?, 11? y
14?, Lib. 2? de Doctrina cristiana, compilada por S. Agustín, edición Ro-
mana de 1735, y de su Carta 119, aviendo citado ésta, y no aquéllos, el
Religioso Confesor de Luis 13? de Francia, Nicolás Causino (nacido en
1583> Y muerto en 165 1), cap. 6?, Lib. 4?. de Elocuencia Sagrada, y hu-
mana, edición de Colonia de Agripina de 1691, en que asentó por una de
las Fuentes de la Invención á los Geroglíficos, como en el 64, del propio
Lib? á la Parábola por una de las especies de la semejanza.
Es digno de toda atención que un S.to Padre antiguo, y tan ilustrado
como S. Agustín, colocase en tratado de Doctrina Cristiana estas Reglas,
especialmente la del citado cap? 11? "contraías señales propias descono-
"cidas es gran remedio el conocimiento de las Lenguas. Y los hombres de
"Lengua latina que ahora recivimos para instruirles, necesitan de otras dos
"para conocimiento de las divinas escrituras, conviene á saber, de la He-
"brea y Griega, para que se recurra á los exemplares anteriores si ocasio-
" nare alguna duda la infinita variedad de los Intérpretes latinos. " Conque
previniéndose para los de este Idioma la necesidad de aquellos dos orien-
tales, quando se asentaba por principio general para Naciones de otras
Lenguas, el conocimiento de las en que se hallasen las señales propias des-
conocidas, es claro que la Doctrina de Jesucristo se advertía estampada
también en figuras symbólicas y geroglíficas de los Idiomas, ó paraboliza-
das según habló siempre Jesucristo á los Pueblos. Al Mexicano lo colocó
en el orden de los orientales, F. Martin del Castillo, Religioso Franciscano
de la Provincia de los Angeles, y de la del S.to Evangelio de México, asen-
tando cap. 2?, Lib. 3? de su Gramática hebrea, impresa en León de Fran-
cia en 1676, aver defendido en conclusiones públicas del Capítulo Gen.1 de
su Religión, celebrado en Toledo en 1658, los Rudimentos de la Hebrea,
Chaldea, Syra, Arábiga, Griega, y occidental Mexicana.
La ocultación que de intento se hizo á la Plebe, del sentido de Symbo-
bolos, y Geroglíficos, por los depositarios de él, no originó la Idolatría, ó
materialismo antiguo, según pretendía el Abate Pluche en su Historia del
cielo, instruir la introducida en África por los Egipcios, sino que se abusó
del sentido de los primitivos, como que el de los de América esta dictando
la profanación hasta de los frasismos primeros del Cristianismo y que la
causó la Apostasia^de él, movida de las dos pasiones humanas según la avia
■4predicho Jesucristo, si se concuerdan las tradiciones alegóricas, regionales,
con los Evangelios. Por ello no es de extrañar que el sentido que aquel
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
223
escritor daba á los Geroglíficos de Egipto, fuese impugnado por Le Mire
en su memoria inserta en la 2^ parte de las de Trevoux de Junio de 1740,
y también par La Nauze en la de la Academia de bellas letras Tom. 14,
Pag- 358. Es, pues, innegable, que el atinado de aquella antigua clase de
escritura, consiste en la combinación de la estructura, uso figurado, y apli-
caciones del idioma á que pertenecen, y de las circunstancias regionales
de la Nación que se sirvió de ellas, ó unión de Principios que no se han
propuesto los escritores, acaso por laboriosa, y procedente de observacio-
nes dilatadas.
Nota (c) (Véase la pdg. 202 )
D. Luis Becerra Tanco, Párroco de Naturales en varios lugares, y del
de Ixtlapalapan tan cercano á esta ciudad, al que entró en el 163 1, aun
aviendo aprendido este Idioma por curso habitual desde su Infancia, inten-
tentaba después de muchos años, dicernir su sentido compuesto, y figura-
do, y reputaba á las Pinturas de la Gentilidad indistinta y generalmente
por Instrumentos auténticos, quando no consta que estuviesen autorizadas
como las Piedras esculpidas colocadas en Lugares públicos, de las quales
no hizo mención alguna.
El aver manifestado el asumpto de su tratado "Felicidad de México en
"el principio, y milagroso origen que tuvo el Santuario de la Virgen Ma-
"ria nuestra Señora de Guadalupe etc." edición postuma en Sevilla de
1685, no solamente con pinturas posteriores á la conquista española, ó
de tiempo en que ya no se figuraban en Piedra los sucesos, sino también
con fundamento tan poderoso especialmente entre estas Naciones, como
la memoria tradicional en cantares, no requería que asentase aquella au-
tenticidad indistinta de las del Gentilismo.
Semejante Calificación á la que este escritor hazia en el sexto de sus pá-
rrafos tocantes á la quinta Aparición, acerca del título de Guadalupe, que
repugnaba huviesen dado los Naturales á esta Insigne Imagen, diciendo
"y recien ganada esta tierra y en muchos años después, no se hallaba In-
"dio que acertase á pronunciar con propiedad nuestra Lengua castellana,
"y los nuestros no podían pronunciar la Mexicana, sino era con muchas
"impropiedades," puede hacerse de la inteligencia que se ha dado hasta
hoy á mucho de lo escrito en aquel siglo. Aquel Intérprete confesaba aver
seguido la que daban á las Pinturas, D. Gaspar de Prabez, y D. Pedro Ponce
de León, Párrocos á quienes trató, diciendo también por alusión á los mas
antiguos Misioneros, que solos aquellos Ministros Evangélicos que se apli-
caron á escudriñar los Mapas, pudieron dar su inteligencia, y que de ellos,
y de los cantares sacó F. Juan de Torquemada lo que escribió en su pri-
mero tomo de la Monarquía Indiana, en que refiere la fundación de esta
Ciudad, y otras cosas de mayor antigüedad.
bibliografía mexicana del SIGLO XVI11.
224
El escritor de la citada Monarquía, impresa en Sevilla, año 161 5, asen-
taba en el Prólogo á su Libro primero, por una de las causas en la falta de
cronología tocante á lo que escribió de Historia antigua, la de estas Nacio-
nes en el tiempo primero de su conversión por aver quemado sus Histo-
rias los Ministros evangélicos que entonces vinieron repitiendo en el Cap.
6?, Lib. 3?, que lo hizieron porque como todas ellas eran figuras y carac-
teres que representaban animales racionales é irracionales, Ierbas, Arbo-
les, Piedras, Montes, Aguas, Sierras, y otras cosas, entendieron que eran
demostración de supersticiosa Idolatría. ¿Pues como es concordable tan
seria y zelosa resolución, con aver los mismos comunicado el valor de ellas,
ó sentido que siguieron D. Luis Bezerra y demás que cita, sin aver tam-
poco estos succesores examinado el de muchas Pinturas que todavía que-
daron, ó encargádose de las razones fundamentales del estylo nacional de
ellas? Assí corría entre las mismas y se ha copiado hasta nuestros días el
imaginario é incordinable calendario, fingido á pocos años de la rendición
de México, por los pocos sabedores de la significación de la Cronología que
ocultaron, y se ha hallado ahora. ¿Pero de quanta satisfacción será, que re-
cordándose hoy algunas de las memorias que escribieron aquellos antiguos
Misioneros, nos dicten ellas mismas su averiguación por los mas dedicados
á los Idiomas, no conforme á las Pinturas, sino á las tradiciones entendi-
das por los mismos en sentido literal, y no en el compuesto y alegórico
del Mexicano entonces dominante?
El escritor de aquella Monarquía, cap. n? Lib. 1? reputando inaveri-
guable el origen de los mismos Naturales, daba por motivo no aver cono-
cido letras con que escribir sus historias; y asentando que usaron de Pin-
turas, en que á vezes una sola figura contenía la mayor parte del caso
sucedido, ó todo, quando prevenía que tal estylo era propio de solos los
Maestros ó Ravinos, quienes variaban el modo: manifestó bastantemente
que con tal memoria general, aunque cierta, pero no contraída por menor
ó prácticamente en las figuras, no podía entender las pintadas que tuvo, y
cita en otros Capítulos y especialmente en el i? Lib. 2? el cotejo del Idio-
ma que las regulaba, y de su peculiar estructura, con los demás principios
de esta clave, comprueba la verdad de aquella tradición, no distinguida en
la práctica, y verificada ahora por menor en cada figura de las esculpidas
en los Monumentos que toma por tema. Varios han sido pero discordan-
tes, no solo entre si, sino también en lo mismo que cada uno ha referido,
los que después de aquel Historiador han intentado conocer el valor de
ellas, sin aver tomado por medio el sentido de los styíos nacionales, y pro-
poniéndose, entre otros errores el cimental de que cada figura expresaba
un solo concepto quando se usaba de ella, sin atender á que formadas por
el Idioma, vario en la significación, según á lo que alude, ó partes de que
se componen sus voces, acaece lo mismo en las figuras que lo representan.
D. Francisco Xavier Clavigero (á quien familiarmente traté en el año
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
225
1 76 1), después de tanteados muchos impresos, y algunos manuscritos, y
Pinturas, para la Idea, extractada de todos ellos, que publicó baxo el título
de Historia Antigua de México, en Cesena, año 1780, asentaba en el Ca-
tálogo de escritores de Nueva España, con que dio principio á su tomo
primero, por la obra mas completa á la de la citada Monarquía; expresión
alusiva á la abundancia de noticias, como que en el segundo tomo pag. 57,
decia, que cuanto ella tiene de bueno, fué tomado de los Religiosos Moto-
linia, y Sahagun, y en la 186, que en la Historia Mexicana no deben juz-
garse distintas las Artes de la Historia y de la Pintura, Ínterin no haiga
otros Historiadores, mas que sus Pintores, ni otros escritos, sino sus Pin-
turas; context en que manifestó no tener idea del valor figurado en pie-
dras; calificó también á la de la Monarquía en aquel catálogo, de frecuen-
tes contrariedades, y falta de crítica, y que su escritor supo bastante bien
el Idioma Mexicano, y trató á los de la Nación por muchos años. No obs-
tante su dilatado manejo, los errores, ya de escritura, ya de traducción de
la nomenclatura nacional, y los que ni aun así pudo poner en versión, y se
anotarán en lo conducente al sentido de algunas figuras esculpidas, en los
Monumentos nuevamente hallados, por originales, y también en algunos
topográficos concordantes; descubren el origen de sus contrariedades en
no aver conocido la escritura Idiomática, y su sentido figurado, y de con-
siguiente tampoco el valor de la Geografía, y costumbres nacionales, sien-
do al mismo tiempo exculpable en la falta de la cronología ocultada, aun-
que sin los otros principios, huviera quedado tan muda como innumerables
Tiedras esculpidas. También se anotarán las tradiciones que copió, y re-
sulten acordes con estas figuras, como escritas aquellas en literal sentido
por los antiguos Misioneros, desde luego con intento de que después se
indagase el translativo, á semejanza de su primer Intérprete, y por ello
compañero de los mismos F. Alonso de Molina, ó primer español inteli-
gente en el Idioma, quien publicó su Diccionario de Castellano á Mexicano
en 1555, augmentándolo con mas de cuatro mil voces en 1 5 7 1 , en que im-
primió el de Mexicano á Castellano, con fin expreso desde el primero, de
que con el tiempo se descubriera la que llamó Mina inagotable de frasis-
mos, asentando en general que tiene secretos, de los quales se manifiestan
varios por el método de esta clave. Aunque aquel español el mas versado
en esta Lengua, como que de él referia su cronista cap.s 9, y 14, Lib? 159,
y 59, Lib? 20? de la Monarquía, que los Misioneros venidos año 1 524» ^e
consiguieron desde Niño para Intérprete, y que vivió hasta la ultima vegez,
no podía desembolver la composición y el sentido figurado de la propia
Lengua, no aviendo por lo mismo dado seiie de nombres propios de Lu-
gares, aun siguiendo el método de Lebí ¡ja, que los asentaba, ó convicción
evidente de que aun no está conocido el valor cierto de este Idioma, y la im-
presión de aquella obra padeció algunos errores literarios, sin fee de ellos; pero
á vencer ambas dificultades se dirige también el método de que se trata.
29
bibliografía mexicana del siglo XVlll.
226
Nota (d) ( Véase la pág. 20J )
La invención del Sanio cuerpo, la refirió el Virrey de la India D. Juan
Barros, Década 3? de Asia, Lib? 7?, Cap. 11?; y la de la Sta Cruz y sus
prodigios, después de su averiguación, hecha por el R. Obispo de Cochin
se remitió estampada al Rey D. Sebastian, é Infante Cardenal D. Enrique,
Arzobispo'de Lisboa, aprobante comisionado para ello de la S.ta Sede. La
traducción, que se dio á los caracteres de la orla, fué la siguiente: "des-
pués que apareció la Ley de los cristianos en el Mundo, de ai á treinta
"años, á veinte y uno de Diciembre el Apóstol S.to Tomás en Meüapnr,
"donde huv conocimiento de Dios, y mudanza de Ley, y destrucción del
"Demonio. Nació Dios de la Virgen María y estuvo en su obediencia trein-
"ta años, y era un Dios eterno. Este Dios enseño á doze Apóstoles su
"Ley, y uno de ellos vino á Meliapor con un Bordón en la mano, y hizo
"una Iglesia, y el Rey de Malabar, y el de Coromandel, y el de Pandí, y
"otros de diversas Naciones y sectas, se determinaron todos de todo su
"corazón y voluntad concertándose entre si, de se sugetar á la Ley de S.t0
"tomas, Varón Santo y renitente. Vino tiempo en que S.to Tomás murió
"por mano de un Brachmen, y de su sangre hizo una cruz." Es bien no-
table la distinción de aver aquellos señalados Reyes determinándose de
veras á seguir la Ley de Jesucristo; lo que supone que algunos se decla-
raron falsamente secuaces de ella en aquella Región. Así acaeció también
en América, en donde de las Naciones que aun hoy se convierten, son mu-
chos los que apostatan á poco tiempo de su reducción. Aunque esta ver-
sión se hizo en el año 1561, la invencicn de la S.ta Cruz fue el de 1548,
siendo Rey de Portugal D. Juan tercero, y Governador suio en la India
D. Juan de Castro, según la concordancia de Historiadores Portugueses,
citados por F. Gregorio Garcia en su tratado "Predicación del Evangelio
en el nuevo Mundo viviendo los Apóstoles," edición en Baeza de 1625.
Este Religioso Dominico, que en Misión dirigida de España entró en
la Provincia de Quito año 1587, según instruió Cap. 5?, Lib. 6? de su tra-
tado, manifestó en el, la tradición y Monumentos de aver predicado él
mismo Apóstol en los Reynos del Perú, y del Brasil, infiriendo averio he-
cho también en Nueva España, por la que solamente pasó aquel escritor
viniendo de la otra América para su regreso á España. Como los Regio-
nales han carecido del sentido alegórico y compuesto del Idioma, con que
en Nueva España se conservaban antiguas memorias relativas á Monumen-
tos locales de aquella Predicación, no es de extrañar que estos no se ha-
yan advertido como tales, y sí la negativa de algunos opositores de dificul-
tades en Mar, tiempo, y distancias, por falta de reflexión en el modo con
que se vencían, expreso en lo final del Evangelio de S. Marcos, "predica-
ron donde se quiera esperando el Señor, y confirmando la Predicación
"con señales consecutivas."
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
227
Nota (e) (Véase la pág. 20 J.)
Que los mas de los Naturales vivían dipersos en serranías aun en los
primeros años después de la Conquista española, lo instruien las disposi-
ciones de 1551, 60, 65, 68, 73, y 78 de que se extractó la Ley 1?, tit. 3?,
Lib. 6? de Recop. de estos Reynos, para que se congregasen en Poblacio-
nes. La misma común dispersión en los Montes fué desde luego la que á
su conquistador causó tanta novedad la vez primera que vio á es^a ciudad,
refiriéndola por Temixtitan, situada en medio de la Laguna, pag. 78, de
su Historia.
El tratamiento de Canoas que hasta hoy se da á las Barcas Mexicanas
de figura de Arteza, fué introducido por los españoles que usaban á su lle-
gada á este Continente, de varios del Idioma Aytino ó de la isla Ayti sig-
nificativa de Pais boscoso, después Española, ó de Sto. Domingo, como
los de Barbacoa, Hamaca, Cazique, Macana etc. El Mexicano de tal Barca
es Acalli, casa calli, en agua atl, como que sus Remeros viven y duermen
en ella, costumbres tan antiguas, quanto instruien sus symbolos y Gero-
glíficos. Traxeron también aquellos conquistadores, los Ganados que aquí
no se conocían por separación del continente en la Data que instruie el
Monumento segundamente ahora hallado, como fueron el cavallar, Bacu-
no, y Lanar según las Mercedes para estancias concedidas en el siglo de
conquista con pena de perdimiento del Derecho á ellas si dentro de tiempo
señalado no estuviesen pobladas con número determinado de cavezas para
su procreo. Por ello no tiene nombre propio Mexicano el cavallar: al Ba-
cuno se impuso el de Cuacuaue, por el que tiene madera cuanitl en la ci-
ma cuaitl: á la oveja ichcatl, por semejanza de su Lana al Algodón de que
es peculiar este distintivo: al cerdo Pit.zotl, por parecido al Javalí; á la Ga-
llina totolin, por la montesa que se le asemeja etc.
Instruien también las Mercedes del propio siglo para tierras de labor,
conocidas por cavallerías desde luego por el cavallillo, ó espacio entre los
surcos, que no la usaron los Naturales en alturas, las que concedidas á es-
pañoles, las desmontaron afloxando el Ganado y herramienta su migajon,
robado succesivamente por las Aguas, y que ensolvó Planes inundados, á
cuia orilla aun siembran algunos Naturales el grano de Maiz, horadando
en la tierra con estaca lo necesario para él, después de bajada la inunda-
ción, que en este Valle tocaba al pié de sus serranías, según la distribución
de Bergantines que en él hizo su conquistador para bloquear la ciudad, y
también se manifiesta en la natural nivelación de su plan, como antiguo
deposito de agua.
Con s, corresponde se escriban las voces en que muchos han usado z, la
qual no se pronuncia en este Idioma ageno de compresión de lengua en-
tre las dos dentaduras. La z, es propia como distintiva coadyuvante quan-
do es precedida de t en articulación de tz, clavando la lengua contra la
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
228
dentadura inferior al moverse con la Quixada á tocar el Paladar. La h se
introduxó en el sonido de ;/, ó precedida, ó seguida de otra vocal. El Dic-
cionario la omitió al principio de dicción, aunque con la impropiedad de
aver usado de v consonante, y de h en el medio: aviendo asentado algu-
nas Gramáticas por aquella articulación equivocada, que suena suave la //,
y advirtiéndose el uso aspirativo de j, en alguno?, aunque pocos lugares,
por apegado de otros Idiomas, según sucedió al Castellano por el Arábigo,
y al Italiano con la h inútil en su escritura.
La i que en solos nombres acabados en //, advertía pronunciada como
c, el Presbítero D. Iph. Agustin de Aldama al n? 7? de su Gramática Me-
xicana, impresa en esta ciudad, año 1754, resulta ahora extensiva también
á muchos finalizados en tli, en escritos, pero articulados tic, por natura-
leza de Idioma puro, y acorde su sentido, con los figurados en los monu-
mentos de q.e se trata. Notaba también este Preceptor al n? 27 que en el
Idioma se usa la synalefa casi siempre que se componen unas voces con
otras; y al n? 28, el uso de la synonimia.
Los prácticos en el Mexicano saben que es de respiración suspendida el
acento que las Gramáticas llaman saltillo, notado de este modo en la sy-
laba primera de tátli Padre, y equivocado en algunos escritos con h, talitli.
También les es notorio que Carece del verbo ligativo ser, y de relativos en
las expresiones compuestas, las cuales suponen á los de su contexto, á ex-
cepción de una, ú otra en que se contiene, ó el ligativo de estar Ca para
connotación de alguna particular permanencia, ó el posesivo y también re-
lativo in sus, ó i su. Las synalefas son frecuentes en los mismos compues-
tos si se examina el valor de ellos, y también el suplemento de verbales
con el pretérito perfecto, ó con otros tiempos, advertido en el Aviso déci-
mo del citado primitivo Diccionario. Carece de ñ nasal, y de articulación
insuflativa lateral, como la que posee el castellano en la //, pues con cada
una de estas dos forma el Mexicano, otras tantas sylabas resultadas de sus
inmediatas vocales, como si para expresar calli casa se escribiera cal-li.
El uso de x para articulación insuflativa de prolongación de labios, ori-
ginó que pronunciada como y, de que se usó en los mas antiguos escritos
del siglo dézimo sexto, se ignore la significación de muchas expresiones
especialmente topográficas, pronunciadas hasta hoy con el mismo vicio en-
tre quienes no usan de pureza en este Idioma, como Jalapa, Jilosingo etc.,
siendo en él insufladas, y por ello debiéndose escribir con x; el aver otros
introducido ch, por de igual insuflación Francesa, causó que articuladas
algunas como en castellano la e/¿, no se entienda el valor de Chictla, Chi-
maluacan etc., dictándolas el propio Idioma no con esas dos consonantes
continuadas, usadas en otras voces, sino con la x, de insuflación semejante
también á la de se italianas, é insubstituibles por la alteración que causa-
rían en otras significaciones, como si lema. va i Vi, orquesta maxalli, de pie-
dra tetl, se escribiese temasealli, significaría estufa para baño. Y así es ne-
bibliografía mexicana del siglo XVII i
229
cesario el uso de la x, pero ad virtiendo su sonido de Xictla-, significativo de
lugar abundante de oquedades centrales; y de Ximaluacan, país can, de
dueños del carpintero ximalna, alusivo á lo que se asienta en su lugar.
Quando las Gramáticas instruien que este Idioma carece de b, d, f, g, j,
r, s, excluiendo indebidamente á esta última según queda advertido, in-
cluien en el Alfabeto articulativo nacional á la k, sin usar de ella en los
escritos, y si de qu con equivocación para quien lee, y no oye las voces en
que estas dos letras continuadas se liquidan, y las en que no. Quanitl, pro-
nunciado aiauitl, es madera, ó Árbol; y liquidado caititl es tiempo: quil
en compuestos es indiferente para cui/Ii, común á cosa alcanzada con la
mano levantada a lo alto, y á comunicado carnal, y liquidado kill, parte
de /'////"/yerba apreciable: quccJitli articulado cnechili, común á caracol, y
á casca vel de vivora; y liquidado Jiechtli pescuezo. Y así es claro que el
Mexicano carece de q, y que para liquidación antes de a, o, ti, debe usarse
de c, y antes de c, i, de /•. Por inconvenientes semejantes excluió Garcilazo
de la Vega, letras que indebidamente se introduxeron al escribir la Len-
gua general del Perú, según sus advertencias al origen de los Incas, etc.
El escritor de Monarquía tom. 2?, Lib. 10, cap. 33, mencionaba una bien
espaciosa Procession desde esta Ciudad á la de Ixtapalapan, como dos le-
guas distante por su visual dirección. Aquella ceremonia dixeron los na-
turales por notoria astucia, á los españoles, hazerse cada cincuenta y dos
años, Periodo que no se expresa en alguno de los tres Monumentos ahora
hallados, y que manifiestan los antiguos nacionales, regulativos de tiempo.
El fin con que algunos de los recien vencidos, é inteligentes de sus verda-
deros Períodos, inventaron en Pinturas aquel, incoordinable, y complica-
do, resulta por la concordancia de los originales figurados en Peñascos,
costumbres, Idioma, y tradiciones, aver sido que la Nación conquistadora
no llegase á entender el valor de los que se han conservado firmemente es-
culpidos. Con el propio fingido Período ocultaron también la alusión de
aquella ceremonia, que comenzando por quebrar todas las vasijas, y figu-
ras, y apagar todo fuego desde el principio de la noche en que empezaba
la Procesión, renovaban el fuego, y demás, al amanecer del siguiente dia,
symbolizando los Ministros Religionarios con la hypocresia de la quiebra
de vasijas, y extinccion de fuego, el desprendimiento de lo terreno por te-
mor del fin del Mundo que ha de ser consumado con tal elemento, según
uno de estos propios Monumentos que se los instruía, juntamente con la
tradición; manifestando luego en su renovación, que avian de permanecer
en sus obstinadas costumbres hasta el mismo fin del Mundo.
Que la estabilidad en el regreso que se hizo á ellas después que se avian
abandonado, era el symbólico espíritu de tal ceremonia, lo comprueba el
distintivo que la daban de tcteoiicncmi, el andar iicucmi, de los Señores te-
teo, ti?i, retrocediendo como el cangrejo con que se expresaron en la fun-
dación de esta ciudad. En el citado capítulo se asentaba ttoncuemi, y tra-
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
230
ducia por caminar como Dioses, quando para plural en la primera parte
de compuestos se debe duplicar su primera sylaba, y que en ellos la de teo
no se refiere precisamente á Dios según la entendía en todos aquel escritor.
El uso indiferente en este Idioma de articular ya o, y ya u} tan observado
hasta hoy, quanto advertido en el Aviso séptimo de aquel primer Diccio-
nario, según acaece en el Hebreo, en el cual es antonomastico de Señor el
nombre Santo de Dios; y el aver los primeros que escribieron Doctrina
cristiana en Mexicano, añadido ucliulíi, asentando uelnelliteoíl, para sig-
nificar verdaderamente Dios, ó composición agena de las naturales del Idio-
ma, tanto por directa siendo ellas inversas, quanto porque pierden parte
de la última sylaba, y algunas vezes toda ella en las voces componentes
quando son de mas de una, excepta la última compositiva que conserva
integra en sus finales: todo ello descubre la indiferencia de teotii, ó tcutli,
por común á todo señor, antonomastico del Criador symbolizado en el
sol por sus propiedades, semejantes en el estylo de nuestra limitada com-
prehension, á las de la Divinidad; y sin que la pérdida de i final en teotl
cause inmutación del significado, como no la hay entre at¡, y atli, coatí, y
coatli, etc ; pues el uso ó la supresión de ella, es sola variación en los Dia-
lectos, ó Ramos distintos en que se halla distribuido el mismo Idioma, en
el qual augmentó el Diccionario por notorio error de impresión, en su pri-
mera sylaba con i al Cangrejo, escrito tecuisitli.
El Aaiccucchco, citado en la versión, es el grande Manantial del Pueblo
conocido por Churubusco, asentado cap. 67, Lib 2? de la Monarquía por
Huitzilopochco, aunque sin traducción que se manifiesta alusiva á su si-
tuación, cercana y en bajo respecto del cerro en que después de la con-
quista se descubrió dentro de Cueva, una antiquísima Imagen de Jesucris-
to en el sepulcro, ó memoria de que allí estaba ocultada, según el valor
de UitzlopQchtli, que ya se expresará. En el propio cap? se escribió con
error aquel manantial Acuecuexatl. En el 23, Lib. 3?, se refirió ¡a inun-
dación que causó en esta ciudad, distante de él, dos leguas, aviéndose en
ella elevado la Agua un estado, sin averse ministrado el tamaño del Me-
xicano, que era de brazada del pie á la mano de un hombre pinado, y con
ella levantada, con que en escrituras del siglo Dézimo sexto vendían los
Naturales del contorno de esta Laguna, sus pequeños terrazgos á los es-
pañoles, ó común estatura de la Plebe anteriora la era nacional, instruida
tal, y por equivalente á dos y dos tercias de nuestras varas, en la basa plana
del Monumento primeramente ahora hallado.
El mismo con particular Geroglífico en los costados de la figura presen-
tada en pie con todo el Peñasco, instruie á Lugar determinado de la Se-
rranía de Norte por acogida, no solamente de los libertados en ella en la
propia era, sino también de los transferidos á él, de la sur; dictando junta-
mente la basa del propio Monumento, y las costumbres conservadas hasta
hoy por los Naturales de tal Lugar, aver sacado la descendencia de aque-
BIBLIOGRAFÍA MEXICANA DEL SIGLO XVIII.
231
líos libertados, materiales de la misma Serranía, para su fundación. El es-
critor de la Monarquía cap. 23, Lib. 10, traducía á Teíeuimian, por Madre
de todos los Dioses, y por Abuela nuestra Tosí.
El mismo instruía en el citado cap? la cruel ceremonia con que se recor-
daba á tal Madre, y que tuvo origen de lo que avía referido cap. 18, Lib. 7?
Pero como no conocía los sentidos alegórico, y compuesto del Idioma en
que se ministraron las tradiciones que copiaba de manuscritos de los pri-
meros Misioneros de su Religión, y asentadas por los mismos en el literal,
no son de extrañar algunas expresiones, dimanadas de error de inteligen-
cia, que se hallan en sus relativas memorias, siendo necesario copiar esta
por el valor con que se concuerda.
Dice, pues, en el citado 18, "otro sacrificio no menos espantoso que in-
" humano tenían estos Indios inventado por el mismo Demonio, cuyos con-
centos y regocijos son ver ensangrentadas sus manos con sangre humana,
"el qual fué desollar á los sacrificados, como á otro S. Bartolomé, que tam-
"bién fué invención y astucia suya para con sus ministros en el martirio y
"muerte de este bendítíssimo Apóstol, los quales desollauan después de
''muertos, y auerles sacado los corazones, como se dice en otra parte, cu-
"yas pieles se vestian otros ministros suyos para representar con ellas las
"imágenes y semejanzas de sus falsos Dioses."
Hasta aquí, es bien notable, que asentando tal crueldad como sugerida
por el comun enemigo del Género humano, usava la representación de ta-
les Imágenes, todavía no advirtiese la alusión que embuelbe el origen de
esa ceremonia, que sigue refiriendo así: "El origen de este sacrificio fué
"pedir los Mexicanos por orden de su Dios Huitzilopuclitli, al Señor de
" Ciilkuacan vna hija suya, la qual pidieronpor Reyna y Abuela de su Dios,
"cuya historia se dize en el Libro de los Dioses, donde se trata de esta
"Diosa Toci, y aviendola traydo con toda la honrra posible, y mucho con-
"lento de su Padre, luego lanoche siguiente mandó el ydolo á sus minis-
"tros, diziendo, que él avia elegido aquella donzella por Diosa de la dis-
cordia entre Mexicanos y Culhuas, y que así quería que luego fuese
"muerta, que desde aquel punto la tomaba por Madre; y que el modo de
"consagrársela y deificárst-la, fuese matándola y después de muerta, que
"la desollarse, cuya piel y pellejo se vistiese vno de los mas valerosos man-
cebos Mexicanos, y le vistiessen los vestidos de la defunta, y le pusiessen
"al lado de su simulacro y figura, y que llamassen á su padre y gente de
"Culhuacan, para que Ja adorassen, todo lo dicho cumplieron los Mexica-
"nos, como gente que en todo le obedecían, y puesto aquel mancebo que
"representaua la donzella con su piel y vestidos al lado de la imagen, ó si-
"mulacro, llamaron á su padre, el qual vino á la adoración de sü hija, cre-
"yendo que estaña viua, y elegida en Reyna de la nación Mexicana; y en-
erando en el aposento (que estaua oscuro) tomó incienso y comencé á
"incensar, y como se quemasse y leuantasse llama, conoció el Rey el en-
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
232
"gaño y fraude, y cercado de temores salió dando vozes, ¡nuocando su gen-
"te y pidiendo armas contra los traydores (como en su lugar mas larga-
" mente se trata) fuesse á su casa mui dolorido, y su desgraciada hija quedó
"muerta y desollada, y constituida por Diosa, hermana de lluitzilopitchili,
"aunque la verdad es, que fué á padecer con él penas y tormentos eternos.
"Pero lo que quedó introducido desde entonces fué aquel género de sacri-
"ficio de dessollar hombres, porque creyeron los bárbaros Indios, que pues
"por aquel modo auia su ydolo deificado aquella falsa Diosa, que assi se-
"ria precioso aquel género de seruicio que se le hiciese, y fué esté sacri-
"ficio después muy usado, como se verá, tratando de las fiestas que á esta
"falsa Diosa y á otros hazian.''
La equivocación de las primeras traducciones de este Idioma, en que se
expresaban los Naturales sus tradiciones, las ha hecho aparecer inverosí-
miles y complicadas después de escritas en castellano; pues teniendo en
su original un sentido compuesto y alegórico, se trasladaban en el vulgar.
Así resulta la memoria de la que se traduxo por Diosa, no conteniendo el
Idioma tal distintivo, sino el de Reyna, ó gran Señora, también se la asen-
tó por hija del Señor de Culuacan, porque siendo común el distintivo de
hija con el de Doncella ichpochtli, y el que hasta hoy dan los Naturales á
algún sacerdote quando manifiestan el aprecio que de él hazen, el de tla-
sotatzin, Padre tátzin, amado tlasotli, á mas del relativo á la custodia del
sacramento, y á que le tiene en las manos, teopixki, el que tiene pixki, co-
mún á quien guarda, al Señor teotli; y anotándose á todo Rey por neitla ■
toani, el que habla tlatoani, es el grande uei, y callando por ello hasta hoy
los demás naturales quando hablan sus Governadores: ya no es de extra-
ñar que no se haya conocido la alusión de aquel á quien antiguamente
respectaron como á Rey y Señor, y á la Insigne Doncella como á Reyna
y Señora, aviéndose profanado después de siglos, los primitivos frasismos,
según se irá notando. F. Honorato de Sta. Maria § IV, Art. 1 1?, part. 2?,
disert. 4?, tomo 2?, citando á otros, advirtió que la palabra Papa estaba
en uso desde los primeros siglos para significar á los Presbíteros, y aun al
Sumo Pontífice, y á los Obispos, hasta que Gregorio Séptimo mandó que
este título no se diera mas que á los succesores de S. Pedro en la Iglesia
de Roma. Hoy es sabido q.e en Italia los niños llaman á sus Padres Papá
acentuando larga la segunda sylaba. Se entendió también en la traduc-
ción q.e el Ydolo de quien se referia el mandamiento para aquel desuello
avia sido Huitzlopochíli, con notorio error ó contraposición dimanada de
tan valioso distintivo.
Si se ocurre á registrar la cita del Libro de los Dioses, que el escritor
déla Monarquía hizo en el de los sacrificios, tocante á la que llamaba Tosí,
no se encuentra su memoria bajo este distintivo, sino con el de Chalchi-
uitlicue, cuio valor traducía cap. 23, Lib. 6?, por valutas, ó faldellín de las
aguas entre ''verdes y azules" siendo el de su compuesto, la halda cueitl
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
233
común á la enagua, suia i, es de piedra preciosa, chalchiuitl, la cual se
comprobará alusiva al diamante en otros lugares, según lo instrúie tam-
bién el de esta anotación relativa á la sierra conocida vulgarmente por de
Tlaxcala, siéndolo la de tal Población Texcala peñascal, así como Matlal-
cueye, con que igualmente se conocía la propia sierra, y que aquel escri-
tor asentaba significativa de "vestida, o ceñida, de un faldellín ó naguas
"azules del color de la flor matlalin" aunque no por estylo de su com-
puesto, que es la que tiene la halda cueye, de matlallin, común á Azul
obscuro, y á la flor con que lo dan los naturales á sus ropas, conocida por
Rosilla. Asentaba á esa sierra de grandísima veneración en la Gentilidad,
y que á ella, y á los Lugares que escribía S. Juan Tianhni zmanalco, Santa
Ana Chiauhtcmpan (cuias anotaciones entendía con error Cap. 7, Lib. 10,
según se instruirá), á otro "que agora se llama "Nuestra Señora de Gna-
"clahipe," á otro junto al Pueblo de Tepepulco y á la sierra de Toluccan
"venían muchas Gentes á ofrecer sacrificios al Dios Tlaloc, y á los demás
"Dioses sus compañeros como á los que creían les hazian bien de darles
"aguas; también refería que como estos Indios no sintieron tan grosera-
"mente de la Divinidad que vuiessen de tratar casamientos en Dioses y
"Diosas, no la hizieron muger de Tlaloc, sino compañera suya. Otros mu-
"chos nombres dieron estos Indios á esta Diosa, pero el de Chalchiuitli-
"cue ora el mas común y usado." Pero todavía no penetraba el origen
del frasismo alegórico á una perfectisima Virginidad, symbolizada en ena-
gua de Diamante como impenetrable, y después transferido é Lugares
propios de su producción: aviendo también intentado manifestar algunos
de los recien conversos, por medio de tal expresión, álos españoles, que de
serranías donde tuvo culto la Madre de Dios, venía la lluvia, según se ob-
serva hasta hoy atendidas en ellas las ruinas de antiquísimos edificios. La
de Tlaloc, vale la bebida octli, de la tierra llalli, ó alusión á la Agua como
la de la serranía oriental de este Valle, tratada de Tlaloccan, país can, de la
bebida octli de la tierra llalli, observándose que quando el año es lloviso,
comienzan las Aguas por esa serranía: sin que el Dios Tlalocateuhtli, de
que principalmente trataba aquel escritor en su citado cap? tenga otra sig-
nificación que la del Amo tecutli del Agua atl, que es la bebida octli, de
la tierra tlalli, alusivo al Todopoderoso que la embía. Por el mismo mo-
tivo, aun ministrando muchas de las memorias que copiaba, el sentido alu-
sivo de las tradiciones, y ceremonias, no conocía aquel escritor el del de-
suelle de la Doncella del Señor de Cnluacan, tratada también de Madre.
Si se pone atención al en que hasta hoy usa este Idioma por Madre de al-
guno á tenantli, siendo su compuesto de Madre nantli, en Piedra tell, co-
mo la Madre de Rio expresada Anantli, Madre nantli, en la agua atl, no-
tándose también muchos Lugares explicados con las mismas Rayzes, unos
por Tcnanco, otros por Tlaltenanco, otros por Tenanitlan, Tcnantzinco,
etc.; al mismo tiempo que descubren con sus compuestos, el synécdoque
30
bibliografía mexicana del siglo xrm
234
en el uso de piedra por Sierra, ministrando el primer Monumento ahora
hallado la acogida de los nacionales aun de la de Sur, á la de nuestro Norte
quando figuran la destrucción de su Capital antigua con terremoto, fuegos
volcánicos, y á tiempo de eclipse solar central á medio dia, y en el año
quatro mil y treinta del Mundo según el segundo Monumento, ó de uni-
versal cronología, y por ello acorde el estylo con que S. Mateo, Cap. 27,
v. 50, refiriendo la espiración de Jesucristo en la Cruz, expresó: "y la tie-
"rra se movió y las piedras se rasgaron:" juntamente advierten á la que
en ellos fué la Madre libertadora de los hombres que sobrevivieron en ta-
les Lugares, quando el núcleo o peñasquería primitiva de las propias se-
rranías se desnudó de sus costras terreas.
Varias son las Poblaciones antiguas, tratadas hasta hoy de Tenanco. Por
lo mismo es extraño que al mencionar D. Luis Bezerra en el párrafo pri-
mero de su testificación, á Tenango de Tazco, huviese seguido la corrup-
ción de escritura, tanto en Tazco, de donde era nativo, y cuio valor se ex-
presa en su lugar, quanto de Tenango, quando hasta hoy se conoce por
Cacalotenanco la Población á que se refería, y siendo su compuesto el de,
dentro Co, de la Madre nantli, de piedra, ó sierra tetl, del cuervo cacalotl,
Ave que allí abunda; la qual forma nido en Primavera, como la Aquila
figurada en el Lugar á que alude uno de los symbolos de el Monumento
primero hallado. Pero como el antiguo frasismo nacional de la cristiandad,
según va descubriendo, se halla en Alegorías por semejanza á Cuerpos na-
turales, resulta tembien conforme á las circunstancias peculiares de cada
lugar, concurriendo en aquel Poblado, su situación en lo interno de serra-
nía distinguida por abrigo de una Ave, de que no hai memoria hiziesen
los naturales algún uso particular siendo notoria su costumbre de obser-
var las propiedades de todos los Animales, de las quales se sirvieron para
symbólico recuerdo ó memoria de las mas importantes y antiguas, é imi-
tando al cuervo en esconder lo que coge, quando allí existe una pequeña
Imagen de la Virgen Maria, de singular veneración entre ellos, y en otra
Alegoria asentaban á su antiguo Apóstol como ocultador de cosas precio-
sas en Barrancas de Rios, y en serranías, por el motivo que envuelve la
propia memoria. A lo mismo aluden las anotaciones de otros Tenanco y
Tlaltenanco.
De estas últimasse observan dos, no mui distantes de esta Capital, hallán-
dose una como á quatro leguas por su visual dirección, en la cordillera al
Suoest, y á la linde del eremitorio de la Religión descalza del Carmen, co-
nocido por Desierto. Su compuesto dicta en la parte tenanco, situación
semejante, interna en madre de Piedra ó sierra, y en la tlalli, de la tierra,
de la Población Tlaltenanco, conocida por S. Mateo, de la que asienta la
tradición pintada en la sacristía de aquel eremitorio, aver guiado á los pri-
meros Religiosos solícitos de lugar propio para tal fundación, el Bautista
S. Juan en trage desconocido, y el qual les señaló el en que la determina
BIBLIOGRAFÍA MEXICANA DEL SIGLO XVIll.
235
ron, y desaparecido, le hallaron semejante en la imagen del mismo Pre-
cursor, colocada en la Iglesia de Tlaltenanco y conservada hasta hoy en
la del eremitorio, á que se transfirió. Otra también antigua Población en la
ultima inferior colina de la propia serranía ministra concordancia de aquel
distintivo, con el permanente en su Barrio Tenanitlan, cerca, ó inmediato
itlan, de la Madre nantli, de Piedra, ó sierra, tetl, siendo el Poblado mas
conocido por S. Ángel.
Otro Tlaltenanco se nota al pie meridional de la propia serranía, en Po-
blación tratada de Cuernavaca, donde se distingue á una antiquísima Ima-
gen de la Virgen Maria con particular Santuario anotado por de Nuestra
Señora de Tlaltenanco. La parte tlaltenantli es común a Vallado, pero su
misma estructura concordada con las circunstancias de Lugares así ano-
tados, la instruien extendida ó usada por asimilación á los en que tuvo su
origen. D. Luis Bezerra intentando comprobar aquella mutua impropie-
dad de articulación del castellano en los naturales de Nueva España, y la
de estos en los españoles, entre tres exemplares topográficos de que se valía
en el citado sexto párrafo de la quinta Aparición y fueron Atlautlacoloa-
yan, Quauhnahuac, y Quauhaxallan, seguía los vicios de escritura guar-
dando en los tres la h, y la n final en el que debia aver escrito cuaaaxala;
pues son raras las anotaciones á que corresponde la n final, y muchas las
en que, como por cadencia mal oida, se usó desde el siglo dézimo sexto,
por españoles y por naturales recientes en nuestra escritura, ó tiempo en
q.e puede decirse q.e todo se acaba en n por vicio semejante al que adver-
tía un matemático, en el tratamiento latino de sinus, que incluiendo en su
origen escrito S. I. el de semises inscripte, ó por sus iniciales latinas, el
valor de mitades inscriptas, esto es, mitad de la cuerda del Arco duplo
correspondiente al Ángulo del seno, se bolvió inentendible sinus, por es-
crito así quando todo se acababa en us.
Aquel escritor no solamente dexó sin traducción á cuauaxala, siendo la
de su compuesto, arenal xala, duro cuanac, conforme al terreno de Gua-
dalaxara á que aquel se refería, sino que también alteró la de Atlauilaco
loayan, dándole la de Lugar donde tuerce el arroyo, sin conocer el valor
del yan, ni el de tía en tal compuesto, que ministra el de lugar continuado
yan de Agua atl, que rueda tlacoloa, la Barranca Atlautli, según acaecía
en el degenerado Tacubaya, bien cercano á esta ciudad, antes que se di-
rigiesen á ella por españoles, las vertientes de los manantiales de Sta. Fee,
que entonces tenian su curso por aquella Barranca. Pero merece atención que
significando rodar tlacoloa, todavía su compuesto lo dicte encorbar coloa,
la tierra tlalli como que la concordancia de la configuración de América
respecto del Mar, y otras anotaciones de sus costas que se asientan como
tocantes á la era nacional, tema propio que figura el segundo Monumento,
están dictando que el encorbarse la tierra, y rodar, todo fué á un tiempo,
y por ello se advierte inclinada también la figura presentada en pie con el
BIBLIOGRAFÍA mexicana DEL SIGLO XV I II.
236
Peñasco parado que primero se excavó, como relativo á aquella data des-
tructiva de la capital antigua, situada en la serranía de Sur de este Valle.
Ella es la que se interpone entre el de esta nueva, y la antigua Pobla-
ción vulgarizada por Cuernavaca, que intentando aquel escritor, que la
mencionaba, ministrar el valor de su original Cuaunauac, la traducía por
cerca de la Arboleda, ó pie de la Montaña; porque siendo su compuesto
de nauac, y de cuantía significativo éste de Monte, ó lugar abundante, que
denota el tía. de Árbol cuauitl, entendió á nauac por adverbio de inme
diacion, y que en el Diccionario se asentó por Cerca, con equivocación no-
toria en lugar de cerco. Su compuesto, lo instruie al mismo tiempo, en C,
la agua atl, está la mollera ñau, symbólica de la memoria de lo undido en
el Mar y Lagos, en aquella era, y juntamente de la situación de los quatro
naui (á que es común en el compuesto) partes de la tierra, colocadas so-
bre el Mar. Por cerco instruie también á nauac, la producción tratada por
Naturalistas de Europa, de cardo de las Indias occidentales ó Caído de
Melón, conocido vulgarmente en Nueva España por Visnaga, y entre Na-
turales uitznauac, cerco, ó corona nauac, de espina uitztli, como que pre-
senta la mas perfecta con sus púas, recordando al mismo tiempo la data
de aquel undido general á las quatro partes de la tierra, por la causa co-
mún á ellas, que fué la de la espina. Con que permaneciendo en aquella
Población Cuaunauac, el distintivo de una Imagen, que el mismo concor-
dado con la inmemorial antigüedad de la efigie, y circunstancias locales,
la instruie Madre de la Sierra de la tierra, con Tlaltcnanco, resulta el que
los Naturales intentaron comunicar á los españoles al tiempo del descu-
brimiento de la misma Imagen, refiriendo su origen por Cuauua?¿ac, en c,
la agua atl, de las quatro naui, está el Árbol cuauitl. antonomástico del
corpulento genealógico, que es el sentido de todo el Compuesto, aunque
su translación á cercado de Monte sea acorde con el Vallado contenido en
Tlaltcnanco, como que las colinas de su circunvalación se hallaban pobla-
das de Arboleda antes de desmontadas por españoles para sus labores;
pues otras situaciones semejantes no tuvieron estos distintivos por parti
culares.
La symbólica nacional espina, se encuentra también alegorizada con
cinco figuras translativas, en el ceñido distintivo Uitzilacki de Población
de Naturales, situada en el extremo meridional elevado de la propia Se-
rranía intermedia, y que vista desde Cuernavaca, á que forma lado sep-
tentrional presenta con la Abra donde se halla i'itzilacki, la forma de Ar-
teza, ó Canoa. Los Remeros tratan de ilacki á la que se inunda, y de uitztli
espina, al Pulque de Maguey recien trozado en su penca central que le-
vanta su púa mas que las otras. Allí origina continuo trozamiento de tal
Planta, la bebida que de ella se estrae, supletoria de Agua que produce
mui escasa un pequeño y retirado Manantial. Con que la metafórica Ca-
noa, omitida por supresión, ministra con la metonímica espina, el antítesis,
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
237
ó contraposición á la hyperbolica inundación de aquella Planta abundante
allí. Por ella distinguen los Naturales desde este Valle hasta Uitzilacki, al
viento Sur por uitztlampa, en donde pa, acaba tlami, la espina uitztli, co-
mo que saliendo dulce de allí tal bebida, se agria quando pasa ya á tem-
peramento caliente, el qual comienza en Cucrnavaca, y por él tratan los
de Uitzlilacki, al Sur, de tonayan, en donde de continuo yan, hace calor
tona.
Por estylo semejante figurado se expresaba al Norte en esta Ciudad
quando era de Naturales, tratándolo de Mitlampa, en donde pa, acaba tla-
mi, la flecha mitl, alusiva á la del Sol en punto de medio dia, symbolizada
en el distintivo de un Picacho de la Serranía de Norte, que los nativos de
ella conocen por otomi, flecha mitl, nuestra to, en el camino otli, recorda-
tivo del tiempo preciso de la era nacional, y en el qual tampoco admite
sombra aquel Picacho por vertical, que también es el punto mas notable
aproximado al Meridiano, y Norte de esta Ciudad. Al mismo Picacho tra-
tan también aquellos, de Cuautzin, Águila apreciable, teniendo la serranía
en que se halla, el bosquexo de tal Ave boca arriba, vista desde la Pobla-
ción situada en su Valle septentrional Cuautitlan, cerca itlan, de la Águi-
la Cuautli, metafórica de los conceptos a que se acomodaba, y se asenta-
rán en sus respectivos lugares. Por no entendida la alusión del Norte de
esta Ciudad ha venido copiado hasta nuestros dias el error de impresión
con que se asentó en el Diccionario augmentado con c y por ella escrito
Mictlampa quando á su parte Principal componente mictlan augmentado
también con el vicio general de u, se refería por significativa del Infierno,
sin discernimiento tampoco de la antonomasia que envuelve el compuesto
mictla, lugar abundante manifestado en el tía, de quien mere micki, por-
que la mayor parte de las Gentes se condena, según la común tradición
de los Padres de la Iglesia, y conforme también se figuró en el segundo
Monumento excavado; pues el distintivo de la situación del Infierno, es
tlalxicco, dentro co, de la oquedad céntrica xictli de la tierra tlalli, adver-
tida en lugares volcánicos, con alusión también á la era nacional, junta-
mente de eclipse solar central, según ambos primeros Monumentos exca-
vados, se distingue al oriente por Ixtlampa, en donde pa, acaba tlami, el
frente ixtli, alusivo al de la Luna en creciente hasta su llena, como que á
ese Rumbo presenta en aquel espacio su parte obscura, y en la men-
guante al Poniente snatlampa, en donde pa, acaba tlami la muger suatl,
ó la metafórica del Sol, que de él recive la luz, según alegoría expre-
sada en otro Lugar, y conforme á la Población Snateutla, polvadera tcu-
tla, de la muger suatl, porque allí la levanta tal viento en tiempo seco,
y de Menguante, y comprehendida en distrito jurisdiccional de Cuauxi-
wxnco, que su compuesto instruie á su Población cavezera, distinguida así,
dentro co, de la Madre nantli, de la oquedad del centro xicllc, del Árbol
cuauitl, siendo común el Cuan del compuesto, á Cuantía Monte que en-
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
238
cierra al Lugar poblado. Aun asentando el Diccionario al Poniente por
ciuatlampa ccat/, ó frasismo, cuia parte ecatl es viento, no solamente no
distinguía la composición de siuatlampa, sino que omitió el ixtlampa en
el Oriente, al qual expresaba ron las anotaciones siguientes, que ya se ex-
plican por sus valores: totiatiuhiquisayan, salidero Kisayan, suio i, al ca-
mino 7itli, que haze Calentar tonatia: Tonatiuk-inemanayan, tendedero
manayan, suio i (quitado el error de c), que á los suios in, haze Calentar
tonatia: Tonatinhixco, al frente ixco, del camino útli, que haze calentar
tonatia.
Pero no hai que extrañar el no averse desembuelto esos, y otros frasis-
mos, quando no se ha hecho ni con el mas usual, aun de los que no son
naturales, con que preguntan á los que lo son, por el Lugar de su morada,
y que al mismo tiempo comprueba la particular atención que se tenia á
las circunstancias locales, como recordativas, por sus singulares anotacio-
nes, de los mas notables sucesos, juntamente con los destinos que se daba
á sus producciones. El es hasta hoy tan sabio, como campamocJian, de la
morada tuia mochan, en donde pa, está el pais, o territorio can? Aun la ex-
presión general, de que usa este Idioma para Nación sccnit/aca, Gentes
tlaca, en lugar de por sí separado sccni, ministra idea bastante 'de las se-
ñales perpetuas que servían de limites y de las cuales y de otras notables
situadas aun dentro de una misma Nación, se valían para explicar las me-
morias historiales. Tal frasismo es también digno de reflexión como acor-
de con el V. 8, Cap. 32, del Deuteronomio : "quando el Altísimo dividía
"á las gentes: quando separaba á los hijos de Adán, constituyó términos
"de los Pueblos según el número de los hijos de Israel." Y así cuando in-
tentaron instruir á los españoles con Cnaunauac y Tlaltenanco, manifes-
taron el descubrimiento de la Imagen que conserva este distintivo en el
Lugar que con su anotación advierte la Historia de su antigüedad. Ambos
concuerdan en sentido de Vallado, pero dictando la naturaleza y circuns-
tancias de tal cercado, ó madre de piedra de la tierra, las colinas ó Lomas
que presentan el flanco de aquella Serranía, apoyado en ellas, como el de
otras muchas. Tales colinas se notan después de robada la tierra que cu-
biía su superficie en estado de Montes, formadas por capas de la materia
tratada nacionalmente de tepetlatl, estera petlatl, de piedra ó sierra tct/,
como que siendo alturas de segundo orden que apoyan á las de primero,
compuesto de peñasquerías visibles, por desnudas, hazen el oficio, ó des
tino de la estera, que es el descanso de las propias serranías. Así recuerdan
los cuerpos naturales anotados en este Idioma, que la Madre, ó vienttepe-
ñascoso de serranías estuvo primero cubierto de las costras terreas, de que
se formaron, después de separadas de él, las colinas en las bases primitivas
del mismo núcleo y en las quales se descubrieron muchas de las corrientes
antes subterráneas, y descendentes con rapidez, por la inclinación del Con-
tinente, desde el pie de la de Uitzilacki hasta la costa del Mar del Sur, por
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII
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espacio de mas de ochenta leguas, en que se agregan 'otras, originadas
también de otras cordilleras semejantes.
A la nacional estera de piedra, ó vulgar tepetate y castellana toba, común
á la que crian los dientes, de hueso por naturaleza, la tratan los Natura-
listas de tophus caracterizándola de concreción pedrosa, ligera, porosa y
formada por un conjunto de partecillas terrosas, mas, ó menos atenuadas,
y dispuestas por costras, encontrándose en ellas impresiones de cuerpos
que se destruieron en las mismas costras. Esto se advierte en los tepetates
regionales, entre los quales se han hallado enormes osamentas humanas.
Asientan también aquellos, que la toba se forma diariamente, y es de di-
versas especies, como arcillosa, arenisca, margosa, mineral, y de diferentes
consistencias, figuras y colores, y aunque impeditiva de la plantación, la
que es pedrosa, pero adequada para fábricas por la incorporación que se
haze con la mezcla La expresión de que diariamente se forma tal mate-
ria, es cierta si se entiende sucesivamente en todas las especies de ella, y
no en un sentido tan general que se repute formarse hoy en qualquier lu-
gar como la que se nota hecha ya de muchos siglos, y de distintas clases
según la de los Lugares que cubrieron á los cuerpos animales, de los qua-
les no se ha distinguido traer su origen la propia materia.
A estos sí, atribuien los naturalistas el de la creta, que tratan de tierra
calcárea, desmoronable entre los dedos, privada de sabor y olor, comun-
mente blanquisca, de considerable extensión en el agua y que se apega á
la lengua, reputándola primitiva en Montañas secundarias. Entre varios
Lugares anotados en estylo de este Idioma por Tisapa, aunque asentados
por aquel común vicio de ;/ final en escritos, Tisapan, se nota uno bien
conocido en la serranía de Sur, y mui cercano á Tenanitlan, ó S. Ángel,
advirtiéndose la Agua de su pequeño Rio, pura en el curso más alto que
el propio Lugar Tisapa y turbia é insípida ya en las Barrancas de el Pue-
blo, así tratado por la mixtura que en ellas contrae de veneros agregados
de lo subterráneo de sus Lomas, tepetatosas en su superficie después de
desmontadas para labor, y con ella robada su capa terrea. Pero según el
Monumento primeramente hallado, fué corto el número de libertados en
la era nacional, en la propia serranía, que en la altura mayor conserva el
distintivo Tlaltenanco. El de Tisapa, vale lo mismo que Río apa, ó donde
pa, hai agua atl, de creta tisatl.
De este absorvente es sabida su aplicación á curaciones de Azedías,
Lombrices, y otras enfermedades, pero no en el estado de inexplicable
atenuación y divisibilidad, como lo instruien las aguas en que se anotó di-
suelta con el distintivo tisatl, Agua atl, de Médico tisitl, así como la co-
mún causa de las Azedías en la Lombriz cJiichilocuillin, común al cebo
para pescar, y por su compuesto, gusano ocuillin, que haze azedar, ó amar-
gar cJiichilia.
Aun quando la aplicación de Tisapa en tales Lugares no fuera poste-
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
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rior al tiempo del Medico á que se refiere sino coetánea del mismo, toda-
vía supone en ellos el segundo Monumento ahora hallado, sobrada creta
en el Continente, por instruirlo poblado antes del General Diluvio, y des-
pués de él, comenzado á repoblar á los ciento y quatro años de tal época.
Es también de notar la equivocación profanatoria de varios frasismos
primitivos de este Idioma. Así lo dicta entre otros el cotejo de tzin, que
asentándolo las Gramáticas solamente por reverencial y propio de verbos,
se usa también como apreciativo, y en compuestos topográficos originado
de tzintli orificio, según advierte la situación del antiguo Poblado Tenante
zinco, dentro co, del orificio tzintli, de la Madre de alguno, ó Madre de
Piedra ó sierra tenantli, por hallarse en el concurso de sus vertientes. Pero
tal distintivo referido á la Población, manifiesta su origen, dentro co, está
la reverenciada, ó apreciada Madre mantzin, de la Piedra, ó Sierra tetl,
alusivo al de ocultación de una de las Imágenes de la misma Madre que
escondió aquel México, y también metafórico cuervo.
Semejantemente se advierte conservado hasta hoy Tcnanyuca, instruc-
tivo de propia Madre de piedra con relación á la que sacaron de la serra-
nía de Norte los fundadores de esta ciudad, y de que todavía continua fa-
bricando lozas la descendencia de uno délos Pueblos autoresde lafundación.
Mas su primitivo sentido de propia Madre de la Sierra, lo instruien no so-
solamente la acogida á ella, figurada en el primer Monumento hallado, y
la concordancia de las antiguas tradiciones, explicadas por el principal Idio-
ma en que se conservaron hasta los años consecutivos á la conquista es-
pañola, sino también la copia original y permanente hasta hoy, de aquella
Madre, expresiva en sus symbolos, conformes al mismo Idioma, del recuer-
do de la era nacional y fines de tan sigular Pintura, descubierta con par-
ticulares prodigios á los diez años de aquella conquista, y también acordes
con otros Monumentos de la propia Serranía, distinguidos en su valor por
las anotaciones permanentes, que descubren el lugar preciso y determina-
do de su primer culto y adoración en la propia.
El resulta también averio tenido en otra cima aunque desquiciada antes
de otra cordillera del mismo lado de Norte, y distante de esta ciudad mas de
veinte leguas, que fué de donde la pidieron los Mexicanos para pasarla de los
de aquella Nación á la suya, á fin de formar por este medio, confederación
entre ambas. Como el concurso de Alegorías referidas á aquella, descu-
briendo las costumbres comunes entonces á ésta, instruien juntamente la
predicación del Precursor del Mesías, la del mismo Señor en vida mortal,
y después de resucitado, antes de su Ascensión á los cielos, monumentos
de el establecimiento en América de los Discípulos que eligió para que ra-
dicasen en ella las verdades de la nueva ley, antes prometida en las pro-
fecías y en symbólicas ceremonias de la antigua; ya no es de extrañar que
los Ministros religionarios del Adoratorio de México vistiesen de negro, no
cortasen, ni peynasen el cabello durante su mansión en el claustro, á que
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
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no entraba muger, y sin acceso á alguna en el propio tiempo, guardando
también en determinados del año, abstinencia de señalados manjares, se-
gún su conquistador, pag. 105 de su Historia. Tampoco deberá hazer no-
vedad que formasen su estatua comestible de Uitzlopochtli de varias semi-
llas de las que introduxo él uso su ascendencia al tiempo de su estableci-
miento en este Valle, y faltaron desde la citada era; pero volviendo pocos
años después la lluvias, cesaron otra vez en los lugares de apostasía de la
Religión cristiana. Entre aquellas de que se componía la masa, era una
la del Bledo encarnado, distinguido por Kiltonilli, symbólico de aquella
esterilidad que ministra su compuesto de calentada tonilli, la yerba apre-
ciable kilitl, y en su profanatoria alusión también del oro en que bolvie-
ron á emplear su ardiente solicitud. La estatua se distribuía al Pueblo a
semejanza de nuestra, sagrada comunión y con ceremonias tan alusivas á
la de la Pasión del Redemptor, como la de tirar el principal Ministro al
corazón de la estatua un dardo para matarla, y comer después su cuerpo;
y la Procesión hasta afuera de los Barrios de la Ciudad el dia anterior á
aquella distribución, según el cap. 38, lib. 6? de la Monarquía. Aun al co-
menzarse la Alegoría del 21 del propio Lib?, se prevenía que entre los na-
turales, hasta el tiempo de conquista, unos creían ser Uitzlopochtli puro
espíritu, y otros que fué nacido de Muger, refiriendo estos últimos, que
junto á la ciudad de Tula, mui grande en el Gentilismo hai una sierra lla-
mada Coatepec. La advertencia de aquella antigua magnitud de tal Pobla-
ción, significativa de abundante en enea tulli, juntamente con la cercanía
de la Sierra que se cita, se fundó en la distancia que hoy se observa entre
ella y el Pueblo conocido por lula, que será como de cinco leguas por su
visual dirección, mediando entre ambos puntos una grande vega, que su
natural nivelación la manifiesta antiguo vaso de Laguna, y permanecien-
do aun entre españoles el distintivo que la Nación tratada por los mismos
de otomi, y la mas antigua Pobladora en aquel territorio según el Monu-
mento segundamente ahora hallado, dá á la que se asentó por Sierra, y es
Démingo, significativo de Agua del Adive, ó coyotl mexicano. Pero así ese,
como el de tuni significativo de Banco en el mismo Idioma de aquel Pais,
y alusivo á la configuración plana en la cima de la mole á que se refiere,
y mayor que la de su basa, ó anotación conservada en una pequeñísima
Población de ella, por su lado occidental donde permanece una célebre
Imagen de origen ignorado, y representativa de Jesucristo en ecce homo, y
en el de Sur otra Población distinguida en Idioma de Mexicanos por Mis-
kiauala, abundante de púa auatl, de Acacia Miskitl, y la vulgarizada por
Tesca, al pie de su Norte, comprueban la identidad del Lugar de la tradi-
ción, con vestigio de antiquísimo edificio en la propia cima, tratada cap. 24
del citado lib?, de Tzatzitepec, en c, sierra hpetl, para gritar tzatzi, ó alu-
sión á lo que ya instruie la misma Alegoría.
La anotación Coatepec no traducida en el mismo cap?, sino por sierra de
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bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
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la culebra, siendo la de esta común al Gemelo, porque ella pare mellizos,
concuerda con la del contexto de que en ella hazía su morada una muger
Coatlicue^ asentada por faldellín de la Culebra, pero conforme al compuesto,
que la enagua cueitl, suia i, es la del Gemelo coatí alusiva á la túnica que
ya se expresará por su symbólico distintivo. Es también de notar que la
morada ó mansión se significa por Icloayan, y se entiende también por
lugar de Gente de asiento, pero que su compuesto lo descubre continuo
de agua ayan, que es el Camino oí/i, del diligente yel, permaneciendo en
la halda de sur de aquel extraño banco peñascoso, un mui escaso, y no
corriente manantial, á que alude la agua del Adive Deminyó, ó Animal
con propiedades de ligero, gritón, astuto, y de valor.
Al mismo tiempo se conservó con el Camino de la agua, apropiado á
persona diligente, memoria semejante á la que Juan de Betanzos, Intér-
prete de naturales del Perú, adquirió de ellos para la Historia que escri-
bió de orden de D. Antonio de Mendoza Virrey de aquel Reyno, bajo
el titulo de narración de los Incas, y quien part. r?, cap. 2?, asentó averse
metido en el Mar junto á Puerto viejo, con dos compañeros, caminando
por él sin barca como si estuviera en tierra, un hombre blanco y barbado,
que en el mismo Reyno, y en el distrito de Cacha, Provincia de Canas, á
diez y ocho leguas del Cuzco, avia apagado con dos ó tres golpes el fuego
que avía prendido en una cordillera, donde permanecen piedras quemadas
por espacio de un quarto de legua, y siendo lo demás verde y con Yerba,
o suceso acaecido, quando muchos de aquellos naturales se dirigían en-
furecidos contra el á matarle, viendo entonces bajar aquel fuego del cielo,
que les hizo arrojar las flechas, y pidiendo perdón postrados en tierra, mo-
vieron á aquel varón á apagarlo, y gravaron después su estatua en piedra
de cinco varas de largo, y una de ancho.
Aun previniendo D. Luis Bezerra en el tercero párrafo de su adverten-
cia acerca del dia en que debe celebrarse la aparición de la Insigne Ima-
gen de Maria Santísima, que veneramos bajo el título de GUADALUPE,
"que el Apóstol Santo Tomas sin duda fué el que predicó el Santo Evan-
"gelio á las Naciones de este Reyno, mucho antes de la fundación de esta
"Ciudad, en la de Tula, ó como dicen los naturales Tolla 11, de que vi pin-
"tura y tradición, que no puede aplicarse á otro del Apostolado, por aver-
"se conservado su apellido Didimus etc ," todavía no ministraba el na-
cional equivalente al latino de que usó. De no expresarlo, fué motivo el
no aver conocido la composición y sentido figurado del Idioma, encontran-
do al mismo tiempo por dificultad en la tradición inserta en la Monarquía
de F. Juan de Torquemada, que antes avia citado, advertirse, cap. 24, lib.
6?, traducido á Quetzalcouatl por plumage, de culebra, ó culebra que tiene
plumage, y que ella se cría en la Provincia de Xicalauco, que está en la
entrada del Reyno de Iucatan yendo de la de Tabasco. El distintivo que
conserva tal Provincia es el vulgarizado Usumasiutla, en lugar del Mexi-
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII
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cano, Uusumaíutlan, entre intlan monos uusumatin, como, que allí abun-
dan, y tratada en los primeros manuscritos de Xicalanco, significativo de
que en lo interno de ella co, coge ana, al vaso xiccale, siendo hasta hoy
habitada por la Nación Uastecatl, distinguida en aquellos por xiccalacatl;
ó Pais donde se ciía el Dragón alado, con grito, caveza, y pluma en ella
de Loro, y cuerpo de vivora, anidante en huecos de Palmas, y causando
luego la muerte á quien muerde.
Su distintivo ketzalcoatl, se confundió con el del Apóstol Ketzalcoua, el
que se apodera, ó domina, denotado en el na, como el Pescador michua,
o que se apodera na del Pescado micJiin, así aquel del dragón kctzalcoatl.
En los manuscritos de que se Compuso aquel capítulo, se referia por Que-
tzalcouatl al que fué gran Sacerdote en Tula, donde tuvo templo sump-
tuoso con muchas gradas, tan angostas, que no cabía un pie en ellas. Esta
parte de la tradición así expresada, todavía quedó en un sentido ambiguo,
y mas acomodable á templo dedicado á Ketzalcoua, como que se le refería
en el de Dios, y no en el de Señor, y quando las gradas mencionadas son
las de los tabernáculos, como el de aquel templo que hizo fabricar al ver-
dadero Dios, y á su inmaculada Madre sobre la cima Deminyó, el mencio-
nado Apóstol. Aquel dragón ketzalcoatl, vivora coatí, sobresaliente, ó vis-
tosa ketzalli, en alusión á su plumage, no solamente no le ofendía, sino que
le exterminó hasta aquella costa, de que era symbólica la Caveza de Mona,
figurada en una esmeralda ketzalitztli, con que se representó en piedra tan
firme y de color de esperanza, el Lugar por donde predixo á estas Nacio-
nes se las avía de bolver á instruir en las verdades que tanto afanó para
radicar en ellas; pues al Rio de Tabasco aportó después de siglos el con-
quistador de las mismas, aun antes que al Puerto de Veracruz. S. Marc.
cap. 16, v. 18, referia lo que Jesucristo dixo á sus Discípulos después de la
resurrección: "quitará las serpientes," verificado también materialmente
por S. Pablo, cap. 28, de los hechos de los Apóstoles.
Instruía asimismo la tradición, que fue hombre blanco, crecido de cuer-
po, frente ancha, ojos grandes, cabellos negros negros y largos, barba gran-
de y redonda, ó señales, agenas las mas, de las Naciones de Nueva España,
á quienes enseñó á labrar plata, oro, y piedras preciosas, que fué averie
instruido Autor de la fábrica de vasos sagrados, y demás dedicado al culto
divinno. Que quando ya se iba, hizo quemar todas las cosas que tenía he-
chas de Plata y Conchas, y enterró otras preciosas dentro de las Sierras y
Barrancas de los Rios. ¿Pero quien no ve una clara alusión de los vasos
sagrados en el fuego para extinguir su Consagración, y juntamente la ocul-
tación de tantas portentosas Imágenes de Jesucristo y de su inmaculada
Madre que desde el siglo Dézimo sexto comenzaron á descubrirse en tales
Lugares, ya en Cuevas inaccesibles, y ya en corazones de Arboles? Ella
fué una apostólica determinación preservativa de la profanación que era
consiguiente á la Apostasia, declarada, tanto en el ultrage de la insigne
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
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Pintura, permanente hasta hoy en sus señales, y que embuelve la Alego-
ría de la hija del Señor de Culuacan, quanto en la Bebida que le hizo llo-
rar amargamente quando se la dio un Viejo tratado de Titlacana.
Esta anotación es significativa de somos dueños de personas, ó gentes,
que eran los esclavos que engordaban para comérselos, costumbre á que
bolvieron declarando con ella la Apostasía aquellos iniquos Caudillos, y
advirtiéndose todavia rastros de ella en algunas de las Naciones internas
aun no reducidas, como también la facilidad de apostatar después de algún
tiempo de docilitadas. Las del tiempo de conquista preguntaban á los Mi-
sioneros españoles por el Reyno de Tlapala á donde Ketzalcoua se avia ido,
y le esperaba otro viejo como el que le bolvió á aparecer en la Población
escrita Cholula, adonde pasó después de salido de Tula, ó aquella Idola-
tría, y antiguas costumbres. Tlapala es significativo de lugar que abunda
en color, como le es aquel Reyno en donde se halló el Cuerpo del Apóstol
de estas Gentes, á tiempo coetáneo á la conquista de Nueva España. No
es extraño entender predixese la buelta á ella del Evangelio, poniendo por
señal cercana, y conforme al estylo nacional regulativo, aun de tiempo,
por veintenas, la erupción del Manantial Acuecuechco, que en el cap. 23,
lib. 3?, de la Monarquía se referia acaecida veinte años antes que los espa-
ñoles llegaran á la tierra, admirándose que sus aguas reventasen por aque-
lla parte donde jamás se avian visto.
La concordancia de escritores Portugueses de la India citados por F.
Gregorio García en su Tratado sobre la predicación del Evangelio, en esta
y aquella, instruie averiguado al arrivo de aquellos á la oriental, tanto por
la tradición conservada entre sus naturales, que los Muchachos Malabares
cantaban en su Idioma por las calles, quanto por lo escrito en sus Anales,
que aviendo estado Santo Tomas en la Isla de Zocotora, situada en la en-
trada que hace al Occeano al Seno de Arabia, dexando en ella bautizados
á muchos, de quienes halló descendientes Tristan de Acuña, pasó á la ciu-
dad de Cranganor, en que aviendo estado algunos días, y hecho cristianos
á muchos, fué á Colano también de Malabares, edificó Iglesia en Goa, y
siguiendo con gran trabajo su camino por la Cordillera oriental de Serra-
nías llegó á los Reynos de Narsinga, haziendo asiento en Coromandel, que
entonces tenía por Corte á Mcliapor; en su costa varó un Árbol de mag-
nitud nunca vista en otro, en ocasión que el Rey Sagamo y sus Bracme-
nes le impedían edificar Yglesia, y sin que el Monarca que pretendía mo-
ver el Árbol para un edificio, lo huviese conseguido, ya con Maromas, y
ya con elefantes, ofreciéndose entonces el Apóstol ante aquellos, á condu-
cirlo desde la costa, distante en aquel tiempo, de la Corte, diez leguas, si
se le concedía para fábrica de templo, lo que otorgado por la burla, atan-
do un Ramillo del Árbol con una correa que ceñía, y hecha la señal de la
Cruz, lo conduxo desde la costa, con la facilidad que á una paja, hasta
la fosa de los muros de la ciudad, á vista de innumerable Gente, y puso
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
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en ese Lugar (según algunos junto á la Iglesia que edificó) una cruz de
piedra con la siguiente advertencia: "quando llegare el Mar á esta piedra,
"por divina ordenación, vendrán hombres blancos de tierra mui remota, á
"predicar la doctrina que yo ahora enseño, y á renovar la memoria de ello;"
é hizo sabedores de lo mismo á los presentes para que la conservasen de
padres á hijos, comenzando el lugar señalado á ser batido del Mar quando
á él llegaron los portugueses.
En cantares se conservaron también las tradiciones especialmente de la
Nación Otomí, tratada cap. 9? del libro 3? de la Monarquía, de Chichimc-
catl, por lo que se advertirá en otro lugar, y ocupante del País donde se
halla la mole Deminyo, y que instruía los Palacios del Ketzalcoaa mexica-
no de esmeraldas, de Plata, conchas, de todo género de maderas, de tur-
quesas, y plumas preciosas, ó metáforas del Reyno eterno de Dios: que todo
le sobraba; siendo en su tiempo, abundante el maiz, y demás frutos.
Si esto se concuerda con el valor del Ydioma dominante al tiempo de la
conquista española, y con los Monumentos, resulta la alusión á averse res-
tituido la tierra á su antigua fecundidad con la crencia de las verdades cris-
tianas, después de la esterilidad que instruien desde la era nacional.
Que cuando aquel se fué. convirtió los Arboles de cacao en los de Aca-
cia mixkitl. Esto fué averse buelto tierra de tan particular sequedad, co-
mo la que se nota en aquel País, y en los que abunda el vulgar Mezqu itc,
después de la Apostasía ó señales consecutivas de aquella Predicación, que
advirtió el Evangelista. Que los vasallos del mismo Ketzalcona, le eran mui
obedientes, y ligeros, aviéndose anotado equívocamente por tlancuasemil-
uike, pues son fiestas semiluike, de rodilla tlancuatl, distintivo de la rodilla
doblada, que su compuesto la advierte Gemela cuati, debajo tlani, por am-
bas colocadas debajo del que se hinca sobre ellas, ó exercicio de oración
de sus Discípulos, á quienes sentados besaba aquel Apóstol los pies, á imi-
tación de su sagrado Maestro, como que lo mismo es rodilla, que el Ge-
melo debajo. Que cuando se hazia algún llamamiento en el Reyno para lo
que aquel mandaba, se subia el Pregonero en aquella Sierra Tzatzitepcc,
y sus voces se oían por mas de cien leguas hasta las costas del Mar.
Aquí se nota averse traducido al Predicador por. Pregonero tzatzini el
que grita, y por ello tratada también aquella tendida cumbre de la grande
Mole donde se hizo el principal asiento para extensión del Cristianismo,
de Tzatzitepec, en c, cerro tepetl, para predicar ó gritar tzatzi. Asimismo
se advierte extendida desde él la Misión hasta las costas, y tratado por ella
al mismo Apóstol de Padre de Culuacan, ó Pais can, que se inclina Culua,
como lo está el continente para ambos mares, permaneciendo en la costa
del de Sur el distintivo Culiacan, ó acaecimiento que instruie en la era
nacional el segundo Monumento hallado. La Alegoría del Apóstol con-
tinua con que hazia Penitencia, no admitía sacrificios sangrientos de hom-
bres, ni de Animales, sino de Pan, Rosas, Flores, y perfumes; prohibía
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
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Guerras, Robos, muertes y otros daños; era castísimo, usando vestiduras
largas hasta los pies, y encima Manta sembrada de cruzes coloradas: como
las usaban los Patriarcas succesores de los Apóstoles en la Iglesia Orien-
tal; y que se lavaba á media noche en una Fuente nombrada xiupacoyan.
Su compuesto la dicta Lavadero y Batan, á que es común pacoyan, con
Yerba xinitl, como la de aquella mole, llena de abrojos con que se disci-
plinaba, para bautizar en aquel escaso manantial tratado de Lavadero por
los Mexicanos, que distinguieron al Bautismo por necuatekilistli, trabajo
tekilistli, en la cima cuaitl; del solicito nel, donde con el xiupacoyan, jun-
tamente se instruía que tal Sacramento se ministraba comunmente al año
á que también se extiende xiuitl, de catequizados ó doctrinados tetlamach-
tiltin succesivamente progresados ichtiltin, por Médico tlama, en la sierra
tetl. Tratáronle también de tal por sus prodigiosas sanidades corporales,
á que asemejaba las de las Almas. Tomas Boti cap. 3 lib. 4 y en el 12,
lib. 5? de su Tratado de las señales de la Iglesia, y Maluenda en el de An-
tigüedades cap. 25 lib. 3? citaron una carta del Religioso Manuel Nobrega,
Provincial de la Compañía de Jesús en el Brasil, fecha en la Ciudad del
Salvador en mil quinientos quarenta y nueve dirigida á Martin Azpilcue-
ta, en que refirió la memoria tradicional conservada hasta entonces por
los Naturales de aquella Provincia, de aver aportado á ella el mismo Após-
tol Santo Tomas, de quien aprendieron los antiguos Moradores del Pueblo
nombrado San Vicente, que está al principio del Brasil, de quales manja-
res avian de usar sin miedo, ni sospecha de enfermedad, ni de muerte.
Si en aquella América se averiguó la tradición de tales conocimientos
en la naturaleza, en Nueva España todavía los instruie semejantes el Idio-
ma antiguo dominante en ella, y las costumbres de sus Naturales, usando
de singulares Yerbas y Plantas para determinadas enfermedades, obstina-
das á las mas delicadas Medicinas. Si en aquella se conservó hasta el nom-
bre Tome del Apóstol en esta también, no solamente bajo el de Gemelo,
sino el mismo Tome.
Permanece en esta Ciudad en su extremo oriental, y por ello mas cer-
cano á la solitaria tumorosidad peñascosa conocida por Peñón donde exis-
ten las Aguas thermales, el distintivo Tomatlan, sin que haiga vestigio ni
memoria de "que el terreno que lo conserva extensivo hasta el Hospital de
Leprosos de S. Lázaro, haya sido destinado en algún tiempo á solo cul-
tivo del tomate, ó Solano pomífero de Naturalistas, y el qual siembran los
Naturales entre otras hortalizas, en Camellones aun de los distantes de
tal terreno. Es también de atender que las nomenclaturas topográficas,
aluden todas á Monumentos permanentes, aun las relativas á produccio-
nes que lo son indeleblemente; sin aver tradición ni memoria de la ano-
tación con que se distinguía á tal Peñón, que aquel terreno Tomatlan cerca
itlan, del tomatl lo descubre tratado por semejanza á esta producción.
De ella usan los naturales en sus alimentos "especialmente para amor-
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
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tiguar el ardor, ó acrimonia del Pimiento Chilli, pero asándola primero
en las brazas; y siendo sabido que su jugo es lenitivo, ya en dolores de
Garganta, ya en ardores de espaldas y de ríñones, y ya en otras dolencias.
Si el distintivo toniatl se descompone, resulta agua at¡, de Totne.
La del Peñón, aunque de muchos años analyzada, y por mui hábiles fa-
cultativos, no ha producido á todos, iguales principios, de manera que ha-
yan concluido un juicio uniforme, y sin discrepancia acerca de ellos, y mu-
cho menos alguno claramente mecánico, tocante á las cantidades de los
mismos principios, que sean uniformemente suficientes en su mixtura; y
aun cotejados los resultantes de porciones de Agua entre sí iguales.
Lo mismo acaece con otras muchas thcrmalcs, que aunque así distingui-
das por su calor, pero no tan clara y circunstancialmente como en el Idioma
que en general las trata de Atotonilco¡ adentro co, calentada tonilli, en el
camino otli, la Agua atl, ó comprobación del juicio sabido de naturalistas,
de que tales aguas son indicio de Volcanes vezinos, que en particular ad-
vierte la anotación tomatl de este Peñón, concordada la costumbre con que
los naturales usan de tal producción.
Pero la memoria tradicional de los medios de que se valia aquel singu-
lar Médico en sus curaciones, ya la manifestaron varias Naciones de la Ca-
lifornia mas septentrional y todavía Gentiles, como Iabipais, Jalchedunes,
Jamajabs, Iagualapis, y Chemevcts, de las quales ocurrían ciegos, enfermos,
y cansados, á rogar les pusiese las manos y rezara el peregrino transitan-
te por sus Rancherías en el año mil setecientos setenta y seis, F. Francis-
co Garcés, muerto después con otros tres de sus Compañeros, á manos de
la Nación Yuma, en el Rio Colorado, en el de ochenta y uno; y quien avien-
do procurado indagar en aquella peregrinación, el origen de tales demos-
traciones, no pudo saberlo, según el cap. 5, lib. 4?, de la Crónica del Co-
legio de Misioneros de la Santa Cruz de Querétaro.
Con alusión, pues, al bautismo que ministraba aquel insigne Médico, y
con que también sanaba las enfermedades corporales, y señaladamente la
Lepra según advierte el Idioma con el distintivo de la caveza y manos le-
vantadas de la figura esculpida en la basa del Monumento primeramente
ahora hallado, instruie asimismo que lo hazia á los catequizados, en el mo-
do y lugares de sus fundaciones, con el synónimo de los doctrinados te-
tlanonotztin significativo de enmendados, amonestados, corregidos, y ad-
vertidos por otros, tanto en alguna Historia, quanto en el valor de lo que
se les aconseja, y también de llamados á menudo para ser hablados, como
que á todo ello se extiende nonotztin, los de la tierra tlalli, á la sierra íetl.
Que también les admitía á Sacramento de orden lo dicta la concordancia
de aprovechados momoscaltin, con su compuesto de enclaustrados caltin,
diariamente momostle, y con la casa de recogimiento comprehendida en el
Adoratorio de México, y recordativa de aquellas primeras por su anota-
ción uitznauacalmecac, traducida cap. 13 lib. 8? de la Monarquía por ca-
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
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sa junto á la de las espinas y púas, siendo su valor el de corredor calme-
cas ó en c, soga mccatl, de casa calli, de los de la corona nauac, de espina
uitztli, y por ello con capilla uitznauateucalli, casa calli, del Señor teutli,
de la corona de espina uitznauac, según la que figura el monumento se-
gundo hallado, y dedicada en el mismo Adoratorio á los que se traduxe-
ron por Dioses sentzonuitznauac, quando su compuesto es el de los de la
corona de espinas uitznauac, con el pelo tzontli, común á quatrocientos,
en cada uno senne, por la que usaban aquellos Discípulos ordenados. Pero
es notable, tanto la expresión de ese número por la del pelo, quanto que
la tradición asentase al Apóstol entre estas Naciones por veinte años, y
que el Diccionario advirtiese á esos dos números, y al de ocho mil que es-
cribió xiquipilli, por principales de la cuenta Mexicana, aunque sin discer-
nimiento de sus compuestos, aplicados después de su origen á usos profa-
nos: pues el de veinte senpoale, advierte en el suio al que tiene la cuenta
poale en cada uno saine, que en esta tradición se conforma con cada uno
de los veinte años, en que habitó el Apóstol entre estas Naciones, y re-
sultando al fin de ellos, quatrocientos ordenados. La anotación de ocho
mil debiendo expresarse xickilpile, según la aplicación que ministra este
primer Monumento para el .oro, recogido en Rios, y recodos de serranías,
instuie en la tradición relativa á aquel Apóstol, tanto el aver dexado vein-
te fundaciones, en las quales aviendo ordenado en cada una de ellas, y en
cada año veinte Discípulos resultaron ocho mil al tiempo de su partida,
quanto el Gazofilacio, ó tesoro que resultó para conservación de ellas en
Lugar anotado por xickilpilco, dentro co, está lo principal pilli de la Yer-
ba apreciada hilitl, de oquedad en centro xictle. Por ello en este Ydioma
vale lo mismo, ó es todo uno xickílpile que es ocho mil, que bolsa, y que
el que tiene la principal /////, yerba apreciada kilítl de oquedad de centro
xictle. Es notorio que en el Pueblo Xickilpilco hai antiguo tesoro, solici-
tado aun en este siglo por Rl. Cédula, y que diligenciada según constan-
cia de Proceso existente en el Archivo de la sala del crimen de esta Rl.
Audiencia, no pudo conseguirse su descubrimiento. Es también cierto por
particulares, pero verídicas tradiciones, que de allí ha sacado uno ú otro
particular, también en el actual siglo, porción de oro virgen, ya en gran-
des trozos semejantes á los que suelen encontrarse en Placeres de Provin-
cias internas, y ya en lo que llaman polvo. Y finalmente allí se conserva
una antiquísima ó inmemorial Imagen de Jesucristo Crucificado que en el
sentido nacional es el principal qe. tiene aquella yerba de Oquedad cén-
trica comenzada á acopiar desde el tiempo de su Apóstol en aquel lugar
de tan considerable población hasta el de la conquista española que los de
esta ciudad de México tenían camino destinado para aquella, por lo mas
fragoso de la Serranía Occidental de este Valle mencionado en Merced de
una pequeña parte de ella del año 1555, y explicándose el segundo monu-
mento excavado aun para averiguación de la Data de su tema por estylo
bibliografía mexicana del siglo xviil
249
colectivo de noticias en las Plazas, ó mercados nacionales donde concu-
rren Gentes de varias Provincias, y en los iguales también recogen limos-
nas para sus cofradías; aviendo sido frecuentes las disposiciones testamen-
tarias de muchos Naturales especialmente del siglo Dézimo sexto en que
dexaban á las mismas cofradías, sus terrazgos que regulaban por medidas
de á veinte brazadas, de las quales instruie el origen el propio Monumen-
to cronológico en la numeración de años, menor que quatrocientos.
A aquellos individuos ordenados, fueron también señalados con el epí-
teto, que siendo otro synónomo de aprovechados iyolomasic, instruie á los
que llegaron á alcanzar por la mano asi'c, de dos orne, — -los corazones iyolo,
esto es, de las Naciones convertidas por los dos Gemelos, quienes usaron
de ambas manos en las preces del Sacrificio incruento de Altar, y fueron
Maestros de los educados en aquella Sierra, cuia desquiciada situación de
su natural colocación expresa otro synónimo del aprovechado Oixcouetz
la que caió ouetz, al frente ixco del camino otli, conservándose interrum-
pido por la Mole Deminyo, el antiguo que allí permanece, y siendo nota-
ble que en el Adoratorio de México se practicaba anualmente el sacrificio
de quatrocientos cautivos hechos en Guerra (que era de religión, origen de
las que tuvieron los Mexicanos con los de Xickilpilcó), atándoles para él las
manos, de modo que tocasen al corazón, según descubre el Idioma, por
memoria de aquellas conversiones, y de semejante crueldad hecha la pri-
mera vez en Tula según el cap. 17 lib. 7? de la Monarquía, ó lugar donde
así se declaró la Apostasia. El distintivo del Neófito, ó nuevo, es otra ex-
presión alusiva al desquicio de aquella mole, pues yancuic ministra en su
compuesto: con te, alcanzar de lo alto con la mano cui, coge ana, lo suio
i, que fue la cúspide de la serranía desquiciado antes de la venida de los
Gemelos, por quien instruie otra alegoría; ministrando el sinónomo de nue-
vo Ríñones, se descubriera nes en el camino otli, después Kin.
La del Gemelo también referia que los Ministros de los Ydolos tomaron
de aquel las costumbres de bañarse á media noche, pero estos en Fuentes.
De ella se advierte una anotada Tlapacoyan, Lavadero pacoyan, de la tie-
rra tlalli, que se halla como á cinco leguas al Suest de esta ciudad, y es
de impetuosa corriente que desemboca en la cenegosa, é húmida Laguna
conocida por de Chalco. Que se tenia por cierto aver hecho el Calendario,
aunque el segundo Monumento descubre qe. no es el que los Naturales le
figuraron al Religioso F. Toribio de Benavente ó Motolinia, y que este,
y por él los demás escritores, entendieron uno semejante al Español, y no
una cronología universal. Finalmente asentaban que á su partida, le hi-
zieron dejar.los instrumentos de las artes, siendo natural la huviesen apren-
dido de aquel ilustrado Apóstol en veinte años que referían aver vivido
entre ellos.
Mas la Alegoría del trozo, ó Mole Deminyo tuni, Tzatzitepce, Miskia-
uala, ó Coatepec, continuaba con que Coatlicue fue Madre de muchas Gen
bibliografía mexicana del SIGLO XVlll
250
tes, y en especial de los Indios Sentzonuitznauac. Pero como si se entien-
de su continuación en el sentido en que se traduxo, no ministra, sino una
complicación, y no el Alegórico, y al mismo tiempo compuesto que con-
tiene haziéndose por tales motivos y por el de ingerencia en su traducción,
de frasismos ágenos, del valor que descubren otros correspondientes á ella
necesaria la misma continuación se manifestarán estos por anotación de
las tres primeras cláusulas asentadas por aquel escritor; aqui copiadas con
omisión de otras sus consecutivas; por mucho mas alteradas en la tradi-
ción tocante al origen de Uitzlupuchtle, la que referia así: "este Dios, unos
"creían ser puro espíritu, y otros nacido de muger, y estos cuentan su his-
toria de esta manera. Iunto á la ciudad de Tula (que aunque agora es
"Pueblo pequeño, era muy grande en su paganismo y gentilidad) ay una
"Sierra que se llama coatepec, que quiere dezir en el cerro de la culebra,
"en este hacia su morada una muger llamada cuatlicue, que quiere dezir
"faldellín de la culebra, la cual fue Madre de muchas Gentes, en especial
"de unos Indios llamados centzunhuitznahua, y una muger cuio nombre
"era Coyolxauqui. Esta muger según mentira de los antiguos, era muí
"devota y cuidadosa en el servicio de sus Dioses, y con esta deuocion se
"ocupaua ordinariamente, en barrer y limpiar los lugares sagrados de aque-
"11a Sierra. Aconteció (pues) un dia que estando barriendo, como acos-
tumbraba, vio baxar por el ayre una pelota pequeña hecha de plumas,
"a manera de ouillo hecho de hilado, que se le vino á las manos, la qual
'.'tomo y metió entre las nahuas, o faldellín y la carne debaxo de la faxa
"que le ceñía el cuerpo (porque siempre traen faxado este genero de ves-
"tído) no imaginando ningún misterio ni fin de aquel caso."
Advertido ya el sentido de la primera cláusula es todavía de notar en
ella, averse asentado por dos personas, á la que su contexto entendido por
el idioma de que se traduxo, ministra una, pero distinguida por dos seña-
les; la una Coatlicue alusiva á la túnica del Gemelo; y la otra Coyolxauki,
que aun no traducía aquel escritor é instructiva de la que adorna á estylo
antiguo xauki, el Adive coyoil, esto es, con flores propias de Primavera,
ó tiempo explicado en el Diccionario por pintar la fruta, á que es común
xauki. La segunda cláusula refiere que era muí devota lo ql. se expresa
en este Idioma, por miectlateomatini (sabedora matini, del señor teotli, de
la tierra tlalli, de mucho miec:) y cuidadosa motlacuitlaitiani (iluminadora
tljxuiane, de levantar á lo alto las manos cui, al tirar sierras motla) en el
servicio tlamaviacapac (en la cima icpac al distribuir, y hazer á vezes el ofi-
cio mainaca, en la tierra tlali) de sus Dioses inteteotin (de los Señores te-
tcotiu, suios in) y con esta devoción inintlateomatilistica (y con la ciencia
del Señor de la tierra, esta) se ocupaba monctekipaclioaya (se abatía mo-
pachoaya en el trabajo tekitl, diligente fiel) ordinariamente ítlaítechmoma-
tiaya (de la tierra tlali, suia /que es de del hilo ichtlí, de la sierra tet/suia
i, lo que sabia para si momatiaya) en barrer tlachpantica (estando en el
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
251
plan ó superficie pantica, del juego de pelota tlachtli:) y limpiar tlayec-
tictica (purificando yectica, la tierra tlalli) los lugares tlacauayan ('del co-
mún canayan, en la tierra tlalli) sagrados tlateochiualtin (de las obras
chiualtin, del Señor teotli de la tierra tlalli) de aquella sierra inontepetl
(que es aquella iiwn, sierra tepetl).
De manera, que el sentido compuesto de esta cláusula, es que la sabe-
dora del Señor de la tierra, de mucho de ella, é iluminadora de pedir mi-
sericordia al tiempo del desquicio de sierras y al distribuir y hazer á vezes
el oficio de sus Discípulos desde la cima con la ciencias del Señor se abatía
en el trabajo diligente de la tierra suia que es del hilo de la Sierra suia lo
qual sabia para sí, estando en el plan, ó superficie del juego de pelota, pu-
rificando la tierra del común abandono de ella en las obras del Señor, que
lo es aquella Sierra. Como referido su contexto al desquiciado trozo Dcmin-
yo,de cima plana que juntamente se instruie destinado después de la aposta-
sia á juego ceremonial de pelota recordativo de su desquicio es notable
que se trate de hilo de la tierra suia, pues en aquella Serranía advierte el
segundo Monumento ahora hallado el primer establecimiento postdilu-
viano.
Continúa la tercera cláusula con que aconteció un dia omochiu iluitl (se
hizo omochiu la fiesta iluitl) que estando barriendo tlachpantitica (hallán-
dose en pie, ó viviendo sobre el hilo de la tierra) como acostumbraba iniu
moniatiaya (como in, lo sabia para si inmatiaya) vio okitlachi (espero ochi,
en la tierra tlalli, lo que salió okis) bajar temouis (de donde tienes isca el
camino utli, tuio mo, de la sierra tétl) por el Ayre ó improvisadamente
atenemachpan (sobre pan donde frecuentemente ac/ii, vive nemi, en la sie-
rra tetl, la agua atl) una pelota pequeña hecha de plumas á manera de
ovillo hecho de hilado iluitlaicpatetlalilli (que es el asentado tlalilli, cerro
tetl, de la cima icpac en la tierra tlalli de la fiesta iluitl) que se le vino á
las manos oniyaualco (dentro co, de lo enrroscado yahualli, suio i, que era
el fin on) la cual tomó okintotlaneuilli (levantada como vuela la Ave euilli
por el que tiró como piedra amollan lo que salió okis) y metió okicaloca
(en donde c fué el caserío cala, que acabó okis) entre las naguas cuetzalan
(de la Abra tzalan de la halda cueitl) y la carne nacatzalan (Abra tzalan,
de la carne uacatl) debajo de la faja tlauilpilone ncxilan (debajo tlan col-
gado ilpiloni, del vientre xilantli, de la diligente nel) que la cenia el cuer-
po okiicuitlapiaya inacayos (que de positaba playa, la tierra tlalli a\ levan-
tar las manos á lo alto cui de donde salió okis su encarnación inacayó) no
imaginando ningún mysterio amoyolnonotzatica tlaakilli (con que tica,
corrige nonotza, la vida yolia, vuestra amo, que es la negación tlaakilli)
ni fin de aquel caso amono tlaministli netekipacholpa (sembradura milistli
de la tierra tlalli, también no vuestra amo en que pa, estuvo lo abatido
pacholli del trabajo tckitl de la diligente nel).
Instruie, pues, esta tercera cláusula, que en dia de festividad, viviendo
bibliografía mexicana del SIGLO XVlll.
252
aun en la tierra aquella Señora esperó en la tierra lo que salió del camino
de la Sierra, sobre donde frecuentemente vive en ella la agua, que es el
asentado cerro de la cima, en la tierra de la fiesta, dentro de lo enrroscado
sino, q.e fue el fin de aquel desquicio al volar como Ave el que tiró la sie-
rra que salió, donde acabó el caserío, de la Abra de la halda, Abra de la
carne que fue lo ocultado con la faja colgada del Vientre de aquella dili-
gente, que guardaba la tierra al levantar las manos á lo alto de donde sa
lió su encarnación, que corrigió la vida de los nacionales, que era la ne-
gociación de carne humana, tratada de sembradura de la tierra, para cuio
exterminio se abatía aquella Señora.
Aquella desquiciada cumbre Deminyo, se halla en antiguo camino, que
se dirigía á la mayor elevación de su serranía donde sin lysion sus paredes
ó grandes lienzos laterales permanece la respectiva oquedad, de la qual se
manifiesta salida la cumbre como de rayz, conociéndose hasta hoy la ca-
ñada tratada en esta Alegoría de Abra y á la que tiene salida la misma
oquedad, por tepeitic, dentro itic, de la sierra Tepetl. El trozo desarraiga-
do, del qual se originan las nubes quando llueve en aquella seca comarca,
quedó también entero, ó sin lesión y en figura de ovillo, cuia toma aun en
común sentido de tlaneuilli, es significativo de tomada para volverla en la
misma especie, lo que descubre su desquicio para symbólico exemplar de
la conservación de la naturaleza divina después de encarnado el Verbo, y
de la virginal integridad de su inmaculada Madre también lo es de la que
Jesucristo conserva en la hostia Eucarística, aun dividida, y aviendo asen-
tado el Diccionario á niniyatiaco por significativo de venir á ofrecerse á
Dios en sacrificio. Y el sentido compuesto ya desembuelto, ministra aquel
desquicio por S. Juan Bautista al amanecer como que al mismo instruien
otras alegóricas memorias concordadas, por desquiciador de otras Serra-
nías, advirtiendo la de esta, su predicación en aquel lugar del alto myste
rio de la Encarnación con exemplar tan portentoso como el de aquella
voluminosa cumbre invertida de su primitiva situación, y sin perjuicio de
la Cordillera en el vacio que dexo, y en la qual se estableció después por
el Apóstol de estas Gentes, Claustro y educación cristiana.
Con que no es de hazer fuerza que en la parábola nacional se traduxese
con equivocación á la fiesta iluitl, por pluma iuitl, tampoco la debe cau-
sar que no se reflexionase el distintivo del cuerpo, que aqui se menciona
ceñido por faja; pues siendo toñacayo, su compuesto lo advierte lo encar-
nado nacayo nuestro to. Menos se advertía symbblizado en la faja el Di-
vino Verbo encarnado aquella que corrigió después iniqua costumbre de
negociar en carne humana, tratada de sembradura de la tierra en el lugar
donde se instruie el establecimiento de los primeros pobladores postdílu-
vianos, y donde también advierte la Parábola, derrumbada la Serranía
en modo tan señalado quanto simbólico de aquel Mysterio, siendo no-
table que el segundo Monumento exprese el arreglo á la Ley natural en
BIBLIOGRAFÍA mexicana DEL SIGLO XV III.
253
aquellos Pobladores, y su obediencia al mandamiento de -Dios, comunica-
do por el Patriarca Noe director de los derroteros, para ese estableci-
miento.
El Mysterio de la Encarnación que se descubre expreso en esta Pará-
bola del origen de UitzlupucJitle, se advierte también en el tratamiento de
Tonacayoa, que se daba á Senteult, Señor teult, en cada una semie, pues
este es de clara alusión á cada partícula Eucarística y aquel al encarnar
nacayoa, en lo nuestro. A Senteutl se traducía erróneamente cap. 25 del
citado lib. 6? de la Monarquía, por Diosa de la Mazorca sentli, del Maíz;
y á tonacayoua escrita con vicio de h tonacayohua, por de las miesses, sin
atender al contexto de la misma tradición, que expresando tonacayoua,
discernía en el na á la que poseía á quien encarno en lo nuestro, ó á la
Madre del Verbo humanado; y asentando de la propia "que la tenian en
"grandísima reverencia y veneración en especial, los de la Provincia de
"los totojiacas y la obedecían en todo."
Y aun aviendo comunicado también esa Nación el motivo que tenía para
su particular estimación, que se asentó en el mismo lugar "y la causa de
"tenerla en tan grande estimación, y de serle mui devotos y servidores,
"era porque no quería recibir sacrificios de muertes de hombres, antes los
"aborrecía y prohibía. Los sacrificios que ella amana y de que se agra-
"daua, y se los pedía y mandaua ofrecer, eran tórtolas, paxaros, conexos,
"yeibas y flores, y tenianla por Abogada delante del gran Dios, porque
"les decía que le hablaua y abogaua por ellos. Tenían grande esperanza
''en ella, que por su intercession les auia de librar de aquella dura serui
"dumbre que los otros Dioses les pedian de sacrificarles hombres, porque
''lo tenian por gran tormento; y solamente lo hazian por el gran temor
"que tenian al Demonio por las amenazas que les hazia y daños que del
"recebían, no obedeciéndolo en esto. A esta Diosa mirauan con suma re-
ferencia, y sus respuestas tenian como oráculo divino, y mas que otros
"señalados los sacerdotes de su culto y seruicio, como ya hemos dicho en
"otra parte: y que esta Diosa no quisiesse sacrificios de hombres no se que
"sea ni tampoco lo entiendo, porque esto de querer los vnos vno, y otros
"otro, son para mi adiuinancas etc." Concluiendo después el mismo es-
critor esta tradición con asentar "solo se dezirque esto dezian los Indios,
"que asi lo quería esta Diosa, y que aborrecía lo contrario "
No podia este escritor aver manifestado mas claramente la falta de inte-
ligencia en las tradiciones, ya por la de los Idiomas en que se comunica-
ron, ya por la de la cronología regional ignorada hasta hoy, y ya por la
de la topografía también inaveriguada, no obstante de que los monumen-
tos locales examinados por los respectivos idiomas podían haber ministra
do luces bien claras de los insignes Maestros que tuvieron estas Naciones
en el siglo primero de la era Cristiana, á que se refería la enseñanza de la
Señora, y respuestas que recivian de la misma sus sacerdotes: aunque en
bibliografía mexicana del siglo XVlll.
254
la cronología deben ser exculpables todos los escritores de las antigüeda-
des de Nueva España, como que el Monumento figurado que la ministra
no se avia descubierto hasta nuestros dias, y del qual nos persuade la ig-
norancia anterior de la topografía, que aun se huviese presentado antes á
la vista, avria quedado su valor tan mudo como el de aquella.
Pero en el de la Monarquía, se agregaba á la falta de esos principios, la
que llamó común opinión de no aver tenido estas Naciones noticia de la ve-
nida del Salvador al Mundo ni de su venida, milagros, muerte y pasión
según decía cap. 49, lib. 15? "y conforme a esta común opinión, es lo q.e
"e tratado en los Capítulos pasados, y también donde se dize no estar he
"cha la total promulgación del Santo Evangelio, y Ley de Jesucristo hasta
"agora: porque se confirma en uno hallarse mención de tal cosa en todas
"nuestras escrituras, donde se trata de todo lo substancial que a pasado en
"el mundo desde su principio." La falta del sentido alegórico no le hizo
concordar lo que Jesucristo previno á sus Discípulos, según el cap? 8 de
S. Lucas "a vosotros es dado conoscer el mysterio del Reyno de Dios, pero
"a los demás en parábolas: para que los que ven no vean, y los que oien
'no entiendan:" que al explicarles la del sembrador, en la qual les dixo
"salió el que siembra á sembrar su semilla" las expresó según el 13 de S.
Mateo "el que siembra la buena semilla es el hijo del hombre. Pero el
"campo es el Mundo:" que este mismo evangelio dexó advertido todas
"estas cosas hablo Jesús en parábolas a las turbas: y no les habla sin pa-
rábolas: Para que lo que estaba dicho por el Profeta que dixo: abriré en
"parábolas mi boca, arrojare vomitando las cosas escondidas desde la cons-
"titucion del Mundo."
El motivo que el escritor de la Monarquía asentaba en su citado cap.
para no entender enseñado el Evangelio en Nueva España, en aquel pri-
mer siglo de la era cristiana, fue que las cosas de la religión, ritos, costum-
bres, y modo de vivir de los Indios, al tiempo que estos Reynos se descu-
brieron, eran en todo y por todo, ágenos y contrarios á nuestra cristiandad,
á lo menos en lo tocante á la Fe. Esta generalidad se advierte contrariada
con la tradición que afirmó tocante á la alegoría Tonacayoua. Si sobre las
costumbres, y ritos regionales, huviera confesado ingenuamente como en
aquella tradición, que no los entendía, no huviera calificado por de poco
fundamento las relaciones manuscritas que cita como la de las Cruzes que
hallaron los Españoles en Isla entonces conocida por Cozumel, y hoy de
Carmen cercana á la Península de Yucatán cuando descubrieron esta. La
opinión que seguía este escritor diversa del juicio formado por los prime-
ros Misioneros le hizo dar más crédito que una tradición incontroversa,
como aquella, á una relación particular que atribuía el establecimiento de
las cruzes pocos años antes de la llegada de los españoles, por un Indio
tenido por Profeta, q.e la predixo, ó conseja desmentida por el emperador
Moteusoma quien confesó á su conquistador en su primera entrada á Mé-
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
255
xico saber aquella venida, por la memoria prediccional conservada en sus
nacionales escrituras, según se concordará en otro lugar.
Tampoco huviera referido por de poco fundamento, la declaración q.e
en Idioma nacional de la propia Península y á un eclesiástico secular que
lo entendía y por ello encargado del R. Obispo D. F. Bartolomé de las
Casas, de visitar y predicar á aquellos naturales, hizo un principal de ellos
de la creencia antigua heredada de Padres á hijos, en Dios que está en el
cielo, y es Padre, Hijo, y Espíritu Santo y de que en el tiempo antiguo
vinieron a aquella tierra veinte hombres de ropas largas y sandalias, q.e
mandaban se confesasen las Gentes y que ayunasen, siendo el principal
de ellos Cocolcan. Después de aver referido á la letra aquel escritor la Apo-
logía manuscrita de aquel R. Obispo, que dixo se guardaba en el convento
de Sto. Domingo de México, y cuia substancia es la que aquí se ha ex-
tractado continua asentando "esto escriue el Obispo de Chiapa, pero aña-
de "luego: si estas cosas son verdad, parece auer sido en aquella tierra
"nuestra santa Fe sabida: pero como en ninguna parte de las Indias aúe-
"mos tal nueua hallado, puesto que en la tierra del Brasil, que posseen los
"Portugueses, se imagina hallarse rastro de Santo Tomas Apóstol: pero
"como aquella nueva no voló adelante: ciertamente la tierra y reyno de
"Iucatan da a entender cosas mas especiales y de mayor antigüedad, por
"las grandes, admirables y esquisitas maneras de edificios antiquissimos y
"letreros de ciertos caracteres, que en otra ninguna parte. Finalmente, se-
cretos son estos que solo Dios los sabe, estas son palabras formales del
"Obispo de Chiapa, y lo cierto que aquello no se tuuo por cierto".
¿Pero entre quienes no se tuvo por tal? Entre los que no observaba la
naturaleza y circunstancias de los Monumentos locales, y que no adver-
tían el sentido compuesto y alegórico de los Idiomas regionales, no avien-
do por estas causas hallado aquel R. Obispo otra noticia semejante á la
que adquirió por medio del inteligente que encontró en aquella Península,
y comprobando la tradición declarada en ella sus edificios y caracteres li-
terales, aunque ignorado su valor, como el del permanente hasta hoy en
el mas celebre antiguo Monumento, conservado á la vista con justa admi-
ración, continuaba todavía el escritor de la Monarquía refiriendo "otra co-
"sa contó vn religioso muí conocido por verdadero sieruo de Dios, y frayle
"de S. Francisco, llamado F. Francisco Gómez; que por ser todavía viuo
"y muy viejo, pierde la memoria que en esta historia se deuia a sus fieles y
"largos trabajos en esta Viña del Señor: y es que viniendo el de Guate-
"mala en compañía del varón santo fray Alonzo de Escalona, pasando por
"el Pueblo de Nexapa, de la provincia de Guaxaca, el vicario de aquel
"convento, que es de la orden de Santo Domingo, les mostró unos pape-
"les q.e hauian sacado de vnas pinturas antiquissimas, hechas en unos cue-
"ros largos rollizos y muy ahumados, donde estauan tres o cuatro cosas
"tocantes a nuestra Fe: y eran la Madre de nuestra Señora, y tres herma-
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
256
"ñas, hijas suyas, que las tenian por santas: y la que representaua a núes
"tra Señora", estaua con el Cabello cogido al modo que lo cogen y atan
"las Indias, y en el nudo que tienen atrás tenia metida vna cruz pequeña,
"por la cual se daua a entender que era mas santa: y q.e de aquella auia
"de nacer vn gran Profeta, que auia de venii del cielo, y lo auia de parir
"sin ayuntamiento de Varón quedando ella Virgen; y que a ese gran Pro
"feta, los de su Pueblo lo auian de perseguir y querer mal, y lo auian de
"matar, crucificándolo, en una cruz. Y así estaua pintado, crucificado, y
"tenía atadas las manos y los pies en una cruz, sin clauos. Estaua tam-
"bien pintado el articulo de la Resurrección, como auia de resucitar y su-
"bir al Cielo. Dezian estos padres Dominicos, que hallaron estos cueros
"entre vnos Indios que vinían hazía la costa del mar del Sur, los cuales
"contauan que sus antepasados les dexaron aquella memoria." Es de re-
fleccionar, que aquellas antiquísimas Pinturas se conservaron en cueros
largos, ó semejantes á los rollos antiguos, usados entre etruscos según los
hallados en Ponpeyana y Herculano del Reino de Ñapóles en el siglo ac-
tual y formados de papel egipciaco para escritura de caracteres: y que aun
quando en la traducción de aquella tradicional memoria, no huviese usado
del tiempo futuro en lugar del pretérito de la venida pasión y muerte del
Salvador del Mundo, todavía no es de extrañar confundida en esa parte la
tradición. El Religioso escritor anónimo cap. 2? de su tratado "Apostó-
licos afanes de la Compañía de Jesús" refiriendo los tres principales ídolos
de la Nación del Nayarit á los cuales clamaba esta en sus mayores congo-
jas arrastrándose hasta las puertas de sus templos referia al uno distinguido
por Tayaoppa ó Padre de los vivientes que adoraban en una piedra blanca,
en que creían sacramentado al Sol como especial obra suya: á otro por Ta
te, ó Madre nuestra que adoraban en dos piedras blancas, en que un Indio
hechizero llamado Azquel, les hizo creer se avía convertido una India
Vieja para quedarse con ellos esternamente: y al tercero por Quanamoa á
quien veneraban por su Redemptor por averies socorrido en la falta de
lumbre que antes padecían y en la de otras cosas como calzones, sombre-
ros, hachas, machetes, cazos, y eslabones y que ingratos á sus beneficios,
le prendieron, le pusieron en una Cruz en que murió, y desde donde avien-
do resucitado á vista de sus perseguidores subió á los cielos con grande
ruido de Chirimías y de otros instrumentos músicos.
En el año mil setecientos setenta y seis también advirtieron los Misio-
neros de la Sta Cruz de Querétaro, al registrar con la expedición destinada
por el Rio Gila, el célebre Monumento conocido entre españoles por casa
de Moctezuma, que el Gobernador de Naturales de Uturicut, contaba de
ella una historia ó tradición conservada de sus antepasados, que se calificó
reducida á patrañas mezcladas confuzamente con algunas verdades católi-
cas, según el cap. 3? del citado Lib. 4? de la Crónica de aquel Colegio.
Refiere también el de la Monarquía la memoria escrita y firmada por F.
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
257
Diego de Mercado, uno de los mas exemplares y penitentes de su tiempo,
y á quien años antes en conversación sobre cosas de nuestra Fe dijo un In-
dio viejo, de nación otomi, que los de ella tenían en su antigüedad un Li-
bro, que las personas mayores guardaban succesivamente de Padres á hi-
jos, para enseñarlo, y tenía escrita doctrina en dos columnas, con la pintura
de Cristo Crucificado entre ambas, con rostro enojado, por el cual decían
que reñía Dios, y volvían sus ojos con una varita por reverencia, y la guar-
daban en él, el qual por averio enterrado los que lo guardaban quando vi-
nieron los españoles, se pudrió, pues si no se huviera perdido vería aquel
Religioso como la doctrina q.e les enseñaba era la misma que se contenía
en aquel Libro: también le dixo que tuvieron noticia de la destrucción del
Diluvio, y que solas siete personas se salvaron en la Arca, y las demás pe-
recieron con los animales, y aves excepto las que allí salvaron. ' Turne-
aron también noticia de la embaxada que hizo el Ángel a nuestra Señora,
"por una metáfora, diziendo que una cosa muy blanca, como pluma de
"aue cayó del cielo, y vna Virgen se abaxo y la cogió, y metió en su vien-
"tre, y quedo preñada: pero no sabían dezir q.e se hizo lo que parió. Lo
"que estos dixeron deldiluuio, atestiguaron también en Guatemala los In-
"dios Achies, afirmando que lo tenían pintado entre otras sus antiguallas
"las quales todas los frayles con el espíritu y zelo que lleuauan de destruir
"la ydolatria, se las quitaron y quemaren, teniéndolas por sospechosas."
Por la negativa en que este escritor insistía de no aver tenido noticia
estas Naciones, de la Religión de Iesucristo, antes de la venida de los es-
pañoles, sin embargo de sus tradiciones y Pinturas, por falta de los demás
principios ya asentados, no conocia el valor de las Alegorías en que se
conservaba su circunstanciada memoria. Y así no es de extrañar que va-
cilase sobre el valor de Huitzlupuchtle en su citado cap. 21. lib. 6? á que
puso por rubro "Donde se trata del Dios Hiiitziliipuchtli, llamado de los
"antiguos Marte muy querido y celebrado de estas gentes indianas, en es-
"pecial de Mexicanos, y se dizen embustes del Demonio mezclados con
"misericordias de Dios, y de como fingió nacer de muger. " Después co-
menzó su tratado, diciendo "Huitzilupuchtfi, Dios antiguo y guiador de
"los Mexicanos, es nombre compuesto de varios significados. Vnos dizen
"que se compone de este nombre Huitzilin, que es un paxarito muy pe-
"queño, verde y hermoso, que chupa flores, y se mantiene de aquel sudor
"humedad que despiden, o engendran en sus hojas, y de otro nombre que
"es tlahuipuchtli, que quiere dezir nigromántico, o hechizero que echa
"fuego por la boca. Y de estos dos nombres cortados se compone Huitzi-
"lupuchtliy con el se nombra este diabólico Marte Indiano, otros dizen
"que de Huitzili, que es aquel paxarito, y opuchtli que es mano yzquier-
"da, y assí dirá todo el compuesto mano izquierda, o siniestra de pluma
"relumbrante, porque este ydolo traía destas plumas ricas y resplandecien-
"tes en el molledo del brazo izquierdo. Yo tengo para mi que ambos sig-
33
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
258
"niñeados le quadran y son propios, por lo que de este infernal Dios di-
" remos. Este Dios assi nombrado fue el que traxeron los Mexicanos, el
"qual dizen que los saco de su tierra y traxo a esta de Anahuac, donde
"se hizieron tan señores absolutos y poderosos, y con tanto nombre como
"en otro tiempo los Romanos etc."
A quienes saben lo que son Idiomas alegóricos y examinados por sus
rayzes, basta la vacilación que manifestó este escritor en discernir el valor
de esta expresión, para concluir que no conocia el del nacional Mexicano
que intentaba traducir. El monumento primeramente ahora hallado ins-
truie por tierra de los Mexicanos, á su antigua Capital situada en la se-
rranía de nuestro Sur hasta la era nacional, que fué la de su destrucción,
y también advierte á los que libertaron entonces de aquella acogidos des-
pués en la de nuestro Norte, quedando ya conocido el valor del Ananac
por el contorno de las Lagunas ó cerco nauac de agua atl, en este Valle,
aunque con mas adición el compuesto, se distinguía á toda la América se-
gún se notará. Como aquella destrucción fue en Primavera, anotada hasta
con monumento permanente en Cordillera Sudeste, no es extraña tampo-
co su symbolisacion con las plumas de aquel Paxarillo uitzitzilin, el que
repica tzitzilini con la espina uttztli, alusiva al pico con que zumba pro-
pio de la misma estación con que los Ministros Religionarios del princi-
pal Adoratorio de esta ciudad adornaban la grande estatua que adoraban
como representativa de su corpulenta ascendencia destruida en aquella era
y profanatoria después de la Apostasía de sus desendientes, de la sagrada
persona de Jesucristo explicado por Uitzilupuchtle, el que tiene á la izquier-
da upuchtle, la espina Uitztli, ó- la Antiquísima Imagen del mismo Señor
crucificado, que se halló en el lado meridional de la propia despedazada
cordillera de Sur donde se fundó el célebre Santuario vulgarizado de Chal-
ina, equivocado de Xalamac, en donde c, á la vanda ainac, está la arena
xalli, como que allí la arrolla á un lado del Rio que desemboca de la cor-
dillera expuesta al Sur y es la propia de Uitzilacki, Población situada al
Oriente respecto de Chalina, y por ello á la izquierda de este, como que
todo el lado meridional de esa serranía es donde fenece el temperamento
frío, y mas elevado respecto de los Países calientes q.e se descubren desde
ella, y la derecha ó izquierda de los simulacros, se refeiía con respecto á
quien los mira según concuerda también el tratamiento de Doncella que
se asentará por sus rayzes. El concurso á aquel Santuario, singularmente
atendido por la recolección de Religiosos Agustinos en él establecida es
tan numeroso de naciones aun mui distantes, y con los vestuarios, y ador-
nos antiquísimos, que se advierte por una de las mas famosas Romerías.
Pero este Idioma es al mismo tiempo tan particular, que señalando con su
topografía los monumentos que instruien la historia antigua como acaece
con la situación de Uitzilacki, ó lugar de la metonímica espina de la em-
briaguez, á la izquierda de la situación de Chalina, donde el siglo Dézimo
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
259
sexto se halló en una cueva aquella insigne Imagen, juntamente contiene
Alegorías tan claras, y acordes con los frasismos y Misterios de nuestras
sagradas Religión y escrituras, como ya se sigue notando, y entre ellos el
de Uitzlupuchtle, ó que á la izquierda tiene la espina, alusiva al mismo
tiempo á la llaga del costado, situada en el lado de mano izquierda de quien
la mira, y que tanto punzó como espina al Apóstol Santo Tomas por su
primera incredulidad en la Resurrección de Jesucristo, hasta que por man-
damiento del mismo Sor. metió su mano en la propia llaga y cumplió tan
exactamente con lo que entonces le previno de que no fuese incrédulo, sino
fiel, quanto instruie la memoria que dexó en este frasismo, concordado con
la que asentó el evangelista S. Juan V? 26 y 27, cap. 20.
Es la llaga antigua en este Idioma tzotzouitztli, asentada en el Diccio-
nario con defecto de / en su penúltima sylaba tzotzouzitli que su compuesto
la instruie espina uitztli del mezquino tzotzoca, común á cosa mal tratada
como acaece en la punzada que dexa al paziente, la que por falta de sufi-
ciente abertura en su primera atención, se cierra después sin aver quedado
limpia. Pero como la parte componente tzotzoca es común al Avariento,
este antiguo vicio resulta también corregido en la llaga del costado del
Redemptor del Mundo, quien explicando á sus Discípulos la parábola
del sembrador, les previno "el que sembró en espinas, este es el que oye
"la palabra y la solicitud de este siglo, y el engaño de las riquezas, sofo-
ca la palabra, y se hace infructuosa," según el v. 22 del citado 13 de S.
Mateo. Siendo de notar que también en el Idioma de que se trata, es co-
mún á oir, y entender la expresión caki: y que figurando el primer Mo-
numento ahora hallado, las costumbres de embriaguez y avaricia hasta la
era nacional, y después su regreso á ellas, establecido en esta ciudad, el se
advierte motivo de la antigua Apostasía de estas Naciones conforme á la
predicción de Jesucristo, señalando las anotaciones topográficas los luga-
res pedregosos, y de espinas en que se oyó su doctrina, y su desarraigue
en ellas por aquellas causas, y por la de la tribulación según los v. 20 y 21.
"Pero el que siembre lugares pedregosos, este es el que oye la palabra, y
"la recibe continuamente con gozo: empero en si no tiene rayz, sino que
"es temporal pues hecha la tribulación y persecución por la palabra, con-
tinuamente se escandaliza." Y asi no es de extrañar que la tradición
mencionase á Uitzlupuchtle por Dios de la Guerra, originada de la Apos-
tasía, y entre Naciones tan materiales hasta hoy para sus persuaciones,
como antes lo avía sido su Apóstol para la de la Resurrección del Señor
quien le dixo "poique me viste Tomas, creiste" según el 29 del citado de
S. Juan. Otra de las Alegorías regionales se refería también á la Imagen
de Jesucristo crucificado, tratado de Tlasolteutl, Señor teutl, de la broza,
o vasura del mayz tlasoli, como que en el Monumento primeramente ahora
hallado se figura el año de la era Nacional por de singular esterilidad que
no dexó grano, sino aquella vasura, y la propia Data resulta en el según-
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
260
do Monumento acorde con la señal de la cruz contenida en el primero,
aver sido la de la Crucifixión del Salvador del Mundo. El escritor de la
Monarquía cap. 32 de su lib? 6? lo entendía por sus erróneas traducciones
alusivo á la antigua Venus por la aplicación translativa que se daba al fra-
sismo, que refirió sin conocer su valor en las siguientes cláusulas "Estos
"Indios Mexicanos tenian entre sus falsos Dioses, uno que lellamauan Tía-
"soltcutl, que quiere dezir Dios del estiércol, o de la basura, el cual apli-
"cauan a los pecadores sucios y carnales: de manera que era esta la Diosa
"Venus, que en otros tiempos celebraron los barbaros y vestíales hombres
"del mundo: esta es la venus antigua, y entre estos Indios fue Tlasoltattl,
"Diosa del estiércol, y mui bien denominada de este nombre, porque Diosa
"de amores y sensualidades ¿que puede ser sino Diosa sucia, puerca y tiz-
"nada, pues el acto que se le atribuye es suzio y puerco y lleno de toda
"manzilla y fealdad? Verdad sea que estos Indios usauan de la adoración
"de esta Diosa Tlasolteutl diferentemente que los antiguos, porque la ado-
"ravan en orden de tenerla propicia para el perdón de los pecados carna-
"les y desonestos, que aunque mentían también en esto, no era tan grande
"su pecado como el de los que la tenian por Diosa de sus torpezas. Eran
"mui devotos de esta falsa Diosa Tlasolteutl las personas carnales y le ha-
"zian sacrificios y ofrendas porque les perdonase sus pecados carnales y
"feos, y que no los castigase por ellos según lo mas ó menos de sus culpas."
La emoción que sienten las Gentes que ocurren al Santuario de Chalina
á hazer allí las confesiones generales de su vida, son las que entienden á
vista de aquel insigne Cruzifixo, ser el representativo del Señor de la va-
sura ó que limpia sus conciencias, y en un llano antes de llegar al Santua-
rio, los Indios, se desnudan y revuelcan en el zacate y me han dicho espa-
ñoles creen se les perdonan sus pecados, y me parece que el zacate en que
se revuelcan lo atan después y lo 'queman. Las contrariedades, pues y los
errores en que incurria el escritor de la Monarquía, resultan originados de
la inteligencia que daba á las tradiciones referidas por manuscritos de los
mas antiguos Misioneros y con prevenciones de un sentido alusivo, como
los ritos, ^costumbres, y ceremonias regionales' profanatorias de la religión
cristiana hasta invariadas de los frasismos de este Idioma en q e se imitó
el estylo con que quedó en otros de él, permanente la memoria de aque-
lla. Pero como escribía con sinceridad de ánimo y no con el de ocultación
de las averiguaciones de los anteriores escritores, no solamente asentaba
las tradiciones que manifiestan aquellas contrariedades de inteligencia, sino
que concluyendo su citado cap. 49, lib. 15? con que "también se hallo en al-
" gunas Provincias de esta Nueva España, como era en la totonaca, expresa-
"uan la venida del hijo del gran Dios (que era el sol) a el Mundo: dezian
"hauian de venir para renouarlo en todas las cosas; aunque esto no lo en-
cendían, ni interpretauan en lo espiritual, sino en lo temporal, y terreno
"como dezir que con su venida, los panes hauian de venir más purificados
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
261
"y substanciales, y las frutas mas sabrosas y de mayor virtud, y las vidas
"de los hombres auian de ser mas largas y todo lo demás según esta me-
moria etc." dijo" después conforme á su negativa "estos casos últimos cuenta
"el padre fray Gerónimo de Mendieta: pero aunque el con las personas
"que se le contaron son de grandísima opinión y crédito, es lo cierto que
"todos estos hombres moradores de esta Nueva España estauan ignoran-
"tes de los mysterios altos de nuestra Santa Fe, de la que carecían no por
"falta de auerlos en el mundo, y ser ya su predicación hecha en el, sino
"porque, por culpas que cometían, les auian hecho Dios indignos de tan
"grandes mercedes: y lo muí cierto y aueriguado es, que la noticia del
"verdadero Dios nuestro entró con la entrada de los españoles, que profe-
"san su santa ley y Euangelio, como dexamos dicho, y probado en los ca-
pítulos atrás referidos."
La causa, ó culpa radical del desorden ó extrauio de la Religión que en-
contró aquí la Nación española, fue la Apostasia, predicha por Jesucristo,
quien asemejando el Reyno de los cielos al hombre que sembró buena se-
milla en su campo y que cuando dormían los hombres vino su enemigo y
sobre sembró zizañas en medio del trigo, y se fue, aviendo aparecido es-
tas, cuando avia crecido la yerba y dado fruto, asentó después "pero lle-
" gando los esclavos del Padre de Familias, le dixeron: Señor, por ventura
"no sembraste buena semilla en tu campo? de donde, pues, tiene zizañas?
"Y dize: el hombre enemigo hizo esto. Pero los esclavos le dixeron: quie-
"res, Vamos y las escogemos? Y les dize: no: no sea que cogiendo las zi-
" zanas, arranquéis con ellas de rayz también el trigo. Dexadlos crezer
"ambos hasta la siega, y en el tiempo de la siega diré á los segadores, co-
"ged primeramente las zizañas, y atadlas en manogillos, para quemarlas,
"pero el trigo juntadlo en mi granero."
No puede aver hombres mas enemigos de los demás, que los que se co-
men unos á otros, según acaece todavía entre algunas Naciones mas Sep-
tentrionales de esta Nueva España, y practicaban tan de cierto los de Mé-
xico antes de su conquista, engordando esclavos, á quienes hazian vailar
en Patio destinado dentro de su antiguo Adoratorio, antes de matarles
según el cap. 14, lib. 8? de la citada Monarquía. Y así no es de estrañarse
que por la misma parábola se esperasen en algunas Provincies de Nueva
España, la venida del hijo del gran Dios, symbolizado en el sol, llamando
á los españoles, que profesaban la Religión cristiana, hijos de el, quando
se la advirtieron por sus ceremonias al ingreso al continente.
También es digno de atención que prohibiéndose en la propia parábola
coger las propias zizañas, conservase la tradición de Ketzalcoua, su ausen-
cia por la metafórica bebida de la carnicería humana, aun permaneciendo
en los lugares escritos al tiempo de conquista Tlaxcalla, Huexotzinco, y
Cholulla, la de que adoraban en un mismo Señor traducido por Dios, lla-
mados los de aquellos dos primeros, Camaxtlc, y los del último Ketzalcoua,
bibliografía mexicana del SIGLO XVlll.
262
según el cap. 31, lib. 10 de la Monarquia; quando Camaxtle, es el que tie-
ne al frente itztle, la boca camac alusiva á las muchas que hay en Nueva
España de antiguos Volcanes, que aquella anotación advertía abiertas al
frente de aquel Apóstol en su predicación, como manifestativas de la eter-
na destinada al incendio de los manogillos de zizañas.
El Profeta Joeel v.l 3, cap. 3, avia dicho "embiad las hozes, por que
"madurilla la miez: venid y baxad, por que esta lleno el Lagar, están
"abundantes los Lagares: porque se multiplico la malicia de ellos." El
Género humano después de aquella Profecía, fue, no solamente redimido
con la muerte del Salvador, sino también corregido y en paites castigado
y destruido al tiempo de ella con aquel general terremoto singularmente
anotado por eclipse solar, extraordinario según se figura en el Monumento
segundamente ahora hallado, y quando estaban llenos de vino los Laga-
res como instruie el primero excavado, ó á tiempo de los Bacanales Ro-
manos, al tercero dia de Luna nueva que presenta la figura de la Hoz an-
tigua, ó época de que salieron las Apostólicas al corte de los vicios é
Idolatría, por averse madurado la mies de los corazones humanos con aque-
lla inocente victima, y con los prodigios en que se manifestó, generales en
un tiempo quando fué ofrecida, y particulares después al predicarla por el
Mundo sus Discípulos.
Pero como la segunda mies á que se refirió la parábola de las zizañas,
explicó su mismo Inventor Jesucristo á sus Discípulos cuando le pidieron
se las manifestase "que es la consumación del siglo," conservaron también
los Naturales la tradición circunstanciada de la persona que en el cap. 20,
líb. 6? de la Monarquia, se escribió erróneamente Tezcatlipuca traducién-
dose del mismo modo por espejo resplandeciente, quando no hai tal íli-
puca en este Idioma. Y si es propia de él la expresión Texcaltelpucatl Man-
cebo sin casar telpucatl, del peñasco texcalli, á que alude la anotación texca,
subsistente al pie de aquel demiiiyo, desquiciado de su inmediata cordillera.
Aquel, pues, tuvieron por increado, invisible y alma del Mundo, refiriendo
que cuando apareció y hablaba con los hombres, era á semejanza de hom-
bre, sabía y alcanzaba sus secretos, ser poderoso para destruir los Cielos
y la tierra quando quisiese, teniéndole todavía al tiempo de la conquista,
puesto en las encrucixadas y divisiones de las calles, un asiento ó silla de
piedra, que aquel escritor copiaba momoztli, pero q.e el Idioma lo instruie
momostle, significativo de cosa diaria ó symbolo de inmensidad y continua
presencia; pues el asiento es yeyantli, ó tlaliloyan. En la misma relación
se le ponía por synónomo ichialoca traduciéndolo por donde se espera,
quando es ichialoccan, en dos lugares occan, es el esperado cJiialli suio i,
ó el Juicio final con separación de Justos y de reprobos. También referia
el mismo escritor que le llamaban moyocoyatzin traduciéndolo por el que
haze quanto quiere, quando escrito sin error, es amoyocayotzin q.e aun su
significación de pavellon de mosquitos, la advierte alegórica su compuesto
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
263
del reverenciable camino otzin suio i, está ca, donde el mosquito moyotl
que es del Ayre por el cual desaparecía según la misma tradición, que tam-
bién le llamaba telpuchtli mancebo, aunque no porque apareciese solamente
como tal, y curiosamente vestido según entendía aquel compilador sino
por no casado como lo usa el Idioma.
Que el alegorizado texcaltelpuchitl, era el mismo Jesucristo, que apare-
cía visible a los mortales para manifestarles cumplidas las verdades que les
avía enseñado durante su vida lo comprueba una de las de la parábola del
uitzlupuchtle, alterada enque anotó á la tradición que se le dio de aver na-
cido en las señales, que entendidas por el estylo del Idioma, concuerdan
con las symbólicas del Juicio final el nacer no solamente se expresa por
tlacati, sino tanbien por tlaticpackisa: y así cuando la tradición asentaba
uitzlupuchtle ó tlalticpackisa, era para instruir con sus compuestos, que el
que tiene á la izquierda la espina, salió okis, de encima de la tierra, tlal-
ticpac, entonces era quando se referia que traía en la mano izquierda una
Rodela, que se escribió tehuehuelli, no conociéndose tal expresión en el
Idioma, y si teuuelli, el poderoso uelli, Señor teutli, la Rodela, ó escudo,
es chimalli, simbó.ica de la Santa Cruz, y esta de nuestra Redempcion.
Que en la derecha traia un dardo o vara larga de color azul. Tal mano es
symbólica de la omnipotencia, como la vara de la Justicia; y su color, del
que presenta á nuestra vista el Cielo; como que de el, tratado de Sion por
el profeta David v. 8 salmo 9, á semejanza de aquel Monte por su altura,
y según expresaron los antiguos Filósofos al Olympo de casa del Omni-
potente, embiará el Señor la vara de su virtud, ó poder. Siendo notable,
tanto el uso que hazen los Jueces naturales Mexicanos de la vara alta se-
ñalada en su cim$ con la Santa Cruz, quando el distintivo de esta insignia
de Justicia conque anotan a las que la traen por topile, el que tiene lo prin-
cipal pile, nuestro to, que era la práctica execucion, ó exercicio de aquel
atributo.
La misma tradición continuaba con que el Rostro de uizlupuchtle, era
rayado de azul. La raya para señalar se expresa por el distintivo del Ár-
bol productivo de la bayna conque se fabrica la tinta antigua nacional que
la haze azulear en cualquier clase de lienzo, ó, de papel; y es tilcuauitl
Árbol cuauitl común al Genealógico, de tinta tlilli. Se conoce también
este por uitzachitle fuego tletl antes todo aclito, de la espina uitztli: pues
brotando ella en el .natural antes que crezca el mismo Árbol, ni que pro-
duzca aquel fruto, el fuego de que se forma también su distintivo, advierte
el de la consumación del Mundo q.e precederá á la separación de Justos y
de Reprobos, señalados con el fruto sangriento de las espinas del Redemp
tor que symbolizaban aquellas Rayas. En la frente tenia un penacho, este
se expresa por keketzalli, común a cosa dispersa, como la sinagoga y Na-
ción Judaica después de la muerte del Redemptor, y también el Género
humano con las señales previas del Juicio final. Era de Pluma de color ver-
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
264
de, symbólico de esperanza, y anotado en este Idioma por kiltoc, Zurrón
toctli, de yerva apreciable kilitl symbolica del conjunto de buenas obras
de los Justos y transferida después por la avaricia al acopio de riquezas,
como en el Monumento primeramente ahora hallado. La primera izquier-
da, opacJiimetztli la Luna meitztle, ó el hilo del Maguey, á la izquierda
optichtli, simbólica de la llaga del costado, era delgada pitzauac, punzada
auac, al tocar instrumento de viento pitza era también emplumada por
symbolo de Primavera en que la mudan las Aves, y fué la crucifixión del
Redemptor. Ambos brazos y también los muslos estaban pintados de aquel
color azul, los brazos ambos se expresan por sesensiyaca, en la nariz ya-
catl (del Calvario), fué el condesender si, con cada uno sesene, de los mis-
mos brazos para ser enclavado, el muslo es tomaxac, endido ó enclavado
actli, con especie de calzoncillo Nacional maxtlatl, nuestro to, advirtién-
dose que con aquel color azul symbólico también de la sangre del Redemp-
tor, estaban pintados, Brazos y muslos quando en este Idioma el pintar,
tlacuiloa, es común á escribir, que fué instruir el libro de la vida eterna de
los Justos y el de la sempiterna muerte de los reprobos.
Como el compilador de las memorias antiguas no desenvolvía su senti-
do nacional, que ministra el del establecimiento del Evangelio en el Siglo
primero de la era cristiana, tampoco distinguía el valor de muchos Monu-
mentos manifestativos de los prodigios que entonces se obraban, ni la sub-
sistencia entre ellos de muchas Imágenes de Jesucristo y de su inmaculada
Madre, halladas las mas en el dézimo sesto, y algunas aun en el consecu-
tivo, pero de todas ignorado el Origen al tiempo de su descubrimiento.
Y así, no ocultaba la tradición de que trataba el escritor del Manifiesto
satisfactorio, ú opuscolo Guadalupano, impreso en esta£iudad, en mil se-
tecientos y noventa tocante á la Insigne Imagen de Guadalupe como de-
positadas sus circunstancias en el Idioma Mexicano y que no comenzaron
á examinarse hasta el Año 1648, en que el Capellán de su Santuario D.
Luis Lazo de la Vega significó cogerle mui de nuevo, tratando á sus an-
tecesores de Adanes dormidos. Ignorando, pues, el escritor de la Monar-
quía el sentido del Idioma en que se comunicó aquella tradición á los es-
pañoles, y el valor de los symbolos y Geroglíficos nacionales; y careciendo
juntamente nosotros hasta hoy después de prolixas solicitudes que han
precedido, de alguna auténtica averiguación que se tuviera practicado al
tiempo de su descubrimiento, solamente mencionaba el culto establecido
allí por los primeros Misioneros, pero no el Origen de esta Insigne Imagen,
averiguado en la solemne información del año mil seiscientos sesenta y
seis.
Por eso es extraña la contraposición que el escritor del opúsculo preten-
día formar entre la patente de seis de Abril del año mil seiscientos nueve
expedida en Madrid por el Prelado Gen. de Indias del Orden del escritor
de la Monarquia, en que mandó á este escribiese nuevas crónicas de estas
BIBLIOGRAFÍA MEXICANA DEL SIGLO XI IH
265
Provincias, y el contexto del cap 4, lib. 1 ;, tom. 3, en que aparece
cribia ya este tomo en el mismo año de aquella Patente: pues de aquel
Prólogo Gen.1 resulta averse comenzado siete años antes del seiscientos y
onze; y la mención que se hizo en la propia Patente, de los informes reci
bidos por aquel Prelado, tocantes á la instrucción y circunstancias del Cro
nista y el mandamiento para que quando acuitase la Historia, la embiara
á España por el menor costo de su impresión, suponen necesariamente la
noticia en su Comisario Gen.1 de averia comenzado, y que no la continua-
ba y concluía el escritor hasta que se le mandase. También intentaba el
del opúsculo resultar otra contrariedad cotejándole otros dos lugares de
la Monarquía en que consta aver estado F. Juan de Torquemada, así en la
Provincia de Michoacan; como en Guatemala, quando en su citado Pró-
logo General, avia dicho no aver salido á esas, ni otras q.e expresa. Pero
como esto lo asentó con la limitativa, de no aver salido "como otros ha-
cen en demanda y busca de estas cosas" que eran las noticias eclesiásticas
de que trataba; es claro el fin de la proposición dtrijida á aquella solicitud,
y así no fue absoluta, que seria la contrariada.
Así mismo intentaba notarle de plagiario, por que diciendo F.Juan Bau-
tista, de su mismo orden, en el Prólogo de su sermonario para Adviento,
en Lengua Mexicana, impreso en México año mil seiscientos seis, que su
maestro en ella F. Gerónimo de Mendieta escribió en la Castellana un gran
libro, con titulo de Historia Eclesiástica Indiana de la venida de los pri-
meros Religiosos á esta Nueva España, y la vida de muchos y Santos Re-
ligiosos de esta Provincia del Santo Evangelio, al qual antes que muñese
se lo entregó para que lo imprimiese, y se avia mejorado en aver caido en
manos de F. Juan de Torquemada; este asentaba del mismo F. Gerónimo
cap. jt,, lib. 20, "escribió muchas cosas, en especial el libro que intitulo
"Historia eclesiástica Indiana, el que envió á España el R. P. Comisario
"general de Indias, para que lo hiciese imprimir. Obra, cierto, grande y
"de mucho trabajo, y gusto. No se que se hizo." Aquí notaba el de el
opúsculo, que relacionando F. Juan Bautista en el citado año de su im
presión, en que vivía el escritor de la Monarquía, la entrega de: aquella
Historia, no contradixo este tal cosa; y que dixo no sabia lo que se hizo,
resultando también por aquella, patente en que se le encargaba recoger
los escritos de F. Gerónimo de Mendieta, que estos no estaban en la co-
misaría Gen.1 Si el notador huviera atendido á las cláusulas consecutivas
de la que copió, avria conocido que el recipiente de aquella I listona se
hallaba tan distante de su ocultación, que el mismo declaró lo que avia re-
cibido después de aver advertido que el exemplar limpio, y coordinado,
q.e F. Gerónimo de Mendieta avia enbiado á su comisario Gen.1 avia pa-
decido extravio pues siguió asentando "Otro libro escrito, en que se co-
"piló muchos auisos y constituciones para esta Prouincia, y para la refor-
"ma de la vida; y muchas caitas de grande ei udiccion escritas a diferentes
34
BIBLIOGRAFÍA MEXICANA DEL SIGLO XVI II.
266
"propósitos, el cual libro tengo en mí poder, y de él y de algunos barro-
"nes del primero me e aprouechado mucho en estos mios, en especial en
"las cosas de la conuercioñ de estas gentes Indianas, y de la vida de los
"Religiosos que en ellas refiero, porque fué mui curioso investigador de
"estas cosas."
Estos mismos concordado con lo que refirió del propio Religioso Men-
dieta, natural de la Ciudad de Victoria, que tomó el hábito en la de Bil-
bao siendo de mui poca edad, ordenado de Presbítero, pasó á Indias año
de mil quinientos cincuenta y cuatro, donde falleció, después de aver es-
tado en esta Parroquia de México, mas de cincuenta y cinco: resulta que
murió de ochenta, en el mismo seiscientos y diez, y por su avanzada edad
y extravio de la primera crónica que escribió, se le mandó á F. Juan de
Torquemada, formándola de nuevo, recogiendo aquellos borradores. Tam-
bién resulta el sentido en que dixo en su Prólogo General, que de las co-
sas eclesiásticas de Nueva España avia ávido pocos ó ningunos escritores;
pues lo entendía de obras impresas, como lo manifiestan sus repetidas ex-
presiones de escritos de mano, quando se referia en muchos lugares de la
suia, á los de los Religiosos Olmos, Sahagun, Benavente, ó Motolinia,
Mendieta y otros. Y así, no se equivocó en olvido de ellos, como intentaba
anotarlo el de el opúsculo, quien decia lo cierto en advertirle falto de crí-
tica, según ya lo avia apuntado antes D. Franc? Xavier Clavigero, aun-
que en General. Pero no por eso se ha conocido todavía la causa de mu-
chas de sus contrariedades, la cual no fue la falta de verdad en los hechos
que referia tocantes á la Historia antigua sino el sentido que les daba por
carecer de los mas esenciales principios para su discernimiento, manifes-
tando esto, la sinceridad de ánimo con que asentaba en su citado Prólogo
"solo digo que lo mas que en estos libros va dicho, hasta agora no se ha
"tratado, y lo que digo con otros, va en grande manera ampliado, y se-
"gun va vestido de añadidura, parece todo el ropage, lo añadido."
Criticaba también el del Manifiesto, ú opúsculo Guadalupano, al cap. 7,
lib. 10, de la Monarquía, por famoso texto que ha dado mucho que pen-
sar, y de mero coco ó espantajo, en que su escritor sin faltar á la verdad,
dexó una franca ocasión de que se equivocasen los Lectores, teniendo para
si que no incluia tanta dificultad como algunos han creído; pero sin averia
desatado. Por ello lo copio á la letra, y también será preciso hacerlo aquí
por conducente, como q.e el que la criticava, tampoco conocía los sentidos
figurado y compuesto del Idioma en que se comunicó la tradición de la
Insigne Imagen de que trataba. La letra del citado capitulo dice "en esta
"Nueva España tenían también estos Indios Gentiles tres lugares en los
"cuales honrraban a tres Dioses diversos y les celebraban fiestas: el uno
"de los cuales esta situado en las faldas de la sierra grande, y que llaman de
"Tlaxcala, y los antiguos le llamaron Matlalcueye. en este lugar hazian
"fiestas á la Diosa llamada Toci, que quiere decir nuestra abuela. Otro
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
267
"lugar está de este á la parte del medio día, seys leguas poco mas o me-
"nos, que se llama Tianquizmanalco, que quiere dezir, lugar llano, o he-
"cho á mano, de los mercados y ferias, en este lugar hazían fiesta á vn
"Dios que le llamauan telpuchitle, que quiere dezir mancebo, y el otro que
"esta una legua de esta Ciudad de México á la parte del Norte, hacían
"fiesta á otra Diosa llamada Tonan que quiere dezir nuestra Madre: cuya
"deuocion de Dios preualecia cuando nuestros frayles vinieron a estatie-
"rra, y á cuyas festividades concurrían grandísimos gentios de muchos
"leguas á la redonda en especial de Tianquizmanalco, que venían a el en
"memoria; de Guatemala, que son trecientas leguas, y de partes mas lexos
"a ofrecer dones y presentes."
Ya quedan advertidos los valores de Matlalcueye y de Téxcala tratado
de Tlaxcala con error.
Lo fué también la traducion de Tiankismalco, pues su compuesto lo ins-
truie en lo interno co. está extendido mauatli, común á cosa ofrecida, la
Plaza ó Mercado tiankistli. Semejantemente se distinguió á otras antiguas
Poblaciones por liankistenco, en lo interno co está el labio ú orilla te/itli,
de la Plaza tiankistli; que es instruir Poblaciones desquiziadas de su pri-
mera situación, anotada en lugar ó parte tan notable de ellas, como en
Plaza. Se concluió aquel capítulo asentando en substancia, que los prime-
ros Religiosos para extinguir aquella Idolatría, determinaron fundar tem-
plo en la halda de aquella serranía Matlalcueye, en el Pueblo Chiautempa
"que quiere dezir a la orilla húmeda, o de la ciénega por serlo el sitio''
dedicándolo á la gloriosísima Santa Ana abuela de nuestro Señor para que
concordase la antigua festividad, aunque no en el abuso é intención ido-
látrica; en Tiankismanalco á S. Juan Bautista, y en Tonanzin\u\\\.o á Mé-
xico á la Virgen Sacratísima, que es nuestra Señora y Madre.
Muchas vezes se dismynuye la verdad por la distancia entre ella y la
fantasía, que como atmósfera la ofusca con nubes de opiniones; aunque
la falta de fuerza en estas, y la solidez permanente de aquella, manifiestan
los mas ciertos y eficaces medios para su descubrimiento. Así sucedió con
la memoria de la Religión cristiana, permanente hasta el siglo décimo sexto
entre estas naciones, en sus ceremonias, tradición y anotaciones topográ-
ficas, y por las quales, aun sin inteligencia de su sentido alegórico, la sos-
pecharon algunos de los antiguos Misioneros, según persuaden las dedica-
ciones á Señora Santa Ana en lugar donde se conservó la Adoración á la
Madre de Dios humanado bajo el tratamiento de abuela de las mismas
Naciones, por Madre libertadora de sus ascendientes, y en otro á S. Juan
Bautista, de singular aprecio hasta hoy para los Naturales de aquel lugar,
y de sus comarcanos, y equivocado con Jesu Cristo en el distintivo de
Mancebo, como de quien habia pensado el Pueblo que fuese el Mesías se-
gún el v. 15, cap. de S. Lucas, como también que en cumplimiento de las
Profecías, todo Valle se llenaría y todo monte y collado se humillaría, se-
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
268
gun los v.s 4 y 5: pues vino por testimonio, para que diese testimonio de
la luz, y todos creyeran por el, según el v. 7, cap. I?, de S. Juan. Aque-
llos zelosos Misioneros hicieron fabricar esos y otros muchos templos, en
lugares, donde advertian antigua adoración, para asegurar la del verdadero
Dios y de sus sanctos, y exterminar la Idolatría regional, que ya resulta
abusiva de nuestra religión verdadera, aunque no hubiesen formado jui-
cio cierto del origen de tantas portentosas Imágenes, descubiertas á pocos
años de la conquista española; pues los mismos lugares anotados en este
Idioma conservativo de las mas antigüedades, y la materia, estylo y demás
circunstancias de las propias Imágenes, nos están dictando hasta hoy, que
no se formaron en el syglo Dézimo sexto, sino en el primero de la era cris-
tiana. Uno de los propios lugares, está en la serranía de nuestro Norte,
donde según la memoria copiada por aquel escritor que adoraba á Totum,
y del cual referia también D. Luis Bezerra en el párrafo undécimo de los
tocantes á prueba de las apariciones de la Virgen Mariaajuan Diego "es
"también tradición irrefragable, y constaba de las Pinturas históricas, que
"que en el tiempo del Gentilismo, daban los Idolatras culto en el cerrillo
"que se decia Tepeyac, y hoy de Guadalupe, y en el lugar que se apare-
"ció por tres vezes la Virgen Maria Señora nuestra, a el Indio Juan Die-
"go, á una Diosa que llamaban Teotenantzin, que es lo mismo que Madre
"de los Dioses: y por otro nombre Toci, que significa nuestra Abuela."
