/}.
üí
4
f
^ 'A- -
BIBLIOTECA
AUTORES ESPAÑOLES
■ s'i
BIBLIOTECA
AUTORES ESPAÑOLES,
DESDE LA FORMACIÓN DEL LENGUAJE HASTA NUESTROS DÍAS.
i>>- r/f
COMEDIAS ESCOGIDAS
DON FRANCISCO DE ROJAS ZORUILLA,
ORDENADAS EN CULECCIÜN
POR dü:> bamOx\ de mesonero romanos.
MADRID.
M. RIVADENEYRA - IMPRESOR ~ EDITOR,
CALLE OE LA VADER*, 8.
1861
<5 ,
APUNTES BIOGRÁFICOS, BIBLIOGRÁFICOS Y CBÍTICOS
DON FRANCISCO DE ROJAS ZORRILLA.
Llega, por fin, don Fn ancuco de Uojas á ocupar el lugar que le corresponde en esta Colección
de nuestros insignes dramáticos del siglo xvn, la más copiosa, metódica y selecta que hasta ahora
se formó dentro y fuera de España de aquel inapreciable tesoro (1). Llega, por fin, aunque más
tarde que debiera , y lo que es peor, conducido por el último de los críticos á quienes fuera enco-
mendada la delicada tarea de formar y comentar esta Colección. La fortuna que merecieron Lope y
Calderón, Alarcon y Tirso, do caer para ello en las doctas manos del insigne poeta y crítico señor
Ilartzenbusch; y IVIoreto en las de su diligente y discreto biógrafo é ilustrador don Luis Fernandez-
Guerra, no alcanzóá Rojas, que por excusa de aquellos excelentes críticos y por excitación amistosa
(aunque equivocada) del editor señor Rivadeneyra, ha venido á parar á las mías, débiles para ta-
maña empresa.
Y mucho más en esta ocasión. Porque (lo confieso francamente) en el solícito y amenísimo estudio
de nuestro antiguo Teatro, que por afición especial y sólo para recreo propio me ocupó algunos
años, no era Rojas mi autor predilecto; Lope, Tirso y Moreto, Guillen de Castro, Velez de Guevara,
Montalban y algún otro aun inferior, me habían inspirado mayor simpatía, y por ello respondí gus-
toso á la invitación que se me hizo de escoger para la Biblioteca la Colección de los autores con-
temporáneos y posteriores á Lope, que corrió á mi cargo y que forma cuatro tomos de ella. Conocía,
sí, en general el repertorio de Rojas; estimaba como el que más, especialmente su incomparable
drama del García del Castañar, y alguna otra de sus buenas producciones , pero no me había dete-
nido á estudiarle y apreciarle en conjunto, á analizarle y compararle entre sí, ni con relación á otros
autores, con aquel interés, con aquella deleitosa afición que me inclinaba al estudio de los ya dichos.
Y hé aquí que la suerte y el compromiso amistoso me ponen en el caso de encargarme de colec-
cionar y comentar precisamente á uno de los pocos dramáticos de gran renombre por quien no había
sentido la mayor simpatía. Hube, pues, de recordar el dicho de cierto autor: «Que el mejor modo de
aprender una materia que se ignora es ponerse á escribir un libro sobre ella» ; y apelando á mi pro-
el) Consta de diez y seit volúmenes de la Ciclioteca de mos xliii y xlv), escogidos y ordenados por don
Autores EspaSoles, y comprende unas quinieolas come- Ramón de Mesonero Romanos 2
días; pueden clasiGcarse y ordenarse por separado en Comedias de don Pedro Calderón de la Barca,
esta forma : (tomos vii, ix, xii y xiv), coleccionadas por don
Juan Eugenio Hartzenbuscli i
Comedias escogidas de Lope de Vega Carpió {lo- Comedias de don Agustín Moreto y Cabana (to-
mos XXIV, XXXIV, xu y tn), coleccionadas por don mo xxxix), escogidas y ordenadas por don Luis
Juan Eugenio Harlzenbusch i Fernandez Guerra 1
Comedias escogidas del Maestro Tino de Molina Comedias escogidas de don Francisco de Rojas
(lomo v), coleccionadas por ol mismo señor Hart- Zorrilla (tomo i.iv), coleccionadas por don Ra-
zenbuscb i mon de Mesonero Romanos 1
Comedias de don Juan Riiii de Alarcon ítomo xx). Dramáticos posteriores á Lope de Vega ( lomos xlvii
coleccionadas por el mismo señor Harlzenbusch. i y xlix), escogidos y ordenados por don Ramón
bramáticot contemporáneo» de Lepe de Vega (to- de Mesonero Romanos 8
R. u
VI APUNTES DIOGRAFICOS, BIBLIOGliÁFICOS Y CRÍTICOS
bada lalwriosidad y buena fo, ino atreví resucllamente á echar sobre mis liombros aquella responsa-
bilidad; abráceme con nuestro Hojas, y acepté el compromiso de conducirle y colocarle sobre el ele-
vado pedestal que le aguardaba vacio en esta galería.
Sinanie, pues, de excusa para tamaño atrevimiento la franca declaración arriba hecha de no
liaber podido rehusarme al compromiso de esta tarea , para la que no me hallaba preparado, asi
como tanúíien el sincero estudio que, desde el momento que me la impuse, dediqué al objeto de salii-
de ella lo más airosamente que fuera dado á mis escasas facultades
Dox Fran-cisco de Rojas y Zorrilla , uno de nuestros seis gi-andes dramáticos que la crítica mo-
derna ha clasificado en el primer orden , nació en Toledo, á 4 de Octubre de 1607, según reciente-
mente se ha demostrado por la exquisita diligencia del señor Hartzenbusch, quien acaba de hallar
la fe de bautismo que abajo trascribimos, y en la que se señala el nombre de sus padres, el alférez
Francisco Pérez de Rojas y doña Mariana de Besga Ceballos , naturales de la misma ciudad (1).
Por consecuencia , caen por su base las aserciones de las diversas naturalezas atribuidas á Rojas
por escritores anteriores , como Montalban , que le coloca entre los hijos de Jladrid ; y Huerta que,
confundiéndole con otro de su mismo nombre y apellido (de que después hablaré), le hace nacer
en San Esteban de Gormáz.
De los estudios de Rojas ni de su vida política nada he logrado averiguar; presumiéndoselo que
pudo cursar carrera literaria en las Universidades de Toledo y de Salamanca , según se infiere de
sus comedias, especialmente de las tituladas : Obligados y ofendidos y Lo que quisiera ver el Marqués
de Viltena, en que pinta la vida de los estudiantes de Salamanca con tan vivos colores y detalles lo-
c des , que parecen revelar que la experimentó prácticamente. Otros de sus dramas también in-
clinan á creer que pudo militar algún tiempo, según la costumbre generalmente seguida entonces
por las personas bien nacidas , y siguiendo el ejemplo de sus contemporáneos Lope , Calderón , y
oíros; sólo en la última parte de su carrera, que es en la de consagrarse al estado eclesiás-
tico, es en la que puede colegirse que no les siguió Rojas, si bien no consta todavía el año de su
muerte ni en qué situación aconteció.
Ya en 1632, época en que Montalban imprimió su Para todos , aparece don Francisco de Rojas
(aunque falsamente colocado entre los hijos de Madrid)como poeta florido, acertado y galante, como
lo dicen los aplati'ios de las ingeniosas comedias que tiene escritas; y esto cuantío contaba sólo la
edad de veinte y cinco años , lo cual prueba lo precoz y desenvuelto de su juvenil ingenio y la popu-
laridad que desde luego se había granjeado en una córíe y en una época en que precisamente bri-
llaban en todo su esplendor los astros rutilantes de Lope, Tirso y Calderón. A la muerte del primero
de aquellos grandes ingenios, ocurrida en 1655, hállase un soneto de Rojas inserto en la Fama
postuma que publicó Montalban ; y eso que no mereció de aquél la más mínima mención en el Lau-
rel de Apolo, donde apenas hay un nombre literario contemporáneo, siquiera fuese el más insigni-
ficante, que no hallase cabida on aquel poético incensario. El Laurel de Apolo fué publicado en 1630,
y ya por entonces la nombradía de Rojas debía ser demasiado im¡)ortante para olvidada involunta-
riamente. -^
Desconocidos como nos son los acontecimientos ó las fases de la vida de Rojas , hay que^tenerse
á algunos escasos datos para conjeturarla , hasta que la casualidad ó el estudio perseverante danues-
tros críticos les haga tropezar con el hilo conductor que les dirija á esta averiguación. Entre tanto no
puede menos de lomarse en cuenta la curiosa noticia que el barón Schact, ilustrado extranjero que
(1) Partida de baiilismo de don Francisco de Rojas t ministré las sacras ceremonias del Santo Bautismo y le
Zorrilla, natural de la ciudad de Toledo: puse por nombre Fran.": fueron sus compadres Diego
« En cuatro dias del mes de Octubre de mili y seis- Lucio y la dicha doña Juana. Testipos : Juan Martínez y
cientos y siete años, nació un bijo de fran.° Pérez de Ro- Juan Rodrigüci.— F.l doctor Andrade.^
jas y de doña Mariana de besga su mujer, al qual por el Sacada para las pruebas de caballero del hábito de
peligro de muerte bautizó doña Juana de Besga, parro- Santiago de don Francisco de Rojas Zorrilla en lodeOc-
quiana desta parrofiuia , i después en veinte y siete dias tubre de 1614, con la de su p.adre, de un libro que comien-
del mes de Octubre del dicho año fué traidoel dicho niño za á i." de Enero de 15G6, expresando que la del hijo
i esta ijílesia parroquial de San Salvador, i ¡o el doctor estaba « á fojas ochenta y cinco ».
Eugenio de Andrada , cura propio de dicha iglesia le ad-
DE DON IHANCISCO DE ROJAS ZORRILLA. vii
liasta la presente es sin iluda alguna , y con mengua nuestra, el que mejor ha comprendido y deli-
neado la historia de nuestro Teatro , halló en ciertos Avisos ó li'elaciones de aquella época que ,
según el señor La Barrera en su reciente é importantísima obra (i), no son los de Pelliccr, sino los
de Barrionuevo, que existen inéditos en nuestra Biblioteca Nacional. Dicen, pues, los expresados
Avíaos, con fecha de 24 de Abril de -ICoS :
« Viernes sucedió la desgraciada muerte del poeta celebrado don Francisco de Rojas, alevosamen-
»te, sin que se haya potlido penetrar la causa del homicidio, si bien el sentimiento ha sido general
»por su mocedad.»
Y luego, con la de 22 do Mayo, añade: «Ha corrido voz por la corte que la muerte sucedida
ícn dias pasados del poeta Francisco de Rojas, tuvo su origen del vejamen que se hizo en el palacio
«del Retiro las Camestolendas pasadas, de donde quedaron algunos caballeros enfadados con el
«dicho».
Electivamente, en 20 de Febrero de 1657 (no 1638), en las grandes fiestas que celebró Felipe IV
en el Buen Retiro para solemnizar la elevación al imperio de su cuñado Fernando III , rey de Hun-
gría y de Bohemia , aparece ( según la relación de dichas fiestas hecha por León Pinelo y otros au-
tores contemporáneos) que en la Academia burlesca, celebrada con aquel motivo en Palacio, fueron
los jueces el Principe de Escjuilache, don Luis de Haro, el conde de la Monclova, Francisco de Rioja,
don Francisco de Calatayud , don Gaspar Bonifaz, Luis Vclez de Guevara, don Antonio de Mendoza,
presidente; Alfonso de Batres, secretario, y don Fkancisco de Rojas, /iscflí.— Consta además que
uno de los premios lo llevó don Antonio de Solis , y el otro el mismo Rojas , por mi romance que
tiene por argumento declarar: Cuál estómago es más para envidiado, clqiie digiere grandes pesadum-
bres ó grandes cenes.
El señor La Barrera, en su ya citado Catálogo (á quien seguimos forzosamente en esta breve inves-
tigación biográfica de Rojas), dice, que cvideJitemente la noticia de la muerte, en 1638, del poeta
Rojas, se refiere á otro del mismo nombre y apellido; y, en efecto, existieron hasta cuatro, según de-
muestra después, pero ninguno reúne las circunstancias enunciadas en el Aviso de su edad moza,
su reputación de gran poeta dramático y su introducción en Palacio : cualidades todas que convie-
nen perfectamente á don Francisco de Rojas y Zorrilla; él, pues, fué el autor del vejamen, el
secretario de la Academia , y por consecuencia , á nuestro modo de ver , él debió ser el herido ale-
vosamente también. En lo que es imposible convenir es en su muerte á consecuencia de dicha aco-
metida en 1638 ; pues, no solamente se hallan poesías suyas en las Lágrimas panegíricas en la muerte
de ñlontalban y en el Catálogo Real de Esjmña de Rodrigo Méndez de Silva, impresos en 1039, sino
(^ue las dos Parles primera y segunda de sus Co?neí/¿as, publicadas por él mismo en Madrid, llevan
la fecha de 1640-1645, prometiendo una Tercera parte que no llegó á publicar. Además existen en
la biblioteca del señor duque de Osuna otras comedias autógrafas con fecha posterior, y el señor Du-
ran posee también el manuscrito del Auto de la ascensión da Cristo, en que expresa al lado de la firma
hallarse próximo á cumplir los cincuenta y tres aíios, lo cual (si no es que dicho Auto sea de otro
Francisco de Rojas) debia suceder en 1660.
Por todas estas fechas no está sujeto siquiera á duda, que si nuestro don Francisco fué , en efecto,
el poeta acometido tan villanamente en 1658, sobrevivió á aquel accidente, que pudo no tener la
importancia que le atribuye el Aviso; y asi vemos que en las pruebas que hizo para cruzarse de ca-
ballero j^l hábito de Santiago en 13 de Octubre de 1644, existia en aquella época en el apogeo de su
vida política y literaria (2).
(1) Catálogo bibliográfico y biográfico del Teatro onti- jedor, y vivió en la plazuela del Marques de Villena, y fué
guo cspaitul, desde sus orígenes haxla mediados del si- hijo de Fulano de Rojas, carpintero, qiie tuvo su tienda
glo xviii , por don Cayetano Alberto do La Rarrora y Ley- más de cuarenta años frontero de las caballerizas del
rado ; obra premiada por la Biblioteca Nacional en el con- conde de Fuensalida , el eual era mulato, y comunmente
curso público de Enero de 1800 é impresa á expensas del le llamaban el moro, yansimismoselollamabaniun biz-
Gobierno. Madrid 18G0. nieto suyo, llamado Rartolomé de Rojas, primo hermano
(2) «Las pruebas se retrasaron por haberse mudado los del pretendiente, hijo de hermano de padre, que habrá
nombrados para hacerlas y porque tuvieron contradicción, seis meses que murió, siendo alquilador de muías en To-
dicicndose que el pretendiente descendía de morisco, y ledo, y vivia en la plazuela del Conde de Fuensalida. Y la
haberse también presentado un memorial por un lal Ga- dicha Leonor Ortiz , abuela paterna del pretendiente, fué
briel López , en que manifestaba que « los abuelos pater- hermana de Juan de Soria Ortiz , suegro de don Pedro
nos de aquél habiao sido Juan Pérez de Rojas y Leonor Baca ; y la dicha Leonor Ortiz es nieta de Rodrigo Ortiz
Ortiz, naturales de Toledo, y que el dicho abuelo fué te- Miscal, quemadopor judaizante añoH90, y el sambenito
Mn APUNTES BIOGHÁFICOS, DIBLIOGRÁFICOS Y CRÍTICOS
Todavía puede sospecharse que vivia Rojas en edad muy avanzada, cuando la reimpresión de las
dos Partes de sus comedias, que tengo á la vista, hecha en Madrid en 1680, en que se inserta la ad-
vertencia del mismo autor (que pudo, sin embargo, copiarse de la anterior edición), pero habremos
de confesar que nos falta absolutamente la senda que ha de conducirnos á la averiguación de la época
de su fallecimiento.
La personalidad que muchos han confundido con la de nuestro autor, se refiere á un don Fran-
cisco de Rojas y los Riox, ayuda de cámara de Felipe IV, y también caballero del hábito de San-
tiago, que, según la fe de bautismo inserta en el expediente hecho para cruzarse de tal (y que también
inserta el señor La Barrera), nació en Madrid, en 2o de Noviembre de 1390, y fué hijo de Hernando
(le ,»ojas, guardajoyas de la reina Margarita, natural de San Esteban de Gormáz, y de doña Juana
do los Ríos, de Castrojeriz, según todo consta de la fe de bautismo en la parroquia de San Martin.
Este Rojas y esta oriundez de Madrid y San Esteban de Gormáz , y la coincidencia de ser también
caballero del hábito de Santiago, es lo que engañó á Montalban y á Huerta para señalar á Rojas
Zorrilla aquellas distintas naturalezas. Pero de este palaciego contemporáneo y homónimo no
consta que fuese poeta , y sólo alude á él don Antonio de Mendoza en la colección de sus poesías,
como compañero suyo en palacio ; y en la relación que escribió don Leonardo del Castillo del viaje
hecho por Felipe IV á la frontera de Portugal en 1660, se expresa que formó parte de la comitiva don
Francisco de Rojas, ayuda de cámara de S. M. y después aposentador de palacio; pero no se dice
ser caballero del hábito de Santiago, acaso por referirse á un hijo del anterior, que por entonces debía
tener ya setenta años.
No paró aquí la coincidencia del mismo nombre y apellido en otros contemporáneos , pues que,
según las interesantes noticias que el mismo señor La Barrera consigna en su Catálogo, pueden citarse,
y cita efectivamente, otros sugetos, también poetas y autores dramáticos , que escribieron por aquel
tiempo y llevaban el mismo nombre, á saber : el licenciado Francisco Hojas, de quien se conoce
una comedia titulada : Nuestra Señora de la Novena , que está en San Sebastian de Madrid , com-
puesta en 1641 por dicho licenciado, natural de esta villa y capellán menor del Hospital Ge-
neral;—í/o/í Francisco de fíojas Sandoval, de quien hay otra : EL Manchego más honrado y Bandido
por su honra y valiente Pedro Ponce ;—y don Francisco de Rojas, procurador del número de Toledo,
de quien existe en la biblioteca de Osuna el manuscrito de la comedia titulada : Las bodas en el supli-
cio y Pinares de Cuenca. — Tenemos, pues, cuatro contemporáneos del mismo nombre y apellido, sin
contar á otros cuatro autores del apellido solo, como el célebre comediante Agustín de Bojas, autor
del Viaje entretenido ¡—Andrés de Bojas y Alarcon, natural de Madrid y autor de la rarísima come-
dia titulada : La Hechicera ;—N. Bojas'y Prieto, autor de otra titulada: Palas y Mercurio; — y don
Diego de Rojas y Argomeda, de quien es la comedia de El patio de palacio; aunque estos no tan
inmediatos ó contemporáneos de don Francisco.
Pero esta identidad de nombres en tantos sugetos (siquiera ninguno de ellos llegase á brillar á la
altura del autor del Garda) pudo dar acaso motivo á los descuidados ó maliciosos editores para
atribuir á aquel nombre célebre alguna de las vulgares producciones de éstos , y afear ó embrollar
más y más con ellas el repertorio propio de Rojas , que sin esta adición seguramente ofrece ya por
si bastantes producciones extravagantes, y áu;i detestables, que hacen dudar sean hijas de su pluma.
Sin embargo, en las queél mismo publicó en colección, y en las que se insertaron en la general de
Comedias escogidas de diversos ingenios , asi como también en casi todas las suyas sueltas , siem-
pre, ó casi siempre, se designa él propio como tal autor, con los dos apellidos de Rojas y Zorrilla,
aunque este último no sabemos ¡lor qué razón ; pues , como se ve en la fe de bautismo , no era el
fislá en Sanio Tomás de Toledo.» En seniejonlestcTminos soividoá su Majestad en guerra viva muchos años, así
habla de los abuelos , y algunos otros también dcpusie- en las armadas de esta corona como en las jornadas de In-
roii en contra. glaterra, Irlanda, Islas Terceras y otras partes, como
íResulló de las pruebas, que concurrian en Rojas to- constaba de los papeles de sus servicios que se hablan
das las calidades que disponían los establecimientos de la presentado y obran originales en los autos de las pruebas.
Orden , menos el que su padre , el alférez Francisco de los cuales hablan parecido bastantes al Consejo para que
Rojas , natural de Toledo, ejerció en la ciudad de Murcia su Majestad le hiciese merced de escribir al embajadordc
algún tiempo el oficio de escribano del número, defecto Roma pidiendo á su Santidad la dispensación que el pre-
que necesitaba dispensación de su Majestad para obte- tendiente necesitaba. A lo cual asintió el Rey en 19 de Oe-
ner la dicha merced. Pero el Consejo de las Ordenes dijo tubre de I&13. » ( Catálogo del señor La liarrera.)
que el dicho alférez , Francisco Pérez de Rojas , habla
DE DON FRANCISCO DE ROJAS ZORRILLA. it
de su madre doña Inés de Besga y Caballos, ni tampoco el segundo de su padre don Francisco Peres
de Rojas.
Hé aquí todas las noticias biográficas que hasta ahora han podido sacarse en limpio de nuestro
insigne dramático. Su contemi)oráneo, don Jerónimo de Cáncer, en el celebro Vejamen dado en 4649,
en que pasa revista personal y burlesca á todos los ingenios de la época , dice , tratando do Rojas :
«Volví la cara y vi venir á un hombro que se las pelaba por caminar á priesa; traia, ámi parecer,
la cabeza colgada de la pretina, y sobre los hombros una calabaza. Parecióme extraño el modo de
caminar, y acercándome más, conoci que era don Francisco de Rojas, que la priesa no le había
dado lugar de ponerse la cabellera ; y al pasar junto á mí le dije :
íLa priesa al revés te pinta,
Hombre, para caminar :
\o siempre be visto llevar
La calabaza cu la cinta.9
El repertorio dramático de Rojas empezó á publicarse por él mismo en tomos ó Partes , de las
cuales la primera vio la luz en Madrid, en 1640, y la segunda en 1643, ofreciendo una tercera (que
no llegó á publicarse), aunque sí otras muchas comedias suyas , ya en las colecciones de Varios, que
hacían los editores de Madrid y las provincias, ya sueltas, además de otras que quedaron inéditas,
alguna de las cuales se conserva tal. Las dos Partes ó tomos publicados comprenden las siguientes,
y no sabemos sí en la colocación de ellas guardó el autor-editor el orden cronológico en que fueron
escritas.
PARTE PRIHEnA.
A'o hay amigo para amigo.
' No hay tfr padre siendo rey. ''-'" "'•' '
Donde hay agraviot no hay celos. (Amo criado.}
Casarse por vengarse.
Obligados y ofendidos. {Gorrón de Salamanca.)
Persites y Segismundo.
Peligrar en los remedios.
Los celos de Hodamonle.
Santa Isabel , Reina de Portugal.
La traición busca el castigo.
El Profeta falso Mahoma.
Progne y Filomena.
PARTE SEGUNDA.
Lo que son mujeres.
Los bandos de Verona.
Entre bobos anda el juego. {Don Lúeas del Cigarral.)
.Sin honra no hay amistad.
Nuestra Sefiora de .itocha.
Abre el ojo.
Los trabajos de Tobías.
Los encantos de Medea.
Los tres blasones de España.
Lo que quería ver el Marqués de Viltenü.
El más impropio Verdugo.
Además de estas veinte y cuatro comedias, publicadas en colección por el mismo Rojas en las
colecciones de Varios y sueltas, so publicaron del mismo, aunque alguna no le pertenece, las si-
guientes :
Del Rey abajo ninguno , Garda del Castailar.
Morir pensando matar.
El Caín de Cataluña.
Donde hatj valor hay honor.
El Caballero del Febo (Auto.)
Calan valiente y discreto. (Aulo.)
Los Obreros del Señor. { Aunque este parece es do Cal •
de ron.)
Los árboles. (Aulo.)
El gran palacio. (Auto.)
La más hidalga hermosura. (Fué impresa como de tres
ingenios.)
La Difunto pleiteada. {Se puede atribuir á Lope. )
Don Pedro Miago.
Selva de amor y celos.
La vida en el ataúd.
La hermosura y la desdicha.
Varios prodigios de amor.
La prudencia en el castigo.
En Madrid y en una casa. (Se cree sea de Tirso.)
El desden vengado. (Es de Lope de Vega.)
El .Sordo y el Montañés. (Se publicó 4 uombre de Fer-
nandez deLcon.)
Buena sangre es lo mejor.
Cada cual lo que le toca.
La confusión de fortuna.
APUNTES BIOGRÁFICOS, BIBLIOGRÁFICOS Y CRÍTICOS
El ietttfío de Carlos Quinto.
Dou Gil de la Mancha. ( Se cree de Lope.)
Los encantos de la China.
La esmeralda del amor. ( Se imprimió como de Montal-
ban con el Ululo de Uudama en el amor.)
Lo que mienten los indicios, (llav una con csle titulo de
Diamante.)
Lo que Dios al hombre precia.
La Loca delcielo.
Lucrecia y Tarquiíio.
Los Mártires de Valencia.
Más vale maña que fuerza.
El Médico de su amor.
Murmuraciones de. Aldea.
Kadie haga bien á traidores.
No hay duelo entre dos amigos.
So intente el que no es dichoso.
Humánela destruida.
Saber de una vez.
San Atanasio.
Los .Acreedores del hombre. (Auto.)
Et cerco de Sevilla.
Sueslra Señora del Rosario y corona más hermosa. (Auto.)
El patio de palacio. (Es do Rojas Argomeda.)
El Rico avariento. (Auto.)
El robo de Elena y destrucción de Troya. (Aulo.>
Sansón. (Auto.)
Elsotillode Madrid. (Auto).
Laviña de yabot. {\ulo.)
La trompeta del juicio.
Hierusalen castigada.
Santa Taez. (Se atribuye á ZSrate.)
Judas Macabeo. (Auto.)
El más bueno y el más malo. (Auto.)
Trabajo además , en colaboración con otros autores , las siguientes
La Baltasara. (Con Velez y Coello.)
El catalán Serrallonga. (Con los mismos.)
El monstruo de la fortuna y Lavandera de Núpolcs. (Coa
Calderón y Monlalban.)
OIra del mismo titulo. (Con Coello y Velez.)
También la afrenta es veneno. (Con los mismos.)
El mejor amigo el muerto. (Con Calderón y Belmonte.)
El pleito que tuvo el diablo con el cura de Sladriiejos.
(Con Velez y Miradcmesclia.)
También tiene el sol menguante. (Con Velez y otro.)
El bandolero Solposto. (Con Cáncer y Rósete.)
El Vaquero gran Señor y gran Tamborlan de Persia.
(Con Villauueva y maestro Roa.)
Resulta , pues , á nombre de Rojas (aunque algunas con evidente fakedad y otras con presuncio-
nes de la misma) un repertorio hasta de ochenta piezas, entre ellas quince ó veinte autos sacramen-
tales , sin contar con las que escribió en colaboración con Coello , Velez , Calderón , ¡Hontalban,
Mirademescua y otros. De aquellas sesenta comedias (deducidos los autos) hay que rebajar en
primer lugar, algunas que se sabe ó se infiere con fundamento no ser suyas, tales como El desden
vengado , que hasta ahora ha venido imprimiéndose á nombre de Rojas , pero cuyo original autó-
grafo, con la firma de Lope, existe en la biblioteca del señor duque de Osuna; La Difunta pleitea-
da, con cuyo título señala una de las suyas el mismo Lope en la lista que insertó en c! Peregrino, y
además por su estilo revela no pertenecer á Rojas; En Madrid ij en una casa, también impresa con
el titulo de Lo que hace un manía en Madrid, que el señor Hartzenbusch y otros críticos atribuyen
con fundamento á Tirso , y se halla publicada como tal en el tomo de comedias escogidas en esta
Colección; El Sordo y el Montañés, que aunque la tenemos impresa con el nombre de Rojas, y con
distinto desenlace, fué incluida con el de Fernandez de León en la colección de Varios, publicada
en vida de éste , y también en la que nosotros mismos hemos publicado en esta Dibmoteca ; Lo que
mienten los iiidicios, con cuyo titulo es conocida una de Diamante ; y alguna otra que por su escaso
mérito puede ser acaso de alguno de los homónimos de nuestro Rojas.
Más sensible deducción hay que hacer de otras, como Numancia destruida, Lucrecia y Turquino,
Murtnuraciones de aldea, Buena sangre es lo mejor. Más vale maña que fuerza. El Médico de su
amor, rio intente el que no es dichoso. Nadie haga bien ú traidores y alguna otra, que no han
llegado hasta nosotros , ó por lo menos no las he visto ni hallado en ninguna de las bibliotecas pú-
blicas ni privadas , no siendo conocidas más que por los títulos ; y otras , en tin , como Los celos de
Ilodamontc, Los encantos de Medea, Persiles yScgismunda, El Profeta falso Mahoma y alguna
más, que aunque notoriamente de Rojas, porque están incluidas en la colección publicada por él
mismo, ó llevan su nombre en los últimos versos , como ordinariamente solía hacerlo en las suyas,
no merecen acogida de la sana critica por su desaliño , extravagancia , y hasta monstruosidad de
sus argumentos, y no producen otro efecto en el ánimo del lector sino un sentimiento de lástima al
ver hasta donde solían olvidarse de sus excelentes dotes di-amáticas y poéticas nuestros más gran-
des ingenios.
Depurado, pues, y reducido á su verdadero caudal el repertorio de Rojas, produce el número de
piezas que tbrman esta Colección, y no dudo en asegurar que dificihnente podría hallarse alguna que
añadir á ella que merezca su inserción en este volumen. Diré más, y es, que para completarle.
DE DON FRANCISCO DE ROJAS ZORRILLA. xi
he tenido que descender á dar cabida en él á alguna otra, tal como Nuestra Sei'wra de Atocha , Don
Pedro Miago, El desafío de Carlos Quinto, Los áspides de Cleopatra y La hermosura y la desdicha,
que en buena critica no merecen el titulo de escocidas, ni sostienen la comparación con las demás qur.
forman esta Colección; que también he dado Inflar en ella á las tres (ó acaso cuatro) últimas, en
(]ue Rojas fué solo uno de los co]al)oradores con Coello y Velez , á saber : Los tres blasones de Es-
paña , El catalán Serrallonga , La traición busca el castigo y La más hidalga hermosura (esta,
aunque existente como de Rojas sólo en el manuscrito de la biblioteca de Osuna, fué impresa como
de tres ingenios), porque, á mi juicio, son dignas de aprecio, y porque en ellas brilla la musa dr.
Rojas en competencia con la de aquellos. Igualmente lo hubiera hecho de la que trabajo con Cal-
derón y Montalban, con el título de El monstruo de la fortuna xj Lavandera de Ñapóles si no la
hubiera ya incluido el señor Hartzenbusch en la colección del mismo Calderón ; y la original y
peregi-ina de El pleito que tuvo el diablo con el cura de Madridejos , que escribió con Velcz y Mira-
demescua , á no ser porque el tercer acto de ella , escrito por este último , sobrepuja y excede á las
jomadas de Rojas y de Velez , en tiM-minos que las deja bastante mal paradas.
De todos modos , aun reducido el repertorio de este autor á esa treintena que hoy se reproducen
(de las cuales sólo unas diez ó doce son conocidas del público y han sido analizadas por la crítica),
vamos á ver lo que esta ha sentido respecto de tan señalado autor, y á consignar luego, aunque
modesta y dcsconíiadamente, el juicio propio sobi-e su interesante repertorio.
Ignorando el grado de estimación y de aplauso que concedieron á Rojas sus contemporáneos,
sólo sabemos que por su fecundidad y donaire era uno de los peregrinos ingenios más introduci-
dos en aquella poética corte de Felipe IV , en cuyas espléndidas tiestas palacianas le hallamos fre-
cuentemente citado , alternando con Calderón y Mendoza , Coello , Velez , Villayzan y demás que
compartían el favor y hasta las gratas tareas literarias del Monarca. En el público debían tener tam-
bién buena acogida las comedias de Rojas Zorrilla, según cuida él de recordaren distintas ocasio-
nes, haciendo al fin de cada una afectado alarde de su laureado nombre. Sin embargo , sábese que
alguna de ellas, como la titulada : Cada cual lo que le toca, fué silbada, y el auto del Sotillo de
Madrid , á lo divino, no pareció bien (1); y si atendemos al violento ó exagerado artificio de algunas
otras, á su hiperbólico y alambicado estilo, en que se ve palpablemente al autor en lucha for-
zada entre su claro ingenio y el estragado gusto del público, suponemos que sus fábulas mito-
lógicas de Los encantos de Medca y Los celos de Rodamonte y otras, sus heroicos despropósitos
de El Profeta Mahoma , Persilcs y Segismunda , Los trabajos de Tobías , Nuestra Señora de Atocha,
Los áspides de Cleopatra y Los bandos de Verona, serian por entonces las que enaltecían la fama del
insigne autor del Garda del Castañar, mas bien que esta admirable producción, que ni siquiera
lialiamos mencionada porsus contenq)Oráncos. Los autores extranjeros aprovecharon mejor el reper-
torio de Rojas. Tli. Corneille tradujo, con el titulo de Don Beltran del Cigarral, la preciosa comedia
de Enlrebobos anda el juego; Scarron, con el de Jodelct madre ct valet, la de Dondeno hay agravios
no hay celos; Rotrou imitó en su IVenceslas la de No hay ser padre siendo rey; y Lesage colocó,
reducida á novela , en la historia de Gil Blas de Santillana el drama de Rojas Cacarse por vengarse.
Pasadas las tinieblas de nuestra escena, hacia fines del siglo xviii, y cuando la crítica galicista,
acaudillada por Luzan, Montiano y Nasarre, se ocupó en estudiar y aquilatar en el crisol de Ra-
cine y de Moliere el teatro de Lope y Calderón , apenas tomó en cuenta más que á estos dos insig-
nes autores , olvidando completamente á Tirso y Alarcon , y apenas saludando á Rojas y Morete.
Algunas de las inmortales piezas de estos colosos de la escena , por su extraordinario mérito se abrie-
ron paso al través de las tinieblas de la ignorancia y de los análisis químicos de la crítica , y á par
de El desden con el desden y el Rico hombre de Alcalá, do Moreto; del Sancho Ortiz de las Roelas
y Lo cierto por lo dudoso, de Lope; de La vida es sueño y El Tetrarca, de Calderón; del Vergon-
zoso en Palacio, de Tirso; brilló de nuevo en la escena el Garda del Castañar.
Andando los tiempos, y ya bien entrado este siglo, los eminentes críticos y literatos señores don
Francisco Martínez de la Rosa, don Agustín Duran, don Dionisio Solis y don Alberto Lista, em-
prendiendo con más íilosofia, imparcialidad y buen gusto el estudio de nuestro precioso tesoiM dra-
mático, conocieron y aquilataron más cumplidamente su valor, clasilicaron su iinnenso re|>ei|iirl() y
colocaron á la cabeza de él los seis grandes nombres de Lope, Tirso, Calderón , Alarcon , Moreto y
fl) «A don Francisco de Rojas le silbaron la comedia (If ella un calinlioro que casándose, halló violada de otro
Cada cual lo que le loca, por haberse atrevido á poner en amor á su esposa...» {Dances Candamo.
XII APLiMES BIÜGRÁFICÜS, BIBLIOGHAFICOS Y CHlllCOS
Rojas. El primero de aquellos ilustres críticos, el señor Martínez de la Rosa, en sus excelentes dis-
cursos, apéndices y notas á la Poética, tomó la iniciativa en tan patriótica cruzada , en tanto que los
señores Duran y García Suelto publicaban en Madrid una colección bien escogida de comedías de
nuestro antiguo Teatro; que Solis exhumaba del olvido á Tirso de Molina , refundiendo y presen-
tando en la escena sus mejores producciones ; que Lista en sus cátedras y artículos literarios re-
habilitaba aquellos nombres inmortales , dando á conocer sus bellezas respectivas á la generación
que aparecía en la arena literaria, combatiendo y disculpando sus errores, y tornando á su primitiva
fama el brillo y esplendor que la ignorancia habia tenido eclipsados; y esto con un juicio, con un
criterio más lógico, sensato é iraparcial que aquel que les pudieron aplicar sus mismos contemporá-
neos. Pero estos excelentes críticos, llevados como aquellos principalmente del entusiasmo pre-
dilecto hacia Lope y Calderón y considerándoles como los tipos ó emblema de nuestro antiguo Tea-
tro, no se detuvieron, ámi entender, lo suficiente en examinar y analizar los otros colosos dramáticos
para justilicar el titulo de primer urden que parecieron concederles ; y hasta que los señores Hartzen-
busch, Ochoa, Fernandez-Guerra (D. Luís), Gil Zarate y otros no menos entendidos han conti-
nuado aprovechadamente aquel estudio, é hicieron al público participe de sus excelentes trabajos,
no pudo éste conocer y apreciar debidamente á Tirso, Moreto y Alarcon. Rojas todavía (como
dije al principio de este discurso) es el que hasta ahora no fué estudiado con la minuciosidad y es-
mero que merece ; sin embargo , tUchos y otros críticos contemporáneos lian emitido sus juicios
más ó menos extensos sobre este autor en oportunas frases y sensatas apreciaciones , si bien revelan
en ellos, á mi modo de ver, que no pudieron ó no tuvieron lugar de conocer todo su repertorio para
apreciarle en conjunto.
Hé aquí como el señor Martínez de la Rosa hablaba de Rojas en 1825:
« Cerca de Moreto , ya que no al par suyo, debe colocarse á su contemporáneo FnANcisco de Rojas , que se le
asemejó mucho en las buenas prendas , aunque le excedió lastimosamente en defectos. Cualquiera que no teniendo
por sí noticia de este poeta , y oyendo celebraiie como uno de los mejores de España , registrase ansioso sus obras,
¡cuan burlado se quedaría si la casualidad hiciese que topase con algunas de ellas! Hasta sospecharía que habían
querido hacerle una pesada burla. Ni fuera fácil formar otro concepto al leer el inmoral y desatinado plan de
No hay ser padre siendo rey, ó la hinchazón ridicula de Los áspides de Clcopatra , ú las necedades de El falso
Profeta Mahoma y de Los celos de Bodamon'e, ó los absurdos de Santa Isabel, reina de rortujal, y otras com-
posiciones de esa laya , las cuales , lejos de desctibrir ni aun visos de un poeta ingenioso y ameno , parecen úni-
camente sueños de un delirante. Hállanse en ellas, en vez de pensamientos oportunos, conceptos falsos y alam-
bicados; en lugar de dignidad , hinchazón ; juguetes pueriles en cambio de agudeza , y metáforas ridiculas y frases
huecas, y estilo escabroso, y todos los defectos juntos que pueden afear las composiciones dramáticas.
»Pero en Rojas parece que se ven dos poetas distintos : uno extravagante y afectado, que se afanaba por parecer
elevado y sublime lisonjeando el mal gusto de su época , y otro lleno de amenidad y gracia cuando dejaba correr
libremente su talento sin oprimirle ni hostigarle. El mismo poeta que deliraba en Persilcs y Segismundo, es el
que mostraba tanta invención y viveza en la comedia de Donde hay agravios no hay celes , argumento suma-
mente ingenioso , más conocido fuera de España con el segundo titulo de El amo criado, que es con el que fu¿
trasladado al teatro francés.
'¡Mucho menos sagaz y artificioso mostróse Rojas en la trama de Lo que son mujeres ; pero ¡ á qué punto no
manifestó en esa comedia la agudeza natural de su ingenio , su gracia para pintar defectos ridiculos , su soltura
en el diálogo, su facilidad para el estilo cómico , su donaire y chiste !
i).\unmás propio todavía para sobresalir en la verdadera comedia pareció Rojas en otra composición intitulada:
Entre bobos anda el juego, presentando en ella un don Lúeas del Cigarral, personaje ridiculo , pintado con mu-
cha gracia y viveza. No es exacto , como pretende Nasarre , que esta composición pueda presentarse como sujeta
á las reglas del arte , pues aunque la unidad de acción no esté en ella mal observada , dura la acción dramática
poco menos de tres días, y la escena varia mis de una vez, no sólo de lugar, sino hasta de pueblo. Pero en esa
comedia se admiran, juntamente con la invención ingeniosa, situaciones inesperadas, escenas interesantes, diálo-
gos muy lindos , y aquella gracia fácil, aquella burla sazonada , que es el alma de esta clase de composiciones.
uTambien debe citarse como muestra del talento singular de Rujas la celebrada comedia intitulada : Abre el ojo
ó Aviso á los solteros; pero por no haberse propuesto en ella su autor un fin propio, fijo y determinado , me pa-
rece que divaga su ingenio sin norte ni rumbo, y que las escenas están en ella como las hojas de un libro primo-
roso , pero flojo y muí encuadernado. Mas esto no obsta á que se aplaudan cual merecen algunas escenas suma-
mente cómicas , cuadros bellísimos de costumbres y de caracteres , facllitlad en la frase y en el diálogo, agudeza
y donaire ; todos los materiales , en fin , propios para una excelente obra dramática , sí hubiera habido más inteli-
gencia y tino para reunidos y aprovecharlos. »
DE DON FRANCISCO DE HOJAS ZORRILLA. xm
Esta discreta apreciación del talento poético de Rojas, hecha por el ilustre autor del Edipo, seria
completa si por una distracción inconceliihle no hubiera hecho en ella caso omiso del famoso dra-
ma del Garda , que es el más sólido tündainento de la gloria de nuestro autor.
Ya queda dicho que por este mismo tiempo se publicaba por los señores Duran y García Suelto la
Colección general de comedias escogidas, en la cual dieron lugar á las de Garda del Castariar, Lo
que son mujeres , Entre bobos anda el juego , El amo criado , Progne y Filomena , Abre el ojo, Don
Diego de Noche y el Desden vengado, que equivocadamente atribuyen a Rojas , y es de Lope , según
queda manilestado ; y en los discretos análisis que pusieron al íin de cada di-ama hicieron resaltar
las bellezas de primer orden que las recomiendan , aunque no pudieron entrar en comparaciones y
apreciaciones generales del repertorio de su autor, y sólo tuvieron presentes , ó por lo menos no
aludieron á otras que á dichas piezas , las únicas que dieron al público.
Todas ellas se hablan conservado con aprecio en el teatro, y singularmente la magnifica Del Tic;/
abajo ninguno. Garda del Castañar, que brillaba en primera línea al lado de El Rico hombre de
Alcalá, de Moreto, desde que el gran actor Isidoro Maiquez las hubo escogido como instrumento de
dos de sus más legítimos triunfos escénicos , siendo el drama de Rojas considerado desde enton-
ces como e! más popular y simpático del Teatro español, el más completo y acabado cuadro de su
hidalgo y poético carácter. Al modesto y profundo literato don Dionisio Solís, que fué quien creemos
le colocó en manos del Róselo español , y á la sublime inspiración de este gran genio en interpretarle
dignamente, debe Rojas sin duda su postumo renombre y el singular honor de ser colocado unáni-
memente por los modernos críticos en primera linea al lado de nuestros autores de primer orden.
Con pocos años de diferencia el excelente poeta y maestro don Alberto Lista , en sus diversos es-
critos y lecciones sobre el Teatro español , acabó de fijar el gusto de la brillante juventud que le es-
cuchaba como su oráculo ; enseñóla á conocer el carácter y primores de las musas de Lope , Tirso y
Calderón , Alarcon y Moreto ; pero al llegar á Rojas , la casualidad de terminar sus lecciones en el
Ateneo hizo que no se detuviese á analizarle con aquella escrupulosidad que había dedicado á los
otros, sus contemporáneos ; y en una sola lección que le consagró , la ocupó toda ella en el análisis
del Garría, tocando muy someramente algún otro de los dramas, especialmente trágicos, del re-
pertorio de Rojas , á quien , sin embargo, no dudó en calificar como el más propio de nuestros au-
tores para manejar el puñal de Melpomene.
El señor Gil Zarate , en su apreciable Manual de literatura, también puede decirse que absorbió
el juicio de este autor en el de su drama más celebrado ; sin embargo, da algunas pinceladas muy
oportunas sobre el carácter general de su ingenio y estilo , y se conoce que lo había estudiado con
más afición. Dice, pues, asi:
«El primer poeta dramático que empezó ya á apartarse de la sencillez y naturalidad de los anteriores , creando
una nueva escuela que luego perfeccionó Calderón, fué don FnANCisco de Rojas Zorrilla. Esta escuela se dis-
tinguió por el brillante colorido, por el follaje , la palabrería y un culteranismo particular, que no era precisa-
mente el introducido por Góngora en la poesía lírica. El Teatro necesita siempre más claridad que las obras desti-
nadas á la mera lectura, porque en él no se da lugar á la reflction ni , como en estas, puede el espectador volver
atrás para estudiar lo que no ha comprendido. El carácter especial de las dos clases de culteranismo era la falsedad
de los conceptos y lo exagerado de las imágenes y figuras; pero en el género lírico entraba además la afectación
de las palabras y la oscuridad de las ideas. El estilo introducido por Rojas era más retumbante aun si cabe , pero
más claro, los versos armoniosos y ricos y las palabras en general más corrientes y usuales. Formaba una música
que encantaba los oídos, y lo brillante de las figuras alucinaba además á imaginaciones ardientes que reparaban
menos en lo exagerado de la pintura que en lo espléndido del cuadro.
)>No obstante este defecto de hinchazón y falla de naturalidad , ocupará siempre Rojas un lugar distinguido en-
tre nuestros poetas dramáticos. Su estilo es siempre culto y fluido ; su versificicion dulce , fácil y sonora ; sus pen-
samientos tienen robustez y elevación , abundando en rasgos magníficos y sublimes. Acaso ningún dramático do
los nuestros ha dado pinceladas más firmes y vigorosas, ni ha sabido prestar tanta energía á los caracteres. Sus
cuadros además están bien acabados y suelen ofrecer escenas del mayor interés dramático. El García del Castañar
no cede á drama alguno en esta parle, y es una de nuestras comedías antiguas que con más gusto se ven en la es-
cena. Sin embargo de sobresalir en la parte sería , no es menos feliz en la jocosa , y no es inferior á ninguno de los
contemporáneos en sales cómicas y en gracias jocosas y picarescas. No os tan ligero como Moreto, pero es más
punzante en sus dichos y más socarrón sobre todo. Pueden servir de muestra los dos siguientes ejemplos.
xiT APUNTES BIOGRÁFICOS, BIBLIOGRÁFICOS Y CRÍTICOS
iiEn la comedia de £'i más impropio Verdugo, yendo el gracioso á pedir perdón ú sus compañeros por liaber
ofrecido ejercer con ellos aquel cargo, les dice:
»Yo os prometo degollaros
Tan sutil)' tan ligero.
Que parezca que el cuchillo
Ha nacido en el pescuezo.
«Y cu la de No hay amijo para amigo dice el gracioso liablanüo de uno que le lia dado un bufeton:
»EI morirá malogrado,
Y perdonarle quisiera ,
Por ser esta la primera
Bofetada que habia dado.
Pero según la asentaba
En la parte que caia,
Me parece á mi que habia
Mil años que abofeteaba.
«Es de advertir que en sus piezas cómicas, como Lo que sori mujeres. Entre bobos anda el juego, y aun en los
pasajes del mismo género que introduce en las serias, es Rojas un modelo de facilidad, de verdad y do gracia.
Esto í-e explica con que entonces escribía sin pretensiones, obedeciendo únicamente al impulso de su ingenio,
mientras en sus demás obras buscaba el aplauso popular , afectando el estilo hinchado que entonces era de moda,
y procurando sobrepujar en él á sus competidores.
»En Los áspides de Cleopalra dice Octaviano á los otros triunviros, sus colegas:
• Cuando el alba y aurora , entonces bellas ,
A reconocer salen las estrellas;
Cuando el tardo lucero sin decoro
Murmurando está el sol bostezos de oro,
Y el pájaro de verdes plumas rico
Afila al tronco el argentado pico ,
Retoza el can , y la que ruge fiera
Muestra la presa con que al tigre espera.
Chupa el clavel el liquido roció.
Agota el pez las márgenes del rio,
Y en repetido tálamo dichoso
La tórtola se pica con su esposo ,
y la culebra sola ,
Ondeando la arena con su cola ,
Al asomar del sol temprano el coche
Muda la piel con que esperó la noche ;
Partí cortando al mar la verde bruma
En trescieutos centauros de la espuma ;
Pues volar y correr cada cual sabe.
Medio cuerpo cristal y medio nave.
«¿Quién dijera que esos versos son del mismo autoi que ha puesto los siguientes en boca de un gracioso que,
ungiéndose ser su propio amo , se halla expuesto á un desafío en Donde hay agravios no hay celos?
«¡Después de Dios, bodegón!»
Aquí trascribe el señor Gil Zarate este delicioso monólogo, como para contraponer su naturalidad,
donaire y agudeza á la hipérbole y exageración del alambicado trozo que antecede ; pero no necesi-
taba para ello apartarse del mismo drama tan anatematizado de Los áspides de Cleopalra , donde
á vueltas de cien absurdos y delirios tropezaría con escenas tan interesantes , diálogos tan bellos,
y tan noble y poética entonación como en la escena en que llegando Marco Antonio por primera vez
á avistarse con la reina de Egipto, adonde acude determinado á vengar el vencimiento de sus cole-
gas Lépido y Augusto, se pone en boca de ambos el siguiente parlamento :
Di , ¿ quién eres , soldado ?
AMONIO.
Marco Antonio.
CI.E0PATRA.
Temor de oir su nombre he recibido,
Y esta es la vez primera que he temido ,
Pero es valor este temor primero;
Echar el velo á mi hermosura quiero.
Que pues m! espada el triunfo me asegura.
No quiero que le venza mi hermosura.
Sale ANTONIO.
ANTO.MO.
Cleopalra valerosa,
Segim dice la fama, muy hermosa.
Que es lo que agora menos te asegura ,
Pues yo no he de rendirme á tu hermosura;
Reina de Egipto no como solia.
Porque hoy ha de ser mía Alejandría.
Yo vengo (asi una ofensa restituyo)
A llevarte á mi reino por el tuyo.
CLEOPATRA.
Marco Antonio imprudente.
Para con los cobardes muy valiente,
Y según el clarin armonioso.
Para con infelices venturoso.
No rey del Asia ya , como solia ,
Porque el Asia también ha de ser mia.
Vuélvete al mar salado.
Si no quieres, quedando aprisionado
En mi reino, que llama Europa suyo.
DE DON FRANMSCO
Que vaya luego i conquistar el tuyo;
¿Que i Lépido he vencido no lo sabes?
A>TOMO.
Dióle sepulcro el mar á óchenla naves.
CLEOPATnA.
A Octaviano venció mi brazo airado.
A>T0MO.
Él se dejó vencer de enamorado ;
Tus ojos me contó que le rindieron.
CLEOPATHA.
¡Pese á mis ojos, si ellos le vencieron .'
{Levantándose.)
¡ Viven ellos , que al sol causan enojos,
Que no te he de enseñar á ti mis ojos,
Porque al verte vencido
No digas que mis qjos te han rendido!
DE ROJAS ZORRILLA.
CLEOPATRA.
Aunque verme deseas ,
Soy mucho yo para que líi me veas;
Ni he de verte , por no darte indignado
Los méritos de haberte yo mirado.
Pues yo bien sé cuando á tu luz me llego.
Que no puede rendirme el amor ciego.
Aunque eso dices, responderte [Hiodo
Que no me ves por no tenerme miedo
CLEOPATOA.
V tu valor mirarme no procura
Porque teme rendirse á mi hermosura.
ANTONIO.
Y aunque mir.ñra de tu luz el fuego...
CLEOPATRA.
¿Qué hicieras si me vieras? {üescúbresc yirJra'.c,)
ANTONIO.
Morir luego.
En esta misma elevada entonación continúa esta bellísima escena , Iiasta que termina con ella la
jomada primera.
El sefior Gil Zarate continúa después su juicio de Rojas con el obligado elogio del García del Cas-
tañar, cuyos trozos y escenas más intersantes compulsa y analiza con deleite.
Todavía va más adelante en elogio de Rojas el señor Ochoa en su Tesoro del Tealro español, pu-
blicado en París, y sí bien no convenga acaso en absoluto con la entusiasta apreciación con que
le califica , no puedo prescindir de trasladar las enérgicas , bellas y apasionadas frases que dedica al
autor.
(¡Rojas figura (dice) en primera linea entre tmestros escritores droraáticos , al lailo de Lope, Calderón, Moreto,
Atareen y Tirso, y tiene entre todos ellos el mérito de liaber sobresalido en el género couilco como en el trágico;
en este último , sobre todo , dotó á nuestro repertorio del mejor drama trágico que en nuestro concepto posee la
lengua castellana : hablamos del García del Castañar.
«Rojas, aunque no exento del culteranismo de su siglo y de los demás resabios que afean la dicción de todos ios
poetas de aquel tiempo, sobre todo de los dramáticos, es uno de los grandes maestros de la lengua. Esta proposi-
ción escandalizaría tal vez á algunos clásicos severos : á nosotros nos parece muy verdadera , aunque no se nos
oculta que con un poco de mala voluntad es fácil parodiarla y hacerla pasar por absurda. El que lo hiciera no
desearía ciertamente poner en limpio la verdad , sino embrollar la cuestión para lucir su ingenio. Seria menester
ser un verdadero insensato, á menos de ser rematadamente tonto , para ver un modelo de locución ni de nada
en la monstruosa comedia titulada: No hay ser padre siendo rey , por ejemplo , que sólo puede compararse en lo
absurda y necia á la de Los áspides de Cleopatra (I) ; pero es menester considerar que en Rojas parece que se
ven dos poetas distintos , enteramente distintos , no sólo en el carácter de sus diferentes composiciones , sino hasta
en el estilo y en el lenguaje. Dejando aparte á Calderón , á quien ningún otro de nuestros poetas dramáticos
aventajó en nada , Rojas iguala , sí no supera , á todos sus rivales en jiureza de locución , y supera á todos sin duda
en neri;io : su frase es siempre más cómica y vigorosa, sus expresiones más castizas y propias, es decir, más
adecuadas á la situación ; y es esto tan cierto , que el hombre más versado en nuestra riquísima lengua difícil-
mente hallaría una palabra que alterar con otra equivalente en un verso suyo sin quitarle fuerza ó dulzura. En-
tiéndase que esto es sólo en los dramas buenos de Rojas , en aquellos en que le consideramos como un modelo , y
que es tan fácil distinguir de los malos , que ni aun el más rudo principiante puede desconocer su diferencia. En
ellos podía acaso fallar alguna vez nuestra regla, pero será seguramente en excepciones.
»¿Qué decis?
Mis precio entre aquellos cerros
Salir á la primer luz,
Prevenido el arcabuz ,
Y que levanten mis perros
Una banda de perdices
(Ij El señor Ochoa se dejó llevar aqui de la aci iinoiiia, porque los dos dramas que cita no son cstúfiidus ni njucho
menos.
ív. APUNTES BIOGRÁFICOS. BIBLIOGRÁFICOS t CRÍTICOS
«En tenia esta relación de García del Castañar, por ejemplo, y en la del mismo que empieza con estos mngnífi-
C03 versos ;
»No soy quien piensas, Alfonso:
No soy villano, ni injurio
Sin razón la inmunidad
De tus palacios augustos.
Debajo de aqueste traje
Generosa sangre encubro
nEs tan popular esta comedia en España, que apenas hay joven medianamente educado que no recite de memo-
ria algunos trozos de ella ; en los teatros de las ciudades se representa continuamente, y aun en los lugares y aldeas
es muy conocida por ser la primera que sacan á relucir cuando pasan por ellas las trashumantes compañias de
cómicos de la legua. Puede decirse , pues, que esta comedia es la más generalmente conocida en España de todas
las de nuestro inmenso repertorio.
»L'na celebridad tan universal y tan duradera no puede menos de fundarse en mérito extraordinario, sobre todo
cuando se considera que esa celebridad no es debida ni á ser la primera, ni mucho menos la única obra en su gé-
nero conocida en España, ni tampoco á que su carácter trivial la ponga naturalmente al alcance del gusto poco
delicado del vulgo. Los doce Pares de Francia y el Bertoldo y Cacasaio , por ejemplo, deben su inmensa fama
entre el populacho español á esta última circunstancia ; otras por este estilo la deben á la primera. Pero el Garda
del Castañar no se halla bajo ningún aspecto en estos casos ; nuestro repertorio ofrece un sin número de compo-
.sicioncs dramáticas de este género misto de cómico y trágico , y justamente esta pieza es una composición seria
y profunda. ¿Mas qué mucho que esta comedia haya alcanzado tanta celebridad, si es tan admirable que no ha-
llamos expresiones con que encarecer su mérito? Si por una inconcebible fataliJ.id estuviese destinado á desapa-
recer de repente de la faz de la tierra nuestro antiguo Teatro , y nos fuese dado salvar sólo una pequeñísima parte
de él, cuatro dramas, como reliquia de tanta riqueza , nosotros , que tenemos en mucho las glorias literarias de
nuestra nación, no vacilaríamos en elegir para salvarlos de ese espantoso naufragio universal. El Tetrarca, de Cal-
derón ; El desden con el desden , de Moreto ; La verdad sospechosa , de Alarcon ; y el Garda del Castañar, de
Rojas.
«García y Blanca son dos caracteres pintados de mano maestra: el primero es el modelo de los hombres nobles y
honrados, la tJgunda el modelo de las esposas virtuosas. Hay dramas muy buenos en los que se conoce, sin embargo,
que seria posible hacer alguna corrección , suprimir ó variar alguna escena para el mejor efecto general del todo,
añadir algún toque á este ó el otro personaje para darle más relieve : esto sucede aún en las obras de más mérito;
pero en García del Castañar introducir la más leve alteración , seria privarle de una belleza y destruir bárbara-
mente la mágica armonía del conjunto.
i)De?pues de la deliciosa pintura de la vida del campo con toda su serena dalzura que presenta el poeta en los
dos primeros actos de este drama , después de ofrecernos un cuadro bellísimo de la serenidad perfecta de dos jó-
venes esposos, eleva en el ánimo del espectador el terror trágico á su más alto punto, cuando al reconocer Gar-
cía que no es don Mcndo el Rey , como hasta entonces equivocadamente había creído , exclama fuera de si :
Honra desdichada mia ,
¿Qué engaño es este que ves?
Al oír estas terribles palabras conoce el espectador que no hay poder humano capaz de salvar á don Mendo. La
sentencia de muerte está ya pronunciada y es irrevocable.
»¡ Con qué artificio prepara el autor la acción ! Nada hay forzado en ella, nada que no venga traído por el orden
natural de las cosas , sin que jamás se vea el esfuerzo del poeta por complicar los sucesos para aumentar el interés.
Se conoce que Rojas meditó mucho este, argumento , y así consiguió hacer una obra maestra, j Lástima es que no
hicieran siempre lo mismo nuestros poetas del siglo xvii! No seria acaso tan abundante nuestro repertorio, pero
contendría más obras de que pudiera decirse lo que del Garda del Castañar: Es una obra que se acerca á la
perfección cuanto es posible.»
Hasta aquí los críticos españoles ; los extranjeros conteiniroráneos que con más acierto se han
ocupado en el estudio de la literatura española, los señores Ticknor y Schact, consagraron , como no
podían menos, á nuestro Rojas un lugar muy señalado en su estudio ; el primero, sin embargo, el
señor Ticknor, se ocupa casi exclusivamente del García , y repite, respecto de él y de algunas otras
obras dramáticas de este autor, lo que generalmente se venia diciendo; todo ello muy de pasada,
romo el que no se liabia detenido suficientemente á examinarle y comparar su mérito. Pero el que
á nuestro modo de ver ha comprendido mejor la índole de nuestro autor, el que le ha estudiado más
detenidamente y expresado con más exactitud y vigor sus cualidades distintivas, es el ilustrado barón
DE DON FRANCISCO DE ROJAS ZORRILLA. xni
Schaí^, en su excelente obra sobre el Teatro espaüol, publicada en aloman hace algunos años (i);
cu illa discurre con un acierto, con una sagacidad y diligencia verdaderamente alemanas, sobro
to, ins 6 casi todos los dramas de Rojas : los desentraña y analiza (algunos, como el Garda , con nota-
ble extensión), los compara y aquilata con gran conciencia literaria , y de este estudio saca conse-
( luncias lógicas para calificar la índole especial del ingenio de Rojas en trozos tan elegantemente
expresados como este (2).
(iLa naturaleza dotó á Rojas de las más raras cualidades : imaginación poderosa , fantasía creadora , locución
fogosa y elevada , pintura viva de afectos en lo trágico y gran ingenio y agudeza en lo cómico. Con tales dotes
compuso obras maestras , que pueden figurar al lado de las más notables de Calderón ; pero le faltaba , para sos-
tenerse á esta altura , el buen juicio y el gusto artístico razonado que lian de auxiliar al genio para que no decai-
ga. Con esas grandes cualidades tenia nuestro poeta cierta afición á lo raro y á lo exagerado, que se observa , ya
en el caprichoso arreglo de sus piezas, ya en las extravagancias de sus detalles. Cuando se abandona á esta pro-
pensión engendra verdaderos monstruos, dignos de una imaginación calenturienta , inventando los más locos ca-
prichos y ofreciendo caracteres tan repugnantes como poco naturales. Por lo que hace al estilo, muchas de sus
obras son en alto grado Gongoristas, de falso brillo, afectada oscuridad, contrastes de mal gusto y deslumbradora
hojarasca de palabras. Y esta afición do Rojas al culteranismo es tanto más difícil de explicar, cuanto que en va-
rios dramas suyos , y hasta en escenas de los que más se distinguen por esos defectos , aparece natural en la ex-
presión, sencillo y poco pretencioso en la frase, y dado á la sátira contra los cultos. En la comedia Sin honra no
hay amistad pinta asi la oscuridad de la noche :
Está hecho un Góngora el cielo,
Más oscuro que su verso;
y en El desden vengado (acto primero) se encuentran dos sonetos destinados, según parece , á parodiar el estilo
culterano.
»Por dicha no son muchas las piezas de Rojas que ofenden por lo desbarajustado del plan y la afectación del len-
guaje, y poseemos en cambio un número considerable de ellas que podemos admirar con placer, las cuales, si
bien no e.Tentas de critica del lodo , se distinguen por su ingeniosa composición y la maestría de sus detalles , hasta
el punto de merecer que se las cuente entre las más preciosas joyas del Teatro español. Verdad es que aun en es-
tas mismas piezas se nota la inclinación del poeta á lo raro y lo maravilloso, á veces hasta el exceso , y que su len-
guaje no carece de ciertas manchas ; pero no debemos pararnos en pequeneces y negarle el genio, no compren-
diéndolo , deteniéndonos mas bien en sus defectos aislados que en la excelencia del conjunto. Merece particular
atención, como antes hemos dicho, que Rojas, al paso que incurre alguna que otra vez en exageradas metáforas,
brilla en alto grado , y como pocos poetas españoles , por la naturalidad de su estilo, y que juntamente con su
exuberante imaginación, que se derrama aquí y allá en sus piezas, haciéndolas defectuosas, poseía una inteli-
gencia varonil que la regularizaba cuando queria. Cuando dominaba su entendimiento, cuando su razón tenia en
equilibrio á su fantasía , componía obras excelentes, tan llenas de lozano estro poético como de vigorosa exposi-
ción , completas y ricas en su conjunto , de partes estrechamente enlazadas entre si , sembradas de poéticos pen-
samientos expresados con clásica precisión.
))De lo expuesto se deduce , que hemos desvanecido el error de los que miran á Rojas como imitador de Calde-
rón ; por ningún concepto se le debe calificar así , puesto que el análisis de sus obras demuestra que poseía un
talento bastante original para seguir un camino propio, así en lo trágico como en lo cómico. «
Entra después en el análisis del García y de los demás dramas de Rojas, probando con ellos las
observaciones que antes ha emitido.
Después de los razonados y brillantes juicios de críticos tan eminentes, osado atrevimiento pare-
cerá en mí el consignar el propio , tanto por la inferioridad reconocida de mi criterio , en compa-
(1) Gesckiehle der dramatischen Literalur und llunst objeto de publicarla y hacer esle servicio á nuestra
ín Spanien. Francfort, 1854. literatura; pero el desden de los editores , ó mas bien del
(2) Debo la versión al castellano de este briUante público español, le hicieron suspender su tarea, en tanto
trozo al señor don Eduardo de Micr, que la ha hecho á queen Alemaniaseagotaha,convergüenzanuestra,lapri-
mi ruego, y que emprendió hace tiempo la traducción mera edición de la obra de Schact, y procedía éste á una
completa de la excelente obra del señor de Schacb, con segunda en 1834, que es la que tengo á la vista y poseo.
XTfi. APUNTES BIOCnÁFICOS, BIBLIOGRÁFICOS Y CBÍTICOS
ración con el de uiiiioUos , cuanto porque habiendo de convenir en la mayor parte de sus delicadas
apreciaciones, y repetirlas, por consiguiente, aunque no con tanta lucidez, poco ó nada puedo
añadir que de leer sea.
Pero el compromiso, aunque involuntario , que me impuse al encargarme de ordenar esta Colec-
ción , me obliga virtualmente á emitir la propia, aun después de consignadas tantas y tan respeta-
bles opiniones , contra cuya autoridad seria hasta insensato protestar. Afortunadamente ni es tal
mi presunción indiscreta , ni existe tanta divergencia entre los autorizados juicios que quedan ex-
puestos y el que modesta y desconfiadamente voy a estampar.
Por la exposición que dejo hecha de aquellas discretas opiniones de la crítica moderna respecto á
la Índole especial del talento dramático de Rojas, á su extensión y á su estilo, se ve claramente que
todos convienen en ciertas bases generales, reconociéndole como distintivo peculiar la energía y vi-
gor del pensamiento , el nervio , la propiedad y el donaire en la expresión ; que todos concuerdan
en su acierto y sagacidad pura conducir el argumento de sus buenos di'amas con punzante ínteres
y desenvoltura , lo que prueba bien el profundo conocimiento que tenia de la sociedad y del corazón
humano, y cuan bien sabia tocar los resortes propios para interesarle y conmoverle; que todos
hacen justicia á su práctica y dominio de la escena ; y que todos , en íin , deploran que un ingenio
tan peregrino y que sabia en ocasiones sostenerse á inmensa altura , ya fuese por complacer y hala-
gar el gusto del vulgo , ya por capricho propio , extravagante y veleidoso , se rebajara en otras (por
desgracia harto frecuentes) á hacinar como de intento despropósitos y vaciedades que rayan en el
absurdo , y que contra sus propias convicciones (consignadas con el ejemplo y con la palabra} vi-
niese á hacerse el eco delirante de aquellas demasías que un público estragado apetecía ó ensalzaba,
adormeciéndole , mareándole más y más con ridículos abortos y desatinos en que no se sabe qué
admirar más, si la lastimosa prostitución del ingenio ó la paciencia ignorante del vulgo.
En todas estas apreciaciones de la buena critica no podrá menos de convenir todo aquel que haga
un estudio imparcial del repertorio de Rojas , como yo he debido hacerle en la presente ocasión , y
bien que acostumbrado á esta incomprensible asociación de lo más sublime con lo más ridículo
que plugo hacer á todos ó la mayor parte de nuestros célebres dramaturgos del siglo xvii , desde el
mismo Lope hasta Cañizares, no podrá menos do convenir con los buenos críticos, en que pocos, aun
de los de segundo orden de nuestro Teatro, llevan tan allá como Rojas la indisciplina , el desento-
no , la degradación , en fin , de su magnífico ingenio. Sí hubiera necesidad de probarlo bastai'ia con
sólo llamar la atención hacia sus comedías ya citadas : El falso Profeta MaJioma, Los encantos de Me-
dea, Pcrsiles y Segisjinmda, Los celos de rwdamonte. Los trabajos de Tobías y otras, y en general
sobre los autos sacramentales , en los cuales agotó , puede decirse, cuantas incongruencias, cuantos
delirios habían luego de prohijar las calenturientas musas de los Diamantes y Candamos : todas
las extravagancias hiperbólicas y ridículos logogrífos que , especialmente en su último período,
oscurecieron el cielo de nuestra antigua escena.
La crítica moderna cierra los ojos y tápalos oídos delante do tamaños extravíos del ingenio, y poj
mi parte, para reunir y ordenar esta Colección escogida del repertorio de Rojas, he debido pres-
cindir absolutamente de esos dramas en que parece haberse olvidado de sí mismo; aun hubiera, repito,
extendido á mayor número la exclusión , si la necesidad de completar el tomo con el número com-
petente no me hubiera obligado ádar en él cabida á algunas piezas, harto débiles por cierto, aunque
no carecen de interés en el iondo y de algunos accidentes de mérito, tales son las tituladas: Don
Pedro Miago, La hermosura y la desdicha, Santa Isabel de Portugal, Nuestra Señora de Atocha,
Peligrar en tos remedios y alguna otra, y las últimas de Los tres blasones de España , El catalán
Serrallonga y La traición busca el castigo, que aunque de mérito relativo, no son obra exclusiva
de Rojas, sino escritas por él en colaboración con Coello y Yelez de Guevara.
A este suplemento me ha obligado también la sensible carencia de otros dramas de nuestro don
Fbancisco que, aunque figuran en los catálogos, no he conocido ni podido haber á las manos, ya
por no haber llegado hasta nosotros , ya por no tropezar con ellos en ninguna de las bibliotecas
que he consultado; tales son Líicrecia y Tarquino, Numancia destruida (que suponen dos dramas
de e\ce\enlesiTgvimenlo trágico). Nadie haga bien á traidores. Buena sangre es lo mejor. Mur-
muraciones de aldea y alguna otra cuyo expresivo titulo me hace sospechar que no serian de las
inferiores de Rojas, y que hubieran ocupado dignamente un lugar en esta Colección.
Escogidas , en fin , con la posible escrupulosidad dentro del repertorio conocido , creo que la
treintena de piezas que la componen forma un cuadro bastante general y completo , y á que pu-
DE DON FRANCISCO DE ROJAS ZORRILLA. xix
diera añadirse poco para dar á ronocer el talento de don Francisco de Rojas en ambos géneros,
trágico y cómico , y hasta para familiarizarse con los mismos extravíos de su ingenio, que en mu-
chos de estos mismos dramas alternan ( n singular contraste con los más preciados toques de su
poético pincel. Y descoso de someter al juicio público la decisión sobre el juicio unánime de la cri-
tica moderna , que conviene en asignar á Rojas cierta especialidad para la tragedia , he procurado
escoger y presentar por iguales partes las más señaladas muestras de su ])luma en ambos géneros,
trágico y cómico , con lo cual el lector inteligente tiene á la maiio las inuebas ó títulos que han de
servirle para establecer la comparación y adherir ó no á aquella (ipininu de la critica.
Los dramas heroicos y trágicos á que he dado cabida en e.sta Colecciou son los siguientes: Gar-
cía del Castañar.— Progne i/ Filomena.— Casarse por vengarse— El más impropio Verdugo.— La
traición busca el castigo.—Santa ¡salhi de Portugal.— El Caín de Cataluña.— Los bandos de Ve-
rana.— ¡S'ohay ser padre siendo rey. — El desafio de Carlos Quinto. — Los áspides de Cleopalra. —
Nuestra Señora de Atocha.— Los tres blasones de España. — El catalán Serrallonga.— También la
afrenta es veneno.
Y en el género cómico y caballeresco, ó festiva pintura de costumbres y caracteres, á otras
quince , a saber : Entre bobos anda el juego. — Obligados y ofendidos — No hay amigo para amigo. —
Abre el ojo. — Donde hay agravio no hay celos— Lo que son mujeres. — Don Diego de Noche. — Sin
honra 710 hay amistad. — Lo que quería ver el Marqués de Villena. — Peligrar en los remedios. —
Primero es la honra que el gusto. — La hermosura y la desdicha. — La Esmeralda de amor. — La
más hidalga hermosura.— Don Pedro Miago.
Ahora bien, examinando y comparando entre si ambos repertorios, trágico y cómico, de Ro;as,
vamos á ver si es tan funilada la opinión que reconoce en este insigne autor cierta predisposición
para el primero , y le asigna por ende una marcada superioridad en él sobre nuestros dramáticos
de orden superior.
Con lasóla y única excepción del García del Castañar (admirable creación fuera de linea y
con la que ninguna otra del mismo Rojas puede ser comparada), ¿qué es lo que hallamos en sus
dramas trágicos que suponga su especialidad en este punto, ni autorice por consiguiente la su-
perioridad (jue ha querido asignársele sobre los otros autores que cultivaron ambos como él? Se
han citado y encomiado (acaso más que lo merezcan) sus conocidos dramas: El más impropio
Verdugo, El Caín de Cataluña, y Progne y Filomena, que son sin duda alguna aquellos en que
desplega Rojas la viril energía de su pensamiento , la gala y arrojo de su brillante poesia ; pero
ninguno de ellos, á mi juicio, puede sostenerse al lado de su obra única inmortal; tampoco en su
conjunto revelan en su autor mayores dotes trágicas que las que ostenta Lope, por ejemplo, en
La Estrella de Sevilla y El mejor alcalde el rey; Calderón en La vida es sueño. El Telrarca y
El médico de su honra; Moreto en El rico hombre; Tirso en El Burlador de Sevilla y El Conde-
nado por desconfiado , y Alarcon en El Tejedor de Segovia y otras. Y aun descendiendo á otros
autores que la crítica moderna ha colocado en el segundo orden , ¿ cuál de los dramas trágicos de
Rojas (no siendo, repito, el García) puede ponerse fi'ente á frente con Las mocedades del Cid, de
Guillen de Castro ; Ueinar después de morir, de Velez de Guevara; La Desdichada Raquel ó sea La
Judía de Toledo, atribuida á Diamante v que, según Ticknor, es de Mirademescua ; v El Conde de
Sex, de Coello?
A mi entender, ninguno; ni en invención , ni en dignidad y conveniencia , ni en vigor trágico de
los caracteres, ni en poética entonación del estilo. Diré más, y es, que en la mayor parte de los
argumentos de este género usados por Rojas , rehusó voluntariamente á la originalidad , porque
todos, () casi todos, liabian ya sido presentados en la escena por Lope y Guillen de Castro, Montalban,
Mirademescua y Velez. Hasta en su misma inmortal creación del García, en que por un esfuerzo de
su gran talento se elevó hasta el punto de hacer olvidar cualquier modelo ó reminiscencia , se ha
observado ya que pudo tener á la vista El Comendador de Ocaña,áe Lope; La Mujer de Peribañez,
de Montalban ; y El Celoso prudente, de Tirso ; y yo mismo, al exhumar del olvido y colocar entre
las de Velez de Guevara la titulada : La Luna de la Sierra, de este autor, me atreví á hacer la ob-
servación de la analogía de su argumento, caracteres y situaciones con las del García del Castañar.
Publicada está dicha comedia en el tomo u de Dramáticos contemporáneos á Lope de Vega, de esta
Biblioteca; allí, pues, puede comprobársela cita y apreciar en lo que valga mi observación; y cuenta
que esta no tiende á rebajar el gran mérito de Rojas en su drama privilegiado, como tampoco dispu-
taron á Moreto la gloria de El desden con el desden los que lucieron la observación de que pudo tener
jy. APLNTES BIOCnÁFICOS, BIRLIOGRÁFICOS Y CRÍTICOS
l)resciilcs para componerla Los milagros del desprecio y La hermosa fea, de Lope; y Celos con celos
se cnrau, de Tirso de Molina.
No tiié, empero, Rojas tan feliz como en el García en otras ocasiones , tales como en A'o hay ser
padre siendo rey y El más impropio Verdugo, en que no consiguió hacer olvidar La piedad en la
justicia , de Guillen de Castro; en Los bandos de Verona y Los celos de Rodamonte, argumentos tra-
tados antes y mejor por Lope; en Los áspides de Cleopatra y en Los encantos de Medea, que rebajó
considerablemente á un terreno vulgar; en el Persiles y Segismiinda, en que siguió al pié de la letra
la novela de Cervantes ; y en los demás de sus dramas trágicos , en todos los cuales, á vueltas de al-
guna escena interesante , de algún carácter bien delineado, de alguna situación preparada con des-
treza , de tal cual trozo de elevada y brillante poesía , se tropieza á cada paso con la versabilidad de
su ingenio, con la extravagancia de su capricho, con lunares, en fin , ó contrasentidos que afean y
desfiguran sus más bellas creaciones. ¿ Quién , por ejemplo , puede sufrir con paciencia las vacie-
dades de los dos payasos en Progne y Filomena , al lado de los torrentes de galana poesia y de los
trozos de verdadera pasión que se escapan en ese drama (á mi entender el mejor después del
Garda) de la pluma de Rojas? ¿quién las inconveniencias históricas y teatrales, los raptos de de-
lirio gongorizante que constituyen el tejido de Los áspides de Cleopatra, Los bandos de Verona,
y Sa7üa Isabel de Portugal, y la hinchada afectación niistica de Los tres blasones de España y Nuestra
Señora de Atocha y Los trabajos de Tobiast En todos ellos se encuentran, sin embargo, escenas bien
preparadas, caracteres muy nobles y elevados, diálogos castizos, armoniosos y llenos de pasión y
ternura; pero sólo en el García es donde, olvidándose de sus malos resabios , sujetando su indómito
capricho, supo colocarse constantemente á una altura tal á que sus más poderosos rivales en vano
pretenderian seguirle.
Por fortuna , no es solo el García ni el género á que pertenece el fundamento sobre que asienta
la merecida fama de Rojas ; y aun disputándole ó contradiciéndole aquella especialidad trágica , que
sólo por aquella obra admirable le han venido concediendo los críticos , todavía ostenta en su re-
pertorio dramático , y en el género propiamente cómico , títulos suficientes para colocarle en la alta
categoría entre nuestros más esclarecidos autores. La discreta é ingeniosa comedia de enredo ó
de capa y espada , de caracteres y de costumbres (que tanto brilló en el espléndido cielo de nuestra
escena), no tiene seguramente, después de Calderón y Moreto, representante más digno, intér-
prete más propio y adecuado que don Francisco de Rojas.
Su fácil ingenio, su filosofía sagaz, su dicción correcta y feliz, marchan en ella desembarazadas
del penoso bagaje de la hinchazón y aparato que le agobia en el drama trágico, pudiendo desplegar
con gallardía su profundo conocimiento de la sociedad, retratar los vicios ó ridículos dominantes;
trazar con una gracia, animación y donaire que arrebatan, caracteres verdaderamente cómicos, na-
turales, simpáticos, escenas llenas de animación y de vida, diálogos inimitables por su profunda
intención, por su castiza frase y brillante colorido.— Sin la malignidad picaresca de Tirso, es punzante,
incisivo y cáustico; sin la afectada hipérbole de Calderón, es tierno y apasionado ; discreto y agudo
como Moreto ; más estudioso y detenido en sus planes que Lope , y á veces tan filosófico en la for-
ma y correcto en la frase como Ruiz de Alarcon.— No tuvo, en verdad, ó no obedeció como aquellos
á una idea dominante ; ni quiso, como Calderón , espiritualizar la pasión amorosa , ni como Tirso
materializarla , ni embellecerla como Lope , ni discutirla como Moreto, ni enaltecerla como Alarcon.
Hizo á veces de todo esto, y en otras echó por sendas extraviadas y peculiares ; pero siempre con una
seguridad, con un aplomo, hasta en los malos pasos, que pasma y seduce al lector. Ciertamente
que ninguna de sus comedias, propiamente tales, pueden citarse como un modelo acabarlo de arti-
ficio dramático, ni acaso tienen la importancia filosófica y literaria de La verdad sospechosa. Lo cierto
por lo dudoso, El desden con el desden, Casa con dos puertas, ó El Vergonzoso en palacio, ú otras
de nuestros primeros ingenios; pero como cuadros de costumbres, sin gran pretensión en el fondo
ni en la forma , pero naturales, vitales, fáciles y sin esfuerzo alguno, pocas , muy pocas , de nuestro
repertorio de primer orden excitan la simpatía que las de Rojas tituladas : Lo que son mujeres. Entre
bobos anda el juego. Donde hay agravios no hay celos, Obligados y ofendidos , Sin honra no hay amis-
tad. No hay amigo para amigo. Abre el ojo, Don Diego de Noche y Lo que quería ver el Marqués de
Villetia.
Si hubiera de detenerme á analizar estas preciosas joyas de nuestra escena, convertiría en pe-
sado comentario estos breves apuntes ; si hubiera de señalar las infinitas bellezas que las recomien-
dan, preciso seria reproducirlas íntegras, trasladando al prólogo el texto del libro; sin embargo.
DE DON FRANCISCO DE lUUAS ZORRILLA. xxi
no puedo resistir á la tentación de llamar hacia alguna de ellas la atención del lector, siquiera no
sea más que para abrir su apetito y excitar su deseo de conocerlas del todo , y por dar, en lin , á
estas descoloridas lineas un sabroso final.
Sea la primera la donosa pintura de don Lúeas del (yicjarral, personaje eminentemente cómico,
que hace el criado Cabellera en la preciosa comedia titulada : Entre bobos anda el juego.
Don Lúeas del Cigarral
íCuTO apellido moderno
No es por su casa , que es
Por un cigairal que ha hecho)
Es un caballero flaco,
Desvaido, macilento,
Muy cortisimo de talle
Y larguísimo de cuerpo;
Las manos de hombre ordinario.
Los pies un poquillo luengos.
Muy bajos de empeine y anchos ,
Con sus juanetes y Pedros ;
Zanil)o un poco, calvo un poco,
Dos pocos verdimoreno.
Tres pocos desaliñado
Y cuarenta muchos puerco.
Si cania por la maüana.
Como dice aquel proverbio,
No sólo espanta sus males ,
Pero espanta los ajenos ;
Si acaso duerme la siesta.
Da un ronquido tan horrendo,
Que duerme en el cigarral
Y le escuchan en Toledo.
Come como un estudiante
Y bebe camo un tudesco,
Pregunta como un señor
Y habla como un heredero ;
A cada palabra que habla
Aplica dos ó tres cuentos :
Verdad es que son muy largos ,
Mas para eso no son buenos.
No hay lugar donde no diga
Que ha estado; ninguno ha hecho
Cosa que le cuente á él
Que el no la hiciese primero;
Si uno va corriendo postas
A Sevilla, dice luígo:
« Yo las corri hasta el Perú
Con estar el mar en medio».
Si hablan de espadas, él solo
Es quien más entiende desto,
Y á toda espada sin marca
La aplica luego el maestro ;
Tiene escritas cien comedias
Y cerradas con su sello.
Para si tuviese hija
Dárselas en dote luego.
Pero ya que no es galán ,
Mal poeta , peor ingenio,
Mal músico, mentiroso,
Preguntador, sobre necio.
Tiene una gracia no más ,
Que con esta le podremos
Perdonar esotras faltas :
Que es tan misero y estreche,
Que no dará , lo que ya
Me entenderán los atentos;
Que come tan poco el tal
Don Lúeas , que yo sospecho
Que ni aun esto podrá dar.
Porque no tiene excrementos.
Estas, damas, son sus partes.
Contadas de verbo ad terbum;
Esta es la carta que os traigo,
Y este el informe que he hecho;
Quererle , es cargo del alma ,
Como lo será del cuerpo;
Partiros , no liareis muy bien ;
Casaros , no os lo aconsejo ;
Meteros monja es cordura ;
Apartaros del , acierto ;
Hermosa sois , yo lo admiro;
Discreta sois , no lo niego;
Y asi, estimaos de herniosa,
Y pues sois discreta, os ruego
Que antes que os vais á casar
Miréis lo que hacéis primero.
No es menos palpitante de verdad y de chiste la otra pintura que hace el Gorrón , de su amo,
tudiante en Salamanca, en la comedia titulada: Obligados y ofendidos.
CBISPIMLLO.
Nuestro estudiante , amo min,
Y seis que con él están ,
Vive pegado al Dean ,
Junto á la puerta del rio.
Que para sus malas mañas
Es barrio de mejor modo ;
Tiene el aposento todo
Colgado de telarañas.
Adonde pudieras ver
De cordeles y de pino
Una cama de camino
Como muía de alquiler;
Y advierto que no te espanto
Verla tan mal comparada.
Pues sobre ser alquilada
Se derrienga cada instante.
No hay más pintura y retrato
En su aposento infiel
Que una espada y un broquel
Y un candil de garabato ;
Hay, por si comer previene
fPorque hay dias que se trae) ,
Una mesa que se cae,
Y una silla que se tiene.
Compró, por si acaso hiela ,
De paño una mala capa ;
Tiene un espejo sin tapa
Y un cepillo que se pela.
R.
Tan vieja guitarra en ser
Toca, en muchas ocasiones.
Que á no ser por los bordones
No se pudiera tener ;
Tiene un arca infame luego
Pegada junto á la cama ,
Muy maldita para dama
Porque se abre á todo ruego.
DON l.UIS.
¿En qué entienden, os pregunto.
Él y otros seis de Madrid
Que viven juntos?
CniSPINILLO.
Cid
Lo que hacen punto por punto.
Para limpiar la persona
Servirse con opinión ,
Cada uno tiene un gorrón
Y todos una gorrona ;
Y no pien.ses que es delito
Cometido al pundonor.
Porque su amor no es amor.
Que es meramente apetito.
Que se levanta sabrás
A escuelas con atención ,
Y no á estudiar la lición
Sino á estorbar los demás;
Tanto, qi\e en mil ocasiones
De todos sus compañeros
Va derramando tinteros
Para borrar las lecciones.
Va luego (no miento, cierto).
Que esta es su costumbre y su
Maña, al mono de Tolú
A comer huesos de muerto;
Y ciertamente que es gloria
Verle cuan hábil y atento
Los come de entendimiento
Y los paga de memoria.
A su hora señalada
A comer la olla contina
Va con hambre estudiantina.
Que la canina no es nada;
Comen todos en un plato,
Y aguardando á que él empiece
Cuando ellos comen parece
Que lo comen de barato.
Cencerrea la guitarra.
Va á jugar, zaino y cruel ,
Espada, daga y broquel.
Después á tirar la barra;
Y mientras la noche espera
Juega con mucha quietud
Los tres juegos de virtud :
Dados , pintas y primera.
Si juega y pierde, al instante
XXM APUNTES
Vuelve con resolución
Todo el juego en colación ,
Pues se acaba en Alicante.
De noche se va al mercado.
Si no hay otro mal que hacer,
En otro Iraje á correr
Asadores de adobado.
Luego á ver amigos pasa ,
A escudriñar y á inquirir
Donde habrá algo que reñir :
niOGRÁFICOS. BIBLI0GU.\F1C0S Y CRÍTICOS
SI no lo hay, se viene ,'i cas,i.
Quiérese luego acostar,
Hágolc blanda la cama,
Da treinta voces al ama
Que le suba de cenar.
Llegan los tres mentecatos
Con un respeto que admira ;
Si alguien come más le tira
Los libros , porque no hay platos ;
Rezar, aun no sabe tanto;
Reñir, es cosa precisa;
Estudiar, cosa de risa :
Hacer mal , cosa de llanto.
En la copia puedes ver
Que mi lengua te pintó,
El hijo que te costó
Tanto trabajo de hacer.
¿Se quieren muestras de rapidez , de fuerza cómica y de sal ática en el diálogo? Véase el final dp
dos , en la comedia de Lo que son mujeres, entre el casamentero Gibaja y la criada Rafaela.
CIBAJA.
RAFAELA.
RAFAELA.
¿No puedo ahora entrar?
¿Cuatro? Pues voy ádecillo.
Ko.
RAFAELA.
GIBAJA.
GIBAJA.
Espora,
Dila tú que estoy aqui.
¿Tienes dinero?
V á mi ama avisaré ;
RAFAELA.
RAFAELA.
Tampoco
Gibaja, ¿qué la diré?
¿Ansí no habrá para mi
GIBAJA.
Un novio del baratillo?
Dila que salga acá fuera.
GIBAJA.
¿Limpia?
RAFAELA.
¿Eres algo honesta?
Famosa tarde ha de ser.
RAFAELA.
¿Los novios?
Poco.
Con solo un vesl
GIBAJA.
GIDAJA.
GIBAJA.
Tú los verá
5.
¿ Eres hacendosa ?
¿Doncella podré decir?
RAFAELA.
RAFAELA.
¿Cuentos son?
RAFAELA.
¿Yo?
GIBAJA.
¿Eres bien nacida?
Y'a eso es mucho pedir.
GIBAJA.
No traigo
De cuatro para escoger.
más
GIBAJA.
No te faltará marido.
Que en otra jomada glosa y vuelve por pasiva en estos túrmincs :
RAFAELA.
En tanto, saber quisiera
Y'o cuando me he de casar ;
¿No me lo ofreciste?
GIDAJA.
Digo
Que á darte un novio me alian
Mas ¿quiéresle de mi mano?
RAFAELA.
Sí.
GIBAJA.
Pues cásate conmigo.
RAFAELA.
¿Juegas?
GIBAJA.
Si , gracias á Dios.
RAFAELA.
¿Gastas?
GIBAJA.
A todo rozar.
RAFAELA.
( Viéneste tarde á acostar ?
GIBAJA.
A la una ó á las dos.
RAF.\ELA.
¿Callarás?
GIBAJA.
¿Pues qué he de hacer?
RAFAELA.
¿ Verás ?
GIBAJA.
No?eré, á fe mia.
RAFAELA.
¿Y' en casa estarás de dia?
GIBAJA.
A las horas de comer.
RAF.^ELA.
¿Vivirás muy confiado?
GIBAJA.
Y desconfiado también.
RAFAELA.
¿Y á mi me tratarás bien?
CtBAJXj
Como ande yo bien tratad?:
RAFAELA.
i No me dejarás mandar?
GIBAJA.
Mucho puede la razón.
RAFAELA.
¿Irás á una comisión?
GIBAJA.
Si tu me la hicieses dar...
RAFAELA.
¿Sabrásme amar y querer?
GIBAJA.
Cuando me toques á mí.
RAFAELA.
¿Estás firme en eso?
GIBAJA.
Si.
RAFAELA.
No te faltará mujer.
En la comedia titulada : Donde hay agravios no hay celos , pone en boca del criado Sancho aquel
celebrado monólogo que los primeros autores cómicos aceptarían con entusiasmo.
.sAí^cno.
¡Después de Dios, bodegón!
Luego dirán que es deshonra
Comerlo allí sin «abor;
■¡ Bendito «eais to( , Señor,
Que no me habéis dado honra!
En .ser hombre desigual
Por más me vengo á tener;
Porque yo más quiero ser
Picaro que cardenal.
Esto tengo por más bueno
Que ser señor, y aun reinar,
Que allá suele en el manjar
Disimularse el veneno.
Pues ser picaro dispongo ,
DE DON FRANCISCO DE ROJAS ZORBILLA.
Que, como Lope advirlió,
A ningún hombre se vio
Darle veneno en mondongo.
Yo me entro á ser más profundo
Y JO me entro á discurrir ;
Porque esto me ha de pudrir.
Que se use honra en el mundo.
Porque uno llegue á plantar
(Dejemos á un lado miedos)
Knmi cara cinco dedos
í Le tengo yo de matar ?
Pues respóndanme, ¿por qué?
Si hay barbero que me pone,
Cuando afeitarme dispone ,
Como 4 un san Bartolomé ,
Y llega con su navaja ,
Que sabe Dios donde ha andado,
Y, en fin , después de afeitado.
Me toma el rostro y me encaja
Cuatro ó cinco bofetones ,
¿Por qué en otras ocasiones
Hay duelo é indignación?
¿ No es mejor un bofetón
Que quinientos bofetones?
¡ Que aquestos duelos prosigan !
I Que sea el mentir afrenta !
¡ Que no importa que yo mienta
E importa que me lo digan !
¡ Que haya en el mundo este afán !
i Que este uso en los hombres haya !
Señor, üun los palos , vaya ,
Que duelen cuando se dan.
Duelista, que andas cargado
Con el puntillo de honor,
Dime , tonto , ¿ no es peor
Ser muerto que abofeteado?
¿Y que á la muerte tan ciertos
Vayan , porque el duelo acaben?
;Bien parece que no saben
Los vivos lo que es ser muertos !
Y en la de No hay amigo para amigo desplega aún más csfe carácter eminentemente rrtmico del
cx)barde filósofo en una admirable escena entre el amo , pendenciero de oficio , y el criado , á quien
lian dado una bofetada.
DON kOPE.
Ya estamos solos , Moscón ;
, A qué á solas me has llamado.
Todo el semblante turbado
Y confusa la razón ?
¿ Qué traes ? ¿ qué te ha sucedido ';
¿Qué quieres con tus pasiones?
MOSCÓN.
Que me escuches dos razones
Cuatro dedos del oido.
DON LOPE.
Di.
MOSCÓN.
(4p. Preguntarle es forzoso
Si es duelo mi bofetada.)
Señor, el caso no es nada ,
Mas yo soy escrupuloso.
No es nada.
DON LOPE.
¿Pues qué te pasa?
Dilo y olvida esos miedos.
Con no más de cinco dedos
Me han dado enloda la cara.
do;» LOPE.
¡ Eso sufriste ! oye , espera ;
Más es que lo escuche yo.
¿Quién te dio y cómo te dio?
MOSCÓN.
Señor, de aquesta manera.
( Vfl á darle.)
DON LOPE.
Quita, picaro, bufón;
¡ Y tan deshonrado , estar ,
Cuando me ves enojar ,
De chanza en esta ocasión !
¿No te corres de decirlo?
MOSCÓN.
Tiempo hay ; yo me correré.
DON LOPE.
Pues dime , i sobre qué fui; ?
MOSCÓN.
¿Sobre qué? sobre un carrillo.
DON LOPE.
Oye, ¿qué es lo que te dio?
¿Fué puñada ó bofetada?
MOSCÓN.
; Oh ; si me diera puñada
No se lo sufriera yo.
BON LOPE.
Eso era menos.
MOSCÓN.
No sé
Cuál de los dos es mejor.
DON LOPE.
A mano abierta es peor.
Pues de esa manera fué.
DON LOPE.
¿Que aqueso un hombre consiente?
Pues aquí , ¿qué hay que dudar?
¿Sonó al llegártela á dar?
MOSCÓN.
Lo que es sonar, bravamente.
DON LOPE.
Pues si tú tu agravio infieres
Y ya tu deshonra ves ,
Estando á solas ¿qué es
Lo que preguntarme quieres?
MOSCÓN.
Señor, el golpe supuesto
Y supuesto el bofetón ,
Saber quiero en conclusión
DON LOPE.
Dilo.
MOSCÓN.
Si quedé bien puesto.
DON LOPE.
I Que esta razón llegue i oirle !
¿Quién tal ignorancia vio?
Cuando el bofetón te dio,
¿Qué hiciste tú?
MOSCÓN.
liecibirlo.
DON LOPE.
En fin , no te satisfizo;
¿Cuando el bofetón te dio
Te hizo cara?
MOSCÓN.
Cara no ,
Porque antes me la deshizo.
DON LOPE.
; Que esa ofensa en ti no labre
Indignar la espada airada !
MOSCÓN.
Dice el miedo : á etotra espada ,
Que esta vaina no se abre.
DON LOPE.
Buscar quiero otro cri.ido
Supuesto lo que te pasa ,
Que no ha de estar en mi casa
Hombre que está deshonrado.
MOSCÓN.
¿Qué medio hay entre los dos?
DON LOPE.
Morir noble y temerario.
MOSCÓN.
Pues pagúeme mi salario
Y quédese usted con Dios.
DON LOPE.
¿De suerte , Moscón , de suerto
Que cuando agraviado estás ,
Aun valor no mostrarás
De vengarte con su muerte?
MOSCÓN.
¿Luego con su muerte gana
Lo que perdió mi opinión?
DON LOPE.
Asi habrá satisfacción.
Hablarais para mañana ;
Lo que me habéis advertido
Llega á mi honor á importarlo:
¿Hay más que decir, matarle,
Y hubiéralo yo entendido?
Ahora, don Lope, pues
Coraje y valor me sobra ,
A él, mañosa la obra,
Buen corazón.
DON LOPE.
Eso es.
Ya el agravio te despierta,
MOSCÓN.
A matarle voy derecho.
DON LOPE.
Hasta volver satisfecho
No me entres por esa puerta.
MOSCÓN.
Vos veréis lo que yo hiciere.
DON LOPE.
Que has de darle muerte espera.
MOSCÓN.
No está más que en que él se muera
Del golpe que yo le diere.
I\1V
Pregunto , pues sabéis de estu,
Si por valor 6 por suerte
ni me diera á mí la muerte,
¿Cuól quedará mejor puesto?
D0> LOPK.
Tu , Moscón , vete con Dios
Y de tu venfíanza trata.
MOSCÓN.
Pues, por Dios, que si me mata
Que me he de quejar de vos.
APrNTES BIOGRÁFICOS, BIBLIOGRÁFICOS Y CRlriCOS
I Ahora decidme , Señor,
¿Será bueno en este aprieto
Llevar un famoso peto
Ileeiio á prueba de doctor?
DON LOPE.
Corazón y manos , loco.
Son las que dan opinión.
MOSCO!*.
No la dará el corazón ,
Pero las manos tampoco.
Yete.
MOSCÓN.
Yoinie ; mi dolor
A darle muerte me inclina.
¡ Quién supiera Medicina
Para matarle mejor !
Y más ajelante completa el cuadro de esta manera , en que deja atrás á todo lo qiie en situación
ícmejantc hubieran imaginado un Tirso ó un Moliere.
MOSCÓN. {Solo con un rosario.)
\o es nada : el señor Moscón ,
Porque sepan lo que pasa ,
Está ya en campaña rasa
A cumplir su obligación.
Envíele un bravo papel
A Fernandillo esta larde
Para que en San Blas me aguarde,
Y' un reto tendido en él.
Rezar por él es forzoso
Pues su muerte es evidente :
Un hombre ha de ser valiente ,
Pero ha de ser muy piadoso.
El morirá malogrado
Y' perdonarle quisiera.
Porque esta fué la primera
Bofetada que habia dado.
Pero según la asentaba
En la parte que caia ,
Me pareció á mí que habia
Mil años que abofeteaba.
Mas déjenme que me espante
De un disparale profundo :
; Que haya quien riña en el mundo
Sin una tabla delante !
Demos que á las hojas llego.
Demos también que me dan ,
¿Por qué parte me darán
Que no haya responso luego?
Ello hay heridas mortales
En todas las ocasiones:
El hígado, los ríñones,
Los muslos , los atabales,
Un corazón, dos telillas.
Sienes, ojos, paladar,
Y en el arca del cenar
Treinta varas de morcillas:
Una garganta vacia ;
Todo un estómago abierto ;
Y con ser esto tan cierto
¿Hay quien riña cada día?
¿Mas qué hago de discurrir
€uando es mejor animarme?
Ahora bien , quiero ensayarme
Como tengo de reñir.
La espada quiero sacar:
lié aquí que estoy esperando,
ilé aquí que llega Fernando
Y yo le veo llegar. —
De esta manera , traidor ,
Pagaré la bofetada. —
i\o se la di yo prestada.—
¿Pues cómo?— Dada , Señor. —
A satisfacer me arrojo
El duelo , que en mi se halla. —
i Bravo , valor ¡ — Riñe y calla :
Toma , villano.— | Ay mi ojo !
Pidote que rae perdones. —
El otro ojo has de perder. —
Sin dos ojos ¿qué he de hacer? —
Irte á rezar oraciones.
Digo que no hay que pedir,
Ni que estarte arrodillando;
Muere , cobarde Fernando
FERNANDO. {Que llega.)
¿Quién es el que ha de morir?
MOSCÓN {Ap.).
I A qué mal tiempo ha llegado !
FERNANDO.
¿Qué era aquesto?
MOSCÓN.
Señor, nada.
FEUNANDO.
¿Pues por qué envaina la espada?
Porque esto ya está acabado.
FERNANDO.
¿ Con quién la pendencia fué ?
¿Con quién riñó el mentecato?
MOSCÓN.
Si no llegas tú , le mato.
FERNANDO.
¿Quién era el hombre?
MOSCÓN.
Nosé.
FERNANTIO.
Ea , pues ya yo he llegado
A reñir por su papel.
U0SC05.
¿A quién dice usted?
FERNANDO.
A él.
MOSCÓN.
Mire usted que viene errado.
FERNANDO.
Saque , pues , la espada ahora
Y en sangre su acero tina.
MOSCÓN.
¿Dos veces quiere que riña
Ea un solo cuarto de hora?
FERNANDO.
Él un papel me escribió.
Bien claro está : vele aquí.
MOSCÓN.
¿ r'.ies qué me faltara á mí
Si hiciera esa letra yo?
FERNANDO.
¿ Que no es suyo ?
MOSCÓN.
Señor , no.
FERNANDO.
Pues cuyo sea no sé.
MOSCÓN.
Verdad es que le noté ,
Pero no le escribí yo.
FERNANDO.
Sin duda que está borracho :
¿ No le toca á él reñir ?
MOSCÓN.
No:
Un muchacho le escribió ,
Riña usted con el muchacho.
FERNANDO.
¡ Qué tenga tanto sosiego !
Estos le da mi impaciencia. (Pégale.)
MOSCÓN.
No me tiente de paciencia ,
Mire usted que se lo ruego.
FERNANDO
Yo me voy.
MOSCÓN.
No sino no.
FERNANDO.
¿Qué dice?
MOSCÓN.
No sino si.
FERNANDO.
En r.n, es gallina aguí.
MOSCÓN.
Y en principio lo fui yo.
Hoy eternizo mi nombre
Con esta primera hazaña ;
Si no saliera á campaña
¿Qué dijera de mi este hombre?
Ya estáis con honra , Moscón ;
Ya podéis decir y hacer;
; Ahora he echado de ver
, Lo que importa el corazón '
DEL REY ABAJO NINGUNO.
Y LABRADOR MAS IIOIADO, GARCÍA DEL CASTAlAR.
DON garcía, labrador.
DOÑA BLANCA, labrado-
TERESA , labradora.
BELARDO, viejo.
EL REY.
LA REINA.
DON MENDO.
PERSONAS.
BISAS.
EL CONDE DE OUGAZ,
viejo.
TELLO, criado.
Dns CAP*I,LKI10S.
Mü.'iicos.
Ladradobes.
JORN.^DA PRIMERA.
Sale EL REY con banda roja alrave-
tada , leyendo un memorial , t DO.N
MENDO.
RKT.
Don Mendo, vuestra demanda
He visto.
DON MENDO.
Decid querella;
Qne me hae.iis, suplico en ella,
Caballero de la h.inda.
Dos meses liá que otra vez
Esta merced he pedido;
Die?. años os he servido
En palacio y otros diez
En la guerra ; que mandáis
Que esto preceda primero
A quien fuere caballero
Oe la insignia que ilustráis.
Hallo. Señor, por mi cuenta.
Que la puedo conseguir.
Que sino fuera pedir
Una merced para afrenta :
Respondióme lo verij,
Mereí o vuestro favor,
Y está en opinión , Señor,
Sin ella la sangre mia.
BET.
Don Mendo, al Conde llamad.
DOM MEPIDO.
¿Y á mi ruego, qué responde ?
BEY.
Está bien ; llamad al Conde.
DON HENDO.
El Conde viene.
IIET.
Apartad.
Sale EL CONDE con un papel.
DON IIENDO.
Pedí con satisfacción
La banda y ñola pidiera,
SI primero no me hiciera
Yo propio mi información.
RET.
¿Qué hay de nuevo?
CONDE.
En Algeciras
Temiendo están vuestra espada;
Contra vos el de Granada
Toda el África conspir^.
• «IT.
¿Hay dineros?
R.
CONDE.
Reducido
En este veréis. Señor,
El donativo mayor
Con que el reino os ha servido.
REY.
íta información cómo está
Que os mandé hacer en secreto.
Conde, para cierto efeto
De don Mendo? ¿bizose ya?
CONDE.
Sí, Señor.
¿Cómo ha salido?
La verdad : ¿qué resultó?
CONDE.
Que es tan bueno como yo.
BEY.
La gente con que ha servido
Mi reino, ¿sera bastante
Para aquesta empresa ?
CONDE.
Freno
Seréis, Alfonso el Onceno,
Con él del moro arrogante.
REY.
Quiero ver, conde de Orgaz ,
A quién deba hacer merced
Por sus servicios. Leed.
CONDE.
El reino os corone en paz
Adonde el Geni! felice
Arenas de oro reparte.
REY.
Guárdeos Dios, cristiano Marte.
Leed, don Mendo.
DON «ENDO.
Así dice :
» Lo que ofrecen los vasallos
«Para la empresa á que aspira
• Vuestra Alteza , de Algecira ,
»En gente, plata y caballos :
• Don Gil de Albornoz dará
• Diez mil hombres sustentados ;
• El de Orgaz, dos mil soldados;
• El de Astorga, llevará
• Cuatro mil ; y las ciudades
• Pagarán diez y seis mil ;
•Con su gente hasta el Genil
• Irán las tres Hermandades
ȟe Castilla; el de Aguilar,
«Con mil caballos ligeros,
■ Mil ducados en dineros;
•Garda del Castañar
• Dará para la jornada
• Cien quintales de cecina ,
•Dos mil fanegas de harina ,
» Y cuatro mil de cebada,
«Catorce cubas de vino,
«Tres hatos de sus ganados ,
• Cien infantes alistados,
iiCien quintales de tocino;
»Y doy esta poquedad ,
• Porque el año ha sTdo corto;
«Masofrézcole, si importo,'
• También á su Majestad ,
• Un rústico corazón
• De un hombre de buena ley,
• Que aunque no conoce al rey
• Conoce su obligación.»
HEY.
¡Grande lealtad y riqueza !
DON MENDO.
Castañar, humilde nombre.
RET.
¿Dónde resirte este hombre?
CONDE.
Oiga quién es vuestra Alteza.
Cinco leguas de Toledo,
Corle vuestra y patria mia.
Hay una dehesa adonde
Ksíelabrador-Iíabita,
Que llaman el Castañar,
Que con los montes confina.
Que de esta imperial de fspafia
Son posesiones anticuas.
En ella un convento yace
Al pié de una sierra fria.
Del caballero de Asis,
De Cristo eTígie divina ,
Porque es tanta de Francisco
La humildad que le entroniza.
Que aun á los pies de una sierra
Sus edificios rabrica.
Un valle el término incluye
De castados, y apellidan '
Del Castañar por el valle
Al convento y á García,
Adonde como Ahrahan
La caridad ejercita,
Porque en las cosechas andan
El cielo y él á porfía.
Junto del convento tiene
Una casa compartida
En tres partes; una es
De su rústica familia.
Copioso albergue de fruto
De la vidj de la oliva.
Tesoro donde se encierra
El grano de las espigas.
Que es la abundancia tan grande
Del trigo que Dios le envía
Que los pósitos de España
Son de sus trojes hormigas.
Es la segunda un jardín.
Cuyas llores repartidas
Fragantes estrellas son
He la lierra y del sol liij.is;
'laii varias y tan lucirulrs
yuo part-ce cuaiiilo brillan
gue bajú la cuarta esfera
Sus estrellas á esta Quiíilu;
Ks un cuarto la tercera
Kn forma de galería ,
Cue de jaspes de san Pablo
Sobre tres arcos estriba.
Iluslranle unos balcones
lie verde y oro, y encima
lli'l tejado de pizarras
<;iobosde esmeraldas linas
Kn él vive con su esposa ,
■llanca, la más dulce vida
Due vio el amor, compitieni!(
Sus bienes con sus ilelicias.
De quien no copig. Señor,
I, a beldad que elsol envidia,
I'ür<|ue ahora no conviene
A la ocasión ni á mis días:
Baste deciros . que siendo
Sus riquezas inlinilas.
Con su esposa comparadas
Es la menor de sus dichas.
Es un hombre bien dispuesto
Que continuo se ejercita
En la caza , y tan valiente.
Que vence á un loro en la lidia
Jamás os ha visto el roslro
Y huye de vos, porque alirma.
Que es sol el rey, y no tiene
Para tantos rayos vista.
García del Castañar
Kséfte.y oscerlilica
Mi le, que si le lleváis
A la guerra de Algecira ,
Que llevéis á vuestro lado
Una prudencia que os rija ,
Una verdad sin embozo.
Una agudeza advertida,
Un rico sin ambición ,
Un parecer sin poifia ,
Un valiente con iliscurso
Y uu labrador sin malicia.
; Notable hombre!
Os proniPlo
Que en él las parles se incluyen
Que en palacio consliluyen
Un caballero perfecto.
REY.
¿No me ba visto? •
CONUE.
Elernamer.le.
REV.
Pues yole tengo de ver;
Del experiencia he de hacir :
Yo y don Meiido solamoiite
Y oíros dos hemos de ir,
Pues es el camino breve- ;
Lacelrefia se lleve
Porque podamos linjíir
Que varios á caza , que hoy
Desta suerte le he de halilar,
Y eu llegando al Caslafiar
Nin;;unü diiá quien soy.
tQué os parece ?
CO^DE.
La agudeza
A la ocasión corresponde.
COMLÜIAS tSCOClÜAS DE DO.N lT,.\.NCláCO DK HOJAS.
Mi nial consiiliO ul Conde,
Y asegurando (pie en mi esposa liclb
Sale LA REINA.
A buscar
tesoro sepultado
I el Conde ba manifestado.
¿Lejos?
..Vülv
En el Castañar.
REI.NA.
Vrew
lid caballos, Conde.
CONUE.
{Yase.)
Luego que ensay
I En el crisol su metal.
I RFINA.
I F.s la ausencia grave mal.
REY.
Antes que los montes raye
Kl sol, volveré. Señora,
A vivir la esfera mía.
REINA.
Noche es la auseiwia.
Y vos mi aurora.
^ ( Va.ie la Reina.)
DOV MENDO.
Quédecis á mi demanda?
De vuestra noble/a estoy
Saiisfeeho, y pondré hoy
En vuestro pecho p.sia banda ;
Que si la doy por honor
A un hombre indigno, don Mendo,
Será en su pecho remiendo
Y mudará de color :
Y al noble seré importuno
Si á su desigual permito.
Porque si á todos admito
No la estimará ninguno.
( Vaiiíe.)
Sa/í DON GARCÍA, lahrador.
DOX GAIlciA.
Fábrica hermosa mia ,
Habitación de un infeliz dichoso,
Oculto desde el día
Que el castellano pueblo victorioso
Con lealtad oportuna
Al niño Alfonso coronó en la cun¿.
En ti,vivo contento
Sin desear la Corte ó su grandeza ,
Al ministerio átenlo
Del campo, donde encubro mi nobleza,
Kn quien fui peregrino
Y extraño huésped , y quedé vecino.
Kn tí , de bienes rico.
Vivo comento con mi amada esposa.
Cubriendo su pellico
Nobleza . aunque ignorada generosa.
Que aniiqne su ser ignoro.
Si' su virtud y su belleza adoro.
Kii la casa vivía
De un labrador de Orgaz prudente y
Vila, y dejóme un dia [cano;
Como suele quedar en el verano,
Del rayo á la violencia
Ceniza el cuerpo, sana la apariencia.
Sangre ilustre se esconde ,
Cáseme amante y me ilustre con ella;
Que aendi . como es justo,
l'i iiiiero á la ijpiíiíon y luego al gusto.
Vivu en fijiz estado,
Annipii' 11(1 se quien es, y ella lo ignora;
Sccnld resel»:ido
Al Conde, ([ue la esi inia y que la adora.
Ni jamás ha sabido
Que nació noble el que eligió marido.
Mi Blanca . esposa amada ,
Que iliverliila entre sencilla gente.
De su jardiii traslada
Puros jaziniíiesásu blanca frente ; —
Que sale blanca, pues que brota risa.
Salen DONA DLANCA, labrmhnn. con
flores. niiAS. TERESA. BELARDÜ,
viejo, y Miisicos , pastores.
MiJsir.A.
rsla es Blanca como el so! ,
Que la nieve no;
Esta es hermosa y lozana.
Como el sol .
Que parece á la mañana.
Como el snl;
One aquestos campos alegra.
Como el sol ,
Con guien es la nieve negra
y delnlinenilro la flor:
Ksta e.i ¡llanca como elsol.
Que la nieve no.
DO.N CARCÍA.
E.sposa, Blanca querida.
Injustos son tus riüores .
Si por dar vida á las llores
Me quilas á mi la vida.
Mal daré vida á las flores
Cuando pisarlas suceda.
Pues mi vida ausente (|ueda
Adonde animas, amores;
Porque asi quiero. Garda ,
Sabiendo cnanto me quieres ,
One si tu vida perdieres
Puedas vivir ron la mia.
D0>' GARCÍA.
No habrá merced qne sea mucha,
Blanca, ni grande favor.
Si le mides con mi amor.
tlOXA 1(1. ANCA.
¿Tanto ine quieres?
DO.N GAnOÍA.
Escucha : ';
No quiere el segador al aura fría.
Ni por abril el agua mis sembrados.
Ni yerba en mi dehesa mis ganados.
Ni ios pastores la estación undiría.
Ni el enfermo la alegre luz del dia,
La noche,l(is gañanes fatigados.
Blandas coirienteslos amenos prados.
Mas que te quiero, dulce esposa mía;
Que si hasta hoy su aínor desde el
[primero
Hombre juntaran , cuando asi te "fre-
[ces.
En un sugeto á todos los prefiero;
Y aun(iue sé, Blanca, que mi fe agra-
[deces
Y no puedo querer más(|uete quiero,
Auu no te quiero como tú mereces.
rO.ÑA ULANCA.
No quieren más las flores al rocío ^
Que en los fragantes vasos el sol bebo,
Las arboledas la deshecha uievc,
Que es cima de cristal y después rio:
El índice de piedra al Norle frió,
El cainiíKinle al iris cunndo llueve,
La osrura iioclie la traición aleve,
Mas que le quiero, dulce esposo mió;
Porque es mi amor tan grande, que
[a lu noiiihrc
Como á cosa divina conslruvera
Aras donde adorarlo; y noté asombre.
Poique si el sor de Dios no conooio-
Dcjára de adorarte como liomhre. [ra,
Y por Dios le adorara y te tuviera.
Pues esl.in lílanra v Gari-i;i
Como palomos de bien ,
Reqniehréinonos tamhien
Porque desde elloiro dia
Tu carilla me enparrucha.
TEBF.S*.
Yá mi tu talle, mi Bras.
ORAS.
;.Más que te quiero jo ma.-»
TERESA.
¿Mas que no?
BRAS.
Teresa . escuclia :
Desde que te vi , Teresa ,
El! el arrovo á pracer,
Ayud:indoieá lorcer
Los manteles de la mesa ,
Y torci los y lavados
Nos dijo cie'rto estudiante :
« Asi á un pobre pleiteante
Suelen dejar los letrados.»
Eres de mi tan querida
Como lo es de un logrero
La vida de un caballero
Que dio un juro de por vida.
Sale TPJ.LO.
TKI 1.0.
Envidie, señor Garcia ,
Vuestra vida el más dichoso ;
Sólo en vos reina el reposo.
DOÑA BLANCA.
iQucliay, Tello?
TELI.O.
¡Oh señora mia !
¡Oh nianca hermosa , de donde
{•roceden cuantos jazmines
Dan fragancia á los jardines!
Vuestras manos besa el Conde.
DOÑA BLANCA.
¿Cómo está el Conde '!
TELLO.
Señora ,
A vuestro servicio está.
DON gabcía.
Pues Tello, ¿qué hay por aci?
TELLO.
Kscucliad aparte a.'-ora ;
Hoy con toda diligencia
Me' mandó que este os dejase
Y respuesta no esperase.
Con esto, dadme licencia.
DON García.
¿No descansaréis?
TE Lio.
Por vos
Me quedara hasta otro dia;
Mas no han de verme, Garda ,
Los que vienen cerca. Adiós. ( Vase.
DON García.
El sobrescrito esa mí;
¿Mas que me riñe porque
Corto el donativo fué
DEL REY AHAJO NINGUNO.
Qué hice al Rey? Mas dice asi ;
«El Rey, señor don Garcia,
«CHíe sii ofreci'iiento vio,
«Admirado preguntó
«Ouién era vueseñorfa.
«Itíjeleqne un labrador
» Desengañado y discreto,
»Y ü examinar va en secreto
»Su prudencia y su valor.
»No se dé por entendido,
>\o di(!3 quien es al Rey,
• Poique aiinqne estime su ley,
»Fue de su padre ofendido,
»Y sabe cuiínto le enoja
kOuien su memoria despierta.
> Quede adiós, y el Rey, advierta,
»Oiie es el de lá banda roja.
í El conde de Orgaz, su amigo -j
Rev Alonso, si supieras
Quién sov. ;cómo previnieras
Contra mi sanpre el castigo
De un difunto padre!
DOÑA BLANCA.
Esposo,
Silencio y poco reposo
Indicios de triste son.
¿Qué tienes?
DON GARCfA.
Mándame, lílanca.
En este el Conde, que hospede
A unos señores.
DOÑA BLANCA.
Bien puede,
I Pues tiene esta casa franca.
DRAS.
De cuatro rayos con crines ,
Generación española.
Pe unos cómelas con cola,
O aves, ó al lin rocines.
Que andan bien y vuelan mal ,
C.ualro bÍ7arros señores
Que parecen cazadores
Se apean en el portal.
DON GABCÍA.
No te des por entendida
De que sabemos que vienen.
TERESA.
¡Qué lindos talles que tienen !
BRAS.
Pardiez que es gente llocida.
Salen EL REY sin banda v DON
MENDO con banda y dos cvzado-
r.uárdeos Dios , los labradores.
DON garcía.
(Aparte. Ya veo al de la divisa )
Caballeros de alta RUisa,
Dios os dé bienes y honores.
¿Qué mandáis?
DONMENDO.
¿Quién es aqiii
Garcia del Castañar?
DON gabcía.
Yo soy á vuestro mandar.
BON I
Galjn sois.
Mayoral de sus porqueros
/ 1 Só . y poique mucho valido.
Miren si los ma"do en algo
En mi oficio, caballeros,
Que lo haré de mala gana
Como verán por la obra.
DON GARCÍA.
Quita, bestia.
BRAS.
El bestia sobra.
REY.
¡Qué simplicidad lan sana!
Guárdeos Dios.
DON GABCÍA.
Vuestra persona.
Aunque vuestro nombre ignoro.
Me aficiona.
BRAS.
Es como un oro ;
A mi también me inficiona.
DON MENDO.
Llegamos al Castañar
Volando un cuervo, supimos
De vuestra casa, y venimos
A verla y á descansar
Un rato, mientras que pasa
El sol de aqueste horizonte.
DON GARCÍA.
Para labrador de un monte ,
Grande juzgaréis mi casa ;
Y aunqne un albersue pequeño
Para tal gente será.
Sus defectos suplirá
La voluntad de su dueño.
DON MENDO.
¿Nos conocéis?
DON GARCÍA.
No, en verdad ,
Que nunca de aquí salimos.
DON MENDO.
En la cámara servimos
Los cuatro á su Majestad
Para serviros. García,
¿Quién es esta labradora?
DON GARCÍA.
Mi mujer.
DONMENDO.
Gocéis, Señora,
Tan honrada compañía
Mil años, y el cielo os dé
Mas hijos que vuestras manos
Arrojan al campo granos.
DOÑA BLANCA.
No serán pocos á fe.
DON MENDO.
¿Cómo es vuestro nombre?
DO.ÑA BLANCA.
Blanca.
DON UENDO.
Con vuestra beldad conviene.
DOÑA BLANCA.
No puede serlo quien tiene
La cara á los aires franca.
REY.
Yo también , Blanca , deseo.
Que viváis siglos prolijos
Los dos, y de vuestros hijos
Veáis más nietos que veo
Arboles en vuestra sierra.
Siendo á vuestra sucesión
Breve para habitación
Cuanto descubre esa sierra.
BRAS.
No digan más desatinos;
Qué poco en hablar reparan;
Si iodo el campo pobraran ,
¿Dónde han de estar mis cochinos?
DON GARCÍA.
Rústico entretenimiento
Será para vos mi gente ;
Pues la ocasión lo consiente.
ItpL'ibid sin cnm|ilim¡enln
Algtin rególo pn mi casa.
Tú dijpoiilo, Blanca mía.
DON Slf :SDO.
(Ap. Llámala fuego, Curri:),
Puos el corazón me abrasa.)
DO.V CARCIA.
r.on psla misma llaneía
Sirviera i su Mnjrslad:
Cue ann(|ue no le he visto, inlO[ilo
Servirle con afición.
RET.
¿Para no verle, hay razón?
DOM garcía.
Oh. Señor, ese es gran cueiilo;
Dejadle para otro dia. —
Til, Blanca. Bras y Teresa,
Id á prevenid la mesa
Con alguna niñería.
{Vanse los tres.)
RET.
Pnes yo sé que el rey Alfonso
Tiene Uüliclas de vos.
DON HEKDO.
Tesl'go somos los dos.
DON garcía.
¿El Rey de un villano inloiisü?
BET.
Y lanío el servicio admira
Que hicisteis á su corona
Ofreciendo ir en persona
A la guerra de Algecira,
(>ue si la Cone seguís.
Os ha de dar á su lado
El lugar mas envidiado
De palacio.
DON GARCÍA.
¿Qué decís?
Mas precio enire aquellos cerros
Salir á la primer luz
Prevenido el arcabuz,
Y que levanleii inis pi-rros
Una banda de perdices ,
Y codicioso en la empresa
Seguirlas por la dehesa
Con esperanzas felices
De verlas caer al suelo,
Y cuando son á los ojos
Pardas iiulies con píes rojos.
Batir sus alas al vuelo,
Y derribar esparcidas
Tres ó cuatro, y anhelando
Mirar mis perros, buscando
Las que cayeron heridas.
Con mi voz que los provoca;
Y traer las que palpitan
A mis manos, que las quiliin
Con su gusto de su boca.
Levantarlas, ^fer por donde
Entró entre la pluma el plomo.
Volverme á mi casa como
Suele de la guerra el Conde
A Toledo, vencedor;
Pelacbs dentro en mi casa ,
Perdigarlas en la brasa,
Y puestas al asador
Con seis dedos de un pemil ,
Que i ouairo vueltas ó ires
Pastilla de lumbre es
Y canela del Brasil :
Y entregársele á Teresa
Oue con vinagre y aceite
Y pimienta , sin afeite
l.as pone en mi limpia me<:3 ,
Donde en servicio de Dio>¡,
COMKDIA.S ESCOGIDAS DE DON FIIANXISCÜ
Una yo y otra mi esposa
Nos comemos, que no hay cosa
("omo á dos perdices, dos';
Y levantando una presa
Dársela á Teresa, más
Porque tenga envidia Bras
Oue por dársela á Teresa ;
Y arrojar á mis sabuesos
El esqueleto roido.
Y oír por tono el crngido
Do los dientes y los huesos ;
Y en el cristal irasparenle
Brindar, y con mano franca
Hacer la razón mi Blanca
Con el cr¡st;il de una fuente;
Levarvtar la mesa dando
Gracias i quien nos envia
El sustento cada dia
Varias cosas platicando :
Oue aquesto es el Castañar,
Que en más estimo. Señor.
Que cuanta hacienda y honor
Los reyes me puedan dar.
REY.
¿Pues cómo al Bey ofrecéis
Ir en persona á la guerra
Si amáis tanto vuestra tierra?
DON GARCÍA.
Perdonad . no lo entendéis.
El Rey es, de un hombre honrado.
En necpsiilail sabida.
De la hacienda y de la vida
Acreedor privilegiado.
Agora con pecho ardiente
Se parte al Andalucía
Para estirpar la herejía
Sin dineros y sin gente ;
Asile envié "á ofrecer
Mi vida , sin ambición.
Por cumplir mi obligación
Y porque me ha menester:
Que, como hacienda deluda ,
Al Rey le ofrecí de nuevo
Esta vida que le debo
Sin esperar que la pida.
Pues concluida la guerra ,
¿No os quedaréis en palacio?
DON GARCÍA.
Vívese aquí más de espacio,
Es más segura esta tierra.
RET.
Posible es que os ofrezca
El Rey lugar soberano.
DON GARCÍA.
¿ Y es bien que le dé á un villano
El lugar que otro merezca?
BET.
Elegir el Rey amigo
Es distributiva ley.
Bien puede.
DON GARCÍA.
Aunque pueda el Rey
No lo acabará conmigo;
Que es peligrosa amistad
Y sé que no me conviene.
Que á quien ama , es el que tiene
Mas poca seguridad;
Que por acá siempre he oído
Que vive más arriesgado
Él hombre del rey amado
Que quien es aborrecido;
Porque el uno se confía
Y el otro se guarda del:
Tuve yo un padre muy üel
Que muchas veces decía ,
Dándome buenos consejos.
Que tenia "erlidumhre
líE ROJAS.
Que ora el rey como la lumbre
Que calentaba de lejos
Y desde cerca quemaba.
RET.
También dicen más de dos
Que suele hacer como Dios,
Del lodo que se pisaba.
Un hombre ilustrado, á quien
Le venere el más bizarro.
DON GARCÍA.
Muchos le han hecho de barro,
Y le han deshecho también.
RET.
Seria el hombre imperfecto.
Sea imperfecto ó no sea
El Rey á quien no desea ,
¿Qué puede darle, en efecto?
Daráos premios.
DON GARCÍA.
Y castigos.
RET.
Daráos gobierno.
DON GARCÍA.
Y cuidados.
Df.N GARCÍA.
Envidiados.
BET.
Daráos favor.
DON GARCÍA.
Y enemigos.
Y no os tenéis que cansar
Que yo sé no me conviene ,
Ni daré por cuanto tiene
Un dedo ilel t^astañar.
Esto sin (|ue un punto ofenda
A sus reales resplandores;
Mas lo que importa , señores ,
Es prevenir la merienda.
BEV. {Ap.)
Poco el Conde le encarece;
Más es de lo que pensaba.
Extremada.
¿Cuál lo mejor os parece?
DON «ENDO.
Si ha de decir la fe mía
La verdad á vuesla Alteza,
Me parece la belleza
De la mujer de García.
RET.
Es hermosa.
Es celestial ;
Es ángel de nieve pura.
RET.
¿Ese es amor?
DON MENOO.
La hermosura
¿A quién le parece mal?
REY.
Cubrios, Mendo, ¿qué hacéis?
Que quiero en la soledad
Deponer la majestad.
DON MENDO.
Mucho, Alfonso, recogéis
Vuestros rayos, satisfecho
Que sois por fe venerado.
Tanto, que os habéis quitado
La roja banda del pecho
No nos conozcan . cubrios ,
yue importa disimular.
DON «ENDO.
Ricohombre soy, y de hoy mas
Orantle es bien que por vosiiuode.
Pues ya lo dije, no puede
Volver mi palabra atrás.
Sale bOÍ\\ BLANCA.
DOÑA BLASCA.
Entrad , si queréis , señores ,
Merendar, que ya os espera
Como en una primavera
La mesa llena de llores.
DON MEXDO.
¿Y qué tenéis que nos dar?
DOÑA BLANCA.
¿Para qué saberlo quieren?
Comerán lo que les dieren,
f ues que no lo han de pui<ar,
ü quedaránse en ayuuas ;
Mas nunca fallan , señores,
tu casa de labradores
gueso, arrobe y aceitunas;
\ l)lanco pau les prometo
Ijne amasamos yo y Teresa ,
gue pan blanco y limpia meta
Abren las ganas á un muerlo ;
También hay de las tempranas
Lvas de un majuelo mió,
V eo blanca miel de rocío
Uerengenas toledanas;
l'eidices en escabeche,
V de un jabalí, aunque fea.
Lúa cabeza en jalea
Porque toda se aproveche ;
Cocido en vino un jamón,
V un chorizo (¡ueprovoíiue
A <|ue con el vino aloque
Hagan todos la razón;
Dos añades, y cecinas
Cuantas los montes ofrecen ,
Cuyas hebras me parecen
Üeshojadas clavellinas ,
Une cuando vienen á estar
Cada una de por si ,
Como seda carijiesl
Se puedea al torno hilar.
REY.
Vamos , Dlanoa.
DO.ÑA BLANCA.
Hidalgos, ea.
Merienden , y buena pro.
(Vanse el Rey y los dos cazailures ¡
DON MENUu.
Labradora, ¿quién te vio
Uue amante no te desea?
DOÑA BLANCA.
Venid; callad, Señor.
OONMENDO.
Cuanto previenes, trocara
A un plato que sazonara
En tu voluntad amor.
DOÑA BLANCA.
Pues decidme , coriesano,
El i|ue trae la banda roja,
¿Qué en mi casa se os auUja
Para guisarle?
Don JIENOO.
DON» BLANCA.
Una mano de alnmOiuic
JKL ntV ABAJO NINGUNO.
Dev
ca (is sabrá n
.isblen :
(¡uai
,!,■ n¡ .. lii: lu
\ui , amen,
Nos
yue
1 -.inn,
Vnu
l,.,^ ,|n,r„ l,.
i.Vluiue.
Que
»epiciiie, y se
iepu|ue
I.a n
ano de una»
lana.
Para
que uu señor
la coma.
DON MENDO.
La voluntad la sazone
para mis labios.
DOÑA BLANCA.
Perdone,
Cien está san Pedro en liorna ;
Y si no lo habéis sabido ,
Sabed , señor , en mi trato ,
yue solo sirve ese plato
Al i;uslo de mi marido;
Y me lo paga muy bien,
Siu lisonjas ni rodeos.
DON MEND ).
Vo con mi estado, y deseos
Te lo pagaré también.
DOÑA BLANCA.
Kn mejor mercadería
Gastad ios inteiilos vanos,
yue uo comprarán Gitanos
A la mujer de Garcia ,
yue es uiuy ruda y montuiaz.
DON UENUO.
Y bella como una llor.
DOÑA BLANCA.
¿Que de donde soy, señor?
Para serviros, de Orgaz.
DON UEtlDO.
Que eres del cielo sospecho,
Y en el rigor, de la sierra.
DOÑA BLANCA.
¿Son bobas las de mi tierra?
Merendad , y buen proveelio.
DON UENDO.
¿No me entiendes, Blanca mia?
DO.ÑA BLANCA.
Bien entiendo vuestra trova ,
yue no es del todo boba
La de Urgaz, por vida mía.
DON MENDO.
Pues por tus ojos amados ,
yue has de oírme , la de Oi :,;ax.
DO.ÑA BLANCA.
Tengamos la liesta en paz :
Lnliad ya , que están sentados,
Y tened más cortesía.
DO.N BtNDO.
Tu menos riguridad.
DOÑA BLANCA.
Si no queréis, aguardad :
;Ab, marido : ola , García !
Sale DON GARCÍA.
DON garcía.
tQué queréis, ojos divinos?
DOÑA blanca.
Haced al señor entrar,
yue no quiere hasta acabar
Un cuento de Calamos.
DON GAItCÍA.
í.-lp. Si el cuento fuera de amor
Del Rey, que Blanca me dice ,
Para ser siempre infelicc?
Mas si viene a darme honor
Alfonso, no puede ser:
Cuando no de mi linaje,
Se rae ha pegado del traje
La inaliciuy pruecd>T:
Sin duda no quiere enliar
Por no estar con sus criados
i:n una mesa sentados;
i.hiiéroselo replicar
De manera que no entienda,
One le conozco.) Señor ,
Entrad, y h;ireisnie favor,
Y alcanznd de la merienda
l'n bocado, que os le dan
Con voluntad, y sin paga ,
Y mejor provecho os haga
Que noel bocado de Adán
Sale BKAS, jjaca a'yn de coiiu-r, y un
jarro cubierto.
BRAS.
Un caballero me envia
A decir como os espera.
DON MKNlio.
¿Cómo, Blanca, eres tan liera'' (Ime.)
DOÑA blanca.
Asi me quiere García.
don gahcía.
¿lis el cuento?
doña blanca.
Proceder
Kn él quiere pertinaz ;
Mas dejala a la de Orgaz,
yue ella sabrá responder, (.Vase j
BRAS.
Todos eslin en la mesa ,
Quiero a solas, y sentado
Mamarme lo que he arrugado
Sin que me viese Teresa ,
i yue bien que se satisface
Un hombre sin compañía !
Bebed, Bras , por vida mia.
DNO. (Dentro.)
Bebed vos.
OTRO. {Dentro )
¿Yo? queme plaoe.
REY.
Caballeros, ya declina
Ll sol al mar Occeano.
(Saleu todos.)
DON GARCÍA.
Comed más, que aun es temiirano;
Lnsanchad bien la jietrina.
REY.
Quieren estos caballeros
Lili ave en tierra rasa
Volarla.
DON GARCÍA.
Puesá mi casa
Os volved.
REY.
Obedeceros
No es posible.
DON garcía.
Cama blanda
Ofrezcb á lodos, señores ,
Y con almohadas de flores.
Sábanas nuevas de Holanda.
REY.
Vuestro gusto fuera ley.
García, nr.i- v i""!.>n:'is ,
yuedes'lr I" ■ . !. " ■ M-s
Los cu;iii ' i; '■ .
Y es fufi/,1 • i." 1-1, I M hi ,
I Blanca, adiua, .iilm., , l.,iii.ia.
' DON CAIICIA.
' Kl cielo os guarde.
I
COMtDIAS ESCOGIDAS DE UÜN KKASCISCO UE HOJAS
liLI.
Otrodia
Hoblari^mos más despacio. (Vsíe.)
DON HKNDO.
Labradora , hernuisa niia ,
'i c'ii de mi dolor memoria.
DOÑA BLANCA.
CaliüUero, aquesa historia
Se lia de IraUr con Gaicia.
uo.\ uarcIa.
¿Qué decis?
DON IIENDO.
Que dé á los dos
El cielo vida, y cuiiteiito.
UUÑA ula.xca.
Adiós, scfior, el del cuento.
DO.N UENDÜ.
Muerto voy, adiós.
D0.\ GARCÍA.
Adiós.
Y tú, bella como el cielo ,
Ven al jardiii , que convida
Con dulce paz a mi vida.
Sin coiisumii'la el anhelo
Del pretendiente , que aguarda
El mal soguiü favor,
La seqncdad del señor,
Ni la provisión que tarda ,
Ni la esperanza que yerra,
Ni la ambición arroi;ante
Del que armado de diamante
üusca al contrario en la ¡juerra
Ni por los mares el Norte ;
Que envidia pudiera dar
\ cuántos del Castañar
Van esta larde á la Corte ;
.Mas por tus divinos ojos ,
Adorada blanca inia ,
Que es boy el primero dia
Que he tropezado en enojos.
DOÑA BLANCA.
¿Deque son tus descontentos?
DON garcía.
Del cuento del cortesano.
DOÑA BLANCA.
Vamos al jardín, hermano.
Que esos son cuentos de cuentos.
JORNADA SEGUNDA.
Salen LA REI.NA, y EL CG.NDE.
Vuestra extraña relación
Me ba enternecido, y prometo
Que lie de alcanzar, cun elelo,
l'ara los dos el perdón;
Poique de Dlaiiea y García
Me lia eiic.irecido su Alteza ,
En el uno la belle/a,
^ en otro la gallardía.
\ pues que los dos se unieron
Cun sucesos tan prolijos ,
Como los padres, ios hijos
Cun una estrella nacieron.
CONDE.
Del Conde nadie concuerda
Bien en la conspiración:
Salló al lili de la prisión.
V dciii Sancho de la Ceida
Ilu\u cun lllanca, queera
De dos añus a ocasión
Que era yo cuiilra Aragón
General de la Croiilera,
Donde el Cerda con su bija
Se pretendió asegurar,
V en un pequeño lupr.
Con la jornada prolija ,
AiloIi'Ciú de tal sueile,
Que aunque le acudí en secreto.
En deis dias.en efelo.
Cobro el tríbulo la muerte,
lliccle dar sepultura
(ion silencio, y apiadado
Mandé, que á Orgaz un soldado
' a inocente criatura
Llevase, y un labrador
La crió, hasta que un dia
La casaron con García
Mis consejos y su ,inior:
Que quiso, sin dada al;;iina .
l¿i cielo, que ambos se viesen .
V de los padres tuviesen
Juntas la sangre y furtuna.
REINA.
Yo os prometo de alcanzar
Elperdun.
Sale Ur.AS.
DRAS.
Buscándole,
P.nrdiobre que me colé.
Como fraile, sin llamar;
Tópele : su sonseria
Me dé las manos y pies.
CONDE.
Bien venido , Bras.
REINA.
¿Quién es?
CONDE.
Un criado de García.
REINA.
Llegad
BRAS.
¡Qué brava hermosura!
Esta sí (pie el ojo ahonda ;
l'ero si vus sois la Coiida
lendreis muy uiula ventura.
CONDE.
,^Y qué hay para alia , mancebo?
BRAS.
Como al Caslañar no van
Estafetas (le Milán ,
No he s.ibido qué hay de nuevo;
¿Y por acá, qué hay ile guerra?
CONDE.
Juntando dineros voy.
URAS.
De buena gana los doy
Por i;o/.ar en paz mi tierra;
Poniue el corazón me ensanclia
Cuando duerniu mas seuuro
Escribe bien, breve y grave.
CONDE. ,
Ks sabio.
REINA.
A mi parecer ,
Más es que serlo, tener
Quien en palacio le alabe.
Sute DON MENDO.
DON MENDO.
Su Alteza espera.
REINA.
Muy bien
La banda eslá en vuestro perbo ( Vase.)
DON UENDO.
Por vos su Alteza me ba hecho
Aquesta honra.
CONDE.
También
Tuve parle en esta acción.
DON MENDO.
Vos me disteis esta banda ,
Que mía fué la demanda
Y vuestra la información.
Ayer con su Alteza i'uí ,
Vdióme esta insignia , Conde,
Vendo al Castañar. (.Ip. Adonde
Libre fui, y otro volví.)
Sale TELLO.
TELLO.
El Rey llama.
CONDE.
Espera, Dras.
BRAS.
El billorcte leed.
CONDE.
Este hombre entretened
Miémras vuelvo.
BRAS.
Estoy de más,
Desempacbadme temprano ,
Que el palacio y los olores
Se hicieron para señores,
.No para un tus^o villano.
coNot:.
Ya vuelvo.
(YánseelCondftjTelh.)
DON MENDO.
Conocer quiero
Este hombre.
BRAS.
¿No hay hablar?
,.Cónio fué en el Castañar
Ayer tarde, caballero?
DON SIENDO. {.\p.)
Daré á tus aras mil veces
llulocaustos. Dios de amor.
Pues en este labrador
líemedloá mi mal ofreces.
;Ay Blanca! ¡conque de enojos
.Me tienes! ¡Con qué pesar!
¡Nunca fuera al Caslañar !
.Nunca le vieran mis ojos!
¡ Plujíiera á Dios, que primero.
Que fuera Alfunso a tu tierra ,
.Muerte me diera en la guerra
lil corbo africano acero !
¡Pluguieraá Dios, labrador.
Que al áspid liero y beiniObO,
Que sirves , y cauteloso
fué causa de mi dolor .
Sirviera jo, y mis Estados
Te diera, la renta mia.
Que por ver á Blanca un dia
fuera á guardar sus ganados!
BRAS.
¿Qué diablos tiene, Señor,
gue salta , brinca y recula?
Sin duda la tarántula
Le ha picado ó tiene amor.
DON MENDO.
(.4p. Amor, pues norte me das,
De este tengo des;:ber
Sí á Blanca la podré ver.)
¿Cómo le llamas?
Yo, Bras.
MENDO.
De dónde eres?
BRAE.
üe h villa
De Ajofrin , si sirvo en algo.
DON MKNiíO.
¿Y eres muy gentil hidalgo 1
BRAS.
De los Brases de Caslilla.
Uü.N MEADO.
Ya lo sé.
BRAS.
Decís verdad ,
(Juesó antiguo , auiicjuc no rico,
l'ues vengo de un viiíaiicicu
Del dia de iNavidad.
DU.1 UE.NDO.
Dneo talle tienes.
BRAS.
Bizarro;
Uire qué pié tan perlelu:
¿Monda nísperos el pelo?
¿Y estos ojuelos son barro?
00:1 MEMIU.
¿Y eres muy diicrciu, liras?
BHAS.
lineso soy extremado,
Porque cuaUjuiera cuitado
l'resumo que sabe uias.
UUM MENIIÜ.
¿Quieres servirme en la Corle ,
\ Veras cuauío le precio?
BHAS.
Caballero, aunque só necio,
Uazuiiamienl05 acorte ,
Y SI algo quiere mandarme
Acabe ya de i^ariilo.
UOÍl IIENDO.
Toma, Bras, este bolsillo.
Mas, por Dios, quiere burlúrnn;
A ver, acerque la mano.
tscudos son.
BRAS.
Yo lo creo ;
Mas por no engañarme , veo
Si esta por de dentro vano ;
limero es , j de ello muero
yue algo pretende que haga ,
Porque el hablar, bien se paga
DUH tlE^DO.
Sólo que me dig.is quiero ,
hi ver podré a lu scugra.
¿Para malo ó para bu
Para decirla que peno ,
Y que el corazón la adora.
I.irStima os tengo , asi viva,
Por loque li-ugu en el pecho;
Kueauíiciuerndo, amor me lia lioclii
bl uiiü cuino una criba.
Yo Os quieio dar una traza
yue de provecho sera:
Aquestas noches se va
Aii amo García a caza
be javalies; vestida
Le aguarda sin provencion ,
Y si eiitr.iis por un balcón,
1.a hallareis nieuio dormida ,
l'ori|ue hasta el alba le espera;
Y esto muchas Veces p^sa
A quien deja hermosa en casa,
Y busca en otra una íiiTa.
di:l uüy .\1!.\jo mnülno.
DUS >EMi0.
¿Me engañas?
BRAS.
Cosa es lan cierta,
Que de noche en ocasiones
Suülo entrar por los balcones
Por no llamar ala puerta,
Ni que Teresa ine abra ;
Y por la honda, que deja
Puesta Belardo en la reja,
Trepando voy como cabra,
Y la hallo sin embarazo
Sola, esperando á (jarcia ,
Porque le aguarda hasta el dia
Uecostada sobre el brazo.
BOX UKNUO.
En ti el amor me promete
Uemediu.
Pues esto haga.
DO.'» MbNUO.
Yo le ofrezco mayor paga.
imAS.
Esto no es ser alcagiiete.
DON UE.VDO.
Pilanca , esta noche he de entrar
A veite, á le de español,
(,lue para llegar al sol
Las nubes se hau de escalar.
Yase, y salen EL HE\ 1 EL CÜ.NÜE.
RET.
El hombre es tal, que prometo ,
(Juecon vuestra aprobación
lie de llevarle a esta acción,
\ ennoblecerle.
CONDE.
Es discreto
Y valiente; en él están
Sin duda lesplaiidecuiites
Las virtudes convenientes
Para hacerle capitán;
yue yo se que supina
La fallado la e.xiiuriencia
Su valor y su prudencia.
Mi gente lo acetara ,
Pues vuestro valor le abona ,
Y sabe de vuestra ley ,
Uue sin iiiei'itos, al Itey
No le proponéis persona ;
Tiaedle mañana, Conde. (I
CONUK. {Ap.)
Yo sé que aunque os acuitéis ,
Que eu la ocasión publiquéis
La sangre que en vos se esconde
URAS.
Despachadme, pues, que no,
benur, otra cosa espero.
CO.NUK.
Que se recibió el dinero,
Que al donaiivo olrecio.
Le decid, liras, á García;
Y pódeos ir con esto,
gue yo le veré muy presto ,
\ responderé otro día. (I'
BRAS.
No llevo cosa que importe;
Sobre tardanza prilija ,
¿Largo parto y parir hija?
Propio despacho de Corle. (1
Sale DON CAliCf.V de cazador,
un ¡)ii;ial y un arcabuz.
DOM GARCÍA.
Hosipics niios frondosos,
1) • ! 1 Ir/irÑ, i iiuiito tenebrosos
la : > ■ N ■ a^uas del Letéü,
li.iM,, <| i. -..ir ,u' laetoii la esposa
Cuiuiíjiia.li- plinuas V de rosa;
l'.n vusotiusdoclr.na "
llalla sobre quien Marte predomina,
Disponiendo sangriento
A mayores contiendas el aliento ,
Porque furor inlluye
La caza que á la guerra sobstituye.
Yo soy el vivo rayo [sayo
Feroz de vuestras fieras, que me eii-
Para ser, con la sangre que me inspira.
Rayo del Castañar en Algecira; [ñas.
Criado en vuestras grutas y campa-
Alcides español de estas uiuutañas ,
Que contra sus tiranos [nos.
Clava es cualquiera dedo de mis ma-
."ML-ndo por iiii esta vera
Prodiga en carnes, abundante eucera,
\eiigador de sus robos.
Parca común de osos y de lobos,
Que por nii el cabrilillo y simple oveja
Del montañés pirata no se queja,
Y cuando embiste airado
A devorar el tímido ganado,
Si me arrojo al cumbate
Ocioso el can en la palestra late.
Que durmiendo eiilre llores,
fc.n mi valor hados los pastores ,
Cuando abre el sol sus ojos ,
Desperezados va los miembros llojos,
Cuando al ganado asisto ,
Cuando al corsario embisto.
Pisan dilunla la voraz caterva
Mas lobos sus abarcas quenoyerva.
¿yué colmenar lopioso
No demuele deleiisas contra el oso ,
Faliricaiido sin muros
Dulce y blanco licor en nichos puros?
Que por esto han tenido ,
Gracias al plomo á tiempo cumpciido,
Eli sus cutos amenos ,
Un enemigo las abejas menos.
Que cuaiiOo el sol acaba ,
Y en el puslreio parasismo estaba,
A dusculmeiias ,que robado bahía,
Las calo dentro de una fuente fiia.
Ahogando en sus ciistales
Las abejas que obraron sus ¡lanales,
Para engullir segura
La miel , <|ue misturó en el agua pura,
Y dejó, bien que tuibia, su corriente
El agua dulce de esta ciara fuente.
^ esta noche bajando
Liijavali a aqueste arroyo blando,
Y cristalino cebo.
Con la luz,que mendiga Ciiitia a Eelio,
Le miré cara a cara.
Haciéndose lugar entre la jara ,
Despejando la senda sus cuchillos,
De uiarlil ó de acero sus colmillos;
Pero á una bala presla ,
La luz condujo á penetrar la testa,
(h elido el valle a un tiempo repetidos
DÍé la pólvora el eco y los bramidos.
Los dos serán troleos [leos,
Peiidíenles en mis puertas, aunque
Después que Diauca con su breve
[planta
Su cerviz pise, y por ventura tanta
Dirán, tul áuii en la muerte
Tiene el cadáver de un dichoso suerte.
Que eu la ocasión más dura ,
A las lleras no falta la ventura.»
Mas el rumor me avisa
Qiieunjavaiidesciende:congr?,|,.,r¡s,
S iielve liujendo : habrá oidu
Al:jnii rumor distante su sei'.iiijy ■
Piiri|iie en distancia larga
calar al arcal'uz la ca,.
ia,
Y esparcidas las punías,
Ijiie sobre el cerro acumulaba juntas,
Si oye la bala ó menear la cuerda.
Es ala, cuaudo liuve , cada cerda.
Sale DON MKNDO, ;/ un criado con
tina escala.
nOX MENDO.
¿Para eslo , amor liíano,
Ücl cerco loli'daiio
Al mónteme trajiste.
Para perderme en su maleza trifle?
iMas (|ué esperar podia [¡^iiia?
Ciego, que á un ciego le elit;io por
lina escala previne, con intento,
Blanca, de penetrar tu lirmamenlo,
Y lo mismo emprendiera
Si fueras Diosa en la lonante esfera,
No montañesa ruda.
Sin honor, sin esposo que te acuda,
Que en este loco abismo
Intentara lo mismo,
Si Tueras, Blanca bella ,
Como naciste humana , pura esl relia;
liien que á la lieira , bien que al cielo
[sum
Bajara en polvo, y ascendiera en üumu
DON GARCÍA.
Llegó primero al animal valiente,
Que i mi sentido , el ruido de esta
PON MENuo. [seuic
En esta luna de Octubre
Suelen salir cazadores
A esperar losjavalles
Quiero llamar : ¡Ha del monte !
CRIADO.
¡Hola, bao!
DON GARCi.t.
Pesia sus vidas,
¿Qué buscan? ¿de qué dan voces?
DON Mf.NDO.
¿■^1 sitio del Castañar
Lstá lejos?
DOX GARCÍA.
En dos trotes
Se pueden poner en él.
DUN KRNDO.
Pasábamos á los montes,
Y el camino ben)os perdido.
D0>- GARCÍA.
Aquese arroyuelo corre
Al camino.
D0:< HENDO.
¿Qué ñora es?
DON GABCiA.
Poco menos de las doce.
¿De dónde sois?
DOM GARCÍA.
Del inlierno;
Id en buen bora . señores.
No me espantéis más la caza ,
Que me enojaré , pardiobre.
do:» MrMoo.
¿La luna basta cuando dnra ?
DON GARCÍA.
Hasta que se acaba.
DON MENDO.
\ Oye
n'.i.ue es villano en el campo.
DON GARCÍA.
Lo que ulO s^"*"" ^" '•' t^ofte.
. DON MKNDO.
Y, en efecto, ¿hay donde errar?
ESCOGIDAS DE DON EllANUSCO DE HOJAS,
DON GARCÍA.
Y, en efecto, ¿no se acogen?
DON HENDO.
Terrible sois.
DON GARCÍA.
Mal sabéis
Lo que es estorbar á un hombre
Eu ocasión semejante.
DON MENDO.
¿Quién sois?
DON GARCÍA.
Rayo de estos montes
García del Castañar,
Que nunca mego mi nombre.
DON UCNDO.
t.\p. Amor, pues estás piadoso
Dótenle, porque no eiturbe
Mis deseos, y en su casa
!<lis esperanzas malogre,
^ para que á Blanca vea
Dame túsalas veloces
l':u'a que más presto llegue.)
Quedaos con b.os. (
DON GARCÍA.
Buenas noclie:
Bizarra ocasión perdí ,
Imposible es que la cobre ;
Quiero volverme á mi casa
Por el atajo del monle.
\ pues ya me voy, oíd
De grutas partos feroces ,
fealid y bajad al valle.
Vivid en paz esta noche,
Que vuestro mayor opuesto
A su caba se va , auonde
iJorinirá , no en durus peñas,
Sino en blandos algodones.
^ depuesta lu liereza,
1 an li'ucadüs mis acciones ,
tn los brazos de mi espusa
Verá el Argos de la nocbe
V el Polileuio del día,
bi las observan feroces
\ tiernas , que en este pecho
tje ocultan dos corazones,
bl uno de blanda cera.
El otro de duro bronce,
El blando para mi casa.
El duro para estos montes. I
TERESA.
Y le echara á mogicones
Si no se entrara callando ;
Mas si has de esperar que vcng
Mi Señor, no estés en pié.
Yo a Belardo llamaré
Que tu desvelo entretenga;
Mas él viene.
Sale BELARDO.
Lo ^-.i
Sale DOÑA BLA^CA, T TERESA can
una bujia, y púnela encima de un
bufete que habrá.
DOÑA UI.ANCA.
Corre veloz , noche fría ,
Poique venga con la Aurora
Del campo, donde eslá ahora,
A descansar un (jarcia ;
Su luz anticipe el día ,
H cielo se desabroche,
>alga Kaetun eu su coche,
Vera su luz deseada
La primer enamorada
Que ba aborrecido a la noche.
TERESA.
Mejor , Señora, acostada
Esperarás á tu ausente,
Porque asientan lindamente
Sobre la holanda delgada
Los brazos : que por el credo ,
Que aunque fuera mi mando
Uras, que tampoco ha venido
De la ciudad de Toledo ,
Que le esperara roncando.
DOÑA DLANCA.
Tengo más obligaciones.
BEI.ARD0.
Pues al sol
Veo de noche brillar.
El sitio del Castañar
Es antípoda español.
DOÑA BLANCA.
Gelardo, sentaos.
BELARDU.
Señora,
Acostaos.
DOÑA BLANCA.
En esta calma.
Dormir un cuerpo sin alma,
'uera no esperar la Aurora.
BELARDO.
Esperáis?
DOÑA ULANCA.
Al alma mia.
Por muy necia la condeno,
l'ues se va al monte sereno
V os deja hasta qne es de dia.
BRAS. (Dentro.)
SI vengo de Toledo,
Teresa mia :
Si vengo de Toledo,
y no de Francia.
TERESA.
.Mas ya viene mi garzón.
BELAnDO. ,
A abrirle la puerta iré.
TERESA.
Con tu licencia sabré
Qué me trae, poc el balcón.
BRAS.
Que si buena es la albohaca,
'lejor es la cruz de Calibaca.
{lia de haber unas puertas como de b':
con, que estén hacia dentro, y ubi
Teresa.)
TERESA.
¿Cómo vienes, Bras?
BRAS.
Andando.
HERESA.
¿Qué me traes de la ciudad
En muestras de voluntad?
BRAS.
Yo te lo diré cantando:
Tráigate de Toledo,
l'orque te alegres.
Un galán, mi Teresa,
Como unas nueces.
TERESA.
Llévele el diablo mil veces;
Ved qué sartal ó corpiñi).
{Cierra juntando el balcón.)
¿Qué le trae?
Muy lindo aliño :
Un galán como unas nueces.
DOÑA BLANCA.
Será sabroso.
íOnéhay,
Blanca? Teresa , ; esloy muerto !
iÜné, DO me abrazas?
TERESA.
Por cieno,
Por las cosas que me irj;.
Dimoños sois las mujeres:
¿A quién quieres más?
TERESA.
A Bras.
BRAS.
Pues si lo que quieres más
Telraigo, ¿qué es lo que quieres?
DO^A BLANCA.
Teresa llene razón ;
Uas sentaos (Olios, y di,
¿yué viste eo 1 oleiio?
BRAS.
VI
De casas un burujón,
Y mucha gente holgazana,
Y en calles buenas y ruines
La basura á celemines,
Y el cielo por cerbatana ;
Y dicen que bay infinitos
Desdenes en caras buenas ;
En verano berenjenas ,
Y en el otoño mosquitos.
DOÑA bi.a:(CA.
¿No hajf mas nuevas en la Corte?
BRAS.
Sntiras pide el deseo
Malicioso , ya lo veo ,
Mas mi'pluma no es de corle :
Con otras rosas , Señora,
Os divertid hasta el alba ,
Que al ausente Dios le salva.
,' doSa blanca.
Pues el que acertare ahora
Ksla enigma de los tres ,
baré un vestido de paño,
Y el de (;r;ina. que hice ogaño;
A Teresa digo, pues:
¿ Cual es el ave sin madre ,
Oue al padre no puede ver
Ni al hijo . y le vino á hacer
Después de muerto su padre?
BRAS.
(Polainas y galleruza
lia detener?
DoSa BIA!<CA.
Claro es:
Digan en rueda los tres.
TERESA,
El cuclillo.
BRAS.
La lechuza.
BELARDO.
No hay ave á quien mejor cuadre,
Que el Fénix , ni otra ser puede ,
I'ues esa misma procede
De las cenizas del padre.
DOÑA BLANCA.
El Fénix es.
BELAROO.
Yo gané.
BRAS.
Yo perdi como otras veces.
DOÑA bla:sca.
No te doy lo que mereces.
BRAS.
Un gorrino le daré
DEL REY ABAJO NINGUNO.
A quien dijere el más caro
Vicio que hay en el mundo.
DOÑA BLANCA.
En que es el juego me fundo.
BRAS.
Mentís , Branca , y esto es craro.
TERESA.
Kl de las mujeres digo,
Que es más costoso.
BRAS.
Mentís;
Vos Belardo , ¿qué decís?
BELAKDO.
Que el hombre de caza amigo
Tiene el de más perdición ,
Mas costoso, é infellce :
La moralidad lo dice
Del suceso de Acteon.
.Mentís también, que á mi juicio ,
Sin quedar de ello dudoso ,
Es el vicio mas costoso
El del borracho, que es vicio
Con quien ninguno compite;
Oue si pobre viene á ser
De lo que gastó en beber
iNo puede tener desquite.
{Silba don Garcla.\
DO.ÑA BLANCA.
Oye, Bras; amigos ea,
Abrid , que es el alma mia ;
Temprano viene Garcia ,
Quiera Dios que por bien sea. (\ase.)
DON garcía. (Üeiilro.)
Buenas noches , gente íiel.
URAS.
Seáis, Señor, bien venido.
Sale DON GARClA, BRAS, TERESA
T DOSA BLA^CA, y arrima don
Garda el arcabuz al bufete.
DON GARCÍA.
¿Cómo enToIedo te ha ido?
URAS.
Al Conde di tu pnpel,
Y dijo respondería.
DON GARCÍA.
Está bien: esposa amada,
¿No estáis mejor acostada?
¿Qué esperáis?
DOÑA BLANCA.
Que Tenga el dia;
Esperar como solia
A su cazador la Diosa ,
Madre de amor cuidadosa ,
Cuando dejaba los lazos ,
Y bailaba en sus tiernos brazos
Otra cárcel más hermosa ;
Vinculo de amor estrecho ,
Donde yacía su bien ,
A quien díó parte también
Del alma, como del lecho;
Mas yo con mejor derecho ,
Cazador, que al otro excedes,
Haré de mis brazos redes,
Y porque caigas, pondré
De una tórtola la Fe,
Cuyo llanto excusar puedes.
Llega, que en llanto amoroso,
No rebelde javali
Te consagro, un ave sí ,
Que lloraba por su esposo:
Concédete generoso
A vínculos permitidos,
Y escucharan tus oídos ,
En la palestra de pluma ,
Arrullos blandos en suma
Y no en el monte bramidos.
Que si bien estar pudiera
QuejoM de que te alejes
De noche , y mis brazos dejes
Por esperar una liera,
Adorote de manera.
Que aunque propongo á mis ojos
Quejas . y tiernos despojos ,
Cuando vuelves de esta suerte ,
Por el contento de verte
Te agradezco los enojos.
DON GARCÍA.
Blanca hermosa, Blanca rama
Llena por Mayo de llor,
Que es con tu bello color
Etiope Guadarrama ;
Blanca , con quienes la llama
Del rojo Planeta oscura ,
Y herido de su luz pura
El terso cristal pizarra ,
Que eres la acción más bizarra
Del poder de la hermosura;
Cuando alguna conveniencia
Me aparte, y auejosa quedes.
No más dolor darme puedes
Que el que padezco en tu ausencia ;
Cuando vuelvo á tu presencia ,
De dejarte arrepentido ,
En vano el pecho ofendido
Me recibiera terrible.
Que en la gloria no es posible
Atormentar al sentido.
Las almas en nuestros br.izos
Vivan heridas , y estrechas,
Ya con repelidas flechas,
Ya con recíprocos lazos;
No se tejan con abrazos
La vid , y el olmo frondoso
Más estrechos que tu esposo
Y tu, Blanca ; liega , amor.
Que no hav contento mayor
Que rogar á un deseoso.
Y aunque no te traigo aquí .
Del sol á la hurtada luz,
Herido con mi arcabuz
El cerdoso javali.
Ni el oso ladrón, que vi
Hurtar del corto vergel
Dos repúblicas de miel ,
Y después , á pocos pasos ,
En el humor de sus vasos
Bañar el hocico y piel ,
Te traigo para trofeos
Dejavalíesy osos.
Por lo bien trabado, hermosos,
Y distintamente feos
Un alma, v muchos deseos
Para alfombra de tus pies;
Y me parece que es.
Cuando tus méritos loco ,
Cuanto os he contado, poco,
Como es poco cuanto ves.
BRAS.
¿Teresa alli? vive Dios.
TERESA.
Pues aquí „quién vive, Bras?
BRAS.
Aqui vive Barrabás,
Hasta que chante á los dos
Las bendiciones el cura;
Porque un casado, aunque pena,
Con lo que olro se oondena,
Su salvación asegura.
TERESA.
¿Con qué?
BRAS.
Con tener amor
A su mujer, y aumentar.
TERESA.
Eso, Bras, es trabajar
En la viña d^l Señor.
DOXA BLANCA.
Desnudaos, que en lunto quiero
l'revemrus, prenda amada,
¡tupa por mi mano hiiada,
yue liuele njas que el romero,
\ os juro que es más sutil,
C'Uf siT la de Hulunda suele;
l'(ir(iiie cuantío a limpiíi huele,
.No lia menester al Abril;
Venid los dos. [Vase.]
BRAS.
Siempre he oído,
Que suele ecliarse de ver
t.1 amor de la mujer
En la ropa del mi>rido.
TERESA.
También en la sierra es fama
yue amor, ni honra no licué
yuien \a á la corle, y se viene
Sin joyas para su dama.
( Vanse.)
DOM GARCÍA.
Envidíenme en mi estado
Las ricas y ambiciosas majcílades,
Mi bienavenlurado
Albergue, de delicias coronado.
\ rico de verdades:
Envidien las deidades,
Profanas y ambiciosas,
Mi venturoso empleo,
Kinidíen codiciosas,
yue cuandii á lilaiica veo,
hii beliiad pone limite al deseo.
Válgame él cielo, qué niiio!
Sale UO.N MENDO abriendo el balcón
de golpe , y embózase.
DOM MENDO. (.4/).)
¡Vive Dios, que es el que veo
liarcla del Castañar!
Valor, corazón, ya es hecho:
yuien de un villano conlia
No espere mejor suceso.
nON GARCÍA.
Hidalgo, si serlo puede
yuien de acción tan baja es dueño.
Si aiijuna neee.sidad
A roba: me os ha dispuesto,
Üeciilme lo qué queréis,
yue por (jiiien soy os prometo,
yne (le mi casa volváis
Por mi mano satisfecho.
DON HE.^D0.
Dejadme volver. García.
DON GARCÍA.
Eso no, porque primero
lie de ciJiioiei' quien sois,
V desculnÍDS muy presto,
U de este arcabuz la bala
Penetrará vuestro pecho.
DOM «ENDO.
Pues advenid no me erréis,
yue si con vos igual quedo,
1,0 que en razón me lleváis,
Kn sangre, y valor os llevo.
(Ap. Vo sé que el conde de Orpaz
Lo ha dicho á alguno en secreto,
Informándole de mí.)
La llanda que cruza el pecho.
De quien soy testigo sea.
DON carcIa. {Ap. ; ráesele el arcabuz.)
El Heyes: ¡válgame el cielo!
ESCOGIDAS DE DO.N 1 líANCiSCÜ
Y que le conozco sabe;
llniior y lealtad, ¿qué haremos?
¿Qué conlradicipn implica
La lealtad con él remedio?
DON IIF.^DO.
(.4p. ¡Qué propia acción de villano!
Temor me liene ó rcspito.
Aunque para un hombre humilde
liastaba solo mi esfuerzo;
El que encareció el de Orgaz
l'or valiente, al fin es viejo.)
En vuestra casa me halláis,
Ni huir, ni negarlo puedo.
Mas en ella entré esta noche...
DON GARCÍA.
A hurlarme el honor tiue tengo:
Muy bien pagáis á mi fe
i;i hospedaje por cierto
yne os hicimos lilanca y yo;
\ed i]ue contrarios electos
Vera entre los dos el mundo.
Pues yo, ofendido os venero,
Y vos, de mi fe servido.
Me dais agravios por premios
BON ME.VUO.
Xo hay que fiar do un villano
(lleiidi.lo.pues que iiuedo,
.Me defenderé con este.
DON GARCÍA.
¿Qué haeeis? dejad en el suelo
i',l arcabuz, y advenid
Mué os le estorbo, porque quiero
.No atribuyáis á ventaja
El lili de aqueste suceso.
yue para mi basta solo
Lj banda de vuestro cuello,
t^inla del sol de Castilla
A cuya luz estoy ciego.
DO.N Ub.NUO.
¿AI fin, me habéis conocido?
BO.N GARCÍA.
Miradlo por los efectos.
DON SIENDO.
Pues quien nace como yo
iNo satisface, ¿qué haremos?
DO.N GAliClA.
Que os vais, y rogad a Dios,
yue enfrene, vuestros deseos;
^ al Castañar no voivais,
yue de vuestros desaciertos
iNü puedo tomar venganza,
sino remitirle al ciclo.
DON MENDO.
Yo lo pagaré, García.
DO.^ GARCÍA.
No quiero favores vuestros.
DON UE.NDU.
No sepa el conde de Orgaz
Esta acción.
DON GARCÍA.
^o os lo prometo.
Quedad con Dios.
DON GARCÍA.
El os guarde,
Y á mí de vuestros intentos
^ a blanca.
DON MENDO.
Vuestra mujer...
DON GARCÍA.
No, señor, no habléis en eso,
Que vuestra sera la culpa:
\o sé la mujer que tengo.
DON HENOO. (.Ip.)
¡A} Blapca! sin vida estoy:
l)E KOJAS.
¡Qué dos contrarios opuestos!
¡Kste me estima ofendido.
Tu adorándote me has muerto!
DON CABCÍA.
¿Adói*de vais?
DON UENDO.
A la puerta.
DON GARCÍA.
¡Qué ciego venís, qué ciego.
Por aquí habéis de salir.
OOItlIENDO.
¿Coiioceísme»
DON GARCÍA.
Yo os prometo,
Que .í no conocer quien sois,
yue bnjáredes más presto;
Mas timiad este arcabuz
Ahora, porque os advierto,
yue hay en el monte ladrones,
V que podían ofenderos
Si. como yo, no os conocen;
Dajad aprisa. {Ap. No quiero,
Que sepa Blanca este caso.)
DON MENDO.
Razón es obedeceros,
DON GARCÍA.
Aprisa, aprisa, seiior,
Iteniílid los cumplimientos;
V mirad que al descender
Ni) caigáis, porque no quiero
yne tropecéis en mí casa.
Porque de ella os vais mis presto.
DON MENDO.
¡Muerto voy! (lase.)
DON GARCÍA.
B.ijad seguro,
Pues que yu la escal.i os tengo.
¡Cansada eslal-as, forlnna,
Lieest;irte lija un momento!
¡yue \ueit.. .liste tan ñera!
¡En aqueste mar. (|Ue presto
yue se hüii trocado los aires!
¡Ln que diu laii sereno,
(Cintra mi segiindail
Euliiiina rayos el cielo!
Ciertas mis desdichas son,
Pues no dudo lo que veo;
yue á Ulaiica, mi esposa, busca
El rey Alfonso encubierto;
¡Qué desdichado que soy.
Pues altamente naciendo
fcn Castilla Conde, fui
De aquestos montes plebeyo
Labrador, y desde hoy
A estado más vil desciendo!
¿Asi paga el rey Altonso
Los Servicios (|ue le he hecho?
Mas desdicha será mía.
No culpa suya, callemos;
V alligido ciirazun.
Prevengamos el remedio;
Que para animosas almas
Son las penas y los riesgos.
Mudemos tierra con blanca,
Sagrado sea otro reino
De su inocencia y mí honor;
Pero diiáii que es de miedo.
Pues no he de decir la causa,
\ que me faltó el esfuerzo
Para ir contra Algecira ;
Es verdad; mejor acuerdo
Es decir al Uey quien suj;
Mas no. García , no es bueno,
yue te quitará la vida,
Poriiue no estorbe su intento;
Pero si lilanca es la causa,
V resistirle no puedo,
Qi:e las pasiones de un Rey
No se sujetan -J freno
Ni á la raiou: muera lilanca.
(Suca el puñal.)
Pues es causa de mis riesgos
Y (leshiaior, v elijamos.
Coraion, del nía' lo menos.
A muerte te lui condenado
>li lionor, cuando no mis celos,
Porque a ci^sla de lu vida
De una inramia me preservo.
Perdóname, Blanca mia,
Que aunque de culpa te absuelvo,
Sulo por razón de estado
A la muerte te condeno :
Mas ¿es bien .que conveniencias
De estado en un caballero,
Contra una inocente vida
Puedan mas que no el derecho?
Si, cuando la Providencia.
Y cuando el discurso atento,
Mirjn el dañoruluro
Por los presente? sucesos.
Mas ¿yo lie de ser, lilanca mia,
Tan bárbaro y tan severo.
Que be de sacar los claveles
Con aqueste de lo peí ho
Deja/mines? No es posible,
Blanca liermosa , no lo creo,
Ki podrá romper mi mano
De mis ojos el espejo.
¿Mas de su beldad ahora,
yue me va el honor me acuerdo?
Muera Blanca, y muera yo;
Valor, corazón, y enlrmios
En una á quitar dos vid:is;
En uno á pasar dos pechos;
En una á sacar dos almas;
En uiio á corlar dos cuellos;
Si no me falla el valor.
Si no desmaya el alíenlo,
Y si no al alzar los bra/os,
Entre la voz v el silencio,
La sangre falla á las venas
Y el corle le falla al hierro.
JOMADA TERCERA.
Sale el CONDE de camino.
CONDE.
Tr.ne los caballos de la rienda , Tcllo,
Que á pié quiero gozar del dia bello:
Pues lomó en este monte
El día posesión de este horizonte.
Iljué campo deleitoso!
Til que le vives morirás dichoso,
Pues en él, don García,
Doctrina das ;i la lilosofia,
Y la mujer más cuerda,
Blanca en virtud, en apellido Cerda;
Pero si no me míenle
La vista, sale apresuradamenle
Con señas celestiales
De enlre aquellos jarales,
L'na mujer desnuda;
Bella seiá, si es infeliz, sin duda.
Sale DOÑA BLANCA con algo de sus
vestidos en los brazos mal pueslo.
DOÑA BLANCA.
¿Dónde voy sin alíenlo.
Cansada, sin amparo, sin intento,
Knlre aquesta espesura?
Llorad, ojos, llorad mi desvenlnni:
Y en lauto que me visto.
Decid, pues no resisto.
Lenguas del corazón sin alegría: [rial
¡Ay dulces prendas, cuando Dios qiic-
\^W
DEL liEV AD.\JO NINGUNO.
COMlR.
Aunque mal determino,
Parece que se viste, y imagino,
One está turbada y sola;
De la sangre española
Digna empresa es aquesta.
DOÑA BLANCA.
L'n hombre paia mi la planta apresta.
CONDE.
Parece hermosa dama.
DOÑA BLANCA.
Quiero esconderme entre la virde ra-
CONDE. [""•
.Mujer, escucha, tente,
¿>ales como Diana de la fuente
Para matar severa
Ue amor al cazador como á la liera?
DOÑA BLANCA.
.Mas ;ay, suerte dicljosa!
Este es el Conde.
CONDE.
Hija, Blanca hermosa,
¿Dónde vas de esta suerte?
DOÑA BLANCA.
Huyendo de m ¡ esposo, y de mí muerte.
Y á las dulces canciones, [cones
Que en tanto que dormía en mis bal-
Alternaban las aves.
No son ¡oh Conde! epitalamios graves;
Serán ¡oh dueño mió!
De pajaro funesto agüero impío, [das
Que el dia entero, y que las noches lo-
teante mi muei te, por cantar mis bodas.
Trociiie mi ventura:
Oye la causa, y preslo le asegura,
Y vé á mí casa, adonde [i.'oiide.
Muerto hallarás mi esposo, niuerio,
AqutíSta noche, cuando
Le aguardaba mi amor en lecho blando
Úlliniü del deseo
'rerinino santo, y templo de Himeneo,
Cuando yo le invocaba
Y la familia recogida estaba,
Entrar le vi severo
blandiendo uontra mí su blanco acero;
Dejé entonces la cama.
Como quien sale de improvisa llama,
Y mis vestidos busco,
Y al ponerme me ofusco
Esta cota brillante;
Mira qué fuerte peto de diani.mle:
Vistome el faldellín, y apcius puedo
Hallar las cintas ni .salir del ruedo;
Pero sin compostura
Le aplico á mi cintura,
Y mientras le acomodo.
Lugar me dio la suspensión á todo.
La causa le pregunto,
Mas él casi dilunto,
A cuanto vio, y á cuanto le decía,
'Con un suspiro ardiente respondía.
Lanzando de su pedio y de sus ojos,
Piedades contundidas con enojos.
Tan juntos, que dudaba
i eran iras ó amor lo que miraba;
ues de mí retirado
Le vi volver más tierno, más airado,
Diciéndome entre Geroyentre amante:
Tú, Blanca, has de morir, y yo al iiis-
Mas el brazo levanta, [taiite;
Y abortando su voz en su garganta,
Cuando mi lin recelo.
Caerle vi en el suelo.
Cual suele el risco cano
Del aire impulso descender al llano,
Y yerto en él. y mudo
De ai|uel monte membrudo.
Suceder en sus labios, y en sus ojos
Pálidas flores á claveles rojos;
Y con mi boca, y mí tuibada mano
Busco el calor entre su hielo en vano;
Y estuve de esla suerte
Neulral un rato enlre la vida y muerte.
Hasta que ya latiendo,
01 mi corazón estar diciendo:
Vete, Blanca, infelice.
Que no son siempre iguales
Los bienes y los niales,
Y no hay acción alguna
Mas vil que sujetarse á la fortuna.
Yo le obedezco, y dejo
Mí aposento y mi esposo, y de (M ine
Y en mis brazos, sin brios' ["''■jt'-
Mal acomodo los vestidos mios:
Por donde voy no veía,
Cada paso caía,
Y era. Conde, forzoso.
Por volverá mirar mi amado esposo.
Las cosas que me dijo.
Cuando la muerte me intimó y predijo.
Los llantos, los clamores.
La blüiuluia. nic/clada con rigores.
Los aconielimienlüs. los retinas.
Las disimlas, las dudas, los suspiros.
El verle amante y (iero.
Ya derribarse el brazo, ya severo
Levantarle arrogante.
Como la llama en su poslreru instante;
El templar sus enojos
Con llanto de mis ojos:
El luchar, y no en vano.
Con su puñal mí mano.
Que con arte consiente
Vencerse fácilmente,
Como amante que niega
Lo que desea dar á quien le ruega ;
El esperar mi pecho
El crudo golpe en lágrimas desliccbo:
Ver aquel mundo breve,
Que en fuego comenzó y acabó nieve;
Y verme á mi asombrada.
Sin determinación, sola y tuibada.
Sin enconlrar recurso
En mis pies, enmímano.eiiniidisciir-
El dejarle en la tierra, [so;
Como suele en la sierra
La destroncada encina
KI que o; ó de sii guarda la vocina,
f'ue deja al enemigo
Desierto el tronco, en quien buscaba
El buscar de mis puertas, [abrigo;
(íOn las plantas inciertas.
Las llaves, cuando siento
(Aquí, Señor, me ha de faltar aliento)
El abrirlas á escuras.
El no poder hallar las cerraduras,
Tan turbada y sin juicio.
Que la buscaba de uno en otro quicio;
Y las penas que pasa
El corazón, cuando dejé mí casa
Por estis espesuras.
En cnyas ramas duras
Hallarás mis cabellos, [ellos)
(Pluguiera á Dios me suspendiera en
Te Contaré otro dia;
Agora vé. socorre a! alma mia,
Que queda de este modo :
Yo lo perdono todo.
Que no es, señor, posible.
Fuese su brazo conira mí terriUte
Sin algún fundamento.
Bástele por castigo el mismo inteiilo,
Yá mi por pena básteme el cuidado.
Pues yace, si no mlierto, desmayado.
Acüdele á mi esposo,
Oh C.onde valeroso.
Sucesor, y pariente
De tanta, con diadema, honrada frente;
Asi la blanca plata.
Que per tu grave pecho se dilata,
Hnrra de España las moriscas huellas.
ti COMEDIAS
siD dejar en su saelo señal üe ellas,
Víue lus pasos dirijas
Adondi<, si eslá vivo, le corrijas
De tiereza laii dura,
Y seas, porque cubre mi ventura
Cuando de mi le inrurnie,
ArbilroenirelosdoMiueiioscoorornie;
l'ues los liados fat.iles
Me dieron el remedio enlre los males;
l'ues mi fortuna quiso
Hallase en tí l'avor, amparo, aviso,
l'ues que miran mis ojos
No salteadores de qu.eu ser despojos,
Pues eres. Conde ilustre.
Gloria de Ulan y de Toledo lustre;
l'ues que plugo á mi suerte
La vida hallase quien toco la muerte.
COMJE.
Digno es el caso de prudencia mucha;
Este es mi parecer: ;ah Tello! escuclia.
Sale TELLO.
Ya sabes. Blanca. coniusiempre esjusto
Acudas á mi Kusto,
Asi, sin replicarme.
Con Tello al pnnio, sin excusas darme.
En aqueste caballo, que lealmente
A mi persona sirve juntamente.
Caminad á Toledo: [dii:
Esto conviene. Blanca, esto hacer pue-
Y tú a palacio llega,
A la Keiiia la entrega;
Que yo voy a tu casa,
Uue por llegar el corazón se abrasa,
Y be de estar de tu parte
Para servirle, Blanca, y ampararle.
TELLO.
Vamos, señora mia.
DOÑA bla:<ca.
Más quisiera, señor, ver á García.
CO>UE.
Que aquesto importa advierte.
I>0.\A BLANCA.
Principio es de acertar obedecerte.
( Vanse.)
Sale DON GARCIa con el puñal
desnudo.
DON GARCÍA.
¿Dónde voy. ciego homicida?
¿Dónde me llevas, honor.
Sin el alma de mi amor.
Sin el cuerpo de mi vida?
A Dios mitad dividida
Del alma, sol que eclipsó
Una sombra ; pero no.
Que muerta la esposa mia,
No tUNiera luz el dia
Ni tuviera vida yo.
¡Blanca muerta! no lo creo.
El cielo vida l,i dé.
Aunque espesóla (piilé
Lo que amante la deseo:
Quieru verla; pero veo
Solo el retrete, y abierta
De mi aposento la puerta.
Limpio en mi mano el puñal,
Y, en lin, yo vivo, señal
Ue que mi esposa no es muerta,
Blanca con vida (¡a; de mi!)
¡Cuando yo sin boiira estoy !
Como ciego amante soy.
Esposo cobarde fui.
Al Bey en mi casa vi
Buscando mi prenda hermosa,
Y aunque noble, fue forzosa
Obligación de la ley.
Ser piadoso con elltey.
ESCOGIDAS DE ÜO.N KBA.NCISCO
Y tirano con mi esposa.
^Cuántas veces fié al tirano
Acero la ejecución?
i,\ cuantas el corazón
Dispensó el golpe á la mano?
Si es muerta. mi>rires llano;
Si vive, muerto he de ser:
Blanca, Blanca, ¿aué he de hacer?
¿Mas que me puedes decir,
l'ues sólo para morir
.Me has dejado en qué escoger?
Sale el CONDE.
CONDE.
Dígame vueseñoria,
,,Contra qué morisco alfange
Sacó el puñal esta noche.
Que esta en su mano cobarde?
¿Contra una Uaca mujer,
for presumir ignorante.
Que es villana? bien se acuerda.
Cuando propuso casarse,
Que le dije era su igual,
V mentí, porque un Infante
De los Cerdas fué su abuelo.
Si Conde su noble padre.
Y con una labradora
Se afrentara , como sabe.
Que el Rey ha venido á verle,
V por mi voto le hace
Capitán de aquesta guerra,
Y me envía de su parte
A que le Hevea Toledo.
¿Es bien que aquesto me pague
Con su muerte, siendo Blanca
Luz de mis ojos brillante'?
Pues vive Dios, que le había
De costar al loco, al fácil.
Cuanta sangre hay en sus venas.
Una gota de su sangre.
DON GARCÍA.
Decidme, Blanca, ¿quién es?
CONDE.
Su mujer, y aquesto baste.
DON GARCÍA.
Reportaos, ¿quién os ha dicho,
Que quise matarla?
CONDE.
Un ángel.
Que hallé desnudo en el monte:
Blanca, que enlre sus jarales.
Perlas daba á los arroyos,
Tristes suspiros al aire.
DON GARCÍA.
¿Dónde está Blanca?
CONDE.
A palacio.
Esfera de su real sangre,
La envié con un criado.
DON GARCÍA.
¡Maladme, señor, matad me !
¡Blanca en palacio, y yo vivo!
Agravios, honor, pesares,
¿Cómo si sois tantos junios
No me acaban tantos niales?
¿Mi esposa en palacio. Conde?
,.V el Bey. que los cielos guarden,
Me envía contra Algecira
Por capitán de sus haces
Siendo en su opinión villano?
Quiera Dios (|ue en otra parle
^o desdore con afrentas
Estas honras que me hace.
Yo me holgara, á Dios pluguiera,
Que esa mujer que criasteis
En Orgaz para mi muerte,
,No fuera de estirpes reales.
Sino villana , y no hermosa :
DE HOJAS.
Y á Dios pluguiera, que inles
Que mi pecho enterneciera.
Aqueste puñal infame
Su corazón con mi riesgo
Le dividiera en dos partes.
Que yo os escusara. Conde,
kl vengarla y el matarme
Muriéndome yo primero;
Qué muerte tan agradable
Hubiera sido, y no agora
Oír. para aloriiienlarme,
;Que está sin defensa , adonde
1 odo el poder la combate!
Ilaoed cuenta que mi esposa
lis una bizarra nave.
Que por robarla la busca
El Pirata de los mares,
Y en los enemigos puertos
Se entró, cuando vigilante
En los propios la buscaba.
Sin pertrechos que la guarden.
Sin piloto que la rija,
Y sin limón y sin mástil.
No es mucho que tema. Conde,
Que se sujete la nave
Por fuerza ó por voluntad
Al cipílan que la bale.
No quise por ser liumilJe
Darla muerte ni fué en valde ;
Creed , que aunque no la digu.
Fue causa mas importante.
No puedo decir por qué;
Mas advenid, que mas sabe.
Que el enlendido en la ajena.
En su casa el ignorante.
CONUC.
¿Sabe quién soy?
DON GARCÍA.
Sois Toledo,
Y sois Ulan por linage.
COXDE.
¿Débeme respelo?
DON GARCÍA.
Si,
Que os be tenido por padre.
CONDE.
¿Soy su amigo?
DON GARCÍA.
Claro eslá.
CONDE.
¿Qué me debe?
DON GARCÍA.
Cosas grandes.
CONDE.
¿Sabe mi verdad?
DON GARCÍA.
Es mucha.
COXUE.
¿Y mi valor?
DON GARCÍA.
Es notable.
CON; E.
¿Sabe que presido á un reino?
DON GARCÍA.
Con aprobación bástanle.
CONDE.
Pues conliese lo que siente,
Y puede de mi li;ii.<e
El valor de un caballero
Tan afligido y tan grave:
Óigame vueseñoria.
Hijo, amigo, como padre.
Como amigo sus enojos.
Cuénteme lodos sus males;
Refiérame sus desdichas:
¿Teme que Blanca le agravie?
Que es , aunque noble, mujer.
DON CAHCU.
Vive Dios, Conde, que os mate
Si pensáis que el sol. ni el oro
En sus iillimos quilates.
Pul a exuijetar su honor
Es comparación baslaute.
Aun(|ue habla como delie
Mi (luda no satisface
Por su dolor regulada;
Solos estamos, acabe;
Por la cru7. de aquesta espada
He de acodille, amparallo.
Si Tuera Blanca mi bija,
Que en materia semejante,
Por su honra dt-pondré
El amor y las piedades:
Dígame si tiene celos.
DON caucía.
No tengo celos de nadie.
COMDE.
¿Pues qué tiene?
DOM GARCÍA.
Tanto mal.
Que no podéis remedialle,
CONDE.
¿Pues qué hemos de hacer los dos
E» tan apretado lance?
DON GARCÍA.
;.No manda el Rey que á Toledo
Melleveií, Conde? llevadme;
Mas decid, ,,sabe quién soy
Su majestad?
■^ CONDE.
No lo sabe.
DON GARCÍA.
Pues vamos. Conde, á Toledo.
CONDE.
Vamos, García.
DO.N GARCÍA.
Id delante.
conDE. (Áp.)
Fu honor y vida amenaza ,
Bl:inca , silencio tan grande.
Que es peligroso accidente
Mal que á los labios no sale.
DON GARCÍA. (Ap.)
¿No estás en palacio , Blanca?
;.No te fuiste, y me dejaste?
Pues venganza ser.ñ ahora
La que fué prevención antes.
{Vatise.)
Salen la Rr l\.\ y D05}.\ BLANCA.
A vue'itro amparo me obligo,
Y creedme, que me pesa
De vuestros males. Condesa.
DOÑA BLANCA.
¿Condesa? no habla conmigo:
Mire vuestra majestad.
Que de quien soy no se acuerda.
REINA.
Doña lilanca de la Cerda,
Prima, mis brazos tomad.
DOÑA BLANCA.
Aunque escuchándola estoy,
Y sé no puede mentir.
Vuelvo, señora, á decir,
Que una labradora soy.
Tan humilde, que en la \illa
De Orgaz pobre me crié
Sin padre.
REINA.
Y padre, que fué
DEL REY ABAJO NINGUNO.
Propuesto Rey en Castilla.
De Don Sancho de la Cerda
Sois hija; vuestro marido
Es. Blanca, tan bien nacido
Como vos; y pues sois cuerda,
Y en palacio habéis de estar.
En tanto que vuelve el Conde,
No digáis (|uién sois, y adunde
Ha de ser voy á ordenar. ( Yase.)
DOÑA BLANCA.
¿Habrá alguna , rielo injusto,
A quien liéel hado cruel
Los males tan de tropel,
Y los bienes tan sin gusto
Como á mi? ¿Ni podrá estar
Viva con mal tan exento,
Que no da vida un contento,
Y da la muerte un pesar?
;Ay esposo, qué de enojos
Mé debes! ¿Mas pesar tanto,
Como lo dicen sin llanto
El corazón y los ojos?
Pone un lienzo en el mstro , y sale
DON MENDO.
DON MENDO.
Labradora, que al Abril
Florido en la gala imita.
De los bellos ojos quita
Ese nublado sutil.
Sino es que con perlas mil
Gordas, llor.indo. la holanda;
¿Quién eres? La Reina manila.
Que te guarde . y ya te espero.
DOÑA BLANCA.
Vamos, señor caballero.
El que trae la roja banda.
DON MENUO.
Bella labradora mia,
¿Conócesme acaso?
DOÑA BLANCA.
Si;
Pero tal estoy, que á mi
Apenas me conocía.
DON MENDO.
Desde que te vi aquel dia,
Cruel para mí, señora.
El corazón que te adora.
Ponerse á tus pies procura.
DOÑA BLANCA. (Ap.)
Sólo aquesia desventura,
Blanca, te faltaba ahora.
Con alas de amor por verte.
Mudaste mi feliz suerte.
Mas no se mudó mi fe.
Tu esposo en ella encontré.
Que cortés me resistió.
DOÑA BLANCA.
¿Cómo? qué dices?
DON UENDO.
Que no,
Blanca, la ventura halla
Amante que va á buscalla.
Sino acaso, como yo.
DOÑA BLANCA.
Ahora sé, caballero
Que vuestros locos antojos
Son rausa ile mis enojos,
Que suirir y callar quiero.
Sale DON GARCÍA.
DON GARCÍA.
Al conde de Orgaz espero;
¡.Masqué miro!
DON MENDO.
Tu dolor
Satisfaré con amor.'
DUNA DLAKCA.
Antes quitaréis primero
La autoridad á un lucero,
Que no la luz i mi honor.
DON GARCÍA.
;Ah valerosa mujer!
;0h tirana majestad!
DON MENDO.
Ten, Blanca, menos crueldad.
DOÑA BLANCA.
Tengo esposo.
DON MENDO.
Y yo poder,
Y mejores han de ser
Mis brazos, que honra te dan.
Que no sus brazos.
DOÑA BLANCA.
Si harán.
Porque bien ó mal nacido.
El más indigno marido
Excede al mejor galán.
DON GARCÍA.
¿Mas cómo puede sufrir
Un caballero esta ofensa?
Que no le conozco piensa
El Rey, saldréle á impedir
DON UENDO.
¡Cómo le has de resistir?
DOÑA BLANCA.
Con firme valor.
DON MENDO.
¿Quién vió
Tanta dureza?
DOÑA BLANCA.
Quien dio
Fama á Roma en las edades
DON MENDO.
¡o qué villanas crueldades!
¿Quién puede impedirme?
DON GARCÍA.
Yo,
Que esto sólo se permite
A mi estado y desconsuelo.
Que contra rayos del cielo
Ningún humano compile;
Y sé, que aunque solicite
El remedio que procuro,
Ni puedo ni me aseguro,
Que aquí, contra mi rigor.
Ha puesto el muro el amor,
Y aquí el respeto otro muro.
DOÑA BLANCA.
Esposo mío. García.
DON MENDO. {Ap.)
Disimulares cordura.
DON GARCÍA.
;0h m.ilograda hermosura!
¡Oh poderosa porfía!
DOÑA BLANCA.
¡Grande fué la dicha mia!
DON GARCÍA.
Mi desdicha fué mayor.
DOÑA BLANCA.
Albricias pido á mi amor.
DON GARCÍA.
Venganza pido á los cielos.
Pues en mis penas y celos
No halla remedio el honor.
Mas éste remedio tiene ;
Vamos, Blanca, al Castañar.
COMEüUS EíCüGIDAS DE DON FRANCISCO HE HOJ.VS.
DON HENDO.
En n-.i poder ha de estar
Mientras olra cosa ordene.
Que me han dirho qne conviene
A la quietud de los dos
El guardarla.
DON garcía.
Cuárdeos Dios,
Por la merced i|ue la hacéis;
Mas lio es justo vos guardéis
1,0 que he de guardar de vos:
Que no es razón natural.
Ni se ha visto ni se lia usado.
Que guarde el lobo al ganado,
Ni guarde el oso el paiiül.
Antes , señor , por mi mal
Será , si á Rlanca no os quito ,
Siendo de vuestro apetito ,
Oso ciego, voraz lolio,
O convidar con el robo ,
O rogar con el delito.
DOÑA BLANCA.
Dadme licencia, señor.
nON MENDO.
Estiis, lilanca . por mi cuenta ,
Y no has de irte.
DON GARCÍA.
Esta afrenta
No OS la merece mi amor.
DON MENDO.
Esto ha de ser.
DON GAKCÍA.
Es rigor
Que de injusticia procede.
DON MENDO.
{Ap. Para que en palacio quede
A la Reina he de acudir.)
De aquí no habéis de salir ,
Ved que lo manda quien puede.
DON GARCÍA.
Denme los cielos paciencia
Pues ya me falla el valor.
Porque acudiendo á mi honor
Me resisto a la obediencia.
¿Quién vio tan dura inclemencia?
Volved á ser liomicida;
Mas del cuerpo dividida
El alma, siempre inmortales
Serán mis penas , que hay males
Que no acaban con la vida.
DOÑA BLANCA.
García, guárdele el cielo;
Fénix , vive eternamente,
Y muera yo, que inocente
Doy la causa á tu desvelo;
Que llevaré por corisnelo,
Pues de tu gusto procede
Mi muerte , tú vive , y quede
Viva en tu pecho al partirme.
DON GARCÍA.
íOueen efecto no he de irme?
«No, que lo manda (piien puede.»
DOÑA lil.ANCA.
Vuelve, si tu enojo es
Porque rompiendo tus lazos ,
La vida ni> di á tus brazos
Ya te la ofrezco á tus pies ;
Ya sé quien eres, y pues
Tu honra está asegurada
Con mi muerte, en tu alentada
Mano blasone tu acero.
Que aseguró á un caballero,
Y mató á una desdichada.
Que quiero que me des muerte
Como lo ruego á tu mano.
Que si le ti'ini tirano
Va le solicito fuerte.
Anoche temí perderte,
Y agora llego .'i seiilir
Tu pena: no has de vivir
Sin honor , y pues yo muero
Poi'(|ue vivas , solo quiero
Que me agradezcas morir.
DON GARCÍA.
liien sé que inocente estás,
Y en vano mi honor previenes,
Sin la culpa que no tienes,
La disculpa que me das ;
Tu muerte sentiré más ;
Yo sin honra y tú sin cuipa ,
Que mueras el amor culpa ,
Que vivas siente el honor,
Y en vano me culpa amor,
Cu:indo el honor me disculpa.
Aquí admiro la razón ,
Ti-ino allí la majestad ,
Mat:irte será crueldad.
Vengarme será traición ;
Que tales mis males son,
Y mis desdichas son tales ,
Que unas á otras iguides
De tal suerte se suceden
Que solo impedir se suelen
Las desdichas con los males.
Y sin que me falte alguno , ■*-
Los hallo por varios modos
Con el sentimiento a todos.
Con el remedio á ninguno;
En lance t:in importuno
Consejo te he de pedir,
Dlaiica, mas si has de morir,
¿Qué remedio me has de dar ,
Si lo que he de remediar
Es lo que llego á sentir?
DONA BLANCA.
Si he de morir, mi García,
No me lr;ites de esa suerte ,
Que lü dílatuda muerte
Especie es de tiranía.
DON GARCÍA.
¡ Ay querida esposa mía ,
Que dos contrarios exiremos !
DOÑA BLANCA.
Vamos, esposo.
DON GARCÍA.
Esperemos
A quien nos pudo mandar
No volver al Castañar.
Aparta, y disimulemos.
Salen EL REY, LA REINA, EL CON-
DE Y DOK MENDO, y los que pu-
dieren.
RET.
¿Blanca en palacio y García?
Tan ciintento deelio estoy,
Que estimaré tengan hoy
De vuestra mano y la luia
Lo que merecen.
DON ME>UO.
No es bueno
Quien por respetos, Señor,
No satisface su honor
Para encargarle el ajeno :
Cré;ime. pues se confia
De mi vuestra Majestad...
BET.
(Áp. Esta es poca voluntad.)
Mas, allí Blanca y Garda
Están. Llegnd, porque quiero
Mi amor conozcáis los dos.
DON GARCÍA.
Caballero, guárdeos Dios;
Dejadnos besar primero
De su Majestad los píes.
DON MENDO.
Aquel es el Rey, García.
DON GARCÍA.
(Ap. Honra desdichada mía,
¿Qué engaño es este que ves?)
A los dos, su Majestad,
Nos dad la mano. Señor,
Pues merece este favor,
Que bien podéis
BEY.
Apartad ,
Onil.nd la mano; el color
Habéis del rostro perdido.
DON GARCÍA.
{Ap. No le trne el bien nacido
Cuando ha perdido el lionur )
Escuchad aquí un secreto :
Sois sol, y como me posto
A vuestros ravns. mi rostro
Descubrió claro el efeío.
REY.
¿Estáis agraviado?
DON GARCÍA.
Y ve
Mi ofensor, porque me asombre.
REY.
¿Quién es?
DON GARCÍA.
Ignoro su nombre.
BEY.
Se.'ialádmele.
DON GARCÍA.
Si haré.
(Ap. á don Mendo. Aqni fuera hablaros
Para un negocio importante, [quiero
Que el Reyno ha de estar delante.)
DON MENDO.
En la antecámara espero. {Vase.)
DON GARCÍA.
¡Valor, corazón, valor!
BEY.
¿A dónde, Garci.i , vais?
DON GARCÍA.
A cumplir lo que mandáis.
Pues no sois vos mi ofensor. (Vase.)
REY.
Triste de su agravio estoy;
Ver á quién señala quiero.
DON GARCÍA.
Este es honor, caballero.
REY.
Ten , villano.
DON MENDO.
¡Muerto soy !
DON GARCÍA. {Sale envainando el puñal
ensangrentado.)
No soy quien piensas, Alfonso;
No soy villano, ni injurio
Sin razón la inmunidad
De tus palacios augustos.
Debajo de aqueste traje
Generosa sangre encubro.
Que no sé más de los montes
Que el desengaño y el uso.
Don Fernando el Emiilazado
Fue tu pailre, que difunto.
No menos que ardiente joven
Asombrado dejó el mundo;
\ á ti de un año , en sazón
Que campaba el moro adusto,
Y comenzaba á tundar
En Asía sn imjierio el Turco;
Eran en Cistilla entonces
Poderosos como muchos,
Los Laras, y de los Cerdas
l'.ierio el dcreclio, entre algunos
A lu corona: si bien
Rey le juraron los lujos.
Lealtad que en los castellanos
Solamenle caber pudo.
Murmuraban en la cune
Que el conde Garci üermudii,
Oue de la paz y la guerra
Kra señor absoluto.
Por tu ( oca edad y hacer
Reparo á lautos tumullos.
Conspiraba a que elidiesen
Ue lu sangre rey adulto,
Y á don Sancho de la Cerda
Quieren decir que proi>nsi>.
Si con mentira ó verdad
Ni lo delieiido ni arguyo.
Mas los del gobierno, ames
Que fuese en el lin Danubio,
Kl que era apenas arroyo,
O fílese rayo fuiuro
La que era apenas centella ,
l.a vara tronco robusto,
-V Preso ri'Stinon al Conde
Knel alcázar de luirlos.
Don Sandio, con una hija
De dos años , huyó oculto ,
Que no lió su inocencia
Del juicio de tus tribunos.
Con la presteza quedó
Desvanecido el oscuro
Nublado, que á tu corona
Amenazaba confuso.
'Su esposa , que estaba cerca ,
Vino á la ciudad , y trujo
Consigo un hijo que eniraba
En los términos de un lusln».
Pidió de noche á las guardas
Licencia de verle, y pudo
Alcanzarla, si no el llanto.
El poder de mil escudos.
«No vengo, le dijo, esposo ,
Cuando le espera un verdugo,
A alligirle, sino á dar
A tus desdichas refugio
V libertad.» y sacó
Unas limas de enire el rubio
Cabello cnn que limar
De sus pies lus hierros duros ;
Y ya libre, le entregó
Las riquezas que redujo
Su poder, y con su manto
De suerte 3*1 Conde compusj,
Que entre las guardas salió
Desconocido y seguro
Con su hijo , y entre lanto
Que fatigaban las brutos
Andaluces, en su cama
Susiiluia otro bulto.
Manifestóse el engaño
(Urodia, y presa estuvo.
Hasta que en hombros salió
De la prisión al sepulcro.
•;n los montes de Toledo
Para el Conde entre desnudos
Peñascos, y de una cueva
Vivía el centro profundo ,
Hurlado a la diligencia
De los que en distintos rumbos
Le buscaron, que trocados
En abarcas los conlurnos ,
DEL P.EY AUAJÜ M.NT.INO.
La seda en pieles, un dia
Que se vio en el cristal puro
De un arroyo, que de un risco
ido,
elrs,
Sucedido de liondire en brulo ,
Se buscaba en el cristal,
V lio hallaba su Irasunto;
De cuyas campañas ánlcs
Que á las flores los coluros
Del sol en el lienzo vario
Diesen el postrer dibujo ,
Llevaba por alimcnlo
Fruta tosca en ramo inculto ,
Agua clara en fresca piel ,
Dulce leche en vasos rudos,
Y á la escasa luz que eiilraba
Por la boca de aquel innslio
üoslezo que dio la tierra
Después del común diluvio,
Al hijo las buenas letras
Le enseñó , y era sin uso ,
lijos despiertos sin luz
Y una fiera con esludio.
Pasó joven de los libros
Al valor, y al colmilludo, '
Javali opuesto á su cueva
Volvia en humor purpúreo.
Tenia el anciano padre
El rostro lleno desoleos,
l'.nando le llamó la muerte
Débil . pero no caduro,
V al joven le dijo : «Orgaz
Yace cerca, importa mucho
Vayas, y digas al Conde
Queá aqueste albergue noclurno
Con un religioso venga,
Que un deudo y amigo suyo
Le llama para morir.»
Ibib^o al Conde . y él dispuso
Su viaje sin pedir
Carlas de creencia al nuncio.
Llegan á la cueva . y hallan
liéhiles los flacos pulsos
Del Conde, que al huésped dijo,
Viendo le observaba mudo:
tVes aquí , conde de Orgaz,
l'n rayo disuelto en humo,
lina estatua vuelta en polvos ,
Un abatido Nabuco :
«Este es mi hijo;» y entonces
Sobre mi cabeza puso
Su débil mano: «Yo soy
El conde Garci Bermudo,
En I i y estas joyas tenga
Coima los hadiis re:urso
Esie hijo, de quien padre
Piadoso te sostiiuyo »
\ en brazos de un religioso.
Pálido y los ojos turbios ,
"bel cuerpo y alma la muerte
Desató el estrecho nudo.
Llevárnosle al Castañar
De noche, porque sus lutos
Nos presiase , y de los cielos
l'"uesen hachas los carbunclos;
Adonde Con mis riquezas
Tierras compro y casas fundo .
Y con Blanca me casé.
Como á amor y al Conde plugo.
Vi\ia sin envidiar.
Entre el arado y el yugo ,
Las cortes, y de lus iras
Encubierto me aseguro;
Hasta que anoche en mi casa
Vi aqnese liuésped perjuro.
Que en Blanca alrevidamente
Los ojos lascivos puso.
Y pensando que eras tú
Por cierto engaño que dudo ,
Le respeté, corrigiendo
Con la lealtad lo iracundo,
llago alarde de mi sangre;
Venzo al temor con quien lucho :
Pídeme el honor venganza;
El puñal liicienle empuño ;
Sil corazón atravieso;
Mírale inuerlo, (|ue juzgo
Me tuvieras por infame
Si á quien de este agravio acuso
Le señalara á tus ojns
Menos , Señor , que difunto .
Aunque sea hijo del sol ,
Aunque de tus grandes uno.
Allí que el primero en lu gracia,
Auii<|ue en tu imiierio el secundo ;
Que eslo soy, y esie es mi agravio ,
Este el ofensor injusto.
Este el brazo que le ha muerto.
Este divida el verdugo;
Pero en lauto que mi cuello
Esté en mis hombros robuslo.
No he de permitir me agravie
Del Rey abajo ninguno.
HE1>A.
¿Qué decis?
REY.
¡Confuso estoy!
doSa nLA^CA.
;.Oué importa la vida pierda?
De don Sancho de la Cerda
La hija infelice sov;
Si mi e'poso ha de morir.
Mueran juntas dos mitades.
HEV.
¿Qué es esto, Conde?
CONUE.
Verdades,
Que es forzoso descubrir.
REINA.
Obligada á su perdón
Estoy.
REY.
Mis brazos lomad :
Los vuestros, Blanca , me dad.
Ydev.is,Conde, la acción
Presente he de confiar.
DON GARCÍA.
Pues truene el parche sonoro,
Que rayo soy contra el Moro
Que fulminó el Castañar.
V verás en sus campañas
Correr mares de carmín.
Dando con aquesto fin .
V principio á mis hazañas.
ENTRE BOBOS ANDA EL JUEGO,
DON LUCAS DEL CIGARRAL
DON PEDRO.
DO.N LUCAS.
DON LUIS.
PERSONAS.
DON ANTONIO, viejo.
CW.KLIKRX, gracioso
CAliRANZA, criado.
m'SX ISABEL DE PE-
RALTA.
DOSÍA ALFONSA.
ANDREA, criada.
JORNADA PRIMERA.
Salen DONA ISABEL , con boliemio,
ANDREA, criada.
DOÑA ISAUEL.
Llegó elcoclieV
ANDREA.
Es evidente.
DOÑA ISABEL.
Y 1» litera?
ANDREA.
También.
DOÑA ISADEL.
¡Qné perezoso es el bien
Y el mal: oh qué diligente!
ANDRF.A.
Marido tan de lept-nle
No puede ser buen marido.
Jueves tu padre escribió
A Toledo, ¿no es asi?
Pues viernes dijo que sí.
Y el domingo por ti envió ;
Cierta esta boda será.
Según anda el novio lisio,
Oue parece que te ha vislo
En la priesa que se da.
DOÑA ISAREL.
A obedecer me condeno
A mi padre, amiga Andrea.
ANDRFA.
Puede ser que »'sl<' lo spa,
Pero no hay marido bueno;
Ver cómo se hacen temer
A los enojos menores.
Y aquel hacerse señores
De su perpetua mujer;
Aquella templanza rara
Yquella vida tan fria,
Donile no hay un, Mima mia,i
Por un ojo de la cara;
Aquella vida también
Sin cuidados ni desvelos,
Aquel amortan sin celos,
Los celos lan sin desden ;
La seguridad prolija,
Y las tibiezas tan grandes.
Que pone un requiebro en Flándes
Quien llama á su mujer «hiji.»
¡Ah bien haya un aniailor
Dcslos que .se usan ahora.
Que está diciendo que adora
Aunque nunca lenga amor!
Bien haya un galán, en fin.
Que culio á lodo vocablo.
Aunque nna mujer sea diíiblo,
Dice que es uuseralin ;
It.
Luego que es mejor se infiera
(Haya embuste ó ademan).
Aunque más linja un galán
Que un marido, aunque más quiera.
DOÑA ISABEL.
Lo contrario he de creer
De lo <)ue arguyendo estás,
Y de mi atención verás
Que el marido y la mujer.
Que se han de tener, no ignoro,
Kn tálamo repetido.
Respeto ella á su marido,
Y él á su mujer decoro;
Y éste callando querer.
Mayor voluntad se nombre.
Que no ha de tratar un hombre
('.pmo á dama á su mujer;
Y asi mi opinión verás
De mi argumento evidente.
Menos habla quien más siente,
Más quiere quien calla más;
No esa llama solioi .,
Todo lenguas al arder.
Porque un amor bachiller
Tiene indicios de apetito ;
Y así tu opinión sentencio
A mí enojo ó mi rigor.
Que antes es seña de amor
La cautela del silencio;
Dígalo el discurso sabio.
Si más tu opinión me apura,
Que no es grande calentura
La que se permite al labio :
La oculta es la que es mayor,
Su dolor el más molesto,
Y aquel amor que es honesto
Es el que es perfecto amor :
No aquel amor siempre ingrato,
Todo sombras, todo antojos,
Que este nació de los ojos,
Y aquel se engendra del trato ;
Luego más se ba de estimar.
Porque mi fe se asegure.
Amor que es fuerza que dure
Que amor que se ha de acabar.
AltUREA.
Y di , ¿un marido es mejor
Que en casa la vida pasa?
DOÑA ISAREL.
¿Pues qué importa que esté en casa,
Como yo le tenga a mor?
AKOREA.
¿Y el que es por fuerza, no es llera
Pensión 1
DOÑA ISABEL.
Tampoco me enfada.
ANDREA.
Naciste para casada
Como yo para soltera.
DOÑA ISABEL.
Pues déjame.
ANDREA.
Ya te dejo ■
Pero este chisgarabís,
Este tu fino don Luis,
Calan de lapa de espejo.
Ese que habla á borboiones,
De su prosa satisfecho.
Que en una horma le han hecho
Vocablos, talle y acciones,
¿Qué es lo que de tí ha intentado?
DOÑA ISABEL.
Ese hombre me ba de matar,
Ha dado en no me dejar
En casa, calle ni prado.
Con una asistencia rara;
Si á la iglesia voy, alli
Ove misa junto á mí;
Si para el coche, él se para.
Si voy á andar, yo no sé
Cómo alli se me aparece ;
Si voy ensilla, parece
Mi gentil hombre de á pié ;
Y en efecto, el tal Señor,
Que mi libertad apura.
Visto, es muy mala figura,
Pero escuchado, es peor.
ANDREA.
¿Habla culto?
DOÑA ISABEL.
Nunca entabla
Lenguaje disparalado.
Antes por hablar cortado
Corta lodo lo que habla ;
Vocablos de estrado son
Con los que á obligarme empieza,
Dice ciédilo, fineza.
Recalo, alhago, atención;
Y dfslo hace mezcla tal ,
Que áíin con amor no pudiera
Digerirlo, aunípie tuviera
Mejor calor natural.
ANDREA.
¡Ay, Señora mía ! Malo,
No le vuelvas á escuchar.
Que ese hombre te ha de malar
Con los re<|uiel>ros de palo.
DOÑA ISAUEL.
Yo admitiré tu consejo,
Andrea, de aquí adelante.
ANDREA.
Señora, el que es lino amante
Habla castellano viejo ,
El atento y el pulido
Que este pretende, creerás,
Ser escuchado no más,
M;is no quiere ser querido.
DOÑA ISABEL.
Andrea amiga, sabrás
la
COMEDIAS ESCOCIDAS DE DON FUANCISCO
^üc li'ngo amor ; av de mí !
A un hombre que una vez vi.
A.VDnRA.
¿Dime, y no le lias visto más?
DOÑA ISABEL.
No, y .i llorar me jirovoco
De U!i dolor enleriiecida.
AxnnEA.
¿Y qué ledehPs?
DOÑA ISABEL.
La vida.
ANDREA.
;.No sabes quién es?
DOÑA ISMirL.
Tampoco
A>DREA.
Para que esa enlama crea,
¿Cómo (lo prejítMilo yo)
i)ela muerte te libró?
DOÑA ISABEL.
Oye, y lo sabrás, Andrea.
ANDREA.
P.nra remediarlo falta
Saber tu nial.
DOÑA ISABEL.
Oye.
AKDREA.
D!.
CABELLERA. (Dentro.
Ha de ras.n: ;.pnsa aquí
Doña Isabel de Peralta?
ANDREA.
Por ti preguntan; ¿quién es?
DOÑA ISABEL.
¿Si vienen por mi?
ANDREA.
Eso infiero;
SaJe CABELLEP.A.
DONA ISABEL.
Si esto que miro no es sueño.
No sé lo que puede ser.
¿Cómo no me viene á ver
Ese primo de mi dueño?
ANDREA.
;0h marido apretador !
DOÑA ISABEL.
¿Yo he de irme con tanta priesa?
CABELLERA.
Señora, es orden exprosa
De don l.íicas, mi Señor;
Y p:ir3 él (lelilo fuera
Nü lli'^íiiile á obedecer;
M;in(b que íiun no os venga á ver
Cuando enlreisen la litera.
DOÑA ISABEL.
¿Quién ese don Lúcases?
Lnlromc piimcro,
Que yo lo diré después.
DOÑA ISABEL.
¿Qué queréis?
CABFI.LERA.
Si li;ilil iros puedo.
Si nooOinbei^iiidi-n.uJn,
be don Pedro de Toledo?
DOÑA ISABEL.
Hablad, no estéis lenieroso.
CABELLERA.
¡liuen talle:
DOÑA ISABEL.
n^iblad.
CABELLERA.
Yo me animo.
DOÑA ISABEL.
¿Quiénes don Ptdro?
CABELLERA.
Es un primo
Di'l qne ha de ser vuestro esposo,
Que \ieiie por vos.
DOÑA ISABEL.
Sepamos
¿Qué es lo que envia á decir?
[Dale una carta.)
CABELLERA.
Que es bora ya de partir;
Si estáis prevenida, vamos.
Quien ser tu esposo previene.
DOÑA ISABEL.
¡Excelente nombre tiene
Para íjalan de entremés!
¿Vos le servis?
CABELLERA.
^o quisiera.
Mas sírvele.
ANDREA.
¿Buen humor !
CABELLERA.
Nunca le tengo peor.
DOÑA ISABEL.
¿Cómo OS llamáis?
CABELLERA.
Cabellera.
DOÑA ISABEL.
iQuémal nombre!
CABELLERA.
Pues yo sé
Que 6 todo calvo aficiona.
DOÑA ISABEL.
¿ No me dirás qué persona
És don Lúeas?
CABELLERA.
DON
ABEL.
¿Hay mucho que decir?
CABELLEIIA.
Mucho,
Y más espacio quisiera.
ANDllEA.
Tiempo hay harto, Cabellera.
CABELLERA.
Pues atended.
DOÑA ISABEL.
Vaos escucho.
CABELLERA.
Don Lúeas del Cigarral,
(Cuyo apellido moderno
No és por su casa, que es
Por un Cigarral que ha hecho)
Es un caballero flaco.
Desvaido, macilento,
Muy corlisimo de talle,
Y larguísimo de cuerpo;
Las manos de hombre orilinario,
l.os pies ifti po(|uíllo luengos,
con Mis'.hi':'ii:.ú's 'y Pedros;
Z.inilio un |ui('o, r;il\o un poco,
líos pocos veriliiiioieuo.
Tres pocos desaliñado,
Y cuarenta muchos puerco.
Si canta por la i '
DE noJ.vs.
Como dice aquel proverbio.
No sólo espanta sus males ,
Pero espanta lus ajenos ;
' ■ acaso duerme la siesla
Da un ronquido tan liorreiulo.
Que duerme en-su Cigarral
Y le escuchan en Toledo;
como un estudiante,
Y bebe como un tudesco.
Pregunta como un Señnr,
alila como un heredero;
A cada palabra que habla
Aplica dos 6 tres cuentos.
Verdad es que son muy largos.
Mas para eso no son buenos;
No hay lugar donde no diga
Que ha estado, ninguno ha hecho
Cosa que le cuente á él
Que él lio la hiciese primero ;
Si uno va corriendo pastas
A Sevilla, dice luego,
(I Yo las coiTi hasta el Perú,
Con eslar el mar en medio;»
Si hablan de espadas, él solo
Es quien más entiende desto,
Y á toda espada sin marca
La aplica luego el Maestro ;
Tiene escritas cien comedias,
Y cerradas con su sello,
Para si tuviere hija
Dárselas en dote luego;
Pero ya que no es galán,
Mal poeta, peor ingenio.
Mal músico, mentiroso,
Preguntador, sobre necio,
Tiene una gracia no más.
Que con esta le podremos
Perdonar esotras faltas :
Que es tan misero y estrecho.
Que no dará, loque ya
Me entenderán los atentos;
Que come tan poco el tal
Don Lúeas, que yo sospecho
Que ni aun esto podrá dar.
Porque no tiene excrementos.
Estas, damas, son sus parles.
Contadas de verbo ad verbiim;
Esta es la carta que os traigo,
Y este el informe que he hecho ;
Quererle es cargo del alma.
Como lo será del cuerpo;
Partiros, no liareis muy bien ;
Casaros, no os lo aconsVjo;
Meleros monja es cordura;
Aparlariis del, acierto;
Ihrmosa sois, yo lo admiro;
Iiiscrela sois, no lo niego;
Y asi e.íti lilaos como hermosa
Y pues sois discreta, os ruigo
Que antes (pie os vais á casar
Miréis lo que hacéis primero.
DOÑA ISABEL.
jDucn inrorme!
ANDREA.
Razonable.
DOÑA ISABEL.
Pero dime, ¿cómo siendo
Sn criado hablas tan mal
De las partes de tu dueño?
ANDREA.
Cómo quien come su pan.
CABELLERA.
¿Yo le Como? ni aun le almuerzo;
' luce I
voló 1
estrecho
V estuile ahora cumpliendo.
DOÑA ISABEL.
¿Pues OS pasáis sin cooier?
CABELLERA.
Si no fuera por don Pedro,
Sil primo, fuera criado
De vigilia.
DOÑA ISABEL.
Y diiins esto.
Don Pedro, ¿quién es?
CAUELLERt.
¿Quiéü es?
Es el mejor caballero,
Má^ bi'/airu y más palan
Que abb;ir puede el exceso ;
Y á no serpohre, pudiera
(Uini|ii'lir con los primeros.
Juega la espada y la daga
Poco menos que el l'aclicco
Karvaez, que tiene ajustada
La puma con el nlijelo;
Si torea es Cantillana,
Es un I.one si hace versos.
Es agradable, cortés.
Es entendido, es alentó.
Es üalan sin presunción,
Valieiile sin querer seilo.
Queriendo serlo, hien quisto,
Lilieral, tan sin estruendo
Que da y no dice que ha dado.
Que hay muy pocos que hagan esto.
ANDREA.
; Es posible qne tu padre
Elif-'iese aquel sujeto.
Pudiéndote dar estotro?
CABELLEnA.
Ko me espanto, que en efeto
Este no tiineun ocliavo,
Y esotro tiene dinero.
ANDREA.
;,rues qué importa que lo tonga,
bi lo guarda?
DOÑA ISABEL.
Yo no quiero
Sin el gusto la riqueza ;
Decidme, ¿y ese don Pedro,
Tiene amor?
CABELLERA.
Yo no lo se;
Mas trátanle casamiento
(.on la hermana de don Lúeas.
Doña Alfonsa de Toledo,
Que puede ser melindrosa
Entre monjas, y os prometo
Que se espanta de un ar.iña,
Anii(|ue eslé ccica del ictlio;
Vid lili ratón el olrodia
Eiilnirse <■» un agujero,
Y la diú de cura/.on
Un mal con tan grave aprieto
Que entre siele no podimos
Abrirla siquiera un dedo ;
Pero son ellas Ungidas,
Como yo criailo vuestro;
Él viene ya á recibiros.
DOÑA ISADEL.
No vendrá, que vive el cielo,
(Jue lioy ha de saber mi pad>e...
Sale DON ANTÜMO, vitjo.
DON ANTONIO.
Doña Isabel, ,,quées aq'jesto?
DOÑA ISABEL.
Es, que yo no lie de casarme,
ílándenlo ó no tus preceptos,
Coa dou Lúeas.
DON ANTONIO.
¿Por (|ué, hija?
DOÑA ISABEL.
Porque es miserable.
i;ntre doros anda el julco.
DON ANTONIO.
Eso
No te puede á ti estar mal
Siendo su mujer, supuesto
Qne venilrás á ser más rica.
Cuando él fuere más atento.
DOÑA ISABEL.
Es porfiado.
DON ANTONIO.
No porliar
Con él y te importa menos.
DOÑA ISAIIEL.
Es necio.
ION ANTOMO.
El leiüíeirá bien,
Y el amor hacediscreíos.
DOÑA ISABEL.
Es feo.
DON ANTONIO.
Isabel, los honiliros
No importa que sean muy feos.
ANDREA.
Señor, es puerco.
Limpiarle;
Pea lo que fuere, en elcto,
Vo os he de casar con él;
¿Será mejor un mozuelo
Que gaste el dolé en tres di.is,
V que os dé á comer requiebros?
Noramala nara vos.
¿r.ásoos con un caballero
One tiene seis mil durados
De renta, y liareis pucheros?
¿Qué carta es esa?
i, Y yo no tengo
Carla alguna?
CABELLERA.
No señor;
Voy á llamar á don Pedro,
Porque hasta daros las cartas
No tuve orden para hacerlo;
Guárdeos el cielo. {Vcse.)
DON ANTONIO.
Él OS guarde.
DOÑA ISABEL.
Quitadme la vida, ciclos.
DON ANTllMO.
Veamos; ¿qué dice la carta.
DO.ÑA ISABEL.
Dice asi.
D0:< ANTONIO.
Ya estoy alentó.
DOÑA ISABEL.
{Lee.) «nermana: Yo tengo sois mil
»y euaienla y dosduc;idn'; de renlade
i/iii:ivni i7i:'i.' v irc I,.mv ':i mi primo
»del 111,0. .|i.-^
ulosolrus. jli
>néof una m
..;... Dios
..JO.-, que a
jilay tal bestia!
10
DOÑA ISABEL.
Diine ahora
lüen de aqueste majadero.
DON ANTONIO.
Si liaré, que no es disparate
El que viene dicho á tiempo;
Don Lúeas es hoy marido,
V liara empezar á serlo,
lia dicho su necedad
Como tal, porque, en efelo.
No es marido quien no dice
Un disparate primero.
{Dale una mascarilla.)
DOÑA ISABEL.
La mascarilla está aquí.
ANDREA.
V está en el zaguaB don Pedro.
DON ANTONIO.
Pues póntela antes que suba.
IKIÑA ISABEL.
Si esto ha de ser, olicdezco.
{Púnese la mascarilla.)
ANDREA.
Llamaron.
DOÑA ISABEL.
Llegó mi muerte.
DON ANTONIO.
Abre la puerta.
AMiREA.
Lsloes hecho.
Sale DON PEünO y CABELLEIÍA.
Sea usted muy bien venido.
DON ANTONIO.
Don Pedro, guárdeos el cielo.
DON PEDRO.
Seáis, señor don Antonio,
Uieu hallado.
DON ANTONIO.
¿Venís bueno?
DON PEDBO.
Salud traigo. ¿Y vos?
DON ANTONIO.
Sentaos.
DON PEDRO.
Perdonadme, que no puedo,
Que me ha ordenado don Lúeas
Qne llegue y no tome asieiilo.
Que os pilla su esposa á vos,
V (lue se la lleve luego.
DOÑA ISAIIEL.
{.\p. ¡Cielos, qué es esto que miro!
,1-sle 110 es el caballero
Á quien le debí la vida?)
Andrea.
ANDREA.
¿Qué hay? ¿qué tenemos?
DOÑA ISABEL.
Este es el que te contaba
(jiie tengo amor.
ANDREA.
No te entiendo.
;.Rsle es quien le dio la vida,
(ionio me dijiste?
DOÑA ISABEL.
El mesmo.
ANDREA.
¿Y éste á quien quieres?
DO.ÑA ISABEL.
También.
ANDREA.
Si éste es primo de tu dueño,
¿Qué has de hacer?
COMEDIAS ESCOGIDAS DE DON FRANCISCO DE ROJAS.
DOXA ISADEL.
Morir, Andrea.
DON PEDRO.
Aunque no merezca veros,
Si las conjeturas ven.
Divina Isabel, yo os veo.
Mas sois vos, que vuestra fama ;
Mal haya el que lisonjero.
Yendo á pintaros perfecta.
Aun no os retrató en bosquejo ;
Hírmoso enigma de nieve.
Que el rostro habéis encubierto
Para que no os adivinen
Ni los ojos ni el ingenio;
r.erogl-.lieo difícil,
Pues cuando voy á entenderos,
Cuanto solicito en voces,
Tanto acobardo en silencios ;
Permitid vuestra hermosura...
.Mas no hagáis tal, que más quier
Ver esa pintura en sombras.
Que haber de envidiarla en lejos:
Claro cielo, sol y rayo
Que está esa nube tejiendo,
Venid á Toledo á ser
El más adorado objeto
Que supo lograr Cupido
En los brazos de Himeneo;
La voz de don Lúeas lial'la
En mi voz, yo soy quien ciego
A ser intérprete vine
De aquel amor extranjero :
Y pues sois rayo, alunibuid
Enlresombrasy reflejos;
Pues sois cielo y sol, usad
De vuestros claros electos ;
GerogliQco, explicaos:
Enigma, dad á entenderos,
Pues descubriéndoos seréis
Con una causa y á un tiempo.
El geroglilico, el rayo,
El sol, la enigma y el cielo.
Discreto parece el primo.
DOÑA ISADEL.
Advenid, señor don Pedro,
Que se ha ido vuestra voz
Hacia vuestro sentimiento ;
Doña Isabel es mi nombre,
No doña Alfonsa, y no quiero
Que allá le representéis
Y ensayéis en mi el requiebro ;
Y aunque el favor me digáis
Por el que ha de ser mi dueño.
No os estimo la alabanza
Que me hacéis, vedme primero,
Y creeré vuestras lisonjas
Creyendo que las merezco;
Pero sin verme, alabarme.
Es darme á entender con eso,
O que yo soy presumida
Tanto, que pueda creerlo,
O que don Lúeas y vos
Tenéis un entendimiento.
DOMPEDRO.
Pues el sol, aunque se encubra
Km re nubes, no por eso
Deja de mostrar sus rayos
Tan claros, si no serenos;
El iris, ceja del sol,
Más hermoso está y más bello
Cuando entre negros celajes
Es circulo de los cielos;
Más sobresale una estrella
Con la sombra : los luceros.
Porque esté oscura la noclie,
No por eso alumbran menos ;
Perfume el clavel del prado
En verde cárcel cubierto,
Por las quiebras del capillo
Da á leer sus hojas luego :
¿Pues qué importa que esa nube
Ahora no deje veros.
Si haheis de ser como el iris,
Clavel, estrella y lucero?
DOS AMONIO.
Doña Isabel, ¿qué esperamos?
A la litera.
DOS PEDRO.
Teneos,
Que vos no habéis de salir
De Madrid.
DON ASTOMO.
¿Por qué, don Pedro?
DON PEDRO.
Porque no quiere mi primo.
DON A.NTONIO.
Pues decidme , ¿cómo puedo
Dejar de ir á acompañar
A mi hija? Demás deso.
Que si yo no se la doy,
Y lo que ordena obedezco;
¿Cómo me podrá dar cuenta
De lo que yo no le entrego?
DON PEDRO.
Todo eso está prevenido;
Ved ese papel que os dejo,
Con que no necesitáis
De partiros.
DON ANTONIO.
Va le leo.
¿Qué es esto? papel sellado.
{Abre un pliego de papel sellado.)
ANDREA.
¿Qué será?
CADELI.EIIA.
Y'o no lo entiendo.
DON ANTONIO.
(Lee.) «r.ecibi de don Antonio de
«Salazaruna mujer, para que lo sea
»ni¡a, con sus tachas buenas ó malas,
valla de cuerpo, pelimorena,ydonce-
»lla de facciones, y la entregaré tal, y
«tan entera, siempre que me fuere pe-
ndida por nulidad ó divorcio. En To-
»ledo, á 4 de Setiembre de 638 años.
»—Don Lúeas del Cigarral. Toledo.y>
DOÑA ISABEL.
¿Para mi carta de p;igo?
UON ANTONIO.
Don Pedro, ¿este caballero
Piensa que le doy mujer,
O piensa que se ia vendo?
CABELLERA.
Pues yo sé que va vendida
Doña Isabel.
ANDREA.
Yo lo creo.
Yo quiero ver á don Lúeas
En las Ventas; vamos luego.
Ven, Isabel.
DOÑA ISABEL.
A morir.
¡Valedme, piadosos cielos!
DON PEDRO.
Aunque esté vuestra pintura
En borrón, tiene unos lejos
Dentro, que el alma retrata.
Que casi son unos mesmos.
DOÑA ISAOEL.
¡Quién pudiera descubrirse !
DON PEDRO.
¡Quién viera su rostro!
DOÑA ISABEL.
¡Cielos,
DON ANTORIO.
Ea, Isabel, á la litera.
ANDREA.
Vé delante.
CABELLERA.
Allá te espero.
DON ANTONIO.
Yo lo erré; vamos.
DOÑA ISABEL.
Ya voy.
DON ANTONIO.
¿Qué esperáis?
DO» PEDRO.
Va os obedezco.
DOÑA ISABEL.
¿Si fuese yo la que quiere?
DON PEDRO.
¡Si éste es mi perdido duefio!
DON ANTONIO.
¿Mas si don Lúeas es rico.
Qué importará que sea necio?
{Vanse.)
Salen DON LUIS v CARPiANZA,
criado.
CARRANZA.
¿No me dirás, don Luis, adonde vamos?
Ya en las Ventas estamos
Del muy noble señor Torrejoncillo,
ü del otro segundo Peralvillo,
Pues aquí la hermandad mesonilante
Asaetea á todo caminante;
Don Luis, habla, conmigo te aconseja,
¿No me dirás qué tienes?
DOS LUIS.
Una queja.
(Vaséasc.)
CARRANZA.
¿A qué efecto has salido de la Corte?
¿En estas Ventas , di , qué habrá que
l'ara tu sentimiento? [importe
¿Di, qué tienes, Señor?
Desvalimiento.
CARRANZA.
Deja hablar afeitado;
Y (lime, ¿á qué propósito has llegado
A estas Ventas? reliéreme, en elelo :
¿Qué vienes á buscar?
DON LBIS.
Uusco mi objeto.
CARRANZA.
¿Qué objeto? habladme claro, Señor
DON LUIS. [mió.
Solicito á mi llama mi albedrio.
CARRANZA.
¿No acabaremos, y dirás qué tienes?
DON LUIS.
¿Quieres que te procure á mis desde-
CARRANZA. [nes?
A oírlos en tu proa me sentencio.
DON LUIS.
¿Y, en fin, han de salir de mi silencio?
CARRANZA.
Dilos, Señor.
DON LlIS.
Pues á mi voz te pido
Que hagas un agasajo con tu oido;
Carranza, amigo, yo mehalléindiTiado,
Costóme una deidad casi un cuidado;
Mentalmente la dije mi deseo,
Aspiraba a los lazos de Hiincnco,
Y e!la viendo mi amor enternecido,
Se dejó tratar mal del dios Cupido ;
Su padre, que colige mi deseo.
En Toledo la llama á nuevo empleo,
Y hov sale de la Corle
l'ara'lograr, indigno, otro consorte;
Por aquí ha de venir.yaqui la espero.
Convalecer á mi esperan/.a quiero,
Dando al labio mis ímpetus veloces,
A verquéliacensus ojos conmis voces;
Isabel es el dueño.
Verdad del almay alma desteempeño,
La que con tanto' olvido
A un amante ferio por un marido;
Suspiraré, C;irranza, vive el ciclo.
Aunque me cueste todo un desconsue-
Inlimaréla lodo mi cuidado, [lo;
Aunque muera de liaherle declarado;
Culiiaré aquel desden , que el pecho
[indicia,
Aunquedestemple airada la caricin;
Mas si los brazos del consorte enlaza,
Indignaréme con el amenaza:
Mis ansias, irritado, airado y fiero ,
Trasladaré á las iras del acero,
Que es descrédito hallarme yo corrido,
quedándose mi amor tan desvalido.
Esta es la causa , por qué de esta
[suelte
Yo mismo vengo á agasajar mi muer-
[le;
De suerte, que corrido, amante y oe-
[cio
Vengo á entrar por las puerlas del
[desprecio:
Con vuelo que la luz penetrar osa
Galanteó mi muerte mariposa;
I'orque en este desden, que amante
[exlraño,
Me suelte mi albedrio el desengaño,
\ en este sentimiento
Mi elección deje libre mi tormento,
Y para qiieJsabel desconocida
Lugre mi muerte, pues logró su vida.
CARRANZA.
01 tu relación, y maravilla
üue con cuatro vocablos de cartilla.
Todos impertinentes,
Me digas tantas cosas diferentes.
Gente cursa el camine, ¿si ha llegado?
CARRAXZA.
¿Qué es cursa? ¿este camino está pur-
u.No. (Dentro.) [gado?
¡Hadelaveota!
TODOS. (Dentro.)
¡Hala!
mo. (Dentro.)
¡lia, seor ventero!
¿Hay qué comer?
DOS. (Dentro.)
.No faltará camero.
DNO. (Dentro.)
¿Es casado vusted?
DOS. (Dentro.)
Mas bá de treinta,
o.xo. (Dentro.)
Scgan eso, carnero hay en la venta.
TRES. (Dentro.)
Huésped, asi su nómbrese celebre.
Véndame un galo que parezca liebre.
TODOS. (Dentro.)
¡Hala!
UNO. (Dentro.)
¿Qué hay?
ENTRE I5ÜD0S ANDA EL JULCO.
DOS. (Dentro.)
¡Mentecato!
Compra al huésped , que es liebre y
CARRANZA, [tira á gato.
Una dama, y un hombre miro.
DON LUIS.
Quedo,
Espérate, qae vienen de Toledo.
CARRANZA.
Nada, pues, te alborote.
UNO. (Dentro.)
¿Donde van Dulcinea y don Quijote?
DOS. (Dentro.)
Dónde ha de ir, al Toboso por la cuen-
DON LUCAS. (Dentro.) [la.
Voy al infierno.
BNo. (Dentro.)
Eso es, voy á la Venta.
DON lEis. (Dentro.)
¡Raro sugelo es este que ha llegado!
CARRANZA.
Aqueste es un don Lúeas, un men-
De Toledo. [guado
UNO. (Dentro.)
¡Ah! seor huésped, si le agrada,
Écheme ese fiambre en ensalada.
DOS (Oeníro.) [asiento,
Si va á Madrid la ninfa á estar de
En la calle del Lobo hay aposento.
TRES. (Dentro.)
Pues á fe que es mujer de gran tra-
DON LUCAS. (Dentro.) [bajo.
Pues ¡voto á Jesucristo! si me bajo.
Que han de entrar en la venta por la
TODOS. (Dentro.) [posta,
(iua, gua.
UNO. (Dentro.)
Que la ha tendido don Langosta.
DON LtcAS. (Dentro.)
Mentís, canalla.
CARRANZA.
Ahora ha echado el resto.
DON LticAS. (Dentro.)
Apeaos, doña Alfonsa, acabad presto,
Porque quiero reñir.
do.Sa alfonsa. (Dentro.)
Deleiuc, espera.
Que me dará un desmajo, que me
DNO. (Dentro.) [muera.
Doña Melindre, déjele.
DON LticAS. (Dentro.)
¿Qué espero?
Matarélos á fe de caballero.
DOÑA ALFONSA. (Dentro.)
Detente, hermano.
DON LtiCAs. (Dentro.)
Vínome la gana.
Salen DON LUCAS y DOS A ALFONSA.
Téngame cuenta usted con esta ber-
DON LUIS. [mana.
¿No vé vusted, que es vaya?
CARRANZA.
Uced se tenga.
DON LIJCAS.
Conmigo no ha de haber vava ni ven-
Gentecilla... ■ [ga.
TODOS. (Dentro.)
Gua, gua.
il
D0.\ LUIS.
Tened templanza-
UNO. (Dentro.)
Envaine vucsarced, señor Carranza.
DON LliCAS.
¿A mí Carranza, villanchón malvado?
CARRAHZA. [honrado.
Vo soy Carranza, y soy muy hombre
(Em¡itiña la espada Carranza).
Que yo también me atufo y me abo-
DON LliCAS. [chorno.
Mientes líi, y cinco leguas en coiilor-
CARRAXZA. [lio-
Sáquela. (Saca la espada.)
DON LUIS.
Téngase, que ya me enfada.
DON LUCAS.
Déjeme darle solo esta estocada.
DON LUIS.
Tened.
DON LlJCAS.
Yo he de tirarle este aUiliajo.
DON LOIS.
No me desperdiciéis este agasajo.
DON LUCAS.
No os entiendo.
BOÑA ALFONSA.
Señor, mira.
DON LUIS.
Repara.
Que es mi sirviente.
D0> LUCAS.
Fuera.
DON PEDRO. (Dentro.)
Para.
TODOS. (Dentro.)
Pira.
DON LUIS.
Una litera eotró , y podéis templaros.
DON LUCAS. [tnros.
Aunque entre un coche tengo de nia-
Sale DON PEDRO, DON ANTONIO,
CABELLERA , ANDREA r DOÑA
iSAREL, con mascarilla.
Detente.
DON l.l'CAS.
No me vayan á la mano,
DON ANTONIO.
¿Con quién riñe?
DON LUIS.
Con este mi criado
DON ANTONIO.
Con un pobre criado asi indignado?
Don Lúeas, débaos yo aquesta teni-
DON LUCAS. [planza.
Yo pensé que reñía con Carranza.
DON LUIS.
Envainad , pues os logro tan tcmpla-
DON LliCAS. [lio.
Primero ha de envainar vuestro cria-
CARBANZA. [do.
La espada dcsem|iuño,
(¡envainen.)
Y obedezco.
DON LUCAS.
Vo envaino la ilc Orluño.
COMEDIAS ESCOGIDAS DE DON FRANCISCO DE ROJAS.
Andrea, ¡qué mal hombre! |
A.>DREA. i
¡(iiié oseo y negro!
DON LICAS.
For mi cuenta. Señor, ¿vos sois mi
Do>- AMO.MO. [suegro?
Vueslro padre seré.
DO.N PEDRO.
Muero abrasado.
DOÑA ALFOSSA. [liabiado''
Don Pedro, ¿qué será que no me lia
Mjs lauíbien puede ser que no me
DUNA i>ABKL. [vea.
Doña Alfonsa es aquella , amiga An-
dón LUIS. [Urea.
Esta es doña Isabel.
CARRANZA.
Callar intenta.
ANDREA.
Don Luisillo también está en lávenla.
DON ¡.ns.
No puedo resistirme.
DOÑA fSABEL.
¡Que basta aquí haya venido á perrc-
DiiN LLCAS. [guiíniel
¿Y hala visto mi lierniaiio?
DON ANTONIO.
■Ni la ha hablado.
DON Ll'C \S.
¿Vino siempre euhieila?
DON A.MOMO.
Asi ha ¡icgado.
DON I-tCíS.
¿Y en Gn, me quiere bien?
DON ANTONIO.
Por vos se muere.
DON LUCAS.
Y la puedo decir lo que quisiere?
DON ANTONIO.
Si, podéis.
DON LtJCAS.
¿Puedo';
DON PEDRO.
Si. obligarla intenta.
DOS LUCAS.
Pues asi os guarde Dios, que ten¡;ais
lili amor, que apenas osa [cuenta.
A hablaros, dice liel.
Que una de dos, Isabel,
O sois fea, ó sois hermosa.
Si sois hermosa, se acierta
Kn cubrir cara lan rara, .
Que no ha de andar vueslra cara
Con la cara de.scubiirta.
Si fea. e! taparos sea
Diligencia bien lograda.
Puesto que estando lapada,
Nadie sabrá si sois lea.
Oue todos se ban de holgar, digo,
Con vos, si hoy hermosa os ven;
Mas si os ven lea, también
Todos se holgarán conmigo.
Pues estaos asi por Dios,
Aunque os parezca importuno.
Que no se ha de holgar ninguno,
^i conmigo, ni con \os.
DOÑA ISAOEL.
¿Qué hombre es este, Andrea?
ANDREA.
El peor
Que he visto, señora mia.
DOS ANTONIO.
¡Que necedad!
DON LOIS.
Grosería.
DON LUCAS.
¿No me habláis?
DOÑA ISAOEL.
Digo, Señor,
Que debo agradecimiento
A ansias, y pasiones tales.
Pues en vos admiro iguales
El talle, )■ tiileiidimieiiio.
La lama que vos leiieis,
l'iM- Ser quien sois, os adamac
l'ero no ilijo la lama
Taiild como merecéis.
V asi la miierle n sislo
Tarde, pues qnieio decir.
Que en vieiuluos pensé morir,
Y ja muero balnéiidoos visto.
DON LUCAS.
¡Lindo ingenio!
DO.t ANTONIO.
Asi lo crea
Vuestra pasión prevenida.
DON LUCAS.
¿Qué decís?
DON PEDRO.
Que es entendida,
Y debe de ser muj lea.
DOÑA ALFONSA.
Ha?, que el rostro se descubra,
Hermano, si verla intentas.
DON LUCAS.
Dejádmela brujulear,
Que piula bien.
DO.Sa ALFONSA.
A qué espaas?
DON LUCAS.
Isabel, hacedme gusto
Ue descubriros, j sea
La mascara el primer velo
Que corráis á la modeslia,
gue están a(|ui debatiendo
M sois lea ó no sois lea.
V si acaso sois herniosa.
No es juslicia que yo lenga
Mancilla en el corazón.
Porque no tengáis vergüenza.
DOÑA ISAUEL.
Los que son en vos preceptos,
Han de ser en mi obediencias.
Yo me descubro.
(Quitase la mascariUa.)
Don Antonio, á fe de veras.
Que hacéis excelentes caras.
Era su madre muy bella.
DON PEDRO. (Ap )
Vive Dios, que. es Isabel,
A quien en la rubia arena
De .Manzanares, un día
Libré de la muerte hera.
DON LUCAS.
¿Qué OS parece la fachada,
Primo miüV hablad.
DON PEDRO.
Que es bue
DOÑA ISARtL {.\p.)
Ya me conoció don Pedro,
Poniue son los ojos lenguas.
DON PFDDO.
;.Y á ti qué te ha parecido.
Doña AlfoDsa?
DOÑA ALFONSA.
Que es muy fea.
do:» PEDRO.
Eres mujer, y no quieres
Que alaben otra belleza.
DON LUCAS.
Pensando estoy (pié deciros.
Después que os vi descubierta,
(iine no sé lo que me di^a.
l'edro.
DON PEDRO.
Scüor.
Oyes, Mega,
Y di por la boca verbos,
O lo que á ti le parezca:
Habíala del mismo mudo
Como si yo mismo fuera ;
Dila aquéllo qneui sabes,
lie luceros y de estrellas.
Tierno como el mismo yo,
Hasia dejarla muy tierna;
Que cubierta, yo me aircvo
A hablar como una manteca;
Pero en mi vida lie sabido
Hablar tierno á descubiertas.
DON PEDRO.
¿Yo be de llegar?
DON LUCAS.
Si , primillo.
Con mi propio poder llegas.
DON PEDRO.
¿Con qué alma la he de decir
Los requiebros y ternezas.
Si es fuerza qué haya de hablar
Con la luya?
DOS LIJCAS.
Con la vuestra:
Señora, allá va Perico,
No hay sino teneos en buenas,
Y ndverlid . que los requiebros
Que os dijere, los requiebra
Con mi poder, respnndedle
Como si á mi propio luera:
Empezad.
DON PEDRO.
Y'a le obedezco.
DOÑA ISABEL.
Déme mi dolor paciencia.
ANDREA.
Lindo empleo hizo Isabel.
DON PEDRO.
Amor alas tiene, vuel.i,
Sni gió la nave en el puerto.
Hallo el piloto la eslrella.
Dio el airoyo con la rosa.
Salió el arco en la loruieuta.
Gozó el arado la lluvia ,
Hallaron el sol las nieblas,
Rompió el capillo la flor,
Encontró el olmo la yedra.
Tórtola halló su consorte.
El nido el ave ligera.
Que eslo y baberos hallado,
Todo es una cosa mesma.
liien haya ese velo ó nube,
Que piadosanienle densa.
Porque no ofendiese al sol,
Detuvo á la luz perpleja.
\o lie visto nacer el dia
Cotí clara luz y serena
Para castigar el prado,
O ya en sombras ó ya en nieblas.
Yo he visto influir al sol
Serenidades diversas.
ENl
noüos AM)A 1::l juego.
Para engañar al mar cnno
(0:1 una y otra lormenla;
I'ero engañarme con sombras,
Y herir con Iii7., es destreza
l}ue ha invenlado la hermosura,
(,lue es de las almas maeslra.
Vos sois más, que aquello más
Que cupo en luda mi idea,
Y aun más que aquello que miro,
Si hay más en vos, ((ue mas sea.
Que lan iguales se anudan
Kn VüS ini;enio y bLÜcza,
Vuestro donaire tan uno
Se ha unido con la modestia.
Que si rendirme no mas
Que 3 la hermosura quisiera,
lil ingenio me ha de liacor
Que del ingenio me venza.
Si del donaire y recalo
Ks quien igual me snjela,
Pori|ue como estas virtudes
Eslan unidas, es fuerza
Que ó no os quiera por ninguna,
U que por todas os quiera.
DOX l.liCAS. {Ap.)
.^p^i^ta la mano, Pedro,
Que esto es poco.
DON rFDRO.
Hermosa hiena,
Que halagaste con voz blanda
Para herir con muerte fiera,
¿Cómo, decidme, de ingrata
Soberbiamente se precia
Quien me ha pagado una vida
Con una muerte sangrieiilü?
Desde el instante que ns vi.
Se rindieron mis potencias
De suerte...
DOÑA I.SAÜFL.
Mirad. Señor,
Que es grosería muy necia.
Que me vendáis un desprecio
A la luz de una fineza.
Nú entra amor tan de repente;
Por la vista amor se engendra
Del trato, y no he de creer
Que amor que entra con violencia
Deje de ser, como el rayo,
Luz luego y después pavesa.
DON FEDliO.
No engendra el amor al trato,
Isibel, (|iie si eso lucra,
Fuera (|uei'ida también.
Siendo discreta una lea.
DOÑA ISABEL.
El trato engendra al amor,
Y para que la experiencia
Lo enseñe, si nu hay agiado
Es cieno que no lia\ belleza.
El agrado es hermosura.
Para el agrailo es de esencia
Que haya trato: luego el trato
Es el que el amor engendra.
DO.» PF.DKO.
Con trato amor, yo confieso.
Que es perl'ectu; mas se emienda,
Que amor puede haber sin trato.
DO.ÑA ISAIIF.L.
Pero en fin, amor se acendra
En el trato.
D0:< PRDDO.
Decis bien.
DO.ÑA ISADEL.
Pues si es asi, luego es fuerza
Que os quede más que quererme.
Si mas que tratarme os queda.
Do:( LUCAS. (.4;;.)
No me agradan estos tratos.
DO:t PEDRO.
Concedo esa consecuencia,
Mas ya os trata amor, si os oye.
Va 03 quiere amor.
DOMLCCíS. (.4p)
Mucho aprieta.
DOÑA ISABLL.
¿Y me quercisí
DOTt PRnnn.
Os adoro;
Sólo falta que yo vea
Vuestro amor.
DOÑA ISADEL.
Dirá le el tiempo,
DON PEDRO.
No le deis al tiempo treguas,
Teniendo vos vuestro amor.
DOÑA ISABEL.
Pues como á nii esposo es facTía
Quereros.
D0>' PEDIiO.
Seré dichoso.
DOÑA ISABEL.
Esta maao, que lo es vuestra
Lo dirá.
DON LrCAS.
No es sino ni;a;
{Tómnla la mano don Lía
Y es muy grande desvergüenza
Que os toméis la mano V(]S
Sin diirmela á mi en la iglesia;
l'rimillo, fondo en cuñado,
Idos un poco á la lengua.
DON PEDH0.
Si yo hablaba aqui por vos.
DON LliCAS.
Sdisnn hablador, y ella
Es también otra habladora.
Si, pero sois licenciosa.
DON PEDBO.
Como tú dijiste que era
Poco lo que la decia...
DON LLCAS.
Poco era, ((Uien os lo niega;
Mas ni tanto, ni tan poco.
DOÑA ALFON.SA. {Ap.)
¡Que ella le hablase lan tierna,
V que él le adore tan fino!
DON LUCAS.
Doña Alfonsa.
DOÑA AI.FONSA.
¿Queme ordenas?
DON LUCAS,
Llevaos con vos esta mano.
(üala la mano de doña Isabel.)
DOÑA ALFONSA.
Si haré, y pido que me teugas
Por lu amiga y servidora.
{Ap. Y tu enemiga).
DON LUCAS.
En Illescas
Me he de casar esta noche.
DOÑA ALFONSA.
Hasta ir á Toledo espera.
Para que don Pedro y yo
Nos Casemos, yaili sean
Tu boda y la inia juntas.
DOÑA ISABEL.
[Ap. Antes quiera Amor que muera.)
Señora niia, no estoy
Para esperaros seis leguas.
DON LUIS.
Muerto estoy; á acompañaros
Iré con vuestra licencia,
Y celebrar vueslra boda:
Vo soy don Luis de Contreras,
Vuestro servidor antiguo.
DON LIJCAS.
No OS conozco en mi conciencia.
DON LUIS.
Y amigo de vuestro padre.
DON LUCAS.
.''ed su amigo, norabuena:
Pero no habéis de ir conmigo.
Llega el coche.
Vo be'de i
ANDBEA.
La litera.
DON LUIS.
n vos.
DON LUCAS.
Voto á Dios,
Que me quede en esta Venta.
DON LUIS.
Ya me quedo.
DON LlJCAS.
¡Gran favor!
DOÑA ISABEL.
Mticría voy.
CABELLERA.
¡Hermosa bestia!
DOÑA ALFONSA.
Muriendo de celos parto.
DON PEURO.
; Que esto mi dolor consienta !
DON ANTONIO.
;Que esto mi prudencia sufra !
DOÑA ISABEL.
¡Que esto influyese mi estrella!
DON LUCAS.
Alfonsa, ¿guarthis la mano?
DOÑA ALFONSA.
Sí, Señor.
DON LCCAS.
Pues tened cuenta.
Entre bobos anda el juego;
Pedro, entrad.
DON PEDRO.
¡Cielos, paciencia!
DON LUCAS.
Guárdeos Dios, señor don Luis.
DON LUIS.
Allá he de ir, aunque no quiera.
JORNADA SEGUNDA.
Sale DON PEDRO en jubón, con som-
brero, capa ti espada, y CAÜELLK-
UA, medio desnudo, por el patio del
CABELLERA.
;,A dónde vas, Señor, de esta manera.
Medio desnudo?
DON PEDRO.
Calla, Cabellera.
CABELLERA. [do,
A las dos de la noche, qne ja han da-
COMEDIAS ESCOGIDAS DE DON FRANCISCO DE ROJAS.
De mi medio coluirpio me has saca-
Y discurrir no puedo [do,
Doade abura me llevas
DON PEDRO.
Habla quedo.
c*nF.Li.EnA.
Si hemos de ir fuera , aquí miro cer-
La puerta principal de la posada, [rada
no.x lEDno.
No ha sido ese mi iiilerito.
CABELLERA.
¿Pues á dónde hemos de ir?
DOX PEuno.
A este aposento.
CADELLERA.
Don Lúeas aqui duerme recogido,
Que se nye en lodo lllescas el ronqui-
Doña Alfonsa su hermana [do;
Duerme en otra alcobilla á él cercana.
DON PEDRO.
¿Y el padre de Isabel?
CADELLFRA.
Duerme á aquel lado.
En aquel aposejitu.
DOK PEDRO.
¿Esiá cerrado?
CAHELLERA.
Cerrado está; di lo que quieres, ea.
DOS PEDRO.
¿Y dónde están doña Isabel y Andrea?
CADELLERA.
En esta sala están.
DUM PEDRO.
Ven poco á poco.
Que la tengo de hablar.
Si no estás loco; [nado,
Que has de perder el seso he iniagi-
¿yué es esto» lü. Señor, enamorado
De una mujer, que serlo presto espera
De don Lúcasf
DOM PEDRO.
Si, amigo Cabellera.
CAUELLERA.
Ten, Señor, más templanza;
¿Tu fallar de tu primo á la confianza?
Cómo, ¿lü enamorado de repente?
DON PEUllO. ng.
Más anciano es el mal de mi acciden-
Siglos ha que padezco un mal eleruo.
CABELLERA.
Yo tuve tu accidente por moderno;
Pero si liene tanta edad, más sabio
Ouiero saber tu pena de tu labio;
Dnue tu amor , que ya quiero escu-
DON PEDRO. [charle.
¿Qué intentas con oirle?
CABELLERA.
Disculparle.
DON PEDRO.
¿Me ayudarás después?
CABELLERA.
Soy tu criado.
DON PEDRO.
¿Óyenos alguien?
CABELLERA.
Todo está cerrado.
DON PEDRO.
¿Tendrás secreto?
CABr.LLERA.
Ser leal intento.
DOn PEDRO.
Pues escucha mi amor.
CABELLERA.
Ya estoy atento.
DON PEDRO.
Kra del claro JuUu ardiente dia :
Manzanares al solo presidia.
Y en clase, que la arena ha fabricado.
Lecciones de cristal dictaba al prado,
(Cuando al morir la luz del sol ardien-
Solicito bañarme en su corriente; [te,
Kn un caballo sendas examino ,
Y á la Casa del Campo ine destino.
Llego á su verde falda.
Elijo fértil sitio de esmeralda,
Del caballo me apeo.
Creo la amenidad, el cristal creo,
Y apenas con pereza diligente
La templanza averiguo á la corriente.
Cuando alegres también como velo-
[ees,
A un lado escucho femeniles voces.
Guio á la voz los ojos prevenido,
Y sólo la logré con el oido;
Piso por las orillas, y tan quedo,
Que penseque pisaba con el miedo:
.Masía voz me encamina, y m.'is me
[llama,
Voy apartando la una y otra rama,
Y en el libio cristal de la ribera
A una deidad hallé de esta manera,
lodo el cuerpo en el agua hermoso y
[bello,
Fuera el rostro, y en roscas el cabe-
[llo,
Deshonesto el cristal que la gozaba.
De vanidad al soto la enseñaba;
Mas si de amante el soto la quería,
Por gozársela él todo, la cubria.
Quisieron mis deseos diligentes
Verla por los cristales trasparentes,
Y al dedicar mis ojos á mi pena.
Estaba al movimiento de la arena.
Ciego ó turbio el cristal ; y dije luego:
,.Q«ién con esta deidad no ha de eslar
Turbio el cristal estaba, [ciego?
Y cuanto más la arena le enturbiaba.
Mejor la vi, que al no ver la corriente,
sólo era su deidad lo trasparente;
.No el rio, que al gozar lanía hermosn-
[ra.
Él es quien se bañaba en su blancura.
Cubria, para ser segundo velo.
Túnica de Cambray todo su cielo,
Y sólo un pié movia el cristal blando,
Sin duda imaginó que iba pisando;
Pero cuando sin verse se mostraba.
Un plumaje del agua levantaba.
Del curso propio con que se movia,
Viale entre el cri.stal. y no le via.
Que distinguir no supo mi albedrlo
Ni cuándo era su pié, ni cuánilo el rio.
Procuraban ladrones mis enojos
Kobar sus perfecciones con los ojos,
Cnando en pié se levanta toda hielo,
Cubre el cristal lo que descubre el
[velo:
Recatóme en las ramas dilatadas.
Prevenidas la esperan sus criadas;
Dícenla todas que á la orilla pase,
Y nada se dejó que yo robase ;
Y en lin, al recogerla.
Tiritando salió perla con perla;
Y yo dije abrasado:
;0h qué bien me parece el fuego hela-
Sale á la orilla, donde verla creo, [do!
Pónensenie delante y no la veo :
Enjúgala el alhago prevenido
La nieve que ella habia derretido;
Cuando un toro con ira y osadia
(Que era dia de iiestas este di.-i)
Desciende de Madrid al rio; y luego
Más irritado, sí, que no más ciego,
Quiere cruel é implo
De coraje beberse todo el rio :
Bebe la blanca nieve.
Bebe más, y su misma sangre bebe.
El pecho, pues, herido, el cuello roto,
Partea vengar su injuria por el solo,
Las cortinas de ramas desabrocha.
Sacude con la coz á la garrocha, [ra,
Y á mi hermosa deidad vencer procu-
Que se quiso estrenar en la hermosu-
[ra.
Huyen, pues, sus criadas con recelo,
Y ella se honesta con segundo velo;
Que aunque el temor la halló despre-
[venida.
Quiso más el recato que la vida.
Vo, que miro irritarse el loro airado.
De amor y de piedad á un tiempo ar-
[mado,
Indigno la pasión, librarla espero,
Y dándole advertenci:is al acero,
lOsadia y pasión á un tiempo junta)
El corazón le paso con la punta,
Con tan felice suerte,
(Jue ni un bramido le costó la muerte.
Conoce que á mi amor debe la vida,
Honeslamenle la hallo agradecida;
Menos, viéndola mas, mi amor mitigo,
Filtra dentro del coche, y yo la sigo;
Cierra luego la noche: [coche;
Entre otros, con lo obscuro pierdo el
Búscala y no la encuentra mi cuida-
[do:
Vóyme á Toledo , donde enamorado
Le "dije mis hnezascon enojos
A aquel retrato que copié en los ojos.
Quejóme sólo al viento ;
Procúrame mi primo un casamiento;
La ejecución de sus preceptos huyo:
Voy á Madrid á efectuar el suyo;
Vuelvo con Isabel (nunca volviera) [ra)
Cubre el rostro Isabel (nunca le vie-
Pues dice mi esperanza, hoy más per-
Que es Isabel á la que di la vida; [dida,
Por valor ó por suerte.
Que es Isabel la que me da la muerte.
Y en fin, amante si, y no satisfecho.
De la sombra esta noche me aprove-
[cho;
A vengar con mis voces este agravio.
Salga esta calentura por el labio:
Sepa Isabel de mi cruel tormento.
Asusten mis suspiros lodo el viento;
Sean ahora que Isabel me deja ,
Intérpretes mis voces de mi queja;
Suceda todo un mal á todo un daño.
Válgame un riesgo lodo un desenga-
Abora la he de hablar, verla porfío, [ño;
Déjame que use bien de mi albedrlo:
Deja que á hablarla llegue.
Para que esta tormenta se sosiegue;
Déjame que la obligue.
Para que este cuidado se mitigue,
Y porque al referir pena tan liora.
Mi gloria dure y mi tormento muera.
CABELLERA.
Tu relación he escuchado,
Y por Dios que me lastimo
Que se enamore quien tiene
Tan lindos cinco sentidos.
¿Tú, Señor, enamorado?
DON PEDRO.
Eselsugeto divino.
CABELLERA.
Y lü muy lindo sugelo;
Pero puesto que has venido
A hablar con doña Isabel,
Llega falso t habla fino ;
Pero no andarás muy falso
Con don Lúeas, que es tii primo,
Pues til la amabas primero,
Y él hasta ayer no la ha visto.
Y en llegando á enamorarse
L'n hombre ii lodo albedrio,
No hay hermano para hermano,
Ni hay amigo para amigo.
Pues si un hermano no vale,
¿Cómo ha de valer un primo.
Que es parentesco de neyrob?
Todos están recogidos
Los huéspedes del mesón;
¿Llamaré?
ndK PEDHO.
Llama qucdito.
CABELLERA.
No sea que el huésped nos sienta.
Que es el huésped mas coci>lu
Oue hay en lllescas, y siente
iJeulro en su casa un mos(iuilo.
D0:t PEDRO.
Oyes , ¿viste anoche entrar,
Aun don Luis, que se hiio amigo
De don Lúeas?
CABELLF.B».
Embozado
Tras la litera se vino,
Y anoche tomó posada
Ed el mesón.
:>oy PEDRO.
¿Y has sabido
A qué viene?
CABELLERA.
Galantea
A Isabel, que asi lo dijo
Su criado á otro criado,
Y aqueste criado mismo
A otro criado después
Como cri:ido fidedigno
Se lo contó, y ¿1 á mi:
Yo ahora á ti te lo aviso,
(,iue no sirve quien no cuenta
Lo que ha visto, y (¡ue no ha visto.
DOS PEDBO.
Pues con amor y con celos
A un tiempo me determino
A hablar a Isabel.
CABELLERA.
Pues manos
Al amor: Amo v amigo,
iLlegoT
DON PEDRO.
No llegues, espera ,
Que est.in abriendo el pusligo
l'or de dentro.
CABELLERA.
Dices bien.
DOJI PEDRO.
¿Quesera?
CARELLERA.
No lo he entendido.
Sale DO.ÑA ISABEL medio desnuda,
Y ANÜIIEA por otro apvtento.
DOÑA ISABEL.
No me detengas, Andrea.
ANDREA.
¿Dónde vas?
DOÑA ISABEL.
A dar suspiros
A los cielos de mis quejas.
ANDREA.
Témplate.
DOÑA ISABEL.
No espero alivio.
ENTiit: ñocos anda LL JCEOO.
ANDREA.
¿Qué intentas?
DOÑA ISABEL.
Dusi;ir mi padre.
ANDREA.
Está ahora recogido.
DOÑA ISABEL.
Ven á despertarle, Andrea,
Que no lia de ser dueño mió
Don Lúeas.
AMDREA.
Resuella estás.
DOMPEDRO.
Arrimale.
CABELLERA.
Va me arrimo.
ANDREA.
¿Y si no quiere lu padre?
DOÑA ISABEL.
No es dueño de mi albedrio.
ANDREA.
Pues ¿quién ha de ser lu esposo?
DOÑA ISABEL.
Don Pedro lia de serlo mió ,
(I ninguno lo ha de ser;
si no es que desconocido
A Alloiisa quiere.
DON PEDRO. (Ap.)
¡Pedidme
Albricias, alma y sentidos !
Vuélvete á dormir.
DO.ÑA ISABEL.
No puedo.
CABELLERA. {Ap.)
Cenó poco, no me admiro.
IIOÑA ISAIIEL.
¿En qué aposento hallaré
A mi padre?
ANDREA.
No le lie visto
Recoger, yo no lo sé:
En habiendo .Tmanecido
Podrás hablarle.
DOÑA ISABEL.
No alargues
Plazos á un dolor prolijo :
Uoii Pedro ha de ser...
(Encuentra con don Pfdro )
DON' PEDRO.
Don Pi dro ,
Infelice dueño mió,
lia de ser el que te adore
Tan amante y tan rendido.
Que han de ser alma y poiencias
Lo menos que os sacrilico.
DOÑA ISABEL.
¿Quiénes?
DON PEDRO.
Quien no os ha ganado.
Cuando ya os hubo perdido :
Kl que os ha granjeado á penas,
El que os mereció á suspiros ,
El que os solicila a riesgos.
El que os procura á cariños.
DOÑA ISABEL.
Hablad quedo, y ved que estamos...
DON PEDRO.
Templar la voz no resislo.
Que esla es la voz de mi amor,
Y esta mi amor encendido.
DOÑA ISABEL.
Señor don Pedro , si oisleis
La venlad del dolor mió,
Si aun no os ba costado un ruego
2j
La compasión de un cariño,
.No os llaméis tan infeliz
Como decis , pues no he dicho
Acaso que tengo amor ,
Y ya vos lo habéis sabido.
Dejad para el desdeñado
La queja , llámese el digno
Feliz, é infeliz se llame
El que nunca ha merecido.
Yo si que soy desdichada.
Pues os quiero , y lo repito,
Y estando vivo el amor
Tengo á los celos más vivos.
Ya habréis templado con verme
El mal de no haberme visto ;
Este si es mal , pues que tiene.
Viéndoos mas, menos alivio.
Doña Alfonsa ha de ser vuestra ,
Con que viene á ser preciso
Que no lo pueda yo ser
Ni pueda llamaros mió.
Ella es quien dice que os quiere ,
Con que yo naturalizo
A mis bastardos temores ,
Que son de mis celos hijos.
Mirad , pues , cuál de los dos
El más infeliz ha sido.
Pues vos lográis un amor
Y JO unos celos concibo.
DON PEDRO.
¿Yo, Isabel, no tengo celos,
Vo, decis vos, que me libro
De una verdad , que la cubro
Con la sombra de un indicio?
¿No es la flor Clicie, don Luis,
Que constante á los peligros
Está acechando los rayos
De vuestro Oriente vecino?
¿No viene á amaros, Señora?
¿No viene tras vos? ¿No be visto
Que os quiere?
DOÑA ISABEL.
¿Y quién es el sol?
No con falsos silogismos
Me arguyáis . cuando estáis vos
liespondiéndoos á vos mismo.
Si es la Clicie nordi.n Luis,
¿Cuándo el sol la Clicie quiso?
(Cuándo para desdeñarla
No es cada rayo un aviso?
Si soy sol , como decis,
¿Cuándo mis rayos no han sido
í'ara desdeñarle ardientes,
Y para abrasarle tibios?
¿Qué os daña á vos que él me quiera,
Pues veis que yo no le estimo ?
Mucho más florece el premio
De la competencia al viso.
Al clavel (piiere la rosa ,
Y él está desvanecido
De ver (|ue le hayan premiado
Encompeienciiis del lirio.
Olmo (|ue abrnzó a la jedra.
Está másarirailccido
De ver que siendo él distante
Se olvidase del vecino.
Así , ¿ qué importa que amante ,
Constante, atento y aclivo.
Me quiera don Luis á mi ,
Si con ver un amor mismo
En los dos, con ser á un tiempo
Tan constantes como linos,
Sois el preferido vos ,
Y es él el aborrecido?
DON PEDRO.
Luego aunque me quiera á mi
Doña Alfonsa, no hay indicio
Para celos.
DOÑA ISAKEL.
Si le hay ;
-" COMEDIAS ESCOGIDAS DE DON FÜANCISCÜ ÜE liOJAS
Poniue vos no me Iiabcis (lidio
O'ieiio la queréis; y to,
(Jue aborrezco á iloñ Luis , digo,
DON PEDRO.
Pues yo solóos «luiero á vos.
DO.Sa ISABEL.
Que no meallia^ueisospido
Cuii el amor , si después
Ale Ilutáis con el oh ido;
Une niuclio peor sera,
t<i lio le leñéis, (infirió,
Une si le tenéis, callarle;
l'nes por mas deceine elijo
Que me ocnlleis vuestra llama
^ os liallede.<pues mas lino,
Que no hallarme ahoriecida
Pensando que me lian querido
DON PEimO.
Pulid el bruto diamante
I>i.' lili amor, en cuvds visos
Il:.ivis Claras experiencias
Uel fondo del dolor niio.
DO.\A ISABEL.
Pues elíjase un remedio
Para evitar los designios
De Dii padre.
ANDREA.
Cé, Señores.
DON PEDRO.
¿Qué es loque dices?
ANDREA.
Que miro
Abrir aquel aposento.
DON PEDRO.
¿Cuyo es?
ANPREA.
El de don Luisillo.
DO.N PEDRO.
¿Oonde ira?
ANDREA.
Habrá madrugado
l'aia tomar ei camino
Antes que amanezca.
CABELLERA.
Es cierto.
DO.ÑA ISADEL.
Pues, Señor, yo me retiro,
No me Vea.
DONA ISAUEL.
Quédate a Uius, dueño mió.
DON peí RO.
jEn Gn, me querrás?
DO.ÑA ISABEL.
Soy luya.
DO.N PEDRO.
¿Y don Luis?
¿Y Alfonsa?
DON PEURO.
mátela amor.
CABELLERA.
Acabad , cuerpo de Cristo ,
Qne esiu üon Luis en el palio.
DO.ÑA ISABEL.
Pues yo me voy , ven conmigo.
CABELLERA.
Siñor, entra tu también,
Pori|uedoii Luis ha salido,
Y puede verte al pasar
A tu aposento , y colijo
Que no puede juzgar bien
De verte a esia hora vestido.
DONA ISABEL.
Mirad, don Pedro...
DON PEDRO.
¿Qué importa
Que esté un instante contigo
En lanto que este don Luis
Sale fuera?
ANDREA.
Bien ba dicho:
Lu7, tienes, y eres honrada,
One el le quiere bien he oído ,
^ los qne son niá< amantes
Son los menos atrevidos.
DO.ÑA ISABEL.
Pues cierra.
ANDREA.
La puerta cierro.
DON PEDRO.
Tú quédate aqni escondido.
Pues no importa que le vea.
CABELLERA.
Obedecerte es preciso.
ANDREA.
Lo dicho dicho, lacayo.
CABELLERA.
Fregona, lo dicho dicho.
iF.ntranse en elaiwseiilo deáoñahnhel
los tres, y queda Cabellera fuera.)
Salen DO.N LUIS t CARRANZA.
CARRANZA.
A media noche, Señor,
¿Donde vas?
DON LllS.
Nada te espante ,
Vny 3 intimará mi amante
La justicia de mi amor.
CARRANZA.
No alcanzo tu pensamiento.
DON LUIS.
Huella quedo.
CARRANZA.
¿No dirás
Dónde á estas horas vas?
DON LUIS.
Solicito SU aposento.
CARRANZA.
Ten coriinra, ten templanza;
¡Qne esto un hombre cuerdo intente'
¿Y si don Lúeas lesieiile?
DON LUIS.
No me aconsejes. Carranza.
CAIIRANZA.
Dnrmieiidoá todos ahora
Cunuii mismo sueño ignalo,
Nnseas Ari.is r.(m/al"
í^i esta hecho el mesón Zamora.
IJe verla no es ocasión,
Yesláenquelas vas á hablar,
CARRANZA.
Este es;
Anoche se recogió
En este aposento.
DON iris.
CARRANZA.
SL
DOl LUIS.
Pues lian
(Hume Carranza á otro aposento que
esté enfrente riel de Isabel.)
¿Responden?
CARRANZA.
No.
DON mis.
Cira vez puedes volver
A llamar por si despierta.
CARRANZA.
Llamo.
DOÑA Ai.FONSA. (Dentro.)
¿Quién anda en la puerta?
DON LUIS.
¿Esta no es voz de mujer?
¿Quien será?
carra:»za.
Isabel seria.
DOM LUIS.
¡Si es Andrea !
Carranza,
No , Señor ,
Que yo conozco mejor
ííu voz que la propia mia.
DON LUIS.
Dudoso en la voz estoy.
CARRANZA.
No es Andrea, Señor.
DON LUIS.
Pues
Si no es Andrea, ella es.
Sale DOÑA XLVOÍiSX medio desmida.
. lima <
A la moza del mesón.
DON LUIS.
A dedicar almas mil
Veiigo 3 la luz por quien veo.
Porque llueca vollaipieo
De ese accidente civil.
CARRANZA.
Si ello ha de ser. vamos, puc;
Mitiga tu senljmientu.
DON LUIS.
¿Sabes cuál es su aposento
Carranza amigo?
DONA ALFONSA.
¿Quien llamaba aquí?
Doy LUIS.
Yo soy.
DO.ÑA ALFONSA.
¿Quien sois?
CARRANZA.
Abrieron la puerta.
DON i.nis.
Dueño hermoso de mi vida,
Uiiien os priicnró ibirmida
^ os ha logrado despiei ta;
Soy quien cou luego veloz.'..
DO.ÑA ALFONSA. (Ap )
Que es don Pedro he imaginado:
Como habla disimulado
No le conozco en la voz.
DON LUIS.
Trocar procura en caricias
Alhagos de un solo Dios,
Su\ el que viene tras vos.
DOÑA ALFONSA. (.Ap.)
Don Pedro es: amor, albricias.
DON LUIS.
Soy quien os quiere tan fiel...
DOÑA ALFONSA.
¿Pues cómo (si eso es asi)
No me hablasteis cuando os Ti?
DON LUIS.
f.lp. Tiene razón Isnhcl )
No hasais (lcs;iienla cnoios
J.as(|ue ol)ié liiu'/.as f:il.in,
l'iies lo (|U(; iliclalia el hLiiO
itopresfiuabun los ojos.
DOÑA ALFONSA.
Perdonad . i|ue recelé
(I, ue es dcscoi.liiiila quien ama)
Oue mirabuis a otra dama.
SON
Ks verdad ni
P.TO |.l¡. -I.
r).'es:i i;
Por lisonja la;i dxlios.T
Premios mi verdad oliezca ,
M.is como yo os lo pare/.ca
.Ni> quiero ser más l:eriiiosa;
Oeer quiero lo que decis,
Y valerme del consuelo.
CAOELLEBA. (.\p.)
Doña Alfonsa . vive el cielo ,
Ks la que lialila con don l.uis ;
¡Üucna es la oonveí saciiiu I
yue es csle don Luis it;iiora;
¡Cosa que le diese ahora
Algún mal de corazón !
DON I.DIS.
Sola una ocasión deseo
En que yo pueda moslrar...
DOÑA AI-KONSA.
non I.úcas lia de estorbar
•Nuestro amor.
DON LUIS.
Así lo creo;
Pero podéis estjr cierta
yiie no ha de lograr su inlento ,
l'ues cuando este casatnienio...
»o:( LUCAS. {Üfniro.)
¿Ilola, quieu anda en la puerta?
DON LUIS.
¿Quiíaes?
DO.VA ALFONSA.
Don Lúeas, ¿quéh^ré';
CABELLERA.
Sentido los lia pur D.os.
DON LIIS.
¿Don Lúeas esiá con vos?
DOÑA ALFONSA.
¿Pues dónde queréis que esté?
DON Ll'IS.
Daré quejas á los cielos;
¿Asi premiasteis mi amor?
¿Como...
DOÑA ALFONSA.
¿O'iéeseslo, Señor?
¿l/o don Lucas tenéis celos?
DON LUIS.
Yo he de ver...
DOÑA ALFONSA.
Tened templanza
CAR':AN7.A.
río es (lempo de hacer extremos.
Vente.
DOÑA ALFO^SA.
Adiós, luü^o hablaremos. {Yase.)
liUN Li;is.
¿Qué es esto, ami;;n Carranza?
CARHANZA.
Fn la ceniza hemos dado
Con el amor.
liNTRE BOBOS ANDA EL JUICGÜ.
DON LOIS.
Ven tras mi.
CARRANZA.
¿Sale ya don Lucas?
DON LUIS.
Si.
CARRANZA.
Por Dios que se ha levantado.
DON I.LIS.
PerJi lamosa ocasión.
IVaiisf los dos.)
CAUFI.LKRA.
Pulpas lleva el don Lnisillo,
(lúe hay muchas en el mesón.
A dormir de buena liana
Me l'nera; Señor, no hay gente,
(Llama á ¡a puerta por donde entró
don Pedro )
Sal presto ; pero delente.
Sale DON LUCAS, medio vestido ridi-
culamente. Clin espada ij una luz,
por el aposento de Alfonsa.
DON LUCAS.
í"l diablo está en Cantillana;
¿Ouicn eslá aquí?
[Yeá Cabellera , y él vuelve la oara.)
CABELLERA.
Ya me vio;
A mi fortuna maMigo.
DON LUCAS.
Hombre ordinario, ¿qué digo?
¿nuiéii suis , lioinbrfcillo'í
CAUELLtrvA.
Yo.
( Vuelve la cara Cní-cUcra y quiere
irse.)
DON LUCAS.
«■Qné es vo? con eso no salva
(na cuchillada; fuera,
Uiga, ¿quien es?
CADEI.LERA.
Cabellera,
Al servicio de tu calva.
DON LUCAS.
¿Qué haces aquí?
CABELLERA.
(Ap. Qué diré?)
Digo, estaba, porque jo...
DON LUCAS.
¿Llamaste á nii pucita?
CABELLERA.
No.
DON LUCAS.
¿Pues quien llamo?
CABELLERA.
No losé.
DON LUCAS.
¿Viste abrir la [luerta?
CABELLERA.
Si.
DON LUCAS.
¿V á quién era conociste?
OABtLLEnA.
No, Señor.
DON LUCAS.
¿Yá (;ué saliste?
CABtLLERA.
Señor, á tu voz salí.
DON Ll'CAS.
¿Era hombre el que llamaba?
CABELLERA.
Si , Señor.
DON LUCAS.
¿Vístele?
CABELLERA.
No.
DON LUCAS.
¿A donde entró?
CABELLERA.
(luéséyo.
DON LUCAS.
Esto eslá peor qie . slaba
Discnno; ¿no pu'-il.' str
Oneiinien iue. roa nial intento.
Por llamar á mi iiposento
Y da
1 zas
De buen modo si le encuentro.
(Va i la puerta don I.úcas por doíide
entró don Pedro.)
CABELLERA.
Por Cristo que va allá dentro;
Ah, Señor, ¿á dónde vas?
DON LUCAS.
A visitar mi mujer.
CABELLERA.
¿Cómo lo podré impedir?
Slira que nos hemos de ir,
Y que quiere amanecer.
DON LUCAS.
¿Qué importa eso? (Va á la puerta.)
CABELLERA.
Allá se arroja ,
Asi le he de divertir;
( Saca In espada. )
DON I
¿Ahora?
CABELLERA.
Ahora la has de ver.
DON LUCAS.
De Francisco líuiz Portilla.
CABELLERA.
I.tp. ¡Que ahora no salga el .nsnazo
De don Pedro ! ) Es nn espejo
La espada; diz que es del viejo.
DON LUCAS.
Del mozo es este recazo ;
Quédale aqui.
{bale la espada y vadla puerta.)
CABELLERA.
No remedia
Nada, y su intento no he visto;
;Ah , de las que has escriio,
¿ijuieres leerme una comedia ?
DON LUCAS.
¿A media noche?
CABELLERA.
Es verano.
DON LUCAS.
¿Pues á dónde la oirás?
CABELLERA.
En aquel pozo , y serás
28 COMEDIAS
l'oela samaritano;
La que se ha de hacer cien dias,
Según dices.
DOM LVCAS.
Hela aquí;
{Saca lina comedio)
Oye un paso que esciibí
Enlre llerodes y llerodias.
CABELLERA.
¡Será famoso!
do:» LliCAS.
Siáfe;
Pero Ter primero intento
Quién llamaba á mi aposento.
{Hace que va al aposento.)
CAlltL.LERA.
Señor, yo fui el que llamé.
DON LUCAS.
Si eras tú, yo me concluyo;
¿Y á qué llamaste si eras'í
CABELLERA.
Llamaba á que me leyeras
Algún irahajíllo tuyo
Si no doiniias acaso;
{Ap. Don Pedro asi me ha de oír,
Ahora es tiempo üe salir.)
{Dice recio este verso.)
DOM LLCAS.
¿Quien hade salir?
CABELLERA.
Kl paso;
Di los versos.
DONLIJCAS.
Son valientes.
CABELLERA.
Lope es contigo nové!.
DON LliCAS.
Sale Herodes, y con él
Cuatrocientos inocentes.
(Asúmanse Andrea y don Pedro á la
puerta.)
DOMPEDBO.
Ahora á salir me obligo ,
Aunque allí está.
ANDREA.
¿S;,les?
DON PEUIIO.
Si.
CABELLERA.
Vaya , Señor.
DOr» LtJCAS.
bice asi;
¿Quién anda en aquel postigo?
( Velos don Lúeas , y cierran la puerta.)
DON l'EDBO.
Él me vio, cierra la puerta ;
Cierra.
{Cierran y tórnanse á entrar.)
amjbfa.
Naci desdichada.
DON LUCAS.
¿Conmigo la hacen cerrada?
I'ues )ü la he de hacir ahicila.
CABELLERA.
Vive Dios que no salió.
DON LUCAS.
Cabellera.
CABELLERA,
El ha de hallarle;
¿Quieres entrar á matarle?
Itespondc.
ESCOGIDAS DE DON FRANCISCO DE liOJAS.
DON LICAS.
No , sino no ;
Llama á la (luerla.
{Llame Cabellera.)
ANDREA. {Dentro.)
¿(,)iiitMi llama?
DON LLCAS.
¿Esta es la criada?
CABELLERA.
DON LUCAS.
Hola, criada , abre aquí
Al marido de tu ama.
ANDREA.
Entrad. {.\brc.
DON LliCAS.
Entra tu primero,
Morirá á fe de cristiano.
CABELLERA.
Pon la daga en la otra mano
V dame ese candelcro,
Que JO he de morir contigo.
[Dale don Lúeas la luz ú Cabellera.
DON LUCAS.
Esa luz puedes llevar.
CABELLERA.
(.4p. Así lo he de remediar:)
¿No me sigues V
ON LUCAS.
Ya te sigo.
CABELLERA.
Voy enojado.
OON LtJCAS.
Voy ciego.
CABELLERA
Adelante, industria mia.
DON LUCAS
, Adulterio el primer día !
Entre bobos anda el juego.
intranse, y salen DON PEDRO
Y DOÑA ISABEL turbados.
DOÑA ISABEL.
¿Entró don Lúeas?
DON PEDRO.
Entró,
Desnudo el airado acero.
DOÑA ISABEL.
Detrás de aquella cortina
Te esconde.
DON PEDRO.
Yo me resuelvo.
Diré que tu esposo soy.
DON PEDRO.
Advierte...
DOÑA ISABEL.
Escóndele presto.
Que llegan.
DON PEDRO.
No me porlies.
DOÑA ISABEL.
Mira Señor...
OOM PEDRO.
Estoy ciego.
DOÑA ISABEL.
Haz esto. Señor, por mi.
DON PEDRO
Isabel, ya te obedezco.
Escúndese detras de una cortina, y
salen DON LUGAS y CAÜELLEUA
con el candelera.
DON LUCAS.
Alumbra, mozo.
CABELLERA.
Ya alumbro.
DON LUCAS.
¿Quién está en este aposento?
DOÑA ISABEL.
¿Qué es esto, señor don Lúeas?
,. Como vos tan descompuesto
Alteráis de mi quietud
El recatado silencio?
DON LUCAS.
¿ Qué hacéis , Isabel , vestida
A estas horas?
DOÑA ISABEL.
En el lecho
Desvelada , y no desnuda,
IJsluba esperando el tiempo
Üe partir, y vos airado
Y titgu, ¿cómo resuelto
Os entráis desta manera?
DON LUCAS.
¿Y qué hombre estaba aquí dentro?
DOÑA ISABEL.
¿Estáis en vos?
DON LUCAS.
Si, Señora,
Y estoy en vuestro aposento,
Y le he de ver de pe a pa ;
Alumbra , hermano , miremos
Detrás de aquella cortina.
CABELLERA.
Has dicho muy bien , yo llego;
{Cae en el suelo Cabellera fingiendo
que tropezó y mata la luz.)
;Jesüs!
DON LUCAS.
¿Qué ha sido?
CABELLERA.
Caer
Y matar la luz á un tiempo.
DON LUCAS.
Trae otra.
CABELLERA.
Tengo ([uebrado
Un pié; sal , Señor.
Sale DON PEDRO detras de la cortina
con la mano delante.
DON PEDRO.
Yo pruebo
A salir puesto que ahora
No hay luces.
DON LIJCAS.
Ha señor Nieto,
Pues es huésped, traiga luces;
Ponerme á la puerta quiero.
No sea que estando á oscuras
Se salga el que está acá dentro.
( Vase n la puerta , pónese en ella , ;/ al
salir don Vedro tropieza con H y
ásele don Lúeas.)
DOÑA ISABEL.
¡Válgame Dios! ¿que he de hacer?
DON LUCAS.
¿Quién anda aquí?
DON PEDRO. (Ap.)
¡Vive el cielo,
Que he topado cnn don Lucas!
DON LUCAS.
Topé un bo.nbre.
CABELLERA. (Ap.)
Peor es eslo,
Porque al salir es sin diiila
(Ine hn topado con don Pedro;
Quiero decir que soy yo,
Y lleparme.
(Llégase cara con ca<-a con tu amo )
DON LUCAS.
Diga luego
Quien es.
CABFLLEBA.
Yo, que voy por luces
PO^ Ll'CAS.
Menlis, que esde mejor pelo
A quien yo lengo.
CABELLERA.
Señor ,
Yo soy.
OOX ll-CAS.
Ahora lo veremos ;
¡Luces!
MESONERO. (Bín/rí))
;Andnn los demonios
En el mesón?
{Hace fuerza don Pedro para
soltarse.)
CON LL'CAS.
Eslaosquedo.
Salea DON LIIlí? t D05sA ALFONSA
con luces.
Luz hay aquí.
DOÑA ALFONSA.
Y aqui hay luz.
DOÑA ISABEL.
¿Qué miro? ¡válgame el cielo!
DON LUCAS.
Verbum caro factum est:
¿Pues qué hacéis aqui. don Pedro?
Dan PEDRO.
Señor , mirnr por tu honor,
Y mirar por lo qne deho:
Mirar quelú eres mi sangre.
DON LICAS.
Dejad esos miramienios,
Y decid, ¿qué hacéis aqui?
DO.N LLIS.
Ea, responded, don Pedro.
DON LliCAS.
¿Quién os mete en eso i vos?
¿Sois mi sombra , caballero ?
DON LUIS.
Soyvncslra luz, pues la Iraigo.
DON LLCAS.
Pues llevaos la luz. os ruego.
Que yo no la be menester.
¿A donde vais?
DON LOIS.
A Toledo.
DON LIGAS.
Pues yo me vuelvo á Madrid
Solamente por no veros.
DON LUIS.
.Sois ingrato, vive Dios;
Yo me voy. (Vase.)
DON Ll-CAS.
No soy mas dcsto.
Válgate el diablo el don Luis.
DO.VA ALFONSA.
Don Lúeas , decid , ¿ qué es eslo ?
E.NTRE BOBOS ANDA EL JIEGO.
DON LLCAS.
Don Pedro está aqui encerrado.
DOÑA ALFONSA.
¿Vos le encontrasteis?
DON LUCAS.
Yo mcsroo.
DOÑA ALFONSA.
¿Pues áqué entró?
DON LUCAS.
Que sé yo.
DOÑA ALFONSA.
¿Quiere i Isabel?
DON LlCAS.
1.0 sospecho ,
Pues yo le he hallado escondido
Ahora.
DOÑA ALFONSA.
iVálgamecI cielo!
[Finge que le da el mal de crazon, y
ene sobre un taburete.)
CADELLEUA.
Diúle el mal.
DON Ll'CAS.
Tenia esa mano,
Y tírala bien del dedo
Del corazón. ¿No hay quien traiga
Manteca?
DOÑA ISABEL.
Si , yo la tengo.
DON Ll'CAS.
Pues id por ella.
DO.ÑA ISABEL.
Yo voy.
;.4p. Llamaré de alli á don Pedro.)
(Vase.)
CABELLERA.
¡Qué gran mal 1 pobre Señora.
DON LiCAS.
s, primo, lo que habéis hecho?
Teneclla esta mano vos ,
Porque voy á mi aposento
Por la uña de la gran bestia.
( Vase, y don Pedro tómala la mano.)
CABELLERA.
Ponga su uña , que es lo nicsnio.
DON PEDRO.
¿Fuese?
CABELLERA.
SI.
DON PEDRO.
¿Qué hemos de hacer?
CABELLERA.
Luego trataremos deso;
Requiebra á la desmayada
(Si entra don Lúeas) más tierno
Porque crea que la quieres ,
Que esto importa.
DON PEDRO.
Y eso inlenío.
CABELLERA.
Él viene ya.
DON PEDRO.
Doña AITonsa,
Mi luz, mi divino cielo.
No le disfracéis turbado
Si he de gozarle sereno.
A vos os quiero , Señora.
Sale DOS A ISABEL.
DOÑA ISABEL.
¿Qué es loque escuclio?
DON PLDRO.
Que sólo á vuestra hermosura
Se consagran mis deseos.
El alma sois por quien vivo ,
Vos sois la luz por quien veo.
DOÑA ISABEL.
Pues traidor , falso , atrevido ,
Viven mis ardientes celos .
Dioses que hoy en mi coraje
Tienen la corona y cetro ,
Que he de pagarte en venganzas
Cuanto cobro en escarmientos.
Don Luis ha de ser mi esposo,
Porque aunque yo le aborrezco.
Por vengarme de ti solo
Vengarme en mi misma apruebo.
Quédale.
DON PEDRO.
Espera , Señora,
(Deja i la desmayada.)
Y advierte, que estos requiebros
Los pronuncio con el labio
Y los linjo con el pecho.
Dijelos porque don Lucas
KiiteiHJiese que la quiero.
No porque á ti no le adoro;
Escúchame.
DOÑA ISABEL.
No te creo ,
Qne no estando aqui no vienen
Esas disculpas i\ tiempo.
CABELLERA. (.4p.)
Si aqueste desmayo fuera
Fingido , estábamos buenos.
DON PEDRO.
Señora, sólo eres tú
El alma por quien aliento.
La muerte por (|uien yo vivo,
Y la vida por quien muero.
Escucha.
DOÑA ISABEL.
No tengo oídos.
DON PEDRO.
Repara bien...
DO.ÑA ISABEL.
Ya te dejo.
DON PEDRO.
Que sólo te adoro á ti ,
Que á doña Alfonsa aborrezco.
(Levántase doña .Mfonsa del desmayo
fingido.)
DOÑA ALFONSA.
Pues vive el cielo , cruel ,
Falso, ingrato. lisonjero.
Que has de decir de las dos
A cuál adoras, supuesto
Que a ella le mientes finezas,
Y á mi me finges requiebros.
CABELLERA. í.4p.)
El desmoío era fingido.
Todo el inlierno anda suelto.
DOÑA ALFONSA.
¿Di á quien quieres?
DOÑA ISABEL.
Eso aguardo.
DON PEDRO.
Mirad...
DOÑA ALFONSA.
jEn qué estás suspenso?
DOÑA ISABEL.
¿Me quieres?
DON PEDRO. (Ap)
¿Qué la diré?
DOÑA ALFONSA.
¿Me aborreces !
30 CÜMEÜI,
dü:< PEDno. (.1p.)
¿Qué liaré, cielos?
DOÑA ISAÜEL.
¿Qué, te elevas?
DOÑA AI.FO^SA.
¿Qué, te turbas*
DOÑA ISAIlEL.
¿Quien merece tu desprecio?
DOÑA Al.rONSA.
¿Quién es dueño di' lu amor?
DON PEDRO. (.4p.)
Si digo...
CABELLERA. (Ap.)
fiuena la lia hecho.
DON fEDr.o. {Ap.)
Quien quiero, á la una agravio
Si la olra favorezco.
DOÑA ALFONSA.
¿Esta»; eran Ins finesas
('•■111 i|uc aun. he en mi aposento
Dijiste que me adorabas?
DON PEDRO.
¿Yo en tu aposenln? ¿qué es eslo?
DOÑA ISABEL.
A Alfonsa quieres, traidor.
DOÑA Al EONSA.
Doña Isabel es lu dueño.
DOÑA ISHIEL.
Hoy has de probar mis iras.
DOÑA ALF0N5A.
IIOT has de ver lu escarmicnlo.
D0.\ PEDno.
Doña Alfonsa...
\S ESCOGIDAS DE D0.\ FRANCISCO
DOÑA ISADEl.
Es sin remedio.
D0:< LECAS.
Don Pedro, dime, ¿qué sientes?
DONPEURO.
No tiene voz mi iDnnenio.
Nii te escucho.
DO.\A ISABEL.
Soy de fuego.
DON PEDRO.
Mirad...
Sale DON LUCAS.
DON LIJCAS.
Ya está aqui la uña.
CABELLERA.
La bestia ha llegado á tiempo.
DO.V LUCAS.
¿Estas sosegada?
DOÑA ALFO.NSA.
No.
DOX LUCAS.
¿Pues qué sieiitcsr
DO.ÑA ALFONSA.
Un desprecio
DON LUCAS.
,,Qué es esto, Isabel?
DO.ÑA ISABEL.
No sé.
DON LlJCAS.
TÚ di tu mal.
DOÑA ALFONSA.
Soy de hiilo.
DON LUCAS.
TÚ dime tu pena.
DOÑA ISABEL.
Es grande.
DON LECAS.
¿No hay remedio?
DON
CAS.
¿No lo he de sabt-r?
DOÑA ALFONSA.
Sahrásio.
DON LüCAS.
¿No me lo dirás?
DUNA ISABEL.
No puedo.
DON LUCAS.
Isabel, á la litera.
AHonsa , el coche está puesto;
l'eilro , el rucio e.^tá ensillado ,
Eu Cabanas nos veremos.
DOÑA ALFONSA.
Quejas , que muero de amor.
DOÑA ISABEL.
Iras, que rabio de celos.
DON LUCAS.
Honra , que andáis titubeando.
DON PEDRO.
Dudas, que andáis discurriendo.
DON LECAS.
Pero yo lo sabré lodo.
Que entre bobos anda el juego.
JORNADA TERCERA.
Salen DON ANTONIO Y DON LUCAS.
DON LCCAS. (Dentro.)
Ten ese macho , mulero ,
Que es un poquillo mollino.
(Salen tos dos.)
DON ANTONIO.
¿ Dónde fuera del camino
Me sacáis?
DON LUCAS.
Hablaros quiero.
DON ANTONIO.
¿Pues a qué nos apartamos
Úel camino? ¿Qué queréis?
DON I
CAS.
Suegro, ahora lo veréis.
DON ANTONIO.
Ya estamos solos.
DON LUCAS.
Si estamos.
¿Viene el coche?
DON ANTONIO.
Se quedó
Más de una legua de aqui.
DON LUCAS.
¿Queréis escucharme?
DON ANTONIO.
Si.
DON LUCAS.
¿Habéis de enojaros?
DON ANTOMO.
No.
DON ANTONIO.
¿No lo sabéis?
DON LUCAS.
Quiero hablar quedo.
DO.N ANTONIO.
Hablad quedo.
DON IIJCAS.
ritimadamenle, ¿giuedo
Hablar á bullo?
DON ANTONIO.
Podéis;
¿Tenéis que hablar mucho ?
DON LUCAS.
Va os escucho.
DON LIJCAS.
Yo soy (señor don Anloitio
De Coiilreras) un hidalgo
Bien entendido, asi, asi,
Y bien quisto, tanto cuanto:
Soy ligero, luchador.
Tiro una barra de >á cuatro,
Y aunque pese cuairo y libra ,
A más de cuarenta pasos.
Sov dii-siro como el mas dieslro ,
Expléiuliilanii'nte largo.
Por el principio atrevido,
Y valiente por el Cilio.
l)e la esci'pela en las siierles
Salen mis tiros enldanco,
Y puedo tirar con todos
Cuantos hay del rey abajo.
(kiMlo, bailo y represento,
Y si me pongo á caballo ,
Caigo bien sobre la silla,
Y della mejor si caigo.
Si en Zucudovér toreo ,
Me llaman el secretario
De los toros, porque apenas
Llegan cuando los despacho.
Conozco bien de pinturas,
llago comedias á pasto,
Y como todos también
Llamo á los versos trabajos.
No soy nada caballero
De ciudad , soy cortesano ,
Y naci bien entendido
Aunque nací niayniazgo.
Pues mi talle no es muy lerdo.
Soy delgado sin ser llaco ,
Soy muy ancho de cimura ,
Y de hombros también soy ancho.
Los pies asi me los ipiiero.
Piernas asi me las lr;iÍLo,
Con su punta de lo airoso,
Y su encaje de eslebado.
Yo me alabo, perdonad.
Que esto importa para el caso.
Y no he de hallar ipiien me alabe
En un campo despoblado.
En lin , disrrelo, valiente.
Galán, airoso, bizarro,
Dieslro, miisico, poeta,
Ginete, toreador, franco;
Y sobre lodo, tenieinlo
De renta seis ii.il lineados,
Qi'enoes MH,,'.,-.. lenta
Paraesi- . ;
Salgo a i;;i i- . e:i
Estas gr,ir,,i- <■<■. .;i, I. i i/os,
Que nunca pense i.nr Dins
Venderme yo tan barato;
Y hallo que con vuestra hija
We distes por liebre gato.
do:» a?¡tomo.
Advertid , que sois un necio.
DOM LCCAS.
¿No me oiréis?
nos ANTOXIO.
No he de escucharos,
Mataros era más justo.
no^( LiJCAS.
Señor mió, no lo haí;inios
Peiiilpnci;i; escuchad ahora,
Y vamos al cuento.
D0:«AM0M0.
Vanius.
BOR tUCAS.
Lo primero envié i decir,
Que saliese con cuidudo
De Mailrid , y se pu>ifso
Una mascará al recito.
Y ella Sf puso por una
Media mascarilla, tanto.
Que se le vio media cara
Desde la nariz abajo.
Lo secundo os supliqué.
Que lio vinierais , enviando
De que á l^aliel adniilia
Un recilii) ante esciibano.
Y os venisteis no saliieiiilo
Que yo he de vestiinic llar.o.
Pues' la tela de niuier
No lia menester suegro al canto.
I.o tercero, luego al punto
Que me vio. se fué de labios,
Y me dijo mil reqiiiebnis
Por mil rodeos exlraiios.
Y una mnjer , cuando es propia
Ha de and.ir camino llano ,
Que no ha de serliablailor
ti amor que ha de ser casto.
Mas. ar;<uyó con mi primo.
Daca el trato , toma el trato ,
Con que se le echa de ver
Que es tratante á treinta pasos.
Luego le dijo y le daba ,
Sin haberla nunca hablado,
Los requiebros en mi nombre,
Y en causa propia la mano.
Mas un don Luis se ha venido
Amante zorrero al lado
Por vuestra señora hija ,
Muy modesto, aunque muy falso.
Y en lllescas esta noche
Hallé i mi primo encerrado
En la sala de Isabel ,
Y hoy, que á examinarle apuardo ,
Pren'unto , ¿qué fué la causa
De haber aiioclie violado
El que ella llamaba templo,
Y vos nombrareis sagrado?
Y dijume , que alli oculto
Estuvo , por ver si acaso
Dun Luis hablarla intentara.
Para que su acero airailo
Feriara á venganzas nobles
Aquellos celos villanos.
DO^r AJiTOMO.
¿Y hablo con don Luis?
DON LCCAS.
No habló ;
Pero es caso temerario ,
Que haya de andar un marido
Si la ha hablado ó no la ha hablado.
¿Por una mujer, y prnpia ,
He de andar no vaci lamió,
Pudicndu por mi pi'isoiia
Tener mujeres á pasto?
Ella, en lili, no es para mi;
MujiT (lue Si- haya criado
En loledo es !oque<iuiero,
Y aunque naciese eu mi barrio.
EMliE BOBOS ANUA EL JUEGO.
Mnjer criada en Madrid ,
Para mi. propia, descarto.
Oue son de revés las unas,
Y las (liras son de Tajo.
V. en electo, don Antonio,
Sjlo vengo á suplicaros
Que os volváis a vuestra hija
\ vuestra Calle de Francos.
No he de rasarme con ella
Aunque me hicieran pedazos:
Sn!os eslamns los dos ,
N:idie nos ove en el campo.
Volveos á misa Isrdiel
A Madrid, sin enojaros,
(,lue esto es entre padres y hijos.
Que es algo mas que enire hermanos.
Y en lleí;ando las sospechas
A andar tan cerca del cáseo.
En siendo los suegros turbios
Han de ser los yernos claros.
DOX AMONIO.
Por cierto, señor don Lúeas,
O'ie un poco antes de escuciiaros
Os tuve por m.ijadero;
Pero no os tuve por lanto.
¿Sabéis con quién habláis?
DON LCCAS.
SI;
Oadine mi caria de pago,
Y llevaos a vuestra hija.
DON ANTONIO.
Ton ella habéis de casaros
O OS tengo de dar la miierlc.
, t}iié dirán de mi honra cuántos
Uigan que á casar se vino?
DON LCCAS.
¿Y qué dirin los criados
Que han sabido que ilon Luis
La anda siguiendo los pasos?
DON ANTONIO.
Don Luis camina á Toledo.
DON LUCAS.
¿Pues cómo va (an de espacio,
Yendo Isabel en litera
Y él en muía?
DON ANTONIO.
¿No está claro
Que es por llevar compañia,
Y no ir solo?
DON l.liCAS.
Ese es el ra^o,
Que por no irsnlo á Toledo
Quiere ir acompañado.
DON ANTONIO.
¿No decis que vuestro primo
Se encerró anoche en el cuarto
Oe mi bija?
DON LLCAS.
Asi lo digo,
Y él asi meló ha contado,
Para ver mejor si hablaba
Con él.
DON AMONIO.
Pues desengañaos,
Y logre esta diligencia
Quietudes á vueslro engaño.
¿Si no es cómplice en su amor.
Por qué queréis indignado
Pagarla en viles castigos
Cuanto debéis en albagos?
Don Luis está ya en Toledo,
Porque ya se ha adelantado,
Y vü quedo con la queja
Y vos con el desengaño.
Templaos, don Lúeas, prudente,
Que, Vive Dins, (|ue me espanto,
Que no tengáis entre esotras
La falta de ser conliado.
DON IXCAS.
¿Cómo no? si tengo tal,
C'iie no soy tan mentecato,
One 11(1 sepa (|ue merezco
M;is i|ue el esio y otro tanto;
Pero dieenie mi primo.
Que es un poco mas cursado
Que las mujeres escogen
Lo peor.
DON ANTONIO.
Pues ciinsol:ios.
Que no no leñéis mal partido
Si es verdadero el adagio.
DON LUCAS.
Ahora , señor don Antonio,
Vuelvo á decir (pie estoy llano
A casar con vuestra hija,
Va yo estoy desen,"añado ;
Pero si acaso don Luis,
Amaine dos veces zaino.
Vuelve á hacerse encontradizo
Con nosotros , no me caso.
DON ANTONIO.
Pues yo admito este partido.
DON LICAS.
Yo vuestro precepto abrazo.
DON LCCAS.
Vamos.
Así , don Antonio , aviso ,
Que si hubiere algún engaño
En el amor de d(jii Luis,
Que si él entra por un lado
A medias, como sucede
Con oíros más estirados ,
Me habéis de volver al punto
Cuanlo \o hubiera gastado
En muías, coche, litera.
Castos de camino y carros ,
Que no es justicia ni es bien,
Cuando yo me quedo en blanco ,
Oue seamos él y yo ,
Él del gusto y yo del gasto.
DON ANTONIO.
Dios os haga más discreto.
DON LUCAS.
No haga más, que ya ha liecho harto.
(Vúnse.)
{Dentro ruido de cascabeles t/ campa-
nillas, u representan todo lo que se
sigue dentro.)
CAMINANTE 1." {Dentro.)
Arre rucia de un puto, arre beata.
CAMINANTE 2." {Dentro.)
Dale, dale, Perico, á la reata.
CAMINANTE 1.°. {Dcntro.)
Oiga la parda , como se alropella.
CAMINANTE 2.° {DCUtrO.)
Arre muía de aiiuel , hijo de aquella.
cabklleua. {Dentro.)
Va una carrera , cocherillo ingrato.
caminante i." {Dentro.)
¿Qué hace que no se apea y corre un
CARELLEPA. {Dentro.) [rato?
¿A dónde va el patán en el matado?
caminante L" (Dentro.)
A buscar voy á tu mujer, menguado.
cahellera. (Dentro.)
Dígame, ¿si va á vella.
Cómo va tan espacio?
CAMINANTE 1.° {Dentro.)
Tal es ella.
32 COMEDIAS
DON AtrroNio. {Dentro.)
¿Y él no deja á sus hijos con el cura?
OTRO CAMItANTE. (DtntrO.)
Para, que aquí hay moiilon.
CAnELLERA. (Detitro.)
¿Pues qué hay?
TODOS.
Basura.
MÚSICA. {Dentro.)
ffr.zuelai de la Corte, todo es caminar,
Vnas van á Huete y otrat á Alcalá.
CADELLERA. (DíFl/rO.)
Para, cochero, el coche se ha volcado.
CAMÍNAME 1.° (Dentro.)
El ciblcon del coche se ha quebrado.
CAMINANTE 2." {Dentro)
Pues. ¿qué ¡mporla?
A.NDREA. {Dentro.)
¡Qué lindo desahago!
noÑA ALFONSA. (Oentro.)
|S,iqucnint' .i mi primero, que me aho-
CA[iEi.LERA. {Dentro.) ii"'-
Paren esa litera.
COCHERO. {Dentro.)
Para , para.
ANDREA. (Dentro.)
Quebróse la redoma de la cara.
Sale DOSa ISABEL t ANDREA.
ANDREA.
En hora mala sea.
DOÑA ISABEL. [drea:
Don Pedro saca á doña Alfonsa , Aii-
¿Qué espero? ya su amor se ba decla-
ANDREA. [rado.
¿Si la dará olro mal como el pasado?
DO.ÑA ISABEL.
¿Cómo mis iras se hallan más templa-
ANDREA. [das?
Previniéndola están dos almohadas.
En tanto que aderezan una rueda.
DOÑA ISABEL.
¿Queda mis que saber?
ANDREA.
Aun más te queda-
DOÑA ISABEL.
Ya doú» Alfonsa en ella se ha sentado.
ANDREA.
Pon Pedro en la litera te ha buscado,
V como no te halla yo recelo
Que te viene á buscar.
DOÑA ISABEL.
Salen DON PEOno t CABELLERA.
DON l'EDRO.
Oye, detente.
No quieras...
DOÑA ISABEL.
Déj.mie.
DON PEDRO.
Tan impaciente
Malograr mi verdad.
Duna ISABEL.
No hay quien la crea.
DON PEliRO.
Ruégala que me escuche, amiga An-
Aboua la mi fe. [drea.
ESCOGIDAS DE DON FRANCISCO DE ROJAS,
DONA ISABEL.
Nada te abona.
DON PEDRO.
iras y pasos deten.
DOÑA ISABEL.
Cruel, diestro engañador.
Que amagas con el amor
Para herir con el desden :
¿Quién es tan ingrato, quiénf
¿Quién fué tan desconocido,
Que para haber conseguido
IJna tan fácil victoria
Resucite una memoria
Con la muerte de un olvido?
Y pues tus engaños veo.
Delincuente el más atroz ,
¿Para qué hiciste álu voz
Cómplice de tu deseo
Si sabes que no le creo.
Si conoces mi razón?
¿Porqué quiso tu pasión
(Viendo que es mayor agravio)
Hacer delincuente al labio
De loque erró el corazón?
Y ya que tan falso eras,
Yya(|ueno me querías,
Di , ¿para qué me lingias?
¿Pidüleyo que me quieras?
Tu amor hicieras, y fueras
Poco fino; sólo un daño
Sintiera mi desengaño;
Mas tal mis ansias me ven
Que mucho más que el desden
Vengo á sentir el engaño.
No me hables, y mis enojos
Menos airados verás.
Que se irritan mucho más
Mis oidos que mis ojos ;
Quiero vencer los despojos
De mi amor, si te oigo á veces ,
Y tanto al verte mereces.
Que aunque has Ungido primero,
Sólo miru que le quiero,
Y no oigo que me aborreces.
Más vele, que he de argüir,
Cuando me quiera lemplar.
Que á mi no me puede amar
Quien á otra sabe fingir;
Ya yo te he llegado á oir.
Que á lu prima has de querer,
Y aquel que llegare á ser
En mi amor el preferido
Aun no ha de decir Ungido
Que procura otra mujer.
A Alfonsa dices que nuieres,
A mi dices que me acoras.
Por una, fingiendo, lloras,
Y por otra , amando, mueres;
¿ Pues cómo, si no prefieres
Tu voluntad declarada.
Creerá mi pasión errada ,
Cuando es la tuya fingida.
Que soy yo la preferida
Y es Alfonsa la olvidada?
Pues témplese este accidente,
Que no es justicia que acuda
A una tan difícil duda
Un amor tan evidente;
Porque es muy fácil que Intente,
Menos airado y más sabio ,
Siendo tan grande el agravio
A vista de mis enojos.
Dar lágriiiias á mis ojos
Que evidencias a tu labio.
Quiere, adora á Alfonsa bella ,
Y sea yo la olvidada.
Porque ya estoy bien hallada
Con lu olvido y con mi estrella ,
Yo soy la infelice, y ella
Quien le merece mejor,
Y pues luve yo el error
De haberle querido, es bien
Que pague con el desden
Lo que erré con el amor.
Y vele ahora de aqui ,
Porque no es justicia , no,
Que tenga la culpa yo
Y te dé la queja á ll.
DON PEDRO.
Hermosa luz por quien v(.
Alma por quien animé.
Deidad á quien adoré.
No hagas con ciega venganza
Que pague lu desconfianza
Lo que no ha errado mi fe.
Deja esa pasión que dura
En tus sentidos inquieta,
Y no seas tan discreta
Que no creas tu hermosura ;
Tú misma á ti te asegura.
Imagínate deidad,
Y creerás mi verdad,
lisa bien de tus recelos,
Y cria para estos celos
Por liijo a la vanidad.
A doña Alfonsa prefieres.
Bien como al lirio la rosa ,
¿Más qué importa ser hermosa
Si no presumes lo que eres?
Sé como esotras mujeres ,
Ten contigo más pasión,
Haz de ti satisfacción.
Sé divina más humana ,
Que á ll para ser más vana
Te sobra más perfección.
DO.ÑA ISABEL.
Esa prudente advertencia
Con que tu pasión me ayuda ,
Es buena para la duda ,
Mas no para la evidencia :
Ella dijo en mi presencia
Que tú en su cuarto has estado
Anoche, que la has hablado;
¿Pues cómo , si eslo es verdad,
Con toda mi vanidad
Sosegaré á mi cuidado?
¿Y cuándo eso fuera , di ,
Di , cuándo con ella estabas.
No teoi decir que amabas
A doña Alfonsa?
DON PEDRO.
Es asi.
DOÑA ISABEL.
¿TÚ no lo confiesas?
DON PEDRO.
Si;
Mas fingido mi amor fué.
DOÑA ISABEL.
¿Y cuándo te pregunté
A cuál de las dos (|ueri3s.
Por qué no me respondías?
DON PEDRO.
Oye por qué.
DOÑA ISABEL.
Di por qué.
DON PEDRO.
Porque es grosería errada.
Nunca al labio perniiliila ,
Despreciar la aborrecida
En presencia de la amada;
Bástela verse olvidada
Sin que oyese aquel desden ,
Bástela quererle bien
Sin que al ver desprecio tal
La venga á pagar tan mal
Porque me quiso tan bien
DOÑA ISADEL.
Puesgalan no quiero ahora
yue por no dejar corrida
A aquella de (juien se olvida .
No hace un guslo á la que a Jura ;
Vele.
DON PEDRO.
Escúchame, Señora,
Oue aurndezca, no le espante.
Ver que me ame tan consume;
Pero á li te he preferido.
DOÑA ISABF.L.
Pues si estás aprailecido.
Cerca estás de ser amaulc.
DON PEDRO.
Oye, Señora, y verás.
DOÑA ISA DEL.
No he de oírle.
DON PFDRO.
Aguarda, cs¡icra.
CABELLERA.
Don Luis abrió la litera ,
\ mira si en ella estás.
DO.X PEDRO.
¿Y ahora laniliien dirás
Que no le tiene aPicionT
UOÑA ISABEL.
Daré la satisfacción.
D0:« PEDRO.
Tampoco te he de creer.
DOÑA ISAIIEL.
I Quieres echarme á perdci'
Con los celos mi razón?
Pues no hadevalerte, nn.
Despreciarle pienso aqui.
DON PEDRO.
¿Yo he de escucharle?
DOÑA ISABEL.
Si.
Don Luis.
DON LDIS. {Dentro )
¿Quién me llama?
DOÑA ISABEL.
Yo.
ANDREA.
Él íiene acá , ya te oyó.
DOÑA ISABEL.
Escúndete entre esos ramos.
CABELLERA.
La satisfacción oigamos.
DOÑA ISABEL.
Yo he de quedar con recelos ,
Y tu has de quedar sin celos.
CABELLERA.
Ven, Señor, que llega.
DOH PEDRO.
Escóndense. ij tale ÜU.N LUIS.
DON LUIS.
Al cariño de tu voz.
No vengo, divina ingrata ,
Como otras veces solia,
A consagrar vida y alma :
A ser escarmiento vengo
De mi amor, á ser venganza
De tu desden , á ser duda
De mis propias esperanzas.
Fiera, al pa<^o que divina.
Cruel , al paso que blanda .
Que me n.alas con los celo-í,
Y con el desden me alhagas ;
Yo soy el que mereció
Sacrilicarse á tus llamas,
R.
EMüE BODOS ANDA EL JLEC.O
Si no ciega mariposa,
Atrevida salamandra.
Yo soy aquel que te quiso,
Y aquel soy á tiuien agravias.
El que como el girasol
Aspiró tus luces tardas.
El que anoche en tu aposento
Logró, nunca los lograra,
De tu labio más favores
Que tu quejas de mis ansias.
Y cuando a tan lino amor,
A tan lliigulas palabras.
Encubridora la noche
Secretamente mediaba ,
Cuando un si llegó a mi oido.
Llegó un premio á inl esperanza ,
Recójoine á mi aposento .
Y cuando pensé que estaba
Don Lucas denlro del suyo ,
Que á veces la voz engaña,
Oigo en oiro cuarto voces.
Tomo luz, busco la causa,
Y hallo (ay Dios!) que con don Pedro
Tu fe y mi lealtad agravias;
¿Para ésto me diste un si ?
iPara esto, dime , premiabas
Un amor que le he sufrido
Al riesgo de una esperanza?
No quiero ya tus favores ,
Logre don Pedro en tus aras
Las ofrendas por deseos ,
Que amante y fino consagra;
Bastan tres años de enigmas,
Tres años de dudas bastan,
Desengáñenme los ojos
Con ser ellos quien me engañai>;
Ya el si que me diste anoche
No le estimaré.
DON LlIS.
Ya no falta
Sino que también me niegues
Que me diste la palabra
Ue ser mi esposa ; si piensas
Que la he de admitir le eogañ
DOÑA ISABEL.
¿Yü te hablé anoche ?
,.Eso niegas?
DONA ISABEL.
Mira.,
¿Mis celos, qué aguardan?
Sólo vengo á despedirme
De mi amor: quédate, falsa ;
Tus voces ya no las creo.
Tu amor ya me desengaña :
A Madrid vuelvo corrido.
Vuélvase el alma á la patria :
Del desengaño hallé el pucí ¡'>-.
¿Quién navegó en la borrasca?
Bazon tengo , ya lo sabes ,
Celos tengo, tú los causas,
Y si dudosos obligan
Averiguados agravian.
DOÑA ISABEL.
Espera...
DON LUIS.
Voyme.
DON PEDRO.
¡Ab cruel!
DOÑA ISABEL.
Déjame, traidora.
Salen DON PEDRO v CADELLEilA.
DON PEDBO.
Pídeme celos ahora
De duna Alfonsa, Isabel;
Habla ¿qué le has suspendido?
No finjas leves enojos ,
Di que no han visto mis ojos ;
Di que está incapaz mi oido,
llesnelto a escucharle estoy ;
¿Qué puedes ya responder?
¿Con qué has de satisfacer
Mis celos?
DOÑA ISABEL.
Con ser quien soy.
DON PEDRO.
¿Pues cómo puedes negar
QneesluíisLe (gran lormenlo!)
Con don Luis en tu aposento?
Kespóndeme.
Con callar.
DON PEDRO.
Isabel ingrata, di,
(Fuego en lodas las mujeres)
¿Cómo niegas que le quieres?
DOÑA ISABEL.
Con decir que te amo a li.
DON PEuno.
¿No entró?
DOÑA ISABEL.
Acallarniesentenc'io,
Un bronce obstinado labras.
DON PEDRO.
¿No crees tú mis palabras,
Y he de creer tu silencio?
Fiera homicida del alma,
Malar con la voz inlenta
Marque embozó la tormenta
Con la quietud de la calma :
Ingrata la mas divina,
Divina más rigorosa.
Purpúrea á la vista rosa ,
Y al tacto cruel espina ,
Ya no podrá tu rigor
Peregrinar esla senda ,
Va me he qnilado la venda,
Y con vista no hay amor.
A dejarte me sentencia
Una verdad tan desnuda ,
Que al caminar por la duda
Encontró con la evidencia.
Ya no he de ser el que soy ,
Ya no quiere arrepentido
Sufrir a tu voz mi oido;
Ya le dejo, ya me voy.
DOÑA ISABEL.
Pues falso, aleve, infiel.
Ingrato, como enemigo,
¿Si estuve anoche contigo,
Cómo pude estar con él?
¿Cuándo habla de hablarle (ospc
Saber) cuándo yo quisiera?
Respóndeme.
DON PEDRO.
¿No pudiera
Haberte hablado primero?
DOÑA ISABEL.
No pudiera, y ese es
El indicio más impropio :
¿No sabes tú, que tu propio
Le visle salir después
De su aposento?
DON PEDRO.
Es asi.
DOñÍA ISADEL.
¿Luego el castigo mereces?
COMF.DIAS ESCOr.IDAS DE DON FRANCISCO DE ROJAS,
tlON PEDRO.
,,No pudo salir dos veces ?
DOÑA ISABEL.
Sí pudo salir; más di ,
, Cuando eslahas escondido,
Que JO le amaba no oíste 'í
DON PEDRO.
Si : pero también pudiste
Haberme va conocido.
DOÑA ISABEL.
Va que en esos celos das,
llinie, don Pedro, por Dios,
¿Puedo JO querer á dos?
DON PEDRO.
A don Luis quieres no más.
DOÑA ISABEL.
Y si eso pudiere ser.
Que no lo he de consentir,
, l'or qué babia de (inyir
i'.onl¡t;o?
nO> PEDRO.
Por ser mujer.
DOÑA ISABEL.
Til eres la luz de mi vida,
Sólo á ti le adoro yo.
DON PEDRO.
¿No lo haces de amante?
DOÑA ISABEL.
DOX PEDRO.
¿Pues de qué?
DOÑA ISABEL.
De agradecida:
Deja esa duda. Señor,
No te cueste un sentimiento,
Que no bay agradecimiento
A donde no hay flno amor.
DON PEDRO.
Las finezas son agravios.
DOÑA ISABEL.
Mi bien, templa esos enojos,
Y satista};an mis ojos
Lo que no aciertan mis labios.
UON PEDRO.
No be de creerle, cruel.
DOÑA ISABEL.
Advierte...
DON PEDRO.
No estoy en mí.
Salen DON LUCAS y DONA ALFON-
SA, cada uno por su puerta.
DOÑA ALFONSA.
Don Pedro, ¿qué hacéis aquí?
DON LUCAS.
¿Qué es esto, doña Isabel ?
CABELLERA. {Ap )
Cayeron en ratonera.
¿Qu
DON LLCAS.
el caso?
DOÑA ISABEL.
Señor, fue...
DON PEDRO.
Fué, Señor... {Ap. ¿(|ué le diré?)
DOÑA ISABEL.
lira estar quejosa...
DON PEDRO.
Era,
Ueñirme ahora también
Porque entré con el intento
Que te dije en su aposento
Esta nocüe.
DON I.LCtS.
Hizo muy bien.
DOÑA ISABEL.
( 1/). Esforcemos la salida .)
¿Y á vuestro amor corresponde.
Que entre otro que vos adonde
Yo estuviere recogida?
CABELLERA.
Ya desle rayo escapamos.
DOÑA ISABEL.
¿Vos dudáis, siendo quien soy?
.Nadie entra adonde yo estoy.
DON Ll'CAS.
Porqne no entre nadie andamos.
DOÑA ALFONSA.
Qué asi este engaño creyó?
Don Lúeas, advierte ahora ,
Que no entró.
DON LÚCVS.
Callad, Señora,
Yo sé si entró ó si no entió.
DOÑA ALFONSA.
Que creáis , me maravillo
l'ste cnnjo que liiigió;
Él la quiere.
DON LÍ'CAS.
Ya sé vo
Que la quiete don Luisillo;
Mas yu lü sabré atajar.
DOÑA ALFONSA.
No es sino...
DON LUCAS.
Callad , Señora.
Que os habéis hecho habladora.
DOÑA ALFONSA.
Mirad...
DON LtiCAS.
No quiero mirar.
Advierte , Señor , que es él.
DON LtiCAS.
Calla , hermana , no me enfades ,
Háijanse estas amistades :
Daiile un abrazo, Isabel.
DOÑA ISABEL.
No me lo habéis de mandar ,
Que ha dudado en mi opii:iun.
DON LtiCAS.
Digo que tenéis razón ,
Pero le habéis de abrazar.
DO.ÑA ISABEL.
Por VOS hago este reparo.
DON LtiCAS.
Sois muy honesta , Isabel.
DOÑA ISABEL.
¿Querrá él?
DON LliCAS.
Si (|uerrá él ,
¿No está claro?
DON PEDRO.
Ko está claro.
DON LtiCAS.
¿Cómo no? viven los cielos...
DON PEDRO.
Si aun no tengo satisfecha
Una evidente sospecha...
DON LliCAS.
¿Qué sospecha?
DON PEDRO. (Ap.)
De unos celos.
DOÑA ALFONSA.
¿No lo has entendido?
DON LECAS.
No;
¿Pues hay otra causa?
DOÑA ISABEL.
Si.
Que está doña Alfonsa aqui.
DON LliCAS.
¿V estoy en las Indias yo?
Habéis de darla un abrazo
Por mi ; acabemos por Dios.
DOÑA ISABEL.
Voy á dársele por vos.
CABELLERA. (Ap.)
Que te clavas beslionazo.
DOÑA ALFONSA.
Siendo ciertos mis recelos,
¿Cómo mis iras reprimo?
DON PEDRO.
Agradacedlo á mi primo.
{.ibrázanse.)
DOÑA ISABEL.
Agradécelo á mis celos.
DON LUCAS.
Esto me parece bien.
DOÑA ALFONSA.
Mira , hermano...
DON Ll'CAS.
Va es enfado;
¿Está el coche aderezado?
ANDREA.
Si, Señor.
DON LUCAS.
Isabel, ven.
DOÑA ALFONSA (.4;).)
niréle que me engañó
Luego que salga de aqui.
DON LtiCAS.
tEres su amiga?
DOÑA ISABEL.
Yo si.
DON LliCAS.
¿Y tú eres su amigo?
DON PEDRO.
Aun no.
ANDREA.
Hazlos amigos, ¿qué esperas?
DON LUCAS.
Vuelvan acá , ¿ dónde van?
CABELLERA.
néjalos, que ellos se harán
Más amigos que tú quieras.
{Vanse.)
Salen DON LUIS y CAimANZA.
¡Desaliñado lugar!
CARRANZA.
La primer pulga, se dice,
Que fue de aqui natural ;
Aqui han de parar el coche
Ylalilera.
DON LUIS.
Es verdad ,
Y aqui he de hablar á don Lúeas.
CARRANZA.
Yo pienso (jue llegan ya ,
¿Pero qué intentas decirle,
Si le hablas?
DON LUIS.
Tú lo sabris.
CAIIRAN7Jk.
¿Tienes celos de Isaliel?
DOM I.U1S.
lie llegado á imaginar
One si anoclie, como viste,
Haliló conmigo, será
Poiifr manchas en el sol,
Buscarla en su honestidad ;
Demás, que aquel aposento
En que la hallamos, está
Poco distante del otro,
Y se pudo acaso entrar
En él. oyendo la voz
De don Lúeas.
CARRANZA.
Es verdad.
Que él la sintió cuando tú
Laliablabus.
DON LUIS.
Tente, que ya
Llegan todos á la puente.
CARRANZA.
¿Qué intentas?
DON Ll'IS.
Tn has de llamar
A don Lúeas, y decirle.
Que un caballero, que está
Por huésped desle aposento
Dice que le quiere hablar.
carra:<za.
Voy á hacer lo que me ordenas.
DON LDIS.
Con silencio.
carranza.
Así será. ( Vcse
DON LDIS.
Sepa don Lúeas de mi
Mi amor, sepa la verd.id
De mi dolor, que no es bien ,
Donde tantas dudas hay,
Ocultar el accidente
Pudiendo sanar el mal.
Sale DON LUCAS.
DON LliCAS.
¿Está un caballero aqui
Que me quiere hablar?
DON LL'IS.
Si está.
DON LUCAS.
¿Vos sois ?
DON LUIS.
Si, señor don Lúcus.
DON LUCAS.
¿Todavía camináis?
¿Vais en muía ó en camello?
Porque desde ayer acá.
Cuando os presumo delante,
Os vengo á encontrar atrás.
¿Qué me queréis, cabillero.
Que un punto no me dejáis?
DON LUIS.
Quiero hablaros.
DON I.CCAS.
Yo no quiero
Que me habléis.
DON LUIS.
Esperad,
Que os importa á vos.
DON LUCAS.
¿A mí
Me importa? pues perdmiad.
Que con importarme a mi
Tanto, no os quiero escuchar.
E-NTRE BOBOS ANDA EL JlEf.O.
DON LUIS.
¿Y si loca á vuestro honor?
DON LUCAS.
A mi honor no toca tal.
Que yo sé más de mi honra,
Que VOS ni que cuantos hay.
DON LUIS.
,,Dos palabras no me oireist
DON HiCAS.
¿Dos palabras?
DON LUIS.
Dos no más.
DON LUCAS.
Como ñame digáis tres.
Lo admito.
DON LUIS.
Pues dos serán.
DON LUCAS.
Decidlas.
DON LUIS
Doña Isabel
Me quiere á mi solo.
DON LUCAS.
Zas;
Más habéis dicho de mil
En dos palabras no mas ;
Pero ya que se ha .soltado
Tan grande punto al hablar.
Deshaced toda la media ,
Y hablad más; ¿pero qué más?
DON LUIS.
Señor, yo miré á Isabel...
DON LUCAS.
Bien pudierais excusar
Haberla mirado.
DON LUIS.
El sol.
Cuando con luz celestial
Sale al Oriente divino
Dorando la tierra y mar.
Alumbra la más distante
Flor, qne en capillo fugaz
De la violencia del cierzo
Guarda las hojas de azar.
DON LtJCAS.
No os andéis conmigo en Dores;
Señor don Luis, acabad...
DON LUIS.
Digo que adoré sus rayos
Con amor tan pertinaz...
DON LtiCAS.
¿Pertinaz don Luis?¿(|nercis
Que me vaya ahora á echar
l'.n el pozo de Cabanas ,
Que en esta plazuela está?
DON LUIS.
Quísome Isabel, qne yo
Lo conoci en un mirar
Tan al descuido, qne era
: Cuidado de mi verdad,
I Que quien los ojos no entiende...
DON LUCAS.
Oculista ó Barrabás,
Q\¡v (le- Is;íIji'1 i'ii los ojos
ll;,ll:,~i(-l:in,r,Mn„-la;i,
IJccmI ,1 ' ii< [M-i-mió?
Y no me habléis tan pulido.
DON LUIS.
Premióme con no me hablar;
Pero en lllcseas anoche
Con ardicnle actividad
La solicité en su leclio,
.Salió á hablarme hasta el zaguán ,
Y en él me explicó la enigma
De toda su voluntad.
Dice que lia de ser mi esposa ,
Y que violentada va
A daros la mano á vos;
Pnes si esto l'uese verdad ,
¿Por qué dos almas queréis
He nn mismo cuerpo apartar?
Yo os tengo por entendido,
Y os quiero pedir...
DON LUCAS.
Callad,
Que para esta , y para estotra
Que me la habéis <le pagar.
DOÑA ALFONSA. (Dentro.)
¿Está mi hermano aqui dentro?
DON LUCAS.
A esta alcoba os retirad ,
Que quiero liablar á mi hermana.
DON LUIS.
Decidme, ¿en qué estado está
Mi libertad y mi vida?
DON LUCAS.
Idos , qne harto tiempo hay
Para hablar de vuestra vida
Y de vuestra libertad.
Sale DO.^A ALFONSA.
DOÑA ALFONSA.
lllermano !
DON LliCAS.
¿Qué hay, doña Alfonsa?
DOÑA AI.FONSA.
Yo vengo á hablaros.
DON LOCAS.
¡Haylal,
Oue dellos hablarme quieren !
Mas si yo me dejo hablar.
Hacen muy bien en hablarme,
Y hago en oirlos muy mal.
DOÑA ALFONSA.
¿Estamos solos?
DON LUCAS.
Si, hermana.
DOÑA ALFONSA.
DI, Señor, ¿le enojarás
De mis voces?
DON LliCAS.
iQué sé yo !
DOÑA ALFONSA.
¿Sabes, Señor...
DON LUCAS.
No sé tal.
DOÑA ALFONSA.
Que soy mujer...
DON LUCAS.
No lo sé.
DOÑA ALFONSA.
Yo, Señor...
DON LUCAS.
Araba ya:
Este don Luis, y esta hermana
Pienso que me han de acabar.
DOÑA ALFONSA.
Tengo amor...
DON LliCAS.
Ten norabuena.
DOÑA ALFONSA.
A don Pfdiü.
DON LLCAS.
Dieneslá.
DOÑA ALFONSA.
Pero él no me quiere á mi.
Porque , amante desleal ,
30 COMEDÍ,
A doña Isabel procura
Contra mi fe y tu amistad.
DON LUCAS.
Digo qne no he de creerlo.
DOÑA ALFOSA
Ya sabes que me da un mal
De corazón...
DON Ll'CAS.
SI,Sef)ora.
DOÑA ALFONSA.
j Y también te acordarás
Uue en lllescas me dióanoclic
Un mal destos?
DON LUCAS.
¿Pues que liav?
DOÑA A1.F0NSA.
Sabrás que el mal Iné fiiiyido
DON LICAS.
DOÑA ALFUNsA.
Importó disimular,
Porque don Fedro , traiíJor,
Juzgando que era verdad.
Dijo á Isabel mil ternezas;
Yo entonces quise estorbar
Su amor con mi indignación,
Y tan adelante está
Su amor, que aun en tu presencia
La requebró.
DON lOcaS.
Bueno eslá.
DO.ÑAALHiNSA.
Anoche estuvo con ella
En su aposento; y pues va
Lleiían mis celosa ser
Declarados, tii podrás
Tomar venganza en los dos ;
Solicita, pues , vengar
Esta traición que le ha hecho
Contra la fidelidad
Don Pedro.
DON LÚCAS.
¡Buena la hice!
;Más quién puede examinar
Si quiere á don Luis ó á Pedm?
Pero á entrambos los querrá.
Porque la tal Isabel
Tiene gran facilidad.
Más de lo que estoy corrrido
Más que de todo mi mal
Es , que riñendo por celos
Los hiciese yo abrazar;
Pero á cual de los dos quiere
Ahora he de averiguar;
Y si es don Pedro su amante,
Por vida desta, y no mas ,
Que he de tomar tal venganza ,
Que he de hacer castigo tal ,
Que dure toda la vida
Aunque vivan más que Adnii ,
Que darles muerte á los dus
Es venganza venial.
DOÑA ALFO^SA.
iPues qué intentas?
DON Ll'CAS.
¿Uon .\ntüniu?
DOÑA ALFONSA.
Sentado está en el zaguán.
D0.1 Ll'CAS.
¿Don Pedro'
DOÑA ALFONSA.
Ya entra don Pedro.
DON Ll'CAS.
¿Doña Isabel?
AS E.SCOGIDAS DE DON FRANCISCO DE ROJAS.
Saleu DON ANTONIO, DOSA ISABEL,
DO.N PEDRO , ANDREA T CABE-
LLERA.
DON ANTOfnO.
¿Queme mandas?
DOÑA ISABFL.
¿Qué me quieres?
DON PEDRO.
¿Qué me ordenas?
DON LIJCAS.
Esperad:
Cabellera , entra acá dentro.
CABELLERA.
Como ordenas entro ya.
DON Ll'CAS.
Cerrad la puerta.
CADELLtRA.
Ya cierro.
DO.N LlCAS.
Dadme la Ikive.
Tomad.
DON LlCAS.
DoD Luis, salid.
DON LUIS.
Ya yo salgo
DO.ÑA ISABEL.
Di, ¿qué intentas?
¿Qué será?
DON PEDRO.
¿A qué me llamas?
DON LUIS.
¿Qué es esto?
DOÑA ALFONSA.
¿Qué pretendes?
DON LICAS.
Escuchad :
El señor don Luis, que veis.
Me ha contado que es galán
De doña Isabel; y dice
Oue con ella ha de casar ,
Porque ella le dio palabra
En lllescas, y...
CABELLERA.
No hay tal ,
Que yo en lllescas anoche
Le vi á una puerta llamar,
Y con doña Alfonsa habló
Por Isabel : ¿No es verdad
Que tú la sentiste anoche?
¿Tú no saliste á buscar
l'n hombre con luz y espada?
Pues d fue.
DON LUIS.
¿Quién negará
Que tú saliste , y que yo
Me escondí? pero juzgad
Que yo hablé con Isabel,
No con Alfonsa.
DOÑA ALFONSA.
Aguardad ,
Vofui taque alli os hablé;
Pero yo os llegaba á hablar
Pensando que era don Pedro-
DON PEDRO. (Áp.)
Amor , albricias me dad.
DOÑA ISABEL.
I ^Lo entendiste?
I DON PEDRO.
I Si, Isabel.
DON LUCAS.
Esto está como ha de estar.
Ya está este galán á un lado.
Con esto me dejará:
Pues vamos al caso ahora.
Porque hay más que averiguar :
Doña Alfonsa me ba contado.
Que, traidor v desleal,
Queréis á Isabel.
DON PEDRO.
Señor...
DON LtjCAS.
Decidme en esto lo que hay :
Vos me dijisteis anoche
Que entrasteis sólo á cuidar
Por nii honor en su aposento;
Conque colegido está
Que de la parte de afuera
Le pudiérades mirar ;
Mas os ha escuchado Alfonsa
Ternisimo requebrar
Y satisfacerla amante.
DON ANTONIO.
Dou Lúeas , no lo creáis.
DON LiCAS.
Yo creeré lo (|ue quisiere.
Dejadme ahora y callad;
Mas, os hablasteis muy tiernos
En Torrejoncillo; más.
Cuando el coche se quebró
(Esto no podéis negar)
Tuvisteis un quebradero
De cabeza.
CABELLERA.
¡Hay tal pesar!
DOn LUCAS.
Mas, al llegar á Cabanas
(Esto fue sin más ni más)
La sacasteis en los brazos
De la litera al zaguán.
Más, desde tyer á estas ho'.as
Os miráis de "par apar.
Cantando en coro los dos
El tono del ay, ay ,ay;
Más, aqui os hicisteis señas,
Más, no lo pueden negar;
Pues muchos mases son estos.
Digan luego el otro más.
DOÑA ISABEL.
Padre, y Señor...
DON ANTONIO.
¿Qué respondes?
DOÑA ISABEL.
Don Pedro...
DON ANTONIO.
Remisa estás.
DOÑA ISACEL.
Es el que me dio la vida
En el rio.
DON PEDRO.
V el que ya
No puede ahora negarte
Una antigua voluntad:
Antes que tú la quisieras
La adoré, no es desleal
Quien no puede reprimir
Cu amor tan eficaz.
DON LUCAS.
Calla . primillo, que vive...
Pero no quiero jurar.
Que he de vengarme de ti.
DON PEDRO.
Estrena el cuchillo ya
En mi garganta.
DON LliCAS,
Eso lio ,
Yo no os tengo do matar :
Kso es lo que vos queréis.
DON PEDRO.
¿Pues qué intenl;is?
ASOBEA.
¿Quo querrá?
Entre bobos anda el jueyo.
DON ANTONIO.
¿(Jué haces?
DON LLCAS.
Ahora lo verás:
Vos sois, don Pedro , muy pobre,
Y á no ser porque en mí halláis
El arrimo de pariente,
Perecierais.
DON rF.DRO.
Es verdad.
DON LliCAS.
Doña Isabel es muy pobre ,
Por ser hermosa no más
Yo me casaba con ella;
Pero no tiene un real
De dote.
DON ANTONIO.
Pues dadla la mauo al punto,
EMHE ÜOBOS ANDA EL JUEGO.
Que en esto me he de vengar;
Ella muy pobre, vos pobre.
No tendréis hora de paz.
El amor se acaba luego ,
Nunca la necesidad;
Hoy con el pan de la boda
No buscaréis otro pan.
De mí os vengáis esta noche ;
Y mañana á más lardar.
Cuando almuercen un requiebro ,
Y en la mesa , en ve?, de pan ,
Pongan una fe al comer ,
Y una constancia al cenar,
Y en vez de galas se pongan
Un buen amor de Milán,
Una tela de «mi vida,»
Aforrada en «me querrás:»
Echarán de ver los dos.
Cual se ha vengado de cuál.
D0NPEDHO.
Señor...
DON LtJCAS.
Ello has de casarte.
CABELLERA.
Cruel castigo le das.
DON LLCAS.
Entre bobos anda el juego-
Prestóme lo pagarán,
DON PEDRO.
(Ap. Hacerme de rogar quiero.)
Señor...
CABELLERA.
La mano la da,
No se arrepienta.
DON PEDRO.
Esta es
Mi mano.
(Dante las manos.)
DO.ÑA ISABEL.
El alma será
Quien solo ajuste este lazo.
DON LUCAS.
Don Luis , si os queréis casar.
Mi hermana está aquí de nones,
Y haréis los dos lindo par.
DON LUIS.
En Toledo nos veremos.
DON LtJCAS.
Irémedél si allá vais.
CABELLERA.
Y don Francisco de Rojas
A tan gran comunidad
Pide el perdón, con que siempre
Le favorecéis y honráis.
PROGNE Y FILOMENA.
PROGNE.
FILOMENA.
PASURON, tu padre.
I REY TEREO.
I HIPÓLITO.
I LIBIA, criada.
PERSONAS.
JUANETE, /aíffyo primero. I Al'RELIO , fiejo. golie
CHILINDRON, lacai/o se-\ nadar de Tracia.
giinda. \
JORNADA PRIMERA.
So/eFIL011ENA/;ora;ií/o v IIU'ULITO.
HIPÓLITO.
Deja el llanto . Filomena ,
Oue si es alivio , es ri^or
t>ue por templar un dolor
Me causes á mi una pena.
Los ojos tuyos serena,
No los quiera tu piedad
Aplaudir con vanidad
De cielos en tus desvelos,
Que liara ver que son cielos
Lessohra la tempestad.
No bien destilado exbales
Aljófar de más valor:
Si el llanto es señal de amor.
No dernmes las señales ;
Comunícame tus males.
Sea el dolor repartido,
Al paso (pje fué sentido;
Y si con l'uegn veloz
Hiere tu penaá mi voz,
Hier.'< tu voz i mi oído.
Cuando a los ojos prefieres
Tanto dolor reprimido,
¿Lloras porque me lias querido ,
O lloras porque me quieres?
Que es condición de mujeres
No ser constantes infiero ,
Yo, pues que á tus rayos muero.
Una pregunto y mil veces,
;. Lloras porque me aborreces,
O por qué?
FILOMENA.
Porque te quiero;
¿Cómo, di, puedes dudar
¿Lo que en mi lle^'as .i ver?
¿Quién llora de aborrecer,
Y quién no llora de amar ?
Tu sospecha he de culpar ,
Y que propongas me espanto
Tanta duda , dolor tanln
En quien llora y quien suspira ;
Porque el oidoar{;nye ira,
Y el amor supone llanto.
HIPÓLITO.
Aunquecrecrte <'S preciso ,
Por lo que arguyendo estás.
Suele aborrecerse más
Aquello que antes se quiso;
Sirva de ejemplo ó de avisa
Lo contrario, pues he hallado
Iiel amar disciplinado.
Que sueleser más querido
Aquel que antes fue admitido
Que aquel que sólo fue amado.
No creas tan grave error.
Que no se aposenta , siento ,
liien el aborrecimiento
A donde vivió el amor.
Si iun es la ceniza actor,
Si aquel fuego es inmortal ,
No admitas ejemplo tal
A una llama repetida.
Porque es amor una herida
Que siempre deja señal.
HIPÓLITO.
Filomena, envia ahora
Con equivoco arrebol ,
Supuesto que tú eres sol ,
El llanto para la aurora ;
Diine,¿qué tienes. Señora?
No entenderás mis enojos.
Que son en estos despojos
Tan honestos mis agravios.
Que al decirlos por los labios
Se han de salir por los ojos.
HIPÓLITO.
Ciego es mi amor , mas no tanto
Que se pasase á ser rudo ;
Yo las enliendo, :iuiiqiie es mudo,
Las señas que hace tu llanto;
Habla, explícame esle encanto.
FILOMENA.
Allá voy con mi tormento.
HIPÓLITO.
No en llamas salga violento ,
Que se huirá por ser veloz.
FILOMENA.
No me atiendas á la voz ,
Atiéndeme al sentimiento.
Ue aquel infelice dia,
(Ya presumo que te acuerdas.
Si no es que con tus cuidados
Tu memoria se divierta)
En que por embajador
Llegaste á esle reino, Atenas,
A donde Pandron , mi padre ,
Bien obedecí lo reina.
Por tu hermano el rey de Tracia
Con mi padre hiciste treguas,
Y cuando con él la paz.
Conmigo alteraste guerra.
Fui-ioii también los coiicierlns
(¡Qué presto el mal se concierta!)
Que tu hermano se casase
O con Pro^'ne ó Filoini-na ;
Mi herm.iiia Progne lo admile.
Yo me rindo á la obediencia.
Mí padre lo determina ,
Tú, Hipólito, lo deseas.
Enviaste, pues, dos retratos
Ue las dos, porque eligiera
El rey Teréo , tu hermano.
Una de las dos bellezas.
(Belleza dije ala mía.
Suple esta alabanza necia.
Que pues soy tan desdichada.
No debo de ser muy fea )
Eligió tu hermano, el Rey
A mi hermana, y porijue'lenga
Su amor un premio debido.
El reino una conveniencia ,
Porque le cases te envia
Poder con su lirma regia,
Y tú por él te casaste
Con Progne, mi hermana bella.
Yo, viendo salir mi afecto
De la cárcel de la idea ,
Dando soltura á mis ojos.
Los grillos quité a la lengua;
Y viendo, que ya mi hermana
De tu hermano es dulce preuda.
Lo que calló tu lealtad ,
Dijo decir tu terneza.
Ilablábasme con suspiros.
Que son retórica nueva
Que en la clase del amor
lia inventado la modestia.
Nos mirábamos los dos,
(¡Oh quién pintarlo supiera '.)
Yo el de.'-cuido en el cuidado ,
Tú cobarde en la fineza;
Yo culpándote remiso.
Tú lemiéi:dome soberbia;
Yo inienlando que me hablaras,
I Tú intentando que le oyera:
Por más señas que unavez ,
Si no bastan estas señas,
Al ir á decir tu amor
I Con temerosas finezas,
O al manifestar tu incendio,
I Viéndome hablanesevera,
I Lo que iba á salir en voz
' Se te congeló en vergüenza.
Siempre temen los amantes,
Pues de colores diversas
En las vistas del amor
Toma el semblante librea.
Fingimos conversación
De diferentes materias
(Disfraz (jue toma el deseo
Para ganarla modestia).
Decíamos nuestro amor
(;oii equívocas sentencias.
Yo con fuego, y con tn liit-lo
Templábamos nuestras quejas;
Aunque tal vez temeros;! ,
1 hielo
Pienso que no la nndíeías.
Y en un jardin una larde ,
Donde tus lágrimas eran ,
Si de tu amor bien lloradas,
De mi dolor satisfechas;
Apacible con tu ruego,
Cariñosa con lu queja.
Creyéndole como hermosa ,
Oyéndote como tierna .
Viéndote activo en la llama ,
Solicito en la empresa ,
W COMtUl,
Llegando, al verme remisa,
La ijoclie por meilianera ,
Al arrullo de tu voz,
<:omo si muy niño fuera ,
Uormido quedo mi lionor
Y mi esperanza despierta.
Ni aun llores fueron lestigos,
Poniue la rosa doncella
Se escondió en verde capullo ,
Y de prudente ú de honesta ;
Arrugóse en su botón
La vergonzosa azucena ,
Y á competir nuestros lazos
Se asomó la verde liiedra.
A este tiempo { ;0h qué nial tiempo !.
Mi padre anciano concierta ,
Puesto que Progne, mi hermana.
Es del Rey, tu hermano, prenda ,
Que Jacoho, hijo del rey
De Alhania , mi esposo sea ;
Y hoy también llegó un aviso
(,)ue hoy llega tu hermano á Atenas,
Y que se ha de partir hoy
También con mi hermana bella,
Porque de su brevedad
Pretende hacer su lineza.
Mira ahora , dueño mió ,
Si será razón que sienta
(Aunque sentir las desdichas
Suele ser consuelo dellas),
Que el Rey mi mano le pida,
(jue declararle no pueda
A mi padrenuestro amor;
Y, en lin , que tu hermano venga,
Y que hoy se vaya tu hermano
A su reino , donde es fuerza ,
Pues sólo á que venga aguardas.
Que á su patria con él vuelvas.
Casarme yo no es posible ,
Pues aunque yo lo quisiera ,
Tu amor, mi honor , tu palabra.
Es fuerza que lo dehendan ;
Irte, también es matarme,
Hipólito , pues me dejas
El alma en el sentiniiento,
Y elsentimienlo en la pena.
Pues quedarle en este reino ,
Aunque es paga , es imprudencia ,
Pues viene á ser añadir
Un indicio á una sospecha ;
De suerte , que ya me quedo ,
Si con lu hermano te ausentas ,
Sin ti para mi dolor.
Sin mi para mi nobleza.
Con mi padre para el llanto.
Para mi error con mi ofensa,
Sin mi honor para mi fama,
Y sin ti para mi queja.
Mas yo no extraño estos riesgos.
Aunque tan airados vengan.
Que asi como vi la calma
Adiviné la tormenta ;
Y viendo tardar los males
Me dije un dia á mi mesnia :
¿ De cuándo acá las desdichas
Vienen con tanta pereza?
No los socorros de amante
Te pido, porque se yerran.
Como anciano en las desdichas
Algún medio me aconseja ;
Cuerdo eres y yo infeliz ,
Estos dos exiremos mezcla ;
Valiente eres y yo amante.
Estas calidades templa ;
Un riesgo sane otro riesgo ,
Un mal uiro mal divierta ;
La sangrienta herida pide
Medicina más sangrienta ;
Búsquese grande remedio
Donde hay tan grande dolencia ,
Y lo que escribió el error
Sepa corregir la enmie-ida ,
\S ESCOGIDAS DE DON FRANCISCO
Que yo obediente y amante ,
A tus preceptos dispuesta,
O me templaré prudente ,
Ote seguiré resuella ,
Porque debas á mi amor
La ultima conveniencia.
Pues para enseñarle el riesgo
Hoy se ha quitado la venda.
HIPÓLITO.
Suspende el rigor mortal
Y las lagrimas también ,
Y escucha dispuesto en bien
Al que tú llorasen mal.
ritoME:»*.
Pues, ¿qué remedio se espera
Cuando el riesgo viendo esLs?
;,i;ómo lo remediarás?
Prosigue.
HlfÓLITO.
Desta manera:
Este es el medio mejor,
Y el que estos daños allana :
Supuesto que tú y tu hermana
Os tenéis tan grande amor ,
O por sangre ó por estrella ,
Y este riesgo viendo estás,
A tu padre le dirás
Que no te has de hallar sin ella.
Y porque este intento así
Fácilmente se consiga.
Progne á tu padre le diga.
Que DO se ha de hallar sin ti;
Tú se lo avisas primero,
Y con amorosos lazos
Tal llanto finge en sus brazos
Que parezca verdadero ;
Pues las mujeres tenéis
Dos llantos con que vivis ,
Kl usado si Ungís,
Pero el tardo, si queréis;
Que te has de ir por su aticion
Con ella , di desde luego ,
Y finge de modo el ruego
Que pase a resolución.
Que ella ha de admitirlo sé.
Con que estos riesgos allano ,
Progne seguirá á mi hermano ,
Y yo siguiéndole iré;
Divertirás tu cuidado
Siendo en tan feliz jornada.
Progne de tí acompañada ,
Tú amor de mi bien pagado;
Y puesto que en ardid tal
Esta ventura logremos ,
Ya que no le remediemos
.\largarémos el mal.
Salen JUANETE t CHILINDrON.
JUANETE.
Albricias pedirte quiero.
CniLIMORON.
Albricias vengo á alcanzar.
JUA.VETE.
Vuesarced lo ha de contar.
CMILINDRON.
(Ap. ¡Qué haya venido primero!)
De(iuevi...
JUANETE.
Desembarcar...
cniLi>Dno.'v.
Déjeme hablar el bufón.
JUANETE.
Tiene muy grande razón,
Vuesarced lo ha de contar.
CHILI.MlRON.
iQue desle modo me inquiete!
JUANETE.
iOué tenga yo esta pensión!
FILOMFNA.
Dilo, acaba, Chilindron.
HIPÓLITO.
Acaba, dilo. Juanete.
CHM.INDRO:».
Con cien naves corrió el mar...
JUANETE.
No son sino ciento y dos.
ClllLINOnON.
Si no callas, vive Dios...
JUANETE.
Vuesarced lo ha de contar.
¿Aun duran vuestros enojos?
Acabad, y sepa yo...
CHILINDRON.
El Rey, tu hermano, llegó.
JUANETE.
Vo lo vi por estos ojos.
CHILINDRON.
No ha vislo tal.
JUANETE.
Pues no sea.
CHILINDRON.
Pues á Otra vez que me impida...
JUANETE.
No veré en toda mi vida ,
Si no quiere usted que vea.
CHILINDRON.
Ya ha desembarcado.
JUANETE.
¿Y cómo?
CHILINDRON.
Ya está en Atenas , en fin ,
Ya le hace salva el clarín,
Y ya le celebra el plomo.
HIPÓLITO.
Pues á recibirle voy;
Adiós, bella Filomena.
FILOMENA.
Él te guarde. ¡Oh grave pena !
Mi muerte sintiendo estoy.
Chilindron, Juanete, hola.
Seguidme los dos aqui.
CHILINDRON.
Él ha de venir tras mi.
JUANETE.
Y aun le llevaré la cola.
CHILINDRON.
Que á este quiero mal , inBero
Por mi natural tamhien.
JUANETE.
;Qué quiera yo á este hombre bien.
Sin saber por qué lo quiero!
{Vaiise.)
Sale PROGNE, con una daga,
asombrada.
PROGNE.
Malaréte, vive el cielo;
Muere, cobarde, traidor,
Desta manera tu error...
FILOMENA.
¡Hermana!
PROGNE.
¡Toda soy hielo!
Este acero rigoroso
Esta afrenta ha de vengar.
(Anda por el labiado sin responder.)
FILOMENA.
Dime, já quién quieres malarí
PBOOE.
Al rey Teréo, mi esposo.
FILOHEMA.
Tente , Progne, ¿estás en lí?
¿Quién tal fantasía vio?
PROGME.
¿No estabas herida?
FILOMERA.
No.
PROGNE.
¿Luego ha sido enguño?
FILOÍE.NA.
Si.
PROGNE.
Ilusión pesada Tué ;
Vengar quiero á Filomena.
FILOMENA.
Templa, Señora, esa pena;
¿(jué es esto, hermana?
PROGNE.
No sé.
FILOMENA.
A determinar no acierto.
Qué es lo que te lia suspendiilo.
PROf.NE.
Tengo un desvelo dormido,
Y tengo un sueño despierto.
Tna injuria y una afrenta
Tuja lloro temerosa.
La una muy amorosa ,
Y la otra muy sangrienta.
En ti soñaba mi honor,
Pur(]ue es mi amor muy celoso,
Y vi en sueños que mi esposo
Violó el templo de tu lionor ;
Y para mayor tormento
En mi idea transformada,
Miré tu imagen borrada
Con sangre del sentimiento.
Pues para causarme enojos
Este mal qu« temo y creo ,
Entre los ojos lo veo
Sin mir;irlo con los ojos;
Pero cuando yo quería
Vengar tan grave impiedad ,
Pensé que iba á la verdad,
Y baíleme eo la fantasía.
FILOMENA.
No en lastimosas querellas
Te entregues toda al sentir ,
Y deja lo porvenir.
Progne, para las estrellas;
No tus dudas y recelos
Ocasionen tus enojos,
¿Cómo han de saber los ojos
Lo que aun no saben los cielos 'i
No culpes mi indignación
Cuando yu te lloro , pues
Para las desdichas es
Astrólogo el corazón;
Y que hay riesgo le aseguro.
En lo que ves aparente.
Los ojos ven lo preseule ,
Y el corazón lo futuro.
FILOUENA.
Pues sólo saber quisiera,
Porque tu discurso alabe ,
i Cómo el corazón lo sabe ,
Y ellos no?
PROGNE.
Oesta manera:
El ciclo , que se desvela
En esta Union dividida,
A este fuerte de la vida
PROGNE Y FILOMENA.
I.e puso por centinela ;
Los latidos con que hablando
.Nuestros sucesos predice ,
Son señales con que dice
Al cuerpo que está velando.
Pues cuando eii sueños mortales
Nuestro descuido se inclina.
El corazón examina
La campaña de los males ;
Luego que algún riesgo hnya,
¡Cómo ha de venir derecho
\ la muralla del pecho
Si es el pecho su atalaya?
Aunque en tardo paso intente
El riesgo disimular.
Apenas comienza á obrar
Cuando el corazón lo sieute ;
No lo ve , mas para hacer
Kineza en el asistir ,
Él se lo avisa al sentir
Si él lo subsistuye al ver.
Pues si para declararlo
Por más evidente inliero
Que entra el sentirlo primero
V después entra el mirarlo ;
Luego en los males y enojos
Tiene más jurisdicción
La saña del corazón
Que el indicio de los ojos.
Olvidad acero airado.
Porque el verle me ha ofeudido,
( Vale á quitar el acero , y córtase
la mano.)
O JO le arrojo.
PROGNE.
¿Qué ha sido,
Filomena?
FILOMENA.
Me he cortado;
Pero no importa, no es nada.
PROGNE.
¿Pues cómo el herirte fué?
FILOMENA.
Por 11 , hermana , me corté.
PROGNE.
Primero á mi me matara;
Porque aunque no hay riesgo, aquí
Mi amor , hermana , sintió ,
i.iue siendo la causa yo
Te salga la sangre a ti.
FILOMENA.
Tu amor es la recompensa ,
Y mi lealtad la disculpa,
No será por ti la culpa
Si por ti fuere la ofensa ;
i;n lienzo disfrazara (Dale un lienzo.)
Este ardor de mi pasión.
{Clarines.)
PROGNE.
Estas las señales son
Que mi esposo ha entrado ya.
FILOMENA.
Que te llegue á merecer
Piadosa al cielo he rogado.
PROGNE.
Jamás he visto acertado
Casamiento por poder.
I'or una puerta el REY PANDRON, y
ACOMPAÑAMIENTO , ij por Otra el REY
TERÉO, HIPÓLITO y acoupaña-
«lENTO.
PANDRON.
Dame los brazos, Terco ,
Por premio á mi obligación.
4t
RCT.
Hoy en los vuestros, Pandron,
Haíló el centro mi deseo.
PANDRON.
¿Cómo venís?
FILOMENA. (.4p.)
¡Que me espante
Un prevenido accidente '.
REY.
Como hijo muy obediente,
Y muy tino, como amante ,
Hoy mi esperanza dichosa
Premio llegue á merecer;
Mi esposa quisiera ver.
PANORON.
Esta es Progne , vuestra esposa.
[F.slín juntas Progne y Filomena , y
juzga que Filomena es Progne.)
REY.
Bellísima perfección,
ídolo de mi üneza,
Kn quien es mas la belleza
Que fué la imaginación ;
Alábeos mi admiración.
Que si al más bello traslado
El pintor ha lisonjeado ,
Hoy lo contrario apercibo ,
Porque es más grande lo viro
Ue lo que fué lo pintado.
Diestro el pintor que os copió ,
Porque eso fuera ofenderos ,
Nunca procuró excederos.
Igualaros procuró ;
Mas si al copiaros no us vio ,
Porque vuestra luz cruel
Le dejó sin vista á él ,
Conociendo sus errores
Pasó al rostro las colores
Y á los ojos el pincel.
Yo os adoré bella y pura
Por la copia licenciosa,
Y aun no os juzgué tan hermosa
Como está vuestra pintura;
Pero hoy , que con la hermosura
Os excedéis desigual.
Viendo en la copia error tal
Y en vuestro rostro el primor.
Aquello crece mi amor
Que crece el original.
De mi fortuna dichosa
Hoymedoy el parabién;
Como yo os parezca bien ,
No quiero ser más hermosa.
REY.
Dejad que diga mi esposa
Conveniencias á mi pena.
PROGNE.
Ya el primer afecto estrena ,
Va os declara su desvelo.
BEY.
(Ap. Esta es Progne , vive el cielo ,
Y su hermana es Filomena ;
Mi dolor intenta ahora
Saberlo, disimulando. )
Yo á Progne estoy adorando.
PROGNE.
Y Progne á vos os adora.
REY.
Pues vos.. .aquí mis enojos, {Túrbase.)
Mi fuego allí más veloz.
PROGNE.
No os entiendo por la voz.
FILOMENA. {Ap.)
Yo le entiendo por los ojos.
REY.
(Ap. Ya es obligación forzosa
*i COMIiDIA
S:il)orlo más claro-asl. )
,.Nü hablará mi esposa aquí ?
¿Ya no os hal)la xuestra esposa?
PASDuo;».
Uos retratos he euviado.
PROGNE.
Y en ellos... (.4p estoy perdida),
Yo fui de vos elegida,
Y vos de nij el adorado.
RET.
Pues el poder que envié
Fué para que se ordenase...
HIPÓLITO.
Que con Progne te casase ,
Y cou Progne le casé.
BEV.
(Ap. ¡Qué el cielo hava permitido
Ksie error! mas no nie he errado,
O su padre me ha eoyañado,
O mi hermano me ha ofendido;
Yo quiero disimular
-Mis senlimientos mortales. )
Yenid, bella Propne. {Áp. Males,
Acabaos de declarar.)
FILOMENA. (Ap.)
Con irme de aquí milipo
La violencia de este ardor...
REY.
Bella Propne , i vos mi amor...
Mas no sé lo que me digo.
PAlíDROrf.
Esle es el vuestro , Teréo ;
Yo á mi cuarto me retiro.
PROGNE. {Ap )
¡Qué aun no se alivie el suspiro!
FILOMENA. {Ap.)
;Qué malogre mi deseo!
PROGNE. (.4p.)
;Mi esposo el Key tan turbado !
PANDRON. (Ap.)
¡Teréo tan suspendido!
FILOMENA. (Ap.)
¡Mi dolor tan prevenido !
HIPÓLITO (.4p.)
¡Tan confuso mi cuidado!
PANDRON. (.4p.)
¡Toda esta tormenta es calma !
PROGNE. (Ap.)
¿S\ me mira aborrecida 1
FILOMENA. (.4p.)
¡Que yo tenga alma sin vida!
RET. {.Ap.)
¡Que yo tenga vida y no alma !
HIPÓLITO. {Ap.)
Dioses , decid . ¿qué será
Lo que obliga á su impaciencia?
RET.
{Ap. Yo curaré esta dolencia,
O el tiempo lo sanará.)
Ven, Hipólito.
HIPÓLITO.
Ya voy.
PANDRÜ.t.
Ven, hija.
FILOMELA, {.ip.)
¡Yo estoy mortal!
HIPÓLITO. {Ap.)
¡Que obre con su industria el mal I
PROGNE. {Ap.)
¡De mi propia enigma soy !
PANDRON. {Ap.)
¿Quién temidára este dolor?
FSl.OtilDAS DE DON |-R.\iNCISCO
Rtv. (.4/).;
¿Quién trocara estos desvelos?
BIPÓLITO. {Ap.)
¡Oh, quién no tuviera celos!
FILOMENA. (.4/).)
¡Oh, quién no tuviera amor!
{Vanse.)
So/en JUANETE, CIIILINDRON t LI-
DIA , los dos deluiile acompañándola.
A que se vayan espero,
liémosla de acompañar.
LlllIA.
Digo , que no han de pasar.
Pues envido.
LIBIA.
No le quiero.
JUANETE.
¿Y quiéreme usted á mi?
LIRIA.
Menos: ¡qué hombre tan cansado!
JIANETE.
Eso es, poco y mal hablado;
(.Luego rae aborrece?
El galanteo es donoso ;
No he de querer á ninguno.
Porque es muy goloso el uno ,
Y el otro muy codicioso;
De los dos las mañas sé ,
Y dejarlos es preciso :
Él me come cuanto guiso ,
Y él me pide cuanto ve.
Y asi porque los iguale.
Que no quiero les prevengo ,
Quien me coma lo que tenco ,
Que busco quien me regale;
Y á él pido , pues su error ve ,
Que su codicia comida ,
Que no busco quien me pida.
Sino sólo quien me dé.
CHILINDRO.N.
Yo, Libia , ¿qué te be quitado?
JBANETE.
Yo, Libia, ¿qué te he pedido?
¿Qué dulces no me ha comido?
¿Qué joyas no me ha usurpado?
CHILINDRON.
Pues á esto responde, y vete :
¿Dado quealuiioestimar.TS,
A cuál de los dos premiaras?
JUANETE.
Responde á cuál.
LIRIA.
A Juanete.
CHILINDRON.
¡Que esta injuria sufra yo!
¿Pues por qué á mi me desearla?
LIBIA.
Porque el goloso se harta ,
Pero el codicioso no. {Vas
JUANETE.
¡Qué de este modo te trata !
CHILINDRO:*.
¡Qué de esle modo te abona!
Miente como una fregona.
JL'AÜETE.
Miente como una fregata.
CHUINDRON.
¿Por qué , si le bace merced ,
Le está desmltiendo asi?
JUANETE.
¿Por qué ha de quererme á mí
Si no le quiere á vuested?
CBILl.NDRON.
Pnes que no me quiera digo.
JUANETE.
Pues ni á mi me ha de querer.
Cuanto él hiciere he de hjccr.
CHILINDRON.
No le quiero tan amigo.
JUANETE.
Yo be de ser sn amigo: ¡hay tal*
CHILINDRON.
Pues yo he de ser su enemigo.
JUANETE.
Yo no puedo más conmigo.
CHILl:<DR0N.
¿Por qué causa?
JUANETE.
Es natural.
CHILINDBO:*.
¿Pues tiéneroe obligaciimes?
¿Por que es mi amigo llel
Si yo le aborrezco á él?
JUANETE.
Esto va en inclinaciones.
CHILINDRON.
Hombre, de tu error me espanto ,
Declárate, acaba aquí :
Dime, ¿qué has hallado en mi
Paraque me quieras tanto?
JUANETE.
Vile yo nacer, y yo
Le acallé el primer puchero ,
Yo le di el beso primero
Al instante que nació.
CHILINDRON.
Pues hombre de Bercebú,
Dime , ¿ cómo puede ser
Que tú me vieses nacer.
Si soy más viejo que tú?
JUANETE.
¡Qué hermanos tuvo ! {.\p. Es cruel
Conmigo.)
CHILINDRON.
Calle el salvaje.
No me alabe mi linaje.
JUANETE.
¡Pues su padre! asi fuera él.
CHILINDRON.
Ya escampa, ya se reporta,
Voyme.
JUANETE.
¿Dónde vas, amigo?
CHILINDRON.
Alinlierno.
JUANETE.
Voy contigo. (Va Iras él.)
CHILINDRON.
Digo al infierno.
JUANETE.
¿Qué importa ?
CHILINDRON.
Por Júpiter , gran cuitado ,
Que le mate a bofetadas.
JUANETE.
Y estarán muy bien pegadas ,
Porque ando muy demasiado.
CIlILtNnRON.
Picaro, inrame, goloso,
¿Mi resolución ignora?
Jl'A>ETE.
Yo quiero enojarme ahora.
Si, mas DO soy codicioso.
Quédese para hombre bajo.
JUANETE.
Por fuerza me he de quedar ,
Peores el que por guardar,
Guarda un dia de trabajo ;
Y esle es oficio ingenioso,
Y por eso le he admitido ,
Que en mi vida vi entendido
Que no fuese muy goloso.
CHILINDRON.
Por gallina le desprecio.
JUANETE.
Eso no me da á mi pena;
Porque tiene una alacena
De dulces ¿ habla tan recio?
CHILINDRON.
¿Eso qué tiene que ver
Con no vengar sus agravios?
JOASETE. (Ái>.)
Malos han de estar mis labios ,
O se los he de comer.
CHILINDRON.
Quédese.
JUANETE.
Nos quedaremos.
CHILINDRON.
Voyme.ynomesigaasi.
Sa/e HIPÓLITO.
HIPÓLITO.
Juanete, ¿quéhacesaqui?
JUANETE.
Hacemos lo que solemos.
HIPÓLITO.
¡Heñís ? salios allá fuera ;
Por aquí podéis salir.
Porque el Rey...
JUANETE.
Con él he de ir
Esta vez , aunque no quiera.
CHILINDRON.
Si , mas guardaré , Señor ,
Ocasión para intentar...
JUANETE.
En materia de guardar,
Ninguno lo hará mejor.
{Vanse.}
Sale el REY eon una caria en la mano.
RET. (.4p.)
i Ay hermosa Filomena !
Mas disimulemos , pena :
Prolijo dolor, sintamos.
HIPÓLITO.
¿Qué me queréis preguntar?
(/4p. Su intento mi pecho it'iwra.)
REY.
Idme respondiendo ahora
Lo que os quiero preguntar.
HIPÓLITO. (Ap.)
¡Tan severo el Rey conmigo!
Confuso y turbado quedo;
No hay hielo como el del miedo.
IltY.
(Ap. Que mi hermano es mi enemigo!)
Hermano, dame los brazos. [Abráiale.]
PROGNE Y FILOMENA.
HIPÓLITO.
Hoy con tan grande favor...
(.Ip. ¡Qué esté abrazando un traidor
Y no le haga mil pcda/.os!)
Vele, cobarde, de aquí.
Si no quieres que mi mapo...
(Kmpiiña la espada )
HIPÓLITO.
Rey , Señor , amigo , hermano ,
¿Tan cruel?
REY.
No estoy en mí.
HIPÓLITO.
Cuarda la espada severo ,
Señor, para otra ocasión;
;.Si tienes indignación,
l'ara qué quieres acero?
REY. (.Ap.)
Al irá abrazarle yo.
Porque sus yerros arguya,
Al tocar la sangre suya
Mi sangre se alboroto;
Y como enemigos son,
Y en un sugeto enlazados.
Nunca están bien concertados
La lealtad y la traición.
Saca mi discurso ahora ,
Pues no sufrí unión igual ,
Que si esta es sangre leal ,
Aquella es sangre traidora.
HIPÓLITO.
(Ap. ¡SI el Rey mi hermano ha sabido
Que yo 4 Filomena adoro! )
Cuál sea la causa ignoro
En que yo le haya ofendido ;
¿De mi amor no te aseguras?
¿No das crédito á mí fe?
¿Puesdime, Señor, por que?
REY.
Mirad esas dos pinturas.
(Dale dos retratos.)
(.4p. Recelos, dejadme, pues.
Va no hay consuelo á mí pena.)
REY.
Por la vuelta los mirad.
Veréis donde están pintados
Que están los nombres trocados.
HIPÓLITO.
Bien dice tu Majestad. (MiraloH.)
O esta es traición ó es error.
HIPÓLITO.
Yo, Señor, los envié,
Pero yo no los troqué.
BEY.
¿Pues quién los trocó?
HIPÓLITO.
El pintor.
REY.
Tanto para queme asombre
Os divirtió la hermosura ,
Que mirabais la pintura
Y no mirabais el nombre.
HIPÓLITO.
( Ap. Mi lealtad asi acredito. )
No os he de engañar aquí;
Cuando las pinturas vi ,
Ningún nombre estaba escrito ;
Yo mandé escribirlos luego ,
Mas después no los miré;
Que hiciesen pliego mandé,
Y el secretario hizo el pliego;
Y sepa tu Majestad
Que es cierto esle desengaño.
REY.
(Ap. ¡Si esle disfraza sn engaño
(^on máscara de verdad !
Bien que más posible fuera
Suceder lo que ha contado;
Mas otro modo he buscado
(;on que saberlo quisiera.)
Aunque es enojo, no es pena
Mi iiidigiiacíon valerosa,
Pues yo quiero á Progne hermosa,
Y no quiero á Filomena.
Es que cuando mí pasión
Dudó vuestro desengaño.
No le admitió como engaño.
Sintiólo como traición;
Pero, hermano, si es verdad
Que fué error, mi error mitigo.
HIPÓLITO.
Sólo para mi testigo
Os prometo mi lealtad.
REY.
A Filomena mi amor
l'or la pintura ha excedido,
Y Progne me ha parecido
En original mejor.
(.\p. Así veré sí se muestra
Algún ardor.) Yo quería.
Puesto que ya es Progne mia,
Que sea Filomena vuestra,
Tratarlo quiere mi amor.
HIPÓLItO. (Ap.)
Dichas, dadme elparabien.
REY.
Que i su padre le está bien,
Y á vos OS está mejor.
HIPÓLITO. (Ap.)
¡Cielos, qué es lo que he escuchado !
REY.
F.lla en su estado es primera,
Y vos primero en mi eslado ;
Y así, con mucha prudencia
Ordenarlo pienso asi.
Que me es conveniencia á mí.
HIPÓLITO.
Señor, pues sí es conveniencia...
REY.
¿Qué decís?
HIPÓLITO.
Digo, Señor,
Que por ti...
REY.
¡Válgame el cielo:
Declaraos.
HIPÓLITO.
(Ap. Todo soy hielo!)
Con Filomena...
REY.
(Ap. ¡Ab traidor!)
A lo que os propongo yo.
Dadme el no, ó decid el sí.
(Ap. ¡Qué bien mi engaño (Inpí ! )
¿Qué decís? ( Vuelve la cara.)
HIPÓLITO.
Que sí... que no.
¿Pues por qué decís aquí.
Cuando os lo pregunto yo.
Con el un afecto no.
Ycon el otro que sí?
f.4p. Ahora, celos, ahora
Podéis con más fuerza obrar.)
HIPÓLITO, (.^p.)
El Bey me quiere engañar,
Que él á Filomena adora;
Cobrarme en los riesgos quiero;
RET.
A que os declaréis espero.
HIPÓLITO.
Un si dije, y con él doro
Dos errores á mi pena;
Yo no quiero á Filomena,
Porque á otradamu enamoro;
Si él no dijera adveilido,
Declarando mis temores,
Fuera ser á lus favores
Mí amor desagradecido;
Pues por no desolilii-arie
Dos opuestos mezclé alli;
Pues decirle solo el si
Era lambien engañarte;
Y asi con mayor decencia.
Por dar á mi "fe un troleo,
Kl no dijo mi deseo,
Y elsi dijo mi oliediencia.
(Ip. Para añadirme un tormento
Mi hermano a tantos enojos,
l'orel rastro de los ojos
Me iia sacado el sentimiento.
¡ Quién tuviera al intentarlo,
Como tuve al conocerlo.
Industria para saberlo.
Valoren disimularlo!
Pero pues mi pena sale
Asar violenta pasión.
Valga una resolución
Donde una industria no vate.)
Pues ya que os babeis negado
A mis'descos constante,
Ya que no os negocio amante ,
Os be menester soldado;
Luego de Atenas salid
Con los que traigo alistados.
Que son treinta mil soldados,
Y á la Valaquia os partid ;
De vuestro valor confio
Que rindáis esa corona,
Y es ir allá mi persona.
Puesto que la vuestra envió;
Surtas os guardo cien naves,
Que son, navegando á veces.
Del cristal adentro, peces ,
Del cristal afuera, aves ;
Antes que raye Faetonte
El Antartico, partid
Obediente, discurrid
Cano el mar de Negroponte;
Y porque por mar y tierra
Neutral fortuna llevemos ,
A un tiempo de aquí saldremos,
Yo á la paz, vos á la guerra.
Ea, ¿de qué os suspendéis?
HIPÓLITO, (.-ip.)
¡Que esto me haya sucedido!
Toda esta armada betraido
Para que vos la mandéis.
HIPÓLITO. {Ap.)
Decir quiero mi dolor,
Y sanará esta dolencia.
REY.
O eso es falta de obediencia,
O es defecto del valor,
O bay algún amor en vos.
SeBor, vuestra Majestad...
REV.
¿Queréis casaros? Hablad,
Solos estamos los dos.
COMEDIAS ESCO(;iDAS üE DON FRANCISCO
HIPÓLITO. (Ap.)
Ni sé si acierta ó si yerra
Lo que mi riesgo eligió.
REY.
Generales tengo yo
Que pueden ir á esta guerra.
(Ap. Si él se llega á declarar.
Disimularé el sentirlo.)
HIPÓLITO.
Digo... (Ap. Has no be de decirlo.)
¿Qué?
RET.
HIPÓLITO.
Que me voy á embarcar.
Puesea,aüadid blasones
A los que á la fama dais;
Buenos soldados lleváis ,
Pertrechos y municiones;
Dad una hazaña á otra hazaña;
Por la Valaquia os entrad:
A fuego y sangre llevad
La más desierta campaña ;
Si la queréis sujetar.
Oigo que habéis menester
Consejos para emprender.
Tiempo para castigar.
HIPÓLITO.
De tu valor ayudado,
Logros el mió interesa.
REY.
Dificultosa es la empresa,
Pero vos sois buen soldado.
En tin, ¿que resuello estáis
(Ap. Yo daré alivio á mi amor.)
A partiros?
HIPÓLITO.
Si, Señor.
BEY.
Pues venced, Ó no volváis. (Vnse.
Sale FILOMENA, y halla suspenso
á Hipólito.
FILOMENA.
Aquí está, y el Bey se fué,
Decirle la nueva espero.
Dulce dueño de mi vida.
Si te merezco por dueño.
Sabe, que mis tristes ojos.
Que tú llamaste tus cielos.
De la borrasca del daño
Salen á verle serenos;
Licencia me diómi padre.
Siendo el llanto medianero.
Para que yo con mi hermana
Vaya esta tarde á tu reino;
Juntos iremos los dos,
Y estandojuntos podremos...
HIPÓLITO.
Calla, calla, Filomena.
FILOlfENA-
¿Qué es esto. Señor? ¿qué es esto?
¿ La voz culpas á mi labio,
Yámi lengua pones freno?
¿Con acciones tu dolor.
Sin voces tu sentimiento?
¿No me hablas? Pero bien haces.
Supuesto que yo te entiendo ;
Que está, aunque muda tu voz,
Ketórico tu silencio.
¿Qué, novas conmigo?
HIPÓLITO.
No.
¿Ni te quedas?
Ni me quedo.
DE ROJAS.
FlLOUENA.
¿Pues dónde vas?
HIPÓLITO.
A la guerra.
FILOMEMA.
¿Quién lo manda?
HIPÓLITO.
Mi Rey mesmo.
riLOUEXA.
jSabe tu amor?
HIPÓLITO.
No lo sé.
FILOHENA.
¿Cuándo has de partirte?
HIPÓLITO.
Luego.
FnoMENA.
¿Y te vas sin mi?
HIPÓLITO.
Es violencia.
FlLOMEiSA.
¿Has de dejarme?
HIPÓLITO.
Es precepto.
FILOMENA.
Asi como vi la dicha.
Me previene daño luego:
Indicio es el bien del mal,
Y el mal de otro mal agüero ;
^'u^ca bay dichas bien halladas
Adonde hay amantes tiernos.
Que en este país del alma
Son los bienes extranjeros.
HIPÓLITO.
¿Y tú has de partirte?
FiLOllENA.
SI.
HIPÓUTO.
Di que te quedas.
flLOÜENA.
No puedo.
HIPÓLITO.
¿Por qué?
FILOMENA.
Quiérelo mi hermana.
HIPÓLITO.
¿Y tu padre?
FILOMENA.
El lo ha dispuesto.
HIPÓLITO.
¿Pues qué te obliga?
FILOMENA.
Un temor.
HIPÓLITO.
¿Pues qué temes?
FILOMENA.
No lo entiendo.
HIPÓLITO.
¿Rogástelo tú?
FILOMENA.
Si, esposo.
HIPÓLITO.
¿Y te vas?
FILOMENA.
No puedo menos.
HIPÓLITO.
¡Y que el cielo de los ojos
Los riegue para cogerlos !
i Y estando en sazón el fruto,
Opimo, Dorido y bello.
Eche á perder una lluvia
Lo que tamas han compuesto!
fii.o!ie:<a.
Ya descaece mi pena,
Porque derriban á un tiempo
Al espíritu el dolor,
Y las desdichas al pecho.
¿Hipólito?
HIPÓLITO.
iQué me dicesf
KILOMEn*.
Desle modo me resuelvo.
Ahora te quiere activo
La que te ha buscado tierno;
Yo he de ir con Progne, mi hermana,
y con tu hermano Teréo:
Tü por otra parte has de ir
A volver ñor tu honor mesiv.o ;
Allitu honor te provoca,
Y aquí le ataja tu afecto.
Pues mándale á tu valor
Que casiigue tu deseo;
Si aquí, me quedo en Atenas,
Luego que vuelvas venciendo,
Ihis de ir á llevar la nueva
A tu hermano el rey Teréo;
Dos ausencias han de ser
De una ausencia lo (lue menos :
De vencer á tu reino, una :
Y otra, desile alli á este reino;
Pues yendo á tu reino yo
Con mi hermana, por lo menos
De dos daños que sentimos
El un daño atajaremos.
aiPÓLITO.
SI ; mas dime, ¿si mi hermano
Te quisiese? Porque entiendo
Que enviarme á mi á la guerra,
Lo ha fundado en sus recelos.
FILOMENA.
Progne, mi hermana, es su esposa,
Y tú su hermano y mi dueño.
¿Serán los celos posibles
Para que puedan ser celos?
Hipói rro.
Y dime, ¿si el rey de Albania
Enviase allá su heredero
A que conligo se case,
Qué podrás hacer?
FILOMENA.
En eso.
Más peligro hay en Atenas
Que no en Tracia; pues es cierto
Que sola podré atajarlo,
Y con mi padre no puedo.
HIPÓLITO.
Para nuestro amor, esposa,
¡Qué de inconvenientes veo!
FILOMEMA.
Por la senda de los males
Esta vez caminaremos,
El acierto puede ser
Que nazca del mismo yerro;
Cuando buscamos los bienes
Por los propios bienes, luego
Encontramos con los males;
Pues [lor los males entremos.
Quizá hallaremos las dichas
Caminando por los riesgos.
HIPÓLITO.
Por ti me gobierno siempre,
Porque eres mi norte cierto ;
Puesto que es potencia tuva ,
lüjame tu entendimientor."
FILOMENA.
Vete, pues, esposo amado,
Y esto sea sin requiebros,
Que no es razón que al valor
PnOGNE Y FILOMENA.
Eche á perder el afecto.
¿Cuándo nos veremos?
HIPÓLITO.
Tarde.
FILOMENA.
Esta palabra te ofrezco.
HIPÓLITO.
Di, consuélame, Señora.
FILOMENA.
No quiero darte consuelo;
Calilica muchos males
En tu idea, porque luego
No te extrañen sucedidos ;
Que si por suerte ó suceso
Se te revoeáre en dichas
Lo que consultaste en riesgos.
Te hará más grande la gloria
La novedad del contento.
HIPÓLITO.
Pues quédate, esposa amada.
FILOMENA.
Pues vete, infelice dueño.
HIPÓLITO.
Guárdete el cielo.
FILOMENA.
Él te libre.
HIPÓLITO.
Muerto voy.
FILOMENA.
Muriendo quedo.
HIPÓLITO.
Adiós, bella Filomena.
FILOMENA.
Adiós, adorado dueño.
JORNADA SEGUNDA.
Sale FILOMENA, /nedio desnuda, co
una tu!, y una espada en la mano,
PHOGNE con otra luz.
PROGNE.
¿Dónde, hermosa Filomena...
FILOMENA.
¿Adonde, Progne divina...
PHOGNE.
¿Tu pasión te determina?
FILOMENA.
¿Te ha conducido tu pena?
PHOGNE.
¡Tú confusa y tü turbada!
FILOMENA.
¡Tú en tu afecto tan veloz!
PROGNE.
¡Tü para espada la voz!
FILOMENA.
¡Y tü para voz la espada!
PKOGNE.
¿ Dónde vamos á porfía,
lil paso y color turbado ?
FILOMENA.
Yo á decirte mi cniílado.
PHOGNE.
Y yo ¿buscarte salía
Determinada y mortal ;
Que digas tu pena espero.
FILOMENA.
La novedad del acero
Dirá lo extraño del mal.
PROGNE.
Templa el dolor inhumano,
Deja el acero cruel.
FILOMENA.
No me hallo. Progne, sin él,
Y él no se halla sin mi mano;
Como una traición espero,
Si hay en el mal esperanza ,
Es un imán la venganza
Que está trayendo el acero.
PROGNE.
Que me refieras te pido
Kl mal que te ha ocasionado :
Cuéntame lo que ha pasado.
FILOMENA.
Oye lo que ha sucedido;
Y para contarlo, dejo.
Por ser el mal tan extraño,
Luz que fué mi desengaño,
Y acero que fué mi espejo.
(Pone la vela y la espada á un lado.)
Que salimos de Atenas ya lo sabes ;
Que en diez ligeras naves [do.
Dos años bá que á Tracia hemos llega-
PROGNE.
Con llanto lo confiesa mi cuidado.
FILOMENA.
Ya sabes que por tí sola he venido.
PROGNE.
Con afectos lo tengo agradecido.
FILOMENA.
A Hipólito ya sabes que le adoro.
PROGNE.
Y ya sabes también que no lo igncro.
FILOMENA.
Que hádosaños también quele deseo.
PROGNE.
Que hoy le espera á que llegue el rey
FILOMENA. [TeiéO.
Que hoy llega áTiacia.
PKCIGNE.
Y que hoy Hega triunfante.
FILOMENA.
Esto importa saber.
PROGNE.
I'ása adelante.
FILOMENA.
Anegóse en el m;ir el rubio coche.
Las estampas de biz borró la noche,
Relr.'ijose á las gnilas vienlo manso.
La fatiga se entraba en el descanso,
Cuando yo en mi retrete retraída
A mi esperanza le fié la vida ;
Quebró el valor, porque el temor lo
[alean/a,
Y no pagóá nii viila mi esperanza;
DorniMine |ii(iciir:il,:i en ilolor tanto,
Y el ruido me .■^im buha ile mi llanto;
Al descanso llaninlia mi Kirmento,
Pero no le dejo mi sentimiento.
Aunque el sueño, callando mis enojos,
Arrullaba bis niñas de mis ojos,
Y como se pagaba del cariño.
Iba adormir miamor,queamoresniño:
Apenas di'sta suerte
Hice el primer ensayo de mi muerte,
Bien estudiíido, pero no suave,
Cii:iiul(i sienlo (|ne prueban una llave
A mi pneii:i. v .sinliendoestos enojos,
T(jil(> mi oiil>>':il|ini'(j|óá mis ojos;
ICI .vnsiii eMiiifio. la ocasión ignoro.
Sobre mi pinpin lecho me incorporo,
Guardo todo mi aliento retraído,
Eneargo mis sentidos al oído,
Y la llave reparo, que procura
COMEDIAS ESCOGIDAS DE DON FRANCISCO DE ROJAS.
No sentirse en la propia cerradura,
Pues quien era tan quedo la lorcia
yue el miedo pareció que se la abria;
A mi discurso acudo.
La ver(;úen/.a vistió lomas que pudo:
Profeta de mi mal, mi as^ravio lloro,
Este acero le entrego i mi decoro.
Que siempre lia reservado mi osadía;
Vuelvo á ungir al riesgo que dormía,
Mi descuiílo dispongo cauteloso,
Y veo entrar...
PROGNE.
¿A quién?
FILOMENA.
Al Rey, tu esposo.
PROGNE.
¿Mi esposo? ¡oh celos; ¡válganme los
FILOMENA. [cielos!
Ten lástima de mi, no tengas celos;
Tu esposo, digo que á mi cuarto en-
[traba,
No pisando lo mismo que pisaba;
Requirió todo el lecho,
Y de verme dormida satisfecho.
No ju7.g;inilo que el sueño le fingía.
La Iu7. (|uicre matar de una bujía ;
Mirábanle suspensos mis cuidados.
Los ojos entreabiertos y cerrados,
Y para ver cautelas tan extrañas
La luz inlroduci por las pestañas ;
Mata la luz, y mi valor se asombra.
Que le temí, como buscó la sombra
Buscando el lecho, pues, su vista lleg:
Sin luz y con amor, dos veces cíeg:
Si en li no hay correspondencia,
¿Cómo en mí puede haber celos?
Ni aun reliquias de recelos
En mi créilito verás,
Que en lo que sintiendo estás
Kurra tu mal el mayor.
Pues á ti te va el honor,
Y á mí unos celos no más;
Pero ahora he reparado.
Que porque mi pena impida,
Soy yo quien tiene la herida,
Y eres tú quien se ha quejado;
Si el Rey te ha solicitado.
Yo la distinción comprendo,
Y de su traición me ofendo,
No tu mal estoy llorando.
Pues á ti te está adorando,
Y á mi me está aborreciendo;
Mi amor, viendo mis desvelos,
Mejor el riesgo ha inferido,
Puesyo feriara su olvido
A la pensión de mis celos;
Con celos fueran recelos
Los que mí pena sintió,
Porque conjeturo yo.
Que el que llegó á aborrecer
Puede volver á querer,
Pero aquel que olvida, no ;
Pero un medio hallo forzoso.
Con que honor y quietud gano.
Digámosle que su hermano
Es tu amante y es tu esposo:
Que aqueste incendio amoroso
Ha de templar acredito.
Bien que con esto le incito
... , . Contra tu esposo a un rigor
Y o que sus intenciones comprehendo, | jjas con decirle tu amor
Para mi luz a m. razón enciendo; Le estorbamos un delito.
Al lecho se acercaba
Al tiempo que del lecho me apartaba; I , f'LoüENA.
Y porque no me errase, I No 'o apruebo, Progne, no
Al tacto le encargó que me buscase ; I Delito igual viene a ser.
Ya estaba entonces vojuntoálapuerla, ' P"es ve que eres su mujer,
A quien su ceguedad se dejó abierta; V que soy tu hermana yo;
lluvo hacia esotro cuarto diligente, t^- "■- — """ -n-in
Que honorcuano más huye es más va-
[licnle ;
Dhjo á amor burlado y ofendido,
Llumoátucuarlo.yhásmerespondido.
Y en tu luz, como en mi espejo,
¡Oh Progne ! me vengo á ver.
Que en ti sola he de tener
Mí consuelo ó mi consejo ;
Bien queá tu elección me dejo.
Pues porque mí mal arguya
De la intención vana suya,
Hoy le avisa mi osadía.
Que siendo esta ofensa mia.
Es toda esia ofensa luya.
De este Rey, que arde" inhumano
Con llama tan licenciosa.
Eres desdichada esposa,
Y mi esposo el que es su hermano;
En cuatro ofensas tirano
Con un intento ha incurrido.
En mi á su hermano ha ofendido,
A su ley con su trofeo,
A mi con todo un deseo,
Y á ti con todo un olvido.
Puesio que las dos bebemos.
Bien que en vaso disfrazado.
Un veneno inficionado.
Un aniidotu apliquemos ;
Tus nubles celos curemos,
A tu consuelo apercibo
Las dolencias en que vivo,
Y obrando mi agravio tal ,
Para atajar este mal
Pongamos el def.'iisivo.
pnocNE.
De mi esposo en los desvelos,
De su amor en la violencia,
SI aun asi no se templó
Y aspiró á mi amor profano.
Amante á un tiempo y tirano.
Siendo igual delito, aquí
Lo que no hiciera por tí.
Menos lo hará por su hermano.
PROGNE.
Lo contrario es bien que argnya.
Que cuando á ti te pretende.
Sola nuestra sangre ofende,
Y allí ofenderá á la suya.
FILOHEKA.
Pues para que te concluya.
Más de tu razón me irrito,
Y' tu ignorancia acredito;
Pues por evidente piensa
Que no mirará la ofensa
Quien no miró en el delito.
PROGNE.
Pues un remedio procuro
Que es lo mejor.
FILOMENA.
Ya le espero ;
Yo estoy ciega de mis iras,
Y no sé si acierto ó yerro :
Quien mira el mal desde afuera
Puede aplicar el consejo.
PROGNE.
Yo no estoy fuera del mal ;
Mas como el mal que yo siento
No tiene amor que le ciegue.
Pienso <pie está más despierto;
Hoy has de partirte á Atenas.
FILOMENA.
;. De qué suerte, cuando espero
Que hoy llegue Hipólito á Tracía
Y que hoy halle dulce el puerto,
Dando velas al dolor.
En el mar de mis deseos?
PROGNE.
Con él hoy has de partir.
FILOMENA.
¿Pues cómo?
PROGNE.
Escucha mi intento :
Tú has de escribirle un papel
Con un criado secreto.
Que antes que llegue á la corte
Pueda at.ijarle primero.
FILOMENA.
¿A qué intento es el papel?
PROGNE.
Óyeme ahora el intento:
Pídele, que junto al bosque
Del Rey, prevenga ligeros
üus caballos, porque asi
levitas preciso un riesgo.
Luego que baja visto al Rey ;
Porque has de ir con él huyendo
Hasla la orilla del mar,
Y desde allí á nuestro reino.
FILOMENA.
Y di, ¿si escrito el papel
No acertase el mensajero
A encontrarle en el camino,
O por desdicha ó por yerro?
PROGNE.
Buen remedio : á otro criado
Deja otro traslado mesn.o
Del papel que tú le envías.
Por si le errare, y con esto
No puede haber yerro alguno ,
Pues no importará que á un tiempo
Reciba los tk)s papeles ;
Enviando dos, por lo menos
Ha de recibir el uno,
Vá un tiempo conseguiremos
Con dos papeles un bien ,
Y un acierto con dos yerros.
FILOMENA.
¿,V be de quedarme sin ti?
PROGNE.
Si, hermana; porque no quiero
Anteponer nuestro amor
A lo posible de un riesgo ;
Para atajar la dolencia
Que el alma introduce al cuerpo
be nuestro honor, es preciso
Cortar el brazo derecho ;
No adolezcamos de agravios,
Muramos de sentimientos,
.Sintamos el mal de ausencia.
No quede el honor enfermo ;
Ni el mal siento de la envidia
Ni la congoja de celos;
Mi honor solo me apasiona.
Que tu honor es mi honor mesmo;
Abon ézcame mi esposo,
Y no te goce sangriento, [mentó.
Porque aquesta es pasión y aquel tor-
il' es honrael alma cuando al cuerpo es
FILOMENA. [celos.
Por obedecerte admito.
Aunque les cueste á mis miedos
.Muchos sollozos de aljófar
Que á mis ojos compré tiernos.
PROGNE.
Barato sale un honor
A costa de un sentimiento.
FILOMENA.
F.l Rey sale con su lio
Aniilio, y es á quien debo
Mí vida, porque es amigo
De mi esposo.
PROGNE.
Vete luego
A escriliir los dos papeles;
Vele, hermana.
FILOMENA.
Va obedezco. .
PROOT..
Yo quedo disimulando.
FILOMENA.
Y yo le dejo muriendo.
PROGNE.
Sin lágrimas, Filomena;
Pues di'iáiulomc á esle liempo,
Tücaminasáun amor,
Y yo me quedo á un desprecio.
FILOMENA.
Por li solamente lloro.
PROGNE.
lícliasme a perder con eso.
Pues me importa más tu llanto
Que lodo mi sentimiento.
FlLOMtNA.
Por aquí voy á mi cuarto. {Vase.)
PROGNE.
Salir por aqui pretendo.
Va á salir Progne, y encuentra con el
UIÍYtAUUELIO, s«/ií).
Señor, vuestra .Majestad...
HKV.
Bella Progne, liermoso dueño,
Causa de ardores que sufro.
Móvil de ansias que conservo,
¿ Dónde el paso sin aviso.
El color sin lugar cierto,
Sin orden suelto el adorno,
Sin proporción el aliento,
A sustituir la aurora
Sales con aljófar tierno.
Que en tus parpados por conchas
Cuaja el mar de tus dos cielos?
PROGNE.
Ni enojos que me habéis dado.
Ni los desdenes groseros
Con que tal veza mi amor
Le sacaste de ser ciego :
K\ las crueldades que lloro.
Ni las injurias que os temo,
Ni los agravios que os sufro.
Ni los yerros que os consiento,
Para las ofensas mías
Han sido de tanto peso.
Como son para mi oido
Extraños vuestros requiebros;
Que me aborrezcáis os pido,
Que no me linjais os ruego,
Que lo segundo es agravio,
y lo pi ¡mero es consuelo.
¿De cuándo acá vos conmigo
Tan cariñoso y tan tierno?
Con máscara de lineza
No me enil oceis el desprecio;
De una fuerza que sitiáis
De meter socorro vengo.
Pues la dejo, porque dure,
Consejos por basiimenlo;
Con ser vos tan poderoso
A defenderla me he opuesto:
Vos de noche la asaltáis.
Yo al .alba la fortalezco;
Bien sé que no lia de entregarse,
M por trato ni coiicierlo.
Si lio es que á fuerza de enojos
Le entréis á sangre y á fuego ;
Pero si vos la rompiereis.
Yo, que esta causa defiendo.
Con mi queja irritaré
PROGNE Y FILOMENA.
Cuatro elementos aun liempo ;
Sangre haré que Tracia corra.
Ponpiede su humor sangriento
Rojos vapores granicen ,
.Nubes que pueblen el viento;
Daré voces contra vos
De lajusliciaal desierto.
Aunque de los montes solo
Halle compasivo al eco;
Y cuando no, mi rigor
Producirá de mi acero
Amenazas para llores,
Y muertes por fruto incierto ;
No lie de olvidar á mi saña
Rebellin desnudo al viento,
Flor retraída al capullo.
Garza que sécale al cielo,
Monte del ave registro,
Clicie del sol galanteo.
¿Pero qué es esto que digo?
;.Mi amor con vos descompuesto?
Mas como se vio desnuda.
Salió mi verdad del pecho;
Vos me oísteis, perdonadme,
Soy mujer, y razón tengo.
Tenéis ojos, y os disculpo :
Ya me entendéis, sois muy cuerdo ;
Sed prudente, pues sois rey.
Sed templado, pues sois recto.
Que no sufriré un agravio
Aunque os consienta un desprecio.
(Vasí.)
BEY.
Todo Progne lo ha sabido.
¿Habéis escuchado, Aurelio,
AlaKeina?
AUnELIO.
Sí , Señor.
REY.
Pues que registeis mi reino
F.n mi ausencia, y pues que sois,
O mi rienda ó mi" gobierno,
Con vos pretendo hablar claro:
Otro sois como yo mesmo.
No me habléis como quien soy
Sino como amigo vuestro,
Para ver si con mi amor
Se ajusta vuestro consejo.
AURELIO.
Ya de la noche pasada
Me habéis contado el suceso ;
Yo soy el que más os quiere,
Vuestra sangre y lio vuestro
Soy también, y a Dios pluguiera
Que como mandé este imperio
Kn vuestra ausencia, que asi
Mandara en vuestro deseo.
RET.
Oídme : yo me casé
Por poder.
También sé el yerro
Que hubo de los dos retratos :
Uend.
BF,Y.
Yo tengo un recelo...
AURELIO.
Declaradle.
j REY.
De mi hermano.
Que me ha engañado; sospecho
Que á Filomena adoraba,
Y' sólo con este intento.
Trocando los dos relratos.
Me dio á su elección el duiño.
AURELIO.
¡ No sé: mas ese es engaño,
! Que si él quisiera á ese tiempo
! Casarse con Filomena,
Que lio os casara, sospecho.
Con Progne, pues fuera ofensa
Eji-cutar lo primero,
Y estotro fuera traición ;
Que hizo traición no lo creo.
Ni en su sangre caber puede ;
Pues colegid, según eslo.
Si no os ofendió en lo más
Que no os ofendió en lo menos.
REY.
Decis bien; pero decidme...
Salen JUANETE y CHILINDROW.
CHILINDRON.
Va le pido y ya le ruego '
Que me deje.
JUANETE.
No es posible ;
Yo tengo buenos respetos.
Aunque te quisiera mal
No te dejara por cierto.
CHILINDRON.
No tengo dulce ninguno
Que me coma.
JUANETE.
Ya lu huelo...
(Dónde llevaste el papel?
Dirae, ¿hay algún chisme nuevo
De cuantos llevas al liey?
REY.
Hola, Juanete, ¿qué es eso?
Señor, con este soplón
Miserable y avariento...
REY.
¿Chilindron?
CHILINDRON.
A vuestra Alteza
Quisiera hablarle en secreto.
Decid.
REY.
Declarando vuestro intento,
Que sepa de Filomena
Los mejores pensamientos,
El mayor vengo á deciros :
Ahora me dio en secreto
Filomena este papel.
Porque le llevase luego,
Y ,'i Hipólilo se le diese
Antes que llegase á veros.
REY.
Dame el papel
ClULIMinON.
Tómale.
(Lee el fíetj para si.)
BEY.
Apartaos, ¡válgame el cielo!
AURELIO {Ap.)
Hipólito me ha encargado
l'íjr carias, que mire atento
En los ojos de su e.'sposa
Imaginarios deseos;
Alma es el Key del honor,
A lli|ió!¡lo querer debo;
Si al Itey digo aquel amor.
ligo I
ido;
> SI a llipiiliio auiduse
Por mi amigo, á mi Itey vendo :
Aquel quiero más que al Hey,
Pero el liey es lo primero.
¿ Pues qné remedio hallaré
Knire un amigo y un dueño?
Callarle á acpiel esta ofensa,
A este encubrirle aquel fuego;
Viva en mi prudencia lija
48
El olma de esle secreto,
Y lo que extrañó el oído
Sepa ocultar el silencio,
Pues vengo i ser de esla suerte,
Estorbando aqueste fucjío,
Callando allí aqueste afjiavio.
Amigo y leal á un tiempo.
REY.
InHinle, Aurelio, Señor.
¿Qué dccis, Señor? ¿qué es esto?
nEv.
Oid aqueste papel :
Escuchad.
ALUELIO.
¡Válgame el cielo!
RET.
Esperaos en esa cuadra,
Y no os vais.
CBILINDRON.
E.sperarémos.
COMEDIAS ESCOGIDAS DE DON FRA.NCISCO DE HOJAS.
¿Cuyo es?
RET.
Ahora lo veréis.
(Ap. Dejadme, viles recelos.)
JUANETE. (Ap.)
Yo tengo atiui otro papel
Para Hipólito; mas esto
No lo ha de saber la tierra,
Que aunque bufón, soy secreto.
(Yanse Juanete y Chilindron.)
{Lee elRey á Aurelio.) «Esposo mió,
«Hipólito : luego que havasdado al Bey
>la nueva de tu vencimiento, me es-
»pera esla noche junto al bosque con
«los caballos, porque nos vamos á Alé-
»nas, reino de mi padre ; y pondrásso-
«bre el monte una antorcha encendida,
upara que yo no te yerre: no piocu
«res saber más, de que á ti te va la
«honra, y á mi la vida. — Tu esposa.
iFilomena.i
REY.
En fin. he hallado traidor
Aquel de quien me he fiado.
AURELIO.
Señor, si él está casado,
Ya es el delito menor.
REY.
SI, pero es osadía,
Y 4un más traición viene á ser.
Que él admita por mujer
La que elegí para mía ;
No están casados los dos ,
Y yo á Filomena quiero.
AURELIO.
Quizá se casó primero
Que la quisiésedes vos.
REY.
No para mi desengaño
Me deis tal satisfacción.
Que ya que no hubo traición.
Por lómenos hubo engaño;
Ya no puedo resistir
Esta llama que arde fría :
Filomena ha de ser mia
O Hipólito hade morir.
AURELIO.
Señor...
Es resolución.
AURELIO.
AURELIO. (.1p.)
Contradecirle es hacer
Más ardiente su pasión.
RET.
iAp. A Aurelio pienso ocultar
Loque lenf!o imaginado.
Porque á Hipólito ha orlado
Y se lo pueile contar.)
Hola, Chilindron.
Sale CHILINDRON.
CHILINDRON.
¿Qué mandáis?
REY.
Queá Filomena digáis
(Cruel soy, mas tengo amor)
Que ya disteis el papel
A Hipólito.
AURELIO.
ilnfeli?. suene !
CHILIKDBON.
Soy fiel.
BEV.
Pues mirad, que no digáis...
CHILINDRON.
¿Qué me advertís?
REY.
Esto advierto,
A nadie , que yo le he abierto.
Haré lo que me mandáis.
RET.
A mi bosque id al instante,
Y allí luego me aguardad,
Y ese criado llevad
Con vos , y aqueste diamante.
(Dale una sortija.)
AURELIO.
Aun no he podido inferir
Lo que su Alteza ha ordenado.
CHILINDRON.
Callare con ser criado. (Xase)
REY
Callad, si queréis vivir.
Puesto que ha de ir Filomena
Al bosque á aguardar su espuso.
Adelantarme es forzoso
Y mitigar esta pena
Que arde en mi pecho inmortal ;
Hoy gozaré á Filomena ,
Pues poniendo como ordena
Aquella roja señal ,
Ha de conocer su daño ,
Y yo he de encontrarla luego ;
Caiga su amor , pues es fuego ,
En las redes de mi engaño;
Y castigaré también.
Amoroso á un tiempo y sabio,
En Hipólito un agravio
Y en Filomena un desden.
Sale JUANETE.
JUANETE.
Hipólito , vuestro hermano ,
De Valaquia vencedor,
Pide licencia. Señor,
Para besar vuestra mano.
Decid que entre.
AURELIO. (.4p.)
¡Qué cruel
REY. (Ap.)
Yo quiero disimular.
JUANETE. (Ap.)
Al tiempo que vaya á entrar
Le pienso dar el papel.
AURELIO. (Ap.)
¿Si i Hipólito avisaré
Lo que del Hey pude oír?
REY. (Ap.)
Con él me importa fingir.
Mas no sé si acertaré ;
Ruego á mi dolor que acierte.
AURELIO. (Ap.)
No hay deslealtad que lo impida.
REY. (Ap.)
Razón es lograr mi vida.
AURELIO. (.\p.)
No es traición librar su muerte.
REY. (Ap.)
Yo la tengo de lograr.
AURELIO. (Ap.)
Cruel está , y téngole amor.
REY. (.\p.)
Asi apagaré mi ardor.
AURELm. (Ap.)
Su intento le he de avisar.
REY. (Ap.)
Asi mi deseo allano.
AURELIO. (.íp.)
Asi obra mi lealtad.
Sale HIPÓLITO al son de cajas, con un
liaslon , y dale Juanete un papel sin
que lo vea el Rey.
HIPÓLITO.
Permita tu Majestad
A mis labios la real mano.
REY.
¿Hermano, Hipólito, amigo?
(Abrázale.)
HIPÓLITO.
Mi Rey sois y mi Señor.
BEY.
jCómo venís?
HIPÓLITO.
Vencedor.
REY.
¿De qué suerte?
HIPÓLITO.
Ya lo digo.
REY.
Luego lo podréis contar;
Saberlo después espero ,
Que es más justo que primero
Os entréis á descansar.
HIPÓLITO.
Referírtelo no escuso.
Que descanséis es forzoso.
HIPÓLITO. (Ap.)
Aquí el Rey tan cariñoso ,
Aurelio allí tan confuso.
Afable el que antes cruel ,
Mi sospecha tan incierta.
Darme al entrar de la puerta
De mi esposa este papel '.
Si el Rey me finge inconstante
Su afecto, y llama veloí!
Mas lo que engaña esla voz
He declara aquel semblante:
Que hay alguna traición digo.
AURELIO. (.Ap.)
Con él va , quietóle hablar.
Su intento le be de contar.
Quiere irse con Hipiyito. y el Ilcy
vuelve locara.)
RET.
Aurelio, venid conmigo.
AURELIO. (.4p.)
Entendióme: ¿qué he de hacer?
¡Que no me quiera dejar !
HIPÓLITO.
A Aurelio quisiera hablar.
REY.
Yo también le he menester.
AURELIO. (.4p.)
¡Oh , qnién le dijera aqui
t'ue el liey leyó aquel papel,
Y que está su vida en él!
{Llévase el Rey á Aurelio )
RET. {Ap.)
Ko le he de apartar de mí.
nipÚLiTo. {Ap.)
Males, tan juntos venis
Q\ie aun no os puedo comprend.'v.
(Llégase Aurelio á Hipólif» ñ hiib!..r, \
vuelve el fíey la cora.)
AURELIO. (.4/).)
De esta manera ha de ser.
Vamos.
ACRELIO.
El Rey...
r.ET.
¿Qué decís?
AtnELIO.
Que el Rey me lleva consigo.
RET.
Aurelio, pasatTdelanle ,
Id á vuestro cuarto. Infante.
(.4p. ¿Ay Filomena !)
AURELIO. {Ap.)
¡Ay amigo!
HIPÓLITO. {.Ip.)
¡Que confusión !
AURELIO. {Ap.)
¡Qué crue! !
REY. {Ap.)
Unriendo de amor estoy.
HIPÓLITO. (4p.)
A esotro cuarto me voy
A leer este papel.
AURELIO. {Ap.)
¡Qué desdicha! Qué rigor!
RET. (.4p.)
Venganza piílc mi agravio:
La voz prende coa el labio.
HIPÓLITO. {Ap.)
El premio pide mi amor.
BEY. {Ap.)
Mas yo le he de castigar.
HIPÓLITO. {Ap.)
Mas no tengo que inferir.
BEY. {Ap.)
Al ver que me he de partir,
Su intento pienso evitar.
AUBEI.IO. (.4p.)
Primero es mi Rey ; mal dipo ,
Que estotra pasión prcliero ,
R.
PROGNE V FILOMIC.NA. 19
Pues le he criado y le quiero , Lo que comió por arriba
Es su hermano y es mi amigo. (Vasc.) Lo ha de pagar por abajo. (VffSf.)
Sale CHILINDRON con un vidrio de
conserva , un panecillo , un jarro da
agua y una servilleta.
CHILINDRON.
El rey Terco ordenó
Que en este monte estuviese ,
Y que conmigo trújese
A Juanete me mandó;
Y aunque siempre es tan mi amigo,
Y' aunque siempre me acompaña ,
En oliendo la campaña
No hay quien le haga andar conmigo;
Mas viendo que su recelo
En el campo me temió,
Y como conozco yo
Juanetes de mi majuelo,
Pues su golosina sé.
Obediente á mi buen celo.
Porque piqueen el anzuelo
Este cebo le apliqué;
Uespedime, y porque vea
Que no le quise engañar,
Junio á él me puse á comprar
Este vidrio de jalea;
Viole, y dijo al punto: tale.
Este vidrio sigo yo,
Y al instante qué le vio
Se le abrió tanto gaznate,
lln panecillo he traído
Y este jarro para el caso ,
Y al campo paso ante paso
Tras el dulce se ha venido,
y aunque le está deseando.
Le ha de dañarla conserva:
Rendido sobre la yerba {Mira airas.)
Uel bosque me está acechando.
Hoy le he de hacer un engaño
Que en Tracia se ha de sonar ,
l'or Dios que me ha de |iag;ir
Las de o^año y las de antaño ;
Hoy cobrar he pretendido,
Si otra venganza no tengo.
Con la burla que prevengo ,
Los dulces que me ha comido.
Goloso es tan inhumano.
Que viendo que dulce esl:il)a
Un hombre que enamoraba ,
Le dio un bocado á una mano ;
líl se come á competencia
Cuatro cántaros de miel ,
Y el arrope es para él
Espejuelo de Valencia;
No hay en el lugar cerera
Que pueda mosquearse de él ,
Pues porque ha estado en la miel
Suele comerse la cera ;
Pues para vengarme bien
En el vidrio, a su pesar.
Estos polvos quiero echar.
Que son de ruibarbo y sen ;
Y porque puedan obrar ,
Otros polvo.s he juntado
Que un boticario me ha dado.
Muy buenos para purgar.
{Echa en el vidrio los polvos , y revuél-
velos. )
Revueltos los dejo, y puesto
El papel con gran primor.
Pan, porque coma mejor,
Y agua, porque obre más presto ;
Por Dios que me ha de pagar
Cuanto me ha comido asi ;
Si él me sigue por aquí,
Aquí lo quiero dejar;
tíl viene con gran trabajo
Acechándome , asi viva ,
Sale JUANETE.
JUAriETE.
Siguiendo el vidrio no más
He venido en este instante ,
Con tanta gana delante.
Con lauto espigón atrás;
No hay oro que cria el Tiber,
No hay diamante que me cuadre
Como el dulce , que á mi |)adi e
Me lo comiera en almíbar.
¿Quieren ver mí golosina
Si me crió bien capaz?
Cuando empecé a serrapaz
Fui niño de la doctrina;
Para ser goloso igual
En acto más importante.
Fui paje , luego estudiante,
Y después fui colegial.
Sólo al dulce se reserva
La golosina en que trato ,
O me anda mal el olfato,
O estaba aquí la conserva ;
Vidrio es este, ; pesia tal! (Hállale.)
Ea, enlendile la treta.
Ítem más , su servilleta,
ítem agua, ítem candial;
llem, queeslá bueno así
Para conierln á sazón;
llem, que está Chilindron
Más de una legua de aqui;
ítem, que para poder
Comer, seniarme prevengo;
llem , la gana que tengo , (Siéntase.)
llem, que empiezo á comer;
¡Qué pequeño es el vidrillo !
¡No hubiera sido mayor ! {Come.)
¡Qué tal e^! oh qué sabor!
Oiga el diablo , que es membrillo :
Pues como estoy vagabundo , {Come.)
El ser membrillo he sentido ,
Si esto no fuera estreñido .
No hay tal comida en el mundo :
Rien que cuando no se fragüe (Come.)
Suele ser algo molesto ;
Mas para que corra presto ,
liiien remedio, echarle agua ; {Dele.)
Y tiene, entre otras señales
De ser conserva muy rica ,
Un sabor hacia botica.
Que le da cuatro mil sales. (Cowíí;.)
El tonto le trajo aqui.
Pensando que no le viera ;
A ser guindas no bebiera,
Pero con membrillo si. {DtVe.)
El suelo viéndole voy ,
Ya está el vidrillo inhumano (Come.)
Con la candela en la mano
Ahora, gran goloso soy ,
Tanto, que si amante fiel
Quiero alguna dama bella,
Me llego mejor á aquella
Que se ha afeitado con miel.
Una vez, sin resistirme
A mi golosina aguda,
Porque me comí una muda.
Me VI á pique de morirme;
En efecto , se ha acabado
El vidrio, y era forzoso.
Que en mí vida vi gustoso
Que pareciese pesado.
Hinchado estoy, prevenir
Quiero agua á mi dulce pecho.
Que el agua es mejor, SOSpeclin.
Para poder digerir : ( l!cl>e.)
¿Mi'mbrilliis? no hay que es|iaiitar
Que tan rebeldes estén,
Que hasta en el árbol también
Son tardos de madurar.
4
Sa/ín </ REY, CRIADOS, CIIILINÜHON
AUIiELIO, y un CRuno cnri una an
lorcha dentro de un fanal.
Triste vengo.
Yo mortal.
BEY.
En la cumbre de ese monte ,
Que averigua ese horizonte,
Pongamos esta señal.
AURELIO.
No le be enlenditlo á Terco.
REY.
Esta que lijo en la tierra
Es roja señal de guerra
Que publica mi deseo.
CHILISDRON.
¿Amigo Juanete?
JUANETE.
¿Amigo?
CniUNDRON.
(.4p. Ya el membrillo se comió.)
¿Acá estás también?
JUANETE.
¿Pues no?
AURELIO.
Que no os he entendido digo.
BET.
Subid vosotros , soldados ,
Y aquesta insignia fijad.
AURELIO.
Mire vuestra Majestad...
REY.
Hoy cesarán mis cuidados. •
CHILIXDRON (Ap.)
¿Cómo no obra el niezcladillo
De los polvos que le di?
JUANETE. [Ap.)
Aquello que yo comi
Sin duda no era membrillo.
CIIILINDRON. {Ap.)
Y ámi la burla se hiciera
En haberlo yo gustado.
JUANETE. {Ap.)
Pues parece que ha obrado
Más de lo que yo quisiera.
CUILINDRON. {Ap.)
Y le estoy temiendo yo.
JUANETE. {Ap.)
Porque un poco se deshace.
{¡lace gestos.)
CHILINDRON. {.^p.)
Parece que gestos hace.
JUANETE.
;Ay, ay, ay!
CHILINDRON.
(.Ap. Ello es, pegó :
Ahora verá loque trato
Para que salga mejor.)
Vuestra Majestad, Señor,
Detenga á Juanete un rato,
Porque puede ir á contar
A Hipólito tu intención.
RET.
Dicn decís.
JUANETE.
En conclusión
Vov á... {Quiere Irse.)
REY.
Juanete, no os vais.
ESCOGIDAS DE DON FRANCISCO DE ROJAS.
Mirad...
JUANETE.
Señor, advertid que estoy...
(.1/). ¿Esto tenemos ahora?)
CHILINDRON. (Ap.)
Lo délos polvos ignora.
REY.
¿Por qué os vais?
Jl'ANETE.
Porque me voy.
REY.
Decidme, ¿por qué?
JUANETE.
Después
Os lo diré: yole dejo.
BEY.
¿\ dónde vais?
JUANETE.
Al consejo.
REY.
¿Cuál?
JUANETE.
Al de cámara es.
REY.
Decid , ¿ á qué vais ahora ?
JUANETE.
A proveer en razón
De un dulce una petición.
Tiempo hay.
REY.
Pues vos más corrientemente
Me divertís.
JUANETE.
¿Quién?
REY.
Vos.
JUANETE.
¿Vo?
{Ap. Ese perro me engañó;)
SI , pero estoy muy corriente.
CaiLINDRON. {Ap.)
Lindamente lo he trazado.
JUANETE.
(Ap. ¡Qué traición tan grande haya!)
Señor, dejad queme vaya
Si no estáis acatarrado;
¿Mas qué me ha de hacer que huya ?
REY.
Chilindron.esto ha de ser.
Por Juanete iréis á hacer
Esta diligencia suya.
JUANETE.
Señor, mirad (¡ay de mi!)
¡Oh , pesia á quien me parió !
Que si no lo hago yo,
No puede hacerlo por mí.
REY.
Pues idos, si en eso estriba
Vuestro crédito no más.
JUANETE.
Perro, tillo pag;irás;
Si no lo mandáis, ya me iba. (Vasc.
BEY.
De esta manera ha de ser:
Solos hemiis de quedar,
Del monte en este pinar
Nos podemos esconder.
AURELIO.
Advertid...
Estáis muy viejo.
BEY.
Es grave dolor.
AURELIO.
¡Oh qué grande es vuestro error,
Pues desecháis un consejo !
BEY.
Sí , mas también llego á ver.
Que da un consejo el que es viejo,
Sólo por dar un consejo ,
Y no porque es menester.
CHILINDROtl.
Él vuelve con gran dolor
A servir al Rey aquí;
CoD la del martes le di.
Sff/í JUANETE.
JUANETE.
Dióme con la del doctor
Aunque va lie convalecido
{.Alacár.Ccsc )
De este prolijo accidente.
¡Ay, ay, ay!
CHILINDRON.
Diga, qué siento,
Acabe.
JUANETE.
Qué he recaído.
CniLIN-DIlON.
¿Dónde va?
JUANETE.
Vuelvo después;
Déjame ir , camarada.
CHILINDRON.
Purga tiene ya cortada
Para trabajar un mes.
(Descúbrele arriba la antorcha.)
REY.
{Ap. Ya está la señal segura
A donde solóse ve
Desde el camino , y podré
Ocultarme en la espesura
Del monte.) En fin , ¿habéis dado
En contradecir mi amor?
AURELIO.
Después de obrar un rigor,
Os pesará haberlo obrado;
Y si vuestras iras dejo.
Siendo cómplices los dos,
No os culparán solo á vos.
Sino á quien os dio el consejo.
BEY.
Decís bien, pero venid.
AURELIO.
Ello es fuerza obedecer.
BEY.
Aurelio, aquesto ha de ser.
AURELIO.
Rienda os doy , males , sentid ,
Y desboqúese el dolor
Precipiíado y valiente.
BEY.
Suba activo, y suba ardiente ,
Sí es luego , ál fuego mi amor. ( Vase.)
Sale HIPÓLITO con una hacha
encendida.
nirÓLiio.
A donde pongo las plantas
Apenas la visla pongo,
Mirando sí á Filomena
Descubro en el bosque umbroso;
Leí el papel (ay de mi!)
Extrañóle, jale lloro.
Y luáiilo disculpo attianlc ,
Vov sospechando celoso.
Al abono de su fe
Le di mi amor por lesoro ;
¿Massiipiiebra la hermosura,
Qué importarán los abonos?
Uos años há. dueño mió ,
Que no me he vislo en lusoji's;
¡Qué haya ausencia habiendo amor '.
¡Qué li;iya amor habiendo estorbos '.
La antorcha quiero poner
En la punta de ese escollo.
Aunque si la seña es fuepo.
¿Para qué la antorcha pongoT
Si llamas de amor intimo ,
Sirva de seña 50 propio.
Cueestt-es fuego artificial,
Y elenient:d el que arrojo.
¡ Oh qué ligero que subo ,
Y que confuso me ignoro!
¿Quién vio linces á los pies,
Y quién vio torpes los ojos ?
¡Qué callada esta la nuche!
jLos vientos qué perezosos!
¡Los árboles qué dormidos !
¡Qué mudo el cristal sonoro!
Para acecharme, sin duda,
Se piden silencio todos;
El cristal como parlero,
Y como amante el Fabonio.
Su amor el mió escribió ;
{Sube por una cuesta, y pone la en-
torcha.)
Mis celos era más propio.
Ue estos árboles presumo
Ocultarme en lo frondoso.
Por ver si de esotra parte
Descubro el dueño que adoro. ( Vaíf.)
Sale FILOMENA.
FILOMENA.
Desconocida del prarlo.
Asustada déla sombra.
Por la cristalina alfombra
Del bosque á un cerro he llorado.
Voces doy al monte hueco.
Que en viento me las resuelve.
Pues despegado me vuelve
Mis propias voces el eco.
lina Iu7. ve mi temor,
¡Oh si de mi esposo fuera !
Será la dicha primera
QuK ha visto á tiempo mi amor.
Mudo un recelo embaraza
Los pasos que me han guindo ,
Que cualquiera mal pasado
A otro mal futuro emplaj.a ;
Ya no espero dicha alguna ,
Siendo la fortuna quien
Me ha abortado, que también
Pare monstruos la fortuna.
{Sube por el monte donde está sa
espoto.)
Subir quiero , puesto que es
Esta la señal que veo.
¡Oh cielos, si mi deseo
Suplir pudiera á mis pies !
Peto, ó la vista me engaña,
O me lo finge el temor ,
O otra antorcha miro arder
Del bosque en esta montaña ;
Que es de mi esposo recelo ;
En dos montes miro iguales
Dos prevenidas señales;
¿Cuál será (¡válgame el cielo 1 )
La (|ue yo vengo á buscar t
Mayor mi mal viene á ser.
Que ames recelé el temer,
Y ahora temo el dudar;
PROr.NE Y FILOMliNA.
¿Qué prolija confusión
Mis temores atropella?
Violenta está ardiendo aquella,
{La de su esposo.)
Y esta arde con prevención ;
(LadelUeii.)
Arde esta más vigorosa .
(La de íueítiifsn.)
Arde estotra más prudente ;
(La del Rey.)
Esia dura más ardiente .
{La de su esposo.)
Y estotra más cautelosa ;
(La del Reí/.)
Pues este indicio preliero
A mi discurso mejor,
(Quiere seguir la dclücy.)
Cautela ha sido mi amor.
La cautela seguir quiero ;
Pero sin justa razón
Este indicio me desvela ,
Que quien supone cautela
También supone traición.
Seguir quiere mi dolor
Este más ardiente y ciego ;
{Yase á la de su esposo.)
Aquí es más activo el fuego,
Y donde hay fuego hay amor.
Aqui con mievos desvelos
(La de su esposo.)
Silencio el fuego ha enseñado ,
Si es fuego disimulado .
Este es el fuego de celos.
¡, Cuál, pues, cielos, vendrá á ser
i.o que sentirá su ardor ,
Celos, ira. fuego, amor?
Los celos quiero creer;
Crean los celos mis recelos
Con advertida prudencia ,
Que nadie lloró una ausencia.
Que no aludiese á los celos.
Esta senda he de buscar.
Yo la busco , y no la be h.illado ,
(Va á la del Rey, y no halla senda.)
Volver quiero á estotro lado ,
A Hipólito he de llamar:
;.llipól¡to? Aunque veloz, (t/ama rícia.)
Mi voí le provoque ciego.
Si no le ha hallado mi fuego,
¿Cómo le hallará mi voz?
Ahora el discurso empieza ,
Con que arguirme quería ,
Dejola sofistería,
Y entro en la naturaleza.
Aqui busca mi destino
Estampas á este horizonte ,
Aqui no hallo senda al nionic,
(La del Rey.)
Y aquí he encontrado el camino ;
(La de su esposo.)
Pues cuando en el mal que ignoro
Dudosa el alma se ve ,
¿Cuál de los dos seguiré.
El que veo ó el que ignoro ?
Fácil 4 este monte umbroso
La senda vengo á lograr,
Y si aquel voy á buscar.
Le extraño dificultoso:
Pues si pretendió acert:tr
Con sus intentos mi anior ,
Quiero elegir el peor,
Y el seguro he de olvidar.
Hoy mis aciertos se ven
En la elección que he juzgado ,
Pues nunca vi desdichado
Que hallase fácil un bien.
{Yase por la del /!<•'/.)
(Ilipíililo taja de la cuesta con la an-
torcha.)
31
De mi esposa en esta calma ,
0 es que como sirve al alma
Lisonjea este sentido.
Bajar á buscarle intento ;
lAy esposa! aire veloz,
Deja llegar esta voz.
No la embargue tu elemento.
¿Filomena? ¿Filomena?
Voces al viento voy dando .
No lo escucha: pero ¿cuándo
Se oye mejor una pena?
Va sobre aquel horizonte
La luz mataron mayor.
1 Ay de la luz de mi honor
Que anda también por el monto!
Que erró mi seña recelo ,
Irla pretendo á buscar:
Del monte por el pinar
Entraré.
FILOMENA. (Dentro.)
¡Válgame el cíelo!
HIPÓLITO.
El viento que se aconseja
Para mi piedad veloz.
Ya que me envía la voz
No quiso dejar la queja ;
Voz , que en tan violenta calma
A suspendenne has venido ,
No sobornes al oido
Si me has de irritar el alma ;
¿Mas cómo mi aliento deja
üe buscar este rigor?
í Mas qué se (lueda el dolor
Y no vuelvo á hallar la (pieja '
(Entra por una puerta ti sale por eUa)
Del monte el rústico pié
lircvemente he examinado,
Y en rojo matiz bañado
Este cabello encontré;
¡Hay indicios infelices
Para mi llanto preciso!
Derribar el árbol quiso
Quien le cortó las raices.
Sí el Rey (¡qué grave pasión!)
Pero no puede ser digo ;
Hoy viene á ser mi enemigo
Mi propia imaginación.
Más indieios liusco sabio ,
Hizo la crueldad su oficio ;
Sale FILOMENA bañada en sauprc,
suelto el cabello y tin chapines.
Iba 4 buscar un indicio.
Y encontré con un agravio.
Ángel bello , dulce esposa ,
Ignorado seralin,
¿Quién tu rostro de jazmín
tradujo purpúrea rosa?
; Ay OJOS de mis enojos,
A quien mi dolor provoca.
(.Arroja sangre por la locc.)
¡Sangre arrojas por la boca,
Y palabras por los ojos!
¿Quién le ha podido injuriar?
¿Qué activo dolor atroz,
{Hace señas y no puede hablar.)
Te heló en el cuerpo la voz ,
Que no me puedes hablar?
(¡lace señas que tiene el daño en la
lengua.)
¡Di, Filomena (¡aydemi!)
El que (¡ay cielos!) te ultrajó,
(.Señala con la cabeza , y las manos.)
¿Te cortóla lengua? no,
¿Ú te hirió la lengua? si.
(Hace señas que no , y que sí.)
Filomena , di , ¿qué ha sido?
Pur(|ue JO te vengaré;
{Toma sangre en la mano.)
Sangre me dices que fué ;
,'.Oue mi sangre le ha ofendido ?
Ahora, males, ahora ,
Acabadme de malar;
l.a ofensa be de examinar.
üime, ícónio fué. Señora?
{Quila la daga á Hipólito, y hace señas
que quiere escribir en la arena.)
¿Tumi acero para mí?
¿.No ves que ya csloy mortal ?
¿Escribir quieres lu mal
Kn la rubia arena?
FILOMENA.
Si.
CO.MEDIAS ESCOGIDAS DE DO.N FRANCISCO
HIPÓLITO.
Matarme intenta (;quées esto!)
Alivi;
HIPÓLITO.
Escribe: de celos rabio.
{Escribe sobre la arena, y lee él.)
«Tuhernianoel Rey...» (qué inliell)
Nuuca faltará papel
l'ara escribir uu agravio.
(Lee.) «Vengativo , fué Urano
Ooiitra la divina ley;»
Dejar quiero sólo al Rey,
Quiero borrar el hermano. {Horre.)
{Lee.) «Hizo en mí, luvo podur.-.a
jAy pena ! ay amor ! ay honra :
¡Que alumbre yo mi deshonra !
[Lee.) tTodo loque pudo hacer...»
¡ O si activo, ó si feroz.
Para aliviar mis pasiones,
Te quitara las acciones
Quien te ha quitado la voz !
(Borra la arena.) \ Siendo
.\rena vil, ¿cómo ahora
Guardas letras de mi acero?
; No le mataras primero ,
Y no lloraras ahora !
¿Huyes de mi, porque intente
Esla desdicha templar?
Contigo quiero llorar
.Mi pena: espera.
{\ase Filomena.)
Después de mi deshonor?
ACRELIO.
Desbocóse su rigor,
Y no parará tan presto.
HIPÓLITO.
Pues déjame de esla suerte
Vencer su ira repelida,
Daré á mi deshonra vida
Si doy á mi vida muerte.
AURELIO.
I Pues quién te ha dicho , Señor,
Si ya lu mal no lo adviene.
Que con lograr una muerte
un deshonor?
Sa/e AURELIO.
AURELIO.
Detente;
¿Dónde vas?
HIPÓLITO.
Sigo cruel
Mi agravio.
AURELIO.
Témplate sabio ,
Que con pensar el agravio ,
Podrás morirte sin él.
HIPÓLITO.
Espérame, Filomena.
AURELIO.
Quiérete avisar primero...
HIPÓLITO.
¿Por qué me llevas mi acero.
Si me has dejado tu pena?
Al'RELIÜ.
Que el Rey...
HIPÓLITO.
¡Ay honra perdida !
AURELIO.
Intenta...
HIPÓLITO.
Pasos turbados ,
¿Qué esperáis?
Con cien soUiaJos..
HIPÓLITO.
AURELIO.
Quitarte la vida
Deja .déjame pasar.
AURELIO.
Va que no he podido sabio
Estorbar tu grande agnvio ,
Tu muerte quiero estorbar.
HIPÓLITO.
¿ Cómo atajar puedo yo
El fuego en que llego á ardor?
AURELIO.
ida puede ser,
lerte no.
HIPÓLITO.
Dame un alivio á mi pena ,
sangre y mi amigo.
AURELIO.
El cielo tiene castigo.
Padre tiene Filomena.
HIl'ÓLITO.
Pnes para vengarme yo
Del deshonor ([ue hay en mi,
¿Me darás remedio?
AURELIO.
SI.
HIPÓLITO.
¿Me darás ayuda?
AURELIO.
No.
HIPÓLITO.
Ayudarme es justa ley,
Criándome.
AURELIO.
¡Estoy mortal;
.HIPÓLITO.
¿Qué respondes?
AURELIO.
Soy leal.
HIPÓLITO.
¡Y el Rey, mi hermano!
AURELIO.
Es mi R(
HIPÓLITO.
¿Qué he de hacer para mi pena
AURELIO.
Segunda vez te Índigo:
El cielo tiene castigo,
Padre tiene Filomena.
HIPÓLITO.
Pues suba mi queja al cielo.
AURELIO.
Baje al dolor mi tardanza.
HIPÓLITO.
Mi agravio pide venganza.
AURELIO.
Llanto pide mi desvelo.
DE ROJAS
HIPÓLITO.
A Atenas quiero partir.
AURELIO.
A mi Rey he de ayudar.
HIPÓLITO.
Ya yo me voy á vengar.
AURELIO.
Y yo me quedo A morir.
HIPÓLITO.
La venganza es justa ley ,
Hoy mi enojo ha de irritarle.
AURELIO.
¡Quién pudiera ir á ayudarle ,
Y quedarse con su Rey !
HIPÓLITO.
Filomena, ya me voy.
AURELIO.
Infante, el cielo le guarde.
HIPÓLITO.
¿Cuándo nos veremos?
AURELIO.
Tarde
HIPÓLITO.
¡Mármol quedo , fuego soy '.
AURELIO.
Mira no te hallen aqui.
HIPÓLITO.
No es mi injuria lan dichosa.
AURELIO.
Pues yo guardaré á tu esposa.
HIPÓLITO.
Ya está más segura así.
AURELIO.
Pues temor mío , esperanza.
HIPÓLITO.
Pues deshonra inia , enojos.
AURFLIO.
Lagrimas, cansados ojos.
HIPÓLITO.
Venganza , cielos , venganza^
JORNADA TERCERA.
Salen PROGNE t LIDIA.
Deja, Señora, el rigor
De tu pena y tu desvelo ,
Que el llamo es todo consuelo,
Y lodo le haces dolor;
¿Lloras de celos ó amor?
Este efecto que en ti veo,
Que estoy sintiendo, no creo
Que nace' á un tiempo y espira ;
Dime,¿es fuego de lu ira,
O es ardor de tu deseo ?
PROGiy'E.
Este mal que en mis desvelos
Violento el alma ha sentido.
Es achaque de un olvido
Con accidentes de celos;
Quejas les doy á los cielos ,
Y á mi dolor doy la palma ;
Estos que en suspensa calma
Exhalo libios despojos.
No lágrimas de los ojos ,
Trasudores son del alma.
Libia , yo te quiero bien ,
Contigo he de consolarme ,
Por ver si con referirlas
Pueden mis penas templarse;
El rey Teréo, mi esposo,
^'u rey de bs voluntades.
Muy dueño de su albedrío,
Muy marido, y poco amaule ,
llubiá tres años y más
(Pero déjame que extrañe ,
Cuando los lloro por siglos ,
Ouiitar por años mis niales),
Que se desposó conmigo
k.n el reino de mi padre ,
Siendo un poder instrumento
Para unir lazos iguales.
Viúme, extrañó mi hermosura;
Mírele, empezó á agradarme;
Habléle , admírele esi|Uivo;
Fingióme, baílele mudable;
Vio á mi hermana , es muy bermosa,
Adoróla por instantes.
Porque una ajena hermosura
La hace el deseo más grande ;
Esquiva la bailó á sus ruegos,
A mi sus iras atable ,
Ve que soy su esposa yo ,
Que es Filomena mi sangre,
Y ciego al mayor delito,
Sordo á las diticultades ,
(Como es pasión de ios hombres
Picarse de los desaires
Y recompensar á un tiempo
Las finezas con ultrajes)
Con ser yo quien le adoraba
Y ella quien quiso olvidarle,
La buscó como imposible,
Y me olvidó como fácil.
Venimos áTracia(¡ah cielos,
Nunca el viento favorable
Del trinquete y la mesana
Higiera el blanco velamen!),
Y en ella una noche el Key ,
Ya sin poder refrenarse
De su delito, eligiendo
A la sombra por imagen,
Solicitó (estaba ciego)
Con mi hermana (no fué amante).
Que no sabe violentar
Él que amar dispuesto sabe :
Kntre Dores del silencio
Oculta disimularse.
Para inlicionar su fama.
Mal intencionado áspid.
Libróse mi hermana, y yo,
Kompiendo dificultades.
La aconsejo que á su reino
Se retire con mi padre.
Mi amor templa el imposible,
A mis celos su fe aplaude.
Siendo esta la vez (|ue celos
Permitieron lisonjearse.
Y, en fin, una oscura noche.
Que á la estrella que la aplaude
La bailó para el daño lija,
^ anduvo á buscarla errante,
f-alió á recibir su esposo
I or la cristalina margen.
Que con pólvora de plata
Ksas dos montañas bate.
Cuatro meses há, que ausente
Lloro, sin saber quejarme,
Lágrimas que de mis ojos
Por mi rostro al labio parten;
Y como entran por la boca
De mis penas al mar grande,
Y de este mar de mi pecho
Son los ojos manantiales ,
Saliendo otra vezpo-- ellos,
A un tiempo muiTcn y nacen,
Kn perlas al proceder,
Y al fallecer en corales;
Filomena no parece.
De Hipólito no se sabe;
No sé si á su reino huyeron.
Ni sé tampoco en qué parle
Pueden haberse ocultado;
PKOGNE Y FILOMENA,
Sólo sé, que al preguntarles
A los criados del Rey
•Si de Filomena saben.
Aun callando con la voz
Lii dicen con el semblante.
Alguna desdicha temo.
Que á quien infelice nace,
Las que entraron eu sospechas
No saldrán sin ser verdades.
El Rey, mi esposo , estos dias
Quejas repite á los aires ,
Y en la mano de su ira
El cetro por asta blande;
Quéjase para consigo.
Sin dejar comunicarse.
Cuantos consagra á sus iras
Son sacrificios mentales.
Divertido muchas veces,
Y pocas veces constante,
Mace como que me quiere.
Sin querer hacerlo que liaco:
Si quiere fingir conmigo
Me finge de tan mal arte.
Que aiiuello que es aplaudirme
Sirve más para enojarme.
Y en fin
LIBIA.
Detente, Señora.
PROííNE.
¿Por qué , Libia?
LIBIA.
Que el Rey sale.
PROGNE.
Vete, pues.
LIBIA.
Ya me retiro.
PBOCNE.
A este lado he de apartarme.
Salen EL REY, CIIILINDRON
Y AURELIO.
Y vos, Aurelio, dejadme.
AlRtLlO.
Ya le dejo á vuestra Alteza.
REÍ.
¿No os vais?
CHILINDBON.
No me voy.
AURELIO.
Pesaros,
No os quisiera tan piadosos.
Ya que me rendis, nialailme. (Vase.)
REY.
¿No os digo que me dejéis?
CniLINDBON.
No, Señor, antes mandaste
Que no me fuese.
REY.
Mentís.
CHILINDRÜN.
Hablé por boca de sastre. {Vase.)
REY.
¿Soy el primero en el mundo,
Que sacrilego profane
Del templo del Dios vendado
Imaginarios altares?
ÁTan gran delito es en mi
Ser activo siendo amante?
¿Qué circunstancia un error
A la Majestad añade,
(,tne el que en el vasallo es leve,
En el rey viene á ser grave?
Pero esto ya lo conozco :
La nube, que al viento nace,
Mancha que cuajó la tierra ,
Porque al sol rubio le empañe,
Cuando en la falda de un monte
A empapar las llores yace.
No extraña que al monte ofenda ,
Y admira que al sol apravie;
Y es, que al sol cualquici a sombra.
Cualquiera niebla es baslaiitc
Para hacerle que no luzca.
Por ser rey de astros brillantes;
Pero á la tierra no importa
Que oscuras nieblas la manclicn ,
Poniue ella es poco elemento,
Y el sol es planeta grande.
El rey es sol de la tierra,
Los vasallos son capaces
De padecer yerros viles
Que en el rey fueran más graves;
En él se ven como á sol,
Aqui entre sombras se esparcen.
Allá entre luces se admiran;
Luego son más disculpables
Errores que hace un vasallo
Que delitos que un rey hace.
¡Que conociendo mi mal
No sepa yo remediarle!
;Que hallase camino al yerro,
Y á la enmienda no le halle!
Y este amor, que ya venciendo
Por segundas causas arde.
Ya no es llama de mi fuego,
Rebeldía es de mi sangre.
iQue Progne me esté adorando,
Y yo obstinado á mismales,
Cnanto me ofrece en finezas,
Kn viles despegos pague!
jQiie lio olvide á Filomena .
Y que en Tracia no la halle
Buscándola! ¿Quién vio á alguno.
Que al mismo que guiere agravie ?
El oro, pues, de mi fe ,
O se acendre ó se quilate
En su pecho, que es adonde
Se acrisolan voluntades;
Progne en mi memoria viva.
{Vuelve ¡a cara , y halla Progne).
PROGNE.
El cielo. Señor, te guarde ,
fura que. como en el alma.
En los albedrios mandes.
REY.
Escúcheme vuestro Alteza.
PROGNE.
Va vi salir de la cárcel
De tu pecho á tu dolor ,
Y con silencio cobarde,
Temiendo como infeliz,
Dudándote como fácil.
Mientras duraba ese afecto.
Que en ti suele ser mudable,
Como e.s manjar de mi amor
Ese incendio que repartes,
A mi deseo mandé
Que con tu voz se regale.
REY.
Sabe el cielo. Progne hermosa,
Que sois la divina imagen
Donde mi veneración
Postrada obediente yace.
PROGNE.
Aunque ese amor que tenéis
No se eternice durable.
Agradeceros deseo
Que deseéis siquiera amarme;
Para las tristezas mías
COMEDIAS KSCOUIDAS DE DON FKANCISCO DE KüJAS.
Fué antldolu suludable
Vut'Stro deseo, que, en lin.
Aunque el mérito os engañe.
El (|ue entra A ser deseoso
l'uedeser mañana amante.
FET.
Pues ¿de qué es vuestra tristeza?
PHOCSE.
Filomena ha sido parte
De mi cuidado en su ausencia,
Ue su pérdida en mis males,
Supuesto que no la hallan.
Ya en rios, ó ya en volcanes.
Lágrimas que' ciistal cobra,
Suspiros que guarda el aire.
BET.
( \p. ¡Ay, de mi! que con el nombre
Vuelvo otra vez á abrasarme,
Pues de la herida del alma
Se ha refrescado la sangre.)
Unos pastores dijeron.
Que con mi hermano y su amante
Fugitivos por el monte
Se huyeron, y el cielo sabe
Que á encontrar quien me ofendió
(>on celos para mi ultraje.
Átomos le hiciera leves;
l'ero mis temeridades ,
Encontrando á Filomena...
PROGNE.
En fin, Señor, ;,la encontraste?
V ¿donde esta Filomena?
REY.
Yo no la he visto. {Ap. Pesares,
¿No se librará mi voz
De mis penas inmortales?
Mi amor, mi voz, mis oidos.
Todos están incapaces.)
PR0G>E. {Ap.)
Subió mi agravio á su lengua,
Su rigor hizo el examen.
Porque la lengua de un rey
Es centro de las verdades.
BEV. {Ap.)
Pues no fingir, sentimientos.
PROGNE. {Ap.)
Pues lágrimas, anegadnie.
REY. (.ip.)
Vístase mi voz de injurias,
^o mi dolor de disfraces.
PROG\E. {Ap.)
Los suspiros que reprimo,
¿A qué esperan, que no salen,
Fuego elemental que sube
A inventar región mas grave?
RET. {Ap.)
A Filomena no olvido;
Arda. pues, inexpugnable
Este incendio, porque al viento
Con nueva forma se cuaje.
PROGNE. (.1;;.)
Que si encontró á Filomena,
SiiMido cruel, aunque amante ,
Claro está; mas no es posible ,
Aum|ue mi estrella lo allane ,
(,lue con todo su deseo
'l'üda su deidad profane.
RET. {.Ap).
Vojme, pues...
PRO.XE. {Ap.)
Yo me retiro...
REY. (4p.)
A buscar las soledades
A mi pena.
PROCME. (Ap.)
A que mi indicio
Kste agravio desentrañe.
RF.Y. {Ap.)
Y al ciclo constante juio ,
Que si Gira vez la encontrase...
PROGNE. {Ap.)
Y á los dioses doy palabra,
nuesi hay ofensa en mi sangre...
RET. {Ap.)
Segunda vez, callar quiero.
PROCNK. {Ap.)
Con su acero...; pero callen
.Mis venganzas.
1.EY. {.Ap.)
Yo me voy.
PROGNE. {Ap.)
¡ Ah! ¡quién pudiera apartarse
IJesI misma!
REY.
{\p. ¡Quién pudiera
Templar mis ansias mortales!)
(iuarde el cielo á vuestra Alteza,
l'rogne hermosa.
PROGNE.
El cielo os guarde.
ÍYanse).
Sale FILOMENA vestida de pieles, y
una daga desnuda.
FILOMENA.
Muere, indómito bruto coronado
l'.n la verde república del prado;
.Muere de aquesta suerte ; [muerte.
Porque eres rey, no más, te doy la
Si desde Albania, fugitiva fiera,
!)e Tracia te viniste a la ribera,
l'orque el sueño te engaña
Que tu enemigo corre á la campaña,
Aquel pino que mira ese horizonte.
Que es rey vegetativo de este monte,
Postrarlo presto espero
Al arrojado Hlode mi acero,
Y deshojar esperen mis rigores [res.
Al clavel, porque es rey entre las llo-
Sanó mi lengua, tiene voz mi labio,
Y está obrando la herida del agravio;
Pues fáltele á mi luz la luz del dia,
Y el luminar mayor la niebla fría
Ferie á la luz del sol comunicada,
Kmbolado halle el filo de mi espada.
Hollando al ofensor, pues, de mi agra-
[vio.
Mi voz se anegue entre mi lengua y
Csla fuente serena [labio;
ürote cristal, y se transforme arena.
Siegue la yerba el sol que mece el
[viento.
Mis iras sirvan para mi alimento,
.\unca llegue á colmarse mi esperan-
si del Rey no tomare la venganza, [za.
Tan satisfechas mis temeridades ,
Que á mi ejemplo se imiteu las cruel-
[dades.
Dos años há, que sola en esle monle
Me averiguan las luces de Faclontc;
Apenas escondida en la aspereza ,
Y de un roble en la rústica corteza
liesista el valor mió
l.as inclemencias del invierno frió;
Va mi amor de ser ciego es lince sa-
[biü.
Ya todo mi cuidado es de mi agravio:
Cielos, pues os movéis con tal mn-
[danza,
Infundidme la estrella de venganza;
Fiera soy vuestra , montes vigilantes,
^ á mis penas igualo los instantes.
Alma me falta, pues me falta honra:
(¡Cómo gasta la vidala deshonra!)
O si al guardado agravio que consiento
Sirviera de polilla al pensamiento.
Para que en la custodia de mis venas
Me royera la tela de mis penas!
El aire, el ave, y el cristal sonoro.
Todos hallan venganza, y yo la ignoro.
Aquel monle, que primero
Sufrió al año ofensas mil.
Ya le desagravia Abril
De las injurias de Enero;
Del ave el curso ligero
Halló su consorte igual,
Y el fugitivo cristal
Halló el centro á su corriente;
Pero mi mal solamente
Se descuenta con mi mal.
Clicie, que al sol enamora ,
Si con ingrato arrebol
Suele marchitarla el sol,
La reverdece la aurora;
Nube que el reüejo dora.
Aunque vierta su cristal ,
La entrega nuevo caudal
Aquel vapor diligente;
Pero mi mal solamente
Se descuenta con mi mal.
Heina la rosa divina
liel clavel y de la flor.
Para manos de rigor
Conserva arqueros de espina;
Yedra allí, al riesgo vecina,
No encuentra consorte igual,
Y con amor natural
La abraza el olmo prudente;
Pero mi mal solanienle
Se descuenta con mi mal.
{Tocan cajas i marchar dentro).
Arminio... pero eloidu me ha enga-
[ñado,
O el pino hiere al parche remeudaUo,
Que es mi deshonra infiero.
Que anda juntando fuerzas á mi acero.
l.éjos el son se proporciona sabio:
¡Qué bien suena esta música á n.i
Parece que ha cesado; [agravio!
{Cesa.)
¡Si mi deseo acaso me ha engañado,
Y viendo la venganza
Se revistió mi oido en la esperanza!
¿Ilusión es, que quién en esta tierra
Los indicios marciales de la guerra
Puede haber irritado.
Si no los acaudilla mi cuidado?
Dejar quiero el recelo,
Y quiérome volver al desconsuelo.
A la noche sigue el dia.
La calma á la tempestad,
Al viento serenidad,
\ ence el sol la niebla fría;
A la pena el alegría,
lil desengaño al encanto;
Al llanto el suave canto.
Sigue el olvido al amor;
Y sólo de mi dolor
ICs consecuencia mi llanto.
Sanidad goza también
Kl accidente mortal;
i'.ualquiera pensión de un mal
Tiene el desquite de un bien;
De la adversidad no hay quien
Vencer no acierte el encanto,
Deshonra hay, que cesa en tanto
Que se procura un rigor,
Y sólo de mi dolor
Es consecuencia mi llanto.
{Tocan en otra parle), [üúo
So hay bien alguno ; pero á aquesic
Segunda vez el parche se ha queja.! o.
Y lan cerca los golpes he semillo
Que mi voz no es capaz para mi oiilo.
{Tocan en dos parles.)
A estotro lado penelrarine aguardo
Ln la aspereza de este monte pardo;
Pero á estotra también nuevos acen-
[los
La raridad asustan de los vientos.
Por dos distintas partes
Bélicos instrumentos , y estandartes
Kntoldan la región del aire vano;
Per» en el hueco deste rohlecano
P.etirarnie procuro.
De su corteza hacer pretendo muro,
Iras de mis enojos,
Y sólo del corriente de mis ojos.
Escóndese detrás del roble , y salen
HirÚLITü TPA^UUO^. cada uno
por su puerta, vestidos de lulo.
niPÓLiTu.
Aqni en este monte fué,
Aquí fué. Señor, aquí,
El espec'.áculo triste
De mi tragedia infeliz.
Esta es la Inicia, Pandron,
Y oculto le traigo á ti.
Para que de tu venganza
Tomes el felice Un,
Pur holladas sendas, no,
Por ásperos montes, si ;
Sentidos no hemos de ser
Del viento apenas sutil;
Tanto como el valor propio
Ls necesario el ardid;
Disimulado se queje
El alambor y el clarin.
Ya en Tracia desembarcaste
Para tan honrosa lid
Con cuarenta naves tuyas,
Atenienses veinte mil.
De repente los cojamos
Disimulados asi.
Porque a un mismo tiempo sea
El vencer y el embestir.
Por la muerte de mi honor
Funesto luto vesti,
Y hicieron nocturnas aves
Honras a mi fama alli.
Aqui deshojó Teréo
La llor del mejor jardin,
Y de su purpúrea sangre
Cobró ese arroyo matiz.
En el padrón de esa arena
Yo propio la vi escribir
Letras, que desde los ojos
Al corazón traduci.
De ai|uel ignorado monte
En la rústica cerviz.
Con mi fuego elemental
El material encendí.
Alli... pero ya lo sabes.
PATlDROn.
Calla, Hipólito (ay de mil)
Y bástele a mi desdicha,
Que tan gran deshonra oi ,
Sin que para el llanto mío
Lo vuelvas á repetir.
El cristal de esos arroyos
Reducir cuido encarniin,
Y en el rio de su sangre
(iordan de humor más sutil) ,
De mis decrépitas canas
llemozar pienso el jazinin.
Muera Teréo , mas sólo
Una desdicha temi;
(Jue Progne, mi amada hijs,
(Lagrimas, ¿á que veiiisí)
Ha de ser despojo infame
Del cruel Teréo, s:
PP.OGNE Y KILOMLNA.
\o la hurtamos i la saña
De su impiedad.
HIPÓLITO.
Más feliz
Nos ha de ayudar la estrella,
Que agravios sabeinüuir;
Ya he enviado á llamar á Aurelio,
Mi tio, para ese lin.
Con una secreta espía
Que será nuestro adalid
Que nos guie, y que le avise,
i'ara que te pueda oir
Del palacio, y desde entonces
De uno y otro rebellín.
Que á los embates del cierzo
lia sabido resistir.
Tal incendio he de forjar,
Queá un tiempo cuido afligir
Al cielo con fuego noble,
V al sol con ceniza vil.
¡Ásperos montes de Tracia ,
Que á Filomena encubrís,
Si está Filomena viva!
;Si vive mi prenda'.
FILOMENA. (Dentro.)
Si.
HIPÓLITO.
El eco me ha respondido.
Volver quiero á permitir
La voz a mi lengua muda.
Yo vuelvo á hablar.
PANDUO:».
¡Ay de mi!
Que por consolar á Progne,
.\ Filomena perdí.
niPÓLITO.
¿Veré yo 6 mi esposa?
FILOMENA. [Dentro.)
No.
HIPÓLITO.
Eco del monte gentil,
¿I'ara qué me das consuelos
¿i has de volverme á alligu?
¿Uime si podré encontrarla,
^ a que respondes asi ,
Con venganza?
riLOMEMA. (Dentro.)
Con venganza.
HIPÓLITO.
Ko quede rubio pensil,
A quien Mayo, rey del año,
Bordó de rosa y jazmín,
Que cárdeno de mis iras
^o se reduzca á alhelí.
Venganza, al arma, venganza.
FiLOME.NA. (Dentro.)
Venganza, al arma, venganza.
HIPÓLITO.
Montes, eso si, eso sí,
En mi venganza y mi agravio
La indignación revestid.
PANDROn.
Si no me engaña la vista ,
Miro unancjjiio venir
Desde aquel monte á este llano.
HIPÓLITO.
Aurelio es, llégate aqui.
Sale AURELIO.
AURELIO.
Yo soy, Aurelio, yo soy.
Discreta, y piadosa vid.
Abraza el olmo caduco.
Que cortejó tanto Abril;
Dame los ¡liés, ¡oh Pandron!
PANDRON.
Porque descansara asi.
Los brazas del alma mia
fe quisiera prevenir.
HIPÓLITO.
¿Hallóte el criado?
AURELIO.
Hallóme.
HIPÓLITO.
¿líccibiste el papel?
AURELIO.
Si.
HIPÓLITO.
¿Súpolo el Rey?
AURELIO.
No lo supo.
HIPÓLITO.
¿Te ha visto alguno partir?
AURELIO.
No me ba visto.
PANDROS.
¿Progne es viva?
AURELIO.
Desquitarla á un tiempo vi
A la pensión del llorar
El desvelo del vivir.
HIPÓLITO.
¿Y Filomena?
AURELIO.
No sé.
HIPÓLITO.
¿Pues cómo?
PANnBOJi.
Muerte, venid.
AURELIO.
No ha parecido en el monte.
HIPÓLITO.
¿Y Teréo?
AURELIO.
Estádeailui...
¿Dónde?
AURELIO.
Una legua.
HIPÓLITO.
¿En la quima
Del bosque?
AURELIO.
Dejóle alli;
¿V i qué me llamas?
HIPÓLITO.
Escucha.
No eres...
AURFLIO.
Puedes proseguir.
HIPÓLITO.
El que fué...
AURELIO.
¿En qué te detienes?
HIPÓLITO.
¿Mi amigo?
Siempre lii luí.
HIPÓLITO.
¿No eres leal?
AURELIO.
Soy tu sangre.
HIPÓLITO.
Pues ove mi intento.
ítJ
Mi agravi
AtRLLIU.
Di.
HIPÓLITO.
I inleiilo vengar.
AUnELIU.
;.üe qué manera ha de ser?
HIPÓLITO.
Üe ti me vengo i valer.
AURELIO.
¿Cómo?
HIPÓLITO.
Til me ll:l^ lie ajudir.
ALUELIO.
¿Conlra quién?
HIPÓLITO.
Conlra mi lierm
ALRELIO.
Esa fuera desleallad.
HIPÓLITO.
¿No es primero mi amistad?
AURELIO.
No es primero.
HIPÓLITO.
Pues en vano
A este monte le llamé.
HIPÓLITO.
¿Til no me has aconsejado
Aquesta guerra?
AURELIO.
Asi fué.
HIPÓLITO.
¿Pues cómo intentas negar
Lo que tu labio irritó?
AURELIO.
Si, mas no te dije yo
Uue te habia de ayudar.
PANDRON.
Si en tu amor, como en mi espejo,
Se vio tu verdad desnuda,
A(|uel suele dar la ayuda ,
Que suele dar el consejo.
AURELIO.
Cuando á ser leal me obligo
Kii ülra opuesta balanza,
Aconsejo la venganza,
Pero no ayudo al casligo.
HIPÓLITO.
¿Sigues á mi hermano? Di.
AURELIO.
Es justa y debida ley.
PANDRO».
¿Porqué?
AURELIO.
Ha nacido mi Rey.
HIPÓLITO.
PAKDRO.N.
La ira indigno irrilada.
AURELIO.
Si, lo seré con la espada,
Pero no con el deseo;
Y asi, por darle más gloria,
Le pienso servir de suerte
Que me entraré por la niii^ri
Porque alcances la victoria.
HIPÓLITO.
ESCOGIDAS DE DON FRANCISCO DE ROJAS,
PANDRON. I
■^igue mi parcialidad,
l'ues tengo razón.
AURELIO.
No puedo.
Que no me loca, mirad.
Saber, viendo su pasión,
Si tenéis 6 no razón.
Sino que tengo lealtad.
HIPÓLITO.
A Prosrne pienso librar
Con tu valor, nuevo Marte.
AURELIO.
Yo bien quisiera ayudarte,
Mas no te puedo ayudar ,
Y antes de tu indignación
Se obligará mi amistad,
Que esla fuera desleallad,
Y esotra fuera traición.
HIPÓLITO.
Pues vuélvele.
AURELIO.
Va me vuelvo.
PANDRON.
flLOMENA.
Porque el mundo...
PANDRON.
¡Feliz suerte!
FILOMENA.
Vea...
HIPÓLITO.
¡Qué vida y qué muerte!
FILOMENA.
Que mi ira...
Mas ¿c
Pues deja
AURELIO.
Ya me voy.
HIPÓLITO.
; Nací infeliz!
PANBRON.
¡Muerlo soy!
HIPÓLITO.
^No te vas?
AURELIO.
Eso resuelvo;
Pero ya no he de poder.
Pues vuelve á estimar mi amoi
AURELIO.
Digo... ¡qué grave dolor!
HIPÓLITO.
¿Me ayudas?
AURELIO .
No puede ser.
HIPÓLITO.
Pues vele.
AURELIO.
Mas ¿en que dudo?
Oigo... mas voy á morir.
Sale FILOMENA.
FILOMENA.
Va no lo puedo sufrir;
No importa, que yo os ayudo.
Muera el traidor.
PANDRON.
¡Hija niia!
riLOME.NA.
(Vflse.)
Y á mis manos..
HIPÓLITO.
¡Filomena!
FILOMENA.
•o...
PANDRON.
¡Qué gran pena!
FILOMENA.
HIPÓLITO.
¡Quéosadia!
FILOMENA.
PANDRON.
¡Soy desdichado!
FILOMENA.
á los dos he hablado?
¿Cómo (contra mi dolor)
llejo ver mi deshonor
•Sin haberle yo vengado?
Adiós, padre, adiós, esposo.
(Vflse é dentro habiéndolos).
PAi>0R0N.
Espera.
FILOMENA.
No me sigáis.
HIPÓLITO.
Advierte...
FILOMENA.
Al viento llamáis.
HIPÓLITO.
¿Por qué te vas?
FILOMENA.
Es forzoso.
HIPÓLITO.
Seguirte importa á mi amor.
FILOMENA.
Esto á mi honor.
HIPÓLITO.
Tras ti iré.
PAt«DRON.
Pues DO la sigas.
HIPÓLITO.
¿Porqué?
PANDRON.
Dice que importa á su honor.
HIPÓLITO.
Ya la dejo, no la sigo.
PANDRON.
Venga á mi vida la muerte;
Hija, ¿cuándo podré verte?
FILOMENA.
En matando á mi enemigo.
HIPÓLITO.
Pues á mayores enojos
Irritemos la osadía.
PANDRON.
¡Ay,hija del alma mia!
HIPÓLITO.
¡Ay, esposa de mis ojos!
{Vanse.)
Sale JUANETE con una escala, mnrlt-
llo , linterna y clavos , lodo cubierto
con la capa.
JUANETE.
Desde que con los polvillos
lie la purga de ruibarbo
Me enjuagué todo mi cuerpo
;'.omo si yo fuera jarro ,
\ndo con mis negras tripas.
Con haber más de dos años ,
I menudo de esquina
Todo el cuerpo zabucado,
luda alguna, señores,
Los dulces eran pecados,
Pues ánn no los coineli,
Cuando los hube purgado.
Bien me pueden graduar.
Pues le probé al secretario
En esla Universidad
Cursos por cien licenciados.
Limpio estoy de todo dulce,
Y con haberme ensuciado
El bazo mi golosina,
Está como un oro el bazo.
Pensaba que era membrillo,
Y echábale tantos tragos.
Que de echárselos tan nuros,
Me vine á quedar aguado;
Pero aquí me he de vengar,
O nial han de andar las manos;
Elliadorpide la papa.
Pues con la paga cumplamos.
El Rey ha venido al bosque
A divertir sus cuidados
Con Progne, y Chilindroncillo
Me dirá disimulado:
Daca la purga ; mas yo.
Callando, piedras apaño.
El me engnñó con un vidrio,
Unaservillela, un jarro,
Un panecillo, conserva ,
Y el purgativo ruibarbo;
Pues ahora he de engañarle.
Pues traigo oíros tamos trastos.
Que se verán á su tiempo.
Aquesta cisterna abro
(.4^^í la dilema).
Que está dentro del jardin
Üe aquesta quinta ó palacio.
Va de burla : él me engaño
Por goloso; pues yo trato
Pegarle con la codicia:
Desde alli me está acechando
Con su tenia; pero yo...
(-.uiLiMDROM. {Dentro.)
Daca la purga.
Jl'AHETE.
Esto es malo;
Mala purga te dé un
Doctor de partido ; callo.
Soy yunque, quiero sufrir.
Yo le daré en siendo mazo.
El sale, quiero empezar;
Saco la linterna, y hago
Como que miro á la cueva.
Sale CHILINDRON habtándole.
cmusüms.
.Iiianete, si no me engaño,
Jurando está la cisterna
Con una luz; yo le hablo.
JUANETE. (.Ip.)
El ja viene; que te clavas.
CHILINDRON.
¿Qué haces aquí?
(Hace que te turba Juanete).
Jl'AMETE.
Nada, hermano.
CinUMURO.ll.
¿Qué es esto? ¿De qué se turba,
Y qué trae aqui debajo?
Dígamelo presto, acabe.
¿.No lo enseña?
JUAMETE.
Nada, hermano.
CIIILINDRON.
Descúbrase.
JUANETE.
¿Qué me quiere!
CHILI.VDRON.
Diga, ¿qué trae?
PUOGNE Y FILOMENA.
JUANETE.
Esto traigo.
(Vescúhrelo.)
CHILINDRON.
íA qué prendimiento va
Con una linterna y clavos.
Un marlillo y una escala?
¿nué es aquesto?
JUANETE.
Nada, hermano.
(Hace que se va.)
Si tú callaras, anii^jo...
CHII.INIIRON.
(.Pues hay hombre más callailo?
JUANETE.
.No es nada, quédese usted.
CHILINDRON.
Mas que le doy seis mil palos
Si Mome dice su intento;
Dígalo presto.
JUANETE.
Hable paso.
Porque .si nos oyen dentro
Somos perdidos.
CHILINDRON.
Sepamos,
,.Qué es esto?
JUANETE.
Yo lo diré.
Va se acordara usted cuando
Hizo el Rey á Filomena
Aquello, que no está un paso
Antes de el arrepentirse.
CnlLINDRON.
Va lo entiendo.
JUANETE.
Es, pues, el caso...
CHII.INDRON.
Acaba.
JUANETE.
Que Filomena
Traia... pero yo encargo
La conciencia, á Dios se quedo.
[Qmere irse y detiénele).
CnlMNDRON.
Vuelva, digo.
JUANETE.
[Ap. No va malo.)
Traía una jo\a puesta.
Que vale diez mil ducados.
Con unos diamantes fondos.
Cada uno como un muchacho.
I'ues ella, con la gran ira
De la injuria y del agravio...
Mas quédese usted con Dios.
{¡lace que se va y detióncle )
CHILINDRON.
Hable, no sea cansado.
JUANETE.
Arrojó todas sus joyas...
CHILINDRON.
No se vaya tan despacio;
í.Dónde?
JUANETE.
¿Eres buen nadador?
CHILINDRON.
I.n que es ser nadador bravo.
JUANETE.
En esta cisterna oscura,
ijue tiene de agua un estado;
\yer hallé á Filomena,
Y ella á mi me lo ha contado ;
Y así, con los instrumentos
Que ves, he determinado
¡'.ajar á sacar la joya;
Si tú quieres que parlamos.
Con esta escala podremos.
CHILINDRON.
Traidor, infame, villano.
Ladrón, suelta.
{Dale, y quítale todos los instrumentos)
JUANETE.
Señor mió...
CHILINDRON.
Suelte, digo.
JUANETE. (.4p.)
El se ha clavado.
CHILINDRON.
Las joyas de Filomena
Quiere hurlar el ladronazo;
Vaya de aquí.
JUANETE.
Sí haré.
CHILINDRON.
Tome, lome. (DaleS.
JUANETE.
Tomo y callo.
CBILINDROn.
Vayase.
JUANETE.
Siempre vusted
Me hace ir por todos cabos,
üye usted, no diga á nadie
Ksto que nos ha pasado.
Porque de mi mal intento
Yo, pecador, me retracto.
CHILINDRON.
Si no se va lo diré
A todos.
JUANETE.
Pues ya me parto.
Júpiter, Apolo y Venus
Le guarden cuatro mil años. (Vais.)
CHILINDRON.
Por Dios que le he de engañar,
Lindamente ha sucedido;
Ahora que ya se ha ido.
Yo me quiero desnudar. (Desnúdase )
Yo prevengo la linterna;
No fué la tracilla mala;
Clavo en el suelo la escala,
V entregóme á la cisterna.
¿A qué esperan mis cuidados?
Si es esta que arrojo aquí
(Clávela escala, y lleve la Unieran.)
Una joya que yo vi.
Vale los diez mil ducados.
Entro, y no tengo temor; (Entra.)
A bajar mi intento empiece ;
Un poquito honda parece,
Para eso soy nadador.
No trocaré mi caudal
Por el del Rey; bajo presto.
¡Qué bravo joyones!
Sale JUANETE.
JUANETE.
Esto,
No se va poniendo mal:
lil va bajando, y yo quiero
Darle ahora con mi traza;
Parece peón de plaza.
Que va á sacar un caldero.
Llego al agua, alegre estoy.
Tiro la escala en que estriba.
CHILINDRON.
¿Quién lira la escala arriba?
JUANETE.
No es nadie, amigo, yo soy.
CaiLINPDON.
¿Qué quicrest
i8
COMEDIAS ESCOGIDAS DE DON FRANCISCO DE ROJAS.
JUANETE.
Mis compasiones
Te vuelven asi á ajudar.
CHILINDHOn.
La escala me vuelve á echar.
JUANETE.
Yo quiero echarle escalones.
(.Saca una espuerta grande de piedras.)
C11IL1.\1)R0S.
Pses ten de mi compasión,
Poique me puedo anegar.
JUANETE.
Eslo está como ha de estar;
Servitor, seor Chilindron;
¿Halló los diamantes linos?
CHILI.NDRON.
jCómo, sien el suelo están?
JUANETE.
Diamantes no faltarán,
Pero Son algo cetrinos.
{Tírale una y.eJratla.)
Que le di en la chola, oiga,
Ahora su engaño purga;
Amigo, loma la |)urga; [Tírale.)
Amigo, daca la juya.
CHILINDRON.
;Qué me ahogo! ¡Ay. de mi triste 1
JUANETE.
Mi amor puedes alabar.
Pues que yo le hago tragar,
Y tú destragar me hiciste; {Tírale.)
Pero hoy has de ver, en lin,
Oue te líago mayor alcance ;
Mucho le he hablado en romance,
Qulérole hablar en latin.
Accipe. {Tírale.)
CHILINDRON.
Dime, ¿qué medras?
Repara en que he de ahogarme ,
Y lio tengo en qué alirniaruio.
JUANETE.
Afirmarte en esas piedras.
CHILINDRON.
Acabóse, di en el lazo;
Mi culpa paga la pena.
JUANETE.
La joya de Filomena,
Perro, traidor, ladronazo.
CHILINDRON.
Tu caridad y amistad
La escala llegue á ofrecer.
JUANETE.
La escala no puede ser,
Mas tome la caridad. (Tírale.)
CHILINDRON.
¿De tu amistad quién dirá
Lna crueldad semejante?
JUANETE.
Ali , si , tome csle diamante, (Tírale.)
yne se me olvidaba acá.
Porque mi piedad inlieras
Ya te quiero perdonar,
Yo le quiero repasar
Ahora las faltriqueras.
Lienzo es esle que he sacado
Be dineros retraídos.
¡Oh qué propio es de eslrenidus
Llevar el dinero atado!
Qué es eslo saber quisiera ;
Dos sortijas de diamantes.
Un jaboncillo, unos guantes,
liem una bigotera.
Voyme.
CHILINDRON.
A que arrojes espero
La escala.
No puede ser;
Harto me holgara querer,
Pero por Dins que no quiero.
Va yo quedo satisfecho
De cuanto llegue á verter,
.Ninguno podrá creer
La lastima que me ha hecho.
{Llévale ¡os vestidos
CniLINDRüN.
i.\o te mueven mis razones?
Échame la escala , acaba.
JUANETE.
Ah, si. que se me olvidaba.
La ropilla y los calzones.
CHILINDRON.
; Posible es que no te obligas
Viéndome desnudo asi!
Déjame salir de aquí.
JUANETE.
Ah , si , el calzado v las ligas.
Ah, Chilindron ¿hace frió?
No importa, que invierno es.
CHILINDRON.
;Qué tan riguroso eslés!
JUANETE.
Dios te guarde, amigo mió. (^'ase.
Sale EL REY.
REÍ.
Toda mi vida es temor ,
Pues todo hoy, sin descansar.
Me levanto dé un azar,
Y tropiezo en un error.
En vez de aves lisonjeras ,
Que son imán del sentido ,
Sólo en los montes he oido
Las nocturnas y agoreras.
Con el pico riguroso.
Por gran exirañeza alli ,
Simple á una tórtola vi
Que dio la muerte á su esposo :
O el sol no quiere lucir,
O si luce, no le veo;
Tengo hoy más tibio el deseo.
CHILINDRON. (Dentro.)
|Y'a cómo puedo vivir!
Aqui amenaza mi vida
Triste una voz irritada,
Del aire bien ayudada ,
Del labio mal permitida.
¿En mi jardin, quién ha hablado.
Para mi infelice suerte ,
Amenazando mi muerte?
CHILINDRON. (Ucntro.)
En efecto , le has vengado.
REY.
Y esta es propia semejanza
Que á mi grande injuria irrilo.
Que el que comete un drliio ,
Siempre Icme una venganza.
ICsta voz sigo (¡ay de mi!)
Porque intente mi crueldad.
Sale AURELIO.
AURELIO.
Señor, vuestra Majestad
RET,
Aureli
qué hacéis aqui?
AURELIO.
¡Señor, vengóle á contar,
] Que hoy se irocó tu fortuna.
RET.
I No me cuentes cosa alguna
I Que pueda darme pesar.
Que no le nombréis os digo.
AURELIO.
Pandron, el rey tu enemigo..
REY.
Dejadme : ¿en el viento vano
Oísteis aqui una voz
De un sentimiento irritada ,
¿No me dejaréis? Callad.
AURELIO.
Yo cumplo con mi lealtad.
CHILINDRON. {Deiilro.)
Subiré por la pared.
AURELIO.
'.4p. Cuando sus daños le digo ,
La voz á mi aviso culpa.
Debe de ser que esta culpa
Le trae buscando el castigo :
Mañana le avisaré.
Quiérale ahora dejar.)
Oid , que os quiero contar.
Sa/e CHILINDRO.N de la cisterna licito
de agua , y bañado en sangre.
CHILINDRON.
Gracias á Dios que llegué.
Tan mala la burla ha sido ,
Que me he pensado morir.
Mas yo me quiero vestir;
Kl se ha llevado el vestido.
{.Uústase el Reí/, y saca ¡a daga , y dé-
jala caer en el suelo.)
Hola, ¿qué es eslo? esperad.
¿Qué sombra es esta ó visión?
¿Quién es? quién es?
CHILINDRON.
Chilindron;
¿No lo ve tu Majestad?
REY.
¡Qué asi mi dolor me inquiete !
¿Quién aquí os entró?
CHILINDRON.
(Áp. Vo le hablo.)
Mi gran codicia , el diablo ,
.Ui mal discurso y Juanete.
RET.
6 Qué codicia os ha obligado
A caer en yeiro lal?
CHILINDRON.
Para eso es menester sal ,
Y yo estoy muy remojado.
Con vuestra licencia os dejo.
Señor, para otra ocasión ,
Y oslo diré de salmón.
Que ahora estoy de abadejo. ( Yase.)
AURELIO.
La Reina sale también
Al jardin.
REY.
¡Yo estoy mortal !
Ella es el fin de mi mal
Y el principio de mi bien.
Salen PROGNE y LIBIA.
PROGNE.
Vuestra tristeza , Teréo .
Me ha (raido i. divertiros.
( I; Mal reprimidos suspiros,
No le digáis mi deseo.)
Traigo i Libia , porque en tanto
(Jue se acuesta vuestra Alteza ,
Suspenda tanta tristeza
Con la suavidad del cauto.
Dios os guarde , Progne bella.
PROGNE.
Cantad.
RET.
¡Oh grave dolor!
Este amor no es amor,
luDujo es de alguna estrella.
{Canta Libia.)
De las venas de aquel monte ,
lUy que gobierna los riscos,
Se desangra un arroyuelo
Al mar , imán de los rios.
REY.
Esas metáforas sou
Üe un monle , y rey desangrado.
Conmigo pienso que ba hablado :
I Mudad de tono y canción.
: MüS callad , que se ha ofendido
I Con vuestro canto mi vida.
[Duérmese Progne.)
, De las voces suspendida ,
' Progne hermosa se ha dormido :
Idos , al mortal beleño
I De la vida se ba entregado.
; Qué feliz es su cuidado.
Pues se baila bien con el sueño !
{Progne soñando.)
PROGNE.
Filomena...
RET.
Ese es mi mal;
Pero mi mal es mayor.
Que es natural esc amor,
Y es mi amor accidental.
Irme quiero á recoger.
No la quiero recordar.
Cuanto me presta en amar
La pago en aborrecer.
Culpa tu suerte trocada
En tu desdicha forzosa.
Pues no siendo muy hermosa
Te hago yo muy desdichada. ( Xase.)
"ialta FILOMENA Zaí tapias con la daga
que le quitó ú su esijoso.
ULOMENA.
Salté las tapias valiente,
Y 6 la quinta me he venido,
Y con mi industria y mi agravio
A mi ofensor solicito.
Hacia aquí ha de estar la sala
O el templo, en que mi enemigo
Por la muerte de mi fama
Pienso que se ha retraído.
Kei|uerir quiero estas puertas;
Este es el palacio indigno
Donde mi inocente honor
Padeció el mayor martirio.
PROGNE. {Soñando.)
Espera, Filomena...
[Despierta , y vense las dos )
FILOMENA.
¿Quién?
PROGNE.
¿Mas , qué veo?
FILOMENA.
¿Qué miio?
PROGNE.
¿Filomena?
PnOGNE Y FILOMENA.
FILOMENA.
Hermana niia ,
¿Tú aquí?
PROGNE.
¿Cómo aqui has venido?
FILOME.NA.
T rajóme...
PROGNE.
Acaba.
rn.oMFNA.
Mi agravio.
PROGNE.
¿Qué agravio?
FILOMENA.
¿Le ignoras?
PROGNE.
Düo.
FILOMENA.
Va te acuerdas...
Habla quedo.
FILCMENA.
Ue la noche...
PROGNE.
¡Grave indicio!
FILOMENA.
Que eall...
PROGNE.
¡Fuerte dolor!
FILOMENA.
De palacio...
¡Ay hado implo!
FILOMENA.
A buscar...
PROGNE.
¡Grave recelo!
FILOMENA.
Por un papel...
PROGNE.
Fué el aviso.
FILOMENA.
A mi esposo...
PROGNE.
Fué violencia.
FILOMENA.
FILOMENA.
Erréle...
PROGNE.
Eres desdichada.
FILOMENA.
Y encontré...
PROGNE.
Tu mal colijo.
FILOMENA.
A tu esposo...
¡Suerte airada!
FILOMENA.
Intentó...
PROGNE.
Dinieel delito.
FILOMENA.
Violar...
PROGNE.
Aquí de mis ojos.
FILOMENA.
A mi honor...
PROGNE.
Habla.
53
FILOMENA.
Prosigo :
Escucha la circunstancia ,
Que luego oirás el delito.
Llegué al monte aplazado.
Mas un monleseniudaá un desdichado;
De un monte huello la cerviz altiva,
Muerto el honor y la esperanza viva,
Suello la voz del labio,
Y ella fué la trompeta de mi agravio,
Finge la voz Teréo,
Y no reparó en voces mi deseo ;
A sus lazos prevengo mis abrazos ,
Y nunca más que entonces fueron lazos.
Era la noche oscura.
Porque no se quejase mi ventura ;
Con silencio el traidor disimulaba ,
Y penseque de amante no me hablaba,
Pues preciso se infiere, [re.
Quesebablaménoscuandomássequic-
Volvi, pues, de mi engaño, volví larde.
Corrido el corazón ardió cobarde ;
A lo verde de un monte me retiro.
Siguióme por el rastro de un suspiro;
Huyo, pues, más adentro,
Era fuego su amor, era yo el centro;
Animóme, doy voces,
l.levúselas el viento por veloces,
liuégulequeme deje; mas él, ciego.
Hizo salsa á su amor del mismo ruego:
Irritase á mi voz, llamas respira
(Que era amor que se pudo volver ira).
Pierde alguna, y no toda la esperanza
Inclinase al afecto de venganza,
Y con infame mengua
Fija el acero en mi irritada lengua ,
Y mi sangre derrama.
Que era apetito, ynoeraamorsiillama.
l'ropecé en una hiedra fugitiva.
Que le ayudo laniliien por ser lasciva;
Irritarle nuenlaba mi paciencia ,
Impidióme la misma resistencia.
PROGNE.
Calla, no prosigas mas.
Por ese móvil primero
A cuyo curso se arrastran
Esos inferiores velos.
Que hoy ha de verse mi agravio
be mi impiedad satisfecho ,
Si no es que el cielo lo impida;
Mas no ha de impedirlo el cielo ;
Tuyo es no más el agravio,
Mío el agravio y desprecio;
A ti un honor le ba importado,
A mí un honor y unos celos ;
A tí el amor de tu esposo ,
A mi el amor que te tengo.
Pues amor, honor, venganza,
Celos , agravio y desprecio ,
Con ese acero que aqui
Se ha dejado , lavar pienso
Con su sangre su delito,
.Mi injuria, mí honor y celos.
Para que el nombre de Progne
Se escriba en bronces eternos.
(Va á vengarse , y halla el acero qna
dejó Teréo.)
FILOMENA.
Tente, que aquesta venganza
Me toca á mí ; pues no quedo
Satisfecha de mi agravio.
Si yo propia no le vengo.
PROGNE.
También este agravio es mío.
Di, ¿cuando hace un adulterio
Una mujer, no merece
La muerte?
FILOMENA.
Ya loconlieso.
PROGNE.
¿Porque?
CO COJ
FILOMENA.
Porque va el honor
De 9U espuso.
PROr.NE.
Luego es cierto,
Que si á mi me va el honor
Tuyo, siendo mi honor mesmo ,
Con adulterio y aiiravio
Incurro en el mismo duelo.
Luego con jusia razón
Cobrar ahora pretendo
De una muerte dos venganzas,
Y de un castigo dos premios.
filoiie:<a.
Si ; pero vuelvo á decir
Que no queda salisl'echo
Wi deshonor.
PBOGXE.
ISi tampoco,
Aunque le des muerte, creo;
l'ues tu honor no es tuyo ahora ,
Sino de tu propio dueño;
Su acero le ha de vengar.
FILOMENA.
Pues si ha ser con su acero ,
Este acei'o es de mi esposo ,
Y es el acero que un tiempo
Fué la pluma de mi agravio;
Y supuesto que le tengo,
Yo quiero poner el brazo.
Pues él pone el instrumento.
PROGNE.
Pues venguémonos las dos
Kn un sacrilego pecho;
Las dos somos agraviadas,
Y obrando las dos, con esto
Dos escrúpulos tan graves
Satisfacemos aun tiempo.
FILOMENA.
Pues yo tu consejo admito.
lAS ESCOGIDAS DE DON 1•RA^'CISC0 DE HOJAS.
FILOMENA.
Renglones de coral demos...
PBOCNE.
Demos lineas de carmín...
Pues yo tu valor apruebo.
FILOMENA.
¡Muera el traidor!
PHOGME.
De su sangre
Se salpique rojo el suelo.
FILOMENA.
Hoy una venganza aguardo...
PROGNE.
Hoy una victoria espero...
FILOMENA.
Para mi honor.
PROGNE.
Para mi honra,
FllOME.NA.
Démosle pasos al riusgo.
PROGNE.
Démosle iras al agravio.
FILOMENA.
y de su atrevido pecho...
PROGNE.
Y de su sangre alevosa...
LAS DOS.
A los mármoles eternos.
PROGNE.
¡Muera mi tirauo esposo!
FILOMENA.
Muera el ingrato Teréo!
{Vanse.)
Salen HIPÓLITO, PANDIIOS y AURE-
LIO, deteniendo á los dos.
AURELIO.
La puerta he de defender.
PANDROX.
Déjanos pasar, Aurelio.
Al'RELIO.
De aquí no intento apartarme.
HIPÓLITO.
Cobrar á Progne queremos.
Ya que la noche nos dio
La oscuridad y el silencio;
Hemos de llevarla digo.
ArBKLIO.
Como leal la deiiendo.
LOS DOS. {Dentro.)
Morirás.
FILOMENA. (Dentro.)
¡Muere, traidor!
;Muere, tirano soberbio!
REY. (Dentro.)
Espera, detente. Progne.
PANDRON.
Tened, esperad; ¿qué es esto?
PROGNE. (Dentro.)
Morirás.
PANDRON.
El Rey se queja.
REY. (Dentro.)
Filomena, tú me has muerto.
AURELIO.
Socorrer quiero á mi Rey.
HIPÓLITO.
Los dos á su cuarto entremos
A tomar en él venganza.
Salen PROGNE y FILOMENA.
No es menester; deteneos.
PANDRON.
¿Quién eres?
PROGNE.
Progne , tu hija.
HIPÓLITO.
¿Quién eres?
FILOMENA.
Tu infeliz dueño.
PROGNE.
Vengar mi :
¿Qué has hechoí
FILOMENA.
Vengar tus celos.
PANDRON.
¿Cómo fué?
PROGNE.
Desia manera.
HIPÓLITO.
¿Di, cómo?
FILOMENA.
Mírale muerto.
( Deicúbrese en una cama muerto
Teréo.)
PANDRON.
¡Gran valor!
PROGNE.
Nací tu hija.
HIPÓLITO.
¡Noble ira!
FILOMENA.
Llevo tu acero.
HIPÓLITO.
¿Pues qué es lo que ahora intentas?
Va sólo ahora pretendo,
l'ues muerto es tu hermano r] R«>y
Que quedes por heredero :
Rendirme puedo á esas plauU's.
HIPÓLITO.
Tus lealtades premiar debo.
CHILINDRON.
iNosoIros cómo quedamos?
JUANETE.
Pagados y satisfechos.
PANDRON.
Yo dichoso.
FILOMENA.
Vo con honra.
HIPÓLITO.
Yo con cetro.
FILOMENA.
Y vuestro perdón merezca ,
Si no mereciere el premio ,
De Progne y de Filomena
Esta fábula.
JUANETE.
Y su dueño
Se confiesa vuestro esclavo,
Supuesto que para serlo
No ha menester más señal
Que la de sus propios yerros.
OBLIGADOS y OFENDIDOS, V GORRÓN DE SALAMANCA.
PERSONAS.
FÉNIX.
BKATRIZ.
EI.Cíi.MIEDEBELFLOU.
CASANDltA.
JACINTA.
AIINF.STO.
EL CANCIIÜELO.
ZAJl.NTü.
EL CERNÍCALO.
EL MELLAUÜ.
CHISPILLA.
CRISPLMLLI).
JORNADA PRIMERA.
Sale FÉMX, medio destílala, dete-
niendo al CONDE, T BEATRIZ con
lut.
FÉKIX.
Cierra esa puerta, Beatriz;
No lias üe salir, vive el cielo.
BEATRIZ.
Ciérrela y quilo la llave.
coriDE.
Ko con nngidosextremos
Ue detengas.
FÉMI.
¡Vive amor,
Qat es dioá que manda en mi peiljn,
^ue 00 basda salir!
CO."(DE.
¿Qué importa?
Romperé por tus preceptos :
( lo d abrir y halla cerrado.)
jCcrrasle? Dame la llave.
Acaba, Beatriz.
BEATRIZ.
Ni puedo,
Ki quiero.
conDE.
Dime por qué.
BEATRIZ.
No preguntes á un no quiero.
CONDE.
Saldré por esas ventanas.
nEATRIZ.
Tienen rejas, Labia quedo.
CORDE.
Pues déjame ir, (|ue ya es hura.
BEATRIZ.
Mirad que iio duerme el viejo :
Oüt' ha más de una hora que escupe
V dos que tose.
CONDE.
En efecto,
¿Qué es lo que inlenlas de mi?
FÉNIX.
Si tú escucharas mi intento...
CONDE.
D:le, Fénix.
FÉ.SIX.
Ya le digo,
Mas quisiera...
COSDE.
Dilo presto.
jue me Olgas.
COXDE.
Agradecido
FÉXIX.
Eso repruebo :
No ama Dno el que a¡,'radece,
Que son, si de amor lo íuGero,
Disculpas de aborrecer
Los mas agradecimientos.
CONDE.
¿Cómo he de.escucharle?
FÉMX.
Amante.
CO.NDE.
¿Y en qué podrás conocerlo?
FÉMX.
En tu atención.
CONDE.
El amor,
¿Quién le colige en lo atento?
FÉNIX.
La atención supone amor.
Disgusto el divertimiento ;
Bien quiereaque! que escuchando
Se transforma en los conceíos ;
O es veneración ó amor
Aplaudir los sentimientos :
Afecto dice escucliailos,
Odio arguye no atenderlos;
Luego para conocer
El amor en dos sujetos.
Aquel se hallará más fino
Que estuviere más atento.
Pues at^ nto he de escucharle.
FÉNIX.
Ove.
CONDE.
Prosigue.
FÉMX.
Ya empiezo :
Desterrado de la corte
Habrá dos años y medio
Que llegasles, señor Conde,
A esta ciudad de Toledo;
La causa pocos la saben,
l¡ decis que fué , mas dejo
Por lo que loca á mi honor
Lo que no importa al suceso.
Era yo en esta ciudad
A los galanes objeto,
A las hermosas envidia ,
A las discretas silencio,
A los cariños desden,
A las porfías desprecio,
A los méritos descuido,
A los cuidados trofeo ;
Y si tuve algún amor,
Le consentí tan honesto.
Que le evitó mi atención
Las circunstancias de ciego.
Salió una mañana el sol.
Que anda también con el tiempo,
A rizarse la guedeja
Del Tajo en el claro espejo;
EL BORREGO.
DON LUIS, viejo.
DON PEDRO, estudiante
UN ALCALDE MAYOR.
Y de admiración y envidia
A verle salir tan bello
En el rigor del Diciembre,
Calmó borrascoso el cierzo,
Cuando á divertir el año
Desordenadas salieron ,
Bien que con nieblas del manto,
Las más Dores de Toledo;
Yo, muy rosa en lo temprana ,
Muy azucena en lo honesto.
Dueño de las voluntades
Y de mi alhedrio dueño;
En un coche repeti
Por el margen lisonjero
Del rio que infunde avisos
Las estampas y paseos;
Escuchaba yo de todos
De paso aquellos requiebros
Que oyéndolos tantas veces
Siempre parecen tan nuevos;
Llegaste tú en un caballo
Dos veces á verme atento,
La primera vez por uso,
La segunda por deseo.
Rogábate que le fueses;
Tú, porfiado, sin ser necio,
Conociendo en mi semblante
La fuersa que hice á mi ruego,
Obligando con suspiros
Para indicios de tu incendio,
Pues los recibiste en aire
Y los resolviste en fuego.
Lisonjeando tu voz
De tu grande entendimiento
Por la senda deloido
A mi corazón tu afecto
Tomo por firme padrón , -
Aunque esculpió duraderos
Con el buril de la lengua
Renglones de fe en mi pecho;
Pues mis ojos envidiosos
De mis oídos, sintiendo
Que entre amor por los oídos
Y que no entrase por ellos.
Se anticiparon también,
Y. en efecto, compilieron ,
Ellos de oírte obligados.
Estos de verle suspensos.
Tanto, que para (|uererte.
Como amarte fué precepto,
Del sentir \ del mirar
Te sobró el merecimiento :
Ilasme querido dos años ,
O liaslo dicho por lo menos.
Dos años te be desdeñado.
Hoy confieso que te quiero;
Por m.iyor mi incendio allano.
Por iiii'iior mí mal te cuenlo.
M:is lieinpo es para una dama,
AuiH|ue sea su galán niesmo,
A'|uel en i|iK' ama obligando.
Que no el (|ue oculta fingiendo.
Salí esta noche á escucharte
A esa reja y, cnefcclo,
A tu ruego convencida ,
G2
Y ohli^Mda á tus afectos ,
Como la puerladel alma
Te abrí la de mi aposenlo.
Porque no haRa un edificio
Más fuerza (jue lii/o mi pecho.
Entraste, falló la luz.
Que la recató el secreto,
Pero la luz noeslorbaha
A un amor que estaba ciego;
Hablamos, estuve lina,
Pedi celos sin tenerlos,
Que no hay {jusio en el amor
Si no hay picante de celos;
Silenciosamente , oh Conde !
A que hablamos en requiebros ,
Que amores á media voz
Siempre tienen mejor puesto :
Y como no me mirabas ,
Aunque me estabas oyendo,
Todo transformado en ti
Se divirtió tu respeto.
Hurtar mi fama procuras.
Sólo á mi hermosura atento,
Que como es ladrón amor
Se pagaba del silencio:
Resislome, solicitas,
Lloro y mis lágrimas templo,
Que aunque las vertió el dolor,
Las enjugó mi deseo.
Dasme palabra de esposo.
Que es la añ;ig3Z3 ó el cebo
Con que á la red del engaño
Se abalen los pensamieulos.
Creile, nací mujer;
Tuve amor, hállete tierno;
Vuelvo á resistirme más ,
Porfió, fué cumplimieiilo ;
liuégasme, cierro el discurso ;
Lisonjeas, yo te creo;
Vuelvo á dudar, tú te enojas;
Y, en fin , aquí de mi aliento
Perdi... ¿cómo he de decirlo?
;.Mas pnra qué me detengo
Ln ir buscando disfraces
Para decliirar mis yerros?
Que viéndome á mi amorosa.
Hallándote á ti severo.
Viéndote á ti que me olvidas.
Viéndome á mi que te ruego,
.^un más que no con mi voz
Te dice con lu despego,
Y apenas (iqué fuerte lance!)
Profanaste (¡grave empeño!)
Mi fama (¡cruel desastre!)
Cuando (¡este si que es tormento!)
Despegado (¡qué tibieza !)
Te sales (yo lo merezco)
De mi retrete (eres hombre)
A esta sala (¡qué grosero !)
Oniéresle ir, no lo permito;
Porfías, la puerta cierro;
Y agora que ya me escuchas,
O bien airado ó violento,
Quiero aprovechar mi queja
Y dar voces al desierto
De tu corazón, que antes
l>a población de aféelos,
l'or ver si alguna reli(|ni3
Desos ya carlinnes niuerlos
Al soplo de mi razón
Se aviva en lu ardiente pecho.
{Mude representación.)
COMEDIAS ESCOGIDAS DE DO.N FRANCISCO
Sino manchas que le borran,
Nieblas que le agravien ciego;
¿Qué accidente, respondedine.
Se ha crecido á vuestro celo.
Que lo que en vos fué voz ncb'e
Se ha vuelto infame silencio?
SI es por andar con el uso
Renovar los sentimientos.
Pues sois al desden afable
Y desconocido al premio,
N'o seáis como los más.
Pues nacisteis de los menos,
Dejail para la vulgar
La eniivoiiiencia de entero.
A esla regla de olvidado
Dadle la excepción de cuerdo,
Y sed . siendo más que todos.
Imitación de vos mesn.o.
Recompensad , pese á ml ,
Todo mi honor con el vuestro.
Pues en la sangre os compilo
Y en el amor os excedo.
Del uso os dejais llevar,
¿Y queréis gozar tan presto
Del haber nacido hombre
El infame privilegio?
No, señor, eso no os halle
Dentro de vuestro conecto.
Que tanto como mi fama
A vuestra opinión atiendo.
Templaos mas en las violencias.
No deroguéis , poco alentó.
La ley que habéis promulgado
En favor de mis deseos.
Renovad vueslra palabra ,
Para que en decente lecho
Unan nuestras voluntades
Firmes lazos de himeneo;
Y cuando la dilatéis.
Que la confirméis os ruego.
Que á vos no os cuesta un cuidado
Y á mi me vale unconsuelo
Ya porque habéis profanado
De mi honestidad el templo,
¿Agrava para mi culpa
La obstinación de quereros?
Pues quereros pienso, Conde ;
Y asi con aljófar nuevo
Que en mis párpados por concli:is
Cuajó el mar del senlimienlo,
Substituyendo á mis ojos
De mi labio los secrelos.
Que en el deshonor es bien
Hable más quien habla méms ,
Os ruego (aun este es mi daño)
Que am-inle, si podéis serlo,
A la coyunda durable
Rindáis el erguido cuello ;
Y si no, viven mis ojos.
Que llamasteis vuestros cielos,
()ue he de reducir en iras
Cuanto en caricias dispenso.
De mi razón y mi agravio
He de forjar tal acero.
Templado al fuego del alma
En la fragua de mi esfuerzo.
Que con él , si, vive Dios,
Os he de hacer... mas no quitro
Obligaros con rigores.
Cuando con finezas puedo.
Hermosa soy, y es vergüenza
Desconfiar de mi lan presto.
Pues rogar con amenazas
Es decir que no os merezco;
Y asi airada y amorosa.
Con ruegos os amonesto,
1 dude Con enojos os aviso.
Con iras os aconsejo.
Que os reduzcáis cariñoso,
Que os reconozcáis disrreio.
Que os delerniineis activo,
Y que os resolváis atento
A avivar segunda vez
Ese ya templado incendio.
Puesto que para prenderle
Os estoy prestando el fuego.
Por(|ue si vuelvo á enojaimc ,
Y estas venganzas remuevo.
Que en el fundo de mi llanlo
Han hecho amoroso asiento.
Indignada, como hermosa ,
Rabiosa , como con celos ,
Resuelta, como sin honra ,
Airada, como sin riesgos.
Os sabré dar el castigo
Que merecen vuestros yerros ,
Pues mucho más que mi agravi
Senliré vuestro desprecio.
CONDE.
Fénix peregrina y bella.
Raro prodigio de amor,
Para tanto prado, flor.
Para tanto cielo, estrella ;
De enamorado os confieso
Que al mirar vuestra beldad ,
También con la libertad
Llegaba á perder el seso.
Pero ya con los despojos
De vuestro llanto y mi ruego ,
Si ánies mi amor era ciego,
Agora es amor con «jos;
Que vueslro prometí ser
Me habéis llegado á culpar;
¿Quién no promete al desear
Por llegar al merecer?
Yo os prometo ser constante
En lazo más cariñoso.
Como olvidando lo esposo
Me consintáis en lo amante.
Esta entereza segura
Que de mi fe compro al precio.
Aunque le llamáis desprecio,
Yo le nombraré cordura.
Hoy me suspendo neutral
Por no ver sin vista á un dios :
Sois hermosa , pero vos
No habéis nacido mí igual.
Decir que da calidad
A la sangre la hermosura ,
Sobre opinión mal segura
Es necia vulgaridad;
Mas tened por infalible
Que os he de amar y querer;
Pero este amor ha d"e ser
Solamente en lo posible.
Y siempre en el casamíeulo,
Si lo discurrís mejor.
Mucho más que por amor
Se quiere por cumplimiento.
Antes con violento ardor
Sólo os quise porque os vi ,
Y después que os merecí
Os quiero con más amor.
Serviros quiero y pagar
Lo más que os puedo deber ;
Pero aunque os debo querer.
Yo no me puedo casar.
Y, en fin, no fuera decencia
Que engañada os deje aquí:
Vos sois discreta, y así
Me voy con vueslra licencia.
De suerte , oh vil homicida
De mi honra perturbada.
Que por no verme engañada
Quieres dejarme ofendida :
Sin que cumplas no saldrás
Lo que tu amor prometió.
COMiE.
¿Deque te quejas, si yo
Quiero como los demás?
FÉNIX.
Con mis iras le amenczo.
Or.LIGADOS Y OFENDIDOS, Y GOIíHON DE SALAMANCA.
CONDE.
Fénix, de ti ¿qoién temió?
BEATRIZ. (.4p.)
Loque más le alabo yo
Es el buen desembarazo.
¡Bergantes hombres, esto efi
Ser rocas y ser diamantes!
¡Cuáles son antes del antes!
¡Cuáles después del después!
FÉ^^lX.
Dar 6 mi pena un consuelo
Atajándote podré.
CONDE.
No me tongas que echare.
Fénix, la puerta en el suelo.
FÉ.NK.
Ta tu crueldad me da indicio
De tu inilignado rigor,
Que á quien derribó un honor,
¡Qué le estorba un edificio?
lias si vastan hilo ahilo.
Cuando á tu desden igualo.
No las lágrimas que exhalo
Sudores si que destilo.
Si pueden...
CONDE.
¡Grande porna!
FÉNIX.
Cosstantes...
CONDE.
¡Grave pensión!
FÉNIX.
Concertar tu corazón
Las ansias de la fe mia,
I'orque mi esperanza incierta
El puerto pueda lograr...
CONDE.
¿Qué quieres?
FÉNIX.
Quiero rogar...
(Llaman.)
¿Qué, llamaron á la puerta?
BEATRIZ.
Tu padre nos ha sentido.
FÉMX.
¡Válgame Dios! Qué he de hacer?
Vos os habéis de esconder.
CONDE.
En mi vida me he escondido.
FÉNIX.
¿No veisque si le abro aquí
Nos ha de hallar á los dos?
V esto no lo haréis por vos.
CONDE.
¿Pues, por quién , Fénix?
FÉNIX.
Por nsi.
CONDE.
Pues que me arroje me deja
Por huir esta ocasión
Agora desie balcón
A la calle.
FÉNIX.
Tiene reja.
CONDE.
Pues yo no me he de ocultar.
FÉNIX.
Esto habéis de hacer por mi.
DON LUIS. (Dentro.)
Ah , Beatricilla , abre aqui.
BEATRIZ.
Ya voy. Señor.
CONDE.
¡Qué pesar!
FÉNIX.
¿Esto en tal nobleza cabe?
¿Esto es fineza? ¿Es amor?
DON LUIS.
¿No aciertas i abrir?
(Anda Beatriz con la llave en la
puerta.)
BEATRIZ.
Señor,
Está dañada la llave.
FÉMX.
¿Asi de mi opinión cierta
Profanáis la fama aquí?
DON LUIS.
fíchame la llave á mi
Por debajo de la puerta.
BEATRIZ.
Cogióme, todo lo sabe.
CONDE.
Fénix, pues si esto ha de ser...
FÉNIX.
Acabaos de resolver.
BEATRIZ.
No puedo sacar la llave.
DO!» LUIS.
Acaba.
CONDE.
A esta sala entro.
(Métele en la reja y cierra la ventana.)
FÉNIX.
Aquí te puedes quedar.
Porque le podrán hallar
Si te escondes allá dentro.
coriDE.
Cn bronce obstiD)do labras.
FÉNIX.
Entra en la reja.
CONDE.
Si haré.
FÉNIX.
¿Has cerrado?
CONDE.
Ya cerré.
FÉNIX.
Bien puedes abrir.
BEATRIZ.
Pues abro.
Sale DON LUIS.
DON LUIS.
Fénix, ¿lú vestida aqui?
BEATRIZ. (.\p.)
Todo lo llegó á escuchar.
FÉNIX.
Señor, oite llamar,
Y salgo á buscarte asi ;
De tus dolores prolijos
Di el sentimitnlo mortal;
Declara , señor, ln mal :
Di, ¿qué tienes?
DON mis.
Tengo hijos.
BEATRIZ. (Ap.)
É\ siente de tu deshonra
;Ay Dios! la mortal herida.
DON LUIS.
Que me han de coslar la vida.
Pues me han de quitar la honra.
(Ap. Por mí lo dice sin duda.
Sin duda al Conde sintió.)
Señor, Si fué culpa yo...
FÉNIX.
Estoy muda
DON LUIS.
En cosas del pundonor
No puedo tener paciencia
FÉMX.
(.4p. Yo le digo mi dolencia
Al remedio de mi honor.)
Yo confieso que infiel
Tu decoro profanó,
Pero palabra medió...
DON LUIS.
No estés volviendo por él
Ni con promesas te encante,
Que tantas veces las dijo.
Que aunque es tu hermano y mi hijo.
Le basta ser estudiante.
A Flándes le quiero enviar :
Sirva al rey, cuerpo de Dios.
FÉNIX.
(Ap. Corazón volved en vos.)
Señor, diine tu pesar.
Declárame tus cuidados.
¿Qué ha sido, Señor?
DON LUIS.
Perico
Me ha jugado cien ducados.
FÉNIX.
¿Por eso te desesperas?
DON LUIS.
No espere de mi una blanca ,
No h;i de ir más á Salamanca :
Los ladrones, á galeras.
FÉNIX.
r.n efecto, ¿no dirás
('.(iiun tan larde has sabido
Lo que aqui me has referido?
DON LUIS.
Escúchame y lo sabrás :
Ya sabes tú que le di
iJn real sobre otro contados
Para el curso cien ducados
No há diez dias.
Señor, si.
DON LUIS.
Puesporque á piedad me obliguo
A(iuesta noche ha llegado
El iiicaro del criado
Cuu esta carta.
FÉNIX.
Prosigue.
DON LUIS. (Lee.)
« Jesús, María y José. — Padre y Se-
sñor : Por esta sabrá vuesa merced
ícomo he jugado el dinero del curso;
• pero consuélese vuesa merced que
• lo perdi con cincuenta y cinco; no me
«sucederá otra vez, por(|ue tengo he-
»chn juramento de no envidar sin te-
snerlas de mano. Ya sabe vuesa mer-
«eed que el que no come tiene pena
»de muerte : vuestra merced tiene
«obligación de sustentarme, que yo
»no le pedi que me engendrase. Yo
«estoy tan quieto, que ya no dejo que
• nadie riña conmigo. Ayer me rogó
iitnnlo un aragonés, que le costó un
»ojii de la cara; porque vuestra mer-
Bced iiu diga i|Me soy perdido, ahi le
«envió á C.risiiiiiillo; vuestra merced
>mc le \uclva á enviar luego al punto
"-t COMEDIAS
• con el plus, por olro nombre pecu-
«nia. Gii;irile Dios a mi pailrecito, viejo
Ȓle mi alma, ImijUre de mis ojos. Sa-
«lamanca y postrero de Ociubre. Su
«humilde hijo, Perico. Vuestra mer-
!ced diya á mi hermana me enco-
i-niiende á Dios, que yo, aunque in-
• digno, me acuerdo della en mis ora-
íciones.»
iHay tauRranbellaqueria!
Yo apostaré. Fénix, yo
yueen toda su vida no
lia rezado Ave María ;
Pero que vieses quisiera
A eslütro medio estudiante :
¡Ah Crispinillo, ah , bergante I
CRISPIMLLO.
¿Señor?
DON LUIS.
Salid acá fuera.
Sale CRISPIMLLO vestido de gorrón,
con unas alforjas, bolas y esp:it'li:s.
CRISPINILLO.
Adsum.
DON LDIS.
¿Vos venis, en üji,
Desde la Universidad?
CRIEPI.MLLU.
Eliam Domine.
DON Ll'IS.
Callad,
Picaron , no habléis latin.
CRISPIMLLO.
Son possum.
DON mis.
No me engañéis,
Muy preciado de estudiante,
(.011 decirme á cada instante
Tres latines que sabéis ;
¿Con bolas y con espuelas
Y alforjas? no lo he entendido,
¿Pues sobre qué habéis venido?
CltlSPIXlLLO.
Señor, sobre cuatro suelas.
La industria , por Dios , me agrada.
CRISPIMLLO.
Kslo es, si queréis oillo.
Como f! (lue trae un palillo
Sin haber comido nada.
DON LDIS.
Cid.
CnlSPINILLO.
¿Qué mandáis?
DON LDIS.
Yo OS llamo...
CRISPINILLO.
¿Qué es lo que vuarced pretende'
DON LUIS.
¿No me diréis en qué entiende
Kl ladrón de vuestro amo?
¿Qué vida trae ó que hace ?
CnlSPlMLLO.
En fin , Señor, me mandáis...
DON i.uis.
Que su vida me digáis :
Decídmela.
CRISPINILLO.
Queme place;
Pero habéis de estarme alentó
A mi labia prevenida ,
Pues de paso con su vida
Os pintaré su aposento.
Nuestro estudiante, amo mió,
V seis que con él están,
ESCOGIDAS DE DON FRANCISCO
Vive pegado al Dean ,
Junto a la Puerta del rio,
Que para sus malas mañas,
Es barrio de mejor modo;
Tiene el aposento todo
Colgado de telarañas ,
Adonde pudieras ver
De cordeles y de pino
Una cama de camino
Como muía de alquiler ;
Y advierto que no te espanto
Verla tan mal comparada.
Pues sobre ser alquilada
Se derrienga cada iiislanic.
No hay más pintura y reliuto
En su aposento infiel
Que una espada y un broquel
Y un candil de garabato ;
Hay, por si comer previene,
(Porque hay diasque se trae)
Una mesa que se cae
Y una silla que se tiene.
Compró, por si acaso hiela.
De paño una mala capa;
Tiene un espejo sin lapa,
Y un cepillo que se pela.
Tan vieja guitarra en ser
Toca, en muchas ocasiones .
Que á no ser por los boiduiu's
No se pudiera tener;
Tiene un arca infame luego
Peg:ida junto á la cama,
Muy maldita para dama
Porque se abre á cada ruegn.
DON LUIS.
¿En qué entienden, os prcgunio,
Él y Otros seis de Madrid
Qué viven juntos?
CRISPINILLO.
Oid
Loque hacen punto por punto.
FÉNIX. {Ap.)
Que el Conde escucha imagina
Lo que habla.
BEATRIZ. (.4p.)
Oir.i mil consejos:
Mas no puede , que eslá lejos ,
Y está echada la cortina.
FÉNIX. [Ap. á Beatriz.)
Este secreto que allano,
A mi fama corresponde ,
Que no ha de saber el Conde,
Si puedo, que tengo hermano.
CRISPINILLO.
Para limpiar la persona.
Servirse con opinión ,
Cada uno tiene un gorrón ,
Y lodos una gorrona ;
Y no pienses que es delito
Cometido al pundonor.
Porque su amor no es amor,
Que es meramente apetito.
Que se levanta sabrás
A escuelas con atención ,
Y no á estudiar la lición
Sino á estorbar los demás.
Tanto, que en mil ocasiones
De todos sus compañeros
Va derramando tinteros
Para borrar las lecciones.
Va luego (no miento cierto)
Que esta es su costunibie y gu
Maña, al mono de Tolii
A comer huesos de muerto ;
Y ciertamente que es gloria
Verle cuan hábil y átenlo
Los cume de enteiidimieiUo
Y los pag:i de memoria.
A su hora señalada
A comer la olla contina,
DE ROJAS.
Va con hambre estudiantina,
Que la canina no es uada ;
Comen lodos en un plato,
Y aguardando á que él empieco.
Cuando ellos comen parece
Que lo comen de barato.
Cencerrea la guitarra.
Va á jugar zaino y cruel
Espada , daga y broquel,
Después á tirar la barra.
Y mientras la noche espera ,
Juega con mucha quietud
Los tres juegos de virtud :
Dados , pintas y primera.
Si juega y pierde , al instante
Vuelve con resolución
Todo el juego en colación.
Pues se acaba en Alicante.
De noche se va al mercado ,
Si no hay otro mal que hacer.
En otro traje, á correr
Asadiircs de adobado.
Luego á ver amigos pasa
A escudriñar y á inquirir
Dónde habrá algo que reñir:
Si no lo bay,se vieneácasa.
Quiérese luego acostar,
Hágole blanda la cama ,
Da treinta voces al ama
Que le suba de cenar.
Llegan los tres mentecatos
Con un respeto qne admira.
Si alguien come más, le tira
Los libros , porque no hay plot:;
Rezar, aun no sabe tanto.
Reñir, es cosa precisa.
Estudiar, cosa de risa.
Hacer mal, cosa de llanto.
En la copia puedes ver
Que mi lengua le pintó.
El hijo que le costó
Tanto trabajo de hacer.
Ya, Señor, le le be pintado ;
Mira . aunque más te le pida ,
Si habrás gastado en tu vida
Dinero tan mal gastado.
DON LUIS.
Vos sois lindo relator,
Y de Perico imagino
Que lleva lindo camino
De parar en oidor;
Su mala vida he sentido
Con más disgusto que pena:
¿Tiene alguna cosa bui'iia .'
CRISPIMLLO.
Si, Señor; es muy perdido,
Muy activo, muy cabal,
(lis que uno y otro te cuento)
En prometer muy atento.
En cumplir muy puntual;
Muy corles, muy advertido,
Valor y prudencia mide.
Lo que presta, no lo pide.
Lo qne da, lo da sin ruido.
Y respete su valor.
Si es que de vivir gustare.
Cualquiera que le'locárc
En la punta del honor.
Porque no hallaras, recelo.
Del mundo en la variedad.
Caballero de ciudad
Que esternas bien en el duelo.
DON LUIS.
Por Dios, que me da alboro70
Lo que Crispin me ha conlado,
El niuchaehoesini traslado.
Yo era ansi cuando era mozo.
Yo me determino, puos
De aqueste modo lo quiero,
Hemitirle algún dinero:
Juegue, que muchacho es.
CnISPIMLLO. (,4p.)
Uucbo el diuero dilala.
FÉNIX. (Ap.)
Acabad de llegar, males.
DON I.DIS.
Crispin, aquí están cabales
Doclenlos reales de piala :
Dádselos. {Saca dinero en un bulto.)
CRISPi:ilLLO.
Harélo así;
Piadoso padre te llamo.
(ip. Si él supiera qne mi amo
Ha tres dias que está aquí.)
Yo parto á buscarle adondi;
Mi amo me está esperando ;
Volé dejé galanteando
La hermana de cierto Con'le,
Que le be de encontrar es llano.
DON LDIS.
Idos, pnes.
CKISPIWLLO.
Servirte quiero;
íPero no me da dinero
Para que envide una mano ? ( Vast\
DON mis.
Vete á acostarte al instante,
Porque aun no serán las dns.
Ah! si, llamadle por Dios,
Que se olvidó lo importante,
Y eslo más le avisaré
Que prevenirle quisiera ;
Llámale por la escalera.
BEATRIZ.
jCrispinillo? Va se fué.
Que lia volado es cosa llana,
Como el dinero ba cogido.
DON LOIS.
Aun no se puede baher ido ;
Llámale por la ventana.
BEATRIZ.
Para qne mejor le halle,
(Supuesto íiue ya se fué),
Si lo permites saldré
Ala puerta de la calle :
Asi remediado está.
DON mis.
No, no, poraqui es mejor.
FÉNIX.
Espera, lente, Señor.
DON LOIS.
Quita. Fénix, que se irá.
FÉNIX.
¿Qué le quieres?
DON LUIS.
En verdad.
Que es justo que le prevenga.
Que o?año no se nos venga
La Pascua de Navidad.
FÉNIX.
Él lo evitará , supuesto
Que tan airado le ve.
DON LOIS.
Desde aquí se lo diré
(Abra la ventana para llamor al estu-
diante y topa al Conde embozado.)
A Crispinillo... ¿Qué es esto?
CONDE.
Co hombre que en vuestra casa
Oculto deíta manera
Y desla determinado
Pone su vida en defensa.
DON LUIS.
Hombre que dices lu culpa
En lu propia resistencia ,
¿Quién eres?
R.
OBLIG.\UOS V OFENDIDOS, Y GORRÓN DE S.\LAMANXA.
Ni el acero de las canas
Ni los tilos de la lengua.
CONDE.
A esas preguntas
Diera sangrientas respuestas
A bailaros con una espada.
DON LUIS.
Dejadme salir por ella.
CONDE.
Ya espero.
FÉNIX.
Padre y Señor,
Advierte...
DON LOIS.
No me detengas.
FÉNIX.
Que con templar una ira
Todo un honor aprovechas.
DON LLIS.
¿Pues quién es el que á mi vida
La espada indigna sangrienta?
FÉMI.
En errando los principios
También los fines se yerran.
DON LDIS.
En mi dolor no repares
En mi enojo ó mis querellas ,
En lu honor es bien que mires :
¿Quién es el que en mi prese:ic¡
Obligándome con ¡ras.
Me hace mayor las sospechas?
FÉNIX.
Señor, mi honor es primero
Que mi vida , y pues intentas
Médico de mi honor mismo
Curar tan grave dolencia.
El Conde me dio palabra
De esposo.
DON LLlS.
Bilo.
FÉNIX.
Y con eíla...
Acaba.
DON LUIS.
fe.m:
Basta, Señor,
Que ya le doy hartas muestras
En decirte su palabra
Y en mostrarte mi vergüenza.
DON LUIS.
Conde, ó quien sois, sólo alcanzo
L'n consuelo á lanías penas ,
Que se ha de acabar mi vida
SI no se acaba mi afrenta.
A Fénix satisfaced
Con la mano en mi presencia ,
O en la presencia de Fénix
iMe matad , que es bien que wa
Que no acaricio la vida
Cuando desdeño la ofensa.
CONDE.
Antes con la indignación
Os irrité á la defensa,
Y agora con la templanza
Está mí pasión modesta ;
No aprovecho yo el valor
En las canas, porque es fuerza
Que obre un valor solamente
Donde hallare resistencia.
Ni á vos de esposo presumo
Premiaros con la fineza.
Que si no la voluntad,
La sangre nos diferencia :
Y asi á vos por ser tan viejo.
Y á vos por la sangre vuestra ,
Al uno mi indignación ,
Y á otro niego mi promesa ;
Viejo sois, y vos mujer,
Y sabed que no aprovechan
La razón me dé la espada.
(Vate yendo.)
CONDE.
No me obligaré á las quejas.
DON LL'IS.
¿Os vais?
¡Oh cielos! y quién pudiera...
Estáis muy viejo.
DON LOIS.
Es verdad ;
Pero unas cenizas quedan.
CONDE.
Son cenizas.
FÉNIX.
Otra vez
Será fuego.
CONDE.
■* Es sin materia;
Y pues no podéis los dos.
Buscad otro que os defienda. (Vflje.)
FÉNIX.
Yo sabré...
DON LUIS.
Fénix ingrata ,
Quilate de mi presencia.
FÉNIX.
Ya yo me voy.
DON LDIS.
¿A qué agaardas?
FÉNIX.
A sentir...
DON LUIS.
No le delengas.
FÉNIX.
Mi dolor...
DON LUIS.
¡Si él te matara!
FÉNIX.
Mi agravio...
DON LUIS.
No le refieras,
ffn hijo me ha dado el cielo;
Enviar á llamarle es fuerza :
Valor tiene, yo estoy viejo.
;0b si los cielos quisieran.
Que, pues las otras ignora ,
La ley de venganza sepa! {Yase.)
Salen Ali.N'ESTO y cuatro valientes,
MELLADO ¥ ZAJINTO, valientes.
arnesto.
Aquj le hemos de esperar.
valiente 1."
Pues muera si ha de morir.
mellado.
¿A qué hora suele venir?
arnesto.
Va poco puede tardar;
Aguardarle es importante
lin esta esquina.
UELLADO.
Es verdad.
Cü
ÍAJINTO.
Pues muera si ha de morir.
ARNESTO.
Y homhre que sabe reñir
Con diei ó doce.
MELLADO.
Meor.
Y solo porque me enfada
Le pretendo castigar.
MELLADO.
¿Cómo le liemos de matar,
Üe estocada ó cuchillada?
VALIENTE 1."
Como viuiere á calor.
ar:sesto.
101 esliomlire de tal modo
l¡ue será menester lodo,
Porque es bizarro.
UELLADO.
Meor;
Y olvide oeé esos cuidados.
Que yo liaré loque digo.
Que en mi vida he sido amigo
De pelear coa cuitados.
Conozco vuestro valor
Supuesto que os he elegido.
Anintiun hombre he temido,
Y éste le temo.
ARNESTO.
(Ap. Pues solicita y profana
Este atrevido estudiante
Con apariencias de amante
La hermosura de mi hermana ,
A la venganza me aliento,
Que á mi sangre corresponde.
Antes que mi hermano el Conde
Quiera castigar su intento.
Pues porque mejor acierte
¿Vela vuested que es tizona?
Luego la verá colada.
{Melé la espala:)
tiente á esta parte he sentido,
Lástima me hace el cuitado,
Déle uced por enterrado.
Pues que la gente ha venido
Del pendón verde y la heria ,
Todos esperad atentos.
Sale DON PEDRO DE CÉSPEOES,
estudianle gorrón, con un maníante,
Y CRISPINÍLLO con él.
DON PEDRO.
;,No le dio más de docienlos?
CRISPIMLLO.
Nompha dado más.
DOMPEDRO.
¡Miseria!
CRISPIKILLO.
Queel viejo, si se repara.
Es de la miseria espejo.
DON PEDRO.
No hables mal de mi viejo.
Que le corlaré la cara.
ESCOGIDAS DE DON FRANCISCO I
CRISPIMLLO.
Yo la daré por cortada
Si mi lengua te ofendió.
DON PEDRO.
La hermana que Dios me dio
¿Tampoco no te dio nada?
CRISPIMLLO.
No valió para los dos
Toda mi solicitud.
No me dio ni una salud.
DON PEDRO.
Pues que no se la dé Dios.
CRISPINÍLLO.
Tu intento me di y á dónde
Tu amor encendido pasa.
DON PEDRO.
Galanteo en esta casa
La hermana de cierto Conde,
Que es un titulo ejtranjeio
Ue la corte desterrado ;
Y puesto (|ue hemos llegado
Hacer una seña quiero.
ARNESTO.
1^1 es, no hay sino llegar.
VALIENTES."
No liene mala persona.
VALIENTE 1.°
Tienda oacé la peleona
Y déjenos acá obrar.
DON PEDRO.
Llamar quiero por aqui. {Llama.
CRISPIMLLO.
iQué se atreviese tu amor
A la hermana de un señor,
Titulo de Italia!
DON PEDRO.
Si.
CRISPIMLLO.
¡Qué determinado ardor !
La desigualdad inUero
Que te tiene.
DON PEDRO.
¡Majadero!
No hay más sangre que el valor.
ARNESTO.
Desla manera ha de ser.
Empiece á obrar esla llama:
¿Ab, caballero?
DON PEDRO.
¿Quién llama?
ARNESTO.
Esta calle he menester.
CRISPINÍLLO.
Pues en la ceniza dimos
(Si el miedo no me ha engañado)
Con lodo nuestro cuidado.
DON PEDRO.
¿Cuántos vienen?
ARRESTO.
Seis venimos,
Qué preguntáis ¿no lo veis?
DON PEDRO.
¿Seis DO más hablan asi ?
ARNESTO.
¿Os parecen pocos?
DON PEDRO.
Si.
Busquen siquiera otros seis.
CRISPINÍLLO.
Señor, si en la cuenta enlré
Oe aqueste lance importuno,
Por si les faltare alguno,
liusquen cinco y yo me iré.
DON PEDRO.
r.ien dices , vele al instante .
Porque un gallina es sin duda
Antes estorbo que ayuda.
Acabemos, seo eslodiante.
DON PEDRO.
El ferreruelo pongamos
Guardado, y va de valor.
Que esto hace el buen nadador.
{Compone la copa)
ARNESTO.
¿No acaba ya?
DON PEDRO.
Ya acabamos :
{Ap. Mucho me hablan estos dos.)
¿A este tan valiente pir.Ia?
DON PEDRO.
Pongo la vaina en la cinta , (Póneh.)
Y empiezo en nombre de Dios.
(Saca el montante y empiezan rf pflenr
todos, lino á un lado y otro n nlrn.
repartidos, y él tirando cada /«.<-
tante y apartándose los valientes, y
siempre peleando con Arnesio.)
VALIENTE 1.°
Tire vuasté á esotro lado.
ARNESTO.
Que esloy herido recelo.
DON PEDRO.
Vive Dios , que este mozuelo
Me ha parecido alentado
Y á su valor os responde.
MELLADO.
Ea, (Jue no hay que temer.
DON PEDRO.
Sin duda debe de ser
El hermanillo del Conde.
ARNESTO.
Mortal me discurre el hielo,
Ya lio puedo pelear.
Él me hirió y le he de matar.
DON PEDRO.
Válgate el diablo, el mozuelo ;
A quien eres correspondes.
VALIENTE 1.°
Zajialo, mosiradle dientes.
DON PEDRO.
No pensé que eran valientes
Los hermanos de los condes ;
A estos de las estocadas
Quisiera alcanzarles yo.
(Cae don Pedro y dan en ¿I los va-
lientes.)
MELLADO.
Vive el cielo que cayó:
Ea , sobre él, camaradas.
DON PEDRO.
Ahora porque he caido
Tan airados embestís:
Sois cobardes.
valiente!."
Vos mentís.
Sale EL CONDE.
CONDE.
Qué es esto, ¿á un hombre rendido?
Como quien está á su lado
Quiero indignar el acero;
Ea, levantaos, caballero.
DON PEDRO.
Vida y honor me habéis dado ;
¿Qué hacéis, gallinas? Apelo
ODLIGADOS Y OFENDIDOS, Y GORRÓN DE SALAMANXA.
De mis manos á mis pk-s :
A lIIüs, Crispin; ea, pues.
ARMESTO.
Sliierlo soy, ¡válgame el cielo!
{ditirenlot acuchillando el Conde p<
Pedro.)
Sale CASANDRA y JACINTA.
CASANDRA.
¿Qué es eslo que hay en la calle?
JACINTA.
Ruido de armas escuché ,
Y si no miente el oiiio
A vuestro hermano Inmhien.
CASANDRA.
Sin duda ([ue con dun Pedro
Ha encontrado; ¿qué be de Lacei?
JACINTA.
¿Qué es posible que hayas dado
Kn hacer caso decjuien
Ni de tu amor sera digno.
Ni aun dij^no de tu desden?
¿De un estudiante?
CASANDRA.
Jacinta,
No me le nombres , pues ves
Que es muy galán y valiente
Y yo he nacido mujer.
Por burlas empezó amor,
Y aunque por hurla le hablé.
Si yo le escuché de veras.
Que es señal puedes creer
De no quererle muy mal
Haberle escuchado bien.
JACINTA.
Salgamos á esotro cuarto.
CASANDRA.
Desde él podremos saber...
Sale huyendo CRISPINILLO.
CRISPINILLO.
Aqui de vuestro favor
Y aquí de vuestra merced ,
Que sin ser valona en cesto
Pienso que me han de prender;
Señora , si sois piadosa,
Escondedme si podéis
Debajo del guardainfante
Si no hay otra parte en qué ;
Diez alguaciles me siguen
Y escribanos más de seis ,
A un hombre ha muerto en la cülle
Mi señor, y otro con él
A seis valientes de á cuatro
Dieron heridas de á diez ;
No puedo contaros nada ,
Porque estoy tal , por mi fe ,
Que me iré por esta parle
Tf aun por las demás me iré;
¥ asi con vuestra licencia
Quiero escudriñar y ver
Si encontraré algún tejado
Que esté á mano ó esté i pié.
ton eslo no soy más largo;
Perdonad , damas, sabed
Que si importa no ser vislo, ,
, No ser oido lanibien. {Entrase.)
I Sa/en EL CONDE T DON I'EDliO.
' CONDE.
Ya estáis dentro de mi casa
Y en esta pieza podéis
Iros ¿esconder en tanto
, Que yo os salgo i defender.
DON PEDRO.
Ea fin , vos me dais palabra...
CONDK.
De que la vida pondré
l'or vos, y aun mi propia honra
Si la importare poner.
DON PEDRO.
Esa palabra os admito.
CONDE.
Id á retiraros, pues.
ALGUACIL, (üentre.)
Entrad todos á la sala ,
Abrid el cuarto.
CONDE.
¿Quiénes?
Safe EL ALGUACIL MAYOR.
ALGUACIL.
Señor conde de lielllor.
En vuestra casa entró quien
A vuestro hermano dio muerte ;
Esta desdicha sabed ,
Y pues dentro desla casa
El mismo ofensor tenéis.
Vos os buscad el castigo
Que tan necesario es,
Y no piense generosa
Templarme vuestra altivez,
Que he de ver toda la casa.
CONDE.
{^p. ¡Válgame el cielo! ¿Qué liaré?
Mi hermano fué el que murió
Y yo fui aquel que ayudé
A su muerte, ¿quién se vio
En tanta desdicha, quién?)
Supuesto que está en mi casa ,
Dejarme mirar podéis
Todo el cuarto, porque yo
Lo más oculto veré.
Esperadme en esta cuadra.
ALGUACIL.
Si es tan vuestro este interés ,
A vos os toca mandar
Y á mi toca obedecer.
{Vame.)
CONDE.
Cerrar esta puerta quiero :
Vete á ese cuarto y después
Puedessalir acá fuera.
CASANDRA.
Mortal te obedeceré. {Yasc.
CONDE.
Buscar quiero mi venganza ,
Desta manera ha de ser ,
Yo quiero llamarle agora.
¿Ah, caballero?
DON PEDRO.
¿Quién es?
Sale DON PEDRO.
CONDE.
¿Conoceisme?
DON PEDRO.
Ya os conozco,
Sois el que esta noche fué
Quien me ayudó.
CONDE.
I'ues decidr.íc,
¿No me habéis visto otra vez ?
No os he visto.
CONDE.
¿Ni tampoco
Con quien reñísteis sabéis?
DON PEDRO.
Era algo oscura la noche ;
Verdad es que so.specbé
Que era un iiermano del conde
De Belllor; mas no losé.
CONDE.
Ya que á decírosme allano
Lo que sabéis y dudáis.
El muerto es el que pensáis,
Y yo soy el que es su hermano;
La mano y palabra os di,
Y yo os prometí ayudar,
Pero nadie puede dar
Palabra que es contra sí.
DON PEDRO.
¿Pues con qué se satisface
Lo que queréis intentar?
COiNDE.
Con que os tengo de matar.
DON PEDRO.
D;iiculto?o se me hace,
Y si lo (juereis saber,
Pucsio (pie solos estamos
Y sois valiente, riñamos.
CONDE.
No es aqui donde ha de ser;
Mejor ocasión espero.
DON PEDRO.
Pues esa ocasión buscad.
CONDE.
Lo primero imaginad
Que os he de ayudar primero.
DON PEDRO.
Pues llegad á declararme
En mi animoso temer.
Cómo á un tiempo puede ser
Darme muerte y ayudarme.
CONDE.
Ha de ser desla manera
Lo qne atento discurrí.
Daros el ayuda aqui ,
Pero la muerte allá fuera.
Airado á un tiempo y fiel
He de resolverme, en fin :
Esta es llave del jardin
Bien podéis iros por él
Si mi propio dolor labra
La venganza que protesto.
Quedando en ella bien puesto.
Quedo mal con mi palabra.
Y así por poder pagaros
Lo que tan preciso es ,
Para mataros después
Es lo primero ayudaros.
DON PEDRO.
Pues preguntaros es bien
Lo qne se me ofrece aqui :
¿Me disteis libertad?
DON PEDRO.
¿Disteme ayuda?
CONDE.
También.
CONDE.
Vuestra espada le rindió.
DON PEDRO.
¿Por vos vivo yo?
CONDE.
Es verdad.
DON PEDRO.
¿De suerte, Conde, de suerte,
08 COMKD!
Que s¡ no ingrato , homicida ,
Os rf coiiii.eiiso una vida
Con la cul|ia de una niuerle'í
CO.\DE.
Cuanto liablals es evidente.
UOX PEDRO.
Pasemos más adelante,
üue esto es lo más importanlí.
¿No sabéis que soy valiente í
CONDE.
Reñir á mi lado os vi
Resueltamente, por Dios.
DO^ PEDRO.
l'nc; algo lie de hacer por vos
Üe cuanto hicisteis por uii.
COXDE.
¿Qué es lo que intentar queréis
Con unta resolución?
l)eci<lme vuestra intención.
voy PEDRO.
Irme donde no me halléis,
Y pagar discretamente
Lo que os tengo prometido,
Que era ser desconocido
Querer ser con vos valiente :
En nueva ofensa ha incurrido
Que obliga á duelo mayor
Aquel que siendo ofensor
Va á buscar el ofendido.
Yo, pues, que templaros trato.
Esta ofensa que en vos arde.
Quiero parecer cobarde
l'or no parecer ingrato.
COSDE.
Aunque me obliguéis , por Dins ,
Que no me habéis de templar,
Porque os tengo de buscar.
DON PEDRO.
Yo he de apartarme de vos.
COMDE.
No moderáis mi pasión.
DOiS PEDRO.
Yo no la intento evitar.
COXDE.
Digo que os he de buscar.
DON PEDRO.
Esa es vuestra obligación.
CONDE.
Que no OS provoco ni os muevi.
A que osado os arrojéis.
DOX PEDRO.
Es que hacéis lo que debéis,
Y yo hago lo que debo.
CONDE.
Pues verénionos los dos.
DON PEDRO.
Yo pienso que no os veré.
CONDE.
^No os digo que os buscaré?
DON PEDRO.
Yo me apartaré de vos.
CONDE.
¡Esa es gallarda osadía!
Ved iiue parece temor.
DON PEDRO.
Muchas veces es valor
Una honrada cobardía.
CONDE.
Los dos somos dos extremos.
Que ofendemos y obligamos;
Pero si nos encoiilraraos ,
iQiié hemos de hacer?
DON PEDRO.
Reñiremos.
AS ESCOGIDAS DE DON EHANC.ISCO
I CO.NDE.
Idos, no os hayan sentido.
I DON PEDRO.
Ya el valor se ha declarado.
Yo estoy de vos obligado.
CONDE.
I Yo estoy de vos ofendido,
Y hoy he de ver en mi suerle
Mi venganza prevenida.
DON PEDRO.
Procuraré vuestra vida.
Vo he de intentar vuestra muerte.
j DON PEDRO.
I Serán los cielos testigos
De la fe que pongo en vis ;
1 ¿Cómo quedamos los dos ,
I Pues me ayudáis?
CONDE.
¡ Enemigos.
' DON PEDRO.
Pues no os he injuriado yo.
I CONDE.
; Si, pero habeisme ofendido.
DON PEDRO.
Y aunque no os he convencido,
¿Podré reduciros?
CONDE.
No.
DON PEDRO.
En cfeto, ¿no os obligo?
CONDE.
Ni será posible.
DON PEDRO.
Adiós.
CONDE.
jVéngueme el cielo de vos '.
DON PEDRO.
illágaos el cielo mi amigo !
JORNAD.V SEGUND.\.
Salai CASANDRA , EL CO.NDE
V JACINTA.
CONDE.
No parece este estudiante
Ni sé dónde se ocultó.
CASANDRA.
¿Supiste SU nombre?
CONDE.
No,
Y era lo más importante;
Dile libertad fiel
Con debida voluntad,
Pero en toda la ciudad
No hallo quién me diga del.
Mas buscarle determino
De mi pasión irritado.
Del más oculto poblado
Al más desierto camino.
De DO hallarle no te espantes ,
Que como es esta ciudad
'lanibien Universidad.
Hay variedad de estudiantes ,
Y pues que no ha parecidu
Tu ofensor, á loque intiero
Debe de ser forastero.
CONDE.
Eso es lo que he presumido;
DE ROJAS.
I Y dejando á mi esperanza
Con irritada advertencia,
Y liando á la prudencia
I El riesgo de mi venganza ,
Les quiero comunicar
A las luces de tu espejo.
Por mirarme en tu consejo
Un contento y un pesar.
Por restaurar mi opinión ,
Ya sabes tuque sin mi
A un caballero le di
En la corte un bofetón.
Sabes que estará irritado,
Pues yo quien le ofendo soy.
Que por esta causa estoy
En Toledo retirado.
CASANDRA.
No me vuelvas á contar
Lo que sé , prosigue.
CONDE.
Digo,
Que me ha escrito un grande ami^o
Que me ha venido á malar.
Y agora aplicar intento
Con afecto desigual
Al acíbar deste mal
Lo dulce deste contento.
También me ha escrito una dama
A quien traté con rigor,
Oue en el incendio de amor
Vuelve á habilitar su llama.
Y no admires inhumano
Violento el fuego en que arde,
Porque siempre olvida tarde
La que quiso bien temprano.
Que el que amor solia ser
A ser di-lirio se pasa;
Que se ha mudado á otra caí^a,
Y, en lio , que la vaya á ver ;
A dos cuidados me obligo.
Cuando uno y otro me llama :
Uno á buscar á mi dama ,
Y otro á buscar mi enemigo ;
Si a este se arroja mi amor.
Queda esotro afecto en caluia ,
Uno es incendio del alma ,
Y otro incendio de rigor;
Si aquella ofensa he cumplido
Con satisfacción bastante.
Aquí vengo á ser amante
Y allá no soy ofendido.
Pues en lo que honor recela.
¿Cuál me ordenas que prosiga?
¿Un rigor que no me obliga ,
O un amor que me desvela?
CASANDRA.
Esto quisiera saber.
COKDE.
Di, que el consejo te pido.
CASANDRA.
Una dama le ha ofendido.
CONDE.
¿Qué importa siendo mujer?
CASANDRA.
Veme respondiendo, y di.
De tu pasión mal guiado,
¿Esta ofensa que has callado
Es de honor?
CASANDRA.
¿Y desbocado tu ardor
Quiere entrarse por tu labio
A renovar el agravio
De una mujer?
CONDÍ.
Tiene amor.
CASANDRA.
^\ lamo, eu fín, acreditas
i:s:is pasiones ingratas,
(,ii]e la otra ofensa recatas
^ :i estotra te precipitas?
I'iii's menos puedes temer,
Anmjue el consejo te asomlire ,
I odo el agravio de un homlin? ,
(,iue el duelo de una mujer ;
Aunque ames fuese querida ,
si después se ve ultrajada,
Ks ira cuando olvidada,
¿Oué será cuando ofendida?
V asi por seguro digo.
Entre uno y otro temor,
One solamente tu amor
Es tu mayor enemigo.
V estará muy ciego ó necio
SI por lograr tu esperanza ,
Teniendo la otra venganza
No temes este desprecio.
CO.IDB.
Ella me ha enviado á llamar,
V esta noche la he de ver.
.^o la vuelvas á ofender
Si iio b intentas premiar;
I rme esia nueva mudanza ,
i; .iiiL> advertido y discreto,
,,Nh t-alien en un sugelo
\'.l jniuT y la venganza?
CO.-ÍDE.
Oue me tiene amor advierto,
V le he de corresponder.
CASANDRA.
El amor de la mujer
No se sabe cuando es cierto.
CO>DE.
No ha* de llegar á obligarme ,
Ni este inceudio templarás.
CASAJiDRA.
¿No ves el riesgo en que esiás?
Mira...
CONDE.
Yo sabré gua^larme ;
A Otra casa se ha mudado.
Según escribe, y conmigo
He de llevar un amigo.
CASA.>DRA.
Kn notable tema has dado ;
Has si no bastan aqui
Para mitigar tu ardor
Slis ruegos ni mi temor...
{Llamen recio.)
CONDE.
¿Llamaron, Casandra?
CASA.>DRA.
Si.
CONDE.
Abre esa antesala , pues.
CASA.XDRA.
¡Notable susto be cobrado!
JACINTA.
Voy á ver quién ha llamado.
CONDE.
Acabad, mirad quién es;
Si es el que ofendí, pensad
Uue he de esperarle constante.
Sale UN CRIADO.
CRIADO.
Señor, aquel estudiante
A quien diste libertad ,
V á quien con tanto cuidado
Para tomar recompensa
De tu duelo y de tu ofensa ,
lADOS Y OFE.NDIDOS, V GORIiO.N DU SA
Por la ciudad lias buscado,
Uice que te quiere hablar.
CONDE.
¿r.ómn buscándole, di ,
Me viene á buscar á mi?
CRIADO.
No lo sé.
CONDE.
Dejadle entrar.
(Baja el Criado trayendo el Eíludfrriite)
Por Dios , (|ue no le he entendido ;
Nuevo modo de templarme.
Ofensor viene á buscarme ,
¿Que hiciera más ofendido?
I'erocon mi bizarría
Que no corresponde digo;
Mas él llevará el castigo.
CONDE.
¿<",ómo os habéis atrevido
A costa de vuestra muerte
A poneros desta suerte
Helante del ofendido?
¿Ue mi valor obligado
No disteis palabra aqui
De recataros de mi?
DON PEDRO.
Es verdad que yo la he dado,
Y que la cumpliese es bien.
CONDE.
A nueva pasión me incito,
,.No sabéis que os solicito
Par4 mataros?
DON PEDRO.
También.
CONDE.
¿Luego vuestro error se ve
N iuieudo a buscarmu vos ?
Quedemos solos los dos,
yue luego os responderé.
CONDE.
Vete, hermana.
CASANDRA.
¡Quién pudiera
Templar tan grande cuidado! (Vasf )
DON PEDRO.
Echad fuera ese criado.
CONDE.
Tú también vete allá fuera.
Para esle castigo es bien
Aíurdaresta dolencia ;
¿Qué intentáis?
DON PEDRO.
Si dais licencia
Cierra esta puerta también.
CONDE.
En iln ¿qué (¡uereis de mi?
DON PEDRO.
I Que leáis este papel ,
Pasad los ojos por él.
' COKDE.
[ Dádmele, pues.
DON PEDRO.
Veisle aquí.
CONDE. (Leijendo.)
« Pedro : Yo estoy sin honra ; el ofen-
»sor es poderoso ; yo estoy muy viejo;
• vos me dicen que sois valiente : estu-
»diad vuestra venganza.
»No os digo quien es la causa de mi
«deshonra basta que me veáis, ni lir-
»mo hasta que me venguéis, que no
LAMANCA. G9
I tes razón que estén Juntos el nombre
I «del ofensor y del agraviado, ni es bien
I »que se nombre vuestro padre quien
>ino tiene honra que dejaros, üius os
I «guarde.»
I DON PEDRO.
¿Entendisteis el papel?
CONDE.
Digo que y» le he entendido.
DON PEDRO.
Un padre tengo ofendiilo
Y mi agravio miro en él.
CONDE.
Pues por el papel pensad ,
yue aunque vuestro agravio veis..
Hasta ahora no sabéis
Quién os ofendió.
DON PEDRO.
Es verdad.
CONDE.
Ni quién lia sido.
DO.N PEDRO.
Es asi;
Esto es lo que lloraré.
Ni aun el mismo agravio sé.
CONDE.
¿Y queréis saberle?
DON PEDRO.
SI:
Pues agora, ilustre Conde,
Qu8 suspenso os calilico.
Que genero.so os venero,
Y vállenteos determino.
Vengo á ampararme de vos;
Puriiue aun(|ne sois mi enemigo,
Quien fue padrino á mi vida
Será de mi honor padrino ;
Yo os di palabra. Señor,
De huir de vos ; mas colijo
Que no es romperla buscaros
Por tercero de vos mismo.
Yo os tengo ofendido á vos ,
Y ofendido un padre miro ;
El que me ha agraviado ignoro.
La injuria no la he sabido.
Pues con lágrimas de honor
Que por el alma destilo.
Que estotras que al rostro salen
Es que han errado el camino,
O es también que el corazón ,
Con apariencias de niño
Sino las viene de pena
Las suele brotar de vicio ;
Os pido que me soltéis
La palabra, y también pido
Que cnrrijals ese ardor,
En tanto que solicito
A mi agravio mi venganza,
A mi ofensor el cuchillo,
A mi pasión mi valor.
Mi templanza á mi delirio ;
Seamos amigos en tanto
Que es|iada y pasión indigr.o
Para cobrar este honor
Que ya consulto perdido
Tiempo hay para nuestro duelo,
Y antes está más activo
Para obrar con más violencia
Un rigor envejecido;
Si yo riñese con vos
Agraviado, y por arbitrio
De la fortuna os matase.
Quedaban á un tiempo mismo
Sin lustre vuestro valor,
Y vuestro honor destruido;
Y si vos me dierais muerte.
No quedabais tan bien visto ;
Pues elegid generoso
Este consejo ó aviso,
C051EDIAS ESCOGIDAS DE DON FRANCISCO DE ROJAS.
Ayudadme á lener lionn ,
Pues con ella conseyuimos
L'os honores, vos y yo :
Vos en tener enemigo
Con honra , y yo lener honra
Para ser con vos más digno.
Mi agravio es vuestro también;
Porque si vos vengatÍTO
Me (iretenileis dar la muerte,
Y esta deshonra no evito
Es haceros otro agravio
Vengaros de uu ofendido.
COJiDK.
Ni se diga quees valiente
Quien no fuere compasivo.
Ni que es enemigo grande
Quien no supo ser amigo :
Amigo soy vuestro en unto
Que examináis los caminos
l)e cobrar el honor vuestro ;
Y advertid , que no me obligo
Con la razón que me dais.
Que ese ha sido un silogismo
Que le oigo como aparente,
Y le habláis como i preciso;
Tiempo hay para mi venganza
Y para vuestro castigo.
Al que ha sido tan bizarro
Que romperme no ha querido
Una palabra que en él
Fuera cumplirla delito;
Al aue siendo tan valiente
Me habla tan agradecido
Que mi propia obligaciou
Me cuenta por beneticio,
Téngale yo obligación;
Y asi desde luego digo
Que en tanto que no os vengáis
Y que sepáis quién ha sido
Quién ofendió á vuestro padre,
Tengo de ser vuestro amigo;
Pero luego que vengado
Soseguéis el brazo altivo,
Segunda vez irritado
Mi nueva pasión indigno.
Esa es deshonra , esta ofensa ,
En mi no hay honor perdido.
Vos echáis el honor menos ,
Pues ayudaros elijo;
Que vuestro amigo he de ser
Una y mil veces repito;
Vuestro enemigo después.
Porque en los dos se haya visto
Por duelos y obligación
Ser amigos y enemigos.
DOn PEDRO.
Pues este rato que soy
Vuestro amigo, sólo os pido
(Porque quiero aprovecharme
Del tiempo en que os hallo lino)
Que me deis los pies.
CONDE.
Mis br.TZijs
Con los vuestros califico.
Pues, Señor, quedaos agora...
CONDE.
tDónde vais?
DO^ PEDnO.
Ya determino
Irá buscar á mi padre.
COMDE.
Esperaos , porque be temido
No haya alguno que os cono/r:i ,
Y que den a un tiempo aviso
Al corregidor que fui.stes
Quien mató á mi hermano.
DO.'S PEDRO.
Digo
Que decís bien, ¿pues qué haré?
COXDE.
Dentro en mi casa escondido
(Poniue hay más seguridad
Donde se hizo el delito)
Podéis quedaros.
D0.1 PEDRO.
i Y cómo
lie de vengarme?
CONDE.
Si os sirvo,
Iré á buscar vuestro padre :
Decidme quién es.
DON PEDRO.
No elijo
Que sepáis quién es mi padre.
Porque si mi padre mismo
No me escribe á mi su nombre
Con ser yo su propio hijo
Por ver que está deshonrado,
iNo fuera bien parecido
Que diga yo pronunciado
Lo que él me ba negado escriio
CONDE.
Bien decís; en este cuarto
Entrad , que yo necesito
Para ir a ver una dama,
A quien idolatro tino,
Por asegurar mi vida
Ir á buscar á un amigo
Que me guarde las espaldas :
Descansad, que he presumido
Que habréis llegado á ToUdo
Muy causado del camino.
DON PEDRO.
Esperad por vida vuestra.
CONDE.
,;Qué queréis?
DON PEDRO.
No me couüo
De vos.
CONDE.
¿Porqué?
DON PEDRO.
Porque en vos
Aun dura el ser enemigos.
CONDE.
Decid por qué.
DON PEDRO.
¡Vengo yo
Fiado en vos á deciros
Todo un deshonor que llevo
Y un agravio que suspiro,
Fio de vos mi dolencia
Y todo mi mal os lio,
Y no me liáis á mi
Idas, yac
que no sé huir
Vais á buscar otro amigo !
Quedaos cou Dios , señor Conde.
CONDE.
;.No veis que constante miro
Que estorbo vuestra venganza
Si os ocasiono a un peligro?
DON PEDRO.
¿Ello no ha de ser noche?
CONDE.
Claro es.
DON PEDRO.
Pues yo me convido
A guardaros las espaldas.
CONDE.
No lo consiento.
DON PEDRO.
Ya digo
Que he de ir con vos, vive Dios
CONDE.
Vuestra quietud solicito,
Y asi estorbar la venganza.
DON PEDRO.
Si es desconlianza. os aviso
Que en llegando á dar palabra ,
Si fuera mi padre mismo
Contra vos. contra mi padre
Vibrará el acero limpio;
Y aunque importara mi honor
(Prenda que tan noble estimo.
Que está por alma del alma
Dentro del alma incluido).
Mi propio honor no mirara;
Que si valiente y benigno
l'oneis por mi honor el vuestro,
Al vuestro pospongo el mió.
CONDE.
Pues no os quiero replicar,
üien podéis venir conmigo.
DON PEDRO.
Ya para acostarse el sol
En el lecho cristalino,
Le están mnlleudo sirenas
Lus transparentes de vidrio.
CONDE.
Pues si 63 de noche, salgamos.
DON PEDRO.
Otra vez agradecido
: Al templo de vuestra fe
Me entrego ó me sacrifico.
I CONDE.
¡Oh cómo os soy obligado
Aunque me siento ofendido!
¡ DON PEDRO.
I ¡Oh cómo una sangre luce
I De la bizarría al viso,
í Y cómo landiien me pesa ,
I Que estando agora tan finos ,
I En acabando este duelo
' No hayamos de ser amigos!
(Vanse.)
Salen FÉNIX y BEATRIZ con /..■
BEATRIZ.
En fin, ¿le enviaste á llamar
Habiéndole ya dejado?
FÉNIX.
¿Qué he de hacer si no he cnconlraJo
El camino de olvidar?
Dura inapagable ardor
En mi ofendida esperanza ,
Pues le quiero por venganza
Y tú piensas que es amor.
Hele llamado (¡oh cruel !)
Por ver si le templo así ,
I Que ha de estar el riesgo en mi
Cuando está la ofensa en él.
I BEATRIZ.
Paga su temeridad
Con ingrata recompensa,
Y no achaques á su ofensa
Loque hace tu voluntad.
FÉNIX.
¡Oh quién de mi llanto al precio
Feriara el mal que ha senlido.
Porque siento más su olvido
Que mi injuria y su desprecio !
1 BEATRIZ.
' Tus discursos no verás
Qne están de razón ajenos ;
;,EI desprecio sientes menos
I Y el olvido sientes más?
I FÉNIX.
I Sé que no es pasión muy necia
La que yo lloro advertida ,
ODLIGADOS Y OFENDIDOS, Y GORRÓN Dli SALAMANCA.
ijiie ul que desprecia, no olv!il;i,
Tt-ro el que olvida, desprecia.
El que amaEite despreció.
Si áiues quiso á una mujer,
Piieile volverla á querer,
l'iTi) el que la olvida no;
Y I Jii mi conclusión
Ksin^ iifectos admira,
lii'sprecio es pasión de ira,
Y el ulvido no es pasión.
l.ue;;i) hien he colegido
Por discurso natural,
Outí el desprecio es menor mal
^ niajor el del olvido.
BEATRIZ.
DigM, Kénix, que no dudo
l.'j que arguyes , mas me espau:
Que discurrir puedas tanto.
FÉNIX.
Es el dolor muy agudo;
Mas deja , que en mis enojos ,
O puntual ó prudente
Pague en aljófar corriente
Censo de plata á mis ojos.
BEATRtZ.
DIme, Señora, en rigor.
Porque tu llanto me admira ,
Tus lagrimas ¿son de ira
O son lágrimas de amor?
FÉMIX.
En mi pena y mi mudanza
Facd puedes conocer,
Que estas que miras verter
Son lagrimas de venganza.
BEATRIZ.
En una materia locas
yue no acierto á discurrir,
En qué lo be de colegir.
FÉNIX.
En que salen tarde y pocas.
BEATRIZ.
¿Pues qué precisa evidencia
Me has asegurado aquí
Para conocerlo asi?
FÉNIX.
Óyelo con experiencia
Para entenderlo mejor;
Si lo reparas verás
Que siempre concurren más
Las lágrimas del amor.
Pues ya á la experiencia llego;
Como este cuerpo mortal
Es un leño racional,
Y el amor le prende el fuego,
A esotro leño imitando.
Cuando el fuego está prendiencl
Por una parte está ardiendo
Y por otra está sudando.
La experiencia por despojos
Distingue con atención,
Arde por el corazón ,
Pero suda por los ojos;
Pues hoy al contrario mira ,
Si a los ojos se previenen ,
La diferencia que tienen
Las lagrimas de la ira.
No hallando la ira esperanzas
De ejecutar sus pasiones ,
Ni por la boca en razones.
Ni por el brazo en vcnganzar, ,
Ardiendo con la pasión.
No viéndose satisfecho.
Se aprieta dentro del pecho
O se exprime el corazón.
Pues para templar su ardor,
A los ojos los da en tanto
Aquel (|ue parece llanto
Y es un leve trasudor.
Pues si cuando me provoco
A violentar mi ardimiento.
Para templar mi tormento.
Lloro tarde y lloro poco,
Por evidencia mejor
O por consecuencia admira
Que es todo mi llanto ira
Y no llanto mi dolor.
BEATRIZ.
Mi Señora , á lo que iunero.
Como la noche cerró,
Gallo que ya se pasó
Está ya en su gallinero;
Y la noche se ha trocado
Más cerrada al parecer
t)ue un portugués mercader
Cuando le piden prestado.
FÉNIX.
A estas horas le escribí
Me viese.
BEATRIZ.
íY hasle avisado
Como nos hemos muda lo
A esta casa?
FÉNIX.
Beatriz , si.
BEATRIZ.
Pues aquí esperando estoy,
A esnlra cuadra se ve,
Y la seña escucharé
Del Conde.
FÉNIX.
Pues yo me voy.
BEATRIZ.
Saliera tu intento vano
Si tu hermano le encontrase.
Que es posible que llegase
De Salamanca tu hermano.
Y porque mi duda cuadre
Esta advertencia prevengo.
FÉNIX.
Yo le he dicho que no tengo
Mas pariente que á mi padre.
Que como sin ver mi honra
Mi ardiente amor me ha vencido.
No quise hacer conocido
Mi hermano por mi deshonra.
BEATRIZ.
Digo que hiciste bien.
FÉNIX.
Pues
Esas sospechas reporta,
Que aunijue le encuentre, no ¡mpo
Porque no sabrá quién es ;
Yo me retiro. {Va
BEATRIZ.
Y yo creo
Que en la escalera he sentido,
Si no me engaño, ruido :
¿Quiénes? ¿Quién sube?
Sale CRISPIMLLO.
ORISPINILLO.
Laiis Veo.
BEATRIZ.
¿Crispin?
CR1SP1NII.L0.
¿Beatriz?
BEATRIZ. (/Ip.)
¡Que llegó
A esta ocasión ! ¿Qué temor?
CRISUNILI.O.
¿Entró en casa mi Señor?
lorcjue ya ha llegado.
BÍATRIZ.
No.
ORISPINILLO.
Juntos habernos venido.
BEATRIZ.
Di,iá qué?(i4p. ¡Terrible pesar I)
CRISPIMLLO.
Su padre le envió á llamar ;
La causa uo la he sabido.
BEATRIZ.
Oye, vete á recoger.
Porque vendrás muy cansado.
CRISPINILLO.
No vengo.
BEATRIZ.
(Ap. Si da en porfiado
Lo ha de echar lodo á perder.)
Tu Señor ¿dónde quedó?
Vé á buscarle donde le halles.
ORISPINILLO.
Al cruzar las cuatro calles
Se me desapareció.
Que fué alguna causa infiero.
Que esto en tal ocasión pasa.
BEATRIZ.
Si se ha ido á la otra casa.
Donde vivimos primero.
Como estotra casa ignora.
Que esto es lo que he imaginado...
CRISPINILLO.
Puede ser, que yo me he estado
En encontrar esta una hora.
BEATRIZ.
Búscale.
CRISPINILLO.
Porfiada estás.
Cuando ves que estoy cansado.
BEATRIZ.
Pues vete á acostar, menguado,
Porque asi descansarás.
CRISPINILLO.
Aunque más esté rendido
La cama me desespera ,
¿No me dejarás siquiera
Hablar de recien venido?
BEATRIZ. (Ap.)
¡Hay tan gran flema ! ¿Qué haré?
Si á que llegue el Conde espero...
CRISPINILLO.
Pregúntame algo.
BEATRIZ.
No quiero.
CRISPINILLO.
Pues yo te preguntaré.
BEATRIZ.
Vete á acostar. (Ap. ¿Qué he de hacer?)
CRISPINILLO.
¡Ay tal tema ! ¿Qué me quieres?
Cierto, Beatricilla, que eres
Desconversable mujer.
BEATRIZ. (.\p.)
No me basta hacerle fieros
Para echarle de mi lado :
No he visto hombre tan pesado.
CRISPINILLO.
¿Sabes algo de ligeros?
BEATRIZ. (Ap.)
Si conmigo se repunta
Le sabré dar á entender...
CRISPINILLO.
La respuesta debe ser
Como tía sido la pregunta.
— Un dia al amanecer
Dijo un tuerto á un corcovado :
Muy de mañana ha cargado
Vuesarced al parecer.—
—Ya se ve que es de mañana ,
72 COMED!.
Dijo el corcovado al luerlo,
Pues que vuesarced no ha abierto
Mas de esa medía veniaiia.—
BEATRIZ.
¿Quieres irle á recoger,
Oue asi no me satislaces?
¿Cuánto yo te pido haces,
Y esto no quieres hacer?
CRISriSILLO.
— Escribió un hombre á Zamora :
Tres os he escrito con esta,
Y no he tenido respuesta
SI no es de dos hasta agora. —
El ejemplo se verá.
Que asi deste modo ha sido.
Pues de lo que aun no has pedido
Quieres la respuesta ja.
{Ruido en la calle.)
BEATRIZ.
(.4p. La seña es esta , ¡qué enojo!
El Conde.) ¿Qué le diré
Que le irrite? Calvo.
CRISPIJiCLLO.
A fe
Que diera por serlo un ojo.
BEATRIZ.
Calvo.
CRISPI.MLLO.
Si ser calvo igualo
Con el bien menos ajeno.
BEATRIZ.
¿Pues qué hay en los calvos bueno?
CRISPIMLLO.
¿Pues qué hay en los calvos malo?
Tu sinrazón se comida ,
Y no los quieras culpar:
Dime , ¿habrás visto ahorcar
A un hombre calvo en tu vida?
Si sacan á un azotado
A visitarle el embés,
Lo ordinario verás que es
Un picarote cerrado.
Que se arrepintió repara
L"n calvo que á Dios nesó ;
Mas Judas que le vendió
Tuvo un copete de á vara ;
Que puede ponerse arguyo
El calvo en su calavera
El cabello de cualquiera ,
Y estotros no más del sujo;
Cuando á un santo que se salva
Pinta cualquiera pintor,
Para darle más primor
Le pinta con tanta calva;
Y con cuidado y desvelo
Al contrario has de mirar.
Que si á un diablo han de pintar.
Le pintan con tanto pelo.
BEATRIZ.
Calla que cansada estoy,
Y aun irritada también;
Vete, Crispin.
CRISPnlLLO.
Ahora bien,
Si los alabas, me voy.
\S ESCOGIDAS DE DON FRANCISCO DE ROJAS.
Que le parezca que pisas,
Según caminas atento,
los huevos de las despensas ,
Que desoíros no hay un huevo. ( Vt
No era con poca pensión ,
Y asi te puedes quedar ;
Yo no los he de alabar.
CRISPI^^ILLO.
Por Dios , que tienes razón ,
Y de enojarte me pesa;
Voyme, pues esto ha de ser;
Ansí , ¿qué tienes que hacer
Que me has dado tanta priesa?
BEATRIZ.
Ya tu porfia m« enfada.
CRISPIMLLO.
Voyme , ; qué lemeridad !
Asl,Bealrr/., la verdad ,
¿Hay alguna obra corlada?
BEATRIZ.
Mal presumes si esto adviertes.
CRISPIMLLO.
Pues ir á acostarme quiero. (Vi
BEATRIZ.
Tanto duermas, que el dinero
No pase cuando despiertes,
liuido siento en la antesala,
Crispin se entró en su aposento;
Alma tengo y soy mujer.
Sola estoy, pues va de tercio.
¡Ce! ¿Sois vos?
Sa/e EL CO.\DEa/pa«o
Sl.miBealriz.
BEATRIZ.
No pude salir más oresto,
Porque hay un criado en casa ,
Que es, después de ser muy necio,
Tan flemático que puede
Ser guarda de un monumento ;
Al cuarto quiero llevarle
De Fénix.
CONDE.
Mata primero
Esa luz , portiue conmigo
Viene un amigo y no quiero
Que te conozca.
BEATRIZ.
Bien dices.
Ya la mato. {Mátala.
CONDE.
No tan presto.
BEATRIZ.
Yo la volveré á encender.
Que aun tengo mi amor entero,
V podré con otro soplo
Ponerla como de nuevo.
Sale DON PEDRO fl//,a;¡í).
CONDE.
Déjale estar ya : llegad
A aquesta sala , don Pedro.
DON PEDRO.
¿Es dama de la Noruega
Esladama?
CONDE.
En este puesto
Podréis más seguramente
Preveniros á mi riesgo {Tiente la silla
Si ella está aqui , os asentad.
DON PEDRO.
DON PEUUO.
Corrido me hallo, por Dios,
Do haber venido á este empeño
Un hombre que es mi enemigo;
Pero lio pudo ser menos ;
.\o habrá la aurora salido
A prevenirle aposento
Por la ecüptica de luz
Al rey de tantos luceros,
Cuando vaya á ver mi paitlrc,
Y mi deshonor sabiendo.
Vengue con mi indignación
Mi deshonra ; mas no quiero
Hacer entes de razón
En agravios verdaderos.
Sale DON LUIS, con espada ij broquel,
medio desnudo.
DON LÜIS.
O me ha engañado el oido,
Que anda á los males alentó,
O es que mi sospecha ha sido
Imaginación del miedo;
O he escuchado hacia esta sala
Pasos, y sin luz pretendo
Examinar este indicio:
Porque si no es verdadero.
Es haberle consentido
Dar á entender que lo creo.
DON PEDRO.
¡Que esté mi padre ofendido
Y que acuda yo primero
Al honor de mi enemii;o
Que no al de mi padre mesmo !
{Dé un golpe en la silla.)
DON LOIS.
Golpe escuché en una silla
Hacia aqui , y á lo que entiendo,
Al compás que están obrando
Continuos los movimientos.
La baqueta y el nogal
Se están quejando del peso;
Si me arrojo puede ser
Que huya quien es, pues yo apruebo
Ver con luces mi deshonra,
Que quiero ser el primero
Que en vez de ocultar el mal
Dé luz á su auravio mesmo.
DON PEDRO.
¿ Quién puede ser esta dama
Adonde hay tanto riesgo, (Levániese.)
En este barrio que nunca
Con conocer yo en Toledo
Las damas de mejor porte
He visto aqui? Mas ¿qué es esto?
Mire don Pedro hacia el vestuario.)
{Vase.)
Loque ordenas obedezco. {Siéntase.) Luz es esta, vive Dios,
BEATRIZ.
Ven conmigo, no te sienta
El caduquísimo viejo.
Que tiene un sueño más frágil
Que un ayuno.
{Tome de la mano Beatriz al Conde.)
CONDE.
Ya le entiendo.
BEATRIZ.
i.Ovcs?
CONDE.
¿Qué dices?
BEATRIZ.
Y pisa...
CONDE.
¿Qué es loqué quieres?
BEATRIZ.
Tan quedo,
Y por las espaldas veo
A un hombre, que desnudando
De la vaina va el acero.
Encargando al die.stro brazo
La espada , y dando al siniestro
Una luz, indigna airado
Valor y razón á un tiempo.
.Vvisar quisiera al Conde,
Pero no me toca hacerlo,
A la defensa he venido
V no al aviso, yo intento.
Pues prometí la defensa,
C.umplir con lo que prometo.
Mataréle. {Saque la espada.)
Al entrar don Pedro con In espada, sale
DON LUIS con espada y luz.
DON LUIS.
Morirá.
Pero, ¿qué miro?
ODLIGADOS Y OFENDIDOS, Y COllRON DE SALAMANCA.
DON PEDRO.
¿Qué veo?
DO LUIS.
¿Hijo?
DOX PEDRO.
¿Señor?
DOM LOIS.
¿Ya has venido?
¡Cuánto Oe verte me alegro!
¿Quién le abrió tan tarde, hijo?
¿Por dónde entraste aquí dentro?
¿Has venido a tu venganza?
iSabes ya tu agravio mesnio?
Mas ¿cómo el rostro indeci.so.
El brazo airado y suspenso,
Templada la indignación
Con prolijos sentimientos.
DON PEDRO.
Padre, ¿cómo vos aquí?
¿Cómo yo...?
DOM LOIS.
Hijo, ¿qué es esto?
¿Qué turbación ha dejado
Embarazado tu aliento.
Si no es que ya te has vengailo
Habiendo sabido el dueño
De mi ofensa , que un agravio
No sabe durar secreto?
DON PEDRO.
De tus pasiones llamado
A satisfacerte vengo;
Pero responde. Señor,
¿Esta es tu casa?
DON LOIS.
Si, Pedro;
Aunque esta no es >a tu casa.
DON PEDRO.
¿Porqué?
DON LUIS.
Porque no teuemos
Aquel honor...
DON PEDRO.
Calla, padre.
No sueltes la voz del pecho;
Mas (lime todo mi mal,
Dile, Señor, porque temo
Que en dudar mi deshonor
Hay más evidente el riesgo,
Pues moriré de dudarlo
Y viviré de saberlo.
(Ap. Mas ¿quién se ha visto cerrado
De tan contrarios efectos?
Mi enemigo esta en mi casa
Y yo, acompañarle vengo ;
Tenjío hermana, y aunque es noble.
Es mujer, que á un tiempo mesnio.
Por el honor de mi padre
Me esta obligando «tro duelo;
Si este pntendo saber
Otra deshonra recelo.
Pues acudamos, honor,
A esta dolencia primero.
Alli la ofensa es dudosa ,
Y aqui es el agravio cierto,
Alli aun no estoy ofendido,
Aqui aun no estoy .satisfecho.
Pcies si aquella aun no es deshonra,
Esta deshonra apuremos.)
Dime, padre, ¿quién ha sido
Quien ha profanado el templo
De mi honor? Y di también ,
i ¿Qué ofensa es la (|ue te han hecho '
I DON LUIS.
I Hay en aquesta ciudad...
DON PEDRO.
DON LUIS.
Un caballero
Que atrevido...
DON PEDRO.
No le paros.
DON LUIS.
Procuró...
DON PEDRO.
Dilo de presto.
DON LUIS.
Quisiera decirte el mal
Del modo que yo le siento.
DON PEDI\0.
Ayúdale de la ira,
Y le dirás.
DON LUIS.
Estoy viejo.
Ya se apaga aquel ardor
Que viste encender violento,
Y si algún fuego quedó
Al turbio corriente tierno
De mis ojos, se quedó
En humo y sombra resuello.
Que era sü corriente mucha
Para ser tan poco el fuego.
Este caballero pues...
DON PEDRO.
Con sólo ser caballero
Doy un consuelo á mi mal
Si cabe en mi mal consuelo.
DON LUIS.
Digo que una noche...
DON PEDRO.
Acaba ,
Dime tu dolor.
DON LUIS.
No (luedo ;
Intérprete ha menester
La lengua del sentimiento :
Kénix le sabrá explicar.
Ven á examinarle cuerdo.
Pregúntale tu desdicha ,
Averigúala su pecho,
Y no la obligues con iras.
Antes elige por medio.
Si quieres que diga el mal,
Darla primero el consuelo.
Ea, entremos en su cuarto.
DON PEDRO.
Tente , Señor. {Ap. Vive el cielo!
Que Fénix de mi deshonra
lis la causa , y que yo vengo
De mi propio deshonor
A ser infame tercero.
Pues no ha de saber mi padre.
Aunque haya sido por yerro,
Quevengo con mi enemiyo.)
DON LUIS.
¿En qué te suspendes, Pedro?
Entremos.
DON PEDRO.
Tente, Señor,
Que no hemos de entrar.
¿Qué es e
¿Tú me defiendes la puerta?
DON PEDRO.
Si, Señor, yo la dcliendo.
DON LUIS.
Quilate.
DON PEDRO.
No he de apartarme.
(Ap. Yo sabré matarle luego.
Aliora importa defenderle^ ;
¡Quién se vio en tan grande empeil
Que por librar su enemigo
Ofenda á su padre mesmo! )
DON PEDRO.
No es posible.
DON LUIS.
Déjame pasar.
DON PEDRO.
No puedo.
{Dentro ande ruido.)
FÉNIX. {Dentro.)
¡Nohas de salir, vive Dios!
DON LUIS.
Voces y pisadas siento.
DON PEDRO.
Detente, padre.
Sale EL CONDE.
CONDE.
Ya estoy
A vuestro lado, don Pedro.
Sale FÉNIX.
FÉNIX.
Y yo á tu lado también
Defender mi vida quiero.
Mas, ¡cielos! Este es mi hermano,
Viva estatua soy de hielo.
DON PEDRO.
Mi hermana y el Conde, ¡oh penas!
DON LUIS.
Mi hijo y mi enemigo, ¡oh cielos!
CONDE.
Su hijo dice, ¡qué desdichas!
FÉNIX.
Mi muerte aguardo, ¡qué miedo I
DON LUIS.
Hijo, aqueste es tu enemigo
Y aqueste es el caballero
Que me ofendió, ¿cónuí vuelves
Tú por tu enemigo mesmo ?
DON PEDRO.
Dices bien , y sólo arguyo.
Que siendo tanto el empeño.
Aunque veo mi palabra
Cuando mi deshonra veo,
Entre el honor y palabra
i:s mi venganza primero :
¡Muere, traidor!
com)E.
Esperad ;
Valor guardo y guardo acero
Para quitárosla vida,
Pero esto avisaros debo :
En ley de noble linaje
(.uniplo aquello que prometo.
A mi hermano distes muerte,
Y no sólo, oidme atento,
No os maté, pero os üé
Lo más oculto del pecho ,
En mi casa os amparé
Contra mi ofensa dispuesto,
¿ Y vos dentro en vuestra casa
Queréis matarme? Pues demos
La indignación á la ira
Y la pasión al efecto.
Pero quiero que acredite
Quien supiere nuestro empeño
Que no hacéis lo que debéis
Y yo hice lo que debo.
DON PEDRO.
Tiene razón, vive Dios,
Primero era suyo el duelo,
Primero medió la vida,
Y me dio libertad luego.
Después me amparaba noble,
Y agora matarle intento.
71
SI le ilejo, osloy sin huiira ,
Y fallo si no ledejo
A obligación y palabra;
¡Cómo liaré , piadosos cielos
i'ara darle libertad
Y darle la muerte á un tiempo !
Don luis.
Con la muerte de su hermano
La obligación tecoulieso,
Y la palabra también;
Pero cuando le bayas muerdo.
No se desdora tu sangre ,
Úue si él como caballero
Te socorrió, en el socorro
(Jueda su lionor más bien pucslo
A(|ui hay agravio, y 3gra\ io
Vide la venganza lue^jo,
Luego no debes pagar
Dsta obligación, supuesto
Que en Ii viene á ser infaiui;i
Lo que en él era troleo.
DON PEURO.
iQuién para tantas pasiones
Pudiera buscar un medio!
I'eru metiie á mi cuidado
La ejecución de mi acero.
CONDE.
lia , don Pedro, riñamos;
.Mas una cosa os acuerdo,
Uue me distes la palabra
De ayudarme en cualquier lienip
Contra vuestro propio padre.
DON PEDRO.
Es verdad.
DON LUIS.
Los cumplimientos
No obligan á las deshouras.
CONDE.
Y añadistes demás desto,
Que aunque importara la honra
yue tenéis.
DON PEDRO.
Yo lo cunlieso.
DON LUIS.
Mira que son aparentes
Todos esos argumentos,
Itespóndate con tu honor.
CONDE.
¿Qué intentas?
DON PEDRO.
Vengarme apruebo
DON LUIS.
¿Pues, qué esperas'.'
CONDE.
¿Pues, qué agu;
DON LDIS.
Vo le irrito.
CONDE.
Yo te aliento.
DON LUIS.
Yo te enojo.
CONDE.
Yo te obligo.
FÉNIX.
Prevenir quiero mi riesgo,
Huir quiero esta desdicha. (
DON PEDRO.
Esto ha de ser.
DON LUIS.
No te muevo.
CUNDE.
¿Qué respondes?
tON PEDRO.
Ya me arrojo :
Pagarte y matarte debo.
CONDE.
;Cómo ha de ser?
COMEDIAS ESCOGIDAS DE D0> I-'RANCISCO DE ROJ.VS.
DON PEDRO. I
Desa suerte. I ,, Te vengarás?
^Qué intentas?
DON PEDRO.
Ote mi intento:
Dos somos mi padre y yo,
Con (|ue matarte podremos,
Y no es bien que mi valor
Se valga de mis excesos.
Tu en tu casa me libraste
Por un jardin , pues yo quiero
Hacer lo propio en la mia :
Tú me has traido á este puesto,
Aqui te defiendo yo,
Aqui defenderte apruebo;
Tu eres bizarro y valiente
Y noble, y esto supuesto
Cuando te buscare airado
Presumo hallarte resuello.
Tú me dijiste, después
Que me libraste del riesgo,
Que quedabas mi enemigo.
Pues con igual sentimieuio
No sólo te correspondo.
Mas presumo que le excedo ;
Con ser agravio el que lloro
Y tú una ofensa, que es menos ;
Aqui no le he de matar,
Pero buscarte resuelvo
En saliendo desta casa
(;on voces que exbale al viento.
Iras que indigne mi brazo.
Quejas que encargue á mi pecho
Con dilatar mi venganza
Te pago lo que te debo,
Pues con matarte en la calle
Te satisfago y me vengo.
Tú procuras la defensa
De tu hermano, y yo pretendo
La venganza de mi honor ;
Va yo tengo satisfecho
El duelo de tu amistad ,
Y tú como noble lias hecho.
Obligados y ofendidos
EstaniüS á un mismo tiempo.
El un duelo esiá acabado
Esotro duelo empecemos.
CONDE.
Pues á la calle salgamos,
Que aunque agora me suspendo,
Es por no echarle á perder
Lo mismo que le agradezco.
DON LUIS.
¿A tu ofensor dejas ir?
DON PEDRO.
Sabrile buscar mi acero.
DON LUIS.
Advierte que puede ser...
CONDE.
Duscarle también prometo.
DON LUIS.
¿No ves que eres agraviado ?
DOMPEDRO.
Tú me verás satisfecho.
DON LUIS.
La tuya no es más de ofensa.
CONDE.
¿No ves que es mi hermano el iimcrlo?
DON LUIS.
La ira templa tu brazo.
DON PEDRO.
Tengo esfuerzo.
DON LDlS.
Pues vele.
CONDE.
Rallarásme airado.
DON LUIS.
Lo que harás...
DON PKDRO.
Verásio presto.
CONDE.
Libiar á Fénix procuro.
DON PEDRO.
Matar á Fénix prometo.
DON LUIS.
Irritar su espada juro.
CONDE.
¡Ayude el cielo mi intento !
DON PEDRO.
¡Líbreme el cielo de mi!
DON LUIS.
¡Déjeme vengar el cielo !
Antes
¿Te ir:
DON PFDRO.
lienso que la esfuerzo.
DON LUIS.
JORNADA TERCERA.
Salen FÉNIX, medio desmida, i
CONDE de priesa : entran ¡/ tic
una puerta.
CONDE.
Heducealroslroelcolor
Que ya estas libre.
FÉNIX.
be suerte.
Que por huir de una muerte
Me ha cogido un deshonor;
¡Que esto a mi nobleza pasa!
Turbada llego y mortal.
CONDE.
¿Cuándo no lué torpe el mal?
FÉNIX.
¿Dónde estamos?
CONDE.
En mi casa ;
Y estando mi hermana aquí.
Para tu pena recelo
Que hallarás dulce consuelo.
FÉNIX.
¿Y estamos seguros?
CONDE.
Sí.
FÉNIX.
¿Y si mi hermano me alcanza,
(Jue pienso que me siguió,
Y áuii me vio entrar?
CONDE.
No le vio ,
Que es muy ciega la venganza ;
Mi prudencia le convida
A divertir el lemor.
FÉNIX.
¡Si volvieras por mí honor
tiomo vuelves por mi vida !
CONDE.
Tiempo hay. — ¿Casandra?
Sale CASANDRA.
C.VSANDRA.
OüLIGADOS Y OFENDIDOS, Y GOUliON DE SALAMANCA.
CO>OE.
Ten cuidado,
( a<iniira, con esta dama,
I < jue iiii|iorla á su opinión
> .1 Irfendfila me atrevo,
Mi| ui>to que pagar debo
A ^11 amor mi obligación.
I r K mi procuró vengar
.•-11 liirniano el fuego en que anlc
Y lia parecer cobarde
Ko sülirle yo á buscar ;
Klija. pues, mi rigor
La ven^'anza permitida ,
Ya he defendido tu vida,
Agora falla mi honor.
FÉ.MX.
Tente, porque más tirano
Presumo perderle asi.
Pues he de perderte á tí
O he de [lerder á mi hermano;
Y perderle á ti es peor
Según á mi agravio acuerdo,
Que en él un hermano pií'rdo,
Pero en ll pierdo un honor;
Pues si puedo desta suerte
A mi deshonor cobrarte.
Mucho mas de provocarte
Debo elegir de temerte.
CASA.NURA.
No he de aconsejarle tal :
Buscar quien fuere preven ,
Que si á tu honor le está bien ,
A tu valor le está mal.
CO^DE.
Pues deja que airado ¡mente
Cobrar la ocasión que pieido.
FÉ.MX.
No es ser cobarde ser cuerdo.
Ni ser cuerdo es ser valiente.
FÉMX.
Hacer forzoso el rigor
No es valor, sino locura.
CASANDRA.
Y lo que nombran cordura
Siempre suele ser temor.
Dejad de porGar las dos ,
Que yo se lo que be de hacer.
FÉ.MX.
Oje.
CASANDRA.
Advierte.
COKDE.
Esto ha de ser :
Guarda esta dama , y adiós. ( V
FÉ.1I1X.
Sisón tantos mis enojos
Y mi desconsuelo es tanto,
iQué hace en mi pecho mi llanto,
Y qué hacen sin el mis ojos ?
Pero un consuelo me espera ,
Que si no sube á su centro.
Será ponzoña allá dentro
Y será alivio acá fuera.
CASA\DRA.
Quién eres quiero saber.
Tú que para dolor tanto
He oablas con lengua de llanto.
FÉ.MX.
Una infelice mujer.
CASANDRA.
Di, ¿cual ha sido el rigor
Que reducidas en hielo
Pagó lluvias á tu ciólo?
FKMX.
(Jn agravio y un amor.
CASASUllA.
Bella dama, ¿dime pues
yuién fue el ingrato y tirano
gue le ba oleodido?
FÉ.MX.
Tu hermano.
CASANURA.
¿V lanombre?
Fénix es.
CASAKORA.
Pues no átu desvelo asombre
Keceloso tu temer
Que ya llego á conocer
Tu desdicha por tu nondirc ;
Ya mi hermano me ha conUulo
Tu lineza y su rigor.
Su ingratitud y tu amor.
Su descuido y lu cuidado;
Y pues no quiero tu error
Que me declares, te pido
jQué es lo que te ha sucedí lo?
FÉ.MX.
No tiene lengua el dolor.
No procures vergonzosa
Callar lu error por lu fama ,
Que del amor eu la llama
Ardo también mariposa ;
Dime tu mal declarado
Para consolar tu olvido.
Que, pues, digo que he querido
También conlieso que be errado.
FÉNIX.
No permitas que le diga
Mal que aun no seconiprehende,
Y pues sabes quién me ofende,
Sepa de ti quién te obliga :
Ya que sé que eres amante
Sepa lacausa,enefelo.
CASANDRA.
Tengo amor, pero es secreto;
t'ii caballero estudiunle
Arde en mi pecho inhumano.
FÉMX.
El dueño me nombra , pues.
CASANDRA.
Don Pedro Céspedes es.
FÉMX.
Ese, Casandra, es mi hermano.
CASANDRA.
Luego aqui con dos extremos,
Cuando al amor nos rendimos,
üe un accidente morimos.
FÉNIX.
De un achaque adolescemos.
CASANDRA.
Que una es nuestra causa arguyo
A lio intervenir desden,
A tu hermano quiero bien.
Y yo tengo amoral luyo;
Ya en vano la voz impido.
Si á mi lengua he despenado :
Yo le amo solicitado.
CASANDRA.
Y yo le ignoro admilido :
Mas ¿cómo has venido a(|ui
Triste, turbada y mortar;
FÉMX.
¿Dirásrae luego lu mal?
CASANDRA.
Pues oye.
FÉNIX.
CASANDRA.
Di.
FÉNIX.
Tan compadecida
Te oiré como atenta ,
Por anticiparte
La atención siquiera.
Y ansí... ¿mas, qué es estoí
Ruido hay alia fuera,
¿Quién será?
Sale BEATRIZ.
Yo soy.
FÉNIX.
¿Beatriz tan suspensa?
CASANDRA.
¿Qué traes?
Dilo presto.
BEATRIZ.
Traigo malas nuevas.
CASANDRA.
¿Esmuerlo don Pedro?
BEATRIZ.
No es muerto.
FÉMX.
Habla apriesa ,
¿Y el Conde?
BEATRIZ.
Tampoco.
FÉNIX.
El suceso empieza.
BEATRIZ.
Oid que me importa
Que me estéis atenta.
Aquel estudiante
Que tiene las letras ,
Pocas, pero grandes;
Grandes, pero buenas;
Aquel que lu padre
Le hizo en la turquesa
Donde tú naciste
Sin gana y por fuerza ,
Salió con el Conde
Por las nuestras puertas
A dar estocadas
Tales como buenas,
Al tiempo (lue tú
Pusiste discreta.
Si no en polvorosa.
Pies en polvareda.
Tú que al Conde viste,
Por un lado llegas ,
Haces que en su casa
Te libre por fuer/a ,
Con la obscura noche
Librarte aprovecha.
Pues el lu bermanico
Que á la calle llega,
Y no encnenlra al Conde ,
Por vengar su ofensa.
Verbos por la boca
Con sus nombres echa,
Tddo^ .MI rumuiue,
ira.
1, 1
Y en lugar de anzuelos
Corchetes con lengua,
Topa con lu hermano.
Con «¿quién va?» le llega
« Nadie va», responde;
No lo dijo en estas
Cuando á estotras dicen
Todos «resistencia»;
COMEDIAS ESCOGIDAS DE DON FRANCISCO DE ROJAS.
« VoDO me resisto»,
Les responde apenas,
Cuaudo como diüblos
Le incíiaii y tieiilan.
• Este est. "dijoel uno.
Dándole linterna,
« El que al noble Arneslo
Dio la muerte tiera». —
«¿Qué Arneslo, les dijo.
Es este que cuentan?» —
« Hermano del Conde »,
Dijo otro en la rueda.
'yegao, dijo entonces
Tu hermano en respuesta.
tProbo», le responden,
Y haciéndole señas
Uno, que lo deje
Correr por su cuenta
Que él le sacará
Por la puerta afuera ,
Por la puerta adentro
Déla cárcel le i-nlran.
Aqueste es el caso
Al pié de la letra.
El Conde, tu hermano.
Me hizo que viniera
A avisarte porque
Su prisión supieras.
Tu padre. Señora,
Quedó de poeta
Cuandii le han silbado
Su amada comedia.
Y llorando amores
Su triste tragedia ,
Hecho Jeremías
De ti se lamenta.
A Crispln también
A la cárcel llevan.
El caso has oído
Y volverme es fuerza.
Soy leal criada ,
Tu padre me espera.
No le queda en casa
Nadie que le venda;
Vojle á consolar,
¥ asi sin licencia
(Que esto del pedirla
Es cosa muy vieja).
Fénix, de retorno
Vendré á que me veas.
FÉMX.
De suerte ;oh desdichas!
Que ya no les queda.
Ni a mi mal alivio.
Ni á mi amor defensa.
CASATiDRA.
De suerte ¡oh desvelos!
Que ya con tal nueva.
Del mar del amor
Entré en la tormenta.
FÉNIX.
Del Conde mi amante
Es justo que lema.
Que, pues es ingrato.
Vengativo sea.
CASANDHA.
De mi hermano ju/go
Que su muerte quiera.
Que viven unidas
Venganzas y ofensas.
FÉNIX.
Pucssea.el alivio
Para tantas penas.
Que hay dolor que mate
Si hay "honor que ofenda.
CASANDnA.
Pues salga esta llama
Que estando encubierta
El mismo disfraz
La dio más violencia.
Salga por mis ojos
Sangre de mis venas.
Sea coral lino
V aljófar parezca.
Ver ((Uiero á don Pedro
En la cárcel mesma.
Mas soy de mi amor
Que no de mi ofensa.
FÉMX.
Si ya no hay socorro,
¿Qué espera esta fuerza
Sitiada de males
Que al mal uo se entrega?
CASANDRA.
Por mi dio á mi hermano
la muerte sangrienta,
Y no me ha ofendido
Quien por mi se arriesga.
FÉMX.
Parte es mi ofensor,
Y siéndolo quedan
Viva tu venganza
Y mi fama muerta.
CASANDRA.
Pues amor, á obrar.
FÉ.^lX.
A morir, violencias.
CASAtlDRA.
Désele á este fuego
Más noble materia.
fé:hix.
Rebelde mi vida,
^A que es lo que espera?
CASANDRA.
Amor obstinado,
¿Cómo no se aumenta?
FÉMX.
¿Para qué la muerte
Con tanta pereza?
CASANDRA.
¿Para qué la vida
Si no vivo en ella ?
FÉMX.
Pues voy á sentir...
CASANDRA.
Pues voy á que sepan...
FÉNIX.
Males de mi agravio.
CASANDRA.
De mi amor finezas.
FÉMX.
Mas ¿cómo es posible
Que guarde secretas...
CASANDRA.
fe:^ix.
Quejas de mi agravio.
CASANDRA.
De mi amor violencias.
LAS DOS.
Que amor oculto es lalenlur.n
Que es más dañosa cuanto nía
Salen por dos puertas EL BORIlFi;
EL CER.MCALO, EL MELLAD
CHISPA, EL GANCHLELO, Cl;l
PIMLLO, uno con un peda:o
queso, otro con una taza de ciift
otro con pan y cuchillo, y otro •■
rábanos, t CHISPILLA con un jar
grande.
MELLADO.
Aqui ha de ser, voto á cuiil ,
V pues (|ue solos nos venius,
La palabra remojemos.
CERNÍCALO.
.Meor será la canal.
CRISPINILLO.
No hay tan honrada cuadrilla
¿u la Alemania ni España.
{Siéntense en el suelo )
BORREGO.
Tragúese en amor compaña.
CRISPINILLO.
Echa de colar, Chispilla.
CBISPILLA.
Vive el dador que da gloria
Vernos tanto, ya lo jago.
MELLADO.
Gidalgos, con cada trago
Cascuno cuente su bestoria,
Avizore la atalaya,
No mos vean.
CHISPILLA.
Eso quiero.
CERNÍCALO.
Oyen, jágase primero
Nuestra ccrimoña.
IODOS.
Vaya
UELLADO.
Le»ánton»e, pues , á obrar.
{^Levántase.)
CRISPINILLO.
Digo que empiece el Mellado,
vjue es buen probele y honrado.
BtLLADO.
Pues yo quiero escomenzar;
fonm el jarro, y brujas fuera,
¿n nombre de la allaüada. (Menéale.)
GANCBCELO.
Ea, empezá, camarada. (Da/í la laza.)
Venga la coluiupiadera.
(Echa vino en la taza.
Así como ellombre indino,
Creaiura de Dios y el cielo.
Derrama por este suelo
Estas dos tazas de viuo, (Derr.
Así vertidas estén
Todas las sangres que fueren
De aquellos que mal nos quícr
Y digan lodos :
TODOS.
Amén.
las.)
HtLLADO.
Ya que hacemos la razón...
CBISPlMLLO.
¿Por qué en esto mos paramos?
MELLADO.
¡Brindis á que mos veamos
En la puerta del Cambrón!
CRISPINILLO.
Dice bien, muy jusio es.
«ELLADO.
Pues yo que la mano llevo,
Cou vuesa licencia hebo.
CBISPfMLLO.
Beba, y la bestoria dempues.
MELLADO.
¿Cuál es el f.liilio? Esté en gloria
Él alma que le plauló. (ü<
BORIIEGO.
Acabe, y beberé yo.
MELLADO.
Va la bestoria.
TODOS.
Va la liesloria.
'■ MELLADO.
■ Diome cincuenta doblones
Un Arneslo de contado.
Porque diese á un licenciado
Una noche dos burgones;
) Propuso primero el daño,
i Mas como el dinero dio,
I Mos fuimos.Zajinto y yo
1 A trabaaresle araño.
Maltratónos á los dos,
Y fue misterio secreto.
Pues no toTimos respeto
A los hábitos de Dios.
A Aniesto que con afán
Llevó la rabia amolada ,
Le cascó una tarascada
En la talega del pan
El clérigo ó estodiante.
Mas quedó del golpe tal ,
Oue no comerá más sal :
Garduñáronme en flaganlc,
Metiéronme en la doctrina,
Rogáronme luego que
. Cantáramos, no cante.
Hubo un viernes desceplina ,
• Presonáronme la ley,
Y pienso que voy de veras
Por seis anos á galeras
A servirá Dios y al Rey.
Pero no importa el rigor
Que vaya á gurapas, pues
No dirán que ellombre es
Soloniista ni traidor.
CBISPIMLLO.
Pase i-'l harto y venga el barco.
CANCnUELO.
Oye nci', tenga consuelo,
Une no seré yo el Ganchueln,
I) nu ha de palmear el charco.
MELLADO.
¿Eso cómo puede ser?
f.AMCUÜELO.
I Déjese océ gobernar.
Ya estoy mandado soltar,
I If á la sorna lo ha de ver,
Sean voacedes testigos
De lo que ofrezco al Mellado.
MELLADO.
, Ya sé que oced es honrado
I Y que es amigo de amigos.
GANCHL'ELO.
Yo tendré de oced memoria,
Que soy camarada yo;
{Bebe el Borrego.)
(Debió Borrego?
TODOS.
Bebió.
BORREGO.
Va la historia.
TODOS.
Va la historia.
BORHEOO.
Yo estoy preso, seo Mellado...
OIlI.ICAnOS V OFENDIDOS, Y GüDRON DE SALAMANCA. 77
CERJiiCALO.
Yo me sigo, que he bebido : (Bebe.)
IMILLÍ
¿Diga océ, por qué está presu ?
uELLAne.
Digalo.
BORREGO.
Yo lo confieso.
TODOS.
Por qué?
BORREGO.
Por enamorado.
Un dia del monumento,
Mas blando que un lamedor
A la holsíi de un doctor
Le dije mi pensamiento.
Y ella , aunque pesada y fiera ,
Y aunque dama de opinión ,
A escucharme mi r:\/nn
Se asomó A una faklru|ueraj
Y aunque era tanto el empeño,
Gomo tanto la roiíué.
En efecto, la saqué
De la casa de su dueño;
Librarme de todo intento.
Fisco y parto mealropella.
Quiero casarme con ella
Y pidenme el rompimiento.
CERNÍCALO.
;.Y el canónigo no entona
La solfa del harto?
CRISPI-VILLO.
Si:
Con mi amo viene aquí ;
¡Mas vaya una peleona!
Cogióme la gurullada
Anoche en resolución,
Al ir con cierta pasión
En casa de una cuitada;
Ya advierto que á nadie asombre.
Que por extraños fracasos
Anda el hombre en estos pasos,
Que, en efecto, el hombre es hombre ;
A mi un fuelle se llegó,
Saber quién era procura'.
Quísome quitarla gura ,
La sartén no quise yo;
Embistenme, pero ¿u.Tndo,
Como ya me conocieron.
Todos juntos me corrieron ;
Plánteme como un Berlando,
V, en efecto, aunque eran tantos ,
Y aunque acosado me vi ,
Al escribano le di
En lo huero un sepancuantos.
Al alguacil que repara
Cuánto le tiro valiente.
Le hice una cruz en la frente
Por si le falta en lavara;
Trasquilé á un corchete el pelo.
Mas nocidos que Flatonte,
Mas como el hombre no es monte
Estropecé y di en el suelo,
Y aunque con ansia y con pena ,
Como en el suelo me hallaron ,
Los corchetes me apiolaron
Y embauláronme en la trena.
MELLADO.
/,Y murió alguno en rigor
De toda esta tarascada?
CIlISPlNtLLO.
No sé , ahí han dado posada
Al uno en San Salvador.
GANCHDELO.
Por Cristo, que ha sido fiera.
CBISPIMLLO.
Y aun no sé si el otro es muerto.
MELLADO.
Si lo que oacé dice es cierto,
Negoeillocs de escalera.
Yo porque puse, estoy preso,
Unos claveles de hueso
A la puerta de un marido,
Y aunque por mala fortuna
El torcedor me dio fuerte
Siete ansias , todas de muerte.
No he sido cisne á ninguna.
MELLADO.
Eres bizarro y gentil ,
Fuerte en el potro anduviste,
Pero, dime, ¿á quién pusiste
Las espinas de marfil?
CERNÍCALO.
Preguntas son no muy buenas
Con las que vocé me obliga.
No quiera Dios que yo diga
Mal de lias honras ajenas.
{Bebe Ganchuelo.)
GANCHUELO.
Yo á una frutera faUl,
Por ser deslenguada y vieja ,
Le di desde oreja á oreja
Cuchillada tan igual .
Que con ser de á media vara
La dijo el quelacosia.
Que le pareció que habla
Nacido en la misma cara;
De mi vinoá querellar,
Mas con un unto que sé.
Que otro la corló probé,
Y estoy mandado soltar.
CEUNÍCALO.
Y liltertad merecieras
Por cuchillada tan cara.
MELLADO.
Las cochinadas de á vara
Se hicieron para fruteras.
CERNÍCALO.
Pues que ya salen recelo,
Y ir á que' te suelten puedes.
MELLADO.
Con facultad de vocedes
Quisiera hablará Ganchuelo.
CERNÍCALO.
Pues vamos.
(Vanse.)
(Quedante Mellado y el Ganchudo.)
MELLADO.
En poridad
Saber quiero este consuelo,
Voarced , mi señor Gaiwhuelo,
Es honrado de verdad ,
Voarced tiene prometida
Mi libertad.
GANCHUELO.
Habléloyá,
Y la palabra que da
Ellombre, será complida.
MELLADO.
Yo lo confirmo y lo espero,
Pero quisiera saber
De qué modo puede ser
Mi liberta.
GANCHOELO.
Con dinero.
Esta noche, si Dios quiere.
Hemos de matar á un Conde,
La persona y tres honrados
One á cuidado le tenemos ,
V porque le despachemos
Nos dan quinientos ducados;
7-i COMEDIAS
Y ha (le liaber mosca sobrada, I
Porqiip íiiin no ha (le estar, advierte, '
Mal irah.njada la muerte
Cuando estará bien cobrada.
MFLLADO.
Y decid, ¿por qué ocasión
Ksa muerte se ha trazado?
GANCHl'EI.O.
Porque le dio a un viejo honrado
En Madrid un bofetón.
MELLADO.
;,Y saber el nombre puedo
Del Conde ?
CANCHOELO.
jNotable error 1
Es el conde de Ueinor.
No hay otro conde en Toledo.
MELLADO.
¿Y cómo lij de ser medí?
G\NCHUELO.
Para este efecto le envió
l'n papel de desafio
Que guardado tengo aquí.
Éii el sobreescrito envió
Primero puesto su nombre ,
Y en él que le espera un hombre
De la otra parte del rio
De Alcántara sobre el puente ,
Y entonces, bien prevenidos,
Estaremos escondidos
Esperando yo y mi gente.
Si él sale, como yo espero,
Y si del papel se "enoja.
Muy preciado de la hoja ,
Llevará y habrá dinero.
MELLADO.
¿Cómo vais?
GANCHUELO.
Enmascarados
I.os rostros y bien cubiertos ;
Pero iremos descubiertos
Por los quinientos ducados.
ESCOCIDAS DE DON FRANCISCO DE ROJAS.
Para esto nunca te tapas.
GAKCHUELO.
Si la pecunia cogemos
Muy fácilmente podremos
Concertaros las gurapas.
MELLADO.
Cuando tanta opinión sobra
A tanto pobrete honrado.
Muy poco dinero han dado
Por acabar esta obra.
Y esto á deciros me atrevo
Porque sois de chulos palma.
GANCHUELO
Yo no he de cargar mi alma :
Esto vale, y esto llevo.
Salen CN ESCRIBANO Y DON PEDRO,
con un grillo.
DOS PEDRO.
Si me lia de reconocer
Llegue en buen hora el Mellado.
ESCRIBANO.
Mellado, llegaos aquí.
StTvitor, seo secretario.
ESCRIBANO.
¿E.í íKpicsie caballero
l'.l ipic dio muerte indignado
A Anii'sio, hermano del conde
De Üeillnr? Podréis libraros
Pari'iieiido el agresor:
Ea ,si es él, declaradlo.
Vos , Ganchuelo, ya podéis
Iros , que ya está aguardando
El mandamiento á la puerta.
GA>CIHJELO.
Cnárdeos el cielo mil años.
(Áp. Mellado amigo, silencio.)
MELLADO. {Ap.)
Tendrá silencio el Mellado :
Digo, ¿cuándo nos veremos?
GAXCHUELO. (.4p,)
Luego que esté trabajado
Este Conde. (Vase.)
MELLADO.
Pues adiós.
(Ap. ¿oís? Llevad bien fardado
i;i baúl . no sea el demonio
Oue os den con la de Juan Gr.njo.)
DOM PEono.
¿Ah, señor Mellado?
MELLADO.
Oigo.
DCN PEDRO.
Lo que dice el pendolario
Es quevoacé repase
La persona, (Ap. A aquestos bravos
Es menester preguntarles
En su Ilengua.)
MELLADO.
Estoy mirando (M¡rele.)
Si es él. (Ap. Por el santo Cciime ,
Que está mandando en lo alio,
Que es él , mas yo soy quien soy :
Yo nunca he sido silbato,
Ni fui corredor de oreja.)
Del fundamento hasta el casco,
A este señor bueno doy
Mas de cuarenta repasos
Y no es él , porque era el otro
Un poco más descargado
De lomos , y otros dos pocos
Amolado de recazos :
No es él.
ESCRIBANO.
¿Lojurais?
MELLADO.
Lo juro.
ESCRIBANO.
Pues poned aqui la mano.
[Pone I/i mano.)
MELLADO. (Ap.)
Si haré por sacar esta ascua
Con la mano deste gato.
ESCRIBANO.
r.uena se pone la causa
Señor don Pedro.
DON PEDRO.
El descargo
Me ba de sacar de la cárcel.
ESCRIBANO.
Pues yo prometo ayudaros
Como no apriete la purte,
Que es el todo en este cuso. ( Vcíc. )
DON PEDRO.
Quedo de vuestra amistad
Agradecido y fiado,
MELLADO,
¿Fuese el escribano?
DON PEIIRO.
Fuese :
Y agora que hemos quedado
Solos, quiero agradeceros
La vida que me habéis dado:
Mi honor, mi hacienda y mi espada
Es vuestra , y si libre salgo
De la cárcel , yo os prometo
Satisfacer y pagaros
Deudas de reconocido
Y obligaciones de honrado,
MELLADO.
Yo soy siempre vuestro anv.^o.
Que hemos reñido en un plato,
Y no es menester conmigo
Hacer tantos arrumacos.
Yo soy amigo de buenos ,
Y os estoy enlicionado
Desde que os vi menear
La zanahoria, y ¡voto al dial lo!
(,)up podéis dar al más tieso
Cuarenta echadas de bravo,
DON PEDRO.
¿Quién os tiene aqui?
MELLADO.
Ese Comle
Dice que por mi mataron
A su hermano, y (|ueyo os vi,
Y miente como Pilatos;
Pero oís, aquesta noche
Me han de vengar seis chiilanos,
Y le han de hacer en la panza
Seis guzpataras de á palmo.
DON PEDRO.
,Pues per qué le han de malar?
[Ap. Saber me importa este caso )
MELLADO.
Porque á un carrillo en Madrid
Le hizo que fuese cristiano.
DON PEDRO.
¿Cristiano á un carrillo? ¿Cómo?
MELLADO.
Como le plantó en lo llano
Los Mandamientos de Dios.
DON PEDRO.
j,Y adonde intentan matarlo?
MELLADO.
Al puente.
DON PEDRO.
¡Cómo me alegro!
Que este es mi mayor conirario,
Y así no tendremos quien
Nos persiga.
MELLADO,
Enmascarados
Han de ir los seis camaradas :
Üaulespor laobra,..
DON PEDRO.
¿Cuánto?
MELLADO,
Quinientos; pero yo digo
Que concertaron barato.
DON PEDRO.
¿Y él cómo saben que irá ?
MELLADO.
Porque le tienen trazado
Un papel de desalio.
Sale CRISPINILLO.
CmSPlNILLO.
El sol debajo de un manto.
La luz disfrazada en sombras ,
Envuelto en nieblas un rayo
Viene á verte...
DON PEDRO.
Estenoestipiiipo
De amor cuando navegando
Del mar del honor lluctúo
En tantos Scilasde engaños.
CRISPINILLO.
Dice que la importa hablarte ,
Y puede ganar de mano
Al sol , aunque juegue el sol
Con ella Abriles y .Mayos.
onur.ADos y ofendidos, y couiíon de sm.amanc.a.
DON PEDnO.
Enlre, pues; veamos luego
Mellado.
■ ELLADO.
Sólo os encargo
Silencio.
OnS PEDRO.
Yo os le prometo.
HELLADO.
;Ois? LueRO nos veamos
Ea yéndose la chulama. (Va
DON PEDRO.
Hoy con el caso más raro
Que lian observado los broncís
Mi honor y venganza trato.
Salen JACINTA y CASANDÍÍA,
cubiertas.
CASANDRA.
Quédale, Jacinta, fuera :
El está aquí, yo le hablo.
Infelice raballero,
Tan valiente y tan bizarro
Que el mismo merecimiento
Os hizo más desdichado ;
l'na apasionada vuestra ,
O amante, que no es recato
Dar á la acción la fineza
Y no descubrirla el labio;
A esta prisión rigurosa
En los disfraces de un manto
Viene á decir sentimientos
Nunca hasta aqui declarados.
Pobre sois , y sois valiente,
Y á mi me toca el amparo
De quien sólo por mi causa
Mira su honor perturbado.
No os quiero decir quién soy,
Ma? quiero decir que os traigo
El oro de vuestro amor
En oro recompensado :
Joyas trae esa criada
Para que compréis ufano
Vuestra libertad al oro,
Y no os parezca agasajo
Lo que á mi también me toca .
Que como os estimo tanto,
Libertando vuestra vida
Mi propia vida rescato.
y después que os mire libre,
Sabed que quiero feriaros
Sospechas de vuestra pena
A cuidados de mi llanto.
Esta es laprimeravez
Que ardientemente obstinado
El fuego de amor oculto
Brotó en indicios al labio.
Mujer soy, y tengo amor,
Y ya bien podéis liaros
Aun mucho más que en tenerle
En haberse declarado.
No he pretendido escribiros.
Antes vine á consolaros ,
Que es intérprete mejor
l.a lengua que no la mano ;
Y porque agora es forzoso
Volverme i casa , quedaos ,
Yo os veré y escribiré.
Obre el trato más humano.
Que las fuer/as del amor.
Las más se rinden por trato ;
Y asi...
D0:« PEDRO.
Deteneos , Señora ,
Que primero he de rogaros
Qne la luz desa hermosura
Venza la niebla del manto.
CASANORA.
No puedo.
liON PEDRO.
Pues escuchad
Este imaginado rasgo.
Que al templo de mis pasiones
Quiere mi lengua pintaros.
La ocasión me da oportuna
Fortuna,
Mas es , si la oculta el labio,
Agravio,
Que aunque enseña vuestro ardor
Amor,
Para sentir más rigor
Vuestro favor he culpado,
Pues me habéis equivocado
Fortuna , agravio y amor.
Permitid á mí desvelo.
Celo,
Que es dar compasión mayor
Favor,
y es mentir á luz tan pura
Hermosura.
V mi sufrimiento apura
Quecuando mi amor sabéis,
A este tiempo me neguéis
Cielo, favor y hermosura.
No deis en tibios desmayos
Rayos,
Ni en dudosos arreboles
Soles ,
Ni á vuestro cielo ocultado
Nublado;
Mas, ¿para qué mi cuidado
Siente tan mortal desvelo
Si es fuerza que haya en el cielo
Hayos, soles y nublado?
Descubrid...
Sale CRISPIMLLO.
;,De qué vienes tan turbado?
¿üi, qué ha sido?
CRISPIMLLO.
¡Uercebü!
DON PEDRO.
Acaba, dimelo.
CRISPIMLLO.
El diablo.
Tu enemigo.
DON PEDRO.
¿Quién, el Conde?
CRISPINILLO.
Y pienso que entra á buscaros
Con un color de sudores ;
Mas yo de unciones le traigo.
DON PEDRO.
¿A qué viene?
CIIISPINILLO.
No lo sé,
Sólo digo (|ue ha llegado.
DON PEDRO.
¿Dónde?
CRISPINILLO.
A buscarte.
DON PEDRO.
¿Qué dices?
CRISPINILLO.
Hétele por do va entrando.
CONDE. (Dentro.)
¿Don Pedro?
DON PEDRO.
¿De qué os turbáis?
CASANDRA.
Sabed que el Conde es mi hermano.
DON PEDRO.
¿Luego VOS sois...
CASANORA.
Infeliz.
DON PEDUO.
El dueño...
CRISPIMLLO.
Mirad que ha entrado.
CASANDRA.
Casandrasoy.
DON PEDRO.
Pues :miuí
Podéis , Señora , oc \Uaro«.
CASANDRA.
¡Si me vio entrar !
CRISPIMLLO.
No lo sé;
La criada está mirando.
Acabad.
CASANDRA.
¡Qué presto, amor.
Me has engolfado en mis daños !
{líscóndeic.)
Sale EL CONDE turbado.
Seáis, Conde, bien llegado.
¿En la cárcel me buscáis?
¿A qué venis?
CONDE.
A mataros.
CRISPINILLO. (Ap.)
Acabóse; vió á su hermana;
Por ella ha de haber porrazo.
Para las mujeres son
Enemigos necesarios.
DON PEDRO.
¿Pues cómo (Áp. ¡Si vió á Casamlra !)
Intentáis {/Ip. ¡Lance apretado! )
Viéndome preso (Ap. ¡Astro advirsol)
Buscarme determinado?
CONDE.
Ya sabéis que en vuestra casa ,
ü heroicamente bizarros ,
O advertidamente cuerdos ,
Para la calle libramos
Indignaciones y aceros;
Vos la obligación pagando
Que me debistes, y yo
De vuestro valor fiado.
DON PEDRO.
Y también sé que salí
Desde mi casa á buscaros ;
(Jue no os hallé y, en efecto.
Por ir tras vos me encontraron ;
Que estoy preso, ya lo veis ,
Que me irritáis, está claro,
Que me buscáis, no lo ignoro;
Y asi podéis declararos.
Que aunque dijisteis agora
Que á matarme entráis airado,
Fué error de vuestra pasión ;
Pues siendo quien sois, extraño
Que hable asi un hombre valiente
A otro hombre que está sin manos.
CONDE.
El mataros no es aquí.
I DON PEDRO.
¿Pues dónde?
CONDE.
Escuchadme un rato :
Yo soy parte en el delito
He la muerte de mi hermano,
Y como soy el que soy
W COMEDÍ,
Lo más en laii grave cargo,
Queesiábades declaré
La noche que le mataron
En Salamanca, y que sois
Mi amií^o, dando descargos
Que en mi no eran tan precisos
Y en vos eran necesarios;
Solicito con los ruegos.
Soy cuerdo en los aí^asajos ,
Advertido en las promesas,
Y en satisfacerlas franco.
Os tengo libre don Pedro,
Y aunque a mi no me ba locai!o.
Siendo vos el ofendido
Ser yo quien venga i libraros ,
Con'mi duelo y con el vuestro
A un mismo tiempo cumplamos ;
Mañana libre os veréis ,
Mañana vendré á buscaros ,
Vos habéis sido conmigo
Puntual , noble y gallardo.
Pues ya con haber cumplid",
Puesto que os he libertado,
Porque diga que podréis
Quien sepa nuestro embarazo
Ser siempre tan valeroso,
Pero nunca más bizarro.
DON FEDRO.
Ya que libertad me dais,
.Sólo quiero preguntaros.
¿Por qué ai^ora no estoy libre,
Y mañana si?
CO:!DE.
Es el caso
Que aunque pudiera esta noche
Libraros, otro cuidado
Tengo que interviene en él
Parte de mi honor, y en tanto,
Que por un papel que ahora
En esta puerta me han dado,
De nuestras obligaciones
La satisfacción dilato,
No quiero yo que se diga ,
Habiéndoos ya libertado.
Que fallo al satisfaceros
Y cumplo con obligaros.
DOS PEDRO.
Yo os suplo la dilación,
Y asi bien puedo rogaros
Que salga yo de la cárcel
lista noche.
COSDE.
¿Importaos algo?
DOX PEDRO.
No me importa sólo á mi ,
Porque nos importa á eutrambo:
CONDE.
Pues va libre podéis iros
Si es que me alargáis el plazo.
DON PEDBO.
Aun tanlo como ofendido
Qiieilo de vos obligado.
CONDE.
Y yo confieso que os debo
Shis de lo mismo que os pago.
DON PEDRO.
Mi vida . Conde . os confieso ;
Y ansí obraremos en tanto.
Cuando amigos como amii,'os.
Contrarios como contrarios.
CONDE.
Sois noble y agradecido.
DON PEDRO.
Pues agora os satisfago,
Piit-sto que para después
Nuestra venganza dejamos,
ton lo que otras veces suelo.
,\S KSCÜGIDAS DE DON FItANCISCO DE ROJAS.
Voy á morir á su acero.
Que aunque son tantos mis auos ,
{Vasi)
¿Con qué?
SON PEDHO.
Con daros los bra7os.
CONDE.
Yo os los doy con mucho gusto.
DON PEDRO.
Vuestra fe y lealtad alabo,
Pero eu saíiendo de aquí...
Sale DON LLIS cuando le da los brazos.
CONDE.
¿Qué intentáis hacer?
DON PEDRO.
Mataros.
CONDE.
Pues yo OS buscaré, don Pedro.
DON PEDRO.
Yo también sabré buscaros :
Adius, Conde.
CONDE.
Adiós, don Pedro.
DON PEDRO.
¿No diréis cómo quedamos?
CONDE.
Yo obligado y ofendido
DON PEDRO.
Yo ofendido y obligado.
DON LVIS.
;Vive Dios, hijo cobarde,
Desconocido y ingrato
Al honor que te dio el cielo.
Que á poderte hacer pedazos
Y á ser posible quitarle
Esa sangre que te be dado,
Que hiciera...
DON PEDRO.
¿Qué es esto, padrí*?
DON LUIS.
¿Tú abrazas á tu contrario?
¿El que mereció tu acero
Llega á merecer tus brazos?
Yo soy viejo y tengo ya
La ira y valor templados ,
Y si con él me abrazara.
Por los cielos soberanos
Que le arrancir:i del pecho
Él corazón á pedazos.
DON PEDRO.
¡Padre!
DON LUIS.
No me llames padre :
Quilate de aqui.
DON PEDRO.
Templaos.
DOM LUIS.
¿No ves que pide otra afrenta
101 que agradece un agravio?
Vuestra hermana se huyó anoche,
Y vos hicisteis más caso
De una palabra que es vuestra
Que de un honor que es de lautus.
Ya perdisteis la ocasión
De poder verme vengado :
Mas, ¿para qué tiene lengua
Aquel que no tiene manos?
Ya si tengo algún honor
Reducido en noble llanto,
Como es la sangre del alma
En lágrimas le derramo.
Pero pues sois tan cobarde.
Inadvertido y villano
Que trocáis á un mismo tiempo
Venganzas en agasajos ,
Yo voy á tomar venganza
Del Cunde que me ha agraviado;
El valor no tiene canas;
Y si no, muera á sus manos :
Vivir no quiero ofendido,
Y quiero morir honrado.
DO!» PEDRO.
Cid.
DON LUIS.
No rae repliquéis.
DON PEDRO.
Este es valor.
DON LUIS.
Es engaño.
DON PEDRO.
Esta fué una recompeiiss.
DON LDIS.
¡Pues vos de mi honor tan franco '
¡Cobardía es , vive el cielo !
DON PEDnO.
Advertid...
DON LUIS.
Va lo he mirado.
DON PEDRO.
Que sabré ser...
DON LBIS.
Muy cobarde.
DON PEDRO.
Quien cobre...
DON LUIS.
Obligasme eu wiiu).
DON PEDRO.
Un honor...
DON Ltns.
Es imposible.
DON PEDRO.
Que perdi.
DOS LUIS.
Yo le restauro.
DON PEDRO.
¿De qué modo?
DON LUIS.
Con mi muerte.
DON PEDRO.
¿A dónde vais?
DONLÜIS.
A vengaros.
Que sois muy agradecido,
Y cuando más indignado,
Al que habéis de dar la muerte
Temo que le deis los brazos. ( VusiJ.)
DON PEDRO.
Pues yo prometo á los cielos...
Sale CASANDRA.
CASANDRA.
Fuese su padre y mi hermano.
DON PEDRO.
Cobrar mi honor...
CASANDRA.
¡Ah don Pi'Jo)!
DON PEDBO.
Con el hecho más tirano...
CASANDRA.
¿No me respondéis? Qué es esto?
DON PEDRO.
Que oculta en el bronce y mármol.
Señora...
CASANDRA.
¿Podré salir?
DON PEDRO.
No hay quien os impida el paso.
OUI-ICADOS V OFENDIDOS, V GOliRO.N DE SALAMANCA.
DO!t PIÍDRO.
¿Qué es lo que decís?
CASAMinA.
.T„;i ilfscoiiocido os Lallol
noN PEnno.
I ,1 m.lia , lio tengo lior.or.
CiSANUIlA.
- lo que ¡iileiilns?
DON i'Eono.
Cobrarlo.
CASANOnA.
Téiigole susppnso.
CASANDHA.
No a;,Tü Jeccis mis cuidados.
DOM pEDno.
No hay amor donde no hay lionta.
OVSANDBA.
,,T:in preslo conmigo ingrato?
ItUS PEDRO.
N I I ^ Inieno para galán
íliiiiil-re que está deshonrado.
i Jaré honor siendo vueslra-
DO:i PEDRO.
lonor sabré nliligaros.
CASASDRA.
i's desprecio.
DON l'EOBO.
Es fineza.
CASA.XDRA.
inlciilais?
CANCMBELO.
Aquesta fué la hora señalada ,
V ya lardar no puede , prevenios ,
Y "á un mismo tiempo todos repartidos
Saldremos cuando llegue sobre el
VALIENTE 2." [puente:
Pues con el plomo no hay hombre va-
Cargar agora la pistola quiero: [lionte,
(Ciirtine la escopeta.)
Aseguremos dudas al acero.
CAKCHUELO.
Dien dices, retirarnos intentemos.
VALIENTE l.°
Rcliiémonos todos.
VALIEMF. -2."
lieliremos.
Sa/í EL CONDE.
DON PEDRO.
Vengarme Irslo.
CASANDRA.
¿V después?
DON PEDRO.
Duscaros fino.
CAS.VNDRA.
¿Yajíora?
DON PEDRO.
Indignarme airado.
CASANDRA.
iContra quién ?
UO.N PEDRO.
Sabrásio presto.
CASANDRA.
¿Cómo he de veros ?
DON PEDRO.
Vengado.
CASANDRA.
Poes, adiós. (Vase.)
DON PEDRO.
Guárdeos el cielo.
¡Iras, ya se llegó el plazo
Venganzas pide mi acero
Y ejecuciones mi mano !
Cani|>iña.
Sale GANCIH'ELO con tinco hombres
con máscaras , espadas y broqueles
y una escopeta.
GANCIIKELO.