En esta tradición del tiempo de la Gentilidad, y por eso comunicada á
los españoles en Idioma ageno de ellos, todavía el mismo que en general
advertía la falta de su pronunciación en aquellos, y del castellano en los
naturales, aun en muchos años después de conquistados, no se encargaba
de demostrar los errores de traducion, entre los cuales incurrió en la que
aplicaban á Teotenantzin, quando es patente su valor de la apreciada Ma-
dre Nantzin, que está en la Sierra tetl, es la del Señor teotli. Con este
frasismo también es acorde el de la Teteuinnan, como que siendo su valor
el de Madre de sus Señores, alude á la propia Madre de Dios, á la qual se
acogió la ascendencia libertada por su intercesión en la era nacional, cesan-
do también á pocos años de ella las calamidades, y recordando la descen-
dencia de aquellos libertados, y fundadora de esta ciudad, aquel beneficio
con tal distintivo.
Aquel traductor recordaba la falta de propiedad en la pronunciación del
Idioma Mexicano entre españoles, según lo avia hecho también el escri-
tor de la Monarquía con la del latino entre los Naturales, asentando cap.
36, lib. 15? que para retener estos la palabra Pater figuraban una vande-
rilla, que en Mexicano se llama Pantli; y para recordarla uoster, una tuna,
que es nochtli. Mas no por esto distinguían los vicios con que hallaron es-
critas las expresiones de que se servían. D. Luis Bezerra por solo la ca-
rencia de d, y de gy en este Idioma, advertía no aver podido pronunciar
Juan Diego, á quien se manifestaba la Madre de Dios, ni su tio Juan Ber-
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
269
nardino, a quien sanó la Señora, el distintivo de Guadalupe que se dio á
la Virgen María. Infería que pudo aver dicho Tequatlauopeuh, lo que tra-
ducía por la que tuvo origen de la cumbre de las peñas, como que entre
ellas la vio Juan Diego la primera y cuarta vez. Pero no el orden de las
partes de este compuesto, es conforme á los del Idioma, ni la traducción
que se le dio, falta en una de las mismas partes, lo instruye alusivo á aque-
lla nación, sino al lugar del culto primitivo de la sagrada Imagen; lo que
juntamente descubre aver hallado aquel escritor, esta parte de la tradición
mal expresada anotó uno de los primeros manuscritos. Por que el conno
tante o, de todo pretérito Perfecto, como peu, de pena comenzar se expre-
sa al principio del compuesto: y así el de este, otecuantlanpeu, la que co-
menzó opeu, debajo ó tlani, de la cumbre cuaitl, de la piedra, ó sierra tetl;
lo que resulta acorde con el valor de los Monumentos que ya se descubren.
También decía aver podido pronunciar Juan Bernardino, tequantlaxopeuh,
que traducía por la que ahuyentó, ó apartó á los que nos comian, enten-
diendo á las Fieras. Pero, á mas de aver dexado sin el connotante o, de
pretérito, á tal compuesto, aplicó á Tlaxopeua, una significación que no
tiene, qual es la de ahuyentar; pues esta se expresa por senmana, ó por
moyana, y la de Tlaxopeua, es dar punta pie: lo que también descubre aver
hallado D. Luis Bezerra, esta otra parte de la tradición, que vale lo que
abatió oxopeu, en la tierra Tlalli, al Bravo Tecuani, que es aver desterra-
do al enemigo común del género humano, contenido, como también el lu-
gar de la tierra que empezó con él en el mismo frasismo otecuantlaxopeu
el que comenzó opeu, con la olla xoctli, de la tierra Tlalli, es el Bravo, ó
cruel Tecuani. Que quando al oir los españales la narración de aquellos
dos Naturales, tocante á una Imagen de la Madre de Dios, tan rara y des-
conocida par sus particulares adornos, y clase de Pintura, y en ocasión de
aver sanado repentinamente de una fiebre maligna, Juan Bernardino, en-
tendieron su descubrimiento- semejante al de la de Estremadura; bastan-
temente lo manifiesta la adoración que la dieron los que no entendían los
Idiomas nacionales, llamándola de Guadalupe; y comprobando esto mis-
mo el mas antiguo impreso del año de 1648, publicado por el Presbítero
D. Miguel Sánchez, antiguo capellán de su Santuario, quien concluió su
Relación recordando aquella formada por S. Lucas, y que conservada en
Sevilla como enviada á su Arzobispo S. Leandro, por el Papa S. Grego-
rio, la ocultaron, después los cristianos al ingreso de los Sarracenos en
aquel Reyno, en una cueva de Estremadura donde después de seisientos
años apareció á Gil, vaquero de Cáceres; pidiendo Templo, y resucitando
á un hijo suio.
El contexto de algunas de las expresiones tocantes á la tradición, en
Idioma nacional conservadas hasta el año de 1666, ó de la solemne inspec-
ción, en que intervino D. Luis Bezerra, con las circunstancias, tanto de la
cumbre mas elevada de la serranía de nuestro norte; quanto de sus prin-
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII
270
cipales collados situados á su pié, y distinguidas por anotaciones también
nacionales, pero permanentes hasta hoy, descubren la relativa al lugar del
primer culto que se dio á esta Insigne Imagen, Tecuaillaluccan, en dos
partes ucean, de la tierra llalli, está la cumbre aiaitl, de la piedra, ó sie-
rra tetl, dicta anotado el espacio de la base de la propia serranía que corre
al oriente desde los collados de Tepeyacac, significativo de en c, la nariz
yacatl de la Sierra tepetl, hasta otro de la Población Santa Clara cuauti
tlan, cerca ó al pié itlan, de la cumbre cuaitl, según se halla la misma Po-
blación, cuios naturales tratan al propio collado, de cuapitli, principal pitli,
cumbre cuaitl, este, y los de Tepeyacac, están separados de la cordillera
formando ensenadas en tierra llana, y son de peñasquería propia de las de-
mas cumbres de aquella, y no de Toba, toplius ó tepetlatl. El lugar del des-
quicio de esos collados es patente en la cima mas elevada de la propia cor-
dillera, plana y con vestigios de mui antiguo edificio, y distinguida por
lyatepec, en c, la sierra tepetl, parada ó en pie icac. entre naturales del Pue-
blo S. Cristoval tratado con el mismo renombre, vulgarizado por Ecatepec,
y situado al abrigo que le forma la propia Sierra con su vertical retage,
quedando entre él, y el de Cuatitlan, mencionado por patria de Juan Diego
en la relación de D. Luis Bezerra, el de Sta María Tolpetlatl, en c, estera
petlatl, de enea, tolli, que mencionaba por el de su vecindario, y cuio com-
puesto, alusivo al mismo collado cuapitli, que media entre Cuatitlan y
Toltepetlac, á diestra á la propia cumbre situada en estera ó lugar donde
descansa, y productiva de enea de que se forman las usuales, como lugar
pantanoso, y para distrivucion del tepetlatl de otras serranías. Merece aten-
ción que tratándose al collado de Sta Clara de principal cumbre, ella y las
de Tepeyacac están en tierra llana, y sin haver sido aquella Población de
las congregadas, ó bajadas de Serranías en el siglo dézimo sexto después
de la conquista española, pues todas las que lo fueron, conservan funda-
ción escrita de ello; advirtiéndose que si en algunas se ha extraviado tal
documento, se encuentra contextacion de sus linderos en Heredades ó es-
tancias cercanas, de que por despobladas con aquellas translaciones, se hi-
zieron mercedes á los conquistadores, ó á sus desendientes, y no concor-
dando entonces el distintivo topográfico en el lugar trasladado, y sí en su
situación antigua. Pero no hay que extrañar se conserve por estilo de ano-
tación, el desquicio de la que fué cumbre mas elevada en la Serranía de
nuestro norte, quando se encuentra también en otras, y entre ellas en Po-
blación tocante á distrito jurisdiccional del vulgarisado Yzucar, conocida
por S. Antonio Cuaiuccan, en dos paites ucean, está la cumbre cuaitl, por
otras dos tumorosidades existentes alli en tierra llana, y venidas de su in-
mediata Serranía.
Este Idioma, que á quienes no lo han penetrado por sus rayzes, ha pa-
recido mui fácil por su natural articulación comparativamente menos difí-
cil que la de otros, como el conocido por otomi, que la tiene ya nasal, ya
bibliografía mexicana del SIGLO XVlll.
271
gutural, y ya insuflativa obscura, á que sus Artistas llaman castañuela, no
hai duda que no se resiste, ó dificulta á la pronunciación. Pero también
es cierto que su valor, y delicada articulación en vocales consecutivas, di-
ficulta el discernimiento de su valor, sino se separan como pertenecientes
á sus distintas partes componentes. Si en Cuaiuccan, se hiere la i sobre la
u, pronunciando cua-yuccan, significa Pais, ó territorio can, propio yuca,
de la cumbre cuaitl; lo que no instruie el concepto como sin herir la /so-
bre la vocal consecutiva, cuai-uccan. Otras veces con suprimir alguna vo-
cal necesaria en el compuesto, queda indiferente, su significación, como en
Cuatitlan, que si las circunstancias permanentes no instruyeran á su prime-
ra sylaba cua, de cuaitl, cumbre, seria indiferente á cuati vivora, ó Gemelo,
sucediendo lo mismo en cuapilli, y en ambos por falta de la /, que se nota
en Cuaiuccan. Si para la Población conocida por Tlayacapa, no se duplica
la i, al pronunciarla, significa en donde pa, esta la nariz yacatl, de la tierra
tlalli; cuando no es de ella, sino de su Serranía la punta saliente en sen-
tido horizontal ó semejanza de la nariz humana, y no en el vertical, a que
algunos la han entendido común. Siendo propio de esta mitl, común á tal
fecha. Pero si se articula como escrito Tlaiyacapa, ministra su verdadero
valor, en donde pa, esta la nariz, yacatl, beber agua Tlai, como que allí
esta el único manantial de aquella comarca, y abajo la Población. Aun
asentando D. Luis Bezerra en el penúltimo de sus párrafos tocantes áprue
bas de la tradición "y es de advertir, que no dice la tradición, que se fi-
guró la Imagen en presencia del Señor Obispo Zumárraga, si no que sa-
"vido en aquella ocasión que el Indio desplegó la manta en cuio regazo
"recogió las flores, y que esto fue dando á dicho Señor Obispo, las señas
"de que le avia mandado que pidiese" todavía entendió figurado á este
singular simulacro en la propia Manta del Mensagero Juan Diego, y no
manifestado, descubierto ó aparecido dentro de ella como que todo esto
significa el omonextitzino, con que se expresaba la tradición en el impreso
del año de 1649. El antiquísimo lienzo, pues conservado hasta hoy con su
materia estylos de Pintura, símbolos y geroglíficos nacionales nos instruien
el tiempo y fines de su representación. Como aquel escritor dexó en esta
parte la tradición, no entendida, no es de extrañar que asentando desde el
undézimo párrafo de su Discurso sobre el modo conque pudo figurar la
Imagen, los frasismos nacionales que aludian á su antiguo origen y á su
descubrimiento cuando de ellos se usó; ellos mismos estén dictando sen-
tido tan distante del que aquel les daba, aun expresando en su párrafo dé-
cimo "que la mayor elegancia del Idioma Mexicano, consiste en la pro-
" piedad de las voces conque las cosas se expresan,'' así como el de la
Monarquía cap. 30, lib. 6?, refiriendo á dos que trataba de Dioses de los
Lapídanos de piedras preciosas, y confesando ignorar sus significaciones,
decia "la causa de darles estos nombres no la se, pero se que fue esta genLe
"de la que con mas propiedad y causa dio nombre á las cosas. "
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
272
Los frasismos, pues, conque al tiempo del descubrimiento de tan singu-
lar Imagen, se expresaron los naturales, y que después hallo escritos D.
Luis Bezerra, los afirmó en el siguiente contexto "al referir, pues la apa-
rición de la Imagen, dezia el escrito antiguo: omomacliiotinextiqtiiz, lo-
"cucion compuesta de tres verbos; machiotia, que significa señalar, ó se-
" llar: nextia, que significa mostrar: y quiza, que significa figurada, ó
"impresa: porque si huvieran sentido los que historiaron el hecho, que se
"havia figurado la Imagen en cuanto el Indio desplegó la capa, dirían:
" otnonextimachiotiquiz, que es lo mismo, que se vio figurar." No puede
ser mas impropia y agena del carácter, ó estylo expresivo de este Idioma
que se le anotaba en general, la traducción redundante que se dio á este
frasismo, siendo tan ceñidos los nacionales, cuanto se ha manifestado hasta
aquí, y se observará en todos los que se usa en esta Clase: pues á mas de
dominar en ellos el sentido translativo, sus conpociciones no se instruien
redundancia, sino conceptos abrebiados, y así en este la parte okis, no tiene
el de salió, sino el de acabó según se acostumbra hasta hoy aviéndose tam-
bién en el Diccionario ilhuitloquiz, por fiesta pasada, y que la expresión
dicta acabó, Okis, la fiesta iluitlt Nextia, es demostrar, manifestar, ó des-
cubrir, haciéndolo reflexivo, ó el mo, común á los verbos de la composición,
y equivalen al se, castellano. Machiotia significa señalar, pero no de cual-
quier modo, sino para que lo señalado sirva de norma ó modelo, el qual
es macJiiotl, su derivad, , y tan común y usado como en el por señal de la
Sta Cruz ipanpaimmachistzin in Cruz, y propagado regionalmente entre
quienes no son naturales el distintivo Machiote: para alguna norma. Con-
que el sentido de aquel tradicional frasismo es se acabó omokis de descu-
brir nextia, lo que se señaló para nombrar omomachioti: y esto necesaria-
mente supone la memoria, asi del destino que en su origen tuvo tan sym-
bólica Imagen, como de su antigua ocultación, y también noticia de que
volverá á manifestarse, según la avia de que por intercesión de la que re-
presenta, se libertarán estas Naciones de los crueles sacrificios humanos,
quando se recordaba por Tonacayoua.
Era tan circunstanciada su memoria, cuanto descubre el valor de otros
tres frasismos conque se explican los naturales al tiempo de su admirable
descubrimiento, pues continuó aquel escritor refiriendo "lo otro, porque
"de tres maneras decian los naturales antiguos el milagro de la pintura,
"siendo preguntados, el primer modo era omocopintziiw, pretérito del verbo
"copina, que significa ."segregar ó apartar una cosa de otra, y es el modo
"aqueste mas propio, para significar el copiar, o trasladar: empero ya se
"ve que para ello es el verbo metaphórico. " Este que llamó modo mas
propio, al mismo tiempo que supone con la pregunta de los españoles, aver
estos extrañado tal pintura, comparada con inumerables nacionales histó-
ricas que vieron en lienzos fabricados de hilo de Maguey, instruie también
á veces copiado en este la Madre de Dios en vida mortal. Porque orno-
bibliografía mexicana del SIGLO XV ul
273
copintzino, es se copió por molde natural, que es la significación propia de
copina, siendo la o así inicial, como final, propia de pretérito; el mo, el se
reflecsivo castellano; y el tzin apreciativo, y reverencial. De xalcopinca,
territorio can, de amoldar copina, en arena xalli se trata hasta hoy á un
pequeño, pero antiguo Barrio del Poblado de Tlaltcololulco, en cuio Mer-
cado se contrataba entre otras mercaderías, con figuras de oro y plata va-
ciadas á molde en arena, -por impresiones de Aves y otros Animales na-
turales. El mismo frasismo copina, es translativo para desollar, como que
á las Gentes con quienes se hazia, se les sacaba la piel íntegra y tan amol-
dada al cuerpo de que salia, que se la pudiese vestir otro igual, ceremo-
nia con que se recordaba el desuello de la Teteuinnan según los cap. 18,
y 29, lib. 7?, de la Monarquía.
Pero es notable el uso de ese frasismo en aquella tradición aviendo en
el Idioma otros significativos de copiar ó sacar Imágenes, el uno es kistia,
compuesto de ixtia aprontar, como su rrayz ixtle, frente, á la cual se co-
loca todo original para ser trasladado, connotándolo el ki\ pero ageno para
significar copia á molde. Otro, es viachiyoana, coger ana, con el baho iyotl,
la señal ó modelo machiotl: siendo expreso, v. 7, cap. 2V, del Génesis "for-
"mó pues el Señor Dios al hombre del todo blando de la tierra, e inspiró
"en su semblante el aliento, y fué hecho el hombre en alma viviente." A
esta se expresa en Idioma de Mexicanos, por vida yolilistli; por Tlalpit-
zalistli, soplo pitzalistli, en la tierra Tlalli; po. - ,/iento ecatl; y por baho
iyotl: lo que descubre el abuso q.e se hizo entre los hombres, de aquel
modo significativo en la formación del primero y que se ha observado en-
tre los iguales ignorantes ensalmadores, que saludan arrojando el baho á
la frente; y el de algunos naturales que fabrican hasta hoy muñecos debarro,
y ocultan en cuevas. Otro sinónomo de copiar Imagen, es octacaana, co-
ger ana, con caña acatl, la bebida octla, antonomástica en el Pulque, tra-
tado por la Nación que habla en el monumento primeramente ahora ha-
llado, de agua nuestra, y aludiendo la profanación de octacaana, al estylo
con que extrae el jugo del Maguey para esa bebida, porque entonces lla-
ma el baho con Avenencia de Calavazo largo Acocil/i Garguero cocootl, ó
camino oí/i, para los que enferma cocoa, la Agua atl^ox ser el Pulque me-
dicina para diarreáticos. Mas la significación de sacar Imagen, con coger
con Caña la bebida es patente abuso del destino que se dio en la primitiva
cristianidad á este jugo anotado por medicina en el Acocotl, y juntamente
contravención profanatoria porque en lienzo del h:i'"> de tal Planta instruien
estampada la Imagen de la Madre de Dios, su materia uno de sus symbo-
los, y las costumbres nacionales; advirtiéndose también el anhelo de la pro-
pagación humana, excitada con el exceso de tal vino nacional.
Seguia asentando D. Luis Bezerra "el segundo modo era diciendo omo-
"machiotitzino, como tenemos dicho machiotia simplifica sellar o imprimir
"alguna señal, como se haze en la imprenta con una Imagen, ó con las le-
35
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
274
"tras que se van poniendo al revés, para que salgan al derecho; y esto
"mismo es lo que digo acerca del modo en que se figuró la Santa Imagen
"de la Virgen Maria." Este escritor entendía averse figurado la misma
Señora al tiempo de su descubrimiento á Juan Diego, y en su capa, ó Til-
ma y no averse descubierto dentro de esta el lienzo primitivo donde se co1
pió en vida mortal la Madre de Dios; pues en el párrafo séptimo de su
citado Discurso avia dicho "lo otro, que se infiere de todo el contexto de
"la tradición, es, que la Bendita Imagen se dibuxó y pintó en la manta
"del Indio, y en la forma que vido el a la Virgen santísima la ultima vez
"a la vuelta del Montecillo. Pero esta equivocación es de la clase de las
"demás que quedan ya anotadas, y también de laque cometió al traduzir
"el tercer frasismo de la propia traducción, cuando dezia" el tercer modo
es: " otnichiuilhuitzino, que significa pintóse, ó dibujóse, y aunque es assí,
"que con este verbo se dice, escrivir, ó pintar, es de advertir que para ese
"significado es el verbo metafórico, porque, como el pintar, y escrivir, fue
"invención de los hombres, y no acción nativa, le inventaron después, y
"este se compuso del nombre, ix, que significa el semblante ó aparición de
" algo, y del verbo cui, que significa coger como quiera, y estando el Verbo
"traslaticio en la voz passiva cutio, es lo mismo que ser patente á todos el
"haz ó semblante de algo porque el oficio del que pinta ó escrive, es ha-
"cer á todos manifiesta la cosa; luego este modo de hablar no contradice
"lo que se pretende dar á entender, acerca del modo que á mi ver se pintó
"la Imagen.'' Este modo asentaba después, por semejante á quien se re-
representa en un espejo. Pero el valor de omocopintzino, significativo de
que se copió á molde, instruie que fué por contacto de este lienzo al cuerpo
Virginal de la Madre de Dios en vida mortal.
Por el mismo contexto de aquel escritor, en que refería el tercer modo,
ó frasismo de la tradición, como compuesto de ix, es manifiesto el error
de impresión que se cometió en él, inmutando esta sylaba en la de ich, que
reducida á ix, resulta aquel omixiuihiitzino significativo de la á quien re-
verencialmente otro descubrió en secreto iluitziuo, que avia de parir mixiui,
ó el alto misterio de la Encarnación del Verbo Divino, revelado por el Ar-
cángel S. Gabriel, y representado por symbolos nacionales en tan Insigne
Imagen. El mismo frasismo omixiuiluitziiw, es común para significar la
que descubrió el secreto iluitziuo, de parir mixiui, usándose hasta hoy la
singular yerba que facilita los pastos, conocida por suapatli, medicamento
patli, de muger suatl, y concordando la ceremonia preliminar al desuello
de la muger que se presentaba á la Tetcuiuuan, de acompañarla gran nú-
mero de las de su sexo, especialmente Médicas y parteras, según la me-
moria del citado cap. 23, lib. 10, de la Monarquía. Su escritor referia la
ceremonia, practicada anualmente en el que llamaba undézimo mes, Vchpa-
uitztli del Calendario así entendido F. Toribio de Benavente, ó Motolinia
según el cap. 36 del propio lib., colocando el primer dia de tal mes á veín-
bibliografía mexicana del siglo XVIll.
275
ticuatro de Agosto. Pero tanto el error de Vchpauiztli, no significativo en
este Idioma, en lugar de xupaniliíztli, el verano, y por el expresada la
Primavera, aun en el Diccionario, por xapanitiz tempam, dictándola su
compuesto en donde pa, está el labio, orilla, ó principio tentli, del Verano
xupanitztli, ó la señal celeste del primer dia de tal estación obserbada
desde la cima de la Serranía de nuestro Norte que instruie el segundo mo-
numento hallado, quanto el juego con que aquellas Mugeres daban la pri-
mera vista al Pueblo tirándose con pelotas de heno, espadaña, juncia y
pencas de Nopal, de que permanece constumbre en algunos lugares, y ci-
ma plana de la propia Serranía, advertida por juego de pelota, quando
aquellas demostraciones se observan en Carnestolendas; descubren que se
hacian por anuncio público del Equinoccio de Primavera, symbolizada tam-
bién en esta insigne Pintura de la Madre de Dios, y acorde con el color de
su soberano rostro que se expresará por estilo nacional.
Es sabido que tlacuiloa es común á pintar, y á escribir, el cual ni es pa-
sivo de cui ni este se contiene en aquel frasismo carente de c, ni significa
coger como quiera, sino levantar la mano para alcanzar lo q.e está en alto,
y que es rayz del significativo de comunicarse carnalmente Varón y Hem-
bra, añadiéndose para él, nocon, como se advierte en el Diccionario: siendo
acorde este frasismo con el estylo de Payses Calientes de nuestro sur, donde
los naturales cargan sobre la caveza el calavazo, según se nota el colocado
en la del symbolico Cangrejo del Monumento primeramente hallado, y
cuando en tal situación es natural levantar la mano para alcanzarlo, ó fra-
sismo profanatorio del symbolo, de esta sagrada Imagen. Y asi es clara la
equivocación q.e padeció D. Luis Bezerra en la inteligencia del frasismo
omixiiiiluitzino, como la de aver asentado en el párrafo dezimo quinto de
las pruebas de la tradición, la materia del lienzo de la misma Imagen, for-
mado de la Palma icfotl, expresión que concordaba con los Geroglificos
figurados en el segundo Monumento, ó de cronología resulta valioso de
pierna de lienzo sotl, quando ic, alusiva á eclipse central al tercero dia
de Luna nueva, que aquel traductor halló en los primeros escritos y no
entendió por el fenómeno que formó era nacional, y se representó también
en esta singular Imagen. Su sagrado lienzo es compuesto de dos piernas
como los antiguos destinados á Pinturas historiales Mexicanas. De dos se
advirtieron compuestas también las mantas acostumbradas por los Natu-
rales de Sta Cruz de la Sierra en la América Meridional quienes declara-
ron á sus conquistadores, que así la usaba el Santo Apóstol que avia pre-
dicado á sus Ascendientes, la fé de una Cruz, la cual dexo señalada con
el dedo en una Piedra colocada después por los conquistadores como mi-
lagrosa en la Iglecia Mayor según la relación de Cevallos, triunfo 19? de
la Cruz, y quien desde Jaén escribió á F. Gregorio Garcia, averia adqui-
rido del D.r D. Felipe de Molina Chantre y Provisor de la S.ta Iglesia de
las Charcas, cerciorado justamente con Cevallos del Cura de S.ta Cruz y
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
276
deve advertirse con Bezerra Tanco que las capas de los Mexicanos son
tres, y no dos lienzos y sí, son así las de los Peruanos según Fr.y Gre? Gar-
cía. De los lienzos Mexicanos destinados á Pinturas, según permanecen
algunos, su hilo suave y texido con alguna pintura, aun siendo de la Planta
de Maguey. Y así no puede repugnarse su formación desde la propia Plan-
ta en esta mysteriosa Imagen por la comparación que el escritor del Ma-
nifiesto, ú opúsculo Guadalupano, mencionó pag. 2? de la titulada Pieza
num? 1? aver hecho entre dos Mantas Nacionales, conocidas por Ayates,
la una fabricada de la pita de la propia planta que resultó áspera después
de muchas vezes lavada y estrujada, pero suave la de aquella clase de Pal-
ma; pues no advertía que huviese hecho macerar por bastante tiempo en
agua la Penca del Maguey después de descortezada, según acostumbran
algunos Naturales, no se ha entendido el valor que contiene este determi-
nado lienzo en aver sido de la propia por no discernidos sus symbolos y
Geroglíficos, como tampoco los demás nacionales. Por de Maguey, lo ins-
truió el primer escritor español de las Apariciones de la Madre de Dios á
Juan Diego, y Capellán del Santuario Primitivo después de la conquista
de su antiquísima Imagen, Y debe también reflexarse que la manta de Ic-
zotl toda es suave, y la de Pita como advierte el P. Florencia, es áspera
por el envez. Lo cierto que este entendía tosco el Lienzo, tanto por el
concepto alterado de la tradición que seguia, de aver sido Manta de aquel
mensagero y no descubierto dentro de ella, quanto falto de disposición ó
aparejo en su Pintura. Mas la calificación del facultativo Pintor D. Miguel
Cabrera aprobaba con sus contemporáneos, y de igual aceptación en su
exercicio lo resultó semejante á cotenze de calidad media entre superior é
Ínfimo, § II de la Maravilla Americana impresa en mil setecientos cin-
cuenta y seis, y aun en la citada página del manifiesto tí opúsculo asenta-
tado por bastantemente fino y vien texido aunque sin recuerdo compara-
tivo de otros de igual calidad entre los antiguos de Pinturas nacionales.
También se nota figurada en el propio Lienzo, el que no advertido hasta
el escritor de la Maravilla, trató este de numero ocho á poca distancia so-
bre el pie derecho de la Santa Imagen según asentó § VIII. Los Profeso-
res de pintura asistentes á la inspección de la propia Imagen dixeron pagi-
an 9 de la titulada 2''} pieza del Manifiesto, no son cosa especial tratándose su
escritor de rasgo, en la lamina donde lo copió con aquella clase de Palma.
Oualesquiera caracteres peculiares de una Nación, presentados á otra que
no los haya visto, ni usado de ellos, serán rasgados para la que los ve de
nuevo; y sin la significación que contienen, nada la instruirán. Por esta
causa dedicados muchos de los recién conversos en los años primeros de
conquista, á nuestra liberal escritura, cometían frecuentes errores al usarla,
ya en sus Idiomas, y ya en el Castellano. Por extraños también en la Na-
ción Portuguesa aquellos hallados por orla de la Santa Cruz que se for-
mó con la sangre de S.t0 Tomas, estuvieron muchos hasta su versión. Y
bibliografía mexicana del siglo XVIll.
277
así tampoco debe hazer fuerza, que no se haya conocido por de la clase
de aquellos, el permanente en esta Insigne Imagen. Su cotejo con aque-
llos, que aunque pocos, equivalen á tantos conceptos, quanto expresó su
misma versión, instruie que aunque por si solo, tiene valor de las que hoy
llamamos cláusulas Lo propio se nota en solos los cuatro siguientes
r^t^^
asentados por F. Martin del Castillo, pag. 329 de su Gramática Hebrea
por Syro-caldeos, y en los cuales se contiene la salutación Angélica, ex-
presada por el mismo escritor en los Idiomas Syro-caldeo, y Latino, y
equivalente á nuestro Castellano siguiente: "La paz sea contigo Maria
"mui por menor graciosa; el Señor es contigo, bendita tu entre las muge-
"res, porque tu hijo es el salvador de las Almas." Son muchos los Idio-
mas de América, y asi no seria inútil expresar también su contexto Syro-
caldeo "xelaon lech Mariam, rehimtha; adohonat tismmech, berichth at
"at binxe, ere at telidth phanoka denaphxathan."
Aun cuando el carácter permanente en tan insigne Imagen hubiese sido
solo, y no acompañado de otros en lugar inmutado por la profanación que
referia el desuelle de la Teteunintian, es otra comprovacion de su valor,
la figura presentada en donde el se halla. El escritor de la Maravilla, lo
advirtió "sobre el pie derecho á poca distancia en el Canon principal que
"descansa sobre el, en una quiebra que haze" cuando poco antes descri-
biendo la túnica abrochada desde el Cuello, relacionaba "y desde aqui le
"fluie hasta las sagradas plantas, en donde ayrosamente descansa, des-
prendiéndose un extremo, que recibe el Ángel, como después veremos.''
A este lo notaba diciendo: "tiene inclinada la caveza sobre el lado izquier-
"do . . . Y dixe hablando de nuestra Señora que por este lado se le des-
prende la fimbria de la túnica, y por el derecho la del Manto, y de ellos dos
"extremos está asido el hermoso Atlante, cargado sobre su caveza." Sien-
do esta, symbólica de la memoria, como la instruien las costumbres nacio-
nales, y los Monumentos ahora hallados, y examinados por el Idioma de
ellos mismos, y su cumbre cnaitl, común á las de serranías; y el que se ha
tratado de Ángel, de la infancia educada en la Ley-Cristiana, con el vuelo
ó rapidez que manifiestan sus Alas, y en vida, ó antes de incurrir en efecto
la inmaculada Señora en la pena de muerte impuesta por Dios á todo el
Género humano: resulta recordada como Maestra de aquellos sus discípu-
los ó á configuración pues del adoro comprensivo de tal carácter oriental,
resulta ser la de los antiguos Libros ó Rollos, de la escritura santa, seme-
jantes á los Diplomas Romanos, y á la Halda de la serranía de nuestro
Norte en el lugar donde á su pie ebtán los collados de Tepeyacac y en cor-
te común al del Almayzal, distinguido en el Diccionario, por nectiakimi-
¿otoni, siendo su compuesto, el que enbuelbe kimiloloni, la cumbre cuaitl,
bibliografía mexicana del SIGLO XV u i
278
de la diligente uel, esto es, la ciencia de la misma sagrada Señora, y tam-
bién las cumbres de serranías, donde tuvo su primitivo culto entre estas
Naciones.
Instruiendo el distintivo Nacional del Symbólico Almayzal figurado en
esta admirable Imagen su ocultación en cumbre; y el primer Monumento
hallado, las calamidades, y entre ellas la de la Guerra, envuelta en las tra-
diciones Alegóricas, por comenzada con la Apostasía, que ocasionó el
tratamiento á Jesu Cristo crucificado, de Dios, ó Señor de la Guerra, para
la qual avian antes elegido estas Naciones, por medianera á su inmaculada
Madre, contra cuio portentoso simulacro se enfurecieron después por ins-
tigación diabólica: es también conforme el recuerdo de las verdades con-
tenidas en la escritura sagrada, á la symbólica envoltura de la propia se-
rranía como uno de los prodigios obrados al tiempo que se estampó en tan
antiguo Lienzo.
Aquel facultativo en pintura lo calificó falto de Aparejo, fundándose
no solamente en la declaración solemnemente juramentada de los Pintores
del Año mil seiscientos sesenta y seis, que lo vieron por el envés y trans-
portados en él todos los colores de la Santa Imagen que se admiran en el
haz, sino también en averio el mismo observado muchas ocasiones, que
citó uno de sus comprofesores aprobantes por una pequeña hendidura,
como de dos, ó tres dedos entre las dos láminas de plata, que cuando sa-
có repetidas copias de su original, ya cubrían el respaldo. Por ei experi-
mento que sin estorbo del Lienzo, veia con claridad y distinción los objetos
que estaban de la otra parte; y si tuviera aparejo, impediría, el paso á la
vista la interposición de la pintura entro los ojos y el objeto. Después que
asentaba esto en su § III, en que también advertía, que si alguno se ha
engañado en juzgarlo aparejado, ha tenido su equívoco, fundamento en
otra no vulgar singularidad de esta pintura, que también engañó á primera
vista al que lo notó: observa en el § V que según parece, están la caveza
y manos al oleo la túnica y el Ángel con las nubes que le sirven de orla,
al temple: el Manto de aguazo: y el campo sobre que caen y terminan los
Rayos, se persibe como de pintura labrada al temple.
También admiraba, que siendo estas especies tan distintas en su prác-
tica, que cada uno requiere diversa disposición, y Aparejo, no se encuen-
tre alguno en este Lienzo; y por ello quedó persuadido á ser sobrenatural
su Pintura. Porque la al oleo se executa en virtud de Azeytes desecantes,
con unión, firmeza, y hermosura, para lo que ha de anteceder aparejo: la
al temple usa de colores de todas especies, con goma, cola ó semejantes:
la de Aguazo, se executa sobre Lienzo blanco y delgado, y su disposición
es humedecerlo por el reverso, sirviendo para los claros de lo que se a de
pintar, el mismo que da la tela: y la labrada al temple obra empastando
y cubriendo en el mismo hecho de pintura la superficie, y pide que la ma-
teria en que se pinta, sea firme y sólida, como Tabla, Pared, etc., porque
BIBLIOGRAFÍA MEXICANA DEL SIGLO XVII I.
279
de ser como la del Lienzo de esta sagrada Imagen, las despediría lo mui
pastoso y cargado de colores.* Y de este último estylo de pintura, enten-
dió el propio facultativo, nacido el equívoco que él también padeció en
averie parecido aparejado el Lienzo.
Si este juicio discretivo y fundado pormenor en las cuatro clases de pin-
tura aparente en esta singular, se coteja con la expresión de los que pa-
gina 8, de la titulada Pieza num. 2? del Manifiesto, ú opúsculo, pregunta-
dos sin solemnidad "¿si les parece que el Ayate tiene aparejo suficiente
"en todas las partes para mantener esta pintura sin que sus colores se trans-
portasen ó rechupasen por el revés?, digeron que si'' resulta, no sola-
mente aquella ilusión óptica, sino también que para tal afirmativa le avia
de aver visto el Lienzo por el envés, lo que no consta que hizieron. Pero
preguntado á continuación "¿si supuestas las reglas de su facultad, y pres-
cindiendo de toda pasión ó empeño, tienen por milagrosamente pintada
"esta Santa Imagen? respondieron que sí, en cuanto á lo sustancial y pri-
mitivo, que consideran en nuestra Santa Imagen; pero no en cuanto á
"ciertos retoques y rasgos que sin dexar duda, demuestran aver sido exe-
"cutados posteriormente por manos atrevidas." La pregunta suponiendo
tácitamente el aver pensado algunos, que antes se ha tenido pasión, ó em-
peño en persuadir por milagrosa á esta pintura, también supone, en los
preguntados las reglas de su facultad; que es lo mismo que juzgarlas bas-
tantes para calificarla, un punto de tan difícil, ó realmente imposible ave-
riguación por solas aquellas reglas. Nadie dudará que en esto se tomó un
medio, por el cual se intentó persuadir suficiente conocimiento en los ca
lificadores, con solo ser examinados en su facultad. Aun siendo de gran
crédito en ella el escritor de la Maravilla, necesitó su juicio explicativo ser
aprobado por aquellos a quienes sus obras en la misma facultad, les hizie
ron de la mayor opinión.
Aun quando los respondentes ahora huvieran sido de los más diestros, y
atinados en la práctica de Pintura, y con la instrucción necesaria en la His-
toria de costumbres y trages nacionales, y en la representada con el Si-
mulacro que pretendían examinar; todavía su calificación no fundada,
quedaría con sola autoridad extrínseca, mui distante de un convencimiento
demostrativo de la verdad que era el que se intentaba en aquel Manifies-
to. ¿Porque no se asentaron los motivos, que les hizieron considerar mi-
lagrosa esta Pintura en lo substancial y primitivo? Lo cierto es, que esos
retoques y rasgos, advertidos también por otros facultativos, son los que
tienen aparejo, y este pensaron aquellos de la respuesta, que se extendió
á todo el Lienzo. Pero su inspección por el respaldo; lo raido de él por
el haz; la vista como bosquexada, que á distancia competente presenta la
sagrada Imagen, cuando queda competente ó confundida en la cercana:
la antiquísima nacional tradición del original que en ella se estampó, con-
fesando hoy los facultativos su ignorancia del Arte con que pudiera figu-
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
280
rarse, como tan distante y ageno del que se nota en esta Pintura: y la
Alegoría también tradicional del desuelle cíe la Doncella, equivocada en
hija, del Señor, ó Padre de Culuacan, con el carácter permanente syrocal-
deo en tan raro simulacro, descubren la causa motiva en los primeros es-
pañoles que lo vieron, para averio resanado en los lugares lastimados.
Ella se atribuiría entonces á sola antigüedad, como se entiende hoy de
la también Insigne de los Remedios, que aun siendo de escultura no ad-
mite en su Sagrado Rostro imprimación alguna, hallándose también tan
desfigurada, y también ignorado su origen. Su invención debajo de un
Maguey, fué la averiguada en el Siglo dézimo sexto, y su hiztoria es-
crita en él, por los cronistas de las Provincias de N.a S.a de la Merced, y
de S Augustin, de quienes la extractó el Religioso P. Francisco de Flo-
rencia en peculiar tratado que publicó, año mil seiscientos ochenta y cinco.
El mismo extractador, que el § i° de su Io cap.0 ponia por Rubro: "Lo
cierto de sus noticias por "tradición" creveteaba al Margen de su núm.° 2
"descuido en escribir el origen de esta Santa Imagen" y asentaba en el
propio número, "de su origen, tenemos poco en las historias antiguas de
"aqueste Reino: poique á los principios de la conquista mas se ocuparon
"los españoles en ganar, que en escribir; y los Religiosos, y eclesiásticos,
"q.e debieran asegurar por escrito las notizias desta Bendita Imagen, y de
"la de N. Señora de Guadalupe, como las vian también impresas en los
"corazones Mexicanos, acaso se persuadieron, que sobraban los escritos,
"quando podia testificar la evidencia ocular las Maravillas, que vian y go-
"zaban: como si los primeros que las testificaban de vista, fuessen eter-
"nos, y los que les sucedían, y de ellos las oyeron, no pudiesen olvidarse,
" de lo que sabian de oidas. Pero no hay que lamentar este accidente en las
"Imágenes milagrosas de aqueste Reino, y particular en esta de los Re-
"medios; pues como prueba mui bien el erudito P. Fr.y Luis de Cisneros
"lib. 1, cap. 4, es común á los mas célebres Santuarios de la Europa: que-
riendo N. Señor, á lo que podemos entender enseñarnos, que basta y so-
"bra tradición continuada de padres, á hijos, para que demos entero cré-
"dito alas maravillas de las Imágenes de su Madre, siendo ella voces y
"palabras que nos están diciendo que no puede ser falso el origen, que
"funda en tan notorios Milagros (dice S. Agustin trat. 24 sobre S. Juan)
"lo que nos hablen: tienen en verdad, si se entiendan, su lengua".
Por la difícil inteligencia de ellos, como supone esta sentencia de tan sa-
bio y Santo Doctor, y no por descuido de averiguaciones en el Siglo Dé-
zimo sexto acerca de los extraños y repentinos descubrimientos de estas y
otras antiquísimas Imágenes, no se conoció desde entonces el origen pri-
mero de las mismas, q.e manifiestan las alegorías nacionales, y los Monu-
mentos de los lugares de su invención en el propio siglo, anotados por los
portentos obrados en ellos desde el primero de la era Cristiana. El extrac-
tador del que se dio á la insigne de los Remedios, continuaba la tradición
BIBLIOGRAFÍA mexicana DEL SIGLO XV 111.
281
con tal rezelo, que prevenía, y con razón, que esta como- la de otros San-
tuarios, puede ser invariable, y cierta en la substancia, y probable y con-
trovertible, en los accidentes. Referia aver estado en el antiguo Pueblo,
nombrado de S. Juan, situado al Poniente de la Hermita de Nf- Señora,
como dos tiros de piedra. Donde nació D. Juan, Indio, principal, llamado
en su paganismo Ce Cuautli, o Águila, y por sobre nombre después de
Cristiano, Tobar: que fue uno de los que vieron con sus ojos, como el mis-
mo lo testificó, á la Santísima Virgen en la forma de la Imagen que halló
después, echando á puños tierra en los ojos á los Mexicanos que venian en
alcanze de los españoles, desde un torreoncillo que estaba en lo alto de un
templo del Pueblo llamado Otoncapulco donde esta la Iglesia del Santua-
rio, y adonde para defenderse de la multitud de sus enemigos, se avian
empeñolado Cortes, y los suyos: que vio también al lado de la Señora un
Caballero armado sobre un Caballo blanco, que hazía gran matanza en los
Indios, y según las señas, fue Santiago; Todo lo cual está de antigua pin-
tura en la Iglesia del propio Santuario.
Que todas las vezes que D. Juan de Tovar para venir á Tlacupan, en-
tonces cavezera de su doctrina, pasava por el alto de Otoncapulco, camino
forzoso, veia á la Señora allí, resplandeciente, y hermosa, convidándole á
que la vuscase en aquel sitio: todo lo cual comunicó á los religiosos Fran-
ciscanos de Tlacupan, quienes como prudentes no le dieron asenso, hasta
que un dia trabajando el propio D. Juan con los Plebeyos en esa Iglesia
Parroquial al subir un pilar, le caió, dexandole como muerto, pues aunque
veia, le sepultaban sin esperanza de vida, y llevado á su casa, donde se le
administraron los Santos óleos, como ya imposibilitado para otros sacra-
mentos, á la media noche se le apareció la Virgen en la forma resplande-
ciente mas que otras vezes, y dándole una peltrina, ó cinta, le mandó que
se la ciñese, lo que cumpliendo, quedó sano y sin lesión, de manera á que la
mañana siguiente fué á pie desde su Pueblo, que aquel escritor refería dis-
tante mas de una legua, á Tlacupan á trabajar la obra: y que después en
una tarde en que avia suvido á lo alto de aquel templo de Otoncapulco,
encontró allí á la Imagen de la Señora que se le avía representado, arro-
jada debajo de un Maguey y la llevó á su casa, donde la tuvo de diez á
doze años, en cuio espacio se le ausentaba, y la hallaba en el lugar de la
vez primera.
Sobre esta tradición, aunque invariable en cuanto á los prodigios obra-
dos con el inventor de tan insigne Imagen, hallada en el año mil quinien-
tos y cuarenta, según cómputo de F. Luis de Cisneros, cronista de la Pro-
vincia de N? S? de la Merced lib. 1?, cap. 8? ocurren las siguientes reflexio-
nes, tocantes á su antiquísimo origen. Primero que el mismo Religioso
Florencia, lo conocía tan dudoso, que poniendo por Rubro á su segundo
Capítulo "de lo que en el origen de esta Santa Imagen es solo conjetura-
''ble por discursos probables" se explicaba en el de este modo "atenta la
36
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
"verdad cierta de la invención de la milagrosa Virgen de nuestra Señora
"de los Remedios, que en su Santuario adoramos, importa poco que no
"sepamos de cierto, quien la puso en aquel parage, donde se halla, de que
"modo se puso? De donde vino? Nilo demás que la piadosa curiosidad in-
"vestiga de ella? estas circunstancias basta discurrirlas como posibles, para
"asentir á ellas probablemente; sin que la contingencia de ser, ó no ser así
"hecho, sea perjudicial á la substancia de la verdad principal, en que es-
"triva el crédito del asenso." Es cierto, que este escritor según sus Cláu-
sulas, solo atendía á la certidumbre de la invención ó descubrimiento de
la Virgen aunque no por eso, puede calificarse de sola piadosa curiosidad
el conocimiento del tiempo y lugar de donde vino, como que estas dos
esenciales circunstancias envuelven un punto de tanta importancia, como
rl de manifestación del tiempo en que se estableció la adoración de las sa-
gradas Imágenes.
Continuaba refiriendo la congetura introducida, de aver sido la que hizo
colocar en el Adoratorio de México D. Fernando Cortez antes de su fuga
de esta Ciudad, á la qual acometieron los Mexicanos, juzgándola defenso-
ra de los españoles, vencedores, é intentaron derrivarla ya con las cuerdas
de los Arcos ya con maromas, a las cuales se les apegaban á unos las ma-
nos, á otros se les entorpecían los brazos, y á otros se les entumían las pier-
nas, y caian por las gradas, según la relación del cap. 69, lib. 4? de la Mo-
narquía, aviéndose asentado en el 63 del propio lib. otro prodigio Anterior
que obró la Madre de Dios por medio de su Imagen á pocos dias de su co-
locación en el Adoratorio, en que vinieron ante el propio Conquistador
muchos Indios cargados de cañas ó mazorcas secas de Mayz, quexándose
de que por aver este con los españoles despreciando á los Dioses de aque-
llos, y puesto en su lugar á los de estos, ó aquella Imagen acompañada de
un Crucifixo, no avia llovido, y perecerían de hambre; a que respondió el
conquistador, de hoy á mañana lloverá, y tendréis el mejor año, pues yo
y mis compañeros pedimos á la Señora, cuia Imagen está en el templo, lo
alcance de su hijo todo poderoso cuya es la otra Imagen; y que llamando
separadamente á sus Españoles, y manifestándoles el empeño en que se
hallaba les exhortó á oración, dolor de las culpas, y reconciliación de ren-
cores si los hubiere entre ellos, con lo que y aver el siguiente dia comul-
gado Cortes y otros Capitanes con feé y confianza, y celebrándose el sa-
crificio de la Misa en el templo, antes que baxasen de el, y hallándose el
Cielo sereno, se comenzó á cubrir el cerro donde después apareció N* S^
de Guadalupe, de una espeso nublado descargando tanta agua, que con
estar el alojamiento de los españoles tan cercano al templo, llegaron á aquel
mojados continuando después las lluvias de manera que fué mu i grande la
cosecha en el año.
Relacionó también el Religioso á Florencia, la congetura de que á la
Imagen de los Remedios, traxo Juan Rodríguez de Villafuerte, uno de los
bibliografía mexicana del SIGLO XV II i.
283
treze Capitanes de los vergantines, porque Fr. Luis de-Cisneros, cap. 6,
lib. 1?, leió en uno de los anales manuscritos por uno de los conquistado-
res, aver cometido Cortez á aquel Capitán que hiziese casa á N? S:.1 de los
Remedios quando derrocó los ídolos del Adoratorio de México, enten-
diéndole por frase de que la colocase allí, como que hasta el Año mil qui-
nientos setenta y quatro en que el Cabildo de esta Nobilísima Ciudad ad-
vocó en sí el Patronato del Santuario de los Remedios, no lo edificó la
misma: y q.e la Imagen que traxo aquel Capitán, se la dio un hermano
suyo, antes soldado en Guerras de Italia y Alemania, de las que le avía
sacado con felicidad, para que saliese también con ella, de las que se le es-
peraban á Juan de Villafuerte en estas peligrosas Regiones.
La segunda reflexión que ocurre sobre todas estas memorias tocantes al
origen de la Insigne Imagen de los Remedios, es que el mismo que las men-
cionaba ese después de asentado que preguntados, sesenta y cinco y mas
años antes del ingreso del Religioso Florencia (que es lo mismo que antes
del Mil seiscientos veinte) Indios antiguos y españoles que vivían en el dis-
trito de los Remedios, de los quales unos alcanzaron al Cazique D. Juan
y le comunicaron; y otros á los que le conocieron y comunicaron; y con-
sultadas historias antiguas impresas y manuscritas, y los Archivos de la
Ciudad y memorias del Santuario, y en particular la testificación de D?
Ana de Tovar, hija de aquel Cazique, no le pudo sacar cosa cierta y ave-
riguada, sino solo congetural, y no repugnante de ellos. Es tercera refle-
xión, que aun en tiempo del extractador de las memorias de este origen,
no todos asen traer (sic) á él, pues en su número 36 asentó "fácilmente
"me desenbarazava de la obgecion de los que dizen que la Imagen de N?
"Señora, que estubo en el Adoratorio del templo de la Plaza de México,
"no es la que hoi tenemos en el Santuario de los Remedios, sino la que
"se tiene y venera en el Templo de S. Francisco de la Puebla, con nom-
"bre de la Conquistadora.'' Esto intentava desvanecer con dos razones,
siendo la una que aquella se venera en el mencionado Templo desde la
íundacion de su Convento en el Año mil quinientos y treinta; y la otra
con la cita del cap. 3? lib. 3? de la Monarquía, en que su escritor (á quien
supone instruido en las cosas de su orden, como Provincial que fué de ella)
asentó "en esta dicha Iglesia está también la Imagen de N? S? que llaman
"la Conquistadora, que dizen los antiguos, que la trageron los primeros,
"que vinieron de España, á la cual hallaron favorable en diversas ocasio-
"nes" y el Religioso Florencia entendía con fundamento por primeros á
los misioneros Franciscanos según el estylo del de la Monarquía.
La cuarta reflexión, es que, con no aver sido aquella, todavía no se iden-
tificaba la del Santuario de los Remedios, con la que primero se colocó en
el Adoratorio de México bajo el mismo renombre. Este, naturalmente,
debia extenderse también á la de cuia antigüedad se trata, tanto por la re-
pentina sanidad con que se asintió á la relación de D. J uan de Tovar cuanto
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
284
por la semejanza de su configuración, y adorno. Como los distintivos idio-
máticos, una vez entendidos advierten el estylo de la Historia antigua: y
sus acordes monumentos, permanentes, son testigos vivos de ella para las
generaciones y no uno ú otro individuo de mui corta vida; aviéndola tra-
tado, desde luego por esta consideración un sabio, aunque Gentil como
Cicerón Lib. 2? de Oratoria, n. 36 de "testigo de los tiempos, luz de la
"verdad, vida de la memoria, Maestra de la vida y correo de la antigüe-
"dad;" no es de extrañar, que se fundare en solos testigos, y mucho mas
de oidas, y sin relaciones á alguna permanente, indefectible y adequa se-
ñal, origine confusión, según se nota en la información recivida en el año
mil quinientos ochenta y dos, de que resultó, que aquella Imagen de al-
tura de un codo y distinguida por la Conquistadora, está en este Reyno
desde el día (1) diez y nueve del propio siglo, y que la endonó Hernán
Cortez á un Indio de Tlascala, como escribía el Religioso Juan Antonio
de Oviedo, en su Zodiaco Mariano, en mil seiscientos cincuenta y cinco,
pag. 154. Aquella memoria de tal donación, la resultan de la colocada en
el Adoratorio de México, la señal que conservan la que ya se asentaría el
tiempo y lugar donde aquel conquistador con los dias consecutivos á su
nocturna fuga de esta ciudad se acogió: su permanencia hasta mediado el
siglo actual en el inmediato vecino al propio lugar; y la pintura del Re-
ligioso que la restauró (2).
El compilador de la prodigiosa historia de los Remedios, pretendía tam-
bién identificar esta Imagen con la que el conquistador hizo colocar en el
Adoratorio, porque por medio de aquella consiguió la lluvia y han sido
frecuentes las que el Todopoderoso ha concedido por la de los Remedios.
Pero como aun antes de la conquista se conservaba alegorizado el patro-
cinio de la Madre de Dios por las súplicas inmediatas desde su inmacula-
da vida, tratada de Chalchiüitlicue, para aquel beneficio es mas claro el
resultado de que muchas de las insignes Imágenes de origen inaverigua-
do, que hasta hoy veneramos, y entre las mismas, la de los Remedios, son
del Siglo de la era Cristiana. Esta verdad contraída á la propia Sagrada
Imagen, semejante á la que con demostración de singular aprecio, conser-
van los naturales de aquel Pueblo Cacalotenanco, la comprueban los Mo-
numentos de su comarca, anotados por este Idioma. La figura parabólica
de extraño silon (sic) peñascoso existente en la basa Oriental de la Cor-
dillera de Tlaltenancoy en la qual se encontró aquella Imagen del Bautista
S. Juan, está declarando que fué antigua cumbre de la misma serranía;
como tanbien instruie algunas de las anotaciones de su restante cordillera
septentrional respecto del mismo Peñón. La predicación del Bautista en
la propia, conservándose en Población la mas cercana á tal Monumento
(1) Léase: desde el año diez y nueve; etc.
(2) No se puede restablecer el sentido en todo este párrafo, porque en el original deben fal-
tar algunas palabras.
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
285
hasta el symbolo de la tradición, el qual consiste con el que se usó en el
segundo peñasco ahora excavado, para determinación de la Data de la
era nacional con respecto á la de Creación, y así misino con anotación
igualmente inmemorial de otro Poblado al Norte de aquel y en la propia
cordillera occidental de este valle.
Existe el parabólico Señor, separado de la colina donde se halla el San-
tuario, y en el de ambos los vestigios del Pueblo de S. Juan, vecindario
que fué de aquel D. Juan de Tovar, siendo también notable igual Adora-
ción en tal vecindario, á la que se dio por los primeros Misioneros al de
Tiankismanalco, según las relaciones del siglo dézimo sexto. No conser-
varon altas (sic) la anotación nacional del Pueblo al pie de este Peñón,
sino en motivo del derrotero de los Españoles desde su nocturna fuga de
esta ciudad en Junio de mil quinientos y veinte: Tratándose de ella, y de su
mañana consecutiva, se refiere cap. 72, lib. 4, de la Monarquía "seria ya
"salido el sol quando tomaron un pequeño templo llamado Otoncalpulco,
"y en este trecho según dice Fray Bernardino de Sahagun, mataron los
"Indios enemigos á los hijos de Motecuhfoman, que yuan guiando á los Es-
apañóles. Llegados á este lugarejo parece que milagrosamente nuestro
"Señor Dios mouio los de un Pueblo, que estaua allí cerca, que se llamaua
" Teocalhuiacan, como otros de otro llamado Tliliuliquitepec, que eran oto-
"mies de Tlaxalla, los quales están poblados entre esta nación Mexicana,
"y tenían muchos amigos Mexicanos etc." También se asentaba en el pro-
pio Capitulo "tenia el templo de este Pueblo Otoncalpulco, una torre en un
"alto siendo todo el campo razo, adonde los Cauallos lanceauan muchos
"Indios etc . . . . Aeste templo llamaron de la Victoria, después Nuestra
"Señora de los Remedios," conque era notorio en aquel Siglo, y que tal
templo se dedicó por los Españoles á la Imagen después de descubierta
por D. Juan de Tovar, á los veinte años de aquella fuga; y que era nota-
blemente distinguido por su torre.
Que no estaba en colina, formada de toba ó tepetlatl, descubierta des-
pués de afloxada su capa terrea y robada por las lluvias, como la en que
se halla el nuevo santuario construido en el año mil quinientos setenta y
cuatro, porque los avecindados en aquella comarca veían, la víspera y día
de S. Hipólito Martyr, anualmente, luces, resplandores, flámulas, gallar-
detes, Iglesias á medio hacer por mancebos de rostros resplandecientes;
sino en aquel señor (sic) donde se acogió el exército Español a la maña-
na consecutiva de la noche de su fuga, y el cual conserva las señales de
su natural escape de peñasquería por todos sus lados, y los antiquísimas
paredes (vestigios que no avia en la colina donde esta el Santuario,) lo
instruie claramente la relación de aquel conquistador pag. 144 de su His
toria, en que dixo "y llegué a la dicha Ciudad de Tacuba, halle toda la
"Gente remolinada en una Plaza, que no sabian donde ir: á los cuales yo
"di priesa que se saliesen al campo, antes que se recreciese mas Gente en
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII
286
"la dicha Ciudad, y tomasen las azoteas, por que nos harían desde ellas mu-
"cho daño, e los que llevaban ia delantera digeron, que no sabian por don-
''de habían de salir, y yo los hice quedar en la rezaga, y tomé la delantera
"hasta los sacar fuera de la dicha Ciudad, y esperé en unas labranzas: y
"cuando llego la rezaga, supe, que avian recibido algún daño, que avian
"muerto algunos españoles, y Indios, y que se quedaba por el Campo y
"el Camino mucho oro perdido, lo qual los Indios cogian: y alli estube,
"hasta que paso toda la Gente, peleando con los Indios: en tal manera
"que los detuve, para que los peones tomassen un cerro, donde estaba una
''Torre, y Aposento fuerte, el cual tomaron sin recibir ningún daño, por-
"que no me parti de alli, ni deje pasar los contrarios, hasta aver ellos to-
"mado el Cerro, en que Dios sabe el trabajo, y fatiga, que alli se recibió,
"porque ya no habia Caballo, de veinte y cuatro que nos habian quedado,
"que pudiesse correr, ni caballero que pudiese alzar el brazo, ni Peón sa-
"110, que pudiese menearse; y llegados al dicho Aposento, nos fortalezi-
"mos en él y alli nos cercaron y tubieron cercados hasta la noche, sin nos
"dexar descansar una hora: en este desbarato se halló por copia, que mu-
" rieron ciento y cincuenta españoles; y cuarenta y cinco yeguas y Caba-
dlos, y mas de dos mil Indios, que servían a los Españoles: entte los cua-
"les mataron ai Hijo y hijas, de Muetezuma, y a todos los otros Señores
"que traiamos presos."
Después se refirió aver salido de allí á la media noche ignorando para
donde iba, sin mas guia que un Indio de los que llamó de Tescaltecal, quien
dixo les sacaría á su tierra: y que peleando todo el siguiente día. sin aver
en él y en la noche anterior, andado mas de tres leguas, ya cerca de la de
éste, fué Dios servido de mostrarles una torre, y buen Aposento en un ce-
rro, donde también se hizieron fuertes. De las leguas de España, no hai
m-as de tres, reguladas á poco mas ó menos, desde el escampado Peñón
de Otoncalpulco hasta el Ceiro donde permanece parte de la antiquísima
Iglesia de Teocalhuyacan, lugares ambos de situación tan opuesta en la
historia tradicional de la Insigne Imagen de los Remedios; como ignora-
dos sus distintivos nacionales, y por ello varias las congeturas de su ori-
gen, y de la permanente cinta ó correa conque la Madre de Dios sanó á
D. Juan de Tovar. El distintivo Otoncapulco, instruie, que dentro co borró
señal anterior ópalo el caminante otoncatl, el cual resulta del concurso de
tan circunstanciados Monumentos, aver sido el Bautista quien estrechó
aquel antiguo camino al enseñar la Adoración al Infante Jesús que tiene
en la mano su inmaculada Madre y á cuio simulacro de tan portentosa du-
ración fabricó después el Apóstol de estas Gentes en el propio Peñón su
antiguo Templo, después profanado, ó en lugar donde materialmente que-
dó parabolizado el Camino de la vida recta conforme á los v.s 3 y 4 del
cap. 3? de S. Lucas, quien tratando del mismo Bautista rcfeiia, "y vino á
"•toda la Región del Jordán, predicando el Bautismo de la penitencia para
bibliografía mexicana del SIGLO XVIll.
287
"perdón de los pecados, como esta escrito en el libro de las predicaciones
"de Isaías Profeta: la voz del que clama en el desierto: disponed el Ca-
"mino del Señor: haced derechos sus caminos estrechos". Así es el per-
manente al pié de aquel Peñón, estrecho también el que se halla entre la
basa de la Cordillera de nuestro Norte, y los Collados de Cuatitlan y Te-
peyacac; y el situado entre la mole Deminyo. Pero aqui ocurren las re-
flexiones siguientes. Que explicándose en aquel sagrado evangelio latino
y traducido del Hebreo, al Libro de las Predicaciones, por Libro de pala-
bras scrmonum, en el Mexicano es común la expresión Tlatolli á todo Idio-
ma, conservación, y predicación sin que para distinguirse esta última sig-
nificasion, de las otras dos se la añada, sino el distintivo del Señor teotl,
llamándose por esta causa á la doctrina cristiana Teotlatolle, conversación,
ó Idioma, tlatolli, del Señor teotl; y anotando el frasismo de la Plaza, ó
Mercado, por Tiankistlatlolle, ó conversación tlatolli de la Plaza tiankistli;
al de la Plebe, por maseiiallatolli, ó Idioma tlatolli del Plebeyo masenalli,
y al de Gente principal tecpillatolli, conversación tlatolli, de Hidalgo tec-
pilli. La otra reflecsion que es tocante al frasismo de perdonar, la hizo ya
con motivo del versículo del miserere, dele iniquitatem meam, y tratando
de verbos aplicativos de este Idioma del Presbítero D. Joseph Agustín de
Aldama en su citada Gramática al N° 275 asentando "hay algunos que no
"parecen verdaderos aplicativos, porque su significación es metaphórica;
"y parece que no les conviene la definición del N° 273 exemplo: popoloa,
"significa (entre otras cossas que constan del vocavulario) significa, digo
"borrar; y del sale este 2l^>\\c?J(\\o popoUuúa, (perdonar). Lo metaphórico
"consiste en que perdonar es como borrar la culpa al ofensor ó delincuente.
"No porque es de Indios te parezca mal dicha metáphora: que la mesma
"es ésta dele iniquitatem meam (borra, esto es, perdona mi maldad".
La tercera es que al frente Oriental de aquel Señor, á corta distancia de
él, y en la base de las Colinas tepetatosas la Población vulgarmente cono-
cida por Naucalpa, que la configuración de la propia basa que la recinta,
la instruie Nacaspa, en donde está pa, la oreja naeastli symbólica de en-
tendida tradición y á distancia de algunas leguas al lado septentrional, otra
sobre la misma cordillera con distintivo en el Idioma otomide sus natura-
les de Magu significativa de mi oreja, y asentado en Libros Parroquiales
de Tlalnepantla, del siglo dézimo sexto, en el Mexicano. Por S. Francisco
nacazueiac, en c, lo largo ueiac, de la oreja nacattli, como que el corte de
la colina en que se halla, presenta semejante figura, formada por su res-
pectiva barranca: y en el intermedio de ambos territorios así distinguidos
se nota tanto una de las prominencias de la propia cordillera, advertida
por MatlatepeCy en c el Cerro tepetl están los diez matlactle comprensivo
de diez picachos en su orilla, ó elevado labio, cuanto en la tierra llana cer-
cana ya á la baza del mismo Cerro otro anotado entre Españoles por S.
Lorenzo, que no liga con cordillera alguna.
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
288
Que este fué la Cotona de aquel, lo instruie la notación Tecixkinauac, de
uno de los Barrios, reducido ya á Heredad, de la antigua Población que
huvo en el propio Cerro. Porque sus radicales son la Corona nauac, toda
ixkich, esta tendida tectli. Esta falta al de Matlatepec, cuio valor advertido
por los diez picachos de su superior perymetro, ú orilla, resulta symbólico
de los diez preceptos de la Ley Divina, como que el mandamiento se ex-
presa por tenauatiíli el enpuntado auatilli al labio ú orilla teutli. Es cier-
to, que algunos entienden aquel distintivo, escribiéndolo tequixquinauac,
por cercado nauac, de nitro, ó salitre tequixquitl; pero sin atender q.e se-
ñalada esta clase de sal de uso peculiar entre naturales, por las finales //,
sus rayzes ichkich el todo de lo tendido testli (szc), están dictando el ori-
gen de ella, que es el concurso resultante de los principios mineral, vege-
tal y animal, cuando los más de los naturalistas lo atribuien al mineral;
los mas de los químicos al vegetal, y algunos modernos de estos al animal
y entre ellos Stahl señaladamente á la putrefacción de los Cuerpos: y no
siendo por eso, de extrañar que se reproduzca siempre el salitre, en lugares
ó de inmundicias, ó de habitaciones de cualesquiera animales, y que se en-
cuentre en peñascos y cuevas de desiertos, como que su formación en es-
tos últimos lugares, es un testimonio de que fueron antiguamente habi-
tantes.
Así también advierte la cordillera tepetatosa ó de toba y lado meridional
del Valle donde está aquel Cerro tekiskinahiiac, con el antiguo tratamiento
de ella, permanente en Población situada á su basa oriental, y conocida
por S. Gregorio Tcpeílacalco, acorde con el que ministran los antiguos do-
cumentos de la heredad distinguida en ellos por Sta Monica Tepetlacalco,
distante una legua casi al occidente de aquella, que la misma seria (sic)
caio de la serranía formando sepulcro á los habitantes como que en él se
expresa que adentro co, fue el sepulcro petlacalli, de piedra, de la sierra
tetl o casa calli, de la estera de la sierra tcpetlalt. Asimismo del propio ce-
rro tecixkinahuac, tanto por documentos del siglo dézimo sexto, adquisi-
tivos de estancias y heredades de su comarca, que trataban á la antigua
población que en el huvo, y de que conserva vestigios, de Tlalncpantla
Teocal/uiyacan, cuanto por inscripción permanente y gravada con letra en
piedra del Arco exterior de la puerta del costado de la actual Parroquia
Tlalnepantla, situada en tierra llana, y con cercanía al Ángulo de las co-
linas tepetatosas, donde se lee Teocalhuyacan, Iglecia año de 1587 por que
en esta fha se concluid la trasladada allí, resulta que de mucha antigüedad
fué dedicado aquel país, a la Iglesia, según lo contiene la expresión Teo-
calueyacan, pais, ó territorio can, á lo largo ueyac, de la Iglesia teocalli, se-
gún permanecen las paredes de la antigua de aquel Cerro, corridas Norte
Sur, ó Rumbo de la Cordillera; y en medio ncpantla, de la tierra tlalli,
según se nota situado al mismo Cerro.
Los prodigios, pues obrados así al tiempo de la precursion, ó curso pro-
bibliografía mexicana del siglo XVII i.
289
pió del Bautista, para el establecimiento ya cercano de la Iglesia militante,
como en el de la sangrienta muerte del Salvador que la fundó y en el de
la consecutiva predicación de sus escogidos disipulos, destinados á la ra-
dicación de ella, resultan origen de diezmos y primicias, y aun de hereda-
des propias de los templos, que conservaban los Ministros religiosos de
ellos hasta la conquista Española y refieren los cap.s 20 y 21, lib. 8? de la
Monarquía. El mismo escritor tratando en el 24 lib. 6? del tiempo en que
se empeño Ketzalcoua, referia "llego a otro (lugar) que es un Cerro junto
"del Pueblo de Tlalnepantla, dos leguas de esta Ciudad de México, donde
"se sentó en una piedra, y puso las manos en ella, y las dexo estampadas,
"que hasta el dia de hoy se ven las señales de todo en ella, y tienen por
"cosa aueriguada los moradores conuenzinos de este lugar auerlas hecho
" Quetzalcohuatl, y yo lo he preguntado con particular inquisición, y assi
"me la an certificado, demás de tener lo escrito con mucha puntualidad
"de muy fidedignos autores, y assí se llamo entonces aquel lugar, y se lia
"ma de presente Temacpalco, que quiece dezir, en la palma de la mano."
Aunque ya no se conoce tal monumento, no es de extrañar que sabiendo
algunos de los naturales principales su alusión, lo ocultasen quando ya ad-
vertían que lo admiraban los españoles. El propio escritor apuntaba á con-
tinuación la memoria escrita por F. Bernardino de Sahagun en que dice
andaban los naturales, á pocos años de la conquista, dando tientos para
ver si los Religiosos y españoles sabian algo de las antiguallas que ellos
tenian. Conque no puede estar mas claro el rezelo que les asistia, de que
sus tradiciones fuesen entendidas por la concordancia de los Monumentos
regionales con las verdades Cristianas.
En tal Cerro pues tuvo aquel Conquistador el segundo Aposento fuerte,
que fué su antiguo templo, trasladado después á la situación donde hoy se
halla el de Tlalnepantla, en el cual, a mas de ser notorio, como hecho de
nuestros dias, averse conservado la Imagen de la Virgen Maria que hoy se
venera en el del convento principal de Religiosos Franciscanos de esta
Ciudad, bajo el titulo de la Macana que traxeron de aquel Pueblo en el
año de mil setecientos cincuenta y cinco, en que entregaron su Parroquia
á Cura Secular, lo refirió también el mencionado Religioso Juan Antonio
de Oviedo pag.s 123 y 124, de su Zodiaco. También decia que la traxe-
ron los primeros Religiosos Franciscanos de España, y haviéndola lleva-
do al Nuevo México en el 1 58 1 , en una sublevación que allá hizieron los
Indios, dio uno de ellos con Macana á la Imagen un golpe, que la partió
la frente, que después no se la ha podido unir, y la traxejon después á
Tlalnepantla.
Pero tal relación la descubre confirmada la crónica de la misma Religión
en el citado cap. 30, tom. i? de la Monarquía, donde se notó permanente en
la Ciudad de Puebla la que traxeron aquellos Reliogiosos de la misma Or-
den. Estos fueron tres Flamencos, venidos no el año 1523 que decia el
37
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
290
cap? 18, lib. 20 de la propia Monarquía; sino en el 1520, ó data corregida
por otro escritor Remesal, y advertida en los retratos de los mismos tres,
que se hallan en la escalera del citado convento de esta Ciudad, siendo uno
de ellos el de F. Pedro de Gante, pariente muí cercano del Emperador
Carlos Quinto, y aun que lego en su profesión de particulares luces, y hu-
mildad que le hizo despreciar los honores y se dedicó á la Cristiana y po-
lítica instrucción de los naturales por medio del Idioma Mexicano a que
tuvo especial aplicación. Su Retrato colocado á la puerta de la Capilla,
adonde se trasladó desde Tlalnepantla la Imagen de la Macana la presenta
colocada sobre su mesa como conservada en su habitación.
De esto resulta aver sido quien la recuperó de los naturales, como que
se governaban- recien conservados por su dirección. Y asi su permanen-
cia hasta nuestros dias en aquella Población á que se trasladó la de la an-
tigua acogida que dieron sus naturales, á aquel Conquistador en la mayor
aflicción: la memoria tradicional de aver este endonado una Imagen de la
Virgen María a un Indio de Tlascala aviendo instruido que de esta Na-
ción era el que le guió y sacó á su tierra: y aquella rabia levantada contra
la que hizo colocar en el Adoratorio de esta Ciudad, permaneciendo irre-
sanable la abertura del Golpe de Macana: ministran en combinación, la
identidad de la que por tan notable señal ha conservado la tradición in-
variada y alusiva de aquella arma nacional.
Aun la confusión introducida sobre el Origen de estas tres singulares
Vírgenes la de la Macana, la Conquistadora permanente en Puebla, y la
de los Remedios, siempre ha supuesto como indubitable que desde la con-
quista ya estaban en este Reyno las tres, dimanando de esa propia data
la confusión. Pero la antigüedad de la de los Remedios, es tan notoria res-
pecto de las otras dos, que no necesita sino sola su inspección, pública a
todos. Y cuando el nacional antiguisimo distintivo del lugar de su descu-
brimiento, advierte que allí se enseñó la doctrina y camino del Mesías, na-
cido de una Madre Virgen, que lo presenta el Mysterio de su Encarnación
por medio de la humillación de aquel collado de una Serranía Madre; no
señalara ya el tiempo de su antigüedad? Aquella Inmaculada admitía en
vida inmortal, la adoración que se daba á su hijo; debiendo, notarse por
tal causa, la inclinación que manifiesta su Imagen de Guadalupe; por el
alto Mysterio, que representa de la Encarnación del Verbo divino, expre-
sada en este Idioma por tonacayoa. La de Extremadura, aun representan-
do al Original después del parto, como que manifiesta á Jesús en los bra-
zos, se halla iluminada en su contorno con los rayos del Sol de Justicia
por la ilustración singular que del propio Mysterio comunicó á su inma-
culada Madre. Por manto tiene también al Sol, la titulada de Candelaria
conservada en la Iglesia de S.t0 Domingo cercana á la Ciudad de S. Cris-
toval en la Isla de Tenerife, una de las Canarias descubiertas por las Na-
ciones de Europa, año mil cuatrocientos y cinco, donde instruió la tradi-
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII
291
cion desde el tiempo de la Gentilidad de los Isleños, aver-aparecido en una
cueva después Parroquiaj'en que los Pastores se guarecían de las aguas,
é introducían sus cabras que un dia asombradas de la claridad q.e vieron
dentro de ella, huieron á mucha distancia, y acudiendo el Pastor en vista
de la claridad y del vulto de la Imagen, tomo una piedra para tirársela,
quedándose desde entonces para el resto de su vida, dentro al puño muer-
to con el brazo; lo que sabido por los moradores, la llamaron Madre del
Sol, según la relación de Pedro Martyr de Angleria, Lib. I de sus Déca-
das del Oceao.
Pero en la mysteriosa Pintura de la Nueva España, es bien raro y dig-
no de atención que resultan de su Origen después de la muerte del Re-
demptor, y su primer culto en la cima plana de la serranía de nuestro Norte
quando después de desquiciada ya era debajo de ella, tradición conservada
hasta su descubrimiento á los diez años de conquistada esta Ciudad, con
el frasismo nacional Otecuatlanpeu symbolice el Mysterio de la Encarna-
ción hasta en su aspecto de catorce á quince años, que notaba el escritor
de la Maravilla en su § IV, como su estatura de siete módulos, ó cuartas,
menos medio tercio, ó dos dedos; y sin presentar á su hijo Jesús, como otras
antiquísimas Imágenes. Pero esto mismo y la antigua Apostasia de la na-
ción, para quien se representó así tal mysterio, descubie la antiquísima
también incredulidad de la propria Nación. Se manifiesta pues su inma-
culada pureza, no solo en su honestísima representación sino también por
los frasismos nacionales, que fué perfecta su Virginidad antes del parto en
el parto y después del parto. Se presenta en pie, observándose que la ca-
vecera oriental de su serrania tratada de Icatepec, también lo esta; y la
parte de su vertical retage, colocada en la halda meridional, y en figura
semejante al symbolo de la escritura que se figuró al pie de la sagrada Ima-
gen. Pero ambos symbolos, instruiendo que fué así copiada al tiempo de
tal prodigio, y en vida mortal, y postura natural, a quien vive, y por ella
distinguido el tobillo kekeyole, el que tiene vida yole, con pisar kekesa; es-
tán dictando también la integridad virginal. Porque en este Idioma se ex-
presa á la entera Virgen por ocmomotquitinemi la que vive nenii, entera
ó sin falta motkiti, todavía oc; como aquella parte de la serrania, aun se-
parada de su primer lugar, y vista á competente distancia, y también á la
suficiente, la soberana Imagen entera y en pie. Otro frasismo de la entera
Virgen es ocmasinemi la que vive nenú para otorgar sia, con la mano matl
symbolica de suplica, todavía oc; según se manifiestan las de la Soberana
Señora unida; aquella parte separada de la cavezera oriental de la serra-
nia, unida á la halda meridional. Y el tercer frasismo, es occhalchiuitl, pie-
dra preciosa chalckiuitl, antonomástica en el diamante por su impenetrable
dureza; como aquella nucleosa parte desprendida de la serrania, y el mys-
terio de la Cruz, figurada en la que el escritor de la Maravilla trató de
Medalla ó escudo pendiente del cuello de la sagrada Imagen según lo está
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
292
aquella parte de la serranía respecto de la cima: y acabando la parte úl-
tima de este tercer compuesto, con todavía oc, como los otros tres y según
se advierte permanente la configuración de la serranía, y la Imagen sa-
grada.
Su cíngulo, se manifiesta en sola la atadura, colocada en el vientre Vir-
ginal; y expresándose esta por tlalpilli, principal piili de la tierra tlalli,
resulta symbolizado en ella el verbo divino, como encarnado en la tierra:
y aludiendo tal frasismo después de profanado, al oro, que el primer Mo-
numento hallado instruie atado en zurrones. Insiste la Imagen sagrada con
el pie derecho sobre la que se ha tratado de Luna, aunque no en el esta-
do determinado que manifiesta, ni por su valor nacional de Meitzli^á. que
la veloz pronunciación de Vocales continuadas, ha quitado la i, déla pri-
mera sylaba en los escritos por Metztli, siendo su significasion la de filo
itstli, del Maguey metí, o alegoría del castigo, que experimentaron los in-
crédulos de la nueva Ley, y sus mysterios, á tiempo en que profanaron
los sacrificios de la antigua, con embriaguez y desórdenes á ella consecu-
tivos, como los Romanos en sus Bacanales; festejo recordado en nueva Es-
paña, con la costunbre primeramente de pintarse los naturales la cara en
carnestolendas, con aquella creta tisatl, resultante de osamentas; y siendo
notable que en el dia consecutivo á aquellas nos haga memoria la Santa
Iglesia, de nuestra conversión en tierra de osamentas, con ceniza de ellas.
Al tercero dia de Luna nueva ó estado de laque conculca tan mysteriosa
Imagen, y al cual figura también el segundo Monumento hallado como te-
ma de la averiguación de su Data, resulta alusiva tal planta, que. con sus
pencas exteriores, en abertura semejante á los brazos de la Luna en aquel
estado, advierte también el en que la propia Planta produce el jugo del
vino nacional: e instruiendo juntamente las púas presentadas en la Orla de
la Imagen, y propias en las ondulaciones del Maguey; el principal destino
que se dio á este, al tiempo de tal pintura para lienzos texidos con la he-
bra de su macerada penca.
La symbólica Luna, advertida por el escritor de la Maravilla en su cita-
do § VIII, de color de tierra obscura, se halla sobre cabeza humana, quan-
to en este Idioma es común su cima á la de serranías, y en la de nuestro
sur instruie el primer monumento hallado, la destrucción de la capital an-
tigua á tiempo del eclipse solar á medio dia. La persona sobre que carga
y tiene cruz en el pecho, es de solo medio cuerpo para arriba tlactli común
al que se incorpora con otro, como el Sol y la Luna con la tierra, á nues-
tra natural vista en los eclipses; y advirtiendo el citado primer monumen-
to, ia diminución de estatura de la Gente, dominante al tiempo de aquella
era, con solo medio cuerpo en la data de fundación de la capital nueva, á
los quatrocientos años de destruida la antigua con la Santa Cruz en su ci-
ma. Pero referido el symbolode esta media persona, á su juvenil semblante;
elevación de manos con los brazos abiertos, y adorno de Alas, juntamen-
bibliografía mexicana del siglo xvm.
293
te instruie, según estilo nacional, la incorporación á la nueva Ley de la na-
ciente Iglesia en esta Región, con la rapidez de las Alas, y para alcanzar
la vida eterna, symbolizada en tal acción de las manos levantadas para al-
canzar lo que está en alto cuiltin, frasismo profanado en el primer citado
monumento, tanto para regreso á las costumbres castigadas en aquella era,
y entre ellas la embriaguez, cuanto para rascar la lepra de la cabeza, la
descendencia de la raza infiel, y fundadora de la capital nueva.
La vida eterna, aunque escrita por error semtcacyolistlila. dicta su pro-
pio compuesto, semicacyolistli: vidayolilistli; en pie de icac, ó permanente,
de cada uno sanie, de los gustos que se expresan por melauacanemilize ,
los que viven ncmulise, donde está ca, la verdad melauac. La symbólica
Iglesia se halla asida con la una mano, del extremo del symbolo de la escri-
tura divina representada en prolongación de la túnica la qual se expresapor
vestidura interior tlanctutle, fuego tletl, de los quatro nctui de la tierra tlalli,
ó rumbos cardinales de ella, que el citado primermonumentosymboliza tam-
bién un cruzero, juntamente alusivo al terreno de la era nacional. Con la
otra mano se agarra del extremo del Manto citachtli, hilo ichtli de la cima
ciuiitl que es la de la sagrada Imagen, cubierta con el propio Manto. Los
dos primeros monumentos hallados instruien el hilo por symbólico de
tiempo y generaciones, advirtiendo el segundo la consumación de los siglos
por fuego: y la misma mysterios Imagen, la permanencia de la Iglesia mi-
litante, asida de la Escritura divina, hasta aquella consumación. El propio
manto, dicta también la honestidad, ó singular recato en toda Doncella
que vea tal Imagen con aquella extremidad de él, asida á la izquierda de
quien la mira, por el distintivo de toda Doncella ichpochtli, á la izquierda
opoclitli está el hilo ichtli, como que este advierte por alusivo, al tiempo,
que tiene fin ó extremo como aquel Manto, y siendo de notar que todo lo
final se expresa por tzonkiscayotl, salida ó finalización kiscayotl, del pelo
ó hebra tzontli que aludiendo en el origen del pasivo, al ultimo fin del
Mundo en que las almas se volverán á unir a sus propios cuerpos perso-
nales y por ello con sus pelos, resulta la inteligencia errónea y abusiva del
propio frasismo, en la costumbre con que muchos naturales recogen los que
se les caen al peynarse, y los guardan en abugeros.
Como el distintivo del pelo es común á quatrocientos, y el citado primer
Monumento instruie por método nacional, la fundación de esta Ciudad des-
pués de quatro siglos de la era regional, también resulta que hasta cum-
plido tal espacio, no volvió á salir el pelo á la raza descendiente de la au-
tora para la Apostasia de la Religión cristiana ó suceso igualmente señalado
en la exprecion szonkiscayotl, otra synonoma de lo final, es tlatlatzacca-
yotl, tapadera tzaccayoll de lo que arde, quema ó obraza tlatla que dictán-
dolo la concordancia de los monumentos, especialmente de la serranía de
nuestro Norte, alusivo al manto, figurado en la Imagen de la Madre de Dios,
con que extinguió el incendio de la propia serranía: usó después aquella
BIBLIOGRAFÍA mexicana DEL SIGLO XV ¡11.
294
descendencia apóstata, en sentido profanatorio y vengativo, de otra clase
de tapadera sobre la caveza de su figurada fundación. El antiguo fuego de
la mencionada Serranía, no solamente se manifiesta exteriormente en al-
gunos espacios de ella asidos y en algunas lavas de tezontli, sino también
en los indicios del subsistente interno de ella; como son los ruidos subte-
terráneos, que se han observado en distintas ocasiones venidos de norte
sur en esta Ciudad; el Aceyte de piedra ó petróleo, descubierto también
en nuestros dias donde se halla el Santuario; y el manantial permanente
también allí, de Agua azufrosa, y cuia singular figura semejante á la es-
portilla nacional, ó tompiatle, fuego, íletl, que guarda pia, tome, advierten
también parte de los prodigios que obia aquel Apóstol, y la permanencia
de su singular distintivo en la anotación de este utensilio de figura cilin-
drica y con el asiento en ella cónicamente, según se advierte la emanación
de aquel pozillo dentro de su cabidad cilindrica.
Ella resulta originada del tiempo en q.e se cubrió su antiguo fuego sub-
terráneo, en el de la incorporación nacional á la nueva Ley de Jesucristo,
como instruie la expresión de fuego cubierto tlacpenalli, comenzado petia-
lli el un cuerpo incorporado con otro tlactli. A la infancia educada enton-
ces en los sagrados mysterios de la propia Ley, según se presenta el Ju-
venil semblante de la symbólica Iglesia de esta ynsigne Imagen resulta
también alusiva la ceremonia cruel, y recordativa de la perversión poste-
rior, conservada hasta el tiempo de conquista en la inteligencia del sa-
crificio de Niños, que se executaba en la propia serranía de Norte. En el
cap. 21 lib. 7? de Ja Monarquía se refirió que "en especial en esta Ciudad
"de México los subían á un monte y sierra que le cae en la parte del Norte,
"llamada Co/¿uatcpcc," ó distintivo que la instruie, en c, Sierra tepetl, del
Gemelo coatí, como que su cima plana con vestigios de antiquísimo edifi-
cio, manifiesta en ella, uno de los principales establecimientos para edu-
cación cristiana.
Aun la estación en que comenzó aquella incorporación y el singular
prodigio de averse copiado la Madre de Dios en esta mysteriosa Pintura,
la advierte no solamente la ceremonia del anual desuelle de la muger, sino
también el color de su apasible rostro moreno, mas no de la clase, ni de-
bilitado, de que es propio yayactic, ni de sucios de que lo es catzactic, los
que por no averse distinguido en el Diccionario conforme ásu natural apli-
cación, se asentaron en el, como synónomos átpayauac, expresión propia
del que presenta el mismo sagrado rostro, y de significación común á cosa
matizada de flores: el synónomo pues de tal color lo es canmiletic; catni-
letic con falta de ;/, en su primera sylaba y escrito en el Diccionario, con
adición de c en su penúltima cuando sus rayzes son en pie, ó viviente can-
mileua al pintar la fruta e instructivo en su compuesto de eua levantarse
de dormir, de la sementera milli, del pais can, lo advierten índice de Pri-
mavera, en que se obraron los altos mysterios de la Encarnación, y Pasión
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
295
del Redemptor del Mundo que symboliza la misma sagrada ymagen, pues
se significa este último no solamente en la era nacional de aquel eclipse,
sino también en la corona tratada ya de uitznauac cerco de la espina uitz-
li, del año xiuitl alusivo al de aquella era; y ya de tlatocayotl, nomencla-
tura tocayotl, de la tierra llalli, como que hasta los tiempos de conquista
distinguía la nación Mexicana á la América por Teotlixcoanauac, corona
nauac, de la frente ixco, del Señor Teoili, anotación entendida sin el valor
de su compuesto, por fines de la tierra hasta las costas del Mar cap. 10, lib.
3? de la Monarquía.
Es bien notable el tratamiento de Princesa ó gran Señora Tlatocasiua-
pile; con que en manuscrito poco posterior al año 1537 e impreso en 1649,
citado pag. 3 del Manifiesto ú opúsculo Guadalupano, refería el descubri-
miento de esta antiquísima Imagen, uno de los nativos en el Idioma todavía
dominante, señalándola por el distintivo de Guadalupe que la dieron los
españoles, así como a esta Ciudad con el que corria confundido entre
los mismos de México, y con los primeros vicios en la escritura del propio
Idioma, que quitados es el siguiente " Ueitlamauisoltica omonexiti iniluicac
" tlatocas'uiapili santa Maria Totlasonautzin Guadalupe in nican ueialtepa-
"nauac México, itocayocan Tepeyacac,'' esta sucinta memoria, traducida en
el sentido vulgar, contiene el siguiente "con maravilla tlamáuisoltica gran-
de uei se manifestó omonexiti la del Cielo inilhuicac la Reyna Tlatoca-
"siuapile, Santa Maria, apreciada Madre nuestra tonantzin Guadalupe,
"aqui innican, en el cerco nauac, de agua atl, de la Población Altepetl,
"grande uei México en el territorio can, cuio nombre ¿tocayo es adonde
"está c, la nariz yacatl, de la sierra tepetl". Pero el compuesto y alegórico
de los mismos frasismos llama la atención á reflexionar qne el de maravilla
Tlamáuisoltica conque se expresaba la narración, alude antonomástica-
mente á la propia Imagen colocada dentro de Maguey, pues sus partes
componentes, la que está ca, dentro itic, de lo usado antiguamente salli,
que es la espina uilztli, del Médico tlama, grande uei. Las de Reyna Tla-
tocasiuapile, son, la que tiene el principal pile ó á Jesús encarnado, es la
muger suatl, q.e da nombre á la tierra Tlatoca; lo que haze resultar nece-
sariamente, que las admirables nomenclaturas de Idiomas que con sobrada
Justicia pueden reputarse por otros tantos testimonios de la Religión cris-
tiana, se originaron viviendo la inmaculada Señora, según lo avia anun-
ciado su propio hijo después de resucitado, cuando advirtió por una de las
señales de los creyentes q.e hablarían en lenguas nuevas, como refirió S.
Marcos cap. 16, v. 1 7.
Con que no debe extrañarse que las del Mexicano como tan antiguas
instruían especialmente los sucesos regionales de aquel mismo tiempo de
los anteriores hasta el de creación, y entre ellos el de la muerte del Re-
dentor en la era nacional, recordada también en la destrucción de la ca-
pital antigua de estas naciones, señalada después de su aniquilación con
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
296
la figura cóncava, semejante á la que queda en el tronco del Maguey des-
pués de extinguido su Jugo por la nacional extracción de él, lo que ad-
vierte la anotación México^ dentro co, del que tiene oquedad céntrica xic-
tlc, de maguey metí, según se presenta en la serranía de sur, una de sus
prominencias descubierta para esta Ciudad. Este pues resulta aver sido el
sentido con que los naturales afirmaban á los españoles del siglo dézimo
sexto, que el nombre México lo tomaron sus ascendientes del Dios prin-
cipal que traxeron, el cual tenia dos el uno UitzlopocUtle y el otro Mexic-
tle, según la memoria referida cap. 23, lib. 3? de la Monarquía.
Aun sin intelegencia en su escritor de tan alusiva tradición, y por ella
asentados con error las expresiones Huitzilopochtli y Mexitly, referia á esta
segunda como tradición por los mismos Naturales en la significación de
ombligo de Maguey. Tal lugar cóncavo del cuerpo humano jt/V//í, es co-
mún ál distintivo que hasta hoy dan á aquella eminente oquedad de la
serranía; pero como á otra parte componente ó el Maguey metí, que es
la del infierno Tlalxicco, adentro co, está la oquedad céntrica xictli, de la
tierra 77a//*, symbolizada en la de la antigua Capital México. Por ello tam-
poco se deberá ya extrañar la confusión, originada en parte de ocultación
nacional, y en parte de falta de examen de tal Idioma en aquellos á quie-
nes era ageno, conque aquel escritor seguía asentando "y assi dizen que
"los primeros Mexicanos lo tomaron de sus Dioses (el nombre) y assi en
"sus principios se llamaron ftlexica, y de este nombre se nombró la Ciu-
"dad siendo el primero que tuvo Tennchititlan por razón del Nopal que
"hallaron sobre la piedra cuando en ella fundaron: y aunque la Ciudad
"se llama en común nombre México entre los españoles é Indios que agora
"se van criando, los viejos nunca la llamauan ni llaman México, sino Te-
"nuchtitlan, á diferencia del otro segundo barrio que se llamó Tlatelolco.v
De la señal pues, asimilativa del suceso de aquella antigua Capital, y
de la causa de su destrucción, ó vicio dominante de embriaguez, tomaron
el distintivo Mexica los descendientes de los libertados de ella que figura-
ron su memoiia en el primer monumento ahora excavado, y fueron en nu-
mero tan escaso respecto del indeterminado que allí pereció cuanto dexa
entender el abultado de la colmena que juntamente presentan, y las exten-
didas y permanentes ruinas volcánicas y de terremoto, existentes en tal
serranía que fenece por el lado meridional en el alegórico Uitzilacki. Y el
de Tenuchca asentado en el siguiente cap. 24 de aquel libro, fue el pe-
culiar de los fundadores de la Ciudad hasta hoy habitada y referente á lo
mas notable que avia entonces en este determinado lugar, motivo de ha-
verse distinguido la nueva Población por Tenuchtitlan ó tratamiento que
también se le daba en escrituras Jurídicas del siglo dézimo sexto agregán-
dose en ella el de México. La expresión característica no se confirma con
la signicacion de Nopal sobre piedra, que la daba aquel escritor como que
su natural valor, es cerca ó al pie itlan de la tuna nicchtli. de piedra ó de
bibliografía mexicana del SIGLO XVlll.
297
Sierra tetl. A la inútil ó despreciable trata la nación llamada otomi por
equivocación española, de Fronda (sic), conque igualmente nombra esta
Ciudad, a la cual suelen llamar los Naturales Mexicanos de la serranía del
Sur, TemitcJiico dentro co, de la tuna nuclitli, de piedra ó sierra tetl.
Como en el figurado monumento de su fundación se instruie al Ramero,
alusivo al modo con que el conjunto de peñascos de la serranía de Sur caio
en en este lugar donde se hizo después nueva fundación, semejantemente
se anotó al mismo conjunto por tuna de aquella serranía con referencia al
tiempo circunstanciado de su caida. La tuna cae al contorno del Nopal:
sabida es también la propiedad singular de el de que la tuna, frutosuio
precede á su flor, de la qual se observa abrirse al extremo de el por el ca-
lor del Sol, y cerrarse en la noche. Parece no podría anotarse con mas
propiedad el tiempo en que caió aquella pedrosa tuna en este lugar, por
Primavera en que abre su flor la natural, según se desmoronó aquella Se-
rranía desde sus cumbres, á medio dia, y cerrándose al mismo tiempo
con la obscuridad de un eclipse singular, pero caiendo aquellas al contor-
no de su Nopal, al que trataba de Árbol muy grande y grueso, y abierto
por medio con gran ruido y á tiempo de comer, otra alegoría tradicional
que se concordará con los geroglificos de la figura de nueva fundación. (1)
Del lugar preciso de ella, ó teuucJitli, referia el escritor de la Monarquía,
cap. 22V de su citado lib? "este lugar (según la mejor razón que yo é po-
dido averiguar y examinar) es donde agora está edificada la Iglesia ma-
"yor y placa de la Ciudad." En él, pues, se hallaron estos y otros enor-
mes peñascos, y al mismo aludía el nacional escudoheráldico de la propia
Ciudad, compuesto de una Águila, parada sobre tuna, y en acción de vo-
lar, ó symbolo de la Luna aparecida en aquel memorable eclipse, acaecido
al tercero de conjunción según instruieel tema del otro monumento exca-
vado, ó tercero dia de su perigeo y distancia mayor de la tierra, symboliza-
da en el vuelo de la Ave parada sobre eminencia que representaba la que
lo avia sido de la*serranía.
La propia Águila llevaba una culebra symbolo del tiempo, por su vida
ó larga duración, para nosotros indeterminada, y que aquel escudóla ins-
truie de quatrocientos años, corridos desde aquel eclipse, era nacional y
Caida de la tuna de la sierra, hasta la nueva fundación sobre el conjunto
peñascoso venido de ella, según concuerdan otros geroglificos del monu
mentó figurado de la propia fundación, tocantes al tiempo de ella.
Que la. Águila de aquel escudo fué symbólica de la Luna aparecida en
el meridiano de esta Ciudad, lo comprueba la permanente configurada
en las ondulaciones de la serranía de nuestro norte en la parte de ella co-
rrespondiente al propio meridiano, visible desde el Pueblo Cuaiititlau,
cerca ó al pie tlan, de la Águila cuautli, situado en su valle septentrional
. (1) Este mismo asunto del árbol que estalla se trata igualmente en la nota (A).
38
BIBLIOGRAFÍA MEXICANA DEL SIGLO XVII 1.
298
y á la qual se refiere también el de Cuautepec, en donde está c la sierra
tepcll, de la Águila atautli, existente en su basa meridional.
La propia Ave colocada en el tcnucJitli del escudo, tenia á la culebra,
ó symbolo de aquellos quatrocientos años anteriores, en el pico tcnitztli,
filo itztli, del labio tentli, alusivo al de la sumersión del antiguo de este
Continente en aquella era, el qual figura el segundo monumento excavado.
£1 temor de acaecimiento tan memorable, hizo también conservar en los
descendientes de la nueva fundación, la administración de justicia.
Según el cap. 25?, lib. 1 1? de la Monarquía, el Presidente ó Juez mayor
después del Rey, se distinguía por Siuacoua. Avia otro inferior Tlacatec-
catl, con dos que aquel escritor referia como Asesores, sin examen de es-
tas expresiones, siendo el uno tlailotlac, y otro CuaunucJitli. Si se atiende
á sus valores, resulta conservada en el uno la memoria del que discernía
lo justo, y dictó que se arreglasen á ello los Pueblos; pues Siuacoua, es el
dominante de la vivora coua, de la muger siuatl, ó alusión al Apóstol que
venció al Demonio symbolizado en el Dragón que engañó á Eva. Tlaca-
teccatl era el ocupado en las Gentes, ó persona dedicada á la administra-
ción de justicia, que su subordinación á aquel Presidente, la manifiesta
introducida por el mismo Apóstol. En Tlailotlac, cuerpo incorporado con
otro tlactli, se revuelve de donde iba iloti, á la tierra tlalli, se recordaba
aquel prodigioso eclipse de la era nacional, en que revolvió la luna del Ca-
mino que llevaba, como que fué el tercero dia de conjunción, ó acaecimien-
to tan notable de tiempo en que no se administraba justicia, sino iniquidad.
Y CuaunucJitli, es la tuna nuchtli, de la Águila cuautli, ó el conjunto
de peñascos lugar de la nueva fundación, recordado por el tiempo de su
impulsión quando revolvió aquella symbólica Águila déla luna.
Nota (f) (Véase pág. 209.)
La anotación topográfica de payses de Carpinteros, se advierte también
en Poblaciones cercanas á lava herrosa, conocidas vulgarmente por Chi-
maluacan, que la misma los descubre escritos así con error del siglo dézi-
1110 sexto, en lugar de Ximaluacan. territorio can, de que se apodera el
carpintero ximalua. Algunos españoles que en los tiempos de conquista
vieron instrumentos de tal hierro, los reputaron por su color, de cobre, co-
mo no acostumbrados á el, sino al de vena, que no hallaron aqui excavada;
aunque otros aseguraban ser de hierro. No hai vestigio en las costumbres
nacionales del uso del cobre para cortar, quando todavía se sirven para
ello algunos naturales, de aquella lava filosa en lugares tratados comun-
mente de malpais.
Que los texidos se fabricaban también del ancho desde la punta del co-
do hasta la del dedo del corazón ó de en medio, lo dicta la costumbre con
que los regulan así los naturales tendiendo el brazo, ó dimensión á que alu-
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
299
dio el Diccionario, tratándola de seumolicpitl, la punta del codo molicpitl,
en cada una senne, esto es, de cada dimensión, aunque escribiéndose en
aquel semolicpitl.
Las symbolizadas en varias partes del cuerpo figurado conforme al es-
tylo del Idioma, son acordes con muchas deformes osamentas, halladas en
varios tiempos desde el de conquista hasta el nuestro, sin que alguno ha-
ya todavía convencido con demostración, que sean de otra especie distinta
del hombre, pues de elefantes, á que mas se asemejan las nuestras, no hi-
zieron mención estas naciones. De manera que una ú otra que se ha ha-
llado de ellos, y de otros animales antediluvianos en nuestro continente,
ha sido mucho mas notable, como que no aparece conservada en él su es-
pecie después del Diluvio. El Conquistador español, pag.s 106 y 107, en
su carta de 30 de Octubre de 1520, y relativa á su primera entrada en es-
ta Ciudad, en el anterior, asentaba que dentrodela que trató de gran Mez-
quita ó templo principal, avia tres salas donde estaban los principales ído-
los de maravillosa grandeza y altura; y en sus geroglíficos aparecen ahora
tres ordenes de ella. También instruía que esos bultos y cuerpos en que
creian, eran de muí mayores estaturas que el de un gran hombre, y las for-
maban de las semillas y legumbres que comen, y molidas las amasaban con
sangre de corazones humanos.
La magnitud que representaban, resulta por la concordancia de sus mo-
numentos, que fue la de los antiguos Señores dominantes en Nueva Espa-
ña hasta la era nacional, reverenciados en ellas por sus descendientes, des-
pués de la Apostasía de la Religión Cristiana, y haciendo honores divinos
á sus Monarcas hasta el tiempo de conquista; de que acusado Moteusoma
(el que se manifiesta con ceño mosoma, de Señor teutli) por la Nación to-
tonaca, ante los españoles, desde la costa de Veracruz intentó indemnizarse
diciendo á su conquistador, al mostrar el cuerpo levantadas las vestiduras
"veisme aquí que so de carne y hueso como vos y como cada uno, y que
soí mortal y palpable", según la pag. 82, con que sabia que Dios no es cor-
poral ni mortal, pero sin distinguirlo en quanto tal, y no en quanto hom-
bre; lo que resulta al mismo Monarca, descendiente de los incrédulos en el
mysterio singular de Encarnación del Hijo de Dios; y sin que aquella su
demostración pueda atribuirse á noticia del Ser divino, comunicada antes
por los españoles, pues tal descargo lo hizo la vez primera que ellos entra-
ron en esta Ciudad.
De la reverencia, pues, que daban á aquellas corpulentas estatuas, con-
cordada con otras ceremonias imitatorias de las de nuestra Sagrada Reli-
gión, resulta que después de aver la raza incrédula y degenerada de cor-
pulencia, hecho abandonar á otras la fé de Jesucristo, por medio de sus
crueles y alevosas invenciones, ella fué la que se hizo adorar, imitando la
reverencia introducida desde el tiempo de la predicación del Evangelio,
para Jesucristo y su Madre inmaculada en sus imágenes, y las de sus sa-
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
300
grados Discípulos y Martyres por aquella fee; aviándose experimentado
hasta nuestros días el oculto abuso en algunos Pueblos de naturales, de los
ministerios sacerdotales, y de los sagrados Mysterios por el que se les ha
procesado.
Si el origen de varias de sus costumbres, descubierto en sus Alegorías,
y en los Monumentos figurados, se concuerda con la doctrina de la Escri-
tura Santa, resulta en aquellas Gentes corpulentas, tratadas antonomásti-
camenté en ellas de tales, ó Gigantes, por sus propiedades de Poderosos,
soberbios y tyranos, que el motivo de aver resistido la creencia del Mesías
prometido en la Ley antigua, y sus Profeta^, la embidia fomentada por el
enemigo común del Género humano, de que el hijo de Dios huviese encar-
nado en la descendencia de Sem, y no en la de Caín, instruiándola de este,
que de ella venia la incrédula, ó maligno zelo semejante al de Caín por su sa-
crificio no admitido, y a quien procuró imitar después del Diluvio, con los
crueles que ella introduxo en Lugares que advierte por principal residen-
cia de aquel enemigo de los de su propia naturaleza y su primer homicida.
La misma Raza incrédula instroia aver sido laportdiluviana que introduxo
el uso de aquellas semillas, de que fabricaban sus grandes estatuas; y avien-
do asentado el Diccionario al Gigante por Quinametli, que su compuesto
lo descubre alusivo al que se haze pesado ametli, después kin, en manifes-
tación de no averse hecho gravosos en los tiempos primeros de su asiento
en este Rey no; para con la Nación primero establecida en ei lugar que re-
fiere después del Diluvio; también ponía el propio Diccionario, por synó-
nomo tlacalteyac lo largo uciac, de !a Gente tlacatl, relativo á su nacional
corpulencia.
La clase de Roca, de que se advierten estos figurados peñascos, es de
naturaleza igual también á la que se nota en enormes, sin ligazón entre sí,
ni con serranía alguna, de que se hallan bien distantes los del extraño ce-
rrillo Chapultepec, situado á menos de legua del extremo occidental de esta
Ciudad. Su distintivo encierra el valor de que en c, la sierra tepetl, estuvo
la Langosta chapulín, como que la propiedad de tal insecto es saltar que-
dando sentado donde cae, como también la Rana; lo que instruie aver así
acaecido á tal tumorosidad, provenida del mismo modo que la antigua cen-
tralde estaCiudad, desde lamayorpromlnenciadelaserranía, de Sur, á que
está enteramente descubierto CJiapnltcpcc. Otra tumorosidad se nota tam-
bién con Población sobre ella, y tratada de Tcpcpan, de sobre pan, la sie
rra tepetl, situada á poca distancia de la propia serranía, cuias inmediatas
cumbres inferiores á aquella prominente, conservan oquedades volcánicas
como ella. Por estylo semejante se anotó otra erupción de lava telsontlí:
pelo tzontli, de piedra ó Sierra tetl, por dimanada de ella como el natural
de la caveza, ó parte encumbrada del cuerpo; tratando de Tepcucuc á un
cerrillo de esta clase de Lava situado en llanura, los Naturales de la Pobla-
ción establecida en ella, escrita erróneamente entre Historiadores Ama-
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII
301
quemecan, y por ello sin significación, quando Amacmecan tiene la de te-
territorio can, del Maguey metí, á la otra vanda de la Agua Aniac, por
situado á la otra de la Laguna vulgarmente conocida por de Chalco, y
siendo la alusión del Maguey la de la era nacional en que advierte aseme-
jado también á tal Planta al propio cerrillo, y por eso dedicados aquellos es-
pecialmente á su Cultivo en la misma Población. Al symbólico Maguey
lo descubre venido del cercana Volcan nevado, el distintivo tefieueue
con que nombran al Guarda del Santuario en Cueva de una antiquísima
Imagen de Jesucristo en el Sepulcro, siendo su significación la del viejo
iteue, con que distinguen al propio volcan, de la sierra tepetl, que es el otro
picacho nevado que tratan de ilamatl vieja. Otras dos poblaciones en la
Provincia conocida por Uaxteca, advierten á sus fronteras cumbres neva-
da?, con aver tratado á un Pueblo de Ueuetlan cerca ó al pie itlan, del
viejo nene, y á otros de ilamatlan, cerca itlan, de la vieja ilamatl, á Pica-
chos nevados en la que se conoce por Sierra Gorda, ó Sierra Madre. Y de
Ueuechocayan, lagrimal chocayan, del viejo íiene, es la anotación de otro
Poblado al pie de la Serranía que se conoce por Perote, en lugar donde
concurren las vertientes de su cumbre nevada, y cuia antigua Lava ó Mal-
pais corre por veinte y dos leguas hasta el Mar de Veracruz; hallándose
otro Ilamatlan, cercano á la Serranía nevada de Orizava. Por estilo seme-
jante alusivo y de especial conformidad con las anotaciones de CJiapulte-
pec, Tepepan, y Tepenene ministra el monumento figurado, la del Ranero
de la Sierra, en la tierra tlatecniyaloni, por venida de la serranía de Sur la
tnmorosidad de Peñascos, ó Centro de la nueva Ciudad sobre ruinas de la
parte más elevada de la antigua Capital.
De las erupciones volcánicas del siglo primero de la era Cristiana tomó
distintivo la Hoguera nacional tlenenepilli lengua nenepilli, 6 el principal
pilli, sexo femíneo y puericia nenetl, alusivo al de Gente corpulenta según
el Monumento, es el del fuego tetl; como lo declaran los synónomos de
ella, tlecnesalotl pegamento salotl en halda cncitl, de fuego tletl; y tleco-
moltic, Barranco comoltic, de fuego tletl, en lugares advertidos por distin-
tas especies de lavas tratándose á la tincta de los naturalistas en los de
Tetzontepec, sierra tepetl, de hebra, ó pelo tsontli, de piedra ó sierra tetl,
por provenida de cumbres como el natural de la caveza; á la de pómez
tepnxactli, esponja pUxactli, de piedra ó sierra tetl, anotación del Pueblo
Tepnxacco, de situación donde hay tal pomes; á la herrosa istlaetli baba,
advertida en Ximalistlacean, y en Istlacpaluccan, en dos lugares ucean, el
color palli, de baba istlaetli, por. dos tumorosidades q.e se presentan allí,
de la piedra vulgarizada por Ispal. Esta por sus propiedades, ya de du-
reza resistente á la lima, ya de chispear quando anda entre ella las cabal-
gaduras herradas, y ya de su peso respectivo, mayor que el de otras piedras,
resulta aver sido el Granito apreciado también entre estas naciones para
permanencia de muchas figuras que se han hallado, formadas de el á tiem-
bibliografía mexicana del siglo XVlll.
302
po de su blandura en estado menos cálido. Las mismas propiedades han
señalado los naturalistas, al que se empleó en los soberbios Obeliscos de
Egipto, y en los de Pompeyo y Cleopatra en Roma, personages de aquel
siglo.
Solicitando los escritores á los fundadores de la actual México los escri-
bían Nauatlacas, sin expresar su significación, ni el de la Monarquía cap.
2? Lib. 2? aun mencionando la tradición asentada por Gomara, Herrera y
Acosta, tocante al Lugar de donde vinieron aquellos y los Mexicanos.
Clavijero pag. 2j, tom. 1?, escribía A naitatlaca, entendiéndolo por per-
sonas cercanas á la Agua, fundado en la significación errónea de nauac
por cerca, siendo esta itlan, y quando aquella antigua tradición comuni-
cada en Idioma nacional, advertia Naaaatlaca, Marineros, ó Remeros Atla-
ca} ó Gentes flaca, de Agua atl, del contorno, ó cerco nauac, quienes con
su remo ílaxilotl, conocían el camino otli del centro xictle, de la tierra tlalli.
De las quatro Azequias con que figuraron sus Barrios, se acabó de cerrar
en nuestros dias la que giraba por los Puentes Quebrado, de Monzón y de
Jesús, permaneciendo la del de Solano, y parte de la del Cuervo. Los qua-
tro principales Barrios se mencionaron cap. 38, lib. 6? de la Monarquía,
el uno por Tcopan, con el vicio de ;/, que aun quitada todavia significaría
Iglesia, ó en donde estapa, el Señor teotli, quando los otros tres aluden
á señales naturales, y por ello también Tzoapa, en donde está/to, la lavaza
tzoatl, que es el de Curtidores: el segundo Atzacualco, dentro co, de lo
aislado atzacualli, ó encerrado tzacualli, con agua atl, que es el conocido
por S. Sebastian: el tercero escrito con qu, Quepopan, siendo Cucpopa, en
donde está pa, la calzada cueptli, y es el conocido por S.ta Maria, donde
permanace parte de aquella antigua; y el cuarto Moyotla, Mosquital, que
es el S. Juan.
Para distinción de este ordenado establecimiento se anotó su colindante
Población Tlaltclolco, Tlaltololco ó Tlalteolololco, expresiones diversifica-
das por los dialectos del Idioma, la primera con synalefa en la sylaba ini-
cial o, de oloiotli Rollo, la segunda en la de íctl piedra, y la tercera sin ella
en esas sylabas, pero las tres en la li de tlalli tierra y todas significativas
de Rollo de tierra con piedra, indicando el co, lo interno del mismo Rollo,
habiéndose anotado á cada uno de dos notables de materia volcánica en
el Jbl^lpaís de nuestro Sur y de figura casi Pyramidal, por Tcolololco, con
que hasta hoy los tratan los Naturales de su cercanía, equivaliendo á nues-
tro castellano de lo interno co, el Rollo oloiotli, de piedra tctl. Cap. 24, lib.
3° de la Monarquía se escribió erróneo Tlatilalco, y también Xatilnlco,
por Xaltcolololco, dentro co, del Rollo oloiotli, de piedra tctl, con arena
xalli. A este mixto lo agregaba allí el Rio conocido hoy por de los Re-
medios, variado después de la Conquista, de su antigua Madre, y por ello
frecuente la nueva en desabordes á tiempo de mucha lluvia. Cap. 13, lib.
2o de la Monarquía se refería, aunque con error en adición de di y sin sig-
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
303
nificcacion á Acaniapichtli por primer Rey de México, quien traia origen
de Ctilnacan, que es el territorio aislado entre las dos Lagunas y compre-
hensivo de la serranía de Tlaltenco. En el propio cap? se asentaba que
un principal de la familia Mexicana, nombrado Cohnatzontli casó en Cnl-
huacan con hija de otro principal Acxoqnaiitli. Debióse escribir Cnatzon-
tli, pelo ó quatrocientos tzontli, en la cumbre ó cima cnaill, alegórico al
valor de la figurada en la sierra de Tolyahualco; como Axocnaiitli, Águila
Cuautli, en la olla xoctli, de Agua atl, á la de Tlaltenco.
Por alguna de las tradiciones escritas en el siglo Dézimo sexto, se asentó
tnmbien cap. 22, lib. 1? de la citada Monarquía, averse olvidado el uso del
Maiz con las continuadas secas, venidas desde vida de los pocos escapados
Tnltecas en las Riveras de estas Lagunas, hasta que un Señor de Cuate-
pee, descendiente de aquellos, teniendo noticia de sus antepasados, de co-
mo era el Pan (esto es tortillas), y aviendo guardado desde su niñez, al-
gunos granos, los bolvió á sembrar, y extendió; y que los chichimecas se
mantenían con conejos, y venados. También se refirió semejante extin-
ccion del Algodón, propio de Payses húmedos, calientes, como son las
costas de Nueva España. Esta dilatada epidemia recordada en aquel siglo
en que se escribía sin determinación de tiempo, se advierte distinguida en
duración, por dos Datas que resultan de la concordancia de este primer
Monumento hallado, que la ministra desde la era nacional por cinco años
consecutivos juntamente con la Lepra, y de la posterior, y mas dilatada
que instruie la Alegoría tocante á la Apostasía; pero comprehendiendo
los symbolos y geroglíficos ya expresados de la basa de este primero, con-
servados ambos castigos en Razas determinadas, y en los territorios que
habitaron por quatrocientos años hasta la fundación de esta Ciudad.
La expresión natural del pelo tzontli, es translativa en cuerpos abun-
dantes, ó de pluma, ó de hebra, en serranía comprehendida en distrito ju-
risdiccional del vulgar Tasco, instruido Tlaco mitad por la que allí forma
respecto de su elevación, el hundido en que se halla, advierte en parte mas
alta, y distante de aquel Lugar, el distintivo vulgarizado por Chontlalpa
entre quienes no son naturales, pero entre quienes lo son, Tzontlalpac,
arriba tlalpac (todavía compuesto de encima iepac, de la tierra llalli) del
pelo tzontli, alusivo á la mucha y menuda hebra del Árbol conocido por
Atiene, viejo nene, en Agua atl, por su inmemorial duración en ella, aun-
que escrito equívocamente por algunos del siglo décimo sexto, A/ine-
hnetl, que es el tratado por naturalistas, de Árbol de vida, ó cedro Ame-
ricano, abundante en Rio, bajo respecto de aquella serranía Tzontlalpac.
Semejante metáfora se nota también en el Pájaro asentado en el Dic-
cionario por Acxoyatoiotl que su compuesto de Pajaro loto 1 1 del Acxoyatl
Árbol conocido vulgarmente por del Perú según anotación del Pueblo
Acxoyatln, donde advierte su natural abundancia el tía, y cercano al anti-
guo mineral Pachnccan, en dos partes ucean, hay heno Pachtli, como que
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
304
allí se produce hasta en las peñas de los dos lados de su cañada; descubre
señalado por su inclinación á la frutilla de tal Árbol, al mismo Pájaro, dis-
tinguido también por sentzontli en alusión á la repentina mudanza de su
pluma tratada de pelo tzontli en cada una senne, esto es, en cada Prima-
vera, que se le cae. según acaeció á los Naturales con el suio desde la me-
morable era, quatrocientos años anterior á la fundación de. esta ciudad,
proyectada para los. fines de restablecer en ella, las antiguas costumbres de
sus Ascendientes que symbolizan en el retroceso del Cangrejo, y en ven-
ganza de la destrucción de su Capital antigua, y males sobrevenidos á los
incrédulos que á ella sobrevivieron. Así imitaron también el espíritu de.su
antigua Ascendencia postdiluviana, ó fabricantes de Babylonia, de que des-
cendían según sus memorias figuradas en el segundo Monumento, y de
quienes refería Flavio Joseph cap. 4? lib. 1? que aviéndoles mandado Dios
se separasen del Campo de Sennar á poblar otras tierras donde cosecha-
sen frutos abundantes, y evitaran contestaciones, y que no habiéndolo se-
rían castigados, lo fueron con los males que les sobrevinieron por no haber
obedecido aquellos hombres fuertes é indóciles y aviendo proyectado Nem-
brot, nieto de Cham, fabricar la torre con intento de salvarse en ella de otro
Diluvio, si Dios amenazase con él á la tierra, y de vengar por medio de la
propia, la muerte de sus Padres ó sentido que no se opone al del Deute-
ronomio, en que se refiere el modo engañoso de aquellos fabricantes para
que cooperasen los demás hombres á la obra, y asentando aquel antíqua-
rio/Elaviq, el ánimo de ellos.
: Estos monumentos nacionales descubren la permanencia de aquel espí-
ritu depravado hasta en la fundación de esta ciudad, si se examinan sus
figurados conceptos por la concordancia de costumbres con el valor de un
Idioma variado de sentido, aun por quienes mas se dedicaron á él. Así se
advierte en compuestos con el numeral segregativo saine. Aunque tradu-
cido en el Diccionario scnnecomonilli por un trago, todavía se inmuta su
valor de trago combnilli, en cada una saine, esto es, en cada acción, ó con-
versación, según los repiten algunos naturales Mexicanos al beber Pulque,
que siendo en cantidad aun de aquellas que otros absuerven (sic) segui-
das, ellos tardan para consumirlas por la repetición de sus tragos. Senne-
ixcneyonilistli entendido por una ojeada, queda sin su propio sentido de
mirada ixciieyonilistli, en cada una senne, como que la acostumbran en
cada acción. Pastas traducciones de un trago, y de una ojeada se asentaron
directas en inteligencia de que senne valiese uno en compuestos, expresados
juntamente con redundancia de su segunda sílaba en lugar de sencomonilli,
seiiixcneyonilistli, formados con pérdida de ella como sentzontli.
Nota (gj (Véase la pág. 213.)
La semejanza del Adive en persona humana para anotación de sus pro-
piedades se advierte también en aquella cúspide Deminyo, Agua del Adive
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
305
ó Coyotl Mexicano, permaneciendo en el lado septentrional de su basa, y
pequeña Población vulgarmente conocida por Tesca, la antiquísima ano-
tación con que se distinguió á la propia cúspide desquiciada, por Peñasco
texcalli, cuio compuesto ministra el valor de casa calli, en masa textli,
partes ambas alusivas á la de aquella de cristiana educación allí estableci-
da, de que se conservan vestigios en su cima.
De mancebo del Peñasco se trató antonomásticamente á quien lo des-
quició; y á la misma mole después que sobre ella se hizo aquella funda-
ción se distinguió por Agua del Adive alegórico de sus propiedades de
discernimiento, valor, ligereza y habitación en desiertos, que se notaron
en quien allí estableció fundación.
De. Texcayacac se trata también á otra Población, siendo su valor en c,
la nariz yacatl, del Peñasco, ó casa en masa texcalli, á la qual se conoce
vulgarmente por Tescaliacaque, y á una, dos leguas cercana á esta ciudad,
por Coyoacan territorio can, de Agua atl, del Adive Coyotl, que es el mal-
país de peñasquería volcánica con un escaso, y no continuo manantial en
parte fragosa y elevada, ó alusión al uso que de ella se hizo.
Por estylo semejante al del Idioma se figuraban los Conceptos en la es-
critura geroglífica, y en el mismo se fundaban también las ceremonias re-
cordativas de los acaecimientos. De manera que al descubrirse en el Mo-
numento, de que se trata las cavezas de Adives en los fundadores de esta
ciudad, resulta no solamente una imitación profanatoria de la aplicación
que primero se dio al coyotl, sino también la manifestación que se hizo en
la abertura de sus bocas, significativa del intento de morir por Agua, con-
cordando el valor de la ceremonia, que á la primera entrada de su conquis-
tador hizieron los principales naturales, según la pag. 80 de su historia de
tocar la tierra con la mano besando ésta después, como que el besamanos
nacional, es tenamicki, compuesto de morir micki, por agua atl, á la orilla
ó labio tentli, con que intentaron manifestar aquellos inteligentes en sus
memorias figuradas, tanto el aver muerto sus Ascendientes abrazados á la
orilla de la Laguna, origen de la costumbre de quemar los cadáveres de
sus Monarcas, quanto que esto también movió á su descendencia á esta-
blecer su nueva fundación en lo interno de la laguna, que supone aver ex-
trañado aquel nuevamente llegado.
La Águila de caveza roxa, es cuscacuautli, compuesto de Águila cuautli,
roxa cuscatl, común á la Gargantilla, que por la figurada se instruie tal ade-
rezo de Rubí en las Mugeres, aviéndose usado de él para manifestación del
tiempo de cinco años representado en sus Cinco reflexiones, por una Ale-
goría semejante á la que embuelbe el compuesto de la misma clase de pie-
dra tlapalteoxiuitl, común en su última parte xiuitl, á la Yerba tratándola
de tal, como atribuida su formación al Sol, de color igual, especialmente en
Primavera. Las poblaciones anotadas por Cuscatlan, instruien su cercanía
itlan, al Rubí cuscatl. Las de Cuauacan disminuidas de su parte inicial com-
39
bibliografía mexicana del siglo XVIII.
306
ponente chalchiuitl, genérico de toda piedra preciosa, antonomástica en el
Diamante, y entendida en el Diccionario por clase piedrezuelas verdes, co-
mo instruida tal por la astucia de los Naturales se manifiestan por criade-
ros de él, tratado de Chalchiucuauae, dura Cuauac, piedra preciosa chal-
chihuitl, y por ello su territorio Chalchiucuauacan. Así se señaló en la
serranía conocida por de Orizava al Lugar Chalchiucoamula, Lugar abun-
dante de la Yevbaramulli, amula, adentro Co, lo es de piedra preciosa Chal-
chihuitl, ó Diamante, anotado también así en la que hoy se conoce heredad
Chalchinapa, Rio Apa, de piedra preciosa chalchiuitl, cercana á la Pobla-
ción Tenantzinco, dentro Co, del orificio tzintli, de la Madre de piedra te-
nantli.
Otra: Atlancuaualoya, ordinaria indurecencia (sic) cuaualoyan, en la Ba-
rranca Atlautli, cercana á la de Xonacatepec, en c, sierra tepetl, de xonacatl,
ó nombre propio de la Yerba amulli, aludiendo este á revuelta mullí, con
agua atl, como que así sirve de jabón nacional, y el xonacatl usado de los na-
turales en la cebolla por semejanza en su bulbo, ojas y producción de éstas
fuera de tierra, y aquel dentro de ella, comprueba el indicio de criadero de
Diamantes por la propia Yerba, y también el otro distintivo de ellos que
asentaba el Diccionario por cuantecpatl pedernal tecpatl, duro cuauac, ori-
gen de aver entendido los escritores, que los naturales esculpían en piedra
con pedernal, qnando lo hazian con diamante, y con esmeralda tratada de
Ketzalitztli, filo itztli, sobresaliente Ketzalli, notándose Población Tlal-
kctzalapa, Rio Apa, sobresaliente ketzalli, de la tierra llalli, en distrito ju-
risdiccional del vulgar tlapa, y permitiendo la disposición de 26 de Mayo
de 1609, extractada en la Ley 19, tit. 12, lib. 6?, de Recop. de estos Rey-
nos, el repartimiento de naturales para beneficio de Minas de oro, plata,
Azogue, y esmeraldas. Cap. 39, lib i?, de la Monarquía se refería un Apo-
deramiento que hizo Acoltia Señor del escrito Azcaputzalco, del estado de
Tepotzollan. Población distinguida por cerca itlan, del corcobado tepotzo
que es el mas cercano Picacho de su Serranía, inclinado á la misma Pobla-
ción. Aquella invasión se asentaba hecha por pasión del invasor contra „
Chalchiucua, escriio con diminución, siendo el diamante cJialcJiiucuacua, y
con falta semejante también la Provincia, una en cordillera con la de Te-
potzotlan, y cercana á ella, tratada en el cap. 31 del propio lib. de Cuahua-
can., siendo Chalchiucuauacan.
Aquel Lugar cercano á esta Ciudad, por erróneamente escrito desde el
siglo Dézimo sexto Azcaputzalco, entendido como Hormiguero, lo instruie
Axalpusaualco, dentro co, de lo hinchado^>//.sY?i'm//// de arena, xa lli, con agua
atl, su situación en la agregada allí antiguamente quando el Rio conocido
por los Remedios tenia por ella su curso, variado después de la conquista,
sirviendo hoy su terreno para barro destinado á vasos porosos de Pulque
conocidos por caxetes, que pulverizados facilitan el asierre de cantería; y
notándose otra Población anotada por Axalpusaiialtonco, dentro co, de la
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
307
hinchazoncilla pusualtontli, de Arena con agua axalli, conocida por S. Pe-
dro Escapusaltongo adonde ocurre el Rio de la serranía de Cuatiacan. La
Laguna perenne conocida con renombre de Chalco por escrita así también
su principal Población, desde aquel siglo, la advierte Axalco, dentro co, de
arena con agua axalli, una de sus cercanas heredades, así tratada por los
Naturales, siendo la propia clase de Arena la Causa de la fertilidad de sus
sementeras, que concuerda la serranía Amilpan, sobre ipan, sementera mi-
lli, de Agua All, por colgada á su llanura. El Diccionario asentó á Axa-
lli por arena para corte de piedras preciosas; de lo que resulta originada la
equivocación en el escritor de quien la copió D. Fran.co Clavigero en su
lámina 3? entre las pag.s 192 y 193, tom. 2? y que juzgaba á Chalco valio-
so de Lugar de piedra preciosa, por su arena servible para corte de ella.
Nota (h) (Véase la pág. 21 y.)
En figura semejante al calavazo aquí represantado, se fabrica la caja de
vihuelas de paja silvestre, ó que nace en los Campos sin cultivo, sacatl me-
xicano, distinguiendo con coloren pequeños quadrados las casillas que apa-
recen en el esculpido, aviendo asentado el Diccionario el distintivo que
dieron los Naturales á las cuerdas de tal instrumento quando lo vieron á
los españoles, por tlaluamecatl, cuerda mecatl, del calavazo uaxitl, de la
tierra llalli.
Al cruzero notó S. Gerónimo cap. 15 del Evangelio de S. Marcos, sym-
bólico de los quatro rumbos principales del Mundo, lo que también se sig-
nificaba en la expresión Tauatinsuyo, propia del distrito dominado por los
Incas, en el Idioma del Perú, según Garcilazo lib. 1?, cap. 4, siendo el figu-
rado en este Monumento, symbólico del movimiento, ó terremoto en cruz
á los mismos quatro vientos, sengun se esperimentan hasta hoy varios
temblores, es al mismo tiempo significativo metonímico del efecto por la
Causa que obró aquel trastorno comprehendido en la expresión nacional
del cruzero, asentado en el Diccionario uitoliucajiepaniutoc, zurrón toctli,
así iuki, uno en pos de otro nepan, que está ca, torcido uitoliiii, alusión á
los de oro que ya figuran amarrados, y se perdieron mixturados con lava
volcánica en aquella Data y Serranía en que hasta entonces se acopiaban,
señalando en el así la configuración del malpaís, semejante en sus tortuo-
sidades al de sus amarres.
Asentó también á uitoliui por Arco toral; y desde la Población Uaxir
lian, cerca Ulan, del calavazo uaxitl, por la figura de tal que representa
su mas cercano cerro, y situada al pie de la serranía del vulgar Tasco, se
nota esta derrumbada en ambos lados de su Rio de Pesca por choque si-
multáneo que allí formó el dilatado Puente que llaman de Dios, con señal
acanalada en el lugar de la unión. Asentándose cap. 30, lib. 6, de la Mo-
narquía quitzetzeloua, en lugar de tzetzeloa, no se advertía su significación
BIBLIOGRAFÍA mexicana DEL SIGLO XV II i.
308
metafórica de cernir por temblar. A viéndose puesto en el propio cap? á
tzatzehda la traducción de rociar con Agua, todavía no se conoció la parte
componente que embuelbe de piedra en el te, aun refiriéndose que los Pe-
tateros, ó fabricantes de esteras daban esos epítetos en el Adoratorio de
esta Capital á Napateaitli, y sin aver entendido aquel escritor que el pre-
sente de indicativo suple muchas vezes por su derivativo, y que así se sig-
nifica al que rocía tzeluia, con agua atl, de piedra tetl, alusiva á la antigua
erupción derretida de la mayor prominencia de la serranía de Sur, de don-
de viene la lluvia á la Población de Petateros Axuchimilco, en lo interno
co, está la sementera milli, que vomita ixuchtia, agua atl, por los manan-
tiales de que abunda la misma Población, á donde se dirigía aquella lava
después petrificada y permanente con el vulgar distintivo de malpaís, re-
putando los moradores de aquella como condolido de los angustiados á
la mole eminente Napatectitli, quando recordaban el teatzeluia, por que
no llegó á aquel Lugar.
Tampoco se reputó alegórica la tradición asentada cap. 1? lib. 2? y re-
ducida á que comiendo los Mexicanos á la sombra de un Árbol muí gran-
de y grueso, quebró repentinamente por medio con gran ruido, (i) lo que,
según el cap? siguiente, fué en el parage Chicomostoc, tan erróneamente
así escrito, como traducido directamente por "siete cuevas," del que unas
Naciones avian salido, y otras pasado por el, según común opinión de to-
das las descubiertas en esta Nueva España hasta principios del Siglo dé-
zimo séptimo, apuntada cap 8? lib. 3?; quando la concordancia de los Ge-
roglíficos descubre aquel Lugar memorable á que concurrían las demás
Naciones seducidas por la corpulenta, donde quebró su Árbol genealógico
que hazia sombra á la iniquidad destruida á Medio día, ó tiempo de comer.
De los Mexicanos en Xicomostoc se refería aquella tradición, sin cono-
cimiento en españoles, del distintivo de aquellos, y por falta de él, confun-
diendo el escritor de la Monarquía, el que ponía cap.s 13, y 14, lib i? como
de Naciones diversas, entre Gigantes por primeros Pobladores de Nueva
España; Tultecas como los segundos, y Mexicanos que reputaba poste-
riores en el citado cap. 1? lib. 2?; quando aun por la memoria que extrac-
taba cap. 22, lib. i?, tocante á aver suscitado un Señor de Cuautepcc, des*
cendiente de los pocos escapados tultecas en las orillas de estas Lagunas,
el uso del Maiz, olvidado con muchas y continuadas secas venidas desde
vida de aquellos; podia aver entendido descendientes de aquellos, á los
Mexicanos y la anotación de estos Mexicca, relativa á los habitantes de
oquedad en centro xicca, del Maguey metí ó antigua Capital donde tan
de asiento se usaba, si también huviera concordado igual anotación en dos
Poblaciones de este Valle, la una Mexicctzinco, dentro co, del orificio tzin-
tli, de los avecindados de la oquedad en centro xicca, del Maguey metí,
(1) Véase la nota de la pág. 297.
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
309
como que en tal lugar concurren las vertientes de la serrania de Sur, de
donde se trasladaron antiguamente algunos de sus habitantes á Mexicca-
tzinco vulgarmente llamado Megicalsingo, y otros á la conocida por la Mag-
dalena Mexicca, situada al hilo de las mismas vertientes mas cercanas á
esta Ciudad.
La serrania del Mineral Tecpantitlan, cerca itlan, de la junta tecpantli,
por la inmediata de dos Rios, se trata de sierra de Petlacala, que es sig-
nificativa de abundante de sepulcros, aviéndose encontrado en excavacio-
nes de ella, enormes osamentas humanas que por aver cubierto también
aquella cordillera, se anotó en la misma su memoria. La antigua Población
también mineral, distinguida por Omitían, cerca itlan, del hueso omití, por
el desnudo, y elevado Picacho de su serranía, ó de la clase que los Natu-
ralistas por costumbre antigua, oro de Placeres de Rios y de Serranías, lo
instruid su conquistador pag.s 98 y 99, de su historia, refiriendo que el
emperador ñlotcnsoma distribuid españoles, guiados de Naturales á mu-
chas Provincias y Ciudades, de nombres que olvidó por diversos y avér-
sele perdido las escrituras y que se les entregó en aquellas el oro por me-
dida que llevaron de esta Capital. Si esto se coteja con lo que pocos meses
antes avia dicho el Emperador, pag. 82, de averie quedado de sus Abuelos,
algunas alhajas de oro, descubre su primer ánimo de ocultación.
D. Alvaro Alonso Barba, cap. 28, lib. i? de su Arte de metales, escrito
en 1637, y Reyno del Perú, instruía no averse encontrado en la Provincia
de los Lipes labor alguna antigua de Plata, constándole por lo mucho que
vio sacado de lugares minerales, no conocidos entre españoles, que las avia
riquísimas y entre ellas la de los Encomenderos, sabida por solo averse mi-
nistrado de ella mucha plata á dos que lo fueron de aquella Provincia, nom-
brados Tapias, para que se volviesen á España; y aviendo conocido toda-
vía aquelt escritor á algunos de los individuos que la cargaron hasta el
Puerto de Arica.
Que en Nueva España permanecía costumbre después de conquistada.
de sacar naturales de tierra fria á la Caliente, y al contrario, lo comprue-
ban las prohibiciones de que se continuara, fundados en lo nocivo del des-
temple, y expedidas en los años 155 1, y 68, de que se extractó la ley 13,
tit. 1? lib. 6? de Recopilación de estos Reynos El destino de aquellas
transmigraciones dentro, ó fuera de temperamentos semejantes, bastante-
mente manifiesta que era para trabajo en Rios y placeres de oro, el aver
Andrés de Tapia cedido á la R.1 Corona, la Ciudad conocida entre espa
ñoles por Cholula, y Antonio de Ordaz, la tratada de Guejosingo, que te
nian en encomienda, dándoles el primer Virrey 1). Antonio de Mendoza
en cambio de ellas, á Tapia el pueblo de Atotonilco, y á Ordaz los vulga-
rizados en Tlapa y Chilapa, que los mismos encomenderos solicitaron por
el oro que se tributaba de estos últimos lugares, y no de aquellos primero
encomendados, según el cap. 12 lib. 6V de la Monarquía, en que se asentó
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
Culpa siendo Teocuitlapa, de que ha quedado el distintivo de solo Tlapa,
porque su compuesto nacional lo instruie en donde pa, está la plata teo-
cuitlatl. En el distrito jurisdiccional de Tlapa hay Población vulgarmente
tratada de Cuitlasala, siendo Teocuitlatzalan la abra de la Sierra tzalan,
es de plata tcocuitlatl, como que en ella permanece veta y Mina derrum-
bada, y de una de sus cuevas se extrageron en nuestros dias figuras de oro.
vaciadas á estylo de la Gentilidad.
En el Diccionario se asentó al oro con dos distintivos: uno tetlcozaiiqui;
que aunque debido escrivir tccosauki, equivale al que amarillea cosauki, la
piedra tctl, y es rayz de la anotación topográfica Tecosantla, que señala
allí el tía, la abundancia de oro. El otro distintivo de él, es custicteocui-
tlatl, correspondiente á Plata teociiitlatl, amarilla custic. Al oro en polvo
se expresó también en el Diccionario por teocuitlatlalli, que fué tratarlo
de tierra llalli, de plata teocuitlatl; y al de arenas por teocuitlaxalli, que
vale arena xalli, de plata teocuitlatl, Ambos son ágenos del estylo de te-
cosa uki, con el qual concuerda, no sola la anotación Tecosautla% sino tam-
bién la de Tlalcosautitlan, cerca Ulan del que amarillea cosauki, la tierra
tlatli, Población comprehendida en distrito jurisdiccional del vulgarizado
Chilapa, y cercana á recalada del caudaloso Rio Tectianapa, Rio Apa, bravo
tecuani que es el Rio Apa de oquedad céntrica, ó catarata xictli con que
se anotó de xiclapa (sic.) Al Mineral Tlalpuxauac, lo ministra su com-
puesto, en lo esponjoso xauac de la tierra tlalli; quando entre ella se en-
cuentra el oro. A la Población vulgarizada por Mescala, la instruie su si-
tuación Amacxala, arenal xala, á la otra vanda de la agua amac, pues se
halla en el que ha formado su Rio.
Los Peruanos anotaron por CJiaquiyapu heredad de oro, á la Ciudad
distinguida entre españoles, por de la Paz, según Barba, lib. i? cap. 26.
Así se advierte también metafórico el tratamiento del oro entre Mexica-
nos por x ickilpilli principal yerba apreciable de oquedad céntrica: y tam-
bién á Toltccamila lugar abundante de ceméntelas mila, de tultecas tolleca,
quando es mineral situado en Chilcuautla distrito jurisdiccional del vulgar
Ckautla, y originalmente Cuantía, de pimiento Chilli, que es el más pe-
queño y picante. En el cap. 22 lib. 2o de la Monarquía, aun ignorando su
escritor el quando, referia.que los acuilmas, chichimccas y tultecas se exi-
mían de tributar oro, plata, y piedras preciosas, eme intentaba exigirles el
Señor de la Población que escribía Azcaputzalco, fundados en la pobreza
á que entonces se veían reducidos, aviendo sido antes poderosos; y ahora
instruien sus geroglíficos el acopio de riquezas que perdieron en época de-
terminada, juntamente con el Gentío que las ministraba, repuesto después
de siglos en número tan abultado, quanto dictan las relaciones del lib. 3?
de la citada Monarquía, y el qual acabó hasta el grado que documentan
los vestigios de Poblaciones desiertas, casi ya innumerables.
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
311
Nota (i) (Véase la pág. 219).
La expresión translativa de la plata por immundicia del Señor, es jun-
tamente de synecdoque por formada de Azufre, producción atribuida al
Sol, y acorde con la anotación Cuitlauac, alusiva á las antiguas corridas
de Azufre volcánico, cubiertas con las Aguas de la Laguna hasta la Po-
blación asi distinguida, situada dentro de la propia Laguna, y cercana á la
Población Tolyaualco, ó material conservado dentro de las mismas aguas
en consistencia semejante á la que se conoce por cera de Campeche; y
permaneciendo en una de las cumbres de su serranía frontera de Norte, ó
de Tlaltcnco, el distintivo Ocuitlaxochco, el que de lo interno co, vomitó
oixuch, ¡inmundicia cnitlatl: Barba, cap. 2? lib. 1? decía aver pensado al-
guno que en las entrañas de la tierra hai materias hediondas, equivalentes
á estiércoles de animales: y en el 19, que los metales tienen por principios
al Azufre y Azogue, comprobándolo con la general experiencia de que los
abundantes en aquél, son los de mayor riqueza, y con que los de Challa-
tiri, aun siendo de plata dexaban mucho Azogue en el horno; y apoyando
en el 18o la opinión que atribuie tales principios al Calor del Sol. Que los
Mexicanos también excavaron minerales de plata mixturada en su cria-
dero con Azogue lo manifiestan sus pinas ó conos figurados en las colas
del Pago regional, y lo comprueban los Monumentos y vetas de tal clase
en el lindero antiguo de la jurisdicción de Cuernavaca, tratada nacional-
mente de Tlauican, según el rubro del cap. 87, lib. 4? de la Monarquía,
aunque su escritor no traducía ese distintivo cuio valor es el de país Can,
de bermellón tlauitl.
Al lindero, pues, de ella es al que se referia la Determinación explicada
en Junta de R.1 Hazienda del año 1727, para que se abriesen las minas de
Azogue de Huauhtla y Cuernavaca cerradas en el de 17 18. por R.1 orden
del anterior de 17, insertas en los comentarios á las ordenanzas de Minas
impresos en la corte de V. M. año de 1750, pag.s 26 y 35. Como en aque-
lla fecha en que se trató de su abertura, era notoria la situación de tal mi-
neral pareció entonces suficiente la expressíon de Huauhtla y Cuernavaca,
que por no averse hecho con mas individuación, ha ocasionado una con-
fusa indeterminación de lugar quando se ha solicitado desde el año de
1780. Pero las vetas permanentes en el lindero de la jurisdicción de Cuer-
navaca, y el del antiguo mineral Uautla, que es el Rio conocido por Chi-
naineca, descubren su identidad, especialmente donde estuvo una antigua
Población distinguida por Apatlaco, que juntamente instruie antiquísimo
lindero al mismo Rio por su valor de que la mitad tlaco, es el Rio Apa,
señalado como tal por la abertura que de él se manifiesta aver hecho la de
sus serranías, especialmente visible en el parage conocido por junta de los
Rios, ú operación propia de extraño terremoto.
Las quatro colas del Páxaro sen tzontli, por su pelo tzoutli, común á qua-
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII
312
trocientos, en cada una senne, de las caudas del Pavo regional, advierten
también la contribución anual de mil y seiscientos de éstos, establecida al
tiempo de la nueva fundación. Pero como en el concurso de los demás ge-
roglíficos de este Monumento, se notan juntamente referidas las del Pájaro,
á otros tantos años; y el segundo excavado dicta la radicación de la na-
ción mexicana en el año 2170, del Mundo, en aquel pays caliente y mi-
neral de bermellón, donde abunda en sus Rios el Perrillo aquático que la
symboliza allí, y en el cual también se encuentra la anotación del proprio
Perrillo: resulta el avaro acopio que se avia hecho de tesoros en la capital
antigua, comenzado por los que se extraían de aquel territorio desde el
año dos mil quatiocientos y treinta del Mundo ó á los doscientos y sesenta
de aquella radicación, pues estos son los que median entre el 2170, y el
1600 del acopiado tesoro, destruido con la capital antigua en el 4030, como
en la fundada á los quatrocientos de aniquilada aquélla, entró la Nación
española en el mil quinientos y diez y nueve de la era cristiana, quando
tenían ya de establecidas las contribuciones de la nueva fundación, 1089
años, de este periodo resultan las que existían en aquel ingreso.
No es extraño que aquella capital, llena de tesoros, siendo sus Gefes ava-
ros, la tuviesen tan opulenta en los vicios, que para estos extendieran la
prodigalidad, y cerrasen la mano para los necesitados. Debía también es-
perar su incredulidad pertinaz, el exterminio de ella con terremoto, fuego
y Azufre, tanto por el exemplar anterior de Sodoma, quanto por el que
en caveza de Jerusalem, avia predicho Ezequiel para todas sus imitadoras,
ó verdades que ya se les avian anunciado últimamente y como cercanas por
el Precursor del Mesías. Aquel Profeta v. 49, y 50, cap. 16, decia: "cata
"ai esta fué la iniquidad de Sodoma tu hermana, la soberbia, la sociedad
"del pan, y la abundancia y la ociosidad de ella y de sus hijas: y no ren-
"dian la mano al necesitado y al pobre, y son levantadas, e hizieron abo-
"minaciones delante mi, y las arranqué como viste." Esto prevenía des-
pués del anterior suceso que refiere el v. 24, cap. 19, del Génesis: <4pues
"el Señor llovió sobre Sodoma y Gomorra, Azufre y fuego por el Señor
"del cielo. ..."
Nota ( j ) ( Véase la pág. 219. )
Al torzal tlamalintli, lo fabrican hoy las mugeres naturales con lana car-
dada por medio de la cabeza espinosa del cardo sylvestre, distinguida por
uitzkiltzontecomatl, caveza tzontecomatl, del cardo uitzkilitl^ siendo esta
última parte compuesta de yerba apreciable kilitl, de espina uitzli, con que
se anotó á la Población Uitzkihican, en dos partes ó lugares ucean, hai
cardo uitzkilitl. Asi cardada la llaman tochomitl, significativo de pelo de
conejo, ó contraposición de su suavidad á la dureza que supone su com-
puesto de hueso omití, de conejo tochtli; descubriendo también la aplica-
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
313
cion del frasistno al torzal, que de tal pelo se fabricaba elmugeril quando
aqui no se conocía lana.
Como el hueso también es symbolo de duración, y el conejo de habita
dores de Cuevas, y algunos picachos verticales iguales, y vistos á distan-
cia competente se asemejan á las orejas del conejo, se trató a algunas de
las serranías que los presentan de Tuclitepec, dentro c, de la sierra tepetl,
del conejo tuclitli, adviertiéndose juntamente libertadas algunas personas
en cuevas, en aquella era memorable, é instruiendo el número de las de
nuestro norte en el valle, el de las muelas figuradas al hilo del torzal de los
costados en este Monumento, y las muelas de los labios del cangrejo en
ambas frentes, el número de las sobrevivientes á la orilla de la serranía de
sur. En ella permanece la anotación nacional Tuchtcpec referida á su mar.
elevada mole, con relación á su lado meridional, en distrito de Senpoala,
la de Omettichco, dentro co del conejo tuchtli, dos orne todavía compuesto
de que está el maguey metí, en el Camino o///, ó symbólica predicción de
aquel suceso de la era nacional, alusivo á la aniquilación de la embriaguez
con averse colocado allí en tierra llana dos picachos de serranía. En dis-
trito del vulgarizado Chautla también permanece la de Nauituchco, dentro
co, del conejo tuchtli, quatro naui; todavia compuesto de que lo suio i, es
la mollera ñau, symhólica de la memoria, y acercándose en aquella situa-
ción los extremos de quatro serranías.
Que aquella memoria original se extendió después aun para conserva-
ción de la de circunstancias naturales, lo comprueba la anotación Toch-
milco, dentro co, de la sementera milli, del conejo tochtli; pues éste alude
á los dos picachos nevados vistos desde aquella Población, cuio plan tra-
tado de sementera de ellos, lo fecundan sus vertientes.
Y que la primitiva referencia de conejos, fué á los libertados en cuevas,
lo comprueban también las concordes anotaciones de la serranía de Sur de
Tlaltenanco, en el sentido de madre de piedra de la Sierra en lo interno
y la de su cercana Población á la madre de piedra Tenanitlan; y en la de
Norte Tenanyuca propia madre de piedra.