En este verde prado.
De arrayanes y murtas coronado,
Ocultarnos podemos.
VALIENTg 1."
A que llegue esperemos
Todos en emboscada.
It.
: Deslepipel llamado
, Y de mi noble sangre provocado,
[ A este sitio he venido
¡ De sólo mi valor mal prevenido, [liado''
I (.Quien será , pues, quien me ha desa-
I ¿Si el padre de don Pedro provocado
1 De su agrario primero.
I De sus canas preí ende hacer acero,
I Sabiendo que su hijo estaba preso?
, Temeroso noestov. pero confieso
Que me hallo cuidadoso.
Si al que ofendi en la corle rigiirn?o.
Por cobrar su venganza con mi muerte
A campaña me llama desla suerte.
Pero mal lo he pensado,
One nunca desafia un agraviado :
Ya yo estoy en campaña ,
E.ít'a es la "orilla á quien el Tajo baña;
Este su altivo puente:
Diiscar agora quien me llnma intente
Mi valor irritado j prevenido:
Con mis obligaciones he cumplido
Sin que haya en mi valor mudanza al-
[guna,
Obre agora á su arbitrio la fortuna.
{Vase.)
Salen DON PEDRO T CRISPINILLO
vestidos de color, y don Pedro con
una mascarilla en la cinta colgada
CniSPINILLO.
Señor, no sé nadar y es desvario
Que me traigas al rio :
Di, ¿vienes con tal prisa
i A que te laven tu única camisa?
I Despensero pareces
1 Que á las orillas viene i eomprarpeces,
' O como sales de la cárcel, creo
I Que vienes de espulgarte con deseo.
DON PEDRO.
I El puesto es este; aquí me han avisa-
I One es el sitio aplazado. [do
Hoy, Crispin , la mayor venganza espe-
Asora es tiempo: retirarme quiero [ro;
Entre estos verdes ramos.
CRISPINILLO.
¿No medirás, Señor, á dónde vamos?
DON PEDRO.
Ponerme este disfraz es importante.
CRISPINILLO.
Sin tu ir.nje primero de estuiliante.
Con máscara y sin blanca , yo imagino
Que vienes á robar á algún camino.
DON PEDRO.
Tú reñirás, Crispin , puesto á mi lado.
CRISPINILLO.
Don Pedro, como nunca lo he cursado,
No sé reñir.
DON PEDRO.
¿Pues qué te falta , loco?
CRISPINILLO.
El ánimo, no es más ; y aunque esto es
Irme (|uiero y dejarte , [poco,
Porque yo siempre sirvo de estorbarle.
DON PEDRO.
Pues que con tu temor me desobligas.
Vete, Crispin ; pero á ninguno digas
Adonde me ha dejado tu recelo.
Que te daré la muerte, vive el cielo.
(Vase.)
CRISPINILLO.
Con la lengua hj de h:icer, pues que
[te agrada.
Lo que hiciera á tu lado cou la espada.
(Vaje.)
Salen OANCIU'ELO v EL CONDE.
CONDE.
Aunque esperando os estoy
Con indignación y acero.
Quién sois vos s:dx"i' espero.
GANCnUELO.
¿Sois el Conde?
CONDE.
El Conde soy,
Y soy el que aquí os espero.
GANCHUELO.
Este acero os desengaña;
{Sacan las espadas.)
Porque no hay en la campaña
Mas respuesta que el acero.
CONDE.
Valiente habláis como sabio,
Cierta es la resolución.
( Salen todos sobre él y uno con la
pistola.)
¡Vive el cielo, que es traición!
CANCHtlEl o.
No hay traición donde hay agravio.
CONDE.
Más lucirá mi rigor
Habiendo más que vencer.
VALIENTE S.»
¿Tiróle?
CANCIIUELO.
No es menester.
CONDE.
No sabe huir el valor.
GANCHUELO.
Daros la muerte pretendo.
CONDE.
A dárosla yo me obligo.
GANCHtJELO.
Tu muerte será el castigo.
Sale DON PEDRO con máscara, y quí-
tale la ¡listóla al que la tiene.
DON PEDRO.
A ellos , que yo os defiendo,
Y pues con sus armas veis
Que os he venido á ayudar,
A este quiero derribar.
[Tira á uno y cae en el suelo, y Uévan-
los dentro á cuchilladas.)
CONDE. [Dentro.)
¿Quién sois?
DON PEDRO. [Dentro.)
Presto lo veréis.
CONDE. [Dentro.)
Pues que sois traidores pues.
Es cierto que sois villauus.
»>- COMEDIAS ESCOGIDAS DE DON FRANCISCO
DOfi PEDRO. (Dentro.)
("obardes, temed mis manos
Si no leñéis niuclios pies.
(ban una vuelta acuchillándolos por el
tablado.)
CONDE.
Vuestras de quien eres das
En el valor que has moslrjdo.
COJiDE.
Que OS debo la vida ved.
CANCHDEIO.
Pn grande peligro estamos;
Mujamos todos.
Huvamos.
CONDE.
Yo os seguiré.
DON PEDRO.
Detened,
(Huyen , y pénese delante don Pedro)
Que agora os quiero malar.
CONDE.
¿Quien me ha dado aquí la vida
Ser pretende mi homicida
Volviéndomela á quitar?
Que he de pagarla, advertid,
Como quien soy, vive Dios.
DOX PEDRO.
Solos esianios los dos,
V pues lo estamos , reñid.
CONDE.
Satisfaceros no quiero.
Si no lo habéis de admitir;
Pero si hemos de reñir.
Sepa yo quién sois primero.
Porqiie yo resuelta esloy.
Aunque más me defendáis ,
Puesto que más me irritáis
A reñir con vos.
DON PEDRO.
Yo soy. {Descúbrese )
CONDE.
¿Cómo habéis venido aquí,
Don Pedro?
DON PEDRO.
Si vo os rogué
Queme librurades, fué
Por daros la vida asi.
Ya pienso que os be pagado
De mi valor defendida.
Con daros aquí la vida
l.a vida que me habéis dado,
V habérosla dado es.
Aunque airado os defendí ,
Por(|ue me ha importado á mi
Daros la muerte después. "
CONDE.
A reñir con vos me obligo
Pues es vuestra iiilencion esa;
Mas, vive Dios, que me pesa
De perder tan buen amigo.
DON PEDRO.
V á mi me pesa perder
Por vuest ra causa , por Dios ,
Un amigo como vos;
Pero ya no puede ser.
Pues ofendidos estamos.
CONDE.
¿Qué falta en resolución?
DON PEDRO.
Fáltala satisfacción.
CONDE.
Pues riñamos.
DOMPEDRO.
Pues riñamos.
CONDE.
Con mi acero airado intento
(Riñen.)
Tomar la venganza en vos :
¡Valiente sois , vive Dios!
DON PEDRO.
¡Vive Dios, que sois valiente!
CONDE.
;Bravo pulso!
DON PEDRO.
¡Brazo fuerte!
CONDE.
¡Bravo valor!
DON PEDRO.
¡Crios raros!
CONDE.
¡Lástima me da mataros!
DON PEDRO.
,!lIuebo siento el daros muerte!
CONDE.
¡Bizarro valor tenéis!
DON PEDRO.
A ese valor corresponde :
¡Válgate el diablo por Conde !
CONDE.
Esperad.
DON PEDRO.
¿Qué me queréis?
¿Por qué os detenéis? ¿Qué es esto?
1 CONDE.
' Busco un medio, vive Dios,
I Para no reñir con vos
I Y para quedar bien puesto;
i Que mataros es rigor.
DON PEDRO.
Si , mas buscadle también
Para que vos quedéis bien
Y yo quede algo mejor.
CONDE.
¿Luego no nos concertamos
En el medio que protesto?
DON PEDRO.
Yo he de quedar mejor puesto.
CONDE.
Pues riñamos.
DON PEDItO.
Pues riñamos;
Irritemos el rigor.
CONDE.
Parad, que medio hay también
En que )o quede más bien
Y en que vos quedéis mejor.
DON PEDRO.
¿Medio puede haber aqui
Cuando ofendidos nos vemos.
En que á un mismo tiempo estemos
Los dos mejor puestos?
CONDE.
Si;
Porque cuando no supiera
Vuestra satigre y vuestro honor.
En vuestro propio valor
Vuestra sangre conociera.
Siempre me habéis excedido.
Ya puntual, ya arrojado.
En la parte de obligado
Y en la parle de ofendido.
Con evidencia se muestra
Lo que aparente se ve.
Si en mi casaos liberté.
Me excedisteis en la vuestra.
DE ROJAS.
Os di libertad y vida.
Mi vida habéis restaurado.
Pues para satisfaceros.
Hoy queobliijado me habéis,
Pues en lo más me excedéis ,
En lo más he de excederos.
Pagar vuestra fama quiero.
Mi amor con el vuestro obre.
Vos sois hidalgo y sois pobre,
Vo soy rico y caballero ;
Y asi puesto que se allana
Vuestro duelo y pundonor,
Satisfaciendo el honor
De vuestra ofendida hermana :
Y si á un mismo tiempo allano.
Teniéndola por esposa,
La recompensa forzosa
A la muerte de mi hermano;
Para daros vuestro honor.
Aunque vos ganáis en esto,
Quedando menos bien puesto
Soy el que queda mejor.
DON PEDRO.
Otra conveniencia gano
Cuando vuestro amor se .illana ;
Por Casaiidra vuestra hennaiia
Di la muerte á vuestro hermano ;
Vo sé que me tiene amor,
Y yo la be querido bien.
CONDE.
Vuestra es mi hermana tamiiion.
DON PEDRO.
¿Pues cómo sabré mejor
Las dos dichas con que gano
Honor y amistad aquí?
CONDE.
Con que la palabra os di,
Y con que ya os doy la mano.
DON PEDRO.
Tan noble satisfacion
Finezas á mi honor labra,
Pues cumplirá su palabra
Quien cumple su obligación.
CONDE.
Ya solamente obligados
Estamos.
DON PEDRO.
Conde, no sé :
Ello dirá.
CONDE.
¿Pues porqué?
DON PEDRO.
Porque quedamos cuñados.
CONDE.
Hoy, pues , que preciso es
Juntas las bodas serán.
Fénix y Casandra están
En mi casa.
DON PEDRO.
Vamos, pues.
CONDE.
Mi honor con esto aprovecho.
DON PEDRO.
Mi amor con esto se allana.
Su honor cobrará mi hermana ,
Vo quedaré satisfecho,
Y su honor, ya restaurado.
Mi padre ha de conocer.
CONDE.
¿Qué falla agora que hacer?
DON PEDRO.
Pedir perdón al Senado
Por satisfacion mejor.
CONDE.
Y con él pedir es bien
Que un victor también nos den
Si lo mereced autor.
NO HAY AMIGO PARA AMIGO.
DON LUIS.
MOSCÓN.
PERSONAS
,nON LOPE. I DON AI.<
I FERNANDO, eriudo. | OTAÑEZ
DON ALONSO.
ESTRELLA.
AURORA.
JORNADA PRIMERA.
Salen DON LUIS, galán , y 1- ERNAN-
DO, su criado.
DON LDIS.
¡Dueña mañana!
KERNANDO.
¡ExlremaJa!
Niiiir.i h.i salido el aurora
Tan hermosa cuinu ahora.
DON LUIS.
¿Por qué?
FERNANDO.
No viene aVeilada :
Ya se quilo el nejjro mamo,
Y ya no >ale llorosa.
DOSLCIS.
Si quiere eslar mas htrmosa
iJila que no üeje el llanto.
FERNANDO.
No lo entiendo.
DOS LOIS.
Fácil es
Lo que en lu du'la |iieliercs;
Si cxperinienlailo (|uierc.s
CuaiiOu enamorado estes,
F.nojalecon lu dama,
Y si llora tu rigor,
Mas que le llame su amor
Su propio llanto le llama;
Que en lu retiro violento
Y en tu repetido afán.
Cada lágrima es imán
Del yerro del sentimiento.
fEHNA.NDO.
Saber quiero en conclusión ,
¿Por qué en celos y amor lanío.
Se cree mejor al lla'nto
Que se cree a la razón?
DO.N LUIS.
Con una evidencia admira
La respuesta en puridad ;
Elalina es una verilaü,
Y el cuerpo es una mentira.
Él se vé, y ella, invisible,
Se deja amar, mas no ver;
£l Tahble puede ser,
Y ella ha de ser infalible.
De manera . que en tal calma ,
Aunque obligue otra pasión ,
Como las lagrimas son
La retórica del alma,
Y en dos lineas ó mitades
Habla en corrientes conceptos
El alma i aquellos efectos
(jue es fuerza que sean verdades.
La lengua puede moverse
De amor, ungiendo el encanio.
Mas no cuando quiere el llanto
Puede á los ojos verterse.
Lue;;o si dislingo vo
Que entre el dudar v el sentir
Suele la lengua (ingir.
Y nunca el llanto (ingió.
¿Quién podrá, aunque tenga enojos,
Dejar con indigna mengua
Por las duilas de la lengua
Las verdades de los ojos?
FERNANDO.
Ya que al Prado hemos salido.
Con no ser hora de prado,
Y ya que el templo lias dejado
Donde estabas retraído.
De San Jerónimo, quiero
Saber cuál la causa es
De que tan confuso estés ,
Tan suspenso y tan severo.
;,Por qué andas asombrado?
Don Luis, ¿qué te ha sucedido?
¿Qué censo se le ha cumplido?
íOué comedia te han silbado?
¿"ils . dime , Estrella tu dama ?
¿Estrella, digo. Señor,
La que de tu vivo amor
Vuelve á habilitar la llama?
¿Acaso la has encontrado
O es que en este campo está?
¿ Oime, sabe Estrella ya
Que de Flándes has llegado
Y que retraído esperas.
Porque con valor y suerte
A don Félix disle muerte
Antes que i Flándes te fueras?
Dime, ¿ha de venir aquí?
Un n.es no há que has venido,
Y á tu tristeza rendido
Vives solamente en ti.
Mas si acaso te molesta
Lo que preguntado veo.
Recompense mi deseo
Siquiera con tu respuesta.
DON LDIS.
Fernando, si yo te digo
Ese que reprimo ardor.
El que callo como amor
Me herirá como enemigo.
Que la lengua en la ocasión
Que refiere algún agravio.
Se está afilando en el labio
Y corla en el corazón.
Esto quiero preguntarte.
¿Üüscate airado, inhumano.
Don Alonso, que es hermano
De don Félix , por matarte?
DON LUIS.
No, que no llega i alcanzar
Don Alonso que he venido,
Y como estoy retraído
Y estoy fuera del lugar.
No lo ha podido saber.
Ni aquestos recelos toco ,
Ni ya esa Estrella tampoco
Tiene en mi oculto poder.
Ya en otro accidente muero
De otra luz más pura y bella ,
Pues de una luciente estrella
Pasé á adorar un lucero.
Y este que por nuevo elijo.
Es tan fino y tandistante.
Que estotra es estrella errante
Y estotro es lucero lijo.
FERNANDO.
Pues cuéntame por tu vida ,
¿Quién con más dieslro primor
(;on el acero de amor
Te dio en el alma la herida?
DON LUIS.
Pues muy atento has de estar,
Y no me "eches á perder
Por no saber entender
Lo que te quiero contar.
Era la hora en que el sol.
Fénix del cielo divino.
Si por si misino muriendo
Volvió á nacer de si mismo,
Desvanecía las sombras
Que de temor ó de oficio
Se amontonaron confusas
En la cárcel del abismo.
Sacudió la pluma el ave.
El pájaro aliló el pico,
Desperezóse la fiera ,
t;iiupó la flor el roció;
Gorgeó el agua risueña ,
Abrió la rosa el capillo.
Requirió el águila el prado.
Dejo la tórtola el nido,
Y fué enjugando la aurora
Cuanto sudaron los riscos ;
Al tiempo que desde el templo.
Adonde estoy retraído.
De este santo, que llamó
(Por verlos endurecidos)
Con el pedernal al pecho
Y con la trompa al oido,
Sali á divertir los ojos;
Al prado los encamino,
Doile ¿I la vista el deseo
Y el paso arrojo al deslino.
Entro en aquel grande liibleo
O abreviado paraíso.
Jardín de aquel regidor
Que hizo al invierno florido.
Y apenas por sus estancias
Cuadros de flores registro.
Cuando hallo seca la rosa.
Reparo al jazmín marchito,
Cenicienta la azucena ,
Mas cárdeno y mustio. el lirio.
El clavel , rey de las flores ,
En su botón escondido ;
La rosa , reina del campo.
Recelando algún peligro.
Sacó espinas por arclieros.
Soldados suyos antiguos.
¿Cn.il fué, me dije a mí propio.
La iCMiiieslad nne lia corrido
KMrs(..„,:,r .lelas llores?
¿Ciiiil liir rl ,iri/.iiieladoy frió
(hii' I.M-s .Ir pninavera
■| luco en |. receptos de eslío?
Mas luego me respondí:
Pero sí son parecidos
El lucero allá en sacíelo.
La Uor acá en nuesiro abismo,
Si comí
No fuera currcspondcm!;!
Que eu tierra y cielo divisus
Fuesen fijas esas Ocres
No siendo esos astros fijr.s.
Busco la causa, y no la hallo,
Siéiitola , aunque no la miro.
Que el sentir mira sin ojos ,
Y aciiTia más ([ue ellos mismos
Vuelvo la vista, y hallé
(;No sé como lo repito!)
I'iia mujer, ¡qué grosero!
liia dama, ¡estoy perdido!
lan hella : pero la voz
Se liicla entre el labio mió.
; Uli . (|u¡én pudiera contarlo
i:onio he s;ibido sentirlo!
Kn lin , la vi : escucha átenlo,
Y ja que no haya podido
Intérprete de mi fuego
Declarar su incendio activo.
Juez hoy de mi labio, put-ik-s
Del modo conque la pinto,
l'ara el tormento de amor
(".elegir por los indicios.
A un estanque divertida
Aurora se contempló,
Y aunque hermosa se miró.
También se admiró corridu.
Imitada y dividida
\ !Ó su iniugen celestial ,
l'ues como nunca otra i;;ual
Compitió con su luz pura,
?e enojó con su hermosura ,
Porque la halló en el cristal.
El sol también que nacia
Al estanque se miraba,
Y el cristal se alborotaba ,
Como en dos soles ardía.
Hi/a el agua se niovia ,
Ella se busca y se ignora ,
Cues como del sol ahora
Se equivoco el arrebol,
Aurora se vio por sol ,
Y el sol se vio por Aurora.
Deber luego procuró,
Y haciendo al cristal agravio,
Puso por búcaro el labio,
I'orque búcaio faltó;
l'ero cuando reparó
rué estaba el agt:a neutral,
Y vio de fino coral
Su labio entre el arrebol.
Porque no fuese del sol
Se recató del cristal.
Dejó el cstan(|ue corrida.
Midió el jardin , y escondido
Me recaté de unas ramas
Entre el verde laberinto;
Fué á otro cuadro y no la hallé,
Y buscarla solicito
Por los avisos que un pié
Dejaba en la arena escritos.
Sigolapor las pisadas:
A este lado Dores miro,
A estotro estampas y arenas,
Y entonces dije á mi mismo :
No es posible , no, que sean
De Aurora aquestos indicios;
Cumpo que pisare Aurora
Vs fuerza que este florido;
Y este en que están las pisadas
i;sla íigostado y marchito.
Y asi p;ira hallar la Aurora
Kscugi el mejor camino,
Dej.aidü lo señalado
Y lomando lo florido.
Hállela oorlando rosas,
Y entre jazmines y lirios
A cárcel de un raiñillete
Aplicaba verdes grillos.
Y advertí , pero no quiero
Andar contigo rcniiso,
ESCOGIDAS DE DON FRANCISCO
Y pues es pincel mi lengua
Y mi ingenio color fino,
Al olio escucha pintado
Lo que estaba al temple vivo.
üs de calidad la rosa ,
Entre Dores coronada ,
Que está , cuando esta cerrada ,
Más fragante y olorosa.
Providencia fué dichosa
Y no oculto disfavor.
Ver que al arrmcar la flor
Kntre espinas imprudentes.
No mudó los accidentes
Ni de olor ni de color.
Causa mortal viene á ser
Que aquella fragancia guarde
i.omo la luz, que más urde
Ciuindo ya no quiere arder.
Ose viene á iiarecer,
Porcpie este ejemplo concierte.
Cuando ya arrancada vierte
fragancia , si no color.
Cisne . (lUP con voz de olor
Se eslá cantando su muerte.
Pues ¿por qué causa diré ,
Oue va cortada la rosa.
No eslé en su mano olorosa
Y en otra mano lo eslé?
Y es , que alli su muerte ve ,
Y en espíritus partida
Llora su muerte ofendida ;
Y como aqui es mejor suerle,
Lo que fué señal de muerte
Es indicio de su vida.
En fin, yo me llego á verla
Amante, pero remiso;
(;un amor , pero con miedo;
Sin vista, pero con tino;
Porque á lo que al ver falló
Le encargué al otro sentido.
Escuchóme , tuve dicha ;
Respondióme, merecilo;
Y para el fruto de amor
Mis esperanzas cultivo.
Adinilióme con los ojos
Después de algunos desvíos;
Coiuiinilecióse á mis quejas:
lis deidad , hizo su olicio.
Y, en lin , en aquella fuente
Que nace con tal peligro,
One en su propio nacimiento
Conoce su precipicio,
Diez mañanas há que amantes ,
Con retóricos cariños,
Damos al templo de amor
Las almas por sacrilicio.
Y porque no me conozca
Por la voz de mi delito.
Que soy don Luis le he encubierto,
Que soy don Carlos la Unjo.
A(|ui la estoy esperando ;
Y [-nri el eMÍ|;'í),i niio.
; (»■ ■" 11' ■' lili i'-ajeros
),:■.■. unos suspiros.
\.. I 1 Lola Aurora
ÍMüllc eti.p.-t s debidos,
Por(|ue cuando sale el dia
No hay luz en los astros mismos.
Con achaque de gozar
De este |)rado, que es Narciso
One se ha enamorado al verse
En el cielo cristalino.
Aurórame viene á ver
Con recato y con retiro
Esias mañanas de Mayo;
Y como estoy retraído,
Pasa plaza de piedad
Lo que es cuidado Ungido.
A Estrella quise , es verdad ,
Mas como siempre la he visto
En la noche del engaño.
Eran sus rayos mentidos.
DE ROJAS.
Este es el amor que guardo.
El incendio que reprimo:
Aconsejarme, es error;
Darme culpa , es desvario ;
No ayudarme, deslealtad;
Divertir mi amor, delito.
Viva Aurora , Estrella muera.
Porque en empleo tan digno.
Cuando avivo aquesta llama.
Estotro incendio mitigo.
FERNANDO.
En fin , don Luis , mi señor.
¿Qué otro dolor le atrepella,
Y el pasado amor de Estrella
Era afecto y no era amor?
A don Félix diste muerte
Por Estrella ; pero ahora
Te das muerte por Aurora ;
Pues considera y adviei te...
DON LCIS.
Fernando, aquesto ha de se;';
No tienes que aconsejar.
FKRNANDO.
A tile loca el mandar,
Y á mi toca obedecer.
DON LUIS.
.S.iber. Fernando, quería
Adonde vive un amigo,
Don Lope de Castro digo,
Capitán de infantería,
Rnro humor y peregrino,
Y sé que me ayudará.
Dos meses pienso que habrá
Que á Madrid de Flándes vino,
Y su casa no has hallado
Y habrá un mes que yo llegué.
FERNANDO.
En las Gradas pregunté
Por él : pero no le he hallado
Ni sé donde pueda estar.
Mas con don Lope recelo
Que á componer algún duelo
Está fuera del lugar.
DON LCIS.
Sin que ninguna le importe ,
De Flándes llegó á entender
Que se vino á componer
Las pendencias de la corle.
FERNANDO.
Es raro hombre; pero es tal,
(Permitoine que le alabe)
Que sobre valiente, sabe
Ser amigo y puntual.
DON LUIS.
Mucho estimo que le abonos.
FtllNANDO.
Sé SUS muchas partes yo.
DON LUIS.
En la guerra me debió
La vida en dos ocasiones;
Asi, no olvides ahora
Llamarme don Carlos.
FERNANDO.
D!.
DON LUIS.
Y cuando ella venga aquí...
Pero ya ha llegado Aurora.
Sale AURORA , con sombrero ij niuie-
tilla, y UNA CRIADA.
ADROriA.
¿Don Cirios?
DON lOlS.
¿Señora mía?
ADRODA.
Enviad de aqui cslc criado.
DUN LUIS.
Vele, Keriiaudo, á otra parle.
FEBNANUO.
í Ya le obedece Fernando. (las¿)
I DOK LUIS.
M No en balde, divina Aurora,
) Estaba gozoso el prailu ;
) No en balde las azucenüs.
Generales de esle campo.
Por reina de la hermosura,
Bella emperatriz del Majo,
tíi ahjlen las banderas
De sus cogollos nevados.
Nu en balde...
AURORA.
Parad ahora
1 . inunda i los agasajos,
' ' lili viene mi pasión
1' i;;i iluedarse en mi labio.
no.x LUIS.
¿Pues qué iraeis?
AURORA.
Muchas penas.
DOM LUIS.
,,|Jiié senlis?
AURORA.
Muchos cuidados.
DOK LUIS.
¿De dónde nacen?
ALRORA.
Ue vos.
DON LUIS.
¿Pues si puedo remediarlos?
AURORA.
Es sin remedio mi mal.
DON LUIS.
Pues, Aurora, habladme claro.
AURORA.
Tan claro os pretendo hablar
bn el mar de mis cuidados.
Que os han de enmendar mis ojos
Lo que mi lengua haya errado. {Mira.)
DU.'S LUIS.
¿.\dóude miráis? ¿Qué es esto?
AURORA.
Viene conmigo mi hermano.
Que como es el postrer dia
Que hemos de salir al prado,
Ne ba acompañado por fuerza.
DO.N LUIS.
Aqui podéis apartaros.
No leñéis que recelar.
Porque él se (jueda alli hablando
Con un caballero amigo;
Y asi , don Carlos, en tanto,
Atendedme, no ala voz,
Al afecto con que os hablo;
Porque en lo escrito del alma
Y en lo que el pecho ha ürniado,
La acción es original
Y las palabras traslados.
Señor don Carlos . yo os vi ,
Y yo os escuché , don Carlos ,
Y no sé si este accidente
Fué de veros ó escucharos.
¿Qué hechizo vuestra razón .
Que veneno vuestro agrado
Me han dado en vaso de amor
Levemente disfrazados?
i Ando desde que os miré
En un despierto letargo ,
En un dormido desvelo,
' Discurriendo y vacilando.
I Quiero olvidaros 4 veces,
NO HAY AMIC» PARA AMICO.
Pero como son hermanos
La memoria y voluntad ,
Hijos que el alma ha adoptado.
Aunque falte la memoria ,
Como el amor esta obrando.
Aun no os empiezo á olvidar
Cuando lué^jo vuelvo á amaros.
Como en oira parte estaban
Mi honestidad y recato,
Al buscarme en toda yo.
En toda yo no me hallo
Y pi esle amor y esle afecto,
O bien le encubro ole guardo.
La polilla del deseo
Me gasta el pecho á pedazos.
Guerra en Kláiides del amor
Arde por distintos lados :
Sin munición vive el fuego,
Hi bouor esta amotinado ;
Sitiada está la cordura,
El error atrincherado,
Y la pasión culebrina
Ue fuego, aunque fuego manso,
üompió el portillo del pecho,
ü expelido ó arrojado.
Porque en la plaza del alma
Entren afectos soldados.
Señor don Carlos , yo os quiero:
Digolo mejor, yo os amo,
Y aunque hago mucho en quereros,
Hago más en confesarlo.
Esta noche quiero veros ,
Y pues no entráis en poblado
Por sucesos que encubrís
Y accidentes que no alcanzo.
Bien podréis, siendo de noche.
Irá verme, y os aguardo
En la casa de una amiga
A ([iiien mi amor he liado,
Que hoy la voy á visitar,
Y como estéis esperando
Junto á aquesta torrecilla.
Pretendo enviar á llamaros.
Esta criada vendrá
Por vos, estad avisado.
Que á tiempo que el sol se acueste
En el lecho de alabastro,
Y las sirenas le igualen
La espuma , vellón nevado
Que en transponlines de plata
Él céüro mude manso,
Vendrá por vos ; pero aviso,
Que el veros, que el estimaros.
No os dé ocasión á romper
Los limites del recato ;
En mi casa no es posible
Que os pueda ver; y asi, allano
Con la lealtad de una amiga.
De un hermano el embarazo.
Y porque ahora parece
Que viene ya por el prado.
Quedaos, y no respondáis
A lo que os ordeno y mando.
La obediencia es la respuesta
(Uiaiito es debido el mandato.
Que yo me voy á sentir ;
Pero tengo embarazado
El recelo de perderos
(^on el gozo de i
DO.X LUIS.
Pues , Aurora , mas no aurora ,
Sol. que nace por milagro
Eii el oriente de amor
A estos montes y estos prados ,
Aun(|ue me dais esperanza ,
Como es verde, be imaginado
Que si no la orea. el viento
Del favor de vuestra mano.
Antes que llegue á ser flor
Marchita , verá desmayos.
Agua habla que la cultive,
üjüs tengo y vierten llamo.
DOM LUIS.
.\o i cosía de vuestros ojos
Me deis vida, dueño amado ;
Demás, que este llanto es fuego
Cruelisiinamente manso.
Que se emboza con cristal
Para enceader disfrazado.
AURORA.
Don Carlos, ¿iréis á verme?
DON LUIS.
Iré, Señora, á adoraros
Vo enviaré por vos-
DON H'IS.
Yo espero.
AURORA.
,0h, quién no os hubiera hablado!
DON LUIS.
¡Oh. quién no os hubiera visto!
AURORA. {Ap.)
;.Noche, tiende el negro iiianlo!
DON LUIS. (.4;).)
.Muere, sol, en Occidente!
AURORA.
Digo que... pero quedaos.
DON LUIS.
Idos, Aurora, con vos.
Porque si me estáis cegando
Con flechas de amor, (|Ue arrojan
De vuestras cejas los arcos ,
Jiás vale estar en tinieblas
Que no cegar con los rayos. {Vase.)
Sale MOSCÓN tras OTAÑEZ, aiii'i,
ella Jifendiéiidose con un uso y una
rueca , y él con un caldero de agua,
mojándola.
0TAÑF.Z.
I'or santa Águeda bendita ,
Que me lo habéis de pagar.
MOSCÓN.
üe casa os tengo de echar,
Exilorasmaledita {Hu'galri )
OTAÑEZ.
Mirad , Moscón, que me indigno,
,,Agua á mi? Mal me haga Dios.
MOSCÓN.
Eso quisiérades vos , (Riérjala.)
Que yo os regara con vino.
OTAÑEZ.
Cuando tan humilde os hablo,
Eso de limite pasa.
MOSCÓN.
Yo saco una ama de caí;a [Riégala.)
Como otros sacan un diablo.
OTAÑEZ.
Con agua ¡hay tan mala estrella!
Con un cuchillo me herid.
MOSCÓN.
¿Qué os hizo el agua , decid ,
Que tan mal estaiscon ella?(/í/('sn/« >
OTAÑEZ.
Alcahuelon, ¿qué os inquieta
Aquesta pobre mujer?
MOSCÓN.
Hay mucho en eso (|ue hacer,
Borracha sobre alcahueta.
otaSez.
Ya que lan revuelto estáis
Conlra raí enemiga suerte
A liarme übora la niuerle ,
Decidme, ¿ por qué me aguáis?
MOSCOM.
Tellejo vacio, si liaré.
0TAÑE7..
Pues decidlo en puridad.
MOSCÓN.
Pues muy atenía escuchad ,
(Suelte el caldero y hable.)
Que luego os escuchare.
Servimos en couclusiou
A don Lope, ese soldado,
Vos de ama , jo de criado.
OTAÑEZ.
Al caso, señor Moscou.
MOSCÓN.
Si voy á comprar recado
A la plaza con lealtad.
Vos os coméis la mitad
Y decís que lo he sisado.
Aunque esté ardieudo la fr.igiia
De vuestro pecho sin lino,
Todo cuanto compro en vino
Me lo trastocáis en agua.
Si con paciencia devota ,
Aunque á veces con dolor,
Conociéndoos mi Señor
Echa un candado á la bota,
Decís como el pecho rasca
Lo que come el paladar :
«Bota mia , esto es echar
Candados á la tarasca.»
Y aunque más cerrada esté ,
Como sois bruja , y os toca,
Si la guardan por la boca.
Vos la chupáis por el pié.
otaSez.
¿E so es mal hecho ? te engañas ,
Mi obediencia es y mi amor;
Lo que guarda mi Señor
Lo pongo yo en mis entrañas.
MOSCOU.
Si alguno me baja á hablar,
Y lo estáis mirando vos,
Llegáis luego, y Dios es Dios,
Due me lo habéis de escuchar.
Si con mi amo me rio,
Me decis que soy bufón ;
Si callo, soy socarrón.
Soy bestia si me desvio.
Y si vuestra mona empieza
A derribaros después ,
Le echáis la culpa á los pies
De lo que hace la cabeza.
Alcahuete bajamente
Soléis llamarme , y yo sé
Que dais un recado que
Le claváis en una frente.
En vos no hay verdad entera,
Ni aun parliíía en vos se mira,
Y aliñáis una mentira
Como si una novia fuera.
Vos queréis ser la señora ,
Sois escuchadora impía ,
Y no comeréis un dia
Por acechar una hora.
No hay en vos palabra cierta ,
Mentís más que un jugador,
Preguntáis mis que un señor...
(Llaman.)
Mas llamaron á la puerta.
OTAÑEZ.
¿Quién es?
MOSCÓN.
¿Quién llama?
OTAÑEZ.
COMEDIAS ESCOGIDAS DE DON FRANCISCO DE líOJAS.
I Con armonía suave,
Keloj que las horas sabe
De los males y los I '
MOSCO.N.
Eso lo sabri después.
OTAÑEZ.
A mi loca ver quién es.
U"5CU.N.
Eso no le toca al ama.
OTAÑEZ.
Déjame , Moscón , que llegue.
MOSCÓN.
No tenéis, no, que esperar.
OTAÑEZ.
Déjame, por Dios, pasar.
MOSCÓN.
Por san Agustín , que os riegue;
Y puesto (jue no ha de ser,
Porcjue no deseéis llegar,
La puerta (piiero regar.
¿guien llamaba? (.Atr¿.
Sa/í ESTRELLA, cubierta con un
maule, y unackiada.
ESTRELLA.
Una mujer.
(Ap. Ruego al cielo que te tope.)
;, Posa aqui , si no me he errado,
Un caballero soldado
Que se ha de llamar don Lope?
MOSCÓN.
Si, Señora.
OTAÑRZ.
¡Hay tal pesrr!
iQue esto me haya sucidiJo!
ESTRELLA.
¿Está encasa?
Hoscon.
No ha venido;
Pero no puede tardar.
CT\IADA.
¿Qué intentas, Estrella, ya?
ESTRELLA.
Un pariente me ha contado
Que liá que vino este soldado
De Flándes dos meses há.
Y como constante lloro
Un amor que lia de durar,
Le he venido á preguntar
Por don Luís , á quien adoro.
Disfrazada he de saber
(Que es permisión de mi acierto)
Si acaso don Luis es muerto
O si á España ha de volver.
Que en la guerra es infalible
(Si no es que la fama miente)
Que el que es más noble y valiente
Tenga el riesgo más posible.
Seis años há que se fué.
Porque á don Félix malo;
Si tuve la culpa yo.
Ya en mi la pena se ve.
Celia, recelo su muerte,
Y este dolor me atropella.
Que soy su infeliz estrella
Y le iallui mala suerte.
Tal vez me doy parabién.
Que amor á don Luis alcanza ,
Y mi prolija esperanza
Es profeta de mi bien.
Con los ojos del deseo.
Linces que crió el decoro,
A un mismo tiempo le lloro,
A un mismo tiempo le veo.
Con esto, más consolada ,
Divierto noches y dias,
Y con nuevas fantasías
Traigo el alma alborotada.
El alma es , si lo previenes
Y aunque don Luis ha faltado.
Dentro, en concertada unión ,
lia .soñado el corazón
La hora de haber llegado.
— En lin, ¿no puede lardar?
MOSCÓN.
()ue no venga es maravilla ;
Cada cual tome su silla
Si es que le quiere esperar.
ESTRELLA.
¿Tan puntual viene á casa?
OTAÑEZ.
Siéntense y se lo diré.
MOSCÓN.
No, yo se lo contaré.
OTAÑFZ.
Yo sé mejor lo que pasa.
ESTRELLA.
Puesto que estoy reducida
A esperar, como lo veis ,
Os pido que me contéis
Su extraño modo de vida.
Dícenme ([ue es singular
En el modo de vivir,
Y asi podré divertir
Este rato el esperar.
Cuutadlo vos.
OTAÑEZ.
Eso si.
MOSCÓN. (Ap.)
Acabóse, su hora vino :
A la mitad del camino
La he de atajar.
OTAÑEZ.
Digo asi:
.Mi Señor, para que empiece
Con verdad , Señora mia ,
Se levanta cada dia
Si amanece ó no amanece.
Hace versos arrogantes ,
De vapor, de rayo y nube,
Y á una azotea se sube
Para alcanzar consonantes.
Porque de laurel le enramen
Tiene escrita una gaveta ;
Ser puede, por mal poeta
Secretario de un certamen.
Sale fuera mi Señor
Luego que ha poetizado,
Y oye misa de soldado.
Como otros de cazador;
Como en tantas ocasiones
Sirvió en la mar y en la tierra,
Se va al Consejo de Guerra
A seguir sus preten.siones;
Pero viendo el desengaño
Del prolijo pretender,
Va á san Felipe á coger
Mentiras para su año;
Conloes capitán de honor.
Le escuchan más aphuulíilo.
Luego que bien ha iiienticlo
Se viene a comer mejor;
A las doce en punto trata
De comer con gran sosiego;
Entra en casa, y dice luego :
—Ama, sacad la piñata.—
Luego...
MOSCÓN.
Tente, que teat.njo,
Y no has de hablar más aquí ;
Ahora me toca á mi
Desde la comida abajo.
Come con dos mil placeres
Muy llano y desenfadado.
1 ; : .1 con caila bocado
ik' Misil ik, Naiiuir y Ambercs;
Aiimiue me liene avisaüo.
Si l;i (juerra le provoca,
yue al tiempo que se desboca
l.e tire yo por un lado;
Uuele desbalije llama:
ll.iíolo yo sin respuesta,
\ |iara dormir la sirsla
l'iJe el catre, que es su cama ;
Vamonos los dos de allí
A campar con nuestra estrella ;
Yo suelo comer por ella,
Perú esta boba poroii:
Vuelve lue^o á despertar,
Y sale a verá porfía.
Que pendencias aquel día
Hahabiiloenlodoel lugar;
Va del duelo prevenido
l'.oinponedor muy severo,
Y comprará con dinero
El saber quiéu ha reñido;
Si el duelo en dos llega á oír
yue satisfecho no está.
Aunque esté acabado ja.
Los hace otra vez reñir;
De amante nunca blasona,
Pues sale con gran placer
A büca de noche a ver
Si cae alguna Korroua;
Y, en lin, por sus arcaduces
La habilita á la ocasión.
Que como es su anior cbanilon,
Solo pasa entre dos luces.
Viene a cenar, y empezamos
A hablar Oel señor Infante,
Que le vio en Klandes triunfante ,
Kumpeinos, desbaratamos;
• Kelirose el enemigo
(Mirando este daño) á Holanda,
A bolduque y á Celanda ;»
Y asi el cielo me es testigo.
Que todo el juicio me abolla
Cuando esta tormenta pasa...
Pero él ha llegado á casa.
Sale DON LOPE, con coleto, tahalí
guantes, de camino, botas y sombre-
ro grande.
DOM LOPE.
Ouüez, sacad la olla.
OTAÑEZ.
Obedecerte quisiera,
Pero no es menester, si
La olla tienes aquí.
MOSCÓN.
Y aquí está la cobertera.
DOM LOPE.
Delladama, sol hermoso,
Geroglilico discreto
Que para ser vuestra enigma
Con nube os habéis cubierto,
EsplicaoscoD la hermosura
A mi terneza ó á mi ruego,
1 ¥ no se oculte un prodigio
! A lo rudo de un ingenio.
tQué mandáis eo esta casa?
ESTBELLA.
Ahora á buscaros vengo,
Porque intento preguntaros
Quétanto habrá...
DON LOPE.
Deteneos,
I Herecedme el agasajo.
Ya que serviros merezco,
, Habladme con el semblante,
i Y no obre la voz primero ;
I Los intérpretes mejores
i Son siempre los movimientos;
NO II. V Y AMIOO PAHA AMIGO.
Debaos la voz de los ojos.
Que no el labio es tan discreto,
Que copiara por menor
Lo que pinta el sentimiento.
ESTRELLA.
Tancorlesinente obligáis,
Que aunque en descubrirme pierdo
Por la parte de mi fama.
Mas pierdo en no obedeceros ;
Y si gano en ser cortés,
Y no en la obediencia, quiero.
Por ganar la cortesía.
Perder algo del respeto. (Oesf.v/Tííf.)
DON LOPE.
Cuando os oi tan discreta,
Os temí mu; fea, y luego
Que os he visto tan hermosa,
Que seáis muy necia temo ;
Pero vos sois excepción
De este creído proverbio.
Que no siempre la fealdad
Se ha de alzar con el ingenio.
ESTRF.LLA.
Puesto que quiero saber
Ks, Señor, ¿qué tanto tiempo
Habrá que á Klándes dejasteis?
D0> LOPE.
Habrá dos meses y medio.
ESTRELLA.
;, Y en la batalla os hallasteis
Del señor Infante?
DON 1 OPE.
Bueno,
Y voto á Dios que á su lado
Le di á mi espada más cuellos
Del holandés enemigo,
[Tírale el gracioso de la capa , cuando
va á .'tablar de la guerra.)
Que hay en Holanda; mas dejo
.V un tiempo arrogancias mias
\ á otro lado mis sucesos,
One en tocando en lo soldado,
.Suelo errar en lo grosero.
ESTRELLA.
Por quien quiero preguntar.
Es...
DON LOPE.
Decídmelo de presto.
ESTRELLA.
A no estar ya descubierta.
Lo preguntara sin miedo.
DON LOPE.
Baste el recato en los ojos.
Dejad cansados respetos.
Que no es buen amor aquel
Que sobre lino no es ciego,
Y vos le tenéis con vista;
¿Quiénes?
ESTRELLA.
Es don Luis Pacheco,
Que habrá seis años que está
Kn Klándes, por un suceso
Que fué...
DON ALONSO. {Dentro.)
Don Lope, ¿coméis?
DON LOPE.
No, camarada; mas quiero...
ESTRELLA.
Don Monso es el que habla.
{Echase el manto.)
Perdonadme, caballero,
Que importa que no me vea
Ese que os llama, y pretendo
Irme, con vuestra licencia; *
Pero aquesta noche os ruego,
Si vo os enviare á llamar.
Que me veáis con secreto.
Adiós, que me importa mucho.
DON LOPE.
Esperad.
ESTRELLA.
No puedo menos.
¡Que no me deje esta sombra!
iY que porque le aborrezco
Quiere el cíelo que me siga!
Déme mi dolor esfuerzo.
Vase Estrella echando el maulo, y s
go DON ALONSO, y hágala una t
verenda sin conocerla.
DON ALONSO.
he estorbado, don Lope?
DON LOPE.
No, amigo, que mis requiebros
se están en las mantillas ,
Como el día en que nacieron ;
Más vulgares son mis damas.
Son sin cojta y de provecho,
liemudo, como vestidos,
Kapazas, y ahorro con esto
Decir fineza, lisonja.
El desden, el valimiento.
El desprecio, grosería.
La ignominia, el galanteo:
Y, en ün, las hablo y me hablan
A mi modo y á su genio.
Yo en lenguaje de Bruselas,
Y ellas á mi en el objeto.
DON ALONSO.
Yo vengo, amigo, á buscaros,
Y tan sin mi vengo á veros.
Que no soy quien está en mi.
Que en mi está mi sentimiento.
DON LOPE.
Pues dadle á la voz la rienda,
Soltadle á la lengua el freno.
Callar el mal es más daño
Que decir el daño mesmo.
Entre aquel que está escuchando
Y aquel que está repitiendo,
Como uno presta piedades,
Y otro dice sus afectos.
Si el que lo escucha lo siente.
Aquel que le dice á un tiempo,
(>uaiido refiere el agravio.
Va introduciendo el consuelo.
DON ALONSO.
Señor don Lope de Castro,
¿Sois mi amigo verdadero?
DON LOPE.
Vo lo fui de vuestro padre,
Y ahora lo soy tan vuestro.
Que por vuestra hermana Aurora
\ por vos, á cualquier riesgo
Pondré mi hacienda y mi vida,
Y aun mi honra.
DON ALONSO.
Pues con eso
Allá voy á declararme
ü en palabras ó en conceptos,
Que habéis alzado la presrt
Al corriente de mi fuego.
¿Conoclsieis á mi hermano
Don Félix?
DON LOPE.
Es á quien debo
Desde mi primera edad
El ser y el honor que tengo.
Pues bien, ¿qué se hizo don Félix?
¿No decís que está en Toledo,
Y que muy presto vendrá?
Decid, don Alonso.
DON ALONSO.
Es muerto,
Íj8 CüMEUl
Porque basta hablaros á !>olas,
Os encubrí lo que os cuento.
DÜfi LOPE.
¿De qué enfermedad aiurio?
DO:^ ALOXSO.
Matáronle á un mismo tiempo
DI achaque de una envidia,
Y la herida de un acero.
D0> LOPE.
¿Yes vivo el que le mató?
DOM ALONSO.
De ese accidente adolezco.
UOM LOHE.
Pues cómo, ¡ rabio de enojo!
Mas decid, ¿qué tanto tiempo
Habrá que murió don Félix?
DOM ALONSO.
Seis años hará muy presto.
DO:^ LOPE.
Ya está envejecido el mal ,
Que esté, don Alonso, leojo
Huy sesuda la venganza.
Siendo tan anciano el duelo,
¿yuién es el que le mató?
DO:^ ALONSO.
Deciros su nombre temo ;
Porque si os digo quién es,
A ley de amigo, confieso
Que vos le queréis dar muerte;
Y si se la dais, es cierto.
Que yo no quedo vengado.
Aunque quede satisfecho.
DON LOFE.
Pues el suceso decid.
DON ALONSO.
Oid, don Lope, el suceso.
MOSCÓN. (Ap.)
Ahora que hay duelo y pendencia
Está mi amo en su centro.
DON LOPE.
Vete, Moscón; vete, Otañez.
MOSCÓN.
Yo me voy.
OTAÑEZ.
y yo obedezco.
DON ALONSO.
Estrella, una dama noble,
Cuya crueldad y despejo
Me hizo porfía el amor
Y hizo tema mi deseo.
Fue á quien adoré rendido,
A quien veneré sujeto.
Porque trajo á su hermosura
Postrado mi entendimiento;
Li»s años, y aun más serian
Los que idolatrando ciego
Los balcones de su alcázar.
Les di á sus hierros miS yerros;
tnsordeció á mis palabras,
üesatendióse a mis ruegos,
Pero el escucharlos solo
Lo juzgaba yo por premio;
Del uso mal encañado,
Riquezas y oro la ofrezco,
(Jue como la vi diamante.
Pretendí eagasiarla luego;
Y aunque la envié una cadi'i.a
üi' bien excesivo precio,
C.uíos ricos eslabones
i:i,l../iir(iii mis internos;
(.1111 ser Kslrella la piedra,
Ks (ledra de la! extremo,
Ijue liLT.ila del eshibon
Aun no dió su piedra fue^u;
Pretendióla con lisonjas
Lii d.chüso caballero,
Y en el gülfo del aiuur
\S ESCOGIÜAS bE UON FKANCISl.O
Miró á Fsirella su imán cierto ;
Dichoso le ilije arriba,
No merecedor, pues creo
yue en lo que le quiso mas ,
Debió merecerla menos;
Oyóle con atención,
Y premióle con afecto,
Oup amor tiene el ver dormido
Y tiene el oir despierto;
Mi hermano, don Félix, pues,
Viéndome apenas, y viendo
Oue á la nave de m'i vida
Daba caza el pensamiento,
Sacarle quiso á campaña
Determinado y resuelto.
Porque se apagase en sanpre
Loque estuvo ardiendo en 1 uego ;
Mas como no es el valor
De los accidentes dueño.
Porque también la fortuna
Es madre de los sucesos ,
Murió don Félix, mi hermano,
A su dicha y á su esfuerzo.
Que debió Estrella también
De infundir fuerte á su acero ;
Fuese á Milán, según dicen.
Por diligencia ó |ior miedo,
Seguile allá, no le hallé.
Volví á Madrid; y, en efecto.
Seis años há que en mi enojo.
Que es el campo de mi incendio.
Para coger la venganza
Iras y esperanzas siembro ;
I Ayer en la l.nrde, pues,
I Dos personas me dijeron
i Oue retraído se esconde
De Jerónimo en el templo.
Que ha venido de servir
A su Alteza, y sólo intento.
Pues sois, don Lope, mi amigo...
DON LOPE.
Don Alonso, ya os entiendo:
Que os ayude á esta venganza
Queréis pedirnje, y yo intento,
Antes que me lo mandéis,
Adelantarme primero ;
Que si á vuestro hermano y padre
Debo honor y fama á un tiempo.
No os ha de ¿oslar vergüenza
Pedirme lo que yo os debo.
DON ALONSO.
Este es caso de mi honor.
Pues de mi amor un recuerdo
En vuestra noble amistad
Solicito otro remedio.
DON LOPE.
Acabad y declaraos
DON ALONSO.
Digo, que...
DON LOPE.
Decidlo preflo.
DON ALONSO.
En ias cosas de la ira
Es:á retorico el pecho,
V en las de la voluntad
Se queda el labio suspenso ;
Y debe Jl- ser. presumo.
|i,iii. h .^.. i .,.. el cemento
De la vuesira;, se ha mudado
Estrella, (¡ue como veo
La luz que sus ujus vierten
Airadamente severos.
Mariposa racional
Su herniosa luz galanteo;
Sólo esas tapias dividen
Su casa, y su padre enti.'iiJo
DE ROJAS.
Que fué cuatro meses bá
A Valladolid i UD pleito:
Yo, pues, sallando las tapias ,
De la noche en el silencio,
Encargaré á la violencia
Lo que no he podido al ruego;
Dos venganzas me provocan
Del honor y del desprecio,
Klla á desdenes me ofende,
Kl a don Félix ha muerto;
Ella fué su infeliz causa,
í,\ de los desdenes dueño ;
Pues mueran á un tiempo dos,
De quien á un tiempo me ofem!(
El uno con la deshonra,
V el otro con el acero.
DON LOPE.
Al que acompaña un amigo
Determinado y resuelto,
.\'o toca saber si son
Justos ó injustos los medios;
Vos sois mi mayor amigo,
V tan amigo soy vuestro,
Que lo que por vos no hiciere,
.No en este, en mayores riesgos,
No lo haré por un amigo
Que en Flandes ahora dejo,
A(|ü¡en dos veces la vida
En dos ocasiones debo.
DON ALONSO.
Venganza, don Lope, amigo.
DON LOPE.
Serviros solo pretendo.
DON ALONSO.
Muera quien me ofende.
DON LOPE.
Muera,
Para que venguéis sangriento
Dos causas en uD castigo,
Una injuria y unos celos.
DON ALONSO.
Violencias, Estrella, aguarde.
DON LOPE.
Pues yo en mi casa os espero,
Porqiie esta noche podáis,
Por estas tapias resuelto.
Si es cielo de las estrellas
Subir al octavo cielo.
DON ALONSO.
Pues adiós, don Lope, amigo.
DON LOPE.
Bien ese nombre os merezco.
DON ALONSO.
Vendré esta noche á buscaros.
DON LOPE.
Yo aguardo.
DON ALONSO.
Adiós.
DON I OPE.
Deteneos,
Y advertid, que á vuestro hermano
Dió muerte este caballero
Cuerpo á cuerpo en la campaña.
Sin más ventaja que él mesmo ;
Cuerpo á cuerpo le mató.
Y ha de morir cuerpo á cueriio.
DON ALONSO.
■¡ Qué puntual '.
DOS LOPE.
Soy soldado.
nON ALONSO.
;Qué activo!
DON LOPE.
De eso me precio.
DON ALONSO.
iQué valeroso!
DON LOPE.
Soy noble.
Doii *lü:<so.
Ser vuestro esclavo prometo.
DOM LOPE. (Ap.)
\ o cumplo con ser ami^o.
DON ALO>SO.
l'ues adiós.
JORNADA SEGUiNDA.
Sale ESTRELLA t AIRORA. sacan
una luz, y pónenla en un bufete.
AlIROBA.
¿Has estado atenta?
EsrrELL*.
Si,
Ya tu amor me has declarado.
AinUBA.
Pues atiende á mi cuidado,
Amiga Estrella, oye.
ESTRELLA.
Ese caballero, pues,
A quien mi amor se rindió,
Si por galán me obligó.
Me enamoró por cortés ,
Sé que don Carlos se llama;
Y en este continuo ardor.
Como es la materia amor.
Se hizo más grave esta llama;
Saber quién es no he podido;
Fui's lo que he sabido ya.
Que en San Jerónimo está
Un mes habrá retraído.
Si es de .Madrid fui á saber;
Mas, Estrella, en loque inliero
Que es don Carlos forastero
Ks en que sabe querer;
F,iiel prado más decentes
^u^ provocaron á amores
l.n- arboles y las Dores,
Líis arroyos y las fuentes,
Y como no puede entrar.
Pues ves que está retraído
Hasta que haya anochecido
En el cuerpo de! lugar,
VM3 noche le he mandado
(Tanto le llego á querer),
i,iue amante nie venga á ver,
Encubierto y disfrazado ;
>atu sabes lo que pasa,
Y que aun(|ue á este amor me allano,
Por don Alonso, mi hermano.
No puedo iiablarle en mi casa ;
Y asi, pues , lü me mitiga
Este mi delirio ardiente.
Pues tienes tu padre ausente,
Y tú, Estrella, eres mi amiga ;
Te pido, para que sea
Estudiado el mal que ignoro,
yue en tu casa, con decoro.
Dejes nue á don Carlos vea;
Verdad, amiga, te trato,
Y pues ves, Estrella, ahora
Oue esta es tu casa y yo Aurora .
No hay que encargar el recato;
No pasarán los despojos
De amor, que es fuego veloz,
Del término de la voz
Y el limite de los ojos;
NO HAY AMIGO PARA AMIGO.
Y esto, si, tan cierto es.
Que somos en peso igual.
Yo mujer muy principal,
Y él amante muy cortés;
Pues , Estrella, asi se vea
Bien pagada tu hermosura
Y le dé Dios la ventura
Como si fueras muy fea ;
Y llegues á conseguir
Cuanto procura tu mano;
Y don Alonso, mi hermano.
Te deje de perseguir;
Asi de don Luis, tu ausente,
(Que hoy tu amante recouoccs)
Del Himeneo le goces
En el tálamo decente,
Y el viento, que el alba bulle,
Os niezca soplando grave,
Y amor en cuna suave.
Si no os acalle, os arrulle ;
Que al fuego me dejes ver.
Que es de grados tan ajenos.
Que para que dure menos
Es fuerza dejarle arder.
ESTRELLA.
Cuando por ti no debiera
Cumplir con mi obligación,
Por sólo su intercesión
Pienso que te obedeciera ;
A lo que pides me allano.
Pues que me bastaba, Aurora,
Haberme nombrado ahora
Mi padre esperando estoy,
Y tuve una carta hoy
Que salió para Madrid
Cuatro días há en un coche,
Y aunque es pequeña jornada.
No has de ser tan desgraciada
Que ha de llegar esta noche.
De tu hermano la impaciencia
Os ha costado cruel
Oiro hermano á ti y á él,
Y á mi me cuesta una ausencia ;
Puesto que don Luis mató
A don Félix en campaña,
iNo fué de sn brazo hazaña.
La razón fué quien obró ;
Sólo don Luis por pasión
Dura, ó por mayor trofeo.
Con el buril del deseo
Impreso en el corazón;
Bien que yo vivo mortal
Entre el amor y el desden,
l'ues que gozo ausente un bien
Y lloro presente un mal.
ESTRELLA.
Y aun yo quiero estar delante.
Porque así divertiré
Esta prolija esperanza
Que tan verde ha ile durar.
Que ni el tiempo la h.i de ajar
M marchitar la mudanza.
ALBORA.
Pues ya le he enviado á llamar
Sólo con una criada.
Que en tu amistad confiada.
Me he querido adelantar.
ESTRELLA.
Seis años de suspirar;
¡Oh qué anciano está el dolor I
AURORA.
Amosque empieza, es mavor,
Y este acabándose va.
Mi amor más activo está.
ai;rora.
Más activo está mi amor.
Este es fuego, el tuyo no.
Estrella, engañada estás.
ESTRELLA.
Yo á don Luis adoro más.
AURORA.
Más quiero á don Carlos yo.
AURORA.
¿Cómo se puede saber?
ESTRELLA.
Porque más fuerza tendrá
El luego que ardiendo eslá,
Que el que nocomiei»ía á arder.
Lo contrario es evidente.
Porque en dos llamas distante.
La que arde dura menguante,
l.a que empieza va en creciente ;
Luego incendio, es más ardiente
Este incendio mió, cuando
Yo le voy habilitando.
Pues con fuerza singular
El tuyo deja el obrar
Cuando el mió empieza obrando.
ESTRELLA.
No es argumento seguido
El que liega á responderle ,
Tu amor puede no encender.se,
Y mi amor está encendido.
AURORA.
Siempre el mérito ha subido
A hacer la llama mayor.
ESTRELLA.
Tengo otro ejemplo mejor.
AURORA.
Otro ejemplo sea mi apoyo.
ESTRELLA.
Yo le pongo en un arroyo.
AURORA.
Vo le pongo en una flor.
ESTRELLA.
Nace un arroyo cristal
Desde una fuente de plata.
Préstale la Aurora grata
Su mutativo caudal,
A aquel vecino raudal
Le destina su albedrio,
Mezcla su corriente frió
A esotra grave comente,
Y el que antes era una fuente
Viene á ser undoso rio.
I.nc^ü si lü amor ahora
I iri.'- |ii MI. í: , . laii leve,
i.iii- Ir MI . I ,.■ Ir se mueve
,,< ' -li, iii jlrcio ignora,
Qiir lio es ciimpalible ardor
l-.l (lue acreditas mayor,
Pues hoy con menor corriente
Tu ardiente amor es la fuintc
Y el fio mi ardiente amor?
Nace alli una flor ufana.
Intacta, pura y hermosa.
Abre el cogollo amorosa
Al albor de la mañana;
Otra flor allá tempraua
m COMEDIAS
Pnrasismos da de olor,
/ Pues por qué causa en rii;or
La una flor a oirapreliere?
Porque primero se muere
La que es mas temprana flor.
Asi pues, porque no ipiíores
Kn el amor que conlieso
Ksta ventaja o exceso,
Flores son nuestros amores ;
Y supuesto que son llores.
Que una nace, otra fallece,
Serán, pues la mia crece
Y la tuya se limita,
Flor tuamor que se marchita,
l'lor mi amor que reverdece.
ESTRELLA.
i;i arroyo viene á ser
«Jülfo, aun cuando muerto es'.á.
AtlROR*.
I.a flor te responderá,
í^iue es símbolo del querer
ESTRELLA.
No arroyo deja de ser.
AtRORA.
Si deja, si llega al mar.
ESTRELLA.
Mi opinión he de llevar.
Al'RORA.
Lo que yo respondo baslc.
Saíe una CRIADA.
CRIADA.
Don Carlos, por quien me cnviaslo,
Dice que te quiere hablar.
Al'RORA.
I)ile que entre. Estrella, anii^a,
Ao te vayas si deseas
Con vista ver al amor,
Ver al deseo con rienda,
Porque es tau galán don Carlos...
Sale DON LUIS.
DO.l! LUIS.
Y el que á vuestra luí se entrega,
S.il;ini:iiidra racional,
Entre esas llamas inquietas...
(Embú:ase mirando á Estrella
por detrás.)
Pero ¿qué es esto qué miro?
¡Vive el cielo qne es Estrella,
La que de este sol de Aurora
Participa la influencia!
Su casa debe de ser,
Volverme á la calle es fuerza ;
Perdonad, que yo. Señora, {Turbado.
Digo, que porque allá afuera
L"n amigo... voy... que estando
Asi... un criado se queda...
(.4/). No sé, por Dios, lo que digo,
V entre mi afecto y mi pena.
La turbación de los ojos
Se me ha pasado á la lengua.)
Al'ROBA.
Señor don Carlos, ¿qué es esto
¿yué novedad os sujeta
A acabar en groserías
Lo que empezáis en finezas?
¿Donde, entrando tan despacio,
yuereis volver tan apriesa,
Que con el p;isola voz
En las palabras tropieza?
¿Con recalo entráis á verme?
Descubrios, don Carlos, ea,
Qni- nadie puso hasta ahora
Disfraces a la modestia;
Mirad que está aquí esta dama,
V que es preciso que crea
ESCOGIDAS DE DON FRANCISCO DE ROJAS.
Que en nil puede haber delito,
Puesto que en tos hay vergüei
DON icis.
Por Ter la que está delante ..
aurora.
Desechad esa respuesta.
Bueno es que sea yo la dama ,
V vuestro el recaló sea;
Descubrios.
ESTRELLA.
No se descnbr:!.
Que esté embozado le deja.
¿Adonde puedes hallar
l'sla honestidad modesta,
ICsle recato decente?
I'.neno es que cubrir se quiera
V lii por fuerza le obligues
A la ley de tu obediencia,
SI á ningún galán es bien
Verle la cara por fuerza.
ADRORA.
Acabad, Carlos.
Bos mis. (.\p.)
.Sin duda
No me ha conocido Estrella.
No lo diremos á nadie.
DOM mis. {Ap.)
Porque si me conociera.
No hiciera los celos burlas.
Cuando son los celos veras.
AURORA. (Ap.)
Vive Dios, que esto ba de ser,
Y me enoja ya.
DOM LUIS. {Ap.)
Ya esfuerza
Que no me descubra aqui.
Pues si á conocerme llegan,
Eslrella verá un agravio,
Y Aurora verá una ofensa.
ESTRELLA. (.4p.)
Que se rerala de mi
Me ha causado una sospecha.
ALBORA. {Ap.)
Porque de Estrella se encubre.
Le he de ver, aunque no quiera.
{Va á descubrirle.
Pues lo que no puede el ruego.
Ha de poder la violencia.
{Dentro ruido de gente.)
ESTRELLA.
Pero ¿qué es eslo, qué escucho?
AURORA.
P.uido hacia esta parte suena.
ESTRELLA.
Desde esas tapias, dos hnmlires,
Si no es qne la vista mieiiUi,
Demi jardin han hallado
Verde acogida en la yerba.
AURORA.
¡Turbada estoy!
ESTRELLA.
; Yo confusa !
nON LUIS.
No vuestros alientos teman ;
Valor habrá que os ampare,
Y espada habrá que os delienda.
Vaya hacia h puerta Extrella. y al
tiempo que diga este verso, sale DON
ALONSO, lleno de polio, y .MOS-
CÓN.
ESTRELLA.
¿Quién es quien rompe ei
Donde...
;rado
DON ALONSO.
Don Alonso. Estrella.
ESTRELLA.
Helado bronce me animo.
DOM ALONSO.
Suspenso el dolor me deja.
ESTRELLA.
Pues ¿cómo vos en mi casa?
ttiV ALONSO.
^Cómo mi hermana en la vuestra?
ESTRELLA.
A estas horas...
DON ALONSO.
Y aqni un homíir?...
ESTRELLA.
Profanáis...
DON ALONSO.
Violar intenta...
ESTRELLA.
El sagrado de mi honor.
DON ALONSO.
El templo de mi nobleza.
DOX LUIS. {Ap.)
Con mi enemigo encontré,
Y es su hermana Aurora bella ;
Más me pesa por mi amor
Que por mi riesgo me pesa.
MOSCÓN. {.\p.)
Púsonos el queso amor,
V dimos en ratonera.
DON ALONSO, {.ip.)
O es que miro lo que miro
los ojos de la idea.
Puesto que es imaginario
Aquello que represe.ita...
AURORA. {Ap.)
; Que el primer yerro de amor
lanío castigo merezca!
DON ALONSO.
í.ip. ;0h es conocido mi agravio i
Pues quiere el cielo que vea
En mi hermana y en mi dama
Tanta injuria mi impaciencia;
Kste hombre ha venido aqui
Por Aurora ó por Estrella ;
Si por Estrella, es el duelo
lie este amor que me atormenta ;
V es duelo, si es por Aurora,
De mi honor y fama me.sma ;
Ue suerte que no se libran
Ni mi amor ni mi nobleza,
O de Estrella con los celos,
O de Aurora con la afrenta.).
Caballero, que encubierto,
O por indicio ó por tema,
Con la niebla del amor
Del sol mancháis la pureza,
Decid, si queréis la vida,
¿Cuál de las luces os ciega?
DON LUIS.
A preguntas del enojo,
Doy con la espada respuestas.
{Sácala espada don Luis, y siempre
cubierto.)
DON ALONSO.
Pues yo lo castigaré
Con mi indignación sangrienta.
{Empiezan á reñir.)
ESTRELLA.
Caballeros, ¿no miráis
Que mi opinión se atrepella ,
Mi fama oadece oprobios,
Y mi luz"confusas nieblas?
{Hiñen.)
AURORA.
líetelos en paz, Moscón.
i MOSCÓN.
\ mi cargo mf lo deja ;
10 vo\ 3 alirir á mi amo,
Uuei-M la calle nos espera
rJuardaiiilonos las espaldas.
ESTRELLA.
Ab, si don Lope viniera!
Sale DON l.OPE , con la espail
desnuda.
DON LOPK.
Oon Lope eslá aqui : ;,qne cs csli
Vuestra espada se detenga;
jUeleneos vos, caballero.
¡Moscón , ¿cerraste la puerta?
HOSCOS.
\5\, Señor, ja la cerré.
DON LOPE.
Pues vamos i la pendencia.
j UOSCO.N.
jEI Santelmo de las liñas
Ise apareció en la tormenta.
j D(.N LllS. (.4p.)
lEste es, don Lope, mi amigo.
AURORA.
'Infeliz stierte me espera.
DON LOPE.
Decidme aqaeste suceso.
Dentro tiesta sala niesnia ;
lEsla es Aurora, mi hermana,
Yaquella midama Estrella.
MOSCÓN.
I A esCMcliar quiero escurrirme ,
■ Sin que ninguno lo entienda. ( Vase.
¡ DON LOPE.
! Don Alonso , vos decís
Pocas palabras y buenas;
Pero ya está remediado.
Gracias le doy á mi pena.
ESTRELLA.
Dalló alivio mi cuidado.
DON ALONSO.
¿Poes cómo?
DO!» LOPE.
I De esta manera.
I Vos procuraréis malar
I Este caballero, y sea
I Lo mas presto que pudiereis ,
I Para que no se entretenga
Disimulado el dolor
Con mascara de prudencia ;
Y si él os matare á vos
I (Queilando yo vivo), es fuerza
I Qae yo le niate después ;
I Con (|ue 3 un mismo tiempo queda
I Satisfecha vuestra vida
' Y vuestra honra satisfecha.
I ESTRELLA.
I Advertid, señor don Lope...
I DON LOPE.
¡ Señora, yo bien quisiera
Hacer lo que me mandáis,
I Ñas no es posible que sea;
I ( Van á querer embestir.)
I Vos bien podéis esperar,
I Y vos esperad, y todo.
I DON ALONSO.
I ¿Porque?
NO ilAY AMIGO PARA AMIGO.
I DON LOPE.
Porque de otro modo
Lo tengo de remediar.
DON ALONSO.
Vuestras órdenes espero.
AURORA.
¡Ay del mal que es prevenido!
DON LOPE.
Don Alonso , ¿ habéis sabido
Quién es este caballero?
DON ALONSO.
Aun no lo he sabido, pues
Recata el rostro y el pecho.
DON LOPE.
Pues el quedar satisfecho
Consiste en saber quién es;
A pedirle por razón
Que se descubra me incito:
La persona hace el delito,
Que no le hace la ocasión.
Satisfacer pienso así
Lo que pmcuro saber,
Tal persona puede ser
Que no importe i|ue esté aqui.
V ser puede al conocerle ,
Queiííiporte con declararle,
Más que el delito de hallarle
La circunstancia de verle.
Si la urbanidad juntáis
También con la valentía.
Caballero , en cortesía
Os pido, (pie os descubráis.
Pues descubierto en rigor,
Como en vos espero ya ,
Vuestro semblante dará
Crédito á vuestro valor.
Si no es, (|He como os engaña
La ira ó la indignación ,
No aspiráis á la opinión
V aspiráis sóloá la hazaña.
DON LUIS.
Aunque estoy mirando yo
Que no es razón resistirme ,
Por vos puedo descubrirme,
V por esas damas no.
V vengo á ahorrar, en efeto.
Quedándome asi embozado,
A Kstrella un grande cuidado ,
A vos, don Lope, un aprieto;
A Aurora un desprecio aqui.
Allí una satisfacción,
A vos una obligación,
V un empeño grande á mí.
ESTRELLA.
¿Qué empeño tener podéis
Que á mi me pueda importar?
AURORA.
Por mi OS podéis declarar.
(.4p. Fingid , penas, si podéis.)
DON ALONSO.
Vo para reñir con vos
Mayor ocasión espero.
DON LOPE.
;Qué obligación, caballero.
Puede haber entre los dos?
DON LUIS.
Muy grande.
DON LOPE.
Cumplirla sé.
ESTRELLA.
Yo OS perdono mi cuidado.
AURORA.
Que os descubráis he rogado.
DON LUIS. (Ap.)
iVálgame el cielo! ¿qué haré?
En fin, ¿me descubro?
Si.
DON LUÍS.
Pues ya estoy yo descubierto.
MOV ALONSO.
¡Válgame el cielo 1 ¿qué miro?
DON LOPE.
¿Qué es lo que llego á dudar?
ESTRELLA.
Lo que en voz iba á exhalar
Se me ha quedado en suspiro.
DON LOPE.
¿No es este don Luis, mí amigo?
ESTRELLA.
/■ Este fny dolor penetrante I)
No es don Luis, mi falso amante?
rON ALONSO.
Aqueste ¿no es mi enemigo?
AURORA.
¿Luego este engañoso innel
En quicii me pudo engañar?
DON ALONSO.
Luego le podré matar.
DON LOPE.
Luego.he de volver por él.
DON ALONSO.
.Muere, traidor, pues te he halladj.
DON LOPE.
Tente, don Alonso, digo,
Que este es mi mayor amigo ,
Y he de morirá su lado.
DON ALONSO.
Don Lupe, este caballero
Esel.iuehnmuMledió
AmilicrnniM., y quiero yo
SatishiiTM-lM primiT.i.
Contra el palabra me disteis
De darle la muerte airado ;
Pues sois noble y sois honrado,
Cumplid lo que prometisteis.
DON LOPE.
En fin, ¿este caballero
Es quien la muerte le dio?
DON ALONSO.
Don Luis es quien le mató.
DON LOPE.
Pues mi palabra es primero.
(Póngase del otro Indo )
DON LUIS.
Tened , que aunque en vos se labrí
Esa obligación debida ,
A mí me debéis la vida,
Y á él le debéis la palabra.
Luego ha do ser preferida,
Por amistad y razón,
A esta corta obligación
La obligación de la vida.
DON LOPE.
De ambos me llego á obligar;
Pero dudo en distinguir.
No con cuál he de reñir,
Sino á cuál hade ayudar.
(Él enmedio, y los dus quieren reñir.)
DON ALONSO.
Dejadme reñir por Dios,
O á vos me indigno cruel.
DON LOPE.
P^irasismos da de olor,
; Pues por ijué causa en riiíor
La una flor a olra prelicre'f
Porque primero se muere
La que es más temprana flor.
Asi pues, porque no ipuores
Kn el amor que conlleso
Ksla ventaja o exceso,
l'lores son nuestros amores ;
Y supuesto que son flores,
Oue una nace, olra fallece,
Serán, pues la mia crece
Y la tuya se limita,
KIor tu amor que se marchita,
Flor mi amor que reverilecc.
ESTRELLA.
Kl arrt>TO viene á ser
Oolfo, aun cuando muerto está.
AURORA.
I.a flor te responderá,
yue es siuibülu del querer
ESTRELLA.
No arroyo deja de ser.
AURORA.
Si deja, si liega al mar.
ESTRELLA.
Mi opinión he de llevar.
AUnORA.
Lo que JO respondo baste.
Sale una CP,1AD.\.
CRIADA.
Don Carlos, por quien mo enviaslo.
Dice que te quiere hablar.
ABRORA.
Dile que entre. Estrella, amlija,
No te vayas si deseas
t;on vista ver al amor,
Ver al deseo con rienda,
Porque es tan galán don Carlos...
Sale DON LülS.
DON mis.
Y el que á vuestra lu?. se entrega,
Sal.iniandra racional,
butre esasílamasiiiquietas...
{EmVúzase mirando d Estrella
por de tras.)
Poro ¿qué es eslo qué miro?
i Vive el cielo que es Estrella,
La que de este sol de Aurora
Participa la influencia!
Su casa debe de ser.
Volverme á la calle es fuerza ;
Perdonad, que yo. Señora, (Turbado.
Digo, que porqueallá afuera
Un amigo... voy... que estando
Asi... un criado se queda...
(4p. No sé, por Dios, lo que digo,
Y entre mi afecto y mi pena.
La turbación de los ojos
Se me ba pasado á la lengua.)
ACRORA.
Señor don Carlos, ¿que es esto
¿yué novedad os sujeta
A acabar en groserías
Lo que empezáis en finezas?
¿Dónde, entrando tan despacio,
Úuereis volver tan apriesa,
Cíue con el púsola voz
En las palabras tropieza?
¿Con reealü entráis á verme?
Descubrios, don Carlos, ea.
Que nadie puso hasta ahora
Disfraces a la modestia;
Mirad que está aquí esta dnnia,
Y que es preciso que crea
,S ESCOGIDAS DE DON FRANCISCO DE ROJAS
Oue en mi puede haber delilo,
1 Puesto que en vos hay vergüenza
i D(» LCIS.
I Porrer la que eslá delaiUe ..
I AURORA.
I Desechad esa respuesta.
Bueno es que sea yo la dama ,
V vuestro el recato sea;
Descubrios.
ESTRELLA.
No se descubrn.
Que esté embozado le deja.
¿Adonde puedes hallar
Ksla honestidad modesta,
ICste recalo decente?
Rueño es que cubrir se quiera,
Y tú por fuerza le obligues
lupi
Jal€
ey de tu obediencia,
SI á ningún galán es bien
Verle la cara por fuerza.
AURORA.
Acabad, Carlos,
DON LUIS, f.lp.)
Sin duda
No me ha conocido Kslrclla.
Don Alonso, Estrella.
ESTRELLA.
Helado bronce me animo.
DüX ALONSO.
Suspenso el dolor me deja.
ESTRELLA.
Pues ¿cómo vos en mi casa?
OiiS ALONSO.
:,Cómo mi lieiinana en la vuestra?
ESTRELLA.
A estas horas...
Profanáis..
Esr
No lo diremos á nadie.
DON LUIS. (.4p.)
Porque si me conociera.
No hiciera los celos burlas.
Cuando son los celos veras.
AURORA. (Ap.)
Vive Dios, que esto ha de ser,
Y me enoja ya.
DO.N LUIS. (Ap.)
Ya es fuerza
Que no me descubra aqui.
Pues si á conocerme llegan,
Estrella verá un agravio,
Y Aurora verá una ofensa.
ESTRELLA. (.4p.)
Que se recala de mi
Me ha causado una sospecha.
ALBORA. (Ap.)
Porque de Estrella se encubre.
Le he de ver, aunque no quiera.
( Va á descubrirle. \
Pues lo que no puede el ruego,
Ha de poder la violencia.
(Dentro ruido de gente.)
ESTRELLA.
Pero ¿qué es esto, qué escucho?
AURORA.
Huido hacia esta parte suena.
ESTRELLA.
Desde esas tapias, dos hnnilire.',
Si no es que la vista mienta.
De mi jardin han li.illado
Verde acogida en la yerba.
AURORA.
¡Turbada estoy!
ESTRELLA.
¡ Yo confusa !
DON LUIS.
No vuestros alientos teman ;
Valor habrá que os ampare,
Y espada habrá que os delionda.
Vaya hacia tu puerta Extrella. y al
tiempo que diga este verso, sale DON
ALONSO, lleno de polro, v MOS-
CÓN.
ESTRELLA.
¿Quién es quien rompe el sagrado
Donde...
DON ALONSO.
Violar intenta...
ESTRELLA.
1:11 sagrado de mi bonor.
DOS ALONSO.
El templo de mi nobleza.
DON LUIS. (.\p.)
Con mi enemigo encontré,
Y es su hermana Aurora bella :
Más me pesa por mi amor
ijue por mi riesgo me pesa.
MOSCÓN, (.tp.)
Púsonos el queso amor,
Y dimos en ratonera.
DON ALONSO. (.4p.)
O es que miro lo que miro
Con los ojos de la idea.
Puesto que es imaginario
Aquello que representa...
AURORA. (Ap.)
; Que el primer yerro de amor
lantü castigo merezca!
DON ALONSO.
lAp. ;0h es conocido mi a^ravioi
Pues quiere el cielo que vea
En mi hermana y en mi dama
Tanta injuria mi impaciencia;
f-sle hombre ha venido aqui
Por Aurora ó por Estrella;
Si por Estrella, es el duelo
lie este amor que me atormenta ;
Y es duelo, si es por Aurora,
De mi honor y fama niesma ;
De suerte que no se libran
Ni mi amor ni mi nobleza,
O de Estrella con los celos,
O de Aurora con la afrenta.):
Caballero, que encubierto,
O por indicio ó por tema.
Con la niebla del amor
Del sol mancháis la pureza,
Decid, si queréis la vida,
¿Cuál de las luces os ciega?
DON LUIS.
A preguntas del enojo.
Doy con la espada respuestas.
(Sácala espada don Luis, y siempre
cubierto.)
DON ALONSO.
Pues yo lo castigaré
Con mi indignación sangrienta.
(Empiezan á reñir.)
ESTRELLA.
Caballeros, i no miráis
Que mi opinión se atrepella ,
Mi fama oadece oprobios,
Y mi luz"confusas nieblas?
(fiíñen.)
AURORA.
Mételos en paz. Moscón.
I MOSCÓN.
A mi cargo me lo deja;
Yo vü( á abrir á mi amo,
I Ooe cii la calle nos ispera
I Guardándonos las e:>[>aldas.
ESTRELLA.
¡Ah, si don Lope viniera '.
Sale D0\ LOPE , con la espaila
desnuda.
DON LOPE.
Don Lope eslá aquí : ;. que es csío?
Vuestra espada se detenga;
Ueleneos vos, calialiero.
Moscón , icernsle la puerta?
Pues vamos a la pemlencia.
MOSCO.N.
El Santelmo de las riñas
Se apareció en la lormenta.
D(.M ms. (.4p.)
Este es, don Lope, mi amigo.
AURORA.
Inreliz suerte me espera.
voy LOPE.
Decidme aqueste suceso.
DON ALONSO.
Porque más breve lo sepas .
A este hombre encontré embozado
Dentro desta sala mesma ;
Esta es Aurora, mi hermana,
Yaquella mi dama Estrella.
MOSCÓN.
A escuchar quiero escurrirme ,
Sin que ninguno lo entienda. ( Vase.
DON LOPE.
Don Alonso , vos decis
Pocas palabras y buenas;
Pero ya eslá remediado.
AURORA.
Gracias le doy á mi pena.
ESTRELLA.
Ualló alivio mi cuidado.
DON ALONSO.
¿Pues cómo?
DON LOPE.
De esta manera.
Vos procuraréis matar
Este caballero, y sea
Lo más presto (|ue pudiereis,
Para que no se entretenga
Disimulado el dolor
Con máscara de prudencia ;
Y si él os matare á vos
(Quedamlo yo vivo), es fuerza
Que yo le mate después ;
Con que á un mismo tiempo queda
Satisfecha vuestra vida
Y vuestra honra satisfecha.
ESTRELLA.
Advertid, señordnn Lope...
DON LOPE.
Señora , yo bien quisiera
Hacer lo que me maiidais ,
Mas no es posible que sea ;
{Van á querer embestir.)
Vos bien podéis esperar,
Y vos esperad, y todo.
DON ALONSO.
¿Porque?
NO ilAY AMIGO PARA AMICU.
DON LOPE.
Porque de otro modo
Lo tengo de remediar.
DON ALONSO.
Vuestras órdenes espero.
AURORA.
;Ay del mal que es prevenido!
DON LOPE.
Don Alonso , 4 habéis sabido
Quién es este caballero»
DON ALONSO.
Aun no lo he sabido, pues
Recata el rostro y el pecho.
DON LOPE.
Pues el quedar satisfecho
Consiste en saber quién es;
A pedirle por razón
Que se descubra me incito:
La persona hace el deliio,
Que no le hace la ocasión.
Satisfacer pienso asi
Lo que procuro saber,
Tal persona puede ser
Que no importe que esté aquí.
Y ser puede al conocerle ,
Queiioporle con declararle.
Mas que el delito de hallarle
La circunstancia de verle.
Si la urbanidad juntáis
también con la valentía,
Caballero , en cortesía
Os pido, que os descubráis.
Pues descubierto en rigor,
Como en vos espero ya ,
Vuestro semblante dará
Crédito á vuestro valor.
Si no es, que como os engaña
La ira ó la indignación,
.No aspiráis á la opinión
Y aspiráis sólo á la hazaña.
DON LUJS.
Aunque estoy mirando yo
Que no es razón resistirme,
l'or vos puedo descubrirme,
Y por esas damas no.
Y vens^o á ahorrar, en efelo,
Quedándome asi embozado,
A Estrella un grande cuidado ,
A vos, don Lo[ie, un aprieto;
A Aurora un desprecio aqui.
Allí una satisfacción,
A vos una obligación,
Y un empeño grande á mi.
ESTRELLA.
,. Qué empeño tener podéis
Que á mi me pueda importar?
AURORA.
Por mi OS podéis declarar.
(Ap. Fingid , penas, si podéis )
DON ALONSO.
Yo para reñir con vos
Mayor ocasión espero.
DON LOPE.
;Qué obligación, caballero.
Puede haber entre los dos?
DON LUIS.
Muy grande.
DON LOPE.
Cumplirla sé.
ESTRELLA.
Yo OS perdono mi cuidado.
Que os descubráis he rogado.
DON LBIS. (Ap.)
¡Válgame el cielo! ¿qué haré?
DON ALONSO.
Va es el ruege desacierto ,
V sólo me toca .'1 mi.
DON LUIS.
En ün, ¿me descubro?
DON LOPE.
Si.
DON LUIS.
Pues ya estoy yo descubierto.
DON ALONSO.
¡Válgame el cielo ! ¿qué miro?
DON LOPE.
¿Qué es lo que llego á dudar?
ESTRELLA.
Lo que en voz iba á exhalar
Se me ha quedado en suspiro.
DON LOPE.
¿No es este don Luis, mi amigo?
ESTRELLA.
;, Este Cay dolor penetrante !)
No es dou Luis, mi falso amante?
DON ALONSO.
Aqueste ¿no es nil enemigo?
AURORA.
;.Luego este engañoso infiel
lin quie.i me pudo engañar?
DON ALONSO.
Luego le poilré malar.
DON LOPE.
Luego.he de volver por él.
DON ALONSO.
Muere, traidor, pues le he hallailj.
DON LOPE.
Tente, don Alonso, digo,
Que este es mi mayor amigo ,
V he de morir á su lado.
DON ALONSO.
Don Lope, este caballero
Es el que la muerte dio
A mi hermano , y quiero yo
Satisfacerlo primero.
Contra él palabra me disteis
De darle la muerte airado ;
Pues sois noble y sois honrado.
Cumplid lo que prometistois.
DON LOPE.
En fin, ¿este caballero
Es quien la muerte le dio?
DON ALONSO.
Don Luis es quien le malo.
DUN LOPE.
Pues mi palabra es primero.
{Póngase del otro lado )
DON LUIS.
Tened , que auntiue en vos se labr.i
Esa obligación dubida ,
A mi me debéis la vida,
V á él le debéis la palabra.
Luego li;i (le ser preferida,
l'or amistad y razón,
A esla corla obligación
La obligación de la vida.
DON LOPE.
De üihIhis me lli-^'o á obligar;
{Ét en medio, y los dus quieren reñir.)
DON ALONSO.
Dejadme reñir por Üios,
O á vos me indigno cruel.
DON LOPE.
Dejadme reñir con él,
O be de reñir con los dos.
91 COMEDÍ
Do:i ALo^so.
iliivüse ,
Pues juzgando mis aníagos
Airadas ejecuciones ,
Lo que callaba en agravios
Me lo declaró en temores;
yiie el acero es un espejo
Donde se ven las traiciones;
Cuando indignado me arrojo ,
Conmico uu Ijnnibre alira'íuse ,
Deliivome un breve rato,
Klla fugitiva corre.
Voy tras ella , no la a'iCan/.o :
;.M:is para qué se interrumpen
Con este menor agravio
Estas venganzas mayores?
¿A dónde don Luis está?
Don LOPE.
Ni te indignes ni te apasiones,
(Ap. Llevarle de aqui me importa,
Que si por mi cuenta corren
l'.l pundonor de honra vida ,
Miraré sus pundonores.)
Yo te entregaré á don Luis ,
\ asi porque no se borren
Uel papel de tu nobleza
Las hazañas y blasones ,
Vamos á buscar los do
(Ap. Bien mi intento se dispone'
A tu hermana ; porque asi
Tu intención no se malogre.
En ella un agravio pierdes.
Cuando en él tu fama cobres.
A lo dificd primero
Será razón que le arrojes ,
Primero Aurora parezca,
Que sera lo que te importe .
Que en don Luis luego tendrás
Seguras satislacciones.
DON ALO.NSO.
En fin , don Lope , mi amigo ,
¿Segunda vez me propones
Que a don Luis me entregarás?
DOX LOPE.
Ki lo dudes ni lo ignores.
DOM ALOJiSO.
Pues á buscarla salgamos.
AURORA. (.1/).)
¡Si él se va, templaos dolores!
DON LUIS. [Ap.]
Si él se va, á Aurora he de hablar.
DON ALONSO.
{Ap. Ñola ocultes, negra noche.)
Vamos, vamos á buscarla.
DON LOPE. (Ap.)
Lo que mi piedad dispone
Es asegurar á Aurora ,
Cumpla mis obligaciones.
De éste amansar la venganza,
Ue éste templarlos rigores.
No dejar estos afectos
Que se junten ó se arrojen ,
• Que al lin le entibia la ira,
Cuando el tiempo se interpone.
( 1 anse.)
Sale \mOl\,\.
Ahora , ((ue ya se fue ,
<'.esad, villanos temores ,
Irme á otra parte es preciso ,
Que a(|ui grande riesgo corre
Mi vida, y asi...
Sale ÜON LUIS del cuarli
DON LUIS.
Detente,
. ESCOCIDAS bV. UtiN l'nANCISCO
Helia Aurora , no revoques
En la revista de luí
La sentencia de tus soles.
AURORA.
¿Quién es? ¿Pues cómo tú aquí?
DON ms.
Aurora, ¿no me conoces?
AURORA.
No te conozco, traidor.
DON LOIS.
Soy...
AURORA.
Detente , no te nomJires ,
Llegan tarde tus verdades.
DON LUIS.
Tente, Aurora.
AURORA.
Daré voces
P.ira que mi hermano vuelva
Y en los dos venganza lome.
DON LUIS.
Advierte...
auroha.
No me detengas,
Don Alonso.
DON LOis.
No se arrojen
Para una dudosa muerte ,
Intrépidos tus rigores,
¿Qué acero como tus ojos?
Templa con piedad acorde
Tu castigo con mi culpa,
Si hay culpas donde hay pasiones.
Riñeme, Aurora , descansa ,
Que tiempo h.nbrá en que me abone:
O tu planta este áspid pise
Encontrado entre las flores.
aurora.
Di , ¿si engañaste un afecto
Tan vergonzoso y tan dócil ,
Que si se arriesgó en palabras.
Se escandalizó en colores;
Traidor, si con las ternezas
Engañaste y con el nombre,
Con la fineza en crueldades,
Con la caricia en traiciones?
Y di si á Estrella querías,
(Nunca amor te lo perdone ,
Pues tenias dos objetos ,
Tuvieras dos corazones)
Fuiste á verme (joh nunca fueras !)
Cubriste el rostro, y conoces
La cara de la traición
Dijo tu delito á voces:
A otra vez que engañar quieras
A otra que tu intento ignore ,
Dos instrumentos traerás
Que dos semblantes embocen ;
A dos á un tiempo engañabas.
Mas eso proprio te abone ,
Somos poco dos mujeres
Para engañarlas un hombre
Cuando...
DON mis.
Escúchame, Señora.
AURORA.
Antes porque no se apoyen
En mi oido tus engaños ,
Tengo de irme.
DON LUIS.
No blasones
Del triunfo de mi humildad.
AORORA.
Déame.
DON LUIS.
Mi error perdone.
DE HOJAS.
Que en esta puerta c'avado
He de ser peñasco inmóvil.
[Pónase á ¡a puerta porque no ya. y:
AURORA.
¿Qué me pides?
DON LUIS.
Queme escuches.
AUROnA.
No es posible.
DON LOIS.
Aurora, oye,
Y castígame con irte.
Cuando no te desenoje.
AURORA. {No le mira.)
Si haré, mas no he de mirarte:
No quiero , que tus acciones
Puedan más que mis verdades ,
Y que con semblante doble ,
Camaleón de tu engaño.
De mi color te trasformes.
DON LUIS.
La estrella en la noche luce ,
La aurora á las nieblas ronqie ,
¿Pues quién mirando la Aurora
Se ha acordado de la noche
Del mar oscuro seis años ,
Con una Estrella de Norte?
Piloto de amor errado.
Discurrí los horizontes.
Encontré puerto en el sol ,
Y aferraron mis dolores.
Rumbo Estrella es que me deja,
Sol eres tú que me acoge.
No porque yo le quisiese
Tu indignación te provoque.
Que allí tuve los ensayos
Y aqui representaciones.
No, que me embocé, fué culpa ,
Cortesía si la nombres ,
Que si mi amor descubierto
A ella olvida y á ti escoge.
Bástale el secreto olvido
Que sentirán sus ardores ,
Sin que el público desprecio
Groseramente le enoje.
El nombre te recaté.
Ya sabes las ocasiones
Que tuve para ocultarle ,
Y no es justo que las nombro.
Que no es razón , que aun mi amoi
Tu noble sangre alborote.
Si un mes habrá que de Flándcs
Vine encubierto á esla corte ,
Y en un me?, como lo sabes.
No la han visto mis pasiones ,
¿Qué salisfaccion esperas,
O que recompensas coges?
Ea , mi bien , las finezas
Me castigas por errores.
La lisonja haces delito.
No permitas que se ahogue
De mis penas en un pecho
Todo el corriente desorden
De tus indignados ojos
Los divinos resplandores.
La tiniebla del engaño,
O la rinden ola postren,
Porque yo...
AURORA.
Tente, don Luis,
Deja las satisfacciones,
Qne es tanto lo que te quiero
(Bien pienso que lo conoces),
Que te creí el desengaño
Aun antes que me le informes.
DON LUIS.
Pues ¿qué me ordenas, Señora?
AURORA.
Que en la cárcel te aprisiones
: < Irazps, que son redes
:. los celos rompeo.
(Abrázausf.)
i lio me des los Lrazos,
moque se equivoqueu ,
N.f Mióse jumas las alm:is
En niiesiros pechos conformes;
Wtf, (Ion Luis, á lu cuarto.
No >ea qni' mi hermano lome
Y juulus Dus baile hablando.
DON LlIS.
^Ihsia cuando lo dispones?
AURORA.
Hasta que luciente el alha
()ue es sumiller de la noche ,
Corra la verde cortina
A los prados y á los moulcs.
D0:i LOIS.
En grande riesgo nos vemos.
ACnORA.
Ohren las desdichas , obren :
No parece que es amor
El que no tiene pensiones.
DO.N LlIS.
Sin los peligros, bien dices ,
¿(Jae amantes hay que se adoren?
ACHURA.
¿No te vas á recoger?
DON LUIS.
Tú, Aurora, ¿no te recoges?
AURORA.
Donde bay memoria no hay sueño.
DON LUIS.
Y donde hay amor no bay noche.
AURORA.
Centinela es el deseo
(lúe el canqio del amor corre ,
Pues la muralla es mi fe.
DON LUIS.
iQué seguridad la pones?
AURORA.
Del corriente de mis ojos
Sólo la harán misdoloies;
Vete, don Luis.
DON LUIS.
Ya me voy.
AURORA.
¡Oh , quiera el cieloque logres
En decente yugo el premio
Que te ofrecen mis favores!
JORN.\DA TERCERA.
Salen DON LOPE t MOSCO.N.
DON LOPE.
Ya estamos solos , Moscón ;
nA qué á solas me has llamado ,
Todo el seuiblaiite turbado,
V confusa la razón ?
¿Qué traes? ¿ijué te ha divertido?
¿'Jué quieres de tus pasiones?
MOSCÓN.
Que me escuches dos razones
Cuatro dedos del oído.
DON LOPE.
No hables muy recio, porque
Oon Luis , mi amigo , y Aurora,
► n las dos cuadras ahora
Se recogen.
IIOSCON.
Ya lo sé.
NO HAY AMIGO l'AP.A AMIGO.
Que anoche, si lo advertís,
Todo me lo dijo el ama ,
Ella hizo a Aurora la cama ,
Y yo otra cama .i don Luis.
DON LOPE.
t'omo tan tarde he venido.
No los quiero despertar;
Mas luego pienso ll.imar.
Supuesto que ha amanecido;
Di.
MOSCÓN.
( Ip. Preguntarle es forzoso
Si es duelo mi bofetaiia.)
Señor, el caso no es nada.
Mas yo soy escrupuloso;
No es nada.
DON LOPE.
Pues ¿qué te paras?
Dilo, y olvida esos miedos.
MOSCÓN.
fon no más de cinco dedos
Me han dado en toda la cara.
DON LOPE.
¿Eso sufriste? oye, espera;
Mas es que lo escuche yo ;
^üuiéu te dio, y cómo te diú?
■OSCON.
Señor , de aquesta manera.
{Vele á dar a su amo una bofetada
DON LOPE.
ijiiita , picaro, bufón,
,.Y tan deshonrado, estar
Cuandu me ves enojar)
De chanza en esta ocasión?
¿No te corres de decirlo?
Tiempo hay, yo me correré.
DON LOPK.
Pues dime, ¿ sobre que fué?
MOSCÓN.
(.Sobre qué? sobre un carrillo.
DON LOPE.
Oye, ¿ qué es lo que te dio,
Fué puñada ó bofetada?
MOSCÓN.
;0h¡ si me diera puñada,
.No se lo sufriera yo.
DON LOPE.
Eso era menos.
MOSCÓN.
Ko sé
Cual de los dos es mejor.
DON LOPE.
A mano abierta es peor.
MOSCÓN.
Pues de esa manera fué.
DON LOPE.
¿Qué aqueso un hombre consiente?
Otra cosa hay que dudar :
¿Sonó al llegártela á dar?
MOSCÓN.
Lo que es sonar , bravamente.
DON LOPE.
Pues si til , tu agravio infieres ,
Y si lu deshonra ves,
Estando á solas, ¿cuál es
Lo que preguntarme quieres?
MOSCÓN.
Señor , el golpe supuesto ,
Y supuesto el boletoii.
Saber quiero en conclusión...
DON LOPE.
Üilo.
MOSCÓN.
Si quedé bien puesto.
DON LOPE.
¡ Qué esta razón llegue á oirlo !
¡Quién tal ignorancia vio!
Cuando el bofetón te dio,
¿Qué hiciste tu?
MOSCÓN.
Recibirle.
DON LOPE.
En fin ¿no te satisli/.o?
Cii.indo el bofetón le dio,
¿le bizocara?
MOSCÓN.
Cara no ,
Porque antes me la deshizo.
DON LOPE.
¿Que e.sa ofensa en ti no labre
Indignar la espada airada?
MOSCÓN.
Dice el miedo : «A estotra espad.i.
Que esta vaina no se abre».
DON LOPE.
liuscar quiero otro criado.
Supuesto lo que le pasa ,
Que no ha de estar en mi casa
Hombre que está deshonrado.
MOSCÓN.
¿Qué medio hay entre los dos?
DON LOPE.
.Morir noble y temerario.
MOSCÓN.
Pues pagúeme mi salario,
Y quédese usted con Dios.
DON LOPE.
De suerte. Moscón , de suerte
Que cuando agraviado estas
¿Aún valor no mostrarás
De vengarte con su muerte?
MOSCÓN.
,. Luego con su muerte gana
Mi deshourami opinión?
DON LOPE.
Asi habrá satisfacción.
MOSCÓN.
Hablara para mañana :
Lo que usted me ha advertido
Es lo que llega á importiirle;
¿Hay mas que decir matarle,
Y hubiérale yo entendido?
Ahora , don Lope, pues,
Coraje y valor me sobra,
A él, mañosa la obra:
liuen c&razon.y ahora sus;
Pues su alivio me despierta,
Voy á matarle derecho.
Don LOPE.
Hasta volver satisfecho,
No me entres por esta puerta.
MOSCÓN.
Vos veréis lo que yo hiciere.
DON I.OPE.
Que has de darle muerte, espera.
MOSCÓN.
No está más de que él se muera
Del golpe que yo le diere.
Pregunto, pues sabéis de esto;
Si por valor ó por suerte ,
£l me diera á mi la muerte ,
¿Cuál quedará mejor puesto?
DON LOPE.
Tú, Moscón, vete con Dios,
Y de tu venganza trata.
Otí
MOSCOU.
Pues por Dios, que si rae mata
Que me lie de quejar de vos.
DOM LOPE.
Pues esto se ha declarado ,
Aden Luis voy á llamar,
Porque le quiero contar
Lo que esta noche ha pasado.
¡Ha, don Luis! {Llama ala puerta.)
HOSCOM.
Oye, Señor.
¿Será bueno en esle apnelo
Llevar un famoso peto
Hecho á prueba de ductor?
DOM LOPE.
Corazón y manos , loco,
Son las que dan opinión.
MOSCO.X.
No la dará el cora¿on,
Pero las manos tampoco.
DON LOPE.
Vete.
Mosco:í.
Voyme; mi dolor
A darle muerte me inclina.
; ijuién supiera Medicina
l'ara matarle mejor!
COMEDIAS ESCOGIDAS DE DON FRANCISCO DE ROJAS.
Satisfacción sus recelos.
Allá se lo hayan sus celos ,
Con su riesgo se lo coman.
Sloscon, V abre DON LUIS la
puerla.
¿Quién me llama?
DON LOPE.
Don Luis, yo
¿Tan presto os habéis vestido?
rON LUIS.
Ni aqueste alivio he tenido.
DON LOPE.
'No habéis descansado?
DON LLI?.
No.
DON LOPE.
No hay enfermed.ad peor
yue uu grande desasosiego.
DON LUIS.
Con cuidado no hay sosiego,
,.C6ino le habrá con amor?
Pero el penoso suceso
Ue anoclie me ha divertido :
Contad lo (lup ha sucedido.
DON LOPE.
Oidi don Luis, el suceso:
Luéso que anoche os dejó
Bien seguro mi cui<lado,
Y en esta cuadra del lado
Aurora hermosa quedó,
Con don Alonso salí;
Calles y casas miré.
Que la guardaba callé ,
Que la buscaba iiiigi.
Y de ciego ó de imprudente
Tanto su error atropella ,
Que hasta la casa de Es:rella
Discurrió descortesmenle.
ESTRELLA.
Prosigue, y no tengas miedo.
0TAÑE7.
A no traer tantas faldas.
Te pudiera hacer espaldas.
ESTRELLA.
Ya voy tras ti.
OTAÑEZ.
Llega quedo,
Mi amo está divertido.
' ESTRELLA.
Sin miedo voy, voy celosa.
OTA.ÑEZ.
; Que por ser yo tan chismosa
En esto me haya metido!
I'ero don Alonso ignora
Que a vos se vino á amparar.
OTAÑEZ.
¿Quién me ba metido en contar
Que estaba en mi casa Aurora?
Señora , en esle aposento
Primero os podéis entrar.
ESTRELLA.
Desdeaqui podré escuchar.
¡Cuidados , lograd mi inlenlo!
(Éntrase Estrella donde estala don
Luis; Utañez á la puerla.)
OTAÑEZ.
Allá dentro secólo;
Las enaguas y el crujido
De la seda hacen ruido.
DON LUIS.
¿Quién aqui se ha entrado?
OTAÑEZ.
DON LOPE.
Dónde vienes?
OTAÑEZ.
De traer ,
esto mi servicio trata,
poner la piñata,
ara encender.
DON LOPE.
; Estrella?
OTAÑEZ.
(V«í.
Q;
Lln ascua
¿üe(
V su criada me la dio.
DON LOPE.
¿Hablaste con ella?
OTAÑEZ.
No.
DON LOPE.
Otañez, vete de aqui;
Porque en este zaguán quiero
Que te bajes á esperar,
Y á nadie dejes entrar
Sin avisarme primero.
OTAÑEZ.
Que me place, di en el punto;
Los chismes son soberanos ,
l'iitónie Estrella las manos,
llizoinc provecho el unto.
Que eí-te don Luis y esta Aurora
Durmieron a(|ui conté;
Si ellos velaron no sé.
Hablan los dos, sale por detras OTA- , „ , , ,
Ñ ,V. con ESTRELLA , . estdn los dos «- -'^--^ ^^
de espaldas , y Utonez con unas as- Qug estrella cuando lo oyó
cuas de lumbre.
OTANEZ.
Entra poco á poen, si
Te tengo de obedecer.
Pero >a nu puede ser;
Que mi Señor está aqui.
Me pidió, pagó y rogó
Que la trajese á mi casa ,
Que como ven la escondí.
Que entre su ira y su rigor,
Ella cumple con su amor,
Yo con mi oficio cumplí.
Y pues (|ue escondida toman
DON LUIS.
(' Que no hallándola , decis
Si; fué luego á recoger,
Y qi'e lo habéis de ir á ver
A su casa?
DON LOPE.
SI, don Luis.
DON LUIS.
í Luego seguros quedamos
Que no ha de venir aqui
IJon Alonso?
DON LOPE.
Amigo, sí;
Puesto que solos estamos,
Podemos llamar ahora
Y contarla lo que pasa,
Puesto que no bay nadie en casa,
Al aposento de Aurora.
DON LOPE.
Cenado está por de dentro.
Llamad vos.
DON LDIS.
Yo llamaré;
El diamante de mi fe
Busca sus ojos por centro. —
¿Aurora?
(Llama á la puerta donde quedó Aura
ro al fin de la primera jornada. )
DON LOPE.
No ha respondido;
Pues bien cerca de aquí está,
DON LUIS.
No responde; ¿qué será?
DON LOPE.
Sin duda no se ha vestido.
Sale OTaSEZ.
OTAÑEZ.
Señor.
DON LOPE.
¿Qué queréis, Otancz?
OTAÑEZ.
Una palabra en secreto.
Con licencia de don Luis,
Decirte á este lado quiero.
DON LOPE.
Decid , que con mis amigos
No he menester cumplimientcs.
OTAÑEZ.
El paso desconcertado.
Desiguales los efectos ,
Equivócala color.
Declarado el sentimiento,
Don Alonso viene á hablarte.
(Apártanse á hablar Oluñez y don Luis
DON LOPE.
(Ap. Pues ¿qué le obliga, supuesto
Que babieiido de ir á buscarle ,
Viene á buscarme primero?
Don Luis me hace estorbo aqui ,
Si ahora pedirle intento,
Diciéndole loque pás.T ,
Que se retire allá dentro ,
No ha de querer esconderse ;
Y tendrá razón, supuesto
Que se baja á ser cobarde
El que sube á ser muy cuerdo.
Pero un remedio he oensado.)
(Habla con don Luis.
Una dama, á quien yo debo.
Con la obligación de amante
De puntual los preceptos.
Viene á buscarme, y no quiere
Adonrle salí me vuelvo.
ih\f no fsiorbar á don Lope
ts ili'l amor mainlamienlo.
( Va á enlrarsf en la cuadra donde
eslíi Estrella.)
DOM LUPE.
Esperad , no enlreis , don Lnis.
(.4p Si él se entra en este aposento.
Ha de escueliar lo que pasa.)
Mí cuarto está más secreto ,
A esotra pieza os pasad.
{Entra en otra pida.)
1)0> I.UIS.
Lo que mandas obedezco.
DON LOPE.
Dile que éulre.
OTAÑEZ.
Voy al |iunto.
Pero él se ha entrado acá adc.ilro.
Sale DON ALONSO.
DON ALONSO.
Guárdeos el cielo, don Lopo.
DON LOPE.
Don Alonso, ¿qué hay de nni'vo?
Qüií en la voz, como en los |i;isos ,
Irupi'zuis á un mismo tiempo
Uecid , ^qué traéis? Hablad.
DOX ALO.VSO.
No <>sloy para responderos.
DON LOPE.
¿Qué intentáis?
DON ALONSO.
Hablemos claro.
Señor don Lope , yo vengo
A examinar vuestra casa,
O liieii conveu¡!ais en ello
Templada ó violentamente ,
O bien amigo ó resuelto.
Vuisiro criado me ba dicho
Que vos guardáis encubiertos
A mi hermana y á don Luis
Dehlio de este cuarto mesmo.
Y aunque yo no lo he creido.
Ni en vos tal agravio entiendo ,
Por el escrui)nlosolo
Me he determinado á verlo.
Sale AURORA á la puerta donde llam.i
don Luis.
ACROBA.
Don Luis fué quien me llamó,
Heme vestido, y ya vengo.
Pero mi hermano esta aquí;
Volveí me es fuerza ; mas quiero ,
Escuchando lo (|ue pasa.
Hacer ánimo del miedo.
(Quédase aVi.)
DOS LOPE.
Don Alonso . ¿estáis en vos?
¿Vos tan grande desacierto?
;.M:is puede en vos una ira
tiU(> puede un entendimiento?
¿Kl engaño de un cri:ido
Con mi amistad habéis pueslo
Concepto en mi obligación /
DON ALONSO.
Ya os digo que no le creo ;
Mas sea verdad ó engaño.
Déjamelo ver, supuesto
Que he venido sospechoso
V he de volver satisfecho
K.
NO l!AV AMIGO PARA AMIGO.
DO.-) LOPE. (.4/).)
¡Válgame Dios, qué he de hacer!
Yo estoy en muy grande aprieto,
Sile impido que no entre
Ks descubrirle el secreto;
Y si entra, es fuerza encontrar...
DON ALONSO.
Acabad ya, resolveos.
DON LOPE. (Ip )
A don Luis en esta cuadra ,
A Aurora en este aposento.
Si riño, saldrá don Luis;
Pero ya advierto un remedio;
El se ha de entrar á esta cuadra ,
Poríjue eslá abierta primero.
DON ALONSO.
Ea, don Lope, venid.
Que á mirarlo me resuelvo.
DÜX LOPE.
<.\p. Y supuesto que no hay nadie
Ueiilro de ella, al mismo tiempo
Que entre á verla sacaré.
Libres ya de tantos riesgos,
A don Luis desde mi cnailra,
Y á Aurora de su aposento.;
Mirad esas piezas, ea.
DON ALONSO.
Esta quiero ver primero.
(Va á mirar la cuadra en que eslá do
Luis.)
DOS LOPE. (4p.)
El entra allá, y le ha de hallar.
DON ALONSO. {Ap.)
Por Dios, que tengo un recelo.
Que es posible, y muy posible.
Que me salga verdadero:
Si dentro no hallase á nadie,
Y en tanto que yo lo veo.
Sacase á los dos don Lope
De esta cuadra, ¿no me quedo
Satisfecho y ensañado?
Pues ¿cómo, oh noble recelo.
Ya que Tie das la sospecha .
No me da industria el ingenio?
Pero ya un ardid elijo.
Con que asegurarme puedo :
No entrar dentro de ninguna.
DON LOPE.
Ea , ¿de qué estáis suspenso?
DON ALONSO.
Este es el medio mejor.
Verlo desde afuera (|uiero;
Yo os obedezco, don Lope.
{Llégase á la puerta de Estrella.)
DON LOPE. (.4/;.)
Enlenilióme el pensamiento.
;0h lo que vive un peligro!
ySlira á la puerta de Estrella, ¡/ vela
cubierta.)
DON ALONSO.
Aurora es , viven los cielos,
l.a que para su venganza
Se ha echado el manto por velo :
¿Veis don Lope?
DON LOPE.
¿Qué decís?
DON ALONSO.
Como...
DON LOPE.
Decídmelo presto.
DO.N ALONSO.
Eslá aqui.
DON LOPE.
¿Quién está aqui?
Salga (|uien... iQué es eslo, cielos
Sale ESTRELLA echnndnse el maulo.
ESTRELLA.
;Il.iy tan infeliz mujer !
DON ALONSO.
¿Habéis visto como tengo
Aun más razón que sospechas?
¿ Habéis visto como os debo
Más engaños que amistades?
AURonA. (Ap.)
Si es Estrella ¡oh viles celos!
La que coo don Luis oculta
Estaba en mi cuarto mesmo.
DON LOPE.
(.4p. ¿Aurora en aquesta cuadra?)
Don Alonso, yo no quiero
Volver por mi en este c;isn;
Mas por esta dama vuelvo.
DON ALONSO.
Yo he de llevarla.
DON LOPE.
Eso no ;
Ya eslá rompido el secreto;
Pues iiUH soy (luien la encubrí ,
Yo soy el que la defiendo.
(I'únese delante y empuño ¡a espada.)
DON ALONSO.
¿Esto es ser amigo?
DON LOPE.
Si:
¿Quién creerá que en estos riegos,
Por ser amigo leal ,
Ingrato amigo perezco?
DON ALONSO.
Aunque vos y aunque don Luis
Saliese aqui á defenderlo...
(l^iya recio este verso.)
Sale DON LUIS tfe ía cuadra de doa
Lope.
DON LtlIS.
¿Quién llama á don Luis aquí?
ESTRELLA.
¡Hay tan extraño suceso!
DON LOPE.
I Que eslo me haya sucedido!
¡Qué es esto, injurias!
DON LUIS.
¡Qué veo!
Aurora eslá aquí cubierta,
Y don Alonso resuello
Con su sangre y con mi sangre ,
Labrar querrá á un mismo tiein[io ,
Aqui una injuria precisa ,
Y allí un agravio supuesto.
Pues vuestra voz, don Alonso,
El imán fué de mi acero ,
Y pues á esta ocasión vine,
A defender me resuelvo
La inocencia de esta dama.
Como de mi sangre el duelo.
La principal es á ella.
Porque amante la venero,
Y porque la adoro firme ,
Dos en mi son los extremos.
Uno esen vos el valor.
Vuestros accidentes veo.
Pues mezclad eu vuestros daños ,
Médico del senlimienlo,
Al veneno del amor
La triaca del acero.
AURORA. (Ap.)
Que la quiere ha confesado;
Dejadme, villanos celos.
ESTRELLA (4p.)
El piensa que so; Aurora ,
Y es sin duda , que por eso
Dice que me quiere a mi.
DÜK ALONSO.
il Quien vio con uu duelo mismo
ta tres objetos distintos
Cuatro agravios manitieslos?
Vos, don Luis, me derramasteis,
O de hidrópico y sediento ,
Aqui la sangre del alma ,
Y allí la sangre del cuerpo.
Vos sois amiüO engañoso,
Si no enemigo secreto,
Y esla, que su nombre callo,
Porque el pronunciarlo temo,
Que lia de salirse mi sangre,
Purque la suja consiento.
Es la que me oleode más;
Pues para vengar sangriento
En lodus ires inis agravios ,
Por esia ofensa comienzo :
¡Uuere, ingrata 1 porque asi...
Vale á dar con la daga, y descúbrase
ESTRELLA.
Don Alonso , deteneos ,
Que aun no quiero que encubier;n
Me estéis perdiendo el respeto.
DON mis. [Ap.)
No era Aurora, vive Dios.
Don LOPE. (Ap.)
¿Estrella aqui? no lo entiendo.
AURORA. {Ap.)
Bien digo yo que es Estrella.
OOn ALONSO. (Ap.)
¡Qué torpe me considero ;
Liberiéniedel agravio.
Y be tropezado en los celos.
DON LOPE.
Pues ¿cómo vos desta suerte!
ESTRELLA.
Tiempo hay para responderos ,
Que ahora , señor don Lope,
Aunque quisiera no puedo.
DO.N LOIS. {Ap.)
Pues que no entiendo este enigui:i
Con Catar ya descubierto...
DOIt ALONSO. (Ap.)
Pues ha sanado este mal ,
Y Otra dolencia conservo...
ESTRELLA. {Ap.)
Pues que no me han dado nada ,
O de airados ó soberbios...
DON ALONSO. {Ap.)
Pues que tengo averiguados
Mis agravios y mis celos...
DON LUIS. (Ap.)
Pues don Alonso me busca,
Y estoy en tan grande aprieto...
ESTRELLA. {Ap.)
Con cumplir mi obligación.
Saldré de tantos empeños.
DON ALONSO. {Ap.)
Con derramar esta sangre ,
Estotra sangre remedio.
ESTRELLA. {Ap.)
Con decirles mis enojos.
Mi amor engañado vengo.
DON LUIS. (Ap.)
Con sólo reñir con él
Cumplo como caballero.
DON LOPE.
Ah , don Alonso, segnidme,
IJue ya se ha llegado el tiempo
CO>IF.IiI.\S tSCOGIÜAS DE DON FKANCISCO 1>E ROJAS.
AUnORA.
Habla, don Luis.
DON LUIS.
Decir !í la iiue obedezco.
En que mi palabra cumpla;
Vos, don Luis, haced lo mcsino;
Y porque nos vamos jnnlos,
Siijuiéndonos desde lejos ,
Donde fuéremos llegad.
DON ALONSO.
Salid, (|ueya os obedezco.
Yo íoy Iras vos , don Alonso.
DON LOl'E.
Quedo, no salgáis tan presto.
DON LUIS.
Puesea, salid delante.
DON LOPE.
Mi palabra cumplir debo.
Vos, Esirella, podéis iros.
Yo sabré este engaño luego. ( la
DON ALONSO.
Llegó el plazo de mis iras.
Déme mi valur aliento.
DON LlIS.
Vuj tras él.
ESTRELLA. {Dentro.)
Oye, don Luis.
DON LUIS.
I Ahora, Estrella , no puedo.
I ESTRELLA.
• Advierte...
¡ DON LUIS.
Déjame. Eslrella.
ESTRtLLA.
i ofensa...
DON LUIS.
¿En qué te ofe:
Quei
¿Quieres á Aurora''
j DON LUIS.
I Es engaño.
AURORA.
Pues si es engaño, ¿qué espero?
I Sale ki¡\W\{\ á la puerta.
Viven los cielos, traidor,
Que para matarte pienso
¡ Ue mi razón y mi agravio
; Forjar mejor instrumento.
Aurora , aunque a Estrella dij
Di, ¿qué dijiste?
AURORA.
Eso intento.
DON LUIS.
Que no te quiero...
AURORA.
Es verdad.
DON LUIS.
Vo, Señora ..
avbur*.
Dilo luego.
DON LUIS.
Quiero sólo.
AURORA.
¿A Esliella?
ESTRELLA.
¿A Aurora
DON LUIS. {.\p.)
Si una admito, otra desprecio ;
Pero es fuerza.
¿No te declaras?
AIRORA.
¿No hablas?
DON LOPE.
Don Luis, ¿qué hacéis allá adentro?
Acabad ya de salir.
DON LUIS.
Aurora, Estrella, no puedo.
Cuando el honor me provoca
Acudir al amor ciego;
Y asi , entre el amor y honor
El honor es el primero. (\ase]
ESTRELLA.
¡Que esto consienta mi enojo !
AURORA.
¡Que mi amor tenga este premio !
ESTRELLA.
A mi me estima don Luis.
AURORA.
Yo tengo el merecimiento.
ESTRELLA.
Primero amor es durable.
AURORA.
Más se estima el amor nuevo.
ESTRELLA.
Kl dirá que á mi me adora ;
Mas esla cuestión dejemos ,
A mi casa venid, donde
De mi amor con los sucesos
Conocerás tus errores.
AURORA.
Vamos , que en ella ¡irelendo
Que conozcas tus engüñus.
ESTRELLA. (.4p.)
; Ay, que temo!
AURORA. (Ap.)
i Ay, qué recelo t
ESTRELLA. (.4/).)
Que si él á Aurora encubría...
AURORA.
Que si él á Estrella ha encubierto,
yuiereá Eslrella.
ESTRELLA. (Ap.)
A Aurora eslima.
AURORA. (Ap.)
Pues diga mi desconsuelo...
ESTRELLA. (Ap.)
Pues diga mi agravio á voces...
AURORA. (.\p.)
En palabras ..
ESTRELLA. (.4p.)
En incendios...
! LAS DOS.
i Nadie crea en los hombres lisonjeros
I Que engañan amando
Y obligan fingiendo.
(Vanse las dus.)
Sale MOSCÓN con un rosario. )
MOSCÓN.
No es nada, el señor Moscón,
Porque sepan lo que pasa ,
Kslá ya en campaña rasa
A cumplir su obligación.
Envíele un bravo papel
NO HAY AMIGO PARA AMIGO.
n'oriuiidillo esta larde,
Para que en San Blas me aguarde ,
Y un relo tendido en él.
Kezar jxjr él es lor/oso ,
Pues su muerte es evidente;
Un hombre lia de ser valiente ,
Pero lia de ser muy piadoso.
El morirá mal logrado,
Y' perdonarle quisiera ,
Por(|ue esta fué la primera
Bofetada ([ue liabia dado.
Pero según la asentaba
En la parte que caia ,
Me pareció á mi que babia
Mil años que abofeteaba.
Mas dejinme que me espante
De un disparate profundo;
¡Que ha\a quién rii'ia eoel mundo
Sin una tabla delante !
Demos que á las hojas llego;
Demos también que me dan,
¿Por (|ué parte me darán
Oue no haya responso luego'/
Ello hay heridas mortales
En todas las ocasiones:
El hígado, los ríñones ,
Los muslos, los atabales.
Un corazón, dos telillas.
En la boca un paladar,
Y en el arca del cenar
Treinta varas de morcillas;
Dos sienes y dos orejas,
Cuatro lagartos después.
Dos lijos, si no son tres.
Toda una frente, dos cejas;
Una garganta vacia.
Todo un estomago abierto;
lY con ser esto tan cierto ,
Hay quien riña cada dia?
¡Oh qué hago de discurrir.
Cuando es mejor animarme!
Ahora bien, quiero ensayarme
Como tengo de reñir;
La espada quiero sacar.
{Saca la espada.)
Hé aquí <|ue estoy esperando ,
; He aqui(|ue llega Fernando,
Y yo le veo llegar.
—be esta manera , traidor,
Pagarás la bofetada.—
— iNo se la doy yo prestada.
—Pues ¿cómo ? — Dada , Señor,
A satislacer me arrojo
El duelo que en mi se halla.—
{Riñe solo.)
iBravo, valor! riñe y calla;
I — Toma, villano; — ¡ ay mi ojo! —
i Aquesto es porque no lemas,
Si en un ojo que previenes.
Que con las yemas le tienes ,
I Yo te batiré las yemas.
— Pidoleque mé perdones.
— El otro ojo has de perder.
—Sin dos ojos ¿qué he de hacer?
—Irte á rezar oraciones.
Digo que no hay que pedir,
I Ni que estarte arrodillando ,
Muere , cobarde Kernando.
Pues ¿por qué envaina la espada'
MOSCÓN.
Porque esto ya está acabado.
FEHNAMIO.
¿Con quién la pendencia fué'?
¿Con quién riñó el mentecato?
HOSCON.
Si tú no llegas , le mato.
rERXASDO.
¿Quién era el hombre?
MOSCÓN.
No sé;
Mas una cosa le digo,
Que riñó con valentía.
{Ap. Oh cómo es gran bizarría
Alabar al enemigo!)
FERNANDO.
Ea, pues, ya yo he llegado
A reñir por su papel.
MOSCÓN.
¿A quién dice usted?
FER.VAMIO.
A él.
HOSCO>.
Mire bien que viene errado.
FERNANDO.
Saque, pues, la espada ahora,
Y en sangre su acero liña.
Sale FERNANDO.
FERNANDO.
íQuién es? El ha de morir.
MOSCÓN. (.1p.)
A qué mal tiempo ha llegado.
FERNANDO.
¿Qué era aquesto?
MOSCÓN.
Señor, nada.
FERNANDO.
El un papel me escribió;
{Mira el piijicl.)
Bien claro está , vele aqui.
{Saca el papel]
MOSCÓN.
Pues ¿qué me faltara á mi ,
Si hiciera esta letra yo?
FERNANDO.
Léalo ; ¡qué aquesto veo!
MOSCÓN.
Pues ¿qué es lo que quiere ver?
FERNANDO.
Ea, ¿no empieza á leer?
MOSCÓN.
Que me place : ya le leo.
{Lee el papel.)
«Malas lenguas me han dicho que
«vuesamercedmehadailo un bofetón;
»yo no lo puedo creer de su cortesía
urnas quién podrá cerrarla boca.il vul
Bgo , si no es que vuesa merced con si
«.dadivosa mano se la tape. Üiceme mi
oamo, que si no es dándole de palos, ó
nsacándülesangre, no cumplo con
uobligacion ; á los palos no me atrevo;
• porque me parecediGculloso; sacar-
ule sangre no es fácil ; y aunque reñii
nen campaña tiene el mismo inconve-
uniente, le suplico á vuesa merced n»
•haga merced de estar esta lardea la:
ílres en la cuesta de San Blas, y per-
Kdoiiarme estos enfados , dondeVueíji
lá Dios le dé buen suceso , que yo es-
«pero en él, y después en mi, que si
1 dará. —Su mayor amigo, Moscón
FERNANDO.
¿Qué no es suyo?
I MOSCÓN.
I Señor, no.
FERNANDO.
Pues cuyo sea no sé.
MOSCÓN.
Verdad es que le noté,
Pero no le escribí yo.
FERNANDO.
Sin duda que está borracho,
¿ No le loca á él reñir?
MOSCÓN.
No,
Un muchacho le escribió;
Hiña usted con el muchacho.
FERNANDO.
En fin , hermano Moscón ,
¿A ser cobarde se Inclina?
Él es un grande gallina.
MOSCÓN.
Peor fuera ser capón.
FERNANDO.
¡Qué tenga tanto sosiego!
Estos le da mi paciencia.
{Dale áe palos.)
MOSCÓN.
No me tiente de paciencia ,
Mire usted que se lo ruego.
FERNANDO.
Yo me voy.
MOSCÓN.
No, sino no.
FEDNiNDO.
¿Que dice?
MOSCÓN.
No, Sino SÍ.
FERNANDO.
En fin, es gallina aquí. lYase.)
MOSCÓN.
Y en principio lo fui yo.
Hoy eternizo mi nombre
Con esta primera hazaña :
Si no saliera á campana,
¿Qué dijera de mi este hombre?
Ya estáis con honra , Moscón ,
Bien podéis decir y hacer :
Ahora he echado de ver
Lo que importa el corazón. {Vase)
Salen DON LUIS, DON LOPE
T DON ALONSO.
DON ALONSO.
¿Otra vez en vuestra casa?
DON LUIS.
Señor don Lope, decidnos,
¿Poríiué emboláis imprudente
De mi cólera los ülos?
DON ALONSO.
¿Sacaisnos de vuestra casa,
Y confuso y indeciso,
Olra vez á nuestro cuarto.
Nos volvéis á un tiempo miamo?
DON LOfE.
Es tan público en la corle
Que los dos sois enemigos ,
Que apenas por esa calle
Cólera y pasión indigno ,
Cuando se avivó en memoria
La ceniza del olvido;
Todos á vos por la ofensa
Y á vos por recien venido.
Os miraban tan atentos.
Que fueron á un tiempo avisos
Los ojos déla atención
Y la lengua del oido.
Pues trayéndoos á mi casa
fomo nol)lc v enmn amisn ,
Por sacaros de :u|Ui-l rifSj;o
Me ocasiono esle peligro. —
.OuñeiT
Salf OTA^EZ.
OIA.ÑKZ.
Señor, ¿qué ordenas'!
OOM LOrR.
Dime.
OTAÑEZ.
¿Qué quieres?
IK):t LOPE.
¿Se lian :i'..
Aurora y Estrella?
OTAÑEZ.
.Si.
nuN LÜPK.
¿Dúnile fueron?
OrAÑEZ.
iDiHgino
Ciie en casa de Estrella estin.
DON LOl'E.
¿Viilclas ir tú?
OTAÑEZ.
Helas >islo.
BO.>i LOPE,
Pues vele también alia.
OTAÑEZ.
Obedecerte es preciso,
Y a las dos avisaré,
C.omoaliora se ban venido
Los tres otra vez á casa. (
DO?l LOPE.
Cerrar quiero este postlyo ;
Ea , señor don Alonso,
indignad el brazo altivo:
Ya está sin rienda el deseo.
La ira con ejercicio.
Ea , don Luis , ahora es tiempo ,
Pues tan feliz babeis sido,
Que vuestra primera suene
Corra igual cou vuestro bno.
Pero antes que en esta casa ,
Donde se arguyen delitos,
A consecuencias de acero
El coral responda tibio.
Quiero saber de los dos
Si acaso liabeis presumido
Posible dolo en mi fama
O en mi amistad leve indicio.
Don ALO^SO.
Yo estoy de vos sospechoso,
Poríjue lialjiendonie escondido
A (Ion l-uis en vuestra casa ,
.M;is paifciis mi enemigo.
Que mi amigo parecéis.
DOK LOIS.
Yo también estoy corrido,
Que de una dama loméis
Por achaque el amor lino ,
Y bagáis que de dun Alonso
Me retire inadvertido ,
Y vuestra industria parezca.
Que es de mi temor asilo.
DON ALONSO.
Y siento que eu vuestro amor
Sea don Luis preferido.
DON LUIS.
Y siento que aquel afecto
l'reliera el afecto mió.
DON LOPE.
De manera , que os quejáis.
Porque como noble he visto
A vueslr.is ejeouciones
• niAS ESCOCIDAS DE DO.N ri'.ANCI.SCO
Tantos rigores indignos ,
Vos, porque al uno prefiero.
Vos, porque al otro anticipo,
Pues para satisfaceros.
Respóndeos vosotros mismos.
¿Qué obligaciones os tengo,
Don Luis? acabad , decidlo ;
Vos, don Alonso, acabad .
Yo sé que en rogirlo os sirvo ;
Obligado estoy de entrambos,
Mas si por verme remiso
Pusisteis dolo á mi amor,
O necios, ó inadvertidos.
Para que los dos quedéis ,
Sin que baya por compasivo
Quien impida á vuestras iras
La ejecución del cuchillo,
Para que solos riñáis
Segunda vez os obligo ,
Que digáis mi obligación ,
O para mavor castigo
He de reñir con los dns ,
Y ánn matarlos ofendido ,
Porque en locando en mi honor ,
' JSo hay amigo para amigo.
¡ DON LUÍS.
Lo que mandáis obedezco.
I DON ALONSO.
Yo obedeceros elijo.
I DON LUIS.
Pasando el señor Infante,
I Que guarde el cielo mil siglos ,
I Para basa en quien la fe
j Haga su cimiento lijo,
Por aquel honrado lago:
Breve golfo cristalino.
Paréntesis , que en la tierra
Lombarda se ba dividido.
Una oscura noche, en quien
Haciendo guerra á los riscos.
Entre las aguas andaba
El ábrego introducido.
Cayó don Lope en el lago.
Los marinerosaclivos
Echan cuerdjs , yo doy voces ,
Cierra el aire losoidos:
No encuentra don Lope el cabo
Entre los cristales frios ,
I Que era muy ciega la noche
j Aunque era lince el peligro.
I Determinado y piadoso
El cabo á la mano aplico ,
I Salto al agua , hallo á don Lope ,
I Piadosamente le libro:
I Subole á la barca yerto ,
De nuevo le resucito,
I V en alientos valerosos
¡ Renové los parasismos.
En Alemania después,
\ En aquel felice sitio
'■ De Norlinguen, donde fueron
' Para el más justo castigo
Déla justicia de Dios
Dos hermanos los minislros.
Seguía don Lope el alcance:
Pero su fortuna quiso ,
Que diese con una tropa
De enemigos fugitivos ;
! Los que siendo muy cobardes,
' Le hirieron tan ofendidos,
I Que el temor obra á deseo,
V es más sangriento su filo.
Que a no entender yo el suceso
I Y llegar á un tiempo mismo
Con diez hombres, de los pocos ,
Claro es que me han entendido ,
De aquellos que nunca saben
Vnlver la espalda al peligro ,
A las Dores y á las yerbas
Pagara en rojo roció.
DE ROJAS.
I Pero en llegando á ayudarle
Valerosos los rendidos.
Piadosos los perdonamos,
España tiene este vicio.
Y, en fin, quedamos á un tiempo.
Los enemigos vencidos.
Mis soldados satisfechos ,
Kelizyo, don Lope vi\o.
DON ALONSO.
Pues mandáis que la relieía.
Mi obligación os repito.
En nuestra primera infancia ,
Yo y don Lope, que es mi amigo.
Tuvimos tanta amistad,
Que juntos , siendo muy niños,
A un inslrunieuto callamos,
A un arroyo nos dormimos;
Estudio nos dio una edad,
Otra el marcial ejercicio.
Y en estotra edad , en que
O por fruto ó por aviso,
lirula en el rostro la yerba
Que regó el tiempo florido :
Siendo capitán mi padre.
Contra el holandés alti\n
Su bandera os dio, don Lope:
Mas para qué en los princíp'o.'t
Me estorbo, cuando en los iiues
Sus obligaciones libro :
Coi.tra vos me dio palabra ,
Bien que el nombre no le he dicho.
De avudarnie como noble.
V ampararme como amigo.
DON LOPE.
Vosotros dos habéis sido
Quien tomáis satisfacción.
Pues con vuestra obligación
Os habéis ya respondido;
;.Si fuerádes yo los dos.
En cuál balanza cargara?
Vo á don Alonso ajudára.
DO» ALONSO.
¡ Yo á don Luis , si fuera vos.
! DON LOPE.
, Esto mi amor aconseja.
DON ALONSO.
; Esto es bien que aconsejase.
I DON LOPE.
! ¿Luego aunque al uno ayudase,
I El otro no tendía queja?
DON LUS.
Enera necio y importuno.
DON ALONSO.
Esa es también mi opinión.
1 DON LOPE.
' Pues es mi resolución.
! DON LUIS.
: .Qué?
I DON LOPE.
No 3\udar á ninguno,
I Mi intiMilo"los dos sabed :
! Ya, don Alonso, sospecho
I Que de mi estáis satisfecho ,
I De vos os satisfaced ;
Con don Luis os dejo a(|ni ,
I Ya os he traído al efecto,
: Porque se os borre el concepto
I Que habéis tenido de mi.
' I on igual razón unida
Reñís, y aun con una suerte,
I Vos por vengar una muerle
I Vos por guardar nna vida ;
j Ea , vuestra cortesía
A vuestro valor prefiera ,
Si os abrazáis, salios fuera ,
Y reñid ron bizariia,
I cr.' «Mil vi'iil;ija no. I
Ké i|Uf.iloiro diere muerte ,
^() por más valor , por suerlc,
Ltiue, que aiiui esinTo yo.
Pues que ya levas, y pues
Tu consejo noble síí;o,
iljuieu de los dos es lu amigo?
DO:i LOPE.
Ninguno mi amigo es.
Ya quedáis solos los dos ;
Ea, sacad las espadas,
Tiraos lindas eslocadas,
No dar paso atrás, y adiós.
[Vase, y abre la puerta.)
Don ALONSO.
^Ninguno es lu amigo?
1)0:« LOPE.
Digo,
Que aunque liay lanía oliligacion,
En tocando á la opininn,
.Vo hay amigo para amigo.
(Cierralapuerta,y sacan lasespadas.)
DOX ALONSO.
Pues d»ros la muerle espero.
DOM LDIS.
Don Alonso , obrad , que es mengua,
Que hable la vo7. de la lengua ,
Teniendo lengua el acero.
DOM ALON.^O.
Digo, que muy bien deci?,
NuiiCa es cuerdo el ofendido,
(Cae don Luis en la capa.)
Por la capa habéis caído,
Levanlaos, señor don Luis.
DON LUIS.
jPor qué vuestra piedad es?
DOn ALONSO.
No consiente mi rigor ,
Que pague vueslro valor
Lo que hun hecho vuestros pies.
Sin mas vinl.ija que suene,
De Félix la muerte fué.
Pues cun ventaja , ¿|ior qué
Os tengo de dar la muerle?
DON LUIS.
Tanto me oh ligáis , por Dios ,
Que auiKpi e esta mí ofensa lucra ,
tn esta ocasión quisiera
Dejar de reñir con \üs.
Mas puesto que vuestra fué,
Y es suya la obligación,
Mirad quésalislaccion
Buscáis, que yo la daré.
DON ALOSO.
No hay satisfacción , supuesio
Que 4 don Kélix no he vengailo.
Abrelopuerta,ysa¡e DO.N LOPíí.
DON LOPE.
Las espadas han cesado ,
¡Qué! ¿estáis parados? ¿qué es esto?
bon Luis , ¿qué os ha sucedido?
DON LUIS.
La capa al brazo aplique,
Descosióse, y puse el pié.
DON LOPE.
Y ¿qué es lomas?
DON LUIS.
Que he caido.
DON LOPE.
Y saher de vos espero,
¿ijué hicisteis al tropeiar?
NO ll.\Y A.\IUiO PAIU AMICO.
DON ALONSO.
Yo, dejarle levantar.
DON LOPE.
Obráis romo caballero;
, V en cjuc os h;ibeis resumido
bieiidü tan lii/arro el hecho?
DON ALONSO.
Yo no me hallo satisfecho.
BON l.UIS.
Pues yo me IkiIIo agradecido.
Pues ¿qué llegáis a dudar?
don ALONSO.
Aquí no hay que referir.
DON LUIS.
Yo no quisiera reñir.
DON ALONSO.
Yo le quisiera matar.
DON LOPE.
Para mejor distinguirlo ,
Si no mejor declararlo,
¿ Por qué vus queréis dejarlo,
Y vos queréis proseguirlo?
DON LUIS.
Si me resuelvo en rigor ,
Y soy desagra'lerido.
Pierdo mucho en sor vencido,
Y más en ser vencedor;
El que oyere, que cai
De inrpeó de desgraciailo,
Y habiéndome perdonado
Sangrienla muerle le di.
Que habrá de decir inliiTO ,
Si á la voz de vida acudo .
Que anduve mal , pues él pudo,
Y no me mató primero.
Más lealtad y más razón
Es templar éste ardimiento.
Que no quiero venciniieiilo
Que me cueste la opinión.
1 de (
iM-dn
VISO
A quien se llega áju/p;ir,
Que yo me quise templar,
Y don Alonso no quiso ;
Mas si airado se ofendiere
Con ver la satisfacción ,
Cumpla yo mi obligación,
Y él hágalo que quisiere.
DON LOPE.
Vos , ¿qué queréis intentar
Si á este duelo salislizo?
DON ALO.NSO.
Mancha que con sangre se lii/o.
Con sangre se ha de lavar.
DON LOPE.
Que estáis engañado digo ,
Templad esta indignación,
Más castigo es el perdón
Que viene á ser el casiigo;
Kn mi opinión, yo sospecho.
Que perdonar es vencer.
Con no matarle y poder.
Quedáis mejor satisfecho.
Si dejais de ser cruel.
Si noble le perdonáis.
Cada vez que le eiicoiilrais
Os estáis vengando del ;
Que verse un hombre obligado
Y lio lo poder cumplir.
Es la muerte del vivir.
Si es discreto y es honrado;
I Y así mi consejo advierte,
I Que le diérades la herida
Muchas veces con la vida .
Y una sola con la muerte.
DON ALONSO.
Vueslro consejo he lomado ;
¿Mas don Luis ha ile conlar,
i,iue yo le pude malar
Y que yo le he perdonado?
¡ A nii. ¿c|Ui' me íiii|i(iila? pues
t;aer no (]iiila opinión ,
Que entonces mi cora/on
iSo estorba obrando en mis pies.
DON ALONSO.
Ya satisfecho se ve
De mi honor este recelo ;
¿Pero de mi amor el duelo
Cómo lo satisfaré?
De estotro duelo primero,
¿ Cómo saldremos ahora ?
Don Luis á Estrella enamora ,
Y yo por Estrella muero.
Su amigo soy; pero digo.
Que si aspira á su favor.
En tocándome al honor,
^'o hay amigo para amigo.
DON LUIS.
Pues ea , apagad ahora
Vuestra amorosa centella ,
Porque yo no quiero á Estrella.
DON ALONSO.
¿Pues á quién quieres?
i DON LUIS.
i A Aurnra.
1 DON ALONSO.
I ¿Pues cómo sabremos bien
' Lo que vuestro celo advierte?
Salen ESTRELLA t ACUOUA
ESTRELLA.
I Yo lo diré de esta suerte.
I AUBOIIA.
' Y yo lo diré también.
] ESTIIELLA.
' Que hoy Otañez me escondió
¡ En esta casa diré,
I V ([ue en ella á Aurora hallé .
I Y ella en mi sus celos vio ;
Que VOS me olvidáis aquí
I Os he venido á escuchar,
¡ Pues más razón es premiar
A el que me quisiere á mi.
I Recibid el premio ufano,
' Que granjea el merecer,
I Pues hoy os vengo á ofrecer
i Mi voluntad y mi mano.
AUROBA.
Ya mi hermano os perdonó,
Y estad, don Luis, satisfeclin,
1 Pues las paces que él ha hecho.
Quiero confirmarlas yo;
Que á mi me estimáis, es llano,
i Yqueosdió la mano vi.
Pues por mi hermano y (lor mi
Os quiero yo dar la mano.
DON LOPE.
Ya sois amigos , mas digo,
Que otro dudo habréis criado.
Que siendo un hombre cuñadu.
No hay amigo para amigo.
Sa/en MOSCÓN, KERNAMJO
Y OTAÑEZ.
MOSCÓN.
Fernando y Moscón, contentos,
V Otañez, juntos están.
Que los testigos serán
De vuestros dos casamientos.
FERNANDO.
De nuestra amistad, aquí
Respondan iiueslras dos manos.
101
«oscoi».
Somos como dos hermanos.
D0> LOPE.
¿Estás satisfecho?
■ OSCOJI.
Si.
Cuando tengo amigos buenos ,
COMEDIAS ESCOGIDAS DE DON FRANCISCO DE ROJAS.
Y que soy su amiRO ven,
Nunca lie reparado en
Un bofetón más ó menos.
AUBOBA.
Pues yo. de lo que lie enredado,
Perdón llegue i merecer.
D0.\' i.i is.
i Qué falla ahora qm." hacer?
Pedir perdón al senado.
Y 3 un viior también me obligo,
Si algo con él seremeilia;
Mas si es mala la comedia,
Ko hay amigo ¡iiira nmir/o.
CASARSE POR VENGAHSf
ÜLA.NCA. damu.
EyMQVE, iiifanU de
ROnERTO.;)«f/'-<-'*-íí.'™- Kf. r.flNDESTAI'.I.K DE
[tUlATIUN, gr/icior.'
ItOSAdRA . (tima.
SILVIA , criada.
JORNADA mUMKRA.
Seha.
Sale BLANCA.
Pardo risco de sauces coronado,
Aleijre y fértil prado,
Cor qiiieii aquella selva, esta ribera
Toilü el año es florida primavera;
Arrovuelo sonoro.
Vihuela de cristal con trastes de oro,
Que huyendo de esa fuente
Apre^urado al mar, tan imprudente.
Dejas lie esa campaña el azul laso,
Oue jun no es lu Oriente, cuando ya
[es tu ocaso;
Sabed (si os enternece cuanto lloro)
t)ue á Enrique, infante de Sicilia, ailo-
Arpadas y sonoras, dulces aves, [ro.
Que cantando suaves ,
Klores con voz os juzga ese elemento,
O copos que ha llovido el sol al vienln;
Sabed (si os enternece cuan'o lloro)
yue a Enrique, ¡ufante de Sicilia, adn-
Sale ENRIQUE por otra puerta.
EJIBIODE.
Monte Olimpo cniinenie ,
Tú ,|ue al cielo te pones frente á fren
Y dándole desmayos, [te
Mend igo, en resplandor le bebes rajos.
Vidrieras del sol , nubes , ofensas
Üel viril celestial , (lue á trechos den-
Para eclipsar la luz al claro dia [sas,
Chupáis humores a la tierra fria ;
Sülu'.l (si os enternece euiiito Moro)
Que a lllanca, fénix de Sicilia, adoro
Arbiiles matizados de colores,
Verde muría, alta hiedra, humildes
liosqiie alepre y sombrío, [llares.
Tesorero que (('uardas el rocío [rora;
Que en perlas le entregó la blanca Au-
V al dar cuenta la paga se mejora ,
Pues si en letras de aljófar li ha li-
[br,1d..
En plata se lo pagas á este prado ;
Sabed isi os enternece cuanto lloro)
Queá blanca, fénix de Sicilia, adoiu.
BI.A^CA.
En hora buena , Señor ,
Noble liif.inte, dulce hechizo
be un alma en quien lirme muero,
l'eun (lecho en quien roca vivo,
Seasvehido i mis ojos;
Qee estoy tan poco conmigo
Cnando en los tuyos no estoy.
Que si me busco, es preciso
O en li mismo hallarme »o
O que me halles en ti mismo.
Que porque sé que mequieies,
A quererte más me animo;
Y aun no sé a cual quiero más
De los dos , pues necesito
De elección en la igualdad.
Que estando los dos unidos,
Vo en li , como prenda tuya.
Tú en mi , como cielo mió.
No sé si he de querer más ,
Suspenso , amante y remiso ,
O á mi porque tú me quieres,
O á ti, porque á ti me inclino.
Dejemos los argumentos,
V los discursos prnlijos ,
Pues no digo cuanto siento.
Aunque cuanto alcanzo digo ;
En aquesta quinta hermosa
IJue alinda al mar cristalino ,
V con las nubes soberbias
Frisan sus techos pajizos.
Nos hemos criado juntos,
Porque el Rey , tu hermano invictn
le aborreció por decretos
tjue observan los astros limpios.
Mi padre, Roberto, aquí
Te ha criado como á hijo ,
V desde nuestras niñeces
Parece que nos leímos
Las almas , pues tan conformes
Amantes hemos vivido,
Que siendo iguales en lodo.
En el campo parecimos
Dos flores ipie de una mala
Despliega el fresco rocío.
Va, pues, creciendo la edad.
Crecieron los albedrio»,
V como en distintos cuartos
Estamos los dos, rompimos
Esta pared para vernos;
V está cou tal artilicio
Dispuesta, y tan bien trazaiU).
Que no ha de haber, imagino ,
Por la destreza del arte.
Imaginación ni indicio
De qucpodamosabrirla
Como si fuera un postigo;
Porque aunque esta por defuei»
lilanqueada, la dispusimos
De manera por de dentro.
Que de este jardín florido
De noche á mi cuarto pasas
Por ella ; pero no ha habido
Niebla que pueda turbar
Las luces del honor mió.
En efecto, ilustre Infante,
Hoy tanto en tu amor confio ,
Que (|uíerü(pui'S que mi padre
Está en Palerino. y le obligo
Amante como yo misma)
()\ie te desposes conmigo ,
Piie.« si en sangre no te excedo.
Que no me excedes colijo;
La ocasión se nos ofrece,
I Tú me quieres, yo le obligo.
Tú me estimas, yo te adoro.
Tú me adoras , yo te imito.
Rompamos dificultades ,
Alropellemos peligros.
Yo cumpliré con mi amor.
Tú conmigo habrás cumplido.
Mas si confuso le apartas ,
Si le disculpas remiso ,
H.'ibré pensado inconstante.
Recelosa habré temido.
Que son falsos tus requiebros ,
Que ha sido lu amor fingido.
Basiliscos tus razones,
Y tus lisonjas hechizos.
Mira , pues, qué me respondes
Mi vida dejo á tu arbitrio,
1) ccrrespóndeme, ingrato,
O admíteme agradecido.
ENRIQUE.
Ofensa, masque lisonja.
Agravio, masque amor fino.
Poca fe, mas que firmeza.
De lus razones colijo ;
¿Tú dudas, tú te confundes.
Cuando conoces que he sido
En quererle más constante
Que aquel empinado risco.
Que hecho puntal de diamaiile
Sustenta á esos epiciclos?
¿Para qué quieres que ausente
Tu padre intente delitos.
Que en el achaque de honor
Pueden parecer peligros?
Hoy vendrá ya de Palernio,
Y al mismo instante imagino
Pedirle: Mil le receles.
iifianz
;.nilir|r .\r, r, lili, l|0 (lUcdO
Ser señor de mi nlbedrio'í
¿Cómo he de adorarte siemjire?
¿Cómo constante y activo.
Si Fénix muero en tus rayos ,
Salamandra resucito?
Pues oye en breves progresos
Conceptos bien enlemiidos.
Produce la primavera.
Tal vez en un sitio mismo ,
Dos flores, y allí veras.
Que argentadas del roclo
Que en perlas viste la aurora ,
Va creciendo al paso mismo
La una fl>rcon la otra flor,
Y desplegando el capillo
Con voz de olor se saluda ,
Y abriendo el cogollo lino
Tanto en la m.itu se enreda.
Que parece que lian nacido
A hacer dulce maridaje
En tejidos laberintos
Mas si la una flor se muere
Dando al aire parasismos.
Parece que la olraflor.
IU4 COMtDlAS KSCOGIDAS DK DON KliANClSCO
bel dolor de liaSjer perdido
Su semejanle ú su amante.
Si antes fué al campo florido
Azucena de las rosas ,
Yace desmayado lirio.
Los dos, pues, somos dos flores,
Qae habiendo juntas crecido ,
Kra fuerza que faltando
Por accidentes precisos
t'na de las dos , muriera
La otra flor ; y asi entendido
Que á faltarme tú en el campo
Donde fragantes vivimos,
Habia de morir yo
Desesperado y corrido.
Y si asi puedo tener
Almas que á tu amor dedico ,
i Cómo liabia de aparlarmc
Ue tus rayos sensitivos.
Si cuando con ellos muero
Flor en ellos me habilito 1
Y asi , faltándome aquella
Que pudo crecer conmigo ,
tVo cumpliera con la fe
Qne debo á tus benelicios
Si al compás que flor has niuerlo
No vengo á morir contigo.
BLAXCA.
¡Ah, Enrique! desigualdades
Suelen padecer peligros;
Yo (auni|ue en sangre no me excodes)
Soy, cuando á igualarte aspiro,
Parto errante de esta selva ,
Aborto inútil de un risco ;
Tú, hermano de un rey, que alíenles
A reinar , pues no ha tenido
En veinte años de casado
Itamas de su tronco altivo;
Y aun(|ue el Rey puede nombrar
Por heredero á un sobrino,
Está enfermo , y es su hermano,
Y ha de admitirle propicio ,
Que en los gustos y en las niuei les
Se acaban los enemigos,
Y suelen con los esiados
Mudarse los albedrios.
¿ No ves entregarse al mar
Aquel rio fugitivo.
Que hace golfo esa ribera.
Tan soberbio, tan allivo,
Que duda el rio si es mar ,
O duda la mar si es lio?
Pues vo le conoci arruvo,
Tan humilde y abiitido
Que le atajábala muría
Los pasos á su destino.
Y hoy, soberbioy arrogante.
Monstruo de nie>e \esiKlu,
Lleva á saco las campañas,
Burlándose de lo mismo
Que ánles le atajó los pasos
A su primer precipicio.
Mira aquel batel alado
Que hecho hipogrifo marino ,
Olvida azules campañas,
l)e los vientos impelido;
Pues yo le vi zozobrando
Ocultarse en el abismo ,
Y ya del viento ayudado.
Vuela grave y corre allivo.
Pues si un arroyo creciendo
Se olvida de su principio,
Y si una barquilla frágil
Burla los salobres riscos,
Uno con plantas de nieve
Y otrocoQ alas de lino,
Claro está (|ue he de temer ,
Cuando tus pisadas sigo .
Que con mudanza del tiempo
Batel corras, \Helcs rio.
[ ENniQUE.
I.a respuesta escucha, Blanca ;
fero tu padre ha venido.
' BLANCA.
Irme quiero.
; EMllQUE.
! ¿Para qué?
Pues tu padre no ha entendido
De nuestro amor las ünezas,
.Ni eu crédito ni en indicios.
Sa/e ROBEIíTO.
1 ROIKRTO.
¿Hijo, Enrique' ¿Blanca mia?
ni.ANCA.
1 ¿Señor»
I EvmoiiE.
Hoy mi gloria en)p!C7a.
I BOOIRTO.
Vengo con mucha tristeza
Ue traer mucha alegría;
A un tiempo para los dos,
' .No sé si vengo á contar,
I (I |)aia lu fe un pesar ,
! O un contento para vos.
Sabed que...
ENRIQUE.
No prosigáis ,
Porque es imposible haber
Asegurado un placer
SI una pena aseguráis;
Que si yo gozo el contento,
Aunque la pena llevéis,
.*é que el contento tendréis ;
Y, al contrario, también sienlu.
Que si vos tenéis pesar,
Aunque yo tenga el contento,
Será tal el senlimienlo
he veros á vos penar ,
Que entre amorosos trasuntos ,
(^oino tanto nos queremos,
O los dos , gozos tendremos ,
' O los dos , pes. res juntos.
I ROBERTO.
Ksoes imposible ser;
Y para argüir mejor.
Sabed, que nace el dolor
De que os tengo de perder.
Y, en lin, como os he criado,
Y en mi casa habéis vivido ,
Sabe Amor cuánio he sentido
Vuestra ausencia y mi cuidado.
Porque es de mis caua.? ley ,
El contento en vos es llano,
Y es que murió vuestro hermano,
Que heredasteis y sois rjey ;
Vuestros pies, Señor, me "dad .
{üe rodillas.)
Y mi humildad no os espante ,
Que ánles os miraba Infame
Y agora os miro deidad.
ENRIQUE.
Roberto, á mis nobles lazos
Subid , como padre mió.
Pues demias de mi albedrio
Quiero pagar con .nls brazos ;
Mas quiero que vos reinéis ,
Principe, en mi voluntad.
Que la imperial majestad
Oel reino que me ofrecéis.
Este reino es délos dos,
Y hoy en tal alio lugar
He de dejar de reinar.
Porque reinéis solo vos ;
Dadme agora ese papel.
(Haya una carleta con recomió de es-
cribir sobre un bufete, ij dásele lti>-
berlo. Firma Enrique, ;/ du la firma
eu blanco á Blanca.)
¿Qu
r.OBERTO.
intentáis?
ENRIQUE.
Culero empezar
A agradecer y payar
Jléillosdeun pedio Bel:
Aqiiesa lirma lomad,
Blanca hermosa , cuanto Soy
Kn siete letras os doy;
En mi albediio niandad.
BLANCA.
Yo os agradezco el favor,
V puesto que mi albedrio
No puede llamarse mió,
A mi padre y mi señor
La doy con vuestra licencia ,
Que no es bien en mis favores.
Cuando él sobra á darme honores
I Que falte vo a su obediencia
I (üale ¡llanca la firma ¡i su ¡¡adre.)
ROBERTO.
Tufey tu amorse conlirma,
V pueslo que me la das,
lilanca mia , tú verás
Lo que importa aquesta firma;
V vuestra Alteza podrá.
Antes que el so! vuelque el coche.
Ir á Palermo esta noche ,
Que pues media legua está
Desla humilde casería,
Itien es con vuestro arrebol,
Que si ayer le dejó el sol
Hoy en vos le sal^a el dia.
Ya lodo lo noble viene,
Aunque yo me he adelantado ,
Que alas me presló el cuidado ,
Y pues de su parte tiene
Lo noble con lo vulgar,
Sal;;a con méritos lales
A dar honra á los leales,
Kayos á lo popular.
ENRIQUE.
Id, pues, que yo partiré.
ROBERTO. [Ap.)
Hoy mi lealtad se conlirma ,
Que pues llevo a(|uesla lirma
Kn blanco, inlenlar podré
Con tan nuevo pensamiento,
Aunque él lo quiera impedir,
Lo que su hermano al morir
Mandó por su testamento (Vesí.)
{Llore Blanca.)
E.XRIQUE.
¿Vos con lágrimas , Señora ,
Siendo mi gloria precisa?
Aunque lágrimas de risa
Suele verter el aurora.
Mas puesto que el alma ignora
La causa , saber querría
Dudosa mi l'mtasia.
Cuándo con Maulo me habláis ,
Si las perlas que arrojáis
S»n de pena ó alegría?
BLANCA.
Cuando vida y muerte siento
Llevada de uña Ilusión
No sé si de pena son,
O si fueron de contenió.
Ya mis recelos consiento,
Y ya se alegra mi amor,
Y asi enire amor y temor,
Dudo vuestra, y temo mia,
Si las guardo á'mi alegria
Olas debo á mi dolor.
ENRICUE.
Oye , pues quiero probar.
Pues le llego á conocer,
One estas perlas han de ser
Nacidas de lu pesar.
I iiji.iiw procede el llurar
be jl^iiii ^ra\ e semimienlo,
Esevidenu-ar^'umem»
(Si iiMM'niiriidi.'^i'Oiiioescncli;is)
Dui' s,.Ii-ii, si es|ieii:i iiiiicl];is ,
PrTu (lucas , sí es conlciuo.
Natuuil es la razón ,
(.)iie en un nial acreililndo,
Vitiidnse el pechuapreudo
I a- . \|iLde el Cüra/.uii;
Mi -I il.- alegría son ,
I 11 :. i>i3 el alma espaciosa,
r r ludas partes rebosa
Las ljt;iimas en despojos,
Y asi se sale á los ojos
La i|iie fué perla á serrosa.
Pongamos, para enseñarle,
Ai^'uii a^jua en esta mano;
Cierra la mano, y es llano
Que saldiá por esta parle;
Mas ábrela y se reparte
Tulla el aí;ua por la palma,
Y así saco en esta calina
De aijuesta misma razón ,
Que lijy pena , si n.uclias son,
Si pocas , {¡1)7.0 del alma.
Tú, (mes , si el llanto consientes
Cuando argüir me p^u^oco,
A ser el llanto más puco ,
Dijeras gustos presentes;
Lluras mucho j mucho sientes,
Lue¡ío podré imaginar
En lu eunlinuo anhelar,
l'.>r ividenle argumento
Ciu' a ser poco era contento,
^ siendo mucho es pesar.
BLANCA.
En mis prolijos dolores,
Confesar es justa ley.
Que aun nu empezáis á ser rey
Cuando empiezan mistemures;
Penas, recelos, rigores
Tienen mí picho alterado
Viéndoos en tan alto grado;
Por(|ne puede ser. Señor,
QiH >e mude vuestro amor,
l'iir- se muda vuestro estado.
N -I iii' de feriar á precio
lir lili olvido dolor tanto,
,Mii. laine yo de mi llanto
\ nu lie vuestro desprecio:
pur pie más constante precio
CiKiiido el rigor me convida ,
"^i li.' de mirarme ofendida
K' '111 dañoyvuesira suerte,
I i: I :i[iresurada muerte
'^¡r- una ddatada vida.
F.NR1Í3ÜE.
, I ij (Indar y tú temer?
I -lípirar y senlir?
r I . i.-iiebe'el vivir.
Si U' d:is al parecer.
1 11 i-|.oso tengo de ser,
Kii l'aleimo quiero nlano
Si en secreto te di el alma ,
Darte en público la mano.
Allá te espero, Señora,
Yo me (juiero adelanlar,
No tienes que recelar.
Lagrimas reprime, aurora;
Diin sabes lú que nasla agora
lisiante ni amoroso,
>i>u milagroso
iiilo de cristal;
i -ijcele yo en señal
{Tómale unan
l)e que hoy he de ser tu espuso.
Aquella lírma que di
l''ué(pucsnii estado le altera),
CASAliSE l'OU VENGAlíSE.
Para que tu amor hiciera
1.0 (|Ue quisiese de mi.
Queda adiós , tuyo he de ser.
BLANCA.
Vo amante y agradecida
le ülre/.co , ¡ es poco una \ ¡da
l'ara poderla ulrecerl
I EMtIUUE.
Mundos quisiera tener.
BLA.N'CA.
Almas yo.
ENRIQOE.
I Yo sentimientos.
I BLANCA.
1 ..Te vas, en Da t
ENHIQI'E.
I ¡Qué tormentos!
I A aguardarte voy.
BLANCA.
I Yo iré ;
¡"ero aguárdate, porciue
Hablando, mis pensamientos
I lie dicen en mi dolor...
ENRIIIIIE.
; ¿Qué tienesf di, ¿iiué qu;sieias?
] BLANCA.
.Vo quisiera que te fueras.
¡ ENRIQUE.
I ¿Qué sientes, blanca»
I BLANCA.
Un temor.
ENRlUllL.
I !:iernoserá mi amor.
1 BLANCA.
' l'irme seré.
I ENRIQUE.
Yo constante.
, lluca soy.
BLANCA.
Asideluamorloinliero;
¿.ünün.iré?
ENRIQUE.
Allá le espero.
BLANCA.
•Soy tu esposa.
ENRIQUE.
Y yo tu amante.
(Vanse.)
Salen EL CONüICSTABLE
V CUATIiIN.
CONDESTABLE.
¿No dejarás. Cuatrín , tus disparate^'
cuatrín. [[(.j^
,,No quieres que me admiren tus dísla-
Pues parece, según estás suspenso ,
Huese te llega el plazo de algún censu:
¿Hoy que al Rey, que es del muiili
[nuevo espanto
Kn Sicilia le espera noble tanto ,
Te sales de con ellos , y en palacio
reentras állorarpenastan de espacio'
CONDKSTABLE.
Aquí esperarle quiero ; [muero 1
;Ay, Blanca hermosa, por tus Süle>
CUATRÍN.
Pon tus potencias y tu vida en salvo:
Ven acá, dime, ¿empiezas á ser calvo';
Que esta era triste suerte,
V tanto mal se advierte
IOj
Kn un calvino que se ve pelado.
Que pesante de estar calaverado,
No hallando lo esmaltado de la pieza.
Piensa que se le muere la cabeza.
CONOESTAULE.
Cualquiera mal lomara
Como aqueste volcan no me abrasara.
CUATRÍN.
¿Que calvo ser tomaras? mal intento;
Oveme de los calvos este cuento.
Contra el dios Bacocometio un pecado
La mona; pero liaconiuy airado.
Desde su trono, donde liionas salva.
La mona condenó á que fuese calva ;
Mas apeló la mona la sentencia
Al dios Júpiter, y él con más clemericia
Licencia dio á la mona que pusiera
l.a calva en cuaUíuier parte que «lui-
[siera;
Mas ella , la senleiieia conlirmada ,
LlainandoM' niii / \ 'i I. diada.
Tanto en MI lili ■■ airopella.
Que iba bu- . < i i i Ir ponelia;
Y, en fin, pni ¡un, i-., i,, .■„ la frente
La puso en el liiijar mas iiidecenle.
(Considera tú , pues, repara ahora ,
Que el castigo en la mona se mejora.
Pues lo que el calvo trae en la mollera,
La mona lo trae puesto en la trasera.
CONDESTABLE. [dado !
¡ Ay, Cuatrín, que me muero de un cui-
cuATRiN. [gado;
Parece que has perdido y que has ju-
Mas cuéiilame tu mal y tu tragedia ,
En ley de buen galán de la cumedia
Queliabla con su lacayo en mucho se-
CONDESTAHLE, L='0-
¿Sabrás darme un consejo ?
CUATKIN.
Di el suceso.
CONDESTABLE.
Délos lazos de amor desengañado .
Por la verde Iragaucia de esie prado.
Matiz que dibujo la loiinavera
Por pintar de esmeralda esa ribera.
Llegaba yo a un airoyocrislalino
.-íedienlo del calor: el labio inclino
Al corriente, que aljófar se desata ,
Y apenas bebo un rayo de su plata.
Cuando , sin que del agua me^levante.
Miro venir por el arrovo un guante.
Sacóle entonces del corriente puro ,
Y por breves discursos conjeturo
iCuando á lograrle en los crisialesilia.
Que su dueño ({uedaba más arriba.
Subo, pues, por la orilla, (|iieargentada
Era vena de piala deslilaila ;
Dejóme gobernar del pensamiento,
Y á pocos pasos ruido de agua sienlo.
Voy dudando un discurso de relamas
Y encobróme en lo espeso de las ra-
imas.
Suelto la vista y miro entre la arena
Lina mujer en traje de Sirena :
Vida del campo, de las llores muerte.
Lavábase la cara desla suerte.
Sentada en las orillas.
Se quilo de los brazos dos manillas,
Unos anillos luego,
Y tocando en el agua, tocó á fuego :
El arroyo, que hablaba
Con lengua de cristal, que murmuraba
De afrenta de mirar tanta blancura.
La dijo : «Aunque me venza tu liermn-
Pues que tu blanca mano á mi se alre-
La pienso derretir toda la nieve.» [ve,
liró las mangas de los blancos brazos.
ICO
l'iusclosal arroyo, y iliúle abrazos;
Ln sangre que eii sus venas se inquie-
[lülia,
Tan gozosa en los lirazosse mosiraba,
Üue mirándola inqulfla parecía
Que por gozarlos lodos los corría.
Llegó el agua á la cara y á los ojos , i
Cególa su cristal, y dióla enojos ;
Mas el arroyo , que la vio burlada,
De sus mismos crislales salpicada ,
Aunque al mar caminaba tan aprisa, \
Por verla airada se paró de risa.
Pero estando sus ojos disfrazados
Casi con los crislales eclipsados , I
Oue eran el agua y ojos advirtieras , i
Ellos soles y agua las vidrieras. i
La nariz , que al cristal daba despojos,
Metió paz en la guerra de sus ojos ,
Porque a no estar en medio , en dulce
[riña , ¡
Los dos se dieran muerte niña á niña i
Su boca entonces, clavellina breve,
A puro carmes! bordó la nieve , I
Siendo al llegar su labio a la corriente,
Una guija de alfójar cada diente;
Un hoyo entre la barba se escondía, i
Que una gola del agua consentía ,
Y tanto, que admirado dudé al verla |
Si en su distrito se cuajaba perla;
Sacó las manos del arroyo iguales
Y sacudió crislales de cristales.
Levantóse del suelo airosamente.
Sacó un cendal de nieve trasparente
Que en la manga traía ,
Púsole al rostro y anublóse el día ;
Y enjugándose el cielo de diamante ,
Tan equivoco est;iba en su semblante,
Que no siendo matices, ni bien llores.
Se anduvieron buscando sus colores.
Pero enseñando sus luceros bellos.
No me bailé en todo yo , que estaba
[en ellos,
Pues con haberme entonces escondi-
CO.MKDIAS KSCOÜIDAS DE ÜO.N Fn.ViNCiSC.O ÜE l!OJ A.S.
[do
Aun sin mirarme me dejó rendido
¿No suele cazador confuso y ciego [go,
El plomo disparar que hostiga el fne-
(Jue habiéndole á los aires di.«parado,
Acierta sin saber donde ha tirado?
Asi arrojando flechas de sus ojos.
De esta hermosa deidad nuevos des-
[pojos,
Libres alas de amor, del sol donaire.
Pensando vincularlas en el aire, [lo.
En mi, que estaba entonces encubier-
Lo contingente fué preciso acierto.
Aurora deja aljófar cuanto pinta; [ta;
Vo la sigo , ella se enlra en una quin-
Sé que es su nombre Blanca, sé su
[fama ,
Que es hija de Roberto , amor me lla-
[ma.
Cierro el labio, dejando el pecho abier-
[10,
Temo que he de morir de no haber
[muerto;
Su rostro miro, adoro su belleza ,
llizose amor en mi naturaleza.
Husco á su pailre, digole mi intento,
Prométeme á su hija en casamiento;
Pues que soy en Sicilia condest;il)le,
Escuchóle amoroso , admito amable;
Quedo contento, larda esta esperanza,
Temo cobarde, dudoolra mudanza,
Quieróla amante, esperóla remiso.
Es fuerte mi dolor, mi amor pieciso.
Su padre no ha venido , yo le espero.
Muere el Rey, de mi dicha desespero.
El infante le hereda, es su privado,
Mnere mi gusto, vive mi cuidado;
Aqueste es mi tormento, [siento
Cl'ATRIM.
I.a relación suspende y mnravilla ,
(,)ue lleva al acabar su carretilla.
(Huido.)
CONDESTABLE.
¿Qué alboroto es aqueste?
Que ha llegado [dado,
El hermano del Rey, que le ha here-
Y entra ahora en Palermo, según ve-
COSDESTABLE. [niOS.
A este lado. Cuatrín , nos apartemos.
Salen ROBERTO, ROSAUliA , ENRI-
QUE, resíído df negro, tj acomp\\a-
miento; saca Roberto lu firma di' ¡a
mano.
I ROnKRTO.
Generoso rev Enrique,
I De cuyo valiente pecho
' Se retrata lo invencible ,
Se origina lo discreto.
j ¿Conocéis aquesta dama?
ENmODE.
I Sí la conozco, y respi'io
¡ l>or prima mia. y también
I Sé que ha estado mucho tiempo
Fuera de aqni.
ROBERTO.
Pues dareísme
Cíen merecido silencio.
Iiugero . rey de Sicilia,
Vuestro hermano, que en el cielo
í'isa estrados de diamantes
Cortesano de otro imperio,
Por su testamento deja
A Enrique por su heredero.
Porque nunca tuvo hijos
i'anias de su tronco réjío.
Manda también que se case
(Asi lo deja dispuesto)
Con Rosaura , prima suya ,
Antes de lomar el cetro.
Y de no querer casarse
Ni obedecer sus preceptos ,
Manda, que este reino pase
Al segundo hermano vuestro ,
Que esta en Mesina; pues e^í
Costumbre , que si muriendo
El rey no tuviere hijos.
Pueda , conforme á los fueros ,
Nombrar el rey un pariente.
El que quisiere. Yo, viendo
Que dejais á mi elección
Cosas de tan grave peso ,
Hoy he avisado á Rosaura ,
Vuestra prima , que, sabiendo
El suceso por mis cartas.
Se puso en camino lué.tjo,
Y ha llegado á aqueste instante;
Pero don Enrique viendo
Lo que con Rosaura gana.
Como obediente ha dispuesto
«'.asarse ahora con ella ,
Por este consentimiento
Oe su lirma, queme ha dado
Para ello.
ENRIQIE.
¡Válgame el ciclo I
ROBERTO.
Y la Reina, mi señoia,
A sn tiü obedeciendo,
Al lado de aquesta firma
I.a suya también ha puesto ;
Aquestas son las ilns lirmas
De los dos, y asi al nionienlo
La podéis vos dar la niano,
Uira si mucho siento, aunque más Que goces siglos cteruu£.
EKRIQl'E.
Mirad , Roberto , que yo...
ROUERTO.
Vuestra Alteza ha sido el mesnio
Que aquesta lirma me dio ,
Y aqueste consentimieuto,
Y la Reina lo permite.
ROSAURA.
Y para obligaros, quiero
Ser la primera que os bese
Vuestra mano. (Arroililtj: r
ENRIQUE.
Alzad del suelo.
Pues yo vuestro esclavo soy,
Y más amante que dueño ;
Roberto, escuchad.
ROBERTO.
Señor...
ENRIQIÍE. (\p.)
En nuevos Etnas me enciendo,
Ksto se ha de deshacer.
Pues sin mi gusto se ba hecho.
I ROBERTO. (Ap. á Enrique.)
I Vuestra Majestad advierta.
Que se ha de quedar sin reino ,
Que asi el muerto Rey lo ordena ;
i V si algo á vuestro amor debo ,
Os suplico no rompáis
Los soberanos decretos ,
Que aunque vuestra lirma fuese
Para mi hija , sospecho
Mué con Rosaura os casara ;
Pues de tan noble me precio
Que á mi Rey obedeciera
i Siempre leal, siempre cuerdo.
j Y mirad que está empeñada
Rosaura, y que nacen riesgos ,
Y que ha venido á casarse ,
Y que es muy grande el empeño ,
Que ha de volverse corrida ,
Y vos perderéis el cetro,
Y ella se vendrá á casar
I Con vuestro hermano, supuesto
Que hereda si no aceptáis.
ENRIQIE.
;0h , nunca! ¡oh , nunca! Rolierto.
I Os diera la lirma en blanco.
(Ap. ¿Qué haré? Mas si aquí la dejo,
Gano á Blanca, á quien adoro,
Y si Blanca, el reino pierdo;
Ofenderáse Rosaura,
Conjurarase Palermo,
V, en efecto, he de perderme.
¡Aquí de mis sentimientos !
¿Qué he de hacer en este caso,
Que si agora no obedezco
Mi honor corre riesgo aquí?
Y si lo hago, es mayor riesgo :
Amor, honor me confunden.
Mus, ¿qué dudii'í Mas, ¿qué temo?
Válgame la industria aqui;
Yo disimulo, y convengo
En ello, que mientras viene
La dispensación, intento,
Conjurando mis vasallos,
Tenerlo lodo desecho.
Esta noche veréá Blanca,
Pues por el roto secreto
Oe la rompida pared
Me ofrece ocasión el cielo;
Y, en lin . lia de ser mi esposa.)
Tomad, Rosaura, el asiento.
{Ateníanse.)
ROSAURA. {.Ap.)
Con el semillante me dice
Aun mis de lo que sospecho.
ENRIQUE.
,Qué de penas °s un mal !
ROSACRA.
, Que de males es un yerro!
ENRIQCE.
Rolurto, haced que se traiga
La diípiMisacion , que (juiero
Desposarme con Rosaura.
ROSAURA.
Mil años os guarde el cielo.
ROBERTO.
Vo I - i'bedezco, Señor;
Y lus í;r;iiides por sus puestos
Os ¡Hieren dar la obediencia
Como es de Sicilia fuero.
CONDESTABLE.
{Ap. ^ a es Enrique rey, y ya
Ha mandado el rey Rugero
Que reine con él Rosaura:
Sabe el cielo que lo siento,
Porque don Pedro, su hermano,
Es mi amigo ; mas supuesto
yue es menor, y no se pueden
Romper del rey los secretos;
Pues es fuerza obedecer,
A besar su mano llego.)
Siglos cuente vuestra Alteza ,
Rey del siciliano imperio,
Las edades os aguarden ,
Y en el polo contrapuesto
Rey de dos mundos os cante
La fama en acordes ecos.
ENRIQUE.
[Ap. Este pienso que es amigo
Muy intimo de don Pedro,
Mi hermano, que está en Mesina ,
Y es forzoso, según creo,
Para el intento que sigo,
Asasjjarle discreto;
Pue> ser puede que á mi hermauo
A\u.le si no obedezco.)
Condestable de Sicilia,
Primo y amigo, ya veo
Servicios que reconozco
Y afectos que considero ;
Pedid qué yo os pueda dar.
CO.NDESTABLE.
bi tantas honras merezco.
Pido i|ue me deis, Señor,
A Uijiica , hija de Roberto,
Pues su padre lo consiente.
ENRIQUE.
Cien esto. {Áp. ¡Valedme cielos!)
CONDESTABLE.
Digo í|ue su padre gusta
Que yo sea...
ENRIQUE.
Ya OS entiendo.
Mi mayordomo mayor
Os ha^o, y haced que luego
Se prevenga, como es justo.
En Sicilia el juramento.
Id, pues.
CONDESTABLE.
Voy á obedecer.
(.4p. ¡Qué enigmas son lasque advierto')
CUATRÍN.
(Ap. Al Rey quiero dar un jaque;
Mas sabe Dios que le temo.
Pues por la boca y los ojos
Esta arrojando tudescos.)
Vuestra Alteza dé á Cuatrín
De la caja de los dedos
A besar su menor callo.
ENRIQUE.
¿Quién sois?
CUATRÍN.
Indigno escudero
Oe un arenque de mi amo;
CASARSE POR VENGARSE.
Digo, un rocin , que es compuesto
De pescado y de cecina
Por lo magro y por lo seco.
ENRIQUE.
liuen humor.
cuatrín.
No soy casado.
ENRIQUE.
,Ni lo seréis?
cuatrín.
Ni he de serlo.
ENRIQUE.
¿Quiéreos mucho el Condestable?
cuatrín.
Soy un secretario lego
Con quien sus secretos parte,
Pero nunca sus dineros;
Porque destos no he sabido
M públicos ni secretos.
ENRIQUE.
En efecto, ¿qué queréis?
cuatrín.
V pediros sólo vengo
.Mandéis que de vuestra parte,
üé un recaudo al tesorero,
Que aunque me llaman Cuatrín,
Que es moneda destos reinos,
Con ser moneda mi nombre
Ni un solo mi nombre tengo.
Decid que (
CUA
Mandad más, porque supuesto
Que los ciento no han de darme ,
eáser en vos defeto
Mandar ciento y no cien mil ,
V vos cumpliréis con esto
A ley de rey generoso;
Y yo llevaré el consuelo
Que me mandaron cien mil
Ya que no me dan los ciento
ENRIQUE.
¿Qué ruido es este?
ROBERTO.
Es mi hija ,
Que ba tardado desde el tiempo
Que yo la he enviado á llamar.
(Vfl.i
Produzca claros renuevos ,
Y gocéis á vuestro esposo
Los años de mi deseo.
ROSAURA.
Doña Blanca , como es justo
Agradezco vuestro celo.
BLANCA.
Y á vos el cielo (.Xp. ; Ah traidor !),
Señor del alarbe imperio
Os llame (Ap. lAhcruelI ah falso!),
Y los sicilianos vuestros
(.Ap. Os den la muerte), atrevidos,
Postren mundos á ese cetro.
(.4/). Que me llevan mis dolores.)
ENRIQUE. (,lp.)
Que me lleva mi tormento.
BLANCA. (Ap.)
; Que esto sufro !
ENRIQUE, (.Ap.)
¡Que esto callo!
BLANCA.
Mucho al sufrimiento debo.
Que fuera bien , gran Señor,
Que vuesa Alteza...
ENRIQUE.
Ya veo
Que es razón pagar servicios
Que he debido al pecho vuestro.
' ROBERTO. (.Ap.)
; El Rey confuso, ella liisle!
: Esta noche, vive el cielo,
La he de casar con el Conde
I En ¡a quinta. Honor, teneos.
ENRIQUE.
; El Condestable ha pedido
I Vuestra mano.
BLANCA. (Ap.)
¡ Esto consiento !
I ENRIQUE.
¿Qué decís?
I BLANCA.
Que yo. Señor ..
I ENRIQUE.
i Vuestros recatos entiendo;
I Yo me acordaré de entrambos.
I BLANCA. (.Ap.)
ENRIQUE. (Ap.)
Mayores desdichas temo. j
ROSAURA.
¿Qué os alborotáis? Sentaos.
ENRIQUE. j
(Ap. ¡Ay, Blanca mia!) Obedezco.
Sale BLANCA.
ROBERTO.
Llega y dale el parabién
Del dichoso casamiento
Con Rosaura , que es su prima.
BLANCA.
¿Qué decís? (Ap. Pero si veo
La ofensa , si mis desdichas,
Si mis oprobios advierto,
Si sus traiciones admiro,
Y si sus engaños siento,
¿Qué he de nacer? Aqui pesares,
Áqul prolijostormentos.)
ROBERTO.
Da el parabién á los reyes.
BLANCA.
{.Ap. Mas yo disimulo.) El cielo,
(Llegue á Rosaura.)
Señora , de vuestras ramas
(Levántase.) \ Mal haya , amén , mi silencio.
ROBERTO.
{Ap En los ojos le be leído
A Enrique los pensamientos.)
Vamos , que á besar tu mano
Está aguardando Palermo.
{Levá7ilanse.)
BLANCA. (Ap.)
i Que yo calle...
ENRIQUE.
¡Que yo sufra...
BLANCA. (Ap.)
¡Este amor!
ENRIQUE. (Ap.)
¿Aqueste incendio!
BLANCA. (Ap.)
¡Estos celos!
ENRIQUE. (Ap.)
¡Esta Injuria!
¡ Ay, que por Blanca me muero!
BLANCA. (Ap.)
Ay, que la ofensa me mata !
j ' ENRIQUE. (.Ap.)
i ¡ Ay, que en mi pena me anego!
ROBERTO.
Todo es confusión.
iU8
COMEDIAS ESCOGIDAS DE DON ^^,A^CIÍI■.(l DE HOJAS.
ROSALnA.
;(JiU' enojos!
BLANC*.
iUué dcsdiclias!
tSBIQUE.
¡Qué lonneiitosl
;A}-.
jlma!
¡ Ay, si me vieras el pecho !
(Enlranse tuüos ii detiene Roberto
¡llanca.)
ROntBTO.
Hija, el liey esla casado,
1 u lanibieii le lias de casar ;
Esla «oche lian de cesar
Las guerras de mi cuidado.
El Cundeslable ha de ser
Tu esposo, que le ha pedido ;
Es noble, y yo le he ofrecido.
BLANCA.
Señor...
ROBERTO.
No hay que responder;
A prevenir voy el coche ,
Y al Conde avisar (|ucrria.
Porque en iiiieslra casería
Se haga la boda esla noche.
BLANCA.
Señor, si me das licencia...
ROUERTO.
Ko hay por qué lu labio se abra,
Oue eii dando yo mi palabra
Ño ha de fallar ui obediencia. {Vase.
BLANCA.
¡Oh , lü , columna del cielo.
Tú , monte del sol Allante,
Ciudadano de los astros I
i. Eli qué entiendes , que no abates
Sobre esle misero objeto
Tanta rjca incontrastable.
O en prodigios que despeñes,
O en montañas cjue desgajes?
A ti digo, estrella lija.
(¿Fija dije? Miento, errante;
Pues ya á los cielos me h ubes
Y ya al abismo me abales;)
¿(jué me quieres? Déjame,
No con discursos neutrales
Un pecho constanle venzas,
Un alma alteres diamante ,
O muera yo de una vez,
O mis alientos me fallen,
O la injuria me atiopclle
O el sentimiento me aciibe.
¡Ah, Enrique, rey de Sicilia!
¿Asi á quien eres laltasle?
¿Tú habías de ser mi esposo?
¿Til eres aquel Orme amante
Que venció de mis discursos
Uien nacidas liliertades?
No porque de mi recato
Mi amur decente pasase.
Sino porque me empeñé
En (luererle y adorarte.
¿Por seis años de finezas
Un breve imperio trocaste?
i No es el guslo monarquía?
¡Ay de mi, que me combalen
A diluvios las desdichas
Y los tormentos á mares!
Plegué á Dios , Eiiri(|ue aleve ,
Püesinnralo me dejaste
Por liosaura, que una licra
Entre esos espesos sauces ,
Cuando salieres á caza ,
Hambrienta le des|jcdacc;
O si á caballo subieres
Por los di sierlos ramblares
De esa intrincada maleza,
Desenrriiiado le arraslre.
Y plegué al cielo (¿qué di^o?)
yne si acuso lo ¡mentare ,
.\l prccipiíarse rajo
l.e iiuindes por los ¡jares.
I, a Mera . león ó tigre,
Prodigi" ileesosjarales,
Al revolverle suplicio.
Te desvanezca cadáver.
;,Mas yo he de quedar muriendo.
Tú contento has de quedarte?
Aborrézcate tu esposa
Con iras tan eficaces
Oue lu muerte solicite
Cuando por ella te abrases,
Y ella muera de ni¡ fuego;
Abrásenla los volcanes
Oue de mi encendido pecho
Hayos exhalados salen.
Pero ella , ¿qué culpa llene?
Y tú, que al reino aspiraste.
Tampoco no tienes culpa.
¿Ouit^n la tiene? Yo. Pues basten
Las celosas intenciones
Y atropelladas lealiades.
¿Qué haré yo para el castigo
Que debo á mi misma sangre?
¿Cómo me daré yo muerte,
I Pues de tan viles ultrajes
¡ Yo sola lengo la culpa?
¿ Cómo podré castigarme
Yo misma? Mas ya sé el cómo.
¿.\o me ha dicho aqui mi |ia lie
(A fuerza de mi obedienci.ij
Que con el Conde me case?
¿Pues qué mayor muerte quiero,
Si le aborrezco constante,
Para vengarme de mi'
Si Enrique me quiso antes ,
Y ahora también me quiere ,
Para que en celos se abrase ;
Si no me quiere , también
Por mi enojo he de casarme
Para vivir desdichada ,
Para caslit'ar mis males; i
Porque él viva y muera yo, |
Porque su fuego descanse, I
Porque el enojo me incite.
Porque esta pena me afane.
Porque esta llama me encienda,
Y porque Sicilia cante
Que ha habido en ella mujer
Que eu si ha querido vengarse.
JORNADA SEGUNDA.
Salen tí un tiempo por las dos i:iii'rl¡is.
medio desnudos, EL CONOr.STA-
BLE V ROBEKTO, con las espadas
desnudas, v EL CONDE, con una
luz en la mano, y encuéiitrunse en
medio del tablado.
ROBERTO.
¿Qué Ilusiones, Condestable,
Qué fantásticos engaños
Vuestro pecho han suspendido
Y nuestro lecho alterado?
Cuando con Blanca, mi bija ,
Vnesira esposa, pensé hallaros
Más amante que marido
Y más fino que casado.
Por ser la primera noche
Que entre sus luceros claros
Os vinculasteis dichoso.
Mariposa ile sus rayos ,
Os levanliiis poco cui-rdo,
Y con la e^^pada en la inauo
Desvanecéis á los aires
Vuestros ímpetus gallardos,
Y habiendo pedido luz.
El semblante desmayado.
Colérica la razón.
Muerto el amor, vivo el daños
Toda la casa miráis?
Decid , pues solos estamos,
¿Qué arrojamiento conduce
A vuestro error, vuestros paso:;?
CONDESTABLE.
¿No sois noble?
ROBERTO.
Si lo soy.
CONDESTAl.LE.
¿Prometéis que vuestros labios
l'uertas sean, que cerradas
Oculten agravios tantos?
CONDESTABLE.
¿No os toca mi honor también
Como á padre mió?
ROBERTO.
Es llano,
Y la defensa me loca.
Pues óyeme atento un rato:
En túmulos de cristal
No bien Febo sepultado.
Le hicieron funestas honras
Los huracanes nevados ,
Cuando sin las prevenciones
Usadas en los palacios.
Sin pedir al Bey licencia,
En su privanza fiado,
En aquesta casería
(Bello objeto de esos prados)
Me disteis á doña Blanca
Esta noche.
ROBERTO.
Al caso vamos :
Ya os desposasteis con ella ,
Porque antes enamorado
Me pedisteis por favor
Que os diese su blanca mano.
CONDESTABLE.
Anoche, pues, como digo,
No bien en tálamo blando
En el éxtasis de amor
Iba repitiendo abrazos.
Cuando á Blanca, vuestra hija
(Vuelvo otra veza avisaros
Que sólo como á mi padre
Mis congojas os declaro).
ROBERTO.
No tengáis, Conde, recelos.
Que por padre y por anciano
Me debéis cuerdos avisos;
Porque es á veces descanso
El declarar los pesares
A quien puede remediarlos.
CONDESTABLE.
En efecto, yo amoroso,
Prudente , 'apacible y grato.
Almas dando en las razones
Y espíritus en los labios,
A Blanca , apenas mi esposa ,
Blandamente me consagro,
(Que aun el dueño en los principi
Necesita de agasajos ;)
Cuando de sus bellos ojos
Dos arrovos destilados
ror la margen de su roslro,
Kcluricameiiie falsos.
De mis luluras desdiciías
Me anunciaroD los presagios.
V cuiiiu la boca abría,
(Ya desmayado topacio)
V las láariñías bajaban
Por sus manantiales claros ,
V entrándose fugitivas
For el clavel desplegado,
Iban a su centro el alma ,
Vino a ser mayor el llanto,
Pues exhalaba'otra vez
Lo mismo que habia llorado
Los suspiros que arrojaba
I 011 'icspegos, con enfados,
Kri.n volcanes deshechos
V ii:in congelados rayos.
lunio, ([ue al volverse entonces
Mdi liallada entre mis brazos
A UN lado, mato una vela,
Ijue en un bul'eiillo acaso
tslaba á la cabecera;
V pur accidente extraño,
No con maña ni con soplo,
üui! ese es sucaso ordinario,
Sino el fuego de un suspiro,
Vulvio la llama á su estado
Pero viendo en Blanca entói.ei's
Mas i|ue lisonjas , cuidados ,
;\parleme á la fineza
^ lelireiiie alagrado.
!■ iii;» sueño, miente el alma ;
La \t'-í guardo, prendo el lalio ;
la 1 lus tioias después
liv^if suceso pasaron.
Lila suspirando siempre.
Yo siempre disimulando,
Cuando sintiendo mis penas,
Siento en el retrete pasos ;
Ko lo creo, aunque lo escucho.
Si lo dudo, aunque lo alcanzo.
Doy el oido al silencio,
A la evidencia me aguardo,
\ oigo decir, lUlanca, Blanca».
i:ila,si no con los labios.
Respondió con la inquietud
"Y el alboroto ; que hay casos
En que por los accidentes
Se acreditan los agravios.
Yo, aunque a escuras (¡qué de peí
Tomo la espada irritado,
V á la venganza y castigo,
O me arrojo o me levanto;
Tiro con la espada un golpe.
Hallo en un I roijuel reparo,
\ (jue me tira también
Mi eneniigo ó mi conirario.
Sigüle, y él se retira
A esa cuadra ; tras él salgo,
Doy voces , y sacan luces
A este tiempo tus criados ;
y cuando pensaba hallar
La causa de asombros tantos.
Ni a mi me hallé en mi sentido.
Ni á nadie en las piezas hallo.
Torno la luz, como vide,
V hallo los cuaitos cerrados
Por de dentro con cerrojos,
Mi esposa sola en su cuarto
Suspensa deste snceso;
Yo mi ofensa ima;;iiiaiido,
Ifudo mas > adiiuro mas ,
Piiio, sufro, siento y callo ;
Ya ilusiones imagino.
Ya me confundo en encantos.
PueS si nu es que baja salido
Por el aire, no hiy presagios,
Estando cerrado todo,
Iteijue esto me haya pasado.
Le cierto es que o'i la voz.
CASARSE POR VENfiARSE.
Cuc he reñido, que he dudado,
Uue está Blanca descontenta,
\i\xe has salido y me has hallado,
yue aquesto me ha sucedido,
Y que debes, como sabio,
O reducirme á consejos,
0 habilitarme á cuidados.
ROBFRTO.
Condestable de Sicilia;
Aunque debiera culparos
Kn (|ue acreditáis oleosas
1 usiones de un encanto,
>\u basta el enojo mió
Ahora para enseñaros
Cómo debéis proceder
En lan aparentes cargos.
Y no os hablo como padre
Ue Blanca, ni apasionado
En las cosas de mi honor.
Como vuestro padre os hablo.
Uecis que Blanca , mi hija.
Vestida de desagrados
Al amor que amante os debe,
tsla noche se ha negado.
Uecidme, ¿sabéis que ayer.
Aun nu á Enrique coronamos
Eu Palermo, cuando yo,
Peligros alropellando
Sin que lo supiera el Rey,
Ue vuestra sangre obligado.
Viniendo á esta casería
üs di liberal su mano?
Pues si ella remisa entonces,
Yo entonces determinado
Quise alropellar su amor,
.No acreditéis por extraños
Despegos tan naturales :
Al amor engendra el trato ;
No tan presto ha de quereros,
iicmpo habrá para obli',; .rus.
Que es delito en los princÉpios
Hacer clamor halagos.
Personas hay que quisieran
La noche de desposados ,
Aun en sus propias mujeres
Hallar decentes recatos.
Porque presumen celosos
O imaginan deslumhrados,
yiie quien sabe hacer linezas
A los primeros abrazos .
Pues la representa en él .
Que en otro las ha ensayado.
Y en lo que decis, que oísteis
Esa voz, desengañaos,
Kabula es de vuestra idea ;
Que es la ilusión un engaño.
Que más que lo visto en ella ,
viene á ser lo imaginado.
¿Queréis ver que es ilusicn
l)e vuestro confuso encanto ?
(.Muchas veces no os sucede
listar tan ciego j lan vario.
Que aquello mismo que hicisteis
Iludáis si fué imaginado
Con la fuerza de la idea
Y aprensión? Pues al contrario.
Puede ser que aquello mi^nio
Que fué un ente del engaño,
Una ilusión del sentido
O un discurso apresurado.
Tan receloso os confunda
Y os reduzca tan extraño
Que acreditéis sucedido
Lo que aun no fué en vos pcnsa.l
Y si buho ruido de tspanas,
¿Cómo ni -uestros criados
Ni los míos han sentido
La pendencia? Moder.ios
En las fantasías. Conde,
Que ¿cómo estando cerrados
Los postigos por de dentro
Pueda alt;uno babor enlraco''
Y SI alguien dentro quedara
Al acostaros , no es llano
Que al salir dejara abierto?
¿Veis como estáis engañado?
¿Como es fantasía vuestra
Que os engolfa en vuestro engaño?
Y aunque me debáis enoios .
Sabed , que nunca me espanto
Ue ilusiones del sentido
Que son en el alma agravios;
Y en los casos del honor
Que son los forzosos casos.
No cumpliéradescon vos
Si valiente y arrojado
No os levantarais del lecho,
Siquiera á desengañaros;
Que cuando las ilusiones
Vienen i costar cuidados.
En el escrúpulo sólo
Queda un noble deshonrado.
Eslo supuesto, volved.
Con lan precisos descargos
A liis requiebros primeros.
Que puesto que yo os allano
Uíliculiades de honor.
Tocándome de ellas tanto.
Os podréis asegurar
Cuando en vuestro honormeencnr,:;ü;
Con que á un mismo tiempo acini
Cumplís con vuestro recato;
Yo cumplo con mi consejo,
Y habremos dispuesto entrambos.
Yo consejos , vos linezas,
Avisos yo, vos agrados,
Y, en fin , Blanca , vos y yo
Tendremos asegurado,
Blanca amor y vos sosiego,
Glorías ella y yo descanso.
C0>DEST*I1I.E.
A evidencias del discurso
No lie de mostrarme contrario:
Pues me está tan bien creerlos.
Digo, que yo me he engañado ;
Y pues Blanca está vestida
Y sale ya de su cuarto.
Vos, Señor, os retirad.
Que quiero amoroso y grato
Agasajarla discreto
Y desmentir avisado
De su ofensa los indicios
Y de mi amor los recalos.
Y pues que ya ha amanecido.
Esa luz podéis llevaros.
ROBERTO.
Sois discreto.
CONDESTABLE.
Sois prudente.
ROBERTO.
Mucho debo á vuestro agrado ;
\ uestro padre y vuestro amigo
He de ser. [Va.'.,-.)
CONDESTABLE.
Yo vuestro esclavo ;
Vestirme quiero, si es fuerza
Que han de salir mis criados ,
Y mirando mí alboroto
No sabrán mis desengaños.
{Arrímese á una puerta donde estará
un bufete con la ropilla , capa y smhi-
brero y golilla y vueltas, ¡¡relina y
daga, y acabarse ha de vestir.)
Sale BLANCA por la oira puerta.
BLANCA. (.4/;.)
Ni sé de mis pensamientos
Ni mis discursos alcanzo,
Y aunque en toda yo me busco,
En toda yo no me hallo.
llü COMEDIAS
Anoche Enrique (¡ay de mi!),
Como la lluve ha guardado
De la puerta del jardín.
Mis iiilurluuios dudando,
No sabiendo el de>püSorio
Se eijii'ó por el basta el cuarto
De la rompida pared ;
l'eru no bien hubo entrado
Cuando le sintió uii esposo:
Salió Iras el; mas acaso
Se volvió á salir á escuras
La rota pared cerrando.
Con que esta dudoso el Conde;
El esta aqui , )0 le hablo.
Aunque fuerce mi albediio :
¡En qué coid'usion, que caos,
Se contunden mis sentidos!
¡V)ue un amor de tantos años
Ulvide tan presto á Eniique:
¡Por los cielos soberanos
yui' si vengarme pudiera...
Pero paso, penas, paso;
Teneos, honor; tente, ofensa.
Señoi y dueño... No bailo
Camino para lingir;
Pero, corazón , Unjamos ;
yue no soy yo la primera
tíue en tan miseiabie estado
Para aquel que menos quiere
Se apercibe de agasajos.
CONDESTABLE.
Esposa del alma mía...
BLANCA.
Dueño y señor soberano...
COXDKSTABLE.
No en balde ese prado ameno,
Fragranté alcázar del Mayo,
Copa en que la blanca aurora
Bebe aljófar destilado,
Os hace salva de llores
Como a gtneral del campo,
Abatiendo las banderas
l)e sus cogollos nevados ,
No en balde...
BLANCA.
Tened, Señor,
Vuestras finezas extraño.
Que haber estado confuso
Y arrojado levantaros.
Hablarme ahora amoroso.
Antes ciego y avisado...
CO.XDESTAULE.
No prosigáis , deteneos ;
Que quiero desengañaros.
Como quiso darme Dios
Gloria en vos y dicha en mí,
De uno me hizo dos aqui
Por quereros como dos ;
Dos mitades fui por vos ,
Ejemplo de mi lealtad,
Y ansí , esta noche pensad
Que impaciente y arrojado
Tuve en mi mismo cuidado
Celos de mi otra mitad.
Yo era aquel que me buscaba
Esta noche en mi osadía ;
Mas cuanto me confundía
Menos tanto en mi me iKillaba.
Uno era , y dos me dudaba,
A fuerza del ciego Dios ;
Y dije volviendo á vos:
¿Por qué me busco imporluno.
Si no soy en mi más de uno
Y para Blanca soy dos?
Luego SI en dos me partí
Por quereros, fué fineza ,
Si el recelar fué estrañeza
De tener celos de mí.
Sacad, pues, Blanca, de aqui,
Que siendo yo el homicida
ESCOGIDAS DE DON FRANCISCO
De esta vida dividida ,
Mas fe en mis celos se advierte ,
Pues me buscaba la muerte
Porque me dabais la vida.
BLANCA.
¡Oh , quién feriara á suspiros,
Dulce esposo, al escucharos.
Como un pecho para amaros.
Mil almas para serviros!
Mis cuidadosos retiros ,
Sí os han cansado groseros.
No es , Conde , por no quereros ,
Que en este mar del amar.
Antes fué por conquistar
Almas para mereceros.
Es mi amor tan desigual
De lo que amor suele ser.
Que ha llegado á merecer
Eternizarse inmortal.
Tal se alienta anima tal
En mis discursos ajenos,
Que aunque viven de almas llenos
l.onio el vuestro queda atrás,
Por solo deberos mas
Me holgara que fuera menos.
A eternidad se convida
Aqueste amor lisonjero.
Que siempre el amor primero
Ks el que dura en la vida;
V si la parca homicida
Cortare el hilo mejor
De vuestra vida, mi ardor
Me asegura en mi cuidado.
Que aunque vos me hayáis fallado,
No puede tallar mi amor.
CONDESTABLE.
Equívoca habláis, Señora,
Con diferenle sentido;
Pero aqui siento ruido,
Dejémoslo por ahora.
Sale CUATRÍN.
CBATIiIN.
Sobre un mal domado potro,
Comediante de la legua.
Porque solo en los lugares
Los galanes representan;
Postillón de la campaña,
Cortés por toda excelencia ,
Pues á cada paso suele
Hacer dos mil reverencias,
Se apea en aqueste instante...
Pero ya pienso que llega;
El diiá quien es, pues yo
Quise pintaros la yegua.
SaU E.NRIQUE.
ENRIQUE.
No entre ninguno conmigo;
Quedaos lodos allá fuera.—
¡ Condestable ! ; Doña Blanca !
CO.NDESTABLE.
Señor, ¿cómo vuestra Alteza
Hace alcázar esta quinta
V hace cíelo aquesta selva?
ENRIQUE.
He salido esta mañana
A fatigar la maleza
Desos montes, que i los cielos
Eternidades apuestan,
Con la Reina, j descubriendo
Vuestra quinta . quise en ella
Daros los justos castigos
üe vuestras inobediencias;
V ansí, la Reina dejando
Eu la nevada ribera
A quien airado Neptuno
Con globos de espuma argenta.
DE ROJAS.
Vengo á castigar delitos
De las intenciones vuestras.
¿Cómo os habéis atrevido,
tionde, sin daros licencia
A desposaros con Blanca?
¿Qué resolución es esa?
Vive Dios, que en mis enojos
Vuestros escarmientos vean ,
Cortándoos las viles alas.
CONDESTABLE.
Señor...
ENRIQUE.
No me deis respuesta.
CONDESTABLE.
liobcrlo, padre de Blanca ,
Me dijo, que vuestra Alteza
Lo permitió; y asi, yo...
ENRIQUE.
Vive Dios, que sí entendiera...
Pero llamadme á Kobei lo.
Porque los castigos tenga
Quien tuviere los delitos.
Id á llamarle.
CONDESTABLE. {Ap.)
Hoy recela
El alma nuevas desdichas.
(la á llamarle )
ENRIQUE.
Salios fuera vos.
CUATRÍN.
Y fuera.
Con sólo un guiñarme de ojo,
De dos trancos á Ginebra :
¿Qué es a Ginebra? á Dalmacia.
¿Qué es á Dalmacia? á la Armenia.
Y ansí por no dar enojos.
Cejando con reverencias
Mas que quien lleva prestado.
Me iré tomando la vuelta
Destasala hasta la otra,
Donde reyes no me vean ,
Dando este paso hacia aqui ,
Con gorradas mas bien hechas
Que dan los que entran de balde
A un cobrador de comedias. {Vasf.)
ENRIQUE.
Blanca ingrata, fiera hermosa,
Basilisco destas selvas.
Hechizo tiranamente.
Blandamente ingrata hiena,
Que engañando con la voz
Das muerte á tu forma mesma.
Vive el cielo, esfinge aleve...
BLANCA.
Vuestra Alteza se detenga.
Que no desmienten engaños
(Coléricas impaciencias;
Si viene á darme á entender
Que de mí empleo le pesa ,
^o lépese, vive el cielo.
Ni á mi tampoco me inquieta
Que vuestra Alteza se case
Con Rosaura; y asi sea
Igual en los dos aquí
La ingrata correspondencia;
Que yo con mi esposo, el Conde,
Tan gozosa , tan contenta
Me hallo desde anoche acá,
Que solamente me pesa...
ENRIQUE.
¿Qué?
BLANCA.
Que no haya sido antes.
ENRIQUE.
¡Que esto mi enojo consienta 1
BLANCA.
Ya senil que anoche entró
r.T 1.1 [■(•ta pared, y csla ,
Mu> ([lie liiifza es injuiia,
Uaí cjue lisonja es ol'ensa.
ENBigUE.
Ciiaiulo olvidando el iiiipeilo,
!jue lo es mayor tu belleza,
\cnu ..noche á casarme,
¿ laii i^reslo á llevar le dejas
Ue un . gravio que es amor,
Ue uii.i injuria (jue es linezu?
to lin, ¿le tías casado?
BLANCA.
Si;
Yoii^ucme de tus ofensas.
k^RIUUB.
¿Esa t> vcn^'anza';
B1,A\CA.
Es valor.
ENRIUUE.
¿Y tu amor?
BLANCA.
Tarde le quejas;
Tú me dejaste.
ENRIQUE.
Tú luíste
La que por una sospecha
0 quiza por un deseo,
Te casasle.
BLANCA.
¿Tú me niegas
Que por reinar me olvidaste?
I Sale EL CONDESTABLE.
e>RIQi.'E.
Es engaño.
BLA^CA.
Es evidencia;
1 o que yo di^o es verdad.—
lle.^a , esposo, y dalecuenla ,
r'ori|ue esta su Majestad
Culpando lu inubedieiicia,
) yu te estoy disculpando.
tAp. Kl alma ya por la lengua
Iba a arrojarse. ;Ay de mi !
iÜue mis congojas me ciegan Ij
EMBIQUE.
Conde, ¿no viene Huberto?
COMieSTABLE.
Dicen que está en la ribera
Un la Ueina , mi Señora.
{•'P- ¿Uué me per^e.nuis, sospci:!
iQue me queréis , fanlasias?
,.bl Itey dejando a la iteiiia
Se viene a la casería?
il¿ue enigmas, cielos , son estas
ENBIQCE.
Aunque Roberto os casase ,
Vi.esira culpa es inanilicsta ,
Perú es fuerza perdonaros ;
Y asi , mañana quisiera
Que a Palermo vengáis , Conde.
{Itutdo.)
¿Pero qué es esto?
CorSDEMABLE.
La Urina,
Que con Roberto ha llegado.
ENRlylE.
No quisiera que me \iera ;
¿I'or dónde podré s ilir?
Oi'B se ha de enojar por fuerza
l'nes la dije que i Paleriiio
Ue Volvía.
CONDESTABLE.
Sin que os vea
No puede ser.
CASARSE POR VENCAÜSI!.
e\riqi:e.
¿Qué be de hacer?
.Mirad que á esta cuadra llega.
I ENRIQUE.
¡ Pues yo me arrojo » salir.
¡ Sale ROSAURA v ROBERTO.
ROSAURA.
' Señor, ¿cómo vuestra Alteza
. En aquesta casería?
¡ ENnlQUE.
Como pasaba por ella,
Y he entrado á ver i Roberto,
Que desde mi edad primera
Me ha criado; ya sabéis
Que eslas son forzosas deudas
De quieu soy.
Merecen mucho las prendas
ÜeKoberlo.
ROBERTO.
El cíelo os guarde.
ROSAURA.
Blanca, ¿de qué es la tristeza?
Vos, Conde, ¿qué os suspendéis
Roberto...
CONDESTABLE.
¡Ay honor!
Me cuenta
Que queréis a Blanca mucho.
CONDESTABLE.
Tanto, que si ser pudiera ,
Que todos los que han amado
Con diferentes linezas
Aquel amor redujesen
A un sugeto, y éste fuera
Capaz de sufrirle todo,
Y contra naturaleza
Aspirará ser mayor,
Y otra vez se repartiera
Entre todns los amantes,
Fueía el hacer coiiqietencia
Una luz á la del día,
Inallor con las estrellas,
Un arrojo con el mar
A la meiior llama destas
Que siento en el corazón;
Por(|ue en Blanca tan discreta.
Tan hermosamenle afable.
Tan gallardamenle bella,
Que ella merece por sí,
Como lodas las bellezas.
Luego sí una , siendo todas.
Vive eterna en mis potencias ,
Viendo los méritos suyos
Para pagarlos, es fuerza,
Si merece como todas.
Que como todas la quiera.
ROSAURA.
Cíen encarecido eslá.
BLA^CA.
Poco el Conde me ilebiera
I Si yo no digo mi amor
(Vuestra Alteza dé licencia).
Que entre dos que bien se quieren
l'ucra muy poca iíneza.
Que el uno su incendio diga
Y litro calle sus ternezas.
Es mi amortan excesivo.
Que antes que mi esposo fuera
Sin haberle visto nunca ,
Dentro de mi propia idea
Le estaba queriendo siempre ,
ni
Tanto, que en mi es evidencio.
Que no por verle le quise ,
Sino por naturaleza.
Pues si amor es accidente
Que en el sentido se engendra,
V mi esposo, el Conde, aqui
l)e su alecto me conliesa
Que me quiso por mirarme.
Más gloria á mi amor se deba,
is yo le adoré sin verle ;
Sigúese , pues , que auiujuc tenga
Amor como lodos juntos.
Ese mismo amor me enseña
Que habiendo sido accidente.
Por accidente pudiera
Faltar también este amor.
Luego es fuerza que le exceda ,
Si nu amoresnaiural
V su amor es conlíngencia.
ENRIQUE.
Mucho más le quiere Blanca,
[Áp. ¿Qué eslo mi dolor consienta?)
BLANCA. {Ap.)
¡ Que á esle tiempo baya llegado !
CONDESTABLE. (Ap.)
; Ah , si éstas verdades fueran !
ROSAURA. (Ap.)
; Ah, si asi le quiere Blanca !
BLANCA. (Ap.)
Mi enojo y mi agravio sientan.
ROSAURA.
Va es hora de ir á Palermo.
CONDESTABLE.
Permítame vuestra Alteza
Que va\a hasta allá á servirla.
Puesto que no hay media legua
Uesla quima hasta la corle.
REINA.
Quedaos, Condestable , en ella,
l'üri|ue sois recién casado,
V es doña Blanca muy bella ,
V haréis falla en vuestra casa.
CONDESTABLE.
Mí silencio es mi obediencia.
1.4/j. jQue agravios! Qué desconsuelos!)
ROSAURA.
Roberto conmigo venga.
ROBERTO.
Obedeceros es justo.
ROSAURA.
¿No eslá cansado lu Alteza
Ue haber andado esta noche
Fatigando la maleza?
¿No venís?
ENRIQUE.
Ya os übedeico.
CONDESTABLE. (Ap .)
i Esta noche ha estado fuera !
ROSAURA.
Blanca , pues tenéis esposo
Que vuestras partes merezca,
Veneraldecomoatal;
No os digo más , sois discreta.
Conde , pues la (pienis lamo,
V ella adoraros confiesa.
Mirad que es hermosa Blanca,
Tened cuidado con ella.
(Vaiise Rosaura y Roberto.)
BLANCA. (,\p.)
Honor mío, valor mío,
¿Donde hallaré resistencia?
Cuando es la desdicha cierta.
ENRIQUE.
Blanca , adiós.
CONOESTABI.E.
Yu se fué Blanca.
ENRIQUE.
{Ap. ¡Qué de espirilus me lleva ! )
AJios , Conde.
COMiESTADLE.
fcl cielu os guarde.
ENBIQUE.
;Ay, Blanca, y cuauíome cuestas!
(Vase)
CONDESTABLE.
i Qué es esto que por mi pasa ?
¿Qué conlusioues sou estas í
Aleña, cuidados niios ,
Que toca el honor a leva.
Discursos, liuidde mi,
Apartaos de mí , sospechas.
¡blanca anoche al desposarse
Triste , dudosa y suspensa ,
'1 rucado en nieve su nácar,
íu carmi» en azucenas!
tn el lecho suspirando,
Lesmayada y macilenta,
tial hallada entre mis brazos,
Airojando fuego en perlas!
j ti Hey en la casarla
Tau de mañana ! ¡ La Reina
í-iguiénilole cuidadosa,
í\ escondiéndose de ella !
Cuando yo entraba, mi esposa...:
) ero no pronunciéis, lengua,
Tanto linaje de injurias,
\¿ue unas con otras se encuentran
¡-<y del tiempo en que el agra\ lo
Ue tal especie se engendra,
(jue declararle es injuria
^ reprimirle es ofensa!
Jlas yo le digo á mi mismo ,
1 ues no con mi honor cumpliira
Í!Í no lo sin.iera tanto;
vue aunque es verdad que la afrt
1 n tanto aírenla se llama
In cuanto publiía sea,
^ esta sólo yo la juzgo,
Al que noble sangre alienta ,
Jas que la publica al mundo
i ebe mirarla secreta.
1 a lieiiia ha dado á entendi-r
Que el Key ha salido fuera
Ksta noche de palacio ;
Yo sentí en mi cuadra mesma
Voces y pasos; es cierto,
Que esto de las apariencias
Pueden engañar acaso;
Pero no hay por qué se crea
Que todos cinco sentidos
ijno toque y otro vea.
Uno escuche y otro alcance,
Y que todos cinco mientan.
Luego arguyo bien , es cierto ;
Mas la Keina entre sus penas ,
Que era hermosa si lo dijo,
Y que mirase por ella.
Ea, ¿qué dudo? ¿qué aguardo?
¡ Ub ayúdeme mi prudencia!
¿Y que no advirtiese yo
( ;0h cuánto una pasión ciega !j
Que el Hey , antes que lo fuese ,
Én esta quinta pudiera.
Puesto que vivió con Blanca ,
Idolatrar su belleza?
Y SI el Bey me negó á Blanca
Al pedirla, ¿no era fuerza
Que para hacerlo tuviese
Alguna llama encubierta?
¿Pero esto, no puede ser
Que una fantasía sea.
Que de algún fácil principio
l'dco aparente proceda?
No es posible; sí es posible.
COMEDIAS ESCOGIDAS DE DON FRANCISCO
Que á veces en nuestra idea,
Como el natural humano
A los discursos se deja.
Si alguno grabar procura
La imaginación primera
En el carácter del alma ,
Es el honor de manera.
Que cuánto se dice y habla,
(Cuánto se imagina y piensa ,
Va de otra razón se alegue.
Ya de otra causa proceda ,
Piensa que todo se dice
Porque se sabe su ofensa.
Bien arguyo ; ¿pero cómo
Se ha de apagar este Etna
Que en la materia del alma
Pródigamente se engendra?
>.Cómo, si no las admito.
No descarto mis sospechas?
Pero ya se me ha ofrecido
l!na industria con que es fuerza
O que viva el desengaño
O que mis discursos mueran.
Yo he de intentar esta noche
Ser juez de su inocencia ,
O testigo de mi agravio;
Pues cuando á un tiempo me cercjii
Uesensaños al indicio,
Y a mis dudas evidencias.
Disimularlas es yerro.
Reprimirlas imprudencia.
No castigarlas delito,
Atrepellarlas vileza,
Conlenerlas es oprobio.
No buscarlas negligencia,
Recatarlas es rigor.
Apresurarlas violencia;
Y asi sólo averiguarlas
Mi industria esta noche ordena,
Dando al indicio castigos.
Dando al honor resistencias,
Al deseo sufrimientos.
Quilates á la prudencia,
Palma á mi honor si hay victoria,
Muerte á Blanca si hay ofensa. ( Vase.
BLANCA.
¿Qué es á lo que vienes?
CUATRIH.
Que el Conde
Salen BLANCA t SILVIA con una luz.
SILVIA.
Deja, Señora , el llorar.
Pues le das al sentimiento
Más quilates de tormento.
Más incendio en que penar ;
Mas pienso que por vivir
liimorial en in tristeza
Has hecho naturaleza
El sus¡iirar y sentir.
BLANCA.
No puede haber suspensión
I ji tan tallado lorinenlo.
Pues las lágrimas que siento
Sudores del :ilma son.
Oran fuego se alienta en mi.
Di, Señora, tu desvelo.
Pues quizá hallarás consuelo
En mi.
BLANCA.
No tetona á tí;
Mis penas el alma llora ,
Déjame conmigo estar.
SILVIA.
Obedecer y callar
Es lo que me toca agora.
Sale Cl'ATRIN.
BLANCA.
¿Y tú qué quieres. Cuatrín?
CDATRIN.
Vengo á decir si le agrada...
igo, en hn,
BLANCA.
Di.
Cuatrín.
Mi Señor
En este instante va fuera,
Y dijo que le dijera
Que perdonases su error;
Porque no puede venir
Esla noche entre tus lazos
A gozar dulces abrazos ;
Yo no sé si iba á reñir.
Porque al llegar á avisar.
Sea mollina ó deshonra.
Dijo que un negocio de honra
Habia de averiguar;
En fin, se fueron los dos,
V de lo que el Conde iiilenla
He venido á darle cuenta.
BLANCA.
Mala Pascua le dé Dios,
Vete.
(Hace que se va y vuelve algunas vecet
hasla que se entra.)
Voyme, aunque me espanto
De lo mucho que has sentido.
Porque yo no he presumido
Que á tu esposo quieres lanío.
BLANCA.
¿No te vas?
cuatrín.
Estás cruel.
BI.A.NCA.
No es ese ¡ ay Dios ! mi cuidado.
cuatrín.
No pienso que te be contado
Como llevaba broquel.
{Hace que se va y vuelve.)
BLANCA.
Cuatrín, enfadoso estás;
Déjame, acaba.
Y, en lin,
Digo que se irá Cuatrín;
Pero di me...
{Hace que se va y vuelve.)
BLANCA.
¿No te vas?
CUATRÍN.
Ireme. pues le ofendiste ,
V enojos tantos previenes :
(Lo mismo.)
Asi, ¿no dirás qué tienes
Que estás. Señora, tan Irísle?
BLA.NCA.
Vete ó, vive Dios , grosero...
CUATRÍN.
Digo que soy un cansado,
V que toilo cuanto he hablado
Fué por boca de barbero;
Pues solo quien lo es aboga
Con arenga dilatada.
En viendo un hombre que enfada.
No hay cosa como dar soga.
Sale ÍII.V!A.
SILVIA.
Señora, el Rey lia llei;ado
V<<r 1.1 puerta del jardín,
> II eslar aquí Cualrin
lino qiie liubiera entrado.
lili' el Conde esla fuera,
^ I f <jue te lia de ver.
BLANCA.
Silvia , ¿qué leníío de bacer?
.SILVIA.
El entra ya, no quisiera
fc;>lar aquí: yo me voy,
Forqiie se lia quedado abierta
Del jardin la verde puerta. ( Vii
ULAXCA.
¿Üuiide vas?
SILVIA.
A cerrar voy.
Sa/í ENRIQUE.
EMIIQCE.
Bbni'a , perdona el error.
Que sabiendo que lu esposo
Fue a Palermo, cuidadoso
Veiií^u a ablandar lu rigor;
Eiiteinézcaie el dolor
Con (jue me busco en tus ojos,
\ auiujue en tan fieros despujos
Nu acredites mis ternezas ,
Las >|ue eran en ti finezas
No vengan á ser enojos.
Aun lio me aparto de aqui.
Cuando con nueva o.sadia,
Como en tus ojos solía.
Me vuelvo á buscar en ti.
¡Ay de mi vida ! ¡Ay de mi!
Pues que te llego á querer
Tanto, que más puede ser
Con que es fuerza que haya sido
Dejar de haberte querido
Que dejarte de querer.
BLANCA.
Enrique , rey de Sicilia ,
Monarca el más poderoso.
Si avariento de tus rayos
Te negaste á mis sollozos,
\a que arrojado le induzcas,
'le precipites furioso
A romper de aquestas puertas
Bien merecidos decoros.
Oye en razones sucintas
Nal declarados enojos,
Y débeme desengaños ,
Pues te debo injurias sólo.
Que de veces , si te acuerdas ,
Por este tabique roto.
Que un artífice labró
Con secreto artificioso ,
Nos estudiamos Ijs almas.
Tan suspensos , tan absortos.
Tan iguales , lan amantes.
Que en recalados coloquios
Ño<:olros mismos tuvimos
Dulces celos de nosotros.
Y viéndonos tan suspensos
El ^ipacible Favonio,
De las luces déla aurora
Nos dio aviso en blandos soplos ;
Peni aquí anhelando muero,
A'iui del llanto me ahogo;
Fuisle rey,. laudóme amante
Maiiii V p:djbra di- es|ioso.
Fui a ¡'íilermo, bailete í.ay Dios,
Con qué de afectos lo lluro! j
Con Rosaura desposado.
¡Olí ! entonces aquese mnnslnio
■:ve,
R.
CASARSE POR VE.MIARSE.
Por rizos de espuma escollos ,
Me diera infausto sepulcro
En su centro cavernoso !
Quise vengarme de mi ,
Airada al daño me expongo.
Despóseme con el Conde ,
Y tan otra me provoco,
Que por darme ese castigo ,
Diligencié mis oprobios.
Casóme, en On ; ¡cuánto yerra
La quepor vengar su enojo
Contra su gusto se casa
Habiendo (|uerido i otro !
Puf's darse eiilóiices la muerte
Kiauna desdicha sólo;
Pero casarse á disgusto
Vienen á ser dos ahogos :
L'no, no poder jamás
Desechar el amor propio.
Que es natural, el primero ;
Y es el otro, tener odio
Por los impulsos de amante
A los afectos de esposo.
Y aunque todas estas cosas,
Blandamente rigoroso
Contra mi amor intentaste ,
Tanto á quererte me arrojo.
Tanto; pero ¿cómo lengua,
Imaginaciones, cómo
Os lleváis de los afectos?
Señor, Señor, aunque logro
Honras en ser vuestra esclava ,
Mi esposo es noble, mis ojos ,
Con la lengua de su llanto ,
Que os están hablando á golfos ,
Os suplican que os venzáis ;
Dejadme en blando reposo
De inquietudes de mi vida
Solicitar desahogos.
Y si arrojado intentáis
Hacer al vulgo notorios
Vuestros afectos pasados ,
A mi esposo hacéis forzoso
El agravio en la intención ,
Cuando venganzas aborto
Por los ojos en mi injuria.
Cuando ni mi amor pregono ,
Ni mis agravios allano.
Ni mis impulsos revoco.
Yo misma seré el suplicio
De mi vida rigoroso.
Y sacando el corazón
Del pecho en que yole acojo.
Tomaré venganza en él ,
Porque se inclinó alevoso
A quereros inconstante ;
Y agora esta mano, sólo
Porque ha locado á la vuestra.
Siendo cobarde despojo
De la ofrenda de marido ,
He de abrasar poco á poco
En esta confusa llama...
(l'a á quemarse la mano en la vci
y muíala.)
ENnujUE.
Tente.
BLA.NCA.
Porque de este modo...
Mas ; cielos, la luz he niuerto!—
Silvia, luz.
F.NmOUE. (Ap.)
Presumo (|ne oigo
Un golpe hacia aquesta parte,
{Suena dentro ruido de golpe com
de persona que salla. ¡
Y puede ser que su esposo
Huya cnlradn; yo me aparto
Por este jardin frondoso,
Ciiya llave traigo aqui;
Poique viene á ser mas logro,
lió
Ser por noble deMÜchado
Que por ingrato dichoso.
( Vase y no lo eche de ver Blanca,
y prosigue, pensando que está aqui.)
BLANCA.
No puede tardar la luz ;
Yo prosigo con mi enojo :
En efecto, rey Enrique,
Pues una vida malogro.
Que fué roca á tus finezas
Y á tus afectos escollo.
No permitas, no permitas
No, (|ue el vulgo malicioso
Con sombras de honor tirano
Eclipse mi honor heroico.
Conliesn que te he querido,
Enrique, siendo en el godo
Sale EL CONDE por la otra puerta con
espada y broquel , lleno de polvo , ;/
vase careando con ella.
Del amor de tanto tiempo
Poco cursado piloto.
Déjame , Enrique atrevido.
Que aunque es verdad (|ue á mi esposo
No reportada aborrezco ,
No tampoco, no tani|ioco
Te quiero, si antes te (|u¡se.
Aunque no constante borro
De la memoria impresiones
Que esculpí con líneas de oro,
Pero mi esposo y mi honor
Antes han de ser que lodo.
Vete, Enrique, déjame;
Pues á tus plantas me postro,
Pidiendo...
{Arrodíllase delante de su marido.)
Sale SILVIA con luz.
SILVIA.
Aqui está la luz.
BLANCA.
Esposo, ; ay cielos! si tomo...
Si yo... si... porque... si acaso,.. —
Si Enrique... {Túrbase.)
CONDESTABLE.
lilanca, ¿qué asombros
Os conducen tan suspensa?
Vete Silvia, {Ap. Aquí, socorros
{Vase Silvia.)
De mi ardiente corazón;
Aquí , fuego misterioso;
El Rey estaba con Blanca,
O ella haciendo soliloquios
Se ensayaba en su venida.
¡ En qué de enigmas me engolfo I
«Déjame , Enrique atrevido ,
Que aunque es verdad que a mi esposo
No reportada aborrezco.
No tampoco , no tampoco
Te quiero, si antes le quise.»
Al examen ri:.;oroso
Me llaman estas palabras
De mi honor. Mas ¡cielos! ¿cómo
Averiguaré mi ofensa?
Pero quedándonos solos
He de ser juez de mi causa ;
Yo propio ¡ cielos ! yo propio
Me he de buscar la disculpa ,
Pues el cargo es lan notorio.
Cerrarla quiero , y salir
A mirar si en los contornos
Algún criado me escucha ,
Que es honor tan melindi r.so
Que después de averiguado ,
Auii(|iie le sirvan de abono
Apariencias ya de pluma.
Evidencias ya de plomo ,
i\* COMEDIAS
Pensando que bin üe poner \
En las [iresunciones dolo,
üueda recelosa el alma
Y el honor escrupuloso.)
{Cierra por fuera las puertas y vr.sc.)
BLANCA.
O es ilusión lo que miro ,
O es engaño lo que loco ,
O es eiiiyma lo que advierto,
Fantasía lo que ignoro ,
U es que ni alcanzarme puedo
Ni á mi misma me conozco.
;Mi esposo no estaba fuera?
Pues ¿cómo entró aqui mi esposo '
¿El Rej no hablaba conmigo?
¡ Qué es esto , cielos piadosos !
Pero sin duda se fué
Por el jarUin , receloso
O airado de mis raiones;
Gran daño en mis males corro.
Pues mi esposo me ha cerraüu;
Todo es males, daños lodo :
Déme ya la muerte hera.
Aunque sin culpa i.i gozo,
Pero ¿qué dirá Sicilia
De mi muerte? Si es forzoso
yue acredite no inocencias,
yue si uD marido celoso
Se determina arrojado.
Piensa el vulgo escandaloso
Oue hubo delito si hay sangre ,
Que hubo culpa si hay enojos.
Pues cunsenlir el castigo
Es de mi sangre desdoro,
Hacer vanas resistencias
'J'anipoco ha de ser ahorro.
¡ Ay de mi ! que lan suspensa ,
Tan discursiva me cobro .
Que ni a la muerte me allano ,
M á la vida me acomodo.
¿(Jué tengo de hacer? huir ;
Mas si está cerrado todo,
¿Cómo saldré á esotra cuadra?
Mas por el tabique roto.
Pues no he tenido lugar
Para cerrarle, me arrojo
En lance lan apretado
A entrarme, porque es impropio
Cuando hay salida á la vida
Peligraren lo dudoso.
Y pues que salgo á otro cuarto ,
Busco á mi padre , que es logro
De mi honor guardar mi vida,
Que en pasando aqueste enojo.
Podrá haber satisfacciones
Y ahora desdichas sólo.
(Ha de haber un tabique hecho de ma-
dera y dado de cal por encima, que
se abra, y después á su tiempo se
caiga lodo, y encima del hade haber
algunas pinturas. Abre Blanca el
tabique y vase.)
Sale EL CONDESTABLE abriendo las
puertas.
CONDESTABLE.
Todo este cuarto he mirado
Advertido y cuidadoso,
Y nadie escucharnos puede.
;0h cuánto, cielos, me importo
Para averiguar yo mismo
Estos celos rigurosos!
Mas ¿cómo no está aquí Blanca?
¿Blanca? Suspenso y absorto
Me tiene mi fanlasia ;
Blanca hermosa, miento, monstruo
De mi honor. ¡Cielos! ¿qué es esto .'
Por las venas y los poros
Helado sudor me cubre.
¿Qué ilusión de mis enojos
ESCOGIDAS DE DON FRANCISCO
Es esta ? ¿Yo no he cerrado ?
Pues ¿cómo ¡ay pesares! cómo
No parece Blanca? Quiero
Mirar si del alboroto
Dejé las puertas abiertas ;
Cerradas están ; no topo
A mis discursos salida ,
Pues tener llave es impropio.
Que hoy he echado llaves nuevas
.\ esas puertas , receloso
Oe una vana fantasía.
Pues pensar que ha sido asombro
O ilusión , es dosmenliime
A mí mismo; pues ¿qué modo
Tendré para averiguarlo?
Pero ya ¡ay cielos! conozco
Que hay culpas en Blanca , y mucha
Pues huyendo de mis ojos,
Las que en mi fueron sospechas,
Son para su dueño abonos.
Ella huyó, luego es culpada ;
Pero, ¿por dónde, si el Noto
Por impulso de sus alas
No la ha llevado á otro polo?
(Llaman á una puerta.)
Cielos , llamaron ; yo quiero
Abrir , desmintiendo al rosiro
Las sospechas de mis males. —
¿Quién es?
Sale ROBERTO.
ROBERTO.
Y'o , que á lo furioso
Oe tus voces he llegado ;
¿Qué tienes, hijo?
COMDESTABLE.
Estoy otro
De quien era en mi discurso.
Siendo enigma de mis ojos.
Blanca...
ROBERTO.
¿Qué dices de Blanca?
De Palernio vengo, y sólo
A lílanca encontré , arrojando
Por la margen de su rostro
Ln esta primera cuadra
Dos destilados arroyos,
COrtDESTABLE.
¿Blanca está allá fuera?
ROBERTO.
Si.
CONDESTABLE.
No puede ser.
ROBERTO.
Reconozco
Que estás otro, como dices.
¿Rlanca?
Sale BLANXA.
BLAXCA. (Ap.)
Señor, yo me arrojo.
CONDESTABLE. (Ap.)
Oes ilusión cuánto miro,
O es incierto cuánto loco.
¿El Rey no estaba con ella?
¿Yo no vine cuidadoso?
¿No sacó Silvia la luz?
¿No cerré á Blanca yo propio?
Pues ¿cómo ahora está fuera?
ROBERTO.
,, Qué tenéis , Conde?
CONDESTABLE. (Ap.)
Yo propio
¿No me escondí aquesta noche?
; Mas que me ba de volver loco
Esu quinta!
DE ROJAS.
«OBERTO.
¿Qué tenéis?
CONDESTABLE.
Tengo una pena que ignoro.'
ROBERTO.
¿Quién la causa?
CONDESTABLE.
No lo alcauzc
ROBERTO.
¿Cómo ha sido?
CONDESTABLE.
No sé el cómo,
ROBERTO.
¿No lo sabes?
CONDESTABLE.
Si losé.
ROBERTO.
Di el efecto.
CONDESTABLE.
Aquese ignoro.
ROBERTO.
¿De dónde nace?
CONDESTABLE.
De mi.
nOBERTO.
i ¿Quién las obra?
CONDESTABLE.
Yo las obro.
ROBERTO.
¿A dónde vas ?
CONDESTABLE.
A morir.
ROBERTO.
¿Qué logras?
CONDESTABLE.
Descansos logro, (yase)
ROBERTO.
¿Qué es esto, Blanca?
BLANCA.
No se.
ROBERTO.
¿Qué sientes?
BLANCA.
Desdichas lloro.
ROBERTO.
¿Por qué causa?
BLANCA.
Por la tuya.
ROBERTO.
¿Qué te hice yo?
BLANCA.
Darme esposo.
ROBERTO.
¿Qué es el remedio?
BLANCA.
La muerte.
ROBERTO.
¿No hay otro, Blanca?
BLANCA.
No hay otro.
ROBERTO.
Oh, ayúdeme mi prudencia.
BLANCA.
Si hará, pero puede poco
JORNADA TERCERA.
Sale BLAN'CA fon la daga, meílio drs-
nudn , dfstrentados los cabellos,
sueltas las liaspiiñas y una luz en
¡a mano.
BLANCA.
Ahora que piadosos
Esos cielos líennosos
En su curso violento
Treguas lian [lerniilido á mi tnrmenlo,
Cuando apenas el alba ha esclarecido,
Sin que sepa de mi ningún sentido,
Vengo á lomar consejo
De mi padre por serlo, y por ser viejo,
Que las demás son intenciones vanas,
yue sülo habrá remedio donde hay ca-
Mi padre aqui reposa , [ñas.
Llamar quiero á su cuarto cuidadosa,
{Llama Planea.)
Sale ROBERTO medio desnudo.
¿Quién a estas lioras cuidadosa llama?
BLANCA.
Yo soy.
RODEnro.
¿Es Blanca?
BLANCA.
Si, que por mi f.ima,
Más que por mi desvelo.
A lu consejo en mi desdicha apelo,
Salle, Señor...
ROnEBTO.
Al cielo ¡ay Dios I plu;ínlera
Que tanto de tus males no enteiidieral
BLANCA.
Pues ¿ya lo sabes?
ROUEKTO.
Me conjeturado.
Que, llepando en el color adeianiado,
Destrenzado el cabello de ámbar puio,
Kl rostro hermoso sin color seguro,
Sin palabra los labios,
Los ojos con agravios,
Dt-sigual el acento ,
Torpe el discurso, vario el sentimiento.
Cuando á los ojos lágrimas pretieres.
Me estás diciendo áuu más de lo que
[quieres;
Mas di, ¿qué te ha movidoá desperlar-
BLA\CA. [nie?
Aleuiamente puedes escucharme.
ROBERTO.
Pues no ocultes ninguna de tus penas.
Puesto que á mayor daño te condenas
Si diciéiidolas todas una encubres ;
Si acallar una sola le acomodas.
De aquesa puede ser que nazcan tortas.
Y habiendo la quehas dichoremediado,
Por la que guardas pierdes lo granjea-
Y pues todas contámlolas mitigas, [do,
O cuenta la mayor ó no la digas.
BLANCA.
Padre piadoso , cuyas plantas sigo ,
Si con llamarte padre no le obligo.
Obligúele mi amor; pues eres sabio.
Permite tus oidos á mi labio,
Yhoyquemifamaconmimuerleliiclia,
O de valor 6 de piedad me escucha.
Ya. pues. Señor, que toda 4 ti me dejo,
Mi honor has decorar con tu consejo,
Y pues médico eres tan prudente.
CASARSE POR VENGARSE.
No te pienso encubrir el accidente.
Elrey Enrique(aqui mi agravio en pie-
Antes que fuese rey (aquí lropie7,;i (la
Exhalado en volcanes que reviento ,
Entre mi lengua intrépido mi aliento).
Como vivimos (si) , como vivimos
En esta quinta, junios nos unimos
Las almas tan contormes, tan iguales
(De estas glorias proceden estos ma-
Que me rendí á quererle. [les),
ROBERTO.
¿Esto consiento?
BLANCA.
Nohayculpaenel honor, esláme atento,
Que si delito hubiera.
En balde los consejos te pidiera.
Digo, Señor, que Enrique me quería ,
Y que grata á su amor correspondía ;
Dióme mano de esposo.
Con limpia fe , con pecho generoso.
Tú entonces de Paleinio (¡ah cielo ai-
[lado!)
La nueva le trajiste de su estado;
Üióme una (irma, y yo, por obediente.
La dediqué á tus manos imprudente,
Y era por obligarme con su mano.
Tu entonces de tu propio honor tirano.
No sabiendo su intento ( ¡ ah suerte ai-
[rada !)
Me disle muerte con mi propia espada;
PuesconRo.saura hiciste el casamiento,
Prestándote yo misma el instrumento.
I Ay cielos! ¿quién dijera
Que del bien la desdicha procediera?
Yo revestida , pues . de mis enojos ,
Con la pena y dolor hasta los ojos ,
Sin discurso arrojada , airada y liera
(Que no tiene dolor quien considera).
No podiendo á mi misma relreiianiie,
Por vengarme de mi quise casarme ;
Aun no teniendo miedo de la muerte,
()ue propio es de la contraria suerte.
Cuando la vida llama al desengaño,
Qniíar el miedo para obrar el daño ;
Cáseme, y no hallé el puerto que me
[alienta;
Pero fulle á buscar en la tormenta.
Llegó la noche de saber que es dueño,
Y lio durmiendo en ella estuve en sue-
Quise lingir amores , [ño;
Pero no me dejaron mis dolores;
Quise mentir afectos mal pensados,
Pero no me ayudaron mis cuidados:
Siente ruido ini esposo,
Levantj.se animoso.
Saliste tú al instante :
Ya sabes lo demás, voy adelante.
Otra vez, , pues , anoche,
Apenas l'ebo apresuraba el coche
Por las celestes huellas,
Imán de tanto ejército de estrellas.
Cuando estando mi esposo en la cani-
(paña,
()ue el mar con lanzas de cristales baña.
Entró Eiiriqueen la quinta inadvertido,
Kl color entre amante y ofendido ;
A una criada dónde estoy pregunta ,
liusquéme viva y no me hallé difunta.
Culpa noble mi agravio con su exceso.
Apagase una luz por un suceso,
Vase sin que le viera receloso,
Y hallóme hablando á escuras con mi
[esposo.
Disimula discreto, y yo, turbada ,
Salgo á otra cuadra, déjame cerrada,
Teii.o perder la honra C(.n la vida ;
Acuerdóme que tengo una salida ,
Con que no podra obrar mi esposo el
[Conde;
No te importa saber, cómo ó por dón-
Baste que le conUese lo pasado ; [de,
Entra á buscarme el ánimo alterado,
Y tú entonces saliste;
Ya viste lo demás , y pues que viste
Su confusión , su agravio y mi cuidado,
Vamos á lo que agora me ha pasado.
Entraba yo á mi cuarto recelosa,
Desmintiendo temores animosa.
Esta noche pasada con mi esposo.
Vestido de temor lo temeroso,
La color indecisa.
Haciendo el llanto de mis ojos risa ,
Cuando mi esposo, que su honor pro-
Blando me alhaga y cauto me asegura;
Hallo loque deseo.
Con sus abrazos sus finezas creo.
Que quien sin culpa llega á examinarse
Más fácilmente puede asegurarse ;
Dejo el adorno, desahogo el pecho ,
Armóme de valor, y admiio el lecho,
Y entre esperanzas de favor ilivinas ,
Me fué el de Holanda, tálamo de espi-
[nas.
Eingesueño mi esposoy busca el sueño;
¿Pero cuando le halló tan grave empi-
[ño?
Que pena á quien el sueño ha moderu-
[do
Aun no merece nombre de cuidado.
Mas él entonces con la ardiente llama ,
Por ver si duermo, en lenta voz me lla-
Yo, por saber la causa de su herida.
Finjo (qué bien fingí) que estoy dornii-
Levánlase confuso, y recelaba, [da.
Mirando airas, si acaso despertaba;
Toma una luz que se dejó encendida,
(No sé cómo be durado con la vida)
Prosigue ron cautelas tan extrañas.
Yo haciendo celosías las pestañas.
Los ojos entreabiertos y cerrados ,
Le dejo proseguir con sus cuidados.
Vivo el valor y las potencias muertas,
Üequiere las ventanas y las puertas;
Ciérralas todas , y arrojado y llero
Desnuda de la vaina el limpio acero.
Muéresele el color y el alma alienta,
Y al honor la batalla le [iresenla;
Viene á mí apresurado, el paso incierto,
Y al arrojaise finjo (|ue despierto.
Y entonces, del valor vivo tríisunto.
La causa de su enojo le pregunto ;
Y asiéndole el aceto le mitigo,
Que el miedo hace lo más en el castigo,
Y alentando el acero con el brazo ,
lilaiida me incito, tímida me enlazo.
Desasirse (iretende,
Y con palabras del honor me ofende.
Yo á callar en la lucha me seiilencio.
Que nohav satisfacción como el sdencio.
Kl forzando el acero y yo animando.
Yo resistiendo, y él apresurando
Volcaues, que en el pecho helado es-
[conde.
Ove que desde el campo dicen: (i¡Con-
[de!
Detiénese», y yo extraño (;fcliz suer-
[te!j
El no pensado ahorro de mi muerte,
O aquella voz que exhala el aire vano;
Deja la daga entonces en mi mano.
Apresura el valor trocando á rayos,
Y >o troqué en valores mis desmayos;
A salir le provoca su ardimiento ,
Y yo á juma llamé mi sentimiento.
Toma la espada y busca á quien le lla-
De su valor forzado y de su fama, [ma,
Sale, en electo, intrépido y desnudo.
El duda quién le llama, y yo lo dudo,
Y como sale al campo, y yole veo,
Suelto el freno de honor i mi deseo.
V ahora le he buscado;
116
COMEDIAS ESCOGIDAS DE DON FRANCISCO DE HOJAS.
El inslriimento es este, que ha dejado
En lilis manos violento,
Y aui que no eslú sai^^rionto,
Temo, si incpt'i>¡;;iieii tantos males,
Oul' U:¡ de verse leíiido de corales, [ce,
Que el que á creersu afrenta se condn-
U lari'e aguarda ó nunca se reduce.
Ahora tú consulla cuidadoso,
Qué <l bo hacer discreta con mi espo-
Pi mi nuK Tte pretende , [so
Mi aniora.i-Tavia y á tu honor ofende;
Pues cuaudoconmisangre me disfama.
El se queda con honra y tú sin fama.
Si a huir su enojo y su piedad me obH-
Fslahiaimeyo misma mi castii^o; [go.
Djrle satisfacciones no es prudincia ,
Recelarme es fallar á mi inocencia.
De suerte . que no hay medio con qu
[acierte
Daño es huir, no resistir es mmrle;
El me aborrece, no hay con qué le obli-
,^ . [="'
Aquí temo, aquí Enrique me persigui .
El Conde está celoso,
El vulgo es malicioso.
Vidrio el honor, el Rey determinado.
El Conde muy honrado,
Yo mujer temerosa, él imiaciente.
El riesgo grande, y tú. Señor, prn
[denlr
1 pues que mi desdicha le ha inloriii:i
[do.
/eamos qué me aconseja tu cuidado.
BOBEBTO.
Tu relación me deja tan confuso.
Que ni el remedio ni la muerte excuso.
Pero al consejo vamos,
Y pues solos estamos.
Para curar mi honor y tu accidente ,
Oye.
BLANCA.
Señor...
ROBERTO,
¿Te sientes inocente?
EUXCA.
No tanta puridad el sol encierra.
BOBEBTO.
En errando al principio, el fin se yerr.n;
No te hablo como padre, como auiigd;
Míralo bien.
BLANCA.
Que esloy sin culpa digo.
ROBEnro.
Pues ¿quéintenlas ahora?
BLANCA.
Que me ocultes
En tu cuarto , Señor; que ine se;)iiltes
Donde airado mi espeso uo me halle :
Que me escondas, en lin.
nODERTO.
Tu lengua calle;
No digas más, porque si aquí me dices
Que nohay rieí-go en tu honor, te con-
Que es inútil la cura, [iradices.
Si tu propia inocencia te asegcra;
Y puesto que en lu honor no estas cul-
[pada.
Antes busca el suplicio de su espada.
Vuelve a lu esposo , porque asi te abo-
Haz de las ansias tuyas corazones, [nes,
yuc quien huye vestida de impruden-
Hace delito lo que fué inocencia, [cia.
No es buena ra^on, no, que con tu
Olvides un amor poruña vida, [huida
Que aunque culpa tuvieras,
Animarle debieras:
Arrojada, sayaz, lirm^ y prudei.le,
Saca, pms, lo que debes inocente.
BLANCA.
jV si pierdo la vida?
ROBtllTO.
¿Eso rocelas?
¿ Asi coli.irdes inérilos desvelas?
La que es noble , y la que es de adver-
[sa suerte,
La vida ha de temer, y no la muerte.
BLANCA.
i V el vulgo no dirá voraz y Bero , [roí
ijue tuve algunacausa, pues que mue-
ROliERTO.
¿V el vulgo no dirá, si eso advertiste,
Jue tu» isle delito , pues huisie?
BLANCA.
Y si yo...
BOBEBTO.
¿Qué te Uiibas?
Rumor de gente.
ROBERTO.
El Conde habrá venido.
ENBIQOE.
^0 es el Conde, yo soy.
BOBEBTO.
¿Quién?
ENRIQDE.
Vo, Roberto.
BOBEBTO.
Señor ¿pues qué intención? ¿qué des-
ENRIQBE. [coucieriu?
Callad. Roberto, que mi amormellama
.\ venir á mirar por vuestra fama.
ROBERTO.
No OS alcanzo, ni entiendo el pensa-
EXBiuuE. [mieiilo.
S^sa puerta cerrad, y esladme atento.
ROBEBTO.
Va, Señor, h.^ cerrado.
{Cierra la puerta ) [dado!
(Áp. ¡Qué decuid;.dos esunjjran cui-
BLANCA. (Ap.)
¡Qué de desdichas!
ENRIQIE.
(.1p. ¡ Qué de confusiones!)
.\!i venida escuchad en dos razones :
Digo, que yo venia.
Venia yo á correr esta mañana
Esa margen de s;raiia.
Cuyo albergue de lleras
A un tiempo se divide en tres hileras,
Pues sus rocas recelo
Que sujtenlan la máquina del ciclo,
Siendo por otro lado
iMurallas donde topa el mar salado ;
Pero aqueste discurso me embaraza.
Todo aquesto es decir que sal i á caza,
Y quien se ha de vestir de suspensio-
[nes,
No se estorbe en prolijas digresiones,
Y pues sobra al discurso lo elegante,
Dejo el pintar y voyá lo impórtame.
Antes que el sol privilegiase el dia,
A esla quima concierto pensamiento
(Que no importa al sucesojcuando sieii-
Kn los aires veloces, [lo
De una mujer bien repelidas voces;
{Ap. Disimular importa, que escondido
En laquinla he escuchado aqueste rui-
[do.)
Llegúeme cerca, el alma cuidadosa,
Y oigo, que el Conde airado con su
Su muerte pretendía, [esposa,
Y que ella sus enojos resistía;
Despido de mi lado los criados.
Del honor enemigos disfrazados,
Y por ver si su enojo me responde.
Desde elcampo le digo :«¡Ah,Conile.
[ah. Conde:
(Ap. Bien digo, que intenlandoprovo-
De la quinta salí para llamarle [carie,
Con la llave que guardo.) V enojado
La respuesta me dio, bajando airado.
El alma viva y la color difunta,
—¿Quién eres tú, que llamas, me pre-
[gunla?—
Recato el rostro, y yo le digo:— Conde,
Si a quien sois vuesira sangre corres-
Pues que sólo os obligo, [poude,
A esla ribera os retirad conmigo; —
Sígneme valeroso á la ribera.
Que es madre de la verde primavera.
Donde un cuidado \ un ardid prevengo;
— ¿Tendréis valor (le dije, niienlus
Puesto que asi osprovoco, [veii;;o,
Para esperarme en esla selva un poco,
.Mientras despido aqui ciertos criado-.
Porque solo os declare mis cuidados?
—.Nunca (me dijo entonces) me aco-
[barilo:
Id, pues, á despedirlos, que aquiasuar-
Vo, que esperar le veo, [do;—
Hallando el claro puerto á mi deseo.
Rodeando el monte á Irechos guarne-
A la quima á buscaros he venido.
Por ver si doña Blanca ha peligrado ;
Y pues libre la he hallado,
Y por mi causa al arrojarse Cero,
Recató temeroso el limpio acero,
Ypues me induzgo,comoen mi se .-i I-
[vierlp,
AI cuidado did riesgo de su muerte .
Y pues hallo frustrada su quimera.
Vuelvo á buscar al Conde, que ine i «-
BOBEBTO. [per.i.
Idos presto, Señor.
ENBIQtlE.
Cuando yo entralu.
Cuatrín, criado suyo, le buscaba;
Y si le encuentra, es fuerza que le di- <
Que entrar me vio; v ansí, pues que i
[oblij.,
Mi valora mirar por vuestra fama,
Y la opinión primero de una dama.
Voy á poner remedio á su desvelo.
{Llaman recio á una puerta
de en medio.)
BOBFRTO.
Viváis mil años; pero, vive el cielo.
Que esel Conde, sin iluda, que el en lio
Habiéndole encontrado le ha avisaiio.
CONDESTABLE. (Detilro.)
Hola Silvia. Lisardo ¿qué es aquesto?
¿Cómo está aqui cerrado?
CUATRÍN. {Dentro.)
Ábranos presto.
CONDESTABLE. {Dentro.)
Abrid, Roberto.
BLANCA.
¡El alma (engo muerta!
CCATBIN. {Dentro.)
Abran, ó haráse el paso de la puerta.
ROBERTO.
Ya voyá abrir. {Ap. El Conde llega cío-
blanca, [r")
En tempestades de inquietud me ane-
BOBERTO.
Vele, Blanca.
(losí Blanca.)
E^RlQl:E.
Enire pues.
BOBEBTO.
No corresponile
Vuestra Alteza á mi amor, si no se es-
EMiiQiE. [conde.
¿.Pues yo me he de esconder?
RODEUTO.
Vos sois prudente,
Evitad el mayor inconveniente.
Y pues que me debéis reconocido
Mercedes que, decis por paga os pido,
(Porque á mi fama mire)
Qae tu Alteza á mi cuarto se retiro;
Mirad que el l^onde viene cuidadoso,
Y aunque es discretopuede ser celoso.
ENRIQIE.
No quisiera faltar á mi grandeza.
BODERTO.
Por mi amor lo suplico á vuestra Alle-
em:iqoe. [za.
Pues si asi á lo que debo correspondo.
Por vos, por Blanca y por su hoiionne
[escondo.
(Escóndese Enrique en el cuarto de
Roberto y él abre la puerta.)
Salen EL CONDE y CUATRÍN.
cuatrín.
Digo que ie he visto entrar.
CONDESTABLE.
Quitarle intento la vida.
ROBERTO.
¿ Dónde vas? deten el paso.
¿ yue intento te precipita?
CONDESTABLE.
I n hombre vengo á buscar,
C'ue en esa margen florida,
One siendo madre del alba
Sus aljofares abriga.
Dejándome asegurado
Esta noche, desta quinta
Me sacó ; mas no te importa
Saber las desdichas mias ,
De la quinta me ha llevado,
Y sé que á la quinta misma
Se ha vuelto otra vez, y vengo...
ROBERTO.
..Qué sueñas ó qué imaginas?
¿Hombre aqui' ¿quién te ha engaTiado'
CONDESTABLE.
Atmque á la defensa aspiras
lie de entrar, viven los cielos,
A vencer mis fantasías ,
Que cuando puedo valiente
Deshacer aqueste enigma,
Es negarme á lo dudoso
Especie de cobardía.
ROBERTO.
(Mi honor. Conde, no es el tuyo?
CONDESTABLE.
Es verdad.
ROBERTO.
Pues imagina
Que yo mismo te ayudara ,
Y que aquestas canas mias
Fueran espadas de honor.
Nobles siempre y siempre limpias;
Luego si te desengaño,
Ni agora tu honor peligra.
Ni nadie en la quinta ha entrado
Ni JO le lo encubriría ,
CASARSE POR VENGARSE.
Cuando tu misma deshonra
Viene a ser deshonra mía.
CONDESTAI.'LE.
Dices bien. ¿Cuatrín , qué has dicho ''.
CDATBIN.
Aquesas dos cuadras mira,
Y si dentro no estuviere,
Con abanico de encina
Permito queme hagas aire
De los hombros á la cinta.
CONDESTABLE.
Aunque es verdad lo que dices ,
Oye antes que me corrijas;
O él está dentro ó no esta :
Si está dentro ya es precisa
Obligación con mi enojo
Quitarle la inrame vida,
Y si lio está, ¿qué te importa
Que examine con la vista
Desen._-;uins,ip|,,.nj„s?
Poninr ., ,!,.. -,:,
Mi'vn,,, ., 1, ,., ra.
Con a|Miiiilc> cn.-.iíios,
Neutralineiittí disiMirsiva ,
Dudando si ser pudieron
Verda les las fantasías ;
Y ansi , esté dentro ó no este.
Examinando esta quinta
Se consigue mi deseo ;
Si le hallo aquí se acredita
Con mi agravio su casiigo.
Sí no le bailo se averiguan
Los desengaños de honor :
Perdonen , pues , tus porfías
Que he de buscarme yo mismo
La salida a mis desdichas ,
Si hallándole hallo su muerte ,
Y DO hallándole mi vida.
ROBERTO. (Ap.)
El Conde tiene razón ,
En qué de aprietos peligra
Un sentido corazón
Y una lenitad bien nacida ;
Tres cuidados , tres sospechas.
En tres materias distintas
Me aprietan en este caso,
{Hablen en tanto Cuatrín y el Conde.)
A<|uí con razón me obliga
Ll Conde á mirar su causa ,
Y tanto más, cuanto impida
Su entrada, tanto más él
Airado y noble se incita ;
Pues dejarle que al Rey vea.
Siendo yo la causa misma
De que'el Rey esté escondido.
Viene á ser alevosía.
Puerto ((ue fallo á mi Rey,
Y Blanca también peligra;
Con la sospeclia de hallarle
Silo impido la malicia
Queda de parte del Conde;
Pues ¿(|uc remedio hallaría
Para cumplir con el Rey,
Coii el Conde y con mi "bija?
¿Qué he de hacer? ¡válgame el cielo!
Mas ya la industria imagina
Un remedio para todo,
Puesto que él á entrar se anima ;
Vo le quiero consentir.
Que esforzóse, sí acredita
Contingencias de su honor.
Que en la cuadra de mi hija
Entre primero, pensando
Que oculto en ella se libra
El que entró en la quinta huyendo;
Yo, mientras su cuadra mira,
Sacaré al Rey de mi cuarto ;
El , que saber solicita
Quién ba entrado, cuando salga
Desta {lieza hasta la mia.
No hallando al Rey en mi cuadra,
Vencerá sus faillasias;
Rlaiica queda con honor,
El lU'v fuera, yo con vida;
El contento, Blanca alegre;
Y, en lin, con una acción misma
Habré conseguido iguales
Tres contentos y tres dichas.)
Cuatrín, vele tú allá fuera.
CUATRÍN.
Basta que tú me lo digas.
(Ap. Para irme afuera, y allá
Detrás de aquesta cortina
He de escuchar cuanto pasa ,
Puesto que no cumpliría
Con la ley de buen criado
Quien no escucha, parla y mira.)
(Escóndese.)
ROBERTO.
Conde, tú tienes razón.
Esas piezas averigua,
Examina tus criados.
CONDESTABLE.
Desta manera me obligas,
( Va ó entrar por la puerta que entró
Blanca y detiénese.)
Esta quiero ver primero;
Entro, pues. (Ap. Una malicia
Se me ha ofrecido al disrnrso;
¿No puede ser (sí podría i,
Que este hombre no esté escondido
En mi cnai to, y mientras mira
Mi indignación los retretes,
Roberto, que ahora aspira
A libertarle, le saque,
Y mi intención vengativa
No venga á surtir efecto?
¿Pues qué remedio tendría
Para saber dónde está?
Sí entro á su cuadra, la misma
Duda del mal queda en pié,
Pues que también de la mia
Podrá sacarle mejor.
¿Cómo haría, cómo baria.
Para mirarlas entrambas ,
De modo (|ue no me impida
La entrada desta á la otra.
Ni esta á esotra me resista?
En grande empeño me hallo;
Pero en la puerta se mira ,
Sí no me engaño, la llave
Puesta en la cerraja misma;
Bueno, cerraré esta cuadra,
Y ansi tendré prevenida.
En viendo la de Roberto,
Esta también.)
(Cierra la puerta de Blanca con llave.)
nouERTo. (Ap.)
O la vista
Miente á los ojos, ó cierra.
¿Sí ba entendido mí malicia,
Y viene á ver esta cuadra?
¿Quién se vio en mayor fatiga?
Vive Dios que me ba entendido.
CONDESTABLE.
Cerrada está.
(Encerrando va á entrar á la cuadra
de Roberto.)
ROBERTO.
No prosigas
Los pasos, que ya esui causa
ístá de la razón mia;
liinibie que esa cuadra cierra
Y hombre que no se confia
De su sangre, razón es
Que sus intentos le impida.
CONDESTABLE.
Yo be de entrar.
I!S
COMEDIAS ESCOGIDAS DE UO.N FRANCISCO
nonenro.
Mira, repara
Que á un cuidado le deslinas,
Y que le lia de haber pesado
De entrar dentro.
CONDESTABLE.
Más me irritas,
Que estudia para cobarde
yuieii el peligro ¡maí;ÍDa.
ROBERTO.
Mira Otra vez...
Quiere entrar por fuerza y sale
E.NRiyUE.
ENRIQUE.
Viles no entréis.
BOBEBTO.
¡Hay tal desdicha!
CONDESTABLE.
Señor, vuestra Majestad...
Sale CUATRÍN.
CUATRÍN.
Vo tomara ¿espaldas vistas
Doscientos de buen concierto
Por soplón ó por malilla.
ENRIQUE.
Costaráos cuidado el verme.
Sabed que tuve nolicla
Oue á mi hermano desde ayer
Tenéis oculto en la quinta,
Y (|ue viene á conjurar
Lo más noble de Sicilia
Por quitarme la corona ,
O a requerirme i|ue admita
A üosaura, como manda
El Rey por su regia lirma;
Aquesta noche os llevé
A esa playa cristalina.
Donde de las rotas naves
Guarda túmulos de estillas
Por venir á averiguarlo
Sin que vuestro error lo impida;
Volví, en fin, hallé á Roberto,
Dijele mis fantasías.
Allanóme á aquestas cuadras,
Mo hallé á naide, y ya salía;
At,ijaísleme los pasos
Kntre cuidadosas iras,
Y llegastt's á esta cuadra;
Si Roberto os detenia.
Es tan prudente Roberto
Tan noble sangre le anima,
(Jue aun no quería que vos
^upíésedes mi venida ,
O que tuve presunciones
Uue en vos quepa alevosía;
Mas pues sos mismo queréis
Ser de vos mismo homicida ,
Y cuando os buscáis los daños ,
Honores os solicila.
Es bien que sepáis mi intento;
Mirad que si se averigua
Üue mi hermano ha estado oculto
Por vuestra causa en la quinta ,
O que de vos ayudado
Coiiira mi corona aspira,
IJue habéis de saber...
CONDESTABLE.
¡Señor!
ENRIQOe.
Que mi indignación castiga.
CONDESTABLE.
Mire vuest/'a Majestad...
ENRIQUE.
Mp. Asi disfrazo la herida
De mi ardiente corazón ,
V pues Roberto me obliga.
Noble siempre y siempre padre,
Y pues que Dlanca peligra
A pesar de mis pasiones
No he de volver á la quinta.)
Venid , Roberto.
Alguna lengua atrevida
Conira mi honor, contra vos
Alectos de culpa iudicia ,
;Vive el cíelo...
ENRIQUE.
Ser leal
Es la mayor valentía. ( Vnse.
ROBERTO.
No pudo haber otro medio
En tan confusas enigmas. ( Vuse.
CONDESTABLE.
illay caso más prodigioso !
¡Sospecha tan indecisas !
¡Tan neutrales apariencias!
¡ Confusiones tan distintas !
.si porque su hermano siempre
Me quiere, admite y estima,
Aun antes que fuiste rey,
A intentarse precipita
Presunciones de mi agravio,
Y de mi lealtad malicias.
Camino de razón lleva.
Que haber venido á la quinta
Tantas veces, es cuidado
En que sus indicios libra ;
Ya quiero ver á mí Blanca,
Que en mi pecho se eterniza,
A pesar de viles celos.
Hermosamente divina ;
busco, en efeto, mi esposa ;
Parece ó miente la vista ,
Que aquesta rota pared
Se está moviendo en si misma ;
Vive el cielo que la abren
Por de dentro, y que es de Silvia
Aquel brazo, y es sin duda
Que estaba dentro escondida
Cuando yo entré hacia esta pnrte.
(Relirase.)
Mi honor sus cuidados libra;
Escuchar y ver intento
( ¡Oh gracias á mi desdicha !)
Que la duda es evidencia.
V la apariencia noticia. {Escóndese.)
Sale SILVIA por el tabique, con un
papel en la mano.
Desde las rejas que salen
A esa campaña florida.
Donde la divina aurora
Copos de perlas graniza,
Vimos mi Señora y yo
Que alguna gente salía;
Sin duda era el Rey, y el Conde,
V Roberto, y asi envía
Mi Señora este papel
Al Rey ; con él imagina
Hallar medio á sus dolores,
Suspensión á sus fatigas ;
Y como todas las puertas
Nos han cerrado, me obliga
El ver (pie salir no puedo
A abrir la pared rompida
Para buscar á Cuatrín,
Puesto que de mí confia
Mi ama con sus secretos
Los peligros de su vida;
DE ROJAS.
Cuatrín le ha de dar al Rey,
Quiero ver si le hallaría
En esta cuadra, antes que
Mi Señor vuelva á la quinta. [ Ya
CONDESTABLE.
¡ Vióse mayor confusión !
4 Qué encanto de mis antojos.
Qué prodigio de los ojos
Me suspende la razón?
Porque más confuso quede,
La pared está rompida,
Y con arte dividida.
Tan nuevo, que abrirse puede.
¡Quién ha visto asombro tal!
¡Quién tan gran desdicha! ¡Quién
Halla la salida al bien
Por el camino del mal!
Que ha llegado el desengaño.
Infeliz discurso, ved.
Pues me dice esta paree?
Los enigmas de mi engaño;
) Laprímer noche, á mi esposa
A escuras nombrar oí ,
Ella huyó anoche de aqui
De mi enojo temerosa ;
El Rey con ella vivió,
El amor es natural.
De antes mucho es este mal.
Aunque ahora le sé yo;
¡Oh mal donde ley no cabe!
Pues el dueño es evidente.
Que es qu'en primero lo siente
Y el último que lo sabe.
Hoy mí desdicha publique
Mi daño en mi vituperio.
Que no se hizo sin misterio
Romper aqueste tabique.
¿Adonde hay pena que iguale
Tantos cuidados de un daño?
Mas pienso, si no me engaño.
Que es Cuatrín éste que sale.
Sale CUATRÍN, con el papel
cuatrín.
Silvia ahora me ha mandado
Que al Rey lleve este papel
De mi Señora, que en él
Vida y honor ha librado;
Paciencia el cielo me preste,
Porque si á Palermo parto
No doy por mí vida un cuarto.
CONDESTABLE.
Tente, ¿qué papel es este?
cuatrín.
¡Ay Dios! ya llegó mí día.
CONDESTABLE.
Suelta, si vivir deseas.
CUATRIW.
Aguárdate, no le leas,
Porque es una obrilla mia.
En que he estado divertido,
De la ociosidad desvelo.
CONDESTABLE.
Mataréle, vive el cielo.
cuatrín.
Yo lo doy por recibido ;
Tómale , y tú lo verás.
CONDESTABLE.
La ohiea despegar quiero,
Pues que aun no está seca infiero.
CUATRm.
Yo me escapo.
CONDESTABLE.
í Dónde vas?
CUATHn.
A proveer al Consejo
De la Cámara, en ra/on
De un niieüu una peliciou.
CO.'IOESTABLE.
Vive el cielo...
CUATBM.
Ya lo dejo ;
Pero te advierlo. Señor,
Que no ha de poderlo hacer,
Auuque lleve mi poder
Por nii mi procurador.
{Abre el papel y, sin romper la nana,
desplégala.)
coMDESTABLE. (Lee.)
tPor tomar veiiyanza de mi misma,
»y dar pesadumbre a vuestra Majes-
>tad, macase; quedo encerrada, v te-
imieudo un yran riesgo por las veiii-
•das de vuestra Majestad á esta quin-
>ta, los consejos de mi padre son muy
•conlra mi vida, y la estimo mucho,
>por lo que tuvo un tiempo de no ser
>D)ia: si como dice la eslima, vendrá
«alpunlo, que yo le espero cuidado-
isa, para conferir el modo de asegu-
• rar á mi e-poso, aunque uo parece
iposibie.— Üona Blanca.»
¿Por vengarse del amor
Del Rey se casó conmigo?
¡Oh papel, licro testigo
tn la causa de mi honor!
La industria he de prevenir
\ el papel he de cerrar
Ydejarésele llevar,
Que si el liey ha de venir
Como en el mismo se advierte.
Asi hallara prevenida
Del deshonor de una vida
La mas cautelosa muerte ;
(Torna á pegar la oblea.)
Llevar puedes el papel,
yue iinporla a nuestro sosiego,
í al Key has de darle luego.
cuatrín.
Aanquesoy criado fiel ,
.Nada a tu gusto me impida,
Pues siempre tu esclavo he sido.
CONDESTABLE.
No digas que le be leído,
C!ae le quitaré la vida,
CuairJD.
cuatrín.
Seüor, ¿qué me quieres ?
CONDESTABLE.
¡Pnes tanto llego á harte.
Si vienes presto, he de darte
Ud vestido, el ijue quisieres.
cuatrín.
íi nn vestido me aseguras
Hecho y derecho, me ahorro
Las entretelas y aforro,
Los sastres y las hechuras. (Vase.)
condestable.
¿Ya qué tengo que esperar?
¿Knqué discurro? ¿qué espero?
I'ueslo <|ue aquello más muero
Que lardo en considerar ;
A obrar, corazón, á obrar
Os llama aqueste accidente.
Cobardees quien es valiente
Kn los casos del honor.
Pues quien ddata el rigor
O los duda ó los consiente ;
Brazo, ya arrojarte puedes.
Pues porque á mi ofensa apoyen.
Si á otros las paredes oven ,
A mi me hablan las paredes ;
Va que osado no te excedes
Debes arrojarle fiero;
CASARSE POR VENGAHSt;.
Pues de las causas infiero
Por imposible i mi vida,
Ver una pared rompida,
Y hallar un honor entero ; i
Es mi mal tan mi enemigo, !
Tan mi contraria mi suerte,
Que si no la doy la muerte
No vengo á cumplir conmigo ;
No sólo indicio, testigo
Es un p.'\pel, declarado,
Y si al Rey oculto he hallado,
¿Qué mas pretendo saber?
I ¡Ah, cuánto ha de comprender
El (|ue ha de vivir honrado!
! Pero yo ¿ por qué me empleo
A la venganza que aspiro.
Si aun(|ue los indicios miro,
Los delitos nunca veo?
Pero si mi honor deseo.
Su muerta debo emprender,
I Que asi no viniera á ver
1 Quien vengíira su deshonra,
I Que delitos de la honra
1 Jamás se llegan á ver;
La venganza en que mefundo
No diré cómo ha de ser;
Mas mi cautela ha de ver
El Rey, Sicilia y el mundo;
Ea. brazo sin segundo,
Ea, noble sentimiento.
Que pues el fuego que alíenlo
Al suplicio se abalanza,
lia de nacer mi venganza
De lo que fué el instrumento •
Dlanca misma lo escribió.
Arrojada y temerosa.
Que por vengarse celosa
Conmigo se desposó.
Esto ¿no lo he visto yo?
Si ; pues quiso casarse
Por vengarse ó injuriarse
Del Rey, que mi honor molesta,
Presto'verá cuánlocuesta
El casarse por vengarse. (Vase.)
Sa/e BLANCA.
Quien vive de sólo un mal ,
¡En qué de cuidados mucre I
Quien de muchos males vive,
¡Que dello anima su muerte !
No hay bien como muchos males.
Porque un mal solo es de suerte
Que por ser uno no mas.
Sólo á aquel el alma atiende;
Pero el alma en muchos males
Se consuela ó se divierte.
¿Si habrá recibido el Rey
Él papel? ¡Oh sí viniese!
Porque con una cautela
Que he prevenido, ser puede
Que asegure mi esposo.
¿ Qué será (; av Dios I )que me encierro
Él Conde? ¿qué habrá pasado?
Allá fuera todo tiene
Misterios que yo no alcanzo ;
Mas aliente el alma, aliente.
Ni me apresure el cuidado,
Ni el fracaso me atrnpelle:
Quien muere antes de morir
No se ha de llamar valiente.
Valeroso aqnel se llama
Que aun cuando muere no muere;
Quien se casa por vengarse,
¡Qué de veces se arrepiínle!
Porque el enojo se acaba,
Y el agravio vive siempre.
Sale EL CONDESTABLE.
condestable.
Mientras que Blanca, mi esposa ,
Ha estado en este retrete,
lie abierto las puertas todas ,
Y dispuesto en tiempo breve
Con su venganza mi dicha
Y en mi cautela su muerte ,
Y ya el tabique he mirado.
BLANCA.
(Ap. Mi esposo ¡ay cielos! es éste.)
¿Dueño y señor?
condestable.
¿Pona Blanca?
BLANCA.
(.4p. Fingir aquí me conviene.)
¿Qué tienes que tan suspenso,
Y tan indeciso siempre.
Ni me hablas ni me miras?
; Pues que ni mi amor le debe
Efectos de amor fingidos ,
O cumplimientos corteses ?
condestable.
Es tanto el fuego que guardo.
Como en el alma se enciende,
Que desalado en mis males ,
Si decirle pretendiese
Sola una de tantas penas.
Es su fuego de lal suerte.
Que una no puedo enseñarte.
Sin que las demás le enseñe ,
Sólo te digo. Señora ,'
f.4p. A fingir mi pecho empiece.)
Que en tu memoria me orupo.
Que en tí el alma se suspende.
Que sólo anhela por ti ,
Por ti vive y por ti muere.
BLANCA.
Pues yo por sólo tu causa
Vivo en aqueste accidente.
Por ti no acierto á vivir.
íAp. Bien digo, que si no fuese
Por él pienso que viviera.)
CONDESTABLE.
¿Tanto, enefeto, me quieres?
BLANCA.
CONDESTABLE.
í.Kp. Agora es buena ocasión.)
¡ Ay, Blanca , y quién te dijese...
BLANCA.
Acaba, dime tus males.
CONDESTABLE.
Que el Rey, Blanca, que el Rey quiere,
No sé como no lo sienta...
BLANCA.
No mueras de tantas veces ,
Di tus desdichas.
CONDESTABLE.
Enviarme
A la guerra porque esfuerce
El ejército que junta;
Porque su hermano rebelde
Aspirar á su corona
Soberbiamente pretende.
No sé que remedio tome
Para que Enrique me deje
Ser águila que en tus rayos
O me suspenda ó me lleve,
¿Qué haré yo para no ir?
BLANCA.
Di que indispuesto te sientes.
CONDESTABLE.
No, Blanca , si hay algún medio
Para que me quede, es este.
C.lp ¡Qué bien mi intención se traza 1)
Mira, siempre lan mujeres
Que intercedan se permilc,
COMtülAS ESCOGIDAS DE DON FRANXISCO DE HOJAS.
Por sus dueños & los reyes ;
Tu lias de hacerme un guslo aliora.
BLANCA.
¿Qué me ordenas?
CONDESTABLE.
Un billete
liis (le escribir de lu pane.
Pidiendo al Key que te deje
A tu marido.
BLANCA.
Muy bien.
CONDESTABLE.
Sobre un pequeño bufete
Tengo prevenido allí
Uno de mi letra, y puedes
Trasladarle de la tuya ,
Para que Cualrin le lleve ,
yue con sólo trasladarlo,
Blanca mia , es evidente
Que viéndole el rey Enrique
Ha de mandar queme quede.
BLANCA.
Pues yo voy. {Ap. ¡Oh qué ocasión
Tan buena si yo quisiese
Pedir al Rey Ío contrario !
Mas es fuer/j obedecerle.)
Mucho le debo á tu amor.
CONDESTABLE.
Si alcanzas lo que me debes.
BLANCA. {Ap.)
Aun no estoy asegurada :
No sé qué recelos siente
El corazón ; mas ¿qué riesgo
En un papel haber puede?
CONDESTABLE. {Ap )
Ella á su muerte camina.
BLANCA.
{Ap. El amante me convence.)
¿Estás sin enojo ya?
CONDESTABLE.
Nuestras paces se conserven
Con mis brazos. {Ap. Que han de ser
Los últimos que te diere. )
BLANCA.
Daslantemente te adoro.
CONDESTABLE.
Adorote tiernamente.
BL.INCA.
¿Has de volver á enojarte?
CONDESTABLE.
De hoy más no hay en qué sospeche;
Hoy se han de acabar mis penas.
BLANCA.
Hoy se ha de trocar mi suerte.
¿Me esperas?
CONOFSTABLE.
Aquí te aguardo.
L'LASCA.
Pues yo voy á obedecerte. {Vase.)
CONDESTABLE.
Todo como deseaba ha sucedido :
Ella misma á su muerte se ha indnci-
Parece que me siento [do;
Con menos pena, no con más aliento;
El tabique rompido
Cuidadoso he mirado y advertido :
Por la parte de en medio es de madera,
Y parece pared por la de fuera,
Con tan extraño arte.
Que se une por aquesta y la otra parte;
Para un marido hay males tan ejtraiios.
Pues hasta en las paredes bayengaños;
Yo quiero ver si acaso está sentada
A escribir el papel, que si obligada
[Atóntate al paño á mirar ti etcribe.)
De mi amor obediencias apercibe.
Sobre su misma sepultura escribe.
Sale CUATRÍN.
CUATRÍN.
De peña en peña, y no de rama en rama,
Pornii vestido, más qne por mi fania,
Lo que hay de aquí á Palermo he sin-
[copado.
Que esto es hablar de culto ó de nien-
[guado.
¿Dónde mi amo estará, que noparece?
Asombro cuanto miro me parece ;
Sin duda á algún intento está cerrado.
¡Miserable el que llega á ser casado!
CONDESTABLE.
¡Oh si ya el Rey viniera,
Porqueel castigo en mi deshonra vieral
¡Oh si Cuatrín hubiera ya venido!
cuatrín.
Cuatrín está ya aquí por su vestido.
CONDESTABLE.
Según eso. Cuatrín, ¿no has olvidado
Darel papel al Rey, que te he mandado?
¿Previene el Rey venir? dilo.
Cl'ATRI.'í.
Previene.
CONDESTABLE.
¿Viene la Reina ?
CUATRÍN.
No.
CONDESTABLE.
¿Y Enrique?
CUATRÍN.
Viene,
Y sin duda han llegado,
Queenel zaguán Robertose haapeado,
Y voy á fuera á prevenir la entrada.
Pues' la puerta del cuarto está cerrada;
Y pues que te he servido.
Yo volveré después por mi vestido.
{Vase.)
CONDESTABLE.
Ahora, pues , osado pensamiento.
Ahora, pues, impulsos de mi aliento,
Llegue la ejecución á la esperanza,
Exceda á mi cautela mí vengan-za ;
Si hubiere alguno de alma tan piadosa
Que culpare la muerte de mi esposa,
Mire él allá consigo
Si estos indicios bastan al castigo,
Que si ton atención los reparare.
Raro ha de ser aquel que! me culpare.
Que estos delitos el que honor repara,
Nunca llegan á verse cara a cara ;
Y asi, al que me culpa habré advertido.
No que es piadoso, sino que es sufrido;
¿ Blanca no está escribiendo
Junto aq uesta pared ? ¿Yo no pretendo,
Teniéndola en el aire prevenida,
Que por feudo al honor pa gue una vida?
¿Vo la causa no he sido
De que el Rey ala quinta haya venido.
Para ver mi venganza y mi cántela ?
¿Qué me detiene, pues, qué me des-
[vela?
¿Esta pared no derribó mi honra?
¿No fué instrumento vil de mideshon-
Pues porque sirva al mundo de escar-
[mienío
Sea el castigo de que fué instrumento.
Porque desta manera
Viva mi fama y mi deshonra muera.
{Derriba el tabique entero á ¡a parte
de adentro con cuadrot de pintura.)
bla.nca. (Dentro.)
; El cielo me valga ! ¡esposo!
¿Hola, Cuatrín, Silvia, padre?
CONDESTABLE.
{Ap. Morirás, viven los cielos.
Si no bajan á ayudarte
Piadosamente divinos
Espíritus celestiales;
Esto presumo que basta ;
Fingir aquí es importante.)
¿Hola, criados, Roberto,
Criados? ¡ Ah miserable
Esposa! ¡Triste de mí!
Sale ROBERTO.
ROBERTO.
Hijo, ¿qué es esto?
CONDESTABLE.
No caben
En el pecho mis fatigas.
Ni en mis palabras mis males.
¡Ay de mi!
Sale ENRIQUE ij todos.
ENRIQUE.
Conde, ¿qué es esto?
CONDESTABLE.
Ilustre Rey, asi ganes
Del valor que te engrandece,
Voz á la fama constante.
Que te merezca atenciones ,
Que te merezca piedades,
Que oigas, en efecto, pido
El suceso más notable
Que alumbra el cuarto planeta
Desde el solio de diamante.
Mi esposa en esotra cuadra,
( ¡ Qué de penas me combaten ! )
Estando escribiendo ( ¡ ay cielos! )
Un papel para su padre,
Sin saber de qué manera,
0 por antigua ó por frágil ,
Se cayó aquesta pared
Sobre su rostro, tan grave ,
Que al paso que la ha oprimido
Se ha traducido cadáver;
Yo no sé desta pared
Algún secreto, algún arte
Tenía que yo dudaba ;
Llegad todos á ayudarme.
Alcemos esta pared,
{.ilzan la pared; vése debajo Blanca,
muerta, y el recado de escribir caído
allí junto.)
No vuestra piedad me falte.
1 Ay Blanca mia, ay mi prenda!
¿Tú el rostro bañado en sangro
¿Cenizas tus azucenas.
Y jazmines tus granates?
Pero aunque lirio traduces
Esos divinos cristales.
Cuanto mueres á mis ojos
Tanto en el alma renaces.
Cubrid aquese portento,
{Cübrenla.)
Ese asombro, aquese ultrajo
De mi vida, de mi amor.
Porque si(|uiera descanse
La vista, puesto que más
Forzada el alma le agrave;
Y vos tened compasión ,
Señor, de mi amor, pues antes
Vino á ser gozar su muerte ,
Que sus luceros gozase.
{Ap. ;La pared que fué instrumento
SuriMsligo miserable!
Kiiviürnie Blanca á llamar,
¿tíae más l'urzosas señales
l)e que el ConJe la haya muerto?
Y aniKiue es razón castigarle ,
Es tuerza disimular
Por su honor y por su padre ;
V supuesto que por Blanca
Tan pdco en vida mirase,
Ed la muerte ha de ser cuerdo
CASARSE POR VENGAUSE.
El que fué en la vida amante,
Que el tiempo dará ocasión
De vengarla y de vengarme,
i Qué bien temía este suceso ! )
Conde, las ansias mortales
Keprimid.(.4p. ¡Oh lo qué cuesta
El casarse por vengarse!)
CONUESTABLE.
Ansi vivirá mi fama.
ROBfnro.
; Qué bien recelé estos males !
CUATRIM.
Y ansí tendrá fin dichoso
El Casarse por vengarse ;
Quien tuviere sobre un verso
Dos vítores que prestarle.
Se los pagará el poeta
Cuaudo otra comedia traco.
ABRE EL OJO,
DON CLEMENTE.
DON JULIÁN DE LA MA-
TA.
PERSONAS.
Jl'AN MARTLNEZ CANIE- 1 DOÑA CLARA.
<;"• DOSA IíEA TRIZ.
Do!\.K HIPÓLITA. ImaRICHISPA, criada.
I CARTILLA, gracioso.
L'N GANAPÁN.
LEONOR, criada.
JORNADA PRIMERA.
S§U DON CLEMENTE . como enojado
T DO.^ÍA HIPÓLITA, viuda, detenién
dolé.
DO:l CLEMENTE.
Déjame ir.
DOÑA HIPÓLITA.
i A dónde vas?
¡Qm te quiera bien te enfada?
DO.-» CLEMEME.
Si tú no fueras cansada
Te quisiera mucho más.
', DOÑA HIPÓLITA.
;Qae te enojes de ese modo
f Porque a deienerle sal^jü?
DON CLEMENTE.
Déjime á mi querer algo ,
.No te lo quieras lu lodo.
DOÑA HIPÓLITA.
Bieo pagas un noble amor.
DON CLEMENTE.
Porfia tu amor se llama.
DO.\A HIPÓLITA.
Porque ves que no soy dama
De coche y calle Mayor:
Sólo porque en mi no ves
(Aunque me la dé cualquiera)
Hoy sacar una pollera,
Y mañana un guardapiés:
y porque nunca al solillo
Un verde me saino á dar.
Ni me ves irá buscar
A San Marcos el trapillo.
No me eslimas ni me quieres ,
Ni una caricia te escucho;
Pues adviértote que hay mucho
De mujeres á mujeres.
Va JO entiendo lus desvelos,
Y ya se lo que le eiilada
No ver mi casacolijada
De muy lindos terciopelos.
Lo que hubieras eslimado
Hallar cuando entras aquí ,
lina cama carmesí
Con goteras de brocado.
Vayoséquetú quisieras
Ver mis manos muv brillantes
De sortijas de dianíanles
(Aunque tu no me las dieras).
En el Prado en el verano
Tú oyeras de buena pana:
—¿Quién va allí? — Doña Fulana.
-¿^ quién la h:.bla? —Don l-ular.c
Pues lio hayas miedo, Señor,
pue i esto tu ruego me venza,
Porque yo tengo vergüenza ,
Aunque ves que ten;;!) amor.
Contigo fui desdichada,
He de parecer honrada ,
Nómbrame quien me nombró
íEsto examinarlo puedes)
Doña Hipólita Paredes,
Pero la Paredes no :
Y es cosa muy desairada.
Que yo me llegue á prendar
De un...
DON CLEMENTE.
¿Quiéreme dejar.
Señora mujer honrada ?
Paso con ella una vida...
DOM CLEMENTE.
Déjeme , Señora.
DOÑA HIPÓLITA.
¿Qué es?
DON CLEMENTE.
¿Que entro aqui cada hora,
Y no hallo quien me lo impida?
DO.ÑA HIPÓLITA.
Sólo porque vo te quiero
Esa falta me'hallarás.
DON CLEMENTE.
ítem. Otra falta más.
Que eres mujer de llavero.
DOÑA HIPÓLITA.
¿Pues el llavero te enfada?
;0h, qué de falta tenemos
Las mujeres que queremos !
,.Es mejor una afeitada
llamponaza de la yerba ,
De las de hender y rajar.
Que cuando se va á acostar
Echa la cara en conserva ?
¿Será mejor una hampona
Destas que traen con ruido
El talle muy bien prendido ,
Y muy suelta la persona?
¿Es mejor una deidad
De las que con riesgo tanto
La ¡¡loria traen en el manto
Y el humo en la voluntad ?
DON CLEMENTE.
¿Y es mejor (ya que le empeñ:is)
Lograr muy basto y grosero.
Un amora/o casero
Que está durando por peñas?
DOÑA HIPÓLITA.
Mi.': requiebros s¡eni[)re bao sido
Hijos de mi voluntad.
DON CLEMENTE.
Y son por su antigüedad
De solar muy conocido.
DOÑA HIPÓLITA.
Tu grosera sinrazón
Apasionadn me deja,
Pnrque no soy yo tan vieja, (llora.)
Que...
DON CLEMENTE.
Acabóse, lagrimón.
DONA HIPÓLITA.
¡Siempre con ira y desgarro.
Siempre desdenes y lieros !
DON CLEMENTE.
¿Quiere no hacerme pucheros?
Que liaré pedazos el barro ;
Déjame, no me atormentes.
¿Que te debo yo?
DOÑA HIPÓLITA.
¡Ah, cruel !
DON CLEMENTE.
Acaba, di.
DOÑA HIPÓLITA.
¿Qué? Por él
No me hablan ya mis parientes,
Y el canónigo mi lio
lia sabido lo que pasa.
DON CLEMENTE.
No entraré más en tu casa.
DOÑA HIPÓLITA.
Vuelve acá, Clemente mió.
DON CLEMENTE.
Déjame salir de aqui.
DOÑA HIPÓLITA.
¿Que me pagues deste modo?
DON CLEMENTE.
¿Quieres que te diga todo
Lo que haces conmigo?
DOÑA HIPÓLITA.
Di.
DON CLEMENTE.
Doña Hipólita Paredes,
Tü eres dama principal ,
Tu hermosura, la que basta,
lu limpieza, un poco más.
Pero como hay ya seis años
Que te vengo á visitar.
Es fuerza que esté cansado
Un amor de tanta edad.
Tú quieres tan apretado
Que harás mal si no la das
Ensanchas, para que no
Reviente tu voluntad.
Si muy de mañana vengo
Tus ojosa idolatrar.
Dices : Señor don Clemente,
¿Tan temprano por acá?
Poco te estima esa dama ,
Pues que te hace levantar
A las seis de la mañana
(Aunque sean las diez y más).
Si entro á mediodía , dices
Que para todo hay lugar.
Los medios días aqui .
Las medias noches allA.
Si hablo recio, me replicas,
Repare que hay vecindad ,
Y aqui no es como en las casas
Donde no hay que reparar.
Si estoy triste, á media risa
Me dices con falsedad:
—¿Tiene esa dama visita?
^■2i
COMEDIAS ESCOGIDAS DE DON FRANCISCO DE ROJAS
Paciencia, luego se irá.—
Si ceno contigo, y Iraigo
Tanta gana ile cenar.
Que ceno apriesa me dices ,
Comeaspacio, (|iie tiempo hay.
Si como poco (tal vez,
Que siempre esta vez es tal)
Dices: — Los enamorados
Nunca suelen comer más.—
Si le iraigo algún regalo,
Es lo que ha sobrado allá,
Y si no li' traigo , dices:
—Somos tres, no hay que espantar.
Si suspiro, dices: —¡Fuego I—
Dices (si quiero cantar)
—Espanta tus males, hijo; —
Si me voy : — jEs hora ya?—
Mujer honrada, ;.qué quieres
De mi ? ¿N'o me dejaras
Que yo te vaya (|ueriendo
A mi paso natural?
DOÑA HIPÓLITA.
Yo bien quisiera templarme.
Mas r.o me puedo templar.
DOS CLEMENTE.
¿No me darás unos celos?
DOÑA HIPÓLITA.
Muy fácil cosa será,
Pero sobre tanto, es
Añadirme Otro pesar.
Que la mujer que picada
Solicita Otro galán
Por vengarse de su amante ,
Se venga de si no más.
DON CLEMENTE.
Dices bien, pero procura...
Sale CARTILLA.
CARTILLA.
Tu padre te envia á llam.ir.
DOS CLEMESTE.
¿Qué me quiere?
CARTILLA.
Qué sé yo.
DOSa HIPÓLITA.
Vayase, que aguardará
La dichosa que le goza,
Y después no babrá lugar.
DOS CLEME^TE.
Lleve el diablo la dichosa.
CARTILLA.
Y lléveme Barrabás
Si su padre no le busca.
DOXA HIPÓLITA.
Picaño, si llevará;
Vos sois quien...
CARTILLA.
Vo soy , Señora ,
Tin criado principal ,
Y yo no voy con mi amo
A esas andanzas jamás.
DOSA HIPÓLITA.
í.Pues se va solo tu amo?
DOS CIEJIESTE.
Mujer, ¿quieresme dejar?
¡Qué se usen obligaciones!
DOÑA HIPÓLITA.
Pues mira, aqui le has de estar,
O á de ir contigo Andreilla
A ver si a tu casa vas.
DOS CLEMENTE.
Aquí he de estarme contigo ;
Ya no me voy.
CARTILLA.
liará mal.
(Ap. Ooierover si hablarle puedo;
Yo me llego.) (Ya allegarse á su amo.
DdÑA HIPÓLITA.
¿Dónde vais,
Alcahuete del >tiior
Don Clemente?
CARTILLA.
Escribo mal
{Ap. Doña Clara se h:i mudado .
Y á mi me importa avisar
Queluégo la vaya á ver.
Que hay tiempo )
DON CLEMENTE.
Porfiada estás.
CARTILLA. (.\p.)
Desta esta manera ha de ser. {Tose,
DOÑA HIPÓLITA.
¿Qué es esto, alcahuete ? ¿Estáis
Acatarrado ó es seña?
Ea, ¿qué toses? hablad.
DON CLEMENTE.
^No es cosa extraña la tuya?
¡ Qué aun no pueda un hombre estar
Acatarrado!
DUNA HIPÓLITA.
Más clara
Tenéis la voz que Florian ,
Y os ungís malo del pecho.
CARTILLA.
{Ap. Por Dios que le he do avisar
Que doña Clara le espora ,
Contando mi enfermedad.)
Señora, escúchame, Clara,
(Tengo la voz es verdad)
Espera (y te contaré
Mi catarro de pe á pa).
Vamos presto al como fué :
Señora mia, sabrás.
Que se ha mudado á otra casa,
Mi comer y mi cenar;
Como mi amo no da vino ,
Y es agua cuanto me da.
En la calle de las Huertas
Vive (uno y otro cuajar).
El cuarto bajo es muy bueno,
Mas como tiene humedad ,
Me hace mal al pecho lo que
A la garganta no hará,
Clara eslá aguardando , á ver
Si lü quieres esterar
A mi estómago, que es
Todo el cuarto principal;
Clara espera, Clara aguarda,
Clara mí garganta está,
Y si tú quieres que Clara
No se venga á catarrar.
Remedia esta los que tengo ,
Pues te hablo con claridad.
DOÑA HIPÓLITA.
¿No sabes qué he reparado?
()ue en diez palabras no más
Habéis dicho treinta Claras.
DON CLEMENTE.
Yo apuesto, que digas ya.
Que me habla de alguna Clara.
DOÑA HIPÓLITA.
No te quiero violentar ;
Ve á saber lo que tu padre
Quiere; ¿cuándo volverás?
DOS CLEMENTE.
A las diez.
DOÑA HIPÓLITA.
Tomo á las doce.
DON CLEMENTE.
¿Quieres que te quiera más?
Sí.
DOÑA HIPÓLITA.
DON CLEMENTE.
Pues déjame quererte.
DOÑA HIPÓLITA.
Yo voy fuera.
DON CLEMENTE.
¿A dónde irás?
DOÑA HIPÓLITA.
Al Prado, que hoy tengo un cocho.
UON CI.EBENTE.
Eso si, salte á espaciar.
DOÑA HIPÓLITA.
;No preguntas quién me hadado
El coche?
DOS CLEMENTE.
Se tu lealtad.
DOÑA HIPÓLITA
¿Y si no le pido celos
Es cierto que me querrás?
DON CLEMENTE.
Hoy le quiero, con pedirlos.
DOÑA HIPÓLITA.
Pues de hoy más no te he de hablor
Más ea mis' celos, Cler.ente.
DOS CLEMENTE.
Con eso me obligarás.
DOÑA HIPÓLITA.
Veamoü cómo obras conmigo.
DON CLEMENTE.
Tendré aiüor y tendré paz.
DOÑA HIPÓLITA.
De hierro seré en sufrirte.
DON CLEMENTE.
Yo te atraeré como imán.
DOÑA HIPÓLITA.
otra mujer has de verme.
DOS CLEMENTE.
Asi me aprisionarás.
DOÑA HIPÓLITA.
Pues vé á ver esa señora ,
Y vuélvete luego. {Vase.)
CARTILLA.
Zas.
DOS CLEMENTE.
,Qué me quiere esta mujer,
CarüUa amigo?
CARTILLA.
Querrá...
Sal presto de la antesala.
(Van andando.)
DON CLEMENTE.
Ya estamos en el zaguán
Y ya en la calle.
CARTILLA.
Y'olvamns
La esquina, que llamará.
DON CLEMENTE.
No creerás que abochornado
Salgo.
CARTILLA.
Señor, tú haces mal:
Estas damas del zapato
Alpargatado genial
No tenerlas, ó tenerlas
Para descansar no más.
DON CLEMENTE.
Yo la tengo obligación ;
En mi prisión no vi entrar
Oiro amigo ni pariente.
I Dime, en una enfermedad
i.'ue no me ¡isislió mi padre)
.Gasiuse solu un real
Que pila no enviase, fuera
Üe asistirme?
CARTILLA.
Asi es verdad :
I V desde esta calle (que es
La calle del CannenJ va
A la cárcel, si esiás preso;
Si retraído, á San Blas.
DOM CLEMENTE.
En fin , ¿se mudó mi Clara ?
CARTILLA.
Faltábale de cursar
De la calle de las Huertas
La duela universidad.
DON CLEMENTE.
¿Sabes por qué se ha mudad
1)0."« CLEMENTE.
¿Qué dices?
CARTILLA.
Aquel qne en la Trinidad
Te dio el domin(;o pasado
El grande cliasco de liablar.
DON CLEMENTE.
Porque dije que hacia versos,
Me dio con un madrigal
De mil versos; porque hablé
De toros, habló en torear
Tanto', que me dio en la nuca
De no quererle oir más.
CARTILLA.
El habla á turbiones; pasa
Esc arrrovo plan, pian,
Quede la Puerta del Sol
Es el verdinegro mar.
¿Que aquí ponga el sol su puerta,
Sieodo taa limpio?
non CLEMENTE.
Ahí verás.
CARTILLA.
Y por pran novedad suele
Decir la ^'ente vulgar ,
Que adunde uo eslá muy limpio
Es adonde el sol no da.
UÜN CLEMENTE.
Esta es la Carrera . andemos.
(Van andando.)
CARTILLA.
Y mi calle, voto á san.
nON CLEME.NTE.
¿Porqué?
CARTILLA.
Porque cuando riño
Aqui vengo yo a parar.
DON CLEMENTE.
Oves , ¿el cuarto de Clara
Es bueno?
CARTILLA.
Cuarto será
De cieo ducados , y es bajo.
DOS CLEMENTE.
Vdime tú, ¿quién h:il>rá
Pagádola el medio año?
¡Por Dios, linda necedad!
Como no lo pagues tú
Mas (|ue It- puyue el Soldán.
Tú tres el del «usto agora ,
No vayas á prenunlar
Quien le ha pajiado ó quien no,
Porque le responderán
ABRE EL OJO.
Que no le han pagado, y luego
Te le harán á li pactar."
DON CLEMENTE.
Particular afición
Debo á doña Cl;ira ya.
CARTILLA.
¡Oh ! la Clarilla es mujer
De mucho particular.
IlON CLEMENTE.
Esta es la calle del Lobo.
CARTILLA.
Desde que te siivo há
Que no he tomailo esta calle.
DON CLEMENTE.
No ha habido necesidad.
CARTILLA.
Antes si yo no la lomo
Ha sido porque la hay.
DON CLEMENTE.
¿Son esos los tru'^os?
CARTILLA.
Si.
Donde indio que entra á jugar
Con el mozo de los trucos ,
Y otros leoneros que hay ,
.aunque armados de mil" conchas
Enlre en guerra , sale en pjz.
nON CLEMENTE.
¿En qué parte de la calle
Es la casa?
CARTILLA.
Es más allá
De la casa de dos puertas
Cuatro casas.
DON CLEMENTE.
Cerca eslá
De la casa de Beatriz ,
La que se quiso casar
Coumigo , y me puso el pleito.
CARTILLA.
Y DO fué de nulidad.
Pues en esa misma casa
Vive Clara; ¿imporlará
Para que lú puedas ir
A verla?
DON CLEMENTE.
Há un año que está
En un convento , y yo tengo
De uno y otro Tribunal,
Del señor Nuncio y vicario,
Dos autos conformes ya.
Y agoraba apelado á Roma.
Luego á Rota apelará.
DON CLEMENTE.
Estése ella en el convenio,
Vande el pleito.
CARTILLA.
D..do has
Con todo en tierr.i.
DON CLEMENTE.
¿ Qué dices?
CARTILLA.
Que es el diablo don Julián.
UON CLEMENTE.
Volvamos, que no ha de vernos;
Anda apriesa.
(\uelien la cara.)
CARTILLA.
No hay andar,
Qne nos ha visto, y se viene
Tras nosolros.
DON C' EMENTE.
Di , ¿qué hará
En esta esquina?
CARTILLA.
A estos barrios
Habrá venido no más...
DON CLEMENTE.
Anda apriesa , anda.
Sale DON JULIÁN.
DON JULIÁN.
¡Ah, señor
Don Clemente!
CARTILLA.
Oir y andar.
DON JULIÁN.
¡Ab, don Clemente!
DON CLEMENTE.
¿Quién llama?
DON JULIÁN.
Yo soy.
DON CLEMENTE.
¡Señor don Julián!
DON JULIÁN.
¡Amigo!
DON CLEMENTE.
Soylo muy vuestro.
DON JULIÁN.
Abrázame, ¿cómo estáis? {Abrázale.]
CARTILLA. {Ap.)
Aun no le ha hablado dos veces,
Y ya le quiere abrazar.
DON CLEME.NTE.
¿ Qué hacéis en aquestos barrios ?
DON JULIÁN.
Sabed que he visto pasar
Un carro lleno de ropa
De doña Clara Guznian
(Una dama á quien estimo ,
Y ella no me quiere mal),
Y sobre unos celos mios
Por hacerme este pesar
Tratarla de mudarse;
Pues hallé junio al Corral
De las Comedias un corro
De amigos, púseme á hablar,
Y báseme perdido el carro
En la esquina.
DON CLEMENTE.
[Ap. Si es verdad
Que le quiere doña Clara,
Hoy mi venganza verá.
¡Clara á don Julián eslima !)
¿Pues agora qué aguardáis
Si se ha desaparecido
El carro?
DON JULIA.N.
Que lia de pasar
Cuando vuelva de vacio;
Y cualquiera gan.npaa
De los que mudan la ropa,
Donde vive me dirá.
DON CLEUENTE.
¿Si no es suyo carro y ropa?
DON JULIÁN.
Vo bien puedo asegurar
Que vi un eslr.ido y alfombra ,
Sin Si is sillas de nogal
^ ba(|uela de Moscovia,
Que hi-cha la cuenta, me están
l-.ii tres mil reales de plata,
Que en vellón sun cuatro y más.
DON CLEMENTE.
¿Quiéreos mucho la tal Clara?
lio
D0>- JULIAM.
Damas de^ia caliünil
Del capricho y del buen gusto,
Nunca <|uiereii al que da.
DON CLEÍEME.
Müclio el sacalle ine importa
Dcsta calle.
DON JBLIA?(.
¿Y dónde vais
Tor estos barrius?
DOX CLEWESTE.
Yo voy
AlMentidcro' á ensayar
Una comedia que ha escrito
Un amigo.
DON JULIÁN.
Voy allá.
Que en mi vida he visto ensayo.
DON CLEMENTE.
Venid conmigo.
DON JULIAK.
Guiad.
(Van nndando.)
CARTILLA.
(Ap. Ya le sacó de la calle
Mi amo, mucho importará
Que este hombre nos deje luego.
¿Cómo le podré engañar?
El carro vuelve vacio:
No le podrá ver pasar
Si me pongo desta suerte.)
{Pállese delante.)
Aprisa que es tarde ya,
\ empezarán el ensayo:
(Pasó el carro.) {üíceselo á su amo.)
DON CLEMENTE. (.4p.)
Bien está ;
¿Que haré para que me deje ?
CARTILLA.
Asi , vamos á robrar
Los dos mil reales. Señor.
DON CLEMENTE.
¿(Jué hora es?
CARTILLA.
Las once darán.
DON CLEMENTE.
Pues dejo el ensayo; adiós
Amigo niio.
DON JULIAS.
Aguardad,
Que yo iré con vos.
DON CLEUENTE.
Es lejos.
DON JULIÁN.
¿Pues qué tan lejos será?
nON CLEMENTE.
Es junto al Raslro.
DON JULIÁN.
Yo tengo
Un poco que hacer allá.
DON CLEMENTE.
Vamos por unos dineros.
CARTILLA.
Pues por Dios, que real á real
He de contar los des mil ,
' Mamábase asi el trozo ilc la calle del
León á su eiilrarla por la del Prado liasla la
délas Iluerlas.dondese juntaban como aho-
ra en la plazuela de Sania Ana, losaolores 6
furmadoies de compaSias, los cómicos » los
poetas, que por su mayor parle habitaban
aquellos contornos.
CO.MEI)!AS ESCOGID.VS DE DON FRANCISCO
{.\p. Desta manera se irá).
No he de tomallos á peso.
DON JULIÁN.
Yo te ayudaré á contar.
CARTILLA. (.4p.)
Ya escampa.
DON CLEMENTE. {Ap.)
iCielosI ¿qué haré?
CARTILLA.
Y de paso comprarás
Las treinta arrobas de lana.
DON JULIÁN.
Asi , á mime las darán
Cuatro reales porarroba
Jlénos que á otro.
DON CLEMENTE.
{Ap. ,IIay tal porfiar?)
Asi, vamos al entierro
De don Carlos á San Juan
(Que para ir por el dinero
A la tarde habrá lugar),
Que debo mucho á su casa.
{Ap. Con esto se quedara.)
DON JULIÁN.
¿A entierro vais?
DON CLEMENTE.
Es forzoso.
DON JULIÁN.
, Hay misa?
DON CLEMENTE.
Y sermón habrá.
DON JULIÁN.
Pues adins, que me congojo
De ver entierro.
CARTIILA. {Ap.)
El se va.
DON CLEMENTE.
ICra grande amigo mió
El muerto.
DON JULIÁN.
¡Oh ! si hay amistad
Tan grande ; sólo por vos
Me iré con él á enterrar.
CARTILLA. {Ap )
Enterrado te vea yo.
DON JULIÁN. {Ap)
Estos me quieren dejar.
Pues yo ijuiero despedirme
V seguirlos.
CARTILLA.
Di que vas
A confesarte.
DON JULIÁN.
Gis, amigo:
Vo me llego aqui al Corral
A buscar un banco, que hoy
Hay comedia nueva.
DON CLEMENTE.
Andad,
A la tarde nos veremos.
DON JULIÁN.
Si no hay banco, iré al desván.
Que alli es el sitio mejor
Paro poder murmurar ;
Adiós, amigo.
DON CLEMENTE.
Él OS guarde.
DON JULIÁN. {Ap.)
Scguirélos.
CARTILLA.
Ya se va.
DON JULIÁN. (Ap.)
Veré porque no querían
Que los siguiese.
CARTILLA.
He de andar
Hasta perdelle de vista
(Si importa) todo el lugar.
DON JULIÁN. (.\p.)
Tras del he de ir, aunque v.nva
Hasta la Cruz de Moran.
DON CLEMENTE
Ten cuidado no nos siga
DON JULIÁN.
Adiós.
DON CLEMENTE.
Adiós, don Julián.
{Vanse.)
Snlcii DOÑA CLARA Y MAr,ICDISP.\
criada.
DOÑA CLARA.
¿Marichispa?
HARICHISPA.
¿Mi señora?
DOÑA CLARA.
Recado para lavar.
MARICHISPA.
Deja primero mudar
lodos los trastos ahora.
DOÑA CLARA.
Dame la arquilla.
MARICHISPA.
Repara
Que aun queda mucho que hacer:
Múdale.
DOÑA CLARA.
Vo he menester
Mudar primero la cara;
Ea , quiérome lavar.
Que tengo el rostro perdido
Del grau polvo.
MARICHISPA.
Aún no han traído
La botica de tocar.
DOÑA CLARA.
Tarde es.
MARlCniSPA.
¿Dormiste tan bien
Como en la olía casa?
DOÑA CLARA.
Error;
^o sólo me hallo mejor
Cuando me mudo.
MARICHISPA.
Haces bien.
DOÑA CLARA.
Poquísima gente pasa
Por esta calle.
MARICHISPA.
¿En qué lias dado'
Oyes, ¿tienes ya pagado
El dinero de la casa?
DOÑA CLARA.
Don Sebastian me envió ayer
Los cincuenta del medio año.
MARICHISPA.
Capricho tienes extraño;
Diine , ¿cuantos han de ser
Los (|ue adinile tu alicion?
Dinie la verdad , Señora.
DOÑA CLARA.
Cuatro son no más agora
Los que asisten.
MARICniSPA.
Pocos son.
Que tú sepas entenderte
CoD cuatro es lo que yo extraño.
DO.Ñl CLARA.
Pues ves, á ninguno engaño.
MAlIlCHrSPA.
4Dequé modo?
DOÑACLABA.
Desla suene :
Muchos son, amiga mía ,
Los piratas y cosarios
Que en corso de mi helleza
Surcnii el golfo del Prado.
Apenas del puerlo mió
Las dos áncoras levanto,
Y la nao de mi hermosura
Se pone vergas en alio.
Cuando cercando mi coche
(Que es mi nave) á un tiempo hallo
Que hacen señal que me rinda
Las naves de pié de palo.
Las naves de España allí
Disparan por el coslado
Versos que me dan asombro
Y no me dan sobresalto.
Mas como saben que soy
Nave zorrera, disparo
Un pido , con que echo á fondo
• A un tiempo todas las naos.
Y si algún navio rindo.
Me le llevo remolcando
Ala isla Conlileria
En el golfo de I.eplarto.
Si algún cosario perdido
(De aquellps que yo he robado)
Se quiere abrigar conmigo ,
üe mi bandera le aparto.
Que el grande golfo de Ávido
Sólo es para los Leandros.
Si algún berganthi encuentro
De bergantes y taimados,
Que á vela y remo procuran
Darme caza . me adelanto
Hacia la playa Vitcli,
Adonde al piloto llamo ,
Y digo: ¿hay bajos aquí?
¿Surgiré en este playazo?
Bajos hay {responden luego),
Pero como estos corsarios
No pueden sondar la playa ,
Peligran luego en los bajos.
Si llego...
MAniCKISPA.
Deja, Señora,
Las meláforas, y vamos
A ver quien es de tu gusto
El más decente cuidado.
¿Quieres á señores?
DO.ÑA CLARA.
Si,
Pero yo los he cobrado
Un miedo como uii amor.
MARICHISPA.
Si son de un mesmo tamaño,
Poco miedo los tendrás;
Mas di , ;,un señor no honra un barrio?
i No regala de continuo?
V' No quiere de cuando en cuando?
los señores que quieren,
¿No son líeles en amarnos?
DOÑA CLARA.
Mira , como son tan fieles.
Entienden los pesos falsos ;
Acá con mis escuderos
Me entiendo , con mis hidalgos
Me haga Di:is bien, que á estos puedo
Poner al menor enfado
Üe páticas en la calle.
Si DO te están en el patio.
¿Quién son estos que hoy admites?
ABRE EL OJO.
DOÑA CLARA.
Ya te he dicho que son cuatro ,
Llamo á los cuatro estos nombres.
Uilos.
Cisneris , Coniinaraia,
Cis y (Chapetón bai bado.
Cisneris llamo al del gusto ;
Este es á quien quiero y amo.
Que es un hijo de familias,
Úon Clemente de Montalvo,
Aquel que gasta conmigo
Tanto en plata como en cuartos.
Cominaiala es un Lumbre,
Que cuando busto prestado
Sobre prendas, lo trae luego ;
Y en dos pleitos que ahora traigo
Es mi agente , y aun me busca
lasa si mudarme trato.
Para esto tengo un Francisco
l)e Panioja, un hombre honrado ,
Que en Talavera do habrá
Hombre de tan lindo barro.
Cis (m¡ tercero galán).
Llamo al galán de mi gasto.
Que en cuartos me contribuye
Kstipendio cuolidiano.
tsle es (ya tú le conoces)
Cierto regidor de Almagro,
Juan Martínez de Caniego,
Con quien agora afianzo
Mi comida, porque este es
Lego . llano y abonado.
Tengo una persona grave ,
Prelciidientey espetado.
Que paga la casa y presta
Ll coche de cuando en cuando;
Que se deja ver por meses,
Y me regala por años.
Y este que no llamo nunca
Llamo Chapetón barbado ,
Sin otros amantes muchos ,
Que si llegan al reclamo
Ue mi pico, astutamente
Les hago dar en el lazo;
Verbi gracia don Julián,
Que anteayer me dio un estrado
Y estas seis sillas qué ves,
Y desde anteayer le llamo
El tonto de terciopelo.
Sobre ser tonto aforrado
En baqueta de Moscovia.
MARICnlSPA.
Y este regidor de Almagro ,
¿Cuanto te da cada día?