La alusión de los Conejos, causó error de inteligencia en D. Lorenzo
Botufini, pag. 6 de su Idea de una Nueva Historia General de la Améri-
ca Septentrional, reputando por signo del grande eclipse en la muerte de
Jesucristo, al número de siete conejos. Aunque tal animal fué symbolo
de los libertados en aquella era, pero no lo fué del eclipse, que en el se-
gundo Monumento ahora excavado, se figura con relación á las siete es-
trellas del carro, ú osa mayor, por su acaecimiento en equinoccio, en que
también se presenta el coluro por referencia á las mismas estrellas aun en-
tre los astrónomos del siglo actual. Pero no es de estrañar la falta de sen-
tido de las figuras symbólicas entre escritores del Dézimo sexto; de quie-
nes se propagó inteligencia quando se advierte la del mas usual de los
Idiomas
4-J
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
314
A l<i Nación conocida hast 1 hoy entre españoles p >r otoiui, aun su con
quistado!' no la trato así hasta que estaba en el bloqueo de .esta ciudad, lla-
mando entonces a sus individuos utumies, que es Gente serrana, pag 252,
de su historia. Antes avia mencionado, pag. 207, á Chichimecatecle, que
no podia escribir Chichimecateutli, Señor tcutli, de cuerda mccatl con Ar-
pón ckichikilli, por Gefe de 10 mil conductores hasta Texcuco, que llama-
ba Tesaico, del maderage para Vergantines, labrado en el vulgar Tlascala.-
A esa clase de arma nacional aludía el distintivo chichimecatlt con que los
escritores de aquel siglo referían tratada por Mexicanos, á la nación que
después se sospechaba alusiva, y ya á Perros, quando no hai ni tradición
ni figura esculpida de otros, sino de aqnático itzaiintli, y al terrestre con-
ducido por conquistadores, se distinguió entre naturales por chichi, en alu-
sión á su propiedad de chupar quando bebe. El de otomi se originó de este
valle, al señalar en él los Mexicanos su lindero para con la que trataban,
ya de Cliicliimccatl por aquella arma, y ya de Masaua por aposesionada y
diestra en caza de venado Masatl; Otomí, flecha mitl, nuestra to, al camino
otli, es al Picacho tratado también así, aun hasta hoy, por algunos natu
rales de la serranía de Norte, á que se refiere el Meridiano de esta Ciudad,
y antiguo lindero en tre ambas naciones, como que casi en Cuáutitlan (si-
tuado al otro lado de la propia serranía) comenzaba ¡a grande Provincia
de los otomís, según el cap. 4?, lib. 1? de la Monarquía, y lo comprueban
los vicios con que hasta hoy se usa del mexicano, desde el mismo Valle
Ciiautitlan, Garcilazo cap. 4?, lib. 1? de sus Comentarios, también adver-
tía equivocado en Perú á Pelú significativo de Rio, en que hallaron á uno
de sus naturales, los primeros españoles que allí aportaron, preguntándole
por el nombro del Pais, y respondiendo el por el del Rió, antiguo límite de
la dominación de los Incas.
La desconocida Provincia de Aztlan, de donde salieron los Mexicanos
al viage, mencionado cap. 1?, lib. 2? de la Monarquía, la instrnie la Ala
Astli, figurada en este Monumento, por la rinconada de Cuautepec.
Y la tradición de aquel derrotero de tan corto recinto como lo manifies-
ta la anotación permanente de los lugares que en él se referían, resulta alu-
siva á Misión perversiva de la Religión Cristiana, que hizieron los de tal
lugar después de su Apostasía, para introducir ésta en las Gentes de aque
líos otros en donde se detenían con tal fin, dexándoles para él, ministros
seductores, que con agüeros, y pactos diabólicos, les engañaron, é intro-
duxeron en Tula quando allí estuvieron, el cruel sacrificio humano. Así,
pues, lo dicta la concordancia de las tradiciones con los Geroglíficos y
topografía nacionales, monumentos, costumbres é Idioma.
bibliografía mexicana del SIGLO XVIll.
315
M. P. S.
Pide, que esta Representación se agregue con
la copia que produce conforme á fra R 1 intención,
al expediente de la materia, proveyéndose sobre su
otrosí para los fines de la R.l Cédula, entretanto
S. M. resuelve.
D. Jph. Ign? Borunda, Abogado de esta R.1 Audi1, é individuo de su
Il.tre, y R. Colegio, ante V. A. á quien S. M. (Q. D. G.), en R.1 Cédula
de veinte y dos de Diciembre del año proxime anterior, y á instancia de
la R.1 Academia de la Historia ha encargado por su Consejo Supremo, la
conservación del Museo que acopió D. Lorenzo Boturini para que por Ge»
roglíficos se escriba la Antigua de esta Nueva España, presento conforme
á la R.1 intención, copia de carta que entregué en veinte y quatro de Oc-
tubre del mismo año á V.tro E.xmo Presidente, en la qual con el Alfabeto
que ministré para inteligencia actual de los Caracteres con que escribieron
los Naturales, especialmente de este Valle de México recien conquistados,
manifesté también el origen de muchos errores que he notado en los es-
critores de la propria, y la clave, ó Método que juzgo únicamente sólido,
y atinado para su corrección.
Esja es un principio necesario al descubrimiento de la verdad porque
advierte las equivocaciones que la han ofuscado, tanto en* la Cronologia
con Anacronismos, quanto en la Geografía con multiplicación de Nacio-
nes que fué una en Idioma, y en sus principales costumbres, y distinguida
en Cantones, y por ellos en algunos usos, y ceremonias, reputando tam-
bién los escritores, extinguidas otras que permanecen. Rayzes que han
producido la complicación, é inverosimilitud de las tradiciones realmente
acordes, tanto acerca de transmigraciones, quanto de calamidades, y lenta
Repoblación, y de otros particulares proprios de Antigüedad.
La inteligencia de la Cronologia de los Mexicanos se halla tan distante
de los modos propios y naturales con que la figuraron, que por no atina-
dos entre quienes han intentado penetrarla sin conocimiento intimo del
genio, é Ideas que usan hasta hoy sus Nacionales, y no puede adquirirse
sin frecuente y dilatado manejo de los mismos especialmente en Poblacio-
nes compuestas de ellos solos, y sin mixtura de otras castas la han tras-
tornado los escritores de manera que siendo un Monumento por donde
puede aclararse la de otras Naciones, también confundida, la pusieron en
bibliografía mexicana del SIGLO XVllí.
316
estado de un verdadero embolismo. De éste resultan cada día mas contra-
riedades, quando explicada aquella según Principios claros, se descubre ya
por sí misma fundada en un Artificio, ó conjunto de las Ideas mas natu-
rales, desconocido entre nosotros, por la cortina del casi continuo sentido
figurado de sus expresiones en Memorias tradicionales con que deben con-
cordarse.
Hasta la general de los' nudos, intacta en los escritores, é instructiva de
acaecimientos memorables en las Santas Escrituras, se ha mirado como un
Borrón, copiando separadamente algunas de sus figuras sin la ligazón, ó
enlaze que sus Inventores las dieron con otras, dejándolas, por eso, sus
posteriores disecantes á la manera de un cuerpo que aunque organizado,
y armónico con sus partes coligadas, especialmente con las mas cercanas
antes de separadas, pero que después de mutiladas le vuelven inservible,
sin alma, ó sin sentido. Assi sucedería también en nuestra escritura, si, ó
se la truncassen sus cláusulas, y Periodos, ó se la omitiesen sus Puntua-
ciones, en que consiste su habla.
Su Geografía forma una ciencia natural, que advierte, ó la situación, y
circunstancias de sus territorios, ó sus Producciones, provenidas unas se-
gún orden regular de la naturaleza, y resultantes otras de acaecimientos
extraordinarios. Pero, como ello está vertido con raro laconismo, y uso
frecuente del estylo figurado en el Idioma proprio, y éste se vició en nues-
tra Nación; el escollo formado con tan duras Rayzes, ha sido contra el
que han chocado los errores, ó falta de sentido de la Historia original y
verdadera, en los que han intentado escribirla.
Es bien notable, que publicadas en distintos tiempos, Gramáticas y Dic-
cionarios de el mismo Idioma, no se haya verificado uno, ni aun escaso,
de nombres propios de Lugares. Observación que agregada á la de los
errores, parece concluiente de que aun no se ha penetrado en los senos de
esta Lengua, si juntamente se reflexiona en la astucia característica de esta
sagaz Nación, con que coadyuvó desde el siglo de su conquista á la co-
rrupción de ella entre europeos, pues los Naturales mantenidos en Pobla-
ciones sin mezcla, conservan sus Dialectos originales.
Es cierto que ignoran el valor de sus Geroglíficos; pero en sitios donde
permanecen algunos bien notables, suelen usar ocultamente algunas de las
ceremonias, que eran frequentes en el Pueblo antes de su Conquista, y sin
inteligencia en él, de sus Alusiones, porque la ciencia de ellas estaba re-
servada á sus Ministros y Consejeros.
De éstos es natural persuadirse, que adoloridos con la extinción de sus
empleos, rápidamente causada por el Religioso zelo español, no las reve-
laron á los de nuestra Nación, tan temerosos de ella desde su primer in-
greso a Nueva España, que intentaron su expulsión por medio de los Do-
nes sugeridos á su soberano Moteusoma, equivalente en su expresión, á
manifestarse señado como tal Señor.
BIBLIOGRAFÍA mexicana DEL SIGLO XV ¡11.
317
Si su violenta muerte en el Motin, originado de la unión en que se ha-
llaba con su Conquistador, y coadyuvado también con la sugestión de Nar-
vaez, no nos huviera privado de tan gran sabio en las escrituras de su
Nación quanto hablando con el Consejo de ella, le declaró á aquel en su pri-
mera contestación, no avria quedado desde entonces ocultada su inteli-
gencia.
Teniendo á la vista, la crítica peculiar para la Historia Antigua, con
reflexión en los últimos treinta años de mi edad de cinquenta, sobre los
elementos, ó Principios coordinados de la Vniversal, y combinación por
bastante espacio de los de Cálculo, Geometría, é Historia natural, con la
de los Mexicanos, inseparable de su Idioma, conozco el acierto con que se
penetró ya la necesidad de rectificar varios Puntos dudosos, otros compli-
cados, y muchos inverosímiles, asentados, ó por falta de constancia intui-
tiva, y observada en usos, y costumbres de algunas Naciones, ó en la natu-
raleza, clima, y producciones, de sus territorios, ó de sus Idiomas originales,
resultando también alterado en los escritores, el sentido de algunas tradi-
ciones, conservadas por distintos medios en millares de años.
Considerando, desde luego, la sabia Academia que la Data del Descu-
brimiento de América, apenas se regula por tres siglos, solicita en ella, con
diestro tino, la verdad de varios Puntos de Historia, que con preferencia
á otras debía ministrar los de Nueva España, donde abundaron mas los
Geroglificos.
Y aunque el solícito Boturini acopió algunos, pero en cuanto á su inte-
ligencia creo avria variado la idea que publicó año mil setecientos qua-
renta y seis, y repitió en el de cincuenta en oración Latina sobre el De-
recho natural de las Gentes de esta América, si dedicado después en ella
al examen del Idioma Mexicano, con el tiempo, y frequencia que requiere,
lo hubiesse concordado con las costumbres, y Geroglificos Nacionales. Por
tal medio, adjunto al estado á que han llegado las ciencias naturales en
nuestros días, y con rapidez respecto de los suios, podia aver tocado en la
clave de los Geroglificos que permanecieren, ó en Piedras, ó en Pinturas
escapadas del grande incendio primero, de los quales se reputan los mas
sin sentido conocido, los menos con erróneo, y uno, ú otro tan ligeramente
sabido como á vuelo de Páxaro el Dibuxo.
Por todo
A. V. A. suplico que dada cuenta con esta Representación, se agregue
al expediente de la materia.
Otrosí: porque entretanto se provee sobre el Museo, y S. M. destina
persona para el intento, el exercicio de mi Profession, por necessario á mi
subsistencia, embaraza la labor de la clave para los Geroglificos: suplico
también se sirva V. A. providenciar tocante á esto para los fines de la R.
Cédula.
BIBLIOGRAFÍA mexicana DEL SIGLO XI III.
318
MÉTODO DE ESTA CLAVE.
Si la escritura geroglífica de la Nación Mexicana fuera difusa como la
nuestra literal y no conforme al estylo sublime de su Idioma, que arrebata
la consideración con un solo ámbito de palabras, sería extraño que este
corto volumen tocante á ella, contuviese manifestación de los principales
errores escritos acerca de la Historia antigua de Nueva España: idea de
la topografía nacional: la fundación circunstanciada de esta ciudad de Me-
4430 del mun- xjco en el año quatro mil quatrocientos y treinta del Mundo, con la des-
4030 del mun- truccioii de la Capital antigua en el quatro mil y treinta: la cronología uni-
doo3od j-cr) versa] hasta el cinco mil doscientos y ochenta, correspondiente al mil
5280 del mun- J r
doói28od.j-c. doscientos y ochenta de la era cristiana, ó doscientos treinta y nueve an-
tes del arribo de la Nación española á la misma Ciudad en el mil quinien-
d5'9' tos v diez y nueve: y la dedicación del antiguo templo, ó Adoratorio ma -
4800 del mun- ' J
doúSood. j-c. yor de ella, en el quatro mil ochocientos.
o Datas reüresentadas por ordinacion de Periodos lunisolares. Pero es
lacónico ó abreviado aquel antiguo y permanente frasismo, al mismo tiempo
que instruie sucesos recordados con señales celestes, anotadas en ceremo-
nias públicas, para que por su medio se conservase en la tradición la me-
moria de aquellas (a).
La noticia confundida de las antiguas anotaciones Asiáticas, movió al
(*) Estas dos fechas, 4030 y 4430 expuestas según las ideas del autor, marcan entre los dos
acontecimientos una distancia de 400 años, que ha sido señalada ya en el texto de la nota (e).
(a) Por estas expresiones de arrebatar la consideración con un solo pensamiento, con una sola
figura, ó con un solo ámbito de palabras caracterizaba en su Prefacio, al discurso sublime, el edi-
tor en 1675 de la traducción francesa hecha por Casandro del tratado Griego que dictó Longino,
Ministro de Zenobia Peyna de Oriente en el siglo tercero de la iglesia. Pero al tomar por exem-
plo al texto sagrado "Dios dixo, hágase la luz, y la luz se ¡tizo,'' entendía lo sublime de él, en
señalar la obediencia de la criatura á las ordenes del Criador, sin advertir que seria suponer la
existencia de ella antes de su creación, la qual se refiere allí, donde no mencionándose materia
de que Dios formase la luz, sino solo su mandamiento y la formación de ella, se instruie que con
solo querer hace quanto quiere. Y así lo sublime en el discurso consiste en arrebatar la conside-
ración á lo que necesariamente, ó en él se supone, ó se infiere del mismo. — Al frasismo sublime
Mexicano aludía el distintivo con que algunos naturales recien conversos intentaban darlo á en-
tender á los españoles llamándolo nauatl, translativo para cosa sonora, ó que llama la atención
á examinarla por el oido, á distinción de la que no se conoce por solas figuras en piedras, ó en
pinturas. El es rayz notoria de la primera parte que envuelve el tratamiento que hasta hoy se dá
á qualquier Intérprete de un Idioma á otro, y es el de Náuatlato, el que habla explicando tía toa,
cosa que suena, ó llama la atención nauatl.
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
319
escritor de los elementos de la Historia, después de pulsada la incertidum-
bre en que hallaba la cronología siendo ella y la Geografía las lumbreras
de aquélla, á presentar por dos Libros divinos de que resulta la verdadera
serie de los tiempos á la escritura Santa y á la naturaleza en los movi-
mientos y aspectos de Sol, Luna y otros Planetas, prefiriendo á los eclip-
ses, tractados de caracteres públicos celestes é infalibles de los tiempos.
Atribuía la diligencia de los Historiadores antiguos en aver conservado
memoria de gran número de tales fenómenos, al loco error de la Antigüe-
dad pagana, crédula de que ellos anunciaban la muerte de los Grandes y
decadencia de los Imperios (b).
El monumento cronológico ahora descubierto, ministra su Concordan-
cia con las verdades de la Divina escritura, y á aquellos caracteres por re-
gulativos para tiempos dilatados, mirando hasta hoy las Naciones antigua-
mente radicadas en este Reyno, á los eclipses con particular temor, tanto
por el extraordinario á tiempo que su incredulidad é inobediencia fueron
castigadas, y acabó el Imperio de sus Grandes en poder y corpulencia,
quanto por las últimas señales del Mundo, que Jesucristo y sus discípulos
les advirtieron (c).
Estos y otros conceptos, abreviados en frasismos del idioma con que se
estamparon, exigen para que no degenere su versión, el método con que
se forma esta clave instructiva en su número marginal primero, de la na-
turaleza de los cuerpos elegidos para permanencia de las memorias que
ministran los excavados; del lugar de donde fueron impelidos: del en
que ahora se hallaron; y de los motivos de su ocultación anterior. En el
segundo marginal, de los principios generales que ministró un S.to Padre,
contemporáneo de la fundación de esta ciudad, para discernimiento de las
señales que hoy se tratan, ya de symbolos, ya de Geroglificos; y de lo que
notaba un escritor del siglo dé¿imo séptimo, acerca del stylo verbal trans-
lativo con que las Naciones orientales, imitando á la Hebrea figuraban sus
Historias reservadas: pues contraidos estos elementos y concordados con
la topografía del Idioma Mexicano, cuio carácter apunta en general el Nú-
mero tercero, y con costumbres permanentes las mas y algunas de las abo
lidas que refirieron, ya el conquistador de estas Naciones, y ya sus antiguos
(/>) El Abate de Vallemont, en los elementos de la Historia, edición de 1758, tom. 1'.', vÑ II,
cap. 2?, lib. !'.', de la pag. 25 á 27.
i, 1 S. Marc , cap. 13, v. 24. "Pero en aquellos dias, después de aquella tribulación, el sol se
"volverá tinieblas, y la luna no dará su resplandor."
En el estylo con (pie Flavio Joseph (nacido año 37 de la era cristiana y muerto en el 93, se-
gún el citado Vallemont, pag. 82, tom. 1'.') asentaba cap. 3?, lib. i'.' de sus Antigüedades judai-
cas, que si los Patriarcas antediluvianos huvieran vivido menos de seiscientos años, nohuvieran
podido perfeccionar la Astronomía, porque entonces se cumple el grande año, sin expresión <le
los regulativos de tal Periodo; se manifiesta que hasta aquel siglo eran saludos en su Nación he-
brea, y sin nue aparezi opias de aquellas antigüedades, escritas para la Griega, según
su Prefacio, ó por alguna de las suputaciones, frecuentes enti porque juzgase, noto
rias entre estos, las mismas señales.
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
320
Misioneros, descubren usada entre ellas hasta el arribo de aquél á este con-
tinente, la escritura Asiática, figurada, recordada al Número quarto, por
la invención de otra ciudad en la costa de Coromandel, al tiempo de con-
quista de la de México: comenzando desde el Quinto, el valor de lo figu-
gurado en estos peñascos, con sus distintivos nacionales, reclamados por
número al pie de lo que se presenta como versión expositiva; y dictando
las notas separadas con letras, la concordancia de la topografía con otros
lugares á mas de los contenidos en la serie relativa de las figuras, y tam-
bién tradiciones de las averiguadas desde los años primeros de conquista
sin sentido alegórico, que con él resultan alusivas á algunos particulares
contenidos en estos monumentos, apuntándose juntamente errores litera-
les originados desde entonces, que hizieron variar su sentido á los escrito-
res sucesivos.
Si entre naciones que conocían caracteres literales, como la Griega y Ro-
mana, se cometieron tantos yerros al copiar en los primeros siglos de la
Iglesia, manuscritos sagrados, porque se hallaban en los peculiares hebreos
¿en cuantos era preciso que incurrieran los naturales de Nueva España al
escribir su Idioma quando aprendían el uso nuestro literal? En muchos era
también forzoso que incidieran los españoles aun los mas dedicados á la in-
teligencia de Idiomas regionales, pues no discernían su valor sino como en
sombras, tanto por falta de Maestros que conformasen sus frecuentes di-
versidades, composición y sentido figurado, respecto del castellano, quanto
por el espíritu de ocultación que resulta de varios manuscritos y pinturas
de naturales, comparadas con las tradiciones que muí pocos de ellos ma-
nifestaron. La confusión se augmentó con averse introducido, desde el si-
glo Dézimo sexto algunas relaciones y también copias alteradas de pintu-
ras antiguas. Por esta consideración formé desde el año mil setecientos
sesenta y ocho el Alfabeto que en el de noventa entregué al Virrey de esta
Nueva España, Conde de Revillagigedo, con carta en que se descubre la
utilidad que puede resultar de él, y se insertan en esta clave, pues lacla-
se de letra que en el se manifiesta es de la que primero usaron los natura-
les recien conversos, y ya se reputaba antigua en el año mil quinientos no-
venta y ocho (d).
(d) I7. Honorato de Sta. Maria, Carmelita descalzo de la Provincia de Aquitania, nacido en
1651, y muerto en 1729, entre sus reflexiones sobre Reglas y uso de la Crítica tocante á la His-
toria de la Iglesia, impresas en Taris por los año> 1 71S y 1719, traducidas al castellano por F.
Fran.o de S. Cirilo, Provincial de la Nueva España, en 1792, y publicadas en el actual, preve-
nía <0> 1?, art. 2'.', disert. I?, tom. 3'.': "por lo que toca al origen de los yerros de los manuscritos
"á mas del pequeño libro de Enrique Es te van de origine mendorum, y de loque dixeron el Au-
"tor de la lectura de los Padres y el P. Mabillon, á quienes se puede ver: M. le Clerc empleó
"mas de la'mitad del segundo tomo de su tratado, que se intitula "Ars critica," en describir el
"origen de los yerros de los manuscritos; él atribuye una parte de ellos á los que dictaban, unas
"veces porque no articulaban bien las palabras, porque tomaban una letra por otra, porque olvi-
daban alguna dicción ó alguna letra, y otras veces porque ponían en el texto lo que estaba al
"margen. También los copistas contribuieron mucho á multiplicar los yerros de los manuscritos
"ó porque no atendían á lo que les dictaban, Ó porque omitían, mudaban, anadian ó dislocaban
BIBLIOGRAFÍA MEXICANA DEL SIGLO XVUI.
321
Un crítico del siglo dézimo séptimo, se proponía siete jnedios ó Reglas
para inteligencia del sentido de escritores antiguos; de manera que quien
sabe bien un Idioma, al leerlo se halle en estado de concebir en su enten-
dimiento aquellas mismas ideas, que los que escribieron en él quisieron ex-
presar con sus palabras. Pata acertar advertía primero, saber bien las re-
glas de la Gramática de la lengua de que se trata: 2(? procurar tener inte-
ligencia de los modos de hablar de cada escritor: 3? formarse idea de su
estylo y del que se usaba en el tiempo en que escribió: 4? instruirse délas
opiniones que prevalecían en su tiempo y de aquellas á que daba la pre-
ferencia: 5? no suponer ligeramente que haya sido igualmente profundo
en todo género de ciencias, y acertado en todo lo que dixo, aunque hábil
y célebre: 6? examinar si habla como persuadido de lo que dice, ó si se
acomoda á las opiniones de su tiempo: y 7? procurar atribuirle, no lo que
debió pensar, sino lo que en la realidad pensó; y no acomodar sus expre-
siones á nuestras ideas, sino nuestras ideas á sus expresiones (e).
Pues si estos requisitos reputaba precisos suponiendo Gramáticas com-
pletas de Idiomas en que se lean escritos antiguos ¿que avria juzgado de
los en que aviéndose formado varias, están todavía por discernirse sus va-
lores compuesto y alegórico? Las quatro ultimas reglas son acomodables
para examen de la Historia antigua de Nueva España, en lo escrito acerca
de ella por españoles, especialmente del siglo dézimo sexto: pues refun-
diéndose las tres primeras en la averiguación del valor significativo de los
Idiomas, y siendo estos los regulativos de la escritura symbólica y Gero-
glífica, una vez entendida, no se encuentran en ella, como autorizada por
unánime asenso y sin discordancia de los que la usaron, las opiniones ó
embarazos, que después de la invención de caracteres originó entre Grie-
gos, Romanos y otras Naciones, la ignorancia de la escritura característica
hebrea.
En quanto á tradiciones, esto es, doctrinas, historias, hechos, ó prácti-
cas conservadas en la memoria de los hombres y pasadas de unos á otros
"las letras, las frases, y aun los periodos enteros, ó porque no hacían distinción, no observando
"puntuación alguna, ó poniéndola según su fantasía. No quiero hablar de los yerros de los fal-
sarios, y aun de los mismos críticos, que muchas veces por quererlos corregir, echaron á per-
"der los manuscritos."
En el art. 4? del propio lib. tratando de los frutos de la crítica también asentaba: "mediante
"esta antorcha se descubre el dia de hoy, que suele haber mucha diferencia entre los libros im-
"presos y los exemplares manuscritos: que á estos exemplares los alteraron en una infinidad de
"pasages, no solo en quanto á las espresiones, sino también en quanto á los periodos enteros y
"partes considerables: y que no siempre se deben preferir los manuscritos antiguos á los nuevos
"por solo el título de antigüedad. Por ios socorros de la critica nos han enseñado los sabios, que
"los buenos manuscritos deben ser antiguos, mui correctos, mui cercanos al siglo y al tiempo de
"sus originales, si es que ellos mismos no lo son: que se deben distinguir por la forma de la le-
"tra o de los mismos manuscritos: que no todos son quadrados: en fin nos enseñan como se pue-
"de hacer juicio del tiempo, de las calidades, de la verdad ó de la falsedad de estos antiguo- rao-
"numentos de la antigüedad, y de la variedad de lecciones que se halla en ellos.''
(e¡ I.e Clerc, Bibliot. V. y hist. año 1688, pag. 309, apoyado por F. Honorato, art. 7'.', part.
i", disert. 2'.' del tomo I?
bibliografía mexicana del SIGLO XVI II.
322
por palabras, pinturas, imágenes ú otros Monumentos, la primera de las
nueve reglas que establecía el escritor de las reflexiones para las piadosas
de la Iglesia, es la que se advierte dominante en esta clave para las que
en ella se concuerdan.
Aquélla, pues, se reduce á no deberse admitir tradición piadosa sin prue-
ba proporcionada á la materia de que se trata, como medio justo entre
creer demasiado, y no creer bastante. Para no caer en alguno de estos dos
extremos, distinguía dos géneros de verdades, unas que miran á la natu-
raleza de las cosas, y otras á su existencia. También discernía quatro gé-
neros de certeza, verdad segura, ó creencia firme: la una metafísica, diri-
gida á la esencia de las cosas, como que el todo es mayor que su parte; y la
segunda física, fundada en la existencia del objeto, que según el orden de
las cosas no puede dexar de ser de la manera que es: la tercera geométri-
ca como necesariamente resultada de proposiciones bien probadas por de-
finiciones, axiomas ú otras demostradas: y la cuarta moral, fundada en
congeturas, circunstancias y testimonio de Autores, pero todas bastante
fuertes; de manera que ésta es la mas solida después de una demostración,
ó después del testimonio de los sentidos (/).
La certeza de los sucesos que se instruien en esta clave, es producida
de la combinación de las quatro clases de verdad.
Porque la naturaleza de los monumentos, concordada con sus peculia-
res distintivos, que ministra el Idioma en que principalmente se anotaron,
es de esencia; la permanencia de ellos, física: los resultados hazen la geo-
métrica, como provenidos de esas dos certezas: y la moral de los acaeci-
mientos pasados, propia y adecuada ala creencia material y característica
en estas Naciones, como efecto de aquellas otras tres clases de ella, por las
quales se conservaron las tradiciones de los mismos sucesos, comunicados
por generaciones, conforme lo manifiestan sus symbolos. El Archivo de la
inteligencia de ellos, es tan antiguo como los Idiomas en sus sentidos com-
puesto y alegórico; y se ha conservado con tal sigilo, que por él no se han
manifestado antes sus propios valores, ni los de ceremonias públicas, las
mas abolidas, ni los de costumbres peculiares de sus naturales, permanen-
tes las mas, y mui diversas de las de españoles. Y así, no es de extrañar
que cotexada con Historias de antigüedades, escritas después de la con-
quista española, resuke en ellas una mezcla de hechos, unos ciertos, otros
dudosos, auque probables, y muchos falsos ó supuestos {g).
Entre las serranías que se citan, se comprenden algunas de las mas emi-
nentes y dilatadas, distinguidas en Italia por Alpes, en España por Pire-
neos, en la América meridional por Andes y en Nueva España por Sierra
Madre, aunque invertida la anotación respecto de la Mexicana, de que nos
(/) Reg. 1?, disert. 3?, lih. iV, toni. 3?, de la traducción castellana.
\un en la Historia eclesiástica se ha advertido semejante mezcla, § y art. 3? disert. 2?
del citado lib. 1? del tomo 3?
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
323-
ha venido tal tratamiento, alegórico á lo que se asienta en su lugar. Como
entre naciones del otro continente, se han reputado antediluvianas á las
cumbres conservativas de nieve, y de consiguiente á sus cordilleras, así
también se advierte señalada en cumbres semejantes, la memoria de nues-
tros primeros Padres, en Nueva España, por su coetánea creación. De dos
entre sí cercanas, á la una se trata de antiguo, y á la otra de vieja, ó dis-
tintivos radicalmente diversificados en género, quando á las otras especies
comunes á ambos sexos, se les separa en él por adición, ó de varón, ó de
Hembra.
Tanto la solicitud del sentido cierto de Geroglíficos nacionales, por no
satisfecha con el que se les ha dado en los escritos por medio de expresio-
nes desconocidas en el Idioma mas observado de la Nación Española,
como dominante en que se la ministraron las primeras ideas regionales des-
de su conquista, quanto los principios combinados en que se funda esta cla-
ve, y las memorias figuradas en los tres peñascos y en otros monumentos
mucho mas abultados, como lo son varias porciones de cerranías; forman
su defensa, exclusiva de abstracciones, y simentada en fundamentos per-
manentes y reales: pues los conocimientos nacionales son por semejanza
á cuerpos naturales, con que hasta hoy los explican las mismas naciones.
Las memorias que se notan de la Religión Cristiana, son las que resul-
tan de la combinación, y no solicitadas de intento; pues los frasismos del
Idioma han ocasionado su concordancia con varios lugares de la Escritu-
ra sagrada, que resultan en sentido conforme á las reglas generales de los
sabios y Antiguos Padres de la Iglesia, quienes explicaban el que se les
dio en el siglo primero de la era cristiana ó tiempo en que con la venida
del Mesías, propetido en la Ley antigua y en las profecías, acabó aquélla,
y fué manifestada á todas las naciones la nueva con sus singulares míste-
tenos, y la permanencia de los mandamientos de la natural y divina.
Después pretendió la apostasía confundir la Religión Cristiana, y tam-
bién repetir la concordancia que siglos antes se intentó hazer, desde el
tiempo de la Ley antigua, de Dios con Baal, y de colocar á Dagon, y á
la Arca, en un altar (¡1).
Así lo descubren las ceremonias usadas hasta el tiempo de la conquista
española, los monumentos, la tradición y la escritura figurada por Idioma
que distingue la profanación hasta de los frasismos sagrados, (i).
Y en la materia es clara mi sumisión á la censura de nuestra Santa Ma-
dre la Iglesia Católica, Apostólica Romana.
(k) Lib. 3'.' de los Royos, cap. 18, v. 21, y lili, i? cap. 5? v. 2.
(i) Fundándose § III, art. i'.', part. 2a, tom. 4? de las Reflexiones sobre uso de las crítica,
que en los tres primeros siglos de la iglesia no huvo versiones de la Escritura sagrada, sino en
los Idiomas Siriaco, Griego y Latino, ni el oficio publico y la Liturgia se celebró en el vulgar
de los Pueblos que recibían el Evangelio, sino 011 los do aquellos tres países, no obstante asen-
taba su escritor, que las exhortaciones é instrucciones á los fieles en las Asambleas publicas, se
hazian en lengua que todo el Pueblo entendía.
bibliografía mexicana del siglo XVlll.
324
ANOTACIONES PRELIMINARES.
Quando se asientan permanentes incredulidad, abusos, y superstición
aun entre Naciones, de años y siglos ya reducidas en nuestro continente
no se extienden á todos sus individuos, como que muchos de ellos son ver-
daderos cristianos, y por eso reprehensores de otros que ocultamente con-
tinúan en Idolatria, y asisten precisados á las funciones públicas de Reli-
gión, en que no intervienen ceremonias de sus antiguas.
Iil paralelo septentrional, ó altura de Polo de esta Ciudad de México,
se ha regulado por observación comparativa hecha en el Puerto de Aca-
pulco por individuos destinados á la expedición marítima española de la
vuelta al Globo, en inmersión de uno de los satélites de Júpiter por el Sol,
y también en México por otro de los mismos individuos, y después de bien
verificada en aquel Puerto su propia longitud, el resultado de la altura de
México fue i9°-r-35/ + 10". Y el de su occidental longitud, de 93° + 3' res-
pecto del Meridiano de Cádiz, ó 285°+ 19' oriental respecto del de Te-
nerife.
La legua común, ó de ordenanza de Nueva España, es de cinco mil va-
ras castellanas; y la vara de quatro palmos: advertencia indispensable,
tanto para idea del intermedio de algunos monumentos bien notables que
se mencionan en esta clave, quanto para las dimensiones de estaturas hu-
manas antiguas, que instruie el primer peñasco ahora excavado, y se acla-
ran por comparación las de nuestra vara, la qual es sabido que se compo-
ne de treinta y seis pulgadas.
Se ha colocado al principio, la lámina representativa del insigne monu-
mento Americano, desconocido en el Arte de Pintura ó Imagen de Maria
siempre Virgen y Madre de Dios, distinguida por la Nación española bajo
el renombre de Guadalupe; y en la propia lámina también la celebérrima
Cruz de invención contemporánea en el Oriente, para cotexo del carácter
syro-caldeo que se advierte en ambos monumentos sagrados, y testimonio
de su antigüedad.
Al fin se presenta copia fiel de los tres peñascos figurados ó memorias
nacionales coordinadas, y también la desenvoltura ó separación de sus par-
tes agrupadas, siendo muchas de ellas de usos regionales, y todas decla-
rativas del sentido de las mismas memorias. Las escalas de los tres repre-
bibliografía mexicana del SIGLO XVIll.
325
sentados en sus totales, son proporcionales, á su magnitud; la qual en el
primer excavado, es de altura de tres varas y dos pulgadas; de dos varas,
menos dos pulgadas de ancho en sus frentes: y de dos varas, menos seis
pulgadas, en el grueso de sus costados. Pero las láminas desenvolutivas
de los grupos, representan con augmento las partes después de separadas,
para claridad de las clases de que son.
M. R. P. F. Servando de Mier,
V. P. no tiene que fatigarse, ni yo que conmoverme con contestación
verbal, pues por la misma conmoción q.e me causa, no paso personalmen-
te, quando con presencia de los borradores q.e á solo V. P. confio, y lleva
el Portador, puede V. P. responder á todo lo que me dice en su esquela,
previniendo también qe el libro de F. Gregorio García "Predicación del
Evangelio en el nuevo Mundo, viviendo los Apóstoles" citado por Beze-
rra Tanco, es tan raro, q.e solo D. Juan de Santelizes lo tenia, y su sobri-
no el Lie. Santelizes q.e vive en la calle de la Canoa, en una de las casas
de D. Juan Nicolás Abad dirá caso que se le pida á V. P. á quien lo ven-
dió. Por lo mismo acompaño también el extracto que formé de el, y la S.
Cruz q.e contiene. De él y de los borradores puede V. P. sacar lo condu-
cente á sola N? S? de Guadalupe; y enquantoá la Predicación de S to To-
más añadirse la tradición de Oaxaca y la que cita Boturini del convento
de Tonala pag. 57 de su Catálogo, y también la que hay en Meztitlan,
donde la Crónica de S. Agustín del M.r0 Grijalva menciona en un retage
inaccesible de la serranía, una cruz pintada en figura de tau, y una Luna,
y cita Boturini como descubierta por él.
Sobre lo de milagros nuevos, es bien extraño el cargo, porque son tan
antiguos como los de los Apóstoles, concordando el Evangelio de q.e á
solos aquellos fue concedido el mysterio del Reyno de Dios, pero á los
demás en parábolas y el de q.e hablarían los creyentes en nuevos Idiomas
entre los cuales es uno de los testimonios de aquellas verdades, los senti-
dos compuesto y alegórico del Mexicano que no se han examinado, y son los
que descubren que el Peñasco del pie de la torre, es monumento de S. To-
más, como que comprehende hasta la data en q.e avian de volver el Evan-
gelio á Nueva España, según se verificó en 15 15 en q.e llegaron los espa-
ñoles á Yucatán; y así dicho Monumento es del año 55 de la era cristiana,
en q.e S. Tomás lo dexó por memoria; y lo cual exige una obra para su
explicación, q.e debe costear el Superior Gobierno, en cumplimiento de la
cédula.
V. P. dispense los borrones, y acabe de consolarse, y pedir á la Sra y
al S. Apóstol, q.e mitiguen el castigo q.e puede sobrevenir á los incrédu-
los motores de la revolución, q.e espero acabe de calmar el Santo sudia
próximo. Ex corde. Borunda.
bibliografía mexicana del SIGLO XVIll
326
Que el Evangelio se predicó en ambas Américas desde el tiempo de los
S.tos Apóstoles lo fundó con el mas atinado pulso uno de los escritores del
siglo 17? (a). Sus principales fundamentos no pueden rebatirse por la crí-
tica mas rigorosa de ntros dias. Redúcense á los siguientes, despejados de
las repeticiones y erudiciones menos necesarias de q.e se sirvió este escri-
tor, supuesto que el nombre Griego, Evangelium es lo mismo q.e buena
nueva, ó buen metisage. El q.e esparcieron los Apóstoles contuvo la En-
carnación del Hijo de Dios, sus hechos, milagros, y maravillas, sus dichos,
mandatos y consejos, su vida, muerte, Resurrección, y subida á los cielos.
Que para su promulgación en todo el, Mundo bastaba que se hiziera ella
en la Metrópoli y cabeza de cada Reyno y Provincia para que de allí se
extendiera sin q.e fuere necessario q.e llegasse su noticia á cada uno en par-
ticular según advirtió uno de los mas ilustrados S.tüS Doctores (b) S.t0 To-
más de Aquino in 10 ad Rom. Lee. 3. Que á unas partes fueron los mis-
mos Apóstoles, á otras sus coadjutores, y á otras los demás Discípulos de
Jesús. Que en unas partes se asentó la Fe, y fundaron Iglesias, y en otras,
no. De manera que no fructificó en todas la semilla Divina.
Que Christo mandó á sus Discípulos que enseñassen á todas las Nacio-
nes "yendo á todo el Mundo, predicad el Evangelio á toda criatura (c)"
en quien se entiende el hombre como compendio de todas {d). Sigue tal
Mandato puede interpretarse como dirigido á todos los successores de los
Apóstoles, pues haviendo partido predicaron en todas partes {e). Que tam-
bién dijo á sus Discípulos "wc seréis testigos en Jerusalem y en toda Jadea,
y Samarla, y hasta lo último de la tierra"' (/). Que San Pablo (g) dixo
"Gracias doi á mi Dios por Jesucristo en nombre de todos vosotros, por-
"que vuestra Fe se predica en todo el Mundo." Que el proprio Apóstol (//)
también dixo "Por ventura no oyeron? Y ciertamente por toda la tierra
íl salió su voz y fama de los Apóstoles y hasta los fines del orbe se oyeron sus
"palabras." De manera qe con eso probó el mismo S. Pablo q.e cuando
embió su carta á los Romanos (/') ya estaba cumplida la Profecía de Da-
vid acerca de la predicación del Evangelio en todo el Mundo por boca de
los Apóstoles, y Discípulos.
(a) F. Gregorio García del Orden de Predicadores en su tom. en-8? impreso en Baeza, año
1625 baxo el titulo de "Predicación del Evangelio en el Nuevo Mundo, viviendo los Apóstoles"
y quien asentó en su proemio que vivió en el Perú, y que fue- a Castilla por Nueva España, á la
qual atravesó desde el Puerto de la Isla de China, y de Nicoya del mar del Sur hasta el de San
Juan de Lúa en el del Norte; y en el cap. 5, lib. 6, folio 225. Quando año 1587 entramos 24 Re-
ligiosos con nuestro Provincial por el distrito de Quito para cuia provincia habiamos salido de
España.
(b) En el original no hay esta nota.
(<■) S. Maten jS y S. Marcos 16.
Según S.n Gregorio, homil. 29 in evang.
(<•) Seguí) S.n Mareos en el lugai il ido
(f) Según S.n I. mas Acto I.
¿ Ad. Rom. 1.
{k) Ad. Rom. 1 y Psalmo 18 de Dabid.
(/) Que según Baronio tomo 1 Anno Christ. 58 fué en el año 2? de Nerón.
bibliografía mexicana del SIGLO XVlll.
327
Que el proprio S. Pablo (j) también dixo "en la palabra de verdad del
"Evangelio que llegó á vosotros como está en todo el Mundo y da fruto
"y ciece; y después estad firmes en la esperanza del Evangelio q.e oystes
"el cual se ha predicado en toda la criatura q.e esta debaxo del cielo." Y
que esta carta á los Colosenses fué escrita en el año 4 de Nerón ó 60 del
Nacimiento de Christo (k) de modo que á lo sumo en 30 años divulgaron
los Apóstoles el Evangelio por todo el Mundo (/). Finalmente cita otros
muchos F. Gregorio Garcia, concordantes de Profetas, Evangelistas y Stos
Doctores que convencen lo mismo, y respondiendo á los que á primera
vista parece no aver entendido q.e fuesse general á todas las Naciones la
promulgación del Evangelio los concordó con la inteligencia, que parece
la mas propria (;//) "la predicación del Evangelio de Christo nuestro Se-
"ñor se puede entender de dos maneras. De una, quanto á la divulgación
"de Christo. Y así el Evangelio fué predicado en todo el Mundo en tiem-
"po de los Apóstoles, y de esta manera se ha de entender lo que dice S.
" Chrisóstomo. De otra manera se puede entender la predicación del Evan-
"gelio en todo el orbe con pleno y cumplido fruto, y efecto de la suerte
"que en cada Nación de las Gentes se fundasse Iglesia, y assi se ha de en-
cender S. Agustín quando dize que aun no se ha predicado el Evangelio
"en todo el mundo." También asienta la predicación del Evangelio que
hizo S.t0 Thomás en la India intra Gangem llamada Indostan no solamen-
te por la noticia que dexaron de ella los dos S.tos Gregorios, y otros mu-
chos anteriores á la llegada de los Portugueses á aquella Región sino por
lo mas reciente é individual que adquirieron éstos en tiempo del Rey D.
Manuel de Portugal llegando á las costas Malabares de Calicut, y de Co-
chin y á las de Narsinga y de Coromandel, encontrando en ella las seña-
les del Christianismo plantado por S. Thomás, y especialmente conservado
por los habitantes de Cranganor y de Paliacate, aunque ya adulterada en
parte con errores del Patriarca Nestoriano de Armenia conservando sin
embargo, muchas ceremonias Apostólicas (;/), y gozosos aquellos Natura-
les de la llegada del Capitán D. Vasco de la Gama, se pusieron baxo de
su protección para que les amparasse en el Christianismo que avian reci
bido de S. Thomás, y juntamente les libertara de las injurias de los Bár-
baros sometiéndose por eso á la obediencia del Rey de Portugal.
Tanto por la tradición conservada entre aquellos Naturales, que cantan
comunmente en las Calles los Muchachos Malabares en su Idioma, quanto
por lo escrito en sus anales, averiguaron los Portugueses [o) que partiendo
Sto. Thomás para la India, Provincia q.e le cupo en suerte, fué primero á
(j) Ad. Coló 1.
(k) Según Baronío, tom. 1 anno 6o.
(/) Según S.n Chrisóstomo, Hom. 79 in Matth.
(m) De S.t° Thomás, 1-2, ques. 106, art. 4, Ad. 4 '
(«) Que refieren Ossor. lib. 3, y Masses lili. 2 Historiadores diligentissimos de la India.
(o) Como refieren los P.es Juan de Lucena lib. 1'.' cap. 13, y libro 3, cap. 3. Juan Pedro Mas-
BIBLIOGRAFÍA MEXICANA DEL SIGLO XV til.
328
la Isla de Zocotorra en la entrada que hace al Océano al Seno de Arabia,
de donde dexando muchos baptizados, de quienes halló descendientes el
Portugués Tristan de Acuña, pasó á la ciudad de C.ranganor en que avien-
do estado algunos dias y hecho Christianos á muchos fué á Colano, que
también es de Malabares: que edificó Iglesia en Gna, y siguiendo con gran
trabajo, su camino por la cordillera, y oriental de las Sierras y pasando á
los Reynos de Narsinga, hizo asiento en Coramandel, cuia capital y corte
de su Rey era entonces Meliapor situada en la costa del Golfo de Bengala
y en donde aviendo varado un árbol de tamaño nunca visto y en ocasión
en que el Rey Sagamo, entonces de aquella corte y sus Sacerdotes llama-
dos Brachmenes impedían al Sto. edificar Iglesia sin que aquel q.e lo pre-
tendía para un edificio huviera podido conseguir moverlo, ni con fuerzas
humanas por medio de Maromas, ni con las de Elefantes se ofreció el
Apóstol ante el Rey y sus Brachmenes á conducirlo desde la costa (dis-
tante entonces mas de 10 leguas de la corte), si se lo daba para la fábrica
de un templo, lo que concedido como por burla en inteligencia de que era
desatino, pasó á la costa desde la qual atando un Ramillo del Árbol con
una correa con que andaba ceñido, hecha la señal de la Cruz lo conduxo
con la misma facilidad que á una paja hasta la fossa de los Muros de la
ciudad á vista de innumerable Gente y puso en ese lugar (que según al-
gunos era junto á la Iglesia que edificó) una Cruz de piedra, con la siguien-
te advertencia "Ouando llegare el mará esta piedra por divina ordenación,
"vendrán hombres blancos de tierra muí remota á predicar la doctrina que
"yo ahora enseño, y á renovar la memoria de ello" é hizo sabedores de
ello á los presentes entonces para q.e conservassen la memoria de Padres
á hijos, aviéndose verificado después de muchos siglos, que quando los
Portugueses llegaron á la India, ya comenzaba el lugar señalado por el
Apóstol áser bañado del Mar. Desmereciendo por la alta reputación Após-
tol, la de los Brachmenes, vengativo uno de ellos, dio muerte á su propio
hijo, imputándola á S.to Tomas, quien citado ante el Rey y pidiendo li-
cencia para preguntar en público, y trahido el cuerpo defunto á quien dixo
"¿ea Niño? por Christo á quien yo predico por verdadero Dios, te mando
"q.e declares aquí sin circunloquios y rodeos, sino claramente, quien haya
"sido el Autor de esta tan grande maldad," y entonces respondió con voz
alta y clara la verdad en esta sustancia "Tomás es legado cierto del sumo
"Dios cuia Fe y Ley predica, y mi padre por odio q.e le tenia me quitó
"la vida, poniendo en mi sus manos malvadas, para atribuir esta calumnia
"á Tomas que esta inocente."
Como el Rey Sagamo, y muchos de su Reyno se convirtieron á la Fe
de Jesu Christo resolvieron los Bracmenes quitar la vida al Apóstol y lo
seo lib. 2? y 3" y Pedro Rivadeneira 1? parte en la vida de Sto. Thome F. A. de S. Román, Be-
nito lib. I? cap. 13 y el L.do. Pedro Ordoñez Cevallos (que estuvo en la India) en el triunfo l"
de la Cruz.
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
329
executaron con flechas y piedras atravesándole con una- lanza á tiempo
hazia oración en una capilla situada en un Monte alto, no muy distante de
aquella corte donde como humilladero se solia retirar ante una cruz. Sus
Discípulos pasaron el S.to Cuerpo á la Iglesia que poco antes avia edifi-
cado su Maestro, enterrando con él, el pedazo de Lanza con su hierro, que
havía quedado pegada á las costillas quando le atiavesaron con ella; el
Báculo de usaba en sus peregrinaciones, y una basija de barro con tres
celemines de tierra dentro mezclada con su sangre, quedando desde en-
tonces el lugar del sepulcro ilustrado con milagros, y frecuentado de los
que á el ocurrían á visitarlo.
Esta memoria conservada en los Anales y en la tradición de los Mala-
bares, se hizo palpable á los Portugueses quando por mandato del Rey D.
Juan, successor de su Padre D. Manuel solicitó su Virrey en la India
D. Duarte de Metieses (/>), por comission que dio á Man.1 de Frias Gober-
nador de la Costa de Coromandel, asociado con algunos sacerdotes, y un
oficial-de cantería nombrado Vicente Fernandez, el cuerpo de S.to To-
mas (¿7), que sabian de antemano los mismos Portugueses conservarse en
la ciudad antigua de Meliapor por que aviendo navegado el año 15 17 con
Diego Fernandez y otros Portugueses desde Malaca á Paliacate situado en
la Costa de Coromandel 8 leguas al Norte de Meliapor, un Armenio nom-
brado Coge Escander, les llevó por tierra á Meliapor con intento de en-
señarles ser álli donde estaba el Sepulcro.
Las ruinas de aquella corte manifestaron la Alegoría de su nombre sig-
nificativo en la antigua de aquel Pais, de Pavón alusivo á lo que sobresalía
entre las Ciudades de Oriente quando era corte assí como aquella Ave
entre las otras: porque ocupaba un grande espacio sumptuosos edificios,
Pirámides y columnas y otras piezas bien labradas con figuras humanas,
y de Aves, y animales, conservándose hasta entonces en el medio de ella
los vestigios de un templo de que no existía sino la Capilla edificada al
Oriente, al estylo de nuestras Iglesias con cimborrio en lo alto hecha de
Bóbeda de piedra, ladrillo, y cal, adornada por dentro y fuera con varias
cruzes de la hechura de las de Calatrava, Alcántara, y de Avis. Cerciora-
dos por la noticia anterior del Armenio, y de los Naturales de aquella tie-
rra los comissionados del año de 1522 de que en un Sepulcro dentro de
aquella Capilla estaban los huesos del Apóstol, y pareciéndoles reparar
primero el edificio, porque sus paredes flaqueaban ya con el peso de la
Bóveda, cavando la tierra descubrieron á menos de dos varas una como
caxa ó sepultura cubierta con una losa, con letras gravadas en la parte in-
terior, de Lengua mui antigua, llamada Badaga que según la interpréta-
la) Segün Lucena Hb. 3 cap. 4 este Mandamiento lo recibió aquel Virrey año 1522.
\q) La Relación de la solicitud, é invención del S.to Cuerpo, la escribió Juan Barros, Virrey
de la India: Década 3 de Asia, lib. 7, cap. H, y la siguieron Villegas y Rivadeneyra 1 par. vida de
S.to Tomas. Lucena lib. 3, cap. 4. Mass. lib. 8 y S. Román lib. 2 cap. 31.
42
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
330
cion de los inteligentes en ella testificaban lo siguiente "este templo edificó
"S.to Tomas, para cuio servicio y reparo hizo donación el Rey Sagamo,
"de la décima de las mercaderías que se traxessen á vender á esta Ciudad,
"dexo ordenado y encargado á sus descendientes y successores, so pena
"de su maldición, que no permitiessen quitar ni disminuir algo de esa Al-
"cavala y donación." Y confirmaba á este monumento escrito la tradición
de los naturales conque asentaban estar pagando todavía aquel tributo cuio
origen cierto ignoraban, pues en solo los muy sabios se conservaban los
rastros de aquella memoria manejándose los demás confusamente por lo
que aquellos hazian. Debaxo de la Losa se hallo un cuerpo ú osamenta
parda semejante á las carnes de aquellos Naturales de color amulatado —
que afirmaron los Naturales — sabían por tradición ser del mismo Rey que
hizo aquella donación, y a quien convirtió Sto. Tomás. Cavando mas aden-
tro dieron con una cueba ó cuadra á modo de Capilla, en que llenos ya de
santo temor que parece les infundió la vecindad del sagrado depósito, no
permitieron quesiguiessen los cavadores Gentiles, llamando para el intento
al P.e Antonio Gil, Proveedor de la obra, nombrado por el Virrey, á Die-
go Fernandez y a Blas Diaz, que asistían allí, quienes hasta después de
preparados con los Sacramentos de Confesión y Eucaristía no se resolvie-
ron á entrar en la cueva, formada de cuatro paredes de ladrillo y cal, que
tendría 9 pies de alto, toda repartida de tres en 3 palmos, en capas, unas
de sola tierra, otras de ladrillo, y la ultima de Argamasa tan fuerte que no
la podían romper con Picos y debaxo de ella una como tumba compuesta
de 2 grandes piedras colocadas sobre otras, hallando dentro, cubiertas de
cal, y arena unos (sic) de hombre, blancos con las Nieves con los quales
estaba el hierro de una Lanza, encaxado en un pedazo de asta, y otro de
palo con recatón de hierro que parecía bordón de caminante y á los pies
de los huesos un vaso de barro, que hazía tres celemines lleno de tierra y
sangre que demostraba haverse cogido todo junto. Debaxo de este sepul-
cro se encontró otro cuerpo reputado por de algún discípulo de S.to To-
mas ú osamenta de color pardo, semejante á la del Rey Sagamo. En un
cofre se depositaron los huesos de éste y del otro Discípulo, y en otro mas
curioso, esmaltado, y cubierto con hoja de plata, se colocaron los del Após-
tol. Esta invención fué año 1523 (r) y escondidos estos huesos dentro del
mismo altar, finalmente se trasladaron á Goa por un Religioso Francisca-
no, siendo Virrey D. Constantino de Berganza á tiempo que edificaba allí
un templo á S.to Tomas (s), que fue reynando D. Sebastian, quando ya se
iba olvidando esta invención (/) aunque el P. F. Gregorio Garcia concor-
dando á otros escritores concluie con que no todos los huesos de Sto. To-
más fueron trasladados á Goa, y que quedaron algunos en la antigua Me-
Segun Barros, Década, 3? de Asia, lib. 31.', cap. u.
- gun Masseo, lib. 8?
- gun S.n Román, lib. 2'.', cap. 13
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
331
liapor nombre proprio que tuvo en el Idioma de aquel Pais-y antiguamente
distinguida con el de Calamina, por los extrangeros de él en alusión á las
cañas ó cálamos que con sus hierros puestos servían de Lanzas á los Na-
turales, y de donde se trasladaron algunos á Edessa, de Mes^opotania, y
después á Orthonia en la Apulia, según los Martirologios y otros escrito-
res de siglos mui anteriores á la invención de los Portugueses quienes im-
pusieron á la Ciudad de Meliapor, el nombre de Sto. Tomé.
Que en el año 1548 siendo Rey de Portugal D. Juan tercero, y su Go-
bernador en la India D. Juan de Castro como se tuviesse noticia cierta de
q.e el Martirio de este Apóstol avía sido en un Monte cerca de Meliapor,
el Capitán de la Fortaleza, y todos los Portugueses con orden del Gober-
nador trataron de edificar en el proprio lugar una Hermiía, abriendo ci-
mientos para ella, hallaron en las ruinas de los que alli avía, una losa de
marmol blanco de 4 palmos de largo, y 3 de ancho con una cruz labrada
de medio relieve, y de la hechura de la de Alcántara, Calatrava, y Avis
en una de sus caras y de igual forma á las cruzes que antes se hallaron den-
tro, y fuera del templo de la ciudad, aunque la de esta Piedra tenía enci-
ma de la punta de la Asta una ave con alas estendidas baxando al stylo
con que se pinta la Paloma representativa de la venida del Spiritu Santo
en la Anunciación de la Virgen Maria, y en el Bautismo de Jesucristo Esta
Ave por mas semejante al Pavón, se entendió ser divisa de la ciudad de
Meliapor. A mas de que los 4 extremos de la Cruz remataban en Flor de
Lys Lylio ó Azucena, simbólica, tenía por orla, un Arco con letras, y figu-
ras tan extrañas, q.e no huvo en muchos años quien la supiesse leer. Lo
que mas asombró á sus descubridores, fué que así el campo de la Piedra,
como algunas partes del cuerpo de la cruz, parecían averse ensangrentado
en aquel punto. Limpia del polvo, y puesta por Retablo en el Altar de la
Capilla que se fabricaba en el Monte al tiempo de comenzarse á cantar el
Evangelio en la Missa de su festividad que se celebró en el Monte á 18 de
Diciembre, porque en el 2 1 se hazia en la ciudad, se cubrió la cruz de co-
lor negro, y comenzando á destilar gotas de licor y después copiosamente
quedó llena de él. Limpiada por el sacerdote con los corporales, quedaron
tan manchados como si lo sacassen de un vaso de sangre; con el sudor se
fue mudando la Cruz de su color alabastrino, en amarillo, después en ne-
gro obscuro, y finalm.te en el de cielo apacible, claro, y resplandeciente
en el qual permaneció hasta que acabada la Missa bolvió á su natural blan-
co y en las festividades de igual dia de los años acaeció la misma Mara-
villa, la que habiendo cesado por algunos pocos, se repitió en la del 1561.
El Capitán y Vicario de la Ciudad, teniendo noticia de la erudición anti-
gua de la India y de sus letras y Lenguas que poseía un Brachmen del
Reyno de Narsinga mui distante tierra adentro de Meliapor le hizieron ve-
nir y diciendo en vista de los caracteres, ser de los q.e antiguamente usa-
ban los Sabios, poniendo una letra por 10, por 15, y por 20, la traduxo en
bibliografía mexicana del siglo xviil
esta forma "después que pareció la Ley de los christianos en el Mundo,
"de ai á 30 años á 21 de Diciembre murió el Apóstol S.to Tomás en Me-
"liapor donde hubo conocimiento de Dios, y mudanza de ley, y destruc-
"cion del Demonio. Nació Dios de la Virgen María y estubo en su obe-
"diencia 30 años, y era un Dios eterno. Este Dios enseñó á 12 Apostóles
"su ley, y uno de ellos vino á Meliapor con un bordón en la mano y hizo
"una Iglesia, y el Rey de Malabar y el de Coromandel y el de Pandi y
'otros de diversas naciones y sectas se determinaron todos de todo su co-
" razón y voluntad, concertándose entre sí de sugetar á la Ley de S.to To-
rnas, Varón Santo y penitente. Vino tiempo en q.u Sto. Tomas murió por
"mano de un Brachmen, y de su sangre hizo una Cruz." Esta traducción
concordó en un todo con la q.e hizo otro Gentil de mucha edad y también
de la propria classe de erudición en letras, y lenguas antiguas, y de otro
lugar distante, llamado por los Portugueses, y sin que supiesse del primer
Intérprete, ni aquél del segundo.
Todo ello se justificó, y con repetidos testimonios auténticos, y estam-
pada la Cruz por disposición del Obispo de Cochín, se envió al Rey D.
Sebastian y al Infante Cardenal D. Enrique, Arzobispo entonces de Lis-
boa, quien con autoridad de la Silla Apostólica, lo averiguó diligentemen
te, y lo aprobó (//).
Que Azuzena, fué en Hebreo Sosana, de donde después se llamó co-
rruptamente Sosería, ó Susena, y con el artículo arábigo A Azucena cono-
cida por los Franceses por Lys y era symbolo en la escritura Divina alusivo
intentos especialm.1- á la Pureza pero mas general, y aun entre los Genti-
tiles lo fué de la esperanza, á que parece aludían las de la Cruz de S.to
Tomás como medio por el qual esperamos ntra salvación.
Comprueba también la predicación de S.to Tomás en la India con que
en tiempo de D. Juan 3V de Portugal traxeron á Alfonso de Sosa su Vir-
rey en la India, unas Láminas de Metal con letras gravadas tan antigua
que solo un judio muí perito en Lenguas y sabio en antigüedades, llamado
para el intento, pudo leerlas aunque con dificultad, por la antigüedad, y
poca noticia de la Lengua en que estaban escritas y contenían una dona-
ción que el Rey de aquellos tiempos hizo á S.'° Tomás del sitio y solar ne-
cesario para edificar un templo (.v), también con otra donación q.e hizo el
Rey Bucaraya, de Nartinga á la Iglesia de S.t0 Tomás de Meliapor, escrita
en 3 Láminas de Bronce escritas por una cara con letra y lenguage que
no entendió, sino un Bracmen de Cangebaran llamado para el intento quien
I oda e>ia reía . i - Gregorio (Jarcia del < 'biápo Osorio, lib. 3: de Lucena, lib.
3, cap. 5: «le Ma 1 '■ la, 2 parí., lil) 10, cap. 4. 1, %% 3: de F. Juan Gonz en el I ti -
neraric, cap. 24: de Villegas, 1 par. en la vida de Sto. Thome: de Rivadeneyra, 1 par, 21 de Di-
ciem.: de S. Román en la Hist. de la India, lib. 3, cap. 30: de Ceballos en el triunfo 10 de la
Cruz: de F. Alonso Ciaconio, lib. de S. Cruce, cap. 35: de Jacobo Gretsero, tom. 1, de Cruce,
lib. 2, cap. 1: y de Baronio, anno"57.
^egun el Obispo Ossorio, lib. 3.
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII
333
las interpretó. Y en la otra cara tenía cada Lámina: una Cruz, por insig-
nia del Apóstol; un Pavón, por armas de la Ciudad de Meliapor. Que las
huvo Antonio Peynado, á instancia del P. Alonzo Cipriano, de un Brach-
men que las tenia en gran secreto, prometiéndole por ellas 300 pandaos,
de los quales recibió 50, aguardando por los demás hasta que huviesse to-
mado possesion la casa del Santo como se pretendía, de las tierras que con-
tenía la donación, pues enviaron su traslado los proprios consecutores al
Vicario del Obispo de Cochin para que él, y el Virrey D. Alonzo de No-
roña negociase por sus cartas, y envaxadores con el Rey de Bisnaga, que
mandando examinar las Láminas, y constando de la autoridad de ellas res-
tituyesse á la Iglesia del Apóstol en la posession de las tierras q.e le habían
dado sus antepasados, y eran la Ciudad de Meliapor, y los lugares de 4
leguas de su comarca, y de las rentas y derechos que en cualquiera manera
le perteneciessen, réditos de Poros, (sic), casas, sementeras, Huertas Agua
de Ríos, presas, estanques, tesoros de rubís, y piedras que se hallasen en-
cima y debaxo de la misma tierra y del Mar en todos los Navios que alli
aportassen y quebrassen en la costa {y).
La comprueba también con 2 templos que vio el Cap." D. Vasco de la
Gama en el Pueblo Pandarane donde visitó al Rey de Calicut, el uno te-
nido de sus habitantes por santissímo y al entrar en él salieron ásu puerta
9 sacristanes asperjándoles con agua: las paredes estaban adornadas de
Imágenes pintadas, y en medio de él una capilla de forma redonda a q.e
se subia por gradas, y con una Puerta de metal muy angosta, y dentro una
Imagen puesta en la pared del testero, y la qual no pudieron ver los Hués-
pedes, por la obscuridad del lugar y porque no se les permitió entrar en
aquel interior, al qual llegando los 4 Sacristanes dezian en alta voz, Maria,
María, señalando con el dedo á la Imagen, y en oyéndolo el Magistrado,
llamado Catual quien guiaba al Cap." Gama, se postró en tierra con sus
acompañados, con las manos abiertas. Y los Anales de aquel Reyno asien
tan q.e el Rey de Calicut que fabricó aquel templo, fué uno de los 3 Ma-
gos que fueron á Belén. Que los Portugueses vieron otro templo antiquí-
ssimo i n la ciudad de Coulan no mui lexos de Cochin, en la costa de Calicut,
del qual afirmaron los habitantes christianos, que lo edificó S.t0 Tomás:
Que en la propria ciudad avia otra Iglesia ó Capilla dedicada á nuestra
Señora, en la qual se retraxo Antonio de Salas con 12 Portugueses huien-
do de la furia de los enemigos que iban á matarlo. Y q.e quando Franco
de Almeyda Gobernador de la India trató de hazer un Fuerte en la Isla
Achedina halló Paredes ruinosas en q.e avia cruzes de color negro, y Ber
mejo {z) también comprueba con la invención que hizo el Capitán D. Alon-
so de Albutquerque del célebre hasta hoy crucifixo de cobre que se halló
dentro de una de las paredes del templo de ídolos con letras mui gastadas
{y) Según Lucena, cap. 5, lib. 5.
(z) Según Ossorio lib. 1, 3? y 4'.'
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
334
de las q.e se entendió averse hecho en tpo. de S.to Tomás de la ciudad de
Goa quando lo mandó derribar aun contradiciéndolo el Consejo q.e para
ello formó el qual se oponía por temor de que se sublebassen los Gentiles
que lo resistían (a). Asimismo lo comprueba con la tradición averiguada
por S. Franc.co Xavier, quien preguntando á aquellos Indios ¿porque se
llamaban de Sto. Tomé? respondieron q.e por aver predicado á sus pasa-
dos la Sta. Fee de Christo Jesús S.to Tomás quien les prometió, que jamás
fallarían Christianos en aquellas partes (b). Y también lo comprueba con
que el año 1 126 siendo Sumo Pontífice Calisto 2 fue á Roma, por devoción
un Patriarca de la India, llamado Joan, quien en público consistorio del
mismo Papa (y) y de muchos Cardenales, y Prelados, dixo Sto. Tomás
aparecía visible, cada año, y con su propria mano comulgaba á su Pueblo
dando la sagrada Hostia á los dignos y dexando de darla á los indignos (c).
Asienta también, no solamente averiguado en los Anales de Calicut, que
su Rey fué uno de los 3 Magos, quien quando volvió de adorar á Jesús,
edifico aquel templo dedicado á Maria con el Niño en los brazos (d). Vino
también averiguada la tradición por aver quemado los enemigos del Chris-
tianismo las escrituras en que constaba que en una parte de la India avia
descendientes de los Reyes Magos con rastro de Religión Christiana {e)}
y por eso confirmada la memoria antigua de diez familias que existían en
el Reyno de Tarsis descendientes de aquellos Reyes (/), y por ello com-
binada la de que Sto Tomas predicó á los Magos (g), y que aviendo lle-
gado á sus tierras, les bautizó, y fueron sus coadjutores (/¿). -
Funda también que S.t0 Tomás predicó en la China, ó India extra Gan-
gem no solamente por la relación de que después de aver puesto en admi-
ración con sus grandes milagros á los Partos, Medas, Indios, Etiopes, ilus-
tró á todos los que moran en la última Región del Oriente, y en el último
del Occeano (i), situación que concuerda con la de la China sino también
por la tradición de los Chinos de que avia muí largo tiempo que fué á aquel
Reyno un hombre estrangero, quien les predicaba una ley nueva por don-
de podrían ir al cielo, y que ocupado en ello algunos días, viendo que ha-
(n) Según Ceballos triunfo i" de la Cruz. < Issorio lili. 7 \I:i^cn Hit. 4 y S. Román, lib. i",
cap. 30.
(¿>) Ceballos triunfo I?
I lina. Cron. Mund. Gesner. Bibliot, Dionis. Cartu. Serna, 3 de S. Tom. Naudero. Hi^t.
gener. 38. Stapter. Collect. D. Thom.
(//) Por la relación que el Dr. Navarro Azpilcueta nent. de < »rati. cap. 21 11? 28
asentó averie hecho el Obispo ( Jerónimo < 's^nio, quien la supo después de publicar sus escritos.
(e) Ceballos, triunfo 1? de la Cruz.
(/") De Haiton Armenio, lil>. de Tarta, cap. 2? De Ortelio in tabulis India, et Tartaria, y de
Genebrardo, lib 2'.' Chronogr. pag. 208 acordes con el Salmo Ji, los Reyes de Tarsis, y las Is-
las ofrecerán Dones.
I ' iroteo in Synopsi, y Sophronio, Apud S. Hierom. de Script. Eccle. in Thom.
1.1 Autor S. Mateo, Hom. 2 el ( >bispo Pedro de Xatal. lib. 2 cap. 48; Juan Echio invita.
S. Thom y un Calendario antiguo según Héctor Pinto, diálogo 4 par. 1? c. 21.
^"gun Xicéphoro Calixto, lib. 2 cap. 40.
bibliografía mexicana del SIGLO XV 111.
335
zia poco fruto, porque andaban ocupados en Guerras civiles, partió para
la India dexando primero algunos Discípulos bautizados é instruidos en
las cosas de la Fee para q.e la predicassen en la primera ocasión q.e se ofre-
ciesse. Lo que concuerda con la relación que hizieron los Indios Christia-
nos de Cranganor á los Portugueses (j) de que en sus escrituras, y Anales
antiguos conservados en sus Archivos, constaba que S.t0 Tomás pasó á la
China, donde aviendo edificado algunas Iglesias en el poco tiempo que allí
estubo, se bolvió á Coromandel para visitar á los que avia dexado conver-
tidos quando pasó á la China. Lo comprueba asimismo con la Lección 2?
del 2? Nocturno del Breviario Caldeo de la Iglesia de Sto. Tomás del Ma-
lavar llamado Gaza, esto es, tesoro (k), que traducido dice "Por Sto. To-
"más desapareció el error de la Idolatría de los Indios; por Sto. Tomás
"fueron los chinos, y etiopes convertidos á la verdad. Por Sto. Tomás re-
cibieron el Sacramento del Bautismo y la adopción de hijos. Por Sto. To-
"más creyeron, y confessaron al Padre, y al Hijo, y al Spiritu Santo. Por
"Sto. Tomás guardaron la Fee de un Dios, que avian recibido. Por Sto.
"Tomás nacieron á toda la India, luces, y resplandores de doctrina que da
"vida. Por Sto. Tomás solo, y subió á los chinos el Reyno de los cielos."
Y la 3? Antiphona del 3? Nocturno "los Indios Chinos, Persas, y los de-
"mas Isleños, y los que en la Syria, Armenia Grecia y Romanía ofrecen
"adoración en tu nombre, en memoria de Sto. Tomás."
Lo comprueba también conque aviendo ido en Romeria un Armenio á
Meliapor, afirmó á los Portugueses ya residentes allí que en las escrituras
autenticas de los Archivos Armenios se referia q.e antes que Sto. Tomás
padeciesse martyrio, pasó á la China donde predicó el Evangelio, y porqe
hazia poco fruto se bolvió á Meliapor, dexando en aquel Reyno, algunos
Discípulos que avia convertido (/).
Asimismo conque los Chinos tuvieron noticias del Mysterio de la Tri-
nidad, usando en sus templos 3 Puertas con 3 cerraduras (m). Que sus Sa-
cerdotes usaban un cordón de 3 hilos, que aunque al principio insignia de
la Trinidad, pero después de perdida la Luz del Evangelio, con la Intro-
ducción de la Idolatría, y depravación de costumbres, adoraron en puras
criaturas (n). Que en la Ciudad de Ancheo, tierra firme de la China, en
la capilla mayor de un templo entre 1 1 1 figuras de ídolos, avia una á quien
se tenía mucha reverencia, pintada ron un cuerpo de cuios ombros salen
3 cavezas, que se miran una á otra é interpretan los chinos que tienen una
sola voluntad; y también otra figura de una hermosissima Muger con un
Niño en los brazos, de la qual dizen que lo parió, quedando virgen, otra
( / ) Según Masseo ! ib. 2'.1
(i) Que traducido á la lengua Latina por el P. Juan Matia Catlüpori pusieron Nicolás Fri-
gaurlt (sic), lib. 3 cap. 11 y 1). Fran.co Herrera Maldonado en el epítome de la China.
(/) Según Bernardino de Escalante, cap. 15.
(m) Según Domingo Niger de India in duas comment. 10 asu.
(») Según relación de Franco de Herrera y Maldonado en su l£ pitóme de la China.
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
336
de un hombre vestido al modo que los christianos pintan á los Apóstoles (o).
Que en un Monasterio, en que los Chinos viven en clausura, á manera de
Religiosos, llenos de supersticiones, situado en una Isleta de un gran Rio,
en Cantón avia otra Imagen de Muger de igual belleza con un niño que
la tenía echados los brazos al cuello, y delante de elia una Lámpara ar-
diendo noche y dia, y preguntados los chinos, respondieron lo que de la
de Ancheo (/>). Y que en una de las Islas Filipinas avia una Imagen de
ntra Sra con un niño en los brazos á quien los Naturales tenían grande ve-
neración (q). Que en muchos de los templos de la China se ven algunas
Pinturas antiguas de 12 insignes esclarecidos Varones, con casi las mismas
insignias, que entre nosotros pintan á los Apóstoles, y que los Chinos di
zen de ellos, que fueron grandes Filósofos, y vivieron virtuosamente por
lo cual están hechos Angeles en el Cielo.
Que los Chinos conservan en un Libro, q.e titulan del Principio del Mun-
do, la memoria de su creación, y de la de los hombres, aunqu.e la refieren
con mil errores.
Afirman que la Alma tuvo principio del cielo, y no tendrá fin por ha-
berla dado el ser eterno. Que la que viviere según las Leyes q.e ellos ob-
servan, en el cuerpo en que Dios la infundió sin hazer daño al próximo,
será llevada al Cielo, donde vivirá eternamente con grandes regalos hecha
Ángel. Y que la q.e viviere mal, era en compañía de los Demonios á car-
celes mui oscuras donde padecerá con ellos tormentos que nunca se aca-
barán. Confiesan que hay un Lugar donde las Animas que han de ir á ser
Angeles se limpian de todo lo que se les pegó, y que para q.e esto sea mas
presto, ayuda el bien q.e hazen los parientes y amigos. Y asi es cosa mui
usada en todo aquel Reyno, el hazer oficios, y oraciones por los Difuntos
en dia señalado en el mes de Agosto. No hazen las ofrendas en los tem-
plos, sino en las casas, en las quales ponen mucha comida para los muer-
tos, y para los que tienen por santos Abogados de los difuntos, y al son
de Atambor cantan á coros, y yendo de quando en quando los Monacillos
al Altar á ofrecer oraciones escritas en papel q.e son las que han de cantar al
son de los Instrumentos, se buelben á sentar, buelben de nuevo á cantar,
y al fin de las canciones, dice una oración en tono el que haze el oficio, y
acabada da con una tableta pequeña un golpe sobre la mesa respondiendo
los Monacillos al mismo son vaxando las cavexas, y toman ciertos papeles
(o) F. Juan Gonzz 2 part. lib. I, cap. 25 refiere que estas Figuras las vieron F. Martin de
Herrada, natural de Pamplona y F. Gerónimo Martin, natural de México, Religiosos recomen-
dables del Orden de S. Augustin, q.e salieron de Manila con otros 2 españoles, Pedro Sarmiento,
y Miguel de Loarcha, á predicar el Fvangelio en China.
(/) Fsto-vio F. Gaspar de la Cruz Varón Apostólico, Religioso Dominico según Gonz.z , 1
par. lib. 2 cap. 1.
(q) Según carta dirigida á la Provincia de Religiosos Dominicos de Guatemala, por su muí
Religioso individuo F. Juan de Castro, primer Provincial de la de Filipinas, y que aseguró Fr.
^regcrio García averie referido los de Goatemala, quando por aquel Reyno (sic).
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
337
dorados, y pintados y los queman delante del Altar, y acabados los sacri-
ficios comen con los de la casa los Manjares de las Mesas (r).
Que aman la abstinencia anteponiéndola al Matrimonio. Hazen mucho
por los Huérfanos, y tienen grandes Fábricas, y dotaciones para los Pere-
grinos. Cantan casi al Stilo Gregoriano sus oraciones. Para sus sacrificios
usan de vestiduras semejantes á las Albas, y sobrepellizes.
Los Sacerdotes son muí Penitentes, y habitan en Desiertos, y Despobla-
dos, y los q.e están en las ciudades en templos grandes. Porq.e los habi-
tantes piensan q.e sus oraciones pueden librar las Almas del Infierno, y
trasladarlas á la Gloria, hazen á sus Sacerdotes grandes limosnas. Su há-
bito es austero, raen el Cabello, y Barba contra el estylo de las demás
Gentes de aquel Reyno; y en sus oraciones la palabra tolome, cuia signi-
ficación ignoran ya. Que los Chinos tienen profecía de q.e han de ser su-
getados de hombres de ojos grandes y Barbas largas q.e han de ir del Oc-
cidente, de donde les ha de ir la verdadera Ley q.e los ha de llevar al cielo
á ser Angeles. Que embiando un gran presente un chino Piloto á Antonio
de Faria dixo dezid á Ntro. Capitán q.e tiempo vendrá, en que ellos se
comunicarán con nosotros por amistad de Ley verdadera del Dios de la
Clemencia sin término, el qual con su muerte dio vida á todos los hombres
con herencia perpetua en la casa de los buenos; porque así lo veremos que
ha de ser por nuestras profecías, después de pasado el medio del medio del
tiempo (s).
Que los Japones adoraban un Dios figurado con 3 cabezas; bautizan los
Niños y hazen penitencia con ayunos, y contra los insultos del Demonio
se defienden con la señal de la Cruz (t). Que entre sus innumerables ído-
los adoran una Muger con un Niño en los brazos diciendo q.e es Madre de
un gran Fotoque q.e ellos adoran y veneran mucho (u). Y que refieren que
se obscureció el Cielo y huvo otras grandes maravillas en la muerte de uno
de aquellos Dioses q.e adoran.
Que Sto. Tomás predicó también en Cochinchina tierra firme de la Chi-
na, quando bolbió de ella para el Indostan, lo comprueba con el gran Tun-
quin, Padre de la Reyna María, oyendo que en las partes Orientales de la
China avía Gente que ensenaba Ley de un solo Dios, y comunicándolo con
su hija le dixo ésta q.e el enfado q.e tenia en su Ley era su muchedumbre
de 118 Dioses sin fundamento lo q.1 motivó la encargasse la averiguación
del origen, y descendencia de tantos, y que juntando ella á los Bonzos mas
sabios, quienes respondieron que eran camiés, esto es Dioses, y eso bastaba
para que no se entrasse en mas investigación, despedida la Junta, llama-
sse á uno para q.e registrando todos los Archivos del Reyno, como lo exe-
(r) Según González i part. lib. 2, cap. 6.
(s) Según la relación sacada por F. Gerónimo Gradan del Orden del Carmen cap. 87 del Iti-
nerario de Fernán Méndez. ^
(/) Según Ortelio in tabula Indig.
(«) Según Fernandez lib. 2 de la Hist. cap. 23.
43
BIBLIOGRAFÍA MEXICANA DEL SIGLO XVlll.
338
cuto en el espacio de 3 a.s , le instruiera en lo que resultara que fué lo si-
guiente "Llegó á estos Reynos, aviendo sido lanzado y expelido de la
"China, un hombre de vida sin reprehensión y humilde, con vestiduras
"de Penitencia, el Cabello, y Barba largo y en todo muí sabio (x), el qual
"predicó la venida del unigénito hijo de Dios, engendrado de su Padre
"Eterno de su mismo ser, y substancia, que manifestó quien era su Pa-
"dre, dándolo á conocer en el Mundo, no como él lo conocía, sino por se-
(*) Aquí notó F. Gregorio García lo que©entó Metafraste de aver entrado en la India este
bendito Apóstol mui humilde, y pobre, sus cabellos crecidos y desmelenados, el rostro amarillo.
y seco, su cuerpo extenuado; con un vestido viejo y roto.
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
339
"mejanzas, según el entender humano, y declarando que del amor corres-
pondiente entre el padre y el Hijo procedia el Spiritu Santo, y así hizo
" una figura de 3 caras correspondientes en un cuerpo por ser 3 y uno, con
"q.e quedó declarado por aquel gran sabio Tomás, q.e assi se decia el que
"sabia y manifestaba el Dios no conocido, primera causa. Mandóse hazer
"estatua, y que se ponga en los Altares junta con la primera á su lado de-
"recho. El dicho S.to y humilde enseñó que queriendo el Padre eterno
"vestir á su hijo de carne humana paraq.e los hombres lo viessen y creye-
"ssen, por obra de Spiritu Santo baxo á las entrañas de una Virgen San-
dísima preservándola el Spiritu Santo encarnó en ella, y le parió sin co-
rrupción porq.e era Madre de Dios, y así dio otra Imagen de una Muger
"con un Niño en brazos, q.e se mandó poner en los Altares de los Tem-
"píos, al otro lado del Dios no conocido. También dio el S.to humilde,
"otras dos Imágenes de este Niño ya hombre en una cruz pendiente *nuer-
"to, y otra resucitado. La junta á pedimento de los Bonzos, y común del
"Pueblo, que pidieron se quitassen por el escándalo y horror q.e les cau-
"saba Dios muerto y resucitado, y hijo del Dios Supremo. Y asi las man-
"daron quitar con maduro acuerdo, y ponerlas en una cueva, y cerrarla
"que no se sabe cual sea, solo quedó una Cruz en los Palacios del sumo
"Bonzo, á do estuvo infinitos años hasta que sucedió lo que en su lugar
"daré por relación á vuestra Magestad. El Predicador Sto. humilde, pasó
"por el Rey no de Champaa, y Camboia hasta la gran Isla Sumatra, y el
"cabo Quersoneso, y convirtió muchos, y fué por todos aquellos Reynos
"hasta el de Coromandel, y hizo su morada en Calamina, y de allí salía
" por todas las partes convezinas. Los Bonzos, de embidia le mataron y el
"Rey descendiente del Dios Rey hizo exército, y salió á la vengaza, y por
"no darle paso los Laos, los conquistó, y sugetó á su corona, y pasando
"adelante venció en diversas Batallas los siete Reyes de Pegú, Siam, Lu-
"gor, Patán, Paon, Jor, y Arrancón, y por el gran castigo que hizo el Rey
"de Calamina en sus Bonzos, y en otros sus parientes se confederaron, y
"se tornó triunfante y rico, con nombre de Gran Tunquin, que se ha guar-
dado hasta hoy (j) como queda referido q.e se pidió por los Bonzos, y
"Gente vulgar, que se quitasse Dios muerto, y resucitado, y un Bonzo,
"Griego de Nación defendió contra todos con grande erudición ser Imá-
" genes de su Dios y no debense quitar túvose por millagro que por decir
"la Junta de los demás q.e avia 4 Dioses y que bastaban 2 de aquella Ley,
"votándose entre todos, quales quedarían? todos dixeron que la de 3 ros-
"tros, y la de la Madre con su hijo, y luego se echó suertes, y les cupo á
"las proprias, por lo qual quedaron confirmadas. Después se halló en los
"Anales qi«e el hijo de esse Rey, que es el séptimo de la Descendencia del
"Dios Rey, quiso saber porq.e estaba una cruz en su Palacio entre las an-
tiguallas de sus pasados. No le supieron decir mas de que en la herencia
(y\ Según Ceballos triunfo 37 déla Cruz.
bibliografía mexicana del SIGLO XV II i.
340
"que su buen padre heredó del gran Bonzo su Tio, vino aquella Cruz y que
"por eso se guardaría. El Rey la mandó quitar de allí, y entrando á cabo
"de dos meses otra vez, y visto que no la havian quitado se enojó, y raan-
"dó que en el misino hueco á do estaba lo hinchíesseu, llenando la pared.
"Se quedó allí por muchos años, perdiéndose la memoria de á do estaba
"hasta que haziéndose la obra que el Emperador Padre de V.tras Mages-
" tades mandó hazer se halló en el dicho hueco, q.e fue tenida por Santa,
"y teniendo noticia V.tras Magestades de esta Fee, mandaron que los que
"llegassen á sus Reynos que fuessen Christianos, los traxessen ante si como
"se hizo, y fueron informados. Para lo qual el Emperador embió sus Em-
" bajadores á pedir viniessen Bonzos de esta Fee, y hasta ahora no han
"llegado. Esto es gran Señora lo que he podido hallar, como he referido
"de la descendencia y milagros de nuestros Dioses; y dando mi parecer
"como V.tra Alteza me es pedido, digo que los demás fuera de los 5 di-
"chos, no hallo q.e se les deba adoración, salvo mexor acuerdo" (z). Aun-
que F. Gregorio Garcia previno que no tenia tantos testimonios como los
de la India Oriental, que documentasen la Predicación del Evangelio en
la América en tiempo de los Apóstoles, pero advirtió, que los que pudo
hallar fué por grande averiguación y diligencia que hizo de ellos assí en
este continente como en España, y son los siguientes.
La tradición de que una Imagen de ntra Sra. que con nombre de la Can
delariaseconservaen la Iglesia de Sto. Domingo á cinco leguas de la Ciudad
de San Christobal en la Isla de Tenerife, una de las Canarias q.e reputo por
de América descubiertas año 1405 por Joan Betancor, de NacionFrances(tf),
se descubrió ó apareció desde el tiempo q.e eran de Gentiles, en una cueva,
que hoy es Parroquia donde los Pastores se guarecían de las Aguas, y me
tían sus Cabras, Ganado que era el que allí avía entonces, y el qual un día,
asombrado de la claridad que vio dentro de la cueva, huio á mucha dis-
tancia y acudiendo el Pastor, en vista de la claridad y del bulto de la Ima-
gen, tomó una piedra con q.e á cometiendo á tirarla, se le quedó muerto
el brazo, y la piedra en el puño que tuvo cerrado en el tiempo que, y sa-
biendo esto los Moradores comenzaron á llamar á la Imagen, Madre del
Sol hasta q.e quando entraron allí los Españoles, les advirtieron q.e aque-
lla Imagen no era Madre del Sol aunque lo tiene por manto (que eso sig-
nificaba aquella claridad, y resplandor), sino Madre de Dios que crió al
Sol, y la llamaron de la Candelaria. Por lo tocante á las Islas de Barloven-
to y a Nueva España mencionó el Juicio que de la propria predicación
formaron Gonzalo Hernández de Oviedo, y Valdés, Alcayde de la Forta-
leza de la Ciudad de Sto. Domingo en la Isla Española, y Chronista del
Emperador Carlos Quinto, y de su Madre la Reyria D* Juana, y el qual
vivió mas de 20 años en dichas Islas, y compuso la Historia que llamo Ge-
(z) Según el mismo Zevallos en el citado triunfo 37.
(a) Según Pedro Martyr lib. 1. occea. decad.
bibliografía mexicana del SIGLO XVIll.
341
neral de las Indias fundando su juicio (b) en que salió el sonido de los Após-
toles por toda la tierra, y su predicación hasta los fines del orbe de ella (c):
Estevan de Salazar hombre muí Docto, y que antes de entrar en la Car-
tuxa vivió algunos años en est Nueva España, donde averiguando esta
materia, halló algunos vestigios de ella entendiendo que por este continen-
te pasó alguna como breve Nuve de la predicación del Evangelio desde
el tiempo.de los Apóstoles (</): F. Diego Duran, Religioso Dominico de
la Provincia de México, criollo de este Reyno q.e sabia mui bien la Len-
gua Mexicana y otras, quien en un libro manuscrito asentaba las señales
que encontró de aquella Predicación: y F. Agustín Dávila, y Padilla de la
misma Orden y Provincia, Arzobispo de S.to Domingo, quien en su His-
toria Mexicana q.e imprimió, prometió fundar lo mismo aunque no llegó
á darse á luz esa otra obra.
Que Pedro Martyr de Angleria, primer Obispo y Chronista de las Islas
Barlovento que vivió en ellas en tiempo de Colon, refirió haber tenido un
libro compuesto por un Hermitaño Catalán, conocido por F. Ramón, á
quien traxo Colon, y vivió en las Islas mucho tiempo instruiendo á sus
Reyezuelos, nombrados, caziques, en la Religión Christiana, aviendo ave-
riguado de ellos con ese motivo, que creían en un solo Dios infinito, invi-
sible y todo Poderoso, á quien sus antepasados pusieron 2 nombres, Iocav
na Huamavnocon, y que tenía Madre á quien daban 5, Attabeira, Mamona,
Hucarapita Yiella Guimazoa (e). Y que en Cumaná, cuia costa visitó Co-
lon, entre los muchos Dioses que tenían los Naturales, lo era una Aspa
como la de S. Andrés, y un signo como de escrivano quadrado, cerrado,
y atravesado en Cruz de esquina á esquina, con q.e se defendían de los
Fantasmas de noche y lo ponían á los Niños quando nacían, y creían que
la Alma era inmortal (/). Que cuando Cortés entro en la Isla de Cozu-
mel halló en medio de un Patío grande, cercado de piedra y cal, una Cruz
de 10 palmos de largo, que adoraban los Naturales por Dios de la lluvia (g),
y que aquella Isla era Santuario, donde cada Pueblo tenía su templo ó Al-
tar, en que adoraban entre sus Dioses, cruzes de Madera, y de latón (//),
y que de éstas hallaron los Españoles en yucatan, muchas sobre las se-
pulturas de cuerpos humanos. Y impugna F. Gregorio García así la con-
getura sin fundamento de q.e los Españoles arrojados por los Moros de
España en tpo. del Rey D. Rodrigo, huviessen venido á Cozumel y la re-
lación de Torquemada (i) de q.e aquella Cruz la lebantó un Sacerdote de
(/>) 5. partida, lib. 2, cap. 7.
(<r) Salmo 18.
(d) Discurso 16 sobre el (redo, cap. 3.
(e) Occea. Deca. lib. 10.
{/) Según Gomara, 1 part. cap. 83.
\g) V. Benito Fern.z en su I 'cetrina, y Gomara, 2 par. cap. 1.
(h) Gomara, 1 par. cap. 34.
{i) Lib. 15, cap. 49.
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
342
sus Naturales, pocos años antes q.e llegassen allí los Españoles, por las con
trariedades que embuelbe el reputarle Profeta, quando mandó q.e se ofre-
ciera á los ídolos una Masita de Algodón, en señal de que sería el tributo
q.e avian de pagar los Naturales á los Españoles q.e allí llegassen.
Menciona la tradición q.e se le refirió en esta N* España, de q.e en el
Pueblo de Huiztla Provincia de Socomisco, se halló una Cruz, labrada de
Madera, de la qual refería la tradición de sus Naturales, conservada hasta
en pintura, q.e muchos años antes q.e los Españoles descubrieran estas Pro-
vincias, pasó por allí un hombre blanco, vestido, y barbado como ellos,
quien con sus manos labró aquella Cruz, y la hincó en tierra, estando pos-
trado adorándola toda una tarde, y q.e al otro dia se fué de allí, é hizo lo
mismo en otros dos Pueblos adelante, Chiltcpec y Ayutla.
Que en el Puerto del Mar del Sur, llamado Quantochco, y corruptamente
Guatulco, estaba otra Cruz, que la tradición de los Chontales sus natura
les, y sus pinturas afirmaban averia puesto un Varón Santo, que fué S.t0
Tomás cuia figura, y también su nombre estaban esculpidos en una Peña,
y en memoria del mismo Apóstol hay un Pueblo en aquella Provincia con
el nombre de S.to Tomás. Que sus Naturales tenían en grande veneración
á esta Cruz en el tiempo de su Gentilidad. Que quando el famoso corsario
Ingles Fran.co Draque tocó en Guatulco, y la mandó quemar, viendo que
el fuego no obraba la hizo alquitranar, y brear, y que cubierta con chami-
za la echassen al fuego en el qual aviendo ardido el material por 3 dias
quedó intacta la Cruz, y hecho á la vela el corzario, desprendido de allí
con la maravilla, bolvieron al Puerto sus habitantes que se habian refugia-
do á los Montes. Como el prodigio se divulgó no solamente por N? Es-
paña, sino hasta el Perú, viniendo á visitarla la quitaron tantas astillas, q.e
de 5 brazas q.e tenia de largo, y con un grueso á proporción (j) quedó en
una sola, lo q.e motivó su translación por el Obispo de Huaxaca D. Juan
de Cervantes, á su Catedral, donde le edificó Capilla, dexando á los Na-
turales, q.e avian resistido su translación, otra q.e se labró. Pero que de la
trasladada se ignora la Madera, por no aver en aquella Provincia, Árbol
de aquella especie, y olor, y aunque Torquemada atribuió al V. F. Mar-
tin de Valencia aver puesto aquella Cruz, pero F. Gregorio García justa-
mente repugnó ese pensamiento fundándose principalmente en las antiguas
tradición y pinturas de los Chontales. Y debe agregarse á eso, la de no
conocerse en aquellos Payses Árbol de aquella naturaleza, de q.e la huvie-
ra podido fabricar el V. Valencia. Comprueba también la tradición de los
Chontales de Guatulco, con otra de los Naturales de Vera-paz en el Rey-
no de Goatemala, adquirida por un Religioso Dominico muí viejo que sa-
bia mui bien su lengua, y les doctrinó por muchos años, á quien referieron
que avia muchos siglos que vino por el Mar del Norte, y llegó al Puerto
(i) Según Torquemada, lib. i6, cap. 28.
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII
343
Bacalar, un hombre de mediana estatura, moreno de rostro, de ojos gran-
des, y buenas facciones; el cabello crespo y negro, y tan largo que le daba
por los hombros, de barba bien poblada, vestido de blanco, al modo q.e
se visten aquellos Naturales, descalzo, sin sombrero, ni otra cosa en la ca-
veza, con un báculo tan pequeño que colgado al brazo, tasadamente po-
día alcanzar á él con la mano. Que éste les predicó en su lengua la Encar-
nación del Hijo de Dios q.e fué el mismo dia q.e allí llegó, de que quedó
entre ellos, noticia de Padres á hijos q.e Christo ntro. Sor. avía nacido de
S.ta Maria Virgen, q.e después les predicó otros muchos sermones, y pasó
predicando hasta Guatulco, donde aviendo predicado á los Naturales, se
despidió de ellos, y les encargó q.e no se olvidassen de las palabras de Dios,
qe les avía predicado, porque les importaba para salvarse; y que dichas es-
tas razones, se entró por la mar (que es la del Sur) caminando por ella,
como por tierra, y de la misma manera, q.e avía venido por la del Norte
(la Provincia de Vera-paz esta en los 2 Mares), de q.e asombrados, le si-
guieron con la vista hasta que le perdieron. Menciona también la Cruz (k)
á manera de tau que es T. labrada á quadros, como tablero de Axedrez,
un quadro blanquisco del color de la Peña y otro de un muí perfecto Azul
y assí alternativamente y q.e vista por la gran distancia en q.e está en la
Punta altíssima, retaxada de la sierra' de Meztitlan, parece de un codo en
alto, y frente de la Cruz, una media Luna á su mano izquierda, y con los
mismos quadros, y colores alternados sin que haya memoria del tiempo
ni por quien ni paraq.6 fin se esculpieron aquellas figuras, admirando aquel
Azul permanente. También asienta averie referido F. Fran.co de la Guar-
dia, Religioso Dominico, que assistía doctrinando á los Indios del Pueblo
Petapa, 5 Leguas de la Ciudad de Guatemala, q.e 2 leguas de el estaba una
Capilla y Retrete en q.e dezian los Naturales aver estado una Imagen de
Muger hecha de Piedra á la qual llamaban la Reyna.
Que otro Religioso, vicario de su convento de S.t0 Domingo de Vera-
cruz, le dio una relación escrita que el supo verbal. Domingo Guigelmo
Santo Varón, extremado en la Lengua Zapoteca, uno de los que entra-
ron á convertir á aquella nación, y quien más trabajó en ella en q.e asen-
taba que quando los de su orden entraron en la Provincia Zapoteca á pre-
dicar, llegaron al Pueblo Quicchapa, donde encontraron en poder de su
cazique, una Biblia de solas figuras, cuia significación se iva enseñando por
tradición de unos á otros de sus Naturales, y en ella estaba la Creación,
el Diluvio, la Torre de Babel, el pasage de los hijos de Israel y la Anun-
ciación, en q.e tenían pintada á ntra. Sra. en trage de India con Naguas,
(k) Traslado á la letra la relación del testigo ocular D. Estevan de Salazar, quien indagando,
no pudo saber mas que aquel Pico y todas aquellas Sierras tomaron nombre de Meztitlan, por-
que Meztli es la Luna, Tetl, piedra, y Tlan sobre la Peña en que debe notarse que su origen es
Mestitlan, junto á la Luna. V F. Gregorio García juzgó que el no aver encontrado quien diesse
razón de aquella Cruz era porq.e sus Moradores eran descendientes de Nauatlacá Significativo
de Gente que se explica claro á distinción de los sdvestres que se mantenían de caza, y por eso
se conocian por Chichimecas y vinieron primero, y después los Nauatlacá.
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
344
y Huípil, sentada texiendo una tela, y sobre su caveza en alguna distan-
cia, una como Paloma de que salían Rayos, entendiéndola los Naturales
por Donzella q.e parió al hijo de Dios, llamando á los resplandores xipij-
bitao, q.e significa Spiritu de Dios.
Asientan también las 2. relaciones de Torquemada (/). Que los Indios
Achíes de Goatemala afirmaron q.e entre sus antiguallas tenían pintado el
diluvio. Que los de Nueva España tuvieron noticia de la Creación del
Mundo y del Diluvio: q e en la otra vida avía Infierno, donde daban tor-
mentos; que en fin del Mundo ha de aver otro Juicio último (como huvo
en el Diluvio) el qual ha ser de fuego; que han de revivir todas las criatu-
ras: que se eclipsarán Luna, y Sol; q.e ha de tener fin el Mundo; y que las
Animas son immortales; y que éstas y otras cosas conservaron con Pintu-
ras, todas las cuales les quitaron los Frayles y se las quemaron con zelo
de destruir la Idolatria, teniéndolas por sospechosas (w). También insertó
la relación de F. Bartolomé de las Casas q.e inventó Torquemada (;/), pero la
de F. Gregorio Garcia acaba en la cláusula "y que estos mandaban q.e se
confessassen las gentes, y que ayunassen" y varia solamente respecto de
la que insertó Torquemada, en q.e este asentó "y no traían bonetes sobre
sus cabezas," y F. Gregorio asentó "y no traían cosa alguna sobre sus ca-
vezas," y advirtió que esa Relación era una Apología manuscrita de F.
Bartolomé de las Casas, q.e se guardaba en el convento de S.t0 Domingo
de México. También advierte F. Gregorio Garcia, la significación que al-
gunos (o) entendieron de los nombres q.e daban los Indios de Jucatan alas
3 Divinas personas, y á la Virgen. Por q.e Izona, ó como otros escriben
leona q.e daban al Padre, es Griego, y significa Imagen, lo q.e como pro-
pio del hijo (/>) descubre invención introducida entre los Indios en su tra-
dición, en dar al Padre, el nombre del hijo. Y el de Bacab, que daban al
hijo, puede ser corrupto el de Abbá, que en Hebreo es proprio del Padre
y lo significa {q). Que Echuah, parece corrupto del Hebreo Haruach, sig-
nificativo de Spiritu (r); y el de Chiribias, corrupción de Maria. Y también
asienta F. Gregorio García aver sabido D. Estevan de Salazar en Nueva
España (s) que un Indio de Cholula afirmaba ser cosa auténtica por sus
Historias q.e en tpos muí antiguos avia venido á Nueva España un hom-
bre blanco, con barba, y enseñado cierta doctrina, la qual ya estaba olvi-
dada con el tiempo; que le mataron en dicho pueblo porque prohibía la
Idolatría, y edificaron sobre su cuerpo un gran Templo. Que pasando F.
(/) Torquemada lib. 15, cap. 49.
(m) Según F. Gerónimo Román 2? part. de sus Repúblicas, en la de las Indias Occident. lib.
2, cap. 15.
(«) En el citado cap. 49, lib. 15.
(o) Salazar, Discurso 16, cap. 3; y Maluenda de Antiquitate lib. 3, cap. 25.
(/) Según S Pablo 2 ad Corint. 4 y ad colos. 1.
(?) Según S. Thomas de Aquino ín 8 ad Rom. et in 4 ad. Galat. S. Marc. 14.
(r) Según Maluenda en el lugar citado.
(j) Salazar, Disc. 16, cap. 3.
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
345
Gregorio por el convento de su orden Nexapa á 18 ó 20 leguas de Tehuan-
tepec, le dio por escrito F. Diego de Azevedo, después Pral. de aquella
Provincia, varias cosas notables de aquel Pais, y entre ellas la relación de
que azia el Norte de Tehuantepec en una Peña alta que baña el sol al na-
cer veian todos una Imagen de Frayle Dominico, y á sus pies una India
con un Paño grande como Mantenilla (sic) que se está confessando, y que
le ofrecían sacrificios los Indios; que otros que la vieron le informaron á
F. Gregorio, que parece mas al vivo mirándola de lexos que de cerca, que
esta en un Hueco de la Peña, á manera de Cueva: que la llamaban F. Peña,
y el Pueblo situado al pié de aquel Risco ó peñasco, que es muí alto se
llama Tlacotepec, y que en aquella Provincia administraban los Dominicos
á q.e atribuio F. Gregorio, aquel Pronóstico.
Que el propio P. Azevedo asentó también en su rtlacion que en lo del
cerro que nombraban Cempoaltepec, que entendió significar cerro que abra-
za 20 cerros, y desde el cual aun sin llegar á su cumbre vio, año 1592, los
2 Mares del Norte, y Sur, Volcan de México, Sierra de Perote, llanadas
de Veracruz etc. están en 2 piedras grandes, señalades 2 huellas de hom-
bres, una frente de la otra, de casi 2/t, de largo cada una y las atribuio F.
Gregorio a q.e fueron de algún Varón Santo, y corpulento, que las dexo
impresas por señal de la promulgación del Evangelio. Que otro Religioso
le contó en Nueva España, que en los Cendales, Provincia de Chiapa, junto
al Pueblo de Ococingo, 22 ó 23 leguas de Chiapa de Españoles, hay unos
edificios antiguos, y en ellos figuras de hombres de grande estatura, ar-
mados de la misma Piedra, unos con Almáticas, y otros con Mitras; y que
los Indios no sabían dar mas razón que aquellas figuras eran de otra Gente
de diferente Nación de la suia.
Comprueba la Predicación del Evangelio en la América Meridional con
la carta (/), del P. Manuel Nobrega, Provincial de la Compañía de Jesús
en el Brasil fha año 1549 en la ciudad del Salvador, y dirigida á Martin
de Azpilcueta, en que refirió la memoria conservada por tradición de unos
á otros en los Naturales de aquella Provincia de aver aportado á aquella
Región el Apóstol Sto Tomás, de quien aprendieron los antiguos Mora-
dores de un Pueblo nombrado S. Vicente, que está al principio del Brasil,
de que manjares avían de usar sin miedo ni sospecha de enfermedad, ni de
muerte según la relación de sus Mayores, y Antepasados. Que una vez
salieron ciertos Bárbaros muí furiosos contra un Discípulo de Sto. Tomás
para matarle con sus flechas, y Dardos, y que sin llegar al Discípulo se
bolvieron contra ellos mismos. Y que los Brasileños muestran las huellas
de ese Apóstol, señaladas en una Peña, las quales afirmó el P. Nobrega
aver visto, en otra carta del año 1552.
Que el Obispo F. Bartolomé de las Casas en su Apología manuscrita
(() Que citaron Tomas Boti de segnis ecclesielib. 4, cap. 3, y lib. 5, cap. 12; Rivadeneyra 1?
parte en la vida de S. Tomas Apóstol; y Maluenda de Antiquit. lib. 3 cap. 25.
BIBLIOGRAFÍA mexicana DEL SIGLO XV III.
346
afirmó que en el Brasil se hallaron rastros de aver llegado allí Sto Tomás
Apóstol. Que entre los Naturales de la Provincia de Sta Cruz de la Sierra
ó del Monte avía Naciones mui dóciles, y otras Bárbaras que hazía Gue-
rra á aquellas, las que reducidas ya al Christianismo por los Españoles
acordaron llevar á los confines de sus enemigos para defenderse de sus ve-
jaciones una piedra adonde están señalados unos pies, que la tradición asen-
taba ser de un S. Apóstol, que predicó los tiempos pasados, la Fee de una
Cruz que tiene señalada la misma piedra en el medio de ella, la cual hizo
el S. Pacume ('nombre que dan á los Sacerdotes de la verdadera Ley, y á
los suios el de Mohanes) con su dedo en señal de que era la verdadera la
que predicaba; y que se valieron de este medio de defensa por haver ad-
vertido que los Españoles ponían la cruz en sus Vanderas, y en otras par-
tes, y que sabido por estos la traxeron á su Ciudad, y la colocaron en la
Iglesia Mayor como á Cruz Milagrosa, y aparecida entonces acerca de ellos,
y q.tf informándose los mismos Españoles de los Mahones ó Sacerdotes, di-
xeron estos q.e sus pasados dexaron dicho, como avia pasado por allí un
hombre Santo con aquel hábito q.e ellos usaban, q.e son unas cusmas y man-
tas al modo q.e las pintan á los Apóstoles, con sus camisetas largas, estre-
chas, en el cuerpo, sacados los brazos, y luego aquellas Mantas á modo de
Sábanas de 2 piernas por Capa, sin zapatos, ni sombreros, ni otra cosa al-
guna (//). Y advierte F. Gregorio García que debe distinguirse esta cruz
impresa en la Piedra y junto á ella las pisadas de hombre, de otra de ma-
dera que en aquella misma Provincia hizo un Soldado Facineroso (v). Y
concuerda esta tradición con la que escribió F. Bernardo de Armentia que
tenían en la Provincia del Paraguay ó Rio de la Plata (x). Que en el
Cuzco, Ciudad del Perú hallaron los Españoles una estatua humana de
oro con barba larga, y q.e los Indios afirmaban q.e entre ellos se decia que
en tiempo muy antiguo avia venido un hombre de aquella figura y talle
navegando sobre su Manto por la Mar, y enseñándoles cierta Doctrina ol-
vidada ya, y enterrada con el tiempo. Que les dixo q.e después de muchos
años aviéndola olvidado vendría Gente del Oriente, blanca y barbada co-
mo él, que se la tornaria á enseñar, y que asi conservaron su estatua como
de hombre divino entre sus Dioses {y); y añade otro de los escritores, que
aquel hombre fue coronado con el Martyrio, no aprovechando cosa alguna
su doctrina en los Naturales [z); y asentando otro, que por no averia que-
rido recibir ellos, baxó fuego del cielo, y les abrasó, y también á los ce-
{u) Esta relación es la de Cevallos, triunfo 19 de la Cruz, quien escribió á F. Gregorio García
desde Jaén averia adquirido del D.r D. Felipe de Molina Chantre y Provisor de la Iglesia de las
Charcas, quien juntamente con Cevallos para mayor certificación escrivió al cura de S.ta Cruz y
embió lo mismo que se ha referido.
(v) Que refiere Acosta en la Hist. Moral, lib. 7, cap. 27.
(x) Que insertó Torquemada lib. 15, cap. 4S.
(>" Según Salazar, Discurso 16, cap. 3
(s) Acosta, de Procur. Ind. Salute, lib. 1, cap. 2.
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
347
rros, cuias peñas se convirtieron en Pómez (a); y refiriendo otro que los
Indios contaban por tradición, que un hombre blanco, y barbado, a quien
llamaban Viracocha avia habitado en una cueva que se conocia (d); y
aviendo asentado otro q.e hasta el t.po q.e entraron los Españoles con D.
Franc.co Pizarro en el Cuzco havia en las ruynas de Moyna un bulto de
piedra conforme al talle de un hombre, con vestidura larga, y cuentas en
las manos (c). Que otro escritor averiguó que aquel hombre blanco y bar-
bado apareció en el Perú, y llegando al distrito de Cacha Provincia de los
Canas, 18 leguas del Cuzco, vinieron con grande furia muchos Indios con-
tra él para matarle: q.e vieron baxar fuego del cielo, el qual iba quemando
la cordillera adelante hasta donde ellos estaban: que viendo el castigo al
ojo, arrojaron las flechas, y dardos y llenos de temor se postraron por tie-
rra pidiendo perdón, y entonces aquel hombre tomó una vara, y cami-
nando para donde estaba el fuego, dio en el dos ó tres golpes, y luego se
apagó, y los Indios en memoria de ello, le hizieron una estatua de piedra
grabada en una mui grande, q.e tenía 5 v.s de largo, y una de ancho: que
persevera aquella quemadura en aquel cerro, y cordillera, y se ven pie-
dras quemadas en espacio de un quarto de legua, estando lo demás verde
como Yerba, y Monte, y que los Indios de Cacha decian que aquel hom-
bre era alto de cuerpo, con una vestidura blanca q.e le daba á los tovillos,
la qual traia ceñida, tenia el Cabello corto, y en la caveza una Corona co-
mo la de los clérigos Sacerdotes, que andaba siempre destocado, y traia
en las manos un libro á manera de Breviario y que con 2 compañeros suios
se metió en la Mar de junto á Puerto viejo, por donde andaban sin Navio
ni barca como si caminaran por tierra (d), y la estatua que de él avía en
Cacha tenía la estatura de un hombre, era de piedra en su voestimenta y
con corona ó tiara en la caveza, y viéndola dixeron algunos de losEspañoles
que podría ser figura de algún Apóstol q.e llegó á aquella tierra ( e). Aun se
dio idea mas individual de la propia estatua expresando que era de un hom-
bre de buena estatura, con una barba larga de mas de un palmo, los ves-
tidos largos, y anchos como túnica, ó sotana llegaban hasta los pies, tenia
un extraño animal, de figura no conocido, con garras de León, por el Pez-
cuezo con una cadena y el ramal de ella en la una mano de la estatua, la
qual semejaba á las imágenes de n.tros bienaventurados Apóstoles, y mas
propriamente á las del S.or San Bartolomé, porque le pintan con el Demo-
(a) El Maestro F. Rodrigo de Loaysa, Religioso Agustino, quien vivió muchos años en el
Perú, y envió esta relación á F. Gregorio García.
(¿>) F. Gregorio García asentó avérselo referido un hombre honrrado <[iie vivió mucho t.po
en el Cuzco.
(<r) Pedro de Cieza diligente en averiguar antigüedades del Perú, y quien lo oyó á los Espa-
ñoles q.e entraron con Pizarro al Cuzco, i part. cap. 97.
(</) Juan de Betanzos, quien se informo de los Indios, de quienes fue interprete para formar
la Historia, que escribió p.r Mandamiento de D. Ant'.' de Mendoza, siendo Virrey del Perú en
la narración de los Incas, 1 par. cap. 2.
(e) Cieza, 1 part., cap. 98.
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
348
nio atado á sus pies, como estaba la figura del Inca Viracocha con su ani-
mal no conocido (/). Que la tradición de los Indios de Tiuanaco, Provin-
cia del Perú conservaba que por grandes pecados q.e hizieron los de aquel
tiempo, y porq.e apedrearon á un hombre que pasó por aquella Provincia,
fueron convertidos en unas estatuas de hombres, y de mugeres que per-
manecían en ella (g). Que los Reyes Incas y sus Amaufas ó Filósofos á
mas de adorar al Sol por Dios visible, adoraron al Dios verdadero, como
invisible baxo la expression de Pachacamac, significativo del que dá al al-
ma al Mundo universo, nombre que tomaban en boca solamente quando
les era preciso, y entonces encogiendo los hombros, inclinando la caveza,
alzando los ojos al cielo, y baxándolos al suelo, levantando las manos abier-
tas en derecho de los hombros dando besos al Ayre, y decían que no le
conocían porque no le avian visto pero q e le adoraban en su corazón. Que
Pedro de Cieza, y F. Gerónimo Román atribuyeron al Demonio, el nom-
bre de Pachacamac porque no sabían su propia significación, pues al De-
monio llamaban Zupay, y antes de nombrarlo escupian en señal de abo-
minación. Que los Historiadores Españoles del Perú dieron á Dios el
nombre de Ticci Viracocha que nada significa y que el de Pacha Yacpe-
che, que también le dieron los mismos, no significa sino eñseñador del
Mundo (h). Pero F. Gregorio Garcia funda en los mismos escritos de Gar-
cilazo, que aunque á Dios criador del Cielo y Tierra llamaron Pachacamac
nombre muí antiguo compuesto de la Lengua Quichuca q.e después to-
maron los Incas, porque el Cuzco q.e fue corte suia está en la Provincia
donde es materna, y por eso la composición de él es anterior á su Monar-
quía, pero q.e el de Conticci, ó Ticci Viracocha Pacha Yachachec, aunq.e
inventado, y compuesto, pero ó por no ser de Lenguage General del Perú,
ó corrupto con el de algunas Provincias (i), ó porque los Indios para adu-
lar á los Españoles, les dieron el nombre de el Dios mas alto, y estimado
que tenían {j), no fué compuesto por los Españoles, sino q.e lo introduxo
el Rey nombrado Viracocha, diciendo q.e le avia hablado el Dios de este
nombre (k), y que Pachacutec, hijo de Inca Viracocha dio á conocer los
demás nombres que se añadían al de Viracocha, Ticci Pacha Yachachec,
con cuio favor tuvo una victoria ese Rey (/), y por todo ello, ese nombre
lo dieron á aquel hombre blanco barbado, que allí apareció, reputado des-
pués por Dios concordando la de ticci significativa de fundamento, proprio
de algún Apóstol, ó Discípulo (m) y la de Pacha Yachachec que es Maes-
(/) Garcilaso, 1. part. lib. 5, cap. 22.
(g) El mismo i. part. lib. 3, cap. 2 refino avérselo escrito Diego Alcobaza, su Amigo, tratan-
do de las antigüedades de Provincia.
(h) Según el mismo, 1. part. lib. 2, cap. 2.
(i) Según el propio Garcilazo en el cit. lib. 2, cap. 2.
(j) Según el propio Garcilazo lib. 5, cap. 18.
[k) Según Garcilazo 1 part. lib. 4. cap. 21.
(/) Según Acosta lib. 6. cap. 21.
r la expresión de S. Pablo, ad ephes. 2.
bibliografía mexicana del siglo XVIII.
349
tro del Mando (;/) propia también de los Apóstoles (o). Y comprueba esto
con la relación q.e le hizo un Religioso Agustino q.e estuvo mucho tiempo
en el Perú y doctrinó á los Indios en el Distrito del Cuzco, q.e en medio
de un Rio permanecía una palma muí alta, q.e decían los Indios se hizo de
un Báculo que llevaba un hombre blanco, y barbado como Español, q,e
ellos llaman Viracocha, quien pasando el Rio lo dexó hincado. Asimismo
con q.e en la Provincia de Calua, 10 leguas de la Ciudad de Loxa, está
cerca del Pueblo Consa7iama, una piedra, grande, donde hay una huella
de hombre, que manifiesta no estar hecha por acaso de la naturaleza, ni
por industria ó Arte, sino milagrosamente, y últimamente con que la tie-
rra propia donde se da la fruta que llaman los Españoles Granadilla, es la
de los Quixos, Jurisdicción de Quito, donde aviendo entrado F. Gregorio
García entre 24 Religiosos con su Pral., año 1587 les manifestaron su mis-
teriosa, llamada hoy de la Pasión, de cuio círculo baxo salen unos ramales
de color de sangre q.e parecen Azotes en medio del centro inferior se le-
vanta una columna verde, y al pie de ella 3 hojas que forman hechura de
3 clavos, y la campana de la flor es á modo de corona de espinas, y den-
tro de ella estas las venas dispuestas de modo q.e hazen á la vista, Lanza,
Caña con esponja, escalera Cruz.
Que un Sacerdote honrrado, y virtuoso que ya vivía en tpo. de F. Gre-
gorio Garcia en Andalucía, y antes por algunos años en la ciudad del Cuz-
co, le refirió aver oído decir en él averse hallado en aquel Reyno una Cruz
en una Laguna, y se decia aver sido hechura de Apóstol ó Discípulo que
predico en el Perú. Que entre los ídolos que encontraron los Españo-
les en ese Reyno, avia algunos con Báculos, y Mitran, sin averse po-
dido saber de los Indios, acerca del origen de estos ornamentos, sino que
se avian conservado desde tiempo muí antiguo (p), y q.e viendo á D. To-
mas de Verlanga, Obispo de Tierra firme decir Missa vestido de Pontifi-
cal, admirados decían que era como su Huaca, que eran Dioses que ado-
raban. Que los Indios de la Pra. del Perú que está baxo la linea equinoccial
traían Coronas como las de los Religiosos quando entraron alli los Espa-
ñoles: que en algunos Templos, especialmente en los Pueblos q.e llaman
de Passao tenian en todos los pilares de ellos hombres y Niños, crucifica-
dos los Cuerpos; y en los Pueblos de la Provincia que llaman Caraque te-
nian sobre las puertas de los Templos, figuras de hombres con vestidura de
la misma forma de Almática de Diácono (q). Que entre los Reyes Incas
se hallaron los nombres de Paulo y de Tito discípulo de S. Pablo, pues
Htiayna Capac Inca tuvo un hijo llamado Pablo, y Huáscar, Inca, hijo y
succesor de Hnayna capac se llamó primero Tito cussi Hualpa, y un tío
(«) Según Garcilazo i. part. lib. 2. cap. 2.
(o) Por la expression de S. Mateo, 5 y 28.
(/) Gomara, part. 1, cap. 121, y Apolonio lib, 1,
(q) Zarat, lib. t¡, cap. 4V
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
350
suio, Tito Inca Bimachi (r) y también huvo otro Inca llamado Tito hn-
panqui. One el vestido de los Indios de aquel Reyno, á que llaman Pa-
cha y cusma ó Vncu, y los Españoles, Manta y Camiseta, es semejante al
q.e por tradición se suele poner á las Imágenes de los Apóstoles, á quienes
parece q.e imitan en las Sandalias. Que creían aver un Dios q.e da ser á
todo el Mundo. Que tenian noticia del Misterio de la Trinidad, porque
adoraban á un ídolo Tancatanca, de quien decían que en uno eran tres, y
en tres, uno, y tenian también 3 estatuas, dedicadas al Sol, en todo muí
parecidas, nombradas Apnx hit i, Churi Inti, hit i Huanqui, Padre Sol;
Hijo Sol, Hermano Sol; que la misma manera nombraban las 3 estatuas
del Chuqui Illa, de quien decían que presidia en la Región del Ayre, donde
truena, llueve y nieva, diciendo Chuqui Illa Ca tu Illa Intu Illa {s). Que
los Incas Amautas, ó Filósofos, tuvieron que el hombre es compuesto de
cuerpo, y Alma, que esta es Spíritu immortal, y el cuerpo hecho de tierra
porque se convierte en ella, llamando al hombre Allpacamasca, tierra ani-
mada, y para diferenciarle de los Brutos, á quienes llamaban en general
Llama significativo de Bestia, le nombraban Runa, hombre de entendi-
miento, y razón; que creían avía otra vida con pena para los malos, y des-
canso para los buenos, dividiendo al Universo en 3 Mundos, y llamando
al Cíelo Hanan Pacha, Mundo alto, de donde decían que van los buenos
á ser premiados de sus virtudes; Hurin Pacha á este Mundo de genera-
ción, corrupción, y significativo de Mundo baxo; y Ven Pacha al centro
de la tierra, y significativo de Mundo alia baxo, donde decían que van á
parar los malos dándole también nombre de Za paypa Huacin, significa-
tivo de casa del Demonio, aunq.e no entendían la otra vida spiritual, si no
corporal, diciendo que la del Mundo alto era quieta y libre de trabajos, y
la del Infierno ó Mundo inferior llena de trabajos (/); también creyeron
que el Mundo ha de tener fin, para lo cual precederá grandíssíma seca,
y que perderán su Luz el Sol y Luna, por lo que lloraban y daban gran-
des alaridos en los Eclipses especialmente de sol (v).
Que los Peruvianos creieron la resurrecion de los cuerpos, lo fiuida con-
tra los que dixeron no aver alcanzádola (.r), con que asentaban que aca-
bado este Mundo, nos avernos de levantar todas las Gente con vida nueva,
y con esta misma carne como ahora somos {y), y con que tenían grandís-
simo cuidado de poner los cabellos y uñas que se cortaban en los agugeros
de las Paredes, y alándolos cuando se caían para q.e cuando las Almas se
levanten de las sepulturas con todo lo que fué de sus cuerpos no se deten-
(r) Acosta, lib. 6, cap. 22 y 23.
(s) Según Acosta lib. 5, cap. 27.
(t) Según Garcilazo, 1 part., lib. 2, cap. 7.
(v) Según Gomara, I part., cap. 122, y Apolonio, lib. 5.
(x) Contra Polo, cap. 2, y Acosta, lib. 5, cap. 7.
[y) Según la averiguación del Interprete Betanzos hecha p.r mandamiento del Virrey Mendo-
za, part. 1, cap. 20.
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
351
gan en buscar sus uñas y cabellos, porq.e ha de aver aquel día gran bulli-
cio, y mucha prisa de manera que si fuera posible aviamos de escupir en
un lugar (z).
Finalmente refiere que en la cumbre de un cerro muí alto del Valle de
Iotoco, Provincia de los Musos, en Nuevo Reyno de Granada están impre-
sas huellas de pie bumano en una Losa, y que en un Valle á espaldas del
Pueblo de Tocaregua en el corregimiento de Tunxa, y provincia llamada
Huane, término de la Ciudad de Vetez, está una losa como encaxada en
unos peñascos altos, en la qual, que tendrá 22 varas de alto y cerca de dos
de ancho, están grabadas como de medio relieve 3 figuras de hombre con
un mismo género de vestido, q.e es el que traen los Indios, el que está en
medio se diferencia de los demás en q.e tiene barba, y sandalias. A los pies
de las 3 están gravados 5 renglones, euios caracteres no han podido en-
tenderse, sin embargo de averio procurado muchos, ya por ser antiguas y
de lengua estrangera, y ya por casi borradas con las inclemencias del cielo,
y, la tradición de los Indios asienta que un cazíque de aquella Provincia
llamado Chocata hizo gravar aquellas figuras, mucho tiempo antes que en-
traran en aquella tierra los Españoles. Se juzga por algunos que la figura
del hombre q.e está en medio, es de Apóstol, ó Discípulo que llegó allí á
predicar el Evangelio, porque á mas de la barba y sandalias, parece que
tiene en la mano izquierda, un libro cerrado. También se ha pensado que las
2 figuras, que están á los lados; que son de Indios, son de Discípulos, q.e
fueron con aquél, que les convirtió en aquel Reyno. Finalmente asienta
F. Gregorio Garcia, que personas honrradas y de crédito, que vivieron
mucho tpo en el Perú, le afirmaron aver oido decir, que San Bartolomé
avia predicado en él.
(2) Según Garcilazo, 1 part., lib. 2, cap. 7.
bibliografía mexicana del siglo xviil
353
EL
APÓSTOL SANTO TOMAS
EN EL
NUEVO MUNDO.
COLECCIÓN DE NOTICIAS Y MEMORIAS RELATIVAS Á LA
PREDICACIÓN DEL EVANGELIO EN AMÉRICA ANTES
DE SU DESCUBRIMIENTO POR LOS ESPAÑOLES.
COLECTADAS Y ORDENADAS
D. JOSÉ F. RAMÍREZ
Conservador del Museo Nacional
LAS PUBLICA EL DR. N- LEÓN
Profesor de Etnología
el Museo Nacional de México.
(De la colección de MSS. del Sr. Lie. Alfredo Chavero.)
4^
bibliografía mexicana del SIGLO xvm.
354
PRÓLOGO DEL COLECTOR.
Noticias del Opúsculo de Sigüenza intitulado Fénix del Occidente.
Hace mas de un siglo que nuestro infortunado é infatigable anticuario
Dn. Lorenzo Boturini (i) ¡amentaba la ineficacia de las diligencias que ha-
bía hecho en pos del Opúsculo intitulado Fénix del Occidente que escribió
Don Carlos de Sigüenza y Góngora con el designio de probar la predica-
ción del Evangelio en el Nuevo Mundo, por el Apóstol Santo Tomás. Pro-
siguió la empresa con el propio mal éxito, nuestro historiador Don Maria-
no Veytia, (2) que recogió algunas de sus noticias, instrucciones y papeles
diseminados y al fin perdidos por la indolencia del gobierno colonial. "Yo
"no he podido hallar otra cosa, decía que la noticia de que (Sigüenza) es-
cribió esta; pero nadie que la haya visto, ni menos que me diese luz de
"poderla hallar.'' — Con estas esplicaciones, de ha cien años, no debemos
esperar muchas luces de los que escribieron después, copiando ó extrac-
tando á los anteriores, en cuyo caso se encuentran Eguiara, Beristain,
el P. Mier y Bustamante. No hay que alucinarse con la explicación de Be-
ristain, que tal parece formada con presencia del texto, El, solo ha copia-
do una parte del título. Ocurramos, por tanto, al autor mismo y á los
contemporáneos, únicos que hoy pueden darnos alguna certidumbre en es-
ta investigación.
La mas antigua mención que conozco de aquel opúsculo es la que hace
el propio Sigüenza en el Prólogo de la Crónica del Convento de Jesús Ma-
ría, que escribió con el título de Paraíso Occidental. Lamentando allí que
su pobreza y falta de protección no le permitían imprimir sus escritos, de-
cía:— "probablemente morirán conmigo. . . .quiera Dios Nuestro Señor no
"sea así lo que tengo averiguado de la predicación de Santo Tomás Apóstol
"en esta tierra y de su Christiandad primitiva." — Como las aprobaciones
y licencias para la impresión de esta obra son de mediados de 1682, y la
edición se hizo en 1684, podemos concluir de aquella indicación, que en
esa época no tenia el autor mas que apuntes.
En 1690 se dio á luz la Libra astronómica y philosophica, mediante el
(1) Catálogo del Museo Indiano § XXIV. n. 6.
(2) Ilist. ant. de México, Lib. I, cap. 19.
BIBLIOGRAFÍA MEXICANA DEL SIGLO XVIII.
355
favor que le dispensó Don Sebastian de Guzman y Córdoba, que figura
allí como editor. Este, en su prólogo, fechado el i? de Enero del mismo,
dá noticias mas precisas, según manifiestan los dos párrafos siguientes: —
"Si en mi concepto es sobradamente bueno este libro (La libra astronó-
" mica), juzgo son mejores otros, que tiene ya perfeccionados el autor de
"este. De todos ellos puedo dar razón como quien los ha leido con notable
"gusto, y siendo contingente se pierdan por su descuido, si no se impri-
"men, pondré aquí sus títulos y epilogaré sus asuntos, para que siquiera
''esta memoria se conserve de ellos en aquel caso. — Fénix del Occidente
" S. Thomas Apóstol hallado con el nombre de Quetzacoatl entre las cotizas
ude antiguas tradiciones, conservadas en piedras, en Teomoxtles Tul tecos y
"en cantares Teochichimecos y Mexicanos. Demuestra en él haber predi-
"cado los apóstoles en todo el Mundo, y por el consiguiente en la Amé-
" rica, que no fué absolutamente incógnita á los antiguos. Demuestra tam-
"bien haber sido Quetzalcotl el glorioso Apóstol S. Thomé, probándolo
"con la significación de uno y otro nombre, con su vestidura, con su doc-
trina, con sus profecías que expresa: dice los milagros que hizo, describe
"los lugares y dá las señales donde dejó el Santo Apóstol vestigios suyos
"cuando ilustró estas partes, donde tuvo por lo menos quatro discípulos. "
Este breve epítome, que juzgo escrito por el propio autor, parece no dejar
duda deque en ésa fecha estaba ya la obra enteramente concluida.
Apoya esta deducción Fr. Agustín de Vetancurt en la noticia que da
de las obras que consultó para escribir su Teatro Mexicano. Después de
hacer la enumeración de las impresas de Sigüenza, á quien llama — "su
compatriota y amigo," — confesándosele deudor de buenos servicios litera-
rios, dice: — "También tiene muchos libros escritos que aun no ha impreso,
"como son: Año Mexicano, Fénix de Occidente, S. Thomé Apóstol, hallado
"entre las cenizas de antiguas tradiciones, papeles, &c." Esto se escribía
entre 1696 y 1698. — También nuestro historiador Clavijero menciona á
Sigüenza en la "Noticia de los escritores de la historia antigua de Mé-
"xico" — como autor de "una larga y muy erudita disertación sobre la pu-
blicación del Evangelio en Anahuac, hecha, según el creia, por el Após-
"tol Santo Tomas, valiéndose de la tradición de los Indios, de las cruces
"halladas y veneradas en México y de otros monumentos." Esto escribía
en Bolonia el año de 1780 y Clavigero se referia, ciertamente, á los datos
que habia recogido antes del extrañamiento de los Jesuítas, á cuya Biblio-
teca legó Sigüenza sus M.SS. — Hay pues todos los datos que puede mi-
nistrar la certidumbre humana para creer que ha existido una obra de este
asunto; mas con excepción del editor de la Libra astronómica, que nos
dijo ha 1 7 1 años que la había leido, juzgo que de entonces á hoy podemos
repetir con Veytia, que nadie la ha visto, alcanzando mi sospecha, aun al
mismo Clavigero.
Pero si aquel curioso opúsculo se ha perdido creo que poseemos todos
bibliografía mexicana del siglo xviil
356
ó la mayor parte de los materiales que sirvieron para su formación, reu-
nidos ahora en este volumen por la mas singular casualidad. (*)
II
NOTICIAS del M.S. — Piezas que forman la colección. — Autor anónimo.
— Trata el mismo asunto que el Fénix del Occidente. — Parte de él reco-
gen Boturini y Veytia. — Descubrimiento de la pieza principal en la Bi-
blioteca de la Profesa. — Descripción. — A dvertencias relativas á esta copia.
— Conjeturas de ser el M.S el mismo que poseyó Sigue tiza y que se con-
servaba en la Biblioteca de los Jesuítas. — Su mérito literario. — Si no es
la obra atribuida á Sigüenza, le ministró sus materiales.
En el lugar que antes he citado decia Boturini — "Tengo unos apuntes
"históricos de la predicación del glorioso A póstol Santo Tomas en la Amé
"rica. Hállanse en 34 fojas de papel de china, que supongo sirvieron á Dn.
"Carlos de Sigüenza y Góngora para escribir en el mismo asunto la obra
"Fénix del Occidente &c." Estos apuntes se conservaban todavía en el Ar-
chivo del Vi rey nato el año de 1745, según consta en el inventario practi-
cado ese año. — Cinco años después llegó Veytia á esta Ciudad (México)
y no hay duda que adquirió ese mismo M.S. ó su copia, pues hablando de
antiguas pinturas mexicanas que poseia, dice — "Yo tengo entre los pape-
"les que he recogido una explicación entera de uno de estos mapas, que
"contiene los puntos mas principales de nuestra fee y el autor de
"esta esplicacion dice que el mapa se lo dio EL Br. Dn. Carlos de Sigüenza
"y Góngora &c." (1). Un descuido del impresor y del editor subvierten
enteramente este pasage, pues por su lectura se entiende que Sigüenza dio
el mapa al autor, cuando fué precisamente á la inversa. Esto lo vemos muy
claro en el número 56 donde dice — "Quiero escribir aquí una historia pin
"tada por figuras al modo de los Indios, la cual tuve en México mas de
"catorce años, sin entenderla del todo, hasta que llegué á leer lo aquí co
"piado de Herrera de Cealcoquin, la cual, año de 1680, cuando me volví
"á Filipinas, dexé al Br. Don Carlos de Sigüenza y Góngora, Catedrático
"de matemáticas, juntamente con un cuaderno mauuscripto de mas de cin-
"cueutay dos fojas de noticias de haber predicado en Nueva España Santo
"Thomé Apóstol &c." — Este pasage nos da la corrección de la errata que
se escurrió en la impresión de Veytia, y que consiste en haber substituido
el artículo ¿7/del original, con el. — También nos da la certidumbre de que el
M.S. á que se refiere Veytia es el mismo de Boturini. — Su original ha des
aparecido y solo conozco la copia que nos dejó el propio Veytia en uno
; 1 En el MS. intitulado "Historia de Quetzalcohatl" que poseo, autógrafo del Hermano Ma-
nuel Duarte, consta que comenzó á investigar y escribir acerca de tal asunto el año de 1640 y en
la ciudad de México. \. León).
(1 Hist. ant. cit. Lib. 1, cap. 16 al fin.
bibliografía mexicana del SIGLO XV 11 i.
357
uno de sus volúmenes M.SS. intitulados "Papeles curiosas de Historia de
Indias recogidos por &c." el mismo; y hoy propiedad de mi amigo Don
José ivlaria Andrade. La copia es muy descuidada y con todos sus defec-
tos se ha trasladado á esta colección. Ella forma el opúsculo último que
comienza en la página. . . .
El mismo pasage citado nos dá también la certidumbre de que en po-
der de Sigüenza existia otro MS. mas extenso sobre el propio asunto, que
le dejó su autor al marchar para Filipinas: ¿era acaso el tan buscado Fé-
nix de Occidente? . . . . Nada se sabia, porque si bien la copia de Veytia
comienza con los mismos apuntes que el otro M.S. antiguo, su extensión
no corresponde en manera alguna á la que debieran ocupar las j2 fs. pa-
sadas que dejó el viagero de Filipinas. — ¿Lo tuvo Veytia á la vista?, . . .
parece improbable, pues también lo habia copiado en su colección. — Ade-
mas, los cinco capítulos que ha consagrado á este asunto, empeñándose
en probar la predicación de Santo Tomas, están tomados enteramente de
su copia, trascribiendo sus mismas noticias aun con sus propios numerosos
errores históricos y filológicos. — Yo creo que no conoció el otro M. 5.
Empeñado yo en buscarlo y cuando ya habia perdido toda esperanza,
una singularísima casualidad lo puso en mis manos. — Ocupábame en co-
leccionar dos malas copias de la Historia de Tlaxcala, para sacar una terce-
ra menos defectuosa, cuando recordé que el Barón de Humboldt menciona-
ba haber visto un ejemplar en la Biblioteca de la Profesa Afortunadamente
desempeñaba las funciones de Bibliotecario el Señor Presb? Don Felipe
Villarello, cumplido caballero, tan distinguido por su cortesía como por su
instrucción y que en nada se asemeja al común de los intratables guardia-
nes de estos tesoros literarios, que ahuyentan á los que pueden utilizarlos
y los dejan perder impasibles, si es que no acojen á los que van á robarlos.
—El P. Villarello ofreció al Sr. Andrade buscar el M.S. y cuando con él
ocurrí á saber el resultado, me presentó un volumen en folio, advirtiéndo-
me que no existía lo que yo buscaba, pero que allí había algo relativo á
Tlaxcala. Era una sola foja que contenía la representación de su Ayunta-
miento pidiendo la exención de tributos. — Aunque la curiosidad me exi-
taba á registrar el volumen, ni la hora ni la oportunidad me favorecían y
juzgando al Sr. Villarello, por lo que me había pasado con otros muchos
de su estado, ni aun pensé en pedirle el permiso de llevar el volumen, pues
era también la primera vez que lo veia. — Pero S. R. suplió mi cortedad
poniéndolo en mis manos, exitándome á llevarlo y autorizándome para que
copiara cuanto estimara interesante.
Este rasgo generoso, único que cuento en mi larga caricia de investiga-
ciones, me proporcionó el hallazgo de lo que tan ansiosamente habia bus-
cado y la oportunidad de reunir dos piezas conexas separadas un largo pe-
ríodo de años y que solo reunidas podia dar luz para descubrir su común
origen. — El volumen á que me refiero ha perdido su portada; está forrado
BIBLIOGRAFÍA MEXlt ANA DLL SIGLO XVlll.
358
en pergamino y á lo largo del lomo tiene el siguiente título de tinta negra, en
caracteres antiguos de letra itálica, mezclados con gótica: — "Fragmentos
"de Mentor* Mexicanas."' — La f'.' 262 está escrita solamente por una cara
con apuntes sueltos y desordenados que tienen toda la apariencia de un
borrador, comenzando con el siguiente renglón. — "Pítima rica, nuevo Fe
"nixdela América: Didimo: Solorzatto Poli. — Lib. /" cap. 1 fa 3 col.i." {a)
Estas palabras trajeron luego á mi memoria el Fénix del Occidente, de Dn.
Carlos de Sigüenza, juzgando tenerlo ya en mis manos. La foja 263 co-
mienza.— "f A mayor gloria de Dios y honra del Santo Apóstol Thomé"
continuando hasta la f? 267 con noticias relativas al asunto, sacadas de la
Crónica de la Compañía de Jesús del Brasil, escrita por el P. Simón de
Vasconcelos. Termínase con la siguiente razón — "Concuerda á la letra
"con el original citado de la Historia de la Compañía de las Provincias
"del Brasil escripta por el P. Simón de Vasconcelos, donde la saqué y á
"que me remito; en México á 26 de Septiembre de 1679 años M. Cduar-
"te" (una rúbrica). . . . Veytia, ó el escribiente, abrevió aquel final en su
copia, poniendo el siguiente. — " Concuerda con el originan de quien la sacó
"en México en 26 de Septiembre de 1679 el hermano M. Cduarte." — Imi-
tóse, tan bien como se pudo, la letra y rúbrica del copiante.
Con estas noticias comienza el M.S. de Veytia, de que antes di razón,
continuando con la copia del de Boturini, también mencionado, y que en
este volumen se vé en la pág. (en blanco en el original).
Pues bien; el original de la Profesa tiene algo mas, pues continua toda-
vía con noticias sacadas del P. Vasconcelos que terminan ala vuelta de la
f? siguiente con el § 44 y esta razón — "Hasta aquí el dicho autor, y pro-
sigue hablando del Brasil." Una rúbrica. Después de cuatro renglones y
medio testados, y que contienen noticias sacadas del Cronista Herrera, en-
tra la — "Historia notable de Zetzalcohuatl &c, que en este volumen co-
mienza en la pág. (en blanco en el original) prosiguiendo hasta el fin del to-
mo que concluye con la f? 309, aunque por el rastro que quedó se advierte
que tenia una mas, y que el texto concluía hacia la mitad de la primera
plana. He notado estas pequeneces porque ellas nos servirán para rastrear
al autor.
La limpieza con que se copiaron las noticias que preceden á la — "His-
toria notable de Zetzalcohuatl" y los términos de su concuerda, autorizan
para creer que es un traslado de otra copia: 1? por su limpieza misma; 2?
por la diferencia de la fórmula del concuerda y la adición de la palabra
"hermano;" 3? porque se dice que está sacada á la letra del original de
la historia del P. Vasconcelos. El error es notable, pues ésta historia se es-
cribió originalmente en Portugués y no se que haya traducción castellana.
Tales circunstancias explican la diferencia anotada entre el M.S. de.Vey-
1.1 contenido de esta f? se ha trasladado al fin del M.S. para no interrumpir su contenido,
colocándolo como fragmento en la pág. (en blanco en el original).
bibliografía mexicana del ¿1GL0 xvm
359
tía y el de la Profesa, respecto de lo que aquel tiene de menos. — Su copia
se sacó, probablemente, de otra que sirvió de original á ambas, ó si lo fué
del M.S. de la Profesa, fué también antes que en él se hicieran los aumen-
tos que tiene. — La uniformidad de la escritura manifiesta claramente que
la continuación hasta el fin del M.S. é "Historia de Zetzalcohuatl" se hizo
por el mismo Duarte en la copia que se reservó. Ella convence también,
con la propia evidencia, que es el original, pues aunque muy limpia en su
texto, tiene tantas y tan desordenadas apostillas, que es imposible prose-
guir metódicamente su lectura: las mas se escribieron en el orden natural,
otras atravesadas y muchas tan dislocadas, que su entrada se halla dos ó
tres páginas adelante ó atrás, frecuentemente aún sin la señal que marque
su correspondencia. — En tal incertidumbre las he colocado donde hacian
mejor sentido con el texto.
Este, se ve interrumpido á cada paso con la palabra "nota" unas veces
dentro del paréntesis y otras sin él, cortando la narración. — Tal irregula-
ridad me habia sugerido la idea de que fuera efecto de la ignorancia del
copiante, que hubiera intercalado en el texto las apostillas que tuviera su
original; mas bien reflexionando me convencí de que eran obra del redac-
tor mismo, que escribía y salpicaba sus propias observaciones según le ve-
nían á las mientes. Confirmóme en este juicio el carácter de su trabajo,
que realmente no es mas que un centón de noticias sacadas de las histo-
rias y Crónicas americanas, ligadas con las ideas y conceptos necesarios
para darles tal cual unidad y desempeñar el intento del colector, reducido
á probar la predicación del Evangelio por Santo Tomas. — Así el M.S. es,
propiamente, una serie de Apuntes, mezclados con las reflexiones que su-
jerían al colector y que distinguía con la palabra Nota. Como esta revol-
tura introducía una grande confusión y obscuridad en el todo, me tomé la
licencia de enmendarla separando las Notas, del Texto y colocándolas en
esta copia al pié de la página. Al revisar la copia he advertido que que-
daron algunas intercaladas, y sobre ellas llamo la atención. Aunque esa
enmienda en nada perjudica ni altera la esencia de la obra; sin embargo,
para conservarle, hasta donde lo permite una copia, su tipo original, he
marcado al margen, con tinta roja, sus principales accidentes, advirtiendo
las que son apostillas ó notas, y la forma que presentan en el original, agre-
gando, por mi propia cuenta, otras para facilitar la lectura. Entiéndase,
pues, que todo lo escrito de tinta roja es adición mia. (*)
Concluiré la parte descriptiva del MS. con algunas observaciones des-
tinadas á confirmar una conjetura antes asentada; conviene á saber que
aquel es el mismo que el copiante Duarte dice haber dejado á Sigüenza.
Según su noticia, el MS. tenia mas de 52 fojas, frace que por su limitación
pacífica permite conjeturar que no llegaban á 60. — Pues bien, el MS. in-
(*) En esta impresión lo escrito con tinta roja se hará notar por precederle un asterisco. *
(N. León).
BIBLIOGRAFÍA MEXICANA DEL SIGLO XVIII.
360
ferido en el volumen de la Profesa, tiene actualmente 49 y el fragmento de
otra copiado aquí en la página 378. — Dentro de él corre suelta una foja
trunca, de letra diversa y también antigua, que trata del mismo asunto,
sin poderse conjeturar cuantas mas tuviera. — Dándole solamente tres ó
cuatro tenemos ya lo suficiente para completar el número de fojas indicado
por Duarte.
Para presumir que aquel volumen perteneció á Sigüenza obran los si-
guientes datos:
1? Un documento que corre de la f? 36 á la 75, con el siguiente enca-
bezado:— "Alvoroto y Motin de los Indios de México.— Copia de carta
"de Dn Carlos de Sigüenza y Góngora, Cosmógrafo del Rey en la N*
"Esp? Catedrático de matemáticas en la Rl Universidad y Capellán Ma-
"yor del Hospital Real del Amor de Dios de la Ciudad, en que le dá ra-
"zon al Almirante Dn Andrés de Pez del Tumulto " — Todo este título es
de letra de Sigüenza y la copia concluye con su firma entera,*que conozco
muy bien. — La carta es de 30 de Agosto de 1,692.
2? El documento que ocupa las fojas j6 á 101, tiene el siguiente enca-
bezado.— "Orden de S. E. para que Dn. Carlos de Sigüenza y Góngora
"fuese á registrar la Bahia y Puerto de Panzacola en el Seno Mexicano y
"la relación que de él hace &?" — Siguen los títulos de sus empleos y ho-
nores.— El informe es de otra letra con correcciones de aquel. Su fecha 15
de Mayo de 1693.
3? Una relación sin fecha, de la f? 139 á 142 que Dn. Damián Manza-
net hace á Sigüenza del descubrimiento de la Bahia del Espíritu Santo y
Rio de las Tejas.— Aunque no dirijida al mismo, pero si conexa con sus
investigaciones, figura en el volumen otra larga relación de Fr. Francisco
de Jesús Maria, al Virey Conde He Galve, sobre las tribus de indios que
habitan el territorio de Tejas. — Documentos de este género y calidad pro-
babilizan la conjetura de que su colector fuera Sigüenza, y que ese volu-
men perteneciera á la colección de sus MSS.
4? Es un hecho bien comprobado que los legó en número de 28 á la Bi-
blioteca de los Jesuítas, y de los cuales dice Eguiara (*) vio ocho en folio
que allí existían en su tiempo, con el título de Fragmentos de Historia Me
xicaua. Este corresponde, casi á la letra, con el que actualmente conserva
el MS. de la Profesa; y si se considera que en ese título, bastante usado,
se lee confusamente la palabra Memorias, equivocándose con la de Histo-
rias, no es improbable que Eguiara, pasando rápidamente la vista por él,
tomara el uno por el otro, pues yo, q.e lo examinaba con cuidado, incurrí,
precisamente en esa equivocación al poner el concuerda en las primeras
copias que saqué de algunas piezas. — Confirma la conjetura la noticia de
Eguiara, omitida por Beristain, de la carta escrita al Almirante D. Andrés
de Pez, sobre el Tumulto de México y de otros opúsculos con la siguiente
(*) Bibliotheca Mexicana, &c, pág. 483.
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
361
mención: — " Historiam narrationes seditionis Indorum Mejeici, anuo 1692.
" Testimonia et Opuscula multiplicis argumenti. " Hé aquí una reminiscen-
cia que corresponde bien al contenido de nuestro volumen, aunque reve-
lando que el bibliógrafo, como el común de su género, no examinó dete-
nidamente todas sus piezas; á menos que entendamos no pretendía atribuir
á Siguen za los Opúsculos multiplicis argumenti.
5? Encuentro la última pieza de convicción en los términos con que Cla-
vigero menciona la obra de Sigüenza, relativa á la predicación de Santo
Toma?, pues ni le pone título, cuando era tan conocido y repetido el de
Fénix del Occidente, y describiéndola dice que era— "una larga y muy eru-
dita disertación &a " — Esta calificación cuadra perfectamente al M. S. pues
siendo según advertí, un centón formado de numerosas y variadas noti-
cias, con la escrupulosa remisión á sus autores, se presenta á primera vista
como una obra de vastísima erudición, sin división de capítulos ó seccio-
nes, y exactamente en la forma común de una disertación ó memoria. —
Es muy reparable la circunspección con que Clavigero omite su titulo;
mas se comprende advirtiendo que ninguno tiene en el original. — Presu-
mo, por tanto, que este es el MS. á que él se refiere y que si lo atribuyó
á Sigüenza, fué por encontrarlo entre sus MSS. y porque él mismo se pro-
clamaba autor de una obra de su asunto. Por eso también dije antes que
sospechaba no conoció la de este. — Una concordancia de fechas nos con-
duce también á robustecer parte de estas conjeturas. Vimos antes que
cuando Sigüenza hablaba de esta materia en el Prólogo de su Paraíso Oc-
cidental, indicaba tener únicamente apuntes. — Ahora bien, esa obra estaba
ya concluida y en (su) revisión á mediados de 1682 y recordando que
Duarte decia haberle entregado su MS. en 1680 parece muy probable que á
este se refiera en aquella mención. — Concluyo de todo y resumiendo mis
conjeturas, que si el opúsculo que forma la segunda parte de este volumen,
no es el tan buscado y proclamado Fénix del Occidente, él y la primera nos
dan, por lo menos, sus materiales.
El mérito de esta colección tiene dos aspectos. Considerada como un
depósito de noticias especiales, concretadas á su objeto, es inestimable,
porque ahora largas y molestas investigaciones, aunque siempre tendrá
que lucharse con las dificultades que opongan las remisiones, ó por sus
equivocaciones, ó por la diferencia de las ediciones á que se refieran. El
mérito intrínseco tiene también dos aspectos, uno histórico y otro crítico-
filológico. El primero es ninguno, porque las tareas evangélicas atribuidas
á Santo Tomas carecen absolutamente de fundamento, siendo aun dudo-
sas (para mi improbables) las que se le atribuyen en la India. El empeño
para probalizarlas en América ha dado origen á los innumerables errores
críticos y filológicos del colector de los apuntes, y de cuantos han acome-
tido la propia empresa, pues su sistema se funda en interpretaciones abso-
lutamente caprichosas de las pinturas mexicanas y en etimologías falsas y
46
BIBLÍOCRALIA MEXICANA DHL SIGLO XVIlt.
362
violentas. Se reconoce desde luego que el colector no sabia la lengua me-
xicana y que consultó con personas que tampoco eran muy entendidas, ó
que se dejaban fascinar por lo piadoso del asunto; achaque que se nota en
otros de nuestros escritores.
La circunstancia expresada bastaria para desechar la suposición de que
ese MS. fuera obra de Sigüenza, de quien se dice era peritísimo en la len-
gua mexicana. Yo así lo creo; sin que por esto ratifique el juicio emitido
sobre su grande pericia lingüística, pues en las pocas traducciones etimo-
lógicas que de él nos han llegado, advierto graves equivocaciones. No hay
mas que ver las de la Relación del viage de Gumelli Careri, obra induda-
blemente suya. Allí hay errores patentes é injustificables. — ¿Quién será,
entonces, el autor de esos apuntes? ... El ímprobo trabajo que se tomó
para reunidos merece bien que se consagren algunos renglones para inves-
tigarlo.
III
CONJETURAS sobre el autor. — Continuación déla noticia del MS.— Épo-
ca en que se escribió. — Escribióse en México. — Conjetúrase ser el autor
el Hermano Manuel Duarte, de la Compañía de Jesús. — Pasages de la
Historia Jusuítica y de un diario mexicano que lo comprueban. — Piceas
contenidas en esta copia.
Indescribibles son las inceitidumbres en que me metió esta investiga-
ción, pues no me faltaban razones para atribuir el M.S. á tres personas di-
versas y aun para presumir fueran trabajos de distintos anotadores, refun-
didos en una copia, por ignorancia ó descuido del escribiente. Algo de
alicena manu se encuentra y lo he notado donde lo he advertido. — Voy á
dar razón de las especies que allí se ven diseminadas y que concordadas
deben darnos la conjetura que buscamos.
Preséntase en primer término, reclamando la propiedad, el Duarte tan-
tas veces repetido; mas su concuerda, que hemos visto, y otras notas re-
partidas en el texto {a) parecen indicar que era un simple copiante, y no
de muy alta literatura, puesto que en la apostilla del § 74 decía que no
copiaba allí los textos latinos por no errarlos con solecismos. — Sin embargo,
en esos mismos pasages y en otros se percibe claramente que no era mero
copiante, sino colector de excerpta, que entresacaba á la letra todo lo que
encontraba sobre su asunto, agregando sus propias reflexiones, según mas
estensamente he dicho antes. No parece tampoco que tuviera pretensio-
nes de autor, y que se limitaba á compilar noticias que pudieran servir á
persona más entendida, para desempeñar su piadoso intento; conviene á sa-
ber, fundar la predicación de Santo Tomas en América. — Esto nos lo dice
Vid» Los 6§ 43, 51 5 78
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
363
claramente en la fervorosa invocación con que concluye el ■{ 78, explicán-
dose así los motivos y sentimientos que lo dirigieron para donar su M.S.
á Sigüenza, uno de los mas afamados literatos de la época y que se ocu-
paba especialmente de estudios históricos americanos. — La primera parte
de este trabajo quedó concluida en 26 de Septiembre de 1679 y la restante
en el curso del año, según lo indican las fechas citadas en los ^§ 51, 55,
61 y 71. — Larga y fatigosa me parece la tarea para dejarla consumada en
tan breve tiempo, por lo que, y por el aspecto del M.S. presumo que en esa
época se sacó la copia limpia del que llamaremos texto y que en otra pos-
terior se fueron agregando las numerosas apostillas que ahora hacen tan
molesta su lectura.
Con lo antes dicho es inútil advertir que el colector escribía en esta Ciu-
dad de México, y así lo dice expresamente en los párrafos citados, siendo
notables los 55 y 71 y mas aun el 47 donde claramente nos revela que era
Jesuíta. Así lo manifiestan las siguientes palabras: — "que este sagrado
"Apóstol aya pasado por el Brasil al Paraguay y Perú, dizelo el P. Pedro
"de Rivadeneira — de Nuestra Compañía &?" — En otro de los pasages ci-
tados decia que moraba en el Colegio denominado entonces de Sn. Pedro
y Sn. Pablo, después de San Gregorio. Por otras reminiscencias del colec-
tor sabemos que estuvo en Cuernavaca y en Xochicalco, de cuya Pirámide
escribió una descripción, que no conocemos; que habia viajado por las otras
Américas, Filipinas, el Japón y que sabia la lengua Tagala. Mas dificul-
tades tuve para cerciorarme si conocía el Mexicano, porque para todo hay
conjeturas. Esta contradicción fué, precisamente, la que mas me tuvo mu-
cho tiempo perplejo en la duda de si el M.S. contenia el trabajo de perso-
nas diversas; pero me atengo á lo que muestran sus equivocaciones y á lo
que nos advierte el mismo al fin del § 57, con motivo de la palabra Tetz-
catl: — "Si el nombre (dice) está mal escrito, no sé la lengua."
Las noticias que preceden nos ministran en último análisis los siguien-
tes datos conjeturales sobre el Colector; que era Jesuíta; que estaba en
México entre los años de 1679 y 1680; que en este se volvió á Filipinas
y que al marchar dejó su M.S. á Sigüenza. Parece también muy proba-
ble que era el mismo apellidado üuarte que ostensiblemente figura como
copiante. ¿Habia en la Compañía de Jesús una persona á quien concirnie-
ran estas indicaciones y que fuese capaz de emprender tal trabajo?
He aquí el problema Como los PP. Pérez de Rivas, Florencia, Oviedo y
Alegre, historiadores particulares de la Provincia Mexicana, ni los biblió-
grafos y escritores contemporáneos dan luz alguna sobre la persona, me
ocurrió buscarla en Filipinas. Registrando la Segunda parte de la Historia
de su Provincia, escrita por el P. Murillo Velarde, encontré en la ñ 356
v. el siguiente pasage que entiendo dá la solución y que copio á. la letra.
"El H. Manuel üuarte nació en Oporto de Portugal á 25 de Diciem-
"bre de 1624 y el de 1652 entró en la Compañía de Manila: fué Procura-
BIBLIOGRAFÍA MEXICANA DEL SIGLO XVIII.
364
"dor del Colegio dos años: pasó por compañero del Procurador de esta
"Provincia á Madrid y Roma y quedó 01 México catorce años por Procura-
"dor de esta Provincia y vuelto á ella murió en Iloilo el año 1689." (1)
Alentado con este dato interesante quise encontrarle su justificación,
esperanzado también en aumentar mis noticias. Solo encontré en el Dia-
rio de sucesos notables del Pie. Robles, que el 18 de Enero de 1680 llegó,
á México el Gentil-hombre de la Nao de China Santa Rosa; que entre los
dias 4 y 8 de Marzo salieron los reemplazos para Acapulco; que el 29 se
hizo el Galeón á la vela para Filipinas, y por el citado P. Murillo sabemos
que el 24 de Junio ancló en la bahía de Manila llevando á bordo á Fr. Die-
go de Aguilar, Obispo consagrado de Zebú, y con toda probabilidad, al
Hermano Manuel Duarte . — Residiendo en aquella comarca escribió el
opúsculo que se ha copiado de la Colección de Veytia, colocado aq»uí al fin
(pág.), (en blanco en el original) como que, evidentemente fué también el
último.
Estos datos nos ministran dos congruencias que, no pueden considerar-
se casuales. El H. Duarte dice expresamente que en 1680 salió de Méxi-
co para Filipinas, y está probado que en ese mismo año zarpó de Acapulco
un Galeón para aquellas islas. Es sabido que su comunicación con Méxi-
co se hacia por este único medio y en épocas determinadas; así es que hay
una casi certidumbre de que entonces se embarcó el H. Duarte. En el
mismo lugar citado dice que el M S. de que se trata lo habia conservado
en México mas de catorce años, y que al ausentarse lo donó a Sigüenza.
La crónica jesuítica de Filipinas nos confirma el hecho de su permanencia
en ésta ciudad durante un igual periodo; luego parece que la identidad del
M.S. y de su autor está suficientemente probada.
Pongo fin á este prólogo con la siguiente advertencia que dará á cono-
cer las piezas que forman la colección y las circunstancias que particular-
mente les conciernen.
i? Pluma rica. Nuevo Fénix de la América. — Pág. 1? Estas son las pri-
meras palabras escritas en la cabeza de la página con que comienza el M.S.
original, y que, según antes dije, solo contiene una serie de apuntes dislo-
cados y discordantes, escritos en borrador. Su copia se ve en el primer
fragmento colocado en la página 369. — Por estraño que parezca el título
de Pluma rica, no carece de originalidad, ni puede dudarse que tal fuera
el que el autor impusiera á sus apuntes. — El alude á la palabra mexicana
Quetzalli en composición Quetzal, y que todos los escritores traducen por
Pluma rica ó sea Pluma muy fina y estimada. Esa palabra es el primiti-
vo del compuesto Quetzalcoatl, nombre del misterioso personage que figura
en las mas antiguas tradiciones como el civilizador de México, y según
otros de toda la América. Pretenden también que él fué el mismo apóstol
1 1 De este escritor y de su obra no habla el P. Somervog'el en su "Biblioteca." — (N. León;.
bibliografía mexicana del SIGLO XV ni.
365
Santo Tomas, y que bajo aquel nombre predicó el Evangelio en el Nuevo
Mundo. Establecer su identidad es el intento de la obra. — Los primeros
apuntes quedaron concluidos en 26 de Setiembre de 1679 y contenían so-
lamente lo comprendido entre las páginas 1* á 38. — Parece que aquí sus
pendió el colector sus trabajos, y que de ellos se sacaron algunas copias,
entre otras la colocada al principio del volumen citado del M.S. de Veytia,
pues no contienen mas. Posteriormente continuó el colector agregando
los extractos que siguen de la pág. á la (en blanco en el original) de este
volumen.
2? Historíetele Quetzakoatl, pág.(enblancoeneloriginal). — Esteopúscu-
lo ó centón que aquí figura como una pieza suelta, en el M.S. original, si-
gue á continuación de los apuntes anteriores, inmediatamente después del
párrafo que se ve testado en la pág. (en blanco en el original).
En esa Historia es donde se encuentra el sinnúmero de testaduras ó pos-
tillas y remisiones de que hablo en este prólogo y que hacen tan difícil su
lectura. Toda ella se reduce á noticias sacadas de la historia de la predi-
cación de Santo Tomas en la India Oriental, y de las tradiciones ameri
canas relativas á Quetzakoatl Cucukau tegidas con las opiniones de los
cronistas de ambas Américas que pretenden deducir de su comparación,
la identidad de un solo individuo en la persona de Santo Tomas.
3^ Fragmentos pág. (en blanco en el original). — En el original ocupan
dos ojas: la primera colocada al principio de la obra y llena con notas y
apuntes, según antes la he descrito; la segunda corria suelta en el volu-
men, sin que haya podido acertar con el lugar á que corresponde. Todas
estas piezas forman un solo cuerpo en el M.S. original que el H. Duarte
dejó á Sigüenza al partir para Filipinas, con excepción de la primera in-
gerida al principio en la colección de Veytia, y las otras permanecieron
desconocidas.
4? Predicación del Evangelio en las Indias pág. (en blanco en el origi-
nal).— Esta fué la última tarea literaria del colector, escrita ciertamente en
Filipinas á su vuelta de México, puesto que allí hace mención del M.S.
que dejó á Sigüenza en 1679. Parece también indudable que su original
formaba parte del rico museo de antigüedades de Boturini según se per-
cibe de la siguiente noticia que dá en el párrafo 24 n? 6 de su catálogo.
"Ademas, tengo (dice) unos apuntes históricos de la predicación del
"glorioso apóstol Santo Tomás, en la América. Hállanse en 34 fojas de
"papel de china, que supongo sirvieron á Dn. Carlos de Sigüenza y Gón-
"gora para escribir en el mismo asunto la obra Fénix del Occidente, que
"no he podido hasta lo presente conseguir por no haberse dado á las es-
campas. &V
Confirma esta noticia el inventario que se formó á los bienes de aquel
infortunado anticuario al tiempo de su prisión el año de 1742, y que con
su proceso original se conserva en el Museo; menciónase allí con las pro-
BIBLIOGRAFÍA mexicana DEL SIGLO XV III
366
pías señasen el n-9 54 del inventario, &? Existia todavía el año de 1745
f;ii que se hizo un segundo inventario; mas no figura ya en el tercero que
se práctico el año de 1804. Ignórase el paradero del original, mas tene-
mos su copia, aunque bastante defectuosa por el descuido del amanuense.
Ella forma realmente la segunda pieza de la citada colección del M.S. de
Veytia, siendo la primera la misma de este volumen, bien que allí figuran
ambas como una sola con el título de predicación del Evangelio en las Indias.
Si tal era el del original, ó fué discurrido por Veytia, no se sabe, aun-
que puede conjeturarse lo segundo. Mas existe en un volumen foliado con
la portada que se ve en la página citada de este, teniendo en los lugares
allí señalados con unos cuadretes, dos estampas; la una impresa y la otra
dibujada con pluma, ambas sobre puestas. No permitiendo la dimencion
de mi copia colocarlas en la manera que lo están en el infolio de Veytia,
se han distribuido en las páginas (en blanco el original) y marcando sola-
mente el lugar del asiento que tienen en el original.
Parece indudable que la copia de aquel se sacó del mismo M.S. original
que poseyó Boturini, así lo indica el siguiente pasage de la advertencia que
Veytia puso al principio del volumen.
"Por lo que mira (dice) á los papeles que contiene este libro, el primero
"es un manuscrito muy curioso, cuyo autor no se sabe, pero que parece ha-
"ber sido escrito en Manila, según dice el caballero Boturini en el índice
"de los monumentos antiguos que recorrió por estar en 34. fojas de papel
"de china,y del que se sacó esta capia; su asunto es probar que predicó Santo
"Tomás Apóstol en la Nueva-España."
Veytia hace una reminiscencia del mismo manuscrito en el cap. 16. lib.
iV de su Historia Antigua de México en las siguientes palabras. — "Yo
"tengo entre los papeles que he recogido una explicación entera de uno
"de estos mapas ó pinturas geroglíficas de los Indios que contiene los pun-
"tos mas principales de nuestra fé. Comienza por la creación del hombre,
"su pecado, destierro del Paraíso, el diluvio, la torre de Babel, y sigue la
"encarnación, nacimiento, pasión y muerte de Cristo, y la venida de un
"apóstol que predicó el Evangelio en aquellos primeros tiempos; y el au-
" tor de esta explicación dice que el mapa se lo dio al Bachiller D. Carlos
"de Sigüenza y Góngora."
Esta reminiscencia y la descripción del M.S. no dejan duda sobre su
identidad El asunto del que nos ocupa es el mismo que el del precedente,
con algunas noticias mas sobre la mitología, costumbres y origen de los
americanos, conteniendo de nuevo y como muy singular (párrafo 56 y si-
guientes) la interpretación de la antigua pintura que el colector dejó á Si-
güenza, y que explica enteramente y como una representación simbólica
de los principales sucesos y misterios del cristianismo. En todo ello no hay
mas que fantasmas creados por el entusiasmo religioso y por la falta de co-
nocimiento del asunto. A lo que puede juzgarse por la descripción, parece
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
367
que la pintura solo representa una querella entre dos pueblos de Oaxaca,
de la que resultaron heridos y un homicidio, y que vino á rematar en una
ejecución de justicia. ¡Y Veytia dio pasaporte á la explicación mejorándo-
la hasta agregarle el diluvio, la torre de Babel, &?!
5? Predicación del Evangelio en América antes de la conquista (página
en blanco en el original). Con la pieza anterior terminan los trabajos lite-
rarios del H. Duarte, mas por la congruencia con su asunto he agregado
la disertación que escribió el célebre religioso exclaustrado D. Servando
Teresa de Mier, sobre la predicación de Santo Tomas. Apreciable como
rasgo de ingenio, no tiene mérito alguno histórico ni filosófico, porque sus
interpretaciones y explicaciones son enteramente arbitrarias, y tan fantás-
ticas como las antes mencionadas. La mayor parte estriban en la compa-
ración, y mejor se diría corrupción y dislocación de palabras mexicanas.
Véase para las noticias de su copia la advertencia que hago al principio de
ella en la pág. (en blanco en el original). Veytia consagró también al pro-
pio asunto los capítulos 15, 16, 17, 18, 19, y 20 del libro 1? de la Historia
antigua de México, mas no conteniendo cosa nueva ó notable, y andando
su obra en manos de todos, me pareció innecesario abultar el volumen
con su copia.
Componiéndose este de varias piezas, con diversos títulos, era necesario
darles uno común que abrazara su asunto. El de, El Apóstol Santo Tomás
en el Nuevo-Mundo, me pareció que llenaba el objeto, abrazándolos todos.
— México, Septiembre 16. de 1862. — José T. Ramírez. — una rúbrica. C.
- ^Ayvgxg.'vv'^-
PARTE PRIMERA.
• PLUMA RICA.
NUEVO FÉNIX DE LA AMÉRICA.
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
371
(A MAYOR GLORIA DE DlOS Y HONRA DEL SANTO APÓSTOL THOMÉ.)
El P. Simón de Vazconcelos Religioso de la Compañía de Jesús en la
coronica que el año de 1663 compuso de la Provincia del Brasil de la mis-
ma Compañía escribe así á fs. 51 núm. 82 lib. 1? de las cosas curiosas del
Brasil. Quanto á la religión convenían todos los indios de todas las nacio-
nes, así de una como de otra parte de la América, que habia tradición en-
tre ellos antiquísima de padres á hijos, que muchos siglos después del Di-
luvio, anduvieron en sus tierras unos hombres blancos, vestidos, barbados
que hablaban cosas de un Dios y de otra vida; uno de ellos se llamaba
Sumé, que quiere decir Thomé. y que estos no fueron admitidos de sus
antepasados y se acojieron á otras partes del mundo, enseñándoles pri-
mero con todo á plantar y coger el fruto del principal mantenimiento de
que usan llamado Mandioca, y á fol. ni. n. 18 lib. 2. dice así:
18. — Habernos dicho en general cuanto á la fe de Dios: cuanto á la fee de venida de sto.
Cristo en particular, es cosa digna de saberse la que los indios apuntaron Thomé áia a me-
en su respuesta acerca de la venida del Apóstol St0 Tome á esta su tierra
adonde decian tenían por tradición les enseñó cosas de la otra vida, pero
que no fué recibido de sus antepasados. — Sobre esta duda curiosa para
mayor claridad, diié lo que vi y alcancé de personas fidedignas; yaze en
aquella parte de playa que viene corriendo al Norte del Puerto de las Vi-
llas de San Vicente, no muy lejos de él, un pedazo de arrecife, ó laxa, que
cubre y lava el mar, con la variedad de sus ordinarias mareas. En medio
de esta ven todos los que aquella parte llegan (ademas de otras menos
principales) dos plantas (pegadas) del pie derecho y izquierdo de un hom-
bre descalzo en proporción de quien camina hacia la mar; la parte poste-
rior para la tierra y la anterior pata la mar, tan vivas y expresas como si
á un tiempo se hiciesen y viesen; y de tal modo permanentes que no pu-
dieron los siglos pasados borrarlas, ni parece podran los futuros; porque
supuesto que no entran de impresión en la piedra, son como de pintura
tan natural, y viva que el mejor pintor del mundo parece no podría imi-
tar obra tan perfecta. Destas pisadas pues (que fueron siempre de los por-
tugueses, desde su primera entrada en el Brasil, tenidas por cosa milagrosa,
y respetadas por cosa santa, hasta el tiempo en que esto escribo) tomando
información los primeros que poblaron esta capitanía; y después de ellos
^algunos padres de nuestra Religión, hallaron por tradición antigua, de pa-
dres á hijos, de los naturales de la tierra, que eran plantas (pegadas) de
un hombre blanco, barbudo y vestido, .que en tiempos antiquísimos an-
duvo en aquellas partes, llamado Sumé en su lengua que es lo mismo que
en la nuestra Thomé; y enseñaba cosas de la otra vida; y en el fuadamento
de dicha tradición y de la misma cosa que de suyo parece milagrosa, fué
siempre habido y tenido por lugar santo y venerado por tal; y con razón.
Porque á qué propósito se pone naturaleza á pintar imágenes tan propias
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
de los pies de un hombre? y después á que propósito las conserva por tan
larga distancia de tiempos?
19. — Sobre la verdad de esta tradición de los indios confieso que tuve
yo en tiempos pasados alguna duda, pero de esta me fué librando el mis-
mo tiempo, y la experiencia de manera que vengo hoy á tenerla por cosa
cierta. — Convénceme los argumentos de las grandes señales, que se halla-
ron y hallan de presente por toda esta costa del Brasil, y fuera de ella por
toda la América. En esta Bahia de Todos Santos, afuera de la barra, en
otra playa semejante, distante como dos leguas de la ciudad á donde lla-
man TUípeá, vide con mis ojos y ven cada dia nuestros Padres, y todo el
pueblo en otro pedazo de arrecife, ó laja, una planta (pegada) de hombre
perfectísima, metida de impresión en las sustancias de la piedra, la parte
posterior hacia la tierra, hacia la mar la anterior. A esta viniendo yo de
un pueblo de Indios, vide que concurrían todos los que traíamos en com-
pañía, aun los que venían cargados; pregunté la causa á uno de ellos (que
yo era nueve en el camino): respondiéronme todos: Pay, Sumé pipitera
angabacie: pue está allí la planta (pegada) de San Thomé; entonces les
pedí me llevasen á ella, vi á la pisada que dije de un pié descalso izquierdo
así }• á la manera que si fuera impreso en blando barro. Tiénenla los In-
dios en gran veneración, y no pasa ninguno que no la visite, si puede; y
se persuaden á que poniendo allí el pié, les queda mejorado todo el cuerpo.
— No es esta parte tan frecuentada como la otra de Sn Vicente de los por-
tugueses, porque está la mayor parte del tiempo cubierta de la mar, y so-
lamente aparece y se descubre en las menguantes mayores.
20. — Dentro de la barra de la misma Bahia de Todos Santos, como á tres
leguas de distancia en el parage que llaman St0 Thomé, ó Toqué Toqué, en
otra playa y en otro pedazo de laja semejante dejó el mismo Santo otras
dos pisadas; en la misma forma que la de la laja de Tlápoá; y en distancia
la una de la otra, lo que requiere la proporción de los pasos ordenados de
un hombre que camina: fueron siempre en todo el Brasil habidas y teni-
das y veneradas por pisadas del Santo Apóstol, milagrosas entre portugue-
ses; y la tradición antiquísima de los Indios, derivada de padres á hijos es
en la misma forma, que arriba hemos dicho; que son pisadas de un hom-
bre blanco, barbudo y vestido que en aquellas partes andubo y les habla-
ba de otro mundo, digo modo de vivir muy diferente; que se llamaba Tho-
mé, de quien afirmaban estos particularmente, que cierto día exasperados
sus abuelos de la novedad de su doctrina, ó inducidos de sus hechiceros,
ó del común enemigo del género humano, arremetiendo á él para prender-
lo, él se fué derecho á la playa retirándose, abriendo primero por un monte
abajo, el cual era tan levantado, y enriscado que era imposible seguirlo
por allí; y que mientras por otra parte rodeaban con algún circuito y lo
buscaban tuvo lugar de huir, y lo vieron caminar sobre las aguas de la mar,
dejando burlados sus intentos; y en memoria de su repugnancia dejó aque-
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
373
lias pisadas impresas en la piedra referida. Esta tradición es constante;
averiguáronla los PP. de la Comp^ de Jesús, que en el misino lugar resi-
dían antiguamente; los cuales dichos ntros. PP. reconocieron siempre y ve-
neraron aquellas señales como del Santo, y como cosa sobre natural. En
la cumbre del monte por donde bajó fundó la devoción del Pueblo una Igle-
sia en honra del Santo y en memoria de la dicha tradición; la cual Iglesia
si bien fué siempre venerada y visitada de los fieles, en el tiempo presente,
lo es con mas continuación y concurso por los efectos extraordinarios, ha-
bidos por milagrosos que allí esperimenta la fee común de los enfermos y
necesitados.
21. — Aquí para confirmación de lo sobredicho, obró la divina Potencia
una circunstancia, que parece trae mucho de sobrenatural: es esta una
fuente de agua peremne y dulce, que brota de otro peñasco junto al de las
pisadas á pocos pasos andados á la falda del propio monte, por donde es
tradición que bajó el Santo. — A esta fuente llama el vulgo, fuente de Santo
Thomé, milagrosa por nacer milagrosamente de la peña viva, cual halla
la de Moisés en el Desierto; otros porque milagrosamente nació al tcque
y pisada de un pié del Santo; cuya pisada allí se vio, cual la del pie del
cordero de San Clemente desiib cuius pedes fons vivís emanar ; y de aquí
quieren se derive el nombre Toqué, Toqué. — Otros porque milagrosamente
se conserva siempre en un mismo tenor sus aguas así en invierno como en
verano, sin que jamás redunde aunque más llueva, sin que deje de estar
llena por mas calma y sequedad que halla en la tierra. — Otros finalmente
poique cura milagrosamente con sus aguas á todo género de enfermedades.
22. — Esto es lo que dicen; yo diré lo que vide con mis ojos y es lo que
parece más verosímil, por informaciones que tuve de personas ancianas,
vecinas del mismo lugar, yendo á él solo para efecto de averiguar la ver-
dad: vide que es cierto que nace aquella fuente de la piedra sobredicha,
no de aquel mismo lugar, á donde su agua se junta como en pila de agua
bendita, sino un poco mas arriba, de uno como ojo pequeño por donde
mana y sale, en tan poca cantidad, que apenas se vé, sino del que hiciere
reflexión porque baja como lamiendo la laja y como que apenas la moja
no mas, pero llenando siempre la pila; y lo que trasborda ó rebosa es tam-
bién imperceptible, porque del mismo modo va lamiendo la piedra, ó laja
sutilmente; y como es poca y cae en arena, ni se emposa ni puede perci-
birse.
23. — Con razón de cuanto vide dudo, si se ha de decir que nace esta
agua de la misma piedra viva, ó bien que por aquel ojo que dije, viene
atraída de la sustancia del monte? y la razón de la duda es, porque hace
fuerza la experiencia, que demuestra, que ni mengua ni redunda jamas el
agua de esta fuente, sino que siempre está en su mismo ser; porque sabe-
mos que lo natural de las fuentes que tienen su nacimiento de la tierra, és
que redundan en las invernadas, y faltan en las grandes secas. Y la que
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
374
nace de piedra viva, no sigue estas variedades, porque esta no depende de
la tierra, que se empapa con grandes invernadas, ó se seca con grandes
calmas. Cada cual juzgará en esta duda lo que le pareciere, yo solo digo
lo que vi y experimenté.
24. — Hacerca de lo que dicen que brotó al toque del pie del santo, su-
puesto que no hallé en esta piedra señal de la huella del Santo, ni quien
la viese, formé con todo un argumento favorable; porque supuesta la tra-
dición referida, que bajó huyendo el Santo por aquel monte abajo, obser-
vé (poniéndome en el lugar de las huellas de la laja término en que fué á
parar; y mirando derecho á la cumbre del monte, á donde dicen que es-
tuvo el pueblo, y de donde parece que salió) queda la fuente esta en el
camino, y que de fuerza viniendo derecho habia de pasar por el peñasco
en que nace, y de aquí se hace verosímil, que yendo pasando pisaría con
los pies la piedra, á cuyo toque brotarían las aguas. Cuanto al efecto de
las aguas de esta fuente, bien se puede por ellas con verdad llamar mila-
grosa; és cosa muy sabida y pública, que en nombre del Santo y con modo
habido por milagroso, dan salud aquellas aguas á los enfermos que llegan
á lavarse con ellas, ó las hacen traer para eso. Todo lo colegí de la gran
frecuencia de las romerías que hacen á ellas; y de los votos que vi colgan-
do de las paredes de la Iglesia y de los varios y diversos sucesos milagro-
sos que oi contar en este género á hombres fidedignos.
25. — Las huellas del Santo que dije al principio, no las vide ni hoy se
columbran; vide empero la laja, y en ella me mostraron los antiguos del
lugar la parte á donde estuvieron y en donde las vieron con sus ojos en
que no puede haber duda alguna porque lo convence la fama y lo testifi-
can instrumentos antiquísimos de datos y mercedes de tierras de aquellos
primeros tiempos, en los cuales se asignan por lindero las pisadas ó hue-
llas del Santo. Diciendo a^-i, concedo una data de tierra sita en las huellas
de San Thomé, tanto para tal parte, y tanto para ia otra &? y estos ins-
trumentos vide y leñemos uno en nuestro archivo deste Colegio de la Bahia.
Pero el tiempo que todo lo gasta, vino pasados siglos, no menos que de
mil y quinientos años, á segar estas santas señales. Unos dicen que por la
continuación de los devotos, que gustaban de llevar reliquias raspando
la parte de ellas; otros que ayudó para ello la disposición del sitio, que es
playa de arena muy movediza, y pudo arrazar ó llenar los vacios conglu-
tinándose con la misma piedra.
Señales del 26. — Pasando yo por laCiudad de N. Sra. de la Asumpcion en Cabo-Frio
Sto Apóstol en . J r f
Cabo-Frío. distante del rio de Janeiro diez y ocho leguas en altura de 23 grados y un
sesmo al Sur de la línea, el capitán que allí gobernaba me fué á mostrar
un paraje, á que llaman Itajuru (nombre de los Indios) entre la ciudad y
una fuente extraordinaria, de agua colorada medicinal, en especial contra
mal de Piedra. Aquí me mostró un peñasco grande amoldado y señalado
con varias bordonadas, ó golpes (de siete á ocho arriba) tan impresas en
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
375
la piedra como si con el mismo bordón golpearan blanda cera; porque to-
das las muescas eran iguales: y la tradición de los Indios es, que son del
bordón de Sn Thomé, en ocasión que los Indios resistían á la Doctrina que
allí les predicaba; y les quiso mostrar con este ejemplo que cuando las pe-
ñas se dejaban penetrar de la palabra de Dios sus corazones mas duros,
resistían mas obstinados que las duras piedras.
27. — Es también digna de notar aquí la historia de Mayrapé, lugar dis-
tante como diez leguas en lo interior de la ensenada desta Ciudad; es un camino de San
camino formado de arena sólida y pura, de media legua de largo, la mar Thomé milagro-
adentro; y la tradicícion acerca de él és, que le hizo milagrosamente Santo
Thomé, cuando andando en esta Bahia de todos Santos predicando á los
Indios de aquel parage, ellos se amotinaron contra el Santo, de lo que hu-
yendo la furia de sus arcos y flechas fué levantando el mar aquel camino
por el cual caminase á pié enjuto á vista de ellos, cubriéndose luego el prin-
cipio del agua porque no le pudiesen seguir los gentiles, que en la playa
quedaron admirados de cosa tan extraordinaria; y de allí en adelante lla-
maron á aquel camino milagroso Mairapé; que es lo mismo en lengua Bra-
sílica, que camino de hombre blanco; así llamaban á San Thomé, porque
hasta entonces ningún hombre blanco habian visto.
28. — En la altura de la Ciudad de la Paraiba, en siete grados á la parte
del Sur, en el monte en un lugar hoy desierto y solitario, se ve otro pe- Huellas dei
ñasco con dos huellas de un hombre mayor y otros de otro mas pequeño; St0- en Páraybá-
y ciertas letras esculpidas en la piedra. Este lugar es hallado á cada paso
siempre que los Indios salen de los pueblos á cazar al monte; y tienen en-
tendido que aquellas huellas son de Sto. Thomé: y según lo que afirma San
Crisóstomo y Santo Tomas, que acompañaba á Sto. Thomé, uno de los di-
cípulos de Cristo, las segundas huellas menores deben ser de este. Aque-
llas letras pretendieron los Indios remedar á nuestros P.P. en aquellos pue-
blos, pero nunca fueron entendidas hasta hoy ni su significación.
29. — No solo en el Brasil, sino que en toda la Nueva-España hay no- señales del
ticias admirables: diré las de mayor cuenta: Fray Toachin Brulio en la His- ^to' APósto1 en
J J Nueva España.
toria del Perú, de su Religión de San Agustín lib 1 cap. 5 refiere, que en
la mar del Sur, en un pueblo llamado Guatulco, tenían aquellos Indios sus
naturales, no solo por tradición antiquísima de sus antepasados, sino aun
por escrito en ciertas pinturas de que usaban en lugar de letras que una
cruz que allí adoraban con suma veneración, les había sido dada por Santo
Thome. cuya imagen y propio nombre tenían esculpido en peña viva, en
una roca para memoria perpetua de cosa tan Santa: lo mesmo refiere el
P. Gregorio Garcia, lib. 5? Cap. 5 en donde añade que esta cruz, es la mis-
ma que pretendió quemar, aquel insigne hereje Francisco Draque cuando
pasó el estrecho de Magallanes, pero sin efecto y con ejemplo de un por-
tentoso y maravilloso milagro, porque la cruz echada en las llamas no se
quemó; antes por tres veces fustró la pérfida intención del hereje, que otras
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
376
tantas intentó consumirla con fuego, cubriéndola con pez y alquitrán. Y
finalmente esta milagrosa Cruz trasladó pasados años para la Ciudad de
Oaxaca un Prelado celoso Dn Juan de Cervantes, y es allí venerada con
gran multitud de milagros.
ciLl^oTdivU 30.— Fray Bartolomé de las Casas, varón fidedigno, Obispo de Chiapa,
nos misterios después de hecha gran información del caso, afirma en una apología suya,
que consta por antiquísima tradición de los Indios de aquellas partes, que
en tiempos antiguos fueron anunciados á sus abuelos los misterios de la
Sma Trinidad, Parto de la Virgen, y de la Pasión de Cristo, por unos hom-
bres blancos barbudos, vestidos hasta los artejos. Conviene con lo que
arriba dijimos, que andaba con el Santo apóstol Thomé otro discípulo de
Cristo.
31. — Aquellos primeros castellanos Fernando Cortes, y sus compañeros,
cuando al principio entraron en la Isla de Cozumel, en N. España, halla-
ron una cosa que les causó admiración, porque vieron un hermoso muro
veneraban áia de piedra cuadrada, y en medio de él, arbolada una Cruz de diez palmos de
Santa Cruz por
díos de la lluvia, alto venerada por todo el gentio por Dios de la lluvia; y lo que es masque
por su medio la alcanzaban en las secas, haciendo para el efecto prosecio-
nes y preces á su modo gentílico. O por milagro de Sn. Thomé, que allí
la plantó (según nota el autor de la Historia del Perú arriba citado) ó por
traza del enemigo infernal, para hacer que esta gente idolatrase en el exeso
de la veneración, teniendo á aquella Cruz por verdadero Dios; era este lu-
gar tenido por común sagrario de todas las islas circunvecinas, y no habia
pueblo alguno que en el no tuviese su Cruz de piedra, mármol ó de otra
materia. Así lo afirma también Gomara seg. part. cap. 15, y Justo Lipsio
en el lib. 3? en que trata de la Cruz.
32. — Finalmente pruébase el asunto que pretendo de que anduvo por
estas partes el Apóstol Sto. Thomé, por testimonios infinitos de todos los
reinos de la América, y de todas las gentes y naciones naturales del Bra-
sil, del Paraguay, del Perú, especialmente del Cuzco, Quito y México, co-
mo largamente trata y confirma el P. Mtro. Fr. Antonio de Calancha en
el lib. 2? de su Historia Peruana cap. 2? Lo que todo supuesto: quien ha-
brá que niegue hoy el haberse de tener por cierta tradición tan constante
por tantas vias, por tantos Reinos, por tantas naciones y casos tan extrao-
dinarios? De otra manera negariase la fee común de la tradición humana
en todas las demás cosas tanto contra el estilo del mundo, y el intento de
la Sagrada Escritura que dice: Exod. 32. interroga patrem tuunt, et anun
tiabi tibí: marores tuos et dicent tibi. Si me pregunto yo: así como en el
papel las letras, ¿porque no se imprimirán también en las memorias las
especies de las cosas memorables? — Neguemos pues las hazañas de los Ce-
sares, Pómpeos, y de nuestros Viriatos, Sertorios y otras historias seme-
jantes.
33. — Contaré un caso gracioso y juntamente muy al caso en prueba del
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
377
intento: refiérelo el P. Alfonso de Ovalle de la Compañía de Jesús en el
Lib. que compuso de la Historia del Reino de Chile, (*) que oyó contar
muchas veces al P. Diego de Torres de la misma Compañía Provincial y
fundador de aquellas Provincias, varón digno de todo crédito: que yendo
el dicho provincial caminando por un Valle de Quito vio un dia de fiesta
un Indio anciano, que tocando un tamboril, estaba al son de él cantando
cierta historia en su lengua, ciertas historias, (sic) la cual estaban oyendo
con atención y cuidado otros mancebos, paró el P. y en acabando de can-
tar el Indio, le preguntó qué ceremonia era aquella ? Respondió el uno de
aquellos oyentes, que aquel Indio que cantaba era el Archivista del lugar,
el cual era obligado á salir los dias festivos, á aquel lugar y repetir cantan-
do las tradiciones y cosas memorables de sus antepasados en presencia de
aquellos oyentes, que por su muerte estaban destinados á quedar en su
lugar; porque como los Indios no tenían libros usaban desta diligencia para
conservar en las memorias las historias antiguas; pasó mas á preguntar
que era lo que cantaba de presente? Respondió que cantaba primeramente
la historia de un Diluvio que hubo en el mundo antiguamente que inundó
toda la tierra (que inundó toda la tierra) (sic) y que pasados después de
aquel Diluvio muchos siglos, habiéndose vuelto á poblar de nuevo el mun-
do vino al Perú un hombre blanco llamado Thome, á predicar una ley
nueva, nunca oida en aquellas regiones: ejemplo es este que muestra con
evidencia la fee que debemos dar á las tradiciones de las gentes aunque
bárbaras: qué mas importa que el escribano escriba en papel las Historias,
ó que aquel del tamborcillo las asiente en las memorias de los que le es-
taban oyendo? para efecto de que sean conservadas en perpetua memo-
ria. Y por qué haremos mas aprecio y estima de lo que se escribe en un
papel que lo que se imprime en las memorias de los hombres ? De que por
el sobredicho discurso saco por cosa cierta, que se debe dar crédito á la
tradición que afirma haber andado en estas partes el Apóstol Sto. Tomé.
34. — Y para que de una vez apretemos este asunto, tengo de hacer de
ello demostración con argumentos de mayor profesión, y digo asi. Alguno Pruébase el
11f, ia'i i i» • 1 i« • ■ ' asunto cun razo-
de los Sagrados Apostóles, por obligación de precepto divino paso a esta nes Q,
América á promulgar el Evangelio de la ley de gracia en que los hombres
se habían de salvar: este Apóstol no fué Sn. Pedro ni Sn. Pablo, ni San
Joan, ni San Andrés, San Felipe, ni Santiago, ni San Mateo, ni San Ta-
deo, ni San Simón, ni San Matías, ni el otro Santiago ni San Bartolomé;
resta luego que fuese Sto. Thomé. — Sola la primera de estas proposicio-
nes tiene necesidad de prueba: que alguno de los Sagrados Apóstoles por
obligación de precepto divino pasó á esta América á promulgar el Evan-
gelio de la ley de gracia en que los hombres se habian de salvar esto pa-
rece que convencen las palabras de Cristo por Sn. Marcos (**) en el cap.
(/) Lib. 8, cap. 1, parag. último.
(**) San Marcos, 16.
bibliografía mexicana del siglo XVlll.
378
16 á donde antes de subir al cielo lanzó la obligación que tenia sobre los
Apóstoles y les dijo así:— id por el mundo universo y predicad el Evan-
gelio á toda criatura: el que creyere y fuere bautizado salvarse ha; y el
que no creyere condenarse ha. Quien dice por el mundo universo no ex-
cluye la América que es cuasi la mitad del mundo: quien dice á toda cria-
tura, no deja y aparta las de la América, que son casi la mitad de las gen-
tes; y que este precepto se haya de explicar en la generalidad que suena,
del mundo y criaturas, (*) entienden los santos PP. y DD. sagrados, al
margen citados. Muéstralo con razón eficaz porque Cristo era Redentor
universal, así de la América como de las otras partes del mundo: luego la
misma obligación le corría de mandar predicar el Evangelio á la parte de
la América, como á las demás partes del mundo. Así lo ponderó Hugo
Cardenal, (**) sacando la misma consecuencia. Era Cristo (dice él) Reden-
tor universal del mundo: luego á todos debia comunicar el beneficio de la
ley Evangélica. Declaro más el argumento: porque esta ley de gracia tie-
ne el ser gracia, y tiene el ser ley; en cuanto gracia es don universal de
todas, porque es ganada por la muerte y sangre de Cristo como Redentor
universal de todas las gentes sin excepción de personas, cuanto y mas del
medio mundo de la América: en cuanto ley debe este Evangelio de Cris-
to ser promulgado según el derecho de las gentes humano y divino en todo
el distrito del legislador; y este es todo el mundo. Y si no, como podrán
ser habidos por transgresores de la dicha ley, aquellos á quien no fué de-
nunciada? O con qué razón podrá el indio de la América ser condenado
apareciendo en la otra vida sin bautismo, si este no le fué predicado?
35. — Consta de lo dicho, que mandó Cristo á los Santos Apóstoles, que
promulgasen la ley de gracia por todo el mundo universo, sin excepción
de parte alguna, porque de todas era Redentor, á todas tenia igual obli-
gación, y esa misma obligación que tenia (yéndose al cieio) dejaba á los
Apóstoles, como sucesores suyos en el oficio. Pero no queda bastantemen-
te probado, que con efecto corriesen los Apóstoles el universo mundo ó
todas las cuatro partes de él, que lo mesmo es: esto prueba ahora con los
Los apóstoles argumentos siguientes. Porque la doctrina común de los SS. PP. y DD.
predicaron el
Evangelio en to- sagrados és, que la ley evangélica fué promulgada por todo el mundo uni-
do el mundo en , . A , , . . , . . , _ . , ,
espacio de menos verso Por l°s mismos Apostóles dentro del espacio de 40 anos después de
de 40 años. ja mUerte y pasión de Cristo. Así lo afirman expresamente Sto. Tomas,
Sn. Juan Crisóstomo, Sn. Gregorio Papa, Eutimio, Teofilato, (***) en los
lugares citados á la margen, con grande número de expositores modernos,
en particular San Eutimio, citado, siente que dentro del espacio de veinte
hasta treinta años, predicaron los Apóstoles la ley de Cristo por todo el
(*) Gregor. inhomil. super. Marc. ióTheoph. Hugo Cardi Caetano — Ibid. Barrad, in Matth.
28 et Marc. 16.
(**) Hugo Cardi in Marc. 16.
(***) S. Thom. ad. Bernard. 10. lee. 4. — S. Greg. Pap. in cap. 16 Mare. — S. Joan Crisost.
Homil 76 — Supra Matb, — Euthim. é Theophi. sup. Matth. 24.
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
379
mundo: el Evangelista Sn. Marcos cuando compuso su Evangelio, decia
ya entonces, que estaba dibulgada la ley de Cristo por los Apóstoles en
todas las partes del mundo: Prcedicauerunt vbiqui etta. Siendo así que el
Santo Evangelista escribió su Evangelio doce años solamente después de
la muerte de Cristo, según lo dice César Baromeo: (2) San Pablo hablan-
do de su tiempo dice, que ya entonces estaba predicado el Evangelio á
toda criatura, que habita debajo del cielo, Prcedicatum est Evangelium in
cmni creature qua sub cáelo est. Y quien negará que está esta nuestra Amé-
rica debajo del cielo? sino aquellos que les nieguen el mismo cielo como
después veremos.
36 — Sígnese de todos estos argumentos, que alguno de los sagrados
Apóstoles pasó á esta cuarta parte del mundo que llamaremos América,
á promulgar la ley de gracia. — Consta también que este Apóstol no fué
Sn. Pedro ni Sn. Pablo, ni alguno de los que referimos arriba, como se ve
en la relación de sus vidas, y porque no hay A que lo diga; resta pues
que este fué el Apóstol Sto. Thomé. Parece que así lo quisieron signifi- Conciúyeseque
car Sn. Crisóstomo, homilia 16 y Santo Tomas en su Catena in Joannem Thomé pasó á ia
cap. 11. á donde dicen Thomas infermior crat & infid ) aliis; Aménca'
postea ómnibus forta orfactus est; & irrepreliensibiles quisolus terrarum
orbem percurrit & in mediis plebibus voluctatur volentibus in interficere.
Ni hace contra esta doctrina la csposicion de algunos DD. que dicen, que
los SS: Apóstoles, ni eran obligados á querer, ni con efecto dice corrieron
por sí mismos el mundo universo, que eso parecía imposible siendo tan po-
cos, y en tan breve tiempo: porque esta exposición se entiende (según los
mesmos DD. bien estudiados) (*) que no corrieron los Santos Apóstoles
el universo mundo, cuanto á lugares particulares é individuos, lo que es
verdad, y después se hizo y va haciendo por sus sucesores; pero que co-
rriesen todo el mundo cuanto á los lugares principales, ni lo niegan, ni lo
pueden negar, pues sabemos que anduvieron los Apóstoles en las tres
partes del mundo principales Asia, Europa y África; y solo de la Amé-
rica procedía nuestra cuestión, cuya parte afirmativa agora demostrare-
mos. Ni yo vide A. alguno que lo niegue absolutamente; solamente no lo
afirman porque no les eran notorios y presentes los argumentos que nos
son manifiestos.
37. — Hallé solamente el Doctísimo Cornelío Alapide sobre el cap. 16.
de San Marcos, que dice así: que no parece verosímil que tan pocos Após-
toles por sí corriesen el mundo todo; principalmente porque en la Amé-
rica no se hallan vestigios de la fee. Si supiera este doctísimo expositor
los vestigios de fé prodigiosos que habernos referido, qué dijera? Sin duda
alguna no dudaría. — Si supiera de aquella tradición tan constante y ave-
riguada por el Obispo de Chiapa, arriba referida, de como los Indios an-
(2) Cesar Bacom. ad an XI. 45 Pauli col mira. 23.
(*) Madonat, Corne!. á Lap Lorinus.
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
380
tiguos de aquellas partes fueron instruidos de los Misterios de la Sma. Tri-
nidad, Parto de la Virgen, y Pasión de Cristo por unos hombres blancos,
barbudos, vestidos hasta el tovillo: de los muchos vestigios que el gran
Colon descubridor primero de las tierras de Nueva-España, y sus compa-
ñeros hallaron en las primeras islas de ella; que sus moradores reconocían
un solo Dios infinito y omnipotente; y que este Dios tuvo madre; que vie-
nen á ser los dos primeros artículos de la fe.e; que en dimana tierra no
muy distante de la sobredicha, entre sus ídolos adoraban aquellos natura-
les una Cruz con ceremonias de gran devoción, con ella se bendecían á sí
y á sus hijos recienacidos para librarse y librarlos á ellos de males, según
lo refiere Gomara part. 3? cap. 83. — Si todos estos y otros vestigios de la
magnificencia de sus templos, de la diversidad de sus ceremonias, de sus
ayunos y abstinencias rigurosas de carne, y otros semejantes que dejo ago-
ra por la brevedad, y se pueden ver en parte en el P. Fr. Antonio de Ca-
lancha, religioso fidedigno Agustino en el lib. 2? de la Historia del Perú: (*)
supiera el doctísimo Cornelio Alapide, no dudara de que había en la Amé-
rica vestigios de la fee, y de que pasó á estas partes alguno de los sagra-
dos Apóstoles, y por consiguiente que fué Santo Thomé.
38. — De todo lo arriba referido se saca con bastante certeza, que pasó
,1C'"- á esta América nuestra el Santo Apóstol Thomé, y que anduvo en ella
por los lugares marítimos que llevamos apuntado, y son los principales de
estas partes; y sobre esta resolución son dignas de ponderar, otras dos re-
soluciones morales, una de parte de la justicia y misericordia infinita de
nuestro gran Dios y Señor, que no permitió dilatar hasta el tiempo del
descubrimiento de este nuevo mundo (que fué espacio de mil y quinien-
tos años) la gracia de la ley Evangélica, sino que luego la comunicó á to-
das sus gentes igualmente con las otras partes del mundo; la otra de parte
de los naturales de la tierra, que contra estos (que no admitieron aquel
Santo legado evangélico) estarán gritando hasta el día último del juicio,
aquellas señales de sus huellas, de su bordón, y de su doctrina que en tes-
timonio les dejó de su pertinacia, que con la vista de ellos no podrán ale-
gar ignorancia.
39. — Ademas de los AA arriba referidos lleva que vino á estas partes
otros aa ,k el Santo Apóstol, el P. Francisco de Mendoza de la Compañía de Jesús
en su Viridario Pobl. 44. y el P. Rivadeneira de la mesma compañía en
su Flos Santorum en la vida del mismo San Thomé; y Andrés Lucas en la
vida de Sn. Ignacio fol. 245 á donde trae una (profecía) notable del mismo
Santo, que pronosticando á los Indios dijo, que después de muchos siglos
vendrían á sus tierras vnos sacerdotes sucesores suyos á predicarles el mis-
mo Evangelio que el les predicaba, y traerian por divisas cruces en las
manos, y que estos los congregarían en poblaciones para que viviesen en
orden y política cristiana; y que entonces Tupis y Garamomis (que com-
(*) Lib. 2. — Cap. 2 núm. 1.
.-11. n
BIBLIOGRAFÍA MEXICANA DLL SIGLO XVlll
38i
prenden todas las naciones), vivirán en paz, lo cual se cumplió con la en-
trada de la Compañia de Jesús en aquellas partes, cuando vieron los In-
dios los sacerdotes de ella que llegaron á aquellas regiones con cruces en
las manos en lugar de bordones, y que eran los primeros que después del
Santo Apóstol predicándoles á Cristo los unían en varias poblaciones, l'ro-
fesia que siendo hallada con la misma uniformidad, hallada entre todos los
Indios de aquellas partes de tan varias naciones, lenguas y territorios y en
distancia de 200 y 300 leguas y aun mas, sin haberse jamas comunicado
entre sí pareció tener sólido fundamento; y como tal (después de hecha
bastante diligencia) la escribieron los Pl\ de la Compañia en los Anales
de aquella Provincia.
40. — Los AA. del Libro intitulado Imago soeculi fol. 63. al fin refieren
, . r • 1 j j j j J Compruébase
la misma profesia, y resuelven que no se puede dudar de que anduviese lamismapr&fe6iii
en estas partes el Santo Apóstol, por estas substanciales palabras Invernó y venida del sto.
r . . Apóstol.
tissimis illis Peraguaria Provinciis tantam vbique ínter Barbaros meno-
riam Vcstiguiaqite Sancti Tlwmoj Apostolli istic olim fuisse. Hacen men-
ción también de esta profesia, Fr. Joachin Brulio ya citado lib. 1? cap. 5
n. 7. y fray Joan de Torquemada, part. y} de su Monarquía Indiana lib.
15. cap. 40; y el P. Alonso de Ovalle de la Compañia de Jesús citado ya,
á donde dice también, que en muchas partes del Perú y Paraguay es co-
mún tradición haber estado en ellas el Apóstol Santo Thomé, y que de
ello hay grandes señales; y trae otros argumentos forzosos. El primero
de los sumptuosos y magníficos Templos que hubo en los dos poderosos
Imperios del Perú y México, mucho antes que fuese á ellos gente españo-
la, de los cuales hallaron aun en su entrada muchos muy ricos y muy ador-
nados, como largamente consta todo de los historiadores. Lo segundo el
conocimiento que tuvieron del verdadero Dios, Criador del Mundo, remu-
nerador de los buenos y castigador de los malos, de Cristo Redentor, de
la inmortalidad del ánima, como la tuvieron los Indios ingas amantas, y
de la resureccion de los (muertos) sic cuerpos, como tuvieron otros; que de
todo trae AA en el capítulo citado. Y por tercero argumento trae una her-
mosa Cruz, de que escribe Garcilazo, que tenían los Reyes ingas en Cuzco
en uno de sus palacios reales en cierto apartamiento llamado Guaca lugar
sagrado (para ellos) y venerado. Lo cual todo hace á nuestro intento, de-
mostrando que de fuerza habia de haber persona que les comunicase la
noticia de las cosas dichas antes que entrasen en aquellas regiones los Cas-
tellanos; y no parece podia ser otro, que el Apóstol Santo Thomé; con
que habernos mostrado la verdad de la tradición de haber venido á las par-
tes de la América este Santo Apóstol; sobre todo consta de la Iglesia Si-
riaca, á donde en las lecciones de este Santo se lee, que estuvo en la Amé-
rica y predicó allí á aquellos pueblos; y parece no se puede hoy negar.
Concuerda á la letra con el original citado de la Historia de la Compañia
de la Provincia del Brasil escrita por el P. Simón de Vazconcelos, donde
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
382
la saqué y á que me remito. En México á 26 de Setiembre de 1679 años.
— M, Duarte. — Una rúbrica.
Allí mismo á fs. 129 lib. 2 col. 1 núm. 41. sobre la siguiente materia di-
ce el dicho A. lo siguiente.
sí pueden sai- ^x — Después de tantas dudas curiosas, parece bien les ponga fin una
varse los Indios
del Brasil enme- muy necesaria y es esta, la de la salvación de estos Indios. Si en medio de
dad CS ' su gentilidad podían ó pueden salvarse algunos de ellos? ó si todos se con-
denan? De verdad que cuando tomé la pluma para tratar esta duda, me
pareció que igualmente la tomaba para tratar de una apología en defensa
de la misericordia de nuestro gran Dios, por que sin duda dura cosa pa-
rece aquella voz común de que toda esta inmensidad de almas de un mun-
do entero en tan vastísimas tierras y por espacio de tantos siglos de 5>°00>
seis mil y siete mil años después de su creación, hasta la venida de los
Predicadores evangélicos se hubiese todo de perder: siendo cierto que mu-
rió Cristo por salvarlas; y quiere Dios que todas se salven. Ahora pues,
yo después de considerar la duda y ver con cuidado los PP. y DD. sagra-
dos, tengo en ie ha habido grandes misericordias de la divina
bondad, sobre estas desamparadas gentes.
42. — Y digo en primer lugar que en la confusión de tantos siglos, cuan-
do aun la tierra de la América estaba escondida, y antes que á ella pasase
el Apóstol Santo Thomé, ó otros predicadores, los hombres destas partes
en las tinieblas de su gentilismo vivian, ordinariamente hablando, con ig-
norancia invencible de la fé divina, y por consiguiente sin pecado de infi-
delidad, porque hubiesen de ser condenados. Esta resolución supuesto que
fué refutada y desfavorecida de muchos, con todo es recibida hoy de los
mejores y mas pios DD. con Santo Tomas. Secunda seeundcr quest. 10 art.
10 y los demás citados á la margen; (*) y la razón es clara, porque estas
gentes, no tuvieron conocimiento alguno de la fé, ni supieron que cosa es
revelación, ni aun por ventura que cosa es Dios algunos de ellos: luego
mal podrían pecar contra precepto de la fé, que no sabían: es lo que cla-
ramente dice San Pablo ad. Rom. 10 Quomodo credent, si non audieruntf
aut quomodo audient sitie predicante? como habian de creer, si no oian?
ó como habian de oir sin que les predicasen? — El pobre Tapuya metido
en las breñas, á quien nunca vino al pensamiento, la obligación de la fé,
con qué razón se le imputaría á pecado á la falta de ella? y lo mismo se
ha de decir de los que vinieron y viven aun hoy después de la predicación
(*) Altisiodorense in sum. lib. 3 tract 3 cap. 2 quest. 3 — Gilhelmo Parisiense de Fide c. 2 —
Alexand Halensis 2. part. quest. 112. — S. B. vent, in 3. distinl. 25, art. I, question 2 et 3. — Ga-
briel in dist 22 quest. 2 art. 3 dub. I. — Gerson tract. de vita spirit. lect. 2. et 4. — Corduba. lib.
2 quest. 4. — conel 2 de lege pcenali, citados por Solarez de fide disp. 17. sect. 1. parag. 2. — Va-
lencia, Medina, Vázquez, Durando, Conrado, Alamai, Victoria, Pedro Sotto, Sotto, Cana, Azor,
Sánchez, los cuales refiere y cita el mesmo padre Soarez de fide disp. 17. sect. 1. n? 5. S. Thoh.
ad Rom. 10.
bibliografía mexicana del SIGLO kvul
383
del Apóstol Santo Thomé, ó á otros predicadores en la América, si no
oyeron tal predicación, ó no les fué suficientemente propuesta. Porque co-
mo dice Santo Tomas, no basta que predicasen la fé los Apóstoles en todas
las Provincias ó Reynos, si tales ó tales personas en particu'ar no la oye-
ron. Así lo trata con pruebas más extensas Victoria en una relación que
hace de los indios moradores en las Islas; y el P. Soarez citado al margen
en la disp. 17 sect. i.'n? 9.
43. — Antes añado que podían y pueden en aquella su gentilidad, tener
ignorancia invencible no solo de los misterios sobrenaturales de la fé, Tri-
nidad, Encarnación y Remuneración, que son de sí sobrenaturales, y
exceden el conocimiento natural del hombre, mas también de los propios
Misterios de Dios autor de la naturaleza como de haber Dios, ser uno solo,
independiente &* — Por lo menos en algunas personas, y por algún tiem-
po de la vida. Porque estas verdades aunque se pueden conocer con la luz
natural del entendimiento, con todo no son proposiciones á que llamamos
per se notas, ni primeros principios cuanto á nosotros, puesto que lo sean
en si; y es necesaria ó propia intención, ó doctrina agena; para lo cual son
los entendimientos de los Indios brasiles tan poco capaces de especular
en estas materias, que á lo que mas subieron, por si, fué el conocimiento
de aquella confusión, que por veces dijimos de una excelencia superior,
aquellan Tupa que tiene dominio sobre los truenos y rayos, y á quien pa-
rece atribuyen la remuneración de los mejores ó peores lugares de la otra
vida; y hasta aquí y no mas sube de punto el discurso de esta pobre gen-
te; si esto es conocer á Dios, ó no, dejólo yo al juicio de los Doctos. (*)
De donde es que si dijésemos, que algunos de estos por algún tiempo tu-
vieron ignorancia de Dios; sus homicidios, adulterios, hurtos, y semejan-
tes obras, aunque contra la lumbre de la razón natural, y materialmente
sean malas, no son con todo pecados mortales teológicos, que llaman los
DD, ni por ellos merecen el infierno, sino otra pena temporal; porque co- Losque tienen
mo no conocen á Dios, no cometen contra él injuria, en la cual consiste ,snoran(;,í
J Utos por los pe-
dí ser infinita la culpa del pecado, y merecedora de pena eterna. Antes cados que come.
. ten, no merecen
aquellos que entre ellos tuviesen ignorancia semejante, invencible de al- pena de infierno,
gunos de los principios morales (porque no repugnan á lo menos en algu-
nas materias, no tan conocidas, como la simple fornicación, venganza y
semejantes, según los DD.) no pecarian ni aun física ni materialmente,
porque entonces no ofendían el dictamen de la razón: añado mas, que to-
dos aquellos que en esta su gentilidad, hubiesen según la justa ley de la
razón y dictamen de lo bueno y honesto, podrían alcanzar de Dios gracia y
salvarse; según aquel principio de los Teólogos Fafienti quodinse est Deus
(*) Véanse los expositores de Sto. Thomas sobre la quest. 76 tratando de la ignorancia. Váz-
quez hic. disp. 122. Sánchez lib. 1. decalog. c. 16 n. 33. — Valencia, Azor, Alex. y otros que cita,
sigue Suarez granatense de fide disp. 17. sect. 2. n. 6 y 7 ad med. Hugo cardenal de incarn. d.
5 sect. 6. núm. 107 el carde. Hugo de incarn. de 5 sect. 5. número setenta.
BIBLIOGRAFÍA MEXICANA DEL SIGLO XVIII.
384
non denegat gratiam. (*) Y acreciento que tengo para mi, que aquel prin-
cipio podrá tener efecto también en los que no pecaron en el discurso de
su vida, si á fin de ella tuvieren eficaz arrepentimiento y deveras les pe-
sare de haber ofendido á aquel que conocen por Dios ó el mismo timbre
de la razón: porque hacen lo que en si es; y puédese cree de la grandeza de
la misericordia del Señor (que quiere se salven todos los hombres) les con-
ceda á estos pobres asi arrepentidos el mismo auxilio de la gracia, que en
el primero caso, para que se salven: y es conforme á la buena ra,zon, y los
DD. que cito al margen. (**)
Hasta aquí el dicho Autor y prosigue hablando del Brasil. — una rúbrica.
NOTAS.
(Letra del Sr. Ramírez).
1? En el MS de Veytia se encuentran las siguientes apostillas. — "En
una hacienda nombrada Sta. Maria Mejé, que fué de los Indios Villegas y
hoi de sus herederos, en la Doctrina de Xocotitlan, de la jurisdicción de
Ixtlahuaca, en un ojo de agua dulcísima y delgada, que sale por, entre unas
peñas negras de piedra mui lisa, están dos manos estampadas de color blan-
co, que parecen de cal y también una figura de un medio cuerpo de gato
y el otro medio una cola, que rodea la peña, que será de mas de una vara,
cuyas pinturas, aunque con mis manos labe muchas veces, hasta con ja-
bón, nunca pude borrar, porque en mojándolas se pierden y así que se se-
can están tan patentes como siempre. Los Indios viejos de esta hacienda
dicen, que siempre las han visto, y que muchos españoles han hecho lo
misino que y ó, pero nunca han conseguido el borrar dichas manos, ni la figu-
ra del gato, que se ve tan claramente que hasta los ojos parecen dibujados
á pincel. Solo Dios sabrá para que se mantiene esto, y por qué y quien lo
pintó. — Mejé y Febrero 25 de 1736 (Vide pág.) (en blanco en el original).
2? "En la Huasteca, ó Sierra alta vi yo otro ojo de agua como este que
se dice. Está en la Sierra ya bajando para el Pueblo de Coattatlan, del Cu-
rato de Tlanchinol. Mana la agua de un pequeño agujero abierto en una
peña muy dura. Está en el mero camino. Los Indios dicen que el Ven.
Fr. Alonso de Roa, agustiniano, lo abrió milagrosamente con un báculo
para dar de beber á un sacristán que lo acompañaba." — (Vide pág.) (en
blanco en el original).
(Es copia literal. — No hai datos para resolver si las apostillas son de Vey-
tia, pues la primera y el primer período de la segunda son de la propia le-
tra que la copia, y la continuación de dicha segunda apostilla es de otra
mano, que algo se asemeja á la de Veytia. — R.)
(*) Suar. de fide: d. 17 sect. I. n. 7. fine.
(**) Suar. de fide. d. 12. sect. 2. n. 14. — Delugo de fide disp. 10. sect. 1 n. 20.
PARTE SEGUNDA.
HISTORIA DE QUETZALCOHUATL.
*9
BIBLIOGRAFÍA MEXICANA DEL SIGLO XVIII.
386
Estos aunque están mal pintados
.significan indios
Yna inedia mitra; assi lo uzaban
los Reyes de México: que se intitula-
ban tenientes de quetzalcohoatl
Torquem. c. 14. 1. 4. par. 1.
Quetzalcohatl q. predicó el santo euan-
gelio en el nueuo mundo: assi Vestía según
Herr. Dec. 2. lib. 7. D 219. histor. gen de las
yndias Yeasse num. 9. 17. 20: Predico en
Nueua españa. Yucatán. Brazil. Perú, chile;
y Paraguay
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
387
HISTORIA notable de Ketzalcohuatl: tradición de los hombres blancos,
barbudos y vestidos que en tiempos pasados entraron en esta Nueva- Es-
paña, y profesia de que habían de venir á ella hombres como ellos; y de
como los Reyes de México se llamaban tenientes deste Quetzalcohuatl el
cual traía pintadas cruces en el vestido; con otras cosas muy de notar.
1. — Torquemada Monarquía Indiana Part. 1. lib. 3? f? 277. col. 2. cap.
7. de la población de Tullan, ó Tula 18 leguas de México al Norte, que
dice la fundaron el año de 700 (*) de la encarnación. Tratando del tercer
Rey que allí hubo llamado Huemac, escribe así: "Estando pues poblada
esta provincia de Tula, con el origen y principio que hemos dicho algu-
nos años después de esta poblazon vinieron de hacia la parte del Norte
ciertas Naciones de gentes que aportaron á la parte de Panuco: (**) estas Hombresbian-
. . eos, barbudos.
gentes fueron unos hombres bientraidos y bien aderezados de ropas largas,
á manera de ropas de lienzo negro como sotanas de Clérigos abiertas por
delante y sin capillas, y los cuellos escotados, y las mangas cortas y an-
chas, que no llegaban al codo, que el dia de hoy algunas destas ropas usan
los naturales en sus bailes, contra haciendo aquellas naciones: estas gen-
tes pasaron adelante del Panuco, con buena industria, sin ningún reen-
cuentro de guerra ni pelea, y viniendo de lance en lance hasta Tullan (á
donde llegaron y fueron bien recibidos y hospedados de los naturales de
aquella Provincia) allí fueron muy regalados, porque era gente muy enten-
dida, y hábiles de grandes trazas y industrias y labraron oro y plata, y
eran muy grandes artífices de cualquier arte, eran grandes lapidarios sobre
extremo, así en estas cosas delicadas, como en dar otras industrias para la
sustentación humana, para labrar y romper tierras, de suerte que por su
buen gobierno y grandes industrias y habilidades tuvieron gran cabida con
ellos y á donde quiera que llegaban los tenían y estimaban en mucho y
hacian grande honra: mas esta nación no se sabe de donde hayan podido
venir, (3) porque no hay mas noticia de esta que al principio dijimos, que
vinieron aportar á la Provincia de Panuco, quieren decir que fueron algu-
nos Romanos ó Cartagineses, que con temporales siniestros pudieron ve-
nir á dar á alguna costa de las que caen debajo del Norte; y que como no
tuvieron con que tornar á pasar mar tan largo, se aventuraron á entrar la
tierra adentro: otros quieren decir que debieron ser algunos Irlandeses: y
en cuanto á esto por no desvariar solo se puede dejar á Dios. La razón que
(*) Adviértase que á fs. 281, columna 2a, part. Ia, escribe que no pudo hallar punto fijo en
cuanto á los años en las historias de los indios, sí en cuanto á la verdad de las cpsas.
(**) Panuco dista de México al Norte en la costa en el seno mexicano más de 6o leguas.
(31 A f. 40 dice qué estos Tultecás fundaron á Tula; que vinieron de Httetlapam; su patria,
desterrados el año ce tecpatl de la parte del Poniente de México 1 ' cpatl señala la
salida de los mexicanos de la suya): que vinieron del poniente; que tuvieron noticias del l'iluvio,
y por fuego se ha de acabar el mundo; que mas de quinientos años fueron perseguidos.
BIBLIOGRAFÍA MEXICANA DEL SIGLO XVlll.
388
dan por donde se coligen ser irlandeses, es porque se rayaban las caras,
como estos, y que comian carne humana; y por estar tan cerca de los Ba-
callaos y un estrecho que hay así mismo muy pequeño por donde también
pudieron venir, y pasar. Y visto por estas nuevas gentes que en Tula no
se podian sustentar, por estar la tierra tan poblada, procuraron pasar ade-
Puebian en lante; y fueron á poblar á Cholullan donde por el consiguiente fueron muy
(he. hila junto á
PuebiadeíosAn- bien recibidos; donde conocidamente se sabe, que emparentaron los natu-
rales de allí con ellos y quedaron poblados y arraigados muchos tiempos.
Y se cuenta en este paso un cuento, y es que como hubiesen llegado á Tu
la, estas gentes traian consigo una persona muy principal por caudillo, que
Keualcohuatl 1 t 1
era su caudillo, los gobernaba, al cual llamaban Ketzalcohuatl (que después los cholulte-
cas adoraron por Dios) este se tiene por muy averiguado que fué de muy
buenas disposiciones blanco y rubio y barbudo y bien acondicionado: y
Suspartes. que estando en Tula le cometieron adulterio los Señores de aquella Re-
pública especialmente Tezcatlipuca y Hueniac, y que visto su mal término,
Oaxack, Misteca se salió de Tullan muy enojado y se vino á Cholulan, donde habitó mu-
chos años con sus gentes, de los cuales envió desde allá, á las Provincias
de Tlaxyacac á poblarla, y á toda esa Mixteca alta y baja, y Tzapotecas;
y estas gentes dicen que hicieron aquellos grandes y suntuosísimos edifi-
cios de Mictlan (que qiere decir infierno en la lengua mexicana) que cier-
tamente es edificio muy de ver, porque arguye de aquellos que lo labra
ron y edificaron ser hombres de muy grande entendimiento y para mucho
y de muy grandes fuerzas: y así estas gentes como atrás tengo dicho die-
ron industria de muchas cosas buenas para el uso de la vida humana (co-
mo otras dejamos declarado) de donde se toma derivación de llamarse ar-
tífices de cualquier primor y sutileza; y así á los que son maestros de
cualquier Arte ó ingenio sutil y delicado á nuestro sentimiento lo llaman
los naturales Tultecatl, que quiere decir como si dijésemos el artífice, to-
mando aquel nombre primero del pueblo de Tullan, que es donde vinieron
á parar los Tultecas; y así por esta causa llaman el dia de hoy, á la Ciudad
de Cholullan Tollan Cholullan; y asíalos cholultecas se llaman por exe-
lencia grandes Tultecas porque son grandes artífices; y de aquí se ha to-
mado costumbre de llamar á los hombres discretos y que hacen sus nego-
cios con discreción grandes Tultecas. De suerte que la derivación compren-
de sabiduría y así estos chochultecas son grandes plateros, aunque no de
martillo ni mazonería, sino de vaciado en moldes sutiles, y muy grandes
lapidarios, no para conocer la propiedad de las piedras, ni aplicallas para
ninguna virtud, mas de para tenerlas por cosas preciadas, y en mucha es-
timación, mas sabíanlas labrar, y las labraban y limpiaban en grande per-
fección, que de bastas y toscas las limpiaban y las formaban de diversas
labores con mucha medida igualdad y forma ; y las abrían con las esculturas
que eran necesarias fabricando las imágenes y figuras que querían con ellas,
con delicadeza y sutil escultura, de todas las variedades que se les pedia.
BIBLIOGRAFÍA MEXICANA DEL SIGLO XVlll
339
2. — Tornando pues al discurso que llevamos de los Tultecas, que fue-
ron pasando hacia Cholula (cuyo caudillo era Ketzalcohuatl) habiendo
estado mucho tiempo en la dicha Ciudad de Cholula; y habiendo también
emparentado con los moradores antiguos de ella habiendo ido muchos de
ellos á las Provincias de Huaxac, á poblar por mandado de dicho Ketzal-
cohuatl, tuvo noticia como Huemac, su grande enemigo, venia con mu- Huemac viene
00 contra el.
chas gentes en su demanda, y por todas las partes que llegaba venia des-
truyendo y talando todas las cosas que hallaba por todas las Provincias por
donde pasaba, y haciendo muchas crueldades y tiranías: y como este dicho H"uye á Cam.
Quetzalcohuatl temiaal Rey Humac por grande guerrero no le quizoaguar-
dar, y determinó saliese de la Ciudad y así lo hizo, y se fué con gran parte
de su gente dando color á su ida con decir que iba á visitar otras provin-
cias, y gentes que habia enviado á poblar las tierras de OnoJiualco, que son
vecinos del mar; y son las que agora llamamos Yucatán, Tabasco y Cam
peche, que todas aquellas provincias las nombraban estos naturales en su Lossuyospue-
. •!• 1 1 s-\ 1 1 blan á Tabasco,
gentilidad OllohualcO. Yucatán y Cam-
3. — Llegado Huemac al sitio y lugar donde entendió hallar á su enemi-
go Quetzalcohuatl y sabiendo se le habia ido, sintiólo mucho y con el enojo
que recibió hizo gran matanza en todos los que pudo haber de la tierra;
y á tanto llegó el temor que le tomaron que se hizo adorar por Dios, pre
tendiendo en esto destruir y oscurecer la fama que habia dejado en aquella
tierra Quetzalcohuatl, y hacerse Señor absoluto de la Ciudad de Cholula
pero también de la de Quauhquechulau, Izucau, Atlixco, y todas las pro-
vincias de Tepeyacac, Tecamachalco, Quecholac y Tehuacan, de todo lo cual
fué Rey y Señor y aun después adorado por Dios de todos ellos.
4 — Lib. 6? cap. 24 fs. 51. Part. segunda dice así: Ketzalcohuatl, quiere Comole tuvie.
,.,.,,,,,, . , . . ron por Dios del
decir plumaje de culebra o culebra que tiene plumage; y estas culebras cuyo aire yie iev*nta-
ron templo.
nombre dieron los Indios á este su Dios, se crian en la provincia de Xica Ketzalcohuatl
lauco, que está en la entrada del Reyno de Yucatán yendo de la de Tabas- culebra,
co: este Dios Quetzalcohuatl fué muy celebrado de los de la Ciudad de
Cholula; y tenido en aquel lugar por el mayor de todos. Este Quetzalco-
huatl según historias verdaderas fué gran Sacerdote en la Ciudad de Tula, Fué sacerdote
que de allí fué á Cholula; y no como dice el Obispo Fr. Bartolomé de las
Casas en su apología escrita de mano, de Yucatán, aunque fuese allá como De éi escribió
después diremos: dicen del que era hombre blanco, crecido de cuerpo, an- ch¡aPa'sp
cha la frente, los ojos grandes, los cabellos largos y negros, la barba grande
y redonda. Este Quetzalcohuatl dicen los naturales que era grande artis-
ta y muy ingenioso que les enseñó muchas cosas de las artes mecánicas, Loque leseu-
en especial el arte de labrar piedras preciosas que son chalchihuites, que
son unas piedras verdes que estiman en mucho precio: también para fun
dir plata y oro y hacer otras cosas que como le vieron los Indios de tan
grande ingenio le tuvieron en grande estimación, y lo reverenciaban como
á Rey en aquella Ciudad; y así fué que aunque en lo temporal, era el que
bibliografía mexicana del siglo XVÍll.
390
gobernaba un señor llamado Huetnac, en lo espiritual y eclesiástico este
Quetzalcoluiatl era supremo y como Pontífice máximo.
5. — Fingen los que mucho quieren engrandecer á este su Dios, que te-
nia unos palacios hechos de piedras verdes como esmeraldas, otros hechos
de plata, otros de conchas coloradas y blancas, otros de todo género de
madera, otros de turquesas, otros de plumas preciosas y ricas: dicen mas
haber sido muy rico, y que le sobraba todo cuanto habia menester. Dicen
que sus vasallos les eran muy obedientes, y que eran muy ligeros; que se
llamaban Tlancuacenmilliuiquc, y que cuando querían hacer algún llama-
miento en el Reyno y dar aviso de alguna cosa, que Ouetzalcohuatl man-
daba, se subia el pregonero en una sierra alta que está junto de la ciudad
de Tula llamada Tzatzitepec, donde á grandes voces pregonaba, lo que
Quetzalcohuatl ordenaba y mandaba, y que estas voces se oian por espa-
cio de cien leguas y mas. hasta las costas de la mar, y esto afirman por
verdad; y refiriendo esto el P. Fr. Bernardino de Sahagun, dice que estan-
do en la Ciudad de Xochimilco oyó una noche á deshora una voz seme-
jante; y que le pareció que era voz que pasaba todos los términos y límites
humanos; y que preguntado otro dia de mañana, que voz era aquella tan
grande le respondieron los Indios que de la Tecpan ó comunidad llamaban
á los macehuales para que fuesen á trabajar á los maizales. Si es verdad
que esta voz se oya de tan lejos, ya se ve que no podría ser humana, sino
arte é invención del demonio que la dilataba ó fingía en aquellas partes
donde los llamamientos se hacian; y cosas se mandaban; y puede creerse
esto por verdad, y por cosa que así pasaba, pues este engañador así como
en otras cosas los engañaba, también los traian engañados con esto. Dicen
que en aquellos tiempos que el señoreaba, era abundantísimo el maiz y las
calabazas grandes de una braza y muy gruesas y que subian por ellas co-
mo por árboles; las mazorcas del maiz tan grandes y gruezas que solo una
era bastante carga de una persona, y todas las otras semillas eran abun-
dantísimas y muy crecidas; que sembraban y cogian algodón de todos co-
lores, blanco, colorado, amarillo y otras muchas y varias colores; que en
el mismo pueblo de Tula se criaban muchas y diversas especies de pája-
ros como son Xiuhtototl, Quetzaltototl Zacuan, Tlauhquccholy otras mu-
chas aves, que cantaban dulce y suavemente; habia árboles de cacao de
todo género; que sus vasallos eran muy ricos y que no les faltaba nada;
y que no padecían hambre, ni mengua, alguna: que Quetzalcohuatl hacia
penitencia pinzando sus piernas y sacándose sangre con que ensangrenta-
ba las puntas del maguey y se lavaba á media noche, que se llamaba Xitih-
pacoya; y de él dicen que tomaron esta costumbre los sacerdotes y minis-
tros de los ídolos (sic) Mexicanos.
6. — Estando pues Ouetzalcohuatl con esta pompa y Magestad, gozando
de su buena fortuna dicen los Indios que un grande mágico llamado Ti-
BIBLIOGRAFÍA MEXICANA DEL SIGLO XVIII.
391
tlac ahita (1) (que es nombre de otro Dios como dejamos dicho) fué á Tula
y que tomando forma y figura de viejo entró á ver á Quetzalcohuatl, y
saludándose los dos, el viejo fingiendo dijo: Señor porque sé vuestros in-
tentos y cuanto deseas cierta partida á tierras apartadas de estas, y tam
bien porque supe de vuestros criados que andáis indispuesto y falto de salud
os he traido cierta bebida que bebiéndola conseguiréis el fin de vuestros
intentos, que será ir á los Reynos que deseas y tener salud cumplida para
poder hacer esta jornada y juntamente no se os acordará de las fatigas y
trabajos de la vida y de como sois mortal.
7. — Viendo Quetzalcohuatl descubiertos sus intentos por este fingido
viejo le preguntó qué á donde habia de ir? á lo cual TitlacaJuta le respon-
dió que estando determinado por los Supremos Dioses que habia de ir á
los Reynos de Tlapalla, (2) que esto era inevitable, porque estaba allá otro
viejo que le estaba aguardando. Como oyó esto Quetzalcohuatl, dijo que
era así, que lo deseaba mucho; y que si la jornada se habia de hacer por
aquel medio, que fuese muy enhorabuena; y tomando el vaso en la mano
bebió el licor que en él venia. La causa de persuadirse este Quetzalco-
huatl tan fácilmente á lo que Titlacahua le decia fué desear vivamente ha
cerse inmortal, y gozar la vida perpetuamente y para este fin hacia todas
las diligencias imaginables. Esto corrió muy en general entre estos mexi-
canos, como lo testifica el P. Sahagun, y por esta causa se persuadió fá-
cilmente Motecuhfiima á que sería él cuando supo la llegada de los espa-
ñoles á la costa como decimos en su libro; y creia en esta ocacion este
Quetzalcohuatl que este viejo le habia de dar certidumbre de este negocio.
(i) A fs. 40, col. 1, y á fs. 43 col. i, este Titlacahua le llamaban por otro nombre Tezcatlipu-
ca, que quiere decir espejo resplandeciente, es nombre alegórico y metafórico, como también lo es
Quetzalcohuatl, que es mexicano; y siendo Quetzalcohuatl de tierras estrañas, estraño seria su
verdadero nombre, porque Pedro español con mudarse á Reyno estraño no muda su nombre, y
así este no es su nomine propio: queizal es un plumage rico de plumas muy preciadas, que ata-
ban los Señores en el molledo y traian en los bailes en las grandes fiestas y en las espaldas y ro-
delas en las guerras: y el nombre cohuatl, es muy repetido en sus historias y personas; y que
encierra misterio en su entender gentílico como aquel espejo resplandeciente, es lo mismo que es-
pejo en que se ven todas las cosas. Consta de la Ia part. de Torquemada que á Cortes llamaban Nombre que
los Indios chalchihuitl, que suena piedra preciosa; y á Sandoval * llamaban Tonali, que és sol, los ind,i,J* imPu"
. . , „ n Mcron a Cortés.
porque Sandoval era rubio, hermoso y agraciado, y á Cortes por estima y aprecio en que le tenían.
Cihuacohuatl era la Eva de los Indios f. 64, p. 2: Cihuacohuatl era dictado como Virey f-375 p.
2. — A f. 97, p. 1? col. 2 escribe que el Emperador Techotlalatzin, antes de los Mexicanos, ins-
tituyó cuatro dignidades hacerca de su persona, como Camarero Mayordomo etc. y otra 5? otra
muy grande que se llamaba Cohuatl sobrestante de todos los que labraban oro y pluma y otras
cosas necesarias para su palacio y casa; el cual presidía á los de Ocolco, cerca de Tezcuco, y ¡as
armas y vestidos que se había de poner por grandeza este Emperador no las habían de hacer sino
los hijos de este Señor L'ohaatl: que parece tener alusión esto al nombre de Quetzalcohuatl artí-
fice como se dice arriba: á fs. 64 col. 2, p. 2, escribe que la Diosa Cihuacohuatl, según la etimo-
logía de este nombre fué Eva engañada de la culebra, que paría á pares los hijos de dos en dos
(coates) quiere decir culebros ó hijos de la muger á quien engañó la culebra. * Cuando yo escribí
esta nota, no habia leido la declaración de Becerra Dedimo que es coate; y así por discurso escri-
bí esta nota sobre el nombre Quetzalcohuatl.
(2) A fs. 84 columna 2a capítulo 45, parte 2, dice que se llamaba Tlilapan, ó Tizapan: Tlilapan
es Etiopia.
(*) Deberá decir: A ¡varado.
BIBLIOGRAFÍA MEXICANA DEL SIGLO XV UL
392
Después de haber bebido este brebaje, quedó Quetzalcohuatl fueta de si
y sin juicio, y comenzó á llorar triste y amargamente y luego se le movió
el corazón, y se deteiminó de ir á aquella parte que se llamaba Tlapallan.
Con esta determinación que ya tenia (con el embuste y encanto del Ni-
gromántico hizo quemar todas las cosas que tenia hechas de plata y con-
chas y enterró otras cosas preciosas dentro de las sierras y barrancas de
los rios; y como era Nigromántico convirtió los árboles de cacao en otros
que no lo eran que se llaman Mizquitl, y mandó á todas las especies de
aves, que allí solazaban y daban placer, que le fuesen delante hasta la tie-
rra de Anahuac, que dista mas de cien leguas de Tula; y luego Quetzal-
cohuatl, se puso en camino, dejando su ciudad perseguido de este Nigro-
mántico y hechicero que le había vencido, y llegando á un lugar que se
Llegó á llama CuauJititlan, estaba allí un árbol grande, grueso y muy crecido, y
Cuauhtitlan , ■ ,,,.,.// , t, • • ' 1 'i
cerca de México arrimándose a el pidió a uno de sus rages un espejo y mirándose en el
al Norte 5 leguas
vidose mas viejo de lo que antes era y dijo, ya estoy viejo; y por esto se
nombró desde entonces aquel lugar Hitehue Cuauhtitlan que quiere decir
junto al árbol viejo, 6 del viejo, y tomando piedras apedreó el árbol, y to-
das las metia dentro del tronco, que permanecieron así por muchísimos
años. Pasó de este lugar y por este camino que iba le iban tañendo flau-
tas y otros instrumentos muchas de las gentes que llevaba: llegó á otro
que es un cerro junto del pueblo de Tlalnepantla, dos leguas de esta ciu-
dad de México al Norte algo al Norueste, donde se sentó en una piedra y
tstampó las t> > r J
manp¡ed"aUna puso las manos en ella y las dejó estampadas que hasta el dia de hoy se
paL" ven jas señales de todo en ella, y tienen por cosa muy averiguada los mo-
radores convecinos de este lugar haberlas hecho Quetzalcohuatl. E yo lo
he preguntado con particular inquisición, y así me lo han certificado de-
mas de tener lo escrito, con mucha puntualidad de muy fidedignos auto-
res; y así se llamó entonces aquel lugar y se llama de presente Temacpalco
que quiere decir en la palma de la mano.
Yendo pues Quetzalcohuatl su jornada camino de la costa para el reyno
de Tlapalla hizose encontradizo con él el nigromántico Titlacahua con otros
dos que también habían sido en el embuste de Tullan (con otros muchos
que hicieron para destuir aquella ciudad como en otr > lugar decimos) solo
á fin de estorbarle el viaje, é impedirle la jornada; y preguntándole que á
donde iba le respondió que á Tlapalla, y dijéronle pues, á quien dejais en-
comendado el Reyno de Tula, y quien hará penitencia en él ? á esto respon-
dió, que ya no estaba eso á su cuidado porque le cumplía ir en seguimien-
to de su camino, y preguntándole á que iba á aquellas tierras; respondió
que había venido á llamarle de parte del Señor de ellas, que era, el Sol.
Esta fábula, ó embuste corrió muy en general entre estos Mexicanos; y
dice el P. Fr. Bernardino de Sahagun, que en la ciudad de Xochimilco le
preguntaron algunos yndios, que donde estaba Tlapallan? y que les res-
pondió que no sabia y tampoco entendió el intento de la pregunta, porque
Estuvo mucho
la.
BIBLIOGRAFÍA mexicana del SIGLO XVIII.
393
aun no sabia estas cosas, porque fué cincuenta años antes que lo escribiera
que vino á ser muy pocos años después de su convercion y entrada del
Evangelio; y dice mas, que entonces ellos andaban dando tiento para ver
si nosotros los Religiosos y españoles sabíamos algo de las antiguallas que
ellos tenían.
8. — Viendo pues los hechiceros la determinación y engaño á que se ha-
bía persuadido Quetzalcohuatl no hicieron mas instancia en detenerle pero
obligáronle á que dejase los instrumentos que consigo llevaba de todas las
artes mecánicas, y algunas oficiales de ellas, para que ya que se iban no
faltasen estas cosas en esta indiana república y luego Quetzalcohuatl echó
en una fuente todas las joyas ricas que llevaba consigo y desde entonces
se llamó aquella fuente Cozcuapan que quiere decir agua de sartales ó ca-
denas preciosas; y agora se llama Coaapan que quiere decir en el agua de
la culebra; y debió de ser, porque este hombre se llamaba Quetzalcohuatl
que quiere decir culebra empluniajada. De esta manera fué caminando su-
friendo algunas molestias de estos encantadores sus enemigos hasta llegar
á Cholula, donde fué recibido (como en otra parte decimos) y después
adorado por Dios. Aquí estuvo mucho tiempo; y después que fué echado t¡e
de aquí quedó tan viva su memoria que le adoraron por Dios; y esto por
tres razones, la primera porque les enseñó el oficio de la platería, el cual
nunca hasta entonces se habia sabido, ni visto en aquella tierra, de lo
cual todos se precian ó se preciaban en esta tierra los vecinos de dicha
Ciudad. La segunda porque nunca quizo, ni admitió sacrificios de sangre
de hombres, ni animales, sino solamente de pan, rosas y flores y perfumes
y otros olores. La tercera porque vedaba y prohibía con mucha eficacia
las guerras, robos y muertes, y otros daños que se hiciesen en unos á otros.
Dicen que cuando nombraban delante de él muertes ó guerras, ó otros ma-
les tocantes á daño de los hombres volvia la cara á otra parte y se tapaba
los oídos, por no verlos ni oirlos. También se alababa en él que fué cas-
tísimo y honestísimo, y en muchas otras cosas muy moderado.
9. — Era en tanta reverencia y devoción tenido este Dios, y tan visitado
y reverenciado con votos y peregrinaciones en todos estos reynos por sus
prerogativas, que aun los mismos enemigos de la ciudad de Cholula se pro-
metían venir en romería á cumplir sus promesas y devociones, y venían
seguros; y los señores de las otras provincias ó ciudades tenían allí su ca-
pilla y oratorios, y sus ídolos ó simulacros; y solo este entre todos los otros
dioses se llamaba en aquella ciudad señor por exelencia: de manera que
cuando juraban desian por nuestro señor, se entendía por Quetzalcohuatl
y no por otro alguno aunque habia otros muchos, que eran dioses muy es-
timados. Todo esto por el amor grande que le tuvieron y tenían por estas Reprendía
tres razones dichas: y la que es muy verdadera y general es, porque á la vi«ud<
verdad el señorío deste Quetzalcohuatl fué suave y no les pidió en servi-
cio sino cosas ligeras y no penosas; y les enseñó las que eran virtuosas
enseñaba
bibliografía mexicana del siglo xviil
394
prohibiéndoles las malas, nocivas y dañosas, enseñándoles también á abo-
rrecerlas.
i o. — Desto parece (y parecerá mas claro abajo) que los indios que ha-
dan y hacen sacrificios de hombres, no eran ni son de voluntad sino por
miedo grande que tienen al demonio, por las amenazas que les hacia que
los habia de destruir y dar malos temporales, y muchos infortunios si no
cumplían con el culto y servicio que por tributo y señal de su señorío les
debían por el derecho que tantos años atrás sobre aquellas gentes ha pre-
tendido tener adquirido. — Afirman haber estado con ellos veinte años cum-
plidos, después de los cuales se fué siguiendo su camino á los Reynos de
Tlapallan, llevándose consigo cuatro mancebos principales y virtuosos de
la misma ciudad y desde Cuatzacualco, provincia distante de esta ciudad
150 leguas hasia la mar, tornólos á enviar; y entre otras cosas, digo doc-
díjo loque su- trina que les dio, fué digesen á los moradores de la Ciudad de Cholula, que
cedió en la veni- . . . .......
dadeíosespaño. tuviesen por cierto que en los tiempos venideros habían de venir por la
mar de hacia donde sale el sol, unos hombres blancos con barbas blancas
como él, y que serian señores de las tierras, y que aquellos eran sus her-
manos; (1) y así estos indios siempre esperaron que él habia de cumplir
aquella profesia, y cuando vieron á los cristianos luego los llamaron Dio-
Los indios ses \como en su lugar decimos) hijos y hermanos de Ouetzalcohuatl; aun-
'emPraeron.espe que después que conocieron y esperimentaron sus obras no los tuvieron
por celestiales, porque en aquella ciudad fué señalada (y no otra hasta en-
tonces igual en la Indias, y por ventura ni en mucha parte del mundo) la
matanza que los Españoles hicieron.
1 1. — Otros dicen que siempre creyeron los de Cholula que habia de vol-
ver á gobernarlos y consolarlos y que cuando vieron venir los navios de
los españoles decían que ya tornaba su Dios Ouetzalcohuatl. Aquellos cua-
tro discípulos que tornó á enviar Quetzalcohuatl del camino, los recibie-
ron los de la Ciudad luego por señores, dividiendo todo el señorío de ella
en cuatro Tetrarquias ó principados, cada uno de los cuales tenia la cuarta
parte del señorío de aquella Provincia habiéndose regido hasta entonces
con gobierno político y no real.
12. — Este era el Dios del aire y tenia su templo en forma redonda y era
muy sumptuoso. Los antiguos hicieron Diosa del aire á Juno por ser her-
juno Diosa, mana de Júpiter, y á este dice Cicerón que dieron el gobierno del cielo,
según lo platicaron Eumio y Eurípides y á Juno le dieron el aire por la
semejanza y cercanía del lugar, porque asi como son personas muy con-
juntas dos hermanos por estar el uno al otro muy vecino sin que haya san-
gre ni grado mayor de por medio (por ser entrambos nacidos de un tronco)
así lo están el cielo y el aire (aunque media el fuego) atribuyese á muger
por su blandura y delicadeza estas son las palabras de Cicerón de natura
deorum lib 2. Por esto mismo los Indios aplicaron á Ouetzalcohuatl el aire
1 Mira cumplida esta profecía á f. número 87.
BIBLIOGRAFÍA MEXICANA DEL SIGLO Xv'Ill,
395
por la blandura y suavidad de condición que tenia para con todos, no que-
riendo las cosas ásperas y desabridas que otros estimaban y apetecían. De
manera que (el) Dios del aire que entre los Indios era Ouetzalcohuatl lo
fué entre los antiguos gentiles Juno; y quien miente en lo esencial, que es
atribuir á las criaturas la deidad que no tienen, no es mucho que mienta
en lo accesorio, haciéndole muger, ó hombre que ni el uno ni el otro fue-
ron Dioses, ni tuvieron poder en el aire, como confesamos del verdadero
Dios N. S. y en su hijo Jesucristo; el cual en cierta borrasca de mar que
inibo, donde iba en un barquillo navegando con sus discípulos en cierta
ocasión, le mandó cesar y que la tormenta parace, y así se cumplió y hizo.
13. — Herrera Decada 3 lib. 2 fs. 85 dice. — Con todo eso confesaban los
mexicanos á un Supremo Dios y Hacedor de todo, y este era el principal
que veneraban mirando al cielo, llamándole Criador del cielo y tierra, ad-
mirable y otros nombres de gran exelencia: esto dice este autor. Y si por
el fruto se conoce el árbol, esta es doctrina de Didimo.
Hemos de advertir, que fué este Ouetzalcohuatl muy amigo de la cul-
tura y ceremonias de la adoración de los ídolos y él misino ordenó muchos
ritos y ceremonias, y fiestas de los Dioses; y tiénese por cierto que este
hizo el calendario: (1) tenia sacerdotes que se llamaban quequetzacolhua,
que quiere decir los Religiosos y sacerdotes de la orden de Quetsalcohuatl. (2)
Dexó mucha memoria de si entre estas gentes; y dicen que las mujeres que
eran estériles y mañeras, haciendo ofrendas y sacrificios á este Dios, luego
se hacían preñadas. Era (como decimos) Dios de los vientos, porque le
-atribuían el poder mandar á los vientos que ventasen ó dejasen de ventar.
También decían que este Ouetzalcohuatl barría los caminos, para que vi-
niesen á llover los Dioses Tlaloques; esto imaginaban porque ordinaria-
mente un mes ó mas antes que comiencen las aguas hace recios vientos en
toda esta nueva España. Dicen deste Dios Ouetzalcohuatl, que viviendo
en esta vida mortal, vestia vestiduras largas hasta los pies por honestidad,
con una manta encima, sembrada de cruces coloradas. (3) Tenían ciertas
piedras verdes suyas con grande veneración estos desta ciudad y con gran-
de veneración las guardaban, y estimaban como reliquias, y la una de ellas en el vestido,
tenia semejanza de cabeza de Mona muy sacada al natural. En la ciudad
1 Hizo el Calendario ó rueda que está á fs. 39S lib. 1 v. cap 35. part, 2: ' y en el modo de
contar allí es por olimpiadas de 4. en 4. años.
2 Fundó el sacerdocio: al sacerdote llamaban Teupisque, v Ten ti á Dios f 189. col. 2. par. 2.
cap. 3. — Teotecuhtli, era el Sumo Sacerdote, es decir Supremo sobre todos los consagrados: al
Pontífice menor llamaban lluey Teupixque, que quiere decir grande gua.da de las cosas de Dios
f. 189. col. 1. á f. 567. p. 2. Mictantecutli, — quiere decir .SV/7<>/- del infierno;, que decían haber
gloria y Paraíso terrenal á donde iban las ánimas.
Se refiere á la Monarquía Indiana del P.Torquemada (tinta roja).
3 A f. 251 col. 1. part. 3. escribe que á la Cruz llamaron los Indios Tonacaquahuitl, que quiere
madero que dd el sustento de nuestra vida, tomada la etimología del maiz que llaman Tonacayutl,
que quiere decir cosa di- nuestra carne: á f. n? 60 veras que en Yucatán llamaban á la t árboi
de la salud del mundo.
t t
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
396
de Tula tenían un templo muy sumptuoso y grande con muchas gradas y
tan angostas, que no cavia un pié en ellas: su imagen tenia la cara muy
fea y la cabeza larga, y muy barbado: teníanla echada, y no en pie, y cu-
bierta de mantas, y dicen que lo hicieron en memoria de que otra vez ha-
bía de volver á reinar, y en reverencia de su mucha magestad debían de
tener cubierta su figura; y el tenerla echada debió de significar su ausen-
cia como el que duerme, que se acuesta para dormir, y que en despertando
de aquel sueño de ausencia se levantaría á reinar. Los de Yucatán, vene-
Los de Cam- raron y reverenciaron á este Dios Ouetzalcohuatl, y lo llamaron Kukulcan:
peche lo reveren- ~' J
tuva" y alH es" y decían haber llegado allí de las partes del Poniente (que es de estas par-
tes, porque respecto de estas, está Yucatán al oriente) decían deste, que
descendía de los Reyes de Yucatán, que llamaron Cocomes, que significa
oidores. Herr. dec. 4 lib. 10. cap. 2. f.262 dice que cocom era un señor y á
los suyos llamaba cocomes: cuando llegaron españoles habia 70 años que
se habían ido y llevado los libros de su creencia al cabo de 500 años que es-
tuvieron allí: y á este Cocom mató el Señor de los Tutuxius.
Motecuhfuma r4- — ^ib. 4. cap. 13 tom. i. f. 417. col. 2. vuelve á tratar de Quetzal-
íos^spañXs, y cohuatl. dice asi : Motecuhcuma quedóse solo y pensativo, y aun bien sos-
agentó que era 1 j 1
Quetzaicohuati. pecnoso de mucha novedad en sus remos: porque era de muy buen enten-
dimiento, y consideraba los prodigios pasados, y traia á la memoria lo que
su adivino le habia dicho (por lo cual le echó la casa encima y lo mató) y
acordábase de lo que su hermana Papam le había dicho años antes, y lo
que XcrjaJiualpilli también le habia dicho y pensaba que no eran acaso es-
tas cosas, sino que venían amenazando algún gran mal, ó trueque de go-
bierno; y como los negocios graves quieren comunicación y consejo hizo
luego llamar á todos los que lo eran de él, que fueron el Rey Cacama de
Llamó á con- Tetzcuco, su sobrino, al cual envió á llamar por la posta, y á Cuitlahua-
que'era Queuaí- tzin, su hermano, señor del pueblo de Iztapalapam, y á Icihuacohualt (quie-
¡ioies. ' re decir miiger culebra) Tlilpotonqui, Tlacochcalcatl, Cnapiatzin, Ticoc,
lavacatl, Quetzalaztatzin, Huitnahiiacatl, Tlailotlac, y Ecatempantiltzin
que eran de su consejo ordinario, á los cuales manifestó lo que pasaba, y
habiendo dado y tomado en pareceres y adivinanzas de lo que podia ser
concluyeron su consejo con persuadirse que seria Quetzalcohuatl, á quien
en un tiempo adoraron por Dios, de quien también pensaron que habia de
venir á reinar otra vez en estas tierras, por haberlo dicho él mucho antes,
Tiapaia. cuando pasó de aquí á las provincias de Tlapala, y se les había desapare-
cido en la costa de la mar é ido hacia aquellas partes orientales, y como
por esta causa le esperaban, entendieron ser el que habia llegado.
15- — Con esta persuacion que tuvieron determinaron que se nombrasen
Nombran quien
le vaya á recibir, personas que fuesen á recibirle, y en Ínterin que iban, se les mandó á los
gobernadores de las costas que pusiesen gran cuidado y vigilancia en ata-
layar y descubrir lo que por el mar viniese, en especial los lugares de Nauh-
íla, Toztla, Mictla y Cuauhíla. para que en aquellas partes por" ser mas
bibliografía mexicana del siglo XVlll.
397
cómodas se viesen mejor y mas presto y trajesen razón mas cierta de lo
que pasaba; con aqueste recaudo fueron despachados estos gobernadores y
capitanes. Fueron nombrados cinco señores para que llevasen un presente
que el Emperador enviaba á Quetzalcohuatl, los cuales fueron IohuaJiycliau,
y aqueste fué por superior, Tep)iztecatl, cuasi igual al primero, Ticahuac,
Huehuetecatl, y el cuarto y último se llamaba Hueycamecatleca, y mandó-
seles que con la mayor brevedad posible fuesen á la mar, y hablasen de
parte de Motecuhcuma y su Senado á Quetzalcohuatl su Señor y le ofre-
ciesen el Reyno y un gran presente que les fué dado para que le llevasen: —
este es el que dicen Gomara y Antonio de Herrera dec. 2. lib. 2. cap. 5.
confusamente que trajeron á Hernando Cortés cuando saltó en tierra por
parte de los gobernadores de Motecuhcuma, y esto dicen por estas pala-
bras:—el cual presente se dijo que habia enviado á Joan de Grijalva, que
llegó en aquellas partes, sino que por mucha priesa que se dieron los que le
llevaban, hallaron que era ido; y fué así, pero no se como los que pusieron
en estilo aquella relación, de que se aprovechó Herrera, se dejaron esto
como en este capítulo lo dejo referido; y otras muchas cosas, que en lo que
sigue se dirán; porque aquellas y estas son corresponsivas, y quien dio ra-
zón de lo uno pudo darlo de lo otro, aunque pienso que estuvo el yerro
en no hacer estas inquisiciones é informaciones mas que con los españoles,
que entonces vinieron, y no averiguaron con los indios que también les
toca mucha parte de ellas; y aun el todo pues fueron el blanco donde todas
las cosas de la conquista se asentaron, y son los que muy bien las supieron
y las pusieron en historia á los principios por sus figuras y caracteres, y
después que supieron, escribir 'algunos curiosos de ellos las escribieron las
cuales tengo en mi poder; y tengo tanta envidia al lenguaje y estilo con
que están escritas, que me holgara saberlas traducir en castellano con la
elegancia y gracia que en su lengua mexicana se dicen; y por ser historia
pura y verdadera la sigo en todo; y sí á los que las leyeren pareciesen no-
vedades digo que no lo son, sino la pura verdad sucedida; pero que no se
han escrito hasta agora, porque los pocos que han escrito los sucesos de
las indias, no las supieron, ni hubo quien se las dijese; ni tampoco yo las
escribiera si no las hallara averiguadas del P. Fr. Bernardino de Sahagun
Religioso Santo y grave que fué de los segundos que entraron en la con-
versión de esta Nueva España; y de los primeros ó el primero investiga-
dor de las cosas mas secretas de la tierra, y supo todos los secretos de ella;
y se ocupó más de sesenta años en escribir lengua mexicana y todo lo que
pudo alcanzar en ella.
16. — Lib. 4. cap. 14. f. 419. col. 1. par. 1. — vuelve á proseguir la pro-
fesia de Quetzalcohuatl, y dice así. — Esta mentira se conservó en aquellos
tiempos y se fué reforzando con mucha mayor opinión, en todos los que
después le sucedieron; y fué tan creída su vuelta de los mexicanos, que los miaban Tenien-
tes de Quetzalco-
que entraban reinando recibían el Reyno con esta condición de que eran huati.
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
398
tenientes de su Señor Ouetzalcohuatl y que en viniendo se lo entregarían
y obedecerían como vasallos en él.
i/. — Sabida pues esta historia, decimos, que como estas gentes aguar-
daban á este Ouetzalcohuatl, y tenian por muy cierto que habia de volver
á reinar en estos reinos de la Nueva España, cualquier demostración ó ama-
go que habia de alteración y rumor de alguno que parecia luego pensaban
ser él; y como trajeron las nuevas que en el capítulo pasado dejamos di-
chas, y mas de la parte por donde vieron que se habia desaparecido, y en
navios tan grandes en medio de un mar tan ancho y peligroso, persuadié-
ronse á que él era y no otro, y por esto pusieron mayor cuidado en la vi-
gilancia de su vuelta; y atalayado el mar noches y dias en todos los meses
del año (como los gentiles del Oriente) sino de dia y de noche todo el año
entero al fin del cual; como Juan de Grijalva fué á Cuba, y de su ida re-
sultó la venida de Cortés por la misma derrota que el primero, fué fuerza
que los indios viesen los navios y con el mandato espreso que tenian de
Llevan por su Rey fueron por postas á dar el aviso de ello, llevando pintado el número
pintura el aviso , , 11 • 1 11 1 1 t 1
de la llegada de de navios y la manera de la gente que vieron andar en ellos, lo cual todo
Cortés.
mostraron á Motecuhcuma; y con el nuevo aviso que tuvo de esta segunda
armada (que fué por fin de Febrero de 1,5 19) hizo Junta de los de su con-
sejo y de otras personas de prendas y autoridad y dióles parte de las nue-
vas que había traído las atalayas de la costa del Oriente, de lo que de nuevo
habia aparecido en la mar, que confirmaba las pasadas del año antes; y
confiriendo el caso trataron de lo que convenia hacer. Y como cuando en-
traron los magos en Jerusalem preguntando por el Rey nuevamente naci-
do, que se turbó Herodes y todos los de sü alianza y valía, y confirieron
los Doctores el caso, y dieron razón del lugar donde habia de tener su na-
cimiento; y así estos indios del consejo del Rey, turbados con él y confu-
sos dijeron, que pues era verdad que su Dios y Rey Quetzalcohuatl habia
ido á los Reynos de'Tlapala á verse con el Dios Sol, al cual todos sus ante-
pasados habian esperado, que también lo seria, que era el que en los navios
habia aparecido, pues no parecia caso humano que hombres mortales an-
duviesen por la mar tan metidos dentro de sus aguas, sin que hubiesen
perecido en ella; y así creían ser él; y que pues venia era razón que fuesen
embajadores y personas principales á darle la obediencia de parte de aquel
Senado y á recibirlo. De aquí pudiéramos inferir que estos mexicanos to-
maron la costumbre de elegir Reyes, y á no acostumbrar en su República
que lo fuesen por herencia: lo cual pudiéramos probar con decir que creian
que tenian Rey vivo, y en algún tiempo habia de volver á la posesión de
su Reyno, que no habian de consentir que otro entrase en su posesión per-
petua; sino como los gobernadores que en ausencia de los reyes sirven el
oficio como la persona real, con la limitación que dice solo el tiempo de la
ausencia, estando puestos y aparejados de hacer dejación de él cada y cuan-
do que venga su natural y legítimo heredero. Pero esto fué locura en ellos,
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
399
como también lo fue creer que este encantador iba á yeerse con el Sol para
volver después á gozar del reino temporal que habia dejado. Pero bien
creería yo que ya que el Demonio inventó este engaño, y causó este em-
buste para tener engañadas á estas gentes; que también seria permisión
de Dios, no para que en el engaño permaneciesen estas gentes erradas, sino
para que cuando llegasen los cristianos á estas tierras con el apellido y voz
de su Evangelio santo, estuviesen ya algo dispuestos para recibirle: con el
apercibimiento y cuidado que estaban, que habia de venir otros á despo-
jarlos del reino y señorío, y si el demonio lo alcanzara bien á entender, su-
piera que este Ouetzalcohuatl que el fingía Rey y Dios de estas gentes,
habia de ser Dios verdadero Rey y Señor de todo lo criado; y que como
Cortés le venia á quitar la posesión del Reyno á Motecuhcuma (que sin
saber lo que se decían los indios le enviaron á recibir por Ouetzalcohuatl)
así también este Señor y Rey Soberano, venia en hábito de rey universal
á destruirlo y quitarle el reyno, mayormente que ya tenían pronósticos de
ello y aviso de Papan la señora de este Tlatelolco, que antes diez años le
habia dicho, como vimos en el libro pasado en el capítulo de los prodigios.
18. — Volviendo al propósito digo, que determinados estos Indios con el Mote
Rey de lo que se habia de hacer, ordenaron un gran presente, ora sea el c
' ~ t> r ras ¿e Quetzal-
que antes habían llevado á Joan de Grijalva y que lo hubiesen vuelto, ora
otro tal ó mayor que había sido el primero; pero lo que hubo mas fué en •
viarle con él todas las vestiduras sacerdotales que decian que usaba Ouet-
zalcohuatl cuando estaba en la tierra, que según esto era sacerdote y Rey,
como Numa Pompilío en Roma; y aquí se verifica como el sacerdocio y el
Reyno ha andado junto en algún tiempo, en el mundo (como en otra parte
decimos.) Todo esto que Motecuhcuma dio de sus tesoros que se llevase á
los que habían aparecido en la mar, lo envolviesen en mantas ricas, y las
pusieron en petacas; y hecho esto habló Motecuhcuma á los Señores que
iban por mensageros desta manera. Id compañeros mios á cumplir esta
, . , . , . „ , . j tecuhsuma á los
embajada a que os enviamos este gravísimo Senado y yo: mirad que no os en.
detengáis en ninguna parte, sino que con toda la brevedad posible lleguéis
á la presencia de vuestro señor y Rey Ouetzalcohuatl; y dezidle vuestro
vasallo Motecuhcuma que agora tiene la tenencia de vuestro reyno, nos
envía á saludar á V. M, y nos dio este presente que aquí traemos con las
insignias sacerdotales, que siempre han tenido en grande estimación y hon-
ra: con este despacho partieron, estos embajadores, de la presencia del Rey,
y siguieron su camino; y con la mayor priesa que pudieron vinieron á la
costa donde había llegado Fernando Cortés con toda su compañía.
19. — Cuando llegaron estos mensageros de Motecuhcuma á la orilla de
la mar, entráronse en canoas, y metieron todas sus cargas en ellas, y fué-
ronse á los navios de Fernando Cortes; y viendo el estandarte de la Capi-
tanía fuéronse á ella por parecerles que allí estaba el señor y rey que bus- Llegan .. ios
caban. Los que venían en los navios todos estaban a la mira de lo que pa-
Lo t\ue lii:
BIBLIOGRAFÍA mexicana del SIGLO XVIII
400
saba, y como las canoas llegaron á la Capitanía hicieron señas los indios
de querer entrar, y los de dentro les preguntaron que de donde venían y
quienes eran, y qué querían? Ellos respondieron que eran mexicanos, y que
venían de México á buscar á su Señor y Rey Ouetzalcohuatl que sabian
estaba allí. Aunque los españoles no entendían las palabras, conocieron el
intento por las señas; y maravillados de su demanda, trataban entresí el ca-
so y decían que quiere decir esto, que dicen estos que aquí está su Rey y
su Dios, y que le quieren ver? esto oyó Fernando Cortés, y él con todos
pensaron bien el caso; y después de haberle platicado, concertaron que Dn
Fernando Cortés se ataviase con los mejores atavíos que tenia y le adere-
sasen un trono en el alcázar de popa, donde se sentase representando per-
sona de rey, y que estando desta manera entrasen los indios á verle y ha-
blarle: hecho esto digerno á los indios que fuesen muy bien venidos, que
allí estaba el que buscaban, y que le verian y hablarían. Habiendo oido
esto los indios juntaron sus canoas á bordo de la Capitana y los de arriba
los ayudaron á subir, y metieron dentro las cargas que llevaban. Luego
que entraron asentáronse sobre la cubierta y ataviáronse y vistiéronse lo
mas galanamente que pudieron, y desatando sus cargas, pusieron con muy
buen orden su presente: hecho esto pidieron licencia para ver al que bus-
caban, fueron llevados al alcázar donde ya Fernando Cortés estaba aguar-
dando con la representación de Magestad que hemos dicho: ellos entraron
dentro con su presente en las manos; y como le vieron en aquel trono y
magestad creyendo que era su Dios Quetzalcohualt luego se postraron en
tierra y la besaron que era la adoración Latría con que reverenciaban á sus
Dioses y levantándose dijo el superior de ellos. Dios nuestro y señor nues-
tro, seáis muy bien venido, que mucho tiempo ha que os esperamos nosotros
vuestros siervos; Motecuhcuma vuestro vasayo y teniente de vuestro Rey-
no nos envia á vuestra presencia para que en nombre suyo os saludemos,
y dice que seáis muy bien venido y os suplica que recibáis este pequeño
don y estos ornamentos preciosos que usabades entre nosotros en cuanto
vistenáCortés nuestro Rey y Dios; y habiendo dicho esto comenzaron á vestirle con aque-
oon la vestidura ,
¿e Hos ornamentos que le llevaban, pusiéronle en la cabeza una pieza hecha a
ouetzalcohuatl t. ' r
manera de almete en que había mucho oío y piedras de mucho valor y un
plumero ricamente aderezado, pusiéronle una vestidura que se llamaba Xi-
ailli, que cubre desde la garganta hasta la cinta y los medios brazos de te-
la preciosa; luego le echaron al cuello un collar de piedras preciosas de mu-
cho valor y hermosura, y de esta manera lo fueron vistiendo de la cabeza
á los pies con ornamentos y vestiduras sacerdotales de grande precio y es-
timación, añadiendo á los ordinarios de Quetzalcohuatl los que eran tam-
bién de los Dioses Tezcatlipuca y Tlalocatlecutli los cuales todos le pu-
sieron á sus pies, como diciendo en esto que á él reconocían por el mayor
de sus Dioses, como hacen cuando dan algún presente á alguna persona
constituida en dignidad: después que hicieron esto díjoles el interprete en
Dan la emba
íada
bibliografía mexicana del siglo XVI1L
401
nombre de Fernando Cortés; pues no trais mas de esto para recibirme? al
cual respondió el principal de ellos y dijo: Señor y Rey nuestro esto nos
dieron que trugésemos á V. M y no mas: Luego Fernando Cortés mandó
á los suyos que los llevasen al castillo de proa y los tratasen humanamente
y dejasen reposar, y que luego les diesen de comer de las cosas de Casti-
lla con toda venevolencia y cortesía: cuando estos indios entraron en el na-
vio vinieron otros muchos de los otros navios á ver loque en la plática pa-
saba y vieron y oyeron todo lo dicho de que quedaron admirados, y no
sabian que decirse á tan gran simpleza y novedad.
20. — Trataron de espantar á estos mensageros con aherrojarlos congrí- Espantólos
líos y cadenas y con disparar el artillería, desafíándoles para que luchasen;
todo esto á fin de que fuesen diciendo cosas espantosas para que los que
las oyesen se atemorizasen y les cobrasen miedo, que era el que los había
de hacer Señores de la Victoria y tierra: durmieron allí aquella noche; y
otro dia de mañana pusieron por obra lo que el dia antes habían trazado,
latiéronse á los indios y metiéronlos en colleras, y echáronles grillos en los
pies, y comenzaron á disparar la artillería; los indios que se vieron presos
y aherrojados y combatidos de tanto ruido y truenos de la artillería y olor
de la pólvora, cayeron sin sentido y estuvieron por grande rato como muer-
tos, y como los vieron así los soldados, cogiéronlos entre los brazos y sen-
tándoles les echaron agua en los rostros, y diéronsela á beber, con que vol-
vieron del pasmo y asombro que de lo hecho habían cobrado, quitáronles
las prisiones y díjoles el capitán: sabido he que los mexicanos son muy
valientes y de muchas fuerzas y muy diestros en el luchar, y que uno solo
basta á rendir á diez y veinte de sus enemigos, por lo cual y satisfacerme
de esta verdad y salir de esta duda, quiero que luchéis con mi gente, para
ver si sois mas valientes que ellos. Dioles rodelas y espadas y lanzas pa-
ra que acometiesen. Los indios pobres y desventurados qué cuando supie-
ran usar de aquellas armas que les habían dado estaban con las prisiones
y ruido de la artillería mas muertos que vivos, no solo no aceptaron el de-
safio pero excusándose de él diciendo; Señor no es á eso á lo que venimos,
ni Motectihcuma nos mandó que viniésemos á reñir, ni á probar fuerzas
con vuestras gentes, sino que solo os visitásemos de su parte y os besásemos
las manos como lo hemos hecho, y si hiciésemos lo contrario que nos man-
dáis y nos atreviésemos á tan grande desacato, no solo nos riñera por ello
pero nos quitaría las vidas; á esto replicó el Capitán, no tenéis que escusa-
ros con razón alguna porque habéis de hacer esto que os mando, porque
tenemos noticia de vosotros los mexicanos, que sois valientes, y habéis de
hacer todos vuestros poderíos para ofender y defenderos de los mios. No
pudieron acabarlo con ellos, y viendo que no querían uno ni otro ni dos á
dos, ni de ninguna manera para experimentar sus fuerzas y destreza en el
pelear (para si viniesen con ellos alguna vez á las manos) injuriáronlos de
palabra y obra, y los despidieron diciendo que eran cobardes y afemina-
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
402
dos, y que se fuesen como tales á México, que ellos venían ya á conquis-
tar á los mexicanos, y que á sus manos morían todos; y que dijesen áMo-
tecuhcumi, como su presente no les había agradado, y que yendo ellos á
México les robarían cuanto tenían y lo tomarían para sí: si estos supieron
lo que se dijeron, ó nó, bien se echa de ver, pues hablaron á tiento no sa-
biendo lo porvenir, ni habiendo catado las cosas de la tierra.
21. — No estaban tan hábiles y resabidos nuestros españoles, cuando Gra-
co Capitán Romano andando en las conquistas de España llegó á poner
cerco á la ciudad de Certima, cuyos moradores cercados se fueron á él y le
digeron que confesaban ser sus fuerzas flacas para contra los romanos, que
á no ser así que ellos se defenderían como mejor pudieran, á cuya causa le
pedían los dejase pasar libremente hasta el Real que tenían ya puesto el
campo los celtiveros para pedirles ayuda y socorro y que cuando no se lo
diesen ellos determinarían entonces lo que mas les conviniese. El Capitán
Sempronio Graco (como dice Tito Livio) les concedió esta licencia libre y
liberalmente, y pocos días después volvieron trayendo consigo otros diez
embajadores de los seltiveros, los cuales llegando delante de Graco y toda
aquella Magestad romana que la representaban con grande autoridad á la
manera que los capitanes romanos acostumbraban, la cual acresentó Graco
entonces para darles audiencia con mayor autoridad y pompa á estos em-
bajadores. Nota Tito Livio que era la ora de medio dia y que hacia mu-
cho caler, y que antes de hablar ni decir su embajada pidieron al Prector
que les mandase traer de beber; el cual riéndose de su llaneza y simplici-
dad mandó que se lo trajesen, y habiendo ya bebido una vez, y deman-
dándoles la sed otra, volvieron á pedirla y no pudieron reprimir la risa los
romanos viendo la mucha simplicidad de la gente y la poca urbanidad de
su trato mayormente para con romanos, que era gente resabida, avisada y
muy cortesana: habiendo pues bebido otra vez á contento los embajadores
dijo el mas anciano de ellos: Aquí somos enviados de parte de los celtive-
ros á preguntarte con qué confianza nos mueves guerra? á la cual pregunta
respondió el Prector, que en confianza de un muy grueso y escogido ejér-
cito, había venido á hacerla, y que si querían verlo que él era contento de
mandárselo mostrar para que llevasen á los suyos mayor claridad y certi-
dumbre de su valor y fuerza, y respondiendo los embajadores que gustarían
de ello, mandó Graco á los Tribunos que se armasen muy pomposamente
así como los de la infantería y á pié, como los de á caballo que escaramu-
ceasen todos por el Campo: hízose así y con mucha atención lo vieron todos
los embajadores, y habiéndolo bien visto se despidieron del Prector para
dar respuesta de su embajada á los de Certima. Los embajadores de los
celtiveros dijeron clara y abiertamente á sus capitanes que no convenia en-
viar socorro á los cercados por ser la gente que era tan robusta, y los cer-
cados se dieron viéndose solos y sin ayuda de aquellos en quien confiaban
Dos cosas vemos en este caso; la una. la simplicidad antigua de nuestros
bibliografía mexicana del SIGLO XVlll
403
españoles en la llaneza con que piden agua; y la otra, la astucia del Ptec-
tor de enseñarles su poder y pujanza para acobardarles y asombrarlos, y
que nías fácilmente se rindiesen. Esto mismo sucede á los indios con Cor-
tés, yendo de paz buscando á su Dios Quetzalcohuatl, á los cuales atemo-
rizó con las cosas dichas para que su temor fuera mayor, y que o>n él re-
presentasen á Motecuhcuma el poder de los castellanos, p:ira que pudiese
tanto el temor en ellos como la fuerza de las armas con que habian de com
batirlos.
22. — Con estos temores y respuesta (digna por cierto de la locura de Mo-
tecuhcuma y de los de su Consejo) se entraron los indios en sus canoas, y lu' e'"baJado
tan aprisa que á cualquiera momento de dilación les parecía anuncios y nue-
vas tristes de su muerte; y con ella comenzaron á remar no solo los remeros
que para ello llevaban, sino todos por venir á dar cuenta á su Rey de lo que
con Quetzalcohuatl les habia pasado; con esta prisa llegaron á una isleta
que se llama Xicalanco, allí comieron y reposaron un poco, y de allí se par-
tieron, y llegaron á un pueblo que se llama Tecpantlayacac, que estaba
en la ribera, y de allí fueron á Cuetlaxtla, que está algunas leguas de la
tierra adentro; hicieron aquí noche, rogáronles los Señores y principales
del pueblo que se detuviesen aquel dia y descansasen, ellos respondieron
que la priesa que llevaban era mucha, porque la embajada con que bamos
á nuestro Señor Motecuhcuma es tal que nunca jamas se ha visto su se
mejante en estos reinos, y no es necesario que otro lo sepa antes que él, y
por esto nos cumple no descansar sino caminar con priesa: luego se par-
tieron é iban tan turbados y apresurados, que en ninguna cosa recibían
consuelo, ni en el comer ni dormir ni les daba contento cosa ninguna iban
suspirando afligida y afectuosamente atónitos y angustiados: callaban to-
dos guardando silencio estraño y cuando se hablaban á solas los unos á los
otros, decian: habernos visto cosas tan espantosas y raras, que son indicio
de que han de venir sobre nosotros grandes males y tribulaciones; pero Se-
ñor Dios, quienes serán? ó de donde vendrán aquellos que nos han de con-
quistar á nosotros los mexicanos? que somos los mas poderosos, antiguos
y temidos en todos estos Reynos. Porque causa vamos tan angustiados y
atribulados que nuestro corazón con golpes que nos da en el pecho nos dice
la pena que llevamos? Indicio es este de algún gran mal que se nos acerca.
Con estas y otras consideraciones fueron su camino y en breves jornadas
llegaron á esta ciudad de México algo de noche y fuéronse derechos á los
Palacios del Rey Motecuhcuma, y digeron á los de la Cámara que avisa-
sen al Rey de su llegada y que si dormía le despertasen, porque el caso no Llegan
J . f »r n á la presencia di
pedia tardanza ni dilación, y que le dijesen Señor vuelto han los embaja- Motecuhcuma.
dores que enviaste á la mar á recibir á nuestro Dios Quetzalcohuatl: en
traron los guardias á decírselo, y cuando lo oyó Motecuhcuma, dijo: decid-
les que no entren acá sino que se vayan á la sala de la judicatura, y que
allí me aguarden: luego mandó aparejar esclavos para un sacrificio, é yendo
BIBLIOGRAFÍA MEXICANA DEL SIGLO Xl'lll.
404
á la Sala del Juzgado congregó á los del consejo y ministros que hiciesen
el sacrificio de los esclavos, con cuya sangre rosearon á los embajadores:
esta ceremonia usaban cuando venia alguna embajada de mucha importan-
cia en casos graves, y nuevamente acaecidos.
Prosigue allí mismo cap. 15 f. 424 col. 2. lib. 4. prart. 1. así. — Después
Oye Mi r / 1 1 1 1 • 1 1 / • 1 • - 1 1 ■ j
puma la respues- que fue hecha aquella idolátrica ceremonia, de rociar a los embajadores con
tadesusenibaja-
■' ,,res- la sangre de los sacrificados sentóse Motecuhcuma en su trono y silla para
oir con aplauso y magestad la embajada que los mensajeros traían; y que
según creia tenia por averiguado, que era Quetzalcohuatl el que habia lie
gado á la costa de la mar, y aguardaba la razón cierta de lo que detei mi-
naba en orden de su venida. — Luego los mensajeros postrados en tierra,
la besaron 1 que en su lengua llaman tlahualizíli, que es ceremonia idolá
trica de adoración) y así postrados comenzó el principal de los embajadores
de esta manera: Señor poderoso y Rey nuestro, luego que llegamos á la
orilla del mar vimos dentro del agua unas casas grandísimas todas de ma-
dera con grandes artificios dentro y fuera las cuales andan por el agua hon-
da de la mar, como las canoas que acá nosotros usamos por nuestra laguna
y acequias; dijeronos que estas casas se llaman navios, y ninguno de no-
sotros sabrá decir los diversos oficios y cosas que en sí contienen: fumios
en canoas á ellos y entramos en el principal navio (ó casa de agua) donde
estaba el estandarte que traían: eran los navios muchos y en cada uno ve-
nia mucha gente, y todos nos estuvieron mirando hasta que subimos en la
Capitana: luego procuramos ver al Señor Quetzalcohuatl á quien buscá-
bamos para darle el presente que llevábamos, y nos mostraron en una pieza
apartada un Señor sentado en un trono muy ricamente vestido, y señalán-
dolo con la mano dijeron, este és el que buscáis: postrámonos á sus pies,
besando la tierra, y adorándolo cerno á Dios, luego digimos lo que nos
mandasteis, y lo compusimos con los vestidos y joyas que nos disteis y pre-
sentárnosle lo demás que llevamos para darle; y puesto todo á sus pies nos
dieron á entender que era poco; aquel día nos trataron bien, y nos dieron
de comer y de beber de un licor bueno que llaman vino: aquella noche
dormimos en el navio: á la mañana quisieron probar nuestras fuerzas, y
mandábannos pelear con ellos, escusamonos con mucha resistencia: apri-
sionáronnos y dispararon piezas, que son sus truenos y relámpagos, que
nos espantaron mucho, y caimos como muertos Al cabo nos dieron de co
mer, vimos sus aunas y sus caballos y sus perros, que les ayudan en la pe
lea de que nos espantamos mas; y seria cosa muy prolija y larga contar
todas las cosas en particular: dicen que vienen acá á conquistarnos y á ro-
barnos: no sabemos mas: si vinieren acá sabremos lo que quieren y lo que
pueden; solo decimos que venimos grandemente espantados y atemoriza-
dos. Mucho se admiró Motecuhcuma de lo que estos embajadores dijeron,
y mudáronseie*los colores del rostro, y mostró muy gran tristeza y des-
mayo.
bibliografía mexicana del siglo XVUL
405
24. — Asentósele en el corazón que se habia de veer en muy grandes tra-
bajos y afrentas, así él como todos los de su imperio y rey no: movido de
este sentimiento comenzó á llorar amargamente y con él todos los que allí
estaban, y estas lágrimas y llanto corrió después por toda la ciudad así chi-
cos como grandes: luego comenzaron por las plazas y calles á hacer corrillos
y á llorar unos con otros imitándose á este llanto con razones tiernas y sen-
tidas que se decían. Decían los grandes males que amenazaban y la ruina
y caida que habian de tener, como si ya estuvieran en ella, adivinándoles
el corazón lo que después les sobrevino: andaban todos cabizbajos y llo-
rosos; los padres doliéndose de sus hijos les decían ¡ay de mi y de vosotros,
hijos mios, que grandes males habéis de ver, y lo peor es que los habéis de
pasar y sufrir! lo mismo decian las madres á sus hijas con otras lástimas
que el grande amor y tristeza les enseñaba: con estas muestras de tristeza
pagaron la noche y el dia todo; y Motecuhcuma, como mas interesado en
honor y honra que podia perder, lo sentía mas que todos.- — A f. 255. lib.
2. cap. 90 col. 2. pait I. declara mas la profesía que tenían de la venida '
de los españoles asi. — Demás de esto declararon los naturales de aquesta '
tierra, que muchos años antes que los españoles viniesen (por tiempo de
cuatro generaciones) los padres y las madres juntaron á los hijos, y los vie-
jos de la parentela á los mozos, y les decian lo que habia de suceder en los
tiempos venideros: sabed (decian) que vendrá una gente barbuda, que trae-
rán cubiertas las cabezas con unos apastles, que son los barreñones ó lebri-
llos de barro, y con unos como cobertores de las troges; (y esto decian por
los sombreros y gorras que ellos nunca antes usaron ni vieron) y esto de-
cian y vendrán vestidos de muchos colores (que para ellos también era cosa
nueva) y cuando estos vinieren cesarán todas las guerras, y en toda la parte
del mundo habrá paz y amistad, (esto decian porque no pensaban que ha-
bia más mundo que la tierra que llega hasta la mar) y todo el mundo se
abrirá, y hacerse han -caminos en toda parte, para que unos con otros se co-
muniquen y (que) todo se ande; decian esto porque en tiempo de su gen-
tilidad, ó infidelidad, todo estaba cerrado; y no se comunicaban y contra-
taban á causa de las continuas guerras que las provincias tenían unas con
otras; y así decían, entonces se venderá en los mercados cacao (que es la
almendra de que hacen la bebida que en otra parte decimos) y se vende-
rán plumas ricas, algodón y mantas y otras cosas de que entonces en otras
y muchas partes carecian por no haber comercio, ni comunicación de una
parte á otra, que algunas aun la sal les faltaba. Y mas decian, entonces pe-
recerán nuestros Dioses, y no habrá mas que uno en el mundo, y no nos
quedará mas que una muger á cada uno. ¡Oh qué ha ser de nosotros? cómo
hemos de poder vivir? mirad hijos que por ventura esto acontecerá en unes
tros tiempos, ó de vuestros hijos ó nietos. Y así andaban los viejos con csu
esperanza llena de temor, y siempre de mano en mano avisando á los mo-
zos. Por esta plática que ellos entre sí traían miraban mucho en las seña-
ue tenían de la
enida de los es-
BIBLIOGRAFÍA MEXICANA DEL SIGLO XVII!.
406
les arriba contadas, y en otras que no habrán venido á mi noticia, tenién-
dolas todas por pronósticos de lo que acerca de la destrucción de sus Dioses
y de sus ritos, y libertad en los tiempos advenideros habia de suceder: —
juzgando que ya se iba acercando el tiempo, y aguardando cada día cuando
se cumpliera. Y esta fué la causa (como después veremos) poique Mote-
cuhcuma tanto temia la llegada de Cortés á México, con saber que traia
tan poca gente, y así procuraba el estorbarse, persuadiéndole con sus men
sageros á que se volviese, en parte ofreciéndole dones, y en parte ponién-
dole temores.
est^ompréno.0 t — Confirma la profesia con lo que dijo á Cortes el mismo Motecuhcuma,
cuen"rae¡neu"á como lo dice el cap. 47. lib. 4. — f. 497. part. I? (y lo escribe también He-
apostilla, aistri- - , . _ ... T^
buida en las mar- rrera. Dec. 2. lib. 10. cap. 4. f. 271. col. i. al ano 1520, y lib. 5 Dec 2.
genes de las fs
278 v y 277 v co- cap 5 f 22). — Señor Capitán (dijo á Cortés Motecuhcuma) tengo por burla
menzandoen' ' r x J * ' ° r
cedUsndo^á'esta 1° flue °^e vosotros al principio me digeron, tanto que aún los tlaxcaltecas
,a vuestros amigos estuvieron de este parecer: ahora como desengañado no
solo os tengo por amigos, pero por muy cercanos parientes, porque mi pa
dre dijo que oyó al suyo, que nuestros pasados y Reyes de quien yo des
ciendo,-no fueron naturales de esta tierra, sino advenedizos, los cuales vi-
niendo con un gran Señor, que desde á poco se volvió á su naturaleza, como
mas poderosos señorearon estas tierras, que eian de los otomies ó chichime-
cas, y al cabo de muchos años, este Señor tornó por ellos, pero no quisie-
ron volver por haberse casado aquí y tener hijos y mando. Volvióse aquel
Señor muy descontento de ellos, y les dijo á la partida, que enviaría sus
hijos para que los gobernasen en paz y en las leyes y religión de sus pa-
dres, y que si esto no aceptasen de su voluntad por fuerza serian á ello
compelidos. Por esto hemos siempre creido, que algún dia vendrían los de
aquellas partes á nos sugetar y mandar, y así creo yo que sois vosotros se-
gún de donde venis, y la noticia que ese gran Rey que os envía tiene de
nosotros. Por tanto, Señor Capitán, sed cierto que os obedeceremos, si ya
no traéis algún engaño, y partiremos con voz lo que tuviéremos; y si aque-
llo que he dicho, no fuese tan cierto, por sola vuestra virtud sois merece-
dores, que se os haga todo buen tratamiento. Y si habéis creido que soy
Dios, y que como algunos falsamente dicen me vuelvo cuando quiero en
león, tigre ó cierpe, es falsedad porque soy hombre mortal como los otros;
y diciendo esto se pellizcó en la mano, y dijo: tocad mi cuerpo que de car-
ne y hueso és, bien que como Rey me tengo en mas por la dignidad y
preeminencia en que los Dioses me pusieron. Y en el punto que esto decia
se enterneció tanto, que no pudo tener las lágrimas. Hasta aquí la historia,
y de decir Motecuhcuma, que según la parte por donde vinieron los espa-
ñoles creia él la profesia, confirma la tradición de que por Panuco vino
Quetzalcohuatl, que es á la misma parte al oriente, y de allá dijo que en-
viaría los suyos como aquí se cumplió.
25 —Pero cosa es de considerar, lo que dicen que tantos años antes, anun-
bibliografía mexicana del SIGLO xvm.
407
ciaban los padres á los hijos la venida de los españoles y lo que con ella ha-
bía de suceder. —Si fuera de 27 años atrás cuando se descubrió la Espa-
ñola, ó que fuese de treinta poco mas ó menos, cuando Colon tuvo noticia
de ella, no era mucho porque el Demonio que lo anda todo lo podia desde
entonces conjeturar que según es la codicia de los hombres no habian de
parar en aquella Isla los españoles (pues ya tenían nuevas de estas regio-
nes) hasta correrlas todas y sujetarlas, y como hablaba otras cosas á los In-
dios de aquel tiempo les diría también esto: mas de cuatro edades atrás,
no se yo como por ira del demonio se podia saber, sino es porque él sabia
muy bien, que el Evangelio se había de predicar infaliblemente en todo el
mundo, y también pudo acertar á decir verdad pensando que mentía, ó
pudo ser que los que lo contaron se erraron en la cuenta de los años, y los
30 les parecieron 300 aguardando tan grande novedad. O por ventura lo
supieron tantos años antes por permisión divina, para que advirtiendo al-
gunos de ellos con este aviso en los errores de su gentilidad y ceguedad
de sus vicios se fuesen con buenos deseos y buenas obras disponiendo, y
haciendo en alguna manera capaces para merecer á sí y á su pueblo tan
inefable misericordia, como la que nuestro clementísimo Dios quería usar
con ellos, conforme á aquello dijo á Abraham; si hallare cincuenta Justos
en la ciudad de Sodoma, Genes. 18, con todos los demás usaré de miseri-
cordia por amor de ellos: y así se cuentan muchas virtudes de algunos Se-
ñores y principales del tiempo de la infidelidad en especial de Nezahual-
pitzintli Rey de Tetzcuco, y de su padre Nezahnalcoyotl; el uno de los
cuales, no solo con el corazón dudó ser Dioses los que adoraban, mas aun
lo decia á otros que no le cuadraban, ni tenia para sí que aquellos eran
Dioses; y entre los otros vicios (como mas feo) dicen que aborrecia el pe-
cado nefando (como lo vimos en su historia, y hacia matar á los que lo
cometían) y así habría otros á quien Dios alumbraría para vivir conforme
cá la ley de naturaleza y dictamen de la razón; pero volviendo á lo comen-
zado, digo: que estos pronósticos precedieron á la conquista de estos Rey-
nos, y entrada de nuestros españoles en ellos, f
25. bis. — Porque atrás á f. núm. 6 se dice que Tlilacahua era nigromán-
, , , , . , .. , . Titlacahuaque
tico, y el que con sus embustes le persuadió ect — diré brevemente quien fué Júpiter,
era, según escribe en la 2? part. citada ya á f. 40 col. 2 lib. 6? Monarquía
Indiana de T01 quemada, cuyo título és. — Cap. 20. que trata del Dios Tez-
catlipuca y de los atributos que le aplicaban, y como fué este el que los an-
tiguos gentiles llamaron Júpiter. — Dice pues así: — Todas las naciones del
mundo que dejando á nuestro Dios verdadero han adulterado con el De-
monio siguiendo su religión fingida y falsa adoración, aunque le han cono-
cido y adorado debajo de nombres diferentes, según los lenguajes y modos
de hablar diferentes de los hombres, ha sido aplicable en cada nación un
mismo oficio, porque el mismo Demonio ha sido tan astuto y sagaz, que
lo mismo que á unos predicó de sí, eso mismo enseñó á otros, Lo cual se
Tescatlipoca
Rz)
bibliografía mexicana del siglo xrm.
408
vé probado, y no con apariencias sino con verdad muy cierta, en este, lla-
mado en lengua mexicana Tezcatlipuca, que quiere decir, espejo resplan-
deciente, el cual tuvieron estos naturales por increado é invisible, y por el
mas principal de todos los Dioses; y decian de él que era ánima del mun-
do. (*) Quien de los que saben algo de historia y leen en ella los errores
de los antiguos no dirá que este éi Júpiter tan celebrado de todos ellos, el
cual dice San Agustín ser llamado ánima del mundo (lib; 4. de civit. cap.
i 1) y la razón és, por tenerle por vivificador de todas las cosas de él, cu-
yas virtudes repartieron ¡os hombres en la división y partes; para el que
digere que San Agustín en este lugar citado, no le llama ánima, sino ani-
mo del mundo, digo: que tiene razón y lo confirma S. Isidoro Disid. lib. 1.
de diferentiis verborum: poniendo la diferencia que hay entre ánima, áni-
mo y espíritu ; y dice que ánima se dice aquella por la cual vivimos, y ánimo
aquel por el cual somos gobernados, y espíritu por el cual espiramos: que
sea esto así, lo confirma por lo que dice Varro y lo refiere San Agustín
lib. 7. de civit. cap. 22. diciendo que son tres los grados del ánima en todo
género de cosa, uno que pasa todas las cosas vivientes del cuerpo, y no
tienen sentido sino solamente disposición y sanidad. Esta fuerza y grado
de vida se dice redunda en nuestro cuerpo y ser comunicada á los huesos,
uñas y cabellos así como en la tierra á los árboles, que sin tener sentido
tienen vida vegetativa con que crecen. El segundo grado dice ser de los
sentidos esteriores, á los cuales se comunica el ánima por particular y oculto
modo; conviene á saber, á los ojos, orejas, narices, boca y tacto. El tercer
grado dice ser sumo y supremo, el cual se llama ánimo. De manera que al
ánimo hace parte distinta del ánima; y luego añade: en la cual parte mas
resplandece y campea la inteligencia ó entendimiento. (*)
26. — Esto viene muy ajustado con lo que deja dicho San Isidro que el
(*) Torquem. f. 2S3. col. 2 part. 2. cap. 16, dice así —Porque al que representaba á Tezca-
tlipuca. ó Titlacahoan, adoraban y reconocían como á Dio- como á imagen de aquel Dios cuyo
principio y origen, no conocían ni sainan, por no tenerle por cosa de este mundo visible, ni por
mortal, sino por inmortal criador y hacedor de todas las cosas; y á este otro llamado Huitzilo-
pccktlt, no adoraban, ni miraban con este respeto, aunque le tenían por Dios de las batalla-; Ten-
cauhtzin, que quiere decir, hermano menor, por cuanto tenían ñor mayor á Huiuilopoclitli: esto
dice este autor; y de aquí sacamos que Tezcatlipuca, Huitzilopochtli y Teucauhtzin eran lo- tres
Dioses supremos. — El lugar está claro: véase en ese lugar que dice, tenia mitra la estatua de la
2? persona, y encima un pedernal; tiene alguna alusión porque por el comienza su cuenta así co-
mo nosotros desde el nacimiento de Jesucristo segunda persona de la SS. Trinidad. Pedernal zs
cuchillo.
C* I llerr. Dec. 3. lib. 2. cap. 15. f. 86. col. 1. — Había otro ídolo en México muy principal,
que era el Dios de la penitencia y de los Jubeleos y perdón de pecados, que se llamaba Tezcatli-
puca, que era de piedra negra relumbrante como azabache con atavíos galanos, tenia zarcillos de
oro y plata en el labio bajo con un cañuto cristalino de un geme de largo, y en él una pluma ver-
de, otras veces azul, la coleta de los cabellos ceñida con una cinta de oro bruñido, y en ella por
remate una oreja de oro con unos humos pintados en ella que significaban los ruegos de los afli-
gidos y pecadores que oia cuando se encomendaban á él; de entre esta oreja y la otra, salían unas
garzotas, y al cuello un joyel de oro, brazaletes de oro en lo- brazos, en el ombligo una rica pie-
dra verde, en la mano izquierda un mosqueador de plumas preciadas verdes, azules y amarillas,
que salían de una plancha de oro reluciente muy bruñida (pie parecía espejo, significando que en
él veía todo cuanto se hacia en el mundo; y el espejo se llamaba su mirador; en la mano derecha
BIBLIOGRAFÍA mexicana del SIGLO XVI1L
409
ánimo es por el cual somos regidos y gobernados; y es así, porque del en-
tendimiento nace la razón, y por la razón se gobiernan las cosas y se ri-
gen; y si el entendimiento y razón está en la parte del ánima, llamada áni-
mo, luego no debe llamarse Júpitir ánima sino ánimo del mundo, pues
creían ser por él regido y gobernado. Digo que en lo dicho tiene razón
(el que lo hubiere notado) pero fácilmente quedará asegurado y satisfecho
con traer á la memoria, que no han entendimiento sin vida porque en ella
se apoya para tener ser; y esta vida está en el ánima, como en lugar pro-
pio; y si del ánima viene la vida, el entendimsento tiene el ser que tiene
por ser potencia de ella, luego sin ella no será nada. Y no tomándola por
suprema inteligencia en cuanto este nombre dios, sino en cuanto dá vida
á las cosar., luego ánima della debe ser llamado, pues decimos que la vida
está en ella; y así Dios nos vivifica, no en cuanto es ánima nuestra, por
cuanto ni Dios es nosotros, ni nosotros parte ninguna de Dios, que es cosa
real y verdaderamente distinta de nosotros; pero en cuanto nos dá el ser
y vida que tenemos (diciendo San Pablo: en él vivimos, nos movemos y
somos) por este ser y vida que nos comunica Dios como á criaturas suyas,
á cada cosa en su género y especie decimos ser Dios ánima de todas ellas,
y por consiguiente manera de todo el mundo; y porque solo conocían es-
tos efectos los antiguos, y desconocían al verdadero dador erraron ciega y
ciegamente atribuyéndolo á Júpiter; y estos Indios á Tezcatlipuca, que es
el mesmo diferente solo en la pronunciación y letras del nombre, según la
lengua de cada nación.
27. — De esta manera debe ser entendido esto, porque de otra manera
no pudiera decirse, que Dios es ánimo del mundo, como contra Abaylardo
herege lo prueba doctísímamente Fr. Alonso de Castro en su lib. 5? con-
tra Hereges, porque seguirse ya que Dios era menor que el mundo, si se
digese que era ánima suya; y la razón és, por cuanto se hacia parte suya
en ser su ánima, y en estar incluso en su circunferencia y límites finitos, y
ser difinido con él: y decir esto ó afirmarlo, es blasfemia, por cuanto Dios
no puede ser determinado en sustancia finita porque dice Job: (i) por ven-
tura no piensas que Dios es mas alto que el cielo y que está sublimado y
ensalzado sobre los eges de las estrellas? y como dice el Paralipomenon: (2)
el cielo y el cielo de los cielos no bastan para lugar suyo. Y el Profeta
tenia 4 saetas que significaban el castigo que por el pecado daba á los malos, estaba sentado en
un escaño con grande autoridad rodeado de cortina colorada pintadas en ella calaberas y huesos
de muertos; en la mano izquierda una rodela con cinco pinas de algodón, en la derecha una vara
arrojadiza ó tiradera amenazando con ella. De la rodela salían 4 saetas. El semblante airado, el
cuerpo untado de negro, la cabeza llena de plumas. — Hasta aquí el Autor. — Lo que se debe pon-
derar que tenia zarcillos. — A f. 160. col. 2. dec. 3. lib. 4 escribe Herrera que en Cumaná los
traian los sacerdotes; y á f. 36 n? 68. se escribe que en Campeche tenían zarcillos los Ídolos; con
que se prueba que de N. España salió el que les iba predicando y también como este Dios per-
donaba pecados, que solo Dios los pudo perdonar.
(1) Job. cap. 12.
{2) Paralip. cap. 2.
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
410
Isaías, (1) lo engrandece y confiesa por infinito diciendo: á puños mide la
inmensidad de las aguas y á palmos la grandeza de los cielos: pues sí Dios
es tan grande como puede ser verdad, que sea ánima del mundo, siendo
cosa que excede á toda otra grandeza? por manera que se debe entender
en razón del efecto que hace, que es en dar vida al mundo ó á las cosas
todas que en él se contienen, porque por esta razón se puede decir que és
ánima del mundo. Por cuanto da vida á todas las que en el se incluyen y
no porque él es parte de ellas, ni ellas parte ninguna de él, sino cosa real
y distinta de él; siendo Dios el vivificador de ellas, y ellas las vivificadas
de él; recibiendo este beneficio de Dios como de autor de todo el ser y
vida que tienen.
Dio* supe- ¡urá 2&. — San Isidoro lib. 8. Eth. cap. 11. dice llamarse Júpiter, como si di-
todos los dioses. . , T T1 , , , • 1 ■ / i- 1 \
jesemos Juvans pater, Padre ayudador, que quiere decir (como dice luego)
mayor que los otros y superior á todos: esto mismo decimos de Tezcatli-
puca, del cual decian estos Indios ser superior á todos los otros dioses; y
Titiacahua: como á tal le tenían aplicados diversos nombres, uno era Titlacaliua, que
quiere decir cuyos esclavos y siervos so)>iosy y este atributo no se le daba á
ninguno de los demás, ni á Huitzilopochtli con ser su mas grande y prin-
cipal Dios, y que le tenían por ayudador y favorecedor de las batallas.
29. — Dicen también que era como aire y obscuridad: que sea aire bien
se echa de ver, si consideramos la condición del aire en cuanto pasa fácil
y ligeramente y no veemos su substancia, aunque sentimos sus efectos, lo
cual se verifica en el demonio, cuyas tentaciones pasan, y el se deshace en
todas ellas cuando es vencido del tentado: es obscuridad pues está falto de
la gracia de Dios, y caido en los errores de las tinieblas infernales donde
le tienen padeciendo para siempre. Decian de él que cuando aparecía en
fi»urrderhombre a'gunos de sus aparecí mientos y hablaba con los hombres era en semejanza
^ecarleta0nszab: >us de hombre y que sabia y alcanzaba sus secretos. Una de las aclamaciones
Oración que le con que le llamaban era decir, ó Dios todo poderoso que dais vida á los
hacian que viene
bien con lo nota- hombres, que os llamáis Titlacahua, hacedme esta tan señalada merced
do á 1 ' n
de darme todo lo necesaiio para la vida asi del comer como del beber, y
gozar de vuestra clemencia y suavidad, y de la estación con que pueda re-
levar el mucho trabajo que tengo y necesidad que padezco: aved miseri-
cordia de mi que vivo vida triste, pobre y desamparada; y pues me ocupo
en vuestro servicio barriendo y limpiando el lugar de vuestra morada y
haciendo fuego para vuestros perfumes y sahúmanos, abrid las manos de
vuestra misericordia y usadla con migo. — Oración es esta digna de ser no-
tada, pero indigna de este Dios á quien era ofrecida, la cual compete al
verdadero y soberano como al que por naturaleza le son debidas todas las
alabanzas por ser suyas y no de otro. Pero gentes engañadas no es mara-
villa que truequen las manos y digan al demonio lo que deben decir á Dios.