DOÑA CLARA.
No me preguntes el cuánto.
MARICHISPA.
A mi sé que me da un pan.
DOÑA CLARA.
Y á mi me da un urdinarlo
Que basta para el nocturno
Y meridiauo pasto.
MARICHISPA.
¿Quiéresle?
DOÑA CLABA.
¿No ves que gasla?
MARICHISPA.
Y de más á más ¿no da algo,
Como vestido y pollera.
Siquiera una vez al año?
DOÑA CLARA.
Él es la quinta miseria.
MARICHISPA.
Es verdad , y hoy me ha contado
Un ama que tiene en casa ,
Que come nn pastel de á cuarto
A mediodía , y de noche
Un poco de pan tostado.
No enciende luz en su casa ,
Antes, dice, que á otro cuarto
De un vecino suyo ha hecho
Agujero con un clavo ,
Y con sola la luz que entra
Por aquel sutil espacio,
Hace todo cuanto es
En su casa necesario.
DOÑA CLARA.
Él tiene muchos doblones.
MARICHISPA.
El ama los vio de paso ,
Y dio por señas que estaban
Amarillos.
DOÑA CLARA.
No me espanto,
Que como no salen fuera
Deben de estar opila dos.
MARICHISPA.
¿Qué admitas un miserable ?
DOÑA claha.
Mira , no estás en el caso
Mejores un miserable
Que tenga y no quiera darnos.
Que no, aunque nos quiera dar.
Quien no tiene, aunque sea franco;
Que aquel puede dar, si quiere ,
O de fino, ü de obligado ;
Y éste, obligado ni lino
No dará sin poder darlo.
Y comunmente se dice.
Que los hombres que son sanos
Mueren del primer achaque;
Asi los que son cuitados.
Cuanto guardan de un aborro
Han de vomitar de un gasto.
Déjame tú a mi , que yo...
{Llaman á la puerta.)
Pero á la puerta han llamado.
UARICIIISPA.
¿Quiénes?
Sale DON CLEMENTE.
DON CLEMENTE.
Yo soy.
DOÑA CLARA.
¿Don Clemente ?
DON CLEMENTE.
¿Doña Clara?
DOÑA CLARA,
i Dueño amado!
Cierra esa puerta , Chispilla ,
Llega, llégale á mis brazos;
Dos dias há que no te veo ,
Dueño niio.
DON CLEMENTE.
Cierra el labio.
Traidora, que ya encontró
Mis sospechas con tu engaño.
DOÑA CLARA.
¿Qué dices?
DON CLEMENTE.
Que don Julián ,
¡Oh dueño mió. tirano!
Es quien le cuesta más penas
Que yo le debo cuidados;
Es quien le merece fina ,
Y el que agora me ha contado ,
Que por celos , ¿celos tienes?
(¿Para cuándo, para cuándo
Son las venganzas, si agora
En las quejas me embarazo?)
Te mudaste , di , ¿qué importa ,
• 28
boeüo mió soberano,
Si es don Julián tu elegido,
yue yo sea lu llamado?
^ a sé que amando lus soles
Cujas luces iüolalro,
Abogado desupeua
Dice su amor eu estrados ;
Tú le quieres, y el lo dice.
DO>A CLARA.
Señor don Clemente, paso:
¿De cuándo acá vos celoso ?
¿Vos de cuándo acá indi¡;hado
Cunmigo? sabiendo vos.
Que eu el amor de aiá abajo
Nunca puede pedir celos
Quien no los pide sobre algo.
¿Pobrecilo, y muy celoso/
¿Vos pensáis que yo no valgo
Más de aquello que yo os cuesto?
Ali nuramala, templaos,
Y, mirón de amor, tomad
Lo que os dieren de barato.
Cuando estáis tino conmigo,
Soléis decirme muy falso:
tOiosa mia;» si pensáis
Que soy dicisa, es grande engaño
Que animal soy racional,
Y yo cómo, visto y calzo.
¿Traidora á mi, señor mió?
Pues ¿por qué no hacéis reparo,
Que en vez de baberos vendido.
Soy JO la que os he comprado ?
Muy apriesa me celáis,
Y a espacio me amáis: trocadlo,
Queredme algo más aprisa,
Y celadme más á espacio.
¿Celos con grillos? ¿y celos
Al tono mismo del gasto?
¿Ya ecba por medio tan presto
Quien ha de echar por un ladu?
No, mi señor don Clemente,
Dejad los celos; seamos
Amigos, como primero;
IJo tiempo apacible y manso
Yo os vi hacer que no mirabais;
Ya veis mucho, no veáis tanto
Si queréis.
DON CLEBEJiTE.
El arroyuelo
Que desciende del peñasco
En lacil quiebra se eslanca;
Va poco a poco cobrando
Cauílal de plata , y después
De seis auroras al plazo
Trincheras rompe de arena,
Y cristalino soldado
Por el prado y por el monte
Lleva las Dores á saco.
Con tibias luces la luna
Empieza trémulo asiro
A escribir en la corona
Del monte confuso el rayo.
La estrella borró su luz;
Crece luego, y crece tanto.
Que celosa de las luces
De estrella vecina, al rasgo
Lunar va dejando oscuros
Renglones, que leyó claros.
Yo. á imitación dé lo£ dos
Te adoraba tan templado,
Que no pensé que tu amor
Me eoslara un sobresalió.
No habia crecido mi amor;
Pero como voy cobrando.
Cornil la luna, más luz.
Borrar hoy he procurado
Estos que en el cielo mió
Quieren parecer lus asiros.
Y como arroyo mi amor
También se va despeñando.
Porque le bao dado caudal
COMEDIAS ESCOCIDAS DE DON FRANCISCO DE ROJAS.
Las crecientes de mi llamo.
Que no quiere quien no tiene
Celos, si hay en qué fundarlos,
Ni se estrecharon dos almas
Si no se asegura un lazo.
DO.ÑA CLAHA.
Don Julián (de quien recelas)
No me debe un agasajo ;
Anles para despedirle
Le pedi para un estrado
(Que esle es para los que cansan
El ordmario despacho) ,
Y él me lo Irujo anteayer.
Hasta que no habiendo hallado
Modo para que me deje.
Mudé casa, y mudé barrio,
Y aun temo que me halle a(juL
DON CLEMENTE.
Eso no te dé cuidado.
Que agora hacia Puencarral
Va siguiendo á mi criado,
Y pienso que ha de llevarle
De Fuencarral á Palacio;
Yo me escondí en un zaguán.
HARICHISPA.
Doña Beatriz de Búlanos
(Que es la dueña de la casa)
Caja á verle.
DOÑA CIARA.
¡Qué temprano
lia tomado la visita
La casera!
DON CLEMENTE. [Ap.)
¿Qué he escuchado?
Vive el cielo, que ha salido
Del convento, y que si aguardo
A que üaje y me halle aquí,
Recelo...
DOÑA CLARA.
¿Qué, te has turbado?
¿Conoces á Beatriz? Di.
DON CLEMENTE.
No por tu vida; aqui espero.
DOÑA CLARA.
Di, ¿qué quieres hacer?
DON CLEMENTE.
Quiero
Esconderme agora aquí.
Que hallarme aqui no es razón,
Ni es á tu fama decente.
DOÑA CLABA (.4p.)
,.Quién le mete á don Clemente
hu mirar por mi opinión?
DON CLEMENTE.
Yo me escondo.
DOÑA CLARA.
¿DÓMde vas,
Don Clemente? espera.
DON CLEMIXTE.
Di,
¿Quién ha de mirar por li
Si no es quien te quiere más?
Yo me escondo. {Escóndese.)
DOÑA CLARA.
Adviene, que...
(Ap. El pesar me tiene muda.
Este conoce, sin duda,
A doña Beatriz, ¿qué haré?
;0h, vil sospecha enemiga,
Que á mi dolor atropella!)
Sale DOSA DEaTRÍZ.
DONA BEATRIZ.
¿Doña Clara bella?
DOÑA CLARA.
¿Queréis sentaros?
DOÑA BEATRIZ.
No, amiga.
DOÑA CLARA.
Sentaos, haced lo que os ruego
Por la vuestra y por mi vida.
DOÑA BEATRIZ.
A dárosla bienvenida
Vengo no mas, y á irme luego.
No he visto hermosura igual.
DOÑA CLARA.
Poco estimáis á la vuestra.
DOÑA BEATRIZ.
Esta es la llave maestra
Oeste cuarto principal.
(Dale una ¡Icie.)
DOÑA CLARA. (Ap.)
Que ni un remedio no halle
l'ara sahello más bien.
DOÑA BEATRIZ.
Eslaes la llave también
De la puerta de la calle. {Dale otra.)
Mandad a vuestra criada
(Pues ya vuestra virtud sé)
Que anles de la noche esté
Toda la casa cerrada.
Mi opinión estimo más
Que cuanto darme podéis.
DOÑA CLARA.
En mi casa no veréis
Un büDibre solo jamás.
DOÑA BEATRIZ.
.*Iucbo por esto os eslimo.
DO.ÑA CLARA.
Yo soy la que en esto gano.
DOÑA BEATRIZ.
¿Nadie os visita?
DO.ÑA CLARA.
Mi hermano
No más, y tal vez m¡ primo.
DOÑA BEATRIZ.
Vos sois en todo un milagro.
DOÑA CLARA.
Daros es justo ese nombre;
¡Ah, si ! también un buen hombre.
DOÑA BEATRIZ.
¿Quién?
DOÑA CLARA.
Un regidor de Almagro.
No hay más entrante y saliente
Que éste, que es un hombre llano,
Tres amigos de mi hermano,
Y olro hidalgo, que es mi ageute.
DOÑA BEATRIZ.
Muchos son ya, Clara bella.
DOÑA CLARA.
(Ap. A saber mis celos voy
¿Qué estado?
DOÑA BEATRIZ.
Doncella soy.
DOÑA CLARA.
Cara tenéis de doncella ;
V me dijeron de vos...
DOÑA BEATRIZ.
Decid, bien podéis hablar.
DOÑA CLARA. 1
Madrid, maldito lus.-ir; j
;Qué lenguas, luego de Dios' j
DOÑA CEATRII.
Hablad, lo que fuere sea.
DO>A CLARA.
Dejadme acordar.
DO.ÑA BEATRIZ.
Si haré.
DOÑA CLARA.
Que uii don Clemente ¿de qué?
De Moiitalvo, os galantea.
DOÑA BEATRIZ.
lAp. Volver por mi opinión quiero
Que le adoro callaré.)
;Ah, sil amiga, ya \o sé...
DO.ÑA CLARA.
¿Quién es?
DOÑA BEATRIZ.
Es un majadero.
Que ha dado en no me dejar;
Vo no sé qué ha visto en mi
(Ap. Del me he de vengar asi),
V aun no quiere escarmentar
Ed mi condición cruel.
DOÑA CLARA.
¡Ved qué lenguas hay aquil
V uie dijeron á mi
Que os moriades por él.
DOÑA BEATRIZ.
Dama que le quiere bien
Lo dii'ia.
DOÑA CLARA.
Errada estás.
DOÑA BEATRIZ.
(Áp. Esta vez quiero no más
Aprovechar un desden.)
El es quien me tiene amor,
V asi advertid , doña Clara...
DOÑA CLARA. {Ap.)
Miren aqui de qué cara
Se enamoró aquel traidor.
DO.ÑA BEATRIZ.
Que si más amante y ciego,
A decir se descomide...
HARICRISPA.
Licenria para entrar pide
Juan Martínez de Caniego.
DOÑA CLARA.
Dile que entre. {Ap. esto ha de ser,
llüi me he de vengar asi;
,,Mue haya quien me logrea mi,
S luiicure otra mujer?
;'ih. iiiíirato! ¡oh, falso! ¡oh, traidor!
Toiaarla venganza espero.)
DOÑA BEATIMZ.
I {Quién es este caballero?
DO.ÑA CLARA.
', El que os dije, el regidor.
DOÑA BEATRIZ.
Pues vojme.
DOÑA CLARA. [Ap.)
I ¿Cómo resisto
I Dos penas? ¿tormentos dos?
I DOÑA BEATRIZ,
¡ Adiós, doña Clara.
I DOÑA CLARA.
' Adiós.
! ¡Vive amor...
Su/í JUAN MAUTINEZ DE CANIEGO,
vestido bastamente.
JUAN.
Loado sea Cristo.
DOÑA CLARA.
Juan Martínez, mi señor.
AÜUE EL OJO.
{Ap. Agora, viven los cielos.
Con celos me he de vengar.)
¿Qué os parece el cuarto?
Bueno.
DON CLEMENTE. {.MpafW.)
¿Qué hombre de antaño es aquel
Que ha eutrado en visita?
JUAN.
Cierto
One me parece este cuarto
¡Úuy bien.
MARICHISPA.
¿Es porque es estrecho?
JOAN.
¿Cuánto os cuesta, doña Clara?
DOÑA CLARA.
Cuesta cien ducados.
¡Fuego!
Tasalle en pasando el año,
ü trampear antes medio.
DOÑA CLARA.
Tasar la casa es de geute
Sin palabra.
JUAN.
Bueno es eso;
Pues yo he tasado una casa,
V de ún año me volvieron
Cien reales, siendo no más
El alquiler de trescientos.
V ahora otra nueva demanda
Tengo puesta á mi casero.
DOÑA CLARA.
¿Qué es?
JOAN.
Él me arrendó la casa
Para vivirla, y yo be hecho
Cuenta del tiempo que he estado
Fuera de casa; pues quiero
Que el tiempo que yo estoy fuera
No se me cuente aquel tiempo
Que yo no viio en la casa,
Siuo es cuando vivo dentro.
MARlCniSPA.
Y otra demanda también
Le puede poner.
Di presto.
UARICHISPA.
El le alquiló chimenea
Para que guises.
JUAN.
Es cierto.
MARICHISPA.
Pues si no te sirves della ,
Haz que te vuelvan el precio
Que vale la chimenea
Por un año.
JUAN.
Has dado en ello;
¿Cuántas piezas tiene?
DOÑA CLARA.
Cinco.
MARICHISPA.
Y seis con él.
JUAN.
Me contento
Con ser pieza en e.sta casa.
Por serlo deste tablero.
HARICIIÍSPA.
¡Ay, que jugó del vocablo !
¡Qué donosura!
JOAN.
Y yo pienso,
Que nadie podrá soplarme
La dama como yo juego.
MARICHISPA.
Si come la dama nadie
Te la soplará.
JUAN.
Pur eso.
DOÑA CLARA.
Juan Martínez de mi vida...
DON CLEMENTE. {Ap )
¡Lindo nombre de requiebros!
DOÑA CLARA.
Cuando no fuera tu talle ,
Tu divino entendimiento
Prenderá los corazones.
¡Qué arte! ¡qué talle! ¡qué asco!
Pues luego, ¿no es fino amante.
No es valiente, no es atento;
Y luego, no es generoso?
Eso es lo peor que tengo.
DOÑA CLARA.
Señor mió, no gastar,
Y saber un hombre cuerdo
Guardar un cuarto, si iniporla...
JUAN.
¿Luego dará este consejo
Una taimada que quiera
Dejar un amante en cueros?
La honra desta mujer
IVle atraerá con un cabello.
MARICHISPA.
|Ab Juan Martínez!
JUAN.
Muchacha,
¿Qué dices?
MARICHISPA.
¿No esteraremos
Todo este cuarto?
Está ya
Muy adelante el invierno.
Diciembre es, tres meses faUan.
JOAN.
¿En esteras mi dinero?
Eso es querer que yo arroje
Mi hacienda por esos suelos.
DON CLEMENTE. {Ap.)
Este en las señas y en el talle,
Es el acreedor primero;
Si esto gasta el <|ue es del gasto.
Yo quiero gastar lo mesmo.
Sale LEONOR.
LEONOR.
Doña Beatriz de Bolaños
Dice, que en aquel talego
(Que ha contado agora) fallan
Veinte y seis reales y medio.
Que le hagáis gusto de enviarlos.
DOÑA CLARA.
¿Contaron bien el dinero?
LEONOR.
Cuarto á cuarto le han contado.
DOÑA CLARA.
¿íiéneslos tú?
No los tengo,
DOÑA CLARA.
¿Qué be de hacer?
i:o
JtA
Responile lu,
Que le dé una puerta menos.
LEONOR.
iPor Dios linda menudencia:
DOÑA CLARA.
(Vase Leonor.)
JUA>'.
¿Veinte y seis reales y medio?
Nü vale más en Alm:ií;iü
Una casa; ahora yo quiero
Ver lodo el cuarto, por ver
Silo vale el cuarto.
DOÑA CLAR4.
ynedo,
No entréis allá, que de trastos
Ksiá lleno el aposento.
JUA.1.
Yo be de entrar.
DOS CLEMENTE. {A¡ paño )
Yo me retiro,
t\o me vea.
OO.ÑA CLARA.
Vuelve luego,
Y le verás más despacio.
Sale IN G.ANAPA.N.
GANAPÁN.
Nuestra ama. ¿dónde pondremos
tsios cofres'?
DOÑA CLARA.
Otro carro
Ha venido.
JIAN. (Ap.)
{Ap. Irme deseo.
No pidan para beher
Los ganapanes.) Va entiendo
Que se hace hora de conier.
DOÑA CLARA.
¿Has de volver?
En comiendo.
MABICHISPA.
Bien poco lleva que hacer.
JUAN.
Adiós, Clara. {Vrc:'.]
DOÑA CLARA.
Vuelve presto.
Agora me he de vengar,
Salid acá, caballero,
Cieiiconlinuo de las casas
he Castilla.
<a/c CLEMENTK.
DON CLEMENTE.
iQué tenemos!
DOÑA CLARA.
Traidor, infame...
{Quiere embestir ú ''':rh' ]
DON CLEMtNTE.
Hablen libios,
Y callen manos.
DOÑA CLARA.
No quiero,
Guedejas no han de quedaríc.
DON CLEMENTE.
Deten las manos; porque eso
Es querer tomar ahora
l,a ocasión por los cabellos.
DOÑA CLARA.
En fui, ¿es doña Beatriz
E^COCID.VS DE DON FRANCISCO
El dignisimosugelo
Que adoráis?
DON CLEMESTE.
¿V Juan Martine?.
Quién es?
DOÑA CLARA.
Decidme primero,
Si á doña Beatriz queréis.
DON CLEMENTE.
¿Como puedo responderos
Con un regidor de Almagro
A la vista?
DOÑA CLARA.
Deteneos;
¿Celos de un hombre como éste?
Tú si, traidor...
DON CLEMENTE.
No os entiendo,
¿Celos ^le queréis pedir,
Y que yo no os pida celos?
DOÑA CLARA.
¿Somos todos unos?
DON CLEMENTE.
No.
Porque yo no quiero empeño
Con dama de un regidor;
Adiós, Clara Ayuntamiento.
DOÑA CLARA.
Adiós el de la tleatri?.
Que siá buena luz la veo,
Parece que se ha sollado
Ue alguna copia del Griego.
DON CLEMENTE.
No es hermosi por lo más ,
Mas quiéreme por lo menos.
DOÑA CLARA.
No es muy galán mi galán,
Pero es dé dura y provecho.
DON CLEMENTE.
¿Quién puede ser quien se llama
Juan Martínez de Cauiego?
DOÑA CLARA.
La dama es mny como vuestra.
DON CLEMENTE.
Y el galán muy como vuestro.
DOÑA CLARA.
Esto se ha acabado ya.
DON CLEMENTE.
¿Pues cuándo ha empezado esto?
DOÑA CLARA. (Ap )
;Que le deje y no lo sienta!
DON CLEMENTE. (Ap.)
¡Que no llore aunque la dejo !
DOÑA CLARA.
Llévese ucé su retrato;
No haya escaipin.
DON CLEMENTE.
Eso quiero;
{Ap. Rabiando de celos voy.)
DOÑA CLARA. {Ap.)
.Muriendo de enojo quedo.
JORNADA SEGUNDA.
Salen DON CLEMENTE v CARTH.!.
CARTILLA.
CARTILLA.
¿Que Clara te despidió?
DON CLEMENTE.
No me espauto, que es mujer.
CARTILLA.
Y más mujer que otras dos.
DON CLEMENTE.
No me puedo despicar.
CARTILLA.
No entiendo tn condición:
Duna Hipólita le busca,
Y no te pide; Leonor
Te regala, y no te cela;
Üeati iz tiene linda voz,
¿Y te vienes á Clarilla?
DON CLEMENTE.
¿Qué quieres? Téngola amor.
CARTILLA.
¿Es por fácil ó por buena,
Ó por Clara?
DON CLEMENTE.
Qué sé yo;
Porque hay otros que la quiera.n.
CARTILLA.
Mira no haces bien, por Dios:
Clara no es cesta de fruta
Puesta en la Puerta del Sol,
Que porque la compran muclios
Has de pensar que es mejor.
DON CLEMENTE.
Hipólita no merece
Que la aborrezca; mas yo
No sé aborrecer á Clara ,
Ni me hallo cuando no soy
O lineza de su halago,
O desden de su rigor.
CARTILLA.
Si la quieres por barata.
Máscara tésale hoy;
Gastar onnlieso que es malo,
Pero sufrir es peor.
DON CLEMENTE.
Con achaque de las Pascua»
Tengo determinación
De enviar agora un regalo;
¿Vendiste el salero?
CARTILLA.
¡Oh!
Véndele tú, que no quiero
Que me prendan.
DON CLEMENTE.
¿Por qué no?
¿Quién te ha de prender?
CARTILLA.
Tu ;.n(ir(
Que en la platería hoy
Hacia por su salero
Apretada inquisición.
Si le vieras desalado
Ojear todo aparador
De platero, y por la plaza
De alli á un instante pasó,
Y viendo la horca puesta.
Por el salero clamó.
Diciendo: A(|ui ha de venir
A parar aquel ladrón.
DON CLEMENTE.
¿Cuánto pesa?
Doce onzas.
Que viene á ser en vellón
1 Más de ciento y treinta reales.
DON CLEMENTE.
Trae dos cajas de turrón
I De Alicante.
CARTILLA.
Son cuarenta.
DON CLEMENTE.
Dos pavos.
CARTILLA.
Son ireinla y dos
DON CLEMOTE.
Cuatro pares de perdices.
CARTILLA.
Son veinte y ocho.
DO!» CLEMENTE.
Pues pon
Los veinte reales de dulces.
CARTILLA.
Todo lo yerras. Señor;
Mira, si la eiivias dos pavos,
Clara (es más claro que el sol)
Knvia uno á cierta vieja,
Y otro á cierto Chapetón
Para cojer con el pavo
Otro refia'o mayor;
A su am'nle las"perdices;
L'na caja de turrón
A una Vicina, y la otra
A otro solicitador
Para dar a los que piden
De bfher la colación;
Con que tu padre se queda
Sin salero, tú, Sefor
Sin |)adre, Clara sin lodo,
Y lod(iS, que es lo peor.
El uno con tus perdices,
Laolra con tu turrón.
Con tus pavos uno y otro,
Y sin dinero tú y yo.
DON CLEMENTÍ.
CARTILLA.
Ha/.lo vellón.
Y entra con lu esportillero
A darlo.
DON CLEMENTE.
Mala elección,
En plata se lo he de dar.
CARTILLA.
No bagas tal.
DON CLEMENTE.
Tengo temor.
Que al dar mis reales de á ocho,
So ha de creer que lo son.
CARTILLA.
¿No quieres que los conozca ?
DON CLEMENTE.
Mira, las damas de hoy
El real de á ocho del pobre
Le tienen por real de á dos;
Y el real de á ocho del rico, •
Les parece que es doblón.
CARTILLA.
Oyes, dáselo en salero;
«Vas bácia allá?
DON CLEMENTE.
A verla voy.
CARTILLA.
Paes si ella te siente blando ,
Lo echas á perder, por Dios.
DON CLEMENTE.
Yo la he de ir á ver de modo ,
Que no presuma que voy
Por ella; cuéntame en tanto
Todo lo que te pasó
Con don Julián
CARTILLA.
Que me entré
ADlíE EL OJO.
En San Luis, y él me siguió;
Que me puse en un altar
Con muy grande devoción
A rezar, y don Julián
Rezaba más que no yo.
Saliá la calle después,
Y fué tras mi ; á un bodegón
Me entré huyendo, y á la puerta
Más de un hora me esperó.
¿Qué hago? hago cuenta que riño ,
Echo á huir como un león,
Yo apreté con la carrera,
Y él con el paso aflojó.
DON CLEMENTE.
Si en el portal no me escondo,
üo me ha dejado hasta hoy.
CARTILLA.
Ya hemos llegado á la casa.
DON CLEMENTE.
Pues mira si en el balcón
De lieatriz hay quién nos mire
Por las celosías.
CARTILLA.
No.
DON CLEMENTE.
A Hipólita temo más ,
Que anoche salir me vio
De casa de doña Clara.
CARTILLA.
¿Distela satisfacción?
DON CLEMENTE.
Y de doña Clara dije
Mil faltas, que ella creyó.
CARTILLA.
Con eso la quedarla
Quietisinioel corazón,
Ahora nadie te ha seguido.
DON CLEMENTE.
Entra, Cartilla.
CARTILLA.
Allá voy;
Llamo á la puerta.
MABicuispA. {Dentro.)
¿Quién es?
CARTILLA.
Si es.
HARICHISPA.
¿A quién busca?
CARTILLA.
A VOS.
MARICHISPA.
Dígame quién es primero.
DON CLEMENTE
Abre, muchacha, yo soy.
{Abre la puerta.)
UARICRISPA.
jOh, mi señor don Julián!
Entrad y esperad, ya voy
A llamar á mi señora.
DON CLEMENTE.
¿Cartilla, oiste la voz?
Que soy don Julián presume.
CARTILLA.
Entra y siéntate. Señor,
Y juega con doña Clara
Cuando salga, á luna y sol ,
Que es un juego de muchachos
Donde entra el buen bofetón.
DON CLEMENTE.
¿Que baya hombre honrado que dé
Colpes á mujeres?
CARTILLA.
Yo,
La que me pone dos huesos
En la frente sin dolor.
Más abajo de la frente
La pongo cinco por dos.
DON CLEMENTE.
Entra.
CARTILLA.
Entro.
DON CLEMENTE.
Don Julián
Hoy verá mi indignación.
Sale DOÑA CLARA.
DOÑA CLARA.
Dueño mió, don Julián;
¿Qué es lo que be visto?
DON CLEMENTE.
No se
Sino don Clemente, Clara.
Quien confiesa que debió
Tanta mentira á tus ojos
Como verdad á tu voz.
Pues mi señor don Clemente...
Sale MARICHISPA.
MARICUISPA. {.\l).)
Bien mi ama le engañó
Dando á entender que le hablaba
l'or don Julián.
DO.ÑA CLARA.
¡Cómo! ¿vos
En mi cuarto? (.4/;. Este me adora.)
Responded, {.ip. Linda ocasión
De picarle; vé al zaguán,
Y si viene el regidor
Avísame luego, al punto.
CARTILLA.
R.ija, alcahueta.
MARICHISPA.
Yo voy. (Vcsc.)
DOÑA CLARA.
¿Decid, qué queréis?
DON CLEMENTE.
Que sepas
Que he venido á buscar hoy
Razón para no quererle,
Y hoy me has dado la razón;
Y aunciue á tus luces rendido.
Fino parecí y constante,
No entré en lu casa de am.anle.
DOÑA CLARA.
¿Pues de qué?
DON CLEMENTE.
De agradecido.
Yo, Clara, nunca he intentado,
Nunca yo he tenido amor;
Hacer tema y pundonor
En dejar ó ser dejado.
Antes porque no le quejes.
Darme el parabién ofrezco.
Que importa, si le aborrezco ,
Que seas tú la que me dejes:
Tu la olvidada serás,
Y yo el feliz.
DOÑA CLARA.
Sí es asi,
Dime, ¿á qué has venido aquí?
DON CLEMENTE.
Sí me escuchas lo sabrás.
Vengo á traerte...
DOÑA CLARA.
;0h, traidor!
Para no acordarme dellos ,
1-5 COMEDIAS
Ksle corüoii de calicllos, {Sáialr.)
(,>ue me diste por favor.
Papeles (|ue merei-i
También te vengo á traer.
DOÑA CLARA.
DOM CLEMENTE. (Ap.)
¡Más desdenes, dolomías!
DOÑA CLARA. {Ap.}
llejor asi me ha vengado.
00:< CLEMKME.
Yo anduve tan ocupado
(.'ue lio las leí jamás.
DOÑA CLARA.
Ni me enojas ni provocas
Oyendo tus groserías:
Muflías ternezas leerías;
Pero verdades muy pocas.
DO:i CLEMENTE.
Yo te he visto enamorada
Ko dejarme noche y dia.
DOÑA CLARA.
;r.ran confianza! bastaría
l^iue esluviese bien hallada.
DOS CLEMENTE.
í.iiulo lérmino has hallado
l'jra responderme.
DU.ÑA CLARA.
Y di:
Cuando reñiste por mi.
Di, ¿quii estabas;
tO.N CLEMENTE.
Inclinado.
DOÑA CLARA.
¿Inclinado? bueno á fe;
[ilejor termino buscaste.
DON CLEMENTE.
¿Y el dia que le sangraste
Sólo poniue me sangré?
DOÑA CLARA.
No le lo puedo negar.
DON CLEMENTE.
¿No era amor? ¿Por qué lo haci.is?
DO.ÑA CLARA.
Porque había muchos días
One me (]ueria sangrar;
Yo 3 media noche escucharte
Junto a mis rejas solía.
DON CLEMENTE.
Ibaá olra parle, y hacia
La seña para engañarte.
DOÑA CLARA.
Tu odio llego á conocer.
DON CLEME.XTE.
\'a sé tu aboi recimienlo.
DOÑA CLARA.
¿Los suspiros qué eran?
BON CLEUENTE.
Viento.
¿Las lágrimas?
DOÑA CLARA,
De mujer.
DON CLEMENTE.
Yo, Clara.
DOÑA CLARA.
Vete de aquí.
Acaba.
DOS CLEMENTE.
Ya me iba yo.
DOÑA CLARA. {Ap.)
¿Que, en fin, ésu me engañó?
ESCOGIDAS DE DON FRANXISCO
DON CLEMENTE. (Ap.)
¿Clara no me quiso á mi?
DOÑA CLARA.
;Ah, ingrato!
DON CLEMENTE.
¡Ah. falsa, Ah, cruel!
DOÑA CLARA.
¡Av mujer tan infeliz!
Vaya á ver 4 su Beatriz,
Que es sugelo para él.
DON CLEMENTE.
No es doña Clara más bella.
DOÑA CLARA.
Si soy tal, por vida mía.
DON CLEMENTE.
Beatriz, aunque es algo fría,
Es segura.
DOÑA CLARA.
Tal es ella.
DON CLEMENTE.
,,EI agua de Almagro (¡ah cruel! )
Diz que hace digerir?
DOÑA CLARA.
No,
Porque aunque la bebo yo,
No le he digerido S él.
DON CLEMENTE.
Pues los dos para otros dos.
{Hace que se la
DOÑA CLARA.
No volviera.
DON CLEMENTE.
No llamara;
Adiós, la señura Clara.
DOÑA CLARA.
El señor Clemente, adiós.
DON CLEMENTE.
Vos sois dama muy hermosa,
V que Ije de eslorliaros ved.
DOÑA CLARA.
Señor mió, es vuesarced
Para estorbar poca cosa
DON CLEMENTE.
Sí yo os quisiera, sospecho
Que hiciera...
DOÑA CLARA.
Lindo ademan.
DON JULIÁN. {Dentro.)
¿Doña Clara de Guzmau,
l'osa aquí?
CARTILLA.
Buena la has hecho;
Sal presto.
DOÑA CLARA.
Aguardad, detente —
Aquí vive. (.4p. Por los cielos
Que le he de abrasar a celos.)
Sute DO.N JULIÁN.
DON JULIÁN.
¡Gracias á Dios! ¿don Clemente?
DON CLEMENTE.
¿Amigo?
DON JULIÁN.
¿Aquí estáis?
DONCLEME.VTE. (Ap.)
¿Qué haré?
Ella le llamó, ;ah. traidora!
DON JULIÁN.
^Qué hacéis aquí?
DON CLEMENTE.
Viae agora.
ROJAS
DOÑA CLARA
Esperad, yo os lo diré.
Pensó a(|ueste caballero
Que estaba el cuarto vacio,
Y entró i verle.
DON jrLIAN.
Amigo mió,
¿Casa os falta? Daros quiero
l'n cuarlo en mi calle, que es
El mejor que hay en Madrid;
Clara, va vuelvo; venid
A verle. {Tírale de la-cop:i.)
DON CLEMENTE.
Iremos después.
CARTILLA.
Vive el cielo que me rio
De hombre tan impertinente.
DON JULIÁN.
Clara, habla con don Clemente,
Que es un grande amigo mió.
DON CLEMENTE. {Ap.}
Agora, celos, agora.
DO.ÑA CLARA. (Ap.)
Vengaréme.
DON JULIÁN.
Llega.
DON CLEMENTE.
Ved...
DOÑA CLARA.
Conózcame vuesarced
Por su mayor servidora,
Pues basta...
DON CLEMENTE. {Ap.)
¡Qué es lo que escuchol
DOÑA CLARA.
{Ap. Hoy mi ven^'anza verán.)
^er amigo de Julián
Para que yo os quiera mucho.
DON CLEMENTE.
La merced debo estimar,
V que me hallaréis espero
En este cuarto primero
[Señóla arriia.)
Cuando me queráis mandar.
DON JULIÁN.
¿Cuyo es?
DOÑA CLARA, {.^p.)
¡Oh, celos villanos'.
DON CLEMENTE.
De una prima mía es.
t DON JULIÁN.
¿Vais á verla?
DON CLEMENTE.
Si.
DON JULIÁN.
Después
La iré yo á besar las manos.
DOÑA CLARA.
¿Pues agora qué he de hacer?
DON CLEMENTE.
¿Qué aguardáis?
DON JDLIAN.
¿Me esperáis!
DON CLEMENTE.
Si;
{Ap. Don Julián se queda aquí.)
DOÑA CLARA, (/ip.)
A doña Beatriz va i ver.
DON CLEMENTE.
¿Habéis de venir?
DOK JCLIAN.
Si, amigo,
Esperadme.
DO^A CLARA, (Ap )
Ya se va.
DON CLEMENTE.
Venid presto.
DOÑA CLARA.
Luego irá.
Que agora queda conmigo.
DONCLEME^TE.
DOÑA CLARA. {Ap)
¡Oh, Viles recelos!
DON CLEHEME.
¿Qué hay que hacer?
DO.Ñ* CIARA.
¿Qué hay que esperar?
DO.N CLEJlf.ME. (Aii)
Con celos me be de curar. ( Vase.)
DOÑA CLARA. {Ap )
Celos se curan con celos.
DOX JULIÁN.
¿Fuese ya?
DOÑA CLARA.
Si, ya se fué.
DON JUL1A>-.
Pues salga desde el secreto
Del corazón hasta el labio...
DOÑA CLARA.
Esperad, sentaos primero ,
(jue tengo mucho que hablaros.
DON JULIÁN.
Vo soy el que...
DOÑA CLARA.
Deteneos,
Hablad quedo.
DON JULIÁN.
I.a razo II
Nunca sabe hablar mas quf do.
{Al paño don Clemeule u Ciirlilla.)
DON CLEMF.ME.
Entra, Cartilla.
CARTILLA.
Si haré.
DON CLEMENTE.
A ese aposento primero
Vé pasando poco á poco.
(Pasan por detrás de ¡as das siUas
los dos.)
DOÑA CLARA.
¿Qué decís? que no os entiendo.
DON JULIÁN.
Yo me explicaré con vos.
DOS CLEMENTE.
Pisa sin ruido.
CARTILLA.
Más temo
A Eo olfato que á su oido.
DON CLEMENTE.
Ya llegamos.
CARTILLA.
Entra dentro.
DOÑA CLARA.
Pues veamos en qué fundáis
Vuestra queja.
DON CLEMENTE.
Escucha atento.
DON JULIÁN.
Mi señora doña Clara
ABRE EL OJO.
De Güzman, que guarde el cielo
Tantos años, como son
Los apasionados vuestros...
CARTILLA.
.No se morirá jamás.
DON JULIÁN.
Ya os acordáis...
DOÑA CLARA.
No me acuerdo
Uenada.
DON JULIÁN.
Yo si, Señora,
Y que feriara os piumeto
Un poco de mi memoria
A un poco de eiitendiniiento.
IJigo, pues, que babrá dos mcícs.
Puco mas ó poco menos.
Que viéndoos ir al estrilio
Ue un coche, quedé tan muerto
De ver por las celosías
Del manto un lucero negro,
Que me echaron de ver lodos
Ser mi mal, mal de ojo vuestro;
Oijeos siempre que pas.aba,
Muj mentiroso y muy tierno,
Mil necedades pulidas
Que allí pasan por requiebros.
Ilablásteisnie muy afable,
Cel brasteis un soneto
Que os dije, con eslrambote
Sobre el estribillo puesto ;
1 Seguí el coche á vuestra casa,
Trasladé un papel que tengo
Que viene á todas las damas.
¿No escribisteis luego, luego?
Dus<|ué luego á cierto amigo
(¿ue hace versos, y muy cuerdo
Me hizo un romance peinado,
Y tanto que vino á pelo.
Respondisteis al romance
En vuestro latín; roas pienso.
Que el latiu de las mujeres
Nunca ba menester comento.
Disleisnie entrada una tai de ,
Entré en vuestra casa á veros;
Venilisleisme la líneza,
Yo la linez.a agradezco,
l'edisteisme no sé qué.
Di lo que pedisteis luego,
Y ya el respeto perdido
(Que siemijre ocasiona á esto
La que pide), mas bailado.
Me luí a aprovechar del ruej-^o.
Que con respeto os tratase ,
Dijisteis, y menos ciego,
Conocí que erais mujer
Que teiidria su respeto.
Fuisteis dando plazos largos
A mi amor y mi deseo,
Yo muy lino de picado
Me empeñe en amaros, viendo
Muchas señas de posible
Con algunas de no serlo.
Hasta que con verme un dia
Que de lino estaba recio,
Me tirasteis una herida
Tan franca hacia mi ilinero
Que doña ülanca os llamé
De Narvaez y Pacheco.
Trújeos un estrado y sillas
De bj(|uela y terciopelo,
Y desde este día os tuve
Por mujer de mucho aciento.
Premiasteis mi voluntad ;
Y más ufano del premio
Quise llevaros tras mi ,
Móvil de vuestros dos cielos.
Hasta que con sólo el plazo
De un día que no fui á veros
Me disteis salto de mata
Por no aguardar á otro ruego.
Fuime ala Puerta del Sol,
Y uno de los que irujeron
La ropa , me dijo adonde
Vivís, y saber espero
Cómo sin decirme nada
Me dejais, y si es bien becbo.
DOÑA CLARA.
Señor don Julián de Mata ,
Si me escucháis...
DON JULIÁN.
Nada os creo ;
Salto de mi nombre, ¿á mi
Con alhajas de por medio ?
Señora , ¿á mí que las compro,
Decis , á mi que las vendo?
DOÑA CLARA.
Digo, que yo me empeñaba
En amaros y en quereros,
Tanto, que á mi me temía.
DON CLEMENTE. {Ap.}
Cartilla, ¿qué dices desto?
DOÑA CLARA.
Y en viéndome enamorada,
Para templar este incendio
Resueltamente me quise
Aprovechar de un despecho,
Y dije : Yo he de morir
Adora, si verme dejo
Del basilisco; pues muera
Sin mirar aquello mesmo
Que es lo que yo quiero más ;
Los ojos acostumbremos
A no mirar lo que quieren,
Y no se le dé al deseo
Rienda, con que desbocado
Se precipite soberbio.
De tí hu>o, porque le adoro,
Y retirada al secreto
De mi dolor, solicito...
DON JULIÁN.
Doña Clara , no os entiendo.
;, Por qué me queréis huir?
Perdonad , que no agradezco
Que me hagáis tanto favor;
Y así .suplicaros quiero.
Que porque yo os deba más.
Me queráis un poco menos.
CARTILLA. {Ap.)
¿Oyes? envía los pavos
Y él turrón.
DOÑA CLARA.
Y demás desto.
Sabed , Señor, que en mi casa
Tengo un empeño.
DON JULIÁN.
Eso es bueno ;
Yo en casa de un mercader
Tengo por vos otro empeño.
DOÑA CLARA.
Vos, Señor, i todas horas
No podéis verme.
DON JULIÁN.
Si puedo.
DOÑA CLARA.
Porque á un riesgo os exponéis.
DON JULIÁN.
Yo nunca temo lus riesgos.
Yo tengo una obligación.
DON JULIÁN.
Vo hice otra.
DOÑA CLARA.
Ya estás grosero,
Y yo no vendo favores.
I5J
DUX JLLIAX.
Yo los compro por lo menos.
DOÑA CLARA.
;, Qué me queréis . don Julián
Cada dia aquí ? ¿ Qaé es esto ?
DOM ivuk-^.
Cada día veo aquí
Mi estiailo de terciopelo
Y mis sillas.
DO>A CLARA.
¿Qué ha costado?
DON JULIAM.
Tres mil de piala.
DO.Sa CLARA.
¿Y qué es esto
Para un favor?
nos JULIÁN.
Mi Señora,
Vos no habéis visto en talegos
Lo que montan en vellón ;
Yo si , que anduve con ellos
Contándolos por menudo
Y dándolos por entero.
DOÑA CLARA.
Pues ved...
MXRICHISPA.
Ya entró por la callo
Juan Martínez de Canieyo.
OO.ÑA CLARA.
Escondeos en esa pieza ,
i)uu Julián.
MARICnlSPA.
Buena la has hecho.
DON JULIÁN.
Yonojnegoal escondite
Con las damas.
DOÑA CLARA.
Ved que arriesgo
Mi honor y fama por vos.
DON JULIÁN.
¿Quién es ese caballero?
DOÑA CLARA.
Es que boy me debe mi honor.
DON JULIÁN.
¿Eseso verdad?
DOÑA CLARA.
Es oierto.
DON JULIÁN.
j Y podré , si él no me viese ,
Veros siempre?
DOÑA CLARA.
Yo lo ofrezco.
OON JULIÁN.
¿Y me queréis?
DO.ÑA CLARA.
Yo os adoro.
DON JULIÁN.
Pues , perdonad , que no puedo.
DOÑA CLARA.
Hombre, ¿qué quieres de mi?
DON JULIAX.
Señora , ¿qué privilegio
Han ¡ganado las mujeres
Para dejar, en queriendo
Dejar, y para obligar
Si nosotros no queremos?
DOÑA CLARA.
Don Juan, que sube.
DON JULIÁN.
Que suba.
DOÑA CLARA.
¿Qué intentas?
COiMEDI.\S ESCOGIDAS DE OON ER.VNCISCO DE HOJAS.
Hacerme amigo del que es ,
Sea quien fuere.
SaU JUAN.
JCAN.
¿<i«í Deo.
CARTILLA. [Ap.)
El Hegidor en campaña.
JUAN.
¿Qué hace aquí este caballero?
DOÑA CLARA.
Dice que este cuarto es suyo.
Que liene hecho arrendamiento
A doña Ueatriz Bolaños
Por un año : y muy resuelto
Viene á decir que me mude .
Porque él tiene hecho primero
Escritura para el cuarto.
JUAN.
¿Dos escrituras ha hecho?
DON JULIÁN.
Y la mia es anterior
Por derecho.
JUAN.
Si por cierto;
Pero en provincia os dirán
Si tenéis mejor derecho.
Que este no es el escritori».
DON lOLIAN.
Yo solamente en mi acero
Fundo mi juslicia, y hoy
A quien lo impida...
(Empuñart las espadas.)
CARTILLA.
Esto es hecho.
Juan.
¿Sabéis que soy Kegidor
Úe Almagro?
DON JULIÁN.
¿Y qué sois con eso?
JUAN.
Hombre, ¿no sabéis qne soy
Juan Marlinez de Caniego'í
DON JULIÁN.
¡Amigo del alma mia!
DON JULIÁN.
Viven ios cielos ,
Que si á mi padre encontrara
No me holgara más.
JOAN.
¿Qué es esto?
DON JULIÁN.
Mas qué ¿ no caéis en mí ?
JUAN.
No caigo, pero tropiezo.
DON JULIÁN.
¿ No os acordáis que en Almagro
Oomi con vos?
JUAN.
No lo creo.
DON JULIÁN.
Cuando yo pasé á Granada,
¿No os aciiidais del cortijo
Que me hicisteis?
JOAN.
¿Cuánto há»
DON JILIAN.
Habrá un año.
JUAN.
No me acuerdo.
DON JULIÁN.
' Quien recibe el benelicio
I Se hade acordar del.
JUAN.
' Yo pienso
Que debe de ser verdad ;
Digo que si. (Ap. ¿Yo qué pierdo
En que este hombre sea mi amigí
DON JULIÁN.
¿Cómo quedan vuestros deudos?
Que á lodos les debo mucho.
JUAN.
Gracias á Dios , lodos buenos.
DON JULIÁN.
¿Nunca os hablaron de mi?
JUAN.
Dos mil recados me dieron
Para vos.
DON JULIÁN.
¿Y cómo está
Esa mi Señora?
JUAN.
Quedo;
Que yo nunca ful casado.
DON JULIÁN.
(.Ap. Cogióme.) Preguntar quiero
Por aquella mi señora...
;, Va I
1 entendéis'!
Va os entiendo.
DOÑA CLARA.
¿Qué dama es esa?
JUAN.
Mi hermana.
{Ap. Este hombre sabe un secreto
Que á ninguno he revelado;
l'or el i,iglo de mi abuelo
Que se lo he contado yo,
Aunque agora no me acuerdo.)
DON JULIÁN.
¡ Qué casa tiene en Almagro
El señor Martínez!
JUAN.
Eso,
La mejor que hay en la Mancha.
DOX JULIÁN.
¿Pues luego no tiene el pueblo
Én un puño?
HARICHISPA.
Y en un puño
Lo tiene todo.
JUAN. (Ap.)
Creer quiero
Que este hombre es mi grande amigo;
Pero lo que yo no creo
Es que haya sido mi huésped.
DOÑA CLARA.
Muchacha, trae luces presto.
Que anochece ya.
HARICHISPA.
Aquí están. ( \'ase.)
DON JULIÁN.
Venid, que llevaros quiero
A mi casa á que cenéis
Conmigo.
JHAH.
Yo nunca ceno.
Sale MARICHISPA, con luces.
HARICBISPA.
lluenas noches.
Lindas Telas.
DOn JOLIAIt.
tüuiú Je cera.
Ello es hecliü.
DOS JILIAX.
Fa, venid á cenar
t.ÜUUligO.
JIAN.
Ahora no puedo.
DOS JULIAS.
Cieno que sois hombre corlo.
MARICHISPA.
Él siempre lo es.
DOS JULIAS.
Fuera bueno
Que se dijera en Madrid ,
yue cuando en Madiid os veo
No i>s IIl'vo á mi misma casa
A conejares.
DOSACLABA.
Ya es eso
No eftimar vuestros amigns.
Id en él.
JDAS.
Ya os obedezco.
iQup pierdo en ir a cenar?
,Soy \o el que á cenar le llevo?
Ea, ni'anos á la obra.
DOS JULIAS.
No rreereis lo que agradezco
T^l iiicrced.
jda:<.
Soy vueslro amigo.
MARICHISPA.
Y lo será muj estrecho.
JUAS.
Válgale Dios , por amipo.
DOS JULIAS. {Ap.)
Asi he de saber qué empeño
Tienp el señor Juan Múrlinez
Con doña Clara.
JBAS.
(Ap. Yo quiero
Dejarlos catorce reales
Por si esta noche no vuelvo.)
¿Marichispa?
BARICHISPA.
Señor mió.
JCAS.
Lléfiale acá...
{Dáselos en un papel por un lad.>
Ya os entiendo.
DOS JULIAS.
Ea, ¿no vamos?
JOAS.
Ya voy.
MARICBISPA.
¿V mi pan?
JOAS.
Ahí va en dinero.
Alio, i cenar.
DOSA CLARA. {Ap.)
El se ahila.
DOS JULIAS.
Señora , guárdeos el cielo.
Yo soy don Julián de Mala ,
Y siempre al servicio vueslro.
JUAS.
¿Don Julián de Mala sois?
ABKE EL OJO.
Otra ver á daros vuelvo
Estos brazos en albricias
De haberos hallado.
DOS JULUS.
¿ Luego
No me habláis conocido ?
JUAS.
Mirad cuál soy, no por cierto.
DON JULIAS.
¿Esto me decís?
JUVS.
Ai-'ora
Acabo de conoceros.
DOS JULIAS.
Pues ea, vamos á mi casa.
JUAS.
¿Posible es que os hablo y ve
DOS JULIAS.
Adiós, Señora.
JBAS.
Adiós, Clara.
DOÑA CLARA.
¿Quiénes este caballero?
Yo no.
Es un grande amigo mío.
DOÑA CURA.
¿Que tanto habrá que lo es \w
JUAS.
Yo no le he visto oira vez:
Pero há muchisiino tiempo.
{Vanse losaos.)
MARICHISPA.
Ya se fué pan y catorce.
DUNA CLARA.
¿Fuéronse ya?
MARICHISPA.
Ya se fueron.
DOÑA CLARA.
¿Cuando en el zaguán estabas
Viste salir..
DOS CLEMENTE. (.Ap.J
Oye atento.
DOSA CLARA.
¿A don Clemente?
¿Ni al criado?
I MARICH1?PA.
Ko por cierto.
' DOÑA CLARA.
Pues al cuarto de Beali iz
Entraron.
MARICHISPA.
Eso es recelo.
DOÑA CLARA.
Pues ala puerta del cuarto
Vamos á ver si podemos
Escucharlos.
MARICHISPA.
Bien has dicho.
; Hemos de dejar abierto
El cuarto, pues no han venido
Luisa V Otañez, que fueron
A traer de la otra casa
Los vidrios?
DOSA CLARA.
No.
MARICHISPA.
Pues yo cierro.
I DOSA CLARA.
Si está dentro, he de sacarle
De su cuarto.
] MARICHISPA.
I Y yo |)romelo,
I Que este mal cristiano sepa ,
Cuantos son los Mandamientos.
(Vanse y cierra Maricliispu )
Salen ÜON CLEMENTE v CARTILLA.
DOS CLEMENTE.
¿Cerraron?
CARTILLA.
Si.
DOS CLEMENTE.
Al cuarto van
De Beatriz.
CARTILLA.
Ahora, ¿Qué haremos':
DOS CLEMENTE.
Las almohadas y sillas
( Va á sacar la daga.)
Quiero hacer pedazos.
CARTILLA.
Quedo;
Si rompes doce almohadas
Y haces amistades luego.
Es fuerza que tú la compres
Otras doce ; y para esto,
Un salero es tu caudal;
Cada una vale eso mesmo;
Pues déjalas, que lu padre
No liene doce saleros.
DOS CLEMENTE.
¿Oyes, Cartilla?
CARTILLA.
¿.Señor»
DOS CLEMESTE.
Este escritorio está abierto.
CARTILLA.
Repasemos las gabelas;
Veamos qué tienen dentro.
{Miran las gabelas.)
DOS CLEMENTE.
Esta es toda de papeles.
CARTILLA.
No los tiene más compuestos
Un depositario.
DON CLEMENTE.
En todos
Hay su retulito puesto.
{Sacan papeles.)
«Papel deCominarata»,
Diceaqui.
CARTILLA.
¿Pues no sabremos
Cominarata qué es?
DOS CLEMENTE.
Otro renglón dice luego :
(I üe Francisco de Panloja ,
Mi agente.» Léele.
CARTILLA.
Luego.
DOS CLEMENTE.
Vamos hacia otro.
CARTILLA.
Aquidice:
sDel Chapetón.»
DOS CLEMESTE.
No lo entiendo.
(Lee.) TÜija, tú dices que se da I:i
íbarato ese estrado y tan ile balde esa
«36 COMEDIAS ESCOCIDAS DE DON FnANCISCÜ
• sillas , que te envió los mil rca!es que
• me pides.! .
CARTILLA.
Ténle. copases de ahí.
«'.unsidera, ¡loh pasajero !
Lo que somos los amantes;
Tárate aquí , toma ejemplo
Kn el infeliz Julián;
Y en este Chapetón necio,
Que el uno compra él estrado
Por cuatro mil , y á otro luego
Se le vendieron por mil
Con que ambos, á uo mismo tiempo,
Cada uno piensa que es suyo ;
Uno pagó por entero,
■y otro dio una tercia parte.
Los que dais estrados nuevos,
.No deis más que las tarimas ,
tíae estos que dan terciopelos
Ambos á dos los compraron ,
Yambos á dos los vendieron.
DON CLESIEIVTE.
Ya el basilisco a los ojos.
Ya á los labios el veneno,
¿A qué aguardo? ¡Oh , salgan ya
Mis voces de mi silencio !
Mas DO pronuncie el dolor
Mis pasiones hacia el pecho ;
Gástense entre lengua y labio,
Por ser indignos mis celos.
Siéntalos yo y no los diga ,
Porque al referirlos, temo
Oue me los murmure el grado
Si me los repite el eco.
Déjame salir.
CARTILLA.
Di'tenle,
Que está cerrado.
DO.N CLEMENTE.
Llamemos
A doña Clara.— Abre aqui.
Salen DOÑA CLARA v MAniCIlISPA.
CARTILLA.
Ya abren la puerta.
BAniCHISPA.
¿Qué es esto'.'
DO^A CLARA.
¿Aquí estabas?
DON CLEMENTE.
Aqui estoy ;
Déjame salir.
DONA CLARA.
Primero
Me has de escuchar.
DON CLEMENTE.
Déjame.
DOÑA CLARA.
Cierra la puerta.
MARICHISPA. ^^
Ya cierro.
DOÑA CLARA.
¡ Mi bien, mi Señor!
DON CLEMENTE.
Harás
Que me mate , vive el cielo.
Yo soy... {Paséase y anda Iras ¿1.)
CARTILLA.
De cuatro hasta ahora.
DO.ÑA CLARA.
Mira , Señor...
DON CLEMENTE.
Estoy ciego.
DOÑA CLARA.
,Mi Clemente!
CARTILLA.
Esli inclomenle.
DOÑA CLARA.
f^scücliame.
CARTILLA.
No queremos.
DOÑA CLARA.
Canilla.
CARTILLA.
No has de leerme.
DOÑA CLARA.
Ábrele; vayase luego
Si no me quiere escuchar.
DON CLEMENTE.
Abre la puerta.
MARICHISPA.
No quiero,
Hasta que pida perdón
A mi ama.
DO.ÑA CLARA. (Ap. á CarlUla.)
Yo le ofrezco
Un vestido si le tienes.
CARTILLA.
1 De qué?
DOÑA CLARA.
De paño.
CARTILLA.
Lo aceto.—
Señor, no tienes razón.
DON CLEMENTE.
Cartilla, ¿tú dices eso?
¿No has leido estos papeles?
CARTILU.
i\o la tienes.
DON CLEMENTE.
¿ No la tengo ?
CARTILLA.
¿Te ha pedido algún tstraiJo?
4 Qué te quejas?
DON CLEMENTE.
Y dime esto:
¿ El que la envió los mil reales ?
DOÑA CLARA.
Cartilla es un hombre viejo
Que tiene noventa años.
CARTILLA.
Los que tiene más de ciento
Que tuviera yo á estas horas
Cantara misa muy presto.
DON CLEMENTE.
Cartilla , ¿ catorce reales
Son más que yo ?
CARTILLA.
No por cierto.
MARICHISPA.
Cartilla , ¿y es cuerpo santo
Mi Señora ?
CARTILLA.
Ya lo (eo.
DON CLEMENTE.
Canilla , dime , ¿el agente
De la petición es viejo
Como el del papel?
DOÑA CLARA.
Cartilla,
Ya no tengo ningún pleito.
DON CLEMENTE.
Di, Cartilla, ¿y don Julián?
DOÑA CLARA.
Cartilla , ¿si le aborrezco
DE nOJA?.
I Y no me quiere dejar,
I Qué puedo hacer yo?
( Llaman á una ventana baja , í/«
ha de haber.)
I CARTILLA.
' ¿Quéeseslo?
DOÑA CLARA.
¿Llamaron?
MARICniSPA.
Si.
DO.N CLEMENTE.
¿Hay laberinto
I Como este ? Agora has de \ er
Traidora...
DOÑA CLARA,
¿Quién puede ser?
CARTILLA.
Ábrele , que será el quinto.
DON CLEMENTE.
¿No ves quien eres? no ve^?
DO.ÑA CLARA.
Escucha, y note apasiones.
DON CLEMENTE.
Dame ahora satisfacciones.
DOÑA CLARA.
Abre , y sepamos quien es.
CARTILLA.
Dice bien, callad y oid.
DOÑA CLARA.
¿Quien ha llamado?
DON CLEMENTE.
¡Oh tirana!
DOÑA CLARA.
¿Quién llama á aquesta vent.ina?
(Doña Hipólita i¡ la ventana.)
DOÑA HIPÓLITA.
Una mujer es, abrid.
DON CLEMENTE.
¿Quién será?
CARTILLA. (Ap.)
i Viven los cielos.
Que es la viuda !
DOÑA nu>óLiTA. (Dentro.)
Acabad ya.
DON CLEMENTE.
Alguna mujer será
Que te venga á pedir celos
De algún galán.
DOÑA CLARA.
Abre.
CARTILLA.
No abra.
(Ap. La viuda es, es evidente.)
DOÑA CLARA.
¿A quién buscáis?
DOÑA HIPÓLITA.
A Clemente
Quiero hablar una palabra.
CARTILLA.
Pescónos ; es cosa llana.
DON CLEMENTE.
Advierte, que yo, Señora...
DOÑA CLARA.
¡Pideme celos agora
Del que llamó a la ventana!
DON CLEMENTE.
Mucho siento que me halle.
DOÑA CLARA.
Acaba , respóndeme.
nO.NA llll-ULITA.
Abrid , ó alburolaré
Todafa casa y la calle.
CARTILLA. (.4p.)
Y tendrás dos mil razones.
La ventana be de romper.
DOÑA CLARA.
Vo laré...
DON ÍLEUENTE.
Chira , á esta mujer
Tengo mil obligaciones
De antes que te vieíe á ti;
Y aunque sólo íu amor |ircc¡o,
Para no kacella un desprecio
Me quiero esconder aquí.
DOÑA CLARA.
No es esto lo que yo quiero.
DOM CLEMENTE.
Cruel estás.
CARTILLA.
Terrible eres.
DOÑA CLARA.
Despídela, si rae quieres.
DOÑA HIPÓLITA.
¿No sale ese caballero?
DOÑA CLARA.
Ello toca al pundonor.
DOM CLEMENTE.
Obedecerle no puedo;
Si ella se va y yo me quedo,
¿Qué quieres más de mi amor?
DOÑA HIPÓLITA.
Acabad, que estoy cansada.
MARICHISPA.
¿Parécete que abra?
DOÑA CLARA.
Tente.
(Al). Yo temo que don Clemente
Me lia de dejar desairada.)
DOÑA HIPÓLITA.
I £a, ¿no me abren?
DOÑA CLARA.
(Ap. Y asi ,
No me pretendo arriesgar ;
Lo mejor será negar
Que don Clemente está aquí.
Resuelta á negarlo estoy.)
Apartaos de aquí.
DON CLEMENTE.
Si haré.
(Apártanse i un laJn.)
DOÑA HIPÓLITA.
¡Ah don Clemente!
IIARICHISPA.
¿Abriré?
DOÑA CLARA.
Abre.
MARICHISPA.
¿Quién llama?
DOÑA HIPÓLITA.
Yo soy.
(Ahre la ventana doña Clara , y I
doña Hipólita de la parte de a
tro.)
DOÑA CLARA.
¿A quién buscáis?
DO.Sa HIPÓLITA.
Bien por Dios,
Alton Clemente, Señora.
DOÑA CLARA.
<.Qué don Clemente?
AHRE EL OJO
DOÑA HIPÓLITA. I
Kl que agora I
Estaba hablando con vos.
DOÑA CLARA.
Mirad...
I DOÑA HIPÓLITA.
1 Digo que lo Oi. I
DOÑA CLARA.
Advierta ucé, reina mía...
DOÑA HIPÓLITA.
Si no abris. basta otro dia
Ko me he de quitar de aquí.
CARTILLA.
Piesuelta está , vive Dios
' DOÑA HIPÓLITA.
Y á un Alcalde liaré llamar.
I CARTILLA.
Señora , déjala entrar,
1 Y escóndamenos los dos.
i DOÑA CLARA.
Entrad.
DON CLEMENTE.
Temo que me halle.
DOÑA HIPÓLITA.
; Venga á abrir una criada
La puerta , que está cerrada.
j DOÑA CLARA.
: ¿Cuál?
! DOÑA HIPÓLITA.
I La puerta de la calle.
! DOÑA CLARA.
Ingrato, agora he de ver
I Si me quieres.
DON CLEMENTE.
TÚ verás
1 Que á ti le quiero no más.
j DOÑA CLARA.
Pero no te has de esconder.
MARICHISPA.
I l^a viuda , asi como asi
Le ha de hallar.
CARTILLA.
Ilasla lif-cliO buena.
DOÑA CLARA.
Oye, en esta alacena
Caben los dos.
CARTILLA.
Es asi.
DON CLEMENTE.
Y asi le deberé más.
DOÑA CLARA.
Pues entra.
CARTILLA.
Buena empanada.
{¡Hételos en una alacena, que ha dt
haber, y ciérrala.)
DOÑA CLARA.
Mira que si desairada
Me dejas...
Sale DOÑA IIIPl'lI.lTA.
DOÑA HIPÓLITA.
Quédate en ese zaguán.—
Dios os guarde , Clara bella.
DOÑA CLARA.
Guárdeos el cielo.
DOÑA HIPÓLITA.
Vos sois
Muy hermosa.
DOÑA CLARA.
Pasadera
137
DOÑA UIPÓI ITA.
Yo soy...
DOÑA CLARA.
Decid vuestro nombre.
DOÑA HIPÓLITA.
Curso tan poco en la escuela
De las damas de Madrid ,
Que aunque decírosle quiera,
No sabréis por él quien soy.
DOÑA CLARA.
¿Pues qué mandáis?
DOÑA HIPÓLITA.
Con vergüenza ,
Os diré que quiero bien
(¡Oh, mátenme ya mis penas!)
A don Clemente.
DOÑA CLARA.
¿De qué?
DOÑA HIPÓLITA.
De Montalvo. i Haceos de nuevas !
Digo, pues, hermosa Clara ,
Que de una vecina vuestra
Hoy supe, que don Clemente
Os sirve y os galantea.
Yo há seis años que le quiero;
Seis años há que confiesa
Que me adora ; y aun no há un dia
Que, viéndome fina y tierna.
Solicitó con su llanto
Consuelos para mi queja.
DOÑA CLARA.
¿Tan tierno estaba?
DOÑA HIPÓLITA.
Y tan falso.
Que sin mirar á las deudas
Ue mi amor y obligaciones.
Le escuché desde esta reja
Dar voces tan deftenipladas
Que sonaron como quejas.
Salga y diga (pues a dos
Solicita y galantea),
A cual de las desestima;
Y caso que me aborrez-ca ,
Desengañada os prometo
No verle más, aunque pierda
Vida y fama , y el amor
Que á mi obligación confiesa ;
Y porque las dos á un líemiio
Quedemos desla manera
Desengañadas y amigas ,
Vos muy mia, y yo muy vuestra.
DOÑA CLARA.
¿Es posible que una dama
De esa autoridad y prendas
Confiese que quiere bien?
Gran falta en mujer tan cuerda.
DOÑA HIPÓLITA.
i De chanza me respondéis
Pues yo tomaré esa vela
Para examinarla casa.
DOÑACLARA.
Advertid...
DOÑA HIPÓLITA.
Soy muy resuelta;
Y esto ha de ser desta suerte.
(Vase,y Marichispa tras ella, y abren
la alacena los dos.)
DOÑA CLARA.
Oyes, éntrate con ella;
Uon Clemente...
DON CLEMENTE.
¿Qué me dices*
DOÑA CLARA.
¿Cómo no tienes vergüenza
De tener tan fea dama?
DON CLEME.NTE.
Es bien entendida.
Es la disculpa de lodos
Los que liciieD damas IVa
i. Es parienla de llealriz ,
La de arriba?
COMEDIAS ESCOGIDAS DE DON FRANCISCO DE ROJAS.
¿En mi casa y i estas horas'
¿Aun no haheis entrado en ella
V \,:\y este ruido?; Qué miro !
¿ÜOM Clemenle?
CARTILLA.
D0.> CLEMENTE.
No es parieiita.
DOÑA CLARA.
Se le parece en la cara.
D0^^ CLEllEJfTE.
¿Quién no es fea en tu prescnci;
D0.\ACL.\RA.
¿Cuánto gana cada dia
A hacer valonas y vueltas
De la calle délas Postas?
CARTILLA.
Conrorme trabaja.
D0.-« CLEMKXTE.
Cierra,
Que viene.
DOÑACLARA.
Iráse la viuda,
V luego te has de ir tras ella.
Salen DOSA HirÓLITA
T MAUICHISPA.
MARICHISPA.
Es enpaño.
DOÑACLARA.
Ya estás cansada y grosera ,
Y yo soy mucha mujer
Para que á mi casa venga
Galau que es vuestro galán.
DOÑA HIPÓLITA.
Claro esiá que hay dilerencia
De mi á vos , que en esta corle
Hay muchos hombres <ine sepan
Quien sois vos, y no hay más de i
Que sepa quien soy en ella.
DO.ÑA CLARA.
Jurara yo que la viuda
Es honrada , aunque no quiera,
Sugeto es de no pedir.
DOÑA HIPÓLITA.
Sólo pido que me quieran ,
Que yo tengo que me sobra,
\ una casa.
DOÑA CLARA.
Que le cuesta
Cuatrocientos, ¡ y tendrá
Seis sillas de su edad mesma ;
Un bufete un poco hendido.
Dos tarimas muy estrechas.
Una cania de nogal ,
Un estrado de bayeta.
Un velón , para cuando hay
Visitas; por cabecera
De estrado un contadorclllo
Con cuatro ó con seis gabelas ;
Un cofre de ropa blanca
^ otro de sayas eineras,
Y una honraza como suya.
DOÑA HIPÓLITA.
Poesveme; desta manera
Me quiere á mi don Clemenle ;
Y hoy me dijo cosas della.
Como della.
DOÑACLARA.
¿Qué la dijo?
DO.ÑA HIPÓLITA.
Que aunque á veces viene á verla ,
La ha visitado..
¿Porqué?
I DOÑA HIPÓLITA.
I Por otra, y no por más buena.
! DOÑA CLARA.
¡¿Eso dijo?
I DUNA HIPÓLITA.
Y que era fácil.
I DOÑA CLARA.
i ¿Eso dijo?
1 DOÑA HIPÓLITA.
¡ Y que era fea;
Y que tenia en Almagro
l'n censo puesto en cabeza
De un fulano de Caniego.
DOÑACLARA.
¿Eso dijo?
DOÑA HIPÓLITA.
Y que se afeita
I Tanto, que se le han caido
Cuatro dientes y tres muelas ,
Y que los tiene postizos.
DOÑACLARA.
¿Eso dijo?
DOÑA UIPÓLITA.
Y dio más señas:
Que tiene un olor de boca ,
(Jue puede dar pestilencia ,
Y que erais mujer barata.
DOÑA CLARA.
Va no puede haber paciencia,
¿liarala á mi? ¡Hay tal injuria 1 —
Caballeros salid luera,
{Abre ¡a alacena, y sácalos.)
Que boy be de ver...
DO.ÑA HIPÓLITA.
¡Oh traidor!
¿Aquí estáis?
DOÍf CLEMENTE.
Dt-tante, espera...
DOÑA HIPÓLITA.
Esas casas queréis vos ,
Donde andáis por alacenas.
Salid acá el del catarro.
Y el de las Claras. (Saca á CarliUa.)
CARTILLA.
¿Qué intentas?
DOÑA HIPÓLITA.
Vengarme en los dos.
DON CLEMENTE.
Aguarda.
DOÑA HIPÓLITA.
Venid conmigo.
DOÑA CLARA.
Eso fuera
Para que yo le matara.
DOÑA HIPÓLITA.
Sigúeme á mi.
DOÑACLARA.
No te queda.
DOÑA HIPÓLITA.
¿A qué esperas?
DOÑACLARA.
CARTILLA.
Llamando están á la puerta.
MARICIIISPA.
Yo abro, y sea quien fuere.
DOÑA CLARA.
Abre.
Sale DO.^A BEATRIZ, cw lui.
DONA BEATRIZ.
i Qué voces son estas?
DOÑA BEATRIZ.
Vos, ¿cómo en mi casa niesina
üs entráis?
DON CLEMENTE.
Estoy perdido.
DOÑA UEATRIZ.
A blasonar...
DOÑA CLARA.
Estoy muerta.
DO.ÑA BEATRIZ.
De un honor...
DO.ÑA HIPÓLITA.
¿Qué es loqueescücln
DOÑA BEATRIZ,
i De una fama...
DON CLEMENTE.
No hay paciencia.
DOÑA BEATRIZ.
I Que por vos tengo perdida.
I DOÑA HIPÓLITA.
I Sin Clara, ¿otra dama nueva?
j Traidor, ¿esto era quererme?
DOÑACLARA.
¿ Esto es quererme de veras?
DOÑA BEATRIZ.
¿A mis ojos dos injurias?
DOÑA HIPÓLITA.
¿Que eran falsas tus liiiczas?
DOÑA REATRIZ.
Ven conmigo.
DOÑA CLARA.
No te vayas.
DON CLEMENTE.
¿Qué he de hacer?
DOÑA CLARA.
Aquí te queda.
DON CLEMENTE.
¡Clara! ¡Hipólita! ¡Beatriz!
DOÑA CLARA.
Habla.
DOÑA HIPÓLITA.
¿Qué dices?
DOÑA BEATRIZ.
¿Qué intenlas?
DON CLEMENTE.
Que á una quiero de las tres.
DOÑACLARA.
¿Soy yo?
DON CLEMENTE.
Una sola es mi prenda.
DOÑA HIPÓLITA.
¿Soy quien te merece fina?
DON CLEMENTE.
TÚ eres quien...
DOÑA BEATRIZ.
Dilo, ¿qué esporos?
DONCLEMENTK.
TÚ serás...
DOÑA CLARA.
Paga mi fe.
DON CLEMENTE.
TÚ eres sola ..
DOÑA OLA«A.
¿En (jué le hielas?
DON CLEUENTE.
Pues |jara no dejar...
TODAS.
¿Qué-!
DON CLEUeSTE.
Oos quejosas ..
DOÑA CLARA.
¿A qué esperas?
non CLEiiE.NrE.
lie de responder...
DO.ÑA HJPÚLITA.
Respunde.
DON CLEMENTE.
A las tres desia manera.
( \'ase huyendo
DOÑA HIPÓLITA.
£l me aborrece.
DOÑA BEATRIZ.
Él me olvida.
DOÑA HIPÓLITA.
Él me agravia.
DOÑA CLARA.
Él me desprecia
DOÑA BEATRIZ.
¡Déme el dolor sufrimiento!
DOÑA HIPÓLITA.
i Déme consuelo mi pena!
DO.ÑA BEATRIZ.
; Déme venganza mi agravio 1
DOÑA CLARA.
i Denme los cielos paciencia !
JORNADA TERCERA.
Salen DON CLEMENTE y CARTII.L;
atrás, con ropilla, espada y capa.
DON CLEMENTE.
Acaba presto, Canilla.
CARTILLA.
Sin juicio eslás.
DON CLEMENTE.
Estoy loco.
CARTILLA.
Señor, vete poco á poco.
DONCLEMENTE.
Ponme bien esta golilla.
CARTILLA.
Pues di , ¿qué le sucedió?
DON CLEMENTE.
¿ No me dejas ?
ADRE EL OJO.
CARTILLA.
Habla.
DON CLEMENTE.
¡Ob Hipólita traidora!
CARTILLA.
Tu matutino dolor
Ilelieie.
1 DON CLEMENTE.
No be dedecillo.
CARTILLA.
¿Te han pedido en el Baiquilfo
j Algún almuerzo, Señor?
I DON CLEMENTE.
! Ya Hipólita me ba vendido;
Doña Beatriz se ba vengado ;
Doña Clara me ba negado;
Y JO estoy...
1 CIRTILLA.
No te be entendido.
¿Hipólita fue traidora?
¿A ti teba dejado?
DON CLEMENTE.
CARTILLA.
4 Con toda su honra?
DON CLEMENTE.
Si.
CARTILLA.
¿Y á Otro prefiere?
DON Cl EMENTE.
A otro adora.
No te dejo.
i Ha echado menos el \iejo
Los cuatro tapices?
DON CLEMENTE.
No.
CARTILLA.
¿No entró á verle niuv seven
Hues, dime, ¿qué te quería?
DON CLEMENTE.
A aconsejarme venia
Que le volviese el salero.
CARTILLA.
Tarde viene; dime agora
El dolor que te maltrata,
Acaba.
DON CLEMENTE.
¡Oh Beatriz ingrata!
Deatriz, ¿por qué se mudó?
DON CLEMENTE.
Porque también es mujer.
CARTILLA.
¿Pues no te adoraba ayer?
DON CLEMENTE.
Y ayer de mi se olvidó.
CARTILLA.
En fin , ¿te dejaron tres?
DON CLEMENTE.
Si , amigo, dame la capa.
CARTILLA.
hn remedio hallo e\celente.
DON CLEMENTE.
¿Pues no me le das? ¿qué aguardas?
CARTILLA.
Para que tú quedes limpio
üesta polvareda.
DON CLEMENTE.
Acaba.
CARTILLA.
Pues es el renr.edio...
DON CLEMENTE.
¿Qué?
{Dale la capa, y sacúdala:)
CARTILLA.
Que te sacudas la capa.
DON CLEMENTE.
Pa, salgamos á la calle;
Cierra esapueria.
Cerrada.
DON CLEMENTE.
(CU
La llave,
CARTILLA. j
I Toma la llave. I
1 DON CLEMENTE. j
Dequerirquieroesta e.'pada, ;
(Tienta la espada.)
; No este gastado el bolón |
De la espiga. :
¿A eso te paras?
DON CLEMENTE.
Si , porque voy á dar muerte
AIKi'gidor.
CARTILLA.
¿Por qué causa?
DON CLEMENTE.
Porque me ha desafiado.
CARTILLA.
¿Dime cuándo?
DON CLEMENTE.
Esla mañana ;
Porque anoche con Hipólita
Le hallé dentro de su casa.
CARTILLA.
¿Te buscó?
DON CLEMENTE.
Me envió un papel.
CARTILLA.
¿Con buena nota?
DON CLEMENTE.
Extremada.
CARTILLA.
Deja que le lea.
DON CLEMENTE.
Lee. (Dale el papel)
CARTILLA.
Dice desla suerte.
DON CLEMENTE.
Acaba.
CARTILLA.
(Lee.) « Por ruegos de doña Hipó-
iilita me retiré anoche, y porque se
«entienda (|ue obedecer á una mujer
ano es temerá un hombre, le esiiero
«en el remate de la calle de las Huer-
«las, con un amigo »
¿Vióse pripcl mas gracioso?
Yo digo que si le matas.
Pierde Almagro un gran sujclo.
DON CLEMENTE.
Llevar quiero un camarada,
Puei él lleva otro consigo.
CARTILLA.
Vete sólo, y que se vaya
El padrino que él trujere;
jLo que me pudre y me mata
El que usen llevar padrinos !
¿ Que se esté un hombre en su casa ,
Con su quietud, con sus hijos
Y su mujer, y que baya
Quien diga : Venios conmigo,
(,»ue á reñir voy á campaña .
C>ue hago coniianza de vos?
Ladrón, haz de ti confianza,
Y riñe tutu pendencia.
Pues eres tú quien la causa.
Llevar á nno por padrino
A una boda, aun eso vaya.
Aunque también es pendencia
Hacerle á un hombre que salga
Por padrino de un batto;
Vaya con Dios, aiiiKjue gasta
Una vela y un manlillo.
Y un pomo de agua de .imbar.
Los derechos de la iglesia,
La comadre y la criaua
Que lleve el niño, sin otras
Menudencias de olra data;
Pero que llamen padrino
Al que va de mala gana
Con la cólera del otro
A irse á matar á estocadas ,
Es cosa que ha de pudrirme ;
Pero lo que mis me mala ,
Masr
ilO COMEDIAS ESCOGIDAS DE DON FRANCISCO
>o es que haya Ionios que llamen ,
Es que haya locos que vayan.
DOTt CIF.MEME.
Yo es fuerza que llame a uno.
CARTILLA.
Yo iré contiRO.
DON CLEJIENTE.
¿A que iKiyas
Lo que sueles?
CARTILLA.
Oué (Je veces
Jle has dado coii eslo en cara.
,, Es mas de que corro bien ?
Á la pelóla no es talla.
DON CLEMENTE.
i A quién llevaré á mi lailo'
{Ande por el labiado.)
CARTILLA.
Par Dios no lo sé; ah, si , llama
A don Bernardo, que es hombre
l}ue en una pendencia honrada
Nunca volvió paso airas ;
Verdad es que por desgracia
Sacó ires grandes heridas.
D0;> CLEMESTE.
Cartilla, de mejor gana
Llevara á quien se las dio.
CARTILLA.
Y aun yo te lo aconsejara ;
Valjíame Uios, ¿quién irá
Couligo?
DON CLEMENTE.
¿Mi maestro de armas
Será bueno?
CARTILLA.
No, Señor,
Que esto es con espadas blancas.
DON CLEMENTE.
¿Y don Nicolás es bueno?
CARTILLA.
Es miserable.
DON
¿Esa es falta
Para reñir?
CARTILLA.
¿Cómo quieres
Oue dé las heridas francas?
Mas lente, que ya le hallado.
DON CLEMENTE.
Ülmelo.
CARTILLA.
Si me lo pagas...
DON CLEMENTE.
El vestido de bayeta
Con pestaña te doy, habla.
Vestido con tantos ojos
Fuerza es que tenga pestañas.
DON CLEMENTE.
Grande majadero eres.
Con b bayelilla rancia
Bien puedo ser majadero,
Mas uo frisado.
DON CLEMENTE.
No me hagas
Perder el juicio.
CARTILLA.
Ya es larde.
DON CLEMENTE.
Dime el que eliges, acaba.
CARTILLA.
pues JO elijo...
Dilo.
CARTILLA.
A don Julián de Mala.
IION CLEMENTE.
¿Tienes tú satisfacción
l)e su acero?
CARTILLA.
Laque basta,
le elijo por eso.
DON CLEMENTE.
¿Pues pop qué?
CARTILLA.
Escucha la causa;
Este hombre es entendido.
DON CLEUENTE.
Adelante.
CARTILLA.
Este hombre anda
Entremetiéndose con
Tus Beatrices y tus Claras;
Pues entresácale ahora
A reñir á la campaña,
Y una de dos, Señor, ú
Le cascan ú no le cascan ;
Si te le zurran, te vengan
Oel , mas si él se da tal maña
Que sacude , le venga él
bel Hegidor de la Mancha;
Y asi de una suerte y otra ,
Dé 6 tome, lomas venganza
Del Regidor, si le zurran.
Del Julián, si le badanan.
DON CLEMENTE.
Dices bien. ¿Dónde he de hallarle?
CARTILLA.
En la puerta de su casa
Está lodos medios dias
IJos horas por la mañana
A hacerse por fuerza amigo
De no más de los que pasan.
DON CLEMENTE.
Pues cerca estamos.
CARtlLI.A.
Y tanto,
Que es aquel.
DON CLEMENTE.
Bien dices, anda.
I CARTILLA.
Oyes , pásate de largo.
Verás como sin buscarla
Se entra en la pendencia, aunque
I No le hables una palabra.
¡ DON CLEMENTE.
I Mejor es que él quiera ir,
I Bieo has dicho.
CARTILLA.
Pues enzaina
I El sombrero, y ponte luego
I Al estómago la daga;
I Agobíale de cintura.
Saca hacia fuera la espalda,
I Ponte crudo y mira al suelo,
Y verás cómo se clava.
DON CLEMENTE.
Pasemos.
CARTILLA.
No nos ha visto;
{Mira al vestuario.
Párate aqui un poco, y habla
Conmigo como enojado.
DON CLEMENTE.
No nos mira, thavtai:
Que te vio.
DON CLEMENTE.
¿Viene ya?
CARTILLA.
DON CLEMENTE.
Pues él se nos viene , vaya.
Sale DON JULIÁN.
DON JCLIAN.
¿Don Clemente?
DON CLEMENTE.
¿Don Julián?
DON JCLIAN.
;. Dónde vais tan de mañana
foresta calle del Prado?
I DON CLEMENTE.
! A un negocio de importancia
Voy de priesa; adiós amigo.
DON JULIÁN.
Él os guarde.
CARTILLA. {Ap.)
Y si imporiára
Apartarle de nosolro?.
Se estuviera hasta mañana.
DON JOLIAN.
Asi...
DON CLEMENTE.
¿Quédecis?
DON JULIÁN.
Parece
Que vais mohíno.
DON CLEMENTE.
No es nada;
Quedaos coa Dios.
DON JOLIAN.
Si es pendencia»,
Vuestro soy, y traigo espada.
CARTILLA.
Pendencia es , pero no importa.
Que es en el campo.
DON CLEMENTE.
No me hagas
Que te rompa la cabeza ,
Picaro.
{Hace que quiere dar al criui'.o.
DON JULIÁN.
Tened la daga.
^Vaisá reñir?
CON CLEMENTE.
No voy tal ,
Gallina.
CARTILLA.
Yo soy un mandria.
¿Pero quién podra mejor
Ir a tu lado á campaña.
Como el señor don Julián ,
Que 3 menudas estocadas
Le contará los bolones
Al Cid, aunque no los traiga?
DON JULIÁN.
¡ Y eso es desconfiar de mi ,
Y en la Alemania alia y baja
Saben quién es el alférez
Don Julián de Mata.
CARTILLA.
V basta
) ' Reñir un hombre con uno,
I Sin irse á meter en dauza
Con dos.
! DON JOLIAN.
í ¿Pues con dos queréis
1 Reñir solo?
j CARTILLA. (Ap.)
Dló en la trampa.
,p.l
DdN CI.EMF.NTf .
lisia mi criado?
CARTILLA.
Vo sé si basta ó no basta,
Y á toJa ley don Julián...
I V JO tengo con vos lauta,
; Que de vos no he de apartarme.
DOX CLEMENTE.
Pnes Canilla, vele á casa,
(lúe ya vamos dos á dos.
CARTILLA.
Pues adiós.
DON JULIÁN.
¿Adonde aguardan
Los que os esperan?
OO.N CLEMENTE.
Están
A la vuelta de esas tapias,
(,iue sen de los Trinitarios
Ü.ícalíos.
[Anden p>r el tablado.)
UON JULIÁN.
¿Sabré la causa
Pur c|iu' os han desaliado.
.Sa/í CARTILLA delrax.
CARTILLA.
i Poco i poco lie de seguirlos,
I Y he de hacer la patarata
1 Ue valiente á su ocasión.
DON JULIÁN.
¿Sabéis jugar bien las armas?
DON CLEMENTE.
CoD cólera no hay destreza.
DON JULIÁN.
Yo no la tengo, y me holg.ira
Aprovechar dos liciones
De Carranza.
DON CLEMENTE.
Heridas falsas
Son todas las que enseñó.
DON JULIÁN.
Quien no sabe ejecutarlas
Las llama asi ; mas yo sé
Si sun linas ó son falsas.
DOM CI.KMFNTE.
¿Habéis jugado en Madrid?
DON JULIÁN.
Con los hombres de más fama.
DON CLtMKNTE.
Dan aqui unas zambulliilas
Excelentes.
DON JULIÁN.
Extremadas;
Para librar zambullidas
Yo sé una ÍJCiun bizarra.
DON CLEMENTE.
Decídmela.
donjolia:(.
No jugar
CoD quien las juega.
CARTILLA.
No es mala,
DON CLEMENTE.
Aquellas las tapias son.
DON JULIÁN.
Y este el campo.
DON CLEMENTE.
Y alli aguarda.
Sale JUAN.
JUAN.
Ríen venido, don Clemente.
DON CLEMENTE.
Ya yo vengo á la campaña
A cumplir mi obligación.
JOAN.
Señor don Julián de Mata,
¿Vos contra nu?
DON JULIÁN.
Guando sal¿o
Llamado, del que me llama
So) amigii solamente.
DON CLEMENTE.
Pues ea, sacad la espada.
Llamad á vuesiro padrino,
¿yueaguardais?
Una palabra.
Yo vengo solo.
DON CLEMENTE.
¿Por qué?
l'ui á buscar un camarada ,
Que es valiente, de mi tierra,
Y me han contado en su casa
Que ayer larde se fué á Almagro
Que .\oen esta confianza
Os escribí quetrujeseis
Otro con vos; pero basta
Que riñamos vos y yo,
Vuesiro padrino se vaya
A prevenir confesor
Y saquemos las espadas;
Y á quien se la diere Dios,
Que se la perdone el Papa.
DON JULIÁN.
Decis bien; mas yo he salido
A reñir a la campaña,
Y á un hidalgo de mi porte
De mi obligación y fama,
Le toca en saliendo al campo
neñir; vuelva, si le agrada
A buscar otro padrino,
Y á mi propio padre traiga,
Oue en el campo, con mi padre
Me he de malar á eslocadas.
JUAN.
; Vos no sois mi grande amigo ?
lte^pLlllded.
DON JULIAS.
Fnilo en la M;incl:a,
Y este es olro arzobispado.
CARTILLA.
(Al>. Ahora entra mi palarat.i.)
^Oje Ule? traiga otros dos.
Dos, ¿por qué?
CARTILLA.
Vucé los traiga,
One del Indo de mi amo
Nu he de irme.
DON CLEMENTE.
Uno solo büsla.
Que yo haré que nos deje.
CARTILLA.
No hayas miedo que tal haga ,
Que yo he ooiniílo tu pan
Aunque no he bebido tu agua ,
Y de ai|ui no he de apartarme
Hasta queá su lado salga
Un valiente motilón
Con quien darme de las astas.
DON CLEMENTE.
/, Dp cuándo acá tú valiente?
¿Desde ahora?
U»
CARTILLA.
Hay horas menguadas.
JUAN.
Don Clemente, oid por Dios.
DON CLEMENTE.
Idos, no esleis importuno.
Basta ir 4 buscar á uno
Sin que haya de buscar dos,
O haréis los tres que me alabo
Que estoy solo.
DON CLEMENTE.
Tú le has <le ir;
Di, ¿por qué quieres reñir?
CARTILLA.
Yo he de saber á qué sabe.
(Ap. Este hombre no reñirá,
Y yo quedo por valiente.)
JUAN.
Voy por olro amigo.
DON JULIÁN.
Tente,
Que un remedio he hallado ya.
CARTILLA.
Si me loca el pundonor,
.No le oigo.
DON CLEMENTE.
Hablad.
DON JULIÁN.
Ya le digo.
¿Qué es?
DON JDLIAN.
Yo soy vuestro amigo.
Como soy del Regidor.
Antigua es nuestra amistad.
CARTILLA. {Ap.)
En paz los quiere meler.
DON JULIÁN.
Él no sabe á quien traer
Por padrino.
DON CLEMENTE.
Asi es verdad.
DON JULIÁN.
Pues yo me pasoá su lado,
Pur(pie esto se empiece ya,
Y a vuesiro lado podrá
lieñir...
DON CLEMENTE.
¿Quién?
DON JULIÁN.
Vuestro criado;
Para oslo le dad licencia ;
Dos á düs, los cuatro asi
lirñiremos, que por mi
No se ha deshecho pendencia ;
Poi(|iic no es razón , ni quiero
Ahora, aunque sea razón
Que se deje esla cuestión
Por no hallar su compañero.
{Pásese al ludo del Regidor.)
DON CLEMENTE.
¿Vos no venisteis conmigo?
DON JULIÁN.
Haced vos cuenla que no.
DON CLEMENTE.
i Y queréis que riña yo
Con vos? responded.
DON JULIÁN.
No, amigo.
DON CLEMENTE.
¿Pues cómo os vais de mi lado
COMEDIAS ESCOCIDAS DE DON FRANCISCO DE ROJAS.
Hoy que á reñir os provoca
Ui amor?
Dor< JULUn.
CARTILLLA.
Ko te loca, hay oíros modos
Para bailar suave medio.
DON JUI UN.
Vo no hallo mejor remedio
Para que riñamos lodos.
CARTILLA.
Enlremelido malino.
Respóndeme, ¿de qué suerle
Te lias mi'lido porinelerle
En meterte á ser padrino?
DON CLEMENTE.
Yo de su modo civil
Tomaré venüanza honrosa.
DON JULIÁN.
Don Clemente , ya eso es cosa
Que no la han hecho dos mil.
DOS CLEME.XTE.
Razón y acero serán
Los que me venguen aquí.
{Sacan las espadas.)
CARTILLA.
El diablo me metió á mi
En llamar á dun Julián.
DON JULIÁN.
Sacad la espada.
CARTILLA.
;Hay tal loco!
(Riñen Canilla y don Julián )
DON JULIÁN.
El lacayo muestra bríos.
DON CLEMENTE.
¿Vos qué aguardáis?
DON JULIÁN.
lleves mios,
(Saca la espada y tírale don ClemenU.)
Matémonos poco á poco ;
¿Cómo tiráis eslocadas?
uso es quererme matar.
DOX CLEMENTE.
¿Qué he de hacer?
JOAN.
CARTILLA.
Cerrada conmigo la hace.
JUAN.
Tened, ¿no queréis teneros?
DON CLEMENTE.
¿Qué hay»
JOAN.
Troquemos compañeros ;
Pasaos acá.
DON JULIÁN.
Que me place.
(Truecan, pasándose don Julián á re
ñir con don Clemente, y Cartilla cu.
el Regidor.)
Ea, riñamos, amigo,
Que JO á todo me acomodo.
CARTILLA.
Por sólo meterse en lodo,
Se meteá reñir contigo.
DON JULIÁN.
Entrad recto y con valor.
(Tlranse.)
DON CLEMENTE.
Sois diestro.
DON JULIÁN.
Como valiente.
JUAN.
.Val por mal venga el sirviente.
CARTILLA.
Mal por mal el Regidor;
Ea, ese brazo tended.
DON JULIÁN.
Partid conmigo.
DON CLEMENTE.
Ya parto.
DON JULIÁN.
Va por el circulo cuarto
Ksta estocada, tened.
(Dale una estocada don Clemente d don
Juan.)
DON CLEMENTE.
i. En qué os suspendéis ?
DON JULIÁN.
Sospecho
Que herido agora me habéis
Sin saber lo que os hacéis.
DON CLEMENTE.
¿Dónde es la herida?
DON JULIÁN.
En el pecho.
DON CLEMENTE.
No puede ser.
DON JULIÁN.
E.stoes cierto.
¿Sabéis por qué me habéis dado?
DON CLEMENTE.
Decid ¿porqué?
DON JDLIAN.
De confiado;
Mal haya el partir abierto;
Pero por mas que destreza
í-angre y valor me apasiona.
(Riñen.)
DON CLEMENTE.
Decis bien.
CARTILLA.
Arda Bayona.
DON CLEMENTE.
¿Qué es eso?
DON JULIÁN.
Otra en la cabeza ;
(Dale en la cabcz-a.)
Don Clemente, oid por Dios ;
Kl reñir con vos aquí
Yo no lo hago por mi.
DON CLEMENTE.
¿Pues por quién lo hacéis?
DON JULIÁN.
Por vos.
DON CLEMENTE.
Yo hago á los cielos testigos
Que conozco lo que os debo.
DON JULIÁN.
Miren aquí lo que llevo
Por servir á mis amigos;
Hasta vengarme es preciso
Que pelee como un Cid.
Sale UN SOLDADO.
SOLDADO.
Caballeros, advertid
Que en Atocha han dado aviso
A un alcalde que allí estaba.
CARTILLA. I
Pues yo me voy á sagrado.
SOLDADO.
Y á un ministro muy de lado i
Escuché que le contaba,
Que por una dama era.
Doña Clara de Guzman,
Y tan cerca de aqui están
Sus ministros, que quisiera
Templar vuestra indignación»
Cercano el riesgo mirad,
Y la pendencia dejad
Para mejor ocasión.
Pues vuestra fortuna quiso
Que el aviso os venga á dar.
DON CLEMENTE.
Pues p.nra no malograr
La indignación y el aviso,
En otra ocasión espero
Tomar la satisfacción.
DON JULIÁN,
Y yo soy desa opinión.
JOAN.
Y agora llevaros quiero.
Pues herido estáis por mf ,
Donde sin riesgo os curéis;
Vos es justo que aviséis
A esa dama, porque asi
Si- libre.
CARTILLA.
Yo voy á hacella
Que mude todo el ajuar.
Por lo qu3 puede importar. [Vase.)
DON JULIÁN.
¿Es por ella?
DON CLEMENTE.
No es por ella;
Pero habrán imaginado
Que ella ha dado la ocasión.
DON JULIÁN.
Oid, tened compasión
De mis sillas y mi estrado ;
Mirad, yo os tengo cariño;
Cuando vais desaliado
No tiréis tan arriesgado.
Que os puede matar un niño. (Vasc.)
Salen DOSa CLARA, MARICHISPA
T CARTILLA.
DONA CLARA.
¿Cartilla? ¿Marichisp:
¿Qué traes? di.
CARTILLA.
Que riñó.
DOÑA CLARA.
¿Quién ha reñido?
CARTILLA.
No es nada, don Julián es el herido,
Y no saldrá la liesla muy de balde.
Que en busca de tu casa anda un alcal-
DOÑA CLARA. L"^^-
Y agora adonde ha ido?
CARTILLA.
A la otra casa donde tú has vivido.
DOÑA CLARA.
Pues qué he de hacer?
CARTILLA.
Yo quiero aconsejarle
Que mudemos los trastos á olra parte.
DOÑA CLARA.
¡Oh mal haya!
CARTILLA.
Señora, no te indinfs:
La menguada que quiere á espadachi-
DONA CLARA.
¿Pues quién ha de mudarnio?
CARTILLA.
No 10 a Ti 11
One prevenidos Iraigo ganü|iunes ;
EiUre tudo ti ganado.
Sfl/ín DOS GAN.APA.NES.
CA.NAPAX 1.°
Descuelguen los países.
UUXA CLARA.
GANAPÁN 2.°
Ya esiá descolgado.
DOÑA CLARA.
Doblen presto la alfombra y el estrado.
CARTILLA.
¿Qué espacio es esle, reyes?
GANAPÁN 1."
¿Quién se pára'i
CARTILLA.
Dale .i uno la redoma de la cara.
Sale DON CLE.\IE.NTE con ganapanls.
DONCLF.ME\TE.
Esta es la casa, lleguen, buena gente.
UOVA CLARA.
«Quién ha entrado?
DON CLEMENTE.
Yo soy.
DO.ÑA CLARA.
¿Es don Clemente?
{Ap. ; Ah traidor! por ti andamos ..)
DON CLEMENTE.
¿Qué te enfadas?
DOÑA CLARA.
Yo y mis alhajas todas arrastradas.
HARICIUSPA.
Qiic nada disimules ;
Knlren dentro á cargar con los baúles.
DOÑA CLARA.
Pi nía vez salgo yo desta conpoja.
Nunca más mancebito de la hoja.
CARTILLA.
¿No le pones el manto?
DOÑA CLARA.
;Ay enemigo!
(Pénese el mamo.)
íQuién me ha de acompañar?
Sale DOÑA BEATRIZ.
DOÑA BEATRIZ.
Yo voy contigo.
Cuelas que hacemos amorosas ligas,
Hoy enemigas y después amigas.
SfliíMAniCHISPA con la plata, ij dá-
tela á Cartilla.
«ARICBISPA.
Aquí vienen la laza y la salvilla,
Las cucharas y platos.
DOÑA CLARA.
Tú, Cartilla,
Puedes llevarlo.
AUnE EL OJO.
CARTILLA.
Yo tengo cuidado.
DOÑA CLARA.
Dale también el tenedor quebrado.
«ARlCniSPA.
Yo le llevo en la manga.
DOÑA CLARA.
¡Oh cruel!
DO.ÑA BEATRIZ.
¡Olí ingrato!
Salen los GANAPANES con la rtp.i.
GANAPÁN 2°
Oye vusted, ¿adonde va esle halo?
CARTILLA.
Sígame á mi.
GANAPÁN 1.°
Los cofres.
GANAPÁN 3."
Los colchor.es.
DOÑA CLARA.
Deaqui adelante todos chapetones.
GANAPÁN i."
Carga esle lio.
(Cargan el estrado y los países.)
GANAPÁN 5."
Arriba.
DOÑA BEATRIZ.
Hora menguada.
IIARICHISPA.
¿Tu cama de madera está ya armada?
DOÑA BEATRIZ.
CARTILLA.
Al Carmen, imagino.
DOÑA CLARA.
Cielos, no más con hijos de vecino.
[Vanse.)
Salen JUAN y DON JULIÁN, hu.icnJo.
JOAN.
Aqui os habéis de curar.
DON JULIÁN.
No sé cómo me reporto.
¿ llabeisme agora paseado
Todo el lugar en conlorno,
Y halieisme vuelto a traer
A esiacasa?
JUAN.
Por vos sólo
Hiciera yo esta fineza.
DON JULIÁN.
¿Cuál es?
JUAN.
Esperad un poco.
¿Doña Hipólita?
Sale DOÑA HIP()L1TA.
DOÑA UIPÓLITA.
¿Quién llama?
Yo soy, que á pedir socorro
Vengo hoy á vuestra piedad ,
Conio ajer á vuestros ojos.
DO.ÑA HIPÓLITA.
Qué es esto?
Es un caballero
Que depuro valeroso
Él pecho tieoe pasado,
Y trae los dos cascos rotos ;
Suplicóos, Señora mia.
Que permitáis, siu enojo.
Que esté un hora en vuestra casa,
Paraqne sin alboroto
Se le lome aquí la sangre,
Que yo por mi cuenta lomo
Que él os quede apasionado,
Y yo agradecido y todo.
DOÑA HIPÓLITA.
Caballero, ayer me visteis ,
Y ayer, sin saber yo cómo.
Os entrúsieis en mi casa
Con tal lenguaje y tal modo
Que os creyera socarrón
Si vos cubrierais lo tonto;
Pues veniros á mi casa
Con carabanas de propio
El mismo que ayer huísteis
Como sí fuerais el otro,
A (|ue yo os cure un herido,
Es el mayor desabogo
Que he visto.
DON JULIÁN.
Señora mia.
Desangrándome estoy lodo,
Y liara una herida es
lUal bálsamo un circunloquio.
JUAN.
¿Pues fué por vos la pendencia,
Y os hacéis de rogar?
DON JULIÁN.
¿Como?
¿Por esta señora fué?
Hasta salir sano y lodo
No he de irme de acinesia casa.
DOÑA HIPÓLITA.
Advertid, que yo me corro
Que tal se diga de mi.
JUAN.
Yo desafié á don Piadoso,
Decir quiero á don Clemenle.
DOÑA HIPÓLITA.
Bien decís, que eso es lo |irop¡o
JUAN.
Y este caballero fué
Mi padrino.
DOÑA HIPÓLITA.
¿Y saben lodos
Que fué por mí?
JUAN.
No lo saben.
DON JULIÁN.
Señores ¿estamos locos?
Curadme, (lue me desangro.
Y hablad luego como un lordo;
Haced que traigan un huevo.
No traigo blanca.
DON JULIÁN.
Esto es otro;
Tomad esle real de á dos,
Y euviad presto, acabad.
JUAN.
Corro.
¿No basla gastar con Clara
Sin gastar con yema y lodo? (Vase.)
GANAPÁN 1." (Dentro.)
Descarguen aqui la ropa.
DOÑA HIPÓLITA.
¿Qué ruido es este?
GANAPÁN 2." (Cfn/r«.)
Aquí pongo
Aqueste hato.
COMKDIAS ESCOGIDAS DE DON FRANCISCO DE ROJAS.
CARTILLA. {Üeiilro.)
En la antesala
P;icJeu descargarlo lodo.
Sij/f CARTILLA.
DOSa HIPÓLITA.
¿Carlilla?
CtRTILU.
Señora mía,
Perdonadme si le eslorbo,
tiue le lioiio deposliarla
Uesle ajuar, porque nosotros
i'.on un don Julián pleiteamos,
Y el salió con su negocio,
Y siendo tú la culpada
Han imaginado todos
Que lo lia sido doña Clara ;
CoD ella, á ponerse en cobro,
Viene otra vecina suya;
Tú, Señora, sin enojo
Las recibe, pues importa
A tu fama y lu decoro;
Y si ven que eres culpada
Agora, lia de ser forzoso
Que tus escritorios anden
Por los oíros escritorios;
Julián esiá mal herido.
D0.^ JIXIAN.
Y está mal curado y lodo ;
Veuga ese vino y el buevo.
Sale EL REGIDOR con vino >j ;
pialo.
El vino y huevo esián pronlos,
Pero no "hallo cirujano
Para curarle, y yo sobro.
CARTILLA.
Yo le curaré mejor
Que uiuguuo.
Dox JULIA:;.
Me conformo.
(Balen el huevo, sacan paños.)
DONA HIPÓLITA.
Aquí Lay paños.
CARTILLA.
Venga el opio.
Que yo rociaré la herida.
{Vate la clara el Regiilor. ecfia tina
beii'licion Cartilla, y hace seuaí que
quile la mano, y bebe.)
En nombre
De Dios lodopodcioso,
Qutle vusted esa mano.
(Lebe Cartilla, y estando con el vino en
la boca para rociar, hace nenas que
quite la mano, y bébese el vino.]
JUAN.
¿Se lo ha bebido?
CARTILLA.
Era un sorbo.
noN JULIAS.
Señor mió, acabe presto.
DOiXA HIPÓLITA.
¿Que d ce?
JUAN.
Yo no le oigo.
CARTILLA.
¿Cómo no le lian trasquilado?
(Vuelve á beber y hacer señas que có-
mo no le trasquilan.)
DON JULIÁN.
I ¿Se lo ba bebido?
CARTILLA.
Era poco
JUAN.
¿Mas qué ba de faltarnos vino?
CARTILLA.
¿ Eso qué importa? ir por otro.
DON JULIÁN.
Cure usted sin trasquilar.
CARTILLA.
Por Marzo fuera más propio.
(Vuelve á beber Cartilla.)
DON JULIÁN.
^ Se lo bebió?
CARTILLA.
Si, señor,
Que el vino es muy pernicioso
Para heridas, y con él
Les crece la sangre á todos.
DON JOLIAN.
Pues póngame uced la clara.
CARTILLA.
Dice bien, ya se la pongo ;
Venga un paño.
DOÑA HIPÓLITA.
Aqui esia un lienzo.
(Pónete la clara y átale un lienzo )
CARTILLA.
Ya le alo.
DOS CLEMENTE. (OfH/rO.)
Enlren poco á poco.
No quiebren los contadores.
DON JULIÁN.
Tesoreros quiebran sólo.
Sale DON CLEMENTE, túrbele Je ver
al Regidor y á don Jjlian.
DON CLEMENTE.
Doña Hipólita, yo vengo...
Señor don Julián, vos ¿cómo
Dentro deslacasa? y vos.
Segunda vez á mis ojos,
¿Cómo os atrevéis i entrar?
DOÑA HIPÓLITA.
Esperad, que yo respondo
Por los dos ; en esta casa
No hay dueño que sea mas propio
Que don Julián, i quien yo
Por mi dueño reconozco.
(Ap. Asi me pienso vengar.)
DON CLEMENTE.
Cierra el labio licencioso,
Que has de sermia, aunque agnra...
Salen al paño D05)A CLARA, DOÑA
BE.^TRIZ T MARICIIISPA.
DOÑA CLARA.
¡ Oup vo llegue cuando oigo
Mi desprecio de sus labios !
DOÑA BEATRIZ.
¡ Cielos! ¿cómo me reporto?
DON CLEMENTE.
Yo no quiero á doña Clara.
DOÑA CLARA.
¿Que esto escucho?
DON JULIÁN.
Yo tampoco.
DON CLEMENTE.
Yo á doña Beatriz no eslimo.
DON JULIÁN.
I Ni yo la quiero.
DOÑA BEATRIZ.
¡Que esto oigo!
DON CLEMENTE.
La presente para mi
Es la que amo.
DON JULIÁN.
Ese es mi tono.
CARTILLA.
Y Clarilla
Un poco falsa.
DON JULIÁN.
Y dos pocos.
DON CLEMEríTi:.
Hipólita es...
DOÑA CLARA.
Ya yo salgo.
DON JULIÁN.
La que quiero...
DOÑA BEATRIZ.
Yo me arrojo.
DON JDLIAN.
Y JO la quiero también,
(Descúbranse doña Clara y doña Bea-
triz.)
DOÑA CLARA.
Pues traidor...
DOÑA BEATRIZ.
Pues alevoso...
DOÑA CIARA.
¿Tú anoche no me adorabas?
Para este oscaí mienlu lomo.
¿Doña Hipólita?
DOÑA HIPÓLITA.
¿Qué quieres?
DOÑA CLARA.
Que me oigas le pido sólo.
DOÑA HIPÓLITA.
Va le escucho.
JUAN.
Don Julián,
Hagamos aqui otro corro.
DON JULIÁN.
Cartilla, amigo.
CARTILLA.
Ya llego.
(Hacen dos corros , las mujeres uno,
los hombres otro.)
Llégate tú.
DOÑA CLARA.
Oidme todos.
Ya veis que lodos los hombres
Son falsos y mentirosos.
DON CLEMENTE.
Ya veis que toda mujer
Es más f.dsa que nosotros;
Pues escarmieulo, y dejarlas.
DOÑA HIPÓLITA.
Pues dejarlos.
DON JULIÁN.
Eso escojo.
DOÑA CLARA.
Haced camisas de tienda,
Y no habíanos.
DOÑA BEATRIZ.
Me conforino.
DON CLEMENTE.
Rezar, porque Dios nos libre
Üe mujeres y demonios.
DO.>A CLAHA.
, Ah quién estuviera agora
En el lealro famoso
Del Principe !
DON CLEMENTE.
¡Quién se hallara
En el coliseo üei-oico
De la Cruz!
DOÑA BEATRIZ.
Di, ¿qué dijeras?
DI, ¿qué dijeras?
DOÑA CLARA.
A lodos
Las dijera desla suerte,
DC\ CLEMENTE.
Y yo á todos (leste modo :
Calan, que entras por un lado
Con dama de mucho toldo,
ADRE EL OJO.
Pensando que eres querido,
Y el otro no, A¡>ri> el ojo.
DOÑA CLARA.
Mire el ojo, la que tienes
Mocito Como un pimpollo.
Que son todos de oropel
V parecen todos de oro.
DO.V JULIÁN.
Abre el ojo, tuque das
Estrado, y advierte, tonto,
C'ue lú entras por el estrado
V otro por el escritorio.
DOÑA HIPÓLITA.
Abre el ojo, dama honrada.
REGIDOR.
Tú, que gastas. Abre el ojo,
Que pagas á una criada
Que ha de servir á los otros.
HARICinSPA.
Terceras destas señoras.
Poned vuestra cara en cobro.
DON CLEMENTE.
Y pues todas son traidoras...
DONA CLARA.
Y pues salen falsos todos.
Todas á una voz...
DON CLEMENTE.
Los cuatro
A una voz y a un mismo tono.
DOÑA CLARA.
Digamos...
DON CLEMENTE.
Decir podemos
De rabia...
DOÑA BEATRIZ.
De ira...
DON JULIÁN.
De enojo...
TODAS.
Abrir el ojo, señoras.
TODOS.
Señores, abrid el ojo.
CARTILLA.
Y don Francisco de Kojas,
Postrado ,i esos pies heroicos
Pide elviior y el perdón,
1 Pues nobles sois, sed piadosos.
DONDE HAY AGRAVIOS \0 HAY CELOS, Y AMO CRIADO.
DON JIAN DE ALVAHA- I
DO.
SANCHO, su criado. \
PERSONAS.
DON LOPE DE ROJAS. I OOSa INKS DE ROJAS. 1 nat'!'^'/:-/" .'"'■;'!''":„ .
lilílíNAliDO, criado suyo. DÚSFEWXxyDO, su pudre. | ^'^^¿^ ''^'^ "^ ALVAIIA-
JORNADA PRIMERA.
Salen SANCHO y DON JUAN, de ca-
mino, con bolas y espuelas.
SANCHO.
O es que te has endemoniado,
O es que lo que haces i;;iiüias ;
En la corle y á eslas horas,
iQixé buscas recién lleiíadu?
jUónde tu discurso va?
¿Qué es lo que internas hacer?
D0> jua:».
Calla , necio ; esla ha de ser
La trran calle de Alcalá,
Que turbada mariposa
buscó mi llama ó mi estrella.
SANCHO.
iQué quieres hacer en ella?
DON JUAN.
Aquí ba de vivir mi esposa.
El juicio hemos de perder
Si liay alguno que perdamos.
¿ No asamos y ya pringamos ?
¿Al primer tapón mujer?
(¡ui' e»lascansado imagina;
Mira i|ue las doce han dado.
¿Tan ILinos han caminado
ili moilony tu froiilina?
Volvernos, por Dios, podremo.s
A diiiniir á la posada
Que ya dejamos tomada.
DON JUAN.
Entinto que no Sabemos
Cuál de 3(|UPstas casas es
(Sea amor ó sea desvelo)
Adonde se oculta el cielo
De mi hermosa doña Inés ,
Bien puedes tener por c¡erlo
Que no habrá descanso igual.
SANCHO.
Acuérdale, hombre mortal.
Que hoy hemos pasado el Puerto,
Y por el bendito Dios
Que te acuerdes de por si .
Que hay desde Burgos aquí
Muy largas cuarenta y dos;
Y no seas tan reacio.
Sobre novio, que me pesa.
Que tomes hoy tan de priesa ,
Lo que ba de ser tan despacio.
DON JUAN.
SANCHO.
Hombre que se ha enamorado
No más que por la pintura ,
Porque á castigar se empiece
Su amorosa desvergüenza ,
Ser saca<la i la vergüenza
Del desengaño merece,
üiine , Señor, por tu vida ,
Engáñete ó no el primor,
¿ Ha de pintarte el pintor
Si es lu mujer presumida,
.Si es necia ó es recatada ;
Adverlirále Hel
Muy solicito el pincel
Si es sucia ó desaliñada?
¿Del pincel colegirás
(Por más (|ue avise elegante),
Si tiene dientes delante.
Si guarda corcova airas ?
¿Adverlirále el retrato
Con curiosa perfección
Lo que hay en su inclinación ,
Lo(|ue hailaiá<en su I ralo?
Pori|ne esio solo ha de ser.
Aunque más quieras culpar,
1,0 que se ha de examinar
En una propia mujer;
l'iies si no has averiguado
(De tus celos enemigo).
Nada de esto que te ligo.
¿Deque te has enamorado?
DON JUAR.
Ya su belleza acredita
Lo que en ella puede haber.
SANCHO.
Oyes, la propia mujer
No ha de ser más de bonita ,
Y que ha de tener, sabrás ,
Si'inblanle moilesto y casto,
Y hermosura para el gasto
De su marido no más.
DON JUAR.
Amigo Sancho, no sé,
Dfjando lo discurrido,
¿Cómo le habré parecido
Én el retrato que envié?
Porque de mi original
No vi más cierto traslado.
SANCHO.
Yo sí. Señor.
DON JUAN.
¿Qué has pensado
SA.^cuo.
Que le has parecido mal.
DON JOAN.
I'ues ¿no me dirás porqué-?
¿La copia , di , no es igual
Con mi propio original?
Pues di, ¿por qué?
SANCHO.
Yo lo sé.
DON JUAN.
Acsba ya , mentecato ;
Dime la causa en rigor.
SANCHO.
¿ Quiéreslo saber mejor?
DON JUAN.
SANCHO.
No está acá tu retrato.
DON JUAN.
De tu necedad me rio,
¿Mi retrato note di?
¿Y no hiciste el pliego?
SANCHO.
Si.
DON JUAN.
,, Pues cuál enviaste?
SANCHO.
El mió.
DON JUAN.
Vive Dios, borracho, loco.
Que á ser lo que dices cierto.
Pienso que te hubiera muerto.
SaXCUO.
Señor, vete poco á poco.
DON JUAN.
Dime, ¿cómo ha sido?
SANCHO.
Espera,
Y yo te lo contaré.
DON JUAN.
Acaba , di, ¿cómo fué?
SANCHO.
¿Cómo fué? de esla manera :
Ya te acordarás , Señor,
((,)ue yo harto estoy de acordarme)
[)ue en Flándes dio en retraturuie
Por fuerr.a cieno pintor;
Pues por exlraña y ajena
Pintó mi cara endiablada.
Que es mejor para pintada
La mala que nota buena.
Y después de aquella basaña
Que España observa Iriunfanle,
Que nos dió el señor Inl'anle
Dos licencias para España.
DON JUAN.
En fin , que á Burgos llegamos.
Patria en que los dos nacimos ,
Donde apenas conocimos
Los mismos que antes tratamos.
SANCHO.
Que de tu desdicha incierto.
Siendo tu esperanra rana ,
Menos hallaste á tu hermana
Y á tu hermano hallaste muerto;
Sin que te avise cruel
Pena que tu honor profana ,
Ni quién se llevó á tu hermana.
Ni quién le dió muerte á él.
No acuerdes tan inhumana
Pena sin darme sosiego.
¡Ay, mi hermano! ¡ay, mi don Diego!
jAy, mal nacida doña Ana !
Mas si no sé mi enemigo,
i Por qué comuDico al labio
Sin mi venganza mi agravio?
Prosigue, Sancho.
COMEDIAS ESCOGIDAS DE DON FRANCISCO
SANCHO.
Ea, pues. Señor, acaba
Prosigo.
También sabes , que después
Por carias de cumplimiento
Trataste tu casamiento
Eu Madrid con doña Inés;
Y que seri dama fio
De honor, prudencia y recalo;
Que ella le envió su retrato.
DON JBAN.
Y que yo le he enviado el mió.
SANCHO.
Eso es fuerza que prosiga.
DO.N JUAN.
No dices cosa que importe.
SANCHO.
Ya hemos llegado .i la corle
Y es fuerza que te lo diga.
Pues ahora el retrato llegó;
Ya sabes, si te acordaste,
Oue la noche que le enviaste
Me hiciste cerrar el pliego,
Y fué porque...
DON ;dan.
Sancho, acaba;
Que todo es verdad te digo,
Porque me llamó un amigo
Al tiempo que le cerraba.
SANCB0.
Pues dióme gana, Señor,
De mirar en este rato
Tu retrato y mi retrato
Por ver cuál era niejor ;
Y viendo en los dos pinceles
La propiedad y el primor,
A entrambos con mucho amor
Los envolví en dos papeles.
Pues envueltos...
DON JUAN.
Dilo.
SANCHO.
Espera ;
Los troqué tan torpe y ciego,
Que el mió puse en lu pliego
Y el tuyo en mi faltriquera.
DON JUAN.
Yo te escucho y no lo creo.
SANCHO.
¿Pues eso á mi qué me inquieta»
DON JUAN.
¿Y lo echaste en la estafeta?
SANCHO.
No, Señor, en el correo.
DON JUAN.
¿Qué dirá mi Inés, repara.
Con tu cara?
SANCHO.
No te asombres;
nirá que todos los hombres
No han de tener buena cara.
¿Y qué dirá de lu talle
Y de tu presencia, di?
SANCI.O.
Si Dios me la ha dado asi,
¿Tengo de echarla en la calle?
DON JUAN.
¿Pero qué iniporla el engaño.
Ni qué puede haber que importe,
Si habiendo entrado en la corte
Está cerca el desengaño?
De cumplir con tu pensión.
DON JUAN.
Estas presumo que son
Las monjas de Calalrava,
Vno sé cómo sabremos
Cual de aquestas casas es
La casado doña Inés.
SANCHO.
Por su padre preguntemos;
Tu prudencia comedida
Asi lo intente saber,
yue no es segura mujer
La mujer que es conocida.
DON JUAN.
El se llama don Fernando
üe Rojas.
SANCHO.
Quiero llegar.
DON JUAN.
¿V á quiéulo has de preguntar?
SANCHO.
l'n hombre se va acercando.
Sale BERNARDO.
Sobre tener gran recelo,
.\o tengo poco cuidado
Que mi amo salga tan tarde
V que entrase tan temprano ;
Las doce y mas de la noche
Son ya , y estando cerrados
Los postigos de la calle ,
Más dudo, y menos alcanzo;
Amante ciego de Inés,
De la belleza milagro,
Féni.^ de amor, mi Señor,
Vive y muere de sus rayos ;
Pero siendo Inés su prima,
Y su lio don Fernando,
Los que entraren en sospechas
Son discursos temerarios ,
Pero aquí le he de esperar
En tanto que el sol dorado
Al alba que los avisa
Manda recoger sus astros.
DONJUÁN.
Ea, pregúntalo, acaba.
BERNABDO.
Aqui he de esperar.
SANCHO.
Hidalgo:
¿Dónde posa un caballero
Que se llama don Fernando
Üe Rojas? Si es vuesasled
Curial en aqueste barrio.
BERNARDO.
Vive en esta propia casa.
SANCHO.
Dígame usted en qué cuarto.
BERNARDO.
En toda la casa vive.
SANCHO.
Guárdele el cielo mil años.
Cuatro ó cinco más ó menos.
Señor, ja hemos encontrado
Tu mujer; mas siendo propia
Fuera no hallarla milagro.
DON JUAN.
Va lo escuché.
BERNARDO. (.4p.)
Vive Dios ,
Que pienso que lo he errado
En haber dicho la casa;
DE ROJAS.
Que estando dentro mi amo,
Para esperarle y salir.
No ha de ser poco embarazo.
SANCHO.
Ea, manos á la boda.
Ea, ¿no llamas?
SANCHO.
Ya llamo.
BERNARDO.
¿Oye vuested, caballero?
SANCHO.
¿Caballero? mas abajo
Tengo mi alcuña , ¿qué quiere?
bernaudo.
Que hay enfermos en el barrio,
Y es tarde, y mañana bay dia.
SANCHO.
Los dos que ve se han criado
En la Noruega ; y asi .
Por la noche negociamos. '
BERNARDO.
¿Tanta prisa traen los dos?
SANCHO.
Nunca traemos espacio.
BER.IARDO.
Diga, ¿por qué?
SANCHO. I
Porque quieren
Muy apriesa los soldados. '
BERNARDO.
No lo entiendo.
SANCHO.
Dios me entiende.
BERNARDO.
¿Has cenado?
SANCHO.
Sí be cenado;
Mas tú , y tu padre, y tu abuelo,
V lu alma, sou los borrachos.
HERNARDO.
To, lo, to, valiente me es.
DONJUÁN.
¿Ahora la tiendes, Sancho?
SANCHO.
Yo la doblaré después.
BERNARDO.
¿Oye?
SANCHO.
Bien oigo.
BERNARDO.
Aqui, al lado
De los padres Recoletos ,
Pues quiere reñir, le aguardo.
SANCHO.
Picaro, yo nunca riño.
Siendo Sancho y siendo el Dravo,
Al lado de Recnlelos,
Sino al lado de los diablos.
BERNARDO.
(.4p. Asi lo pienso sacar
De la calle.) Va me canso
De sus cosas , y otra vez
Digo, que espero en el Prado. (Yase.)
SANCHO.
Más se cansará vuested
Si me espera; por san Pablo
Que le he de malar.
DON JUAN.
Aguarda,
Escúchame, Sancho.
SANCHO. '
Aguardo.
DO.NDE H\Y AGIÍAVIOS NO HAY CEI.OS, Y AMO CUIAÜO.
DON JUAX.
I Enlremos á ver á Inés ,
I V al instante que saldamos
i Le irás a buscar.
SAUCHO.
Itifn dices.
I ¿Hade esta casa? En lo alto
I Han abierto un postiRUillo.
DON lOAN.
Si responden...
SANCBO.
No está claro.
Baja DON LOPE por un balcón al
tablado.
DON JUAM.
l'n hombre , viven los cielos,
O la vi>la me ha en^.iñaJo,
Desciende por un balcón.
SAXCBO.
La grande llaneza alabo.
DON LOPE.
¿Quién es quien está en la calle?
¿.\o es Bernardo';
DON JUAN.
NoesDernardo.
Diija , ¿quién es?
DON tOPE.
No es posible.
{Ap. Aqui hay gran riesgo si aguardo,
Y si me voy, doy indicios
De cobarde ó de villano;
Este es el medio mejor
Sino dejan libre el paso;
Asi lo intento cobrar.)
(i'aca la espada.)
DON JOAN.
Hay ?:ilor y tengo manos.
DON LOPE. (.4p.)
La 05CU1 idad de la noche
Y lo importante del caso,
Y ver que al ruido que hacemos
Ha de salir don Femando,
iWñtn.)
Me da ocasión de volver
Al riesgo de honor los pasos ;
Ya yo he cobrado la calle,
Y puesto que la he cobrado
Y que no soy conocido,
Pordamay honor volvamos. (Yase.)
DON JUAN.
Si 00 me dices quién eres,
I Kobas de pasar.
SANCHO.
¡Oiga el diablo!
(Mi amo riñe conmigo?
DONJUÁN.
Dígame, ¿quién es?
SANCHO.
Soy Sancho.
DON JUAN.
i Qué dices?
SANCHO.
Lo que te digo ;
Si no hablas recio, te malo.
DONJUÁN.
¿Luego se fué?
SANCHO.
¿No lo ves?
DON JUAN.
¿El que bajó?
SANCHO.
, ¿ No esiá claro
Que dará mejor carrera
Quien supo dar lan buen salto?
DO.N JUAN.
Sigámosle.
SANCHO.
¿Tienes postas?
DON JUAN.
;Que se fuese!
SANCHO.
Verbiim caro
Faclum est. \ Y (|ué de cosas
Eu un instante han pasado !
DON JUAN.
No creas que era cobarde
El que bajó.
SANCHO.
¿Pues yo cuando
Pienso que nadie es gallina?
Todos para mi son gallos.
DON JUAN.
Si has visto lo que nos pasa ,
¿Qué te parece que hagamos?
SANCHO.
Lo que á ti le pareciere.
DON JUAN.
Discurramos.
SANCHO.
Discurramos,
Que ya amanece, y tendremos
Los eutendioiienlos claros.
DON JUAN.
¡Ser yo caballero pobre,
Y apenas haber liegailo
De Flaudes , donde á mi rey
Serví más de catorce años ,
Cuando con su propia hija
Meenvia á rogar don Fernando ;
Ella en Madrid y yo en Burgos ;
Ella hermosa y yo rogado ;
Ella muy rica y yo pobre;
Y que me buscasen!
SANCHO.
Malo;
Aristóteles contigo
Discurrió como muchacho.
DON JUAN.
¡Venir á Madrid comento,
Y apenas haber llegado,
Cuando un criado á estas puertas
(Que debió de ser criado
Del que estaba dentro), intenta
Que de la calle salgamos ,
Y para sacarnos finge
Que nosdesaüaha!
Malo.
DONJUÁN.
¡Ser ya las dos de la noche,
Estar los cuartos cerrados ,
Ser casa en que viven solos
Doña Inés y don Fernando,
Desde el balcón principal
Bajar un hombre arrojado.
Sacar la espada valiente
Y acuchillarnos á entrambos ,
Y por no ser conocido
Irse tan apriesa !
SANCHO.
Malo.
DON JUAN.
¡Casarme yo con Inés,
Siendo los indicios claros !
SANCHO.
Peor.
DONJUÁN.
¿Pues que hemos de hace
Discurramos.
DON JUAN.
Discurramos.
Ahora bien , yo tengo un medio
Extremado.
SANCHO.
Y'a le aguardo.
DONJUÁN.
Y es averiguar yo mismo
Mis celos y mis" agravios.
Bien puede ser que este hombre
No entre por Inés, y en tanto
Que averiguo con la vista
Lo que tan ciego idolatro,
Tu has de hacer por mi una cosa
Que importa.
SANCHO.
Vamos al caso.
Es verdad.
DON JUAN.
¿Y hay en la corte
Quien te conozca?
SANCHO.
No hallo.
Con ser tordo de tu higuera
Quien pueda llamarme Sancho.
DONJUÁN.
Pues desde hoy te has de fingir
Mi amo y yo tu criado;
Yo tu nombre he de llamarme,
Y tú el mió, con que allano
Ser espia de mi honor
En este contrario campo ;
Fingete don Juan ahora
Con doña Inés, porque entrando
Tú en mi nombre y yo en el tuyo
En su casa disfrazados ,
Ladrón de casa, procuro
Averiguar este encanto.
SANCHO.
Señor, ¿y tá me conocen
Y me dan quinientos palos ,
Si no es que me den dos mil
Por novio de contrabando?
DON JUAN.
Estando jo allí no hay riesgo.
SANCHO.
Y dime , Señor, ¿si acaso
Me cobrase doña Inés
Afición , y entrase el diablo
Y me teníase, que yo
Soy mortal y luí soldado
En Flandes?
DON JUAN.
¿Cómo es posible
Con ese talle , menguado?
SANCHO.
Porque siempre las mujeres
Quieren lo peor.
DON JUAN.
Pues Sancho,
Esto ha de ser.
SANCHO.
En efeto,
¿Estás ya determinado?
DONJUÁN.
Sin remedio.
SANCHO.
¿No hay remedio?
Pues ahora bien ; yo náe armo
¿Si le vendrán mis veslidos?
SANCHO.
Si , seor (Ion Juan , porque j cuándo
A un pobre no le lia venido
Cualquier vestido piulado?
DOH JUAM.
Desde hoy Sancho he de llamarnic.
SANCHO.
Y yo don Juan de Alvarado.
¿Eslás resuello?
ío^ ju*:«.
Si esloy.
Sancho, vamos.
SANCHO.
Don Juan, \at)ius
D0:\ JUAN.
¿Sabrás fingir?
SANCHO.
Como dama.
DON JUAN.
¿Si te turbas?
SANCHO.
Soy bellaco. j
DONJUÁN.
Asi sabré quien me injuria.
SANCHO. !
Asi estaré regalado. |
DON JUAN.
Hoy veré a mi Inés hermosa.
SANCHO.
Yo pienso engordará palos.
DONJUÁN.
Pero si Inés no es quien es...
SANCHO.
Mas si caen en el engaño...
DON JOAN.
Tomaré venganza en todos.
SANCHO.
Muera Sancho y muera harto.
DON JOAN.
Ea,don Juan, á vestiros.
SANCHO.
Ea , Sancho, á desnudaros.
DONJUÁN.
Cien empiezas.
SANCHO.
Si , Señor,
Que soy, por ser lu criado.
Tu criado Prricon ,
Que me haces de lodos palos.
( Vanse.)
Sale BEATRIZm;) manto t DÜ.Sa I.MÍS
BEATRIZ.
En fin , tú me has despedido.
DOÑA l.NÉS.
Beatriz, no repliques más.
BEATRIZ.
Injusto pago me das
Del tiempo que le be servido.
¿Con lanía ira y rigor
Premias mi anligua lealtad?
DOÑA INÉS.
Antes que mi voluntad
Tiene su lugar mi honor.
BEATRIZ.
Sólo te pido que acabes ,
ESCOGIDAS DE OO.N KRA.NCISCO
Puesto queme has despedido,
De decir, en qué he ofendido
Tu decoro.
DOÑA INÉS.
Tu lo sabes.
BEATRIZ.
Mi ánima sea maldita
Y por Dios excomulgada
Por toda mi santiguada
Y por esta cruz bendita.
Señora, que yo no sé
Por qué te bayas enojado.
DOÑA INÉS.
Pues si no me he declarado.
Escucha y te lo diré.
BEATRIZ.
üilo, pues que sin razón
Me riñes á troche moche.
DOÑA INÉS.
Pues dime , Boalriz , ¿ anoche
A qué abriste mi bulcon
A más de las diez?
BEATRIZ.
Hepara
Que en eso no hay que culpar,
Porque puse á serenar
El agua para la cara.
DOÑA INÉS.
¿No hablaste al abrir?
BEATRIZ.
No hablaba.
{Ap. Ella ha de cogerme aquí.)
DOÑA INÉS.
Mientes, Beatriz, yo teoi.
BEATRIZ.
Es verdad , pero rezaba.
DOÑA INÉS.
Pues dime, ¿por que razón ,
Cuando en la ventana estabas ,
Ya que rezabas, rezabas
Tan recio?
BEATRIZ.
Es más devoción.
DOÑA INÉS.
¡Oh, qué bien sabes tener
La respuesta prevei.ida !
Y di , ¿á qué estabas vestida
Antes del amanecer?
Y si acaso sueño fué
Y vestida te dormiste,
¿ Cómo no me respondiste
Al tiempo que te llamé?
¿Cómo habiendo alborotado
l.a casa, no respondías?
Dirásme que no me oias.
BEATRIZ.
Tengo el sueño muy pesado.
[Ap. Yo he de escaparme, por Dios.
DO.ÑA INÉS.
;. Üornjias desla manera
Cuando echaste un hombre fuera
Por el balcón á las dos?
BEATRIZ.
¿Yo eché un hombre fuera?
DOÑA INÉS.
Si.
Tú, Beatriz , en conclusión ,
Fuiste quien abrió el balcón.
BEATRIZ.
¿Quién lo dice?
DOÑA INÉS.
Yo lo Ti.
BEATRIZ.
Pues si lo viste , Señora ,
DE ROJAS.
Y estás en eso tan cierta ,
Tu primo...
DOÑA INÉS.
No me le nombres.
BEATRIZ.
Don Lope.
DOÑA INÉS.
Irritarme intentas,
BEATRIZ.
Anoche, á primera noche.
Hallando la puerta abierta ,
Se acogió acá , poriiue dijo
Que llovía, en la escalera
Dijo que hablarte quería,
Y entrando con tania pritsa ,
Apenas empezó á darme
El habito de tercera
Y apenas yo le tomaba
Para ser criada buena ,
Cuando el viejo de lu padre
Por esa cuadra atraviesa;
Yo (|ue lo sentí , ¿qué hago?
Porque á tu primo no sienta
Al baiiaslo de un balcón
Le zampucé con presteza;
Cerré el balcón por de dentro,
Y al dejarle por defuera.
Todos sus deseos puse
Al sereno como velas ;
Pero como soy tan pia
Que soy parieiila de Eneas,
Y esto de hacer bien a todos
Lo tengo desde pequeña ,
Apenas sen ti que estabas
Sosegada , aunque despierta ,
Y apenas vi que lu padre
No escupió una vez siquiera
Ni dijo esta tos es mía ,
Con ser la tos su perpetua ,
Cuando abriéndole el balcón
Le saqué porque se fuera ,
Tan quedito, (jue pensó
Que Íbamos pisando yemas;
Pero como el buen don Lope
Miró la casa tan quieta.
Dio en decir erre que erre ,
Cuando yo fuera que fuera ;
Y yéndose á lu aposento
O por amor ó por lema.
Oliendo hacia donde estabas,
Por(|ue es amante demuestra,
Te alborotó, y diste en esto
Voces tales , como buenas;
Él á esie tiempo asustado,
Como silbado poeta.
Recelando que tu padre
O le conozca ó le vea,
Antes (|ue bai^a de las suyas
Dispuso hacer de las nuestras ;
Volvióse al señor balcón ,
Y, en efecto, por la reja
Salló á la calle, en la cual
Hubo no sé qué pendencia.
Este , Señora , es el caso
Para que mejor lo sepas ,
Contado al pié de la boca.
Ya que no al pié de la letra;
Y supuesto que lu padre
No lo sintió, no consientas
Dar un castigo tan grande
A una culpa tan pequeña.
Asi lu novio don Juan,
Que por instantes esperas,
iN'otu marido, Señora,
Sino lu amante parezca;
Asi le goces tu...
DOÑA INÉS.
Calla,
Si no quieres (|ne sangrienta ,
I Antes que á don Juan pronuncie
CONDE HAY AGDAVIOS NO HAY CELOS, Y AMO CKIADO.
Te despedace la lengua.
iYo casarme con don Juan?
No lo perniilan adversas
Con violencias mi forluna
Ni con inaujos mi estrella ;
Anles el mar de mis ojos
Rompa cuando airadocreica
El margen de las mejillas,
Que son sus blancas riberas.
V á ti , porque has irritado,
O desconocida 6 necia,
Con lu ruego mi piedad ,
Mi obligación con tu queja ,
Pues con don Lope traidora.
Pues con don Juan balagüeña,
Más que me obligas me iniías,
Me enojas mas que me empeñas ,
Porque á don Juan me nombraste...
Sa/e DON FERNANDO.
DOS FERNASDO.
I Inés, i que voces son estas?
I ¿Qaébasido?
DO-iA ISÉS.
No sé, Señor.
D0.NFER>AND0.
Beatriz, ¿por qué estás cubierta?
I BEATRIZ.
i Señor, estoy despedida.
1 DOS FERXASDO.
1 1 Por qué?
BEATRIZ.
Decirlo quisiera;
Mas aunque lo intento hacer
No me deja la vergüenza.
DO.N FERNANOO.
iQaéeselcaso?
BEATRIZ.
Mi Señora,
Qoeba dado en aquesta tema.
DON FERNANDO.
jQué es?
BEATRIZ.
En que no ha de casarse
Con don Juan, aunque tú quieras;
Y porque la dije ahora
Sólo que te obedeciera...
DOS FERSASDO.
«Qué hizo?
BEATRIZ.
Me despidió
DOS FERSASDO.
«Esafuéla causa?
BEATRIZ.
Esta.
DOS FERNANDO.
Qnltale el manto, Beatriz.
Ob, vivas mis que una suegra.
Cuando es rica y tiene yerno
Que desea que se muera. (Vasc.)
DOS FERSASDO.
I Ahora me llego a hablarla,
i Inés?
DO.ÑA ISÉS.
Señor, ¿qué me ordenas?
DOS FERNANDO.
¿No dirás qué novedad
Ha irritado tu obediencia?
i. De qué tan triste estos días ,
U de airada ó de suspensa
Le trasladas á los ojos
Las pasiones de la lengua ?
¿ No es don Juan gran caballero '.'
¿Por qué oeciamente niegas
A mi cuidado este amor,
A mi fe esta diligencia?
¿No quieres á don Juan?
DOÑA ISÉS.
Hompió el recato la nema.
No me he de casar con él ;
Y porque la causa sepas,
Repara en este retrato
Si es justa mi inobediencia.
(Dale iiu retrato , y míralo.)
DOS FERNANDO.
¿Qué tiene?
DOÑA INÉS.
Que no es posible.
Aunque tú me lo encarezcas.
Que sea hombre principal
Un hombre de esta manera.
¿ Esta es cara de hombre noble ?
¿ Puede tener sangre buena
Quien tiene este talle? ¿Este arte,
Es arte de hombre de prendas?
DON FERNANDO.
Pues di , ¿quién ha conocido
Por el rostro la nobleza?
¿Dice el talle calidades?
Las obras son las que enseñan
La buena sangre ; el valor
Es la más hermosa muestra.
DONA INÉS.
Si, pero la buena sangre.
Aunque se ocnlle en las venas ,
Puede hacer que las facciones
Participen de su influencia.
Rien asi como el cristal
Que es la sangre de la tierra ,
Que cuanto más puro y limpio
En sus entrañas se hospeda ,
Tanto más la tierra misma ,
Que es mas noble la demuestra.
DOS FERSASDO.
No sofistica procures
Convencer con experiencias
Verdades que en su valor
Seguras experimentan.
Tú has de casarte con él
Aunque...
DOSA INÉS.
Suspende la lengua.
Porque mi albedrio es mió,
Y no es justicia que quieras
Sujetarme , por ser padre ,
Lo que aun Dios no me sujeta.
DOS FERNANDO.
Advierte, Inés, que don Juan,
Aunque es pobre , ahora espera
Heredar de un lio anciano
Dos mil ducados de renta.
DOÑA INÉS.
Antes si tiene don Juan
Parte por donde le quiera
Es por ser pobre, que amor
No se paga con riquezas;
Si yo hubiera de elegir
Uno en dos hombres , y fuera
Uno rico y otro pobre,
Y fueran de iguales prendas,
Porque me quisiera más
Al que es más pobre eligiera.
DON FERNANDO.
Mira, Inés, yo no te pido
Que te cases.
DOÑA ISÉS.
¿Pue.s(|ué intentas?
DON FERNANDO.
Que veas sólo á don Juan ,
Pornue puede ser que sea
Mucho mejor la persona
Que la pintura.
DONA INÉS.
No creas
Que falten á la malicia
Las antiguas experiencias;
Porque el más recto pincel
Es el que más lisonjea ,
Que como ya el interés
Lisonja y pinturas premia ,
Se han hecho de un mismo modo
Los pinceles y las lenguas ;
Pero por obedecerte,
V porque no te parezca
Que es mi desden por impulso
Ni mi enojo por estrella,
Yo esforzaré mi deseo
A quererle cuanto pueda ;
Venga don Juan á mis ojos.
Que porque bien me parezca,
A mis motivos presumo
Reconvenir con violencias;
Y porque quiero también.
Que aborreciéndole veas
Que por su amor contra el mió
flaga la mayor fineza.
Síiíe DOÑA ANA.
¿Pero quién se ha entrado aqui?
Si.
DONA ,
DOS FERNANDO.
Vete afuera.
DOÑA INÉS.
Ya te obedezco. {Vasc.)
DOS FERNANDO.
¿Quién sois»
DOÑA ANA.
Una infelice, que espera
Vuestro amparo.
DON FERt<AND0.
Descubrios.
Aunque mi propia vergüenza
Me aconseja que me oculte.
Mi honor también me aconseja
Que os hable más mi semblante
De lo que os dirá mi pena.
{Descúbrese.)
DOS FERNANDO.
¿Qué es vuestro mal?
DOSA ASA.
Un agravio
DOS FERNANDO.
¿Quiéu le ha causado?
DOÑA ASA.
Mi estrella.
DOS FERNANDO.
¿Y después?
DOÑA ANA.
Un hombre aleve.
DON FERNANDO.
Y puesto que yole sepa,
¿Lo puedo yo remediar?
ANA.
A eso vengo.
DOS FERNANDO.
¿Di, qué intentas?
ISi
DOXA AX*.
ü)'e mi mal.
D0> FERNANDO.
¥6 le espero.
DO.>A ANA.
Pues óyeme alenlo.
DON fer:ianoo.
Empieza.
DOÑA ana.
Es mi nombre doña Ana de Alvarado,
Burgos mi patria: Uüríjos, que lia iii-
[tenladu
Con sus agujas y sus torres bellas
Competir con la luz de las estrellas;
Nací de sangre noble y valeros.i.
Tan infeliz como si fuera herniosa;
Crióme con recato j con cuidado
Mi padre, don Alonso de Alvarado.
DON FERXANDO.
Parad ahora, que el dolor mitigo:
El que nombráis fué mi mayor amigo,
Y obligaciones grandes oscontieso.
DOÑA ANA.
A ampararme de vos vengo por eso
(Jue en vos tiene fundada mi esperan-
O la satisfacción ó la venganza. [za
Vivt tan sin amor, tan sin cariño,
Que no temí las Declias del Dios niño,
Pues me bailó, cuando quiso darme
[enojos,
iMuy atento el sentido de los ojos;
Mas no bay quien á sus iras se resista
(Jue no venga á quedar con meaos
[vista:
En fin, rayó el amor con más violen-
Obró más, donde bailó más resisten-
[cia.
Vi una tarde en el campo un forastero,
Habló amante, creile lisonjero,
Creile; mas loaba mi hermosura,
Que la lisonja tiene esa ventura.
Déjele, despidióse, fuese luego,
Inquielóseme todo mi sosiego,
Y aunque estaban entonces divertidos
Llamé á junta potencias y sentidos,
Y porque amor ganase la victoria
La voluntad dispuso á la memoria:
Obró el discurso torpe y poco atento,
l.a memoria engañó al entendimiento:
Los ojos, si no ciegos, suspendidos
Se dejaron guiar de los oidos.
Dile entrada en mi casa con recato.
Ardió el amor, que le atizaba el trato;
Salimos á un jardín, él me rogaba.
Yo lloré, sin saber por qué lloraba;
Consolóme, admití grata el consuelo,
Y el temor le guardé para el recelo:
Con pasiones procuro convencerle ;
Dijo más, tuve gana de creerle,
Y como fuentes, árboles y flores
Apadrinan mejor al Dios de amores,
Como la noche estaba tan oscura.
Cuanto después lo ha estado mi ven-
[lura.
Dándome una palabra Incierta y vana
Que el deseo creyó de buena gana.
Sin rienda la pasión, que mi amor
[llama.
Ya sin temor la nave de mi fama.
Sin nmvü este cielo de mis ojos ,
Va sin fuerza este ardor de mis enojos,
Me aparté de una fuente pura y tria,
Que por vecina murmurar podía.
Y, al fin, S( ñor (;oh si para tal mengua
La voz se dc-lizara de la lengua!)
Y, al ün , Señor (;oh si por más enojos
Se saliera mi ofensa por los ojos!);
Mas si digo que dijo que me amaba,
COMEDIAS ESCOGIDAS DE DO.N FKANCISCO
Que amena soledad nos convidaba.
Que porque mi desdicha me convenza
Le dio sombra la noche á mi ver-
[^üenza.
Que las flores mediab.in mi cuidado,
¿Qué te cuento, si ya te la he contado?
I'uese por una suerte desdichada
En que fué mi fortuna interesada.
Supo mi padre tan preciso agravio,
V el corazón se le negaba al labio:
Knterneció los montes y los vientos,
Murióse de llorar dos sentimientos ;
V, en fin, oculta de él, con tantos da-
[ños,
Viendo que se pasaban cuatro años
En que por mitigar tantos enojos
llegaba mi esperanza con mis ojos ,
Viendo mi honor perdido, [dido,
V juzgando que aquel que me ha ofen-
En Madrid disimula su cuidado, [do,
Vine á Madrid, adonde no le he halla-
l'orquede su traición he prevenido
Que ungiéndome el nombre me ha
[mentido;
Pero aunque mi discurso intentó sabio
No verte, por callarte aqueste agravio,
Hallo por mejor medio
Buscar en tus consejos el remedio;
V así, si la amistad del padre mió.
Si mi delirio acaso ó desvario [no,
Te obligan como noble y como ancía-
lloy me rindo al amparo de tu mano,
V en tu casa , por ver mi fama hon-
[rada,
Ampara una mujer tan desdichada.
No ande mi deshonor tan peregrino,
Porque ganes...
Sale BEATRIZ.
BEATRIZ.
Don Lope tu sobrino,
Todo el color turbado,
Üe algún riesgo su aliento embaraza-
Quiere hablarte. [do,
DON FERNANDO.
Di que entre : vos, señora,
(Vase Beatriz.)
Con mi hija estaréis oculta ahora.
Que yo os prometo, como caballero.
Mirar por vuestro honor.
DOÑA ANA.
Asi lo espero.
DON FERNANDO.
El mismo honor de vuestro padre es
DOÑA ANA. [mió.
Pues hoy mi honor de vuestra sangre
DON FERNANDO. [ÜO.
En mi fe no pongáis vano recelo.
Entrad presto.
DOÑA ANA.
Ya voy.
Sale DON LOPE con
(Vase.)
i papel.
DON LOPE.
Guárdeos el cielo.
DON FERNANDO.
¿Qué es esto, amigo don Lope?
¿nue turbaciones han sido
las que atentamente cuerdo
En vuestro rostro averiguo ?
DON LOPE.
¿Mi sangre es vuestra?
DON FERNANDO.
Si, Lopo.
DON LOPE.
¿No somos los dos amigos?
DON FERNANDO.
Y ese es para entre los dos
El parentesco más lino.
DON LOPE.
¿Me aconsejaréis?
DON FERNANDO.
Los viejos
No tenemos otro oficio.
DON LOPE.
¿Estamos solos?
DON FERNANDO.
Si estamos;
Ea, declaraos, sobrino,
DON LOPE.
Pues oíd este papel.
DON FERNANDO.
Empezadle.
DON LOPE.
Ya le digo.
(,Lee). í Amigo don Lope: el herma-
uno de el caballero quedisteis muerte
»en esta ciudad, ha partido hoy a esa
•villa: yo no sé lo que en ella imei::e,
• sólo sé, que á mí me toca dar este
«aviso, ; á vos el cuidado de tan gr;in-
»de enemigo. Guárdeos el cieiu,—
»Üürgos.»
DON LOPE.
¿Habéis oído el papel?
DON FERNANDO.
Sí, don Lope, ya le he oido.
DON LOPE.
¿Es grande el empeño?
DON FERNANDO.
Si;
Pero decidme, sobrino ,
¿Fué justa la muerte?
DON LOPE.
No.
DON FERNANDO.
¿A quién matasteis? Decidlo.
DON LOPE.
Di la muerte sin querer,
Al mayor amigo mió.
DON FERNANDO.
¿Cómo fué?
DON LOPE.
Para el remedio
Quiero decir el delito:
i'or celebrar de Isabel
El fruto esperado opimo.
Primero bolón del árbol
Del gran monarca Philipo,
Burgos, esa gran ciudad
Cuyos altos edificios
A vencer al sol jigante
Compiten consigo mismos.
Dispuso toros y fiestas
Al popular regocijo.
En su plaza, que en España
Es antiquísimo circo;
Y un caballero que en ella
Era el mejor ó el más visto.
Muy galán sin presunción.
Discreto sin artificio.
Muy airoso siu cuidado ,
Sin ser prolijo muy limpio;
Y, sobre todo, sin ser
Lisonjero, el más bien quisto.
Me envió á llamar á esta cónc,
Porque con mi lado quiso
Dar novedad á su patria,
Y á su atención un amigo.
Obedecile, y apenas
El aparato festivo
UONDE
icl t-imijollü Baltasar,
Jisfrai vistoso corrimos,
L'.uando después que valiente,
Lleváiidünie por padrino,
A la cerviz, df seis fieras
Kijü pi-Miichis do pino.
S.illiiKMios :i pasear
Pur el liiurgen cristalino
De Arluiiiuii, a cujo espejo
Kl sol se mira ^a^ciso;
Y eiilre las mucbas bellezas,
tlue al prado ajado y uiarcliito
Le hei iiiosearon más fragante,
Ü le hicieron más llorido,
VI una belleza embozada,
Cuj'us ojos fueron vistos.
Para el yerro de mi amor
líos imanes atractivos;
Y excusando el relerirte,
.for uo usado ó por prolijo,
,Las anliijuas novedades
yue usa Amor en los prnicipios,
Digo, (|ue 3 su casa fui,
Ue.-pues de algunos avisos,
Que me tuvieron de costa
hsperanzas y suspiros.
Lle"ue y vi en ella una dama
Tan bella (UKis SI es preciso
yue á lili lioiiur dudoso busque
Las veredas y caminos,
No embaracemos mi labio
Y tu atención al decirlos),
üue si de amor los efectos
Con los del honor unimos.
Se equivocarán de suerte
Gloria y dolor respectivos,
yue ni unos serán de pena,
Ni otros servirán de alivio.
Dentro en su casa una noche.
Yo V el dueíio, que fué mió,
Coii ruegos muy de la pena.
Con voces muy del oido,
Nos decíamos amores
No hibladüS y ya entendidos,
Cuündo alborotó mi amor,
yue, en afecto, Amor es niño ,
ün nolpe, que de una puerta
Uoiii|.io bisagras y quicios.
Hato mi dama una luz,
Eutró un hombre: yo, atrevido,
boy la defensa á la espada
Y la indignación al lilo.
A escuras, pues, me buscaba
Y a escuras le solicito.
Cuando á mis pies desangrado,
Por mi suerte o su destino,
Cae mortal, y tan mortal
Le Ungió la idea herido
tjue aun no le costó la muerte
La propiedad de un suspiro.
Saca la luz asustada
Mi dama, el suceso miro,
Y hallo que el que estaba muerto,
(Aquí la memoria allijo)
Kra (¡qué grave dolor!)
Kra aquel amigo mío
Por quien fui a burgos, aquel
Fernando, que he referido,
Que, como de mis deseos.
Fué dueño de mi albedrio;
Slaspreguntarasme ahora,
¿Cómo siendo tan amigos,
(•ómo paseando juntos.
Ambos á dos no supimos
Ni él, que yo amaba á su hermai a
NI yo el amor que conquisto?
Y era el caso, que esta dama,
Por enojos muy antiguos.
Apartada de su padre
Con recato y con retiro.
En casa de una parienta,
Viéndose tan sola , quiso
HAY AGRAVIOS NO HAY CELOS, V AMO
Aventurar con su fama
La lealtad de dos amigos.
La muerte, ya la escuchaste:
Mi amor, ya le has entendido.
Fuiíne, sin entender nadie
Ser dueño de este delito,
I'orque también á mi dama
'tablé con nombre fingido.
Dejé olvidado este amor,
Y llegando á lo preciso.
Sabe que el menor hermano
De este caballero mismo ,
Habrá tres meses y más,
Que á Burgos de Flándes vino,
Y aunque no sabe quién es
Su ofensor, he presumido
Que á Madrid viene á buscarme
Por sospecha ó por indicio;
Y aunque á mi no me conoce.
Puesto que nunca me ha visto,
Al consejo de esas canas
Prudente y osado aspiro :
Que viene á Madrid, es cierto;
Que ha de buscarme, imagino;
Huir de él es cobardía;
Querer matarle, es delito;
No esperarle, es gran desdoro;
Solicitarle, es delirio;
Y asi... á la puerta han llamado.
CRIADO.
1S3
DON FERNANDO.
es?
Sale BEATRK.
BEATRIZ.
Albricias te pido:
El novio de ti esperado
Más galán que diez Narcisos,
.Más hueco que un guardaiufante.
En este instante ha venido.
DON FERNANDO.
Pues á Inés llama, Beatriz,
Y abre de paso el postigo
De esa antesala, y harás
Que esté todo prevenido.
BEATRIZ.
Voy al punto. (Va
DON LOPE.
¿Qué es aquesto?
¿Habéis casado, decidlo,
A doña Inés?
DON FERNANDO.
Sí, don Lope,
DON LOPE.
¿Cómo, siendo deudo mío,
-No me avisastes?
DON FERNANDO.
Porque
Fué no avisaros preciso.
DON LOPE.
¿Quién es?
DON FERNANDO.
Luego lo veréis.
DON LOPE. {Ap.)
¡Qué desdicha!
DON FERNANDO. (.4/).)
¡Mortal vivo!
DON LOPE. (A¡) )
¿Yo sin Inés?
DON FERNANDO. {Ap.)
Vive Dios,
Que don Juan es su enemigo
DON LOPE. [Ap.)
Pero yo lo evitaré.
DON FERNANDO. (Ap )
Mas remediarlo imagino.
Sale DONA INÉS por una puerta, i
BEATRIZ; ?/ porotra SANCHO, DON
JUAN V BERNARDO, y Saucho ves-
tido de galán con joyas.
BEATRIZ.
¿Ea, no llegas. Señora?
DON JUAN.
Ea, no llegues tan tibio.
DO.ÑA INÉS.
Vas á la muerte.
SANCHO.
Allá voy.
DOÑA INÉS.
Muerta vengo.
DON LOPE.
Estoy perdido.
DON FERNANDO.
!• I llega.
DOÑA INÉS.
Bien satisfece
Su talle a lo imaginado.
DON FERNANDO.
Seáis, don Juan, bien llegado
A esta casa.
SANCHO.
Que me place.
DON FERNANDO.
Mucho de veros me alegro.
SANCHO.
Desgraciado vengo á ser:
Antes de ver mi mujer
Me han pegado con mi suegro.
DON JUAN. (Ap.)
No dirás cosa que importe.
SANCHO.
(Ap. Yo lo he de echar á perder.)
Decid, ¿no podremos ver
Un poco de la consorte?
DON FERNANDO.
Es obligación forzosa.
DON JUAN.
En lo que dices repara.
DOÑA INÉS.
¡Qué talle! ¡qué mala cara!
DON FERNANDO.
Esta es, don Juan, vuestra es()Osa.
SANCHO.
A vuestra luz peregrina
Fallezca el alma envidiosa.
Que antes os juzgaba hermosa,
Y ahora os hallo divina;
Sois de notable hermosora,
Y sois, en fin (fuera miedos).
Mas de aquestos cuatro dedos
Mejor que vuestra pintura.
Dais quince á cuantas beldades
Intenlau...
DON JUAN.
Necedad fué.
SANCHO.
Señora , en estando en pié
Diré dos mil necedades.
DON FERNANDO.
Sillas, jhüla!
BERNARDO.
El ha empezado
Con lindo estilo, en efeto. {Siéntase.)
DOÑA INÉS.
I Por sólo oiros discreto
Procuro veros sentado.
V<i
COMEDIAS ESCOGIDAS DE Dü.\ FRANCISCO DE ROJAS.
D0:« LOPE. (Ap.)
Do. rabia y de enojo muero :
¿Hay hombre más desdichado?
DON FERNANDO, (.-tp.)
El lal don Juan de Alvarado
Parece gran majadero.
DO.VA l.\ÉS.
Decid, ¿cómo habéis venido?
SANCHO.
Como quien os viene á ver,
Bueno ; mas quiero salier,
¿Qué tal os be pareciilo?
DO.ÑA INÉS.
(\p. ¡Que eslo prcRunte don Juan')
Vuestro mismo talle abona
Que no habrá en Madrid persona
tjue os compita en ser galán;
Porque vuestro talle, creo.
Que es el más raro que vi.
SANCHO.
Todos lo dicen asi,
Y JO también me lo creo.
DON LOPE.
Pues saber también espero,
Pues lo más preciso es,
¿Qué os parece doña Inés?
SANCHO.
¿Quién es este caballero?
DOÑA INÉS.
Es mi primo á quien estimo,
Y que es mi sangre atended.
SANCHO.
Conózcame vuesarced
l'ur SU hermano y menor primo.
DON FERNANDO,
Eslo es lo más importante,
Y' ánn no lo habéis respondido:
¿Inés, qué os ba parecido?
Decídmelo.
SANCHO.
Lo bastante.
(Rlense.)
¿Rien? ¡Qué! ¿fué necedad?
DOÑA INÉS.
Yo he de perder el sentido.
SANCHO.
Por mi vida, ¿qué? ¿qué ha siJu
Disparate la verdad'.'
DON LOPE.
fna ignorancia, en rigor.
De un novio, no hay que admirarse.
SANCHO.
Primo, para mi el casarse
Es la neced:id mayor;
Que es muerte el casarse infiero;
Y asi debéis de advertir
Que se va un novio i morir,
Pues que le lloran primero.
(Llégase Bernardo á don Juan.)
BERNARDO.
Por una sospecha incierta
Que saber mi enojo intenta,
iii él ó su amo llamó
Esta noche a aquesta puerta,
Poiíjuele he desaliado,
Y quiero que sepa, que
Cuerpo á cuerpo le diré
Lo que allá verá en el Prado.
DON JOAN. (Ap.)
El criado es, vive Oio.s,
Que anoche en la calle estaba,
Y el que á su amo esperaba
■ ) llegamos los dos.
BERNARDO. {Ap.)
Y para tan grande empeño,
Que be de castigarle digo.
DON JUAN.
II¡(lalj;o. no habla conmigo.
{Ap. Esle es sin duda su dueño.)
BERNARDO. {Ap.)
La V07, el aire y el talle
Todo junto me engañó.
DON JUAN. {Ap.)
Y el que á deshora bajó
Desde el balcón á la calle.
BER.NARDO. {Ap.)
¿De qué sirve hacer extremos,
Pues lo niega?
DON JUAN. {Ap.)
¡Hay tal dolor!
;IIay más infelice amor!
Sospechas, averigüemos.
DON FERNANDO.
Decid.
SANCHO.
Saber he querido,
Supuesto que va he llegado.
Si es la novia de contado
Y el dote de prometido.
DON FERNANDO.
Vos habéis hecho un reparo
Que parece desvario;
Estoes presto.
SANCHO.
Señor mió.
Cuanto más yerno más claro.
DON LOPE.
Como habéis sido soldado.
Os preciáis de desparcido.
SANCHO.
N'o tengo más que haber sido
Que ser don Juan de Alvarado.
DON LOPE.
{Ap. Don Juan de Alvarado dijo,
Ü el oido me engañó;
Y pues de Burgos llegó.
Que es el hermano colijo
De doij Diego, aquesto es cierto,
A quien yo la muerte di.)
¿Vos no sois de Burgos?
SANCHO.
Si.
DON LOPE.
¿Tenéis otro hermano?
SANCHO.
Es muerto,
Que le dieron muerte liera.
Mas no por valor, por suerte.
DON LOPE.
Y sabéis quién le dio muerte?
DON JOAM.
Si mi dueño lo supiera.
Sangriento en airados lazos,
Porque su ofensa vengara,
;iDel pecho no le arrancara
El corazón á pedazos?
Y cuándo á su muerte aspira,
¿Tuviera en otra balanza
Vida para su venganza
Ni objeto para su ira?
Porijue si de ser cruel
Se redujera templado.
Yo, que nací su criado.
Le diera muerte por él
DON LOPE.
¿Y á vos quién os mete aqni
En hablar ni responder?
SANCHO.
Téngole dado poder
Para enojarse por mi.
DON LOPE.
,.De haberme asi replicado,
Decid, cuál la causa fué?
DON JUAN.
Perdonad, que me llevé
Del afecto de criado.
DON FER.VANDO.
De ordinario afecto pasa
Enojo tan desigual.
DON JOAN.
Soy criado.
DON FERNANDO.
Y muy leal.
SANCHO.
Sancho se ha criado en casa ,
Como á hermano le he tenido,
Y que es bizarro advertís.
DOÑA INÉS.
Señor don Juan...
SANCHO.
¿Qué decís?
DOÑA INÉS.
Buen criado habéis traido.
SANCHO.
Supuesto que á escuchar llego
Que le alabas sin compás,
No he de ponérmele más.
Servios de él desde luego.
BERNARDO. (.4p.)
Ser quiero su amigo Gel.
DON JUAN,
Saber vuestro nombre aguardo:
¿Cómo os llamáis?
BERNARDO.
Yo. Bernardo.
DON JOAN.
Viven los cielos, que es él.
DONFERFIANDO.
Ea, ¿qué es lo que aguardamos?
DOÑA INÉS.
¿Qué es, cielos, lo que me pisa?
DON FERNANDO.
Venid, veréis vuestra casa.
SANCHO.
Vamos, Inés.
DOÑA INÉS.
Don Juan, vamos.
DON JUAN. {Ap.)
Pues esta fortuna sigo.
Celos, sufrid y callad.
DON LOPE. (.4p.)
iQue se viniese á casar
Con mi dama mi enemigo!
DON FERNANDO. (.Ap.)
¡Hay duda y pena mayor!
¡El hijo que yo he elegido,
Ignorante y ofendido,
V mi sangre el ofensor!
DO.VA INÉS. {Ap.)
¡Que mi estrella en este empeño
Dueño me haya señalado
Tan malo, que aun el criado
Es mucho mejor que el dueño!
SANCHO. {Ap.)
Que tenga yo dama honrada.
Ive de gusto y primor,
í me parezca mejor
La vaca de la criada!
DÜNüE
DOM JUAN. [Áp.)
¡Que mi mal sin esperanza,
IIjIIc para roas dolur
Recelos en el amor
' Y dudas en la venganza!
DON LOl-E. {Ap.)
;Que para Untos desvelos
Maja, en igual recompensa,
De callar aquí una densa,
Y sufrir aqui unos celos!
D0> FERNANDO. {Ap.)
Pues penas, ¿cómo más liien
He de cumplir con mi fama?
De mi se ampara una dama,
Y el que la ofendió (amblen.
DO» JCAN. [Ap.)
Pero ya preciso es
Dar rrii silencio á m¡ labio.
DOn LOPE. (.4p.)
Pero cauteloso y sabio
Pienso pretender á Inés.
DON FERNANDO. {Ap.)
Pues fuerza es que medio halle
Para poderlo atajar.
DOÑA INÉS. {Ap.)
Pero no me he de casar
Con hombre de tan mal talle.
SANCHO, {.ip.)
Pero vivir regaUído
Me ha de sacar de este susto.
DON FERNANDO. {Ap)
Más mal me ha de andar el gusto,
O he de apurar el criado.
DON JUAN. (.4p.)
Pues ea, indicios, callar.
DON I.OI'E.
Ea, intentos, proseguid.
DON FERNANDO. {.Ap.)
Ea, cuidados, á morir.
DOÑA INÉS. (.4/).)
Afectos, á adivinar.
DOS JUAN.
Y que halle, quieran los cielos.
Mi dilatada esperanza
El camino á mi venganza.
Y el desengaño á mis celos.
JORNADA SEGUNDA.
Salen DON LOPE v BERNARDO,
criado.
DON LOPE.
En fin, ¿no quieres dejarme?
UERNARDO.
(Contradecirle me pesa;
Pero en los juegos de .nmor,
Para que mejor lo sepas.
Aciertan más los que miran
Que aquellos propios que juegan.
DON LOPE.
Yo he de entrar á hablar á Inés.
BERNARDO.
Mira lo que haces.
DON LOPE.
No quieras
Apagar con tus consejos
De mis pasiones el Etna;
Permite que al labio salga
Esta calentura lenta,
II AV AGRAVIOS NO HAY CELOS, Y
Que es sanidad en el labio
Lo que en el pecho es dolencia.
Si ha de casarse mañana
Uuña Inés, ¿no consideras,
(Jue con decirle lu amor,
Siendo Inés cuerda y honesta,
Si no aprovechas la voz,
Üue echas á perder la queja?
Acoslünibraie á sufrir.
Un mal á otro mal suceda,
Amortigüe á ese dolor
Tu recato y tu prudencia:
Pon de tu parte el silencio.
Que callando, aunque más siei\ias.
En breve tiempo estarás
Bien hallado cun tus penas.
DON LOPE.
Ya sólo en mi voz mi mal,
Si hay alivio, alivio espera:
Con fucíío de amor ajer,
Con ser fuego sin materia,
Ardí buscando la llama
Y teniéndola encubierta;
Pues si porque sufra mas,
ü para que más padezca,
(>elos boy han avivado
üe mi incendio esta violencia;
Y si con solo mi amor
Arüi con llama violenta,
lluy, que á este amor se le añaden
Ue mis celos las sospechas,
¿(;óino quieres que me sufra,
Cuando es fuerza que mas sienta?
BERNARDO.
Y dime, Señor, ¿es justo
Que tercera vez ofendas
A don Juan, cuando le debes
Satisfacer dos ofensas?
A su hermano diste muerte,
Y á su hermana, noble y bella ,
Burlaste, fingiendo el nombre,
¡ Aunque en hombre de tus prendas
Viene á ser mayor traición
Saber lingir las finezas;
Y hoy tercera vez procura
Con ruegos lu inadvertencia
Que elija ser prenda tuya
La que serlo suya espera.
DON LOI'E.
Yo no le ofendi, sabiendo
Quien era el que ofendo; y deja
Los consejos, pues que has visto
Tan incapaz mi prudencia.
BERNARDO.
Ea, pues, obra, Señor,
Si sacar el premio esperas
De lus deseos, conforme
Al intlujo de tu estrella.
DON LOPE.
Hasta la propia antesala
Hemos entrado, y quisiera
Hablar á Beatriz.
LERNARDO.
Ahora
Por otra sala atraviesa.
¡Ha, Beatriz!
DON LOPE.
¡Ha, Beatricilla!
Sale BEATRIZ.
I ¿Quién llama? ¿quién me cecea
I DON LOPE.
¡ Yo soy.
BEATRIZ.
¿Es don Lope?
BEATRIZ.
Abrázame antes ciue venga
Mi Señoia.
DON LOPE.
¿Qué hay de nuevo?
BEATRIZ.
Téngote famosas nuevas.
DON LOPE.
Dilas.
BEATRIZ.
Entra más adentro.
Que no quiero (|ue nos veau
Hablar los demás criados
Que esa antesala pasean.
Mi Señora...
DON LOPE.
Dilo presto.
BEATRIZ.
Aborrece con tal fuerza
A este don Juan, que esta tarde
La he tenido casi muerta.
Tanto llanto dio al dolor
l'ln dos cristalinas hebras.
Que recoger perlas quise
Por darte un tesoro en ellas;
Pero imán rojo su labio
Las atrajo de manera
Que pespuntó sus corales
Con guarnición de sus perlas.
DON LOPE.
¿Dónde está?
BEATRIZ.
Ya se ha vestido.
DON LOPE.
Don Juan, ¿qué hace?
BEATRIZ.
La gran bestia
Duerme.
DON LOPE.
¿Tan tarde?
BEATRIZ.
Tan tarde,
Y es su dormir de manera
Que ya debe de pensar
Que se ha casado con ella.
DON LOPE.
¿Inés base desvelado?
BEATRIZ.
Como si tuviera deudas.
DON LOPE.
¿Podré hablarla?
BEATRIZ.
Si podrás;
Pero de tal modo sea
Que no sepa... Pero ya
Sale á esta sala, y es fuerza
Que me vaya: yo"le dejo
I)onde aprovechar le puedas
De lu prosa; dila acpiello
De mi ángel... mi bien... mi estrella..
Promete como persona
Que no ha de dar; mete arenga;
Dila que eres infelice.
Que tienes infausta estrella ,
Que de piedad puede ser
Que le escuche y se enternezca;
Y si pudieres echar.
Aunque más por fuerza sea,
Un lagrimón, será cosa
Para enternecer las peñas.
150 COMEDIAS
BEATnlí.
No hay que Iratar.
DO:i LOPE.
Este bolsillo.
BEATRIZ.
Eso fuera.
Por pagarme la amistad,
(íuerer hacerme alcahueta.
DON LUPE.
Mira que llega tu ama.
DEATIIIZ.
Pues venga el bolsillo: llega,
Y créeme (I ue le ionio
Por no parecer grosera. ( Vase.)
vos LOPE.
Vete tú.
BERrCARDO.
¿Dúnde-*
DOM LOPE.
A la calle.
BERNARDO.
jTe he de aguardar?
DO.N LOPE.
Vete apriesa.
BERNARDO.
Mira que.
( LOPE.
No me repliques.
BER.NABDO.
Tu precepto es mi obediencia. (^Vase.)
Sale DOSa INÉS , y apártase
ÜON LOPE.
DOÑA INÉS.
Como Jamás be cursado
Ue los males en la escuela,
Nunca supe que cahian
En un dolor tantas penas.
Tres afectos, tres cuidados,
Tres torinenlos, tres violencias
Del castillo de mi amor
Sitiaron la fortaleza:
Dos sugetos aborrezco,
Y uno adoro con tal fuerza
Que aunque quisiera querer
£o que aborrezco, y quisiera
Aborrecer lo que adoro,
Tal mi ¡dea esiá suspensa
Que no sé si el odio estime,
O si el amor aborrezca.
Don Juan (hable mi dolor)
Para ser dueño le espera
De mi albedrio: don Lope
Mi fama y mi honor molesia;
Ambos de mi amor son iras;
Ambos de mí enojo señas;
Y al que en el alma se ha enlrailo,
No sé por cuál de sus puertas,
Procuro echarle del alma
Y no es posible que pueda.
Y'o quiero bien, mas no quiero
(Oh cielos, y quién pudiera
Hacer que aquesta verdad
Se quedara en ser sospecha!)
A un hombre tan desigual ,
Y de tan humildes prendas.
Que es bajeza de mi sangre;
Mas no pienso que es bajeza,
Queaum|ue es verdad que el amor
De igualdades se contenta,
Bien puedo yo querer bien
A otro que mi igual no sea,
Que no es fino amor, amor
Que se funda en conveniencias.
Sírvanos de ejemplo el sol,
A quien Clicie galantea,
ESCOGIDAS DE DON FRANCISCO DE
Pues le espera á que despunte,
Y con ser Clicie flor reina ,
Por requebrar á la rosa
La olvida el sol y la deja ,
Y con ser la rosa fértil
Parlo inútil de la tierra
yue entre raices y espinas
luvo su naturaleza.
Mejor que á la reina Clicie
La regala y la requiebra.
Pues si el planeta niajor
Es quien nos da su inlluencia.
¿Por qué no ba de hacer el hombre
Lo que influye su planeta?
Olmo, monarca del prado,
A quien las llores cortejan,
Se deja amorosamente
Solicitar de la hiedra:
Ella humilde se conoce.
Primero los pies le besa,
Y como se muestra amante ,
A enlazar sus brazos trepa,
Hasta que iguales los dos
Son dos almas y una mesma,
Pues ella al olmo asegura,
Y él á la hiedra sustenta.
Pues si con ser estas almas
Vegetativas enseñan
A amar, ¿por qué no han de amar
A su imitación las nuestras?
Yo aborrezco; mas mi voz
Salga eu quejas á la lengua,
Que no es bien donde hay amor.
Que mis iras se diviertan.
Yo aborrezco, ya lo digo;
Pero no habrá quien lo entienda,
Que la voz de mis suspiros
Enciende, pero no quema;
A don Lope es á quien digo.
Que aborrezco con tal fuerza.
Que pienso... ¿Quién esta aquí?
DON LOPE.
Un desdichado, que llega
A coger en desengaños
Lo que ha sembrado en finezas ;
Una mariposa soy
Tan deslumhrada y tan ciega.
Que solicito la llama
Para fallecer en ella,
Y un infeliz á quien hacen
Infeliz sus resistencias.
Pues si de su voz no he muerto.
No moriré de mi pena ;
Pero aunque ingrata a mi amor.
Desconocida á mi queja.
Desprecias las ansias mias.
Mas de vana que de atenía.
Te he de avisar, aunque ahora
Me rindes y me sujetas...
DO.ÑA INÉS.
No prosigas en matarme.
DON LOPE.
No es valor, sino destreza.
Mis afectos.
DO.XA INÉS.
No los hables.
DON LOPE.
Mis iras..
DO.ÑA INÉS.
No las adviertas.
DON LOPE.
Si te las he de advertir.
Que es gran crueldad que pretendas
Que mi mal no tenga alivio
En referirlo siquiera;
Yo no te puedo olvidar.
Doña Inés, yo me hago fuerza
A olvidarte, y es querer
Del sol vencer la carrera ;
ROJAS.
Yo á tus favores aspiro,
Y sacrificar quisiera
Al lemplo de tu rigor
Toda un alma por ofrenda ;
¿A un hombre ignorante admites.
Indigno de tusOnezas,
Y á quien supo conocerte.
Pues te adora, le desdeñas?
DOÑA INÉS.
Vete, don Lope, no intentes
Que irritada o que grosera...
DON LOPE.
Ya estoy hecho á tus rigores.
Ya no hay más con que me ofendas,
Que criado en el veneno
Del desden, él me alimenta ;
Masyaqueel último plazo
A mis desdichas se acerca.
Oye mi mal, que si le oyes
Como él es, ha de ser fuerza
Que á premiarle y admitirle.
Si note obliga, te muevas ,
Y pues que le has de premiar...
DOÑA INÉS.
Suspende iras y quejas,
Y esta amorosa locura
Hacia el pecho retroceda;
Miente vuestro labio infame,
Y el sol , que luces dispensa,
A decirlo con los rayos
De su luz, también mintiera;
¿Yo, si os escucho, premiaros?
Más fácil fuera que crea
Que el Dios que el mar bruto rigo
Del Ábrego á la violencia.
Rulo el alacrán de espuma
Pierda las azules riendas,
Que imagines que en mi puede
Haber sombra ó apariencia
De aiicion, sin que mi enojo
iNo la apure ó la resuelva.
Con una dama, que en Burgos
Couliadamente necia
Os quiso, podéis pasar
Esa fingida terneza,
Y vuestra amante pasión
Se corrija más discreta,
Y en la cárcel del silencio
Sea su alcaide la modestia;
Y si no, ¡ viven mis ¡ras !
(Mas no viven, que están muertas,
Puesto que no me he vengado
Ion sólo el incendio dellas).
Que os haga, sí, vive Dios,
Más átomos que hay estrellas,
¡lijas del sol, y en el mar
Disimuladas arenas
Porque así...
SaU BEATRIZ.
BEATRIZ.
Buena la hicimos :
Tu padre salió á esta pieza,
Y don Juan le ha visto ya:
Sancho este cuarto atraviesa,
Y como voces has dado.
Te busca.
DOÑA INÉS.
Beatriz, tú lleva
A don Lopeá esa antesala.
BEATRIZ.
Verá lo Sancho.
OOÑA INÉS.
Pues sea
Por esta pieza.
BEATRIZ.
Donjuán
Te anda buscando por ella.
DONDE HAY AGRAVIOS NO HAY CELOS, Y AMO CRIADO.
Pues véanle , que no importa,
Si es mi primo.
BEATRIZ.
Aunque lo sea,
Que siendo tan de mañana.
No es liora de primos esta.
DOÑA ISÉS.
Ea, Beatriz, ¿no lo escondes?
BEATRIZ.
Mira queba de dar sospecha
De lo que no ha sido culpa;
Presto, Señora, que llegan.
DOÑA IXÉS.
Poes escóndele en mi cuarto.
DOS LOPE.
Pnrque tu opinión no pierdas.
Me escondo.
BEATRIZ.
No estés aqui.
Mis adentro hay donde puedas
Estar mas seguro ; tü
(Escóndete en otra cuadra.)
Ríñeme, para que entienda
Q'jeera conmigo el enojo.
DOÑA mÉs.
Si por mi padre no fuera,
Te diera el justo castigo
(jue pide tu inadvertencia;
Donjuán hade ser mi esposo,
y quien atrevida iutcula
Decir que es un ignorante,
Desairado y necio, crea
Sale SANCHO, DON JL'AN t DON
FERNANDO.
Que me ofende; y dado caso
Que estos defectos padezca,
Siá mi me parece bien.
Poco importa que los tenga.
SANcao.
Dice muy bien doña Inés;
Druta, insulsa, majadera ,
i tan mal os he parecido?
Decid, bergante, ¿estas piernas
Pueden ser más bien sacadas?
i No soy ancho de hombros, puerca?
¿.Mi cai-a haránia mejor,
Aunque la hiciesen de cera?
Holgara haberme casado
Para daros una vuelta
De podenco.
BEATRIZ. {.\p.)
Siendo suya.
Ser de podenco era fuerza.
DON FERNANDO.
Inés , ¿V por eso dabas
Estas voces?
SANCHO.
Si, estas eran.
BEATRIZ. {Ap.)
Ya salimos deste empeño.
Aunque tan caro me cuesta.
DON FEBNASDO. (Ap.)
Por sólo verá doña Ana,
Ir á este cuarto quisiera
Adonde está recogida ;
Pero hay riesgo en que le vea,
Y la conozca don Juan;
Vovme, con vuestra licencia ,
Que tengo que hacer.
SANCHO.
Adiós.
DON FERNANDO. (.4p.)
Don Juan tiene dos ofensas,
L'na de sangre, j la otra
De honor; pues siendo tan ciertas.
No será justo que yo
Le dé á Inés, mientras no venga
Su deshonor, y deshace
El duelo de dos afrentas ;
A buscar voy á don Lope .
Porque en estas diferencias
He de juntar á los dos,
Que aunque es verdad que se arriesga
lina vida, no es razón
Que mi honor por eso pierda;
Pues veamos, ¡oh cuidados!
Si en tan rigorosa empresa,
O la espada los ajusta
0 el consejo los concierta. (\'ase.)
DOÑA INÉS. (.\p.)
;Que repelido en desvelos
Crezca inmortal este ardor!
DON JUAN. (Ap.)
¡Que embarace yo mi amor
Por un indicio de celos!
DOÑA INÉS. (.\p.)
¡Que esté mi dolor tan loco !
DON JUAN. (Ap.)
¡Que esté tan cuerda mi pena!
SANCHO. (Ap.)
1 Que hubiese anoche tal cena
Y cenase yo tan poco!
DOÑA INÉS, (.^p.)
Pues cese aquesta locura.
DONJUÁN. (.4/),)
Pues este recelo pase.
SANCHO. (Ap.)
\ Que mi amo me mandase
Que cenase con cordura !
DOÑA INÉS. (.Ap.)
Mas no cesen mis pasiones.
DONJUÁN. (Ap.)
Mas vuelva esta llama á arder.
SANCHO. (Ap.)
Mas por Dios que he de saber
Si hay en Madrid bodegones.
BEATRIZ. (Ap.)
¿Cómo he de sacar ahora
A ese galán escondido?
SANCHO.
(.Ap. Másvuélvome á ser marido.)
tQuereisme mucho, Señora?
OO.ÑA INÉS.
¿Que esto mi desdicha espera?
DON JUAN. (Ap.)
Cuidados no receléis.
SANCHO.
¿No diréis si me queréis?
Acabad.
DOÑA INÉS.
Desla manera :
Antes que os viese, Señor,
Mi desprecio y mi osadía.
Lo que era desden sabia,
Y ahora lo que es amor;
Mas vivo con mi dolor,
Que aunque sé que me adoráis,
Me pesa cuando premiáis
Este amor que ardiente veis,
Pues no le remediaréis
Con ser vos quien le causáis,
Amando, suspiro y lloro
Con Ligrimas del deseo.
Cuando viéndoos á vos, veo
(Mira á don Juan.)
El dulce dueño que adoro;
Y á no ser pnr mi decoro,
Arrojada, vive Dios,
PcTí! le £0 vieran los dos
Mostrara mortal herida,
Pues por vos gozo mi vida,
Siendo mi muerte por vos.
Tan cruel, tan mi enemigo
Es mi amor, por ser tan raro.
Que cuando más lo declaro
Es cuando menos lo digo ;
Y si hablo no le mitigo,
Y si prouuro fingirle
Es castigarme en sufrirle,
Y así tengo en conservarle
Mucho fuego en ocultarle
Y poco alivio en decirle.
SANCHO.
(.\p. Con grande resolución
Su amor me ha dado á entender,
¡Cosa que aquesta mujer
,Me haya tomado afición !
Pues no perder ocasión
Es justo, que si su estrella
Su inclinación alropella.
Dos cosas habré logrado.
La una hacer como criado.
La otra alzarme con ella.)
Tanto á quereros me obligo
Desde el instante que os vi...
Sancho, responded por mi.
Que no sé lo que me me digo.
DON JUAN.
¿Yo, Señor?
SANCHO.
¿ No sois testigo
De lo mucho que la quiero?
Pues responded, majadero.
DON JUAN.
¿Pues yo sé vuestro cuidado)
SANCHO.
Haced lo que os he mandado,
Pues me costáis mi dinero.
DOÑA INÉS.
Esas finezas serán
Sin alma.
SANCHO.
Sean.
DON JUAN.
¿Qué intenta?
SANCHO.
Haced este rato cuenta
Que soy Sancho y vos don Juan.
(.Ap. Y así este rato hablarán
Que yo lo he dispuesto asi.)
DON JUAN.
Como lo consienta aquí
Doña Incs, servirle intento.
DOÑA INÉS.
Si es por mi, yo lo consiento.
DON JUAN.
Pues yo empiezo.
SANCHO.
Vaya.
DOÑA INÉS.
DI.
DON JUAN.
Yo con tan finos desvelos
Os quiero y con tanto ardor,
Que para decir mi amor
Os digo que longo celos;
Primero fueron recelos,
Pero hoy, tan confuso estoy,
Que cuando á deciros voy
Quién soy, tal me llego á ver.
Que por ser el que he de ser.
No soy con vos el que soy.
Con discurso desigual
Habéis llegado á argüir
Que en no poderle decir
lb«
Se hace mayor vuestro mal ;
Pero está m'i pena tjl.
Como es recelo mi amor,
Que al declarar el rigor
he mis pasiones veloces,
Cuanto más le digo á voces,
Se liace mi incendio mayor.
DOÑA l>'ÉS.
¿Lue(;o si yo le be callada.
Mayor mal vengo á senürV
DO^ JCAN.
No, que el mió ha de morir;
Mas cuanto m:is declarado.
Más fuego en decirle lie bailado.
DOSa INÉS.
Yo en no decirle un rigor.
DON jl'a:«.
Yo con hacerle mayor.
Ya á decirlo me sentencio.
DOÑA ISÉS.
Pues mi mal en mi silencio
Tiene todo su dolor.
DON JUAN.
¿Laego el alivio has hallado
£d callarle y reprimirle ,
Y yo el dolor en decirle
Cuando no lia de ser premiado?
DOÑA INÉS.
¿Cuando un amor no ha penado
Más, cuándo se ha de ocultar?
DON JDAN.
Y en Uegarle'á declarar,
¿Qué gloria habrá sin premiarle?
DOÑA INÉS.
¿^No es mucho peor callarle,
Sin poderle remediar?
DON JOAN.
¿No es más fuerte y desigual
Mal que puede reprimirse?
DOÑA INÉS.
Ni mal que puede decirse,
Tampoco es muy grande mal.
DON JUAN.
Pero destos males , ¿cuál
Es fuerza que más apure?
DOÑA INÉS.
Aquel que la voz procure ;
Que es mayor mi mal contemplo.
DON JUAN.
Asegúrele este ejemplo.
DOÑA INÉS.
Este ejemplo lo asegure.
DON JUAN.
El que oculta un accidente ,
O ya de honor ú de aírenla ,
Le llora cuando le cuenta
Y calla cuando le siente;
Y es que entonces más ardiente
Se remueve aquel ardor ,
Si calla, cesa el dolor.
i Luego has experimentado
Que le hace menor callado,
Y hablado se hace mayor?
DOÑA INÉS.
Dices bien ; pero imagina.
Para hacer concepto igual.
Que cuando se cura un mal
Duele rnás la medicina;
Experiencia peregrina
En este ejemplo hallarás,
Pues cuando sintiendo estás
Con voces tu mal veloz ,
Es que le cura la voz,
Y por eso duele más.
COMEDIAS ESCOGIDAS DE DON KRA.NCISCO DE ROJAS.
¿Podrá un marido gozar
DON JUAN.
También lo contrario infiere,
Que cuandolos maks duran,
Pcir iniíigarlos procuran
Que calle el que los refiere.
No, quien tu discurso oyere,
Mis obediencias desdoré.
Que también ( porque no ignore
Tu discurso mi opinión),
A quien duele el corazón
Le piden que hable y que Ihire.
DON JUAN.
Pues doña Inés . si es así ,
Callar quiero mi pasión.
DOÑA INÉS.
No, mejor es tu opinión ;
Yo be de hablar mi mal aqni.
DON JOAN.
¿Pues merezco tu amor?
DOÑA INÉ.-;.
¡ Qué glori
DOÑA INÉS.
Hoy le premiarán
Constantes?
DOÑA INÉS.
Amor es Dios.
SANCHO. (.4p )
Mucho se huelgan los dos ,
Yo me vuelvo á ser don Juan.
DOÑA INÉS.
La calentura de amor
Se salló á mi labio ya.
DON JDAN.
Del mar de mi amor, ;qué presto
Cesóla tranquilidad!
SANCHO.
(Ap. O mal me anda el discnrsillo,
O soy diez tontos, y aun más,
O Inés me ha dicho su amor
En cabeza de don Juan ;
Si ella piensa que es criado
Y yo el dueño, claro eslá
Que por mi lo ha dicho ; ello es ,
Este huevo quiere sal.)
¿Oís? idos allá afuera.
DON JUAN. [Ap.)
Sancho á solas, ¿qué querrá?
BEATRIZ.
Ya te obedezco. Señor.
(Ap. ¿No será posible echar
A dou Lope ahora ') {Vase
DONJUÁN.
Sancho
Con doña Inés, ¿qné querrá?
SANCHO.
¿No os vais?
DON JUAN.
Ya me voy. Señor.
(Ap. Desde aquí quiero escuchar
Lo que dice.; (Escóndese
SANCHO.
(Ap. Ahora bien,
Yo me quiero desasnar.
Que no han de ser vizcaínas
Las novias; si Dios me da
Una mujer que me diga
Su amor tan de par en par.
Perderlo por mi Señor
Es muy grande necedad.)
Dulce dueño de mis ojos,
Un po(¡uillo de la frut:
Que cria el árbol nupcial?
DOÑA INÉS.
Esto le faltaba ahora
A mi dolur que llorar.
; Que no le haga mil pedazos !
SANCHO. (Ap.)
Ella se quiere llegar,
Y de puro vergonzosa
La vuelve el respeto airas.
>0N JUAN. (Ap.)
Vive el cielo que se llega.
SANCHO.
Si os dejais comunicar.
Veréis más suave un almo
Que la holanda y el camhray ;
Sabed, que un marido en cierno
Üien puede ser manual.
DOÑA INÉS. (Ap.)
¡Que sufra esio y no le mate!
DON JUAN. (.Ap.)
i Que no le salga á malar '.
¡Hay tal bestia!
DOÑA INÉS.
Vive el cielo...
SANCHO. (.4p.)
Que hace de querer llegar,
Y el honorcillo la tiene
Si caerá si no caerá;
Mas yo he de ser el que embista.
Pescóle la mano, v zas.
(Vuelve ¡a cara, y cógele la mano,
bésala.)
DOÑA INÉS.
¿Cómo, villano, atrevido,
Te atreves á profanar
En el templo de mi fama
El honor, que es su deidad?
¿Como...
SANCHO.
Detened, Señora.
. DOÑA INÉS.
O mi enojo ó mi crueldad
¿No te hacen dos mil pedazos?
SANCHO.
¿ Dos mil pedazos no más?
DOÑA INÉS.
A no ser porque mis ojos
Se sabrán de si vengar,
No en lluvias de aljófar puro.
Sino en fuentes de coral.
(Ap. Pero iras, ¿de qué servís?
Cese vuestra actividad.
Que no es bastante una queja
Para aplacar todo un mal ;
Y si don Juan l;a de ser
Dueño de mi voluntad,
Iras, temer y morir.
Penas, sufrir y callar.) ( Vc.d'.j
SANCHO.
Yo puedo hacer de mi amo
Un sayo, y aun un gabau.
Sfl/e DON JUAN «/;j«Tfi#. >.
DOn JUAN. f
Picaro, viven los cielos, ^
Que ahora me lias de pagar (Dale.)
Lo que has hecho.
i Yo qué hice?
Besar su mano.
DONDE HAY AGUAVIOS NO HAY CELOS, Y AMO CRIADO.
li/J
(Dale.)
SANCHO.
No lal ,
La mano me besó i mi.
DON JOAN.
Ue i'-ie modo pagarás
l'u ili.'sleallad.
SANcno.
Pues Señor,
Yo, ¿en qué he sido desleal ?
i He de perder, si me quiere,
Por ti, mi comodidad?
DON JUAN.
Vire Dios...
SANCHO.
Tente, Sefior,
No te precipites más.
Sal( DO>fA INÉS, y pégale Sandio á
don Juan.
¿Qué es esto?
(Üale.)
SANCHO.
Aqueste tacaüo,
De<:i-nrado ganapán,
.No lia lie estar una lora en casa
Aun lie de pegarle más.
DOÑA INÉS.
Advertid que es buen criado.
SANCHO.
Doña Inés , entraos á hilar.
Que es olicio de mujeres,
Y dejadme castigar
jdis criadosi toma, puerco.
DO.ÑA Hits.
Señor, mirad...
SANCHO.
Bueno va ;
Ea, picaro, expulsión,
Idos deniicasj. ¡Hay tal!
DOÑA INÉS.
Señor don Juan, si mi ruego
Halla en vuestro amor lugar...
SANCHO.
iQué es lo que mandáis , Señora»
DOÑA INXS.
iQué? que no le despidáis.
SANCHO.
Agradecedlo á mi esposa,
Que á no mandármelo, ya
Os liabia deponer
Como á un san Sebastian ;
Grosero, belitre, ruin.
Hombrecillo, tal por cual,
horamala para vos,
i Mi esposa os parece mal ?
Pues, bergante, yo os prometo
Que os la he de hacerdescal/,ar.
(Ap. i Oh si pudiera un criado,
Para poder descansar.
Sacudir de cuando en cuando
A su dueño el balandrán!) (Vai
DOÑA INÉS. {Ap.)
1 Que esto escucho!
DON JUAN. {Ap.)
i Que esto sufra
DOÑA INÉS. {Ap.)
i Si esto que dice es verdad ?
¿Si me aborrece?
DON JDAK. {Ap.)
¿Qué espero?
Yo me quiero declarar.
DOÑA INÉS. {Ap.)
Pues torne otra vez mi pena
So llama i disimular.
DON JUAN. {.Ap.)
Pero averiguar mi indicio
Es medio mas eficaz.
DOÑA INÉS.
Y ahora dar lugar esfuerza
Para que pueda sacar
Beatriz á don Lope, pues
Oculto en mi cuarto está.
DONJUÁN. (.-Ip.)
Esto ha de ser.
DOÑA INÉS.
{.Ap. Esto sea.)
¿Oís, Sancho?
DONJUÁN.
¿Qué mandáis?
DOÑA INÉS.
Advenid. {Ap. ¡Estoy confusa!)
DON JUAN.
¿Qué decis? (/tp. ¡ Estoy mortal!)
DOÑA INÉS.
Que cuando dije... {.Ap. ¡Que tema,
Que reviente este volcan
Üe mi fuego, si mi voz
Hace á la llama lugar!)
DON JUAN.
Ea, declaraos, Señora.
DOÑA INÉS.
A poderme declarar.
Yo dijera...
DON JOAN.
¿Qué decis?
DOÑA INÉS.
Que aunque oísteis...
DONJUÁN.
Acabad.
{Ap. ¡Que estando yo tan cobarde,
Esfuerce á quien no lo eslá !)
DOÑA INÉS.
Que aunque dije que os adoro.
Era porque erais don Juan.
DON JUAN.
Pues mi pena y mi deseo
Es porque á don Juan queráis.
DOÑA INÉS.
¿Lo deseáis?
DON JUAN.
Fuera mi gloria.
DOÑA INÉS.
{Ap. No me tiene voluntad.)
¿Esto es cieno?
DON JUAN.
Y es tan cierto.
Que todo mi honor está
En que á don Juan estiméis.
DOÑA INÉS.
¿Luego no os aseguráis
Que le adoro ?
DONJUÁN.
Estoy dudoso.
DOÑA INÉS.
Pues no lo estéis, y pensad...
DONJUÁN.
¿Qué?
DOÑA INÉS.
Que sólo á don Juan adoro.
DONJUÁN.
¡Plegué á Dios que sea verdad!
Sale DOÑA ANA.
DONA ANA.
Después que ayer don Fernando
.\le dio este cuarto, y despuei
Que estaba con doña Inés
Wi pena y dolor templando,
Y después que por mí ayer
Lloró en líquidos cristales ,
Porque obligan más los males
Cuando son de una mujer ;
Estoy con grande cuidado
De ver que tan tarde es,
Y ni llama doña Inés
Ni su padre me ha avisado ;
En esta cuadra he sentido
De Inés, á lo que yoínQcro,
Airadas voces primero,
Y después confuso ruido.
¡ Que este continuo anhelar
Mi amor y mi honor moleste!
El cuarto de Inés es este.
Entrarla quiero á buscar
Para avisarla también
Que irme de su casa trato.
Pues cuanto más me recalo
Más lejos estoy del bien ;
Porque si vengo á buscar
A un hombre queme ha agraviado,
¿Cómo en un cuarto cerrado
Mí cuidado le ha de hallar?
Y más cuando ha persuadido
Discursivo mí temor.
Que quien me fingió el amor
El nombre me habrá fingido,
Y pues no he creído el nombre,
Sepa Inés este deseo;
Mas por las espaldas veo
Dentro de su cuarto un hombre,
Y no me quiero volver;
Mas pienso que me ha sentido.
{Llegue doña Ana á la puerta donde
está don Lope y hace que le ve; y
vuélvase al tiempo que se vuelve don
Lope y cógele de espaldas, y ella se
vuelve á la parte donde estaba , en
que halla u/ia puerta; ella la cierra
y él hace fuerza para que no la
cierre, y siempre hablando desde la
parte de acá afuera, y ella haciendo
fuerza de la parte de adentro. )
DON LOPE.
Hacia aquí he escuchado ruido ;
Vive Dios que es doña Inés.
DOÑA ANA.
No me vio el rostro, que fuera
Muy posible que importara.
DON LOPE.
¿Inés?
DOÑA ANA.
Yo, cierro...
DON LOPE.
Repara,
No cierres, aguarda, espera;
Yo vengo determinado,
No pienses que has de cerrar;
¡Vive Dios que has de escuchar.
Puesto que yo le he escuchado!
Mi pena en este rigor
Ya no puede estar más muerta,
Que no es la primera puerta
Que le has cerrado á mí amor ;
Mas por sí llegan á ser
Celos los que me pediste
De la dama que dijiste,
Te quiero satisfacer;
Si tu padre te ha casado.
Mi amor quiere mí desvío,
Pues nunca al desvelo mío
Costó su amor un cuidado;
En Burgos la hablé y la vi,
Y aun la llegué á merecer ;
¿Mas cómo puedo querer
A quien el nombre fingí?
ICO comedí;
Uaslan estos desengaños
Si celos tu enojo ba sido.
yue á nadie se le han pedido
Celos de amor de seis años ;
Tu discurso apresurado
A tu pasión atrepella ,
Pues sólo me acuerdo della
Porque me la has acordado ;
La salislaccion te doy.
Paga el premio de mi fe,
Pues ni la he visto, ui sé
Eo qué parte está.
Aquí estoy;
Viven los cielos , ingrato,
Traidor y mal caballero...
DON LOPE. (Ap.)
¿Qué es, ojos, lo que liáis mirado?
¡ Aquí doña Ana ! ¿ Qué es esto 1
DOÑA ANA.
Que has de pagarme en venganzas
Lo que he escuchado en desprecios ;
Y supuesto que te he hallado
Cuando te buscaba menos,
Hoy de mi rigor ruina
Y de mi agravio escarmiento...
OOX LOPE.
No des voces , oye , aguarda.
DOÑA A>-A.
No me atajes.
DOK LOPE.
Yo prometo...
DOÑA ARA.
Cercado de mi razón
Pide partidos tu miedo.
BON LOPE.
Oye, detente, Señora.
DOÑA A>A. {Da voces.)
Don Fernando, aquí está el dueño
De mi ofensa, y el que dio
Muerte á mi hermano don Diego.
DON LOPE.
Uira que me iré.
DOÑA ANA.
|Ah traidor!
¿No hay quien oiga mis empeños?
¿No hay quien socorra el honor
De una mujer?
Sale DON JUAN.
DON JOAN.
¿Qué es aquesto?
DOÑA ANA. {Ap.)
: Válgame el cielo! ¿qué miro?
¡Viva estatua soy de nielo !
DONJUÁN. {Ap.)
O es que mis ojos no han visto.
Ni mis oidos oyeron...
DON LOPE. {Ap.)
O es que aquí mi sinrazón
Dejó mi acero suspenso. ..
DOÑA ANA. {Ap.)
O es, que porque sienta más.
Finge apariencias el miedo...
DON JOAN. {Ap.)
O esta es mi hermana doña Ana,
De tantos agravios dueño.
DON LOPE. {Ap.)
O soy cobarde enemigo.
Pues no me irrito ni muero.
DOÑA ANA. (.4p.)
ü este es mi hermano don Juan.
ESCOGIDAS DE DON FRANCISCO
DON JOAN. (.4p.)
¿Pues qué aguardo?
DON LOPE, {.ip.)
¿Pues qué espero í
Salir es duelo forzoso.
DON JUAN. {.Ap.)
Matarle es preciso empeño.
DON LOPE. (.4/).)
Mas quiero ver lo que intenta.
DON JUAN. {Ap.)
Pero no sé, vive el cielo.
Cuál de aquestas dos ofensas
Debo castigar primero;
Aquiá mi hermana he encontrado,
Y á don Lope también veo;
Esta ofensa es de mi honor,
Y esta parece de celos;
Una siento con ardor
Y otra guardo como incendio ;
Si doy á mi hermana muerte.
Esa venganza divierto;
Y si esta vengar procuro.
La más importante dejo.
¿Pues cómo, iras de mi fama.
Han de cobrarme recelos
De mi sospecha y honor.
Las dos venganzas aun tiempo?
DON LOPE.
Hombre que le h;is suspendido
A mi valor los aciertos,
O acomete con la lengua
O habíame con el acero.
DON JUAN. {Ap.)
Pero si esta ofensa es cierta ,
Y dudoso estotro afecto.
Sea para mi venganza
Mi honor antes que mis celos ;
Muere, ingrata, porque asi...
DOÑA ANA.
Señor, yo aqui...
DON LOPE.
Deteneos,
Que aunque ella pidió favores
Contra mi , ya estoy en tiempo
Que para librar su vida
Vengo á ser quien la deGendo.
DON JUAN.
¿Luego contra vos pidió
Favor cuando salí?
¿Luego la debéis ofensa?
DON LOPE.
Pues á vos ¿ qué os toca de eso,
Siendo de don Juan criado?
DONJUÁN.
Que soy criado os confieso;
Y siéndole liel, me tocan
Las ofensas de mi dueño.
DON LOPE.
Pues esta dama...
DONJUÁN.
Decid.
DOÑA ANA.
(.4p. Atajar el riesgo quiero.
Pues piensa que no es mi hermano,
Y satisfacerlo á un tiempo.)
En este cuarto que veis
De Inés, este caballero
(No sé yo con qué intención)
Estaba oculte y secreto;
Yo le vi salir, di voces.
Quiso atajarme, v en esto
Saliste.
DON JCAN.
Cierra los labios,
Tu voz pon en tu silencio
O en el fondo de mi pena ;
{Ap. ¡ Qué de sospechas remuevo !
Pues cuando en tamos agravios
Me voy a hallar satisfecho.
Si hallo una sombra á mi honor.
Hallo una luz á mis celos ;
Ahora bien, cierro esta puerta,
Sancho no está en casa, y puedo.
Puesto que tengo ocasión.
Satisfacerme yo mesmo.)
Señor don Lope , sacad
La espada.
DON LOPE.
Ya lo deseo,
{Sacan las espadas.)
Que los dos somos iguales
En llegando á los aceros.
¿Pero no hay campaña?
DONJUÁN.
No,
Que es tan ardiente mi fuego.
Que si aqui con vuestra sangre
No intento apagarle presto.
Cuando le quiera templar
Llegará tarde el remedio.
DON LOPE.
Pues riñamos.
DON JUAN.
Sois bizarro.
DON LOPE.
¿No parece, vive el cielo.
Vuestro valor de hombre bajo?
{Llaman recio á la puerta.)
¿Llamaron?
DONJUÁN.
Si.
DON LOPE.
¿Pues que haremos?
DON JUAN.
Reñir.
DON LOPE.
¿No sera mejor
Ocultar el caso, y luego
Ir á reñir á campaña?
DON JOAN.
Yo nunca he mirado en riesgos
Cuando riño.
DON FERNANDO. (flíH/rO )
Abrid aqui.
DOÑA ANA.
Desta ocasión me aprovecho;
Abro la puerta.
DON JUAN.
No abras.
.Mre la puerta,
y sale DON FERNANDO.
DON FERNANDO.
Detened, parad , ¿qué es esto?
DON JUAN.
Querer matar á don Lope.
DON LOPE.
¿Matar un criado necio?
DONJUÁN.
Volver por vos y por mi.
DON FERNANDO.
¡Qué es estoque miro, cielos!
; Don Lope oculto en mi cusa I
i Sancho aqui tan descompuesto !
¡ Que Fernando haya salido !
DONDE
DOÑA ANA.
¡Que esté mi mal sin remedio!
DOM FERNANDO.
¡Doña Ana ja descubierta !
.Coulad, (lou Lope, esle empeño.
DONJUÁN.
Yo OS lo contaré mejor ;
Pero decidme primero,
¿No ocultáis eu vuestra casa
A doña Aoa?
DON FERNANDO.
iNo lo niego;
A su padre don Alonso,
Y aun á su hermano don Diego,
Debí mil obligaciunes
Que lioy publico y hoy confieso,
Y con guardar á duíia Ana
Pagárselas todas pienso.
Pues le ha de importar su honor.
DON JUAN.
Decid, ¿y este caballero,
Según vos decís, no es...
DON FERNANDO.
Soy su amigo y soy su deudo.
DUN JUAN.
Y decidme, don Fernando,
Siendo criado ¿no debo
Miraren ausencia suya
Por el honor de mi dueño?
DON FERNANDO.
Mirar debes por su honor,
! No lo dudo ni lo niego.
DON JUAN.
Pues en el cuarto de Inís
Don Lope estaba encubierto,
Duna Ana del se quejaba.
Airado salí á este tiempo,
O esta ofensa es de doña Ana,
O de doña liiéí el duelo ;
La una ofensa es de un agravio;
La otra de honor y de celos ;
Y aunque yo veogo á ignorar
Cuál es destos dos sugetos
Por quien se ofende la fama
De mi dueño, cuando es cierto
Que es por una de las dos,
¿atarle poruña quiero. {Embístele
DON FERNANDO.
Tened la espada por Dios,
Cue este es el niajor empeño
Que han \ i»tu las expeneucias
De mis años.
DON JUAN.
¿Cómo puedo
Esperaros?
DON LOPE.
Acabad.
UO.ÑA INÉS.
¿Qué gran pena !
DO.ÑA ANA.
¡yué gran riesgo!
DON FER.NANUO.
{Ap. Más le quiero asegurar
Por doña Ana.) Ya os advierto
Que dcsla dama el honor
Ls más limpio (|ue el sol mesmo ;
Y del lindo de mi hija
Nüd.bosalislaceiüs,
Porque ese duelo me toca
IJmiu a su padre ; y supuesto
«ne tnigo segnri.iad
Uedoii Lupe, no pretendo
Satisl^icerus a vos ,
Pues que yo estoy satisfecho.
DON JUAN.
A este cuarto oa hay por donde
HAY AGRAVIOS NO UAY CELOS, Y AMO GUIADO.
Pudiese entrar, pues yo mesmo
He estado en esta antesala
Todo el dia.
DON LOPE.
Vive el cielo.
Que es querer con vuestro honor
Apurar mi sufrimiento.
Apartad. (Embiste.)
DON FERNANDO.
Tened, don Lope,
Porque es atrevido exceso,
Que á un criado se permita
Las licencias de su dueño.
DON JUAN.
Dejadme matarle.
Tente,
Que me corro, vive el cielo.
Que locándome á mi tanto
fcl honor del dueño vuestro.
De mi honor y de mi espada
Desconfiéis osado y necio.
DON JUAN.
Va aqui no ha de ser posible
Satisfacerme; y supuesto
Que es difícil , á estas cosas
Quiero arriesgar un remedio;
Supuesto que os toca i vos ,
Vo admito vuestro consejo ;
Pero á los dos, dos palabras
Pediros á un tiempo quiero.
DON FERNANDO.
Yo juro hacer lo posible.
DON LOPE.
Y yo lo mismo os prometo.
DON JUAN.
Que entregaréis á doña Ana
A su hermano, es lo que os ruego,
Y que vos acabaréis
Cou don Juan aqueste duelo;
Con lo cual vengo á salir
De dos tan graves empeños.
Pues á él toca conseguirlos
Y á mi toca el emprenderlos.
DON FERNANDO.
Yo ofrezco lo que pedís.
DON LOPE.
Yo lo que ordenáis ofrezco;
Perúes vergüenza, por Dios,
Que siendo quien sois, os demos
Palabra, que será nueva.
DON JUAN.
Vive Dios, que soy tan bueno
Como don Juan , y que haré
Que asi lo confiese el nusmo ;
Y yo sé que don J uan es
Tan puntual caballero.
Que lo que mi lengua diga
Sabrá sustentar su acero.
DON LOPE.
Pues yo os prometo buscarle.
DON JUAN.
Él os buscará primero.
DON FERNANDO.
Yo á doña Ana guardaré.
DON JUAN.
liareis como noble en eso.
Ya es preciso.
DON JUAN.
Eso quiero.
CON LOPE.
Que mi espada...
DON JUAN.
En la campaña
Hacen más los que hablan menos.
DON FERNANDO. {Ap.)
Mi hijo es don Juan , y á don Lope
Sangre y amistad confieso.
DOÑA ANA. (Ap.)
Si digo aqui que es mi hermano,
(Correrá mi vida riesgo.
DOÑA INÉS. {Ap.)
Este es el primer criado
Que por su amo tiene celos.
DON JUAN. {Ap.)
De doña Ana he de saber
Mi agravio, y matarla luego.
DON FERNANDO. {Ap.)
Juntar á las dos procuro.
DON JUAN.
Ah , don Lope, ¿estáis resuello
A reñir cou don Juan?
DON LOPE.
Si.
DON JUAN.
¿ Vos guardaréis con secreto
A doña Ana?
DON FERNANDO.
Eso aseguro.
DON JUAN.
Pues buscará don Juan quiero.
DON LOPE.
Yo le aguardo.
DONJUÁN.
Sois valiente.
DON LOPE.
Sois leal.
DONJUÁN.
DON LOPE.
Déme mi valor esfuerzoi.
DON FERNANDO.
Consejo me den mis canas.
DOÑA INÉS.
Déme mi pasión remedio.
DOÑA ANA.
Déme cordura mi ofensa.
DON JUAN.
Denme venganza los cielos.
JORNADA TERCERA.
Sale DOSA ANA, con manto,,
1 DOÑA INÉS deteniénUvta.
DOÑA ANA.
Déjame ir, Inés, y advierte...
DOÑA INÉS.
Digo que no has de pasar.
¿Qué inlenlas'í
Déjame ver el rigor
De una cweiüad prevenida ,
DOÑA INÉS.
Esto, doña Ana , ha de ser.
BOXA ANA.
Reducirte en atajarme,
Mira (jue será matarme
Por quereime defender;
Temo el acero inhumano
De don Juan, que está orenJidu.
DuSa INÉS.
Sancho y mi padre han salido
Juntos a buscar tu hermano,
Y asi, puedes divertir
Tu mal.
DOÑA ANA.
Déjame, Señora.
DO.XA INCS.
Mandóme mi padre ahora
Que 00 te deje salir.
DO.ÑA AKA.
Si aquí me encuentra, imagina.
Que don Juan me ha de maUír.
DOÑA INÉS.
En el riesgo suele estar
Dispuesta la medicina;
Di tu nuevo mal , que es mengu:i
Morir confusa en callarle,
Que fara poder contarle
¿s capaz toda tu lengua.
DOÑA ANA.
El mal qoe infiriendo estás
De mi fortuna enemiga.
Cuando le hablo, se mitiga,
Y luego se enciende más;
Mayor mi desasosiego
Declárnudole se fragua ,
Que á gran fuego echar poca aprn
Es hacer major el fuego. (Llora.)
DOÑA INÉS.
Manifiéstame ese ardor,
Que callas tú j yo recelo.
Que yo te daré el consuelo
Conforme al mal.
DOÑA AWA.
Tengo amor.
DOÑA INÉS.
Yo,lambien ese mal siento
Con más preciso dolor.
Que no hay quien no tenga amor
Én teniendo entendimiei. o.
DO.ÑA ANA.
Yo por mi honor con crueldad
A mi ohligacion decente.
Si 00 modesta, prudente
Castigo mi voluntad.
DO.ÑA INÉS.
Que es igual mi amor te digo
Al que declarando estás ;
Pues que por mi honor no más
Le reprimo y le castigo.
DO.ÑA AKA,
El mió ba de fallecer.
Pues mi t oz mi honor disfama.
DOÑA INÉS.
Yo le doy sombra á mi llama
Y nadie la ba visto arder.
Mayores son mis desvelos.
DOÑA INÉS.
Mi pena ba sido mayor.
DOÑA ANA.
Mas pena es mi amor que amor.
ESCOCIDAS Dli DON FIÍANCISCO
DO.ÑA INÉS.
¿Qué es la pena?
DOÑA ANA.
Tengo celos.
DOÑA INÉS.
Cuando vi que discurrías ,
Y que al tiempo que eoniabas
Tu nial , también le llorabas ,
Conoci que los tenias ;
Mas ni me admiro ni espanto
Que celos hayas tenido.
DOÑA ANA.
i. De qué lo has colegido?
DOÑA I.NÉS.
De tu voz y de tu llanto;
Porque en la amorosa calma
De sosiechasy recelos.
Son el amor y los celos
Las calenturas del alma
Que salen por dar despojos ,
Keducidos en agravios,
Las de celos á Tos labios
Y las de amor á los ojos;
Pues como en esta fortuna
Dispuestas siempre y abieilas
El alma tiene dos puertas
Y amor no cabe por una ;
Para no suspender tanto
Los dos su afecto veloz ,
Los celos buscan la voz
Y el amor elige el llanto.
DOÑA ANA.
Pues otro mal hay aquí
Que aflige más mis desvelo?.
Que de quien tengo estos celos
ts...
DOÑA INÉS.
¿De quién? Dilo.
DOÑA ANA.
De ti.
DOÑA INÉS.
Pues di , ide qué has colegido
Estos celos, y porqué?
DOÑA ANA.
Porque á don Lope encontré
Dentro en tu cuarto escondido.
DOÑA INÉS.
¿Y yo estaba dentro?
DOÑA ANA.
No;
Mas mi amante ó mi enemigo.
Pensó que hablaba contigo
Y su amor me declaró;
Pues de aquel mismo desden
Mayor mi sospecha se hace,
Porque aquel que satisface
O es querido ó quiere bien.
DOÑA INÉS.
Un desengaño mayor
Es preciso que se arguya
Ed esta sospecha tuya.
DOÑA ANA.
¿Qué es?
DOÑA INÉS.
Que yo te tengo amor.
DOÑA ANA.
Y asi ,mi pena y mi afán,
¿Cómo apagará esta llama?
DOÑA INÉS.
No hay dama que quiera á dama
Que ha querido a su galán ;
Y a.sl por seguro ten
Que en mí no hay afecto tal ,
Pues yo te quisiera mal
Si yo fe quisiera bieu.
DE ROJAS.
DOÑA ANA.
Celos he tenido aqui;
Pero mal de ellos inlieres.
Pues no digo que le quieres
Sino que él te quiere á ti.
DOÑA INÉS.
Pues si él , traidor ó infiel.
Tu amor y honor ha ofendido.
Esos celos que has tenido
íso son de mi sino de él.
DOÑA ANA.
Remedia mi pena fiera.
DOÑA INÉS.
Yo lo más que puedo hacer
Es llegarle a aborrecer.
No hacerle que no me quiera ;
Y mejor te estaba á ti
Si me despreciara cruel
Que yo le quisiera á él
Que lio que él me quiera á mi.
DOÑA ANA.
Dices bien ; déjame , pues
No remedio tanto ardor,
Por el riesgo de mi honor
Irme de tu casa, Inés.
DOÑA INÉS.
Vive Dios , que no te has de ir,
Y ahora tu mal inliera
Que si i don Lope quisiera
Yo te dejara salir.
DO.ÑA ANA.
Cuando un riesgo se previene
Que decírtelo no puedo.
DOÑA INÉS.
Ta fama cure á tu miedo.
DOÑA ANA.
Don Juan , no es don Juan.
DOÑA INÉS.
El \ienc.
DOÑA ANA.
Pues tú no me has de escondor.
Si librar quieres mi vida
Adonde estuve escondida.
DOÑA INÉS.
Eso, doña Ana, ha de ser;
Por esa falsa escalera
Se va a un cuarto principal ;
Espérame en él.
DOÑA ANA.
Mortal
Mi alivio, tu alivio espera. {' cjí.)
BOÑA INÉS.
Para verle en ocasión
Que no me ve prevenida.
Quiero escucharle escondida.
(Escúiidíse.)
Sale SANCHO.
SANCHO.
Después de Dios, bodegón.
Luego dirán , que es deshonra
Comerlo alli sin sabor;
jBendito seáis, vos. Señor,
Que no me habéis dado honra !
En ser hombre desigual
Por más me vengo á tener,
Porque yo más quiero ser
Picaro que Cardenal.
Esto tengo por más bueno
Que ser señor y aun reinar.
Que allá suele en el manjar
Disimularse el veneno.
Pues ser picaro dispongo,
Que como Lope advirtió,
A ningún hombre se vio
Darle veneno en mondongo.
DONDE
Vo me entro i ser mis prorundo,
Y yo me entro i discurtir,
¿Por qué 3 mi me ba de podrir
Que se use honra en el mundo ?
¿Porque uno llegue á plantar
(Uejeinos á un lado miedos),
En mi cara cinco dedos.
Le tengo yo de m:iiar'
Pues respóndanme ¿por qué?
Si bay barbero que me pone.
Cuando afeitarme dispone,
Como á un san Bartolomé ,
T llega con su navaja
?ue sabe Dios donde ha andado ,
, en Un, después de afeitado
He toma el rostro y me encaja
Cuatro ó cinco bofetones,
jporque en otras ocasiones
Bay duelo é indignación?
jNo es mejor un bofetón
['Ue quinientos bofetones?
¡Que aquestos duelos prosigan?
iQue sea el mentir afrenta?
jQue no importa que yo mienta
Y importa que meló digan?
íQue baya en el mundo este afán?
¿Que este uso en los hombres bava?
Señor, aun los palos, vaya ,
Que duelen cuando se dan.
Duelista, que andas cargado
Con el puntillo de honor,
Dime, tonto, ¿no es peor
Ser muerto que abofeteado?
¡Y que á la muerte tan ciertos
Vayan porque el duelo acaben!
Bien parece que no saben
Los vivos lo que es ser muertos.
Sale BEATRIZ.
BEATRIZ.
Seáis , don Juan , bienvenido.
SANCnO.
Beatriz, va de pundonor.
BEATRIZ.
Eon Lope . con mi Señor,
A buscaros han salido,
Y Sancho, vuestro criado.
SANCHO.
iíné me querrían?
BEATRIZ.
No Sé.
I No me encontraron , porque
' Boy be sido convidado.
BEATRIZ.
Vuestro suegro y dueño mió,
Aquesta llave que veis.
Me dio para que os bajéis
Al cuarto que está vacio;
Que sera alegre os alabo.
Quiere que abajo habitéis;
Pero buen cuarto tenéis.
SANCHO.
Para mi basta un ochavo.
BEATRIZ.
I Va voy i bajar la cama.
¡ SANCHO.
T, en 6n, ¿por qué la bajáis?
BEATRIZ.
Porque no es bien que viváis
En el cuarto de mi ama.
Todos este yerro ven ,
t que no estando casado
Será en la corte notado
Que durmáis arriba.
HAY AGHAVIOS NO HAY CELOS, Y AMO CRIADO.
'*
Bien;
Dádmela llave.
BEATRIZ.
Tomad.
SANCHO.
¡Lo que á servirme se humilla !
¿Quieres creer Ueairicilla
Que te tengo voluntad?
Si, juro a Dios.
BEATRIZ.
¿Qué me dices?
¿Amor me tienes á mi?
SANCHO.
Beatriz, desde que naci
Fui inclinado á Beatrices.
BEATRIZ.
¿Que á mí con afecto tal
Quererme tu engaito intente?
En siendo el amor corriente ,
Busco la dama usual.
BEATRIZ.
Que no he de quererte , digo.
Ni en mi ha de caertal mancha.
SANCHO.
{Ap. Porque la ruego se ensancha.
; Qué bien decía un amigo.
Que el que quisiere vencer
Cualquier gorrona al llegar.
No la piocure rogar
Si la puede acometer.)
¿En tin, no le persuades
A pagar mi aniur honesto?
BEATRIZ.
No.
SANCaO.
Pues embisto.
Sale DOf)A INÉS al paño.
DOÑA INÉS.
¿Qué es esto?
SANCHO.
¿Esto? nada, mocedades.
DOÑA INÉS.
¿ Pues cómo habéis profanado
Mí opinión y fama toda'.'
BEATRIZ.
Como se alarga la boda,
Anda el hombre endeinoiiiado.
DOÑA INÉS.
¿Vuestra voluntad ingrata,
Cómo mi honra alropella?
SANCHO.
Yo no lo hacia por ella ,
Sino por tenerla grata.
DO.ÑA INÉS.
Advertid...
Sale DON FERNANDO.
DON FERNANDO.
¿Señor don Juan?
SANCHO.
Don Fernando, bienvenido.
DON FERNANDO.
A buscaros he salido.
SANCHO.
¿Qué hay de nuevo?
DON FERNANDO. (Ap.)
Ho} cesarán
Mis dudas.
SANCHO.
Acabad, pues.
{Ap. ¿Qué querrá este viejo hablar.
DON FERNANDO.
Solos hemos de quedar —
Vete, Beatriz; vete, Inés.
SANCHO. {Ap.)
Pues no se me ba de escapar
La Bealricilla tirana.
DOÑA INÉS.
Bajo á buscar á doña Ana;
Yo la voy á consolar. (Vasi
DON FERNANDO. (Ap.)
¿Cómo no le digo, pues,
l)e mi agravio estos extremos?
SANCHO.
Señor suegro, ¿qué tenemos?
DON FERNANDO.
Un empeño grande.
SANCHO.
¿Yes?
DON FERNANDO.
Que al campo vais os exhorta
Mi celo, que os desengaña.
SANCHO.
¿Pues qué importa irá campaña?
Es á reñir.
SANCIO.
¿Eso importa?
Mas si obedeceros trato,
¿Por qué irritarme queréis?
Porque un agravio tenéis.
SANCHO.
Vos sois grande mentecato.
DON FERNANDO.
Pues decid , ¿de qué inferís
Ser yo necio y poco sabio ?
SANCHO.
Si yo no sabia mi agravio,
¿Para qué me lodecis?
DON FERNANDO.
o atrevido ó inhumano
Que le deis la muerte espero.
Porque está aqui el caballero
Qne dio muerte á vuestro hermano;
Y fuese valor ó suerte.
Cuando matarle intentó,
En vuestra casa le dio
A escuras sangrienta muerte.
SANCHO.
¿A escuras fué?
DON FERNANDO.
A escuras fué.
SANCHO.
Pues no quiero acometerte >
Que si aquél mató sin verle ,
¿Qué hará de mi si me ve?
DON FERNANDO.
No vengaros será ultraje,
Y aun cobardía será.
SANCHO.
¿No miráis que sabe y»
Como matar mi linaje?
DON FERNANDO.
Que ese es temor, imagino.
SANCHO,
Pues tomar venganza espero.
¿Quién es ese caballero?
DON FERNANDO.
Es don Lope , mi sobrino.
ICi
SA^cuo.
Oh, pues si don Lope es.
Templóse mi enojo ardiente;
Hjsla ser vuestro pariente
Para echarme yo á sus pies.
DON FtRMAStlO.
Que toméis venganza elijo,
U indignadü ó valeroso,
yue siendo de Inés esposo.
Mas sois vos, pues sois mi bijo.
SANCHO.
DU.\ FER.VANDO.
No tan presto.
¡Oh , si me enojo.
No hay demonio que me lenya :
DÜ.N FEIINANDO.
(>on otra ofensa profana
Vuestra nobleza.
SANCno.
Pues bien.
DON FtllNA^UO.
Hay otro agravio lanibieu.
SANCHO.
¿Ves»
DON FERNANDO.
Que ofendió á vuestra herm;
SANCHO.
¿Cierto?
DON FERNANDO.
Podeislo creer.
Pues ya perdonarle intento.
DOH FERNANDO.
j Por qué?
SANCHO.
Porque es juramento
De no reñir por mujer.
DON FERNANDO.
;,Esa es la llanw inlmniana
Con que vuestro euojo ardió?
SANCHO.
Señor, ¿he de andarme yo
Hecho ruliau de mi heiniaiía ,
Si por mis pecados nejiros
Hace de mi muerte alarde ?
DON FERNANDO.
Vive Dios , que sois cobarde.
SANCHO.
Eso no toca á los suegros.
DON FERNANDO.
Si loca.
SANCHO.
¡Hay tal incitar le!
Suegro cisma , y suegro eterno,
Si porque iie de ser tu yerno
Procuras despavilarme.
Haces mal , que es sinrazón ,
Porque un duelo satisfaga ,
Que este yernicidio se haga
Antes de la pesesion.
DON FERNANDO.
Sandio, palabra le ha dado
be reñir por vos aquí.
SANCHO.
Pues que la cunijila por mi,
Si la ha dado mi criado.
DON FERNANDO.
;. Así un honor se desdora?
¿No reñís por vuestra
COJIEDIAS ESCOGIDAS DE DON FRANCISCO DE ROJAS.
SANCHO.
Señor, reñir quiere gana,
Y yo no la tengo ahora.
DON FERNANDO.
Vive Dios...
SANCHO.
i Hay tal porfiar !
DON FERNANDO.
¡ Que asi un temor os reporta !
SANCHO.
Hombre ó suegro, ¿qué os importa
Que yo me salga á malar?
DON FERNANDO.
Que cuando esposo os elijo
i)e Inés , viendo esta templanza,
O habéis de tomar venganza
O no habéis de ser mi hijo ;
V sin que se satisfaga
El duelo, no hay que pensar.
Que no os tengo de casar.
SANCHO.
Oye, de ese mal me haga.
DON FERNANDO.
Vive Dios...
SANCHO.
¡ Hay tal infierno
De hombre!
DON FERNANDO.
Cobarde, villano.
SANCHO.
No se lome tanta mano
Usted , que aun no soy su yerno.
DON FERNANDO.
La muerte daros sabré,
Porque aunque me estoy templando..
Sfl/e DON JUAN.
DON JUAN.
¿Qué es aquesto, don Fernando?
DON FERNANDO.
Escucha, y oslo diré.
Porque tome recompensa
Hoy de su honor ofendido,
A vuestro dueño le pido
Que satisfaga esta ofensa.
l'ero hace tanto desprecio
Con salier ya su enemigo.
Que al verle remiso digo
Que es cobarde ó que es muy necio.
\ puesto que tan templado '
Deja vivo un deshonor.
Pues no sabe ser señor.
Sed señor y sed criado.
Cuerdo poüeis enseñarle
A cumplir con su opinión;
Esta fué mi obligación,
Don Lope espera en la calle ,
Hacedle tener valor.
Criado á un tiempo y amigo.
Que aunque es grande el enemiga.
Es el agravio mayor.
Irritadle vos aquí
Pues templado se reporta.
Que aunque á mi su honor me importa
A él le importa más que á mi.
DON JUAN.
Pues decidme, como sabio,
¿Qué otro agravio hay que vengar?
DON FERNANDO.
Don Juan le podra contar.
Que don Juan sabe el agravio. (Vasc]
DON JUAN.
Sancho, amigo, ¿qué es aquesto?
SAKCUO.
í Fuese ?
DONJ
Va se fué.
SANCHO.
Pues hable:
Dejemos apañe ahora
Ficciones y disparates.
De mi amor y obligación
Las bien seguras lealtades ;
No es tiempo de burlas este;
Üime, ¿no desaliaste
Por mi esta tarde á don Lope?
DON JOAH.
Sin llegará declararme
Le desaUé.
SANCHO.
¿Por qué fué?
DON JÜAH.
Mis sospechas se declaren.
Porque de Inés en el cuarlo
Le hallé atrevido y amaule.
SANCHO.
¿No reñiste con él?
DON JUA?I.
No;
Hasta hacer seguro examen
De su intento y de una ofensa
Que es fuerza que honor te calle.
SANCHO.
Pues , Señor, ahora es tiempo
Que tu acero tu honor lave.
Que las manchas del honor
Las saca el valor con sangre.
Estfena la indignación.
Pon la razón de tu parte ,
No se ultraje tu valor
Va que tu honor se profane.
Don Lope ofende lu fuma.
Tu acero intente matarle ,
Que aunque lus celos ignoras
Ignoras lo que más sabes :
Aprovecha la ocasión
Si no quieres que se pase ,
Su acero espera lu acero.
Matarle intenta arrogante;
Si no le hallare sangriento,
Delerminado le halle;
Procura...
DON JDAN.
Calla ; tu voz
Mis oídos no embaracen ,
Porque según me aconsejas.
Parece que estoy cobarde;
Üi , ¿que ofensa puede Ser
Que á la de celos se iguale?
SANCHO.
La del honor.
DON JUAN.
Dices bien.
Que en dos extremos tan grandes,
Respeto en un mal del otro.
Son , cuando más tibias arden
Las ofen^'as , fuego activo.
Los celos ceniza fácil;
Mas, diuie, Sancho.
SANCHO.
Señor.
DON JUAN.
Dime, ¿aquesta ofensa nace
De mis celos?
SANCHO.
No, Señor,
De otro agravio.
No profanes
El sagrado de mi oido,
O harás que intente matarte.
»a:»cho.
En mi vida, como luya,
Te be (le permitir que mandes,
Y no le quiero decir
O lu Jcsdorn o lu ultraje
Porque no podrás oirle
Ni JO he de poder conlarle.
DON Juan.
Bien haces, que si un agravio
Es del honor al cuntarlt- ,
Se hace el valor sentimiento;
Pero cuando no se sulie
El nervio del, el dolor,
Valor atrevido se lince:
¥ si saludo ha de ser
Mi ?ülor dolor, más vale,
(Jue el dolor se haga valor,
l'orque me irrite y le mate ;
Y di , ;i don Keriiuuüo ahora
Que iuteuta?
SAKCHO.
Desagraviarte,
Con ser su sangre don Lope,
Procura Tengar tu sangre.
DON JUAM.
Y esta ofensa que tü callas
Y qneadivinnn mis males,
¿Sábeiila todos?
SANCHO.
Si.
DON JOAX.
¡Ohr
¡Aqueste incendio me abrase!
SANCHO.
Y don Lope , tu enemigo,
Ue está esperando i que baje,
Pensando que so> don Juan.
DON JUAN.
¡Cómo haré para matarle
Donde sepan nii ven^íuma
Los que mis desilii.bus saben?
sancuo.
Sical* á campaña.
DON JOAN,
No,
Porque aunque se satisfacen
Eo el campo las venganzas ,
En casos üc honor tan giaves,
Aunque venza a mi enemigo
No quiero JO aventurarme
Aquello se cuente bien ,
Que aili lio lo mira nailie ;
Y con mirarlo y saberlo,
Ha) en Madrid lenguas tales,
Qi¡e cuentan los vriicimientos
Á la luz de los desaires.
SANCHO.
Pues , Señor, ya no se usa
Sacar la espada en la calle ,
Que en las calles de la curte
Tudas las guerras son paces.
DON JUAN.
Si yo tuviera una casa
Do'nJe poder encerrarme
Coa él...
SANCHO.
Espera , Señor.
DON JOAN.
¿Porqué?
SANCHO.
Porque en este instante
Se le cayó la pendencia
En la miel; aq'iesta llave
Es de un cuarto di- esla casa ,
Que aunque es bajo, es cuarto j;rande.
Ahora me la dio Keatriz,
Y dijo que me bajase
DONDE HAY AGRAVIOS NO HAY CELOS, Y AMO CKIADO
Este agravio, mis di
A habitar en él ; tú puedes ,
Pues él te espera, encerrarte
Con él , que si le das muerte ,
Inés y su anciano padre
llüii Je salier lu venganza
Y tú has de quedar triunfante.
DON JOAN.
Dices bien ; pues baja , Sancho,
Y llámale.
SANCHO.
Es disparate
En rosas que imporlan tanto :
Va bien puedes declararle ;
Baja y di que eres don Juan.
DONJUÁN.
En vano me persuades,
yue si por sólo unos celos
Encubrí mi nombre amante,
¿Cuánto más justo será
Que por mi honor me disfrace?
Y asi , en tanto que vengado
Todo este volcan se apague,
Sabe lu sufrir mi nombre ,
Pues yo sé pasar mi ultraje.
SANCHO.
Di, ¿qué quieres hacer?
DONJUÁN.
Esto.
Dame ahora aquesa llave.
SANCHO.
Toma ¿Qué intentas? Acaba.
DON jÚan.
Ahora es fuerza que bajes
A desaliarle, que vo
OcullO(iuieroa;;uar(larle
Dentro del enano escoiidiilo,
Y una induslria ha de vengarm*
Que has de ver.
SANCHO.
Dime . Señor,
¿En Qn, hade desaliarle?
DON JUAN.
Si.
SANCHO.
Y si le diese una priesa
De reñir, y al mismo insUinle
Desatacase la espada,
¿Como quieres que le alaje ?
DON JUAN.
Hazle señas desde lejos ,
Que él le seguirá al iustunle.
SANCHO.
Y di, si es corlo de vista
Y lio viese las señales ,
¿Qué quieres que haga, Señor'!
Ya eso es pasar á cobarde.
SANCHO.
No es sino ser advertido;
En ün , ¿quieres esperarle ?
DON JUAN.
Dentro del cuarto estaré.
SANCHO.
Mira que al entrar no aguardes
Que él emhisla , embiste lú ,
Que temo que se adelante.
DON JOAN.
Parte al punto.
SANCHO.
A obedecerte
Voy como leal.
DONJUÁN.
Verásme,
i Si el cielo quiere, vengado,
Que aunque no quiero escuchar
Son profetas de mis males.
SANCHO.
Pues, Señor, voy por don Lope.
DON JUAN.
Pues ya yo Voy á esperarle.
SANCHO.
Soy luyo.
DON JUAN.
Hoy he de premiar
Tu lealtad.
SANCHO.
No me la pagues;
Mucho más que yo en servirte
Vienes á hacer en mandarme.
DON JUAN.
Sancho, adiós.
SANCHO.
Señor, adiós ;
Él , por quien es , hoy me saque
De ser criado y señor;
No sea el demonio que paguen
Los Sanchos aquesta vez
Lo que hicieron los donjuanes. ( Vase.)
Sale BE4TIÍ1Z.
BEATRIZ.
Vino la señora noche
iMuy preciadita de madre
De las sombras, más cerrada
Que colegio de estudiantes ;
Y a esle cuarto principal
lie biijado en este inslaiiie
De don Juan y su criado
Las camas; aqui no hay nadie
Que me escuche, aunque doña Ana
Y mi Señora no saben ,
En ese jardín ocultas.
Los intento^ de su padre;
Ma^ lá lie una hora que están
llal.l.u,ilo; plegué a Dios qn.- Iiablí
De los Estados de Kiándes.
Yo solamente no tengo
A quien le cuente mis males ;
Pues vaya de soliloquio.
Que en cuantas comedias se hacen
No he visto que las criadas
Lleguen a soliloquiarse.
U'one la luz sobre un bufete )
Este criado, este hombron
De linda presencia y talle.
Me aliciona por lo tosco
Y pica por lo arrogante.
He dado en pensar que es
Desgarrado, y algo jaque ,
Y los bravossolamenle
Son los que me satisfacen.
Lleve el uiablo las mujeres
Que quieren lindos bergantes;
i. Para qué es bueno un tacaño
Que se esté mirando el talle
Desde el alba hasta la noche.
Que presume que te hace
El amor de merced, sólo
En permitir (|ue le bables?
No es mejor un bravo, que entra
Muy zaino, y dice: — ¿Qué hace?—
¿Que quiere que haga á las diei
De la noche yo? Esperarle. —
¿No lie dicho que no me esperes?—
¿I'uesqué he de hacer?— Acostarse.-
Y luego al punto me pega,
Junticu de los gaznates,
S 'is manotadas —¿Que no?—
¿Él liabia de tocarme
En el pelo de la ropa? —
¿Oye?— bien oigo —Que calle
Le digo.— No he de callar ;
IG6
En mi casa esloy, iorame;
—Mire no demos al diablo
He comer.— Con lo que él trae,
>i de cenar le daremos;—
Y, en fin , con lindo donaire ,
Kn bofetadas y coces
Me da seis pares de pares.
Ksla es »ida y este es hombre ;
l'asemos más adelante.
Llama un melilluo á la puerta. —
¿^tuién llama?¿quiénes?— Vo, abre.—
Entra , y lo primero es
Irse al espejo á mirarse.
Llégase luego la dama.
Y si ella quiere abra7.arle.
Dice: — Mira esa valona,
No sea que me la ajes.— [drías!
;t,lue baya quien quiera á estos nian-
jijue haya mujer que los hable !
Vudieniio cualquiera dama
'lener, si quiere buscarle,
No lindo que la requiebre.
Sino hombre que la maltrate;
yue si he de hablar la verdad ,
Las bofetadas me saben
(Si son á tiempo) mejor
Üue gallinas y faisanes.
{Meten una llave en la puerta de aden-
tro en el vestuario.)
Pues volviendo á este criado.
Digo... mas la puerta abren
Por defuera , ó yo me engaño ;
Y porque ahora no hallen
A doña Ana y mi señora
Presumo que es ¡mporlanle
Echar este cerrojillo
Y avisarlas que se guarden.
{Eofia un cerrojillo que ha de haber.)
¡Cé , señora ! ; Cé , doña Ana !
Salen DOJÍA ANA t ÜO.ÑA INÉS.
DOÑA ÜIÉS.
¿Qué hay, Bealriz?
BEATRIZ.
¿No OÍS la llave
Con que abren la puerta?
DOÑA IKÉS.
Si.
BEATRIZ.
Pues subid antes que llameo
Por esta falsa escalera.
DOÑA i:<És.
A mi me importa quedarme
En aquesta cuadra oculta.
BEATRIZ.
En la escalerilla es lácil.
DOÑA ANA.
¿No ves que pudiera acaso
Uajarpor ella tu padre?
DOÑA 1^ÉS.
Pues volvamos al jardia.
BEATRIZ.
¿Vbriré la puerta?
DOÑA INés.
Abre,
Que desde aquí escucharemos
para saber cuánto pase.
(VflKsí las dos por donde ie vinieron,
y Bealriz tire el cerrojo, y vase tras
ellas.)
BEATRIZ.
Tiro el cerrojo, y escurro
La bola bácia aquesta parle.
COMEDIAS ESCOGIDAS DE DON FRANCISCO DE ROJAS.
DON JUAN.
Noacertaba, por Dios, a abrir la puerta;
.\liora iinportí quesequedeahierta.
Ponerla llave iiilenlopur de dentro.
Ya mivengnnza halló felice centro.
Kn esta alcoba elijo recalado
Prevenirle mi industria á mi cuidado;
Ya llegan , y yo quiero
Prevenir á mi'lionor mi ardiente acero:
Hoy cobrará dicho.<:a mi esperanza,
O la satisfacción ó la venganza.
(Escúndese.)
Salen SANCHO t DON LOPE.
DON LOPE.
Ea , señor don Juan . solos estamos ;
Ya es tiempo que cumplamos ,
Pues son precisas las obligaciones.
De una ofensa las dos satisfacciones ;
Y hallar quisiera , para no ofenderos,
Medio para poder satisfaceros :
Pero pues ya supisteis vuestro agravio,
P.iseal acerola pasión del labio,
(,lue á una ofensa juzgada
Satisface la lengua de la espnda.
Por una parle intento provocaros
Y por otra también cuido templaros,
[ro).
Que hoy temo, vive Dios (decirlo quie-
> uestra razón aun ma.<:que vuestro ace-
SAXCHO. (Ap.) [Jo
PorsanCosmebendito.queheenlencli-
Que abrió mi amo la puerta y que si- ha
DON LOPE. [iJu-
Ea , irrite el acero vuestro brío.
SANCHO.
Esto no quiere priesa, señor mió :
(Ap. Él se fué , que dejó la puerta
DON LOPE. [abierta.
Acabad, y cerremos esa puerta.
SANCHO.
Esperad.
DON LOPE.
Ya la cierro. {Ciérrala.)
SANCHO.
Entre puertas yo llevo pan de perro.
DON LOPE.
Avivad de este fuego las cenizas.
SANCHO.
Más eslocadas hay que longanizas;
Tiempo hay harto. Señor. (Ap. ¡Por Je-
[sucristo!
Junto á esta puerta á miSeñorhevjsto )
La, Señor, , que esperas? [peras.
Porque este hombre ha de darme para
DON JUAN, (.ip.)
Empieza, riñe para asegurarlo.
SANCHO. {.\p.)
¿Y si acaba conmigo al empezarlo?
DON LOPE.
¿No vibráis el acero penetrante?
SANCHO.
Estoy haciendo cólera bastante :
Sal, que ya empiezo.
DON LOPE.
¿Qué es aquesto?
SANCHO.
Nada;
Dejadme enderezar aquesta espada.
DON LOfE.
Que suspendáis vuestro valor lue pesa.
SANCHO.
Tuércese fácilmente, es genovesi.
DON LOPE.
Acabad.
SANCHO.
Vive Dios que un real nóvale.
(.Ap. ¿A qué espera mi amoque no sale!)
DON LOPE. [liero,
Que no le importa de vuestro brío iii-
Que el valor obra más que no el acero.
DON JOAN, (.ip.)
;0h cielos! ¡Quién pudiera
líeñir aquí con él sin que me viera '
(Riñe Sancho con don Lope y retírase)
SANCHO.
Ea.pues.
DON LOPE.
Sois valiente y arrojado.
SANCHO.
llélo sido, mas ya se me ha olvidado.
(Ap. Ea , Señor, arrójate valiente.)
DON LOPE.
Bien reñis, vive Dios.
SANCHO.
Bonitamente.
DON
tCómo yo mis impulsos no provoco ?
SANCHO.
.Mal me trata ; esperad , tened un poco.
■ Ap. ¿Mi amo en qué imagina?
ViveOrislo,que pienso que esgallina.)
DON LOPE.
Decid, pues, qué os ataja ó qué os di-
SANCHo. [viene.
«Vos no le disteis á mi hermano uucilo
A escuras?
DON LOPE.
SI.
DON JOAN. {.Ap.)
Buen medio ha elegido
Para reñir y no ser conocido.
SANCHO.
Pues mi cordura á mi valor ataja ,
Que yo no he de mataros con venl:.jn;
A escuras fué el maiarle porvengaius,
Y á escuras, vive Dios , he de nia'tai os.
(Mata la luz.)
Sale DON JUAN y riñe á escuras con
don Lope, y don Lope sale herido.
I él la 1
DON
>N.
.Mataréle, pues hoy quiere mi suerte '
Satisfacer mi fama con su muerte.
SANCHO. (Ap.)
Pues yo donde él esLiba estoy segorO,
DON LOPE.
La luz muestra sus rayos en lo oscuro;
lias valiente por Dios os lie advertidos
Viven los cielos que me habéis herido,
DON FERNANDO. (Dentro.)
; Hola, Bealriz!
DON LOPE.
Que bajan luz recelo.
DON LOPE.
Yo he de vengar mi sangre, vive el cielo.
DON JUAN.
Sancho, sal otra vez.
SANCHO.
¿Qué dices?
DOn JUAK.
Presto
DONDE ll.VY ACIIAVIOS NO HAY CELOS, Y
DON fei<ka;«do.
Detened, esperad , don Juan, ¿qué es
SANcno. [eslo.
i:slo,m3taráaquel(|uemeliaofeudido.
UON LOPE.
Yo he de vengar mi s.mpre.
BOS FEKNANDO.
¿Estáis herido?
DO» LOPE.
Sí estoy.
En mi vida he lirado cuchillada, [te.
yue es de bolios, yo riíio muy pruden-
DOM FERNANDO.
SANGRO.
Asi es verda
DON JUAN.
Bien pude disfrazar yo,
Oculto como criado,
Un agravio adivinado,
Pero averi¡;uado no.
Y asi, para castigarle
Me hizo esfuerzos el sentirle,
l}ue un;i cosa es presumirle
Y otra cosa es escucharle :
Que soy don Juan hien se ve,
Y también á escuras fui
El que primero os herí
Y el que ahora os mataré ;
A mi sospecha ofendida
Tiró el indicio otra flecha,
Y asi vengué la sospecha
No os tuve, vive Dios , por tan valiente, j Con la sangre de esa herida
¿Uoude es;
DON LOPE.
Eu este brazo es la herida.
SANCHO.
Esa es mi herida, no la erré en mi vida.
DON FERNANDO.
Y ahora vuestra ofen^a ,
¿Que es lo que pretende hacer?
DON LOPE.
Yo quieio satisfacer
Con vuestra sangre y la mia.
DON FERNANDO.
Ino airado, otro ofendido.
Volved nobles á arrojaros.
Que mucho mas que á aplacaros
A irritaros bu venido;
Que si al bajar arrojado
Hallo solos a los dos ,
be ninguno, vive Dios,
He pienso poner al lado.
Entre los dos igualmente
Neutral mi pasión obligo :
lino es mi sangre y amigo,
Y otro mi amigo y paiienle.
í puesto que no se ve
(Según de los dos recelo)
Satisfecho vuestro duelo.
Reñid , que yo os miraré.
DON LOPE.
Pues es tan cuerdo, admitir
Es luerza vuestro consejo.
SANCHO.
En efecto, aqueste viejo
Me ha hecho por fuer/.a reüir.
DON LOPE.
Ya la ira me obliga aqui
A irritaros inhumano;
Yo di muerte á vuestro hermano
Yá vuestra hermana oleiidi;
Y asi, atrevido y osado,
Todo mi ardor os provoca.
Sale DON JUAN.
Esa venganza le toca
Solo á don Juan de Alvarado,
Y asi el acero indignad.
DON LOPE.
¿Pues quién es don Juan aípii'
DON JUAN.
Yo soy don Juan.
SANCHO.
Es así.
Mas ya que escuchó mi suerte
Mi agravio de vuestro labio.
Para sanear el agravio
He de comprar vuestra muerte ;
Y asi las satisfacciones
Prometidas se verán ;
Mirad si sabe don Juan
Cumplir sus obligaciones.
DON FEhNANDO.
Decid , ¿por qué cauteloso
Tan oculto habéis estado?
DON LOPE.
¿Por qué habéis disimulado
El nombre?
DON JUAN.
Estuve celoso.
DON FERNANDO.
¿Pues de quién los celos son?
Decid el indicio aqui.
DON LOPE.
¿De quién?
DON JUAN.
De vos, pues os vi
Bajar por ese balcón.
DON LOPE.
¿Vos lo visteis?
DON JUAN.
V después ,
O amante ó determinado.
Os hallé oculto y cerrado
Dentro del cuarto de Inés.
DON LOPE.
Pues ¿por qué se declaró.
Guardando ardor tan violento,
Aqui vuestro sentimiento?
DON FERNANDO.
¿No tenéis ya celos?
DON JUAN.
No.
DON LOPE.
Pues publiquen vuestros labios
Estos dudosos recelos :
¿Por qué no leñéis ya celos?
Decid.
DON JUAN.
Porque tengo agravios :
Amor tuve con desvelos
Iguales á mi dolor,
Y asi como en el amor
Hallan propiedad los celos,
A un tiempo advertí y dudé
Cautelosamente sabio;
Pero en sabiendo mi agravio
De mis celos me olvidé.
Que si en dudas y recelos
De aquel repetido ardor
AMO GUIADO. I
Hay celos donde hay anuir.
Donde hay agravios no hay celos.
DON LOPE.
Aunque ya como enemigo
Vibras la espada en la mano.
Advenid que vuestro hermano
Era mi mayor amigo.
Y aunque á e.scuras , torpe y ciego
A don Diego muerte di,
Pero como no le vi
No supe que era do» Diego.
DON FF.RNANDO.
Y en mi crédito se allana
Esta verdad que os abono.
DON JUAR.
Pues esta ofensa os perdono,
Y paso á la de mi hermana ;,
Hoy mi venganza me llama
Mucho más que mi rigor :
Mi hermana está sin honor
Y mi honor está sin fama;
Y á satisfacer primero
El duelo esta ofensa aspira.
Que esta pasión pide ira ,
Y esta ofensa pide acero.
DON LOPE.
Cuando yo ofendí á doña Ana ,
De un error nacieron dos ,
Que tampoco, vive Dios ,
Supe que era vuestra hermana ,
Que antes perdiera la vida
Avergonzado y corrido.
DON JUAN.
¿Y por no haberlo sabido
Deja de estar ofendida?
DON LOPE.
Ahora bien , ahora os muestro
i Lealtad con que os mitigo,
1 Pues don Diego fué mi amigo,
, Yo lo quiero ser más vuestro;
Si por templar los recelos
De vuestros discursos sabios
Os quitase los agravios ,
Quedarais vos con los celos.
Decid, ¿no los templaréis
Si halláis nuevas recompensas?
DON JUAN.
Acabadas las ofensas
Tengo amor y los tendré.
DON LOPE.
Y si con nuevos desvelos
Que han de pronunciar los labÍG5
Satisfago los agravios
Y satisfago los celos :
¿No corregirá advertida
Hoy vuestra sospecha fiera
Duelo y amor?
DON JOAN.
Eso fuera
Darme honor y darme vida ,
Y mitigaréis asi
Todas mis sospechas.
DON LOPE.
Pues
Sabed que yo quise á Inés ,
Y Inés no me quiso á mi.
Beatriz, viendo mi pasión ,
Viéndome á su amor rendido.
Por dos veces me ha escondido
En el cuarto y el balcón.
Y puesto que honores gano,
A satisfacer se allana
Con la mano de doña Ana
La sangre de vuestro hermano ;
Y SI al si de nuestros labios
Doña Ana mi esposa es.
Siendo vuestra doña Inés
Ni habrá celos ni habrá agravios,
alen DOÍÍA ANA t DOSA INÉS.
DoSa INÉS.
Lsta es mi mano, don Juan.
COMEDIAS ESCOGIDAS DE D0^ Fr.ANCISCO DE ROJAS.
i>riÑ\ AS*.
Csla , don Lope, es mi mano.
DON JUAN.
Así mi lionorse remoilia.
DON LOPE.
Ya no es mi amor tan ingrato.
SANCUO.
Pnes vuélvame mi lelralo
Ylen(;;\ lin l;i comedia;
Y acallarla [ireslo es
l'oniUB ui vítor alcancemos,
Que Deutri?. y yo podemos
Irnos á casar después.
£L MÁS IMPROPIO VERDUGO POR LA MAS JDSTA VENGANZA.
PERSONAS.
CESAR.
FEDERICO.
LAliRA, criada.
EL DUQUE DE FLOREN-
ALEJANDRO, hijo de Cé-
DIANA, dama primera.
COSMB, gracioso primero.
CIA.
sar.
CASA.NDRA, dama segun-
DAMIÁN, gracioso segun-
JULIA, criada.
CARLOS, hijo de César.
da.
do.
Criados.
JORNADA PRIMERA.
En habiendo cantado la música, diga
u.iA voz en lo alto, sin oirse los mii-
ticos.
DMA voz. (Dentro.)
Arrojadle de la escala.
Precipitadle, maladle,
ll.ije en álomos al centro,
Mida sin alas los aires;
Kaeion de si mismo sea.
Que para la niuene dalle
Comisión de Dios leñemos.
TODOS. (Dentro.)
¡Huera!
Baja rodando ALEJANDRO desde ar-
riba con broquel y espada , acuchi-
llando á los músicos, y dice.
ALEJANDRO.
■¡Ob, vil canalla, infame!
MliSICOS.
Parece que ana montaña
Se vino abajo.
ALEJANono:
Esperadme,
Villanos; porque aunque ludo
Kl infierno os acompañe,
Pedazos os he de hacer;
Estos soB, huid, cobardes.
Miisicos.
Tente , demonio, ó quien eres,
Oue como ravo bajaste
Desde ese balcón al suelo.
TODOS.
Huyamos.
(Vanse los músicos.)
ALEJANDRO.
No ha de escaparsp
l'na filáziaa humana
Üe vosotros, ni de nadie
De cuantos al paso encuentre.
Que escupo el alma en volcanes
Por los ojos y la boca.
Sale CARLOS por otra parle con espa-
da desnuda y broquel.
CARLOS.
Hombre, detente, jqué haces?
íQuiéo eres?
ALEJANDRO.
¿Quién? El demonio.
CARLOS.
iEI demonio? Obligaráte
La cruz desle acero mió.
De las estrellas brillante
Esp^o, á que huyas.
ílejasdro.
¿Yo?
Mal me conoces, mal sabes
Quien soy, porque soy demonio
Tan loco, tan arrogante,
Que no huyo de las cruces
Ni de un calvario: la calle
Se ha de hacer, hombre, angosta,
Y el mundo, para que escapes.
Hecho cenizas de mi.
CARLOS.
Pues están desnudas, balden
Las lenguas de acero solas,
Y las arrogancias callen.
ALEJANDRO.
Siempre que se me ha ofrecido
He hablado en ese lenguaje;
Mas no he encontrado en Florencia
Ni en el mundo, quien me aguarde
Con tanto valor.
(Pelean los dos.)
CARLOS.
Pelea,
Y verás más adelante
i;i que descubres en mi.
ALEJANDRO.
Confiésote que es notable:
jEres Giielfo ó Gibelino?
CARLOS.
El valor hace linaje
De por si.
ALEJANRRO.
¿Carlos, mi hermano?
CARLOS.
¿Es Alejandro?
ALEJANDRO.
V quien sale
De una batalla infernal
Con hidrópico coraje
De beber mi sangre propia.
CARLOS.
Rien podrás beber tn sanare,
yue alguna pienso que vierte
Este brazo del combate
Que hemos tenido.
ALEJANDRO.
V el alma
Quisiera también ,<;acürte,
Siendo segundo Cain
De Florencia á las edades
Venideras, por poder
Templar, Cario?, con njatarte,
La infernal cólera mia.
UNA voz. (Dentro.)
Agradece á las piedades
Secretas del cielo, liera,
Que para portentos naces,
El haberle revocado
La sentencia inexorable
Aguardadme,
Villanos, veréis si soy
I De veras portento. (
CARLOS.
¿Que áspid
Nació con tanto veneno,
NI qué Africano Cerasles?
Aguarda, Alejandro, espera.
Que aunque esas ofensas haces
A la sangre que tenemos,
Al riesgo de acompañarle
A que tu furor le opone...
Sele DIANA á un balcón.
darlos es, quiero llamarle.
CARLOS.
Alejandro, espera.
DIANA.
¡Ab, Carlos!
iAh, Carlos !
CARLOS.
La voz de un ángel
Me detiene, que es Diana,
Que como Diana sale
Ravos de plata esparciendo,
Dando á la noche cobarde
Presunciones contra el dia.
Más que las voces suaves
De la música, el rumor
De las cítaras de Marte
Me han obligado á salir
A este halcón, que en la ca4le
Os recelé con peligro.
CARLOS.
Mil años e! cielo os guarde,
Que basta para lograllos
En mi fortuna inmortales.
Ese cuidado de veros.
Aunque con tantas os pague
Almas como pensamientos.
Yo voy siguiendo el alcance
üe mi hermano, que ha tenido
Con las sombras, con el aire
No sé que ocasión aquí ,
Y es forzoso no dejalle
De la mano, aunque primero.
Juzgándome de la parle
Contraria, me ha herido.
DIANA.
¿Herido?
CARLOS.
No es nada, en un brazo; dadme
Licencia, y la grosería
De dejaros perdonadme,
Pues veis que es deuda precisa
El acudir a mi sangre.
{Vase.)
DU5A.
Esla hnnda. t esie lienzo
F.H lugar del dueño bajen
En este lance á serviros.
(Iclia una banda y un lienzo.)
CARLOS.
Serán para etemiiamie.
dia:<a.
¡Av. Dios! Mi hermano recelo,
Cá'rlos, que ha entrado en la calle;
Itcliraos de suerle que él
No os encuentre á estos umbrales
Y averiijiie las sospechas
Que de nuestras vistas trae,
(tueaunque para el casamiento
(.lúe intentáis somos iguales,
EsGiielfoyvosGibelino.
Sale FEDERICO.
FEDERICO.
Un hombre (si en engallarme
Ño está conmigo la noche
Falsa) me parece, que antes
IJue vo llegase á mi puerta
Estaba, y del sitio parte
{Recatándose Cárlot.)
Agora la calle arriba,
l'rocurando recalarse
üe mi ; mis sospechas andan
Cerca del último examen;
Sin duda que galantea
Esie á mi hermana; alcanzalle
Pretendo, y reconocelle
Aunque me cueste arriesgarme.
CARLOS.
Federico me pretende
Seguir, y no he de aguardalle
Por Diana, y por poder
Ir tras Alejandro. (\'a$e.)
FEDERICO.
Tarde
Lo he intentado, que ya ha vuelto
La esquina, y es disparate
y temeridad seguille
Y yo a mi propio agraviarme;
Que puede ser diferente
Ue lo (|uc sospecho pase
Solamente por antojo.
Sale COSME, gracioso , criado de Ale-
jandro.
COSME.
Que aquí viniese á buscalle
Me mandó Alejandro, y fuera
Para mi dicha muy grande
Ño encontrar con él, que sirvo
A un duende, á un demonio. Tale,
Que aqui hay gente ; y si no es él,
Detiende el puente gigante
Desmesurado.
FEDERICO.
Gira vez
El hombre vuelve á la calle,
O arrepentido de haberse
Recatado en semejante
Ocasión, ó presumiendo
De hallar el puesto sin nadie:
Al paso quiero salille.
COSUE.
Ni el compás de andar ni el t;iUe
Es de Alejandro, ¿qué hare'í
FEDERICO.
¿Quién va?
COSME.
¿Quién viene?
COMEDIAS ESCOGIDAS DE DON FUANCISCO
rCUERICO.
¡Notable
COSME.
Traigo mojada
La pólvora.
FEDERICO.
iQ^ué lenguaje
Es ese?
COSUE.
El que me enseñaron
Mis abuelos y mis padres;
l'erdone vuesa merced.
FEDERICO.
Pues vuélvase.
COSME.
Que me place.
rEDtRICO.
V advierta, en su vida que
l'or esta calle no pase.
COSME.
Sea muy enhorabuena,
Que eso dijeron á Zaide,
Y no era tan obediente
Como yo, con mil quilates.
FEDERICO.
Hombre de gusto parece.
COSME. (Ap.)
¡Lo que yo porque llegase
Alejandro diera!
FEDERICO.
¿Cómo
No se acaba de ir?
COSME.
Iránse
Cuando vuesarced quisiere,
Que no son bestias.
FEDERICO.
Aguarde.
COSME.
Obedezco.
FEDERICO.
¿Qué buscaba
En este sitio tan tarde?
COSME.
Yo lo diré, que fui amigo
Siempre de decir verdades.
Alejandro, hijo mayor
De César de Salviati,
En Florencia conocido
Por sus raras mocedades
Y notables travesuras.
En esta casa...
FEDERICO.
Adelante.
COSME.
A Diana galantea.
Que es un llorentiii arcángel.
Hermana de Federico
De Médicis, y es su amante
Carlos, su hermano también ,
Y uno del otro no sabe.
Sirvo á Alejandro, y mandóme.
Que por aqui le buscase,
Y vengo de muy bellaca
Gana a estas huras á darle
Kse gusto, porque tengo
Desde el vientre de mi madre
Muy poquita inclinación
De ver de noche las calles,
Y á las lechuzas las dejo
Que son más fantasmas que aves.
FEDERICO. (/4p.)
Confesó de plano el hombre
Sin darle tormento. ¡Cuáles
Son los criados!
(Xase.)
COSME.
¿IrémeT
FEDERICO.
Dien puedes irle ó quedarte.
COSME.
También pienso que á Casandra,
(Que es hermana de los tales
Alejandro y Carlos) quiere
Federico, para que anden
Trocados ios frenos.
FEDERICO. (.4p.)
Todo
Este villano lo sabe.
COSME.
Y á no ser bandos contrarios
Llegaran á declararse
Y á pedillas por mujeres,
Que, durante el doncellaje,
^o lo son, que son enigmas.
Son sabandijas neutrales.
Ni bien hombres, ni bien hembras,
iNi bien pescado, ni carne.
FEDERICO.
Darme á conocer no quiero;
Disimulando, y dejalle
En este puesto, y volver,
Después que deje la calle,
A entrarme en casa.
COSME.
t\ se fué,
Y me dejó; nuevo achaque
Debió de dalle en la testa;
Pero por estotra parle
Viene otro hombre, que pr.rece
Espárrago de las Laudes:
Porque ya han dicho maitines,
Y dellos á salir tañen
Eslas monjas Filomenas
Profesas, que aqui adelante
Viven.
Sale DAMIÁN , segundo gracioso , con
espada y embozado.
DAMIÁN.
Dormlme, por Dios,
Qne con el nuevo romance
Me arrullé, el broquel por cuna,
Y como si fuera en Flándes;
De la música el suceso
No he sabido, ni á qué parle
Se fué Carlos, mi señor.
Que aun no han quedado señales
De haber pisado eslas piedras
Plantas humanas.
COSME.
Tornarme
No parece bien, que ya
Me ha visto y sera brindalle
Con el miedo á más valor.
Que no trae el hombre talle
De menos miedo que yo,
Y de cobarde á cobarde
Vence el que acomete.
DAMIÁN. [Ap.)
Aqui
Está un asombro de Marte.
COSME.
¿Quién va?
DAMIÁN.
¿Por qué lo pregunta?
COSME. (Ap.)
Respondió con espantable
Despejo: yo me he engañado,
La calle llueve Roldanes.
DAMIÁN.
¿Qué dice?
COSXE.
Aquí no se dice.
Sino solamente se hace.
DAHIAK.
Pues saque la espada.
COSME.
Quiero
S.iber .iniPS que la saque
!)i es Güelfo ó es Gibelino.
DAllUN.
Soy cuatro mil [iarrahases.
COSME.
¡Puto! ¡Cuatro mil?
OAMIA^.
Y son
Pocos.
COSME.
Pues íTielva á endiablarse
Pur más al infierno, si ha;
En el más de ese linaje.
(Ap. Sufriéndome va.) Que voto
A Dios, que con la de Juanes
Se los haga pepitoria
Todos.
damia;<. (.4p.)
El hombrees de partes
Y con él 00 bav burlas.
COSME.
Ea,
¿Qué responde?
OAMIAD.
No me canse,
Que le pcTi.iré eu un tejado
Con un dedo.
COSME.
¡Lindo saque!
DAMIÁN.
Que mal á Damián conoce.
(Ap. En yendo sufriendo, dalle,
Que es regla de los gallinas.}
COSME.
¿Es Damianíllo?
DAHIAÜ.
Es Galafre,
ririvernsy Toldan,
Y lodos los doce Pares.
COSME.
Damianillo es.
, ¿Es Cosmele?
i COSME.
{ Dame esa mano, vinagre,
I Que me has vuelto el alma al cuerpo
Y tú y yo á dos elefantes.
DAMIAit.
Somos ratones.
De un nido,
I Pues i dos hijos y á un padre,
I Ed una casa servimos.
I No puedo dar uu alcance
I ACvIos.
I COSME.
' Ni yo á Alejandro.
DAMIAM.
Fuerza será ir á buscalle,
' Que me he quedado dormido
Sobre aquellos pedernales
Como si fueran colchones,
Al son de ciertos gaznates
Que trajo aqui (Dios nos libre),
A hacer gárgaras.
UOPIO VERDUGO POR LA MÁS JUSTA VENGANZA. 171
Por imposibles de jazmín y rosa,
Dando turnos altiva,
.Mil veces muero, porque lautas viva,
Y abrasado la adoro
Que han conmutado en dinero
Las damas á los galanes
Las músicas.
DAMIAIt.
Es galán
A lo antiguo; Cosme, dame
Licencia para buscar
A mi amo.
COSME.
I Alá te guarde,
i.Híe es moro, y es renegado
Kl que á estas horas los mares
Destas calles surca en corso
Tras dus demonios andantes,
V pues Cosme y Damián somos
Desde hoy amigos tan grandes,
Júntenos un orinal
A los dos de aqui adelante.
DAHIAll.
r.'ia fué siempre la insignia
De los Cosmes y Damianes.
COSME.
.\dios.
DAMIÁN.
Adiós.
Kn piélagos de luz y abismos de oro.
Iste ingrato despego.
Este desden, este iuvencible fuego,
Y el no esperar mudanza.
Desesperaron tanto mí esperanza
Que esta noche he Inlenlado
El último remi-dio á mi cuidado,
l'or ese mon;.ster¡o.
Adonde el cielo solo tiene imperio,
Y despechado y loco
A nueva furia agora me provoco;
Aunque es pretexto injusto
A la violencia remitir el gusto,
Y gozará Diana
Por fuerza, que el amor lodo lo allana.
En su propio aposento.
Que por una pared desle convento
Tiene fácil la entrada ,
Empresa loca fué, pero fué honrada.
Al (in, cuando al sosiego
Común todas las monjus(ardo ea fuego
(Vase.) •** furor todavía)
I Estaban, para dar á mi porfía
Sale ALEJANDRO por donde se quiere |Í"bVraqtenaTar'e¿t'escah arrojo.
ir Cosme. \ \ apenas puesta estuvo,
Cuando á asaltar por ella al cielo subo,
Sin recelar contrario;
Y al tiempo que re.suelto y temerario
(.luiero arrojarme dentro,
Otra i (uatro bultos me salen al encuentro
Aventura. I i'on antorchas por ojos,
I Y abortando después volcanes rojos,
Diciendo el uno dellos
(Aquí se me erizaron los cabellos,
Y en mi vida he tenido
Miedo, si no es entonces, conocido):
I -De la escala arrojadle,
I Precipitadle todos y matadle.
Que para que le demos
l.amuerle comisión de Dios tenemos.»
Quise hacer resistencia
I lin mi, volviendo á la infernal violencia;
Y como desde el cielo
Bajé rodando por la escala al sucio
De camino tan agro.
Quedando con la vida por milagro.
De mi valor profundo,
Y presumiendo poca empresa el mun-
I Florencia, átomo ó nada, [do.
Con aqueste broquel, y aqueslaespaUa,
! Sin alus por el viento,
i Tomar venganza del infierno intento;
¡ Desbocado caballo
I Volver quiero á la escala, y no la hallo;
No hay riesgo que me ataje ,
Y por lograr mi bárbaro coraje
Cuanto encuentro atropello,
Venenoexlialo desde el pié al cabello:
Hiero á Carlos, mi hermano.
Topándonos los dos : la voz en vano
Primera repetida
Seguir procuro , y más de alguna vida
Cuesta mi diligencia;
Marro de hombres las calles de Fln-
l'ara mi desatino [lencia:
Todos son Güelfos, nadie es Gibelino,
Y de polvo y sudor, ciego y bafiado.
Como toro español agarrochado
Que del cosn se escapa,
Con esta vida y con aquella capa,
Y con los dos lunados
Cometas de caballos y tablados.
Fué sangriento destrozo.
Penacho haciendo de un errado trozo,
Al arrugado cuello
Que tremola arrogante por rompello.
Viendo que le embaraza
ALEJANDRO.
¿Quién es?
COSME.
ALEJANDBO.
¿Quién va?
COSME.
Nadie,
Que yo ya no voy ni vengo
A puro desatinarme.
ALEJANDRO.
¿Es Cosmillo?
COSME.
¿Es Alejandro?
ALEJANDRO.
Si tardas mis en nombrarme,
Ciiiitigo en esotro mundo
Doy de una estocada.
COSME.
¡Zape!
c.ran diligencia es, por Dios,
l'aia tan largo viaje.
ALEJANDRO.
,,flué te bas hecho!
COSME.
No he podido.
Por más que he andado, encontrarte,
,.nué te ha sucedido?
ALEJANDRO.
Estoy
Sin mi de cólera; dame
Aiencion, que de un prodi^íio
Quiero, Cosme, cuenta darte.
COSME.
De las orejas abajo
Seré una estatua de jaspe.
ALKJANDRO.
Va sabes que A Diana,
(.«nio del sol, de Federico hermana,
.\duro de manera
i.iue aspiro a Salamandria de la esfera
i.un humanos despojos
Del soberano incendio de sus ojos;
ilien que en sus dulces rayos
Que nievan soles, y que llueven Mayos,
Amante mariposa
172 COMEDIAS ESCOGIDAS DE DON FRANCISCO DE liOJAS
Y con el las eslrellas amenaza, i Me decid ; que el tiempo pasa,
Que con bramidos roncos I V len¡;o miiclio que Irjcer,
Vuelve otra vei á visiur los troncos Que acabar y á que iicudir.
Hel monte comarcano
De adunde fué vecino y ciudadano;
A este puesto me vuelvo,
Y en él á darte muerte me resuelvo,
Si tardo en conocerle;
¡Tan poco de tu vida hubo á tu muerte!
Kjndiuse mi porlia,
Llei;6 la aurora, y tras la aurora el dia
t!ue desterró el lucero;
Y cuanto largamente le refiero
Sospeclio que he soñado;
Ponga tresnas él mismo á mi cuidado
Porque temple su fue^o,
Y vamos á dormir, que es hora, luego.
Sin que el lecho que lanío me recrea,
Campo i mis ansias de batalla sea.
COSME.
Pardiez que menos que ser
Sueño el que cuentas. Señor,
(lúe no bastara el valor
UeKüld.Mi ni Lucifer
Para tanta patarata;
Para un cieyo en verso y prosa
Era «relación famosa,
(Diciendo á voces) que trata,
Como dando teslinionio
De corazón paladín,
ün mancebo llorentin.
Peleó con el Jenionio;
Y haciendo á su ardor lisonjas,
A arrojarle se dispuso
Por una escala que puso
A un monasterio de monjas.
Y después dando en el suelo
Volvió a acometelles bravo.
Con un villancico al cabo
Contra el diablillo cojuelo».
ALEJANDRO.
Humor gastas.
COSME.
Ya llegamos
A casa, gracias á Dios;
Yo me vengaré de vos.
Nochecita, si allá entramos:
Que estoy de sueño sin mi.
{Suene dentro un herrador.)
ALEJANDRO.
;. Quién es el martillador
Vecino?
COSME.
Es el herrador.
ALEJANDRO.
Llámamele , Cosme , aqui.
COSME.
Yo voy. {Vase.}
ALEJANDRO.
Que me da, confieso.
Notable enfado.
Sale COSME con EL HERRADOR.
COSME.
Aqui está
El señor maeso ya.
HERRADOR.
¿Qué mandáis?
ALEJANDRO.
Señor maeso,
Yo vivo en aquella casa.
HERRADOR.
Ya os conozco.
ALEJANDRO.
Mi aposento
Es aquel bajo.
HERRADOR.
El intento
ALEJANDRO.
Yo tengo mas que dormir,
Y silencio he menesier.
Que me trae á casa el dia
Oe rendido y trasnochado,
De haberla toda pasado
En cierta aventura mia.
La música del martillo
Para arriilhirme no es buena,
Nila bigornia es sirena
Que aduerma sin odio.
;Volo á Dios ! que si la toma
De a(|ni á la noche en la mano
Y mañana muy temprano
Antes que beba ni coma
No se ha mudado de aqui.
Que le tengo de mudar
A los infiernos á herrar.
Que es lo más que se usa .itli ;
Y acierte , pues despertando
Está en el barrio á quien duerme ,
Esta vez á obedecerme
Quien há tanto (|iie está herrando ;
Y sino, lo dicho, dicho.
HERRADOR.
¡Notable temeridad!
COSME.
Si va á decir la verdad
Él es galante capricho.
HERRADOR.
De obedeceros no puedo
Dejar.
COSME.
No hay que repücalle;
Si quedar quiere en la calle
Busque otro oficio más quedo,
Que de los siete podrá
Ser este despertador.
Habiendo sido herrador
Con ninguno acertara ;
Ven este, el más singular
Que albriiar aspira á ser.
Yerra más lo que ha de hacer
Que acierta lo que ha de herrar.
Quedo de todo advertiilo.
COSME.
Busque otro entre tantos arles ,
Y Dios le eche á aquellas parles
Donde de nadie sea oido.
Para que uo martirice
De herrador con sólo el nombre.
HERRADOR. (Ap )
No hay burlas con él , que es hombre
Que hace más de lo que dice. ( Vase.)
ALEJANDRO.
Nadie de mi gusto apela
A otro ningún tribunal.
MAESTRO. {Dentro.)
Lean todos por igual.
Deletrean y leen como muchachos de
escuela , con muclin ruido, lodos los
que puedan; y tale EL MAKMliO
con palmatoria , cortando una pluma.
ALEJANDRO.
¿Qué enjambre es este?
COSME.
Una escuela.
ALEJANDRO.
No es menos que el herrador
Eslo, Cosme ; al maestro llama.
COSME
Él sale á hablar a una dama
Que allí le aguarda.
ALEJANDRO.
¿lia, Señor
Maestro?
MAESTRO.
¿Qué me mandáis?
ALEJANDRO.
Escuche atento.
MAESTRO.
Deci.
ALEJANDRO.
Ya sabrá que vivo aqui.
MAESTRO.
Por muchos años viváis.
ALEJANDRO.
Yo vengo á dormir ahora
I ^ una mosca me despierta ,
Cuanto mas junto á mi puerta
Tanto tiple.
MAESTRO. {Ap.)
Me enamora
El Alejandro.
ALEJANDRO.
llaga luego.
Como dicen , por sollailos
Ya sus casas enviallos
Dejando el barrio eu sosiego ;
Y mañana múdese
A otro muy lejos de aqui ;
Que si no lo hace asi.
Voto á D'os (escúcheme)
Que;. o lo haga de modo
(Si uie obliga a i|ue uie enoje)
Que en un lej.ido le arroje
Con bancos , mesas y ludo
El adorno, el bidulaque
De la escuela , v le snjeie
A hacella en un caballete,
Y para los niños saque
(Porque del luror que doy
Muestras no reservo nada)
Una comisión firmada
De Heredes.
MAESTRO.
{Ap. Temblando estoy.)
Digo, que obedeceré
Todo cuanto me ordenáis.
ALEJANDRO.
Libre con eso quedáis
Y yo á gusto dormiré.
MAESTRO.
Y yo os soñaré de aquí
Adelante.
ALEJANDRO.
No haréis mal.
COSME.
Un miedo lleva Pascual
Como Cirio.
MAESTRO.
Voy sin mi.
No estaré aquí á mediodía.
De quién es da leslimunio
¡Válgale Dios , por demonii
COSME.
Con esto queda vacia
De todo rumor la calle ,
Y con gran facilidad
Redimes la vecindad
Que devenir tiene talle
A agradecérlel" todos,
Queá nn martillo y á una escuda
¿Qué bronce no se desvela?
Que son de lorinenlos modos
Que no los tiene el infierno.
{\csc.)
EL MAS IMPROPIO VEROIKJO POIt LA, MÁS JUSTA VE^•GA^ZA.
No quIlaiiJo pormenores,
Loscocbes y empedraiioros.
ALEJANDRO.
Ya he puesto en eso gobierno,
Que por un empedrailor
V un cochero que maté,
Ñin;.'Uiio (lellos á pié.
Ni a caballo, con valor
Ni Iberlad han quedado
Para pasar por a(iuí.
I CüS>IE.
i )Qué buen guf^to!
I ALEJANDBO.
l'oralli
Hemos de entrar (si lie llevado
La llave de a(iȎl postigo)
Por no encontrar á mi padre
Que me gruña ni me ladre ,
Que es mi mayor enemigo.
A(|ui está la llave; toma,
Cosme, y adelántale
A abr|i|e , que estoy en pié
Dormido.
COSME.
Otro moro asoma.
Arribo UN PREGONERO, con t
colcha en la mano.
PREGONERO.
Vengan á la almoneda
Con moneíla;
Vengan á la almoneda.
ALEJANDRO.
¿Pregonero? ¡lia, Pregonero!
PREG0:iER0.
Cien reales dan
Por la colcha.
ALEJANDRO.
¡ Ah ganapán !
i Quién puja?
¡Ah vinagre, ah cuero!
PREGONERO.
í Queréis la colcha?
ALEJANDRO.
I Ah, borracho !
Voto á Dios, si pregonáis
M.ns , y la voi^ levantáis
Sohciiaiido el despacho
De esa almoneda, qneos eche
Desde ese balcón a hacer
La almoneda á Lucirer.
PREGONERO.
iNo ipiereis que me aproveche
Picaron,
Eso ha de ser muchas millas
De aquí , en las siete cabrillas;
Si subo arriba al balcón.
Que tengo mi casa aquí
Y voy á dormir agora ,
Por haber basta la aurora
Pasado la noche asi
Muy cansado y muy rendido,
Y no es bien que un pregonero
(Que parece mal agiiero)
Me esté gritando al oido;
Y, en electo, esto ha de ser,
Porque es mi gusto.
PREGO.NEHO. (.4p.)
El lii ioiu;i
De veras, y aunque no cuma,
Ko (|uiero i ou Lucifer
Pesadumbres ni ocasión.
ALEJANDRO.
¿Qué dice?
COSME.
¿Qué ha de chistar ?
Sino bajarse y echar
En otra parte el sermón ,
Porque este pulpito no es
A proposito.
PREGONERO.
Yo qUiMlo
Sin mi y temblando de miedo.
ALEJANDRO.
Vamonos .i dormir, pues.
Que después de lo cansado
De suerte el sueño me llama.
Que he de arrojarme en la cama ,
(^osme, vestido y calzado.
COSME.
Dormir los kirigs espero ;
Pues le aclamo vencedor
De una escuela , un herrador,
Y de lodo un pregonero.
{Vanse.)
Sale CÉSAR con barba blanca, una
daga en la martn , y l'ASANURA ile-
teniénilole, t CARLOS con la banda
en el brazo izquierdo que te Uió
Diana, v DAMIÁN con ¿/.
CASAJiURA.
¿Señor, Señor?
CÉSAR.
No me impidas ,
Casandra , por amparalle ,
Con este acero quitalle
A este villano mil vidas.
Que con vergüenza tan poca
Se viene de divertir
A estas horas á dormir.
CARLOS.
Escucha.
CÉSAR.
Cierra la boca.
Ingrato; pms para el yerro
Que has hecho en esta ocasión
No tienes satisfacción.
CARLOS.
Si mi hermano...
CIÍSAR.
Calla , perro;
Que querrás dar á tu hermano
La culpa de tus excesos,
Cuaiido tú de sus traviesos
Pasos pudieras, no en vano.
Corregirlos desperdicios.
Aunque seas el menor.
Con cordura y con valor.
CARLOS.
Señor, ¿cuándo he dado indicios
Los menores de faltar
A til obediencia , he salido
Un puiilo della atrevido?
¿Quién se queja en el lugar
De mi?
CÉSAR.
No me satisfagas.
Pues á estas horas de fuera
Vienes.
CASANDr.A.
Señor, considera.
Cuando ese cargo le hagas,
Que es mozo, y que alguna vez
No es iiiucbo un descuido veas
Del primer yerro; no seas
Tan riguroso juez.
Con sus amigos se habrá
CARLOS.
No ha sido
Esa la ocasión , quizá ,
Por estorbar á mi hermano
Despeños de su furor.
Vengo á estas horas , Señor,
Y aun he venido temprano,
Que he de volverle á buscar,
l'or(ine por toda Ulorencia
No le be podido encontrar.
CASANMRA.
Por la puerta del jaidia
Pienso que se recogió
Agora á su cuarto.
CARLOS.
Diú
Con eso á mis ansias (in.
Que por seguille he tardado
Tanto en recogerme.
Para disculparte á li
Centil achaque has bailado;
Porque él tiene de travieso
Opinión en el lugar.
Le querrás hoy prohijar
Por suyo tu loco exceso,
Y quizas tü haces callando
Mayores temeridades
Que él que está sus mocedades
Por las calles pregonando.
Tú con más hipocresía
Quizá encubres más maldad.
CARLOS.
Tiéneslemás voluntad
Que á mí , ó es desdicha mia ;
Que sabe el cielo, que en cuanto
Puedo parecer que soy
Hijo tuyo, muestras doy,
CÉSAR.
Eres un áugel y un santo.
CARLOS.
No soy santo ni ángel ¡ mas
Obedecerle deseo
Y darle gusto.
CÉSAR.
No creo
En los pocos que me das.
Que esa es verdad.
CARLOS.
¿líete dado
Otra pesadumbre yo .'
CASANDRA.
Siempre, Carlos , se llevó
La incliiiacion y el cuidado
Con los padres, en los hijos
El más travieso ; aunque aquí ,
El estar hoy contra ti ,
De amor nace.
DAMIÁN.
;Qué prolijos
Son los padres en llegando
A ser «'iej(js, sin razón
De enviilia , de ver que son
Mozos los hijos!
CÉSAR.
En dando,
Casandra en eso , me harás
Perder el enlendiniienlo ;
No ha de quedar un momento
En casa.
CARLOS.
Muy bien harás,
Si en eso gusto le doy.
CÉSAR.
Y ef te picaño también
■OMF.DIAS ESCOGIDAS DE DON FRANCISCO DE ROJAS.
lia de volar, que es COD quien
Se ucumpaña.
dahia;».
Tamhien soy
Uás qae Cosme desdlcüaüo.
CÉSAR.
Sois un bellaco.
damia;».
Y aun dos;
Pero hombre de bien , por Dios,
Y lie! ; leal criado.
CÉSAR.
¿No me respondéis?
DAyrt:t.
¿Soy yo
Esclavo de nadie acaso '.'
Yo soy Lombre.
CARLOS.
Paso, paso,
Que habláis con mi padre. ¡Oh '.
CÉSAR.
¿Os dio esas alas , picaron,
Carlos, vuestro amo? Por vida
De Casandra , que no impida
Para que en esta ocasión
Os muela á palos, villano.
Mi furor su valimieiilo.
CARLOS.
Señor, deste atrevimiento
Y el mío, os pido la mano ;
Que yo le castigaré
Como es razón v me toca.
{De rodillas.)
DAMtA!*.
Digo, que be hablado por boca
De ganso.
CÉSAR.
Levánt'.ite,
Que no quiero hazañerías
Tuyas.
CARLOS.
Obediencia son,
Respeto y obligación.
CÉSAR.
¡Qué neciamente porfías!
CARLOS.
Pues los pies te he de besar.
Señor, cuando no me des
La mano.
CÉSAR.
Manos ni pies
Te he de permitir tocar.
¿Qué banda es esa? ¿Es herida?
CARLOS.
Es un golpe que me he dado.
CÉSAR.
Que no le hayas achacado,
Llamándole fratricida,
A Alejandro, me admiró.
Porque crédito le diera.
CARLOS.
No fuera mucho que él fuera
La causa.
CÉSAR.
jNo digo JO?
Vive Dios, que las mentiras
Que das por disculpa aqui ,
Con arrojarle de mi
He de castigar. — ¿Qué miras?
¿Qué murmuras entre dientes?
CARLOS.
Yo, Señor, bien sabe Dios...
CÉSAR.
Tomad la puerta los dos ,
Cómplices y delincuentes
De mi disgusto, y jamás
Por ella volveros vea.—
¿A qué aguardáis?
CÁRI.OS.
Señor.
CÉSAR.
Ea.
CASANDRA.
Cruel con Carlos estás.
CÉSAR.
Esto, Casandra , ha de ser,
Y DO será el mundo parte...
CARLOS.
Si en eso gusto be de darte,
Yo le quiero obedecer.
CÉSAR.
Y agradeced que este acero
No os rompe el pecho, villano.
CARLOS. (.4p.)
Crueldnd que intentó un herm.nno
También de un padre la espero.
CÉSAR.
¿Qué decis?
CARLOS.
Que ya me voy.
CÉSAR.
Haced cuenta que esta casa
No está en el mundo, y sí os pasa
Por la memoria que soy
Vuestro padre, no creáis
Sino que ha sido ilusión.
Flándes hay, y en la ocasión,
Mejor que en Florencia estáis;
Que aun en Florencia oo quiero
Veros delante de mi.
DAHlAlt.
Vamonos , Señor, de aqui.
¿Qué esperas más?
CARLOS.
Nada espero;
Solóme pesa dejar
Enojado al padre mío.
DAMIÁN.
Este no es padre ni lio.
Suegro le puedes llamar.
CARLOS.
Vamos. Damián. {Vase
CÉSAR.
¿No se lian ido?
BAMlAl». (Ap.)
Ya se van , don Faraón,
Que tienes el corazón
Más que esotro empedernido,
Y con plagas han de hacerte
Enternecer y ablandar.
CASANDRA.
Sin mi quedo de pesar.
OAÍIIAN. {Ap.)
De probar vinagre fuerte
El Louginos ha quedado.
CÉSAR.
¿ Oye , hermano, compañero ?
Cierre esa puerta.
DAMIÁN.
No quiero,
Que ya no soy su criado. (Vajt-.
CÉSAR.
¿Qué dijo?
CASANDRA.
No le escuché.
CÉSAR.
¿Parece que lloras?
CASANDRA.
Si,
Que es Carlos mi hermano.
atíAB.
Y di,
Casandra , ¿no le engendré
A Carlos yo?
CASANDRA.
Hoy te has cegado
De cólera , de nianera
Que ninguno lo creyera.
CÉSAR.
Casandra , es rs7.on de estado.
Linos mismos pasos sigo
A la imitación de Dios,
Trocando en mis hijos dos
La caricia y el castigo.
A este riño, á aquel regalo,
A uno apruebo, á otro condeno.
Porque el malo se haga bueno
Y el bueno no se haga malo.
Estos mis designios son ,
Dale , cuando despertare ,
Lo que Alejandro gustare ;
Y pues sois del corazón
(^'ue amor paternal abrasa
Amadas prendas las tres,
A Carlos llama después,
Casandra , y métele en casa,
Sin dar á enlender que yo
Lo sé , que esto importa.
CASANDRA.
El cielo
Te guarde para consuelo
Üe tus hijos.
{Soñando Alejandro, diga dentro.)
ALEJANDRO.
Quien me dio
La vida, ¿puede intentar
Quitármela ? Es un tirano.
CÉSAR.
Mira que llama tu hermano^
CASANDRA.
Señor, debe de soñar,
Que durmiendo suele hacer
txlremos; peí o jo voy
Asa bello. {Yasc.)
CÉSAR.
Siempre estoy
Entre el amar y el temer
Lleno de ansias y desvelos.
¡Oh, hijos, lo qué costáis!
Desde que nacéis nos dais
Inquietudesy recelos.
No hay para un padre reposo
En el "sueño, en la comida ,
Con vosotros.
(Quédase dormido César en una silla,
y cáesele la daga á los pies, y dice
dentro, sonando, Alejandro.)
ALEJANDRO.
¿üe una vida
Que mediste riguroso
Me |)retendes despojar?
Deten, verdugo inhumano
Contra tu hijo la mano.
Sin el golpe ejecutar;
Depon el sangriento acero.
Sale ALEJANDRO.
Pero ¿qué es esto? Hasta aquí
Me he levantado sin mi.
Arrebatado de un liero
Sueño, prodigioso, en que
Mi padre muerte me daba ,
Y aunque este rigor soñaba
Parece que verdad fué.
Que el alma . siempre despierta.
En los sueños adivina
Lo que el cielo le destina
Y su mal presagia y cierra.
Mi padre dormido esti
tnesla silla jab, cruel !
Y ana daga cerca del
Oesla veriíaii muestras da.
Con esta quiero quilalle
(Toma la daga que está en el suelo.)
La inórala vida primero,
Y con el injusto acero
Que me amenaza , malalle ,
Antes que me quite ú mi
La que sin querer me dio ;
Porque primero soy jo
Cuemi padre; muera ansi
Padre que intenta mi muerte ,
Que malando la ocasión
Vanos mis temores son,
Y 3<fsuro desta sueite
Ui vi.la.
{Vale á dar, y despierta el viejo.)
CÉSAR.
¿Qué es lo que intenta
£d mi tu brazo inliumano ?
ALEJANÜBO.
Dañe, do sé, de la mano
(Cáesele el acero.)
(O ha sido miedo ó afrenta
De tan enorme traición ,
De pensamiento tan Bero)
Se me ha caido el acero,
Y con él el corazón.
Parece que exhala fuego
Por ios ojos y el semillante ;
Quiero quitarme delante
Que esluj a tus rayos ciego.
Que este impulso que en los dos
Con la sangre el alma mueve
Es respeto qu« se debe
A los padres como á Dios.
Y pues inhumanos nombres
Los ciclos me están poniendo,
Con los brutos me iré liuyenüü,
De los ojos de los hombres. (. Vase.)
CÉSAR.
Parece que lodo ha sido
Saeno, que también soñaba
Yo que a Alejandro (; ay de mi 1)
Quitaba de la garganta
La cabeza. Sin mi estoy.
Sale CASANDRA.
CASANDR».
Señor, ¿qué voces...?
CÉSAR.
Casandra,
No ha sido nada. ¿Volvióse?
CASANDRA.
¿Quién?
CÉSAR.
Alejandro á la cama.
CASANDRA.
No sé que se haya , Señor,
Levaolado della.
CÉSAR.
Guarda,
Calandra , ese acero alia ;
Onií hubiera sido .. ; Sin alma
Del sueño, y de ver sin ella
A Alejandro, estoy !
CASANDnA.
Aguarda;
¿Qué hubiera sidu?
CÉSAR.
Instrumento
De mi muerte.
CASA>DnA.
El cielo baga
Innioilal luvida.
EL M.is IMPROPIO VERDLGO POR LA MAS JLSTA VENGANZA. 1T;í
FEDERICO. (Ap.)
Siguiendo (; válgame el cielo I)
Salen DIANA t LAURA , con maíllos.
Aqui
Pienso socorrerme , Laura ,
Del rigor de Federico.
LADRA.
¿Pues conoces esta casa?
DIANA.
No la conozco ; mas ¿dónde
ISo se amparará la causa
De una mujer como yo?
CÉSAR.
Acá se entraron , Casandra ,
Dos mujeres.
DIANA.
Caballero,
Cuyas venerables canas,
La'noble de vuestra sangre
Ostenta.— Hermosa dama,
Que merecisteis ser bija
Suya, ó deuda muy cercana
Sejjun los indicios veo
Y lo conlextan las caras.
Que como si entrambas fueran
Dos cristales se trasladan;
Amparad una mujer
Noble, que huyendo se escapa
De la crueldad, de la furia.
De los celos , de la rabia
De un hombre, un rayo, un demonio,
Que quiere lomar vengan/.a
Kn mi desie agravio, y viene
Conlándume las pisadas.
Residenciándome el viento
Y alentando las espaldas.
Hombre sois . y habréis tenido
Amor, amparad mis ansias;
Mujer sois, y estáis sujeta
A amar, pues brutos y plantas
Lo están, socorred mis penas,
Y habréis comprado una esclava ;
Que obligaciones como estas.
Con la vida aun no se pagan.
Ya le siento, ya le escucho,
Ya me parece'que pasa
De los umbrales , y pone
Los pies ea aquesta cuadra ;
Ya escupiendo por los ojos
Veneno, el acero saca;
Y con mi sangre... no sé
Lo que digo de turbada.
;Valcdme contra este monstruo,
Oue me traen sus amenazas
Sin corazón en el pecho
Y entre los dientes el alma!
CÉSAR.
Detrás de aquellos damascos
Os esconded , que á estas canas
Pagará el justo respeto
QuH les debe toda Italia.
DIANA.
Aun no pienso que estaré
Segura en una muralla
Del incendio de sus ojos.
Que (lechan pólvora y balas.
CASANDRA.
; Notable suceso I
Sale FEDERICO, terciada la capa
FEDERICO.
Aqui
Se entró mi enemiga hermana
O me traen loco los celos.
CÉSAR.
Caballero, ¿qué demanda
A entrar desta suerte os mueve
Desalumbrado en mi casa?
Con su padre y con Casandra,
lian dado mis desatinos
Siu saber adonde entraba.
CASANDRA. {Ap.)
I Qué es esto, cielos ! Celoso
Viene siguiendo i otra dama
Federico. I Ah , fementido
Galán , traidor en palabras
Y en obras al amor mió!
CÉSAR.
No hay aqui que buscar nada.
(.4p. Yo me debí de engañar.
Que traigo á ciegas el alma
V los sentidos á escuras.)
Perdonad , Señor, si basta
Deciros , que he entrado ciego,
Lleno de celosas ansias ,
Tras un áspid , iras un tigre ,
Tras una mujer Ingrata
Que me ofende en el honor.
CASANDRA. (Ap.)
Si está casado y me engaña
Con infames apariencias.
Sus quejas enamoradas
Para burlarse de mi ;
Pero no se encubre nada
Al cielo, que hoy me da en esto
Venganza de sus infamias.
FEDERICO.
Que yo á vuestra casa tengo
El respeto que le guarda
Toda Florencia. (Ap. Celosa
Parece que está Casandra ,
Y no puedo en este lance
Tampoco desengañalla,
Diciendole la ocasión ;
Pues es deshonor que pasa
Desde mi hermana al blasun
He la sangre antigua y clara
De los Mediéis.)
CASANDRA. (Ap.)
Sin mi
Me tienen , cielos , las falsas
Lisonjas de Federico.
FEDERICO.
De acción tan desalumbrada
Bastantemente os disculpan
Los celos.
CASANDRA.
El cielo os haga
Con esa prenda dichoso.
CÉSAR.
Guárdeos Dios.— Varaos, Casandi a.
CASANDRA.
Ya le sigo.
(Al irse la ietiene Federico.)
FEDERICO.
Hermoso dueño
De mi vida, espera, aguarda.
Ingrato, ya te conozco.
FEDERICO.
Mira que le adoro.
CASANDRA.
Aparta,
Que hoy por tus labios , traidor.
Él cielo me desengaña
De tus mentiras.
FEDERICO.
El ciclo sabe
Que te ha dado toda el alma...
CASANDRA.
Vive Dios, mal caballero.
Que si á quien soy no mirara...
17«
Sale CARLOS.
CARLOS.
¿Qué es eslo?
CASA>DRA.
¡Mi hermano, ay Diusl
FEDtmco. {Ap.)
En ocasión bien extraña ,
tallos, su lierniano, llepó.
CARLOS. {Ap.)
Federico con mi hermana
A solas y daiiüu voces.
Saber recelo la causa.
FEDKIIICO.
Discúlpeme haber pisado
Los umbrales desla casa.
Señora , unos locos celos ,
Que son veneno del alma ,
Y que han deslumhrado al sol
Muchas veces.
CASANDRA. {Ap.)
¡Que aun uo callas
Mis ofensas '.
FEDERICO.
Y el señor
Cirios , pues ja deslas ansias
Puede lener experiencia;
Y guárdeos el cielo.
CARLOS.
Él vaya
Con vos, señor Federico.
FEDERICO.
O estoy sin mí , ó esla banda
Que Carlos trae puesta al cuello
ís de mi enemiga hermana ,
Y es él á quien escribía
El papel esta mañana;
Y si lo averiguo, pienso
Tomar la mayor venganza
Que haya inventado el enojo. {Vase.
CARLOS.
Esas disculpas, Casandra,
Mo te valdMu otra vez
Conmigo.
{Al paño Diana y Laura.)
UIA.XA.
Ya p¡en.so, Laura,
Que FcdiMico se fué;
Mas, si el alma no me engaña ,
Carlos eslá aquí, y parece
Que la esla dando á esla dama
Quejas.
LADRA.
Antojos serán
Tuyos . pnis sienipre, Diana,
Hasta del aire los tienes.
CARLOS.
Si otra vez pone Ij» plantas
En mi casa Federico,
Vive Dios, que a los dos baga
Escarmiento de Florencia.
CASANDRA.
Si lo que be dicho no basta ,
No quiero á tus groserías
Sospechosas y villanas
Dar oirás satisfaciones.
Sino las que ver aguardas. ( Vas;
DIANA.
Ci'los son los que le pide ,
Que hs entrañas me abrasan.
CARLOS.
Casandra, espera.
COMEDIAS ESCOGIDAS DE DON FRANCISCO DE ROJAS.
LADRA.
Y Dios , en nombre del cura ,
Buenos casados los baga.
Al entrar, talen DIANA v LAL'HA, que
la detienen.
DIANA.
Yo quiero
Responderle por Casandra ,
Ingrato Carlos.
CARLOS.
¡ Que miro!
¿Eres ilusión, Diana?
DIANA.
Tu amor lo ha sido , enemigo.
Dt'sta vez, después de Untas,
Ulnios con todos los huevos
Ilu la ceniza.
DIAKA.
I Oh. mal haya
Mujer que de hombre se lia !
CARLOS.
¿Loca estás?
DIANA.
Desengañada
Dirás mejor.
cXrlos.
Oye , escucha.
DIANA.
No he de escucharte palabra.
CARLOS.
Vive el cielo que me pides
Celos de mi propia hermana.
DIANA.
i Qué dices?
CARLOS.
Eslo que escuchas.
DIANA.
¿Luego esla es, Carlos, lu casa ?
SI, Diana.
DIANA.
Ahora digo.
CARLOS.
Y rae tienes en extraña
Conl'usiou.
DIANA.
De aqueste lance ,
Carlos, has sido la causa,
Entremos, que hay que hablar mucíio,
CARLOS.
Tu esclavo soy.
DIANA.
Yo tu esclava.
CARLOS.
Tuya, Diana, es mi vida.
DIANA.
Tuya , Cirios , es el alma.
CARLOS.
A pesar de muchos miedos.
DIANA.
No pesan con mi amor nada.
Que no hay riesgo contra el gusto.
DIANA.
Ni muerte para quien ama.
CÁIILOS.
Viva mi firmeza.
DIANA.
Y muera
La envidia de mi esperanza.
JORNADA SEGUNDA.
Salen DIANA v LAt'RA , como .
chanda.
LADRA.
No, Señora.
¿Fuese mi hermano?
LAURA.
Ya es ido.
¿Hay alguien?
LADRA.
No siento ruido.
DIANA.
Pues , señor César , agora
Podéis entrar.
Sale CÉSAR.
Yo lu hago;
Llamado he veniílc aquí
üe un papel vuestro.
DIANA.
Es ansí;
Ya á las dndas satisfago
Que tendréis.
CÉSAR.
Verdad decís.
Dudoso estoy.
DIANA.
No me espanto;
Cierra esa puerta eiiire tanto.
CÉSAR.
¿Qué pretendéis?
DIANA.
SI me oís.
Saldréis de todo recelo.
CÉSAR.
No es recelo el que es cuidado,
¿Qué queréis?
DIANA.
Yo os he llamado
Para un mal.
CÉSAR.
¿Queréis consuelo?
Consuelo es otra piedad:
Remedio es bien que me deis.
CÉSAR.
¿Pues puedo yo?
Vos podéis.
CÉSAR.
Pues decid.
DIANA.
Pues escuchad.
CÉSAR.
Mirad que snv Gibelino
Antes de hablar.
DIANA.
Va lo sé.
CÉSAR.
GiJelfo vuestro hermano fué.
DIA>A.
•rodo mi mal lo previno.
I CÉSAR.
¡Enemigos siempre son
■Vueslro linaje y el mió.
DIAXA.
Va lo sé. T de vos me fio
Con loda'esta prevención.
CÉSAR.
¡Qué podrá ser? que estoy mudo
n.ASA (.Ap.)
No sé si en halilarle acierlo.
CÉSAB. (Ap.)
Si es pesar, él será cierto.
DIANA. (Ap.)
Has ¿qué temo?
CÉSAR. (Ap.)
Mas ¿qué dudo?
'Siempre lie de ser su enemigo.
Vencer s
islad pretendo
> hablad, que ya os atiendo.
(Pues oíd , que ya os lo digo.
En vuestra casa huyendo ,
Si no estáis olvidado,
Me aco¡;i por sagrado
Del faror. del enojo y del estruendo
Que despertó un papel que vio en mi
Vo por entonces ciega , [mano.
Sin ver que es poco para ser delito
Dn papel medio escrito
Que ilíii" una afición y el dueño niega,
Con el temor y el susto.
Sin ver que no era justo
I'or ciii'i! ees huir, como supfstes,
V i -i lií-rmano con vos (mas ya lo vis-
iMíli) SUS recelos, [tes)
1 I I -jarlos o dc-jó sus celos.
I , y vo más secura,
hiinli) lugar á la razón, advierto
Que era gran desconcierto ,
l'.uardomi Tama en esto se aventura.
Hacer de casa ausencia [cía:
Sin c:iusa, dando escándalo en Floren-
Deterniino volverme luego a! punto
A mi casa, á la vueslra tan vecina,
Oasandra me apadrina,
Mctime en vuestro coche, [che;
Lie^'o á mi casa , aun antes que la no-
Por mi hermano pregunto ,
Hablo con él, confieso que estoy ciega;
Niego que hay culpa yo ; Oasandra rue-
El huir me condena, [ga;
Echo la culpa al miedo y á la pena ,
La ocasión del papel pregunta airado.
Echo la culpa al ocio y no al cuidado;
En fin, aunque recela.
Ya fuese desenojo ó ya cautela ,
Quedé en mi casa , donde en dudas
[muero:
Mas no es aqueste el mal para que os
[quiero;
Calle agora esta pena por ociosa.
Mayor la husco. vamos á otra cosa.
' Descuidada vivia ,
Libre mi juventud, y yo muy mia;
i Vivía dije? miento.
Pasaba vo mi edad , bien dije ahora,
Que cuando el pecho ignora
Algún dulce desvelo, algún tormento
Di-stoíiueal mundo abrusa,
No se Vive la edad, sino se pasa ,
Que aun los bienes tal vez fueran pe-
[sados
A no estar con el mal interpolados ,
. Cuando ese monstruo fiero
I R-
EL MAS LMPROPIO VERDUGO POR LA MAS JUSTA
Cizaña universal del mundo entero;
Cuando esa dulce guerra ,
Ocasión de las paces de la tierra;
Ese invencible luego ,
Padrastro de la vida y del sosiego ;
Esa dulce armonía.
Música de la sangre y simpatía ;
Esa llama ambiciosa
Que hasta el último estrago no reposa ,
Veneno del oida.
Tósigo del sentido ,
Del tacto hechizo breve,
Y ponzoña suave, que la bebe
Con acibar de enojos
El paladar inmenso de los ojos; [Mido,
Amor, eu fin, que aqueste es su ape-
Si no está por las señas conocido ;
Amor, en fin, por fuerza, por halago.
Por elección, por gusto, por estrago ,
Por razón, por destino, [clino
Me inclinó ; mas yo soy la que me in-
A un caballero: mal mi asunto empie-
Que no me fué motivo la nobleza; [za.
A un hombre tau galán; mas poro he
[dicho,
Que gala á solas no llenó el capriclid:
A un amante tan firme, no es bastante.
Que nadie (piiere al otro por amante:
A un joven tan valiente, no lo entii'o
Que valiente no más es sólo estruendo;
A un hombre tan discreto, no loescu-
Que á discreción no más le falta mucho;
No sé qué señas dé. ni amor las rige;
A Carlos, vuestro hijo, ya lo dije.
Ya me atreví, no importa, poco ha sido.
Lo más es confesaros (|ue he querido;
Poripie en una mujer de mi respelo
EHodo está en amar, no en el sugoio.
Que en desvelos que llego á conl'c-
[sarlos,
Vo monto más, pues sépase que es
Carlos es el que adoro , [Carlos;
Por Carlos me arriesgué, por Carlos
A él mi estrella me inclina. [lloro;
riüell'a es mi sangre, el alma Cibelina;
No quiere tanto el prado,
De la sed del estio atormentado.
Nube de oculta plata
Que en líquidos alivios se desata;
Menos afectuosa ,
Acechando la luz, quiere la rosa.
Ajada de la noche,
Üivldityido las cárceles del broche ,
i;l arrebol, ó afeite de la aurora.
Lavándosela cara en lo que llora;
No tanto, en fin, desea
Ponerse del verano la librea
Por parecer (piizá menos anciano
Esc monte galán (|ue está tan cano.
Aunque aspiíaba á eterno
lie sufrir pesadumbres del invierno,'
No tanto el peregrino
Quiere la luz que le gobierna el sino;
No tanto el caminante ,
Solo, ciego y errante ,
Escuchando distantes los latidos.
La cabana acechó con los oídos;
No tanto quiere el fuego
Oe su región el natural sosiego;
Su centro lo pesado.
El puerto el navegante derrotado;
El agua el pez, el rico su tesoro,
F.l avariento el oro.
El jardiii los albores.
Los campos al Abril, al solías flores.
La noche el triste, y el enfermo el día
Como á Carlos adora el alma mía.
Pues, (íésar generoso.
Si en vueslra edad primera
Probasteis del amor la llama fiera ,
VENGANZA. 177
Sí amar supisteis, quesera forzoso
Vénzaos una terneza.
Una pasión, un llanto, una tristeza, ,
Un amor deste modo, [do.
Y el confesarlo yo, que es más que lo-
Yo adoro á Carlos, y ha de ser forzoso.
Sí se resuelve el mundo, ser mi espo-
(so;
Mi hermano, receloso, aunque hala-
En voz, en vista y sueño, [güeño.
Me parece que finge, estudia y piensa
Algo contra mi vida por su ofensa;
Yo estoy poco segura:
Mi vida, y áuu mi fama se aventura
Dilatado el remedio;
De todos el mejor es este medio:
Carlos mi dueño ha sido ,
Mi disculpa mejor será un marido.
Cúelfos y Gibelínos
Dejen por mí y por vos sus desatinos.
Que no los llamo agravios ,
Oue no duraran tanto eu hombres sa-
Harta sangre ha lavado [bios;
Kse necio rencor, que ba vinculado
Por mayorazgo suyo
El odio' porliaiio de quien huyo;
Va los bandos que ves, y Italia mira.
Se j;nar(laii más por tema que por ira;
( ulirasi' ai|uesle fuego
Con las dulces cenizas del sosiego;
Que nada se interesa
En avivar dormida la pavesa ;
Ya la ofensa (si acaso ofensa hubo)
Lavada está con sangre, ya fin tuvo;
Ya las señas borradas
Están del tiempo, á su pesar gastadas:
Pues nadie las acuerde.
Si aun el tiempo, mañoso, no las muer-
Uestns peñascos vivos, [de;
Que peñas son , y aun cielos vengati-
101 iris de pa/. sea [vos
Mi amor, y vnesiro celo en vos se em-
Esla hazaña piadosa; [plea
Hijo tenéis, merézcame su esposa.
Y para que hoy enlace
Vuestro celo mejor la paz que hace,
Hija tenéis, que al cielo desafía
Y apuesta perfecciones ccn el dia;
Hermano tengo, que en hacienda y ta>
[He
Ninguno en toda Italia ha de igualalle.
Suya á Casandra vea,
Dnpliquense estas dichas porque sea
Soborno tan divino
Quien negocie la paz al Gibelino.
Esto ha de ser, señor César, amigo.
Hazme este bien, y el mundo sea tes-
De hazaña tan honrosa . [tigo
Asi t\i mesa con vejez dichosa
Corone entre lisonjas y respetos
El repetido enjambre de tus nietos.
Así tu edad compita
Con el ave que el ámbar resucita ;
Asi burlen tus verdes lozanías
La circular carrera de los días.
Y asi Parca ofendida
No adelgace el aliento de tu vida .
Ni te pongan del tiempo los engaños
Los instantes á cuenta de los años.
Sea Ciarlos mi esposo ,
Sácame deste riesgo tan forzoso, [ees.
Habla á mi hermano, Tirmense las pa-
Viva por tí mi honor: y si lo haces.
Tierna, firme, rendida.
Hija, esclava, obligada, agradecida
Seré á tus obediencias
Cera, que ignore siempre resistencias.
Seré Clicie constante
A cada variedad de tu semblante.
Seré metal sujeto
Conducido al imán de tu respelo;
Seré mar de olas liona ,
178
A qalen tu ceño servirá de arena;
Neblí, volando al cíelo,
De quien tu voz mei;or será señuelo.
Pero si no le mueve
Mi voz, firme, cruel, injusto, aleve,
Seré rayo violento
yue nocübeen las bóvedas del viento;
Seré mina abortada, [sada;
Que habla en estruendos de callar can-
Kaudal seré oprimido.
Que inunda las campañas afligido ;
V,eulin, seré (que está más ponderado)
Mujer que su alicion ha confesado ,
Y sin ser remediada
Se ve perdida y llora desairada.