(I) Isai. 40.
bibliografía mexicana del SIGLO XV II i.
411
30. — Creyeron de él que así como daba bienes á los hombres, daba tam-
bién enfermedades incurables y contagiosas, y decian que era por razón de
estar enojado, y que no cumplían los votos que en su servicio se hadan,
ó porque los casados no se abstenían de actos matrimoniales en los dias de
los ayunos; y cuando se sentían de las dichas enfermedades que creían ve-
nirles de él por las culpas cometidas, hacían nueva protestación y voto de
enmendar sus vidas, si se viesen sanos. Otros que no sanaban con la fuer-
za de los dolores desesperados le blasfemaban y decian palabras sucias y
feas, llamándole de borracho, puto y otras semejantes dignas de quñ n él es.
Llamábanle por otro nombre Moyocayatzin, que quiere decir el que lince Moyoayatzi
el que hace cua
cuanto quiere por que no tenia resistencia 111 contradicción su voluntad (á toquiere.
lo que creian) y que ninguno le iba á la mano en nada, así en el cirio co-
mo en la tierra. Decian ser poderoso para destruir los cielos y la tierra
cuando quisiese. Teníanle puesto en todas las encrucijadas y divisiones de
las calles un asiento ó silla llamado Momoztli y por otro nombre Yéldalo-
ca, que quiere decir, donde se aguarda; y este asiento ó trono lo enrama-
ban de cinco en cinco dias y estaba todo el año enramado, y nadie se sen-
taba en el dicho asiento que es lo mismo que en las casas de los reyes la
silla y dosel, que hay en las salas, que representa la magestad y nadie se
atreve á sentar en él, sino es el mismo Rey, y así decian que venia Titla-
cahua á su asiento y que en él descansaba, y mostrando su magestad le te-
nian enramado todo el año. (*)
30 bis. — Llamábanle Telpuchtli que quiere decir mancebo, porque las mas
veces que aparecía era en forma de un mancebo muy gentil-hombre y muy
curiosamente ataviado, representando en esto uno de los atributos de Dios
(*) Dice Torquemada como vemos que este es Júpiter, y los indios le tenían y atribuían todas
aquellas cosas que se atribuyen al Todopoderoso y Omnipotente, y le llamaban Teotl, que es
Teos; cuando dice que éste se apareció ó habló á Quetzalcohnatl y le dijo el secreto de su cora-
zón, quien se enterará que era aquél Titlacohuat y como le llamaban Nigromántico. Lo cierto
es que el que sacaba estas noticias á los indios, ó ellos no entendían bien lo que se les pregun-
taba, ó el que preguntaba no los entendía o al menos los términos y alegorías: ejemplo; á f 39.
col. I. cap. 19. part. 2. escribe asi, entre sus dioses había uno llamado Ometecutli, que quiere de-
cir dos hidalgos; y otro llamado Omecihuatl que quiere decir dos mugeres: aqui se reconoce y
vé como no reparó en preguntar la dificultad, que luego se ofrece aquí, y es: si era uno, como se
llamaba con el nombre dos? La mala inteligencia que en esto habría, seria como si á un judio se
le dijera, v. g; el quinto no matarás; este pues á su modo pintaría un número cinco y una muer-
te, después otro entendería cinco muertes, y se dejaría la verdadera inteligencia, y por leer el
quinto no matarás leria cinco muertes. — Titlacahua, escribe él, que quiere decir de quien somos
esclavos; cuyos esclavos somos; de manera que aquella palabra en que le mostraban ó decian co-
mo eran siervos ó esclavos de aquel Dios, tomaba él por difinicion de ese tal Dios; sin reparar
en que es incompatible el ser esclavo con ser Señor Supremo. Didimo y Thome, se llamó mies- Cjueualcoatl
tro santo apóstol que estuvo en la América: este Qttelzalcohitatl tenia mas su nombre propio:
este tiene nombre de plumería, ó penacho, el nuestro como se vé en el Pe Lucena vida de San Ja-
vier lib. 3. cap. 4. f. 168. en aquella cruz que está en su sepulcro en Miliapor hay sobre ella un
pavón ave de rico plumage ó Quctzatl 6 Penacho. A. f. 10 del lib. intitulado "Aparición de Ntra.
Sra. de Guadalupe de México impreso año de 675 acerca de este nombre se escribe que le pro-
nunciaria el indio á quien la S? se apareció, asi Tecuantlaxopeuh, que significa la que auyentó ó
apartó á los que nos comían; y siendo el nombre metafórico, se entiende por las bestias, fieras
ó leones &? Asi en nuestro caso de Quetzalcohnatl.
Thome
(tinta roja )
BIBLIOGRAFÍA MEXICANA DEL SIGLO XV II I
412
de quien dice David; todas las cosas se acatan, y como vestidura se enveje-
cen, pero vos Señor permanecéis en un mismo ser y vuestros años no des-
caecen: dando á entender en esto la inmutabilidad y permanencia de Dios
y que su vida no está medida con el tiempo, antes el mismo tiempo corre
con la permanencia y eternidad de Dios, desde que el mundo fué creado,
el cual tiempo así como comenzó, así ha de acabar, y Dios se ha de que-
dar como era antes y no ha de tener fin, como ni tampoco tuvo, ni tiene
principio: De manera que este atributo de solo Dios, y falsamente aplicado
al Demonio; que tuvo principio en su creación, aunque no ha de tener fin
como los otros angeles buenos y animales racionales, que aunque tuvieron
principio creativo, no han de tener fin, ó en la bienaventuranza con Dios,
ó en el infierno con el Demonio engañador y falso. Otros nombres tenía
como Júpiter en los tiempos pasados, pero estos basten para conocer la ce-
guera de las gentes y astucia del Demonio; y conviniendo de que este Tez
catlipuca es Júpiter y que es un mismo Demonio cubierto con un ropage
vidt tara ¡a y nombrado con estos nombres (Desde aquí á fs. 23 no es del
continuación de
este asunto, n.41. caso, pero conduce, y con cosas curiosas y notables).
•t roja.) r ' ' J '
31. — Escribe fr. Gregorio Argaez á fs. 135 de la Historia Corona Real
de la España por España, así: Murió Samuel después de 20 años de asis-
tencia en España el 3.400 de la creación. Después de 637. años de difunto
volvió á resucitar en los principios de la ley de gracia, por los méritos del
Apóstol Santiago, y en el bautismo se llamó Pedro, y fué nombrado pri
mero Arzobispo de Beaga. — Y á fs. 8. tom. 3? Teatro Monástico, en la
Iglesia Btacarence trata de él y añade, que fué Monge Carmelita y que
también lo fueron todos los compañeros de Santiago en España.
32. — Riciarco Rey de los suevos, fué el primer Rey Católico del mundo
de los esentos del Imperio romano, que recibió la fé católica el año de Cristo
de 448 (antes que la recibiese en Francia el Rey Clodoreo 52. años según Ba
ronio): — Corona Gótica á f. 56. y allí se escribe á f. 103 que tenia Bisciarco
su corte en Braga. — Y á fs 56. del lib. "Armas y triunfos de Galicia," es-
cribe su autor fr. Felipe de la Gándara, que le convirtió Balconio Arzobispo
de Braga que es en Portugal en la provincia de entre Duero y Miño. — Y
Salazar de Mendoza. "Origen de las dignidades" á fs. 5. escribe que el año
23. — del nacimiento de Jesucristo. Octaviano Augusto fundó á Braga:
año de 308. antes del nacimiento de Cristo los Galos celtas poblaron á San-
taren orillas del Tajo Coimbra, Porto, Braga, y Guimaraen, en Portugal,
juntándose á ellos los griegos, que moraban en Galicia, llamaron aquella
Brovincia Gallo Gresia; Dignidades á f. 4.
33. — La primera Misa que se dijo en la América el año de 1.492. la dijo
pnmera misa en fr. Juan Pérez de Marchena, que iba con Colon al descubrimiento en el
primer pueblo que fundó en la Española á quien llamó la Navidad; escríbelo
Juan Diaz de la Calle á fs. 2 del libro intitulado "Memorial de las noticias
sacras y reales de las Indias Occidentales," el cual dio al Consejo Real de
A menea.
De la piedra
Imán.
BIBLIOGRAFÍA mexicana del SIGLO XVIII.
413
las Indias año 646, en el cual era Oficial Mayor: escríbese en la Historia
general de la Merced por fr. Alonso Ramón tom. 2 cap. 6. lib. 12. fs. 89.
col. 2. que era Portugués de nación y guardián del Convento de la Randa
Orden de San Francisco, que sabia algo de cosmografía. Navegando año
de 1500 del nacimiento de la India Oriental con una armada Pedro Alva-
rez Cabral, alargándose á la mar por montar el cabo de Esperanza acaso
descubrió la América por la parte del Brasil; llevando allí 13 religiosos de
San Francisco, cuyo comisario fr. Enrique dijo la primera Misa dia de la
cruz con muy grande solemnidad, y hubo sermón, y esta fué la primera en
la misma tierra firme de la América, con que se prueba fué portugués el
que la dijo. Tablas cronológicas del P. Claudio Clemente de la Compañía,
Guerra Brasila f. 13 — n? 20. lib. 1 Dec. i. — Padre Vazconcelos Coronica
de la Provincia de Ths. de la Compañía de Jhs. lib. i. fs. 9. col. 1. de las
cosas curiosas del Brasil.
34. — Escribe Antonio de Herrera Coronista de las Indias Dec. 1. lib. i.
cap. 6. f. 1 1, que en Amalfi en Italia año de 1300 del nacimiento de N. Se-
ñor Jesucristo se halló el arte de la Abuja de marear, y escribe en la histo-
ria de la China pág. "119 n? 17 el Arzobispo de la Española Navarrete,
Dominicano, que en la gran China el Príncipe Chenkung, inventó en
aquellas partes el Abuja de marear á los 1,919 años después del Diluvio,
á los 2,796 de aquel Imperio, con fué antes que en Italia, 1,748 años.
35. — Porque muchos que no han leido (que hay mucho que leer, y aun
lo mas no está escrito) á cualquiera cosita se espantan, y mas si es de par-
, , . . j.j 1 Descubrimiento
tes remotas, quiero poner aquí una cosa rara, un prodigio sucedido dentro admirable de las
de Castilla: traelo brevemente el Señor Solorzano "Política Indiana" lib. i.
cap. 5 col. 2. dice asi — y en menos distancia de tiempo lo experimentamos
en los que procedieron de aquellos antiguos Españoles, que huyendo la
invación de los Moros se escondieron en el Valle que llaman de las Batue-
cas, que está cercado de las altas cerranias y montes de la Peña de Francia,
donde estuvieron escondidos cerca de 800 años en continuadas generacio-
nes, sin saber ya los unos, digo los últimos, como vinieron alli los primeros,
ni que hubiese mas mundo, ni tener sino unas pequeñas vislumbres de cris-
tiandad, hasta que acaso fueron descubiertos en nuestro siglo y traídos á
mejor vida por el Duque de Alva andando por aquellos montes á caza,
como lo refiere el insigne y nunca bien alabado Laureado y premiado
poeta Lope de Vega Carpió, único Fénix de España, admiración y por-
tento del Orbe por las muchas comedias y otras obras que compuso, en
una de este descubrimiento y aplicándolo al intento de que tratamos el no
menos digno de alabanza el Docto P. M. fr. Basilio Ponce de León. i. part.
varias disp. quest. 6.
(El Apóstol San Pedro dio su báculo pastoral al Apóstol San Mateo Milagro que
v / obró Santiago en
para que resucitase con él después de cuarenta dias de muerto á San Mar- Portugal
cial su discípulo, que murió caminando á Alemania á donde iba á predi-
BIBLIOGRAFÍA MEXICANA DEL SIGLO XVlll.
414
car; y de aquí dicen viene el que el Papa no use Báculo, como los Obis
pos: Calderón grandezas de Roma f. 166. col. 2. cap. 2.)
$6. — Contamos arriba aquel prodijioso y maravilloso milagro que vi
niendo obró el Santo Patrono de España Santiago en aquel judio Samuel;
ahora veremos otro que después de muerto obró con un gentil, que pare-
ce que ya desde entonces se ensayaba en hacer maravillas con aquellos
que habian después de dilatar la fé Santa que les predicó á las mas dila-
tadas y remotas Provincias y naciones del universo: traelo fr. Gregorio
Argaez tom. 3? f. 179 "Teatro Monástico; " en el de los Obispos de la San-
ta Iglesia de Oporto en Portugal col. 2? dice así — Sucedió en los dias de
su Gobierno (habla de San Basilio primer Obispo de Oporto Monge Car-
melita discípulo de Santiago Apóstol el año de 37 de Cristo) en el Obis-
pado de Oporto, aquel milagro que obró Dios en la playa del Océano,
cuando viniendo los discípulos de Santiago con el cuerpo de su Maestro, y
pasando á vista de la tierra de Maya, libró de la muerte á aquel caballero
mancebo que se vio debajo de las aguas, llevado de la furia del caballo,
que desbocado estando corriendo en la ribera con otros festejando una bo-
das; y llegando por debajo del agua hasta el barco salió arriba lleno el ca-
ballo y caballero de veneras; y fué metido en el barco por los discípulos de
Santiago, que asombrados él y ellos de la maravilla le catequizaron y lle-
gó á bautizarse, siendo el primer caballero (digámoslo así) que del orden
de Santiago tuvo Portugal. — Cuenta largamente el suceso Dn Mauro Cas-
tella en la Historia de Santiago, diciendo haber sido tronco este Caballero
de los de Rivadeneira, Venero, Pimentel y otros linajes famc ses de Espa-
ña, que usan por armas las veneras. Hasta aqui Argaez que claramente
dice haber sucedido cerca de la ciudad de Oporto en Portugal; y porque
no se ponga duda en ello, porque muchos atribuyen á Galicia la Provin-
cia de entre Duero y Miño al Reyno de Galicia, aunque lo fué ha mas de
quinientos años; y de la misma manera á los linages que son originarios
de esta Provincia los atribuyen á Galicia. — El mismo Argaez (pa. confir-
mación de lo que quiero probar) allí mismo á fs. 183. contando los lugares
de la Iglesia de Oporto, dice así — Palenciaca ó Palencia, que es el pago de
Amaya donde pelearon los Romanos en los campos Palenciacos, que hoy
se dice Páranos: esto el dicho autor: con que se ve que á Maya (aunque
también haya Maya en Castilla) es en el Obispado de Oporto en Portugal
orillas del Océano á donde sucedió el milagro. — El Marques de Monte-
Velo á fs. 185. de su memorial Genealógico, escribe (hablando de la tierra
de Maya en Castilla, junto á Pizuerga, y de la de Portugal) asi — Está de
Portugal esta entre Duero y Miño, que era en aquellos tiempos la tierra
que hay entre los Rics Luna y Duero, que hoy en mas corto terreno con-
serva su nombre cerca de la ciudad de Oporto, y es una de las comarcas
en que se divide aquel Obispado, y hace á la Marina.
37. — Reinando en Portugal Don Alonso V. antes del año de 1455 Fer-
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
415
nando Pó descubrió las Islas de los Azores, y en la cumbre de un monte,
en la del Cuervo fué hallada una estatua de un hombre á caballo en pelo,
la cabeza descubierta, la mano izquierda en la clin del caballo, la derecha
señalando al poniente, plantado sobre una loza, y ella y la estatua era de
una misma piedra, mas abajo letras en una peña que no fueron conocidas.
Faria Epítome part. 3. cap. 13 fol. 155.
37 bis. — Manuel de Faria Fpítome de las Historias portuguesas par. 1. Navegaciones
r r, -i '17-1 1 /- r- c ' /- /_. antiquísimas por
cap. 4 fs. $7 nv o escribe asi. — Vuelto el Capitán bato a Cartazo (ano de el Océano por
V ^ D/ V r f * V Hanon Oartagi-
480 antes del nacimiento de Cristo) fueron enviados á España en su lugar nes-
los hermanos suyos Hanon y Himilcon con la fama que corría que los hui-
tanos deseoso Hanon de tratarlos vino rompiendo las olas del Océano en
algunas Galeras, casi siempre con España á la vista, hasta que pasado el
guardiana, registradas las riberas de Lusitana, descubrió á pocos dias el lu-
gar deseado. Salieron en tierra con tanta veneración como si pisaran cielo,
por ser aquella parte á donde los habitadores tenían para si que de noche
bajaban los Dioses á sus festejos. Hallaron á algunos de los naturales uni-
dos en catervas con las armas y rudeza de aquel siglo expuestos á defen-
der las cabanas en que vivian mas Hanon, que pretendía usar antes de la
maña que del poder, se hubo de manera que los obligó á singular amistad.
Supo de ellos cual hubiese sido la grandeza y suntuosidad del Templo de
Hércules, su sepulcro, la traslación de cuerpo á Cádiz, la tradición del orí-
gen de unos cúmulos de piedras, memoria del entierro de Tubal. Parecióle Tumuii.
que se debia veneración á la noticia investigada, si ya no era lisonja para
obligar los portugueses, pues hizo muchos sacrificios á las Deidades del
mar con asistencia numerosa de ellos, habiéndoles presentado vestidos y
adornos africanos para que en aquellas ceremonias se mirasen unos á otros
con nuevo y estraño lucimiento: así les ganó las voluntades levantando los
montes de tierra con eminencia grande por trofeos de su llegada en estas
partes. Volviendo á Cartago con notable admiración de todo. — Esto es-
cribe Faria; y vemos Cartagineses de Cartago, que está dentro del estre-
cho navegar el Océano: escribe Solorzano "Política Indiana" lib. 1 part. 1.
cap. 1. f. 3. que Hanon cartaginés pasó á la India. Visto és que por el
Océano. Herí*. Dec. 1. lib. 1. cap. 1. f 2 escribe que Hanon y Eudoxio
navegaron desde el estrecho de Gibraltar al mar bermejo. — Francisco de
Brito Freyre en la Dec. 1. lib. n? 31. "Guerra Brasílica" escribe así — Loque
cuenta Aristóteles de admiran, lib. 8, de ccelo lib. 2. de la Isla Occidental
descubierta por los africanos arrebatados de iigurosa tormenta á un viage
muy largo; y lo que refiere Platón de Solón -(cap 4. en su Ti meo: Tune
enim Pelagus illud innavigabile erar. Diod. sienlo lib. 6. cap. 7); y Solón
de los sacerdotes de Egypto: cuyas pirámides (dice Amiano) esculpían
pinturas de animales, traídos de diferente Orbe: en este siglo quiso tam-
bién que fuese hallada en la América una moneda con el retrato de Au- c&^r°queaáeeha.
gusto César, y ofrecida por Don Juan Rufo Arzobispo concentino al Pon-
Tule, Thule,
Tula, Tollan.
BIBLIOGRAFÍA MEXICANA DEL SIGLO XVlll.
416
tifice Romano. No pareciendo de menos tiempo las memorias de los antiguos
Reyes y los vestigios de los suntuosos edificios que se hallaron en las In-
dias de Castilla, hasta la fantasía de los poetas alegan por testigos desta
verdad: Pedro Bercio "Cosmografía:" Garcilaso "Comentarios Reales"
lib. 2. y otros muchos en aquellos versos de Meda acto 2 (*) Hasta aquí es-
te Autor. — Quien quiera ver cosas curiosas de estas gentes de la América
lea el libro de las* cosas curiosas del Brasil, que anda al fin de la Coronica
de la Provincia del Brasil de la Compañía de Jesús que sacó á luz año 1663
el P. Simón de Vazconcelos.
38. — Los Reyes de Portugal después de haber sacudido de todo su rey-
Principio délos no el yugo Sarraceno, que ganaron año de 714 del nacimiento de Jesucris-
descubrimientos
modernos. to pasaron á África; allá pasó Don Jun I. año de 1 41 5,(**) y ganó á Ceuta.
Faria Epitome par. 3. cap. 11. f. 123 n? 32; allá pasó Don Alonso V. y
Don Sebastian dos veces y en la última perdió la vida por dilatar la Santa
fé. Pero su hijo quinto Don Enrique — Maestre de la Caballería de N. S.
Jesucristo el año de 1410 con dos carabelas envió á descubrir las costas
de África por el Océano, y pasaron al cabo de Bueña-Esperanza; y aquí
se dio y tuvo principio la navegación y descubrimiento de la América: P.
Claudio Clemente "Tablas cronológicas" en las de la India Oriental Dec.
1. 2. 3. año de 1 418 Tristan Vaz Teixeira; y Bartolomé Pereztelo descu-
brieron la Isla de Puerto-Santo y dos adelante la de Madera. Faria epit.
par 3. cap. 1 2. f. 131.' — Aquí en esta Isla de la Madera vivia antes que co-
n , . . . menzar Colon el descubrimiento casado con Felipa Muñoz Perestelo, nieta
Colon había * '
deavemra°desceu- de Bartolomé Perestelo descubridor de la Madera, como veremos, y an-
Ponugue=!e's.con tes de ir al descubrimiento habia navegado á Guinea con los portugueses:
Herr. Dic. 1. lib. 1. cap. 1. f. 44 al principio escribe que hablando Colon
de las Sirenas dijo, que no eran tan hermosas como las pintaban, y que ya
las habia visto en las costas de Guinea; y esto dijo cuando hizo el primer
viage, en el cual no aportó á Guinea para poderlas ver, que á ser así tam-
hubo del nuevo- D¡en ]as vieran los compañeros y seria cosa ociosa su advertencia: también
mundo antes del r J
Señales que
[el
a
descubrimiento. ftjif £ £ ^ coi 2. consta que ya antes habia navegado al Norte hasta 75
grados. En Illescas "Histor. Pontifical" lib. 6? cap. 22. %2. f. 130; y en
Mariana tom. 2. lib. 26. f. 500 se dice — Vivia Colon en la Isla de Madera;
esto supuesto veremos agora con la certeza con que comenzó la empresa
para quien Dios tenia guardada una cosa tan grande, y á los Reyes de
Castilla un nuevo mundo: Señales que aparecieron en las Islas de los Azo-
*) Venient annis
Saecula seris quibus Occeatfus
Vincula rerun laxet & ingens
Pateat tellus, Tiphysq; novos
Detegat Orbes, nec st tenis
Ultima Thale.—
(**J Antes que Gama pasase por mar á la India habia ido á ella por tierra Payna y Covillan;
porque desde el año de 1380 tenían los portugueses noticia y mapa. Faria part 3. f. 188 cap. 14.
bibliografía mexicana del siglo XVlll.
4*7
res de este nuevo mundo cosas dignas de saberse. — Herr. Dec. 2. lib. 1 cap.
2. f. 4. col. 1. escribe. — Que en lo que Colon imaginaba acerca del nuevo
descubrimiento dice asi — Esta opinión le confirmó Martin de Bohemia por- Martin de Bo-
hernia.
tugues su amigo, natural de la Isla de Fayal gran Cosmógrafo: tuvo (dice)
Colon esperiencias muy probables porque hablando con hombres que na-
vegaban los mares de Occidente, especialmente á las Islas de los Azores,
le afirmó Martin Vicente, que hallándose una vez 400 leguas al Poniente
del cabo de San Vicente tomó un pedazo de madero labrado por artificio,
y á lo que se juzga no con hierro. Pedro Correa casado con hermana de
la muger de Colon, le certificó que en las Islas de Puerto-Santo habia vis-
to otro madero venido con los vientos ponientes, y labrado de la misma
fuma, y que también vio cañas muy gruesas, que en cada cañuto cabrían
tres azumbres; y Colon dijo haber oido afirmar esto mismo al Rey de Por-
tugal hablando con él en estas materias y que tenia las cañas, y se las mandó
mostrar: así mismo le certificaron vecinos de las Islas de los Azores que ven-
tando ponientes, traia la mar algunos pinos y los echaba en la costa de la
Graciosa y del Fayal no los habiendo en ninguna parte de aquellas Islas.
En la Isla de Flores echó la mar dos cuerpos de hombres muertos que
mostraban tener las caras muy anchas y de otro gesto del que tienen los
cristianos: otra vez se vieron dos canoas ó Almadías con casa movediza,
que pasando de una á otra Isla las debió de alejar la fuerza allí: Anto
nio de Lemos casado en la Isla de la Madera, certificó que habiendo co-
rrido con su carabela buen trecho al Poniente le habia parecido de ver tres
Islas cerca de donde andaba; y en las Islas de la Gomera, del Hierro y de
las Azores muchos afirmaban que vian cada año algunas Islas hacia la parte
del Poniente (col. 1. f. 5): un vecino de la Isla de la Madera, el año de 1 484
pidió al Rey de Portugal licencia para ir á descubrir cierta tierra que juraba
que via cada año y siempre de una manera y de aquí sucedió, que en las car-
tas de marear antiguas se pintaran algunas Islas por aquellos mares, espe-
cialmente la ysla que dician Antilla, y la ponían poco mas de 200 leguas
al Poniente de las Islas de Canaria y de las Azores, la cual estimaban los
portugueses que era la Isla de las siete ciudades, cuya fama y apetito ha
hecho á muchos por codicia desvariar y gastar muchos dineros sin prove-
cho; y según se suena dicen los portugueses que esta Isla de las siete Ciu-
dades fué poblada de ellos cuando se perdió España, porque huyendo de
aquella persecución se embarcaron siete obispos y mucha gente y aporta-
ron en aquella Isla, á donde cada uno hizo su pueblo: y porque la gente
no pensase en tornar quemaron los navios; y que en tiempo del Infante
Dn. Enrique de Portugal, con tormenta corrió un navio que habia salido de
Portugal, y no paró hasta dar en ella, y los de la Isla llevaron la gente del
navio á la Iglesia por ver si eran cristianos y hacían las ceremonias roma-
nas; y visto que lo eran les rogaron se estuviesen allí hasta que viniese su
Señor; pero que los marineros temiendo que no les quemasen el navio y los
53
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
418
detuviesen se volvieron á Portugal muy alegres confiando de recibir mer-
cedes del Infante, que los maltrató por haberse venido sin mas razón y los
mandó volver; pero que el maestre y los marineros no lo osaron hacer y
salidos del Reyno nunca mas volvieron: (f. 5. col. 2 ) dice mas que los gru-
metes del navio portugués cogieron arena para el fogón y que hallaron que
mucha parte de ella era oro; y algunos salieron de Portugal á buscar esta
provincia, entre los cuales fué uno Diego de Tem, cuyo Piloto Diego Ve-
lazqnez vecino de Palos, afirmó á Colon en el Monasterio de la Rábida,
que se perdieron de la Isla del Fayal y que anduvieron 150 leguas al sud-
ueste, y que á la vuelta descubrieron la Isla de las Flores: después dijo
que navegaron al norueste, tanto camino que les quedaba el cabo de Cla-
ra, que es en Irlanda hacia el Leste, y notaron que ventando muy recio
los ponientes la mar era muy llana y entendían había tierra allí cerca: esto
fué cuarenta años antes que Colon descubriese las Indias (f. 6. col. 1.) Pe-
dro de Velasco Gallego dijo, que navegando á Irlanda se metió tanto al
Norte que vio tierra hacia el Poniente de aquella Isla. Vicente Diaz Pilo-
to portugués vecino de Tavira viniendo de Guinea en el parage de la Isla
de Madera dijo que le pareció de ver una Isla que mostraba ser verdadera
tierra, y que descubrió el secreto á un mercader ginoves su amigo, á quien
persuadió que armase para el descubrimiento, y que habida licencia del
Rey de Portugal se envió recaudo á Francisco de Casana hermano del mer-
cader para que armase una nao en Sevilla, y la entregase á Vicente Diaz;
pero burlándose del negocio, no quizo, y volviendo el Piloto á la Terce-
ra, con el ayuda de Lucas de Casana armó un navio y salió dos ó tres
veces mas de ciento y tantas leguas y no halló nada. A esto se anadia la
diligencia de Gaspar y Miguel de Corte-Real hijos del capitán que descu-
biió la Tercera que se perdieron en demanda de esta tierra (f. 14. col. 1)
„ ,. . , Colon vino á Fspaña y particularmente á Portugal siendo mozo con el fin
Colon viene de r J r &
Genova a Portu- ^ue jQS otros hombres á buscar mejor ventura: casó con Felipa Muñoz de
Perestelo, y hubo en ella á Dn Diego Colon: habiendo propuesto el negocio
Colon al Rey de Portugal, de quien no fué aprobado dice f. 14. col. 2.— así —
Este caso dio mucho sentimiento á Colon, y aborreció tanto las cosas de Por-
Pasa de Portu-
gal á castilla, tugal, que hallándose sin su muger que era fallecida, determinó de irse á
Castilla: el año de 1.484 salió secretamente de Portugal por mar la vuelta
del Andalucia: aportó á Palos de Moguer; f. 15. col. 1. — Dejó antes de ir á
ver á los Reyes Católicos á su hijo en el Monasterio de la Rábida encomen-
dado á fray Juan Pérez de Marchena Guardian de aquella casa, algo Cosmó-
grafo y docto en letras humas: este es quien dijo la primera misa en la Amé-
rica año de 1,492 que este año la descubrió Colon por la Corona de Castilla.
v . . ^Q. — La primera noticia cierta y verdadera de haber venido gentes ul-
Noticias que se O ^ Sr J fc>
índfaTV' otros tramarinas á ellas son las referidas en la historia de OitctzalcoJutatl; y la
me.o áfilas. venida también á ellas del Santo Apóstol Santo Thome. — También habia
Gente negra llegado á la Española gente negra: fol. 100. col. 1. Dec. 1. lib. 3. lo dice
que vino anfigua- o * ^
ñola.
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
419
Hérr. por estas palabras. — Dijo también (Colon) que por aquel camino
pensaba experimentar lo que decían los Indios de la Española, que habia
ido á ella de la parte del Sur y Sudueste gente negra que traia los hierros
de las azagayas de un metal que llamaban guanin &? á f. 57. el dicho Dec.
I. lib. 3. col. 2. escribe, que llegando Colon á la Isla de Guadalupe, halló
en tierra un codaste de navio, y los Indios le dieron noticia de la Espa-
ñola, y en Jamaica hallaron una India de Campeche que les dio la misma otras señales,
noticia: el dicho á f. 33. Dec. 1. lib. i. col. 1. escribe que en la Española,
vio en tierra una fusta de doce bancos debajo de una enramada y un pan
de cera, y supuesto que allí no habia cera y todo estaba junto donde vino
lo uno vino lo otro, que sin duda seria de la tierra que está á barlovento
que es Guinea en la costa de África á donde usan semejantes embarcacio-
nes; y aunque en Campeche hay cera, pero los Indios no la beneficiaban,
ni hay justas ni las hubo.
40. — De lo dicho se prueba que los indios (para el sentir de algunos) Los indios an-
daban por la tie-
navegaban y comerciaban por la tierra, y tenían larga noticia unos de otros rrayiamar.
puesto que la tal noticia no paraba solamente en ella sino que llegaba á Is-
las muy remotas como hemos visto: á f . 165. Dec. i. lib. 5. col. 2. se escribe
que andando Dn. Bartolomé Colon año de 1502 descubriendo por la costa
de Honduras topó una canoa tan grande como una galera y de ocho pies de canoa,
ancho cargada de mercaderías, iba de hacia Poniente, traia en medio de la
canoa un toldo de esteras de palma, que en Nueva— España llaman petates,
iban dentro de él las mugeres, hijos, hacienda y mercaderías, sin que agua
del cielo ni de la mar las pudiese mojar: á f. 291. col. 1. Dec. 1. lib. 9. es-
cribe Herr, que estando Basco Nuñes de Balboa un indio le dio noticia de
la mar del sur y de las costas del Perú y riquezas de sus Reyes, oro &:.'
de ella resultó el descubrimiento del Perú; y otro escribe que en pintura
se lo mostró: aquella larga y grande calzada que tenian los ingas desde
Quito á Chile es un testimonio irrefragable; y acá
"La primera moneda que apareció en las manos de Indios en la Amé- La primera
rica fué el año de 1492, lleváronla los del primer viaje de Colon y era Por- recio en las ¡n-
tuguesa llamada seytil, esto es, la sesta parte de un maravedí de cobre, la
cual estimó mucho el indio que la hubo Dec. 1. lib. 1. col. 2. f. 28. lo es-
cribe Herr., y es por cierto mucho de ponderar nuestro corto caudal sig-
nificado en esta monedilla con que nos hallábamos cuando Dios nos hacia
Señores de las mayores riquezas del mundo; y también de como el primero
que vio este nuevo mundo Rodrigo de Triana se pasó á África á ser Moro
•perdiendo la luz de la ley de gracia, y cerrando los ojos á la fé cuando Dios
de nuevo la comunicaba misericordiosamente á estas nuevas gentes; jui-
cios de Dios, escribe el primer cronista de las indias Gonzalo Fernandez
de Oviedo, que el primero que se ordenó en la América fué en la Española,
el Lie. Casas después Obispo de Chiapas gran defensor de los Indios á quien
deben su libertad y por quienes padeció mucho.
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII
420
Santo Thomé 41. — -El P. Antonio Ruiz de la Compañía de Jesús en la Conquista Es-
Apósto). — í 11 11- ••i,.t • re c j- -t'
tese con lo" que piritual del Parayuav impresa año de 1.6^0 a f. 2Q. ^ 21. dice asi. — Esta
también esta. i fs ^ , .
conquista que la Compañía hizo fué siempre á pié por mas de 18 años, por
carecer toda aquella región de cabalgaduras; usamos siempre llevaren las
manos unas cruces de dos varas de largo y de un dedo de grueso para que
esta insignia se mostrase siempre nuestra predicación. Recibiónos esta gente
con extraordinarias muestras de amor, danzas y regocijos, cosa que hasta
allí no habíamos experimentado; salían las mugeres á recibirnos trayendo
sus hijuelos en los brazos, señal muy cierta de paz y amor: regaláronnos
con sus ordinarias comidas de raices y frutos de la tierra; estrañando no-
sotros tan estraño agasajo, nos dijeron, que por tradición muy antigua y
recibida de sus antepasados tenían que cuando Santo Thomé (á quien co-
munmente en la Provincia de Paraguay llaman Znme y en las del Perú
Turne) pasó por aquellas partes, les dijo estas palabras: — "esta doctrina
que yo agora os predico con el tiempo la perderéis; pero cuando después
de muchos tiempos vinieren unos sacerdotes sucesores mios que trajeren
cruces, como yo traigo oirán vuestros descendientes esta doctrina:" — esta
tradición les obligó á hacernos tan extraordinario agasajo: hicimos allí una
población muy buena que fué escala para otras que hicimos en aquella pro-
vincia.
42. — La razón que para entender que Santo Thome ilustró el Occidente
con su presencia y doctrina, como hizo en el Oriente, son muchas y em-
pezando por el nombre que dan á los sacerdotes dá no poca luz á salir de
duda: llámanlos abaré, que quiere decir Hornos segregatus á venere: Hom
bre casto. Piste nombre á ninguno de los indios convino desde sus proge-
nitores hasta Santo Thome, sino al mismo Santo de quien comunmente dicen
los indios que fué Pay Abaré, Padre sacerdote; y en propios términos hom-
bre diferente de los demás hombres en ser casto. Toda esta fuerza tiene
esta breve palabra; ni después de Sto. Tomé convino á otros sino á los sa-
cerdotes; y aunque el vocablo Pay, que quiere decir Padre, lo usurparon
los viejos, los magos y hechiceros honrándose con él, jamas el de Abaré \o
han admitido; y la razón de esto á mi ver es clara. — La virtud de la virgi-
nidad, castidad y celibato la ignoraron, de manera que antes la tuvieron
por infelicidad, y por felicidad muy grande el abundar en mugeres y tener
muchos hijos, muchas criadas y familias; y cualquiera falta en esto lo im-
putaban á desdicha, y aun duró mucho tiempo este sentimiento entre los
cristianos que bautizamos, como se verá por este ejemplo: enviudó un Ca-
cique ya cristiano, tratamos de casarle y dándole el sí á una muger; ella no
quiso; publicóse el caso, y él afrentado y corrido dejó sus vasallos, su casa
y su tierra, y perpetuamente se desterró por no vivir con esta afrenta: otro
Eunuco á natura, reconocida su falta se andaba como venado ó fiera por
los montes huyendo de ser visto; y poniendo nosotros toda diligencia en
traerlo al pueblo, no podíamos con él domesticarlo ni con los muchacho?,
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
421
que no lo ahuyentasen hasta que venció nuestra porfía y deseo de bauti-
zarlo: tanto como esto es tan lejos de aplicarse el nombre de Abare, y de
tener nombre de castos; y aun los magos y hechiceros, que nos contradi-
cen comunmente el Evangelio, por oprobio nos llaman Abare, si bien los
ya cristianos han conocido la alteza de la virtud de la castidad por la pre-
dicación nuestra.
42. — Fama constante es en todo el Brasil entre los moradores portugue- _.
~J x ° 22 — Ue otros
ses, y entre los naturales que habitan toda la tierra firme, que el Santo Sto'ToméenUs
. . , , , . . iiitijí- 10 yndias occiden-
Apostol empezó a caminar por tierra desde la Isla de Santos, sita al Sur tales
en que hoy se ven rastros que manifiestan este principio de camino ó ras-
tro en las huellas que el Santo Apóstol dejó impresas en una gran peña que
está al fin de la playa donde se embarcó enfrente de la barra de San Vi-
cente, que por testimonio público se veen el dia de hoy, menos de un cuarto
de legua del Pueblo; yo no las he visto; pero doscientas leguas de esta costa
la tierra adentro vimos mis compañeros y yo un camino que tiene ocho pal-
mos de ancho, y en este espacio nace una muy menuda yerba, y á los dos
lados de este camino crece hasta casi media vara; y aunque agostada la paja
se quemen aquellos campos, siempre nace la yerba á este modo; corre este
camino por toda aquella tierra; y me han certificado algunos portugueses,
que corre muy seguido desde el Brasil, y que comunmente le llaman ca-
mino de Santo Thomé; y nosotros hemos tenido la misma relación de los
Indios de nuestra espiritual Conquista.
44. — En la Ciudad de la Asumpcion del Paraguay está una peña pegada
á la ciudad en cuya planicie se ven hoy dos huellas humanas, á modo de
zandalia, impresas en la misma peña; la huella del pie izquierdo antecede
á la del derecho, como de persona que hacia fuerza ó hincapié; y hay tra-
dición entre los indios que el Santo Apóstol predicaba á los gentiles desde
aquella peña, y que á oirle se llenaban los campos de gente, y como ya di-
gimos tienen por tradición, que el Santo Apóstol les dio la Mandioca, y es
el pan principal que los naturales tienen. Y certifica el Docto Lorenzo de
Mendoza Prelado de aquella Diócesis, en un testimonio auténtico en que
dá testimonio de los vestigios dichos, y que supo de los naturales que por
el mal tratamiento que sus naturales hicieron al Santo, les dijo que aque-
llas raices de Mandioca habian de sazonar en pocos meses, pero que en cas-
tigo no la lograrian en un año, y así pasa el dia de hoy.
4;.- — En empeño me ha puesto mi deseo de seguir el rastro de este Santo .
^J tr r o §43. -De otros
Apóstol, y así me obliga á salir de mi Provincia á la del Perú; y creo que ^ino^haUan
no salgo de mi intento, pues deseo rastrear que el Santo estuvo en la Pro-
vincia del Paraguay, y que la tradición de los naturales es cierta que traia
una cruz por compañía de su peregrinación.
"Que haya pasado al Perú uno de los discípulos de Cristo N. S. la tra-
dición de toda aquella provincia lo testifica; y lo escribe el P. fray Alonso
Ramos de la sagrada Religión de San Agustín, Historia de N. S? de Co
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
422
pacabana cap. 7, 8, 9, 10, 1 1: el cual en el cap. 7 dice estas palabras: "Por
casi inmemorial tradición tienen los naturales del Perú, especialmente los
serranos, que anduvo en él un hombre jamas visto otra vez, predicando al
verdadero Dios;" hasta aquí este Autor. Y en el cap. 8. dice: "le quisie-
ron apedrear eu el campo de Cacha cinco ó seis jornadas del Cuzco camino
del Callao, donde aun en este tiempo se ven estas peñas abrazadas, (*) di
cen que con fuego del cielo que quiso vengar tan atrevida desvergüenza,
dejando al Santo libre de aquellas sacrilegas manos. Pasó adelante el Santo
varón, y saliendo á tierra del Callao deseó ver que famoso altar y adora-
torio que los collas tenían en la Isla Titicaca y destruirle si pudiese. — Y
mas abajo dice este Autor: En este tiempo les predicó la creencia y culto
divino á un solo Dios, y viendo el poco fruto que con esta verdad haria y
la dura obstinación en que se estaban, comenzó á reprenderlos ásperamente
de donde vinieron á cobrarle aborrecimiento grande. — Y mas abajo dice:
teníanle en gran veneración, tanto que le vinieron á llamar Taapac, que
quiere decir hijo del Creador; tentáronle con riquezas y con blanduras.
46. — En el cap. 9. trata este Autor de una cruz que este Santo discípulo
levantó en el Pueblo llamado Carabuco; y que á su vista enmudecieron los
ydolos, y no dando respuesta y sabida la causa por los gentiles quitaron
de Carabuco. jR Qruz y ]a intentaron quemar, y no pudiendo la enterraron cerca de una
laguna donde cubría aquel sitio ó sepultura el agua, al cabo de mas de mil
y quinientos años la hallaron con la entereza que hoy se ve; y prosiguien-
do esta materia dice así este Autor; hízose averiguación por los años de
1.600 con un indio muy antiguo, que tendría ciento y veinte años llamado
Dn. Fernando, el cual dijo, que por tradición tuvieron sus pasados que ha-
bían visto en sus tierras un hombre de grande estatura vestido casi al modo
y trage de ellos, blanco, zarco que predicaba dando voces, que adorasen á
un solo Dios, reprendiendo vicios y que llevaba consigo una cruz, y le
acompañaban cinco ó seis indios; y que los demonios huían de ella, los cua-
les persuadieron muchas veces á los indios á que matasen aquel hombre,
(*) Herr. Dec. 5. lib. 3. cap. 6. dice así. Que apareció luego por la parte del medio dia un
hombre blanco de gran cuerpo, de veneranda presencia, que era tan poderoso, que bajaba las sie-
rras, crecía los valles, sacaba fuentes de las peñas; á quien por sus obras llamaban principio de
todas las cosas criadas y padre del Sol, porque dio ser á los hombres y animales y por su mano
les vino notable beneficio; y que obrando estas maravillas fué de largo hacia el Norte, y de ca-
mino iba dando orden de vida A las gentes, hablando con mucho amor amonestando que fuesen
buenos y se amasen unos á otros; al cual hasta los últimos tiempos de los Ingas llamaban Tice-
viracocha, y en el Callao Titapaca, y en otras partes Ai uaná; y que le hicieron muchos templos
y bultos en ellos á su semejanza, á los cuales sacrificaban Uice también que pasados algunos tiem-
pos oyeron decir á sus mayores, que pareció otro hombre semejante al referido, que sanaba los
enfermos, daba vista á los ciegos; y que en la Provincia de los caños, queriendo locamente ape-
drearle le vieron hincado de rodillas alzadas las manos al cielo, invocando al divino favor, y que
apareció un fuego del cielo que los espantó tanto que a gritos y clamores le pedían que los librase
del peligro, pues les venia aquel castigo por el pecado que habían cometido, y que luego cesó que-
dando abrazadas las piedras, que hoy se ven quemadas y tan livianas, que aunque grandes se le-
vantan como corchos; y dicen que desde allí se fué á la mai \ entrando en ella .sobre su manto
Analogía con tendido nunca mas se vio por lo que le llamaron Viraco* ha, qut quiere decir espuma de la mar;
la tradición d<
Quetzalcoatl.
(tinta roja.)
BIBLIOGRAFÍA MEXICANA DEL SIGLO XVIII.
42 3
porque de no hacerlo se les seguia mucho daño, y no responderían sus
oráculos: los yndios ataron al Santo y le azotaron. Depuso mas este tes-
tigo, que todas las veces que al Santo le tenian en alguna aflixion bajaban
unas muy vistosas aves á acompañarle, y que agora que era cristiano juz-
gaba que serian angeles; y que oyó decir que después que azotaron al Santo
bajaron aquellas hermosísimas aves y lo desataron; y que el Santo tendien- Vide u apost.
do su manto sobre la laguna navegó y se fué por ella (tiene esta laguna a"
ochenta (80) leguas de circuito) y que pasando por un juncal dejó hecha
una senda que hasta hoy dura; á manera de un callejón, y es venerada de
todos; y que de estos juncos ó espadañas comen los enfermos y sanan.
Refirió también que por tradición se sabia que el Santo dejó una peque-
ñuela caja en un cerro.
47. — Ouando el volcan de Arequipa reventó en un cerro que está cerca
del mar, un hombre que por aquellos valles cuidaba de una hacienda vio
venir de lo alto á él tanta ceniza que parecía un caudaloso Rio; esperó á
que socegase esta avenida; y echando los ojos por aquella parte halló cerca
del mismo cerro una túnica, la cual no se pudo averiguar si era de lana ó
de algodón, larga y al parecer inconsútil, tiraba á color de tornasol, y con
ella dos zapatos como zandalias de tres suelas y en la suela por de dentro
estampado el sudor del pié eran de hombre grande, que causó á todos ad-
miración. Las cuales reliquias se juzgó comunmente eran del Santo dis-
cípulo del Señor; una zandalia de estas tiene una Señora principal en un
cofre de plata, y hace muchos milagros.
48. — El V. Diego Alvarez de Paz de la Compañía de Jesús que escri-
bió aquellos maravillosos libros de vita spirituali, afirmó muchas veces ha-
ber visto esta zandalia, y decia ser tan levantado el olor y fragancia que
despedía que dejaba atrás otro cualquier olor.
En la Provincia de los chachapoyas, donde yo estuve, en un pueblo lla-
mado San Antonio dos leguas de este pueblo está una loza grande de mas
de un estado de alto y mas de seis varas de ancho, en cuya planicie están
estampados dos pies juntos de á 14 puntos cada uno; adelante de estas
huellas están dos concavidades y en cada una de ellas cabe una rodilla, que
demuestran que allí se arrodillaba el Santo, y así lo sienten todos: al lado
de estas señales está señalado un báculo en la misma peña, que tendrá dos
varas de largo con sus ñudos denotando que fué caña ó palo con ñudos, y
parece según se puede conjeturar, que el Santo se desocupaba del báculo
para poner las manos juntas para orar: es público que el Santo Arzobispo
de los Reyes Don Toribio Alfonso Mogrobejo fué en persona á verlo, y de
rodillas dio gracias á N. Señor por haber visto tales rastros del sagrado
discípulo del Señor: quiso mudar esta loza pero fué imposible; porque ya
antes que los españoles conquistasen el Perú Colla Jupa Gobernador de
Guazcar Inga que entró á conquistar aquella Provincia intentó llevarlo á
la suya y no pudo; y así dejó mandado que todos los yndios la adorasen:
Almirabl
Huellas,
(t r)
BIBLIOGRAFÍA mexicana del SIGLO XVIII.
424
el dicho Arzobispo mandó hacer sobre la loza una Capilla para que aque-
lla reliquia estuviese con decencia. Esto es muy corriente en el Perú, y
toda esta historia la trae latamente el P. Fray Alonso Ramos y en un cap.
de ella dice así.
49. — Lo que á personas curiosas he oido platicar tocante á este glorioso
Santo és heber venido á estas partes del Perú por el Brasil, Paraguay y Tu-
cuman; y el Rmo. Señor Don Lorenzo de Grado Obispo que fué de Popayan,
digo Paraguay, pasando el añode 1. 619 por el Santuario deCopacabana dijo
que en todo aquel Obispado del Paraguay hay grandes barruntos de haber
pasado por él uno de los discípulos del Redemptor; de aquí se dice ha-
ber pasado á Chachapoyas; y de allí á los Valles de Trujillo, y después á
los de Cañete, y de esto hay grandes conjeturas, porque en Calungo doc-
trina de los P.P. Predicadores se vé hoy dia una gran loza y en ella impre-
sos los pies de un hombre de grande estatura, y unos caracteres (*) en len-
gua que debe ser griega ó hebrea porqe. no han aceitado personas que los
han visto con lo que quieren decir: los indios viejos tratando de aquellos
y de los pies estampados en la loza dicen: que un hombre de gran estatu-
ra, blanco zarco y de baiba crecida, para darles á entender y comprobar
que el Dios á quien él predicaba era poderoso y su ley era verdad con el de-
do había hecho en las peñas aquellas señales. Hasta aquí dice este Autor.
50. — Demás de lo dicho es vos constante de tradición muy antigua, que
el Santo mandó á los indios del Perú que edificase un templo al verdade-
ro Dios que el predicaba; hiciéronlo, y habiendo llevado mucha paja para
cubrirle, estando el Santo de noche durmiendo sobre ella, se apareció el
demonio fiero y espantable y mandó á los indios que quemasen aquel hom-
bre con aquella paja, reprediéndolos de fáciles en creer á un hombre ad-
venedizo y extranjero: pusieron fuego á la paja, y ardiendo salió el Santo
con toda paz y sociego por medio de las llamas dejando asombrados á los
gentiles.
LxipidoTúé s?oe 5 i- — Saliera del carril de la brevedad que deseó en esta narración sim-
Thome Dho P. ,. . / , j-'ijic— c '
Ramos á fs. 32. pie, si por menor me pusiera a probar que este discípulo del benor tue
Santo Tomás, tocaré algunos fundamentos á que dará principio el sagra-
do texto: Emites in mundum universum practicare Evangeliumomni crea-
titree: Alare, ultr. este cargo se dio á todos los Apóstoles, y así San Am-
brosio sobre este lugar dice: Agitavit Chistas saos per diversa mundi
dixerit 11 1 toti orbi Evangelium preedicarent. Los Apóstoles se encargaron
de esta empresa, y á ellos se les cometió, y que diesen vuelta á todo el mun-
do universo con su predicación; y si esto es verdad, como lo es infalible,
como se puede pensar que dejaron á escusas sin la luz del Evangelio toda
la América, que según cuenta matemática, es casi la tercera parte del mun-
(*) Estos caracteres ó letras, mira á f. á donde está la cruz que se halló del Sto. en Melia-
por, y allí hay semejantes letras; — también en el Brasil ciertas letras esculpidas en Piedra como
venios arriba f. n" 9. —
bibliografía mexicana del siglo xrm.
425
do; que haya oido Santo Tilomas el que ilustró los indios del Occidente predicación de
... . , _, . _T Sto. I'homas.
con su predicación es muy gran congetura el haberle escogido Cristo JN.
S. por Apóstol de la gente mas abatida del universo mundo para negros y
indios. Predicó á los Bracmanos como lo dice Orígenes, Ensebio y otros Enei Oriente.
(Origen in Gen. lib. 3 :Eusebio lib. 3, cap. 1. Marti rol. 21. diciemb. S. Juan
Crisóstomo oratio deduo Apos): doctrinó los indios del Oriente. Los Etio-
pes fueron lavados y blanqueados con la predicación de este Santo Após-
tol, como dice Sn. Juan Crisóstomo. Los abesinos que habitan la Etiopia En África.
oyeron su voz, y hoy le veneran como á su primer Apóstol; y esta conge-
tura junta con las tradiciones que quedan referidas hacen probable que
San Thomé predicó en todo el Occcidente, empezando por el Brasil pa- Quepredicóei
sando naturalmente en embarcación de Romanos, que por la costa de Afri- te.
ca (como dicen algunos) tenían comunicación con la América, ó que Dios
por milagro lo llevase (que se puede tener por mas cierto). Pasó al Para-
guay; y de allí á los Peruanos: en el Paraguay le conocen hoy por el nom-
bre, llamándole Pay Turné, como consta de una relación que tengo en mi
poder del Dor. Don Francisco de Alfaro, Oidor que hoy es del Consejo de Dor. Aifaro.
hacienda el mas práctico que hoy se conoce de cosas de Indias por haber
andado las partes próximas y remotas de todo el Perú y Paraguay, el cual
en su relación dice así: — "Cuando estuve gobernando la gobernación de
Santa Cruz de la Sierra supe que habia en toda aquella tierra noticia d^ un
Santo que llamaban Pay Turné, el cual habia venido de muy lejos, de suer-
te que entendí cuino habia venido del Brasil por el Paraguay: — hasta aquí
dicho Dor. Alfaro.
52. — De moliera que ya queda conocido por Thomé en el Brasil, Para-
guay y Perú: que este sagrado Apóstol haya pasa lo por el Brasil al Pa-
raguay y Perú dícelo el P. Pedro de Rivadeneira de nuestra Compañía 2?
part. f. 7 1 5; por est is palabras: — " y no solamente predicó el Santo Apóstol
á todas estas Provincias y Naciones, pero en el Br sil escribe el P. Manuel
de Nobrega Provincial de la Compañía de Jesús que fué en aquella Pro-
vincia, que los naturales de ella tienen noticia de Santo Thomé, y de ha-
ber pasado por aquella tierra, y que muestran algunos rastros y señales de
ello, las cuales el mismo padre habia visto por sus ojos:" — haita aquí el di-
cho Autor. Luego mucho se llegó á certidumbre la tradición que hay en el
Paraguay, de que por allí pasó el Santo, el cual así como en la India Oriental
profetizó la renovación de su predicación evangélica, diciendo. Cuando profesiadei
llegare el mar á esta piedra, por divina ordenación vendrán hombres blan-
cos de tierras muy remotas á predicar la doctrina que yo agora os ensaño,
y á renovar la memoria de ella: de la misma manera profetizó el Santo la
entrada de los de la Compañía en estas partes del Paraguay de que voy profes¡a de!
Santo
tratando, por casi las mismas palabras: esto que yo os pre lico se os ha de en Paraguay
olvidar pero cuando vengan unos sacerdotes sucesores mios que traigan
cruces como yo traigo, entonces volvereis á oir esta misma doctrina que
Snia. Trinidad
J 25. Que es
muy probable
que el Sto Após-
tol se acompañó
de la cruz en e
Occidente.
de Carrabu
(lápiz.)
BIBLIOGRAFÍA mexicana DEL SIGLO Xlllí.
426
yo os enseño; de cuya enseñanza y doctrina les quedó hasta nuestros tiem-
pos el conocimiento del abscondido Misterio de la Sma. Trinida 1, si bien
ya olvidados celebraban supersticiosamente una celebre festividad de este
Misterio: en el Perú halláronse tres estatuas del Sol, que llaiíiiban Apo-
iiiti Churinti, Iníigua, ó (¡ni, (*) que quiere decir el Padre y Sor. Sol, el
hijo del Sol, el hermano del Sol; y que el Santo les explicó la unidad de las
tres personas divinas, dá testimonio un Ydolo que llamaron Tangatanga
en que adoraban en este uno en tres, y en tres uno; lo cual tengo por muy
probable que les quedó del Apóstol, y ellos lo aplicaron á sus Ydolos; y
así entiendo que el nombre que en el Paraguay dan á Dios que es Tupa
y corresponde á Mancha los inventaron los mismos indios oyendo las ma-
ravillas que de Dios les anunciaba el Santo, y espantados d jeron Tupa, quid
est Jioc, cosa grande.
53. — No se puede dudar que el Santo Apóstol Santo Thome fué devo-
tísimo de las llagas de su Divino Maestro por el especial favor que el Se-
ñor le hizo en que con sus manos las palpase; y aunque en su corazón las
tenía impresas, como esteriormente no las podía llevar por mostrarlas á los
gentiles, aprobechóse sin duda del instrumento de la Cruz (**) donde se ha-
bía obrado, y a^í es muy digno de creer que el Santo la llevó consigo. La
señal que dio en el Oriente de la predicación futura fué una Cruz de pie-
dra (***) que tenia esculpida en una piedra delante de la cual hacia siempre
oración: en Meliapur en el lugar á donde fué m irtirizado se muestra una
cruz cortada en piedra con algunas manchas de sangre y en la misma pie-
dra se ven otras señales suyas; que aun en estas señales de piedra, no quiso
fuese inferior el Occidente al Oriente como ya hemos visto en las señales
que en piedra vemos hoy esculpidas: halláronse en el Oriente letras incóg-
nitas, en Occidente se ven hoy también. Fué muerto por un Bracmano
sobre un piedra. La Cruz que este Santo llevó al Occidente es de tanto
peso que parece de piedra, así en su peso como en su incorrupción, por-
que como ya dijimos; estuvo debajo de tierra que bañ iba el agua mas de
mil y quinientos años y se vee hoy tan entera, sólida y macisa como lo
pudiera estar una piedra, y lo mas és, con un olor particular, sin dar mués -
tra que en algún tiempo se sugete á corrupción.
54. — Agora nos queda averiguar, si esta Cruz la hizo el Santo en Ca-
rabuco donde la colocó, ó en el Brasil ó Paraguay; la razón de dudar és,
que era grande de altor casi de dos varas y media gruesa y por labrar,
porque después de labrada ahora en nuestros tiempos, quedó de un palmo
de ancho en cuadro, y tan pesada, que la mitad de ella que se llevó á Clin-
(*) Herr. Dec 5. lib. 4. f. 116. columna 1. habla de estas tic- estatuas del Sol, y dice se lla-
maban. Apointi, Churinti, Intiquaoqui; que quiere decir el Padre y S,ño> el Sel, el Hijo Sol, y
el hermano Sol; y en Chucunsaca usaban adorar á Tangatanga, un Ydolo queen uno decian que
era tres y tres en uno. — Mira adelante á f. n? 79.
("") P. Acosta. Historia Moral, cap. 27. f. 377.
(***) P. Lacena. Historia de San Xavier, lib. 3. cap. 4. f. 16S. — I". Rivadeneira, vbi supra.
BIBLIOGRAFÍA mexicana DEL SIGLO XV III.
427
quisaca, iban reventando con ella dos muías que la llevaban en unas pan-
gúelas de que en esta Corte (dice el Dor. Alfaro) hay abonados testigos,
que le vieron llevar; é yo he hecho varias pruebas alguras veces con muy
pequeñas partículas de ella, que echadas en agua se van á fondo; y así pa-
rece que el Santo no se había de embaí azar en tanta longitud de leguas
con tan pesada carga.
55. — Con todo eso parece casi cierto, que el Santo la llevó de muy lejas
partes; que no la hizo en Carabuco es cierto poique toda aquella comarca,
no solo es falta de madera provechosa para alguna fabrica, pero aun de la
leña común que se aplica al fuego; y así lo advierte el Dor. Dn. Francisco
de Alfaro en su Mem. por estas palabras: — "Advieito que todas aquellas
tienas al rededor de la laguna (que tedas las he andado) son muy faltas
de madera y aun de leña:" — hasta aquí dice, y aun advierte que sin duda
aquesta Cruz vino de muy lejos, porque afirma, no haber visto en todo el
Perú madera semejante; y así consta que no se hizo alli, demás que ma-
dera incorruptible como ella és y tan pesada y olorosa y de su calidad y
color no se halla en todo el Perú; que no la hay en tola la Provincia del
Paraguay, es cosa cierta, porque en casi treinta años que ha que andamos
por aquellos montes los de la Compañía en busca de indios gentiles, nunca
habernos visto tal especie de madera: yo tengo en mi poder un pedazo de
ésta Cruz milagrosa con testimonios ciertos y haciendo cotejo con una es-
pecialidad (sic) que hay en el Brasil, que los naturales llaman Xacaraitdá
y 1< s españoles Palo-Santo de que se hacen cosas muy curiosas por reme
dar el ébano, hallo que es de la misma especie; y así lo afirman testigos
prácticos de esta madera con quien hice la esperiencia en el olor y color,
muy particular en el peso porque el Palo-Santo muy pequeñitas partícu-
las que se pongan en el agua se van luego al fondo; y esto mismo hace
aquesta Santa Reliquia; de donde se colige, que el Santo Apóstol fabricó
esta V. Cruz en el Brasil, en donde empezó su predicación, comunicando
á toda la especie de esta madera las virtudes que la esperiencia nos enseña
para la salud humana, porque bebida el agua en que se cuece hace muy
buenos efectos, y principalmente contra la disenteria, á cuya causa la voz
común le ha puesto por nombre Palo-Santo. Hay desde donde el Sto. llevó
esta Cruz hasta Carobrico,que fué donde la enarboló, mas de mil 50. — y dos-
cientas leguas; de manera que se saca de lo dicho por muy probable la tra-
dición que en el Paraguay se tiene de haber dicho el Sto. Apóstol que
cuando viniesen unos hombres sucesores suyos, que trajesen cruces como
él traia volverían á oir la doctrina que él les enseñaba. — A la objeción se
puede responder, que quien en el Oliente en la Ciudad de Meliapur trajo un
madero de inmensa grandeza, que mucho número de hombres y elefantes no
podían mover, para la fábrica de un templo material, bien podría traer este
madero precioso para el edificio espiritual de su predicación; y el que de una "no^reíaSeá
I,. / . ■ / , ii- • /— 1 j .la América y de
ndia a otra le paso sm galeones, le aligeraría su Cruz al peso de una paja, eiuáu india.
BIBLIOGRAFÍA MEXICANA DLL SIGLO Xl'lll.
6 p t Co- 56. — El empeño en que me ha puesto el tratar de la Cruz de Santo Thome,
niü Sto. Apusti;
1 ol la Santa
en Carobuco.
me obliga á decir de su colocación por las manos del Santo, de su invención
en estos nuestros dias, y efectos que hizo y al presente hace; y no jusgo
haber salido de mi intento porque trato cíe la conversión de gentiles y pre-
dicación del Evangelio, (pie es imposible hacerse sin Cruz, y aun á veces
muy pesada, pero como es el yugo de Cristo, ella aligera. Consta por tra-
dición que el Sto. colocó este divino Estandarte en Carabuco, pueblo de
gentiles de los mas idolatras y supersticiosos que se conocieron en el Peni,
á cuya vista enmudecieron los simulacros que hasta allí habían sido muy
parleros, avisando á los Indios, que mientras no quitaban aquella Cruz ni
habían de ser propicios, ni darles respuesta; y esta fué la causa porque los
indios echaron aquella preciosa reliquia en la Laguna, pero yéndose la
echaron^en una Cruz por su peso al fondo en presencia de los gentiles á la mañana ama-
laguna.
El modo rom.) necia sobre el agua, los cuales por quitar de una vez aqueste estorbo á sus
fué hallada la b ' f M M
Su- '• ídolos sacaron la Cruz del agua y encomendándosela al fuego pretendie-
ron volverla ceniza, á que aplicaron todo su poder sin que las llamas hi-
ciesen en ella mas señal de la necesaria para que ahora en nuestros tiem-
pos se comprobase la tradición común de los indios á la vista de nuestros
ojos; y así por un'lado tiene una breve señal de fuego.
57. — Viendo los gentiles que los dos elementos de aguay fuego no podian
contrastar aquel madero, trataron de encoineud trio á la tierra: cabaron en
ella tres estados y tan junto al agua, que lo mas del año cubria aquel lugar,
y allí depositaron este tesoro; y para que estuviese más oculta dejaron he-
cho un albañal de inmundicias. Llegó el tiempo que el Señor tenia deter-
minado sacar este testimonio de verdad de su Evangelio para que constase
que por los sagrados Apóstoles se habla predicado en todo el universo: cuya
invención fué esta, sacada de la Historia del P. Fr. Alonso Ramos del or-
den de Sn. Agustín.— Comían los indios de Carabuco juntos en la plaza
el dia celebre de Corpus, uso común por aquellas partes de celebrar las
fiestas, encendióse al calor del vino una pesada pendencia entre dos par-
cialidades que habitaban en aquel pueblo, y viniendo á las manos prorrum-
pieron también en voces diciéndose alternativamente palabras injuriosas:
los Amanzayas que eran advenedizos, dijeron á los Urnizayas que eran
naturales del pueblo: vosotros sois mal inclinados y hechiceros, y vuestros
antepasados apedrearon á un Santo (*) que les predicaba la fe y creencia de
un solo Dios, y pretendieron quemarle una Cruz que consigo traia; esta la
tenéis escondida, y sabéis muy bien donde está y no la queréis mostrar.
(*.) Santo Thome: Santo Thomc: Santo Thome! .... Luego que leí lo que va escrito al prin-
cipio «le este Santo Apóstol, me acordé haber leido lo que aquí llevo escrito de Quetzalcohualt, y
con cuidado lo voiví á leer; y porque me pareció ser nuestro Sto. Apóstol, lo escribí aquí para
que el lector hiciera juicio de ello. Ahora llegando aquí con la pluma me dio vehemente deseo,
é impulso de leer la aparición de N? Sra. de Guadalupe de México en que hallé lo que veros al
n'.' 52 que confirma lo que yo sentía: el Sor. es testigo á la verdad, á cuya gloria lo comenzé y
á honra dej Santo, para que todos lo sepan y den alabanza.
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII
429
Vino esta noticia al Cura llamado el P. Sarmiento y muy siervo de Dios,
el cual ya con halagos, ya con amenazas supo el lugar, de donde habien-
do cabado tres estados la sacó. — Hace nuestro Señor por esta Cruz mu-
chos milagros, principalmente contra los rayos c incendios, muchos se
cuentan; y muchos escribe el P. Fr. Alonso Ramos eül Con esto he con-
cluido con la Cruz restos y señales que hay en el Occidente del glorioso
Apóstol; agora volveré á mis reducciones deseoso de que alguno tome es-
te rasguño para tratarlo en histoiia con fundamento.
Hasta aquí el P. Antonio Ruiz que acaba á fs. 35, de quien lo copié en
México á 15. de Noviembre de 1,679. años. — Duarte. — Una rúbrica.
58. — A fs. 26 del libro intitulado "felicidad de México" en la aparición pruébasecomo
de N;.1 Srñora de Guadalupe que escribió el Licenciado Becerra;* y dio á dios metafórica-
mente llamaban
la estampa año de 1,675 el Doctor Don Antonio de Gama sujeto de todas Q^akohuati
r > / J J es Sto. Thome.
prendas, segundo Gama en descubrir como el primero y su ascendiente el
nuevo mundo de la India, y en llevará él la nueva luz del Evangelio: és-
te en dar á conocer el descubrimiento, ó nuevo y milagroso hallazgo de la
luz del Occidente Maria, escribe en el lugar citado así, á fs. 26: — A que
se llega ser el día 22 de Diciembre, subsecuente á la festividad del Após-
tol Santo Tomás, que sin duda fué él quien predicó el Evangelio á las na-
ciones de este nuevo reino mucho antes de la fundación de esta Ciudad, en
la de Tula, ó como dicen los naturales Tollan de que vi pintura y tradición
que no puede aplicarse á otro del Apostolado, por haberse conservado su
apellido: Didimün; esto es Mellizo, y de que hayan quedado en las Indias
Occidentales rastros de este Santo Apóstol, véase al Sor. Don Juan de
Solorsano en su Política lib. 1 cap. 7. donde cita á fr. Gregorio García Re-
ligioso Dominico en su libro de Indiarum Origine; y en otro tratado es-
pecial del Santo Evangelio en el nuevo Orbe; y así mismo á fray Alonso
Ramos en la Historia de la Virgen de Copacabana, y otros A. A.; y no
puedo persuadirme, á que el cómputo de los siglos, que usaban los natu-
rales mexicanos de 52 años cada siglo, dando á cada año la cantidad de
365 dias tan conforme á la verdad, se pueda atribuir al Demonio, Padre
de la mentira, sino á enseñanza de este Santo Apóstol; á que se llega que
al fin de cada 52 años solares anadian 13 intercalares, por trece bisiesto?,
que hay en cada uno de estos siglos; porque al tiempo que se dividieron
los Apóstoles por todo el Orbe á predicar el Santo Evangelio, siguieron
el cómputo del año ordenado por Julio Cesar, que precedió al nacimien-
to de Cristo Señor Nuestro, que observaron los Romanos en todo su Im-
perio.— Hasta aquí este Autor el cual dice, que el Santo Apóstol hizo el
Calendario mexicano. — Ai riba á fs. ri? 13 se ve como Torquemada es-
cribiendo de Quetzalcohuatl, dice que hizo el Calendario; luego este es
Santo Thome, de quien así mismo escribe que traía en el vestido cruces, Notable ttt
(*) Parece que como allá habló la bonica de Balaan, aquí habló una Becerra; y que bien ha-
bló! Oh dichoso hombre!. . . . Ojos de lince que viste la profundidad de las aguas de Theomin,
BIBLIOGRAFÍA MEXICANA DEL SIGLO XVIII
430
Noticias del
Pantillan.
Como escribí
lus iridios.
Pintura gero
glífica.
Demuéstrase
como este fué St
Thomecon algí
lias notas á ello
como las traia el Santo Apóstol: escribe Torquemada (como se ve á fs.
11? 1) que los de Quetzalcohtiatl, fabricaron aquellos grandes palacios
de Mictlan en la Mixteen, que quiere dicir Infierno, y á este propósito re-
fiere loque escribe Solorzano "Política Indiana" lib. I. cap. 7. ful. 28. col.
2. que dice así:— Que es así mismo lo que San Pablo dijo del nombre San-
to de Jesús, que le adorarían y le hincarían la rodilla todos los del Cielo,
tierra y Infiernos. Donde San Hilario y Maluenda(*) dicen, que en la pala-
bra Infiernos quiso significar nuestros antípodas y americanos que estaban
como escondidos ó sepultados en lo más bajo de tales abismos de mares y
tierras, que respecto de las nuestras en toda propiedad se llaman infernas.
59. — Para mayor inteligencia de lo que luego diré conviene decir aquí,
como el P. Francisco Calderón de nuestra Compañía, provincial que fué de
esta Nueva España escribió (que he leído) el año de 1,637 un libro del Pau-
titlan (y para eso mandó también pintar un libro que está en nuestro Cole-
gio de México en la librería en figuras como escribían los indios de México,
y sus Reyes, en que está el Pantitlan) á fs. 15. (con autoridad de fr. Gerónimo
de San Román lib. 2. cap. 15 de las Indias Occidentales) dice así: — ''Yo
he hallado que los indios tienen historia de 3,800. años. Estos mismos in-
dios vinieron de Babilonia: tuvieron noticia de la creación del mundo, y del
primer hombre del género humano: de su caida por haber comido del árbol
prohibido: también la tuvieron del Diluvio, y propagación del género hu-
mano por el modo siguiente: — Pintan un geroglífico que significa el dia á
un latió un n? de siete, con que declaran que en ese dia crió Dios N. S. to-
das las criaturas: luego pintan al primer hombre Adán, que de varonil edad
se llalla en el Paraíso, pintan el atbol veda lo de que comió y señalaban el
dia nono: luego pintan al primer hombre caído, arr >jado fuera del Paraíso,
denotando que por haber comido de aquel árbol cayó de la alteza en que es-
taba y fué echado del Paraíso: luego pintan al hombre cultivando la tierra
y á otros que le acompañan en varios ejercicios y oficios manuales: pintan
dtspues agua que va cayendo del cielo inundando la tierra y la gente que
perece en el Diluvio: en la cumbre de un alto monte pintan una cueva y
á la entrada huellas de personas que van entrando; pintan ocho personas
que en ella se amparan de las aguas con algunos pájaros que los acompa-
ñan, en que declaran aquella celebrada Arca que fabricó Noe, defensa de
las ocho personas que en ella entraron con los demás de los animales." —
Hasta aquí el P. Calderón. — Hemos entendido esta Historia así pintada y
así escrita; pero pregunto, quien pintaba solamente la entendiera si no se
la explicaban? .... que para eso eran los cantares de los indios; y cuantos
leyendo aquí que cito el lib. del Pantitlan, no saben lo que es; y dirán,
mire el bárbaro lo que escribe; pues preguntemolo que se lo diré. (**)
60. — Veamos pues ahora (hablando con la misma protesta con que aca-
(*) De antich, lib. 3 cap. 16 pág. 150. —De Hilar, supr. psalm. 3. —
Esto se confirma á fs. 119. col. 1, Ilerr. Dcc. 3. lib. 3. cap. 10.
BlBLlOGRAVlA MEXICANA DEL SIGLO XVÜl.
43 1
ba la Historia de la aparición déla Virgen Santísima de Guadalupe el Lie.
Becerra, y con el deseo que en las con que acaba la tradición del Santo
Apóstol en el Paraguay el 1\ Antonio Ruiz) que cuentan las historias que
vido Torquemada y cita Becerra del Quetzalcohuatl según que de su His-
toria Monarquía Indiana van á la letra sacadas (de que es digno de ala-
banza, el Sr. le haya dado el premio) y de alabar por ello al Señor que le
dio impulso para que escribiera esta Historia; que no hay duda que será
de mucha gloria de Dios y honra del Santo Apóstol y consuelo de los na-
turales destas partes el saberse que el Santo Apóstol estuvo; y que lo es-
cribieron debajo de aquel nombre metafórico á Quetzalcohuatl no adora-
ron como á Dios, que eso no lo dice la Historia. — Escriben de él que vino
de la costa de Panuco á Tula el mismo de quien habla Becerra con nom- Qlleizaicohuati.
bre de Didimo ó Mellizo: dicen lo primero de él, que era blanco, barbudo,
a'to de cuerpo (cuya Imagen dice guardaban envuelta en mantas ricas re-
costada, y de aquí se prueba que no le tenían por Dio?, contra lo que es
cribió Torquemada, cuando le describe por uno de los dioses de los indios)
de buena condición; dice que en Tula le cometieron adulterio los Señores
de allí, (*) y que dos Señores eran quien lo cometían Tezcatlipuca y Híte-
mete; (**) dicen que de Cholula se fue á Campeche: (notta: allí como dice
Herr. Decad. 2. lib. . . . fs. 61. col. 1. part. 2 fué donde la primera vez, año Nota ¡nterca-
r . Ilda en el texto-
de 1517, españoles con Francisco Hernández de Cordova, vieron Cruces;
y la tradición de aquellos indios era, que un hombre blanco que fué allí Cruces en
de las partes del Poniente las puso: de aquí se prueba que primero estuvo
en esta Nueva España, que en el Brasil, Paraguay ni Perú, á que se l'ega
la tradición de la Santa Cruz de Guatulco(**#) Otra Historia hay que con-
(*) Repárese que no ha dicho que fué casado.
Nota. Hay aquí en que reparar en la incertezade este cuento: dice que dos le acometieron Xoia .
lurtes.
1 ue to-
el adulterio, y el uno de ellos es á quien ellos difinen por Dios Supremo v Todopoderoso, como do lo compreadi-
, • ,.r 1- - 1 !!• ■ „ do en esta se cu-
liemos visto; con que se reconoce cuan diferentemente se entendió la Historia: Htiemac era ver- .neutra incorpo-
daderamente Rey ó Casique allí, y Torquemada le nombra entre los que allí lo fueron; este pues rado en el cuerpo
, . . . . . . del texto original
persiguió al Santo y a su doctrina; y por eso siguiendo el consejo de Cristo se salió de allí para como s¡ formase
Cholula: ademas de que hablando Torquemada de Quetzalcohuatl en lo corriente de su I listona, ^áníosesudirec-
y después como de hombre á quien á su modo canonizaron por santo, y en las partes que andu- ció» '
vo, tiempo &;.' hay contradicción; como aquí en decir que el que los indios tenian por Supremo al principio y fin'
y Omnipotente Dios le habían hecho adulterio juntamente con otro hombre mortal; y la razón á >e la, n"sma
. . . • . J ' numera hay no-
mi ver de esta implicación, es porque aunque Torquemada fue muy deligente en averiguar lo que tado-
escribió, pero no todo lo que escribió lo averiguó; porque lomas lo escribieron los primeros Ue S£z.Ptinta roja.)
ligiosos, en especial como se saca de las mismas historias, todo lo que tocaba á religión en que ¡.apalabra
, . . . . ,. . , , r , , • ,- , , adulterio, uaná
al principio, no con tanta inteligencia de las metáforas de los indios para dudar y pregunta!', y una significación
sacar el verdadero sentido; ademas de que luego los Religiosos les dieron á entender que cuan- ^"j™ }t"£a
tas ceremonias y ritos tenian eran diabólicos, y al Diablo habian adorado; y así los inisnn
dios contribuían también y usaban de la palabra nigromántico (á nuestro entender encantador,
hechicero & '.'
***) Notta. Herr. Dec. 3. lib. 4. f. 165 col. 1. dice así: — En Cumaná adoraban muchos ídolos. Esta AW« for-
y entre ellos tenian una Aspa como la de San Andrés, en un cuadro como signo de Escribano, mj una apostilla
3 ' ... escrita en el ori-
cuadrado, cerrado y atravesado en cruz de esquina á esquina; y muchos religiosos dijeron que g¡,tal al margen,
era cruz, que se defendían de noche con ella de los fantasmas, y la ponían a los niños en acaban-
do de nacer; esto escribe el Autor. — Tero yo vide delante de Cuernavaca en esta Nueva España
4 leguas de ella al Sudueste en el cr.mino que va á Mazatepec, junto al 1 ueblo de Tetlauma, en
ÉIBL10GRAFIA MEXICANA DEL SIGLO XVIII.
432
firma lo que digo de no haber entendido la Historia de los Indios. Dije-
ron los indios que Huemac siguió hasta Cholula á Ouetzalcohuatl y que
hizo allí grandes castigos, y que se hizo adorar por dios.(*)
61. — Demás que fué gran sacerdote en Tula, y que el Obispo de Chiapa
escribió de él la apología de Campeche; ( 1) dice mas, que era alto de cuer-
Huemac. po, (2) que era artista ingenioso; (3) que en Cholula Huemac gobernaba
ouetzalcohuatl. 1° temporal y Quetzalcohuatl lo espiritual; (4) que tenia pillados de pie-
dras preciosas; que los subditos eran muy obedientes, abundantes los fru-
tos &?; que hacia penitencia sacándose (frutos &? (5) sangre con que en
un cerro el templo llamado Xuchicalco esculpidas en las piedras Aspas deesta forma X y Mitras;
y las veía quien quisiere. — Calaucha lib. 2. cap. 2. f. 315. col. 2 dice se hallaron también en el
Perú; á f. 327. col. 2. trae otras Aspas que se hallaron esculpidas en Calango, y cita á (lomara
cap. 83. part. 1.
Esta nota está (*) Notta que á Huemac no lo tu vieron los indios por Dios, y así mal le podrían dar adoración:
intercalada en el est0 se ueba en que escribiendo libro de los que tuvieron, no lo cuentan ni lo mencionan como
texto \ ule sup. . . .
la de la pág. (t. tal en la Historia; lo que sí querían decir era, que habiendo Huemac apartado á los cholultecas
de la buena doctrina del Apóstol, la detestaron y dieron culto á laque tenían; y esta palabra cul-
to, estaría escrito con tal término que en la esplicacion se entendió ó equivocaba con adoración.
Valdreme de un símil, porque de otra manera no puedo, ni sé darme á entender; para probar co-
mo en la materia pudo haber mala inteligencia, mala esplicacion y ningún reparo en el historia
dor, V. g. enseña un cristiano á un moro, a un gentil en Turquía ó en la Tartaria &a á persig-
narse, comienza: Por la señal de la Santa Cruz de nuestros enemigos ¿s-3.- pregunto agora, estas
palabras como suenan, si el que las oyó las enseñase á otro, y este le preguntase que quiere de-
cir aquella palabra poi la señal aquí está la dificultad) era necesario que este recurriese al que
se la enseñó, el cual solo para esplicarsela le refiriese toda la doctrina cristiana y le esplicaria
aquella palabra por la señal asi habla la criatura pecadora con Dios Padre, Todopoderoso ofen-
dido yledice,porlos méritos de tu hijo Jesucristo y por lo que por mi padeció en la Cruz en su pa-
sión, líbrame, perdóname mis pecados: así le diria al gentil ó al infiel; pero á cualquiera católico;
y en lo escrito bastaría solo decir por la señal: así en nuestro caso. Cuantos en nuestra lengua,
aunque lo leen no sabrán que es Nadie, Solsticio, Antartico, senorinia de claveles, avezado, Kqui-
nocio &? Pues que seria si estos nombres los copiase un chichimeca? que llevaba en llevar so-
lo lo que suena la vos; al sombrero, llamamos sombrero porque nos hace sombra; de manera que
hay aquí nombre y su significado, teniendo áeste modo en sus historias los indios las cosas, á
quien las sacaba, no daba mayor inteligencia, iban faltas de la verdad y de la buena inteligencia:
pondré otro ejemplo de esto; escribe que los Tultecas salieron de su tierra Huehuetlapan el año
ce leepall, y describiendo la salida de los mexicanos de la suya Azllan para venir á ésta y muchos
años después dice, que salieron el año ee teepatl, como si dijéramos: Los Godos vinieron á Es-
paña año de 1679 y los Moros ganaron á España el año de 1679: en la 2? parte diserniendo la
rueda con que contaban los años y los meses escribe una impropiedad en los nombres mexicanos
vueltos en castellano como si dijéramos uno Enero, dos Febrero, tres Mayos, cuatro Abriles-, en
lugar de decir el 1? Enero, el segundo Febrero, el tercero Mayo, el cuarto Abril,
(i) Con que parece que debió de sentir lo mismo que Becerra.
Todas las notas (2) ^5iene 'Men esto con decirse en el Paraguay de la huella de 14 puntos y en el Brasil de
que siguen están gtO. Thome.
intercaladas en el , , , . . . . ,..,.,
texto y separadas (3) Es decir que les ensenaba a trabajar y que ejercitasen oficios para adquirir la vida, y que
por paréntesis ¿| trabajaba para sustentar la vida honestamente con sus manos, por aprovechar y huir la ocio-
vertido en las sidad, como después lo enseñaron é hicieron los Religiosos; y en el Brasil y Paraguay les ense-
coíno ellas mece- n° * plantar la Mandioca, que es el Cazavi.
dklas de la pala- (zl j?s contra lo que ha dicho que no concurrieron nunca juntos, pues aquel era perseguidor
roja. Rz.) suyo; y perseguido de él se salió huyendo á Campeche. — También entenderían los indios por
piedras preciosas, Margaritas, etcétera, alegóricamente lo alto, lo precioso de su doctrina, docu-
mentos y enseñanza.
(5) Aquello pudo ser ó de las riquezas celestiales, ó de la gloria que les predicaba por pará-
bola, como decimos de la celestial ferusalen, ó del Paraíso terrenal antes del pecado cuando la
Interpretacio-
nes alegóricas razón obedecía al Divino Hacedor y correspondían las criaturas terrestres á Adán antes que pe-
cara; y aquellas grandes voces serian las que daba para llamar á los hombres á oír la divina pala-
bibliografía mexicana del siglo XVII i.
433
sangrentaba las púas del maguey; (i ) que los sacerdotes dicen tomaron
de él ésta costumbre (2). — Escriben que estando en Tula, (3) aquel má-
gico Titlacahuan: Dios Omnipotente y Todopoderoso que dice tratando
de él se le apareció como viejo, que sabia sus secretos, sus intentos; que le
reveló lo que pensaba, que le dio aquella bebida que le suspendió los sen-
tidos, que le enlibó, que le hizo inmortal; (4) que le dijo aquel nigromán-
tico que le apareció que habia de ir á Tlapala porque le estaba allá aguar-
dando otro viejo; (5) que después de aquella venida lloró amargamente y
comenzó su jornada; (6) que esto corrió muy en general entre los indios,
y que á esta causa se persuadió Motecuhcuma, que cuando llegaron los
españoles se persuadió y todos á que este era Quetzalcohuatl; (7) que con
el encanto y embuste del nigromántico antes de partirse de Cholula que-
mó algunas cosas que tenia hechas de plata y enterró otras cosas preciosas
• en las barrancas &?; (8) que como era nigromántico convirtió los árboles
buenos en malos y mandó á las aves que le acompañasen cantando &?; (9)
bra con el símil del que llamaba, á la mañana, á medio dia, á la tarde &?; ponderándoles que de-
bían servir á Dios como las criaturas á su criador, Sol, Luna, Estrellas &?-; como los. esclavos y
vasallos temporales al rey.
(i) Aquí se ve la equivocación y peor inteligencia que por decir que les enseñó penitencia y
la hacia él enseñándoles á llorar sus pecados, y con las púas del maguey castigaba su carne, le- '
yeron que se sacaba sangre para huntar las púas del maguey: y en decir que se lavaba á media
noche, que se llamaba Xinkpacoya, que no lo explica quizas diria, que así como la luz de la gra-
cia alumbra la obscuridad de la media noche así la penitencia lava y blanquea lo más negro (le-
las culpas.
(2) Y tomarían las demás buenas que mudaron ó dejaron pues dice Torq. hablando de sus ce-
remonias y ritos que el demonio quiso hacer mona de Dios, por qué lo dijo? sino porque tenían
el remedio de toda nuestra religión (lee su 2'} p. y lo verás1 que mudaron ó que se les apagó co-
mo á los Batuecos.
(i,) Es lo que se escribe atrás á fs. n? 6.
(4) Que otra cosa fué sino Dios Eterno, Dios Viejo, Dios Anciano al modo que les hablaría
que por medio de su Hijo les reveló Misterios altos, que le dio su cuerpo Sino, en bebida, Mis-
terio tan alto que su consideración trasforma al hombre, y de hombre carnal y mortal por el pe-
cado le hace inmortal por medio de la Gracia, y que este le envió á predicar y á convertir al
mundo.
(5) Esto fué lo mismo que decirle que después de esta vida iria á la (doria y á descansar á lo
alto con el padre délas lumbres ó luces que eso es Tlapalan; y que Tlapala no es la tierra, se
prueba en lo que dice que los indios preguntaban al P. Sahagun á donde era Tlapala.
(6) Esto sería que dijo Misa se comulgó y lloraría la perdición de tantas almas.
(7) Luego creian á que habia de volver? y porqué lo creyeron? porque él lo habia dicho; y
como lo dijo así sucedió: luego aqui vemos cumplida la mesma profesia, que les dijo, como se
cumplió en el Brasil, Paraguay, Perú y Malipur; luego este Quetzalcohuatl es Didimo Mellizo y
Thomé?
(8) Esto seria por no echar las margaritas á los puercos, vista la persecución, quemar algunos
ornamentos ó cosas sagradas, ó esconder algunas reliquias como hacían los cristianos de la pri-
mitiva iglesia en las persecuciones.
(9) Como estas obras son maravillosas denotan algunos milagros .pie obraba el Santo para
confirmación de su doctrina; asi en las plantas (Cristo mandó a la higuera &? | y á las aves y le
obedecerían al modo que el V. P. Anchieta y otros muchos Santos y por eso le llamaron nigro-
mántico: lo cierto es que en la lengua de los indios le llamaban el obrador de maravillas: y ma
yor maravilla fué aquella que referimos arriba que obro Santiago en España resucitando a Samuel
muerto después de 637 años; y con todo dicen que en toda ella solo a siete convirtió. Pero aun-
que aquí le llamaban nigromántico, la verdades, que los indios no le tuvieron por tal ni por Dios,
sino que le estimaban como á hombre admirable por los prodigios y maravillas; y para que se vea
una de las equivocaciones ó errores de la relación .pie dictaban y del que copiaba: describe Toe-
BIBLIOGRAFÍA mexicana DEL SIGLO XVI 11
434
que le acompañaba mucha gente tocando flautas é instrumentos; (i) que
caminando contra Tula camino de México á la parte del Norte algo al no-
roeste en un serró descansó (2) y estampó las manos en una piedra y que-
daron estampadas, y por eso se llamó después Tecnacpalco; y dice Tor-
quemada que averiguó ser así. (3) Viendo los hechiceros la determinación
y engaño á que se halda persuadido Quetzalcolutatl no lucieron mas instan-
cia en detenerle; (4) que le preguntaron á donde iba? que respondió que á
Tlapala; que le llamaban de la parte del Señor de ella que era el Sol; (5)
que vivió veinte años en Cholula, y después de ido le adoraron por Dios;
que les enseñó oficios &?; que no admito sacrificios de sangre humana ni
animales, sino de pan, Rosas y Flores y olores, y porque vedaba y prohi-
bía las guerras, robos muertes y 'daño del prójimo; y que cuando en su
quemada la jornada que hizo de Tula para Chulula con estas formales palabras que le fuesen de-
lante hasta la tierra de Anahuac, que dista cien leguas de Tula: esto dice; y á fs 50. lib. I. p. I.
Anahuac. comienza el cap. 21 con estas palabras : Cap. 21. De como vinieron otros seis señores de la parte
del Poniente á esta tuna de Anahuac ; y en el mismo tomo i. p i. en el Prólogo del lib. 4'.' dice
asi: Desembarcó (Cortes) en esta tierra de Anahu.u: esto escribe estando en México. Pues si
Anahuac és la tierra de México (como lo és y toda esta N. España, y de Tula á México no hay
mas de 18 leguas, y de México á Cholula no pasan de veinte, como no reparó en la demasía, ni
en la tradición de distancias y partes.
fl) Bien pudo ser que como en unas partes fuese mal recibido, en otras partes sus maravillas
le sirviesen, ó quisiesen denotar alguna procesión festiva que hacia Sí"
(2) Es junto á Tlanepantla.
(3) Pien pudo ser que como allá estampó las huellas para confirmar la verdad de su doctrina
aquí obrase maravilla en la piedra para lo mismo. ••( lira piedra está en Ayotla detras de la Igle-
Esta urna is "s'a cerca del camino real estampado el pie derecho y el izquierdo en Sta. Catalina á orilla de la
de diversa y mas <qaguna de Chalco.'' Nota ahtua manii.
forma una após- (41 Esto dijeron los indios á'forquemada, y él lo escribió, ahora pregunto: — Aquellos hechi-
tilla marginal. ceros que vieron la determinación de Quetzalcohuatl Sí", quien serian? aquí hay perseguido que
se iba y perseguidores que se quedaban; quien persuade y quien és persuadido: luego en los mis-
mos yndios habían igualmente hechiceros como á Quetzalcohuatl nigromántico. Como con esta
contradicción se hacia concepto formal del caso sin reparar? y si los perseguidores eran hechice-
Interpretacio- ros y él nigromántico, y sin nada de esto supieron de lo precioso que echó en la fuente de Coa-
""" aleg°"cas- pan ,|e qUe habia de servir el echarlas allí: en este punto parece que hay mas enigma, quizá que
tiene alusión á la fuente ó pila del Santo bautismo, cuyas preciosas aguas encierran lo mas pre-
cioso de la Gracia. Enseñóles Quetzalcohuatl cosas buenas, y por eso le levantaron templo, no
como á Dios; al templo llamaban (Herr. Uec. 2. lib. 7. f. 250. col. 2) casa de Dios: Teucali: y á
Dios Teutl; y dicen las historias describiendo sus templos al tiempo de la entrada de los españo-
les que en lo 'alto estaba el altar y piedra en que se sacrificaban; y dirá claro está, quien les enseñó
á levantar templos fué (Quetzalcohuatl, en ellos se sacrificaban hombres, luego Quetzalcohuatl
enseñó á sacrificar hombres? No. — Moisés enseñó al Pueblo de Dios su ley Santa; y el á un vol-
ver de ojos idolatró en el toro de metal. Son tan antiguos los templos entre los indios, que es-
cribió Torquem. lib. I. cap. 13. part. 1. — que tultecas compañeros de ntro. Quetzalcohuatl mu-
chísimo mas antiguos que mexicanos, lo hicieron seis leguas de México, y se llamó l'eotihuacan,
que dice, casa de los Dioses; y en Tula y Cholula el sacrificar hombres (Torquem. lib. 2. cap. I.
Part. I.) lo inventaron los mexicanos los mas modernos en la tierra; y fué viviendo á ella en Tula;
y aqui vemos que en Tula á donde comenzó la buena doctrina Quetzalcohuatl, comenzó su per-
secución y después el sacrificio de carne humana.
Tlapala. (5 Reparo aqui en este nombre Tlapala, que dice part. 1. lib. 2. cap. 14. f. 40. col. 2. que los
tultecas con quienes vino por caudillo Quetzalcohuatl, salieron de su patria Iluehue Vlapalau,
que quiere decir Tlapala la vieja: allá da á entender que cuando llegó á Tula ya estaba fundada,
en fin en lo que en este capítulo aquí citado, á lo que escribe á f. 27S. col. 1. lib. 3. cap. 7. part.
I. hay contradictoria. Digo mas en esta nota; así como Tlapala es la lumbre celestial, ó alta cla-
nes alegóricas rielad &?, y allí está el Sol, el decir el Santo que iba allá, para consiguiente á alguna enseñanza
suya. ''1 respuesta á alguna pregunta que le hacían.
onunciacion
exicana de los
año-
BIBLIOGRAFÍA mexicana del SIGLO XVIII.
435
presencia nombraban guerras, muertes ó males del prójimo volvía la cara
á otra parte y se tapaba los oidos; que fué castísimo y honestísimo y en
todo muy moderado; (i) que fué su templo muy venerado, que aun los
enemigos venian á él en romería. (2)
62. — ¿Quien les enseñó á estos indios aquella oración que está á f 11? 20?
y quien Teos, como llaman a Dios los griegos? aunque ellos nunca pueden
como las demás naciones pronunciar los nombres peregrinos castellanos con
la perfección que nosotros: yo he tenido historias suyas en su lengua y en
nuestra letra, escribía por Velasco Tclasco; Fiso? rey por Visorrey; domines i>,
por tomines; lomatiriqítis por Don Martin Henriqucz; dola por Tula; cita non
t ton por cuarto; Tcatiuosti por Tea tinos; Viltiscca por Villaseca: así todos:
y les he oido decir ala. vas por naranjas; Señóla por Señora; pottonis poi bo-
tones. En Navarra y Vizcaya llaman á Dios Tangoicoa, que suena Dios de
lo Alto; pues Teutl Dios Todopoderoso que dais vida á los hombres dad-
me todo lo necesario para la vida humana &? y gozar de vuestra clemencia,
aved misericordia de mi. Espejo resplandeciente; y otros semejantes que
dirían estos indios, que significan? quien se las enseñó? pues si allá aque-
llos entendieron y entienden á Tangoicoa por el Señor de lo Alto, por Dios;
estos que entenderán? — Dicen que llevó cuatro discípulos mancebos prin-
cipales y virtuosos de Cholula y que desde Cuazacualco los volvió á enviar, y
y entre otra doctrina que les dio fué que dijesen á los de Cholula que tuvie-
sen por cierto que en los tiempos venideros habian de venir de la mar por la se cumplió
paite de donde sale el sol hombres blancos con barbas blancas como él, y
que serian Señores de estas tierras y que aquellos eran sus hermanos (3)
(1) Esto dicen y todo conviene con la santidad del Santo Apóstol, y no convienen, ni al De-
monio ni á nigromántico, ni á hechicero, el decir que el Santo les quitaba el sacrificar hombres,
no pudo ser porque como se lia probado no lo usaban en aquel tiempo: reparo en que no declara
la historia si estos sacrificios, ofrendas &? que le hacían era viviendo, ó á su imagen después de
ido, y lo mas cierto parece que no era viviendo; porque no consta que á ninguno viviendo sacri-
ficasen hombres; y mal se los ofrecían en tiempo que no lo usaban: las otras acciones virtuosas
seria viviendo; y si muerto lo hacia su imagen, eso seria mayor maravilla que queria obrar Dios
como por medio de la Sta. Cruz que dejó en Campeche la obró con los Indios.
(2) Seria al olor de la buena doctrina que les enseñó la cual después se acabó como en Para-
guay, Brasil, Peni y Malipur por falta de la comunicación con los demás cristianos de Asia, En
ropa y África; Roma Concilios &?; y porque Dios, como el Santo lo reveló, tenia destinado el
cuando y el medio que despu s tomó para la conversión de este nuevo-mundo, ó plugo a la di-
vina Clemencia ele su Gracia á sus Ministros, para que prediquen y lleven adelante la gran con-
versión de estas gentes, y mueva á algún levantado y fervoroso espíritu á que escriba, á que pu-
blique las maravillas que obró el Santo Apóstol en esta nueva España para que grandes y peque-
ños lo sepan y alaben al Sor. por ello así como da á los de la Compañía de Jesús; pues hoy á 19
de Noviembre de 1Ó79 comienzan en esta ciudad de México las doctrinas con el Jubileo de las
Misiones con notable fervor.
(3) Ksto dijo, y esto se cumplió; y les diría mas, que á predicar y enseñar lo qe. el aba en Pa-
raguay dijo lo mismo en el Perú y Malipur también y se cumplió; y en el Paraguay los de la Com-
pañía, y en Nuev. España los Religiosos de Sor San Francisco entraron 011 cruces en las manos;
aquellas profesias se cumplieron y esta también, luego este es aquel? I >e cuno los indios lo espe-
raron y creyeron en él ó los suyos cuando vinieron los españoles, y embajada solemne .pie le
enviaron ya lo vimos, y cuando vinieron los españoles luego les llamaron Teut r, Dioses, hijos ó
hermanos de Ouetzalcohuatl.
Pr
bibliografía mexicana del SIGLO XVIll.
436
— Dice que le llaman Dios del ai re ; (i) que había otro Dios del aire llama-
do Quetzalcohuatl; (2) que el Templo que le levantaron era redondo; que
era amigo de la .Agricultura y ceremonias de los Dioses y su adoración, (3)
que él mismo ordenó muchos ritos y ceremonias; que hizo el calenda-
rio; que tenia sacerdotes que se llamaban Keketzalcohuatl, que quiere decir
Religiosos y Sacerdotes del orden de Quetzalcohuatl. Que obraba maravillas;
que viviendo vida mortal vestia vestiduras largas hasta los pies por hones-
tidad con una manta encima sembrada de cruces coloradas; (4) Escriben
mas de él, que en Tula tenia un gran Templo y su imagen tenia la cara
fea; (5) dicen mas, que en Yucatán lo veneraron y le llamaron Cuculcan. (6)
1 Quizá alude ó quiere decir, el de la 1 Marina Celestial ó Angélica como decimos el Águila
Agustino, el Angélico Thomas, qe. no se entiende qe. el uno es Águila ni el otro A tiget. Escribe
tíerr. Dec. 2. lih. 7. cap. 18. f. 232. col. 2. hablando de Dioses y Templos de mexicanos asi: "To-
do esto entre los sacerdotes y sabios en su Religión tenia sus sentidos y entendimientos literales y
morales: esto- ¡dolos -egun el Pueblo decia eran hermanos, aunque en los oficios y advocaciones
diferentes, porque Tezcatlipuca era Dios de la Providencia y Httitzilopochili de la guerra, era este
mas venerado y tenido en mas estima que los demás.
(2) Esta definición de Dioses &? dice á fs. 255. col. 1. que la dio Andrés de Tapia conquista-
dor v Cénzalo de l'mbria un Piloto que contaron hasta los Escalones del Templo y lo vieron to-
do; y de aquí dice que lo tomó el Coronista Gomara, y lo tomarían todos: con que conviene en que
entre muchos dioses que tenían había tres principales: como entenderían Tapia y Umbría Dioses?
ó como les explicarian Dioses los Indios podia ser con mala inteligencia lo que de ordinariamente
decimos voy á Misa á Sto. Domingo á San Fr?nco. &? á la Iglesia de Sto. Domingo á la Iglesia
de Sn. Franco., y no decimos á la Iglesia de Dios pues es cierto qe. á la Tglesia de Dios vamos
aunque esté allí Sto. Domingo ¿vH pues si entre muchos habiatres superiores, estos podia ser co-
mo se ve arriba á f. n? 47. de las tres estatuas que tenían los del Perú que significaban como allí
se escribe el Misterio de la Trinidad, y que en lugar de tres personas y un solo Dio- verdadero
entendian Dioses: y que cuando dicen tuvieron por Dios á Quetzalcohuatl, se ha de entender al
modo que ellos le canonizaron.— Escribe que cuando el Y. Mateo Recio entró en la gran China
hal'ó allá Judíos relajados en los ritos y ceremonias de su ley: llevaba el V. un cuadro y en él pin-
tada la Virgen Maria, el Niño Jesús en los brazos y San Juan niño allí: preguntóle al Judío que
quienes eran, dijo el Judio esta es Rebeca, este Ezau, aquel Jacob: y dice allí que al Mesías Moxán
v Xorzolin á Jerusalem. Este ejemplo esplica mucho en nuestro caso. En nuestras corónicas de
las Indias hay dos ejemplos algo á nuestro intento: preguntaban los españoles, primero en Vera-
cruz y en Panamá como se llamaba la tierra; y ellos respondieron muy al contrario, y es de notar
f|e. esto que respondieron Ulua y Perú quedó' por nombre perpetuado en nuestra memoria y lo
estará mientras durare.
^ Notta: Amigo de lo- Dioses y su adoración, ordenó ritos y ceremonias á los 1 >ioses, luego
apTOtniaSmargi- él n0 era Dus Pues daba la foración á otro 1 tios: luego decir que lo tuvieron por Dio- ya se vé
"»'• que es lab' >.
14'. Esto dijeron de Uuct/alcohuatl: en que el Demonio huye de la Cruz y no la viste ni hace
tales obras, ni los hechiceros y nigrománticos: y también que no llamaron ni á sus discípulos con
ti nombre con que llaman á Dios Tetitl; qe sin duda el nombre Teotl se lo daria el Sto. Apóstol*
como los demás qu. tenian cerno remedo á la ierarquia: pregunto yo, que rastros de cristiandad
se halló en los Patuecos al cabo de 800 años? teniendo los primeros qe. allí entraron muchos años
de criítiauos, pues en estos indios al cabo de 1.500 años de loqe. pasó volando como rayo, qué ras-
nos, qué señales había? * Aquellos Patuecos v esto- indios fueron muy parecidos en qe. allá cerca
* Desde este , _ , ' . . .
hasta el fin de la de donde estaban se apareció N? Sra. de la lena, y a esta la \ írgen de Guadalupe.
"°orMn™runael (51 (¿ue pintándole vivo dicen era blanco, rubio &? quizas qu. por no haber oido su doctrina,
apostilla no permitió Dios lo acertasen á retratar, como lo que sucedió con N ;.' Si a de Copacapana en el
Perú.
(í Y vemos que estando Campeche tan cerca de Nueva-España ya le habían puesto diferente
nombre, y siendo el mismo no le llamaban Quetzalcohuatl; y decir allí qe. los Cocomes que con
oidores vienen de él, es decir que los Letrados recibieron de el la doctrina ó leves con que gober-
naban. Cuando escriben que barria los caminos pa. qe. viniesen los Dioses Tlaloques con aquel
simil de la lluvia, es decir, qe. quitaba los estorbos, los embarazos, sic l< >- caminos, los malos pa-
BIBLIOGRAFÍA MEXICANA DEL SIGLO XVIII.
437
63. — Dicen las historias que se maravillaron mucho estos indios cuando
vieron á los compañeros de Cortés herir los Pinos para hacer la pez para
los bergantines; y que cuando subieron con Ordaz al volcan á sacar azu-
fre para la pólvora se espantaron los indios y se juntaron muchas milla-
radas á ver en que paraba. Y en el Perú, en el Cuzco, cuando los espa-
ñoles allí uncieron los primeros Bueyes para arar, se llenaron los campos
de indios á ver la maravilla. De nuestro Quetzalcohuatl dicen y no acá
ban, de cuan artífice é ingenioso era, cuantas y diversas cosas les enseñó
así humanas terrestres como celestiales y divinas: hallamos entre ellos
el arte admirable de la pintura dn rica plumería esta sin duda les enseña-
ría el Santo; y asi como quien les descubrió el modo de alumbrarse con
tea; le tuvieron en estimación más que humana, así al Santo como por la
pintura por la obra y en la doctrina era todo precioso, todo celestial (di-
gámoslo asi); llamarle han el Apeles, el pintor de plumas, y no como quie-
ra sino metafóricamente. Pintamos á los cuatro Evangelistas (ya se sabe
la metáfora) al uno con un ángel, buey otro, hombre otro y águila otro.
N. Apóstol Santo Thome es Vinomio, nombre par, á pares Thomas, Di-
dimo,(*) Mellizo, coate. Torquemada á fs. 64. col. 2. part. 2. llama coates
á aquellos que nacen de dos en dos: el mismo á lo literal solamente dice
que Quetzalcohualt dirá en español culebra emplumajada; de modo que
e^te nombre encierra coate ó Mellizo; y plumas, plumaje y no cualquiera
pluma, pluma rica, pluma preciosa, pluma del cielo: este nombre plumaje,
penacho, lo entendieron los indios metafóricamente, qué hace la pluma?
de qué sirve la pluma? La pluma hermosea la vista, atrae el aire hecha
abanico ó mosqueador, adorna: por la semejanza de las aves vuela, de una
parte á otra; sube de lo bajo á lo alto; baja de lo alto á lo bajo; pues aho-
ra Quetzalcohualt (al modo que se explica el Águila Agustino) coate el de
la enseñanza admirable aquel que así como pluma preciosa voló, subió, nos
trujo del cielo, nos enseñó aquellas cosas divinas y celestiales nunca de
antes vistas ni oidas; aquel que con las cosas que nos decia de los cielos y
del Supremo Dios nos elevaba y nos arrebataba la consideración para que
como pluma ligera nos levantásemos de las cosas terrestres á las celestia-
les y divinas; visto que el nombre como lo és, es metafórico, otro entendi-
miento mas alto que el mió dará en el punto: de aquí quizas nació la grande
sos de los pecadores, y los disponía pa. qe. los Dioses, pa. qe. la Pina. Trinidad, la < ¡rae i a Divina
viniesen á ellos, y los hartase como las aguas materiales á la tierra seca y árida.— El decir de él
(como parece atrás á f. nV 6) qe. tomó el espejo y mirándose en él dijo: ya estoy viejo, pudo ser ac-
ción natural qe. la podia decir cualquiera Santo: pero el referirlo ellos, y qe. el dicho se conserve
hoy en el Pueblo de Huehuetoca junto al Desagüe, alude á esto á mi ver. A esto, escriben del Sto.
que era industrioso, qe. les enseñó muchas artes y ciencias; ellos hallamos qe. usaban espejos de
piedra muy bruñida á qe. llamaban Tctzcatl (si el nombre está mal escrito no se la lengua] este les
enseñará el Santo á hacer con la industria de bruñir la piedra, y seria quizas en aquel lugar; y
probando la vista en si diria aquellas palabras.
(*) Santiago tiene varios nombres: Jacobo, Jacome, Xayme, Xaume, Xemes, Diego, Dida-
co, Jaques.
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
438
estimación en que tenían á la plumeria para adornarse con ella, al modo
que el hábito de Santiago por devoción del Santo; y el nombre cohualt
de la misma manera que se halla á cada paso repetido en hombres y mu-
geres. Para creer que el Santo Apóstol estuvo en la Nueva España sirven
todas las razones que trae el P. Vazconcelos, y la que está á fs. n? 35. San
Marcos dice en su Evangelio que ya cuando lo escribió, doce años des-
pués de la muerte de Jesucristo, ya estaba predicado el Evangelio en to-
do el mundo.
64. — Aquella llama divina, esto es, aquella doctrina santa que el Santo
Apóstol predicó en la América, parece que se apagó para revivir como Fé-
nix después de tantos años con más fuerza; y así por la alusión de pluma
rica se le acomoda lo de nuevo Fénix.
"A fs. 64. col. 2. part. 2. escribe Torquemada: que estos indios tenían
que habia habido una muger llamada Cihuacoalt que paria los hijo«s á pa-
res; y que les llamaban los coates ó los culebros; y que el P. Sahagnn en-
tendió que era Eva, que parió los hijos de dos en dos; y dice que tuvieron
noticia de la encarnación, (>) y de la serpiente que engañó á Eva. — Claro
está que la tenían por el Santo Apóstol.
65. — Gil González Dávila "Teatro Eclesiástico de las Iglesias de las In-
dias" que imprimió el año de 1649: á fs. 229 en la Santa Iglesia de Oaxa^
ca, escribe de la Santa Cruz de Guatulco con estas palabras: Fue que una
Cruz que los indios decían, que muchos centenares de años antes que llega-
sen los españoles la habia puesto un hombre blanco, barbudo y vestido de blan-
co,}1 qe. habia estado una tarde adorándola postrado delante de ella.
El dicho Gil González á f. 103 Teatro de la Santa Iglesia de Yucatán
escribe que usaban espejos en que se miraban los hombres y no las muge-
res; y prosigue así: "Pocos años antes que llegasen á la Provincia los nues-
tros un indio llamado Chilancanibal (*) venerado de los suyos por señalado
y verdadero profeta les dijo: que estuviesen muy ciertos que dentro de po-
cos años vendria de la parte de donde el Sol nace gente barbada y blanca,
y que entraña en la Provincia con la insignia de la Cruz enarbolada en
alto, y les mostró su forma en cuya presencia (dijo) nuestros Dioses no po-
dran ser de importancia; y que esta gente habia de ser Señora de la tierra;
que no harían mal á los que creyesen en la señal de la Cruz; que gozarían
de paz y cesaría la adoración de sus ídolos, y adorarían á un solo Dios ver-
dadero á quien estas nuevas gentes adoraban. (*) Mandó tejer una manta
de algodón y les propuso que de aquella manera habia de ser el tributo que
(s) Escribe lterr. Dec. 4. lib. 8. cap. 4. f. 197. que en Honduras á aquella a quien atribuyen
que ñivo hijo sin llegar á varón dice que porque era muy sabia la llamaron Comizahualt, esto és,
Tigre que vuela por metáfora.
(') Citan Caníbal: esta partícula ciíwAí/suena Mellizo en la lengua Tagala de Manila; y aun
en esta de Campeche que no entienden su significación tiene dos nombres, como allá el Quetzatl,
Cohua ti.
(*) De esta profesia trata Ilerr. Dec. 4 lib. 10. f. 264 col. 1. cap. 3 de este mismo Chilan-
cambal.
bibliografía mexicana del siglo XVltt.
439
habían de pagar: con autoridad de Profeta al Señor de la tierra le mandó,
que ofreciese aquella manta á los Dioses pa. qe. estuviese guardada, y for-
mó de piedra la señal de la Cruz y la colocó en los patios de los templos y
oratorios de sus ídolos, diciendo: que aquel era el verdadero árbol de. la
salud del mundo: y por cosa muy nueva la iban á ver muchos indios; y
sucedió como el Profeta lo propuso al Pueblo; y dieron entero crédito á ello,
y viendo á Francisco de Montejo y á los suyos, que fueron los primeros
conquistadores, hacer con tanta humildad, reverencia y adoración á la
Cruz, entendieron que era llegada la hora de lo que el Profeta dijo." (i)
— Dice luego: — Hallaron en ella los nuestros un á manera de bautismo, y
no en otra parte de las ludias; á este r¡to le daban el nombre de segundo
nacimiento; y tenían á esta manera de bautismo tanta reverencia que todos
lo recibían, y afirmaban que recibían en él una pura disposición para ser
buenos y conseguir la gloria que esperaban: y el que no le recibía no se
casaba; y cuando le recibían ayunaban los P. P. tres días antes y se abste-
nían del uso de sus mugeres: también vieron que usaban de confesión, y
que sus sacerdotes les daban sus penitencias Conocían que los trabajos que
les venían era la causa sus culpas, y para que cesasen se vahan de la con-
fesión, como también en sus enfermedades y en la hora de su muerte; cas-
tigaban á los adúlteros; creían en la inmortalidad del alma; que después
de esta vida habia otra mas excelente. Decían mas, que la vida futura se
dividía en buena y mala; esta para los viciosos y la buena para los buenos
donde se vivía sin pena, y en la mala con grandes necesidades. De aquí
procedió que la conversión de estos indios fuese mas fácil que las de otras
Provincias; y sus naturales mas obedientes á lo que les enseñaban. Dice
mas: Cual de los Apóstoles llegase á estas regiones ó discípulos suyos no
és fácil de averiguar. Santo Thomé llegó hasta la India Oriental, Sn. Bar-
tolomé, Sn. Simón y Sn Judas á otras distantes de aquestos climas; lo cierto
es que la promulgación del Evangelio Santo en todo el Oí be duró 30 años:
este secreto se sabrá el último día del mundo, ó cuando Dios lo manifes-
tare á algún siervo amado suyo. Esto escribe este Autor. Con que siente
por lo que leyó de Chilancambal, que su enseñanza era buena, y que se
predicó la Ley Evangélica en Yucatán.
66 — He observado en la Historia que esciibe que incitados los mexica-
nos allá en su tierra Aztlan de la voz de un pajarillo se movieron á par-
tirse á esta tierra; y que su oráculo les dijo que fundasen á México don le
les mostraría sobre un tunal un Águila; y acreció aquel pajarillo, esten-
diose, creció, llegó á su mayor grandeza, cayó y acabó en un Rey llama-
do Águila que baja, Cuaulitcmoc, que fué el último que perdió el Reyno:
ganoselo otro Rey cuyas armas eran Águilas, el invicto Emperador Car-
los V; y otra ave paloma columbo, Colon descubrió la América. — Cuando
(1) Herr. Dec. 2. lib. 3. f. 75 trae esto el año de 1,518: y dice que por las cruce? que vio dijo:
hemos hallado una Nueva España. Cosa es rara!
( )bservaneia.
BIBLIOGRAFÍA MEXICANA DEL SIGLO XVIII.
440
los mexicanos salieron de su tierra fué el año Tccpatl- cuando llegaron á
México era también Tecpaíl: cuando vinieron los españoles era Tccpatl. (i)
(1679 non'' a 20 — una rúbrica.)
£7. — Es cosa muy de notar lo que escribe el coronista de las Indias An •
tonio de Herrera Dec. 2. lib. 3. cap. i. f. 74 y 75: que el año de 1,518
Juan de Grijalva descubrió dia deSanta Cruz el primer pueblo de este nue-
vo mundo (el mismo dia, 18 años antes descubrieron el Brasil los Portu-
gueses) y habiendo llegado á la tierra de Yucatán en que halló los edifi-
cios y la Santa Cruz de que se hizo mención, dijo hemos hallado una Nueva
España, (2) y de aquí le vino el nombre que tiene, como por señal y en
testimonio del Santo hallazgo de la Cruz que dejó el Santo Apóstol en que
se cumplió su profesia, la cual los indios tuvieron por tan verdadera, que
preguntaban á los castellanos si venían de donde sale el sol respecto de
ellos; y concurrió aquí una circunstancia maravillosa, que luego saltó en
tierra Grijalva, y mandó celebrar el Santo sacrificio de la Misa; y una in-
dia de Xamaica que estaba allí cautiva aguardando que la sacrificasen co-
mo á su marido y otras nueve personas cobró libertad y se fueron los cas-
tellanos: dice mas allí la Historia, que todos los castellanos antes de veer la
i.,; casteiu- tierra, voluntariamente se cortaron todos el cabello, pareciéndoles que iban
nos se quitaron
elcabe,1° á tierra que no tendrían lugar de peinarlos. Y esta fué la primera Misa
que se celebró en esta tierra firme por la parte de Nueva España, de la
cual aun no se sabe el fin y linderos por el Norte: el Clérigo que la dijo
se llamaba Joan Díaz él que acompañó á Co.rtes en la conquista de Méxi-
co, y está enterrado en Tlaxcala: digo que allí bautizó los primeros cris-
tianos que tuvo Tlaxcala, él está enterrado en la Puebla de los Angeles:
Teatro citado á f. 72.
„.., . 68. — Escribe Herr. tom. i. en la descripción de las Indias Occidentales
b.cuncios que t
anet"güe3a7cha f- 57 ™1- *• hablando de la Ciudad de Guamanga en el Perú, dice asi: Há-
llanse en su comarca unos grandes edificios que los indios dicen que hi-
cieron ciertos hombres blancos, barbudos que allí llegaron antes de los in-
gas, muy diferentes en la traza de los que labraban los Inga?; hasta aqui
Herr. Y esto confirma lo del templo ó edificios de Mictlan que vimos arri -
ba f. núm. i. y los que hay en Campeche, Teotihuacan y otros. Nótese
que aunque arriba núm. 6o dice que poros años antes que llegasen los
nuestros á Yucatán profetizó Chilancambal su benida. Lo que quiere de-
Pintura mexl- (i) En la Historia pintada en la librería del Colegio de Sn. Pedro y San Pablo están pintados
los Reyes de México, y se sigue un hombre vestido á lo español sentado en una silla de Castilla
Geroglífico de con sombrero; y así como á los otros está allíjunto su nombre en geroglífico, en el de Cortés hay
1 ■'""'"• un pez dentro de una batea ó sesto, que no sé su significación, y el año Acá ti con un cero así o:
esto último es el año caña; el uno es el primer año después que llegaron los españoles.
2) A Nueva España dio el nombre la santa t; este nombre le puso Grijalva y sus compañe-
ros.—Herrera Dec. 3. lib. 2. cap. 10. f. 74. col. 2. — Torquemada lib. 3. f. 388. col. f. cap. 4.
part. 1. —Viernes Santo que es dia de la Cruz llegó Cortés á la Veracruz, que por eso se llamó
así; y luego se dijo'misa: de manera que en las tres entradas primeras con misterio se vieron eru-
bibliografía mexicana del siglo xvul
441
cir, leyendo bien al dicho Autor en todo lo que escribe en varias partes, •
hablando de Yucatán, es que setenta años antes que llegasen los españo-
les se habían acabado los Cocomes que llevaron los libros y enseñanza de
Chilancambal. Escribe Torquemada con particular advertencia, que acer-
ca de las Historias de los indios en cuanto al computo de los años, no hay
cosa cierta, ni se puede averiguar; y esto digo por lo que está arriba á f.
núm. 1. que dice que Tulala fundaron año de 700 de la Encarnación; por-
que los Tultecas que la fundaron, por todo lo que se ha visto de ellos de-
nota una antigüedad inmemorial y que denota que antes que viniese el
Santo Apóstol vinieron los que fabricaron los edificios, y trujeron como
dice el Maiz y Algodón, y les enseñaron los caracteres históricos que te- M°,uien tr,1¡° el
nian; y con ellos se entendería así el Santo Apóstol: así como San Xavier
en el Japón para predicar no fué necesario deprender sus caracteres. Quien
hallare el origen del Maíz hallará mucho. Puede ser que como la Divina
Providencia dispuso y acomodó las cosas en cuanto al orden de naturaleza
según las naciones de este mundo, que por medio del Apóstol les diese es-
tas semillas, pues no habia animales para arar la tierra &?
A f. 168 lib. 3. cap. 5. al fin, en la vida que el año de 1600 escribió el
P. Juan de Lucena del Apóstol de la India Sn Francisco Xavier trae pin-
tada la cruz que antecede así como está copiada. La tradición del Após-
tol Sto. Thome en la India era que habia mas de mil y quinientos años
que en el reyno de Narsinga (1) en la ciudad de Calamina á quien los na-
turales llamaban Meliapur, que quiere decir Pavón, (2) por la hermosura
de sus edificios y opulencia (3) cavando los portugueses hallaron un tem-
plo arruinado como los nuestros, que todo dentro y fuera estaba señalado
de cruces como las que usan los caballeros de Aniz en Portugal. El año
de 1522 cavando allí buscando el cuerpo del Santo (Nótese que ni Cruz
ni Pavón tenia) hallaron un sepulcro (4) con tapadera de piedra, que por
(1) Cosa notable que el año de 1517 fue cuando en la India Diego Fernandez descubrió la
noticia del sepulcro de Santo Thome en el Oriente; y en el mismo año de 15 17 en la América en
el Occidente Francisco Fernández de Cordova llegó á Yucatán en la cual hayo cruces del Santo
Apóstol (Herr. Dec. 2. hb. 2. f. 61. col, 1. cap. 17.)
(2) Poco mas de media legua de la ciudad fué el martirio del Santo Apóstol.
(3) Torquemada part. 2:.' f. 307. col. 2. cap. 31. escribe que Quetzali son plumas grandes y
verdes: esto e-te Autor. Que mayor comprobación que el Pavón alude á nuestro Queizakohiiatl
de quien habla Torquemada en este lugar citado — A f. á la vuelta se escribe con autoridad del
P. Barradas — tom. 2 lib. 6. cap. 14 que se llamaba Teomini abismo de profundísimas aguas, y
Mellizo chamelote de aguas llamamos á una tela que hace visos, que hace aguas semejantes á la
pluma del Pavón: si el Santo les declaró el significado de estas aguas, que mejor símbolo pues lo
podían escribir á causa de no tener letras.
(4) Es muy digno de notar lo que el P. Lucena en la Vida de San Francisco Xavier lib. 3 f.
158 col. 2. cap. 2. ponderando la grande devoción que el Santo tuvo con el Apóstol Santo Tho-
me, diciendo que después de muerto hallaron un relicario de cobre que traia al cuello en el cual
habia una firma de Sn. Ignacio de Loyola y la fórmula de los votos de su profesión, y enmedio
un hueso del Santo Apóstol Santo Thomé. Prueba este singular testimonio la tradición de que
tratamos, que sin duda tuvo conocimiento mas que de la fé humana de estar su cuerpo en Me-
liapor, y que dejaba como vinculada la imitación del Santo Apóstol en los de la Compañía en el
celo de la predicación.
bibliografía mexicana del siglo XVIII.
442
la parte de abajo tenia letras en lengua badaga; contenían que el Rey que
lo era cuando el Santo allí llegó le donó ciertas tierras y esta sepultura
con el cuerpo que había en él dicen que era el Rey Sagaino á quien el
Santo convirtió: cavando mas hallaron la sepultura del Santo y su cuerpo
muy blanco, el hierro de una lanza encajado, en un pedazo de ella otro pe-
dazo de palo con el regatón de hierro que parecía de bordón. Fuera de la
ciudad en el lugar donde le martirizaron, queriendo fabricar una Hermita
hallaron en unos cimientos una laja blanca de mármol de cuatro palmos de
largo, tres de ancho con esta cruz de relieve, en la punta de encima este
BIBLIOGRAFÍA MEXICANA DEL SIGLO XVIll.
443
Pavón con orla de letras extrañas, que en muchos años no se entendieron;
y que el Pavón parece ademas de lo dicho denotar al Espíritu Santo: has-
ta aqui dho. Autor, (i )
6g — Algunos han dicho, visto qe. algunos de estos indios se circuncida- ch-c. incisión,
ban qe. eran descendientes de Judíos, ó que tuvieron su ley: de lo mismo
se puede inferir que no lo eran, pues tenían bautismo como luego vere-
mos, y si fueron Judios no lo habían de tener, ni cruces, que esto no ense-
ñan los Judios porque no creen en el Crucificado, ni tienen bautismo, ni
creen en la Virgen. La Circuncisión es un Misterio que le usa celebrar
fiesta la Iglesia Católica, y al principio le usó en la primitiva Iglesia hasta
que después le revocó, y pudo el Santo Apóstol enseñarlo, si vino luego
que subió Cristo á los cielos á estas partes, ó bien que les predicó el Mis-
terio y ellos le pintaron; y del modo que prevaricaron en lo demás de la
Santa doctrina, en esto será lo mesmo.
70 — Pues se ha dicho de la circuncisión que dicen tenian los indios, no Bautismo que
tenían los indios.
parecerá fuera de propósito hablar del Baustismo idolátrico qe. tenian es-
tos indios. Torquem. lib. 13 f. 481. col. 2. cap. 16, dice: Luego que nacia
el niño lo primero le cortaban el ombligo y enterrarlo; lavaba la Partera la
criatura diciéndole estas palabras: '-Recibe el agua por ser tu Madre la Dio-
sa ChalcliiJiuitlyciie; CJialchinJitlatonac (quien supiere bien la lengua y sus
metáforas, verá lo significado) y póngate el lavatorio para lavar y quitar
las manchas, y suciedades que tienes de parte de tus padres, y limpie tu
corazón y dé buena y perfecta vida: "Señora" (decia á la Diosa del agua)
"Señora Exelentísima Chalckihuitlycue, (2) CJialchinJitlatonac ya nació
"esta criatura en el mundo enviada de los Dioses Ometicutli y Omccihuatl,
"que viven y reinan en el dozeno cielo, para que la lavéis y limpies de las
"manchas y suciedades que trae heredadas de su padre y madre; y esto os
"suplico por razón de estaros cometido de parte de los Dioses el quitar,
"lavar y limpiar todas malas fortunas y todas las manchas de los que vie-
"nen á la vida mortal: Señora mía, que de esta criatura limpia pues tienes
"virtud y poder para ello:" otra ves tornaba á repetir estas palabras, di-
ciendo: "Diosa del agua recebid á la criatura venida y nacida en este triste
(1) Es cierto que por la ave de plumas ricas como lo es el Pavón y la alusión de Quetzal, y
la tradición en que todo va consiguiente, que lo que significó allá eso quiere acá; menos el decir
que por llamarse Meliapor la ciudad que de antes se llamaba Calamina, que quizas por el Santo
se llamó Meliapor: querer que el Pavón es armas de la ciudad, no lleva camino, que á serlo estu-
vieran en la piedra del Sepulcro del Rey, como por sello de la donación que hacia al Santo y á su
Iglesia; y estuviera juntamente con las demás cruces que hahia en el Templo; y como puede ser
que quien martirizaba al Santo pusiese alli las armas de la ciudad, que no le pasaba por el pen-
samiento levantarle Ara: esto es en la ciudad; y alia fuera de ella en el lugar del martirio, y en
la Cruz en cuya presencia oraba menos: lo cierto parece que si allá significó el Espíritu Santo,
acá habia la misma razón: finalmente ello es digno de teda ponderación. Calamina y Meliapur
tuvo y tenia por nombre esta ciudad, pues si por ser hermosa se llamó Pavón? antes por hermo-
sa, y Calamina como se llamaría? Xo dice que antes era fea, ó menos lustrosa y populosa: de cual-
quiera manera no se acomoda, el que el Pavón sea por Meliapor, sino qe. el nombre Pavón le
tuviese por el mismo significado, que acá el Quetzal por plumaje precioso. —
(2) A fs. 39. esplica bien estos dos nombres en la columna r.'
BIBLIOGRAFÍA mexicana DEL SIGLO XV III
444
"mundo." y tornando el agua en la mano derecha soplaba y poniasela en
la boca, pecho y cabeza, y decíale: — "recibe niño á tu Madre Chalchihui-
"tlycue que es Diosa del agua, y ella te reciba para sustentarte en el mundo."
Hecha esta ceremonia, lávale todo el cuerpo y decíale: "Descienda en el
"lavatorio en que te lavé el Dios invisible, y limpiete de las malas fortunas
"que antes que nacieseis te dieron los Dioses, y quite y aparte de ti los pe-
"cados y suciedades que tomaste de tus padres. —Niño mas precioso que
"todas las cosas Omctecnhtli y Omecihuatl te criaron en el cielo doceno (i)
"para venir al mundo y nacer en él; pues sábete, niño mió, que este mundo
"á que has venido es triste y doloroso, lleno de trabajos y miserias, y es un
"valle de lágrimas; y creciendo en él has de comer pan con dolor, traba-
jando con tus manos." Hasta aquí el Autor. {2)
71. — Allí arriba á f. n? 61 observamos aquella cosa digna de reparo; y
aquí se ofrece decir, que así como la Paloma, ó quien tenia su nombre,
trujo la noticia del Santo Evangelio á la América; así un hombre llamado
Gama (3) con unas naos que tenían nombres de Arcángeles y Angeles co-
mo volando fué llevado el Evangelio á la India Oriental; y escribe el P.
Claudio Clemente en las Tablas Cronológicas, en la de la India Dec. 9?
que Gama llevó á fr. Pedro de Couillones, Fraile trinitario, y á Cortes acom-
pañó fr. Bartolomé de Olmedo Religioso mercedario y fueron ambos los
primeros, aquí este en Nueva España; y ambos de Religiones cuyo insti-
tuto es la redención de cautivos que parece los venían á rescatar de las ti-
nieblas en que vivían con predicación y á tomar posesión del milagroso
rescate que se habia de hacer en las mismas tierras. También es digno de
reparo que aquella revelación de Santo Thome, cuando dijo allá en Para-
guay y Brasil, "que hombres blancos con cruces en las manos &?-" se en-
tendía ser y fuese manifiesta y entendida la tradición de su predicación
en la América cuando á ella llegaron los Apóstoles que son los Jesuítas,
que así le llaman en Portugal donde salió, y todos sus compañeros el P.
Manuel de Nobrego Provinl. de aquella Provincia, que fué el primero que
descubrió las señales de haber llegado alli y inquirió la tradición que des-
pués se aclaró con la evidencia que se ha visto, en lo que los PP. citados
han dicho; y por lo que dijere especialmente de la estada del Santo en es-
tas partes de Nueva-España se deberá al Br. Becerra, que como vimos, lo
apuntó en el Librito de la Virgen de Guadalupe.
(i) A. f. 39. lib. 6? Cap. 19 Part. I? col. 2. dice: onceno cielo.
(2) Repite aquí esta palabra Oineíecuhtli dos Dioses) Omecihuatl; aquella palabra Orne, es
lo mismo que dos, pues anteponerla al nombre es tan grande barbarismo, como lo fuera, v. g.; el
qe. preguntándome uno como se llamaba el sombrero, espejo, tintero, yo por decirle se llama
sombrero, se llama espejo, se llama tintero, le dijera se llama un sombrero, un espejo, un tinte-
ro; de esto tiene mucho, y esto ha causado mucha confusión, qe. pa. decir Dios y Diosa que en
número son dos, este Dos lo entendió por cada uno sin que se le ofreciera dificultad alguna: á
este Ome-Tcculitli y Ome-Cihuatl es á quien á fs. 369'col. 2. lib. 3? cap. 41. part. I. dice que lla-
man el gran Padre y la gran Madre.
(3) Para denotar que uno es presto y diligente decimos, ligero como un Gamo.
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
445
72. — Siguiendo la tradición Herr. Dec. 4. lib. 8. f. 209. col. 1. cap. 10.
dice: que en Yucatán (1) tenian demás del Señor, un gran Sacerdote que
vestia una ropa larga azul con una diadema en la cabeza, y á veces Mitra M'"-1 v- pa-
labrada de colores (2) y en los cabos de la Tiara un manojo de plumas de
colores: llevaba un báculo como obispo; todos le obedecían en lo espiritual.
Tenia el segundo lugar otro que era gran Doctor en sus libros y hechice-
rías: declaraba sus agüeros: tenia otros cuatro sacerdotes vestidos de dife-
rentes colores, que eran del Consejo en las cosas de sus Ritos: habia un
Sacristán que guardaba las hoyas y cosas de sus sacrificios y el que sacaba
los corazones á los hombres sacrificados; (3) y hadan las ceremonias: el
sacerdote mayor gobernaba lo temporal, y á él lo elegían por suertes, y
sacrificaba á los ídolos sangre de las orejas, de la lengua y del miembro
genital. — Adoraban al Sol cuando sale. — Tenian dos ídolos, el uno en fi-
gura de hombre, de mujer el otro; fiara estos eran todos sus sacrificios. (4)
Sacrificábanse muchos indios de 6 hasta 12 años bastardes y nacidos en-
tre ellos: los sacerdotes arrodillados con insensarios vueltos al Sol zahu-
maban y hadan invocaciones vueltos á las cuatro pattes del mundo; pre-
dicaba uno; otras muchas supersticiones y ritos tenian: el confesarlas 11111-
geres que estaban de parto ya se dijo: tenian pintado un árbol con siete
ramas, que significaba siete grados de parentezco; y en ellos por reta línea
no podia casar nadie sino habiendo hecho alguna gran facción en armas,
desde el tercer grado y por linea transversal. Habia otro árbol con cuatro
ramos, que significaba hasta el cuarto grado dentro del cual no se podia
casar nadie; otras buenas leyes y costumbres tenian.
j$. — Muchos indios (5) (habla de Yucatán) de discreción digeron haber
(1) De este lugar comienzan los chontales, lengua diferente; y de una laguna que está en su
término sale el Rio Lompa muy grande: tiene en medio dos peñoles en el uno solian sacrificar.
Tres leguas de esta ciudad está el lugar de Mimila, que era de gran devoción para los indios pi-
piles, y otras naciones iban allí á ofrecer y sacrificar.
(2) Torquem. escribe: que Motecuhcuma era Sacerdote y lo fué también Cuatchtemoc último Pintura mexi-
Rey; y todos ellos en nuestra librería en la Historia pintada, tienen en la cabeza la Mitra como
quien dice; y cuando los indios bailan el tocotin, le ponen en la cabeza, y le llamamos cepil, no se
si lo pronunciamos bien ni su significado.
(3) Ya se ha notado que los mexicanos en tiempos á estos muy modernos, inventaron los sa-
crificios de hombre; y así estos que eran muy mas antiguos, prevaricaron con ellos, así en esto
como en lo demás según la conveniencia temporal de los Señores temporales que eran los Sa-
cerdotes.
{\) Dice aquí que á este ídolo hombre y muger eran todos sus sacrificios, con que denota que
no tenian Otro á quien sacrificar, y que adoraban al Sol: allá á f. 197. cap 4. lib. 8. Dec. 4 habla
de este y dice que le llamaban el gran Padre y la gran Madre; y así se ve en la Historia pintada
y en ella á este personage como Obispo, como aquí le pinta; y también se ve el engaño y la equi-
vocación para* decir que adoraban al Sol. Y es el caso que en la historia pintada donde se sacó, n.
r 1 ir Pintura mexi-
para denotar que aquella tierra de que se habla está de Oriente á Poniente y que aquel maestro cana.
Obispo fué de la parte del Norte, pintaron Sol arriba y abajo denotando que desde Oriente á Po-
niente caminaba sobre ella, y luego aparece este Obispo por la parte del Norte respecto de ellos,
y de aquí nació el engaño, como el decir que le adoraban, pues él claramente dice que solo al
Gran Padre y Madre eran todos sus sacrificios en el calendario que tenian como los mexicanos
de que infirió el Br. Becerra, como vimos, la estada del Santo Apóstol en estas parles.
(5) Herr. Dec. 4. lib. 10. cap. 2. f. 260.
bibliografía mexicana del siglo XVlll.
446
oído á sus mayores y antepasados, que aquella tierra habían poblado cier-
tas gentes venidas por la parte de Oriente, á las cuales habia Dios librado
de otras abriéndoles camino por la mar. (1) Las Provincias son 18 y en to-
das se han hallado tantos y tan grandes edificios de cantería que espanta;
de que se infiere que fué tierra de mucho lustre; y admira que no hallán-
dose en ella ningún género de metal se hayan podido labrar tan grandes
edificios, los cuales parecían haber sido templos: halláronse en estos tem-
plos esculpidas figuras de hombres desnudos con zarcillos en las orejas al
uso indiano. ídolos á honra de todos los edificios, leones, jarras y otras co-
sas.— Chicheniza es un asiento muy bueno, diez leguas de Izanal á donde
Treshermanos jos ant¡p-Uos dicen, que reinaron tres hermanos, los cuales llegaron allí de
qe. llegaron allí ° ' * ' °
v?v¡ansinnmúge- 'a parte del Poniente, juntaron gran población, gobernaron algunos años
te! 'u '"" en paz y justicia. — Estos edificaron grandes edificios y muy galanos. — Afir-
man que vivieron sin mugeres, muy honestamente; y con el tiempo dicen
que faltó uno y que su ausencia hizo tanta falta, que los otros dos comen-
zaron á ser deshonestos y parciales; y de tal manera los aborreció el pue-
blo que los mataron y se despoblaron, y dejaron los edificios especialmente
el mas honroso que es diez leguas de la mar. — Los que poblaron á Chi-
cheniza se llamaron los Izaes: con estos hay opinión que reinó un gran Se-
Cucuican. ñor dicho Cucnlcan; (2) y todos conforman en que este entró por la parte
Templo Este sin .... . . , ,
duda fué Quet- del Poniente; y la diferencia que en esto hay no es, sino si entro antes ó
después de los yzaes, ó con ellos. Finalmente el nombre del edificio de Chi-
cheniza, y el suceso en las cosas de la tierra después de la muerte de los
Señores muestra haber Cucnlcan regido esta tierra juntamente con ellos.
Fué hombre de buena disposición; no le conocieron muger, ni hijos; fué
gran repúblico, y por esto tenido por Dios. Para socegar la tierra fundó á
donde hoy está la ciudad de Mérida, y quince de la mar, y allí hicieron un
setco como de medio cuarto de legua, de una pared en piedra seca con dos
ei Templo de puertas: hicieron sus templos, al mayor llamaron Kukulkan; edificaron
también cerca del casas á los Señores, entre los cuales repartió Cucnlcan
tierras y Pueblos á cada uno: á la Ciudad llamó Mayapan. que quiere de-
cir la Bandera de la Maya, porque Maya significa la lengua. Con esto se
socegó la tierra y vivieron en paz algunos años con Cucnlcan (3) que los
gobernó en justicia hasta que ordenada su partida y encomendándoles su
partida (sic) se volvió á México por el camino que habia ido, y algún tiem-
po se detuvo en Champoton á donde en memoria de su jornada hizo un
edificio dentro de la mar y hoy dia se vé.
( 1 ) De este lugar se puede colegir que eran hebreos á los cuales Dios abrió camino en las
aguas del mar bermejo y que diversas gentes aportaron á esta tierra ademas del Apóstol; y que
Tula ó Tallan era tierra de los unos.
(2) Este Cuculcan, ya habías visto arriba n? 14. f. que es el mismo que asi llama Torquem.,
y en N. España Quetzalcohuatl.—Culcan era de México, dice en este lugar al margen Herr. Con-
cordados bien estos lugares parece que ido el Santo dejó discípulos que proseguían su doctrina.
3 1 A f. 45. habla de este y le llama Cocolcan: es Cocom: Cocomes.
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
447
74. — Considerando los Señores de Yucatán, que no se podían conservar
si no gobernaba uno, determinaron de dar el Señorío al linaje de los Co-
comes, (1) que eran tan ricos que poseían 22 buenos pueblos; y ordenaron
qe. pues el mercado no era para mas de los Templos, se labrasen casas fue-
ra de él á donde tuviesen sus mayordomos, (qe. cada uno traya una vara
gorda y corta); que recibían los tributos de sal, maiz, ropa &?, y de los pue-
blos llevaban los mancos y ciegos, y los sustentaban en casa de estos ma-
yordomos; encargaban mucho la paz y buen tratamiento de la gente me-
nuda; y que trabajase pa. su sustento y el de los Señores. Tenían pa. las
cosas del culto de sus Dioses, uno que era el Sacerdote mayor á quien su-
cedían en el Sacerdocio sus hijos: estaban en él las llaves de su religión;
aconsejaba á los Señores; respondía á sus preguntas; proveía de Sacerdotes
á todos los Pueblos, que se ocupaban en enseñar sus ciencias y escribir li-
bros de ellas. Viviendo los Cocomes en este concierto de la parte de medio
dia de las faldas de la sierra de Lecandó entraron grandes compañías de
gente, qe. tienen por cierto eran de Chiapa; y anduvieron 40 años por des-
poblados de Yucatán y al cabo aportaron á las sierras, que caen algo en-
frente de la ciudad de Mayapan, diez leguas de ella.
Dejo por un rato la narración, luego volveré á ella, por decir de paso en Episod;
este lugar con Torquemada lib. 6. f. 66. col. 2. part. 2. porque viene á pro-
pósito de lo que vamos escribiendo, dice así: "Lo misino era en toda la
costa del Sur, casi desde Panamá hasta la Provincia de Nicaragua, y en la
del Norte por nombre de Dios y la Provincia de Veragua; y desde allí
por toda aquella tierra hasta Honduras, tenían conocimiento alguno (sic)
de Dios verdadero y qe. era uno y que moraba en el Cíelo, al cual en la
lengua del Darien llamaban Chicuhna — principio de todo; el mismo co-
nocimiento tenían en las provincias de Honduras y Naco á donde se pobló
la Ciudad de Gracias á Dios, creyendo haber un Dios Criador de todo; pero
esta noticia fué mesclada con la adoración que dieron al Sol, Luna y Es-
trellas."— Esto este Autor. (2)
Volvamos á buscar nuestro asunto. Diez leguas de ella á donde pobla-
ron, enfrente de la Ciudad de Mayapan, dies leguas (sic) de ella á donde
poblaron y edificaron muy buenos edificios; y agrandándose al cabo de
algunos años los de Mayapan de su modo de vivir, le mandaron convi-
dar pa. que hiciesen morada pa. los Señores. Los Tutuxios, que así se
llamaron los extranjeros, visto este comedimiento edificaron en la Ciudad
(1) Cocomes como vimos arriba á f. n? 14 dice Torquemada que los Cocomos eran oidores Sal
Nótese que esta palabra Cocomes en Mexicano es lo mismo que culebras, y Cocom dice en otra par-
te. Con que en el nombre es el Cohuatl de nuestro Quezatcohuatl. Que esta palabra plural Coco-
mes, es como si á nuestro modo por Su. Francisco dijéramos los Franciscos &?, y el decir allá
Torquemada qe. eran oidores, es lo mismo que aquí dice que tenian los libros, las ciencias, las
leyes y las cátedras, que eran los Doctores. — Mira á f s
(2) Herr. Dec. 2. lib. 3. f. 84. col. 2. cap. 5. dice de los de Honduras confesaban á un s>>],,
Dios; y sin conocimiento dice qe. tocaban á la Virgen N. S; qe. del Dilubio escapó en una canoa
un hombre con su mujer é hijos y qe. de estos se multíplice') el mundo. &.
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
443
y se extendieron por la tierra, sugetos á las leyes de los de Mayapm. —
Estando así en tanta paz, entró la codicia en el goberna lor de la ciudad,
que era del linaje Cocoiu (dirá de la religión) y comunicándose con el Go-
bernador que los Reyes mexicanos tenían en Tabasco y Xicalanco metió
en Mayapan gente de. guerra y la ganó, hacienda esclavos á muchos de los
naturales; y no lo pudiendo sufrir los otros señares, se conjuraron con el
Señor de los Tuxins; y acudiendo en dia señalado á la cisa del señor To-
com le mataron con sus hijos, salvo á uno que estaba ausente, y le saquea-
ron la casa y tomaron sus heredades; y desampararon la ciudad, deseando
cada señor vivir en libertad en sus pueblos, al cabo de 500 años que se fun-
dó, (i) en la cual habían vivido con mucha policía; y habría que se despo-
bló, según la cuenta de los indios, hasta que llegaron los españoles á Yu-
catán 70 años; cada señor procuró de llevar los más libros de sus ciencias
que pudo á su tierra, á donde hicieron templos; y esta es la principal cau-
sa de los muchos edificios que hay en Yucatán.
75. — Siguió toda su gente (2) Ahxihn Señor de los Tutuxius (3) y pobló
en Maní, que quiere decir ya pasó, como si dijese hagamos libro nuevo; y
de tal manera cundieron que hicieron una gran Provincia que se llama hoy
dia Tutuxiú. El Cocón, que se hallaba ausente en la tierra de Ulua, (4)
sabida la muerte del Padre, y el desvárate de la ciudad se fué apriesa y
con algunos amigos y parientes que recogió hizo un buen pueblo con tem-
plo á sus Dioses y le llamó Tibrilon, que quiere decir, jugados hemos sido,
tiempos quedan para desquitarnos. Estos cundieron mucho, y procedieron
de ellos muchas familias, que se llamaron Cocomes; y la Provincia de ellos
se llama ahora Zututa. Al tiempo del desvárate de Ma yapan, no quisieron
los conjurados hacer mal á los mexicanos, sino dejáronlos libres, conque
queriendo quedar en la tierra quedasen de por sí, y con que no emparenta-
sen con los naturales. — Otro yerno de un sabio y estimado sacerdote de
Mayapan llamado Achel, que aprendió las ciencias del suegro, seguido
de mucha gente por la fama de la ciencia pobló en Terrohó; y estos Se-
ñores Cheles siempre continuaron en saber mucho de su Religión y man-
tener el sacerdocio; y así fueron señores de una Provincia que se llamó
Aharrinchel, que es la de Izamal: luego hubo opiniones diversas entre Co-
comes, Cheles y Xihuis, &? (5) Acabada esta pestilencia en las sierras de
Mani en la Provincia de Tiituxin el indio Chilan (6) Caníbal sacerdote
dijo la profesia de la Cruz de que atrás se ha hablado. — Y Don Joan Co-
cón, que cristiano así se llamaba, descendiente de los Cocomes, mostró un
libro pequeño que le mostró su abuelo, que fué el hijo que escapó del Co-
(1) Según esto aquella doctrina permaneció allí 500 años y la iban propagando sus discípulos.
2 Herr. Dec. 4 lib. 10. cap. 3. f. 262. col. 2.
3 Totolxiuh escribe Torquemada, quiere decir pájaro fuego.
(4) Ulua, es en Honduras un Rio que sale á la mar, á donde se predicó la misma doctrina.
(5) Herr. Dec. 4. lib. 10. cap. 3. f. 254. col. 1.
6 ibid. f. 258. col. 1. — Parece <]ue Ci/an es pueblo y tenia Señor.
bibliografía mexicana del siglo XVI i í
449
com, que mataron en Mayapan, á donde estaba pintado un venado, refi-
riendo que habia dejado dicho, que cuando en aquella tierra entrasen aque-
llos venados grandes, que eran las vacas, se mudaría el culto de sus Dioses,
lo cual habia visto cumplido en la entrada de los castellanos, y con ellos
las vacas.
68.— Escribe Torquemada f. 58. col. i. part. 2? que los indios llamaban Como los ¡n.
rnr* i i . • 1 • • 1 , 1 1 dlOS tuvieron IlÜ-
lupan al trueno, y le teman por cosa divina y sobrenatural; y de estapa- tic¡a ó. conoci-
miento del ver-
labra dice usan los predicadores para darles conocimiento del verdadero dadei
Dio?; y á f . 59. col. 2. lib. 6? cap. 27. part. 1. escribió Torquemada, que
Teutl absolutamente quiere decir Dios; y dice que al .SW llamaban Toua-
tiuh, porque alumbra haciendo propio él de su efecto; así como á Dios que
teniendo muchos nombres como parece por el verbo que significa la obra
mas principal que sobre los hombres obra, que es dar vida; porque según
san Isidoro puede venir de este verbo do, das, que significa dar; y así es-
tos yndios le llamaban Ipal/iemohuani, que quiere decir, aquel por cuya
virtud vivimos: y este nombre mismo es el que daban al principal Dios
que ellos imaginaban que es el Todopoderoso, y está en todo lugar; esto
dice este autor. — Llamar á Dios Teutl, Sol divino, Sol de Justicia, Clari-
dad inmensa, Eterna luz, cuando lo dice un cristiano hablando con Dios,
no será llamar Dios al Sol; luego de lo que refiere este insigne varón, (*)
y por lo que dice del Brasil y que le enseñaban debajo de aquel significa-
do Tupan y lo que hemos leido en los lugares citados, y la asentada tra -
dicion de que el Santo Apóstol estuvo en Nueva España, se puede colé •
gir que antes de sus ritos, y en ellos después fueron mezclados los ritos
católicos, pero con tales significados, símbolos y metáforas, que hasta hoy
no se han entendido.
69. — Escribe Herr. Dec. 4 lib. 10 cap. 4 f. 268. col. 1. que en Yuca- , .