CÉSAR.
La admiración , Diana ,
He escuchar tus intentos.
Me embargó los acentos
Para dar la respuesta á que se allana
Mi atención ; mas supuesta
La admiración, escucha la respuesta.
El Du(|ue soberana
De Florencia...
Sale LAURA asustada.
LAURA.
Señora, apriesa , luego;
Casi muriendo llego.
DIANA.
¿Qué es esto, Laura?
Pienso que es tu hermano,
Que un hombre por las tapias de la
Se entró. Ll'Uerta
DIANA.
Sin duda es él, es cierto;
¿Qué haré? ¡Ajde mi!
CÉSAR.
No importa , que aunque viejo...
(Empuñando.)
DIANA.
No será, señor César, buen consigo;
Llévale tú allá fuera , [no,
Y entraos en ese cuarto de mi lieinia-
Donde puede decirle que le espera,
Fingiendo algún negocio, con que es
Que yo quedo excusada. [llano
CESAD.
Bien decís.
DIANA.
Pues seguid esa criada.
CÉSAR.
Vamos; en su aposento
A Federico le diré mi intento.
LAURA.
r.l primer viejo ha sido
Que hasta hoy en la comedia se ha es-
(Vanse los dos.) [coudido.
DIANA.
De temor estoy muerta;
¿Mi hermano por las tapias de la huer-
i Si pretende matarme? [ta?
Huir quiero; mas no, que esto es cul-
Constante aquí le espero; [porme;
Va siento pasos, esforzarme quiero,
Y fingirme turbada; [ra, Flora,
¿Quien es? ¿quién se entra? hola, Lau-
¿iNo hay alguna criada?
Sale LAURA.
LAURA.
¿Que das voces, Señora?
l'n hombre aquí se ha entrado
Eq mi cuarto , atrevido y recatado.
COMEDIAS ESCOGIDAS DE DON FRANCISCO DE ROJAS.
LABRA. Por ver tus ojos divinos,
Ay de mi! demos voces.
lie de salir y ver...
Sale ALEJANDRO t COSME.
Yo soy.
DIANA.
; Válgame el cielo!
Mayores que pensaba mis desvelo;
Hombre ú monstruo cruel , ¿qué te ha
A entrar de aqueste modo? [movido
ALEJANDRO.
Amor ha sido.
LAURA.
Hombrecillo soez y desairado,
¿Quien aqui te ha metido?
COSME.
Mi pecado
DIANA. [lam:
¿Amor? ¿pues es amor el que a>i in-
El honor tan sin gusto de la dama?
¿Pecado? ¿pues no hay más, señor Da
Que sin hablar, entróme acá , que pe-
DIANA. [CO:
Vuélvete luego, al punto ,
Y agradece que el susto lan difunto
Me tiene el corazón, que apenas deja
Alimentos de voces á la queja ;
Que sino...
ALEJANDRO.
Calla, Diana,
No ofendas el amor mío
Bautizando las Unezas
Con el nombre de delito.
Vo soy, Diana, que vengo
A beber todo el hechizo
De tus ojos, apurando
Ese tósigo divino.
Yo soy, que huyendo furioso
De mi padre y de mi mismo
Dejar pretendí á Florencia,
Y vuelto desde el camino
Sin poder sufrir la muerte
De un mes que há que no te he visto,
Y á hartarme de que me abraseu
AquesüS incendios vivos.
Pelóla soy, que impelida
Se vuelve irritada al sitio
Ue donde salió; saeta
Soy que el arco ha despedido ,
Y de haber estado opresa
Se va vengando con silbos.
Fuente soy (que de la mano
Oprimida un rato) bríos
Cobró de la privación.
Brotada en rayos de vidrio.
Pólvora soy, que callando
En el cañón, cuanto quiso
La mano, después se venga
Del silencio en eslallidos.
Rayo soy, cuyas infancias
En el seno opaco y frió.
Abrigadas de la nube.
Crecen después á prodigios:
Y, en fin, soy un hombro solo,
Ausente de lo que quiso.
Que vuelve con más violencia
yue flecha anhelando al sitio.
Que pelota vuelta al centro.
Que cristal volando en vidrios.
Que pólvora ardiendo en llamas.
Que rayo t.-'onandoen giros.
Que esto j más es quieo anhela
Señor Alejandro, ¿cuándo
(Aunque por vos os eslimo)
Os he dado yo ocasión
De ser lan desvanecido
Que me queráis lan á costa
De mi vida y de vos mismo?
Y ya que sufra el quererme.
Que la inclinación no os quilo
Quered un poco más cuerdo.
Que adoráis con mucho ruido;
Por la fineza de verme
Entrándoos aqui atrevido,
Arriesgáis mi honor, no es bien
Ser á mi costa lan fino.
Volveos apriesa, por Dios,
O sino...
ALEJANDRO.
Asombro divino,
Que á mis nativas fierezas
Templas con dulces desvies.
Trátame nial, no me ausentes
De tus ojos, que aunque vivo...
DIANA.
¡Oh, pese á mis ojos! ¿tiempo
Es este, cuando me miro
Cercada de tantos miedos.
De hacer requiebro el delito?
Vive Dios...
ALEJANDRO.
No os enojéis.
Que temo (aunque soy prodigio
De crueldades) vuestro enojo.
DIANA.
Pues si le teméis, yo os digo
Que os volváis de cortesía
Ú de miedo; eslo os suplico.
Por Dios, por mi, por mi honor.
Por vos, ó, si sois tan fino.
Por mi vida, que es lo más.
ALEJANDRO.
Bien decís; lo más ha sido.
DIANA.
Pues apriesa, Laura; sea.
Sea sin dilación; el postigo
Del jardín...
LAURA.
Ya entiendo.
DIANA.
Presto.
ALEJANDRO.
Esperad , que ya que os sirvo.
Me pesa de que tengáis
gao
DIANA.
Esto es preciso.
LADRA.
Vamos.
COSME.
Por postigo falso
Nos vacian, bellaco arbiliio;
No liaré por mi limpieza
Desde hoy más un sambenito.
LAURA.
Apriesa, no eslé de chanza,
Cuaudo me tiene el peligro
Sin pulsos; alrevídon,
Determínadazo, altivo.
Que ponen en contingencia
Mí honor casto, claro y limpio.
DIANA.
Anda, Laura.
LAURA.
Vamos.
•L MAS lUPlíOPlü VEllUCCO l'Ol! LA MAS JISIA VENGANZA.
COSME.
Vamos,
liifaiil^i del Ijar.nlillo.
ALEJANUIIO
Va os obedezco , á pesar
De mi amor.
DIANA.
Y yo os lo estimo.
(í/n de haber una vgnlana en el taila-
<!•>. y al irse Mejnndro tiran una
I ¡cdra ¡jor (le dentro.)
ALKJAXDBO.
¿rcio qué es esto?
COSME.
Llam.nron
A esta ventana, por Cristo.
DIANA. i.4p.)
Esla es la seña de Carlos.
LAIRA. (Ap.)
:Ay cielos! este es Carlillos,
La priesa?
Alejandro, idos
Apriesa, que este es mi Lermano.
ALEJANDRO.
¿Los hermanos liacen ruido
ile amantes y entran con seña?
COS.ME.
iCon seña los hermanitos?
Beben de ser muy carnales
Estos hermanos.
DIANA.
Va os digo
Que es Federico; acabad,
So me arrestéis os suplico,
Que me quitaré la vida.
ALEJANDRO.
No os menester, que ya os sirvo.
Vamos, pues.
(Vuelven d hacer la misma scfia.)
COSME.
Otra ve7. llaman.
LAURA. (Ap. con Diana.)
Sin duda Carlos le ha oido
Hablar, y llama celoso.
DIANA.
Es sin duda ^ran peligro
Si se ven los dos.
LACRA.
Seguidme.
ALEJANDRO.
Vamos.
COSME.
Vamos.
ALEJANDRO.
Ya le sigo.
LACRA.
Uas esperad.
COSME.
¿Qué tenemos?
LACRA.
¡Ay!
COSME.
¿Qué te duele?
LAURA.
Perdido
Se me ha la llave.
DIANA.
¿Qué dices?
COSMK.
Uira en la manga.
LACRA.
COSME.
¿La faltriquera?
LABRA.
Tampoco.
COSME.
¿En la jaulilla?
LAURA.
Es delirio.
COSME.
¿Tampoco? mira en las naguas
A pliegues dos mil y cinco.
LAURA.
No parece.
¡Hay tal desdicha!
ALEJANDRO.
¿Qué determináis?
DIANA. (Ap.)
Si envió
Á Alejandro, está á la puerta
Su hermano; si acaso elijo
No abrirle la puerta á Carlos,
Sospechará lo que ha sido,
Claro está, y si dejo que entre
Se encuentran aquí, y perdido
Queda con ambos mi honor,
¿Qué he de hacer , cielos divinos?
(Llaman otra vez más recio.)
COSME.
¿Otra vez? ya esto no es seña
Sino alguacil ó ministro
Que trae soplo.
LADRA.
¿Abro la puerta?
DIANA.
Por ese cuarto , (iuh es mió
Podéis iros retirando
Hasta el jardin, y escondidos
Knlre las hojas estar
Hasta que bajen á abriros.
ALEJANDRO.
Entremos, pues,
DIANA.
Abre tú.
(Laura se va por el otro lado.)
Veré si fué Federico
Escundido aquí.
COSME.
Cien haces.
(Énlransclos dos. y dicen dentro
los, y Laura, y Oamian.)
CARLOS.
Déjame, Laura
LAURA.
Detente.
GARLOS.
O \tzTc que los celos mios
Vuelvan ceniza la casa;
Yo be de entrar.
DAMIÁN.
V yo lo mismo.
LACRA.
.Mira, Señor...
Eiilranlos tres, LAURA, UA5!1
CAIILÜS.
Todo lo babeiiios oido.
DIANA.
¿Qué es esto, Carlos? mi dueño.
Mi bien, mi señor. Rey mió...
CARLOS.
No vengo, ingrata Diana,
De mi agravio persuadido,
Crédulo á escuchar ternezas,
Cobarde á sentir desvíos.
Ciego á pagarme de engaños,
Y inlamemenle remiso
A buscarme satisfecho
Cuando me encuentro ofendido;
Á apurar mi agravio vengo,
Y á ser escándalo altivo
De mi ofensa despreciando
Aun la duda por alivio.
Yo he de examinar tu casa,
Y el semblante aborrecido
De mi agravio cara á cara
lie de ver, si el cielo mismo...
DIANA.
Detente, Carlos, espera,
(Apenas el pecho (rio
Halla la vozj y detente,
No creas (mas harto he dicho).
No creas, pues soy quien soy,
Y pues siempre le he duendo.
Lo que ves, quiero decir.
Lo que tú piensas que has visto;
¿Dónde vas? delente.
CARLOS.
En vano
Me detienes, es delirio.
DAMIÁN.
No has de entrar, viven los cielos.
CARLOS.
Si se pusieran ios riscos
Del Cáucaso en medio, fueran
Para mi celos de vidrio.
DIANA.
Espera.
CARLOS.
Es en vano.
Aguartla.
No quiero.
Salen ALEJANDRO v COSME
Yo soy.
CARLOS.
¿Qué miro?
ALEJANDRO.
¿Qué mire?
¡Válgame Dios!
CARLOS.
Muerto esloy.
DAMIÁN.
Por san Cosme, que es Cosmillo.
LACRA.
Mucho se ha apretado el paso,
Allogémosle un poquito.
ALEJANDRO.
jCárlos en aquesta casa?
CARLOS.
¿Alejandro aquí escondido?
ALEJANDRO.
I De cólera hablar no puedo.
CARLOS.
De turbación no respiro.
Los afectos de los dos
En mi pecho están unidos.
cArlos.
¿Pues cómo tú en esta casa
Viendo que á Diana esiiniu?
*LEJ\:«liR0.
¿Pues cómo tú aquí sabiendo
Que Diana es dueño mió?
CARLOS.
¿Tú de Diana galán?
ALEJANDRO.
¿Tú (le Diana marido?
CARLOS.
¿Tú á mi esposa?
ALEJAMIRO.
¿Tú i mi dueño?
CARLOS.
¿lu contra mi honor altivo?
ALEJANDRO.
J'ii conira mi gusto amante?
ALEJANDRO.
Cenizas te hará mi enojo.
DIANA.
Esperad , tened , que el brío.
Echa á perder, si, mi honor...
Turbada estoy... si en mi digo...
Ni hallo voz para templarlos.
Ni hallo con qué [jersuadirlos.
ALEJANDRO.
Habla; ¿cómo me detienes
Cuando ardientes rayos vibro?
cÁnLos.
Habla; ¿cómo me suspendes
La razón con que me irrito?
ALEJANDRO.
¿No responües?
DIANA.
Muerta estoy.
CARLOS.
¿No acabas?
DIANA.
Todo es delito.
ALEJANDRO.
Pues vuelvo á flechar mi enojo.
CARLOS.
Pues vuelvo otra vez altivo.
ALEJANDRO.
Riñe, aborrecido hermano.
CARLOS.
Hermano cruel, ya riño. {Riñen.)
ALEJANDRO.
Aquesta vez de lu sangre
Me he de hartar.
CARLOS.
Uii basilisco
De mi agravio es esta espada.
DIANA.
Gran desdicha.
COSME.
Torbellinos
De carne humana parecen.
LAURA.
Llamemos gente. {Vase.)
ALEJANDRO.
Corrido
Estoy de que tanto dures.
CARLOS.
Riñe, y verás un prodigio.
COMEDIAS ESCOGIDAS DE DON FRANCISCO DE ROJAS.
Sale CÉSAR t LAURA.
LAIRA.
Acudid presto.
CÉSAR.
¿Qué ruido
EU este? jVálgame el cielo!
¿Estos dos no son mis Lijos?
Hijos, detened.
ALEJANDRO.
¿Quién eres?
CÉSAR.
Vuestro padre soy.
CARLOS.
¿Qué miro?
Sólo este nombre pudiera
Refrenarme ; ya me rindo.
Aparta, riñe, cob.irde.
CÉSAR.
¿Qué es esto, Alejandro, hijo?
ALEJANDRO.
Nadie se me ponga en medio,
Que llevaré de camino
Cuanto se ponga delante.
CÉSAR.
Tu padre soy.
ALEJANDRO.
Cuando riño
No tengo padre; cobarde,
Riñe ya.
CARLOS.
Si no has creído
Mi valor, yo haré que veas...
CÉSAR.
Tente , infame, lente, hijo.
(Deteniendo d Carlos.)
CARLOS.
Va tu respeto me hiela,
ALEJANDRO.
Más con tu vista me irrito.
CÉSAR.
Aparta, ó haré que veas
l'or fuerza, fiero prodigio.
Mi valor.
ALEJANDRO.
Espera, aguarda.
Ten el acero, el cuchillo.
Que me malas, y es impropio
Ser verdugo de su hijo
Un padre. ¡Válgame el cielo!
Muerto soy, un hielo frió
Se ha inlroducido en mis venas.
CARLOS.
Suspenso estoy, y sin brios.
CÉSAR.
Apartad, hijos ingratos
Al sér que habéis recibido,
Ó haré...
CARLOS.
Ya por ti suspendo
El enojo.
ALEJANDRO.
Ya desisto,
Á mi pesar, de mis iras.
CÉSAR.
Idos, pues, fieros cuchillos
De mi vida y de mi sangre.
CARLOS.
Ya te obedezco rendido.
ALEJANDRO.
Va, á mi pesar, te obedezco.
CARLOS.
¿Que deidad en ti adivino?
ALEJANOllO.
¿Que en ti miro oculta fuerza?
CARLOS.
¿Qué respeto con desvíos?...
Que me aparta con horrores.
V en ti contemplo un ministro
De mi muerte. (
CARLOS.
De Dios un traslado vivo.
(\asc
COSJIE.
Gran prodigio!
(Xasc
DAMIÁN.
¡Grave asombro
(IV.c,
LAURA.
Secreto ha sido divino.
(Vas.
DIANA.
Gran deidad la de los padres
(\asr
CÉSAR.
¡Grande amor el de los hijos!
(Va^e
Sale CASANDRA, medio desnuda,
V FEDERICO huyendo.
Detente, aguarda.
FEDERICO.
Es en vano.
Déjame.
CASANDRA.
Traidor, espera.
Haz que con tu espada mueri.
FEDERICO.
Suelta, Casandra.
CASANDRA.
Villano,
No has de salir.
FEDERICO.
Es cansarte.
CASANDRA.
¡Vive Dios!
FEDERICO.
Casandra eres,
¿Qué me sigues? ¿qué me quieres?
Suéltame.
CASANDRA.
No has de escaparle.
Que la puerta está cerrada.
FEDERICO.
Ventanas hay, que de ti
Huyendo noes frenesí
Arrojarme. (Sácale la espada.) ;
CASANDRA.
Pues tu espada
Ha de vengar, porque veas
Sí mi honor mas atre\ido...
FEDERICO.
Cien harás, imita á Dido
Pues te dejo como Eneas.
CASANDRA.
Espera.
FEDERICO.
Ya por aquí
He con la |iuerta topado;
Adiós, que ya me he vengado
De tu linaje y de ti.
[Entrase por una puerta.)
CASANDRA.
¡Ah traidor! mas es en vano
Escaparte, aunque has huido.
Que por ahí te has metido
EL MAS IMPROPIO VERDUGO POR LA MAS Jl'STA VENGANZA.
i;ii el cuarto de mi herinanu,
I i : ' i;o lieiie olra salida
M 10 eí esta puerta, T preso
i:^rf que mi honor...
Sale el CÉSAR.
CÉSAR.
¿Qué es eso?
¿Hue voces?
CASANDBA.
Yo soy perdida.
CÉSAR.
Casandra , ¿qué espada es esta?
CASANDRA.
Ue temor estoy helada.
CÉSAR.
Va ui silencio culpada
le deja sin la resimesta.
CASASDRA.
Señor, si mi honor ..
CÉSAR.
Dolor,
Mal principio, perdonad,
M ;\ ^'Pavees la enfermedad
ijii c iinienza por honor.
,A iiiién cerraste esta puerta?
II l'la, si en mal tan terrible
laiies voz.
CASA>DRA.
Ya es imposible
Iji iihrirlo, yo estoy muerta.
I III ro decir nji pasión
I' lia i|i;e ai)li(|ues prudente
l.is remedios ai doliente
Cuijlorme la relación.
Y asi sabe, que mi afrenta...
CÉSAR.
Tente, aguarda : ¿quién vio tal.
Que tenga el enlermo el mal,
V que el médico le sienta?
Sale ALEJANÜP.Oa/paño.
ALEJANDRO.
En casa le buscaré.
Hoy mi hermano morirá;
Pero aqui mi padre está.
No me vea , esperaré.
Sale CARLOS por el otro lado al paño.
CARLOS.
Hoy viera Alejandro en mi,
Cuando mi padre llegó ..
Pero aqui esta, no me vio,
Pues quiero esperar aqui.
CÉSAR. [Ap.)
Muda Casandra se ve.
Saber temo lo que pienso.
CASANDRA. (Ap.)
Mi padre calla suspenso.
Temiendo lo que diré.
CÉSAR. (.4p.)
Pero si en la dilación
La padezco, oiga la ofensa.
CASA^DRA. {Ap.)
Mas si del callar la piensa.
Diga clara mi pasión.
CÉSAR. {Ap.)
Vpues de la duda sé
El mal, aunque no el origen,
Pues más las dudas me atligen,
Hoy el origen sabré.
CASANDRA. {Ap.)
Y pues tengo aquí al villano
Que adoré, sin resistencia
Muera, ó aqui por violencia
Remedie mi honor su mano.
CÉSAR.
(Ap. Este es el medio mejor:
Nadie escucha, á solas puedo
Perder á mi honor el miedo.)
Habla, dime tu dolor.
CASANDRA.
(Ap. Esto es en desdicha lal
Lo mejor : vencer intento
Los grillos del sentimiento.)
Pues oye, escucha mi mal.
CÉSAR.
Harto valor es oir.
CASANDRA.
Harta osadía es hablar.
CÉSAR.
Pues habla, si he de escuchar.
CASANDRA.
Pues oye si he de decir,
siempre fué pasión, oh César,
(Que no he de llamarte padre
ilasta que tú lo parezcas
Cuando llegues á vengarme).
Siempre fué pasión forzosa
fVa lo sabrás, no te espantes)
Ue la juventud amor.
Culpa de los hombres fácil.
Permíteme que sin miedos
Por este delito pase.
Porque si empiezo á temer
En este, que es disculpable.
Como es tuerza que te diga
Otro mayor y más grave.
Quizá no hallará razones
Que te venzan y te ablanden,
Acostumbrada la lengua
A temer en esta parle;
Y así guardadas se quedes
Para lo más importante.
Amé, en lin, ya está supuesto.
Que no culpa ser amante;
Amáronme , ya se vé ,
Que no es mucho que me amasen.
Un principal caballero
<Algo disculpa la sangre).
Fué el imán de mis suspiros
V el centro de mis pesares.
Güelfo tué, y en mi delito
Ser de contrario linaje
No es lo más, tampoco es esto
En lo que lie de embarazarme.
Mírele como rendida.
Asistióme como amante;
Defendime como noble.
Sufrióme como cobarde.
Paso en silencio finezas,
Olvido amorosos lances,
Callo agora galanteos
V músicas dejo aparte,
Cartilla por donde empiezan
A enseñarse los amantes;
¡Oh! nunca el vil Federico
Lo fuera mió! pues fácil...
Pero aun no es tiempo de quejas.
Presto llegarán , no es tarde;
Y como en la guerra suelen
Los astutos capitanes
Ganar por trato la fuerza
Que lio supo vencer Marte,
Viendo que rebelde dura
Mi honor, fuerza inexpugnable,
Sitiada en vano de quejas,
De halagos batida en balde.
Entró por trato en las sombras
De la noche á que le aguarde
L'iia criada, que siein|ire
De suyo, sin importarles,
Son demonios del honor
Que mueren por tener parte
En el delito, viviendo
l)e las culpas que otros hacen;
En fin , esta noche, ¡oh nunca
La sombra, padrino infame
De los delitos, hubiera
Vestido de negro el aire !
Eu lin , esta noche misma.
Cuando empezaba á fiarles
A la soledad y al lecho
Tantas ocultas verdades
Que tuvo envueltas el dia
Entre las cifras del traje.
Triste, asu.slada y confusa
Veo salir (¡fuerte lancel)
De junto á mi lecho un hombre
Que el susto creció á gigante.
Doy voces, él me asegura.
Conozco que era mi amante.
No tanto acaso ofendido
De rústica huella errante
A morder á quien le pisa
Se vuelve irritado el áspid.
Como yo de Federico
(Culpando la acción infame
Me ofende desenvainando
En ofeusas y en ultrajes
Cuanto una mujer (que es mucho)
Decir enojada sabe,
Despídole ciega y loca.
Replica ciego y amante;
Hablóle yo con no verle.
Respóndeme con mirarme;
Ruega quejoso, y humilde
Oigüle cruel y arrogante ;
No me obligo con ternezas.
No se ofende de desaires,
Despidole más con voces,
Y él porfía sin hablarme;
¡Oh cómo son más mañosas
Las porfías del semblante!
Poriiue al lin, su amor, sus quejas.
Sus ternezas, sus pesares,
Sys réplicas, sus tristeza?
(Que engañando con el traje
Pidiendo llanto á los ojos
Se vistieron de verdades).
Labrando , en Un , en mi pecho
Poco á poco por matarme,
Prinieio en oírle solo,
Y desto un solo escucharle.
Luego atender de curiosa,
Después sentirlo de fácil.
Luego ciega no ofenderme.
Después suspensa dejalle;
Y, en fin, torpe de piadosa,
Y de lastimada afable,
Y rendida de mujer.
Que esle es el mayor achaque,
Vino á formarse en mi pecho
Un volcan, un fuego, un áspid,
Que alimentado en mi honra
Hizo en mi que yo, cobarde.
Sin manos la resistencia,
Y sin g'ina los desaires
Hiciese... ¡pero qué digo!
La voz el silencio embargue,
La vergüenza el labio hiele.
No es justo que me declare.
Harto he dicho para hija.
Harto entiendes para padre.
. Dióme palabra de esposo,
Y con juramentos graves
Aseguró la promesa
El traidor. ¡Oh qné mal hace
Quien cree los juramentos
De tahúres y de amantes h
No te irrites , no te ofendas.
Que agora para ablandarte
Saco aquellas prevenciones
Q.ie tuve guardadas antes.
Ya son menester. Señor,
Todas aquellas piedades.
I8Í COMt
O si no rüiiipeme el pecho
Antes que en culpa tan ^rave
Sepas, oh padre , oh Señor ,
Oue aun nu pararon mis males;
Porque el traidor Federico,
Despue!> de rendido amaote,
Preleiidieiite esturo fiíio.
Premiado pagó en desaires;
Porque cauteloso y fiero
(Oye la maldad más grande
Que caber puede en un hombre
<'.on ser tamo lo que cabe),
Cauteloso, fiero, ingrato,
Después que Iriunlo arrogante
De mi honor, al despedirse,
En ve?, de halagos suave.«,
Me dijo ( ¡ oh nunca en mi vida
Estos órganos , capaces
De tanta especie , en mi ofensa
Percibieran sus desaires!
Nunca entraran sus razones
A la fantasía, antes
Las volantes y las cuerdas
Deste reloj elegante
De la vida se rompieran
En delirios incapaces!)
Porque ingrato, aleve, injusto,
Me dijo, que por vengarse
De la opinión de su hermana,
üe quien Carlos es amante.
Fingió promesas de esposo
(;()ue extraordinario coraje!)
l'or vengarse de nosotros.
En mi honor más arrogante,
Vareciéndole las vidas
Pequeña venganza, y lácil
l'ara el rencor que los Gúelfos
Tienen á nuestro linaje.
Yo, furiosa y ofendida.
Hendiendo á voces lus aires,
Torcer sus intentos quiero;
El me paga con dejarme,
Sigole ofendida y ciega;
Huye culpado y cobarde;
Hablóle como sin honra;
Piespóndenie como infame;
Uuego, y irritase al ruego;
Hablo, y no quiere escucharme;
Ueténgole ciega y loca,
Quiere furioso escaparse;
Secóle su mismo acero.
Piei'sa que la puerta sabe;
Entrase en aquese cuarto.
Cierro advertida la llave.
Llegas tú, donde en diluvios...
Sale ALEJANDRO.
ESCOGIDAS DE DON FRANCISCO
CÁRl.OS.
AU
Deten, aguarda, no pases
Adelante, yo te he oído.
Sa/e CARLOS.
CARLOS.
Yo también , y be de vengarte.
CASANDRA.
¡Ay de mi! que en ellos temo
Más rigores que en mi padre.
CÉSAR.
Hijos, si en esta desdicha
Puede mi llanto...
ALEJANDRO.
No gastes
El tiempo en pedirnos quejas,
(Jiie no es tiempo de quejarte :
Muera Federico, y mueran
Cuantos Güelfos arrogantes
Sangre tienen, que mi ofensa
En roios diluvios lave.
Sepa Florencia...
No siempre tienen los males
Medicina en el acero,
Remedios hay más suaves.
Federico, receloso
Üe su hermana , por ultraje,
Sin intento de cumplirlos
Dijo quizá estos desaires
De Ca:iandra en el honor.
El más peligroso achaque
Es no casarse con ella ,
Aunque a Federico mates.
Examinemos primero
Si acaso lleva adelante
Los intentos de ofendernos;
Y si no quiere casarse
Muera entonóos , que yo solo
liaré que Italia se espante.
CÉSAR.
Bien dice Carlos, bien suenan
En mi oido estas piedades.
ALEJANDRO.
Calla , no ofendas remiso
("on razones semejantes
Mi pundonor, que se corren
Mis oídos de escucharte.
¿Fuera bueno que en los Güelfos
La sangre de Salviati
Fuera soborno á una ofensa?
¿Con un Güelfo ha de casarse
La hermana de un Gibelino,
Haciendo que agora falte
En nosotros el rencor
(jue anciano en las venas arde?
CÉSAR.
Rien dice, mi honor apoya
Este rigor por mi ultraje;
Muera Federico.
CARLOS.
Espera,
Mira , Señor, lo que haces.
Que su muerte solamente
Nuestro honor no satisface.
Cuando por un brazo solo
' El cuerpo peligra, antes
I Que le COI le riguroso,
¡ Suele el médico aplicarle
! t)tros más suaves medios,
I Por si acaf o son bastantes;
Peligroso está tu honor.
Yo te confieso el achaque.
Con sangre pide el remedio;
Pero averigüemos antes
Si bastan otros remedios ,
Y si acaso no bastaren.
Corlemos el brazo entonces
Para que el daño se ataje.
CASANDRA.
Señor, aunque agora diga
Que conmigo ha de casarse
Federico , será el miedo
Quien por ahora la ablande,
Y después quizá en mi vida
Se vengará más cobarde;
Y así, pues, él es mi esposo.
En cuanto á mi honra pague
El intento de ofendernos,
Muriendo, y después niatadnie.
Que con este mismo acero.
Cuando las brasas me falten.
Porcia seré de Florencia
Que hasta el corazón me trague
Las llamas, por ver si encuentro
En él á un fingido amante.
CÉSAR.
Ea, Casandra, bien dices;
Müs tienes tú de mi sangre
Que Carlos; muera el aleve.
ALFJANDRO.
Ahora sí que mi padre
Has parecido, esta vez
Este nombre he de llamarle ;
Muera Federico, inunde
Mi venganza cuantas calles
Tiene Florencia y los Güelfos;
Para que mi sed se apague ,
Se desaten en diluvios
De humana púrpura, en mares
De sangre.
CÉSAR.
Vamos, ¿<|ué esperas?
CÁKLOS.
¿Mi padre? ¿Tu...
CÉSAR.
No me llames
Padre.
CARLOS.
¿Hermana?
CÉSAR.
No lo soy.
Pues no te irritan mis males.
CARLOS.
¿Hermano?
ALEJANDRO.
No lo pareces
En ser infame y cobarde.
CARLOS.
¿Estáis ya resueltos?
ALEJANDRO.
Si.
CARLOS.
¿Ha de morir?
CASAnonA.
No te canses.
CARLOS.
¿No hay otro medio?
CÉSAR.
No hay otro.
CARLOS.
Pues entremos a inat.nrle,
Que bien pude yo prudente
Lo mejor aconsejarte;
Mas si lo peor eliges.
No fuera bueno dejarte,
Que bien puede errar un hijo
En lo que yerra su padre.
ALEJA>DRO.
Pues muera el vil Federico.
CÉSAR.
Lave mi honor con su sangre.
CASANDRA.
Pague su vida su intento.
CARLOS.
Corran de su sangre mares.
TODOS CUATRO.
Para que sólo una ofensa
Con cuatro venganzas pague.
JORNADA TERCERA.
Entren COSME, lleno de polvo, t AI.R
JANDRO, lleno de sangre. xailwiJi
poco á poco, como que salen á escii-
Tú que sabes destas cosas,
V tú que nunca has temido.
Respóndeme, ¿dónde estamos?
I EL MÁS IMPROPIO VEUDL<;0 l'üll LA MAS JUSTA
'si hemos saltado hacia el liinho,
\)ue esle seno es para nii,
o iná'i propio ó mas debido.
Pues aunque estoy bautizado,
üonligo medesliaulizo.
! ALLJANDRO.
jllabla (|Updo y no te pierdas,
lyueeslá á escuras.
cosas.
I Ya te digo
iQue no me pncdes perder
bi traes narices.
' ALEJANDRO.
¡ No he visto
iSenda ó linea donde pueda
Librarme JO de mi mismo.
COSME.
Después que ron la del martes
Le haspeyaduá Federico,
Con la del miércoles temo
yue te lian de pes-nr, amÍL;o.
{Tope con un bul
Duíele es este, por Üios.
ALEJANDRO.
V e-i,i es puerta.
COSME.
Señor mió.
Discurramos, que para esto
Nos liizo Dios entendidos ;
Tu esla noclie te tiraste
A ese tejado vecino
Desde tu casa, sin ver
' ¿fue es tu tejado de vidrio.
ALEJANDRO.
Dices bien, los dos saltamos,
> á e-la casa hemos venido,
(Jue no se cuja es.
cosnc.
Ni yo ;
(Llaiiwn reciu'd una puerta que esté
en tneUio del teatro.)
Hue ll.iiiijiun imagino
Auna puerta.
ALEJANDRO.
Dices bieu.
COSHE.
\ jSi acaso nos han seguido
t Cómo nos vieron sallar?
ALEJANDRO.
i Puede ser ; yo me retiro
lUcia esta parte.
I cosue.
1 Pues yo,
Mesa como iglesia pido.
ALEJANDRO.
Puerta esesta, otra vez llaman.
, Mas ¿qué importa? (Vi.se.)
COSME.
Acabosilo;
Si oyeron donde saltamos
^o doj por mi vida un higo.
(Métese debajo del bufete.)
DIANA.
,.Si es mi hermano Fedeiico?
Prueba a abrir.
JULIA.
Tengo temor.
DIANA.
Kl corazón atrevido.
Rolo el volante del alma
Se desconcierta en latidas.
JULIA.
Nu acierto.
Salen JULIA t DIANA
medio vestida, y á este mismo tiempo
llamen á la misma puerta.
A los golpes me he vestido
(¿ue he escuchado.
Noe
luz, Segí
Sale CAKLOS.
Knira, acaba; ¿Federico?
,.C6mo tan larde? ¿qué es esto?
Uronce helado me corrijo.
CARLOS.
<, Diana?
DIANA.
Carlos, dulce esposo.
Turbada estoy, dueño mió,
Imán seguro que atrae
Los yerros de mi albedrio;
¿El color, cómo trocado?
,.E1 paso, cómo atrevido?
¿■^in rienda, cómo el deseo?
,,La pasión, cómo sin tino?
¿La voz, cómo sin palabras?
¿(^ómoel dolor sin suspiros?
¿A estas horas (¡pena grave!)
Arrojado (; fuerte indicio !)
Pretendes (¡poca atención I)
Profanas ( ¡ grave delito ! )
El templo ( ¡ cruel empeño ! )
Adonde está retraído
De tus palabras mi honor.
De tus méritos mi arbitrio.
De tus desvelos mi fama.
De tu atención mi delirio,
De tus quejas mi constancia
Y mi amor de tus hechizos?
CARLOS.
; Oh, pluguiera i mi doior.
Mucho juro, mucho digo.
Que fueran para mi voz
Mas capaces tus oidos!
¡Ay mal lograda hermosura!
I Ay rojo clavel marchito.
Que el roció le dio alientos
Y se los quitó el grani/o!
i Ay desvanecida fuente ,
Que hoy ejemplo tuyo mismo
Ál monarca de los mares
Pagas f udo cristalino!
DIANA.
No me suspendas las penas
Con rodeos lan prolijos,
No es profundo mal el mal
Que halla vado al referirlo ;
Mal (|ue tiene fondo en llanto,
Ese si, es mal más activo ;
Pero el mal que hacia la voz
Discurrir sabe el camino,
nal, pues puede explicarse;
esto, bien colijo
Que si por tantas veredas
Admite tu pena alivios ,
Hoy, hipócrita modesto
De tu pena y dolor vivo.
Parecerá que lo sientes.
Mas no que sabes sentirlo.
CARLOS.
Como para declararle
lautas .sendas solicito.
Te parece que las hallo
Y no es sino que las linjo.
I'ues si con la voz no puedes,
Cuu los ojos te suplico
Que del alma racional
Son los mejores sentidos.
Que hagas la seña á tu pena:
CARLOS.
Diana, ya te la digo.
Porque no hay tan muda lengua
Ni labio que esté tan tibio.
Que para una voz, si es sola.
No sepa esforzar suspiros.
DIANA.
Pues dila presto.
CARLOS.
¡Ay de mi!
Te he perdido.
DIANA.
¿Me has perdido?
¿Cómo, Carlos (¡ fuerte pena !)
Me has perdido? muerta vivo.
¿Soy tuya'
CARLOS.
No lo serás.
¿No has de quererme?
CARLOS.
Es preciso.
DIANA.
¿No he de pagarle?
CARLOS.
Es dudoso.
DIANA.
¿Por qué, Carlos?
Te he ofendido.
¿Qué es la ofensa?
CARLOS.
No lo sé.
DIANA.
Dimela.
CARLOS.
Fuera delito.
DIANA.
¿Fué forzosa?
CARLOS.
Fué forzosa.
DIANA.
¿NopíOsigues?
CARLOS.
No prosigo.
DIANA.
No debe de ser gran mal
Mal que yo no le adivino.
CARLOS.
¿ Pero yo en qué me suspendo ?
DIANA.
No tengas tan indecisos
Mal culpados de tu voz
Tantos linajes de indicios.
CARLOS.
Digo, que...
DIANA.
Solos estamos.
CARLOS.
Julia, cierra ese postigo.
(Cierre Julia..)
DIANA.
Ojos tiene tu pasión :
No la temo.
CARLOS.
Estoy perdido.
¿Yo tengo honoi ?
COMEDIAS ESCOCIDAS DE DON FRANCISCO DE HOJAS.
¿Quién lonicsa?
o, dulce iluefK
Dilo.
cunos,
'leiigo celos.
DUNA.
i Tú con c«los,
N le llamas dueño mío?
De mi tienes esos celos,
Y de tu amor lo colijo,
l'ori|ue cuando estáis celosos,
Estáis los hombres más linos.
cÁni-os.
¿Va sabes que tengo hermana?
DIAXA.
Y que soy su amiga has visto.
CARLOS.
Pues siendo hermosa Casandra
Y muy galán Federico,
O por amor ó por tema,
O ciego o desvanecido.
De la fuer/a de mi honor
Romper la muralla quiso;
Argos Alejandro entonces,
Que con cien ojos ha visto
Mi agravio, porque el honor
Es lince para el castigo...
{Llamen más recio.)
Pero á la puerta han llamado.
DIAMA.
.Sin duda que es Federico,
^ ansi, Callos...
cÁnuos.
No es tu hermano.
^yuién será?
JULIA.
Que me place.
('
DIANA.
Oyes, lleva á Carlos...
JULIA.
A mi retrete.
(Tome á Carlos de la mano Julia.)
Sale ALEJANDUO /)or donde enlró.
ALEJANDRO.
A esta puerta
lljn llamado, y yo no lie visto.
Con requerir tantas piezas,
A mi libertad camino;
Vo he de salir á la calle
Por la puerta.
JULIA.
Ven conmigo.
ALEJANDRO.
Hacia alli ha de estar la puerta
JULIA.
i No me sigues?
CARLOS.
Ya te sigo,
(Llamen.)
DIANA.
Más golpes dan.
CARLOS.
Mas ¿qné es esto?
(Topen el uno con el olro. y abrácense,
procurando detenerse el uno al otro )
ALKJANDBO.
Hombre es, ó el laclo ha mentido,
El que en mis brazos consiento.
CÁIILOS.
Hombre es este, que ofendido
Me suspende, valeroso.
Mis impulsos bien nacidos.
JULIA.
El di.iblo anda en Canlillana,
Ya escampa y freian tocino.
ALEJAMino.
Dullo, ¿quién eres, que osado...
CARLOS.
¿Quién eres tú, que ati evido...
ALEJANDRO.
¿Me suspendes?
CARLOS.
¿Me detienes?
DIANA.
Él encontró á Federico;
Aqui el remedio mejor
Es abrir, pues asi evito
A ejecuciones tan nobles
Tan evidentes peligros;
Entre quien... ¿pero qué veo?
(Abre la puerta Diana.)
Sale EL DUQUE, y los criados delan-
te, con hachas, y los dos se aparten,
empuñando las espadas.
CARLOS.
¿Qué es esto, cielos?
DUQUE.
¿Qué miro?
DIANA.
o es ilusión de la idea...
ALEJANDRO.
o es ente de los sentidos...
DUQUE.
o es antojo del deseo...
CARLOS.
0 es que finjo lo que miro...
DIANA.
0 este es Alejandro.
ALEJANDRO.
Oes
Este mi hermano atrevido.
DUQUE.
Estos son los que malaron
Inocente á Federico.
DIANA.
Pues muera mi amor de enojos.
ALEJANDRO.
Muera de celos mi indicio.
CARLOS.
De celos mi amor se queje.
DUQUE.
Pero aquí ¿cómo han venido?
DIANA.
¿Aqui el gran Duque? ¿qué es esto?
ALEJANDRO.
Mi traición me da el castigo
CARLOS.
Mi culpa me trae al riesgo,
DUQUE.
La pena trae su delito.
DIANA.
¿En mi casa vuestra Alteza?
¿Tan tarde? sin reparar...
DUQUE.
Tened, que os vengo á avisar
CARLOS.
Agora mi mal empieza
DUQUE.
Un suceso, que por cierto
Le ha de sentir mi dolor.
DIANA.
No me detengáis, Señor.
¿Que es?
DUQUE.
Que vuestro hermano es muerto
DIANA.
Pues porque llore constante
Mi amarga inl'elice suerte,
Decid, ¿quién le dio la muerto
DUQUE.
Los dos que tenéis delante.
DIANA.
Señor... advertid .. mirad...
¿Hay tan infeliz mujer?
DUQUE.
¿Qué decís?
DIANA.
Que puede ser
Que sea yerro.
DUQUE.
Esto es verdad.
DIANA.
¿Pues cómo en tantoá enojos
Y en tan precisas ofensas
Se atreven á estar suspensas
Mis lágrimas en mis ojos?
¿Como á vengar no me obligo
Esla injuria, esta traición?
;, V cómo no es mi pasión
i'revencion de su caslign?
Sombras de otros cuerpos mudas
l.os dos de otros dos mitrides
Que á iaii dudosas verdades
Dais tan obedientes dudiis.
liespondedme á lo que os digo,
Decid, ¿quién os ha enseñado
A prevenir el sagrado
En casa del enemigo?
Decid (; terrible dolor!
¿ Como este afecto me llama ?
Pero primero es mi fama,
Que es antes que fué mi amor)
¿Cómo vuestro acero atroz
Le ha muerto? Mi pena irrito;
Hablad, si no es que el delito
Os haya helado la voz.
CÍRLOS.
Yo, ¿ por qué? si ha sido ofensa,
Que yo á Alejandro primtro...
DIANA.
¿Tan retórico el acero,
Y la lengua tan suspensa?
Si hubo acero á la traición
Con lilos para el agravio,
Alilad la lengua al labio
Y pasadme el corazón;
Ea, que yo esperaré
En tanto abismo de males
Vuestras heridas mortales.
ALEJANDRO.
Oid, que vo oslo diré;
Que ya s:ibeis, imagino,
t,iiie soy ciuel y tirano.
Que era Cuello vuestro hermano,
Y que yo soy Gibeliiio;
Pues con cauteloso amor.
Sabed, queamante ó astuto
EL MAS IMI'
ricienJió coger el frulo
Eli el jardín de mi honor;
'Teiij-o hermana, y es mujer;
I Y, en Un, con amor sin par,
¡Como él la supo engañar
tila le supo querer;
Del caso me aseguré
(«11 evidencias bástanles,
Porque siempre los amantes
Piensan que nadie los ve ;
Llamé á mi padre y mi hermano :
Su siiíjgre helada encendí.
Ellos cuerdos, yo sin mi ,
Ellos crueles, yo iiiliumano,
O |ior valor ó por suerte,
Que el vencer fortuna es.
Hemos cobrado los tres
Noble venganza en su muerte ;
KstDS fueron los recelos
IJuc habéis llegado á escuchar,
Auora falta cobrar
(Jira venganza á mis celos.
. Como á luz que en la mañana
tlonfunde la noche fría
Liando quilates al dia.
Adoro el sol de Diana;
Cine Carlos lo sabe es llano,
^ pues sabiéndolo ansí
Oira vez le he hallado aquí ,
lie de matar a mi hermano;
V el Duque y todos se estén
Mirando lo que yo hiciere,
l'ur<|ue al que me lo ini|>id¡ere
II ' I' matarle también;
I r y mi osadia,
I venganza atiende,
• iue á mi sangre ofende
¡ usible quesea mia;
> ;i-i. Carlos enemigo.
Pues das celos á mi amor,
l'ur sanear mi dolor
lie de comiirar tu casliso.
{Saque ¡a espada.)
CARLOS.
pt -iKlia, Alejandro, y piensa,
<"•■■ iiiiique me cueste la vida,
-o i|ue es permitida,
¡e poner en defensa.
ALEJANDRO.
ícra íu defensa en balde;
{¡Unen.)
Vos en balde le amparáis.
DIA.IA.
¡Uay tal pena!
Dl'QÜE.
¿Que esperáis?
Ea,prendedle y matadle.
ALEJANDRO.
Daréos la muerte primero.
CARLOS.
¡Extraña resolución!
ALEJANDRO.
i Cielos, que en esla ocasión
(Quiébrasele la espada.)
Ue baya faltado el acero !
DUQUE.
Díteá prisión, ó tu muerte
Has de ver en mi vengan/a
ALEJANDRO.
Ya no hallo humana esperanza;
Cobardes, de aquesta suerte
{Tírales la guarnición, coge el bufete,
y Cosme sale debajo del.)
He de quedar satisfecho.
Si mi ira á mi industria apoya.
COSME.
Descubrióse la tramoya ;
KOl'IO VERDLGO POR LA M.4S JUSTA VENGANZA
Acabóse, aquesto es hecho;
Cayó.
DCQIE.
Asidle.
COSME.
Cierra, España.
ALEJANDRO.
¿Que agora cayese yo?
COSME.
Mejor fué que tú, y cayó
La princesa de Bretaña.
(f renden los criados á Alejandro.)
ALEJANDRO.
¡Vcngadme, cielos, de mi!
t,iue me deis castigo es bien.
COSME.
¿Mas que el Duque cae también
En llevarme preso á mí?
¿Agora sales con eso.
Cuando estamos en la trena
Tan apretados, que temo
Que ya que no en caperuza .
Nos han de dar en pescuezo?
De Alejandro no receles.
Porque desde el jardín nuestro
Eligió salto de tapia
Por no andar rogando á buenos.
CÉSAR.
¡ Que nos encontrase el Duque!
DLQUE.
Carlos, dadme vuestro acero.
II ANA.
¡Qué desdicha, qué rigor!
CARLOS.
V con mi acero, Señor,
Mi vida ofreceros quiero.
[Dale la espada.)
DIANA.
Que estoy sin alma confieso.
COSME.
Que han de llevarme acredito.
DUQUE.
Yo veré vuestro delito ;
Vuestro padre está ya preso.
DIANA.
Murió mi esperanza vana;
Pero primero es mi honor :
Justicia os pido, Señor.
CARLOS.
Nací desdichado.
DIANA.
Naci infeliz, soy amante.
DUQUE.
Vaya Alejandro delante,
Y traed ese criado.
COSME.
Zapatos.
DIANA.
¡Desdicha fuerte!
CARLOS.
Pero mi vida ¿qué espera?
DIANA.
, Ay Carlos, y quién pudiera
Castigarle v defenderte!
{Vause.)
Sa/e DAMIÁN con grillos, y con cadena
CÉSAR.
CÉSAR.
No me consueles, Damián.
Déjame ya.
DAMIÁN.
Va te dejo,
Pero consuélame á mi ,
Pues no quieres mi consuelo ;
Dimos en la ratonera.
Pescáronnos el coleto.
Que este, en lenguaje germano.
Es vocablo más de adentro.
CÉSAR.
i A; mi Alejandro, ay mi hijo!
Tú tienes la culpa desto
En venirte tan de espacio;
Pero ¿qué mucho, si es cierto.
Que estás por cierto accideule
Atacado por de dentro?
|Ah, bien haya mi Señor,
Pues viendo preciso el riesgo.
Tomo las de Villa Carlos
Como las de Villa Diego !
CÉSAR.
¿Y dónde estará Alejandro?
DAMIÁN.
Supuesto que no esiá preso.
El sabrá volver por si ;
Deja ya de hacer exiremos
Y olvídate deste hijo.
Que aunijue clueco, estás tan viejo.
Que aunque más y más le empolles
Te ha de salir hijo huero.
CÉSAR.
Dime, ¿y vístele saltar?
DAMIÁN.
Por mis ojos.
CÉSAR.
Y dime esto,
¿Era peligroso el salto?
DAMIÁN.
No tengas de eso recelo ;
Siete tafíias, que las salta
Cualquier liebre y cualquier lego.
CÉSAR.
¿Y adonde vino á parar?
DAMIÁN.
Cayó á una casa.
Sale COSME con grilles.
COSME.
Laus Deo.
DAMIÁN.
¿Cosme?
COSME.
¿Damián? Señor mío.
CÉSAR.
¿Qué es aquesto.'
Lo que es eso.
DAMIÁN.
¿ Qué ha sido ?
CÉSAR.
¿Qué ha sucedido?
COSME.
Oídme los dos atentos :
Apenas á Federico
Dentro en vuestro cuarto mesmo
Al buscar el pan de boda
Le disteis el pan de perro ;
Apenas los dos saltando,
O ja por fuerza ó por riesgo
Hicimos agilidades
' De nuestros benditos cuerpos;
Cuando después de gran rat»
I Dimos, del peligro huyendo.
l'.ii casa de la señora
Diana nosotros mesmos ;
El gran duque de Florencia
pue andaba de ronda en esto,
Y hecho duque del refugio
Llevaba á su Casa el muerto ,
Cogió tres de una redada
Cogiéndome á mi con ellos,
'l'u dedo malo, Alejandro,
Y á Carlos, tu dfdo bueno;
IIÍ7.osele «rancie fiesta,
l'oniue le hicimos primero
Con una danza de espadas
Mudanzas de mil extremos;
Ouisimonos ir los tres ;
Pero nuestro Duque, viendo
(Jue era tarde y que hace lodos,
>Nos metió en su coche mesmo;
llanos hecho dos mil honras.
De que obligados nos vemos ;
Pues nos trujo por las calles
Con mucho acompañamiento;
Pues Alejandro, tu hijo.
Como es cortés, enefelo.
Con las manos las acciones
Le hizo dos mil cunipliniienlos
No quiso el Duque sufrir
Tanta cortesía, y luego,
Para que no hiciese tantas
Le hizo alar entrambos dedos ;
Y, en lin, como ya era tarde,
Por no saber si esiá abierto
Tu cuarto y no alborotar
La gente que duerme dentro,
Nos ha traído i esta casa,
Donde luego que nos vieron
Nos abrieron las dos puertas
(In alcalde y dos perleros ;
Cerráronnos luego al punto,
Y luego nos escribieron
Kn un libro, donde estaban
Otros convidados nuevos;
Luego otro hombre muy cortés
Ante nuestro acatamiento
Puso por más cortesía
L'na rodilla en el suelo;
Y cogiéndome los pies
O no sé si descogiendo,
Cortés á macha martillo,
Hizo lo que quiso dellos ;
Estotro es en cuanto á esto;
Es aquesto en cuanto á esto,
Tu hijo llega á esta sala,
Y yo desalado vuelvo ;
Él te dirá lo demás,
(Jue JO solamente temo
yuese han de vender mañana
Muy baratos ios pescuezos.
CÉS.lR.
Vele, Damián, allá fuera.
DAMIÁN.
Lo que mandas obedezco.
COMEDIAS ESCOGIDAS DE DON FRANCISCO DE HOJAS.
¿Yo postrado, pese á mi,
De la sujeción al fuero?
CÉSAR.
¿IIijo?
ALEJAMDRO.
Los cielos maldigan
El destilado alimento
i.ine en mi desdichada infancia
Infundió a mi vida esfuerzos.
CÉSAR.
¿Alejandro?
ALEJANDRO.
El claro arroyo
Que el margen hurla sereno,
l'ara castigo mayor
A mi sed se enturbie ciego.
CÉSAR.
Hijo, ¿no me hablas agora?
liefrena los sentimientos
Que se hará para tus penas
incapaz todo tu pecho.
ALEJANDRO.
; Oh hierros, que sujetáis
Mi valor! viven los cielos,
oue con los dientes yo propio
Os he de hacer menos ciertos!
CÉSAR.
Refrénale por tus ojos,
Témplate advertido y cnerdo,
Que cuando no son posibles ,
Se hacen males los remedios.
iVase.)
Sale ALEJANDIiO con esposas,
pares de grillos y cadena.
ALEMNDRO.
Reniego de mi paciencia;
Airado maldiga el cielo
A (|uien por naturaleza
Me ha dado este ser que tengo ;
De mis \enas el coral
En pálido humor resuelto
Naciendo para lisonja
Fallezca para escarmiento;
Niegúeme ia luz el sol ,
La tierra me niegue el centro,
Y ni aun para respirar
If;ille descanso en los vientos;
¿Vn, que á Italia he sujetado,
A un fiagil metal sujeto?
ALEJANDRO.
Quítate, caduco anciano,
{Derriba á su padre.)
Que vive mi ardiente fuego.
Que es el Dios que en mi coraje
Tiene la corona y cetro.
Que te haga tantos pedazos.
Sale CARLOS.
C.ÍRLOS.
Padre y Señor, ¿qué es aquesto?
¿Tú en el suelo desle modo,
Y Alejandro tan soberbio
En el sagrado de amor
Profana su ser primero?
¡Viven los cielos, tirano...
CÉSAR.
¿Quién os mete á vos en eso?
Noniarala para vos.
Idos allá fuera luego.
No estéis aquí un punto más.
CARLOS.
¿Señor?
CÉSAR.
Salid.
CARLOS.
Ya obedezco. (Vi
CÉSAR.
Hijo, ¿porqué me aborreces?
¿Ha sido porque te quiero?
No haces bien, que ingratitudes
Son para otro amor mas ciego.
ALEJANDRO.
¿No basta que eres mi padre?
CÉSAR.
¿Por ser tu padre le ofendo?
ALEJANDRO.
Si, y á poder, yo á mi mismo
Sacarme tu sangre, creo
Que por ser luya no más
La derramara del pecho.
Sa/eCAÍlLOS.
c.írlos.
,, Padre y Señor?
CÉSAR.
Mira, hijo,
{Hable con Alejandro sin mirar á d
los.)
Tu te buscaste á despecho
De los astros otra estrella
Distinta á tu nacimiento.
CARLOS.
¿César, padre?
CÉSAR.
¿Qué me quieres?
Vete de aquí.
Escucha atento.
Porque ya...
CÉSAR.
¿Qué es lo que dices?
CARLOS.
Llegó el plazo.
CÉSAR.
Dilo presto.
De nuestra muerle.
CÉSAR.
i Qué pena!
ALEJANDRO.
Prosigue.
CARLOS.
Ya lo refiero:
Siendo la parle Diana,
Kl gran duque siendo Giielfo
Y nosotros Gibelinos,
Bien sustanciado el proceso,
Ileconocida la culpa.
Por desvanecer á un tiempo
Estos dos bandos de Italia,
Cenizas de tal incendio.
Que aunque el tiempo las apure
Los vuelve á encender el tiempo ;
Pensando también el Duque
Que en no castigarnos luego
Por tener tantos parciales.
Puede haber posible riesgo,
Promulgó cruel sentencia
De muerle a los tres, diciendo
Que alevosamente anoche
IJinios muerte á un caballero;
Y escuché (¡grave dolor!)
Del inviolable decreto
Que pues lodos tres la hicimos,
Que todos tres la paguemos.
Yo sin temor y sin sustos.
Sin lágrimas y sin miedos,
Porque el valor es aqui
El más decente consuelo,
He venido á dar aviso
De mi suceso y del vuestro;
Pues en el mar do la muerto
Igual fortuna corremos.
Sabe mi dolor, que es mucho,
Que yo solamente siento
Ver hecho cristal menudo
De mis años ese espejo;
Pues cuando en la blanca luna
Me miré de su consejo.
Componer supe mis iras.
Afeitar supe mis yerros.
¡Oh, quién tuviera mil vidas!
Poco en esto lo encarezco,
Porque mil vidas feriara
De sólo tu nombre al precio.
{Llore César.)
¿Lágrimas, César, agora?
EL mAs impropio verdlgo poií i.a mas just
iTempla el mortal seiilimieiilü,
,nuf lio es biii'na inediciiia
l'ara el mal el ilesconsuelo;
Valor sane lu accldeule.
Sea Iriaca elsulrlmiento,
¡ (,iue á esle veneno no sabe
I Curar coiiirario veneno.
I Cou el vülor al delito
llagamos Igual ejemplo,
Hucs quien muere con valor
üjtaria con esfuerzo.
V reprime fugitivo
Ese jljorjr lisonjero
t,!ue sei^un s;ile cansado
Por dos márgenes Uc hielo
No parece quinla esencia
Uel fue¡,'o añílente del pecho,
Sino trasudor del alma.
Que, mayorazgo del cuerpo.
Le ha dado esos desperdicios
Deaijúfar en alimentos;
V pues hemos de morir....
Sale Ü.\MIAN.
.Qucd.ces?
Lo que le digo.
CARLOS.
Acaba, Damián.
j DAIITAN.
I Ya empiezo.
I El gran Duque de Florencia,
I ti valiente, el sabio, el recto,
El que con ser tan piadoso
Se precia de justiciero,
Sabiendo que no hay ministro,
Uicirlo mas claro debo.
Sabiendo que no hay verdugo
yue ejecute sus decretos,
l'ues después que ajusticiaron
En Klurencia un caballero
Que por galán y bien quisto
Era de Horencia espejo,
No ha habido en toda la Italia
guien se haya atrevido á serlo;
HoKiue todos los muchachos,
^u h:iy verdugo, cuando luejjo
(^uii piedras y con cuchillos,
Y cüii varios instrumentos
Tan á su cargo le toman
Que le hacen por fuerza el reo;
Dio en la cárcel un pregón.
Que aquel que admitiese serlo.
Le perdonaban cualquiera
Delito, aunque fuese hecho
Contra la persona real.
Por la cárcel discurrieron,
Y con haber tantos hombres
Por raros delitos presos,
Cun saber que han de morir ,
Nu ha habido uno en todos ellos
Que admitiese ser verdugo;
Por<|ue todos eligieron
Más muriendo, muerte honrosa,
Que vida infame viviendo.
Y, en lin, como no le hallaron...
Sale COSME vestido de verdugo,
cordel y cuchillo.
COSME.
Ya le han hallado por cierto.
Srñores, los mis señores,
Mis amigos siempre buenos,
Vosotros que sois mis amos,
Ya pasados como huevos;
Los que yenüo á cazar gangas ,
Escarramanes más nuevos,
Habéis cazado esos grillos
Que os canten á lodos tiempos;
Ue lo que quiero intentar
A pediros perdón vengo,
Que es la primer caravana
Que hacen los verdugos nuevos.
Señores, ya tengo olicio
lieal; pero yoconlieso.
Que aunque no es de mucha honra
Tampoco no es de provecho.
Sentenciado estoy á muerte,
Y sabe Ülos que no tengo
Si me quitan esta vida
Con que remudarme luego.
Como otro os ha de ahorcar
Que más activo y más Mero
Ro os haya lomado nunca
Ni una mano ni un pescuezo.
Más vale que yo os degüelle.
Señores; porque, en electo.
Siendo yo de vuestra cafa,
Moriréis entre los vuestros.
Yo os prometo degollaros
Tan sutil y tan ligero
Que parezca que el cuchillo
Ha nacido en el pescuezo.
Y cuando, como otros hacen,
Os baja de dar el beso.
Pues que mis maestros sois.
Llevaré mi bolsa y puerros;
Y adiós, que voy á alilar
Dos ó tres cuchillos nuevos
Porque muráis á placer.
Que están muy mohosos estos,
Y siempre á mis parroquianos
Y amigos, echarles pienso
A unos el mejor esparlo,
Y otros el mejor acero.
cÁntos.
Tente, Cosme.
COSHE.
No me tenga.'!.
CÉSAR.
¿Dónde vas?
COSME.
Veránlo presto.
DAMIAM.
¿Tú, verdugo?
COSME.
¿Por qué no?
Mira que...
COSME.
Aquesto resuelvo.
CARLOS.
¿En fin, le vas?
COSME.
Con los pies;
En On, ¿vustedes crejeiun
Que he de ser verdii;;o?
I DAMIÁN.
Si.
cnsMR.
Pues sea verdugo un calvo
Destosque andan descubiertos.
Que los (|ue traen calielleras
Tienen vergüenza de serlo;
Porque vo ni lo he de ser,
M lo seré ya, ni pienso
Haberlo sido en presente,
En futuro ni en pretérito.
{Arroje el cuchillo y cójale Mcjnndro.
ALEJANDRO.
j Pues por esas diez esferas
A VE^OA^•/.A. 1
Cuyo rapto y movimiento,
O por mas diestro ó mas noble
luje el otro mayor cielo,
Que he de dar á la memoria
El más trágico suceso
Que esculpe el mármol y el bronco
En los anales del tiempo.
Parricida y fratricida
He de ser, el más sangriento
Que ha divulgado la fama
Por la voz del mclal hueco.
El más impropio verdugo.
Desde esle hasla el polo opuesto.
Me llamará la crueldad
O me nombrará el despecho.
Vida infame solicito
A un tiempo airado y resuelto,
Y de mi propio intenté
Tomar veni^anza yo mesmo.
Pues para tomarla en mf.
Tomarla en mi padre quiero,
Y ser yo propio de mí
La muerte y el inslrumenlo.
Y si para lener vida
Esta ofensa hacer me debo.
Viva yo, y muera mi padre.
Que si es cierto que muriendo ,
Vida, honor, y ser y fama
A un tiempo los tres perdemos.
Va que se haya de perder
He de perderla viviendo.
CÉSAR.
¿Cielos, que es esto que oi?
Hijo ¿por qué tomas liero
Y airado ese infame acero?
ALEJANDRO.
Para darte muerte á ti.
CÉSAR.
¿Tú darme la muerte?
ALEJANDRO.
SI.
CÉSAR.
Dime, ¿lü quieres hacer
Tal crueldad? ¿y lü has de ser
Mi verdugo y mi enemig«?
¿Por qué?
ALEJANDRO.
Por darte el castigo
De haberme dado esle ser.
CÉSAR.
¿Posible es que el labio mueves
A delito tan horrible?
;No te acuerdas, es posible.
De lo mucho que me debes?
¿Cómo á articular te atreves
injurias contra mi fe
Cuando lu ofensa se ve?
ALEJANDRO.
No me debes más á mi.
Que yo le he debido a li
Ni le deberé.
CÉSAR.
¿Por qué?
ALEJANDRO.
Fácil un discurso elijo
Con que á mis crueldades cuadre:
Yo le he hecho á li ser buen padre,
Y lü me hiciste mal hijo.
CÉSAR.
ALEJANDRO.
No le acredites ajeno
Si con justa causa igualo.
Que cuanto yo soy más malo
Vienes á ser lú más bueno.
183 COMEDIAS
CÉSAR.
¿Qué discurso ó qué verdad
Ese aféelo lujo indicia?
ALEJANDRO.
Es que con mi gran malicia
Sobresale tu bondad.
CARLOS.
Y, dime, ;no es impiedad.
Nunca ai dolor prevenida,
Ni por la eslrella inlluida,
Ni ania^'ada por la suerte.
Que vengas a dar la muerte
A aquel que te dio la vida?
CKSAR.
Yo te engendré, jo te di
El noble ser que gozaste.
ALEJANDRO.
Por tu gusto me engendraste,
Que no lo liicisles por mi:
V no me llores ansi,
Que no podrá lu prudencia
Kediiciinie á tu obediei.cia;
V pues oyes mi razón.
No me hagas obligación
Lo que fué tu conveniencia.
CÉSAR.
Pues redúcete por ver
Siquiera que te he criado.
ALEJANDRO.
¿Tan buen hijo me has sacado
Que le lo be de agradecer?
CÉSAR.
Sea siquiera por ser
Yo (¡qué terrible dolor!)
Quien su amor con su dolor
Juntar supo y dividir.
ALEJA^DR0.
V dime, para vivir
¿Me hará provecho tu amor?
CARLOS. (Ap.)
En vano obligarle piensa
Su ingratilu(Í: del indicio
Que avisarle un beneficio
Es acordarle una ofensa.
Ese afecto, ese rigor;
Repara en el deshonor
De lu fama esclarecida.
ALEJANDRO.
Si me han de quitar la vida,
¿Para qué quiero el honor?
César, y no padre, advierte.
Que tres veces he soñado
Que soberbio y arrojado
íle dabas sangrienta muerte;
Pues poi librar desta suerte
|]ii indicio, que aun incierto
Tiene apariencias de cierto.
De mi coraje inducido.
La que me diste dormido
Procuro vengar despierto.
CÉSAR.
Soy tu paJr
ALEJANDRO.
Eso quiero.
CÉSAR.
ALEJANDRO.
Y mi enemigo.
CARLOS.
ALEJANDRO.
No escucho ronsejos.
ESCOGIDAS DE DON FKANCISCO DE ROJAS.
CÉSAR. Trocada v
¿V á tu hermano?
ALEJANDRO.
Es sangre mia
Y he de verterla por eso.
CÉSAR.
¿Y á mi?
ALEJANDRO.
Porque me criaste.
CARLOS.
Advierte.
ALEJANDRO.
Ya estoy resuelto.
CÉSAR.
,,No hay medios?
ALEJANDRO.
No los procures.
CARLOS.
,.Ni hay lágrimas?
ALEJANDRO.
Soy de hielo.
CÉSAR.
jM hay quejas?
ALEJANDRO.
Naci montaña.
CÁKLOS.
,,Y tu opinión?
ALEJANDRO.
No la tengo.
CÉSAR.
¿Y tu sangre?
ALEJANDRO.
Soy cruel.
CARLOS.
Mira la infamia...
ALEJANDRO.
Estoy ciego.
CÉSAR.
(,Y lu nobleza?
ALEJANDRO.
Perdila.
CARLOS.
¿A qué aspiras?
ALEJANDRO.
Vivir quiero.
CÉSAR.
¿Y ha de ser?
ALEJANDRO.
Ya lo publico.
CÉSAR.
¿No hay remedio?
No hay remedio.
CÉSAR.
Pues remedio hay, Alejandro.
ALEJANDRO.
jCuál es?
CÉSAR.
Decírtelo quiero.
Ya que has intentado a'|ui
Darme la muerle atrevido,
Más bien será pare> ido
Que yo le dé muerte á ti :
Yo el ser que tienes te di.
Tú internaste airado, impio.
Quitarme ser y albedrio.
Pues di, ¿qué ha de parecer.
Que yo te diese á ti el ser,
Y tú me quites el mió?
Mas bien visto seiá, advierte,
A llalla, al mundo y á Dios,
Que os dé la muerie á los dos,
Que DO que me des la muerte;
tu suerte,
l'ues si cuando más te sigo
Krcs mi hijo y mi enemigo.
Hoy para tu destemplanza
Llegó el plazo á la venganza
Y la ocasión al castigo.
Reducirte he pretendido.
Como padre y como viejo,
Con el amor y el consejo,
Y obligarte no he podido;
Tú n\i muerie has elegido;
V asi, pues, no hay esperanza
De hallar en lu amor templanza.
Seré, si al cielo le plugo,
/;/ más impropio verdugo
l'or la más justa venganza.
Y adiós, Carlos de mis ojos,
Que aunque estos abrazos liemos
Llegan tarde, imnca llegan
Las liuezas a mal tiempo.
( Abrace á CárliK
CARLOS.
¿Pues qué inienias?
CÉSAR.
Que Alejandro
No sea verdugo nuesiro.
CARLOS.
,.V tú has de serlo?
CÉSAR.
No sá.
CARLOS.
Míralo bien.
ALEJANDRO.
Vive el cielo,
One antes de mis propias manos
.Seras infame escarmiento.
CÉSAR.
Témplate, Alejandro, hijo,
V Verás como me templo.
ALEJANDRO.
lo he de malario.
CÉSAR.
No es justo.
CARLOS.
Si he de morir, en efeto.
Muera á maws de mi padre,
V no á tus manos, sangriento.
ALFJANURO.
Ese es rigor.
CÉSAR.
Es pieilad.
ALEJANDRO.
Será infamia.
CÉSAR.
Será ejemplo.
ALEJANDRO.
Déjame obrar como malo
Si eres bueno.
CÉSAR.
No lo apruebo;
No es bien que mi propio hjo
Sea mi verdugo niesnio.
ALEJANDRO.
¿Y será bien que mi [ladre
Me dé muerle á mi?
CÉSAR.
No es bueno;
Pero en dos males tan grandes
Se debe elejir el menos.
CARLOS.
Pues, Señor, muera a tus manos.
CÉSAR.
¡Oh, (|ué de afectos te debo!
ALEJANDRO.
Mis manos han de matarle.
El, MÁS IMPROPIO VERDUGO POR LA MAS JCSTA \ KNCANZA.
CtSlR.
;,Qu¿ lie crueldades te creo!
I CARLOS.
!;Padre, adiós !
CÉSAR.
¡Carlos, adiós!
¿Alejandro?
ALEJANDRO.
Uilo presto.
CÉSAR.
Vc'ji el ¡mentó que tienes
V vo dejaré mi intento.
ALEJANDRO.
Vive Dios, padre tirano.
Que si no lo impide el cielo,
U tu acero ba üe matarme
O ba de matarte mi acero.
CÉSAR.
Pues déme el ciclo venganza.
AL£JANURM.
.N\. querrá vengarte el cielo.
(Vansí.)
Salen JULIA, DIANA T CASANDRA.
CASA>DHA.
Vine á tu casa á ampararme.
Bella Diana, y en ella
l'resumienüo bailarle airada,
Vine a examinarte cuerda.
Biuu haja tu entendimiento;
Puts á ün tiempo mismo mezclas
A lü iiM la templanza ,
V a la crueldad la prudencia.
JULIA.
¿DoiiJo vamos, qué es tu intento?
Ilalil:ir al Duque quisiera,
V pedirle que perdone,
O |0i' 1 uego o por clemencia,
Cou Alejandro y con Carlos
A tu anciano padre César.
Pues maestro mi dolor
En mi soledad me enseña
Que no recojo esta sangre
Porque se derrame aquella.
Esta es la pueru, Diana,
De la cárcel.
CASANDRA.
V por ella
Agora sale el gran Üuipie;
Pür(|ue para esta senlencia
Él propio vino á la cárcel.
DIANA.
AUi nn cadalso se muestra.
JULIA.
V de la cárcel presumo.
Si no es que la vista mienta.
Que salen Damián y Cosme.
Es verdad, entrambos llegan.
Sa/ín COSME T DAMIÁN.
DAUIAN.
Acabóse, aquesto es hecho.
COSME.
Soltáronos de la escuela
Adonde .«oíos los grillos
Son los que hacen buena letra.
Verbum caro faclum est.
¿Ha, Cosme?
COSME.
¿Quién me cosmea?
Llegaos acá.
COSME.
¿Qué queréis?
¿Conoceisme?
COSME.
Diana bella,
Qué podéis dar cuando sale
De hermosa á la aurora queja...
CASANDRA.
¿Sales de la cárcel?
COSME.
Si.
DIANA.
¿Qué hay de nue\o?
DAUIAN.
Si deseas
Oir el caso más raro
Que antiguas historias cuentan.
Oye. Como no hay verdugo.
Como sabes, en Florencia...
COSHE.
Vo lo contaré mejor,
til hijo mayor de César...
DAMIÁN.
¿Qi ién le mete en eso á él?
COSME.
¿Quién me ha de meter? mi lengua.
DAMIÁN.
Vo se la sabré sacar.
COSME.
Mejor lo hablará más suelta.
DAMIÁN.
¡Vive Dios!
JDLIA.
El Duque sale.
DAMIÁN.
Pues agwdezca...
COSME.
Agradezca...
Sale EL DUQUE y acompañamiento.
{Ap. Esta es ocasión; yo llego.)
Duque insigne de Florencia,
Que adonde llega la fama
Eterno tu nombre llega.
Si como de justiciero
De ser piadoso te precias.
Ayer te habló la justicia
V agora el perdón le ruega.
Hermana de Federico
Soy, y soy la parte mesma
Que tiene la mayor parle
En el dolor y en la pena.
A pedirte (|ue perdones
Vengo mi agravio y mi ofensa,
Que por ilicilos medius
So es honrado quien se veiiifi.
Y as!...
BUQUE.
Detened, Diana.
DIANA.
¿Qué me decís?
DUQUE.
Que vos mesma
Me pedisteis el castigo.
Va lo confiesa mi lengua.
DUQUE.
Pues yo cumplí mi palabra.
DIANA.
Lágrimas, tened la rienda.
¿Es muerto Carlos?
DUQIE.
Va es muerto.
VOCES. (Deiiíro.)
Tenedle, prendedle.
TODOS. [Denlro.i
Muera.
Saie CÉSAR con el cuchillo san-
griento.
CÉSAR.
Antes que me deis la muerte.
Pretendo ver á su Alteza.
DUQUE.
¿Qué es esto?
CÉSAR.
Un hombre infeliz
Que á besar tus plantas llega.
{Üe rodillas.)
DUQUE.
César, ¿qué ha sido?
CÉSAR.
Señor,
Que antes que mi muerte quieras,
Te he de rogar que me escuches.
DUQUE.
Habla, ya tienes licencia.
CÉSAR.
Ya tú sabes que Alejandro
Contra la humana obediencia
Quiso quitarme la vida.
DUQUE.
Es verdad; prosigue César.
CÉSAR.
V ya sabes tú. Señor,
Aunque lo acuerdo, que á fuerza
De no poder reducirles.
Te rogué me permitieras
Que fuese el ministro infame
De tu castigo y mi ofensa.
DUQUE.
Vo lo consentí, es \ erdad ;
Porque era injusta violencia
Que el que es padre en un suplicio
A manos del hijo mueía.
CÉSAR.
Pues Señor, subí al suplicio ,
I Levantóse.)
(Nunca al suplicio subiera,)
tropezando con los ojos.
Que Son los pies de la pena;
Ligué á mis hijos las manos,
Puse á sus ojos dos vendas
A tiento, porque mi vista
Estaba entonces más ciega.
Volví á exhortar á Alejandro
Que olvidando su soberbia
Tuviera para su intento
Sus iras menos resuellas.
Témplele, hállele cruel,
V viendo en tantas Qnezas
Que irritándose del ruego
Se olvidaba de la ofensa ,
Con el cuchillo que miras
V con esta mano diestra
De su garganta cruel
Tomé venganza sangrienta:
Agora, agora te pido
Que á lo principal me atiendas.
Pues más llamo á tu atención
Que procuro lu clemencia.
Señor, este hijo que ves.
Va muerto á mis manos niesmas.
Ha sido el hijo más malo
üiie edades aniiguas cuentan.
Italia )' el muiulo $al>e
Que con su desobediencia
Me redujo en Mancas canas
Las que eran señales negras.
Deseaba darle castigo
Eciuivalente 6 su pena,
Para que á un publico agravio
Publico el suplicio sea.
Y asi, pues, le he castigado,
Invicto Duque; no creas
Que ha sido ser jo verdugo
Desdoro de mi nobleza :
Su juez y su padre he sido;
Porque en tan rara tragedia,
Ouien sabe su ingratitud.
También mi castigo sepa.
Ko cumpliera con su padre
Si la muerte no le diera:
Este es el primer castigo
Que le ha dado mi clemencia.
Para esto tomé el puñal;
Y para que mejor puedas,
Médico de la justicia,
Sanar tan (jrave dolencia.
No he dado muerte á Carlos,
Sinoá Alejandro, que fuera,
Sobre ser poca piedad,
[•.OMr.DIAS ESCOGIDAS DE DON FRANCISCO DE ROJAS.
Premio injusto á las finezas.
A Alejandro he dado muerte ,
Y asi. Señor, porque veas
Para ejercer tu justicia
Los despojos que le quedan,
(Descubre en el cadalso á Alejandro
muerto, ;/ á Carlos vendados los ojos
en una silla)
Mira un hijo castigada
Y otro que el castigo espera;
Pues para el justo castigo
Agora el verdugo venga
En mi, y en oárlos, mi hijo.
La airada cuchilla estrena.
Que aunque es ciego mi dolor,
No está mi piedad tan ciega
Que á mi, Señor, de dos hijos.
Mitades del alma enteras.
Me toca también la culpa,
Mas no uie toca la afrenta.
DÜQDE.
Espera, César, aguarda.
Que para que me obedezcas,
Puesto que está castigado
Lo principal de la ofensa,
Y supuesto que Diana
Que os diese perdón me ruega
Para dejar acabados
Estos dos bandos, que inquietan
Lo mejor de mis Estados,
He hallado una conveniencia.
Carlos le dará de esposo
La mano á Diana bella,
{Quítenle la venda de los ojos á Carlos
y levántese.)
V de Casandra lu hija
Queda el remedio á mi cuenta
Con que asi quedan premiados.
CÁHLOS.
Mi amor con tal recompensa.
CÉSAR.
Mi lealtad con tan gran premio.
Y á un mismo tiempo también
Desta historia verdadera
Veremos el fin dichoso.
COSME.
Si hubiere quien tenga á lengu;
Un viior u otra moned
En esta y en la otra vida
Se lo pagará el poeta.
LO QUE SON MUJERKS.
SERAFINA.
RAFAELA.
DON ROQUE.
CIRAJA, gracioso. I DO.^A MATEA. I ESTERAN, , .
INESICA. DON MARCOS. JACOBO, l'^""""^'
¡JON PARLO. DON GONZALO.
JORNADA PRIMERA.
Salen SERAFINA t RAFAELA.
SERAFINA.
tlétenla luego á un convento,
' No ba de esUir en casa un boiü.
RAFAELA.
Yo te confieso, Señora ,
Que esjusio lu senlimienlo;
Pero aunque es doña Malua
Con los hombres tan bumana ,
Es, en efecto, lu hermana.
SERAFINA.
¿Enamoradita y fea?
¿Qué es esto?
Templanza ten.
SERAFINA.
¿No quieres tú que me asomhre
Si en la vida ha visto hombre,
Que no le parezca bien?
El chico, por lo donoso;
El grande, por lo entallado ;
El puerco, por descuidado;
El limpio, por cuidadoso ;
Porque guarda, el miserable;
Por arrojado, al valiente;
Al que bahía, por elocuente;
Al quecalla, por loable:
Al cobarde , por templado ;
Al hablador, por chistoso ;
Al libio, por vergonzoso;
Por discreto, al mesurado;
Al vano, por presunción ;
Por constante, al importuno;
Jamás ha visto hombre alguno
Que no le cobre afición.
Pues en un convento vea
Su humanidad reprimida.
RAFAELA.
Señora...
SERAFINA.
No Ti en mi vida
Has malas gracias de fea ;
Lindas partes de adorada
Tiene mi tal hermanita;
Scgundita , pobrecita ,
Feiía y enamorada;
En un convento, es notorio
Que templará este deseo.
RAFAELA.
Señora , yo no la veo
Con hambre de relilorio ;
Cásala con un garzón
Casero, y lo mismo has heolin.
Que tiene un marido estrecho
Mil cosas do religión.
SERAFINA.
No hay que replicarme en nada ;
Convento, quiera ó no quiera.
RAFAELA.
Advierte...
RAFAELA.
No te quiero replicar,
Pero no se ha levaiit.ido.
(Llaman.)
¿Quién es?
RAFAELA.
Un hombre que ha dado
Todo hoy en quererte hablar.
SERAFINA.
No entre hombre á hablarme.
RAFAELA.
Yo creí
Que te agrade si le ves.
SERAFINA.
¿Parécete á tí que es
Sugelo de galanteo?
RAFAELA.
Cada pié de á media vara ,
Las piernas de á caña y media;
Pues la cara lo remedia
Que es semicapon de cara
El hombre desmadejado.
SERAFINA.
Nadie hombre entero me nombre.
RAFAELA.
Señora no entre por hombre
Entre por acaponado:
Mira que ser tan cruel
Con los hombres es error.
Ahora estoy de buen humor,
Entre por reírnos dét.
Sale GIRAJA.
GIBAJA.
El cielo guarde, Señora,
Ese traslado del mismo :
Ese espacio, donde atento
Con rasgos negros ha escrito.
Do que sois SU hermosa copia ,
La perfección tan al vivo.
Que porque todos la atii-ndan
A la margen poner quiso
Dos ojos , como quien dice.
Ojo 3 sus labios divinos.
Donde el sangriento coral
Le viene como nacido.
También ojo á sus mejillas
De nácar, no por advilrio
De la beldad, que están rojas
De vergüenza de haber visto
Vuestros dientes tan iguales,
Tan perfectos , tan unidos ,
Que os están todos de perlas ;
Que viendo igualmente lino.
Ya el nácar, y ya el jazmin
De dientes y labios limpios ,
Cuanto corren á encenderse ,
Dicen lo que se han corrido.
También ojo á las pestañas.
Que en blanco raso, aunque liso,
Al canto de sus dos cejas
El párpado han guarnecido.
V ojo también á esos ojos
Que dan muerte. ¿Quién ha visto
Que aquello mismo que mala
Sea lo que dé el aviso?
SERAFINA.
Al caso, por vida mia ,
Que tengo ya los oidos
Cansados de estar oyendo
De jazmin mil desvarios.
Mil vergüenzas de coral.
De nácar dos mil delirios,
Y de aljófares y perlas
Mil sartas de desatinos.
¿Quién sois?
GIBAJA.
Señora, yo soy
Hombre tan espantadizo.
Que ando haciendo sacramentos
De cualquier cosa que eslimo.
No os entiendo.
GIBAJA.
Soy un hon.bre,
Que por dar á mis amigos
Un buen dia con su noche ,
Doy muy malas de continuo.
RAFAELA.
¿Ese oficio es cosi-cosa?
SERAFINA.
Explicaos ya.
GIUAJA.
Ya me explico.
Yo soy...
SERAFINA.
¿Qué?
GIBAJA.
Casamentero.
Alcahuete á lo divino,
¿Qué queréis en esta casa?
GIBAJA.
Casaros , porque me han dicho
Que tenéis sobre lo hermoso.
Sobre lo airoso y lo lindo.
Cuatro mil y más de renta.
RAFAELA.
Sin joyas, sin ajuar rico.
Sin mas de tres mil ducados
De deudas.
GIBAJA.
Pues yo os afirmo.
Que está en manos el pandero
Que los hará veinte y cinco.
SERAFINA.
¿Y cómo os llamáis?
Silla á Gihaja. {Ap. Imagino
Con el lal casanienlcro
Oiverlimie un ralo.)
{Siéntanse.)
GIDAJA.
Digo,
Que portéis dar cuatro echadas
De blancura al mismo armifio.
¿A qué nosio os he de dar?
Aquí tengo ireinta escrilns
Que los he escogido á moco
De candil.
SERAFINA.
No escogéis limpio ;
¿ Y este olicio es provechoso /
GIBAJA.
Este año no se ha corrido.
SERAFINA.
¿Cíisanse agora mujeres?
GIBAJA.
Algunos casamientillos
Hjy de viudas.
RAFAELA.
¿De doncellas
No hay también?
GIDAJA.
Ualos habido;
Pero hay pocos , como hay pocas.
SERAFINA.
¿r.asais muchos?
SERAFINA.
¿ Y cómo los engañáis ?
GIBAJA.
Casándolos.
SERAFINA.
Yo no os digo
Sino ¿cómo los casáis?
GIBAJA.
Fácilmente.
SERAFINA.
¿Cómo?
GIBAJA.
Oildo.
SERAFINA.
¿Mentiréis?
CIBAIA.
No os cjso agora.
SERAFINA.
Pues proseguid.
GIBAJA.
Ya prosigo :
Primeramente, yo tengo
Ina memoria en que escribo
Cuanlos en San Sebastian
Son de fiesta y de domingo ;
Los de la comedia nueva;
Los que sin pleito ni oGcio
Kii el patio de palacio
Suelen estar de continuo;
Los del Prido, los de Atocha ;
Y a cada cual en mi libro
Para entenderme con ellos
Les pongo por seña un signo.
Al que es valiente , á la margen
Del mismo nombre le pinto
Kl signo León; y si es
Cobarde el Piscis le pinto;
Si es sufrido, el signo Tauro;
Y el de Aries , si es muy sufrido ;
Si es de mala condición ,
Kl Kscorpion ;oi es bien quisto,
COMEDIAS ESCOCIDAS DE DON PnANCISCO
El Géminis; y al que no es
Para hombre , el signo Virgo ;
Si e.'lá buboso le pongo
El Cáncer; y si es muy rico
Y ha venido de las Indias ,
El Acuario ; mas si es hijo
De algún tendero ó tratante
El signo Libra le aplico;
Si es muy feo ó contrahecho,
El Sagitario ; y si ha sido
Casado con dama hermosa,
Y fué pobre , pongo el signo
Capricornio, que lo es
De pobres , aunque maridos.
Entróme en cualquiera casa
De soltero, y en mi estilo
De casar propongo luego
Novias como Dios las hizo.
Si es medianamente hermosa ,
Hermosa la significo;
De manara , que no puede
Pensarse de hito en hiio
Que su hermosura es el dote,
Y que en Madrid he sabido
Que adorarla por su sol
Hallara mil novios indios.
Si es pobre, que es hijodalga,
Y luego cuento que he visto
Su ejecutoria con tama
Letra de oro en pergamino.
Si es rica , y no es bien nacida ,
Le doy con el refrancillo :
«Dineros son calidad »;
Y le digo : Señor mió.
Sepa usted , que don tener
Es caballero castizo.
Síes muy fea, y hallo luego
Mi novio un poco remiso.
Digo, que la mujer propia
Ha de picar un poquito
En fea , que desa suerte
And I un hombre con descuido.
Si el novio dice que es gorda
De ahogar, luego le digo :
¿Ha de hacer randas con ella
Que la quiere de palillos?
Si le propongo una flaca
Y la desecha , le riño.
Que una mujer por arrobas
Debe encerrar para siglos.
Si es larga , le digo luego,
Muñecas'para los niños ;
Si es chica, de la mujer
Lo menos es lo más lindo.
Si la novia es algo puerca.
Que el matrimonio hace limpio.
Que es agua de calabobos
Que la coge sobre aviso ;
Si entra algún señor á verla ,
Que entra á parlar un ratillo
En buena conversación ,
Aunque otra cosa hayan dicho.
Que es un santo el buen señor
Y el mal pueblo es un maldito ;
Y, en lin , dejando á mi novio
Puesto este mal durativo,
A mentir más a la novia
Que elige voy, llamo y digo :
— Ea , Señora , su remedio.
¡Oh , gracias i Dios, que quiso
Que haya hallado para uced
lin novio como nacido!
¡ Ah qué hombre, señora mia!
Quien es digo; y de camino,
Misterios y más misterios
Hago cuando al hombre intimo;
Porque como el matrimonio
Es Sacramento, es preciso
Que tenga dentro de si
Mil misterios escondidos.
Si no agrada el que propongo
A su elección v á mi arbitrio.
DE ROJAS.
I Como esto es para la mano,
I Le voy dando novios ripios.
Al que me culpan de viejo.
Aseguro que le elijo
I Porque es hombre ya de hecho,
\ las novias, por lo mismo
Le desechan . que no quieren
Novio de hecho; porque lian visto
Que el novio de hacer, es sólo
Bueno para ser marido.
Si traigo un mozo galán
Y le culpan por mocito.
Les digo que el matrimonio
Hace viejos inliniíos;
Si<le jugador le culpan ,
Qne está cansado la afirmo
Üe ser perdido y de andar
Ya de garito en"garito,
Y desea una señora
Que traiga algún caudalillo
Para poder con descanso
Quitarse de.ste mal vicio.
Si en alguna desdichada
Dicen que tiene algún hijo
Que llaman, en buena guerra.
Con gran llaneza replico :
Ansi será para hombre ;
Y si es corcovado, digo
Qne se cargó de razón
Riñcndo en un desafio,
Y se le ha quedado toda
Seis dedos del cervigiiillo.
Si es leo, que asi hao de ser
Los hombres; si es atadito
La digo, que asi podra
Hacer del cera y pabilo;
Si es valiente , a'rruliaiíado ,
Crudo y temerón, la digo :
La casa siempre ha de oler
A hombre, cuerpo de Cristo.
Si no tiene panlorrillas ,
Y niuv preciado de lindo
Trae dos verdades por piernas.
Que están mal hechas , replico:
No tiene razón, que entrambas
Kslan cortadas al hilo.
Y, en lin , haciendo á los dos .
A ella rica y á él más neo.
Contando gracia.s de entrainlios
Y dicienrtoá un tiempo mismo
A ella que él muere por ella.
Aunque nunca la haya visto,
Y á él que esto está de Dios,
Juez de los dos , si;i delito
l.es pongo á cuestión de novios ,
Y al instante que se han visto,
A dos vueltas que les doy
Couliesaii el si, y yo pido
Joya que luego la vendo.
Tela qne la bago vestido ;
Y ya dejando á los dos
Sacramentados, me guiño
Muy soltero, y ellos ([uedan
Casados y arrepentidos.
SERAFINA.
Amigo, reñiros quiero
Que hagáis esta narración.
Que implican contiadiccioo
Verdad y casamentero.
RAFAELA.
Serafina , aunque te admira
Que le hable con claridad,
A vueltas de la verdad
Se inlrodu' e la mentira.
¿No echas do ver que esta es
Treta del juego. Señora?
Dicete verdad agoia
Para mentirte después.
¡Cae memiriiu' sólo quieres
iCuaniiola verdad dijeres
'laoipuco la creeré.
SF.RAFI>A.
Ui abuelo (que leniza Dios)
Dejó por su leslameiilo
Vn mavorazgo lundado ,
(Jiie heredó con mejor suerte
M¡ jiadie, y yo, por su niuerle,
Coiiiu mayor le liereilado ;
Que lio se reparla y venda
Eiilre Ciras hijas mandó,
V no puedo serlo yo
Por no ser libre mi liacicnila ,
Y li he de dejar perder
Por no casarme.
CIUAJA.
Eso es dar
Sólo en quererse casar.
RAFAELA.
jCon quién?
GIDAJA.
Con su parecer,
i Tú no basde casarle?
SEBAFIMA.
Sí.
jllombi-
No le nombre.
SERAFIMA.
¿Adonde hallaré \o un honilre
Que p;irezca ansí , ansi?
No biillü uno que bueno sea ;
Tiidus me parecen mal;
¡Oh fuego en lodos!
RAFAELA.
i Igual
Los quiere doña Malea,
I Tu heruiaua.
SERAFINA.
Los viles modos
Oe SUS traiciones ignora.
GIBAJA.
Pues dime, ¿qué hace, Señora?
RAFAELA.
No hace más de que hace á todos.
GIBAJA.
Para que contenta estés,
. Te daré muy aTamado
Uu excelente letrado.
SERAFINA.
(Ha; espeso?
GICAJA.
Un si es no es.
SERAFINA.
A poca paz me convida
Si con él me he ile casar
I Hambre con quien he de andar
En pleitos toda la vida.
GIBAJA.
Un peinado me promete
Uil doblas si le queréis.
SERAFINA.
Gibaja, no le toquéis,
Que se le ajará el copete.
GIIIAJA.
Que no he de hallar, averiguo,
Novio que haga la razón.
SFBAFIJIA.
|No topara yo un hombron
I !(■
LO QUE SON MUJEHES.
De aquellos del tiempo antiguo!
Un hombron extraordinario.
¿De qué manera me has dicho?
SERAFINA.
Quiero un hombre de capricho
I del I
I ordií
GIBAJA.
Aquel de Toledo es
liueno; pero con la edad
Tiene cierta enreriiiedad.
¡Ah! ¿queréis un montañés,
Que es excelente liguraV
¿Queréis otro, aunque algo viejo,
Natural de Jarai/ejo,
Un lugar de Exlremadura?
El regidor de la Mora
Es mejor, si rico fuera ;
Ansi, a a(|uel do Talavera
Le tengo de hablar ahora.
Que es el modo y traza tuda
A vuestro capricho igual ;
Hombres son, que cada cual
üs viene á pedir de boda ,
Y por si alguno os agrada
liaré que á servir empiecen.
SKRAFIMA.
Todos cuatro me paiecea
Sugetos de carcajada :
frauldos.
CIDAJA.
Por ellos iré.
Pero decidme , Señora ,
¿Para atraerlos agora
A esta casa, qué diré?
SERAFINA.
Que es para lomar eslado;
Mas la risa se asegura,
De \er entrar un hgura
l)e novio muy espetado ,
Que á todo se contradice
Cuanto me quiere hiigir ,
Intentando no decir
Los disparates que dice ;
Que va de si muy pagado
Cuando en la calle se ve.
Sólo deque le miré
Tres veces de medio lado.
i Cómo los traeré .Señora ?
SERAFINA.
Todos junios , y uno á uno.
GIBAJA.
Antes que esta ocasión pase,
¿Cómo dárseme no inlenla
Una alh,jja a buena cuenta?
SERAFINA.
Gibaja, cuando me case.
GIBAJA.
Advertid , que dar no es
Dar promesas semejantes:
La que no llorece antes
Nunca da frulo después ;
Mas sí un novio os persuade.
Que os he de vencer espero.
SERAFINA.
Daros cien doblones quiero
Por un hombre que me agrade.
RAFAELA.
Como esa promesa lleve
No pienso que irá contento.
GIBAJA.
¿No lomaré por los ciento?...
RAFAELA.
¿Cuánlc?
CIBAJA.
Los nóvenla y nueve.
SERAFINA.
Yo soy firme.
GIBAJA.
Como todas;
Y eso el tiempo lo dirá.
SERAFINA.
Idos, que me cansáis ya.
Perrito de todas bodas.
CIDAJA.
Por esos desaires paso,
Seralina ; mas por Dios
Que me he de vengar de vos.
SERAFl.NA.
¿ De qué manera ?
GIBAJA.
Si os caso. (Vcíí.)
SERAFINA.
Aunque como Adonis sea.
Ninguno me satisface.
Doña Malea ¿(|ué hace?
Sale D05ÍA MATEA.
DOÑA HATEA.
Aqui está doña Matea.
SERAFINA.
¿Era hora de levantarte.
Señora hermana?
DOÑA HATEA.
¿Ya empieza
Vuesa merced á reñirme?
SERAFINA,
Son ya las diez.
DOÑA MATEA.
Cuando sean;
¿También como los vestidus
Me cuenta las horas?
SERAFINA.
Tenga
La muy... mucha cortesía.
BO.ÑA HATEA.
¿ La qué?
SERAFINA.
La muy escudera.
DOÑA MATEA.
En nada soy yo segunda
Coma en lo roto.
SERAFINA.
¿Que quiera
Una nacida después
Hablar como una primera?
Vo os entraré en un convento.
DOÑA MATEA.
¿Qué religión más estrecha
Que su casa?
SERAFINA.
Y religión.
En que vos sois una lega.
DOÑA HATEA.
Vuesarced es la entendida.
SERAFINA.
Y VOS lo parecéis.
DOÑA HATEA.
Esa
Fué una palabra mayor
Dicha en mi cara.
SERAFINA.
Y que sea;
¿Qué?
DOÑA HATEA.
Que no es vuesarced
Tan hermosa como piensa:
13
i'ji coMnniAS
Si no fuera un poco vana ,
¿Qué valia?
SERAFINA.
¿Que se atreva
A manchar esta blancura ?
DO^A HATEA.
Es verdad, ¿quien se lo niega?
Pero advierta que las blancas
Se usan, porque son nioneda.s.
SERAFINA.
¿Pero cuándo se ha de usar
Lo feo?
DOÑA MATEA.
¿ Uced no ponder»
Que no tengo gracia?
SERAFINA.
DONA MATEA.
¿ Pues cómo puedo ser fea ?
SERAFINA.
Como ninguno la quiere.
Aunque de todos se prenda.
DOÑA MATEA.
Por ahi también soy hermosa.
Por desdichada en üuezas.
SERAFINA.
¡ Ay, que quiere ser también ,
Como una persona nicsnia
Infeliz!
DO.ÑA HATEA.
¿Si ella es mi hermana ,
No quiere que infeliz sea?
SERAFINA.
La de todos , no responda.
DOÑA MATEA.
La de nadie , déjeme ella.
SERAFINA.
i. Todos los hombres no dice
¿lue le agradan? j
DOÑA MATEA. I
¿Quién lo nie;'::? !
Cada uno por algo es bueno;
Yo los quiero desde afuera
Por iucliiiacion , y hasla ahora
No ha habido quien me merezca.
SERAFINA.
Esa es gran falla.
DOÑA MATEA.
Señora ,
¿No hay algunas que se alellan ?
¿Otras no hay que hablan fruncido?
i. Otras no hacen reverencias
De saltillo? ¿No hay algunas
Que hablan culto? ¿No hay doncellas
Que la noche de San Juan
Escuchan lo que es vergüenza?
¿llago yo estas candideces?
¿Incurro yo en falta dellas?
Querer a hombres es falta
De mujeres. Que yo tenga,
Adonde hay otras con tantas,
Una, es algo llevadera.
Ser inclinada á los hombres
Ni es liviandad ni flaqueza;
Este es un hueo natural ,
Y aunque algunos riesgos langa
De pesarle á una mujer
Que lio la estimen ni quieran.
Aunque pesa el desden tanto,
Vale el amor lo que pesa.
SERAFINA.
¿Negarásme que los hombres
Son traidores?
UÜÑA MATEA.
Que lo sean.
Que no lian de ser mis vasallos.
ESCOGIDAS DE DON FRANCISCO
SERAFINA.
¿Que son falsos?
DOÑA HATEA.
Malos fueran ,
Si á los hombres que estimara
Los quisiera por moneda.
(,V que no tienen palabra?
DOÑA MATEA.
¡Ay, hermana, asi tuvieran
Las obras!
SERAFINA.
¿Podrás negarme.
Hermana, que en cuánto intent:in
Son lodos los hombres dobles?
DOÑA MATEA.
Ansí durarán por peñas.
SERAFINA.
¿Negarásme...
DOÑA HATEA.
¿ Negarásme
Que nos buscan , nos requiebran ,
Que se arriesgan al desaire
V que á la muerte se arriesgan?
¿Por algún hombre habrá niueilo
Mujer alguna en pendencias?
¿Cuántos por ellas murieron?
Sus honras, vidas y haciendas.
Todas son de las mujeres.
SERAFINA.
Y todas son de cualijuiera.
DOÑA MATEA.
Yo los quiero por la parte
Que ine toca, que obedezca
Mi planeta me permite;
lienévolo es el planeta
Que á los hombres me ha inclinado;
llenevula fué la estrella
Cuyos ¡nlliijos en mi
Me fuerzan.
SERAFINA.
Callad, Malea,
Que un convento ha de quitaros
Toda esa benevolencia.
DO.ÑA MATEA.
Yo me he de casar , Señora.
SERAFINA.
¿Con qué dote? ¿Habrá quién quic
La nobleza por ajuar?
¿Pensáis con vuestra belleza
Casaros? ¿O es que esperjis
La ventura de...
DOÑA MATEA.
La fea
Es sólo la presumida ,
La hermosa es la que no piensa.
SERAFINA.
Hola , llevadme esta hermana
Al segundo estrado.
DUNA MATEA.
Hoy fuera
Tan hermosa como tú.
¿Cómo?
DONA MATEA.
Si fuera primera.
(Va«it!.)
Sa/eHGIBAJAv RAFAELA.
^No [uiedo ahora entrar?
KAl.VEI.A.
DE ROJAS.
Y á mi ama avisaré;
Gibaja , ¿qué la diré?
GIBAJA.
Dila qae salga acá fuera.
RAFAELA.
Famosa larde ha de ser.
¿Los novios?
GIBAJA.
Tú los verás.
RAFAELA.
¿Cuántos son?
GIBAJA.
No traigo más
De cuatro para escoger.
RAFAELA.
¿Cuatro? pues voy á decillo.
GIBAJA.
Dila tú que estoy aqui.
RAFAELA.
¿Ansi no habrá para mi
Vn novio del baratillo»
GIBAJA.
¿Eres algo honesta?
RAFAELA.
Poco.
Glr.AJA.
¿Eres hacendosa?
RAFAELA.
¿Yo?
GIBAJA.
¿Eres bien nacida?
RAFAELA.
No.
GIBAJA.
¿Tienes dinero?
RAFAELA.
Tampoco.
¿Limpia?
I RAFAELA.
Con sólo un vestido.
GIBAJA.
¿Doncella podré decir?
RAFAELA.
Ya eso es mucho pedir.
GIBAJA.
No te faltará marido.
RAFAELA.
Di, ¿cómo?
GIBAJA.
De buena masa.
¿Quieres más?
RAFAELA.
Si puede ser.
Que tenga mucho que hacer,
Y lodo fuera de casa.
GIBAJA.
Rafaela , como ahora
Anda la malicia lista,
Todos son novios de vista.
Salen DOÑA MATEA v SERAFINA.
SERAFINA.
¿Es Gibaja ?
Si , Señora.
DOÑA MATEA.
Ver estos novios espero.
SERAFINA.
; Viene esa cuadrilla toda
De novios?
CICAJA.
t Como a uua boda.
I SERAFINA.
i Pues entren.
GIBAJA.
I Oye primero.
i El que á visitarte agora
Entra, el primer preiensor.
Sabe que es un regidor
De la ciudad de Zamora,
Que en ei semblante y el modo
Extraño de su opinión,
Le verás la condición.
SERAFINA.
. jQuébace?
GISAJA.
Se pudre de todo.
SERAFINA.
Será muy entretenido.
Verle y hablarle quisiera.
GIBAJA.
En esa antesala espera.
SERAFi:«A.
Venga ese tonto podrido.
GIBAJA.
Lo podrido en el color
Oe la cara se le ve.
SERAFINA.
Llámale, acaba.
i Señor don Marcos!
Sale DO.N MARCOS.
DDK MARCOS.
¡Señor!
RAFAELA.
¡Jesús, qué hombre!
GIBAJA.
La gran don:
Serafina es la que veis.
DON MARCOS.
¿Y es bien hecho que se ILime
Una entendida mujer
Serafina? líusque nombre
Que en!a Leíanla esté.
Confírmese Seralina,
Que yo no lie de hablar ni ver
A qiiien por el nombre extraño
La conozcan en Argel.
SERAFINA.
Coriñrmaréme por vos.
voy MARCOS.
Eso sí, conGrmesé.
SERAFINA.
Una silla al seordon Marcos.
(Van á llegarle la silla.)
DO.N MARCOS.
Esperad, no la lleguéis.
SERAFINA.
Pues ¿porqué no queréis sillal
DON MARCOS.
Linda pregunta : porque
Primero que me la arrastren ,
Y primero que os ponéis
En el estrado, y primero
Que estamos ¿cual ha de ser
El que antes ha de sentarse?
Primero que os componéis
Las faldas . y yo me aplano ,
Pongo la espada al revés.
Podrá otro hacer, muy cumplidas ,
Cuatro visitas ó seis.
L'sese , cuerpo de Cristo,
LO QUE SON MUJERES.
Cuando no sea menester,
Que el que no quiere sentado
Maga su visita en pié.
SERAFINA.
No os sentéis.
DON MARCOS.
Ansi lo hago.
SERAFINA.
¿Cómo estáis?
DON MARCOS.
Otra vejez.
Que vean á uno sano y bueno
Y gordo, y aunque le ven
Colorado, le pregunten :
— ¿Cómo está vuesa merced? —
Y que le pregunte el otro :
—¿Y usted cómo está? Después
Hasta preguntarse luego
Por sus hijos y mujer.
Majadero, no preguntes
Lo que no quieres saber.
Que si es cortesano uso.
Es prolijidad cortés.
SERAFINA.
No os he topado la nuca
De la lisonja.
DON MARCOS.
Tal vez
Hallo alguna que me agrade.
SERAFINA.
¿No soy vuestra?
DON MARCOS.
No podéis;
Yo soy claro , perdonad.
SERAFINA.
Pues ¿no me diréis por qué?
¿ Qué os desagrada de mi ?
DON MARCOS.
Toda VOS.
SERAFINA.
Grosero es.
DON MARCOS.
Señora mia , no quiero
Yo para propia mujer
Una mujer muy hermosa;
Porque siempre pensaré
Que aunque ella mirar no quiera ,
Habrá quien la quiera ver.
El matrimonio se loma
Para el descanso, no es
Para cuidado ; yo quiero
Traer para mi traer
Mujer de casa, ni fea
De manera que yo esté
Solicitando vecinas.
Ni hermosa tanto , que den
En mirarla mis vecinos;
Porque mi propia ha de ser
Para el gusto algo que fea.
También hermosa algo qué.
Que yo solamente busco
Mujer para mi mujer.
SERAFINA.
¿ Luego yo soy muy hermosa ?
DON MARCOS.
Ya OS entiendo; agora queréis
Que os alabe , y yo no alabo
Lo que yo no he menester.
Guárdeos el cielo. ( Xase )
\ Ha, don Marcos!
SERAFII^A.
Esperad.
DO.\A M.ATEA.
Este hombre me viene á mi
Corlado.
RAFAELA.
Pruébatele.
SERAFINA.
¿Hay tal modo de pudrirse?
RAFAELA.
.No vi tal.
SERAFINA.
Pudriéraine
Con sólo oirle : los hombres
Muy joviales han de ser,
Y han de ser poco podridos.
GIBAJA.
Ov
SERAFINA.
¿Cómo?
GIBAJA.
En el zaguán le dejé
De aquella casa : es un hombre
Que de cuanto escucha y ve
Se le da otro tanto , como
A ti se leba de dar del :
Ni de la hambre se aflige.
Ni le fatiga la sed,
Y es para él todo uno ,
El tener y no tener.
No agradece á la fortuna
Lo que le sucede bien,
Pero ni della tampoco
Se queja aunque no le dé.
SERAFINA.
Será un Demócrito éste.
Si fué un Heráclito aquél.
Llámele.
GIBAJA.
Por la ventana
Una seña le lie de hacer.
Ya sube.
SERAFINA.
¿Es el extremeño
Aqueste hombre?
GIBAJA.
El mismo es.
SERAFINA.
¿De dónde es?
GIBAJA.
De Jaraicejo.
¿Hidalgo?
GIBAJA.
¿No lo ha de ser?
SERAFINA.
¿Puntual?
GIBAJA.
Es extremeño.
RAFAELA.
i Y no es chorizo?
GIIIAJA.
También.
SERAFINA.
¿No sube?
GIBAJA.
Ya entra en la sala.
¿Don Hoque?
Sale DON ROQUE.
DON ROQUE.
¿Quién ha de ser'
SERAFINA.
Silla á don Roque.
(Vanle á llegar silla.)
106
COMEDIAS ESCOCIDAS DE DON FRANC1<C.0 DE HOJAS.
DON nOQUÍ.
Seiilado
Ilalilará un hombre á placer.
SERAFIM*.
Pero no lleguen la silla.
D0>' ROQUE.
Muy bien dice; ¿p^ra qué?
SeDlado habla un hombre más
De aquello que es menester.
Vuestra merced, ¿cómo está?
SERAFINA.
(,Ap. Este es algo más cortés.)
Estoy á vuestro servicio ,
Con poca salud ; y usted,
¿Cómo se halla?
DON ROQUE.
Yo estoy
Como quisiereis que esté.
Mi Señora , el buen Gibaja
Dice que me quiere bien ,
Y á vuestra casa me trae
A ver qué me parecéis.
Hermosa .«¡ois , vive Dios ,
Y en el alma estimaré
Que me deis luego la mano.
Si lia de ser mia después.
Yo he querido en este mundo.
Yo he sabido amar, y sé
Que es andar galanteando
Andar por el A , B, C.
Contento estaré de amaros,
Y de que luego me améis,
Mi Serafina, pagado.
Sobre contento , estaré ,
Con que á un tiempo dos finezas
Juntas podré agradecer:
Que me deis la vida presto,
Y que también nie la deis.
SERAFINA.
Poco habláis, y compendioso
En loque habláis; pero ¿quién
Puede conseguir el premio,
Sin costarle el merecer?
El servir y esperar cria
El mérito : ¿vos no veis
Que no merece mi amor
Quién no probó mi desden?
Eso es juzgarme posible.
Señor don Roque; idos, pues.
Que no quiero yo por dueño
A quien...
DON ROQBE.
Al punto me iré.
¿liase un hombre de morir
porque vos no le queréis?
Aun tanto como premiarme
Os debiera agradecer.
SERAFINA.
Finezas, no.
DON ROQBE.
¿Y no es fineza?. .
SERAFINA.
¿Qué?
DON ROQUE.
Que me desengañéis.
SERAFINA.
Sólo el que espera merece.
DON ROQUE.
Pues digo que esperaré,
Como yo os merezca luego.
SERAFINA.
¿ Cuánto ?
DON ROQCE.
In hura , dos y tres.
SERAFrVA.
No liav quien me merezca á mi.
¿No os vais ya?
DON ROQIE.
I Razón leñéis :
' ¿He de andar queriendo yo
; A quien no ine quiere bien?
{Hace que se rn.]
Sois un grosero.
DON ROQCE.
Es verdad.
SERAFINA.
Sois un prolijo.
DON ROOIE.
También.
SERAFINA.
(Ap. ; Que se vava, y no lo sienta I)
¿No os vais? Oid.
DON ROQtlE.
No me iré.
SERAFINA.
¿Yo soy hermosa?
DON ROQUE.
Si sois.
SERAFINA.
¿Y os parezco bien?
DON ROQl'E.
Muy bien.
SERAFINA.
^Y me querréis si os premiare?
DON BOQUE.
Como á mi vida os querré.
SERAFINA.
¿Seréis constante?
DON ROQUE.
I Si soy.
i SERAFINA.
Pues agora que yo sé
(jue me queréis ,' idos Inégo.
SERAFINA.
¿Por i|ué?
GIBAJA.
Estudió Filosona.
Y Teologia también
Ha estudiado en Salamanca,
Y sin que sepa por qué,
Hura en latin y romance
Una mezcla á Jos por tres :
Y cuando está muy en ello.
Trae, sin que ñipara qué,
i;n lugar de la Escritura.
Que venga ó no venga bien.
SERAFINA.
Tonto sin saber latin
Nunca es gran tonto.
GISAJA.
Está bien.
SERAFINA.
Llámale.
DON ROQUE.
Haceisme mucha merced.
SERAFINA.
No vi hombre tan desahogado.
(VíVíCj
Escomo yole |)iiite.
DOÑA MATEA.
La pachorra deste hombre
Para mi vale, pardiez.
SERAFINA.
¡Jesús, que malos dos hombres!
GIDAJA.
Si al tercero quieres ver
Espérate.
SERAFINA.
¿Yes de dónde?
Natural de Cangas es.
Va lugar de la montaña
Y hijodalgo, Como el Rey,
Del hábito de Santiago.
SERAFINA.
¿Es galán?
GIPAJA.
No, pero aun bien
Que es viejo.
I SERAFINA.
¿Ves entendido?
I GIDAJA.
i Échalo todo á perder
Con saber lat.n.
SERAFINA.
I ¿Qué hace?
CIOAJA.
Cuando le entre a^ora á ver,
¿Verle deseas?
SERAFINA.
Para reir le quiero ver.
¿Seor don Pablo?
Sale DON PARLO.
DON PARLO.
Ecce qiiem anzs.
SERAFINA.
;Raro honibre !
RAFAELA.
L'n prodigio es.
DON PAULO.
Aunque en esa cuadra há un lioi a
Que ha esperado mi deseo
Que vuestros justos desdenes
Diesen castigo á mi ruego.
Los doy por bien empleados :
Pues tan grande fué el aciiMto,
Que sola vuestra hermosura
Es más que fué mi deseo.
Agradezco, hermosa dama.
La dilación, y agradezco
Qu- salgáis tan desdeñosa,
Cuéstenie siquiera el veros
El deseo de e.speraros;
Ni el pastor, ni el marinero
Agradecen que el sol salga ,
Sólo porqu ven que presto
Ha de salir á alumbrar
Tierra . mar y aire sereno.
Que ellos le ésiimáran más
Como el sol saliera menos.
RAFAELA.
Mientes, Gibaja , que este hombre
Es muy prudente y discreto.
GIBAJA.
Vese ahora la labor,
Lo fondo es en majadero.
DON PABLO.
Miedo tengo á vuestros ojos ,
Y estimo lo que los temo.
Porque aiisi espero alcanzar
Ser de vuestros ojos dueño.
SERAFINA.
Niego que con el temor
Pueda alcanzarlo, supuesto
Que no puede el temeroso
Declarar sus senlimienlus.
DON PAULO.
CuaniiO se da la triaca
Para que sane el euremio ,
l'urque obre eficaz , disponen
(lúe lleve el tósigo deiiiio,
V es que se va al corazón
El lüsigo, y aunque es cierto
Que él destruye , porque lleva
A la triaca á hacer su efecto,
A la parle donde va
Da la vida , y ansí hay tiempo
Que para la vida suele
Ser medicina el veneno ;
Asentada esta experiencia
A;;ora escacha el ejemplo.
El tósigo es el amor
Que mata al merecimiento,
Ñas como lleva consigo
La triaca del respeto.
La atención , la desconfianza ,
Que son del mérito efectos,
Kl no iciQoiona, ellos obran ,
El cesa . y merecen ellos,
(jue aunque traia el temor
De aquel tósigo, en él mesmo
Estaba por ingrediente
El mismo contraveneno.
Pues si del temor suceden
Atenciones y respetos.
Luego es sólo aquel que teme
Quien tiene merecimiento.
SERAFIKA.
Bien habla.
CIBAJA.
Para la postre
Debe de dejarlo bueno.
DOÑA HATEA.
Mucho sabe para ser
be capa y espada.
SERAFINA.
Cierto
Que es lástima , y que ese talle,
Esa ciencia, ese despejo.
Contal sangre hayan estado
Tantos años sin empleo.
¿Üe dónde sois?
DON PABLO.
Soy de Cangas.
RAFAELA.
¿Qué hacienda?
DON PABLO.
Poca , por cierto;
Pero soy muy bien nacido
Pur el hábito que tengo.
SEKAFINA.
¿Por el hábito se sabe?
DON PABLO.
¿ Quis esl isla ?
DON PABLO.
¿Y es doncella?
SERAFINA.
V lo será.
DON PABLO.
Mases e.-so;
Loégo conocí que era
Vuestra hermana.
SERAFINA,
¿blii qué?
DON PABLO.
Eso es bueno,
En que se parece á vos.
LO QUE SON MÜJlil'.Eá.
SERAFINA.
Miradme bien.
DON PABLO.
Se os parece.
Sois un grande majadero.
DON PABLO.
Domina, nescio quid dicis.
SEBAFI.NA.
Mejor decis, sois un necio;
¿Por qué habéis de comparar
Conmigo, siendo ;o objeto
De vuestro amor,"olra luz ?
DON PABLO.
Verbi gratia.
SERAFINA.
Ya no quiero
Oir ejemplo ninguno.
GIBAJA.
Óyele.
SFRAFINA.
Decidle presto.
DON PABLO.
¿La luna no se parece
Al sol? ¿ El sol no es más bello
Que la luna? ¿ Pues qué importa
Que ella le imile, supuesto
Que ha de arder con luces tibias
Cuando él con rayos serenos?
Malea, ergo quid interest ,
Ul sit tuce lucís exemplum ,
Si sunt tua radia soiis
Et sunt lunce radia ejus?
Doña Matea , ¿ qué importa
Que sea de tu luz ejemplo,
Si son sus rayos de luna
Y son los del sol los vuestros?
SERAFINA.
¿ Y qué dirán las estrellas
Ue Madrid , de que consiento
Que sea luna?
¿No me basta
La infelicidad que tengo
Ue ser ejemplo de luna.
Sino que aun no lo merezco?
SERAFINA.
Por ser luna llena, solo
Queréis ser luna.
DO.ÑA MATEA.
Yo apruebo
Serlo, siquiera en menguaute.
DON PABLO.
Bene dixil.
SERAFINA.
Yo padezco
Con esta hermana segunda
Ln que no es posible, y pienso
Poner orden.
DOÑA MATEA.
Orden no ;
Matrimonio es lo que quiero.
SERAFINA.
No lo esperéis.
DON PABLO.
De san Pablo
Viene aquí nn lugar á pelo.
¡Sois corlo de visla?
DON PABI.O.
Segó.
Échame de aquí , Gibaja ,
Este hombre.
GIBAJA.
Oye primero
El lugar que es de san Pablo.
DON PABLO.
Y en la Epístola ad epheúos.
Adefesios lo habláis todo;
Idos de aquí.
DON PABLO.
lam obeáior.
¿Un lugar de la obediencia
No me oiréis?
SERAFINA.
¡Vivenloscieloil
Si no os vais...
DON PABLO.
Aírala est.
SERAFINA.
Que OS dé muerte.
DON PABLO.
Timeo et co.
¿Me querréis?
SERAFINA.
Si me dejais.
DON PABLO.
¿Y cuándo volveré á veros?
SERAFINA.
En estudiando romance.
DON PABLO.
Mirad...
SERAFINA.
Ni escucharos quiero.
DON PABLO.
¿Quare, cur, quoniam vel quia?
SERAFINA.
¿Qué hombrees este, santo ciclo?
Idos, don Pablo, por Dios.
DOS PABLO.
Voime , pues.
SERAFINA.
Presto.
DON PABLO.
LausDio. [Yüic )
SERAFINA.
Mareada quedo, Gibaja.
GIBAJA.
Yo te pondré en tierra presto.
DOÑA MATEA.
¡Lo que este hombre enseñarla
A su mujer !
SERAFINA.
] Muerta quedo.
¿Es el que queda como éste?
CIBAJA.
I Antes es deslotro extremo,
Que ni sabe hablar latín
Ñi romance.
! RAFAELA.
¿Qué sugeto
Es él?
CIBAJA.
I Oye, por tu \ida,
I La pintura.
1 SERAFINA.
i Dila.
GIBAJA.
I Empiezo:
! El que en ese patio espera
A visitarte el postrero,
I Sabe que es un caballero
I Natural de Talavera ,
Principal y de buen pelo,
1 Abultado de persona,
1 Y trae lenguaje y valona
Dos ó tres dedos del suelo.
El talle un poco grosero.
Cintura de tomo y lomo;
Lo que es el zapato, romo,
Pero aguileno el sombrero.
Trae daga larga después,
IfW COMEDIAS
Muy puesla á lo de Sevilla ,
Coflos bralion y ropilla
Y el ferreruelo a los pies.
Poslura de hacer desdeues,
Crudeza de dar enojos.
El li¡!;(ite liast;i los ojos,
Y la oreja hasla las sienes.
Asustado de color.
Crudo un lado, otro cocido;
Esto es cuanto á lo vestido,
Mas lo parlado es peor.
SER*Fi:<*.
¿Cómo habla?
GIBAJA.
Por varios modos
Te hablará si le escuchares ,
Con estribillos vulsares
Uél solo, con ser do todos.
SERAFINA.
¿Son refranes?
No lu son ,
Estribillos son no más.
SERAFINA. I
Di cómo.
GIBAJA.
¿No le oirás?
El talle y con»ersacion
Te ha de dar gran RUSto.
RAFAELA.
Vdi,
¿Son las que habla necedades?
GIBAJA.
Son unas vulg.iridades
Uestas que hablan por abi ;
Y si el estilo te agrada.
El sugeto no es muy malo.
Entre.
GIBAJA.
¡ Ha, señor don Gonzalo !
Sale DON GONZALO, vestido como
se piulo.
DON GONZUO.
Como quien no dice nada. {Miral¡i.
lOiíjael diablo!
RAFAELA.
iGraii ligura : (Vase.
DON GONZALO.
Hi Señora , por Dios santo,
Que sois esto y otro tanto
Masque ninguna hermosura;
Matante de las del ampa
Sois cou vuestro rostro bello;
Pues vuestra blancura, es ello,
l'ues vuestro talle ¡ ya escampa!
Señora (vaya conmigo)
A fe, á fe , que por lo airosa
Sois para mi mucha cosa ;
Pues ¡qué ojos!... no sé si digo;
La frente , por lo serena ,
iNo la puede hacer cerrada ;
¿l'ues la boquilla? no es nada ;
¿Pues la nariz? la ha hecho buena;
Las manos , como cristiano,
l}ue si igualar las quisiera.
Han de ganar á cualquiera
Por diez dedos y las manos ;
Es para volverse loco
Si un hombre á veros comienza :
La honestidad, es vergüenza ;
¿Será malo el pié? ¡y qué poco !
El cabello, lo primero.
Cosa de admirarlo grave;
Pero lo que no se sabe
Cuál será , ansí me lo quiero.
ESCOGIDAS DE DON FRANCISCO DE ROJAS.
DO.ÑA MATEA.
Discreto es ; en todo toca.
SERAFINA.
; Los desaliños que ent.ibla !
DO.N GONZALO.
; Oigan I Vive Dios , que el habla
La tiene á pedir de boca.
SERAFINA. (.4p.)
En su genio, he de intentar
Despedirle.
DON GONZALO.
Hablad , por Dios.
SERAFINA.
Señor don Gonzalo, vos
Habláis, que no hay masque hablar:
Genio tal, y de tal casta,
f^Ahi se topará en quien quiera?
Mas para la vez primera ,
Va habéis dicho lo que basta ;
Yo os doy palabra , que cii.iii Jo
Un dueño, un amante nombre ,
Procuraré haceros hombre.
DON GONZALO.
(Me queréis?
SERAFINA.
Eso burlando ;
y voime mientras se guisa
La boda.
DON GONZALO.
En fin, dueño bello.
¿Qué me queréis tanto dellu?
SERAFINA.
Todo eso es cosa de risa.—
Ven Gibaja.
GIBAJA.
Aqui te espero.
¿Qué te parece?
SERAFINA.
Muy malo.
DOÑA MATEA.
¿Ves? pues tiene el don Gonz.ilo
Gracia por lo majadero.
DON GONZALO.
Ahi se topará en la calle
Moza como vos.
SERAFINA.
No á fe.
DON GONZALO.
¿Y mi talle es algo que...
üesponded.
SERAFINA.
¡Qué lindo talle!
DO.ÑA UATF.A.
Digo que se da á querer.
SERAFINA.
Todos serán mis despojos,
Mada habéis dicho á mis ojos.
DON GONZALO.
Los ojos son para ver.
SERAFINA.
¿Cómo os sentís?
DON GONZALO.
Como ciego
SERAFINA.
¿Es de mirarme?
DON GONZALO.
¿Pues no?
SERAFINA.
(, Qué es afligí, ?
DON GONZALO.
Un qué sé yo.
SERAFINA.
.Es dentro del alma?
DON GONZALO.
I Fuego
El restrillo es de matar.
SERAFINA.
¿Vais enamorado?
DON GONZALO.
¡Pus!
SERAFINA.
Idos, y vedme.
DON GONZALO.
Ahora ¡sus!
SERAFINA.
Ven, Matea, adiós.
DON GONZALO.
¡Andar!
JORNADA SEGUNDA.
Sale DON ROQUE.
DON ROQUE.
Esta es la Cava Baja ,
Y esta ha de ser la casa de Gibaja ;
A las ocho me ha dicho que me espcr.i
Dentro en su casa, y preguntar qui-
Puesto que hablarle espero , Ls'e';'-
Si es el suyo este cuarto; llamar quie-
;Hade casa ! [ro;
{Dentro una criada.)
CRIADA.
¿Quién es?
DON ROQUE.
Ya han respondido,^
¿Posa aqui el seor Gibaja?
Ya ha sJi.lu.
DON ROQCE.
j, Dónde , Señora mia?
CRIADA.
A la plaza , y ya dijo que volvía.
DON ROQIE.
¿Ya ba salido á casar tan de mañ;ma?
CRIADA.
Entre, y siéntese usted
DON ROQUE.
De buena pana,
i Entra por una puerta y sale por ctra.)
El cuarto es por cierto acomodado ,
Si no estuviera tan desmantelado ;
Sillas, bufete y cama ; mal lo pasa ,
Debe de dar su ajuar á los que casa.
Sale DON MARCOS.
DON MÁBCüS.
Según soy desgraciado.
Sin duda que Gibaja me ha casado :
Que madiugue y le vea me ha pedido
Lientro en su casa, doime por marido;
Porque á llamarme no se atreverla
Sabiendo que me visto á mediodía;
Pero agora sabremos lo que pasa
Si eslá en casa Gibaja.
DON ROQUE.
No está en casa.
Agora ha de venir.
DON MARCOS.
Pues yo le espero.
Sale DON PABLO.
DON PABLO. [tero?
I'ax Chrisli, ¿posa aqui un casameu-
DON PABLO.
¿Para qué me hal)!:! ll;im:ulo '.'
DON MARCOS. [,|,)?
Mucho larda, ¿qué vaque se lia muda.
Sale DON Gü^ZALO.
DON GONZALO.
líl me d'joque aqui veiií;a á esperalle:
Este el cuarto ha de ser , no hay sino
DON BOQUE. [dalle.
Pues sillas hay , se siente el que qui-
{Siénlanse.) [siere.
DON PAULO.
Sede apud mihi.
DON MARCOS.
¿Que haya quien esperuV
DON KOQliE.
¡ Lindo lieuipo!
DON PABLO.
Gustoso para todus.
DON MARCOS.
¡Oigan eslo, y Madrid lleno de lodos!
¡Que DO habieudo que hablar, se liava
[liado
En que lo pague el tiempo de contado!
DON ROQUE.
¡Cuál ha estado la plaza hoy de gente,
Y hecha un jardin de fruta dilerenle!
DON BARCOS.
Llegue á comprar de una frutera as-
Y verá lo que lleva de la fruta, [lula.
DON ROQUE.
¡Ob gran Madrid!
DON MARCOS.
Este hombre se endenioni.i
DON PABLO.
Todo el Tu aulem es, eso per omn'ri.
DON ROQUE.
Lo que alabar querría
De Madrid, sólo es la ropería.
Donde por su dinero,
A cualquier forastero
De roperos le viste una cuadrilla.
Desde las medias hasta la golilla ;
Y lo i|ue es más, como dinero lenjja.
Se lo ajustan, que venga que no venga.
DON MARCOS.
No está muybiencorladoellal vestido;
Pero loque es cosido, ni cosi lo.
DON GONZALO.
La opinión que yo llevo.
Es que a uno le ponen como nuevo.
DON ROQOE.
Oigan otro prodigio.
DON PAULO.
¿Quid?
DON GONZALO.
No es nada.
DON ROQUE.
En la plaza verán de la Cebada,
Sin otras cosas que por raras dejo.
Unas tiendas que hay de hierro viejo.
Que son tiendas movibles que alli vie-
[nen
Y no vale seis reales cuanto tienen;
Y el mercader desta cerrajería
Almuerza, come y cena cada dia,
Aunque muy poco venda.
El, su mujer é hijos, con la tienda.
DON PABLO.
Siempre veo estas tiendas, á fe mía.
LO QUE SON MUJERES.
Corrientes con igual mercadería ;
Siempre están con lo mismo cuando
DON MARCOS. [Ih'n"-
Lo que se compra alli se arroja Uic^o.
DON HOQUE.
Y es fuerza que uno destos se lo halle.
DON MARCOS.
A la noche lo buscan por la calle.
DON ROQUE.
Pues en los ojos no hay engaño alguno.
Mire bien loque compra cada uno.
DON MARCOS. [do;
Pues esoeslo queá mi me trae podri-
Que-no hay cosa que sea lo que ha si-
Paneclllos de suela fregenales [do.
En las tiendas los venden por candoa-
[les;
Y en todas las tabernas de continuo
Agua de espuma con color de vino.
En el ligón un par de gorriones
Empanados en forma de pichones,
¡Y que no pueda un hombre [bre?
Comprar las cosas todas por su nom-
Quesi para sacar un veslidillo
Pide en la tienda tafetán sencillo, [le,
Para que el mercader no se me inquie-
He de llamarle tafetán doblete ;
Y como sufro al tafetán sencrilo.
Si pido esparragon, es rayadillo,
(lúe la quieren hacer lela más noble,
Y ha de ser ormesí el tafetán doble.
Si pido guarnición un poco extrañ;!,
Dicen : ¿Quiere llevar pala de araña?
Y á un pasamano que hay del lii-iiipd
Dicen : ¿Quiere de diente de conejo?
En oyendo estos nombres en su prosa
Yo pienso que me venden otra cosa.
DON ROQUE.
Eso es muy fácil cosa remediallo.
DON MARCOS.
Diga cómo y lo haré.
DON ROQUE.
Con no compraüo
DON GONZALO.
Ande en pelota.
DON MARCOS.
Harto mejor seria
Por no vestirse un hombre cada dia.
DON ROQUE.
Miren que linda criatura
Va por la calle.
< Miran á la calle.)
DON GONZALO.
Allá va.
DON MARCOS.
Abübadílla es un puco ,
Y yo para mi caudal ,
Algo entendida quisiera
Y no hermosa de malar.
DON PABLO.
No decís bien.
DON MARCOS.
Dícn arguye.
DON PAULO.
Sic argumetitor.
DON MARCOS.
Hablad.
DON PAULO.
La hermosa cuatro sentidos
Aprovecha , pues verán
Que el tacto, la vista, el gusto,
Y el olfato, cada cual
Agradece cuarito logra;
Y es rauy grande necedad
Dejar á cuatro por sólo
Un sentido corporal.
Pues es la entendida y fea
Para el oido no más.
DON MARCOS.
La hermosura de una vez
Se goza; mas nadie ha
Gozado al entendimiento
De una vez sola no más ;
El oido es un sentido
Del alma , y por ella van
Las pasiones de la lengua
A hacerse en ella lugar.
líl siempre es otro , y ella es
Siempre una , ¿pues quién querrá
Con diferente apetito
Comer siempre de un manjar?
DON PAULO.
Quien ama, por conseguir
Es por lo que ama, que no hay
Quien adore por oir
Aquello que amando está.
Los deseos son los hijos
Del amor: quien sabe amar
Solicita merecer,
V quien merece querrá
Conseguir, que el conseguir
Es premio del desear.
¿No son decentes los ruegos?
La esperanza, ¿quién dirá
Que no es licita? pues ambas
Aspiran á la beldad.
Con oiría solamente.
Ninguno conseguirá
Una belleza, que esotros
SiMilidos la han de gozar.
Luego no habiendo belleza,
No habrá amor. Luego será
Mejor, necia, la hermosura,
ijue discreta la fealdad.
DON ROQUE.
; Qué bien dice !
DON GONZALO.
Concluyóle.
DON MARCOS.
Sólo esto me ha de enterrar;
,Que haya tantos que se paguen
DON ROQUE.
Dice bien.
DON MARCOS.
Pues escuchad.
Aquel que ama una belleza ,
Si la desea gozar.
No ama la misma hermosura
Oue á si se quiere no más.
Por conseguir quiere sólo;
yuien sólo por adorar
Quiere á su dama, éste quiero
Con (ineza y con verdad;
m que lodos los sentidos
Solicita aprovechar.
Quiere el interés del gozo ;
El que con amor mental
Del oido se aprovecha.
Ama sólo por amar;
Pues si la hermosa ha de hacerme
(irosero en el desear.
Será mejor la entendida ,
Pues tiene más calidad
Amor que será por ella
Que amor que por mí será.
DON PABLO.
,. Luego no puede quererse
Gozando?
DON ROQUE.
Si puede tal.
Muy puesta á lo de Sevilla ,
Curtos bralion y ropilla
Y el ferreruelo á los pies.
Postura de hacer desdeues.
Crudeza de dar enojos.
VA lii^^ole hasta los ojos,
Y la oreja hasta las sienes.
Asustado de color,
Crudo un lado, otro cocido;
Esto es cuanto á lo vestido,
Mas lo parlado es peor.
SERAFINA.
¿Cómo habla?
GIBAJA.
Por varios modos
Te hablará si le escuchares ,
Con estribillos vulgares
üt'l solo, con ser de todos.
SERAFINA.
¿Son refranes?
GIBAJA.
No lu son,
Estribillos son no más.
SERAFINA.
Di cómo.
GIBAIA.
¿No le oirás?
El talle y conversación
Te ha de dar gran gusto.
RAFAELA.
Ydi,
¿Son las que habla necedades?
GIBAJA.
Son unas vulgaridades
üestas que hablan por ahi ;
Y si el estilo te aijrada ,
El sugeto no es muy malo.
Entre.
Sale DON GONZALO, vestido como
se pinta.
DOM G0\Z110.
Como quien no dice nada. (Mírala.)
¡Oiga el diablo!
RAFAELA.
iGraii ligura I {\ase.)
DOX GONZALO.
Mi Señora , por Dios santo,
yue sois esto y otro tanto
Más que ninguna hermosura ;
Matante de las del ampa
Sois con vuestro rostro bello;
i'ues vuestra blancura, es ello,
l'ues vuestro talle ¡ya escampa!
Señora (vaya conmigo)
A fe, á fe , que por lo airosa
Sois para mí mucha cosa ;
Pues ¡qué ojos!... no sé si digo;
La frente , por lo serena ,
iNo la puede hacer cerrada ;
¿l'ues la boquilla ? no es nada ;
¿Pues la nariz? la ha hecho buena;
Las manos , como cristiano,
yue si igualar las quisiera.
Han de ganar á cualquiera
Por diez dedos y las manos ;
Es para volverse loco
Si uu hombre á veros comienza :
La honestidad, es vergüenza ;
¿Será malo el pié? ¡y qué poco !
El cabello, lo primero.
Cosa de admirarlo grave;
Pero lo que no se sabe
Cuál será, ansi me lo quiero.
COMEDIAS ESCOCIDAS DE DON FRANCISCO DE HOJAS.
DO.\A MATEA.
Discreto es; eu todo toca.
SERAFINA.
¡ Los desaliños que entabla !
DON GONZALO.
; Oigan ! Vive Dios , que el habla
Laliene á pedir de boca.
SERAFINA. (Ap.)
ICn su Keiiio, he de intentar
Despedirle.
DON GONZALO.
Hablad, por Dios.
SERAFINA.
Señor don Gonzalo, vos
Habláis, que no hay masque hablar
Genio tal, y de tal casia,
¿Ahi se topará en quien quiera?
Mas para la vez primera ,
Va habéis dicho lo que basta ;
Yo os doy palabra , que cuando
Un dueño, un amante nombre ,
Procuraré haceros hombre.
DON GO.'VZALO.
,, Me queréis?
SERAFINA.
Eso burlando ;
Y voime mientras se guisa
La boda.
BQN GONZALO.
En fin, dueño bello,
¿Qué me queréis tanto dello?
SERAFINA.
Todo eso es cosa de risa.—
Ven Gibaja.
GIBAJA.
Aqui te espero.
¿Qué le parece?
SERAFINA.
Muy malo.
DOÑA MATEA.
¿Ves? pues tiene el don Gonzalo
Gracia por lo majadero.
DON GONZALO.
Ahi se topará en la calle
Moza como vos.
SERAFINA.
No á fe.
DON GONZALO.
¿V mi talle es algo que...
üespouded.
SERAFINA.
¡Qué lindo talle!
DOÑA MATEA.
Digo que se da á querer.
SERAFINA.
Todos serán mis despojos.
Nada habéis dicho á mis ojos.
DON GONZALO.
Los ojos son para ver.
SERAFINA.
¿Cómo os sentís?
DON GONZALO
Como ciego
SERAFINA.
¿Es de mirarme?
DON GONZALO.
¿Pues lio?
SERAFINA.
t Qué os alligt ?
DON GONZALO.
Un qué sé yo.
SERAFINA.
4 Es dentro del alma?
DON GONZALO.
¡Fuego!
El rostrillo es de malar.
SERAFINA.
¿Vais enamorado?
DON GONZALO.
¡Pus!
SERAFINA.
Idos, y vedme.
DON GONZALO.
Ahora ¡sus!
SERAFINA.
Ven, Matea, adiós.
DON GONZALO.
¡Andar!
JORNADA SEGUNDA.
Sale DON ROQUE.
DON ROQUE.
lista es la Cava Baja,
V esta ha de ser la casa de Gibaja ;
A las ocho me ha dicho que me espera
Dentro en su casa, y preguntar qui-
Pueslo que hablarle espero, [siera,
Si es el suyo este cuarto; llamar quic-
.Hade casa ! [ro;
(Dentro una criada.)
CRIADA.
¿Quién es?
DON ROQUE.
Ya han respondido,—
¿Posa aquí el seor Gibaja?
CRIADA.
Ya ha s;;lii:o.
DON ROQUE.
¿ Dónde , Señora mia ?
CRIADA.
A la plaza , y ya dijo que volvia.
DON ROQUE.
¿Ya ba salido á casar lan de mañana?
CRIADA.
Entre, y siéntese usted
DON ROQUE.
De buena g:inn.
1 Entra por una puerta y sale por otra \
El cuarto es por cierto acomodado ,
Si no estuviera tan desmantelado ;
Sillas, bufete y cama ; mal lo pasa .
Debe de dar su ajuar á los que casa.
Sale DON M.ÁRCOS.
DON MARCOS.
.Según soy desgraciado.
Sin duda que Gibaja me ha casado :
Que madiugue y le vea me ha pedido
Dentro en su casa, doime por marido;
Porque á llamarme no se atrevería
Sabiendo que me visto á mediodía;
Pero agora sabremos lo que pasa
Si está en casa Gibaja.
DON ROQUE.
Ko está en casa.
Agora ha de venir.
DON MARCOS.
Pues yo le espero.
Sale DON PABLO.
DON l'AULO. [tero?
l'ax Christi, ¿posa aquí un casainen-
DON PABLO.
¿Para qué me lialná ll;im:iil"'?
Blucbo tarda, ¿qué va que se lia muda.
i Sale DON GONZALO.
i D0> C0MZA1.O.
£l me d'jo que aquí venga á esporalle;
i Esle el cuarto ha de ser , no hay sino
Do:< ROQUE. [dalle.
Pues sillas hay , se siente el que qui-
{Siéntaiise.) [siere.
D0.'« CABLO.
Sede apud mi/ti.
DOK MARCOS.
¿Due haya quien esperi?
DON HOQUE.
¡Lindo tiempo!
DON PABLO.
Gustoso para todos.
DON MARCOS.
: ¡Oigan esto, y Madrid lleno de lodos!
' ¡Que no babieudo que hablar, se liava
[dado
En que lo pague el tiempo de contado!
DON ROQUE.
¡Cuál ha estado la plaza hoy de genle,
Y hecha un jardin de riuta'dileiente!
DON MARCOS.
Llegue á comprar de una frutera as-
Y verá lo que lleva de la fruta, [lula.
DON ROQUE.
¡Oh gran Madrid!
DON MARCOS.
Este hombre se endemonia
DON PABLO.
Todo el Tu aulem es, eso per oniiiin.
DON ROQUE.
Loque alabar querría
De Madrid, sólo es la ropería.
Donde por su dinero,
A cualquier forastero
He roperos le viste una cuadrilla.
Desde las medias hasta la golilla;
Y lo que es más, como dinero lensa.
Se lo ajustan, que venga que no venga.
DON MARCOS.
No está muybien cortado el tal vestido:
Pero lo que' es cosido , ni cosí lo.
DON G0V7.AL0.
La opinión que yo llevo,
Es que a uno le ponen como nuevo.
DON BOQDE.
Oigan Otro prodigio.
DON PAPLO.
¿Quid?
DON CON/ALO.
No es nada.
DON ROQUE,
En la plaza verán de la Cebada,
Sin otras cosas que por raras dejo,
L'iias tiendas que hay de hierro viejo,
Que son tiendas movibles que allí vie-
Y . • . t"^"
I no vale seis reales cuanto tienen;
Y el mercader desta cerrajería
Almuerza, come y cena cada dia,
Aunque muy poco venda.
El, su mujer é hijos, con la tienda.
DON PABLO.
Siempre veo estas tiendas, á fe mía.
LO QUE SON MUERES.
Corrientes con igual mercadería ;
Siempre están con lo mismo cuando
DON M.ÁRCOS. [Ih'íío.
Lo que se compra allí se arroja lué^o.
DON ROQUE.
Y es fuerza que uno destos se lo hallo.
DON MARCOS.
A la noche lo buscan por la calle.
DON ROQUE.
Pues en les ojos no hay engaño alguno,
Mire bien loque compra cada uno.
DON MARCOS. [(Jo;
Pues eso es lo que á mi me trae podri-
Que-no hay cosa que sea lo que ha si-
Panecillos de suela fregenales [do.
En las tiendas los venden por candea-
[les;
Y en todas las tabernas de continuo
Agua de espuma con color de vino.
En el ligón un par de gorriones
Empanados en forma de pichones,
¡Y que no pueda un hombre [bre?
Comprar las cosas todas por su nom-
Quesi para sacar un vestidillo
Pide en la tienda tafetán sencillo, [le,
Para que el mercader noseme inquie-
Ile de llamarle tafetán doblete;
i Y como sufro al tafetán sencillo.
Si pido esparragon, es rayadillo,
t}ue la quieren hacer tela inás noble,
Y ba de ser ormesí el tafetán doble.
Si pido guarnición un poco extrañ;].
Dicen : ¿Quiere llevar pata de araña ?
Y á un pasamano que hay del tiempo
Dicen : ¿ Quiere de diente de conejo '
En oyendo estos nombres en su prosa
Yo pienso que me venden otra cosa.
DON ROQUE.
Eso es muy fácil cosa remediallo.
DON MARCOS.
Diga cómo y lo haré.
DON ROQUE.
Cou no compra',] o
DON GONZALO.
Ande en pelota.
DON MARCOS.
Harto mejor seria
Por no vestirse un hombre cada di.i.
DON ROQUE.
Miren que linda criatura
Va por la calle.
(Miran á la calle.)
DON GONZALO.
Allá va.
DON MARCOS.
.Vbobadilla es un poco ,
Y yo para mi caudal ,
Algo entendida quisiera
Y no hermosa de malar.
DON PABLO.
No decis bien.
DON MARCOS.
Birn arguye.
DON PABLO.
Sic argumentar.
DON MARCOS.
Hablad.
DON PAULO.
La hermosa cuatro sentidos
Aprovecha , pues verán
Que el tacto, la vista, el guslu,
Y el olfato, cada cual
Agradece cuanto logra;
Y es muy grande necedad
Dejar á cuatro por sólo
Un sentido corporal.
Pues es la entendida y fea
Para el oido no más.
DON MARCOS.
La hermosura de una vez
Se goza; mas nadie ha
Gozado al entendimiento
De una vez sola no más ;
El oido es un sentido
Del alma , y por ella van
Las pasiones de la lengua
A hacerse en ella lugar.
líl siempre es otro , y ella es
Siempre una, ¿pues quién querrá
Con diferente apetito
Comer siempre de un manjar?
DON PABLO.
Quien ama , por conseguir
Es por lo que ama, que no hay
Quien adore poroir
Aquello que amando está.
Los deseos son los hijos
Del amor: quien sabe amar
Solicita merecer,
Y quien merece querrá
Conseguir, que el conseguir
Es premio del desear.
;.No son decentes los ruegos?
La esperanza, ¿quién dirá
Que no es licita? pues ambas
Aspiran á la beldad.
Con oiría solamente.
Ninguno conseguirá
Una belleza, que esotros
Si-nlidos la lian de gozar.
Luego no habiendo belleza,
No habrá amor. Luego será
Mejor, necia, la hermosura,
ijue discreta la fealdad.
DON BOQUE.
¡ Qué bien dice !
DON GONZALO.
Concluyóle.
DON MARCOS.
Sólo esto me ha de enterrar;
¿Que haya tantos que se paguen
Sólo del ruido no más.
Sin entender la razón?
DON BOQUE.
Oice bien.
DON MARCOS.
Pues escuchad.
Aquel que ama una belleza ,
Si la desea gozar.
No ama la misma hermosura
Que á si se quiere no mas.
l'or conseguir quiere sólo;
Quien sólo por adorar
Quiere á su dama, éste quiere
Con fineza y con verdad;
líl que todos los sentidos
Solicita aprovechar.
Quiere el interés del gozo ;
El que con amor menlal
Del oido se aprovecha,
Ama sólo por amar;
Pues si la hermcsa ha de hacernio
(¡rosero en el desear ,
Será mejor la entendida ,
Pues tiene más calidad
Amor que será por ella
Que amor que por mí será.
DON PABLO.
,. Luego no puede quererse
Gozando?
DON ROQUE.
Si puede tal.
Don GONZALO.
Los casameiiicros sirvco
tu la (guerra del casar.
(Vante.)
Salen SERAFINA . DOSA MATE
V RAFAELA.
RAFAELA.
¿Tu recalo j lu prudencia,
Eu esla locura dio?
SEtlAFlXA.
¿Han dado las nueve?
doSa matea.
No.
SERAFINA.
No es hora de liacer audiencia.
DOÑA MATEA.
No haces mayor tu deidad
(ion caprichos semejanles;
Dar una audiencia de amantes
Es cosa nueva.
SERAF1>-A.
Es verdad ;
Si mi desden los condena
No quiero mayor victoria ,
Pues vengo á "lograr la gloria
Ue verles sufrir la pena.
En esla contienda y lid
De amantes, triunfar espero,
V por el capricho quiero
Hacerme rara en Madrid.
RAFAELA.
Con mal trato y peores modos,
Habrá alguna por constante
yue engañe uno y otro amante;
Mas 00 quien los burle lodos.
¡Que es ver unos figurones
Requebrar muy ponderados,
Con vocablos estudiados.
Afectando las razones!
Cuando me asomo al balcón,
¡Que es ver al que me se inclina.
Requebrar desde una esquina
Tentándose el corazón !
¿A quién mil canas no quila ,
Ver, cuando está enamorado,
A uno muy tierno y barbado
Echar una lagriniita?
Hioniecoii gran consuelo,
Cuando sus ternezas miro,
üe otros que aman de suspiro ,
Con miradura de cielo,
l'ues si voy á lo parlado ,
Tendremos materia haría :
¡ Las necedades que ensarta
Uno que está enamorado !
Ayer un amante orate
Mi mano alabó por bella;
Pero á cada <ledo della
Le dijo su disparale.
Otro á la mano otra vez
Dijo, fingiendo pasiones.
Que en el picar corazones
Era mano de almirez.
A mi boca otro menguado
Dijo (con frialdad no poca):
«Cada labio desa boca
Es un bocnci encarnado».
A mi pelo, sin recelo,
Hijo un calvo muy de veras,
Que para hacer cabelleras
Tenia extremado pelo.
Dijome otro con pasión :
• Guardad esos dientes bellos,
Serafina, que con ellos
Me mordéis el corazón».
días escogidas de don francisco
Y aun estos son los mejores,
Si á oirlos le persuades.
Los que no hablan neceilades
Son quien las dice mayores:
Cuando alguno me contente.
Si le procuro escuchar,
Al punto empieza á llamar
Campo del amor mi frente.
Luego un divino arrebol
.Mi cabello da eu despojos,
Luego que mis negros ojos
Le dan dos higas al sol.
Que porque no le hagan mal,
Cuando competirlos ves,
Dicen, que mi nariz es
Un montante de cristal.
.Mis cejas, si este ha alabado.
Son instrumento de un Dios
Desde cuyos arcos dos
Dispara, ilecbas, venilado.
Si dientes, y boca aquel.
Verá el que quiera cogerla.
Suelta tanta de la perla.
Listo tanto del clavel.
La garganta no es cuestión
Que es pasadizo de nieve
Por donde á subir se atreve
Por la boca el corazón.
Y ansi. Rafaela, sabrás.
Que mi constancia te avisa
Que el que habla mal, rae hace risn,
\ el que habla bien, me hace nius.
Con verlos, de su amor luego
Se hace dueño mi desden,
Y con oirlos, también
Vengo á triunfar de su ruego.
No viene á ser castigarlos
No oirlos, ni verlos jamás ;
Sólo es castigarlos más
Oirlos, verlos y dejarlos.
RAFAELA.
Daránte eternos renombres ;
¡Lindo gusto de mujer!
DOÑA MATEA.
¿Qué gusto puede tener.
Quien quiere mal á los hombres?
A un hombre de lindo talle.
Di, ¿quién sabe hacer desprecio
De verle pisar tan recio
Que desempiedra la calle?
Con recato y con decoro ,
Cuando empuñan el rejón,
¿Quién no cobrará afición
A un hombre que mata á un toro ?
¿Qué mujer no cobra amor
A aquel que en lid concertada
Obra con la negra espada,
Y con la blanca mejor?
Si el oirlos te da enojos,
¿Por qué ha de ser permitido
Que eche á perder el oido
El crédito de los ojos?
Que mientan es mas blasón
De la que quiere y suspira.
Cuándo pasa la mentira
Plaza de satisfacción.
Al que no teme, también
l.e puedes recompensar
Lo que le llega á costar
Fingir que te quiere bien.
Los que son falsos amantes
Que no lian de venparse ves
Por muclio que hagan después
De lo que sufrieron antes.
Quien no le quiere ofender,
Y contigo Cata contento.
De uso, y no aborrecimiento
Snlicita otra mujer.
¿Pues por qué se ha de enojar
El que tuyo llega á ser.
Si es una cosa querer
DE ROJAS.
Y es otra cosa variar?
El que á otra quiere después.
Que no la querrá te arguyo
Por el desmérito tuyo.
Que por su inconstancia es.
Pero ¡cuan agradecido
Vendrá, y con mayor deseo
El que después otro empleo
Vuelve amante arrepentido!
Hermana, de errores tales
Ni te admires ni te asombres;
Créeme, y quiere á los hombre:;,
Que son bellos animales.
SERAFINA.
Y de celos el dolor.
¿A quién n. causa recelos?
DOÑA MATEA.
Si no se usaran los celos,
¿De qué sirviera el amor?
SERAFINA.
¡Quél ¿tanto los quieres?
DO.ÑA HATEA.
Sí.
SERAFINA.
De ti me vengo á cansar
Tanto, que te he de ca.sar.
Porque me venguen de ti.
DOÑA MATEA.
Agradecerte debiera
La venganza que merezco.
! SERAFI.NA.
Digo que casarle ofrezco ;
¿ Pero hallarás quién te quiera ?
DOÑA MATEA.
Para que yo tome estado
Y porque vengada estés.
Bastará que tú me des
Un amante desechado.
I SERAFINA.
El que adoró mi beldad ,
I ¿Cómo ha de poder quererle?
i DO.ÑA HATEA.
Dos mil cosas desa suerte
Suele hacer la variedad.
I SERAFINA.
Va os tomáis mucha licencia ,
Y no sé como sealreve
Una...
RAFAELA.
Señora, las nueve.
SERAFINA.
Ya es hora de dar audiencia :
Abre, ya pueden entrar.
RAFAELA.
Ruido eu la antesala escucho.
GicAjA. (üsntro.)
Señores, la audiencia.
RAFAELA.
Mucho
Tienes boy que despachar.
Sale DON ROQUE.
DON ROQt'E.
Va el sol riendo hace salva
Al alba,
Pueslo que trae su arrebol
Luz del sol;
La aurora que el campo dora
Rie y llora;
Y yo en liniebla esto ahora
En vuestra luz salgo á ver ,
Reir, llorar y amanecer
Al sol, al alba y la aurora.
Sale DON MARCOS,
DOM ÍIÁBCOS.
Va produce malizado
Kl prado:
Ya corre más diligente
Clara fuenle;
Drota la rosa olorosa
Más golosa;
Y yo, Serafina hermosa,
.Sólo en veros, salgo á ver
l'roducir, brotar, correr
La fuente, el prado y la rosn.
Sale DON GONZALO.
DON GONZALO.
Ya más sonora y suave
Cania el ave;
Sin nubes, sin niebla fria
' N.iceeUlia;
' Calma el viento más atento
En su elemento;
Yo, que n¡ uno ni otro siento,
Salgo á veros por mimr
' Cantar, nacer y calmar .
I Kl ave, el dia y el viento.
RAFAELA.
I ¡Otro estilo desde ayer!
I Amor los va mejorando.
I SERAFINA.
i Señores amantes , ¿cuándo
Acabó (le amanecer?
Ya es mediodía , y querría
Ver tan agudos talentos:
Troven esos pensamientos
Si pueden al mediodía.
Sale DON PADLO.
DON PABLO.
Abrásase haciendo sal va ,
Kl alba :
Vencido con tu arrebol ,
Ilnye el sol ;
La "aurora herida se ignora
Donde llora;
Y aunque es mediodía ahora ,
Abráseme ó no, he de ver
TODOS CCATRO.
Herir, abrasar, vencer
Al sol , al alba y aurora.
Sale 01 BAJA.
GIBAJA. (Ap.)
Digo que la licioncilla
lia sido extremada cola,
Y nue están otros los cuatro ;
Asi quiera ella estar otra.
SERAFINA.
Llegad, don Pablo
GIBAM. (Ap.)
Valor;
llabladla muy descollado.
Sin lugar.
DON PABLO.
Yo soy soUbido
De la milicia de amor ;
i)ue me embarque significo,
liompiendo espumas y famas
Por el Golfo de las damas,
A la India de Puerto-rico.
No merecí que admitieras
Los deseos de servirle ,
Aunque para persuadirte
Tomé puerto en las Terceras;
Mal herido en tu escuadrón ,
Diinde me llevé la palma .
ÜM\né una herida en el alma
LO QUE .SON JHi.lEr.ES.
Y otras en el cor.i7.on.
Otros mil servicios dejo,
Y sólo que estimes pido
i;i tiempo que te he servido.
SERAFINA.
Retiraos, que estáis muy viejo.
DON PABLO.
Siempre esperé premio igual.
SERAFINA.
Oigan , ¿que ha hablado en romance'
DON PABLO.
Señora, el favor alcance
Que pido en el memorial .
I'ues ya no soy de provecho.
SERAFINA.
ICl memorial se verá.
DON PABLO.
\ edlo luego.
SERAFINA.
Bien está.
GIBA.IA. {Ap.)
I'amosamente lo has hecho.
1 SERAFINA.
ICste amante lo habla bien ,
i:on más prudencia y respeto.
GIBAJA.
El desden le ha hecho discreto.
SERAFINA.
Enseña mucho el desden;
Y vendrá á parar su ruego
l:.n que le haga algún faNor
GIBAJA.
Ea, llegad sin temor.
RAFAELA.
Llegad, don Marcos.
DON MARCOS.
Ya llego;
.\o huye quien de vos espera
Lograr felices trofeos,
(Jue el despedir los deseos
Ks soberbia muy grosera.
No quise amar, pero amé ;
j Vencer quise, y me rendí;
l'ara ver la luz naci:
Vo vi la luz, y cegué.
! Agradeced al que muere,
I Quejoso, aunque no ofendido,
Que es la queja del herido
Lisonja para el que hiere.
Va contenta el alma llega
A no verlo que miro,
Quien la luz examinó
I Victoriosamente ciega;
Mas para templar mi mal ,
Sólo pido...
SERAFINA.
¿Qué queréis?
DON MARCOS.
Que el premio sólo me deis
Que pide este memorial.
Va le veré.
GIBAJA. {Ap.)
No va malo.
RAFAELA.
Otro hombre el podrido estíi,
SERAFINA.
Esperanzas pedirá.
RAFAELA.
Llegad , señor don Gonzalo.
DON MÁBCOS.
¿ Hablé á vuestro gusto?
GIBAJA.
Si;
Bien lo dijistes los dos.
DON MARCOS.
Dadme licencia . por Dios ,
l'ara pudrirme de mí.
DON GONZALO.
Pues yo, hermosa Seraliua...
GIBAJA.
En hablar culto trabaje.
DON MARCOS.
Mas que se le va el lenguaje...
GIBAJA.
¿Dónde?
DON MARCOS.
A la jacarandina.
DON GONZALO.
Un amor tengo que es mengua.
GIBAJA.
r4p. De que hable bien desconfío.)
I Que lo errasteis.
DON GONZALO.
I {Ap. Señor mió,
j No me vayan á la lengua.)
I Higo, que estaba fiado.
I Quien adora el que confia. ..(Trtrtí (7o,)
1 Perdonadme, reina mia,
¡ Que esto es poco y mal hablado.
SERAFINA.
¡le ver á un hombre me espanlo,
Que tenga turbación tal.
DON GONZALO.
Señora , este memorial
'■ liirá esto y otro tanto,
! pensamientos como el hilo
I Lie delgados os dirá.
I SERAFINA.
■\un dura?
RAFAELA.
Amor no podrá
. r.nmendar un bajo estilo.
I DON GONZALO.
I r.n él veréis el empeño
l':n que entra mi amor fiel;
I Todo lo que digo en él ,
i Cierto que es cosa de sueño.
SERAFINA.
Esta noche , sin enojos ,
Sobre él espero soñar.
DON GO.VZALO.
Eso es querer acertar
.Mi deseo á cierra ojos.
DON MARCOS. {Ap.)
Que no puede más recelo.
GIBAJA.
r.íil necedades ensartas.
DON GONZALO.
Callen barbas y hablen cartas.
SERAFINA.
Pues venga el memorial.
DON GONZALO.
llélo
{Dale el
DON MÁBCOS.
Una y Otra necedad
Habéis dicho, vive Dios.
GIBAJA.
Ilon Roque , cnmendadlo vi
RAFAELA.
Señor don Roque, llegad.
DON BOQUE.
Llegue mil veces felice ,
so llegue ,
onquistar
inorial.)
Aunque temerni
I n iii
^>. hii
se atreí
; dulces ojos ardientes;
?ni COMEDIAS
¿Cuando do logró cenlelljs
Aquel que en la pifilra hiere?
Pnro el osado y amaine
Dilicullades emprende.
Ni) se vence lo rendido.
Lo inexpugnable se vence.
CIUAJ\.
üueno va.
BCiy CONZALO.
üt'iiuinio es.
SERíFIXA.
Ko se perderá por este.
DON RiiOUE.
Verdad dice mi deseo,
No (inj-e amor, porque teme
(,>ue á liles de una meniira.
Una verdad se ensangriente.
¡ Oh , si el dueño á (|uieu adoro
El alivio permitiese
Del llanto á los ojos mios ,
Porque en líquidos corrientes
Destile mi sentimento !
(*ue porque le oigas decente,
l'.s la lengua muy grosera
Y son ellos muy corteses.
SERAFINA.
¿ Quién os quita que lloréis?
DON ROQUE.
A mi nadie.
CIBAIA. (.4;;.)
Que se pierde;
Enmendadlo vos, don .Marcos.
SERAFINA.
Pues llorad.
DON MARCOS.
Si le sucede
I.o que 4 mi , ¿cómo podrá ,
Pues mi dueño ingrato quiere,
l)ue sangriento su desden
En todo mi amor se cebe?
¿Pues cómo os impide el llanto
Lo que queréis?
DON MARCOS.
üesta suerte:
Del agua del llanto es
El corazón arca débil
De tres llaves, y desta arca
Son los dos ojos dos fuentes.
Una llave tiene amor,
Y otra llave el dolor tiene,
Y como es tesoro real
£1 llanto, para que i|uede
Con seguridad, se da
Otra á la crueldad más fuerte.
La llave de la crueldad
Ti'ueis vos, y cuando quiere
Abrir el dolor, procura
Abrirla, pero no puede.
No puede tampoco amor
Abrir, aunque abrir pretende ;
Pues dolor y amor, ¿qué importa
yue una y otra llave prueben,
Si no quiere la crueldad ,
.Siempre obstinada y rebelde.
Ñique mi dolor se alivie
Ni que mi amor se consuele?
DON GONZALO. (Ap.)
Kn el pico de la lengua
Lo tuve.
DON ROQUE. (Ap.)
El hombre es prudente.
GIBAJA. {Ap.)
Hemediólo.
DON ROQDE.
El memorial
Os ofrece un preliMidienle
{üalecl memori
ESCOGIDAS DE DOS FRANCISCO DE IIOJ.VS.
SERAFINA.
Una cosa por los cuatro
He de bacer.
D0\ ROQUE.
¿Qué?
SERAFINA.
Que no os cnest-;
Desvelos la dilación,
Y estando todos presentes ,
Todos cuatro memoriales
Despacharé de una suerte. —
Lee tueste memorial ,
(Dale uno á doña Malea.) El
.Matea ; y tü lee este ,
le otro ú Rafaela
GIBAJA. (Ap.)
Aun no ha obrado la purguilla ,
Más polvos de celos tiene.
SERAFINA.
;De suerte, señor soldado
De amor, que servísteis siem¡ire
De Matea en la milicia ,
Y que era aquella prudente
Metáfora por mi hermana*
DON PABLO.
Perdonad que lo confiese.
SERAFINA.
»La aurora, el alba y el sol.
El prado, la rosa y fuente,
"el corazón
¡ Con las tres llaves que tiene
Amor, dolor v crueldad ,
Itafaela; y tú, Gibaja. Y otros requiebros más verde
Lee este. (Dale olro á Gibaja.) ¿por ella eran?
RAFAELA.
¿Qué es lo que quieres?
Leerlos todos á un tiempo
V que á un tiempo los decrete.
Leed.
TODOS. (Leen.)
«Don Marcos desea.
Puesto que no le queréis ,
Que por esposa le deis
.\ vuestra hermana Matea.»
SERAFINA.
¿ A Matea?
DON .MARCOS.
SI , Señora.
SERAFINA.
¿ Y ese ?
RAFAELA.
;mo pretende
Lom
Don Pablo.
DOÑA MATEA.
Y don Gonzalo
Pide lo mismo por este.
SERAFINA.
Y ese ¿qué pide?
GIBAJA.
Lo mismo.
SERAFINA.
No es posible.
HATEA.
Lee.
RAFAELA T GIBAJA.
Lee.
SERAFINA.
; Qué equívocos eran todos
LosGiigimientus corteses!
DON PABLO.
Y'o dije que el meinoiial
Diría lo que pretende
Mi deseo.
DON MARCOS.
Al memorial
Trasladé voces decentes.
DON GONZALO.
Yo fundé en mi memorial
Mi pretensión.
DON ROQl E.
No le ofende.
Quien herido del desden
La medicina apetece.
SERAFINA. (Ap.)
Eslabones sus palabras
En mi corazón ardiente
Sacan menudas centellas ;
Muchas son , pero aun no prenden.
DON UARCOS.
Si , Señora.
SERAFINA.
¿Es ansí?
DON ROQUE.
No hay quien lo niegue.
DON GONZALO.
Yo testigo.
SERAFINA.
¿Vos, don Marcos,
No confesasteis mil veces
Que adorabais mi hermosura?
DON MARCOS.
Y porque yo la conliese,
¿Cuando oyó vuestra constancia
De mi amor ruegos decentes ?
Mil veces confesaré
Que el que á esas manos se atreve.
Toma el cielo con las manos ;
Y el que esas mejillas viere.
Bien verá que no podéis.
Por tristeza ó accidente,
Poner sobre la mejilla
La hermosa mano de nieve ,
Porque ella noss derrita
O porque ellas no se hielen.
Pero como yo he dejado
Que mi inclinación me fuerce,
Me lleva mi inclinación
A otro dueño ; haced que prer..ic
Vuest a hermana mi deseo,
Poniue no será decente
Que se descubra el dolor
Y la herida se cautele.
SERAFINA.
Vos, Matea, ¿qué decís?
DOÑA MATEA.
Que me ofrecisles dos veces
Darme esposo y darme dueño
Como haya quien me desee:
Y puesto que hay quien me (|uicr2,
Que cumplas lo qne prometes.
SERAFINA.
¿Y á cuál eliges?
DON GONZALO.
Sí acaso,
Don Gonzalo te merece...
(Todos ruegan d Malea.)
DON U.ÁRCOS.
Si agradeces mí elección...
DON ROQUE.
Si una constancia agradeces...
DON PABLO.
Si una inclinación se premia...
DOÑA MATEA.
Los memoriales.
RAFAELA.
¿Qué (|iiicro??
(Pórtese grare Matea.)
DOÑA UA'TEA.
Decretarlos.
RAFAELA. (Ap.)
Va se eiilona.
GIBAJA.
Eslos son.
DO.ÑA HATEA.
¡Gran paso es esle !
Don Marcos, oid.
SERAFINA.
Primero.
ppjaii que YO los decrete. {Qiiitaselj-i.
¿Coiiiu, villanos?
UON MARCOS.
Señora...
SERAFINA.
, 'íp;:iindo dueño prefieren
|i i.iiile de mi hermosura
\ urinas pasiones aleves?
¿Cuino, traidores...
GIBAJA. {Ap )
Pegó.
SERAFINA.
¿En la corte de amor puede ,
Si amor se pierde por niño
Vuestra urbanidad perderse?
Idus, don Marcos.
DOM MARCOS.
Ni) sea
íli dueño quien me desdeñe,
Que no me ofende tu enojo.
DO.ÑA MATEA.
Don M:ircos , volved á verme.
SERAFINA.
Idos, don Roque.
DON ROQUE.
¿Y qué hará
Quien adora y quien padece?
DÜ.VA MATEA.
Yo liaré que no padezcáis.
¿Que aguardáis?
DON PADl.O.
A que me dejes...
DON GONZALO.
Que consientas...
SERAFINA.
Idos luego.
DON PABLO.
Que el que ama...
DON GONZALO.
Que el que padece..
DOÑA MATEA.
Vo me acordaré de entrambos.
SERAFI.NA.
¡Que esto escuche!
DON PABLO.
Si te ofcnile...
SERAFINA.
No me liablois más.
DON GONZALO.
Si te agravi.i...
SERAFINA.
f.alla ó te daré la muerte.
DOÑA MATEA.
.•¡eñora.elser más dichosa
i\o te hace...
LO Ql'E SON MIJEUKS.
SFRAFlNA.
Traidora, vete.
RAFAELA.
Advierte..
SERAFINA.
Calla, villana.
GIBAJA.
SERAFINA.
Todos me dejen.
DON MARCOS. (Ap.)
Mejoróse mi lorluiia.
DON GONZALO. {Ap.)
Andallo.
DON MARCOS. {Ap.)
Padezca.
DON ROQUE. (Ap.)
Pene.
SERAFINA.
Criad segundas en casa.
DOÑA MATEA.
iVohay belleza como suerte.
GIBAJA.
Salte el huevo.
DON PABLO.
Pague en celos
Lo que ofendió con desdenes.
SERAFINA.
Presto los hombres olvidan.
DON MARCOS.
Presto las mujeres quieren.
SERAFINA.
¡Mujeres, lo que hombres son!
DON MARCOS.
¡ Hombres , lo que son mujeres!
DOÑA MATEA.
De hoy más he de ser feliz.
G13AJA.
Salió mi ardid como siempre.
SERAFINA.
A morir me voy de enojo.
DON MARCOS.
Voy á podrirme dos meses.
DOÑA MATEA.
A estimar mi suerte voy.
DON ROQUE.
Voy á consolar.me adrede.
Voy á hacer lo que yo sé.
DON PABLO.
¡Ah, qué lugar se me ofrece!
SERAFINA.
Mujeres , todos los hombres
Son unos.
DON PABLO.
Unas son siempre
Todas las mujeres, hombres.
SERAFINA.
Son traidores.
RAFAELA.
Son aleves.
DON MARCOS.
¡ Adoran aborrecidas.
I DON PARLO.
Adoradas ahorrcc
I SERAFINA.
¡ Mujeres , lo que son hombres!
I DON GONZALO.
¡ Hombres , lo que son mujeres!
JOR,\ADA TERCE[\.\.
.Sa/cnliAFARLA v SERAFINA, mcJio
desnuda, el cabello tendido.
SERAFINA.
En fin, ¿no quieres dejarme,
Rafaela 1
RAFAELA.
Señora , no.
Que estás con el crecimiento.
SERAFINA.
Vete, y déjame, por Dios,
Morir á solas.
RAFAELA.
Señora ,
Vo te he cobrado alicion,
(Voseándose las dos.)
Aunque criada , y no quiero
Que te mueras sin doctor.
SERAFINA.
Vete, que sólo en mi queja
Tiene alivio mi dolor.
RAFAELA.
Mira que le puede dar
Sobre una imaginación
L'n suspiro; ¡Dios nos libre!
SERAFINA.
¿Ymataráme?
RAFAELA.
¡Pues no!
¿ Pues de qué murió la amanto
De Teruel? Deso murió.
SERAFINA.
Pues mis suspiros escucha.
Ansí hablarás.
SERAFINA.
Es error.
Porque nunca fué palabra
El suspiro, con ser voz.
RAFAELA.
Los suspiros nunca supe
De la calidad que son ;
Porque á unos causan alivio,
Pero á oíros desazón.
Uno muere de un suspiro.
Otro del convaleció,
Es triaca y es veneno.
Es alivio y es pasión.
Vo uo entiendo á los suspiros.
SERAFINA.
¿No has visto á una misma llor
Que un viento la reverdece
Y que otro la marchitó?
Es que aquel viento que sopla
Las calidades tomó
De la tierra donde nace;
Y así, aquel viento ó vapor,
Si es seco, abrasa la rosa;
Y si es húmedo, la oreó.
El suspiro que del cuerpo
Se origina , ¿ quién dudó
Que el corazón nuestro alienta ?
Pero aquella exhalación
Que se levanta del alma.
Como es su fuego veloz,
Obra con las calidades
De fuego en el corazón.
Corazón y flor, ejemplo
Te darán, pues son los dos:
Ella, un corazón del campo
Y él, de la vida una flor.
RAFAELA.
Pues ahora estás tan moral
206
COMEDIAS ESCOGIDAS DE DON FRANCISCO DE ROJAS.
Y yo tu gusano soy,
Pcrmileme que hebra á hebra
Te hile loila la pasión;
La verdad me di . Señora.
¿Tienes amor'.' Uilo.
SERAFINA.
IlAFAtLA.
Mira, el amor y los celos
linas calenturas soo
yue hasta que salen al labio
No las ve el que las pasó ;
Mas por sola la experiencia
Te diré tu mal, que yo
He estado muy achacosa
Destos males, gloria á Dios.
Ui, ¿aborreces algún hombre'
SERAFINA.
Ninguno de mi aücion
Es dueño.
RAFAELA.
No le pregunto
Sino ¿si aborreces hoy
A aquel que ayer no querías?
SERAFINA.
Yo aborrezco á quien me amó ;
¿Pero cuino saber puedes,
De un este luego veloz
Preguntando por el odio
Y uo por la inclinación?
RAFAELA.
Ahora lo verás. ¿Por qué
Le aborreces?
SERAFINA.
¿No es razón
Que aborrezca á quien me quiso
Si á otra adora y á mi no?
RAFAELA.
Pues si aborreces á quien
Te olvida, porque te amó,
Si por eso le aborreces,
Le tienes por eso amor.
SERAFINA.
¿Cuándo has visto amor sin celos?
Pues no teniéndolos jo.
Es cierto que amor no tengo.
RAFAELA.
Celos tienes.
SERAFINA.
Es error.
RAFAELA.
¿De tu hermana no los tienes?
¿No me lo dijo tu amor?
SERAFINA.
Yo de mi hermana los tengo.
No de quien la ama en rigor;
Y una cosa es tener celos
Della, porque fué elección
De quien me quiso, y es otra
Celos de quien la eligió;
Della, y no de quien la quiere
Son mis celos ; luego son
Celos de ira los que tengo
Y no celos del amor.
RAFAELA.
;. Qué más tiene tener celos
be quien es adoración
Del amante, ó tener celos
Del mismo que la adoró?
Los della son unos celos
De sentir que granjeó
El amante que la olvida ;
Los de aquel que se mudó
A adorar otro sugeto ,
¿No nacen de una pasión?
¿No son de una causa electos ?
Luego no habrá distinción
En celos della por el
Si él fué aquel que los causó,
O en lus celos del por ella
Si unos mismos celos son.
SERAFINA.
¿Quieres ver que tengo celos
Della y de quien me ama no?
(Cuatro son los que la quieren ,
Y si yo tuviera amor,
A uno quisiera no más;
Es asentada opinión
Que no es amor verdadero
El que se reparte en dos.
Luego si á cuatro no puedo
Teneramor, ¿no es cuestión
Que de los cuatro tampoco
Tendré celos? Pues si doy
Que tengo celos, mis celos
Serán (si es que celos son)
Della, por querida si,
Dellos, por amantes no.
RAFAELA.
A eso respondo que tú
Querrás á alguno.
SERAFINA.
El dolor
Que tengo en el alma es ese.
RAFAELA.
¿Pues qué es?
SERAFINA.
Una obstinación
De no amar con el deseo
De amar á quien me olvidó.
RAFAELA.
¿Luego es amor?
SERAFINA.
¿Pues di á quien
Quiero, si quiero?
RAFAELA.
El mejor
Es don Marcos.
SERAFINA.
Moriréme
Si sufro su condición.
RAFAELA.
Don Gonzalo, el extremeño.
Es bueno, porque es hombron.
SERAFINA.
¿ Qué importa que sea diamante ,
Si es bruto?
RAFAELA.
Tienes razón.
¿Y don Pablo?
SERAFINA.
¿Quien podrá
Sufrir su conversación?
RAFAELA.
¿Don Roque?
SERAFINA.
No quiero amante
Que tiene tan raro humor,
Que no me quiere por mi
bino por su condición.
RAFAELA.
¿Qué sientes?
SERAFINA.
Siéiitome arder.
RAFAELA.
¿Dónde está el mal?
SERAFINA.
¿Qué sé yo?
RAFAELA.
Mira si es dentro del alma.
No, como el doliente soy
RAFAELA.
Scfiora , y esta academia
Que has dispuesto para hoy,
¿A qué efecto?
SERAFINA.
Hoy cumple años
Matea , y con ocasión
De festejarla , he dispuesto,
Por disimular mejor
Mi pena y dar á emendar
Cuan poca es la estimación
Que hago de uno y otro amanto
Que uno y otro me olvidó,
Celebrare una academia
Donde el asunto peor
Es mi asunto, que lia de ser
De mi disimulación.
Y porque viendo mi ingenio.
Quiero que el que se cegó
De mis ojos, y no quiso
Penetrar la luz del sol.
Que adore el enlendimienlo.
Pues la luz desperdició.
RAFAELA.
Y desla regla creída
Verán tan nueva excepción.
Que siendo Matea y tú.
Hermosa tú y ella no.
Contra el uso habéis de ser
En la academia las dos.
Fea ella con ignorancia.
Tú hermosa con discreción;
Pero ella sale. Señora ,
A esta sala.
SERAFINA.
Yo me voy.
RAFAELA.
Habíala por vida tuya ,
Y muy á lo socarro» ;
Si te da lugar la pena
Haz burla de la elección
De sus amantes, y a ellos
La puedes hacer mayor.
Porque sienta por agravio
El que tuvo por blasón.
SERAFINA.
Bien me aconsejas , si pueden
Risa y llanto cou valor
Calmar el llanto en los ojos
Y herir la risa en la voz.
Sale DONA MATEA.
DOÑA «ATEA.
La música viene aquí.
Todo prevenido está.
SERAFINA.
¿Enviaste á llamar ya
Los académicos?
DOÑA HATEA.
SI,
Mis años has celebrado
Como tuyos.
RAFAELA.
Y mejor.
SERAFINA.
Siempre le he tenido amor.
DOÑA MATEA.
Algo lo lias disimulado.
SERAFINA.
Pero hoy te trae mi afición
A quien le ama, hermana min.
Porque celebren lu dia
Los que aman lu perfección.
DONA mTE*.
^Perfección? No soy liemiosn,
Oue <^^ espejo do me eiigaüa ;
Feliz si.
SERAFINA.
Desde laniana
Teluve por venlurosa;
, NiíJguno que te ama aqni
i Te lia lleyado á merecer.
DOÑA HATEA.
I Claro está ; ¿que pueden ser
Los que no le aman á ti?
SERAFl.SA.
Cn podrido te lia querido,
V es ajar tu pundonor
(jue te ame.
DOÑA HATEA.
No es lo peor
Lo que le agrada á un podrido.
SERAFINA.
Busque un lu^ar el señor
Moiilafii'S, muy ponderado
Para el amor.
I DOÑA MATEA.
I En mi ha hallado
Un lugar para el amor.
I SERAFINA.
Oue te ama un contento, vi
Une a todas quiere igualmente,
i No es verdad?
DOÑA MATEA.
Y solamente
No se contenta de tí.
SERAFINA.
Si te aman á ti es porque
Mis desdenes han sentido :
Todos á mi me han querido,
V á todos los desdeñé.
Pero conmigo no ignoras
Que son con malicia clara
Traidores.
DOÑA MATEA.
Muy á cara ;i cara
Te hablan para ser traidores.
SERAFINA.
Pero si yo los quisiera ,
Ed qué me amaran le tunda.
DOÑA MATEA.
Siempre viste la segunda
Desechos de la primera.
SERAFINA.
Tan aburrida estoy, sí.
Que por no escucliarie, inlenlo
Irme desde a(|ui...
DOÑA MATEA.
¿Al convenio
Que tenias para mí?
SERAFINA.
i Y DO estarás sin decencia
Pobre tú y pobre tu amante
En religión mendicante?
DIIÑA MATEA.
Yo quiero esta penitencia.
SERAFINA.
Si á responderme te pones,
Vencerasme, es cosa clara.
DOÑA HATEA.
«Porqué?
SERAFINA.
Porque tienes cara
De alcanzarme de ra/.ones. {Vase
RAFAELA.
La hormosa sólo merece
bel üiuoi el interés.
LO QUE SON MUJERES.
DOÑA MATFA.
No es hermosa la que lo es.
Sino laciue lo parece.
Sale SERAFINA.
Cansada de oirte estoy;
Ruido en la antesala he oido,
Entra á ver quien ha venido.
RAFAELA.
Por medio la abre. Yo voy.
{Vasepor una pm
Sale GIBAJA.
GIRAJA.
Años mil (si darlos puedo)
Cumpláis , Matea divina,
En vida de Seralina...
DOÑA MATEA. (.4/).)
Maldiciones , que la heredo.
Y con finezas constantes,
Que amor en tí vinculó,
Coces, casándote yo.
El mejor de tus amantes.
SERAFINA.
No habla conmigo.
En etelo,
¿No dirás á qué has venido'
SERAFINA.
¿Qué tal es?
GIBAJA.
¡Gran pensamiento!
DOÑA MATEA.
La verdad , escrito á medias.
GIBAJA.
¡Bueno! Yo hago las comedias
Que acaban en casamiento.
Ya hago una.
S RAFINA.
¿Poeta eres?
DOÑA MATEA.
¿Buena traza?
GIBAJA.
Singular.
SERAFINA.
¿Y cómo se hade llamar?
Uilo.
GIBAJA.
Lo que son mujeres.
DOÑA MATEA.
¿Y tiénesla ya acabada?
GIBAJA.
No.
SERAFINA.
Pues yo la iré leyendo.
DOÑA MATEA.
¿Qué, tanto hay?
GIBAJA.
Voy escribiendo
En la lercera jornada.
SERAFINA.
¿Qué figuras del tablado
Son las que bas introducido?
GIBAJA.
Un contento y un podrido.
Un monlañés'y un uieiiguadu.
SERAFINA.
Serán papeles valientes.
GIBAJA.
Y ha de tener cada uno
Su capricho.
DOÑA MATEA.
Uno por uno
Son mis cuatro pretendientes.
SERAFINA.
¿Mujeres?
GIBAJA.
Una que adora
A cuantos viere y no viere,
Y otra que á ninguno quiere.
SERAFINA.
¿Mi hermana y yo?
GIRAJA.
Si, señora.
SERAFINA,
¿Silbaránla?
GIBAJA.
No lo se;
Como en el patio mandaren.
DOÑA HATEA.
¿Te enojarás si silbaren?
GIBAJA.
Si lo merece, ¿por qué?—
Los que más me han aplaudido.
Que una y otra han viioriado.
Me miran cuando la he errado
Como á privado caido.
Si entro aplaudido aquel día,
Y no me habla bien Apolo,
Dejárame venir solo
La gente que me seguía.
SERAFINA.
Esa comedia es segura,
Al aplauso te preven.
GIBAJA.
La que á nadie quiere bien
Ha de cansar por figura.
SERAFINA.
Lo más bien visto ha de ser.
DOÑA MATEA.
Ese capricho remedia.
GIBAJA. (Ap.)
Contándola la comedia
La digo mi parecer;
Mas tengo trazado ya
Que .nunqne es entendida y bella.
Ninguno la quiera á ella.
SERAFINA.
Eso es lo que ella querrá.
GIBAJA.
Pero he pensado también
Que el amante tjue la viere
Quiera á la que a lodos quiere.
SERAFINA.
Eso quiere ella.
DOÑA MATEA.
Hace bien.
La constante, yo be pensado,
Que viéndola sin amor,
lia de ser la que mejor
Parecerá en el tablado.
DOÑA MATEA.
La que ama con viva llama
Es más extraña mujer:
Al pueblo lia di; parecer
Mejor la que á todos ama.
SERAFINA.
La fácil no es más excusa.
COMEDIAS ESCÜGIOAS DE DON FRANCISCO 1>E ROJAS.
DONA MATEA
A la constante condena.
SERAFINA.
La facilidad no es buena.
DOÑA MATKA.
La con.stancia no se usa.
SLHAFINA.
Cuando á los fines esté...
DOVA MATEA.
Si á la traza conviniere.
Casa á la que nadie iiuiero.
CIBAJA.
¿Con quién?
A la que no supo amar
Deja sin casar.
doSa matea.
Sea ansí.
SEHAllNA.
Sea.
GIBAJA.
Silbáronme á mi
Si la dfjü sm casar.
DO.\A MATEA.
¿Pues qué trazas?
CIBAJA.
Sin recelos
De silbo, en un paso extraño
Tr.izo á la una un eng;iño,
Y doy á la otra unos celos,
Y otros diferentes ramos
L.I palio celebrará.
Sale UNA CRIADA.
CRIADA.
Todos han venido ya
A la academia.
SERAFINA.
Pues vamos.
GIBAJA.
¿No es linda traza'
SERAFINA.
Exlremoda.
CIBA/A.
¿Qué te parece?
DO.ÑA MATEA.
Famosa.
SEIIAFI.NA.
No seré yo la celosa.
DOÑA MATEA.
No seré yo la burlada;
CouleiUa estoy.
SERAFIJtA.
Muerta vivo.
GIRAJA.
Voy & la academia.
SERAFINA.
Ven.
CIBAJA.
Una academia hay lami)ien
En la comedia que escribo.
( Vanse.)
Sale RAFAELA con una sobre
RAFAELA.
A esta sala han de venir,
V puesto que aquí lia de ser,
Los bancos quiero poner
V al recado de escribir;
Vo.
CIBAJA.
¿Quién me ha llamado?
RAFAELA.
¿Qué quieres?
RAFAELA.
¿Qué ha de ser?
Que me ayudes á tender...
CIBAJA.
Habla presto.
RAFAELA.
Aquel estrado.
CIBAJA.
Quien tus partes estimó,
Justo es que á servirte acuda,
Desde hoy he de ser tu ayuda,
Pero de cámara no.
RAFAELA.
Tiende esa alfombra.
¿Trae lodos?
(Tiéndenla.)
RAFAELA.
¿No es soberbia alfombra esta?
CIUAIA.
Antes de puro modesta
Se deja pisar de lodos.
RAFAELA.
Tiende iguaL
Si tenderé.
RAFAELA.
El bufete.
CIBAJA.
Mucho pess.
(Pénenle.)
RAFAELA.
Cásame esta sobremesa
Con el bufete.
Si haré;
[Tiéndenla.)
Pero el bufete se ensancha.
RAFAELA.
Cásele.
GIBAIA.
No le conviene.
Que la sobremesa tiene
Por un cuarto una gran mancha.
RAFAELA.
^Pues el bufete quién es
yue desa mnnolia se enfada?
¿No es una bestia pesada
Que anda siempre en cuatro pies?
CIBAJA.
Dices bien, no mire en nada :
Cásese, cuerpo de tal.
RAFAELA.
Córtala.
CIBAJA.
Pues ponía ¡fc'nal.
No sea corla y mal echada.
RAFAELA.
Pluma y tinta venga aqut.
CIBAJA.
Y los polvos vengan presto.
(Pónenlo todo.)
RAFAELA.
Muchos hacen mangas désto.
GIUAJA.
¿De polvos de cartas?
RtFAELA.
Si.
CIBAJA.
Dime necedades hartas.
Que escuchártelas me alegra.
RAFAELA.
Las mangas de lana nesra,
¿Nü son de puUos de carias?
CIBAJA.
Po.ier los bancos intento.
RAFAELA.
Pardiez que ha de ser gran dia.
RAFAELA.
Ya bien pueden empezar.
CIBAJA.
Parlando están alia fuera.
RAFAELA.
En tanto, saber quisiera
Vo cuando me he de casar;
¿No me lo ofieciste'/
CIBAJA.
Digo
Que á darte un novio me alhr.o;
¿Más quiéresle de mi mano?
RAFAELA.
Sí.
CIBAJA.
Pues cásate Cüiiniigo.
RAFAELA.
¿Juegas?
CIBAJA.
Si, gracias á Dios.
RAFAELA.
^Gastas?
GIDAJA.
A todo rozar.
RAFAELA.
¿Viénesle larde á acostar?
CIDAJA.
A la una ó á las dos.
¿Callarás?
¿Verás?
iPues qué he de hacer?
RAFAELA.
CIBAJA.
Novaré, áfe mia.
RAFAELA.
¿Y en casa estarás de dia?
CIBAJA.
A las horas del comer.
RAFAELA.
¿Vivirás muy confiado?
CIBAJA.
Y desconfiado también.
RAFAELA.
¿Y á mi me tratarás bien?
Como ande yo bien tratado.
RAFAELA.
¿Neme dejarás mandar?
I GIDAJA.
' Mucho puede la razou.
RAFAEL*.
; jlrás á una comisión?
i ClnAJA.
; Si til me la hicieres dar.
«AFAELA.
; ¿Sabrásme amar y querer»
CICAJA.
Cuando rae toques á mi.
RAFAELA.
¿Estás firme en eso?
GIBAJA.
Si.
RAFAELA.
No te fallará mujer.
I GIOAJA.
I De tu ama saber quisiera
' Qué tahúr de amor le agrada.
RAFAEL*.
Ella está ya tan picada
Que jugará con cualquiera.
GIBAJA.
: ¿Picada está?
RAFAELA.
; ¿No lo ves?
i GIBAJA.
I fero la academia toda
1 Viene ja.
1 RAFAELA.
, Ksto y la boda
Se quede para ilespues.
Salen ESTEBAN, JACOnO ?/ Indoslos
demás acauéuicos y jilsicos.
mOsico 1.°
, Hoy cumple quince ai'ws
Malea iluina,
' Pero sólo con ellos
No es muy cum]jliila.
MÚSICO 2."
Esto de los años ,
Yo no lo emienda;
Que aunque es bueno cumplirlos,
Ño ¡o es tenerlos.
RAFAELA. (Canta.)
Por cortés no he tenido
Sino por viejo
Al que anda con sus años
En cumplimientos.
DOX MARCOS.
¡Que se usen academias,
Y que muy necio y conliado
De mis versitos me veiign
Con mi locura en la mano!
SERAFI.NA.
El fiscal sea Rafaela ;
Matea, á quien celebramos.
Presidirá, y yo lie de hacer
Oficio de secrclario.
RAFAELA.
La música á cada asunto
Que se lea , está trazado
Qoe cante.
DON MARCOS.
Pero ha de ser
Lo que se cante , glosando
El mismo asunto.
DON ROQUE.
Está liicn.
GIBAJA.
Cada académico ha d:ulo
Una letra al mismo asunto
Que trae.
I K-
LO QUE SON MUJERES.
RAFAELA.
Ea, ¿no empezamos?
DON PABLO.
La oración.
GIDAJA.
¿A quién le toca?
RAFAELA.
A la que preside.
DON MARCOS.
AI caso;
Y no haya oración muy larga
De un grave sueño, que al cabo
De una hora larga, nos diga
Mil disparates soñados.
GIBAJA.
Es sueño con pesadilla.
DON ROQUE.
Háganse en lenguaje claro,
l'roposicioH de la tiesta.
DON l'ABLO.
Pues propositio est oratio.
SERAFINA.
A los años de Matea .
Que cumpla felices años,
¡Oh milicia de las letras!
En dia festivo os llamo.
RAFAELA.
Diósele el primero asunto:
¿A quién se le dio?
GIBAJA.
A don Pablo ,
Y es la que á doña Malea
Pida que elija de cuatro
Que la quieren un sujeto.
RAFAELA.
Pero se le ha ordenado ,
Que sea en cuatro redondillas,
Y han de tener todas cuatro
Los tres versos en romance ,
Y en latín el verso cuarto.
GIDAJA.
En redondillas parece
Que es difícil.
DON GONZALO.
Para mancos.
DON PABLO.
Pues canten la seguidilla
Que hice á mi Matea.
DON ROQUE.
Oigamos.
MÚSICA.
Mira que en la corte
¡licen algunos
Que por querer á cuatro
Ño eliges uno.
DON PABLO.
Cuatro aspirao á tu mano,
Pero en ninguno te empleas.
Si hombre de valor deseas.
Diré Arma virumque cano.
Si yo no vengo á ser sólo
A quien el premio se dé ,
Que no te quiero diré
Sed nolendo dico voló.
Piadoso tu desden mire
Esta mi ardiente pasión.
Ábreme tu corazón ,
Si forte vis aperire.
Cuatro somos, pues por Dios,
Que á uno sólo el premio des,
Que desengañes los tres ,
Te rogamus audi nos.
RAFAELA.
Diósele el segundo asunto
De la academia á don Marcos.
DONA MATEA.
k. que en doce redondillas
Nos diga, por no ser largo,
Diice cosas solamente
De las que se pudre.
DON GONZALO.
¿Es chasco?
DON MARCOS.
Canten mi letra primero.
SERAFINA.
Famoso asunto !
RAFAELA.
Ajustado.
MÚSICA.
yo están todos
En la casa de los locos.
DON MARCOS.
Púdrome de lo siguiente:
Porque este asunto escribí
A esta academia , de mi
Me pudro primeramente.
Iiem más: pudrir me debo
De que echen todos el mal
A quien por no tener sal
No ha echado sal en el huevo.
El que se teme del rayo
Sin haberle hecho por qué,
¿Para qué quiere que dé
En la casa de Tamayo?
Que el que en un lodo ó pantano
Cayó de torpe ó de ciego,
Se levante y vaya luego
A la nariz con la mano.
Que un reloj compre un mcnguadt
Y á lodos ande después
Preguntando, ;,qué hora es?
Para traerle ajustado.
Aijuel, que sin resistillo.
Con un servidor ha andado,
¿Por reñir en colorado
Limpiase de lo amarillo?
Que se azote un majadero
No me causa pesadumbre;
¿Pero que haya quien le alumbre,
Costándole su dinero?
¿Que ande un hidalgote añejo
Con aire y hielo á porfía
Por los montes todo un día
Para coger un conejo?
¿Que haya puercos mentecatos.
Que aunque sea de buen pelo,
Ensucien un ferreruelo
Por limpiar unos zapatos?
¿Y que ahorre el mosquetero-
Seis cuartos de su caudal,
Y que se venga al corral
A silbarse su dinero?
Que por ruar un peinado
Dia de Ángel y san Blas,
Alípiile un coche no más
A estar seis horas parado?
¿Que envíe un hombre á comprar
Un caballo á Andalucía,
Y le preste el mismo día
Que llega para torear?
¿Que haya quien vaya á porfía
A los loros de Alcalá,
No más de á pasar allá
Dos noches malas y un dia?
Pues los músicos digan á coros
MÚSICOS.
;\'() están todos
En la casa de los locos.
El tercero se le ha dado
A don Roque; es á que diga
Ocho coplas, ponderam'.ü
¿10
l'or qiió no se le da nada
Ue K.ilos.
DON BOOUF..
Empiecen canlaiuU.
l.os músicos mi lelrilla.
RAFAELA.
Es vieja.
DOK ROOOE.
Pero es del caso.
GIUAJA.
Ea, cinlen, por vida mia
La leiriMa.
RAFAELA.
Ya canlamos.
MÚSICOS.
Que se caiga lo torre
Ue Yailiidotid,
Como á mi no me coja,
¿Que se me da á mi?
DON BUQUE.
Un disparate es morirse,
El pudrirse más de mil;
Luego el pudrirse es lo niesnio
Que irse dejando morir.
Traiga ó no traiga mi dama
La pollera ó faldellin,
¿Por qué la be de pedir cuenta
De lo que yo no la di?
La fama que el abogado
Tiene sin saber latin,
¿Qué me importa que la tenga,
Si no ha de abogar por mi?
Que un caballero novicio
Salga i torear en Madrid,
Pregunto yo : ¿rueda él
Por entrambos ó por si?
Que lio pague á los criados
Un señor, ¿qué importa, en fin.
Si ha menester lo que tiene
Para ecballo por abi?
¿Qué me importa que don Diego,
Don Andrés ó don Martin
No tengan para comer,
Si lo gastan envestir?
Hacerse uno caballero.
Saberlo obrar y fingir,
¿Qué le quita á mi solar ,
Si echa la culpa al del Cid?
La mujer que me ha admitido ,
Aunque mire aquí y alli.
El favor que á mi me hace
¿Por qué se le be de reñir?
Pues los músicos vuelvan á decir:
Miisicos.
Que se caiga la torre
De Valladvlid, etc.
GIOAJA.
Asi hablan de ser todos
Los hombres.
doSa matea.
Asunto cuarto.
Que se le dio en seguidillas
Doce, al señor don Gonzalo.
Explique de qué manera
Quiere á la dama.
DOK GONZALO.
E.scuchadlo:
l'cro yo no he dado letra ;
Mas todo el coro muy claros
Tddos los últimos versos
Me los pespunten al canto,
.lesus, Mana y José,
Seguidillas, ¿digo algo?
DON HOQUE.
No hay más qué decir.
DON GONZALO.
Principio
De l.T ohra.
COMEDIAS ESCOCIDAS DE DON KRANCISCO DE ROJAS.
GIDAJA.
Dien pensado
DOM GONZALO
l.ii (¡ama que yo adoro
Quiero que tenga
Lita cara, que todos
Digan bellezas.
Vua cara, etc.
DON GONZALO.
.Sea pequeña o grande.
Me parece bien ,
Que á la larga ó la corla
l.a pienso querer.
uusioos.
Que á la larga ú la corta, ele.
nON GONZALO.
.Aunque sea habladora,
Tumiiien la quiero .
Que la mujer del chisme
Me viene á cuento.
Músicos.
Que lamujer,elc.
UON GONZALO.
Flaca no me la quiero.
Porque es vergüenza
Tener un hombre dama
Que haga flaquezas.
MÚSICOS.
Tener, etc.
DON GONZALO.
A la gorda es un tonto
Quien no la adora;
l'uesvale lo que peta
Cualquiera gorda.
MÚSICOS.
Vale, etc.
DON GONZALO.
Pero fea 6 hermosa
¡Vo la despido.
Que el quererlas d todas
Cierto que es vicio.
MÚSICOS.
Pero fea, etc.
[Repiten.)
DON GONZALO.
Fin de la obra. En Madrid :
Y lo firmo : « don Gonzalo ».
RAFAELA.
El quinto y último asunto.
GIÜAJA.
Quedo, que aunque no me han dado
Asunto, traigo un soneto
De don Juan, el Valenciano,
Que en juegos de la poesía
Fué gran tahúr de vocablos.
RAFAELA.
Vaya el soneto.
DON MARCOS.
¿Y sin letras?
GIDAJA.
No, que 6 la letra le traigo.
A tus amantes (ninfa vil) repástalos,
Ven regalada cama incasta , acuéstalos,
Búscalos, enamóralos, recuéstalos,
Preténdelos, escóndelos y engástalos.
A todos castos con fervor descásla-
[los,
A todos peros en tu cesta encéstalos;
Aunque no te molesten, tú moléstalos;
Aunque no te embanasten, tú emba-
[náslalos.
Por cuatro ó cinco endrinas, Dina,
[endrínalos;
En ocho ó nueve cubas, Cuba, enmós-
[telos;
Con doce ó trece sustos. Dama , asiis
[talos
Llámalos, amonéstalos, inclínalos,
Abrásalos, enciéndelos y tosíalos ,
Enfráudalos, engáñalos y embústelos
RAFAELA.
El último y sexto asunto
Manda que representando
Matea con Serafina,
llagan entrambas un lazo
De dos asuntos; pero ellas
Los han de elegir entrambos.
Metro y asunto son libres.
DOÑA MATEA.
A obedecer me levanto,
Y á representar mi asunto.
SERAFINA.
Vo, lo que se me ha ordenado
l'ur la academia obedezco.
DOÑA MATEA.
Mi asunto es este, escuchadlo:
A una dama que queria
Cuantos Via; pero cuando
Se ve querida, aborrece
Los mismos que antes ha amado.
SERAFINA.
I'ues mi asunto es á una dama.
Que siempre aborreció cuantos
La quisieron; pero hoy quiere
Sólo porque la olvidaron.
DOÑA MATEA.
En décimas es mi asunto.
SERAFINA.
También lo es el mió.
RAFAELA.
¡Itaros
Asuntos !
GIDAJA.
Pues cante el coro
Lo mismo con que acabaron
La audiencia de los anr.antes.
RAFAELA.
Y tanto á mi me ha agradado
Rl estribillo, que todos
A mi ruego le estudiaron.
MÚSICOS.
.Sí aborrecidas adoran,
.Si adoradas aborrecen ,
¡Lo que son mujeres !
DOÑA MATEA.
Cuando á los hombri's amaba
Mi obstinación y porfía.
No pensé que merecía
Lo mismo que deseaba;
Que como desconfiaba
be mis méritos, también
Por tenerlos quise bien;
Mas como veo mi error.
Me desnudo del amor
Por estrenar el desden.
SERAFINA.
Cuando una y otra pasión
Desechó mi voluntad ,
Lo hacia mi vanidad
Aun más que mi inclinación ;
Pero ¡ay! que mí presunción
Se llego i desengañar;
Al contrario debo obrar:
Luego forzoso ba de ser
Que yo busque á quien qnercc
Si no hallo á quien desdeñar.
DOÑA MATEA.
Ya dentro del alma siento
Mi dolencia remediada.
Pues de un achaiiue de amada
Creció un aborrecimiento:
I ;i llama de aquel viólenlo
Fuego está desvanecida;
Convalecí de querida
y sané de aborrecer.
Si no vuelvo á recaer
En viéndome aborrecida.
SERAFINA.
Parece (si mi dolor
Junio mi desconfianza)
Que esquíen quiere mi venganza,
No quien se queja mi amor :
Amo de ira y cria el ardor
Verme olvidar y ofender;
jDe ofendida he de quei er?
¡Oh. amor errado y impropio'.
¡Que quiera yo por lo propio
Que babia de aborrecer!
DON PABLO.
Pues decláranos lu mal.
DON MARCOS.
Dinos tu odio también.
SERAFINA.
Quiero sin saber á quién.
DOÑA HATEA.
Vo aborrezco y no séá cuál.
DON PABLO.
Yo no lo entiendo.
DON GONZALO.
Ni yo.
DON PABLO.
Tales extremos no vi.
DON MARCOS.
¿Amas de venganza?
SERAFINA.
GIBAM.
Serafina, y si supieras
Que lodos cuatro le adoran.
Que aman, suspiran y lloran.
Por lu amor, ¿cual eligieras?
SERAFINA.
Por vencer esta tirana
Pasión, que arder no se ve,
A uno eligiera; mas sé
Que tiene amor á mi hermana.
DOÑA MATEA.
Desde que amada me vi
Los empecé á aborrecer.
LO QUE SON MUJERES.
GIBAJA.
Pues bien los puedes querer,
Que no te quieren á ti;
Solo a ti te aman de veras.
{A Serafín
DOÑA MATEA.
Seguí) eso...
GIBAJA.
Te han mentido.
SERAFINA.
Luego era su amor...
Fingido.
SERAFINA.
¿Por qué?
GIBAJA.
Porque los quisieras.
SERAFINA.
No perder la ocasión quiero,
No se puede, amor tirano;
Don Marcos, esta es mi mano.
DON MARCOS.
Una palabra primero:
Seralina, aunque ahora das
Esa mano á mi esperanza,
¿Porqué me amas?
SERAFINA.
Por venganza,
¿Y lú?
DONHÁRCOS.
Por lema no más.
Yo porque en tus celos vea
Repelido tu dolor,
Kingi que tenia amor
Solo á tu hermana Matea.
SERAFINA.
¿Til me has amado y servido?
DON MARCOS.
Yo (aunque me arriesgue á quererte)
Servi por solo vencerte.
SERAFINA.
¿Pues qué intentas? ya has vencido.
DONHÁRCOS.
Que más fina y más constante
Ames al que le quisiere,
Que para mi no es quien quiere
De picada, y no de amante.
Ansí la ira mitigo
De lu obstinado desden,
Y á tu vanidad también
Le vengo á dar un castigo.
No es justo que quiera yo.
Aunque seas lan hermosa,
Una dama caprichosa
Que hoy quiere y mañana no.
¿Pues con qué seguridad
Ha de gozar tu favor
El que sabe que es tu amor
Hijo de lu vanidad?
DON BOOUE.'
Y yo, Serafina hermosa.
Digo lo mismo, por Dios.
DON GONZALO.
Pues la que no es para vos,
Tampoco para mí es cosa.
DON PABLO.
Kec mihi.
SERAFINA.
A li te he elegido,
Esteban.
ESTEBAN.
Eso me agrada,
¿Pues cuándo fué una dejada
Alhaja de un presumido?
SERAFINA.
Tú alcanzaste la victoria.
Merecerás por constante.
JACOBO.
Acordaraislo adelante.
Para que tenga memoria.
SERAFINA.
Pues si son estos los hombres...
DON hAucos.
Pues si estas son las mujeres...
GIBAJA.
Si esto es ser casamentero,
Pues no hay quien se case adrede.,
SERAFINA.
Pues aman aborrecidos...
jacobo.
Pues queridas aborrecen....
nOÑA MATEA.
Para que escarmienlen lodas...
DON MARCOS.
Porque lodos escarmienten...
ESTEBAN.
Canten uno y otro coro...
GIBAJA.
Repitan una y mil veces...
TODOS Y MÚSICOS.
¡Mujeres, lo que son hombres!
¡Hombres, lo qm son mujeres!
GIBAJA.
Y don Francisco de Rojas
Un vítor sólo pretende
Porque escribió esta comedia
Sin casamiento y sin muerte.
DON DIEGO DE NOCHE,
EL PRINCIPE DE ARA-
GÓN'.
EL CONDE DE URGEL.
LEONORA, su hermana.
PERSONAS.
DON FER"NANDO.
DON CARLOS, su hijo.
LUCINDA , su hermana.
DON BERNARDO.
DON DIEGO DE MENDOZA.
LOPE, su criado.
CELIO, I
LISEO, crt
LUCRECIO, )
FLORA, criada.
JORNADA PRIMERA.
Salen EL CONDE v DON BERNARDO.
voy BFRKARDO.
Cuando hay segara amistad
Justamente se confia.
CONDE.
Con este encaño querría
Conquistar la voluntad.
DON BERNARDO.
Si sabes la que te tiene
El principe de Aragón,
Vanos lus engaños son.
CONDE.
Aumentarla me conviene,
Y si ainhicion te parece
Querer agora aunienlalla.
Por lo menos conservalla
Justa disculpa merece;
No da al capitanía gloria
Don Bernardo, el conquistar,
Sino es saber conservar
La gloria déla victoria;
Quiéreme el Principe bien ,
Pero con esta ocasión
Conservaré la opinión
Y la esperanza también ;
De la industria no te espantes ,
Que el amor, donde hay poder.
Como el mal , suele tener
Sus crecientes y menguantes ;
Él quiere perdidamente
A Lucinda de Aragón;
So es casamiento, aunque son
Deudos; porque no es decente
Que dentro del reino case.
Que en lo demás le igualara ;
Ella, que en su honor repara,
De (|ue se hiele 6 se abrase
Tiene muy poco cnidado,
Y asi el Principe, celoso.
Honda esta calle, animoso
Deque ha de hallar confiado
La causa por qué la deja.
DON BERNARDO.
¿Y hay causa?
CONDE.
De ajeno amor
Ninguna, sólo su honor
Este desden le aconseja;
Con esto, tengo pensado
Fingir que hay causa, por quien
Le deja, y hacer también
Que fueses tú disfrazado
Quien le salga á acuchillar
Con dos criados leales.
Pues que tú los tendrás tales,
Que esto les puedas fiar ;
Yo, qne escondido estaré.
Saldré i ponerme á su lado;
Huiréis lodos, con cuidado
De que el Principe me dé
Por autor de aquella hazaña ,
Y por cuya valentía
En la confianza mia,
Pues cu esto á nadie engaña.
Ponga su amor y secreto,
Y llegue yo á tal lugar,
Que venga Aragón á estar
A mis intentos sujelo;
Que el que tuviere con él.
Ese tendrás tú conmigo.
DON BERNARDO.
TÚ sabes que soy tu amigo,
Y que te he sido fiel ;
De tu intento, Conde, estoy
Advertido; dos criados
rengo leales y honrados
De quien deudo y dueño soy.
A quien daré de esto parte.
CONDE.
Pues parte y diles mí intento,
Y como es mi pensamiento,
Bernardo, alcanzar por arte
Lo que niega la fortuna.
DON BERNARDO.
¿A qué hora viene aquí?
CONDE.
¡•':i suele decirme á mí
Que entre las doce y la una.
DON BERNARDO.
Yo voy.
CONDE.
El cielo le guie.
DON BERNARDO.
Tu dicha el cielo previene.
CONDE.
; Dichoso el hombre que tiene
Iln hombre de quien se fie I
Salen EL CONDE, EL PRINCIPE
V CELIO.
PRÍNCIPE.
Vete, Celio, que se enoja
Lucinda de que á su puerla
Venga con gente.
CELIO.
Ella acierta;
Porque lo que más despoja
A una dama de su tama.
Es publicar sus amores
El galán.
príncipe.
Pocos favores
Publicaré de mi dama.
CELIO.
No estaré lejos de aquí ,
Por si llama vuestra Alteza. (Vase.
Desden con tanta belleza,
¿Qué quieres hacer de mi?
; Ay ventanas ! cuando os veis
Del sol puertas de zafiros.
Si de mil dulces suspiros
Las rejas enternecéis,
;.Por qué no decís que veis
Mis ojos hechos aurora?
Pues ella por verle llora,
Y ellos, al contrario, al cielo
Hasta (]ue rompiendo el velo.
Los pies de la noche dora ;
Huya de mí sol Lucinda
Esta noche artificial,
Que la noche natural
Ño quiero que se le rinda;
Que su luz hermosa y linda
Ño saldrá, si coronado
De luz sale el sol prestado
Al cielo desde sus ojos.
Donde yace por despojos
La noche de mi cuidado.
;.De qué me sirve el poder.
Si no puedo lo que quiero,
Y en lo que quiero no espero
Que pueda más de querer?
Mas si quereres hacer
Lo más que puede el valor.
Yo quiero que tu rigor
Pueda en mí lo que quisiere,
Pues harto puede quien quiere
Sufrir cuanto puede amor.
CONDE. {Ap.)
Notables quejas, suaves
Suspiros, lástima es ver
Que tenga amor tal poder
Hasta en los hombres más graves ;
Lucinda sale, yo quiero
Esconderme hasta que venga
Don Bernardo, porque tenga
Principio el favor que espero";
Que al ingenio muchas veces
Se ha rendido la fortuna.
príncipe.
Los marcos dan luz alguna.
¡Ay dulce sol, sí amaneces!
Salen EL PRÍNCIPE v LUCINDA.
LUCINDA.
¿ Es vuestra Alteza?
PRÍNCIPE.
Yo soy,
Y lióme llames asi.
Que ya no hay alteza en mi
Después que á tus pies estoy.
LUCINDA.
¿Quién viene con vos?
Señora,
El elemento del fuego.
Un niño, un gigante, un ciego.
Un Argos que vela agora;
Una salamandra ardiente.
Un áspid entre las llores,
214
COMEDIAS LSCOGIDAS ÜE ÜÜN HUJiCISCO DE ROJAS.
tíue es solire varias colores
Camaleón traspareiUe;
l'ii Kéiiix que muero y nace
üe si mismo, una sirena
Que canta y mala, una pena
Que atormenta y satisface ,
Un animoso temor;
Pero puesto que os asombre.
Si queréis saber su nombre.
Sabed que se llama amor.
LCCINDA.
Bien parecéis , gran Señor,
Pues aunque os tengo avisado,
Venis tan acompañado.
PRÍNCIPE.
Pues con todo cuanto os digo,
Vengo tan solo, que sigo
La sombra de mi cuidado.
Que de mi amor los efetos
Son interior compañía.
Aunque á tenerla de dia
Los reyes están sujetos.
LUCINDA.
íPues es de dia?
pní.\xiPE.
En secretos
líayos del sol para mf.
Que en vuestros ojos le vi.
LBCINDA.
¿En Gn, estáis solo?
príncipe.
Amor
Está conmigo.
LUCINDA.
Mi honor
Me obliga que os bable asi.
Salen DON DIEGO v LOPE, de camino.
DON DIEGO.
Las postas fué muy bien hecho
Que á la puerta se quedasen.
LOPE.
Si, pero no que llegasen
A las horas que sospecho.
DON DIEGO.
^En qué lo ves?
LOPE.
En no ver
Tienda abierta en Zaragoza,
Mesou de huésped ni moza.
DON DIEGO.
No sé qué habemos de hacer.
Que no me está bien llegar
Con alboroto.
LOPE.
No siento
Lo que es el alujamiento ;
IVro quisiera alojar
La panza si hubiera dónde.
DON DIEGO.
ICso es imposible ya.
LOPE.
La noche ¿qué no podrá?
Todo lo encierra y lo esconde
DONDIEGO.
Llaman ausencia del dia
A la noche.
liien dijeron.
Pues sus sombras se atrevieron
A la faiUi que él hacia.
DON DIEGO.
r.l silencio y soledad
De la noche son efetos.
LOPE.
Pasteleros recoletos
Son los de aquesta ciudad ;
Sustento tan socorrido
No se habia de esconder
Hasta el alba.
DON DIEGO.
Si comer
Quieres de lo que he traído,
Lope, aquí en la faUri(|uera,
Eso puedo darte.
LOPE.
¿Yes?
DON DIEGO.
Confites.
LOPE.
No me los des;
¡Pesar de un pié de teruera
Con un ajo castellano!
¿Yo conütes?¿Soy ardilla?
UON DIEGO.
Mira que son de Castilla.
LOPE.
¡ Oh confitero inhumano !
Cómalos un gran señor
Después de treinta capones
Por quitar imperfecciones
Al gusto con limpio olor.
DON DIEGO.
Lo dulce es muy alabado.
LOPE.
Pues que lo coma el Sofí;
Un capitán conocí
Que no recibió soldado
Que supiese que en su vida
Comió confites.
DONDIEGO.
¿Por qué?
LOPE.
Porque se sabe que fué
Siempre superOua comida.
Femenil y delicada,
i un soldado ha de comer
Sierpes, y á falta, morder
Las manzanas de la espada.
DON DIEGO.
Hartos veo y harto honrados
Que porque espadas no tienen
-No las comen.
LOPE.
Esos vienen
Con servicios desdichados;
Pero cuando el tiempo es tal
Aunque en dichosos imperios,
Que coman de monasterios
Tenlo por mala señal;
Algunos hombres dejaron
En testamentos que hicieron
liaciones con que vivieron
X perros con quien cazaron ;
Soldado bas sido uo más ,
Durmamos, si hay dónde.
DON DIEGO.
Aquí
Hay un portal.
LOPE.
Yo por ti
.Me pesa, que en Gn estás
A buena cama enseñado :
Yo, medio galgo y medio hombre.
Tengo diez de gentil hombre
Y en pié me duermo arrimado.
(Arrimados don Diego ij I.o¡tc.,
Salen DON BERNARDO, RAMIRO
V FEBO.
DON BERNARDO.
Cuando os hiciere señal ,
Los dos acometeréis;
Y mirar que le apretéis,
Pero con destreza tal.
Que jamás le loque espada.
Deja el cuidado á los dos.
LOPE.
Moscones andan por Dios.
DON DIEGO.
Duerme, y no pienses en nada.
LOPE.
Mátele.
DON DIEGO.
No hagas ruido.
LOPE.
Es con el diablo.
DON DIEGO.
Callar.
LOPE.
Moscones, ir á picar
Un hombre que haya comido.
FEBO.
(.Qué aguardas?
DON BERNARDO.
A que se vea
El Conde, que ha de llegar
.\ defenderle.
LOPE.
Picar
Con el diablo. ¿Soy jalea?
¿Soy pastel? ¿Soy manjar blanco?
¿Soy pierna de pobre?
DON DIEGO.
Adviene
Que anda gente.
LOPE.
De esa suerte
La de me fecit arranco.
LUCINDA.
Gente suena, y uo es razón
Que sepan con quién habláis.
PRÍNCIPE,
¿Celos del temor me dais?
LCCINDA.
.No hay burlas con la opinión, (l'asc.)
FEBO.
Gente he sentido, sin duda
Es el Conde.
DON BERNARDO.
Meter mano.
(Pénense máscaras.)
PRi.NCIPE.
.Vo me recelaba en vano ;
Si aquí el valor no me ayuda.
Traidores me han de acabar,
Que son traidores los celos.
■ DON BERNARDO.
Matarle, llegad.
DON DIEGO.
¡Ay cielos!
, PRÍNCIPE.
Nadie se dejó matar.
I DON OIEGO.
Y más teniendo á su lado
ün hombre de bien.
FEBO.
1)^' veías rifien, por Dios.
DÜ.N BERXARDO.
Kl CüiiJe nos lia eugañaüo.
(Huyen los tres del Principe y de don
Diego.)
Salen EL PRÍNCIPE, DON DIEGO,
LOPE Y EL CONDE.
CONDE. [hiere
jQutí eseslo? ¡Sin que ¡revenido hu-
Al l'i iiici|)e acomete don Ueniardo !
fRÍNClPE.
IHjüJlüs, caballero, que me importa
^,.^ercll esta calle conocido.
CONDE. (Ap.)
lioiue sin duda el Principe ba traido.
DO.-» DIEGO.
ILirc 1(1 qae mandáis, pues ya sospecho
yiie d o alguna persona el honor causa
y lie lio acabéis la comenzada empresa.
CONDE. [veces
Krif L'l suceso. ;0h industria, cuántas
licsuiías en más daño de tu dueño!
Volverme quiero, que será mi muerte
Si me reconociesen en la calle.
PRÍNCIPE.
A lo que muestra el hábito y el talle,
Parecéis forastero, caballero.
DON DIEGO.
En este punto llego á Zaragoza.
V fué dicha llegar en este punto,
Porque sin duda os matan si no llego.
príncipe.
Téngolo por sin duda, que soy hombre
Que sin resolución tan ali^vida
No vinieran con máscaras de celos ;
Yo sirvo en esta calle á cierta dama
Que su desden encubre con su fama ;
No corresponde á mis obligaciones
Que dice qne no quiere en opiniones
Su honor; y para mi miente, pues veo
l)ue el dueño, como veis, de su deseo
Viene á matarme, siendoyo; ¿qué dudo
De hablarcon vos, áijuien la vida debo?
Siendo el Principe jo.
DON DIEGO.
Dábame el alma
Mil señas del valor de vuestra Alloza,
Que las tinieblas de la oscura noche
Querían encubrir á mi ignoraucia ;
Dadme esos pies mil veces.
PRINCIPE.
Con los brazos
Honrar esjustolos valientes vuestros;
Va que sabéis quien soy, y que os pro-
[meto
No ser ingrato á beneficio tanto.
Decidme vos quién sois.
DON DIEGO.
Si vuestra Alteza
l.a paTabra me da de no decirlo
Hasta que estén mis cosas en estado
Que puedan dar la cara descubierta,
Sabrá quién soy y mis desdichas.
PlllNClPE.
Digo
Que con la obligación de vuestro am¡í;o
Si la de ser quien soy no basta, juro
Detener en secreto vuestro nombre.
DON DIEGO.
Pues en tan justa confianza, oídme.
PRÍNCIPE.
Imilaré la noche cu el silencio.
DON DIEGO DE NOUIIE.
LOPE. [dido
Y yo entre tanto en este umbral teii-
Quíero probar que un hombre (|iic ha
[corrido
La posta, y llega el parche desollado
Puede dormirse sin haber ceuado.
DON DIEGO.
Heroico Príncipe, en quien
El alto cielo atesora
Las grandezas y virtudes
Que un real sugeto adornan;
Vos, que habéis de dar más nombre
Y excelencia más famosa
A la casa de Aragón
Que sus insignes victorias ;
Sabed, que para serviros
•Soy don Diego de Mendoza,
Deudo de familia ilustre.
De la banda verde y roja ;
De la montaña á Castilla
Vine con edad tan poca.
Que fui menino del Iley
Que hoy con su llave rae bonra ;
Fué mi ejercicio la caza
Gran tiempo, y en las frondosas
Selvas mi vida más libre
Que el viento, rey de las ondas;
AlU las aves andaban
De mis tiros temerosas,
Y las fieras de mis armas
Trepando las altas rocas ;
En la orilla del Pisuerga
Pasaba las tristes horas
De los juveniles dias
Que la mejor sangre gozan ;
Otras veces á la espada
Negra, acompañada ó sola,
Enseñaba el fuerte brazo.
Que tanto al que es noble importa ;
Vineme á bacer lan robusto,
Que no volviera pelota
Que yo sacara Koldau:
.\si volaba furiosa;
Pues en las cañas la roia
De manera el aire azota,
Que la tuvieran por ave
Las celestes claraboyas ;
En la arrugada cerviz
De los toros de Zamora
Vio Valladolid mil veces
Cuchilladas tan airosas
Que las arenas sangrientas
Alcanzaron con la boca
Como otras veces la yerba
Del Duero en la verde alfombra ;
No sabia en este tiempo
Si amor era pena ó gloría.
Si era alegría ó tristeza.
Si era descanso ó congoja.
Si era voluntad ó fuerza.
Si era antídoto ó ponzoña ,
Si era enemigo ó amigo.
Sí era fábula ó historia ;
Pero por tomar venganza,
Si délos libres la toma.
Previno el arco, imitando
La que á ninguno perdona ;
Nació un Principe en Castilla,
En cuyas fiestas dichosas
Una sortija mantuvo
El claro marqués de Astorga ;
Salí galán de encarnado.
Con mil armiños por orla.
Todo el campo del vestido
Narcisos de plata bordan ;
Blanco un hermoso caballo
Que de la clin á la cola
Pienso que estuvo del arte
Naturaleza envidiosa ;
Llamábase Pensamiento.
Nombre que su iotento abona,
Porque en la color y el vuelo
Pensó que era garza hermosa.
Dábanle mayor belleza ,
Aunque era extremo de todas ,
Guarniciones encarnadas
Llenas de perlas y aljófar.
Llevé en un dorado carro
Con una palma y corona
A la libertad triunfando
Del amor, las Hechas rotas.
Atados iban los celos
Con la ausencia peligrosa,
El desprecio y el desden
Con grillos y con esposas.
Gánele al mantenedor
Por mejor lanza una joya ;
Dila á una dama del Rey
De la casa de Cardona ;
.\gradecióme otro día
El servicio, y de una y otra
Palabra fué amor trazando
su venganza rigorosa,
f racé escribirla un papel ,
No porque el amor le nota ,
Mas por parecer discreto.
Que bay arrogancias en prosa.
Kespondióme y fué creciendo
La amistad , hasta que toda
Kl alma , basta allí cobarde ,
En el mar de amor se engolfa.
Apenas vine á quererla ,
i'.uando de ella se enamora
.Ñuño de Ziiñiga , un hombre
Ue grande y gentil persona ,
Trece del Orden ilustre
Ue la insigne espada roja ,
Hombre estudioso en la guerra.
Pirro en Grecia , Héctor en Troya.
Los celos que llevé á todos ,
El amor desaprisionan
Panto, que estuve á sus pies.
Así se truecan las cosas.
Cayóseledel marfil
De la mano á esta señora
En un jardín cierto día
ün guante cogiendo rosas.
Corrimos juntos yo y Ñuño
A alzarle; su furia loca
Kné tal , que me derribó
Sobre una fuente, que agora
No mormurará de mí ,
Como á ver el campo corra.
Adonde sus vidrios puros
Trocó por sangrientas olas.
El Rey volvió la cabeza.
La risa le fué forzosa ,
Los deudos se alborotaron ,
Sólo amor no se alborota,
l'uíme , y escribíle á Ñuño ,
Que le espero á las diez horas
ICn el prado de la Sania ,
Que á serlo á tantas provoca.
Vino Ñuño y vino solo,
V apenas miró mi sombra ,
Cuando sacando la espada
La capa en el brazo dobla.
Contarte aquesta pendencia ,
Era aguardar que la aurora
Se bailase donde te cubres
De la noche perezosa.
Hasta saber que á los brazos
Llegamos, porque socorra
Mi honor, derribando á Ñuño,
Caída tan afrentosa.
M:itéi Ñuño con la daga.
Por donde faltó una cota
Que traía, y con mis celos
Murió también mi deshonra.
Por lomar mí capa entonces ,
Tomé la suya ; responda
Por mi turbación el caso.
Donde más ánimo sobra.
516 COMEDIAS
i-uimeá lacena del Re;, I
Por disimular; mas viúla
Con la cruz dos ó tres veces : '
Yo, por v( T que mira y nota, j
Ü.ijo los ojos, y veo
Lacapa (leNuYio.ygotas \
De s;ingrf por muchas partes;
Y allí la cruz, de la forma
Que en bs esquinas la ponen
l'ar» trágica memoria
En letras que de ella informan :
lAquI mataron íi un hombreí.
Que era probanza notoria.
Viendo la inquietud del Rey,
Con turbación vergonzosa
Cubrí la cruz á las hachas
Que ya alumbraban todas :
Y antes (lue el liey se acosiase ,
Camino de Zaragoza
Tomé l;i poíla, que salva
Mejor que el ruego la posta.
Llegué donde tengo á dicha
Que aun mismo tiempo conozcas,
Mi historia de mis palabras,
Y mi valor de mis obras.
PRÍNCIPE.
Don Dieco, no pudiera encarecerte ,
si no pensara ser agradecido,
El gusto que me ba dado conocerte
Y el ver que á nuestro reiuo hayas ve-
[nido;
Mi obligación de esta verdad te advier-
Y el ser quien soy; y así, te ruego y
[pido
Vengas conmigo, que es gastar razones
Principios de negar obligaciones.
Dos hijos tendrá el Rey, y yo un herma-
DON DIEGO. [no-
Señor, perdonaréis mi alrevimíento.
Que aquí no he de ser visto de hombre
[humano.
Porque me importa cierto pensamiento.
PRÍ.-ICIPE.
¿Qué dices?
DON DIEGO.
Que me deis. Señor, la mano;
Porque en amaneciendo, daré al viento
Velas en postas |)or el mar airado
De mi temor, que corre más sagrado:
Que aunque es verdad de vos seguru
[fuera.
No quiero que los deudos, grandes to-
[dos,
De Ñuño, busquen la ocasión primera
Para matarme con injustos modos.
Es la venganza bárbara tan liera.
Que los ejemplos griegos, persas, go-
[dus.
Romanos y españoles, con mil voces
Muestran al que agravió casos atroces.
Yo me quiero partir a Rarcelona.
Y de allí á Italia, con licencia vuestra.
PRÍKCIPE.
Pues para estar secreto, ¿no meabona
Sino el poder la diligencia nuestra?
Para solo esconderse tu persona
De la venganza en invenciones diestra,
¿No tendrá Zaragoza mil sagrados?
4N0 hay guardas , no hay defensas , no
[hay soldados?
DON DIEGO.
No niego que pudieras defenderme;
Pero para mejor asegurarme
Me importa de las lenguas esconderme,
Que pueden con las plumas declarar-
[nie:
Si me has de hacer merced , si quieres
[verme.
Déjame á mí de mi Icmor guardarme,
ESCOCIDAS DE DON FRANCISCO DE HOJAS
;jue en Z;iragoza viviré escondido
n ser de ningún hombre conocido.
PRÍNCIPE.
,.Pues cómo te veré, si ya obligado.
Tu amigo soy?
DON DIEGO.
En este mismo puesto
Todas las noches.
PRÍNCIPE.
Quedo confiado
Que tu palabra cumplirás en esto.
DON DIEGO.
Seguro puedes ir.
PRÍNCIPE.
Llama al criado.
DON DIEGO.
¿Lope? ¿Ha Lope?
LOPE.
¿Qué necio tan molesto
Oespicrta á los cristianos á esta hora?
DON DIEGO.
Mira que sale ya la blanca aurora.
LOPE.
¡ Oh pesia á los poetas que inventaron
Aurora ó calabaza! ¿No pudieran
Pasarse sin su aljófar?
DONDIEGO.
Mira , loco ,
Que esta su Alteza aquí.
LOPE.
Perdona al sueño.
Que suele ser de los sentidos dueño.
PRÍNCIPE.
Venga conmigo Lope , porque quiero
Que no le falte en Aragón dinero.
DON DIEGO.
Los dos hasla la puerta de palacio
iremos siempre que á este calle vengas;
Pero pasar de «Mi, no lo permitas.
PRÍNCIPE.
.\o sé qué pensamientos solicitas.
LOPE.
Déjame á mi tomar, si tú no quieres.
DON DIEGO.
Üeja, Lope, el tomar á las mujeres.
LOPE.
Bien dices, tomaré por tu consejo ,
Pues la necesidad está excusada ,
Con ser mujer buscona y pedigüeña,
Que expuso en escribir y en pedir duc
[ña.
Salen DOSA LEONORA
DERNARDO.
LEONORA.
Esta noche no ha venido
El Conde, mi hermano.
DON DERNARDO.
Ha dado
En celoso y desvelado
De cierto desden perdido.
LEONORA.
No me puedo persuadir
Que mi hermano quiera bien.
DON
DON
Yo lo pensaba también ;
Has no puedo atribuir
Su inquietud si no es á amor.
LEüNlinv.
El del Principe será.
DON BERNARDO.
Esc bien pagado eslá
De su privanza y favor.
LEONORA.
■Y TOS soisle muy fiel ?
DON BERNARDO.
No sé, Leonora; por Dios,
Querría privar con vos.
Va que DO privo con él.
LEONORA.
Vo estimo, cono es razón .
Los amigos de mi hermano.
DON BERNARDO.
.\o lo diré yo, que en vano
Tuve un tiempo esa opinión.
LEONORA.
Kl viene.
Sale EL CONDE.
alio á Leonora.
DON BERNARDO.
¿Y de mi
Qué es lo que diré?
CONDE.
No sé.
Mientras que no os hablo apaño ;
;'ues ya debéis de saber
lue para echarme á perder
v'os solo fuérades parte.
DON BERNARDO.
i. Si vi por la esquina gente ,
Qué había de imaginar?
CONDE.
;,Si yo no os llegaba á hablar.
No fué cosa impertinente
Arrojaros de aquel modo?
DON BERNARDO.
Ya es hecho, ¿qué se perdió?
Demás , que imagino .yo
i,lue fué prevenido todo,
Y que el Príncipe tenia
Criados, y tan honrados.
Que han herido á mis criados ;
l*ues uno entre ellos venia,
Que desde que yo n.ací
No he visto mejor espada.
CONDE.
En la ocasión más honrada
'.rédito v honor perdí.
Volvamos á hablar, Bernardo,
\ Leonora, que no es bien
ijue nos entienda; pues quieu
I \noche fué tan gallardo
^upo gozar la ocasión.
Pues .Leonora , ¿qué has pensado
i)e verme tan desvelado?
LEONORA.
Qué ajenos cuidados son ;
Y si va 6 decir verdad.
Menos dentro te querría ,
üue el descanso no se fia
i'al vez de la majestad.
CONDE.
Yo sirvo, y debo servir
Con lealtad.
Sale LISEO.
I.ISEO.
Aquí ha llegado
Un hombre harto bien tratado,
Y que acaba de venir
Oe Castilla.
¿Ouú meíiuioreí
LISEO.
Parle una caria.
CONDE.
Éiilre, pues.
Salen DON DIEGO i LOPE.
DON DIEGO.
Dadme, SeDor, vuestros pies.
Aqui será bien que espere.
DON DIEGO.
Del Almirante, Señor,
Ei-<sia caria.
CONDE.
Uostrad.
DON DIEGO.
Yo he venido 6 esla ciudad
Ku fe de vueslro favor :
Ocme vuestra señoría
Los píOs.
CONDE.
No esleís de ese modo.
LOPE. (Ap.)
¡Oh qué bien que se liace todo
Lo que la lorluna guia!
CONDE.
(Lee.) tA don Juan de Guzman, mi
«camal tro, por no casarse desigual-
iineute . le fué forzoso dejar á Casli-
»lla. l'idióme osla carta con deseos de
«servir á vueseñoria, á quien suplico
•honre en su casa con el olicio que fue-
»rf servido, pagándole á él esla volun-
»lad , y a mi la confianza con que se lu
isuplico.il
¿Sois vos don Juan de Guzman?
DON DIEGJ.
Si, Señor.
CONDE.
Aqui tendréis
Mi casa, que merecéis
Majorcs cusas, don Juan ,
Cor vuestra misma persona ,
Sin otro ajeno favor.
DON DIEGO.
No en balde , invicto Señor,
Por luz de aquesta corona
Alia os publica la fama.
Ni quiero yo más honor
Que servir tan gran Señor.
CONDE.
¡ Mola ! al mayordomo llama,
Y haz (|ue le den aposento
Conforme .á su calidad.
DON DIEGO.
Señor , i tanta humildad
Vos le dais merecimiento.
CONDE.
Hermana, yo voy á ver
Si el Principe se levanta.
DON DIEGO.
No podré yo merced tanta
Gn mi vida agradecer ,
Ni ¡< mi forluna ni & vos.
{Vnnse el Conde y don Ilcrnardo.)
I.OPE.
¿Hizo la carta fingida
Efecto?
DOS DIEGO.
De nuestra vida
Estíi el remedio en los dos.
LEONOHA.
¿Üüii Juan?
DON DIEGO DE NOCHE.
DONDIEGO.
¿Señora?
LEONOBA.
Escufliad.
¿En la corle habéis vivido?
DONDIEGO.
Alli , Señora , he servido
La llor de mi verde edad ,
Auncpie sirviendo se goza
Lu pnco<|ue ya sabéis.
LEONORA.
¿Quién duda que conocéis
A don Diego de Mendoza ,
Un caballero, sobrino
Del duque del Infantado?
DON DIEGO. (.4/).)
Confieso que me he turbado.
LEONOR.X.
¿Qué estáis pensando?
DON DIEGO.
Imagino
La causa por ¡pié queréis
Saber de ese caballero.
LEONORA.
Hay aqui cierto escudero ,
Que vos no le conocéis ,
Que en Castilla le servia;
Esle en cualquiera ocasión
Habla con tanta pasión
De su lalle y valentía,
Que al principio me cansaba
Y después me aficionó.
DON DIEGO.
¿Yesláaíiul?
LEONORA.
Ya se partió
A una aldea, donde estaba
l'or dueño de una heredad
Que mi hermano tiene alli.
DON DIEGO.
¿Oyes esto?
LOPE.
Señor, si.
LEONORA.
Quiero saber si es verdad
Loíiue cuerna de don Diego
Este escudero.
DON DIEGO
Señora,
A quien preguntáis ahora.
Esta de su umor tan ciego.
Que os dirá cosas extrañas ;
Pero para que creáis
Que á todos cuantos habláis
US alaban sus hazañas,
Llamad ese criado mió.
Hombre del vulgo, y veréis
Las cosas que del sabéis.
LEONORA.
Aunque de vos las confio,
ilolgaré de hablar con él
l'ara tener más testigos.
DON DIEGO.
¿Ñuño?
LOPE.
¿Señor?
DON DIEGO.
Mi Señora
Tc(|uicre hablar.
LOPE.
Ya suliinius
D.sdeclcalwlloaleslradu.
LEUWR*.
¿Ñuño?
LOPE.
¿Señora? (ilp. ¿Qué obispo
Me conlii inó ? ¿No era yo
Lupe no há un hora?)
LEONORA.
He querido
Preguntarte, si es verdad.
Por mil cosas que me han dicho,
Si don Diego de Mendoza...
LOPE.
¿Qué es esto?
LEONORA.
Adviene : ¿ el sobrino
Del duque del Infantado,
Es el más galán que ha visto
Castilla, y el más valiente
CaballiTO que ha tenido
Granada , y el más amado
De las damas?
LOPE.
En mil siglos
No ha visto el tiempo algún hombre
De más parles : si Narciso,
Como las fábulas dicen.
Se enamoró de si mismo,
Y en el cristal de tus ojos
.Se viera don Diego, digo.
Que fuera verdad y historia ,
No porque don Diego es lindo ;
Mas porque del pié al cabello
Naturaleza le hizo
lloniliri! sin defecto alguno ;
Sólo dicen que era libio ,
Mujeres que despreciaba.
Esto no puedo decillo,
Porque casos semejantes
No son como otros delitos ,
Que aqui verán las preñadas...
LEONORA.
No eres necio.
LOPE.
Há diasíjue sirvo
Con hambre y necesidad.
LEONORA.
¿Don Juan , tu amo, no es rico
Conforme á su calidad ,
Y á las prendas de su oficio?
LOPE.
No, Señora.
LEONORA.
¿Pues por qué
Siendo lú ingenioso y vivo.
No le buscas?
LOPE.
Ya se ofrecen
Algunos mancebos ricos ,
Pero más quiero á don Juan
Pobre con tan buen juicio ,
Que sufrir un ignorante.
Oye un cuento... Mas ¿qué digo?
Ya se acabaron los cuentos ,
Que como algunos divinos
De oir estudios ajenos
Están cansados y ahitos,
No quieren cuentos; ya dicen
Que les den concetos vivos,
Y pásensele por alto
Tantos sutilmente escritos;
Que he visto yo cierta pluma
borrar lo que está bien dicho ,
Temiendo que no ha de ser
Ue estos sabios entendido.
Verdad es que lo son muchos
Que escuchan agradecidos :
Que como sabios entienden,
¡ Perdonan como benignos,
I Defienden como hombres nobles,
Tavorecen como amigos ,
Disculpan como quien pueden *
Errar; que todos nacimos
218 comedí,
Hombres, y no siempre el lionibre
Es lan fénix en su olicio,
yue no pueda errar en algo ;
Hues en el cielo empiíeo
Hubo yerros en criaturas ,
yue Dios tan hermosas Lizo ,
llasla que losconlirmó
En gracia que no tuvimos
Coiilirniada, los que andamos
Eii el cielo peregrinos.
Volviendo , en lin , á don Diego
De Mendoza, de él le alirnio
(Jue no ha nacido en Castilla
t.aballero tan bien quisto.
Don Diego no es de los hombres
tíue hablando con artíDcio,
A quien los escuchan matan
Con vocablos exquisitos.
Tiene un claro entendimiento,
Fundado, libre, dislinlo
Oel vulgo, con que á quien habla
Agrada en términos lisos.
Las galas se aprenden de él ,
No impropias, porque vestido
Con igualdad, deja al cuerpo
Lugar al honor j al brio.
Tiene en la guerra y la paz ,
Señora, tal ejercicio,
yue con las armas es Marte
Y con las galas Narciso.
Puesto á caballo, parece
De los que un tiempo los indios
Pensaron que eran un cuerpo ,
Así van los dos unidos.
Dirás que el caballo tiene
Urazos de hombre, y, por lo mismo
yue el hombre pies de caballo ,
(Jue no son cuerpos distintos.
^ asi entiende el animal
Quien va en él , que piensa alllvo
Que ya es hombre y no caballo
V ser de un parto nacidos.
¿iVo has oido que en el cielo
Hay una figura ó signo
yuese llama Sagitario?
Pues es su retrato al vivo.
¡ Ay del toro que probar
Su espada atrevida quiso!
La cerviz con cuera de ante
Es como armarse de vidrio.
Pero ¿para qué te canso
Con rudo ingenio atrevido
A las partes de don Diego?
Korme tu ingenio divino
Un hombre en su entendimiento
A prueba de los sentidos.
Que ese es don Diego, y quien es
De tales pinceles digno.
LEONORA.
Más ciegos estáis los dos
De la alicion de don Diego ,
Que quien yo dije. (Ap. Amor ciego,
¿Como sois monstruoy sois Dios?
¿Que pueda tanto la fama
De un hombre, y la inclioacion
De las estrellas, que son
La mayor fuerza en quien ama?
¿Que quiera lo que no vi,
Y que le pinte de modo
Que le mire el alma lodo
V esté retratado en mi?
¿A quién habrá sucedido
Cosa más noble y extraña?
La imaginación engaña
Al amor, y él al sentido.
Con esto tengo á ventura
Que sirva al conde donjuán,
Que él y Ñuño me dirán
Esto que el alma procura.
Con ellos descansaré
De este pensamiento loco )
.\S ESCOCIDAS DE U0.\ l'KANCISCO
non DIEGO.
¿Lope?
LOPE.
¿Señor?
do:í diego. (Ap.)
Yo sé poco,
O aqui^hay amor.
LOPE.
Y yo sé
Que la fama bachillera.
Que es como los habladores
Que hacen las cosas mayores.
Te ha pinlado de manera
Que aquesta mujer te adora.
DON DIEGO.
i Por cuan extraño camino
Trae á un hombre su destino,
Como á mi me trajo ahora !
LOPE.
¿Qué piensas hacer en esto?
DON DIEGO.
Lo que quisieren los hados.
Que no quieren ser osados
En lo que tienen dispuesto.
Ya que vivo en Aragón
Y con el conde de L'rgel ,
liaré sagrado con él
A tanta persecución ;
Y con Leonora , su hermana ,
De doña Ana á la belleza.
LOPE.
¿No hizo naturaleza
Más belleza que en doña Ana?
¿Qué falla á doña Leonor?
DON DIEGO.
Tienes razón; mas si aquí
Soy su criado, ¿de mí
Como ha de entender mi amor?
LOPE.
El tiempo te ha de enseñar
El modo que has de entender.
DON DIEGO.
Pues si el tiempo lo ha de hacoj-,
Demos al tiempo lugar.
LEONORA.
¿Don Juan?
DON DIEGO.
¿Señora?
LEONORA.
Si acaso
Puede tu conocimiento.
Buscando alguna ocasión.
Escribir á este don Diego,
¿No vería yo siquiera
Carta y letra suya?
DON DIEGO.
Tengo
Con él tan grande amistad
Que voy á escribirle luego;
Poraue al despedirme de él
Me dijo : n En llegando, os ruego
! Que me escribáis á Castilla
Vuestra salud y sucesos.»
I LEONORA.
I Para más seguridad.
Haz que lleve Ñuño el pliego.
Que yo le daré en que vaya
Con regalo y con dmeros.
LOPE. (Ap.)
¿Qué te dice?
DON DIEGO.
i ¿Quieres tú
í Que vaya á escribir?
I LEONORA.
' Deseo...
' Si te digo la verdad...
I Que los dos...
DON DIEGO.
Prosigue
LEONORA.
Temo..
DON DIEGO.
Caballero honrado soy.
LEONORA.
Pues porque eres caballero
Te digo, que si poní
Comunicarnos podemos
Don Diego y yo, serás tú
Mi secretario, y mi pecho
V el dueño de cuanto soy.
DON DIEGO.
Tú , Señora , eres mi dueño.
Ve á escribir.
DON DIEGO.
Voy. (V,
LEONORA.
Ñuño, escucha.
¿No irás, por servirme en eslo,
Con diligencia á Castilla?
LOPE.
Señora, iré tan ligero.
Que parezca que es pesado.
Si corre á mi lado el vienlo.
Demás, de que ir á Castilla
Es de mi gusto , el provecho
De servirte estimo en tanto,
I Que á ser cometa me atrevo
Que encendida en Aragón
Llegue á Castilla tan presto
Que apenas los que caminen
Vean por el aire el fuego.
LEONORA.
,Ay, qué olvido!
LOPE.
¿Como olvido?
LEONORA.
¿No fuera bien que primero
Le preguntara á don Juan
Si eslá casado don Diego?
LOPE.
¿Pues eso no lo sé yo?
LEONORA.
¿Cómo?
En cierto casamiento
lia tenido diferencias
c.on algunos caballeros,
Y aun creo que á uno hirió.
LEONORA.
4 Luego no se hizo?
LOPE.
Pienso
Que por celos lo ha dejado.
LEONORA.
¡Ay, Ñuño, amigo, si hay celos
No puede ser sino amor!
LOPE.
Yo pienso que eran conciertos ;
l'orque nunca oí decir
Que amase á nadie don Diego.
LEONORA.
¿ Por qué?
LOPE.
Porque fué de todas
Tan amado, que sospecho
Que traía en la elección
Confuso el entendimienlo.
LEONORA.
^Engáñasme?
No I
Dios.
Sale DON DIEGO
U0:5 DIEGO.
V3C£CU1)Í.
LEOWBA
Lee.
DOS DIEGO.
Ya leo.
<Hov Le llegado a Aragón,
1 > liov, señor don Diego, escribo,
l'ue para serviros vivo
: ¿a tama persecución.
:La caria del Almirante
illa sido tan efectiva,
Oue me holgaré que le escriba
I 1 Conde, semejante,
lo agradecimiento,
va es su casa estoy,
■ por extremo estoy
" : r;i lo, alegre y contento.
üjceme merced su hermana,
sil Mia5 hermosa señora
: jue ve el sol en cuánto dora
>V mas divina que humana.
>l'or fama, os hace favor,
>nue tiene de vuestros hechos,
>ijne vos, en remotos pechos
«Alcanzáis prendas de amor.
«Kscribilda, que me importa
íHue me ayude y favorezca,
jl'orque con ella merezca
«Favor mi ventura corta.
• Que por dicha me darán
«Mas bien los reinos extraños.
lUios os guarde muchos añus.
>Ue Zaragoza , don Juan.»
LE050HA.
rila está á mi gusto; y tanto.
Que como discreto has hecho
Va traslado de mi pecho.
Ñuño, ya te he dicho cuanto
Me importa la brevedad ;
Cierra tú , y él se aperciba.
DOM DIEGO.
Yo haré que don Diego escriba.
LEONOB*.
Si es ciega la voluntad.
Bien se ha probado en mi amor.
Pues quiero lo que no veo. ( Ve
DO.N DIEGO.
iQué le parece?
LOPE.
Que creo.
Que es tu remedio. Señor.
D0:< DIEGO.
Tú estarás en mi aposento,
S6lo de noche saldrás.
LOPE.
En fin , ¿tú responderás?
DOS DIEGO.
Responder también intento,
Hasu ver en lo que para.
LOPE.
i Y si le obliga á escribir
Que vengas aquí?
DOM DIEGO.
Venir.
LOPE.
En lo que dices repara.
DOS DIEGO.
¿No hay noche?
LOPE.
DON DIEGO DE NOCHE.
DOS DIEGO.
Seré de dia, don Juan;
Seré don Diego, de noche.
JORNADA SEGUNDA.
Salen EL PRÍNCIPE v LL'CINDA.
LUCINDA.
j Cómo se entró vuestra Alteza?
pni.xciPE.
Como no hay puerta al poder.
LUCINDA.
(.Violencia se puede hacer
Al honor y á la nobleza?
PRÍSCIPE.
Lucinda , menos airada ,
No te olvides de quien soy.
LUCINDA.
No haré , Señor ; pero estoy
.Más á mi misma obligada.
Si yo supiera el criado
ijue esta noche se atrevió
A meterle aquí...
PRÍNCIPE.
Y si yo
Fuera de tu amor pagado.
No hicieras los desatinos
Que ves : tú la culpa tienes
Que yo intente á tus desdenes
.Mil maneras de caminos.
La noche me favorece ,
V tú , que eres sol y dia ,
Me malas, Lucinda mia.
LUCINDA.
Siempre , Señor, que anochece
Está temblando mi honor
De vuestro grande poder.
PBiSCIPE.
;, Qué daño le puede hacer
Mezclado con tanto amor?
Ocho dias hay, y aun más ,
Que no he llegado é tus rejas;
Pues dime, ¿de qué te quejas.
Si de mi poder lo estás?
Sabe Dios cómo he pasado
Estos dias que te digo,
Si no es amor buen testigo
Oe mi celoso cuidado.
Por ti me quieren malar ;
Quien le sirve á amor te mueve ,
Que quien á su Rey se atreve ,
ilucho te debe de amar.
Perdonóle , porque creas
Lo que me debes.
LDCISDA.
Señor,
Trata mejor de mi honor
Si hacerme merced deseas.
Que quien no te quiere á ti ,
¿A quién tendrá voluntad?
PRÍSCIPE.
Si me dices la verdad.
Cesará mi amor en mi ,
Por vida del Rey mi padre.
De casarle con él luego.
LUCISDA.
Señor...
PRÍSCIPE.
Haz lo que le ruego.
Que no hay medio que mu cuadre
Como saber que á otro quieres.
De lodo le doy perdón.
LUCINDA.
;0h cuánto en crédito son
Desdichadas las mujeres !
Por vida de vuestra Alteza ,
Que no me he visto en mi vida
l5e otra persona querida.
PRÍNCIPE.
¿Pues por qué tanta asperezaí
LUCINDA.
Va he dicho que por temor;
Que si va á decir verdad.
Le he tenido voluntad
Desde que me tuvo amor.
. PRÍNCIPE.
¿Qué escucho? ¿Eres tú, Señora ,
Quien eso dice ? ¿Soy yo
Quien esto á tu boca oyó?
DONFERSANDO. (Dentro.)
¿Gente en mi casa á tal hora? —
Criados, salir, maladle.
LUCINDA.
Mi padre y su gente.
CRIADOS. {Dentro.)
¡Muera!
Sale DON FERNANDO con una ala-
barda, y TRES CRIADOS con las es-
padas desnudas; ij por otra parte
DON DIEGO con LOPE.
DOS DIEGO.
No pienso esperar afuera
Que no dan voces de balde.
Defendeos, Señor, que aquí
Está don Diego.
LOPE.
Y su sombra.
DOS FERNANDO.
Matadle si no se nombra.
príncipe.
No hay nombre, desdicha si.
(.Acuctiillanle , y al entrarse cogen por
detrás á Lope.)
CRIADO.
; Dravo valor!
DOS FERNANDO.
Los que entraron
Le han dado la vida.
¡ Tente !
DOS FERNANDO.
¿Que esto en mi casa se intente?
LOPE. {Ap.)
En buen puerto me dejaron.
CRIADO 2.°
¡Suelta la espada!
LOPE.
Eso no.
¿Hay aquí algún caballero?
porque rendirla no quiero
A menos noble que yo.
DOS FinSANDO.
Dámela á mí.
LOPE.
¿Pues quién eres?
DOS FERNANDO.
Don Fernando de Aragón.—
¿Estos quién son?
LOPE.
¿Los que son
Saber de mi lengua quieres?
Haz cuenta que del tirano
De Sicilia los tormentos,
LosPerilosy Agrigcntos,
-2i0
COMEDIAS ESCOCIDAS DE DON FRANCISCO DE ROJAS.
Lus de Tiberio romano,
Los caballos Dioniedeos
Y las penas infernales
Dasá mis brazos leales;
Que no podran lus deseos
Saber quién son , ni acabar
Que i vuestra fuerza me riuda.
DON FERNANDO.
Yo lo sabré de Lucinda ;
Y miénlras la voy á hablar.
Atadle mu; bien, que yo
Sabré si podrá el castigo. (Vuse.)
LOPE.
Quesera imposible os digo,
Porque sabed que me dio
Su dureza la montaña
Donde naci.
(Alante.)
CRIADO 2.°
Tú dirás
Mas que sabes. (Vase.)
LOPE.
Nosemas
De que fué desdicha extraüa
El caer en vuestras manos.
CRIADO 1."
Él queda alado muy bien. ( Vcx,-
LOPE.
Cuantos tormentos me den
Han de ser remedios vanos.
Solo estoy; y, en lin, sujeto
Y atado; á cualquier traición;
¿Qué he de hacer? ; Brava ocasión
Para decir un soneto !
Pero no, que enfadan ya
A la gente discreiera ;
Pues ¿qué haré de esta manera?
Sa?< FLORA.
FLORA.
Atado dicen que está
Uno de aciuellos traidores.
LOPE.
¡ Ah, Señora! ¡ab, reina mía!
O je.
FLORA.
¿Quién es?
LOPE.
Quien venia
Por sombra de estos amores ;
Cogiéronme y banme atado.
FLORA.
Pésame , que á mi Señora
También la maltrata agora
Sin razón su padre airado.
Ten fuerte , y no digas que es
El Principe.
LOPE.
¿Luego sabes
Quién es?
FLORA.
Y cosas más graves.
LOPE.
Pues ruégote que rae des
Libertad.
FLORA.
Será mi muerte.
LOPE.
¿Pues cómo se ha desabor?
FLORA.
¿Quién eres?
LOPE.
¿Quién puede ser
Quien viene de aquesta sucrlo
Cou un Principe?
FLORA.
Es verdad,
Que el Principe no trnjera
A su lado, quien no fuera
Persona de calidad.
LOPE.
Llega y haéieme.
FLORA.
No hueles
Muy bien.
LOPE.
Es ventoso el miedo ;
Pero asegurarte puedo
Muy bien, si de mi te dueles,
Que me casaré contigo.
FLORA.
¿Qué me dices?
LOPE.
¿ No es mejor
Que morir?
FIORA.
¿Habla el temor?
Lo mismo que dices digo;
Pero yo lo juro asi,
I V asi lo prometo al cielo.
! FLORA.
Que me has de engañar recelo.
Si no hay calidad en mí;
Aunque te juro que soy
Hidalga , y sobre un hidalgo
lodo viene bien.
LOPE.
Si salgo
De este peligro en que estoy,
Y aqueste rigor amaina.
Seré tuyo.
FLORA.
Ya te creo :
¿Tu nombre?
LOPE.
El conde deArgeo.
FLORA.
;,A dónde cae?
LOPE.
Junto á Hanaina.
FLORA.
Vü te desato. (Des>:iu¡t
LOP.'í.
Harás bien.
FLORA.
Ya lo estás.
LOPE.
¿Podré salir?
FLORA.
Conmigo puedes venir,
Que yo te abriré tanibicn.
LOPE.
De hoy más quiero que le nombres
Mi mujer.
FLORA.
Mi esposo eres.
LOPE.
Siempre han sido las mujeres
K\ amparo de los hombres.
De ellas, en efecto, nacen ,
¿ Pues quién las puede argüir ,
Pues por sólo por parir
Hacen todo lo que hacen?
(Vaiise.)
Salen EL PRINCIPE v DON DIEGO.
Si de Alejandro la alta monarquía
Heredase, don Diego, y le la diese,
! Alguna parle de la deuda niia
Es imposible que pagar pudiese;
Pues cuando el benelicio de este dia
En la balanza del amor pusiese.
Con tus hechos de gloria y lama llenos
No dudo que pesase el miindo menos.
¿Adunde estabas tan á punto cuando
En un peligro tal pudiste verme?
Pues sin duda su gente y don Furnaiiilu
Me pudieran matar sin conocirme.
Más, ¿qué te está mi dicha preiiunuin-
.Ni para qué dilato el ofrecerme [du,
.Mil veces por lu esclavo?
DON DIEGO.
Señor niio,
De quien mi vida y mi remedio lio,
Las noches que has faltado de osla
[pueru
Yo he sido centinela en sus umbrales.
Donde apenas he visto reja abierta
i Ni sospecha de otro amor señales.
! Mi buena suerte acjuesta noche acierta
I \ verte entrar, y con recelos tales
Púseine cerca y á las voces llego.
PRÍNCIPE.
Dame esos brazos otra vez, don DieRi,
V hazme tan giande bien que no dila ■
Más tu presencia al dia en que te vea,
I t'ues ya no es tiempo que esconderle
I [lrale>,
; Lo que mi justa obligación desea.
I DON DIEGO. hc^
Aunque con tantas fuerzas niecomba-
i Vya mi ameren ti la suya emplea.
Lo ha de ser que te niegue lo que pi
[des.
Porque mi bienymiremedio Impide-
l'erdona, pran Señor, y ten paciencia
llasla que de Castilla tenga aviso.
príncipe.
Siente, don Diego, amor lu resisten -
V estoy entre mil cosas indeciso, [cia,
DON DIEGO.
Yo voy haciendo cierta diligencia
En la desdicha que ponerme quiso
Mi fortuna cruel; si presto viene ,
Verás cou luz quien ya por sol te tiene.
príncipe.
¿Pues dónde estás de dia?
DON DIEGO.
En una casa
De posadas esloy , hasta que Febo
En nubes de oro al occidenle pasa ,
Uordando las de alia resplandor niie-
PRÍNCIPE. [^'"
¿Tienes regalo?
DON DIEGO.
V no de mano escasa.
Que tanto al dueño de la casa debo.
PRÍNCIPE.
Envidio su ventura.
DON DIEGO.
Y yo envidiara
La mia, si este bien en otro hallara.
PRÍNCIPE.
Quiero darle una joya que traia
i'ara Lucinda, aunque es pequeño el
[precio,
Que veinte mil escudos este dia
i'ieuso que son de tu valor desprecio.
DON DIEGO.
Fuera no la tomar descortesía;
V en opinión de un rey quedar (lorne-
Ueso tus pies mil veces. [ció.
PRÍNCIPE.
Si quisieras
Diverso premio «le mi amor tuvieras.
¿Qué miras? ¿En qué eslás tan diver-
DON DIEGO. [''lio"
Lope, Sefior, es un leal criado,
En la montaña donde yo nacido.
I Y ver que no salió me da cuidado.
! PRÍNCIPE.
1 A desdicha tendré si le lian herido ,
I Y mayor si quien soy ha declarado.
I DON DIEGO. [cieran
I l)c eso estoy yo seguro, aun(|ue le hi -
Pedazos 4 tormentos que le dieran ;
Y asi. Señor, suplico á vuestra Alteza
Me <l<- licencia que á buscarle vaya,
Que tuera ingratitud á mi nobleza,
\uiique mil suertes de peligros haya.
prí.ncipe.
r.sjii^ta obligación y gentileza;
M i - > ;i que mi secreto está en la playa,
N M I volverle al golfo en que se ane-
DON DIEGO. [S"<'-
I n Imiiibre viene aqui.
PRÍNCIPE.
Si es solo, llegui'.
Sale LOPE.
LOPE.
I/, lamosamente escapé,
l'r i.ianos de Flora hermosa,
!>.■ 1,1 prisión rigorosa
Duiíilf ser muerto pensé.
Culi el Principe se iria
Üñii Diego. Gente hay aquí ,
Kít:i noche anda tras mi
Sii(U;i la desdicha mia.
('.nl,;n.le, me ti;in lie iiiatnr;
Ah.-i j bien , i|uiero traz:\r
\'.--\:\ pendencia á lo diestro;
1'. i' val^a industria aquí,
ijii • lii.' siempre lo mejor.
l>ins llegan con rigor
M. lando mano hacia mi.
F.l ur;'r la capa pruebo
r.oii la izquierda; aquel que encapo,
r.ijimi los ojos le tapo.
De ii;ia estocada le llevo.
, l'iies cuerpo á cuerpo el que queda
Quien me le puede quitar?)
; \\i . hidalgos! ¿podré pasar?
í ii. (ilorhay y cruje aseda.
; ido estoy; no es gente
is.rapis.) ¿Qué digo?
príncipe.
¿Quiénes?
LOPE.
Amigo,
V si quisiere, pariente.
DON DIEGO.
I'jse o no pase.
LOPE.
{Ap. Mal año ;
i ¿Pase ó no pase? ¿qué haré?)
Si me dejan , pasaré
{ Sin hacerles mal ni daño ,
I Vsino...
I PRÍNCIPE.
I ¿Qué habéis de hacer?
LOPE.
I iQué tengo de hacer? volverme.
I DON DIEGO.
¿Es Lope?
LOPE.
¿Señor?
DONDIEGO.
Hacerme
DON DIEGO DE NOCHE.
No pudo mayor placer
Y lisonja la fortuna.
Mira que está aquí su Alteza.
LOPE.
A los pies de tu grandeza ,
Que ya de esta noche es luna ,
Está Lope de Vivar.
príncipe.
¡Ay Lope ! ¿qué ha sucedido í
LOPE.
A la cama de su olvido
Se quiere entrar á acostar
La noche, porque el mongil
De bayeta dobla ya,
Y coronando se va
Moncayo de oro y marfil.
Por el camino diré
La ventura que he tenido.
Que he estado preso.
PRÍNCIPE.
No ha sido
Tu dicha, la mia fué.
Vamos, don Diego.
DON DIEGO.
Señor ,
La vida es poco ofrecerte.
LOPE.
Tragada tuve la muerte;
Mas nunca tuve temor.
PRÍNCIPE.
Lope, en aqueste bolsillo
Llevas doscientos doblones.
LOPE.
Ríndante varias naciones
Tanto metal amarillo,
Que puedas. Señor, dorar
Los muros á Zaragoza.
DON DIEGO.
Lope, quien tal dueño goza,
¿Qué tiene que desear?
LOPE.
Verte en descanso no más.
(Vanse.)
Salen EL CONDE v LEONORA.
CONDE.
Declarado se ha conmigo ,
Don Bernardo, de este modo.
LEONOR*.
No es de discretos que todo
Lo sepa el mayor amigo;
Algo se ha de reservar.
CONDE.
Fue forzoso descubrille
Ui pecho, para pedille
Que me quisiere ayudar.
LEONORA.
Nunca con arte pretendas
Del Principe la amistad ,
Ni !a propia voluntad
Con industria impropia ofendas.
Si tienes estrella, basta
Para merecer su amor ,
Que es adúltero el valor
Cuando la amistad no es casta.
CONDE.
Ya le he dicho que me fué
Forzoso, y que ya está hecho.
LEONORA.
Que te ha de dañar sospecho
Sí despreciado se ve.
CONDE.
¿Luego no le casarás
Condón Bernardo?
221
LEONORA.
¿Eso dices?
CONDE.
Pues cuenta por infelices
Mis pretensiones de hoy más.
LEONORA.
Con mejores pensamientos
Penseque vueseñoría
Habla nacido.
CONDE.
Tenia
Tus altos merecimientos ,
Leonora , para un señor
De Castilla , como sabes;
Pero en negocios tan graves
Está temblando el honor.
Sin esto , no se ha sabido
Quien es el que defendió
Al Principe, que llegó
Acaso, ó él lo ha fingido ;
Pues no habrá, pues no hay ninguno
A quien haga más merced.
LEONORA.
Todos los hombres, creed
Esto , sin que falte alguno ,
Os perdéis por presunción:
Pues piensa el más ignorante
Que no tiene semejante
Su ingenio y su discreción.
CONDE.
Si yo tomara consejo ,
No hiciera tal disparate;
Mas del remedio se trate.
LEONORA.
Oye el que te aconsejo;
El Príncipe está celoso?
CONDE.
Notablemente.
LEONORA.
Pues di
Qué es don Bernardo el que allí
Le desvela codicioso
De casarse con Lucinda.
CONDE.
Yo lo habia imaginado;
Pero púsome en cuidado
Que á tal agravio me rinda.
LEONORA.
Él , ¿en esa confianza ,
No me pide por mujer?
Luego remedio ha de haber
A su perdida esperanza.
CONDE.
¿Pues cómo el Principe puede
Creer que la sirve?
LEONORA.
Escucha,
Que si la sospecha es mucha
A toda lealtad excede.
Di á don Bernardo que importa
Que de noche dé á entender
Que viene á hablarla , y á ver
Si el Príncipe se reporta
En este amor con los celos;
Y que finja que está hablando
Por las rejas.
CONDE.
Voy pensando
Que no han formado los cíelos
Más ingenioso animal
Que la mujer.
LEONORA.
Eso es cierto.
CONDE.
Hoy al Príncipe le advierto.
Í22 co:
LEOMORA.
Celos es pasión mortal :
Daráte crédito luego.
COMDE.
Este, don Juan, mi criado ,
Me parece hidalgo honrado,
iPodréme de éste liar?
LEONORA.
Podráslo mejor de mi;
Que de don Bernardo aquí
Ya no te puedes flar.
Pues negado el casamiento
Es amigo sospechoso.
CONDE.
Voy contento , aunque dudoso,
Pues no es justo lo que intento.
Sale DON DIEGO.
DON DIEGO.
Porque no me viese el Conde,
EstuNC esperando afuera.
Ñuño llegó de Castilla
Con cartas y buenas nuevas.
LEONORA.
¿Esliahl?
DON DIEGO.
Señora , si.
LEONORA.
Pues entre , ¿qué aguardas ?
DON DIEGO.
Sale LOPE con bolas y fieltro.
LOPE.
Con ella ,
La baraja de este pliego
Se jugará con licencia.
LEONORA.
¿ Ñuño ?
LOPE.
Gallarda Señora,
La tierra en que pones , besa.
La suela del blanco pié ,
Y pluguiera i Dios que fuera
l)e media vara.
LEONORA.
¿A qué efecto?
LOPE.
Porque mi boca pudiera.
Por moslrar más humildad ,
besar gran cerco de tierra.
LEONORA.
¿Qué hay de Castilla?
LOPE.
Que están
Buenos sus Reyes, y buena
Su familia, que ya sabes
Esto de cum prole regia
También está con .salud
Y abundancia de Almatea
Populo sibi comisso
Su ejército y sus banderas.
Halle á don Diego en Toledo
Porque vino con la reina ,
Que me dicen que Iraia
En el sagrario novenas.
Holguéme ; porque, en efecto,
No pasé las altas peñas
Del nevado Guadarrama.
Leyó tu carta y en ella
El capitulo mil veces
En que dices que celebra
MI Señora sus hazañas,
lAS ESCOGIDAS DE DON FRANCISCO
Su talle y su gentileza.
Preguntóme , como mozo ,
Algunas impertinencias
Acerca de lu pasión.
Que yo apostaré que piensa
Que estás de él enamorada.
LEONORA.
No se engaña, y yo quisiera
Que aunque mintieras , de mi
Le dieras mejores señas;
Pero ¿qué te preguntó?
LOPE.
Si eras, señora, discreta;
Esto lo primero fué.
LEONORA.
¿Qué dijiste ?
LOPE.
Que lo eras
Como un ángel , y añadí
Lo misino de tu belleza.
Preguntóme si eras blanca ,
O picabas en morena ;
Qué pelo , y si rizo ó llano ,
Si eras zarca ú ojinegra.
Qué boca, qué proporción
De nariz: si era aguileña,
0 si acaso á Roma iba
Por dispensación de necia.
Qué disposición de cuerpo,
Qué brio, qué gentileza ;
Yo pensé que le queria,
Aunque por sutil me tengas.
Para fuelle ó abanico;
Porque con notable fuerza
Me preguntó si tenias
Buen aire , y dije, ¿qué señas
Te puedo dar de su aire ,
Si nunca fui detras de ella ?
Finalmente , él te trató...
DON DIEGO. (,Ap.)
Él se burla.
LOPE.
Como á yegua ;
Pues preguntó por tus dientes,
Que es amor tal vez de albeilar.
Yole dije, de la boca
Son las señales más ciertas
Descortinas de coral
Para dos hilos de perlas.
Tenle por necio . ó por sabio ,
Lo que tú quisieres sea ,
Atienta aquese bolsillo:
Todo es oremus ; cincuenta
Doblones de á cuatro tiene ;
Esto me dio por las nuevas.
LÍONORA.
¿Hay tan bizarro español?
Abré la carta.
DON DIEGO.
Oye atenta.
Que no la be querido abrir
Sin que primero la veas:
nDe vuestras persecuciones
«Por todo extremo me pesa ,
• Don Juan, aunque con el mismo
üDe veros libre me alegra.
iiQue el conde de Urgel os haga
• Tal merced, no es cosa nueva
» Al gran valor de su casa ,
íDe ilustrisima ascendencia.
«Fuera de que vos, por vos ,
«Merecéis que os favorezca;
«Pero dejando aparte esto
1 Me pareció cosa nueva
«Que esa señora, su hermana ,
•Quiera honrar con su grandeza
• Mis humildades, decidle
•Que sus pies mil veces besa
i.Don Diego, y que desde hoy
DE ROJAS.
I «Quiere quesudu
»sea;
» 1 que en su nombre un torneo
• Aquí en Toledo sustenta
»De hoy en un mes , y promete
• Que las joyas, si le premian,
• Ha de enviarle á Aragón ,
• Si le permile licencia.
•Querriaos hablar más claro,
• üüdmeia vos , que me atreva :
• Pues Ñuño es hombre seguro,
•Aunque algunos no lo crean.
• Ya sabéis mi calidad ,
» Y que mejor me estuviera
• Esa dama en Aragón ,
• Que en Castilla la condesa.
• Solicitad ese amor ,
• Que el que por fama comienzn .
• Suele acabar con las obras ;
«Que si Leonor persevera ,
»Yo iréá verla disfrazado,
• Pues de noche podré verla.
• Por vida vuestra, don Juan ,
»Que la estimo como vuestra,
• Queme enviéis su retrato,
• Porque de Ñuño las señas,
•("orno conozco su humor,
• Nunca las tuve por ciertas.
• Dios os guarde muchos años,
•Üou Diego Mendoza.»
LEONORA.
Espera ,
Quiero verla firma.
DOS LIEGO.
Toma.
LOPE. (Ap.)
Vive el cielo que la besa.
DON DIEGO. {Ap.)
i Que aquesto pueda la fama I
LOPE.
Mejor dirás las estrellas.
Que bien se ve que este amor
De su influencia se engendra.
DON DIEGO.
¿Qué quieres que le responda?
LEONORA.
Estoy por decir que venga ;
Mas parece libertad.
DON DIEGO.
No puede ser que lo sea
Si no escribo lo que dices ,
Y pues á este punto llegas ,
Dame, Señora, un retrato.
Que puede ser que le tengas.
Para que a don Diego envié.
LEONORA.
Como don Diego no sepa
Que yo le envió, si haré;
Pero con esta advertencia ,
Que él me ha de enviar el suyo
Mientras no viene.
DON DIEGO.
Que sea ,
Pues , en razón.
LEONORA.
Voy por él.
DON DIEGO.
Pues son las cartas tan ciertas
Por el correo. Señora,
Y don Diego está bien cerca,
No es menester enviar
A Ñuño.
LEONORA.
Como tú quieras;
Que donde me pierdo tanto,
No importa que ellas se pierdan.
LOPE.
¿Qué intentas con esas cosas?
DON DIEGO DE NOCHE.
noN Dirco.
^V)uc quieres, Lope , que iiilenlu?
LOPE.
(,iue la sangre es excelente
Y las parles son liermoías .
Nadie lo puede negar;
Pero en aqueste conlrato
Hallo un engaño.
DON DIFGO.
No es trato
Que a nadie pueda engañar.
LOPE.
Si tu retrato le envias,
¡fio ha de conocerle luego
y saber que eres don Diego?
DONDIEGO.
Poco de mi ingenio lias ;
l'oiier Otro.
LOPE.
Es más error ;
Que si es hermoso, y no es
Como el que espera , después
Llaniaráse á engaño amor :
Pues si es feo, aquel deseo
Con que te quiere por faniii
Ha de cesar, que quien ama
Nunca le imagina feo.
Pues si no es feo ni hermoso
Y ama en él lo que desea ,
¿Cómo, después que te vea ,
Su pensamiento amoroso
Hallará satisfacción
En cosa que es diferenic,
Y que no le represente
La misma imaginación?
Yo no soy de parecer
Que ese retrato le en^ies ,
M <|ue tantas cosas fies
De un ingenio de mujer
yue por instantes se muda.
DOK DIEGO.
¿Pues qué le parece á ti?
LOPE.
Oue digas que vieue aqui
Con que saldrás de esta duda.
DON DIEGO.
¿Cómo la tengo de hablar?
LOPE.
De noche, por estas rejas.
DON DIEGO.
Loque importa me aconsejas.
LOPE.
Eso no se puede errar;
El hablarla te asegura
Del pretendido favor;
llülilaiido se aumenta amor.
DON DIEGO.
Va le li:i puesto SU hermosura
bu mis imaginaciones ,
I Y el de Castilla se pasa.
I LOPE.
Como eso la ausencia abrasa
Si eo sus remedios le punes.
DON DIEGO.
El mió he puesto en su mano.
LOPE.
Vencerá , por su interés ,
Uu amor aragonés
A un agravio castellano.
Salen DON FERNANDO, LrciM).\
T DON CÁRLIKS.
I.l:CI.NDA.
! Nobay que atormentarme míis,
Yo be dicho verdad en lodo.
Ilablándome de ese modo
Mayor sospecha me das.
DON CARLOS.
Dime á mi como á tu hermano
Quién es ese caballero,
Que yo quitarte no quiero
Tu gusto.
LUCINDA.
Cansaste en vano.
DON CARLOS.
¿El Principe en nuestra casa?
No, Lucinda, tú has querido
Disimular.
Lucinda.
Esto ha sido,
Carlos , todo lo que pasa ,
Y que él es el que pretende
Vuestro deshonor, que yo
No le quiero.
DON FERNANDO.
¿Cómo no,
Si entrar en mi casa emprende'.'
LUCINDA.
Culpa tus malos criados
Que por interés le dieron
Lugar.
DON FERNANDO.
¿Qué ellos le trajeron?
LUCINDA.
Sí , que los ruegos dorados
Alcanzan lodo imposible.
DON FERNANDO.
.\o me ha de quedar ninguno
En casa.
DON CARLOS.
En tiempo oportuno,
Que esta es ocasión terrible,
l'odrás despedirlos de ella ;
Que no es bien dar á entender
Al Principe, que á saber
Llegas lo que intenta en ella;
Que si él está enamorado
Le ocasionas, te prometo,
A ()ue le pierda el respeto.
LOCINDA.
Dios sabe que no le he dado
Causa ni ocasión jamás;
Si en haberme defendido
Con desden y con olvido,
,No ba sido ofenderle más.
DON CARLOS.
Puesto, Señor, que eres viejo,
y que es madre de la ciencia
La edad, y de la experiencia
Es hijo el cuerdo consejo,
Vo quiero dártele á ti
En aquesta confusión.
DONFERN.VNDO.
Bien podrás, que mi razón
Con el temor ralla en mi;
Pero ya sé que dirás
Que case á Lucinda luego.
noN CARLOS.
Eso le suplico y ruego;
Pero hay olra cosa más:
Que si Lucinda se casa
En Aragón , será cosa
A tu honor más peligrosa
Si el mismo desden le abrasa ;
Porque luego ha de querer
O matar á su marido,
O entrar en su casa.
DON FERNANDO.
Ha sido
Justo temor del pod(ír,
Que mal podré rcsistillo
De su tirana alIcioD.
DON CARLOS.
Saquémosla de Aragón
Y casémosla en Castilla.
DON FERNANDO.
Bien dices ; pero ¿con quién ?
DON CARLOS.
Habrá tantos , que el que mas
Te agrade escoger podrás.
DON FERNANDO.
Carlos , tú dices muy bien.
DON CARLOS.
Aquí ha llecado la fama
De un dou Diego de Mendoza ,
Que sin verle Zaragoza
Le eslima , celebra y ama.
Si quieres que yo le escriba ,
Ilaráse , saldrás de pena ,
V llévela norabuena
Para que en Castilla viva.
Que después que con la ausencia
Se olvide de esta afición ,
Podrá volver á Aragón.
DON FERNANDO.
No pudiera mi experiencia
Hallar consejo más sabio :
¿Es granile la calidad
De don Diego en igualdad
De nuestra sangre?
DON CARLOS.
Es agravio
Tratar de un hombre, sobrino
Del duque del Infantado.
DON FERNANDO.
Escríbele, y concertado.
Póngase luego en camino. (Vnse.j
LUCINDA.
¿Qué habéis hablado de mi?
DON CARLOS.
Que ya le habernos casado.
LUCINDA.
¿Casado?
DON CARLOS.
¿No fué acertado?
LUCINDA.
Estoy por decir que si :
Lo breve me maravilla.
DON CARLOS.
Pues no ha sido en Aragón ,
Que por quitar la ocasión
Te casamos en Castilla.
LUCINDA.
¿Encastilla?
DON CARLOS.
Vendrá luego
Quien esta ventura g07-a.
LUCINDA.
¿Quién?
DON CARLOS.
Don Diego de Mendoza.
LUCINDA.
Por fama estimo á don Diego :
;Ay si fuese tan dichosa !
DON CARLOS.
No dudes que lo serás;
Porque hallar don Diego m.'is.
Parece imposible cosa.
LUCINDA.
Las damas de Zaragoza ,
Sólo tratan de don Diego.
DON CARLOS.
Al poder de amor lan ciego.
La defensa de un Mendoza.
Salen EL I'liÍNClPE v F.L CONDE.
príncipe. i
Yo os digo que no sé quien mehalibra-
Coiiile; si lo supiera lo dijera. [do,
CO.NDE. I
Envidio, gran Señor, quien os ha dado
La vida ; pero ser quien fué (juisiera.
príncipe.
Yo lengo para mi que fué suldado.
COSDE.
¿V no supo quién éradcs?
PRÍNCIPE.
Puiliera
Venirme daño.
CONDE.
Cosa en vos extraña
Dejar sin premio Un heroica hazaña.
PRijiCIPB.
No le dejé sin él , aunque fué poco
Una joya le di que la traia
Para Lucinda.
CONDE.
Cada vez que loco
En la dicha , el valor, la valenlia
I)e ese soldado esloy de celos loco.
príncipe.
Mayores los padezco noche y dia
De esie dichoso á quien Lucinda quiere
Cae un grande amor de un gran des-
coNDE. [Jen inliere.
Si me diese palabra vuestra Alteza
De no matar al hombre ni avisalle,
Yoledir¡aquiénes,queensugrande;'.a
Ni cabe el ofendelle ni matalle.
príncipe.
¿Tú lo sabes?
conde.
Mirando lu tristeza ,
De aquestas noches en rondar su calle.
príncipe.
¿Quién es?
CONDE.
Jura primero.
PRÍNCIPE.
Por Dios juro...
CONDE.
Basta , Señor, con esto estoy seguro.
Lucinda quiere á don Bernardo.
PRÍNCIPE.
¡Ay cielos!
Que quise conocelle en la persona
Cuando me acuchillo.
CONDE.
Si hay cuerdos celos.
Aquí , Señor, tu entendimiento abona.
PRÍNCIPE.
Por tí los callaré; pero tendrélos
Con más razón en ver que se apasiona
De un hombre desigual.
CONDE.
Igual ha sido
Más que el alto galán , el vil marido.
Tú no te has de casar: Lucinda estima
Un noble caballero para dueño.
PRÍNCIPE.
Ríndese amor, y su desden me anima ;
Toda esta noche. Conde, pierdoelsuo-
CONDE. l"o.
Mucho el ver tu tristeza me lastima.
; ESCOGIDAS DE DON FRANCISCO DE HOJAS
I PRÍNCIPE
Ninguna cosa á mi remedio es pan
\ a menor parte del ('olor enseño.
CONDE.
Aquesta noche quiero acompañarte.
Vete en buen hora, acuéstate ysosieg:i.
CONDE.
Señor ..
PRÍNCIPE.
No has de ir : y ya que sin enojos
Muestra su oscuridad la noche ciega,
Yo voy á ver la luz de mis enojos.
CONDE.
No quiero replicarte.
PRÍNCIPE.
Si me niega
Que mis suspiros vayan por despojos
A enternecer sus rejas , yo soy muerto.
CONDE. {Ap.)
Perdido voy, ninguna cosa acierto.
Salen DON DIEGO y LOPE.
DON DIEGO.
¿Ser.in las diez?
LOPE.
SI serán.
DON DIEGO.
¿Entiendes de Astrologla?
LOPE.
Conozco que espira el día
Al saiirel jubricán ,
Y que vuelve á amanecer
Si veo al alba reir.
DON DIEGO.
Eso se puede decir.
Eso se puede creer;
Aunque en materia del cielo
Es ciencia infalible, Lope.
LOPE.
No sé más de que al galope
Va la luna envuelta en hielo,
Y que el carro y las cabrillas
Salen á tiempos del año
Altas y bajas.
DON DIEGO.
¡Qué engaño
Reducir las maravillas
De aquel Soberano autor
A dos dedos de papel !
LOPE.
¿Vendrá el Principe?
DON DIEGO.
Sin él
Vive amor.
LOPE.
Terrible amor.
[Grita dentro.)
DON DIEGO.
El silencio se alborota.
LOPE.
Mancebos son del lugar.
DON DIEGO.
Algún cómo quieren dar.
{Tocan una guitarra.)
LOPE.
;Que temeraria friota !
DON DIEGO.
Música suena.
LOPE.
Ella, el cómo
De la noche efectos son.
DON DIEGO.
Sólo temo en Aragón
Estas pildoras de plomo.
LOPE.
¿Eso no está va peor
En Castilla? '
DON DIEGO.
. En siendo larde
odo cristiano se guarde.
LOPE.
Tarda Alfonso.
DON DIEGO.
¡Gran rumor!
LOPE.
Es que dan grita a una vieja.
Que administra en esta calle
Dos muzas de lindo talle.
DON DIEGO.
Pues di , ¿qué les aconseja?
Que las puertas le derriban
Y las ventanas también.
LOPE.
Que á ninguno quieran bien .
Y que de todos reciban.
Sale EL PRINCIPE.
PRÍNCIPE.
Si no me ha engañado el talle,
Aquí están mis dos secretos
Amigos.
DON DIEGO.
¿Quiéu es?
PRÍNCIPE.
Yo soy.
DON DIEGO.
¡Oh mi Señor!
PRÍNCIPE.
¡Oh don Diego!
LOPE.
Aquí está. Principe invicto.
De aquesta noche el silencio.
De aqueste cuerpo la sombra ,
De este Tobías el perro,
Y la tierra de sus pies.
¡Oh Lope! ,,Pues qué hay de nuevo?
LOPE.
Lo mismo que en el principio
Del mundo, algo más ó menos ,
Digo del diluvio acá.
En que los hombres hicieron
Casas, defensas y ofensas,
Naves, repúblicas, reinos;
Hay muchas mujeres.
PRÍNCIPE.
¿Muchas?
LOPE.
Son tantas, que le prometo
Que sí estimarse supieran
Los hombres de aqueste tienij'o.
Que anduvieran á rogarlos
Y que les dieran dineros.
Hay amigos y enemigos ,
Y todos son de provecho;
Que el enemigo os reprime
Para que seáis más bueno,
Y el amigo os hace bien.
PRÍNCIPE.
¿Y qué hay más?
LOPE.
Hay muchos pleitos
One son sustento del mundo,
Porque ya se funda en ellos.
No me mires ni me aguardes.
Que no he de hablar, te prometo,
iín mi vida una palabra.
Que soy desdichado en esto.
Como esto es imitación
De las costumbres del pueblo,
Tal vez la lengua ó la pluma
Dicen lo que no quisieron.
La lengua, como está en agua ,
1 Tiene el movimiento presto;
Lí plum», como esla en tinta ,
Deslizase por momeólos.
príncipe.
¿Don Diego?
D0« DIEGO.
I ¿Señor?
príncipe.
Yo estoj
Mocrto de celos.
DON DIEGO.
Los celos
Son máícara del amor,
yue se disfraza con filos.
PRÍNCIPE.
Esti hien dicho ; be sabido
La causa.
DON DIEGO.
¿Y quién es el daeño?
príncipe.
Don Bernardo, en Aragón
Un principal caballero.
DON DIEGO.
¿Quiérele Lucinda?
PRÍ.\CIPE.
Y tanto.
Que ba tenido atrevimienio
Para matarme.
DON DIEGO.
Ya sé
Lo demás de este suceso.
PRÍNCIPE.
Qoerria certificarme :
Llega a las rejas diciendo
Qae eres don Bernardo.
DON DIEGO.
Voy.
PRÍNCIPE.
Llama con la espada y quedo.
DON DIEGO.
¡Ha de arriba ?
Sale LL'CLN'DA á la ventana.
LCCIND*.
¿Quiénes?
DON DIEGO.
Yo:
¿No ine conoces?
PRÍNCIPE.
Guardemos
Tú j yo la calle.
LCCINDA.
¿Quién es?
DON DIEGO.
¿Otra vez?
LUCINDA.
Y aun otras ciento.
DON DIEGO.
Mira que soy don Bernardo.
LCCINDA.
Pues don Bernardo, ¿á qué efecto?
¿No sabe il Príncipe ya
Que no lo son los terceros?
DON DIEGO.
Del Principe no lo soy ;
Porque fuera desconcierto
Siendo yo de tí querido.
LUCINDA.
¿Cómo es eso? ¿Yo te quiero?
DON DIEGO.
Solo estoy; mira , Señora ,
Que tus disfavores siento.
LUCINDA.
¿Qué disfavores, Bernardo?
I H-
DON DIEGO DE NOCHE.
¿Cuándo, cómo, y en qué tiempo
Te he favorecido yo?
DON DIEGO. (.4p.)
¿Oyes esto?
PRINCIPE. {Ap.)
Estoy suspenso
De tan grande novedad.
DON DIEGO.
Yo, Señora, te pretendo
Para mujer; aunque sé
Que por amor te merezco.
LUCINDA.
Bernardo, aunque yo debiera
Mostrar agradecimientos
A tu amor, era imposible ;
Demás, que no le le tengo.
DON DIEGO. (Ap.)
¿No lo escuchas?
PRÍNCIPE. (Ap.)
Bien lo escucho.
DON DIEGO.
Agora creo mis celos,
Y que quieres bien á Alfonso.
LUCINDA.
Que es engaño te prometo,
Y que como ya casada ,
Ninguna cosa deseo.
DON DIEGO.
¿Casada?
LUCINDA.
Casada estoy ;
Que mi padre, conociendo
Que el Príncipe estaba ya
A su deshonor resuelto.
En Castilla me ba casado.
DON DIEGO.
¿En Castilla?
LUCINDA.
Ya el correo
Lleva cartas i mi esposo,
A sus amigos y deudos.
DON DIEGO.
¿ Puedo yo saber con quién ?
Pues bien sabes que te debo
El parabién.
LUCINDA.
¿Por qué no?
DON DIEGO. [Ap.)
¿Oyes esto?
PRÍNCIPE. {Ap.)
Estoy muriendo.
LUCINDA.
Ha concertado mi padre
Hacer este casamiento
Con don Diego de Mendoza .
Un notable caballero
Cuya fama es imposible
De sus valerosos hechos
Que no te baya dado aviso.
DON DIEGO.
¿Condón Diego?
LUCINDA.
Con don Diego,
Y perdona si me voy.
Porque ni puedo ni quiero,
Siendo ya mujer casada ,
Oir requiebros ajenos. (Vase
DON DIEGO.
Cerró y fuese.
PRÍNCIPE.
Y yo cerrara
También la puerta al deseo,
Si no supiera que estaba
En Zaragoza don Diego.
¿Cómo ha hecho don Fernando
Este casamiento?
DON DIEGO.
Creo
Que mi nombre le ba obligado.
PRÍNCIPE.
¿Hay más extraño suceso?
DON DIEGO.
Menester es prevenir
El ir á la corte el pliego.
Porque si llega á la corte
Se sabrá todo el secreto.
PRÍNCIPE.
Yo enviaré con diligencia
Tras él , y tú podrás luego
Responder á don Fernando
Que aceptas el casamiento
Y vendrás á Zaragoza
Para tratar el concierto.
Mas que secreto ha de ser;
Y así , podrás de secreto
Hablar de noche á Fernando,
Como que vienes á esto
Desde Castilla.
DON DIEGO.
¿Y si llegan
A querer él y sus deudos
Que dé la mano á Lucinda»
PRÍ.NCIPE.
Descubrirásies que lias muerto
A don Ñuño, y que hasta tanto
Que el Rey. airado en extremo,
te perdone , no es posible ;
Porque conforme al derecho
Te ha secuestrado tus tierras.
DON DIEGO.
Es la traza de tu ingenio;
Pero advierte que abre el día
PRINCIPE.
Pues vamonos.
LOPE.
¿Qué es aquesto?
DON DIEGO.
Fábricas de la fortuna.
Edificios de los celos,
Desatinos del amor,
Y de mi desdicha enredos.
Y que ahora más que nunca
Con razón llamarme puedo.
No don Diego de Mendoza ,
Como mis padres y abuelos.
Sino don Diego de noche.
LOPE.
Oye á propósito un cuento ;
Pero ya no me acordaba :
Ya te lo diré allá dentro.
JORNADA TERCERA.
Sale LEONORA, DON DIEGO
Y LOPE.
I LEONORA.
Vuelve á decirme , don Juan ,
Que vino anoclie don Diego.
I DON MEGO.
Vino, y vino á verme Inégo.
j LEONORA.
, No tiene el mundo galán
I Que sepa obligar asi.
I DON DIEGO.
Oébeslc notable amor;
{Ap. Qjc nadie sabe mejor
2:0
COMKUIAS ESCOGIDAS DE DON FRANCISCO DE ROJAS.
yue yo lo <|ue pisa en mí.
De burlas quise querer,
Y ya laii de veras quiero,
fue si dejo de ver muero,
Y vivo si llego i ver.)
LEONORA.
Si sólo viene por mi,
Rastaba esla obli^acioD
Para ponerme afición.
DON uitco.
;,Pi)CS él á qué viene afini?
Pregunta á Ñuño qué dice.
I.OPE.
; Qué me puedes preguntar,
Si á cuanto puedes dudar
La verdad le contradice?
IMil cosas me ba preguntado.
Todas solíales de amor.
Porque la fama es pintor
Y lisonjero extremado.
No haj Apeles ni Timantes...
i.Qué es Timantes? ¿Qué es Apeles?
Que con mejores pinceles
Pinte bcrmosuras de ornantes.
LEONORA.
Mú.< enamora la fama
Muchas veces que la vista.
LOPE.
Como no bay quien la resista ,
Hacese mayor la llama.
Una vez me enamoré
Por fama de una fregona ,
Que después en su per.snna
Todo al contrario lo bailé.
Cabellejos enzarzados ,
Moreno picante en rojo,
A lo socarrón el ojo.
Cabos negros y rasgados.
Los dientes de" poicelana ,
Cosa que hasta aqueste día
No la topó la poesía;
Labios ribetes de grana;
Garganta, manos y peclius.
De plato de Talavera;
Cinta estrecha, ancha cadera,
Pe(|ueños pies y bien hechos.
Kuila á ver para creello
A un arroyo, que baldío,
Priiende en corle ser rio,
V nunca sale con ello;
V hállela con cabellera
De furia, y llena de usagre
La cara como de almagre,
L;i boca como ternera;
Luego cada injusto pié
Kra una lengua de vaca,
La voz como una carraca;
t'.un que atronado quedé.
LEOMORA.
¿Qué hiciste?
LOPE.
La cruz, diciendo :
Tentación de san Antón ,
¿Qué me quieres?
LEONORA.
La opinión
De don Diego es grande.
LOPE.
Entiendo
Que la fama no le iguala.
LEOKORA.
¿Cómo será?
I.OPE.
Mira atenta
A don Juan , y luego haz cuenta
Que ves su donaire y gala.
LKOKOR*.
Duen talle tiene don Ju.in.
¿No más de bueno? Pnes luego
Que conozcas á don Diego
liirás (|ue no es mal gal¿in.
ti esta en una posada
Desde anoche , y esta quiere
Verte.
LEONORA.
Quien por verle muere
Ya tiene el alma turbada.
LOPE.
Dijo á don Juan , que venia
A traerte su retrato.
LEONORA.
Di que venga con recalo.
Que bay una celosa espía.
LOPE.
P.ien hizo en traerte el vivo.
LEONORA.
Itien , pues lisonja no habrá
De pincel y pluma.
LOPE.
Está
Lleno de gusto excesivo
De que esta noche ha de verte.
LEONORA.
¿ Don Juan?
DON DIEGO.
¿Señora?
LEO.NORA.
Ya estoy
Bien informada.
BOD DIEGO.
Y yo voy.
Como debo, á obedecerte.
LEONORA.
¡ Que venga hasta Zaragoza
Soloá verme!
DON DIEGO.
Ya sospecho
Que es hora.
LEONORA.
Como lo ha hecho.
Justamente el nombre goza
Del más gidan castellano.
DON DIEGO.
A la puerta del vergel ,
Vendré , Señora , con él.
LEONORA.
Fuera pensamiento vano
Querer pagarte, don Juan,
Tan grandes obligaciones
Solamente con razones.
DON DIEGO.
Pagadas, Señora, están.
Vele, y á la puerta espera ,
Pues que tanto os favorece
La oscura noche.
LEONORA.
Parece
Que de la celeste esfera
Las estrellas ha borrado ;
A ver á don Diego voy. (Vi
DON DIEGO.
i En qué laberinto estoy
De confusión y cuidado!
Querido soy, sin quererme,
Buscado soy, sin buscarme,
A hablarme van sin hablarme.
Porque me han de ver sin verme.
Ayúdeme la fortuna.
LOPE.
El que nació sin memoria ,
I ¿ Para qué nació?
I DON DIEGO.
i Si historia,
Si ejemplo, si fama alguna
Te ha dicJio que puede haber
Memoria y entendimiento,
Será un milagro, un porienlo,
Que singular quiso hacer
Naturaleza estudiosa.
LOPE.
Engañaste.
DON DIEGO.
No querría.
LOPE.
Pues á la sabiduría
Llamaron hija famosa
lie la memoria y del uso ;
El que esludla sin memoria,
¿Para qué estudia?
DONDIEGO.
Es victoria
De amor el traer confuso
V ciego el entendimiento.
La memoria natural
Me faltó; laartilicial
Se llevó mi pensamiento.
LOPE.
¿Escribes á don Fernando
Que esta noche llegaras
A Zaragoza , y estás
Desatinos concerlaudo?
Tiberio mandó malar
La Emperatriz, su mujer;
.Matáronla, y á comer
La mandó luego llamar.
Si tú te olvidas así ,
Alaba los que no tienen
Memoria.
DON DIEGO.
Si ejemplos vienen
En mi favor, oye.
LOPE.
Di.
DON DIEGO.
¿Tiene la naturaleza
Entendimiento?
LOPE.
Divino.
DON DIEGO.
¿Pues por qué piensas que vine
A ser de tanta grandeza
Aquel milagro de hacer
Tantos rostros diferentes?
LOPE.
Por mostrar las excelentes
Obras de su gran poder.
DON DIEGO.
Porque no tiene memoria.
Que si memoria tuviera.
Hoy el mismo rostro hiciera
Que hizo ayer.
LOPE.
Niegas la gloria
Que de aquella variedad
Con esla loca agudeza
Le resulta.
DON DIEGO.
Así es verdad ,
Confieso á naturaleza
Por instrumento divino
Del gran poder de su autor.
LOPE.
¿Cómo no finges. Señor,
Que has llegado de camino?
DON DIEGO.
Sí fingiré; mas primero
Será por ver á Leonor
Que me espera y tiene amor
Y por engañarla muero;
Que te aseguro que ya
Sin seso por ella estoy.
LOPE.
Vn iií 1-oiisejos le doy,
Ni 111 eiitendimienlo está
l'.ii j consejo ninguno;
Mis >i ella te conociese,
4l,iiii- hns (le hacer?
DON DIEGO.
Cuando eso fuese.
¿Fjlt.irá remedio alRuno?
O el ultimo que ha de ser
Declararme por quien soy;
A verl.T.en efecto, voy.
Que licm|io habrá para ver
A Lucinda.
LOPE.
¿De ese modo
Con dos te querrás casar?
DOK DIEGO.
".\. ii:iv servir como callar,
Uue el callar acierta en todo.
(Vanse.)
Sale DON BERN.\RDO, í;¡ //«WW
de noche.
D0:< CEnNARDO.
Noche, á quien sólo ha pagado
Tributo amor en el suelo.
Porque está In negro velo
A su remedio obligado;
Manto de estrellas bordado
Encubridor de secretos;
Noche en quien tales efetos
Para alabarle se hallan
Oue en ti , porque todos callan
Todos parecen discretos ;
Que en li , todos los moríales
Hallan descanso y favor.
Solo con celos amor
No goza remedios tales.
De tus luces eclesliales
Huyela pena celosa;
Tuoscuridad temerosa
Amor con celos desea,
Po.-i|ue cuando cslás más fea
Le pareces más hermosa.
Por la puerta de esta huerta
Vengo a hablar una criada ,
Que á su señora olvidada
A mi remedio despierta,
i Oh , lü , que de aquesta puerta
Eres llave celestial ,
Ven á remediar mi mal!
Genle siento. ¿Gente aquí?
Mas ya amor me advierte asi
Que estoy de celos mortal.
Sale DO.N DIEGO, con plumas 1/ capa
tie culor, V LOPE disfrazado.
LOPE.
Llega con t'ento, y disfraza
La VU7. , Señor, cuanto puedas.
DON DIEGO.
(Jlises me rinda parias,
SI salgo con esta empresa.
LOPE.
Téngola por más hazaña
Que del aslulo se cuenta,
Que por los muros de Trova
Metió las armas de Grecia.'
Tú propio te has de fingir
A ti mismo.
DONDIEGO.
No pudiera
Sin confianza de amor :
Así engaña, y asi ciega.
Espérame, Lope, aqui ,
Oue ya han abierto la puerta.
DON UIEGO DE NOCHE.
LOPE.
Vayan, contigo. Señor,
Cuantos planetas y estrellas
Son de amor primeras causas
Y de su efecto influencias.
Sale LEONOliA , á la puerta.
LEONORA.
¿Es don Diego?
DON DIEGO.
El mismo soy.
LEONORA.
Vos seáis enhorabuena
Venido á esta vuestra casa.
DON DIEGO.
Quien ¡1 tanta gloria llega ,
No os espantéis , que tnvbado,
!Vo sepa daros respue.sta.
LEONORA.
¿Venis con salud?
DON DIEGO.
Aqui,
Cuando sin ella viniera.
Hallara salud y vida ;
Dadme de la vuestra nuevas.
LEONORA.
iVo sé qué diga de mi ,
Si ya he dicho que soy vuestra
Kiada en vuestro valor;
Que no es juslo que os parezca
Liviandad amor tan grande.
DON DIEGO.
Lo que los hados conciertan ,
i'.onio a fuerza superior
\o resiste humana fuerza.
LEONORA.
; Ay, quién os pudiera ver !
DON DIEGO.
Dentro dedos dias llega
Mi gente, y públicamente
.Saidré á que todos me vean ,
Y os vendré á besar las manos.
Agora , en primeras pruebas
De mí amor, aquesta joya
Tomad , y ojalá que fuera
(j'a reino cada diamante.
LEONORA.
Será un mundo , siendo vuestra ;
Y perdonad , que la pago
Con esta sortija.
DON DIEGO.
En ella
Dais principio á mi deseo
Y á mi ventura firmeza ,
Pues la fe del matrimonio
Se signiGcacon ella.
LEONORA.
En esa fe quiere amor
Que a veros y hablaros venga.
¿Adonde queda don Juan?
DON DIEGO.
ahí aguardándome queda.
LEONORA.
Llamadle.
DONDIEGO.
Voy.
LEONORA.
¡Qué ventura !
¡Qué lindo talle y presencia I
¡Oh, obscura noche, si acaso
Kueras más clara, y tuvieras
Luna!
DON DIEGO.
¿Lope?
LOPE.
¿Señor?
DON DIEGO.
Creo
Que lio hay fábula que tenga
Tal engaño.
LOPE.
¿Al fin la hablaste?
DON DIEGO.
¿No le dije que amor ciega?
Por don Diego me ha tenido.
LOPE.
Aun es la verdad más cierta.
DON DIEGO.
LOPE.
Bien creerá con ella
Que eres tú, por(|ue valia
Veinte mil escudos. ¿Y ella,
Qué le dio?
DON DIEGO.
Aquesta sortija.
LOPE.
Dichosamente comienza.
DON DIEGO.
Hay un peligro.
LOPE.
¿Deque?
DON DIEGO.
Quiere hablar á don Juan.
LOPE.
Llega,
V dila que eres don Juan.
DON DIEGO.
No sé, por Dios , si me atreva.
LOPE.
Disfraza un poco la voz
V conmigo. Señor , trueca
tsas plumas y esa capa.
DON DIEGO.
Üieii has dicho ; toma.
LOPE.
Muestra.
(Truecan capas y sombreros.)
DON DIEGO.
Voy.
LOPE.
Favorézcate amor.
DON DIEGO.
Temeroso voy.
LOPE.
No temas.
DON DIEGO.
¿Como no?
LOPE.
Yo lo diré :
¿No hace el amor i|ue parezca
I'iia mujer lea hermosa,
V la que es necia discreta?
DONDIEGO.
Claroestá.
LOPE.
¿Pues porqué dudas
Que don Diego y don Juan seas,
A los ojos de mujer
Que está de tu amor tan ciega?
DON DIEGO.
Vo llego.
LEONORA.
¿Es don Juan?
DON DIEGO.
Yo soy.
¿Viste á don Diego?
COMEDIAS ESCOGIDAS DE DON FIUNCISCO DE HOJAS.
LEONORA.
Quisiera
Que el alba le liallára aquí.
DOX DIEGO.
¿No tiene buena presencia?
Liiula en exirenio. ¿Que dice
üomi?
DOK DIEGO.
Quecos* mas bella.
Con In poco que le ha vislo ,
No li^i hecho naturaleza;
Mas dice que eslá corrido.
LEÜNOUA.
Don Diego, ¿deque?
Dox nii 00.
No creas
Que 6 no turbarse de verte,
'I an corto te pareciera.
LEONORA.
¿Y JO no estuve perdida,
Üoa Juan, atajada y necia?
DON DIEGO.
Cente siento.
LEOHORA.
Adiós. {\ase.)
DONniECO.
Adiós.
Lope, ¿qué es eso?
LOPE.
Que emiendas
Que haces falta á don Keioando.
DON DIEGO.
Pues camina donde veas,
Qne no igualan las antiguas
A las historias modernas.
Sale DON BERNARDO.
DOM BERNARDO.
Amor; ¿no fué cobardía
No acometer estos hombres
Pues sólo en saber sus nombres
Todo mi bien consislia?
¿Hay sucesos más extnaños?
¡ Ah celos! cesasteis hoy.
En busca del Conde voy.
Sepa su daño y mi daño.
Sale EL CONDE.
Pues quién
DON BERNARDO.
¿Es el Conde?
CONDE.
Tuviera aqneste cuidado'
DON BERNARDO.
Si antes hubieras llepado.
Se te logr.ira mtis bien.
A Leonor habla en secreto
Un caballero.
¿A Leonor?
DON BERNARDO.
¿Piensas tú que es el honor
Todas las veces discreto?
CONDE.
¿Hombre tiene Zarasoza
Que intente oculto servilla?
DON ÜERNARDO.
Zaragoza no , Castilla.
CONDE.
¿Quién?
DON nERNARIlO.
Don Diego de Mendoza.
CONDE.
¿Don Diego aqui?
DON BERNARDO.
Yo le vi ,
Y con él un caballero.
Que él llamaba Lope.
CONDE.
Hoy quiero
Que mi honor se vengue en mí.
No quedará en Zaragoza
Casa . jardín , plaza o calle
Donde no vaya á niatalle.
DON BERNARDO.
La fama de este Mendoza
Es romo la de Amadis:
Vendrá á Aragón á probar
Aventuras, por ganar
Kama.
CONDE.
Honor si esto sufrís ,
No digáis que habéis nacido
En la casa generosa
Del conde de Urgel.
DON BERNARDO.
No hay cosa
Que pueda haberte olendído
Como aqueste atrevimíeulo.
CONDE.
Siendo don Juan mi criado
Castellano, he sospechado
Que sabrá su pensamiento.
DON BERNARDO.
Bien dices: habla á don Juan.
CONDE.
Vamos.
DON BERNARDO.
El te dirá de él.
CONDE.
¿Mendoza, al conde de Urgel
Aquí discreto y galán?
El parentesco os permito ;
Pero como no os caséis,
A Castilla volvereis,
Pero será por escrito.
Sale DON FERNANDO, DON CARLOS
T LUCINDA.
DON FERNANDO.
Tarda don Diego , y ya la noche pasa.
DON CARLOS.
Esta escribió, Señor, que llegaría.
LDCINDA.
Como es tan tarde no hallará la casa.
DON CARLOS.
No le aguardar ha sido culpa mia.
LUCINDA.
Si amor es fuego y desile cerca abrasa,
¿Por qué lo queformó la fantasía
Tan lejos hace en mi tales efetos?
Mas siendo dios Amor, tendrá secretos.
¡ (,>iie fslo pueda la fama ! extraña cosa:
¿Mas qué mucho, si engendra más dc-
{sco.
Sale FLORA, ¡/poco despuex DON DIE-
GO T LOPE, con las espadas des-
nudas.
FLORA.
Aguardando, Señora, cuidadosa,
Dos mil espadas en la calle veo.
DON CARLOS.
¿Espadas?
DON FERNANDO.
¿Dónde vas?
LDCWD*.
¡ Qué rigorosa
Fortuna !
FLORA.
¿Cómo?
LUCINDA.
Mis sospechas creo
DON CARLOS.
Un hombre viene aquí.
LOPE.
Bien se ha fingido.
DON FERNANDO.
¿Quién es?
DON DIEGO.
Don Diego soy.
DON FERNANDO.
Bien seáis venido.
DON DIEGO.
No sé si he venido bien ;
l'ues apenas á la puerta
De vuestra casa llegué
Preguntando si lo era,
Cuando cuatro hombres medican.
Todos de buenas presencias :
— ¿Es don Diego de Mendoza? —
Yo, presumiendo que fueran
Criados vuestros, respondo:
—Den Diego soy; — pero apenas
Esta palabra pronuncio.
Cuando los cuatro me cercan
Con las desnudas espadas,
Y una voz diciendo : — ¡ Muera! —
Yo, que venia de paz
Y no imaginando guerra,
Puse con armas doradas
El valor á la defensa.
Ayudóme este criado;
Sosppcho que heridos qnednn,
Que tal vez contra la injuria
Prevalece la inocencia.
Solamente oi decir:
— Retírese vuestra Alteza ,—
En quien conocí quien es
A quien de mi bien le pesa.
Y si es así, mal hicistes
En mandarme que viniera
A tratar mi muerte aqui ;
Aunque pienso que es pequeña
Una herida, que en un brazo
Me dio el que de todos era
Más alto. Esto ha sido asi.
Para que el caso se entienda ,
Y me perdonéis, señores ,
Si por las causas propuestas
No llego como era justo.
DON FERNANDO.
Bien conoceréis la pena .
Señor don Diego, que todos
Recibimos de la vuestra.
Pues aun no ha dado lugar
Que nuestros brazos dos dieran
Los indicios de las almas
Con que os reciben en ellas.
Carlos de Aragón , mi hijo.
No entendió, que haber pudiera
Tal atrevimiento en hombre
De oscura ó clara nobleza.
No salió, para que fuese
Vuestra venida secreta,
A recibiros.
DON CARLOS.
Dios sabe,
Don Diego, lo que me pesa ;
Y á nn habernos dicho vos
Que entre los de esta pendencia
Oísteis que dijo el uno :
—Retírese vuestra Alteza,—
No quedara sin casligo;
Mas ya sabéis cuanto deba
Kii la ilignidad real
liespi'tarse la grandeza.
Vü no os niego que lie tenido
Ocasiones de sospecha ;
l'ero no para entender
Que i vuestra vida se atrevan.
Conoced á vuestra esposa ,
Que con tal nombre os espera
Si lü estorba el mundo.
DON DIEGO.
Agora
Oue á veros mis ojos llegan ,
Si fueran dos mil beridas
Diclioso nombre les diera.
Dadme , Señora , perdón
Que por tan rara belleza,
Justo fué qne hubiese envidia.
Que no hay bien sin competencia.
LUCINDA.
Cuando ya no fuera jiusto
De mis padres, que tuviera
Dueño en vos , este peligro
Que toma el alma á su cuenta
Ju.stamente me obligara
A tanto amor y firmeza
Que las altezas del mundo
Menos poderosas fueran
Que con las rocas del mar
Los vientos qne en vano suenan.
No es tiempo de deteneros
Aunque decís que es pequeña
La herida; Carlos, haced...
DON DIEGO.
Señora, ninguno venga;
Que mas importa el secreto
Que mi vida, y pues tan cerca
Me dice aqueste criado
Que es práctico en esta tierra.
Que está la casa del Conde
De Lrgel, curaréme en ella.
Porque don Juan de Guznian,
Que está allí por encomienda
Del Almirante , entre tanto
Que en Castilla se conciertan
Ciertas desgracias que tuvo ,
Tan grande amistad profesa
Conmigo, que nuestros pechos
Un alma sola gobierna.
Y asi , os suplico (jue todos
Me deis perdón y licencia ,
Queme va fallando sangre.
DON FERNANDO.
Esa licencia se os niega.
EsU casa es vuestra ya.
DON CARLOS.
Don Diego, aunque no lo fuera,
¿Cuál hombre os dejara ir?
LOCINDA.
Señor, no hagáis tal afrenta
A mi padre y á mi hermano.
DON DIEGO.
Mis señores, esto es fuerza ,
Y yo sé que os está bien.
DON FERNANDO.
Pues siendo fuerza que sea :
Hola, traed en que vaya.
DON DIEGO.
liso no , mirad que os queda
Tiempo en que nacerme merced ;
Y que es bien que no se entienda
Que estoy herido, y que estoy
tn Zaragoza.
DON CARLOS.
Conceda
\ues1r3 crueldad á lómenos
Que os acompañe , que es mengua
••e un caballero, que vais
Solo.
DON ÜIEC.O DE NOCHE.
DON DIEGO.
En llegando i la puerta
Os habéis de volver.
DON CARLOS.
Digo
Queme volveré.
LOPE. (.4p.)
No creas
Que has de salir bien de tantos
Desatinos y quimeras.
DON DIEGO. (Ap.)
Si el Principe me lo manda,
i No quieres que le obedezca?
LOPE. {Ap.)
Parecen estos sucesos
De Penélope la lela.
Que cuanto trazas de dia
De noche lo desconciertas.
[Vante.)
LÜCINIIA.
¡Qué gallardo caballero!
DON FERNANDO.
Uasta, que el Principe intenta
Que no te cases.
LUCINDA.
No hará.
Si das á su padre cuenta.
DON FERNANDO.
Sólo don Diego tan bien
Ue esta pendencia saliera. {yasc]
LUCINDA.
¿Flora?
FLORA.
¿Señora?
LUCINDA.
Mi amor
Al de Angélica la bella
Se parece.
FLORA.
¿Cómo asi?
LUCINDA.
Su herida el alma me lleva.
{Vanse.)
Salen EL CONDE 1 DOÑA LEONOUA.
LEONORA.
Injustamente me ofendes;
Reporta, Conde, el furor.
Si estimar tu honor pretendes.
CONDE.
No cumples bien con mi honor
Si con tu amor te defiendes.
Tú, con intento liviano.
Tienes, Leonor, aunque en vano.
De secreto en Zaragoza
A don Diego de Mendoza
El soberbio castellano.
Tú, de noche por la huerta
Estás hablando con él,
V él sus amores concierta.
Puerta del conde de Urgel
Es de este reino la puerta.
Si te ha ganado, Aragón
Es de Castilla.
LEONORA.
No son
Dignas palabras de ti:
Advierte, Conde, que en mi
Vive más clara opinión;
Que esté en la ciudad don Diego,
O el soberbio ó el galán,
Hoy lo supe, no lo niego;
Porque don Juan de Guzman
Vino ii decírmelo luego.
V si de noche le vio
Don Bernardo, no fui ye
Con quien ion Diego hablarla.
Porque con don Juan seria
A quien por dicha buscó.
Porque según entendí
Fueron en Castilla amigos...
Pero don Juan viene aquí.
Sale DON DIEGO.
DON DIEGO.
Cercado estoy de enemigos.
CONDE.
Sospechoso estoy de ti.
DON DIEGO.
¿De mí, Señor, á qué efetoí
CONDE.
;.Tú sabes que en Zaragoza
Don Diego está de secreto?
DON DIEGO.
¿Qué don Diego?
CONDE.
El de Mendoza,
Galán , valiente y discreto :
,, Y me lo encubres á mi ?
DONDIEGO.
Señor, nunca yo entendí
Que eso te importara.
CONDE.
¿No,
Si ayer con mi hermana habló?
LEONORA.
líl Conde lo entiende asi ,
Porque dice don Bernardo
Que nos vio juntos.
DON DIEGO.
Señor,
Si satisfacerte aguardo.
Verás que á tu claro honor
Debido respeto guardo,
Don Diego viene á Aragón
Y casarse de secreto
Con Lucinda , y la ocasión
Es el Principe.
CONDE.
En efeto.
Celos de Bernardo son.
DON DIEGO.
Bien claro se echa de ver.
CONDE.
¿Cómo, que intenta Fernando
Casará Lucinda?
DON DIEGO.
Ayer
Lo estaban los dos' tratando
Y hoy ha de ser su mujer.
CONDE.
No será, porque la adora
El Principe, y voy agoia
A que lo remedie'luégo. {Vase)
LEONORA.
,,Eso dices de don Diego?
DON DltGO.
Esto es engaño. Señora ,
Que si esto no le dijera,
l'or ventura le buscara
Y mayor mal sucediera.
LEONORA.
He reparado en tu cara
Y en tu voz...
DON DIEGO.
¿Pues qué te altera?
LEONORA.
No he visto cosa en mi vida
orno los dos parecida.
ióO
DON DIEGO.
Sómosloen rostro y acciones.
De suerle que de opiniones
Kra b niieslra orendida;
l'orque su padre y el mió
No ganan en eslo "honor.
LEONORA.
No era mucho desvario
Igualarte á su valor.
DON DIEGO.
Él tiene m.is gracia y brío
Y mejor enlendimipnlo :
Hoy nos verás juntos.
LEONORA.
Ya
Puse en él mi pensamiento.
DON DIEGO.
Muy bien empleado eslá.
LEONORA.
Sí , den Juan , no me arrepiento.
;,AU6nde agora que<ló?
DON DIEGO.
Al campo salir (|ueria.
LEONORA.
¿Dice que le agrado yo?
DON DIEGO.
Tudoyen todo.
LEONORA.
Seria
Por cumplimiento.
DON DIEGO.
Eso no,
Qne fuera tener por necio
Un hombre de aquel valor.
LtONORA.
í-i él me aprecia en lo que precio
Su amor, él me tendrá amor.
DON DIEGO.
Don Diego hiciera desprecio
Dfl sol y de las estrellas,
Del alba, de las más bellas
Flores que la vista admiran ;
De los diamantes que tiran
De nuestros ojos centellas ,
Déla sangre que colora
La púrpura emperadora.
Del oro que el luego acendra ,
Y de las perlas que engendra
En nácar la blanCfi aurora ;
Del cristal y del marfil,
Si de ese talle gentil
No admirara la belleza
De quien la naturaleza
Kouipió la estampa sutil.
LEONORA.
Parece que le ha prestado
Su ingenio.
DON DIEGO.
Y su amor también ;
De él lo que digo traslado,
Si no lo traslado bien,
(Jueda su autor excusado.
Sale LUCRECIO.
LUCRECIO.
Lucinda ha venido á verte.
LEONORA.
/A'uién?
LBCnECIO.
Lucinda de Aragón.
LEONORA.
pésame, que me divierte
De aquesla conversación.
DON DIEGO.
Yo me voy.
COMEDIAS ESCOGIDAS DE ÜO.N FRANCISCO DE HOJAS.
LOCINIlA.
¿Oué es esto?
í.Su fe y su palabra ha dado
En otra parte?
.) LEONORA.
Yo sov
Testigo que os ha engañado.
LEONORA.
Don Juan , advierte
Qae hoy quiero ver á don Diego.
DON DIEGO.
Tu intento le aviso luego. ( Vase.
Salen LUCINDA y FLORA.
LUCINDA.
Fortuna la rueda os rinda,
Amor el arco y el fuego.
LEONORA.
Eso á vos será mejor.
Que sois fortuna compuesta
Del arco y flechas de amor.
¿Qué buena venida es esta?
¡Tanta gala' ¡Tal favor!
LUCINDA.
Vengo á veros, y también
A que me deis parabién ,
Leonor, de que estoy casada.
LEONORA.
¿.Casada?
LUCINDA.
Y bien empleada.
LEONORA.
Vos lo merecéis. ¿Con quién?
LUCINDA.
No es persona de Aragón,
Aunque para esta ocasión
Llegó anoche á Zaragoza.
LEONORA.
¿.Quién?
LUCINDA.
Don Diego de Mendoza.
LEONORA.
í.Cómo? (/4p. ¡Extraña confusión !)
¿No habéis oido decir
A don Diego el castellano?
LEONORA.
Mil cosas oigo fidgir,
Y asi de que todo es vano,
Lucinda, os quiero advertir.
Porque pienso que es casado,
Y casado en Aragón.
LICINDA.
Yo sé que os han engaüado;
Cosas del Principe son
Celoso y desesperado.
LEONORA.
¿Pues habeislo visto vos?
LUCINDA.
Anoche hablamos los dos
Y fe y palabra nos dimos.
LEONORA.
¿Anoche?
LUCINDA.
Anoche estuvimos
Juntos en mi casa.
LEONORA. (Ap.)
¡Ay Dios!
LUCINDA.
Parece que os pesa de esto.
LEONORA.
¿No me ha de pesar que os dé
Su le y palabra tan presto.
Quien diú su palabra y fe
En otra parte?
Yo sé que casada estoy,
Y está el concierto lirmailo;
Qne mal lo pueden fingir
Mi padre y Carlos, mi hermano.
LEONORA.
No me puedo persuadir
Que es don Diego el castellano.
LUCINDA.
Todo lo quiero hoy decir
Para que os desengañéis :
En vuestra casa está herido.
Yo sé que no lo sabéis.
LEONORA.
¿Herido?
LUCINDA.
Aqui le ha escondido
Un criado que tenéis,
Que es castellano también.
LEONORA.
¿Quien es?
LUCINDA.
Don Juan de Guzman.
LEONORA.
Vos dais las señas muy bien;
Mis esperanzas os dan ,
Como es justo, el parabién.
(Ap. Aunque dijera mejor
Mis desdichas : ¡oh traidor!
Si á casarte babias venido
Con Lucinda, ¿qué ha servido
Burlar mi amor y mi honor?
Mi amor porque dio en quererte
Sin verte, y mi honor por verte
En tanta opinión de España ;
Mas era tan vil hazaña
Poderosa á aborrecerte.
Mas, ¿porqué mis quejas van
A ti, cruel, dirijíidas?
Si no al infame don Juan
Que aunque tuviera mil vidas.
Ño le valiera el Guzniau.)
LEONORA.
Lucinda , ya es cosa iiijusU
Encubrir mi pensamiento.
Perdona si te disgusta.
Anoche me dio don Diego,
Ese cruel castellano,
Fe de esposo.
LUCINDA.
¿Cómo?
LEONORA.
A ruego
De don Juan , le di la mano.
Asegurándome luego
Con una joya que tiene
Una ele de diamantes ,
En que más engaño viene
Por las letras semejantes
Que nuestro nombre contiene.
Que, en fin , Lucinda y Leonor
Comienzan de una manera.
LUCINDA.
(,Don Diego á ti?
LEONORA.
Si el honor
De pur medio no estuviera ,
[ rocoiiii|iorlára al aiiior,
Yü le supiera vencer ;
Pero ya no puede ser;
i::i mi justicia confio :
I iljii Diego será mió,
1 Araiíoii se ha de perder.
LUCINDA.
^i>r:iii menos principales
M - p^irienles, que lo son
1. - (uyos?
LEONORA.
En casos tales
No serü igual la razón
Si suii los (leudos iguales.
LUCI.XOA.
Si.mpre fuiste más altiva
^iiif pide tu calidad.
LEONORA.
Si en sangre real estriba,
.^o tengas por novedad
Une como he nacido viva.
LUCINDA.
Yo soy Aragón.
LEOSOHA.
Yo soy
Navarra.
LUCINDA.
Ya eslis muy uecia.
LEONORA.
Contigo, Lucinda, estoy,
Que á quien á mi me desprecia ,
Esta respuesta le doy.
Salen EL PRÍNCIPE, EL CO-NDli
DON BEHNARDO.
{Qué es esto?
LEONORA.
Si no viniera
Vuestra Alteza , y yo supiera
Que amor Lucinda le debe ,
A lo que agora se atreve
Yo sé que no se atreviera.
PRÍNCIPE.
ÍPnes dónde hay tanta amistad ,
le enojos hubo ocasión ?
CONDE.
Leonora , ¿qué novedad
Es esta*
LEONORA.
Desdichas son
Que ofenden tu calidad.
CONDE.
¿Eso c6mo puede ser?
PRÍNCIPE.
Comle, si es pleito, estas damas
Sa juez me pueden hacer.
LEONORA.
iCómo has de juzgar si amas
Y más con tanto poder?
Pero ya aborrecer debes
Pues Lucinda está casada.
PRÍNCIPE.
A eso vengo, que me han dicho
Que está su esposo en tu casa.
LUCINDA.
Señor, mis padres y hermano
Casarme en Castilla tratan
Con don Diego de Mendoza,
Que vos conocéis por fama.
Vino á Aragón de secreto.
Lo demás que en esto pasa
Oieo lo sabéis; si á mi puerta
DON DIEGO DE Nor.Ii::.
Os lo ba contailo su espaila.
.\qui esta don Diego herido.
PRÍ.NCIPE.
Lucind.i , en eso le engañas ,
Que yo sólo te he servido
Con la cortesía y gala
Digna de tu calidad,
Y á tus defensas honradas
He dado la esiimacioo
Que piden prendas tan altas.
Si tus padres te han casado
Con don Diego , y tü le amas.
Hoy conocerás i|uién soy
Y él será tuyo.
LEONORA.
Las armas
Profesas más que las letras.
¿Ves cómo el amor le engaña,
Y que no puede ninguno
Juzgar en su misma causa?
¿Sin oir las partes juzgas?
PRÍNCIPE.
¿Si Lucinda está casada,
Qué tienes til que alegar?
LEONORA.
Que cuanto Lucinda Irata,
Es decir, por engañarte.
Que con don Diego se casa ,
(Jue don Diego es mi marido.
PRÍ.NCIPE.
¿Qué dices?
CONDE.
¿Qué es esto, hernian
DON UEHNARDO. {Áp.}
No me engañaron los celos.
Aunque celos siempre engañan.
LEONORA.
Que por orden de don Juan ,
Por sus conciertos y carias ,
Me he casado con don Diego
DON UERNARDO.
Yo vi que los dos hablaban
Anoche por el jardín.
LUCINDA.
i Toda la probanza es falsa .
Que anoche el mismo don Diego
Me dio la mano en mi casa.
LEONORA.
No puede ser, porque á mi
Me dio anoche la palabra
Y esta joya en prendas.
piiíncipe.
Muestra.
¿Hay confusión más extraña?
Esta ele de diamantes
Se labró para una ingrata
Por mi orden.
LEONORA.
¿Luego es vuestra ?
PRÍNCIPE.
La noche que la llevaba ,
A un castellano la di.
LEONORA.
¡Vos! ¿porqué?
príncipe.
Por(|UC su espada
Dos veces me dio la vida.
conde.
¿Luego el dueño de esta hazaña
Fué don Diego de Mendoza?
príncipe.
Si , pues él la dio á tu hermana.
Sale DON CAliLOS.
UON CARLOS.
¿Está aciui su Alteza?
príncipe.
Carlos ,
¿Qué quieres?
OON CARLOS.
Darte esta carta
Del principe de Castilla.
PRÍNCIPE.
Muestra.
don CARLOS.
Lucinda, ¿aquí estabas?
(Lee.) «Mientras solicito con el Rey,
anii señor, perdone á don Diego de
oMendoza la muerte de don Ñuño, su-
aplíco á vuestra Alteza le favorezca y
«ampare en Aragón, que el amor que
»le tengo
No hay para qué proseguir;
Sí aquí don Diego se halla
Y yo le debo la vida ,
Lascarlas son excusadas.
Siempre le he visto de noche
A la traza de estas damas ,
Y tan á oscuras, que apéuas
Daré señas de su cara.
¿Quién es aqueste dou Juan
Que sabe de él?
CONDE.
En mi casa
Le entretengo, porque así
El Almirante lo manda.
PRÍNCIPE.
Id por él que él sabrá de él.
CONDE.
Yo voy. ( Yase.)
PRÍNCIPE.
Pero si se casa
Con Lucinda y con Leonor,
Mal cumplirá su palabra.
La que me ha dado, yo sé
Que la cuiniilira.
LEONORA.
Tú engañas
Tu esperanza con tu amor.
LUCINDA.
Más que amor, tengo esperanza.
Salen EL CONDE, DON DltCO
T LOPE.
CONDE.
Llega, don Juan , que su Alteza
Te ([Uiere ver.
BON DIEGO.
Hoy levantas
A tu sol la humildad mía.
LOPE. {Ap.)
Hoy temo alguna desgracia.
PRÍNCIPE.
¿Eres don Juan de Guzman ?
DON DIEGO.
Si , Señor.
(Ap. j Presencia hornada!)
¿Dónde esta don Diego?
L0PE.(4p.)
Agor»
Da por el suelo la traza.
DON DIEGO.
Ed mi aposento le tengo
232 COME
Mientras estas cosas andan
Tan coDÍusas.
pbIncipe.
Hame escrito
En Ju favor una caria
Kl principe de Castilla,
Mientras con su padre trata
El perdón de cierta muerte ,
Que le entretenga me manda;
No sé qué entretenimiento
Conforme á su sangre clara ,
Y á deberle yo la vida ,
Pueda darle , si no basta
Almirante de Aragón.
D0:i DIEGO.
Señor, por mercedes tantas
Vuestros pies beso en su nombre.
PRÍNCIPE.
Don Juan , á don Diego llama
Que quiero casarle yo.
DO:^ DIEGO.
Tan cerca , Señor, se halla.
Que quiero darle el recado.
Don Diego, por una carta
Del Principe del Castilla ,
Y porque con vuestra espada
Librastesal de Aragón
Que en tanto peligro estaba ,
Sabed que os hace almirante;
Id presto á darle las gracias ,
Y dadme albricias á mi,
Albricias de buena gana
Porque sé que de tu bien
La misma parte me alcanza.
príncipe.
¿Con quién bablas '!
DON diego.
Yo, Señor,
DÍAS ESCOGIDAS DE DON FRANCISCO
Vuestro recado le daba
.\ don Diego.
príncipe.
¿Pues aqui
Lo que lias de decirle ensayas?
DONDIEGO.
No, Señor, que á mí me digo
Las venturas que me aguardan ;
Porque soy don Diego jo,
Y el que pnr mercedes" tantas
Besa vuestros pies mil veces.
príncipe.
Igualmente tus hazañas
Coii tus industrias compilen;
A mis brazos le levanta
Del suelo, que á mi cabeza
Por laurel que le adornara
Hubiera dicliu mejor.
DON DIEGO.
Tu hechura, Señor, ensalzas.
¿V yo podré ya dejar
De ser Ñuño ó calabaza
Y volverme á Lope?
PRÍNCIPE.
Lope,
Yo le confirmo en mi gracia.
Lucinda , para que veas
Que tiene Alejandro España ,
Y que mi amor no pretende
De tus desdenes venganza ,
Don Diego será tu esposo.
DON DIEGO.
Señor, perdona y repara
Que no he de tener mujer.
Aunque con tantas venuijas.
Donde tú has puesto los ojos.
De tu amor fué aquella traza
Con que fingí que venia,
Y por no darle palabra ,
Eingí la herida umbien.
Dásela al Conde, y ignala
Tal valor y tal grandeza;
Porque yo' he dado á su hermana
Fe y palabra de ser suyo.
PRÍNCIPE.
Quien asi te desengaña
Y te aconseja, Lucinda,
Tu bonor estima y alaba.
LDCINDA.
Ya que no soy su mujer.
De don Diego soy cuñada ,
Y le doy la mano al Conde.
LEONORA.
Yo á don Diego con el alma.
Quedo, que le falta á Flora
Cierta cosa.
FLORA.
¿Qué me falta?
LOPE.
¿Conoces al Conde?
FLORA.
¿A quién?
LOPE.
Al Conde de Argeo y Humaina.
FLORA.
¿Eres tú?
LOPE.
Toca esos huesos.
DON DIEGO.
00)1 Diego de noche acaba;
Si es buena , temlrálas buenas;
Si es mala , tendrálas malas.
LA TRAICIÓN BUSCA EL CASTIGO.
PERSONAS.
DON ANDRÉS DE ALVA- I DON GAIICIa DE TOR- I DOSa LEONOR DE CABRÉ- 1 INÉS, criada.
RADO. BELLAS. RA. MOGICON.
DON JUAN OSORIO. | DON FELIX. | D05ÍA JUANA TORRELLAS. | Músicos.
JORNADA PRIMERA.
Sale MOGICO.N huyendo de DON AN-
DRÉS , vestidos de soldados.
DOM ASDBÉS.
O me tenéis por menguado,
O os pareico muy sufrido.
Hermano, ¿os he recibido
Por consejero ó criado?
hocico:».
Oue agradezcas es razón
Que le he aconsejado bien.
00:« AMDRÍS.
¿Porque ba de querer también
Discurrir un berganton?
hocico:».
Si moralicé leal ,
Ya le dejo £u albedrio.
OOM ANDRÉS.
¿Moral me sois, hijo mioT
A Granada áser moral.
hocico:».
Conmigo eres un Nerón.
dos A^^BÉs.
Idos.
■ocicon.
¿Qu»Qquesio bas de bacer'
oo:« a:»drés.
¿Por ser Nerón queréis ser
lii Séneca, picaron?
¿«o os vais?
■OCICOI».
No estés temerario.
DOn ANDRÉS.
Esto he de elegir por medio.
■oGico:».
¿No hay remedio?
DON ANDRÉS.
No bay remedio.
hocico.'».
Pues cuenta, y venga el salario.
00l»ASDRéS.
Pues que siempre obedecí
Cuanto habéis aconsejado,
Vo he sido vuestro criado.
Pagádmelo vos á mi.
hocico:».
Pues si airado y temerario
Dices que no bas de pagar,
Vive Dios que be de cobrar
En consejos mi salario.
DON ANDRÉS.
Pnes yo no me he de burlar
Si mis consejos dais vos ,
V 03 juro también á Dios
Que 00 os leogo de pagar.
«OGICON.
No imporia.
DON ANDRÉS.
Pues empezad.
hogicon.
Mi naturaleza obre.
Aconseje yo y no cobre.
DON ANDRÉS.
No pague y aconsejad.
HOCICÓN.
Darle consejos iutento.
DON ANDRÉS.
No pagarle determino.
HOCICÓN.
Esto quiero.
DON ANDRÉS.
Esto imagino.
MOGICON.
Adiós salario; oye atento.
DON ANDRÉS.
Tente , que el intento dejo.
MOGICON.
;,Es porque no te reprehenda?
DON ANDRÉS.
Llévate toda mi hacienda
Y no me des un consejo.
HOGICON.
Pnes determinado estás.
Perdona esla imperlinmoia ,
Solo te pido licencia
De preguntarte no más
Lo que deseo saber.
Que es raro lu nuevo modo.
DON ANDRÉS.
Pues pregúntame , que á lodo
Te quiero satisfacer.
hocico:».
Cuanto á lo primero es
Lo que quiero preguntar,
¿Porque has de galantear
A cuantas mujeres ves?
¿Para qué pretende errada
Tu llama desvanecida
Desde la más conocida
Hasta la menos ajada?
Tú por tema peregrina.
Que no puede ser pasión ,
De las damas dol balcoa
Eres el galán de esquina ;
Cuando buye dp ti tirana
Dama con desden bizarro,
La enamoras de catarro
Tosiéndole á la ventana ,
Y enhebra lu idolatría
Tal suspiro por despojo,
Que le metes por el ojo
De cualquiera celosía;
Dama que en terrado viva
De tí no se ba de escapar.
Porque la has de enamorar
También de tejas arriba ;
Y para que tu pasión
Se conozca en su porHa,
Haces la Ognterta
De tentarte el corazón ;
Desle estado á otro más bajo
Mil veces te vengo á ver.
Porque sueles descender
Desde el muño al estropajo.
V, en lin , tan mal le aconsejas
De tu tema satisfecho.
Que haces lo que nadie ha hecho.
Que es enamorar á viejas.
De noche, yo he de decillu.
De celos libre y desdeu ,
Vas á repasar también
Las damas del baratillo;
Las niñas y viejas, loco
Procuras , según le escucho.
Unas porque saben mucho,
Y otras porque saben poco;
Tanto á todas le provocas
Que le he visto muy severo
Enamorar á un toqu>>ro
Sólo porque traia tocas;
Y asi yo soy de ojiiniou ,
Viendo lu perpetuo arrobo,
i Que eres grandísimo bobo
, O muy grande socarrón.
DON ANDRÉS.
Mira , Mogicon.
! HOGICON.
Señor.
I DON ANDRÉS.
' Yo, aunque ves que peno y muero,
A todas pienso que quiero
Y á ninguna tengo amor;
Cuando á una y otra mujer
Doy una alma en sacrilicio.
Es que tengo esle mal vicio
De enamorar sin querer;
I Cuando finge mi rigor
i Celos con justos desvelos.
No me han pasado los celos
I Por la puerta del amor;
Y pues de mi saber quieres
! Cómo á todas se enamora,
I Oye esta cartilla agora
j Para todas las mujeres.
Llamo á la hermosa deidad ,
Y digo con gran mesura
Que no alabo su hermosura
Sino aquella honestidad ;
Cuando en otras ocasiones
Rendir á una fea intento.
Digo que su entendimiento
I Rendirá los corazones;
; Cuando á una vieja á hablar llego.
Que esta es la mayor pensión ,
La digo muy socarrón
Que cautiva aquel ,<;osiego;
Cuando con tranquilidad
Llego de una gorda al puerto,
La aseguro que soy muerto
Por damas de pravedad;
Si á una llaca llego á ver.
La digo muy admirado,
234
COMLDIAS ESCOGIDAS DE DON FIlANCISCO
Fingiéndome enamorailo,
i Qué espíritu de mujer!
Fingiendo amorosa llama
Si una puerca se me ofrece ,
1.a dii!o : ; Qué bien parece
Kl descuido en una dama!
A las que >an por la calle
Les dice mi desvario,
A la pequeña: ¡qué brio!
A la Giralda : ¡qué talle!
Y ungiendo que me muero,
Engañando aquí; alli,
l'nas me quieren 6 mi
Y oirás piensan que las quiero ;
Y asi sin queja y desden ,
Muy señor de nii albedrio,
Ue las que me aman, me rio,
Y de las que no, también.
MOOICON.
Tú has tomado un ejercicio
En que no le has de perder.
Alegróme de saber
yue enamorabas de vicio:
Mas sabe que me consumo
l>ue tan poco amor te cueste,
Aunque mejor vicio es este
Que lomar tabaco en bunio;
Masdime, Señor, agora ,
Pues lo puedo preguntar.
Di , ¿por qué has de enamorar
A mujer que olro enamora?
Si hay olro que ame primero
Que tu á otra dama, al instante.
Si él es religioso amante.
Tú su hermano compañero;
Sácame de aquesta duda ,
De aquel que está enanior.ndo
ÁQué demonio le ha tentado
A ser su amante de ayuda?
jDe una vez no me dirás ,
Pues lü no tesalisfaces
De su dama , por qué lo haces?
DON ANDRÉS.
Por darle celos no más;
¿Hay cosa que mejor sea ,
Ni la puede haber mejor
Como ver mudar color
A un amante de jalea?
¿ Hay susto como saber.
Cuando yo empiezo á Cngir
Que él por mi la ha de reñir
Y ella ha de satisfacer?
Y asi tú te desengaña
Sin que te venza el temor.
Que ya que haya mal amor
Ha de haber linda cizaña.
MOCICON.
¿Y si hallas en tus desvelos ,
Cuando en estas cosas das ,
Uno que supiese más
De estocadas que de celos ,
Y cuando á Ungir empieza
Tu amor con muy linda maña.
A cuenta de la cizaña
Te rompiese la cabeza?
SON ANDRÉS.
Dos cosas hay olvidadas.
Que son , si saberlas quieres ,
El reñir por las mujeres
Y las calzas atacadas;
Que están ya , por vida mia ,
Todos con muy lindo seso ;
Allá en tiempo de don ÜuesO
Era cuando se reñia ;
Que el que con feliz estrella
Lograr á su dama intente ,
Con ella ha de ser valiente ,
Mas no ha de reñir por ella.
(Llaman.)
■ oGlCo^'.
El diablo le entenderá ,
lian llamado?
DON ANDRÉS
Mocicor».
¿Quién es?
DON GARCÍA. (Dentro.)
¿Está en casa don Andrés
DeAlvarado?
SIOGICON.
Eu casa está :
Entre quieu es.
DON ANDRÉS.
Ya se ha entrado.
¿Qué es lo que queréis mandar?
Sale DÜN GAliCÍA.
DON GARCÍA.
A solas OS quiero hablar.
DON A.NDRÉS.
-Seguro es esle criado.
DON GARCÍA.
Que es caso de honra advertid
Y á determinarle vengo.
DON ANDRÉS.
Yo sé el criado que tengo.
DON GARCÍA.
Pues escuchad.
DON ANDRÉS.
Pues decid.
DON GARCÍA.
Yo me llamo don García
De Torrellas, con mi nombre
De mi fama y de mi sangre
Digo las obligaciones.
\aci en mi casa el segundo.
Tan bien quisto de lo noble ,
Que con decir que lo soy
Conoceréis que soy pobre ;
Sea en las justas de amor,
O eu la palestra de Jove,
Si no es segundo mi ingenio.
Es el primero mi estoque;
Y si asía acerada esgrimo,
Postro á la fiera bicorne.
Alimentos que da el cielo
Siempre á los hijos menores.
Tres lustros gozaba apenas ,
Cuando el Dios por ciego torpe
En el papel de mis años
Quiso imprimir sus arpones.
Junto á mi casa , ¡ay de mi !
Vivia una dama , ¡oh , logren
Esta voz la lengua y labio
La queja y la voz conformes !
Tan hermosa, pero aquí
Sobran las ponderaciones ,
Que siempre es mayor belleza
La que un infeliz escoge;
Supo mi amor de mis ojos ,
Que no hay tan honestas voces
Como aquellas que el recalo
A la pasión interpone.
Y, al Bn, como es elocuente
De amor el llanto, entendióme,
Dando a mis alrevimieutos
Indignadas suspensiones;
Discúlpeme en su hermosura,
Y viendo su enojo entonces,
De la más airada Venus
Fui el más recalado Adonis;
Mas no pudiendo aguardar
De sus iras el desurden ,
Si obediente á sus decretos
Obstinado á mis ardores ,
A irritar volví su llama ,
DE ROJAS.
Hasta que mi afecto indócil
Loque eu lágrimas no pudo
Quiso conseguir en voces;
Dijela , en tin , mis cuidados ,
Porque no es razón que ahorre
Miserable de mi voz
Decentes adulaciones ;
Solicitada a mi queja
Y persuadida , creyóme ,
Porque es muy de la hermosura
Dar crédito á las pasiones.
Pedí á su padre á Leonor,
Que este es de mi dama el nonibr^
Pero como son molestos
Los agasajos de un pobre.
Desatento á mis verdades
Y airado á mis persuasiones,
Si antes de Leonor descuida .
Desde hoy á mi dueño esconde;
Y viéndome fluctuar
Por el mar de mis dolores ,
Y en el golfo de mi llanto
Perdido el imán y norte ,
Y viendo que ya el aurora
Con perezosos ardores
De su sol erró el aviso
Y de sus luces el órdeu ,
Errado y ciego llamé
A mi sufrimieuto á voces ,
Y al puerto de mi silencio
Todas mis iras se acogen ;
Y como sólo un tabique
De nuestras dos casas pone
Estorbos á nuestro amor,
Amor que inipofibles roninc.
Por la frágil quebradura
Ue una pared , permitióme
Tal vez su voz á mi oído
Tal mi llanto á sus temores;
Desta manera há seis años
Que roca á mi queja inmóvil.
De mi desengaño mismo
Estoy sufriendo los golpes,
Y como por el resquicio
Desta pared me dispone,
O su voz , ó mi desdicha ,
Mal declarados favores ,
Sufro amante, espero lirme
A que enlace ó que eslabone
Artíflce el Himeneo
Yugos de dos corazones:
Ya labrado en sus linezas ,
PuriOcado en sus soles
El diamante de mi fe
Se mira lucir al tope;
Y cuando no hay en Vulencia
Quien este amor no pregone
Con retórico silencio
Cuando no con mudas voces.
Vos solo desentendido,
O mal advertido joven.
Argos hecho de su calle.
Sois lince de sus balcones,
Desde que luciente el alba
En nuestro oscuro horizonte
Sumiller de plata al sol
La rubia cortina corre ,
Hasta que para enmendar
Loque ha borrado la noche ,
De luces prestadas borda
Montes la diosa triforme.
De su balcón y su puerta
Soisesiálua tan inmóvil
Que ni la luz os extraña
isi la sombra os desconoce;
Si va á divertir pesares
Leonor, como el sol, en coche ,
Sois la sombra de su luz ,
Y si á corregir las flores.
La escuela de algún jardín
Leonor primavera escoge.
Vos, con vuestra flor de amante.
, Hiráis sas ojos por norte ;
SI a Leonor miro de lejos.
Me usurpáis mis aieiicloncs;
Si al templo voy á rezar,
rit>|i3sais mis estaciones;
Si al campo vo; á la caza
A divertir mis dolores
Buscando á mi Dulcinea,
Os hallo en él, don Quijote;
Ño llego á corro en la plaza
Uoiiile lué^o uo me topen
Vuestros deseos por ver
Siliablode Leonorentónccs;
Ko hay acción que no os incite :
Si toser quiero, acabóse.
Pensando que es sefia al punto
Toséis con catarro doble ;
Tanto, que de llano un dia
Con la d:ií;a me di un golpe
Por ver si el diablo os tentaba
A daros otro de corle.
Pnes perdóneme mi dama
Y el recalóme perdone,
Que si por su casa y calle
Wüveis los pssos veloces,
Y si por cuidado ó yerro.
Que en vos todos son errores.
Donde yo pongo sus plantas
Ponéis imaginaciones;
Y si viéndome parado
No oaniinaispor entonces,
Y si cuando galantea
No os vais de la parte donde
Hayan puesto mis deseos
: Modestas inclinaciones.
Voto á Dios , que á cuchilladas
! Tan justa venganza cobre... ;
, Mas ya todo mi amor dije;
Bli enojo ya se conoce;
Leonor estima mis penas,
Vo idolatro sus dos soles,
Re|iriniirnie es imposible.
Yo soy amante y soy noble;
Vos sabéis que á Leonor quiero,
Y veis mis obligaciones;
I Sufriros fuera desaire,
j No avisaros yo desorden ;
I Pues reprimid, pese á vos,
O enmendad vuestras pasiones,
llacienilo siempre al revés
Cnaiito haga al derecho, porque
Vengan: mañana en iras
Lo que boy aviso en razones, (la,
DON ANDRÉS.
I Pues si asi se satisface
' Vuestra injuria , oid mi amor.
{Va tras él don Andrés y dchénele '.
gicon.)
BOGICON.
No vayas tras él. Señor,
Que eso es hacer lo que él hacfl.
DON AMORES.
¡ Déjame ver, Mogicon ,
' Castigada su osadia.
MOGICON.
I Detente, por vida mia.
Mira, no tienes razón :
I «Dos cosas hay olvidadas,
I Que son , si saberlas (|uieres ,
' Él reñir por las mujeres
: Y las calzas atacadas.»
I DON ANDRÉS.
Dices bien , que ya me acuerdo
i Délo que le dije aqui.
i «OCICON.
Pues si eso es , Señor, asi ,
Pórtate prudente y cuerdo.
DON ANDRÉS.
Otra cosa liabia pensado
LA TUAICION ULSCA EL CASTIGO
Que mayor riesgo tenia ,
Y á fe que el tal don García
Me dio un poco de cuidado.
MOGICÜN.
Pues ¿qué cuidado. Señor,
A más recelo te llama
Que galantear su dama
Y entrarte á buscar?
DON ANDRÉS.
Mayor.
MOGICON.
.No puede ser : no lo creo.
DON ANUUÉS.
Pues esas dudas allana.
MOÜICON.
¿Qué es?
DON ANDRÉS.
Que éste tiene una hermana,
Y también la galanteo.
HOCICÓN.
¡Ya escampa! ¿Y no has de dejar
A su dama?
DON ANDRÉS.
No podré.
MOGICON.
¿Y no me dirás por qué?
DON ANDRÉS.
Porque en llegando á pensar
Que hay otro amante que intente
Que apague ardiente mi ardor.
No hay saLsa para mi amor
Como el mismo inconveniente;
Y aunque olvidarla quisiera,
Que no he de poder infiero,
Piin|ue solamente quiero
Donde quieren que no quiera.
Mira, por Dios, que barrunto
Que cuanto mudable aqui
Enamoras de por si
Vendrás a pagar por junto.
DON ANDRÉS.
Desde hoy á Leonor adoro,
Y obre el acierto después.
Sale DON FÉLIX.
DON FÉI-1X.
;Ha desta casa!
DON ANDRÉS.
¿Quiénes?
¿Quién se ha entrado aquí?
UOGICON.
Otro moro.
DON rÉLIX.
I Don Andrés.
I DON AHDRÉS.
I Señor don Félix.
En hora dichosa venga
A honrar esta casa suya ;
¿Qué mandáis?
DON FÉIIX.
Sólo quisiera
Que echéis de aqui este criado.
MOGICON. (A¡).)
Oigan el diablo la tema
Que tienen todos conmigo.
DON ANDRÉS.
Seguróos.
DON FÉLIX.
Aunque lo sea.
D0:t ANDRÉS.
Pues vete.
DON FÉLIX.
Toma esta silla.
DON ANDRÉS.
Empezad.
HOCICÓN, (.-t/i.)
Esta es pendencia
Un poco más sosegada.
DON FÉLIX.
¿No os vais?
DON ANDRÉS.
Acaba, ¿qué esperns?
(Vase al paño.)
MOGICON.
¡Hay tal viejo! Yo me voy
A escuchar aunque no (¡uiera.
DON FÉLIX.
¿Coiioceisme?
DON ANDRÉS.
Va os conozco.
Don Félix sois de Cabrera.
DON FÉLIX.
Es mi sangre...
DON ANDRÉS.
Vuestra sangre
Se iguala á vuestra nobleza.
DON FÉLIX.
Mi hacienda...
DON ANDRÉS.
También la sé :
Dos mil ducados de renta.
DON FÉLIX.
¿Sabéis que tengo una hija'
DON ANDRÉS.
Sé también que su belleza
Es norte á los corazones
Que en el mar de amor navegan.
DON FÉLIX.
Su virtud...
DON ANDRÉS.
Es conocida.
DON FÉLIX.
Su discreción...
DON ANDRÉS.
¿Quien la niega?
DON FÉLIX.
Pues supuesto que sabéis
De mi sanare, de mi hacienda ,
De mi hija y su hermosura,
De su recato y prudencia ,
A una merced que os suplico
Me dad prudente respuesta :
Don Andrés , si sois prudente ,
Y sabéis con experiencias
Cuan escrupulosa es
De un noble honor la conciencia.
Aconsejad mí cuidado ;
Me arrojo desta manera
Porque errores del silencio
Se han de enmendar con la lengua;
Digo, pues , que vos amante,
O amor obstinado sea ,
O sea fácil deseo
Que el enojo fragua en temas,
Habrá seis meses (lue espía
lie mi lasa y de mis rejas
Andjis mirando por dónde
Se puede entrar esta fuerza ;
Mas yoc|ue de mí bciior soy
Vigilante centinela,
Sinliéndoos por enemigo ,
Toque al arma de mis penas;
Señor don Andrés, el alba
Asuma apenas risueña
Cuando os averigua Clicie
Del sol de mi amada prenda ,
Cuando Argos de mis balcones
Con atención desatenta
Sacrilego profanáis
El templo de mi nobleza;
Ya vuestros intentos son
Conocidos en Valencia;
230 COMEDIAS
Vos de las murmuraciones
Sois imlicenle materia,
y mi bonra flucluando
En el mar de tantas lenguas ,
<".uaiido allí próspera corre.
Allí dudosa tropieza;
El recato de Leonor
Todos á una voz confiesan;
J'ero también puede baber
AiRunoque no lo crea.
Señor don Andrés, jo tengo
Machos años y experiencia ,
Y no acabo de entenderos
Aunque examinaros quiera ;
Vos no miráis á mi hija
Para dama , es cosa cierta.
Porque sabéis su virtud
Y no ignoráis mi nobleza;
Vos para propia mujer
Tampoco, que si eso fuera,
Ouien sabe por fuerza amarla
Me la pidiera por fuerza ;
Pues en mi casa no hay
Después de Leonor quien sea
Pretensión de vuestro amor.
Si no es que ¡¡ mi me pretenda.
Don Andrés, hablemos claro.
Por rica , noble y discreta ,
Tengo tratado casar
Por cartas en Orihuela,
Con un hidalgo á Leonor,
De tan conocidas prendas
4}ue él la merece, si hay
Alguno que la merezca;
Esperóle cada dia,
Y asi quiero antes que venga ,
Pues vos queréis 6 mi hija.
Pagaros yo esta fineza ;
Y si por saber acaso
Esta mi intención secreta
Para pedirme a Leonor
No se atrevió vuestra lengua.
Pues sois rico y principal,
Sea esta la vez primera
Que pide el honor partidos
Al mismo que los desea.
Casada tuve á Leonor,
Mas viene a ser conveniencia
Homper por una palabra
Porque un honor no se pierda:
Y hoy, lo que ninguno ha hecho,
Wi honor y mi fama os ruegan
Con Leonor, por sanear
De una vez tantas sospechas :
Descífrese ya esta enigma
Tan difícil , aunque cierta ,
Oue con entenderla todos.
No bay ninguno que la entienda;
Favorable el Himeneo
Eo suaves brazos prenda
Dos corazones que une
y dos almas que concierta :
Ea, jiqué me respondéis?
iOueos embaraza, qué os hiela?
¿Tan retórico el deseo
Y vuestra voz tan suspensa'
iQué respondéis, don Andrés?
Ea , decid.
DON ANDRÉS.
Que me pesa
De haber tenido con vos
Tan imprudente paciencia.
(Levántanse de las sillas.)
DON FÉLIX.
Pues decid , ¿qué ofensa os bago
Que me habláis desa manera?
DON ANDRÉS.
Si me venfs á casar
¿Puede haber mayor ofensa?
bebiera desafiaros
Si vuestra edad menos fuera ,
ESCOGIDAS DE DON FRANCISCO
O a los cantones de Italia ,
U al neutral pais de Lieja.
DON FÉLIX.
Pues advertid...
DON ANDRÉS.
¿Quédecis?
DON FÉLIX.
Que si otra vez desatenta
O indócil vuestra pasión...
DON ANDRÉS.
Todo aquello que no sea
Que me caséis, sufriré.
DON FÉLIX.
Si solicitáis mis puertas.
Si por mi calle pasáis...
DON A.NDRÉS.
¿Gis? Ue aquesa manera
Le amenazaban á Zaide
En el libro de las guerras.
DON FÉLIX.
Este es desprecio.
DON ANDRÉS.
Es valor.
DON FÉLIX.
Pues don García Torrellas
Es tan bueno como vos,
Y esto nadie...
DON ANDRÉS.
¿Quién lo niega?
DON FÉLIX.
Pues no le he dado á Leonor,
Aanque amante sufre y ruega
Y aunque la pide, y a vos
Usía doy...
DON ANDRÉS.
Esa fineza
Agradezca don García ,
l'ues tiene tan buena estrella
Oue no la queréis casar
Aunque casarse pretenda,
Y yo soy tan desgraciado
Con vos en esa materia.
Que á mi sin que yo os la pida
Me queréis casar con ella.
DON FILIX.
En fin , ¿no admitís mi ruego?
DON ANDRÉS.
Teugo el alma muy .soltera.
DON FÉLIX.
Pues de hoy más si procuráis...
DON ANDRÉS.
Vuestras iras ¿que aprovechan?
No me caséis, y matadiue.
DON FÉLIX.
¡Hay tal desprecio!
DON ANDRÉS.
¡ Hay tal tema .'
DON FÉLIX.
Yo cumplí mi obligación
Ue mi honor en mi promesa.
DON ANDRÉS.
Vo cumplo con no admitirla
La de mi naturaleza.
DON FÉLIX.
Pues dadme agora palabra ..
DON ANDRÉS.
No tengo palabras hechas.
DON FÉLIX.
De no querer á Leonor.
DON ANDRÉS.
Oe buena gana os la diera;
Mas ¿qué sé yo si podré
Aunque quiera no quererla?
DE ROJAS.
DON FÉLIX.
Pues admitid mi deseo
Si la queréis.
DON ANDRÉS.
Eso fuera
No quererme bien á mi.
DON FÉLIX.
A resolución tan nueva
Hay acero y hay valor.
DON ANDRÉS.
Esto no ha de ser pendencia.
DON FÉLIX.
SI , porque ha de ser venganza.
DON ANDRÉS.
Lo que vos quisiereis sea.
DON FÉLIX.
Pues yo casaré á Leonor.
DON ANDRÉS.
Casalda.
DON FÉLIX. (Ap.)
Porque merezcan
Escarmiento estos intentos;
Y supuesto que no venga
Don Félix, que ya le espero.
De aquestas cenizas muertas
Llamas han de renacer
Más airadas y sangrientas ,
Que el valor no tiene canas
Aunque el semblante las tenga. ( Vase.)
HOCICÓN.
El viejo va despachado;
Mas lindo despacho lleva.
DON ANDRÉS.
¿Mogicon?
MOGICON.
Señor.
DON ANDRÉS.
Casarme
Queria.
MOGÍCON.
Buena la hicieras.
DON ANBRÉS.
¿Escuchaste?
MOGICON.
Soy criado;
¿Mas dinie agora, qué intentas?
¿Piensas proseguir?
DON ANDRÉS.
Si pienso.
HOCICÓN.
Los estorbos son pimienta
Del amor.
DON ANDRÉS.
No dices mal.
HOCICÓN.
En mi vida quise hembra
Que me costase barata;
Cuando dos almas se estrechau
Y en lo mejor de los lazos
Hay una madre á quien teman :
«Guarda no oiga la vecina ,
Guarda mi hermano no venga,
Ay si vendrá mi marido»,
Y deudos desta ralea.
Este si es amor que pica ;
Pero cuando hay desvergüenza ,
—¿Quién es?— tu tia,— no importa;
Tu hermano,— este se halla fuera ;
Tu madre, — no entrará acá ;
Tu vecino,— que me vea ;
Tu marido,— que ya salgo :
Este es amor con llaneza, ^
Y asi no daré por él
Ni dos higos ni dos brevas.
DON AI«DRÉS.
Siempre los incoavenieotes ,
( (lino es ave amor, le celan ;
Y laulo es eslo verlad
t.iue conin liny me han lieclio fuerza
üüti Kélix y (ion García
Hará <|ue á Leonor no quiera ;
Auni|ue venga mal locaila
Esiii Leonor, he de verla.
He de hablarla, he de servirla ,
Y aun pienso que he de quererla,
¿a, vamos á su calle.
HOCICÓN.
Pues, Señor, ojo á la reja
' Y manos á don Garcia.
D0.1 ANDRÉS.
I Ca'la , necio, no le lemas,
yue cuando quiera reñir.
Sólo porque no se pierda
La honra de la tal dama,
He ha de sufrir.
UOGICON.
Bsa cuenta
Sin la huéspeda : su espada
Hecha rsla, mas nú bien becba.
DON ANDRÉS.
Ea, vamos.
HOCICÓN.
Vamos, pues.
DON ANDRÉS.
A que don García vea...
HOCICÓN.
jQuiéu se ba entrado en esta casa?
Sale DON JUAN OSORIO vestido ¡le
camino.
DON JUAN.
Onien con mil deseos llega
A recompensar en lazos
Cuanto ba llorado en ausencias
DON ANDRÉS.
AniJKO don Juan Osnrio,
¿Que es esto? ¿Vos en Valencia?
DON JUAN.
Si, amigo.
HOCICÓN.
Señor don Juan...
DON JUAN.
Moeicon, amigo.
■OGICON.
Seas
Mas bien llegado que el plazo
De una paga cuantío es cierta.
DON ANDRÉS.
Do dóade venís?
DON JUAN.
De Flándes.
DON ANDRÉS.
Y ¿qué hay en Plándesde guerra?
DON JUAN.
Oue entró el principe Tomás
Talando toda la tierra ,
Que su Alteza fué á Crimbray.
DON ANDIttS.
Ya yo sé también que en ella
Dió calor ó dio socorro
A un tiempo á las dos fronteras.
DON JUAN.
El Rey de romanos baja ,
Y aquesta campaña esperan
Que el ejército que estaba
En la Alsaciaü Flan les venga.
DON ANDRÉS.
ÍY de«|iues que yo me vine
la habido aiyuna inlerpresa?
DON JUAN.
Desde el Esquenquc ninguna ;
LA TRAICIO.N BUSCA KL CASTIGO
Y dejando esta materia
Para otro tiempo, sabed
Ifue en otra Flándes más nueva
Vengo i militar amante
Del amor en la bandera ,
Y como soldado alisto
Mis sentidos y potencias
En la mejor compañía
(Jue puede elegir la idea;
Aventajado soldado
Soy de una beldad tan bella,
Que fué el socorro y la paga
Permitirme que la quiera.
Sabed...
DON ANDRÉS.
Habladme más claro.
DON JUAN.
Pues porque mejor se entienda
Mi deseo...
UON ANDRÉS.
¿Cómo fué?
Acabad.
DON JUAN.
Desta manera :
Ya os acordáis cuando en Flándes
Fué nuestra amistad estrecha
Pienso que la más segura
Después de ser la primera:
Va galanes en el circo.
Valientes en la palestra.
Fuimos envidia de Adonis
Y fuimos de Marte afrenta.
Guando sonoro el clarin
Hirió el viento en diferencias.
Puesto que tal vez irrita
Y tal en las lides templa,
A embestir y á retirar
Tal inqiulso nos gobierna,
Que si nos manda la ira
-Nos atajó la obediencia.
Sin reservar el trabajo
De la fagina y trincbea ,
Del artificial reducto.
De la espia y centinela;
Al riesgo siempre dispuestos,
Fuese sangre ó fuese estrella
Lo voluntario en los dos
Pensábamos que era fuerza;
Éramos comparación
De la amisliid vrrdadera ,
Porque nunca la estrechó
tii interés ni conveniencia.
Supistesque vuestro padre
Era muerto, y siendo tuerza
Venir á España á tomar
Posesión de vuestra hacienda ,
Pedistes licencia en Flándes
Y conseguisteis licencia
A intercesioues y ruegos
Del de Aylona y del de Lerma
(Téngalos Dios en su gloria;
Mas , vive Dios , que me pesa
Que estén tan presto en el ciólo
Porque hacen falta en la tierra);
Volvisteis, al fin, á España,
Quedé sin vos en Bruselas
Muy sin mi, porque erais vos
Móvil desla inteligencia;
Pasaron, en fin , tres años,
Y habrá dos meses apenas
Que mi padre me escribió
(Jue hiciese las diligencias
Posibles para venirme,
Ponjue casado en Valencia
Me tenia por conciertos
Con una deidad tan bella
Que enviándomela pintada
La idolatré verdadera;
Pcdi licencia con plazo,
Oiliculioso alcáncela,
Tomé postas , dejé á Flándes ,
Dime en Dunquerque á la vela ,
Desembarqué en la Coruña ,
Llegué á Madrid, vi las fiestas
Que al Rey de Roma triunfante
Celebra el Cuarto planeta;
Y, en fin , habrá quince dias
Que sin que haya quién me vea ,
En Valencia con recalo
Juez de mi causa mesma
Examino las virtudes
De mi esposa , si hay en ella,
Sea de sangre ó de honor
Defectos que el vulgo crea.
Por la sumaria de celos
Hay testigo que confiesa
Que hay aqui dos caballeros.
De igual calidad y prendas.
Que ambos son de su sol rayos
Y ambos de sus luces señas;
Sólo el nombre sé del uno,
Mas sé que los dos intentan
Del fuego en lo insuperable
Arder con nueva materia,
Y en el descargo de honor
Todos dicen que desprecia
La que espero por esposa
Su constancia y su fineza ;
Los más dicen su virtud
Y los menos su prudencia,
Y es porque nunca el recelo
Su voz permitió á la lengua;
Su calidad es sabida.
Es conocida su hacienda,
Y su hermosura es tan grande
Como mi amor, pues no pierda
Por ser querida mi esposa ;
Delecto es de su belleza
Y no de su inclinación
Que haya quien la adore y quiera ;
Mejor es p ira mujer
Por ser más segura y cuerda
La que resiste rogada
Que la buena á (fuien no ruegan ;
Que si una no fue querida
Y otra rogada desdeña ,
Esta no puede blandear
Y puede torcer aquella;
Y asi tengo de querer
Al alma de mis potencias,
Al móvil de mi albedrio
Y á la luz de mis tinieblas.
Vos habéis sido mi amigo
En la paz como en la guerra;
Se anuden segunda vez
La fe y voluntad estrechas:
No os vengo á pedir consejo,
Porque esta pasión secreta
Si primero esluvo lince
Agora se obstina ciega;
Que me ayudéis como amigo
lis lo que mi amor desea;
Yola be visto, obró el deseo;
Yo la adoré, fué violencia ;
Busco el premio, soy amante;
Para que á un tiempo merezca
Deseo, amor y esperanza ,
Premio, lealtad y fineza.
DON ANDRÉS.
Amigo, yo he estado atento,
Y vive Dios(|ue me pesa
Oue se casen mis amigos;
Mas si ello ha de ser por fuerza
Y no podéis mascón vos.
Que yo bien sé (jue pudiera
No casar, más si queréis
Que á ser vuestro amigo vuelva.
Me haced gusto de enviudar
Lo más presto que ser pueda.
¿Y quién es esa señora?
2Ó8
COMEÜIAS ESCÜGIÜAS DE DON FRANCISCO DE ROJAS.
DON JOAN.
r.fimiilgo h.i'i)eis de ir á MTla,
Y lué^íO sabréis quién es.
DO^ A^IDBÉS.
;,Y no es posiMe que sepa
yulén son eslos dos galanes
yuc a esta dama galantean'
DOM JOAN.
Ks el uno... mas no quiero
Hablar en estas materias
Hasta que estemos muy solos;
Lo que me falla es que venga
A servirme Mogicon,
Que tengo un criado fuera
Oesde ajer.
DON ANDRÉS.
¿Qué, fué » llevar
A vuestro padre la nueva
De la venida?
DONJUÁN.
Sí , amigo,
Rstá de aquí treinta leguas;
Y ha más de seis años ja
Que lióle lie visto.
DON ANDV.ÉS.
Puesea,
Mogicon , vé cun don Juao.
UOGICON.
Obedezco lo que ordenas.
DON ANDRÉS.
Ea, vamos á cacarnos.
DON Jl'AN.
Oenlro ilecasa me espera.
En lauto que Mogicon
A\is3 :'i su pudre.
DON ANDRÉS.
Ea,
Aquí os espero,
DON JUAN.
Pues luego
Voy á buscaros la vuelta.
DON ANDRÉS.
En íiu, ¿que os queréis casar?
DON JUAN.
Es influjo de mi eslrella.
DON ANDRÉS.
Muy linda estrella tenéis.
DON JUAN.
Yo no la escogí.
MOGICON.
¿Qué esperas?
Ea, vamos á nnpciarnos.
DON JUAN.
Deja siempre aciueila tema
De no querer á ninguna.
DON ANDRÉS.
A una adoro.
DON JUAN.
¡Cosa nueva!
¿Por qué?
DON ANDRÉS.
Porque me lian pedido
Por fuerza que no la quiera.
DON JUAN.
Esc es apetito solo.
DON ANDRÉS.
Y es también naluraleza.
DON JUAN.
Luego me diréis quién es.
DON ANDRÉS.
Y vos, quién es vuestra prenda.
DON JUAN.
Amigo.
DON ANDRÉS.
Deso me precio.
DON JUAN.
BOGICON.
Bien se ordena.
DON JUAN.
Luego vuelvo.
Quiera el cielo...
DON ANDRÉS.
El cielo quiera...
DON JUAN.
Que os vea yo enamorado.
DON ANDRÉS.
Que yo sin amor os vea.
[Vanse.)
Salen DOÑA LEONOR, sin maulo,
DOÑA JUANA con él, v INÉS, cria
da , cerrando la puerta.
DOÑA LEONOR.
Entra , acaba, doña Juana ,
Ese hombre me tiene muerta;
¿No has cerrado ya la puerta?
INÉS.
SI.
DOÑA LEONOR.
Pues cierra esa ventana.
INÉS.
Y'a la ventana be cerrado.
DOÑA LEONOR.
¡Que tenga yo esta pensión !
DOÑA JUANA.
¿No me dirás la ocasión
Que te obliga á este cuidado?
DOÑA LEONOR.
Repáralo todo, Inés.
DOÑA JDANA.
Di, ¿qué te inípiiela, Leonor?
Uime , ¿es amor?
DOÑA l-EONOn.
No es amor,
Aborreclaiieato es.
INÉS.
Nuestro tal don Andrés larda ,
Pero que vendrá imagina.
DOÑA LEONOR.
Amiga, junto á esa esquina
Tengo un amante de guarda
Que" ha dado en que me ba de amar,
Yo en que le lie de aborrecer;
Mis desdenes lebacen ser
Más firme, y bago cerrar.
Porque cuando le desdeña
Todo mi enojo, imagina
Que en vez de irse de la esquina
Itt'spuiide con una seña ,
Y cierto de aquesta suerte...
DOÑA JUANA.
Quitarme el manto querría ,
(Quítase el manto.
Pues mí hermano don (Jarcia
Sabe que he venido á verte,
V como te quiero tanto...
DOÑA LEONOR.
De tu amistad estoy cierta.
INÉS.
¿Para pasar una puerta
De a<|ui a tu casa traes manto?
DONA LEONOR.
Quitasele", acaba.
DOÑA JUANA.
Ten.
INÉS.
Tarde pienso que le irás.
DOÑA LEONOR.
Parece que triste estás.
DO.ÑA JUANA.
V tú estás triste también.
DOÑA LEONOR.
Pues declara tu dolor.
DOÑA LEONOR.
Dime tu mal, doña Juana.
DOÑA JUANA.
Dime tu pena, Leonor.
DO.VA LEONOR.
Yo vivo sin albedrío.
DOÑA JUANA.
Y mi daño es inmortal.
DOÑA LEONOR.
Mi padre causa mi mal.
DOÑA JUANA.
Y mi hermano causa el mío.
DOÑA LEONOR.
Mi anciano padre indignado
Me castigó con crueldail.
Pues contra mi voluntad
Me pretende dar estado.
DOÑA JOANA.
A todo tu mal es llano
Que igual mí mal viene á ser.
Pues no me deja querer
A quien me adora mi hermano.
DOÑA LEONOR.
Luego mayor es mi mal.
DOÑA JUANA.
Luego más es mi dolor.
DOÑA LEONOR.
Dile, veamos si es mayor.
DOÑA JUANA.
Dile, veamos si es igual.
DOÑA LEONOR.
Pues para esta pena mía
Toda tu atención preven,
Silbe que yo quiero bien
A tu hermano don García.
DOÑA JUANA.
Igual esta llama es
Al incendio en que yo muero,
Que yo quiero aun caballero
Que se llama don Andrés.
DOÑA LEONOR.
¿Do Alvarado?
DOÑA JUANA.
Amiga, si.
DOÑA LEONOR.
Que estás engañada inliere.
Que ese caballero quiere...
DOÑA JUANA.
¿A quién quiere ? Dilo .
DOÑA LEONOR.
DONA Jl'AN A.
No dése triunfo blasones,
A mi me ama don Andrés.
DOÑA LEONOR.
Ese caballero es
Por quien cierro los balcones.
DOÑA Jl ANA.
No el curso á mi voz impidas
ilu.uuloá esla ignorancia pasas,
. Oue como eslán nuestras casas
I Tan juntas y tan unidas,
I Presume tu desvario,
Oue no tu imaginación ,
ñue enamora tu balcón
\ i< i|ue está mirando el mió
DOÑA LKoxon.
,V cuando se llei;a a(|ui
V iMir fuerza quiere hablar?
DOÑA Jl'ANA.
K-.i cí por disimular
Quf me esta queriendo á mi
DOÑA LEONOR.
,l>ii cómo puede ser,
runpiecómo ha lie haber, di,
lldiiilire que me quiera a nii
A lj lu/. de otra mujer?
DOÑA ji;axa.
Ni conmigo habrá en rigor
IIhmiIii e si lo has de advertir,
niiiíiunque empezase á lingir
.Nn inc cobre lué»o amor.
DOÑA lEOÍiOR.
Pues que i mi me quiere iiiPiero.
DOÑA Jl'ANA.
Vo digo que me enamora.
DOÑA LEONOR.
,,M js para qué quiero agora
(Jiu- me quiera quien no quiero'
DOÑA JUANA.
n res bien, déjame á mi
El ^alan que eslimo y precio.
DOÑA LEONOR.
Corno no sea en mi desprecio
Yo lo dejo.
DOÑA JUA»A.
AI caso.
DOÑA LEONOR.
Di.
DOÑA JUANA.
Mi hermano, airado j cruel ,
Vli'iiilole galantear,
l)i;;ii que lia dado en tomar
Tiiii ¡.M-ande temor con él ,
One con indignos recelos
11 .y salió á darle á entender...
DOÑA LEONOR.
,Vis icnio se echa de ver
(jue esos (¡ue tienes son celos?
DOÑA JOANA.
Que son de mi honor inüere.
DOÑA LEONOR.
Ya es cansada esla porfía ,
Pues los tiene don Garcia
be ver que esolro me quiere.
DOÑA JUANA.
Üime si mi hermano es
Lii ipiien pusiste tu amor,
¿One te importará , Leonor,
! yue me quiera don Andrés?
DOÑA LEONOR.
Querer á tu hermano intento.
DO.ÑA JUANA.
Pues ¿por qué te has indignado?
I DOÑA LEONOR.
I ¿Pues para qué me has contado
I Que me ama de cumplimiento?
I DOÑA JUANA.
Pues tu c::ojo se mitigue,
Va digo porlu decoro
Que yo soy la que le adoro.
DOÑA LEOHOR.
Ahora dices bien , prosigue.
LA IP.MC.IO.N BUSCA EL CASTIGO.
DOÑA JUANA.
ProsiyuP tú , que no estoy
Para e.^pcrar lu porfia.
DOÑA LEONOR.
Digo, pues, amiga mia
Uuelaa infelice soy...
Mas no sé como lo digo,
Que mi padre ;pena liera!
Que llegue á Valencia espera
Por instantes mi enemigo;
Este repetido ardor
Que logre tu hermano espero,
Mas como ha de ser primero
Mi obediencia que mi amor.
Temo que...
Sale INIÍS deteniendo ám^ GAnCÍA.
INÉS.
Tente, Señor.
I GARCÍA.
Deja entrar.
Mira mejor.
INÉS.
Es un delirio :
DON GARCÍA.
Estoy ciego.
DON garcía.
Estoy perdido.
DOÑA LEONOR.
¿Quién eal
DON garcía.
Quien á vuestro cielo
Aun más que amante rendido
Sin ceremonias dedica
Toda un alma en sacrilicio;
El que á ver su vida y muerte
(Juiere parecer más lino.
Que en morir de aquel dolor
Kn vivir de aqueste alivio ;
Una mariposa es.
Que por suerte ó por instinto
Viene á recobrar tu llama
Parasismo á parasismo.
El que quiere descontar
Con ver tu rostro divino,
Entes de razón que al alma
Como verdaderos linjo.
DOÑA LEONOR.
Tened , señor don García ,
Decidme, ¿(|uién os ha dicho,
Decid, Tjue ser arriesgado
Es lo mismo que ser Uno?
Inés, cuida desas puertas.
¿Qué violencia ó qué destino
Os embaraza arrojado
Y os precipita remiso?
Dentro en mi casa os entráis,
Anteponiendo atrevido
Todo un deseo tan vuestro
A lodo un honor tan mío;
En el contrato de amor
Sabed que es mal parecido
Con máscara de fineza
Querer venderme un delito;
Yo os quiero á vos algo mas
Ue loque me amáis, y os pido
Que más mió recatéis
Cuanto más vuestra reprimo ,
Ese no poder sufrir
Dejad para el apetito.
Que no es amante el amante
Que no sabe ser sufrido ;
Mü.lerad...
S,i¡e l.NÉS.
INÉS.
¿Señora?
DOÑA LEONOR.
¿Inés?
¿Qué quieres?
INÉS.
Buena la hicimos;
Tu padre...
DOÑA LEONOR.
,.Leha visto enlra;?
INÉS.
No losé , poro le aviso.
DOÑA LEONOR.
No se ba de esconder.
DO.ÑA JUANA.
^Por qué?
DOÑA LEONOR.
Porque vengo hacer delito
De mi inocencia segura.
DOÑA JUANA.
Recatarlo solicito.
DOÑA LEONOR.
Ábrele y entre.
INÉS.
Yo voy.
DOÑA JUANA.
Advierte que...
DON GARCÍA.
Esloy perdido.
DOÑA JUANA.
Viéndole aquí...
DOÑA LEONOR.
¿No es mejor.
Porque si acaso entrar le lia visto
Que le halle cortés amante,
Que no galán escondido?
DO.ÑA JUANA.
Mira que tiene recelo.
Sale DON FÉLIX.
DON FÉLIX.
Albricias, hija, te pido.
Deque el señor don García...
¿Qué de indicios averiguo?
¿Vos en mi casa? ¿Qué es esto?
DON GARCÍA.
En este instante be venido
Por mi hermana.
DON FÉLIX.
Está muy bien;
Pero agora no habéis de iros.
Que sin que salgáis de aquí
Habéis de ver que he cumplido
Con uii honor.
DON GARCÍA.
¿De qué manera?
DON FÉLIX.
Como en este instante mismo
He de casará Leonor.
DON GARCÍA.
¿Qué decís?
DON FÉLIX.
Esto que digo;
Con esto la dejaréis.
DON GARCÍA. (/Ip.)
¿Hay dicha igual ? Él ha visto
Mi amor y su obligación ,
Y por sanar los indicios
De haber entrado en su casa
Quiere casarla conmigo.
2W COME!
DOÑA LEONOR.
(Ap. Pues en el mar de mi llanto
Surquen mis ojos tranquilos.
Pues me ha dado por esposo
Al que por amante elijo.)
Agradecida, Señor...
non GARcU.
Humilde y agradecido...
DOS FÉLIX.
No me agradezcáis los dos
Lo que hago por mi mismo.
DOÑA LEONOR.
¡Ilayul dicha!
DON GARCÍA.
¡Hay tal contento'
DOÑA LEONOR.
Feliz soy.
DON garcía.
Dichoso he sido.
Sale MOGICON.
MOGICON.
Don Juan Osorio, el que viene
A ser indigno marido
De doña Leonor, vuestra hija.
Licencia viene á pediros
Para tomar posesión
De su mujer.
DON FÉLIX.
Va le he dicho
Cuesuba.
DOÑA LEONOR.
¡Cielos, qué es esto!
DON garcía.
¡Qué es esto, cielos; qué heoido!
DOÑA LEONOR.
Luego yo...
DON FÉLIX.
Ya estás casada.
DON GARCÍA.
Luego yo no he merecido...
DON FÉLIX.
¿y» no os he desengañado?
DOÑA LEONOR.
Adviértele que yo digo...
DON FÉLIX.
No me repliquéis ahora ;
Pues ¿cómo tú?
DOÑA LEONOR.
No replico.
INÉS.
El novio.
DOÑA LEONOR.
¡Infeliz estrella!
¡Muerta estov!
Sale DON JUAN t DON ANDRÉS.
DON ANDRÉS.
Llegad, don Juan, ya que habéis
Hablado á su padre. (Ap. Altivos
Pensamientos de mi inramia,
Dejadme vivir conmigo.)
DON JUAN.
A vuestra grande hermosura ,
A vuestros ojos divinos.
Que de los yerros de amor
Son imanes atractivos ,
Por milagro ó por deidad
Un amor os sacrifico,
Si con audacias de joven
Con los temores de niño.
ESCOGIDAS DE DON FRANCISCO
Hermosísima Leonor,
Objeto no merecido.
Para pintado imposible
Y posible para visto,
Hoy llego...
DOÑA LEONOR.
Tened , Señor,
iPara qué son los suspiros,
Que quiero... (Ap No sé fingir.)
[Dlceselo á don Andrés
DON FÉLIX.
Decidme, ¿á qué habéis venido
A mi casa, caballero?
jNo sabéis que si me indigno.
Serán mi voz y mis ojos
Para daros el castigo
Si ella incapaz, rayo ellos ,
lnmorl;iles basiliscos?
¿Quién os ha traído agora
A intentar...
DON JOAN.
Yo le he traído.
DON FÉLIX.
Pues advertid...
DONJUÁN.
¿Qué decís?
DON FÉLIX.
Que don Andrés...
DON JUAN.
Es mi amigo
DON FÉLIX.
Ha intentado...
DON JDAH.
Acompañarme.
DON FÉLIX.
Solicitar atrevido...
DON JUAN.
Que no me case , es verdad.
DON FÉLIX.
¿Por qué?
DON JOAN.
Ya sé sus designios;
Porque le parece mal
Que se casen sus amigos.
DON FÉLIX.
Pues no ha de estar en mí casa
Hasta que...
DON JUAN.
Acabad , decidlo.
DON FÉLIX.
Hasta que esleís desposado.
DON JUAN.
Obedeceros elijo.
DON FÉLIX.
¿De qué suerte?
DON JUAN.
Esta es mi mano.
DON ANDRÉS.
No os caséis : parad, amigo.
No me echéis á mi la culpa
De lo que hacéis por vos mismo.
Vo i Leonor eslimo y quiero.
DOÑA LEONOR.
¡Hay tal pena!
DON GARCÍA.
¡Hay tal martirio!
DON JUAN.
Permitidme vuestra mano.
DON FÉLIX.
Acabad.
DOÑA LEONOR.
¡Cielos divinos!
DE ROJAS.
Pues que siempre tan airado»,
Sed sola esta vez propicios.
DON ANDRÉS. (Ap.)
¡ Que se viniese á casar
Con la dama á quien vo sirvo.
Ignorante de mi amor.
El mayor amigo mío!
DON JUAN.
) Ea, ¿nome dais lanianoT
DOÑA LEONOR.
{Ap. Enigma de nieve asisto.)
Esta es mi mano, señor
Don García ; mas ¿qué he dicho?
{Turbada y volviendo la cara ú don
García.)
DON GARCÍA.
¿Me llamáis? {Llégase.)
DOÑA LEONOR.
No hablo con vos.
DON JUAN. (.4p.)
¡Viven los cielos divinos!
Que es este aquel caballero
I)e quien supe por indicios
Que á Leonor pretende amanto;
Disimular es preciso.
DON garcía. {Ap.)
¡Que el corazón se pasase
A mi lengua!
DON JUAN. (Ap.)
¡Que haya oído
Equivocado aquel nombre
Con mi nombre !
DON garcía. {Ap.)
¡Que haya vist»
Agora en poder ajeno
El dueño que fue tan mió!
DON ANDRÉS. {Ap.)
¡Que haya tres inconvenientes
Que avive» mi incendio tibio !
D0\ FÉLIX. (Ap.)
¡Que pronunciase Leonor
El nombre de mi enemigo!
DON JUAN, {.ip.)
iQue aqueste es el dou Gar-'ía
Que amante la ha pretendido!
DOÑA LEONOR. {Ap.)
¡Que inadvertido mi padre
Me forzase mi albedriu!
DON GARCÍA. {.Ap.)
Pues apágase esta llama
Que es indigno precipicio
Querer mujer á quien logran
Otros abrazos más dignos.
DON ANDRÉS. (Ap.)
Pues arda eficaz mi incendio
Si cuanto más le resisto,
líl mismo querer vencerle
Es aumentarle más vivo
DOÑA JUANA. (.4p.)
Pues corríjase mi pena
A colegir por indicios,
Que es para Leonor su amor,
Pues es para mí su olvido.
DON GARCÍA. {Ap.)
De hoy más no la he de querer.
DON ANDRÉS. (.4p.)
De hoy más amarla imagino.
DON JUAN, {.ip.)
Disimular es forzoso.
DOÑA LEONOR. {.Ap.)
Templar mi llanto es preciso.
DON FÉLIX.
Vamos, Leonor.
BOÑA LEONOn.
Señur, vamos.
DOS FÉLIX.
Venid, don Juan.
DOM JCAN. {Áp.)
Muerto vivo.
DON garcía.
Ven, hermana.
DOÑA JDANA. {A¡>.)
¡Quede peuas'
■OGICOM.
Inés , esto que te digo.
DOÑAJOAXA.
Adío», Leonor.
DOÑAIEOMOR.
Él le guarde.
DON ANDRÉS.
Pnes adiós, doD Juan.
DOi\ IVJíS.
Amigo,
Vamonos.
DOS ANDRÉS.
¿Qué hay de nuevo?
DON JOAN.
Tcní:o mucho que deciros.
DON ANDRÉS,
¿Tan presto?
DON JtJAN.
El mal nunca larda.
DON ANDRÉS
¿No sabéis lo que imagino?
DON JUAN.
¿Qué?
DON ANDRÉS.
Qne aun no os h.ilieis casado
Y ;a csiais arrepentido.
JORNADA SEGUNDA.
Sale DOÑA LEONOR É INÉS
una luz.
INÉS.
jOtiél ,,Tün presto estas vestida?
¿yué es esto?
DO.ÑA LEONOR.
Va lia amaijecido;
Mata esta luz ; no he tenido
Tan larga noche en mi vida.
INÉS.
Templa entre laníos cuidados
Esas higrimas amargas.
Tocias las noches son largas
Para todos los casados.
DOÑA LEONOR.
¡Ay Inés! mi sentimiento
Crfce en mis ansias mavor,
Poniue pienso que mi amor
Me usurpó mi entendimienlo ;
No sé de mi.
INÉS.
¿Pues qué ha sido?
DO.ÑA LEONOR.
No me bables, que estoy morlul.
INÉS.
¿No me contarás tu mal?
Üime lo (|ue ha sucedido;
Para iLinjilar los enojos
Destr iijul que te provoca ,
Llorándole por la boca
P roniiiiciale por los ojos.
It.
LA TRAICIÓN BUSCA EL CASTIGO.
DOÑA LEONOR.
Esteno entendido agravio
Se hace en lágrimas veloz ,
¿Qué le faltara á mi voz
Si consintiera á lui labio?
INÉS.
Pues por consolar asi
Tu mal , ó para templarle ,
Hazle fuerza en declararle.
DOÑA LEONOR.
Oye lo que pueda.
I.\ÉS.
Di.
DOÑA LEONOR.
Ya sabes, Inés herniosa,
Esto es fuerza repetir,
Cómo quise á don García
Y cómo él me quiso á mí.
INÉS.
Y que por esa pared
Os trasladáis y decís
Las palabras una á una.
Los requiebros mil á mil.
DO.ÑA LEONOR.
Ya sabes que estoy casada.
INÉS.
Y anoche yo misma fui
La que dentro dése cuarto
Encerró á don Juan y á ti.
DOÑA LEONOR.
Llegóse tierno mi esposo,
Poniue me vio derretir
De dos venas de mis ojos
Uno y otro Potosí ;
El lecho solicitaba
Y en aquel no le admití,
Lo que era aborreciniiento
Por recato le vendí ;
Probé á quitar los adornos ,
Cuando en batalla civil
Mi esposo con su deseo
Trabaron dudosa lid;
Ayudábame mi esposo
A desnudar, pero allí
Cuanto desnudó rogando,
Volví temiendo á veslir;
Fatigada al fin al ruego
Di á nns resistencias tin ,
Que si es fuerza obedecer
Es flaqueza resistir;
La penüllima cortina
Corrió deste templo, y vi
Que idólatra de mis ojos
Se procuraba gentil ;
Llegué al lecho, ;oh, no llegara!
¡Muriera primero alli.
Pues fué para mi de espinas
El tálamo de jazmín!
Dio á mi pecho sus dos brazos ,
Y temí llegase á oir
Lo (lue el corazón estaba
Hablando dentro de si;
Y dije viéndome ya
A su violencia rendir,
¡Que no naciese vo liermosa
Y fuese tan infeliz !
Y como suele el Enero
Marchitar y deslucir
Flores en ¡álamo verde
Que afanó rojas Abril.
Con amor asi indignado.
Con iras mi esposo asi.
Por esta flor de mi honor
Hompió el cerrado jardin ;
Va en la campaña del lecho
Con lágrimas advertí
Que esta fuerza de diamantes
Se averiguaba rubis ,
Cuando miro que don Juan ,
!Sose cómo lo senil,
ueste olmo solicitado
Se desenlazaba vid;
Volvióme el rostro indignado,
Y píiseme á discurrir
Si en las luces de mi fama
Ha puesto sospecha vil
O le parecí tan mal
Como él me pareció á mi ;
De vana, pues no de amante.
Rogando llegué á fingir,
Y para no errar mi voz
Me fué el discurso adalid;
Esposo, le dije, mío,
¿Cómo ingrato no admitís
En aras de vuestro amor
Un corazón que os rendí?
Si á la obligación de esposo
Quisiste sólo acudir.
Porque el examen del lecho
Os pondere varonil ,
No por daros un aplauso
Me hagáis un baldón asi.
Que no evitáis lo grosero
Con triunfar de lo gentil.
Calla , me dijo, Leonor,
Que ya no pueden sufrir
Mis oídos á tus quejas ,
Pues dado casoque en tí
Haya afectos que declares.
También llego á presumir
Que tus segundos intentos
Me han de hacer menos feliz ;
Aquesta noche has pasado
Con llanto, no tan sutil
Que al acabar de correr
No le empezase á sentir;
Ese tardo suspirar,
Ese temprano gemir.
No nace de aqueste amor.
De alguna memoria si.
Pues ¡viven los cielos! dijo,
A(|ul fué el desmayo, aquí.
Aquí mis ojos murieron
Üe mi pecho en el cénit ,
Aquí el clavel de mis labios
Vuelto en cárdeno alelí ,
Recibió las dos corrientes
Que de mis ojos vertí ;
De mis dientes traspillados
Rechinó el terso marül,
Y del ave corazón
Las dos alas abatí;
Y al ver, vuelta deste ensayo
A don Juan, probé á decir :
¡Quién se volviera al desmayo
P'or no hallarle junto á mí !
Volvió el rostro, volví el rostro.
El suspiró, yo temí,
Llámete á que me vistieses.
Acábeme de veslir.
Salí á esta cuadra en que estoy.
Mis cuidados referí;
Yo obedezco al dueño mió.
Yo lengo amor, y es decir
Que he de borrar de mi pecho
El carácter (|ue imprimí;
Dos fuerzas me pruebo á hacer,
Y es dificil conseguir
Aborrecer al que ¡luiero
Y amar al que aborrecí :
Don García tiene amor
Y celos don Juan, pues di ,
Si intentas templar mi pena.
El medio que he de elegir,
Porque agradecida deba.
Hallando el dichuso fin,
Esta vez á tu consejo
Aun más que me debo á mi.
INÉS.
Confieso que me ha pesado.
242
Señora, loque te pasa;
Has dest.1 primera casa
A la pared lian llamado.
{Llamen.)
DOÑA LEONOR.
Saber agora quetria
Esa novedad <jué lia sido.
INÉS.
Debe de haberle sentido
Y llamado don García.
DOÑA LEONOB.
¡Pues cómo tan de mañana '.
¿Qué causa le habrá obligado?
Yo llego : ¿quién ha llamado
Aesupared?
UOÑA JUANA.
Uüña Juana.
DOÑA LEONOR.
Que tengas cuenta te pido
fio sea qne se levante
Mi padre.
(Responden.)
INÉS.
Voy al instante.
DOÑA LEONOR.
Pues don Juan no se ha vesliilo
Arda este peclio inniorlal ,
Voz permita mi cuidado.
DOÑA JUANA.
¿Cómo esta norhe has pasado
Con el nuevo amante?
DOÑA LEONOR.
Mal;
Y tú, dime, amiga mia,
¿Para qué te has levantado
Tan presto?
DO.ÑA JUANA.
No se ha acostado
Ksta noche don García ;
Muy malo le hemos tenido.
DOÑA LEONOR.
¿Puedo la causa saber?
DOÑA JDANA.
El te podrá responder.
DON García.
Leonor, de qué te he perdido.
DOÑA LEONOR.
¿Aquí estabas?
DON GARCÍA.
Sí, Leonor;
Parque solo vengo aquí
A despedirme de ti.
DOÑA LEONOR.
Pues qué , ¿se acabó tu amor?
DON GARCÍA.
Pues no puedo merecerle.
Porque nací desdichado,
Quiérate el que ie ha goMdo,
yue yo intento aborrecerte ;
Acábese ya este afán.
DOÑA LEONOR.
Acábese ya este ardor.
DON GARCÍA.
Yo he de olvidar á Leonor. {Vase.)
DOÑA LEONOR.
Yo he de querer á don Juan.
{Hace í/ue se va doña Leonor y to¡m
con don Juan á la puerta.)
DON JUAN.
Y yo debo agradecer
A vuestra voz persuadido,
Ya que no me habéis querido
yue me pro ureis querer.
COMEDIAS ESCOGIDAS DE DON FRANCISCO DE ROJAS.
DONA LEONOR.
L\p. ¡Ay lan infeliz mujer I
Si á don García escuchó;
Pero don Juan sólo oyó.
Sólo esto pudo escuchar,
Que le solicito amar;
Mas que le aborrezco, no.)
Ya veréis mi fe, pues veo
Que .<ie trasladó veloz
A lo libio de mi voz
Lo ardiente de mi deseo.
Más triunfo, mayor trofeo
Tendréis en este favor.
Pues con repetido ardor,
Torpe un sentido, otro alentó,
Leistcs mi pensamiento
Ya que no oistes mi amor.
DON JUAN.
Antes llego á ponderar
Preciso vuestro desden ,
Que si me quisierais bien
No me desearai.s amar.
Una cosa es desear
Querer, y es otra querer :
Aborrecer viene á ser
Desear amar y olvidar.
Luego el deseo de amar
Es señal de aborrecer.
D0ÑALE0>0I1.
¿Cuál hubierais elegido
En mis ansias por mejor.
Que olvide, deseando amor:
ü que ame, deseando olvido?
DON JUAN.
Yo a I amor he preferido
Aunque aborrecer deseáis.
Pues si con lirmeza amáis.
Que olvidéis no puede ser;
Y asi, aunque deseáis querer.
Puede ser que no querrais.
DOÑA LEONOR.
Si ; mas no es desden ingrato
Desear amar en rigor.
Porque nunca hierve amor
Si no pone fuego el Iralo;
Luego viene á ser recalo
Aun en el mejor empleo.
Pues cuando por más trofeo
A una discreta pasión
No se pone la afícíon.
Basta |)oner el deseo.
DON JUAN.
Como arde, prueba inmortal
Este amor en lu desden.
DOÑA LEONOR.
Lo que á un hombre le está bie
A una mujer le está mal.
DON JOAN.
¿Pues el amor no es igual?
DOÑA LEONOn.
No ; cuando es amor honesto.
Que un marido, atiende á eslo,
Juzga , en viendo voluntad,
Que ha sido facilidad
Haberle amado tan presto.
DON Jl'AN.
Pues ya sigo tu opinión ,
Tu amor se labre en el iralo.
Que por goz.ir tu recato
Suiriré su dilación.
DOÑA LEONOR. (Ap.)
Detente, imaginación,
SacriOca lu decoro.
Súfrate JO ; pues te adoro.
DOÑA LEONOR.
Pues cesará mi tormento.
DON JUAN.
Débame amor lo ipie siento,
Oób'>me amor lo que lloro.
Sale MOGICON.
HOCICÓN.
Sobre una muía , Señor
(Bien con esto se encarece).
Tan picada , que parece
Caballo de regidor,
lia venido en este instante
Beltran , el criado tuyo.
DON JOAN.
Que trae la respuesta arguyo
De mi padre.
Es ¡mporlanle
Que vayas , norque te espera
En esa cuadra. Señor.
DON JOAN.
Vamos , hermosa Leonor.
DOÑA LEONOR. (/Ip.)
iOh cielos , y quién pudiera !
DON JOAN. {.Kp.)
¡Quién pudiera , hermosos cielos !
DOÑA LEONOR. (Ap.)
Aqueste incendio templar;
Pero yo le he de apagar.
DON JOAN. {Ap.)
Pero cesen mis recelos.
DOÑA LEONOR. {Ap.)
A un necio desvelo ingrato
Hay un cuerdo reprimir.
DON JUAN. (.4/J.)
Porque no pueden mentir
Su obligación y recato.
DOÑA LEONOR. (.■1/).)
Ni á García que solia
Ser quien me adoró permito...
DON JUAN. {Ap.)
Por nombrarme no es delito.
Que nombrase á don García.
DOÑA LEONOR. (Ap.)
Que si él es cuerdo y es sabio.
No hará mi error más alroz.
DONJUÁN. (/!/)>
Que no es nuevo que una voz
Tropiece al salir del labio.
DOÑA LEONOR. (.Ip)
Lo que le loca á mi amor...
DON JOAN. (Ap.)
Lo que le toca á mi pena.
Es pensar que es Leonor buena.
DOÑA LEONOR. (Ap.)
Es pensar que tengo honor.
DON JOAN. (Ap.)
¿Pues á que esperando están
Éstos imposibles celos?
DOÑA LEONOR.
¿Pues qué aguardan mis desvelos?
DON JUAN.
Vamos, Leonor.
DOÑA LEONOR.
Ven, don Juan.
(Vanse)
HOCICÓN.
Fuéronse, y quédeme yo;
Oigan que disimulados ,
No entenderá estos casados
El cura que los nupció.
Sin duda alguna sospecha
Le trae desvelado y grave.
Ilny que este dou Juan no sabe
Cual es su novia derecha.
Una ignominia muy rara
Me admiro que el mundo pase,
¡yue baya bombre que se case
Con mujer de buena cara !
¡Qué haya hombre tan mens»;ulo
Que aquello que en puridad
Debe ser comodidad ,
Lo busque para cuidado!
Discurramos : ahora bien.
Rajo este punto al amor.
La dama propií es mejor
Que sea fea también.
A una dama fea ved
Que todo le satisface.
Pues piensa que se le hace
El requiebro de merced ;
La llanc/a que se pasa
Ciui aquella fealdad ,
Y aquella seguridad
Cmi que entra un hombre en su casa
Al lin, no son pedidoras
Las feas desmesuradas,
Son securas, recatadas,
Son limpias, regaladoras,
Y lio ha menester celarlas
Quien más las quiera celar;
Si uiio las quiere pegar
Nh liaie lastima el pegarlas.
tM j sí es vida segura,
Y la i|iie más me enamora ,
Y iKi lina dama deagora
Tuda imesta en su hermosura,
Qii." para cena y comida,
Si un liumbre la ha de querer,
Ks necesario traer
Kl a\e Fénix cocida.
Si -n amante con pasión
1 a mira tierno y suave,
Se |."ne mas hueca y grave
Que juez de comisión.
Aquellos siempre decoros,
Aquel siempre desvario.
La merienda, si va al rio,
FJ balcón, si va i los toros,
Dinero para el bolsillo.
Las galas, el lucimiento,
A la comedia aposento,
Coche al Ángel y al Sotillo;
Pues las feas seguir quiero,
Si no con amor con fe,
Que saben andar á pié
Y comen vaca y carnero.
Feas mi atención debida
Procure de dos en dos.
So/e DON ANDRÉS.
DOM ANDRÉS.
Nunca pensé, vive Dios,
Enamorarme en mi vida ,
Y desde que vi á Leonor
Muero en inquieto sosiego.
V estoy, siendo el amor ciego.
Más ciego que el mismo amor;
¿Pues como indócil se atreve
A dejarme á mi albedrlo?
MOCICO.N.
El pretérito amo mió
Se ha acogido acá que lluevo.
DON ANDRÉS.
iCómo este ardor no mitigo?
MOGICON.
Dime, ¿ has visto... pero no.
DON ANDRÉS.
4Y0 he de amar, ingrato, yo,
A la mujer de mi amigo ?
LA Tr.AiciON bi:si;a kl castk.
MOGICON. (.4p.)
DON ANDHES.
Pues señor ciego vendado.
Yo he de poder más que vos.
MOGICON. (Ap.)
No he podido percebir
Lo que habla entre sí incapaz
DON ANDRÉS.
¡Flechilas á mi el rapaz:
No le las he de sufrir.
Pues he de templar discreto
El fuego que me ha abrasado.
MOGICON. {Ap.)
O este hombre está enamorado
O está haciendo algún soneto.
DON ANDRÉS.
jYo que siempre be resistido
Al amor, intento amar?
HOCICÓN.
Ahora yole quiero hablar.
Señor, ¿qué te ha sucedido?
¿Hate cogido. Señor,
Por triunfador de despojos
Con queso de algunos ojos
La ratonera de amor?
DON ANDRÉS.
Pues dar materia es forzoso
A este luego penetrante.
Que antes era yo su amante
Que don Juan fuese su esposo.
Hableí
Pues .<
Tu esl
¡Ah Señor!
DON ANDRÉS.
¿Qué estoy dudando
Desle alivio á mi dolor?
HOCICÓN.
¿Piensas que es cazuela amor
Que se digiere paseando?
Que es amorosa pasión
Esa que tienes arguyo.
DON ANDRÉS.
Que te doy un nombre luyo
Si no callas , Mogicon.
HOCICÓN.
; en puridad ,
y fui tu criado,
algo enamorado.
DON ANDRÉS.
¿Qué tenemos? Es verdad.
MOGICON.
Kso sí , cuerpo de tal ,
Ama lino, quiere astuto,
Y no te precies de bruto.
Que Dios te hizo racional :
Ahora quiero agradecerle
lise intento á tu dolor.
Que es de hombres tener amor
Y de bestias no tenerle.
Ama con resolución
La dama que le admitiere ,
Que es gallina quien no quiere,
O á lómenos es capón.
DON ANDRÉS.
;Ay Mogicon!
MOGICON.
Señor mió,
,,Qué hay?
DON ANDRÉS.
Yo quiero a una dama.
MOGICON.
(Cómo la dama se llama?
DON ANDRÉS.
Es...
MOGICON.
Perdona que me rio
De mirar lo que en ti pesa
Un amoroso cuidado;
Señor, ya que has empezado.
No empieces con tanta prisa.
DON ANDRÉS.
Digo que la dama es...
MOGICON.
Dien te puedes declarar.
Sólo á ti debo fi
Mi deseo.
Sale DON JUAN.
DON JUAN.
¿Don Andrés?
! nON ANDRÉS.
Luego te diré mi amor;
Esperad ,
' don Juan.
Yo os vengo á buscar.
DON ANDRÉS.
Y yo
También os iba á buscar,
^Cónio estáis?
DON JUAN.
Don Andrés , bueno.
DON ANDRÉS.
Y de novio ¿cómo os va?
DON JUAN.
Luego hablaremos en eso.
Sabed que os vengo á liar
Toda el alma de mi honor.
DON ANDRÉS.
A^migos somos , hablad.
DON JUAN.
Atended á este papel.
DON ANDRÉS.
Ya yo espero que leáis.
DON JUAN.
(Lee.) «Hijo mió don Juan : Vuestro
»criadomedió vuestra caria, y con-
«fiesoque me alivió gran parte de los
iiaccidentes desta última enfermedad
»de mi vida; hijo, yo muero, y liá seis
«años que no os he visto : si queréis
>que mi bendición os alcance á tiempo,
uno lo dilatéis para verme ; hoy he
mecibido el último S,icrainento: véaos
»yo antes que me muera. Dios os guar-
»de. Vuestro padre — í)o« Alvaro üso-
nrio.»
¿Ya babeisoido el papel?
DON ANDRÉS.
Sí, amigo, y sentido el mal
üe vuestro padre.
DON JUAN.
Pues yo
Voy á verle.
DON ANDRÉS.
En fin, ¿os vais?
DON JUAN.
Es fuerza , que soy su hijo,
Y fuera grande crueldad
Que niegue por la de amor
La obligación natural;
De anciano muere mi padre ;
Mi ausencia y su mucha edad
Los dos accidentes son
Desta dolencia mortal ;
Luego, al punto, he de partirme
Por ver si puedo lograr
Sus brazos ánlesque llegue
El breve plazo fatal ;
iU
COMEDIAS Escogidas de uo.n rnAKciüco
Sus anos , pues , con mi visia
Procuraré renovar,
Que son los brazos de un hijo
tíe un padre viejo el Jordán ,
Y de mi esposa y su padre
Estoy despedido ya :
Mogicon , vele alia juera.
UUUICON.
Obedezco.
D0:« ANDRÉS.
jQué mandáis?
DOl» JUA^.
Amigo, una penamia
<)5 quiero comunicar,
Oue purifica un indicio
Al crisol de una verdad:
Vos sois mi amigo y no tenso
Con quien poder descaiiiar.
OÚ.V AXUKÉS.
Proseguid.
DOS JUAN.
Si no es con vns...
DON ANDKÉS.
Amigo será en la paz
IJuien supo serlo en la guerra
DON JBA^.
No es ese mi intento.
DON ANDRÉS.
Hablad.
DON Jl'AN.
No cortesano os procuro.
Soldado os vengo á buscar.
{Vase)
DON I
NDRES
^Soldado estando en Valencia?
DONJUÁN.
Aqui os he menester más
Soldado qne en la alia y baja ,
Con el de Orange y Veimar.
DON ANDRÉS.
¿En qué me buscáis soldado?
DON JUAN.
Vereislo si me escucháis.
Por concierto y conveniencia
Liu día apenas habrá
Que don Félix me entregó
La fuerza de una deidad :
Con guarnición de deseos
I>a entré ayer á pertrechar.
Cuando para sustentarla
Me bailé también incapaz;
Dentro de su casa misma ,
Que fué plaza de armas ya ,
Era espía de si propio
De otro campo un capitán :
Don García de Torrellas
La llegó un tiempo á asaltar
Escalando de sus muros
La altiva capacidad:
A sangre y fuego intentaba
De su constancia triunfar.
Sangre siendo aquella fama ,
Fuego psla voracidad;
Pero con rue?os y quejas.
Viendo que no puede m.is,
Pnrque se die.se a partido
Alzó bandera de paz;
No se rindió á su porfía
Leonor. (|ue cuerda y sagaz
Mas inexpugnable esluvo
Cuando pudo flaquear;
Alzó el campo .Ion García,
Viendo resistencia igual
En el socorro.
DON ANDRÉS.
Todo L'fo
Lo tengo intondido ya.
DON JUAN.
Pues yo que fui incorporada
Defensa desta beldad ,
La dejo precisamente
Por irme á recompensar
Con la debida obediencia
La obligación paternal ;
Y pues sois siempre mi amigo.
La plaza os pruebo á dejar
De mi maese de campo
A falta de general ;
Vos, como diestro soldado.
Con la vista examinad
Si mi enemigo otra vez
Quiere esta fuerza sitiar;
Los más conüdenies vuestros
Por soldados alistad.
Poniendo siempre atalayas
De mis celos en el tnar;
Cuidaréis principalmente
Si dentro en la fuerza hay
Quien pueda entregar por trato
De mi honor esta ciudad ;
Y no os admire el recelo.
Que en los que guardando están
Los presidios de hermosura ,
Suele haber algún neutral;
Y si fuere menester
Como soldado lidiar.
No aguardéis más orden mia
Que la que mi aviso os da
Todo mi honor pongo en vos .
Sólo de vuestra amistad
Fiara tan grande cargo,
Valiente sois y leal.
Pues guardad como atrevido.
Como soldado guardad
Este presidio, advirliendo.
Valiente como sagaz,
Que en perdiéndole una vez
No se puede restaurar.
DON ANDRÉS.
Amigo, yo os voto á Dios
yue me pesa de verdad
Uue me encarguéis una cosa
Oue no sé si he de acertar;
Mandáraisme , pesia aquel
Que os trujo á casar acá
Que hiciera de calvinistas
Un jigote á Barrabás:
Mandáraisme que á la Holanda
Me la trojera á Cambray,
Que cualquiera hazaña deslas
Era hazaña venial;
Y no me mandéis qne os guarde
Vuestra mujer, que esto es mas
Que ganarle al Rey de Francia
La Kochela ó á Roan:
Pero pues vos sois mi amigo.
Aquesta vez perdonad ,
Que aunque no de buena seda
Os tengo de hablar moral ;
La mujer no yerra sólo
En la ofensa , imaginad
Que aun más que en la ejecución
Yerra en el intento más.
Cuando una propia mujer
Se deja acaso llevar
1) del deseo, ú del ruego,
II de memorias que están
En el carácter impresas
Que guarda el alma inmortal.
Cuando hay deseo en lo oculto,
Y cuaudo hay facilidad
En los ojos, que ellos son
Segundas causas de obrar,
En la más guardada fuerza
Hay menos segundad;
Cuando la mujer es buena
Por sangre j por natural ,
üc aquel aniorosu fuego
DE ROJAS.
No abrasa Ja actividad:
Mas si el natural no es bueno.
Decidme : ¿qué importará
Curar un mal exterior
Si queda interior el mal?
DON JUAN.
Leonor es buena , y bien puedo
Por su parle confiar;
Pero como el riesgo es
Del yerro del alma imán.
Va que todas veces no.
Tal vez el alma atraerá,
lie mi propia
a seguridad.
Evitar los riesgos debo.
Que un obsiinado porfiar
Vencerá el bronce n.ás duro
Y el más fuerte pederual ;
V, al contrario, aunque mi espesa
No fuera quien es, y allá
Dentro de su inclinación
Guardara otra voluntad.
Castigar lo que yo vea
lis lo que me importa más;
Mas no castigar aquello
Uue uo puedo averiguar.
DON ANDRÉS.
Pues si eso no es más , amigo.
Supuesto que os contentáis
Con que dése don García
Os guarde á Leonor, pen'^ad
Que hecho Argos de vuestro borcr
La he de servir y guardar.
DON JUAN.
liareis como noble en eso;
Sois ejemplo de amistad ;
Dadme dou Andrés los brazos.
DON ANDRÉS.
El diablo os hizo casar.
DON ji;an.
Ese ya es mal sin remedio.
don ANDRÉS.
Y es sin remedio este mal.
DON JUAN.
;,La guardaréis?
DON ANDRÉS.
Es forzoso.
Soy amigo.
DON JOAN.
Y sois leal,
Guárdeos el cielo.
DON ANDRÉS.
Él os guarde.
DON JUAN.
Mucho es lo que me obligáis.
DON ANDRÉS.
Y VOS con la confianza
Mu babeis obligado más.
DON JUAN.
Qué queréis decir en eso?
DON ANDRÉS.
No quiero que me entendáis.
DON JUAN.
Pues yo me voy confiado.
DON ANDRÉS.
Que he de serviros fiad.
DON JUAN.
Déjeme volver el cielo.
DON ANDRÉS.
Déjeme el cielo templar.
( Vanse.)
> U- I.NhlS con tina luz, que ¡¡Miilr
SJbre un bufete.
INÉS.
Poreslacruí, venia ai|ui,
Y por vida de mi abuelo,
Y asi Uios tenga en el cielo
Al padre por quien nací ,
A freilüs, y esto que digo,
A fe, y vt to 4 tal ra/.on ,
yue veiiRO con gran pasión
Muy enojada conmigo;
A una pregunta muy clara
Procuro satisfacer.
Señores, vengo á saber
Si yo len^o mala cara.
¿No longo todas las leyes
Para ser perfecta hermosa?
¿Mi cara no es espaciosa
Como carreta de bueyes?
;KI que mis orejas vio.
No vio iguales mis orejas:
Por lo redondo mis cej:ts,
Ko liaceu las dos una U?
¿Pues no puede en la telara
tíe amor con tierno despojo.
Ponerse al margen ejte ojo
Del libro de la hermosura?
Luego con justicia funito
Miliermosura acredilada;
¿Mi liiic;i no i'S tan ra<g.ija
1)111/ pJiece hijo spgniiHo?
¿.Nu hacen mis dientes menores
A mis facciones cabales,
I s son dientes tan iguales
l,Mu- no pueden ser señores?
,.\ nu lengo un hoyo aqui
En la baiba penetrante,
Donde entierro todo amante
Due va muriendo por mi?
¿No soy prendida , curiosa ,
No soy muy dama , á fe mia ,
Y no soy un poco fria,
l}ue es señal de ser hermosa ?
Pues ¿cómo este Mogicon ,
r.úmo este nuevo criado.
Con verme no me ha mostrado
Un adarme de afición?
¿r.ómo mirándome á mi.
Hermosa á más no poder.
Aun no me ha dicho : «Mujer,
¡yuécara tienes ahi!»?
;.A esta carilla desprecio.
Desprecio á aquesta deidad?
¡Oh tontazo en cantidad
De óchenla grados de necio !
Corrida en cierta manera
Me hallo de su proceder,
Vo no le quiero querer,
Pero quiero que él me quiera ;
Digo que no hay que pensar.
Crea el muy entero, crea,
ttuesi no me galantea,
Vo le he de galantear;
fon esta resolución
Le rendirá mi verdad.
Que aunque no la voluntad.
He ?a la reputación.
Sale MOGICON.
MOGICO?!.
Esto es acabado, pues
lie salido deste atan ;
Fuese á Oribuela don Juan,
Y me espera don Andrés.
. INÉS.(4/i.)
El viene.
MOGlCOH.
Y pidióme á mi ,
Viendo mi lealtad lau cierta ,
LA TUAICION BUSCA EL CASTICO.
Que le abriese cierta puerta.
[Ap. Perolnesilla esta allí,
Y esta es ocasión mejor.
Aunque hay otras ocasiones,
De decirle dos pasiones
Cuatro dedos del amor.)
IMÍS. (\p.)
Va determinada estoy.
Pues yo lo he de enamorar.
MOCICON. {.\p.)
.\hora yo quiero llegnr.
INÉS. (Ap.)
¡Qué grave está ! Mas yo voy.
MOG.CÜN. (Ap.)
Confieso que voy con susto,
Que es moza debueiia cala.
INÉS. (Ap.)
Si me enviara noramala
Fuera cosa de buen gusto.
MOGICON. (.4/).)
¿Qué me tardo? Llego pues.
INÉS. (Ap.)
¿Qué tardo si he de llej^ar?
(Ap. Ya la empiezo á requebrar.)
Dulcísima y bella Inés ,
Masque el almíbar suave
Y más blanca que el aurora...
INÉS. (Ap.)
Oiga, oiga, que me enamora;
Pues ahora me pongo grave.
HOCICÓN.
Amor, que es ciego y tirano...
INÉS. (Ap.)
¿Que es esto que llego á oir?
Mucho le ha ido á decir
En ganarme por la mano.
MOGICON.
Os amo con tal dolor...
ixÉs. (Ap.)
Ya me iba yo á declarar.
UOGICON.
Que si me queréis premiar...
INÉS. (Ap.)
Eso si, cuerpo de amor.
HOCICÓN.
En dulce y suave lazo
Veréis con afectos mil...
Puerco, sucio, intonso, vil,
Atrevido, bribonazo,
Y desmesurado y todo,
Decid , ¿quién os trujo aqui?
¿Qué es lo que habéis visto en mi
Para hablarme dése modo '.
Mendigo, ¿no era mejor.
Como amador vergonzante,
Entre dos luces de amante
Pedir limosna de amor?
liribon , si queréis comer
Aujor en otero igual ,
Idos, pesia tal, por tal
A la sopa del querer.
HOCICÓN.
¡Señora !
INÉS.
Andad , que me pesa .
¿Han visto lo que se atreve?
¡Qué quiera un lacayo aleve
Comer en primera mesa!
HOCICÓN.
Oid.
INÉS.
¿Qué me replicáis?
Pobrelan , no me irritéis;
Animo grande tenéis.
Sin camisa requebráis;
(.\p. Damas mias , escuchad
Damas de otros, advertid :
Cuándo seáis yunques, sufrid :
Cuando fuereis mazos , dad.) ( Vi
MOGICON.
¡Oiga, oiga, la l'regoiicilla!
Fregado me ha , vive el cielo,
Toilo ol amor que tenia ,
Pues le ha puesto como iiuevu;
Ella se fué, y yo he quedado
Más solo en aqueste puesto
Que tahúr á media noche
Cuando ha perdido el dinero.
Mi amo, ya está onlendido.
El pasado como huevo.
Que estotro amo i quien sirvo
Es amo de cumplimiento ,
Me ha pedido que le abra,
j Luego que mire en silencio
Toda la casa , esta puerta;
I Y aunque no sé sus intentos,
i A mi me toca no más,
I A ley de criado añejo,
I Ver que estoy sirviendo aun amo
I Yque á otro amo estoy vendiendo:
! Mi ama está ya acostada,
i Inesillaen su aposento
A la cara y á las manos
Las da colación á un tiempo
Con linda pasa á la cara ,
Con linda almendra á los dedos;
Alli ronca en esta pieza.
Porque es gordo, el escudero,
Y como de aqueste cuarto
Hoy bemos mudado al viejo.
No puede el viejo sentirnos ;
Ahora bien , yo me resuelvo
A abrir, porque don Andrés
Me estará esperando : pruebo
A torcer la llave; ya
Está blanda al primer ruego.
¡Ah don Andrés!
Abre la puerta ij entra DO¡N A^DUES
¿Qué me dices?
Entra (¡uedo.
DON ANBRÉS.
¿Están recogidos?
HOCICÓN.
Si.
DON ANDUÉS.
Cierra esa puerta.
MOGICON.
Ya cierro.
¿Que intentas? (Cierra la puertti.)
DON ANUnÉS.
No lo preguntes.
MOGICON.
¿Qué ordenas?
DON ANOnÉS.
Yo nada ordeno.
MOGICON.
Señor, déjame salir
A la calle.
DON ANDRÉS.
¿Tienes miedo?
MOGICON.
Quiérole tener.
Sifi
r.OMEüUS ESCOGIDAS DE DON l'U\NCISCO ÜE BOJAS.
DON ANDntS.
Ahora
No pueJes salir.
hocico:*.
Yo pienso
Uue entre puertas y por li
He (le llevar pan de perro.
(Ap. Aíiui )o lie de ver de mi amo
l.os menores pensamientos.)
{Escomiese.)
DON ANDBÉS.
¿No acabas?
HOCICÓN.
Empiezo ya.
DON ANCHES.
¿So te vas?
HOCICÓN.
Ya te obedezco. (Vasc.)
DON ANDRÉS.
Esta es la mayor traición,
Este es el mayor despecho
(Jue en mudas lineas ocultan
El bronce y mármol eiernos.
Una traición ven^o á hacer
Indócilmente resuelto,
Que quien lo es con un amigo
\a> es también consigo mesmo;
Yo á la amistad y á la sangre
Itompo los heroicos fueros,
Con una llama, aun no amor,
una tema, aun no deseo.
Uoble estoy conmigo mismo,
liien discurro, yo me he hecho
Más oi'eiisa á mi en pensarlo
Que á don Juan en emprenderlo ;
Vuélvome, que esto es infamia ;
A templar la llama pruebo;
Na pase amorá ser torpe
l'ues no ha llegado i ser ciego;
Si mi lealtad se quebró
Torcida á un fácil afecto.
Yo he de soldarla otra vez
Con el mismo sufrimiento ;
Yo me vuelvo, abro la puerta.
MOGICON. (Ap.)
Vive Dios , que no le entiendo.
DON ANDRÉS.
i.Mas no es lo más intentarlo?
¿Haber entrado aquí dentro
No ps lo más? Si, lo mases,
Lo más es, pues, si es más esto,
l-uego la imaginación
Es más cómplice que el hecho;
Vuelvo, pues, en dos balanzas
Pesar este agravio quiero :
Con aquella obligación
En esta balanza he puesto
Aquella sangre ofendida ;
Y aquí mi amor... ¡vive el cielo,
IJue pesa esta voluntad
Mucho más que aquel respeto !
I'nngo a(|ui la conlianza,
Y aquí cargo mi deseo;
La lealtad vence al amor;
l'ues carguémosle este afecto
Déla privación, que ya
Es apetito, y con esto
Se rendirá esta balanza.
lündióse, no pudo menos;
I'ero en el peso hay error
Vue no tiene liel el peso.
Todos los hombres quisiera
l,iue oyeran este consejo :
A la mujer y á la dama
No la lie el que es discreto
Del amigo más seguro.
Que el trato, aunque no obre el ruego,
l.a privación, la llaneza.
Lo seguro, el poco riesgo,
La hermosura, la ocasión ,
Hacen tan seguro efecto.
Que si hoy no, mañana si,
Vienen á errar con el tiempo
En el delito los más,
Y aun el deseo los menos ;
Pues si en el mundo se hallan
Deste error tantos ejemplos ,
¿Seré el primero que borre
De la fe los privilegios?
Hesuelto estoy, vive amor ;
Ya deste observado freno
He roto los alacranes.
Miedo, vive el cielo, tengo;
Agora he echado de ver,
SI, porque hoy lo experimento.
Que en dos extremos que antes
Pensé que no eran extremos ,
No hace el miedo la traición
Que la traición hace el miedo.
En silencio está la casa,
Y allí Leonor en su lecho
A la muerte representa
Con la imitación del sueño ;
La luz malo, pruebo á entrar ;
Pero con matarla atento {Mala la luz.)
De un honor y de un amigo
Ladrón y traidor me vuelvo.
Porque el hurlo y la traición
Procuran la sombra luego. {Vase.)
HOCICÓN.
Entróse y mató la luz;
¿Qué hará mi amo allá dentro?
Pero saber qué no hará
Ks más difícil en esto :
; Ah don Audrés de Olfos vil !
¡Oh vil Galalon moderno.
Que en Koncesvalles de amor
Vendiste álu compañero!
¡Ab Judillas de la legua!
DOÑA LEONOR. {Deiilro.)
¡Padre! ¡Inés!
MOGICON.
Oigan, pues, esto...
DOÑA LEONOR. {Deiitro.)
;?nés , padre , Celia , Floro !
nOGICON.
No me llama; yo no quiero,
l'ues que no me mete en cuenta
Meterme con ella en cuentos.
Sale DON ANDHIÍS.
DON ANDRÉS.
Hacia aqui estaba la puerta ,
Salirme á la calle intento;
Turbado estoy, y no la hallo.
MOGICON. (.4p.)
Yo escurro hacia mi aposento. {\ase)
UON ANDRÉS.
¡Cielos , que no halle la puerta !
Sale DOÑA LEONOR medio desnuda.
DOÑA LEONOR.
No has de salir, vive el cielo.
Sin (jue mi jusla venganza
Dé á tu traición escarmiento.
Padre y señor, Inés , ; hola !
Saca una luz.
DON ANDRÉS. íAp.)
¡Yo estoy muerto!
DOÑA LEONOR.
¿No hay quien socorra el honor
De una mujer?
DON ANDRÉS. (Ap.)
¿Qué haré, ciclos!
DON GARCÍA. {Deiitro.)
Leonor da voces, y yo
A defenderla me esfuerzo :
Saltar quieto aquestas tapias.
Sale al tablado DON GARCÍA.
Ea; que yo te defiendo.
¿Quién de la mayor belleza
Profana el sagrado templo?
DON ANDRÉS.
(Ap. Vive Dios, que es don García
El que ha saltado : yo pruebo
A valerme de un engaño.)
¿Quién cruel y desatento
Se ha entrado en aquesta sala?
DON garcía.
I Que á darle castigo vengo.
I DON ANDRÉS.
Que vengo á darle castigo.
DON GARCÍA.
De tan grande atrevimiento.
DON ANDRÉS.
Jlataréle.
DON GARCÍA
Mataréle.
DOÑA LEONOR.
¡Padre! ¡Don Félix! No puedo
A mi pecho ni á mí labio
Dar más voz ni más aliento.
(Llaman dentro.)
Pero á la puerta han llamado.
Pruebo á abrir.
DON GARCÍA.
Matarle intento.
DON ANDRÉS.
Darle la muerte procuro.
DOÑA LEONOR.
Entre quien... ¡válgame el cielo!
(.Aire la puerta doña Leonor )
Sale DON JUAN con una iugia encen-
dida.
DON JUAN.
;Qué es esto, penas! ¡Qué miro!
DON ANDRÉS.
¡Qué es esto que veo, cielos !
DON GARCÍA.
Muerto estoy.
DOÑA LEO:^OR.
¡Sin alma vivo!
DON ANDRÉS.
¡Gran pena!
DOÑA LEONOR.
¡Viviendo muero!
(Pónese don Juan en medio de don .!«-
drés y don Garda.)
DON JUAN.
f.4p. Cuando al salir de Valencia
Encontré con un correo
Con quien me avisó un amigo
('«orno mí padre es ya muerto:
Cuando otra vez á Valencia
Solo á consolarme vuelvo.
En la desdicha mayor
Con otra mayor encuentro.)
Enigmas de nieve oscura
Mudas estatuas de hielo,
{Ahora á los dos.)
Por donde al pasar mis ojos
Resbalan mis pensamientos ,
^Cómo los dos en mi casa
{ A estas horas...
I DOÑA LEONOR.
¡Grave empeño!
Derogar. .
EOÑA t.EO^OR.
¡Mayor desJiclia!
DOM JOAU.
DOÑA LEOMOR.
¡Mal sin reiueJíü!
DOM JUAH.
DONA LEOMOR.
¡Insaciable pena!
DOM JOAn.
(lúe Ií;i iironiult'ado...
DOM AMORES,
¿Que espero?
OOM JUAM.
, lii favor de mi opinión
.\Ji liouur, que es rey de si mcsino?
^Iion Andrés, cómo no habláis?
DOM AMDRÉS.
Yo OS bablo con el silencio.
DOM JUAN.
Ooii la lengua de los ojos
iNiiuca está el agravio diestro;
A vuestra voz solicito.
DOM ANDRÉS.
Ya os acordáis...
BOM JUAN.
Hablad presto.
DON ANDRÉS.
Que esta tarde me encargasteis
ijue cuidase...
DON JUAN.
Ya me acnerdo;
Que digáis lo más procuro.
Que ese mal ja yo le entiendo.
DOM ANDRÉS.
Pues para que me entendáis,
Decirc s no más intento
Que oculto bailé á don García
Dentro deste cuarto mesmo ;
Que halláis desnuda á su esposa ;
Oue halláis desnudo mi acero ;
Pues respóndeos vos agora,
Que harto os he dicho con esto.
DOM ANDRÉS.
Vive mi pena, si, vive,
(,lue es inmortal , que es tan cierto
Mi ileshonor, como fué
Mi cuidado verdadero ;
Unn García entro á mi ofensa ;
¿Qué tardo' ¿fué me suspendo?
Malar debo á don García ;
Mas quiero saber primero.
Como ha entrado en esta casa ;
Para mejor convenceros
Satisfaced con la voz,
Si lio la embaraza el miedo ;
Ea, ¿no habláis?
DON GARCÍA.
Yo escuché
Quejarse en tardos acentos
A Leonor en este cuarto
I)e:de mí casa , y temiendo
AI;:UD riesgo de su vida,
U de su fama algún riesgo,
Sa:té esas tulpias y he entrado
Como osado caballero
A un empeño de su vida
V de su honor á otro empeño.
DUM JUAN.
{Ap. Esto bien pudiera ser,
í'eio aunque puede, do es bueno
Anteponer una duda
L.\ TRAICIÓN BUSCA EL CASTIGO.
A lo que miro tan cierto :
A éste he encargado á Leonor;
Este la ha querido un tiempo ;
Este es mí amigo, y aquel
No lo es ; luego yo no debo
Dar mas crédito a esta fe
Que dar crédito á este celo;
l'ero yo no he de dejar
Nada á la duda, y es necio
Quien castiga las ofensas
Sin averiguar los yerros.)
Uime, ínfelice Leonor,
{Ap. Mas también me yerro en esto.
Pues tú gozas tu hermosura
Y yo tu desdicha temo.)
¿Quién en tu cuarto, no temas,
Entró osado, intentó ciego.
Mariposa de tus rayos,
Uuscar tu llama por centro?
Di , ¿quién ha entrado?
DOMA LEONOR.
Yo estaba
En tu lecho y en mi lecho ;
Pero no importa á la duda
Beferirle mi suceso.
Uno destos dos que dudas
Oesta ofensa luya es dueño,
Y el otro de tu venganza
Vino á ser el instrumento.
Uno defendió tu honor,
Y el otro vino á ofenderlo ;
Pero como á escuras fué.
No puedo saber de cierto
Ni á cuál debo la traición
Ni á cuál la üneza debo.
DOM GARCÍA.
¿Til no me oíste dar voces
Cuando yo salté diciendo :
Yo te vengo á socorrer?
Di , ¿no es verdad ?
DO.ÑA LEOMOR.
No lo niego.
DOM ANDRÉS.
Di , cuando tú dabas voces ,
¿No dije airado y soberbio :
Yo te vengo á socorrer?
Esto, di, ¿no es cierto?
DOMA LEONOR.
Es cierto.
DON GARCÍA.
¿Luego yo te socorrí?
DOM ANDRÉS.
¿Luego soy aquel que vengo
A socorrerle ?
DON JDAM.
Callad,
Callad , que , viven los celos ,
Dioses que boy en mi coraje
Tienen la corona y cetro,
Que creyendo lo que ignoro,
Ignoro aquello que creo ;
{Ap. Pero don García es
Quien me ha ofendido, ¿qué espero?
Muera ; pero no sé cómo
Esta pasión aprovecho,
Cuando otra duda mayor
Mayor hace á mi desvelo.
Don Andrés , aunque es mí amigo.
Perdone este atrevimiento,
¿Cómo entró dentro del cuarto
Si no estaba el cuarto abíerlo»
Don García ya confiesa
Por dónde entró, y yo no veo
Por dónde entró don Andrés |
Luego iguales miro en ellos
A un tiempo los desengaños.
Cuando dos culpas á uu tiempo.)
DOM garcía.
Yo á socüirerla he venido.
DOM JUAN.
Este dice bien , y quiero
Dar la muerte á "don Andrés.
DOM ANDRÉS.
Tu amigo soy verdadero.
DON JUAN. (Ap.)
Este responde mejor;
Pero si mal no me acuerdo,
Don Félix, de Leonor padre,
Indignado, pero atento,
¿No se enojó cuando vino
Conmigo mi amigo? Luego
Tuvo aquella indignación
Reservado algún secreto.
DON GARCÍA.
Ea, ¿no vengas tu agravio?
DOM ANDRÉS.
Ea , ¿no indignas tu acero?
DON JOAN. {.Ap.)
Pues al entrar en Valencia ,
¡Oh qué agudos son los celos !
No supe que dos amantes
Idolatraban el cielo
De los soles de Leonor.
Luego bien puede ser esto.
Que esle sea el que no dudo,
Y esotro el que no sospecho;
Pues muera...
{Responden á una.)
DON GARCÍA. — DON ANDRÉS.
El que te ha ofendido.
DON JUAN.
Entrambos con un afecto
Se satisfacen y culpan.
DON ANDRÉS.
Yo te incito.
DOM GARCÍA.
Yo te muevo.
DOMA LEONOR
Uno es el que le ha ofendido.
DON JUAN.
Pues digo que...
DON ANDRÉS.
Ya le espero.
DON JOAN.
He de dar muerte...
DON GARCÍA.
¿Qué aguardas?
(Llaman dentro.)
DON JOAN.
¿Llamaron?
DOMA LEONOR.
Si.
DON JOAN.
Pues ¿qué haremos
DOÑA LEONOR.
Este es mi padre.
DON FÉLIX. (Dentro.)
Abre aiiuí.
DON JUAN.
Pues no es ocasión , yo (luicro,
Para castigar mí ofensa,
Dejar mí agravio suspenso.
¿Don García?
DON GARCÍA.
¿Qué mandáis?
DON JUAN.
A las tapias.
DON GARCÍA.
Ya obedezco.
i.\l] üüii Anilres!
¿Qué me quieres^
DON jom.
Veiiie conmigo.
DOM ANDRÉS. (.4p.)
Estoy muerto.
DOM JBAN.
Leonor, vuélvete á tu cuarto.
DOÑA LtüNüK.
Di , ¿qué es tu intento''
DOK ¡tiAn-
No puedo
D011 GARCÍA. (A¡).)
Yo satisfaré esta duda.
DON ANDRÉS. {Ap.)
Yo proseguiré mi intento.
DOÑA LEO'OR. {Ap.)
Yo ocultaré mi desdicha.
DON JUAN. (Ap.)
Yo examinaré mis celos.
DON garcía. (Ap.)
Yo á don Anilrés buscaré.
DON ANDRÉS. (Ap.)
Yo he de buscar el remedio.
DON JUAN. (Ap.)
Yo buscaré á don García.
DO.\A LEONOR. (_Ap.)
Vü be de ocultar el suceso.
DON GARCÍA. (.4/).)
¡Déme templanza mi pena!
DON ANDRÉS. (Ap.)
¡Déme mí traición esfuerzo!
DON JUAN. (Ap.)
¡üeme venganza mi agravio!
DOiÑA LEONOR. (Ap.)
(Denme paciencia los cielos!
TERCERA JORNADA.
Sale DON FÉLIX y DONJUÁN.
DON FÉLIX.
Solos estamos los dos.
Todo el suceso contadnie ;
Acabad don Juan.
DON JUAN.
Dejadme
Señor don Félix por Dios.
DON FÉLIX.
Que me recaléis no es bien
Un mal queme toca á mi :
¿No soy vuestro padre?
DON JUAN.
SI.
DON FÉLIX.
¿Y vuestro amigo?
DON JUAN.
También.
DON FÉLIX.
Pues templad ese desvelo
Con vuestro padre y amigo.
DON JUAN.
La ofensa pide el castigo,
Pero no pide consuelo.
DON FÉLIX.
A lo que habéis ponderado,
•-DÍAS ESCOGIDAS DE DON FílANCISCO
Lo contrario he presumido;
Nunca be visto mal sentido
Oue no se temple contado,
s á mi me ha de tocar
Ese agravio, quiero ver
Si llei;ándole a saber
Le alcanzase á remediar.
Los dos somos uno, y quiero
Por sanear mi opinión,
er yo mi indignación
is vos ponéis vuestro acero.
DON JUAN.
Pues en este cuarto...
DON FÉLIX.
¿Qué es
Nuestro agravio?
DON JUAN.
iOl) pena mía !
Hallé oculto á don García
Y turbado a don Andrés.
DON FÉLIX.
1 ¿No os fuisteis anoche ?
I DON JUAN.
Es Cierto.
DON FÉLIX.
¿A ver vuestro padre?
DON JUAN.
Si;
Supe una legua de aquí
Que era ya mi padre muerto ;
Yolví con pena mayor
A dar mi queja á mi labio,
Pero á costa de un agravio
Vine á templar un dolor.
DON FÉLIX.
¿Estaba Leonor allí?
DON JUAN.
Desnuda casi la hallé.
DON FÉLIX.
¿Y qué fué el suceso?
DON JUAN.
Fué
Que encontrando á los dos...
DON FÉLIX.
Di.
DON JUAN.
Debo en igual recompensa ,
I Por sanear mi opinión ,
! Dar castigo á la intención
I Como venganza á la ofensa.
DON FÉLIX.
De los dos quiero saber
A cuál la muerte has de dar.
DO:i JUAN.
Uno la vino á ayudar
Y otro la vino áofender.
DON FÉLIX.
Pues de los dos , di , ¿quién fué ,
Quien fué á tu sanüre traidor?
Di , ¿quién defendió tu honor?
Acaba, dilo.
DON JUAN.
No sé.
DON FÉLIX.
Culpa á aquel que te ha agraviado,
Y á tu defensor disculpa.
DON JUAN.
Cada uno tiene la culpa
Y ninguno es el culpado.
DON FÉLIX.
Pues bien sé yo que en Leonor
No caben indicios pues.
DON JUAN.
;Ay padre'dou Félix, que es
Muy vidrioso el houor!
DON FÉLIX.
A otra pena me provoco
<,lue esta duda me causó ;
¿Sabes que es la ofensa?
DON JUAN.
No.
DON FÉI.IX.
¿Ni quién te ofendió?
DON JUAN.
Tampoco.
DON FÉLIX.
Que va errado tu valor
Kn aqueste examen piensa .
Pues sin saber qné es la ofensa
Nadie busca el ofensor.
DON JUAN.
Saber primero prevengo
Cauteloso un tiempo y sabio.
Quién ha causado mi agravio
Que el mismo agravio que tengo.
DON FÉLIX.
Pues hijo don Juan...
DON JUAN.
¿Qué dices?
DON FÉLIX.
Ya es tiempo de hablarle claro,
Pues que el honor que es tan luyo
Es también honor de entrambos.
No te quiero dar consejos
Como padre y como anciano.
Que también conserva lilos
1,1 acero de los años.
Iras quiere producirte
Este decrépito árbol
Que por fruto de su honor
Produce venganzas tardo.
í?abe que a un tiempo los dos
Que á un mismo tiempo has bailado
En el cuarto de Leonor,
Con pensamiento viol.iron
l)e su honestidad el templo
V de su honor el sagrado.
Don García me ha pedido
A Leonor un tiempo, y tanto
Se procuró diligente
Mariposa de sus rayos.
Que á no estorbarle la llama,
Prudente como indi;, nado,
Del sol de Leonor hermosa
Fuera mi honor el ocaso.
Pues don Andrés...
Es I
Don Andrés
DON FÉLIX.
Ese reparo
Es muy de la confianza;
í^ed juez y escuchad el cnrgo,
Porque erraréis la juslícia
' En estando apasionado :
I Digo que á Leonor pretende
i Don Andrés.
DON JOAN.
Tened, que ando
Buscando alivio á mi pena
I y en todo el mal no le hallo.
,.Pues cómo vos de Leonor
.Me disteis la blanca mano,
Habiendo dos que intentasen
Lograr sus neutrales rayos?
DON FÉLIX.
Vos no estáis en vos, don Juan ,
Aunque en vos pruebo á buscaros ,
Muy bueno es <\\ie la lisonja
Mh Ij lonleis por agravio,
¿yue iLiño os liace que sea
^lueritla mi hija? Caso
liue ella amase i quien la quiera
Entraba bien el quejaros:
Si DO hubiera noche oscura
No fuera el sol estimado.
La Tirtuii , a no haber vicios ,
jTuviera quilates tamos?
No, que los opuestos lucen
De otros opuestos al paso.
Luego en ser Leonor querida
listar debéis más ufano,
Puesá no haber quien ia amara
No lacera su recato.
DON JIAN.
Que Leonor es hija vuestra
Es lo mus , y asi volvamos
A saber cuál Ue los dos
Es mi ofensor, cuando en ambos
If^ual disculpa procura
Cuando miro iguales cargos.
DOn PÉLIS.
Eso han de hacer los testigos.
iOué testigos?
DON FÉLIX.
Los criados
Que siempre lo son de vista.
DON ivky.
,Los criados» ¿Y si acaso
No lo saben?
DON FÉLIX.
Si lo saben;
nien podéis examinarlos,
Due siempre un criado estudia
Los errores de su amo.
DON JUAN.
¿Adonde esián?
DON FÉLIX.
Y» tengo uno
En ese cuarto encerrado :
¿Ab, lúes?
Sale INÉS.
I.NÉS.
Señor, ¿qué me ordenas?
DON FÉLIX.
Don Juan le llama.
INÉS.
Ya salgo.
DON FÉLIX.
Ea , examinalda cuerdo :
No OS irritéis indignado;
Lo que más queráis saber
Le preguntad como acaso,
V si por luz ó por sombra
Hallareis fácil cuidado
En Leonor (que aquesto es
Buscar mancha en el sul claro)
Aunque soy padre y ,<^oy viejo ,
Sabed que para este caso
íiuiero poner el acero
Cuando vos pongáis la mano. {Vase.
DON JUAN.
Déme mi valor paciencia ;
Pues á un mismo tiempo me bailo
l)e don Garcia dudoso,
Oe don Andrés engañado,
(Icceloso de Leonor ;
;0h llegue á ocasión mi brazo
t,iue con cobrar un castigo
Venga á reparar un daño!
INÉS.
Señor, aquí estoy, ¿qué mandas?
{Ap. ;Solo en esta sala! ¡Ualo!)
LA rn.MCION CUSCA EL CASTIGO.
DON JDAN.
¿Inés?
INÉS.
¿Señor?
DON JUAN.
¿Qué te turbas?
INÉS.
Es natural.
DON JDAN.
Yo be intentado
Saber de ti...
INÉS.
No sé nada.
DON JDAN.
¿Va respondes?
INÉS.
Para cuando
Me preguntes tener quiero
El secreto adelantado.
DON JDAN.
¿Es secreto?
INÉS.
Si , Señor.
DON JOAN.
Pues donde hay secreto bay algo.
I.NÉS.
No sé nada.
DON JUAN.
¡Vive Dios!
Que te haga dos mil pedazos
U toma estos veinte escudos.
INÉS.
No bay que tratar, no me hablo
Con esa gente.
DON JUAN.
;0h ! Por Dios
Que he de matarte.
INÉS.
Esto es malo,
Oe escudos á puñaladas
Va á decir uu tanto cuanto.
DON JOAN.
Toma.
INÉS.
Pues me has hecho el son
Con dineros que me has dado,
Que son citaras mejores ,
Vaya el tono.
DON JUAN.
Empieza.
INÉS.
Canto :
Señor, este don Garcia,
Aqueste vecino alano,
Que á la oreja de mi ama
l,e anda tirando bocados ,
llá seis años que la quiere.
DON JUAN.
Ya lo sé, y saber aguardo
Si Leonor...
INÉS.
Leonor es roca ,
Y es mi señora...
DON JOAN.
Habla paso ;
¿Nunca la ha hablado?
INÉS.
Eso sí ,
Las noches de claro en claro.
Los días de sombra en sombra
Los suelen pasar hablando,
Porque por esa pared...
DON JCAI«.
Di , acaba.
Vete despacio;
Han dispuesto un locutorio
Donde suelen hablar tanto
Por una quiebra que hace
Esa pared con un patio,
Conuj habla un entremetido
0 como habla un abogado
Cuando no tiene justicia
Que mete el pleito a barato.
DON JUAN.
¿Qué dices?
nÉs.
Lo que le digo.
DON JÜAl».
En On, ¿eso es cierto?
INÉS.
Es tanto
Que ayer fué la despedida ;
Hubo queja y hubo llanto.
Él dijo : ¿Ya te casaste?
Y ella : Si , ya me he casado :
Despidiéronse los dos...
DON JUAN.
Calla, calla, cierra el labio.
Que me ha partido tu voz
El corazón á pedazos.
Di, ¿cuando quieren hablarse
Qué seña hacen?
INÉS.
Yo la hago :
Cuando el deseo de hablar
Come á mi Señora , rasco
La pared , y desta suerte
La sarna de amor aplaco.
DON JUAN.
Pues llama á aquesta pared.
Que con una industria aguardo
Saber mi ofensor.
INÉS.
¿Qué intentar?
DON JUAN.
No repliques; ¡quién se ha hall.ulo
Cercado de tantas penas!
Acaba , llama. (Llama á la pared.)
Ya llamo.
DON JUAN.
¡Ap. Mal haya aquel que se casa
De tino ó de enamorado
Con mujer que no conoce ;
lin la tratada hay engaños ,
¿Qué hará en la no conocida?
Luego viene á ser en v^no
Dar tarde un medio á mis celos.
Cuando una muerte temprauo...)
(.Llamaste?
INÉS.
Sí, ya llamé.
DON JUAN.
Prueba otra vez.
{Llama otra vez , y no respoiiílen.)
Ya lo hago :
A esotros celos, Señor,
Que ese amante está cerrado.
¿Qué intentas hacer?
DON JOAN.
Prosigue.
INÉS.
1 .4/) Pienso que me han de estar carca
Los veinte escudos.)
DON CARCÍA. {Dentro.)
¿Quién es?
DONJUÁN.
1 1p. Cierto averiguo mi agravio.)
iti que eres Leonor.
-M comedí.
noM CAr.cÍA (Dentro.)
¿Quién llama'
INÉS.
Lioiior.
DON JUAN.
No llallíes laii alto.
Que conocerá la voz.
DOM caucía. (Üeiilro.)
,,Qué(iuieres?
INÉS.
A haljiarte llamo.
oONCArcÍA. (Dentro.)
¿Pues qué ncveilad es esta
Ouanilo esranios conciTlados ,
Tú de querer á don Juau
V JO de olvidarte?
DOS JUAN.
Cujndo una evidencia aguardo.'
Üi que anoche ¿cómo entro?
Sülo'
I preguntaros
¿tüiiio aiiüclie os ariojastes
A entrar a mi propio cuarto?
DON GARCÍA. (ÜCUtrO.)
Por cumplir la obligación
i'e un amor (|ue siempre guardo,
Porque nunca ha sido amante
yuicn se halla al rie.^go templado;
Por ti enlré, Leonor, por ti.
DON JUAN. (.Ip.)
iViven los cielos, villano.
Que lias de pagar con la vida
1.3 culpa que has confesado '
Por Leonor dice que entró.
DONGAncÍA.(Oe«/ro.)
Y á no ser porque indignado
Don .luán anoche estorbó
La ejecución á mi brazo.
Descontar pensaba en ¡ras
Cuanto iba á buscar en lazos.
DON JUAN.
¿Qué más claro puede hablar?
¿Quién se ha visto en tal estado.
Que sabiendo el ofensor
No satisface el agravio?
Pregunta , pregunta más.
Sale DO.N^A LEONOR, y encuentra:^
con don Juan.
DOÑA LEONOR.
(I/). En la pared he escuchado
Que ha llamado don García.)
Don García... ¡cielos santos!
¿Qué es lo que veo?
DON JOAN.
¿Qué miro?
Pescáronla.
(Empuña don Juan la daga.)
DON JUAN.
¿Qué me tardo?
DOÑA LE0^0R. (.1/;.)
Viva estatua soy de hielo.
DON JUAN.
(.1/). Muerta enigma soy de mármol )
,,A quien buscas?
DOÑA LKONOR.
Yo, Señor.
A vos , porque digo estando
Sin mi... JO si... si mi pena...
Al ruido... animóme en vauo :
Señor, á decirle vengo
AS ESCOGIDAS DE DON FRANCISCO
( 1p. Asi intento remediarlo)
Que don (^.arcia fue quien
Vino anoche á darme amparo.
DON JUAN.
,.Y para esto le nombrabas?
DOÑA LEONOR.
Si, Señor.
DON JUAN.
Yn se ba pasado
El indicio á la evidc cia,
Y la duda al desengaño.
,.V i'sa era tu inlencion? {Recio esto )
DOÑA LEONOR.
Si:
,.Du(las en mi fama , cuando
.Son los montes y los cielos
De lo que le estimo y amo
Testigos fieles de abono,
Y yo soy, bien me comparo,
Pija como sus estrellas.
Firme como sus peñascos?
Y esta pared es lestigo...
{Oye don García dentro la ro:.)
DON garcía. (Dentro.)
Siempre estoy yo conliado
Que me has querido, Leonor.
DOÑA LEONOR.
¿Qué es esto?
DON JUAN
¿Qué, te has turbado'
Como es la pared íestigo
lista respondiendo .1 cargo.
DOÑA LEONOR.
(.ip. Don García ha respondido.
Pues al honor acudamos;
Que esto importa , vive el cielo.)
Que miente traidor tu labio
Y tus pensamientos mientCD,
Sacrilegos y profanos
Yo á don Juan estimo y quiero.
Como amante le idolatro.
Tanto como á ilueño propio,
Y esto es tan seguro...
DON GARCÍA. (Dentro.)
Es claro.
DOÑA LEONOR.
Que anoche...
DON GARCÍA. {Dentro.)
¿No hubo en ti culpa?
DO.ÑA LEONOR.
Pues ¿qué esperas?
DON GARCÍA. (Dew/ro.)
Nada aguardo.
DOÑA LEONOR.
Pues déjame.
DON GARCÍA. (Oew/ro.)
Va te olvido.
I DOÑA LEONOR.
Pues vete.
DON GARCÍA. {Dculro.)
A olvidarle airado.
DOÑA LEONOR. (De rodillos.)
Si bastan estos despechos
Para soldar uo engaño.
Si estas lágrimas que enjngo,
Si eslas corrienies que exhalo
Üastan á templar tu incendio
Pues son lluvias de mi llanto,
Te pido...
DON JUAN.
Leonor, levanta ;
Inés , vete afuera.
INÉS.
Andallo.
DE ROJAS.
(■\p. Puesdíó en el lazo mi ama ,
Yo quiero roer el lazo.)
DON JUAN.
(.Leonor?
DOÑA LEONOR.
¿Señor?
DON JUAN.
No le turbes.
Que ahora contigo hablo
Si con pasiones de esposo.
Con atenciones de hermano;
De tí me quiero fiar.
Mira til cuan apurado
De tí , mí honor se halla en 11 ,
Que en tí procuro el amparo.
DOÑA LEONOR.
¿Qué intentas?
DON JOAN.
¿Tú no eres causa
De mi mal?
DOÑA LEONOR.
De tu cuidado.
DON JUAN.
(,Mi honor no es luyo?
DOÑA LEONOR.
Es mi honor.
DON JOAN.
..No eres noble?
DO.ÑA LEONOR.
Al caso vamos.
DON JOAN.
En ti no puede haber mancha.
DOÑA LEONOR.
Es ponerla en el sol claro.
DON JUAN.
Pues ayúdame á saber
Mi ofensa , para que un daño
liesiaurecon un consejo;
Dime aquel que ha procurado
Violar de tu fama el templo
Que es de la mía sagrado ;
Los cargos que hizo la duda
Me descuenta con el labio,
Sanéame con la voz
La injuria que me has causado,
Y en esta ofensa que es tuya
Y en este honor que es de entrambos
Pues por ti tengo la ofensa.
Tenga por ti el desagravio.
DOÑA LEONOR.
Pues si así...
DON JUAN.
Mí mal se cura.
DOÑA LEONOR.
¿Piensas...
DON JOAN.
Atajar un daño.
DOÑA LEONOR,
Soldar...
DON JUAN.
Un yerro de honor.
DOÑA LEONOR.
Oye la pasión al paso
Que has entendido la duda.
DON JUAN. :
Di tu mal. ^
DOÑA LEONOR.
Ya le declaro.
Ya sabes, dueño mió.
Móvil que rige lodo mi albedrfo,
Que fué lance forzoso [mi esposo;
Verme á un tiempo, y á un tiempo ser
Ya te acuerdas que nunca el mal se ol-
[vida,
;0h cómo se renueva aquesla herida I
(pineal jdniilirte dueño, aunquelirano,
Krru mi MI/, cuando acertó mi mano;
Ya sientes lo que anoche lia sucedido,
Auiuiue no es este mal para sentido,
Que de honor cuando aqueja un acci-
[deule
No sé yo cómo vive quien lo siente :
Fuislcle, pues, ayer, larde lo lloro,
Dejándome encargada á mi decoro.
Porque yo viva en ni , firme y segura,
Que esta" defensa tiene la hermosura ;
Y, al Un, ya de mis lazos apartado,
Llevándote contigo tu cuidado
De la seguridad blando enemigo...
DON ji;an.
Acaba , dime el mal , Leonor.
DOÑA LEONOR.
Prosigo :
Cerró la noche, y vino tan oscura
Que se Vislió el color de mi ventura;
liuscoel lecho al descanso, admito el le-
[cho,
Wiw L-ampaña en que lidiando el iiechu
niií- lü por más victoria
l.eiiia (le la campaña la memoria; [ño,
i; ui.'roenu'añar tu ausencia con misue-
("'.onliciciiio Uitigas por beleño,
1,'iicarceló con quejas bien extrañas
1,0? ojos en la red de las pestañas,
Y ül ini tar la imagen enemiga.
Fué fatiga vencer á la fatiga.
Malo una Inz , achaque del desvelo,
Doy á la duda piar, i de recelo,
' Y oigo, asustada desla maravilla
I' Que el nogal se quejaba de una silla,
¡' U (le algún peso nuevo que le inquieta
l)(le üquella prisión de la baqueta;
: I lene on á todos mis oidos ,
iiipre están aldaño prevenidos,
1" con el miedo,
: I mis temores cuanto puedo,
> lije jbi por torpe, aun más que feo,
1 r(p| ezoeii esta silla algún deseo? [do,
l'iuebo a escuchar, y dudo lo escucha-
Viulvu otra vez ¿entrar en el cuidado,
Vl-Tiue el susto á mi pasionasombre,
r rii respiración colijo á un hombre,
i'ur il ijue entró pisaba tan atento
Que ai:tes que el paso le escuché el
lodo el valor se asombra, [alíenlo:
Y como la traición busca la sombra.
Conozco la traición , olvido el lecho,
[lusco la vela, muerta á mi despecho,
Y como llamas de valor respiro,
La procuro encender con un suspiro;
Buscar quieren la puerta mis enojos,
Y el tacto hallé más torpe que los ojos:
Cuscáiíame el traidor, no me hulla lue-
Conamorysinluz,dosvecesc¡ego,[go,
Vestime mal vestida á escuras irato,
Pero écheme á perder con mi recato.
Pues aunque ni me hallaba ni me oin.
La seda le avisó cuando crujía; [ha.
Llegarse iiilenla, y aunque me aparta-
El ruido le decía dónde estaba ,
Y como siempre en estas aveninras
Son las manos los pies del que anda á
BON- JUAN. [escuras...
Dilo, acaba , Leonor.
DO.VA LEONOR.
¡Dolor tirano!
MI mano tropezó sobre su mano, [des,
(Ap. Partida tengo el ulma en dos mila-
Agora es tiempo de decir verdades.)
DON JL'AS.
UI , ¿qué aguardas?
DOÑA LEONOR.
Decirte el mal espero.
DONJUÁN. [Ap.)
No puede ser major que yo le iuliero.
LA TR.Mf.lON BUSCA EL CASTIGO.
I DOÑA LEONOR.
Digo, Señor, que como es (¡qué inlen-
Madre la sombra del atrevimiento, [lo!)
Esta es temeridad.
DON JUAN.
Prosigue, acaba.
DOÑA LEONOR.
Y como yo no vi lo que intentaba ,
Teniendo con mis manos á sus manos,
Sus intentos villanos
Kesisti valerosa, estorbe fuerte
(Este consuelo me evitó la muerte),
Y aunque vencí su queja y su porfía,
Y aunque atajé á su mano la osadía ,
Viéndose ya empeñado y no admitido
(¡Oh lo que í lenta un hombre aborre-
[cido!),
Va que rendir no pudo esta muralla...
DON JUAN.
No me digas más señas , calla, calla ;
En vano el labio y el dolor empeñas.
Que un desdichado no ha menester se-
[ñas :
¿Y sabes , di, cuál es aquel que ha sido
Quien en lo más posible me ha ofendido
De los dos que encontré? Porque quí-
DOÑA LEONOR. [síera...
Entrambos pueden ser.
DON JUAN.
¿De qué manera?
DOÑA LEONOR.
Porque entrambos raí amor han pre-
[tendido.
DON JUAN. (Empuña la daga.)
Viven los cielos, que pues te han queri-
DOÑA LEONOR. [do...
Deten , Señor, la ira rigurosa ,
¿Qué culpa tengo yo de ser hermosa?
DON JUAN. [na.
Dices bien que esta ira es muy tempra-
SaU DOÑA JUANA.
DOÑA JUANA.
¿Doña Leonor?
DOÑA LEONOR.
Amiga doña Juana.
DOÑA JUANA.
¿Qué es esto?
DOÑA LEONOR.
¿Qué ha sucedido?
DOÑA JUANA.
Don Juan, yo vengo á avisarle.
Si en tu valeroso pecho
Caben discretas piedades.
Que airado como prudente
Un riesgo á mí vida atajes ,
Para ignorado imposible
Y para avisado fácil ;
Aquel criado que ayer
Entró en casa á acompañarte ,
El que ahora á ti te sirve
Y á don Andrés sirvió antes ,
Habrá dos horas que entró
En mí casa á preguntarme
Si hablar puede á don García :
Dijeque no, y al instante
Me dejo aíjucste |)apel :
Yo que en su propio semblante
Saqué indicios para el riesgo
Ypara el dolor señales.
Abro el papel de mí hermano
De curiosa y no de amante,
Para hacer en sus rengh.iies
De mis dudas el examen,
j Y veo que don Andrés
I Eiivia a desaliarle
Detrás de los religiosos
Descalzos iiue alberga el Carmen :
Aquí hay dos riesgos á un tiempo
Tan posibles como grandes:
Si mi hermano sabe el duelo.
Si que ha escrito el papel sabe,
Ha de dar con un castigo
Satisfacción á su sangre.
Si no le enseño el papel,
Don Andrés ha de juzgarle
ü remiso en el empeño,
O en la venganza cobarde ;
Decirle que salga es yerro,
lemerídad no evitarle;
No avisarle, no es decente;
Pues para que no se mancheu
Con las nieblas de la infamia
Dos rayos de honor solares ,
Te pido que al campo vayas,
Y que evites arrogante
O que temples reportado
De estas iras incapaces
Estos carbones que atiza
El soplo de un viento fácil ;
Y, en lin , como agradecido.
Supuesto don Juan que sabes,
Que por tu honor don García
Con justas temeridades
Salló esa tapia á las voces
Que extraño el viento volcanes
Que Leonor exhaló en quejas;
Y pues anoche fui parte
Que se arrojase á mi ruego
Y á su queja se obligase ,
Keconipensame esta deuda
Con este favor, porque halle
El amparo en tu prudencia
Que tú en don García hallaste :
Don Andrés digo que espera
En el campo, pues no aguardes
A que otro segundo aviso
O le provoque ó le ultraje.
Yo te obligo, tú eres noble.
De ambos' es igual la sangre,
Y es fuerza que tus aceros
Se indignen también iguales,
Y' asi...
DON JUAN.
Espera, doña Juana;
Dime ahora, ¿lú e.scuchaste
Quejar á Leonor anoche?
DO.ÑA JUANA.
Vo la escuché.
DOS JUAN.
Vdi, ¿fué antes
Que saltase don García?
DOÑA JUANA.
Antes fué que él se arrojase.
DON JUAN.
¿Luego don Andrés fué quien
l''ué á mi amistad y á mi sangro
Dos veces traidor amigo?
De una industria he de ayudarme.
Con ()ue he de darle el castigo ;
,,Dónde dices que está?
DOÑA JUANA.
I Al Carmen
j Descalzo dice el papel.
DON JUAN.
¡Vive Dios , que he de matarle I
A evitar tu riesgo.
DOÑA LEONOR.
i «Qué es lo que intentas?
?j2 comedí
DOl» JUAN.
Vengarme.
DOÑA JUAN».
Primero es aqueste eiii|ieiio.
DOM JUAN.
También intento evitarle. ( Vase
DO.XA LEONUH.
¿Tú qué lloras?
DOÑV Jl'A>'A.
til temor.
DOÑA LtONÜIl.
¿No has de reprimirle?
DOÑA JUANA.
Tarde.
DOÑA LEONOR.
¿Quién le causa?
DOÑA JUANA.
Don Andrés.
DOÑA LEONOR.
¿Por qué ocasión?
DOÑA JUANA.
Fué mi amante.
Mi bermano y él son mis penas.
DOÑA LEONOR.
Tu hermano y él mis azares.
DOÑA JUANA.
Acábese este tormento.
nOÑA LEONOR.
Para que el niio se ataje.
DOÑA JUANA.
Mas, ;ay Leonor!
DOÑA LEONOR.
¡Ay amiga!
Que para que no se atajen,
LAS DOS.
Fénix es cada nial de nuestros malí
Que de lo que unos mueren olios nace
Sale MOGICON.
MOGICON.
Señores, en puridad,
F'erdónenme lo atrevido.
Yo á preguntar he salido
Una gran dilicultad;
Yo he de parecer menguado
Si no parezco importuno;
Reyes mios, ¿hay alguno
Que haya estado enamorado?
La honra apostaré aqui ,
Y aun la vida he de poner,
Que no hay hombre ni mujer
Que no me diga que si.
¿Cómo se puede creer
Ver á un amante decir.
Que ni ha podido dormir
Ni que ha podido comer?
Esta es cosa que me acaba
Porque llega á ser creida;
No tuviera la comida,
Viéramos si enamoraba.
Di , amante de Barrabás ,
Nombre debido á tu llama ,
¿Cómo en gozando á la dama
Cenas mucho y duermes más?
Almibarado amador,
¿Que se hizo tu voluntad?
¿Ves cómo tu enfermedad
Kra tema y no era amor?
Señores mios, yo creo,
Itcviente aijuesta postema ,
Que cualquier amor es tema
'i cuando más es deseo ;
Jamás he visto querer
Hombres que andan ocupados,
Los que están enamorados
,\S ESCOGIDAS DE DON FnANClSCO
Es que no tienen qué hacer ¡
Y si á otra luz sus errores
Quieren ver claros también ,
¿Cómo nunca quieren bien
Poetas nijugadores?
Que no hay quien ame contomjjlo
' Si no le va el pundonor.
Y don Andrés, mi señor,
Les sirva á todos de ejemplo-;
Por él solo he colegido
Kste discurso apretado,
pues que no admitió rogado
A la que ama aborrecido;
Y el no poderla gozar
Sirve de iiiDujo a su estrella ,
Y no hiciera caso della
Si la pudiera alcanzar.
Pues si apurado en rigor
El amor que activo quema.
No es amor, que sólo es tema ,
Luego es tema y no es amor.
Ah , bien haya yo, que quiero
Amante á las damas grato,
Con prevenciones de gato
Por Enero y por Febrero;
Aunque tuviese á la mano
Bergantas de dos en dos ,
En mi vida, juro á Dios,
Dije requiebro en verano ;
Kn aiiueste gusto fundo
Mi regalo y mi quietud.
Que primero es mi salud
(,iue todo el amor del mundo;
IJama cjue me ame liel
No me ha de costar un paso ;
Pero volvamos al caso,
Que andamos muy fuera del.
Con una intención extraña
Que pasa á resolución ,
Don Andrés, el Galalon,
Me ha traído á esta campaña,
Y sobre esa margen tria,
Que es marco de flores ya ,
En el claro arroyo está
Esperando á don Garcia ;
Que hau de reñir imagino,
Y por si hallo un caminante
Que meter quiera el montante,
Me he venido hacia el camino;
Mirar quiero desde aqui
Si hallo lo que he deseado.
jUon Garcia el desafiado
Ks aquel que viene allí !
Él viene ya : ¿reñirán?
Ella es grande boberia;
Pero aquel no es don Garcia,
¡Vive el cielo! que es don Juan :
Ahora es menester arte
Para escurrirme no más.
Sa/e DON JUAN.
DON JUAN.
;Ah Mogicon! ¿dónde vasí
UOGICON.
•^eñoT, á ninguna parte :
¡bate á buscar.
DON JUAN.
Y yo
A buscarte vengo aqui :
,,Qué haces en esta campaña?
UOGICON.
He salido á divertir
Un hipocóndrico mal
Por uno y oiro jardín.
DON JUAN.
[Ap. Aqueste pienso que ha sido
Causa de mi mal , y asi
I Lo que á mi venganza vi
i No he de callar á su oído.)
.Traidor infame! (Saca ¡a dag(
DE ROJAS.
HOCICÓN.
¡ Señor !
DON JUAN.
¡Vive Dios! que has de morir.
{Ap. Mi industria valga a mi mal.)
HOCICÓN.
Señor, ¿en quién te ofendí?
DON JUAN.
Tú , traidor, tu fuiste, aleve.
El que anoche pudo abrir
Porque entrase don Garcia.
{Ap. Esto le quiero decir
Porque confiese si acaso
Fué don Andrés ¡ay de mí!
Que viendo el fin de mi honor
No hallo á mi venganza fin.)
¿Por qué le abriste? Di , acaba;
Si no procuras que en ti
Tome de tantas ofensas
Justa venganza y feliz.
MOGICON.
Señor, el diablo me lleve
Sí fué don Garcia.
DON JUAN.
I Di:
! Si fué don Andrés, no importa.
I MOGICON.
! Pues á don Andrés abri.
I DON JUAN.
¿Cómo fué? {Ap. ¡ Oh traidor amigo?)
MOGICON.
Como me rogó... Si aquí
Quieres que te hable más claro
Y más alto que un clarín ,
Eiivaina la daga alioia.
Que en viéndola relucir,
Desluinbradas mis palabras
No han de acertar á salir.
(Envaina la dagn.)
DON JUAN.
Di , que ya envaino la daga :
Pues prosigue.
MOGICON.
Ahora si.
Señor, este don Andrés ,
Este amante matachín ,
Kl que al tono del amor
Baila un tiempo aqui j allí.
Para quien , si no me engañan
Las palabras que le oí.
Es la mejor, la que es más
Difícil de conseguir;
Aun no bien anochecido
Me vino á casa á pedir
Que le abriese la una puerta;
Cuando yo le obedecí,
Kntróse paso entre paso
l'an ciego, según le vi.
Que aun de su propio sombrero
No echó de ver el candil;
Cerró la puerta primero.
Pisó luego tan sutil
Que en los propios movimientos
Sus intentos conocí:
Sopló una luz que allí estaba ,
Hecho corchete de si,
Y á la alcoba de Leonor
Fué tanteando dealbañil;
Llegó dentro, escuché voces.
La bola en esto escurrí.
Tú te piensa lo demás ,
Que eso no me toca á mi ;
V pues soy puerco en decirlo
V llegó mi san Martin ,
Deja que me vaya ahora ;
Ya don Andrés viene allí.
El te dirá lo demás,
.) ; Pues nadie podrá decir
I ,\' I Inri como el SI quiere.
I I s.: ,1a Deigenitrix
I , . I |iie de (antas dudas
'i ,, MI iiielibrede li (V«st>.)
Von Juan, empiiiiaiiílii la espada, se
va á DON ANDRÉS.
DON JUAN.
Pues que sabid.is están
Mis dudas, ¿.qué aguardo , pues?
Malar quiero á don Andrés.
DON ANDBÉS.
Vi i^ Id perdono, don Juan.
nn.i JOAN.
Si. 1 pora e'^te castigo
i.j ' ~|ijda , que esto tía de ser.
DON ANDRÉS.
^'h¡r os lo que queréis hacer?
DON JUAN.
Dar la muerte á un falso amigo.
DON ANDRÉS. (Ap.)
(lui' fué Mogicon iiillcro
(Juicn le contó mi traición.
DON JOAN.
Nn psiámi resolución
Para esperar vuestro acero.
Ac;ihad : ¿áqué esperáis?
DON ANDRÉS.
(.1/1 Sin duda se lo ha cornado.)
Sefr r .Ion Juan, ¿qué os lia dado'
¿laiiiliien conmigo os tiráis?
DON JLAN.
S;[i '•! OS he de matar
Si no sacáis vuestro acero.
Pues esto ha de ser primero
En salud me he de curar;
¿No queréis , pues , desta suene ?
DON ANDRÉS.
P^r cr:id , don Juan , ¿qué hacéis?
SüIm'I Inque me debéis,
Y daliiic luego la muerte.
DON JUAN.
Ps ohligacion , decid
'. |iir me intentáis templar,
iji luego os he de malar.
DON ANDRtS.
^1 Ib muy fácil, pero oid :
A; : 1^ desta ciudad
ti hiisies, a.ver apenas
.\ :ii nm|ianaros salí
M • ii:i l('?ua de Valencia,
i.iiaudo al volver á cuidar
Dj una obligación que es vuestra.
Une algún diablo me metió
En saber vidas ajenas.
Llegué con la noche oscura
Exuniinando las puertas
Y rejas de vuestra casa .
Y hallé á don Garcia en ellas.
Con Inés, una criada
De Leonor, dándola quejas
De vuestra esposa, diciendo
tjue, ya que su amor desprecia ,
Lo que no ha podido el ruego
Ha de alcanzar l;i violencia ;
Que esta noche per las tapias
Pretende asaltar la fuerza
De (pieeii vuestra aiisuncia fui
('■eneral y centinela;
Y dándole Inés entonces
Esperanzas algo inciertas.
Que esto de dar esperanzas
Es uso de los que tercian ,
Se apartó de la ventana,
Y como la noche negra
Ko les permitió á loa ojos
LA TBAICION BUSCA EL CASTIGO
Sombras de la sombra apenas.
Aunque escuché á don Garcia
Quiso mi infelice estrella
Que sin (pie le viese entrar,
I onio osla su casa cerca,
Deiilro en su casa se entró ;
V en este despecho, en esta
Prisión del honor, tan lince
Vde una venganza ciega.
Solicito á Mogicon
V ruego que abra una puerta
De tu casa : obedeció;
Entré con silencio en ella ,
.Maté una luz que la sombra
Es de la venganza seña.
Salta en esto don Garcia
Las tapias, llegúeme cerca ,
Todo el acierto en mis pasos ,
La ira en mi mano dicslfa ;
Quéjase Leonor, yo llego ;
Pero él viendo que se queja ,
Se hace dueño del amparo
Siendo dueño de la ofensa ;
Entraste (pero no quiero
Pedirle que me agradezcas
De mi amistad y mi fe
Las debidas recompensas),
Lo que agradecer me debes
Es, que por curar tu olens;; ,
En la campaña esperaba
A lomar venganza fiera
Dol tirano don Garcia .
Puesto que manchar desea
A tu fama , que es mi fama.
(.4/). Miento, vive el cielo, ipic cía
Por sepultar con su muerte
A mi traición torpe y fea.)
Pero supuesto que ahora
Darme injusta muerte intentas ,
Saca en buen liora la espada ,
V antes que tú saques , reza
Por ti , que en dándote muerte
Haré por ti lo que pueda.
DON JUAN. (.4;).)
A no saber que á Leonor
Quiere don Andrés , creyera
Que es verdad lo que me dice ;
Ya pasa á ser evidencia
Esta verdad : ¿qué razón
Puede haber para que entienda
Que lio es traidor don Garcia
V ijue don Andrés lo sea?
DON ANDRÉS
(Ap. Otra cosa hay que curar:
No le ha de quedar sospecha .
Que sagaz , aunque traidor,
Mi ingenio no le resuelva.)
¿Quieres ver cuanto me debes?
Que mucho ánles que vinieras
De Flándes quise á Leonor,
V aun no fuiste dueño della
Cuando dol fuego de amor
Fué ceniza la materia.
(Ap. Digo que aqueste es leal ,
Y aquesta enigma cubierta
Que erró su ciega pasión.
Ha descifrado su enmienda.)
Vo si á matarte venia
Fué justo enojo mi queja.
Que no es razón que tú lomes
La ven.(;3n7.a de mi afrenta ;
Biienoquedára mi honor
Si tú la muerte le dieras,
Vo be de ser quien le dé muerte.
DON ANDRÉS.
Pues la ocasión aprovecha ,
Que aqui le espero que llegue.
No vendrá.
DON .
DON ANDRÉS.
Que venga es fuerza.
DON JUAN.
No puede ser.
DON ANDRÉS.
üí, ¿porqué?
DON JUAN.
Yo lo sé; sólo quisiera
Que me dieras un consejo.
DON ANDRÉS.
Prosigue.
DON JUAN.
¿ De qué manera
Daré muerte á don Garcia?
¿Parécete á ti que sea
Llamándole á la campaña ?
DON ANDRÉS.
Calla , que es pregunta necia ;
Por()ue ha de ser la venganza
Del modo que fué la ofensa :
¿Su ofensa no fué traidora?
DON Jl'AN.
Traidora fué ; pero sepa
Cómo he de poner venganza.
DON ANDRÉS.
Di, ¿no entró en tu casa mesnia
Por las tapias?
DON JUAN.
Asi es.
DON ANDRÉS.
Pues por las tapias intenta
Entrar también en su casa ,
Cobra tu castigo en ella ,
Que herir por los mismos filos
Es del agravio destreza.
DON JUAN.
Si, ¿pero yo he de matarle
A traición ? Di , ¿ porque él sea
Traidor he de ser traidor?
DON ANDRÉS.
Esas bizarrías deja
Para honrados pundonores.
Mas no para las afrentas.
DON JUAN.
Pues si es hora, amigo, vamos.
DON ANDRÉS. (Ap.)
Proseguir mi engaño es fuer¿a.
DONJUÁN.
Hoy con toda mi venganza
Todo mi honor se carea.
DON ANDRÉS. {Ap.)
Por encubrir un delito,
¡Qué de traiciones se esfuerzan !
A mi me importa matarle.
Darle la muerte quisiera.
DON ANDRÉS.
En lin , ¿qué es lo que dispones?
DON JUAN.
Presto aguardo que lo veas.
DON ANDRÉS.
Ya hemos llegado á su casa.
Saltemos las tapias, ea.
DON JUAN.
Gracias doy á mi fortuna .
Que sé el dueño de mi ofensa;
Pues, don Andrés, al castigo.
DON ANDRÉS.
Quiera el cielo que le veas.
OON JUAN.
Porque te deba un honor.
DON ANDRÉS.
Porque una vida te diba.
DON JUAN.
Payuele honor el consejo
nON A>DRÉS.
No quiero que le agradezcas ,
Pues mas me importa su iimerle
Que á ti tu venganza mesniíi.
(Vanse.)
Sale DON' GARCÍA.
DON CAnr.i\.
¡Hola , criados ! ¿ Qué es esto?
No hay nadie en aquestas piezas;
Toda la casa está á escuras ;
Kntrar quiero á ver si en ella
Ha dejado alguna luz
Inés; como es tarde es fuerza
Que esté Juana recogida ;
Ir á su cuarto quisiera. {Vnse.)
Salen DON JUAN Y DON ANÜlilCS.
Ya hemos saltado á la casa
be don García.
DON ANnm':s.
Pues llega
Tan quedo para el casiigo
Que á ti propio no te sientas.
La casa es de don García
La que descuidada y quieta
b;stá ensayando en el sueño
La imagen de la tragedia.
Los dos á huscar entremos
Tu ofensor.
DON JUAN.
Detente, espera;
Temor llevo, vive el cíelo.
DON ANDnÉS.
Vive el cielo, que me pesa
Que lo que oculta tu pecho
Llegue á confesar tu lengua.
DON JUAN.
Valor es este temor.
DON ANDRÉS.
, Valor es ! ¿De qué manera?
DONJUÁN.
Como no es valiente aquel
Que siendo traidor, no tiembla.
DON ANDRÉS.
La venganza no es traición.
DON JUAN.
Dices bien ; mas considera
Que á mi no me toca ser
Traidor porque otro lo sea.
DON ANDRÉS.
¡Discreto estás y agraviado!
Mucho temo que no puedas
Acertar con la venganza
(Uiandii el agravio confiesas ;
Pero entremos á matarle.
DON JUAN.
Píen dices , bien me aconsejas ;
¡Muera el traidor!
DON ANDRÍS.
Muera, amigo;
Tú propio tu agravio venga :
Vil entro adelante por ver
Si le hallo.
DON JUAN.
Í.Qué aguardas?
DON ANDRÉS.
Llega.
{Vanse á escuras lenlando .)
(.t/i. Sepultare mi traición.)
ESCOGIDAS DE DON Fn.VNCISCO DE HOJAS
DON JUAN, (.Ip.)
Sanar podré mi dolencia.
Sale DON GAKCÍA á escuras,
diciendo
DON GARCÍA.
Entrar procure á mi cuar
Y apenas llegué á la puerta.
Cuando pasos he sentido
En esa segunda pieza.
¡Ah , doña Juana ! ¿ No abrís?
¡Hola, Silva!
Sale DON ANDRIÍS con la daga
nuda á la puerta.
DON ANDRÉS.
Ilácia aqui suena
De don García la voz.
DON garcía.
(,No hay
Quién responda?
DON ANDRÉS.
Si esperas
La voz de mi ardiente acoro
Te podrá dar la respuesta.
Sale DON JUAN con la Onga cu h
no buscando á don Gurda.
DON GARCÍA.
¿Hermana? Nadie responde.
DON JUAN.
O fué ilusión de la idea,
DON GARCÍA.
Ya es fuerza ,
Porque he sentido pisadas.
Irá esta cuadra primera
Por ver si encuentro la luz.
DON ANDRÉS.
¡Ahora, ahora, violencias!
Morirá si aquí le encuentro.
DON JUAN.
Si llego á encontrarle, muera.
DON ,
Él llega
Y'a yo le tiento :
¡Cobarde! Desla manera
üecompensará mi acero
Los indicios de mi ofensa.
DON ANDRÉS.
Muerto soy.
(Dale á escuras don Juan ú don .indrc:
y cae locp ahajo, y tápale la boca dui.
Juan con la capa.)
DON JUAN.
Cierra los labios;
Y si hablar mejor deseas,
lioca tienen tus heridas
Pues está mi agravio en ellas;
La cara le he de cubrir.
DON ANDRÉS.
Advierte...
DON JUAN.
En vano le quejas.
DON ANDRÉS.
Que yo he tenido la culpa.
DON JOAN.
Ya está pagada la pena.
DON ANDRÉS.
Pésame haberle ofendido.
DON JUAN.
Pues también ipiiero que sopas
Que me pesa darte muerte ;
Mas perdona , aunque me pesa.
Ya murió, buscar pretendo
A don Andrés; aquí afuera
Ha de estar.
{A la puerta Mogicon.)
MOGICON.
Abrid aqui.
DON JUAN.
Llamando están á la puerta.
MOGICON.
Yo le vi saltar las tapias.
DON JUAN.
Los dos mi venganza vean.
DOÑA LEONOR. {Oentrv.1
Abre, doña Juana.
DON JUAN.
¡Oh cielos!
También mi esposa es aquella :
¿Qué importa? Yo me despeche
Valencia y el mundo sepa
Que di muerte á don García
Porque intentó con violencia
Violar de mi bouor el templo.
Salen DON GARCÍA con luz-, DOÑA
LEONOR , DON FÉU\, D0?!A JUA-
NA, LNÉS Y MOGICON.
DON GARCÍA.
Engáñase aquel que piensa...
DON JUAN.
¡Cielos ! ¿qué es esto que miro?
DON GlRCÍA.
¡Qué ilusión , cielos , es esta !
UON JUAN.
Erré y acerté el castigo.
DON JUAN.
Salté á darte muerte en ella ,
Y errando la medicina
Vine á curar la dolencia.
DON GARCÍA.
¿Cómo?
DON JUAN.
Él fué quien me ha ofendido.
DOÑA LEONOR.
¿Quién telo ha dicho?
DON JUAN.
Su lengua.
MOGICON.
Las de Ogaño y las de antaño
Pagó de aquesta manera.
La tro
DON JUAN.
bu.sca el castigo.
DOÑA JUANA.
La culpa busca la pena.
DOÑA LEONOn.
¿Estás satisfecho?
DON JUAN.
Si.
DOÑA LEONOR.
¿Pues qué es lo que ahora in
DON JUAN.
Que tan prudente senado
Perdone las faltas nuestras.
SANTA ISABEL, REINA DE PORTUGAL.
REY DinNiS.
REINA SA.NTA ISADEL.
RAMIRO, gala»-
PERSONAS.
I TARABILLA, grados.
CARLOS, galán.
bLANCA, (lama.
I SIENDO.
IJN SOLDADO.
UN ARTlKlf.E.
.lORNADA PRIMERA.
^ i/f por una puerta toda la compañía
,y.;íí/-i memoriales al REY WONlS,
j ¡¡¡íeyselos vaya dando á OAIt-j
Litü, su privado. Sahja UN SOLDA
DI I V MENDO.
MtMJO.
Yo soy Mendo de Moneada ,
Vasallo liumilde y Hel;
A viieslra esposa Isahel
He servido en la jornada
Cuando vino de Aragón;
V á vos con afecto igual
Seis años en Portugal :
Pido UD gobierno.
BET.
Es razón.
{Joma el memorial y dásele á Carlos
SOLDADO.
Yo soy Vasco de Meueses ,
Admire en mi vuestra alteza.
No mi valor, mi pobreza;
I Ya lie trocado los payeses
A aqueste pobre vestido :
Lu!< blasones que adquirí
I OH i:i pobreza perdí;
noble os he servido.
j India del Oriente
vincias sujeté
lias besan el pié
Al liiipcrio de Occidente.
íaii'us ludios...
BET.
Dien está,
Connzro vuestro valor :
D.iJiiie el ineniorial.
SOLDADO.
Señor...
j {Dale el memorial y el Rey á Carlos.
I Rcr.
I Carlos os despachará.
SOLDADO.
En tardando, no es igu:il
La currespondeocia aquí : !
Yo puntual os serví |
Pagadme vos puntu.il. |
REY. I
Él verá lo (jue ha de hacer ,
V entre tanto aguardad \os.
SOLDADO.
Sí hiciera; mas ¡voto á Dios!
Que no tengo que comer. I
CÁBLOS. I
Salid fuera. 1
REY. I
Hame agradado I
El brío; dejalde agora.
SOLDADO.
Si el Re; mi valor no ignora...
REY.
Tiene razón , y es soldado :
Este diamante llevad,
Y eu otra ocasión volved.'
SOLDADO.
Gran Señor, otra merced
Pido á vuestra majestad ,
Y es , que si esta merced gano,
No despache las que espero
Don Carlos, porque no quiero
Las mercedes de su mano.
No os admire impulso tal ,
Aunque falte á vuestra fe ,
Pues sin hacerme por que
Le quiero de balde mal
BEY.
El memorial se verá,
Y estad con Carlos mejor.
Que él sabrá vuestro valor
Y luego os despachará.
SOLDADO.
Rey, suyo le llegue á ver
Ese polo contrapuesto;
Sí no me despacha presto
Yo sé lo que pienso hacer. (Vasf.)
REY.
Mal os quiere este soldado :
¿l'or que enojado estará?
CARLOS.
Juzgo, Señor, que será
Porque no le he despachado.
REY.
Hoy me doy el parabién ,
Que en caso tan desigual
Si todos os quieren mal
Os quiero por todos bien.
CARLOS.
Juzgo que su alteza ignora
Que en mi hay bastante disculpa
Pues tiene desto la culpa...
REY.
¿Quién?
La Reina, mi señora;
Porque la dije que había
Gastado un millón y mas
En limosnas, y que estás
Tan pobre, (|ue no sabia
Cómo podrías pagar
Diez mil hombres, que en campaña
Por las orillas que baña
El Tajo se han de alojar
Para la guerra que intentas...
REY.
Habla, no tengas temor :
Di, ¿qué le dijo?
CARLOS.
Señor,
.Mil injurias, mil afrentas,
Y como es en Portu;;al
Tan estimada Isabel ,
El que á su sangre es fiel
Me quiere por ella mal.
Mi desdicha me destierra ,
Y porque este riesgo evite,
¡Oh rey Dionis! me permite
Que me parta á Ingalaterra ,
Mí patria, donde conquisto
Merecer, de tí apartado.
Si no ser más estimado
Por lo menos más bien quisto.
No es posible , ni aun es ley
Como mis daños me ofrecen.
Que á quien lodos aborrecen
Quiera solamente el Rey.
Llegue ya de tí á alcanzar
{De rodillas.)
Este honor, este interés,
O de tus invictos pies
No me pienso levantar.
REY.
Don Carlos, pues llego á ver
De las razones que inlicro
Que solo porque yo os quiero
Os llegan á aborrecer.
Me he de transformar en vos
Con afecto tau igual ,
Que aquel que os quisiere mal
Nos quiera mal á los dos.
cáulos.
Si á tu cielo me levantas
Es más forzoso el temor.
Que es la distancia mayor
Para caer á tus plantas.
REY.
Vuestra lealtad os abona
En mi amor, y si pudiera,
Piensii, Callos , que partiera
Con vos imperio y corona.
Sale TARABILLA.
A don Ramiro, mi amo.
Por aquestas salas vengo
Buscando, y no le he encontrado
El Rey esta allí , no quiero
Que me vea; poco á poco,
Pues no me ha visto, me vuelvo
REY.
¿Quienes?
TARABILLA.
No es nadie, yo soy;
{Ap. Pescóme. j
CÁBLOS.
Es un lacayuelo
De don Ramiro, el privado
De tu esposa, de humor nuevo,
Se hace astrólogo, y podrás
Con él divertir el tiempo
En rato.
TARABILLA.
Voynie.
REY.
No os vais.
¿Cómo os llamáis?
tara; II LA.
{Ap. Esto es lieclio.)
¿A qui(^n üice vuestra alteza?
TARABILLA.
i,\ mi? El nombre pienso
Que lial)ois de cxliaiiar cüiuü es :
'laniliilla; me pusieron
Por hablador este uombrc.
REY.
¿Habláis mucho?
TARABILLA.
Soy eterno.
Hablo de recien venido
A cualquier parle que llego
Sin saber lo que se habla
Dos 6 tres horas, y luego
Que he entendido lo que dicen.
Les vuelvo .i pegar de nuevo
Sobre el puulo, doy arbitrios ,
Admiróme y hago gestos :
¡Si el liey me e.<;curhára á mi !
;Si tomara mis consejos!
Y. en efecto, á lóelas cosas
Sé dar diversos remedios.
REY.
¿Y en esto de astrologia
Diz que sois grande sugeto?
TARABILLA.
Notable, y porque lo veáis
Pronósticos son aquestos
{Descubre una pretina de papeles.)
De los años que han pasado,
Porque de los venideros
Yo [lieiisoque no hay ninguno
yne pueda afirmar lo cierto,
> eslo lo hemos visto todos ;
Mas esle es lunario nuevo
{Saque un ¡ibro
De lo que ha de suceder
El año que viene, empiezo :
La mayor señal de agua,
Conforme dice Ruperto,
Es no tener para vino,
V cuando estuviere Venus
Con Géminis, que es un signo
Mezclado con los ungüentos ,
Es que eslá Venus herida
V es Géminis el remedio.
Si Júpiter está en Libra ,
Es que vive de tendero.
Si la Luna eslá en cabeza
De Dragón , será muy cierlo
Que el dragón tiene cabeza.
Ítem, si hubiere en el cielo
Cometa, según Nebrija,
Pronostica mil encuentros
De reyes en las barajas
Todas las vecfs que hay juego.
Si el sol estuviere en Piscis,
y algo salado el aspecto.
Es señal que está de viernes :
Será año de pocos huevos:
Habrá melones . pepinos ,
Médicos, con que protesto
Oue morirá mucha gente
Si no los matan á ellos.
Va el capitulo segundo
Oue trata de los agüeros :
El que á salir de sil casa
Encontrare tabernero.
Tendrá un dia muy aguado,
V el que sin llevar dineros
Fuere á buscar qué comer.
Se volverá sin traerlo.
El que encontrare algún zurdo
Pur la mañana, protesto
(jiie no hará cosa á deieclias.
iieni, aquel que riúendo
\S ESCOGIDAS DE DON FRANCISCO
Se le cayere la espada ,
Tendrá por mejor agüero
Que caérsele la cara.
Va el capitulo tercero
De UsonoDiia.
CARLOS.
Vaya.
TARABILLA.
El que tuviere el aspecto
Con frente chica y arrugas
En ella , dice Marcelio,
Que tendrá cara de mico
Si tiene pequeño el gesto;
El que tuviere la boca
Un almíbar (decir ql^^ro
En humedad como balsa),
Con perdigones á trechos.
Que va lloviendo razones
Y va escupiendo concelos ,
Que habrá menester traer
Enjugador, pues con esto,
Si hablaba de regadío,
Hablará en secano luego,
ítem , el que fuere bizco.
Viene á valer por dos tuerlos.
Pues no se sabe de qué ojo
De los dos viene á ser ciego,
ítem...
CARLOS.
Teneos, Tarabilla.
TARABILLA.
El que tuviere...
REY.
Teneos.
TARABILLA.
Suplico á tu majestad
Que oiga no más de seiscientos
Capítulos que me fallau.
REY.
Denle mil escudos.
TARABILLA.
Quedo,
No quiero tamos.
REY.
¿Porqué?
TARABILLA.
Porque si me mandas ciento
Podrá ser que se me den ,
Y los mil es largo cuento;
Y ansi , Señor, quiero más ,
Si no le enojas de aquesto,
Que mandes ciento y des mil ,
Que no mil y no des ciento.
REY.
Yo mandaré que os los don.
TARABILLA.
Mil años os guarde el cielo. {Vusc.
CARLOS.
Ya , Señor, la Reina sale
Con don Ramiro, y sospecho
Que porque le eslima tanto
Me tiene aborrecimiento.
Es su secretario y es
Su privanza , que no puedo
Quitar este inconveniente
üe mis ojos.
RET.
Cirios, creo
Que don Ramiro es culpado
En esle caso, y aun creo
Que privando con mi e.sposa
Tiene mis reinos inquietos;
Yo lo remediaré todo.
CARLOS.
Ya llegan. {Ap. Ansi prevengo
Con mi venganza mi dicha. j
REINA.
Esposo, Señor y dueño
De mis sentidos.
REY.
Señora.
REINA.
¿Quétcoeis, decid?
DON RAMIRO. {Ap.)
Sospecho
Que el Rey airado me mira.
REINA.
Esperad, que á un mismo tiempo
Ha de salir también Carlos
Cuando él se vaya, supuesto
Que tiene también oidos ,
Y hemos de hablar en secreto.
BET.
Decís bien, vayase Carlos.
CARLOS. (Ap.)
¡Que esto suceda '.
DO.N RAMIRO. (Ap.)
¡Eslo veo!
REY.
Pero no quede Ramiro.
DOM RAUIBO.
Yo me voy.
CARLOS.
V yo obedezco.
{Yanse.)
REY.
Solos, Isabel , estamos;
Escuchadme.
REINA.
Ya os atiendo.
REY.
Tres años juzgo que habrá ,
Tres años, si bien me acuerdo.
Que en la raya de Castilla
Os entregó el rey don Pedro ,
Vuestro padre, á los infante.*
Don Sancho y don Jaime: acuerda
Que el de Figueiraydon Vasco
En Aragón dispusieron.
Llegastes á mis Estados,
Puse en vuestra mano el cetro,
Y si ánles me enamoraba
Vuestro pincel lisonjero,
Me rindió el original
Tanto de vuestros luceros.
Que aun no me debió el retr.ito
Lo menos que en vos me debo;
El alma os di con la mano.
Celebró Lisboa el premio...
REINA.
Los discursos y razones ,
Las digresiones dejemos
V vamos á lo importante.
REY.
Decir tres cosas intento
En que, como tan discreta ,
Pondréis los justos remedios.
Es la primera, Isabel,
Que en lugar de los trofeos
Con que debéis estimaros,
Vestís de traje grosero
Vuestra persona real.
Siendo ridiculo objeto
De Portugal , y á que piensen
Que acostumbraban los reinos
Üe Aragón vestir por sedas
I - < aiiornos groseros;
^\ i|ut.' efecto y saiilidad?
Y iiunque es saolo vue!>lro celo,
Y el (raje á vuestra virtud
Ocultará algún misterio,
Podieis, Isabel beruiosa ,
Fues sois tan discreta a un tiempo.
Pues con bios sabéis cumplir.
Cumplir también con el pueblo.
La segunda es que trujistes
De Araron , con menosprecio
Ue mi tsladü, un don liamiro,
Uue siendo privado vuestro
Aspirara á mi corona ,
Pues coniu el imperio os dejo
En vuestra mano, y mandáis
Igualmente en estos reinos,
^os sola llevada, vos,
Ue sus pensamientos necios ,
Loijue el dispone ordeuais,
Y con ser )o esposo vuestro
Y Rey de aquesta corona ,
Vengo a ser en ella menos
Cue un vasallo que no es niio,
Pues cou nuevo alrevimieulu
Aun no mando yo una cosa
Cuando él la deshace luego,
Gaiiüudü las voluntades
De mis vasallos; mas dejo
Agora, por lo que es más,
tsle menor sentimiento.
Es la tercera, Isabel,
Y que por mayor la siento,
Que sabiendo vos que estoy
Tan empeñado, y que tengo
ílil banderas lusitanas
Por las márgenes del Tejo,
Y que conforme á mis rentas
Apenas sustentar puedo
Los. soldados que apercibo
Contra los alarbes Ueros,
En tres meses solamente ,
bjn mercedes ni gobiernos ,
Habéis dado de hmosuas
Mas de un millón; ¿es aquesto
Saiii]dad?¿Es cristiandad.
Cuando tan pobre me veo,
(iuitarnje la renta á mi t
¿Uudais acaso que vengo
A SLT más pobre que todos ,
Aunque Rey K Y luera desto.
Las rentas reales (.no son
Las limosnas de los reinos
Con que á los reyes ayudan
Para defensa y provecho
Desús Estados? pues si es
Maniliesto vuestro yerro.
Templaos masen las acciones.
Castigad vuestros defectos,
Reprimid vueslraimprudcncia,
Haced noble el sufrimiento,
Sujetad vuestros discursos,
Dad la rienda al escaruiiento,
Poique pasa á bipocresia
Lo ijue puede ser buen celo.
Esto, Isabel, os suplico.
Como vuestro esposo y dueño,
Como amante, como Key.
liieii . Isabel . os merezco
Une hagáis lo que agora os pide
Mi amor, aun mas que mi ruego,
Y si no os parece justo.
Como esposo vuestro jiuedo
Mandarlo, y vos, como esposa ,
Deberéis obedecerlo.
Escachando los discursos
(Jue decis, aunque no vuestros,
Pues no caben en los reyes
Tales razones , confieso
(tue aunque siempre fui obediente
R.
SANTA ISABEL, REINA DE P0RTI;G
A vuestros justos preceptos,
Hoy que la razón me sobra
Y á vos no el conocimiento
De lo que tenéis en mi ,
Aunque tanto amor os debo.
Cuando sale la imprudencia
A vestirse del desprecio.
Siendo cada voz agravio,
Y escándalo cada alecto ,
Echareis de ver. Señor,
Lo que os estimo, supuesto
yue no os debo el menor cargo
De los que argiiis defectos,
Y hoy vos, siendo más que lodo.
Me debéis el sufrimiento;
Y a imaginar que son culpas
Los que \os consultáis yerros.
Arrojada la razón
Me inducieraa mil excesos.
Que agora por jusias causas
Entre mi obediencia templo,
yue es, cuando sois arrojado.
Muy noble mi sentimiento;
Y aunque lasatislaciou
Es el delito primero
En mi , pues viene á ser culpa
Llegar a satisfaceros,
A vuestras tres objeciones
Responder agora quiero
Por Dios , por vos y por mi ,
Pues la una razón inliero
tíue es causa del cielo mismo,
Y á las otras dos me esfuerzo
Por ser causas del honor,
Y me toca responderos.
Decís que ando en tosco iraje
Y que murmuran los reinos
Que los brocados no arrastre;
¿Uué pensáis, esposo y dueño,
yue son la plata y el oro.
Seda y brocado? ornamentos
Que nuestras culpas publican
Con la grandeza ellos mesiuos.
Oid una semejanza
Que en los divinos preceptos ,
Mucho más que en los humanos ,
Alcanzó el conocimiento.
Y aquesta moralidad
Me perdonad , que ansí puedo
De lo que llamáis error
Daros el conocimiento.
Crió Dios al primer hombre
Desnudo, enseñando en esto
Que desnudo de la culpa
Mereció el primer asiento.
Pecó después, y arrojado
De aquel paraíso bello,
Nos alirma la Escritura
Que de vestidos groseros
Cubrió las mortales carnes
En su culpa, y ansi creo
Que sólo porque pecó
Vistió el animado cuerpo.
Siendo insignias los vestidos
De su pecado primero.
Luego el vestido es, Señor,
Una señal en que vemos
Nuestra origen en la culpa,
Y ansi aquel que más grosero
Trujere el traje, querrá
Que sea el delito menos.
Y , al contrario, el que lucido
De costosos ornamentos
Viste de oro su culpa.
Hace gala de lo mesmo
Que debiera disfrazar;
Pues hoy lo mismo contemplo
En nosotros, y ansí visto
La tosca estameña , y quiero
Cubrir algo del pecado,
Hacer menor el defecto.
La seda arrastre el que intenta
AL. -ro7
Vestir su pecado mesmo,
Pues ignora lo que hace.
Que yo, admirando sus yerros ,
Vestida en aqueste traje
Podré hacer mi culpa menos.
Vamos, pues , á lo segundo :
Ya os acordáis que don Pedro,
Mi padre , Rey de Aragón ,
Puso por iirinier concierto
Que don Hamiro estuviese
Conmigo en a(iuestos reinos,
Y si vos lo permitistes.
Culpad vuestros desaciertos,
Y no me arguyáis de culpa ,
Pues hoy en un mesmo tiempo
Las órdenes de mi padre
Y las vuestras obedezco.
Y á lo iillimo respondo :
Pregunto, si vuestro imperio.
Como decis, está pobre
Y los dos no socorremos
A los pobres, claro está
Que será mayor el riesgo
De Portugal , pues dejamos
De dar el forzoso feudo.
Que es la limosna; pues Dios
Nos da sólo porque demos
X los pobres , que estas rentas
Y este tesoro no es nuestro
Tanto como es de los pobres ,
Que en ley de reyes debemos
Socorrer cuando nos sobra ,
Pedir cuando no tenemos.
Y ansi perdonad , Señor,
Si de mis atrevimientos
En respuesta del honor
Veis los primeros excesos ;
Yo he de socorrer los pobres ,
Y cuando vos descompuesto
Lo evitéis...
RET.
Basta, Isabel;
Yo sabré poner remedio.
No habléis mas.
REINA.
Yo callaré ;
Mas advertid...
BEV.
No pretendo
Que prosigáis , ¿es limosna
Partir las rentas que tengo
Con lijs pobres? ¿Pensáis vos
Que habéis de cobrar con eso
Fama de santa en Lisboa?
Y ¿cuándo recibe el cielo
Las limosnas que se dan
De patrimonios ajenos?
Volved por vos; pero yo.
Si he sido hasta ahora necio,
Escarmentando en mi mismo.
Pienso empezar á ser cuerdo. {Vase.)
Salga por una puerta CARLOS, pof
otra DON RAMIRO Y BLANCA ;Jor /a
de en medio.
REINA.
¡Hola!
BLANCA.
¿Señora ?
REINA.
{Ap. Los dos,
Y doña Blanca han salido.
Lo que busqué ha sucedido.)
No os llamé , Carlos , á vos.
CARLOS.
Vuélvome si lo mandáis.
Esperad , hablar podré ,
Porque aunque á Blanca llamé
COMEDIAS ESCOniDAS DE DON FRANCISCO DE ROJAS.
Tampoco mando que os vais.
Sabed que me ban dicho ..
CÁHLOS. {Ap.)
No oso
Mover cobarde los labios.
KEIK*.
Que haciendo á mi honor agravios
Me ponéis mal con mi esposo.
CARLOS.
Yo, Señora, i poder ser...
RFINA.
No me deis satlsfacion,
Que ni es de vos tal ancion
Ni yo la quiero creer.
Que si en vos lealtades veo,
Es disculpa inadvorlida,
Y aun yo vengo á estar corrida
De que penséis que lo creo.
CARLOS.
Y á haber quien pensara tal...
Nadie de vos lo ha pensado ;
Conmigo estáis disculpado,
Disculpaos con Portugal. {Vase.)
BLiNCA.
Nuevos prodigios admiro ;
Salir con la Reina quiero,
Que después volver espero
Y hablare con don Ramiro.
(Deja caer un lienzo, y vase.)
CARLOS.
Aquel lienzo quiero alzar.
riO?« RAMIRO.
Hay quién lo estorbe.
{Detiene Ramiro á Carlos, ii dejen el
lienzo en el suelo.)
CARLOS
¿Vos?
DON RAMIRO.
Yo.
CARLOS.
Sois tan poco positor
En el favor que conquisto
Que á la intención me resisto
De castigar vuestro error;
Pues si agora mi rigor
No empieza á exhalar aquí
Los incendios que hay en mi.
Es porque somos los dos ,
Yo muy hombre para vos,
Vos muy poco para mi.
Y sólo mi sentimiento
Es en tan grande imprudencia.
No de vuestra resistencia,
SI de vuestro atrevimiento.
Pues agora sólo siento
Si he de asegurar por mal
Impulso, y exceso tal
En el favor que consigo.
Que se mienta igual conmigo
Quien nació tan desigual.
La vida os da mi clemencia .
Porque aunque valor me sobra.
Soy como el rayo, que obra
En donde halla resistencia ;
Y como vuestra paciencia
Os quiere ansí reportar.
Podréis agora pensar
Que si rayo me argüís ,
Porque no me resistís
No os he querido matar.
DON RAMIRO.
Aunque pudiera mejor
En causa tan apretada
Dar la violencia á la espada
Y la respuesta al valor.
Por convencer vuestro error
Os quiero satisfacer,
Y hoy me he querido deber
Esle'honrado sufrimiento;
Carlos , escuchadme atento.
Que bien hay i qué atender.
De todos aborrecido
Tanto sois en Portugal ,
Que sólo no os quiere mal
El que no os ha conocido ;
Y'erroes si os mato ofendido,
Que el vulgo á veces es tal ,
Que muerto, seréis leal,
Y quiero, aunque á mi me ofendo.
Si os han de estimar muriendo
Que viváis y os quieran mal.
Vuestra lengua articuló
Diferencia entre los dos,
Pues escuchad quién sois vos,
Y sacaréis quién soy yo.
Vuestro Rey os desterró
Pe Ingalaterra irritado,
Y si el mió os ha amparado
Es contra costumbre y ley :
Yo enviado ful de mi Rey.
Y vos del vuestro arrojado.
Yo vine con Isabel;
Vos forzado habéis venido;
Yo soy de todos querido,
Vos no con el vulgo fiel ;
Yo soy leal .vos infiel ;
Yo he sido siempre, vos hoy;
Yo objeto á la fama doy,
Y vos por diversos modos
Sois esrándalode lodos :
Mirad quién sois, y quién soy.
CARLOS.
Yo. si de mi patria bella
A Portugal vine, fué
Porque un titulo maté
Pariente del Rey en ella :
Reinos Dionis atrepella
Por darme su mano y ser.
Luego si en honra y poder.
Siendo extranjeros los dos.
Me hace más favor que á vos.
Más debo de merecer.
{Rasgan los dos el lienzo, y empuñen
las dagas.)
DON RAMIRO.
Ya á la venganza me apresto.
CARLOS.
Que dejéis el lienzo os digo.
DON RAMIRO.
Mal el incendio mitigo.
Sale LA REINA , // suelten los dos el
lienzo.
REINA.
Esperad , tened , ¿qué es esto?
¿Qué lienzo es este, Ramiro?
Alzad el lienzo del suelo.
DON RAMIRO.
Si haré ; veisle aquí.
REINA.
Recelo
Que es de Blanca.
CARLOS.
¡Que esto miro!
<Ap Turbados están los dos.)
¿No habláis?
DON RAMIRO.
Fué porque perdido
Estos...
(.4p. Sin duda han reñido
Sobre el lienzo.) Decid vos :
¿Es enojo?
CARLOS.
No, Señora.
REINA.
Ramiro, ¿es esto verdad ?
DON RAMIRO.
Eterna es nuestra amistad.
CARLOS.
¿Quién en Portugal lo ignora?
REINA.
Pues por saberlo más bien
Y no pecar de ignorante.
Quiero que en aqueste inslanlo
Los dos la mano se den:
Dcr. Ramiro, ¿qué os turbáis?
Vos, don Carlos, ¿qué teméis?
¿Cómo no me respondéis?
¿Cómo la mano no os dais?
CARLOS. (Ap.)
En mi incendio estoy penando.
DON RAMIRO. (Ap.)
iEtnas exbalo de fuego:
REINA.
A vos , Carlos , os lo ruego ;
A vos, Ramiro, os lo mando.
DON RAMIRO.
Soy noble y tengo lealtad :
Esta es , don Carlos , mi mano.
CARLOS.
(Ap. Mi intento ha salido en vano.)
Y esta psla mia.
( Danse las manos, y detifnelos la
Reina.)
REINA.
Esperad.
Y mirad , Carlos que os digo.
Que aunque porque no riñáis
La mano agora le dais.
Que le seréis siempre amigo.
Va pienso que me entendéis ,
Que yo por él os prometo
Que por mi justo respeto
Un hermano en él tendréis.
Id con Dios y sin recelo.
CARLOS.
Él os guarde. {.Ap. ¡Hay tal pesar!)
REINA.
Nc lo quiero averiguar.
CARLOS.
Vengaréme, ¡vive el cielo ! {Vase)
REINA.
Sentaos, don Ramiro; agora
Tomad estos memoriales.
Que yo ya sé por las causas
De donde este efecto nace.
{Siéntese la Reina en una silla, snqne
de la manga unos memoriales, y Ra-
miro esté en un taburete.)
DON RAMIRO.
Señora...
REINA.
Dejaldo agora.
Que esto es lo más importante.
DON RAMIRO.
Memoriales son de pobres. {Lea.)
REINA.
El cielo me dé que d.irles.
DON RAMIRO.
Dice en este : «Una doncella ,
«Que ha servido al Rey, su padre.
.Kn las fronteras de Ceuta
lUiez años , siendo su alcaide
«Contra el agareno fiero
> Y que murió sin premiarle ,
»Y ella tan pobre quedó
nQue ni aun á la iglesia sale
>Por no tener un vestido
«Decente á su noble sangre.»
REINA.
Mandad que la den dos mios
Y cien escudos : hoy gane
Ksla huérfana doncella
En mi una piadosa madre.
DON nAMiBO. {Leyendo.)
• Luis de Almeida, há siete años,
lOue de un accidente grave
vEslá en la cama , y es hombre
tDe ochenta años »" Que le ampares
['¡de por su memorial.
REINA.
Vos en persona llevadle
Cada dia la comida,
Y podréis, que es justo, darle
Cincuenta escudos; yomisnia
Quiero salir esta tarde.
Como á los demás enfermos ,
A verle y i aconsejarle ;
Pero porque el Rey no venga
Será fuerza levantarme ,
Y dejemos para luego,
Ramiro, los memoriales,
Y escribid aquesos dos.
Vasepor una puerta, y ¡ale EL REY
por la otra.
DON RAMIRO.
Haré lo que me ordenares,
Juutarlos quiero y dejarlos.
RET.
Dejad esos memoriales.
DON RAUIRO.
Señor...
REY.
No me repliquéis,
«Pobres» dicen : ignorante.
Atrevido...
SANTA ISABEL, REINA DE PORTUGAL
Y la que era poco antes
Arrebol de las montañas
Ya es escándalo del aire?
Pues yo imitando esa nube
Daba celestes celajes ,
Arreboles esparcía ;
Pero cuando por alarde
Doraba cumbres y montes,
Quisisles que se llegasen
Tantas causas á mi enojo,
Fuistes fuego que juntastes
Al vapor la exhalación;
Lloví enojos y pesares,
Ilicistes de aquesta nube
La llama altiva aumentarse
Con otra causa mayor,
Y apretado en tantos males
Salió el rayo de esta nube
A que vuestra culpa abrase.
De aquesto inferir podréis
Oue vos el rayo causastes ,
Vos fuistes la exhalación,
Y que de puro apretarme
Reventó el fuego á su centro
A diluvios y á volcanes.
Y advertid , que si os perdono
Culpas que en vos son tan graves.
Sabrá castigar mejor
Quien mejor perdonar sabe.
(Hace que se vt
;Hay tal desdicha!
Traidor! aleve! cobarde!
¿Vos consultáis con la Reina?
¿Vos disponéis memoriales?
¿Vos me inquietáis mis Estados?
Pues sabed que en mi renacen
Rellejos para cegaros
Cuando incendios que os abrasen ,
Y como en mi enojo envueltas
(Hasqa los memoriales. j
tlago forzosas señales
En los átomos que veis,
Así el que aleve intentare...
Mas, ¿qué sirve la amenaza
Si es el castigo tan fácil?
¿No suele una blanca nube
Esparcida por los aires
Dar con arrebol de luz
A los montes de oro esmalte.
Ilustrando las campañas,
Y dentro de un breve instante
Por juntársele otra nube
Soberbia , altiva , arrogante ,
De exhalaciones vestida.
Por esa región del aire
Lanzas de cristal arroja
Que sólo el monte repare,
Y obligada del vapor
Rayos esgrime que salen
A buscar su centro mismo.
DON RAMIRO.
>íuplico á tu majestad
Que mis disculpas alcancen
Perdón , y que me escuchéis.
REY.
(Ap. ¿Qué pierdo yo en escucharle?)
Decid, porque quiero agora
Que vuestra disculpa baste
Al mismo conocimiento
De los yerros que en vos nacen.
Y no os quede sentimiento,
Que no será disculparse
Si os dejais dentro del pecho
De miedo la mayor parte.
DON RAMIRO.
Pues ya con esa licencia ,
Cuando apenas de cobarde
Articular me atreviera
Lo que es fuerza que declare ,
Esa nube que decís
Hoy el ejemplo me trae
A los ojos , pues con ella
Os responderé ; escuchadme :
¿No habéis visto en esa nube
Que cuando algún rayo sale
A buscar su centro altivo.
La llama del ra.yo hace
Un relámpago en el viento,
Y opacamente se esparce
Deslumhrando desde lejos ,
Y si llegan á mirarle.
Dicen todos : allí hay rayo.
Por ser ciertas las señales
De aquella confusa luz?
Igual es, sin que os agravie.
El ejemplo que decís,
Pues cuando el rayoallerastes.
Me fueron vuestras palabras
El relámpago radiante,
Para que yo conociese
De qué parle el rayo nace ;
Mas como no soy el centro
De su fuego penetrante,
Y como hay exhalación
En palacio que le cause,
Y aquel rayo no me mata
Por las forzosas señales
¿Delito es servir la Reina?
Si el Rey de Aragón, su padre.
Me mandó que la asistiese,
Y si vos capilulasles
Que yo viniese con ella.
Para que al lado mírase
Un vasallo de su reino;
Y si vos subordinasles
A su elección este imperio.
Permitiendo que mandase
Igualmente en los Estados ;
Sí por esposo y amante
Dejastes á su elección
Un tiempo cosas tan graves ;
Si soy solo quien la sirve,
Y sí ella debe ampararme.
¿No es fuerza que la obedezca
Si es fuerza que ella me mande
Diréis que la obligo yo
Que gaste las rentas reales
En mercedes y gobiernos;
No es cierto, si della nacen
El ayuno y disciplina
En q"ue siempre es vigilante.
Que la limosna también
Es destos efectos parte ;
¿No veis que tengo razón »
Pues, Señor, ó desterradme ,
O haced que me den la muerte.
O haced que ella no me mande ,
Pues tengo de obedecella
Y vos cumplís con matarme
O desterrarme del reino;
Y en cosas tan desiguales
No cumpliré con mi Rey
Si firme, leal , constante.
Sus órdenes no obedezco;
Y más quiero en este lance
Morir de honrado vasallo
Que no faltar de cobarde.
DON RAMIRO.
Él os guarde.
JORNADA SEGUNDA.
Salen CARLOS v EL REY.
CARLOS.
Rey don Dionis , insigne y generoso.
Cuyo brazo atrevido y valeroso.
Porque blasones goce.
Antes le teme el sol que le conoce;
A solas te he buscado,
Permite á tus discursos mi cuidado,
Y escucha, pues prudente me provocas,
Prolijas quejas en razones pocas.
REY.
Tanto en mi amor mereces ,
Carlos, que cuando ofreces
El agravio á los labios,
lomo por mios todiis tus agravios ,
Y si has de descansar, aunque lo sienta,
IJime tus penas, tus pesares cuenta.
Por descansar los digo.
RET.
Prosigue , Carlos, di tu mal.
CARLOS.
Prosigo.
Aun no la aurora despertaba al dia ,
Cuando en Ingalaterra , patria mía ,
A un noble caballero.
Lengua por armas, miedo por acero.
Le saco á una campaña ,
;co
COMEDIAS tSr.or.lDAS DE DON FRANCISCO DE ROJAS.
A quien salpirael mar, Táinesis baña;
Era dol Uej privado este que digo,
Y como mi enemigo
Me descompusosu intención, de suerte
Que recelé la muerte, lámame:
l'ues que le dijo al Rey q'ie yo era
Mas des.inéle , en ün , voy adelaiile ;
Con la lanza y escudo en la campaña.
Dos veces fatigamos la montaña.
Perdona si le juzgas desvano
Porque quiero contarte el desafio;
Con la lauza y escudo provocado.
Mas (|ue de furia, de razón armado,
Sohre un overo le acometo fuerte.
Vibré la lanza y empuñé la muerte ;
El corazón se altera ,
Él, por herirme bien , toma carrera ,
Yo en el sitio le aguardo ,
Hiéleme en iras, y en volcanes ardo,
El valor titubea.
Lozano mi caballo se pasea ,
Y con relinchos al compás ufanos ,
Ya torciendo los pies, crugienUo manos.
Dobló las coyunturas
Tanto, que el se miró sus herraduras
Dos veces, pues, el llano repelido,
Él la lanza previene y yo la mido.
Firme le aguardo, fuerte me amenaza.
Muevo mi escudo, y él su escudo em-
[liraza;
Dos murallas los dos en las dos sillas:
Su lanza se hizo astillas ,
Quiso huir en efeto.
Monte le sigo, rayo le acomelo;
Su blanco bruto al sol desaliando
Dosmontespaso á paso fué abreviando;
Pero dio en un arroyo que le bebe
A podazos cristal y 3 copos nieve.
Mas por hacer alarde,
O |iori|ue no le arguyan de cobarde,
lla.sta en el agua Lacia
l^on los pies y las manos armonía;
(;.irculos forma por la hermosa plava,
lil anegado entre el cristal desmaya ,
Y tanto en so valor mi overo (la ,
One á relinchos al suyo desafla ,
Paseando tan lozano "
l)ue se peinó las crines con la mano ;
Hendido, pues , entre el arroyo digo
Que estaba mi enemigo;
Levantóse ofendido de su fama ,
Con la espada y escudo á pié me llama.
Iiejo la lanza y el caballo arrimo, [nio:
Bajo á la playa , y si hay temor le ani-
Segunda vez'en mi valor me ensayo.
Pongo el escudo y desenvaino elrayo:
Golpes mi brazo como rayos truena.
Kl de un golpe el escudo me cercena,
Con otro le respondo ó con la muerte.
Y en la cabeza su visera fuerte
Kncajé de manera.
Que hice cabeza lo que fué visera ;
Aun no rendido, pues, aun no rendido,
De su gallardo espíritu oprimido,
Tercera vez intenta la venganza,
Y á la vida ó la muerte se abalanza ;
Mas desangrado de la fiera herida,
¡Cuántos desmayos le debió la vida !
l'ues cuando más airado me atrepella.
En cada golpe hallaba una centella;
l".n tanta confusión , en pena tanta ,
Mi acero le descubre la garganta ;
i;i golpe siendo tan sutil y airado
Que al verse amenazado.
Dos letras qui.'o hablarme por acierto;
Mas pronunció una vivo y oira muerto,
Déjele muerto, en fin; vuelvo ápoblado,
Hallo el vulgo alterado :
Aseguran por cierto
One por traición le he muerto,
Siendo evidente engaño.
lliijo del licy la furia , temo el daño;
End),árcome, enefecto, huir prevengo.
A Portugal me vengo.
Llego á lus plantas , Nnma generoso;
Dejo un Rey riguroso, halle un piado-
Ampárasme valiente, [so;
Fiasnie el reino, jiizijasme prudente,
gando con tu honor tantas aírenlas;
Üásme Estados y rentas.
Tratas con Isabel tu casamiento.
Apruebo ye tu intente;
Casaste, en lin , con ella ;
Trae á Ramiro, |es infeliz mi estrella !
Isabel me aborrece, [ce ;
Siguelael pueblo, más mi injuria ere-
Repréndeme Isabel , ríñeme airada ,
Callo prudente, lémola enojada;
A todo se me opone.
El pueblo con tu amor me descompo-
Lisboa me persigue , [ne;
Ramiro ayuda , y su traición consigne;
Él me aborrece siempre, yo le cjuiero.
Llámame lisonjero.
De atrevido me infama.
Impútame traidor y vil me llama ;
Quiero sacarle al campo y él me sigue,
Donde mi afrenta y su traición castigue.
Oye la Reina el caso.
Ataja su intención, tiénemeel paso;
Voy á dar la disculpa ,
Premia á Ramiro, dame á mi la culpa,
náceme que por fuerza sea su amigo.
Doile la mano y queda mi enemigo;
Acuerda su aniislad en mi memoria.
Vengo a tus plantas, cuéntele mi liisio-
[ri;i
Con dolor repartiile entre mi llanlo :
Mira si un hombre puede sufrir tanto.
RET.
Muy poco te debo, Carlos ,
V mucho en mi amor mereces.
Pues á deber no te llego
Loque tú á mi fe le debes.
Si Lisboa te desprecia ,
Si la Reina te aborrece,
V por los respetos mios
Sufres, callas, lloras, sientes.
Lo que has perdido con ella
En mi voluntad adquieres;
Lábrale un alma en mi pecho
Que sea tuya solamente ,
Hazte inmort.al en mi amor.
Eternizarte pretende.
Débate ye el sufrimiento.
Sufre roca , mármol siente,
V ya que por ti no puedas.
Per mi siquiera padece:
Yo sujetaré á tus plantas
Los villanos que emprendieren
Atreverse contra ti
Pnesá mi gusto se atreven,
Carlos, aniigo.
cÁni.os.
Señor,
Recelo...
RET.
DI , j.qué temes
Cuando á tus plantas consagro
La corona de mis sienes?
Ea. basten los enojos,
Amigo Carlos.
CARLOS.
¿Qué quieres?
Sale UN CRIADO.
CRI.\U0.
Don Ramiro (|uiere hablarte.
No puedo agora, y tú vete.
CniADO.
Diréle que asi lo mandas. ( Vas/.]
REY.
Habla, Carlos, ¿tú enmudeces?
CARLOS
Mejor es callar. Señor,
Que el sentimiento es de suerte
Que puede ser que me obligue...
RET.
Habla, di lo que quisieres.
CARLOS.
A^ecir...
RET.
Soles estamos.
CARLOS.
¿Que me acobardo?
RET.
Bien puedes
Soltar la rienda al descanso,
i,Qn\én te agravia? ¿Quién te ofende?
Verás que con el castigo...
CARLOS.
Rasta, Señor, no me aprietes,
Que sólo me ofende á mi
Quien á ti ofenderte (piiere:
V harto con eslo te he dicho.
(Ap. Bieu mi intento se previene.)
REY.
.\o, Carlos , habla más claro,
V pues noble y leal eres ,
No me hables como á Rey,
Come á amigo hablarme puedes.
CARLOS.
Es que Portugal murmura
ÍY'a que saberlo pretendes).
Que Ramiro, que la Reina,
Que su amor... pero ella viene.
RET.
iAp. Oh , nunca empezado hubiera!
Mas disimular conviene ,
V fingiré con la Reina
Aunque en mis recelos pene.)
Sale LA REINA.
Reina y señera del alma.
REINA.
Señor, ¿vuestra alteza alegre
REV.
Accidente es de mi amor,
Y hoy (lo que extraño mil veces).
Nuevo Orfeo cante amores
Que á mi mismo me suspenden.
REl:«A.
¿Sabéis cómo es vuestro canto ?
Escuchadme.
BEY.
El alma atiende.
REINA.
¡No habéis visto un blanco cisne.
Copo entre el cristal de nieve.
Que nunca quiso cantar,
Y cuando morirse quiere,
Les aires suave admira ,
Las aves dulce suspende
Siendo azucena con voz
Y ánies cisne solamente?
Vueslro amor viene á ser cisne,
Según las causas prometen ,
Pues en el di.scurso largo
üe la vida , fuisles siempre
Cisne más noble callando,
Y hoy (efecto de la muerte).
Decís que vuestro amor canta;
Oe ilonde inferir se puede,
^ue amur cisne que lia callado
Si cauta es señal que muere.
REV.
(Ap. Parece que ha conocido
Hi pensamienlo.) Y si excede
Mi amor al vuestro, ¿no es cierto
Que soy yo (|uien más os quiere»
REINA.
Eso, Señor, no es posible.
Que be sido sirena siempre.
Cuya voz intenta amante
Moveros acordemente.
Pues de haber sido sirena
Este argumento procede :
Atended al argumento.
REINA.
Decid.
BST.
El discurso es este ;
La sirena, Beina hermosa.
Tales cualidades tiene.
Que canta dulce y suave
Tanto y tan conlinuanienle.
Que es imán de amor su camo,
Pues mata, rinde y su.-;pende;
Peni, al conlrai io del cisne.
Cuando su muerte previene,
Iieja el canto, la voz guarda,
Cierra el pecho, el labio prende,
Y eí , que como es venenosa
La sirena, al morir viene
Por sus venas su ponzüün,
Y hasta el corazón se extiende
Atajando voz y canto,
Y asi calla cuando muere ;
Vos , pues , si luíste sirena ,
Señora . arguirse puede
Que si dulce me cant.isleis
Requiebros sonoramenle.
Hoy que calláis , es señal
Que algún veneno se extiende
En vos, como en la sirena,
l'ues que no cantáis ; de suerte ,
Que ó morís á tanto anior,
O es que el veueno se vierte.
REINA.
Señor, si vos presumís...
RET.
Tened , que nada os ofende,
Y huy sin que el recelo pueda
Pulieres defectos leves,
tata cadena que es lazo
(Échale la cadena al r.uci
(le mi honor traslado alegre
En vuestra hermosa garganta,
REINA.
Bi»n esns honras merece
Quien es esclava y esposa.
REY.
Y porque es fuerza que empiece
A dar audiencia , Señora ,
He peí donad.
REINA.
En tus sienes
Ponga el cielo soberano
La diadema del Urienle.
RET.
(Ap. ¡Muerto voy!)— Carlos, venii
(Vame los dos.)
REINA.
¡No sé qué recelos siente
El alma , de aqueste Carlos !
Mas no hay ya qué me recele
Estando Dios de mi parte;
Sin duda que el cielo i|uiere
S.VMA ISABEL, REINA DE POIULC.AL
■ Que yo socorra á los pobres-
! ¡Oh si Ramiro viniese ! ,
! Para que hiciese vender
Esta cadena y la diese
A los pobres , que aunque Reina , |
Tan pobre Dionis me tiene
Después del primer enojo,
Que aun salir no me consiente
A que remediar los pueda;
Pero ya Uamiro viene.
Sale DON RAMIRO.
I>«N RAUIRO.
Reina divina , celestial aurora ,
Atenta ya de cuanto Apolo dora.
Hablarte á solas <|iiiero,
Permítate á mi acento lisonjero, [cha,
Y boy que mi mal con mis coinentus lu-
Mi penaadvierte y mi tormento escn-
REiNA. [>:''••»■
Si bas de aliviar conmigo tus pesan-s,
Dilos á golfos , viértelos á mares ,
■Nada receles que es razón que aliente
El enfermo al turarle el accideute.
Hoy te he de ser el médico y amigo,
Di tus achaques , di tus males.
DOn BAUIRO.
Digo :
Ya sabes que talando las riberas ,
Arruinando edificios y fronteras ,
El moro valenciano
Marchaba con su ejército africano
Contra Aragón ; tu padre se provoca ,
El parche anima y los clarines toca :
Revistióse de furia el Rey valiente.
Armóme de vasallo y busco genle ,
Y en la orilla que el Ebrohernio^nhaña,
<"oii mi ejército salgo á la cauípaíia,
Perdoi.a si lo juzgas desvori i,
l'orque contarte quiero el lioulio :
Siénteme. pues, el moro: alarma toca;
Yo con mi gente poca
Impaciente á mi furia me provoco;
Toca al arma Celin, al arma toco :
Andaba yo á caballo diligente ,
Mas Muza L'lio, su general valiente,
Monstruo del Asia y animada roca,
Cuerpo á cuerpo á caballo me provoca;
Mas mi caballo por desear la guerra
A manotailas encendió la tierra; [tes,
Dimonos, pues, los dos dosgolpesfuer-
Y llamamos en una las dos muertes;
Mas como no hay más de una yriguro-
Si allí estuvo la muerte, temerosa, [sa,
Decir, Señora , puedo
Que huyó por igualarnos ú de miedo.
Torno á tomar carrera por la falda
De un arroyo sonoro, y por la espalda
La lanza le enderezo;
Él va huyendo, á este tiempo yo iropie-
Mirame íirme, ycorre de maneía [zo.
Que aun no hnlló qué correr en i.i c i rre-
Pues iba tan ligero, |r.i.
Que huyó otra vez lo que dejó primero.
Mas como fugitivo dejó el llano,
Se quedó mi caballo tan lozano
Que al levantar las manos por la orilla
l.os clavos le conté desde la silla.
Huyendo, como digo.
Su alado brulo por cumplir consigo
Desenfrenado choca ,
Donde leparte el (¡olpe de una roca.
Cae en el suelo, llámame i los brazos,
Y haciendo los dos armas de los lazos,
Yo le apreté de suerte, (te,
Que aun no cupiera para entrar la muer-
Y aunque dentro estuviera.
Según le aprieto se la echara fuera;
Saca un puñal juzgándose boniiciila ,
Y aunque me halló lugar para una he-
Me resisto animoso, [rida,
2CI
Fuerte me insto y ardo ri.auíoso ;
«¿Como no mueres (dijo) estando heri-
Vo le respondo airado y ofendido: [do?»
«No puedes, no, gozar de aquesta pal-
[ma.
Que es muy corta la puerta y grande el
[alma,'.
Estando unidos , firmes y abrazados,
A la vida o la muerte provocados.
Forjándonos dos Etnas en los pechos.
Igualmente en el luego satisfechos.
Como mi aliento al suyo se pasaba
Cada vez que á abrazarle me arrojaba.
Dudé al verle constante en sufrimiento
Si valor se infundía con mi aliento.
Vuelvo á apretarle y un su.spiro formo,
Rrigs del alma á mi valor informo ;
Pero quiso mi dicha (ó fué el acierto)
Quesinsaberde qué, le admiré mueriii;
Pero dije entre mi, ¿de qué me admiro?
Sin duda le maté con el suspiro;
Quitóle de los hombros la garganta.
Vuelvo á mi campo, el suyo se levaula,
Vénzolessin vencer, el dia solloza.
Alzo mi campo, vuelvo a Zaragoza ,
Estímame tu padre, honras me ofrece,
Hónrasme túj el pueblo iiieengrande-
Pidete el rey Dion'3 con amor nuevo.
Consúltase conmigo, yo lo apruebo.
Hacen que la jornada se prevenga,
Quiere tu padre que contigo venga;
Llegamos á Lisboa > yo ubedezco.
Honra 1 e el rey Dionis. servirleoliezco;
Sabe que tú me eslimus y él se queja;
Duda el Rey y con Carlos se aconseja;
Yo me recelo, habíate el Rey un dia.
Oigo las quejas, temo su porfía.
Tus penas siento, tus desdichas lloro.
De Blanca me enamoro ;
Cáesele un lienzo á Uianca en esta sala,
Carlos conmigo su traición iguala.
Quiere alzarle y aiajole su intento,
Oiceme injurias muchas, yo le afrento;
Desafíame entonces ,yo lo admito.
Él se enciende á este tiempo, y yo me
[incito,
Sales tú á esta ocasión, templas el daño,
Previénese don Carlos de un engaño :
Dícele á Blanca, ¡ay Dios! que no he
[querido
Salir al campo yo: Ilesa á mi oido ;
Mándasme queconsuiie memoriales.
Hállame el Rey al tiempo que tú sales,
Trátame de traidor, yo lo coiisiemo,
Vistome de razón , digo mi úiteiilo,
Respóndole atrevido, y él me infanin.
Creciendo mi lealtad muere mi fama;
Aborréceme el Rey, Carlos me ofende;
Uno mi muerte, otro mi mal pretende;
Cuéntete el riesgo entre mi pena y lian-
Mira si un hombre puede sufrir tanto.
REINA.
Ramiro, si yo padezco
Siendo Reina, y si tú alcnnzas
Que sufro á fuerza de noble
Y que el sufrimiento labra ,
Si el corazón de diamante ,
lie roca obstinada el alma ;
Si la que es tu Reina misma ,
Sufre, siente , llora , calla ,
Tú que mi vasallo eres,
,Nii ili-lies e.Mi luavor causa
l'.-iilii i|iar lie mis penas
Mediar SI iiiiri.i en mis ansias?
Mira , llaiiiiro, los dos
Penamos en una llama.
De un accidente morimos,
Nuestro efecto es de una causa ;
Concertémonos los dos ,
2GJ
COMEDIAS ESCOGIDAS DE DON FnANClSCO DE ROJAS.
Tú i Carlos, aunque él le agravi
Agasájale discreto;
Yo al Bey, que p\ ofensa traza
Al compás que me aborrece
Le pienso obligar más grata ;
Hugamos de nuestra parle
Los dos : tú padece, calla :
Yo sentiré y penaré;
No te mueva la venganza.
Yérrale por mi esta vez ,
Deja ofensas y amenazas ,
Hoy corre tormenta el mar
Y se sosiega mañana ;
Y en el golfo de palacio
No te admire la borrasca.
Noria es aqulla fortuna
Ijue á unos sube y á oíros baja ,
Y como da tantas vueltas.
A(|uel que en lo alio estaba
l.e verás llegar al centro,
Y que al compás se levanta
El que agora en el abismo
Las arenas consultaba;
También hemos de llegar ;
Y si es el mal de una causa.
Consuélame á mi otro poco
Y verás en mi constancia
Que recelas lo que pido
Y hago yo lo que tú mandas.
DON RASURO.
■, \b , Señora! como el Key
D.; Aragón, tu padre, honraba
A quien leal le servia,
Mendo la segunda causa
En su reino, agora siento
Mirarle á ti despreciada ,
Y que fingiendo crueldades
ÜOD Dionis no le agas:ija ;
No eres Reina en Porliigal,
Siendo en Ai agón infanta;
Vasallo era jo en mi reino,
Y aquí , Señora , soy nada ;
Y viendo tales extremos
De lirmeza y de mudanza,
M sé lo que me sucede ,
Ni sé lo que por ti pasa;
Mándasme que disimule,
Que reprima las palabras;
Por lo que á mi me tocare
Callaré; mas si villana
Lengua en tf pone defectos ,
Vive Dios...
REINA.
Ramiro, basta;
No juréis , que Dios se ofende .
Y siendo Uios quien me ampara
Le estáis ofendiendo á él
Cuando él mira por mi causa.
Dejemos esto, y llevad
Esta cadena , y gaslalda
(So se I
En limosna á los pobres.
DOM RAMIRO.
Agora puedes guardarla,
Que un criado mió entró
l'or dineros á mi cuadra ,
t!ue ya los ha dado el cielo.
REINA.
Dios le lo agradezca : hoy ganas
Con mi amor y con el cie'lo :
Conmigo honra, con él gracia.
.Sa/í TARABILLA.
Lucero de Aragón, alba en Caslill;
Dalde dos ó tres pies á Tarabilla.
REINA.
Seas muy bien venido.
DON RAMIRO.
¿Traes el dinero?
TARABILLA.
No ; atención te pido.
DON RAMIRO.
No has de hablar mucho.
TARABILLA.
Fuera maravilla
Que hable poco quien es la Tarabilla.
.Salí de aquesta cuadra hasta la tuya.
Más alegre que toda la Aleluya, [te;
Por los cincuenta escudosque mandas-
Mas di con lodo mi contento al traste,
Porque al pasar vi al Rey en una silla:
Estaba con la mano en lá mejilla ,
Atufado el semblante, y la presencia
Cara de quien escucha una sentencia;
Las acciones y el modo suspendido.
Talle del queha jugado y ha perdido;
Descompuesto el sombrero.
Semblante tintorero.
Bebiendo pensamientos y razones ,
Modo de responder pares ó nones;
Pateando á toda prisa , manoleaiulo,
Mondándose las uñas , conlempiaiido,
Arrugada la frente.
Ojos de decir coplas de repente :
Y parecía , en lin ( ; triste tragedia !),
Poela que le silban la comedia ;
Yo que le vi atufado, me resuelvo.
Vengo, voy, y ¿qué hago? tornoy vuel-
Eslo es lo que ha pasado ; [vo.
.Mira que brevemente lo he contado.
DON RAMIRO.
Breve esta vez ha sido.
REINA.
Adviértote que traigas escondido
El dinero, que el Rey tiene mandado
Que yo DO dé limosnas.
DON RAMIRO.
Ten cuidado.
TARABILLA.
¿Esto te ha de quitar? ¡Extraños modos!
1 REINA.
I Dice que él la dará por mi y por todos;
' Pero voy á saber lo que lia pasado,
, Pues tal tristeza dices que ha cobrado.
I TARABILLA.
Pues yo volver por la limosna quiero.
¡ REINA.
i Y tú aguarda, Ramiro.
I BON RAMIRO
Aqui te cspe
No te vayas , Tarabilla ;
¿Hablaste con Blanca?
TARABILLA.
Si.
DON RAUIKO.
¿Qué te dijo?
TARABILLA.
Estaba allí
Don (darlos.
DON RAMIRO.
No es maravilla.
TARABILLA.
Pero quiérele contar
Lo que con él me ha pasado;
Pero ya yo le he vengado ,
Y asi no' le has de enojar
Con don Carlos.
DON RAMIRO.
Di el suceso.
Que me recelé confieso ;
Plíseme atento á escuchar,
V don Carlos ledecia :
• Ramiro, Señora roía.
Me quiso el lienzo quitar,
Pero yo se le quité;
Y tam"l)ien muerte le diera
Si al campo salir quisiera;
No quiso, y yo le dejé.»
Yo que injuriarte le oi
Con semblante lisonjero.
Salgo y calóme el sombrero
Y enderezo el laliall:
«Miente (le dije) el primero
Padre que al hijo engendro,
De quien el nielo nació
Une hizo al biznieto postrero,
V á otros tres bizes, y este es
El que como más castizo
Al tataranieto hizo
l)e quien procedió después ;
Porque nació otro prolijo
Padre, y después otro abuelo.
Que después hizo á otro hijuelo.
De quien él viene á ser hijo.»
Desmentile su linaje.
«De un paje (me respondió)
No bago caso.» Y dije yo :
jSí soy paje ó no soy paje
En la campaña diré.»
Ligero como una paja
Bajo á la calle, y él baja ,
Saco la hoja y le tiré
(Como tan valiente soy)
Eslocada tan ardiente.
Que á no tenerme la gente
Presumo que no le doy.
DON RAMIRO.
No van tus discursos malos.
TARABILLA.
¡Oh si alli me hubieras visto!
¡Ap. Miento, juro á Jesucristo,
Que me dio cuatro rail palos.)
Mas Blanca sale. Señor.
DON RAMIRO.
(Ap. ¡Si habrá á don Carlos creído!
Confieso que esloy corrido.)
Habla, uo tengas temor.
Sale BLANCA.
TARABILLA.
Digo que á hablarla llegué,
Y como á Canos miré ,
BLANCA.
... Señor don Ramiro ¿aqui?
Wse.) , ¿posiijie es que en tanto tiempo
No me habláis ni me buscáis?
Poco en vuestro amor merezco.
¿Ya se acabó la fineza
Con que hablando y lisonjeros
A los términos del alma
Llegaron vuestros acentos?
¿Qué hay de mí en vuestra memoria í
¡,\ qué hay de vos en vos mesnio?
Que quien de su amor no sabe
Menos sabrá del ajeno.
¿Qué tenéis aquestosdias.
Que os miro tan descompuesto.
Que calláis, como que habláis ,
Y que vais á hablar con miedo?
.No os acabo de entender;
¿Tenéis otro amor? ¿ Ha hecho
Alguna dama en Lisboa
En vos tan distinto efecto? ^
Mas no puede ser, que á veces
Voy á querer tener celos ,
Vos miro tan retirado
(}ue no hallo de quién tenerlos.
V en parte, en parte me holgara
Que me los dierais , supuesto ;
Que los celos son agravios .
Pero el olvido es desprecio ;
Mitigad el mal conmigo,
liareis uieiiures los riesgos ,
yue entre dos que bien se quieren
Nunca se guardan secretos;
Si no es que me aborrecéis.
Uéliaos yo, pues lamo os debo
üe finezas y dulzuras,
Salier vuestro mal que es menos;
i\o os dejéis llevar de todo.
Dad al oído el remedio,
(,iue el que ve el mal desde fuera
Suele acertar el consejo.
CON RAMIRO.
No OS admiren , Blanca hermosa ,
Mis groseros desaciertos.
Voy a hablar, y temo hablar,
Vuelvo otra vez y enmudezco;
Ijuiero dilatar la voz ,
Y al eslurzarnie no puedo ;
Si dejo de hablar, a un [lunlo
Los niales deuUo del pecho
Se esfuerzan por arrancarse;
Si los digo, es nuevo yerro,
Ijue senlirlos y decirlos
Aumentan el sentimiento;
Y si diciendo las penas
ts cierto que las aumento.
Mas vale sentirlas solo ,
Y asi en el pecho las dejo.
BLANCA.
¿Una pena (siendo tantas)
Ño me diréis? ¿No merezco
Siquiera ijue yo os aplique
A lo que pueda el remedio?
DO.N RAMIRO.
No, Blanca hermosa: no, Blanca;
M una pena decir quiero.
Une son tantas las (|ue lloro
Y tantos males padezco.
Tan ii;uales las injurias.
Tan acordes los tormentos,
Que si una quiero decir.
Las demás penas, de celos
^lue a unas llame y á otras deje,
Se levanurán del pecho.
Y como son tantas penas
tjue uo hay para hablarlas tiempo,
Y es cierto que cada una
l)e por si querrá primero
Salir, cuando llamo á una
Las demás penas ofendo ;
Y asi, ni puedo la una
Mías otras decir puedo.
BLANCA.
Pues yo Ramiro te eslimo
Tanto, c|ue si fuera cierto
Que \u tuviera tus penas,
Y si supiera que á un tiempo
C.usláras de oirías todas.
Tanto á lu iineza debo
Que por los ojos brotara
A diluvios sentimientos.
Y para ejemplo de amor
Me rompiera el blando pecho,
Y lu por sólo no dar
A las mismas penas celos.
Encubres i quien te adora
Un sentimiento que es menos.
DON RASIRO.
Digo, pues que tú lo gustas.
Que doo Carlos siempre necio...
BLANCA.
La ReÍDa sale, Ramiro;
Para luego lo dejemos.
DON RAMIRO.
Hasta agora no queria
Decir mis penas , y luego
Que al empezar con la una
Los demás [lesares muevo.
S\NTA ISABEL, REINA DE PORTUGAL.
Por salirse de tropel
Me revientan en el pecho.
Sale LA REl.NA con un lienzo en la
mano.
REINA.
;Uou Ramiro! ¡Doña Clauca!
BLANCA.
.Señora !
REINA.
Mucho me alegro
Ue hallarte aquí.
BLANCA.
Soy tu esclava.
REINA.
Saber. Blanca , de ti espero
Si acaso se te cayó
En palacio aquese lienzo.
Si , Señora.
REINA.
Pues si es luyo
Tómale ; pero te advierto,
Blanca , pues eres discreta ,
Que otra vez mires primero
Como le traes en palacio ,
Porque hay en él muchos necios
Que suelen argüir mal
l)e ver un lienzo en el suelo,
\ aunque pudo haber malicia.
Va sabes que no lo creo.
BLANCA.
Vo, Señora, sabe Dios...
REINA.
El disculparte es el yerro.
Sale TARABILLA con el dinero.
TARABILLA.
Señora; ya están aquí
Los cincuenta escudos : pienso
Que aguardan en la antesala
Dos mil pobres, y si cuerno
Irlandesas y chiquillos.
No hay número para ellos;
ijue estas son tan pedidoras,
Que cuando no hallan dineros
i'idenque de caridad
Les hagan un niño rteslos.
Pero un pobre vi allá fuera
Que fué un tiempo tabernero
Y es pobre de puro ionio.
DON
niRO.
¿Cómo es aqueste misterio ?
TARABILLA.
Como tenia el mejor pozo
Del lugar, y fué tan necio
Que no se aprovechó del ;
Parece á oíros taberneros
Üe agora , el grande salvaje ,
Que compran el vino lejos
A real la azumbre, y acjui
Le venden al mismo precio.
Beben del , convidan del,
Pagan portes y arrieros.
La sisa, alcabala, casa.
Penas, gastos y cohechos:
Visten, calzan, triunfan, comen,
Y sin ser milagro aquesto,
.Subra la mitad del vino
Y sacan libre el dinero;
Pero loma esta limosna ,
Señora , en la falda.
REINA.
Hoy quiero
Salir á darla yo misma;
Tú mira si salir puedo,
263
Porque no me encuentre el Rey ;
(Vase Blanca.)
Y tú como limosnero
Me preven lodos los pobres.
DON RAMIRO.
El cielo pague tu celo. (\ase.)
REINA.
Y tú vete á esotra cuadra.
TARABILLA.
Obedecerte es mi intento;
Pero mira que don Carlos
Me vio traer el dinero. (V«sí.)
REINA.
A mi esposo hallé encerrado
Con don Carlos en secreto.
«Triste antes, y agora oculto?
Alguna desdicha temo.
Pero voy á socorrer
A los pobres y obre el cielo,
Y si él (|uiere que padezca
Sólo padecer deseo.
¡Señor ! ( Va á salir y cógela el Rey.)
REY.
¿Qué es esto, Isabel?
REINA.
Es que vos... que yo... no acierto
A decirlo, ¿qué diré?
REY.
¿Qué lleváis aquí? (Ap. Sospecho
Que lo que Carlos me dijo
No debe de ser incierto,
Pues me avisó que la Reina
SaMa de su aposento
A dar limosna.) Isabel,
¿No os he dicho que no quiero
Que por vuestra mano deis
Limosna? ¿Qué, no hay remedio
En vos? Harto mejor fuera...
REINA.
¿Yo, Señor, en qué os ofendo?
¿lie dado limosna yo?
No, mas viene á ser lo niesmo ;
Pues lleváis en vuestra falda
Dineros para ese efecto.
REINA.
Señor, os han engañado,
(.Ip. Amparadme, hermoso cielo!)
Porque estas son unas llores
Que fui en el jardin cogiendo
Para el aliar.
REY.
No es posible,
¿Flores en aqueste tiempo
Siendo invierno? Ya conozco,
Isabel, loque en vos tengo.
Que en lodo me engañará
Quien quiere engañarme en esto.
REINA.
Esto es verdad.
REY.
No es verdad ;
No está el desengaño lejos :
Mostrad.
REINA.
Señor...
REY.
Acabad;
Pero, ¿qué es esto que veo?
Flores son, tenéis razón.
(Descubre la falda, y donde echó el
dinero halla ¡lores.)
REINA. {Ap.)
Miró por mi causa el cielo.
1 ¿Qué prodigio es el que miro!
264
COMEDIAS ESCOGIDAS DE DON FRANCISCO DE ROJAS.
REMA.
Señor, conoced los yerros
De los que en vuestro palacio,
Atrevidos, lisonjeros.
En mi honor y en vuestro honor
mponen vanos defectos.
RET.
¿Eso habéis (ie pronunciar?
Cerrad el labio grosero
En vuestro honor y en el mió,
Y hoy dais á entender con esto
Que tenéis algunas culpüs
Y pensáis que yo lo entiendo.
{Ap. ¡Qué aun esto no me convenza!
¡Qué pesado es un recelol) {Vase.)
RE1.>A.
Fuese y dejóme ; ¡á vos, Cruz ,
Soberano lirmamento.
Escala del cielo irapireo.
En que aquel manso Cordero
Murió por mí, á vuestros clavos
Esta Cruz también ofrezco!
Parola limosna ¡ayDios!
Se volvió en Dores , y es cieno
Que me aguardarán los pobres.
Buscar á Ramiro quiero.
Sale UN NlSO vestido de peregrino.
Mas, ¿quién es'
MÑO.
Un peregrino
Que viene de extraños reinos
A pedir una limosna.
REISA.
Aunque limosna no tengo,
Esperad, iré á buscarla;
Mas, ¿cómo en este aposento
Habéis entrado?
MÑO.
Soy niño,
Y aunque me entré con recelo
A buscaros, me dejaron.
Si no fué que no me vieron.
REINA.
Esperad, niño glorioso,
Traeros limosna.
si.\o.
Aqui esper 1.
(\ase la Reina , y en lanío bajan por la
tramoi/a do$ ángeles con una cru:
en medio, ;/ el Sino se pone en ella.
y suben y sale la Reina Isabel.)
REINA.
Tomad, niño, este vestido ;
Pero, ¿qué es esto que advicrlo'
tiixo.
Esta es tu cruz, Isabel;
Este es , esposa , el madero
En que me he puesto por ti ;
Sufre tú esa cruz, que el cielo
Te guarda en saiisiaciou
En su alcázar el asiento.
REINA.
Mil muertes por vos sufriera;
Dejadme ver desde lejos
Vuestra gloria.
rtiÑo.
Sube, pues,
Volverás á sufrir luego.
ISiibe la Reina por otra tramoya , ;/
¡uníanse en lo alto y vuelven , con
que se da fin.)
JORNADA TERCERA.
Salen SANTA ISABEL, con un lienzo
en los ojos, DON RAMIRO v BLANCA.
BLANCA.
Deja, Señora, el llorar,
No le des al sentimiento
Más quilates de tormento.
Más incendio en que penar;
Si no es ya que por vivir
Inmortal en tu tristeza.
Has hecho naturaleza
El suspirar y el sentir.
DON RAMIRO.
Si no basta entre cuidado
!Vo vivir arrepentido.
Más vives de lo sentido
Que mueres de lo llorado.
Y si el llanto desigual
Es pasión y no accidente,
En ti el bien es contingente
Y en ti la pena inmortal.
BLANCA.
Dejen de correr dos mares
Por la margen de tus ojos ,
Dinos. Reina, tus enojos,
Oonsúllanos tus pesares.
DON RAHIRO.
Tu vasallo soy, Señora.
BLANCA.
Y yo tu esclava he de ser ;
lüen puedes \a suspender
Lágrimas, divina aurora.
REINA.
No puede haber suspensión
En tan hallado tormento.
Pues las lágrimas que siento
Sudores del alma son.
Si el llorar es descansar,
!ístos efectos ignoro.
Pues tanto cuanto más lloro
Tanto más vengo i penar ;
¡Ay doña Blanca! ¡ay Ramiro!
¡Oh qué eterno es mi dolor !
L'n Etna es cada temer
Y un volcán cada suspiro.
BLANCA.
En balde es nuestro desvelo.
Si á una pena introducida
Que le hallamos la salida
Le buscas el desconsuelo;
Mírale cuando te agrado
En los dos como en espejo,
Y admita ahora el consejo
Quien no desprecia el cuidado.
REINA.
Todas son sendas incierias;
Esas dos puertas cerrad
Y mi desdicha escuchad.
DON RAMIRO.
Ya están cerradas las puertas.
REINA.
lüen sabes tú , doña Blanca ,
Ya te acuerdas, don Ramiro,
Que de Aragón , nuestra patria ,
Para Portugal salimos
Seis años ha á desposarme
Con el rey Dionis invicto.
Más que de las voluntades
Monarca de su albedrio.
Contra mi gusto, pues fué
Recibiendo aquel sayal
De aquel serálico asilo
Que es la gala de los muertos.
Es mortaja de los vivos.
Y aunque en tantas ocasiones
De consejos necesito,
En esta con más razón
Que me aconsejéis os pido :
No tengo de quien fiarme
Si no es de los dos , amigos ,
Ni cosas de tanto honor
(A no ser los dos tan mios),
Fiara en tan graves daños.
DON RAMIRO.
Acaba, Señora, dinos
La causa de tus dolores
Y efeciode tus suspiros,
Fiale de nuestros pechos,
Prosigue, acaba.
REINA.
Prosigo :
Carlos , privado del Rey,
Este vasallo que altivo
Tirano de aqueste imperio
Hasta la cumbre ha subido
Por agasajos al Rey.
Mintiendo el afectó mió
Me trae inquieto á mi esposo.
Con tanto extremo , que ha sido
Causa de arrojarse el Rey
Por pasos de error lascivos.
Siendo escándalo de todos
Al último precipicio.
Pues que tiene en una dama
(Que bien conoces) dos hijos:
Yo, pues, más que de los celos,
Llevada del cielo pió.
Reprendiéndole á don Cirios
Los introducidos vicios.
Se ha indignado con mi honor
Tanto en su primer designio.
Que en venganzas ha trocado
Los escarmientos debidos;
¡Con qué de afectos lo lloro!
¡Con qué penas lo publico!
Y él por su causa ha mandado
Contra los intentos mios
Que ningún pobre entrar pueda
Dentro en palacio, y he visto
Que con mi esposo y mi Rey
Me ha descompuesto atrevido;
Si entro á hablarle se relira ,
Oféndese si ¡e obligo.
Si amorosa le agasajo
Y á saber su pena aspiro.
Con los ojos me responde
Rn lenguas de basiliscos;
Cuando me habla , por cumplir
1.0 que se debe á si mismo,
Vienen á ser sus afectos
Palabras de dos sentidos;
Anda confuso, suspenso,
No sabe de su albedrio,
No habla á propósito nunca,
Y suele, si está dormido,
Levantarse de repente
Dando voces y suspiros;
Háse negado á mi lecho;
Miéntese al amor más limpio;
Todo es rigor en sus ojos ,
Todo en su mano es castigo ;
Estos dias en la Audiencia ,
A los menores delitos
De las causas del honor
Hace ejemplares castigos ;
Y, en efecto, ¡ay Blanca! ¡ay Blanca!
Declarándose conmigo
Me quiere dar á entender
Que sus daños solicito;
Ardo del mal de su enojo ;
Tú eres la causa, Ramiro;
I Pues él me aborrece sólo
Porque como á mi le estimo.
Si te aparto de mis ojos ,
lla;;o culpa el que fué indicio,
V llura este mismo fuepo
Si te dejo a estar conmigo ;
«".arlos siempre me persigue,
Palé el Rey gratos oídos ,
Él es mucho riguroso.
Es el Rev poco advertido;
Yo no se volver por mi.
Mis orensas solicito;
Mi padre no sabe el caso,
Vo tampoco se le escribo;
V en este mar de latlgas
Lloro, siento, peno, gimo.
Recelo, callo, consiento.
Ardil, reviento, suspiro,
Y cuando osada me aliento.
Cuando piadosa me animo.
Me ciimbaten las congojas.
Me desmayan los suspiros ;
Dadme agora los consejos.
Pues en el nial que conquisto,
Ni me vale cuanto anhelo
{ tii basta cuanto agonizo.
I DON RAMIRO.
I En tan graves accidentes,
I En oprobios tan prolijos.
Sólo al último remedio "^
Te llama el consejo mió;
! Padre tienes generoso.
Valiente , constante , altivo,
Escríbele tus cuidados.
Sea por los propios lilos;
Si te agravia la intención
Ejecutado el castigo,
Él sabrá venir por ti ;
Deja los aféelos pios,
yue aun el mismo cielo quiere
Dejárnoslos albedrios;
íiit la cristiandad te obligue
M tu amor, pues imagino
Que es la defensa virtud
Cuando es el daño preciso ;
El agravio es evidente.
El desprecio es excesivo.
Hállele en lo resistente
liuien te culpa en lo benigho
;De suerte , que quieres , Reinn ,
Dando el honor parasismos.
Eternizarle en las penas
y cerrarte los caminos.
Atajando las pisadas
Para lu remedio mismo?
Si das limosna á los pobres ,
Se conlirma por delito
Lo que piedad viene á ser ;
Y cuando con amor lino
Amorosa le agasajas,
Mjs y más tu esposo indigno
Se viste de su crueldad ;
Pues gane lo vengativo
Lo que la piedad no alcanza ;
Al más empinado risco
One el linde á los cielos roza
fcn confuso vientecillo.
Si de la montana se halla
En las venas oprimido.
Luchando tres elementos
La reduce á su principio;
La luna tal vez se mira
yuc suele con rayos tibios
Eclipsar luces al sol
Qne arruga en su rostro limpio;
Cuando una nao de la India
Huella el recatado lino
Corlando .izóles peñascos
Entre los surcos y rizos ,
Siendo lan grande la nave
De la quilla al tope mismo,
S.i.NTA ISABEL, REI.NA UE PORTUCVL.
Que es una dudad con alas,
Con brazos un obelisco.
Remora suele tenerla ,
Siendo un corto pececillo :
Pues si un leve y torpe viento
Abate los obeliscos ,
Si al sol la luna se atreve
Vestida en sus rayos mismos,
Y si la remora á ün monte
Volátil les pone grillos.
Tú que eres Lija de un Rey
A quien en su solio quinto
Venera el airado Dios
Más temeroso que fino,
;.Por qué te dejas vencer
Ese corazón altivo
Que piadoso te detiene?
Obre menos compasivo :
Escribe á tu padre el Rev,
Pues viene á ser más delito
Que apariencias le convencen
Que no que por tulionor mismo
Mires como Reina y noble:
No le digo, no le digo
Que es bueno enojar tu esposo,
Pero tampoco confirmo
Que al paso que van creciendo
En lu daño los peligros ,
Te acobarde lu fortuna;
Que Carlos, siempre atrevido.
Forme agravios que te ofendan.
Que tu esposo vengativo
Trace contra ti en lu honor
Algún secreto castigo.
Este mi consej'> es ,
Y si te parece indigno.
No le admitas como reina
Pues te le doy como amigo.
REir(A.
, Y será bien qne mi padre ,
De don Dionís ofendido.
Guerra intente? ¿Será bien
Oue dos monarcas invictos
Contra las leyes del cielo.
Siendo cristianos y amigos
Se pierdan , y por mi causa ?
No, Ramiro: no, Ramiro,
Piérdame yo y muera yo;
Esto agora determino.
Dame , Blanca , tu consejo ;
(Llamea.)
Pero ó me miente el sentido,
O llamaron á la puerta.
DON RAMIRO.
Es ilusión; algún ruido
Seria de los que pasan.
REINA.
Di , que tu cousejo admito.
DLA^CA.
En efeto, viendo el Rey
Que constante has permitido...
{Llamen recio.)
Llamaron, y tu sospecha
Fué cierta.
Carlos h.-i sido.
Que al Rey sin duda ha avisado.
BLANCA.
Aquí podrás escondido.
Porque no te halle encerrado.
REINA.
No hagas tal, no lo permito,
Que es dar á entender al Rey
Si le hallase algún indicio;
Pero quiero abrir la puerta.
Abre , pues , tu intención sigo.
REINA.
Tú puedes quedarte aquí,
Blanca.
BLANCA.
Obedecerle elijo.
REINA.
Esposo, tanto honor, tantos honores.
Í.Vos á verme en mi cuarto? ¡Á estos fa-
Como lan vuestra aspiro ! [vores.
BEY.
Señora. {Ap. ¡Vive Diosque está Ramiro
En tásala! ¡Qué pena! ¡Qué tormento!
¡No sé cómo lo miro y lo consiento!
¿Qué haré, cielos?)
REINA.
Señor, ¿haber venido
A verme es causa de que suspendido
Os haya mi agasajo y mi deseo?
RET.
Vine porque si á mí... pero no creo
Que estando Blanca aqui...
REINA.
¿Qué decís?
BEY.
Nada
(Ap. El alma está turbada,
Y tanto en mi tormento se provoca
Que salió el sentimiento por la boca;
Dejadme, cuidadosos desconsuelos,
Pero no son cuidados, que son celos.)
DON RAMIRO. (Ap.)
El Rey está indignado.
Con los ojos hablando se ha mostrado
Su prolijo accidente:
Callando dice aun másde lo que siente.
RET.
(Ap. Disimular importa;
Mal mi pecho encendido se reporta.
No hav cosa que me cuadre.)
Una carta tenéis de vuestro p:idre ;
Salid por ella , que os aguardan creo.
REINA.
Voy con vuestra licencia.
; Honor, qué veo!
¡Cielos, qué sufrimiento me condena!
«FINA.
Don Ramiro, tomad esta cadena
Y dádsela á los iioliies.
(Vase, y dale la cadena sin que lo vea
nadie.)
DON RAMIRO.
Voy, Señora.
(Cuando se vayd le llame el Rey.)
REY.
No os vais , Ramiro.
BLANCA. (Ap.)
De temores Hora
Mi corazón amante.
Pues le amenaza el Rey en el semblante,
¡Qué airado! ¡Qué severo!
Aquí esconderme quiero.
(Escóndese Illanca.)
(Ap. ¡Qué temo! Llego á hablarle)
[;.Quémc ordenas?
Ya espero á ([ue me mandes.
REY.
(Ap. Teneos, penas.)
Esperad, que ya vuelvo.
(Vttse el Rey, y cierra todas las puer-
tas.)
206
COMEDIAS ESCOGIDAS DE DON FRANCISCO
DU:i RAMIRO.
Aquí os aguardo:
¿Qué es eslo? ¿Más agora me acobardo
Kn desdicha, en mis males (ao ajena?
¿Si vio el Kev que me daba la cadena,
Y por aquesta causa me ha llamado ?
Todas aquellas puertas ha cerrado.
Si escondo la cadena y él la halla ,
Hago culpa el indicio: el arrojalla
No es remedio, y agora he reparado
Que el Rey con atención no me ha mi-
[rado,
Y boy viene á ser de San Dionis el dia,
Y es tan pública en todos la alearla
Que el Rey no ha de juzgar por cosa
[ajena,
One en tal dia me ponga una cadena,
Y diré, si él la ve, con osadía.
No que aquí me la dio el que la Iraia;
Y pues no hay riesgo en ello,
Kcharme quiero la cadena al cuello:
É\ entra ya , por Dios que estoy turbado:
Mas en ninguna ofensa estoy culpado;
Obre benigno el cielo.
De su crueldad á mi inocencia apelo.
Sale EL REY.
RET.
{Ap. Aquesta es bnena ocasión.
Cerradas están las puertas.
El alma he de examinarle:
Al arma , viles sospechas.)
¿Don Ramiro?
nON RAMIRO
Esclavo vuoslro.
{?lo le mire el Re!/.)
RET.
Porque argüir no se pueda
Oue sin evidentes cargos
Os confirmo la semencia
Hoy sin que os mire á la cara ,
Porque no es razón que vean
Mis ojos á quien me ofende.
Ni es razón que yo me venza
A daros perdones tantos
Cnaiiilo os culpan las ofensas ,
Atended á lo iiui' os hablo.
DON RASURO.
Señor, ya que te prometas
Tan recto al delito mió.
Si es delito la obediencia.
Mírame, airado 6 piadoso,
Mírame , Señor, siquiera ,
\ sean jueces los ojos
De lo que afirma tu lengua.
REY.
Esto no fuera castigo.
Antes premio á ser viniera:
No os he de mirar, en fin ;
(Ap. ¡Basta , honor! ¡Déjame, ofensa I) Oa á los pobres generosa
Y asi la culpo por necia:
Y aunque es muy poco el castigo,
Salid de Lisboa, y sea
Esta noche: porque quiero.
Sin que otra razón me venza ,
Castigar vuestras traicioocs.
Porque...
D0>- RAMIRO.
Señor...
REY.
Ya rae lleva
Mi pasión.
D0:< RAMIRO.
¡Señor ! ¡ Señor !
RET.
¿Queréis darme la respuesta?
Decid , porque vuestra culpa
Os castigue y os convenza.
DOK RAMIRO.
¡Ab, Señor, y qué arrojado
Te vencen tus apariencias!
Tú que el ejemplo del mundo
Eres , y tú en quien encierra
Prodigalidad el pecho,
\obleel alma, resistencia.
De dos tan distintas cosas ,
De dos cosas tan ajenas
Te llevas con la pasión.
Con la ceguedad te llevas;
Dame licencia. Señor,
Para que decirte pueda
Seguro mi sentimiento.
Si la doy porque os
Las razones que ponéis.
DON RAMIRO.
Pues digo con la licencia ,
Aunque no es en este caso
La que me diste primera ,
Que quiero argüir contigo.
¿Quieres ver con evidencias
En tu propia conclusión
Mi lealtad en mi inocencia
Aquí del discurso tuyo?
Si en las zonas más adversas
Que el ártico polo manda,
Y el sol avarienío peina.
Por el Rey más generoso
Tanto clarín le confiesa,
Tanta fama te divulga,
¿Por qué quieres tú que crea
Que el evitar las limosnas
A mi señora la Reina,
Procede más que de enojo
De la pobreza que alegas?
Señor, si das en una hora
Más que te valen las rentas
En un año, y ella sólo
Vestida de su clemencia ,
¿No os he mandado, Ramii
Mil veces que por las puertas
De los cuartos de mí esposa
No entréis con tanta imprudencia ?
¿Que no deis limosnas suyas,
Puesto que son de mi ha'cienda ,
Y es tanta la que me gasta
Que la mitad de mis rentas
Consume en sólo limosnas?
Vos pensáis que no me enseñan
Mis acciones á regirme.
Sin que fantasías vuestras
Os lleven á vuestro daño.
¿Débese más obediencia ,
Cuando el Rey es el señor,
A preceptos de una Reina ?
Diréis que sois su vasallo,
V que... pero no es aquesta
Uazon para este üescar(¡o,
Lo que tú le das á ella,
¿No se conoce evidente
Que de otra causa diversa
Proceden esos enojos.
Nacen esas inclemencias?
Luego si conozco yo
Que no hay en aquesto ofensa ,
Y que es achaque del gusto
Y no de su error fineza.
No delinquiré en la culpa.
Puesto que pás» á evidencia
Kl conocimiento mío;
Porque no era causa esta
Para fallar al afecto
De una esposa y una Reina;
Mas aqueste rigor tuvo,
O nace de otra sospecha ,
O me falta la razón.
¿No ves aquella culebra
DE ROJAS.
De cristal, aquel arroyo
Que por la blanca maleza
Oeste risco de diamante
Al rudo mar se descuelga?
I'ues bien se ve donde para ;
Pero como se despeña
Del copete desa roca
Que el linde 4 los cíelos besa,
No se sabe dónde nace ;
Al revés en ti se advierta ;
Tu ira , tu enojo, tu rabia.
Tu rigor y tu imprudencia :
Que ansí se puede llamar
Como dentro de las puertas
De palacio algún traidor
A que lo creas le fuerza ,
Se sabe de dónde nace.
Pero no que fines tenga.
;Ah , Rey señor! un error
V;ile en tí más que una idea :
Vn discurso te acobarda.
Una vil pasión te ciega;
Ea, Señor; ea. Rey,
¿Qué se ha hecho tu prudencia?
¿Adonde está tu cordura?
Mírame te pido; ea.
Merezca aquesta disculpa ,
Oye otra causa más cierta :
citando un hombre está culpado.
Si es bien nacido le afrenu
La traición, el mesmo cargo,
El delito, la obediencia.
Le acobardan tan corrido.
Tan delincuente le alteran ,
Que para dar la disculpa
Los ojos lija en la tierra ,
V da á entender su delito
Aun en lo mismo que niega ;
Pues si yo fuera culpado
¿No se viera en mi respuesU
Rl indicio de mi culpa?
Que no hay lengua tan discreta
Que á una traición cometida
Sofísticamente venza.
¿No basia hoy esta disculpa
Que los discursos aprieta?
Sin duda estás convencido.
Porque el actor cuando enseña
Cargos que están asentados.
Siendo la probanza cierta ,
Cara á cara las arguye,
Rostro á rostro las alega ;
Mas si vuelves las espaldas ,
V enmudeces, hoy me enseñas
Que en favor me quieres dar
Actor ó juez la sentencia.
BEY.
(Ap. Ahora bien , mirarle quiero ;
Porque sí es opinión cierta
Que confiesan los semblantes
Loque han negado laslenguas.
Puede ser que el rostro diga
Loqne hablando no pudiera : {.Míralo.)
En efecto, don Ramiro...
(Ap. ¿Mas no es esta la cadena
Que confuso y receloso
Le di una tarde á la Reina?
Ella es, y viven los cielos...
Pero aquí sobran sospechas
Cuando á los ojos del alma
Pasaron las evidencias.)
Digo que tenéis razón ;
Seamos amigos, y sea
Después de aquestos enojos
Esta la última experiencia;
Dadme los brazos.
DOM RAMIRO.
Los pies
Quien es lu esclavo merezca.
RET.
levantad. (Ap. ¡Cielos, qué intento!)
SANTA ISADEL, REINA DE PORTUGAL.
{Quién os dio aquesta ca Jeua?
D0,'< RAKIRO.
E$ de... pero... ya im sé...
REt. Hp.)
I Tarbóse , cielos ! ¿Qué espera
MiseDlidocorazoD?
DOJI RAHIRO. (Ap.)
Si acierto á no darle cuenta
Ue la verdad... pero en lin...
Villano, si á tu defensa
(Sácale la espada i
Viniera el mundo, tu espada
Te ha (le dar la muerte mesmn.
Sale BLANCA que estaba escondí
DO^ RAMIRO.
Señor, ¿en qué te lie ofeudido?
Deten la cuchilla liera.
BLAMCA.
Rey, Señor, ansí...
REY.
¿Qué es esto?
BLAKCA.
Ansi tu heroica diadema
En los átomos del sol
Se esmalte de rubias hebras ,
Que a Haniiro, que a nii esposo ,
(Que lo ha de ser) no le ofendas |
Tu vasüllo, Señor, es ;
Vo le estimo, y ansi fuera
Impiedad de mi constancia ,
De mi amor mucha paciencia ,
CJue tu le quites la vida
Si a mi con ella me dejas.
Detras de aquesta cortina,
Cuando cerraste las puertas ,
Recelando algún peligro
Pude quedar encubierta.
RET.
Dasta, Blanca, no prosigas;
Tal estoy que entre mis penas,
Lle>ado de una pasión
Torpe el discurso y paciencia
Sin saber de mi arrojado ;
Pero loque fuere sea.
(Arroja la espada , ¡/ vi
Toina , Ramiro, lu espada.
do:* RAnino.
Vivas edades eternas.
(Qué dices, Blanca, de aquesto?
BLANCA.
Que conozco tu inocencia,
Y que aunque es santa Isabel ,
Y aunque la vida me debas,
El liey airado se incita,
Carlos traidor le gobierna ,
Que huyas á Aragón si quieres
Librarte, aunque ausente muera.
D01 RAMIRO.
Sin ti no quiero la vida.
bla:<ca.
Iluje, Señor, note pierdas.
DO.'» RAMIRO.
Contigo será ganarme.
Que es otra muerte la ausencia.
BLAnCA.
Pui!S yo moriré contigo.
UO:i RAMIRO.
Yo viviré en tu belleza.
( Vause. I
.Sa/eUONCÁHLOS.
A una piedad intentada ,
¡Ub cuan fácil es la entrada !
;Cuán dificil la salida!
Aveiiinranilu la vida ,
Inducido de un rigor.
Obligado de un temor
Sin poderme reporwr,
Yo mismo me vengo á entrar
Kn el la/.o de mi error.
El Rey me quiere, de suerte
Que en su amor está mi engai'io.
Si le digo el desengaño
Es labrarme yo mi muerte;
Seguir la traición es fuerte
Delito de mi sentir ;
Ingratitud proseguir;
¿Qué haré , pues , sabio dudar,
Si el conseguirla es malar
Y el declararla es morir?
¡Válgame Dios, qué pesado
Es un impulso advenido.
Pues llora lo corregido
Los defetos de lo errado;
Y aunque me hallo reportado.
En el rigor, más constante
Sigo el destino arrogante;
Y ya por no poder mas ,
Si quiero volverme airas
Es volver más adelante.
Empecé aquesta traición
Contra Isabel y Ramiro,
Y cuánto á su mal aspiro
Me induce la obstinación.
Con razón ó sin razón
Ya cometi exceso tal ;
Y ansí el discurso inmortal
Me asegura que es mejor
El vivir por lo traidor
Que el morir por lo leal.
Sa/e LA REINA.
REINA.
Carlos en aquesta sala
Hablando consigo esiá ,
Hoy de mi piedad verá
Que á sus traiciones iguala.
¿Carlos?
CARLOS.
Señora.
REINA.
Con vos
Tengo un mal que declarar.
CARLOS.
Bien le podéis consultar,
Solos estamos los dos.
REINA.
Desde que vine á Lisboa,
Que pienso que habrá tres años,
A casarme con Dionis
Por concierlos de don Vasco,
Bien contra mi voluntad.
Tan contra mi honor os hallo.
Tan contra mi sángreos miro,
Tan negativo os reparo.
Que excede vuestra imprudencia
Los limites de vasallo.
Carlos yo he de convenceros
Esla vez; pregunto, Carlos,
¿En qué os he ofendido yo
Que arrogante y temerario
We ponéis mal con mi esposo
Porque vuestra traición callo?
¿Porque os sufro descompuesto.
Porque liel os agasajo.
Vos me perseguís cruel ,
Vos me prometéis airado?
¿Porque os riño, que á mi esposo,
Carlos, habéis inquietado.
Llevándole en vuestro enojo
i'or tantos lascivos pasos
Me perseguís? ¿Es razón
Cuando yo, contra los hados.
Soy diamante en la firmeza.
Soy en la dureza mármol?
Vos de un rigor convencido
Y de una pasión llevado,
Me locáis en el honor :
¡Que no llegue á lastimaros,
Mirarme tan perseguida!
Ansí á los blasones claros
De los reyes vuestra lengua
Impone defetos varios.
¿Qué os hizo, decid , Ramiro,
En vuestro enojo? Si acaso
Es porque á Blanca pretende
Con amor tan limpio y casto
Que no pasan sus intentos
Del limite del recato:
Si es porque vos la queréis
Por esposa , babladme claro,
Y os la daré , Carlos : ea ,
Basten ya rigores tantos;
Yo os disimulo traiciones ,
Y vos rebelde, obstinado.
Os dejais llevar de vos;
No soltéis la rienda al daño.
Sed amigo agradecido
A mi amor : ejemplos varios
De agradecimiento hay;
El gavilán que volando
Tan soberbio se remonta
Que en los aéreos palacios
Ni deja la garza altiva
Ni olvida el jilguero ufano
Por satisfacer la hambre ,
Pues haciéndolos pedazos
Trincha con sus propias uñas
Las tiernas carnes , dejando
En monumentos de pluma
Su espíritu sepultado ;
Cuando quiere anochecer
Discurriendo por los campos , "
Principe de las campañas.
Por tener los pies helados,
ün pájaro en ellos prende
Que le da calor, en tanto
Que la primer luz del dia
I)ora los montes nevados;
Y con poderle tragar
A aquel beneücio ingrato.
Le suelta por la mañana,
Y hacia otra parte volando
Por no encontrarle encamina
El vuelo precipitado.
Pues si UB ave reconoce
Aquel beneGcio escaso.
Siendo irracional prodigio.
Tú, que beneficios tantos
Recibes de mi y del Rey,
¿Por qué con tantos engaños
Muriendo le haces vivir
Y me haces morir penando?
Ea, véncete y acabe
Tanto mal nacido agravio.
Reporta tus sentimientos.
¿Qué me respondes, don Carlos?
Enmudeces , enmudeces ;
Si no te obligo rogando
Como Reina, si no quieres
Obedecerme vasallo.
Como una humilde mujer
Que viene á pedir lu amparo
A tus pies este favor {l)e rodillas.)
on sudores destilados
Del alma que los arroja
Pido, si Reina no basto.
CÁBLOS.
Señora...
REI\'A.
Por Dios lo pido.
Sé piadoso «fUe ansi alcanzo
2C8 COMEDfAS
Esle favor; de lus pies
No he de le»anlarine en (anto
Que DO me hagas esle bien.
Sale EL UEY.
REY.
¿Qué es aquesto?
RElItA.
Que be llegado
De una injuria que le hice
A pedir perdón á Carlos ,
Ves tan leal y Un noble
Que la ofensa ha perdonado.
RKT.
¿Pues de rodillas le pi-Je?
«EmA.
Uicele tan grande agravio
Que me dejé de ser Keina ,
Y con mi afecto postrado
I.e pedí me perdonase ;
Pero en vos , Señor, no hallo
Camino para pediros...
BEY.
BasU.
REl.NA.
Ya sé que os enfado
Con palabras y con obras ;
A recogerme á mi cuarto
Me iré; perdonad. Señor.
¡Dadme, cielos, vuestiüamparol(Vaíe.)
REY.
¿Carlos, qué ha sido este exceso?
CÁRI-OS.
(.4p. ¿ Qué haré ? ¡ Cielos soberanos '.
Si le digo la verdad ,
Infelice muene aguardo;
Si prosigue mi traición ,
A la Reina y su honor falto;
Pero mi vida es primero.)
Señor, fué... (Mp. ¡Cielos! no bailo
Caminos con que acredite
Los empezados engaños.)
BEY.
iVos dudáis? Carlos, amigo,
CoDtaldo, acabad , contaldo.
CARLOS.
Señor, como ve la Reina
Que contigo valgo tanto,
Y que hoy por enojos tuyos
A Ramiro has desterrado.
Me dijo que te pidiese
Que mandes que entre en palacio,
hsla es la verdad , Señor.
REY.
Echó la evidencia el fallo;
Llama i Ramiro.
CARLOS.
Ya voy. ( Yase
REY.
¡Oh tú , de los cielos astro,
Que mueves segunda causa ,
Tanto impulso soberano!
¿Qué me quieres? Déjame
Esos que destilas rayos
Al Índice de mi vida
Reprime, basten agravios;
Al iionor de un rey te opones;
Pero no, estrella , no alcanzo
Que tú me infundas desdichas.
Para estas penas me guardo
(Jue contarán los anales
De los venideros años ;
Pero aquí viene Ramiro.
Sale DON RAMIRO.
DON RAMIRO.
Agora me ha dicho Carlos
ESCOCIDAS DE DON FRANCISCO
Queme llamáis.
Ramiro, los desengaños
Son espejos en que el sol
Mira sus dorados rayos ;
Sois noble, sois bien nacido,
Y sé que he estado engañado ;
Y si un Rey puede pediros
Que le perdonéis , cobraos
De la ofensa recibida,
Y dadme agora los brazos ,
Que hoy quiero poner el cetro
Y corona en vuestras manos.
CARLOS. Í,M paño.)
El Rey está con Ramiro,
Fuerza ha de ser escucharlos.
DON RAMIRO.
¿Tan de repente. Señor,
Honras, mercedes y cargos?
Sale LA REINA á la oirá parle
del paño.
REINA.
Ramiro está con mi esposo :
Alguna desdicha aguardo.
REY.
Pues para que conozcáis
Cuánto os quiero, eslimo cuanto
Por principio de mi fe.
Este papel os encargo ;
Llevareisle donde dice
{Dale un papel.)
Con diligencia y cuidado :
Todo mi honor está en él;
No se le he fiado a Carlos,
Porque me importa el sosiego;
La vida estoy aguardando
Con la respuesta , Ramiro,
En él mis dichas restauro;
Sea luego y no le Ges
De amigo ni de criado
Que á vos tambieu os importa.
DON RAUIRO.
Yo voy luego.
BEY.
Y yo os aguardo. ( Vase
DON RABIBO.
Yo iré.
CARLOS. (Ap.)
Pnes agora salgo
Y pido aqueste papel.
Que puesto que importa tanto.
Me ba de agradecer el Rey
Que yo uie baya adelantado.
DON RAMIRO.
Pues obedecer conviene,
Obre el cielo.
REINA.
Ten los pasos;
Dame , Ramiro, el papel.
DON RAMIRO.
Señora...
REINA.
Ya yo sé el caso.
Que un negocio que me importa
Se ha de hacer antes : yo mando
Queme le deis.
DON RAMIRO.
Yo obedezrn.
(Dásele á la ¡leina.
REINA.
El correo que ba llegado
Me ha avisado que mi lio
Don Jaime, el infante, ha dado
A la carrera del mundo
Los precipitados pasos;
DE ROJAS.
Kn efecto, ha muerto ya.
I'ú agora como criado
De quien fio mis secretos,
l'uedes hacer que en palacio
Le digan luego esas misas ;
Ksto no permite espacio,
Ksto importa más que todo,
V puesto que importa lanío.
Mientras que á Dios le encomiendo
l'uedes hacer lo que mando.
DON RAHIRO.
Obedeceros es justo. (Vasc)
CARLOS. (Ap.)
Ríen mi intento se ha trazado.
Aquesta es buena ocasión ;
Vboia bien , yo me adelanlo.
BEIXA.
,,l)ónde vais, Carlos?
CÁBLOS.
Señora;
El rey Dionls me ha mandado
Que buscase á don Ramiro
l'ara que me dé el despacho
De un papel que importa mucho.
KEisA. (Dale el papel.)
Carlos, este es el papel.
CARLOS.
Va como noble vasallo
Os he servido.
REINA.
Ya sé
Lo que tengo en vos , don Carlos.
(Vase.)
CARLOS.
A llevar voy el papel
Donde dice , que asi alcanzo
Que culpe el Rey á Ramiro
Y me agradezca ¿I cuidado. (Vase.)
Sale TARABILLA.
TARABILLA.
Aqueste mundo. Señores,
Todo es traza, todo es modos,
Y en él nos morimos todos
De enfermedad de doctores;
V echando por el atajo.
Pues tan mortales nos vemos ,
Seor Tarabilla, bajemos
Treinta puntos más ab.ijo;
El Rey sale, y traigo aquí
Un arbitrio que he pensado.
Que no he de ser desgraciado
Pues ser bufón escogí.
Sale EL REY.
REY.
Oh gracias á mis recelos.
Que esia vez han de acabarse
r.on la vida de Ramiro
.Mis celos y mis pesares;
¡Oh gracias!— ¿Quién está aqulí
TARABILLA.
Aquí, Señor, no está nadie.
REY.
¿So sois alguien vos ?
TARABILLA.
Yo no.
Siempre me dijo mi madre
Que no era nadie en el mundo.
) BEY.
¿Qué queréis?
TARABILLA.
Quiero contarle
Cierto librillo que he escrito.
Que ha de ser muy importante
A todas las damas cultas ,
jCunio se llama?
TARADILLA.
Es notable
Titulo, jDls|iaralorio
De todas lascultiiiaiites :
llemeilío para hablar culto
Cualijuiera mujer de partes ,
tíue eijfade á toda Lisboa
Vá treiuta mil mundos cause»
Idos, y vedme después.
Ese después es muy tarde,
\ es mi hambre uiuy temprana.
REY.
Acabad.
TARABILLA.
Para que acabe
Es menester que me ayuden.
REY.
Pues tomad ese diamante.
TARAUILLA.
;Jesus! ni por pensamiento,
iPues yo habia de tomalle?
[Tómale y vase.)
REY.
Agora que estoy conmigo
Prevenir es importante
(^uu la muerte de mi esposa
La venganza de mis males;
V agora «luiero mirar
¡ji es que en su cuarto se liaüasv,
Correr quiero esta cortina.
{Corre la cortina y halla á la rctm,
Isabel, vestida de Tercera, delun.i
de un Cristo crucificado.)
Pero, ¿qué nuevos disfraces
Son estos con (jue la niiro'í
buspeuso mi furor yace.
¡Señor, pues que vos queréis
yue yo muera en este traje,
Y agora en él me mudáis.
Procurando adelantarme
Lo fuluro de las dichas
A lo cierto de los males ,
Dejad vivir i mi esposo!
RET.
Con la verdadera imagen
De Cristo crucificado.
Fijo el hermoso semblante
Arrobada se suspende ,
1 Qué grandes dilicullades.
Volviendo por su inocencia
A ser mayores se añaden !
Sin duda (|ue el cielo quiere
Cíue mi honor dilicultase,
Que un grande escrúpulo siempre
Se Irueca en amor más grande ;
Pero aun más queda que hacer:
Correr quiero el velo .Tnies
{Corre la cortina )
Que deje la devoción;
Llamar aquí es importante
A Carlos para que vea...
SANTA ISABEL, REINA ÜE I'ÜIITCGAL.
Sale TAHABILLA.
TARABILLA.
Aquel artilice grande
Que esta fabricando el fuerte
Que orillas de la mar haces
l)e peña muerta y cal viva,
Me ha dichoque quiere hablarte.
REY.
Entre; de nuevo recelo
Mayores penas y males.
Sale EL ARTÍFICE.
ARTlflCE.
Déme los pies vuestra alteza.
REY
Levantad.
artífice.
Dionis el grande,
¿Conocéis este papel
Que esta mañana me enviasteis?
rey.
Si le leéis lo sabré;
Uecid.
artífice.
Dice ansi , escuchadme.
{Lee ) «Maestro mayor de la fábrica
«del nuevo fuerte que esta á la orilla
«del mar : Al que éste lleva haieis
«confesar y echaréis dentro de uno de
• los hornos de cal viva que eslun a
«vuestra disposición; sea con secreto
.i|ue a nii me va la opinión y á vos la
«vida.»
REY.
Es verdad , yo le escribí.
artífice.
Pues apenas llegó á darme
liste cerrado papel
Ue su desdicha ignorante.
Cuando obediente dispongo
üe vuestros decretos reales
l-a ejecución y el castigo ;
l'ero al tiempo de arrojarle
A ser inútil ceniza
De ardientes llamas voraces ,
Para hablarme estas razones
Me pidió que le aguardase ;
• Capitán (me dijo entonces)
Hoy pretenden castigarme
Los cielos de mis delitos
l'uesto que son los más graves.
Contra el Rey he cometido
Tal ofensa, injurias tales,
Que han permiliio los cielos
Que á tus rigores los pague;
Al rey Uionishe ofendido.
Traidor he sido á su sangre.
La Reina fué el instrumento.»
Y desvaneciendo al aire.
Su cuerpo sujeto al plomo,
Le solicité cadáver;
Urna de nieve es el mar
En cuyo túmulo yace
Escarmiento de si mismo
En campañas de diamante;
Vo he dado la justa muerte
Al mismo que tú me enviaste;
Él dijo que era traidor :
Que lo ha sido, lú lo sabes.
Que te serví, ya lo has visto,
Como Re
Pues con
He de a^
■ puedes mandarme,
u noble vasallo
ardar que me mande
i Vive Dios! que mis sospech;
Salieron ciertas verdades.
¡Oh traidor! ¡Oh vil Ramiro!
Que á voces lo publicase!
;No lo callara en la inuerle
Ya que en la vida lo obrase!
¡Ah Til Ramiro!
Sale DON RAMIRO.
¿Qué es esto?— ¿Tú no llevaste
Un papel que yo te di?
DON RAMIRO.
La Reina quiso obligarme
Que fuese á oír unas misas
Por el Infante don Jaime,
Y quedó con el papel.
¿V ella?
Sale LA REINA.
REIJiA.
Tente, no te agravies
De lo mismo (|ue es tu honor ;
Carlos vino de tu parte
V dijo que se le diese.
¿Luego á Carlos arrojaste
En el horno?
ARTÍFICE.
Yo, Señor,
Leí que al que lo llevase
Le diera la justa muerte:
Hice lo que tú mandaste.
REY.
Este es decreto del cielo
Que ha querido castigarle.
Señora, si agora bastan...
REINA.
Ya miro por las señales
Que conocéis mi inocencia.
REY.
Yo prometo...
DON RAMIRO.
Señor, antes
Que prometáis á la Reina ,
Tu voluntad, quiero darle
Esta cadena que un día
Me dio para que gastase
Con los pobres, porque ya
Que de su inocencia sabes ,
No es necesario venderla.
REY.
¡Hay desengaño más grande!
TARyiBlLLA.
Escuchen vuesasmerceiles;
Doña Blanca ha de casarse
Con don Uaniiro allá deiitio;
lia de ser la noche grande.
Hay comedia de repente
Donde hay grandes disparates,
Qne los remite el poeta
Para la segunda parto.
EL CAÍN DE CATALUÑA.
r.RREN'OUEL.
RAMO.N.
EL MARQUÉS.
PERSONAS.
CONSTANZA.
LEONOR.
Rl'FINA.
CARDONA.
I CAMACHO.
UN PICADOR.
I CONDE DE BARCELONA.
PRIMERA JORNADA.
Salen CAMACHO T CARDONA.
CAÜACnO.
Deshonra buenos, bergante,
¿Sabes lo que es ser bul'on?
lina anticua posesión
Tan honrada y iraporlanle,
Echaá perder este dia.
CARDOS*.
Hombre, ¿qiiiéresme dejar?
jüinieen que"?
CAMACHO.
En dejarle echar
Uelecinas d(» agua fria
Por un ireiiilin.
CARDOXA.
Hago bien,
De su ignorancia me rio;
Si usled no fuera tan frío
Se las echaran (amblen.
CAUACHO.
¡Que nna melecina pruebe.
Del inleres obligado.
De agua Iria á un hombre honrado!
CARDONA.
¡Qué importa si era de nievo?
CASIACHO.
¡En mandándolo un señor.
Que reciba sin temores
l'na ayuda asi !
CARDOI^A.
Peores
Son las que manda el dotor.
CAMACHO.
Pero ¿cuál quedará luego?
CARDO.-ÍA.
Fresco.
CAMACHO.
¿Y la jeringa, di.
Es muy pequeña?
CARDO:»A.
Eso si.
De estas de matar el fuego.
CAMACHO.
í A mi olicio este baldón ?
A azotes le he de matar.
CARDONA.
Si usasled ha de llorar,
¿Cúroo quiere ser bufón?
I iPuesi
I i Qué 6!
I soy yo en Rarcelona...
CARDOfíA.
CAHACHO.
Del hijo más querido
Del Conde , el entretenido
Acerca de su persona?
i Con qué estilo cortesano
Bufo con este y aquel'
CARDOMA.
Míreme, Camacho, él
Es aloja de verano.
CAMACHO.
Mientes.
CARDONA.
Digo que es frión.
CAMACHO.
¿Esto se me ha de decir?
¿Frió yo, y he hecho reir
A un juez de comisión?
CARDONA.
Oye, pues, ¿eso qué es?
CAMACHO.
¿Hay mayor blasón?
CARDONA.
Mayor :
Yo he hecho reir á un regidor
CAMACHO.
Poco es eso.
CARDONA.
Era del mes.
CAMACHO.
Eso es más ; mas di , ¿de dónde
(Porque te alabe mejor)
Era el seor Corregidor?
Sfl/<rn EL CONDE y EL MARQUÉS.
CONDE.
La pota me trae rendido ,
Mucho es lo que me ha apretado.
Marqués. ¿Iiabeisme llamado
A Berenguel ?
MARQUÉS.
He temido
Su condición desigual.
Conmigo cruel también.
Pues porque me quieres bien ,
Ha dado en quererme mal :
Y no he de darle ocasión ,
Sabiendo qne es mi enemigo ,
Hablándole, á que conmigo
Use de su condición ;
Y como tanto aborrece
Su hermano , y sabe que soy
Su amigo , temiendo estoy
Que su indignación empiece
Por mi modestia primero.
Cuando sab
CONDE.
Yo estimo vuestra persona ,
Como es razón ; y no quiero
Que su ira ó su crueldad
Motivo á enojarse dé ;
No puedo tenerme en pié ,
Una silla me llegad.
Ah , Cardonilla , ¿acá estás ?
CARDONA.
Que verte con salud quiere.
CONDE.
Mientras este hijo viviere
No tendré salud jamás.
CARDONA.
Señor, ahora es muchacho,
El asentará mañana.
CONDE.
Hoy es dia de terciana.
CARDONA.
¿ A qué hora te da el Camacho?
CONDE.
Di , ¿qué es el CamacUo ?
CARDONA.
El frió.
CAMACHO.
Mientes, Cardonilla.
CONDE.
Cierto,
Que contigo me divierto,
Y algunas veces me rio.
CARDONA.
Ve que bago reir al Conde.
CAMACHO.
Y con frialdades , ¿ no añades ?
CARDONA.
Mire usted , las frialdades
Las echo ya sabe donde.
CONDE.
¿Habéis visto á Berenguel?
CAMACHO. {Ap.)
Vengaréme del traidor.
CARDONA.
Esta mañana. Señor,
Salí en el coche con él.
CONDE.
¿Y hoy qué ha hecho?
CARDONA.
Lo primero.
Porque el barbero tardó ,
Delante del me mandó
Que yo afeitase al barbero;
Pero ya todos proponen
No afeitarle en muchos dias.
CONDE.
Bueno al barbero pondrías.
CARDONA.
Pósele como ellos ponen.
Por ver si era menester
Vino un doctor, y él mejor:
— Vuélvase , dijo al doctor,
Y éntreme la muía á ver; —
Pasóse á conversación
Con dos sugetos extraños
En un cuarto.
CONDE.
¿Cuáles sotí?
Dimelos.
CARDOrtA.
Si te los cuento.
Que (e has de reir no dudo,
t'orquc un hahlador y un mudo
Tienen un mismo aposento,
Y esla lelra alrededor,
Esto no se puede errar.
Este Miuilo sabe hablar,
Y callar este hablador.
Por la casa en cuerpo andaba
Y hacia el zaguán se salió,
Y porque no se paró
IJn coche cuando pasaba ,
Veinte y cinco con su azote
Al cochero le hizo dar,
Desde el globo circular
A las lineas del cogote.
üecia el cochero primero :
—¿En qué ha errado quien nn viú?—
Y a eso le respondió:
— Pues déntelos por cochero. —
Porque vio, cuando llegaba,
Dos gabachos quealli habia,
Oue uno cuchillos vendia,
Y el otro los amolaba,
Dijo : ; Que ninguno entienda
Treta tan fácil de ver!
Este los echa á perder
Para que el otro los venda;
Pero una sentencia pía
Dio al amolador primero.
CO.NDE.
i Qué es?
CARDONA.
Que amuele al compañeio
Los cuchillos que vendia.
Cosas, vive Dios, intenta,
Que no hay quien no las repruebe.
CAMACIIO.
iPues la jeringa de nieve
Que le hizo echar no la cuenta?
CONDE.
¿Cómo eso no lo dijiste?
CARDOMA.
¿Cómo te lo he de contar
Si yo no me la vi echar?
CONDE.
Si, pero ¿no la sentiste?
CARDONA.
Si la sentí, es evidente.
CONDE.
Pues ¿cómo no lo has contado?
CARDONA.
Señor, porque un hombre honrado
Ha de callar lo que siente.
CONDE.
Eso deseo saber.
CARDONA.
Pregunta.
CONDE.
Dime esto ahora,
¿Quiere mucho á la señora
Doña Leonor, su mujer?
CARDONA.
Si, Señor.
CAHACnO.
Miente, Señor.
CARDO.NA.
Callar es más acertado.
CAMACHO.
Hermano, grave ycallado,
i Sois bufón ó senador?
Aun(|ue ella no lo merece.
Mas dice que la aborrece
Por propia y no por mujer;
Y luego una riña entabla
Sin por qué ni para qué ;
A su hermano no lo ve,
Y si le ve, no le habla.
CONDE.
Tomar en esto la mano,
COMEDIAS ESCOGIDAS DE DON FRANCISCO DE ROJAS.
CONDE.
Ea , vaya el picador.
BEBKNCUEI,.
Vaya , pues vos gustóls dello.
CAHDONA.
Ea , pique.
PICADOR.
Una palabra.
Marqués amigo, quisiera.
CARDONA.
El quiere de una manera
A su mujer y su hermano ,
V hoy...
Sale UN PICADOR huyendo de
BtRENGUEL.
El sagrado me valga
Del Conde.
BERENGUEL.
Viven los cielos.
Que has de morir á mis manos.
CONDE.
Hijo Berenguel, ¿ qué es eso?
Detente.
BERENGüEL.
A no ser mi padre
Elqueosdelieudc...
CONDE.
¿Qué ha hecho?
CARDONA.
Tiene razón mi señor
Don Berenguel , y es muy bueno
Que una sabandija dé
Ocasión á estos empeños ;
Y merecía...
CüNÜK.
Cardona,
¿Qué hizo el picador?
CARDONA.
¿Yoséln?
PICADOR.
Señor, porque fui á hacer mal
Al Tordillo.
CARDONA.
¿Qué OS ha hecho
El tordillo que le habéis
Hecho mal sin merecerlo?
BF.RENGCEL.
Yo os lo contaré : mándele.
Que en un tordillo que tengo
Saliese á hacer cuatro tornos
A ese zaguán , y sabiendo
Loque jo quiero el caballo.
Viene diciendo que es lerdo,
Que no pisa, que no curre,
Y que es mejor el overo
De mi hermano, y vive Dios,
Que á no estar vos de por medio...
CONDE.
¡Hijo!
CARDONA.
Dice bien mi amo .
Que el overo es un camello
Con una cuarta de cola
Y seis varas de pescuezo ,
Y tiene un cuarto y vejigas ,
Y es muy angosto de pechos;
Flaco que pica en sardina ,
Y bizco que frisa en tuerto.
PICADOR.
Yo he criado este caballo ,
Y es un caballo bien hecho.
De buena boca y de brazos,
Y que puede elConde mosnio
Ponerse en éi.
Hombre, ¿quién te mete en eso?
¿Es el overo tu padre?
A un señor , ¿para qué efelo
Dices mal de su caballo,
Y le alabas el ajeno?
Cardonilla.
CARDONA.
¿Qué tenemos?
PICADOR.
¿Entiendo yo de caballos»
CARDONA.
¿Todavía? si por cierto.
PICADOR.
Pues no es tan bueno el tordillo.
CARDONA.
Picador de los infiernos ,
¿Caballo que bebe y come
Me dices que no está bueno?
PICADOR.
Y no vale veinte reales.
CARDONA.
Aqui de Dios , ¿no pondremos
En razón los picadores?
PICADOR.
V no es caballo de hueso.
CARDONA.
Ya escampa.
PICADOR.
Y uo es corredor.
CARDONA.
Hermano, asi será bueno
Para la guerra.
PICADOR.
V se rasca.
CARDONA.
Le comerá.
PICADOR.
Y le da muermo.
CARDONA.
Tengas en la lengua.
PICADOR.
Y...
CARDONA.
Señor, este está diciendo
Mal del Tordillo.
PICADOR.
Ya escampa.
Ya me quiero ir. (Yasc.)
CA«DONA.
Laus Deo;
Si no le aviso se pone
Sobre mi.
CONDE.
Llámame luego
A mi hijo don Ramón ,
Marqués.
UARQVÉS.
Voy á obedeceros.
CONDE.
No le digas que está aquí
Su hermano. — Hijo, ¿por esto
Se ha enojado el picador?
Pregunto : ¿vate á ti menos
Que tenga mejor caballo
Tu hermano?
BERENGUEL.
De eso me ofendo.
¿Todo ha de ser lo mejor
De lo que roí hermano es dueño?
>i I nena espada me traen,
^ esloy con ella conieiitu ,
La suya me dicen que es
be más antiguo maestro.
Si algún dia señalado
líos vestidos nos ponemos ,
El iiiio es el del mal gusto,
Kl suyo el que alaba el pueblo.
En lili guadarnés no bay
Alhaja, que no baya luego
<Jui('n diga que otra niejur
'lieiie mi hermano en el vuestro;
His jaeces son peores ,
Mis armas de mal acero.
Las <u.vas de lindo temple ;
Mis ielireles y sabuesos
^l acüineten, ni descubren
1 II i'l monte y llano a un tiempo ,
Ni nnii á la cerdosa res,
^| 'I ro al tímido conejo.
Si iiaci'inos versos los dos ,
Sun lus peores mis versos :
Y esto es lo que siento más ,
Que es alhaja del ingenio.
Y si los dos concurrimos
De (lamas y caballeros
A algunas conversaciones
Que ocasionar suele el tiempo.
Diga él algún disparate,
Y' iliga yo un gran concepto.
No es cosa , dicen al mió ,
Y al suyo dicen que es bueno.
Y' en lin, cuando yo tetiia,
Para desquitar todo esto,
T'n caballo, de quien gusto.
Tan veloz y tan sujeto
Que en enípezando á correr
^o parara a no haber freno,
Se me alreve el picador
A decirme que el overo
De mi hermano, porque es suyo,
Es más caballo y más hecho.
\ vive Dios , que á no ser
Porque vuestra Alteza...
C0.1DE.
Cierto,
Hijo, que no te conozco,
Pji-s solía en otro tiempo,
A tu mala condición
Reducir tu entendimiento.
l\ quién quieres , di , que alaben
Si no es á tu hermano ? vieuilo
Que eres mi hijo menor,
Y tu hermano el heredero.
Si saben que viejo estoy.
Sí ven que estoy tan enfermo
Que en sus sienes y en su mano
Pruebo la corona y cetro.
¿Habrá alguno en Barcelona,
Filósofo tan atento.
Que tenga el mérito en más,
Y tenga al poder en ménosV
¿Cuándo no es el poderoso
Alabado? ¿ V en qué tiempo
La huella de los telices
No siguen los lisonjeros?
Hermosísimo un cristal
A los rayos del sol vemos
Que admira á un tiempo y enciende,
Y en su competencia puesto,
Ya trino diamante que
Arda y resplandezca menos ,
Sólo porque vale más
El diamante, experimento
Que es el diamante alabanza
Y es el cristal menosprecio :
Nacieras primero tú,
Y fueras diamante.
BERKNGt}EI..
Eso
Es lo que siento más yo.
Aunque no me ayudó el cielo
ii.
EL CAÍN DE CATALUÑA.
La alabanza de segundo
M la dicha de primero.
CONDE.
Uerenguel , hablemos claro:
Tu condición mala ha hecho
Que no haya quien bien te quiera
En Barcelona; soberbio
Eres con humildes vano ,
Mucbo más con los modestos .
De ninguno crees virtud ,
¡ Oh qué mal haces en esto!
Que es honra por fe creer
Por señas el bien ajeno.
Y lo que yo siento más.
Entre otras cosas que siento ,
Es , que eres más inclinado
A ofender, cuando estás ciego,
Al pobre que al poderoso;
;()h cómo no ves el yerro!
Porque si se venga el rico
Se venga con el acero,
Con el tierno llanto el pobre ;
La distinción mira atento
Que hay entre el llanto y la espada ;
Que el rico, airado y soberbio ,
Una vez de ti se venga,
Y el pobre muchas, supuesto
Quede ti se venga más
Cuanto se vengare menos.
Y una cosa...
DERENGBEL.
El sermoncillo
Es un poco largo.
CONDE.
Quiero
Reñirte.
BERENGCEL.
Pues vuestra Alteza
Riña esta vez tudo aquello
Que ha de reñirme.
COXDE.
¿Porqué?
Porque , Señor, si yo puedo,
l'ara darme otro sermón
No me ha de coger tan presto.
CONDE.
;Ah!no te castigue Dios,
Hijo Berenguel, que cierto
Que estimas poco el amor
Paternal.
¿Yo por qué debo
Pagarte ese amor á tí ,
Si cuando me quieres veo
Que no me quieres por mí
Sino por ti?
CONDE.
No lo entiendo.
BERENGUEL.
Dime, ¿cuando yo nací ,
Si otro naciera á aquel tiempo ,
No le quisieras á él
Como me quieres?
CONDE.
Es cieno.
bkrengi:f.i..
Pues tú te agradece á lí
Saber ser buen padre , puesto
Que á otro que no fuera yo
Tuvieras ese amor mesmo.
CONDE.
Pero tú pagarme debes
Ser mi hijo.
BERENCCEI..
¿Yo qué te debo.
Si tú me hiciste segundo?
CARDONA.
Dice bien , fué muy mal hecho.
CONDE.
Callad vos.
CARDONA.
Yo callaré.
CONDE.
Idos fuera.
CARDONA.
Voime.
CAMACMO.
¿Velo
Como es un...
CARDONA.
Habla por boca
De un Camacho.
(Yanse ¡os dos.)
CONDE.
Lo que intento
Preguntarte...'
BERENGUEL.
Dilo.pues.
CONDE.
¿No me dijiste tú mesmo
Que á doña Leonor le diera
Por esposa?
BERENGUEL.
No lo niego.
CONDE.
¿No te casaste con ella?
BERENGUEL.
Es verdad.
CONDE.
¿No es el ejemplo
De la virtud?
BERENGUEL.
Las mujeres
De cualquier hombre travieso.
Luego son unas santicas.
CONDE.
¿No es herniosa?
UERENGUEL.
No, por cieno.
CONDE.
Pues tú á mi me lo dijiste.
BEREXCUtL.
Me lo pareció primero.
CONDE.
¿No es de la grande familia
Del de Tolosa , que un tiempo
Dio hazañas á la memoria
De los siglos venideros?
BERENGUEL.
Es asi.
CONDE.
A tu mismo hermano .
Con quien tuve hecho el concierto
De casarla, ¿no te acuerdas
Que se la quité , sabiendo
Que sólo porque él la quiso ,
La presunción, el deseo
O la envidia, dieron juntos
Nueva materia al incendio?
BERENGUEL.
Todo es verdad.
CONDE.
Pues dime, hijo,
¿ Cómo en un heroico peeho .
Donde un amor vivió siempre,
Cabe nn nborrecimienlo?
Con un fingido agasajo.
Con un corles cumplimiento,
i;na mentira á ocasión ,
Con una lisonja á tiempo ,
18
274 COMEO
Cumples con una mujer
Principal. Pero no vengo
En que se asome lu odio
A tus ojos.j que luego
Le revele el corazón
Al labio todo el secreto.
Quien con la propia mujer
Gasta iras, siembra despechos ,
Groserías anticipa ,
Ni es noble ni es caballero ;
Que el tratar mal las mujeres
Propias de palabras , pienso
Que solamente lo usan
Los vulgares y plebeyos;
Que cuando tú la aborrerxas ,
Hijo mió , no es bien hecho :
Ya que lo interior sea malo
Que lo exterior sea bueno.
BERENCOEL.
Pues yo, Señor...
Sale RAMO.N.
RAMüN.
El Marqués
Me dijo... {Ap. Mas yo rae vuelvo,
Mi hermano está aquí.)
BERENGUEL. (Ap.)
Mi hermano
Ra entrado , salirme quiero.
CONDE.
i Ah Berenguel ! ¡ Ah Ramón:
Hijos, muchachos, ¿qué es esto?
¿Adonde vais?
RAMÓN.
Como estabas
Agora hablando en secreto
Con mi hermano, me volvia.
BERENCOEL.
Como vi que entraba á veros
Mi hermano, estorbar no quise
Que os hablase.
CONDE.
Antes me huelgo
Que vengáis á esta ocasión.
RADON.
¿Qué es lo que me mandas?
CONDE.
Tengo
Mucho que reñir con vos.
{Ap. Todo cuanto hace mal beclio
Berenguel , quiero reñirle
A don Hamon ; pues con esto ,
Riñendoalque está sin culpa,
Del que la tiene, los yerros
Templo , á un mismo tiempo al ni;ilo ,
Vengo ü reprender al bueno.)
De manera , don Ramón ,
Que habéis dado, errado y necio ,
En no hablar á vuestro hermano.
Porque os ha querido el cielo
Conliar una corona
Que á otro habéis de darla luego?
; Si vos supierais lo que es
lina corona!
RAUON.
Ya veo
Que es la corona un alivio
Muy pesado ; es un trofeo
Muy costoso; es un adorno
Que aflige al que le trae puesto;
Es una riqueza pobre.
Un honrado menosprecio ,
Ün vituperio alabado.
Una lisonja con riesgo,
Una libre esclavitud;
Pues de la suerte que vemos
Que i un esclavo le señalan
Sobre la frente , poniendo
ESCOGIDAS DE DON FRANCISCO
(Porque se sepa quien es)
Nombre ó señas de su dueño ,
Asi al Rey (I fiera señal!)
Sobre la frente se ha puesto
La corona, porque sepan
Que es esclavo de su reino.
CONDE.
{Ap. Vivas más que yo, hijo niio.
Ya sé que no lo encarezco
Poco. 1 Qué discretamente
Discurre! Pero no es bueno
Alabarle, porque esotro
Podrá enojarse.)
BERENGUEL.
Por cierto
Que es lástima , que á mi hei mano
No mandes ponerle luego
En una media tinaja
Comoá Diúgenes, que ha lucho
üe despreciar las coronas ,
Filósofo á lo moderno.
; Qué diacrelo y qué moral!
CONDE.
¿Pues él tiene entendimieiilo
Vara saber lo que vale
Una corona y un cetro?
BERENGUEL.
Renuncíela en mi, y veamos
Si bago yo lan poco aprecio
De la corona.
RAUON.
Mi padre
La goce, que es lo que quiero ;
Perú cuando fuera mia
Será tuya.
BERENGUEL.
Esto no puedo
Sufrir, qué quiere decirnos...
CONDE.
¿Qné?
BERENGUEL.
Que no tiene deseo
De heredaros.
CONDE.
Si tendrá :
¿Piensas tú que le agradezco
La lineza'í
RAMÓN.
Bien sé yo
Que tú conoces mi pecho.
CONDE.
Ea, abrazadle, y pedidle
Que os perdone.
RAMÓN.
Sabe el cielo.
Que siempre mi amor ha estado
A tu obediencia sujeto.
¿Pues cuando yo nu le he hjbbdo.
Hermano? ¿Cuándo no llego
A obedecerte y servirte ?
BERENGUEL.
Estos señores modestos
Tienen engañado el mundo.
RAMÓN.
Los brazos me da , pues vengo
A pedir que me perdones ,
Si hay perdón donde no hay yerro;
Tú eres quien tiene la culpa.
BERENGUEL.
Ks verdad , tú eres el bueno ,
El apacible y el blando.
Yo el áspero y el soberbio;
Y vele con Dios, hermano.
CONDE.
Ea , por m i has de hacer esto ,
Abrázale por tu vida ;
Acabad vos, no seáis seco,
DE ROJAS.
Noramala paro vos:
Llegaos niás.
RAUON.
Ya os obedezco.
(Abraza!,-
CONDE. {Ap.)
;Qué humildad!
BERENGUEL.
Porque lo nuindas.
Yo le abrazo.
CONDE.
{Ap. ¡Qué despe-o')
Guárdele el cielo, Ramón.
Berenguel, Dios te haga bueno.
RAMÓN.
Señor, una nueva os traigo
No buena.
CONDE.
Decidla luego.
RAMÓN.
Que el turco infesta las islas
üe Mallorca, entrando á fuego
Y sangre por las campañas
De sus conocidos pueblos
En seis armadas galeras
Y doce navios gruesos.
Mallorca y Menorca escriben
Que las socorras , pidiendo.
Primero la brevedad.
Que el socorro de tu reino
Son las islas; y en un día.
Si quiere ayudar el cielo ,
Surgir en Puerto Mahon
Pueden tus vasos ligeros.
El Maestral en la popa
Y en las espumas el remo.
CONDE.
Pues en diez y seis galeras
Y veinte naves que tengo
Surtas en la playa , al punto
Se embarquen nobleza y pui l)lii
Pieza de leva dispare
La capitana: tan presto
Sea el socorro como es
El aviso, que si luego
Que se reconoce un daño
Se interpusiese el remedio.
No hubiera la tiranía
Logrado cetros ajenos.
RAMÓN.
¿Quién irá por general»
CONDE.
A nadie á fiar me atrevo
Esta empresa sino á vos...
BERENGUEL. {Ap.)
Si elige á mi hermano, tengo
De ir yo , y él se ha de quedar.
CONDE.
A Berenguel.
BERENGDBL.
Agradezco
La elección.
RAMÓN.
Vaya en buen hora
Mi hermano.
BERENGUEL.
Agora no quiero
Salir porque éflo aconseja :
Vaya don Ramón.
CONDE.
Va espero
La dispensación de Roma
Para Iniccr su casamiento
Con Constanza, hija del duque
Do Calabria , y no me atrevo.
Estando ella en Barcelona,
Habiendo venido á esto
Desde Italia, aventurar
Lv., -u ausencia esie respeto.
BERENGDEL.
¿Y vo no me importo más
A Mil. i|ue me importa un reino?
Siempre han de echar los segund js
A las halas; los primeros ,
¿No le lian ile ver una vez
Siquiera la cara al riesgo?
RAH0>'.
I To suplico á vuestra Alteza
; Me deje ir.
i CONDE.
I ¿Qué dirá de eso
Constanza , que es mi sobrma ,
I Si os vais vos?
j BERENGCEL.
Bastante tiempo
jrienso que hay , que no vci.dia
I La dispensación tan presto.
' RAMOS.
Vuelvo otra vez á tus pies,
A su|dicartede nuevo
C"e \o vaya á este socorro,
Oue íiabra quien mormure luego
I Si me quedo en Barcelona,
I Desjiues de haberle propuesto
i Que hago gala del temor
I ¥ conveniencia del miedo.
CONDE.
Hijo, loque me pedís
Me está a mi bien , y no quiero
Aventurar la vitoria
Por no elegir un sugeto
De vuestro valor y partes.
Vuestra experiencia y acuerdo.
Sea luego el embarcaros,
fiue en vuestra ausencia os ofrezco
Galantear á mi sobrina
Constanza , como vos mesnio.
Que nunca he dejado yo
De ser galán por ser "viejo;
A vuestro valor le fio
Esta empresa.
BAHON.
A los pies vuestros
De de poner la cabeza
Del Utuuiauo soberbio.
BERENGBEL.
{Ap. Buena ocasión se ha ofrecido
A mi amor.)
RAHON.
; Oh qué mal puedo
Irme 4 embarcar sin el alma
Por quien respiro y aliento !
CONDE.
Ea, entrad á despediros
De Constanza.
UERENGUEL. (Ap.)
Agora celos
¥ ocasión.
RABÓN. {Ap.)
Agora ojos
No os he menester tan tiernos.
CONDE.
Ea, hijo, á preveniros.
RAHON.
Ea, Señor, á obedeceros
CONDE.
Vamonos luego.
RAUON.
Ya estov
Obediente á tus respetos".
CONDE.
Que hasta la torre del rio
Irá acompañaros quiero;
Vos también á acompañarle
EL CAÍN DE CATALIJ.^A
Habéis de salir.
BERENCl'EL.
No puedo ,
Que tengo que hacer.
CONDE.
¡Qué hijo
Tan malo '.
RAMÓN.
; Qué senlimienUí!
CONDE.
j Oh amarga vejez !
RAMÓN.
i Oh ausenol il
CONDE.
; Oh llamo!
¡ Ay dolor !
BERENGUEL.
¡Oh ciclos!
CONDE.
Dos extremos son mis hijos.
RAMÓN.
Para mi amor todo es miedos.
BERENGUEL. {All.)
No puede disimular
Lo que quiere a Ramón.
CONDE. {Ap.)
¡r.ielos!
No sea Berenguel tan malo,
Y no sea Ramón tan bueno.
(Vanse.)
Salen LEONOR y RUFINA , crifda.
LEONOR.
/Avisaste á don Ramón
l^omo le esperaba?
RUFINA.
Si;
Si ahora sale por aquí
Será mejor ocasión
De hablar á solas con él.
LEONOR.
Por aqui sale.
RUFINA.
No sea
Que con él hablar te vea
Tu esposo don Berenguel.
LEONOR.
RUFINA.
Su condición lemoyo.
Sale RAMÓN.
RAMÓN.
Aqui me dicen que eslíi
Doña Leonor, y deseo
Saber por qué me ha llamado
En esta sala.
RUFINA.
Ya ha entrado
Don Ramón.
LEONOR.
Remediar creo
Dcsta suerte mi temor;
Ücsta manera ha de ser.
RAMÓN.
A cumplir y obedecer.
Hermosa doña Leonor,
Lo que rae mandáis, llamado
De Rufina, vengo aqui.
LEONOR.
Guárdele el cielo (¡ay de mi !)
Tu, Rufina, len cuidado
Si alguno quisiere entrar
De avisarme.
RUFINA.
Asi lo haré;
Y á esa puerta me pondré
Para poderte avisar. (Vcse.)
LEONOR. (Ap.)
Ea, al labio sentimiento.
RAMÓN. {Ap.f
Dolor, no tan declarado.
LEONOR.
Para lo que te he llamado
lis...
RAMÓN.
Prosigue.
LEONOR.
Estáme atento.
Valeroso don Ramón ,
Cuyas generosas partes
Te hicieron lodo loqueares,
A no haberlo hecho tu sangre :
Ya te acuerdas de aquel líoiiqio.
Que lino, alentó y amante
Me quisiste...
RAHON.
Ya me acuerdo,
Cuando en la divina cárcel
Üe lu amor fui prisionero
El más feliz.
LEONOR,
También sabes...
RAMÓN.
Que me hirió flecha vibrada
Del arco en que las reparte
Con ser el amor tan ciego,
Tau airado y penetrante
Que al verla con venda dice :
"i es esa venda que traes
De penetrar tan difícil,
¿Cómo es la Hecha tan fácil?»
LEONOR.
Concertó tu padre, el Conde,
Que tú conmigo te cases,
Y que tu hermano menor,
Don Berenguel , se casase
Con doña Constanza, hija
Del de Calabria.
Mal haces,
ermosa doña Leonor,
Oira vez en acordarme
El lui-go que se acabó,
Que eso es referirme el que arde.
LEONOR.
Pues viendo tu hermano entonces
Que me quieres , á lu padre
Le aconseja y amenaza ,
Obligándole á que trate
Conmigo su casamiento,
Y que a ti puede casarle
Con la infanta en Aragón ,
Ocasionándole en parle
Con la conveniencia; y luego
Le jura que de no darme
Por su esposa , esta ciudad
Será olra Troya , que nade
En su incendio, y á su ira
En globos de fuego y sani^ra.
El Ciiiide, pues , que temia
Su cuiidicion , y no sabe
Dos iguales corazones
Cuanto más es lo que arden ;
O juzgando que es másjuslo
Que el hijo mayor se case
Con Constanza, sin mirar
Que aventura en este lance
Sangre mucha, suya toda ,
Cuanta pueda derramarse ;
Que desenlaces te ordena
2:g comedias
(Bien pudo fácil bailarle) I
El nudo que tü pudiste
Romperle y no desalarle; I
Tú eiiló: ees , preciado más
De obediente que de amaule,
Conira la Te de mis ojos
Que hablan con mudas verdades,
Y de los asiros también
Contra el celestial dictamen,
A doña Constanza admites
l'or esposa ; el Rey su padre
A B;ircelona la envia;
(Aquí ahora no me acaben
De penetrar toda el alma
Estos cuchillos mortales.)
Pídeme tu padre entonces
Oueyo con tu hermano (¡oh antes
En esa media región,
Varia nube desatase
I'n ravo que en este risco
De mí constancia trabase!),
Uue con tu hermano ;ay de mí!
Me casase ; y por vengarme
De ti, con él rae casé ,
Ciega entonces ; mas no tarde
líeíonocí cuánto yerra
A(|Uf lia que por vengarse
Uli'u lazu solicita.
Porque al querer desatarle
Se vuelve contra el amor
Cuanto los enojos hacen.
Protesté que me casaban
Por fuerza ; mas no dicaces
l'ueron las iras á un ruego
Oue sobre un precepto cae.
Él tálamo y sepultura
Llegó con la noche, madre
De las sombras, y mis ojos
Dos liquides manantiales
Dan á mi rostro, poique
Mis mejillas no se abrasen.