-' T r T 1 Sepultura de
tan en el Fueblo de Maní abriendo u:ia sepultura, cerrada por todas par- G,-?:u,te-
tes, se halló en ella un cuerpo de extremada grandeza deshecho salvo unos
pedazos de las canillas de las piernas; y de la cabeza sacaron una muela
que pesaba poco menos de libra y media, y lny opinión que antiguamente
hubo hombres de grandísima estatura en esta tierra; hasta aquí el Autor.
De esta sepultura de piedra y lo que se ha dicho de edificios se prueba que
gentes peregrinas antiquísimas vinieron á estas partes y en diversas tiem ■
pos. También es digno de ponderar lo que á fs. 299. col. 2. lib 9 dec. 2?
(*) El M. R. P. Torquemada, que de esta manera merece ser siempre npml escla-
recido varón, á 1. 57. col. 2. cap. 26. part. 2. dice asi: — "En aquella ¡ornada que Alvar Nvñez
Cabeza de Vaca hizo á la Florida, á donde andubo perdido tantos años, dice, que saliendo ya al
cabo de su peregrinación con sus tres compañeros hallaron (sic) junto de donde hallaron cristia-
nos en Xalisco, ciertas gentes, y que preguntándoles que á quien adoraban y a quien sacrifica
ban y pedían el agua para sus labranzas y salud; respondieron, que á un hombre que estaba en
el cielo; y preguntándoles cómo se llamaba, dijeron que Agnar, y que creianqueé! habia criado
todo el mundo y las cosas de él: preguntóles como lo sabían; respondieron, que sus padres y
abuelos se los habían dicho, y de muchos tiempos tenían noticia de ello, y sabian que el agua y
todas las cosas buenas las emviaba — Aquel Cabeza de Vaca les dijo que el que ellos decian le
llamábamos Dios y que asi lo llamasen; digeron que si liazíah.
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
450
dice Herr. que año de 1520, cuando Hernando Cortés estaba conquistan-
do á México, Hernando de Magallanes pasaba el estrecho; y allí la prime-
ra tierra que vido (y es en la América) fué dia de Santa Cruz de Mayo, y
ese nombre le puso; y pasó á Filipinas y allí puso en Zebú aquella Cruz
milagrosa que no pudieron derribar los yndios; que parece que la Santa
Cruz andaba trayendo á los españoles á esta tierra para que predicasen sus
L¡b. i.r?2i. misterios, y se entendiese la tradición. — Escribe Argensola lib. i. f. 21 A
Es"¿qu¡voca- en la Historia del Maluco, que á tiempo que Cortés estaba de cerco sobre
(Nota aliena ma- México, una de las naves de Magallanes apoitó á Tehuantepec en la mar
Es equivoca- del Sur cerca de Guatulco á donde puso la Cruz el Santo Apóstol, saltó
en tierra un clérigo vizcaíno capellán de la nao, habló al señor el cual aga-
sajó á los castellanos; partió á México el Clérigo, y Cortés quedó maravi-
llado; y fué mucha parte esta gente y este caso para ganar á México, por
entender los yndios que andaban los castellanos en la mar del Sur. Nota-
Reiiquiadeía D'e concurrencia de maravillas. — En esta ciudad de México en la Sactis-
Guaüiico en Mé- tia de las Señoras Religiosas de N? Sra de Valvanera está pintada la Santa
Cruz de Guatulco de que hablamos fs. n? 60 con letrero que refiere como
en el sagrario de dicho convento, hay un pedazo de la Santa Cruz; y re-
firiendo el caso y milagro de cuando el Draque la quiso quemar, dice que
fué el año de 1618; y parece que este año sería el en que se llevó de Gua-
tulco á Oaxaca, porque el Draque fué mucho antes.
70. — Morando el Santo Varón fray Andrés de Olmos en el convento de
Cuernavaca (1) se averiguó haber el Demonio aparecido á un yndio en fi-
gura de Señor ó casique vestido y compuesto con joyas de oro, y esto fué
por la mañana, y le llamó á un campo y le dijo: "Ven acá Fulano, vé y di
á tal principal, qué cómo me ha olvida lo tanto tiempo? que diga á su gente
me vayan á hacer fiesta al pié del monte porque no puedo entrar allí donde
vosotros estáis, que está ahi esa Cruz;" — y dicho esto desapareció — El in-
dio hizo el mensaje que el Demonio le mandó y el principal, que se decia
Don Joan, con gente que llamó fueron á hacer la dicha fiesta, y allá se sa-
crificaron y hicieron su ofrenda; y cierto discípulo criado entre los frailes
los descubrió, y fueron presos y castigados (aunque con misericordia por
ser nuevos en la fé), y el dicho P. fray Andrés preguntó al mismo indio á
quien el Demonio habia aparecido, lo que con él pasó, y halló que por ser
falto de fé y hacer oración á sus Diose-;, ó ídolos antiguos, le habia toma-
do por mensajero para engañar á otros. Y escribió el dicho P. la oración
ó palabras con que habia orado: y en su manera que pedia á su Dios ser
llevado de esta vida pues ya eran esclavos y les era tomada su tierra y no
estaban en su libertad: hasta aquí el Autor. Este ejemplo prueba y per-
suade á creer, que el Demonio tan enemigo de la Cruz (como él lo confesó)
como los halló faltos en la fé que el Santo Apóstol les predicó, lespersua-
(1) Torquemada lib. 6? fs. 87. col. 1. part, 2?
Ejemplo arer.
ca de la Sta.
BIBLIOGRAFÍA MEXICANA DEL SIGLO XVIII.
45 1
diría sin duda que la borrasen y quitasen para que mas libremente permi-
tiéndolo Dios, les indujese á las idolatrías que tenían; y fué permicion di-
vina el que quedasen algunas para probar la predicación del Santo Após-
tol en este mundo.
71. — Diego de Couto en la Dec. 7? de la "Historia de la India" á 79
dice así: — Escribe Posidonio, que en tiempo del Rey Euergente (1) de
Egipto, Eudoxo por mar fué á descubrir la India, y que volviendo de allá
cargado de ricas mercaderías fué derrotado á tomar la costa de Etiopia (que
sería por Melinde) porque eso sucede de ordinario á los que salen de Cal -
culpara el estrecho del mar rojo, que era el viaje que este hacia, y que
en el tiempo que allí se detuvo travo amistad con los naturales y aprendió
algo de la lengua; y después habiendo llegado á Egipto sobre cuentas que
tuvo con aquella Reyna en que ella le alcanzaba él se huyó á África desde
donde se partió á Cádiz. — Allí armó dos embarcaciones para ir rodeando
la costa de África y buscar aquellas gentes de la costa de Etiopia, de quien
Gama quedando aficionado y con esperanzas de grande interés con su co-
mercio á donde llegó pasando el Cabo de Buena Esperanza; y que vol-
viendo de allá halló una famosa isla en el camino despoblada, que le pa-
reció muy fértil y de buenas aguas y frutas; y que por haberle parecido
buena y fresca después de haber vuelto á España volvió allá con una nao
cargada de arados, semillas y algunos compañeros para cultivarla y po-
blarla, y que se perdió en la costa de Etiopia junto al cabo de Buena Es-
peranza; y que de los pedazos de la nao armó una embarcación en que se
salvó. Y considerando este viage por cierto tenemos ser aquella isla, que
hallaron tan grande y fértil la Isla de San Lorenzo; porque desde Melinde
al cabo de Buena Esperanza, no hay otra tan grande ni tan fértil. Hasta
aqui Couto (Lee la nota del margen)
Lucena L. i. f. 46. col. 2. cap. 12. de la vida de San Francisco Xavier
en cuyo dia el año de 1679 escribió esto — "En la navegación que el San-
to hizo á la India, dice asi: De Melinde llegaron á Zocotara, isla en la cos-
ta de África 30 leguas del cabo Guardafú, y 50 de la tierra firme de Ara-
bia, la mayor que hay en ta garganta de los mares que van á embocar el
estrecho de Meca, á que llamamos mar rojo, llámanse cristianos los natu-
rales de esta isla, y tienen poco mas del nombre de Cristianos, adoran con
gran reverencia la Santa Cruz, cuya sagrada imagen por devoción traen
(1 I El año de la creación 3,823 en la 61' edad Ptolomeo Euergentes reinó en Egipto 20 años,
144 años antes de Cristo, año de 3,721 (en tiempo de Pelipo Macedón ) de la Creación hubo otro
Rey llamado Ptolomeo Euergentes en Egipto, reinó 26 años. — No dice esta Historia que Eudo-
xo rodeó aquella á que llama isla para con verdad probar que lo era: luego en decir que era isla
no la habiendo rodeado pues estaba destrozado; en llamar isla á la tal tierra le sucedió lo mismo
que á los portugueses el año de 1500, que sin querer huyendo del cabo de Buena Esperanza apor-
taron á la tierra del Brasil á quien pensando que era isla llamaron i>la de Santa Cruz; y cada dia
veemos naos que navegan á la India arribar al Brasil por la cercanía del cabo; y cerca de él se
perdió Eudoxo; y así me persuado que fué la América la que llama isla; y por lo menos sacamos
que desde Cádiz se hizo esta notable navegación.
BIBLIOGRAFÍA mexicana del SIGLO XVIll.
452
todos al cuello, y en todas las Iglesias (que algunas tienen edificadas con-
forme á su pobreza la advocación es la Santa Cruz); alli resan tres veces
al día, una muy temprano como maitines a hora de vísperas, la otra á com-
pletas, la tercera, diciendo uno solo un verso y los demás respondiendo
juntamente como en coro. Ayunan con rigor los dos tiempos del año, á
semejanza del Adviento y Cuaresma; pagan diezmos de los frutos que co-
jen; los hombres ordinariamente tienen nombres de Apóstoles, las muge-
res de Maria; y estas son todas las huellas y rastro de la fe y cristiandad
que por alli pasó (según se tiene por tradición) el Apóstol Santo Thomé.
En lo demás viven con los yerros de los abesinos; de cuyos ritos aunque
supersticiosos también les faltan muchos, que así por que están casi siem-
pre sin pastor como por el comercio y mezcla matrimonial con los moros,
y en fin, por la aspereza natural de la misma tierra, no solamente tienen
perdida la policia sagrada, pero en parte la humana. (1)
70 bis. El portugués llama Gema á lo que en castellano Yema.
Hay unos huevos que tienen llemas; el portugués le compone así el
nombre.
~ , f Geméo — En castellano suena Gemelo. —
Gema )
Sí?° í Niños— Gemelos, Mellizos.
Niño )
} mo. — Didimo, Mellizo. Cual és Ouetzalcohuatl.
Di S
(#) opinar) 'opujso I bu¡3^
oiuoD rstJjqsn^ ( 1^03 I Co ) mes. Cocomes, Coates, Ge-
l PH°3 I Co ) melos
„ , [■ can. — Cuculcan, cuates
Cul )
TU } ■ , rj, . ,
„ / xiuh. — lutuxiuh
Tu S
~. f- taca. — Tititaca.
Ti S
r ( Tanga ) ~ ™
S3JJ U3 oun 'oim na £ ' & Tanga, Tan^a
11 ( Tanga S
— '[°S 19P oll«lUJ3ll l9 'of'M {og p '[05 p -jog Á ajpyj < Ti Trinitas (2)
(TiS
(i) Si en aquellos zccotorinos cultivados, aunque tarde, y alli á las orillas de tierras donde
floreció la cristiandad se hallaba apenas las señales, maravilla es que acá haya durado siquiera la
tradición, y la señal de la santa cruz; también dice alli que los de Melinde Moros alli cerca tenían
la Sta. t y se enterraban con ella á la cabecera, señal de que fueron antes cristianos.
(*) En esta forma se encuentra escrito el original (Ramírez!
(2) Con todos estos nombres se halla significado Didimo, Cuate, ó Mellizo; en unas partes
como hemos visto, ó su doctrina con una particularidad, qe. en la parte que mas á la clara se re-
presenta la Trinidad, qe. es en el Cuzco en las tres estatuas de oro: así como Trinidad Santísima
se refiere Dios, Dios, Dios; asi allí el nombre Titicaca: Tanga, Tanga; ApoinTi, c/ntanTi, in
Tiquaoqui; tres veces repite el Ti, Ti, Ti. —
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
453
Y en otras fiestas (i) (habla de Cholula y Tlaxcala) levantaban un cau-
tivo en una cruz atado y alli le aseateaban, y la cruz era un madero muy le-
navtado y alto: y otro dia de fiesta ataban á otro, á otra mas baxa, y con
unos palos de ff encina de una braza lo apaleaban y moria en este tor- Muertede
( Iruz usauan los
mentó: estas mismas ceremonias y ritos guardaban en todas esotras Pro- ¡"dios,
vincias (2) dichas, y esto era en el dia ó Pascua llamado TeoxiJmitl, que
quiere decir año de Dios: esto dice este autor. — Y yo he estimado el ha-
ber hallado este lugar masque si hubiera hallado el cerro del Potosí; por
que esto confirma de lleno en lleno la tradición y verdad de las cruces que
dejo el Santo Apóstol, y su predicación. Esta fiesta dice que era á princi-
pio de Marzo, y que el sacrificado en estas fiestas significaba el ídolo á
quien hacian la fiesta, y que llevaba sus vestiduras: pues ahora; si la fiesta
era al 2? de los tres que dice tenían por Dioses supremos, parece que el (interpretación)
Apóstol les enseñó (claro está) el misterio del Calvario, y el segundo á
quien mataban á palos el buen ladrón. El fuego nuevo que sacaban tam-
bién denota la ceremonia que usa la Iglesia el Sábado Santo; y prueba
que esta ceremonia sea la pasión y misterios del Calvario el ayuno que pre- "Muestra cc~
1 L J J ~l f mo el sto Após-
cedia y penitencia, como nuestra Cuaresma.— Pero dirá alguno que como !,f tfem T modo
de dos Crucificados se infiere el Calvario, que allí hubo tres crucificados; &"
se responde: que asi como el que surcando el mar, á los primeros selajes al
asomar los montes aunque á distancia larga, dice tierra; y asi es lo mismo
á nuestro intento, ademas que el que le leia la historia á Torquemada, no
le leia el catesismo de las cosas eclesiásticas de los indios, hablaba como so-
lemos á nuestro modo, sin apurar la razón, sino como se ofrece: quien le-
yere con atención á Torquemada, hallará que tenían los indios cierta forma
de comunión ó remedo de la nuestra; como también confesión y bautismo
&? — Ahora pues, demos caso, que cuando los españoles llegaron á este
nuevo mundo hallasen la comunión como hoy la usa la Santa Iglesia, y
también hallara tradición de que Santo Thomé Apóstol había predicado la
fé, y que desde entonces tenían la comunión: si este caso fuera verdadero,
probaba que la fé y enseñanza era de Católico; pero contradecía que el
Apóstol la enseñase la comunión como hoy la usan los católicos; porque
cuándo en tiempo de los Apóstoles, y después en la primitiva Iglesia co-
mulgaban los fieles debajo de dos especies? á que remeda esta de los in-
dios; y claro está que si el Santo Apóstol se la enseñó, y acá no habia pan
ni vino, que en algún modo ó manera lo habia de disponer; conque prue-
ba este modo de comunión ser la que les dio el Santo: pero como las de-
mas ceremonias adulteradas, y supuesto que no tenian letras y que escribian
1 1 1 Toi'quemada part. 2''! f. 310 col. 2. cap. 31.
(2) Calancha á quien yo no habia leido cuando escribia esto escribe á fojas 329. col. 2. cap. 3.
que cuando entraron los españoles en terreno de Quito y en Passao, vn los pilares de los templos
hallóse en todos los pilares de ellos hombres y niños crucificados, al modo qe. hoy pinta la Iglesia
los mártires, y los yndios traían corona. Dice qe. como trataban mas de buscar oro los españoles
qe. de predicar no averiguaron lo qe. era V. f. va —
bibliografía mexicana del SIGLO XVlll.
454
por geroglíficos ó pinturas se acomodó el Santo con ellos; y así el nombre
del Santo Di vino, que de otra manera mejor lo escribirían sin letras? que por
la etimología ó significado de coate, coatí, Mellizo. — A Dios trino y uno,
qué mejor modo habia para esplicarselo que las tres estatuas del Sol? (co-
mo vimos atrás f. 188 núm. 47) y aquella piedra de tres rostros los nombres
de Gracia, Esperanza y Fé, Cenáculo, Pecebre, Moisés, Espíritu Santo,
Unción; y nombres así y de Apóstoles claro está que caian debajo de pin-
tura, con la cual no quedaba bastantemente explicado, sino que era nece-
sario suplir lo mas con la voz é inteligencia, que era lo que ellos cantaban y
contaban unos á otros (y como entre nosotros con llevar, que es mejor nues-
tro modo en escribir hay entre los escritores diversas opiniones acercade na-
rrar una cosa, así dice Torquemada que la hay en la historia de los indios.)
Pero aquellos geroglíficos, aquellos significados á nuestra vista parecerian
disparates; ejemplo: cuando por Pedro viésemos Piedra, qué entendería-
mos? si no viniese uno y dice Pedro?: así otros muchos como: No levanta-
rás falso testimonio; La muger virgen que concibió por obra del Espíritu
Santo; La unión hipostática; Dos naturalezas; Querubines; Serafines; Caí-
da de los Angeles; Virgen en el parto, antes y después del parto, Naci-
miento, Estrella, Pastores, Angeles, Herodes &? que todas estas cosas y
todas las que convenían á tantos y tan divinos Misterios y sentidos, pará-
bolas, símbolos y metáforas puestos á su modo al cabo de 1.500 años y tras-
tocado todo sin inteligencia y con raras y diversas figuras, que habia de pa-
recerá Andrés de Tapia y Humbria el piloto sino idolatría, lo que parecerán
á un rústico á un pastor las figuras matemáticas y astrológicas: pongamos
caso que un rústico, un hombre sin letras apareciera con un libro de estas
Artes en el Mogori y que el gran Mogor le mandase que se lo esplicase, este
aunque estuviese libro en español, qué esplicacion le daria? y qué resultaria
de lo que el Mogor escribia? así lo mas en nuestro caso; y mas cuando desde
el principio los españoles fueron con ese corriente, con ese tinte y enten-
dieren las cosas sin distinción á carga serrada, juzgando como si el primer
gentil que derrepente entrase en nuestras Iglesias á donde viese pintado
Demonio, Dragón, Culebra, que engañó á Eva, y otras cosas así, sin dis-
tinguir que significaban ni porqué estaban allí, digese que adorábamos
aquellas cosas pues las teníamos en las Iglesias y en los altares. Quien con
atención leyere á Remesal, y las historias indianas, y las tiranías de aque-
llos tiempos, y lo que padeció el V. varón Fr. Bartolomé de las Casas, obis-
po de Chiapa, por defender á los indios, á quien todos para llevar adelante
el intento de tiranizarlos y tenerlos por esclavos, calumniaban de incapa-
ces ni racionales, idólatras, hechiceros &? verá como desde entonces que-
daron en mala opinión á carga cerrada: á tanto llegó la mala opinión que
los tenían por incapaces de doctrina y sacramentos, y por consecuencia les
negaban el Cielo: pues si les negaban el cielo como habian de creer que
Apóstol del Señor habia predicado á tales gentes? pues no habia para qué,
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
455
pues predicaba en vano. Luego no era mucho que entendiesen que todo
era idolatría, que nunca tuvieron cosa buena. — Acerca de la mala opinión
c incapacidad en que eran tenidos los indios, por lo que en su favor escri-
bió Don Fr. Juan Garces (sic) primer obispo de Tlaxcala el año de 1536,
la Santidad de Paulo III despachó su breve (que cita Solorzano lib. 2. cap.
1. f. 6j. col. Política; y Fr. Agustín Dávila, Historia de Santo Domingo de
Nueva-España lib. 1. cap. 42) en que con vivas razones y eficaces ejem-
plos procura mostrar cuanto se engañan ó pretenden engañar los que siem-
bran tan mala doctrina &? Véase allí las palabras de dicho Breve del año
de 1537. También lo trae Torquemada lib. 1. cap. 14 parte 1. (1)
71. — Calancha (2) lib. 2. f. 409. col. i. núm. 7. cap. 19. de la "Historia
de San Agustin del Perú," dice asi: Para que se vea la conquista que le
cometió el Cielo (habla de Fr. Antonio de Baeza) y que género de enigmas
le pusieron delante, es conveniente saber que cosa fué PacJiacamae y su
desdicha en su prosperidad; cual su error en la creación del mundo y del
orbe y será gustoso saber el origen de sus ídolos y principio de sus Gua-
cas; y verán sus idolatrías cotejadas con las de España y Asia; y servirá
de advertimiento á los confesores; porque PacJiacamae fué el Atenas de
esta Monarquía, y la Sinagoga de esta gentilidad.
Este adoratorio y Guaca de PacJiacamae, fué el mayor y mas populoso Tempto Je Pa.
de estos indios; mucho dicen de los antiguos y todo lo prueban sus rui-
nas, que si no son de materia tan noble, como las de Roma y Troya por
ser de tapias y adoves y barro, dicen en su altura, distancias, comparti-
mientos y latitud su antigua magestad y primer alteza. El Templo se lla-
maba del Dios PacJiacamae, que después fué llamado Mamacona, nombres
de las vírgenes dedicadas al Sol, como en Europa las Vestales. Habia aqui
muchas respetadas como Deidades y como en el Templo de Jerusalem.
Tiene la Guaca ó Templo eminente altura, cuasi medio cuarto de legua de
circunferencia y diversa multitud de patios; cuadras, aposentos menores y
mas pequeños, pasadizos, salas y oficinas, que todo va formando uno como
alto monte, con las puertas al Oriente, y en todas y en las paredes del
Templo figuras de animales fieros leones, tigres y otras vestías, y varios
pájaros del mar; y noté mucho que todo se gobierna hacia la parte de
Oriente; y las subidas principales de escaleras mayores, lugares de sacrifi-
cios de cuerpos humanos, niños y mujeres cae á la parte Occidental; y la
de los sacrificios de animales á las dos partes Meridional y Setemptrio-
nal; los aposentos inferiores parecen de los criados de aquellos que hacían
(1) He notado y es digno de reparo que en las partes en que menos era oida y admitida la
predicación del Sto. Apóstol, en estas partes allí obraba los prodigios qe. el tiempo ha conserva-
do: en esta Nueva-España á donde obró mucho estampó las manos como que obraba en Campeche
adonde se halló la Cruz y le vieron, no hay otra señal; en el Brasil y Paraguay parece estaban mas
duros, y obraría el Santo para su conversión prodigios, y como qe. no le oían parece que sacudía
los zapatos siguiendo el consejo del Evangelio, y eso denotan las huellas qe. estampó en las piedra--.
(2) Aquí llegaba escribiendo cuando topé á Calancha, y saque lo que digo con su autoridad.
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
456
oficio de sacerdotes; los mas altos segundos de los de mayor autoridad y
y los terceros que se avecinan con los patios altos de los sacrificios eran
de los sacerdotes; y una gran casa que está en lo eminente al lado del
Templo superior muestra ser la casa del Rey Inga, porque otro templo tie-
Tenian bóbedas. ne en el centro en forma y modo de bóbedas donde daba el Demonio los
oráculos. No tenia éste ídolo ni estatua (Garcilaso part. 1. cap. 30 ) afir-
ma; y el P. Blas Valera Jesuita dejó escrito, que una zorra tenían dentro,
y otros peses por que los españoles hallaron una de finísimo oro entre
cántaros en este Templo de Pachacamac; lo cierto es que no tuvo estatua,
ni fingieron figura: esta zorra de oro fué sacrificio y forma de ídolo. —
^Noh.ib¡aestá- j?n todo el circuito de la Guaca no se permitia entrar á nadie, sino á Seño-
res y Sacerdotes, ó á los que morían en el Templo (sic) de su romería por-
que los juzgaban deidades. Sacrificaban zorra al ídolo; no se juzgará por
barbaridad, cuando nuestros antiguos ofrecían un asno al Dios Baco, como
dice Plinio lib. 24; y á la Diosa Céres una puerca, como advierte Ovidio
lib. 1. fast. una sierva, á Diana unos perros, como refiere el mesmo le ofre-
cían los sábeos y los tesalios. — La gran población que muestra á los con-
tornos era de los naturales y la otra de indios extrangeros que venían de
distantes tierras en romeria ó á negocios con el Inga; las otras muchas Gua-
cas que están convecinas son altares de particulares familias Pueblos, Rey-
nos y Provincias, que como capilla que adornan y hacen autoridad á una
de nuestras catedrales, asi aquellas Guacas eran para la ostentación y ma-
gestad del templo Pachacamac. Hoy no ha dejado el tiempo masque unos
paredones viejos que sirven de memoriales, y unos rastros que sirven de
apuntamientos, vense las ruinas en que ha tenido el dejo opotentísimas ciu-
dades, consuelanse con Troya y contemplan á Jerusalen. Que divinidad
atribuyesen á este Dios de quien el templo y pueblo se llamó Pachacamac,
Quien fué Pa- J ~i r J r
u„' ."'v'ér'dad-ro será gustoso saber poniendo aquí á la letra algunas clausulas de Garcilaso
Inga, con que prueba que antes de los Reyes Ingas y de ser Monarquía tu-
vieron á Pachacamac por Dios invisible y criador universal; dice pues en
sus "Comentarios Reales" 1. part. lib. 2. cap. 2. — Demás de adorar al Sol
por Dios visible á quien ofrecieron sacrificios, y hicieron grandes fiestas los
Reyes Incas y sus Amantas que eran los filósofos, rastrearon con lumbre
natural al verdadero Sumo Dios y Señor Nuestro que crió el Cielo y la tie-
rra, al cual llamaron Pachacamac: es nombre compuesto de Pacha que es
mundo universo y de Camac principio del presente del verbo cama, que
es animar el cual verbo se deduce del nombre cama. Pachacamac, quiere
decir, El que dá ánima al mundo universo, y en toda su propia y entera
significación, que quiere decir, el que hace con el universo lo que el ánima
con el cuerpo. Tenian este nombre en tan gran veneración, que no le osa-
ban tomar en la boca; ycuando lesera forzoso tomarlo era haciendo afée-
la -ran revé- tos Y muestras de mucho acatamiento encojiendo los hombros, inclinando
nomblabaná1^- la cabeza y todo el cuerpo, alzando los ojos al cielo y bajándolos al suelo,
chacamac.
bibliografía mexicana del siglo xrni.
457
levantando las manos abiertas en derecho de los hombros, dando besos al aire
y besando la mano, ceremoniagentílica que abominó Job, queentrelos In-
cas y sus vasallos eran ostentaciones de suma adoración y reverencia, con las
cuales demostraciones nombraban al PacJiacamac y adoraban al Sol, y reve-
renciaban al Rey, y no mas. — Tuvieron al PacJiacamac en mayor veneración
interior que al Sol, que como he dicho no osaban tomar su nombre en la
boca y al Sol le nombraban á cada paso. — Preguntando quien era el Pa-
chacamac, decían que era el que daba vida al universo y le sustentaba, pero
que no le conocían porque no le veian, y que por eso no le hacían templos,
ni le ofrecían sacrificios, mas que lo adoraban en su corazón, esto és, men-
talmente; y le tenían por Dios no conocido. — El Inga, como dice Garcila- vjos no con°-
so lib. 6. cap. 31. part. i, no quiso conquistará fuerza de armas ni derra-
mando sangre á los del valle de Pachacamac por adorar un mismo Dios él
y ellos, y asi con dádivas, favores y ruegos los sugetó: reprensión á los Re-
yes cristianos dada por un indio gentil, que adorando á Jesucristo solo ocu-
pan sus fuerzas contra los de su propia ley; bárbara guerra y quinta esencia
de la maldad sacada por el alambique de la ambición. — Agustín de Zara-
te escribiendo lo que el P. fr. Vicente de Valverde dijo al Rey Atahualpa,
que Cristo N. S. había criado el mundo, dice, que respondió el Inga: que
él no sabia nada de aquello, ni que nadie criase nadasino el Sol aquien ellos
tenían por Dios y á la tierra por madre y á sus Guacos, y que PacJiacamac
había criado todo lo que allí había; de donde consta claro, que los indios
le tenian por hacedor de todas las cosas; y luego que el Demonio vio pie
dicar nuestro Santo Evangelio y vio que se bautizaban los indios, dijo á
algunos familiares suyos, en el valle que hoy llaman PacJiacamac, por el
famoso templo que allí edificaron á este Dios no conocido, que el Dios que
los españoles predicaban y él era todo uno, como lo escriben Pedro de Cie-
za de León en la demarcación del Perú cap. 61. y fr. Gerónimo Román en
la "República de las Indias occidentales" lib. 1. cap. 1 5. dice lo mismo, ha-
blando ambos de este mismo PacJiacamac. Y el decir el Demonio, que el
Dios de los cristianos y el Pachacamac era todo uno, dijo verdad; porque
la intención de aquellos indios fué dar este nombre al sumo Dios que da
vida y ser al universo como lo significa el mismo nombre; y en decir que
él era el PacJiacamac mintió, porque la intención de los indios nunca fue
dar este nombre al Demonio, que no le llamaban sino Zitpay, que quiere
decir Diablo, y para nombrarlo escupían primero en señal de abominación;
y al Pachacamac nombraban con la adoración y demostraciones que he-
mos dicho. Empero como este enemigo tenia tanto poder entre aquellos
infieles, hacíase Dios entrando en todo aquello que los Indios veneraban por
cosa sagrada, hablaba en sus oráculos y templos y en rincones de sus casas,
y en otras partes diciéndoles que era Pachacamac, y que era todas las de-
mas cosas á que los indios atribuían deidad; y por este engaño adoraban
aquellas cosas en que elDemonio les hablaba, pensando que era á la deidad
5S
bibliografía mexicaxa del SIGLO XVIII.
458
que ellos imaginaban, que si entendieran que era el Demonio las quemaran
entonces como ahora lo hacen por la misericordia de Dios, que quiso co-
municársele. Hasta aqui es de Garcilaso, y dice ademas de esto, lib. 6.
cap. 31, que habiendo prohibido el Inga, después que ganó á Pachacamac,
que no se sacrificasen niños ni personas humanas y que no hubiese ídolos
en el templo, decia el Demonio que él era el hacedor de todo; y que el
ídolo Rimac hablaba á la gente pleveya. — Este Rimac era el ídolo de Li-
ma.— El Obispo fr. Luis Gerónimo Ore en su "Símbolo Católico Indiano"
cap 9. f. 40, pone la oración que el Inga y los indios decian al Pachaca-
Oraciondeio* mac, y como él la traduce en nuestro castellano es esta. "Oh Hacedor que
Ingas.
''estás desde los cimientos y principio del mundo hasta los fines de el,
"Poderoso, Rico y Mesericordioso que diste ser y valor á los hombres, y
"con decir sea este hombre y esta sea muger hiciste formaste y pintaste
"á los hombres y á las mugeres; á todos estos que hiciste y diste ser guár-
"dalos y vivan sanos y salvos sin peligro y en paz. ¿Adonde estas? por
"ventura en lo alto del cielo ó bajo, ó en las nubes y nublados, ó en los
"abismos? Óyeme y respóndeme y concédeme lo que pido: danos perpe-
tua vida, para siempre teños de tu mano; y esta ofrenda recíbela á do
"quiera que estuvieres ¡oh Hacedor!" — No convengo en que los indios
Con stv rho- conocieron esto sin mas maestro que su lumbre natural, sino que el Santo
me andaba otro
discípulo. Apóstol Thome y el discípulo que en estas tierras predicaron los instruye-
ron en este conocimiento de Dios, como han pensado otros que viendo ha-
cer al Apóstol tales maravillas, portentos y milagros y desaparecérseles en
la playa de Pachacamac cuando sobre su capa se arrojó al mar y navegar
nave^sobr^M! sobre ella, como en su lugar dijimos y se prueba con la fábula de estos in-
dios que agora dijimos, lo tuvieron por sumo Hacedor y vida del univer-
so y por Dios oculto é invisible. Pero lo mas derecho es que desde aque-
llos santos les quedó la noticia de haber un Dios verdadero que crió el Sol,
Estrellas y todo el universo.
72. — Prosigue á f. 41 1, col. i. — Cuan cierto sea que los Indios llamaron
Pachacamac no al Demonio sino al Dios Criador del universo se prueba
con un suceso bien tierno que refiere Garcilaso 2. part. lib 2. cap. 8: El dia
piimero que entraron en el Cuzco los Españoles donde se cogió un sin nú-
mero de tesoros entrando Alonso Ruiz natural de Trujíllo en Estremadu-
ra á saquear las casas con los otros, entró en una de la cual salió un indio (i)
Comose halló alegrísimo dueño de ella y le dijo — "seas muy bien venido que muchos
la St? Cruz en el . , . . _
Cuzco. dias ha que te espero que el Pachacamac me ha prometido, por sueños y
agüeros, que yo moriría hasta que viniese gente nueva la cual me enseña-
ría la verdadera ley que hemos -de tener, porque toda mi vida he vivido con
deseo de ella en mi corazón, tengo por muy cierto que debes de ser tú el
{\\ Orellana "Claros Varones del Nuevo Mundo" cap. 4. f. 165; y el Inga Garcilazo "Co-
mentaríos Realeo" lil>. 1 . 2'} part. cap. 8, dicen que en casa de este indio se halló la Cruz pin-
tada.
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
459
que me la has de enseñar:" — Alonso Ruiz entendió algo, y admirado de
verle con tanto placer cuando debiera estar como los otros lleno de pesar,
volvió al indio con Felipe el intérprete, que declaró el gozo y las palabras
del indio. — Admirado Alonso Ruiz le hizo preguntas y repreguntas, y así
de lo que respondió de sus costumbres y vida como de lo que de otros se
informó supo como era virtuoso en la ley natural, sin haber agraviado á
nadie, antes hecho bien á muchos, deseando saber la ley verdadera en que
se salvaban los hombres; el español en tres dias le enseñó los principales
Misterios de nuestra Santa Fe, que ansiosísimo aprendió y creyó el in-
dio: llevó un sacerdote y le bautizó con sumo gozo del bautizado y gran
alegría del sacerdote y padrino. Alonso Ruiz se fué á España con mas de
cincuenta mil pesos, que teniéndolos por dignos de restituir los dio al Em •
perador como señor del Perú, pidiéndole algo de limosna para poderse
sustentar. Agradecido el Emperador de esta muestra de justificación ad-
mitió la restitución de Alonso Ruiz y le dio cuatrocientos mil maravedíes
de renta en cada un año de juro perpetuo y una aldegüela llamada Marta
cerca de Trujillo, con que medró asegurando su conciencia mucho mas de
lo que comprara con los cincuenta mil pesos y hoy la gozan sus herede-
ros. Dos cosas sacamos de aquí, que al ángel ó á Dios que habló á esle
dichoso indio le llamó Pachacamac, Dios verdadero, invisible y reconoció
que no era Demonio, pues le aseguraba por mejor ley la nuestra que le
habia de sacar de los errores de la otra. La 2? que se vea que por haber
dejado de continuar el saco ó el robo por doctrinar al indio, le perpetuó
Dios su hacienda, disponiéndole á restituir y á estimar su ánima renun-
ciando mas que la riqueza reteniendo. Y de los otros del saco no hay nin-
guno que tenga que comer. El indio murió dentro de poco bien alegre.
73. — Que acción, obra ó beneficio les hubiese venido de este Dios Pa-
chacamac, y como crió á los indios diré, porque en ellos no quedó memo-
ria de Adán y Eva, así como á los griegos y latinos que atribuían la pro- Griegos y Uti-
criación del mundo á diferentes progenitores, dando otros nombres á los noticia de Adau
1 y Eva.
protoplastos ó primeros hombres. Cuales tuviesen los serranos por su pri-
mer padre queda dicho, y ahora diremos á cual reconociesen los marítimos
que son los jungas habitadores de los llanos y arenales del Perú hasta Ari-
ca distancia de 300 leguas de longitud con doce ó quince leguas y en par-
te menos de latitud al ancho de la costa del mar. Dice una fábula que ellos
creían por infalible y creyeron hasta que se hizo la visita general contra la
idolatría y llegó hasta Guarney por la parte de los llanos; y en todos los
pueblos y comarcas lo creian, y aun hoy lo creen muchos mas que los ar-
tículos de la fé, y no admitian el haber sido el principio de los hombres
Adán y Eva, sino los que en sus informaciones, donde declararon mas de
mil testigos, vido como uno de los que iban á catequizar á los indios y á
inquirir sus errores el P. Luis Turnel compañero del P. José de Arriaga
dice lib. 1. M. S. 1* Idolatriam cap. 10 que el origen de los indios de los
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
460
Origen de ios llanos, dicen ellos, que fué y el de sus Guacas y comidas este: Oue no ha-
indios de ios lia- .
»os. l)¡a en el principio del mundo comida para un hombre y una muger, que el
Dios Pachacamac habia criado murió de hambre y quedó una sola muger,
que saliendo un dia á sacar raices de yerbas entre espinas con que poder-
se sustentar, alzó los ojos al Sol y entre abundantes lágrimas y quejosos
suspiros le dijo al Sol así: "Amado Criador de todas las cosas para que
"me sacaste á la luz de este mundo si habia de ser para matarme con po-
"breza y consumirme con hambre? O nunca te acordaras de ciiarme de
"la nada, ó me acabaras al punto que salí á este mundo yo sola en él sin
"sucesión de hijos, pobre, afligida y sola. Por qué ¡oh Sol! si nos criaste
"nos consumes? y cómo si eres el que repartes luces muestras ser misera -
"ble negándome el sustento? No pareces piadoso, pues no te compadeces
"de los afligidos y no socorres á los que criaste tan desdichados. Permite
"ó que el cielo me mate con un rayo, ó la tierra me trague acabando tan
"trabajosa vida, ó socórreme benigno pues me criaste ¡Oh Omnipotente!"
— Estas y otras ternuras y desesparaciones decía afligida al Sol, estímulos
de la hambre, que cria rabias, como dijo Silio Itálico; compadecido el Sol
bajó alegre, saludóla benigno y preguntóle la causa de su lloro fingiéndose
ignorante; y ella le dijo el afán de su vida el trabajo de buscar el sustento
entre espinas y la triste pasadia librada solo en desenterrar mices: — cosa
como esta creyeron los latinos y la repite Lucano Pharsal 6 — oyendo sus
lástimas condolido de sus lágrimas le dijo palabras amorosas, que depusiese
el miedo, que esperase descansos, porque ya no seria causa de sus penas
la que hasta allí lo habia sido de sus congojas. Consuelo que en semejante
ocasión repitió Ovidio de sus Dioses lib. 1. Methamórphosis. — Mandóle que
continuase en sacar las raices y ocupada en esto le infundió sus rayos el Sol
y concibió un hijo que dentro de cuarenta dias parió con grande alegría,
segura ya de ver sobradas las venturas y amontonadas las comidas; pero
salió al contrario, porque el Dios Pachacamac indignado de que al Sol se
le diese la adoración debida á él y naciese aquel hijo en desprecio suyo,
cogió al recién nacido semi Dios y sin atender á las defensas y gritos de
la madre, que pedia socorro al Sol padre de aquel hijo y también padre del
Dios Pachacamac, lo mató despedazando en menudas partes á su herma-
no.— Lo mesmo cuenta Ovidio que hizo Medea despedazando á su her-
mano Gialco sembrando sus huesos por los campos. — Fratecidio de que
á lamentosas voces y á quejas justas pedia venganza al Sol padre (esta
afligida queja en igual ocasión pinta Virgilio Georgicon); pero Pachaca-
mac porque nadie otra vez se quejase de la providencia de su padre el Sol
de que no producía mantenimientos, ni la necesidad obligase á que otro
que él se le diese la Suprema adoración sembró los dientes del difunto y
nació el maiz, semilla que se asemeja á los dientes. — Sembró las costillas
y huesos y nacieron las yucas, raiz redonda que tiene proporción en lo
largo y blanco con los huesos, y las demás frutas de la tierra que son raices
BIBLIOGRAFÍA mexicana DEL SIGLO XV III.
461
de la carne procedieron los pepinos, pacayes y lo restante de sus frutos y
árboles; y desde entonces ni conocieron hambre ni lloraron necesidad, de-
biéndosele al Dios Pachacamac el sustento y la abundancia, continuando
de suerte su fertilidad la tierra que jamas ha tenido con extremo hambres
la posteridad de los Ingas.
75 (bis) — No se aplacó la madre con esta abundancia, porque en cada
fruta tenia un acordador del hijo y un fiscal de su agravio; y asi su amor
y la venganza le obligaban á clamar al Sol y á pedir ó el castigo ó el re-
medio de sus desdichas, (como de otra cantó Virgilio /Eneid. 4.) bajó el
Sol, no poderoso contra el hijo Pachacamac, sino condolido de la muger
que le lastimaba, y preguntándole donde tenia la vid y ombligo del hijo
difunto, mostróselo y el Sol dándole vida crió del otro hijo y se lo entregó
á la madre diciéndole. — ''Toma y envuelve en mantillas este niño que llora,
"que su nombre es Vichama." (1) — Crió al niño y creció hermosísimo has-
ta ser bello y gallardo mancebo, que á imitación de cu padre el Sol quiso
andar el mundo y veer lo criado en él, consultó á la madre y continuó su
viaje; no hubo bien asentádose, cuando el Dios Pachacamac mató á la que
ya era vieja y la dividió en pequeños trozos, y los dio á comer á los cuer-
vos índicos, que llaman gallinazos, y á los buitres peruanos que llaman con-
dores; y los cabellos y huesos guardó escondidos en las orillas del mar. —
Crió hombres y mugeres que poseyesen el mundo y nombró Curacas y Ca-
ciques que lo gobernasen. Volvió el semi Dios Vichama á su patria que
se llama Vegueta, valle abundante de arboleda y hermoso pais de flores
conjunto una legua poco mas ó menos de Guaura: deseoso de ver á su ma-
dre no la halló, supo de un Curaca el cruel castigo, y arrojaban fuego sus
ojos de furor y llamas su corazón de sentimiento, al modo que pintó Vir-
gilio yEney. 10. el enojo del otro; convocó los que habitaban aquellos va-
lles, preguntó por los huesos de su madre, supo donde estaban, fuelos com-
poniendo como solian estar, y dando vida á su madre la resucitó á esta
vida y trató de la venganza, porque solo ella aplacara el furor, como de
otro dijo Ovidio, y fué disponiendo el aniquilar al Dios Pachacamac; pero
él por no matar á estotro hermano enojado con los hombres se metió en la
mar en el sitio y paraje donde agora está su templo y hoy el Pueblo y Valle
de Pachacamac de quien vamos hablando. Viendo el Vichama que se le
habia escapado el Pachacamac, bramando encendia los aires y centellando
atemorizaba los campos, como del otro dijo Persio Satyr. 3; volvió el enojo
contra los de Vegueta, y culpándolos de cómplices, no porque mataron
sino porque permitieron, y cuando no cooperasen en el castigo se alegra-
rían de la muerte, llevado de un repentino furor, sin admitir disculpas, ni
mitigarse con ruegos, pidió al Sol su padre los convirtiese en piedras, con-
versión que luego se hizo. Viéndose en piedras convertidos las criaturas
que formó el Pachacamac ya invisibles para que se vea cuan dificultoso es
1 1 Otras informaciones dicen que Villanía.
BIBLIOGRAFÍA MEXICANA DEL SIGLO XVlll.
462
á los Dioses falsos aplacar la ira una vez atizada, como dijo Séneca en Me-
dea, pagando los hombres las culpas del tal Dios: dichosos los que confie-
san que Jesucristo pagó las nuestra?. No hubo bien ejecutado el castigo
el Sol y el Vichama cuando se arrepintieron de la impiedad, que lo que la
ira yerra el arrepentimiento no puede enmendar, castiga el dolor de ha-
berlo ejecutado y la pena de no hallarle el remedio, como dijo Oracio; el Sol
y el Vichama no pudiendo deshacer el castigo, quisieron satisfacer el agra-
vio y determinaron dar honra de divinidad á los curacas y caciques, á los
nobles y á los valerosos, y llevándolos á las costas y playas del mar, los dejó
á unos para que fuesen adorados por Guacas, y á otros puso dentro del
mar que son los Peñoles y escollos ó euripos á quien les diesen títulos de
deidad, y cada año ofreciesen hoja de plata chica y espinco con que se apla-
casen los tales convertidos, dando el primer lugar al curaca Amac; que es
un Peñol ó roca una legua de tierra rodeada del mar, por ser este el ma-
yor que entonces era de los hombres, (y por esto es hoy el de mayor ado-
ración entre estos indios). Viendo el Vichama el mundo sin hombres, y las
Guacas y Sol sin quien las adorase, rogó á su padre el Sol criase nuevos
hombres, y él le envió tres huevos uno de oro, otro de plata y de cobre el
otro; del huevo de oro salieron los curacas, los caciques y los nobles que
llaman segundas personas y principales; de el de la plata se ejendraron las
mugeres de estos, y del huevo de cobre la gente pleveya, que hoy llaman
mitallos y sus mugeres y familia. — Este principio creian como si fuera ar-
tículo de fé todos los indios de la Guaura, de Cupi, de Barranca, de An-
cayaina, de Guacho, de Vegueta y los que habitan la costa, como se ave-
riguó por el Visitador Fernando de Avendaño y por los P.P. Pablo José
de Arriaga y Luis Teruel; y los indios desde Caravillo, cinco leguas de
Lima al Norte, y Padiacamac, cinco leguas al Sur y los pueblos que corren
la costa al medio dia hasta Arica que veneran sus Peñoles, rocas ó esco-
llos; solo diferencian este origen diciendo, que los hombres que se criaron
después para poblar este mundo y adorar con sacrificios á los Dioses y
Guacas los crió el Dios Pachacamac enviando á la tierra cuatro estrellas,
dos varones y dos hembras de quien se procrearon los Reyes y generosos,
y los pleveyos, pobres y serviles mandando el Supremo Dios Pachacamac
que á las tales estrellas, que él habia enviado y las volvia al cielo, y á los
caciques y curacas convertidos en piedras los adorasen por Guacas, ofre-
ciéndoles su bebida, y plata en hoja. — Esta es la fábula que como nosotros
la fé (la) creian, y aun hoy creen muchos esta ficion; y esta es la causa de
adorar este Dios y á estas Guacas.
74. — Prosigue — Ellos olieron al Santo Apóstol ó á su discípulo predi-
Muestracomo car que Dios crió á N. P. Adán y Eva, y que por haber quebrantado el
>s indios troca- l
y fab
la doctrina del
Apóstol,
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
463
do, y que á Eva por la culpa le dio por pena parir con dolor sus hijos; (1)
y comer de su trabajoy sudor, y que en castigo no le administrase la tie-
rra sino espinas y abrojos; (2) y se sustentaron con raices de yerbas; y qui-
tando algo, conjuntando trozos, como razones de carta rota, dijeron ellos
que por culpa habia muerto el varón y quedado la mugerque cogia raices:
oyeron que Cain y Abel hallaron frutas de la tierra que ofrecieron, y que
Cain mató á su hermano Abel (3) y lo dejó hecho pedazos en los campos,
donde la sangre clamaba su muerte, que lloró años su madre Eva; y ellos
dicen que el Dios Pachacamac mató á suhermanomenor y lo lloró su madre
y de él procedieron las frutas que hoy tienen: oyeron que en vez de Abel
parió otro hijo Eva que se llamó Seth, dado por Dios en lugar del her-
mano difunto; dicen estos, que el ombligo del muerto, parió otro hi-
jo la muger dado en retorno por el despedazado hijo: oyeron que del
hijo Seth procedió Noe y que por culpas destruyó Dios al mundo con
agua y las peñas y hombres cubrió con el Diluvio; y ellos dicen que
se convirtieron en peñas, rocas, peñoles y cerros de las aguas del mar: oye-
ron que de tres hijos de Noe que se escaparon en el Arca se volvió á pro-
crear el mundo, y ellos ponen en tres huevos ó en cuatro estrellas las nue-
vas generaciones de su descendencia: oyeron que Adán, y Eva, Seth y
Noe fueron al cielo , y dicen que son estrellas que de allá bajaron y allá
se volvieron. — Al fin quitando cláusulas añadiendo ficciones asentaron de-
pravando su principio: Asi como Ovidio en el libro primero desús trans
formaciones y metamorfosis (y lo creyeron todos los griegos y latinos) que Nona- aquí
. , . . . „ no saqué los Iu-
Jupiter fue mayor Dios y mas omnipotente criador que su padre Saturno, gares latinos por
J r J J ' * r no errarlos con
de que hace triscas Lactancio lib. 1. de Falsa Religión cap. 1 1. álos gentiles -»lecismos-
que dan superior omnipotencia al hijo que al Dios su padre. Y viendo en
el Genisis que Dios se llamaba Jehova le llamaron Jove que eso es Júpiter,
como advittió Guillermo Stukio de sacrificis gentilium. Y si del Sol y
aquella muger creyeron estos indios que nació aquel hombre y por casti-
go convirtió hombres en piedras: Ovidio dice, que consultaron la Diosa
Femis Deucalion y Pirra sobre como se repararía otra vez el mundo en-
jendraiulo nuevos hombres después que Júpiter los acabó todos, y fué
acordado que cubriéndose el rostro Deucalion arrojase piedras, por las es-
paldas, y salieron hombres y Pirra las arrojó y se convirtieron en mugeres.
Disparate que confirmaron de ver en el Genisis que Noe después del Di-
luvio se embriagó y dormido en la tierra entraron sus dos hijos Sem y
Jafet y cubiertos con las capas los rostros y caminando á él vueltas las es-
paldas le cubrieron las carnes (de que se habia burlado su hijo Caín) y de
estosse volvió á multiplicar el género humano. Y mayor disparate fué creer
(i) Genes, c. 3. Mullere dixit multiplicabo erunattas &*conceptus tUOS indoloro parió filios.
(1) Spinas et tribuios germinatit &? comedes herbam tena, in sudore vultus tui vesceris pane.
(31 Posuit mihi Deus semé aliud pro Abel occidit Cain. Mota déaest (precibusnimirum) sor
tem q. dedit dijeiti templo, &? veíate caput, constas que resolvit vestas ossag.
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
464
hombres de tan agudo ingenio como los griegos, latinos, romanos y españo-
lesque en piedras habia convertido Júpiter á los hombres, que en su segundo
Metamorfosis pinta Ovidio; y que de piedras habia vuelto á enjendrar la
multiplicación de los hombres, que el de estos indios, pues en huevos se
crian cosas vivientes asi de aves como de peces. Y los sabios stoicos cre-
yeron por sin duda, como lo refiere Cicerón alegando á Lusilio Stoyco; y
abomina Lactancio que el Sol, Luna y en particular las Estrellas tenian
entendimiento, usaban discurso se gobernaban con acuerdo y obraban con
propio consejo. También creyeron muchos antiguos, como dice San Ful-
gencio, que de la Junta de Júpiter (que para enamorar á Leda hija de Pín-
daro) se convirtió en cisne, y ella parió un huevo con dos yemas de que sa-
lieron Castor y Polux y Elena. — PauloPerucio dice, que pariódos huevos y
que del uno salieron Cartor y Polux y del otro Elena y Etetemestra. Es
tos dos hermanos son los que llaman signo Geminis. — De Júpiter creyeron
que se habia convertido en Toro para llevar por la mar á Europa su dama,
y en cisne para atraer con alagos á Leda que le resistía, y se convirtió en oro
para conquistar los amores de Dafne. De estas tres transformaciones hizo
Estacio curiosos versos en un epitalamio, y de ellas escribió mucho Ter-
tuliano en su Apologético abominándolas. — Arnobio en el lib. 5? dixo
¡Oh egregia paga de la culpa! Oh digna y preciosa dulzura por la cual Jú -
piter Máximo se hizo cisne y toro y vestido de blanco se puso á engendrar
huevos! ¡Oh egregia merces culpa! Oh digna &? preciosa dulcedo ettí1
Y de esto se rie y reprende Séneca de vita beata cap. 26. á los que tales
transformaciones maquinaron. He aqui de huevos hombres y de hombres es-
trellas; y ponderados es este mayor que el otro. Y decir estos que el Sol en-
gendró enaquellamujer áTifon hijo del Sol, llamadoTitan y de la tierra que
le parió en menosprecio de Júpiter; y que enterrados los miembros del hijo
que parió salieron las semillas que oy tienen, y del hombligo de un hermano
crió el Sol el segundo que se llamó Vichama. Mayor desalumbramiento fué
elde los Sicilianos, queadoraban los dioses que llamaban Palíeos, cuya ge-
nealogía escribe Macrobio, diciendo; Que junto á Simetro reo de Cicilia
violentando el Dios Júpiter la voluntad de la ninfa Talia, quedó preñada
y temerosa de que la Diosa Juno celosa no la castigase deseó que la tierra
se abriese y la tragase, lo cual le concedió Júpiter; pero cuando llegó el
tiempo del parto se volvió á abrir la tierra y nacieron los infantes que se
llamaron Dioses Páticos. Midase el un disparate con el otro y será mayor
el de los Sicilianos. Y si estos dicen que el Dios Supremo Pachacamac vien-
do enojado á su hermano Vichama se escondió en la playa del mar; los
griegos, españoles y italianos, creyeron Joan Rauisio de Dios tom. 2, que
el Dios Apolo (que es el Sol que mató los cíclopes, le privaron de ser Dios
y de tener dibinidad) debía de ser alquilada ó se la prestaron) y se puso á
ser pastor de vacas del ganado de Amito Rey de Tesalia; y estos indios
que al que una vez juzgaron digno de divinidad nunca les pareció poder-
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
473
grande de puntas que en cada una tiene j (i) rostros diferentes: y decian
algunos que aquella señora la llevó allí por el aire y que en virtud de pie-
dra vencía las batallas y extendió su imperio, y que hubo tres hijos sin ser
casada; aunque otros dicen que eran sus hermanos y que no conocía va-
ron y que viéndose vieja les repartió la tierra (2) y dio buenos consejos
para el buen tratamiento de sus vasallos, y que mandó sacar su cama de la
casa y vino un gran relámpago (3) con truenos 'y vieron un lindísimo paja'
ro volando que porque nunca mas pareció la señora creian que era ella el pá-
jaro que se iba al cielo. Y desde entonces hasta que llegaron los españoles,
solemnizaron aquel dia con gran fiesta. Luego repartieron los tres hermanos
la Provincia de Serquin y la gobernaron en policía y buenas costumbres
y fué la gente valiente y guerrera. Y como la Comizagual era Maga ha-
cia muchos encantos, y así dio á entender á la gente lo que queria de Re-
ligión y superstición. Entre los muchos ídolos que adoraban habia uno, que
llamaban el gran Padre y otro qe. decian la gran Madre, y á estos pe-
dían salud. Otros Dioses habia, á unos pedian hacienda, remedio en la
pobreza y que los sacase de necesidad, diesen de comer y criasen sus hijos,
guardasen sus sementeras y ayudasen en sus guerras. Y muchos años en
los viejos duraron estas supersticiones, y el demonio los engañaba y apa-
recía como león, tigre ó coyote que es un animal como lobo; y en forma
de lagarto, culebra ó de pájaro. Porque de estos animales (linda ilación) y
aves hay muchas en esta Provincia, y á estos llaman nahuales, que era tan-
to como decir guardadores ó comp.°% y cuando moría el pájaro también
moria el indio que estaba con el prendado; y esto se vido muchas veces y
tenido por cosa verdadera; y la manera como hacían esta alianza era así.
Ibase el indio al rio, monte ó cerro, ó lugar mas escondido, convocaba los
demonios por los nombres que le parecía, hablaba con los ríos, piedras,
montes; decia que iba á llorar para tener lo que sus pasados tuvieron, y
llevaba algún perro ó gallo que sacrificar; y con aquella tristeza se dormía
y en sueños ó despierto veia algunos de los sobredichos animales, y enton-
ces le pedia que les diesen ganancia en la sal, cacao & y derramaba san-
gre de la lengua, de las orejas ó de otra parte del cuerpo, y luego hacian su
pacto con el tal animal el cual le decia ensueños ó estando despierto: tal
dia iras á cazar y el primer pájiro que vieres ó animal seré yo que seré tu
. Nahualy compañero; y de esta manera se afijaba entre ellos el amistad qe.
cuando moria el uno moria el otro, y era de manera que el que no tenia
Nahual no podia ser rico.
Notta: mira á fs á la vuelta núm. 47. que esto tiene semejanza con aque-
(1) Aquella muger sabia mágica, y que obraba en virtud .le los tres rostras. En la pintura es
hombre dirá Dios hombre: la Santísima Trinidad. &
(2) Que les repartió las tierras y dio buenos consejos: alude á que Jesucristo comizagual man-
dó, á sus discipulos por el mundo á predicar buenos documentos, doctrina Sta. & ó bien cuando
los Santos Apóstoles, se hallaron al tránsito de la Sma. Virgen que se volvieron ásus Provincias.
(3) Vino un gran relámpago & alude á la venida del Espíritu Santo. Asumpción de la Virgen.
bibliografía mexicana del siglo xvm.
474
Pintura histó. lio. La historia de que se sacó esta relación ha 14 años que la tengo en pin-
tura de los indios y es muy larga: tiene aun mas algunas cosas, en especial
el Apóstol con otro discípulo detras; él alto de cuerpo, capa larga, bordón
ó báculo, en la mano cosa como mitra sobre el sol bajando del cielo; tenia
cruz en la mitra, aunque ya no se vé que se ha despintado. Supuesta la
predicación del Santo Apóstol en estas partes, se advierte que esta pintu-
ra Comizagual (este nombre está corrompido) no es muger sino hombre.
Descripción Allí está la muger Virgen. Baja de lo alto en la pintura un hombre blan-
de la pintura y
malárica co' ^e ga"arc^a presencia, cabello largo, llagado el cuerpo, sobre la cabeza
un pájaro con arco y flecha en la mano, carcax á las espaldas sobre nubes
el cual ha bajado de lo alto, á donde está aquella muger virgen delante
de él en la tierra un viejo con espada levantada en la mano, y rodela en
la izquierda; y luego caido tendido en el suelo clavada la flecha del hijo
de la virgen este hombre llagado hijo de virgen es la segunda persona que
bajó de lo alto á pelear con el demonio que estaba apoderado de la tierra,
le venció &? el pájaro que tiene sobre la cabeza denota el Espíritu Santo,
la virtud del Altísimo. Madre Virgen que huvo tres hijos etc. Templo de
la Sma Trinidad. La piedra que dicen llevó la Virgen por el aire, signifi-
ca la gracia, la encarnación &? La historia es muy larga; véala el curio-
so; en ella está el gran padre y la gran madre la cual tiene sobre la cabeza
la culebra con plumas y el nombre Maria con verdadera significación de
mar, aguas de gracia preciosa &^
Para que se vea el modo que tenian los indios para escribir las oracio-
nes, pondré el ejemplo siguiente, y se verá que lo mismo sería de la que
les enseñó el Santo Apóstol de que sin duda ha nacido el no entender bien
sus caracteres, ni aun los mesmos descendientes de los que usaban, por-
que á la verdad una misma cosa puede equivocar sentidos varios, dice
así: — El vocablo que ellos tieiv n que mas tira á la pronunciación de Pater
es Pantli que significa una como banderita con que cuentan el número de
veinte, pues para acordarse del vocablo Pater ponían aquella banderita
que significa Pantli, y en ella dicen Pater: para la segunda que dice Nos-
ter, el vocablo que ellos tienen mas parecido á esta pronunciación es
Nochtli que es nombre de la que llamamos Tuna y en España Higo de
las Indias; pues para acordarse del vocablo Noster, pintaban consecuti-
vamente tras de la banderita una tuna que ellos llaman Nochtli. Esto di-
ce: y yo digo, que pinten estas dos cosas banderita y tima y que la mués-
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
47 S
tren á cualquier indio que entienda sus pinturas, y apostaré que no le da
esta significación ni el más entendido y sabio lenguarás. (i)
Escribe (2) [que la noche siguiente que Cortés llegó á Tlaxcala (3) á media Confirma Tor-
noche hallaron levantada una cruz de altura de tres brazas bien labrada y dicion de ios in-
dios acerca de la
que Cortés fué el primero que la vio y por la mañana mandó que la quitasen ^'óstoi06' St°'
de su lugar y la tendiesen en el suelo, hincando á los dos señores más prin-
cipales qe. eran Maxixcatzin y Xicotencatl, que ellos tres la levantasen y
pusiesen á donde habia de estar; y asiendo Cortés de la cabeza, y Ma-
xixcatzin del cabo della y Xicotencatl del medio, la levantaron y pusieron
•en su lugar donde estuvo muchos años, hasta que consumida se puso otra.
Dicen que al tiempo que se levantó aquella cruz primera que el sacerdo-
te mas principal de los ídolos que tenia á su cargo el templo mayor (que
era como catedral) donde estaba su principal Dios, que llamaban Camax-
tli, temiendo que aquellos hombres recien venidos se lo tomarían, como
lo harían en otras partes, la misma noche que acullá en Tizatlan se puso
la Cruz mandó poner mucha gente de guarda para que con fuegos avisa-
sen si acaso los españoles intentasen hacer lo que sospechaba. Fué este
sacerdote á media noche á incensar al templo, que le tenia rodeado de mu-
cha gente por el temor dicho. A esta hora vino súbitamente sobre ellos
una gran claridad á manera de relámpago, que los turbó á todos, y á los
que miraban ó estaban de cara al Oriente les pareció que aquella claridad
habia nacido en el Oriente, y á los que estaban vueltos al Poniente que de
aquella parte y lo mismo que del Septentrión y Mediodía á los que mira-
ban y estaban vueltos á aquella parte; de manera que pareció venir aque-
lla repentina claridad de todas lascuatro partes del mundo. Otros muchos
indios habia á esta hora junto á la Cruz que Cortés y los Señores Tlax-
caltecas habían levantado, y también ellos como esotros vieron la misma
claridad. Otro sacerdote que estaba en otro templo apartado de este lugar
llamado Macniltonal vio al Demonio en forma espantosa, que le pareció
puerco corriendo por la ladera arriba de una cuesta que llaman Moyotcpec,
en lo alto se desapareció Decían mas que los Señores y sacerdotes después
de esto se juntaron para tratar de aquella grande claridad y resplandor,
que todos ellos vieron y que cosa seria. Y entre otros juicios y pláti ^""^ÍTsL-
cas que sobre esto pasó concluyeron que aquella claridad que de todas las de^5.10' el año
cuatro partes del mundo pareció venir significaba la paz universal, que se
habia de seguir de allí adelante, y que sus ritos y religión del todo cesa-
rían, y que llegaría la fama de los nuevamente venidos á todas partes y se
cumpliría lo que tanto tiempo habia que esperaban, y decían ya hemos al
Tlatzonpan (que es el fin del mundo) y estos que han venido son los que
han de permanecer. No hay que esperar otra cosa; pues se cumple lo que nos
(i) Torquem. lib. 15 cap. 16. col. 2. f. 1 16. par. 3.
(2) Torquem. lib. 16. cap. 27. f. 229. col. 2.
(3) A. f. 301. col. 2. par. 1. escribe Torquemada que Tlaxcala quiere decir casa Je pan. — Be-
lem llamóse antes Texcallan f. 302. col. 2. parte 1?
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
476
dejaron dicho nuestros pasados. Prosigue. — Si consideramos las palabras
de estos tlaxcaltecas veremos como dijeron verdad (1) como otro Caifas
sin saber lo que decían, porque así como fué verdad que convino que un
Santo Thomé muriese, que era Cristo porque todo el mundo no pereciese
así también esta Santa Cruz fué el medio de la paz que hubo entre Dios y
los hombres en la cual hizo Cristo la reconciliación y amistad deseadas de la
paz cristiana; y esta Santa f lo fué de todos estos reynos, porque conver-
tidos á la ley de Cristo la tuvieron todos y quedaron hermanos hijos de
Dios y herederos de su gloria; y asi como en la venida de Cristo al mun-
do se cumplió lo que dixeron antes los Profetas, así ni mas ni menos en-
la venida délos nuestros á estos indios se cumplió todo lo que nuestros an-
tepasados d eraron dicho de que otras gentes habían de venir y apoderarse
de estos reynos, y enseñar otra ley que habia de permanecer ; la cual es esta
evangélica. Que en cuanto á esta parte dixeron verdad, pero no por mo-
do tan infalible como hablaron los Profetas; aunque tengo para mi que lo
dirian por voluntad de Dios, para que cuando viniese no pareciese de tal
punto nueva, sino que ya tenían noticia della por algún modo. Hasta aquí
nuestro Autor: no hay mas que pedir ni que desear para acabar de enten-
der la verdad de la tradición de que Santo Thomé apóstol estuvo y pre-
dicó el Santo Evangelio en la América, comenzando por Panuco á donde
aportó, y de allí á Tula, luego á Cholula, Campeche, &:.1 — Dice Torque-
mada qne luego se bautizaron en Tlaxcala los tres Señores principales go-
bernadores de aquella república. Tlaxcala quiere decir casa de Pan (2)
Chalchiuhapan (3) por otro nombre (lib. 6. cap. 23. part. 2. f. 50 col. 1.)
se llamaba: que fuente graciosa mar de gracia aguas preciosas nombre que
daban á una diosa (4) que todo el significado cuadra á la virgen; véalo el
curioso en este lugar citado que es cosa notable.
82. — Torquem. lib. 8 cap. 18. parte 3 dice así. Aunque con particular
cuidado he leído muchos A. A. antiguos que hablan de los templos de la
ciega gentilidad, no hallo en ellos que su número fuese aventajado, cuyos
mas diligentes cultores de los ídolos fueron los de Roma, Tebis, Menfis, y
Atenas; los de esta nueva España demás de ser cuidadosísimos del servi-
(1) ¡Oh pobres indios! aún cuando dicen verdad no quiere que sean como los Magos que cre-
yeron la profesia de la estrella, sino como Caifas: ¡Oh dichosos indios! pues creíste la dicha
que os estaba profetizada por Santo Thomé. — Santo mió, porque dudaiste, no creistela resurec-
cion de Cristo nuestro Maestro y vida nuestra, ha estado con incredulidad la tradición de vues-
tra asistencia en este nuevo mundo; ya lo habéis pagado, agora haced que sea clara y manifiesta
á todos.
(2) Tlaxcala casa de Fan Belén Torq. f. 3 ?col. 2. part. r.1
(3) Chalchihuitlicue, faldellín azul.
(4) Matlacueye; lo mismo; esta es á quien llamaban la gran Madre. Faldellín azul, esto és;
vistoso cielo; trujo al cielo en su vientre; agua azul para el nombre de Mariade Guadalupe, (pie
allí dice estar esta fuente y es así Guadalupe Nota.. — Torquem. part. 2. lib. 6'.' cap. 23 hablando
de esta Diosa escribe que muchas fuentes le tenían consagradas, y una de ellas en Guadalupe cer-
ca de México que es aquella que está al Oriente de la Santa Casa un tiro de piedra, que está
cercada y hierve ó sale á borbollones; y esta Diosa es aquella Teotenantzin que dice Becerra á
f. 15. del lib. de la Virgen de Guadalupe que tenían allí los indios por Deidad.
bibliografía mexicana del siglo xviil
477
ció del Demonio fueron aventajados en hacerles y edificarles casas y tem-
plos, en tanto número que pienso pasan de quarenta mil, entre chicos y
grandes, y afirma con verdad quien los vido, y es que solo en CJwlula habia
trescientos, siendo el uno de ellos comenzado y no acabado por la sober-
bia sepa con que le comenzaron; en esta Ciudad de México y en la de Tetz-
cuco pasaban de esta cuenta y número y de increíble grandeza y maravilloso
artificio á su usanza á cuya hechura y bondad de edificios correspondía una
maravillosa y artificiosa curiosidad de pinturas, que hacían toda la obra
parecer de un delicado pincel: cap. 19 dice: Por grande maravilla tienen ihomé banba
Templo.
los historiadores antiguos que en algunos de sus templos haya habido mu-
cha curiosidad, abundancia de oro &? — Del de Diana en Efesso, maravilla
del mundo que toda la gente de Asia tardó en hacerlo 220 años; pero si
con atención y ojos desapasionados, y no con los que algunos miran las co-
sas de las Indias teniéndolas en poco, queremos mirar la hermosura,'curio-
sidad de los que estos gentiles ocidentales tenian, veremos que son no solo
en edificios, pero lo que es mas, en riquezas de los mas aventajados del
mundo: si los queremos notar en cuanto á su grandeza, excedía el de Méxi-
co y Tetzcuco al de Bufiris que boxeaba mil seiscientos y veintiocho pa-
sos y estos mas de 3,000 (tres mil) y de alto mas de cincuenta estados,
asiento y capillas habia en los cimientos y paredes destos templos tan gran-
des y espantosas piedras que sola su grandeza ponía admiración; si en el
templo de Efesso habia columna de sesenta pies de alto, viera las piedras
(no 127 como eran las columnas de aquel edificio, sino mucho mas sin nú-
mero) con que estaba edificado el templo del Sol que estaba en el valle de Templo del
' ^ r . - Sol de notable
Lucay cuatro leguas de la del Cuzco en el Perú, las cuales tienen veinte |raanfeed" en ca'
pies de largo y doce de ancho, y una vara de ancho; y las de Thomé banba
llevadas de mas de doscientas leguas pasándolas por sierras asperísimas y
ríos caudalosos pareciendo ambas cosas casi imposibles, y aun mentira el
afimarlo si la misma verdad no estuviera á los ojos de todos los que por allí
pasan que sin querer las ven por estar patentes á todos. (1) — Estos de la
nueva España aunque no estaban guarnecidos de penachos de oro, como el
de Diana ó el que dice Tito Livio de Júpiter, tenian otros adornos de cosas
muy ricas y admirables así de paños tejidos de infinitas labores como de otras
cosas que lo hacían vistoso y lindo. Digo que los del Perú (ya que no todos
muchos) no solo tenian las paredes y cubierta aforradas en planchas de oro,
pero el suelo guarnecido de ellas, como el de Dios en Jerusalem, y lo que
mas admira es; que eran estas planchas de oro maciso y finó tan gruesas co-
mo un dedo y de mas de á tres palmos de largo, ancho de un geme al mo-
do y echura de los espaldares de que usamos en las sillas de espaldar ó
(1) Tres leguas de la villa de Cuernavaca (Cuauhitahuac en lengua mexicana) al suduoeste
en el camino que va á Mazatepec, en un cerro hay un templo con semejantes piedras llamase Xu-
chicalco, que dice casa de flores: allí se ven mitras y esta X en aspa: ha diez años que vide este
templo y entonces escribí su forma: junto á él medio cuarto de legua hay un pueblecillo llamado
Tetlanma.
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
478
imperiales, cuyo peso eran quinientos castellanos. Y porque no parezca
que hablamos á montón y á carga cerrada, y se atribuya á encarecimiento
declaróme mas haciendo memoria de algunos para probar esta verdad. El
primero es aquel Templo famoso que habia pasada la Provincia de Pasto
hacia la de Quito; aun agora se ven las señales de las planchas de oro y
plata en las paredes donde también hubo grandísima copia de basijas de
lo mismo para los vinos y las otras cosas de los sacrificios, las cuales eran
nunca vistas ni oidas en el mundo (ni aun en el Templo de Dios en Jeru-
salem, de las cuales dice la Sagrada Escritura que eran de metal ó bronce)
y este espanto se podia extender á la muchedumbre, número, cantidad, di-
versidad, hechura y grandeza con grande suma de riqueza en su adorno.
— El Templo de la ciudad de Jacunga mas adelante de Quito, fuera de las
planchas de oro referidas en el pasado, tenían encorporadas y como em-
butidas en sí muchas ovejas y corderos de oro macisas hechas de martillo,
y otras figuras de bulto hechas de lo mismo.
83. — Es muy de notar aquel templo famosísimo y nunca jamas otro ima-
ginado que estaba en la ciudad de Thome banba, (1) cuyas paredes eran
chapeadas y cubiertas de oro y esculpidas en sus chapas muchas figu-
ras de varias cosas, y muchas ovejas de oro y corderos y aves diversas y
muchos manojos de pajas, todo de fino oro; y en las portadas y otras pie-
zas señaladas muchas esmeraldas y otras piedras de diversos colores y
hechuras, puestas y asentadas á trechos, que hacían labor sobre el oro de
grande artificio, y fuera de lo dicho en otros lugares, estaba esmaltado el
oro con colores diversos y varios que lo hermoseaban mucho: tenia mu-
chos vasos de oro para el servicio de los ministros, muchas tinajas de oro.
Y aunque este Templo referido era tan rico y adornado lo fué mas el de
Pachacamac, el cual fué de los mas antiguos de todos los del Perú y con
quien tenian mayor devoción acudiendo á él de más de 300 leguas en ro-
mería á ofrecer votos aun antes que hubiese Reyes en el Perú. — El templo
de Bilcas donde estaba la muy rica figura del Sol y los asientos reales en
una piedra de once pies de largo y siete de ancho, estaba todo cubierto de
oro y de piedras preciosas, para cuya guarda habia cuarenta porteros y
cuarenta mil personas de servicio del templo, y de los palacios del Rey. —
El templo de la Ciudad del Cuzco cabeza del Perú era el más famoso, y
que ninguno lo fué mas; del cual sacaron los nuestros tantas y tan incom-
parables riquezas, que cuando lo saquearon hicieron una sala que tenia
veinte y cinco pies de largo y quince de ancho, y tan alto montón que nin-
guno alcanzaba su altura con un palmo. Y este despojo fué el que ofreció
á dar el Rey Atabaliba cuando le prendieron los españoles y juntamente
diez mil cargas de p'ata, y todo lo cumplió muy cumplidamente.
'_' (1) Thomé bamba: Templo. Aquí se halla á las claras el nombre del Santo! Tumbes en el Pe-
rú, también es su nombre Zu>nc.— T/io»ie\t llaman en Paraguay, Brasil y Perú como se ve otras
á f. n? 33; y en esta Nueva España Totonuhuacaii Pueblo cerca de la Puebla. — V. la nota de f.
al margen núm. 77.
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
479
Escribe fray Antonio de la Calancha lib. 2, cap. 5. fs. 341. col. t) así
No he hallado el nombre dulcísimo de Jesús ni de Maria, ni de Jesucristo En Paraguay
1 . se hallaron los
quedasen en cantares, cuentos ni otra memoria excepto en el Parag-uav. nombres de Je-
o J ' SUSi de Maria y
Esto escribe Calancha, pero acá en la Nueva España le tenían con sus de -íesucrist0
nombres metafóricos.
84- — El P. Rivadeneyra á f. 708 del Flos Santorum col. 1 . en la vida de
Santo Thomé escribe así: — Y no menos lo tienen por tal los pueblos de
Alemania, (1) como lo dice el Obispo Guillermo Lindano varón doctísi-
mo, y en aquella Provincia hay templos muy antiguos dedicados á Sto.
Thomé Apóstol, y aun las partes septentrionales que están mas debajo del
mismo polo ártico hay Iglesias de Santo Thomé, reconociendo aquellas
partes el beneficio que por medio de su predicación recibieron.
85.— Hablando, Herrera Dec. 3. lib. 3 f 1 19 col. 2, de los indios de Mi- M^hoacan
,-. t^.. Que Dios adora-
choacan, dice: Su principal Dios era Incapacita: (2) teníanle por hacedor ban
de todas las cosas; que daba la vida y la muerte, los buenos y los malos
temporales; llamábanle en sus tribulaciones; mirando al cielo, entendiendo
que allí estaba: en suma confesaban un Dios, y el Juicio final, y el Cielo,
y el Infierno y el fin del mundo; que Dios hizo un hombre una muger de
barro que yéndose á bañar se deshicieron en el agua y los volvió á hacer
de ceniza y de ciertos metales; y volviendo á bañarse descendió el mundo
de ellos; y que hubo Dilubio y un indio dicho Tezpi que era sacerdote se
metió con su muger é hijos en un madero como arca con diferentes ani-
males y semillas, y que todos escaparon; y que en menguando el agua en-
(1) A Alemania llaman Germania, Germanos, Mellizos; yá Dios llaman Teuh, el primero es el
nombre Cuate, el segundo Teolt con que acá enseñó el de Dios. — Y el decir Torquem. lib. 3. f.
278, col. 2. part. 1?, escribiendo de Quetzalcohuatl opa algunos tuvieron que eran irlandeses con-
viene con lo que aquí dice que predicó el Sto. á aquellas gentes que están debajo del Norte adon-
de está Thule de quien escribió Séneca los versos que verás al margen de f. n? 37. que es en
Irlanda como lo dice Soloyano Polit. lib. i. cap. 6. f. 25. col. 2 y estas gentes con que vino acá
Quetzalcohuatl fundaron áTula, y donde salieron se llamaba Iluehuetlapa, qe. dice la Vieja Tula
como si digesemos España la Vieja y Nueva España, — Mira á Torquemada part. 1? f. 40. col. 2.
f. 278 col. 1. y verás como combina esto. — Tultecas escribe Torquem. qe. fueron los poblado-
res de esta N. España después de los Gigantes. Ahora digo qe así como Castellano sale de Cas-
tilla, español de España, mexicano sale de México; así tultecas sale de Tula, nombre que apela
á la patria ó tierra de donde salieron que dice se llama Huehue Tlapa, y por eso llamaron á
esta Tula. — Escribe Torquem. part. 1 f. 278 que Quetzalcohuatl se fué á Cholula á parte remo-
ta llamada Tlapalla. — Tlapallan, y en otra parte dice Tlilapan ó Tizapan la primera palabra Tli-
lapan es lo mismo que Etiopia; la segunda parece que dice hueso quemado. En la vida de Santo
Thomé citada se escribe que predicó á los etiopes y que los lavó con las aguas del Sto. Evange-
lio, pues el decir acá que iba á las partes negras era lo mismo que decir que iba á donde estaba
la gente negra y Ingente como hueso que/nado esto es, no tan negra, cuales son los malavares de
la India en San Thomé á donde le martirizaron. — También en la pintura ya citada está pintada
esta tierra negra con pasos de hombre blanco con bordón, que llega á la tal tierra negra á donde
está una Iglesia, de la cual por cada uno de sus dos lados por un camino salen huellas de hom-
bre hasta orillas del mar, á donde está sentado al cabo de cada senda en coclillas un anciano con
zandalias, bordón en la mano. Se escribe en la vida del Santo que por Zocotora dio principio á
la conversión de la India; y Zocotora está en Etiopia.
(2) Concuerda esto con lo que á fojas 13. capítulo 5 escribe el Padre Francisco Calderón en la
relación del Pantitlan, con autoridad de Fray Gerónimo Román libro 2'.1 capítulo 15. 16. 'de las
Indias occidentales. — De aquí se saca cuan erradamente han escrito algunos que adoraban mu-
chos dioses, pues en suma no era mas de uno.
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
480
vio el ave llamada Aura y se quedó comiendo de los cuerpos muertos, y
que envió otros pájaros y también se quedaron; y que el pájaro pequeño
dellos muy estimado por la pluma de diversos colores volvió con un ramo.
Tenían sacerdotes que predicaban en los templos con terrible espanto y
que causaba á los hombres grandísimo temor, con lo cual les movía á ha-
cer lo que les predicaba. Traian coronas abiertas en la cabeza, y el cabe-
llo largo y guirnaldas de fluecos colorados.
En Nicaragua, dice Herr. Dec. 3. lib. 4 f . 154 col. 1, tenían por letras
las figuras de los de Culua (és México) y los libros de papel y pergamino
un palmo de ancho y doce de largo á donde señalaban por ambas partes
de azul y colorado y otros colores; tenían pintadas sus leyes y ritos con
gran semejanza de los mexicanos. No casan los sacerdotes sino los que
oyen pecados ágenos y dan penitencia según la culpa y no revelan la con-
fesión sopeña de castigo. (1) Echaban las fiestas que eran 18 como los me-
ses. Vestían sobrepelliz blanca de algodón: también Herr Dec. 3. lib. 5. f.
216. col 2. dice que en Ibreras los indios que descendían de mexicanos te-
nían el uso de la confesión, y que al sacerdote llamaban Papa. Véase á f.
88. col 1. Dec. 3. libro 2. —
En el Jubileo de las misiones que hubo en esta Ciudad de México con
notable aprovechamiento de las almas á 24 de Nove, de 1679 años hacien-
do la doctrina en este Colegio de Sn Fedro y Sn Pablo el P. José Vidal
dijo en el pulpito qe. en esta Ciudad hablando con una muger del Miste-
rio de la Sma. Trinidad y explicándoselo dijo ella: Jesús mi padre uno y
tres, tres y uno cerno puede ser sino por obra del demonio, no crea tal; y
el Padre dixo que le dixo: Señora, pues como el demonio puede hacer que
uno sea tres y que tres sea uno como no lo podrá hacer Dios. — El mismo
Padre los
(Aquí concluye el M. S. — Por un fragmento que quedó de la foja siguien-
te parece que terminaba cu ella hacia la mitad de su primera plana, (fir-
mado) Ramírez.
(1) A f. No se escribe que estando el Santo en Cholula envió discípulos á estas partes; y así
como en Campeche, á donde estuvo, se halló entre su doctrina la confesión, así se halló en esta
Provincia junto con el Sacerdocio y lo demás, que no se supo, ni preguntó entonces ni se inquirió.
FRAGMENTOS
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
4S3
FRAGMENTO i?<'>
Pluma rica nuevo Fénix de la América.
AUTORES DE QUIEN SE SACO LO QUE SE DICE AQUÍ.
P. Simón de Vazconcelos, Crónica de la Provincia del Brasil lib. 2, f. 1 11.
n? 18 Cosas curiosas del Brasil.
P. Antonio Ruiz, Conquista Espiritual del Paraguay de fs. 29 á fs. 25.
P. Fr. Alonso Ramos, Historia de N. Sra. de Copacapana, cap. 5, 8, 9,
10, 11.
Historia de la aparición de N. Sra de Guadalupe de México del Br. Be-
cerra, impreso año de 1675 f. 26.
Solorzano, Política Indiana, lib. 1. cap. 7.
Torquemada, Monarquía Indiana, lib. 3. col. 2. cap. 7. f. 271 part. 1. lib.
5 cap. 13 parte 1. Lib. 4 cap. 14. parte 1. Verbo Quetzalcohuatl. Lib. 2.
cap. 90. parte 1 f. 255. Lib. 60. col. 2. f. 40 parte 2* toda entera.
P. Nicolás del Fecho, Historia Paraguay, latina del año de 1673 lib. 6.
cap. 4. f. 155. Lib. 8. cap. 41. Lib. 10. cap. 11. Lib. 12. cap. 18.
Didimo: Solorzano Polit. lib. 1. cap. 1. f. 3. col. 1.
Teomin: Gemelo, abismo de profundísimas aguas.
Chilan cambal, Chilan camb. Dec. 2. lib. 5. f. 75. col. 1.
Kukulkan.
Kokon.
Kokones.
Torquem. Monar. par. 2? f. 89. col. 1. lib. 6? cap. 48. dice así: A los
que en su lengua llaman Cocohua, que quiere decir, culebras, porqe. dicen
qe. la prim? muger que parió dos, llamaban Cohuatl 'que significa culebra; y
de aqui es qe. llamaban culebras á los Mellizos. Y allí á f. 64, col. 2. cap.
31. lib. 6? dice así:— A una Diosa llamaban Ciliuacohuatl, que q. d. la
muger culebra que paria las criaturas de dos en dos; y según la etimología
fué la primera muger del mundo madre de todo el género humano, la cual
fué engañada de la culebia en el Paraiso; y también es verdad que después
del pecado concibió y parió un hijo y una hija de un parto, Cayn el va-
ron y Caimana la muger, y luego al segundo parto parió á Abel y á su
hermana Delbora, y de allí en adelante los parió como queda dicho; pues
por estas propiedades la llamaron estos indios Cihuacohuatl, que quiere
decir la muger de la culebra, como si digera á quien engaño la culebra, ó
(1) Este se encuentra al principio del opúsculo escrito en el solo frente de la f? que en el M. S.
de la Profesa es la 262. (Rz.)
bibliografía mexicana del SIGLO XV u i.
484
la muger que paria dos criaturas juntas; porque á los gemelos que son de
un parto los llaman cocohua que q. d. culebras, como si dijesen culebras de
la muger culebra: hasta aqui dicho autor:
Comisahnal. Torquem. lib. 3. cap. 41. f. 366. quiere decir tigre que vue-
la: no era hombre como lo prueba la pintura, y en esta pintura la gran
madre tiene la culebra; cohuatl sobre la cabeza partida en dos, ó dos en
una con plumaje, ques el nombre ó significado Quetzalcohuatl.
Yztacmiscohuatl: Torquem. lib. 1. f. 35. col 2. cap. 12. part. 1. signi-
fica /. viejo blanco anciano, ó el anciano padre.
2. Adán y 3 Eva, Padres y principio del género humano, como lo de-
muestra aquella pintura; y el cap. 48 f. 89. col 1. lib. 6? parte 2? la muger
deste uno se llamaba Ylaincueitl.
A fs 44. Tome, abismo de profundidad, Gemelo, Didimo. Barradas tom.
2. lib. 6. cap. 14.
fA la santa llamaban Tonacaquahuitl quiere decir madero que da sus-
tento de Na Vida: etimología del Maiz. Tauacayutl, que quyere decir cosa
de nuestra carne f. 231. col. lib. 16. cap. 28. part. 3? Torquem.
Tras luengos años verná
un siglo nuebo y dichoso
que al Océano anchuroso
sus límites pasará,
descubrirá grandes tierras
verán otro nuevo mundo,
navegando el gran profundo
que agora el paso nos cierra.
La Thule tan afamada
como del mundo postrera
quedará en esta carrera
por muy sercana contada
Que nada sea nuevo fundo
en el decirlo Salomón,
mas sin embargo Colon
dio al viejo otro nuevo mundo.
Veranse estos versos á fojas n? 37 pero si quien los escribió vivió en
tiempo de los Apóstoles, hallará este lugar á la letra de la venida de los
españoles á las Indias año 1492: como también en tiempo de Salomón se
supo de ellas; y así Colon fué segundo descubridor, el primero fué Didimo.
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
485
FRAGMENTO 2?^
AUTORES CITA DOS.
Fray Joan Brulio agustino. Historia Peruana, lib. 1. cap. 5. núm. 17.
Fray Gregorio García lib. 5. cap. 5.
Gomara 2? part. cap. 15-3? part. cap. 83.
Instolipsio lib. 3. en que trata de la Cruz.
Fr. Antonio de la Calancha agustino lib. 2. cap. 20. Historia Peruana.
P. Alonso de Ovalle. Historia de Chili lib. 8. $ último.
P. Francisco de Mendoza Viridario. Problema 44.
P. Riva de Neyra. Vida de S. Thomé.
P. Andrés Lucas f. 245.
Torquemada, Monarquía Indiana, parte 3?" lib. 15. cap. 40.
Antonio de Herrera Cronista de las Indias Dec. 1* lib. 2(? cap. 14 f. 71. Razones nota-
r-i t i- 1 / . iti k'es que dijo un
col. i en el año de 1494 escribe que a 7 de Julio salto en tierra en la Isla indio á Colon,
de Cuba para oir misa á la cual asistió un indio viejo Cacique que acaba-
da habló á Colon así. — Tu has venido á estas tierras, que nunca antes viste
con gran poder, y has puesto gran temor. Sabe que según lo que acá sen-
timos, hay dos lugares en la otra vida á donde van las ánimas; uno malo
y lleno de tinieblas guardado para los que hacen mal; otro es alegre y bue-
no, á donde se han de aposentar los que aman la paz de las gentes, y por
tanto si tu sientes que has de morir, y que á cada uno según lo que acá
hiciese allá le ha de responder el premio, no harás mal á quien no te lo
hiciere: lo que aqui habéis hecho es bueno porque me parece que es ma-
nera de agradar á Dios. Dijo que habia estado en la Española, en Xamay-
ca y en la isla ab? jo de Cuba, y que el Señor de aquellas partes andaba
como sacerdote vestido. Hasta aquí este Autor, con que se prueba que
Colon lleva donsigo clérigo sacerdote: no hay le sacerdote porque lo di-
jera aquí.
Por la vecindad de los de Yucatán, parece que de allá les pudo venir
esta doctrina como se verá adelante.
FRAGMENTO 3?<2»
Vetancourt, Teatro Mexi? 2. p. t. 3? n? 12. Juno entre los antiguos fué
la Diosa de los vientos por la venzind. ... el aire tiene al cielo, donde rey-
(i) Se encuentra al reverso f? 271 del M. S. de la Profesa, y escrito en sentido inverso, co-
mo si fuera un borrador desechado. En esta copia corresponde á la pág... . Rz.
(2) Este fragmento corre en un f. suelta sin numeración ni indicación del lugar á donde co-
rrespende. Su carácter de letra aunque antiguo y de la época á cpie pertenece el M. S. es diver-
so.— Estando lacerado en uno de sus márgenes ha dejado las lagunas que en la copia se indican
con líneas de puntos. — (Rz.)
BIBLIOGRAFÍA MEXICANA DEL SIGLO XVIII.
486
na Júpiter su hermano, atribuirse á su muger dice Cicerón p. . . . diera y
cuevedad mugeril. Los mexicanos tuvieron á un hombre que vino por la
parte de el norte. . . . con el cabello largo, ojos grandes y la barba redon-
da, vestido hasta los pies con una manta. . . . labrada de cruces coloradas,
de condición suave, ynxeniosa que les enseñó á fundir plata y oro á labrar
piedras preciosas: llamáronle Ouetzalcohuatl, que quiere decir Mellizo, Dy-
dimo, ó co. . . . piedra preciosa; que coatí llaman á los Mellizos y Quctza-
lli á la piedra preciosa; era casto, en el comer muy templado, salió de Tu-
la porque dijo que le esperaban sus hermanos y cer. ... de Tlalnepantla
acompañado de músicas y flautas, estampó las manos en una piedra, de-
joles los instrumentos con que labraba la piedra, pasó á Cholula donde les
enseñó á hacer cosas curiosas y acompañado de cuatro mancebos pasó á
Tabasco y de allí á Yucatán donde le veneraron por Dios y le llamaron
Kukulcan, y dicen que de allí echando la capa en el mar se fué en ella y
despareció con sentimiento suyo. Dejó pronosticado que vendrían de don -
de sale el sol hombres blancos que serian dueños de la tierra y él con ellos;
y así cuando vino Cortes decian que era Quetzalcohua.lt. Pagáronle con
el apothesis de venerarlo por Dios, y edificarle templos en Tula en Cho-
lula un sumptuoso, y en México una capilla y en Yucatán y otras partes.
Grijalva edad 1. cap. 19. Luego á la entrada de esa tierra, está una que
dio harto que pensar á los que la vieron por estar señalada, con la señal
de salud que es el Tao. Tan bien cortado y en unapuenta tan elevada, que
no la pudieron labrar otros que los Anxeles: á su lado está una luna de la
mesma obra: de donde tomó nombre aquel pueblo que se llama Mcztlitlan
porque Meztli quiere decir luna, tetl piedra y asi Mcztitlan quiere decir la
Luna sobre la piedra. El lugar donde están esculpidas estas dos imágenes,
y la escultura, son tales que admiran á los que las ven: y dan bien que pen-
sar á los que buscan su origen: porque demás de ser el lugar muy alto, está
en una peña tajada donde no parece posible que hayan llegado hombres.
La figura de la Cruz es esta T labrada á cuadros como tablero de Axe-
drez. . . . Un cuadro-de el color de la peña que es blanquisca y el otro de
un muy perfecto azul has. . . vivo, que ni la antigüedad y inclemencias á
que esta, ni la distancia ni el aire que siempre está por allí turbado con
continuas plunvias; nada lo destempla para que á los ojos no paresca finí-
simo. El tamaño de la Cruz desde abajo es de un codo, pero según la pers-
pectiva debe de ser grandísima porque al que menos le echa de distancia
son tres cuartos de legua. La que está á su lado es del mismo corte y co-
lores y aunque entonces se hicieron grandes deligencias nunca se pudo ha-
llar el origen de estas ymaxenes. El P. fray Estevan de Salazar en sus dis-
cursos del Credo, refiere que halló en aquellos tiempos un viejo deciento
y veinte años el cual dijo que vencía su memoria y la de sus padres y abue-
los, y por buen discurso se concluye una muy grande antigüedad; porque
la fundación de el pueblo de Mcztitlan es antiquísima y habiendo tomado
BIBLIOGRAFÍA MEXICANA DEL SIGLO XVIII.
487
nombre de aquella Luna que le hace frente, se colige la grande antigüe-
dad de la. . . . Algunos hubo que quisieron probar de aquí, que habia ha-
bido en esta tierra alguna noticia del Evangelio antes que nuestros predi-
cadores viniesen á ella y que esto pudo ser desde el tiempo de los Apóstoles,
según aquello del P. Salmo in omnc en ierran exivite lanus corum y que
aquella Cruz de la sierra habia sido cortada por (el) ministerio de Anxe-
les y asian con. . . . que los Demonios para borrar aquella memoria habian
esculpido la Luna á otro lado. A la manera que los gentiles movidos tam-
bién del Demonio habian puesto en el lugar del Calvario á donde estaba
la Santa Cruz una estatua de Venus para profanar el lugar y borrar el lu-
gar de la Santa Cruz hasta que la piedad de Santa Helena la descubrió y
quebrantó el ídolo. Como quiera que ello fuese los indios reverenciaban á
la luna sin parar mientes en la otra señal que estaba á la mano derecha
hasta que Dios fué servido que por ministerio de nuestros predicadores
menguase aquella luna y empesase á alumbrar la Cruz que como sol per-
manece. Y ciertamente que aunque las conjeturas no tienen fundamento
bastante y así no podemos afirmar con certidumbre ninguna de las cosas
que se ofrecen á esta materia no podemos negar que les fué á nuestros pre-
dicadores de gran consuelo y ayuda esta imagen porque viendo la señal
de la Cruz en la frente de aquellas serranías luego concibieron grandes es-
peranzas de que Dios los guardaba con particular providencia y les pro-
metía particulares auxilios y para con los yndios fué de grande ayuda,
porque teniendo ellos creido que tenia aquello particular deidad, si sola
estuviera la luna entonces tuvieran mas dificultad la predicación y ahora
se estuviera el ídolo en su altar porque no es posible borrarla de el lugar
donde está y con estar allí tan bien esculpida la Cruz fué fácil persuadir-
les la menguante de su luna, la declinación de su imperio, la obscuridad de
sus supersticiones y la salud y reino de la Cruz.
ídem edad 3. cap. 1 1 (hablando del Mtro. Veracruz) leio todas las partes
de S. Thomas en dos años y no les parezca á los teólogos de nuestros tiem-
pos que era lectura esta de poco fondo y aprovechamiento; porque leyen-
do solos los tezoros de Santo Thomas al fin se vienen á saber todas las
doctrinas que ahora confunden los modernos en una sola cuestión, demás
de que la grande asistencia en el estudio y el estilo que tenia en leer se ga-
naba mucho tiempo. Era pues el estilo leer in voce el texto y con las par-
tes de Santo Thomas deletralle hasta entenderle y si el Mtro. le ilustraba
con alguna lectura ó algún ejemplo era in voce ó con alguna palabra bre-
ve al margen de manera que los oyentes se hacían estudiantes y no escri-
banos (En el refectorio) á veces en comiendo el primer plato mandaba
bajar al lector de mesa y en vez de la lección explicaba un artículo de San
Thomé.
Copiado de un vol. en fol. de 309. f. intitulado Fragmentos de Memo-
rias Mexicanas y que con las marcas Est. 29.— Caj" 1. N. 9— se conser-
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
Q.
van en la Biblioteca del Oraton ^ feVv?e ^n (Casa Profesa) de
esta Ciudad; y de cuyo vol. este lv? ocUpa ^aS ' K<l0w&>A 309 vta.
Cotejado. México Abril II de 185 ^a de ^a los constitu-
cionalistas en Tacubaya.
(Firmado) José F. Ramírez.
bibliografía mexicana DEL SIGLO XV III.
■j
PREDI -
DEL E -
EN LAS
-C AC ION
- V A N G E L I O
INDIAS.
Como quiera que se toca en estos rastros y noticias de la Predicación de
la Ley Evangélica muchas veces por Symbolos, figuras y metaphoras el
Mysterio inefable de la Santísima Trinidad, ha parecido poner aquí este, que
declara y esplica este Divino Mysterio. Y quien creiera, que esta misma
figura (excepto las letras) fuese hallada en las Historias, y Mapas de los
Indios, con los mismos quatro Animales en los quatro Ángulos que repre-
sentan á los quatro Evangelistas.
Lugar de la fig. n'.' 2.
Véase la pág. . . .
Sirve para lo que se escribe al folio número 97.
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
490
'&h$£fi&,"Ár 1 ¡H i r---;% ff*^
RASTROS Y SEÑALES
Zte A? primera predicación cu el Nuevo Mundo.
1. Tras luengos años verná 1. Thul<
un siglo nuevo, y dichoso, ^
que al Océano anchuroso g
sus límites pasará: Q- 2. -
descubrirán grandes tierras,
verán otro nuevo Mundo
navegando el gran profundo
que ahora el paso nos cierra
la Tule tan afamada,
como del mundo postrera, i '? « ~ -2 n
~- ~ ¿ - r. ~
quedará en esta carrera g f •= g
por muy cercana contad. Solorzano Política Indiana. I. ib. i. Cap. 6 mí-
mero 25 col. i. dice que Tule es Irlanda. 2 Batuecas.
2 Para apoio de lo que tengo que escribir acerca de los rastros que en
la América se hallaron de la primera predicación de la ley de gracia, an-
tes que á ella llegasen los Castellanos, no será fuera de camino, lo que su-
cedió en el viejo mundo á muchos christianos, cuya historia la trae Solor-
zano también á mi intento: Política Indiana Lib. 1? cap. 5? f. 18 col. 2 de
esta manera: — Y en menos distancia de tiempo lo experimentamos en los
que procedieron de aquellos antiguos Españoles, que huiendo de la inva-
Í Al6
= = - ~ ¿
1 .3 i £ I S
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
491
cion de los Moros, se escondieron en el Valle que llaman de las Batuecas,
que está cercado de altas sierras y montes de la Peña de Francia, donde
estuvieron escondidos cerca de 800 ochocientos años en continuas gene-
raciones, sin saber los últimos, como vinieron allí los primeros, ñique hu-
biese mas Mundo, ni tener sino unas pequeñas vislumbres de Christiandad,
hasta que acaso fueron en nuestros siglos, y traidos á mejor vida por el
Duque de Alva, andando por aquellos montes á caza, como lo refiere el in-
signe, y nunca dignamente laureado, y premiado Poeta Lope de Vega
Carpió, único Phenix de España, y admiración, y portento del Orbe por
las muchas comedias y otras obras que compuso, en una que hizo de este
descubrimiento, y aplicándolo al intento de que tratamos el no menos
digno de alabanza Docto P. Mro. Fr. Basilio Ponce de León i part. va-
riar, disp. quest. 6. y Fray Gregorio Garcia Dúcos, lib. 1? cap. 4núm. 20
en el tratado de la predicación del N. Mundo.
3. — Herrera en la Historia general de las Indias Occidentales Decada 1. Noticias y se.
, „ nales que se vie-
lib. 1 . n. 4. col 1 . cap. 2 dice — Por muchas maneras daba Dios causas a D. ron dei x. Mun-
r do en el V ejo,
Cristóbal Colon para emprender tan grande hazaña; y demás de las razones ^¡mfenió til'
que se han referido, que lo movieron, tuvo experiencias muy probables,
porque hablando con hombres, que navegaban los mares de Occidente,
especialmente á las Islas de los Azores, le affirmó Martin Vicente, que MartinVicei
hallándose una vez quatrocientas y cinquenta leguas al Poniente del Cabo
de San Vicente, tomó un pedazo de madero labrad.) por artificio, y á lo
que se juzgaba no con hierro, de lo cual, y por aver ventado muchos días
poniente, imaginaban, que aquel palo venia de alguna Isla. Pedro Correa Pedro Correa.
casado con una hermana de la muger de Colon, le certificó que en la Isla
de Puerto Santo avia visto otro madero venido con los mismos vientos y
labrado de la misma forma, y que también vio cañas muy gruesas (1) que
en cada canuto podían caber tres azumbres; y D. Christobal Colon dijo aver
afirmar esto mismo al Rey de Portugal hablando en estas materias, y que
tenía estas cañas, y se las mandó mostrar, las cuales juzgó aver sido traí-
das con el ímpetu del viento de la mar; pues en toda Europa no se sabia,
que las hubiese semejantes, y ayudaba á esto, que Tolomeo en el lib. 1 de
su Cosmographia dice, que se hallan en la India aquellas cañas, así mismo
lo certificaron vecinos de las Islas Azores, que venteando Ponientes recios,
y Noruestes, traia la mar algunos pinos, y los echaba en la costa de la
Graciosa y del Facial, no los habiendo en ninguna parte de aquellas Islas. Azore^rastros5
que vieron del X.
En la Isla de Flores echó la mar dos cuerpos de hombres muertos, que Mundo.
mostraban tener las caras muy anchas, y de otro gesto que tiene el délos ^Cuerpos muer-
Cristianos, Otra vez se vieron dos canoas, ó Almadias con casas movedi- canoas 0 aima-
zas, que pasando de una Isla á otra los debió de arrebatar la fuerza del
viento. Antonio Leme casado en la Isla de la madera, certificó, que ha- Antonio Leme
(1) De aquellas cañas hay en las costas de Veracruz, en la costa de Honduras, Brasil, y en la
de Acapulco y en todas las Philipinas.
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
492
biendo corrido con su Garavela buen trecho al Poniente, le avia parecido
de ver tres islas ceraa de donde andaba, y en las de la Gomera, del Hie-
rro y de los Azores muchos afirmaban, que veian cada año algunas Is
Medirá quiire 'aS hacia la parte del Poniente, — Un vecino de la Isla de la Madera el
ks uiases' '" año (^e r4^4 pidió al Rey de Portugal licencia para ir á descubrir cierta
tierra, que juraba que veia cada año, y siempre de una manera, concor-
dando con los de las Islas de loi Azores, y de aquí sucedió que en las car-
tas de marear antiguas se pintaban algunas islas por aquellos Mares, espe-
cialmente la que decían Antilla, y la ponían poco mas de doscientas leguas
al Poniente de Canarias, y délos Azores, la cual estimaban los Portugue-
sa de las 7 Ses, que era la isla de las siete ciudades que fué poblada de ellos, quando
ciudades ' * M f » n
se perdió España reynando D. Rodrigo, porque huyendo de aquella per-
secusion se embarcaron siete Obispos, y mucha gente y aportaron en aque-
lla Isla; á donde cada uno fundó su pueblo, y porque la gente no se vol-
Navio que fué v'ese quemaron los navios, y que en tiempo del infante D. Enrrique de
sfete ciudades" Portugal con tormenta corrió un Navio que había salido de Portugal y no
pasó hasta dar en ella, y los de la Isla llevaron la gente del Navio ala Igle-
sia por ver si eran Christianos, y hacían las ceremonias romanas, y visto
que lo eran les rogaron que estuviesen allí hasta que viniese succesor; pero
que los Marineros temiendo que no les quemasen el Navio y los detuvie-
sen, se volvieron á Portugal muy alegres, confiando recibir mercedes del
Infante, el qual los maltrató por haberse venido sin razón y los mandó
volvet; pero que el Maestre y los marineros, no lo osaron hacer, y salidos
del Reyno nunca mas volvieron. Dicen mas, que los Grumetes del Navio
Portugués cogieron cierta tierra, ó arena para su fogón, y que hallaron
que mucha parte de ella era oro, y algunos salieron de Portugal á buscar
Diego Tiene esta Provincia entre los quales fué uno Diego Tiene, cuyo Piloto dicho
Diego Velazquez veeino de Palos, afirmó á Colon en el Monasterio de San-
ta María de la Rábida, que se perdieron en la Isla de Fayal, y que andu-
vieron 150 leguas por el sudueste, y que á la vuelta descubrieron la Isla
de Flores, guiándose por muchas aves, que veian volar hacia allá las qua-
les conocieron que no eran marinas. Después dijo que fueron por el Su-
1 ueste tanto camino, que les quedaba el Cabo de Clara, que es en Irlanda
hacia el Este á donde hallaron que ventaban muy recios los Ponientes, y
la marera mui llana, lo qual creian, que procedía de tierra, que debia de ha-
ber por allí, y los abrigaba de la parte de Occidente, y que no prosiguie-
ron en descubrirla, porque siendo ya por Agosto, temieron el Invierno:
esto fué quarenta años antes, que Colon descubriese las Indias. En el
Viose tierra del Puerto de Santa María dixo otro Marinero, que navegando á Irlanda vio
Nuevo Mundo ' M &
aquella tierra, que los otros imaginaban, que era Tartaria que daba vuel-
ta por Occidente, la que después ha parecido ser los Bacallaos, que no pu-
Pedro vdasco dieron llegar á ella, por los terribles vientos. Pedro de Velasco Gallego
la vi<» también .. 1 ' t 1 1 ■ > 1 \t • /■ • «
dixo, que navegando a Irlanda, se metió tanto al Norte, que vio tierra ha-
BIBLIOGRAFÍA mexicana DEL SIGLO XV III.
493
cia el Poniente de aquella isla. — Vicente Díaz Piloto Portugués vecino de Vicente Díaz
Javira, viniendo de Guinea, en el parage de la Isla de la Madera, dixo que VK
le pareció ver una isla, que mostraba ser verdadera tierra, y que descubrió
el secreto á un mercader Genoves su amigo, á quien persuadió que arma-
se para el descubrimiento, y que ávida licencia del Rey de Portugal se en-
vió recado á Francisco de Casano hermano del mercader, para que armase
una Nao en Sevilla, y la entregase á Vicente Díaz; pero que burlándose
del negocio, no quizo, y volviendo el Piloto á la Tercera armó un navio
con Lúeas de Casano, y salió mas de dos ó tres veces, mas de ciento y tan-
tas leguas, y jamas halló nada. A esto se añadía la diligencia de Gaspar,
y Miguel de Corte Real, hijos del Capitán, que descubrió la tercera, que ^descubridores
se perdieron en demanda de esta tierra. - — Hasta aquí nuestro Autor.
4. — Herrera Decad. 1. Lib. 1. cap. 5 col 2. fol 33 dice así, (hablando de Noticia de las
primeras gentes,
Colon quando el año de 1492 andaba descubriendo en la Costa de Santo que se sabe pasa-
1 * •* ron al Nuevo
Domingo) vio una Fusta de 12 bancos en tierra debajo de una Enrramada, M
ron al iVuevo
undo antes d
Colon
y en unas casas cerca hallaron un pan de cera, y una cabeza de hombre
colgada de acestilla en un poste. Esto dice nuestro Autor, y también que
antes avia aliado un codaste de navio, que seria de aquellos que salieron
á descubrir, y no parecieron. También escribe, que halló Colon en poder Nebros pasaron
, _ , 11' a 11 a j 1 • 1 /->• al Nuevo Mundo
de los Indios allí Azagallas Arma de hierro usada en Guinea, y que pre-
guntando á los Indios que las habia llevado allí, dixeron que gente negra,
y señalaban al Sueste, que es hacia Guinea, donde también usaban aquel
género de fusta, y la cera no podia ser si no donde era la Embarcación
porque aunque hay mucha en Yucatán; pero los Indios no usaban de ella,
y parece que los Indios le havian muerto poco avia, pues duraba la cera y
la fusta. Y aunque no sea del caso para que se vea como por varios acon-
tecimientos, y casos las gentes de unas partes han pasado á otras. Pero no
sabemos quien ha traído unos negros Cafres atezados muy parecidos á los isla de Negros
Xalofos, los quales habitan á Isla de Negros por ellos así llamada; que es-
tá en medio de Philipinas.
5. Solorzano. Política Indiana Lib. 1: Cap. 5. f. 19. col. 1. dice. — En- s- opinión de
que los Españo-
tre los quales no quiero pasaren silencio el que traen Gomara 1 nar KsTpoblaíín e?
^ t r ^ • r • el Nuevo Mundo
Historia Indica Cap. 53. y otros (aunque no se con cuanta certeza) de los e" Vuca
Españoles, que huyendo de la guerra, y servidumbre de los Moros en tiem-
po del Rey D. Rodrigo se embarcaron en el Océano, y aportaron á Cozu-
mel, y Yucatán, y viviendo, y muriendo en aquellas provincias, pusieron
sobre sus sepulturas, y otras partes muchas Cruces, y se las enseñaron á
reverenciar ha los Indios los quales se hallaron allí por los Castellanos,
quando descubrieron estas Provincias año de 15 17 con Diego Hernández
de Cordova.
6 — Herrera Decad. 5. Lib. 9. Cap. 16. foxas 314. col. 2. dice. — Este 6. Héspero Rey
dj España po-
Gonzalo Fernandez de Oviedo escribió este año de 1536 al Rey, que te srf"\ las lslas d«
JxJ J ' n B.irlovento.
nia approvado con cinco Authores, que la Isla Española y las demás de
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
494
Barvolento, 1568 años, antes de la venida de Cristo, fueron poseídas del
Rey Héspero doceno de España, contando desde Tubal. — Esto dice este
Autor, y otros escriben, que también señoreó á las Islas de Cabo verde,
que están en las Costas de África y que se llaman también Esperides por
Esperides este Rey.
7 (¡liantes 7. — En las Historias Mexicanas se escribe, que los primeros que habi-
avia en el Nuevo
m,ina° taron eran Gigantes, de que hay bastantes testimonios, como también de
que los huvo en Yucaatan, como lo escribe Herrera Decad. 4. Lib. 10 cap.
4. f. 268. Col. i. por estas palabras: en Yucatán en Maní en una sepultu-
ra de piedra, se hallaron huesos de hombres tan grandes, que de la cabe-
za sacaron una Muela, que pesaba poco menos de libra y media; y hay
allí opinión, que antiguamente huvo allí hombres de grandísima esta-
tura.
8 Gigantes que 8. — Herr. Decada 4. Lib. 2. Cap. 7. f. 44. col. 2. dice. — A esta punta de
Hu.ua de ¿ta Sta. Elena (es en la mar del Suren la Costa del Perú) cuentan los naturales,
Elena en el Perú
que llegaron en tiempos antiguos en Balzas hombres tan grandes, que los
ordinarios no les llegaban á las rodillas, que no llevaban Mugeres, ni iban
vestidos sino algunos con pieles de Animales, y por que no hallaron agua
hicieron pozos que hoi dia se ven con muy buena agua, y fresca cabados en
peñas viva, obra mysteriosa, y que comia cada uno mas que cincuenta
hombres, y por que la vianda no les bastaba pescaban en la Mar con redes;
las mugeres de la tierra no les podían sufrir, y los naturales hacian sus jun-
tas para hecharlos, porque eran aborrecibles, y usaban mucho del pecado
nefando sin vergüenza de las gentes, ni temor de Dios; y así dicen, que los
castigo con fuego del Cielo; estando todos juntos usando su pecado, sin que
quedasse sino algunos huesos, y que hoi dia se ven de increíble grandeza,
y un Castellano afirmó averse hallado una muela, que pesaba media libra, y
otras señales, afirman otros aver visto con sus propios ojos, de donde se
infiere, que esta historia no es vana, y que esos hombres fueron allí de
la parte del Estrecho de Magallanes, como hoi dia los indios lo afirman
y refieren.
indiospasaron Herrera Decada 4. lib. 10. cap. 2. f. 258. col. 2. hablando de Yucatán
al N. Mundo, y ^ . . ,
poblaron á Yuca- dice. —Muchos indios de discreción decían haber oido á sus antepasados,
que aquella tierra habian poblado ciertas gentes venidas por la parte de
Oriente á las cuales habia Dios librado de otros abriéndoles camino por
la mar.
circuncisión i o. — Herrera Dec. 4. lib. 9. Cap. 7. f 235. hablando de la provincia de
usaban algunos . •íjtj>
indios en el n. Coazacualco, e Iluta dice. — llenen muchos ritos de indios, y usancircun-
Mundo
sidarse, y también en la Provincia de Cuexatla, y decían que así lo tenían
por costumbre. Hasta aquí este Autor. Viene bien esto con lo que allí se
escribe, que en Yucatán que es cerca de aquí aportaron los hijos de Israel,
quando pasaron allá de Lacandon en espacio de 40 años, y también escri-
be el M. R. P. Fr. Juan de Torquemada en la Monarquía Indiana en la
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
495
2? parte que es el Calendario, que en la Provincia de Michoacan, que es
en la Nueva España usaban los indios de circunsicion.
1 1. — Hcrr. Doc. t,. lib. 2. cap. ii. f. 7Q col. i. dice — Después de lafun- Gentes aporta-
J r ' ^ r ron á Pánuco
dación de México, y de toda la tierra fueron navegantes de hacia el Norte, y
aportaron á Pánuco, (i) llevaban ropas largas, abiertas por delante, sin Ca-
pillas.con los cuellos escotados, con las mangas, que hasta estos tiempos las
usan por gracejo en sus bailes remedando aquella Nación que sin contradi -
cion pasó hasta Tula y por estar muy poblada pasaron á Cholula, á donde u y pYsTron 1'
, t holula
se arraigaron. Desde allí poblaron á Oaxaca, y a la Misteca alta, y baja, y PobUrona0a-
Zapotecas: enseñaron mucha política en toda la tierra, y por esto en siendo **saylas
algún hombre de prudencia é industria, le llamaban Tulteca, y á f. 219. lib 7.
col. i.Dec 2 escribe Herrera, que el Caudillo de estas gentes vestia de ne Ketzaicohuati
gro hasta los pies por honestidad con una manta blanca encima sembrada de
cruces colorarlas, y añade que fué Virgen, que instituyó el ayuno, y peni-
tencia. Hasta aquí este Autor; y Torquemada Monarquía Indiana f. 278
col 1. Lib. 3. Cap. 7. añade que eran estas gentes altos de cuerpo, y que
ya estaba poblada la Provincia de Tula, y que no se sabe de donde haya
podido venir. Quieren decir algunos, que fueron Romanos, ó Cartagineses,
y que con temporales vinieron á dar á alguna costa de las que caen debajo
del Norte, y que como no tuvieron en qué volverse se aventuraron á en-
trar la tierra adentro. Otros quieren decir, que debieron de ser algunos
Irlandeses, y en cuanto á esto por no desviar, solo se puede dexar á Dios, irlandeses pa.
saron al N. mun-
La razón que dan por donde se colige ser Irlandeses, es porque se raya- do
ban las casas como estos, y que comían carne humana, y por estar tan cerca
de los Bacallaos, y un estrecho que hay así mismo por donde también pu-
dieron venir, y pasar, y se cuenta en este paso un cuento, y es que habiendo
llegado á Tula estas gentes traían consigo una persona muy principal por
Caudillo, que los gobernaba, al qual llamaron Quetzalcohuatl, (que des-
pués los Cholultecas adoraron por Dios) este se tiene averiguado que era
de buena disposición, blanco, rubio, barbudo, y bien acondicionado. De
Tula se vino á Cholula donde habitó muchos años con sus gentes, de los
cuales envió á poblar á la Provincia de Oaxaca, Misteca y Zapotecas, y
estas gentes dicen que hicieron aquellos grandes y sumptuosos edificios de
Romanos de Mictlan, que quiere decir infierno en lengua mexicana, que josde
ciertamente es edificio muy de ver, porque se , . , , vprt , , ,
argulle de los que lo obraron, y edificaron ser > £ """' i¡ u "qS -^ c
hombres de muy grande entendimiento, y pa TnS^-^g^T:
ra mucho, y de muy grandes fuerzas, y asi ¿ w v ~ & v .« «j
estas trentes dieron industria de muchas cosas ¿ « u* *"* — - u* „. <u
para la vida humana. De Cholula se salió Ket- «5 £ *S « 3 ° o & ^ ü
zalcohuatl con gran paite de sus gentes, si ^-o^cS-2_ro = 5
guiendo á los que avia enviado á poblar las c«u— ■ o c o» c n. M
(I) Panuco no está de México al Norte, sino al Nordeste en la ensenada de Vera Cruz, y es Esta nota está
^ , _, inferida en el tex-
Puerto de Mar. to
BIBLIOGRAFÍA MEXICANA DEL SIGLO XVlll.
496
tierras de Onohualco, que ahora llaman Yucatán, Tavasco y Campeche.
Fundóse Tula Hasta aquí dicho Autor, el cual á fs. 277 col 2. dice, que Tula se fundó á
año 700 tie Jesu-
" ' los setecientos años de la Encarnación del Hijo de Dios, y á fs. 40. lib. 1.
col. 1. cap. 14 dice los Tultecas fueron fundadores de la tierra después de
Tuhecas. los Gigantes: estos Tultecas ocupaban estas Provincias como señores pro-
Que hubo -dí- pietarios de ellas: tuvieron noticia de la Creación del Mundo; que hubo Di-
luvióla creación *
luvio y otras muchas cosas, que tenían en pintura, é historia: que otra vez
se habia de acabar el mundo por fuego. Tulteca dice hombre artífice, por-
que los de esta nación fueron grandes artífices, como se vé en toda la N.
España, y en las ruinas del pueblo de San Juan Teotihuacán, en el de Tula,
y Cholula, que trageron Mugeres, maiz y algodón, y que vinieron deste
nados de su patria. Huehuetlapam, ó Tulapam; quiere decir Tula la vieja.
Tardaron desde que salieron de su tierra hasta Tula ciento, y cuatro años, (i)
y que vinieron de la parte del Poniente, y pasaron poblando á las partes
- de Guatemala. Hasta aquí este autor, el qual en la segunda parte, que es
el Calendario, y Fiestas de los mexicanos hace larga mención de Ketzal-
cohuatl. Hasta aquí este Autor, el qual escribe que quando se fué á las par-
tes de Campeche dixo á sus discípulos, que el enviaría sus gentes después
á Cholula, y que por eso los Mexicanos, quando año de 15 18 quando tuvie
ron noticia que andaban Castellanos en la Costa, creyeron que eran de
Ketzalcohuatl. No parece que será fuera del intento, porque tiene mucha
12 combinación con lo que se ha escrito, y lo trae Torquemada cap. 47. Lib
Moteuhzuma 4? f. 497 que dijo Moctezuma Rey de México á Cortés, quando le visitó
dice á Cortés que
^Es^ñoie"'6 ^a Pr'mera vez en México, y es así. Porque mi Padre dixo, que oyó al suyo,
que nuestros pasados, y Reyes de quien yo desciendo, no fueron naturales
de esta tierra, sino advenedizos, los quales viniendo con un gran Señor,
que desde ha poco se volvió á su naturaleza, como mas poderosos seño-
rearon esta tierra, que era de los Otomices, y Chichimecas, y al cabo de
muchos años este Señor tornó por ellos, pero no se quisieron volver por
haberse casado aquí, y tener hijos, y mando. Volvióse aquel Señor mui
desconsolado y descontento de ellos, y les dijo á la partida, que enviaría
sus hijos para que los gobernasen en paz, y en las leyes, y Religión de sus
Padres, y que si esto no aceptasen por su voluntad, por fuerza serian á ello
compelidos; por esto hemos siempre creído, que algún día vendrían los de
aquellas paites á nos sujetar, y mandar, y así creo yo que sois vosotros,
según de donde venis, y la noticia que ese gran rey que os envía tiene de
nosotros. Por tanto, Señor Capitán, sed cierto que os obedeceremos, si ya
muy antiguos y . . _ . . .
peregrinos no traéis algún engaño, y partiremos con vos lo que tuviéremos. Hasta
aquí dicho Autor.
13. — Quiero escribir aquí dos viajes antiguos, y muy dignos de notar,
Apostilla mar- ' ' Notable fué el descuido de este gravísimo Autor, y Santo Religioso, puesto que sabia la
ginal tu el ongi- lengua mexicana, y también que Ketzalcohuatl era estrangero no preguntar por qué siéndolo te-
nía el nombre Mexicano, y también el no dudar, y preguntar como tardaron cien años en llegar
á México viniendo del Poniente, pues apenas habia 120 leguas de la mar del Poniente á México.
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII
497
y la trae Solórzano Política Indiana lib. i, cap. i, fs. 3, col. 1, diciendo que
Hanon Cartaginés estuvo en la India Oriental, y estando Cartago dentro
de las columnas de Hércules, esto es, dentro del estrecho de Gibraltar, ne
cesariamente habia de navegar por el Océano, y pudo acaso tomar tierra
en la América, como también acaso el año de 1500 navegando á la India
la armada de Pedro Narvaez Cabral, apartándose demasiado del cabo de
Boa Esperanza, dieron vista á la tierra del Brasil, que por ser dia de la
Santa Cruz de Mayo llamaron así primero.
14. — Diego de Couto en la Dec. 7 de la Historia de la India Oriental á Eudoxo descu-
, ... . bridor de la In-
fs 79 dice asi. — Escribe Posidonio que en tiempo del Rey Enemente de dia Oriental, y
' í ¡r j o vlno a Cádiz
Egipto, partió Eudoxo por mar á descubrir la India, y que volviendo de allá
cargado de ricas Mercaderías, fué derrotado á tomar las costas de Etyo-
pia, (que seria por Melinde) poique esto sucede de ordinario á los que sa-
len de Calcut para el estrecho del mar rojo, que era el viaje, que este ha-
ría, y que en el tiempo que allí se detuvo trabó amistad con k>s Naturales, y
aprendió algo de su lengua, y después, habiendo llegado á Egipto sobre
cuentas que tuvo con aquel Rey, en que él le alcanzaba, él se huyó á Áfri-
ca, desde donde se pasó á Cádiz; allí armó dos embarcaciones para ir ro-
deando á la costa, de África, y buscar aquellas gentes de la costa de Etyo
pia, de quienes había quedado aficionado, y con esperanzas de grandes
inteteses en el comercio, á donde llegó pasando el cabo de Boa Esperan-
za, y que volviendo de ellas halló una famosa isla en el camino despobla
da, que le pareció muy fértil de buenas aguas, y frutos, y que por haberle
parecido buena, y fresca, después de haber vuelto á España volvió allá con
una gran Nao cargada de arados, semillas, y algunos compañeros para
poblarla, y cultivarla, y que se perdió en la costa de Etyopia junto al ca-
bo de Boa Esperanza, y que de los pedazos de la Xao armó una embar-
cación en que se salvó; y considerando este vwaje por cierto, tenemos ser
aquella isla tan grande y fértil la isla de San Lorenzo, porque desde Me- rsia de San Lo-
linde al cabo de Boa Esperanza, no hay otra tan grande ni tan fértil. Has- descubrió
ta aquí Couto. Año de 3,823 de la creación del mundo en la sexta edad
del mundo Ptolomeo Energetes reinó en Egipto 29 años, esto fué 144 años
antes de Cristo, porque su Santo Nacimiento fué año de 3.967 y año de
3,721 (en tiempo de Philippo Macedón j de la creación del Mundo hubo
otro Rey llamado Ptolomeo Energetes en Egipto, que reinó 26 años. Tam-
bién es notable el viaje de la Xao Victoria de la armada de Magallanes, Nao v¡ctor¡a
que saliendo año de 1.5 19 del puerto de Sn Lucar volvió á él al cabo de
tres años, habiendo dado vuelta al Mundo.
15. — Asi como tratamos de estos viages, y del que traxeron las Gentes,
que de mar en fuera entraron en este Nuevo Mundo, parece muy propio
Los indios pa-
de este lugar como los indios pasaron de unas partes á otras en este Nue saron por mar de
0 ir unas partes a
vo Mundo, así por mar como por tierra, y así mismo que entendieron el íacLmografia"
arte de Cosmografía para caminar.
bibliografía mexicana del SIGLO XV II i.
498
QuedeiX 16. — Herrera. Dec. i, lib. 9, cap. 4, f. 296, col. 2. hablando de las cosas
Mundo pasaron r ...
íosindiosáias ¿Q ]a js]a je Cuba, dice asi: Acerca de las leies, y costumbres, pues se ha-
Islas de Barbo- » J í
liaron poblados, y con señores, se debían de regir al alvedrio del señor, y
vivían en justicia, afirmando, como affirman muchos, que la gente de la
Española, Cuba, San Juan se poblaron, y Jamaica de la gente que pasó de
la Florida. Hasta aquí dicho autor, el qual escribe que cuando Colón lie
colon haiió en q¿ a Jamaica, halló allí gente de Yucatán, que con tormenta habían apor
Jamaica Gente o ■> ° ^ r
JeVncatan tado allí, y el dicho autor escribe también que andando Colón por la Cus
ta de Honduras, topó con unacanoaque venía del Poniente, que es de hacia
indios de n. Nueva España vestidas más de 30 personas, que alli iban á lo mexicano, y
España por la
Mar. legaban nevaban entre las demás mercaderías aquellas espadas de pedernal, que
hasta delante de ^ r r ^
trocaban por cacao, oro, y plumas, y escribe Torquemada, que año de 1517
llegó Diego Fernandes de Córdoba á descubrir por la parte de Yucatán, y
llegando á la isla de Cozumel dia de la Santa Cruz de Mayo, levantó por
memoria la señal de la Sta Cruz de madera, y llamó al lugar Santa Cruz,
india de ja. y mandó decir Misa, quando de los Indios se huio, y vino á los Castella-
maicaque halla- ...... . . - , , , , ,
ron los Casteiia- UOs una india delainaica, que tenían para sacrificar, como habían hecho
nos en Cozumel
á sus compañeros, los quales con tormenta, que sin duda por virtud de la
Santa Cruz cobraría la vida del alma como cobró la del cuerpo.
La Mai'mchi i/- — Los dos autores escriben, que llegando Dn Fernando Cortés, quan-
do añ > de 1.5 19 venía á la conquista de N. España, peleando en la costa
de la mar con los indios de Tabasco, después de haberlos vencido, ellos en
señal de paz, y amistad, le presentaron 20 indias, entre lasquales vino una,
que era Natural de Xalisco, en N. España adelante de Guadalajara, que
habia 300 leguas de distancia de una á otra parte, que prueba lo mucho
que los indios traginaban por tierra. Esta se llamó Maria Ana en el Bap-
tismo, y los indios Malinche, y fue intérprete de Cortes en la conquista, 110
porque ella sabía español, sino porque sabia la campechana, que hablaba
Gerónimo de Aguilar, á quien Cortes halló, y sacó de Campeche, de mo-
do que lo que ella oia de la lengua mexicana, lo decia en campechana á
Augilar, y este en castellano á Cortés, y así se entendían.
ind¡osen3 1 8. — Herrera. Dec. 3. lib. 5. cap. 11. fl 215 col 1. hablando de la pro-
ocasiones mués- 11— n ' •
tran mapas de vincia del Perú en la Mar del Sur cerca de Panamá, escribe lo siguiente:
mas de 600 le-
guas de tierra y ¿c Mercaderes por los interpretes se tomó noticia de toda la costa, y de
todo lo que después se descubrió, hasta el Cuzco (que era la cabecera ó
Ciudad adonde estaban los Ingas) que es una larguísima distancia, y de
aquí dicen también que tomó el nombre el Perú como se dixo, que tam
bien se entendió así, quando llegó á esta tierra el año de 1.5 15 el Capitán
Gaspar de Morales, y con él Francisco Pizarro, y primero que á los dos á
Basco Xuñez de Balboa.
19. — Antonio de Herrera. Dec. 3 lib. 6. cap. 12. col. 2. escribe lo si-
Comolo'. In-
CortesSiatíeürraa guieiite: — Hernando CoitCh quando fué de México año de 1524 por tiena
á Honduras contra Cristóbal de Olid, que se le habia rebelado, habia en-
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
499
viado á decir á los Sres de Tabasco, y Xicalantes, que para la jornada le
enviasen algunos hombres prácticos de la costa, y de la tierra: diéronle
Mercaderes, que entendidos del intento de Cortés le mostraron un lienzo
texido de algodón pintado el camino hasta Naco, y Xito en Honduras, y
hasta Nicaragua, poniendo la Gobernación de Panamá, con todos los ríos
y poblaciones, que se habían de pasar, y las Ventas, adonde ellos hacían
sus jomadas quando iban á sus ferias: agradeciéndoselo Cortes quedando
maravillado de la noticia que tenían de tierras tan apartadas.
20. — Herrera. Dec 3. lib 4 cap. 1 i f 163 col 1. hablando de los Indios Comoiosin-
^> • í ~" dios de Liimana
de dimana dice:— Adoraban muchos ídolos, y entre ellos tenían una as- ^0ersa¿afoÍmaruz
pa, como la de San Andrés en un quadro como signo de Escribano qua-
drado y atravesado en Cruz de esquina á esquina, y muchos religiosos
dixeron, que era Cruz y que se defendían con ella de los fantasmas; y las
ponían á los niños en acabando de nacer.
21. — El Mtro Gil González de Avila en el teatro de las Iglesias de los RastrosdeRe-
ligion que se ha-
Indios en el de la Iglesia de Yucatán en Campeche á fs 203 escribe así: — Jaron en Yuca-
Pocos años antes que llegasen á la Provincia los Castellanos, un Indio prin- Profesia de ia
n b venida de los
cipal, Sacerdote de sus ídolos llamado Chilancambal, venerado délos su- Castellanos
yos por verdadero Profeta, les dixo, que estuviesen muy ciertos que dentro
de pocos años vendrían de la parte de donde nace el sol gente barbada, y
blanca, y que entrarían en la Provincia con la insignia de la Cruz enarbo
lada en alto, y les mostró su forma, en cuya presencia dixo otros í lolos no
podrán nada conosciendo que su virtud es maior, que su potencia, y que
esta gente habia de ser Señora de la tierra, y que no harían mal á los que
creyesen en la señal de la Cruz, que gozarían de paz, y cesaría la adora-
ción de sus ídolos, y adorarían á un solo Dios verdadero á quien estas nue-
vas gentes adoraban. Mandó texer una manta de algodón, y les dixo, que
de aquella manera habia de ser el tributo que habían de pagar, y con au-
toridad de Profeta mandó al Señor de la tierra, que ofreciese aquella man-
ta á los Dioses para que estuviese guardada, y formó de piedra la señal de
Cruz, y la colocó en los patios de los templos, y Oratorios de sus ídolos ^¡{^^i?
diciendo que aquel era el verdadero árbol de la salud del mundo, y por cosa
maravillosa la iban á ver muchos indios, y sucedió como el Profeta lo pro-
puso al pueblo, y dieron entero crédito á ello, y viendo á Dn Francisco
Montejo, y á los suyos, que fueron los primeros conquistadores hacer con
tanta humildad reverencia, y adoración á la Cruz, entendieron que habia
llegado la hora, que el Propheta les dixo. Hallaron alli los nuestros una
manera de baptismo, y no en otra parte de las Indias. A este le daban nom Baptismo que
. tenían los Cam
bre de segundo nacimiento y tenían á esta manera de baptismo tanta re péchanos
verenda, que todos le recibían, y afirmaban, que recibían en él una pura .
disposición para ser buenos, y conseguir la gloria que esperaban, y quien
no le recibía no se casaba, y cuando lo recibía ayunaban los padres tres Ayunaban
dias, y se abstenían del uso de sus Mujeres. También vieron que usaban confesaban
Creían la in-
moi tahdad del
BIBLIOGRAFÍA mexicana del SIGLO XVIII.
de confesión, y que sus sacerdotes les daban sus penitencias. Conoscían
que los trabajos, que les venían eran originados de las culpas, como tam-
bién de sus enfermedades, y en la hora de su muerte. Creian la inmorta-
lidad del alma, y qe. después de esta vida avia otra mas excelente, y ale-
gre, que la gozaba el alma en saliendo de esta vida. Decían mas, que la
Qu-hab¡agio- vida futura se dividía en buena, y mala, esta para los malos, y la buena
para los buenos, donde se vivia sin pena, y en la mala, esta p? los malos,
y la buena p? los buenos, y en la mala con grandes necesidades. Qual de
los Apostóles llegase á esta Regiones, ó Discípulo suio, no es fácil de ave-
gíi González riguar. Santo Thomé llegó hasta la India oriental, y Sn Bartholomé, Sn
de Avila es de
opinión que ai- Simón, Sn Judas á otras distantes de aquellos climas. Lo cierto es que la
gun apóstol odis- J
dÍ?o,1enSYucaPta<n promulgación del Santo Evangelio duró treinta años. Este secreto se sa
brá en el último día del mundo, ó quando Dios lo manifestare á algún sier-
vo suio. Hasta aqui este Autor, el cual es de parecer, que algún Apóstol,
ó discípulo suio predicó á estos indios.
22. — Ya gracias á Dios se sabe, que fué quien predicó en la América el
a a que hablan Apóstol Santo Thomé. (i) Si tu lector lo quieres ver, lee á f. 1 1 1 n 18 lib.
de la predicación . . , AT - /
de sto. Tomas 2 de 'las cosas curiosas del Brasil que escribió el P. Vasconcelos en la Cro
nica de las Provincias del Brasil de la Compañía de Jesús, y en la conquista
Espiritual del Paraguay, que escribió el P. Ant° Ruiz de Montoya desde
fs. 29 á fs. 55 y en la historia latina novísima de la dicha Provincia del P.
Teco', y en la historia de San Agustín del Perú de Fr Antonio de Calan-
cha: allí leerás como anduvo predicando en la América el Sto Apóstol.
Pero p? que veas como estuvo en Nueva España, lee la Aparición de la
Virgen de Guadalupe impresa en México año de 1675 á fs. j6 verbo Di-
vino, y verás como estuvo en Tula, como bien lo escribe allí el Br. Bece-
rra Cathedrático de lengua mexicana, que en las historias de los indios
Ketzaicohuati leiendo las obras maravillosas, y doctrina que enseñó aquel Ketzalcohuatl,
el que traía la capa sembrada de Cruces coloradas, advirtió qe era Didimo,
esto es, Coate Gemelo, y por si no bastare lee la Monarquía Indiana ya
Que es gemelo citada verbo Ketzalcohuatl (que es lo qe en N. España Coate, aunque los
Indios escriben Coatí, que es culebra, aludiendo á que las culebras paren
los hijos de dos en dos, que en España llaman Mellizo, ó Gemelo por el
huevo, que tiene 2 llemas. Cambal llaman en Philipinas á 2 criaturas, que
nacen juntas. Lib. 3? col. 2 Cap. 7 f. 277. part 2. Lib. 5. cap. 13 part if
desde fs. 417 á fs. 431 lib 14 parte 1? Lib. 2 cap. 90. fs. 255. parte I? —
Part. 2. f. 40 col. 2.
Muestran que 2 3. — En el año de i C 1 8 salió con armada de la Isla de Cuba el Capitán
por la Sia. Cruz J J
se le dio ei nom- Tlian (|fc Grijalva á descubrir á N. España, el qual passó delante de Vera-
breque hoy tiene J ■> r ' t. r
aiaNuevaEspa- cruz> y como tocase de camino en Yucatán, viendo los compañeros tantas
casas de cal, y canto, Torres, y Cruces, admirados dixeron, qué es esto que
hallamos? y Grijalva les contestó Nueva España, y así le llamaron de allí
(i) Se comprueba con Authores qe Sto Thomé predicó en el Nuevo Mundo.
bibliografía mexicana del siglo xviil
501
en adelante, y después lo confirmó el Rey. Así lo dissé Herrera Dec. 2.
lib. 3. cap. 1. f. 75. col. 1.
24. — La primera Misa, que se dixo en las Indias Occidentales año de Qu^ndijoia
primera Misa en
1492 la dixo Fr. Juan Pérez de Marchena, que fué con Colon: dicelo Juan ^in Mundo en u
■ -^ •> ' ^ •> Isla de banto
Diaz de la Calle official Maior del Consejo de Indias en el Memorial ¡m- D'
preso, que le dio de las noticias sacras, y Reales de las Indias Occidenta-
les á f. 2 y en la Historia general de la Merced de Fr. Alonso Ramón tom.
2. cap 6. lib. 12. fs. 89. col. 2 escribe que era Portugués de Nación Guar-
dian del Convento de la Rávida del orden de Sn. Francisco, que sabía al-
go de Cosmografía.
25. — En la Armada de Pedro Alvarez Cabral, que tocamos arriba que Quien dijG )a
_ . ' / 1 1- i> 1 r> 1 ' 1 -n -i m ií Misa en la tie-
ano de 1500 paso a la India de Portugal, y acaso topo en el Brasil, iban rra firme del
N. Mundo en el
13 Religiosos de Sn Francisco de los cuales era Comisario Fr. Enrique, Bras¡1
todos saltaron en tierra, y en la plaia dia de la Cruz se dixeron Misas, y
una muy Solemne con Sermón, porque estuvieron allí un mes, de manera,
que estas fueron las primeras, y antes nadie la avia dicho.
26. — Herrera dice que la i? Misa la cantó en la Isla de Sto. Domingo Quien dijo ia
1? Misa nueva en
el Lie. Bartholomé de las Casas, Sevillano, que después fué Obispo de Chia- el Niiev° Mundo
pa, y padeció mucho por los Indios, y á él le deben la libertad, que tie-
nen, de modo, que este Santo Varón, cantó la 1? Misa, que allí se dixo.
27. — Herrera Dec. 3. lib. 2. cap. 15. fs. 85. col. 2. dice lo siguiente: —
Y con todo eso confesaban los Mexicanos á un Supremo Dios Señor; y Ha- <-"oni° >°s mex¡-
1 ' canos adoraban
cedor de Todo, y este era el principal, que adoraban, y veneraban miran- D^sverdadero
do al cielo llamándole Criador del Cielo y Tierra, admirable, y otros re-
nombres de gran excelencia. Hasta aquí el Autor. — Teotl llamaban á Dios
en lengua mexicana, y Teopancali á la Iglesia. Esto es, casa de Dios, y
aquel edificio que diximos arriba, que hay en Sn Juan Teotihuacan, quie-
re decir casa de todos los Dioses. De este lugar y de este nombre Teos,
que es como llamaban á Dios los griegos, y el Deus de los latinos, se sa-
ca, que los Indios tuvieron verdadero conocimiento de Dios, sino que aquella
Fee, aquella doctrina del Cielo, que les fué enseñada, con el tiempo, co
mo les faltaron los verdaderos maestros, que se la predicaron, y no vinie-
ron otros de la parte donde vinieron los primeros, los discípulos de aque-
llos la fueron mudando y corrompiendo con el tiempo, y quedó en tales
sombras, y figuras, que cuando llegaron los castellanos no alcanzaron ni
entendieron tales principios, porque en aquellos principios no se trataba
mas, que de buscar plata, y después de muchos años, quando algún cu -
rioso preguntaba algo de Religión, como ya eran muertos los Sacerdotes,
no habia quien diese clara noticia, y si algo decian, como muchas cosas
eran methafóricas, y alegóricas, ni se explicaban, ni eran entendidos.
28.— Herrera Dec. 5. lib. 4. cap. 4. fs 114 col. 1— dice (hablando del Muestraqueen
. el Perú creian en
Perú) comunmente confesaban a m\ Supremo Dios, y Hacedor de todo, Dios verdadero
que era el Viracoha y le llamaban Criador del Cielo, y de la tierra, admi-
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
502
rabie y otros semejantes nombres, y le veneraban mirando al Cielo. Dice
luego este Autor. Aquí estaba el ídolo del Sol finísimo, y grandes Joyas,
en el cual hería el Sol en naciendo, y hiriendo en él revolvían los rayos,
como si fuera otro Sol. A este adoraban en segundo lugar, y allí tenían
la hermosísima plancha de oro del Sol, que en los despojos cayó en suerte
á un Soldado Castellano, y en una noche la perdió al juego, y después del
Sol veneraban, y adoraban al Trueno, fingiendo que era hombre, que es-
taba en el Cielo Añade luego: estos tres Viracoha, Sol, y True- M¡ 0
no adoraban en diversas formas de todos los demás (1) — Has- 2 ~ 3
ta aquí el Autor — Allí el Autor en la col. 2 escribe que el _ N 70
Inga Viracoha, que fué, el que puso en primer lugar al Tic- v
juma df Senado3 ci Viracoha, á quien atribuían el poder, y mando de todo en ) innic|aa
res.ascentóyde- , . ,
cretó.queningu- un concilio de sus Orejones dixo, que el Sol, no podía ser Dios, porque
no tuviese por
a]esofd invisible Dios era Señor, que obraba con Señoría, y quietud, y que cosa tan inquie-
ta como el Sol, no podía ser Dios. Hasta aquí el Autor, y de este lugar se
prueba, que no adoraban al Sol y aunque le tenían en los templos, ya se
ha visto por este decreto, que no era para adorarle, como á Sol material,
sino como á Sol de justicia, no como á cosa criada como lo es el Cielo, sino
methathóricamente como sol Divino luz inmensa.
29. — Herrera Dec. 2. lib. 3. f. 119, Col. 1 hablando de los Indios de Me
Los Indios de
Mechoa
creian en
verdadero
rl';!nh!.nCD"üs choacan en la N. España dice lo siguiente — En cuanto á la Religión eran
muy conformes con los mexicanos y crueles en derramar sangre humana
en sus sacrificios, y el mismo dominio tenia el Demonio sobre ellos. Su
principal Dios era Tucapacha, teniéndolo por hacedor de todas las cosas,
que daba la vida y la muerte: llamábanle en sus atribuciones mirando al
Cielo, entendiendo que allí estaba. En suma confesaban un Dios, y el jui-
Creian que ' n > J J
avia cielo, infier- cj0 fina] Cielo, y el Infierno, y el fin del Mundo; que hizo Dios un hom -
no, Juicio final, ' ' J ' J ' t
ladadTAdanCeT bro, y una mugei' de barro, que yéndose á bañar se deshicieron en el agua
Diluvio ..,,- , „ .. . ,.,,
y los volvió a formar de Ceniza, y de ciertos metales, y que volviendo a
bañarse descendió el Mundo de ellos, y que hubo diluvio y un Indio lla-
mado Tezpi, que era Sacerdote, se metió con su Muger, é hijos en un ma-
dero como arca, y que todos escaparon, y que en menguando el agua, en-
tró el ave que se llama Aura, y se quedó comiendo de los cuerpos muertos
y embió otros pájaros, y que el pájaro pequeño de ellos muy estimado por
la pluma de diversos colores volvió con un ramo. Tenían sacerdotes que
predicaban en los templos con terrible espanto, y que movía á los oyentes
Los sacerdotes con gran temor, con eso les iiiducian á hacer lo que les predicaban, aun-
traian Coronas ° * r
que contra su voluntad: los sacerdotes traian los cuellos largos, y Coronas
(1) Hemos visto como adoraban en el Perú áTangatanga, á quien llama Herrera Ídolo, que
en el texto significaba uno en tres, y tres en uno, que es el Misterio de la Trinidad. También hemos visto
como le adoraban en las tres estatuas del Sol Padre, Hijo y Hermano. Ahora acabamos de ver
como esplicaban á la Sma. Trinidad en diversos significados y vemos como aquí le llama Viraco-
cha al Padre, Sol al Hijo, Trueno al Espíritu Santo, que es en la forma en que vino sobre los dis-
cípulos.
BIBLIOGRAFÍA MEXICANA DEL SIGLO XVIII.
503
abiertas en la cabeza, como los de la Iglesia católica, y guirnalda de flores
coronadas.
30. — Pues hemos visto, como sin sombras ni rodeos, adoraban á Dios Raeros que se
hallaron entre
verdadero, veamos ahora el rastro que ha quedado de las vestiduras sagra- ios indios del sa-
' 1 n o cerdocio, su ves-
da?, Herr. Dec. 3. lib. 3 cap. 13. fs. 125 hablando de la Misteca, metían, jd0^*¿ cd0ifans'dad
dice, los muchachos de 7 años en Religión, y allí los enseñaban buenas eos- vestido de ios
tumbres: subían de grado en grado en las dignidades: eran losoficios por
4 años, y el Rey hacia los nombramientos y proveía los cargos. El vesti-
do Monacal era una manta blanca vasta, y los pañetes de papel de la tie-
rra.— El vestido Pontifical para celebrar las fiestas eran mantas de diversos Vestido Ponti-
fica!
colores pintados de historias de los Dioses. Poníanse unas como camicetas
que llegaban á la rodilla: en las piernas unas como antiparras. En el bra-
zo izquierdo un pedazo de manta con Orla como manípulo, y encima Manípulo, capa
de asperges
capa como las nuestras, con borla colgada á las espaldas. Una gran Mitra Mitra
en la Cabeza de plumas verdes de lindo artificio pintados los principales
Dioses en ella. Cuando vailaban los sacerdotes en los patios de los Monas-
terios vestían ropa blanca pintada, y ropetas, como camisetas de Galeotes.
No comían sino yervas, y legumbres, sino cuando había alguna ofrenda. Su abstinencia
Ciertas mugeres continentes les guisaban la comida, y se mudaban de 4 Mujeres conti-
nentes
en 4 años. Ayunaban las vigilias de las fiestas, comiendo solo pan, agua, Ayunaban
y Miel de Maguey: Eran muy pobres, y no tenían cosa propia. Su oración .Pobreza
era pedir salud para los Reyes, paz para la República.
31. — Herrera Dec. 4 Lib. 8. cap. 10. fs. 2CQ col. 1, hablando de los Chon- Rastros que se
J ^ V ^ f hallaron en los
tales de Guatemala dice. — Tres leguas de esta Laguna esta el lugar de chontaies
Mimila, que era de gran devoción para los Indios Pipiles, que allí iban á
sus Ofrendas, y Sacrificios, tenian, ademas del Señor un gran Sacerdote,
que vestia una ropa larga azul, con una Diadema en la Cabeza, y á veces Diadema
Mitra labrada de colores, y en los Cabos de la Tyara un manojo de plu- Tiara
mas de colores: llevaba un Báculo como Obispo. Todos le obedecían en Báculo
lo espiritual. Tenia el segundo lugar uno que era gran Doctor: en sus Li- sacristán
bros, y hechicerías declaraban sus agüeros. Tenian otros quatro Sacerdo-
tes: vestían de diversos colores: estos eran del Consejo en las cosas desús
ritos. Avia un Sacristán que guardaba las cosas de la Iglesia, y el que sa
caba los corazones á los hombres sacrificados, y hacia las ceremonias, y
avia otros, que tenian trompetas, y los instrumentos para llamar la gente.
Tenian dos ídolos en figura de hombre, y el otro en figura de muger, y á
estos eran todos sus sacrificios: tenian Calendario, y predicaban al pueblo: Tenían calen-
dado
confesábanse las muyeres, quando estaban de parto: ponían los Sacerdo- Predicadores
o » 1 ¡r r Confesábanse
tes nombres á los Niños. No casaban dentro del guarda grado. Vivían es-
tos Indios en buenas costumbres.