Llego al tálamo, ¡qué presto!
Pjsu la noche, ;que tarde !
Su luz agradezco al dia,
Y mi esposo tan constante
Vuelve á repetir el lazo
tronío el que llega á estrenarse.
Pasan dias, obra el trato;
Es galán , sabe obligarme ;
Vaste fuera , ya te olvido ;
Es mi esposo, empiezo á amarle;
Soy noble , atiendo á mi fama ;
yuii role, el trato lo hace ;
Vuelves de Italia , soy roca ;
Vieue la Infanta , es un ángel ;
Vela mi esposo, \ ay amor!
¡Ay celos! lloro mis males;
Y, "en fin , después que de fuera
A Barcelona llegaste,
O sea porque se acuerda
Que me has querido, ó por darle
Disculpa al oido, 6 pur dar
Materia que yo me abrase,
Toila la voz grosería ,
TüJa la acción crueldades,
Sacando de mi fineza
Materia para irritarse.
Se niega al lecho, á la mesa ,
Bien que llega a consolarme
Que en una propia mujer
Estos usados desaires
No la hacen menos hermosa.
Menos dichosa la hacen.
En fin, solicita ahora,
( Va es necesario que ampares
Ij'ua infelice mujer
IJue de tu piedad se vale j
Disolver el matrimonio.
Digo, que intenta que pague
Mi desdicha y mi hermosura
Lo que su inconstancia hace ;
Ya profanando este templo
ESCOGIDAS DE DÜ.N FIUNCISCO
Del honor, quiere dejarme
A solo ser de mi llanto
En el publico desaire
De su desprecio.
RAMÓN.
Pues ¿cómo
Puede el matrimonio darse
Pómulo?
LEONOR.
De la protesta
De fuerza que hice al casarme.
Poique disolverse pueda
Me ha dicho á mi que se vale,
V es porque quiero...
BAMo:<.
Prosigue,
tfoon.
Casarse con otra.
HAMON.
¿Y sabis
Con quién se quiere casar?
LEONOR.
Sólo sé que ya no cabe
Mi dolor todo en mi voz,
V que á mis ojos se sale
Para que la lengua llore
V porque los ojos hablen.
RAMÓN.
Pues lo que importa es saber
A quién quiere, y con quitarle
Aquflla luz porque mire
Todos tus rayos cabales.
Se asegura que...
Sale RUFINA.
RCFIXA.
Constanza ,
Mi Señora.
RAH0:«.
No me halle
Contigo; vete, Leonor,
Que )o prometo ayudarte
Con el alma.
LEONOR.
Mucho estimo
Que reverencies y ames
A Constanza.
RAHON.
¡Oh cuánto precio
(}ue con mi hermano te halles
Tan bien, que llores y sientas
Que ese ñudo se desate!
LEONOR.
Es mi esposo, no le admires.
RAMÓN.
Es mi esposa, no te espantes.
¿Antes que lo sea la quieres?
RAMÓN.
¿Pero tú no te casaste
Primero que yo?
LEONOR.
Primero
Fue dejarme tu.
RAMÓN.
Ya es tarde
Para quejas.
LEONOR.
Para celos
Lo es también.
RAMÓN.
Siglos te guarde
El cielo, todos logrando
Tu esposo.
LEONOR.
Largas edades
ROJAS.
Goces tu.esposa.
RAMÓN.
Esto importa
Que sepas.
LEONOR.
¿Tü de tu parte
Me ofreces la ayuda?
RAMÓN.
SI.
ROrlNA.
Presto, Señora, que sale.
HAMON.
Mucho le debo al olvido.
LEONOR.
Locas memorias, dejadme.
(Vanse las dos.)
Sale CONSTANZA.
Doña Constanza !
CONSTANZA.
Quejarme
Pudiera, estando en palacio ,
Que no enlres á visitarme
A mi cuarto, pues has visto
Cuanto te agradezco.
RAMÓN.
Antes
Huyo de ti, como el que
Despierta de sueño grave ,
Que para ver necesita
De la luz , y cuando abre
Los ojos , la luz que busca
Es la que llega á cegarle.
CONSTANZA.
¿Pues qué te ciega?
RAMÓN.
Este ejemplo:
Paso á mi voz, quiero hablarte,
Y como la voz se arriesga
Hago que la lengua calme.
CONSTANZA.
Cuéntame tu pena.
Es tuya,
Y sentirla has; pues mi padre
Me envia á Mallorca, sabiemlo
Que el turco infesta sus mares ,
Y que...
CONSTANZA.
Agora sí que es más
Mi desdicha , es quien lo hace
El golpe que no el amago.
¿Para qué inventó puñales
El rigor y la crueldad
Si hay palabras penetrantes?
Pues habiendo yo venido
De Ñapóles á casarme
Contigo, tu padre ¿cómo
Hacerme intenta el desaire
De dejarme aquí, ni quiere
Solamente me acompañes
Antes de estar desposada?
¿Por no haber llegado antes
La dispensación ,le dejan
A una mujer de mi sangre.
De mi estimación y prendas .
A que su esposo y su amante
Se confie á la dudosa
Fe de los azules mares?
RAMÓN.
L'na ausencia de tres dias
Muj puco puede importailo.
CONSTAN/A.
Pues diine íú, ¿ha menester
La mala fortuna edades?
Una niebla turba el sol ,
La nube es lema del aire ,
Ya el rayo quebró en el risco
Cuando el relámpago arde ;
La noche es riesgo del dia ,
Riesgo es el Etna gigante
De la llama; crece el mar
A porfiados huraciines,
Elon pólvora de plata
Y muro de arena bate ;
No bay lirmeza en las estrellas ,
Los cielos no son constantes,
Enedüd breve se trueca
La lu/. por la sombra fácil ,
En otra acobarda el trueno
El valor de los mortales ;
Pues yo de la brevedad
Del tiempo no he de fiarme;
Si en un instante se mudan.
Se bañan en otro instante
El sol , la niebla y el ra>o,
Cielos y astros celestiales ,
La sombra , la luz, el Etna ,
La mar, la niebla y el aire.
BAMON.
Yo fui quien se convidó
A esta jornada.
CONSTANZA.
No es tarde
Para que este error enmiendes;
Vuelve á decir á tu padre
Que le ruego que no partas.
RAVON.
Y dime , cuando él lo maude ,
¿Será razón que tus ruegos
A mis temores se achaquen?
CONSTANZA.
¿Y ausentarte fué quererme?
RAMÓN.
Piensa siempre el que es amante.
Que le está bien al amor
Todo cuanto el valor hace.
CONSTANZA.
Pues tú no puedes partirte,
Don Ramun.
CONSTANZA.
Mayor.
RAHON.
Dile.
CONSTANZA.
No es posible.
RAMÓN.
Di por qué.
CONSTANZA.
Porque es tan grande
Que aunque cabe en el dolor
Eu el respeto no cabe.
RAMÓN.
¿Pues ser puede mayor mal
El que tú puedes contarme,
I Que la duda del saberle?
CONSTANZA.
Conforme me quieras y ames.
I Grande es, que es grande mi amor.
CONSTANZA.
I Pues no me atrevo á contarle.
RAUON.
Valor tengo para oirle.
CONSTANZA.
Pero es mi amor tan cobarde ,
EL CAÍN DE CAT.XLlj'NA.
CONSTANZA.
tQné?
RAMÓN.
Quedarme.
CONSTANZA.
¿ Y podrás cumplirlo?
KAMON.
Si.
CONSTANZA.
Pues oye.
RAMÓN.
Pasa adelante.
CONSTANZA.
Ya te acuerdas que tu hermano
f;sluvo tratado, antes
yue se tratase contigo,
(jue conmigo se casase.
PAMON.
Es asi.
CONSTANZA.
También te acuerdas
Que á recibirme una tarde
Al puerto de Palamós
i:ou don Berenguel llegaste.
RAMÓN.
Asi fué.
CONSTANZA.
Entonces te vi ,
Dueño mío, y al mirarte ,
Extrañé que por concierto
Cn alma en dos voluntades
Se ajustasen, y esto seria
Que como esos astros se hacen
Dueños de nuestro albedrio.
Por efectos naturales.
Ellos allá concertaron
1 Como ellos lodo lo saben )
Cómo han de ajuslar á un yugo
Dos corazones distantes ;
Iba tu hermano contigo
A recibirme, excusarle
Itien quisiera mi atención
A lu oido este desaire.
Vióme tu hermano, y al verme,
O bien movido del áspid
De la envidia ó de los celos
Al ponzoñoso Terrastes ;
Que yo no be de ser tu esposa
•Me dice, porque al tratarse
.Su casamiento conmigo.
Para que de mi se agrade
lln retrato que le dieron
Kué tan poco semejante
A mi rostro, que el pintor
Primores mintiendo al arte ,
Como no hay quien copiar pueda
Los rayos del sol como arden ,
Copió en lugar de sus luces
Las sombras que dellas saleo.
BAMON.
¿Luego por esto (¡ay dolor!)
Pretende que ha de anularse
De Leonor el matrimonio?
CONSTANZA.
Que aunque tu padre lo mande
Conmigo se ha de casar.
Dice, y dice que ha de darse
El matrimonio por nulo
De su esposa , que es constante
Que en aquel ha habido fuerza
Y en este engaño.
RAMÓN.
No acabi-s
De matarme , ten piedad
De ti , si quererme sabes ;
Y si no abla la voz
Al labio si ha de matarme,
Que será menos cruel
En siendo más penetrante :
¿Cuándo mi hermano te habló?
CONSTANZA.
Cuando ti'i te adelantaste
A Barcelona porque
Se previniese tu padre.
RAMÓN.
Y di , ya que él se atreviese,
¿ Para (jué lú le escuchaste?
CONSTANZA.
Yo puedo excusar los ojos ,
No ios oidos.
RAMÓN.
Culparte
No puedo que tú lo oyeses.
CONSTANZA.
¿Pues de qué puedes culparme?
1 Que le atendieses.
i CONSTANZA.
I ¿Y en eso
i llallas diferencia?
V grande.
Que no viene á ser todo uno
Atenderle y escucharle.
CONSTANZA.
Don Ramón , no tengas celos
(Va que de tenerlos trates)
De mi , porque le aborrezco.
Sino del porque me ame.
RAHON.
Perdona , Constanza hermosa ,
Que esto es no querer quedain
Por una fe que se dude
Con una duda que mate ;
Pero ahora...
CONSTANZA.
¿Qué me dices?
¿O te quedas ó te partes?
RAMÓN.
Licencia vuelvo á pedirte
Otra vez para embarcarme.
Pues no lo excuso, Constanza.
CONSTANZA.
¿Y es justo que no repares
En tan gran inconveniente?
RAMÓN.
Confieso que fuera grande
A ser posible.
CONSTANZA.
¿No lo es?
BAMON.
No; porque si ha de anularse
Primero aquel matrimonio.
Hay tantas dificultades.
Desde que ofenda á Leonor
Y que a ti pueda alcanzarte ,
Como hay deque tú me olvides
Y de que yo no le ame.
CONSTANZA.
Pues, amor, sed valeroso.
Que esta vez he de darme
De mi , si á Leonor le imporla
El ser en esta lid parte.
Aliento de las futuras
Y gloria destas edades.
Vence, triunfa , mi amor llevas ,
Que en esta lid te acompañe ,
Que no quiero que tu faina
De la caluniuia se manche ;
278 COMEDIAS
Que ser firme le aseguro
Masía que en brazos iguales ,
l-atif-aila la esperanza,
Dentro del lago descanse.
RAMÓN.
Tanto el valor te agradezco
Como el amor.
CONSTANZA.
Pues no aguardes
Mis lágrimas.
BAMON.
Yo sé que ellas
Son dulcísimos imanes
Que á los ojos desde el pecho
Los hierros del alma atraen.
CONSTANZA.
(.Luego podrán detenerte?
Salen RUFINA, CARDONA y
CAMACHO.
¿Señor?
CARDONA.
CAUACHO.
Tu hermano.
RUFINA.
Tu padre.
Salen BERENGUEL, EL CONDE , EL
MARQUÉS T LEONOR.
BERENGUEL.
Ya te esperan en la playa
Guarnecidas treinta naves.
CONDE.
Ea , a embarcar, hijo.
MARQUÉS.
Y ya
A la porfía del parque
Diez mil soldados alistan
Tus ínclitos capitanes.
LEONOR.
(Ap. ¡Que cuando vine á valerme
De don Ramón me callase
Que se embarque ! ; el cielo os vuelva!
¡ Ah , Ramón , y qué mal sabes
Cumplir lo que has prometido!)
Sobre esas cerúleas mares
Triunfando vuelvas. Ramón,
De los turcos estandartes.
RAUON.
CONSTANZA. {Ap.)
¡Que me abrase
Ver que haya oira (lue me ayude
A sentir mis propios males !
CONDE.
¿Cómo no te embarcas tú ,
Cardona 1
CARDONA.
Tengo un achaque.
CAMACHO.
Di, ¿qué es?
CARDONA.
Que me he resfriado
De üirte, y no he de embarcarme.
CAMACHO.
¿Mas que sé dónde te duele?
CARDONA.
Dime dónde.
CAHACaO.
Aqui.
CARDOIU.
Acertaste ,
Mas tú meló pagarás.
ESCOGIDAS DE DON FRANCISCO DE ROJAS.
CONDE.
Hijo, despídele antes
Que de todos, de tu hermano.
RAHON.
Llega , hermalio mío, y dame
Los brazos.
BERENGDEL.
¡Vuélvate el cielo
Como deseo! A esperarte
Voy á la raya.
LEONOR. {Ap.)
Al salir
De palacio, pienso hablarle. (I
BERENGUEL. {Ap.)
Por si hablar puedo á Constanza
He de esperar.
RAMOIt.
No derrames.
Hermosísima Constanza ,
De tu amor tantas señales
i\í lágrimas desperdicies.
CONSTANZA.
¿Cómo pueden derramarse
Si en mi labio paran todas
Las que por mi rostro caen ,
Y vuelvo á llorar las que entran
Recogiendo las que salen?
^o/í CONSTANZA.
Sale BERENGUEL.
BERENGUEL.
¡Los Cielos
Sale LEONOR.
LEONOR. {Ap.)
tlazqueyo le hable.
No podré...
CONDE.
Hijo, Leonor;
Constanza, bija.
BERENGDEL.
Pues valor, esposa mia :
Adiós.
CONSTANZA.
El cielo te guarde.
(Va«ie Constanza y Berenguel.)
CONDE.
Pues que tu hermano se ha ido.
Llega , hijo mió, a abrazarme.
RAUON.
Dame, Señor, esos pies.
CONDE.
líl corazón quiero darte, {Abrázala
Que está más sano.
BERENGUEL. {Desde el pttño.)
En el pecho
Enciendo duros volcanes.
CONDE.
Pienso que no he de llegar
A verle, llega á abrazarme,
Coo la del cielo te caiga
Mi bendición; dime antes
Que te vayas , hijo mío.
Si algo tienes que encargarme.
RAMÓN.
Que por doña Leonor mires
Te pido.
BERENGUEL.
CONDE.
Pues dime, ¿puede importarte
Más que Constanza Leonor?
RAUON.
Señor (^p. No quiero contarle
Lo que mi hermano desea.
Porque el dolor no le acabe).
Mirando por ella miras
F'or Constanza.
CONDE.
De mi parle
Te ofrezco lo que me pides.
RERENGUEL.
Como antes que se casase
Leonor, la quiso mi hermano,
Aíiuellas cenizas arden.
LEONOR.
Como don Ramón se parte,
A diverlirá Constanza
Iba á su cuarto esta tarde.
CONSTANZA.
A estos balcones salía
A verle embarcar.
RAMÓN.
Quedarle
Puedes , Leonor; Berenguel...
LEONOR. {Ap.)
Disimulemos, pesares.
CONDE.
Tú ven conmigo á la playa
Que quiero que me acompañes.
LEONOR.
¡Triste ausencia!
CONSTANZA.
¿Tú la sientes,
Leonor? ¡ Hay mayores males
Que amor con celos y ausencia !
BERENGUEL. {Ap.)
Celos tengo tan iguales
Ue Constanza y de Leonor,
Que ya no sé si aventaje.
Los de una por más cercana .
Los de otra por más distante.
RABÓN. {Ap.)
La que adoro y la que quise
Adolecen de un achaque.
CONDE.
Vamos , hijo.
RAMÓN. (.4p.)
Dividida
Llevo el alma en dos mitades.
CONDE. (.4p.)
Todo es mirar á Constanza
lierenguel.
BERENGDEL. {Ap.)
Mas con vengarme
Aquellos celos me templan
V aquestos me satisfacen.
CONSTANZA. (Ap.)
,,Mas la que no es valerosa,
Cómo puede ser amante ?
BERENGUEL. (.4p.)
Todos los cielos son ira.
RAMÓN. {Ap.)
Todo el amor es azares.
CONSTANZA. {Ap.)
Coa ausencia nada hay lirme.
LEONOR. (Ap.)
Sin dicha nada es durable.
BEKENGUEL. (Ap.)
, No es mi hermano el que me ofende V
RAMOM. {Ap.)
Quien me agravia , ¿no es mi sangre f
CONDE. (Ap.)
No es hijo el qne no obedece.
BEREXGUEL. {Ap.)
El que aborrece no es padre.
LEONOR. {Ap.)
Mas solo un consuelo espero.
CONSTANZA. (.4p.)
Sólo hay un alivio que halle.
BERENGOEL. {.Ap.)
Sólo una templanza espero.
RAMOI». {Áp.)
Sólo un remedio que aguarde.
CONDE. {Ap.)
Sólo una esperanza lengo.
LEONOR. {.\p.)
Que haj castigo, si hay crueldades.
CONSTANZA. {.Ap.)
Que hay venganza , si hay agravios.
BERENGUEL. {Ap.)
Que si hay celos , hay puñales.
RAMÓN, (.ip.)
Que hay constancia , si hay ausencia.
CONDE. {Ap.)
Que no es la vida durable.
Que estoy viejo y con la muerte
Se acaban todos los males.
JORNADA SEGUiNDA.
Sale CONSTANZA d medio leslir.
CONSTANZA.
¡Hola, criadas, Rufina,
Cardona, Leonor, amigos!
¡Ah Conde de Barcelona!
Piadosos y enternecidos
Oidine lodos, si hay
Para la piedad oidos.
Sa/en RUFINA, LEONOR, CARDONA.
Y EL CONDE.
ROFLNA.
tQuién me llama?
CONSTANZA.
¡Fuerte pena !
LEONOR.
¿Qué quieres?
CONSTANZA.
¡Ay dolor mió!
CONDE.
iQuién me da voces?
CONSTANZA.
i Oh muerte I
tQuiéDaqui?
CONDE.
CONSTANZA.
¡Tarde respiro!
RUFINA.
i Señora?
LEONOR.
¿Doña Constanza?
¿Qué accidente repentino
Komnió el coto del silencio,
iJoiLde cautelar he visto
El llanto como palabra
V la voz como suspiro ?
EL C.41N DE CATALUSA.
CONSTANZA.
;Ay Conde! ¡Ay Leonor! ¡Ay cielos !
í.Luego los dos no habéis visto
Muerto ú don Ramón, mí esposo,
Al acero vengativo
De su hermano?
CONDE.
Oye, Constanza,
Y de ese mortal delirio
Vuelve en lí, tú esposo vive.
CONSTANZA.
Va no crueles y impíos
Me templéis con engañar
El alma por el oido.
Pues solamente el dolor
Me viene á servir de alivio.
CONDE.
¿Viste muerto á don Ramón ?
CONSTANZA.
Va imagino que está limpio
Del azul Mediterráneo
Campo de corales tintos.
LEONOR.
¿Quién le dio muerte?
CONSTANZA.
Su hermano
Berenguel.
CONDE.
¡Cielos! ¿Qué he oido?
¿Tule viste?
CO.>STANZA.
Mi temor...
CONDE.
¿A tu temor has creido?
CONSTANZA.
Si, que luego el corazón
Me lo conresó en latidos.
LEONOR.
¿Quién le acompañó?
Su ira ,
Su envidia y traición han sido
t.ómplices,y al darle muerte,
Traidor, como vengativo.
Para que el sol no le ayude
Le hizo espaldas aquel risco.
CONDE.
;Qué valeroso temor
Es el mió! Pues me libro
Por todo lo que no veo
De todo lo que imagino.
CONSTANZA.
Enternecer con sus quejas
Esas montañas le he oido,
V que le volvió sus voces
El eco de compasivo;
Por siete heridas vertió
Parasismo á parasismo.
No un Nilo por siete bocas.
Por cada una siete Nilos ;
Y como por tantas partes
Respiraba á un tiempo mismo,
A consumir vino lodo
El caudal de sus suspiros ;
Cielos, si sois tan piadosos ,
¿Cómo esta vez tan inipios?
¡Conde! ¡ Leonor!
Sale BERENGUEL.
BERENGUEL.
A la playa
Llegó un bergantín de aviso
(jue hoy mi hermano don Ramón
Llega triunfante.
CONDE.
¿lias oido
Que vive Ramón, tu esposo?
CONSTANZA.
Ya lo oigo, pero me falta
Creerlo después de oirlo.
CUNDE.
El sueño que representa
¡ Ciegas especies han sido.
I CONSTANZA.
] No es sueño, pues no perdí
I El uso de los sentidos.
I LEONOR.
Seria ilusión, que ella es
Toda sombras y delirios.
i CONSTANZA.
Esta centinela muda
Del alma, el corazón digo,
: Con señas difícil luego
Dio á mis ojos el aviso;
Muerto es, tú le diste muerte;
I Tú trocaste inadvertido
El clavel en azucenas.
La rosa en cárdeno lirio;
¡Aquí del cielo!
I Sale EL MARQUÉS.
' UARQUÉS.
! Ya el mar
I Hoy más que otra vez tranquilo,
A estas murallas franquea
Movible ciudad de pino.
Vencedor llega el Adonis
Catalán , sólo al arbitrio
Confiado de los vientos ,
Y como del mar son hijos
Los vientos, piadoso el mar
Se rasga el pecho de vidrio ,
Para alimento á sus naves
Pelicano cristalino:
Vencedor, dice el arráez
Del bergantín, que le han visto
El mar teñido en corales.
El viento hecho de suspiros ;
Tres galeras de Viserta
Trae al remolco, teñidos
De africana sangre todos
Sus intrincados gemidos;
Catorce enemigas naves
Sorbió el mar, que al hondo abismo
Las hizo abatir el viento
Las alas del bruto lino ;
Banderas ciento.
BERENGDEL.
Callad,
Porque no es triunfo tan digno
Vencer á piratas cuatro ,
Que á leños desconocidos
ilepentiiiamente asaltan
Cobardes, como atrevidos.
Tanto que aquel que más huye
Es sólo aijuel que ha vencido ;
¿Qué hizo mi hermano en vencer
Con tanto exceso?
CONSTANZA.
Ahora digo
Que mi esposo vive.
CONDE.
¿En qué
Lo conoces?
CONSTANZA.
Lo he creido
En que la envidia no pasa
De la muerte; y es preciso.
Que perdonara por muerto ,
Al que le ofende por vivo.
Sale CARDONA.
CARDOKA.
Albricias, Señor.
CONOE.
¿ Ue qué
Pieles albricias?
CARDONA.
Las |>iJo,
De que un correo ba llegado
Ue liorna.
CONDE.
Y (lime, ¿ha iraido
La dispensación?
CARDONA.
La misma.
CONDE.
¿Qué es del pliego?
CABDO-XA.
Señor mió
En mi faldriquera viene ;
Pero venga algo amarillo
Primero , como cadena ,
Un cordón , un cabestrillo,
O joya, aunque tenga cien
Diamantes y sean cetrinos;
Cue para que no sean fondos,
Yo tengo un platero amigo,
()ue en vendiéndoselos yo
Los bará claros y limpios.
CONDE.
Ksla cadena te doy.
MARQCéS.
Oentro tiene este bolsillo
r.ien escudos.
CARDONA.
Toma el pliego;
Por Dios que se me ha caido ;
Ay , maldita sea mi alma ,
Cayóseme en el camino ,
(tue para que no viniera
Antes Camacho á decirlo,
Le metí eu la faldriquera ,
;Ay!
Sale CAMACHO.
CAMACHO.
Esti' pliego ha Iraido
I'n corno de Roma , en que
Por el tacto he conocido ,
Que para este casamiento
Yiene dentro el pergamino ,
Y en él la dispensación.
CARDONA.
; Ay, vive Dios , que es el mismo
y lie yo Iraia! ¡Ah traidor!
CONDE.
Aunque Cardonilla quiso
ICiígañarnos, á li sólo
Albricias y brazos libro.
MARQUÉS.
Toma el bolsillo y cadena.
CARDONA.
Señores, ha hecho un delito
Camacbuelo, que es ladrón.
HARQDÉS.
¿Pues no me dirás que hizo
(Jue asi con él te apasionas?
CARDONA.
Sacar seis y meter cinco.
Sacóme el pliego á la letra.
CAMACHO.
Oigan , qué helado y que frió
Se ba quedado.
CARDONA.
Sin dinero ,
KSCOGIÜAS DE DON FRANCISCO DE ROJAS,
¿Quién está caliente, amigo?
De tu faldriquera misma
Te lo he sacado.
CONDE.
Ya vino
La dispensación ; hoy sean
Las bodas, pues tan propicios
Y favorables los cielos ,
Ouieren en un dia mismo
Darle á ti un dueño y esposo,
Y en mi carguen beneficios.
Templanzas en Berenguel
Y eu Leouor.
UERE.NCDEL.
(Áp. ¿Por qué resisto
Mis pasiones y á mi labio
Todo mi dolor confio?
Salga la ira á los ojos ,
Doméstico basilisco; )
Yo tengo que hablar ahora
Con vuestra Alteza.
CONDE.
Hijo mió,
¿Qué es lo que me quieres?
UERENGUEL.
Yo
Tengo una cosa que deciros.
CONDE.
Nada habrá que tú me pidas.
Que no haga por ti; salios
Todos alia fuera.
MARQUÉS.
Todos
Te obedecemos.
CONSTANZA.
Pues quiso
El cielo que llegue al puerto
Don Ramón , á recebillo
Con tu licencia he de ir
Hasta la torre del rio
Que está una legua de aquf,
tjue alli don Ramón me dijo
nue desembarcar peusaba
A la vuelta.
CONDE.
Yo permito
Que vayas, que á acompañarte
Ira el Marqués.
MARQUÉS.
Pues te sirvo
En eso, con la señora
Constanza saldré al camino.
CONDE.
Mi poca salud no quiere
Dejarme salir contigo,
LEONOR. {Ap.)
¡Qué de temores que siento!
CONSTANZA. (;4p.)
¡Qué de espíritus respiro!
{Vanse.)
LEONOR.
(.(p. Sin duda quiere pedirle
A su padre ; ay dolor mió !
iMie con Constanza le case;
Pues avisar determino
Con un papel á Ramón
Mi desdicha v su peligro.)
¿lia, Cardonilla?
CARDONA.
Señora ,
¿Qué me quieres ?
LEONOR.
Ven conmigo.
{Vanse.)
CONDE.
Ea, Berenguel , dinie ahora
Lo que pides.
BERENGUEL.
Lo que digo
Es, Señor, que vuestra Alteza
\ a sabe , que cuando quiso
I Conmigo se desposó
; Leonor.
I CONDE.
I Ya yo sé que hizo
I Protesta que la forzaban.
I BERENGUEL.
Pues valerme determino
I He esa fuerza, para que
Pueda casarse conmigo
' Otra dama á quien yo quiero ,
Que hoy por esposa te pido.
CONDE.
i.Pui^s tú no querías antes
A Leonor?
BERENGUEL.
Si la he querido,
Pero fué para saber
Querer más á lo que sirvo,
I Como por saber amar.
i CONDE.
liercQguel , no te he entendido.
BERENGUEL.
El (]ue sin hacer errores
Quiere escribir un papel ,
Por mostrar su ingenio eu él
Hacer suele borradores.
Pintor otro, y verdadero.
Que quiere mostrar el arte.
En una figura aparte
Hace un dd)ujo primero ;
Porque defetos no haya
En la acción y en el semblante.
El diestro representante
Antes de salir ensaya,
lüen claro en esto se dice
Lo que el alma llora y siente
Oue es amar discretamente,
V dos borradores hice.
in mi pecho imaginé
Pintar, como en mármol yerto ,
Con amor que fuese cierto,
Y aparte la dibujé;
Quise decir lo que quiero.
Hoy que á otro amor me rendí;
V en Leonor, mi esposa, asi
Hice el ensayo primero;
Ue modo que aquel amor
(jue viste arder como rayo.
No fué la verdad, fué ensayo
De dibujo verdadero ;
Oue yo para ser amante
Kuera del modo ordinario.
Primero fui secretario.
Pintor y representante.
CONDE.
¿Y á una dama tan hermosa
Tratas con tanto desden,
Y siendo hija también
Del gran conde de Tolosa ?
No arriesgues con este intento
Tu opinión como la mia.
BERENGUEL.
CONDE.
Si boy con fineza y verdad
Te amase, fuera error grande.
BERENGUEL.
I ¿V es bien que mi odio ande
I Templando su vanidad ?
CONDE.
¿Pero quién en Barcelona
(Demos que anulado quede)
Ese nialrimonio puede
Igualaise á tu persona?
íQuién á lu sanare, que es mia ,
, Hay que le pueda igualar
Con quien le puedo casar?
DERENCUEL.
CoDSlanza puede ser mia.
C0>UE.
Vive Dios, hijo alrevido.
Centro en que tantas traiciones
Hay, que vuestras sinrazones
Aun no caben por mi oido ;
Que aunque arriesgue mi corona
P(ir castigar vuestro intento,
I..' di' al mundo un escarmiento,
^ ii:í ijemplo á Barcelona;
t'Mi i|ue con aqueste amor.
Vu.siro hermano, que más quiero.
Pretendió á Leonor primero,
We pedisles á Leonor;
Y ahora, ciego é inhumano.
Tan errado discurrís,
l^üic á Constanza me pedís
Porque la ama vuestro hermano;
Deci, el cuando por los dos
Lo que pedís pueda ser;
¿Tal desaire habla de hacer
Al de Calabria por vos?
Oui' habiéndola vos dejado
Con libieza y con desden ,
Y mal logrado también
!)f su belleza un traslado.
Viene a ser locura en parte,
üue vos tirano y cruel...
DERENCUEL.
Mintió entonces el pincel,
TuJo su primor al arte.
CONDE.
¿Oiiprlais con ciega pasión,
Contra el decoro y la ley ,
II icer una ofensa á un rey,
Y un agravio á don Ramón?
Va toda su ambición muestra
Vu'siro pecho; ¡ah, si ese ardor
N . ii-ra de vuestro amor
Y "i. il>- la envidia vuestra!
1.1 ' in idioso, pensad
I !; [iircce en ira tanta
A la sirena , que canta
Sólo cuando hay tempestad ;
Que á ella os parecéis es llano ;
PupssñlanifMiteos da pena
Saber que el cielo serena
l.nrts para vuestro hermano.
I I nda tenéis en Leonor,
' "I luien es la estimad,
Ki rrriguel, y imaginad
Que aunque ahora os muestro amor ,
^o es ponpie amor he tenido ,
Que este cariño es efeto
I)i; que no os pierda el respeto
l.uiio vasallo ofendido
In Mii'stro acero inhumano;
.\ |uil (|ue no es obediente,
No es mi hijo, y solamente
Es mi hijo vuestro hermano.
Si el serlo os hace liar,
También nacieron los reyes
Para obedecer las leyes,
Y sabré yo castigar
Al que , sin querer templarse ,
La ira y la pasión prefiere ;
Porque el pecho no cancere
L'n brazo suele cortarse ;
A este ejemplo os amenazo,
Uue por sanar, vive Dios.
Pues sois el peor de los Jos ,
F.L C.M.N DE CAT.\LU.^.\.
Que me corte yo ese brazo.
BEREXGUEL.
Plegué al cielo....
COXDE.
Callad ya.
BERENCUEL.
Oue si os mostráis justiciero.
Venga yo á ser el primero
(Jue temple vuestra crueldad.
CONDE.
Vn hijo segundo no es
Tanto, que haya presumido...
BKRENGUEL.
; Que sea yo el abatido
Porque he nacido después 1
CONDE.
(Áp. Con el amenaza pienso
Que he errado todo el motivo.
Volverle quiero á templar. )
Ea, por tu vida, hijo mió,
Que temples esta pasión.
Que yo sólo he pretendido...
BERENGUEL.
Ya se me han vuelto los celos;
Envidia de nuevo abrigo.
Este ásf]id mental, que bá tanto
Que en el alma me ha mordido.
CUNDE.
Témplate por vida tuya ,
Derenguel.
BERENGOEL.
i En qué mal sitio
Pones los ruegos! ¡qué mal
Usas del piadoso oflcio
De padre! pues cuando el cielo
Te quiere encargar dos hijos ,
Mas pesa en uno tu odio
Que en el otro tu cariño ;
Más si es por darme en los ojos
Con sus méritos, si ha sido
Para correr mis errores
Con sus acciones y alivio
Mi venganza en mi pasiou...
CONDE.
(Ap. Templarle ahora es preciso. )
Hijo, el enojo de un padre...
BERENGUEL. {Ap.)
De roja sangre teñido.
Como lo Hngió Constanza,
Ha de ir al mar en el rio.
Si no es que de sus corales
Helado se ponga grillos
Mi venganza en roja cárcel
Delincuente cristalino.
CONDE.
Hijo, el enojo de un padre ..
BERENGUEL. (.4/).;
Yo le atajaré el arbitrio
A las estrellas.
CO!<DF..
No es más
De un fácil vapor (|ue quiso
Humear contra el sol, y luego
Se queda desvanecido.
BERENGUEL. (Ap.)
Disimular quiero ahora
Mi Intento.
CONDE.
Seamos amigos.
Por tu vida.
BERENGUEL.
Desde hoy
Te ofrezco (¡ay tormento niio'j
Eres mi hijo.
Tú verás
Si lo soy.
CONDE.
¡Oh cuánto estimo
Verle tan pnsto templado !
BERENGUEL.
Al tiempo doy por testigo
De mi templanza.
CONDE.
¿Y á dónde
Vas ahora ?
BERENGUEL.
No es preciso
mi hermano
Que á recibir á i
Vaya también?
CONDE.
Yo te pido,
Que á acompañarle no salgas:
Con él cumples, y conmigo ,
Haciendo lo que te mando.
(.Ap. Mal penetras mis designios.)
Haré lo que tú me ordenas.
(.4p. ¡Cruel padre !)
CONDE. (.Ap.)
¡ Ingrato hijo I
BERENGCEL. (Ap.)
Como el muro es un mal padre.
CONDE. (.Ap.)
A la hiedra es parecido
Un hijo malo.
BERENGUEL. (Ap.)
Que cuando
La hiedra en él busca abrigo...
CONDE. (Ap.)
Que al tiempo que la muralla
La suele igualar consigo...
BERENGUEL. (Ap.)
Se deja caer con ella.
CONDE. (Áp.)
Derriba quien ha subido.
BERENGUEL. (Ap.)
; Ah cielos ! dadme venganza.
CONDE. (/Ip.)
Cielos, no le deis castigo.
(Vanse.)
Sale CARDONA.
CARDONA.
Si hubiera siempre ocasión
De evitar riesgo, me fundo
En que no hay cosa en el mundo
Como. ser uno ladrón;
Que uno trate de ahorrar
Por cuenta lo que otro debe,
Y que un ladrón se lo lleve
Sin trabajo y sin contar;
Pero no son cosas estas
Que dan descanso y buen nombre,
Porque al fin, al fin un hombre
Lo viene á llevar á cuestas ;
Que á una dama que blasona
De estafar á uno y á dos
La roben, vaya con Dios ,
Que también esta es ladrona ;
El criado (|ue en ocasión
Provechos llama á la sisa,
A este déjenle en camisa ,
Que también este es ladrón ;
Al que dice muy legal,
Muy mesurado de prosa ,
A mi basta cualquier cosa ,
Déle ucüd al oficial
582 comedí
Que lo hizo con afición
Y lo trabajó muy bien,
A esle róbenle también,
Oue también ese es ladrón ;
Pues ¿cómo Camacho ordena ,
Si yo no lo merecí,
Quitarme en un pliego á mi
Los ciento y una cadena?
Pues mi venganza verán
Los que han visto mi pasión ,
Porque quien hurta al ladrón
Gana el perdón del refrán ;
Y aunque falte a ser fiel,
Me han de ver lodos vengado,
Para don Ramón me ha dado
Leonor aqueste papel ;
Y don Ramón, mi señor,
Si en el caso se repara ,
Primero que se casara
Galanteaba á Leonor,
Esta en secreto me ordena,
Que con él á solas quede :
No, el papelillo no puede
Llevar dentro cosa buena ;
Y si Berenguel me ve
Que á su hermano se le doy
A escondidas, cierto estoy
Que me ha de dar mi por qné;
Pues hoy vengarme querría,
¿Camacho no me burló,
Y el pliego no me sacó
He la faldriquera mia?
Pues este pliego quisiera
Que la venganza me dé ;
ACamachuelo se le he
De echar en la faldriquera;
Volverásele al traidor ,
Si salen bien mis intentos.
Los cien escudos, doscientos,
Y la cadena mayor ;
Ea, vengarme conviene,
L'n papel me supo hurlar ,
Y un papel me lia de vengar
De Camacho; pero él viene.
Sale CAMACHO.
GABACHO.
Pues no se ha escondido el dia
Aunque el sol huyendo va,
A la torre donde está
(ionstanza llegar querría ;
Poco á poco tengo de ir
Del mar por la hermosa orilla.
CARDO.NA.
¿Camacbuelo?
CAMACHO.
Cardonilla.
CARDONA.
¿Dónde vas?
CAHACIIO.
A recibir
A don Ramón, mi señor.
CARDONA.
¿Quieres creerme, Camacho?
Que me quieres bien recelo.
CAMACHO.
De verdad te tengo amor;
Deudas son estas forzosas
A mi amor.
CIRPONA.
No sino no.
CAMACHO.
Ya sabes tú lo que yo
Me apasiono por lus cosas.
CARDONA.
Esto mucho saber quiero :
SI traes la bolsa contigo
Dame un dobloucillo, amigo
,\S ESCOCIDAS DE DON FRANCISCO
CAMACnO.
¿ Dónde tengo yo el dinero '!
Ea, trata de quedarle.
CARDONA.
Si me dejas, esto es peor.
;0h , lo que puede el amor .'
Cana tengo de abrazarte.
GAMACHO.
Su necia amistad me enfada.
¿Yo para qué he menester
Su amor?
CARDONA.
Déjate querer.
Pues que no te cuesta nada.
CASIACHO.
; Ay que ojos míos rasgados !
CARDONA.
¿Qué! ¿qué! ¿los ojos me apoil.is?
,Qué cara ! asi fueran todas,
Y hubiera menos pecados;
¡Qué frente!
CAMACHO.
Vayase ó crea...
CARDONA.
¿ Qué cejas para ser dos ?
Pues la boquilla, por Dios,
Qne es hermosa por lo fea ;
¡Pues qué barba!
CAMACHO.
No lo deja.
CARDONA.
Tal barba en mi vida vi ,
¡ Y qué bien podada! asi
Vea yo á Castilla la Vieja.
CAMACHO.
A mi me requiebra , ¿hay tal?
CARDONA.
Mtjor el papel quisiera.
(Pónete el papel en la faldriquera
abrazándole.)
CAMACUQ. (Ap.)
F.l me anda en la faldriquera,
l'i'ro en esla no hay un real ;
A esotro lado está el plus ,
Y asi disimulo yo.
CARDONA. {Ap.)
Esto está bueno , ya entró.
CAMACHO.
Vive Dios.
UNA voz. (Dentro.)
Esos caballos
Alianza con las riendas
A esos robres . pues que ya
A esta torre hermosa y bella,
Adonde Constanza aguarda ,
Antes mucho que anochezca
liemos llegado.
CARDONA.
Mi amo
Llega á la quinta.
CAUACHO.
Agradezca
Que viene su amo, que habla
Ite darle mil coces.
CARDONA.
Vengan;
Desde aqui se ve la quinta,
Y desta playa á quien besa
Los pies del Mediterráneo,
I 'eras las naves que intentan ,
burlándola azul espuma.
Dar las hondas á la arena.
Sale BERENGUEL.
BRRF.NGUIX.
No he de llegar á la quinta ,
Va la Capitana intenta.
Dando bordos , recoger
El velamen ; ó antes venga
Tormenta ó fiero huracán ,
Que el mar cristalino mezcla .
Porque volcando sus naves
Cboauen sin timón ni velas
Con la gavia en el abismo.
Con la quilla en las estrellas ;
Desde un balcón de la quinta
Mira Constanza.
CARDONA.
Ahora entra
La mia.
DERENCOEL.
Virarlos buzos,
Su pálida luz enmienda ,
(as naves distingue todas ;
; ;0h como los ojos cuelga
De sus gavias, sin que al gozo
I Ni al gusto un suspiro deba ,
( Que como son aire y fuego ,
I Forzoso ha de ser que tema,
Al ver acercar las naves ,
I Que los suspiros que alienta,
: O por fuego los abrasen ,
O que por viento los vuelvan!
! ,,Qué hago en tener envidia
Del que los rayos granjea
I Del sol, que estima la vida,
I Con seguir esta belleza?
I V sea yo la mariposa ,
Que si la luz galantea.
Lo que yo logrando en galas
También lo arriesga en pavesas;
Cuésteme tórtola amante ,
Entre lamentos y quejas,
Fiar ternuras al prado
Que el aire vago desprecia.
La clicie también imite ,
Que constante al sol anhela,
Y su púrpura de nieve
O su jazmín se enrojezca;
Llama, abrásame las alas;
Sol, tu flor amante quema ;
Ave, huye de mi reclamo;
Porque seas y yo sea ,
Tú, desden de mis porfías,
Y yo, de tus rayos seña.
i Ah, Señor!
¿Aciesias?
¡Ah, Cardonilla!
CARDONA.
1 quisiera
Haber venido, porr
Oir que tan necio seas,
Que con tanta fuerza des
En amar desta manera ,
Sabiendo lú que estas cosas
Mas quieren maña que fuerza.
BERENGUEL.
Camacbo , ¿también venisleí
GAMACSO.
A recibirá su Alieza
El Principe, mi señor,
lie venido.
CARDONA.
Si deseas
Saber á lo que he venido...
BERENGDEI..
Di lo que quieres y esperas.
CARDONA.
Yo he comido de lii pan
Y de lu palo, y es fuerza.
Aunque han sido más los palos
Oue ios panes, que ahora sepas,
(jui' el traidor de Caniachuelo
llj dado tan mala cuenta
Ue SI, que ha dado...
BERENCÜEL.
Di en qué.
CARDONA.
En ser corredor de oreja.
BERENGUEL.
¿Qué oficio es?
CARDONA.
Un zurcidor.
BERENGUEL.
¿Vale algo?
CARDONA.
Toda esta hacienda
Es enanas partes de gente ,
yue con no ser de la Iglesia
Obispan poco en naranjas ,
Teniendo más de su renta \
Pero vamos ahora al caso.
CAMACHO.
C.ardonilla acá se llega
A tablar á su amo en secreto.
CARLONA.
Sabe que Leonor...
BERENGUEL.
¿Qué esperas?
CARDONA.
Le dio nn papel á Camacho,
Yo no sé para quién sea ,
Pero sé que es de Leonor ;
y que ahora no viniera ,
A no ser para su amo
Don Ramón , con tanta priesa
Arecirbirle á la playa.
Aunque su criado sea.
BERENGDEL.
¿Viste tú que se le diese?
CARDONA.
Por estos ojos; por señas
Que después de recibirle
Se le echó en la faldriquera.
BERENGDEL.
¿Camacho ?
CAMACIIO.
Señor, ¿qué mandas?
CARDONA.
Si has de averiguarlo , empieza
Por mí.
BERENGUEL.
¿Deseo saber
Cuál es de los dos quién lleva
De doña Leonor, mi esposa,
Un papel sin mi licencia?
CARDONA.
Yo no le tengo , Señor ,
No me hables de esa m.inera ,
Que aunque mi madre fue olla,
Yo no he sido cobertera .
BERE>RCEL.
¿Pues quién le tendrá?
CARDONA.
Alvarado
Tiene los papeles.
UERENCUEL.
Llega,
Cardonilla.
CARDONA.
Señor...
EL CAÍN DE CATALUSa.
He de ver las faldriqueras.
CARDONA.
Lleve el diablo quien le tiene.
CAUACllO.
Amén.
CARDONA.
Y'a yo saco fuera.
Mis alhajas.
{Sacan naipes.)
BERENGDEL.
Sea presto.
CARDONA.
ffli rosario.
BERENGDEL.
¿En este rezas?
CARDONA.
Este es rosario del diablo ,
Mas también tiene sus cuentas.
BERENGUEL.
¿Qué es esto?
Tabaco en hoja,
Para sacarme las flemas
Con que te sufro.
BERENGDEL.
¿Quemas?
CARDONA.
La bolsa en pelo, más ella
Será de Judas.
BERENGDEL.
¿Camacho?
CAMACHO.
¿Qué es lo que me mandas?
BERENGUEL.
Muestra
Lo que traes.
CAMACHO.
Traigo á este lado
El bolsillo y la cadena.
cabdona.
Por cierto que es como un oro.
camacho.
El lienzo y la tabaquera,
Los guantes...
CARDONA.
Hele.
BERENGDEL.
¿Qué es esto?
CARDONA.
¿Qué papel es este?
CAMACHO.
Espera,
Será alguna carta.
CARDONA.
Ahora
Llevará el porte.
CAMACHO. (Ap.)
Que fuera.
Que Cardona me engañara,
Y que cuando...
BERENGDEL.
Aquesta esleirá
De Leonor.
CAMACHO.
(Ap. Me daba abrazos,
Me echara en la faldriquera
El papel.) Señor, Señor,
üyeme.
BERENGDEL.
Tate la lengua.
CARDONA.
¿Adonde dicen que...
CAMACHO.
Pero
Sepa, Señor, vuestra Alteza...
BERENGDEL.
Ya sé que sois un traidor.
CAHACHO.
Que fué Cardona.
CARDONA.
A mi me echa
La culiia , trayéndole él...
CAMACHO.
Señor, ¿si hablar no me dejas.
Cómo has de saber?
UERENGDl-L.
¿No he visto
Qué letra es?
CARDONA.
¿Agora, amigo.
Que le ha traido lo niega ?
BERENGDEL.
Callad entrambos, callad.
¿Que fuese yo tan gran bestia ,
Que me dejase engañar?
CARDONA.
.'^eñor, ¿un hombre con esa
Cara, para qué es tan fácil?
BERENGDEL.
Leer quiero el papel.
CARDONA.
Empieza.
BERENGDEL.
«Vuestra Alteza se fué sin cumplir
«la palabra que me dio, dejando tan
«desairado mi ruego con su hneza, hoy
«que es mayor el peligro será mayor
«la queja, si deja de favorecerá quien
«tanto ha debido; el odio de mi espo-
«so Berenguel nunca es menos, y mi
uamor, como dije á vuestra Alteza,
«siempre es más ; y pues él desea ca-
nsarse con la señora Constanza , sólo
íconque vuestra Alteza abrevie el pla-
»zo á sus disposiciones, logrará su de-
aseo, y yo mi amor; y pues en la dila-
ícion aventura vida y honra, débale yo
«vuestra Alteza.»
Agora para que el dolor
Mió á derramar se atreva
De mi hermano y mi enemigo
La sangre , primero estrena
Su voracidad en mi ,
Que en toda el alma se ceba.
Agora que este papel
lia ajustado las sospechas
De mis celos, pues yo vf
Verter á mi esposa mesma
Al partir de don Ramón
í.ágrimas ; os digo que eran
De amor, que los ojos brotan,
Y los suspiros anhelan.
A mi padre le encargó
Al partir (; oh lo que acuerda
La venganza!) que cuidara
De Leonor , al tiempo que ella ,
Con equivocas razones
Daba limitadas quejas;
Que desta vez loca en celos,
Y en estimación aquella.
Primero que se casase
Conmigo ; ¡ ah , no le acontezca
A esta potencia enemiga
De la memoria hacer prueba
De mi ira , echando culpa
; A mi adoración por ciega !
' Para su muerte bastaba
I Mi envidia y ver que penetra
íH
COMEDIAS ESCOGIDAS DE DON FRANCISCO
Cabales todos los ravos
Del sol 'Je la \nS¿ala bella;
Celos de amor >■ de honor
Siento en el aln'ia, y apenas
De los dos dislin.nuir puedo
Que celos mas me atormentan:
Los de Conslan/.a, que espero
Oue niia algún tiempo sea ,
O los de Leonor, que es mia,
Aunque haya de ser ajena.
?Camacbo?
CAHACUO.
Señor.
CARDONA.
Ahora
Es ello.
BERENGUEL.
Sacarle es fuerza
Desle camino; in llevar
Ksle papel, porque veas
Que no has errado, le quiero
Dar esta sortija.
CARD0:IA.
Espera ,
Señor, que fui jo el que truje
El papel.
CAMACHO.
¡Que ahora quieras
Negar que jo le be traído!
CARDONA.
Señor...
BERENGCEL.
Calla.
CaRPOSA.
Con la mesma
Que yo le di me ba pagado;
Yo bien pensé que esta liesta
Fuera de estafermo, y sólo
Fué de sortija. ¡Que quieran
Los diablos, que mis ardides
Todos contra mi se vuelvan!
¡Oh, ladrón, plegué á los cielos.
Que cuando el diamante veudas
Te le venda un corredor!
CAMACHO.
¿Dónde mi amo uos lleva?
DERENGDEI..
A(|ui estamos apartados.
CARDONA.
¡Si pesares la cadena.
La peses por castellanos.
Porque no entiendas las pesas !
¡Détegan;i de jugar
Los cien escudos, que apenas
Los habrás jugado, cuando
Perderás, aunque no pierdas !
DERENGCEL.
Villaoo...
CAMACHO.
¿Señor, qué haces?
BERENCCEL.
Pagarás desta manera
Tu delito.
CAMACHO.
Yo, señor.
BERENGDEL.
Calla traidor.
CARDO.NA.
Este pega.
BERENGUEI,.
A un roble de esos le ata
Las manos.
CARDONA.
Lo que es por cuerda
No quedará.
BERENGDEL.
A mi me importa
CAMACHO.
Tü, Cardona,
Me atas de otra manera.
CARDONA.
La razón ata las manos.
BERENGOEL.
TÚ en tanto, con él te queda,
Para que algún pasajero
No le desate. Ya suenan
Los clarines, aunque el sol
Sobre los mares se acuesta
Del Occidente : á la escasa
Luz, que penetrar se deja.
La galera capitana
Ha dado fondo: ya entra
Kn el esquife mi hermano:
Ya el Marqués Alberto llega
A recibirlo, llevando
A remo barca ligera.
En que se juntan, y ya
Vuelven á la orilla nuestra.
Entre estas ramas oculto
Busco ocasión, en que pueda
Aprovechar el acero;
Negra noche, pues te precias
De aconsejarle venganzas
A la pasión, sal más negra. (Vase
CAMACHO.
Desátame, pues se ha ido
Tu señor.
CARDONA.
Harto me pesa
De no tener gana; pero
Ya que el diablo no me tienta
A desalarte, por ti
Quiero hacer una tineza.
La cadena he de quitarte.
CAMACHO.
¿Esa es la Gneza?
CARDONA.
Esta;
¿Pues no es lo mismo quitarte
La prisión que la cadena?
Quédate con Dios, Caniacho;
Sabe Dios lo que me pesa
Dejarte ahora al sereno,
Más eso no te dé pena,
Que por eso entra la noche
Muy mala; asi, no quisiera
Que te roben el dinero
En este camino, deja
' Que le guarde como amigo
( Los cien escudos siquiera,
f Que como en la bolsa esián.
Se entren en mi bolsa.
I CAMACHO.
I Espera,
V desálame, supuesto
Que los llevas.
CARDONA.
Eso fuera
Desatarte tus doblones;
Asi, dame aquella piedra ,
Te la llevaré á tasar.
CAMACHO.
Déjamela, que es pequeña.
CARDONA.
Pues ahora bien, yo le quiero
I Dar otra mayor por ella.
I (Échale una piedra muy grande
! Toma, adiós. Así, Camacho.
CAMACHO.
tNo desatas?
CARDONA.
I ¿No le acuerdas
DE ROÍAS.
I Cuantos mojicones fueron
Los que mediste?
CAMACHO.
I ¿Qué intentas?
CARDONA.
Pues me llevo lo que es mió ,
Vo tengo buena conciencia,
V quiero volverle todos
l'us mojicones por fuerza;
loma, uno no es ninguno,
Dos, ¿te acuerdas bien los que eran?
Que yo no quiero quedarme
Con cosa que tuya sea.
MARQi'És. (Dentro.)
Ningún soldado basta el alba
Desembarque, llega á tierra
El esquife.
Sale RAMÓN, y cae al salir , v EL
MARQUÉS.
RAMÓN.
El Marqués solo
Me acompañe.
MARQUÉS.
' ¿Vuestra Alteza
Se ha hecho mal?
) i RAMÓN.
I No me hice mal.
I No me recibe la tierra
I Con agasajo.
i HARQUÍS.
I Al revés
I Lo enliendo, que antes se alegra;
Pues porque le des los brazos
Ahora tropezaste en ella.
RAMÓN.
¿Dónde dices que me aguarda
ili esposa Constanza?
MABQDÉS.
Hasta esta
Torre vine á acompañarla,
Vestá esperándote en ella.
RAMÓN.
¿Mi padre no me salió
A recibir?
MARQCÉS.
No le dejan
Los achaques.
Noche oscura.
CAMACHO.
¡Berenguel!
MABODÉS.
Entre esus peñas
Se oye una voz.
RAMÓN.
Poco el viento
Me halaga y me lisonjea,
; Con el nombre de mi hermano
I Me ha recibido.
I MARQUÉS.
I No creas
! Al oido, la aprensión
i Todo es imágenes ciegas,
Ella es la que te ha engañado
I CAMACHO.
¿Desta manera te vengas
: De quieu no te ofende?
I RAMÓN.
I Todo
Con mi temor se concierta ;
Pues dice esta voz confusa.
Que el corazón me penetra ,
Viendo que es sólo mi hermano
El que mi muerte desea...
CAUACIIO.
le aquel que 110 le ha ofendido,
Lreni;uel, por qué le vengas?
HABÓN.
UARQOES.
En esta.
1.3 noche eniró tan oscura ,
Uue lie temido.
CAMACHO.
¡(ih, muerte, llega
RABOM.
1,3 muerte me sale al paso,
Y pensé que amor saliera.
Cero en saliendo el amor
Escomo la muerte mesma.
Ambos matan, solamente
El v ella se diferencian,
yue nno da el dolor suave
í olro la herida sangrienta.
MARQUÉS.
AriKir saldrá á recibirte.
Si iihoia en la torre entras
D le le espera la Infanta.
RAMÓN.
Fl cielo he de ver en ella.
Vamos.
CAMACHO.
Berenguel me ha muerto
Ti ¡moro quiero que sepas,
Aiiiii|iie el amor me lo riña.
De ai|uel monte, que voz tierna
Se i-scucha sobre la falda
tjue obediente el mar se lleva.
BARQUÉS.
Nad.i la vista distingue,
> cuunto dudar se deja
Si, I, para mis ciegos ojos
l:u!tos que el temor inventa.
RAMÓN.
Voz que al oido te guie.
Ya que á la vista no pueda.
Tú por esta parte puedes.
En lanío que yo por esta
Re;;islrii el monte, ver si antes
Oui' yo en la florida yerba
Hallas quien causa esta voz,
t^iui' lanío á mi oido cuesta.
MARQUÉS.
Si\i asi.
RAMÓN.
Voy por esia parte.
MABQOÉS.
Pues para que no me pierdas
(.lili lo escuro, daré voces
Dfsile donde esté. {Vnse.)
RAMÓN.
Quisiera
Atender por esta parte.
Por ver si aves agoreras
Escucho, que sólo cantan
Si á llorar la noche empieza.
Un can se oye, y son dos canes
Los que mi oido molestan.
Uno que en el monle lale
Y olro que en el eco suena.
Hacia allí se desvanece
lina exhalación, que piensa
El alto Monjul que es'rayo,
Y la vista que es estrella.
A mi dicha se parece,
t)ue en exhalación empieza
A arder como astro, y después
EL CAÍN DE CATALUSA.
Fallece como centella.
Contra la tierra el mar se lia enojado
Del viento que la irrita aconsejado;
Pero ya el mar desinava.
Porque ese monte le b"a tenido i rava.
Ya no se oye la voz que antes se oia,
Confióse al aire, y él la perdería :
No se pueden fiar del viento airado
Las voces que pronuncia un desííicha-
[do.(Vasí.)
CONSTANZA.
Cuando esperaba á don Ramón, mí es-
En el monte fragoso [poso,
Confusa voz oyó mi oido incierto
Que al viento dice: «Berenguel me ha
[muerto»;
Y aunque mi oido no lo ha percibido.
El corazón parece que lo ha oido;
Si acaso con la noche no ha acertado.
Mi esposo, que la noche ha equivocado
Con las sombras el lino.
Sa/cREIlENClJia.
BERENGUEL.
Aquella antorcha me enseñó el cami-
Pur(|ue ya a Barcelona me volvia [no,
Amenazadii de la noche fria.
MARQUÉS. {Dentro.)
Don Ramón.
CAMACHO.
\'a murió mi confianza.
CONSTANZA.
Y ya mis ojos el temor alcanza.
Bien que me animo en vano,
Pues en el monte cano
Con lástimas veloces:
Don Ramón ya murió, distintas voces.
Pues bajar á la playa determino.
(Vflíí.)
BERENGUEL.
Dos voces escuché, y una imagino
Que es del Marqués, la otra del criado.
Que á este árbol esta noche dejé atado.
Pues porque ahora mi dolor aliente
Ha de morir.
Sale EL MARQUÉS
Detente.
MARQUÉS.
¿Quién es?
BEREXGÜEL.
Soy Berenguel.
MARQUÉS.
Templóme en vano.
BERENGUEL.
¿Qué buscas?
MARQUÉS.
A tu hermano [perdido,
Rusco, que entre estas ramas le he
Lastimosa una voz, que le ha movido
A requerir el monte; agora llego
A ver si le encontrase.
BERENGUEL.
Volveos luego.
MARQUÉS.
El Conde, mi señor, me lo ha ordena-
BERENGUEL. l'^O. .
Haced agora lo que os be mandado.
S85
MARQUÉS.
Que le acompañe.
BERENGUEL.
Yo iré 6 acompañarle.
MARQUÉS.
Es forzoso llamarle, [mano...
Y no es razón que siendo vos su her-
BERENGUEL.
Pues, vive Dios, villano.
Sabiendo vos que tanto os abo.rezco.
Si me contradecís. .
MARQUÉS.
Ya os obedezco.
(Ap. Desde la torre con la voz prosigo,
Que como Berenguel es su enemigo.
Temo que para darle injusta muerte
La ocasión con la envidia lo concierte.)
(Vase.)
BERENGUEL.
Porque no haya quien sepa mi cuida-
Desatar es forzoso este criado, [do
CAMACHO.
¿Quién es, quien a mi voz compadeci-
BERENGUEL. [l^O?
Yo soy quien le desata.
CAMACHO.
Si haívenido
A darme muerte, sólo decir puedo.
Que jamás te be ofendido.
(Habla alto.)
BERENGUEL.
Habla más quedo;
Vete, Caniacho.
CAMACHO.
Voime á Barcelona.
{Vase.)
CARDONA.
Ha, Señor.
REniíNGUEL.
Esta voz es de Cardona,
¿Qué quieres?
CARDONA.
Que me digas donde vamos.
Escóndete en lo espeso de esos ramos.
CARDONA.
Más adelante un paso dar no puedo.
BERENGUEL.
¿Miedo tienes?
CARDONA.
A mi me tiene el miedo.
BERENGUEL.
Hazme espaldas agora en este prado.
CARDONA.
No quiero, que es hacerte corcovado.
BERENGUEL.
Pues no te alejes.
CARDONA.
De irme lejos trato,
Tú me hallarás si tienes buen olfato.
MARQUÉS. {Dentro.)
¿Don Ramón?
RAMÓN. (Dentro.)
Por acá, Marqués amigo.
BERENGUEL.
Por esta toz me sigo.
MARQUÉS.
Guárdate de tu hermano.
BERENGUEL.
Vive el cielo, villano, [suerte.
Que el castigo has de ver de aqueslu
(Ya hacia donde ettá don Ramón, y sa-
le, y quítale la espada, y arrójala, y
dale con la daga]
2S0 r.OMKI.lAS
RAllON.
¿Pues qué inleulas.lierniaiio?
DEREKCUEL.
Darte mucríc.
RAMOn.
Bercnguel, amigo, hermano,
¿Cómo una sangre que es luya
Derramas?
BERKNGUEL.
Indigno, muere.
RAUON.
¿.I)ime qué agravio ó injuria
Te he hecho yo, ó por que me lias dado
La muerte?
BERENGDEL.
¿Para que buscas
Mis razones á mi ira ,
Si tú mismo a ti le acusas?
Honor y celos te matan.
RAMÓN.
¿Maríjues?
BEREfiGCEl,.
Es la causa justa.
RAMÓN.
¿(".onstanza?
BERENCUEL.
Aun no sale el sol.
RAMÓN.
¿Soldados?
BERENGIEL.
Nadie te escucha.
Pues va hermano...
BERLNGUEL.
Nada esperes que te cumpla.
RAMÓN.
Que me perdones.
BERENGUEL.
Asi
Confesando estás tu culpa;
Nu le perdono.
RAMÓN.
Yo si
Te perdono.
BERENGUEL.
Ya no pulsan
Tus libias venas, y como
Es la uocbe tan oscura,
Distinguir es imposible.
Por ser poca ó por ser mucha
Si sangre que el alma vierte,
O se enrojece ó se azula ;
lodo el cielo me parece,
Que me amenaza, trasuda
Kl corazón, y sus alas
Las abate y no las junta.
Esa montaña parece
Que cae sobre mi, esas grutas
A mi error servirle (juitrcn
De silvestre sepultura.
¡Quien de si mismo pudiera
Huirse! mas de la ruda
Arena quiero cubrir
Mi delito, y no mi culpa.
Cubrir el cadáver quiero
De arena, y soDre ella rdgunas
Penas, en tanto que salen
A lisonjearme por duras.
Destos árboles intento
Cubrir el cadáver; rudas
ESCOGIDAS DE DON FRANCISCO
Ramas de las hojas verdes,
Hacedle frondosa urna.
me quiere el cii
que le diüculta
Sendas á mi planta? ¿El aire.
Por qué de horrores se enluta?
;()h, nubes agora densas!
¡Oh, estrellas tan presto oscuras!
Asústamela tiniebla.
Aquella luz me deslumhra.
Todo á un tiempo me amenaza,
Y todo á un tiempo me alumbra;
Agora en esta ocasión.
Porque el sol no se descubra.
Sobre el cadáver pusiera
Todo ese monte por urna. {Vate.
Sule LA INFANTA con una hacha.
CONSTANZA.
llácia esta parte he escuchado
Varias voces, y confusas.
Si no ha sido "que el temor
No las oye y las anuncia.
V aqui se ve de la sangre,
Que de esas peñas resulta,
l'na vez el mar sangriento,
La arena dos veces rubia.
¡Salpicadas de coral
Están las hojas, qué múslias!
La verde yerba, las flores
En sus bonetes se arrugan.
Entre estos ramos agora,
Bien la vista no lo duda.
Yerto un cadáver distingo.
Sepultado en verde urna.
Fiar esta antorcha quiero
A este árbol, porque descubra
Quién de corales repite
Lo que del viento se enjuga.
; El cielo me valga ! ¡ Esposo,
Ya salieron desta duda
Mis ojos, pues salga ahora
El alma de su clausura!
¿Quién ha quebrado su espejo
A mis ojos? ¿Cuál injusta
Mano ha abierto tantas bocas
Al alma con una punta?
¿Montes, del sol centinelas,
^'o avisarais esta injuria?
Mas ^qué importa que seáis
Cenliiielas, si sois mudas?
¿Estrellas, arbitros bellos.
De cuanto el Autor alumbra.
Para qué es la favorable.
Si hay después esta fortuna?
Cayóseme de las manos
El cristal, toda la lluvia,
Por ser mucha , ha deshojado
La flor, que á vivir madruga.
Luz, por quien vieron mis ojos,
¿Quién te apagó? Nave surta
Én el puerto del amor.
Ya en el abismo fluctúas,
liuscar por el monte quiero
Quien te dio muerte.
Sale EL MARQUÉS con una hacha.
MARQUÉS.
¿Qué buscas?
CONSTANZA.
¿Qué hay. Marqués?
MARQUÉS.
¡Grave dolor!
CONSTANZA.
Mi esposo es muerto.
MARQUÉS.
¡Qué injuria!
CONSTANZA.
Y voy á buscar...
MARQUÉS.
Espera.
CONSTANZA.
A quien le dio muerte.
MARQUÉS.
Escucha.
CONSTANIA.
Para vengar...
hauqués.
No es posible.
CONSTANZA.
) Esta ofensa.
MARQUÉS.
Tarde juzga.
Que puedes lomar venganza.
CONSTANZA.
Marqués, ya que no me ayudas.
No me estorbes; ¿quién le dio
Sangrienta muerte?
MAROUÉS.
¿Eso dudas?
CONSTANZA.
Dilo presto.
MARQUÉS.
Berenguel,
El Caín de Cataluña.
CONSTANZA.
¡Cruel hermano!
MARQUÉS.
¡Infeliz padre!
CONSTANZA.
Pues yo intento...
MARQUÉS.
Tú le buscas
Tu niuerle.
CONSTANZA.
Con este acero...
MARQUÉS.
¿Qué intentas?
CONSTANZA.
Venpar mi injuria.
MARQUÉS.
Mira que...
CONSTANZA.
No me aconsejes.
MARQUÉS.
Yendo á buscarla, aventuras
Tu honra.
CONSTANZA.
¿Por qué mi honra?
MARQUÉS.
Porque no estará segura
De quien á su mismo hermano
Dió una muerte tan injusta.
CONSTANZA.
¿Quién me vengar.i?
MARQUÉS.
Su padre.
CONSTANZA.
¿Dónde iré?
MARQUÉS.
Otra vez le oculta
En esta torre.
CONSTANZA.
¿Y en ella
Qué he de hacer?
MARQUÉS.
Que tu hermosura
No le ocasione á tu ofensa.
.r.ijve dolor!
MARQUÉS.
;Sueiir dura?
CONSTANZA.
¿y 11 1- haces?
MARQUÉS.
Dar a este cadáver
Mjs decente sepultura.
COMSTANZA.
Pues esposo, al cielo ofrezco...
MARQUÉS.
Principe, mi amor te jura...
Uuo no me lialle el claro sol...
MARQUÉS.
Que ese planeta que alumbra.
No me encuentre con sus rajos.,
Cn>STA:»ZA.
üue sea la tierra dura
Iti lecho...
UARQUÉS.
Que solamente
Luto funesto me cubra...
CONSTANZA.
Oueviva sólo del llanto,
Que de mis ojos resulta...
UARQGÉS.
Queme sirva de aliento
Mi dolor...
CONSTANZA.
No buscar nunca
Alivio al mal...
MARQUÉS.
Que sea el llnnto
Quien por el consuelo supla...
LOS DOS.
JORNADA TERCER.V.
CONDE.
¿Hablad, que veois turbado?
MARQUÉS.
¡Ay, dolor! ¿qué le diré?
CONDE.
MARQUÉS.
A daros cuenta venia...
CONDE.
Si es de que desembarcó
l>on Ramón, ya losé yo;
Poríjue en lodos la ale;;ria,
Me da á entender que ha lli ;;:
MARQUÉS.
La tristeza en todos di.
CONDE.
Yayo he visto desde aquí
I Todo el pueblo alborotado.
¡ MARQUÉS.
' Sólo desde aquí. Señor,
' Se oye el común sentimiento.
CONDE.
Muchas veces el contento
: Habla al tono del dolor;
Contadme, por vida mia,
j Puesto que Ramón llenó.
I A qué hora desembarcó.
EL CAÍN ÜE CATALINA.
MARQUÉS.
Anocliccido seria
Cuando llegamos los dos;
(.4p. Pero ¿ya para qué quirro
Üarleesta nueva?)
CONDE.
V primero
¿Por quién pregunto?
MARQUÉS.
Por vos.
CONDE.
;0h, qué hijo! en manos ilel gozo
Canas y cuidados dejo,
Y luego dirán que un viejo
No puede volverse mozo;
Su obediencia maravilla.
MARQUÉS.
Llegó la barca ligera
A la torre, adonde espera
Constanza, y cayó en la orilla.
CONDE.
¿Pues no me dices, Marqués,
Por qué me quieres mezcl.n
Un gusto con un azar?
MARQUÉS.
Antes eso es al revés ,
Que porque en esta ocasión
No os mate el que os vengo á dar.
Os quisiera acostumbrar
A sustos el corazón.
CONDE.
Hablad de una vez, Marques,
Acabad.
MARQUÉS.
Estoy mortal.
CONDE.
No puede ser mayor mal,
Que el que yo pienso que es.
CONDE.
;Ay dolor!
Va todo el valor desmaya.
MARQUÉS.
A recibirle á la playa.
CONDE.
¿Y no le habló?
MARQUÉS.
No, Señor,
Pero hablóle la señora
Constanza con solo el llanto.
CONDE.
Mirad, esto no me espanto,
La alegría á veces llora.
MARQUÉS.
Berenguel (yo he de morir)
A recibirle salió.
CONDE.
¿Pues no le mandé que no
Le saliese á recibir?
Temeroso el corazón
A los OJOS se ha asomado,
¿Y agora donde has dejado
A mi hijo? ¡Fuerte poción!
MARQUÉS.
Déjele...
BERENGUEL. (DeUtrO.)
¡Oh pueblo villano!
MARQUÉS.
Aqui sale Berenguel,
Preguntadle vos á él
Adonde queda su hermano.
Sale BERENGUEL.
BERENGUEL.
¿Contra mi el pueblo se junta?
¡üb, villanos! ¿contra mi.'
CONDE.
¿Qué te quiere el pueblo á ti?
BERENGUEL.
Pormi hermano me pregunta.
CONDE.
Dime á mi donde quedó.
Que así el pueblo se asegura;
¿Dónde quedó?
BERENGUEL.
¿Por ventura ,
Señor, soy su guarda yo.
Que me preguntáis por él?
CONDE.
¡Hola!
BERENGUEL.
¿Soy su guarda yo? (Vo
CONDE.
Esto Caín respondió
Cuando dio la muerte á Abel;
Pues ¿cómo, cielos, sobré.
Para que templarme pueda ,
Adonde mi hijo queda?
Sale CONSTANZA.
CONSTANZA.
Yo, Señor, te lo diré.
Si puede desdicha igual
Kepetirse del dolor.
CONDE.
El mal va siendo mayor.
Que da las señas del" mal;
¡Tú con luto! declarado
Está el mal que se recela.
CONSTANZA.
Un luto es que de la tela
Del corazón he cortado.
No me mate por prolijo
Mal que á mis ojos alcanza:
¿Murió tu padre, Constanza?
CONSTANZA.
No Señor, murió tu hijo.
CONDE.
¿Don Ramón?
CONSTANZA.
Acero cruel
Tiñó de su sangre el prado.
Triste yo....
CONDE.
Vo desdichado;
¿Quién le mató?
CONSTANZA.
Berenguel
Por mi mal y por mi suerte.
CONDE.
Hijo traidor y tirano,
A tu padre y á tu hermano
Has dado aun tiempo la muerto.
CONSTANZA.
No tuvo mayor crueldad
Caín de Dios aborrecido;
Señor, justicia le pido
Sale LEONOR.
LEONOB.
Y yo te pido piedad.
CONSTANZA.
Del que á tu hijo mató.
2SS
ti pido.
COMKDIAS ESCOGIDAS DE DON FRANCISCO DE ROJAS.
CONDE.
¡Ay dolor prolijo!
LEONOR.
Piedad, Señor, que es lu hijo,
Kl que á tu hijo mató.
CONDE.
Leonor, ¿á qué habéis venido,
A lenipl.tr mi indignación?
¿No es mi liijo don Ramón?
LEOMOR.
Vuestro hijo Ramón ba sido.
COMtlE.
Pues si le mató el tirano
Berenguel, quiero saber
¿Cómo mi hijo ha de ser
Kl que no ha sido su hermano?
Sale EL MARQrÉ S.
MARQUÉS.
C.r.nn Conde de Rarcelona,
Aunque no pensé volver
A mover vuestras piedades
A llanto segunda ve?..
El más extraño suceso
Oid, que al tiempo después
Han de copiar las finezas
Del buril y del pincel.
Ya sabéis que á don Ramón
Dio la muerte Berenguel,
Su hermano.
CONDE.
No le mató
Su hermano, su envidia fué.
Que siempre apuntó la envidia
A lo más alto que vé.
MABQCÉS.
Alas faldas del Monjui,
Todo lo noble á traer
A la ciudad el cadáver
Salió esta noche; juzgué
Que traerle no podia
A Barcelona, porque
La admiración de los ojos
También se pasó á los pies.
A ese Templo de Maria
Le condujeron, después
De haber armado el cadáver
Con las insignias de Rey.
Pero al querer empezar.
Como uso y costumbre es.
El Oficio de difuntos
Con santa y devota fe
De Lérida el santo obispo,
Y todo el clero con él.
En vez de cantar el Salmo
De profanáis, escuché.
Sin que ningún sacerdote
Se pudiese detener.
Que á una voz conformes lodos
Cantaban...
CONDE.
Decidme (|ué.
BAnauÉs.
¿Ubi est Abel frater tiius?
¡Caín, donde quedó Abel!
CONDE.
¿No me basta mi dolor,
Sino que agora tanihieu
Me vengáis á lastimar
El alma? pero diréis,
Que es piedad , pues con matarme
Me la quitáis de una vez.
¿Dónde Berenguel se ha ido?
HADQÜÉS.
Por esas calles tras él
Viene el pueblo dando voces.
CONSTANZA.
Ya vuelve segunda vez
A tu palacio.
IHABQÜKS.
A las voces
Do vuistro pueblo atended.
TODOS. (Cín/ro.)
Berenguel ¿adonde queda
Tu hermano?
Sale BERENGUEL.
¿Pues yo sé del?
¿Soy yo sn guarda?"Mi padre
¿(^ué es lo que quiere? También
Tú, Leonor, ¿qué me persigues?
Constanza, ¿qué me queréis?
¿ Acaío soy yo la guarda
De mi hermano? No sé del.
CONDE.
Marqués , quitadle las armas,
Y en la (orre le poned
De pillarlo.
(Quítale el Marqué» la espada.)
Mi padre?
COVDE.
Caín criiel
De Cataluña, no soy
Tu padre , que soy tu rey;
Hoy verás...
BERENCUEb.
¿Soy yo la guarda
De mi hermano? No sé del.
CONDE.
Tu castigo ; esa cartera
Me dad.
MARQDÉS.
Aqui la tenéis.
(Date una cartera con todo recado, y
escribe. )
CONDE.
Vos, Constanza, ¿qué pedis?
CONSTANZA.
Justicia, ó la pediré
Al cielo de vos; pues vos
Las veces de Dios tenéis.
CONDE.
¿Vos pedis...
LEONOR.
Misericordia
Pido, Señor, á tus pies.
BERENCOEL.
No quiero misericordia.
CONDE.
Ni yo de vos la tendré.
BERF..\Gl)EL.
Muera yo como Cain ,
Y por hierro.
CONSTANZA.
¡ Qué criiel !
BERENGDEL.
Más sangrienta me despida
Mejor fleclia otro Lamec.
CUNDE.
Este decreto llevad
A mis CoiLselleres, que es
Para que sentencien ellos.
Si justicia se ha de hacer
De quien tan grande delito
Cometió; vos llevaréis
Al arzobispo y obispo...
(Da un papel li una. ij otro á otra.)
MARQUtS.
iQué atención !
CONDE.
Este pape!;
El eclesiástico bra?o
Me responda si podré
Justamente perdonar;
Uno y otro parecer
Quiero ajustar, y conforme
1.0 más justo, obrar después ;
Ea, vaya á la prisión.
CONSTANZA.
Justicia, cielos.
LEONOR.
Tened
Piedad, cielos soberanos ,
De una infelice mujer.
BERENGDEI..
Denme los cielos castigo.
(Llivanle.)
CONSTANZ/..
Venganza el cielo me dé. (Vase.)
CONDE.
¡ Un hijo, de dos que tuve,
l)ió al otro muerte orüel;
Y para vengar al uno
Dos hijos he de perder!
Sa/íB SOLDADOS con arcffSí/cM.C.VR-
DONA Y CAMACilü presos.
SOLDADO 1.°
Muera el fratricida injiisio;
Todos desde aqui podéis
Pedir justicia.
TODOS.
Justicia
Contra el que errado y cruel
Cometió un delito contra
La humana y divina ley.
SOLDADO «.°
A la torre en que está preso
Entremos todos, y en él
Tomemos justa venganza.
TODOS.
Muera Berenguel.
Sale EL CO.NDE.
CONDE.
Tened :
Hijos, vasallos, amigos,
¿A dónde vais? ¿Qué queréis?
SOLDADO i."
Todos á pedir justicia
Venimos.
CONDE.
Soy vuestro rey.
SOLDADOS."
Conde eres de Barcelona.
CONDE.
Creed, que castigaré
Al ingrato fratricida.
SOLDADO l.°
Tú, su [ladre, ¿has de verter
Su saiit;re?
CONDE.
Vasallos mios.
De un hijo malo enfermé ,
Y la buena sangre sola
Me han sacado de una vez:
Berenguel es la otra sangro :
Hijos, yo me sangraré,
Y con sacarme la mala
Volveré á convalecer.
SOLDADO I."
Ser juez y padre á un tiempo
CORDE.
Decís bitíii;
Prro yo no he de ser padre
1.1 día que fuere juez.
A 1"S |iii'S de lu jusUcia,
lo.¡u^ .|iiereniüs poner
^uesll■a veiigaii7.:i.
CONDE.
Este peso
Con dos balanzas haré
De mis dos brazos : en una
La piedad pienso poner.
Ven ladra lajuslicia.
SOLUADO 2.*
Pues mirad...
CONDE.
Ya ¿qué lemeis?
SOLDADO 1.°
One en ajustándose el peso
hu le pon(,'ais por hel
El corazón, (lue se irá
llácia la piedad después.
co.vos.
Si i la balanza se fuere
De la piedad , cardaré
El odio que tengo á este
Y el amor que tuve á aqael
En la distante balanza,
Porque puestas i un nivel.
Pueda el corazón entonces
Dejarse llevar nías bien
Del dolor del que ha perdido.
Que del que puede perder.
SOLDADO 2."
Pues porque veáis que lodos
Oneremos que castiguéis
El delito, este criado
Cómplice dicen que fué
En la muerte, y le traemos
k qae el castigo le deis.
COMBE.
Al Veguer mayor se entregue.
CABDOMA.
Señor, lleven al Veguer
A este, que cómplice ha sido.
CAMACHO.
Señor, este fué el que fué
De ayuda.
CARDONA.
Vo SÍ de ayuda.
{Ap. Este me debió de oler.)
CONDE.
Hijos, JO os haré justicia.
SOLDADO 1."
Pues repetid todo?.
SOLDADO 2.»
¿Cíué?
TODOS.
Qae el conde de Barcelona
Viva, y muera Uereiiguel.
(Vatise.)
CONDE.
Vulgo, desbocarla fiera.
Con quien el ejemplo priva.
Si lias de obligarme á que viva,
Dejan, e también que muera.
¿Ilula?
Sale EL MARQUÉS.
UARUIÉS.
jSeñor?
C0.<<DE.
I Ay dolo
EL CAÍN DE CATALUÑA.
Oh Marqués, ¿ja liabeis llegado '
;. Kn la torre habréis dejado
.\ Uercugueif
UAIIQUÉS.
Si , Señor ;
Para ponerle en prisión
Los nobles me acompañaron ,
Tus Constlleres mandaron
Tumarle la confesión,
Y me di'ja eniernecida
ül alma, que a un inocente...
CONDE.
Llegad ahora en que me siente,
C.ansado estoy de la vida. (Siéntsi,
¿Que ha confesado?
MARUUÉS.
Una cosa
Que al principio dio recelos.
COSDE.
¿Qué?
MARQUÉS.
Que le mató por celos
De doña Leonor, su esposa,
Y al Consejo dio un papel
Suyo, y ja se ha comprobado
Con Leonor; y han declarado
Que no hay delito en él ,
.Antes sólo á su deshonra
lia tenido conlianza.
CONDE.
La ira por su ven;<anza
Quitara su propia honra.
UAKCliÉS.
Va el Consejo a promulgar
La sentencia ha de atender;
Constanza la ha de traer,
Y vos la habéis de tirinar.
CONDE.
No será sentencia pia
I Si esta probado el delito.
I UARQUÉS.
Y el obispo, por escrito
Su parecer os envia,
Leonor la traerá después.
Vuestra piedad es forzosa,
Aunque el delito...
CONDE.
Una cosa
Quiero encargaros. Marqués;
El pueblo honrado y fiel,
l'orque a piedad no me obligue ,
Me ha pedido que castigue
A mi hijo Berenguel;
Y si no arguye malicia,
Es una lealtad muy fea
Juntarse el pueblo, aunque sea
Para pedirme justicia;
Y asi desde luego os mando...
MARQUÉS.
Ya yo espero que me deis
La urden.
CONDE.
Que castiguéis
A la cabeza del bando;
(iuardas de satisfacción
Poned vos de vuestra mano.
Porque ninsun ciudadano
Pueda entrar en la prisión,
I Y en los jardines primero
Se pongan.
MARQUÉS.
I Asi se hará.
! CONDE.
I Porque Dor ellos podrá
I Saltar el pueblo, y no quiero
Que se atrevan, conliadus
De que su muerte coaviece.
Sale CONSTANZA.
MARQUÉS.
La inlcllz Constanza viene
A hablai 'e.
CümiiE
Llegue Constanza.
CONSTANZA.
FM» la sentencia es {Uale un papel.)
Que vuestro Consejo ha dado.
CONDE.
¡Cielos! ¿qué habrá sentenciado?
Mine leyendo, Marqués,
Ksa sentencia. ¡Ay de mi!
(Uale el papel.)
MARQUÉS.
Vuestra Alteza no podrá...
CONDE.
El llanto me cegará.
(.Cómo dice?
MARQUÉS.
Dice asi.
{Va á leer el Marqués, y atájale )
CONDE.
Tened, Marqués, que imagino
Qne entió Leonor, y asi intento...
MARQUÉS.
¿Qué queréis?
CONDE.
Cobrar aliento
Para andar este camino.
CONSTANZA.
Ved primero, que el rigor
De la justicia conviene.
Sale LEONOn.
LEONOR.
La misericordia vieue
En este papel.
CONSTANZA.
Señor...
CONDE.
Yo os daré satisfacción:
No desconlies, Constanza.
CONSTANZA.
Mal puede ir á la venganza
Quien descansa en el perdón.
CONDE.
D.idme ese papel á mi,
Que solo le quiero ver.
CONSTANZA.
¿Cómo ese puedes leer,
Y este DO pudiste?
CONDE.
Asi;
De un cristal son los antojos
Que uno se empieza á probar.
Con unos puede mirar.
Con otros ciega los ojos;
Pues pruébese mi temor
A los njos estedia,
Las lágrimas de alegría
Y las que vierte el dolor;
Y al cristal vendrá á imitar.
Pues en el propio momento
Verá con los de contento,
Y no con los de pesar;
Mas primero, para (|iie
l^sléíi nu'jiir prevenidos
Mis ojos con mis oidos.
Leed vos y yo leeré.
MARQUÉS.
(Lee.) «Nos, deputados y consille-
ires, y varones nobles, que en la junta
19
COMEDIAS ESCOGIDAS DE DON FRANCISCO DE ROJAS..
• de los Cientosomos obligados águai-
•dar justicia, teniendo 'leíante de li»
nojüs á Cristo crucilicado y á su bt'u-
»diia M;'dre v al señor san Josef, nues-
tro [palron.»
COXDE.
[Lee.) «El obispo de Tarragona,
»oll¡^|>o de Lérida, Huesca y Cerdan,
^abadesy priores, habiéndose juntado
> de orden de vuestra Alteza á arbitrar
sobre el presente delito y culpa.»
UARQUÉS.
(Lee.) « Vistos los autos y culpa que
• coutia don berenguel resultan, v por
-ellos (tarece que dio alevosa muerte
ual señor do» Hanion ( queUios liayaj;
-viendo que nos lia dejado sin Princi-
pe natural, y aunque él suceda en el
»derecliudesuliL'rmano,esconlrapie-
dad común (|ue se componga uua co-
cona de un delito.»
CUXDE.
(Lee.) «Viendo que quedamos sin
«Principe que suceda eu esta corona,
»y que vuestra Alteza es dueño de las
) "leyes, y que las puede derogar ; y
«considerando que no se recoge la san-
kgredel señor don Ramón (que Dios
■haya), porque se derrame la que lia
• quedado.»
UARCIUÉS.
(¿fe.) «Fallamos que debe ser de-
xgollado en público teatro, para escar-
«miento de principes tiranos, y para
»que sea iumortal la justicia de los cu-
xlalaoes.»
COXDE.
{Lee.) «Esimeslro parecer, use de
• misericordia y le perdone.»
(Représenla.)
Viendo y oyendo allí enojos.
Aquí conciertos debidos,
i. (}ué fuera de mis oidos
Si no fuera por mis ojos?
Agora queréis las dos...
LKONOR.
Que de esa piedad te obligues.
CONSTA.VZA.
Yo, que como Dios castigues,
Que estás en lugar de Dios.
LEO.VOR.
Sí te llaman Vicediós
Los que en su lugar te ven ,
Comparándote a él mas bien.
Su ejemplo te lia de obligar,
Que si á Dios lias de imitar,
lias de perdonar también.
CONSTANZA.
Cuando en distintas balanzas
Piedad y rigor pongamos.
Acuérdale que llamamos
A Dios Dios de las veoganzas;
Y si á él le dan alabanzas,
Después sabe castigar,
V asi estando en su lugar
Te comparamos las dos
Al que representa á Dios,
^Por que no se ba de vengar?
Si, pero aunque Dios el nombre
De Dios de venganzas tenga.
No es porque el á si se venga,
Sino porcjue venga al hombre;
Pues no uses el renombre
Ue crueldad.
CONSTANZA.
Pues oye.
LtONOR.
Di. .
CONSTANZA.
Parécete á Dios asi
Cuando quieras castigar,
A mi me puedes vetigar
Y no te vengues á ti:
Si al hombre no castigara
Dios, quizá no le temiera.
LEONOH.
Y quizá no le quisiera
Si Uios no le perdonara.
CONSTANZA.
En su ingratitud repara.
LEOMOR.
Repara en que agradecido
Del perdón, viene rendido
A su piedad con su amor.
CONSTANZA.
Hazme justicia. Señor.
LEONOR.
Misericordia te pido.
CONSTANZA.
Toma esta pluma. Señor,
Y esta sentencia contirma.
LEONOR.
Toma esta, y el perdón firma.
CONDE.
¡ Dadme piedad y valor,
Cielos justos!
LEO.NOR.
El amor
De padre te ha de valer.
{Toma la cortera la una , ij la oira
uparla.)
CONSTANZA.
Justicia debes hacer.
LEONOR.
Misericordia te pido.
CONSTANZA.
Mira que un hijo has perdido.
{Toma la pluma.
LEONOR.
Mira que otro has de perder.
CONDE.
¡ Dios mió, vos me alumbrad !
Pues piadoso y justiciero
Sois, ¿á dónde iré primero ,
Al rigor ó i la piedad?
Antes que hable mi crueldad.
Vuestra voz oir quisiera.
VOCES. (Dentro.)
i Muera el que dio muerte fiera
A su hermano!
CONDE.
¿Ya habláis vos?
TODOS.
¡ Muera I
CONDE.
El pueblo es voz de Dios,
Dios manda que mi hijo muera.
( Va escribiendo.
Muera un hijo que tirano
Dio á un padre tantos enojos:
Más me han borrado los ojos
Une lo que escribió la mano ;
No puedo lirmar, en vano.
Mano, tropezando vas
En el papel, ¿no dirás
De qué es tanta suspensión?
El dedo del corazón
Es que estorba los dem;'is;
Pues si el que me ba estorbado
Ahora le apartaré.
Ya la sentencia firmé,
« Yo el Coude» más desdichado.
LEONOR.
i ¿Cómo el perdón no has firmado?
CONDE.
Dejar en esta ocasión
La firma en blanco me obligo.
Ya que yo firmo el castigo.
Que firme Dios el perdón.
LEONOR.
De vuestra sentencia apelo...
MARQUÉS.
No he visto sentencia igual.
LEONOR.
Al superior tribunal
De las piedades del cielo.
CONDE.
ues sírvaos hoy de consuelo...
LEONOR.
Justicia el cielo me hará.
Que muy poco importará.
CONSTANZA.
Vencí.
LEONOR.
Mi esposo perdí.
CONDE.
Que yo le castigue aquí,
SI Dios le castiga allá.
( Vanse.)
Sale CARDONA, con grilles.
CARDONA.
Hizo el Camachü cruel
Ponerme en esta prisión,
Dicen que por motilón
Del hermano Bercnguel;
De los golpes que le be dado
Se ha vengado, vive el cielo,
l'uerza tiene el Camachuelo.
Ue un soplo me ha derribado ;
Pero sufran esas cosas
Los que en esos pasos andan.
Hoy me han dicho que me maiidaii
l::cbar ducientas ventosas:
V aunque es forzoso sentirlo.
Consolarme en parte quiero.
Que el mal dicen que primero
Apuuiaba á garrotillo,
V es fuerza que ha de bajar
El humor; pero si no.
Haré cuenta que soy yo
El que se azota, yandar;
Señor, aquel que se inclina
A azotar, gasta cabales
\ia la túnica cien reales.
Cincuenta en la diciplina,
Dos y medio encapirote.
Cinco de abrojos después,
V de colonia otros tres
Para atar en el azote ;
Luego busca dos menguados,
Que al a .otado primero
Alumbran por su dinero,
V ellos son los azotados;
V luego de más á más
Para que sean testigos,
IJusca parientes y amigos
Que vayan todos detrás;
V cuando él va con trabajo
De irse las carnes abriendo.
Enseñándole y diciendo
Más arriba v más abajo,
V luego «guarda el Alcaide»,
Aquí fué, por allá va;
Pero el que se azota acá
Le viene á salir de balde.
Sfl/e RUFINA.
RUFINA.
Sentenciáronle, ay de mi.
iImj iiiurirá el desdicliado.
CARDOMA.
A 11 una mujer ha entrado
Liui .uuUi, ¿quién llora ahi?
RUFIMA.
Veii;,'o con mil sentimientos
Ue la seiilencia que lie oido.
CARDONA.
.\v, laniacbuelo, has caído,
I i'i' me he liecho prestar ducienlos;
M,]- \ü se los jiayiré.
RUFINA.
No es eso loque le digo.
CARDONA.
¿Qué es?
REFINA.
Que La lialúdo otro testigo
Iii' \ i<ta, y que yo juré
Ue urilin'del Veyuer major,
tjiiL- til la muerte te lias lialhulo,
^ aliora te lian sentenciado
A jliorcar.
CARDOMA.
Mejor que mejor.
iMejor?
CARDONA.
En esto me fundo.
RUFINA.
jEso un hombre ha de decirí
CARDONA.
Hija, de haber de morir,
No hay otra muerte en el muiulo.
RUFINA.
¿Eso te consuela ahora?
¡Que baya quien desto se asombre ¿
CARDONA.
No sefiora :
Dale i uno un mal poco á poco,
Has si el tabardillo empieza,
Le trasquilan la cabeza
Como si estuviera loco;
Luego una ayuda se aplica.
Está el enfermo temblando,
Entra el ayuda chorreando
Perejil de" la botica.
El enfermo la repara,
Ora quiera, ora no quiera;
Pero no lo consintiera
Si se hiciera cara a cara ;
Y si uno se ve alligido
Y pide en qué despachar.
Lo quieren todos matar
Porque no la ha detenido;
Si la ayuda sale mala.
Hay luego otro sentención,
Y después como melón
La toman á cata y cala;
Luego dice el que ha sangrado.
Para tomar mayor nonibre.
Después de dejar á un hombre
Sin jugo : « Peste he sacado >;
Entra uno, y dice : « Valor » ;
Entra otro: «¿Amigo, qué sientes?»
Luego se van los parientes
A consultar el dotor
Los jarabes, sin saber
Si conviene (|ue los tome ;
Si un jiübre enfermo no come,
Le quieren todos comer;
Si come, que ya esta bueno ;
Si se queja, que es regalo ;
Si duerme , que no está malo ;
EL CAÍN DE CATALUÑA.
Kl séptimo, el catorceno,
Y todas las agonías.
La tlaqueza del sugeto,
l.a mucha sed, y, eu efeto.
Después de lostreinta dias,
Al responso le condenan
Muy tarde y mal despachado ;
l'ero quien muere ahorcado
b^n el aire le despenan.
RUFINA.
,,En fin esa muerte tomas
De partido?
CARDONA.
A esa me inclino,
(Jue va un hombre ea un pollino
Como un senador de Roma ;
Y hace un hombre carabanas
Con los ministros del Key;
Y luego como á un virey
Le reciben con campanas;
Y cuando esto llegue á ser.
Sacan á un hombre á pasear,
Y las damas del lugar
Todas le saleii á ver;
Y, en fin, tanto se me obliga
Cuando en el pollino voy,
(Jue por si dudan quien soy,
Va delante quien lo diga.
; Que tanto se viene a holga
(Jiiien muere ahorcado!
¿No es cierto,
Si después de haberle muerto,
Se pone un ralo á danzar?
RUFINA.
¡Ay! siempre lo dije yo. (Llora.)
CARDONA.
¿Qué es lo que dijiste? di.
RUFINA.
Que tenia el buen Cardona
Cara de ahorcado.
CARDONA.
Es así.
Desde niiio fui vo hermoso.
CARDONA.
Cierto que nunca creí
RUFINA.
¿V
Moriréis de buena gana 1
CARDONA.
Ya la vida es toda un tris,
Y morir el hombre este año
O el otro, todo es morir;
Madres, las que paris hijos.
Mirad cuando los parís
l'or qué los paris, mirad
Por adonde los paris.
No saques la lengua al pueblo,
Que barás al pueblo reir.
No me saques lú los dientes,
Que eso yo lo haré por ti.
I RUFINA.
! 4 Pues soy traidor?
CARDONA.
Üi, hechicera.
Sale EL MARQUÉS, CAMACIIÜ
Y GUARDAS.
UARQUÉS.
Todos podréis desde aqui
Cuidar que no salte el pueblo
Por las tapias del jardin ;
Hoy morirá Berenguel ;
Mas no quiere permitir
El Conde que estas licencias
Tome el pueblo.
CUARUA 1.°
Desde aquí
Defenderemos la eutrada
Por las tapias.
MARQUÉS.
Y advertid.
Que deis muerte al que por ellas
Subir quisiere.
GUARDA 2.°
Sea asi.
UARQUés.
Vos, Cardona, ya estáis libre.
CARDONA.
No hay que hablar, yo he de morir,
Que estoy ahora bien puesto
Con Dios, y puede venir
Tiempo en que me coja el diablo
Por hambre; haz esto por mi,
Ahórquenme esta vez siquiera.
UARQUÉS.
A estos jardines salid
Presto.
Mirad que es quitarlo
De la horca.
MARQUÉS.
Dien decís,
Acabad de iros.
RUFINA.
¿Y lloras?
CARDONA.
La santa Deigenitris
Te lo perdone.
HARQUÉS.
Ruflna,
¿Tú qué quieres?
RUFINA.
Vine aqui
A acompañar i Leonor.
BERENGUEL. {UeillrO.)
Hombre, déjame salir
Al cuarto de aquesa torre.
RUFINA.
Y allí quedaba: hacia allí
Viene Berenguel.
Sale BERENGUEL.
DERF.NGUEL.
Hermano,
,,Qué es lo que quieres de mí?
Kn sombra te me pareces;
Oh quién fuera tan feliz
Que le volviera la vida
Que te quité, porque así
Te volviera yo á matar.
Si volvieras a vivir.
MARQUÉS.
¿Señor?
DERF.NGUEL.
Vos, ¿qué me queréis?
MARQUÉS.
Avisarte...
RERENCUEL.
Idos de aqui.
Que tu padre...
BEHENGCEL.
Vo no tengo
Padre, de un monte nací.
MAHQIÉS.
Bien decís, que vuestro padre
No lo es ya.
BERENGUEL.
No os entendí.
MARQUÉS.
Porque boy ha sido juez.
BERENUUEl..
¿Juez ba sido?
MAnQDÉS.
Señor, si.
BERENÜÜEL.
¿ Pues qué ha mandado?
■ARQU&S.
Que os diga
BERENGDEL.
¿Qué?
MARQUÉS.
Que habéis de morir
BERE>CUEL.
¿Pues puede él quitar el reino
A su principe? ¿A qué (in
Ha firmado injustamente
La sentencia contra si?
Mas vengúese , muera yo,
Porque no pueda decir,
Quien supiere esta venganza,
Má5 de que no estaba en si.
CANTAN. (Dentro.)
Por celos y por envidia,
la noche mas tnfeliz,
líerenguel malo á Ramón
En las faldas del Motijui.
BEREKGUEL.
Es verdad, yo le di muerte;
¡Lo que me alegro de oir!
« Birenguel mató á Ramón
Kn las laidas del Moiijuí '. »
CANTAN. {Dentro.)
Vasallos, si la justicia
Os mueve, al cielo pedid
Que el que dtó la muerte á .Abel
Que muera como Caín.
GERENGUEL.
Y yo le rogaré al cielo.
Pues lodos sois contra mf ,
• Que el que di6 la muerte á Abel,
Que muera como Cuiu».
Sale EL C.O.NDE.
CONDE.
Vuestro padre, CerenRuel,
Ahora vit-ne á cumplir
Con la obligación de serlo.
BERENGUEL.
¿Pues vos no firmasteis?
CONUE.
Si,
Contra vos firmé sentencia
De muerte.
DERENGCEL.
Pues ea, decid,
¿lín qué Sois mi padre?
CONDE.
El pueblo
Uice que habéis de morir.
BERE.NGUEL.
¿Suspendistes la sentencia ?
COMEDIAS ESCOGIDAS DE DON FRANCISCO
CONDE.
Antes al Consejo di
BERENGUEL.
¿Como asi
Castiga un padre á su bijo?
CONDE.
Donde la sentencia di
Era juez.
BERENGUCL.
Pues decid, ¿dónde
Habéis de ser p.idre?
CONDE.
Aquí:
Hijo, cuando os di sentencia
De muerte, ja yo cumplí
Con la obligación de rey ;
Ahora me falta...
CONDE.
Ser padre; la noche ya
{Vase.) Ha empezado á descubrir
Por esos montes, y pues
Ese murado jardín
Tiene una puerta de hierro.
Por ella podéis huir
De mi justicia, si os da
I Mi piedad para salir
Estas dos llaves; al mar
Sale el postigo, y allí
Hallaréis para embarcaros
Prevenido un bergantin ;
Que yo, para que las guardas
I No os sientan, vuelvo á fingir
I Que estoy hablando con vos
I En este cuarto; salid
De aqueste riesgo ; Constanza
Se entró en la torre tras mi;
El pueblo, banderizado.
Pide vuestra muerte; huid.
Si vuestra vida y la mia
Estimáis, para que asi.
Perdonando y castigando
A un tiempo, pueda decir
Que si allí obré como rey.
Obro como padre aqui.
(Tocan cajas.)
BERENGUEL.
En fin, ¿el pueblo desea
Que me deis muerte?
CONUE.
;, No OÍS
Las cajas y las trómpelas.
Con (|ue en herrado niolin
Es soldado cada uno,
V cada uno adalid?
BERENGUEL.
I. Y decís que en ese cuarto
Habéis de entiar, porque asi
Las guardas puedan pensar
Que me estáis hablando?
CONDE.
Sí.
(Dale las llaves )
BERENGIEL.
Pues dadme las llaves.
CONDE.
Estas
Son las llaves.
BERENGUEL.
PueJilü vil.
Pues que deseas mi muerte.
Yo me vengaré de II.
CONDE.
Ea. ¿no pedís perdón?
BERENGUEL.
Yo ¿de qué le he de pedir?
CONDE.
¿Y no me abrazáis?
BERENGUEL.
Pues tú,
Dime, ¿qué has hecho por mi?
CONDE.
Darte la vida.
BERENGUEL.
La vida.
Sime la das, esa fin
De uo quedarte sin hijo.
¿Pues porqué me has de pedir
Que yo por mi te agradezca
Loque no haces por mi?
Y plegué á los cielos...
CONDE.
Calla.
Ingrato.
BERENGUEL.
Que si el salir
Desta prisión ha de ser
Para vengarme de ti...
MÚSICOS. (Dentro.)
Que el que dio la muerte á Abel,
Que muera como Caín.
CONDE.
¿Hijo?
BERENGUEL.
No me llames hijo.
CONDE.
Mira que pueden salir
Las guardas, y coiit.irán
En la ciudad que yo fui
El que te dio libertad.
BERENGUEL.
Voirae.
CONDE.
Dos hijos perdf.
BERENGUEL.
Cielos, si ahora me vengáis,
Cielos, si ahora no acudís
Con vuestra piedad al ruego.
Yo dichoso...
CONDE.
Yo infeliz... (Vcse.)
BERENGUEL.
¿Queme persigues, liermrino?
¿Qué quiere el cielo de mi?
IJesde esa media regiou
Hecho del vapor sutil.
Como sabe que soy risco.
Me quiere el r.iyo embestir;
Iréme por otra puerta.
(Va A salir turbado, como mirando at
cielo, y tropieza en las armas.)
Sale EL CONDE.
CONDE.
Desde aquí quiero fingir
Que hablo con Berenguel,
Mientras huve el infeliz.
(Tropezando ]
BERENGUEL.
Hasta la puerta de hierro
Destc murado jardín,
Las centinelas hicieron
Fuegos del alto Monjui,
Si no ha sido que ha.<:la ahora
Dura aquel que yo encendí ;
El relámpago vel trueno,
Uno y otro son allí
>o.' rosalto para el ver,
\ iuslo para el oir;
jSi acertaré con la puerta?
CO.^DE.
Berenguel , tú lias de morir.
BERGNGUEL.
¿Ha de morir Derenguel?
CONDE.
El cielo lo quiere asi.
BERENGOEL.
Pue? no ha de (|uerer el cielo,
Oue cüiitia él iré á decir,
Si lio iiie quita la voz...
(//j(V (¡ue quiere hablar, y enmudece.)
GCABDA i."
(nnrl.T; del Puque, salid,
Un ' ti.iii escalado las tapias,
> h. 111 entrado en el jardin
Lo^ [lopulares.
Salen (JOS GUARDAS con arcabuces.
EL CAÍN UE CATALL.^A.
GUAItDA 2."
Advertid que puede ser
Berenguel.
eUARDA 1."
Abora oí
Que el Conde cun él hablaba.
GOARDA 2."
Pues disparad.
{Dispara la Guarda adonde está De-
renguel, y cae en el tablado.)
BEREJiGUEL.
i Ay de mi!
C0.>DE.
Hola, ¿dónde habéis tirado?
GUARDA 2.°
Vo disparé donde vi
Un bulto que por las hiedras
Iba saltando al jardin,
Y asi lo tengo por orden.
So/en EL MARQUÉS, LEONOR, CONS
TANZA y Tooos.
MARQUÉS.
Venid todos hacia aquí.
C0?IDE.
Que bacía aquí se ve el estruendo.
LEONOR.
Válgame el cielo, ¿qué vi?
CONDE.
Cielos, ¿qué es esto que miro?
MARQUÉS.
¿Quién le dio muerte?
LEOXOR.
¡Ay de mí!
SOLDADO.
Vo le di muerte por yerro,
Vosoy el que se la di.
COSDE.
Yo le vine á dar la vida.
No quiso el cielo, y asi
E[ que dio la muerte á Abel
Ha muerto como Caín ;
Y este caso verdadero
Tendrá más felice Un
Si don Francisco de Rojas
Perdón llega á conseguir.
SIN HONRA NO HAY AMISTAD.
DON MELCHOR. SúMado.
DON AN TOMO , esUidiaiile.
SABASoN, gracioso, ísludiaule.
PERSONAS.
don HERNARüO. i ACUEDA , a-lcda.
I)0?}a juana, primera dama. Músicos.
UO:^A IMÍS, segunda dama. |
JORNADA PRIMERA.
sj/í DON ANTONIO, de estudiante.
DON AKT0>10.
I líente clara, imagen fria
U ■ mi triste elevación,
(;rl^^al¡Ma imitación
lie toda la pena mia,
leiiipla, vence la osadía
Con que te vas a perder,
No se quiera parecer
Tu raudal ámi sentir.
Pues va empiezas á morir
Y no acabas de nacer.
Ese tu curso violento
No es conforme á mi rigor.
Pues naciendo mi dolor.
Nunca muere mi lorinenlo;
Fuente, este mal que yo siento
Tanto se apresta inmortal
En mi deshonor, y tal
Me ayudaba á vivir esquivo.
Que lodo el tiempo (|ue vivo
Es porque vive mi mal.
Cuando hay ponzoña admitida
Ed un infeliz amor.
La violencia del dolor
Es triaca de la vida,
Y á tu corriente perdida
La vuelves á reducir.
Tú y mi mal lie de argüir
Que no os podéis parecer.
Pues mueres para nacer
Y él nace para vivir.
Sale DON MELCHOR, de soldado.
DON MELCHOR.
Sol hermoso, luz mejor
Desos orbes celestiales.
Comparación de mis males,
Enigma de mi dolor.
Corrige el paso mayor
Del curso luyo violento.
Mira que este mal que siento,
Por hacerte adulación
Aprendió la duración
De tu propio movimiento.
Mas ¡ ay, sol, que tú no eres
Quien imitarle apercibes,
Siempre te he visto que vives,
Uas siempre he visto que mueres.
¿Luego tú á mi mal prefieres
Con ser tu luz inmorialí
¿Luego no es tu luz igual
Al mal que mis ansias crece?
Pues mientras tu luz fallece
Se está encendiendo mi mal.
Sol , no puede parecer
Tu curso á las ansias mias,
Pues lo que anoche morías
Descuentas hoy con nacer.
DO:l AKTOISIO.
Fuente, tú nopuedesser
Semejante,! mi accidente.
Fénix de cristal luciente
Falleces á tu albedrío.
Pues si mueres de ser rio.
Siempre vives de ser fuente.
DO!» MELCHOR.
;Mi dolor tan inmortal
Que al sol igualar se intente !
DON ANTONIO.
¡ Que en el curso de una fuente
HiUe eternidad mi mal!
DON MELCHOR.
;0h, sol, muera al natural
Curso de tu cielo airado !
Sol, responde íi mi cuidado...
DON ANTONIO.
Fuente, di á mi mal incierto...
DON MELCHOR.
¿Cómo vives, si ya has muerto?
DON ANTONIO.
¿Cómo corres, si has parado?
Sale SABAÑÓN, de estudiante gorro
SABA.ÑON.
¿Qué es aquesto, don Melchor?
Don Amonio, ¿qué es aquesto?
¿Tú levantado tan presto,
Y tú tan presto. Señor?
¿A qué intento no diréis,
A qué ocasión, á qué fin
Halléis salido al jardín?
/.Calláis? ¿ no me respondéis?
Ah, don Melchor, ¿qué te ha dado?
Ksta suspensión no entiendo.
¿Acaso andáis discurriendo
A quien pediréis prestado ?
¿No dirás lo que te pasa,
Don Antonio? habla primero,
¿ Vino á pedirte el casero
El alquiler de la casa?
Ver á uno y otro mortal
Me confunde, si, por Dios,
Siendo tan linos los dos,
¿Cómo calláis vuestro mal?
Señor, de hablar claro trata.
Tu suspensión ¿á qué es|iera?
¿ Que no hay blanca en faltriquera
Para poner la piñata?
Criado soy de pundonor.
Yo sabré disimular.
Mil hambres puedo pasar.
Que ya he servido á un señor;
Que digáis de dónde nace
Vuestra tristeza os protesto;
Amigos monas, ¿qué es esto?
¿Uno hace lo que otro hace?
;Ah de tu voz, ah Señor!
En responderme imagina.
¿Te hizo alguna alicantina
Dama, tahura de amor?
Mal pasiones tan halladas
Vuestro silencio remedia.
¿Hacéis alguna comedia
Entre los dos por jornadas?
Hasta oir vuestra pasión
Os tengo de preguntar.
DON MELCHOR.
Sabañón, ¿quieres callar?
DON ANTONIO.
¿ No callarás, Sabañón?
SABAÑÓN.
Con menos resoluciones
Es justo que me tratéis;
Mil remedios hallaréis
Para atajar sabañones;
Por comer no es menester
Usar desa indignación.
No os comerá el Sabañón,
Pues no tiene qué comer.
DON MELCHOR.
Si mi mal templar atiendes...
DON ANTONIO.
Pues alivio me aseguras...
DON MELCHOR.
Di lo que saber procuras.
DON ANTONIO.
Di lo que saber pretendes.
SAUAÑON.
Digo, pues hacemos tregua,
ijue eu vuestra coin|iaraciün,
Pilades y Oiestes son
Amiguillos de la lengua;
Y á vosotros comparados.
Aunque tan finos vivieron,
l'olux y Castor no fueron
Hermanos, sino cuñados.
igual.
SABAÑÓN.
Pues hablad, cuerpo de Dios,
Comunicad vuestro mal;
Aunque llegue á ser agravio
Pronunciadle sin temor,
Porque se gasta el dolor
Entre la lengua y el labio.
DON ANTONIO.
Dices bien.
DON MELCHOR.
No dice, y piensa
Que ese no es discurso sabio,
l'ues referir el agravio
Es nueva especie de ofensa;
Callado el mal reprimido
Se templa el fuego veloz,
Mas si le sabe la voz
Se le parlará al oido;
Pues para tantos despojos
Haya en la vena templanza.
Que si el oido lo alcanza,
Lo Dueden saber los ojos;
^ ahsi el que quiere advertido
Dar á su mal recompensa,
COMEDIAS ESCOGIDAS DE DON FRANCISCO
No ha de poner ana ofensa
A los riesgos de un senlido.
DON AHTOKIO.
Paes ¿qué importa que en la calma
De mis crüoles enojos
Quieran proiinnciar los ojos
Lossenliniientos dei alma?
j Qué importa que dolor tanto
Se hable en lágrimas también.
Si no hay quien entienda bien
La retórica del llanto?
Y haz evidente reparo
Que aunque expliijuen sus enojos.
Como son niños los ojos
Aun no saben hablar claro.
¿ Y qué importa que veloz
La voz usurpe un sentido.
Si viene á ser el oido
Secretario de la voz?
¿Luego no puede^ culpar
Lo que tu labio anicnla.
Supuesto que él disimula
Y ellos no saben hablar?
DON MELCHOR.
Sea la razón igual
Para los dos.
DON ilNTOMO.
Dices bien.
BOX
i No lloras un mal tumbien?
DON ANTONIO.
Tumbieo yo siento otro mal.
DON MELCHOR.
¿Pues cómo tu error ordena.
Viéndome poner mortal,
Que yo te diga mi mal
Si tú me callas tu pena?
DON ANTONIO.
Es porque tanto te quiero.
Que por si acaso mi amor
Puede aliviar lu doiur.
Le quiero escuchar primero.
DON MELCHOR.
Don Antonio, no es ansi.
DON ANTONIO.
¿Cómo, si viéndolo esiás?
DON MELl.nOR.
Porque ese quererme más
Es quererte mas á ti.
DON ANTONIO.
Di, ¿por qué';
DON MELCHOR.
Por.|ue recelo,
Si es tan grande tu cuidado,
Que si lio estás consulado
Estés para dar consuelo;
Y ansi conjeturo yo
üue en esia desconfianza
Bien puedes darme templanza,
Pero darme alivio, no.
Si .10 te digo el desvelo
Que saber has intentado.
Va estando mi mal templado
Dar podré á tu mal consuelo ;
Pero de ti no lo alcanza
La pena á que me provoco.
Pues yo sé que no harás poco
Kn poder darme templanza;
Luego conociendo estás
Que á tus liiiezas excedo.
Pues darte consuelos puedo,
Y tú templanza no más ;
Luego n.e estará mejor.
Aunque lu amistad lo ordena,
une en sabiendo yo tu pena
le declare mi dolor.
DON ANTONIO.
Confieso queme concluyo,
Me ve renriendo el tuyo.
DON MELCHOR.
Pues escucha mi pasión.
DON ANTONIO.
TÚ oye mi cuidado.
tsiiera;
Sabañón, vete allá fuera.
DON ANTONIO.
t Decirte mi mal intento.
í Don MELCROR.
, Oye á un tiempo mi dolor.
DON ANTONIO.
¿Tú no te vas?
1 SABAÑÓN.
I Si, Señor. (V
DON MELCHOR.
; Oye atento.
I DON ANTONIO.
Escucha atento.
I DON MELCHOR.
Va te acuerdas, don Antonio,
De aquel venturoso tiempo
! En que nuestros verdes años
Dos clave'es parecieron ,
Que vano esparce cogollo
A persuasiones del riego,
0 poi fias del botón
Si no del alba al requiebro
Que en el vientre de una mata
Los concibió verde y tierno.
Temprano embrión tan unos.
Que no granjearon de exceso
Ñi el uno una noche mas
Ni el otro una aurora menos.
DON ANTONIO.
Dien me acuerdo desa edad,
V desotra edad me acuerdo
En que los dos ejercimos
Uos primeros rudimentos,
V cuando, como eu nosotros
Uúzal estaba el ingenio.
La letnra nos dio avisos.
La pluma infundió conceptos.
La edad despertó ignorancias,
1:1 uso conocimientos,
V en esotra edad eu que
Correspoudiente, discreto,
Kn el papel del semblante
Los años escribe el tiempo.
Nos apartamos los dos
Siendo dos almas y un cuerpo,
1 u á Klándes, yo á Salamanca;
Tú á disciplinar tu aliento
En la clase de las armas,
V yo al militar manejo
De las letras; y no admires
j Estos nombres contrapuestos,
I Que como en las letras y armas
I La unión tan precisa veo,
Dien puedo decir que estudia
El que es soldado, y bien puedo
i Decir también que pelea
Kl que estudia con exceso;
I Que para un constante estudio
Ks preciso un buen esfuerzo,
V para una lid también
Necesario un buen ingenio.
DON MELCHOR.
Habrá un mes, que yendo un dia
Por las Gradas de aquel templo,
Que de los soldados es
Ll militante colegio,
DE ROJAS.
De Felipe es el que digo.
Que fué muy prudente acuerdo,
Que se vengan a Felipe
Los soldados, que es su centro...
DON ANTONIO.
Digo, pues, que en esas Grailas ,
Con cuidado, muy atento.
Buscándole mi porfía,
Te vino á hallar mi deseo;
Y como habia diez años
Que no nos vimos, y en ellos
Suslilu>óla esperanza
La ausencia de largo tiempo. ..
DON MELCHOR.
Tanto otra vez estrechamos
Los brazos, que el tierno pecho
Hechas lágrimas tenia
De atrasados sentimientos ;
Y al verse apurado el vaso
Del corazón, de muy Heno
Rebosó en llanto á los ojos.
Los que alegres, como tiernos ,
Equivocaron las penas
Con las glorias del consuelo,
Pues con la risa llorarou
Y con el llanto rieron.
DON ANTONIO.
Y hoy los dos en este cuarto
Vi\inios.
DON MELCHOR.
Lo» dos tenemos
Para los dos un criado.
DON ANTONIO.
Y. en lin, lo que disponemos..
Lo que tu mandas, es ley.
DON MELCHOR.
Lo que lú ordenas, precepto.
DON ANTONIO.
Pues vamos á mi pasión.
DON MELCHOR.
Vamos al mal que padezco.
Pues con la pena del uno
La del otro interpolemos.
DON ANTONIO.
Para que con tu dolor
Se divierta mi lormento.
DON MELCHOR.
Amigo, ya conociste
.\ don ülego de Salcedo
.Mi padre.
DON ANTONIO.
Si, don Melchor.
Pues sabe, amigo, que es muerto.
DON ANTONIO.
i. Cómo muerto?
DON MELCHOR.
En la campaña
Le dio muerte un caballero.
DON ANTONIO.
,,l"ué en desafio?
DON MELCHOR.
SI fué.
DON ANTONIO.
¿Fué á iraiciou?
DON MELCHOR.
No : cuerpo á cuerpo
DON ANTONIO.
¿Sabes quién es?
DON MELCHOR.
No lo sé.
DON ANTONIO.
Qué intentas'
DON MELCHOR.
Vengarle intento
DOS ANTOMO.
¿ V -j eso venisle do Kláiiües?
DOM MELCHOR.
A eso dtf Bru>elas venüO.
noN ANTONIO.
¿Cómo, sabiendo la muerte,
t\o sjbes el (]ue lo ha niuerlo?
UON MELCHOH.
Porr¡iie declaró mi padre
l,iiie sin veniaja ni exceso
Le dio muerte en la canipaüa
i;i agresor, no queriendo
Declarar, lo que á los nobles
^o les obligan a hacerlo
M ol precepto de las leyes
^i las porlias del ruejjo.
DO.N ANTONIO.
¿Ves ese mal que lii lloras?
DON UELCIIOR.
Es grave el mal que yo tengo.
DON ANTONIO.
Pues de otro mayor suspiro,
De mayor pena adole/co.
¿Va conociste á mi hermana
Doña Inés?
D0t« UELeilOR.
Si. ya me acuerdo
De su hermosura.
DON I
Pues sahe,
(Al decir mi agravio temo,
Que no ha de caber mi voz
É:i todo mi sentimiento);
Sabe , que estando mi madre
Viuda, y sola, no admitiendo
Más amparo que su honra.
Más riqueza que su ejemplo,
Más dote para mi hermana
Que su virtud, quiso el cielo
Que sacrilego ladrón
De mi fama, robe el templo
De aquel honor, profanando
Su humana deidad, y haciendo
Que a(|uella verde hermosura ,
Siempre conservada al riesgo
De los ojos, que ellos son
Imanes de los deseos,
Desl]i)j:ir pueda en claveles
Las azucenas que fueron
.Símbolo casto de amor,
Y licrniosa envidia de Venus;
Con máscara, pues , seis homliros,
De la noche en el silencio.
Que la traición y la sombra
Son del miedo compañeros,
Itoharon á doña Inés
( i Ay de mi honor I ); y, en efecto.
Murió de pena mi madre ,
Que pendran todo el pecho
Las heridas de la pena,
Si es la deshonra el acero;
Y sabiendo en Salamanca
Mis desdichas, traté luego
De procurar mi venganza,
Y cuidadoso, aunque ciego,
Kn los patios de palacio,
Kn las calles del comercio,
Kn los vecinos, que son
Linces de todos los yerros,
Pregunto, examino, escucho,
Nolo sagaz, cuerdo atiendo
A ver si puedo saber
De mis agravios el dueño;
No le hallo, quejóme al aire.
Vuélveme la voz el eco.
Porque aun los montes no son
Capaces de mi t irmento.
Ksle es el mal que me trae
Tau indeciso j suspenso ,
S!N HO.NRA NO HAY AMISTAD.
Esta es la injuria que lloro,
Ksta la ofensa en que peno;
Mira, pues eres soidacio,
Ijes noble y eres cuerdo.
Si puede ser más mi agravio
M ser mi tormento menos.
DON MELCHOR.
¿Dijiste tu mal?
DON ANTONIO.
Si , ;imigo.
DON BKLCHOn.
Pues más sustancia, mas nervio
1 iene el cuerpo de mi mal.
D0.1I ANTONIO.
Habla.
DON MELCHOR.
Has de saber que tengo
Amor.
DOV ANTONIO.
¿Es ese tu mal?
DON MELCHOR.
¿Qué, no es grande?
DON ANTONIO.
No lo niego,
Pero sabe, don Melchor...
DON MELCHOR.
cQué he de saber?
DON AMONIO.
Que hasta en eso
Se parecen nuestros males,
Porque yo también flaqueo
De esc accidente.
DON MELCHOR.
"¿Qué dices?
DON ANTONIO.
(?ue tengo amor te confieso.
DON MELCHOR.
Yo vi una dama tan bella.
Que en sus rayos me hallé ciego.
Pues bandoleros sus ojos
Itubaron mis pensamientos.
DON ANTONIO.
Yo vi una deidad humana.
Yo adoré al sol, y primero
Quedé á su deidad rendido,
Kespues á su entendimiento.
DON MELCHOR.
Y(i quisiera sólo ser
Idólatra de su cielo,
Pero cuando á mi memoria
Aquella venganza acuerdo.
Con el mar de aquella injuria
F.l fuego desteamor templo;
líe suerte que quiero amar
V vengarme á un tiempo quiero.
Neutral intento acudir
A mi venganza y no puedo ;
Quiero atender al amor
\ esotro afecto divierto.
De suerte que están en mi
Sin US" entrambos afectos.
Pues ni preliero á mi amor
j Ni á mi venganza preliero.
I DON ANTOmO.
I De un accidente morimos,
I Y parece que se han hecho
I Nuestras desdichas del ojo,
I Oue se han ceceado los riesgos;
I Üüs imanes son en mi
A un tiempo mis .sentimientos,
' l.a venganza de mi agravio
V la llama de mi incendio;
l!.ijo metal so^ que asiste
A un tiempo a sus dos efectos,
! Al verro de mi venganza
j Atrae mi íifensa primero,
I Y mi amor, imán mas noble.
Atrae de mi pena el yerro ;
Si dejarme obligar cuido
De mi venganza no puedo;
Si del amor, no es posible.
Aunque todas veces pruebo
Que como son dos imanes
Atraen i un mismo tiempo ;
lie suerte, que es necesario,
Para que obre el uno dellos
(.'ue falte el opuesto imán,
^o falla ninsuno; luego
Kntre mi amor y venganza
Ouedará el metal suspenso.
Ni para mi llama lino,
Ni para mi sangre atento.
DON MELCHOR.
Y pues no están en los dos
lieservados los secretos
Del honor, los del amor
.No tengan más privilegio;
lis la dama á quien adoro...
DON ANTONIO.
Tente, que decirte quiero
A un tiempo á la que yo sirvo,
Ks el hermoso sugeto
A quien rendí mi albedilo...
! DON MELCHOR.
¡ Ivs mi luz, mi hermoso dueño...
DON ANTONIO.
DoHa...
Salen por ttnapuerta SABANON, y por
la aira XG[]l¿l)\.conmatiío;lléijasK
Sabañón á don Antonio, y Águeda i
don Melchor.
1 ÁGUEDA.
' ¿Señor don Melchor?
I SABAÑÓN.
I ¿Don Antonio?
I DON ANTONIO.
¿Qué hay de nuevo?
I DON MELCHOR.
I ¿Qué hay, Águeda?
I ÁGUEDA.
I Que llegó
¡ A buena ocasión tu ruego.
, SABAÑÓN.
j , Av, que he visto á doña Inés,
1 u hermana, y ay que podemos
! I'ralricidarla también;
(,iue entré en su casa yo mesmo.
Que la tenté con mis ojos ,
I ^ (|ue la Vi con los dedos!
DON
ai hermana has visto?
SABAÑÓN.
ÁGUEDA.
i. legó tu papel á tiempo
Uonipió la nema mi ama,
'I viéndole tan discreto,
l'an amoroso y tan lino,
ílizi) cuatro mil extremos.
DON MELCHOR.
¿Qué dices?
ÁGUEDA.
Li) que te digo.
DllN ANTONIO.
S:.barion. ¿estés bien cierto
Ojees ella?
SABAÍyoN.
Digo que es ella.
ÁGUEDA.
Uijouie que vayas luego
A verla ; dijotamliien
Que eras galán y eras cuerdo;
Preguntóme tus' donaires,
Y como el amor es jueí^o,
Porque no jugarais solos,
Tomé el naipe y liice el lercio;
Dijele que eras el homlire
Más generoso {Ap. con eslo
Le he de obligar), y que siempre
Me dabas de cíenlo en cíenlo
Los escudos, aunque nunca
Te be conocido uno deslos.
SABAÑÓN.
i Y no bas de ver á lu dama?
Responde, Señor.
DON AMTONIO.
No apruebo
Que me acuerdes de mi amor
r.uando de mi honor me acuerdo ;
Vamos, Sabañón.
SABAXO:!.
¿Adonde?
DOH ANTONIO.
Voy á que escriba mi acero
(Que es la pluma de mí honor),
lienglones de ira en su pecho.
SABAÑÓN.
Pues vamos, ¿á qué aguardamos?
D0\' MELCHOR.
Águeda, yo te prometo
Darte un vestido.
ÁGUEDA.
Señor,
No viene ajustado el premio.
Pues mandas de prometido
Y yo de contado tercio.
DON «ELCHOR.
Sigúeme, Águeda.
ÁGIj'EDA.
Ya voy.
DON ANTONIO.
Ven, Sabañón.
SABAÑÓN.
Está abierto
El Sabañón, y no puede
Pisar ajjora tan recio.
DON MELCHOR.
¿Don Antonio?
DON ANTONIO.
¿Qué hay, amigo?
¿Dónde vas?
DON MELCHOR.
A ver sereno
El cielo de mi hermosura,
A ver los rayos me atrevo
Que han hecho lince á mi amor,
Si antes le obstinaron ciego.
I Y vos, dónde vais?
DON ANTONIO.
Yo voy
A un examen, en que pienso
Averiguar de mi sangre
Y de mi opinión el duelo.
DON UELCBOR.
¿Yano sois amante?
DON ANTONIO.
Si,
Mas soy honrado primero.
¿Vos DO vengáis vuestra sangre?
DON MELCHOR.
i No veis que no encuentro el dueño
De mi ofensa?
DON ANTONIO.
¿Luego en tanto
COMEDIAS ESCOGIDAS DE DON FRANCISCO Dlí ROJAS.
Fuge, gorroncilla ruin.
Tenéis amor»
DON MELCHOR.
Amor tengo.
DON ANTONIO.
Pues yo voy i mi venganza.
DON MELCHOR.
Yo sólo i mi amor atiendo.
DON ANTONIO.
Seré amante en siendo honrado.
DON MELCHOR.
Siendo yo amante, bien puedo
Acudir á mi venganza.
DON ANTÜ.XIO.
Pues adiós.
DON MELCHOR.
¿Para ese empeño
Me babeis menester?
DON ANTONIO.
No, amigo.
DON MELCHOR.
Adiós, veámonos luego.
DON ANTONIO.
Luego os diré mi fortuna.
DON MELCHOR.
Sabréis mis fortunas presto.
DON ANTONIO.
¿No me sigues?
SABAÑÓN.
Vé delante.
¿No vienes?
ÁGOEDA.
Ya te obedezco.
DON ANTONIO.
Soy tu más seguro amigo. (Vase.
DON MELCHOR.
Yo tu amigo verdadero. (Vase.
SABAÑÓN. (Ap.)
No me habla.
ÁGUEDA. {Ap.)
Él me quiere hablar.
SABAÑÓN.
Audis domina.
ÁGOEDA.
Ya entiendo.
SABAÑÓN.
Ego sum pauper .
ÁGUEDA.
¡Qué malo!
SADAÑON.
ScholasHcus.
ÁGUEDA.
¡Qué bueno!
SABAÑÓN.
El dalo tibi pecunias.
ÁGUEDA.
PuM tequere me.
SABAÑÓN.
lam seguor.
¿Latín sabéis?
ÁGUEDA.
Eliam domine.
SABAÑÓN.
Prasta mihi manum.
ÁGUEDA.
Negó;
Da mihi pecunias ante.
SABAÑÓN.
Ni después dártelas quiero.
ÁGUEDA.
Gorrón, sudo, vade retro.
{Vaiise.)
Salen DOSA INÉS t DON BERNARDO
DOÑA INÉS.
No te has de ir.
DON BERNARDO.
Déjame, Inés.
DOÑA INÉS.
Si mi ruego no es bastante...
DON BERNARDO.
Sóbrale estar tan amante.
Sin que tan porliada estés.
DO.ÑA INÉS.
Oye.
DON BLRNARDO.
Déjame.
DO.ÑA INÉS.
¿Esto escucho?
¿De mi amor te desesperas?
DON BERNARDO.
Más quiero que no me quieras
Que DO que me quieras mucho.
DOÑA INÉS.
I'or curar mi honor intento
Detenerte ; oye. Señor.
DON BERNARDO.
Peor es un grande amor
Que un grande aborrecimiento;
Acaba, di, ¿qué me quieres,
! Que ya á escucharte me obligo?
I DOÑA INÉS.
Es que no has de hacer conmigü
Lo que con otras mujeres;
A ninguna mujer creo
yue has tenido tino amor.
Lo que en ti parece ardor
Es solamente deseo,
Y ansí...
DON BERNARDO.
Las iras deten.
Pues no esodio desigual.
Si á todas las quiero mal
Que á tí no te quiera bien.
DOÑA INÉS.
Pues que me aborrezcas lloro
Cuando fino te merezco.
DON BERNARDO.
Doña Inés, no te aborrezco,
Pero tampoco te adoro.
DOÑA INÉS.
Injusto premio me das
Con desdenes tan ajenos.
• DON BERNARDO.
Si tú me quisieras menos,
Vo te quisiera algo más.
DOÑA INÉS.
Que no socorras me espanto
El fuego en que llego á arder.
DON BERNARDO.
Las damas han de querer,
Pero no han de querer tanto.
DOÑA INÉS.
A reconvenirte pruebo,
Y:i que á ofenderme te atreves.
¿Es poco lo que me debes?
DON BERNARDO.
No es mucho lo que te debo.
DOÑA INÉS.
Pues empiece mi pasión
A trasladarse á mi labio.
Pues con referir mi agravio
Te acuerdo tu obligación.
DOM ber:«ardo.
Yo le contaré la bisloria.
Que aunque agora sea verdad
Que no tengo voluntad.
Tengo muy linda memoria.
Yo vi tu hermosa deidad,
Mas mi amor no me asegura
Sime picó tu hermosura,
I! obligó tu honestidad;
Vite constante también,
Y como es oro en rigor,
Se purilicó mi amor
Al crisol de tu desden ;
Hice por lograrte extremos,
Y por si no te aseguras.
Te dije aquellas ternuras
Que usamos los que emprendemos
Mil papeles te escribí,
Mil dádivas desechaste ,
Mil afectos me escuchaste.
Creyéndote tan constante
f.onio eres agora amante,
A robarte fui á tu casa;
Y atrevida mi osadía
Y indignada mi paciencia,
Te trasladé con violencia
Desde tu casa ala mía;
Más de un año por tu honor.
Del alma noble enemigo.
Lidió obstinada contigo
Mi tema, que no mi amor;
Y como tu sangre labra
Templo á tu honor, fué forzoso
Pedirme mano de esposo:
Oite sólo la palabra;
Creyóla tu fantasía,
Volvía fingir y á engañar,
Y, en fin, te vine á lograr,
Como no te merecía ;
Vero aunque esquiva primero.
Tan trocada, Inés, estas ,
Que has dado en quererme más
Desde que há que no te quiero.
No te parezca rigor
La tibieza que obra en mí ,
; I'or qué he de quererte á ti.
Si á ninguna tengo amor?
Pues corrige tu pasión.
Que este despego violento
No va en tu merecimiento,
Que estriba en mi condición ;
Kn mi casa estás, mitiga
Tu pena, pues has logrado
A mi honor por tu obligado,
Y á mí hermana por tu amiga ;
Pues tu honor de hoy más no lloro ;
Mucho sé yo que mereces;
Más finge que me aborreces ,
Y podrá ser que te adore. ( I ase.
DOÑA IKÉS,
Pues, vive el cíelo, villano,
Que he de vengarme, supuesto...
Sale DoSa JUANA.
DOÑA JUANA.
Amiga mia, ¿qué es esto?
DOÑA I^ÉS.
Mi mal antiguo, tu hermano.
DOÑA JLANA.
¿Qué es lo que sientes? qué tienes?
¿No le obligas con los ruegos?
¿Hay agravios?
DOÑA INÉS.
Hay despegos.
SIN HONRA NO HAY AMISTAD.
doSa jdana.
¿No hay finezas?
DOÑA INÉS.
Hay desdenes.
doña juana.
¿Y le quieres?
DOÑA INÉS.
No le asombres
Que me obligue su desden.
Yo quiero á los hombres bien,
Si lú aborreces los hombres;
La distinción hallo aquí,
Pues por diferentes modos
Tú los engañas á todos,
Y uno me ha engañado á mi.
DOÑA JUANA.
Sabe, amiga, que me enfado
Ue que al oír tu ternura
Se dejase tu hermosura
Solicitar de su agrado.
DOÑA INÉS.
Mis errores, te prometo.
Que hoy disculpados están;
Pues me procuró galán
Y me enamoró discreto.
DOÑA JUANA.
Si juzgara tu pasión
Del hombre que más le admira,
Que es la gala una menlira,
Y el requiebro una traición.
Tú enmendaras tus errores.
DOÑA INÉS.
No he de seguir tu opinión.
DOÑA JUANA.
Mira, los más hombres son
Mentirosos y traidores;
Yo sé sus engaños, yo,
Y yo sé en lo que me fundo;
Hombre fué en aqueste mundo
El primero que mintió ;
Mal fuego venga de Dios
Eu quien quererlos poifia.
DOÑA INÉS.
¿Doña Juana?
DOÑA JUANA.
¿Amiga mia?
DOÑA INÉS.
Solas estamos las dos.
DOÑA JUANA.
¿Qué es lo que decir me quieres ?
DOÑA INÉS.
Ya que de oírlo te asombres,
Uespóndeine, ¿á no haber hombres
Qué fuéramos las mujeres?
nOÑA JUANA.
De hoy más mujer no te nombres ,
Pues á los hombres prefieres ;
ignorante, sin mujeres,
I Di, ¿qué valieran los hombres?
DOÑA INÉS.
Si, mas de todos infiero,
(Perdóneme tu sentir).
Que cuando quieren fingir.
Ya hemos fingido primero.
DOÑA JUANA.
¡Hay tan bastarda opinión!
DOÑA INÉS.
i Hay tal noble desengaño !
DOÑA JUANA.
¿ Cuando no fué antes su engaño
Que fué su imaginación?
I DOÑA INÉS.
Vencerme cuidas en vano,
Ya que intentas darme enojos.
I DONA JUANA.
El ejemplo está á los ojos
! En el desden de mi hermano.
DOÑA INÉS.
¿Piensas tú que ese es desden?
DOÑA JUANA.
¿Luego es á tu amor igual?
DOÑA INÉS,
Finge que me quiere mal ,
! Y sé que me quiere bien.
DOÑA JUANA.
I Doña Inés, no es eso ansí.
I DOÑA INÉS.
I Todos nos tienen amor.
DOÑA JUANA.
I ¡ Hay tal tema !
I DOÑA INÉS.
' ¡Hay tal error!
DOÑA JUANA.
¿Quieres ver su engaño?
DOÑA INÉS.
Di.
DOÑA JUANA.
Y para satisfacción
De tus erradas pasiones.
Te contaré sus Iraíciones
Y sabrás mi condición;
Haz cuenta que es una dama
De lindas partes, y haz cuenta
Que se debe á su hermosura
Tanto como á su modestia ;
Con cuidadoso descuido
Cerca de la noche trueca
A afanes de la almohadilla
Los descansos de la reja;
Pasea un galán postizo
La calle, destos que llevan
Compradas para estos casos
Pantorrillas y guedejas ;
Mira la dama, y aun no
La mira, cuando se eleva,
! Haciendo de la costumbre
L!na novedad atenta ;
(.lava en sus ojos sus ojos ,
Y cómelos lija en ella,
De los clavos que dispuso
Sus admiraciones cuelga ;
1 Hace que se abrasa todo,
■ l'al vez hace que se hiela.
Arruga loda la frente,
Las dos pestañas arquea;
Las potencias suyas pasma,
Los sentidos embelesa,
Y el diablo del corazón
Nu le mueve, aunque le lienta;
llepite otra vez la calle,
Tercera vez la pasea.
Por el qué dirán no mira,
Y mira porque le vean;
Da un suspiro, y el suspiro
Suele obrar con tanta fuerza,
Que él le arroja de cansado
Y ella le admite de tierna ;
Para que lleve un papel
j'rocura una medianera,
Y este con mil necedades
Éscriías de buena letra ;
Llega la ocasión de hablarla
Por un balcón, y aunque necia
Diga dos mil disparates.
Él la dice : ¡Qué discreta!
Si se ríe, basta en la risa
Tiene gracia ; y si severa ,
Porque no sabe hablar poco.
La dice también que es cuerda ;
Si en pie se levanta ¡qué arte!
;Qué airosa! sí se pasea,
;Qué limpia ! aunque sea una Dargas,
300 COMKÜIAS KSCOGIDAS OE DON FRANCISCO
; Qué cara! aunque sea una '.it;!
Llámala sol, luna, y cíelo,
Y melé loda la arenga
De claveles y de rosiis.
De diamantes y de perlas ;
• ¡A;, alma niia (la dice;.
Qué de cuidados me cuestas !
Al suefio no le conozco.
Mi voluntad no sé della;
No sequé gracia le tienes
En los ojos, que aunque quiera
Hacerme fuerza olvidarlos
Es imposible que pueda;
¡Ay objeto de mi vida!
¡ Ay suspeosion de mi idea ,
Elevación de coi alma !
¡ Ay norte de mis potencias!»
La pobre dama, que escucha
Estas finezas revueltas
'on dos lágrimas que salen
De rabia y no de terneza ,
Lastimase del amante.
Déjale entrar, aunque piensa
Ya que no su voluntad
Dejar su opinión entera;
Kesiste al primer embale ,
Promete , ella escucha, él ruega.
Si ella vuelve á resistirse
Saca la daga, y con ella
Dice que se ha de dar muerte
Si al instante no le premian ,
Que ha de morir de infeliz
Antes que de amante muera ;
PiJe palabra de esposo
La dama, y porque le crea
Le da el galán más palabras
Que el que tiene muchas deudas;
Kindele su voluntad,
Y no la ha vencido apenas,
Cuando se trueca de acíbar
El (jiie era amante jalea.
— ¿ Te apartas? — No estés cansada.
—¿Qué te quieres ir?— Es fuerza.
—Aguarda.— i Qué porliada!
—Advierte, Señor. — ; Qué necia !
— ,, Me quieres?— i Qué desconfiada !
— ;Te canso?— No me detengas.
—Yo lloraré.— ¡Oh lagrimitas!
—¿No me has de ver?— Cuando pne
Mira olra dama después, [da i
Pero no la ha visto apenas
Cuando hace con la segunda
Lo que hizo con la primera.
Pues mueran aquestas aves
Que bastardamente esperan
Lsurpar de nuestro honor
Los rayos de su pureza ;
Yo he de vengar las mujeres .
Yo, con invención más nueva
Que pudiera á la venganza
Disponer la astuta griega ;
t Ellos no dicen que quieren
as mujeres que requiebran?
Pues yo be de fingir que adoro
Aquellos que me pretendan ;
Yo he de comprar su castigo
Con mi engaño, de manera
Que en las redes de mi industria
Peligre su resistencia;
Galán que me adoriS joven
Y con finas diferencias.
Ya me corteje Alejandro,
O ya me procure César,
Ha de pensar que le quiero,
Para que cuando me crea.
Los filos de la confianza.
Si no le maten, le hieran ,
i Qué será ver en el lazo
La turba de aves ligeras.
Que al reclamo del amor
Cariñosamente vuela,
Ver la dulce mariposa
Que la llama galantea!
¡ Qué será cuando en sus rayos
Lascivamente se quema !
Como DO les tenga amor,
¿Qué importa que ellos le entiendan'
A esta Oor desús ternuras
La flor de mi engaño crezca ;
lan al revés me presuma
Cuando me parezca al Etna,
t,iue guarde la nieve dentro
Y exhale la llama fuera ;
Hoy á lodos sus engaños
Todo mi ardid se carea ,
A un envejecido mal
Una novedad divierta;
Herir por los propios filos
Kué de un agravio destreza.
Los que con amaños hieren.
De heridas de industria mueran ;
Mujer soy, y sólo vuelvo
Por las mujeres, que es deuda
Que pago á la obligación
De nuestra naturaleza:
Venza á su industria mi industria.
Mi engaño á su engaño venza,
En un error lan dificil
Sepa entender una enmienda;
j A un agravio del amor
Una venganza suceda,
I Porque halle el fin la venganza,
¡ Halle el alivio la queja,
I Halle al soborno el delito.
Halle al descanso la pena,
Porqne baile el amor venganzas.
Satisfacciones la ofensa ,
Porque las mujeres vivan
; Y porque los hombres mueran.
DoSa INÉS.
I TÚ y don Bernardo, tu hermano.
Sois de una misma manera,
I Y esas dos no son pasiones
Que entrambas parecen temas ;
• Tu no has oído á los hombres
Cuando amorosos requiebran,
Pues de conocerlos á oírlos
i Hay muy grande diferencia.
I Sale ÁGUEDA.
I ÁGUEDA.
Señora , el tal don Melchor,
I Kl soldado, el que desea
Darse, esgrimiendo contigo,
Dos cintarazos de arenga,
1 Viene , como rae mandaste.
I DO.ÑA JUANA.
; Dile que entre; porque veas
I {Vase Águeda.)
Lo qne pesa mi desden ,
Lo que vale mi entereza,
[ Quiero que estrenes mi engaño.
DO.XAINÉS.
No quiero ver experiencias
A costa del sentimiento.
DOÑA jua:ia.
Tente , doña Inés, espera.
I DOÑA INÉS.
. Correráse mi decoro
' Creyendo tu resistencia. ( Vase
Sfl/í DON MELCHOR Y AOl'EDA.
DOM UELCROB.
I Al paso de tus enojos,
i Para que mis ansias crezcan ,
1 Hoy afables te merezcan
I Verse en tus ojos mis ojos;
Kn buen hora, dueño mió,
I Objeto del pensamiento,
Causa de mi sentimiento
DE ROJAS.
Y móvil de" mi slbedrio.
Lograr puedan mis temores
Su alivio.
DOÑA JUAXA. [Ap.)
¡Ah falsos!
DON MELCHOR.
Y intente
Mirarme en tu luz ardiente,
Cuu tal constancia...
DOÑA JUANA. (.4p.)
¡Ah traidores!
DON MELCHOR.
Que al ver tu luna serena...
DOÑA JUANA. (Ap.)
i Qué tierno va y qué argentado!
DON UELCHUR.
Pueda lodo mi cuidado
Divertir toda una pena;
. Como el alba, cuando espera
Por el Oriente lucir,
Al campo te vi salir.
; Pluguiera amor no le viera !
;0h cómo el Aurora ufana
Pule el campo, el prado asea !
DOÑA JUANA.
En mi vida he estado fea ,
Si no es aquella mañana.
DON HELCHOR.
Quedé con tus ojos ciego.
DOÑA JUANA.
¿Luego ciegan los amantes?
DON MELCHOR.
Y entre mis ansias constantes
Te escribí mi pena luego ;
Quedó mi esperanza incierta.
Mí dolor más prevenido;
Y, en efecto, he merecido
Que...
{Llaman á la puerta.)
DOÑA JUANA.
Llamaron á la puerta.
ÁGL'EDA.
Tu hermano debe de ser.
DOÑA JUANA.
Gran riesgo corre mi fama.
( Vuelven á llamar.)
ÁGUEDA.
De casa es este que llama.
DOÑA JUANA.
Vos os habéis de esconder.
DON UELCIIOR.
¿Quién ha de esconderse? ¿ye?
DOÑA JUANA. (Ap.)
I Con que le obligue no sé.
j DON yELCHOR.
Cuantas cosas hay haré ;
[ Pero el esconderme, no.
I DOÑA JUANA.
¿Esa es fineza? ¿es amor?
DON MELCHOR.
¡ Es que nací caballero.
DOÑA JUANA.
Muy bien pagáis lo que os quiero.
Con no mirar por mi honor.
DON MELCHOR.
Puesá vuestro amor me allano.
Por obedeceros entro.
I (Escóndele la triada.)
\ DOÑA JUANA.
Escóndele bien adentro,
No oiga loque habla mí hermano.
ÁGUEDA.
I Templa agora esos recelos.
DOÑA JÜAX*.
Turbada esluy.
ÁGUEDA.
Vo estoy nuierla,-
Agora voy á abrir la puerta.
Abte. y sale DON AMO.MO con
daga empuñada, y SABA.ÑUN.
DON A^TO.MO.
Morirás, viven los cielos;
Agora satisfaré...
DOÑA JUANA.
¿Qué es esto que lleRO á oir?
¿Quién es quien ha üe niurir?
DON A>ror(io.
Yo, Señora, que os miré. (Túrl^ns.
Sabafioii, ¿qué es loque Las liixlji
¿Cómo la casa has errado,
Y á la de mi dama misma
Me bas iraido?
SABAÑOM.
Soy un asno.
DOÑA JUANA.
Señor don Anlouio, ¿vos
En mi casa? ¿Cómo, osado,
La turbación en los ojos ,
Con el acero en la mano?
(Águeda, vete allá luera.)
( \ase Águeda.)
Turbada la voz y el paso,
¿Dentro en mi casa os entráis?
DON ANTOMO.
Señora... yo estoy turbado;
Vive Dios , que has de pajearme
El error.
SABAÑÓN.
O estoy borracho,
O he visto á tu propia hermana
Dentro deste mismo cuarto.
DON ANTONIO.
Señora, alabo mi acierto
En mi propio error, y alabo
Que me levante mi amor
Cuando tropieza miagravio;
Yo os vi tlorecerle á un tiempo,
Yo os vi discurrir el prado,
Vireina llor que mandaba
Las otras llcires del campo ;
Y por el precepto vuestro
Anduve tan cortesano,
Que no seguí vuestro coche.
Bien que era alcanzarle en vano,
Siendo vos el sol, y siendo
De su coche los caballos ;
Cuando os juzgaba perdida
Hoy á mi amor os restauro.
DOÑA JUANA.
Detened. {Ap. Este galán
Va queriendo muy despacio,
Cuando otro galán está
Oculto dentro en mi cuarto ;
Pues para que salga aquél
Y para engañar á entrambos,
Oesta manera ha de ser.)
Digo, Señor, que yo traigo
Los peligros muy al alma
Y los riesgos muy al paso ;
Aquí no podéis estar
Por ahora, contentaos
Con que el fuego de mi amor
Brote en incendios al labio ;
Ya os he dicho que os estimo
(Que es lo más), y agora os mando
Que os vais, porque se aventura
Vuestro amor y mi recato;
Ocasiones dará el tiempo
En que vos y yo podamos,
SIN HONRA NO HAY AMISTAD.
Yo declarar mi pasión,
Vos descifrar este encanto,
Vo en vuestra llama templarme.
Vos en mi incendio abrasaros.
Vosa mis ojos...
Sale ÁnUEUA.
ÁGUKDA.
Señora ,
Grande desdicha, tu liermano.
DOÑA JUANA.
¿Qué dices?
ÁCUF.IIA.
Lo que le digo.
DOÑA JL'ANA.
¿Puede salir?
ÁGUEDA.
Ya va entrando
Por el zaguán.
DOÑA JUANA.
¿Pues adonde
Le esconderás?
SABAÑÓN.
Yo me zampo
Debajo de aquel bufete,
Que hay sobremesa. (Vasi
ÁGUEDA.
Esto es malo.
Que sube ya la escalera.
DOÑA JUANA.
¡Hay amor tan desdicliadü!
tnt'raos en ese retrete.
DON ANTONIO.
Todo vuestro amor os pago
(jou esta lineza.
(Escóndese al otro lado.)
Sale DON BERNARDO.
DON BERNARDO.
¿Juana?
DOÑA JUANA.
Señor, ¿tú el color helado?
¿Tú sin templanza la voz?
DON BERNAnDO.
¿ Entró aquí un hombre?
DOÑA JUANA.
Los rayos
Del sol, p.idredela luz,
Ko se atreven al sagrado
De mi honor.
DON BERNARDO.
¿Y doña Inés?
DOÑA JUANA.
Retirada está en su cuarto.
DON BERNAIIDO.
¡Grao mal !
DOÑA JUANA.
Él le ha visto entrar.
¿Qué dices?
bOS BERNARDO.
Vino el hei mano
De doña Inés.
DUNA JUANA,
Corazón,
Volved agora á cobraros.
DON BERNARDO
V importa...
Sale DON MELCHOR al paño.
DON MELCUon.
Yo be de salir.
DON BtlRNARDO.
Que esté escondida.
Sale DON ANTONIO n/paii».
DON ANTONIO.
Vo salgo ..
DON BERNARDO.
En su cuarto.
DON MELCHOR.
Que no es bien ..
DON ANTONIO.
Que no es de pechos honrados...
DON MELCHOR.
Que llegue á hallarme cobarde.
Que yo me haya retirado ;
Mas saber quiero su intento.
DOÑA JUANA.
,,Tü le viste?
DON BERNARDO.
Si.
DONA JUANA.
tDónde?
DON BERNARDO.
En esa calle; el caso.
Aunque pide un gran valor.
Pide un atento cuidado;
Quiero cerrar esta puerta. (Cierra.)
DON ANTONIO.
Vive el cielo, que ha cerrado.
ÁGUEDA. (Ap.)
Caveron en ratonera
Los amantes.
DOÑA JUANA.
¿Sabe acaso
Su hermano que la robaste ?
DON BERNARDO.
No sé , pero es necesario
Tener, porque á Inés no vea.
Esos balcones tapiados;
Dentro en casa no entre alguno
Sin que primero sepamos
Quién es y qué es lo que quiere.
DOÑA JUANA.
Ley es en mi tu mándalo.
DON BERNARDO.
Vén, Águeda; vén tú, Juana.
DOÑA JUANA. (Ap.)
¿Cómo, cielos soberanos.
Han do salir don Antonio
Y don Melchor?
DON BERNARDO.
Los agravios
No se vengan cara á cara.
DOÑA JUANA.
Dices bien.
DON BERNARDO.
Y asi me valgo
De lo cuidadoso, antes
Que me estrene en lo bizarro.
DOÑA JUANA.
¿Oyes, Águeda?
ÁGUEDA.
¿Qué dices?
DOÑA JUANA,
Procura...
ÁGUEDA.
¿Qué has ordenado?
DOÑA JUANA.
Quedarte.
DON BERNARDO.
Vén, A({uedilla,
r;o2 coMEniAS
Vén, Juana.
DOÑA JDANA.
Sigo tus pasos.
DON BERNARDO.
Cierra esta puerta de eu medio,
Y quede el cuarto cerrado.
DO>A JUANA.
iQue hallase lugar un riespo
Donde el amor no le ha hallailo I
( Vanse.)
DON MELCHOR.
El se fué, quiero salir.
DON ANTONIO.
El se ha entrado, ya yo salgo.
DON MELCHOR.
A ver si hallo alguna puerta
Por donde irme.
DON ANTONIO.
A ver si hallo
Por donde salir.
DON UELCHOR.
¿Qué espero?
DON ANTONIO.
tQué me suspendo?
DON MELCHOR.
¿En qué tardo?
( Van á salir uno por una puerta y otro
por otra, y encuéntranse cara á cara.)
DON MELCHOR.
¿Don Antonio?
DON ANTONIO.
¿üon Melchor?
DON MELCHOR.
¿Vos oculto?
DON ASTONtO.
DON MELCHOR.
Si.
DON ANTONIO.
¿Quién OS ha traido?
Amor.
¿ Y vos también escondido?
¿Esto sucede?
DON ANTONIO.
¿Esto pasa?
DON MELCHOR.
¿Pues quién os trujo á esta casa?
DON ANTONIO.
Amor también me ha traido.
DON MELCHOR.
La causa de amor ignoro.
IlON ANTONIO.
(.Dequé peua adolecéis?
DUN MELCHOR.
Vive en la casa que veis
El sujeto i|ne yo adoro,
V en ella hallaros me admiro
Ignorando lo ([Ue os pasa.
También vive en esta casa
El objeto á <iuien yo miro.
DON MELCHOR.
El dueño mi amor allana.
DON ANtONIO.
Y yo el ducñi) por quien muero.
IION MELCHOR.
Pues yo á doña Juana quiero.
ESCOGIDAS DE DON FRANCISCO DE líOJAS.
He de servirla también ;
En vos halle el galanteo,
DON MELCHOR.
, Luego esta dama que os digo
Es la que amáis?
DON ANTONIO.
Si , Melchor.
¿Lue;;o á quien tenéis amor
Es esta dama?
DON MELCHOR.
Si, amigo.
DON ANTONIO.
Pues bien podéis proseguir.
DON MELCHOR.
Pues bien la podéis amar.
DON ANTONIO.
Yo he de morir y olvidar.
DON MELCHOR.
Yo he de olvidar y morir.
DON ANTONIO.
No liabeis de excedernie, no.
DON MELCHOR.
Ni vos me habéis de exceder ;
Vuestra la dama ha de ser,
Vivid vos y muera yo.
DON ANTONIO.
Mi amor se quede en mi labio.
DON MELCHOR.
Marchítese mi esperanza.
DON ANTONIO.
Vo trato de mi vengan/a.
DON MELCHOR.
Y yo trato de mi agravio.
DON ANTONIO.
Muera yo de aquesta herida
V lograd vos esa suerte.
¿Qué me importa á mi la muerte.
Si á vos os vale la vida?
Ved, que con morir remedio
Vuestra vida, vive Dios.
DON ANTONIO.
Sabed, que para los dos
l'engo de elegir un medio.
DON MELCHOR.
¿ Medio puede haber aquí
Para que nos conformemos.
Puesto que los dos queremos
A una propia dama?
DON ANTONIO.
Si;
Decid, ¿cómo hemos vivido
En nuestra amistad yo y vos?
DON MELCHOR.
Somos amigos los dos
Como ninguno lo ha sido.
DON ANTONIO.
Pues si ninguno ha igualado
De amistad estos extremos.
También un medio ajustemos
Que ninguno le ha intentado ;
Que solo nuestra amistad
l'udieía hacerle infalible.
DON MELCHOR.
¿Es fácil?
DON ANTONIO.
V muy posible.
DON MELCHOR.
Pues referidle.
DON ANTONIO.
Escuchad;
Vos. obre ó no su desden.
La amad cojisiante y nndido,
Y yo al riesgo de su olvido
La fineza y amor halle,
Vo repetiré en su calle
La asistencia y el paseo;
Vos, lógrese ó no el favor.
Como amigo y obligado.
Me contaréis el estado
En que se halla vuestro amor;
Yo, como amigo también.
Para que nos conformemos ,
Os contaré los extremos
De su amor y su desden.
Si á vos os tiene afición ,
Desistiré de mi empresa;
Y si á mi me quiere, cesa
Vuestra amorosa pasión.
Y siendo los dos testigos
Del servir y el merecer,
A un tiempo podremos ser
Competidores y amigos.
DON MELCHOR.
Sea asi: aunque desconfío
Que á mi me llegue á premiar;
Mas vos me habéis de ayudar
A mi amor.
DON ANTONIO.
Y vos al mió ;
Y por igual recompensa
Me ayudaréis cuerdo y sabio.
Si importa á seguir mi agravio.
DON MELCHOR.
Y vos á seguir mi ofensa.
DON ANTONIO.
Pues amigo, á pretender.
DON MELCHOR.
Ea, amigo, á solicitar.
DON ANTONIO.
Su cielo he de conquistar.
DON MELCHOR.
Su luz pruebo á merecer.
DON ANTONIO.
¿Y si premiare mi amor?
DON MELCHOR.
Castigaré mi cuidado.
¿Y si yo fuere premiado?
DON ANTONIO.
Corregiré mi dolor.
DON MELCHOR.
Vo estoy de vos obligado.
DON ANTONIO.
De vuestra amistad me obligo.
¿Podremos salir?
DOS MEIXHOR.
No, amigo.
DON ANTONIO.
¿No hay por dónde?
{.Mirando las puertas.)
DON MELCHOR.
Está cerrado.
DON ANTONIO.
En vuestro cuarto aguardad,
Que en esto el riesgo se allana.
DON MELCHOR.
¿y no sabrá doña Juana
Qué hemos hablado?
DON ANTONIO.
Es verdad.
DON MELCHOR.
Pues ¿qué remedio elegís?
DON ANTONIO.
Que miréis por su opinión.
Que ella buscará ocasión
De sacarnos.
DON ÜELCROR.
Bien decís.
DON A.-ITONIO.
Pues en un cuerpo los dos,
Las líos almas ajustemos.
DON MKLCHOR.
Ciilrad , que i\ié¿o halilarémcs.
DO.N ANTONIO.
Pues adiós, amigo.
DO» UELCHOR.
Adiós.
DOM ANTOMO.
¡Oh, si fuese preferido!
voy MELCHOR.
¡Oh , si yo fuese premiado!
DON ANTONIO.
¡Que haya quien quiera agraviado!
DON HELCHOII.
¡Que haya quien anie ofendido!
{Vase cada uno por su puerta. )
JORNADA SEGUNDA.
Sale DON ANTONIO.
DON ANTOMO.
Gracias doy á mi furtnna
ili'KUé á pnerlo feliz
lues (¡ue pilolu errado
Tormenta de amor corri.
Gracias á Dios que ya he entrado
En mi casa, y que salí
De ai|uel riesno y desta duda,
Para que puedan lucir
En los premios del deseo
Los loaros que merecí.
¿Esta don Melchor en casa? {fíeci
Ha entrado en su cuarto?
Sale DON MELCHOR con un ra/.
Hete.
DON MELCHOR.
Si.
DOn ANTOniO.
Seáis, don Melchor, bien hallado.
DON MELCHOR.
jComo os vi lardar, creí
Que era preciso volver
íA buscaros.
DON ANTONIO.
Ya halló el Gn
MI esperanza merecida;
Ya he llegado á conseguir
Al mérito la fortuna,
Y el bien al mal.
DON UCLCBOR.
¿Qué decís?
DON AMONIO.
Qoe espero á que me contéis
C6mo habéis venido aquí,
Qaé os pasó con doña Juana ,
Cómo os pudieron abrir
ndo el cu;irlo cerrado.
Decid, don Melciior.
DON MELCHOR.
Oid:
Va os acordáis que los dos
Por un amoroso fin
Liilianids con las dos almas,
Vos iiiti'iilando asistir
Al cielo de doña Juana,
SIN HONRA NO HAY AMISTAD.
Yo á idolatrarle gentil,
Y que también es concierto
Que en esta amigable lid
Prosiga el favorecido,
Y que muera el infeliz.
DON ANTONIO.
Todo es verdad, don Melchor.
DON MELCHOR.
Pues amigo...
DON ANTONIO.
¿Qué sentís?
DON MELCHOR.
Siento que os cuente sus dichas
Quieu no os las quiere decir.
DON ANTONIO.
¿Qué hay?
DON MELCHOR.
Que quiere doña Juana...
DON ANTONIO.
¿A quién , don Melchor?
DON MELCHOR.
A mí,
DON ANTONIO.
¿Cómo lo sabéis?
DON MELCHOR.
Si es cierto,
¿Vos no habéis de desistir?
DON ANTONIO.
Si es cierto, desistiré.
DON MELCHOR.
jVo no he de lograrla?
DON ANTONIO.
Sí.
¿Pues cómo os premió?
DON MELCHOR.
Atended.
DON ANTONIO.
Ya os escucho, proseguid.
DON MELCHOR.
Quedé en el cuarto que visteis
Tan conmigo y tan sin mí ,
Que el valor me vio animar
Y el amor me vio morir;
Pasé desde aquella cuadra
A un oculto camarín,
De.sde él á una verde reja,
A quien con verde buril
Labró hiedra cuidadosa,
Trepando lasciva a unir,
O al olmo recien vestido
O al desnudo rebellín;
Y por sus frondosas ramas
La vista encargué á un jardín
Que hijo segundo heredó
Klores libres del Abril;
Vi a dona Juana, mí amante,
Y vuestra amante, lucir
Tanto, que entre reinas llores
Vino i ser la emperatri/..
Cortando a/.uccnas blancas
La contemplé discurrir.
Más bella que cuando el sol
Asiste en nuestro Cénit;
Y como es la azucena
La llor de lis, advertí.
Que era llor de lis su mano.
Procurando corregir
A cárcel de un ramillete
Azucenas mil á mil.
Prendió ;-u mano con ellas,
Y fué el error más feliz ,
Porque el azucena es
Mano del alba, a quien vi
Kn cinco hojas, cinco dedos,
Y aquí con igual matiz
Su mano eia de cinco hojas
De azucena ó Dor de lis.
Rosa y jazmín se trocaron
Sus colores al sentir
A mí dueño, que flor reina
Preceptos puso al jardín.
Vistióse de blanco ella ,
Cubrióse él de carmesí,
La rosa de desmayada
Y de corrido el jazmín.
Moviéronse algunas llores,
Y púseme a discurrir
Cómo sin fuerza del viento
Se mueven aquí y allí.
Y era , que como mi dueño,
A quien un alma rendf ,
Era llor de residencia
De su rey, el año Abril,
Temiendo que se averigüe
Lo que han sabido Ungir
De mentirosas fragancias
Temblaban dentro de si.
A una cristalina fuente
Puso el labio de carmín,
Y bullicioso el cristal
Procuraba derretir
La nieve , y antes la nieve
Helaba al cristal sutil.
Apagar también quería
El fuego en que me encendí
De sus mejillas y labios;
Mas no pudo conseguir
De los dos ningún efecto,
Quedando en tan nueva lid
Su nieve, cristal de roca ,
Más purificada ansí;
Labios y mejillas, grana
De más purpúreo matiz,
Y el agua competidora,
lüen que enemigo civil ,
De corrida se paró.
Si antes corrió á competir.
Por entre las verdes liiedras
A la voz introducí
A que repitiese el nombre
De mi hermoso serafin.
Mandó su oído á sus ojos
Que mirasen bacía mí,
Y al procurarla diamante
La averigüé de rubí.
Piadoso sed , dueño mió,
(La dije), al verme morir;
No matéis con la hermosura
Si con la gala rendís.
Este que por fin oculto
Padecer quiere y sufrir.
Logre de vuestros favores
El más venturoso fin.
—Calla (me dijo á este ruego).
Que ya no están para oír
A tus razones mis ansias
Ocioso dura el ardid
De mis desdenes, nue sienten
A tu amor dentro de si,
Cuando al trato de tus ruegos
Me la has venido á rendir;
Y pues no cabe en mi lengua
Mi pasión, salgan aquí
llestiLidas de mis ojos
Lágrimas que reprimí ,
Y esto no me dijo, cuando
Le vieras contribuir
Al clavel , rey de sus labios.
Derretido un Potosí;
Y como sus blancas perlas
liajabaii de mil en mil.
Se estorbaron en sus labios,
Tanto. <|ue al verlas creí
Que eran sn.s lagrimas dientes,
l'ncs iHi IhjImi c]iiií distinguir
l.n.i ■■ -n I ,is perlas,
Y 11. íM , I inarlil;
Ul1>
cus ti
3ü-t
Dejó en mi mano sa mano;
Amante UsaüniíU ,
Y de bailarlas me admiró
Entre azules alelis,
Si olorosas al nacer.
Más fragantes al morir.
Llamóla en esto su hermano,
Y vinome luego á al)r¡r
t'Oii la llave una criada;
Del cuarto ocullosali,
Lleiiue a casa, hallóle en ell.i,
Y ii'uisete referir
A iiucrcesion de lu ruego
Toda mi dicha, y ansí
Bien pueden ya tus deseos
Uesla empresa desistir ;
Mi amante premia mi amor,
ISo le bu preferido á ti,
No puedeu mentir sus ujos.
Niel favor puede meniir;
Cor ti, vive Dios, me pesa.
Más que me alegro por mi ;
Perú, pues eres mi amigo,
Tú serás el adalid
Queme corrija la senda
Del camino que elegí.
Permite, pues, don Antonio,
Que solicite ceñir
Al árbol de la hermosura
Esta cariñosa vid ;
Pero si tu amor tuviere
Tan profunda la raiz
Que se haga fuerte en el centro
En <iue empezó á producir :
Si de la herida del alma
No sana tu cicatriz,
Y la cura sobre falso
^uestra amistad , desde aqui
La solicita constante,
La procura varonil ,
Ablándala con tus quejas,
Hallen tus ruegos el Uq,
Oblígala, yola enoje,
Muera yo, tú has de vivir ;
Prosigue, desista yo.
Que no ha de extrañarse en mi
Que no sea esta vez dichoso
Quien nunca ha sido feliz.
DON ANTONIO.
Tus favores he escuchado,
Y mi amistud ha admitido
Que ser lu favorecido
Me cueste ser olvidado;
Que no he de sentir ansí
Tu premio ni mi desden.
Que á mi me premia también ,
Puesto que le premia a ti;
Un amor, un ciego Dios
Ños inclinó á una belleza;
Y, en hn, por naturaleza
Somos tan linos los dos,
O los dos somos tan unos,
Que no me puedo enojar.
Pues á los dos ha de amar
O no ha de amar á ninguno;
En igual balanza estén
Tu gloria y pena mayor.
Yo celelinire tu amor.
Tú sentirás mi desden;
Yo desquitaré en un grado
Cuando lus méritos veo,
Ko conseguir mi deseo
Por(|ue tú le hayas logrado ;
r.on la gloria uel favor
Oesqwilaiáscl dolor
De Verme penar .sin él ;
Y mirando nuestro amor
En el gozo y sentimiento
Tan equívoco el lormeiilo,
Tan repariido et favor,
COMEDIAS ESCOGIDAS DE DON FRANCISCO DE ROJAS.
No entenderán tus temores ,
Aunque más saberlo ordenes,
Ni a (|uien hizo los desdenes
Ni quien logro los favores.
DOn UELCIIOR.
Esa es nueva obligación ;
Soy tu amigo.
DON ANTOSIO.
El más liel.
DOM MELCHOR.
Voy á escribirla un papel
l,lue ha de llevar Sabañón.
DON ANTONIO.
Esas pasiones reporta.
DON MELCHOR.
Kstoy á su amor rendido.
DON ANTONIO.
Pues Sabañón no ha venido.
DON MKLCHOH.
Tendréle escrito, no importa.
{Hace que se va.)
DON ANTONIO.
(Ap. i Oh loque puede conmigo
Mi amistad! Iljblen mis penas.)
¿Oyes, don Melchor?
DON MELCHOR.
¿Qué ordenas?
DON ANTONIO.
¿Quieres ver si soy lu amigo?
DON MELCHOR.
Eres mi amigo mayor.
DON ANTONIO.
(Ap. Arda elicaz esta llama )
, que me ofreces tu dama
Con merecer su favor?
DON MELCHOR.
Que lo cumpliré verás.
DON ANTONIO.
¿No haces mucho en eso?
DON MELCHOR.
SI.
DON ANTONIO.
Pues más hago yo por ti :
Vete, y no piegunles mas.
DON MELCHOR.
¿De qué suerte?
DON ANTONIO.
Si la digo
Ya no es grande la amistad.
DON MELCHOR.
Ya conozco lu lealtad.
DON ANTONIO.
Pues adiós.
DON MELCHOR.
Adiós amigo.
DON ANTONIO.
No le la quiero contar.
IiON MELCHOR.
Mas yo la quiero saber;
Digo que no puede ser
Que me llegues á igualar
Con esa leal fineza ;
Dime esa amistad mayor.
DON ANTONIO.
No le eslá bien, don Melchor.
DON MELCHOR.
Don Antonio, (lila, empieza';
Yo te dije el favor mió.
DON ANTONIO.
Yo le le ayudo á lograr.
DON MELCHOR.
El cómo me has de contar.
DON ANTONIO.
¿Y porfías?
DON MELCHOR.
Y porfío.
DON ANTONIO.
¿Aunque sea contra U?
DON MELCHOR.
Por salir desle cuidado.
DON ANTONIO.
Mira que til me has rogado.
DON MELCHOR.
Es verdad.
DON ANTONIO.
Pues r;ye.
DON MELCHOR.
Di.
DON ANTONIO.
Nuestro dueño idolatrado.
La que dos almas rindió.
Habrá un hora que llegó
Donde yo estaba eiiíerrado ;
Abrió, y logré su arrebol
Viendo su luz peregrina,
Pues fué la aurora divina
Cuando abre puertas al sol.
iSalid , gallardo homicida .
De un alma que me usurpáis
Salid (dijo), y no pongáis
Al riesgo de honor mi vida.
Y no la arriesgar (¡ay Dios!)
No penséis que es cobardía,
Que no la guardo por mía,
Sino porque es para vos.
Mis ansias no admirarán.
Viéndome amaros constante.
Que yo pusiese lo amante ,
Si vos ponéis lo galán;
Vi el mérilo, soy mujer.
Yo os escuché, sois discreto,
Y yo os adoro, en efeto.
Idos, y vülvedme áver» ;
Dijo, fuese, y mi pasión
Quedó con menos templanza.
Pues le encargué á mi esperanza
Lo que falté á mi pasión;
Y que estoy, decir me atrevo.
Puesto que me has obligado,
Tan de nuevo enamorado
Como obligado de nuevo ;
Pero hoy tan amigo he sido,
Que permitió mi cuidado
Que te nombrases premiado
Siendo yo el favorecido;
A dos no puede querer
Que el amor es singular:
Pues si (> uno solo ha de amar,
Al otro ha de aborrecer;
Si un favor te ha dado á ti,
A mis niériios pretiere.
No le ha dicho que te quiere,
Y dice que me ama á mi;
Pues si no se compadece
Que amor en dos se divida.
Luego es á li á quien olvida
Y es á mi á quien favorece.
DON MELCHOR.
Desla novedad me espanto
Y tu fineza agradezco;
Mas vo soy el que merezco
La retórica del llanto,
Que soy preferido vi.
DON ANTONIO.
A mi con fuego veloz
Me dijo su amor su voz.
DON MELCHOR.
Y sus lágrimas á mi.
DON ANTONIO.
De eso conjeturo yo
■,'iir= nu' Ilesa a preterir;
r aprimas juieden menlir,
Pero laspalal)rüs no.
D0;< IIF.LCEIOII.
Respondida el argumento,
Te iraen tus proposiciones,
Las la;;rimas son pasiones,
Y las palabras son viento.
DON ANTONIO.
Pues serán por darle eiioj'>s
Más diestro, si no más saliios.
Porque son glosa los labios
De las leyes de los ojos.
DOSMKLCHOn.
j.Nii ^on glosa del encanto
IK- .i.|iii I corriente veloz?
,, l.:i' ^o se crió la voz
l'jii explicación del llanto?
DOXANTOMO.
Oue dices verdad infiero,
ti comento SUJO es.
DOJt MELCHOR.
¿Luego la voz es después?
,. Luego es e! llanto primero ?
DON ANTONIO.
Enmendarte quiero aqui,
(Jue lini;e tiernos enojos
La vuz. si explica a los ojos,
Peí o no finge por si.
DOS MELcnon.
Con esa misma opioii
Mis > erdades aseguras ,
Que son las lágrimas puras
Palabras del corazón;
Y fuera muy grande mengua,
Siendo rey, por más blasón,
Oue ejercite el corazón
Ficciones que usa la lengua.
D0:« ANTOMO.
Un bronce obstinado libras;
No me podras convencer.
D0> MELCUOR.
Lágrimas he de creer.
DOM ANTONIO.
Yo he de creer las palabias.
DON MELCHOR.
Yo estas Dores que poseo
Que esperanza mia son.
DO» ANTONIO.
Esas las dio la ocasión,
Que no te las dio el deseo.
DON UELCIIUR.
La porHa á enfado pasa,
Y ya la puedes dejar.
DON ANTONIO.
íTú no me obligaste á hablar?
Sale SABAÍÍON.
SABAÑÓN.
Sea Dios en esta casa.
DO.N MELCHOR.
¿Sabañón ?
SABAÑÓN.
¿Qué , os hallo aqui?
Gran fortuna ha sido hallaros.
Traigo uu cuento que contaros.
DON ANTO.MO.
¿Es largo el cuento ?
SABAÑÓN.
Asi , asi ;
Y rercrilosle intento.
Que os va honra j opinión.
DON MELCHOR.
Pues empieza , Sabañón.
n.
SIN HOMiA NO HAY AMISTAIl.
DON ANTONIO.
Va de cuento.
SAUAÑON.
Va de cuento.
Ya sabéis que soy gallina ,
Pues mi antigua linea recta
Del gallo de la pasión
Desciende de cresta en cresta.
Pues apenas el hermano
De esa dama, que es tan vuestra
Que no ha de ser de ninguno.
Dio el golpe recio á su puerta ,
Cuando al ruido fraternal
Me entre debajo (ten cuenta).
De un bufete provincial
Que con mucha reverencia
Hasta el suelo le llegaban
Las faldas de sobremesa;
Entró muy grave el herni.ino,
Y yo temi en mi conciencia
Que me coja entre bufete ,
Que es algo más que entre [menas;
Paseábase con suspiros
Tan airado y tan apriesa ,
Que pensé que habia hecho
Alguna dama cazuela;
Tulve¿ al suelo miraba,
Luego miraba á la mesa;
Y dije, ¿si este hombre quiere
Hacerniever las estrellas?
Llegó á la mesa una silla ,
Púsose á escribir en ella;
Pero de muy mala tinta
Y no de muy buena letra.
Yo que me vi en este aprieto.
Con todo el hermano á cuestas ,
Dije : aqueste hermano es diablo
Y me ha de tentar por fuerza;
Si él debajo del bufete
Acaso mete una pierna.
No doy por mi vida un cuarto,
Luego habrá réquiem a'lernam;
Él no me podia ver
Ni tocarme desde afuera,
Ni aun oirme no poclia.
Que no resollaba apenas ;
Y no estaba tan gu.^loso
Yo, que gustarme pudiera ;
Pero me podia oler
Con muy poca diligencia;
Levantóse de la silla,
Y á un florido jardin entra ,
Donde su divina hermana.
Alma más florida y bella.
Viendo vestir á las flores
De su ordinaria librea.
Les comunicó prestada
Blanca guarnición de perlas ;
Aguedilla, la criada.
Que entiende bien la materia
(Pues hace á cualquier Calixto
Juntarse con Melibea),
Me sacó del purgatorio
Del bufete, con la cuenta
De ir poco á poco mirando.
No sea el diablo que nos vea ;
Pasé poruña cocina.
Metióme en una dispensa ;
Hablamos los dos muy largo.
No tendido, que esto fuera
Decir que fui de su honor
Comunero de la legua ;
Y es muy honrada Aguedilla,
Y á no ser porque se prenda
De todos los que la dicen
Cuali|uiera palabra tierna;
A no ser un poco falsa,
Y dos pocos alcahueta ;
A no beber algo más
De lo ordinario, ser fea.
Ser corta de talle v sucia.
No hubiera mujer como ella.
En la despensa. Señor,
Ya sabes tú que era fuerza
I Hacer algún peso falso;
Pues tomé esta lema nueva ,
Que es decir mal de los dos;
Y no os admire la lema.
Porque vendería á mi padre
Desde que me vi en dispensa;
Ella, que me vio decir
Mal de mis amos, empieza
A irse como una canilla,
Pero fuese por la lengua;
Dijome que doña Juana,
Su Señora... agora entran,
Don Antonio, tus agravios.
DON A.NTOMO.
Habla, Sabañón, ¿qué esperas?
SADAÑON.
Es, que no te puede ver.
Que te engaña y lisonjea.
Que ha fingido que le adora
Porque la adores y quieras;
Dice que eres desvaido.
Que eres llaco, que tus pierna»
Son entrambas dos verdades
Que adelgazan y no quiebran;
Que es un órgano tu boca.
Que tus colmillos en ella
Están altos, y tus dientes
Esián b:ijos; de manera,
Que en las encías traes puestos
lie-mi-fa-soles por muelas ;
Dice...
DON MELCHOR.
Espera, Sabañón.
SABA.ÑON.
Que eres necio...
DON HELCUOR.
Aguarda, espera.
¿Veis como me quiere á mi,
Y como á vos os desprecia?
DON ANTONIO.
Decís bien.
DON MELCHOR.
¿Veis como á mi
Me estima?
DON ANTONIO.
¡ Infeliz estrella!
DON MEI.CUOB.
¿Veis vuestro error?
DON ANTONIO.
Ya le lloro.
SABAÑÓN.
Tente, Señor, no le sientas.
DON MELCHOR.
¿Por qué no le ha de sentir?
¿Con qué consolarme intentas?
DON MELCHOR.
SABAÑÓN.
Con que á entrambos
Os quiere de una manera.
DOH MELCHOR.
¿Luego me aborrece?
SABAÑÓN.
Si;
Pero esta ventaja llevas.
Que deste hace grande burla;
Mas de ti, porque le excedas.
No hace más que escarnio, burla.
Chanza , üsga , mofa y befa.
20
COMEDIAS ESCOGIDAS DE DON FRANCISCO DE nOJAS.
00:1 «ELCIIOR.
5Iieiues.
SÁBANOS.
Oye lo que dice.
DON MELCBOR.
No te creo.
SABAÑÓN.
No me creas.
Que eres rubio, vergonzoso;
Que eres Cülvo, sin modestia ;
Pues sin cabellera andas
Con tu calva á la vergüenza.
Que con tus dos pies se entici.den
Los medidores de leguas;
y que con esa toalla
Que traes por valona puesta ,
La daga de guardamano.
Coletón de vara y media ,
El sombreron , la toquilla,
La banda y vueltas francesas ,
Nadie te digerirá,
Porque eres lodo crudezas;
En Un , á los dos engaña ,
Y á entrambos á un tiempo premia
Ella liace la mejor burla
De vuestras linas ternezas
Que he visto tejer en corros
Que son de la mofa tiendas.
En su vida diz que luvo
La lal dama adarme y media
De aGcíon; al que es constante
Le bace arrobas de fmezas.
Ea , amantes de uu Dios ciego ,
Palo de ciego á esta perra ,
Que al tus tus de voluntad
Halaga y suelta la presa.
A la bincliazon de ser vana,
Cirujano de más ciencia
La be de poner un emplasto
Que madure su dureza :
Al veneno del desprecio
He hallado la contrayerba,
Con la flecha de su ardid
Presumo hacer que se hiera ;
Dejadme obrar y callad.
Yo haré á esta amante gallega
Que no jure falso más
Cuando sus pasiones mienta;
Ya os he dicho la verdad ,
Y agora, amos mios, queda,
Que os dejéis curar, aunque
Más la medicina os duela ,
Para que vuestra vtnganza
A sus ardides suceda ,
Mi diligencia á su engaño,
Mi industra á su resistencia ;
Y pues con la ciencia mia
Y también con la paz vuestra
Se ha de curar este mal ,
No hay sino tener paciencia.
DON HELCHOR.
¿Posible es que me mintieron
Aquellas lágrimas tiernas ,
Que intentando ser palabras
Se quedaron en ser perlas?
DON ANTONIO.
DON MELCHOR.
¡ Fuego en todas las mujeres !
DON ANTONIO.
; Fupgf de desprecios venga
En quien creyere su llanto!
DON MEI CHOR.
Di , Sabañón , ¿cómo ordenas
Tu venganza?
DON ANTONIO.
i Cómo puedes
S.ilisfacer nuestras quejas?
SABAÑÓN.
,No conocéis en su calle,
Docid, á una doña Andrea,
yue es rica , y tiene dos hijas
De igual herñiosura y prendas?
DON ÜELCUOR.
^^i ; junio á su misma casa
Viven unidas.
SABAÑÓN.
Pues estas
Para el fuego de mi ardid
He de aplicar la materia.
DON ANTONIO.
¿Cómo?
SABAÑÓN.
No preguntes más.
DON MELCHOR.
¿No sabremos?...
SABAÑÓN.
No pretendas
Que declare la venganza
Ihsta que la industria veas ;
Venid conmigo los dos.
DON ANTONIO.
Responde, ¿á dónde nos llevas'
SABAÑÓN.
A casa de doña Juana.
DON MELCHOR.
¿V su hermano?
SABAÑÓN.
No le temas,
Que es hermano tan tardío,
Según Águeda me cuenta ,
Que no madura en su casa
Hasta más de la una y media.
DON MELCHOR.
Pues ya anochece.
DON AíiTOMO.
Pues vamos.
SAllAÑON.
Ya la negra noche cierra ,
(jue de entenderla la edad
Vo soy el mejor albeitar.
DON MELCHOR.
Sabañón , mira lo que baccs.
SABAÑÓN.
Ea , amos mios , á ella.
DON ANTONIO.
Muera este vil cocodrillo.
DON MELCHOR.
¡Muera esta engañosa hiena !
DON ANTONIO.
Y diga yo...
DON HELCHOR.
Y yo repita...
DON ANTONIO.
Ames que á vengarme atienda...
DON MELCHOR. [135,
Fuego en quien fia en lágrimas secre-
Pues las cria el engaño y la cautela.
DON ANTONIO. (nas,
¡Fuego en quien Da de palabras tier-
Que son viento, yelvientose las lleva!
Salen DOSA JUANA t ÁGUEDA,
con luz.
DOÑA JDANA.
Cansada , Aguedllla , estás.
ÁGUEDA.
- DONA JDANA.
¿Cuántos quedan?
ÁGUEDA.
Seis no más.
DOÑA JUANA.
Dámelos, Águeda.
ÁGIIKDA.
Toma.
DOÑA JUANA.
Esle papel que me has dado,
¿Sabes cuyo es?
ÁfiUlDA.
Del letrado.
DOÑA JUANA.
¿Y este?
ÁGUEDA.
Del curial de Roma.
DOÑA JUANA.
Al letrado no codicia
Mi desden, no le he de ver.
No sea que me haga creer
Que tiene su amoi justicia ;
Val curial le di también.
Pues ves mi resolución ,
Que traiga dispensación
Para que le quiera bien.
¿ Y cuyo es este?
ÁGCEDA.
Este es,
Si la nema no mintió,
De un hidalgo, que salió
Cüii el hábito habrá un mes ;
Tiene coche y pundonor,
Vcon grande fausto vive.
DOÑA JUANA.
Agora veré qué me escribe
El señor Comendador.
(Lee.) ' Vos me habéis robado el al-
!.ma, señora mia, si por el hábito san-
utoque traigo á los pechos...»
¡Jesús!
{Va á quemarle.)
ÁGUEDA.
Tente, ¿dónde vas?
DOÑA JUANA.
A quemarle.
ÁGUEDA.
Tente agora.
DOÑA JUANA.
¿No oiste que me enamora
Con el hábito no más?
Que no quiero, te prevengo.
Porque mi paciencia apuran,
A hidalgos de los que juran
Por el hábito que tengo.
ÁGUEDA.
Pues á la llama le aplica.
DOÑA JUANA.
Basta que el alma le robo.
ÁGUEDA.
Este es de aquel mozo bobo
Que tiene la madre rica.
DOÑA JUANA.
Dámele, leerle quiero.
ÁGUEDA.
Papel será entretenido.
DOÑA JUANA.
A él le hará bien entendido
La fama de su dinero
(lee.) o Juana mia: No sé qué dia-
ablos te tienes en esa carilla , que me
iiha dado ganadehacertequemequie-
sras; bien sé yo que note puedo igua-
• lar; ¿pero qué me fallabü 4 mi si
»l"ueratanherniosodeconiotü?Herma-
«iia mia , dejemos diiigolondáiígolos.
•y vamos al caso : mi madre es muy
«rica, y eslá tan vieja, que se morirá
¡ idenlro de un año, mes mas ó menos.
i >)]i linaje, no hay que hablar en él,
I »que mí padre firelendló ser Familiar
«muclio llempo ; verdad es que no sa-
! «lió con ello; suplicóle i|ue me envíos
>una cédula de casaniienlo muy apre-
I Diada, en que le obligues á dormir cim-
I »niigo endesposándonos.y á feque no
I »le ba de ir mal. Dios te guarde.— Tu
tmenor marido. i
\ ÁGOEDA.
¡Extremado papel!
D0Í5A JOANA.
Bravo.
ÁGUEDA.
No pudiera ser mejor.
DOÑA JUANA.
Vo no le alabo el amor,
La nota es la que le alabo;
• Águeda, le certilico
yua es bobo aqueste mozuelo
L)e muy lindo terciopelo.
ÁGUEDA.
Dices bien, que es fondo en rico.
DOÑA JUANA.
Oyes. Águeda, asi viva.
Que la nota me ha agradado ;
Oue éste al menos no ba buscado
Ninguno que se le escriba.
y yo tengo por más bueno.
Aunque te parezca impropio.
Un papel necio, si es propio.
Que un discreto, si es ajeno.
¿Qué papel es el que ocultas ?
ÁGUEDA.
Guardo este para después.
DOiSA JUANA.
Dámele agora. ¿Cuyo es?
ÁGUEDA.
Del Contador de resullas.
DOÑA JUANA.
Que ha de haber cuenta no ignores.
Ver quiero y examinar
El arle de enamorar
Que tienen los Contadores.
(Lee.) ' Señora mia : Sumad mis de-
• seos, veréis cómo montan más que
«vuestras sinrazones ; en lodaslas cinco
• reglas del amor no se puede ajuslar
>la cuenta de loque os quiero; que
icomo os he visto partido por entero,
»mi corazón no puede multiplicar las
•esperanzas de que me deis cuenta
«con pago ; pues ponedme en el nú-
«niero de los que os merecen un nii-
• llon de recompensas por una docena
«de millar de ansias, que llegan á ser
«cuento de cuentos, para que ajus-
olada la [lartida de lo que os merezco,
tsaljía verdadera la prueba de lo que
«üs sirvo.»
ÁGUEDA.
¡tiran papel !
DOÑA JUANA.
Guardarle quiero.
ÁGUKDA.
¿Sabes tú contar? ¿Qué intentas?
SIN HOMU NO HAY AMISTAD.
¿Cómo dice '
DOÑA JUANA.
Vuestro, Cero.
Aquí, si, viene ajustada
Mi cuenta á su desvario.
Porque siendo cero mió
Es lo mismo que mi nada.
Al fuego los lleva luego
Y á mi opinión eterniza.
Sea alguna vez ceniza
Este amor que siempre es fuego.
Águeda , ¿ no has visto aquí ,
Que uno suspira, otro muere?
Pues por si solo me quiere,
Que no me quiere por mi.
De evidencias que se ven
Observa esie ejemplo agora.
Pues me adora el que me adora
Porque le parezco bien.
Y para que este error vea
La experiencia acreditada ,
¿Fuera yo solicitada
Si hubiera nacido fea?
No lüera; luego asegura
Esta evidencia mejor
Que no es por mi aquel amor,
Que era amor por mi hermosura.
Que aman solamente siento
Los que aman con más lealtad ,
Aquel por la vanidad
Y este (le enlretenimiento.
Esotro amante, por ver
Si le premiasen pasea ,
Y aquel sólo galantea
Por(|ue uo tiene que hacer.
Aquel , si ama con verdad ,
Porque lo ha empezado, dura;
Aquel, por uso procura,
Aijuel , por comodidad.
Dos que á uo mismo Un aspiran
Y pretenden con un grado,
Uno es porque le han mirado,
Y otro es porque no le miran.
Aquel, porque yo le irrito
Con mis desdenes se quema :
El uno quiere pórtenla,
Y otro ama por apelilo.
Un lindo, por merecer;
Por rendir, un confiado ;
Y el que aspira á ser casado
Por mandar á su mujer.
V, en tin , que ama el que más ama ,
Experimentando estás ,
Por si propio mucho más
Que no por su propia dama.
ÁGUEDA.
Cuanto me dices es cierto.
Salen SABAÑÓN, DON ANTONIO, t
DON MELtllOK entra quedo ¡lor
detrás, haciendo espaldas Sabajwn.
SABAÑÓN.
Aquí está, no hagamos ruido.
Entrad, que gran dicha ha sido
Que agora esté el cuarto abierto ;
Alentanienle pisad ,
Ya os he referido al fin
Que os he traido al jardin.
DON ANTONIO.
Si, Sabañón.
SADAÑON.
Pues entrad ,
Que agora está divertiila ;
Cerca está el jaidin de aqui,
¿No miráis las ramas?
DON ANTONIO.
Si.
(Éntrame los dos.)
307
SABAÑÓN.
Doila con la entretenida
Puesto que mi industria ignora.
ÁGUEDA.
Tu entereza maravilla.
SABAÑÓN.
Quiero cecear á Aguedilla ,
Y lingir i|ue vengo agora.
¿Ce, ce? (Por detras.)
ÁGUEDA.
Sabañón me llama.
¡Hay tan extraña osadia !
SABAÑÓN.
Oyes, Águeda.
ÁGUEDA.
Yporlia;
Mas que ba de verle mi ama.
DO.ÑA JUANA.
Esta es mi resolución.
SABAÑÓN.
Pues otra seña la haré.
¿Ce, Aguedilla?
ÁGUEDA.
Ella le ve.
DOÑA JUANA.
¿Quién e.stá aquí?
SABAÑÓN.
Sabañón.
DOÑA JUANA.
¿Qué es lo que quieres agora?
ílabla, ¿de qué te has turbado?
SABAÑÓN.
Yo aqui... Si, soy un menguado.
(TurbaCo )
DOÑA JUANA.
¿Qué dices?
SABAÑÓN.
Nada, Señora.
DOÑA JUANA.
Dinie, ¿á qué has venido?
SABAÑÓN.
Yo
Vine... estaba... no quisiera...
DOÑA JUANA.
Águeda, vete allá fuera.
(Vase Águeda.)
SABAÑÓN. (Ap.)
Si ella va al jardin, pegó.
DOÑA JUANA.
j A qué has venido me di ,
Acaba, ¿quiéresme hablar?
SABAÑÓN.
No te lo puedo contar.
Que harto te importaba á ti ;
Quédate con Dios agora.
Que he nacido leal criado.
(Hace que se va.)
DOÑA JUANA.
Villano, di, ¿á qué has entrado?
¿Qué intentas?
SABAÑÓN.
Nada, Señora.
Sabré darte muerte.
SABAÑÓN.
¿Hay tal?
(/í/'.Hueno va.)
DOÑA JUANA.
¡Cielos, qué escucln
¿Qué es lo que me importa?
SABAÑÓN,
Mucho-
508
COMF.DIAS ESCOGIDAS DE DON FliANCISC.O DE ROJAS.
l'cro yo nací le.i\.
DOÑA JUAMA.
Aliogaréte.
sabaSos.
Tente, espern;
I'n ilespr»c¡o viene á ser
Uiie no se pudiera hacer
Coa ninguna verdulera.
DOÑA JUANA.
¿A mi desprecio?
SABAÑOM.
El mayor.
DOÑA JDAISA.
Dile.
SABAÑÓN.
No puedo.
DOÑA JDANA.
¿Qué es?
SABAÑÓN.
Señora, por san Andrés,
Que no me hagas ser traidor.
{Ap. Bien el engaño se amasa.)
¿Conoces (/t/). Mi industria crea)
Las hijas de doña Andrea,
Que viven junto á tu casa?
DOÑA JUANA.
Son muy hermosas las dos.
SABAÑOK.
¿No son damas tan lucidas
Que merecen ser queridas?
DOÑA JUANA.
SI.
SABAÑÓN.
Pues quédate con Dios.
DOÑA JUANA.
Si no me liahlasal inst:iiile.,.
SABAÑÓN.
Hablaré más que un soldado;
Ya salles que soy criado
De un caballero estudiante.
DOÑA JUANA.
Don Amonio, cuyo amor
Se paga de mi desden.
SABAÑÓN.
Pues también sirvo...
DOÑA JUANA.
Di,¿áqu¡i'Mr?
SABAÑÓN.
A su amigo don Melchor.
DOÑA JUANA.
Cielos, ¿qué es esto que rasa '.'
Esta novedad me di.
¿Luego son amigos?
SABAÑÓN.
Si.
Y viven en una casa.
DOÑA JUANA.
Dimo , Sabañón , por Dios
(;0h cuidados enemigos! )
,. Cómo si son tan amigos
Me tienen amor los dos?
Pues siendo los dos tan uno
No pueden tener engaño.
SABAÑÓN.
Pues , Señora , ahí está el daño,
Que no le quiero ninguno.
DOÑA JUANA.
Mientes.
SABAÑÓN.
No tienes razón.
(Ap. Industria mia, adelante.)
DOÑA JUANA.
Dime, tu amo el estudiante...
SABA.ÑON. (.1/;.)
Ya le pica el sabañón.
DONA JUANA.
Esto procuro saber.
SABAÑÓN. (Ap.)
Que cae en la trampa digo.
DOÑA JUANA.
Di, ¿porqué lingen conmigo?
SABAÑÓN.
Es porque te ban menester.
DOÑA JUANA.
Eso es lo que más me admira.
SABAÑÓN.
Destas dos damas me di ,
¿No sabes los nombres?
DOÑA JUANA.
Si:
Doña Bernarda y Elvira.
SABAÑÓN.
(Ap. Agora ha de llevar carda.)
Sabe, que con lino amor
El soldado, don Melchor,
Pretende á doña Bernarda;
Y atento, como constante.
Ama , padece y suspira
Por su hernrana doña Elvira
Don Antonio, el estudiante.
DOÑA JUANA.
Iras, ¿qué es esto que escucho?
SABAÑÓN. (Ap.)
Ya va mudando el color.
DOÑA JUANA.
¿Y ellas los tienen amor?
SABAÑÓN.
Si , Señora mia , mucho.
La madre es un Faraotí ,
No las deja el sol mirar ;
Mas llegando á imaginar
Que su amorosa pasión
lia de hallar felice fin ,
Y que tú ayudarlos puedes,
Saltando perlas paredes
De tu vecino jardín,
ilis amos (;oh perros!) quieren
:irte 1
Y no aniándute ninguno
Kiiiüir los dos que te quieren.
Y todo lo que te pasa
Es por si les da ocasión
La nueva continuación
Al entrar tanto en tu casa,
A saltar, porque concluya ,
Con el ardid que se espera ,
A esotra casa primera
Por las tapias de la luya.
Como les haces favor.
Dicen, porf|ue más lo acierten,
Oue engañunilote divierten
La pasión de aípiel amor.
Y porque te restituyas ,
Ahora, me dijo el soldado
Que por él habías llorado
Más que treinta Jeretuyas.
Dicen estos insensatos ,"
Porque á remediarle acudas,
Que eres blanda como Judas
Y fácil como Pílalos.
Y riéndose después
De tu embelesado arrobo,
Dan carcajada de bobo
Que no se acaba en un mes.
Tú tienes muy grande afán
O has de tener gran trabajo
r.on un soldado marrajo
Y un estudiante caimán.
Pues , dime, por vida mia ,
.Si h!íblar la pasión le deja,
¿Con qué fea , con qué vieja
Se hace esta supercheria?
Vuelve por lu pundonor
A tu engaño y fingimiento,
¿Tú has de ser el instrumento
Para otro .segundo amor?
Pues, dama, de hoy más te ten
En mayor repulacion.
No los ame tu pasión ,
Castigúelos tu desden ;
No los quieras, en efeto.
No rían que le han vencido,
Y que me pagues le pido
Mi aviso con tu secreto;
En esto me has de pagar
Este aviso con que vengo.
Que la afición que te tengo
Esquíen me hace desbuchar;
Y estimale. y solicita
Ser más que esas dos mujeres ,
Que, por Jesucristo, que eres
Demasiado de bonita.
DOÑA JUANA.
o es que ha mentido tu labio,
O no es cierta su traición ,
O es que mi satisfacción
No ha sabido de mi agravio.
Infame, ¿qué dices?
DOÑA JUANA,
Oh acabe mi vida, acabe.
SABAÑÓN. (;ln.)
Por Dios que ha obrado el jarabe;
Pues ahora escurrirme intento.
DOÑA JUANA.
Oyes, no te has de ir ahora.
SABAÑÓN. (.4p.)
Por Dios que en la trampa lia dado.
DOÑA JUANA.
Todo esto que me has contado.
Di si es cierto.
Si, Señora.
DOÑA JUANA.
Y á Agued.i, dime, ¿ á qué Go
La llamaste?
SABAÑÓN.
Más empeños;
Vinieron á ver mis dueños
Si entraban en lu jardin;
Porque han venido á inlentaf
Si entrarse agora podia
Sin verte á ti, y yo quería
A Aguedilla preguntar
Si con ella hablan hablado.
DOÑA JUANA.
Mientes.
SABAÑÓN. (.4p.)
Esto es Importanto,
Sale ÁGUEDA.
ÁGUEDA.
Señora, aquel estudiante
Y el otro amante soldado,
Los continuos de tu calle.
Los que andan por li perdidos,
En el jardin escondidos
Los hallé, dicen que calle ,
Y que ponga una escalera
Sin que te venga á avisar ;
Pienso que para sallar
A esotra casa primera;
Pero en que yo le he avisado
Conocerás mi lealtad.
DOÑA JUANA.
Vive el ciclo, que es verdad
Cuanto me dice el criado.
¿Pues cómo ofendida asi,
No me procuro vengar?
SAHAÑON.
( Ip. Esto está como ha ile oslar.)
, Ves como ..
DOÑA joa;<a.
Vete de a(|ui.
¿Por dónde entraron?
ÁGOEDA.
No sé.
DOÑA JUANA.
¿No sabes?
SABAXOX. (Ap.)
Gran lamedor;
Va purga.
DOÑA JDANA.
Vete , traidor.
sauaSon.
Va me voy.
ÁGOEDA.
¿Y Tome iré?
DOÑA JUANA.
¿Qué aguardas?
ÁGUEDA.
Airada estás. 'Vase.)
DOÑA Jl'AMA.
Matarélos, vive el cielo.
Sale DOSA INÉS.
DO.ÑA INÉS.
Ooña Juana, ¿dónde vas?
¿Qué nueva resolución
La que te ha indignado es?
DOÑA Ji;.*NA.(.4p.)
¡Que viuiesedoña Inés
A estorbar mi indignación !
DOÑA INÉS.
Di, ¿qué nuevos embarazos
Tus ojos pueden turbar?
DOÑAJUAXl. (.1/).)
i Que no pueda agora enliar
A hacerlos dos mil pedazos!
DOÑA 1>ÉS.
No hasas amiga, por Dios,
Que de tu enojo me extrañe.
DOÑA JUANA. (Ap.)
¡No basta que uno me eiiiíañe.
Sino que me engañen dos!
DOÑA IXÉS.
¿Qué tienes, amiga? Ea,
Kesponde, ¿quien leenojó?
DOÑA JUANA. (Ip.)
¿Son más hermosas que yo
Las hijas de doña Andrea?
DOÑA INÉS.
Que me respondas espero.
DO.ÑA JUANA. {Ap.)
;Que borlen de mi pasión
Un estudiante gorrón
V un soldado tornillero I
DOiÑA INÉS.
Tu sentimiento me allana.
DOÑA JUANA. {Ap.)
¿Pues ya qué me importa a mi
Que esíé doña Inés aquí?
Yo voy.
Al irse, sale DON DERNARDO, su her-
mano , !/ encuentra con ella.
DON BEnNARDO.
¿Dónde vas, hermana?
DOÑA JUANA. (Ap.)
Llévesfi el viento mis quejas;
SI.N Ild.MiA NO H.VV AMI>iAD
.Suban al cielo n-is ansias.
DON BERNAItDO.
Doña Inés, ¿no te he pedido
Que en tu cuarto estés cenada?
¿No te he dicho que hay un riesgn.
Que una desdicha amenaza
A mi fama y á mi vida?
Pues ¿cómo, di , en esta sala
Tu in<ibed¡oncia deshace
Lo ([ue mis preceptos mandan?
DOÑA JUANA. ( Ip.)
; Oh si encontrara mi agravio
ti camino á mi vengan/.a!
DOÑA INÉS.
Si la nave de mi honor
|.:„|„>:I,:,iuKHn.-.nM
De 111- ':|.^.i:i^ ja,
Enlir ! ' : ■ .! . inranzas,
A lo i|:,c un iit^c'i iiu basta?
Y si el recalarme agora
Dentro de mi propia cuadra
Es porque lleve á un convento
Prevenida la enseñanza,
No (¡uiero la disciplina
Tan á costa de mi lama.
DOÑA JUANA, {.ip )
¡Que la que enseñó la herida
La haya recibido Iranca!
DON BERNARDO.
Oblígame si eres cuerda.
DOÑA INÉS.
Si mi amor te des:igrada
Y mi cariño te ofende ,
¿Qué obligaciones aguardas?
Dame tú segunda vez
liepelida la palabra
De que serás de mi honor
Tan dueño como del alma,
Y ira á obedecerte (inu
La que te parece ingrata.
DON IltRNARUO.
Si he de casarme á disgusto,
Sale tu Uneza cara.
DOÑA IXÉS.
¿No ofreciste Ser mi esposo?
llesponde.
Entonces andaban
Las atenciones de amante
Para contigo muy falsas.
DOÑA INÉS.
Pues esta mano, que diú
Para tu crédito causa ,
Pues i|ue peligró en las dudas.
En las eviiiencias arda ;
Pues es ceniza de honor
Sea cadáver desta llama.
(Va á ponerla en la luz., 1/ don íier-
nardo la detiene, y mata la luz. )
DON BERNARDO.
Tente.
DOÑA INÉS.
Déjame.
DON DERNARDO.
¿Qué intentas?
DOÑA INÉS.
Abrasarme. ¿La luz matas?
No importa, que en tu desden
Podré mejor abrasarla.
DON BERNARllO.
¡Hola! una luz.
DOÑA JUANA. {Ap.)
Ahora es tiempo
Para intentar...
3(111
DOÑA INÉS.
¿No hay quien traiga
Inaluz?
DOÑA JUANA. (Ap.)
Que deijardin
Los dos á la calle salgan ;
A mi cuarto voy por una ;
El cielo mi intento ampara. ( Vasc.)
Salen tropezando DON MELCHOR
Y DON ANTONIO.
DON MELCHOR.
O mintieron mis deseos...
DON ANTONIO.
0 mis oidos me engañan ,
O don Bernardo ha pedido
Luces , y antes que las Iraigüii
tíuscarémos la ,>,alida
Por donde hallamos la entrada.
DON ANTONIO.
Habla paso y pisa quedo.
DON BERNARDO.
Dime, doña Inés, ¿no bastan
Las pensiones de sufrida,
Sin pretender las de amada?
De tu honor be sido dueño.
Yo le robé de tu casa;
Mas no te iguala mi amor.
Ya que tu sangre me iguala.
DOÑA INÉS.
Pues daré quejas al cielo.
DON ANTONIO.
Esta, cielos, ¿no es mi hermana?
¿ Y don Bernardo no dice
Que la ofendió? ¿Pues qué aguarda
Dentro de mi sentimiento
Mal corregida mi espada?
DON MELCHOR.
¿La hermana de don Antonio
No es esta ?
DON BERNARDO.
Di, ¿por tu causa,
A don Diego de Salcedo,
No di muerte en la campaña.
Que es padre de un don Melchor,
Que en Flándes honra su patria ?
DON MELCHOR.
Viven los cielos , que es éste
Quien de aquella sangre helada
De un padre le dio á ese prado
1 liubias corrientes de grana.
DON BERNARDO.
,,Por qué dijo que eras hija
De un amigo?
DON MELCHOR.
¿Cómo tardan
Los aceros de mi agravio?
DON ANTONIO.
I Iras, ¿en qué se embaraza
Mi valor?
DON BERNARDO.
¿No traen la luz?
Sale DOÑA JUANA con luz.
DOÑA JDANA.
Vive el cielo, que no estaban
En eljardin. Mas ¿qué miro?
Helada me animo estatua.
DON MELCHOR. {Ap.)
Desengañóse la duda.
DON ANTONIO. (Ap.)
Esta es mi infelice hermana.
! DON MELCHOR. (Ap.)
I Este es quien mató 4 mi padre.
510
COMEDIAS ESCOGIDAS DE DON FRANCISCO DE ROJAS.
Du\ ui;hnabdo.
,. Üos hombres dentro en mi casa';
DOÑA IXÉS.
Esie, cielos, ¿no es mi hermano?
doSa juama.
H}ue se entrasen á esta sala!
{Sacan las espadas.)
DON aiitomo.
Muera.
DON KELCROR.
Muera.
DON BERNARDO.
Morirán.
Tened, don Melchor, la espada,
Que aunque es precisa la vuestra.
Es primero mi venganza.
DON MELCHOR.
Déjame, amiyo. vengar.
DON ANTONIO.
Dejaque logre mi suerte.
DON MELCHOR.
Yo le tengo de dar muerte.
DON ANTONIO.
Yo le tengo de matar.
DON BERNARDO.
Yo en los dos, osado y sabio,
lie de tomar recompensa.
DON MELCHOR.
La que yo vengo es ofensa.
DON ANTONIO.
Y el que yo vengo es agravio.
DON MELCHOR.
Dejarme vengar te cuadre,
l'ues soy tan tu amigo yo ;
Éste es 'el que confesó
Que dio la muerte á mi padre.
DON ANTONIO.
Pues hoy mi venganza gana
Satisfacciones de honrado,
Que también ha confesado
Que dio la muerte á mi hermana.
DON BERNARDO.
Pues airada mi osadía.
Cómo ha de vengarse ignora.
Pues liullo á los dos agora
En el cuarto de la mia.
DOÑA JUANA.
Yo lo atajo.
DOÑA INÉS.
Yo abro aqui.
{Lleguen los dos á dos ventanas que h
de haber en dos partes diferentes,
ábranlas, asomándose á ellas.)
Llamaré porque se impida
La venganza, desla suerte.
DOÑA JDANA.
¿No hay quien excuse una muerte?
DOÑA INÉS.
¿ No hay quien socorra una vida?
{Riñen.)
DON MELCHOR.
Cierra esa ventana ahora.
DON BERNARDO.
Cierra, infame, esa ventana.
DON ANTONIO.
Yo le matara, tirana.
bUN BERNARDO.
Yo te mataré, traidora.
DON ANTONIO.
Mataréle.
DON MELCHOR.
DON ANTONIO.
Que no has de reñir con él.
DON MELCHOR.
Ni til le has de dar la muerte.
DON ANTONIO.
¿ Ves que eres mi amigo?
DON MELCHOR.
Si.
DON ANTONIO.
;.Ves que de mi te aseguras?
l'ues si matarle procuras
Te he de dar la iiiuerle á li.
DON MELCHOR.
¿Siendo mi amigo?
DON ANTONIO.
Es verdad ;
l'ero dice mi deshonra
Que si hay amistad con honra.
Sin honra no hay amistad.
DON MELCHOR.
.Muera yo, y muera vengado.
DON ANTONIO.
\ tu acero he de morir.
DON BERNARDO.
Conmigo habéis de reñir.
{Llaman.)
DOÑA JDVNA.
En esta puerta han llamado.
DON BERNARDO.
¿Quién da golpes?
SABAÑÓN. {Dentro.)
Caballeros ,
Lo que á llamar me movió
l£s, que la justicia oyó
Las voces y los aceros :
Y no saldrá muy de balde
Si el riesgo iiose previene.
Pues por esa calle viene
DON BERNARDO.
.Quién dices?
SABAÑÓN. {Dentro.)
Todo un alcalde.
DON ANTONIO.
Yo me he de satisfacer.
DON MELCHOR.
Yo mi ofensa he de vengar.
Esto se ha de remediar.
DON ANTONIO.
Decid, ¿cómo puede ser?
DON BERNARDO.
Que nos impidan recelo
La venganza.
DON ANTONIO.
Es infalible.
DON MELCHOR.
Si nos prenden no es posible
Que ajustemos este duelo.
DON BERNARDO.
Solo este remedio halle
Este empeño.
LOS DOS.
Dile...
DON BERNARDO.
Digo,
ijuc el jardín tiene un postigo;
Vamos por «I á la culle.
Aqueste el remedio es ;
Corregid vuestras espadas ,
Que yo dejaré cerradas
A doña Juana y á Inés.
DON ANTONIO.
Pues en la calle los dos
I Hemos de ajusiar el duelo.
I DOÑA JOANA.
I Ampare mi vida el cielo.
SABAÑÓN. {Dentro.)
I Acabad , cuerpo de Dios.
j DOÑA JDANA.
Doña Inés, vente conmigo.
I DON MELCHOR.
Tomar la venganza espero.
I DON ANTONIO.
¡Quién la matara primero!
I DON BERNARDO.
4N0 me sigues?
DO.N ANTONIO.
Ya le sigo.
I DOÑA INÉS.
; En grande peligro estoy!
DON BERNARDO.
; Oh vil hermana !
DON ANTONIO.
¡ Ah tirana !
DON MELCHOR.
.Quién librará á doña Juaua!
DON BERNARDO.
¿Venís, don Melchor?
DON MELCHOR.
Va voy.
DON BERNARDO.
Yo satisfaré esle duelo.
DOÑA JUANA.
Yo una vida he de librar.
DON MELCHOR.
jDéjeme el cielo vengar!
DON ANTONIO.
jüéjeme vengar el cielo!
JORNADA TERCER \.
Salen DOÑA JUANA, DOÑA INÉS t
ÁGUEDA, con manto, 1 SABASüN
delante.
DOÑA JDANA.
¿Dónde vamos , Sabañón ?
SABAÑÓN.
Callad y venid conmiro.
DOÑA INÉS.
No por librarnos de un riesgo
Nos procures un peligro.
SABAÑÓN.
¿Pues dónde queréis que vamos
Á estas horas ?
DOÑA JOANA.
¿No le he dicho
Que de los Angeles vamos
Al convento, cuyo asilo
Procuro ampare dos vidas?
ÁGDEDA.
Tres, con lamia.
SABAÑÓN.
No he oído.
I Cuánto há que oigo hablar de veras
I.UI iiulableiie^aliiu)!
Acaban Je dar bsdos
Del reloj de los Basilios.
Eslá hecho un Gónijora el cielo.
Mas oscuro que su libro,
¿ V quieres lu que á eslas horas
Con noche oscura y con frió,
llaja portera en el mundo
Que quiera tan mal su abrii^o
Que le salga á abrir la pueria ,
Aunque tú la abras á gritos?
OO^A JUANA.
¿Pues qué hemos de hacer ahora?
SABAÑO.W
En tanto que el sol Narciso
Sale á aliñar la guedeja
Del mar al espejo limpio,
Podéis estar retiradas
Dentro desta casa.
ÁGUEDA.
Digo...
SABAÑun.
iQué dices?
ÁGUEDA.
¿A qué Noruega
Es la que nos ha traido?
¿Qué casa es esta?
SABAÑ0;«.
Este cuarto
Es de un grande amigo mió,
Que está en Toledo.
DOÑA JUAKA.
A Y está
Vacio?
SABAÑÓN.
No está vacio;
Pero dejóme las llaves.
Para que siendo preciso,
Compre con aqueste cuarto
Lo que yo fuere servido.
DO.ÑA ISÉS.
¡Gran dicha fué que la llave
Maestra hiciese al postigo
De Duestra casa !
¡Gran dicha !
sabaSon.
Y mayor fortuna ha sido.
Que al salir las tres de ca«a.
Yo os viese. ¿Más qué delito,
Para que salgáis huyendo.
Habéis las dos cometido?
doSa juana.
¿Es poco que halle mi hermano
¡Con qué pena lo ropilo!
Dentro de mi propio cuarto
A dos hombres escondidos?
DO.XA INÉS.
Teniendo su acero y sangre.
Ella pasiones y él nios?
Mi hermano me amenazó
Con la muerte.
DOÑA INÉS.
Y á mi el mió.
SAUAÑON.
Pues, señoras, aqui estáis,
(Mp. ¡Lindamente hasucedidol)
Acomodadas.
DOÑA JUANA.
¿Hay gente
Sl.N IIONR.\ ^0 llAV AMISTAD
I SAU.VÑO.'i.
Uu vecino,
Que contará á todo el barrio
; Lo que ha visto y que no ha visto.
< DOÑA JUANA.
¿ Y en el cuarto ?
I No hallareis,
! listo es lo que os certifico,
I Ni perro que os diga guau.
Ni gato que os diga niio.
DOÑA INÉS.
¿Oiste el ruido de espadas
Al instante que salimos
De casa?
De don Bernardo le alirmo;
Pero como es la noche
l'an cerrada, no pudimos
Ni ser vistas de los tres ,
Ni ellos de nosotros vistos.
DOÑA INÉS.
Muerta estoy.
SABAÑÓN.
Bien podéis ya
Sosegaros ; lindo arbitrio
He dado, mientras el sol ,
Que diz que Tiene hecho un indio,
Us dé lugar á que vais
A un convento por retiro;
Las dos son, de aqui á tres horas
.Sabremos cuántas son cinco.
Que yo, con vuestra licencia,
Voy á ver qué ha sucedido
De mis amos; luego vuelvo
A daros de todo aviso.
DOÑA INÉS.
Espérate, Sabañón.
¿A escuras y en este sitio,
Siendo las dos de la noche.
Nos dejas?
SABAÑÓN.
Bien habéis dicho;
Aquí ha de haber una vela
Sobre este bufete.
(rieiite en el bufete, y hállela.)
ÁGUEDA.
Lindo
¿Y dónde la he de encender?
DOÑA INÉS.
Mira si hay algún vecino
Que tenga luz.
En esta casa?
No le hay.
ÁGUEDA.
.Si hay herrero, ese es preciso
Que tenga lumbre en la fragua.
SABAÑÓN.
Y dime , ¿si está dormido.
Cómo c|uieres que responda
A voces y á golpes mios
Un hombre que no despierta
A los golpes del martillo?
LONA JUANA.
Acaba.
SABAÑÓN.
Espera, Señora,
Que mejor será este arbitrio;
En esta alacena hay
Una caja , en que hoy he visto
Y'esca, eslabón y pajuelas ;
{Tienta el suelo, y tópala
Hállela. Aguedilla , digo,
ÁGUEDA.
Sisé.
SABAÑÓN.
Tómala , y agora
Voy á ver qué ha sucedido
De mis amos.
DOÑA JUANA.
¿Vendrás presto?
{Púnese á encender Águeda la i/escu.)
SABAÑÓN.
Puntual á tu servicio
Vendré en sabiendo el suceso.
Cierro por de fuera , y quito
La llave ; yo volveré
Anlesque baya amanecido. {Vase.)
DOÑA INÉS.
Ka , enciende.
ÁGUEDA.
Ya encendió.
La pajuela y el pabilo
{Encienden.)
Pegaron, porque ella es hembra
Y él es macho muy castizo,
liuenas noches nos de Dios.
{Enciende.)
Ahora veamos el castillo
Encantado donde estamos.
DOÑA JUANA.
Veámosle.
ÁCURPA.
¡Cielos, (|ué miro!
Señora...
DOÑA INÉS.
Águeda, ¿qué dices?
ÁGUEDA.
Que hay gran mal.
DOÑA JDANA.
Acaba, dilo.
ÁGUEDA.
Yo conozco aqueste cuarto.
DOÑA INÉS.
Oí cuyo es.
ÁGUEDA.
¡Buena la hicimos !
De don Antonio, tu hermano,
Y de don Melchor, tu lino.
DOÑA JUANA.
¿Qué dices, Águeda , burlas?
ÁGUEDA.
Kstátu vida en un hilo,
Y la tuya en una seda.
¿Yo me he de burlar contigo?
DOÑA INÉS.
Miralo bien.
ÁGUEDA.
Ya lo veo.
DOÑA JUANA.
Acaba , Águeda.
ÁGUEDA.
Te digo
Que es el cuarto de los dos.
El catre de granadillo
Que está alli con dos colchones
Como reales sencillos.
Es del soldado Melchor;
La del pabellón pajizo,
DelrvIlliiiiililt'OInrcrneS.
Aqii.lla i-aina de piíio
\-]s lie Sah.-MMiii, i'cir señas
Que tiene un cülclion hundido.
\(|uellos dos escritorios ,
Aquella alcarraza , un vidrio.
Estas sillas de nogal ,
Dos broqueles , cuatro libros ,
311
r.OMKOlAS ESCOGIDAS DE DOiN KltANClSCO OH ROJAS.
>eis platos, los dos iiuehrados ,
Y los olrocualro hefiilidos;
Aquella cocina , en que hay
I nas:i<lor, un lil)rillo,
l¡n candil de yaiabalo.
Un alnafe y un rasirülo,
Y una espelera, en que eslá
l'n cuarlillo de cabrito :
Hoy lie venido dos vecis
Y entrambas voces lo he visto.
DOÑA INÉS.
¿Luego esta es su casa?
ÁGt'EDA.
Si.
DOÑA JUANA.
i Hay tal pena !
DOÑA INÉS.
¡Hay tal peligro I
DOÑA JUANA.
¡Que viniese donde viven
Mis mayores enemigos?
DOÑA INÉS.
¡ Que á la casa de mi hermano
Mi fortuna me lia traidu!
DOÑA JUANA.
¡Cielos , que liase yo
De un hombre bajo y indigno 1
DONA JUANA.
¿ Cómo sabiendo la casa
No conociste el camino?
DOÑA INÉS.
; Cómo siendo tan curial
besta casa , como has dicho,
Ko conociste la casa?
ÁGUEDA.
Si veis que nos ha traido
Por cien calles diferentes ,
Y si la noche ha salido
Tan oscura , que no habrá
Quien la comente en un siglo,
(Áin haber comentadores
Kn Madrid más (|ue vecinos,
¿Cómo quieres que le viese?
DOÑA JUANA.
¡Qué he de hacer, cielos divim
ÁGUEDA.
Oyes, prueba aquella llave
Con que abrimos el postigo
De casa.
DOÑA INÉS.
No dices mal.
Mave es que a dos mil pestillos
Alire por medio ó al ruego
O á la fuerza, yo prosigo.
DOÑA INÉS.
¿ No entra?
ÁGUEDA.
Entre , no sea corta,
Empújala bien.
(Mete la llave y no pucile.)
DOÑA JUANA.
No quisn.
DOÑA INÉS.
, Hay más linajes de penas?
DOÑA JUANA.
;, Hay más suertes de martirios?
DOÑA INÉS.
¿Qué hemos de hacer?
Dormir Inda
Que hay desde aquí á las cinco
Dos horas, ó si lloráis.
Sólo que lloréis os pido
Acomodadas; sentaos. (Siéntase.
DOÑA JUANA.
¡Qué de sospechas le intimo
A mi agí avio y á mi queja '.
, Áspides son los que abngo
I En mi pecho.
' DOÑA INÉS.
¿Si vendrá
Mójate muy bien los pies
Cuando hiciere mucho frió.
DOÑA INÉS.
¡ Que estés agora de humor!
ÁGUEDA.
¿Dormiremos un poquito?
DOÑA INÉS.
¿Quién quiere
Del
ÁGUEDA.
¿Pues duerme un hombre casado
Ál llanto de seis chiquillos,
Y hacete ruido un amor
Siendo amor un solo niño?
DOÑA JUANA.
Sabañón vendrá muy presto.
ÁGUEDA.
Y en haliiendo amanecido;
Pues no queréis sosegar
Las dos , yo me determino
A coser un poco de obra.
DOÑA JUANA.
¿Qué es? ¿hay tan gran desatino?
ÁGUEDA.
Es pegar esta pestaña
Junto á este ojal.
DOÑA JUANA.
Ya te digo
Que duermas lo que quisieres.
¿Lloras, Inés? no es alivio
Del amor sangrar los ojos,
Oue es el llanto cristalino
l,a sangre del corazón,
Y si esta sangre es preciso
Que sea la mejor sangre,
Al mal que agora has sentido
Le añades un accidente
Por hacerte un beneficio.
DOÑA INÉS.
¡ Oh, salgan ya de mis ojos
Desangradas hilo á hilo
Lágrimas que, siendo fuego.
Se resuelvan en granizo!
Pues faltando al corazón
De sangre aquellos auxilios,
Y al llanto faltando á un tiempo
El corriente fugitivo.
Queden á un tiempo los dos,
l'^l sin alas tan remiso.
Sin pies éste tan suspenso.
Sin vuelo aquél tan rendido.
Que mueran para escarmienlo
Si nacieron para alivio.
DOÑA JUANA.
¿Qué, no te he de consolar?
DOÑA INÉS.
Más del consuelo me aflijo.
DOÑA JUANA.
Adviene...
DOÑA INÉS.
Es rudo mi mal.
DONA JUANÍ
Escucha.
DOÑA INÉS.
No tengo oidos.
DOÑA JUANA.
Mas yo ¿ por qué doy consuelos ,
Si en mi dolor peregrino.
Yo soy aquella que más
Del Consuelo necesito?
Salgan, salgan abortados
Los agravios que reprimo,
ü por la lengua en pasiones ,
O por el labio en suspiros.
Sola estoy ; no quiero a^ora
Entrar en quejas conmigo,
Y ajusiar mi sentimiento
Del corazón al registro.
,.Yo no scy la que constante ,
O por estrella ó deslino.
Muda estuve á los halagos
Como sorda á los cariños?
Pues decid , cielos hermosos ,
Nunca para mi propicios ,
Dos hombres, ¿cómo han burlado
Mis caprichosos designios?
Mas , ¿qué ofensa á mi constancia ,
A mi desden , qué delito.
Si yo les miento memorias
Que me engañen con olvido?
ISo importa, aborrézcanme,
i'ues tan roca me averiguo.
Que ni á las quejas me ablando
Ni á las caricias me rindo.
Pero esta injuria en el alma
A mi hermosura se hizo,
Y si no de las ofensas.
De los desaires me pico.
¡Que haya quien mienta linczas
A mis ojos , que han rendido
Con la vista tantas almas,
Amorosos basiliscos!
,,A mis ojos (¡pesie á ellos!)
Donde so miraron indios,
lilólalras de sus rayos.
Tantos amantes Narcisos?
No puede ser, vive amor.
No habrá preñado apetito
De mi amor, que de otro amor
Se procure antojadizo.
DOÑA INÉS.
¡ Yo, cielos, más abrasada.
Cuando mi amante más tibio !
DOÑA JUANA.
Hablando consigo Inés ,
Parece que habla conmigo ;
Si , porque averiguo ingratos
Los que he procurado finos.
Mi desden se ha vuelto aniur,
Kacilidad mi retiro,
¿Si es amor este que tengo
Kn el alma introducido
Y á mi me parece enojo?
¿Si el ardor con que suspiro
És amor? Y como yo
Nunca de amor he sabido,
Juzgo por gigante en iras
El que es en lágrimas niño.
DOÑA INÉS.
¡ Que sea amor un veneno
Que se entre por los oidos !
DOÑA JUANA.
Amor, vive el cielo, tengo;
liien has dicho, bien has dicho;
Conmigo ha hablado tu voz.
Supuesto que me ha rendido
Mas un desprecio escuchado
Que muchos afectos vistos ;
Pero yo no tengo amor.
Pues cuaudo amase , colijo
Que ha de ser uno el objeto,
V son dos mis enemigos;
A dos no puedo querer.
Pues si al uno sólo admito.
Siendo uno el amado, son
Dos los que me han ofendido ;
Pues si al otro quiero amar,
Se pasma tan indeciso,
Tan perplejo se suspende
Entre los dos mi albedrio.
Que ni á don Melchor desdeño
Ni á don Antonio acaricio.
¡Que ame yo tanto en los llnes
Sieodo esquiva en los principios :
DOÑA JUANA.
Ese es mi mal, y tu voz
El corazón me ha partido.
Que son tilos sus acentos
Y sus palabras cuchillo;
Ayer triunTó mi constancia
V'hoy el amor me ha rendido ,
Pero si yo lengo amor,
¿A cuál de los dos elijo
Tur mi dueño? Don Melchor
Es galán, es entendido,
Don Antonio lo es también :
l'no es valiente, otro activo;
La sangre los hizo iguales,
La confrontación amigos ,
Si al que me aborrezca más
De tema y de amor admito .
Igualmente me aborrecen;
Si celosa deiermino
Querer al que me dn celos.
Celos de los dos recibo:
Pues si celos tengo, ¿agora
Tengo amor? Pues, cielo impío,
¿A cuál de los dos adoro,
Y á cuál de los dos olvido?
i. Dónde hallaré desengaños
Para engañ.idos motivos
Que dejan sin uso al alma
Y á sus afectos baldíos?
Sol que vas por el Oriente
Con ese afán repelido
Para anochecer rubí.
Amaneciendo jacinto ;
Csmpo galán desta selva.
Que te vistes sin arbitrio.
Por el Setiembre de r?so,
Y por el Abril de rizo;
Lágrimas que de mis ojos
Sois fuego, y fuisteis granizo.
Pues si las helé de esquiva,
De amorosa las derrito ;
Quejas nunca pronunciadas.
Suspiros que habéis salido
Por el hilo del deseo,
Del alma su laberinto;
Memorias mal acordadas
En los pensamientos míos.
Cuidados que del amor
Soií mentales sacrilicios.
Que me llamáis al encanto
Mentirosos cocodrilos;
Decid, sol, campaña, monte ,
Lá.LTimas. quejas, suspiros.
Memorias, cuidados, voz.
Deseos de amor, indicios,
¿A cual de los dos adoro,
Y á cuál de los dos olvido?
1 Oh, acabe ya de mi dolor, acabe !
DOÑA I.^ÉS.
A csia puerta probaron una llave.
Si el oído á la vista no me engaña.
DOXA JUAXA.
Levanta.
SIN IIOMU NO HAY AMISTAD.
DOÑA IKÉS.
Sabañón es sin duda.
DOÑA JIIA>A.
Halló consuelo el mal.
DONA JBASA.
Logróse mi deseo.
Sale DON MELCHOR, abriendo con
una llave.
Descosióse la pestaña.
DONA INÉS.
ÁGUEDA.
¿Sabañón?
DOÑA JUANA.
¡Qué es lo que veo!
DON MELCHOR.
¡Cielos, qué es lo que miro!
DOÑA JOANA.
La voz se me quedó toda suspiro.
¡Don Melchor, vive el cielo soberano!
DOÑA INÉS.
,, Este no es el amigo de mi hermano?
{Échanse los mantos.)
DON MELCHOR.
;En mi casa tres damas embozadas.
Despuesquenohan podido tresespadas
Tomar satisfacción de su venganza?
DOÑA INÉS.
¡Que se trocase en riesgo la esperanza!
DOÑA JUANA.
Si, como parecéis, sois caballero.
Que socorráis una mujer espero.
DOÑA INÉS.
Si tan atento sois como soldado.
Socorred un honor tan desdichado.
Que os pido...
DOÑA JUANA.
Que os suplica en este empeño...
DON MELCHOR. (.4p. I
Lo que miro parece que lo sueño.
DOÑA JUANA.
Que nos dejéis salir de vuestra casa.
DON MELCHOR. (.4p.)
Fantasía parece lo que pasa.
DOÑA JUANA.
Dadnos el paso libre á la salida.
DOÑA INÉS.
Porque importa un honor.
DOÑA JUANA.
Vale una vida.
DON UELCROR. (.4p.)
Tero va ^o he presumido,
Oue (ion Amonio las habrá Iraido,
Como tiene la llave desta puerla.
DOÑA INÉS.
Si la voz de mi queja no os despierta...
DON MELCHOR. {Ap.)
Otra sospecha en mi discurso cshe;
Que también. Sabañón, tiene otra llave,
Y puede suceder que él haya sido
Quien las ha\a cerrado y escondido.
DOÑA INÉS.
A este socorro, esa piedad acuda.
DON MELCHOR. [da.}
f.4p.Masdesle modo salgo de una du-
;.Quién, bella aurora, en nubes escnn-
Os trajo aqui? [dida
DOÑA INÉS.
Los riesgos de una vida.
313
DON MELCHOR.
¿Quién , bello sol , que aquella auror.i
Os trujo aqui? [llama,
DOÑA JUANA.
La duda de una fama.
DON MELCHOR.
¿Por dónde habéis entrado?
DOÑA INÉS.
Puesdenoble os preciáis y de soldado,
Haced como soldado y caballero;
Satisfaceros á otro tiempo espero,
Y no quiera saber más vuestra duda
Que dos mujeres piden vuestra ayuda.
DON MELCHOR.
Pues decidme quién sois, hermosa d,i-
DoÑA JUANA. [ma.
Si os he dichoque hay dudasen mifa-
Si mi pasión advierte [ma.
Que me expongo á los riesgos de una
[muerte,
¿Cómo queréis que licencioso el labio
Pronuncie el nombre, si conió el agra-
DON MELCHOR. t^ '" '
í Pues 3 quereros ir de aquesta suerte
Qué os mueve?
DOÑA JDANA.
A mi, la fama.
DO.ÑA INÉS.
A mi, la muerte.
DON MELCHOR.
Aqui, ¿cómo ha de hallaros la deshonra.'
DOÑA JUANA.
Aqui manchó las luces de mi honra.
DON MELCHOR.
¿Aqui vuestra pasión mal corregida?
DOÑA INÉS.
Aqui aguardo los riesgos de mi vida.
DON MELCHOR.
, Pues qué os sucede á vos? ¿y á vos,
[qué os pasa?
¿Dónde está el riesgo más?
LAS DOS.
En vueslra casa.
DON MELCHOR.
Acompañaros mi valor intente;
Vamos.
DOÑA JUANA.
Ese es mayor inconvenienle.
DON MELCHOR.
¿V hallará vuestro honor fácil sosiego
Con iros?
LAS DOS.
Si hallará.
DON MELCHOR.
Pues idos luego,
Y venza vuestro ruego á mi cuidado.
DOÑA INÉS.
Eres cortés.
DOÑA JUANA.
Bastaba ser soldado ;
Muriendo voy, Inés.
DO.ÑA INÉS.
Y yo voy muerta.
Sfl/eSABASON.
SABAÑÓN.
Por Diosque me dejé la puerta abierta,
Pero no, don Melchor es el que ha en-
¡ Ob Señor;! [trudo.
DON MELCHOR.
¿Sabañón?
SABAÑÓN.
¿Cómo has librado
COMEDIAS ESCOGIDAS DE Dü.N IRANCISCO DE
Ala salida
Del cuarto de su casa, airailo y liero,
Aun no estrené las iras del acero.
Desnudo y a su tilo penelranle.
Cuando uu alcalde llega al mismo iiis-
Y porque si nos prende era forzoso
No vengar uu honor escrupuloso.
Porque el remedio una venganza halle.
Cada cual retirado por su calle,
Como la noche oscura
Nos dio ocasión segura
De lihrarnos, no siendo conocidos.
Por tres calles distintas dividimos ;
Y como la ocasión aun no he contado.
El sol ya declarado.
De dos honras, dos vidas y dos famas,
Vuélvome ácasa, y hallo estas tresda-
■ [mas,
Que sin saber el que las ba escondido.
Me han obligado.
DON* ¡VK^A.
V lo que agora os pido
Es , que me permitáis que este criado
Nos acompañe.
DOÑA INÉS.
Di, ¿qué has intentado?
DOÑA JUAMA. {Ap.)
Si aquí le dejo, Inés, pienso que al irme
Le ha de decir quien soy, y ha de segn i r
DON MELCHOR. ["H'
Vaya con vos.
DOÑAJDANA.
Sois noble.
DOÑA INÉS.
Sois prudente.
SABAÑÓN.
No la dejéis salir, que es doña...
DOÑA JUANA.
Temo,
No le digas quien soy.
SABAÑÓN.
Es doña...
DOÑA JUANA.
Espero
(Saque la daga á Sabañón.)
Darte la muerte con tu propio acero
Si DO callas.
SABAÑÓN.
Advierte...
DOÑA JUANA.
Cara sale una voz por una muerte;
Veu conmigo.
SABAÑÓN.
Perdóname , Señora,
Que al estudio es gratísima la aurora.
(Saca un libro.)
Cuando sale con luces soberanas ,
Yestudio siempre yo por las mañanas.
ÁGUEDA.
; Hay tal bestia !
DOÑA JUANA.
j Hay tal ira !
DOÑA INÉS.
i Hay tal enojo!
DON UELCHOR.
Echar quiero á la puerta este cerrojo.
(Echa el cerroju }
Pues Sabañón agora me ba avisado
Üueno las deje ir.
DOÑA JUANA.
Ya te he rogado
Que vengas.
ÁGDEDA.
i Que este ruego no te cuadre
No perderé mi estudio por mi padre.
ÁGUEDA.
¿Y cuánto has de estudiar?
SABAÑÓN.
¿Pues eso ignoras?
Cada mañana estudio nueve horas.
DON MELCHOR.
Ya se entró en mi desvelo mi sospecha;
Dejad ya mi atención más satisfecha.
Que no"saldreis de aquí (no, vive el cie-
[10),
Sin que saquéis de duda á mi recelo.
DOÑA JUANA.
Recalaros quien soy es importante.
SABAÑÓN. (.4p.) [diante
Don Melchor pienso yo que fué estu-
Antes que á Fláudes" fuese á ser sol-
[dado;
Y pues finjo que estudio, es acertado
Decirle que es su dama y es su prenda
En buen lalin, porque ella no me en-
[tienda,
llago como que estudio; voy alease.
DOÑA JUANA.
No descortés nos impidáis el paso.
DON MELCHOR.
Yo sé estar muy atento con las damas.
SABAÑÓN.
Domine mi, isla est illa quam lu amas.
DOÑA JUANA. (.4p.)
Cosa que este criado mal nacido
Diga en latiu quien soy.
SABAÑÓN.
No me ha entendido
DON MELCHOR.
Conocerla procuro, mas no puedo.
DO.ÑA JUANA.
Oye.
SABAÑÓN.
¿Qué dice usted?
DOÑA JUANA.
Estudie quedo.
SABAÑÓN.
Cuéstame, reina mia, si hablo bajo
El tomar de memoria gran trabajo,
Y el estudiar tan recio es muy forzoso.
(Ap. Ahora va otrolalinmáspegajoso.)
DOÑA JUANA.
¿La obligación de tu palabra ignoras?
SABAÑÓN.
¡sta est fa-mina illa, qiiam lu adoras
DO.ÑA JUANA.
¿Hay tal tema?
SARAÑON. (.ip.)
Famoso es el capricho.
DOÑA JUANA.
Estudie para si, ya se lo he dicho.
SABAÑÓN.
En que no estudie yo, ¿diga qué gana?
DON MELCHOR. [Juana.
(Ap. Vive el cielo que es esta doña
l'ues en latin me avisa aquel criado
l,lue es el dueño del alma idolatrado.
¿Mas doña Juana aquí ? ¿Cómo ha ve-
Va yo sé bien quién sois. [nido?;
SABAÑÓN. (Ap.¡
Va me ha entendido.
DON UELCIIOn.
Descubrid vuestro cielo, ea señora.
No se emboce con nubes el aurora,
Prestad mejores rayos á los cielos.
SADA.ÑoN. [dé celos,
lAp. Ahora bien, quiero hacer que la
ROJAS.
Y que (iiija (mi ¡.rdid decir desea),
Que es la liijaniavor de doña Andrea t
Domine.
DOÑA JUANA.
Ya le digo que es nn necio.
SABAÑÓN. [CÍO
Seis renglones no más me quedan n-
(.4p. Arda de celos, labeigaiila, arda.
l'iiige, el vocabis eam, mi llernarda ,
Ll slulim celabit, hoc tpero.
DON MELCHOR. (Ap.) [ui.
Ilien dice, por Dernarda hablarla qviie-
DOÑA JUANA. [cria-lo;
[Ap. A Bernarda ha nombrado aquel
Mas que en latin le dice algún recailo
De su dama, que bien tuvo recelos.)
¡Alcahuete en latin! viven los cielos
Que le he de dar la muerte.
Detente, aguarda.
DOÑA INÉS.
Mira.
ÁGUEDA.
Espera.
DON MELCHOR.
Adviene.
DOÑA JUANA. (do.
Y en tí mehedeveiigardel mismo mo-
SABAÑON.
Eia, domine, eia modo modo.
DOÑA JUANA.
¿Más latines, infame? espera, aguarda.
DON MELCHOR.
Tened, mi sol, mi luz, doña Bernarda,
Si es que de doña Juana tienes celos,
Mátenme aquí tus ojos y mis celos
Si no le adoro paga satisfecha.
DOÑA JUANA.
Gslo sólo faltaba á mi sospecha.
DON MELCHOR.
Deseos de mi amor tan bien nacidos...
DOÑA JUANA.
¿Que estas pasiones sufran mis oidos?
¿En lin, me (|uieres?
DON MELCHOR.
Soy de tus despojos.
DOÑA JUANA.
¿Y á doña Juana?
DON MFLCROR.
Mátenla tus ojos.
DOÑA JUANA.
¿Y, en fin, eres constante?
DON MELCHOR.
Lograré duraciones del diamante.
Doña Juana, Señora,
Es son.bra de tu luz.
DOÑA JUANA.
Y yo...
DON MELCHOR.
Mi aurora.
DOÑA JUANA.
¿Pues no la amabas?
DON MELCHOR.
Fué mi amor Qngido.
DOÑA JUANA.
Pues villano, cruel, falso, atrevido.
(Descúbrese doña Juana.)
ÁGUEDA.
Mira , Señora.
DOÑA JUANA.
Ya estoy despechada:
¿Tengo hermosura yo para burlada ?
Con amantes desmayos , [rayosí
,.Quicn me ve que no muera de mis
^.Nü es el que niénos me ama
Krrada mariposa de mi llama?
Mas tu propio desprecio me asegura
Que no está lu despego en mi liermo-
[sura;
Que aunque á otra quieras tú, si máí
[dichosa
Tu elección no me liará menos hermosa
Ya le cobraba amor ¡viven los cielos
Pero tanto me entibian esos celos,
Tanto, de ver que adoras otra dama
Que es ceniza no más lo que fué llama
Vamos , Águeda.
ACCEDA.
Vamos, mi Señora.
DOM MELCHOR.
,Oje.
Noquii
DOÑA JUANA.
ro oír.
SABAÑÓN.
Escucha ahora.
DOÑA JUANA.
DOÑA 1>ÉS.
No me nombres.
ÁGUEDA.
De ira rabio.
DOÑA JUA.NA.
Resbalóse la lengua por el labio.
DOH HELCBOR.
(Luego lú eres Inés?
DOÑA INÉS.
La desdichada.
DON NELCROR.
iCómo viendo tu vida amenazada
Estás aquí ?
DOÑA INÉS.
¡ Oh , venga ja el castigo !
DOÑA JUANA.
iNo Tienes, Agnedilla?
ÁGUEDA.
Va te sigo.
DOÑA IXÉS.
cielos , qué más corrida!
DOÑA JUANA.
¡Qué más muerta!
DON MELCHOR. [puerU.
nasta que me oigas, do he de abrir la
DOÑA JUANA.
¿Cómo satisfarás ¡¡ mi decoro?
DON MELCHOR.
Como me mates tú, si no te adoro.
DOÑA JUANA.
Oh traidor engañoso!
DON UELCHOR.
Todo ha sido..
SABAÑÓN.
Si, voto á Dios , que todo fué fingido.
DON MELCHOR.
jNo te lo dicen las pasiones mías?
SABAÑÓN.
i Yo dije que eras tú, ¿por qué lo ignoras?
t hia e$t faemina illa quam tu adoras.
DOÑA JUANA.
Miente!, déjame.
DON MELCHOR.
Aguarda.
SABAÑÓN.
Finge, et vocabis eam, mi Bernarda,
El tlalim celaba hoc spero.
Es, que finja, por Cristo verdadero.
DOÑA JUANA.
¿Doña Bernarda, Sabañón, no es fria,
'' Tiene más alma en todo que la mia?
SIN HONRA NO HAY AMISTAD.
SABAÑÓN.
No, señora ; ni aun nada;
Doña Bernarda es una desalmada.
DOÑA JUANA.
Pues desto estoy corrida.
DON MELCHOR.
Tú no me quieras si la vi en mi vida.
DOÑA JUANA.
Pues di, cuando eso fuera.
El subir al jardin por la tscalera,
¿>o fué cierto?
DON MELCHOR.
No fué, viven los cielos.
SABAÑÓN.
Vo lo fingí por sólo darte celos ,
Y JO los escondí dentro en tu casa.
DOÑA JUANA.
¿Es verdad, Sabañón?
SABAÑÓN.
Es lo que pasa.
DOÑA JUANA.
¿ V me quieres?
DON MELCHOR.
¿No ves el desengaño?
DOÑA JUANA.
¿ Y á Bernarda no quieres?
DON MELCHOR.
Es engaño.
DOÑA JUANA.
¿Y, en fin, es cieno?
DON MELCHOR.
Por tus luces muero.
DOÑA JUANA. ["ro ;
Pues ahora que me quieres no te quie-
Muere á mis rayos, pues su luz te que-
[ma,
Que este amor no fué amor, que ha sido
DON MELCHOR. [tema.
¿ Pues cómo me castigasmis desvelos?
DO.ÑA JUANA.
No tengo amor, que ya no tengo celos.
SABAÑÓN.
(Ap. Dale, pues todavía hay en la barda
Otro poco sol de la Bernarda]
DOÑA JUANA.
Pues i qué me quiere mal?
SABAÑÓN.
Tan mal infiero,
i;;omo quiere un señor á su heredero.
DOÑA JUANA.
Cuando llevo seguro el desengaño,
Va llega tarde tu segundo engaño ;
Voabro la puerta, aun no me he sa-
[lisfecho.
Sale DON ANTONIO, ?/ ve á su herma-
na al abrir.
DON MELCHOR.
,,Don Antonio?
DOÑA INÉS.
Mi hermauo
SABAÑÓN.
Aquesto es hecho.
DON ANTONIO. [na.
Mi hermana, don Melchor.y doña Jua-
DOÑA JUANA.
;Hay tal riesgo!
ÁGUEDA.
¡Hay tal mal!
DON ANTONIO.
Muere, tirana. I
(Saque la daga.)
DONA INE3.
Señor don Melchor, guardad
A una mujer infelice.
Para que en vos solamente
Honra, vida y fama libre.
DON MELCHOR.
Don Antonio, ten el paso.
DON ANTONIO.
¿Cómo, don Melchor, le impides
A mi acero la venganza?
Déjame, no solicites
Suspender ira y acero,
Porque el honor es caribe
Que hace de su propia sangre
Alimento más difícil.
¿En las imaginaciones
Que satisfacción concibe,
Que darlas quiere la muerte
Airado, como terrible?
DON ANTONIO.
Pues ves que no tiene honor.
No permitas que se eclipse
Empañada con la infamia
La luz de mi claro origen.
DOÑA INÉS.
Yo quiero huir.
DON MELCHOR.
Tente, Inés,
Y DO así desacredites
Con tu fuga tu inocencia.
DOÑA INÉS.
¡ Craude mal!
DOÑA JUANA.
¡Lance terrible!
DON MELCHOR.
Don Antonio, amigo mió.
Pues eres prudente , dime ,
¿Inés, fué culpada?
DON ANTONIO.
No.
DON MELCHOR.
Pues no hay porqué la castigues :
Robada ha sido lu hermana
Sin culpa , y es bien que mires
Que si agora la das muerte.
Dirá el vulgo que es el Itren
De los errores de todos.
Cuando en lu castigo indicie
Que ella fué quien fué culpada ,
Pues tú la muerte le diste.
DON ANTONIO.
No por ser mi amigo tengas
Las piedades tan sutiles;
Mi hermana está sin honor,
Y aunque más me facilites
Este concepto mentido.
Noel vulgo, como lü dices,
Colige cjue está sin culpa ,
Que esta sin honra colige ;
Y como son tan creídas
Las pasiones mujeriles.
Yo no he de satisfacerme
De aquel ni el otro que mide
La piedad á la razón,
Y el suceso á lo posible.
Sino de aquel que malicia ;
Y así , lavar me permite
Con su sangre a(|uella mancha ,
Que puede haber quien malicie
Que dura en mi ser infame ,
Pues dura en ella ser libre.
DON MELCHOR.
¿Pues darla muerte sin culpa
No es crueldad?
DON ANTONIO.
Aunque imaginen ,
316 COMEDIAS
Qae sin culpa h i¡¡ muerte ,
Los que en este duelo arbitren
Dirán que obré como honrado,
Aunque obré como terrible.
D0>- MELCHOR.
¿Pues no es mejor dar muerte
Al que te ofendió?
DO.'^ ANTOSIO.
Bien dices;
Mas , ¿dónde está el agresor
Para que >o solicite
Mi venganza , pues anoche
Fué forzoso dividirme
Por el riesgo de ser preso?
DON MELCHOR.
i No has visto el remedio?
DON ANTONIO.
Dile.
DON MELCHOR.
En tanto que no te vengas ,
En tu misma casa, impide
Los pasos á doña Juaua ,
tille es su hermana.
DON ANTOMO.
Muy bien dices.
¿ Mas tú la has traído?
DON MELCHOR.
No.
SABAÑÓN.
Vo iraje á las tres.
BOU ANTONIO.
Ydime,
¿Si no me admite á su amor?
DON MELCHOR.
Tampoco mi ruego admite.
DOÑA JUA.NA.
Dejadme salir.
DON ANTONIO.
Detente ;
Mi honor y amor te lo impiden.
DON MELCHOH.
Mi amor también y mi sangre.
DOÑA JUANA.
¡Qué pasiones tan civiles!
Va he dicho que os aborrezco.
DON ANTONIO.
¡Oh si osado...
DON MELCHOR.
¡ Oh si invencible...
DOÑA JUANA.
¡Oh sismante...
DOÑA INÉS.
¡Oh si vengada...
DON ANTONIO.
Hallara, porque se incite
MI venganza á mi enemigo...
DON MELCHOR.
Hallara dichosos lines
Encontrando agresor...
DOÑA JUANA.
Estos celos insufribles
¡Satisfaciera en el alma!
DOÑA INÉS.
; Las pasiones que me afligen
Uecompensára una muerte !
DON ANTO.MO.
Para que constante...
DON MELCHOR.
Firme...
DON BERNARDO. (Dentro.)
¿Vive araso en este cuarto
boa Melchor Salcedo?
SABAÑÓN.
Vive.
DOÑA JUANA.
Esta es la voz de mi hermano.
ESCOGIDAS DE DON FIUNCISCO DE HOJAS.
¿Qué dices?
¿Mi (
DON
DON MEICHOR.
¿Mi ofensor?
SABAÑÓN.
¡Ya escampa, y llovían confites!
DOÑA JUANA.
¿Cómo me podré librar?
DON ANTONIO.
En esa cuadra permite
Ocultarle.
DOÑA JUANA.
Ven, Inés.
ÁGUEDA.
También Águeda le sigue.
¿Qué hay de lu amor?
DOÑA JUANA.
No lo sé.
ÁGUEDA.
;, Y de celos ?
DOÑA JUANA.
Que es dificil
Borrar aquella aprensión
Que dentro del alma vive.
DOÑA INÉS.
¿ No entras?
DON ANTONIO.
Abre la puerta.
ÁGUEDA.
¿Pues Dosabré á quien eliges*
DOÑA JUANA.
Don Melchor me da más celos,
Y temo que ha de rendirme.
(Vanse.)
Mren la puerta, y sale DONUEU-
NABDO.
DON BERNARDO.
Seáis, don Melchor, bien hallado.
DON MELCHOR.
El cielo os guarde.
DON BERNARDO.
El permite
Que adolezca de un agravio
El que de una ofensa vive.
DON ANTONIO.
¿Venis á acabar el duelo?
DON BERNARDO.
A empezar el duelo vine
De otra ofensa de mi honra.
DON MELCHOR.
¿Sin honra estáis?
DON BERNARDO.
Ya lo dije.
DON ANTONIO.
¿Qué es vuestro mal ?
DON BERNARDO.
Como el vuestro.
DON MELCHOR.
I'ues declaradle.
DON ANTONIO.
Decidle.
DON MELCHOR.
¿Satisfarémonos luego?
DON BERNARDO.
Si.
DON ANTONIO.
Pues empezad.
DON BERNARDO.
Oídme:
Va os acordáis cuando anoche
Los aceros invencibles
Dieron ira á lo bizarro
V indignación á lo libre,
V que fué preciso entonces
Por cauía que enlónces visteis ,
Dilatar para la calle
Los impulsos varoniles.
Pues aun no segunda vez
En la calle se repiten
Indignaciones y espadas
Airadas, sino felices.
Cuando otra vez el alcalde
Jlás solícito nos sigue
l'or el ruido, si hacen ruido
Los que con ánimo riñen.
Repetidos los aceros,
Cuidadosa y cuerda impide
Nuestra venganza una tropa
De ministros y alguaciles.
La confusión, el concurso,
La oscuridad , lo posible
Del riesgo, me dio lugar
A que sin ser visto, cuide
(Pues no hubo más luz oue aquella
Que las centellas despiden)
Librarme de la justicia
Sin que me enoje ni indigne;
Porque aquel es más valiente
Que es con ella más humilde;
Busqué á los dos por tres calles,
V no hallándoos, resolvime
{Viendo que mi honor navega
Por Sellas y Caribdis)
A dar la vuelta á mi <»sa ,
Pues en ella soldar quise
i'.on el acero la quiebra
De mi sospecha infelice;
No hallo á mi hermana en mi cuarto :
Mándame honor que examine
De unjardin las verdes cuadras.
De una pared los jazmines;
No encuentro la que me ofende,
V viendo que es infalible
Que haya incurrido en las culpas
Quien lisa de los ardides,
i'ues dejándola encerrada
Dentro de mi casa, huirse
Ks decir que si hay temores
Ha habido culpas posibles ;
V viendo, en Un , que mi honor.
Titubeando en mar firme.
Las olas de mi sospechas
Le prueban á echar á pique ,
Doy la vuelta á vuestra casa, ,
(Jue seiá el puerto apacible
Donde mi venganza cierta
Ha de hallar dichosos unes.
Vo os hallé en mi propio cuarto
A los dos ; y es bien que indicie ,
Que uno de los dos la quiere ,
Si no es que los dos la sirven ;
Yo la lie de sacar del alma ,
Donde por amor asiste,
Con mi acero, que es la llave
Que abre corazones viles.
Vo no tengo donde hallarla,
SI los pechos no averigüe
De los dos, porque en los dos
llar la muerte solicite;
Aqui la vengo á buscar
Para que la espada pinte.
Que es pincel de mi venganza;
Más acordados perfiles:
Tú de una hermana la afrenta
Lavar á un tiempo quisiste ;
Porque el que te vio ofendido.
Vengado le solemnice;
Tú , como primero, es bien
Que á satisfacer aspires
De tu padre la venganza.
Que eterno en su fama vive;
l'ucs bi vo lloro un agravio
\ SI ui una aírenla gimes :
Si lii <le una sangre ves
Los siempre rojos matices,
E¡\ mi pecho y en los vuestros
liulii;iiaciiines se alisten
Caía tres satisfacciones
Oue tin lionor solo ac.iuclille;
Vuestros valientes aceros
Indignados se conspiren
Contra mi vida , )' en ella
Las satisfacciones liliren ;
Mi espada contra las vuestras
Tan diestra se facilite ,
yuc pase aquel corazón
Üoude mi enemiga asiste;
Véngaos , y vényuenie yo ;
Muera esta enyañosa Circe
(.lúe al encanto de mis dudas
Me lia solicitado esUnge;
Por las bocas que se abrieren
A nuestros pedios respire
El tiüiior, que hoy en la cárcel
Uel sentimiento se aflige ;
Porque vengados los tres
Esie áspid se desabrigue
(Jiii' cauto en iras por llores
Hentro del alma reside;
\ |M.r'|ue los tres honrados,
iultiIos , valerosos, lirmes ,
Atentos, nobles, conslanles,
hidignados y felices.
Demos lineas á la pluma ,
Demos voz á los clarines ,
Eterna memoria al hecho.
Demos al acero timbres ,
Demos aplauso á la fama
Y al bronce eternos buriles.
DON MELCHOR.
Pnes dárosla muerte espera
Irritado mi valor.
{Sácala espada.)
DON ANTONIO.
Eso es volver, don Melchor,
A la indignación primera.
DON MELCHOR.
Que tenéis razón conüeso.
DON ANTONIO.
Pues esia vez, vive Dios,
Que no he de reñir con vos.
Que sin honra no hay exceso.
DON MELCHOR.
A mi me toca matar
Al que á mi padre dio muerte.
DOS ANTONIO.
A mi toca...
DON MELCHOR.
¿De qué suerte?
DON ANTONIO.
Porque murió.
DON HELCnOR.
Por vengar
La tiranía villana.
Con que esa sangre ofendió .
Pues el templo profanó
Del honor de vuestra hermana.
DOM ANTONIO.
Pues en mí no baja templanza ,
Que si fué por mí , "colijo
Que iun más que i vos, por ser hijo.
Me toca á mi la venganza.
Si esta afrenta es desigual ,
Y vos airado y cruel
Le dierais la'muerte á él.
Vos quedáis bien y yo mal.
Pero colijo también
Que. si más osado y fiero.
Logra su vida mi acero.
Quedaremos los dos bien.
Pues ea, preferid aquí
SIN IIO-NUA .NÜ HAY AMISTAD.
La competencia en los dos.
Pues yo os vengo á vos , y vos
No podéis vengarme a mi.
Kn vos no cabe deshonra,
V (lado que le veníais ,
Sola una sangre vengáis.
Yo vuestra sangre y mi honra.
Luego es á mi más debida
lista venganza en rigor.
Pues saneando mi honor
Satisfago á vuestra vida.
DON MEI.CnOR.
Bien argüís; m.is yo inliero,
(,Uie aunque fuera recompensa,
Vü no he de librar mi ofensa
Al valor de vuestro acero.
DON ANTONIO.
Que á esto respondas te advierto.
SADAÑON. (Ap.)
Uñas tiene el caso en si.
DON ANTONIO.
¿Somos los dos uno?
DON MELCHOR.
Si.
DON ANTONIO.
¿Tócame tu ofensa?
DON MELCHOR.
Es cierto.
DON ANTONIO.
¿Tenéis de mi confianza?
DON MELCHOR.
Si.
Pues si sois tan mi amigo.
Contentaos con el castigo
V dejadme la venganza;
Acuérdeos vuestra lealtad
La palabra que me disteis.
llON MELCHOR.
Digo lo que vos dijisteis,
Sin honra no hay amistad.
.^li sangre ha de ser primero.
DON llERNARUO.
Tened , que yo he de mediar.
DON ANTONIO.
¿Cómo nos has deajustar?
DON MELCHOR.
Üilo.
DON ANTONIO.
Habla.
DON BERNARDO.
Desta manera :
Con pasos disimulados
V con intención villana,
En el cuarto de mi hermana
Os hallé á los dos cerrados,
V no supo mi dolor
Quién fué, aunque á dos pude hallar
Aquel que vino á violar
El sagrado de mi honor;
Pues mi discurso importuno
Ha llegado á resolver
Que los dos pudieran ser
V puede ser solo el uno;
Vme resuelvo, por Dios,
Pues de mi casa ha faltado,
V no sé quién me ha agraviado,
A daros muerte á los dos.
(Embiste con los dos, tj riñe.)
DON ANTONIO.
Déjame.
DON MELCHOR.
No habrá templanza.
DON ANTONIO.
Amigo.
DON MELCHOR.
No soy amigo.
DON ANTONIO.
Primero es este castigo.
DON MELCHOR.
Primero es esta venganza.
DON ANTONIO.
Con reñir solo le igualo;
Yo riño por mi y por vos.
DON DERNARDO.
Yo haré que riñan los dos ,
Enihisliendo á los dos.
{Embiste á los dos y tíralos á un
tiempo.)
Saiíañon.
Palo.
don MELCHOR.
Somos dos.
DON BERNARDO.
Estoy sin seso;
Yo perdono esa atención.
DON MELCHOR.
Vos me habéis dado ocasión
A que riña con exceso.
DON BERNARDO.
Digo, que de mejor gana.
Con uno solo riñera.
Dado caso <iue supiera
Quien es quien sirve á mi hermana.
DON ANTONIO.
Si es ese vuestro cuidado...
DON MELCHOR.
Si esa vuestra duda ha sido... ■
DON ANTONIO.
Yo soy el que la ha servido.
DON MELCHOR.
Yo soy el que la ha adorado.
DON BER.NARDO.
I Pues si á un tiempo vos y vos
Habéis querido agraviarñie ,
O los dos han de matarme
O he de vengarme en los dos.
{Embiste.)
SABAÑÓN.
¿Con dos?
DON BERNARDO.
¿En qué os suspendéis?
Que os dará muerte mi honor.
DON MELCHOR.
Testigo hago á mi valor
Que SOIS el que acometéis;
Pésame , que desta suerte
Me haya venido á vengar.
DON ANTONIO.
iHaste de dejar matar
Si él te tira a dar la muerte?
Vuestra sangre descubrís...
{Uiñen.)
Ah . Señor, mete el brazal ;
Tírale un tajo agonal.
DON ANTONIO.
Esperad.
DON BERNARDO.
¿Qué me decís?
DON ANTONIO.
Amigo.
SABAÑÓN.
¿Por qué los dos
La lid sangrienta ban dejado?
DON ANTONIO.
Este hombre me ha aficionado.
DON MELCHOR.
Y á mi también , voto á Dios.
DON ANTONIO.
fin medio nienso que bailé
Con que el duelo he de ajustar.
DON MELCHOR.
Don Antonio, á pelear,
Que no laj medio.
ol8 COMF
DON ANTONIO.
Di, ¿por qué''
00> BELCHOR.
Porque aunque el duelo concluya
Puesto que tu honor profana,
A que él case con lo hermana
¥ lú cases con la suya ;
Viene á quedar con peor
Salisraccion mi derecho.
Pues ni yo esloj
Ni está premiad
Pues si caso con su hermana
Y admitirla determino.
Tú , cuando amante más fino.
Te quedas sin doña Juana.
Luego ninguno es igual
De cuantos medios se ven ,
Si aun(|ue los dos queden bien ,
Viene el uno á quedar mal.
DON BERNARDO.
No hay discursos más prudentes
yue los que inventa el acero.
(.icomeleá los dos.)
SABAÑÓN. {Ap.)
Uñas tenia primero
El caso, y agora dientes.
DON MELCHOR.
jQue á dos acometa!
SABAÑÓN.
¡Fuego !
DON MELCUOIt.
¡ Qué valiente!
DON ANTONIO.
¡Que arrogante!
SABAÑÓN.
Estocada de estudiante
Es como palo de ciego.
DON HELcnon.
¡Para templar esta lid
Que no pueda hallar remedio S
DON ANTONIO.
Vive Dios, que he hallado njodio.
DON MELCHOR.
¿ Medio ?Dile.
DON BF.nNARDO-
Hablad.
Oid:
Que es medio para el honor
Y pura el amor también.
DON MELCHOR.
¿ Quedamos los dos bien ?
DON ANTONIO.
Dien,
Pero yo quedo mejor.
DON ANTONIO.
Eso no, amigo.
DON BERNARDO.
V pensad.
Que no le debo elegir,
l'orque yo os oí decir
.Sin honra no hay amistad ;
Y ((uedaiido mal mi honor.
No debo ser vuestro amigo.
DOM ANTONIO.
Que quedáis bien puesto digo.
DON MELCHOR.
i Y vos •>.
DON ANTONIO.
Yo quedo mejor.
Decid ese medio pues,
Por si mi opinión remedio.
ESCOGIDAS DE DON FRANCISCO
DON ANTONIO.
Pues oid los dos el medio.
¿Doña Juana, doña Inés?
DON BERNARDO.
;Mi hermana escondida? ¡ Oh peiiasl
Que be de mataros pensad.
(\aá acometer. \
DON ANTONIO. ,
No OS enojéis, esperad.
Salen DOÑA INÉS, DOSa JUANA.
DOÑA INÉS.
¿A qué me llamas?
DOÑA JUANA.
¿Que ordenas?
DON ANTONIO.
Oye , doña Juana.
DOÑA JUANA.
Di.
DON ANTONIO.
Ya sabes que don Melchor
Y yo, con igual amor
Te servimos.
DOÑA JUANA.
Es asi.
DON ANTONIO.
Y puedo decir muy bien ,
Que tú tan constante has sido
Que á ninguno has preferido.
¿Es esto verdad?
DOÑA JUANA.
También.
DON ANTONIO.
Y que contra tu decoro
Ciegos, como enamorado.'!.
Nos halló anoche encerrados
Eu tu casa.
DOÑA JUANA.
Ya lo lloro.
DON ANTONIO.
Y aunque de ti yo no creo
Amante imaginación,
Corre riesgo tu opinión;
Ves el daño...
DOÑA JUANA.
Ya le veo.
DON ANTONIO.
Y que á tu honor le está bien ,
Ya que no le esté á tu amor,
Que á uno elija tu rigor
Por esf oso.
DON ANTONIO.
i. Y lú, don Bernardo, di ,
Hoy que tu honor se profana ,
Si no se casa tu hermana
No quedas sin honra?
DON BERNARDO.
Si;
¿Quién mi agravio dudará?
DON ANTONIO.
,.No harás lo que yo te pida ,
i'ues ui pusieras tu vida
Por tu fama?
DON BERNARDO.
Claro está.
DON ANTONIO.
,,Soy tu amigo?
DON MELCHOR.
Ya estoy viendo
Tu Oneza y tu aíicioo.
DON ANTONIO.
¿Queréis la satisfacción
De tu padre?
DON MELCHOR.
Esa pretendo.
DON ANTONIO.
¿Tú , con acuerdo seguro.
No querrás que atento y sabio
Se zanje ya aquel agravio
Sin tu muerte?
DOÑA INÉS.
Eso procuro.
DON ANTONIO.
¿Quieres (pues todos estamos
A un fácil medio dispuestos)
Que quedéis todos bien puestos
Y yo mejor?
TODOS.
Ya esperamos.
DON ANTONIO.
Pues es el medio mejor
Que tú cases con mí hermana ,
Y también que á doña Juana
Dé la mano á don Melchor ;
Pues desta suerte consigo
Hacer con sabia advertencia ,
A ti aquella conveniencia
Y esta fineza á mi amigo.
Y pues deste modo ven
Que he hallado feliz remedio,
Bien ajustado este medio
Todos (luedarémos bien.
Satisfecho don Melchor,
Tú contenta y tú vengado ;
Mas yo que no estoy casado
Soy el que quedo mejor.
DON BERNARDO.
¿No le das la mano?
DOÑA JUANA.
Si.
DON MELCHOR.
Premio y bonra á un tiempo gano.
DON BERNARDO.
Ahora le doy la mano.
Sale ÁGUEDA.
ÁGUEDA.
Espera, que para ti.
Porque el vulgo no le vea .
De nones trae mi afición
Dos novias.
DON ANTONIO.
¿Dime quien son?
ACCEDA.
Las hijas de doña Andrea.
DON MELCHOR.
Pagar tu amistad espero.
SABAÑÓN.
Ellos son los engañados.
Pues que los dejas casados
Y tú te quedas soltero.
DON BERNARDO.
Pues este duelo ajustado,
¿ Qué es lo que falla que hacer? t
DOÑA JUANA.
Lo que falta es merecer
Los aplausos del senado.
DON ANTONIO.
Pues con eso se remedia
El desacierto.
DOÑA INÉS.
Es verdad.
DOÑA JUANA.
D.id un vilor de piedad
Al que escribió la comedia.
LO m OUEIIIA VER EL SUROl'ÉS DE VILIINA.
DOSA juana de MADRü), res-
uda de estudiante.
EL DOCTOR DON PEDUO BER-
MCDKZ. estudiante.
EL LICENCIADO CETINA, estu-
diante.
ESTUDIANTES castellanos viejos.
ESTUDIANTES monchegos.
PERSONAS.
EL LICENCIADO OBREGON, «-
tudinnte.
SERAFINA . dama.
JULIA, criada.
FILENO , mágico.
EL MARQUÉS DE VILLENA DON
ENRIQUE.
ZAMBAPALO, estudiante gorrón.
UN CRIADO.
Músicos.
Alguaciles DE esci'rias.
UN PASTELERO.
EL JUEZ DEL ESTUDIO.
DOS PORTEROS.
UN VALIENTE.
JORNADA PRIMERA.
Salen el licenciado CETINA y ESTU-
DIANTES castellanos viejos, con es-
padas y broqueles , de noche.
CETINA.
¡VUor el dolor Bermudez!
ESTUDIANTE 1."
1 Vítor Campos!
ESTDDIANTE 2.°
¡Vilor Campos!
KSTDDIASTE 3."
¡Campos Vítor!
TODOS.
¡Tor, vítor!
CETIÜA.
¡Vítor A;IIon !
ESTUDIANTE 1.°
Lugarazo
Es de Castilla la Vieja;
Ue mal vino, pero caro.
ESTUDIANTE 2.°
Linda noche.
CETWA.
En Salamanca,
Y en invierno, de niilai;ro
Hace buena noche.
ESTODIANTE 3."
V más
Para quien no tiene lado.
VOCES. {Dentro.)
¡Vítor Mancha!
ESTUDIANTE 2.°
¡Mancha vítor!
CETINA.
ESTDDIANTE 2.'
.\ ajos huele.
ESTDDIANTE 1."
Y avino tinto.
Y no malo.
VOCES. (Dentro.)
¡Vilor san Clemente !
ESTII01A.NTE 1.°
Este era
El qae olía.
TODOS.
¡Vítor Campos!
CETINA.
¡Vítor Madrid!
ESTUDIANTE 2."
Madrid no es
Mancha.
CETINA.
Señor Licenciado,
Aquí en Salamanca es Mancha
Desde Guadarrama abajo.
¡Vítor Dermudez!
TODOS.
¡ Bermudez
Revitor!
CETINA.
Ya hemos llegado
A su ventana.
TODOS.
¡Tor! tor!
CETINA.
Quedo, que si no me engaño.
Nuestro o|)Ositor parece
Que á aquel balcón se ha asomado.
TODOS.
¡Vítor don Pedro Bermudez!
{Asómase don Pedro Bermudez
á la ventana.)
BERMUDEZ.
Y el que con tan noble amparo.
Aunque infeliz, vencer piensa
La inllueucia de los astros.
Pero, ¿quién sois, porque 50,
Puesto que me habéis honrado,
Pueda ser agradecido ?
CETI.NA.
Todos somos castellanos
Viejos, sin mezcla ninguna
De gallego.
BERMUDEZ.
Y mis paisanos
Sois todos.
CETINA.
V que han de dalle
La cátedra.
BERMUDEZ.
V cuando acaso
La cátedra no consiga.
Por lo menos he granjeado
Que no pueda la fortuna
Quitarme vuestros aplausos.
CETINA.
Yo soy su hacedor, y sepa ,
Que no hay ninguno de cuantos
Vienen conmigo, que no
Ponga su voto en mis manos.
Todos han de ser sus votos,
Y sus reniegos si acaso
Pierde la cátedra; y juro,
Que si cualquier castellano
Negare á vuesamerced.
Que haber puede alguno calvo,
Ha de hacer Campos con él
Cosas que le haga hacer campos ,
Y aunque el marqués de Villena
Y lodos los de su bando.
Quieran (|ue el dotor Madrid
Con su cara fondo en raso
Lleve la cátedra, siendo,
Como se ve , graduado
Por Capadocia dotor.
Que solamente en el rastro
De Madrid habrá de ser
Mejur visto por castrado.
BERMUDEZ.
Los votos son de justicia.
CETINA.
Y costas , si de contado
Se nos da la colación
Que se busca en tales casos.
BERMUDEZ.
Aquí está ya prevenida.
ESTUDIANTE 1."
Pues váyala ucé dejando
Caer.
BERMUDEZ.
Treinta papelones
Hay de á libra , porque á tantos
Benelicios mal podían
Mis cortedades pagaros.
{Eclia papeles de confitura.)
Esta es la colación.
VOCES. {Dentro.)
Deste beneficio estamos
Borrachos, señor Dotor.
BERMUDEZ.
¿Qué dice?
CETINA. {Tienta los papeles.)
Que aquí hay eiJ¿;añOi
Estos papelones tienen
Tres cuarterones escasos.
BERMUDEZ.
Seor licenciado Cetina ,
Asi los trujo un criado
De la tienda.
CETINA.
Señor niio,
Yo conozco por el tacto
Y por el peso lo que hay ;
Y sopa , que estoy cursado
En esta materia , y suelo,
A la dama que más amo,
320 COMEDIAS
Oiiiíaiutn :i cnda papel
1 II ciMiieron, ydejando !
El papel larco y angosto, 1
Darla ires libras porcualro.
{Échale otras dos, y á los demás.) '
GERUt'DEZ.
Accipe alia dúo.
CETl:(».
Accipio.
BERMCDEZ.
Y tengan todos.
ESTUDIANTE 1 .'
Teneamiis;
¡ El Dotor Ires cuarieroucs
Vítor!
BElmUDEZ.
óyeme usted.
CETWA.
Audio.
DERMODEZ.
Mañana he de lomar puntos.
CETI>A.
Yo los tomo cada rato.
BERVCDEZ.
Y otro dia he de leer.
CETl:»A.
Lea usted conciso y claro,
Y si la cátedra lleva
Diremos los castellanos...
UERMUDLZ.
Decid, ¿([uéí
TODOS.
¡Viior Bermudez!
BERUUDEZ.
Y yo, si me habéis honrado.
Podré decir, ; Campos vítor!
TODOS.
¡Campos vitor! ¡vítor Campos!
{Yanse.)
Salen ZAMBAPALO t ESTUDIANTES
manchegos, y el licenciado OBIiE-
GON , de noche , con escopetas.
ESTUDIANTE 1.°
¡ Vilor la Mancha ! ¡ Tor, tor !
ESTUDIANTE 2.°
¡Picvitor Madrid!
ZAUBAPALO.
A ratos.
iQuiéo habla mal de Madrid ,
La patria de ingenios tantos.
Cuyos valerosos hijos
éoi'i leones castellanos?
ZAMBAPALO.
Lo que es leones, hay muchos,
Pero de las diez abajo.
OBREGON.
No me hablen mal de Madrid.
ZAMBAPALO.
Si no saben alabarlo.
OBREGON.
¿Qué hay en él que sea mejor?
ZAMBAPALO.
¿Qué es lo que hay, seor Liceiiciailu?
La ropería de viejo,
Donde si uno va á buscarlos,
Le venden de otra manera
Los calzones que le hurtaron.
Hay la puerta de la cárcel ,
Donde se halla todo trasto :
Que un hombre busque la jaula ,
ESCOCIDAS DE DON FRANCISCO DE ROJAS.
Quebrados lodos los arcos , De Madrid.
I.a mesa con un pié menos ,
La silla con solo un brazo,
La manga sin compañera.
El tahalí de otros cabos.
Sin ruedas un carretón
Y una espada sin recazo;
La ropilla sin calzones.
Cama con llave y sin clavos;
Una ballesta sin nuez,
Cn candil sin garabato.
Un broquel sin cazoleta.
Un almirez y sin mano,
Un baúl sin cerradura,
lln reloj desconcertado.
Libro sin principio y fin.
Una pintura sin marco;
Que esto aderezarlo cuesta
l'ii tercio más que comprallo.
Hay en la corte también...
OBREGON.
Licenciado Zanibapalo,
Déjelo por Nida suya.
ZAMBAPALO.
Con esto no más acabo :
Hay en la corte también
Amoladores ¡;abaclios
Que deslruveu los cuchillos
No más de con amolarlos.
OBREGON.
¿Pues con qué intención los echan
A perder?
ZAMBAPALO.
Esto eslá claro:
Los franceses de Madrid
Van horros para engañarnos ;
Unos los amuelan , y otros
Los venden ; que han concertado
Que éstos á perder los echen
Porque estotros vendan caro.
ESTUDIANTE {."
¡Vítor el dotor Madrid 1
OBBEGON.
Esperad, que hemos llegado
De Serafina á la puerta.
ZAMBAPALO.
Démosla un vítor, contando
Sus gracias.
OBREGON.
Si han de ser tod.-is.
No habrá tiempo para tanto.
ZAMBAPALO.
¡Vítor Serafina!
TODOS.
¡Vítor!
OBREGON.
Con quien son Bartulo y Baldo,
Felino, Abad y Jason ,
Y Menochio unos barbados.
ZAMBAPALO.
No hay en Salamanca dama
De iguales partes.
OBREGON.
Ha dado
El de Villena en pasearla ;
Mas no la alcanzará.
ZAMBAPALO.
^ casco
TODOS.
¡Vitor! ¡tor!
OBREGON.
¡ Sus ojos vitor !
Que parecen tanto cnanto
A los ojos de la pueiit»
ZAMBAPALO.
Eso no alcanzo;
¿A la puente segoviana
En qué los has comparado?
¿ No responde en qué?
OBREGON.
En ser grande
Y en estar desocupados.
ESTUDIANTE 1.°
¡Vítor! ¡tor!
ZAMBAPALO.
i Vítor sus dientes!
Que en lo iguales y en lo blanco,
Para impotentes de amor
Son piñoncitos mondados.
TODOS.
¡Vítor! ¡tor!
ZAMBAPALO.
¡Tor Scraüna !
(Sale Julia, criada , á la ventana.)
A la ventana ha llegado
Una criada.
ZAMBAPALO.
Ancilla es.
JULIA.
Eu3 escholasüci.
OBREGON.
Gaudeo.
ZAMBAPALO.
¿ Quid vis?
JDLIA.
Voló.
OBBEGON.
Deshonesta,
¿Que es eso de voto*
ZAMBAPALO.
Palo.
JCLIA.
Yolo loqui.
OBREGON.
¿Latin sabes,
Julianilla?
JULIA.
Yo be cursado
Todas las clases.
ZAMBAPALO.
Si creo.
JULIA.
Cuando doncella , estudiando
En reminimas , después
Subí en el arte un grado ;
Y en mlnimasestudié ,
En menores de allí á un rato ;
Luego en medianos.
ZAMBAPALO.
Hario es,
Que te quisiesen medianos.
JULIA.
Luego en mayores : en ellas
Viví con grande regalo;
Y ahora retórica estudio
Para pedir.
ZAMBAPALO.
Lo has errado;
No importa que hablar no sepas
Pulido, como hables claro.
OBREGON.
¿Y después, qué ciencia quieres
Estudiar?
JULIA.
Artes , que hoy hallo,
LO Ol'E QüKHIA VER EL MARQUÉS DE VI LLENA.
¿V después V
JDLIA.
Astrologia.
7AMBAPAL0.
n¡, ¿para qaé?
JULIA.
¿ No está claro?
Para levantar figuras.
ZAXBAPALO.
Eso suele valer algo.
Mi señora Serallna,
Mancheijiiislmos hidalgos,
A todos , desde su cania,
Os envia mil recados ;
V para mañana a todos
Os convida , que ha trazado
De ciencias una academia ,
V hoy ha convidado á cuantos
Suí;etos en Salamanca
Tiene la escuela aprobados;
V los estudiantes quiere
Oue sean oyentes, logrando
Hacer más festivo el dia
Con la honra de vuestro aplauso.
OBREGOX.
i Y tú has de estar en la fiesta?
JULIA.
Fiesta , donde hay hombres lautos,
P;ira iiil no es de perder.
ZAMÜAPALO.
Gran dia , si haces barato.
VOCES. {Dentro.)
Vítor Campos!
; Mancha viior!
cvMPRSi.Nos. (Dentro.)
\ Cola Mancha !
OBREGON.
Licenciado
Campesino, ¡ Campos cola !
CETINA. {Dentro.)
¡Mientes!
OBREGON.
Yo te doy de palos.
Salen CETINA v ESTUDIANTES cam-
pesinos , y andan á cuchilladas cuii
los manchegos.
CETINA.
iQuién dijo palos aqui?
OUREGON.
Aqui nadie.
JULIA.
Aqui hay porrazos, {\ijae.)
OBREGOH.
Yo lo dije.
CETIXl.
Pues si él
Lo dijo, haga luego un acto
OecoDiricion...
OBREGON.
Esto es hecho.
(Saca una pistola Cetina, y pónese
Obregon detrás de Zaml/apato.)
CETINA.
Porque quiero despacharlo.
OBRECON.
iPUtolítas para mi
R.
Pues morirás.
ZAMBAPALO.
Tenga mano.
OBREGON.
¿Oyes? tira y no me yerres.
ZAMBAPALO.
No tire, seor licenciado
Cetina.
OBREGON.
Acaba , dispara,
Oue cara á cara te aguardo ;
Pero mira no me yerres.
¿Pues cómo puede acertarlo
Estando detrás de mi?
Señor, ¿estamos horrachos?
No dispare vuesarcé.
Que basta que yo disparo.
OBREGON.
Suelta la pistola.
CETINA.
Ya
La suelto. (Arr/>jn!a.)
OBREGON.
¡vítor Almagro
(Embisten á cticliillutlas.)
Y Valdestillas también!
¡ Vítor, que lleva su ajo !
CETI.NA.
¡Vitor Carrion y sus condes!
OBREGON.
Cien leones se han sollado
Para que esos condes huyan.
CETINA.
Ellos sabrán azotaros,
I Porque sois unas Elviras
V unas doñas Soles. {Uinjen.)
ZAUBAPALO.
i Caldo
A los deOrgaz!
BERjiuDEz. {Dentro.)
¡Que se matan
Los dos bandos!
Sale UN ESTUDIANTE con un hacha.
DOÑA JUANA. (Dentro.)
i Al Mercado !
BERMUDEZ. (Dentro.)
¡Por la Rúa!
Salen liERMUDEZ t DOSA .IUANA.
vestida de estudiante.
DOÑA JUANA.
Llegad todos;
Señores manchegos . ¡jaso.
Que soy el dotor Madrid.
BERMUUEZ.
Tener, señores paisanos ,
Que soy el dolor liermudez.
DOÑA JUANA.
¿Licenciado Obregon?
OBREGON.
Trato
De acabar con esta vieja
De Castilla.
BERMUDEZ.
¿ V VOS ?
CETINA.
Yo ando
Por sacaros esta mancha ,
V no lie de gastar un cnarto
ESTUDIANTE.
Verbum caro.
DOÑA JUANA.
Paz, señores.
BERMUDEZ.
Tenganse.
DOÑA JUANA.
Óiganme ustedes.
ZAtlBAPALO.
Audiamus.
DOÑA JUANA.
Caballeros , más importa
Que finos y a|)asiünados
Aventuréis una gola
De sangre por mi', que cuantos
Piemios pueda la forlnna
Darme por vuestros aplausos.
BERUUDEZ.
De la cátedra desisto.
Porque si habéis de arriesgaros
A perder por mi las vidas ,
Me sale el premio muy caro.
CETINA.
¿Un capón ha de oponerse
Muy presumido y muy falso
A la cátedra de Sexto?
ZAMBAPALO.
¿No le parece al picaño
Que en el Sexto leer puede
La cátedra al más versado ?
( Vuelven á embestirse.)
DOÑA JUANA.
Don Pedro Hermudez es
El que solo ha granjeado
La cátedra por sus letras.
BERUUDEZ.
El dotor Madrid, es llano.
Que por sus letras merece
Más que otro en tan pocos años.
DOÑA JUANA.
Yo os suplico que os templeij.
CETINA.
Señor dotor, en llegando
A hablarme así...
OBREGON.
Dése modo...
CETINA.
Me convengo.
OBREGON.
Y yo me allano.
BERMUDEZ.
Digo, señor don Alonso...
(Dlceselo á doña Juana.)
Que no sé cuál fijo astro
Me obliga , aun más que me mueve,
A serviros > estimaros.
Yo he tenido amigos , yo
De tan lino me he preciado
Con los que lo han sido inios.
Que en esto sólo aventajo
A los qufe en la edad pasada
Fueron tema de los años.
Algo es más aqueste incendio
De aquel calor ordinario
Con que la amistad estrecha
Palabras, pero no lazos.
Este no hallarme sin vos
V este [ireciso adoraros,
Mas es que por vos , por mi ,
También debí de ser algo.
Idos con Dios, y lograd
522
COMED!,
La cátedra , que aunque errado
Contra vos me oponf;o, es
Sólo porque quiero daros
Más triunfo en la oposición;
Que tan contento me hallo
Kn ver que lie de ser vencido
De vos solo, porque os amo,
l)ue en el mismo vencimiento
Parece que tenj;o el lauro.
IIÜXA JUAX*.
Señor don Pedro, agradezco
l.a liiieza ; mas no extraño
Une me bagáis tantos favores ,
C'ne aunque vos me liabeis Im'iraüo
Más que al más intimo amigo,
No me tiene más ufano
Que me preürais á mí ,
Aunque otro os haya prendado,
l'orque aquel sólo agradece
Y yo solamente pago.
La" cátedra es vuestra , que liny
Ks vuestro ingenio, entre tantos,
El que por digno merece
liepetidos los aplausos;
Que aunque competido el mió
Con el vuestro, no ha iiitciilailo
Preferiros , que fué sólo
Porque es mi ingenio tan vano
Que ha intentado la osadía
De querer aventajaros.
DEnSlUDEZ.
¿Queréis escuohurme á solas
Lna palaliraí
Hablad.
BtnUUDEZ.
UO\A Jl'AXA.
Habladnie claro.
Proseguid.
IIEKMCDEZ.
¿El corazón ,
Qué olicio hace?
DOÑA JUANA.
Velando
Eslácomo centinela
Dentro del pecho encerrado.
BERIUUDEZ.
¿Por dónde ve?
Por los ojos ,
Adonde registra el campo
De los males y los bienes.
BF.RMUDtZ.
¿Y si por ellos acaso
No los viese?
UOÑA JUANA.
Hacia el oido
Sale también á cseucliarlos.
BEKMUDEZ.
¿Cómo avisa el corazón
Los males?
DOÑA JUANA.
Toca á rebato
Al alma, donde duplica
Latidos desconcertados.
BEBMUDEZ.
¿Y un bien cómo nos le avisa?
DOÑA JUANA.
Con alegres sobresallos
Avisa dentro del pecho
\r(lientenienlc pulsando.
AS ESCOCIDAS DE DON FRAN'CISCO
Centinela de la vida,
O al oíros ó al miraros
Pulsa el corazón , y creo
Que es bien el que" me ha guardado
La fortuna , cuando os ve
Sobresaltarse, y reparo
Que tiene indicios de mal
El mismo haberos mirado.
Parece bien , pero tiene
Por mal el bien encerrado
La misma dificultad
Que hay en él para alcanzsrlo.
Pues sepa , si el mal es bien .
Que estoy siiitiendo y dudajido.
Pues de "ver que el cora/on
Obra activo y teme tardo.
De dudarle y de creerle
Me alegro y me sobresalto.
DOÑA JUANA.
No creáis al corazón.
Porque aunque suele avisarnos
De los males y los bienes.
En avisos ó en presagios
El corazón las más veces
Nos engaña.
BERMUDEZ.
Eso no alcanzo.
¿De qué suerte?
DOÑA JUANA.
Desta suerte:
¿ No sucede de ordinario.
Si en un caballo os ponéis ,
Que si tropieza el caballo
Que el corazón crea el riesgo
Sin que haya riesgo?
BERUUOEZ.
Está claro.
DOÑA JUANA.
Pues ved como el corazón
Os mintió. ¿No babeis pensado
Tal vez que vais á reñir,
V luegn, sobresaltando
El corazón á las venas,
Pide socorros tan varios.
Que hurtando la sangre el rostro,
Se previene tan temprano,
Que el riesgo que ha de venir
Le tiene ya imaginado?
BERUUOEZ.
Si.
DOÑA JUANA.
¿Pues cómo el corazón
No os declara vuestro engaño?
BEKMUDEZ.
Decis bien.
DOÑA JUANA.
Falta la vista.
Plaquea el oido tanto,
Que tiene por verdaderas
Voces que se le antojaron.
Engáñase el gusto, y cree,
De la aprensión ayudado,
Que es suavísimo néctar
El siempre acíbar amargo.
¿Y queréis que el corazón ,
Nada verdad , todo engaños ,
Sepa más que los sentidos?
Destos si , podéis fiaros,
Que ellos engañan tal vez,
V él está siempre engañando.
BERUUDEZ.
Pues mienta ó no el corazón ,
Yo he de creerle.
DOÑA JUANA.
Engañaros
Puede el corazón.
BERMUDEZ.
No puede.
Que á los ojos se ha asomado
DE ROJAS.
Y á los oídos, y vos
Mismo estáis aconsejando
Que prefiera los sentidos.
DOÑA JUANA.
Lo que me toca es pagaros
E.safe.
BERMUDEZ.
V á mí que dure
Firme como estos peñascos.
DOÑA JUANA.
Pues ea, amigos, decid.
BERMUDEZ.
Ea , amigos , si obligaros
Puedo con mi amor, dircís...
CETINA.
¿Qué me ordenas?
ESTUDIANTE.
Ya esperamos.
DOÑA JUANA.
¡Vítor el doctor Bermudez!
MANCHEGOS.
¡Vítor Bermudez!
BERMUDEZ.
Trocando
Los afectos, ¡Madrid viva!
CETINA.
Basta ser tuyo el mand.3to.
TODOS.
¡Vítor el dolor Madrid!
DOÑA JUANA.
¿Licenciado Obregon?
OBREGON.
Adstim.
DOÑA JUANA.
Haced que todos me sigan.
BERMUDEZ.
¿Oísme, Cetina?
CETINA.
Audio.
BERMUDEZ.
Todos os venid conmigo
Siguiéndome.
CETINA.
Pues eamits.
BERMUDiZ.
En casa de Serafina
Vais.
DOÑA JUANA.
Hoy me ha convidado
A una academia.
BERMUDEZ.
Yámi;
¿Allá iréis?
DOÑA JUANA.
Allá os aguardo.
BERMUDEZ.
Repetid, ¡vilor Madrid!
CETINA.
Eso es bueno para un rato.
CAMPESINOS.
¡Vítor Capadocia!
TODOS.
¡ Vítor 1
OBREGON.
¡ Vítor Mancha !
CAMPESINOS.
¡Vilor Campos!
DOÑA JUANA.
Cielos , ¿ si sabe (piíen soy
Düii Pedro?
BERMCnE?..
Una duda amo.
DON* Jl'AXA.
No me descubras, fortuna.
BERUUDEZ.
üejjdme, vivos cuidados.
Sal^ EL MARQt ÉS v U.N CRIADO.
CRIADO.
lisia es la casa.
Cómo JO h
¿Llamaré ;
De Villena ,
CRUDO.
la puerta?
MARUUÉS.
Sf.
Sate JULIA.
JDLIA.
¿Qaién es quien llama?
CRIADO.
El Mar
señor.
JULIA.
Rsperad un poco agora.
Mientras digo á mi Seuora
Como estáis aqui.
MARQUÉS.
¡ Ay amor!
JBLIA.
Y en esotra sala entrad.
MARQUÉS.
Lo que mandareis haré.
CRIADO.
i A qné te llama?
MARQVÉS.
No sé ;
Ráceme gran novedad
Que dama coi) quien no vale
"£a fe con que la he obligado,
A llamar me haya enviado.
CRIADO.
jAhora lo sabes?
marquks.
Ya sale.
.Sfl/í SERAFINA vjrUA.
SERAFINA.
Tor grosería tendréis
Que me haya tardado.
MARQUÉS.
No;
(Jue antes para veros yo
ts menester que tardéis.
SERAFINA.
No OS entiendo.
HARQUÉS.
Es evidente ,
Que siempre se deslumhró
Quien de la sombra salió
A ver el sol de repente ;
Pues como preciso es
Peligrar la vista, quiero
Que haya alguna luz primero
Para ver al sol después.
SERAFINA.
Ese ejemplo no es de aqui.
Que ese gran padre del día
Sale entre la sombra fria,
lie ciega.
LO QUE QUERÍA VER EL MARQUÍS DE V
MARQUÉS.
Es ansí;
Pero es el alba primera ,
Y la aurora rubia y clara.
Que á los mortales cegara
Si de repente saliera;
Con el alba se previene
La vista y la admiración.
Porque aquellas luces son
Avisos de que el sol viene;
A él os habéis parecido
En enviar vuestros despojos ,
Mejor les está a mis ojos
Que vos me hayáis prevenido ;
Pues con aquel resplandor
Que de vuestras luces sale ,
No veros luego , me vale
Que os vea después mejor.
SERAFINA.
Aunque me está bienoiros
Lisonjas que he de eslimaros.
Sabed , que por acendraros ,
Deseo contradeciros.
Glande es vuestro entendlmieiUo.
Vase )
MARQUES.
Que no me alabéis querría ,
Porque parece ironía
De vuestro aborrecimiento.
No me tratéis con engaño.
SERAFINA.
único sois en las ciencias,
Dueño de las experiencias
Sin la costa de los años.
Sois en la escuela el mayor
Sugelo della, esto sé.
MARQUÉS.
Más sé que todos...
Yái
¿Porqué'
MARQUÉS.
Porque sé amaros mejor.
SERAFINA.
No es ciencia amor, claro eslá ;
i;n bruto sabe querer.
MARQUÉS.
Pero saber conocer
Lo que se ama lo será.
Por amar mi entendimiento
Con perfección noche y dia
Corseen la lilosofia
De vuestro conocimiento ;
Luego me puse á estudiar
En honra clase mayor.
Las leyes que pide amor
Para saber obligar.
Luego con mayor desvelo
La astrologia estudié,
Por saber todo lo que
Hay dentro de vuestro cíelo.
Mas si no os he de alcanzar,
Mejor me está , Serafina ,
Estudiar la medicina
De saberos olvidar ;
Pues si yo no he de aspirar
A mereceros , llamarme
Fué para desengañarme.
SERAFINA.
Hoy he querido juntar
Los sugelos de más parles
Que hay en la Universidarl :
Dia es de Navidad ;
Mi inclinaciun á las artes
Tan grande es siempre, qiio qi
Hoy una academia hacer
En que vos habéis de ser.
Como en la escuela , el primero.
Vos llevaréis la vitoria.
MARQDÉS.
Quienes en esta ocasión
Sugelo de esa elección ,
Ya lo es de vuestra memoria;
Si le merece mi pena ,
Premio á mi constancia dad.
SERAFI.NA.
El nmor quiere igualdad ;
Sois el marqués de Villena,
La que vuestra igual no es...
MARQUÉS.
¿Quién , Seraflna , os iguala?
JULIA.
Gente viene.
SERAFINA.
A esotra sala
Os pasad , señor Marqués.
MARQUÉS.
¿A esta sala pasaran
Los académicos?
SERAFINA.
Sf.
MARQUÉS.
Pues ya obedezco ; ¡ ay de mí!
SERAFINA.
¿Quién es?
El dolor Ciclan.
Sale DOÑX JUANA.
DO.ÑA JUANA.
Es quien quiere, Serafina,
Sí ya no es que os cause enojos ,
Estudiar para los ojos
Rayos de esa lu/, divina ;
Ciega á un tiempo, y á otro inclina.
Pues como en su oculto arder
No se puede comprender
La llama, vengo á estudiar,
No como os he de adorar.
Sino como os he de ver.
SERAFINA.
Mucho me estáis lisonjeando.
DOÑA JUANA.
Verdad del deseo es.
SERAFINA.
En esa sala , el marqués
De Villena está aguardando.
DOÑA JUAN*.
¡Ay de mí 1 el Marqués...
SERAFINA.
¿Amando
Me estáis?
DOÑA JUANA.
Y sin penetrar
La luz , la luz sé adorar ;
Pero verla he menester.
SERAFINA.
Pues yo me dejaré ver
Si vos me sabéis amar.
DOÑA JUANA. (Ap.)
Mal entiendes mis cuidados.
SERAFINA.
Felice soy desde ahora.
JULIA.
(; Y que sea mi Señora
Amiga de desbarbados!)
DOÑA JUANA.
Favores tan declarados.
Sola mi fe pagará. Vase.)
SERAFINA.
Yo me he declarado ya.
Afectos , no tan veloces.
JULIA. {Ap.)
jSaliri ésle dar cuatro toces
A una mujer? no tabrá.
Sa/í BERMUDEZ.
BERUUDEZ.
Yo he venido :i obedeceros
A esla academia, á ocasiou
tiae logre mi admirucioo
Oiros á nn tiempo y veros.
SERAFINA.
Mi cuidado agradeceros
Debe una j otra (ineza.
BERMIDEZ.
Ved mi admiración que empieza
Ue ver que el entendimieulo
Este alguna vez contento
Ue gozar a la belleza.
SEBAFmA.
Y el entendimiento...
BERHUDEZ.
Hablad.
SERAfl.-ÍA.
¿Sabréis vos por qué procura
Olvidar a la hermosura
Y querer á la fealdad?
BERUDOEZ.
Es tanta su vanidad ,
Que quiere una adoración
Singular; y asi, la unión
De la fealdad solicita,
Qae la hermosora le quila
Parte de la estimación.
Si el entendimiento veo
Que amar la beldad procura,
Hace la mucha hermosura
Al entendimiento feo ;
Si para mejor empleo
Ama la fealdad dichosa.
La da luz tan misteriosa
Que como del la luz nace ,
El entendimiento hace
Que esté la fealdad hermosa.
Pues como él cuando procura
Ver y amar con variedad,
Hermosea á la fealdad
Y á él le afea la hermosura;
En la fealdad más segura
Su vanidad se percibe.
Que aunque desotra se prive.
Emplea su perfección
Adonde él da estimación
Y no donde la recibe.
Sfl/en CETINA, OBREGON
y ESTUDIANTES.
JULIA.
Toda la Universidad
A la academia ha venido;
Todo está ya prevenido;
En esotra sala entrad.
¿Señor don Pedro?
Sale EL MARQUÉS y DOÍÍA JUANA
y deliénenltt entre los tres.
■ARQUES.
No os eclipséis, sol , iiue llena
De luz cielo y mar serena.
DO:ÑA JUANA.
Cayó amor.
SERAFINA.
i Estoy mortal! {Tropieza )
COMEDIAS ESCOGID.VS DE DON FRANCISCO DE ROÍAS.
Salen ESTUDIANTES campesiiiv
BERMUDEZ.
Resbaló.
MARQUÉS.
Pié de cristal
No ha (le huir por el arena.
SERAFIXA.
Iba ciega ; he tropezado.
MARQUÉS.
Si os mirabais , esto ha sido.
BEnMCDEZ.
El color habéis perdido.
DOÑA JUA>A.
Pero ya le habéis cobrado.
BERUDDEZ.
Bien al sol he comparado
Peregrina esa belleza,
Cuando 3 peligrar empieza
Con la luna su arrebol.
Que cuando se eclipsa el sol
Es sólo cuando tropieza.
BARQOÉS.
A ese rio lisonjero
También os comparo yo,
Al ver que el susto os dejó
M.is hermosa que primero ;
Tropieza de ir muy ligero
En la peña que ha estrechado
El margen que le ha guiado ;
Pero si se para, es
Para correr más después
Sólo porque se ha parado.
DO.VA JUANA.
Otro ejemplo al vuestro igual
Viene á ser la mar serena ,
Que en tropezando en la arena
Más herniose:) el cristal;
Sois luna á quien da caudal
Nube que fué á escurecella,
O estrella que está más bella
Si la turba el hielo frió;
Vos sol la llamáis, vos rio.
Yo la mar, luna y estrella.
JULIA.
Bien el premio mereciera
Ingenio tan superior.
Aunque no fuera el mejor
A mi me lo pareciera.
JULIA.
Fileno el Mágico espera
Licencia.
SERAFINA.
Y'a puede entrar.
Salen FILENO y músicos.
FILENO.
Como me enviaste á avisar,
Señora, te obedecí.
¿La música?
Mtisicos.
Ya está aquí.
JULIA.
¿La escuela?
SERAFINA.
Ya puede entrar.
MARQUÉS.
Para mi ver la figura
Del Mágico es gran deleite.
Salen ESTUDIANTES mancliegos
y ZAMBAPALO.
ZAHBAPALO.
Aquí está la Mancha.
CETI.NA.
Campos está aqui.
JDLIA.
i Basura !
BERMUDEZ.
¡ Unda academia!
DOÑA jua:«a.
Lucida;
Famosa tarde será.
SERAFINA.
Para vuecelencia está
Est:i silla prevenida.
{Una silla sola . un bufete, unos m'/; -
eos detras, los estudiantes ú tus lu-
das.)
JULIA.
Ea , sentarse, señores.
ZAMBAPALO.
Ahora mi ingenio verán.
OBREGON.
¡ Gran tarde !
CETIRA.
Juntos están
Nuestros dos opositores.
SERAFINA.
Los señores licenciados
Se acomoden. {Siénta-.u )
OBRECON.
Ya lo estoy.
ZAMBAPALO.
¿Pues hay licenciados hoy
Que no estén acomodados?
SERAFINA.
Para que el intento acierte
Atentos podéis estar,
Porque se ha de celebrar
La academia desta suerle.
Yo propondré una cuestión
O un problema.
CETINA.
Bien está ,
Y así cada ano dirá
Su opinión.
OBREGON.
¡Linda opinión!
SERAFINA.
La música ha de cantar
Un mole con cada asunto;
Luego sobre el mismo punió
La escuela ha de sentenciar ;
Y yo he de hacer un favor
Al que conformándose antes
Dijeren los estudiantes
Que ha discurrido mejor.
CETINA.
Vaya la cuestión primera.
ZAMBAPALO.
La proposición es niia ,
Sacando la Teología ,
Que es la ciencia verdadera,
CETINA.
Proseguid.
ZAMBAPALO.
¿Cuál ciencia,
Para la conservación
Nuestra es la mas útil?
SERAFINA.
¿Por qué?
MARQUÉS.
:s.
Porque es
Su ciencia Filosolia
Sloral , que el discurso invenía ,
Polilica que suslenla
L'na y utra mon.'iniuia;
Porii'ue lengamos quietuü
Leves el mundo iuvenló,
V (ie las leyes nació
La juslicia.que es virind.
tíue suii un freno juzgad
Contra la bumana malicia ,
(.iiie si no hubiera justicia
Tampoco hubiera verdad.
De los hombres el rencor
Contra los hombres lempluron ,
Porque el castigo inventaron
Y criaron el temor.
Luego bien ahora tundo.
Sin que haya contradicción,
Oue solas las leyes son
Las que conservan el mundo ;
Que es tanta su utilidad ,
ijue sin ellas nuestro error
No consiguiera temor.
Quietud , justicia y verdad.
mJsiCA. (Cantan.)
Con las leyes el mundo
Hits perdido está.
Que antes no había pleitos
y agora los hay.
SERAFmA.
Ea, don Pedro, proseguid.
BERMUDEZ.
Digo, hermosa Seralina ,
Que es ciencia la Medicina
La mas útil.
SERAFiriA.
¿Cómo?
BERUUDEZ.
Oid:
Vos decis , señor Marqués...
MARQUÉS.
Hablad.
BERMUDEZ.
Que las leyes son
Par» la conservacioo
Déla república.
MARQUÉS.
Ansí es.
BERUUDEZ.
Ella es un todo, á quien quiero
De sus partes componer ;
Todo no lo puede haber
Sin que haya parles primero.
MARQUÉS.
Decís bien , eso no puedo
Negar, que es demostración.
BERMUDF.l-
Los hombres las partes son
Oeaquese todo.
MARQUÉS.
Concedo.
BERMUDEZ.
Pues si en tas leyes se muestra
Que atiende sn autoridad
k sola la utilidad
De la república nuestra;
V si es, como se verá,
La Medicina también
Para los hombres, sin quien
líepública fallará:
.Mas útil , en cierto modo.
Ks que otras ciencias y arti'S,
Porque ella es para las partes ,
Y esotras son para el todo.
MARQUÉS.
I.as leyes unas verdades
Son que debemos guardar.
O QliE quería ver EL MAIiQLliS DE
Y así es primero curar
I Ánimos, que enfermedades.
! BERMUDEZ.
Esa ciencia es evidencia
Que por secreta virtud
Dé ánimo, vida y salud ;
Mas de las leyes la ciencia
Muertes solo determina ;
Véase en castigos tantos
Cómo disponen.
MARQl'ÉS.
¿Y á cuántos
lia muerto la Medicina';
MÚSICA.
Ciencia es la Medicina
¡ Que d nadie daña;
I Los que usan mal della
j Son los que matan.
MAnQUÉS.
Sigo la opinión contraria.
(Dan palmadas.)
SERAFINA.
Dejadlo, señor Marqués.
FlLEiNO.
Digo que la magia es
La ciencia más necesaria.
Más útil y más perfecta.
BERMUDEZ.
Menos útil que ninguna.
FILENO.
Digo que la magia es una
Filosofía perfecta,
Y es una ciencia evidente.
Que si el hombre la alcanzara,
Todo cuanto deseara
Consiguiera fácilmente;
Hacer que esté oscuro el dia ,
Que mengüe el mar cuando crece.
Ven que á todos nos parece
Milagro, pues es magia.
MARQUÉS.
La magia está prohibida.
FILENO.
La natural no lo está,
La diabólica será
La que lo es, porque no olvida.
MARQUÉS.
¿Ciencia alguna puede haber
Que esté secreta? eso no.
¿ Quién sabe esa magia ?
FILENO.
Yo.
MARQUÉS.
Eso es lo que yo he de ver.
Al mar producir verás
Rubias llores.
MARQUÉS.
Mucliü fuera
Eso si yo lo creyera ;
Pero yo quiero ver más.
FILENO.
I n rio que va corriendo
He de hacer retroceder.
MARQUÉS.
No es lo que quiero yo ver
Kso solo.
FILENO.
No os entiendo;
De un loco sabe mi ciencia
Templar todo el frenesí.
ZAMBAPALO.
1 llaga eso, pues tiene en ti
I Ln quien hacer la experiencia.
FILENO.
Fiaré que seas sólo quien
Premios de amor (jnereciere:
llama que le aborreciere
Haré que te quiera bien ,
Y de ansias y afectos llena ,
Que en tí piense noche y dia.
Eso es lo que quería
Ver el Marqués de Villena.
MARQUÉS.
Muy bien decís, claro está,
Y sólo porque eso hiciera
Todo mi Estado le diera ;
Ni lo veré, ni él lo hará.
FILENO.
En la magia todo cabe.
Que es la más útil pensad.
MARQUÉS.
Donde está la utilidad,
¿Qué es ciencia que no se sabo?
(Palmadas.)
FILENO.
Contra.
TODOS.
Adelante, adelanto.
SERAFINA.
¿Qué es vuestra opinión?
DO.ÑA JUANA.
La mía
Es que es la Filosofía
Natural más importante ;
Y que es, afirmo tandiien.
La ciencia más oportuna.
Ciencia es sin la que otra alguna
No se puede adquirir bien ;
En la experiencia se ven
El ejemplo destoansi.
Médico nunca le vi
Sin que filósofo sea.
Si lo es con perfección;
Y sin la Filosofía,
¿Quién sabe la Aslrologla
Por cierta demostración?
Sin ella nadie se alabe
Que supo la Medicina ,
La Teología divina.
Sin ella nadie la sabe;
A esta ciencia está sujeta
La geográhca después,
Y vuestra magia, porque es
Filosofía secreta;
Con señarle la Poesía
Filosofía contiene,
1-a Matemática tiene
Natural (ilosufia;
Luego ella sin diferencia
La más útil viene á ser.
Pues no se puede saber
Ninguna sin esta ciencia.
TODOS.
¡ ; Vítor!
i MARQUÉS.
i Que al revés viene á ser
! En la experiencia diria.
Pues sin la Filosofía
i Pueden las leyes saber,
Ciencia que eí tiempo inventó.