32.— Herrera Dec. 3 Lib. 2. cap. 18 f. 26. col. 1. dice— En Yucatán, y ^^d^sil
en Honduras, avia unos Libros de hojas enquadernados en que tenian los tSdario0*0
bibliografía mexicana del siglo xviil
504
Indios la distribución de sus tiempos, y conocimientos de los planetas, ani-
males y otras cosas naturales.
iesaqut°do Ke"a" 33- — El P. Vasconcelos en la Historia citada prueba aver estado el Após-
zalcohuatl en N. .10 l ti ' 1 _i • • / 1 t »•
España tol banto 1 nome con la tradición que se conservo entre los Indios por
sto Thpmas tanto tiempo, y por aver dejado el Santo estampadas las plantas de mis
pies en las piedras en varias partes de aquella Región. En N. España se
hallan semejante testimonio, como lo refiere Torquemada en la 2a. part. que
es el Calendario, y fiestas que tenían los mexicanos en la vida de Ketzal-
cohuatl aquel hombre Virgen que traia la Capa sembrada de Cruces co
Huehuetoca loradas, de este pues que caminando de Tula para Cholula llamó Huehue
toca á un pueblo, que hoy conserva este nombre junto al Desagüe, y que
adelante viniendo hacia México, aunque entonces aun no estaba fundado,
en otro pueblo mui grande tiró unas piedras muy grandes á unos Arboles,
En Quautitian las quales quedaron allí clavadas, y al lugar llamaron Quautit'an, que dura
hasta hoy, y caminando cerca del Pueblo de Tlalnepantla, antes como un
d£gF= cuarto de legua en un Puertezuelo desviado del camino, estampó una ma-
no en una piedra, que todos la ven, y en memoria de este caso, se fundó
Tiemaco, e> allí un Pueblecillo, que se llamó Tlemaco, que en mexicano quiere decir
decir se deriva * ' * ^
%n/ñcT¡rí'cen> ^a P'et^ra de 'a mano. No dice Torquemada porqué hizo aquello Ketzal-
é incensario Rzi.i j-'i r r* -i /-> i 11
Tiemaco coliuatl: yo diré lo que se me ofrece. Se escribe que en Campeche, adonde
Espejos el estuvo, usaban los hombres espejos: yo digo que esto enseñaría el San-
to á los Sacerdotes, como lo usamos hoy en las Sacristías en la Nueva Es-
paña, los usaban de piedra bruñida, á que llamaban Tetzcatl. Supongo,
como se dice, que él, y los suyos eran ingeniosos, que el Santo aviendo
acabado alguno en aquel lugar, lo daria alguno para que lo probase, y se
mirase en él, y haciéndolo, le diría el Santo, porque quizas era viejo, Hue
huetoca, que dice en mexicano, viejo estás, ó viejo te llaman, y como
aquellas gentescelebraban las maravillas que obraba, y oían su doctrina, en
memoria del beneficio del espejo darían este nombre á aquel Lugar. Lo
cierto es, que el Santo huyendo de la persecución, que contra él levanta-
ron los de Tula (i) por contrarios á lo nue el predicaba, que por la quen-
ta serian, ó Gentiles, ó Judíos, y estas maravillas del Espejo piedras, y
señal en la piedra, sin duda la pondría para prueba, y testimonio de su
Templo de ia doctrina. Se escribe en la Aparición de la Virgen de Guadalupe en Mé-
Madre de Dios . . ,,
en México xico, que en aquel mismo lugaren que año i 53 1 se appareciola Santa Ima-
gen, avia antiguamente un Templo á una Diosa llamada en lengua mexi-
cana Madre Dios, el qual parece mui verosímil, que levantaría este Santo
Varón, quando de Tiemaco proseguía su camino á Cholula, á donde escri
be que estaba muy despacio, y que allí lo tuvieron por Santo, y levantaron
después un Templo; muy diferente en hechura, que los de los Dioses, por-
Aposiilla mar- ( ' ) ^e este l'-;gar> y °t-ro que se escribe de Yucatán, se colige que la ley de Dios fué perse-
ginal guida, y que su predicador se fué anunciándoles quando vendrian quien llevase adelante su doc-
trina, que fué la venida de los castellanos.
BIBLIOGRAFÍA MEXICANA DEL SIGLO XVIII.
505
que este era redondo, el qual estaba en un alto monte fabricado á mano de
adoves, que aun hoy se ven las minas mui levantadas.
34 — Fr. Joachin Brulio en la Historia del Perú de su religión de San- Señales del
Aeustin. — -Lib. 1. cap. ;. refiere, que en la mar (le! Sur en un pueblo lia- Thomé en Nue-
mado Huatulco, tenían los Indios sus naturales, no solo por tradición an-
tiquísima de sus antepasados, sino aun por escrito en ciertas pintura
que usaban en limar de letras, que una Cruz que allí adoraban con suma
M & ' n n Gual
veneración auia sido dada por Santo Thomé cuya Imagen, y propio nom-
bre tenían esculpido en peña viva en una roca para memoria de cosa tan
Santa. Lo mismo refiere el P. Fr. Gregorio García Lib. 5. cap. 5. en don-
de añade que esta Cruz es la misma que pretendió quemar aquel insigne
herege Francisco Draque quando pasó el estrecho de Magallanes; pero sin
afecto, y con ejemplo de un portentoso, y maravilloso milagro, porque la ei hereje Dra-
f que quizo que-
Santa Cruz hechada en las llamas, no se quemo, antes por tres veces fus- mariaS:mtai
tro la pérfida intención del herege, que otras tantas intentó consumirla con
fuego, cubriéndola con pez, y alquitrán, y finalmente esta milagrosa Cruz
tras'adó pasados años á la Ciudad de Oaxaca un Prelado celoso llamado
Don Juan de Cervantes, y alli es venerada con gran multitud de milagros.
35. — Fr. Bartholomé de las Casas Varón fidedíssimo Obispo de. Chiapa. Testimonio del
Obispo de Chia-
despues de hecha grave información del caso affirma en una apología suia, pa en que dice
1 ° 1 omo fueron
que consta por antiquísima tradición de los Indios de aquellas partes, que h"f"jn0c.'f0ds0m yVte?
en tiempos antiguos fueron anunciados á sus Abuelos los mysterios de la r'°
Sma. Trinidad, parto de la Virgen y de la Pasión de Christo por unos
hombres blancos, barbudos, vestidos hasta los Artejos. Esto lo refiere el
P. Vasconcelos en la Chrónica citada, y añade, que tenían los reyes Ingas Cmz que te-
man los 1
en el Cuzco en uno de sus Palacios Reales en cierto apossento llamado
Guaca Lugar sagrado para ellos y venerado.
36.— Con muchos testimonios, y Lugares se ha probado como á los In- cYbVprtd¡cóá
dios les fué predicada., y anunciada la ley de gracia. Ahora veremos co- ''
mo antes que los Castellanos la anunciassen en estos últimos siglos, quan-
do entraron en la América, la predicó un Indio en la Isla de Cuba á. 7 de
Julio de 1494 á Colon, y sus compañeros. Dícelo Herrera Dec. i. Lib. 2.
f. 71. Col. 1. por estas palabras después de haber asistido á la Missa, que
Colon mandó decir en tierra. — Tu has venido, dice, á estas tierras, que nun
ca antes viste, con gran poder, y has puesto gran temor, Sabe, que según
lo que acá sentimos, hay dos lugares en la otra vida á donde van las Ani-
mas: uno malo y lleno de tinieblas guardado para los que hace mal: otro es
alegre, y bueno á donde se han de aposentar los que aman la paz délas
gentes, y por tanto, si tu sientes, que has de morir, y que acada uno, se-
gún lo que acá hiciere allá le ha de responder el premio no harás mal á
quien no te lo hiciese: lo que aquí habéis hecho es mui bueno, porque me
parece que es manera de dar gracias á Dios. — Dixo que había estado en
la Española, en Jamaica, y la isla abaxo de Cuba, y que el Sr. de aquella
64
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
506
parle andaba vestido cuino Sacerdote. Allí dijo á Colon un marinero, que
la tierra adentro entre muchos Indios vio uno vestido de blanco hasta los
artejos.
Herrera. Dec. 1. Lib 9. cap. 4. f. 297. col. I. dicen tenían estos Indios de
uSadeN^'V Cuba conosciiiiien to, que avia sido el Cielo, y las otras cosas criadas, y de-
ios indios des- cían que por tres personas, que la una vino por tal parte, y las otras de
cendian de Caín ir ^
otras. Tuvieron gran noticia del Diluvio, y que se avia perdido el Mundo
por mucha agua. Decian los viejos de mas de setenta años, que un Viejo
sabiendo que avia de venir el Diluvio, hizo una gran nao, y se metió en ella
con su casa, y muchos animales, y que envió un cuervo y no volvió, por
comer de los cuerpos muertos, y después envió una paloma, la qual traxo
una rama como bobo; pero no era hobo, el qual salió del Navio, y hizo vi-
no de Parras monteses, y se embriagó, y teniendo dos hijos el uno se rió, y
dixo al otro, hechemonos con él; pero que el otro le riño, y cubrió al Pa-
dre, el qual después de dormido el vino, sabiendo la desbergüenza del hijo
le maldixo, y que al otro dio bendición, y que de aquel avian procedido los
Indios de estas tierras, y que por esto no tenían sayos ni Capas; pero que
los Castellanos procedían del otro, por lo qual andaban vestidos.
Religiosos qe. 3/- — Herr. Dec. 3 lib. 2 cap. 16 f. 89. col. 1. hablando de México dice.
avia en México , _ . , , „ ..
— El Monasterio de los hombres que estaba frontero al de las Doncellas
había en el mancebos hasta de 18 años á 20 á los quales llamaban religio-
Coronas sos, traían en las cabezas coronas como frayles, poco cabello, aunque cre-
cido hasta media oreja, y mas largo por el colodrillo, hasta las espaldas, á
Tenian lustres manera de trenza, donde le ataban. Vivían en pobreza, castidad, y obe-
votos Religiosos
diencia: servían á los Sacerdotes en las cosas del Culto: barrían los luga-
res Sagrados: traían leña para el brazero, que como lámpara de continua
ardía delante del Altar junto al ídolo. Havia muchachos que servían co-
Monadios mo monacillos. Todos tenían Superior. Vivían con tanta honestidad, que
quando salían á donde avia Mugeres llevaban los ojos en el suelo. Pedian
Mendingaban limosna de 4 en 4 años. Vivían en pobreza, sin tener mas que la limosna:
Penitencia hacían penitencia, sacándose sangre de los molledos: á f. 66 col. i Dec. 2
Religiosos á lib. 7 escribe, que en Cempoala avia Religiosos, que vestían á manera de
modo de Domí- f .
■neos Frayles Dominicos.
38. — Herrera Dec. 3. lib. 2. cap. 16 f. 90 col 2 escribe asi. — El hombre
mo de su dignidad (habla del Supremo Sacerdote) era Papa ó Topilzin: su ro-
pa era una cortina colorada como Dalmática, con fluecaduras por orla, una
corona de plumas verdes, y amarillas, y Zarcillos de oro en las (cabeza)
orejas con piedras verdes, y debaxo del labio junto al medio de la barba
una piedra azul. Verase lo mismo Dec. 2. lib. 7. f. 166 col. 1 como en Cem-
poala tenia también este nombre Papa en su lengua.
tt 30. — Escribe Torquemada, (y yo lo saqué á la letra en aquel manus-
Muestrase co- ov n ' \j j t.
nos celebraban cripto, que dexé al Br. Siiigüenza) en la t) parte de la Monarquía India-
íaPaaoD*"* de na, que dos modos tenían de sacrificar hombres los mexicanos: los mas
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
507
eran hombres captivos, de estos sacrificaban muchos en- sus festividades,
y en otras necesidades otros, y eran muy pocos: á estos en especial los sa-
crificaban á los Dioses del cielo, que á estos que se habían de sacrificar
vestían los atavíos de aquel á quien le sacrificaban, ( 1) y decían, que este
así tenia la figura, y significaba al que estaba en el Ciclo, é iban muy ale-
gres, y contentos por las calles, y plazas, bailando hasta el lugar del sa-
crificio. Este asentado, dicen, que celebraban en México una fiesta* que-
se llamaba del Gran Dios, en la cual sacrificaban á un hombre subido en
una gran Cruz de palo al qual mataban flechando, y al segundía en otra
Cruz mas baxa mataban al otro no flechado, sino quebradas las piernas
con un palo. Aquí claramente se vé, como representa este paso el myste-
rio del Calvario en la muerte de Christo, y del Buen Ladrón, que son los
que están en el Cielo, porqe se dice que el sacrificado significa á aquel, á
quien eran crucificado; pues muriendo estos como Christo y el mal Ladrón,
derechamente se ve como celebraban los mysterios de la Pasión, y aquí
no parece el Mal Ladrón, porque ese no está en el Cielo, no havia aquí pa-
pel pues ellos no celebraban á los condenados. Como no tenían Caballos,
no moría herido con lanza al que significaba á Jesu- Christo.
Herrera Dec. 3. lib. 2. f. 92. cap. 17. col. 1. dice que en México for-
maban un ídolo de figura de hombre formado de masa de Bledos, y otras
semillas, al qual sacan en procession hasta Chapultepec, Tacubaia y Co-
yuacan, hasta volverá México, saliendo, dice, todas las dignidades del Tem-
plo por su antigüedad con mucho concierto, vestidas según el ofíicio de
cada una con guirnaldas, y sartales de flores, y tras ellos iban los Dioses
y Diosas que adoraban, con varias figuras vestidos de la misma librea: po-
nían al rededor los trozos de Maiz, y hacían sobre ellos ciertas ceremonias
de canto, y baile, con lo qual quedaban benditos por carne de aquel Dios:
acabada la fiesta los Sacerdotes tomaban el ídolo y los trozos, y como pan
bendito á manera de comunión, lo repartían, y daban al pueblo chicos, y
grandes, hombres y Mugeres que lo recibían con gran reverencia, temor,
y lágrimas, diciendo que comian la carne de Dios, y llevaban de ella á los
enfermos, y tenian por gran pecado comer, ó beber agua, ni otra cosa, has-
ta passado medio día, y escondían el agua á los niños, y avisaban á todos
que se guardasen de la ira de Dios. Acabado esto un Viejo de mucha au-
toridad se subía en alto, y predicaba su lei, y ceremonias: á esta fiesta lla-
maban ypaina uitzilipuztli. \
40. — Herrera Dec. 3. lib. 4 cap. 15. f 170. col. i, dice quando sucedía Loque piece-
el Rey en el reino llevábanle al templo: iba acompañándole mucha gente
con gran silencio y lo subían de los brazos por las gradas dos Principales,
y el Ministro maior le daba, y ponia las insignias reales, y le saludaba con
(1) Herrera Dec. 3. lib. 2 cap. 15. fs. 87 col. 2. dice- - También hadan Dioses de hombí
vos, y antes ile sacrificarles á sus ídolos poníanles el nombre del misino ídolo. — No dice lo de Apostilla
este sacrificio, por <¡e. el no tuvo la noticia del Calendario como [orquem
bibliografía mexicana del siglo XVIII.
508
palabras£breves, y le cubría con dos mantas de algodón, una negra y otra
azul, pintadas en ellas muchas cabezas, y huezos de muertos, para que se
acordase que avia de morir como los demás, y luego volvia el Ministro á
hacerle una larga plática, acordándole el servicio de los Dioses, lajusticia,
la clemencia, el cuidado del reino y defensa de sus vasallos. Respondía
otorgándole todo, dándole las gracias por tales consejo-: vajábase al patio,
en donde recibía obediencia de toda la nobleza, y en señal le presentaban
J oías, y mantas ricas y le acompañaban á un aposento que estaba en el mes-
mo Pattio: de allí no salía en quatro días, ayunando estaba allí, y dando
gracias á los Dioses yendo al templo á horas señaladas. Pasado esto le lle-
vaban á su palacio con gran regocijo, á donde era obedecido, y temido,
que apenas había quien le mirase á la Cara, sino cuando salía con algunos
privados en secreto.
41. — Herrera Dec. 4. lib. 1. cap. 11. f. 24. col. i, describiendo las cosas
del Oro tu •
Dilu- de la Provincia del oro dice. — La noticia que tenían de Dios era que quan-
vio, de la V -i t -i
do sucedió el Diluvio se escapó un hombre en una canoa, con su muger,
é hijos, y que de ellos se había multiplicado el mundo, y que en el cielo
avia un señor, que hacia llover, y era causa de los demás movimientos ce-
lestiales; que avia en el cielo también una muger muy linda con un niño
Jesús, ni del origen de ellos mismos tenían noticia. .
Rastros qe. ha- 42. — Herrera Dec. 3. lib. 4. cap. 7. f. 174. col. r.1, dice (hablando de
liaron en Nicara- ^ J ~r.tr/ ,
Nicaragua en la mar del Sur (no se casan los Sacerdotes sino los que oyen
pecados ágenos, y dan penitencia, según la culpa, y no revelaban la culpa,
so pena del castigo; y á fs. 216 col. 2. cap. 12 hablando de la misma gen-
te dice. — Confesaban al Papa las cosas quetenian por pecado, con que les
parecía que quedaban libres, y en la Dec. 3. cap. 12 hablando de la mis-
Bezo, ma gente dice f. 122 — Las Mugeres vestían al uso Místico, (es en N. Es-
Casoraro pana; todos traían zarcillos en las orejas, y anillos de oro en los dedos, ve-
Loquesigue zotes de oro, y cristal en el labio bajo. Hasta aquí el Autor. Nótese, que
también los Sacerdotes Mexicanos y Campechanos usaban zarcillos, y la»
ancí Rz
Dec. 5. lib. 7. cap. 9. f. 213. col. i, hablando de las liberalidades de D. Die-
go de Almagro dice un juan de Lepe, pidió á D. Diego un anillo de una
carga de ellos, que allí estaba, y promptamente le respondió, que tomase
cuantos cupiesen en sus dos manos. Esto dice este Autor, y sacamos de
esto, que denota tener comunicación los Peruanos con los de N. España:
así por esto y otros usos, y el maíz, y molerlo de la misma manera en Qui-
to. Adviértese, que aquellos anillos era despojo de guerra, al modo de la
batalla de Canas, que tuvieron los romanos, donde entre los despojos de
los vencidos se hallaron muchos anillos, que los median con medidas.
L.,s indios del 43- — Herrera Dec. 5. lib. 4 Cap. 5. f. 115. col. 2. dice: Tenían en el Perú,
imbien , ■ , , ■ ,. .
usaban la confe- que todas las cosas adversas venían por pecados, y el remedio era usar de
Sacrificios: usaban confesarse vocalmente, y abia confesores, y daban sus
a" penitencias, y pecados reservados al mayor, y también confesaban muge-
bibliografía mexicana del siglo xvnt
509
res, y en algunas Provincias tenían opinión, que era gran pecado callar al-
gún pecado en la confesión, y en este convenían con los de N. España, Yu-
catán y Honduras.
44. — Herrera. Dea 4. Lib. 9. cap. 7. f. 234. col. 1. — Hablando de los conmemora-
^ cion de los difun-
Mixis junto á la ciudad de Oaxaca en N. España dise asi. Es la gente de t ..
buena estatura, con barbas largas cosa rara en las Indias, y su lengua, <
hablando, muy gruesso á manera de Alemanes: cada año hacian aquella
memoria á los difuntos, poniéndoles comida por ofrenda sobre las sepultu-
ras por el mes de Noviembre dos días antes, ó después que nosotros cele-
bramos la memoria de los difuntos. Asta aqui el Autor, (i)
45. — Herrera. Dea 4. Lib. 10. Cap. 2. f. 261. col. 1. dice. Chichemiza, Rastrosquese
hallaron en Yu-
(es Yucatán) es un assiento diez leguas de Yzamal, á donde los antiguos catan
dicen, que hubo tres Señores hermanos, los quales llegaron allí de la par- Que de México
fueron allí ¿ pre-
te del poniente edificaron grandes templos, y muí galanos, y rigieron al dicadores
_ ,. . r ... . Uno de ellos
gunos anos en paz, y justicia: afirman que vivían sm mugeres honestamen- qe. seda el Mtro.
. / • 1 • r se lué a predicar
te, y que con el tiempo falto el uno, y con su ausencia hizo tanta taita, que & otra pane
los Discípulos comenzaron á ser deshonestos, y parciales; y de tal mane-
ra ¡os aborrecieron, y los mataron, y se despoblaron, y dejaron los edificios, ^onestós'á ?os"
• , , i , j-i ji T 11 ' dos discípulos,
especialmente el mas honroso diez leguas del mar. Eos que poblaron a derrivan ios tem-
plos y apostatá-
Chicheniza, se llamaron los Yzaes: con estos hay opinión que reinó un ron
gran Señor dicho Cuculcan, y todos conforman en que este entró por la decirqe.de Mé-
xico fué fCetzal-
parte del Poniente, y la diferencia es si entró antes, ó después de los Yzaes, cohuati á Vuca-
ó con ellos Finalmente el nombre del edificio de Chicheniza, y el suceso Muéstrase qe.
Ketzálcohuatl
Cam-
peche y el nom-
en las costas de la tierra, después de la muerte de los dos, que diximos,
muestra haber Cuculcan regido estas tierras juntamente con ellos: fué hom- Srei
bre de buena disposición: no le conocieron Muger, ni hijos, fué gran repú-
blico, y por esto tenido por Dios: eligieron assiento ocho leguas mas aden-
tro, donde ahora está la ciudad de Marida, y quince de la mar: allí hicieron
un cerco de medio quarto de legua de una pared en piedra seca, con dos
puertas: hicieron sus templos, y el maior llamaron Cuculcan, y edificaron Levantantem-
1 J píos y reparten
allí cerca las casas de los Señores, entre los quales reparte Cuculcan las '^"s"* á s"s
tierras: á la ciudad llamó Mayapan, qe. suena labandera déla Maya, porque Ciudad de
3 r ' M J r n Mayapan funda-
Maya dice lengua: con esto se sosegó la tierra, y vivieron en mucha paz «japoi Ketzaico-
algunos años hasta que, disponiendo Cululcan su partida, encomendando
15 M » f r ^ Ketzalcohual
les el buen gobierno, en que los dejaba se volbió á México por el camino d«i>«
á donde habia ido allí, y algún tiempo se estuvo en Campoton, á donde ¿^x
I spaña
por memoria fundó un templo dentro de la mar, que hoy se ve. gestos
Considerando los Señores de Yucatán, después de ido su Maestro, que diferentemente
• • i- 1U" ^11
no se podría crovernar, si no gobernaba uno, dieron el gobierno a uno del nv 9 se escribe
linaje de los Cocomes, que tenia 22 pueblos, y por qe. no cabían en aquel ^i "
(1) Aqueste rito, esta conmemoración es mui ] ue usamos los católicos, como rr¡
bien el del Baptismo, Conflession, 5 los demás que usaban en Campeche; que es por esta Cordi- Nota ingerida
llera, <[uc denota el que llegó irtes quien les predicó la ley de gracia totalmente olvi-
dada de ellos al cavo de tantos años [' n los Castellar)
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII
510
Veesequeiuc cercado poblaron á fuera: recibían los tributos, y los daban á los Señores,
go Ketzalco-
huati, se salió de queera maiz. sal, miel y pescado, con lo cual sustentaba á los Cielos, que
Yucatán preva- * J r o » i
c¡Curios casando* Para es0 juntaban. Tenían para el culto Sacerdotes: y uno era superior á
tes quien sucedían los Hijos: estaban en él las llaves de su religión: aconseja-
ba á los Señores: respondía á sus preguntas: proveía de Sacerdotes á todos
Tenían cs.-uc- los pueblos, que se ocupaban en enseñar sus Ciencias, y escribía libros de
ñ aban las cosas ellas Viviendo los Cocomes en este consierto de la parte del medio dia
de la reli .
Gentes qe e„- de las faldas de las Sierra de Lacandon, entraron grandes compañías de
traron en Yuca-
tan, y edificaron gente, que teman por cierto eran de Chapa, y anduvieron cuarenta años
templos, los qua- ° ' ^ r f > J
'",7" por los despoblados de Yucatán, v al cabo aportaron á las Sierras que
anos por un De- r ir » j r t.
caen algo enfrente de la Ciudad de Mayapan, diez leguas de allí, allí po
blaron, y edificaron buenos edificios, al cabo de algunos años los de Ma-
yacapan los convidaron para que hiciesen morada á los Señores en el asien -
Totoxinespa- to ^e 'a ciudad de Totoxius, que assi llamaban los extrangeros, por esto
labra mexicana - , ,— . , , , • ¡~ .... . .
se pasaron a la Ciudad y edificaron, y multiplicaron, y vivieron sugetos
á las leyes, y costumbres de Mayacapan.
CocomeTes íen- 4^ — Viviendo, dice allí, en paz, entró la codicia en el gobierno de la pa-
ydfce'en'pturai cífica Ciudad del Hnage délos Cocomes, y comunicándose con el goberna-
Culebras, así co- ii-> 1 **/ • / t- ,,. , . , „ ,
mo en singu ar dor, que los Reyes de México teman en lavasco, y Xicalanco, metió en Ma-
Coatl, y el decir
ero
y llamarse Coco- yapan gente de guerra, y tiranizó la tiena, y dio en hacer esclavos, p
mee 9 iid pnrln J T O O ' J < J > f
aludiendo
Queuakohu'ari, el Señor de Totixius, no lo consintió entre los suios, con que se ganó el
es como decir de 1 1 , • 1 • r j 1 • / r
Domingo Domi- amor de la tierra, y con la comunicación de los mexicanos entro mas gen-
nicos
te en Mayapan, y no lo consintiendo se juntaron con el Señor de los To-
tixius, y subiendo á la casa del Sr. Cocón, le mataron, y desampararon la
ai cab de 500 ciudad, deseaudo cada Sr. vivir en libertad. Al cabo de 500 años, que se
adaSen" Yucatán" fundó, y aira que se despobló según la cuenta de los Indios, hasta que lle-
aquella Religión f
que aiii fundó garon los castellanos a Yucatán setenta años cada Señor, procuró llevar
Ketzalcohuatl ° r
Estosería año los más libros de sus ciencias á donde hicieron templos, y esta es la prin-
cipal causa de los que ay en Yucatán.
47. — Prosigue diciendo de aqui, siguiendo á Ahxiú, Señor de los Toto-
xius poblaron en Maní, que quiere decir, ya passó, como si dixessemos ya
passó hagamos Libro nuevo, y hoy se llama esta tierra Tutuxin.
Vuelve de las 48. — El Cocom (alli mismo) que se hallaba en la tierra de Ukía (México)
partes de N. Es-
pana otro discí- sabida la muerte del padre, fue allá, y juntando los parientes fundó un buen
pulo de la Reli- r ' J J r
§cohulti \Kiíeva" pueblo con templos á sus Dioses, y le llamó Tibulon, que quiere decir Ju-
gfon^e'xtinguida gados hemos sido, tiempos quedan para desquitarnos. Cundieron mucho,
cisma qe hu- y procrearon muchas familias, que se llamaron Coconies. (46. Prosigue.)
lamismaqueá Otro yerno de un sabio y honrado sacerdote pobló Terrohó. Pobla<1as es-
n?45 dice de
aquellos dos dis- tas gentes comenzaron atener diversas opiniones en materia de Religión, y
cípulos, que co- » r o y
pardales" "' *" ^on Juan Cocom Cliristiauo ya, y descendiente de los Cocomes mostró
com mostró cum- un Libro, que le dexó su Abuelo, á donde estaba pintado un Venado, re-
plida la profesia ,
finendo, que dexo dicho, que quando en aquella tierra entrasen de aque-
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
511
líos Venados grandes, que eran las Vacas; se mudaría el culto de sus Dio-
ses lo qual aira visto cumplido en la entrada de los Castellanos.
49. — Herrera. Dec. 4. Lib. 10: esciibe las Mujeres horadaban ternillas E" Vl":atan '«
J mujeres se pinta-
Calen -
cilios en las orejas: labrábanse el cuerpo de la cinta arriba También usa- ' ' x'r,^(
han del Calendario para la quenta de los años. Hasta aqui este Autor.— loYmexfcanos'tt
Aquí en Vizallas en Filipinas, se labraban también los Indios el cuerpo con calendario, tiene
por cosa cierta el
Abujas, y allí ponían tinta, y por eso se llamo Pintados; y el ponerse aque BfuéBee1CAra qi!e
lia piedra en las narices es lo mismo que en Véngala, y otras partes de la ^omo'be^cribe0
I,. ^ tíh • i • i ' mi /'-t-i en el libro citado
unía usan las Mujeres; pero la piedra esta en un anulo, y en Cabite lo usan deN?Srade
Guadalupe
las Moras Mugeres de los Lazcares, que también son Moros, que traen ani-
llos en las Narices. Me he alargado mucho en las cosas de Yucatán, por
ser á donde más rastros' se han hallado, que no se pueden ni fuera justo
dexarlas.
50. — Porque algunos han escrito, que en la América, no se halló hierro, En u América
j 1 • '111 -ii 11 1 avia minas de
y todos Jo niegan a boca llena, con que sin duda que aquellas grandes pie- "¡erro
dras, templos, etc. lo debieron de labrar los antiguos con las uñas? Pues
sepasse que Herrera Dec. 4. lib. 9. cap. 5. f. 230. escribe, que en las mi-
nas de Taxco aira unas de hierro, y en Tagimaroa en Michoacan, y en
Mestitlan, y estas se beneficiaban. En el Brasil escribe el P. Vasconcelos,
que lo ay y también se hallaron cerca de Quito.
51. — Herrera historia general de las Indias Dec. 4. lib. 8. cap. 4 f. 197. Historia de
Cealcokin ó Cor-
col i. hablando de las cosas de Honduras, adonde está la ciudad de Gra quin
cias á Dios, escí ibe asi. — No se ha podido hallar mayor antigüedad en esta
Provincia de Cerquin, sino que decían los viejos que aria doscientos años
que avia llegado á ella una Sra. que llaman Comizahuatl, que suena Ty- Comizahuati
gre, que vuela porque era muy sabia, y estos Indios tienen en grande es-
tima al Tigre, y asi la applicaron este nombre: decian que era blanca, co
mo Castellana, y sabía el arte magia, y que hizo su asiento en Cealkokin
la tierra más fértil de la Provincia, á donde estaban las piedras y caras de
leones, á donde idolatraban y la piedra grande de tres puntas, que en ca-
da una ay tres rostros disformes, y dicen algunos que aquella Sra. las llevó
allí por el aire, y que en virtud de la piedra vencía las batallas. Y estendió Piedra trina
su Imperio, y que hubo tres hijos sin ser casada, aunque otros dicen, qe.
eran sus hermanos, y que no conoció varón, y que viéndose vieja les re- Mujer que sin
! \ :ir.'H
partió las ti e 1 ras; y dio buenos consejos pata el buen tratamiento de sus va p»"0. illien 5e-
sallos, y que vianda sacar su cama de casa, y vino un relámpago con true-
nos, y vieron un lucidísimo pájaro volando, que poique nunca mas pareció
la Seno/ a, creyeron que era el Páxaro, y se iba al Ciclo. Y desde entonces Creianqe.ia
Sr.i se luc al cielo
hasta que llegaron los españoles solemnizaban aquel dia con gran fiesta, celebraban
* & " "1 O , aque[1a
Luego repartieron estos tres heimain s la tierra de Cerquin, y governaron V|r?e" "da añ"
esta Provincia en política, y buenas costumbres, y fué la gente valiente, y
guerrera, v como la Comizahuatl era Mágica, hacia muchos encantos, y
C/5
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4:
o
o
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ti.
ri.
ti.
BIBLIOGRAFÍA mexicana del SIGLO XVlll.
512
asi dio á entender á la gente lo que queria de Religión y supersticiones.
Entre los demás ídolos, que adoraban, avia uno que llamaban el gran Pa-
Gran Padre y dre, v otro á quien decían la erran Madre, y á estos pedían salud. Otros
[adre ' J M 5 - ' 3 V
que daban salud Dioses avia, á unos pedían hacienda, remedio en sus pobrezas, y que los
sacase de una necesidad, diesen de comer, y criasen sus hijos, sus semen-
teras y ayudasen en sus granjerias, y muchos años en los Viejos duraron
estas supersticiones. Hasta aquí este autor. — Nota.
52. — Para cuya inteligencia es de saber, que esta Provincia no dista mu
cho de Yucatán por la parte que confina con Honduras, en la parte que
mira á la mar del norte. Salen al mar dos Rios Uhía, y Lempa, y Tuluó se
Trinitas supone, como se ha dicho en las cosas de Yucatán, y quando de la
„• partede México fueron alláantiguamente aquellos tres maestros que
_• Jí enseñaron las cosas de Religión, y levantaron templos, y Cruces,
que se escribe, faltó uno de ellos (y se escribe á n? 45 ) el qual sin
duda pasó á esta Provincia predicando la ley de gracia, pues aquí,
}■ en Honduras, Nicaragua, Guatemala, y Oaxaca, y notorias, que
... la una es la Santa Cruz de Guatulco; y así para mayor inteligencia
- C' I y comprobación de lo que luego diré, es de saber lo que dice este
J^¿ _= autor en la
53. — Dec. 5. lib. 4, cap. 5. f. 116. col. i hablando de la Religión de los
Indios del Perú dice así. —Y es de notar, que las tres Estatuas del sol, qe. re-
,,,,,, A rri. ^1 T-- presentaban el Mysterio de
estatuas del sol se llamaban Apon 11, Lhueym li, . ^ . ., , ^.
la Sma. Trinidad. — Dice
Intocuao Ti, que quiere decir: Padre y Señor el Sol, Hermano del sol, aviendo
el Hijo Sol, y el Hermano Sol — Y en Churquisaca nombrado primero Padre,
usaban á adorará Tanga Tanga un ídolo que decían ¿Hijo, y no dice de cual de
todos es hermano, con qe.
que uno era tres, y tres era uno. en ¡gua] gradoestá esta3?
54. — No es para omitir, y dejar en silencio lo que personaconla 1? qe. con la
de los Peruanos cuenta Herrera Dec. 5. lib. 3. cap. 6. 2- conque esta 3? significa
_, ,. , . T ,. el Espíritu .san!... y otras
f. 77. col. i. Cuentan, dice, también los Indios, se^un ,
'' ° la Sma [ nnidad, qe como
lo tienen por tradición de sus Antepasados, y pare- no tenían letras se los espli-
ce por sus cantares, que en su antigüedad estuvieron có así el Santo Apóstol,
mucho tiempo sin ver el sol, y que por los grandes votos, y plegarias, que
hacian á sus Dioses salió el Sol de la Laguna Titiaca, y de la Isla que es-
ta en ella, que es en el Callao, y que apareció luego por la parte de medio
día un hombre blanco de gran cuerpo, y de veneranda presencia, que era
tan poderoso que baxaba las sierras, crecía los Valles, y sacaba futntes de
las piedras, al qual por su gran poder llamaban principio de todas las co-
sas criadas, y padre del Sol, porque dio el ser á los hombres, y animales,
y que por ser mano les vino notable beneficio, y que obrando estas mara-
villas fué de largo hacia el Norte, y de camine iba dando orden de vivir
á las Gentes hablando con mucho amor, amonestando que fuesen buenos,
Combr"bníaT Y ss amasen unos á otros, al qual hasta los últimos tiempos de los Ingas
llamaron Ticeviracochoa, y en el Callao Titapaca, y en otras partes Arna-
Creacion de los
astros
Ra tro
de haber estado
I homé en
el Perú
Sto. en el 2erú
bibliografía mexicana del siglo XVUl.
513
na, que le hicieron muchos Templos, y cultos en ellos á su semejanza, á ^empíos3™"
. . . - estatuas y hasta
los quales sacrificaban. ios últimos ingas
lo veneraron
55. — Dicen mas, que pasados algunos tiempos según dijeron sus mayo- Pruébase que
dos veces avian
res, que apareció otro hombre semejante al referido que sanaba á los en- entrado predica-
' n V J M dores en el Perú
ferinos, daba vista á los Ciegos, y que en la Provincia de las cañas, que-
riendo locamente apedrearle le vieron hincado de rodillas, alzadas las
manos al Cielo invocando el divino favor, y que apareció un fuego del cié Maravilla obra-
' J M r fe da en el Perú
lo, que les espantó tanto, que con grandes gritos, y clamores le pedían, que
les librase de aquel peligro, pues les venia aquel castigo, por lo que habían
cometido, y que luego cesó el fuego, quedando abrasadas las piedras, y
que hoy día se ven quemadas, y tan livianas, que aunque grandes se le-
vantan como corcho, y dicen que desde alli se fué al mar y entrando en él
sobre su manto tendido, nunca mas pareció; por lo cual le llamaron Viraco- Algunos han di-
cho que Apóstol
cha, quiere decir Espuma de la mar, nombre que después mudó significa- predicó en el pe-
' * r * r ° rú, y Calancha
cion, y que luego le hicieron un templo en el Pueblo de Cacha, y algunos ^"a^aiuá'un
Castellanos por solo su discurso han dicho, que este debia de ser algún cStoPThomé.e
Apóstol; pero los mas cuerdos lo tienen por vanidad, porqué en todos es
tos templos se sacrificaba al Demonio, y hasta que los Castellanos entra-
ron en el Perú, no fué oído ni predicado el Santo Evangelio, ni vista la
señal de la Sma. Cruz. Hasta aquí nuestro Autor, al qual quiero hacer es-
ta pregunta. Señor Chronista Antonio de Herrera, Chronista insigne, y
y en todo grande, y con gran crédito y fama: Dígame Ud. si este no fué
Apóstol ó discípulo suyo, quien sería? Y dígame mas Ud. quien sería
aquel que en la Dec. 5 lib. 4 cap. . . . f . 114 col. 1 les enseñó la creencia
de aquel Dios verdadero &? (Véase á n? 28) y el mysterio de la Sma. Tri-
nidad que nos cuenta? Claro está que no dirá que el Demonio, que ese
fuera mayor disparate, que el que escribe Ud. cuando dice que los mexi-
canos hacían Dioses de hombres (Véase la nota de n? 39 al margen). Cla-
ro está que algún hombre seria y no el Demonio, porque este no enseña
el conocimiento, creencia de Dios, ni darle reverencia antes lo contrario.
Luego lo mas cierto es que fué Apóstol, y el decir que aquellos Templos
se sacrificaba, no prueba contra esto, porque escribe Ud. que el Demonio
llaman en el Perú Sapo, y no nos escribe que aya Templo de esta advo-
cación,, y bien se compadece, con que el que se dedicó Templo del Dios
verdadero lo fuese de Baal, después que por haber ellos faltado de aque-
lla primera enseñanza, no es argumento para negarla totalmente, ni con to-
dos cuantos sacrificios nos cuenta Ud. no nos dice uno que hiciesen dere-
chamente á Zapo.
56. — Quiero describir aquí una historia pintada por figuras al modo de Comienza la his-
m toria pintada.
los Indios la qual tuve en México mas de 14 años, sin entenderla del to- i.a interpreta-
do, hasta que llegué á leerlo aquí copiado, de Herrera de Cealcoquin, la enteramente ima-
^ ° ^ l ginaria, como lo
qual año de 1680, cuando me volvi a Philipinas dexé al Br. Dn Carlos de io" las¿r'7l
Sigüenza y Góngora Catedrático de Matemáticas, juntamente con un cua-
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
5 '4
cierno manuscripto de más 52 fs. de noticias de aver predicado en N. Es-
paña Santo Trióme Aposto': otaba la historia en manta de algodón doble
de quatro brazas de largo, y tres de ancho de mui buena pintura al tem-
ple con muy perfectas pinturas, y descripciones en lengua castellana; pe-
ro el lenguaje nadie lo entendió en México. Pondré números para la ma-
yor inteligencia.
Descríbesela 57 — j. Tenia á la paite Oriental un Sol, y también al Poniente, y le
treros. Estaba la tierra biarriamada, con Montes, cerros, Ríos, Casas, Igle-
sias y Caminos, con Arboles de peras, Duraznos y Rosales, para demostrar
que es tierra templada, y una semejanza del paraíso terrenal.
58. — 2. En un Monte alto mui levantado, que sube y descuella sobre
otros, estaba sentado sobre un feroz tigre un hombre bien agestado, blan-
co, barbudo, (nótese que todos los que había en la pintura lo son) vestido
con una ropa colorada, las mangas hasta medio brazo con Anéeos, y bor-
las que cuelgan por debajo de los brazo?, y un Mastti que le tapab i las
paites algo largo, y tendido en la cabeza, tenia una como Corona con Li-
rios, de ella pendían sobre las orejas unas borlas coloradas con gracia: tenía
bezote de oro en el labio de abaxo, á la manera, que se escribe le traian
entre Mexicanos el Papa, y los Reyes. En la mano derecha tenia ceptro
real, en la izquierda una rodela: del lado, y costado derecho muy arrima-
da á él, sentada también sobre el Tigre estaba una Muger muy blanca, y
hermosa, coxido el cabello con un trenzado redondo de cintas de colores
al modo de las Gitanas; tenia faldellín azul, y Corpino, las mangas hasta
medio brazo, con la mano derecha señalaba con el dedo al Cielo.
59.-3. Abaxo en lo llano avia una Iglesia grande con Campanas, y
Cruz encima, y rótulo que decía Tuati Ciudad, y algo lexos otra Iglesia
con letrero que decía Santa María Magdalena Tepecimatlan, y otra en
otra parte con rótulo Santa María Tualuo; otra Iglesia mas que se descu-
bría Santiago, y al pie de aquel monte levantado avia otia Iglesia con Cruz
encima como las demás; pero sin letrero.
60. — 5. (i) Al pie de aquel alto Cerro venían á parar, como que baxa-
ban huellas, ó plantas, que en las Historias mexicanas, que he tenido, y
entiendo algunas, significa camino, qe. remataban cerca de la Ciudad.
61. — 6. Al principio de las huellas estaba un hombre desnudo de pies
sobre tronco de árbol el qual tronco estaba parado, y arrimado al marco
de la pintuia, de manera cpie atrás no avia otra cosa: tenia Maztti, ó Ba-
gagece blanco: en la cabeza bonete redondo no muy alto caído atrás de
color rojo apagado.
62. — 7. Deíante de este hombre que acabamos de descubrir, caminaba
un hombre de grande estatura con Sandalias, y Maztle, algo largo, des-
Mitra, Báculo, nudo, Capa de Arpeges, Báculo en la mano como obispo, Mitra con Cruz
sobre la frente, blanco, barba larga, y de agradable presencia, ojos grandes.
(1) Xo se halla el 4 en
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
515
63. — 8. Donde en la Ciudad remataban aquellos pasos que dixe, vol-
vían á comenzar hasta la cima de un mediano cerro; en el qual estaba una
piedra azul, quadrada, sobre la qual estaba sentado un Anciano delante
de él, como bajando: sentados en cloclillas estaban otros cinco.
' 64. — 9 Luego después de los cinco sobre piedra cuadrada y colorada
estaba otro anciano con la cabeza grande, y sentado. Delante de este se
seguía otro, y una muger: luego delante de la qual estaba en pie un Man-
cebo de gallardo aspecto, largo de cabello y muy caído por las espaldas
en lugar de Maztti. Toalla larga mui blanca, desnudo el cuerpo como Ecce
Homo, .llagado, y lleno de sangre: en la mano arco y flecha, y al hombro
un Carcax lleno de ellas: por encima (y aquí se ve claro como se engañó
quien dixo, que Comizahuatl era muger, engañado quizas porque tiene Engaño conque
n ' n fc. » i> ~l r I entendieron
los cabellos largos á lo Nazareno) de la cabeza estaba pintado un Tigre, qil%e]exmabrr°" era
como quando quiere saltar en el aire.
65. — 10. De este Mancebo talian huellas, como que venian baxando
hasta el pié de un Cerrillo, y allí volvia á parecer, como estaba allá este
Mancebo apuntando con el arco y flecha á un hombre muy viejo, y cano,
que estaba en pié con ropilla levantada en la mano derecha, una arma co-
mo punta de lanza; pero tan larga como una espada, y en la izquierda una
Rodela, el assí estaba luego caido en el suelo, clavado con una flecha, de-
mostrando ser vencido de aquel mancebo, decia un rótulo: iiuaniopeliua .
66. — ,, Allá en aquella procession de hombres sentados en coclillas,
que dice generación, ó descendencia, se seguia luego inmediato uno que
se parecía á aquel que estaba en el Cerrillo n? 8 del cualprocedian dos hom -
bres, los quales era principio, pirque estaban sentados iguales de otros
muchos, qe. apartándose cada uno por su parte fueron principio, y origen
de dos naciones, aunque diferentes en el trage, como veremos.
67. — 12. El uno de aquellos dos tenia delante de si 22 personas, y los
tres últimos estaban vestidos á la española con sombrero, Ropilla, Calzas En el trage se
1 ' í ' conoce que son
á lo antiguo, Medias, y Zapatos, y letrero, que decia; Tio Don Diego de cn
Velasco Gobernador, Tio Don Diego de Velasco Gobernador, Tio Don
Diego de Velasco Gobernador. — Aquel que caminaba por la parte opues-
ta tenia delante de si mas personas, los unos y los otros en coclillas, los
cinco últimos á la española con los Sombreros algo differentes, y todos
barbados y blancos.
68. — 13. Avia una Laguna pequeña de que salia un rio en ella de en-
tre dos piedras azules, que la una se levantaba de la otra, como si fuera su
tapadera. Salia una Muger mosa muy hermosa, con faldellín, y manto
azul, que le cubria la cabeza.
69. — 14. Allá á un lexos sobre piedra colorada estaban dos figuras nos figuras de
~ ~ r hombre y de mu-
sentadas, con las manos' levantadas algo abiertas, el uno era Varón tenia se
Tyara en la Cabeza, estaba vestido. El otro bulto era aquella Muger, que
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
516
salia de la peña, sobre la Cabeza á un lado estaba pintada una culebra de
dos Cabezas.
Volador. 70 — 15. Delante de estas figuras estaba el Árbol volador quatro In-
dios volando, colgados de las cuerdas, y en la cumbre del Volador otro
bailando con Tamborín, y Flauta, como lo usan los mexicanos, y esto'
prueba la comunicación, que tenían los unos, y los otros.
71. — 16. Avia una casita baxa almenada: de ella se levantaba un Paxa-
ro: habia letras que explicaba lo qe. era.
72 — iy. Avia piedra grande de tres lados, ó esquinas, y otras dos re-
dondas, y algo lexos otra con un animal, y letra que decia Bechechaha.
73. — 18. A la parte del Poniente avia un rio, que corria al Norte, y
letra que decia Lempa.
Tierra negra: 7 4. — IQ. Salían de la ciudad unos pasos que remataban en tierra ne-
notable testin.o-
nioeseste gra en que av¡a Iglesia con Campana, y Cruz, de la qual se apartaban las
huellas por dos sendas hasta la mar que estaba allí, en cuia orilla estaban
dos Ancianos en coclillas desnudos con Mazttis, y Cacles, y Bordones como
Peregrinos.
75. — 20 Allá á un lado en una horca estaba ahorcado un hombre á
quien despedazaban dos Sebales: á un lado un español con gorra, y vara
levantada: allí también un indio con letrero, y el dedo en la boca, y enci-
ma de la Horca rótulo que decia 1526 Justicia Castilla, y proseguían las
letra?.
y6. — 2 1. Por la orilla, ó circunferencia de la pintura, avia pintadas en
divisiones no muy juntas cabezas, una de hombre otra de muger, cada par
con letrero, qe. cada una comenzaba Coció cocona.
Explica Tenemos ya descripta nuestra pintura, sigúese ahora una breve explica-
ción, según mi corta capacidad, é inteligencia, dexando al curioso, que dis-
curra con maior acierto.
yy. — Se ha de. suponer, que lo mas de esta pintura tiene su sentido, co-
mo el de cosas espirituales, y de Religión en metaphoras, y alegóricas,
como quando se dice Sol de Justicia, Le'on de luda, Varón fuerte &?
i. — El tener al Oriente, v Poniente el Sol, dirá, que aquella tierra esta
El Sol porque J í *
cita de Oriente á Poniente, y que camina por ella en paralelo, ó tierra
alumbrada con la luz del Sol divino.
Lacreadonde 2. — Parece, y demuestra la creación de Adán, y Eva: el estar en monte
hombres
alto dirá lo mejor de la tierra, tierra que se aventaja á las otras el Paraíso
terrenal. El estar sobre Tigre el dominio de todos los animales. El Cep-
tio, y Rodela, significa el mando, y señorío, que le dio Dios del Universo.
Anciano; dirá el primero, el mas antiguo de los hombres. El Vezóte en
los labios la gracia en que Dios le crió, insignia de que también usaban
el maior Sacerdote, á quien llamaban Papa, que en estos denotaba aquel
que tenia especial gracia paraenseñar los Ritos. Aquella muger es Eva, que
salió del costado de Adán. El estar señalando al Cielo, dirá que de allí les
BIBLIOGRAFÍA MEXICANA DEL SIGLO XVIII.
vino el ser. Los arboles frutales aludirá al árbol vedado, y precepto, que F1 ecado de
Di Adán,
ios les puso.
78 — 3. Parece, que son templos, ó Iglesias, las quales siendo ya Chris
tianos fundaron allí los Misterios Evangélicos con la advocación de aque-
llos Santos tutelares.
79.-6. Aquel hombre sobre aquel tronco, puede ser que signifique á
Cristo, y el estar delante aquel hombre de grande estatura, quena decir
hablando del que era su Discispulo, y que vino á enseñar doctrina del Cie-
lo, y que predicó á Cristo, la Encarnación, Pasión, Resureccion, la Crea- Losmysterios
cion del hombre, y el Misterio de la Sma. Trinidad, que todo esto demues fueron enseñados
tran las figuras, que aquí se representan, y que demuestra ser Sacerdote, y
Obispo, como lo fueron los Apóstoles, y que tiene mucha semejanza por En e, PerUi Bra.
lo de grande estatura con lo que acabamos de escribir de aquel hombre Yucatán,, y ceai-
coquim, concuer-
que se apareció en el Perú, y así mismo con aquel Ketzalcohuatl, que di- dan en que ei
n r ' J n ^ Santo Apóstol te-
ce Torquemada que vino á Tula, y traia la capa llena de cruces colorada^, tnl',aagrande esta"
y también se parece á aquel que de Nueva España fué á Campeche, y de
allí dexando fundada la Religión, y Discípulos, se fué á otra parte, que sin
duda es este nuestro de esta pintura, y el P. Vasconcelos dice, que la tra-
dición del Brasil es, que era de grande estatura, y que era el apóstol San-
to Thomé, y es el mismo nombre, con que le llamaron los mexicanos, que
es Coatí, ó Coate, que en castellano dice Gemelo, y en latín Dídimo, Didimo. Coatí
que así se llamó el Santo, como lo llegó á entender de las pinturas, é his-
torias mexicanas el Br. Becerra, Cathedrático de lengua mexicana, y lo Br. Becerra fué
notó á fs. 26 del libro intitulado Felicidad de México, y dice que les ense en las historias
mexicanas el
ñó el Calendario con la quenta del año, y meses, según lo usa la Sta. Iglesia nombre del Santo
y es muy digno de reparo lo que trae el P. Sucena en la vida de Sn. Fran-
cisco Xavier, en la estampa, en que está la Cruz de piedra, que se la kalló v¡ 1 • pág
en Meliapor en el sepulcro de Sn. Thomé Apóstol, en que juntamente con
las letras de la circunferencia está sobre la Cruz un Pavón Real, que es la
misma ave Ketzalti de plumas ricas, que es el uno de los nombres, con que
le llamaban los mexicanos, con que se prueba ser el mismo, y en lengua
de los Indios de Philiphinas llaman Caníbal á dos criaturas, que nacen iun- p*v»" Culebra
r » n j Mellizo
tas, y Caníbal se llama en Campeche el de la Prophecia, pues asentado co- ^étzaicohuHtf'
1110 lo parece, que este fuese el Apóstol, ú otro embiado de Dios á predicar
á estas Gentes del Nuevo Mundo, como bien lo prueba el P. Vasconcalos,
quando dixo á sus discípulos: id por todoel Mundo predicad á toda criatura,
y siendo la América la maior porción de él, es cierto que se predicó en ella
el Santo Evangelio, pues dice San Mateo que escribió su Evangelio á los
treinta años de la muerte de Cristo, que el Evangelio estaba predicado en
todo el mundo; pues siendo, como digo, este el Apóstol, ó otro el que pre-
dicó, sacase que lo que hay en esta pintura, son cosas que declaran los mys-
terios de la fee, y qe. alcabo de tantos años pasando de tiempo en tiempo,
y de mano en mano solo se han hallado estos rastros, pues faltando quien
BIBLIOGRAFÍA MEXICANA DEL SIGLO XV 11 1 .
518
llevase adelante aquella predicación, como en las demás partes del mundo
por los discípulos, y sucesores de los Apóstoles, y recurso al Santo Papa,
y la rcform icion de ritos por los Concilios, en que avia de parar? Pues se
habla que en u 1 concilio Toledano, se reformó un abuso introducido en
Galicia, y era que los Clérigos consagraban leche en lugar de agua. Lo que
sucedió á los indios de la América con la predicación, es lo mismo qe. los
españoles de las Batuecas, que apenas conservaron unís vislumbres al
cavo de 800 años: acá al cabo de 1500 algo se halló.
80 — 8. Aquel anciano del cerro sobre piedra azul, denota á Adán
caido por el pecado, y fuera del paraíso. La piedra azul la gracia conque
Dios le reparó, y á todos mediante la Encarnación de su Hijo en las en-
trañas de la Virgen, que está cubierta con Manto azul, cubierta de Cielo
Como pintaban llena de gracia, que según las Historias mexicanas ala Gracia explicaban
á la Gracia f
con símbolo de piedras preciosas verdes, y azules. Aquellos cinco que se
siguen luego sentados en coclillas, que denota proceder unos de otros,
serán algunos Patriarcas, ó Profetas, que precedieron á la venida del Me-
sías, ó los ascendientes de Christo, según la carne.
81. — 9. Aquella Muger parece á la Virgen María, pues está como ella
allá en la Laguna nasciendo entre las piedras, que significando ellas la Gra-
Marianascidaen cia dirá que María nasció y fué concebida en gracia. El nascimiento de la
cabeza grande será David ascendiente de la Virgen, ó San Joachin. El
Fig„ra <ie disto mancebo blanco Hago con Arco y Flecha es Christo. El Tigre sobre la ca-
beza, es señal de fortaleza y virtud. Los Leones, aunque los hay en Amé-
rica, no son valientes, como los Tigres, y así con los Tigres simbolizan lo
dicho, y quadra con lo que dice la escriptura de Cristo cuando le llama
León de Judá, conque se hade entender, que lo que Herrera entendió por
Muger Tigre que vuela, es, y se ha de entender de Cristo, y su virtud di-
vina, que estando, corno está delante de la Virgen, denota que es su Hijo
según la carne. Habiáseme olvidado de decir, como aquella piedra colo-
rada significará sangre, y el pecado original, el qual con la sangre, y pa-
sión de Christo se redimió, y el de la cabeza grande será, á quien Dios
hizo la promesa de ello.
Cristo padeció 82. — io. El mancebo gallardo es Christo, que con su sangre y con su
por el hombre . ,..,.,, • ' i t~\
pasión redimió al hombre, y venció al Demonio serpiente antigua, como
quien estaba apoderado, y encastillado en este Mundo, significado en aquel
Cerro, y le venció y quitó la Arma.
Los fundadores ^3- — ll- -Aquellos dos hombres principio de las dos Procesiones, traen,
no son indios" como todos los demás, su principio de Adán, y en esto no se apartaron
como otros indios de la verdad. Aquellas dos Procesiones, ó parcialida-
des, es gente, que parece que asentó, y habita aquella tierra, y parece que
ya estaba allí cuando llegó aquel predicador, y el ser blancos, y barbu-
dos, como los Mixes, da á entender que no son indios.
84. — 1 2. Aquellos tres vestidos á la española, denota que en tiempo del
bibliografía mexicana del siglo XVIII.
5 »9
primero de ellos llegó quien los baptizó, y que su descendencia era Cris-
tian;!; ti llamai se Velasco por sobre nombre es en memoria de Un Luis de D.Diego de ve-
lasco
Velasco Virey de Nueva españa, el qual daría á estos el Caciscado. Tam
bien se ha de entender, que los que están al lado contrario, también reci-
bieron la fée Católica; pero que teniendo el mismo origen se apartáronlos
unos de los otros, y esta será la de los Mixes; pues se escribe de ellos que Mixes son fo-
rasteros
son blancos, y barbudos, y como quiera que sea parece que son advene-
dizos Europeos.
8=5. — M Aquella Muger bella, y hermosa es Maria. La Mar significa Com o explican
J J n fe J & los indios el nom-
su nombre; la piedra azul la gracia, en que fué concebida. — El rio, que sa bre de Mana
le de aquella mar el bien que por Maria, como rio llena toda la tierra, ó
la fuente de la gracia Jesús, que traxo en sus entrañas, y como fuente de
aguas vivas riega á toda la Iglesia Santa por medio de los Sacramentes:
El Faldellín, y Manto azul, escomo de ordinario la pintan; cubierta la ca-
beza significa ser Madre. En Guadalupe se apareció con manto azul, aun-
que también con corona.
86. — 14. Las dos figuras sentadas en piedra colorada es Dios y Ntra.
Sra: tener abiertas las manos, significa, que á solo Dios se ha de pedir, y
á su Madre Sma, porque siempre están con las manos abiertas para derra-
mar misericordias sobre los vivientes. La piedra colorada es atributo, y
distintivo para conoscer la Imagen de Chiisto, y su Pasión, y que es pie-
dra firme. El tt ner la Sra. sobre la cabeza á un lado la culebra, es esto, a Eva llamaban
Escribe Torquemada Monarquía Indiana part. 2 fs. 160 que á Eva llama- gerCuiebra
ban los Indios Cihuacohuatl, que dice muger culebra; ó la muger á quien
engañó la culebra; pues ahora, como por aquella Eva nos perdimos, dirá
esta es la segunda Eva, por quien fuimos ganados, y restaurados. El Vo
Ldor significa aquella fiesta que dice Herrera, que le hadan cada año- al
gian Padre, y á la gran Madre, y con mucha propiedad le aplicaron estes
nombres, pues á nadie como á D¡os, y á la Virgen se deben atribuir estos
nombres, y acudir como lo hacían estos Indios en sus necesidades, que fué
lo que aquel predicador les enseñó con los demás cosas del cielo.
87.— 15. Prueba lo que ya se ha tocado, que su Predicador, ó ellos tu-
vieron mucha comunicación con Mexicanos, así por el Volador; como pol-
los sacrificios, y aun la lengua, pues aquel nombre Tepccimatlaii es mexi-
cano, y aun se puede decii que de ellos recibieron los abusos y corrupte-
la de la primera Doctrina, la qual en Tula, Cholula, y otras partes, fue
perseguida por mas de quinientos años, como lo apunta Torquemada di-
ciendo que Huemac perseguidor de Netzacohuatl se hizo adorar por Dios.
88 — 16. Aquella casita pequeña de piedra almenada, y el Páxaro, que
se levanta volando, y aquel relámpago y trueno, son en contuso unos pe-
dazos de misteryo de la Resureccion; Assumpcion, venida del Espíritu
Santo, y tinieblas del Monte Calvario: mal explicados por quien los decía,
y poco entendidos de quien hizo la relación que vido Herrera.
BIBLIOGRAFÍA MEXICANA DEL SIGLO XVIII.
520
La piedra trina 89 — 17. La piedra grande de tres puntas con los tres rostros disformes,
era fie. de la Snia ..— ..-, .-^..ti ■ • 1 1 , • j-j c
Tnnidad. v pág significa la Sma. Tnnidad explicado el mysteno por su predicador, y hxa-
da, ó esculpida en la piedra esquinada para memoria eterna de lo que re-
presentaba. El decir que los rostros eran disformes, se ha de entender por
lo grande del mysteiio, que representaban. El decir, que la traxo allí por el
aire, ya se ve, que no habla de piedras naturales, sino que en sentido es-
piritual dice que la doctrina de Quisto, y mysteno de la Sma. Trinidad
les fueron anunciados, y para Testimonio induvitable, quedaron allí escul-
Akanzaronque pidas. Quando dice que no conoció Varón habla de la Stma. Virgen por
la Virgen parió , , _> . ,. . ...
virgen el mysteno de la Encarnación. Quando dice que huvo tres lujos sin ser ca-
sada &? y que otros dicen que eran sus hermanos se debe notar, que dos
Hermanes, y aquel de quien se dice que lo eran son tres, en que vuelve á
repetir el mismo mysterio, y en suma dice, en que grado está la Persona
Tuvieron que la del Hijo, con el Padre, y el Espíritu Santo. En decir que era Mágica, quie-
predicóJnSt°do re decir la Sabiduría celestial, y maravillas con que obraba Christo. Quan-
el Mundo
do dice, que estendió su Imperio, dita la predicación Evangélica por todo
el mundo. En decir, que como era Mágica dio á entender de Religión,
quiere decir que las verdades y milagros, con que predicó Christo, y su
doctrina, convencía á los Infieles con tal fuerza y eficacia, que los obliga-
ba á recibirla Las dos piedras que avia mas, y con letrero no alcanzo su
significado, sino es que son aquellas, en que están esculpidas las caras de
de los Leones.
90 — 18. Aquel Río Lempa que sale á la mar del Norte servirá al curio-
so que quisiere saber la situación de esta tierra, de la cual no dista mucho
el Rio Ulna.
Tuvierm ios in- 91 — 19- Aquellos passos, que caminan á tierra negra, quiere decir que
Thom'é'estuvo de alli pasaron á Ethyopia aquellos dos, y que allí fundaron Iglesia, y
en Ethyopia f ,
que de allí pasaron por mar a otra paite. Esto tiene su apoyo en lo que
escribe Torquemada, quando escribe, que Ketzalcohuatl, que entendemos
por Sn. Thomé passó de Cholula á Tlilapan, que es tierra negra, lo qual
también concuerda con lo que en la vida de Sn Javier se dice, que quan-
do el Santo llegó á Zocotora hallo Cruces, y Christianos desde el tiempo,
en que padeció allí SantoThomé Apóstol, aunque mezcladosya con Moros.
Crueldad usada 92 — 20. La Horca y el Ahorcado, es un castigo cruel, que hicieron los
Castellanos, y alude á ¡o que escribe Herrera, que en las Mixes el capitán
1\ checo hecho á los perros á un Indio que no quiso descubrir á su Señor
que hacia daño á los Castellanos.
93 — 21. Aquellas cabezas de hombres, y mugeres en la orilla de la pin-
tuia, son los cazamientos de las dos familias referidas año 1 1, que cada uno
de aquellos hombres tiene su letrero con letra que dice Cofio cofana; por
comienzo de cada letrero, que dirá: casó Fulano con Sutana, porque allá
donde están no habrá lugar para escribirlo.
94. — Herrera Dec. 3. Lib. 2. cap. 15. fs. 86 col .... dice hablando de la
con un indio
bibliografía mexicana del siglo xviií
521
Religión de los mexicanos. Avia, dice, otro ídolo en México mui princi-
pal, que era el Dios de la Penitencia, y de los Jubileos, y perdón de pe-
cados, que se llamaba Tetzcatlipuca, cuia figura era de piedra negra relum-
brante como azabache, vestido con atavíos galanos: tenia zarcillos de oro, y
plata. En el labio baxo con un canutillo cristalino de un geme de largo,
y en él una pluma verde. La coleta de los cabellos la cenia una cinta de
oro bruñido, y en ella por remate una oreja de oro con unos humos pin-
tados en ella, que significan los ruegos de los afligidos, y pecadores, que
oya cuando se encomendaban áél: de entre esta oreja y la otra salían unas
garcetas, y al cuello tenía un Joiel de oro, que le cubria todo el pecho, y
brazeletes de oro en los brazos. En el ombligo una rica piedra verde: en
la mano izquierda un mosqueador de plumas verdes, amarillas y azules
preciadas, que salían de una chapa de oro reluciente, y mui bruñida que
parecía espejo, que significaba (Nota. Este era su nombre) que en aquel
espejo veia todo lo que se hacia en el Mundo, y el espejo llamaban su mi-
rador. En la mano derecha tenia cuatro saetas, sifinificando el castigo que
daba por los pecados á los malos. Así lo pintaban sentado con mucha au-
toridad en una escaño, rodeado con una cortina Colorada, labrada de ca-
laveras, y huesos de muertos: en la mano izquierda una rodela con cinco
pinas de algodón: en la derecha una vara arrojadiza amenazando con ella:
de la rodilla salían cuatro saetas: el semblante airado; la Cabeza llena de
plumas de Codornices.
95. — Nota. ( + ) los espejos, que usaban los mexicanos, (como se ha toca-
do) son de piedra mui bruñida, llámanle Tetzcatl, que quiere decir piedra
reluciente, ó resplandeciente. Ahora pues de un verbo que significa Dios,
y de otro que significa reluciente, ó resplandeciente, se compone Tetzca-
tlipuca, quitando de cada verbo alguna sylaba, como lo usa mucho aque-
lla nación, y lo declara el siguiente ejemplo Xaltocan, que en Mexicano
Xal en arena, Teotl es Dios, y Calí que es casa, y todo junto Xaltocan Ca-
sa de Dios en el Arenal; y así se llama un pueblo que está adelante de Mé-
xico; pues ahora según lo que escribe este Autor Dec. 3. lib. 2. cap. 5. fs 85.
col. 1. que confesaban á un Dios todo poderoso, admirable &? quien ne-
gará que un Dios que perdona pecados, inefable, admirable que todo lo
vé, que en él se ven todas las cosas, como en espejo claro, es Dios Omni-
potente, y no el Demonio, que á este le llamaban Mictlan, verbo que sig-
nifica inferus, y de Teuhtli verbo que significa Príncipe, ó Señor, y á nues-
tro modo el Príncipe de las tinieblas, al qual entendían por lo que es, y si
alguno replicare, que al Demonio llaman, y lo repiten á cada paso Tlaca-
tecole, desengáñese que no dice Diablo, sino hombre Buho, de este verbo
Tlaca que es hombre, y del verbo Tecolotl, que es el Buho, ó mochuelo,
debaxo de cuía figura veían al Demonio, así como por Diablo, decimos Dia-
ño, Diantre, Demonio, Bersebú, Patillas, etc.
Tetzcatlipuca
Dios de los me-
xicanos
Creían que Dios
perdonaba los
pecados de los
arrepentidos, y
que hacían pe-
nitencia
Que óia \o\ rue-
gos de los pe-
cadores
(Je. veía cuan tu
se hacia en el
mundo
Qe. castigaba á
los malos
- "ü.S, u
Tetzcatl
t
Encuéntrase co-
mo aquí, inter-
calada en el
texto. Parece
aliena manu
Hattocan
Mictlan- Teuhtli
Sr. del infierno
Haca Tocolutl
BIBLIOGRAFÍA mexicana DEL SIGLO XV III.
522
¡¡5
Cuna. Cabeza de perro con manipulo. 00 ** Venado Calli.
En castellano dice: Nasció Netzahualcóyotl á dos dias del mes Venado
del año Calli.
Puse aquí este punto, ó clausula de historia mexicana, para ver como
escribian ó pintaban sus historias: para pintar ó escribir este nombre Mé-
t- rt xico, pintan una penca de Maguey, que es Metí, y »
|-? ¿- una Avispa que es Xiote, (sic), y una Olla que es ¡ g i \
Metí. Xicote Coiui, y quitándole algo á cada uno de estos ñora- ¡ í S ||
Comi . , , .2 s s " « « '
bres sale México, y asi quando se vieren estas tres * h -i u u ;
cosas en pintura no dice otra cosa que México y Tenoch-titlan. —
para pintar á Tenochtitlan que es el sobre nombre
de México pintan una piedra que es Tetl, sobre ella « ¡
un Tunal con Tunas, que en su lengua, es Nochtli, * -
, „-, i-.».i •, ' j 1 1 j j Chimalpopoca. En castellano
y todo i unto lenochtitlan, quitándole algo de cada _ . . , , ,, .
/ J ' * o Rodela quemada; asi se llamo uno
Verbo. de l°s Reyes de México.
97. — Al primer Rey de México llamaron Acamapixtli
que suena Caña, Mano, Piciette, que son ciertas Cañuelas, « 2 §
con que tomaban el tabaco en sus convites; así lo verá y con 5 § .5
media Mitra en la cabeza el curioso en la estampa que trae Acama pistli.
Antonio de Herrera en la primera foxa de la Dec. i de su
historia general de las Indias, y con esta media Mitra en la Cabeza están
pintados todos los Reyes en sus historias, y se verá en una mui curiosa, que
está en el Colegio de San Pedro y San Pablo de México en la Librería.
Assentado como es verdad, que los Reyes traían en la cabeza media Mi-
Porqe. usaban tra decimos que la traían, porque como luego veremos, no eran Reyes so-
de media mitra » n > r i o j
1x°cóReyesdeMé beranos, sino Tenientes de Ketzalcohuatl, que por usarla él entera, usaban
ellos la mitad, en señal de que le tenían, y esperaban, que avia de volver
á reinar, y esta media Mitra es aquella, que se ponen en la cabeza con ri-
cas joyas en la Nueva España quando bailan el Tocotin, aludiendo esto de
las Mitras como en el vaile, á que en su gentilidad, salían solamente los
Reyes á bailar un poco, como sucedía en la fiesta del fuego nuevo, que era
de 52 á 52 años, como largamente escribe Torquemada, y entonces juga-
Qué significaba ban al Palo volador con la rueda que significaba un siglo, y los quatro in-
el Volador
dios, que colgados de ella daban trece vueltas cada uno, significaban las
quatro casas, ó señales, con que señalaban los años, de modo, que quatro
de á trece hace los cincuenta y dos años, á que llamaban Xiumolpia, esto
es atadura de los años, porque temían que al cabo de cincuenta y dos se
avia de acabar el Mundo, y se disponían para ello con ánimos, oraciones y
sacrificios, y en todo el reino se apagaba el fuego, y la noche de 21 de Di-
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
523
ciembre, quando el Sol acaba su maior declinación a la parte del Sur, sa-
lían en una gran procesión de México, mui despacio, de modo, que á me-
dia noche llegaban á un Cerro, que está cerca de Mexicalcingo, y en la cima
sobre una piedra el Sacerdote abria por los pechos en Cruz á un Cautivo, La fiesta dd fue.
y allí con dos palillos sacaba fuego, y si se ensendian era señal, que Dios
les alargaba otro siglo de vida, y comenzaban á dar voces de júbilo y ale-
gría, y al punto cogian del fuego nuevo, y corriendo lo llevaban aquel día
á partes mui distantes: vueltos á México en la plaza, que por eso era mui
grande vailaban veinte mil Indios todos Señores, y entonces el Rey no se
Media mitra
Motezuma Su
ombre
excusaba de salir á bailar. El 7? año del Reynado de Motezuma sucedió
esta fiesta, y assi quando hoi vailaban esta gravísima danza, sale el que
hace el Rey, y dan sendas vueltas, y luego se sienta en una silla, y los de-
más prosiguen vailando. El nombre, ó la señal, con que los indios en sus
historias pintadas nombran o señalan, (como á los mas Reyes cada uno por
su figura) á Motezuma es la media Mitra, que traian todos en la cabeza, y
así se hallaba pintado.
98- — Torquemada Monarquía Indiana Lib. 4. cap. 13. fs. 417. col. 1. Motezuma tie-
' * n T f J f / ne noticia de los
part. 2? hablando de quando el año de 15 18 llegó Juan de Grijalva á la castellanos
costa de Veracruz de que fué avisado, Motezuma dice así. — Señor nues-
tro, dignos somos de muerte por aver venido sin vuestra licencia á vues-
tra real presencia, pero el negocio es tan arduo, y grave, que lo sufre. Es
el caso, que todos juntos los que aquí venimos, hemos visto. Dioses, que Dioses llaman
J "i-i ' ^ a los castellanos
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
su
han llegado á nuestra costa en grandes casas de agua, (que así llaman á
los navios) y les hemos hablado, y conversado, y hemos comido con ellos,
y les dimos mantas ricas, y ellos nos dieron en retorno estas piedras pre-
ciosas, que aquí traemos. Luego le presentaron las cuentas y avalorios, qe.
Recado qe. le traian, y dixeron: estas piedras nos dieron, y dixeron: id á la Corte y dad-
mando Grijalva
á Motezuma ias á vuestro Señor Motezuma, y decidle que nos volvemos á nuestra tie-
rra, y que otra vez volveremos, y le veremos. No respondió el Emperador
á esto nada; (que solo estaba sintiendo en su pecho) pero dixo á los Men-
sajeros cansados vendréis de tan largo y asselerado camino, id á descansar,
y no digáis á nadie esta embaxada, que quiero secreto en ella, por que el
pueblo fácil y bullicioso no se altere, y á su tiempo os llamaré. Saliéronse
los Mensageros, y diéronles Salas á donde estuviesen. Motezuma quedóse
solo, y pensativo, y aun bien sospechoso de mucha novedad en sus Rey-
nos, porque era de muy entendimiento, y consideraba los prodigios pasa-
dos, y traia á la memoria lo que su adivino le avia dicho, (por lo cual le
hecho la casa encima y lo mató,) y acordábase de lo que su hermana Pa-
pan le avia dicho años antes, y lo que Nezahualpilli también le avia dicho,
y pensaban que no eran acaso, sino que venian amenazando algún gran
mal, ó trueque del gobierno, y como los negocios graves quieren comuni-
Liama Mote- cacion, y consejo, hizo llamar á los que lo eran del suio, que fueron el Rey
zuma á consejo , . , , .,
Cacama, de Tetzcuco su sobrino, el qual envío a llamar por la posta a Cui-
tlahuatzin su hermano Señor del Pueblo de Yxtapalapan, y á Cihuacoatl,
Tlilpotonqui, Tlacohcalcatl, Ouapiatzin, Tízoc, Yavacatl, Quetzalaztatzin,
Houitznahuacal, Tlailotlac, y Ecatenpatitltzin, que llegados manifestó lo
quepassaba, y aviendodado, y tomado en pareceres, y adivinanzas de lo que
Motezuma ysus podría ser, concluieron su consejo con persuadirse á creer que seria Ket-
consejerosseper-
telcet'ztícohuati zalcohuatl, á quien en un tiempo adoraron, por Dios, de quien también pen-
i^ophe^z'ado^^ saban, que avia de venir á reinar otra vez, en estas tierras, por averio el
mucho antes dicho, quando passó de aquí á las Provincias de Tlalapa, y se
les avia desaparecido en la costa de la Mar, y ido hacia aquellas partes
Orientales, y como por esta causa lo esperaban; entendieron ser el, que
avia llegado.
99. — Con esta persuacion que tuvieron, determinaron, que se nombrasen
personas, que fueran á recibirle, y en el interim, que iban, se les mandó á
los Gobernadores de la costa, que pussiessen gran quidado y vigilancia en
atailar, y descubrir lo que por la Mar viniese en especial Nautla, Totztla,
Mictlan, y Cuautla, para qe. de aquellas partes, por ser mas cómodas se
viessen mejor, y traxesen razón mas presto de lo que pasaba. Con aque-
embiaMotezu- líos recados fueron despachados estos Governadores: fueron nombrados
ma un presente á _ ....
Ketzakohuati y cinco Señores, para que llevassen un presente, que el Emperador embiaba.
á offrecerle el L A 1 "i r
Reyno ¿ Ketzalcohuatl, los quales fueron Yohualiychan, y este fué por Superior,
Teputztecatl, Ticahua, y Huehuetecatl, y el último y quinto se llamaba
Hueicamecatleca, embiandoseles, que con la maior brevedad posible, fue-
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
525
sen á la mar y hablasen de parte de su Señor Motezuma y su Senado á
Ketzalcohuatl su Señor, y le ofifressiesen el Reyno, y un gran presente
que les fué dado para que le llevassen. Este es el que dicen Gomara, y
Herrera Dec. 2. Lib. 5. cap. 5. confusamente, que traxeron á Hernando
Cortés, quando saltó en tierra por parte de los Gobernadores de Mote-
cuhzuma, y lo dicen por estas palabras: el qual presente, se dixio, que avia
embiado á Juan de Grijalva quando llegó en aquellas partes, sino que por
mucha priesa que se dieron hallaron que era ido, y fué así, pero no se co-
mo los que pusieron en estilo aquella relación de que se aprovecho Herre-
ra se dexaron esto, como en este capítulo lo dexo referido, y otras mu-
chas cosas, que en lo que se sigue se dirá, por que aquellas y estas son
corresponsivas, y quien dio razón de lo uno, pudo darla de lo otro aunque
pienso que estuvo el yerro en no hacer estas inquisiciones, é informacio-
nes, no mas que con los Españoles, que entonces vinieron, y no las averi- Queja de ios qe.
^ * ' * J escribieron en
guaron con los Indios, que también les toca mucha parte de ella, y aun el ^deías^n""
todo, pues fueron el blanco, á donde todas las cosas de la Conquista se ases-
taron, y son los que muy bien la supieron, y las pusieron en historia al
principio por sus figuras, y caracteres, y después, que supieron escribir, al-
gunos curiosos de ellos las escribieron, las quales tengo en mi poder, y ten-
go tanta envidia al lenguage, y estilo con que están escritas, que me hol- Alabanza de ia
& o ta * J "1 » T. engua mexicanal
gara saberlas traducir en Castellano con la elegancia, y gracia, que en su
lengua Mexicana se dicen, y por ser historia pura y verdadera, la sigo en
todo, y si á los que la leieren parecieren novedades, digo que no lo son,
sino la pura verdad sucedida; pero que no se han escrito hasta ahora, por-
que los pocos que han escrito los sucesos de las Indias no los supieron, ni
hubo quien que se las dixese, ni tampoco yo las escribiera, si no las hallara
averiguadas por el P. Fr. Bernardino de Sahagun, Religioso Santo, y gra-
ve, que fué de los segundos, que entraron en la conversión de esta Nueva
España, y de los primeros, ó el primer investigador de las cosas mas secre-
tas de la tierra, y supo todos los secretos de ella, y se ocupó mas de sesen-
ta años en escribir lengua Mexicana, y todo lo que pudo alcanzar en ella. K(.fiere )apro.
100. — Torquemada Monarquía Indiana Lib. 4. cap. 14. fs. 419 Col. 1. cahuaüVdwm-
hablando de Ketzalcohuatl, dice — Fuese huiendo á la ciudad de Cholula,
y allí le siguió, y corrió, y dexando el Reyno se fué hacia la Mar, fingien-
do que el Dios Sol le llamaba á la otra parte del Mar por la banda de Orien-
te; pero prometió el volver después con mucha pujanza á vengar sus inju-
rias, y á redimir su pueblo de agravios, y tiranías, porque decían de él, que
era muy humano, y misericordioso. Esta mentira se conservó en aquellos
tiempos, y se fué reforzando con mucha mayor opinión en todos los que
después les succedieron, y fué tan creída su vuelta de los Mexicanos, que tomo ios Revés
' J 2 de México se 11a-
t IKCtl-
los que entraban teynando, recibían el Reyno con esa condición, Je que cían t^sa^nK1e
Tenientes de su Señor Quetzalcohuatl, y que en viniendo, se lo dexarian, y Jr^sotraTan
... ir 11 en la cabeza la
obedecerían como Vasallos. media Mitra
BIBLIOGRAFÍA mexicana DEL SIGLO XI III
526
101. — Sabida, pues, esta historia, decimos, que como estas gentes aguar-
daban á este Quetzalcohuatl, y tenian por mui cierto, que avia de volver
á Reinar estos reinos de la Nueva España, qualquier demostración, y ama-
go, que avia de alteración, y rumor de alguno, que aparecia luego pensa-
ban ser él, y como traxeron las nuevas que dexamos dichas, y mas por la
parte por donde vieron que se había desaparecido, y en Navios tan gran-
des por Mar ancho, y peligroso persuadiéronse á que era él, y no otro, y
por eso pusieron maior cuidado en la vigilancia de su vuelta, atalaiando el
mar, no tres dias en todos los meses del año como los gentiles de Oriente,
sino de dia y de noche todo el año, al fin del qual como Juan de Grijalva
fué á Cuba, y de su ida resultó la venida de Fernando Cortes por la mis-
ma derrota que el primero, fué fuerza que los Indios viesen los navios, y
con el mandato espreso que tenían de su Rey, fueron por la posta á dar el
aviso de ello, llevando pintados el número de navios, y la manera de Gen-
te, que vieron andar en ellos, lo qual todo mostraron á Moteuhzuma, y
Tuvo Motezu- con ^ nuevo aviso, que tuvo de esta segunda Armada, que fué por fin de
nía nueva de la 17 1 1 ... 111 •-. 1 ,
venida de Cortes r ebrero de 1 5 19 hizo junta de los de su Consejo, y de otras personas de
prendas, y autoridad, y dioles parte de las nuevas, que avian traido los
Atalaias de la Costa del Oriente, de lo que de nuevo avia aparesido en la
mar que confirmaba las pasadas del año antes, y confiriendo el caso tra-
taron de lo que convenia hacer, y como quando entraron los Magos en Je-
rusalem, preguntando por el Rey nuevamente nacido, que se turbó Hero-
des, y los de su Consejo, así estos Indios del Consejo del Rey, turbados
con él, y confusos, dixeron, que pues era verdad, que su Dios, y Rey Ket-
zalcohualt avia ido á los Reynos de Tlapala á verse con el Dios Sol, al qual
todos sus antepasados avian esperado, que también lo seria que era el que
en los navios avia aparecido, pues no parecia caso humano, y que hom-
bres mortales anduviessen por la mar metidos tan dentro de sus aguas sin
que hubiesen peresido en ellas, y así creían ser él, y que pues venia, era
razón que fuesen Personas, y Embaxadores, y Personas principales á dar-
i Torquemada le la obediencia de parte de aquel Senado, y á recibirlo. De aqui pudiera-
infiere, que por , ,
qe los Reyes mos inferir, que estos Mexicanos tomaron la costumbre de elegir Reyes,
eran tenientes de ° J
Keuaicohuak y no aconstumbrar á su República, que lo fueran por herencia, lo qual pu-
eran por elección J r » T. f > n r
dieramos probar con decir, que si creían, que tenian Rey vivo, y que en
algún tiempo avia de volver á la posesión de su Rey no, que no avian de
consentir que otro entrasse en su posession perpetua, sino como los Gover-
nadores, que en ausencia de los Reyes sirven el Officio como la persona
Real, con la limitación, que dice solo el tiempo de la ausencia, estando
prestos, y aparejados á hacer dexasion de el cada, y quando que venga su
natural, y legítimo heredero.
mexiclnol l Ket- 102. — Volviendo al propósito, digo, qe. determinado Motezuma de lo
zalcohtiatl las . . . . . . ,
vestidura-, con- que había de hacer, ordenaron un gran presente, ora sea el que antes avian
que anduvo
cuando estuvo llevado á Juan de Grijalva y que lo hubiesen vuelto; ora otro tal, ó maior,
con ellos J J J ^
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
527
que avia sido el primero; pero lo que uvo mas, fué embiarle con él todas ATorquemada
las vestiduras Sacerdotales, que decían usaba Ketzalcohuatl, quaudo esta- z^cohuad era L
cerdote y Rey
ba en la tierra, que según esto era Sacerdote, y Rey como Xuma Pom-
pilio en Roma y aquí se verifica como el Sacerdocio, y el Reyno, ha an-
dado junto en alguu tiempo en el Mundo. Todo esto que Motezuma dio
de sus thesoros, que se llevasse á los que avian apparecido en la mar, lo
envolvieron en Mantas ricas, y las pusieron en Petacas, y hecho tod* ac-
to, habló Motezuma á los Señores, que iban por Mensajeros, de esta ma-
nera. Id compañeros á cumplir esta embajada á qe. os embiamos este gia- 1^0 qe. mandó
, . . . dec¡r Motezuma
vísimo Senado, é yo: mirad que no os detengáis en ninguna parte sino que á Ket™'cohuati
con toda brevedad posible lleguéis á la persona de nuestro Señor, y Rey
Ketzalcohuatl, y decidle: Vuestro Vasallo Motezuma, que ahora tiene la
tenencia de Nuestro Reino nos embia á saludar á Vuestra Magestad y nos
dio este presente que aquí traemos, con las insignias Sacerdotales, que
siempre han tenido en grande estimación, y honra. Con -este despacho se
partieron los embajadores de la presencia del Rey, y siguieron su camino,
y con la maior priesa, que pudieron, fueron á la costa donde ya habia lle-
gado Fernando Cortés con todo su acompañamiento.
103. — Quando llegaron estos Mensajeros á la orilla de la Mar, entrá-
ronse en Canoas, y metieron todas sus cargas en ellas, y fuéronse á los na-
vios de Hernando Cortés, y viendo el estandarte de la capitanía fuéronse
á ella, por parecerles que alli estaría el Señor, y Rey que buscaban. Los
de los otros navios todos estaban á la mira de lo que pasaba, y como las
canoas llegaron á la capitanía, hicieron señas los indios de querer entrar, Llegáronles
, , , , , , , . , Mensajeros á la
los de dentro les preguntaron, que de donde venían, y quienes eran, y que capitanía dunde
estaba Cortes
queiían? Respondieron que eran Mexicanos, y que venían de México á
buscar á su Señor y Rey Ketzalcohuatl, que sabian que estaba allí. Aun-
que los Españoles no entendían las palabras, conoscieron el intento pol-
las señas, y maravillados por su demanda trataban entre sí el caso, y de-
cían; que quiere decir esto que dicen estos, que aquí está su Rey, y su
Dios, y que le quieren ver? Esto oió Fernando Cortés, y el con todos pen-
saron bien el caso, y después de averio platicado, concertaron que Dn Fer-
nando Cortés se ataviasse con los mejores atavíos que tenían, y le aderesa- Finge Cones ser
ssen un Trono en el Alcázar de popa donde se sentase representando Per- Lnque
sonade Rey, y que estando de esta manera entrasen los Indios á verle, y
hablarle. Hecho esto dijeron á los Indios, que fuesen muy bien venidos,
que allí estaba el que buscaban, y que le verían y le hablarían. Aviendo
oído esto los Indios, juntaron sus camas á bordo de la Capitanía, y los de
arriba los aiudaron á subir, y metieron dentro las cargas, que llevaban:
luego que entraron asentáronse sobre la cubierta, y ataviáronse y vistié-
ronse, lo mas galamente, que pudieron, y desatando sus cargas pusieron
en muy buen orden su presente: hecho esto pidieron licencia para ver al
que buscaban: fueron llevados al Alcázar, donde ya Cortés estaba aguar-
bibliografía mexicana del siglo XVIII.
528
dando con la representación de Majestad, que diximos: ellos entraron den-
tro con su presente en las manos, y como le vieron en aquel Trono, y Ma-
jestad creiendo que era su Dios y Señor Ketzalcohuatl, luego se postraron
Palabras que en tierra, la besaron, qe. era la adoración latría, con que reverenciaban á
dixeron los Men- * *
cor,euatiá Ketzal" sus Dioses, y levantándose el que iba por superior de todos: Dios nuestro
Prueba«ecomo y Señor nuestro seáis muy bien venido, que grandes tiempos ha que os
acia muchos si- " J 10 11
fat'.an "e le espe" esperábamos nosotros vuestros siervos y Vasallos: Motezuma vuestro Va-
sallo, y Teniente de vuestro Reyno nos embia á vuestra presencia para que
á su nombre os saludemos, y dice, que seáis muy bien venido, y os supli-
ca que recibáis este pequeño don, y estos ornamentos preciosos, que usa-
bades entre nosotros en quanto nuestro Rey, y Dios, y dicho esto comen-
zaron á vestirle con aquellos Ornamentos, que le llevaban: pusiéronle en
vistieron á Cor- la cabeza una pieza hecha á manera de Almete, en que avia mucho oro,
tes las vestidu-
cohuatiKetzal y Podras ^e mucho valor, y un plumero ricamente aderezado: pusiéronle
una vestidura que se llamaba Xiculli, que cubre desde la garganta hasta
la cinta y los medios brazos de tela preciosa, luego le echaron al cuello un
collar de piedras preciosas de mucho valor y hermosura, y de esta mane-
ra lo fueron vistiendo de la Cabeza á los pies con Ornamentos, y vestidu-
ras Sacerdotales de gran precio, y estima, añadiendo á los ordinarios del
Dios Ketzalcohuatl, los que eran también del Dios Tlezcaltipuca, y del
Dios Tlalocatecutli, los quales le pusieron á sus pies como diciendo en es-
to, que á él le reconoscían por el maior de sus Dioses, como hacen quan-
do dan algún presente á alguna persona constituida en dignidad. Después
que hicieren esto, díxoles el interprete en nombre de Fernando Cortes.
Pues no traéis mas de esto para recibirme? A que respondió el principal
de ellos, y dixo: Señor y Rey nuestro: esto nos dieron que traxeramos á
Vuestra Majestad, y no mas. Luego Fernando Cortés mandó á los suios,
qe. los llevasen al Castillo de Proa, y los tratasen humanamente, y dexasen
reposar, y que luego les diesen de comerlas cosas de Castilla con toda be-
nevolencia, y cortesia.
C"T s M^ns" - I04- — Trataron después de espantar á estos Mensajeros con arrojarlos
lotezu- ^sjc^ con gr¡i]0S) y cadenas, y con disparar la artillería, desafeándolos para
que luchasen, todo esto á fin de que fuesen diciendo cosas espantosas pa-
ra que las oisen, se atemorizasen, y les cobrasen miedo, que era el que los
avia de hacer Señores de la tierra: durmieron allí aquella noche, y otro día
de mañana pusieron por obra lo que el dia antes avian trazado: fuéronse
á los Indios, y metiéronlos en colleras, y echáronles (piedras) grillos á los
pies, y comenzaron á disparar la Artillería: los indios que se vieron pre-
sos y aherrojados, y combatidos de tanto ruido, y truenos de la Artillería,
y el olor de la Pólvora, caieron sin sentido en tierra, y estuvieron por muy
buen rato como muertos, y como los vieron así los soldados, cogiéronlos
entre los brazos, y sentándolos les echaron agua en los rostros, y dieron-
sela á beber, con que volvieron del pasmo, y asombro que avian tenido:
iría
bibliografía mexicana del siglo xvm.
529
quitáronles las prisiones, y díxoles el Capitán: sabido he que los Mexica-
nos son muy valientes, y de muchas fuerzas, y muy diestros en el luchar, y'
que uno solo basta á vencer, y rendir diez, y veinte de sus enemigos, por
lo qual para satisfascerme de esta verdad, y salir de esta duda, quiero que
luchéis con mi gente, para ver si sois mas valientes que ellos: dioles Ro-
delas, y espadas, y Lanzas para que acometiesen: los indios pobres y des-
venturados, que quando supieron usar de aquellas armas, que les avian
dado, estaban con las prisiones, y ruido de la Artillería mas muertos que
vivos, no aceptaron el desafio: pero excusáronse de él diciendo: Señor no
es eso á lo que venimos, ni Motezuma nos mandó que viniésemos á reñir,
ni á probar fuerzas con vuestras gentes, sino á que solo os visitassemos de
su parte, y os bessasemos las manos, como lo hemos hecho, y si hiciése-
mos lo que nos mandáis, y nos atreviessemos á tan grande desacato, no so-
lo nos reñiría por ello, sino que nos quitara las vidas. A esto replicó el Ca-
pitán: no tenes que excusaros con razón alguna, porque aveis de hacer esto
que os mando, porque tenemos noticias de vosotros Jos Mexicanos de que
sois valientes, y aveis de hacer todos vuestros poderíos para ofender, y de-
fenderos de los mios. No pudieron acabarlo con ellos, y viendo que no
querían uno, á uno, ni dos á dos, ni de ninguna manera para experimentar
sus fuerzas, y destreza en el pelear (para si viniessen con ellos algunas ve-
ces á las manos) injuriáronlos de palabras, y los despidieron, diciendo que Respuesta d¡s-
paratada que dio
eran cobardes y afeminados, y qe. se fuesen como tales á México, que ellos Cortes á íosme-
J J *■ ■* xicanos
venian ya á conquistar á los Mexicanos, y qe. á sus manos morirían to-
dos, y dixesen á Motezuma, cómo su presente no les avia agradado, y que
yendo ellos á México, les robarían cuanto tenían, y lo tomarían para si.
Si estos supieron lo que se dixeron, ó no, bien se hecha de ver, pues abla-
ron á tiento, no sabiendo lo porvenir, ni abiendo echo cata de las cosas de
la tierra.
'105. — Con estos temores, se entraron los Indios en sus Canoas, y tan
aprisa, que qualquiera movimiento de dilación, les parecian anuncios, y
nuevas tristes de su muerte, y con ella comenzaron á remar, no solo los re-
meros que para esto llevaban, sino todos sin diferencia, mudándose, y ani-
mándose los unos y los otros, tanto por apartarse, y alexarse de los Na-
vios, donde tan mal les avia ido, quanto por venir acá á dar cuenta á su
Rey de lo que con Ketzalcohuatl les avia pasado. Con esta priesa llegaron
á una isleta llamada Xicalanco, donde comieron, y reposaron un poco, y
de allí se partieron, y llegaron á un Pueblo, que se llama Tecpantlayac, que Caminan ios
r 'JO -1 1 Mensajeros á
estaba en la Rivera: de alli fueron á Cuetlaxta, que está la tierra adentro: México
aquí durmieron: rogáronles los principales que descansasen: respondieron
la priesa es tal, porque la embajada que llevamos á nuestro Señor Motezu-
ma, es tal, que jamas se ha visto otra semejante en estos Reynos, y no es
bien que otro lo sepa primero, y por eso importa no descansar. Luego se
partieron, é iban tan turbados, y apresurados, que en ninguna cosa reci-
BIBLIOGRAFÍA MEXICANA DEL SIGLO XvIIL
530
bian consuelo, ni en el comer, ni en el dormir, ni les daba consuelo cosa
ninguna: iban suspirando afligida, y afectuosamente: atónitos y angustia-
dos callaban todos, guardando silencio extraño, y quando se hablaban á
solas los unos á los otros decían, avernos visto cosas tan espantosas, y ra-
ras que son indicio, de que han de venir sobre nosotros grandes males, y
tribulaciones; pero, Señor, quienes serán, ó de donde vendrán aquellos que
nos han de conquistar á nosotros los Mexicanos? que somos los mas po-
derosos antiguos, y temidos en todos estos Rey nos? Porqué causa vamos tan
angustiados, y atribulados, que nuestro corazón con golpes que nos da en
el pecho, nos dice la pena, que llevamos? Indicio es este algún gran mal,
que se nos acerca. En breve llegaron á esta ciudad de México algo de no-
che: fueron derechos á Palacio, y dixeron á los de la Cámara, que diesen
aviso á Motezuma, y que si dormía lo dispertasen, porque el caso no su-
fría tardanza. Entraron los guardas á decirlo, y cuando lo vio Motezuma
dixo, decidles que no entren acá, sino que se vayan á la Sala de la Judica-
tura, y que allí me aguarden, y mandó aprestar esclavos para un sacrifi-
cio, é yendo á la Sala congregó los del Consejo, y Ministros que hicieron
el sacrificio, con cuia sangre rosciaron á los Embajadores. Esta ceremonia
usaban quando venia alguna embaxada de mucha importancia en casos
graves, y nuevamente acaecidos.
Oie Motezuma T 06. — Después, que fué hecha aquella idolátrica ceremonia de rociarlos
latrreaSxPeUrontasuT'e Embajadores con la sangre de los que avian muerto, sentóse Motezuma
Mensajeros ,-..,, . •»» 11 1 • 1
en su Trono, y Silla para oír con Magestad la embajada, porque según
creia, tenia por averiguado que era Ketzalcohuatl el que avia venido, y
aguardaba la razón cierta de lo que determinaba en orden á su venida.
Luego los Embajadores postrados en tierra la besaron (que en su lengua
llaman Tlacualiztli, que es ceremonia idolátrica de adoración) y así pos-
trados habló (se) el superior de esta manera: Señor poderoso y Rey nues-
tro: luego que llegamos á la orilla del mar estos criados tuios, y yo, vimos
dentro del agua unas Casas grandísimas todas de madera, con grandes ar-
tificios dentro, y fuera, los cuales andan por el agua honda de la Mar, co-
mo las canoas, que acá nosotros usamos por nuestra Laguna, y Asequias,
dixeronos, que estas Casas se llaman navios, y ninguno de nosotros sa-
brá decir los diversos officios, y cosas, que en sí contienen: entramos en la
Capitana: eran los navios muchos, y en cada uno mucha gente, y todos
nos estuvieron mirando, hasta que subimos: luego procuramos ver al Se-
ñor Ketzalcohuatl, para darle el presente y mostráronnos en una pieza
apartada á un Señor sentado en un Trono muy ricamente vestido, y seña-
lándolo con la mano dixeron: este es el que buscáis: postramonos á sus
pies, besando la tierra, y adorándolo como á Dios: luego le diximos lo que
nos mandastes y le compusimos con los vestidos y joyas, que nos diste, y
presentárnosle lo demás que llevábamos para darle, y puesto todo á sus
pies nos dieron á entender que era poco: aquel dia nos trataron bien; y
bibliografía mexicana del siglo XVIII.
531
nos dieron de comer y de beber de un licor bueno, que llaman Vino: aque-
lla noche dormimos en el navio: á la mañana quisieron probar nuestras
fuerzas y mandábannos pelear con ellos: escusamonos con mucha resisten-
cia: aprisionáronnos, y dispararon piezas, que con sus truenos y relámpa-
gos nos asustaron mucho, y caimos como muertos. Después que nos reco-
bramos y nos dieron de comer, vimos sus armas, y sus Caballos, y sus
perros, que les anidaban en la pelea, de que nos maravillamos, y seria
cosa muy larga y prolixa contar todas las cosas en particular. Dicen
que vienen acá á conquistarnos, y robarnos. No sabemos más: si vinieren
acá sabremos lo que quieren, y lo que pueden: solo decimos que venimos
grandemente espantados, y atemorizados mucho. Se admiró Motezuma de
lo que los Embaxadores dixeron, y mudársele (sic) los colores del rostro,
y mostró muy gran tristeza, y desmaio: asentósele en el corazón, que se
habían de ver en muy grandes trabajos, y afrentas asi como todos los de
su Imperio, y Reyno: movido de este sentimiento, comenzó á llorar amar-
gamente, y con él todos los que allí estaban, y estas lágrimas, y llanto co-
rrió después por todos los de la ciudad, así chicos como grandes: luego
comenzaron por las Plazas á hacer corrillos, y á llorar unos con otros, in-
citándose á este llanto con razones tiernas, y sentidas, que se decian los
grandes males que amenazaban, y la caída, y ruina, que avian de tener,
como si ya estuviesen en ella, adivinándoles el corazón lo que después les
sucedió: andaban todos cabizbajos, y llorosos: los Padres doliéndose de sus
hijos, les decian: ay de mi y de vosotros, hijos míos, que grandes males
aveis de ver, y lo peor es, que los aveis de passar, y sufrir: lo mismo de-
cian las Madres á las Hijas, con otras lástimas, que el grande amor, y tris-
teza les enseñaban. Con estas muestras de tristeza pasaron la noche, y el
dia todo, y Motezuma, como más intensado en el honor, y honra, que po-
dia perder, lo sentia más que todos.
107. — El Mexicano que venia de parte de Motezuma, dio á Fernando Notabiepre-
sente que embió
Cortes la bien venida, y luego con mucha gravedad, mandó tender unas Motezuma áCor-
' ■> & & ' tes. Torquem.
esteras, muy ricamente labradas, (que ellos llaman Petates) y encima de fsL*¿(4CoiT '7
ellas mantas de algodón: luego sobre ellas pusieron diversidad de Camissas
de algodón y telas de lo mismo, delicadísimamente labradas, entretexidas
de plumas, de extremados, y excelentes visos, y de muy varios y diffe-
rentes colores; Rodelas hechas de varas muy blancas, entretexidas con plu-
mas y con patenas de oro y plata, y en otras perlas menudas como aljó-
far, y no se puede decir su artificio, lindeza y hermosura. Un casquete de
madera muy sutil cubierto de granos de oro por fundir. Un capacete
de planchas de oro, y Campanillas colgadas, y encima asentadas unas pie-
dras como esmeraldas. Penachos de varios plumages grandes, con los cabos
de argentería de oro colgando. Mosqueadores de pluma rica con mil lin-
dezas y juguetes de oro, y plata, hechos por muy subtil y maravilloso ar-
tificio. Braseletes, y otras armaduras de oro, y plata que usaban en sus
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
532
guerras, con sus plumas verdes, y amarillas interpuestas, y cueros de Ve-
nado muy adornados, que no se puede esplicarsu curiosidad. Alpargatas,
ó Sandalias de Cuero de Venado (que llaman Cactli) cosidos con hilo de
oro, y por suela una piedra blanca, y azul cosa preciosa, y muy delgada,
Espejos hechos de Margajita, que es metal resplandeciente como plata, y
tan grandes como un puño, redondos como una bola, engastados en oro,
que dexado el valor del engaste, solo la hechura, y hermosura se pudiera
vender en muy caro precio, y que á cualquiera Rey, y Señor grande se pu-
dieran presentar. — Muchas mantas, y Cortinas para camas, delgadísimas
de algodón, que parecian ser mas ricas, que si fueran de seda, y de diver-
sos colores: Muchas piezas de oro, y plata. Un collar de oro, que tenia
mas de cien esmeraldas, y muchos mas rubíes, y colgaban muchas campa-
nillas de oro; y otro collar con muchas esmeraldas, y ciertas perlas ricas, y
la hechura admirable, y otras piesezuelas como Ranas y animalejos. Joias
como medallas chichas, y grandes, que sola la hechura, y el primor del ar-
tificio de ellas valían mas, que el oro y plata. Granos de oro por fundir
sacados de las minas, como Garvanzos, y menos, y lo que mas engrande-
ció este presente, fueron dos ruedas, una del Sol, con sus raios, y follaje, y
ciertos animales señalados, que pesaba mas de cien marcos. La otra de pla-
ta de la figura de Luna labrada á la misma manera que el Sol de cinquenta
y tantos marcos de peso: tenia de grueso con un real de acuatro, poco
mas, ambas macisas del tamaño de una gran rueda de carreta. Todos los
que vieron el presente quedaron suspensos, y admirados de tan gran ri-
queza. Este presente embió Motezuma á Cortes luego que saltó en tierra
en la Veracruz con Tehutli, á quien habia mandado que regalase mucho,
después que le embió á saludar y á recibir por Ketzalcohuatl.
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
533
DISERTACIÓN.
SOBRE LA PREDICACIÓN DEL EVANGELIO EN AMÉ
:rica
ANTES DE LA CONQUISTA.
DR. D. SERVANDO DE MIER Y NORIEGA.
BIBLIOGRAFÍA MEXICANA DEL SIGLO XI 'II!.
534
ADVERTENCIA
El Dor. Mier imprimió este Opúsculo al fia de la obra que publicó en
Londres el año de 1S13 bajo el seudónimo de Don José Guerra y con el
título de "Historia de la Revolución de Nueva España, antiguamente Aua-
Jiuac, 2 touis. en Sa. Figura allí desde la pag. ii á continuación de una cer-
tificación con que Dn Antonio Capmani da fee de que habiéndose exami-
nado en la Academia de la Historia el famoso sermón que predicó el Padre
Mier el 12 de Noviembre de 1794 se declaró que no contenía nota teoló-
gica y que en él no se negaba la verdad de la Aparición Guadalupana.
Ese documento dio motivo á esta disertación á que su autor puso el si-
guiente epígrafe "Nota ilustrativa de este documento y cu que se trata de
la predicación del Evangelio en América antes de la Conquista.'" — Con él
se ha compuesto el título de su portada.
Aunque de ese Opúsculo corre impresos y de él se hiz.o una reimpre-
sión Dn Carlos María Bustamante, que infirió como suplemento (sin serlo)
al fin del Lib. 3? de la Historia general de X. E. del P. Sahagum, sin em-
bargo me pareció conveniente agregar aquí su copia porque su asunto es
absolutamente el mismo que el de los opúsculos que le preceden y con sus
propios eruditos errores; esto es, la predicación del Apóstol Santo Tomás
en América, bajo los nombres de Ketzalcohuatl, Chilan Balan, Chilan
Caníbal etc. etc. Quizá la única diferencia que puede asignarse entre este
y los otros procede (procede) del espíritu que los dirijía. En los unos era
el simple sentimiento católico; en el P. Mier influía principalmente el des-
afecto á la dominación española. Hiriéndoles en sus fibras mas delicadas,
intentó probar que no fueron los Españoles los primeros introductores del
Cristianismo; y aunque cubrió su intento con velo religioso, fué bien com-
prendido y de aquí le vino la fuerte persecución civil y eclesiástica que le
lanzó mas allá de los mares.
Apenas los españoles se acercaron al Continente de América en 15 18,
desembarcando en Cozumel junto á Yucatán, hallaron muchas cruces den-
tro y fuera de los templos, y en su patio almenado puesta una cruz gran-
de en cuyo contorno hacían procesión pidiendo á su Dios lluvias, y á todas
las veneraban con grande devoción. De ellas se hallaron en todo Yucatán,
aun sobre los pechos de los muertos de antiguo sepultados. De aquí vino,
que los Españoles le comenzaran á llamar N. España. En tal relación con-
vienen todos unánimes.
Herrera dice: (decad. III. lib. 3. cap. 1) "que Gomara cuenta que algu ■
nos Españoles pensaron, que quizá huyendo de los moros algunos de sus
antepasados irian por allí, pero que el no lo cree: y aunque en otra parte
BIBLIOGRAFÍA MEXICANA DEL SIGLO XV 111.
535
dice que no se pudo saber de donde les habían venido á los Indios las cru-
ces y tanta devoción con ellas, bien pudo salir de esta duda porque impri ■
mió su historia en 1553, y desde 1527 el adelantado Francisco de Montejo
comenzó la conquistade Yucatán, y en algunas provincias que le recibieron
pacíficamente, especialmente en Tutuxiú, cuya cabeza es Miní ([4 leguas de
donde ahora es Mérida,) se entendió que pocos años antes que llegasen los
Castellanos, un Indio principal sacerdote llamado Chilam Cámbal, tenido
entre ellos por gran profeta, dixo, que dentro de breve tiempo iría de hacia
donde nace el Sol gente y barbada y blanca, que llevarían levantada la se-
ñal de la Cruz que les mostró, á la cual no podrían llegar sus Dioses y
huirían de ellos, y que esta gente había de señorear la tierra: y que dexa-
rias sus ídolos y adorarían un solo Dios, á quien aquellos hombres adora
ban. Hizo texer una manta de algodón, y dixo que de aquella manera ha-
bía de ser el tributo que se había de pagar á aquellas gentes, y, mandó al
Señor de Miní, que se llamaba Mochanxiú, que ofreciese aquella manta á
los ídolos para que estuviese guardada, y la señal de la Cruz hizo hacer de
piedra, y la puso en los patios de los templos adonde fué \ ista, diciendo
que aquel era el árbol verdadero del mundo y por cosa muy nueva la iban
á ver muchas gentes, y la veneraban desde entonces Y esta fué la causa
que preguntaron á Francisco Hernández de Córdoba si iban de donde na-
cía el Sol, y quando fué el Adelantado Montejo y los Indios echaron de
ver que se hacia tanta reverencia á la Cruz, tuvieron por cierto lo que les
habia dicho su profeta Chilamcánbal."
Herrera queda muy satisfecho con esta relación, como si no fuera tan
disparate haber ido allá los Españoles en tiempo de los moros, como po-
ner un profeta que mande ofrecer dones á los ídolos. Profetas verdaderos
entre idólatras solo pudieron ocurrir á los Españoles, eme á cada paso los
encontraban en Indias, por el cuento de las Sibilas, y la historia de Balan.
Pero está demostrado, que las profesías de las Sibilas fueron una fricción
piadosa de los primitivos Cristianos; y así donde el Misal Romano lee en la
Secuencia de difuntos: teste David cum Sivilla, sustituyó el Parisiense:
crucis expandeus vexilla. Balan así como Job, aunque no eran Israelistas,
eran siervos del verdadero Dios que adoraban, aunque el primero preva-
ricase para dar un mal consejo.
Aun dado el caso de un mal profeta en un caso de extraordinaria provi-
dendencia, no era para el caso de Yucatán con sus nombres y los tiempos
en que existieron. Pero esos serian sacerdotes ó sabios que en diferentes
tiempos recordaron la primitiva de Chilancánbal, la qual es la mas larga,
célebre y conocida: y se engaña mucho Herrera, ó los que se lo contaron,
en decir que existiera pocos años antes de la Conquista, porque los Indios
según su dicho Montemayor, le daban quatro edades de antigüedad, y
ajustada la quenta, viene á ser en los primeros siglos de la Iglesia. Es ver-
dad que Montemayor insiste en que no era su nombre Chilan-Cámbal,
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
536
porque el vio escrito Chilan-Balán, y no advierte, que esta novedad con-
tra el testimonio de todos los autores españoles, es una corrupción manifiesta
por la semejanza de letras para aludir al profeta Balan; y acabaria de con-
vencerse, si supiera que Chilan-Cámbal en lengua Chinesa significa Santo
Tomás. Y no hay que admirarse de que venga á traer de China la inter-
pretación, porque haré ver, que de allá vino la voz del Evangelio á las
Américas; así como el calendario Mexicano, que dicen les traxo el predi-
cador, es casi idéntico al de los Tártaros Chineses, y la lengua mexicana
está llena de palabras Chinas. Desde luego con solo leer en el viaje de Lord
Macatuci las terminaciones de los nombres de los magnates de aquel im-
perio se verá que son las mismas de los mexicanos con la partícula cere-
monial tzin etc. etc.
Tenemos mejores testimonios en Remesal liistor. de Chiapa lib. V Cap. 7.
quando el Santo Obispo de Chiapa llegó á Campeche el año 1544 de paso
para su obispado con religiosos Dominicos. — "No solo averiguaron ellos
lo mismo que Montejo, sino que los Indios se bautizaron todos sin falta
dando al bautismo el nombre de renascencia, como Jesu-Cristo le llama
en el Evangelio: misi quis renatus fuesit ex agua, etc. Y que lo recibían
con las mismas ceremonias de los Cristianos hasta imponiendo el lienzo
blanco y con exorcismos, ayunando antes tres dias los padres, y guardando
continencia ocho dias después, y confesándose los que eran grandecillos
como en la primitiva Iglesia los catecúmenos. Y todos usaban la confe-
sión y otras muchas ceremonias de la Iglesia."
El santo Obispo envió á visitaren su nombre al interior un clérigo Fran-
cisco Hernandes perito en la lengua, y este le escribió: que habiéndoles pre-
guntado por su creencia antigua respondieron, que creian en la Trinidad,
á cuyas personas daban los verdaderos nombres en su lengua, con perfec-
to conocimiento del resto de la religión de Jesu-Cristo, en cuya memoria
ayunaban (los) el viernes dia de su muerte, y veneraban á su madre Vir-
gen: que aquella doctrina venia de Padres á hijos de tiempos antiguos, en
que vinieron 20 hombres y el principal de ellos se llamaba Cozas, los qua-
les mandaban que se confesasen las gentes y ayunasen." El Santo Obis-
po refiere todo esto y mas en su historia apologética de las Indias— como
puede leerse en Remesal ubi supra y en Torquemada tom. 3. lib. 15. cap.
49, y concluye el Obispo — "En la tierra del Brasil que poseen los Portu-
gueses se imagina hallarse rastro de Santo Tomas apóstol, y parece haber
sido en Yucatán nuestra Santa fé sabida. Ciertamente esta tierra y reino
da á entender cosas mas especiales y de mayor antigüedad que en otras
partes de las Indias, por las grandes, admirables y excesivas maneras de
edificios y letreros de ciertos caracteres, que en ninguna otra parte se ha-
llan:—Finalmente secretos son estos que solo Dios los sabe."
Hanse averiguado muchos de estos después del tiempo del Santo Obis-
po, pues quien leyere las crónicas del Brasil, especialmente del P. Manuel
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
537
de Nóbrega, verá que allí conservaron hasta el nombre de Jesús y María,
y el de Santo Tomé que les había predicado. Apenas los españoles pusie-
ron el pie en las riberas del Río de la Plata, que el Comisario de Sn Fran-
cisco, que fué destinado con otros cuatro religiosos para allá, no pudiendo
entrar en el rio fué al puerto de Dn Rodrigo, que hoy llaman dice el, de
Sn Francisco, y escribe á un Consejero de Indias desde allí en i de Mayo
año 1538; — que los cristianos fueron recibidos como Angeles de los In-
dios, de quienes averiguó que cuatro años antes habia habido allí un pro-
feta llamado Eguiara que les anunció, que presto llegarían cristianos her-
manos de Santo Tomé á bautizarlos, y no les hiciesen mal, y así les harían
infinito bien: y dice que halló que en los cantares que les enseñó á los In-
dios mandaba, que se guardasen los mandamientos y otras muchas cosas
de los Cristianos. Ved la carta en Torquem. tom. 3? lib. 5. cap. 48. Ellos
pues referían su cristianismo á Santo Tomé, y él mismo sería el Eguiara
que dice haber precedido cuatro años, y serian cuatro edades como en Yu-
catán, sino fué algún sacerdote que recordase la profecía.
En una palabra, que un hombre venerable, barbado, blanco, pelo y bar-
ba larga con un báculo predicó en toda América una ley santa y el ayuno
de cuarenta días, y levantó cruces que los Indios adoraban, y les anunció
que vendrían del Oriente hombres de su misma religión á enseñarlos y do-
minarlos, es un hecho tan constante en todas las historias que han escrito
los Españoles, no menos que los geroglíficos Mexicanos y Quipos Perua-
nos, que es necesario creerlo, ó abandonarse á un ciego pirronismo. El
Viracocha barbado del Perú no era otra cosa, y del tuvieron los Imas la
cruz que guardaban con veneración en su Palacio, y la predicción de que
irian gentes barbadas y blancas: y por eso llamaron á los Españoles vira-
cochas: y aun conservan el nombre de Santo Tomé, pues por eso á nues-
tros Sacerdotes llamaron Paytumes ó padres Tomes, aunque á los suyos
llamaban Moanes. Santa Cruz de la Sierra llamóse así, porque los Indios
les presentaron una que conservaban con veneración grabada en una pie-
dra. No necesito decir mas porque hasta de Garcilazo consta (i) que por
semejantes tradiciones se sujetaron los Peruanos sin efusión de sangre á los
Españoles, según les estaba mandado de antiguo por sus Incas.
En México la turbación de Moteuhzoma, sus consultas con el Rey de
Tezcuco luego que Juan de Grijalba arribó por la primera vez á la costa
de N. España, los regalos que embió á Cortes etc. etc , no provienen sino de
la misma profesía ó tradición, con que esperaban á su antiguo predicador
Quetzalcohuatl, ó gentes de su religión. Es necesario leer sobre esto á Tor-
quemada Mon. Ind. tom. 1. lib. 4 cap. 14. Y dice Boturini, que vio en los
geroglíficos de los Mexicanos, que puntualmente llegó Cortes en el mismo
año y carácter ce acatl en que ellos aguardaban á Quetzalcohuatl: de suer-
te que quando Cortés llegó, no era la dificultad de reconocerle como Se-
fl) Ved pág. 145 del 1 tomo de esta Histor.
68
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
533
ñor, sino de saber si era el mismo ó venían de su parte, pues en muchas
señales convenían, aunque la crueldad y rapacidad de los Españoles age-
na de Quetzalcohuatl los detenia. Aprobar que Cortés lo era para some-
terse á él se dirigieron todos los discursos de Maxiscatzin en el Senado
de Tlaxcala. Sobre explorar esto rodaron todas las conferencias de Mo-
teuhsoma con Cortés, como consta de todos los historiadores, pues Moteuh-
soma, no se intitulaba sino teniente de Quetzalcohuatl, y todo el arte de
Cortés estaba en persuadirle que el Rey de España era este. Así le escribe
en su primera carta á Carlos V: — yo le respondí á todo lo que me dixo sa-
tisfaciendo aquello queme pareció que convenía, especialmente en hacelle creer
que V. M. era á quien ellos esperaban. Engañado así Moteuhzoma juntó los
reyes y señores de su Imperio, y arengándoles con la misma tradición que
sabían y estaba escrita en sus monumentos, se reconoció por feudatario
del supuesto Quetzalcohuatl. Y no solo en cada reyno del interior se ha
bló la misma tradición de gentes del Oriente que debían venir aun en los
Antillas se encontró la misma, y por eso en todas partes se les recibió co-
mo una raza santa, sino que contradiciéndolo después con sus costumbres,
los Indios se recelaban de haber sido engañados, y testifican los Misione-
ros que no cesaban de explorar si sabian sus antiguallas, y de preguntarles
en México, ¿donde era Huehuetlapallan, á donde se habia ido Quetzal-
cohuatl ?
Ningún misionero de los que han escrito hasta hoy ha dejado de apun-
tar los vestigios claros del cristianismo que encontraban hasta entre las
tribus salvajes, de cuyos testimonios pudiera formar un grueso volumen.
Ya que no es este lugar indicaré siquiera algunos de los principales que han
tratado la materia para que otros puedan instruirse, si Dios no me diere vi-
da para demostrar todo esto de propósito. Desde el siglo 16 escribió el
Dominicano fr. Diego Duran en México para probar esto, exhibiendo las
pruebas que hallara en los escritos y prácticas de los Indios. Su historia
que no pudo imprimirse se vendió al P. Tovar Jesuíta, (véase la histor. de
Sto. Domingo de México por Dávila Padilla últimas hojas) quien la dio al
P.Acosta; y este la imprimió en su historia de Indios, sin mentar el autor
que no hizo sino copiar, como le hecha en cara Torquemada, ni podía ha-
cer otra cosa, pues no estuvo sino de paso en N. España, ni entendía una
palabra de lengua mexicana. Sí la entendiese ¿hubiera asentado el desa-
tino de que los mexicanos no tenían palabra con que significar á Dios co-
mo los griegos, quando es tan semejante el teotl de aquellos al theos áe es-
tos? No ha habido nación que tuviese ideas mas claras de Dios y de todos
sus atributos, como adelante dice. (1) En dicha historia de Acostase leen
(i) El error de Acosta provino de haber oido á los Mexicanos usar siempre de la palabra Dios
aun hablando en su lengua: y no sabia que esto vino del empeño que tomaron los misioneros
franciscanos de que no llamasen á Dios con los términos de su lengua propia, para que no for-
masen, decían igual idea del verdadero, que la que tenían de los Dioses falsos. Los dominicanos
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII
539
á cada paso vestigios claros del Cristianismo en las ceremonias religiosas
de los Indios, y en su creencia así sobre la Trinidad, como sobre la Euca-
ristía, la Penitencia etc. sino que el P. Acosta lo atribuye todo á enseñan-
za del Diablo, que dice quiso hacer la mona de Dios. ¡ Al diablo verdade-
ramente se le ofrece meterse á fabricante de Cruces y maestro de doctrina
cristiana! Muy tonto lo quiere hacer, quando siendo enemigo del Evan-
gelio, lo suponen preparando los ánimos para recibirlo, con hacerles antes
creer sus mas elevados Misterios. El diablo y los profetas idólatras son sin
embargo el recurso continuo de todos los escritores Españoles para iludir
los testimonios, que á cada paso han encontrado de la predicación Evan-
gélica, y ya se sabe, que efugios tan ridículos y desesperados en hombres
ta hábiles como Acosta solo sirven para acabar de demostrar que los he-
chos son ¡negables. Tal vez Acosta dedicando su historia á los reyes, no
se atrevió á declarar lo que sentía, porque por lo que dice sobre esto en su
obra de procura uda Indorum, se conoce, que el creia sobre eso otra cosa
mas que el diablo.
En el mismo siglo el Arzobispo de Santo Domingo Dávila Padilla, cro-
nista Real, escribió un libro para probar la predicación Apostólica en las
Indias, y aunque no se imprimió, él mismo lo cita en su historia de Sto.
Domingo de México y otros A A, como Maluenda de Amti Cristo, el qual,
sin embargo de no haberle leido ni á Duran, trae bastante y dice, que si
alguno porfía en sostener la dicha predicación, él cederá sin mucha difi-
cultad.
Siguióse el celebre P. Torquemada, y siguiendo á los primeros misione-
ros trae bastante bueno para probar la predicación apostólica en las Indias
ensuMon.Ind. tom. 3 . lit>. 19 cap. 48 y 49; sino que temeroso del gobierno,
después de haberlo contado todo como verdadero citando misioneros res-
petables, concluye como dudando, que no debió de tenerse por cierto, pues
no se hizo caso de cosa que tanto lo merecía, y que puede ser lo enseñase
todo el diablo como mona de Dios.
Luego en principios del siglo 17 escribió otro religioso no menos instrui-
do y caracterizado que él el P. Betancourt, y prueba largamente que los In-
dios creían y usaban los siete sacramentos, como en él puede verse. De
ahí el P. Remesal, hombre muy verídico trae todo lo que de él citamos an-
tes y mas, aunque el también se parapeta un poco con el diablo. ¡Pobres
Indios! ya que no se puede negar que tuvieron noticia del Evangelio, su
apóstol habia de ser el mismo diablo! Pero el diablo esta cu Cantillana,
decia asustado el alcalde de esta Villa por no atreverse á revelar que allí
estaba Don Pedro el Cruel, y el temor del gobierno ha impedido explicar
replicaban, que no lo habían sido menos los de los Griegos y Latinos, y los apóstoles no les mu-
daron el nombre de Dios por el hebreo, y que los indios se desatinaban no pudiendo tixar idea
alguna con la palabra Dios. Al cabo uniéndose algunos dominicanos á la multitud franciscana
prevaleció la opinión de estos, que por cierto era desatinada.
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
540
á los A A. especialmente á Remesal, cuya obra en América y España su-
frió para su impresión una oposición terrible.
Ha habido otros que la han hecho de propósito á la dicha predicación
para adular al Gobierno. Tal es el célebre Solorzano, que trabajando de
jure Indiarum para establecer los títulos del dominio de los reyes de Es
paña sobre.ellas, y habiendo fixado por principal laBula de Alexandro 6? y
la predicación del Evangelio, arremete contra las pruebas de estar hecha
por Santo Tomas. Pero habiendo salido luego á luz y en favor de ella las
obras de fr. Gregorio Garcia, Dominicano, y de Fr. Antonio Calancha,
Agustiniano, se retracta en su Política Indiana lib. 1. cap. 7 diciendo: "que
no se opone á la tal predicación Apostólica respecto de la mucha diligen-
cia que en averiguarla testifican haber puesto estos A A;" bien que toda-
vía no se despide enteramente de sus favoritas memorias del diablo, y ad-
vierte, que estando ya olvidada la fé, eso nada perjudica á los derechos de
S. M. Acabara de rebentar,y dixera claro qual era elmóvilde suoposicion.
Dichos dos A A. que citó y á los quales dice se debe leer precisamente,
arrojaron de una vez la máscara sin precausión ninguna. El primero era
Europeo, autor de la historia de ¡os Yucas, y de la Eclesiástica de Indios,
del Origen de los Indios reimpreso en Madrid, aunque la menos valuable
de sus obras, y en esta apuntó algo de lo que escribió después en su pre-
dicación del Evangelio en el Nuevo Mundo viniendo los Apóstoles. Es un
tomito en 8 impreso en Baeza. Trae muchas y muy buenas pruebas co-
mo por ejemplo: haberse encontrado entre los Indios toda la Biblia en fi
guras, lo que pareciéndole no se le habrá de creer en España, pidió á los
misioneros en Veracruz le diesen su testimonio por escrito, como lo exe-
cutaron. Ya Torquemada contaba, ubi supra qe. los (Mexicanos) Misio
ñeros habían encontrado en poder de los Indios figurados varios artículos
de la fé como la resurección y la crucifixión de Jesu Cristo, aunque no lo
tenian pintado en la Cruz con clavos sino atado; y la imagen de la Virgen
con otras dos santas, sino que aquella tenia una cruz en el pelo, y eso de-
cían significar que era mas santa. No se fixa Garcia en Apóstol, aunque
cuenta que unos creian hubiese sido Sn Bartolomé que predicó en la India
esterior, y que creyendo suya por la semejanza una Imagen que tenian
los Indios, le hacían gran fiesta los Mestizos del Cusco: y otros que el Após-
tol Sto. Tomas que predicó en la India ulterior, y de haber predicado en
la China trae la relación que sobre eso dieron sus sabios, habiendo regis-
trado sus archivos de orden de una Emperatriz.
El P. Calancha, criollo de la ciudad de la Plata ó chuquisaca, prome-
tiendo todavía mas en otros tomos de su Crónica de Sn. Agustín del Perú,
ocupa todo su libro 2? del único tomo que yo he visto, en probar la pre-
dicación evangélica en todas las Indias por el Apóstol Santo Tomás, único
de quien los padres digan se remontó á naciones bárbaras y desconocidas.
En efecto todos lo hacen Apóstol de los Partos, y en esta palabra los an-
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
541
tiguos entendían hasta los Chinos y los verdaderos Indios, así llamados
del rio Indo, ó sea de su rey Indo.
En dicho libro verá el lector la multitud de A. A. Españoles y extran-
jeros que han sostenido la dicha predicación, como Fr. Alonso Ramos en
su historia de Copacavana, Rivadeneira en su Flor Santorun vida de San-
to Tomás, y otros muchos. Allí verá que los misioneros, así como en Mé-
xico se empeñaron en quemar como figuras mágicas los escritos de los In-
dios, en el Perú hacian picar los letreros grabados en piedras, que los Indios
veneraban como reliquias ó memorias del varón venerable que les predicó
una ley santa: lo que sabido por Santo Toribio Arzobispo de Lima, man-
dó cubrir los lugares donde estaban con capillas, juzgando digna de res-
peto tal tradición. Allí se verá como por los cantares de los Peruanos y
sus quipos (de quienes dá mejor idea que quantos A. A. he visto, excepto
un Italiano, que ha puesto este género de escritura en tal claridad, que ha
escrito en hilos hasta canciones quichuas,) constaba, que un varón santo,
blanco, barbado, ojos azules, pelo largo vestido de blanco, capa judia de
varios lienzos, ó piernas, con sandalias, un libro bajo el brazo, y dos dis-
cípulos les predicó el evangelio, dio las cruces, derribó los ídolos, é hizo
muchos prodigios; relación y señales que quadran admirablemente con el
Ketzalcohuatl de México, llamado en Yucatán, Campeche, etc. (pais que
los mexicanos llamaban Onohualco) Cosas, Coco/can, Chilancavibal.
Que Ketzalcohuatl fuese Santo Tomás, lo sostuvo el célebre matemáti-
co é historiador, cosmógrafo mayor de las Indias, Don Carlos de Sigüenza
y Góngora en su obra intitulada Feuix del Occidejite el Apóstol Sauto To-
más, que citan Don Nicolás Antonio, Pinclo, la Biblioteca mexicana de
Eguiara etc. El Canónigo Uribe en su dictamen sobre el sermón del Dr.
Mier dice, que creía se quedó esta obra solo intentada; y yo creo que ne-
cesitaba estudiar mas, y hubiera leído en la Libra astronómica de dicho
autor, que le imprimió en México el Factor del Rey: que este enumeran-
do en el prólogo las obras de Sigüenza con distinción de las completas y
comenzadas, pone entre aquellas la del Fénix y da un análisis de ella, por
el qual sabemos que Ketzalcohuatl era su Santo Tomás. El mismo Sigüen-
za en el prólogo de su Paraíso Occidental la cita como acabada, sino que
no salia á luz por falta de medios. Al mismo tiempo, esto es, mediado el
siglo pasado un Jesuita Mexicano escribió en Manila la Historia del ver-
dadero Ketzalcohuatl el Apóstol Sauto Tomé.
Del mismo parecer fué el famoso Becerra Tanco en su historia de Gua-
dalupe, cuyo voto por ser de un tan gran maestro de lengua mexicana es de
un gran peso. Boturini en su idea de una Nueva historia general de las
Judias, prometió probar lo mismo con los muchos documentos que sobre
esto habia recogido en su museo. Por su muerte y encargo trató de escri-
bir la nueva historia el caballero Veytia, natural de la Puebla de los An-
geles, y lo desempeñó bastante bien en esta parte. Sus varias obras corren
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII
542
M. SS. y he visto una colección de ellas en la Secretaria de gracia y jus-
ticia de Indias. Es verdad que Clavigero en su Storia antica <V il Messi-
co, aunque no se atreve á negarlo por saber que lo sostuvo Sigüenza, en
cuyas obras siempre se admira la solidez y la erudición, bien que él nun-
ca vio la obra de que se trata, no le sigue en esta opinión. Pero no se de-
be hacer caso de lo que dice en italiano, porque habiendo el Jesuíta Es-
pañol Dios dado, á quien comunicaba con su mesa su obra, delatádola
al Consejo de Indias, este no quiso conceder su impresión en castellano á
pesar de las instancias del Cronista Muñoz; y para hacerla pasar en ita-
liano dedicada á la Universidad de. México, Clavigero recortó y añadió
notas contra su testo y contra Casas: flaqueza que Dios le castigó, me
decían en Roma los ex Jesuitas americanos, y no llegó á recibir el grado
de Dor. ni el regalo que le envió la Universidad. No obstante, el referirse
en la Crónica de Tehuantepec que el Dominicano Burgoa, en que apoya
la predicación de Santo Tomás, indica lo que él no se atrevía á decir. Fi-
nalmente ha sostenido el mismo dictamen el célebre antiquario y gran len-
gua mexicana Licdo. Borunda, abogado respetable cargado de familia á
quien el mal Arzobispo Haro despojó de su obra AI. S. y arruinó inclu-
yéndole en su escandaloso edicto contra el Doctor Mier.
Entre las maniobras inicuas con que se trató de perder á este, habiendo
pedido el fiscal del consejo pasase su sermón á censura de la Academia
de la historia, el venal secretario del consejo Cerda le pasó todo lo que era
contra el Dor. Mier, para obligarlo á condenarle, suprimiendo la defensa
que este habia presentado. Y á fin que de palabra no pudiese instruir á
los Académicos, se le suscitó una intriga fraylesca para que estuviera arres-
tado. Entonces el predicador escribió una disertación, en que probaba la
predicación del Evangelio por Santo Tomás o QuetzalcoJiuatl, y reducía
toda la mitología mexicana, especialmente la del tiempo de los Tultecas
ó de los Dioses llamados Tlaloquei, (esto es, del paraíso) á Dios, Jesu-Cris-
to, su madre, Sto Tomas, y sus discípulos, ó mártires que murieron en la
persecución de Hitemac. Esta disertación la envió con algunos libros al cé •
lebre Dor. Fraggia, cronista Real de Aragón, conocidísimo por sus obras
en la república literaria, que era el antiquario y bibliotecario de la acade-
mia y uno de los censores; el qual habló así resueltamente en plena aca-
demia:— "confesemos de buena fé que no sabemos una palabra de antigüe-
dades americanas: el Dor Mier me ha enviado algunos libros con una diser-
tación digna de ser presentada aquí y de darle lugar á su autor; y aseguro
á Uds. que si para sostener la predicación de Santiago en España, tuvié-
semos la décima parte de las pruebas que tienen los americanos para de-
fender la de Santo Tomas en América cantaríamos el triunfo." (i) Este
(1 El que obtuvieron los españoles en Roma contra el Cardenal Haronio para restituir la lec-
ción de haber predicado Santiago en España, se debió á los falsos Cronisones de Luitfrando etc.
que entonces pasaban por verdaderos, y hoy se sabe que fueron fingidos por el P. Román. La
bibliografía mexicana del SIGLO XVlll.
543
sabio académico defendió no solo todo el sermón del D-r Mier sino la obra
de Borunda, y su dictamen fué el que aprobó la Academia, que en cuerpo
examinó en mas de siete meses al asunto, casi sin ocuparse de otra cosa en
cada sesión. En fin habiendo dicho en Paris al Dor. Mier que el autor de
las notas á Carli era Langles bibliotecario nacional; como este, aunque deís-
ta según las notas, decidía en ellas, qe. era indispensable absolutamente la
predicación del evangelio antiguamente en América, le escribió una larga
carta latina, en que lo apoyaba probando haber sido Santo Tomas ó Quet-
zalcohiialt, la qual leyó con gusto el célebre Obispo de Bois Gregoire, y
le confesó ser probabilísima la predicación alli de aquel Apóstol: los Jesuí-
tas americanos en Roma copiaron ávidamente también la misma carta.
¡Que lástima que el miedo haya impedido en México dar sobre este pun-
to las instrucciones competentes al sabio Barón de Humboldt; y que este
dando á luz en una edición tan magnifícalas antigüedades mexicanas, y la
historia de Quetzalcokuatl, la copie literalmente con las equivocaciones de
los antiguos misioneros, y gaste su esquisita erudición en buscar un pue-
blo adorador de culebras para comparar el Mexicano! Ya se había inten-
tado comparar á los Indios con los judíos, porque teniendo aquellos la his-
toria de estos en sus escritos simbólicos, con la antigüedad se confundió la
de los unos con la de los otros, como se nota á cada paso en Torquemada,
y que sacaron muchas leyes y prácticas de ella, ó quizá del cristianismo.
Ahora se querrá volver á la cantinela, porque los judíos llegaron á adorar
la serpiente de metal que Moisés levantó en el descierto: y si la cosa llega
á manos de Dupoy que se yo donde iremos á parar. Con que es menes-
ter decir algo sobre esta culebrería.
¿De donde consta que los mexicanos adoraban las culebras? Es claro,
me responderán: porque Ketzalcohuatl, dios general del Anahuac, quiere
decir: culebra emplumajada; la entrada de su templo figuraba una boca de
culebra; las había grabadas en el muro que rodeaba el gran templo de Mé-
xico; otra había al rededor del calendario, qe. haberles traído aquel Dios;
los lugares donde él estuvo y levantó Santuarios se llamaron Coahuatepec
ó Coatepec, esto es, en el monte de la culebra. Adoraban á Cihnacohuatl
ó muger culebra, llamada también Coattaiitona, esto es, nuestra madre es
la madre de las culebras, la qual veneraban como madre de todas las gentes
del Anahuac y de su Dios HuitzilopocJitli. Se adoraban también Chico
mecoJiiiatl ó siete culebras. Los sacerdotes de la Diosa Tzentehult se 11a-
autoridad que se alegaba de Sn Isidoro en las vidas de los patria iras tampoco vale después que
el Obispo de Guadix de Griticosarte probó que no era tal obra del Santo. El argumento terrible
de Nata] Alejandro: que si hubiera habido tal tradición, la hubiera alegado el Obispo de Santia-
go disputando la primacía al de Toledo en un Concibo Romano, argumento áque los Españoles
respondían qué no habia ido tal Obispo de I 5 ucitó con mas fuerza, desde que á fines
del siglo pasado la Academia de la historia extrajo documentos del Archivo de Toledo, de que
su Obispo en aquel año se disponia á pasar á Roma. Ningún aña cree tal predica-
sion de Santiago. La de Sn Pablo si que tiene gravísimos fundamentos hasta en el mismo: cuín
in Hispaniam prosficie caepero: escribe a les Romanos.
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
544
maban coatlau, cocomcs, ó cocohua, esto es, culebras; y á solos ellos era per-
mitido lavarse en la fuente Coapan ó agua de las culebras. Y si el varón
de Humboldt en lugar de escribir Huasacualco ó Guatzacualco, hubiese
sabido que el nombre verdadero era Ceatzacualco, hubiera dicho que sig-
nifica donde se esconde la culebra, porque allí se embarcó y desapareció
Ketzatcohuatl, según Torquem. i. 8: cap. 24. — Si hubiese sabido que no
Guatuzco ni Hautuzco sino Cuatulco se llama el otro puerto donde es-
tuvo aquel, hubiera podido traducir: donde es adorada la culebra. En una
palabra: asi como MotcuJisoma se intitulaba teniente de KetzalcoJiuatl, así
su virey ó primer magistrado de México sin apelación se llamaba Colina-
cihuatl, y todo el imperio se llamaba Colhuacan, que Boturini traduce:
pais de las culebras. Con lo que en efecto parece México el pais mas cu-
lebroso y enculebrinado del mundo.
Pero yo, que he estudiado bien la mitología mexicana, tomo á Torque-
mada, disparatadamente como todos los A A españoles, trae la más com-
pleta que se haya dado á luz, y me entro desde luego, sin el miedo que
tuvieron los soldados de Cortes, por la boca de serpiente que figuraba la
boca del templo de Quetzalcohitatl, y que era en Cholula (Cholollan) el
mayor de todo el Anahuac, ó por mejor decir una soberbia pirámide que
hasta hoy existe como una montaña de un cuarto de legua de base. ¿Y
qué encuentro? un anciano blanco, rubio, con pelo y barba largos, su tú-
nica blanca larga hasta los pies y ceñida, su capa blanca sembrada de cru-
ces coloradas, todo precioso, calzado de sandalias, corona abierta en la ca-
beza y encima de ella una especie de mitra, que Torquemada llama almete
ó bonete alto y redondo más ancho de arriba que de abajo; al qual ancia-
no tenian recostado en señal de que lo estaban aguardando.
El que haya visto como yo los Obispos Griegos, ó sepa cuales son las
vestiduras ó insignias de los Obispos Orientales, conocerá al momento que
este es un Obispo del Oriente. De allá vino según su historia, compare-
ciendo por la California (aunque Torquemada dice que llegó á Tula (To-
llan) habiendo desembarcado en Panuco) unos dicen con 14 y otros con
7 discípulos vestidos hasta los pies con túnicas y capas judias, modelo de
las de los Indios, que en su? fiestas solían arremedar todo aquel ropaje.
No traxeron Mugeres, ni jamas tuvo ninguna Quctzalcohitatl, que fué con-
tinentísimo. Este fué gran sacerdote en Tula y desde alli envió sus discí-
pulos á predicar en Hauxiyacac y otras provincias una nueva y santa ley.
El derribaba los ídolos, prohibía los sacrificios que no fuesen de pan, flores
ó inciensos, aborrecía las guerras, enseñaba la penitencia, el ayuno de 40 ó
setenta días, y les dio noticia de Tzciitcotl, Huitzilopochtli y Tonacayo-
hua, que después diré quienes fueron. El traxo las cruces como las que
en Cuatulco, en Tlaxcala, en Tehuantepec, y otras muchas partes hallaron
los Españoles, y pueden verse en sus A A, como en Lipsio de Cruce, en
rotro libro Español Excelencias de la Cruz. En el Flarus Scriptuare del P.
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
545
Ababan etc. etc. Se cree de su tiempo la formada de yervas siempre ver-
de en Tepique. que han cantado tanto los poetas americanos, en latín y
castellano.
Perseguido por el Rey de Tula que habia apostatado de su religión, y
muertos en la persecución siete de sus discípulos, y no estando aun funda-
do México, pasó á orilla de su lago hasta Cholula ó gran de Tula donde
estuvo algunos años. Pero no cesando la persecución del Rey Huemac,
que vino con un ejército sobre Cholula se fué á Coatzacoalco, donde se em-
barcó para Onohualco (esto es Yucatán), enviando para aquella 4 discipu-
losquenoqueriendo ya volver con él al Oriente por hallarse bien y casados
en el país, se volvió solo á Huehuctlapayau, dejándoles dicho en todas par-
tes, que otros hermanos suyos ó de su religión vendrían á enseñarlos y al
cabo los dominarían: sobre cuyo suceso les dio muchas señales que todas
se cumplieron con la llegada de los Españoles. Tal es en compendio la his-
toria del célebre QuetzalcoJiuatl que trae Torquemada en muchas partes
de su Mou. Lid. como puede verse por los índices, y especialmente tom.
1. lib. 3. cap 7. y lib. 4. cap. 14 y en el tom. 2. lib. 6. cap. 24 así como
también Gomara, Acosta y otros.
Si de su templo voy al de la CiliuacoJuiatl ó muger culebra, me encuen-
tro con una Virgen blanca y rubia, que sin lesión de su virginidad parió
por obra del Cielo al Señor de la corona de espinas teo/iuictzua/iuac, la
qual estaba vestida á la manera de Quetzalcohuatl y por eso la llamaban
también Cohuatliaic, sino que la túnica cueitl estaba esmaltada de piedrass
preciosas símbolo de su virginidad, y por eso le decían ChalcJiihuitlique,
y el manto era azul Matlalcuege, y sembrado de estrellas Citlacue (ad-
viértase que citlaliu, estrella, es palabra Chinesca y por otro nombre se lla-
maba TouacayaJiuca, esto es, madre ó señora del que ha encarnado entre
nosotros, así como llamaban á las cruces tonacaguitl, árbol del que encar-
nó entre nosotros, pues nacayo significa encarnar. Esta Diosa dice Tor-
quemada, prohibía y detestaba los sacrificios humanos.
Es inútil cansarnos en andar buscando culebras por los templos adora-
das como dioses. No encontraremos otra que una de palo, la qual lleva-
ban por delante como pendón ó bandera, que por eso llamaban Ezpauiz-
íli, en ciertas procesiones presididas por el Sacerdote que representaba á
Quetzalcohuatl, así como nosotros llevamos la cruz. V como esta no va en
las procesiones sino para indicar que aquella ceremonia pertenece á la Re-
ligión de Jesu Cristo, la culebra no era sino geroglífico indicativo de que
lo que hacian pertenecía á la Religión de QuetzalcoJiuatl, y por lo mismo
gravaban culebras al rededor de los templos; pero aquella culebra no era
adorada en ningún altar ni capilla, aunque habia, dice Torquemada, un
lugar donde se guardaba.
Todo el error proviene del raro empeño de traducir cókuatl ó coatí por
culebra, significando igual y mas usadamente mellizo. Esta última pala-
69
HIBLIOGRAFIA MEXICANA DEL SIGLO XVIII.
546
bra no la oiria el barón de Humboldten N. España, sino á algún europeo
ó americano muí instruido, porque todos los demás no usan sino la pala-
bra coate para significar gemelo; y ya yo estudiaba Teología, cuando su
pe que lo mismo significaba mellizo. Pero nunca damos el nombre decoates
á las culebras: y aunque es cierto, que en lengua mexicana también se lia
man estos así, no se sabe, si de los mellizos humanos, que son bastante
comunes en N. España y debieron nombrar primero, se hizo tal nombre
sinónimo de las culebras, porque precisamente paren mellizos; ó al revez.
Lo cierto es, que en la lengua Mexicana no hay otra palabra para signi-
ficar mellizos sino coatí. Así lo vierte también el diccionario de Molina que
es el usual y común, y el mismo Torquemada que vierte cikua-cokuatl
muger culebra, dice cap. 31 del lib. 6?: una de las diosas de que estos na-
turales de N. España hacían mucho caudal era Cihuacohuatl que quiere
decir muger culebra, y decian que paria siempre gemelos ó crias de dos
en dos. Esta muger ó diosa según la etimología de este nombre dice el P.
Sahagun, que fué Eva la cual parió gemelos siempre: porque Cihuacohuatl
quiere decir la muger que parió dos criaturas juntamente, pues á los ge-
melos, ó que son de un parto los llaman Cocóhua, como si dixesen: cule-
bras de la muger culebra, y la daban por madre de todas estas gentes, ha-
biendo parido sin acceso de varón, dexando de hacer relación del primer
padre del mundo. A vuelta de mil dislates Torquemada apunta siempre
la verdad, y es que la llaman Virgen melliza, Coatlantona madre de los
mellizos, y Mixcohuatl pare mellizos; por otro nombre según él mismo
en otra parte, Omccíhuatl, que el traduce dos mugeres, así como á Quet-
zalcohuatl llamaban Omctóchtli que él traduce dos hombres. Es decir que
sus nombres en la inteligencia de los Indios eran de mellizo y melliza (1)
Ahora bien, ¿que significa Tomás? Puede significar abismo de profundí-
simas aguas; pero su significado propio y común por la raiz tam es el de
mellizo, en griego Didymmus; y este nombre griego era el que se daba
con mas frecuencia á Santo Tomás entre los cristianos, según el Evange-
lio: Thomas qui dióitur Dydimus. Con que si el nombre de Tomás se con-
servó en el Brasil y en otras partes de América, y la señal (sic.) que de él
conservaron y de sus operaciones, convienen exactamente con las que
cuentan los mexicanos de su Quetzalcohuatl, Coco/can ó Cozas etc. que sig-
nifica ¡o mismo que Thomas, esto es, mellizo ¿porqué no hemos de tradu-
cirlo por esta palabra, y nos hemos de ir á enculebrinar contra el tenor
de la historia y del sentido común? Mas diré: no se puede traducir Quet-
(1) Aun pienso que por las desgracias que les sucedieron por la persecución délos mellizos
ó Tomases de Tula, les quedó la superstición que cuenta Torquemada i. 6. cap. 48, — "Tenían
"que quando la muger pare dos criatura.-, de un vientre (lo qual en esta tierra acontece muchas
"veces) habia de morir el padre ó la madre. Y el remedio que el demonio les daba era que ma-
"tasen al uno de los mellizos; á los quales en su lengua llamaban Cocóhua, que quiere decir, cu-
• debías, porque dicen, que la primera muger que parió dos llamaban Cohuatl, que significa cule-
"bra; y de aqui es que nombraban culebras á los mellizos, y decian habían de comer á su padre
"ó madre, si no matasen á uno de los dos."
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
547
zalcohuatl culebra emplumajada como practica Torquemada, porque en-
tonces no diría Qaetzalcohuatl sino Cohoqaétzal. Los mexicanos á manera
que todas las naciones del Oriente, traducían los nombres siendo signifi-
cativos en su lengua, y aun necesitaban hacerlo así, poique el significado
les daba el carácter geroglífico con que lo escribían, ó por sí ó por su si-
nónimo y correlativo; ó por el significado de las partes, que mediante una
dision, entraban á componer el vocablo Así significando Xolotl ojo, con
pintar este lado de un hombre, se lee que es el Emperador de los Teochi-
chimecas Xolotl, y significado Coyotl coyote ó adive, en pintando la cabe-
za de este con la boca abierta al lado de otra figura humana, se lee que
este es el Emperador de los Acólhuas Netzahualcóyotl, que significa
coyote hambriento, porque anduvo así y en los montes quando los Tepa-
necas tiranizaron su Reyno. Si el nombre no es significativo, buscan en
tonces palabras que le sean mas asonantes. Asi para escribir Cortés ó co-
mo ellos pronunciaban Cutléz (por no tener en su lengua ;) pintaban á su
lado una xicarita de palo que en su idioma es Cuatliy dentro unos pece-
sillos ahuatli: con lo que se leia Cuhuatli, y este es el nombre que con el
trancurso del tiempo ^hubiera quedado á Cortés. Torquemada dice, que
como los misioneros les enseñaban en latin el Patcr noster, los ludios para
retenerlo en la memoria lo escribían á su modo, y ponían una banderita
que es paiitli y un higo de tuna, que es Nochtli, etc.
Lo primero pues que hacian á la llegada de Santo Tomás, sería indagar
el significado de su nombre, y sabiendo que era el de mellizo, pintarían
al lado de su figura una culebra que es el sinónimo: y como quetzatl es un
plumero precioso (como después esplicaré,) poniéndolo sobre ella, se lee-
ría Quetzalcohuatl. Aun pienso que retuvieron en Cholula, donde moró
mas tiempo, el otro significado mas remoto de Tomás, esto es, abismo de
profundísimas aguas: y de aquí no solo venerable como dador de las llu-
vias, sino la tradición, que descascarando su templo en Cholula manarían
raudales de agua que inundarían todo: amenaza que hicieron los Cholul-
tecas cuando fué Cortés, y de que intimidados los Tlaxcaltecas, no quisie-
ron entrar con este en aquella ciudad, que era la Roma de los Nahuatla-
cas, y tenían tantos templos como dias el año. Pero el significado que todos
retuvieron comunmente, fué el de Mellizo ó coatí, y á él hacian alusión en
toda su mitología, religión y gobierno, que por referirse á Qitctzalcohitatl
era teocrático: ni mas ni menos que los cristianos de Santo Tomé descu-
biertos en el Asia, no solo se glorian de tener este nombre, sino de aludir
á él en todo. ¿Quanto mas los mexicanos que lo reverenciaban por su pa-
dre común, señor, fundador y Maestro, y en Cholula le llamaban por an-
tonomasia nuestro Señor, toteotl?
Todo en efecto aludía en el Anáhuac á este varón célebre. Luego que
perseguida su religión por Huemac (mano grande) que quiso, dice Torque-
mada, hacerse adorar por Dios, se fué á un monte, que de su nombre se
BIBLIOGRAFÍA MEXICANA DEL SIGLO XVIII.
543
llamó Coliuatípcc, montaña de Tomás. A Huekueloca, donde hoy es el desa-
güe de México, se les dio este nombre porque allí les dixo: llámenme vie-
jo, estoes, presbítero, nombre que usaban los antiguos Obispos, y con que
se firmaban los Apóstoles: Joanes sénior firma Sn. Juan. En otro lugar tiró
unas piedras á un árbol en que se clavaron y de ello se llamó Cuautitlan.
Luego gravó su mano en una piedra, que Torquemada dice vio todavía, y
hasta hoy se llama el lugar Temalpalco, palma de la mano en la piedra. Lue-
go llegó á Cholollan, á donde por fin persiguéndole entró Huemac con un
exército, y en él se embarcó para Campeche y las Islas de Coatzacoalco, que
desde entonces se llamó donde se esconde el Mellizo. En otro puerto donde
estuvo allí cerca, puso una cruz grande, de cuya madera, dicen los escrito-
res, no hallarse árbol treinta (30) leguas en contorno, la qual, habiendo in-
tentado quemarla el Ingles Drac, fué llevada á la catedral de Oaxaca, don-
de se venera. De tal cruz vino el nombre al lugar de Cnatnlco, ó donde es
adorado el palo: allí cerca según Calancha se veia gravado en una peña el
retrato de Santo Tomás con su nombre escrito en letras.
En la persecución del cristianismo fueron martirizados siete discípulos
de Quetzalcoliuatl y estos son los que Torquemada llama CicomecoJiuall, ó
siete mellizos que luego llama diosa, todo sin pies ni cabeza. La cabeza de
uno de ellos, que debia ser el principal mandó hechar Huemac en la lagu-
na de México: y en una isleta de ella se salvaron los cristianos, que del
nombre de Cristo ó Meesi, esto es ungido, llamaron Mexsieo á su ciudad,
y el que la gobernaba era á nombre de Qnctzalcohnatl como su teniente.
El templo que luego levantaron fué al rededor de la cabeza del mártir á
quien llaman los escritores Copil, que Beytia traduce hijo del mellizo, y
puede traducirse mellizo principal. El lugar de su sepulcro dicen Torque-
mada y Acosta, que se conservó hasta la conquista con grande veneración.
Ya prové en una nota (1) que el nombre México significa donde es adora-
do Cristo, porque Meesi lo significa, y dixe también que este por otro
nombre se llamaba ieohuitznahuac señor de la corona de espinas. Ahora
añado que el Obispo de México, ó gran sacerdote ( Hueiteopixquin) lla-
maba Huitznahuateohuatzin el venerable ministro del Señor de la corona
de espinas, y su coadjutor ó Vicario general Mexiteohuatzin venerable
ministro del Señor Cristo: así como el templo se llamaba Huitznahuaieo
ealli, casi de Dios ó del Señor (teo-calli es vocablo enteramente Griego)
de la corona de espinas: y á eso aludía también según ellos la corona que
llevaban en la cabeza á ejemplo de Qnctzaleo/inall, porqe. á los sacerdo-
tes se les decia tzentzon huitznahuac los que tienen la corona de espinas
formada en el pelo de cada uno: así como los cristianos de Sto. Tomé en
el Oriente llevan el pelo coitado en forma de Cruz.
Es cosa admirable como toda la mitología mexicana se explica á con -
secuencia del cristianismo, en traduciendo á QuetzalcoJinatl por Sto. To-
(1) Pág. Ved también la nota á la pág.
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
549
mas, y mucho mejor la historia de este, que Torquemada ya confunde con
la de los Tultecas (lib. i. cap. 14.) ya la separa (lib. 3. cap. 7.) ya la da por
verdadera y legítima en su primer tomo: ya después le párese en el 2? lle-
na de fábulas, inverosimilitudes, y absurdos, porque ya se vé, en errando
el objeto de una pintura historiada, se cuentan mil despropósitos. Pero co-
mo el conserva los nombres que no se pueden errar, porque los dan los
geroglificos, y Gomara, Acosta y otros muchos, que lograron mejores in-
térpretes, escriben también la historia de Quetzalcohicatl, yo me atrevería
á dar su historia seguida en que nada se encuentre que no sea digno de un
Apóstol: y me serviría de comprobante el mismo Torquemada en su ma-
la traducción, porque por ella se conoce el geroglífico que preexistia, y ex-
plicaría fácilmente, en suponiendo que se hablaba de un predicador del
evangelio en los primeros siglos.
Ací como Torquemada queria, que la Cihuacohuatl, ó virgen (á quien
llamaron melliza por haberla dado á conocer Sto. Tomas, y cuyo nombre
llevaba el virey de México por dignidad) queria qe. fuese Eva, mi sabio
amigo Herbas Panduradióen que Qiietzalcohuatl era Adán. Preguntándo-
le yo en Roma la causa de tan extraña opinión: "Vd. ha visto, me respon-
dió, el M. S. simbólico de los mexicanos que hay en el Vaticano, y que es
antiquísimo, pues que está adjunta la explicación de un dominicano á me-
diado del siglo 16. Boturini debia tener copia, pues dice que los Mexicanos
ponían la época del diluvio conforme al cómputo de los setenta, y este del
Vaticano la pone así. Yo vi en la cabeza de QuetzalcoJiuatl el mismo ador-
no que ponen en la de Adán, y como le atribuyen las ciencias y artes, y
el calendario, que como todos los demás calendarios opino yo se hizo en
las primeras edades del mundo, colegí que po Jia ser Adán; pero todo eso
lo escribí sin libros sobre mis apuntes en mi triste patria. Horcajo; y así
no defiendo nada, ni sé Mexicano: levanté sola la casa para que UUds. la
sigan como mejor instruidos." Lo qual cuento, por que algunos me han
objetado la autoridad de aquel sabio.
Solo me resta explicar: que significa el quetzal, puesto que cahuatl sig-
nifique mellizo ó Tomás: como del Cristianismo pasaron los Mexicanos á
una idolatría tan absurda; y por domle vino á América su Apóstol ó pre-
dicador. Comienzo por lo último y digo: que sí fué el Apóstol Santo To-
más, no puedo menos que maravillarme de que cristianos me hagan con
sobrecejo esta pregunta. Si Jesu-Cristo dio á los Apóstoles el don de mi-
lagros y de lenguas para entender el Evangelio, ¿les negaría los conoci-
mientos geográficos indispensables, y mas quando según la tradición ecle-
siástica lo primero que hicieron fué dividirse el mundo por suertes, para
partirse cada uno á cumplir con el precepto de su maestro de anunciar el
evangelio en todo el universo? ¿De donde sacaría Sn. Clemente, succe-
sor de Sn. Pedro, el conocimiento del otro mundo, de que habla en su
epístola á los cristianos? Si según las Actas de los Apóstoles, á cada pa-
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
550
so que daban, el espíritu del Señor les decía por donde y á donde habían
de ir dentro de la India que conocían: si dice á Sn. Felipe (cap. 8) que
fuese por el camino de Garza y luego que se junte al carro de Kumico de
la Reyna de Candace para catequizarle, y desde Garza es arrebatado por
los aires hasta Azoto 270 estadios para evangelizar á los Filisteos: ¿había
mayor dificultad para enviar un Apóstol á la mayor parte del mundo?
Habiéndose partido, concluye su evangelio S. Marcos, predicaron en todas
partes, cooperando el Señor y con firmando sn predicación con milagros.
Pero conozco el siglo en que estoy, y no lo necesitamos. Se sabe que
entre América y Asia solo media un corto estrecho, elado la mayor parte
del año, y que era muy fácil pasar en barcas, como lo han pasado los ru-
sos para establecer su América Rusa. Los discípulos que traxo Ketzalco-
hnatl, según los Mexicanos, heran hombres habilísimos que les enseñaron
las artes, y sin duda eran peritos en la Náutica, pues Ketzalcohuatl se em
barco á un lado de Vera Cruz para Campeche y las Islas, y en Tehante-
tepec para el Sur.
En mi juventud leí un libro escrito en Cantón de China, donde un in-
glés, cuyo nombre no puedo acordarme, demostraba que en los seis pri-
meros siglos de la Iglesia hubo un comercio corriente entre la América y
China. El anotador de Carli trae también pruebas de que en el siglo 5?
había comercio entre México y la China, y puntualmente en ese siglo po-
ne Torquemada la venida de Ketzalcohuatl á Nueva España.
Entonces no sería el Apóstol Sto. Tomás, se me dirá. —Que el Apóstol
de las Américas se llamaba Tomas, para mi es absolutamente fuera de duda.
Que fuese el Apóstol Sto. Tomas depende de averiguar la época en que
vino Quetzalcohuatl, averiguación que no puedo hacer ahora por falta de
libros, pues no tengo á la mano sobre Indias sino á Torquemada y Reme-
sal, y todo lo demás vá á cuenta de mi memoria; pero pues un hombre tan
profundamente sabio en antigüedades Mexicanas como Sigüenza, lo con-
fundió con Sto. Tomás, no debió hallar dificultad en la época. El sábic
astrónomo Gama que tenia un dicernimiento tan fino, y ha dexado M. S.
la antigua historia de los Mexicanos, habrá zanjado este punto. De Tor-
quemada para épocas antiguas no puede uno fiarse, porque confunde el
Calendario astronómico con el Divinatorio, prueba de que no entendía aquel
y á veces trae épocas contradictorias. En esta misma época de Quetzalt-
coluiatl, dice que vino poco después de la llegada de los Tnltecas, y antes
habia confundido á estos con los discípulos de aquel, porque Tnltecas quiere
decir artífices sabios; y diciendo de estos que traían túnicas blancas, de los
otros dice que las traian negras, Beytia dice que hubo dos predicadores,
uno el 5 ó el 6 siglo y el otro anterior, que fué doce años después de la
muerte de Cristo, según un eclipse que el calcula ser el mismo que acon-
teció en su muerte, eclipse que en esa muerte, dice Benedicto 14, ponen
también los Chineses. Yo no me fío de tales cálculos.
BIBLIOGRAFÍA MEXICANA DEL SIGLO Xl'iíL
551
La verdad es que yo encuentro gravísimas dificultades en que fuese el
Apóstol, salvo que se confundiesen las cosas del primero con las del se
gundo predicador, si lo hubo. Lo primero, poique no está del todo demos-
trado, que Sto. Tomás predicase en China. Las pruebas que dá Fr. Gre-
gorio García y es la relación que sacada de los archivos del Imperio dieron
los Chinos á su Emperatriz, y ya citamos, no puede convenir al Apóstol,
pues el Tomás de que hablan dio imágenes de la Trinidad, de Cristo, de
la Virgen, etc. y los apóstoles no daban imágenes; porque eso de las imá
genes de la Virgen pintadas por San Lúeas, médico que han convertido
como un pintor de familia, está muy en cuestión, y parecen ser del siglo
1 1 ó 12 del pintor Lúeas de Florencia llamado el santo, que por devoción
se destinó á pintarlas, y las daba de valde. Las historias del Pilar y de Lo-
reto están desacreditadas entre los mejores críticos. (1) También Quetzal-
cohuatl dio imágenes en América y de él decían los de Campeche tener
una piedra triangular por donde explicaban la Trinidad que conocían muy
bien, y en cuyo nombre se bautizaban todos, y nadie se podía casar sin
estar bautizado.
Mas, Quetzalcohuatl instituyó Monges en N. España, que según Acosta
hacían los tres votos de pobreza, obediencia y castidad ocupándose dia y
noche en la salmodia, y salían á pedir limosna, de que vivían, con sus tú-
nicas blancas, brazos cruzados y cabeza inclinada con mucha humildad.
Y los monges no comenzaron hasta el siglo 4? á lo menos con esas forma-
lidades. Coronas en la cabeza tampoco comenzaron en tiempo de los Após-
toles, y aun después no las hubo en los primeros siglos, sino las que lla-
maron de San Pablo, y era el pelo cortado en derredor sobre la frente y
orejas en memoria de la corona de espinas etc. Las vestiduras de Quet-
zalcohuatl eran de un Obispo oriental, y no las usaban los apóstoles. Las
vestiduras de los Obispos de N. España, especialmente de los del reyno de
Oaxaca y provincias Mixtecas, eran idénticas á las de nuestros Obispos
con todos sus Pontificales hasta mitra formada con plumas verdes de Que-
tzalli exquisitamente labradas, y los Sacerdotes usaban todos en las fun
ciones de Iglesias roquetes ó sobrepellices (Torq. to. 2. lib. 9. cap. 28).
Las cruces no comenzaron á ser objeto público de veneración, sino des-
pués que en tiempo de Constantino dexaron de ser un instrumento de su-
plicio. Los Obispos del Anahuac, aunque elegidos en Oaxaca por elección
( i) La primera supone la predicación de Santiago y el mismo Traggia, cronista real de Ara-
gón, tnedixo: que á pesar de lo que escribiera en 1"- primen u historia-eclesiástica,
la del Pilar no podia sostenerse. Tengo en mi poder el documento mas antiguo, añadió, y iliee
bien Bi nedicto 14, es del catorceno siglo. El sá Yerégui, inquisidor
de la Suprema y Maestro de los Infantes de España, quando li ir del Pilar ó !
resaba el dia 8 de Setiembre ó común de la Virgen, porque decia que eran fábulas intolerables.
Lambertini defiende la segunda le replicaba yo, y él respondía: como todo lo que adoptaban la>
congregaciones de Roma, aunque no fue-.. tar A A. sin dársele mucho cuidado
de examinar lo que decían. Tal crítica de la de Lambertini oí siempre á los sabios de Italia y Es-
paña.
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
552
popular como á los principios de la Iglesia, eran consagrados con óleo; como
lo era también el Emperador de México, y en tiempo de los Apóstoles solo
se. usó la imposición de las manos. En fin, la continua salmodia por las di-
versas oras del dia y de la noche que resonaba en los templos de México,
y el aparato de Arcedianos, chantres, tesoreros, Maestrescuelas, que todo
habia en sus catedrales (Torq. t. 2. lib. 9. cap. 6), no son cosas del tiem-
po de los Apóstoles. Los Obispos de N. España en Michoacan, México,
y la Mixteca, á pesar de usar de tres lenguas esencialmente diferentes, se
llamaban Papas como todos los Obispos del mundo antiguamente, hasta
que creo Inocencio 3V mandó dárselo á solo el de Roma, y hoy lo usan los
Obispos del Oriente; pero no lo usaban los Apóstoles Y cierto no sé don-
de pudo venir tal nombre á los Obispos Mexicanos sino de Qnetzalcohuatl,
pues aunque esa palabra griega se halla en las lenguas del Perú para decir
padre, en la lengua mexicana á este se le dice tata y á la madre nana, y
Papa no significa nada.
El rito de la Pascua en México ó de la Santa cena y Misa (No hay que
escandalizarse porque la habia) era enteramente Oriental. — Al mismo
tiempo puntualmente, dice el P. Sahagun, que nosotros celebramos la Pas-
cua, celebraban los Mexicanos la suya después de un ayuno de 40 dias en
que ayunaban, absteniéndose de carne, vino, especies, y uso del matrimo-
nio. Precedía á la celebración de la Pascua una penitencia pública. El lec-
tor recuerde de que entonces se reconciliaban antiguamente en la Iglesia los
penitentes públicos. Luego se bendecía solemnemente agua que se guar-
daba, como todavia practicamos hoy los católicos el sábado santo, en que
antiguamente se daba el bautismo solemne. De ahí hacian de sus semillas
la estatua de su Dios Hnitzilopochtli (no de otro,) la qual precisamente
había de ser, dice Torquemada, amasada en la capilla del Sr. de la corona
de espinas, y de allí la llevaban con grande música al altar principal, ve-
lando toda la noche como los Cristianos antiguos. Entonces llegaba todo
el pueblo á hacer su ofrenda, y luego venían los sacerdotes y consagraban
la estatua: y advierte Torquemada usaban de esta palabra consagración,
(Torq. lib. 6. cap. 38,} y que desde aquel momento ya la miraban como
la misma carne y huesos de su dios Hnitzilopochtli. Sacábanle por el día
en una solemnísima procesión, y á la tarde el sacerdote que presidía la pro-
cesión, y era necesariamente el que representaba á Qnetzalcohnatl, tiraba
un dardo con punta de lanza al corazón de la estatua, lo que decían era
matar á su Dios para comerlo: y esta era la señal de repartirlo, llevando
de ella cuatro diáconos con roquetes á las parroquias de los cuatro barrios
de la ciudad para dar la comunión al pueblo, la qual llamaban teoenalo:
dios es comido, y los Totomacas Toyoliayatlacúal ; manjar de nuestra vi-
da, y lo recibían con mucha devoción, compunción y lágrimas, teniendo
cuidado no cayese en tierra la menor mihaja; y había de ser en ayuno na-
tural; para lo que en todo aquel dia se escondía en todo el país la agua de
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
553
los niños, que también comulgaban. — En-fin, el Obispo hacía un sermón,
con qe. terminaba la función, dice Acosta, en quien está aún mejor contada
toda esta ceremonia que en Torquemada. Para no dexarnos dudar á que se
aludia en esto, en una de estas funciones ponían á un hombre en una cruz,
y á otro puesto sobre una cruz pequeña daban con la caña en la cabeza.
Quien sabe los ritos litúrgicos del Oriente, y sabe que el pan de mil fi-
guras simbólicas se amasa en el Oriente en una capilla; se le lleva en pro
cesión para el altar mayor con tal aparato y devoción que escandaliza á
los latinos; que hasta para repartir la comunión la señal es dar con un dar-
do en figura de lanza el pan, como que esto significa la lanzada que dio á
Cristo el Centurión; que antiguamente comulgaban los niños etc. etc. co-
noce al momento que esta era una Misa oriental. Y si nuestros misione-
ros no dieron en ello, fué por su ignorancia de aquellos ritos. Tampoco, sin
estar advertido un latino, creería que era Misa la que celebraban los grie-
gos, y mucho menos los coptos y Ktiopes. En un i palabra: el ayunar en
México y Chololan la septuagésima, punto de que han hecho uno capital de
su cisma los griegos, por que los latinos solo ayunan 40 dias: el seguir en
los cómputos del diluvio, no la Vulgata sino los 70 de que usa la Iglesia
Griega, acaba de confirmar que su predicador era Oriental.
Haciéndome todas estas dificultades sospechar, que nuestro Tomas no
era el apóstol me dediqué á estudiar los autores portugueses, como Barros
y otros que cita García, sobre las cosas de la India pertenecientes á Sto.
Tomas, de que han escrito largamente por su cuerpo, cruz y memorias ha'-
lladas en Meliapor, ciudad de Coromandel. Y en sus historias hallé en el
5? ó 6? siglo otro Sto. Tomas, obispo, sucesor suyo, Judio helenista tam-
bién como el Apóstol, (esto es Hebreos que hablaban griego con idiotismos
hebreos) tan celebre como él por su predicación y milagros: del qual el
breviario ó santoral de la Iglesia Ciriaca tiene largas lecciones, en que se
refiere como pasó á predicar á la China, y otras regiones bárbaras y remo-
tas, haciendo muchos prodigios. Este sin duda debe ser nuestro Quetzalco-
huatl, Chilancambal en lengua Chinesca, que traxo sin duda discípulos
Chines. Los grandes edificios de Mictlan, Campeche, etc. que se atribu-
yen á los discípulos de Quetzalcohuatl son muy parecidos á los Chineses. (1)
(I) Poco ha se descubrieron cerca del pueblo de Palenque en la Provincia de ciudad Real de
Chapa las ruinas de una antigua ciudad qe. ocupaba 8 leguas de extensión. Dentro de poco reci-
biré pa. comunicar á los sabios de Inglaterra las estampas, qe. se han sacado de las figuras de
baxos y medios relieves conservadas en los estucos, etc. de aquellas ruinas, y rodeados de gero-
glíficos, qe. á muchos parecen ser idénticos á los Egipcios y confirmar la opinión de Siguen za y
Carli de haber estos sido los pobladores de la América del Norte, ('cica .le Vera Cruz se encuen-
tran también sepultadas en la arena grandes columnatas de mármol, qe. prueban haber existido
por allí naciones muy civilizadas. Yo he visto qe. de los monumento-. Mexicanos resulta casi lo
mismo, qe. Herbas ha deducido por las lenguas, esto es. qe. la América del Norte se pobló por
dos partes á saber, de parte de la Asia pr. pueblo. que vinieron de la tartana Chine-a. y se en
cuentran en sus M. SS. simbólicos descritos lo. rios, montañas etc. por donde pasaron: y de
hacia las Antillas, (sicj por gentes qe. parece subieron de la Atlántida, cuya sirnersion no es unpa-
sage oscuro en las historias mexicanas; ella parece ser una de sus cuatro grandes épocas; hasta
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
554
Ahora entra la explicación de la palabra Quetzal, que compone el nom-
bre de Quetzalcokuatl. Es palabra sincopada ó elidiada de Quetzal-li, es-
pecie nueva del género Psittacus, descrita por el naturalista Lavalley de-
dicada con el nombre de Psittacus Mosino á este otro naturalista mexicano
su compañero en la composición de la Flora Mexicana, el qual traxo aquel
páxaio de las selvas de Goatemala, donde se cria. Su color es verde es-
meralda preciosísima, y sus plumas, de que tiene tres muy grandes por
cola, eran tan apreciadas, qe. tenia pena de muerte quien los mataba. Las
damas hoy las estiman muchísimo. Quando se le coje, píenle las plumas
de la cola con la pesadumbre. Su nombre era un distintivo de aprecio lo
daban á un pajarito de dulce canto que llaman Quetzaltototl,y para alabar
una doncella honesta y hermosa la solían llamar pluma de Quetzalti.
Por eso Boturini traduce á Quetzal en el predicador, páxaro de pluma
rica, y en general traducen los A A á Quetzalcohuatl, precioso mellizo.
Bastaba, para darle el nombre de Quetzal que simboliza la virginidad su
continencia tan celebra la, que los sacerdotes de Cholula en su Septuagé
sima se exhortaban á ella diciento: que era vergüenza no poderse obste-
ner de sus mugeres en tan poco tiempo, quando su Señor Quetzalcohuatl
nunca tuvo ninguna. La virginidad era tan preciada de los Mexicanos, que
moria sin falta por haber violado la suya alguna de sus innumerables inon
jas, y el encontrar sin ella á la desposada disolvia el matrimonio.
El autor de la historia del verdadero Quetzalcohuatl dice: que como en
tre los católicos la aureola que se pinta á los santos es la señal de serlo, el
Quetzal ó plumero era indicio ó geroglífico de lo mismo entre los Mexi-
canos: y por eso Hiutzilopochtli tenia en la mano derecha una Cruz for-
mada con cinco globos de plumas: así como el pintar rayos al rededor de
la cara y zarcillos en las orejas, era geroglífico de divinidad que solo po-
nían á la imagen de Dios: y que si el Sumo sacerdote llevaba zarcillos en
las orejas, era por ser ministro suyo. La explicación es ingeniosa, y aunque
me acuerdo que cuando la lei. deseaba mayores comprobantes que los que
apuntaba el autor, pudo tomarse este símbolo de qe. la mitra de los Obispos
era formada de plumas de Quetzalti. — Dice Torquemada, que conservaban
en Cholula ciertas esmeraldas como reliquias de Quetzalcohuatl, y una de
ellas tenia primorosamente entallada una cabeza de mono. Esta es gero-
glífico de que debia de volver de países extraños.
Beytia no vio á dicho autor, y dando la traducción de Quetzalcohuatl
por precioso mellizo, añade que el haberle apropiado el sobre nombre de
Quetzal alude á alguna cosa especial, y que algo significa estar colgada del
pico de una ave la celebre cruz de Santo Tomas hallada en Meliapor.
señalan e! número de los qe. se salvaron, y los montes en donde todavía llaman á la agua ,4// y
ai mar Atlachnci. Volviendo á las ruinas de Palenque, en Goatemala >e escribió una Obra muy
erudita diciendo el nombre de la Nación de quien era aquella gran ciudad, y se pretende que por
los fragmentos, que era población de Cartagineses. En iSoj estaba en Madrid esta obra pa. su
impresión en poder del Sr. (di Lemos.
BIBLIOGRAFÍA MEXICANA DEL SIGLO XVIII
555
Acerca de esta ave varios A A. Portugueses escriben que es una palo-
ma; pero los demás que es un pavo. Este según ellos es el geroglífico de
Meliapor, que eso significa, y dicen que tenia su Obispo guardadas con
gran veneración y aprecio unas láminas de metal en que estaba escrita la
donación que hizo el rey Singamo á Sto. Tomás de unas tierras para la Igle
sia; y por el reverso, en señal de aceptación por parte del Santo, figurado
un pavo por ser el geroglífico de Meliapor. Esto apuntó también fr. Gre-
gorio Garcia. Ahora digo yo que nuestro Santo Tomas se titularía de Me
liapor, como todos los Obispos del Oriente del lugar de sus sillas, y así fir-
maban en los Concilios, Cirilo de Alexandría, Juan de Constantinopla etc.
y los Indios traducirían Meliapor por su significado de pavo, escribiendo y
sustituyendo, no el común, sino su precioso Quetrjalli, de cuyas plumas
usaría la mitra como en efecto se la pintaban también á su imagen, y el
qual páxaro, aunque los naturalistas lo pongan ahora en el género Psittacus
ó de papagallo, allá no pasa sino por ser el pavo Real de la América del
Norte.
El lector escoja de estas interpretaciones, mientras yo paso por fin á res-
ponder como pudieron pasar los Mexicanos del cristianismo á los sacrifi-
cios y una idolatría tan absurda. Y respondo lo i? que todo eso está pon-
derado en extremo. Lo segundo que así como la grosera idolatría de los
Ejipcios, y de allí de los Griegos y los Romanos, provino de la ruda ó equi-
vocada interpretación de su antigua escritura geroglífica, así pudo prove-
nir en los Indios de la mala interpretación de la suya, en la qual tenian
escritas las divinas escrituras, y de la siniestra interpretación de la doctri-
na Evangélica. ¿Qué absurdos y fábulas increíbles no han deducido los Ju-
díos de las escrituras y tradiciones? ¡Que despropósitos, horrores y excesos
no derivaron de ellas y de la doctrina Apostólica los Gnósticos, Nicolaitas,
Cerintianos, Ebionitas, Maniqueos y otros hereges antiguos! ¿De donde
sino de la mala interpretación del antiguo testamento, ó mala aplicación de
sus máximas al nuevo han venido con los diezmos y primicias, las guerras
de religión, las matanzas hechas en América, y los quemados de la Inqui-
sición? ¡Que cuadro de abusos no se podría presentir tan horroroso como
el de los Mexicanos! ¿El Mahometismo no es una rama extraviada del
cristianismo? ¿Y el pueblo menudo católico no es un idólatra material ge-
neralmente por su ignorancia, pues lo es tener mas devoción con unas imá
genes que con otras, poniendo en aquellas su confianza como si residiese
en alguna de ellas virtud alguna, ó Dios pudiese prendarse mas de las ora-
ciones que se le dirigen ante una pintura, que ante otra?
¿Cuanto mas debia suceder entre los Indios, que carecían de letras al
fabéticas, que desde el nacimiento de la religión sufrieron una persecución
tan cruel para exterminarla, que gimieron muchos años fugitivos y ence-
rrados entre las juncias y espadañas de la laguna de México, ya tributa-
rios de los Tepanecas de Atzcapozalco, ya de los Teochichimecas de
BIBLIOGRAFÍA MEXICANA DEL SIGLO XVIII
r-56
Tezcoco, que por fin los dominaron, y habían de introducir su religión do-
minante? ¿No vimos en la Francia, católica 18 siglos, hacerse con la revo-
lución un tránsito á la idolatría, y hasta el ateísmo? Me era muy fácil hacer
ver como por todos aquellos medios fué alterándose la religión entre los
Mexicanos: algo dixe ya de! origen de los sacrificios humanos de una ma-
la interpretación de !a máxima cristiana de que Dios no quería sino cora-
zones ardientes. (1) Acaso se agregó, (cuando por la persecución del Cris-
tianismo creyeron haberlos castigado Dios con una peste y sequedad) el
empeño de aplacarle, imitando á los mártires, que se ofrecían gustosos á
la muerte como aceptísima á los ojos de Dios: pues procuraban que las
víctimas fuesen voluntarias, alzando los ojos al cielo, y otras aluciones se-
mejantes í martirio, y martirio de mellizos. Tal vez mucho de ello nació
de la opinión de que Ketzalcohuatl bebía sangre y se comía un niño; opi-
nión que nació de la creencia de los católicos sobre la eucaristía; imputa-
ción contra los cristianos primitivos tan creída en el antiguo mundo, que
por ella resonó mil veces el anfiteatro Romano con el grito: Christiain ad
bestias; y que quedó tan esparcida entre los gentiles del Nuevo mundo.
que una de las razones que mas hacían valer muchos quando la llegada
de los Españoles, p na dudar que fuesen Ketzalcohuatl ó sus discípulos,
era que no bebían sangre ni comían niños.
Todos los ritos é historia de los mexicanos están aludiendo tan clara-
mente á ritos y pasajes del antiguo y nuevo Testamento, que los A. A.
Españolas lo han nota lo á cada paso: y el viage de los Mexicanos al Ana-
huac es tan idéntico al de Israel por el desierto, que en la i?" edición de
Torquemada se suprimió, y para restituirlo en la 2'1} véanse las salvas que
tuvo que hacer el editor de su prólogo. Por eso Moteuhsoma habiendo
oido toda la doctrina que produxo Cortés sobre la creación del mundo y
religión Cristiana, le respondió, que estaban acordes en todo con la doc-
trina de sus mayores y el mismo Cortés escribe en su primera carta al
Empera lor Carlos 5? que qu indo emprendió derribar los ídolos le dixo el
de México: nosotros con el transcurso del tiempo liábanos olvidado ó tras-
tornado la doctrina de nuestro Señor Ketzalcohuatl ', tú que vienes ahora de
su Corte y la ten Irás mas presente, ve diciendo lo que debemos tener y creer
y nosotros lo haremos todo. Por lo qual y otras muchas cosas, no cesa Acos-
ta de decir, que estaba abierta la puerta pira haber introducido el Evan-
gelio en América sin ninguna efusión de sangre.
Pero vuebo á decir, que los Españoles y misioneros empeñados en no
ver sino al diablo aun en las cruces, todo lo endiablaron sin escrúpulo; y
recogiendo los ritos y creencias de las diferentes provincias, y por haber
quemado las bibliotecas, informándose del vulgo necio, que entre los cató-
licos daría también de nuestra creencia una relación endiablada, hicieron
una pepitoria insoportable. Desde que los Españoles llegaron á N. Espa-
(I Xota á la pág. ... -*--."■
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
557
ñi y se vieron incensar, y llamar tcotli ó teutli, dieron en que los tenían
por dioses, y oyendo esta palabra los misioneros aplicada hasta los mon-
tes todo se les volvió dioses y diosas. Podían reflexionar que ellos necesi
taban la imagen de su rey, ó sus sacerdotes, y á todos los que asisten á
(los) sus misas y oficios solemnes. Entre los Mexicanos se incensaba á los
Embaxadores como personas sagradas c inviolables, y por tales se dieron
ellos. Llamáronles tcotli, porque así llamaban á los magistrados y á los
caballeros de sus cuatro órdenes militares, como puede verse en Torqu-e
roada, aunque este escriba tecuchtli como Motecutzuma, á causa de la que
// es letra de saltillo como se esplican los prólogos Mexicanos, esto es, as-
pirada de tal suerte, que parece sonar cu, y por eso para levantar la aña
den una h: teuhtli: Moteuhsoma. (i) Pero teotl ó teutl no significa Dios
sino por antonomasia como señor entre nosotros, y su significado es el de
Señor. Aun es. fasismo suyo para expresar lo excelente en cada género:
así el pimiento, que ellos llaman Ckili, si es muy rico llaman teo-chili, y
los mestizos fraseando á su exemplo en Castellano, para expresar por exein-
plo un mulato que se levanta sobre su esfera, dicen que es un Señor mu-
lato, un aguardiente muy fuerte Señor aguardiente etc. como en la Euro-
pa noble y gentil. Los Indios siempre que mentaban á Dios, era añadiendo
al tleotipalnemohuani, el que da la vida, Ipalnemohualoni, esto es, el Señor
por quien vivimos; que es la frase de Su Pablo: in quo vivimus, movemur,
ct sumus.
El que entrase en las Iglesias católicas sui entender su religión ó len-
gua, pensaría que teníamos tantos dioses como imágenes; y según las di-
ferencias de nombres, figuras y advocaciones que damos á Cristo y su ma-
dre, los multiplicaría á millares: y no dudaría atribuir divinidad á los
santos, viéndolos sobie los altares, dedicados templos á su nombre, dados
á ellos patronazgos de ciudades y villas, protección á cada uno contra cier-
tas enfermedades, para ciertas cosas, y á favor de ciertos gremios, con la
circunstancia de que en tal parte su imagen es mas milagrosa que en otra.
Con todo lo qual nos daría por idólatras extravagantes y desatinados, y
así lo hacen los protestantes. Pues ni más ni menos hicieron los Españo-
les con los Indios: aunque al fin los misioneros se fueron apercibiendo del
error, y ya convenían, según Torquemada, en que, á lo menos las diosas
que ellos llaman de las aguas, no eran sino una, que es la misma Virgen
mclliza de que hemos hablado.
Pero no la adoraban por Diosa, ni hubo tales diosas entre ellos, y así Tor-
quemada á la misma ya llama dios, ya diosa, sin saber lo que se decía: pues
los Indios distinguían muy bien á dios de los santos en los nombres, en
(i'l Lo^ misi( ñeros escribían con Z este nombre y todas las palabras mexicanas excluyendo
la S.Ae su alfabeto. Pase el Tz por ser á veces la pronunciación del Tzade hebreo; pero es in-
justa dice Borunda, la exclusión de la S. No es la Z española la qe. pronuncian los ln
una O silvada, qe. heredada de ellos es la que pronuncian los criollos Mexicanos; á los quales
por eso en Castilla juzgan andaluces, y en Andalucía Castellanos ó Portugueses.
bibliografía mexicana del SIGLO XV II i
553
las oraciones, y en el culto. El mismo dice que solo se arrodillaban y pos
traban ante la representación de Tlezcatipuca que era su mayor dios, pu-
ro espíritu; y que á solo este, y á ningún otro, ni á Huitzilopochtli (sic) le
llamaban Titlacohua; y que le dirigieron esta oración: O! dios todo pode-
roso, que dais vida á los hombres, que os llamáis Titlacohua (esto es, cuyos
esclavos somos,) ¡tacedme esta tan señalada merced de darme todo lo nece-
sario y gozar de vuestra clemencia, suavidad y deleitación- hacedme mise-
ricordia de mi, abrid las manos de vuestra piedad y usadla conmigo. Y di-
ce en otra parte, que todas sus oraciones terminaban con Mayihu, hágase
así, como nosotros con amen. — "Dicen de él, prosigue, que lo sabe y ve
todo, y que dá las enfermedades contagiosas en castigo de los pecados.
Llamábanle. Moyocayatzin, el qe. hace quanto quiere, porque á su volun-
tad no podía resistirse, y decían ser poderoso para destruir cielo y tierra.
Llamábanle telpuehtli que quiere decir joven porque es eterno. Otros
nombres tenía este Tezcaltlipuca:" — y se ve que todos significaban diver-
sos atributos de la divinidad: este mismo nombre significa espejo resplan-
deciente ó donde todo se ve, speculum siue mácula, como llama á Dios la
Escritura.
Teo-Huitz-lopoehtli, y no Huitzilopochtli, según interpreta Borunda,
es decir: el señor de la espina ó herida en el costado izquierdo de quien le
mira: y esto dice Torquemada (tom. 2? lib. 6. cap. 21.) es el mismo ñíecsi
que traxo á los Aztecas, dándoles el nombre de Mecsicanos quando les
manilo ungirse las caras con cierto ungüento, como hemos antes dicho en
una nota (i) y así celebraban su fiesta todos embijados y ungidos: prueba
todo de que Mecsi significa ungido ó Cristo; por otro nombre Teo tlaloc,
ó señor del paraíso, y por otro nombre Señor de la corona de espinas, co-
mo está dicho. Los Tlaxcaltecas le llamaban Calinaxile ó señor desnudo,
como está en la cruz. Tenia una en la mano formada con cinco globos de
pluma: así como se encuentra otra Ciuz, pintada de finísimo azul con los
cinco globos blancos, en la sierra casi inaccesible de Meztitlan desde tiem-
po tan inmemorial, que por tener al lado pintada la luna en Mexicano
Meztli, dio nombre al lugar de Meztitlan, esto es, junto á la luna. Ya es-
tá dicho como aseguraban que lenian naturaleza humana y divina, y habia
nacido de una Virgen santa y devota sin lesión de su virginidad, llamada
( oatlicue, que lo parió en el monte Coatepec de Tula: alusión todo á que fue
dado á conocer en el- tiempo de los Tultecas por Quctzalcohuatl. Torque-
mada dice: — "Tuvieron noticia de la encarnación, y lo explicaban por una
metáfora diciendo, que uno como ovillo de plumas baxó del cielo, y po-
niéndolo ella baxo su cintura patio á Huitzilopuchtliyñ. hecho varón per-
fecto etc." Su imagen indicaba los mismos atributos que nosotros damos
á Jesu-Cristo, y aun explicada según Torquemada (tom. 2. lib. 6. cap. 21.)
nada presenta que no sea digno de un dios.
(i) Pág. ...
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
559
Dios puro espíritu y Omnipotente, Dios hombre, y. su madre virgen son
los tlaloques ó dioses del tiempo de ios Tultecas dados á conocer por Quet
zalcohuaíl, y añadiendo á este como Santo y sus discípulos mártires, áesto
viene á reducirse, si bien se explica todo, toda la Mitología Mexicana, se-
gún hizo ver el Dr. Mier en su disertación para la Academia de la histo-
ria: aunque los Españoles se han empeñado en hacer diablos, y aun en hallar
los dioses de los Romanos. Esta comparación no me parece razonable: por-
que por exemplo dice Torquemada: "que la diosa Tlazoltcotl corresponde
á Venus, porque quiere decir diosa de la basura, y que de ella eran muy
devotas las personas deshonestas; pero no era dice lib. 6. cap. 23. porque pa-
trosinase como la Venus antigua sus impurezas, sino para tenerla propicia
á fin de obtener perdón de este pecado" ¿Y qué tiene que ver esto con Ve-
nus? La idolatría de los Mexicanos no era mas limpia: jamas adoraron los
vicios ni á ninguno que los hubiese tenido, dice Dávila Padilla, y dice bien.
En fin, ¿porqué hemos de llamar idólatras y no cristianos á los Indios de
Yucatán, que todos estaban bautizados en nombre de la Trinidad, y vene-
raban las Cruces? ¿Porqué hemos de llamar idólatra al Emperador Neza-
hnalcoyotl, que prohibió los sacrificios humanos, y levantó templos al dios
creador? ¿Porqué hemos de llamar idólatras á los Totonacas y Mixtecas,
que sobre estar bautizados, (como todos los Nahuatlacas y Mexicanos'
ofrecidos por eso á Quetzalcohuatl desde esta ceremonia á los 8 dias de na-
cidos) no ofrecían sacrificio ninguno humano, y adoraban á Tzenteotl, que
Torquemada llama Dios, ya Diosa, ya Dioses, y no quiere decir sino el ver-
dadero Dios?
El mismo dice, que este Dios, que confunde con la Tonacayohua, prohibía
y detestaba los sacrificios; y sus monges eran según él los mas exemplares,
castos y penitentes, ocupados en esc.ibír la historia: (tom. 2. lib. 9 cap. 8 )
"^ esta diosa miraban con snma reverencia, y sus respuestas tenian por
oráculo divino, y mas que otros eran señalados los sacerdotes de su culto y
servicio; y que esta diosa no quisiese sacrificios de 'hombres no sé que sea, ni
tampoco lo cutiendo, porque esto de querer unos uno, y otros otro son pa mi
adivinanzas."
¿Qué ha de ser sino que habia diferentes cultos y religiones, así como el
mismo pone los religiosos observantes del orden de Quetzalcohuatl, y es-
tos monges del verdadero Dios, que llama en otra parte Cuntían ó melli-
zos, los quales no se juntaban con los demás ni para lavarse? Habrá tam-
bién fuera de los monges Congregaciones seculares de Tctzcaltipuca, Dios
Omnipotente puro espíritu, todo ejemplar y virtuoso; y cierto no se exhor-
taría mejor en nuestro cristianismo á las vírgenes destinadas á los monas-
terios, que se exhortaba á las suyas en su ingreso al orden de Quetzaco-
liuatl, (1) Ved á Torquemada tom. 2. lib. 9. cap. 32.
(i) Habiéndose pasado el impresor tres pequeñas notas en mis lugares respsetivos las reunió
aquí diciendo: que Quetzalcohuatl «tuvo en América 20 años cumplidos: que Huehuettapallan á
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
560
En México el verdadero Dios tenía templo aparte, y adonde ahora está
N. Sra de Guadalupe que es en Tepeyacac (esto es lugar junto al cerro, el
qual se llamaba Tonan ó de nuestra madre) habia templo sobre el cerrillo
dedicado á la tzenteotenantzin, que está en el cerro tépetl, es la madre del
verdadero Dios tzenteotl. Su fiesta principal se celebraba en el solsticio hi-
berno, dia de Santo Tomas y era tal la devoción con ella, que nadie pasa
ba junto al cerrillo, según Torqnemada, sin subir á ofrecer en su ara las
flores que por allí podía hallar.
Otro templo tenia la misma, como patrona de las aguas, (pues lo eran
todos los Tlaloques venerados en los montes) en Otancapulco, y habién-
dose en aquel templo salvado los Españoles de Cortés en la triste noche
que salieron huyendo de México, atribuyéndolo á milagro de la Virgen,
pusieron allí después según Torqnemada tom. 1. lib. 4. cap. 72 una ima-
gen que llamaron Na Sra de las Victorias (Acosta dice que del Socorro
por el que recibieron) y después llamaron de los Remedios. Como el Ayun-
tamiento de México fué el que edificó la capilla, puso allí después capellán,
á pesar de los franciscanos que antes la custodiaban.
Quiero concluir con una noticia que puede interesar á México, cuya pla-
za afea una capillita llamada de los Talavarteros, la qual escapó al decreto
del 4? Concilio Mexicano para destruir todas las capillas pequeñas, porque
se dixo haber tradición, de que allí se dixera la primera Misa. Tal tradición
es fabulosa; los primeros misioneros pusieron en varias esquinas ó encru-
cijadas de México Cruces para que allí se reunieran los indios á rezar, y
una de ellas estaba donde ahora la capillita en question poique los fran-
ciscanos tuvieron su primer convento donde está la catedral para cuya
erección vendieron el terreno, pasándose á la casa de las aves de Moteu-
hsoma donde están. Los que vendían losa, ó talavera como allá dicen, to-
maron devoción con la Cruz de Tacuba, á cuyo pie se reunían, y le hicie-
ron un ceicado de piedra; luego alcanzaron un jubileo; y para erigir la ca-
pilla que ahora existe pidieron permiso á la Catedral, y sobre todo á la ca-
sa del Estado de Hernán Cortes, de quien era el terreno. Esta casa, que
debió de ayudar al costo, puso allí unas pinturas alusivas á los primerossu-
cesos religiosos del tiempo de Cortés, y de allí nació la tal tradición, pues
si hubiera preexistido, se hubiera hecho mension de ella en tales autos pa-
ra motivar la fábrica de la capilla, y colectar las limosnas necesarias. Exis-
ten los autos en la secretaria de la casa del Estado. Abajo pues con tal
parche, que pega tan mal en tan magnifica plaza.
donde se fué quiere decir: muy grande á tierra de color; y que el P. Calancha copió en su lib. 2°
uno de los letreros gravados en piedras, que habia antes de la Conquista en el Perú y yo presen-
taré á la Sociedad Real de Londres por si lo puede interpretar.
BIBLIOGRAFÍA mexicana DEL SIGLO XV III.
Sói
o
ANÓNIMOS.
274. Obsequio | para venerar | en el dia siete | de cada mes | a el
Glorioso Padre | de la Providencia | San Cayetano | Tiene | Patriarca de
la Orden | de Clérigos Reglares, Doctor en | ambos Derechos, y Prelado
Romano | Dispuesta | Por un amartelado Devoto suyo. | En México en
la Imprenta de Don | Felipe Zúñiga, y Ontiveros. Ca | lie del Espiritu-
Santo año de 1783. |
i6vo. port. con grab. en la vta. y'j hojs s. n. con la obra.
Oficia.
275. *f* I IHS. [ Mense Ianuario | In Dom. XI. post Epiphan. | Offic.
SSML Nominis | IESU. | Dup, secundae classis. | Cum licentia, | et pri-
vilegio. I MEXICI: Apud Iosephum Bernardum | de Hogal, Regij Tribu -
nalis Sanctas | Cruciatse in hoc Reyno | Typographum. |
8vo. port. orí. á cuya vuelta comienza la obra con pág. 2 y termina con 12. ( 1 732.)
276. Officia I Sanctorum | in breviario | romano | ex mandato ¡
Summorum Pontificum | apponenda, | iuxta rubricas | Breviarij Roma-
ni, I Ex Dec. Sac. Rit. Congr. | auctoritate | Superiorum novissimé | re-
cognita I Cvm licentia | & Privilegio. | MEXICI: Apud Iosepum Bernar-
dum de \ Hogal, Regij Tribunalis Sanctae Cruciatae | in hoc Regno Typo-
graphum. I Armo MDCCXXXII. |
8vo. port. orí.; 126 hojs. s. n. con la obra. Al final de cada oficio esta el pie de imprenta re-
petido, aunque sin año.
277. OfficIUM in festo B. V. Mariae de Guadalupe Mexicana. (Una
estampa con la Virgen de Guadalupe) Mexici M.DCC.LV. Typis Sacror.
Librorum apud Heredes D. Marise de Rivera, in viá de Empedradillo.
Cum gratia, et privilegio. |
8vo. port. más 63 págs. n. más otra s. n.
71
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
562
278. Officium I propium | in festo ¡ Sancti Patris Nostri | Philippi
Xerii I Approbatum, et extensum | A Sac. Rituum Congregatione | Pro
ómnibus, qui Congregationis Oratorii Institutum | tám in Regno Perua-
no, quám in Indiis | Occidentalibus profitentur. \ Mexici MDCCLIX. |
Typis Haeredum 1). Marine de Rivera. | Cum gratia, et privilegio. |
4to. port. con tintas roja y negra; págs. 3 á 55 la obra.
279. Officia I Sanctorum | Antiqua Nonnulla, | & recentiora om-
nia, I in nova editione | Breviarii Franciscani | vel correcta, | vel innova-
ta, I et juxta Kalendarium | Hispano-Seraphicum | disposita, et ordina-
ta, I pro Ómnibus Eodem Breviario ¡ utentibus. | Cum superiorum per-
missti. I Mexici ex nova Typographia Matritensi Heredum Lie. | D. Joseph
á Jauregui in via S. Bernardi. Anuo 1787. |
Svo., Port. con vta. bln.; 2 hojs. prls. s. n. con la Licencia: pags. 1 á 346 la obra y 4 hojas
nr. con el índice.
280. Ofrecimiento | de la Hora | á la Serenísima | Virgen María |
Nuestra Señora | En su Rosario Perpetuo. | Con la letanía, | que se can-
ta en su Santa | Casa de Loreto. j Se expenden en la Archicofradía | de
Nuestra Señora del Rosario | de Santo 'Domingo | de México. |
ióvo., port. con grab. en la vta. y pp i á 2o, la obra. En México; S. A.
281. Ofrecimiento | déla Hora | á la Serenísima | Virgen Maria [
Nuestra Señora, | En su Rosario perpetuo. | Con la Letanía, que se can
ta 1 en su Santa Casa de Loreto. | Impresso en México: | En la Imprenta
de Doña María | de Ribera. ¡ En el Empedradillo. ¡
i6vo., port. y 2 hjs. s. n. 1 boj. grab.
282. OFRECIMIENTO j del Rosario de los Siete Dolores | de la Vir-
gen Maria Madre de Dios | y Señora nuestra. | Para pedirle buena muer-
te. I Con la Letania de Loreto. | A devoción | de un Sacerdote de la Con-
gregación de I San Felipe Neri. | Con licencia en México, por los Here-
deros de I la Viuda de Bernardo Calderón. |
8vo.; port. y 7 hjs. s. n.
283. Ofrecimiento | de la Corona | de los Desagravios | de Nuestra
Señora. | Que para los Martes, y | Viernes de la Semana | consagra á las
almas de- | votas un Religioso de N. | S. P. S. Francisco. ¡ Y salea luz |
á devorión de Juan Antonio de Santa Rosa, el Ciego. | Con licencia de
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
. 563
los Superiores. | En México: Por Joseph Bernar- ¡ do de Hogal | En la
Calle de la \ Monterilla. Año de 1729. |
i6vo.; port y 17 hjs s. n.
284. OFRECIMIENTOS | para el Rosario de | quinze Mysterios, cpie
se ha de ¡ rezar el dia de los Dolores de | Nuestra Señora la Virgen !
Maria, | sacados | Solo de lo que padeció desde que lie- | gó al Calvario,
siguiendo los passos | dolorosos de nuestro Salvador, y las | consideracio-
nes que en su Soledad | atormentaron, y traspassaron su Santis- | sima
Alma, aquellos tres dias; ceñidos | á la brevedad que pide una hora. |
Dispuesto I á devoción de la Madre Juana Inés | dé la Cruz, Religiosa del
Convento ¡ de San Geronymo de esta Ciudad | (que Dios aya.)
l6vo.; port. con grab. en la vta. y 15 hojs. s. n. con la obra.
Con licencia, en México: | En la Imprenta de RI. del Superior Gobier-
| no, y del Nuevo Rezado de Doña Maria | de Rivera, en el Empedradi-
11o. 1735.
285. OFRECIMIENTO | á la Preciosissima | Sangre | de Christo | Se-
ñor Nuestro. | Sacado | Del memorial de los Siete Dolores | que sacó á
luz el P. Pedro de Mer- | cado, de la Compañía de Jesús. | Van nueva-
mente añadidas las tres | necessidades, que tuvo la Madre de | Dios al pie
de la Cruz, el dulcissi- | mo nombre de Jesús, y Oficio Parvo. | Reimpre-
sso en México, por los He- | rederos de Doña Maria de Rivera. | Calle
de San Bernardo. Año 1768. |
ióvo.; port. con grab. en la vta. y 12 hojs. s. n. con la obra.
280. Ofrecimientos | de la corona | de los siete dolores | de Ma-
ria Santísima, | sacados | del Hacezito de Mirrha, | ó modo de compade-
cer á Maria San- I tisima nuestra señora, en sus siete | principales dolores.
l'Con licencia del Sr. Provisor | Reimpresos en México en la imprenta
Madrileña, | de los herederos del Lie. D. Joseph de Jauregui j en la ca-
lle de S. Bernardo. Año de 1792. |
8? port, y 8 hjs. s-n mas 1 hoj. grab.
287. OFRECIMIENTO | de la corona | de los desagravios | de Nuestra
Señora | la Virgen Maria, | Que para los Martes, y Viernes | de la Sema-
na consagra á las Al- | mas devotas un Religioso de | X. S. P. S. Fran-
cisco. I Reimpresso en México, p >r D. Fe- ¡ lipe de Zuñiga y Ontiveros,
calle I de la Palma, año de 1773. |
l6vo port. con grab. en la vta. y 14 hojs. s-n con la Obra.
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
564
288. Ofrecimiento | de la Estación | del Santísimo | Sacramento |
sacado | Del Tratado de Indulgencias, y Ex- | plicacion Moral de las de
la Reli- I gion de nuestra Señora de la Mcr- \ ced, Redención de cautivos,
que I dispuso el R. P. Presentado Fray | Antonio de Forres y Toledo, Re-
li- I gioso de la misma Orden. | Por un devoto del Santísimo Sacra- |
mentó deseoso del alivio délas Ben- \ ditas Animas del Purgatorio. | Im-
preso en la Puebla, en la Imprenta de j Don Pedro de la Rosa. | Año
de 1794. I
ióvo. port. y 3 hjs. n-s.
280. OFRECIMIENTO | déla | Corona | de los Desagravios | de | Ma-
ría Santísima | nuestra Señora. ¡ Que para los Martes y Viernes de la |
Semana, consagra á las Almas devotas | un Religioso de Nuestro Seráfico
I Padre San Francisco. | Reimpreso en México en la Oficina del | Br. D.
Joseph Fernandez Jauregui, Calle | de Santo Domingo y esquina de Ta-
cuba. I Año de 1796. |
16. port. con grab. en la vta. y 7 hojs. s-n con la Obra.
OLIVA Fr. JOSÉ RAFAL Misionero Franciscano.,
290. Véase: El Blasón Zacatecano &. (1797).
ANÓNIMOS.
291. Oración | Devotissima \ á la Santissima | Virgen, | Que se
puede dezir todos los dias, ¡ o cada semana los Sábados, ó en | cada vna de
las festividades | delaSeñora. j Contienenseenella | varios Actosde Amor,
de Alabanza, de | Adoración, de Fé, de Esperanca, de Con- | formidad.de
Ofrecimientos, de Suplí- ¡ cas, y Peticiones: por lo qual se pro- | curaha-
zer con todo el afecto | possible | Dedicase | A la Madre Thomasa de
San Ildefonso, Religiosa Professa, y ¡ Tornera niayor del Religioso Con-
| vento Real de Iesus Maria. | Con licencia, en México, por Francisco |
de Rivera Calderón, año 1709. |
8? port. y 7 hjs. s-n.
202. Oración ¡ Que todos los dias hazia la V. | M. Maria de la En-
carnación, 1 Alma muy favorecida de Dios | quien la enseñó, que para al-
ean- I zar lo que quería lo pidiese por | el amantissimo Corazón de | Je-
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
565
svs I Sacada del Compendio delco | razón dejesvsen el folio4? I YOtras
quatro Oraciones | muy devotas. | Vna Ave Maria por los | Bienechoies |
ióvo. port. con grab. en la vta. y hojs. s-n con la Obra.
Al final esta: | Reympressa en la Puebla, en la Impren | ta nueva de
Francisco Xavier de Mora- | les, en el Portal de Rorja. Año de 1733. |
21)3. wRACION I A nuestra Señora | délos | Dolores, ¡ y | Exercicio
quotidiano | Para facilitar el Camino de | nuestra salvación, j Reimpressa
en México en la Impren | ta del Superior Gobierno del Br. D. | Joseph
Antonio de Hogal, Calle | de Tiburcio, año de 1769. |
ióvo. port. con grab. en la vta. y 7 hojs. s n con la Obra.
204 ÜRACION. ¡ Devota, | que j comprende | los Actos; y Afee- |
tos mas necessarios | para un Chris- | tiano. | Reimpressa en México, en
la I Imprenta del Lic.^D. Joseph | de Jauregui, Calle de S. Ber- | nardo.
Año de 1770. I
i6vo. port. con grab. en la vta. y 3 hojs. s-n con la Obra.
295. Oración | áSan | Estanislao | Kostka, | Benjamín de la j Igle-
sia, I y de Maria | Santissima, | para alcanzar la devo- | cion esta Seño-
ra y las pura- | za de cuerpo, y alma. | Con Licencia del Ordinario |
Reimpresa en México, en la | Imprenta de la Biblioteca | Mexicana. Año
de 1770. I
rovo. port. y 3 hjs. s-n nías 1 de anteportada con grab. en la vta.
290 vyRACION I Para ofrecer todos los | Viernes del año ; La Cande
la I que á las doce del | dia se enciende en memoria | de los Dolores | de
la Sacratísima Virgen | Maria | nuestra Señora. | Puebla de los Angeles
1777. [ Reimpresa | En la Oficina de D. Pedro de la | Rosa, en el Portal
de las Flores. |
lóvo. port. con grab. en la vta. y 3 hojs. s-n con la Obra.
297. Oración devotissima | á la Santissima | Virgen | de los | Do-
lores. I que sepuedeempezar Jueves | para acabarse el Sábado, en | hon-
ra de las tres necessida les | que padeció la Señora al pie | de la Cruz. |
A expensas | de un Devoto de esta Soberana | Señora | Reimpressa en
México, en la Imprenta | de la Biblioteca de los Herederos del Lie | D.
Joseph de Jauregui. Calle de San [ Bernandu. Año de 1779. |
lóvo. y 7 hjs. s-n.
BIBLIOGRAFÍA MEXICANA DEL SIGLO XVIII.
$66
208. wk\< IONES | A Mari a Santísima, y | Señor San Joseph, pa-
ra saludarlos y alabarlos, | y para alentar | nuestras confianzas. | Dedu-
cidas de varias partes de la Ve- | nerable Madre Sor Maria de Jesvs | de
Agreda. | Dispuestas por un Sacerdote Reli- | gioso deja Provincia de San-
tiago | de Xalisco del Obispado | de Guadalaxara. [ Con las licencias ne-
cesarias | Impresas en México, en la Imprenta nueva | Madrileña de los
Herederos del Lie. D. Jo- | seph de Jauregui, en la Calle de S. Ber- | nar-
do. Año de 1785. I
¿>" port. y 4 hjs. s-n.mas 2 gra!
21)!). LyRNAMENTO virginal j de la esposa: | Con cinco preciosas Pie-
dras, I que en el Sacratissimo Nombre | de Maria | Nvestra Soberana
Rey na; forma la mas vistosa Joya, en los | Cinco Sentidos Corporale-
bien góver- ¡ nados, para celebrar los Des- | posorios con Chu'stoN. Ses
ñor. I Dedicado, | A las Señoras Religiosas Virgines | Esposas del mismo
Christo. 1 Con licencia en México, en la Imprenta j Rl. del Superior Go-
bierno de los Here- | deros de Miguel de Rivera, en el Em- | pedradillo.
Año 1728.
l6vo. port. y 15 hojs. s. n.
OSSVNA Fr. JOAQUÍN de (Dieguino.)
300. 1 EREGRINACION | Christiana | por el camino ieal ] de la celeste
Jerusalen, [ Dividida en nueve Jornadas, con quatro | Hospicios, que son
unas Estaciones devotas | al modo del Via-Crucis, y Guirnaldas á la | Sa-
grada Passion de Christo, y Dolores j de su Santissima Madre ¡ Añadi-
da al fin una Refacción Espiritual de | Oraciones para antes, y después
de recibir ¡ los Santos Sacramentos de la Penitencia, | y Comunión. | Dis
puesto todo I por Er. Joachin Ossuna, | Religioso Descalzo de la Santa,
y Seraphica j Provincia de S. Diego de México. | y la dedica | A la dolo-
rosa espada del Corazón : Virgíneo. | Impressa en México, j Con las licen-
cias necessarias, en la Imprenta de | la Bibliotheca Mexicana, enfrente de
S. Augustin. ¡ Año de 1756.
Svo.; port. 36 hojs. prls. s. n. con D. PP. LL. y Prólogo que el autor llama Calzada; págs.
I á 331 la obra que termina con 7 hojs. de índice, s. n.
301. CERLA I de la gracia | y concha del cielo, | Devoción mensal |
A la Concepción, y preñez virgínea j de la Madre de Dios, para los dias
ocho, y veinte y cinco de catín mes. | Con un I Septenario de la Concep-
ción, I que comienza el dia primero de Diciembre, I y un novena-rlc j a la
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
567
preñez virgínea, | cuyo principio es el dia diez y seis de Marzo | Sacado
todo de las Obras de la V. M. Agreda, | y dispuesto | por Fr. Joachim
de Ossvna, | Religioso Descalzo de N. S. P. S. Francisco, é Hijo | de la
Santa Provincia de San Diego de México. | y lo dedica 1 A los doce An-
geles de los mil Custodios de | la Emperatriz Celestial. | Impressa, con las
licencias necessarias, en México, en la | Imprenta de la Bibliotheca Mexi-
cana. Año de 1758. ¡
8vo. port. 12 hjs. prls. s. 11.; 1 hoj. grab.; págs. 1 á 128 la obra.
302. Velas | de bien morir, | en el candelero de oro | los tránsitos j
de los cinco Señores, | y Precursor Sagrado. | Dispuestos | Por el P. Pdor
Fr. Joachim de | Ossuna Minorita Descalzo, Hijo de la Seraphica Provin-
cia I de S. Diego de México, Expur- | gador de libros nombrado por la |
Santa Inquisición. | Reimpressas: en México, en la Im- | prenta de la Bi-
bliotheca. Año 1758. I
ióvo. port. con grab. en la vta. y 30 hojs. s. n. con la obra.
303. Peregrinación | Christiana | por el camino real | de la celeste
Jerusalen, | Dividida en nueve Jornadas, con quatro | Hospicios, que son
unas Estaciones devotas | al modo del Via-Crucis, y Guirnaldas á la | Sa-
grada Passion de Quisto, y Dolores | de su Santissima Madre. | Añadi-
da al fin una Refacción Espiritual de | Oraciones para antes, y después
de recibir | los Santos Sacramentos de la Penitencia, | y Comunión. | Dis-
puesto todo I por Fr. Joacchin Ossuna, | Religioso Descalzo de la Santa,
y Seraphica | Provincia de S. Diego de México. | Y la dedica | A la dolo-
rosa espada del Corazón Virgíneo. | Reimpresa en México, | En la Im-
prenta de la Bibliotheca Mexicana, en fren- | te de San Augustin. Año
de 1760. i
8vo. port.; i hoj. grab.; 35 hojs. prs. s. n. con D. PP. I.I.. I>. ó Garita y 1 hoj. de erratas
págs. 1 á 356 la obra y S hojs. s. n. con el índice.
•w\A@g%AA.^
bibliografía mexicana del siglo XVI1L
569
PALAFOX Y MENDOZA. Illmo. Sr. JUAN DE
304. Suspiros | Espirituales, I Descansos del alma, | y Jacvlatorias
Devotas, pa- | ra disponer la vida á una buena muerte, | y muy propias
para ayudar en la muer- | te, á los que salen de la vida, j Dedicadas j al
Doctor Nicolás Gomes Brizeño, Cura por | su Magestad de la Santa Igle-
sia Catedral | de la Ciudad de los Angeles, Juez de Testa- | mentos, y
Obras pias, Provisor, Vicario Ga- | neral, y Governadorde todo el Obis-
pado por I el Illmo. y Exmo. V. Señor D. Jvan de Pa | lafox, y Mendo-
sa, el tiempo que fué | meritíssimo Obispo de la Puebla, Delegado | de
las apelaciones de dicho Obispado de los | Angeles, estando en la Ciudad
de México en | compañía de dicho Señor Exmo. y Subdele- | gado de la
Vista general del Reyno. | A hora reimpresos á solicitud del Lie. D. Ro-
j que del Valle, y Luna, Presbítero de dicho | Obispado, y Notario del
Santo Tribunal de | la Inquisición de este Reyno. |
8vo.; port. orí con vta blanc; 5 hojs. prls. s. n.; fol. 1 á 19 vuelta la obra y esta suscripción
final.
Con licencia j En México, por la Viuda de Bernar- | do Calderón, en
la calle de S. Au- | gustin, Año de 167 1. \ Y | Por su original en la Pue-
bla, por la I Viuda de Miguel de Ortega, y Bo- | nilla, en el Portal de las
Flores, don- | de se vende. Año j de 1725. |
305. lVlODO I de ofrecer, | y ¡.visitar con fruto | de devoción la Se-
manaSanta | las Estaciones | délos | Monumentos, | Sacado de los Exer-
cicios devo- | tos, que compuso el Illmo. Señor j D. Juan de Palafox y
Mendo- | za, Obispo de Osma. | Reimpresso en México: Por Joseph Ber-
nardo de Hogal, Mi- ) nistro, é Impressor del Real, | y Apostólico Tri-
bunal de la | Santa Cruzada, Año de 1734. |
i6vo.; port. y 14 hjs. s. n.
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
30G. Modo DE ofrecer | y visitar con fruto | de devoción | la Se-
mana Santa | las Estaciones | de los ¡ Monumentos, | sacado | de los
Exercicios devotos que compuso | el I limo. Señor D. Juan de Palafox | y
Mendoza, Obispo de Osma. | Reimpreso en México en Imprenta del Br. |
D. Joseph Fernandez Jauregui, Calle de | Santo Domingo, y esquina de
Tacuba. | Año de 1797. |
ióvo.; port. y 15 bjs. s. n.
PALMERO. Fr. JUAN (Dominico.)
307. JVLodo DE OFRECER | los lunes ó viernes | al Ángel del Apoca-
lypsi, 1 Apóstol de la Europa, | Clarín del Juicio | San Vicente Ferrer, \
Para alcanzar su patrocinio con | especialidad á la hora de la | muerte, co-
mo se practica to- | dos los Lunes en el Imperial | Convento de Nuestro
Padre Santo | Domingo de esta Ciudad | de México. | Por el P. Predica-
dor Fr. Juan Pal | mero; del Orden de Predicadores. | Reimpresso en la
Imprenta | de la Biblioteca Mexicana, junto | á la Iglesia de las RR. MM.
Ca- I puchinas. Año de 1761. |
i6vo.; port. con grab. en la vta. y 6 hjs. s. n. con la^obra.
PAREDES. P. IGNACIO DE Jesuíta.)
308. JN OVENA I de la Triunphante | Compañía de Jesús | San Igna-
cio de Loyola, | y | sus bienaventurados | hijos. \ Dispuesta | Por el P.
Antonio de Paredes ¡ de la Compañía de Jesús. | Con las licencias nece-
sarias. I Reimpressa en México en la Imprenta | del Real, y mas Antiguo
Colegio de San ¡ Ildefonso de México. Año ¡ de 1756. (
8vo.; port. y 7 hjs. s. n.
309. JN OVEN A | para implorar la vida, | y especialmente | en el ar-
ticulo terrible de la muerte, j la protección y amparo | de San Camilo |
de Lelis, | Glorioso Patriarcha, | y fundador de su Sagrado Orden, lla-
ma- | do comunmente, délos Agonizantes, por | estar dedicado por voto
á el consuelo, y | alivio de Cuerpo, y Alma de los enfermos, | y especial-
mente los Moribundos: | Dispuesta | por el P. Ignacio de Paredes | de la
Compañía de Jesús. | Impressa con las licencias necesarias en México |
en -la Imprenta de los Herederos de Doña Maria | de Rivera, en el Em-
pedradillo. Año de 1756. '
i6vo.; port. y 7 hjs. s. n.
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
571
310. JNoVENA I de la gloriosa santa \ Heduvige | Princesa de Polo-
nia: Pa I trona de los Adeudados in- | solventes, Desvalidos, | y Pobres |
Por el P. Antonio de Paredes | de la Compañía de Jesús. | A expensas de
un Devoto de | la Santa. | Con Licencia | En la Imprenta de la Biblio- |
theca Mexicana, junto á la ¡ Iglesia de las RR. Madres Ca- | puchinas.
Año de 1 761. j
ióvo. port. y 15 hjs s-n.
311. IN OVENA ] para imploraren la vida, | y especialmente | en el ar-
tículo terrible de la muerte | la protección, y amparo | de S. Camilo | de
Leus, I Glorioso Patriarcha, y | Fundador de su Sagrado Orden, llamado |
comunmente, de los Agonizantes, por estar | dedicado por voto á el con-
suelo, y alivio de | Cuerpo, y alma de los enfermos, y espe | cialmente
de los Moribundos: | Dispuesta | Por el P. Ignacio Paredes | de la Com-
pañía de Jesús. | Reimpressa en México: en la Imprenta de D. | Phelipe
de Zuñiga, y Ontiveros, Calle de | la Palma. Año de 1775. |
l6vo. port. y 15 hjs. s-n. más 1 hoj. grab.
312. JN OVENA I de la Emperatriz | augusta | virgen gloriosa | Santa
Pulcheria | Flavia. | Patrona de la Iglesia, Tutelar de | las Doncellas,
Abogada contra | los Terremotos, | Por el Padre Antonio de | Paredes de
la Compañía | de Jesús. | Reimpresa en México, en la Imprenta | nueva
de la Calle de S. Bernardo. | Año de 1787. |
ióvo. port. y 15 hjs s-n. mas 1 hoj. grab.
313. JN OVENA ( de la gloriosa | Santa | Heduvige, | Princesa de Po-
lonia. I Patrona de los Adeudados insol | ventes, Desvalidos y Porbes. |
Dispuesta | Por el Padre Antonio Paredes de la | Compañía de Jesús. |
Reimpresa en México, en la Impren ) ta de los Heiederos de D. Felipe
de I Zuñiga y Ontiveros, calle del Espí | ritu Santo, año de 1795. |
l6vo. port. y 15 hjs. s-n. mas 1 hoj. grab.
PARRALES. MANUEL CAYETANO (Clérigo.)
314. I IADOSO, y devoto | Exercicio ¡ para desagraviar á la Magestad
de I Jesu-Cristo | de la ingratitud, que recibió de | aquel cruel Sayón,
quando hirió | su Rostro Santissimo con una | cruel bofetada en la noche |
de su Passion. | Sale áluz | A devoción del Br. Manuel Ca- | yetano Pa-
BIBLIOGRAFÍA mexicana DEL SIGLO XV I II.
572
rrales, y Guerrero, Cíe- j rigo Presbytero de este | Arzobispado. | Reim-
pressa en México en la Imprenta del Lie. | D. Jpseph Jauregui Calle de
S. Bernardo. |
ióvo. port. con grab. en la vta. y 7 hojs. s-n. con la Obra.
315. l^AS tres caídas | que dio | la Magestad | de Christo | en el ca-
mino I del Monte Calvario, | Puestas á la Consideración | De las Almas
devotas, para que las ¡ Mediten. | Por el Br. D. Manuel Cayetano Par- |
rales, y Guerrero, Clérigo Presbytero | de este Arzobispado. | Reimpres-
sas en México, en la Im | prenta de D. Phelipe de Zuñiga, y | Ontiveíos,
calle de la Palma. |
lóvo. port. con grab. en la vta. y 7 hojs. s-n. con la Obra.
316. .Devoción | al | Glorioso Pattiarcha | Sr. S. Joseph | dignissi-
mo esposo 1 de Maria, | para celebrar el día diez y | nueve de cada Mes;
día consa | grado al Santo. | Por el Br. D. Manuel Cayetano | Parrales,
Cleiigo Presbytero de | este Arzobispado, y Esclavo per- j petuo de Sr.
S. Joseph. 1 Reimpresa en México: | En la Imprenta de Doña Maria de
Ri- I vera, en el Empedradillo. |
lóvo. port. con grab. en la vta. y 14 hojs. s-n. con la Obra.
317. jVleditacion j Piadosa para considerar \ a Jesu-Christo | Nues-
tro Señor I Los Viernes entre nueve y | diez de la mañana, en el Passo |
el mas tierno de su Passion ¡ de los azotes | a la columna. | Dispuesta |
por el Br. D.. Manuel Cayetano | Panales, Clérigo Presbytero de este | Ar-
zobispado. I Reimpressa en México, en la Imprenta | del Lie. D. Joseph
de Jauregui, Calle | de San Bernardo. |
lóvo. port. con grab. en la vta. y 7 hojs. s. n. con la obra.
318. Devoción | alaSantissima | Virgen | Maria, | Para solemnizar
los Sábados | del Año. | Dispvesta | Por el Bachiller Don Manuel | Caye-
tano Parrales, y Guerre- \ 10 Presbytero de este Arzo | bispado. Escla-
vo perpetuo de I la Señora. | Con licencia. En México: Por | Joseph Ber-
nardo de Hogal. En | la Calle de la Monterilla. | Año de 1729. |
lóvo. port. y 14 hojs. s n.
319. PlADOSO, y devoto ] exercicio | Para desagraviar á la Magestad
de I Jesu-Christo, | de la ingratitud, que recibió de aquel | cruel Sayón,
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
573
quando hirió su Rostro | Santissimo con una cruel bofetada | en la noche
de su Passion. | Sale á luz | A devoción del Br. D. Manuel | Cayetano
Parrales, y Guer | rero, Clérigo Presby tero de este Arzobispado. ¡ Reim-
presso con licencia, en México | por la Viuda de Joseph Bernardo J de
Hogal. Año de 1742. |
l6vo. port. con grab. en la vta. y 7 hojs. s. n. con la obra.
320. Devoción | al | Glorioso Patriarcha | Señor | San Joseph, | dig-
nissimo | Esposo de Maria, | para celebrar el dia diez, y ¡ nueve de cada
Mes, dia con- | sagrado al Santo. | Por el Br. D. Manuel Cayeta- | no Par-
rales, Clérigo Presbyte- | ro de este Arzobispado, y Es- I clavo perpetuo
de Sr. S. Joseph. | Reimpressa en México por la | Viuda de D. Joseph
Bernar- | do de Hogal. Año de 1744. |
ióvo. port. y 14 hojs. s. n. más 1 hoj. grab.
321. Devoción | al | Glorioso Patriarcha | Sr. San Joseph, | Dignissi-
mo I Esposo de Maria, | para celebrar el dia diez, y | nueve de cada mes,
dia con- | sagrado al Santo. | Por el Br. D. Manuel Cayeta- | no Parra-
les, Clérigo Presby- | tero de este Arzobispado, y | Esclavo perpetuo de
Sr. I San Joseph. | Reimpressa en México por | la Viuda de D. Joseph
Ber- I nardo de Hogal. Año de 1748. |
ióvo. port. con grab. en la vta. y 14 hojs. s. n. con la obra.
322. JLas Tres Caidas, | que dio ) la Magestad | de Christo | en el ca-
ino del Monte | Calvario. | Puestas á la consideración | de las Almas
devotas, para | que las mediten: | Por el Br. D.Manuel | Cayetano, Parra-
les, I y Guerrero, Clérigo | Presbytero de este | Arzobispado. | ímpres-
sas en México: | Por la Viuda de Joseph Bernar- | do de Hogal. Año de
1753- I
l6vo. port. con grab. en la vta. y 7 hojs. s, n. con la obra.
ni
323. Devoción | al Glorioso Patriarca j Sr. San Joseph j Dignissi-
mo esposo | de Maria, | para celebrar | el dia diez y nueve j de cada mes,
dia consagrado al Santo. | Por el Bachiller ¡ D. Manuel Cayetano Parra-
les, Clérigo I Presbytero de este Arzobispado, y Escla- | vo perpetuo de
Señor San Joseph. | Reimpressa en México, por los He- j rederos de D.
Maria de Rivera, en la | Calle de S. Bernardo. Año de 1767 | .
iovo. port. con grab. en la vta. y 15 hojs. s. n. con la obra.
bibliografía mexicana del siglo xnn.
574
324. Devoción I al Glorioso Patriarcha | Sr. San Joseph, | Digni-
ssimo Esposo | de María, | para celebrar | el dia diez y nueve | de cada
mes, | dia consagrado al Santo | por el Bachiller | Don Manuel Cayetano
Parrales, Clérigo | Presbytero de este Arzobispado, y Escla- | vo Perpe-
tuo de Señor San Joseph. | Reimpressa en México: En la Imprenta de
Don | Phelipede Zuñiga, y Ontiveros. Calle de la | Palma. Año de 1768. \
ióvo.; port. con grab. en la vta y 15 hojs. s. n. con la obra.
325. JbLxERCICIOS I devotos | para desagraviar | á Christo | Sacra-
mentado, I de los agravios, que recibe de j los malos Christianos. | Dis-
puestos I por el Br. Don Manuel | Cayetano Parrales y Guerre | ro, Cíe •
rigo Presbytero de | este Arzobispado. | Reimpresso en México, en la Im-
pren- | ta del Ldo. D. Joseph de Jauregui, | Calle de San Bernardo. Año
de 1769. I
l6vo.; port! con grab. en la vta. y 47 hojs. s. n. con la obra.
326. ÍLh SANTO ENTIERRO | de ¡ Jesu-Christo | Nuestro Redentor, |
Que en espíritu acompañan las | Almas devotas, ofreciendo al | Señor | por
Sepulcro sus | corazones. | Dispuesto | por el Br. D. Manuel Cayeta- | no
Parrales, y Guerrero, Cíe- | rigo Presbytero de este | Arzobispado. | Re-
impreso en México en la Im- | prenta de D. Felipe de Zuñiga, ca- | lie de
la Palma, año de 1774. |
ióvo.; port. con grab. en la vta. y 7 hojs. s. 11. con la obra.
327. r IADOSO, Y DEVOTO | exercicio | para desagraviar á la Mages-
tad de | Jesu-Christo | de la ingratitud que recibió de aquel | cruel Sa-
yón, quando hirió su rostro | Santissimo con una cruel bofetada | en la
noche de su Passion. | Sale á luz | A devoción del Br. D. Manuel Ca- |
yetano Parrales y Guerrero, Clérigo | Presbytero de este Arzobispado. \
Reimpresso en México: por D. Feli- | pe de Zuñiga y Ontiveros, calle de
I la Palma, año de 1776. |
i6vo.; port. con grab. en la vta. y 7 hojs. s. n. con la obra.
328. Devoción I al Glorioso Patriarcha | Señor San Joseph, | Dig-
nissimo Esposo | de María, | para celebrar ] el dia diez, y nueve | de ca-
da mes, I dia consagrado al Santo | por el Bachiller | D. Manuel Cayeta-
no Parrales, Clérigo | Presbytero de este Arzobispado, y | esclavo perpe-
tuo de Señor San Joseph. | Reimpresso en México, en la Imprenta | del
Lie. D. Joseph Jauregui, calle | de San Bernardo. Año de 1776 |
ióvo.; port. con grab. en la vta. y 15 hojs. s. n. con la obra.
nen
BIBLIOGRAFÍA MEXICANA DEL SIGLO XVIIL
575
329. Convite Sagrad,) | á las Almas devotas |para que acompa-
1 á | Jesús | en los tormentos que padeció el | dia Sacratísimo de su
Passion, con | la Corona de Espinas, que pu- | sieron en su Santissima
Cabeza. | Dispuesto | por el Br. D. Manuel Cayetano Par- | rales, y Gue-
rrero, Clérigo Presbytero | de este Arzobispado. | Reimpresso en Méxi-
co, en la Imprenta de | los Herederos del Lie. D. Joseph de Jaure- | gui,
calle de San Bernardo. Año de 1780. |
ióvo.; port. con grab. en la vta. y 7 hojs. s. n. con la obra.
330. Devoción | al Glorioso Patriarcha | Señor San Joseph | Dig-
msimo Esposo | de Maria Santísima, ( para celebrar | el dia diez y'nueve j
de cada mes, | dia consagrado al Santo. | Dispuesto | por el Br. D Ma-
nuel Cayetano Par j rales, Clérigo Presbytero de este Ar- ¡ zobispado y
esclavo perpetuo de | Señor San Joseph. | Reimpreso en México por los I
Herederos del Lie. D. Joseph de | Jauregui. Año de 1788. j
ióvo.; port. con grab. en la vta. y 15 hojs. s. n. con la obra.
331. llXERCICIOS I devotos | para desagraviar ¡ á | Christo-Sacra-
mentado, de los agravios que recibe de los malos Christianos. | Dispues-
tos ] por el Br. D. Manuel Cayetano | Parrales, y Guerrero, Clérigo |
Presbytero de este Arzobispado. | Reimpresos en México, en la Oficina
de los I Herederos del Lie. D. Joseph de Jauregui, | calle de Santo Do-
mingo, y esquina de | Tacuba. Año de 1795. |
ióvo.; port. con grab. en la vta. y 49 hojs. s. n. con la obra.
PATINO. Fr. PEDRO PABLO (Dieguino)
332. Ordo j Divini Persolvendi officii, | Sacrique Celebrandi | juxta
Breviarij Romano-Serapichi, & Missalis Rubri- | cas nupper á S. Sede
dispos. & approbat. pro omnib. | utriusq. sex. Trium Ordin. S. P. N. Fran-
cisci, I qui Ministr. Gener. totius Ordin. subduntur, | pro anuo domini M.
DCC. XCI. I Hic vero restrict. & accomod. ad Fratr. Minores | Excalcea-
tos hujusce N. Prov. Mexic. | Sancti Didaci. | EtRR. Monial. Capuce,
necnon D. D. Tertiarios | laúd. Prov. subject. extra claustra degentes. | A
Frat.Petro Paulo Patino ejusd. Eparch. minor. Aluinn. & olim. Philosopb.)
Lectore Superior, jussu disposit. j Cuín gratia et privilegio. | Mexici ex
Typographia Matritensi Heredum Lie. D. Jo- | sephi á Jauregui. In via S.
Bernardi. |
l6vo.; y hojs: X. . . . s. n.
PIMENTEL SOTOMAYOR Y OSSORIO. Br. DIEGO MARÍA.
333. VÉASE: Honras fúnebres & al P. Lazcano (1763)
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
$77
o.
ANÓNIMOS.
334:. V^UINARIO | que para implorar | el amparo | del portentoso
virgen, | Doctor y Martyr | Carmelita | San Pedro Thomas, | Obispo, Ar-
zobispo, Patriarcha, | Inquisidor, Nuncio, Legado, y Ca | pitan General
de la Iglesia: especialis | simo Abogado contra todo genero de | peste, epi-
demia, enfermedad conta | giosa, y en cuyo Corazón se | halló impresso
el dulcissimo | Nombre de MARÍA. | Ha dispuesto un Sacerdote Na- |
tural de la Ciudad de México, j R-iimpresso en el Rl. y mas antiguo Co-
legio de | S. Ildefonso de dicha Ciudad, año de 1762. |
8? port y II hjs s. n.
335. vJüINARlo I para implorar | el amparo | del Portentoso virgen,
I Doctor, y Mártir | Carmelita | S. Pedro Thomas, | Obispo, Arzobispo,
I Patriarca, Inquisidor, Nuncio, Legado, | y Capitán General de la Igle-
sia. I Especial Abogado contra todo | género de Pestes, Epidemias, y
Enfer- | medades contagiosas. | En cuyo Corazón se halló impreso j el
Dulcísimo Nombre de MARÍA. | Por un Sacerdote afecto del Santo. |
Reimpreso en la Puebla de los Angeles | en la Oficina de D. Pedro de la
Rosa, I Año de 1784. [
16. port y 27 hjs s. n.
330. v)uiNARIO, I que | para implorar el aniparo | del portentoso vir-
gen I Doctor, y Mártir | Carmelita | San Pedro | Thomas, | Obispo, Ar-
zobispo, Patriarca, | Inquisidor, Nuncio, Legado, | y Capitán general de
la Iglesia; | especialisimo Abogado contra tcdo genero | de Peste, Epide-
mia ó Enfermedad con | tagiosa, y en cuyo Corazón se | halló impreso {
el dulcísimo nombre de Matia. | Dispuesto | por un Sacerdote de la Ciu-
dad de México. I Reimpreso en la Imprenta nueva de los He | rederos
del Lie. D. Joseph de Jauregui, | Calle de San Bernardo. Año de 1784. |
16. port y pp 1-30 la obra.
BIBLIOGRAFÍA mexicana DEL SIGLO XV III.
578
337. WUIXARIO, ¡ que para implorar el amparo | del portentoso vir-
gen I Doctor y Mártir | Carmelita ¡ San Pedro Tomas, | Obispo, Arzo
hispo, Patriarca, | Inquisidor, Nuncio, Legado j y Capitán general de la
Iglesia: | especialisimo Abogado contra todo genero de ¡ Peste, Epide-
demia ó enfermedad contagiosa, y l en cuyo Corazón se halló impreso |
El dulcísimo nombre de Maria. j Dispuesto | por un Sacerdote de la Ciu-
dad de México. | Reimpreso en México en la Oficina nueva de los i He-
rederos del Lie. D. Joseph de Jauregui, calle de ! Santo Domingo y es-
quina de Tacuba, año de 1794 |
8? port y pp 1-30 la obra.
QUINTANA. Fr. AGUSTÍN DE Dominico)
338. CuNFESSioXAKIO | En Lengua | Mixe* j Con una Construcción
de las Oraciones | de la Doctrina Christiana, y un Compen | dio de Vo-
ces Mixes, para enseñarse á pro | nunciar la dicha Lengua. | Escrito todo
¡ Por el P. Fr. Augustin | de Quintana de la Orden de Predicado- | res,
Cura qe. fué de la Doctrina de S. Juan | Bautista de Xuquila. | Dedica-
do. I Al Glorioso Apóstol de la Europa. | S. Vicente Ferrer. | El escudo
dominicano, j Con licencia: en la Puebla por la Viuda | de Miguel de Or-
tega. Año de 1733. I
41? port orí. v en =u vuelta un horroroso grabado en madera representando á San Vicente Fe-
rrer; 7 hois. prls. s. nr. con D. PP. LL. y Prologo; pp. i á 148 la obra y 2 hojs. s. nr. con el
índice.
La obra se divide así. Confessonario; pp. i. 80; Parentescos, pp. 80 84; Construcción y expli-
cación ó régimen del mixe, pp. 85 123; el escudo dominicano en la pag. 124; Compendio de Vo-
ces Mixes, pp. 125 135; Diptongos, 137 38; Modo de contar, pp. 139-43; Partes del cuerpo, 143
148.
Al fin del índice:
Laus Deo. | Et B. Mariae | Semper Virgini, | Beato que | Vicentio |
Europaeorum | Apostólo. I
Esta obra la reimprimió el Sr. Conde de Cherencey en el Vol XVIII,
2? Serie, de las "Actes de la Societé Philologique"
En la 1* Parte de la Sección 1^ de esta obra cometí el error de afirmar
que la obra reimpresa de Quintana fué la Doctrina de 1729, siendo é^ta
de 1733.
QUIROCA P. DOMINGO DE Jesuíta)
339. JN OVENA I en honra j de la Soberana Imagen ¡ de | Cliristo |
Crucificado, j milagrosamente | renovada, ¡ Colocada en su Capilla en la
Igle- | sia del Convento de Sr. S. Joseph | de la antigua Fundación de
Sta. I Teresa de Religiosas Carmelitas I Deseabas de esta Corte | Por el
BIBLIOGRAFÍA mexicana DEL SIGLO XVUl.
579
P. Domingo de Quiroga, de la | Compañía de Jesús. | Reimpresa en Mé-
xico, en la Oficina de | la calle de S. Bernardo. Año de 1784. |
i6vo. port. y 14 hjs. s-n.
QUIROS CAIVIPOSAGRADO MANUEL
340. .DEVOCIONARIO | para celebrar | el dia treinta de cada mes, |
consagrado | al Glorioso Mártir \ dejesu-ehristo | Sr. S. Cristóbal. | Dis-
puesto I Manuel Quirós Campo- \ sagrado. \ Impreso en México, con las
Licencias ne- | cesarías, en la Imprenta nueva Madrileña \ de los Herede-
ros del Lie. D. José de Jan- | regui, calle de S. Bernardo, año de 1784. |
l6vo. port. con grab. en la vta. y 7 hojs. s-n. con la Obra en verso casi toda.
bibliografía mexicana del siglo xviil
581
R
RAMÍREZ DE ARELLANO. JUAN JOSÉ (Felipense)
341. Novena | al Glorioso Anacoreta | S. Antonio | el Magno
Abbad, Guia, y Maes- | tro de los antiguos monges, clarissimo Sol del
I Oriente, Columna fortissima de los catholi | eos, Pasmo de los siglos,
Remedio de los que | padecen la enfermedad del fuego sacro. Es- | pecial
protector contra los demonios. | Dispuesta. | Por el Br. D. Ivan Ioseph
Ra- I mirez de Arellano, Presbytero del Oratorio del | Santissimo Patriar-
cha S. Phelipe Neri, | y capellán por el Mayor del Colegio de las | Don-
cellas de Nuestra Señora de la Cha- I ridad de la Ciudad de México. | Con
licencia de los Svperiores. | En México, por los Herederos de la Viuda |
de Francisco Rodríguez Lupercio. En la | Puente de Palacio. Año de 1706 |
8V port. con grab. en la vta. y pp. I 30 la obra.
342. N OVENA I al esclarecido mártir j San Elias, | Virgen purísimo,
Sagrado Profeta, ¡ valeroso Antagonista del Anti-Chris- | to, eminentísi-
mo Doctor del viejo | y nuevo Testamento, severísimo | Zelador de la
honra de Dios, Pa | triarca grande, y fundador insigne | de la Sacratísi-
Religion de nuestra | Señora del Monte Carmelo. | Dispuesta | Por el Br.
D. Juan Joseph ' Ramírez de Arellano. | Capellán por el mayor del co-
legio de I las Doncellas de nuestra Señora de la | Caridad, de la corte de
México. I Reimpresa en la Puebla, en la Imprenta de D. | Pedro de la Ro
sa, en el portal de las Flores. | Año de 1786. |
8V port. y 23 hjs. s-n.
RAMÍREZ DEL CASTILLO. PEDRO (Clérigo).
343. OüARESMA I Enhonradel principe | Santissimo, y poderosissimo,
I Sr. San Miguel | Patrón máximo de la vniver | sal Iglesia, Defensor
amantissimo de las almas, | y Abogado efficassimopara alcanzar | la Sal-
bibliografía mexicana del siglo xviíl
582
vacion. I Que celebraron: | Los devotos mas insignes del Soberano Prin-
| cipe, y se instruye, y ordena con algu- | nos exercicios. | Por el Dr. D.
Pedro Ramires del Castillo, Cura Propio | del Sagrario, y Parroquial del
mismo Santo Principe: | antes de la Ciudad de Pachuca, Juez Eclesiásti-
co en I ella, Vice Rector, y Cathedratico de Eloquencia, y | Philosophia
en el Seminario del Tridentino, Rector | reelecto de la Real Vniversidad,
Qualificador del San- | to Oficio, y Examinador Synodal de este Ar- | zo-
bispado. I Dedícala: | A los devotos del Seraphin | Soberano. | Con licen-
cia en México: por los Herederos de la Viuda | de Francisco Rodríguez
Lupercio en la Puente j de Palacio. Año de 1727. |
8? port. con grab. en la vta. y pp 1 46 la obra.
RAMOS. FRANCISCO.
344. VISITA amorosa, | y agradecida. | Que las esposas de Christo |
Señor nuestro, han de hazer | A el Monte Calvario, | á llorar, y sentir la
muerte, | y desamparo | de su crucificado esposo, | y la extrema Soledad
¡ de su dolorosa madre | Maria Santissima | al pie de la Cruz. | Sacadade
las Meditaciones de V. Padre | Thomas de Kempis. | Por Francisco Ra-
mos. I Tercero de habito exterior del Sagrado | Orden de N. P. S. Fran-
cisco. ¡ Que desseoso de el logro de tan buen empleo \ la ofrece obsequio-
so á las señoras Religiosas. ¡ Con licencia en México, por los Herederos
de I la Viuda de Miguel de Ribera. Año de 1729. |
l6vo. port. y 15 hjs. s-n.
345. V ISITA amorosa, | y agradecida, | que las esposas de Christo ¡
Señor Nuestro han de hazer | á el Monte Calvario, | á llorar, y sentir la
muerte, | y desamparo | de su crucificado esposo, y la extrema soledad |
de su dolorosa madre | Maria Santissma | al pie de la Cruz | Sacada de
las meditaciones del V. Padre | Thomas de Kempis. | Por Francisco Ra-
mos, I Tercero de habito exterior del Sagrado Orden | de X. P. San Fran-
cisco I que deseoso del logro de tan buen empleo | la ofrece obsequioso
á las señoras Religiosas. | Reimpressa en México, en la Imprenta de | los
Herederos de Doña Maria de Rivera, ] en la calle de San Bernardo. Año
de 1767. I
8V port. y 15 hjs. s-n.
RANCEL DIIY1AS.
34G. J_ylsCURSO físico ( sobre la formación | délas Auroras Boreales.
I Por D. Joseph Francisco D'unas Rangcl, | Reloxero de esta Corte. |
4'.1 sigue inmediatamente el texto contenido en VII pp. nrs. y al pie de la última esta:
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII
583
Con las licencias necesarias: | Impreso en México en la Oficina de los
Herederos del Lie. | D. Joseph dejaniegni, calle de San Bernardo. | Vño
de 1790. I
ANÓNIMOS.
347. h^I. Raphael Medico | de los oj\s del cuerpo, | y del alma | San
Luis Gonzaga, | estudiante Theologo | de la Compañía de Jesús, | Patrón
singular de la vista, por | su Angelical modestia, | con unanovena breve |
que se consagra al Santo Joven, | para que todos soliciten | su patrocinio.
I Sácalos á luz 1 la Congregación de la Buena | Muerte de la Casa Pro-
fessa I de México. | Reimpresso en México, en la Imprenta de | la Biblio-
teca, del Lie. D. Joseph Jaure- | gui, en la calle de San Bernardo. | Año
de 1776. I
ióvo. port. y 15 hjs s n.
3-18. rvASGO épico I en que se decanta la feliz victoria, | Que las Ar-
mas Españolas obtuvieron contra la | Armada Inglesa, en ocasión que
pretendia ella | apoderarse de las Fortalezas de la Guayra, y | Puerto-Ca-
bello, en la America, este año | de 1743. I Dispuesto | Por un ingenio
Cántabro. | Dalo á la estampa | D. Francisco Antonio de Echavarri, y
Ugarte, | Caballero del Orden de Santiago, Oidor de esta Real j Audien-
cia, I y lo consagra | Al Serenissimo Señor | Don Fernando de Borbon |
Principe de Asturias. | Con licencia en México, | Impresso por la Viuda
de Don Joseph Bernardo de | Hogal, Impressora del Real, y Apostólico
Tribunal de | la Santa Cruzada en todo este Rcyno. | Año de 1743 |
4to; port. orí. y vta. bine; 3 hoj, ports con dedic; pp. 1-34 la obra.
349. IVECOMENDACION [ Quotidiana I de los cinco principales | Dolo-
res I de I Maria | Santissima | nuestra señora. | ♦$♦ | Ihs | Reimpressa en
México: en la Imprenta | del Real, y mas Antiguo Colegio de | S. Ilde-
fonso, año de 1763. |
ióvo. port. y 3 hjs. s-n.
350. Jesús, María, y Joseph. | Recuerdos | al pecador dormido, | y
avisos I a el buen christiano. | Competencia | Entre el Ángel de la Guar-
da, I y el demonio, en que el hom- | bre ha de decidir con su buen, | ó
mal obrar. | Con otros afectos ( breves Ti lo ultimo, paraexi | tara el Al-
ma á el santo amor, | y temor de Dios. , Reimpressos en México: | En la
Imprenta nuevadela | Biblioteca Mexicana, enfrente | de S. Agustín. Año
de 1754. I
l6vp po.-t v pp 1-52 la obra
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII
584
351. JK-EGLA I primitiva, | y constituciones | de los religiosos descal-
zos I del Orden de la Bienaventurada Virgen Maria | del Monte Carmelo,
de la Primitiva Observan- | cia de la Congregación de España. | Confir-
madas por N. M. S. P. y Sr. | Alexandro Papa VI. dia tercero de Julio del
j año de 1658, el quartode su Pontificado. | traducidas del idioma latino |
en Castellano | Impressas en Madrid, y por su original | en la Puebla, en
la Imprenta de la Viuda de Miguel de ¡ Ortega, y Bonilla. Año de 1756. |
8vo.; port. orí. y vta. bine, pp, 1-628 la obra con mas S prts. con I >. 1'. i-, é índice.
352. rvEGLA, I y Constituciones | de las religiosas | de Santa Brígida,
¡ Con arreglamento en lo dispositivo, y preceptivo á las [ moderadas por
la Venerable Madre Marina de Esco | bar, insertas en Latin en la Bula
Apostólica del Señor | Urbano VIII. su fecha en Roma en Santa Maria
la I Mayor á 10. de Noviembre de 1628. y en la serie, | orden, y distribu-
ción de sus Capítulos, y Párrafos á j las impressas en Valladolid de Casti -
lia el Año de 1647. !
8vo. port. I hoj. gral).; 2 prts, s n.; pp. 1-96 la obra con más 3 de s. n. de índice.
353. JKegla, I Que deben guardar los her- | manos de la Sagrada Or-
den llamada de los | Terceros de Penitencia | la que por especial volun- |
tad, y Revelación de Dios fundó N. S. P. | San Francisco, | después de la
primera dt los | Frayles Menores, y segunda de Santa Claia | Laauthen
tico, confirmo, y | diódenuevo N. Smo. 1'. Nicolao IV. | fue apiobada por
veinte, y ¡ dos Summos Pontífices, que con especiales | Privilegios, y Gra-
cias le han favorecido, dan- | dolé el primer lugar, y preeminencia entre |
todas las Militares, por la grande autoridad, | y Santidad de su Fundador;
y por averia | Dios ilustrado con tantos Santos Cano- | nizados, y Beati-
ficados, i Impressa en México, por D. Christoval, y D. \ Phelipe deZuñi-
ga. En la calle de la Palma 1761. |
ióvo. port. con grab. en la vta. y 15 hojs. s-n con la Obra.
354. rvÉLACION Breve de lo acaecido | en la Ciudad de Guatemala,
desde el dia 27. de Agosto del | año 17 17. hasta oy q se cuentan 16, de
Octubre \ del mismo año. |
4to. Sigue el texto inmediatamente al anterior encabezado y está su contenido en 14 hojas s.
nr. con esta suscricion, al pie de la ultima:
hnpresso en Guathemala: Y por su original en México, por \ ¡os herede-
ros de Juan JosepJi Guillena Carrascoso; \ en la Alcayzería \ ( iyiy. )
bibliografía mexicana del siglo xvnt.
5S5
355. K.ELACION I De la Sorprecha (sic) hecha par los Franceses de
la I Movila en el Castillo de San Carlos, y Punta de | Sigüenza; y su Res-
tauración por las Armas de su | Magestad (que Dios guarde) e! día 7. de
Agosto I deste año de 1 7 1 9. |
4to.; sigue luego el texto contenido en 4 hoj. s. nr. y al fin de la última esta:
En México: Por los herederos j de Juan Joseph Guillena Carrascoso;
en la Alcayzeria. |
350. IVELACION de los rayos, \ que el dia 22, y 29 de Julio de este año
I de 1747. cayeron en la Capilla, que en | la Santa Iglesia Cathedral de la
Puebla I de lus Angeles está dedicado al glorioso | Patriarca S. Ignacio de
Loyola, sacada | de la información Jurídica, que se hizo | en la misma Ciu-
dad de la Puebla, | en el mes de Septiembre | del mismo año. |
4to.; sigue inmediatamente el texto que ocupa 8 pp. nrs.
357. IYELACION | de los estragos, y rui- | ñas lamentables, que ha oca-
sionado un | violento Terremoto en la Ciudad de | Cuba, acaecido el dia
onze de Junio | a las doze y onze minutos de la | noche de este año pre-
sente. ¡
4to.; sigue luego el texto que ocupan 2 hjs. s. n.
(S. a. n. 1. d. i. sed. México 1766.)
358. IYELACION exacta j del sacrilego robo, | y extracción | del San-
tísimo Sacramento, | executado por un Mulato, en la Ciudad de Car- | ta-
gena de Indias. | Primera parte. |
4to.; sigue luego el texto contenido en 4 hojs. s. nr. y al pie de la última esta:
Con las licencias necesarias reimpresa en México en la Imprenta del
Lie. I D. Joseph de Jauregui, Calle de San Bernardo. Año de 1776. ¡
359. JKetraTO breve | del Instituto, ¡ y Religión ¡ de la Compañía ¡
ile Maria SSma. | ó de la Enseñanza, | Sacado (lela | grande Historia de
esta I esclarecida Orde.11. | Dale á Ivz | La M. Rda. Madre Maria ¡ Fran-
cisca Croy, Priora del Convento de | la muy noble, y antiquissima | Ciu-
dad de Tudela de ¡ Navaria. | Con Licencia: Reimpressa en el Real, | y
mas antiguo Colegio de San Ilde- | fonso, año de 1753. |
l6vo.; port. y 26 hjs. s. n.
BIBLIOGRAFÍA MEXICANA DHL SIGLO XV III.
586
REY. Fr. FRANCISCO (Franciscano.)
360. Novena | á la esclarecida | Virgen | Sta. Gertrudis | la Magna.
I A quien dixo el Señor, que lo | que prometiera en la tierra, lo | tendría
por firme en el Cielo. | Cuyo motivo es bastante para | alentarse en la de-
voción [ Por el R. P. Lector Fr. Francisco | Rey, del Orden de S. Fran-
cisco. I Reimpresa. En México: Por | Joseph Bernardo de Hogal. En la
I calle de la Monterilla. | Año de 1730 |
ióvo.; port. y 14 hjs. s. n.
361. JN OVENA ¡ á la esclarecida j Virgen | S. Gertrudis | la Magna. |
A quien dixo el Señor, que lo | que prometiera en la tierra lo ¡ tendría por
firme en el Cielo ¡ Cuyo motivo es bastante [jara | alentarse en la devo-
ción; I Por el R. P. Lector Fr. Francisco | Rey, del orden de S. Francisco.
¡ En México: Por los Herederos | de la Viuda de Francisco Ro- ¡ diiguez
Lupercio, en la Puente j de Palacio. Año de 1734. i
ióvo.; port. y 13 hjs. s. n.
302. JN OVENA ¡ á la esclarecida [ Virgen \ Santa Gertrudis | la Mag-
na. I A quien dixo el Señor, que lo | que prometiera en la tierra, | lo ten
dría por firme | en el Cielo. ¡ Cuyo motivo es bastante para ¡ alentarse en
la devoción. | Por el R. P. Lector Fr. Fian- [ cisco Rey, del Orden de
I N. P. S. Francisco. | Reimpressa en Mebico por la | Viuda de D. Joseph
Bernardo | de Hogal. Año de 1746. |
i6vo.; port. con grab. en la vta. y 13 hjs. s. n. con la obra.
363. Novena | á la esclarecida | Virgen | Sta. Gertrudis | la Magna.
I A quien dixo el Señor que lo | qtie prometiera en la tierra, lo \ tendría
por firme en el Cielo. | Cuyo motivo es bastante para alen- | tarse en la
devoción. | Por el R. P. Lect. Fr. Fran- | cisco del Rey, Religioso del |
Orden de San Francisco. | Reimpressa en México en la Im- | prenta del
Lie. D. Joseph de Jáu- | regui. Calle de San Bernardo. | Año de 1774. |
l6vo.; port. con grab. en la vta. y 13 hjs. s. n. con la obra.
364. Novena | á la esclarecida | Virgen ¡ Sta. Gertrudis | la Magna.
I A quien dixo el Señor, que lo que | prometiera en la tierra, lo tendría |
por firme en el Ciclo. | Cuyo motivo es bastante para alen- | tarse en la
devoción. ¡ Por el R. P. Lect. Fr. Francisco ¡ del Rey, Religioso del Or-
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
587
den de | San Francisco. ( Reimpressa en México, en la- Imprenta de | de
los Herederos del Lie. D. Joseph de Jan- | regui, Calle de S. Bernardo.
Año de 1781. I
ióvo.; port. y n, hjs. s. n.
REYIMOSO. Fr. PEDRO iMercedario.)
3tí5. /Advertencias | de declinaciones, | y de todo genero | de tiem-
pos, I con otros rudimentos { de la Gramática. | Dispvestas | Por el P. Fr.
Pedro Reynoso, del Orden de N, | Sra. de la Merced, Redempcion de Cau-
tivos. I Quien afectuoso las dedica | A D. Phelipe Rodríguez de Madrid,
I Hijo Primogénito de el Muy Ilustre Señor | Don Sebastian Rodríguez
de Madrid, | Marqués de Villa-Mediana, &c. | En México, en la Impren
ta Real del Superior Govierno, | de los Herederos de la Viuda de Miguel
de Rivera; | en el Empedradillo. |
8?; port. y 47 hjs. s. n.
3G6. .Líber | desillabarvm | quantitate, ac versificandi ratione, ; vtro-
que Idiomate, fcilicet Hispano, | & Latino concinnatus: | seu | Commen-
taria ¡n regulas] Antonij Nebrissensis, ex probatissimis | Auctoribus Gram-
maticas artis collecta |'in Iuventutis purioris dictionis studiosae | gratiam.
absoluta | Adjectis quibusdam notulis ad pleniorem | earumdemque intel-
ligentiam. | Editvr in lvcem a P. Fr. Petro Reynoso | Monasterij Mexicani
Regalis, ac Militaris | Ordinis B. Marías de Merced Redemptionis j Capti-
vorum Filio. | Superiorvm permissv: | Mexici apud Haeredes Vidae Mi-
chaelis de Rivera. | Armo M DCC XXX. |
8?; port. págs. 1 á 93 la obra.
ANÓNIMOS.
3G7. rvEZETA I espiritual I contra dolores | cólicos, de Hijada, Piedra,
I de Ríñones, y contra qualquier | otro genero de enfermedad. | La de-
voción de I San Liboiio | Obispo de Cenomania | en Francia, | por un
Religioso de la Compa- | ñia de Jesvs. | Reimpressa en México: en la Im-
| prenta de les Herederos de Doña | Maria de Rivera, Calle de San | Ber-
nardo, Año de 1765. I
ióvo.; port. y 7 hojs. s. n.
368. lYEZETA I espiritual | contra dolores | Cólicos, de Hijada. Pie-
dra, de I Riñones, y contra qualquier ¡ otro genero de enfermedad | La
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
588
devoción de | San Liborio | Obispo de Cenomania | en Francia. | Por un
Religioso de la Compañía | de Jesvs. j Reimpressa en México en la Im-
prenta de I los Herederos del Lie. Joseph de Janregni, | Calle de S. Ber-
nardo. Año de 1780. I
1 ovo ; port. y 7 hojs. s. n.
RIBERA. Fr. LUIS DE Agustiniano.)
369. Ofrecimiento | devoto, | a los siete dolores, y | Gozos del Glo-
rioso I Patriarcha Señor | San Joseph, | Esposo de la SS. Virgen | Maria |
Dispuesto por el R. P. Lector Fr. Luis de | Ribera, Ministro de la Terce-
ra Orden de ¡ San Agustín desta Ciudad. | Que lo Dedica cá los Nobilissi-
mos Esclavos | de la Familia de Jesús Maria y Joseph | Con licencia: en
México por los Herederos | de la Viuda de Bernardo Calderón, año
ióvo.; port. con grab. en la vta, y 5 hojs. s. n. con la obra.
RÍOS. VICENTE ANTONIO DE LOS Clérigo.)
370. VÉASE: Elogios Fúnebres al Obispo Padilla. (1763) |
RISPÓLO. AGUSTÍN
371. JMemoRIA perpetua | de la Passion, y Llagas de | N. Sr. Jesu-
Christo. I con la qual nos preparamos | para bien morir. | Dividida por
los siete dias de la semana. | Sacada á luz en Ñapóles por Au | gustin
Rispólo en lengua Toscana, | Y traducida en la Castellana | para la co-
mún vtilidad. I La dedica | Al Seraphico Padre | San Francisco. | Vn de-
voto del Gloriosissimo | Santo. | A cuyas expensas se costeo esta \ Ter-
cera Impression. |
ióvo.; port. y 15 hojs. s. n,
RIVERA CALDERÓN. GABRIEL DE Clérigo.)
372. JlLl mejor Jacob, ] Que con la escala cá sus Hombros, | pisando
del Calvario la aspereza, | nos facilita de el Cielo | la subida. | Novena ¡
A el Pacientissimo Nazareno | Jesús. | Dispuesta | Por el Br. D. Gabriel
de Rivera | Calderón, Capellán del Convento | de Santa Inés. | A instan-
cias de algunas Reli- | giosas de esta Corte de | México. | Con licencia en
México por los Herede- | ros de la Viuda de Migue! de Rivera. |
8?; port. y 15 hojs. s, n.
bibliografía mexicana del SIGLO XVlll.
589
373. lLl vaso de elección | gustado | Y procurado convertir en Me- |
dicina del Alina, | Con el calor de vna piadosa devoción, ó | Novena |
Del Gloriosso Apóstol de las | Gentes | San Pablo. Dispuesta | por el Hr.
D, Gabriel de Rivera | Calderón, Capellán del Sagrado | Convento de Se-
ñoras Religiosas de | Santa Inés, de esta Corte | de México. J A quienes
con todo el afecto de | su corazón la Dedica. | Con licencia en México,
por los Here- | deros de la Viuda de Miguel de Rivera. |
8?; port, y 17 hojs. s, n,
(17 17 en las licencias.)
374. 1UENTE DEL CEDRÓN ¡ ó | Dulcissimo Vado, | para passar, con
mérito, y consuelo, los | trabajos de nuestra vida, considerando lo | que
padeció Jesús, en este Arroyo, | la noche de su Passion. | Devoción vti
lissinia, I por lo que instruye para el gobierno | y mérito de nuestras al-
mas. I Que propone á la piedad, y pacien- | cia Christiana, \ el Br. Don
Gabriel de Ribera Cal- ¡ deron, Capellán del Religiosissimo | Monasterio
de Santa Inés, de | esta Ciudad de México. | Y lo dedica | A su Amable
Esclarecido Padre, el | Apóstol San Pablo, exemplo grande | en el passo
de este Arroyo. | Con licencia en México, por los Here- | deros de la Viu-
da de Miguel de Ribera, | en el Empedradillo, año de 1720. |
8?; port. y II hojs. s. n.
375. ÍLh DOCTOR ANGÉLICO, | enseña la practica de Virtudes | An-
gélicas, y la alcanca del Señor, por medio de su devoción, | y de esta su |
Novena, | que dedica j á la devoción de vna Religiosa | del Monasterio
de Santa Ynés, | Virgen y Martyr. j Su Capellán | el Bac. D. Gabriel |
de Rivera Calderón. | Con licencia: [ En México, por los Herederos de la
Viuda I de Miguel de Rivera. Año de 1722. |
8?; port. y I hjs. grab. y 7 hojs. s. n.
RODRÍGUEZ y ARISPE. PEDRO JOSÉ (Felipense
37G. VÉASE: Tierna demostración & (1763)
RODRÍGUEZ LUPERCIO. Fr. ANTONIO Fu.
377. VÉASE: Santa Maria Maraver (1720)
-vv/\/V§)(c)'W-
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
59'
s
SALAMANCA. Fr. JUAN DE (Mercedario)
378. JN OVENA I á la Gloriosissima | Redemptora j Mari a Santísima |
Nuestra Señora, \ Coronada Reyna | de la Merced, | ó Misericordia. |
Dispuesta | por el P. Fr. Juan de Ta- j lamanca, (sic) Predicador del Con |
vento de Madrid del Real, y Militar | Orden de Ntra. Sra. de la Merced.
| Reimpressa en México, en la Impren- | ta del Lie. D. Joseph de Jau-
regui. Ca- | lie de San Bernardo. Año de 1776. |
ióvo.; port. con grab. en la vta. y 14 hojs. s. n. con la obra.
379. JN OVENA I á la Gloriosísima \ Redentora | Maria Santísima |
Nuestra Señora ( Coronada Reyna | de la Merced, | ó misericordia | Dis-
puesta I por el R. P. Fr. Juan de Salamanca, ¡ Predicador del Convento
de Madrid, | del Real y Militar Orden de nuestra | Sra. de la Merced. I
Reimpresa en México, en la Imprenta del | Br. D. Joseph Fernandez Jau-
regui. Calle | de Santo Domingo. Año de 1796. |
ióvo.; port, con grab" en la vta. y 14 hojs. s. n. con la obra.
SALAZAR. Fr. JUAN JOSÉ DE Franciscano)
380. Véase: Paz y Salgado (1747)
SALCEDA. P. PABLO (Jesuíta}
381. LJevocion I utilissima j á los Siete | Aservissimos Dolores | de
I Maria Santissima. | Sacada | de la que en honor de tan Sobe- | rana
Reyna compuso el Padre | Pablo de Salceda. [ Impressa en México por
Doña Maria | de Benavides, y por su original reim- | pressa en la Impren-
ta del Lie. D. Jo- | seph de Jauregui, calle de San | Bernardo, año 1774. I
i6vo.; port. con grab. en la vta y 7 hojs. s. n. con la obra.
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
592
SALGADO. DR. MARCOS JOSÉ
382. C^URSUS Medicus | Mexicanus | Insta sanguinis circulationem, &
alia I Recentiorum Inventa | Ad vsnm Studentium i 11 hác Regali, ¡ Pon-
tificia, Mexicana Academia j Concinnatvs | A D. D. Marco Iosepho \ Sal-
gado j Angelo politano, in eá lem Academia | Piimariae Apollineae Exe-
diae Moder- | atore Regij que Protomedicatus | hniusce novi Orbis Prae-
side. I
Pars Prima Physiologica. | Superiorum Permissu | Mexici: apnd Hae-
redes Viduae Michaélis de J Rivera, en el Empedradillo, año de 1727. |
(su).
4to.; port orí. con vta blanca. U hojs. prls. s. nr. con dedicatoria, Pareceres, Licencia, Elo-
gios al autor en verso latino, Prefacio é índice.
En el Parecer del Dr. Ildefonso de Roxas consta que fue notable y dis-
tinguido en todos sus estudios el autor de esta obra que una vez señalán-
dole con el dedo, dijo el Protomedico Dr. José Montano: "Han! \ Erit
Ule novi huius Orbis Galenus alter."
El intento del autor de esta obra fue presentar á la juventud estudiosa
una obra que contuviese todos los conocimientos de la moderna ciencia
médica, sin ocuparse de las varias cuestiones y opiniones de los escritores,
"quá scholares, plus distrahuntur, quana informantur.''
La doctrina está expuesta con claridad y consición, y para su tiempo,
este libro fue un excelente tratado de fisiología humana apropiado á ser-
vir de texto á los estudiantes.
SALVATIERRA Y CÁRNICA. Clérigo)
383. Métrica ¡ Historia | de la Milagrosissima | Aparición | de
Nuestra Señora de ¡ Guadalupe | de ¡ México. | Compuesta | Por el Br.
D. Bernardino ¡ de Salvatierra y Garnica I Originario de dicha Ciudad. |
Pueblo de los Angeles | En la Oficina de S. Pedro de la Rosa, j Año de
1782. I
ióvo.; port. y 15 hjs. s. n. Toda la obra en verso.
ANÓNIMO.
384. Salve, | y | Dolores | déla Virgen, | que cantan | en sus misio-
nes I Los Padres Misioneros Des- | calsos del Colegio de N. P. S. | Fran-
cisco del Monte de la | Villa de Beniganim. | Reimpresa en México: en la
Imprenta del | Lie. D. Joseph de Jauregui, Calle de San 1 Bernardo. Año
de 1777. I
ióvo.; port y 6 hjs s. n.
BIBLIOGRAFÍA MEXICANA DEL SIGLO XVUL
593
SAAVEDRA. Fr. MARCOS DE (Don
385. Confessonario | Breve | Activo, y Passivo, | En Lengua
Mexicana, j Conelqual | Los que comienzan (sabiéndolo bien de | memo-
ria) parece que qualquiera estará | suficiente mientras aprenda mas. j Dis-
puesto | Por el P. F. Marcos de Saavedra, | Predicador General en el Or-
den del Sr. Sto. | Domingo, y Provincial de Santiago de Pre | dicadores
de Nueva-España. | Escudo de los dominicos, j Reimpreso en México: |
En la Imprenta Real del Superior Gobierno y | del Nuevo Rezado, de
Doña Maria de Rivera, | en el Empedradillo. Año de 1746. j
8'.'; port. orí. y vta. blanc; 7hojs. s. nr. con el texto, ádos columnas, en castellano y mexicano,
Siendo de suma importancia para los nahuatlistas el conocimiento de
esta obra, y por otra parte de extremada rareza; me ha parecido servicio
útil su reimpresión.
PENITENTE, QUE SE ACUSA.
PRIMERO MANDAMIENTO.
No he amado á Dios con todo mi co- Amo onicnotlazotili ín Dios ica mo-
razon- chi moyollo.
Crei en sueños. Onicneltrocac in temictli.
Crei, quando llora el Tecolote, 1, Pa- Onicneltrocac in tecolotl tzatzi, 1, to-
xaro, 1, Paxaros. totl, 1, totom<
le.
SEGUNDO MANDAMIENTO.
Jure el Nombre de Dios, 1, la Cruz.. Onictlapicteneuh itocatzin Dios, 1,
1, hize la Cruz. ]a Cruz, 1, oniquetz Cruz.
Con mentira, 1, menti, le dixe ver- Ica iztlacatiliztli, 1, oniztlacati, 1, ne-
"a"- lli mellaua oniquito.
TERCERO MANDAMIENTO.
Dexé la Missa en Domingo, 1, fiesta. Oniccauh Missa ipan Domingo, 1,
huei iluitl.
La dexé de floxera. Onictlatzilhui, 1, onictlatziuh zacauh.
Porque estuve enfermo. Ca oninococouaya.
Onitequiti, 1, onitequipa, no ipan
Trabaxc en Domingo. Domingo.
CUARTO MANDAMIENTO.
No estimo, ni honro á mis Padres. Amo niquimmauiztilia in notauan.
Perdi el respecto á mi Padre, 1, Ma- Onicmauizpolo in notatzin, I,nonan-
dre. tzin.
bibliografía mexicana del siglo xvm.
594
i. A mi Abuelo. 2. Abuela. 3. Tio.
4. Tia. 5. Padrastro. 6. Madras-
tra. 7. Suegro. 8. Suegra. 9. Mari-
do, 1, Muger.
La aporreé, I, afligi, 1, escupí.
La rompí la cabeza.
La rempujé, 1, derribé.
1. Nocoltzin. 2. Nozitzin. 3. Notla-
tzin. 4. Nauitzin. 5. Notlacpata.
6. Nochauanan 7. Nomonta. 8.
Nomonnan. 9. Nonamic, 1, No-
ziutuh.
Onicmicti, 1, onictoliui, 1, onicchi-
chac.
Onicquatzayan.
Ouicxopeuh, 1, onicmayaub.
QUINTO MANDAMIENTO.
Me desseé la muerte.
Le desseé á otro la muerte.
Dixe muerame yo.
Aporreé á otro, 1, ó lo afrenté, 1
deshonré.
Levanté testimonio falso.
Dixe, que tenia hombre, 1, muger.
Que estaba amancebado.
Y no lo sé. me lo dixeron.
Oninomiquitlan.
Onitemiquitzeleui.
Oniquito manimiqui.
Onicmicti ce tlacatl, 1, onicpinauhti,
1, onimanizpolo.
Tetech cantlapic onictlami tlatlaco-
lli.
Oniquitoca quipieoquichtli,l,ciautl.
Ca momecatia.
Yuan amo nicmati, onechiluique.
Dixe, que era ladrón, 1, le achaqué Oniquito ca ichtequi, itec onictlami
hurto.
ichteccayotl.
SEXTO MANDAMIENTO.
Tuve, 1, tengo una muger, 1, hom-
bre,
1. Casada. 2. Donzella. 3. Suelta.
La heché á perder, 1, des, honré.
Pequé con ella.
Todos los dias.
Cada semana.
Cada mes.
Vna vez, 1, dos, 1, tres, 1, diez, 1, vein
te.
Vna vez solamente, 1, dos.
Era mi Tio, 1, Tia.
Mi Nuera, 1, Yerno.
Mi Entenada, 1, Entenado.
Mi sobrina (dice el hombre.)
Mi Sobrino (dice la muger.)
Onicpix, 1, pipié ce ciuatl, 1, oquich-
tli.
1. Xamique. 2. Ichpochtli. 3. Icno-
ciuatl.
Oniquichpoehcuili, 1, onic mauizpo-
lo.
Onitlatlaco, 1, onicchiuhtlatlacolli
inauac momoztlac.
Cecen cemana.
Cecen meztli.
Ceppa, 1, oppa, 1, yexpa, 1, matlacpa,
1, cempoalpa.
Ceppa mayan, 1, oppa mayan, 1, ca-
niyoppa.
Nanitztin, 1, notlatzin.
Nociuamon, 1, nomon.
Notlapauitec.
Nomach.
Nopilo.
bibliografía mexicana del siglo xvtn.
595
Mi Padrastro, 1, Madrastra.
Mi cuñado, I, Cuñada.
Mi Prima hermana.
Desseé una muger, y quería pecar
con ella, 1, llegar á ella.
Adulteré, 1, hize adulterio.
La solicité, la jugué.
Palpe sus carnes la besé.
Desseo quantas veo.
Y quiero pecar con ellas.
La estiré, 1, la arrastré.
Dixe palabras deshonestas.
Soñé que cohabitaba con muger, 1,
hombre.
Se derramó el semen.
Quando desperté, me deleyté.
Quisiera, que fuera verdad, 1, me pe-
só, lo deshecho, lo escupí.
Quité á otro su muger, ó amiga, 1, me
la quitó á mi (es frasse.)
Notlacpata, 1, nochahuanan.
Nohuelpotl.
Noueltiuh, 1, noueltiuatzin.
Onicxeleuh ceciuarlyuan nicnequia
inauc nitlatlacoz, 1, nicchiuaz tla-
tlacolli, 1, itech naziz.
Onitetlaxin, 1, onicchiuh tetlaxima-
liztle.
Oniccamanalui onicaulti.
Onicmatocac inacayo, onictempi-
cho.
Niquimixeleuia in ixquichtim ni-
quimmitta.
Yuan nicnecqui ianauac nitlatlacoz,
1, nicchiuaz tlatlacolli, 1, intechea-
ziz.
Onictititz, 1, onic uilantoli.
Onictenquixti in auillatoli.
Onictemic inauac nicochi ciuatl, 1,
oquichtü.
Oquis noxiuachio, 1, xinachtli.
Iniquac onicac onitlayelpac.
Onicnequia neltiz, 1, melauacyez, 1,
oninotequipacho, onictelchiuh,
onicchichac.
Onitlanquateui ce tlacatl, 1, onech-
tlanquateui.
SÉPTIMO MANDAMIENTO.
Hurté dinero.marrano, gallina, man- Oniquichtec tomin, pitzotl, tlatlaz-
ta, lana, maíz, mazorca, fruta, pan. qui, tilmatli, ichcatl, tlaolli xochi-
qualli, tlaxcalli, centli.
OCTAVO MANDAMIENTO.
Sospeché mal de otro. Tetetch ouichicoyolauac.
^1 Lo demás se dixo en el quinto Mandamiento.
NOVENO MANDAMIENTO.
Desseé la muger agena, 1, marido. Onicixeleuch in teciuauh, 1, tenamic.
DÉCIMO MANDAMIENTO.
Desseé los bienes ágenos. Onicquileui in teaxca 1, tetlatqui.
Comi carne en Viernes, ó Vigilia. Oniqua nacatl Viernes, Vigilia.
bibliografía mexicana del SIGLO XV u i.
596
1. Carne, 2. grossura, 3. higado, 4.
tripas.
No ayuné tantos Viernes, 1, la Vi-
gilia de Pasqua.
Me embriagué un poco, sin perder-
me.
Perdi pie, 1, el juicio, &c.
Frasse de que se embriagó.
Bebi blanco, 1, amarillo.
Hize tepache.
Lo vendi, 1, lo di á otros.
Embriagué á otros.
Soy pulquero, 1, vendo pulque.
1. Yecnacatl, 2. itic cua, 3. iyelte-
pach, 4, icuitlaxcol.
Amo oninocauh quezqui Viernes, 1,
Pasqua iuigilia.
Onitlauan.
Onipolo in tlalli, 1, oni iuintic, oni-
xoccomic.
Oninicotlac, 1, onicchioh chicontetl
tlatlacolli, 1, oninochicontehui.
Oniquic iztac, 1, coztic.
Onicchiuh, 1, onictali tepach, 1, coz-
tic.
Onicnamacac, 1, onictemacac.
Onitetlauanti.
Niocnamac. 1. nicnamaca octli
CONFESSOR, QUE PREGUNTA
En lo común, lo muy particular y necessario.
Persígnate.
Sabes las quatro Oraciones, y los
mandamientos.
Quanto ha, que confessaste?
Callaste por temor, ó vergüenza al-
gún pecado?
Qué pecado, dilo, confiessalo?
Sabe, que hiziste nula tu confession,
y has menester bolver de nuevo á
confessar todos tus pecados.
Cumpliste la penitencia, que te dio
tu Confesor?
Si, 1, no, 1, la hize.
Mira, pues, que llegas delante de
Dios, á quien con tus pecados
ofendiste, enojaste, y despreciaste.
Ximomachioti.
Ticmati nautlamantli, iuan teote-
nahuatili?
Iquin ye quezquich cauitl in otimo-
yolcuiti, 1, otimoyolmelauh.
Cuiz oticmauhcacauh, 1, oticpinaniz-
cauh? ceutetl motlatlacol:
Tleyn tlatlacolli, xiquito, ximocuiti?
Xicmati, ca onenquiz moneyolcuiti-
liz ihuan motechmonequi oceepa-
ticyancuicapoaz motlatlacol.
Oticohiuh, 1, oticneltili in tlama-
caualiztli in omiztequiuhti mote-
yol cuiticauh?
Quemacatzin, 1, amotzin, 1, onic-
chiuh.
Xiquitta, ca ixpantzinco tonaci tía-
touani Dios, in motlatlacoltica otic-
moteopouili, oticmoqualanili, iuan
oticmotelchiuili.
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
597
Di, con gran dolor de tu corazón. Xiquito uey montequipacholiztica
Señor, yo herré, y pequé, duélete Notecuiyoe, oninotlapololti, oni-
de mi, que me pesa, porque te tlatlaco, maxinechmoittilli, ca ni-
ofendi. notequipachoua, ynic onimitzno-
yolitlacaluitzino.
Di ahora tus pecados. Xiquito axcan motlatlacol.
PRIMERO MANDAMIENTO.
Por ventura has dudado en la Fe, ó Cuix ipan otimoyoltzotzon in nelto-
Artículos? coni, 1, ineltococatzin Dios?
Creíste en sueños? Oticneltocat in temictli?
Qué creiste, ó qué soñaste? Tlein oticneltocac, 1, tleyn otictemic?
SEGUNDO MANDAMIENTO.
Juraste el nombre de Dios? hiziste Cuix otictlapicteneuh ito catzin
la Cruz? • Dios? 1, otiquetz Cruz?
Qué afirmaste? Tleyn oticnelitto?l, tleyn otictlane-
lito?
Era verdad, ó mentira? Cuix melauac? 1, neltiliztli? anoco
iztlatiliztli?
No lo hagas otra vez, que es gran Amo occepa xiochiua, ca huey ima-
deshonor de Dios. uizpololocatzin Dios.
TERCERO MANDAMIENTO.
Dexaste la Missa en Domingo, ó Otictlatzilui,l, oticlatziuhcauh Missa
fiesta grande? ipan Domingo, anoco uey pie, lo-
ni ipan?
En qué fiesta, ó de quien? Tleyn iluitlipan, 1, aquini, iluitzin?
Ouantas vezes, ó quantos Domin- Oueizquipa, 1, queizqui Domingos?
gos?
Estabas enfermo, 1, recumbente? Cuix otimococouaya, 1, otiuetztoya?
Por tu descuydo, ó floxera no la al- Cuix motlatziuiliztica amo uel cen-
canzaste entera? tetl ipan otacito?
Trabajaste en Domingo, ó en fiesta Otitequiti, 1, otitequipano ipan Do-
grande? mingo? uey pieloni ipan?
Fue trabajo de todo el dia el que hi- Cuix cemiluitequitl in oticchiuh, 1,
ziste? otitequipano.
QUARTO MANDAMIENTO.
Perdiste el respecto á tu Padre, ó Cuix oticmauizpolo in motatzin, 1,
Madre? monantzin.
Los has obedecido, y honrado? Otiquintlacamati, iuanoti quimma-
uiztili?
BIBLIOGRAFÍA mexicana DEL SIGLO XV til.
598
OUINTO MANDAMIENTO.
Aporreaste á alguno? 1, lo reñiste,
1, reñiste con él?
Le rompiste la cabeza?, lo apaleaste?
Has murmurado á alguno?
Levantaste falso testimonio?
Qué es lo que dixiste? 1, achacaste?
Delante de quienes lo dixiste?
Buelvele su honra, y di, que herras-
te, 1, que hablaste con passion, ó
embidia.
Te es necessario, que delante de
quien lo dixiste te desdigas.
Hechizaste alguno, ó dixiste, que te
hechizo?
Descubriste el pecado ageno que no
se sabia?
Cuix acá otiemicti? I, oticcauac? 1,
otiquixtlatzin?
Oticquatzayan? 1, oticquaui? 1, oti-
quixtlatzin?
Cuix acá oticchicoitto? 1, otiepatz-
commoni?
Cuix tetech otictlami tn tlatlacolli?
Tleyn otiquitto, 1, tleyn itech otic-
tlami?
Aquin imixpan otiquito?
Xiccuepili imanico, xiquito, ca oti-
motlapololti, 1, ca otitlaco tecoco-
liliztica, anoco nexicoliztica?
Vel notechmonequi imix pan otiqui-
to timotletol cuepaz, timotlatoli-
lochtzin.
Cuix acá otictlachiuh, ano90 otiqui-
to onechtlachiuh?
Cuix oricpantlan, 1, oticteilui in te-
tlatlacol inamo omachoya?
SEXTO MAX
Pecaste con alguna muger, 1, hom-
bre?
Era casada? 1, donzella? 1, suelta?
Ouantas vezes pecaste con ella?
Quanto tiempo la tuviste?
Guantas vezes cada semana, 1, mes?
Era tu parienta, 1, pariente?
Como la nombras de parentesco?
Tu cuñada, 1, cuñado?
Entenada, 1, entenado?
Ouantas vezes pecaste con el pensa-
miento, ó malos desseos?
(J uantas vezes la desseaste,ó buscas-
te que quisieras pecar con ella, que
no lo pudiste hazer?
DAMIENTO.
Cuix otitlatlaco inauaca tlauatl, 1,
oquichtli?
Cuiz namique? 1, ichpochtli? 1, icno-
ciuatl?
Quezquipa i nauacotitlatlaco?l, itech
otacic?
Ouexquich cauit otiepix?
Quezquipa cecencemana? 1, cece-
metztli?
Motlacayouh?
Quem ticnotza?
Mouepotl?
Motlacpauitec?
Quezquipa otitlatlaco, ica motlalna-
miquiliz? anoco icamoquallacleui-
liz?
Quezquipa otiquilnamic, 1, otictemo
in ticnequia ni titlatlacoz, in amo
nel oticchiuh?
BIBLIOGRAFÍA MEXICANA DEL SIGLO XVIII.
599
Desseaste á alguno, ó alguna para Cuix acá oticxeleuh ynic titlatlacoz.
pecar?
Le soñaste? 1, le besaste? 1, palpaste Oticcamenallul? 1, otictem picho? 1,
1, estiraste?
Era donzella, 1, mancebo?
La hechaste á perder? 1, deshonras-
te?
oticmatocact, 1, oticuilan?
Ichpochtli? 1, telpochtli?
Oticichpouili? oticmauizpolo?
IIuvo escándalo? violo alguien?
Cuix acá omitzmauhcaitac? aquin
oquittac?
SÉPTIMO MANDAMIENTO.
Has hurtado algo, ó cogido?
Qué es lo que hurtaste?
Ayudaste á alguno para hurtar?
Es menester, que lo restituyas, pa
ra que Dios te perdone.
Cuix itla oticichicc? 1, oticuic?
Tleyn otiquichtec?
Cuix acá oticpaleuh inic itlaquichte-
quiz, 1, quicuiz?
Vel motechmonequi tiecuepiliz ¡ax-
caua ynic Dios mitzmotlapopo-
luiliz.
Octavo, y noveno Mandamiento, ya están en el quinto, y sexto.
DEZIMO MAN DAM I ENTO.
Desseaste los bienes ágenos?
Qué quisieras quitarlos?
Te embriagaste algún rato?
Perdiste pie, ó el juicio, &c.
Otiqueleuh in teaxca? tetlatqui?
Inticnequiani tiquixtiz? 1, ticeuiz.
Otitlauan?
Otiiuintic? 1, otixocomic? 1, otiepolo
intlalli?
Otitetlananti? 1, cequintin otiquin-
tlauanti?
Comiste carne en Viernes, ó Vigilia? Otinacaqua ipan Viernes, anoco, Vi-
Ay uñaste todos los Viernes de Qua- gilia?
P^mbriagaste á otros?
resma?
Quantos dexaste?
Porqué causa no ayunaste?
Ayunaste las Vigilias de Resurrec-
ción, y Natividad, que te obligan?
Otimocauh mochi Viernes Cuares-
ma?
Quezquitetl oticeauh?
Tleyca, 1, tleypampa amo otimo-
cauh?
Otimocauh ipan inezcalilitzin, inan
ipan itlacatilitzin, iuigilias, inuel
monauatil timocauaz?
Lo demás que pueda preguntarse, se llalla en el otro Confessonario del
Penitente, que se acusa; mudando para preguntar el pronombre donde dice
Onic, preguntar Otic.
Has hecho otra cosa, te acuerdas de Cuix itla occentlamandi oticchiuh?
mas? occentlaman tli tiquilnamiqui?
Mira no se te olvide algo por tu des- Xiquita amo tleyn tictla tziuchca il-
bibliografía mexicana del SIGLO XV II i.
600
cuydo, miedo, vergüenza; porque
sera nula tu confession, y nada te
aprovechará.
Es menester, que enmiendes tu vi-
da, que no es buena. No te pier-
das. Acuérdate, que eres mortal,
y que has de dar cuenta á Dios.
Mira, que si perseveras en tus cul-
pas, voluntariamente te precipi-
tas al infierno, donde hay pena
eterna, que nunca se acaba.
Dexa de una vez tus pecados, y en-
trégate á Dios, que es tu Criador,
tu Redemptor y Bienhechor,
amale, y témele, y haz su volun-
tad.
Todo esto, que has confessado, y to-
do aquellode que no te acuerdas,
y se te olvida, todo lo arrojas, y
confiessas delante de Dios.
De todo ahora te pesa grandemen-
te, y te dueles, porque ofendiste
á tu Dios.
Todo ahora lo detestas, y propones
firmemente de no ofender mas á
Dios; ni quebrantar su Ley.
Cúmplelo assi, y no faltes á tu pa-
labra.
Vés aqui la penitencia, que has de
hazer por tus pecados; no se te
olvide.
Dirás cinco vezes Padre nuestro, y
Ave Maria, 1, cinco, 1, veinte, 1,
un Rosario de la Virgen Santis-
sima.
cauaz anoco ticpinauízcauaz; ca
nenquicaz moneyolcuililiz, iuan
atle mitzonquixtiz atle mitzpale-
uitz.
Vuel motech monequi, ticcuepaz
monemiliz ca amo qualli. Amo ti-
mizpoloz. Xiquiloamiqui, catimi-
quini, iuan catitlapo naz izpatzin-
co, in Dios.
Xiquita, ca intla ipan titlamelauaz
motlatlacolmixcoyan mictlan ti-
móte pexiuia, in ompa cemicac
tlaihiyouiliztli, in aye tlamiz, aye
tzonquicaz.
Melanac xiccentelchina mochi mo-
tlatlacol, xicmocemmacatzino in
Dios, ca motechiuhcatzin, mote-
maquixticatzin, moteichelilica-
tzin. Xicmotlacotili, xicmimacaxi-
li, iuan xicchina itlanequilitzin.
Mochi inin in oticmocuiti, iuan in-
quexquich in amo tiquilnamiqui,
iuantiquilcaua, mochi tictepeua,
iuan ticmocuitia ixpantzinco in
Dios.
Mochi axcan chicauacmitztequipa-
chona mitz choctia, yehica otic-
moyolitlacalui in motlatocatzin
Dios.
Mochi axcan ticcentelchiua, iuan ti-
mocemixnauatia, ca aocmo cepa
ticmoyolitlacaluiz; ticmoteotlatol
panauiliz in Dios.
Mayuch xicneltili, 1, xicchina, iuan
amo xicpanaui, 1, amo xicauilquix-
ti mo tlatol.
Izcatqui in tlamaceualiztli in ticchi-
uaz ipampa motlatlacol, amo xi-
quilcaua. .
Ti quitoz macuilpan Totatzi, iuan
Santa Maria, 1, caxtolpan, 1, cem-
poualpan, 1, centetl ixochicozcat-
zin SantaMaria.
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
6o i
Ahora con gran dolor de tu cora- Axcan ueymonetequipacholizticaxi-
zon.di: Señor, pequégrandemen- quito, Noté cuiyoe oniueytlatlaco,
te tened misericordia de mi, y maxinechmocnoittili, iuan xinech-
perdonadme. motlapopoluili.
No es menester preguntar todo lo que está aqui, sino solamente lo qra fue-
re necessario, según la calidad de las personas, y su confession.
LAUS DEO.
SUAREZ MARRERO. Dr. DIEGO (Clérigo)
386. ORACIÓN FÚNEBRE, | que ¡ en las exequias I de nuestro Católi-
co Monarca | el Sr. D. Carlos III | Celebradas por el muy Ilustre Vene-
rable Cabil | do de la Santa Iglesia Catedral de Valla- | dolid de Michoa-
can | dixo | El Sr. Dr. D. Diego Suárez Matrero \ Prelado de la misma
Iglesia | Oficiando de Pontifical el Illmo. Sr. Obispo | Diocesano, con asis-
tencia de ambos Cabildos, de | las Religiones, y de todas las clases de es-
ta | Ciudad, dia 3 de Septiembre de 1789. | Impresa en México, por Don
Felipe de Zúñiga y Ontiveros, | calle del Espíritu Santo, año de 1790. ¡
4'.'; con la vuelta de la portada en blanco. 2 hojs. prelim. s. n. Págs. i á 38 el sermón. (Escrito
con tino buen gusto y sobriedad literaria.)
BIBLIOGRAFÍA mexicana DEL SIGLO XV III.
603
T
TELLO DE OROZCO. Br. JOSÉ (Clérigo.
387. VÉASE: Santa Maria Maraver (1720)
TERESA. Fr. MANUEL DE SANTA (Carmelita).
388. InSTRUCTORIO | Espiritual | de los Terceros, Terceras, | y Bea-
tas de Nuestra Señora del | Carmen: | Dispuesto | Por F. Manuel de San-
ta Teresa. | Carmelita Descalzo, Lector de Sagrada Es- | criptura, Ex-
Diffinidor, y Prior, que fue, de | los Conventos de Zélaya, y Toluca; y |
Vicario del Santo Desierto: | quien lo dedica | á la mesma Sandssima Vir-
gen: I á expensas | De la mesma Venerable Tercera Orden de ¡ Nuestra
Señora del Carmen de Sr. S. Joseph ¡ de la Ciudad de Toluca. | Con li-
cencia: En México por la Viuda de i Don Joseph Bernardo de Hogal, ca-
lle de las I Capuchinas. Año de 1742. ¡
4°; port. á bulas roja y negra; 8 hojs. prls. s. n.; pág. i á 159 la obra.
TOMAY. Fr. IGNACIO (Jesuíta)
380. rU, Verdadero amante del Corazón deífico de Jesús. En que se
ponen doce consideraciones breves sobre las excelencias y virtudes de es-
te divino Corazón: y toda la práctica de su verdadera devoción. 1 or el P.
Ignacio Tomay, de la Compañía de Jesús. Dedicado á la Inmaculada Ma-
dre del mismo Jesús. Que es el que preside á su Corazón Santísimo, para
que nos introduzca dentro de él, y haga, que sea nuestra continua y dicho-
sa Morada y segurissimo Asilo. En México, en la Imprenta nueva de la
Biblioteca Mexicana, en frente de San Agustín. Año de 1753.
En 8. pág. 246.
TORRES. Fr. MIGUEL DE (M
390. .Novena | del Primer Redemptor, | y mejor Cautivo, ¡ Christo,
I Rescatado j en su Sagrada, y Milagrosa J Imagen, del poder de un Ju-
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
604
dio, que estaba | en Argel prissionero de los Moros. | Dispuesta | Por el
R. P. M. Fr. Miguel de Torres, | del Real, y Militar Orden de Nuestra |
Señora de la Merced, Redempcion | de Cautivos. | Reimpressa en la Im-
prenta de la Biblioteca | Mexicana, calle de S. Bernardo. | Año de 1778.
l-6vo.; port. y 15 hojs. s. n. con la nina que es la precedida de una.
Narración succinta del modo del Hallazgo, y Rescate del primer Re-
demptor, y mejor Cautivo Rescatado.
TORRES. Dr. JOSÉ DE (Clérigo)
301. Respuesta | Jurídica | al Señor Dean | Dr. D. Rodrigo García ¡
Flores de Valdes, Por el Dr. D. Josepk de Torres, \ actual Maestre Sene-
la de la Santa Iglesia de México, ' sobre la costumbre | de no ganar !
los Prebendados enfermos \ derecho de acrecer, y manuales de aniver-
sarios, e inteligencia del >• de los Estatutos de dicha | Santa Iglesia.
Con licencia: Fn México, en la Imprenta nueva j de los Herederos de la
Viuda de Francisco Rodríguez Lupercio, en la Puente de Palacio. Año
de 1722. I
En 4?, portada orlada y á su vuelta comienza la obra. Pág. 3 á 19 la obra.
392. Consistencia | de la respuesta, | que dio | el Maestre Escuela |
á la consulta, que le hizo | el Sr. Dr. D. Rodrigo García Flores de Val-
des, ¡ Dean que fué de esta Santa Iglesia Cathedral, | de México el año
passado de 1722. , Sobre ¡ La Costumbre de no ganar los Prebendados
enferrros j la porción vacante de derecho de accrescer en | dicha Santa
Iglesia y fundamentos que ¡ vigorizan el ser la Costumbre Racional j
Prescripta, Laudable, Santa, y ' Favorable á el culto; \ Y Reflexiones, |
que se hazen de un papel, j cuyo Author dice, como Racionero de dicha
Santa ! Iglesia aver sido de voto contrario; pretendiendo, | fundarlo, e
impugnar dicha | Respuesta, j Con licencia | En México: Por los Herede-
ros de la Viuda | de Francisco Rodríguez Lupercio. En la Puente j de
Palacio. Año de 1725. |
En folio, portada orlada y mas textos latinos á su vuelta. 3 hojs prelims. y con Pareceres y Li-
cencia. Pag. 1 á 7 8 la obra.
TRONCOSO. Fr. NICOLÁS Dominico)
393. Véase: Miqueo Gabriel.
bibliografía mexicana del SIGLO XVllt.
605
V
VALDES. limo. GERÓNIMO DE (Benedictino)
394. JN OVENA I á la gloriosa | Sra. Santa Ana | compuesta ¡ por el
Ilustrissimo, y Reveren | dissimo Señor Don Fr. Gero | nymo de Valdés,
dignissimo j Obispo de la Habana, del Or | den del Patriarcha San Be-
to. I Con licencia de los Superiores: | En México, por Francisco de Ribe-
ra I Calderón. Año de 1723.
8'.' port y 11 hojs s. n.
VALDES. Fr. JOSÉ FRANCISCO (Dieguino)
395. LJ i a diez y siete, | Exercicio devoto | en obsequio | de | San Pas
qual I Baylon, | Para implorar su Patrocinio á la | hora de la muerte. |
Dispuesto j por el P. Fr. Joseph Francisco | Valdes, Calificador del Sto.
Oficio I de la Inquisición, Lector Emérito, y j Custodio actual de la Pro-
vincia de I Franciscos Descalzos de S. Diego | de México | Reimpresso
en México, en la de los Here- | deros del Lie. D. Joseph de Jauregui, |
Calle de San Bernardo, año de 1780. |
l6vo. port. con grab. en la vta. y 13. hojs. s. n. con la obra.
396. iJlAdíezy siete, | Exercicio devoto | en obsequio | de ¡ S. Pas*
qual Baylon, | Para implorar su Patrocinio á la | hora de la muerte | Dis-
puesto I Por el P. Fr. José Fran- | cisco Valdés, Calificador del Sto. | Ofi-
cio de la Inquisición, Lector | Emérito, y Custodio actual de la | Provincia
de Franciscos Descaí- | zos de S. Diego de México. | Con las licencias ne-
cesarias. I Impresso en México, por D. Feli- | pe de Zúñiga y Ontiveros,
calle I del Espíritu Santo, año de 1784. |
l6vo. port» y 13 hjs. s. n. más 1 grabado.
bibliografía mexicana del SIGLO XVIII.
606
397. JN OVENA sagrada | para implorar | el Patrocinio | del Santísimo
Patriarca | Sr. S. Joseph. | Dispuesta | Por el R. P. Fr. Joseph | Francisco
Valdés, Religioso | de la Provincia de | S. Diego. | Dala á la Imprenta |
Don Francisco Araujo, j humildísimo Esclavo ¡ del Santo. | En Mcxico,
por D. Felipe de Zúñiga y | Ontiveros, año de 1789. |
SV port. y 24 lijs. s. n.
VERD1GUER. ISASI Dr. LUCAS DE (Clérigo]
398. Véase: México plausible, &. T? 1? N? 367. (1711).
-^N^V/\, gXg/AyV^^ -
bibliografía mexicana del siglo XVUL
607
ZAVALA Y BUSTOS. JOSÉ VICENTE BRUNO «
399. IN OVENA I al Glorioso San | Bruno | Fundador de la esclareci-
da I Orden de la Cartuja, y especial { Abogado para hallar las cosas | per-
didas. I Dala á luz El Kr. D. Job Vicente | Bruno de Zabala y. Bustos, Clé-
rigo |. Presbítero del Obispado de Michoa- | can, Notario del Santo Oficio
y hu- I milde hijo y Esclavo del Santo. | Impresa en México en la Ofici-
| na de D. Gerardo Flores Coro- | nado, año de 1791. |
i6vo. port. y 30 hjs. s. n. más 1 hoj. grab.
400. N OVENA I al Glorioso | San Bruno, | Fundador | de la esclare-
cida ] Orden de la Cartuja, | y especial Abogado | para hallar las cosas
perdidas. | Dala á luz | el Br. D. Joseph Vicente Bruno de Zabala, | y
Bustos, Clérigo Presbítero del Obispado | de Michoacan, Notario del San-
to Oficio, I y humilde hijo y Esclavo del Santo. | En México: por Don Ma-
riano de Zúñiga | y Ontiveros, calle del Espíritu Santo, | año de 1796. |
i6vo. port. y 23 hjs. s. n. más 1 hoj. grab.
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Uoiversity of Toronto
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