Que dispone y determina.
! DOÑA JUANA.
I Facultad y disciplina
] Son las leyes , ciencia no.
j BERMUDEZ.
Sin Filosofía vi
I Algún médico curar.
COMEDIAS ESCOGIDAS DE DON FRANCISCO DE ROJAS.
DOMAJUA.NA. I
Será acaso el acertar, |
Mas no saber.
SERAFINA.
Es así.
FILENO.
Que es parte de la magia
La ciencia tuya verás.
DOÑA JUANA.
La que sabemos no más
Es nuestra lilosofia.
TODOS.
¡Vitor Madrid!
SERAFINA.
Aj- amor,
¿Quién lleva el premio, decid?
TODOS.
Prémiese.al dotor Madrid,
¡El dolor Eunuco, tor!
SERAFINA.
Por premio esta flor tomad.
(Dale Serafina una flor al dolor Ma-
drid, que es doña Juana, y dásela ul
Marqués.)
DOÑA JUANA.
Aunque á mí me la deis, es
Quien la merece el Marqués.
CETINA.
Sois un grosero.
Es verdad.
MÚSICA.
Quien le mira á la cara,
¿De qué se irrita?
¿Qué enlienden los capones
De groserías?
DOÑA JUANA.
Mi desmérito lo erró.
SERAFINA.
Dadme la flor que os han dado.
MARQUÉS.
Aunque el asunto haya errudo,
Eso no lo erraré yo;
No la daré, porque ba estado
En vuestra mano divina.
DOÑA JUANA. (Ap.)
Porque fué de Serafina
Me pesa habérsela dado.
SERAFINA. (Ap.)
El ardor disimulad,
Celos que en mi pecho crece.
BERMUDEZ. (Ap.)
Mi conjetura parece
Que va saliendo verdad.
(Mira al dotor Madrid.
SERAFINA. (Ap.)
Del be de lomar venganza,
A otro be de hacer un fuvur.
MARODÉS. (Ap.)
¿Para qué es verde la flor.
Si es flor de ajena esperanza?
ML'SICA.
Dejad la academia
De ciencias y ingenios,
Que se lia vuelto palestra de a;:u:r
y certamen de celos.
MARQUÉS.
¿No proseguís?
SERAFINA.
A estoespero,
Y para que fin se dé
L'n problema propondré.
ZA»DAPALO.
Con licencia, este primero.
MARQUÉS.
Zambapalo, dilepues,
Pero sea alegre.
ZAMBAPALO.
Es , Señor,
Si pueden tener amor
Los capones.
MARQUÉS.
Bueno es.
JULIA.
Dada está la solución
A la duda.
ZAMBAPALO.
¿Cómo asi,
Julianilla?
JULIA.
Como á mi
Dos años me habló un capen;
¿Velo?
ZAMBAPALO.
Todo eso es hablar.
CETINA.
Que tienen amor se infiere ,
De que mucho más se quiere
Lo imposible de alcanzar;
Que amar saben acredito.
ZAMBAPALO.
No concluye esa razón,
Que aunque tienen privación
Ninguno tiene apetito.
CETINA.
Apetito tienen.
ZAMBAPALO.
Negó.
CETINA.
Que el apetito, en rigor.
Es un fuego interior,
Y ellos tienen este fuego.
ZAMBAPALO.
Pero no es fuego que pasa
A encender.
CETINA.
Si pasa tal,
Dentro tiene el pedernal
El fuego, y á nadie abrasa;
Üél salen centellas bellas
Cuando el eslabón la ha herido.
Y después que haya encendido,
Parará todo en centellas.
Dé la razón, licenciado.
ZAMBAPALO.
O quedar por necio ó ruin.
El amor atiende al fin
De conseguir lo deseado.
CETINA.
A eso no hay que responder,
Valientemente propones.
ZAMBAPALO.
El amor de los capones
Buen fin no puede tener.
JULIA.
Yo concedo esa menor.
ZAMBAPALO.
Pues si no hay fin donde pare ,
Luego cuando el Un fallare
Del amor, falla el amor.
¿Qué importa si en ellos hay
lio alma con que á amar vienen 'i
ZAMBAPALO.
¿No ves que es la que ellos tiene. i
El alma de Garibay?
Y con ella ¿qué se alcanza
Después de haberla tenido?
MARQUÉS.
Eso es decir que ha habido
Quien ame sin esperanza ;
Sin ella ba sido mi amor
De jerarquía más alta.
ZAMBAPALO.
A los capones les falta
Esperanza y posesión.
SERAFINA.
A no tener corazones
Con que amen , confesaría
Que no aman.
ZAMBAPALO.
Señora mía,
¿Qué entiende usted de capones?
CETINA.
Yo un capón con hijos vi.
JULIA.
Y también le he vislo yo.
MÚSICA.
Capón que los tenga, no :
Capón que ¡os crea, si.
MARQUÉS.
Esia cadena tomad
l'or premio.
(Dale una cadena el Marqués á Zam-
bapalo.)
ZAMBAPALO.
¡Santa cadena!
Sólo el Marqués de Villena
Da cadenas.
TODOS.
Es verdad.
BERMUDEZ.
Vaya el problema adelante.
SERAFINA.
Este el problema ba de ser;
¿Cuál es más tormento, ver
Muerta su dama un amante,
O ver. si amado se han.
Que ella aborrezca á quien la ama?
i, O que olvide, ó ver su dama
Én poder de otro galán?
DOÑA JUANA.
Otra vez será importante ,
Volvérnosle á proponer.
SERAFINA.
,.Cuál es más tormento, ver
.Muerta su dama un amante,
O ver, si amado se han.
Que ella aborrezca á quien la ama?
;.0 que olvide, 6 ver su dama
Én poder de otro galán?
BERMUDEZ.
Verla muerta, digo yo
Que será el mayor tormento.
UARQl'ÉS.
Que es mayor tormento siento.
Ver que aborrezca.
SERAFINA.
Yo no ;
Verla que olvide , se iniiere
Que será el mayor dolor.
DOÑA JUANA.
Verla digo que es mayor.
En poder de otro á quien quiero.
FILENO.
I Que no hay cijI ninguno veo
ni, o al (le los celos sea igual.
BERMUDEZ.
, OiiiiTfn ver que ts mayor mal
Ncrla muerta?
SERAFINA.
Eso deseo.
BERMDDEZ.
Dama que olvidó, podía
Ai'iirilarseque me ba amado,
V la (|ue celos me lia dado
Pui'de volver á sermia;
Uejúnilome jo engañar,
La (lue llegué á aborrecer
Puede volver á querer.
Volviéndola yo á obligar;
Tero bien se ve que no
\. Ivi'r.iá satisfacerme
A acordarse ni á quererme
í.j iLiina (lue se murió;
I iu>í;ii menos siente quien
1 :i \f , aunque la ve perdida,
Aun(|iie aborrece, aunque olvida,
^ aiiiH|ue da celos también.
MARQUÉS.
r el tormento crece
I' se ve aborrecer.
1 liay muerte como ver
II ama á quien le aborrece;
Vi confieso que en muriendo
La dama, pierde á quien ama ,
L:i que da celos lambieo
M; s privilegiada quede,
C'ue estando ofendiendo puede
1 ar celos y querer bien ;
lie la que olvida ofendida
Máun será el tormento igual,
( ue aquella no quiere ma! ,
Aunque se sabe que olvida ;
1 uego m.is los desconsuelos
f-on del que está aborrecido,
I ues llora muerte y olvido,
^ odio y olvido dan celos.
SERAFINA.
Aunque uno y otro he escuchado
Lo contrario he de inferir,
Pori|ue más debe sentir
Aquel que se ve obligado;
Ni una memoria merece
El que padece un olvido,
Pero del aborrecido
Se acuerda quien le aborrece;
Ya I o estará tan cruel
Quien se acuerda del sin verle ,
Aunque para aborrecerle
Sea el acordarse del ;
Ver sus celos, yo diré
Que gran tormento ha causado;
Mas pregunto, ¿qué olvidado
Los duda aunque no los ve?
Pues para el que tiene incierta
Una esperanza creída.
Tan muerta está la que olvida
Como si estuviera muerta;
Luego bien he colegido,
8ue de celos el tormento,
uerte ni aborrecimiento
Se igualan al del olvido.
ZAUDAPALO.
Dene dixit.
DOÑA JUANA.
Oye , espera ;
Mayor es el mal de ver
Su dama en otro poder,
V arguyo desia manera :
El olvidado, Vitoria
I'ucilc alcanzar algnn día,
Del mérito y la porfía
Se consigue la Vitoria;
: gllERIV VEI! EL MAnQllíS DE
Kl aborre,:ido siento
i,)ue templará su pasiou
Con ver que él da la razón
l'ara su aborrecimiento;
Uno y otro, digo yo.
Como el unoyotro ama,
Que admitir podrá su dama,
V el que vio sus celos no ;
.\quel que perdió murieudo
La que amó con viva fe ,
Va que no la ve, no ve
Dama que le esté ofendiendo;
Mas no iguales los desvelos
Son del que recela y ama ,
l'ues cada dia su dama
Ve que le está dando celos:
Esta si que es muerte , á quien
Ningún mal ha preferido,
l'ues ahora hay celos, olvido,
Como celos que se ven.
Que de los dos, el mayor
Mal es el mal que se piensa,
V es la duda de la ofensa
Circunstancia del dolor
Máselicazy más fuerte;
l'ues si agora he colegido
Que hay donde hay celos olvido.
Aborrecimiento y muerte,
oue serán los desconsuelos
Mucho mayores se entiende ,
De un mal que á todos comprende
yue de uu mal que está sin Qelos.
ESTUDIANTES.
¡Vítor!
BERMUDEZ.
La muerta se entiende,
(,)ue mayor dolor causó
Oue celos.
DOÑA JUANA.
La que murió
Lastima, pero no ofende.
MARQUÉS.
No da celos, pero darlos
l'odrá la que tuvo amor
V aborrece.
DO.ÑA JUANA.
No es peor
Dar celos que imaginarlos.
SERAFINA.
M aun la olvidada ha podido
Dar celos por recompensa.
DOÑA JUANA.
Memoria para una ofensa,
Mas que se volviera olvido.
ESTUDIANTES.
¡Vítor el dotor Madrid!
OTRO.
¡Désele el premio!
FILENO.
Es razón.
SERAFirtA.
Yo también ha'jo opinión;
Kste favor recibid,
Don Pedro.
Dale unarosaá don Pedro Uermiulez-
MARQUÉS. (4p.)
Viven los cielos, ,
Que hay otro favorecido.
SERAFINA. (Ap.)
Yo que me quejo de olvido
He de vengarme con celos ,
Que es el mal que se imagina
Que es el mayor de los tres ;
.Mas no lo siente.
DOÑA JUANA. (Ap.)
El Marqués
Mirando está á Serafina.
VILLENA. JÍ7
¡Oh , como es dolor más fucrlo !
¡ Grande mal los celos son !
BERBÜDEZ. (Ap.)
Amar la imaginación
Hs adorar á la muerte :
La muerte amo y amo bien.
MARQUÉS.
Todos cuatro males siento:
Olvido, aborrecimiento.
Celos y muerte también.
MIJSICA.
Dfjad la academia
De ciencias y ingenios,
Qne se ha vuelto certamen de amor
y palestra de celos.
SERAFINA.
Ríen habéis dicho ; yo creo
Que es larde , y cansada estoy ;
Cese el certamen por hoy.
CETINA.
Quibus flnitis.
ZAMBAPAI.O.
Laus Deo.
MARQUÉS.
1.a ciencia y la erudición
Ue Madrid es soberana.
DOÑA JUANA.
Ah , señor Marqués , mañaua
Leeremos de oposición;
Vuecelencia me ha de honrar
MARQUÉS.
Irá serviros espero.
BERMUDEZ.
Yo que he de leer primero
Os (pieria suplicar.
Que á un tiempo honréis á los dos.
MARQUÉS.
OblígaciOD mía es.
FILENO.
Vamonos , señor Marqués ,
Que tengo que hablar con vos.
{Aparte se lo dice el Mágico.)
MARQUÉS.
,\ vuestra casa á saber
Lo que ordenáis iré yo.
FILENO.
Pues veréis sí hay magia ó no.
MARQUÉS.
Eso es lo que quiero ver.
liareis que en ella os espere
Mañana.
BERMUDEZ.
Siempre fué usado
{Tras el dotor Madrid.)
Que aquel que un premio ha ganado
Pueda darle al que quisiere;
V sólo en vos estará
lüen empleado este dia.
[Quiérele don Pedro dar el favor
á doña Juana.)
DOÑA JUANA.
Darle yo yerro seria,
V darle vos lo será ;
.'^i el ejemplo no tomáis ,
De mi error os culparé.
SERAFINA.
Yo se lo perdonaré.
Porque VOS le recibáis.
DOÑA JUANA.
Vos se le disteis, y asi
Perdonad que le prefiera.
UtRJlUDF.Z. {Ap.)
¡Ah si este premio me diera
5;8
Quien no !c quiere de mi !
CETINA.
¿Vais ;i la lición?
OBRKGO:i.
Si iré.
CETi:iA.
Pues adiós.
OBREGO;i.
Yo iré temprano
MARQIÉS. (Ap.)
; Ah si este premio que gano
Me le diera cuyo fué '.
UERMODEZ. {Ap.)
Mas bien puede ser error
El que crean mis desvelos.
SERAPIMA. {Ap.)
; Que quien arguye de celos
Sepa tan poco de amor!
MARQUÉS. {.Ap.)
Pero ya un consuelo he hallado
Para templar mi dolor.
Prenda suya es el favor.
Aunque otro me le haya dado.
SERAFINA. (.1p.)
V en parle corrida estoy
Que me burlase amor ciego.
DOÑA jba:sa. {Ap.)
i. Mas que á la luz de mi luego
lian de conocer quien soy?
FILENO. {Ap.)
Pues si ha de ver desla suerte
Cuanto de la magia sé...
JULIA. {Ap.)
Si ya no hay Marqués i|ue dé...
BERSIUDEZ. (.4/J.)
Si he de padecer la muerte
Üe una duda...
MARQUÉS. {Ap.)
Hermosos cielos,
Si he de ser aborrecido...
EERMDDEZ. {Ap .)
Si he de penar de un olvido...
DOÑA JUANA. (.4p.)
Si be de morir de unos celos. .
JULIA. {Ap.)
Si á su casa tengo de ir...
ZAMBAPAI.O. {Ap.)
Si en ella la he de gozar...
SERAnNA. ( Ip.)
Si un desaire he de llorar...
DOÑA JUANA. {Ap.)
Si amor me ha de descubrir...
FILERO. {.Ap.)
Que Otra vez digáis espero...
BERMDDF.Z. {.Ap.)
A un tiempo á lodos diré...
MARQUÉS. {Ap.)
Otra vez repetiré...
SERAFHA. (.Ap )
He de decir...
DOÑA JUANA. {Ap.)
Decir quiero...
MÚSICA.
Dejod I" academia
De ciencias u ingenios.
Que se lia vuelto certamen de ci:i
y palestra de celoi.
COMEDIAS ESCOGIDAS DE DON FRA^•CISCO DE ROJAS.
JORN.\DA SEGUNDA.
Salen EL MARQUÉS t ZA51BAPAL0.
ZAMBAPALO.
Esta la cueva ha de ser
Del Mágico; vuecelencia
Vea si quiere que llame.
MARQUÉS.
Llama, si es esta la puerta,
Y di como estoy aquí;
El me pidió que viniera
A esta hora, en casa estará.
ZAMBAPALO.
Señor, be de hablar de veras:
Yo tengo miedo.
MARQUÉS.
¿Porqué?
ZAMBAPALO.
Porque desle hombre me cuenlau
Que tiene en una redoma
Un demonio.
MARQUÉS.
¿Que eso creas?
ZAMBAPALO.
¿Tú has visto su casa?
MARQUÉS.
No.
ZAMBAPALO.
Pues yo sé que si la vieras ,
Que le temblara la barba,
Que al más osado le tiembla.
MARQUÉS.
¿Has estado dentro?
ZAMBAPALO.
Si.
MARQUÉS.
¿Cómo es?
ZAMBAPALO.
Escucha las señas:
Es larga como señor
De oíros tiempos ; es estrecha ,
Como mercader de ahora ,
Y escura como conciencia
De letrado, que recibe
Cualquiera pleito que venga.
Está en el zaguán la sala
Y la alcoba en una pieza ,
Y aunque no hay cocina , es
Todo el cuarto chimenea.
Hay en aquesta espelunca,
Alcázar de la Noruega ,
Un lampión , que desde el techo
De un cordel de lazo cuelga ,
Que no alumbra tanto cuanto,
Mancha á los que salen y entran :
Sola la puerta es un ojo
Por donde un rayo aun no entra,
Y los que por otro salen ,
No salen bien si la cierran ;
Raras son cuantas alhajas
Hay en su cuarto ; una mesa
Como muía de alquiler
Que por puntos se derrienga ;
Una silla de costillas.
Amarilla y aguileña,
Y tan fácil, que se abre
Con todos cuantos la ruegan ;
Un colchón que fué de lana ,
Y ya es de hilas , pues si vieras
La camilla de cordeles.
Aunque ninguno le aprieta ,
Canta á cualquier movimiento.
Que es para dar mil denteras.
No tienen polvo sus libros ,
Pero como es la cueva
Tan húmeda, tiene lodo.
Ya podrida la madera.
Un reloj tiene de vidrio
Que era de hora, cuando era.
V habrá un siglo que no corre
De enfermo de mal de arenas.
Con un queso y con un pan
Pasa todo el año.
MARQUÉS.
¿Piensas
Que ese retiro y desprecio
De las humanas riquezas ,
En quien pudiera ad(|uirirlaf ,
No es la verdadera ciencia?
Los que huyen délos puestos,
Por el gobierno debieran
Ser buscados , no elegidos
Aquellos que los desean.
ZAMBAPALO.
Asi anda el mundo al revea.
MARQUÉS.
En efeto, yo quisiera
Saber que" prodigios hace
fileno.
ZAMBAPALO.
Si á tiempo llegas
A consultarle, verás
Las mujeres y hombres que entrsD.
MARQUÉS.
¿Yquésuerle de mujeres
Son las que buscan?
ZAMBAPALO.
Estas :
Laque desea saber,
Más de ambiciosa que tierna ,
Si ha de volver el galán
Que la ofreció la pollera ,
Porque ya dejó lomada
La medida de la tela.
La que perdió á Jazminillo,
Su perro, y saber desea
Si ha de hallarle, siendo un perro
Cosa que hallará en cualquiera.
Laque le hurtóla criada
El manto, y pierde en perderhi
Dos mantos , que ella como él
Cubrían de una manera.
La que...
MARQUÉS.
Deja necedades,
Kambapalo.
ZAMBAPALO.
No quisiera
Que á esta cueva entrar intentes.
MARQUÉS.
Qué importa , si no entro en ella
Con intento de saber
Más ciencia , aunque haya otra ciencia
Que la magia natural.
ZAMBAPALO.
Señor, el que entrar le vea.
Cosas sobrenaturales
Ha de imaginar que intentas.
Advierte, Señor, que cria
Enemigos la grandeza ;
Guárdate de un enemigo.
Que no puede, aunque más pueda.
Librarse de un testimonio
Todo un Maniués de Villena.
MARQUÉS.
¿Qué importará que la nube
.\ cegar al sol se atreva,
Si él ha de durar entero
Y ella ha de morir deshecha?
Señor, ¿resuélvesie á entrar ?
Pues la puerta eslá abierta.
MARUL'ÉS.
¿La abrieron?
ZAMBAPAIO.
Ella se abrió.
MAnOVFS.
Pues entra.
ZAMBAPALO.
Réquiem (eíeruam.
(Kntni:.
Ve delante.
MARQIÉS.
¿Tienes miedo?
ZAMBAPALO.
Asi tuviera vergüenza.
{Dan la vuelta al tablado.)
MABQOÉS.
¿No me sigues?
ZAMBAPALO.
¿No me hueles.
Señor?
MARQUÉS.
iQuéhay?
ZAMBAPALO.
Mira no sea
Que encuentres con la redoma
A tiento, que si la quiebras,
Se derramará el demonio.
MABQÜÉS.
OestUrCalla-
ZAMBAPALO.
Esa es mi tema ,
Porque soy bestia haces caso
Oeini.
MARQUÉS.
¿Que por eso creas
Que te traigo?
ZAMBAPALO.
Los señores.
Siempre se pagan de bestias.
Salen FILENO y BERMlJDEZ.
FILEI^O.
Salgamos, señor don Pedro,
Pues ha entrado en nuesiia cue\a
El Marqués, á recibirle.
BERMUDEZ.
Salgamos.
FILENO.
Sea vuecelencia
A esta casa bienvenido.
ZAMBAPALO.
Quebróse.
MARQUÉS.
Como esta pieza
Está oscura , no sé quien
Habla conmigo.
ZAMBAPALO.
¿A qué esperan?
Saquen luces.
(Por debajo del tablado tacan un cnn-
delero y una vela , v se la punen en
la mano á Zambapalo.)
Creo en Dios Padre;
Dios en su gloria me tenga ;
Yo muero va, que me han puesto
t^ii la niano la candela.
E QIERIA VEn EL MAnQUÉS DE
üerniudez...
UERMUDEZ.
Y el que se precia
í^iempre de vuestro criado.
FILENO.
Mil veces enhorabuena
Vengáis, señor don Enrique,
A honrar esta casa vuestra.
MARQUÉS.
,. Vos aqui , señor don Pedro?
FILENO.
Aunque en Salamanca teni;a
Tanta opinión, es también
Discípulo desta escuela.
BERMUDFZ.
Vuecelencia ha de sentarse.
FILENO.
; Hola ¡sillas.
ZAMBAPALO.
Sillas vengan;
En el aire hace el demonio
lodo cuanto se le ordena. —
(Salen tres taburetes por debajo^
tablado.)
¿Qué dices desto?
MARQUÉS.
(Jue son
Tropelías todas estas.
FILENO.
¿No os sentáis?
MAROUÉS.
No he de sentarme;
Sólo hablar con vos quisiera
lina palabra , si da
El señor doctor licencia.
BERMUDEZ.
¿Pues vuecelencia no es antes
yue lodos?
MARQUÉS.
Esa fineza
Y cortesía os estimo;
Pero hay algunas materias
Cuyo posible remedio
En la dilación se arriesga.
BERMUDEZ.
No es la que vengo á tratar
Materia que no pudiera
De vuecelencia fiarse.
MARQUÉS.
Pues no importa que la sepa ;
Decidla , y yo lograré
Que con escucharos pueda
Esperar que mí cuidado
A vuestras voces suceda.
{Desaparecen las sillas.)
FILENO.
Sobre ese bufete agora
Poo la vela.
ZAMBAPALO.
¿Iréme fuera?
BERMUDEZ.
.\o estorb
s.
ZAMBAPALO.
Yo sé si estorbo.
Proseguid
MARQUÉS.
BERMUDEZ.
Mi pena es esta ,
Yo tengo amor.
MARQUÉS.
¡ (jraiide ni:il '.
üusco aliv
BERMUDEZ.
MARQUÉS.
¿Hay (luien le tonga,
VIl.LENA.
Si no es el que ha conseguido
El premio?
BERMUDEZ.
Es tanta mí pena,
Que amo una duda.
MARQUÉS.
Peor;
Es amor una evidencia.
FILENO.
Decid vuestro mal.
MARQUÉS.
Hablad.
BERMUDEZ.
Helerlrosle me pesa.
Que manifestar la herida
Duele más que padecerla.
MARQUÉS.
I.as heridas penetrantes,
r.uando no se manifiestan ,
No se curan.
BERMUDEZ.
Es asi.
MARQUES.
V al labio
Imagines de la idea;
La medicina que duele
Es la que sana.
ZAMBAPALO.
¿A qué esperas?
BERMUDEZ.
Si he de sanar con decirla ,
Poco importará que duela.
MARQUÉS.
Pues proseguid.
ZAMBAPALO.
¿A qué aguardas?
BERMUDEZ.
Ya empiezo, atended.
MARQUÉS.
Empieza.
BERMUDEZ.
Era el Julio.ardiaelsol, el mundo ardía,
Y incendio era común la luz del día,
Vhuia del hacia la espuma blanca
Del dilatado Tormes, SaUímanca;
Algunos de sus hijos diC
Arrojaban su fuego á las corrientes,
I Y el que no se bañaba
I Vivía con el viento que le daba.
Llego, entre otros, al llorido suelo,
' A quien mordido había el can del cirio
I (^on un rabioso brío, [ríu;
Y antes que yo, mi sombra se echó al
I uve envidia á su maña, y por vengar-
1 Impíezo sin aliño á desnudarme; [me,
I Pero apenas lo intento, [viento
Cuando una voz que hermoseaba el
1 ( Porque era de mujer), en ecos vanos,
I Con mi misma atención ató mis manos;
■ Quiero seguirla, y no me determino.
Por no tener por cierto aqut I camino
Que enseñaba la voz dulce y extraña.
Porque voz de mujer, ¿cuándo no en-
Hodeo con la vista el horizonte, [gaña?
El prado ameno y el rizado monte,
Y á seguir empecé la voz que erraba
Pordonde más alegre el campo estaba;
Juzgando, que es de hallarla el mejor
[modo.
Porque donde hay mujer se alegra lodo;
Y no fué necia, no, mi conjetura ,
Pues apenas me entré por la espesura.
Cuando en el agua mi atención advierte
330
Una mujer... estaba desla suene :
Toda liada al cristal li(iii¡do j bello,
Hasta el hermoso cuello.
Y las ondas que cerca della aiul;iban,
Unas con otras dulces pelealiaii
Con inquieta rencilla
Por allegar a ser su (¡arganlilla.
Milagro rué noaliogalla
El torrente de puro idolatralla ,
Que el agua que venia.
Por verla de más cerca más corría ;
Y la que se apartaba lentamente
Se negaba al estilo del corriente;
Mas las ondas brillantes ,
Muy preciadas de amantes ,
Viéndola de tal modo acometida.
Corrieron á su muerte por su vida ;
El rostro estaba fuera
Del agua , y la juzgué de la manera
Que diligente mano
Suele tener en medio del verano.
Porque no muera al fuego riguroso.
En ropa de cristal clavel hermoso;
Al rio dulcemente estaba alada ;
Mas desde la esmaltada
Oiilla, algunas flores envidiosas,
Presumiendo de bellas y de airosas,
La llamaban con rígida aspereza
A competir con ellas en belleza.
Ella entonces, con priesa diligente
COMEDIAS ESCOGIDAS DE DON FRANCISCO
«lAIlOtJÉS.
Decidle.
IIERMDDEZ.
Cuando os conté
Que perdi aquel coche, fué
La calleen que le perdí
La suya.
«ARQCÉS.
Si: mas pudiera
Padecer la vista engaños.
BERHCDEZ.
Otro bay, que há más de tres años
IJue la vi , nunca la viera,
V aunque con firme deseo
Hallarla mi amor procura ,
iNunca be visto esta berinosura
Si no es adonde la veo.
M.ABQLÉS.
Aun no es bastante.
BEHMUDEZ.
Otro hay más :
N'i criada ni criado
Me aseguran que haya entrado
Adonde duerme jamás.
V este retiro se crea
Que no es de hombre
MARQUÉS.
Decid
Porque era la hermosura muy valiente, Si bay otro.
Del agua iba dejando los favores |
Por batallar de linda con las flores; ]
Los cristales lloraban,
Y con ellas las ondas se abrazaban ;
Pero fué diligencia sin ventura [la.
Que venció el pundonor de su hernio.su-
A tierra salió, en fin, hermosa y liera,
Y cuando ver su perfección quisiera
Desde la planta ai homliro.
Lo que miré me lo robó el asombro;
Vistióse dentro de su mismo coche.
Piérdela de los ojos con la noche ,
Y cuando examinar quien es queriii,
Entreotroscoches pierdo el queseyuiu.
UARQl'ÉS.
¿Y le bailaste luego?
BERMCDEZ.
No.
MARQUÉS.
Qué, ¿la hubisies de perder?
BERMIDEZ.
Infelice ful , al volver
De una esquina se perdió.
Pero pienso que es...
MARQl'ÉS.
Decid.
BERHCDEZ.
¿Quién pensáis que es?
MARQUÉS.
Ko os paréis.
RERMCnEZ.
Si os lo digo os reiréis.
HARQBÉS.
Oecildo.
BF.rHl'tlEZ.
EIdolüi Malrid.
UAnQl'ÉS.
¿En qué lo pensáis?
CERMUDEZ.
A aquel
fiostro que adoré rendido
Es este tan parecido
Que me parece que es él.
MARQUÉS.
¿Tenéis otro indicio?
RERMDDEZ.
Que es de Madrid,
Y no se sabe quién sea ;
Pero el nia;or viene á ser
Que cree tiii voluntad.
MARQUÉS.
¿Qué es?
BERMUDEZ.
Que en toda la ciudad
Dicen los más que es mujer.
MARQUÉS.
¿Mujer?
BERMDDEZ.
Si.
MARQUÉS.
Si eso OS desvela.
Creed será grande error,
¡,Q\ie es mujer quien es mejor
Estudiante de la escuela?
i Tener puede una mujer
Tal ingenio y tal razón ?
La lición de oposición
Que contra vos leyó ayer,
¿Cuándo otra vez se verá ?
; Qué bien dispuesta , qué aguda .
Qué grande! y por quien, sin duda.
La cátedra llevará.
Dejad , don Pedro, por Dios
Esa locura, que es rara.
BERMUDEZ.
; Pues si una mujer cursara
í.a escuela , decidme vos ,
So llegara á merecer.
Si se aplicase á estudiar,
Eupoco tiempo...?
MARQUÉS.
Olvidar
La labor que sabia hacer.
BERMUDEZ.
Las mujeres siempre vi.
Que en ingenio nos exceden.
MARQUÉS.
¿Queréis ver en lo que pueden
Leernos cátedra?
BERMUDEZ.
Si.
MARQCéS.
En premiar sin afición ,
DE ROJAS.
En saber mentir enojos,
En conocer por los ojos
El ajeno corazón.
Fingir celos .sembrar iras ,
Afectar seguridades ,
Y 3 la luz de las verdades
Lisonjear con mentiras.
Saber lograr un desden ,
Llorar mucho y no sentir,
Dar algo para pedir
Y no pedir porque den.
Cautelar con la llaneza
La mucha necesidad.
Vender su comodidad
A su amante por fineza.
Elegir los que convengan.
Conservar los que desmayan.
En rogar porque se vayaii
Y en despedir parque vengan;
Ningún ingenio se alabe
(Jue las pudiera exceder,
ijue en esto pueden leer
La cátedra al que más sabe.
BERMUDEZ.
Sea 6 no. señor Marqués,
■Amante como rendido,
Solo a saber he venido
Del señor Fileno, si es
Este desvelo apariencia ,
Porque escarmentado quede.
MARQUÉS.
¿Cómo?
BERMUDEZ.
Por la magia puede
Saberlo, puesto que es ciencia
Infalible.
FILENO.
Y importante;
Vo lo examino y lo toco.
MARQUÉS.
Hasta ahora os tuve por loco,
Pero no por ignorante.
BERMUDEZ.
Caprichos tan peregrinos
Como vos no bay quieu los tenga.
MARCEES.
, Que un hombre barbado venga
¡ A consultar adiviuos?
.\hora digo que hay menguados ,
Oue más no lo pueden ser;
llácenle hoy á un mercader
l'n hurto de mil ducados;
Y muy confiado y contento
1 A uii'adivino se va
; De que le descubrirá
i A que le cueste otros ciento.
.Majaderos desta pinta
Son otros que á estos exceden ,
Que imaginan que les pueden
llechizarcon una cinta.
Luego una que se hace niña ,
Y crevendo que e.<tá ahojada ,
Da orden á una criada _
Que cercene la basquina
De fulaneja.que ha sido
Quien la miró un si es no cs,
Y la sahuman después
I De destruir un vestido.
j Luego otras que he visto yo
I Contar vigas..
BERMCDF.Z.
Bueno á fe.
Luego otros que c
Vuelan las brujas.
ZAMBAPALO.
¿Pues no?
ZAÜllAPAl.O.
Yo |iregiinto
Como es que yo soy un lego.
iTAnguÉs.
Uotanse todas.
ZAMBAPALO.
¿Y lut^gu?
MARQUÉS.
Provoca á sueño aquel unlo.
Que es un opio de un beleño
Uue el demonio les ofrece ,
De calidad, que parece
Que es verdad lo que fué sueño;
l'ues como el demonio espera
Solamente en engañar,
Luego las hace soñar
A todas de una manera ;
Y asi piensan que volando
Eslán cuando duermen más ,
Y aunque no vuelan jamás,
Presumen en despertando
Que cada una en persona
El becerro lia visitado,
Y que todas han paseado
Los campos de liaraoiia;
Siendo asi que, vive Dios,
Que se han visto por momentos
Durmiendo en sus aposentos
Untadas á más de dos.
UERUDUEZ.
Pues decidme, ¿qué he de iiacci
IIARUI3ÉS.
Ir & SU casa.
BERMUDEZ.
Allá he de ir,
Pero ¿qué diré?
Decir
Que vos sabéis que es mujer,
Y que en el rio habéis sido
Quien por ella perdió el seso.
BERUÜDEZ.
;. Y si después de todo eso
No fuese ella?
MARQUÉS.
¿Qué hay perdido,
Don Pedro, en aventuraros
A hablar?
QLE QUEKIA VEIl EL MAliQLES DE VILLENA.
UKKUUUE^. ZAHRAfALO.
Diiios el remedio. El diablo este paso ordena ,
ZAMiiAPALO. Siendo tan á costa mia,
£5 l'orsaber lo que quería
Ver el Marques de Villena.
•MARQUES. ¿Tú no tienes miedo?
Bien me aconsejas.
FILENO.
SI yo os dijere que vais.
Mejor podréis declararos.
MARQUÉS.
Fileno, en resolución,
Dado que habéis acertado
Será acaso.
FILENO.
Yo he cobrado
Con TOS muy mala opinión ;
Buena la espero tener
Uuy presto.
MARQUÉS.
No sé yo cuándo.
ZAHBAPALO.
i Vosledes no andan deseando
Saber si es hombre ó mujer?
lY dejan que cada cual
Parecer y voto dé?
Pues óipanme , y les daré
Un renricdio natural
Con que puedan convencerla.
Si da licencia el Murqués.
Habla.
ZAMRAPAI.0.
Desnudarla y verla.
MARQUÉS.
Simple.
BERMUDEZ.
l!n remedio he pensado
Que quiero experimentar;
Mas no lo he de contar
Hasta haberlo ejecutado.
Yo buscaré á vuecelencia ,
Guárdeos el cielo, Marqués.
MARQUÉS.
Vvámonos luego.
{Ditiénele Fileno.)
FILENO.
Esto es
Hacer burla de mi ciencia
Y ilejarme desairado,
Y desde agora os sentencio
A que me perdáis.
DERMUDEZ.
Fileno,
Ya yo voy desengañado,
Y ya de hoy más me prometo
No volveros á buscar.
FILENO.
Oid , si queréis aguardar,
Y'o OS descubriré el secreto
De vuestro amor.
BERMUDEZ.
Quiero amar
Y no ser desengañado.
FILENO.
Agora aun no se ha acabado
l.a cátedra de votar,
Y agora os quiero decir
Kl que la ha de merecer.
BERMUDEZ.
¿Cómo se pnede saber
Por ciencia lo porvenir?
MARQUÉS.
No lo creo.
FILENO.
Y'o bien puedo
Hacer que lo creáis los dos.
BERMUDEZ.
Quedad con Dios. ('
MARQUÉS.
Id con Dios.
FILENO.
Escuchad; corrido quedo.
Ya que vuecelencia intente
Quitarme el crédito asi,
Hoy no ha de salir de aquí
Sin (¡ue antes CNperimenle
Si hay magia, y si esta ciencia
Hasta" hoy de nadie adquirida...
MARQUÉS.
Eso quiero ver.
FILENO.
Pues pida
Imposibles vuecelencia ,
(.lúe á imposibles se prelieiv
Mi ciencia.
MARQUFlS.
Vaya la prueba.
FILENO.
Pues sin salir desta cueva
lia de ver cuanto quisiere.
MARQUÉS.
i No.
I ZA«nAPALO.
Pues si algo por mi has de hacer,
I l'idelu que quieres ver
1 Que no tenga miedo yo.
MARQUÉS.
Pienso que de noche es ,
! Divertirme un ralo quiero,
I Y asi pido lo primero...
' FILENO.
i ¿Qué pedis, señor Marqués?
MARQUÉS.
I Pido...
I ZAMBAPALO.
A(|uesto es hecho.
I FILENO.
I Hablad.
; MARQUÉS.
l.Uie dentro de vuestra casa
\'ea yo todo cuanto pasa
l]sta noche en la ciudad.
ZAMBAPALO.
Noche será peregrina.
FILENO.
Cuanto pasare iréis viendo
i En Salamanca , en corriendo
De ese espejo la cortina.
1 Corre la cortina, descúbrese un es-
pejo, que miran por él lo/lo lo i¡ue
va saliendo á represenliir.)
MARQUÉS.
Ya la cortina corrí.
ZASIUAPALO.
El diablo aqui me metió;
,, Y hemos de ser vistos?
FILENO.
No.
MARQUÉS.
,, Oiremos lo que hablan?
FILENO.
Sí.
ZAMBAPALO.
¿Oiráme alguno si hablo?
No, ni te muevas ni espantes;
Ya llegan tres estudiantes
Al mercado.
ZAMBAPALO.
Verá el diablo.
Salen CETINA, OBIiEOON, ESTU-
DIANTES Y CAHIiASCO.
OBREGON.
Mala noche.
CETINA.
¿Pues hay quien
La tenga buena sin blanca.
Aunque sea en Salamanca?
ESTUDIANTE.
Erio hace.
CARRASCO.
Y hambre l;iinliicii.
OBREGON.
,. Vueslro padre no os ha enviado
ICsta Pa.scua algún dinero?
Nú es posible.
CETINA.
El arriero
33Í
Hoy me ha IraiJo un recado.
CARRASCO.
; Oh , sania palabra! Hoy...
OBREGON.
¿Le envía tu padre?
CBTIHA.
Pues.
CARRASCO.
¿Y qué es el recado?
CETIXA.
Es,
Que le avise cómo estoy.
l'ero mi madre, con haría
Pesadumbre me escribió :
Una letrilla me envió.
OBREGON.
¿Leira?
CETmA.
Si, la de la carta.
CABRASCO.
Duen dinero.
CETINA.
A otro correo
Diz que habrá consolación.
ZAUUAPALO.
Señor, ¿noves á Obregon
Y á Cetina?
UARQIIÉS.
Ya los veo.
CARRASCO.
; Quién cenara de misterio
Que está la barriga enjuta !
CETINA.
Yo empeñaré una Instituía,
Un Pichardo ó Minsingerio.
CARRASCO.
¿No es mejor en el mercado,
Pues tan á mano los veis ,
Cien has dicho.
CARRASCO.
Yo imagino,
Que agora cuando venia
Vi en la pastelería
Un pavo como un pollino.
CETINA.
Corrámosle, si eso pasa.
OBREGON.
Saldrá el pastelero fiero.
CETINA.
Yo conozco al pastelero,
Y es hombre de linda masa.
No saldrá.
CARRASCO.
Yo determino
Ser el que le ha de correr.
OBREGON.
Primero hemos menester
Saber qué se hará de vino.
(Saca Cetina una bula.)
CETINA.
Aquí está la bota.
CARRASCO.
Bella
Presencia tiene.
CETINA.
¿Oyes? Mira.
CARRASCO.
¿Esto es vino?
CETINA.
Si.
CARRASCO.
Es mentira,
COMEDÍAS ESCOGIDAS DE DON FRANCISCO DE ROJAS.
Queyo vi echar a^ua en ella.
CETINA.
No lo niego, pero advierte.
Que el agua en vino he trocado.
MARQUÉS.
El Cetina es extremado.
CARRASCO.
¿Cómo fué?
CETINA.
Fué desta suene:
Como el cristiano está ardiente ,
Esta bota procuré,
Y azumbre y media le eché
De agua en aquella fuente.
Y á esa taberna primera
Que está en el mercado fui :
Cuatro azumbres me eche aqui ,
La dije á la tabernera;
Y cuando llena tenía
La bota, dije afligido:
Por Dios , que se me ha caido
Un real de á ocho que traia.
Rota está la faldriquera ,
Cayóseme en el camino;
— Pues vuélvame usted mi vino.
Repitió la tabernera,
Que con eso se remedia.
— Daré lo que usted me ha dado,
Dije , que yo habia tomado
De otra parte azumbre y media.
Ella su vino midió;
Bien que al medirlo gruñía ,
Y el agua que yo traia
Hecha vino se quedó.
UARQl'ÉS.
Lo que hacen los estudiantes
Me hace risa.
CARRASCO.
Ea , venid.
ZAMBAPALO.
Si ello es vino de Madrid,
Tan agua será como antes.
CETINA.
Llevó gatazo cruel.
OBREGON.
La industria digo que alabo.
CARRASCO.
Ea , señores , al pavo.
Que tres somos contra él.
(\ase llegando Carrasco hútia i
pastelería.)
CETINA.
Esta es la pastelería.
Acaba, llega quedíto.
CRIADA. (Dentro.)
La cazuela del cabrito.
OTRO. {Dentro.)
j Uno de á ocho, Estefanía.
JULIA. {Dentro.)
Mi pavo.
CETINA.
I El pavo han nombrado.
i PASTELERO. (Dentro.)
i Está crudo.
JULIA. (Dentro.)
Venga ansí.
ZAUBAPALO.
Sí lo sacan para mí ,
Lo mismo es así que asado.
CETINA.
Extremada ocasión pierdes.
Llega , nadie le conoce.
CRIADA. (Dentro.)
Los veinle y cuatro de a doce
Del Colegio (le los Verdes.
Sale CAnRASCO.
CARRASCO.
,Ah, señores!
CETINA.
¿Viene el pavo?
CARRASCO.
No le traigo.
OBREGON.
¿Qué lo impide?
CARRASCO.
Una criada le pide.
Mas viene con ella un bravo,
Y ha de pasar por aqui
Con su espada y su broquel.
CETINA.
Pongamos este cordel
De esquina á esquina.
OBREGON.
Sea ansí.
(Atan un cordel grueso en el tablado,
atravesado de esquina á esquino.)
CARRASCO.
; Extremado es el capricho!
CETINA.
No he visto industria mejor.
CARRASCO.
En pescando el graznador.
Dar un sallo.
CETINA.
Bien has dicho.
CARRASCO.
Yo vuelvo.
CETINA.
Pues ea, embiste.
OBREGON.
¿Salió la cazuela?
CARRASCO.
Hela ;
Pues manos á la cazuela.
Sale CARRASCO con una cazuela y
con un pavo dentro, y salta por en-
cima del cordel.
JULIA. (Dentro.)
¡Ah, ladren!
CARRASCO.
Lauttibi Christi.
Sale UN BRAVO Iras Carrasco, y tro-
pieza en el cordel y cae en eUuelo.
BRAVO.
El pavo te quitaré
Y el alma.
CARRASCO.
Sígame el bravo.
BRAVO.
Pues aguárdame.
JULIA. (Dentro.)
¡Válgame Dios!
OBREGON.
¿Para qué?
JDLIA. (Dentro.)
; Ay pavo ! i ay cazuela mía!
De verlo loca "me torno.
Sale EL PASTELERO con una pala,
y cae en el suelo; danle al Bravo y
al Pastelero.
PASTELERO.
¿A la vista de mí horno í
Se hace esta superchería?
CETi:»*.
A este quiero cascar.
Que de riesgo me lo ahorro.
BBATO.
iQue no haya quien dé socono
A un tío de un familiar t
JULIA. {Dentro.)
¡Favor á un pavo!
ZAMBAPALO.
¡Ay qué dolor
Salen DOS PORTEIiOS.
PORTERO 1.°
La justicia, caballeros;
Ténganse a un par de porteros
Del señor Corregidor.
(Cae el portero primero.)
PORTERO 2.°
¿Qué ha sidoí
jvtiA. (Dentro.)
Quedarme en seco.
Porque el pavo me han corrido.
OBRECON.
Los porteros han caldo.
(Dan á los porteros de datara ztu.)
CETI.NA.
Pues zas.
OBREGO^.
Aqui, quenopeco.
CARRASCO.
¡Aj que me quemo!
BRAVO.
¡Oh ladrones!
CETINA.
Tú mientes.
BRAVO.
Mal he quedado ;
Ahora bien , un homhre honrailo
Ha de huir las ocasiones. (luí?)
PASTELERO.
Yo me vengaré, crueles
Estudiantes.
CKTINA.
El menguado
Vo lleva ya el ojaldrado
Dispuesto para pasteles.
PORTERO 1."
I.O QIE QUERÍA VER EL MARQl ÉS DE V
¡vuA. (Dentro.)
¡ Señores , que estando asados
Puedan los pavos volar !
PASTELERO.
Ninguno malo ni bueno,
Estudiante ha de quedar;
Desde mañana he de echar
En los de á cuatro, veneno.
(Vanse los estudiantes, el pastelero
y Julia.)
FILEXO.
¿Qué decís?
«ARQUES.
Famosa gente.
F1LE>0.
¿No os habéis entretenido?
HARUUÉS.
Mejor ralo no he tenido.
Y el pavo estaba excelente,
Uien me ha sabido en verdad.
MARQUÉS.
¿Tú hascomido del» ¿qué dices?
Si no se hace un gran castigo
Tengo de arrimar la vara.
ZAMBAPALO.
Desta vez, hambre, cruel
Te he de dar un golpe bravo.
OBREGON.
Que se nos enfria el pavo.
CARRASCO.
Ea , amigos , pocos y á él.
CETINA.
Si , que el hambre estudiantil
A la canina ha excedido.
JULIA.
Miren que ese pavo ha sido
I De mi ama Serafína.
CETINA.
(Vase.)
\ Puesc
ODRECON.
Huir.
CAIIBASCO.
Volar.
r.AMBAPALO.
los licenciados.
SI, Señor, con las narices
Me he comido la mitad.
FILENO.
Que ahora veáis espero
Cuaulo el deseo imagina.
MARQUÉS.
Ver quisiera á Seralina,
A quien vos sabéis que quiero.
FILENO.
¿ Posible es , Señor, que quieras
Ver olra cosa tan presto?
MARQUÉS.
¿Zambapalo?
ZAMBAPALO.
Señor...
MARQUÉS.
Esto
Parece que va deveras.
FILENO.
Verla vos, fácil será.
MARQUÉS.
¿Y hablarla?
FILENO.
Es dilicultoso.
Que para eso es forzoso
Que os lleve donde ella esiá.
MARQUÉS.
¿Cómo verla aqui he podido,
Y hablarla aquí no podré?
FILENO.
La causa de eso os diré.
MARQUÉS.
Tened , que ya os he entendiilo ;
Es , que cuanto están mirando
Vista y imaginación
Sólo es representación
De aquello que está pasando ;
Y lo distante y ausente
Por la magia puedo ver.
Mas no puede responder
Quien no estuviere presente
A lo que pregunto yo;
Que aunque vos podáis veloces
Traerme á mi aquellas voces.
Que hablen á mi intento, no ;
Y asi cuanto por la ciencia
De vuestra magia miré ,
Como preciso no fué
Que hubiese correspondencia,
De ambas voces se imagina
Que ver puedo lo aparente;
ILLKNA.
! Pero no estando présenle,
¿Cómo hablaré A Seralina?
FILENO.
Pues si hablarla no podéis,
¿La queréis ver?
MARQUÉS.
Verla quiero.
FILENO.
Pues primero es (¡ue veáis...
MARQUÉS.
¿A quién, decís?
FILENO.
A don Pedro
Rermudez.
MARQUÉS.
i Dónde decís
Que está?
FILENO.
Miradle enlrar dentro
De la casa del dotor
Madrid.
MARQUÉS.
Con quien yo le veo
Hablar es con Carrasqiiilln,
Que es un criado del mesmo
Don Alonso de Madrid.
FILENO.
Atended.
Salen CARRASCO y BERMUDEZ en
un tablado que ha de haber en olra
parte /'aOricado.
BERMUDEZ.
Tomad estos veinte escudos.
Aunque no os pago con ellos
De esconderme en esta casa
El gusto que me habéis hecho.
i. Cuál es el cuarto en que duermo
Don Alonso?
CARRASCO.
Este primero.
BERMUDEZ.
,-, Y á qué hora se recoge?
CARRASCO.
No puede lardar, supuesto
Que son las ocho, y ya es hora
De estudiar.
BERMUDEZ.
A este aposento
Me retiro.
Carrasco.
¿QuéinlenUiis
Dentro del?
BERMUDEZ.
Eso no puedo
Deciros.
carrasco.
Lo que os suplico
Es que me guardéis secreto
De haberos aqui escondido.
BERMUDEZ.
Segunda vez lo prometo.
CARRASCO.
¿No queréis que os cierre?
BERMUDEZ.
CARRASCO.
No.
Pues adiós.
BERMUDEZ.
Guárdeos el cielo
(Eicóndtse Bermudez, y tase el
criado.)
r.3i
COMEDIAS ESCOGIDAS DE DON FRANCISCO DE ROJAS.
MARQUÉS.
j Y á qné se esconde en la casa
Del dolor Madrid ?
FILENO.
No puedo
Por la mayia penetrar
Del liombre los pensamientos.
MARQIÉS.
¿Conjeturarlos podéis?
Mas no siempre los acierto.
MAROUl'S.
i A qué efeto en esta casa
Se ha escondido?
FILENO.
Ved primero
A Serafina, y después
Otra vez he de volveros ,
Dejándole aquí escondido,
A que veáis el efeto.
MABliríS.
Con Juliana sale hablando
Serafina.
ZAUBAPALO.
Señor, pienso
Que cuando de aquí salgarnos.
No liemos de salir los mesmos
Salen SERAFINA t JULIA.
SERAFINA.
;, No dije que no salieras
De casa?
JDLIA.
Ya se hi7.o el yerro ;
Pero por verlos correr.
He decrí;ir el invierno
(,lne viene oíros cuatro pavos.
SERAFINA.
Y cuando salgas por ellos
Temne otra cena.
JULIA.
De noche
Los pavos son indigestos,
Comidos á estas horas.
ZABBAPALO.
Antes
A estas horas son ligeros.
SERAFINA.
¿Pero qué se ha de cenar?
¿No tienes amor?
SERAFINA.
Si tengo.
JCLIA.
Pues sírvate de ensalada
La esperanza.
KERAFIItA.
Bien.
JDLIA.
Supuesto
Que es verde y tiene su aziio.ir,
Y su vinagre si hay celos,
Y sea el primero plato
La conslancia , y yo te ofrezco.
Si le admites , que este pialo
Te sepa muy bien por nuevo.
Para postres , desengaños
finisadns por escarmientos ,
Que en la cena del amor
Siempre es el plato postrero.
SERAFINA.
Pues dejarme sin cenar
Y traerme un par de concetos ,
Es cosa para apurarme
El gusto y el sufrimiento.
JULIA.
Eso si, cuerpo de tal.
Aunque amor tienes, me alegro
Que me confieses tu hambre,
Y no unas damas que vemos
Que de puro enamoradas
Dicen cuando están comiendo :
• No puedo comer, amigas» ;
Y dice la amiga luego :
« Cómete este pollo, hermana »;
Y ella dice : « Por ser tierno...»
Ay, cómete este gigote ;
\ vuelve á decir: «No puedo;
Aquel traidor... pero vaya
Siquiera porque está buénon.
Dice una criada : «Señora,
Cómete este par de huevos.
Que están frescos». Y ella dice :
«N(ihayquehablar,nohedeconierlos
¡Ah infame! ¡ab ingrato! Mas vengan
Siqiiiera porque están frescos ».
Que dice una beata : «Hija,
Esta conserva la ha hecho
Sóror de la Concepción ;
Come della » ; y dice á esto :
« Venga ; por ser de esa santa
La comeré , aunque no puedo ».
¡Carantoñeras! comed
Y quered bien.
7.AMBAPAL0.
Me convengo.
MARQUÉS,
¿A quién querrá Serafina'
ZAMBAPALO.
¿Eso preguntas? ¿no cs cierto
Que á ti te quiere?
UARQUÉS.
No soy
Tan confiado, que lo creo.
SERAFINA.
Llamando están á la puerta.
Ve á mirar quien es.
JULIA.
El mesmo
Don Alonso de Madrid.
SERAFINA.
Dileque no -entre.
JULIA.
Esto es bueno,
I Y está rabiando por verla;
' Entrad.
So/e DO.Ñ A JUANA, rfSííJrt
de estudiante.
Aunque amor es ciego,
Como no es torpe mi amor,
Delerminado, aunque atento,
lina ocasión solicita
Lograr á costa de un riesgo.
SERAFINA.
Si á estas horas , la confianza
De saber que os agradezco
Vuestro amor os ha traido
A mi casa , es graude yerro
Que vos queráis...
DOÑA JUANA.
Serafina,
No como Otras veces vengo
A repetir esperanzas,
A sanar de sentimiento ;
Si el llanto es la medicina ,
Vengo doliente de celos ;
Son lágrimas interiores.
Pues las lloro y no las vierto.
MARQUÉS.
Ah Fileno!
FILENO.
¿Qué decís?
ZABIltAPALO.
Jesús aiitem.
MARQUÉS.
¿No veis esto?
Si es mujer, ¿cómo una dama
A olra dama pide celos?
Será hombre , y la polilla
Se le habrá comido el pelo.
DOÑA JUANA.
Ya os acordáis, Serafina,
Que idólatra del sol vuestro
Merecí que me dijeseis...
SERAEINA.
Y agora os digo de nuevo.
Que para que anime yo
Estáis por alma en mi pecho.
DOÑA JUANA.
Digo que he sabido...
SERAFINA.
Hablad.
DOÑA JUANA.
Que el Marqués...
ZAMBAPALO.
Mejor es esto.
SERAFINA.
Mirad señor don Alonso...
DOÑA JUANA.
Mal penetráis mis intentos.
{Ap. Vengo á ver si le aborreceí
Sólo porque yo le quiero.)
MARQUÉS.
Celos de mi le ha pedido.
SERAFINA.
Que porque mi amor confieso
Ño es bien que vuestra confianza
Eche á perder mi respeto.
DOÑA JUANA.
Digo, que amante (¡aydenií!
Présteme el amor aliento
Por amar como mujer
Y como hombre pedir celos);
Por él aquella academia
Celebrasteis, donde fueron ,
En el certamen de amor.
Todo el asunto mis celos;
Y ansí , el favor que me disteis
Se le di al Marqués, creyendo
Que ardid de vuestro valor
Fué asegurarme de un miedo.
SERAFINA.
No me quejo yo, que vos
Tan gran desaire hayáis hecho
Como dársele al Marqués,
Habiéndoosle dado, y necio.
Celos venis á pedirme
De que os haya dado el premio.
DOÑA JUANA.
Si , que en ocasiones, hay
Favores que son desprecios.
SERAFINA.
Si delante del Marqués
Os hice el favor, ¿fué haceros
Desaire?
DOÑA JUANA.
Desaire fué.
SERAFINA.
¿En qué?
DOÑA JUANA.
j Respoudedme á esto.
LO QIE QlF.niA VER EL MAIiOri':
1 ¿Veis (¡ue sois ahoireoiilo,
BO\A JIIAN\.
Pues si osquiíre, ¿lónio puedo
Cre.Tc|iie s.ns lan «i osera
Que ;i lili },m;iii señor li:i\ais lieclio
Kn publico lus desaires
De b.icernie el favor primiTü,
Si no es que baya merecido
Olro mayor en secreto?
SERAKISA.
Según eso, vos pensáis...
DOÑA JUAXA.
Que fué induslria y ardid vueslio
l'ara asegurarlo más,
Favorecer á lo menos.
MARQUÉS.
¿No podré hablar;
No os oirán.
SEBAFIKA.
Ya estáis cansado y grosero,
No obligación, y esa queja;
No amor, y tan presto celos;
Idos.
doña;oana.
Voime.
SERAFINA.
j A qué aguardáis?
DOÑA JÜA>A.
Iréme , pero creyendo
Que le amáis.
SF.RAFIXA.
Y creed también
Que sois á quien aborrezco.
DOÑA JUA.VA.
¡Ay si trocarais su amor!
SERAFMA.
¿En qué?
DOÑA JDANA.
En mi aborrecimiento.
serafi.na.
iPorque no le ame queréis
Que os aborrezca?
DOÑA JBANA.
Eso quiero.
SERAFISA.
No os entiendo, don Alonso. (IV.'.sy )
DOÑA JUANA. (Ap.)
Yo si que entiendo mis celos ,
l'ues los pido como hombre,
Y como mujer los siento. ( Vas,\)
UARQUÉS.
¿Fuéronse?
FILENO.
Si, ya se ban ido.
ZAUBAPALO.
Uttier Chrisli.
UARQCÉS.
Un volcan ten}}0
Dentro del alma , y un áspid
Abrigo dentro del pecho.
MARQUÉS.
Ya lo veo
endo..
¿Agora , señor Marqués
Us quejáis cuando estáis
MARQUÉS.
Mis celos y mis agravios,
Y que es don Alfonso el dueño
De Serafina.
FILENO.
¿ Y es poco
Ver nD desengaño á tiempo?
Señor Marciu
¡ ;. No es e.so lo que quería
1 Ver el Marqués?
MARQDÉS.
No era eso.
FILENO.
I i. Hay precio con que pagar
i El desengaño?
MARQUÉS.
! Fileno,
El que eslima el desengaño
[ No tiene amor verdadero.
FILENO.
¿La duda amáis?
j MARQCÉS.
La duda amo,
Que con ella , por lo menos ,
Va que ahora no le alcance ,
TeiiHo esperanza del premio.
Si el desengaño pudiera
Quitarme el amor, confieso.
Que para los desengaños
No tuviera el alma precio;
Pero aunque á abrirme los ojos
Venga por confiado necio.
El que el amor no me quita
No me deja el escarmiento;
Celos suelen dar las dudas,
Pero también da con ellos
La estimación de quien se ama
Razón para no creerlos ;
Y asi , culpo el desengaño
Y la duda seguir quiero,
Que él mala, auni|ue desengañe ,
Y ella alivia, aunque dé celos.
FILENO.
Y esos celos que tenéis,
¿De quién los tenéis?
1 MARQUÉS.
Los tengo
¡ Del dotor Madrid.
FILENO.
! Decidme,
j ¿ V si yo qne os di esos celos
Os los quito?
MARQUÉS.
Bien podéis.
No siendo verdad todo esto
Que he visto.
FILENO.
Todo es verdad.
MARQUÉS.
Pues si es verdad , ¿ no podemos
como me lo quitáis?
FILtNO.
{Vuétfese el Marqués al otro ladi.
MARQUÉS.
¿ Y en él
Que he de ver?
FILENO.
Veréis de nuevo
La casa de don Alcnso.
MARQUÉS.
;. Vil no vi en ella á don Pedro
üei mudez?
FILENO.
Si ,en ella está
Escondido.
MARQUÉS.
¿Conque intento
VILLENA. 335
j Otra vez me le enseñáis?
FILENO.
I Ahora veréis al intento
I Que os dije que se ha escondido
I lion Pedro.
MARQUÉS.
Verle ileseo.
FILENO.
Atended.
MARQUÉS.
Atento estoy.
ZAMRAPAI.O.
Olro demonio tenemos.
Donde salieron Carrasco i/ Herminia,
talen DOÑA JUANA v OliREGO.N,
que es otro tablado segundo.
DO.ÑA JUANA.
¿Obrcgon?
OBREGON.
¿Que es lo que mandas?
DO.ÑA JUANA.
Mira en esos aposentos
Si hay alguien que nos escuche.
OBREGON.
¿Quién quieres tü que haya en ellos?
Canasquillo no está en casa;
El cerro este cuarto, y luego
Al ama le dio la llave.
¿Qué traes? ¿qué tienes?
DOÑA JUANA.
Has de cerrar esas puertas
Por de fuera.
OBREGON.
Ya las cierro. (Cierra.)
BERMUDEZ.
(La voz en aquesta sala.
Si lio me engañó el deseo.
De don Alonso he escuchado.
( Va saliendo Bermudez acechando. )
Desde esta cortina quiero
Ver lo que pasa, si puede
Ver bien un amor tan ciego.)
DOÑA JUANA.
Toma esas llaves ahora,
Y sácame...
COREGON.
No te entiendo.
DOÑA JUANA.
[Iii vestido de mujer
De los que guardados tengo.
OBREGON.
Di ¿para qué efecto?
DOÑA JUANA.
A ti
Nada de mi le reservo.
Cualquier secreto me puedes
Kiar, pues sabes que tengo
Con el amor de criado.
Lealtad igual, igual pucho.
Pues los secretos menores
Te he fiado, y eres dueño
Desde mi primera edad
Solo tú de mis intentos
Quiero liarle el mayor.
OBREGON.
¿Puede haber mayor secreto
Que saber (jue eres mujer t
33d
DONA JOA."»*.
Oiro mayor.
OBRF.GO'.
No le creo ;
Dile.
nOÑA JUAI^A.
Que siendo mujer
Tenyo amor y lengo celos.
BERHODEZ.
¿Qué es esto, cielos, que escucho?
ZANBAPALO.
Ah, Seüor, ¿qué dices dfiso?
MARQIÉS.
Aun no lo creo.
BERJILDEZ (Ap.)
Vencí.
«ARQUES.
Oye y mira.
ZAMBAPALO.
Escucho y veo.
OBRECOM.
Pero pedirme un vestido
Ue mujer, ¿para quéeleto
Puede ser? mira lo que haces.
DOÑA Jl'AHA.
No le pido ahora consejos.
OBRECON.
¿ Pues qué es lo que pides?
DOÑA J UANÁ.
Sólo
Que bagas lo que yo te ordeno.
OBREGON.
Aquí tienes un vestido
Que ayer saqué.
(Sácale un resudo de mujer, y vase
desnudando el de hombre.)
DOÑA JDANA.
Dame presto
Ese engaño de los ojos :
Vengan las galas que fueron
Desprecio de la hermosura,
Siendo ellas quien la hacen menos;
Las ricas y hermosas telas
(\(stese de mujer.)
Vengan , que artífice átenlo
Las tramó para el adorno,
Y sirven para el estruendo.
Por mi rostro y por mis hombros ,
Sin orden b.ije el cabello,
A cuya docilidad
Puso la industria preceptos.
OBRECOK.
¿Y en qué piensas?
DO.ÑA JDANA.
Dame un manto.
OBREGOX.
¿ Y qué intentas?
DOÑA J«ANA.
Hablar quiero.
OBREGO.N.
Responde.
Que Seralina
P.idezca el mal que padezco.
Con celos me he de curar.
Pues me han herido con celos :
Yo quiero á un hombre á quien ella
Favorece, y asi intento
Encasa de Serafina
Irá decir que le quiero,
Y darla celos también
Disfrazada.
ZAMBAPALO.
¿Estas contento? I
lS ESCOGIDAS DE DON FRANCISCO
Celos de tí la pedia ,
Peroerau por ella.
I «ARQUES.
\ Necio.
i Calla.
REBMBDEZ. {Ap.)
¿Si porque me dio
! En la academia aquel premio
¡ Serafina está celosa?
Tan ciego estoy, que lo creo.
OBREGON.
Pues aquí dentro te puedes
Poner el maulo.
BERMDDBZ.
Ahora es tiempo.
( Van á entrar, y topan de cura
á Bermudez.)
DOÑA JUANA.
¡ Válgame el cielo! ¿Qué miro?
¿Cómo a(|ui? ¿Cómo vos dentro?
¿ Cuando en mi casa á estas horas?
BERHUDEZ.
Sosegaos.
ZAHBAPALO.
Viven los cielos,
Que esto es lo que quería
Ver el Marqués.
MARQUÉS.
Aun no es esto.
BERHUDEZ.
No tengáis miedo. Señora ,
Porque siendo yo el que os veo
V el que os adora , yo soy
El que ha de tener el miedo.
DOÑA JUASA.
¿Cómo entrafleis aquí?
Amor
Me ha dado el atrevimiento.
DOÑA JUANA.
¿Quién fué el cómplice...
Una duda.
DOÑA JUANA.
De esconderos?
BERMUDEZ.
Un deseo
De saber si érades vos
La que al Termes lisonjero
Lazos fió equivocando
Cristal con cristal más bello.
DOÑA JUANA.
¿Luego vos...
Yo fui el que os i
DOÑA JUANA.
¿Y por eso fué...
BERMUDEZ.
Por eso
Os amaban sin amaros
Confusos mis pensamientos.
DOÑA JUANA.
Pues ¿qué intentáis?
Que pues fui
Tan feliz , que á ocasión llego
De saber que no sois quien
Pensé uue erais...
BERMUDEZ.
Digáis
ROJAS.
Quien sois.
DO.ÑA JUANA.
Pues negar ni> puedo
Lo que soy, quiero empéñalos
Por amante y caballero.
BERMUDEZ.
Decidme, ¿en qué?
DOÑA JUANA.
En confiar
De VOS...
ZAHBAPALO.
i Qué será ?
¿Daisme palabra?
Un secreto.
A esos ojos
La doy, pues que son mis cielos.
Deque a vuestro labio, nunca
Fie esa verdad mi pecho.
j Pues oid : ya amor escucha ,
Que oye mejor, como es ciego.
ZAHBAPALO.
¡Cran noche! Señor, ¿qué dices T
MARQUÉS.
Prodigios son cuantos veo.
FILENO.
¿Creéis que hay magia , Marqués
MARQUÉS.
Luego hablaremos secreto.
DOÑA JUANA.
Doña Juana de Madrid
Es mi nombre ; dióme el ciclo
Nobles padres , mas no ricos;
Esto á mis padres les debo.
La pobreza me dejaron,
La senda donde pudieron
Coronarme de virtudes
Las edades y los tiempos;
Que si la riqueza tiene
Tan cercano parentesco
Con la ignorancia, que es madre
De los vicios . y si vemos
Que déla sabiduría
Es la pobreza un efecto.
Que temporal la ignorancia
Aspira al laurel y al cetro.
Que hace la sabiduría
De las coronas desprecio ;
No la ignorancia y riqueza
Es la que logran deseos ;
Pobreza y sabiduría
Es de lo que yo hago precio,
Pues se muere deseando
Y se \ive mereciendo.
Tendría yo doce años.
Cuando mis padres quisieron
Darme estado y darme esposo ;
Mas como nunca á mi pecho
Llegó una Qecba de cuantas
Vibraba el amor atento.
Que acertar á un corazón
No es empresa para un ciego,
Y como mi inclinación
Desde mis años primeros
Fué á lograr la disciplina
De los libros, no de aquellos
Que inventa la ociosidad
Ni otros que margena el cielo.
Que los que enseñan no son
Lns muchos, sino los buenos.
Dueña yo de mi albedrío,
Rehuso el lazo, creyendo
Que me le den como alivio
Y me ofenda como peso ;
Pero viendo el padre mío
LO
Mi inclinación , y midiendo
Cuánta es la distancia qae hay
De su atención á mi ruego,
l'n maestro me previene
tue atienda i enseñarme luego
La gramática , que es lengua
De ciencias y arles ; á un tiempo
La Retórica y las cuatro
Lilierüles, donde leo
Por la Astronomía cuanto
Kl dedo de Dios inmenso
Fuéescrihiendo con estrellas
Kn todo ese octavo cielo.
Y cuando en Madrid , mi patria .
Guiada de mis deseos.
No conocida de nadie ,
Sin ser envidia , fui ejemplo ;
Mi anciano padre fallo
De morir con tal deseo,
Oue en la memoria y la fama
Dejó otra vida muriendo.
Quedé sola y quedé pobre ;
Si dije pobre, basia esto.
Que con decir lo segundo
Se entendía lo primero;
Y un dia , entre otros que estaban
La soledad y el deseo
Hepresentándole especies
Ciegas á mi pensamieuto,
Llena la imaginativa
De entes de razón diversos,
Que obrando como fingidos,
i os vi como verdaderos.
^0 misma me dije á mi :
¿De ios hombres el ingenio,
Ll espíritu , el valor.
Acaso es mayor que el nuestro ?
A los hombres, ¿quién les dio
Kste común privilegio
En las lides y en las ciencias
De ser arbitros i un tiempo?
Si á nuestra flaqueza achacan
Debilidades, no quiero
Que funden su tiraida
Kn el desmérito ajeno ;
Si como ellos las mujeres
Asistieran al manejo
Del arcabuz y la pica ,
Que el uso adiestra el esfuerzo;
Si se crüran robustas ,
No extrañando y resistiendo
Del estío la inco'nstancia.
La variedad del invierno;
Reconocieran los hombres
En batallas y reencuentros,
Cómo era más su valor.
No siendo su fuerza menos.
Pero demos que en las lides
Débiles sean, y demos
Que digan que la experiencia
Hace lo que el uso ha heclio;
Pregunto, ¿es débil también
Como el animo el ingenio
De las mujeres? el alma
Que se ba ordenado y compueslo
De voluntad , de memoria,
Y en el noble enlendiniienlo
De aprensión, juicio, discurso.
Por ser de mujer, ver quiero
Deslas tres operaciones
Cuál es la que tiene menos;
Pues á nosotras, ¿por qué
Nos impiden que cursemos
Lid y escuela, si en nosotras
H;iy igual valor y ingenio?
Y esto es, que como los hombres
Son unos tiranos nuestros.
Que de nuestra libertad
Se alzan con todo el imperio,
Mañosamente procuran,
Viendo que hemos de excederlos,
Para lucir sus errores,
H.
QI E Ql ERIA VER EL MARQUÉS DE
Deslucir nuestros aciertos,
l'ues si esto es asi, decia.
Quitarme este traje quiero,
>n Salamanca , pues no hay
Quien me conozca, ser pienso
Envidia y admiración
De antiguos y de moderóos ;
Y disponiendo también
Este criado á este efecto.
Que en el traje y el valor
Fué imitación de su dueño;
Trayendo alguna joyuela
Que yo cautelé á este intento,
Y el doméstico homenaje
Feriado al primero precio,
Salgo de Madrid , mi patria ,
Llego á Salamanca , empiezo
A cursar sus doctas clases ,
Y en ellas experimento
Que es verdad que en las mujeres
Hay valor y ingenio, puesto
Que igualmente necesarios
En esta ocasión me fueron
Ingenio para seguirlo
Y ánimo para emprenderlo;
Seis años habrá que estoy
En Salamanca , y en ellos
He sido todo el aplauso
De la escuela en los primeros
Años , sustentando actos.
En oíros sustituyendo
Cátedras, hasta alcanzar
Ue doctor el grado, siendo
Ceneroso el de Villena,
Quien me ayudó para serlo;
Y cuando con vos fagora
Si que quisiera deberos,
Que entendiera por los ojos
El idioma del silencio)
l.uando con vos compelía
En esta cátedra ¡ ciclos •
Si los suspiros alivian
, Cómo suspiro y no aliento?
Digo, que cuando pensaba
Que habla burlado el sexo
MujeriMogrando el traje
Equivocado á mi fuego;
Mis lágrimas y mis voces
Errando la senda al pecho.
Pues hablo lágrimas puras
Y lloro palabras luego ;
Digo, que como hahia tanto
Que era hombre, estuve creyendo
Que no liabia sido mujer,
Y acordómeto amor necio.
Y yo dije : mujer soy.
Porque voz y traje miento.
Que no pudiera haber hombre
Qne amara como yo quiero.
Y ansí...
BEnMinnz.
¿ Y por qué os vestislcis
De mujer?
DOÑA JrAJiA.
Es porque tengo
Celos, y es este su traje.
BEBMDDEZ.
¿ Y este no ?
nO\» JUANA.
No es este el mosmo.
Porque ese es el de fingirlos.
nF.RIIUDE7.
Y este el traje de tenerlos.
¿Y á quién amáis?
ZAMDAPALO.
Esta esotra.
DOÑA JUANA. (Ap.)
Si no se lo digo, temo
Que ha de revelar quien soy,
VILLENA. 53'
Y si lo digo me arriesgo.
Viendo que no es él querido
A que descubra el secreto.
¿Qué haré?
MARQUÉS.
Veamos á quien dice.
DOÑA JUANA.
(Ap. Resta industria me aprovecho;
Quiero empezar á fingir,
l'ues 3 ser mujer empiezo.)
Pues digo que el tiempo...
BERUDDEZ.
Hablad.
DO.ÑA JUANA.
Os dirá , señor don Pedro,
A quien quiero.
BERMODEZ.
¿ Luego yo
Puedo ser feliz?
DOÑA JOANA.
No puedo
Deciros más.
¿Pues por qué?
DOÑA JUANA.
Hasta que sepa de cieno
Si i|uereis (¿qué le diré?)
A una dama.
Oid primero;
Si pensáis que á Serafina
Quiero, mátenme los cielos
S) no la aborrezco.
DOÑA JUANA.
{Ap. Agora
Me he de valer de lo inesmo
Que él dice.) ¿ V en la academia,
Siendo yo quien lo merezco,
No os dio un favor ?
BEHMUDEZ.
Es ansi;
Bien dije yo que era el premio;
Mas fué premio y no favor.
DOÑA JUANA.
Pues yo he de saber primero
Si la amáis.
Pero decidme.
Después de satisfaceros,
¿Puede tener esperanza
Mi amor?
DOÑA JUANA.
El premio os ofrezco
(Ap. Y así el secreto aseguro),
Si vos me guardáis secreto.
(Ap. Desta suerte he de engañarle.)
FILENO.
¿Qué decís?
ZAMBAPAIO.
i Hay más enredos !
FILENO.
¿Y agora, señor Marqués,
Tenéis celos?
MARQUÉS.
Celos tengo.
Que unos celos mei|uitaslpis,
Y me habéis dado otros celos.
FILENO.
¿De quién?
MARQUÉS.
De don Pedro son.
FILENO.
¿Por qué son?
MARQUÉS.
Porque estoy viendo
22
yue para siliar dos iJunias
Tiene tomados los puestos.
BERMUDEZ.
Pues yo os vendré á ver.
(Díceselo d doña Juana.)
ooSa juana. (Ap.)
i Por dundo
Pudo esconderse aquí deotra 1
; l,iue me aborrezca quien amo,
Y me ame á quien aborrezco!
VARQUÉS. iip.)
De cuanto esta noclie he visto
A solos mis celos creo.
BERUCDEZ.
Vallóle i mi amor su industria.
DOÑA JUANA. (Ap.)
Burlóme amor.
FILENO. (.4p.)
Llegó el tiempo
De que mi ciencia acredite.
DO.ÑA JUANA.
Vengaréme si esto es cierto.
MARQUÉS.
; Que se ha burlado el amor
De quien burló mis deseos!
DOÑA JUANA.
; Oh si yo hubiera estudiado
•>olo aborrecer!
OERUUDEZ.
No quiero
Saber más ciencia que amor.
MARQUÉS.
Oesta ciencia experimento,
tíue cuando me enseñan más ,
És sólo cuando sé menos.
¿No creéis que hay magia ?
UAKQl'ÉS.
Aun no.
ZAIIBAPALO.
Y dime, Señor, ¿es esto
Lo (|ue ijuieresver?
■ARQUES.
Tampoco.
BERUUDEZ.
¡Gran dicha!
DOÑA JUANA.
¡Grande tormenlo!
FILENO.
Pues desaparezca todo
Desta suerte.
ZAMBAPALO.
Volaverunt.
(Da un golpe con el báculo Fileno,
vuelan d la par lot dos tablados co
lodos las personas.)
JORNADA TERCERA.
Sa;«n CETINA Y JI:LL\.
CETINA.
¿Qué me dicesi?
JULIA.
Esto pasa.
CETIMA.
1 Jesús!
JULIA.
¿Qué te maravilla?
CETINA.
¿Tú cu mi casa, JnlJanilla,
COMEbl.\S ESCOGIDAS DE DON l'RANCISCO
Y á estas horas?
JULIA.
Yo en lucasa;
Despidióme la menguada
De mi ama : es rara figura.
CETISA.
En tanto que el curso dura
Tallar posada;
No te 1
Dame, Juliana, un abrazo.'
{.U'n¡:ala ]
JULIA.
¿ No hav luz ? ¡ Oh qué escuro eslá I
¿Si hay para aceite?
CETINA.
Si habrá ;
Saquen aqui un...
Sale CARliASCO con un catald.
JULIA.
Caniljl, alhaja civil,
De luz te pido que mudes.
CETINA.
;. No sabes tú las virtudes
Uel aceite de candil?
JULIA.
Carrasco, ¿tú estás aquí?
CARRASCO.
Julia, ¿aqui te has venido?
JULIA.
Mi ama me ha despedido.
CARRASCO.
Y el dotor Madrid á mi.
Slas á tí, Julia, ¿porqué
Echarte de casa ordena?
JULIA.
Porque escondí al de Villena
Dentro de su casa fué.
CETINA.
El esconderse podía
Sin llegarte á tí á ocupar.
Pues se puede aprovechar
Para eso de la magia.
En que dicen, que tan diestro
En tan poco tiempo está ,
Que dicen que sabe ya
Mucho más que su maestro.
JULIA.
Pues yo del gran sentimiento
Para no echarme a perder.
Me he venido á recoger
Esta noche á este convento.
Donde me dicen que hay laníos
Siervos de Dios.
CETINA.
Si seremos :
Juliana , aquí pasaremos
La vida como unos santos.
Di , ¿Seralina no ama
Al dotor Capón ?
JULIA.
Ya no ;
Celos le dio y no volvió
Más á visitar mi ama.
CETINA.
Harás son cuantas alhajas
Hay aqui en aquel rincón ,
Hay cama con su jergón.
JULIA.
¿Pues duérmeme yo en las p;ijas
CETINA.
Es verdad.
JULIA.
Seo Licenciado,
DE ROJAS.
¿Me quiere?
CETINA
Quiéroie bien ,
O lléveme el diablo.
CARr.ASCO.
Amén.
JULIA.
Pues alce el dedo. {Alza el d:
CETINA.
Quemado.
¿Zambapalillo?
Sale ZAMBAPALO,
ZAMBAPALO.
No es nada.
CETINA.
¿Aqui también posas?
ZAMBAPALO.
Si.
CETIN».
¿Qué traes?
ZAMBAPALO.
Lo que traigo aquí
Es para visto.
JULIA.
Pedrada.
ZAMBAPALO.
¿ Pero no sabrán primero
Qué les traigo?
JULIA.
Dilo, pues.
ZAMBAPALO.
i;arla de tu padre es ,
yue ahora me dio el arriero.
CETI.NA.
¿Qué me dices?
ZAMBAPALO.
Vesla aquí.
CARRASCO.
Léela.
CETINA.
Esa luz llegad.
JULIA.
¿ No me darás la mitad
De lo que te euvíareu?
CETINA.
Si. fmos
íLee.] o Hijo de mi alma.» ¡Qnéexiru-
De padre, y qué grande amor !
JULIA.
¿Eres su hijo?
CETINA.
Y el mayor.
¡Oh, padres, lo que os debemos!
{Lee.) «Yo quisiera...»
JULIA.
Lee , pues.
CETINA.
Estoy de contento loco.
Todo le parece poco
Cuanto me envía.
ZAMBAPALO.
Y lo es. [piieslo,
(Lee.) « Ahora que en honra te he
Enviarte el mundo...»
JULIA.
¡Y qué honrado!
íteí.)«Peroel mundo está acabudf.u
No hay viejo que no dé en isio.
(¿ee.) « Masno por esto imagino
Que puedo desconfiar.
La viña del olivar
Se heló toda.»
ZAMBAPALO.
No habrá vino.
CETIN*.
De escucharte me provoco
A rabia.
ZAÜBAPALO.
¿Pues qué halilé yo?
CETINA, (lee.)
«La aceituna se apedreó.»
ZAMBAPALO.
Pues no habrá aceite tampoco.
CETINA. (Lee.)
• Mas uo por eso...» Bien digo
Que eres tonto.
ZAUBAPALO.
Lo conlieso;
Prosigue.
CETINA. {Lee.)
«Mas no por eso
lia habido cebada y irigo.s
Celina, jqué más aguarda?
CETINA.
Esto estaba yo esperando.
ZAMBAPALO.
Señor, leyendo y quemando,
Arda la epístola.
CETINA.
Arda.
(Pénenla al fuego la carta, y ven
leyendo.)
ZAtlBAPALO.
Agora de ti me rio.
CETINA.
«Mas coD todo...»
ZAUBAPALO.
Algo tenemos.
CETINA.
«Ahí te envió...»
(Soplan la carta y matan el fueyu di
popel.)
JDLIA.
Soplemos,
Y no arda, esa le envió.
CETINA.
Si, y trátese con decoro
Palabra lan ejemplar;
Tal palabra habla de estar
tscrila con letras de uro.
JDLIA.
Ahora habrá plus.
CETINA.
Habrá cobre
Para contentar á ruines.
[.Lee.) « Te envío dos celemines
De bellotas, que estoy pobre.»
ZAUBAPALO.
¡Cellolas! ¿esto leñemos?
JULIA.
Dé! no te puedes quejar.
Porque le quiere engordar.
ZAMBAPALO.
i¡ Oh, padres, lo que os debemus 1 »
JULIA.
Razón de no enviar el cobre
I Da en la carta.
CETINA.
No la da.
ZAMBAPALO.
liceque pobre está?
CETINA.
iNo engendrar quien fuere pobre;
iiOhviejecillo íiainbre,
QUE QUERÍA \EU EL MAIlQtlES DE V
Setentón, padre postizo.
Holgarse cuando me hizo.
Y matarme agora de hambre !
Vaya la Paulina, pues;
El candil apropinquad.
JDLIA.
Oye, acoto la mitad
He la bellota.
Tuya es.
TODOS. (Cantan.)
.M padre cruel y /¡ero
Que al hijo que está estudiando
Ño enria de cuando en cuando
El plus con el arriero ,
Para que volver no pueda
En si de error semejante.
La mano del estudiante
Caiga sobre su moneda.
TODOS.
.\mén.
{Todo esto lo van cantando en tono de
Paulina.)
CETINA.
A cuantos Nerones
Padres, guardan su dinero.
Con masilla de barbero
Les unten los corazones.
TODOS.
Amén. 1
CETINA. I
Padre que no envia
La porción cotidiana.
Padezca cada semana
Nuestra hambre de cada dia.
Amén.
¡ CETINA.
! Callos tengo luego
En lugar de sabañones ,
I Y asi como estas razones
Están ardiendo á este fuego...
(Queman el papel.)
Por divina permisión
Quiera el que todo lo cria.
Que el dinero que no envia
Se le convierta en carbón.
TODOS.
Amén.
CETINA.
Lindamente me burló.
En vengarme esioy pensando.
(Llaman á la puerta.)
A esa puerta están llamando.
CABBASCO.
¿Abriré la puerta?
CETINA.
No.
ZAMBAPALO.
¿Si envia á llamarme el Marques?
JULIA.
¿Si envia á buscarme mi ama?
JUEZ. (Dentro.)
¿No abren la puerta?
CETINA.
¿Quién llama'
JUEZ^ (Dentro.)
El Juez del Estudio es.
Ay; que si te topa aquí..,
CABRASCO.
Todos á la trela ¡remos.
; ¿Adonde la cscouderemo
ILLENA.
i Que no la tope?
Oigau , qué torpes estamos.
(/Jaman.)
JUEZ. (Dentro.)
¿No abren aquí?
CETINA.
Si, se espera;
S,iea ese bufete fuera ,
(Saca un bufete.)
Y debajo la escondamos.
CARRASCO.
Aqui acomodarle suelo.
CETINA.
Debajo le has de meter.
(Llamen.)
JUEZ. (Dentro.)
Si no abren he de hacer
Echar la puerta en el suelo.
(Meten a Julia debajo del bufete.)
JULIA.
Aquí veránme también.
JUEZ. (Dentro.)
A UD carpintero me llama.
CETINA.
Una manta de mi cama
l'on por sobremesa.
CARRASCO.
Bien:
; Linda industria, esta me agrada !
(Sacan una monta colorada, grande, u
pénenla sobre el bufete de manera
que la cubra.)
CETINA.
Vo lie echado por el at:ijo;
Ea, escóndete debajo.
JULIA.
Adiós con la colorada.
CETINA.
Ahora iodos estudiad
liecio, que es muy importante;
(Paséanse estudiando.)
«Justicia , es una constante
V perpetua voluntad »...
CARRASCO.
;. Vustedes piensan que es bobo
ÉIJuezdel estudio?
CETINA.
Pues...
CARRASCO.
Digo, que constante es
La justicia.
CETINA.
Negó.
CARRASCO.
Probo.
CETINA.
No es constante, pues se vio
Que la mundana malicia...
(Llaman.)
JUEZ. (Dentro.)
Abran aqui á la Justicia :
Verán si es constante ó no.
JULIA.
Ahora abre.
CETINA.
De buena gana.
¿Quién es?
JUEZ. (Dentro.)
¿No lo lia üido antes?
510
COMEDIAS ESCOGIDAS DE DON FRANCISCO DE ROJAS.
PORTERO l.° {Dentro.)
El seiior Juez de cstuüianles.
CETIMA.
Hablara para mañana,
Señor.
Abren, soIeEl JL'EZ, DOS PORTEROS
T FILENO.
JUEZ.
Por lo que han tardado,
Los tengo de castigar.
CETINA.
JDEZ.
¡Estudiar! bien por mi vida.
CETINA.
Fileno, ¿á qué viene acá?
JUEZ.
¿Dónde una mujer está
ijue tienen aqui escondidaT
CETINA.
Demonios de ciento en cíenlo
L:i lleven si ha entrado aqui ,
Señor Juez.
JULIA.
Llévente á tí.
JUEZ.
Duscadla en ese aposento.
CETINA.
FILENO.
A vos os vine á buscar
Y al señor Juez encontré.
Que tengo que hüblar con vos.
(liúscarila los porteros )
CETINA.
A vuestra orden me tenéis.
JUEZ.
Ea, ¿no la buscáis? ¿qué hacéis?
PORTERO 1.°
^'o parece.
JUEZ.
Bien por Dios.
Yo la oí hablar, y es gentil
Modo de andarla á buscar.
PORTERO 2.°
¿Aquí , dónde puede estar ?
JULIA.
Qae te quemas, alguacil.
JUEZ.
Una mujer no era cosa
Que escondérseme podía.
FILENO.
En otra casa seria ,
Que esta es gente virtuosa.
PORTERO 1."
PORTERO. 2."
F i no es que debajo esté
Le aqueste bufete.
JULIA.
¡Zape!
FILENO.
¿Aquí puede estar?
CETINA.
No arguyas
Sobre eso.— Llegúelo á ver.
Que quitéis es menester
El bufete.
CETINA. (Ap. aloido á Fileno.)
Haz de las tujras ,
Fileno.
CARRASCO.
Más que corrida
Quedará.
CETINA.
No la quitéis,
i Ah señor Juez !
JUEZ.
i Qué queréis?
CETINA.
Confieso que está escondida...
JUEZ.
Decid.
CETINA.
Esa desdichada...
Abi debajo.
JUEZ.
¿Qué he de hacer?
CETINA.
Pero es principal mujer.
Sobre ser mujer casada ;
Fallas son de un hombre mozo.
Si podéis excusar bella...
JUEZ.
Eso es bueno; vos y ella
Habéis de ir á un calabozo.
Uc donde la han escondido
La sacad.
PORTERO 1.*
Eso es peor;
Aquí no hay nadie , Señor.
(Quila un p rtero la mesa y la manta
y no hallan nada debajo.)
FILENO. (Ap.)
Yo la he desaparecido.
JUEZ.
Esa sobremesa alzad.
CETINA.
;Ay!¿quéeseso?
CARRASCO.
Esta fué brava.
JUEZ.
¿Pues no dijisteis que estaba
Aqui debajo?
CETINA.
Es verdad.
JUEZ.
¿Qué esdella?
CETINA.
Yo mentiría.
JUEZ.
¿A mí engañarme y mentir?
CETINA.
Yo por no contradecir
A vuesarced lo decia.
JUEZ.
Sois un gran desvergonzado.
CETINA.
Vnesamerced , sabe honrar.
(.4p. ¿Por dónde pudo escapar
Julia?)
CARRASCO. (Ap.)
El Juez la ha mamado...
CETINA.
Yo estudiaba.
CARRASCO.
Y'o también.
JUEZ.
Fileno, quedad con Dios.
No le castigo.
FILENO.
Toda es virtuosa gente.
JUEZ.
Ea , noramala', estudiar.
CETINA.
Para usted siempre ha de estar
Esta posada obediente.
{Vanse el Juez y lot porteros.)
¿Fuese?
SI.
CARRASCO.
CETINA.
Pues cierra ya. (Cierra.j
CARRASCO.
Cierro.
CETINA.
Zambapalo. di,
¿A Julia no escondí?
¿Pues cómo, dime, no está
Donde la escondí?
CARRASCO.
¡ Qué fuera
Que ahora no la hallemos !
CETINA.
¿No?
FILENO.
Nada os espante , que yo
Ouise que el Juez no la viera,
Y la desaparecí
Y agora parecerá.
Ahí está.
CETINA.
¿ Debajo esli
Oe la sobremesa?
FILERO.
Si.
CETINA.
Según he visto, y según
Obráis, me burláis también;
No está aqui.
FILENO.
Miradlo bien.
¿HaJulfenilla?
JULIA.
Ego sum.
CETINA.
Exi foros.
JULIA.
El ton lazo
Del Juez, ¿cómo no me halló?
CETINA.
Porque fué quien te encubrió
Fileno.
JULIA.
Dadme un abrazo,
{.Abraza á Fileno.)
Redentor mío.
CETINA.
¿Yáqué
En mi casa me buscáis?
FILENO.
A pediros que vengáis
A mi posada.
riLKNO.
Por la maóaoa.
CETrUA.
Está bien.
riLESO.
Pues i las nuere os espero.
CETm*.
A veros iré el primero.
riLEKO.
Vos. Zambapalo, también
Habéis de ir.
CETINA.
Oe buena gana.
ZAMIJAPALO.
Pues los dos ¿qué benios de hacer
Ea vuestra cueva?
FlLErCO.
Ha de ser
Grande dia el d« mañiHia.
CETI.TA.
Qae me digáis sólo pido
i Yo 4 qué he de ir?
riLEKO.
Tú lo veris ;
Mis discípulos no más
SoD á los que ;o convido.
CETIHA.
Httcbo confieso que os debo.
ZABBAPAIO.
No haj más hombres que los dos.
CETIWA.
Plies,FUeoo, adiós.
ZAMBAPALO.
Adiós.
CETINA.
Vamos.
ZAUBAPALO.
A mucho me atrevo.
CETINA.
Famosamente se ordeua.
fíWÍK).
Si. pero en llegando el dia
Veréis.
CETINA.
¿Qué?
FILENO.
Lo que quería
Ver el marqués de Vitlena.
LO QUE QfUERlA VER EL MARQUÉS DE
CRIADA.
i. Don Alonso?
SERAFINA.
Yo lo hafto.
;.Que aquí me hallase después
Que há tanto que no me ba visto?
¡Hay tal azar!
DOÑA Juana.
No os tapéis,
Bellisima Serafina,
Porque os viese, que no es bien
Amenazar con el dia
Y dejar de amanecer.
i. Vos os escondéis de mf,
Serafina?
SERAFINA.
No hay por qué
De vos pueda recatarme.
(Ap. Ahora, amor, he menester
Disimular y fingir.)
DOÑA JOAUA.
Vistiéndose está el Marqués ,
Yo avisaré como vos...
SERAFINA.
Aguardad, no le aviséis.
Que en esta segunda pieza.
Mientras se viste, podré
Esperar. ¿Vos cómo estáis
Don Alonso?
DOÑA JUANA.
Desde que
No os veo, con menos gusto;
Mas también confesaré
Que más sosegado estoy
Desde que os dejo de ver.
{Ap. ¿A qué vendrá Serafina?)
SERAFINA.
(Ap. j Que no me pregunte á qué
Busco al Marqués? Ya no me ama.)
¿Qué, tanto há que no me veis?
DOÑA JUANA
Seis siglos me han parecido
Seis meses.
SERAFIHA.
Esa es
Falsedad.
DOÑA JUANA.
Verdad del alma
Es sola.
úlen SERAFINA t CRIADA, t DOÑA
JUANA T OBREGON , por des parles
diferente!; doña Juana vestida de
DOÑA JUANA.
iSi estará el Marqués en casa?
SERAFINA.
¿Si habrá venido el Marqués?
OBREGON.
Encasa dicen que está.
CRIADA.
Espérate y lo sabré.
DOÑA JUANA.
Yo lo quiero preguntar.
SERAFINA.
Ha, caballero, ¿sabéis
Si está su excelencia en casa ?
SERAFINA.
Tápate.
VILLENA. ;
Falsa, traidora, cruel.
Áspid engañosa, y otras
Locuras deste jaez.
Que aunque eran para sentir,.'
Eran para entretener;
Y después de haberlas dicho
No volvi más , y os dejé.
Quedando...
SERAFINA.
¿Fué, don Alfonso 1
DOÑA JUANA.
Fué una noche que...
SERAFINA.
Tened ;
No fué la que me dejasteis.
Fué la noche que os envié ;
Va me acuerdo de esa noche.
Gracioso tiempo era aquel.
¿Os acordaréis de un dia
Que me decíais : cMi bien ,
Ojos de mis ojos bellos ,
Va que alumbráis, no ceguéis;
V pues os dejais amar,
Ojos mios , dejaos ver»?
DOÑA JUANA.
Si , y á las mejillas vuestras
Dije mil cosas también
Coloradas , y á los dientes,
Si no me engaño, ensarté
Dos mil requiebros de perlas;
Pues al hoyo que tenéis
Hermosísimo en la barba
Dije bellezas también.
Uno fué entre otros requiebros,
iNo sé si me acordaré ,
Ah, si, que era panteón
De plata con urnas cien ,
Donde estaban sepultadas
Las almas que muerto habéis;
SERAFINA.
¿Eso me dijisteis?
DOÑA JUANA.
Sí,
Gracioso tiempo era aquel.
Lo que yo sé.
Es que hoy, como el primer dia.
Me adoráis.
DOÑA JUANA.
¿En qué lo veis?
SERAFINA.
El que sabe de memoria
Cuanto há que deja de ver
Su dama , aunque la dejase
No la deja de querer.
DOÑA JUANA.
¿Os acordáis de la tarde
De aquella academia?
SERAFINA.
¡Pues
Qué fina estaba yo entonces
Con vos!
ooRa juana.
No sé para qué
Gastáis esas falsedades
Conmigo. ¿Os acordáis
De una noche que os pedí
Celos?
SERAFINA.
, Ay ! ¿qué noche fué?
DOÑA JUANA.
Una eo que yo entré diciendo :
¿ Y á qué venís á buscar
Al Marqués?
DOÑA JUANA.
A agradecer
La cátedra, que ya es mia.
Pues ha podido el Marqués
Hacer que toda la escuela
Votase por mí.
SERAFINA.
Seréis
Catedrático gracioso.
Tan lanipiüo.
DOÑA JUANA.
No penséis.
Que aunque autoriza la barba;
be sabe por ella.
SERAFINA.
Bien;
Mas como tan larga la usan ,
Que consistía pensé
En tenerla ó no tenerla
El saber ó no saber.
DOÑA JUANA.
¿ Y vos á qué habéis venido
A ver el Marqués?
SERAFINA.
No sé.
DOÑA juana:
Acabad, decidlo.
SERAFINA.
Tengo
¡ Cierta intercesión con él.
COMEDIAS ESCOGIDAS DE DON FRANCISCO DE ROJAS.
DOÑA JOA!»*. (.4p.)
Aunque darme celos quiere ,
Celos lio puedo tener
De que ella le quiera, puesto
yiie si yo le quiero á él ,
Y es ella la que le busca ,
No es él quien la quiere bien.
SERAFINA.
Digo, que al Marqués buscaba ,
Pero él sale.
Sale EL MARQUÉS.
HARQl'éS.
No creeréis,
Bellísima Serafina,
Lo que lie sentido no haber
Sabido antes que esperabais
En esta sala.
SERAFIHA.
Ya sé
Cuan cortesano y atento
Sabe vuecelencia ser.
MARQUÉS.
¿Vos qué queréis, don Alonso?
DOÑA JUAKA.
Después de besar los pies
A vueceleucia, quería...
MARQUÉS.
Esperad, primero es
Cumplir con esta visita.
DOÑA JUANA.
Digo, que os esperaré
En esta sala. (Ap. ¡Ay de mi!)
SERAFINA. (Ap.)
¡Cielos, quién pudiera hacer
Que don Alonso me oyera!
DO.ÑA JUANA. (Ap.)
Voime, que no quiero ver
Mis celos.
UARQOÉS.
¿No os sentáis?
SERAFINA.
Sí.
MARQUÉS.
¿Qué me mandáis?
SERAFINA.
Atended;
Don Enrique de Villena,
Señormio...
MARQUÉS.
Saber ser
Vuestro esclavo, es para mi
Lo más que yo estimaré.
SERAFINA.
Digo, que anoche en mi casa...
MARQUÉS.
Va yo OS entiendo; vendréis
A reñir, que en vuestro cuarto
Me escondí anoche.
SERAFINA.
No es
Esto á lo que vengo agora;
Mas vengo por eso, y creed
Que á quien anoche'obligastes
No os esconderá otra vez.
SERAFINA.
Pues ahora he menester
Licencia.
MARQUÉS.
Jam.íshe visto...
Quejaos, hablad , Serafina.
I SERAFINA.
Oigo, que habrá cuatro ó seis
¡ Años que á esta gran ciutlad
I De Salamanca á aprender
Ciencias y arles os condujo
I Vuestro grande ingenio, a quien
Los mayores de la escuela
1 Klnden vasalLije, pues
En Leyes , Flosofia
Natural, en conocer
Por la docta Astronomía
Cuanto en eseaxul papel
Escribiéronlas estrellas
Para el mal y para el bien ;
Kn la magia natural ,
Tan difícil de entender.
Que nadie piensa que la hay
Y vos solóla sabéis;
El último y el primero
Sois, y el que ha Migado á ser
Voz y aplauso, envidia y honra,
¡ Sin que os mueva el interés
I De conseguir grandes puestos ,
Que si vos darlos podéis,
Claro es , señor don Enrique ,
Que á vos no os puede mover
El útil del conseguir.
Sino el triunfo del saber.
En este tiempo. Señor,
Tan galante procedéis ,
Tan generoso, que no hay
En la escuela quien no esté
Pagado de vos si es pobre ,
Prendado, si no lo es;
Y no es lo más que os alabo
El dar, alabo el saber
Dar á ocasión, que hay algunos
En las cortes , que aunque dc.i ,
Dan adonde ha de saberse,
Y no donde es menester.
Sola yo. Principe mió.
Sola yo, perdonaréis
Que sea con vos grosera
¡ La queja , pues siempre lo es.
' Yo sola, vuelvo á deciros.
He llegado á merecer.
Que lo que á todos les dais ,
A mí sola me quitéis.
MARQUÉS.
¿Qué doy yo que á vos os quite ?
SERAFINA.
A todos , señor Marqués ,
Dais honra , y á mi no más
Me la quitáis.
MARQUÉS.
¿No tendré
Méritos para quereros?
SERAFINA.
Antes eso es al revés;
Galán , señor don Enrique,
Sois , tanto como cortés ,
O al menos, si no lo sois,
A mí me lo parecéis;
Más sois también , atendadme.
MARQUÉS.
Vuestro soy.
SERAFINA.
Nieto de un rev
De Castilla ; yo. Señor.
Soy (de aquesto os reiréis).
Una mera escuderota ,
En cuya antesala, aunque
llay;i alumbrado farol ,
Nunca ha ilustrado dosel.
Para mujer vuestra soy
Poca mujer, ya se ve;
Pues para ser vuestra dama
Vengo á ser mucho también;
Que allá en la moolaña tengo
De cierto solar, que fué ,
Aunque los techos por tierra.
Entera alguna pared;
Toda la ciudad murmura ,
Y puesto que no he de ser
Ni mujer ni dama , agora
Nuevo Alejandro, podéis
Darme a mi , sin que sea vuestra,
A mi propia por merced ;
Generoso sois con todos,
Sedlo conmigo esta vez ,
Libradme a mi mi albedrlo.
Que amor tengo y quiero liien;
Y aunque me estorbáis el lazo.
No descomponéis la red;
Sólo da aquel que da honra
Honra os pido, agradeced
Un desengaño á mí queja ,
Pues podéis lograr con él
Que no esté esa voluntad
Ociosa sin esta fe;
Esto os suplico, esto os ruego,
Honrad j- favoreced
Una mujer que os merece
Este favor por m ujer.
Para que hoy puedan decir
Los que os llamaron ayer
Porfía de mi constancia.
Que habéis sido, y que seréis
l'an desconfiado, tan fino.
Tan generoso, tan fiei ,
Tan atento, tan bizarro.
Tan galante, y tan corles.
Que ha hecho con vos el ruego
Lo que no pudo el desden.
MARQUÉS.
A no ver yo que sois vos
La que habláis, pudiera creer
Que no erais vos, Serafina ;
Mucho be se/itido que erréis.
Siendo tan gran cortesana,
El estilo del desden;
Quejaos, si, de mi porfía.
Decid que me aborrecéis.
Llamad tema á mi constancia,
Tiranía á mí poder;
Mis desméritos pulid
Allá como vos sabéis.
Haciéndoos menos á vos
Porque yo lo venga á ver;
Pero sobre los desaires
Venir vos mismadespues
A que oiga de vuestro enojo
Que á otro amante queréis bien ,
Es una queja sin arte,
Una verdad con doblez.
Sin gala un desprecio y una
Venganza muy descortés ;
Que me dejéis no lo excuso,
Yo mismo os ayudaré
A retirarme de vos.
Mas que me dejéis querré
A mí por mi; mas no admito
Que por otro me dejéis;
Decir que otro amante amáis,
Y decir que os deje, no es
Venir á apagar la llama.
Sino venirla á encender;
Pero ya que me decís
Que es otro á quien vos queréis.
Yo os he de dar á vos misma ,
Y conmigo ha de poder
I Más vuestro ruego, que todos
j Los desaires que me hacéis ;
' Esperadme en vuestra casa.
SERAFINA.
¿En mi casa, para qué?
MARQUÉS.
En ella os be de casar
Con quien vos...
serafín.*.
¿Pues vos sabcis
El amante que yoquiero?
HARQDÉS.
I Serafina, si lo sé,
I Y un secreto...
SEBArtNA.
¿Qué secreto?
MARQCÉS.
Que ahora no podéis saber.
SERAFIXA.
¿Por la magia?
MARQCÉS.
Por la magia.
I SERAFI.'fA.
I No es posible.
■ ARQUES.
I ¿ Lo creeréis
I Si yo llevo 4 vuestra casa
Vuestro amante?
SERAFINA.
Creeré
Que me dais bonor y vida.
HARQUÉS.
Pues vuelvo segunda vez
A decir que os ha de dar
La mano.
SERAFINA.
¿Y vos quedaréis
Sin celos?
MARQUÉS.
Del que ha de darlos
Yo no los puedo tener.
«ARQDÉS.
Lo que digo
Es , que vos me vengaréis
I)e vos.
SERAFINA.
¿Conque?
MARQUÉS.
Con casaros.
SERAFINA.
SI esa la venganza es,
Véngaos luego.
MARQUÉS.
Eso deseo.
SERAFINA.
Pues digo, que esperaré
Enmícasa. (.4p. Amor, vencí )
MARQUÉS.
{Ap. Viles celos , ya os vengué. )
Adiós.
SERAFINA. (Ap.)
Un gran corazón.
Aunque se vengue, obra bien. {Vase.)
BOiÍA JUANA.
Salir quiero, ya se ha ido.
MARQUÉS.
¿Don Alonso?
D0Í4A JUANA.
A agradecer
La cátedra que por vos...
MARQUÉS.
No me puedo detener.
Que voy agora á la cueva
De fileno, y voy á pié ,
Como está cerca.
DOÑA JUANA.
Pues yo
Acompañándoos iré. {Van andariJn)
!•: quería ver el marques de
MARQUÉS.
¡Gran fineza!
DOÑA JUANA.
Lo que yo
Os quiero aún no lo sabéis.
MARQUÉS.
Sé quien sois , y sé lo mucho
Que OS debo.
DOÑA JUANA. (Ap.)
Él me da i entender
Que sabe quien soy.
MAllQUÉS. (Ap.)
Ausi
Me pienso vengar.
DOÑA JUANA.
Muy bien
Me parece que os visiten
Damas.
MARQUÉS.
;0h! esladamaes,
Sobre pobre y escudera ,
Vana como Lucifer. (Van andando.
DOÑA JUANA.
¿V no os quiere?
MARQUÉS.
Qué sé yo.
DOÑA JUANA.
¿Pues qué os dice?
MARQUÉS.
Díceme ,
Que á otro quiere.
DOÑA JUANA.
¿Esto sufristeis,
Señor Marqués ?
MARQUÉS.
¿Qué he de hacer?
DOÑA JUANA.
(.4p. Ahora es tiempo) yo conozco
A una dama...
MARQUÉS. (Ap.)
Esta mujer
Anda buscando el camino
De decirme que lo es,
Pero impórtame atajarla.
DOÑA JUANA.
Que sé yo que os quiere bien,
Y no lo dice de miedo
Que no la habéis de querer.
MARQUÉS.
¿Muy hermosa?
j DOÑA JUANA.
Tan hermosa
Como Serafina.
MARQUÉS.
¿A fe?
¿La he visto yo?
DOÑA JUANA.
La habéis visto
MARQUÉS.
Pues no lo debe de ser.
DOÑA JUANA. (Ap.)
¿Que esto oiga? Para los hombres,
Como quieren al revés ,
Siempre el cariño es muy feo
Y muy hermoso el desden.
MARQUÉS.
¿Y vos no tenéis amor?
DO.ÑA JUANA.
Sí tengo ; ¿ pero creeréis
Que he desconfiado de oíros ?
MARQUÉS.
Decidme , ¿porqué?
DOi^A JUANA.
Porque
Sise aborrece i quien ama.
Recelo...
MARQUÉS.
No desconfiéis.
Que yo sé bien...
DOÑA JUANA.
¿Qué decís?
MARQUÉS.
Que OS paga á quien vos queréis.
DOÑA JUANA.
Vos , ¿cómo podéis saberlo ?
MARQUÉS.
¿Queréis saber que lo sé?
DOÑA JUANA.
Sí.
MARQUÉS.
En casa de Serafina
liemos de ir.
DOÑA JUANA.
¿Cuándo?
MARQUÉS.
) Después
Que haya salido de aqui.
DOÑA JUANA.
¿Y lio me diréis á qué?
MARQUÉS. I Mil'., I
A burlar yo á quien me burla ' '
V á que OS premie quien queréis.
DOÑA JUANA. (Ap.)
Si sabe el Marqués quien soy,
Y por vengarse de quien
Le aborrece dar el premio
Quiere á mi amor y á mi fe...
MARQUÉS. (Ap.)
Aunque ofrezco á doña Juana
Pagar su amor, aquel que
Una mujer desengaña
Sin ofenderla, cierto es
Que si en amor no la paga.
La paga en no la ofender.
DOÑA JUANA. (Ap.)
Y esto fuera despicarse
Conmigo, y no me está bien
Un desaire ; mas no importa,
Lógrele yo, vengúese el.
MARQUÉS. (Ap.)
, Qué infeliz es la constancia !
DOÑA JUANA. (Ap.)
¡Cobarde el mérito es!
MARQUÉS. (Ap.)
Sabiendo que otra me ama,
Quizá me querrá.
DOÑA JUANA. (Ap.)
También
Puede ser que el Marqués me amo;
Confianza, amor.
MARQUÉS.
Ya llegué
A la cueva de Fileno.
DOÑA JUANA.
Esperándoos estaré
En casa de Serafina.
MARQUÉS.
Yo os iré á buscar después
DOÑA JUANA.
Valor, esperanza mia. ( Vase.)
MARQUÉS.
Amor, morir ó vencer;
Dentro de la cueva he entrado,
V á nadie en ella encontré.
¿Ah Fileno?
Sale BERMUDEZ.
BERMUDEZ.
¿Quién le llama?
r,U COMEOIAS
HARQOéS.
Don Pedro, ¿ ?os otra vei
Eii esla cue\a?
BERHUDEZ.
Hame enviado
Fileno i llamar, y a ver
Oué es A lo que aquí me llama
En este iostanie llegué.
MAnQLÉS.
A eso mismo vengo jo.
BERKIUDEZ.
Y como sé que sabéis
La magia que os ha ensenado.
También la quiero saber.
■ ARQUES.
iQué bace Fileno?
I1ERMUDE7..
Que ahora
Os saliese á entretener
Me pidió, en tanto que él sale.
MARQUÉS.
; Quién os dijo que yo sé
La magia?
BERMDDEZ.
Ya sé que al sol
Le turbáis la rubia tez,
Y que errando paralelos
Y lineas de rosicler,
Le hacéis que variando signos
No pueda resplandecer;
Que vencido de la noche
Pida también al caer
En las sombras de Occidente
A los astros buen cuartel ;
Sé que podéis esta torre
Trastornar, haciendo que
Sea el cimiento remate,
Y sea basa el chapitel;
Agotar podéis al mar
La hermosa luna, por quien
Crece y mengua, que serene
Cuando habia de llover;
Ardiente el fuego extinguir.
Los montes exlremecer.
Que estén conformes los vientos ,
Constante el dia, que esté
La sombra con resplandores.
La lu7. con amarillez,
Y que este globo inferior.
Pues está en el aire, dé,
De los vientos alilado.
Un vaivén y otro vaivén.
MARQUÉS.
Nada puedo hacer que sea ;
De todo esto puedo hacer
Que aquello que ser no puede.
Parezca á todos que lo es.
BERUUDEZ,
Pues ni aun eso creo yo.
Porque vos me hicisteis ser
Incrédulo en estas cosas
De la magia.
MARQUÉS.
Mal hacéis;
Mas dejando esla materia,
¿Qué hay de vuestro amort
BERUUDEZ.
¿Sahiis
Que desde aquel feliz dia
Que en esta cueva os dejé.
Fui en casa de don Alonso?
MARQUÉS.
Si eso es, no me lo contéis,
Que ya lo sé todo.
BERMUDF.Z.
Vos,
¿Cómelo podéis saber?
ESCOGIDAS DE DON FHANCISCO
MARQUÉS.
Vos entrasteis en su casa,
Y i Carrasco hicisteis que
Os escondiera, por señas
Que le disteis...
BERNODEZ.
Asi fué.
MARQUÉS.
Veinte escudos.
BERMUDEZ.
Pero eso
itl os lo diria; sabed.
Que escondido en una pieza
De SU cuarto...
HARQOÉS.
Entró después
Don Alonso, y á Obregon
Mandó que cerrase.
BERMUDEZ.
Asi es;
Pero discurrir se pudo
Eso sin llegarlo áver.
Entró don Alonso...
MARQUÉS.
Y vos
Pudisteis desde un cancel
Ver, que mudándose el traje
Quedase en el de mujer;
Salisteis á esla ocasión,
Dijoos quien era , y después
La dijisteis vuestro amor.
BERUUDEZ.
Loco me habéis de volver
De que sepáis un secreto
Que yo solamente sé ;
l'ero'ya que por la magia
Sabéis eso, no sabéis...
MARQ0É3.
iQué? decidlo.
BERHOOEZ.
Que me ama y quiei
MARQtÉS.
Eso es lo que yo no sé.
BERHOOEZ.
Como la guarde secreto.
Dijo, que he de merecer
Su mano.
MARQUÉS.
Quizá os engaña.
Porque vos se le guardéis.
Mujer que conQesa luego
Que quiere, no quiere bier
Pudo engañar doña Juana.
Puede ser; mas decid, ¿cómo
Lo sabré?
MARQUÉS.
Yo os lo diré.
En casa de Serafina
Ha de ir doña Juana.
BERUUDEZ.
Pues
iQué importa que vaya allá?
MARQUÉS.
Id allá, que allá sabréis...
Decid, i qué?
MARQUÉS.
Si doña Juana
Os quiere.
BERMUDEZ.
¿Luego creeré ,
Habiendo dicho que me ama ,
Que me olvida?
MARQUÉS.
Puede ser;
Antes lo entiendo al revés;
Cuando una mujer confiesa
Que olvida, suele querer;
Pues cuando dice que quiere;
¿ Por qué no la han de creer '
MARQUÉS.
Bien decís, pero en la cueva
Pienso que entraron.
BERMUDEZ.
¿Quién es?
Salen CETINA t ZAMBAPALO.
ZAMOAPALO.
Dos mágicos han llegado.
Que por ciencia singular,
L'nbuey han de hacer volar
Echándole de un tejado.
CETINA.
Señor, ¿vuecelencia es...
MARQUÉS.
¡ Oh amigos !
ZAMBAPALO.
Y amigos caros.
CETWA.
Mucho me pesa de hallaros
En esta cueva. Marqués,
Porque vos sois desgraciad»
Y me ha dado grande pena j
Con ser marqués de Villena,
Cosas os han levantado
Que oirías nunca crei.
MARQUÉS.
Cuanto la envidia dirá,
i Que importa, si sabe yaj
La verdad que no es asi?
¿Qué dicen por ahi?
ZAMBAPALO.
Está lleno
El Itigarcillo menguado
De que á un esclavo has mandado
Que te baga gigote.
MARQUÉS.
Es buenc>
CETWA.
Gigote Ó pastel en boto.
MARQUÉS.
¿Ya me hacen gigote?
ZAMBAPALO.
Ya;
Linda comida será
Un Marqués hecho gigote.
CETIRA.
Son duros, no hay quien los coma.
MARQUÉS.
¿Qué más dicen del Marqués?
ZAMBAPALO.
Que le mandaste después
Te meta en una redoma.
MARQUÉS.
El disparate en que han dado...
ZAMBAPALO.
Esto le estaba peor.
MARQUÉS.
Di ,¿por qué?
ZAMBAPALO.
Porque un señor
No es bien que sea redomado.
HARQCÍ9.
01, 4 para qué?
CETINA.
Para sef
Inmortal.
Que deso trates...
¡Loque cree de disparales
Si el Tulgo empieza á creer!
¿Inmortal?
ZAMBAPALO.
Agora es ello;
Dan en decir las mujeres...
HÁRQUtS.
;Qaé dicen?
ZAMBAPALO.
iQué? que ver quieres
Esto y estotro y aquello.
Dama que ve andar en pena
A su galán noche y dia ,
Le dice : ; Ay ! Lo que quería
Ver el Marqués de Yilleua.
Cuando un í;alan pasa ya
Por lo que en el prado pasa ,
Y otro se esconde en la casa
Donde gasta y donde da;
Cuando es sombra el que es señor,
Cuando á un Cándido marido
Le iiacen creer que el vestido
Se ha liecbo de la labor;
Cuando uno con bizarría
Envía un regalo á quien ama,
Y otro á quien quiere la dama
Se come lo que él envia ;
Y él y ella á boca llena
Rien y mascan á porfía.
Dicen : ¡ Ay ! Lo que quería
Ver el Marqués de Villeua.
.Señor, ino hemos de saber
Qué quieres ver?
MARQUÉS.
Imagina,
Que en casa de Serafina
Sabrás lo que quiero ver.
ZAMBAPALO.
Pues allá tengo de ir
A verlo.
ceTi:4A.
Y JO he de ir allá.
Sale FILENO.
FILENO.
Todos han venido ya,
Ahora es tiempo de salir.
MARQO¿S.
{Fileno?
FILENO.
Señor Marqués ,
Vos seáis muy bien venido,
Uuy puntual habéis sido.
¿Amigo Cetina?
CETINA.
Pues.
ZAMBAPALO.
¿Cn&ntOTaqae hay otro espejo?
FILENO.
noy la suerte se ha de echar.
La puerta quiero cerrar.
ZAMBAPALO.
¿Para qué cerrará el viejo?
{Cierra.)
FILENO.
Para lo que os supliqué
Que hoy á mi cueva vengáis...
MARQUÉS.
Decidme, ¿á qué nos llamáis?
LO QUE quería VER EL MARQUÉS DE VILLENA. 3«
FILENO.
Va están todas dentro.
ZAMBAPALO.
Amigo,
iiuena la hace el que quedare.
FILENO.
Escuchad y os lo diré ;
Catorce años há que errado
En esta cueva asistís.
BERMUDEZ.
Dónde un maestro, decís.
Que la magia os ha enseñado,
Que hasta ahora ninguno vio,
Aunque con vos habitaba.
FILENO.
Ese, cuando me enseñaba.
Con condición me enseñó
Esta ciencia no adquirida ,
Que aqui venís á aprender.
Que su esclavo había de ser
Como en la muerte en la vida,
Y que de cuantos mi engaño
Enseñase la magia.
Un discípulo le había
De dar por feudo cada año,
Y como faltar oo puede
Kstepaso...
ZAMBAPALO.
¡Hay tal azar!
FILENO.
Cada año se ha de sortear
Uno que conmigo quede ;
Todos suertes han echado
Para esta satisfaciou ;
Trece discípulos son
Los que en trece años le he dado ;
Y así, sí hoy os conformáis
A obedecer lo que os digo.
Uno ha de quedar conmigo
De los cuatro que aqui estáis ;
Hoy el plazo se llegó.
CETINA.
¿Para eso me habéis llamado?
FILENO.
Ea , ¿de qué os habéis turbado?
HARQDÉS.
¿Aquí, quién se turba?
ZAMBAPALO.
Yo
Que en otra trampa he caído.
BERMUDEZ.
Con este pacto no entré
A esta cueva ; i y yo por qué
Pacto en que no he convenido
Le he de cumplir ni pagar ?
MARQUÉS.
¿ Yo hice con vos pacto alguno ?
FILENO.
Aquí ha de quedarse uno
O los cuatro han de quedar ;
Y asi no...
MARQUÉS.
Aunque me he admirado
De lo que Fileno intenta ,
llaga cada uno cuenta
Que él no será el desgraciado.
Que yo he de entrar el primero.
BERMUDEZ.
Y yo os quiero acompañar.
FILENO.
Estas cédulas echar
En este cántaro quiero;
(Saco un cántaro negro, y echa Fileno
cuatro cédulas.)
A ver las suertes llegad ;
Veis aquí , señor Marqués ,
Que escritas están las tres
Y la otra en blanco?
{Enséñale las cédulas y échalas en el
cántaro.)
MARQUÉS.
Es TerUad.
El que la blanca sacare.
Es el que queda conmigo;
Todas juntas las revuelvo.
ZAMBAPALO.
¿Oyes, Fileno?
FILENO.
¿Qué dices?
Ten piedad de tus narices;
Ábreme , que luego vuelvo.
(Saca una cédula el Marqués , y cierra
la mano.)
MARQUÉS.
Saco nna.
FILENO.
Ya bien podéis...
(Saca otra Bermudez, y hace
lo mesmo.)
Saco otra.
FILENO.
Cetina venga ;
Hasta que cada uno tenga
La suya no la enseñéis.
ZAMBAPALO.
I Oh cueva de Salamanca!
(Saca Cetina.)
CETINA.
i Oh si yo quedase franco !
ZAUBAPALO.
Pues ven, ¿no se queda en blanco
El que sacare la blanca?
(Llegad sacar Zambapalo.)
En esto va que me lleve
El diablo.
FILENO.
Veamos los dos.
ZAMBAPALO.
;No tiene letras! por Dios ,
Que es blanca como la nievo.
(Tiéntala sin verla.)) '
CETWA.
Libre estoy, escrita es.
ZAMBAPALO.
; Oh, santa Marta bendita !
Esta también está escrita.
Y esta.
FILENO.
¿Quién falta?
ZAMBAPALO.
El Marqués.
(Ahora enseñan lodos las cédulas.)
MARQUÉS.
Yo la blanca saqué ahora.
ZAMBAPALO.
¿Qué me dices?
(Enséñala suya el Marqués , y esld en
blanco.)
MARQUÉS.
¿ No lo ves?
ZAMBAPALO.
Dos mil años os gocéis
Con la cueva , mi señora.
BERMUDEZ.
Otra vez se ha de sortear.
Fileno, si dais licencia.
540 COSIEDI
«ARQUES.
¿Porqué?
liERMUDEZ.
Porque vuecelencia,
Digo, que no lia de quedar
En la cueva , ó jo rae quedo.
Vaja oira vez.
ZAMBAPALO.
Coulradlgo
La suerte.
MARQUÉS.
Don Pedro, amigo.
Yo sé que quedarme puedo ;
Idos vos.
BEDUUDEZ.
Yo no me he de ir
Sin vos.
ZAMBAPALO.
;Hay tan grande error!
Mirad . á uii grande señor
No se lia de contradecir,
Y esa es poca urbanidad.
MARQUÉS.
Idos, que yo os buscaré.
BERMODEZ.
¿ Dónde os veré ?
MARQUÉS.
En casa de
Serafina me esperad;
Idos.
BERMUDEZ.
Señor, advenid...
MARQUÉS.
La salida tengo cierta.
BERMU0E7..
Fileno, abridme la puerta,
yue quiero salir.
{Abre la puerta Fileno.)
FILENO.
Salid,
Don Pedro.
CETINA.
Yo iré con vos.
ZAMBAPALO.
Oyes, yo también iré
Con entrambos.
Sigúeme.
ZAMBAPALO.
Adiós, señor amo.
CETINA.
Adiós.
ZAMBAPALO.
Ahora el diablo se le lleva.
FILENO.
Ea, salid.
{Cógele su amo del hrazo.)
MARQCnS.
Eso no.
¿Pues he de quedarme yo
Sin un criado en la cueva?
Dice muy bien, y esa ha sido
Vuestra obligación.
CETINA.
Sifué.
ZAMBAPALO.
Señor, yo te llamaré
A otro, que yo me despido.
FILENO.
Aqui no habéis de quedar.
Esa vuestra estancia es ;
Ea, entrad, suñur Marqués.
AS ESCOGIDAS DE ÜO.N FR.VNCISCO D
I MARQUÉS.
(Mi sombra le he de dejar.)
ZAMBAPALO.
i Bueno he quedado, ay de mi !
FILENO.
.\h ira OS toca obedecer.
MARQUÉS.
ICI sol he de escurecer,
No me he de apartar de aiiui:
A la noche semejante.
Vario el dia quedará;
Ninguno conocerá
Propio ni ajeno semblante.
FILENO.
Poco ese valor me asombra.
MARQUÉS.
Puesea, llegad.
ZAMBAPALO.
¿Qué haré?
Desta suerte os llevaré.
MARQUÉS.
Pues ahi queda mi sombra.
( Va el Mágico á abrasar al MurquH. ?/
oscurécese el dia con un velu, ij ¡mr
abrazar el Mágico al Marqués abru-
za á Zambajialo ; salen por dehijn
de tierra diferentes animales con
luces.)
FILENO.
Venid.
ZAMBAPALO.
Que soy yo; ¡ah traidores
Amos, oh amos malvados!
lili efeto, los criados
Son sombra de los señores.
FILENO
¡ Ay, el Marqués me engañó !
Vive mi pena inmortal,
Con la magia natural
La diabólica burló.
Siendo yo quien la ha enseñado;
Infame, conmigo ven.
Val espíritu también
Que me gobierna ha burlado :
Su mucha ciencia me asombra,
Sigúeme, asi te castigo.
{Quiérele llevar.)
ZAMBAPALO.
Fileno, no andes conmigo,
Que yo tengo mala sombra.
FILENO.
Más templar contigo creo
Mis ¡ras como mi enojo,
\o lleve tan vil despojo
Quien pensó tan gran trofeo ;
Ea, vete.
ZAMBAPALO.
Santa Lucia,
Los ojos se me han quebrado.
FILENO.
II dia se ha cobrado,
Pues no me ba de ver el dia .
Si más he de parecer
Donde ninguno me vea;
La pálida sombra fea
Es la que me ba de valer.
{Húndese debajo de lierrn.)
InGerno. ¿dónde le escondes?
ZAMBAPALO.
Ojalá (|ne allá te fueses;
Si hacen eslo los marqui'ses.
Miren qué harán los vizcondes,
i Ay ! por Dios, que ba ainamnilo.
( Vuelve á descubrirse el dia , v Iniihn
Zambopalo en casa de kerafiiia )
En la calle estoy, y es esta
La casa de Seraliiía.
Kiilrar quiero dentro dflla.
¡ Ah , Señora ! ¡iah , Seraliiui !
Sale SERAFINA.
(Quién es? ¿quién llama?
Sale DOSa JUANA.
DOÑA JUANA.
ZAMBAPALO.
El demonio.
CETINA.
¿Y el Marqués?
ZAMBAPALO.
Sale BERMÜDEZ.
BERMUDEZ.
¿Adonde se queda?
ZAHBAP.ILO.
El diablo se le ha llevado.
CETINA.
¿Pues no quedaba en la cueva ♦
ZAMBAPALO.
A mi me dejó á enfriar.
SERAFINA.
Piespóndeme , ¿dónde dejas
Al Marqués?
Sale EL MARQUlí S.
MARQUÉS.
Aqui está ya.
No le busquen.
SERAFINA.
Vuecelencia
Me cuesta un susto.
doSa joana.
V á mi
Toda una vida me cuesta.
MARQUÉS.
Burlé al mágico Fileno,
Porque tiene tanta fuerza
La natural magia , que
La demoniaca mesma
Quedó hurlada con ser
Espíritu quien la enseña.
ZAMBAPALO.
¡Ay!
MARQUES.
¿Qué lias visto?
ZAMBAPALO.
Un amo en sombra.
Que no paga.
CETINA.
Calla, bestia.
MARQUÉS.
Yo traigo una intercesión ,
Que ha de ser antes que scpDU
A lo que vengo.
Si es
Conmigo, daros quisiera
El si, primero que vos
Me mandéis que os obedezca.
MARQUÉS.
Que recibáis á Juliana
SERAFINA.
Rien es nipiieslcr que sea
Tan grande el intercesor
Para qne á mi rasa vuelva.
Ouit;ile , Juliana , el mamo.
Conmigo otra vez te queda.
JULIA.
¡Qué noche por li lie pasado!
Dios te lo perdone.
CETINA.
Y á ella.
DO.ÑA JUAN.».
Ahora , señor Marqués ,
Pregunto...
StKIíFiy\.
Saber quisiera...
DOSa JlAKA.
A en casa de Serafina...
SERAFINA.
¿A qué DOS llamas?
DOÑA Jl'AMA.
¿Quéinlm!
■ ABQl'ÉS.
ío os he llamado á dos cosas.
DOÑA JUANA.
¿Cuáles son?
■ARQCÉS.
Es la primera.
Que don Pedro y don Alonso,
Y que Serafina vean.
Ella, un premio, un desengaño
Don Pedro, y una lineza
Don Alonso ; pero es antes...
BERMUDEZ.
Ea, declárate.
HARQl'ÉS.
Que sepan
Qué es lo que yo quiero ver.
BERMUDEZ.
Eso es lo que ver desean
Todos los que están aquí.
CETINA.
Tiempo para esotro queda.
«ARQIÉS.
Pues lodos me están atentos...
DOÑA JUANA.
Yo escucho.
SERAnjIA.
Vo estoy atenta.
HAReoÉS.
Esto es lo qae quiero ver.
CETINA.
Dilo pues.
Prosigue.
ZAHBAPALO.
Empieza.
MARQUÉS.
Porque la magia he estudiado,
Y no por osar mal della.
Que el deseo de saber
Sólo ha sido por salierla;
Piensa el mundo que me quiero
LO QüE QUERÍA VER EL MARQIÉS üí
I Il!>cer inmortal , y piensa
Que ver quiero raras cosas,
Más por raras que por nuevas :
Hay quien piense que ver quiero
I (lu'e el mundo no lo parezca,
I Que estén los cetros sin brazo,
Las coronas sin cabeza ;
Kn lo desierto los hombres.
Poblando imperios las fieras.
Quesean los cielos discordes,
C.oniuniílades la tierra ;
Que reine la lilienad,
V que á l:is familias nuestras
La necesidad intente
Hacer doméstica pnerra.
Engáñase la ignorancia,
.■íalier por saber desea
i El Marqués, como también
; Vivir por vivir quisiera;
No crea , pues, la malicia.
Ni menos la envidia crea
I Que esto es lo que quería
Ver el Marqués de VUlena ;
I Lo que yo quisiera ver
Por novedad, es, que fuera
El amigo tan seguro
Que liársele pudiera
l»ama, hacienda, honory vida;
Pero he visto en esta era ,
Amigos, que retocados
A una sola destas piedras
iN'o salen de aquel metal
^ Que se imaginó que fueran ;
j Que haya verdad en los hombres,
En la fe correspondencia,
I Atención al beneficio,
Haya premio á la fineza;
Que pueda el mérito más
Que el favor, que no padezca
El misero y abatido
; Lo que el poderoso yerra ;
1 Que deje de estar quejoso
El satisfecho, que exceda
{ El valor á la fortuna,
I Y que ella á la envidia venza :
Que estén conformes los homlircs
En la guerra, sin que atiendju
I .Más que al servicio del rey
¡ Y no vanidades necias;
I Que aunque novedades, son
j Tales novedades estas,
¡ Que es esto lo que quería
Ver el Marqués de VUlena;
Mas que la virtud se llame
I Hi|iocresia, que tenga
Nombre de buen gusto el vicio.
La necesidad que sea
Todo lisonjas, que llamen
Al adulterio fiaqueza.
Regalo al soborno llamen,
A la traición llamen fuerza,
I Ingenio á la flojedad,
Y á la cobardía estrella,
< No es eso lo que quería
Ver el Marqués de VUlena;
Lo que deseo ver es
Que el puesto que se pretenda,
Si la juventud le pide
• Que le alcance la experiencia ;
Que la ciencia y la ignorancia
\ No se igualen; que el que deja
Que le echen toda la carga,
i No se la echen toda entera
Por la lealtad y el amor
Con que la sufre y la lleva ;
Pero dejemos ahora...
i SERAFINA.
¿Qué dices?
HAHQUÉS.
Esta materia ;
Yo be venido á cuatro cosas
ViLLENA. 317
Que quiero ver, que son eslas :
Vu< me habéis dicho, señor
Don Alonso, que qaisierais
Saber si os ha de querer
A quien queréis.
DOÑA JUANA.
¿Quién lo nicgn?
UARQUÉS.
¡ ¿ Y vos, don ledro, queréis
¡ Hacer la misma experiencia?
I A vos , Señora, olreci...
I SERAFINA.
I Que hoy mi esposo y dueño sea
I A quien quiero.
MARQUÉS.
Vos queréis
A don Alonso.
SERAFINA.
No fuera
Eirme amante quien agora
Le negare esa lineza.
MARQUÉS.
Pues vos , don Alonso, dadla
; La mano.
DOÑA JUANA.
(Ap. Vo creí , necia ,
Que el Marqués sabia quien soy;"
Pues me engañó, con la mesma
Industria la he de engañar,
l'ara vengarme siquiera
Ue (jue ella quiere al Marqués.)
Esta es, Serafina bella,
Mi mano,
(fia doña Juana la mano á Serafina.)
Y esta la mia.
UARQIÉS.
¿Estáis agora contenta,
Serafina, de tener
Por dueño quien os i
SERAFINA.
Si
MARQUÉS.
Sabed que esta es mujer.
Vive el cielo, que esto fuera
Para que yo misma á mi
Me diera ínuerte sangrienta.
BERMÜDEZ.
Y á mi me quiere.
DOÑA JUANA.
Espera.
Tan bueno es esotro engaño,
l'orqne aunque á mi me aborrezca ,
Solo al Marqués he querido.
SERAFl.XA.
¿Qué dices?
DOÑA JUANA.
Y ahora entra
Lo que ver quiere el Marqués.
MARQUÉS.
Di, ¿cómo?
DOÑA JUANA.
Desta manera:
Yo, como veis , he estudiado :
En la ciudad y en la escuela,
l'.l primero fué mi ingenio;
Mas no estudiando la ciencia
De aborrecer, porque amor
firó al alma y logro (lechas.
Yo pude errar en querer;
»8 COMEDIAS
Pero no estoy yo un depi
Que be de amar aborrecida ;
Porque la dama que ruega
A quien de olra se ha prendado
No bace más con las Quezas
Ue darle i la otra dama
Los méritos que tiene ella.
Pues abora que hay mujer
De ingenio tal , tales prendas,
Que i los mayores sugetos
De tan grande escuela exceda ,
Que una cátedra consiga ,
Que un amor tan firme venza ,
Que desde boy quiere honestar
Este error con esta enmienda,
Esto es ¡o que quería
Ver el Marqués de Villena.
BERMBDEZ.
Pues esto también queria
Ver el Marqués ; y es , que sepas
Que cuando te tuve amor
No pensé que i otro quisieras;
ESCOGIDAS DE DON FRANCISCO
Abora que sé que i otro amaste ,
Y abora que lo confiesas
No quiero vo para propia
La que pudo ser ajena.
■ARQUES.
Pues que el amor me Tengaso
De quien me olvida y desprecia,
Y que al que adoré como bnuibrc
Sea mujer que á mi me quiera,
Esto es lo que queria
Ver el Marqués de Villena. .
SERAFi:<Á.
Corrida , viven los cielos.
Quedo.
ZIMBAPALO.
Pues esta comedia...
5 ROJAS.
■ARQO^S.
Hoy i vuestros pies presenta...
DOÑA JUAKA.
Vuestro esclavo don Francisco^.
SEIUH^A.
De Rojas...
BERHDDEZ.
Que humilde os ruega..
doSa joana.
Que le deis todos un vítor,.
MARQUÉS.
Que sl le consigue , piensa..,
TODOS.
Que es esto lo que queria^
Ver el Marqués de Villena
PELIGRAR EN LOS REMEDIOS.
PERSONAS.
EL REY. I EL MARQUÉS ROBERTO. I EL ALMIOANTE DE SI- I BOFETÓN, lacayo.
CARLOS, lu hermane. EL Ül QUE CO.NRADO . CILIA. LA DUQUESA VIOLANTE.
EL CONDE FEDERICO. ' padre de Motante. j LA INFANTA DE SICILIA. | CELIA, criada.
JORNADA PRIMERA.
Salen VIOLANTE t CELIA.
CELIA.
Deja ese llanto. Violante,
Y mira que no es razón
Quitársele al coraion
Para dársele al semblante.
No le convenza el dolor,
Y iiuarda en estos desvelo!
El sentir para los celos,
Pero no para el amor.
Mira que es acción errada
Poner á riesgo lu vida;
¿Qué has de bacer aborrecida
Si estás llorando adorada?
viouNie,
Aunque tu celo procura
Atajarme esta pasión.
Tienen muy anltgua unión
La desdicha y la bermosura.
Mas í-ó\o porque no ignores
Lo (¡ue en mi dolor previenes.
Yo estoy deseando desdf nes
Como «iras damas favores.
Nadie me ve, ob Celia bella ,
Que en mi fuego no se apura ,
O ya lo haga mí hermosura
O ío disponga mi estrella.
De cuatro á un tiempo querida
Y de uno solo pagada ,
Tr^'igo la pasión turbada
Y temerosa la vida.
Difícil asalto emprenden
Al muro del corazón;
Oye, y te diré quién son
Los cuatro que me pretenden.
El Rey mi favor desea
Con más cauteloso ardor,
Y á su batalla de amor
Es mi recalo trincliea.
Carlos, su hermano, el Infante,
Es á quien adoro yo.
No sólo obligada, no.
Sino rendida y amante,
Roca á la fuerza del hado,
Pues óyeme lo que digo:
Cárlos'ticne un grande amigo
y el Bey tiene un gran privado.
El privado, poco atento
A las órdenes del Rey,
Hace de su afecto ley
Y amor de su pensamiento.
Como inadvertido ignora
Que el liey me adora y estima,
Y el Rey su esperanza anima
Y el vasallo su amor llora ;
y sin ser comunicado
Cntre los dos este amor,
Ni es el vasallo traidor
Ni el Rey tampoco injuriado.
Pues el Infante en rigor,
Cirios, que es mi amante digo,
AuD i su mayor amigo
No le ba contado su amor.
Y el amigo, como ignora
A quien adora el Infante
Firme , obligado y amante ,
Me pretende y enamora.
Y asi, en competencia tal.
Aspirando á mis favores ,
Siendo á sus dueños traidores
No hay ninguno desleal.
CELIA.
Sola una cosa be dudado
Desa llama ó dése ardor.
Cuando siendo grande amor
No ha sido comunicado.
; Oh como se encubre , digo.
Pues de tus razones hallo.
Que el Rey le calla al vasallo
Cuando el Infante á su amigo !
Mas cánsame lu desden;
iV'es? tus cuatro enamorados.
Tienen á treinta criados ,
Y i todos los quiero bien.
Sale BOFETÓN
ROFETON.
¿Señora?
VIOLANTE.
¿Qué bay. Bofetón?
BOFETÓN.
Con el conde Federico
Se ha entrado el infante Carlos,
Muj confuso y divertido
Hasta este cuarto primero,
Y por cosas que le he dicho
No le be podido atajar.
VIOLANTE.
Bofetón , no te be entendido ;
Que si á visitarme viene ,
Siempre viene solo.
BOFETÓN.
Digo,
Que se acoge acá, que lluevo.
VIOLANTE.
Esperarle aquí es preciso.
Sale EL CONDE t CARLOS , triste.
CONDE.
¿Adonde , Infante y Señor,
Turbado, triste y remiso.
Sin queja para el dolor
Y sin voz para el alivio
Te llevan tus propios pasos
Hecho estatua de ti mismo?
CARLOS.
Dójame, Conde , llorar.
Supuesto que eres mi amigo.
Una pena que no esinia
Y un mal tan introducido
uelalen
e olicio
Le comunique al consejo
Loque recela advertido,
Que llegara h ser menor
Si yo le lo comunico.
CONDE.
En la calle te be encontrado;
Viéndole á solas contigo
Quise saber lo aué llenes;
¿Qué iraes, qué le ha sucedido?
Suelta la pena al consejo.
La voz presta á mis oidos.
No le aconsejes tu propio.
Porque erraras el deslino
Si para el acierto buscas
Las pasiones por amigos.
CARLOS.
Ya te dije. Conde, agora,
Que los males que publico
Con la lengua de mis ojos ,
Con la voz de mis suspiros,
Ni son venganzas ni ofensas ,
Sino unos afectos vivos
Tan buenos para callados.
Tan malos para decirlos.
Que para sentirlos menos
O los ^ardo ó los reprimo.
Que si al riesgo de la voz
Valeroso lo suplico.
Vendré á ser como el que está
De acero mal defendido:
Le aqueja mas el remedio
Que la ejecución del filo.
Y asi , pues que ya me dejas
En esta casa, le pido.
Que el paso de lu cuidado
Restaure el tiempo perdido.
Al duque Conrado busco
Para un negocio preciso.
Hablaré en su casa ahora;
Y así. Conde, te suplico
Me dejes en ella , y vele ,
Que aunque es oficio de amigo
Porfiaren ocasiones.
No es de amigos entendidos.
CONDE.
Digo, que yo te obedezco ;
{Ap. Una cosa he presumido.
Que añade mayor materia
Al fuego de mis sentidos.
¿Si Carlos quiere á Violante
A quien adoro y estimo,
Y sin decirme su amor
Confusamente indeciso,
Arde errada mariposa
Kn sus rayos encendidos?
Pero esto no puede ser.
Pues cuando ¡ ay afectos mios!
La adorara, yo supiera
Su inclinación por su amigo.
Pero ya Carlos la adore
O ya los cielos benignos
Permitan que no la quiera ,
A un tiempo me determino
A atajar y reprimir
Este volcan en que vivo ;
Porque yo le quiero tanto.
Que al riesgo de mil peligros
Antepondré mi lealtad ;
5;>o
COJIEDIAS ESCOCIOAS DE DON FRANCISCO
Que el que adora inadvertido
Dama quo su am¡í;o quirre.
Es traidor y no e$.ámigo.) ( l
BOFF.TOX.
Ea, Señor, ^no te llegas?
Violante esta aijui, y yo lie visiu
Que le eslá acechando el alma
l'or la vlsla , que es resquicio
Por donde mira el amor
Rayo á rayo y viso á viso.
CELIA.
Llégale á hablarle, por Dios,
Que bien mirado es delito
yue disimulen las obras
Lo que los ojos han dicho.
Y si enpañas al amor,
llcpara bien que es preciso
Que casligue como Dios
Lo que calla como niño.
BOFETÓN.
Ea, lléjíate, ¿qué esperas?
;, No parece en lo remiso
Que (|uiere pedir prestado
A hombre poco conocido?
CELIA.
Habla al Infante, ¿qué aguardas
¿Piensas que es ya tu marido?
No ensonibrcrt-s el seniblaulc
Ni encapotes el hocico.
CARLOS.
Yo me llego.
VIOLANTE.
Yo le hablo.
CARLOS.
¡Dulce prenda!
VIOLA^TE.
¿Dueño mió?
En buen hora , Infante , vengas
Con tu vista á dar alivio
A este laudal de mis ojos.
Que desangraudo bilo á hilo
Por dos fuentes que eligió.
Riega el sentimiento mió
Para que crezca el dolor
Como si en el pecho mismo
No estuviese el corazón ,
Que es un arroyo nativo
Que en el lérm"ino del alma
l'or Inieas y caminos
Tiene á las penas en flor
Y en el fruto los suspiros.
CARLOS.
Guárdete el cielo. Violante.
VIOLANTE.
¿Cómo tan necio y tan libio.
Con sola una voz pagáis
IJn discurso que, repito,
En las palabras también,
Como en las obras remiso ?
¿Que es esto? Señor Infante,
¿ Qué se hizo aquel cariño?
¿Qué se hizo vuestra finez??
¿ Y vuestro amor, qué se hizo?
¿Vos los ojos sin objeto?
¿Las razones sin aliño?
Sin voz la lengua en el labio
Y sin obras los sentidos?
¿Hablando a solas con vos.
Y a que os vea habéis venido?
Disculpaos, señor Infante,
Cumplid siquiera conmigo.
Fingid de le que soléis ,
Pues no os cuesta lo ungido;
Mirad , que os he dicho á solas
Que os adoro y que os estimo,
Y que me echáis á perder
l'n amor tan bien nacido
Vu\ no lingirnif siquiera.
I Y asi , Señor, os suplico.
Pues no pagáis lo que os amo.
) Que me igualéis lo que os dig.i.
CARLOS.
;Ay Duquesa de mis ojos!
i oh , nunca te hubiera visto !
¡Oh , siempre tu rostro hiruioso
Se roe hubiera resistido
Con sus rayos! aunque eu ellos
La luz viera en que respiro;
Bien así como sucede
A ese planeta divino
Que con lo mismo que ofende
Da luz á prados y á riscos.
Yo no te puedo decir,
Señora, los males míos;
No adelanti-s la sentencia ,
Porque entiendo que, al decirlos
No he de poder refrenarlos ;
Ya presumo que habrás visto
I-oso de nieve cuajado
El que era corriente rio,
Que porque le heló el invierno
Densamente entumecido.
De hueco espejo del prado
Se troco monte macizo :
Y siendo cielo en la selva
Sustituye al cristalino.
Siendo trinchera de nieve,
Cristal de roca castizo,
Melada leche que el liempo
Presenta al prado florido,
Y si le derrite el sol
Empieza por el abismo
Con lento paso á correr.
Hasta que del ejercicio
Polilla de plata limpia
Roe su propio vestido:
Y abriendo puertas al mar.
Corre alado y vuela frió,
Alropellando las llores
Y haciendo penachos rizos,
Lleva las peñas á saco.
Porque el sol , su juez altivo.
Mandó al tiempo, alcaide su\o,
gue le quitase los grillos ;
Asi mis males corrían
Hechos caudalosos rios
Por el alma , que es el prado
Más espacioso y florido.
Pero helándolas el riesgo.
Las trocó en nuevo granizo.
Adonde el sol de tus ojos ,
Mejor juez y más activo.
De su helada cárcel manda
Que se arrojen derretidos
A la lengua , que es el mar;
Mas lemn, que si los digo.
Como helados estuvíerou ,
Han de arrojarle tan vi\üs
Que no han de querer parar;
Y asi agora los destilo
En palabras por los ojos.
Por ver si en esto consigo
Que se paren cuando vean
Que van por otro camino.
VIOLANTE.
Hacer lenguas de los ojos
Más es propiedad que vicio.
Que de las voces del alma
Son intérpretes divinos.
Pero no es razón, infante,
(Juitar á la voz su oficio
Para dársele á la vista:
Ni está mi ingenio tan fino
Que siendo tus penas tantas
Y tus males tan prolijos .
Ha de entenderte por señas ;
No sabe la voz decirlos ,
Con ser quien más los entiende
De costumbre ó de ejercicio,
DE ROJAS.
,.Y quieres líi que los ojos
Me digan lo que no han visto?
CARLOS.
Pues óyeme.
VIOLANTE.
Ya le escucho. —
Vete fuera.
CELIA.
Ya he entendido. ( Vase.)
CARLOS.
¿ .No te vas ya ?
BOFETÓN.
Ya me voy.
VIOLANTE.
Prosigue, Infante.
CARLOS.
Prosigo:
Sigismundo, el Rey, mi hermano.
Me .Ñapóles dueño invicto.
Mucho más que de su imperio,
-Monarca de su albedrio.
Tuvo guerras en Sicilia
(•on Eduardo, su primo.
Sobre que intentó casar
Con el grande rey Basilio
De Polonia, á la primera
Hija suya , habiendo sido
Concierto, que el Itey, mi hermano.
Fuese su esposo debido;
Fué la guerra tan cruel
Y el daño tan excesivo.
Que el mar, espejo del cielo.
Dos veces en sangre timo,
Pinlú de canr.in las naves
Y troco en coral los riscos.
Los sicilianos valientes,
O de precepto ó de olicio.
Con tal ánimo embistieron
Nuestras fustas y navios
En la playa de Sicilia.
Que el plomo, que fué el granizo
Que arrojó la .«aña al riesgo
De sus balas resistido.
Lo mas que hizo fué estorbar,
Pero no lo más que quiso.
Peleaban sin tt-niores
Valerosamente altivos ,
Que ha menester más valor
Quien sin valor ha re&ido.
Y viendo nuestros soldados.
Enemigos los amigos.
Valientes á los cobardes.
Soberbios los abatidos .
Y con razón los culpados ,
Con mérito los i'idignos.
Que siempre tiene razón
El que vence á su enemigo.
Por no perder el derecho
Apelaron al peligro,
Y sentenciando el valor.
Sallando en tierra atrevidos.
Firmaron con sus espadas ,
Que es la pluma del castigo,
En el papel de sus pechos.
Con tinta de coral libio,
I Habiendo visto las causas
I El fallo de sus delitos.
Talando campos y montes
Ob'-ó el enojo tan vivo
Que las parvas que á los cielos
Por puntales ó por riscos
Rubia competencia bicieroD
A aquellos montes altivos
Fueron despojos del viento.
En cenizas reducidos,
Y no acordando del oro
El soldado vengativo.
Hizo saco del rigor
Y de la venganza asilo.
Nadó eu corales el monte,
Y creciendo en alarido,
Subió á los cielos la queja ,
Mas no llegó á los oidos.
Horror era cada bullo,
1 iiiiehla el humo prolijo,
Suslo el amago, el mal vida ,
La mayor memoria olvido:
La luz desmayo, el t)icn pena ,
liicsgo el valor, la ira vicio.
Y sólo era en tantos males
La muerte el menor peligro ;
Pero Eduardo, su lley.
Dio bordo por compasivo.
Que la lástima es temor
Con máscara de cariño.
Tocó á recoger su gente ,
Prometiendo 4 un tiempo mismo
Otra vez á la Princesa
A mi hermano vengativo.
Levantó el campo mi hermano,
Y para este asiento vino
Como por embajador
Gl almirante, su tio.
Hasta a(|ui mi amor en calma,
O como contento indigno
Kn el mar de tu hermosura
Hallo tus ojos tranquilos.
Agora va la tormenta,
Va el Euro y el Noto á silbos
A este leño racional
Le conducen al abismo.
Pidióle el emliajador
Por esposa; es noble, es rico.
No te merece, y soy yo
Quien te amo y quien te eslimo :
Vo, infelice.él vuniuroso.
Lo demás ya te lo he diclio;
Pues no pá"ra aquí el efecto
De aquesos astros impíos.
El üey de Sicilia pide
(;0h si los cielos benignos
A mi voz pusieran graves
De la parca el liel cuchillo ! )
Que pues él tiene dos hijas,
Case el Rey con la Princesa ,
Pero la Infanta conmigo ;
Llamóme el Rey, yo le escucho,
Prometo lo que te digo.
Con el semblante lo niego
Y con la voz lo confirmo;
No me entendió el Rey mi hcrmann
O si me entendió no quiso,
Diúleal Almirante el si.
Plisóse luego en camino,
Y es concierto que la Infanta
Dará infeliz su principio.
Antes que el liey se despose
Al himeneo divino;
Primero me he de casar,
Que en secreto me lo ha dicho ;
Y til con el Almirante,
Digno, pues te ha merecido;
Hoy dicen que llegarán ,
Hoy, nuestros dos enemigos,
{üb la galera al soltar
Al ligei o viento el lino,
A ser des|iojo del mar
Choque en el primer bajío!
Perderte , ¡que grande mal!
Me tiene tanto astraido,
Que neutralmente en si propio,
No bien muero ni suspiro.
¡ Ay de mi amor, si te pierdo !
¡ Ay de ti , si me has perdido !
Que también lloro tu pena
Por duplicar mis suspiros;
Pero ya para la muerte.
Cuando inconstante agonizo
En la causa del dolor.
El mirarte es el indicio,
El tormento, el adorarte;
Mi confesión , el peligro;
PELIGRAR EN LOS REMEDIOS.
El casarme , la sentencia ;
El admitirlo, el delito ;
La voz del pueblo, el pregón;
El Rey, quien manda el castigo;
l.a Infanta , quien lo ejecuta ;
La obligación , el ministro ;
Será el si, la ejecución,
Y dar la mano, el cuchillo;
Mirarle en ajenos bra/os ,
¡Qué (lolor tan excesivo!
li.cir ju a otra dama amores .
¡ Ijué indecente sacrificio!
Morirme de imaginarle
Es de mi dolor capricho.
Porque la imaginación
Es el estoque más fino.
No llorarlo lü , ¡ (|ué ofensa !
Erró amor losalbedrios:
Üisciilpaseme el amor
Su error, siendo ciego y niño.
Este es, hermoso portento.
El cuidado que reprimo;
Este es, dulce prenda mia ,
Por quien muero y quien suspiro
Esta, gloria mia, el riesgo,
Que tiene mi amor remiso.
Tu aliento es soplo a esta llama ,
Por quien muero y resucito;
Y estos son mis males lodos,
Estos los afectos mios;
Pocos para ser contados
Y muchos para senlidos.
De suerte , Señor, de suerte ,
Está el dolor compasivo,
De llorar lo que tú sientes,
Que al entregarle al oido,
Si le lloro como á tuyo
Le bago ofensa como á mió ;
Pero antes que no á las quejas
Sean lus remedios arbitrios,
Y obre el discurso en el dañn ,
Va (pie no obra el albedrio.
Tú me quieres , yo te adoro;
Tú me pagas, yo lo admito;
Que amantes son industriosos
Cuando son amantes finos.
Señor, busca tú el remedio,
l'or<|ue al riesgo ó al delito
Expuesta mi voluntad.
Ha de ser peñasco fijo.
Apenas el riesgo nace.
Cuando está el remedio vivo.
Y aun yo buscare el remedio;
Mas cuando me significo
Tan obediente á tu amor.
Tu precepto solicito ;
Porque me debas siquiera
La obediencia á mis retiros;
Que es fineza obedecerte
\ es mandato el elegirlo ;
Prosigue y dame el remedio.
cÁmos.
Oye lo que determino :
Pues ha de venir la Infanta
Por ese mar cristalino
Porque no admito su fe
A dar á mi amor martirio.
Si el Almirante con ella
Vendrá á casarse contigo,
Atajémosles los pasos ,
Y sea el remedio mismo
Casarnos antes que venga ,
Pues cuando el Rey al suplicio
Determine mi garganta ,
Primero habré conseguido
En tus brazos amorosos
Los afectos repelidos;
Si el lley desto se ofendiere,
Venga á la vida el castigo,
I Como DO mueran las almas ,
Los cuerpos hagan su oficio.
Muera de haberte ganado
V no de haberle perdido,
Que de dos muertes forzosas
La más venturosa elijo.
VIOLANTE.
Dices bien, Carlos mi esposo.
Atrepellar el peligro,
Aniique sea con el riesgo,
Será consejo advertido;
Mi padre Conrado el Duque
Que está con el Rey te aviso
Cada noche basta las doce.
Con secreto le suplico
Que vengas aquesta noche ,
V traerás también contigo
Quien nos despose en secreto.
¡ Oh ! el cielo compadecido
Me deje ver en tus brazos,
Honde mariposa en giros
l.as alas del corazón
Entregaré al sacrificio.
CARLOS.
Pues admito la elección.
VIÓLAME.
V yo tu consejo admito,
iNo te goce, no, la Infanta
V obre el rigor vengativo.
CARLOS.
Ni te goce el Almirante,
Antes en mil precipicios
Los arroyos dése monte
Turben al prado Narciso.
VIÓLAME. {Ap.)
Si él supiera que me quieren ,
Roberto, el Rey y su amigo.
CARLOS.
El remedio antes del daño
Desta manera consigo.
VIOLANTE.
Sin ti ¿qué vale la vida?
CARLOS.
La muerte venga contigo.
{Ruido íIc:i!ro.)
VIOLANTE.
Ruido siento en esta sala.
CARLOS.
Duquesa, lo dicho dicho.
VIOLANTE.
¿Vendrás esta noche?
CARLOS.
Sf.
VIOLANTE.
Mira , Señor, que he leinido.
CARLOS.
La que no tiene recelos
■No tiene el amor muy vivo.
jQué señal me das ?
CARLOS.
Los brazos,
Que son la paga y testigos.
VIOLANTE.
,0h quién jamás se apartara!
Pero adiós, esposo mío.
{Ruido deidio.)
CARLOS.
Adiós, dueño restaurado.
Aun antes de estar perdido.
VIOLANTE.
Sol , anégate en el mar. ( Yn:.f )
CARLOS.
Noche, tiende el mamo frió. [Yaw.)
Salen EL MARQIÉS, ROBERTO. EL
CONDE. EL DUQUE, EL REY y
AC0IIPAÑ1IIIE.1T0.
RET.
¿Llegó el aviso ya, marqués Alberto?
MARQUtS.
Ya las alas batió, y entregó al puerto
El velamen veloz la carabela
Que deja de ser ave cuando vuela
l'or pasarse á elemento, [viento.
Siendo penacho al mar, donaire al
El patrón ba avisado, que la Infama
Viene con priesa unta ,
Que ya estará en la orilla.
Si no es que el edificio por la quilla,
Cuando esos mares loque ,
O se rompa, ósesorba, ó sedesboque,
Siendo ejemplo infelice de si misino,
A sorber los cristales del abismo.
RET.
Duque Conrado, para daros fama ,
Al árbol vuestro arrimaré una rama,
De cuyo heroico fruto
Renuevos verdescojaeltiempo astuto.
Casada está Violante, vuestra hija.
Que antes que amor le elija ,
Yo le señalo dueño ; [peño,
Sacáraos mi amistad de aqueste em-
Pues hoy la caso, digo, [amigo.
Con quien es de mi sangre, y es mi
DiQDE. [diencia.
Vuestra elección , Señor, es mi obe-
Y sin apelación vuestra sentencia ,
Puesto que capitán y juez severo
Vibráis en una mano el docto acero,
Y la diestra razón medis constante ,
O el cavado metal único cante.
Por cuanto Arabia la felice llora ;
Varia el mar, corre el viento y el sol
[dora.
MARQOÉS. (Ap.) [esposo
El Rey dijo, que el que ha de ser su
Es su amigo y su sangre, y es for/cso.
Según de su razón he imaginado.
Que siendo yo su sangrey su privado.
Hoy sea de su mano el elegido;
No le he dicho mi amor, ya le he en-
[tendiilo;
El Rey único, en fin.docloyperfeto.
Generoso señor, grave y discreto.
CONDE. (Ap.)
Al Rey á la Duquesa le he pedido,
Y aunque nunca á mi amor ha re.spon-
[dido.
Hoy sm dar la respuesta me responde;
Su amigo y sangre soy, bien corres-
Lo que dice dudoso, [ponde
A mi amor y su afecto generoso.
DDQOE. {Ap.)
Su amigo á quien más quiere y sangre
Aqui es razón que arguya , [suya,
Que es su hermano el Infame á quien
[señala,
Y que á su sangre mi nobleza isuala.
El Infante á mi hija , amante adora ,
Halo sabido el Rey y quiere agor.i
Mezclar su sangre'con la real que gozo;
La alegría , el contenió, el alborozo
Para llenar mis esperanzas vanas.
Han de reverdecer mis blancas canas.
RF.T. (Ap.)
Que yo case á Violante desta suene
COMEDIAS ESCOGIDAS DE DO!* FRANCISCO DE ROJAS.
V.
lue yo sea el ministro de mi mucne! pg^a hacer caza
Que ha de ser de Violante el dulce es
co:iDB. [poso?
¿Cuál es, SeBor, porque el amor locan-
El quebadeseresposodc Violanie?[le,
DOQfE. [do,
¿Cuál mi hijo ha de ser en vuestro esta-
Porque adelante el bien á mi cuidado?
RET. [,e.
El quehadesersudueñoyessuaman-
TODOS TRES.
¿Quién es?
RET.
Es de Sicilia el Almirante.
¿De qué os turbáis? ¿No es noble y ge-
[neroso?
¿No es activo, prudente y valeroso?
MARQUÉS.
SI; mas siendo extranjero.
Los títulos de Italia eran primero.
RET.
Primero es mi palabra.
CONDE.
Asilo digo;
Pero un hombre que ba sido tu enemi-
RET. IS""-
Quien supo ser contrario buen solda-
Amigo será en paz más acertado, [do,
DUQUE.
No sé yo si mi hija ha de sentirlo.
RET.
Como vos lo mandéis, ba de admitirlo.
DUQUE.
SI; mas...
CONDE.
Señor...
RET.
Callad.
MARQUÉS.
El Duque siente...
RET.
Otra vez digo, que ninguno intente
Contradecir el gusto á mi gianiieza,
O le pondré á sus plantas su cabeza;
Tal mi imaginación está turbada
Que castigo lo propio que me agrada.
Sale DOFETON.
BOFETÓN.
Agora en aqueste punto
De una galera se apean
Una dama tan gallarda
Que puede ser pioquintesa ,
Y un mancebo la acompaña
De tan señaladas prendas ,
Que es gordo de erre que erre
Y bermejo de anatema.
Ella tiene muy buen talle ,
Un poquito virolenta ,
Trigueña lo que le sobra ,
Y Blanca lo que le queda;
Todo lo que es necesario
Para vivir trae con ella ;
Pabellón para el verano,
Y para el invierno esteras;
Sábanas en las enaguas
Y para colchones felpa;
Para cubrir, guardaiiifante ;
Y por si está de pendencia
Trae en la cabeza espada
Y en la cotilla defensa ;
ivuc iiit; vea cu bu» aieuius anrasa
V me corrija la razón de Estado !
iQue sea mi valor mi propio miedo,
Y que prometa lo que dar no puedo!
MARQUKS.
¿Cuiles, Señor, el dueño venturoso
Redes por valona y vueltas ,
Jaula para pajaritos.
Para gallinas pollera;
Para dar coz, ponlevi ,
En el zapato una prensa ,
Los guantes para pedir,
Espejo es su cara mesma.
En las bandas y listones.
Manillas, sortijas, trenzas ,
Colonias, cintas y vidrios.
Trae bien cumplida una tienda
En efecto, ellos llegaron ;
Lleguen muy enhorabuena.
Porque á ca.sar á tu reino
Han venido de sus tierras ;
Cuando otros por no casarse
Se van de sus tierras mesmas.
Mas con su pan se lo coman
O meriéndenlo siquiera ,
Que entre dos malos casados
Las comidas son meriendas ;
Dije ya, noble auditorio.
Porque estaba de represa ,
Soy hablanlem mequolidie ,
Y tú escuchantem et ccetera. ( Vaíc.^
RET.
Vos, Conrado, id al momento,
Y haced que Violante venga
Sin decirla para qué;
Y vos , Conde , dad las nuevas
Al Infante; pero no,
Decid que hablarle quisiera,
Y no digáis la venida
De su esposa, porque tenga
Todas las glorias á un tiempo
El que aguarda las finezas.
DCQDE.
Obedecerte es mi gusto.
CONDE.
Tu precepto es mi obediencia.
DUQUE. (Ap.)
i Que esto suceda á mis males !
CONDE. (Ap.)
¡Que esto á mi amor le suceda !
MARQUES.
(Ap. ¡Que viniese el Almirante!
i Qué presto los males llegan !
Tienen alas las desdichas.
Son ruines, vienen apriesa.)
Salgamos á recibir.
Marqués, la Infanta.
Salen LA INFANTA , EL ALMIRANTE
y ACOUPA.ÑAMIENTO.
INFANTA.
Su Alteza
Escuche las prevenciones,
Y los brazos le prevenga
A un deseo efetuado
Y a una debida obediencia.
RET.
Si yo merezco los suyos
Los admita vuestra Alteza.
ALMIRANTE.
Sus reales plantas permita
A mi labio tu grandeza.
Porque tenga buenos fines
Quien tiene principio en ellas.
RET.
Almirante, levantaos.
Ya espero á Violante, bella
Infanta , á mi hermano espero.
Porque á un mismo tiempo tengan
Premio vos y yo tormento,-
Vos quien os sirva y os quiera.
INFANTA.
Señor, cuando con mi padre
"uvistcis injustas guerras.
Todas presumo que fueron
Por mi hermana, la Princesa;
Vencisteis , hubo fortuna ,
Y yo obediente y resuelta
Coa vuestro liennaoo á casarme
Vengo i vuestra patria rópi.i.
Yo liabia de ser vuestra espusa ,
Rompióse la conveniencia,
Y lo (]ue en vos era amor
Se trocó después en tema.
En lin, yii vengo á casarme,
Y en esta ocasión quisiera
Que lo que ha sido concierto
Hubiera sido fineza.
RtT.
Si el Rey vuestro padre entóneos
Por amisl^id lo pidiera
Yo me casara con vos ;
Pero que al polaco exceda
Por materia de gobierno
Y me niegue á la Princesa
Por elección, eso no :
Negármela y ofrecerla ,
Es atropellar á un tiempo
Su palabra y mi grandeza.
Ya este concierto está hecho.
Dejemos estas materias
Porque se irrita la sangre
Cuando se acuerda la ofensa.
ALMIRANTE.
Pues yo para interrumpir
Os quiero pedir licencia
Para desposarme hoy
Con Violante, la Duquesa.
RtT.
Yo os la concedo. Almirante,
{Ap. ;yué esto mi dolor consicii'.al
Y puesto que vuestra es.
Mandad como en cosa vuestra.
ALMIRANTE.
Para ejemplo del valor
La edad de Nestórea veas.
Salen EL DL'QUE por una puer'n v
CONUE por otra , EL liNFAM b y
DUQUESA.
CONDE.
Aqui está el Infante y yo.
Dl'Ql'E.
Violante, á sus plantas llega.
CARLOS.
Déme vuestra Majestad...
VIOLAJiTE.
Déme á besar vuestra Alteza...
REV.
Carlos, ¿de ((ué os suspendéis?
Violante, ¿de qué suspensa?
CARLOS.
Hallar delante de vos...
VIOLANTE.
Ver que está en vue.sira presencia
De Sicilia el Almiíaiite...
Hoy ha de ser vuestra esposa ,
Y lie VOS, Violante, es fiier/.a
Hoy ser dueño el Almiranie.
VIOLANTE. {Ap.)
Si los males no me anegan ,
Es porque se hielan todos
En los poros y en las venas.
CARLOS. (Ap.)
Si no muero deste agravio.
Es porque con diferencia
Si ai|uesta injuria me hiere,
Aquel remedio me alienta.
REY.
l>adlo la mano a la Infanta ,
Vue piles i-sla noche espera
tí.
fiera !
PELIGRAR EN LOS REMEDIO
En el tálamo de amor
Del vuestro tantas finezas,
Ofrecerle vuestra mano
Sea señal ó sea prenda ;
Y vos también ya podéis
Daile la mano. Duquesa.
CARLOS. (.4p)
¡Cielos! ¿Qué he de Iwcer ahora
Pedirle la mano es fuer/a
iQue esta injuria sufra amor!
Pero como ciego yerra.
VIOLANTE. (.Ip.)
Vive mi pena inmortal ,
Que SI á dar la mano llega ,
Que he de hacer lo mismo yo.
El le da la mano.
CARLOS. (Ap.)
Ella
Da la mano al Almirante.
VIOLANTE. (.4p.)
¡Oh traidor!
CARLOS. {Ap.)
i Oh ingrata! ¡
VIOLANTE. (Ap.)
Vengaréme.
CARLOS.
{Ap. Yo me vengo.)
Esta, Infanta bella...
VIOLANTE.
Esta
Es mi mano. (Ap. \ Hay tal dolor !)
CARLOS.
{Ap. \ Hay tal tormento! ¡hay tal peí
Es la que vuestra ha de ser :
Pero ahora. Infanta, es fuerza.
Que no le pierda el respeto
Mi amor á vuestra grandeza ;
Y asi , para la ocasión
La guardo, que es indecencia
Adelantar los favores
Cuando es propia una belleza.
VIOLANTE.
Pero á no darla me fuerzan
Obligaciones de noble:
Que pues Carlos se la niega
Ala Inlanla.y es su esposa.
En tan amorosa guerra.
Si él no la da .no la doy.
Yo la diera , si él la diera.
Infante , vos sois discreto.
ALMIRANTE.
Vuecelencia es muy discreta.
ri;t.
{Ap. ¿No parece que mi hermano
Niega lo mismo que aprueba,
Y la Duquesa también.
Lo propio que admite niega?
;Ay de mi! que con mi acero
Me estoy haciendo la ofensa. )
¿Queréis mucho á vuestra esjiosa ,
CARLOS.
Desta manera:
La esposa que más procura ,
Como es más vivo mi ardor.
Siendo Infanta del amor
Es reina de la hermosura.
Entré , miré su luz pura ,
Y aunque pudiera insconstante
Variar en luz semejante.
Como la vi tan hermosa,
A no haber Oe ser mi esposa ,
Muriera de ser su amante.
Celar me hizo y recelar
Cuando la llegué á qiien r.
Que quien no sabe temer
No sabe lo que es amar.
No hubo causa en que dudar
A su fe y á su entereza ,
Que aunque es tanta su purcrn ,
No admiré en estos recelos
Que trae consigo los celos.
La que trajo la belleza.
Hoy la mano la be de dar.
Mi palabra he de cumplir.
Bien me puede uo admitir.
Mas no la puedo olvidar ;
Permanente ba de durar
En el alma este blasón.
Que como hirió esta pasión
Al corazón inmortal.
Ha de durar la señal
Mientras viva el corazón.
VIOLANTE.
Yo al qne mi esposo ha de ser
Y un alma pienso entregarle,
Aunque no quisiera aniailo,
Por fuerza le he de querer.
La que es principal mujer
A uno solo ha de estimar.
Ni ha de olvidar ni variar,
Luego si yo soy quien soy,
Y va há dos años le estoy
Para siempre le he de amar.
Nace en el prado una flor
Olorosa . pura y bella ,
Y aunque otras resultan dcllcí',
La primera es la mayor ;
Seca el estío su ardor,
Y aunque la marchita , advierto
Que aun muerta fragancia vierte,
Pero esotras flores no;
Que la qne larde nació
Llora primero su mueite.
Flor es este amor primero
Que otras flores resucita ;
KIor, otro amor le manhila,.-
Y este se conserva entero ;
Primero nació, y infiero
Que cuando la parca intente
Cortar su rama eminente,
Será su eclipse fatal.
Que este amor es natural
Y esotros son accidentes.
BEY.
Bien encarecido está.
INFANTA. (Ap.y
Aqui la alabanza es cierta ,,
Puesto que á mi no me importa.
Que me quiera ó no me quiera :
Mas que el amor me ha inclinada.
Me anima el sóu de la guerra ,
No hay reciuitbro para mi ,
Como el Son de la trompeta,
Que en el verdor de los años
Tocan á fuego las venas;
Para que yo me recoja
Dé licencia vuestra Alteza.
ALMIRANTE.
Y para que yo acompañe
A mi esposa la Duquesa.
VIOLANTE.
Mi padre está aqui. Almirante,
Cuando vuestra esposa sea,
Entonces recibiré
Por mayor esas finezas.
Mi obediencia es vuestro gusto.
Esta noche en esta pieza
Ha de ser el desposorio.
V asi es bien (¡ue se prevengan
Las más limpias voluntades
A la más decente ofrenda.
I A los cielos doy [lalubra
3:í4 comkiiias escocidas de don francisco
V desinics á vuestra Alteza
De desposarme esta iiocbc.
BET.
¿Con quién?
CÁtlLOS.
Con mi Infanta bella.
(tp. Si soy el Infante yo.
No es Infanta la Duquesa?)
VIOLAfiTE. (.1p.)
Yo la doy de dar la mano
Al instante que la ofrezca
Carlos á su esposa amante.
BEY.
( (p. Paciencia , cielos . paciencia.)
Venid , Señora , i otro cuano.
CONUE. (Ap.)
;Que esto escuche y que no miicral
MARQUÉS. (Ap)
iQue viva y sufra estos celos !
BEY.
Venid, Almirante.
ALMIRANTE.
Apenas.
INFAMA. [Ap.)
¡Que aun no baya llegado y ya
Me desposen tan apriesa!
RET.(Jp.)
Pero ardides tiene amor.
MARQUÉS. [Ap.)
Amor sabe diligencias.
CONDE. {Ap.)
No hay desdicha sin remedio.
ALMIRANTE. {Ap.)
Fortuna para tu rueda.
DUQUE.
Ven, hija.
BEY.
Infante, volved.
INFANTA.
Déme mi valor prudencia.
VIOLANTE.
¿Qué dices desto, don Carlos?
CARLOS.
Que nuestros males empiezan.
VIOLANTE.
¿Que tan presto hayan venido
CARLOS.
¿Cuándo la desdicha yerra?
VIOLANTE.
¿Qué remedio?
CARLOS.
El empezado.
VIOLANTE.
Casarnos , ¿de qué manera?
CARLOS.
Vendóle luego á tu casa.
VIOLANTE.
¿Pues en qué tiempo, si es fu(
Que nos llamen al instante?
CARLOS.
Antes que á llamarnos vengan
VIOLANTE.
F,n tu amor está mi vida.
V tu fe en mi diligencia.
VIOLANTE.
Aquí la tarilanza es riesgo.
CARLOS.
Sin riesgo amor no se acendr;
VIOLANTE.
A gran peligro le pones.
(IW )
{Vusf.)
{Vase.)
Sea el castigo mi cabeza.
VIOLANTE.
Peligroso es el remedio.
CARLOS.
Como yo te goce , muera.
VIOLANTE.
¿Y la Infanta?
CARLOS.
Amor la mate
V celos la hagan la guerra.
VIOLASTE.
¿En fin , ponemos dos vidas
A un amor que nos gobierna?
VIOLANTE.
Peligrar en los remedios
Es de los astros violencia.
CARLOS.
Peor fuera no haber remedio.
VIOLANTE.
Y perderle peor fuera.
CARLOS.
Pues a los riesgos. Violante.
VIOLANTE.
Pues Carlos , á sufrir penas.
CARLOS.
Animo para los males.
VIOLANTE.
¿Cuándo en mi se vió flaqueza?
CARLOS.
Pues como yo sea tu esposo...
VIOLANTE.
Como yo tu esposa sea...
CARLOS.
Vengan tormentos y males.
VIOLANTE.
Vengan penas.
CARLOS.
Riesgos venpan.
{Vanse cada uno por su puerln.)
JORNADA SEGUNDA.
CARLOS.
; Felice aquel que logra su esper.-inza.
Dichoso aquel que lo que enipiemli-
[alcanza;
Y mil veces felice sea llamado
El que vive contento con su estado
Sin aspirar al trono y la grandeza .
Que el no envidiar es la mayor rique-
Mi esposa es ya Violante , [za !
Esposo la idolatro, adoro amante,
Y con dulces despojos
Nos bebemos las almas por los ojos ;
Que son vasos preciosos y estimados
Donde brinda el amor sus"convidadiis.
Hermosa está al gozarla y al quererla;
Mas no más hay señal para perderla ,
Aunque está tan hermosa.
Pues corlada del tálamo la rosa ,
Mas fragante se mira.
Ambares preciosísimos respira;
Pero el olor que vierte ,
Es vivo parasismo de su muerte.
Ejemplo sea la luz al que la viere
Que ardemayorcuando morirse iiuiei'C.
2 ROJAS.
Y la luz y la rosa
Con fuerza misteriosa
Dicen su muerte y cantan sus amorc-,
tina con llamas y otras con olores.
l'n mes habrá que me casé en secrelu,
l.a esperanza de amor llegó al efelo;
Pero aqneste cuidado
Ni aun de mi propio amigo lo he Gado.
El Almirante á la Uu(iuesa pide,
V ya el Rey deteniéndolo lo impide .
O ya esta desleallad se temple y dore.
Amor me manda que á Violante adon'.
YesUiosamory el Rey un hombre hii-
[mani..
Pues ¿quién ha de dejar necio ó tirano.
Aunque á su sangre falte y su renom-
'bre.
[br(
'la deu
La obediencia de un Dios por I
[hombre'
llame enviado á llamar el Rey mi her-
Yo, obediente y ulano [mano,
A sus preceptos valerosos llego.
Errante mariposa de su fuego,
Sin que recele sus temeridades,
Que nadie tuvo imperio en voluntades.
Y el cielo hermoso con no ser yo mió
5Ie dejó mi elección y mi albedrio,
Y de su propio efecto bien se inliere
Que yo puedo elegir lo que quisiere ,
Pues eligen las almas desiguales
Vegetativas y aun irracionales.
El nativo cristal cuando allá dentro
Va rompiendo las peñas por el centro
Y por la misma breña se desata
Rozando la salida hurón de plata,
Apenas nace fuente.
Cuando elige á su modo la corrii^nle,
Y por el prado á su albedrio cruza
Haciendo cristalina escaramuza.
El árbol reverdece á su albedrio
Y los frutos le paga al verde esiio
Que su esposa prestó la primavera.
Siega las flores la indomable llera,
Y á su diente señala las mejores ,
Y advitrau al nacer también las llores.
Recalada la tórtola suave
Elige de su e.specie hermosa el ave,
Y aquel vapor que de la tierra sube
En la media región se torna nube ;
Y por ese elemento.
Desatado en raudal, arbitra el viento.
Yá mi, porque lo quiere el hadoimpí
Me falla la elección y el albedrio;
Mas venció mi valor, mi fe lo cante;
Mi hermano sale con el Amirante
En quien dura de amor la ardiente Ha
Salen EL REY v EL ALMIRAN TK,
ALMIRANTE.
Vuestra Majestad , Señor,
Perdone el atrevimiento,
Y premie mi pensamiento
O me castigue el amor ;
Como mi fe penas labra
Con que herirme y injuriarme.
Otra vez llego á ampararme,
Señor, de vuestra palabra,
Y primero he de acordar
flüen que en vos no he menester).
Que en un Rey el prometer
Es lo mismo que el obrar.
A la duquesa Violante
Le pedi á vuestro favor,
V si no merecedor,
Al menos llegaba amante.
Un mes há que el alma mia
Espera eslc dulce bien ,
V un mes há, Señor, también,
Que os la pido cada día.
En vuestra misiiia tardanza
Vive airuda mi pasioo:
Cerca de la posesión
Es lormeiuo la esperanza.
Y cuanto fino y constante
Digo mis discursos ciegos ,
Respondéis con los despegos.
Castigáis con el semblante.
Ved (|ue es de mi fama mengua
Y no honor de mis blasones ,
QuL' me liableis con las acciones
Lo que podéis con la lengua ,
Y que castigo será ,
Si es que llego á merecerla ,
No dármela j- prometerla.
RET.
Ya os entiendo, bien está.
ALUlRAriTE.
Vos me nombrastes , Señor,
Esposo de la Duquesa ;
Y asi , de vuestra promesa
Se fué empeñando mi amor.
A vuestro reino he venido
Con la Infanta , mi Señora ,
Y vuestra Alteza no ignora...
RET.
Digo, que ya os be entendido.
ALMIRANTE.
Ya que se eclipsa mí fe ,
Y mi empleo dilatáis.
Ya , pues , que me castigáis ,
;. No podré saber por qué »
Y si no es castigo, ¿ignora
El alma porqué habrá sido,
Negarme lo prometido?
RET.
No os quiero casar agora.
ALMIRANTE.
Señor, prometer un rey
Y en la promesa dudar...
Yo bien puedo derogar
Lo mismo que doy por ley.
Pero antes , con este intento.
Os doy el premio mejor.
Que quien dilata el favor
Añade el merecimiento.
ALMIRANTE.
Luego aunque me suspendéis
El premio en esta mudanza ,
¿Podré tener la esperanza
De merecerla ?
RET.
Podéis.
ALUIRANTE.
Ya yo alcanzo que podré
Desta ventura aspirar;
Mas si después de esperar.
Será mi esposa?
RET.
No sé.
AL
Déme vuestra Majestad
Licencia para partirme.
Que antes quiero que confirme
Ui obediencia , mi lealtad.
(Ap. Si el Rey piensa que me voy.
Mejor mi intento se allana.)
RET.
¿Cuándo OS habéis de ir?
ALHIRANTE.
Mañana
RET.
Paes, Almirante, idos hoy.
ALMIRANTE. (Ap.)
iQue esto mi desdicha aguarde !
PELIORAli E.N LOS REMEDIOS.
CARLOS. {Ap.)
Aquí mi fortuna empieza.
ALMIRANTE.
(Guarde el cielo á vuestra Alle/a.
Almirante, Dios os guarde.
(.1p. Parezca ó uo sinrazón
Derogar ley tan debida ,
.\nles ha de ser mi vida
Que cumplir con su pasión.
Y entre mis afectos hallo
Que es también injusta ley
Que venga á morir un rey
Üe lo que vive uu vasallo.
Más pesa aquesta razón
En una y otra balanza.
Porque viva mi esperanza
Dilato la posesión.
Y también es recompensa
Del Almirante el rigor.
Porque hacerle este favor
Viene á ser hacerle ofensa.
El Rey, á quiea la razón
Sirvede sabio ejercicio.
Cuando hace algún beneficio,
Le ha de hacer sin intención.
Si yo le caso con ella.
Si me quiero refrenar.
No he de poder moderar
Los impulsos de mi estrella.
Luego si imposible es
Templar penas semejantes,
Quitársela quiero antes
Y no ofenderle después. )
c.írlos.
Fuese el Almirante airado,
agora mi dicha empieza.)
Me envió á llamar vuestra Alteza?
(,*.
Si , Carlos , yo os he llamado.
CARLOS.
¿Qué es lo que quiere mandarme?
RET.
Mirad si alguien nos escucha.
{Ap. ¡ Grave dolor, pena mucha !)
CARLOS.
{Ap. El Rey me habla sin mirarme ;
,,Si el Rey mi amor entendió?)
Obedezco á vueltra Alteza.
¿Quién ha entrado eu esta pieza?
¿ Quién sale á esta cuadra ?
Al mirar al paño sale LA INFANTA.
INFANTA.
Yo.
RET.
Señora , ¿qué me mandáis?
INFANTA.
Pediros, gran Señor, quiero...
RET.
A que me ordenéis espero.
INFANTA.
Pido que á solas me oigáis.
REV.
Idos allá fuera vos.
CARLOS.
Haré lo que me mandáis.
RET.
Mirad, Carlos, ¿qué no os vais?
Va estamos solos los dos.
INFANTA.
Ceneroso Sigismundo,
<;uyo renombre loable
Se ha de esculpir en los bronces
De los futuros anales ;
Ansien el Norte y el Sur
Teman el son de tus parches ,
Ansí de sangre enemiga
E<|uivo(|ues los dos mares ,
Que te prevengas atento
A mis ansias y pesares ,
¥ hagas á un "tiempo dos cosas
Con vencerle y escucharme.
l>esde que contra Eduardo,
üey de Sicilia, mi padre,
l'or mi hermana la Princesa
Anegaste el campo en sangre;
Desde que las conveniencias
Vencieron enemistades.
Que son peores enemigos
Los que eran amigos antes;
Desde que venciste, en lin ,
Tanto, Señor, le trocaste,
(Mas siempre los vencimientos
Divierten los naturales)
Que al buscarte justiciero,
Te percibo tan mudable
Que ni abrazas lo que intentas
Ni no lo que aseguras haces.
Con mi hermana la Princesa
Dices que quieres casarte ,
V á mi , para que lo llore.
Con don Carlos el Infante.
A obedecerte dispui-sia,
Al viento encargué seis naves
Mi descanso a mis suspiros ,
V á mis lágrimas mis males ;
Korzaila mi voluntad ,
Llegaba sóloá obligarle,
Disimulada en la pena
V en el peligro constante.
El mismo diaque vine
Mi esposo le señalaste,
V á Violante, la Duquesa,
Ofreciste al Almirante.
Esta fuerza de mi amor
Mi padie quiere que pase;
Mas nu he de sufrir por Dios
En tu tardanza mi ultraje.
Alargarme aquesta muerte
Es crueldad sobre desaire ,
Que en el vulgo las tardanzas
Son desméritos infames.
(!n mes há que en este reino
('uijlra mi propio dictamen
Te (liilo que me desposes ,
O te pido que me mates.
Yo confieso que aborrezco
A lo hermano, no le espantes,
Que antes que á Venus divina
Tuve inclinación á Marte.
Mas como soy el objeto
De tantas lenguas neutrales.
Como llega á ser desprecio
Que á la conveniencia faltes ,
En tocando al pundonor
En mujeres de mis partes ,
Es lo que menos me inclina
Aquello que más me aplaude.
Tú, airado, lialdándome siempre
Con la lengua del seiiiblant(-
(Que es voz con que usan los reyes
De lo severo y afable)
No acordando tus promesas
Riguroso y inconstante.
Ni con mi hermana te casas
Ni á mi quieres desposarme.
Si porque á mi Rey venciste
En dos batallas campales
Le fias á la fortuna
Lo que á mi honor le negaste
No confies en su curso
Poco seguro y instable.
Que es un reloj la fortuna
A quien los astros variables
Que son soles de las dichas.
Hacen que ai)unte 6 señale
3;;o
COMEDIAS ESCOGIDAS DE DON FRANCISCO DE ROJAS.
A (JiTerentes objetos:
Por sus causas iialur;iles
Al nacer el sol hermoso.
Las sombras vei>ce (riunrante,
Y en bóvedas de cristal
Le sepultan á la larde.
Clicie , reina de las flores,
Gigame á los campos nace,
Y al impensado granizo
Se desvanece cadáver.
El mar cristalino monstrno.
Mengua y crece por instantes,
Ya bruñe las altas peñas
Y ya las arenas lame.
Los cielos con ser lo« cielns
Mudan su curso inviolable ,
Y hay quien dice que la tierra
Se mueve incierta y erranle.
jPucs qué será la fortuna?
Ka , Señor, no le ufane
El poiler ni el vencimiento.
Cumple tus palabras reales.
Depon el ci tro á mis voces.
Alivia elpeAO á mis males,
Y quepa en tu cortesia
Lo que en tu rigor no cabe :
No des mi opinión al vuljjo
A que la borre ó la nanche,
Que es monstruo que se alimenta
De la opinión y la sangre.
Cásate con la Princesa ,
Da al Almirantea Violante,
Entrégame el dueño mió,
Aunqni- le aborrezco s^ilies.
Muévale el verme exlrmijera
Dispuesta sólo a agrail;ii le,
Y es obrar en los remedios
De corazones cobardes.
Si no le obliga mi amor.
Mi mucha razón te ablande.
Salgan libres tus aléelos
Del pecho que fué su cárcel.
No irrites la buena dicha ,
Mejor será que la halagues.
Que como amiga del bien
Se paga de las piedades.
Y , en lia , cumplirás á un tiempo
Con mi padre en desposarme.
Con mi hermana en admitirla,
Con Ñapóles en casarte,
Y yo para nuevo ejemplo
Er tantas adversidades ,
Siendo la menos comenta.
Seré la que más te aclame.
Mi padre siendo el vencido
Saldrá á Sicilia triunfante.
Con mi'rito el vencimiento
Y la razón con esmaltes.
Pero si no compasivo
Indecente profanares
Ingratamente arrojado
El templo de honor mas grnvo.
Echando el pecho á los riesgos
Me he de arrojar á esos mares
Para que piado.=os más
A mi reino me trasladen;
Donde prometo á los cielos
De empuñar el corvo alfanje,
Y embrazando la rodela ,
Leona de más coraje.
Resucitaré á bramidos
Los propios que tú mataste
Yo, Amazona valerosa ,
Los corazones leales
De tanto soldado mió
Inlicionaré á vengarme;
El Etna haré que vomite
Nuevas llamas materiales
Porque en favor de su rey
Tus ejércitos abrasen.
Murallas pretendo hacer
De esos soberbios pnnl:iles
Que sustentan ó detienen
K.«a máquina diamante.
Sangre ha de correr el coot''.
Por(|ue las flores se empjpi n ,
Y regados del humor
De los humanos corales
Las plantas vegetativas
Serán plañías racionales;
Arderá el campo en venganzas,
De la crueldad haré alarde,
Irrilaréme del riesgo
Y haré blasón del ultraje.
Vuestra majestad , Señor,
Disculpe yerros lan graves;
Soy niu>r, precipíteme;
Ya lo dije , perdonadme. {Vuse.
RET.
Si á mi hermano caso agora
Con la Infanta , es obligarme
A hacer á un tiempo también
La boda del Almirante.
Casar la Duquesa es muerte ;
No casar la Infanta , ultraje ;
Dejar la princesa, yerro;
Rigor, faltar ásu padre.
Y entre tantos daños hidras
Que unos de los otros nacen ,
He de anteponer mi amor,
Fallen mis decretos, falten,
Que donde no reiua el gtii-io,
Los intereses, ¿qué valen í
Quiera yo á Violante, Piey,
Y estas bodas se dilaten.
El silencio sea la lengua
Que los venza y los ataje.
Que hoy para su ardiente empresa.
Ce mi hermano he de aviidarme.
¿De quién me podré fia'r.
Si no es de mi propia sangre.
Que por diferentes venas
De una misma especie arde?
Yo le llamo, él es mi hernnno ;
bese el remedio á mis males,
El alivio á mis desdichas
Y mi cuidado á los aires.
Decirle quiero mi amor.
Que un rey ha de conliarse
Solamente de sí propio
O de quien su sangre iguale.
Vo le llamo, obre el valor ;
Yo le digo, el fuego baste,
Yo la adoro, ella lo sepa;
Hermano Cirios, Infante.
Sale CARLOS.
CÁULOS.
Señor, ¿xiué es lo que me mandas?
(Ap. El que el remedio buscare
Para atajar los rigores
Contra las adversidades.
Cúrese con los peligros;
Victimas tan saludables
Que el mismo riesgo que tengo
Es lo mismo que me vale;
La Infanta mi mano pide;
Más riguroso y amante
El Almirantea su esposa,
Y sólo aqui son bastantes
Para el remedio que tengo
Mis propias dificultades.
;. A cuál habrá sucedido,
Óh cuidados inmortales.
Que le pidan ásu esposa
Y que él lo escuche y lo callo ?J'
BEY.
i Sabéis , Carlos , ((ue soy rey ?
CARLOS.
Bien el África lo sabe.
{.\p. Parece que airado me h.d)la.)
¿Y cabe en las majestades
Ofensa alguna, y que sepa
Si busca el medio?
CARLOS.
No cabe.
{.\p. Parece que habla conmigo.)
BET.
Luego si yo OS declarare
i^lue tengo un grande enemigo
Que me ofenda y que me ultraje,
Y es tan bueno como yo,
¿Será razón remediarme?
CARLOS.
^Enemigo, y que es lan bueno
Como tu Alie/a , señales?
Mucho decis. Áp. Si ha entendido
Que soy dueño de Violante...)
REV.
Luego os diré el enemigo.
Porque agora es iinporl.nie
Que me habléis una verdad.
CÁBLOS.
En vos han de ser verdades
Por precepto las razones.
REV. {.\p.)
¿Qué recelo en declararme?
CARLOS. {Ap )
¿Quién puede haberle contado
Este amor que en mi renace?
REV.
Con Violante, la Duquesa,
He sabido...
CARLOS. (Ap.)
¡ Ah qué pesares!
RET.
Que VOS...
CARLOS.
Señor, es verdad;
{Ap. Ello es fuer/a confesarle
Mi delito si fué cnipa.)
REY.
No vuestra razón me ataje
Para una facilidad
Lo que hay de diUcultadcs.
CARLOS.
Yo confieso...
REY.
Ya yo sé
Que estáis siempre con Violante,
Y pues que la veis...
CARLOS.
Señor...
BEY.
Por amigo de su padre,
Y sois mi mayor amigo
Por ser una propia sangre.
Prevenidme la atención
A mis palabras, Infante,
Y obedeced lo que os digo.
CARLOS. (Ap.)
Sali del riesgo.
BEY.
Escuchadme.
CARLOS. {Ap.)
No hay fiscal como la culpa.
Cuando es un delito grande,
Hé aqui que yo propio á mi
Me vi á pique de culparme;
Y no me admiro que, en fi n ,
Siempre las palabras salen
A propósito del mal
Cuando es el yerro culpable.
REY.
El enemigo que lengo
Que me ofenda y que me .■•í;ra\i.,'.
- tan 1
i:o como YO,
; en mi ardo
ijriicij le causa ; quien le encicnile
IN lu duquesa Violante,
Oulen la ba de decir mis penas
> is vos , porque en cosos tales
A li'S excesos de un rey
Mi lie ser medio unlnlanle.
I coiilronlacion del alma
I .uiiliieu en los reyes cabe ,
I 'II.' como mortales son
\ ivín también incoiistanles;
Mi ;in)or dije á la Duquesa,
> 1 palabras, en señales,
^ i'Or castigarle más,
M lo ba enlendidn, ignorante,
>ii ([uiso, no, la Duquesa,
^l admitirle ni estimarle,
(.Uieel exceso del im|ier¡0
lii-prlnie las voluntades.
En lin , si no es de mi hermano
De nadie quiero lianue;
No me falle á mi decoro
Vu que 3 mi ¡grandeza falle ;
Vos sabéis j sois discreto.
* cáulos. (Ap )
Yo quiero ya declararme.
Yo la adoro, y no me estima.
CÁBLOS.
Mirad...
REY.
No hay que replicnrnie ,
Que adonde és la culpa amor.
Llegan los remedios larde.
.Siliciladla á mis ruegos ,
Procurad que ese diamante,
(íiieesa roca se enternezca,
ijue ese peñasco se ablande ;
l';ii vos consiste mi vida;
A mis ansias inmortales
Dadles alivio, don Carlos,
V dadles mate suaves.
CARLOS.
Señor, ella está casada.
REY.
Ya entrelenjío al Almirante;
Mi an;or, Carlos, es primero.
CARLOS.
Pues advierte, Señor, antes,
Que ya es mi esposa...
REY.
La Infanta.
CARLOS. (.4//.)
i Que deste modo me ataje !
REY.
Haced esto que os he ilicho
Sin que el miedo os embarace;
Más bago yo siendo rey ,
Aunque solo con vos hable.
En deciros mis afectos
l'or extraños desiguales.
Que vos, aun((ne le pidáis
(,iue los premie ó que los pague;
Y puesto (|ue liago lo más,
Haced lo menos. Infante.
CARLOS. (Ap.)
Otro peligro mayor
A otro remedio renace;
Pero el n-medio es bajeza ,
Cuando es el delito infame.
¿Quién dijera que mi hermano,
V un Rey de tan altas partes
Me encargue solicite
Mi propia esposa y su amante,
Y que yo esté en tal estado
Que escuche , que admire y calle.
Que me dañen los secretos'
PELIGRAR EN LOS RE.MLDIOS.
Y el obedecerle dañe?
Si le digo que es mi esposa ,
Hay dos ofensas iguales;
l'ues lo ha de sentir el Rey
l'ur si y por el Almirante.
V si no obedezco agora
1.0 que 01 dena , es engañarle;
l'ues decir que se lo be dicho,
No es bien, aunque es medio lácil;
Consolarme con mi esposa
Kn riesgos tan incurables,
Ls declararme celoso:
Sir celoso, es injuriarme.
Ii me con ella á otros reinos
O á la corona de Flándes,
i:s venir á ser traición
Lo que es amor en mi sangre ;
l'ues ¿ qué remedio ó cuidados ,
Puede ser aquel que cargue
l-'n la balanza contraria
Que al peso del daño iguale?
A mi esposa quieren dos ,
A mi pretenden casarme;
Lo primero es un tormento,
V lo segundo es desaire;
Pues dése sólo un arbitrio
A tantas diñeultades.
Mi esposa sepa de rol
Lo que por indicios sabe ;
Klla y yo somos dos almas
Kn un cuerpo inseparables ;
Lo que ordenare la una ,
Ks fuer/a que la otra abrace ;
Klla está con desahogo
Y yo con ansias mortales ;
Mejor sabe dar consejos
Quien siente menos los males;
A verla voy y á decirla,
0 las palabras me falten ,
Que á tan valientes cuidados
Kran mis voces cobardes ,
Que el áspid que hacerlo puede
Rs tan cri^aíinsoasiiid
Que nii> ha pai^ailo el abrigo
Lnpoiizoíiiisascnifhlaclcs;
(^(Micluyenle mis impulsos
Kn este primer certamen.
Donde lleve el premio amor
Kiitre opositores males,
i Mi nave al golfo mayor
Suelte el ligado relamen ,
1 Y de mi esposa en el puerto
Surta en sus ojos descanse.
I Kl oro, pues, de mi fe
I O se acendre ó se ((uilate
En su pecho, que es adonde
Se acrisolan voluntades.
Porque este tormento muera ,
Porque esta fortuna acabe ,
Porque este hielo se encienda ,
Porque esta llama se apague ;
Que aunque es verdad que hay pelig
Kn medios tan naturales.
Peligrar en los remedios
Es el remedio más grande.
Sale BOFETÓN asieniio á CELIA,
ella con una luz.
¿Dónde , hermano üofeton ,
Vamos con priesa tan grande?
IIOFETO.-V.
Ande, Celia , hermana , ande.
CELIA.
¿Qué me quiere en conclusión*
¿l'ara qué agora me llama
Con tan extraños extremos?
CELI».
J)equiOn, di^aV
DOFETn^.
De nuestra ama.
CELIA.
Pasito, y con más agrado.
BOI^ETON.
No la pretendo dejar.
CKLIA.
.;,Ello DO es á murmurar?
BOFETon.
SI.
CELIA.
Pues yo iré de mi grado.
BOFETÓN.
A este exceso me provoca,
V el traerlo asi arrastrando,
Qne me deja en murmurando
('c.n el murniur en la boca.
V agora me ha de escuchar
O que quiera ó que no quiera.
CELIA.
Pues vaya á medias siquiera.
BOFETÓN.
Vaya.
CELIA.
Va de murmurar;
Todo el corazón me llama
A murmurar sin recelo.
BOFETÓN.
Dime, asi te guarde el cielo,
¿No es gran figura nuestra ama?
CELIA.
I'"igura la estoy pensando,
l'.elirada en su»lausura,
^ Jeremías figura
I oda la vida llorando.
BOFETÓN.
Cran tecla tocas agora;
Sillo quisiera saber
¿Qué le fbllaá esta mujer
(Jue toda la vida llora?
CELIA.
Panta lágrima me enfada;
Ni lo alcanzo ni lo entiendo;
Pero, ó me engaño ó voy viendo...
BOFETÓN.
Que está acaso enamorada.
CELIA.
No; pero dime , ¿qué aguarda
Este Infante, & quien serviste.
Pues tan continuo le asiste
Que es ya su cuerpo de guarda?
BOFETÓN.
fil trae muy gentil modorra,
l'ues si atento lo averiguo.
Enamora al tiempo antiguo
Con calzas , con capa y gorra.
Sin más ni más se estará
Toda una noche, aunque espire,
Diciendo ¿ vis aperire?
Aunque eila diga efetlt.
CELIA.
Otra razón me des|n'erta
Cuando esa sospecha dejo ;
V es, que en durmiéndose el viejo,
Se bajan á abrir la puerta
Apenas el rubio coche...
BOFETÓN.
Ansí, que aun no te he contado,
1.0 que, estando ya acostado,
íle sucedió la otra noche:
l'l üu(|ue, que es de Violante
F.l padre y el consejero.
Liando miiy seco y severo
COMEDIAS ESCOGIÜAS OE DON KKANCISCO
Que pasasen al instante
La cama de la Duquesa
A otro cuarto junto al suyo,
\ que fué sospecha arguyo
O fué malicia profesa.
Yo que vi un cuarto vacio,
Saliéndone de mi ochavo
A Utos ben<li>;o ; alabo
Y digole ¡cuarto mió!
Y remudo, en conclusión ,
En unos cordeles malos
Mi cama de cuatro palos ,
Mi colchón y mi jergón.
Donde la Duquesa estaba .
Oue es cuarto de cumplimiento :
Pues agora entra mi cuento.
CELIA.
Ea, Bofetón, acaba.
BOFETÓN.
Uato la luz , y empecé ,
Sueño en popa , juru á Dios;
Y lié aquí, á más de las dos,
Me siento tentar un pié.
Y viendo aqueste embarazo,
Y oyendo cierto suspiro,
lié aqui que yo le retiro
Y él prosigue con el brazo.
¿Quién es (le dije muy quedo) ,
Ouien entra en mi cuarto agora?
o El Infante soy. Señora,»
Dijo, « ¿de qué tenéis miedo?
Vuestro esclavo soy. Señora ,
Elque os eslima constante.
El que os venera hoy amante
Y el que temeroso os llora.»
Yo que le oi disparar
Con prosa tan nueva y loca ,
¿Qué haf!0? olio mi boca ,
Y dejóme requebrar.
Él un amor, yo otro amor,
Con una y olra dulzura.
Yo un ¡ay! otro en conjetura ,
Con uno y otro temor,
ntcelando unos azotes
Para conservar mis miedos ,
Me planta los cinco dedos
Y topa con mis bigotes;
Saca la hoja airado y fiero
Y el errado brazo inclina,
Y dame una disciplina
De canelones de acero
Con fuerza y enojos tales ,
Que todo el espurgatorio
Me lo trocó en consistorio
De muy graves cardenales.
O ya por mudarme sea,
O por callar por mi mal ,
Todo el cuarto principal
Se me trocó en azotea.
C^UA.
Dejemos aquesos cuentos,
Y vamos al caso ya;
¿Cuántos galantes tendrá
Nuestra ama? Dilo.
BOFKTON.
Uucientos.
Alberto, el marqués privado
Del Rey, la persigue amante ;
Federico, más constante
Padece de enamorado;
Pero el Marqués me dio á mi
Cien escudos y un diamante,
Y en el cuarto de Violante
Esta noche le escondí.
Y aunque hay grande riesgo ayora
En lo que tengo trazado.
Yo cumplí con ser criado .
Cumpla ella con ser señora.
CELIA. (Áp.)
Mil escudos me promete
I (Tanto el amor le sujeta),
' Porque esta noche le meta
lie mi ama en el retrete,
Federico, que la adora,
Y esperándome ha de estar,
Y si éste se va 6 acostar.
Le pienso meter agora.
BOFETOR. (.4p.)
El marqués Roberto es
Galantisiuio Señor,
("on mi ama scy traidor,
Pero es mucho el interés.
Va esl.i dentro, ello ha de ser,
Vpues que le satislice,
Y yo sé lo que me hice,
Él mire lo que ha de hacer.
Si esta no se va á acostar.
Sin que le valga disculpa ,
Le han de echar toda la culpa ;
Yo me quiero retirar.
CELIA.
¿Te quieres ya recoger?
BOFETÓN.
Ya es hora.
CELIA.
Buena ocasión.
(Ap. No lo sabr.i Bofetón.)
UOFETON. (Ap.)
Celia DO lo ba de saber.
CELIA.
Bien se ordena.
BOFETÓN.
Bueno va.
(Ap. Criado soy, voy á mi centro,
Ya lengo el pájaro dentro.)
CELIA. (.4p.)
Va Federico entrará.
BOFETÓN.
Celia , veámonos los dos.
CELIA.
Pues vete , no me importunes.
BOFETÓN.
(Ap. Llevará con la del lunes.)
1 Adiós, Celia.
I CELIA.
Adiós.
BOFETÓN.
I Adiós. (Vase.
: CELIA.
I Aqui ba de estar aguardando.
Llegar, y llamarle quiero;
¿Es Federico? ¿Sois vos?
Sale EL CONDE.
CONDE.
Y el que en el mar de mi fuego
Busca el puerto del descanso,
Derrotado pasajero.
I CELIA.
j Pues seguidme poco á poco
Y caminad tan alentó
Q»e el amor ponga los ojos
Y los pasos ponga el miedo.
Venid tras mi.
C0>-DE.
Ya te sigo.
j Sale C.\RLOS.
I CARLOS.
,,Qué es aquesto, caballero?
! CELI*. {Ap.)
\ El Infante, ¡qué desdicha!
I Huir y dejarle quiero. {Vr..ic.
I CONDE. [Ap.)
Vive el cielo que es mi amigo,
DE ROJAS.
El que arrojado y resuelto
Con la VOZ y con su ira
Estorba mi"amor á un tiempo;
Embozarme es importante.
CARLOS.
¿Cómo, sacrilego y necio,
Prufanais de la noble/a
El más venerado templo?
Por esa calle pasaba
(Disculparme es lo primero)
Y viendo que en esta casa
Entraba un hombre resuello.
Quise saber de sus pasos
El mal desmentido afecto.
CONDE. {Ap.)
Si le respondo, en la voz
Ha de conocerme luego :
Decirle mi intento es daño.
Engañar mi amigo es yerro;
La industria me valga"agora.
CARLOS.
¿Con la lengua del acero,
No respondéis? ¿Desa suerte
La luz matáis?
CONDE. {Ap.)
Bien se ha hecho.
CARLOS.
Para el valor no bay industria;
Oeste modo, vive el cielo,
Puesto que eres tan cobarde.
Darle la muerte pretendo.
{Vaya buscando la puerta el Conde.)
CONDE. {Ap.)
;0h si encontrase la puerta
De la calle ! Pues con esto,
Cou el Infante y conmigo
He cumplido al mismo tiempo.
{Cáesele la capa junto á la puerta
de la calle.)
La capa me ze hacaido.
(Tire estocadas y cuchilladas
el Infante.)
No es conocida ; no quiero
Gastar el tiempo en buscarla ;
Que esta la puerta sospecho
De la calle; vome voy;
No es ser cobarde ser cuerdo.
{Éntrese ei Conde por el cuarto
de Violante.)
CARLOS.
¿Criados de la Duquesa,
So bav una luz? Vive el cielo,
Que ha de morir á mis manos.
Sale BOFETÓN , con luz
BOFETÓN.
¿Curas aquí?
cArlos.
Peor es esto.
El hombre con quien reñía
Se salió 3 la calle huyendo,
V al salir dejó la capa ;
Seguirle los pasos quiero;
Dame esa luz.
BOFETÓN.
Vete fuera.
CARLOS.
{Vasc.)
BOFETÓN.
I Me convengo.
I CARLOS.
I Hombre que mi fuego burlas ,
Prepárate a mis incendios,
I (Saca la espada.)
I Que van á un tiempo tras ti
Mis enojos y mis celos.
' {Vase Carlos por la puerta déla lalU.)
,V.'/,- VIOLANTE, WK'í/íí) desnKda,
retirándose del MARQCÉS.
VIOLANTE.
Nombre ó bullo, que á eslas lioras,
Cii.iidado de tu silencio
De 1,1 suinhra te aprovecbas
l'ara ejecutar tu fuego,
, Aduiiiie, mal adveiliilo.
Gobiernas lu errado pecho,
(}ue lomas para las {;lorlas
La oscuridad por acierto?
(•Quién te condujo á mi cuarto?
Habla y dime tus intentos.
Y si al lenguaje del alma
Te desmientes extranjero,
,1'ara hacer mayor tu culpa
iPronuncia si(|uier3 el yerro.
¿Quién le ha traido?
WAROliES
Habla ni.is (|ucdo.
VIOLAMC.
s.
IIAHQtÉ3.
Son en balde.
TlOLANrE.
VIOLANTE.
Puesto que á escuras estamos ,
Apartarme agora (¡uiero.
Sale EL CONDE.
CONDE. (Ap.)
Por ir huyendo á la calle
Krré la puerta . y sospecho.
Que eir lugar de errar los pasos ,
Encontré con los aciertos.
VIOLANTE.
iNo hay quien mate {\ este traidor?
MARQUÉS.
Es muy valiente mi afecto.
CONDE. {Ap.)
Esta es voz de la Duquesa.
MARQUÉS.
A tan continuos desprecios,
Yo propio me he de tomar
La satisfacción que debo.
VIOLANTE.
¿Que uo habrá quien me socorra?
C0.\DE. (Ap.)
Que no fuera caballero,
Si no acudo á esta ocasión.
MARQUÉS.
Si te defendiera el cielo...
CONDE.
Yo te sabré defender.
MARQUÉS.
Pantástica sombra ó cuerpo
Que en el lazo de tus ¡ras
Prendiste mi errado vuelo,
¿Quién eres?
CONDE. (Ap.)
Desta manera
I Asegurarle pretendo,
Y sin que puedan obrar
' Ni sus iras ni su acero.
Hasta que libre la vea
La asejíuraré.
WLuche con el Marqués, y cáesele
■ capa.)
PELICRAII EN LOS REMEDIOS.
MARQUÉS.
¡Ob lurmentu!
fuéllame.
CONDE.
No he de soltarte.
VIOLANTE.
¡Hola. Silvio, Flora .Celio!
(,>ue se arde mi honor en iras.
¡Luces, bola!
Sale CARLOS , y lo capa en el brazo.
CARLOS.
¿Qué es aquesto'
VIOLANTE.
jKíiposo, Señor. Infante!
(Ap. Llámele esposo. ¡Qué yerrol)
CONDE. (/íp.)
Al Infante llamó esposo,
Y él otra vez más resuello,
Con la venganza en la espada
Y el valor en el deseo
Me viene á buscar agora
Y agora el marqués^Alberto.
MARQUÉS. (Ap.)
¿Federico aqui indignado?
¿El Infante aqui suspenso?
¿Violante le llama esposo?
Ni me alcanzo ni me entiendo ;
Daréle satisfacción.
CONDE, (.4p.)
Mas satisfacerle espero.
CARLOS.
Fantásticos cuerpos mudos,
Enigmas depuro hielo,
Esiátuas vuestras las dos.
Las dos sombras de olios cuerpos ,
¿Quién & esta sala os condujo
A turbar el claro cielo,
Dunde los i ayos de honor
Opuestos al sol lucieron?
¿V tú, Violante...
VIOLANTE.
Detente.
Fija la voz en el pecho,
Y préstame la atención
P:.ra obligarle al suceso.
Yo que en esta cuadra estaha
Por ser tan tarde, queriendo
Parala futura muerte
Hacer ensayo en el sueño .
Apenas medio desnuda
Corrí la cortina al velo.
Que es para quien menos siente
Campana de pensamientos ,
Cuando un hombre destos dos ,
Hárbaro, atrevido y necio.
Matando á un tiempo dos luces
A la de mi honor opuesto,
Con palabras y con obras
Profanó á mi fama el templo.
Retiróme, y él me sigue;
Doy voces , y á nadie veo ;
Repítelas, y es el aire;
Prosigo, y quieren los cielos
Que un hombre con él se abraco,
Y que le detenga al tiempo
Que con la espada y la luz
S:iliste airado y soberbio.
De los dos que ves delante,
Al uno mi honor le debo,
Al otro debo mi agravio,
A uno mi fama cnniieso,
I'iio es dueño de mis iras
Y otro de mi vida es dueño.
Pero como á escuras fué ,
Asegurarte no puedo
A cuál pa¡{ue mis injurias
O á cuál le pague el suceso,
\ ansí...
MARQUES.
Detente, Señora ;
Yo que por este aposento
Con un recado del Rey
Buscar tu padre pretendo.
Oigo voces, llegóme,
A tu piedad me eniernezco.
Detengo al que solicita
La terneza en tus despegos,
Y abrazándome con él.
Airadamente violento.
Sil engaño pongo en mis lazos
Y lu Venganza en mi esfuerzo.
Y al tiempo...
CONDE.
El que socorrió
A Violante ful yo mesmo,
Quien le detuvo es mi ira,
i Quien le sujetó mi aliento.
Vuestro amigo soy, Infante,
i Harto os he dicho con esto,
¡ Con mi amistad os respondo.
Que es mi mejor argumento.
MARQUÉS.
Yo soy segundo en Italia
Y soy del Infante deudo,
Y mas amigo que vos...
CONDE.
Aunque...
CARLOS.
Esperad , deteneos :
lAp. Federico es tan amigo.
Que como amigo le creo,
Al Marqués, como á persona
A quien se debe respeto ;
Pues ¿cuál será de los dos
De aquesta traición el dueño?
Pero yo lo alcanzaré.
Yo con un hombre cubierto
Reñi en la sala de afuera,
Y ya industrioso ó soberbio.
Dejándome alli su capa
Se volvió á entrar acá dentro.
Luego aquel que de los dos
Tenga pueslo el ferreruelo.
Será quien la socorrió,
Y el otro quien hizo el yerro. (Vuelve.)
1,'uiero ver cuál trae la capa.
(Vuélvela cara, y halla que la capa
está en el suelo.)
.llás dudas nacen de nuevo,
Una sola capa miro,
Y esa la miro en el suelo;
Pero deste modo...)
DUQUE. (Dentro.)
¡Hola!
¿Cómo no hay luces? ¿Qué es esto?
¡Hola, criados!
CARLOS.
Por Dios,
Que el duque Conrado pienso
Que ha de entrar en esta cuadra.
CONDE.
Pues ¿qué hemos de hacer?
VIOLANTE.
Supuesto
Que hay dos puertas á la calle,
Por ellas podéis á un tiempo
•Saliros los dos agora.
• CONDE.
Lo que mandáis obedezco.
MARQUÉS
Tomo mi capa.
CONDE.
Esta es mia.
(Tómenla los do.i.)
CARLOS.
,. Agora paráis en eso?
lomad esa capa vos.
3C0
Yu me voy.
CONDE.
RUUES.
GuArdeos el cielo.
COIDE. (.1p.)
Daré la muerte al Marqués. (Vasi-
«AmjUKS. {Ap.)
Vengar mi agravio pretendo. {Vnsc-
CÁKLOS.
Entramtios dicen que es suya ,
lias yo sus dudas advierto.
Sale EL DUQUE.
ODQOE.
iSeñor infante? i Violante?
¿Vos todo el rostro de hielo .
V vos tan tarde en mi casa?
¿Los dos aun tiempo suspensos ?
¿Qué es esto? ¿Qué ha sucedido?
VIOLANTE.
No lo só.
DUQOE.
Ni yo lo entiendo.
Hija, ¿qué es esto?
VIOLASTB.
Una pena.
DCQUB.
¿Qué es esto, Infante?
CARLOS.
Un tormento.
DrQCB.
¿Cómo en mi casa a estas horas?
CARLOS.
Señor, hay muchos misterios.
DUOOE.
¿Y lú cómo, di, le abriste?
VIOLASTE.
No tiene voces mi aliento.
DUQBE.
Decidme.
cÁnLOS.
No puede ser.
DDQCE.
Declaradme.
VIOLANTE.
No podemos.
DUQOE.
Mirad , que dais á entender...
AS escogjd.vs de don Fn.\MCISCO DE nOJAS.
I CARLOS I I'orque cae este postigo
I Vendarme espero
I DUgUE.
^Qué Intentas
cArlos.
i| Llorar mis penas.
i DUgUE.
I : Enigmas, matadme presto.
Ksti embotado el dolor.
VIOLANTE.
■No tiene mi pena aceros.
DOQOE.
Pues idos.
LOS nos.
Ya te dejamos.
DUQCE.
¿No os vais?
LOS DOS.
Ya te obedecemos.
cáulos.
Mis celos venguen mi brazo.
VIOLANTE.
Mi inocencia libre el cielo.
niiQiiE.
Cuidados, dejailme va ,
(t dadme la muerte á un tiempo.
JORNADA TERCERA.
I Salen con Un VIOLANTE, con som-
brero. V UOHEMIO, SILVIA , criada.
C.iRLOS T BOFETÓN.
BOFETÓN.
Ya hemos llegado á tu quinta ,
Honde deste modo vamos
C.nn una lu?. encubierta
.Siendo ya de dia claro.
CARLOS.
Dame esa luz , Bofetón.
Ya está cometido el yerro.
DügOE.
¿Yerro contra el honor mió?
Pues ¿quién...
CARLOS.
Yo s;.bré vengarle
DOgUE.
¿Pues 4 vos qué os toca dcsto?
Vuestro honor. Duque, es mi honor.
DuguE
No 08 alcanzo ni os entiendo.
CARLOS.
Tiempo habrá en que lo sepáis.
onguE.
No me tengáis tan suspenso
VIOLANTE.
(".irlos, Señor, te dirá...
DUQUE.
¿Dónde vas?
Estas dos ventanas abro.
{Hace que va abr
CARLOS.
No abras.
BOFETOS.
Pues ¿qué te importa?
CARLOS.
No me repliques.
BOFETÓN.
No abro,
CARLOS.
No quiero que nadie sepa
Que hoy á mi quinta he llegado,
Y si ven que están abiertas
Estas ventanas al campo.
Como de ordinario están
Cerradas , es caso llano
Que han de eeharde ver que estoy
En mi quinta retirado.
BOFETOH.
¿Qué es lo que intentas hacer?
No lo entiendo ni lo alcanzo ;
(\p. Celos andan por aquí.
Mí amo se ha declarado.)
CARLOS.
Enciende aquella bujia.
BOFETÓN.
Que me place. {Enciéndela.) ' Leer quiero los dos papeles.
CARLOS. BOFETÓN. {Ap.)
No hables alto, L'n toda mi vida he hallado
A esotra i|uÍMla del lado,
Donde la señora Infanta,
Ketiradade palacio.
Llora desaires de honor
Por penas ó por agravios.
BOFETÓN.
^ ¿Qué , aqnl se vino la Infanta?
cArlos.
Habla quedo; aqui hay recado
He escribir. (.4p. Yo determino
Lo que tengo imaginado )
Hos papeles de mi letra
Pienso escribir disfrazados :
Para Federico el uno,
V otro al Marqués, su contrario
El que á Federico escribo
Pienso remitir firmado
Del Marqués, y el del Marqués
De Federico, y entrambos
Han de ser de' desafio;
Hoy se verán sus engaños,
l'.oii el inleiilo que sigo
Fácilmente averiguado.
{Siéntase á escrillr.)
CELIA T VIOLANTE d olrapucrla.
Celia, sl, mí esposo es,
Y anoche, oh Dios , en mi cuarto...
Pero se apaga la voz
Entre la lengua y el labio.
CELIA.
Va sé yo lo que pasó.
VIOLANTE.
Pues prosigo con el caso :
De parte del Key vinieron
lista mañana á mi cuarto
A preguntar por mi padre
Dos criados de Palacio;
Levantóse de la cama ,
Y gimiendo y suspirando.
Dándome quejas por señas ,
Intérpretes del agravio.
Fué á Palacio á hablar al Rer,
Mi esposo el Infante en tanto
>-ube á mi cuarto furioso,
náceme vestir airado.
Llama á Bofetón entonces,
Y yo, turbada, te llamo:
llene un coche prevenido,
1 juramos en él los cuatro,
Y hemos venido i su quinta.
Si me mira , es tan turbado
Oue les desconozco el rostro,
Y es que como está pensando
Que bay ofensas en su honor.
Camaleón disfrazado,
Kl semillante de sus iras
Viste el color de su agravio.
BOFETÓN. (Ap.)
l'na cosa he presumido
Que me ha puesto gran cuidado.
Estos papeles que escribe
Vo soy quien ha de llevarlos;
,Mas que está escribiendo en ellos
Que me den quinientos palos?
lomólos, bien lo merezco;
Pero á él no le faltan manos
Y él me los pudiera dar
Con muy grande desenfado;
Pero no. los alcahuetes
Son dichosos.
cArlos.
Ya he firmado;
CARLOS.
!y,-.> •Conde Federico : Lo qne Ins
cLiiu-nriR escribieren ban de Grm;ir las
«e-;|>adas. La vuestra anduvo tan ocn-
«siunada que he menester saiisfaccr-
»iiii'. Para conseguirlo os espero deii-
ilro de la quinta del Infante Carlos;
>qiie pues ella CSI4 sola y vos tenéis,
«como privado del Hey. llave mncslra
>ile la quinta de su hermano, dentro
«podremos , vos cumplir lo (|ue decis,
»v vo castigar lo que intentáis. — Mur-
yqués Alberto.»
l',-ie es del Marqués al Conde;
Kstolro del Conde, paso.
{l.ee.) iMarqués Alberto: Para el cas-
• ligo de vuestras sinrazones os espera
inil recato dentro de la quinta del In-
• fante; vos sois su amigo disfrazado,
«[ledidle llave della. que pueseslá solo.
>.\ en la campaña podremos remitir al
vi.ilor lo que no se fió á la lengua.—
.Et Conde Federicos
CELIA.
¿Qué serán estos papeles?
VIOLANTE.
.^0 sé, Celia, tan turbados
Se suspenden mis sentidos
(Jue en toda yo no me liallo.
{Cierra los pnpchx )
BOFETOS.
f.\ no hace sino mirarme,
,Si acaso me está tanteando
Para enviarlos á encargar
Los cintarazos que hago?
CARLOS.
De manjra que es mi intenlo
fon dos papeles que trazo,
Traerlos hoy sin recelo
A un tiempo á mi cuarto á entramlios,
V pues anocl.» no pude
Üuscarnie mis desengaños,
Al.race mi ardid agora
Lo que mi industria ha trazado.
t'.on mi esposa y con los dus .
Vive el cielo hermoso y claro,
I n cuyo dorado anillo
Ks el sol rubio topacio.
He de averiguar mi honor.
Porque asi me satisfago
Si es mi amigo desleal,
Si es el M irqués mi contrario;
V si mi esposa... mas no,
Ksto sentirlo y callarlo.
^ cuando los dos después
Satisfagan mi cuidado.
No podrán reñir los dos.
Porque aunque fueron llamados ,
No siéndolo el uno de otro
No es nadie desaliado.
¿Bofetón?
BOFETOH.
Señor, ¿qué mandas?
CARLOS.
Kslos papeles te enrargo :
Aqueste va á Federico.
V este al Marqués ; ten cuidado
Que no digas cuyos son.
CARLOS.
Sile tienen.
BOFETOIT.
Porque yo
Yerro un papel á dos pasos,
í.lp. Al Marqués Alberto el uno
V otro* Federico, malo;
PELIGllAK F.N LOS ÜL-MEDIOS.
Ivl uno es peor que el otro.
Su amigo, y papel cerrado
Llevaré, si yo le llevo,
l'iies, el del Marqués, remalo;
Porque aunque fui su alcahuete,
0 alcanziido ó no alcanzado :
Si alcanzado, los señores
Al instnnte que alcanzaron
Alcanzan de cuenta aquel
(,liie los ha alcanzado, el cuando.
\ cuando llega el alcance
Del suceso '[lie desearon,
l-s la alcanzida la dama
Por el alcance ordinario.
I'ues si á la propia alcanzada
la arrojaron de un tejado
,i.)ué hará el alcanzador'í
Siiá fuerza (guarda Pablo)
II ios por quien él es, me saque
lieslos papeles de Carlos,
l'iirque de su cerradura
No salga llave á mis cascos. (Vasr.
CARLOS.
Tú vele allá fuera , Celia.
VIÓLAME.
No te vayas.
CARLOS.
Vo lo mando.
Yete, digo.
CELIA.
Yo me voy. (Ví;.tc
VIOLANTE. {Ap.)
Sola con él me he quedado;
l:i cierra todas las puertas,
,(lh cómo el miedo es villano,
lúes en la misma inocencia
s;ibe esconder su contagio !
CARLOS. (Ap.)
Agora que estoy á solas.
Silban , suban condensados
l.os pavores de mi fuego
Al centro confusos rayos,
l:ese a la lengua el recelo,
i.iiie es el pecho poco espacio;
1 f. qu? han de decir mis ojos,
I 'Pegunten doctos mis labios;
Satisfacer las pasiones
lis de la vida descanso;
Aprisiónese el silencio
ICn la cárcel del cuidado;
IJise tormento á la pena
Inducidora del duño.
Confesará la inocencia
De mi dueño idolatrado;
.No tiene culpa mi dueño,
lúes ¿como recelos vanos
No os desvanecéis en humo
Y:i que en fuego habéis volado?
\ infante, mi esposa, es
Kjemplo de aquel peñasco
Kn cuya boca se forma
i;i bronce á pedazos basto.
Columna es en quien se afirma
Mi honor, que pesando tanto
l'.s poca basa la tierra
IMira el que la hiere marmol;
^ agora que yo la abrazo,
Satisfacer con la lengua
lis agasajo ordinario,
.'.donde hay culpa hay recelo,
^ ella vive sin cuidado.
Dice mucho y nunca son
l!:ichilleres los agravios.
Satisfacer la sospecha
Ks dar indicios al daño,
Fila no me satisface,
Y hace muy bien , porque hay casos
Kn que por satisfacer
Se hacen ciertos los fracasos.
V es el yerro más ofensa
3CI
Que el indicio del agravio;
A(|uella puerta primera
Va á la quinta de mi hermano
Donde üKOra está la Infanta,
\ temo que algún criado
Por el hueco de la llave,
Yiendo desta luz los rayos ,
No escuche lo que decimos ;
Pero un remedio he pensado
Para encubrir aipiel hueco;
Ahora bien , mi daga clavo
Sobre la cerraja misma ;
Pondré el sombrero colgado.
Y estando cubierto el buceo...
{Mire hacia Violaiüc.)
VIOLANTE. {Ap.)
líl me mira tan airado...
CARLOS. {Ap.)
Me asegurará mejor.
{Saque la daga para clninrh c.' M
puerta , y piense Xiolante que espara
matarla , y túrbese.)
VIOLANTE.
;. Qué temo? Deten el brazo,
Carlos, esposo. Señor,
\ antes que tu iodigna mano...
CARLOS.
Detente..
' VIOLANTE. •
Ejecute en mi
Tantos impulsos errados;
; Vo coi.fesarémi culpa;
Culpa tengo.
I CÍHLOS.
j Cierra el labio.
! VIOLANTE.
I Señor...
I CARLOS.
! ¡Que viven los cielos.
; Oue en tu corazón villano
t.sie acero...
I VIOLANTE.
Tente, aguarda.
CARLOS.
(¡Ilay más riguroso caso!
Culpa dijo ¡ oh pena mia !
; Qué me suspendo! ¡En qué lardo'
;Que dijese.., No lo dijo,
i Pero ya yo le escuchado.
i A la luz que da un acero.
¡ Qué de cosas se miraron ! )
¡ Monstruo de crueldades lleno,
' Áspid de ponzoña pura.
Que entre (lores de hermosura
Disimulas el veneno.
I Confieso, pero condeno
[ Que en tan cobarde pasión
i Para darme más razón ,
! Aunque están grande mi agravio,
; Haya copiado tu labio
I. o que estampó el corazón.
Masdime, racional fiera
Que lu culpa me dijiste ,
Sa que líi la cometiste,
;,No la callarás siquiera?
Pero como injusto era
Quedar sin c;i silgo infiero.
Que hoy al amago primero,
O por verte ó por hallarte.
Salió tu culpa á mirarle
Al espejo de mi acero.
\ vióse en él y le disculpa.
Tu propio recelo arguvo.
Porque este temor no es luyo,
■ Es el temor de tu culpa;
I Solamente aqni le culpa
\ Mi dolor y mi pesar,
i Que entre el callar y el obrar
5C2 COMEDIAS
Cu|>iese en un proceder
El valor para emprender
Y el temor para callar.
Pero aunque á mi brazo irrilo.
Desengañóme tu engaño;
¡Oh qué grande espero el daño.
Pues ti) dices que hay delito'.
Tus palabras solicito
Para mi propia razón,
Y débele 6 mi pasión
Oue le escuche desta suerte.
Porque ha de salir tu muerte
Oe tu propia confesión.
VIOLANTE.
¿Pues cómo airado. Señor,
Con el acero... ¿Por qué?
CVRLOS.
Para cubrir la saqué
Ksle portillo á mi honor.
(dave la daga y ponga el sombrero
junio á la cerradura.)
Pero que fuera mejor
Mi priipío suceso halla
Kn tan honrosa batalla
Ser mas seguro caudillo,
Pues cuando guardo un portillo
Til rompes una muralla.
Peí o no te he de matar
Poruña palalira , no,
yue tal vez el labio erró
Y yo no me quiero errar
Mi piedad has de alabar.
Pues aunque culpada estés ,
Por (|ue más blasón me des
Todo mi houor pongo en tí :
Si hay culpa, la culpa di.
VIOLANTE.
Oye, y mátame después.
Despeñábase al mar el rubio coche.
Lo que el dia escribió, borró la nochi'.
Y en menguante fortuna
Lágrimas negras destiló la luna ,
Y en tímidos desmayos
Le mendigaba al sol mayores rayos ,
Cuando, yo en mi retrete retraída,
A mi esperanza le lié mi vida ,
Desvelada en amarte y en quererle ;
Y no lo digo para enternecerte,
Que en juicio tan honroso
Te solicito airado y no piadoso.
Kslaba, como digo.
Todo mi amor en mi como enemigo.
Muy vidriosa toda la esperanza ,
Amagando mi duda 6 tu mudanza ,
Cuando al verte neutral mi pensamiento
Iluiílo en la puerta de mi cuarto sentó;
Tomé una luz , salí y abrir me atrevo,
Y con la de mi honor dos luces llevo.
Kiitra un hombre embozado.
Yo el coloren el rostro barajado
Ite la voz me confio.
El miedo visto del color del brío ;
«Quién eres», le pregunto máscons-
[Uiiile,
Yél me responde: «El Rey, doña Vio-
[laiile».
¿Cómo solo en mi cuarto, le pregunto?
Todo el valor difunto.
Mi sentido recela lo que piensa ,
Prevengo mi razón para defensa ;
Dispóngome á la muerte,
Oigole hablar y dice desta suerte :
« Solo vengo, y de nadie me he liado;
No es mi cuidado para consultado.
Yo os adoro, Violanle.y por vos muero,
Y sólo vengo á que sepáis que osquie-
Volvióse y vo (juedé... [ro.»
CARLOS.
¿Qué le dijiste?
ESCOGIDAS DE DON FRANCISCO Dli ROJAS.
Y la luna mirando que se huía
■ cátedra de luz sustituía .
VIOLANTK.
Muda me reliié.
CARLOS.
¿No respondiste?
VIOLANTE.
A callar más confusa me sentencio :
No hay respuesta al honor como el si-
cÁraos. [lencio.
¿Y él no ha vuelto?
VIOLANTE.
Que es rey prudente infiero.
CARLOS.
No me alabes , Violante, al que le quie-
VIOLANTE. [re.
No se sujeta un reyá amantes leyes:
Los reyes con amor, también son r> -
CARLOS. [>^'^-
llue estoy seguro de mi hermauo.di^'o;
Prosigue ya, Violante.
VIOLANTE.
Ya prosigo.
Hoy el marqués Alberto, amante mió,
lil castillo sitió de mi albedrio,
Y aunque yo me atrinchero de i igorcs.
El me arroja por bombas sus ilolores;
Si al campo salgo, le hallo en la cani-
[paña,
Y mi retiro piensa que le engaña.
Mi sombra ya olvidada le coiiitiiip'.o
Si reverencio el templo;
Si á la ventana doy mejor trofeo.
Argos es de mi vida su dest- o.
De las palabras hace corazones ,
Con músicas me dice sus pasinnes,
l'ero viendo su afecto castigado.
Me piensa conquistar siendo porfiado,
hedetico, con más temeridades
(Agora es tiempo de decir verdades)
No sé yo, si sabiendo que me adoras.
Momentos hace de su amor las horas.
Porque hay tan ruines hombres, yo lo
[digo,
Oue quieren á la sombra de su amigo.
l'ero de ti, Señor, no mehecsiiantado,
l'orque eres noble y has de .serconlia-
lino por mi suspira, otro me adora, [do.
Ino measistey otro me enamora;
Soy querida, óme fingen, soy constar-
Niégome á su favor... [te,
CARLOS.
Tente, Violante.
VIOLANTE.
Soy perseguida, en fin, con tal desve-
CÁRLOS. [lo--
Tente, doña Violante, 6 ¡vive el cielo!
1 lOLANTE.
No indignes , no, tu ira rigorosa .
¿Qué culpa tengo yo de ser hermosa?
CARLOS.
Tienes razón en esta competencia.
VIOLANTE.
Perdona si el decirlo es indecencia ,
yue cuando son los celos los recelos,
.No ha de quedar escríipulo de celos.
Y como eres mi médico prudeiile.
No le he de recatar el accidente ,
En medio, pues, desta desdicha, digo,
Socrelamente me casé contigo, [res.
Y en templado instrumento ríe priuio-
^os cantamos iguales los favores ;
Volvióse de Sicilia el Almirante ,
Retirada la Infanta más constante
En esta quinta su desdicha llora'
hl suceso de anoche falla agora.
Maestro el sol al mundo con desmayos
L'ejaba escrita la lección de rayos,
I uando yo estotra noche fatigada,
No pienso yo que has menester esfada;
l'ara anegar mis ojos en raudales.
,.Qué mas acero que contar mi;, inale??
Uigo que en li pensaba á mas emiieñc,
'uando en mí se inlroducc un blam o
Y por no darme enojos, [sueñu,
.Me bajaba las manos de los ojos.
Vo, pues , para dejarle satisfecho.
Trueco el adorno por el blando lecho.
Medio desnuda apenas
Desquitaba mis dudas de mis penas;
Algún tiempo oigo ruido.
Asustó á mis sentidos el oído ; [qnis^^,
Vuelvo á vestir lo masque el miedo
Los sentidos aviso,
l'orque ninguno al riesgo se acobarde;
Dejóme sola . el miedo fué cobarde ;
Miro un hombre embozado
Que dio muerte á una luz que había
;.Por luces (dije) empieza? [quedado.
I'.iesgo corre la luz de mi nobleza;
Mas aunque mi deshonra me buscaba
Para conmigo, aun yo le disculpaba.
Que hay error que íal mal se satisface
Uue aun no lequíerever el que le hace.
Huyendo de su intento me retiro.
Sacóme por el rastro de un suspiro;
Las violencias mezclaba con los rue-
[g'os.
Los temores disfrazo en los despegos;
Él me buscaba, yo me retiraba ;
\u daba voces, el se atropellaba,
Cuando otro que & mi cuarto se había
[enlrailo
Por descuido ó traición de algún cria-
Le detiene furioso, ataja altivo; [do.
No sé yo sí de amante ó compasivo
Entraste con la espada,
Turbada estuve, pero no culpada:
Ya sabes lo demás que ha sucedido.
Apuremos la culpa que be tenido.
Los dos que anoche hallaste.
Donde el castigo de tu honor variaste.
Entrambos son culpados ;
La disculpa es que están enamorados.
Si uno al otro detuvo tan airado.
Si estaba de mis luces abrasado.
Aunque me satisfizo.
No lo hizo por mi , por él lo hizo;
La culpa, pues, que mi pureza infama
Es no haberte contado aquesta llama
Kestos opositores.
Traidores á tu fe, á mi amor traidores.
Culpa es también casarme yo contigo
Cuando me solícita el que es tu amigo.
Culpa fué no decirte mi osadía , [ria;
Que el Rey, siendo lu hermano, meque-
Culpa fué, no con arle mi cuidado.
Los intentos de amor en un privado.
Cuando tu amante firme, perseguida,
Tantos desmayos padeció mí vida;
Pero, Señor, esta disculpa advierte.
Si callé, fué temor de no perderte;
Pero ya que indignada
Esgrimo mi razón para mi espada ,
O cruel ó severo
Haz fuentes de mi sangre con tu acero.
Ea, Señor, pues dices que hay agravio,
Kirme la espada lo que escribe el labio,
Monstruo me llamas de ponzoña lleno.
Sácame de las venas el veneno;
Áspid me nombraspueslo entre las do-
Triaca suya sean tus rigores. [res.
El Conde no me deja ,
El Marqués con afectos me aconseja.
El Rey firme me adora.
Dame la muerte, airado esposo, ahnr».
No quiero ya que mi firmeza abones,
Va estoy heriila de tus sinrazones ,
No hay clulilo en mi honor, ni aleve
[culpa.
Mi muerle ha de servirme de disculiia:
Máinme, acaba, digo, finitio,
Sécruel, (JuesMO me nombras lu ene-
0 moriré en mi fuepio más coiisUiiile;
La herida de mi labio es peneirame,
Dióme en el corazón , y ya en dcípojos
Sani,'re blanca deslila por los ojos:
Morir de sinrazón es rigor fiero, [ro.
Grande es la brevedad deaqnesteuce-
Ypues lequiseysov tu amanto espofa,
Dame, Señor, la nmene mas piadus;i.
CARLOS.
Tanto tu honor le disculpa
Que no le hallo recompensa;
¡Que haya quien diga la ofensa
Antes de saber la culpa!
VIOLANTE.
Pues ya llegaste á injuriarme .
>'o hay por qué mi honor abones;
No quiero que me perdones ,
Vive Dios, que has de matarme.
CARLOS.
Si indignado el brazo irrito
A darte la muerle ya,
Quien lo supiere dirá
Que donde hay sangre hay delito.
\ fuera grande indecencia
Que mi propio intento culpa ,
Ya que hice mi error disculpa ,
Haber culpa en tu inocencia.
TIOLAMTE.
Poes eso es, esposo, asi,
Y me llegaste á injuriar.
Nadie me podrá culpar
Que yo me dé muerte á mi.
Kl oitlo he de abrasar
Que tus razones oyó.
CARLOS.
Cuando el amor escuchó
Del (lue te llegó á adorar.
Con más razón justo es
Que entonces le consumieras ,
Porque con eso no oyeras
Lo que dijera después.
VIOLANTE.
Otra ofensa, aquesto acero,
Que el espojo se llamo
Donde dices que se vio
Tu agravio ó error primero
Será...
CARLOS.
La ira deten.
Porque es pasión desigual
Que te quieras hacer mal
Con lo que te ayuda al bien.
Que este fué el espejo inliero
Adonde en traje de error
Se miró lu propio honor
Desaliñado primero.
Puso dolo en lu opinión
Kl rayo de plata pura ;
Mas ya como tu hermosura
Le dio color lu razón.
Y en tan varias fiulasias .
Cuaudo en mi acor» te vieres ,
Serás la misma que eres
Y no la que parecías.
VIOLANTE.
Y'o no te entiendo. Señor,
Tú mismo te conlrudices,
Allí una ofensa me dices
Y aquí me haces un favor.
( Vate hacia la luz á quemarse , y dc-
tiénela Cúrlus.)
En esta neutralid:id
No culpes mi pensamiento.
PELIGRAn EN LOS REMEDIOS.
(Vase hacia la daga que está clavada
en la puerta^ tómela en la mano.n
Carlos la detenga la daga , y se lii
quite.)
CARLOS.
Al Marqués espero aquí
Y al (;ondo quiero es|)erar
Porque pienso averiguar...
VIOLANTE.
íNo estáis satisfecho?
CARLOS.
Si.
Sólo castigar querría.
No oira cusa, vive Dios,
Si te han (|uer¡do los dos
Sabiendo (|ue le (pieria ;
Ksla luz quiero mular,
Pií á esta pieza te retira.
VIOLANTE.
¿Esposo?
CARLOS.
¿Qué dices?
VIOLANTE.
Mira.
CARLOS.
No tienes que recelar.
Si culpados son los dos;
No hagas, Violante, que intente...
VIOLANTE.
Señor, yo estoy inocente.
CARLOS.
Pues, esposa, adiós.
VIOLANTE
Adiós.
(Vanse.)
Sfl/enEL HEY y EL DUgCH.
Ya estamos solos los dos.
REY.
.Mirad si alguien ñus escucha.
DUOUE.
Ninguno escueharnos puede.
REY.
¡Oh nunca, Conrado, oh nunca
Se embarrara mi venganza
En lanío golfo de injurias !
DUQUE.
¿Qué sentís. Señor?
REY.
Oid,
Porque sólo á la coyunda
De vuestros sabios con.sejos,
.Mi altivo cuello se ajusta.
Ya sabéis que el Almirante
De Sicilia , á quien divulga
Tanto clarin su grandeza
V tanto valor la pluma.
Ofendido en ver que yo
Negase á la llama pura
He su amor y de su celo
La que él pensó esposa suya ,
Se fué á Sicilia enujado,
Y la Infanta, más confusa.
En mi quinta retirada
Venganza á su ofensa busca.
Yo, Duque, mal divertido
En querer á una hermosura,
(Cómplice de amor rendí
Todo el valor que me ilustra,
L.I fama que me engrandece,
A la más bella escultura
;l!ien que no os digo quién es),
Que labra la aurora rubia ,
Siendo azucena al follnje
Y siendo el clavel moldura.
Hoy, pues, un leal va,sallo,
Porque mi justicia luzca,
Y no porque galardone
El hábito de mis dudas.
Me ha avisado (|ue la Infanta
Dentro de mi quinta junta
Dos amigos los más niios
A la traición ni;is injusta,
I Al escarníalo más grande
I Que vio la aniurcha diurna
Desde que entro rosas nace
Hasta que muere entre espumas.
Con dos conjurados dicen
\ Que hoy mis intentos burla,
I Y que dos naves previene
I Para el desprecio ó la fuga,
; Dos águilas cuando vuelan,
I Dos ciudades cuíiiido surtas.
I Yo á la venganza dispuesto,
Por ser venganza tan justa
I Lo que pudiera á mi enojo
I Le he encargado á mi cordura.
Digo, pues, que agora intento,
i Aunque yo tengo la culpa ,
' Que lo que erró la pasión
Sepa corregirla industria;
La quinta en que está la Infanta
A lá otra quinta está junta
, De mi hermano, y pues yo tengo
Llave de entrambas en una ,
Y la quinta esta ahora sola
De mi hermano, así procura
O la justicia el perdón ,
O la venganza mi injuria.
Entrando en la (luinta , pues ,
Sin abrir ventana alguna ,
Y para sabor la causa
Es laateiiciiin más aguda,
lie de encargar al oido
Cuanto mis ojos disculpan ,
Y he de saber si la Infanta
I Mi muerte airada procura ;
Cuales son mis dos amigos
I Que sólo el perdón a>uda,
1 Traidores á mi corona
Su propia fama se usurpan;
Y si ella aleve ó tirana
Mi muerte ó su error consulta.
Otra vez prometo al cielo
i Que segunda vez se cubran
I EIMongibeloyelEtna
I De alevosa sangre pura ;
Jazmín que el campo hormosc.i ,
Clicie hermosa , que al sol busca ,
Cristal que alimenta soto,
Árbol que su plata chupa ,
Arroyo cuna de nieve
Que mece flores caducas ,
Serán sangriento despojo
Al impulso de mi furia,
Jazmín , clicie , clavel , rosa ,
Árbol, fuente, prado, cuna.
BUQUE.
Pues , Señor, si eso es así ,
De mi consejo te ayuda ,
Y mi espada te acompañe.
HEV.
Sola una duda me lurba :
¿Quién puede sor en el reino
Quien contra su fe conjura?
¿Mi hermano?
DUQUE.
Tente , Señor,
.No tu pasión le desluzga ,
Que si eres el sol de Italia ,
líl es rayo que te ilustra.
Y en virtud de que es el rayo.
Es tu luz más clara y pura.
¿Pues el conne Ki'ili-rico?
BIQUK.
Es el Conde sannie suya.
¿El marqués Albcriot
ULULE.
E3
Terror de inedias lunas.
BET.
Estos son losni.'is <|ue quiero,
Y noá persona nint;una.
Después dellos , sino á vos.
DL'QUE.
CoD el galardón nio injurias,
Pues diciendo que me i|uieres
Mi sangre y mi fama acusas.
reí.
Si en laníos pongo este dulo,
No fuera , no, razón justa
Dejaros en la sospecha;
\)y\e cuando á todos se acusan ,
Aipiel á quien se reserva
Suele ser a quien se culpa.
DUQUE.
Señor, vamos disfrazados,
l'orijue salgas destas dudas,
yue luéiio tengo contigo
IJe saber en qué se funda
La victoria de mi honor.
REY.
iín mi la tendréis segura.
(.1;;. ¡Si mi amor entendió el Duque
DUQUE. (.4p.)
¡Si el Rey entiende mi injuria!
BET. {Ap.)
¿Que siempre esté el Bey sujeto
A lu pasión y á la duda?
¡ Oh qué bien Séneca dijo,
Dueño de la edad futura ,
(Jue eran los reyes humanos
Esclavos de la fortuna!
(Vanse.)
COMEDIAS ESCOGIDAS DE DON FUANCISCO DE HOJAS,
C.nbeccó y cabeceó, I
Ambas cejas arqueó
Sale BOFETÓN
luz T CARLOí
CARLOS.
Cuenta lo que te ha pasado.
¿Distes los papeles?
BOFETÓN.
Si.
Óyeme el suceso :
CARLOS.
Di.
BOFETÓN.
Megué tan determinado.
Leal á tu amor y fe ,
Oue en buscar á Federico
Mi solicitud publico;
Pero, en lin , yo le encontré ;
Saqué el papel , y con él
Hice una gran reverencia
Con muchisima indecencia;
Olióme y tomó el papel.
Segunda vez me miró.
\ más mí afecto se hnmilla;
Mandó prevenir pastilla,
Hasgó la nema y leyó.
Aguardaba yo el despacho,
Y él tanto se confundía,
Que estaba cuando leia
Como si le dieran chacho ;
El amangado á tragedia
De lo que lee en él enfada ,
Media car.T amostuzíida
V avinat;rail:i l.i media.
l'usose de tintcrero,
Calóse todo el sombrero.
Comenzó á mirar, temblé ,
Kl un labio se mordió,
Y luego me resp'indió:
• Diga vuested <|uesi iré»;
Tomé de la puerta el puerto.
El acierto celebré,
Y luego al punió llevé
l^tniío al marqués Alberto.
Leyóle el Marqués airado
Con cara muy lacia y llera,
Y conocióme' que era
De la Duquesa criado.
^, colérico y cruel.
Movido de su pasión ,
Me preguntó: «Bofetón,
¿.Quién os dio aqueste papel?
— No sé , dije mi ra/.on.
— Pues ¿cómo le habéis traillo?
— Siempre papelero he sido,
Señor, por mi devoción.
— jllola ! dijo, y al instante
Tomé dos pasos atrás,
Y aun pienso que fueron más ;
liespondió un criado andante :
■ Lacayuelo, con perdón i .
Y tomé con gran sosiego,
Como las de Villadiego
Las de villa Bofetón.
« Alcahuete, espérame».
Dijo el lacayo nefando;
Yo que le estaba aguardando,
Desla manera le hablé :
—Miente el mal casamentero.
Mi enojo le respondió.
Que al bisabuelo casó,
Y bisabuela primero;
Los (|ue á su abuela engendraron,
Y los que a su abuelo hicieron
Las niñas que los mecieron,
Las amas que los criaron ;
Miente tu padre y tu madre ,
Miente todo lo que hiciste.
Miente el dia en que n,ic!ste ,
l'u compadre y tu comadre;
ül vientre, que fué tu horno,
¡ Y á tus deudos y parientes
Les echo quinientos míenles
De linajes en contorno.—
1 Kl, que se halló desmentido,
I Como quien no dice nada,
De una vaina colorada
Sacó uu estoque buido;
Póseme, en lin , á esperar.
Tiró una estocada fiera ,
Tomé la calle primera
Y te he venido á buscar.
CARLOS.
En fin , ¿diste los papeles?
BOFETÓN.
Ya los he dado, ¿(lué esper.ns?
CARLOS.
I.a luz como es tan de dia
l'or estos resquicios quiebra ,
Y me importa , üoreton ,
Cubrir ventanas y puertas,
loma estas dos almohadas,
Y en esta ventana mcsma
Las arrima, porque asi
Se encubra la luz.
BOFETÓN.
¿Quéintcnl.is?
[Tome Bofetón las dos almohcthi^ii ar-
rímelas al resquicio de la vnt'.ana.)
CARLOS.
No te digo dése modo.
Cúbrelas desta manera.
Tapiada eslá la ventana.
Es imposible que vean
Los que entraren, á las luce»?.
Las personas que hay en ellas.
I'ues allá fuera también ,
Que están tan cerradas , piensa
Cómo cuatro cgijuntos
Con clavos de á mas de asesma.
CARLOS.
;.IIas clavado las ventanas?
Pues vele a^'ora allá fuera
Y no te alteres de nada ,
Aunque oigas , mires y sientas.
BOFETÓN.
Quédese vusté con Dios ;
Ya no salgo á la comedia
Y ya me voy á mi casa ,
Porque no quiere el poeta
Que le haga estorbo ei gracioso
Cuando hay uu paso de veras. (Yase,
CARLOS.
Ahora bien, llamo á mi esposa.
¿ Doña Violante? ¿ Duquesa?
Salen VIOLANTE y CELIA.
El le ha llamado. Señora.
VIOLANTE.
Esposo, ¿qué mandas?
CARLOS.
Celia,
¿Pueslo que á ti no le llamo
A qué has venido acá fuera 1
CELIA.
A acompañar á mi ama.
CARLOS.
Vete al momento.
CELIA.
Ello es fuer/j,
(}ue el gracioso y la graciosa
Sigan una propia lema ;
Y pues él no ha de salir.
Denme vustedes licencia.
Que voy á pedir un vito
Si sale bien la comedia.
(Vflíe.;
CARLOS.
Va sabes mis intenciones,
Y porque mejor las sepas,
A escurasen esta sala.
Fingiendo la voz , nuisiera ,
Como fingidas palabras ,
Averiguar mis ofensas.
Matando la luz pretendo
Que los dos á escuras sean
En el pleito de mi honor
Los testigos que confiesan,
Pues también tengo cerradas
Las antesalas primeras
i Porque aqui no llegue luz.
Sólo me falta que sepas
I Que el Rey ¡oh Violante mia!
¡ No sé como aquesta pena
I No me embaraza el contento
De hallarle en mis brazos licrna;
I i.'ue el Key, mejor mariposa
Con alas mal satisfechas.
Sacrificando su vida
Tu ardiente luz galantea:
Que me ha dicho que le ¡dilando ,
Me ruega que te enlerne/ca .
Y se ha entrado por el bronce
Pndiendo buscar la cera.
Dijome que le dijese,
(; Oh quién, ay celos, pudiera ,
Decirte lo que él me dijo
Y hacerte que tú no lo oyeras!)
Tinl>:i.lj|KM;i I..S .lidias, 1
V laril |>;ii:iÍMS|.oiKis!
V,cu lin, haca :ii]nesla pnrli".
(Suena ruido a un ¡uüo.)
Riiiilo do pisadas suena,
Y á eslolra parte taniliien
Suena ruido á alolra liarle.)
rsi'ii. lio pisadas nuevas.
Aliiiid bien, malo la luz.
[ihUala )
Aliiiii mi ardid empieza,
Av.-i ¡_iiaré mi aiiiavio,
Y.' ~"1m-iIü mi ofensa.
;t,Hii- liaya quien vaya á buscar
Aqii. lio que no desea!
, \ I nal parle iré primero,
Mi|aiiíio que en las dos puerlas
A lili iicmpo sienloruido?
I o <iuiero ver esla. ('. i;sf.i
VIOLASTE.
malas la luz
, :- L-speras mi ref puesta?
■'. I- :i]7. tienen mis ra/uiu-s
l'üi j riinocer mis <]uejas.
Salen EL DUQUE T EL líllV.
REY.
A buena ocasión llegamos,
A escuras están las pie/.as.
Hacia aquí escuchar podremos,
Que á este lado está la purria
Que pasa liasla esotra quinta.
DUQUE.
Pues , Señor, escucha y llec;a.
(Mtiemi^o que van llegando hnll: ella ,
¿Posible es , inliinte Carlos ,
Que siendo mi esposo quietas
Alropellarte lu lama
Por cumplir con lu obediencia?
REY.
Duque , oid , ¿no es vuestra bija?
DUQUE.
¡Viven los cielos que es ella 1
íQuiéu la ha traído á esla quinta'.'
VIOLANTE.
¿Cuando yo soy roca opuesta
Al vioiilo de los suspiros.
Que destila el Hevea Eliias;
Cuando olvido tu privado...
Ul'QUE.
¡Cielos! iQue esto me suceda!
VIOLASTE.
Que de mi desden cansado
Hace de su afecto lema
Cuando á Federico olvido...
{Inquiétese el buque y laija áaíujurlu.
y íéiigale el Rey.)
HEY.
Sosegaos, Duque.
VIOLASTE.
;.Tii intentas,
I Que le escuche al Rey favores;
i Til me dices sus linezas,
Tu me dices sus deseos
Sieiiiln yo tu esposa mcsma
Tu dices que el Hey me quiere'
O a mi ó á lile desprecias;
Pui'S lle^'ando á la lealtad.
No te apartas de la ofensa.
HEY. íAp.)
A averiguar la traición
Vine de la Infanta bella ,
Y lu traición de mi amor
Me deja oüoira suspensa.
PELICUAH EN LOS RE.MEDIOS.
; Casado ya con Violante
Mi ljerni;iiio, v que vo lo sepa!
Kllaair.iila coima nil.
Y ol que la (]iiiero leenenla.
Lealtad es que mi amor di;;a ;
f raicion que su esposa sea ;
Pero vengo á discurrir
Entre dos cosas diversas,
Oue en un sugeto no caben
La traición y la lim za.
VIOLANTE.
Cuando los dos nos casamos ,
Nn supe que me quisiora
El Key, ni tú lo sabias,
Y no puede tener queja
El Rey, quetü no me digas
Lo que él te manda que sepa.
Pero, en lin , no tieue culpa
Que castigarla no pueda
iNi atajarla mis agravios.
BEY. {Ap.)
¡ Que mi valido la quiera
Y Federico la adore!
Sale EL MARQUÉS. Carlos
retirándose.
cÁnLos. (.A/).)
El Marqués viene a buscarme.
Que soy Federico piensa ;
Disimulares preciso.
lunQOÉs.
Ya yo he llegado a que sepas
Que castigará m¡ acero
Lo que articuló tu lengua ;
Federico, pues llegaste
Antes que yo, bien ¡ludieras
Abrir esas dos ventanas.
VIOLANTE. [A]}.)
Va en la sala el Maripiés entra.
Callar aquí es importante.
CARLOS. ÍAp.)
Disfrazar la voz es fuerza.
REY.
Duque , ¿qué es esto que pasa?
CARLOS. (.Ap)
ijue soy Federico piensa.
Su/e EL CONDE, embozado, al otri
lado.
CONDE.
Por las tapias he saltado
De la quinta , ya entré en cHa .
No tuve llave, en efecio;
iQué escuras están las piezas !
Si supiera dónde esla.
Un balcón desos abriera.
UAROLÉS.
Mas si no queréis abrir,
Federico, acabad ; ea.
Sacad ya la espada y dadme
El enojo por respuesta;
Digo que es verdad (¡ue anoche
Al cuarto de la Duípiesa
Entré amante, no traidor;
;o amor, vos qué violencias. .
go an
bad.
Acá:
CONliE.
Él me ha sentido.
CARLOS. [Ap.)
,0h quién agora tuviera
La voz del Conde, mi amigo,
Para examinar mis quejas!
CONDE.
Marqués , pues hemos llegado
A reñir los dos, quisiera
Que en la antesala riñamos.
REY. (Ap.)
4 Uay avenluras más nugvas ?
CARLOS. {Ap.)
Federico ha respondido.
MAIIQl'¿S.
Primero quiero que sepas .
Que aunque á la Duquesa (|U;S2,
No supe que la Duquesa
Era esposa del Infante;
Que á saberlo, me venciera ;
Ño sé qué traidor amigo
Sacrilegamente iiiteiila
Profanar mal corregido
El templo de la nobleza.
CONDK.
A saber yo que el Infanta
La adoraba , no pusiera
Los ojos de la intención
Para hacerle humana ofensa.
A vos os detuve yo,
Y ya en Na¡ioles se cuenla
Qiieel Rey adora á Viólame;
Vos lo sabéis , y así es fuerza ,
Que sea á su Rey traidor
Quien quiere lo que él desea.
Sale LA INFANTA por la puerta
con la espada desnuda.
INFANTA.
Traidor al Rey, he escuchado
Al pasar á estotra pieza,
Y como á escuras estaba
Esta sala, me fué fuerza
Correr todas estas cuadras
Y vuelvo á cerrar la puerta.
MARQUÉS.
Vos sois quien traidor se nombra,
Pues profanáis la pureza
De la amistad y la sangre.
CONDE.
Vos quieu hace á un rey ofcusa.
UARQUÉS.
¿Pues sin luz?
CONDE.
Sin dilaciou.
MARQUÉS.
Cobarde.
CONDE.
Desta manera...
(Sacan lat espadas y van á emlisstli
métese la Infanta.)
INFANTA.
Agora me loca 6 mi ,
Que Italia y el mundo sepa ,
Aunque lo ignoren traidores.
Quién es la Infanta Isabela.
¿Quién está en aquesta sala?
¿guien son los que en esta ¡iic;::i,
Por no mirar su traición
La luz celestial se niegan?
VIOLANTE. (Ap.)
¡Cjelos! ¿qué es esto que ¡lis:
REY. (Ap.)
La Infanta Isabela es esta.
INFANTA.
Los que traidores, cobardes.
Traición contra el Rey intentan...
MARQUÉS. (Ap.)
Mudo me tiene el suceso.
CONDE. (Ap.)
Suspenso el caso me deja.
INFANTA.
¡Vive Dios, que, aunque mujer.
Tama sangre suya vieria.
Que el mar, campo de crisialcs.
Monstruo de corales sea !
,(,)HÍén fué quien dijo traidor?
Uabl^^, alevosos, ea.
SüC COMEDIAS
CARLOS. {Ap.)
Peligrar en los remedios
Taulas veces...
INFARTA.
;A qué esperan
Que no me dicen quién son?
üue aunque por mi no üebiera ,
l'ueslo que me ofende el Rey,
Volver por su sangre mesma,
Yo para conmigo quiero
Deberme aquesta fineza ;
Y quiero que sepa Italia
Y (lue Sicilia lo sepa.
Que puede el Rey Sigismundo
O por enojo ó violencia
Airadamente eclipsar
Las luces de mi nobleza ;
Mas como el Rey es el sol
Que asiros y luna alimenta,
Y yo añadido lucero
Vivo á sus luces sujeta.
En fallando la del Rey
Morirá mi luz con ella.
DIÍQBE.
Mire vuestra Majestad
t) escuche la diferencia
De lo que noble aset-'ura
A lo que traidores cuentan.
REY. {Ap.)
Contento el caso me tiene.
{Qué leal y qué resuelta!
INFANTA.
¿Calláis? Pero sois cobardes
Seréis traidores.
CARLOS. (Ap.)
Apenas
El un peligro remedio
Cuando otro peligro llega.
Ahora bien, yo quiero agora
Desmentir esta sospecha.
Desta manera ha de ser.
Abrir la ventana es fuerza.
ESCOGID.VS DE DON FRANCISCO DE ROJAS.
En fin , ¿no me respondéis?
Pues esta espada sangrienta
[Abre la ventana Carlos, y vense ¡odus-)
Castigará... mas ;.qué miro?
Seüor, ¿aquí vuestra Alteza?
CARLOS.
Señor, vuestra Majestad...
HAnQUÉS.
Vos, Señor...
CONDE.
Yo aquí, si esfuerza...
VIOLANTE.
Padre, Señor, ¿qué es aquesto?
RET.
Suspended todos las lenguas,
V para deberme el hecho.
La atención también os deba.
(Llegúese á Carlos.)
Carlos, sé vuestra lealtad ,
V aunque es vuestra la Duquesa ,
Vos no supistes mi amor
Cuando os casastes con ella;
V supUHSlo que constante
Sois leal á mi grandeza,
A vos loca la lealtad
V á mi toca la fineza;
Gozadla con el seguro
De ser quien sois , y ser ella
Hija del Duque, mi sangre;
{Llegue á la Duquesa.)
Gózaos con Carlos, Duquesa.
Vos , Conrado, tendréis honra ;
V til, Federico, piensa
Que eres su leal amigo.
Supuesto que tú confiesas
Que si supieras su amor
Tu amor ardiente muriera.
(Al Marqués.)
Vos, Marqués, en mi favor
Quedáis con mayores pruebas
De vuestra lealtad ; pues veo
Que ha propuesto vuestra lenj^ua
Que á ser yo quien la adorara
Fuerais qiiieu la aborreciera.
(4 la Infanta.)
Vos, Señora, habéis venido,
O por ruego ó por violencia
A casaros con mi hermano,
V en toda Italia se cuenta
Que le aborrecisteis siempre ,
Va bien sabéis que fué tema
Pedir al Rey vuestra hermana;
Pero porque i un tiempo vean
Que aquello no ha sido amor
Y que esto es precisa deuda ,
Por cumplir con vuestro padre
Satisfaré vuestra queja.
Esta , Señora , es mi mam;
Con que á un tiempo se celebran..
CARLOS.
Tn grandeza en mi favor.
MARQUÉS.
Tu justicia en tu clemencia.
CONDE.
Tus premios en tu favor.
INFANTA.
Tu amor en lu recompensa.
RET.
Con que quedamos á un tiempo..
CARLOS.
Yo dichoso.
VIOLANTE.
Yo contenta,
HAllQOÉS.
Tu esclavo yo.
CONDE.
Yo tu amigo.
DUQUE.
Yo con honra.
INFANTA.
Yo sin queja.
RET.
Sólo falta que el Senado...
CARLOS.
Olvide las fallas nuestras.
VIOLANTE.
Porque se deba á su voz...
INFANTA.
Porque á su piedad se deba...
CARLOS.
El perdón de nuestros yerros.
VIOLANTE.
Y sólo pido licencia
Que le den todos un vilor.
INFANTA.
Apagarle cuando sea
El oyente, v vuesarcedes
Los que escriban la comedia.
LOS BANDOS DE VERONA.
ALEJANDRO ROMEO.
CARLOS ROMKO.
ANTOMO CAPELETE.
PERSONAS.
I ANDRÉS CAPELETE.
i:l conde parís,
julia capelete.
I ELENA ROMEO.
ESPERANZ.V.
I LEONOR.
lOtiARnAINFANTE, graciso.
()TA\ 10, criado.
SULUADUS.
JORNADA, trímera.
Salen JULIA, ELENA, ESPERANZA
LEONOR.
Templa el llamo á tus enojos.
Dos nubes hay eii mis ojos
Que ba congelado una puna.
ELEnA.
Lluevan, pues, y lu dolor
Mengue, si alivio le das.
Antes cuanto lloro más.
Se liace la lluvia mayor.
ei.e:«a.
¿Di, cómo?
JDLIA.
Mira la nube
Preñada de exhalaciones,
Que á penetrar las regiones
Del aire dialano sube.
Que si del rayo el calor
Le hace derretir la nieve ,
De aquello mismo que llueve
Va naciendo otro vapor.
Mira un rio á su albedrio
Que al mar se va á despeñar,
Y por sus venas el mar
Le vuelve á hacer que sea rio.
Iguales hoy los enojos
Son del mal que me condena.
Una lloro, y otra pena
Vuelve á congelar mis ojos.
Despeño el corriente frió
De mis mejillas al mar ,
Y este mar vuelve á prestar
Caudales de plata al rio.
jPues qué importar.'! en rigor
Despeñar corriente igual.
Si rio logro un caudal,
Y nube abrazo un vapor?
ELENA.
A visitarte he venido
Por templarte esos enojos,
Y habla mi voz con tus ojos
Y aun no me escucha lu oido;
Que tienes razón confieso;
Di tu mal, y no lo llores:
i Yo también siento dolores
' Y no los lloro por eso:
Díme tu pena también.
' JOLIA.
Declárame tu dolor.
ELENA.
I íTú qué lloras?
Jix qué sientes?
ELENA.
(Jn desden.
JDLIA.
Querida soy , y mi vida
De imposibles adolece.
ELENA.
Mayor mi desdicha crece.
Pues quiero y no soy querida.
JDLIA.
Mi amante y dueño sabrás
Que me quiere más que á si.
ELENA.
Mi amante me quiere á mi
De cumplimiento no más.
JDLIA.
Como á mi amante lograra
Hoy fuera mi amor dichoso.
ELENA.
(luisiérame á mí mi esposo,
Y mas que no le gozara.
JDLIA.
Que no le amas tanto creo.
ELENA.
Tibio está lu antiguo ardor.
JDLIA.
Esa es lema y no es amor.
ELENA.
Ese no es más de un deseo.
JDLIA.
Mal le sabes definir.
ELENA.
Que es imagino en rigor
Mala urbanidad de amor
El querer por conseguir.
JDLIA.
Quien no aspira á merecer
No quiere.
ELENA.
Engañada estás.
Antes quiere mucho más
La que quiere por querer,
Y este amor goce renombre
Que estrella ha int'undido bella.
JDLIA.
Eso es amar una estrella
Y esotro es amar un hombre.
ELENA.
Con velle está mi pasión
Con templanza y sin enojos.
JDLIA.
Eso es halagar los ojos
Y enojar el corazón.
ELENA.
Tú no sientes mi desden.
JULIA.
Tú no sabes mi pasión.
Elena, lú dices bien.
ELENA.
.'^alga en palabras veloz
A declararse mi agravio.
JDLIA.
I'se mi pena del labio.
Logre mi queja la voz.
ELENA.
Decirle mi mal quisiera.
JULIA.
Oye mi dolor agora.
ELENA.
Salle allá fuera, Leonora.
JDLIA.
Esperanza, vete fuera.
( Vanse las criadas.)
Ya sabes que esta ciudad
De Verona, en civil guerra
Cuatro años ha padecido
La prolija competencia
De dos antiguas familias
Que la dan lustre y nobleza.
Mónteseos y Capeletes,
En cuyas cenizas muertas
De no apagados del odio
Y de cubiertos en ella.
Por memoria ó por reliquia
Algunos carbones queman.
ELENA.
Ya sé todo loque dices,
Y que la amistad estrecha
Que en las dos se ha conformado.
Aunque en linajes opuestas
Nos ha unido tan iguales.
Que excepción damos violenta
Desia regla de la ira
Siendo, del hado á la fuerza ,
Tú del árbol Capelete,
Yo de la rama Montesca.
JDLIA.
Fué el principio destos bandos
Una inútil academia
En que justaron un dia
El valor y la destreza.
Tu padre Otaviü Romeo
Que Roma triunfos á César)
Mantenedor de un torneo.
Vibrando en la mano diestra
Contra su competidor
Asta de pino ligera.
Por la visera una astilla
Halló la entrada tan cierta
(Que á veces hace el acaso
Mucho masque la destreza).
Que dio la muerte á mi herm.uio
Luis Capelet, sin que hubicia
r.ca comedí
Oiiicn schacasei su enojo
Üe aquella muerte una stña:
Mas como la sangre es fueyo.
Sopló el dolor la nialeria
De la envidia, que fué siempre
lina hipócrita pavesa
t)ue esla ardiendo como viva
Y humeando como muerta;
Y todos los Cápeteles
Cohrar la venganza intentan
En tu nolile padre anciano.
Que entre valores envuelta
Hindló la vida, dejando
Postuma otra vida nueva
Que nació de aquella muerto.
Porque toda Italia sepa
O'ie las canas de los nobles
(üien que embotadas parezcan)
Cobran más seguros tilos
Si se aguzan en la ofensa.
Tu hermano Alejandro, entóneos
La espada indigna soberbia
En venganza de su padre.
Con tanta ira, que apenas
Logró del primer amago
La satisfacción primera
Cuando todos los Mónteseos
Sus parciales, aprovechan
La ira más que el valor,
Y con saña torpe y ciega
No perdonan Capelete
Que de su espada sangrienta
So sea ejemplo de sí
Y escarmiento de otro sea.
Anciano en (|u¡en florecieron
Canas de cien primaveras.
Dio por fruto los corales
Que maduraba en sus venas.
'I ierno infante que en la cuna
Se adoi meció á la querencia
Del arrullo, á su inocente
Noble sangre se gorjea:
Llegó la saña á los templos,
La voz regiones penetra;
¡Vivan los Mónteseos! dicen
Los unos, los otros i mueran I
Capelete allí agoniza;
lln Montesco allí pelea
Con la muerte; el alarido
Se escucha, mas no la queja ;
Cavóse aquel edilicio,
A timbear otro empieza,
Y son puntales del flaco
Los que del caído cuelgan.
Da el hijo voces al padre,
La madre al hijo lamenta,
Y con ser tan grande el daño
Aun es mayor la sospecha.
Llega Alejandro á mi casa,
Y tan indignado llega
A dar la muerte á mi padre,
Que no hall.nndole, se venga
En los criados, y enlramlo
M.is adentro, no reserva
Piulado halcón, que las aves
Disculire en ruda floresta;
Maniatado bruto, á quien
Regaló mano grosera;
Temporal ave, que cania
En la infancia de la selva;
Y llegando hasta una cuadra
Donde mis pestañas negras
Iban ensartando el llanto
Oue se quejaba en mi pena,
Oulere darme muerte; y yo,
Poripie no se compadezca
De mi llanto, doy al rostro
Esa blanca usada lela
A quien ocupa el dolor
Y le inventó la limpieza.
Con el acero mi' busca
¥ cuu la mano siniestra
VS ESCOCIDAS ÜE DON Fn.\NCISCO
pu'ía fl ("anibray de mis ojos,
Y no los ha visto apéiías.
Cuando dejó en el amago
A la ejecución perpleja.
K.n lili, si fué piedad suya
O fuese verme lan muerta
Que estaba inútil su acero
^o estando ociosa mi pena;
O fuese verme rendida,
O fuese porque es nobleza
Del rayo no emplear iras
Donde faltan resistencias:
O fuese por mi hermosura,
O porque (aunque no la tenga)
No se hacen todos los ojos
A la luz de la belleza:
O fué, qué sé yo por qué.
Que siempre en estas materias
Aquello i|uenosesabe
Es aquello que más prenda;
Apagar hizo aquel odio
Que ardiendo en nobles centellas
Tuvo en el mismo no arder
Aun más pertinaz materia.
Agradezco su valor,
Y quedé, decir pudiera ,
Mucho más que agradecida;
Mas quedó en mí la dolencia:
Porque habí á alguno que llame
Facilidad á la fuerza.
Solicítame después
Con cuidado y con fíneza;
Dile oídos, y él me dijo
Aquellas mentiras tiernas.
Que, sabiendo que lo son.
No hay mujer que no las crea.
Habíame una y otra noche
Por los hierros de una reja;
Rogaba, escuchóle el mego;
Quejábase, oigo la queja;
Finge enojos como airado,
Y creólos como necia;
Pídeme en mi casa entrada ,
Cierro á su oido la puerta;
Porfía, no lo permito;
Háceme aquellas protestas
Que hacen lodos, y ninguno
Cumple, aunque cumplirlas quiera.
Dejóle entrar en mi casa,
Vase hallando mucho en elb;
Dicenie que es ya lo más
Haber entrado a esta fuerza;
Que me rinda á los partidos
De ser mi esposo. Aquí vieras,
Ya su ruego, ya su amor,
Pelear con mis sospechas.
Creía yo sus palabras
Como amante, y al creerlas
Sólo la desconfianza
De mí me tuvo suspensa.
A mi sola me temía;
Que mala hora es aquella
En que una mujer de partes
Desconlia de sí mesma.
Mi amor ya le has entendido.
Ya te dije su asistencia;
Yo soy mujer, y él galán;
Hubo días, hay finezas.
E\ trato es parcial de errores.
La noche siempre es tercera;
Y ansí... pero no eres tú
Tan bozal, tan extranjera.
Que no entiendes el lenguaje
Del amor; calle mi lengua,
Y colige mi desdicha
De mi silencio en las señas;
Que males deste linaje
No se entienden si se cuentan,
Y solo se explican más
Si los calla la vergüenza.
Ya por el mar de las dudas
Navegaban mis sospechas
DE RUJAS.
Por el viento de un suspiro
Y un leve Cainbray por vela;
Cuando halle próspero el cielo,
Y á mi Alejandro que intenta
Con rendimientos más Unos
Solicitarme más tierna.
Mas desde entonces me quiere,
Y al ver que soy la primera
Que quiere á un hombre premiado
l'or mérito ó por estrella,
Dije, viéndome al espejo,
Que me halaga y lisonjea ,
Mientes cristal, que me rwiges
En sombras una belleza.
Que no fuera yo dichosa
Si yo no fuera algo fea;
Pero como siempre el mal
Es sombra del bien, y es fuerza
Que á una dicha que es grau dicha
Una desdicha suceda,
MI primo, Andrés Cape'ele,
Casarse conmigo intenta ,
Y á mi padre 6 mi enemigo.
Con porfías y con quejas
Li' pide mi mano, y él.
Por su sangre y por sus prendas.
Parece, aunque no le admite,
Que tampoco le desf recia.
Hoy mi padre me ha pedido
Que con él case; lü piensa
A cuántos riesgos están
Mi vida y mi fama expuestas.
Si á casar con él mi padre
Me obliga, si no me fuerza.
Mal podré sin honra ser
Mujer de quien honra tenga.
Pues si Alejandro, mi dueño.
Sabe que hay quien me preíonda
Y que yo escucho este amor.
Me espongo á que me aborrezca ;
Que aunque celos vulgarmenio
Dan á este fuego materia.
También se sabe queliay muchas
Excepciones desta regla.
Que unos con celos se encienden,
Y otros con celos se hielan.
Casarme con Alejandro
No es posible, aunque pudiera ,
Pues mi padre es su enemigo
O por venganza ó por tema:
Y que ha de ser lan difícil,
Imagina mi dolencia,
Que le quiera por esposo
Como que yo no le quiera.
De suerte, que un enemigo
Sitiando esta fortaleza
A desembocar mis ojos
(Foso de mi amor) se acerca.
Si al socorro de Alejandro
Voy esperando que venga,
¿Cómo si le estorban tantas
Ariiliciales trincheras?
Olvidarle no es posible;
Casar con otro es violencia;
Obedecer á mi padre
No es obedecer mi estrella:
Para aguardar que se ajusten
Estos bandos no hay paciencia;
Convalecer, no es posible;
Desesperar, es flaqueza ;
Olvidar, cruel remedio;
Querer, imposible fuerza;
Quejarme más, no es valor;.
Callar más, no es fortaleza;,
Y asi, pues sabes de amor.
Como amante me aconseja,
ga me persuade,
Y como hermana me templa.
Porque le deba mi fama
Y porque mi amor te deba.
Ella docentes alivios,
Y él maduras experiencias.
ELEXA.
Pues yo Ití quiero coiilar
Mavor i)ena.
JCUA.
Xo lo creo.
Dila.
Sale ESPERANZA.
ESPKRANZA.
Alejandro lioiiioo
Dice que le ijuiere liablar.
JULIA.
¿Es él, ó me lias engañado?
Por señas que trae consigo
A Oórlos, su grande amigo.
Que es quien siempre anJa á su lado.
JCLIA.
¡Qué querrá, cielos! ¿qué es oslo?
ESPFRA>ZA.
Centro, en la antesala está.
JULIA.
Dile que no se entre acá,
Qne aiHHine no vendrá tan presto
Mi padre, le leino.
ALEJANDRO [Detitro.)
Üi
Que tengo de entrar.
Señor,
Advierte que no es amor
No mirar pur ti y por mí.
ALEJANDRO. (Ueiltro.)
Ahora mi intento sabrás,
Mi imposible soberana;
¿Eslas sola?
JULIA.
Si, tu hermana
Está conmigo no mas;
Vele, Alejamlro, que yo
Verte á la noche confio.
ALEJANDRO. (Dentro.)
jNo vino un criado mió
Adarle un recado?
JULIA.
No.
Sa'.en ALEJANDRO t CÁULOS.
ALEJANDRO.
Pncs á decir mi cuidado
Se arroja mi conlianza.
JULIA.
Tierra esa puerta, Esperanza,
Presto, y vete, dueño amado.
Pues bien, podéis iros vos.
CARLOS.
Esperando os quedaré.
ALEJANDRO.
Idos, que yo os buscaré.
CARLOS.
Pues adiós, amigo. (Vase.)
ALEJANDRO.
Adio.s.
Julia, yo no vengo á verte ,
A tu padre vengo á hablar.
iQué dices?
ALEJANDRO.
Y á remediar
Con una voz una muerte.
Pedirte por dueño quiero,
Que no tengo por peor
It.
LOS BANDOS DE VEHÜNA.
Fallecer de su rigor
Si de lu esperanza muero.
Que le adoro le diré.
Que bien veo (aunque estoy ciego)
Que por arriesgar un ruego
Ño se aventura una fe.
Los bandos que yo encendí
El tiempo los apagó;
Días há que dura el no.
Instantes hay para el si.
A poner remedio acuda
Mi fe á esladilicultad.
Muera yo de una verdad
Si be de morir de la duda.
JCUA.
Dueño mió, ¿como un daño
Tan evidente no ves?
ALEJANDRO.
Ya de mi dolencia es
.Medicina el desengaño.
JULIA.
ALEJANDRO.
Tu amor no divierta
Mi intento, porque eseu vano
ELENA.
Considera, hermano...
(Llaman.)
ESPERANZA.
Llamando están á la puerta.
JULIA.
¿Quién puede ser? ¡muerta estoy!
Mira quiéii es al instante.
ESPERANZA.
¿Quién llama?
GUARDAINFANTE. (DcillrO.)
Yo.
ESPERANZA.
¿Es Guardainfanle?
GUARDAINFANTE. (Deitlro.)
Abre, Guardainfanle soy.
JULIA.
Ábrele.
Entra GUAUDAlNrANTE, licuó
de tjeso.
GUARDAINFANTE.
Sea Dios aqui.
ALEJANDRO.
¿Cómo vienes tan manchado?
CUAilDAINFANTE.
¿Aqui estás?
ALEJANDRO.
¿Cómo has tardado
Tanto en llegar?
ESPERANZA.
II:ibla, di.
ALEJANDRO.
Un recado que le he dado,
¿Cómo á traerle no vino?
GUARDAINFANTE.
JULIA.
Esperanza: cierra ahi,
No entre mi padre.
ESPERANZA.
Si haré.
GUARDAINFANTE.
No hará, que yo le dejé
Más de diez calles de ai|ui.
Habla.
ESPE
¿Aun á hablar no se atreve?
ELENA.
iQné sucedió?
GUARDAINFANTE.
¿Hay tal porfía?
ESPERANZA.
(.Qué es eso? ¿es alojería?
GUARDAINFANTE.
Es el diablo quería lleve.
Ea, Guardainfanle, hablad.
ALEJANDRO.
Habla, nada te acobarde.
GUARDAINFANTE.
Ya sabes tú que ayer larde
Cené mucho.
GUARDAINFANTE.
S.ili de casa á llevar
l'n recado esta mañana,
Y en la calle me dio gana
Ue volver a descenar.
Y aunque por diez avestruces
Tengo el calor nalnral.
Éntreme en cierto portal,
Y hállele lleno de cruces.
Partí luego diligente
Con gran prisa y gran afán
A entraren otro zuguan,
Y hállele lleno de gente.
A otro paso, y este dejo
Con mi pasión natural,
Y hallo ocupado el portal
De un zapatero de viejo.
Voy después con ansia liera
A otro que estaba primero,
Y encuentro en él un hormero,
Y en otro una soletera.
Voy, la gana decentada.
Hacia una obra que vi,
Y por la calle que ful
Dejé gran obra cortada.
Entré en la obra con mil
Ansias, que el descanso cobra',
Y vióme empezar la obra
Cierto peón de aibañil:
¿Qué hace aquií— me dijo, viendo
La prisa con que acudí;
Pero yo le respondí,
—No hago, que estoy deshaciendo.-
A un alarife vi ser
Quien más me estaba mirando,
Y dije, este está ajuslando
Qué cascote he menester,
ijuiseme escapar por eso:
larde al remedio aeudi,
Trujeron el cuezo allí
Donde tenían el yeso,
Y pusiéronse á la par
A tabicar el postigo;
Que no me le cierren, digo ,
Y el maestro dijo: Alzar.—
lili peón como un Koldan,
Dijo á esotros : No le deis ,
JIuiitescos somos los seis,
Y es Montesco este galán.
—Es ansí (dijo un pobrete
Con furia muy temeraria) ;
Pero su parte contraria
lüen se ve que es Capeletc.--»
Hicieron luego otra masa
De yeso vivo y cal muerta.
Vaciáronme por la puerta,
Y fuíme á enjuagar ti casa.
Si
alemmjko.
En fin, mi inteiilo divierlo.
¿No liabbré á lu pnilre?
No:
Dinio (ii , ¿quién más que yo
Salió de mi padre?
ALEJAnono.
Es cieno;
Pues no se aventure lodo;
Lo que me ordenas haré.
JCLIA.
Esta noclie te veré,
Y dispondremos el modo
Para hablarle con templanra .
Y ocasión que hacerlo quleij.
ALEJANDRO.
Y será la vez primera
Que halle puerto una esperanza.
Mas cuando me niegue el si.
Mi amor no te olvidará.
ALEJ.VNDRO.
Ni el hado permitirá
Que yo te aborrezca á ti.
JULIA.
Mas si te hallase mud.ido.
Más quiero, dueño querido...
ALEJANDRO.
¿Qué?
JCLIA.
Que hayas aborrecido.
Que no que bayas olvidado.
ALEJANDRO.
¡Oh qué mal sabes curar
Los accidentes de amor!
Dime, Julia, ¿no es peor
Aborrecer que olvidar?
JULIA.
Tu falsa opinión por necia
No debe ser admitida,
Que el que aborrece, no olvida,
Pero el que olvida, desprecia.
ALEJANDRO.
Aborrecer he creido
Que al necio olvidar excede.
Que en una memoria puede
Hallar remedio un olvido.
Difícil es ver trocado
Un odio en airior posible;
Y acordarse es imposible
De aquello que se ha olvidado.
Luego si con mi argumento
Te pongo por ejemplar
Que es tan difícil amar
Sobre un aborrecimiento ;
Y ahora colegirás
Con evidencia también ,
Que es tan fácil querer bien
Sobre un olvido no más;
Luego va (por no entendida)
Toda tu opinión errada,
Y es mejor ser olv¡d:ida
Que no ser aborrecida.
JDLtA.
Sí, pero el que ha aborrecido,
Y aborrece, puede ser
Que en el mismo aborrecer
Se acuerde de que ha querido.
Pero aquel que se olvidó
De las glorias de amor loco.
Aun no se acuerda tampoco
Del tiempo que aborreció.
Pues más quiero, aunque esté errada
Esta mi opinión creída.
Ser por odio aborrecida.
Que por desprecio olvidada.
l.\S F.Sf.OCID.SS OE PüN F¡1AN(.ISCÜ DE COJAS
ALEJAMiRO. No
: he pensado
Que es vengarse.
JCLIA.
Es porfiar,
V olvnlar es no eslimar
A ueilü que se ha gozado.
ALEJANDIIO.
lido solo cslá
Quien olvida, aírailn no.
JILIA.
Por eso el que aborreció
Nunca se diverlir.i
No es buena
La que sigue tu pasión.
ALEJANDRO.
Elena, di tu opinión.
JULIA.
Di lu parecer, Elena,
Habla amiga por tu vida.
ELENA.
Si responder es forzoso.
El conde París, mi esposo,
Me ba aborrecido, y me olvida.
ALEJANDRO.
Pues si antes te ha aborrecido .
JULIA.
Agora olvida tu fe.
ALEJANDRO.
¿Cuál sentiste más?
JULIA.
¿Cuál fué?
ALEJANDRO.
Di la verdad.
ELENA.
El olvido;
Porqne más estimo yo
(Dado que le halle inconstante)
Que hoy se acuerde el que es amante
De que ayer me aborreció.
Que no (en mi desprecio) ver,
Cuando yo más lina estoy,
Que llegue á olvidarme íioy
De que me ha querido ayer.
JULIA.
Esa opinión acredito.
ALEJANDRO.
Esta sigo.
JULIA.
Errado vas.
ALEJANDRO.
Escucha.
JULIA.
Porfiado estás.
COAROAINFANTE.
Con licencia este ejemplillo.
Quiere alguna dama bien
A un galán por su dinero,
Deslos que dan un puchero
(Aunque hay pocos que lo den).
Y ella, con muy malos modos.
Con verle fino y fiel
Vino á hacer después con él
Lo que hacen todas con lodus.
Como era dama del pasto,
lüen que á los riesgos del susto,
a otro del gusto,
Que esto pasa á los del gasto.
Ve el gastador sus errores
I (Ansi el que es bobo se llama); i
Que poner sillo i una dama
sin gastadores;
Vase airado y furíbuiulo.
Déjala el tal caballero.
Después que ha sido el postrero
Que supo lo del segundo.
Mas la dama escarmentada
De ver que el galán perdió.
Que ayer con olla se vio
Y hoy se mira desollada ;
Y viendo que obrando van
Tantas hambres enemigas.
En casa de sus amigas
Anda rondando al galán.
Y sabiendo que va alli
A verlas lodos los dias.
Las pregunta: Amigas mías,
¿Este hombre no habla de mi?
— lil te llega i aborrecer,—
La dicen, sabe sentir,—
Y ella empieza á discurrir,—
Este hombre ha de volver.—
Y dicen ellas ansi
Cuando en su cónclave están
Peor fuera que mi galán
No hablara nada de mi.—
Pues si las damas del pido.
Como en mi ejemplo verás ,
Solicitan mucho más
El odio que no el olvido.
Con fingir una pasión
Que á ser (jasion no se asoma;
¿Porque las damas del toma
No han de seguir su opinión?
ALEJANDRO.
No quiero más porfiar.
JULIA.
De ti me dejo vencer;
¿Til no no me has de aborrecer?
ALEJANDRO.
No.
JULIA.
¿Tú no me has de olvidar?
ALEJANDRO.
A desconfianza jiása
Ese recelo, esa pena.
JULIA.
Esto hace amor.
ALEJANDRO.
Ven, Elena,
Te iré acompañando á casa.
Adiós, divino arrebol.
En cuyos rayos cegué.
Que esla noche te veré.
JULIA.
¡ Oh , muérase presto el sol '
ELENA.
Y otra vez en tan civiles
Cosas no porfiéis los dos.
ALEJANDRO.
Pues adiós, esposa.
JULIA.
Adiós.
(Llaman á la puerta^
ESPERANZA.
Tu padre.
GCAIIDAINTANTE.
Los albañiles.
ALEJANDRO.
llabiaréle.
JULIA.
Mira, esposo.
Que todo se echa á perder.
ALEJANDRO.
Yo me tengo de esconder?
A'^TOsio. {Dentro.)
AUriil aqiii.
jniiA.
Va es forzoso
Esconderte.
ALEJANDRO.
¿Habr.'i lemplania
Enmiforluuacruel?
JULIA.
Elena, éntrale con él;
Abre esa puerta , Esperanza
ELENA.
jQué torpe estoy!
ALEJANDRO.
¡ Estoy muerto;
Cuieróme esconder por ti.
(Eícóiidense Alejandro, Elena y Guar-
dainfante al paño.)
Salen ANTONIO t ANOnt S.
ANDRÉS.
Voz de hombre digo que oi.
ANTONIO.
No puede ser.
ANDRÉS.
Esto es cierto.
Ya estás, Andrés, importuno.
ANDRÉS.
Veldo, y veréis que es ansí.
Julia , ¿quién lia entrado aqui
JULIA.
Aquí DO ha entrado ninguno.
ANTONIO.
¿Veis, .sobrino, como vos
Sois porfiado?
JCLIA.
Puede errar.
ASTONÍO.
Pues mi casa he de mirar
Por la duda, vive Dios.
JBLIA.
Salisfocplle es en vano
A mi primo ó mi enemigo.
Porque ha de lomar conmigo
El parentesco de hermano.
AltDRÉS.
Dices bien.
JULIA.
V eso ya pasa
A necedad.
ANDRÉS.
Irme quiero.
ANTONIO.
Esperad , porque primero
He de ver toda la casa.
ANDRÉS.
Yo creo vuestra verdad.
ANTONIO.
Yo he de curar una duda
Con una eiperiencia ; entrad.
ANDRÉS.
No he de entrar.
ANTONIO.
Hoy ha de ver
En mi verdad á su error
Primero mira, Señor..
LOS BANDOS DE VEnONA.
ANDRÉS.
Yo no intento...
ANTONIO.
Esto ha de sor.
JULIA. {Ap.)
El entra agora ¡ayde mil
Y á Alejandro ha de encontrar
ANDRÉS.
¡Que viniese yo á enojar
A Julia!
ANTONIO.
¿Quién esti aqui?
ANDRÉS.
Un hombre halló.
JULIA. (.Ip.)
i Estoy perdida!
ANDRÉS.
Entrar á ayudarle intento.
ANTONIO.
Diga quien es al momento.
Si quiere librar su vida.
(Saca á Guardainfante.)
GUARDAINFANTE.
Suplico á usted que se espere.
ESfERARZA.
A Guardainfante encontró.
ANDRÉS.
Diga quién es ó sino...
GUARDAINFANTE.
Un albafiil , ¿qué me quiere?
ANTONIO.
¿Pues qué hay aquí que labrsr
ANDRÉS.
¿No responde?
GUARDAINFANTE.
¿nay tal sobrino?
ANTONIO.
¿Cómo DO dice á qué vino?
GUARDAINFANTE.
Yo he venido á trastejar.
ANTONIO.
Va que trastejar quisieras,
¿Junto á mi cama hay tejado?
GUARDAINFANTE.
i Pues qué cama de hombre honrado
riay que no tenga goteras?
ANTONIO.
Pues dime, ¿quién le llamó
A mi casa?
GUARDAINFANTE. (.4p.)
El me ha pescado,
¿Qué diré?
ESPERANZA.
[:\p. Él se ha turbado.)
El casoro nos le envió
Para que el tejado viera.
ANTONIO.
¿Hale visto?
ESPERANZA.
No le vio.
ASDRÉS.
A este aposeuto ¿á qué entró?
ESPERANZA.
A sacar una escalera.
GUARDAINFANTE.
Sor sobrino, fondo en yerno,
¿quiéreme vusted dejar?
ANTONIO.
¿En verano trastejar?
GUARDAINFANTE.
Si, Señor, para el invierno.
ANTONIO.
Vuelva otra vez, que ahora vino
A muy mal tiempo.
GUARDAINFANTE.
Eso no.
ANDRÉS.
¿Por qué?
GUARDAINFANTE.
No trastejo yo
En casa donde hay sobrino.
ANDRÉS.
Vayase.
GUARDAINFANTE.
(.4p. Agora me rio,
Hurlados quedan los dos.)
Ah, señor sobrino, adiós.
ANDRÉS.
Adiós.
GUARDAINFANTE.
Servidor , seor lio. (Vaic.)
ANTONIO.
V vos idos luego, Andrés.
JULIA.
¡Alentad, sospecha mia!
ANTONIO.
Que ha sido gran demasía
La vuestra.
ANDRÉS.
Confieso, que CS
Enojarle yerro mió.
ANTONIO.
Vuestra, Julia, no será.
JULIA.
Que mi padre no querrá
Violentarme el albediio.
ANDRÉS.
¿ No os merezco yo?
ANTONIO.
Esocs.
JULIA.
;Qué ignorante!
ANDRÉS.
Bien decís.
Calla tú.
ESPERANZA.
El conde París
Quiere hablarte.
Idos, Andrés,
Vete Julia.
JCLU.
(Ap. ¡ Soy de hielo !)
Por no escucharte me iré.
ANDRÉS. (Ap.)
iGran crueldad!
JULIA. (4p.)
Cielos, ¿qué haré?
( Vase AndrH, tj .lulia se queda al paño;
y salen ni pnñn á otra puerta Alejan-
dro, y ü otra Elena.)
Sale EL CONDE.
Amigo, guárdeos el cielo.
Traed sillas.
¿Por quéí
CONDE.
No las pidáis.
ANTONIO.
CONDE.
Porque mi cuidado
572 COMEDIAS ESCOGIDAS DE DON FRANXISCO
No imecle estar soregado.
ANTUXIO.
Pues decid , ¿qué uie mandáis?
Oiie á una discreta vcnpanza
Me ajudeis sólo quisiera ;
Vaja esa criada fuera.
AMONIO.
Vele allá fuera, Esperanza.
CONDE.
¿Estamos solos?
ANTOMO.
Si. amigo.
ALEU.NBRO. (M püño.)
Salir agora es forzoso.
ELE.NA. (MpCiiO.)
Veré qué inlenla mi esposo.
ALEJANDRO. (A¡ pañO.)
Escucharé mi enemigo.
JULIA. {Al paño.)
Escuchar desde aqui intento;
Ojos, el llanto templad.
AMONIO.
Ea , Conde amigo , habhd.
COXDE.
Atended.
AMONIO.
Ya estoy atento.
CONDE.
Noble Antonio Capclele,
En cuyas canas y acero
Debe la Milicia triunfos
Y experiencias el consejo;
Yo enfermo de dos dolencias ,
En dos accidentes peno :
Yo tengo odio y tengo amor ,
Yo (|uiero bien y no quiero.
Dos extremos hay en mí
Sin hallar el medio en ellos
Que aunque no se pueden dar
IJxtremossin que baya medio,
Amo con tanta pasión.
Con tanta ira aborrezco,
Que no veo más en mí,
Cuando verme más deseo.
Sino á un extremo del odio
' Y del amor otro extremo.
ANTONIO.
¿Aborrecéis y queieis
A un tiempo á un mismo sugcto?
CONDE.
No, Antonio; dos son los males ,
Dos causas hay para ellos ,
Y lengn para los dos
Repartidos dos afectos.
ANTONIO.
¿ A quién queréis me decid ?
CONDE.
Quiero deciros primero
A la que aborrezco airado
Por gastar este despecho ,
Y después á la que adoro.
Porque si á la voz enseño
A pronunciar los ardores.
Que errará las iras temo
Con el curso que á la voz
íbice el labio lisonjero;
Pero no errará después.
Si antes por el odio empiezo;
Que el que ha de contar que adora ,
Es bien que diga primero
Que ha aborrecido, y no es bien
De odio y de amor en el duelo
Que el que cuenta que lia querido
ijiga que aborrece luego.
¿Pues á quién aborrecéis?
Ea, decídmelo presto.
CONDE.
Si haré , porque tengo gana
De decir á la que(|UÍero.
ANTONIO.
Decid.
CONDE.
A Elena, mi esposa.
Es á la que yo aborrezco.
ELENA.
¡Como duele el escucharlo.
Aun mucho más que el saberlo!
ANTONIO.
¿Pues no la adorabais antes?
CONDE.
El que entra á un jardín ameno,
Elige la azul violeta
Porque la encontró más presto
Que á la rosa que esperaba
Púrpura y nácar vertiendo;
Mas luego que ve á la rosa,
fieina del campo, que ha puesto
Ibra guardar su hemiosura
Las espinas por archeros ,
Porque la ve más guardada
La procura. (¡Oh vil respeto
De los hombres que nos vamos
A solicitar los riesgos I)
Y porque es inconveniente.
No porque es mejor, queremos
Mas el desden de una espina
Que de olra flor el requiebro.
ANTONIO.
¿Pues por qué la aborrecéis?
CONDE.
Como Alejandro Homeo
Ks su hermano, y como es
Del árbol noble Montesco
Y yo Capelete soy ,
Con ver que á mi lado tengo
Una mujer que me es siempre
Embarazo para el lecho ,
Fatiga para el descanso.
É inquietud para el sosiego.
Estoy tan desesperado.
ANTONIO.
¿Porqué?
CONDE.
Porque como al tiempo
Que vo me casé con ella
No estaba encendido el fuego
De aquestos bandos que hoy
Arde en callados incendios,
Es mi sentimiento más,
Y ha llegado mi despecho
A tiempo que la he querido
Dar la muerte ; mas no quiero ,
Puesto que hoy puedo un ardid,
Aprovechar un acero.
ANTONIO.
¿Pues qué intentas?
CONDE.
Escucliail.
ANTONIO.
Decid el intento.
CONDE.
Intento
Que el juez dé este matrimonio
Por nulo.
ANTONIO.
Hablad.
CONHE.
Por<iue al tiempo
Que yo casé con Elena,
DE ROJAS.
Tan mal me quiso este tiempo ,
Que viendo que hermano y padre
Me hicieron su esposo y dueño ,
Protestó que la casaban
Por fuerza.
ANTONIO.
¿Y hay instrumentos
Para probarlo?
CONDE.
Si, amigo.
ANTONIO.
¿Y ella convendrá en haccüo?
CONDE.
No.
ANTONIO.
¿Pues qué pensáis hacer?
CONDE.
Desta misma fuerza espero
Valerme; si ella quisiera
No ser mi esposa, ¿no es cierto
Que el matrimonio se diera
Per in\álido?
ANTONIO.
Eso entiendo.
Pues yn me he de aprovechar
De su misma fuerza, puesto
Que si ella fué violentada,
Kué el matrimonio violento.
ANTONIO.
¿Y ella os quiere?
CONDE.
Si.
ANTONIO.
¿Por qué
Vos la aborrecéis?
CONDE.
Por eso.
Que es pensión del que aborrece
Ser querido.
ANTONIO.
¡Oh, cuánto precio
Que estas ramas apartadas
Del Capelete árbol regio
Vuelvan al cuerpo del árbol !
CONDE.
No quede vivo un Montesco
Sin que en pálidas cenizas
Esiiirilus libre el viento.
ANTONIO.
Denos primero la muerte
A este Alejandro Romeo,
Pues sin la cabeza quedan
Defectuosos los miembros.
ALEJANDRO.
¡Oh traidores!
JBLIA. (Ap.)
¡ Oh palabras.
Que me penetráis el pecho !
CO.NDE.
Pues más falta.
ANTONIO.
¿Qué más falta?
CONDE.
Que prometáis...
No os entiendo.
CONDE.
Quedado que el matrimonio "
De Elena quede deshecho
Me daréis...
ANTONIO.
¿A quién?
CONDE.
A Julia
Por esposa.
ALEMM.IÍÜ. [.ip.)
Aüora, cielos.
Es ocasión de niurir.
JULIA. (.I/).)
Agora, agora un acero.
ANTONIO.
¿Luego asá quién vos queréis*
CONDE.
Es la luz por quien yo veo.
Si; mas si yo os la ofreciere ,
Y el m.Tlrimonio 6 este tiempo
Por deferlo de probanza
Uuede válido...
COSDE.
Yo ofrezco
Ser su esposo , viva Julia.
A-NTONIO.
Conde amigo, miicliotemo
Que no lo podáis cumplir,
Que aunque es verdad que yo os creo...
CONDE.
Vuelvo otra vez i deciros
Que liay puñales y venenos,
¿Que respondéis?
ANTONIO.
Que ya es vuestra.
CONDE.
¿Lo cumpliréis?
ANTONIO.
Lo prometo.
CONDE.
Pues vivan los Capeletcs.
ANTOMO.
Mueran todos los Mónteseos.
Otra cosa falta agora.
ANTONIO.
¿Qué es?
CONDE.
Que habléis á Julia en esto.
ANTONIO.
Pues á ese cuarto , que es mío ,
Os retirad , porque intento...
CONDE.
¿Qué es lo que intentáis, amigo?
ANTONIO.
Que desde él oisaisnil ruego,
Que yo al cuarto de mi bija '
Voy á hablarla.
CONDE.
Mucho os debo.
ANTONIO.
Pues vivan los Capcletes.
CONDE.
Mueran todos los Mónteseos.
Y Alejandro.
JULIA. (Ap )
¡ Qué desdicha!
ANTONIO.
Con mis manos.
AI.EJANDnO. (Ap.)
¿A qué esjiero?
ELENA. {Ap )
Si él ha de entrar yo me arrojo.
ALEJANDRO. {Ap.)
Si me ha de bailar, salir (¡uiero.
ANTONIO.
Ha de morir.
ALEJANDRO. (/!/> )
¿A qué aguardo?
LOS BANDOS DE VliUO.NA.
ANTONIO.
,,Vnii Julia?
JULIA. (Ap.)
¡Qué tormento!
CONDE.
¿Será mia?
ALEJANDRO. (Ap.)
¡Hado criicl!
ANTONIO.
,,Yi:iena?
ELENA. (Ap.)
¿En qué me suspendo?
CONDE.
Morirá.
ELENA. (.-I;).)
¡ Crave dolor !
ANTONIO.
4N0 entráis?
CONDE.
Si, ya os obedezco.
ANTONIO.
Pues yo voy á hablar á Julia.
CONDE.
Y yo voy 6 obedeceros.
Viva Julia.
coNDr.
Muera Klt'iia.
ANTONIO.
Muera Alejandro Romeo.
Salen ALEJANDHO y ELENA.
ALEJANOnO.
No querrá el cielo traidores.
Ingrato, no querrá el cielo.
ANTONIO.
¿Pues cómo tú aqui, Alejandro?
CONDE.
¿Til, Elena, como aqiiideniro?
JULIA. (.1/7.)
¿.Miora qué he de hacer de mi?
ANTONIO.
¡Eslátuasoy!
JULIA. (.1;).)
¡Muerta quedo!
Oenlro de mi casa ¿eoino
Agora?
ELENA.
¡Mi muerte temo!
ANTONIO.
¡ Profanáis este sagrado I
ALEJANDRO.
üespondemc tú primero
Cónio eres traidor , que yo
Te daré respuesta luego.
CONDE.
,,Tú, cómo estás aqui, Elena?
ELENA.
licspúiideme tú si es yerro
Que te quiera yo, y di'spiies
Diré cómo entré aípii dentro.
ANTONIO.
Yo busco á la ofensa mia
La venganza como puedo.
ALEJANDRO.
Hija es del valor la ira ,
l'ero la traición del miedo.
CONDE.
Tú eres del contrario bando.
ELENA.
También tu aborrecimiento
Es contra el bando de amor,
Y te adoro & todo riesgo.
ALEJANDRO.
¿Pues qué iiilenlas?
ANIUNIO.
Darte muerte.
Sale ANDRliS. ,
ANDRÉS.
Y yo á tu lado pretendo
Dar venganza á una sospecha.
CONDE.
Amigos, muera Horneo.
ALEJANDRO.
Para traidores sois pocos.
Sale JLILIA.
JUMA.
Padre y señor , si merezco
Que ha'llen lugar en tus iras
Las caricias de mi ruego ,
Sabe que... (A;;, üesta manera
Uemediar procuro un riesgo.)
ANTONIO.
¿Qué decís?
JULIA.
Qnees Alcjnn^Iro
Mi amante, mi esposo y iliicño,
Y que das muerte á tu honor
Si le matas.
ANT0:<I0.
Antes quiero
Porque no muera mi honor
Darle muerte.
CONDE.
Pues yo empiezo
Agora á tener más iras.
Porque empiezo á tener cclor,
ANDRÉS.
Pues yo tengo amor también.
Luego también yo los tengo.
ANTONIO.
Pues muera.
(iiiiieu todos contra Alejiindro.)
JUMA.
Deten la espadi.
ALEJ.lNDRO.
Traidores...
ELENA.
Ten el acero.
ANTONIO.
No es traidor el que se venga,
ALEJANDRO.
Vive el cielo que me huelgo
Que seáis tantos.
Sale CÁÜLOS, ;)íÍMí.?í al lado de Ale ■
jaiidro.
CÁRI.OS.
A tu lado
Tienes á Cirios Romeo;
Tu criado me avisó
Tu riesgo, y vine á tu riesgo.
Deudos, parciales, amigos
Tuyos me vienen siguiendo.
ALEJANDRO.
¡Mueran todos!
JULIA.
Ven , Elena.
ELENA.
¿üüiiilc vas?
3-4
CüMtUIAS ESCOGIDAS ÜE DON FRANCISCO Dli HOJAS.
JULIA.
Verásio presto.
ALEJANDRO.
Pues mueran los Capeletes.
VOCES. {Dentro.)
¡Mueran!
TODOS.
¡ Mueran los Mónteseos!
{lintraiise acuchillando y tornan salir
el Conde, sin espada, Alejandro, Ju-
lia y Elena.)
CONDE.
Deten la espada, Alejandro.
ALEJANDnO.
Muere, traidor.
CONDE.
Yo no creo
Oue la muerte me has de dar
Sin espada,
ALEJANDRO.
Yo no tengo
l.ástinia del que es traidor.
Muere.
(Púnese Elena en medio.)
ELENA.
Deten el acero,
Que es mi esposo.
JULIA.
Dale muerte,
Que es mi enemigo.
ALEJANDRO.
Eso apruebo.
ELENA.
Mira que es el dueño mió.
JULIA.
Mira que es quien le da celos
ELENA.
Que es mi esposo.
ALEJANDRO.
No te quiere.
ELENA.
Qué importa, si yo le quiero.
JULIA.
Que es quien quiere serlo mió.
ELENA.
Mira que no puede serlo.
Jlira que es traidor.
ALEJANDRO.
Dieu dices.
ELENA.
Que está rendido.
ALEJANDRO.
Eso veo.
JULIA.
No me quieres, si perdonas
A quien me quiere.
ALEJANDRO.
¿A qué espero?
ELENA.
No soy tu sangre, si matas
Al que es mi esposo y mi dueño.
CARLOS, {üenlro.)
¡Sfucran Capeletes!
TODOS.
¡Mueran!
OTROS.
¡Viva Alejandro Horneo!
ANTONIO. (Dentro )
Socorro, Andrés Capelete ,
Que me dan la muerte.
JULIA.
Presto,
Ve á socorrerá mi padre.
ALEJANDRO.
Detente , Carlos Montesco,
No le des la muerte, aguarda.
JULIA.
Libra á mi padre de un riesgo.
Que si aquesta vida es tuya,
Esta es la que yo le debo.
ALEJANDRO.
Pues á tí yo te doy muerte
Con dejarte con los celos;
A ti te doy una vida,
Pues con'tu esposo te dejo;
Y á mi me añado un blasón ,
Pues no te doy muerte y puedo.
JULIA.
Presto, esposo.
ALEJANDIIO.
Vete, Julia.
Pues á mi casa te vuelvo.
ALEJANDRO.
Veré si obligo á tu padre.
CONDE.
Veré si vengarme puedo,
ELENA.
La vida me debes. Conde.
CONDE.
Por tu mano no la quiero.
ELENA.
¡Muriendo de penas vivo! (Yase.
CONDE.
¡ Piabiando de celos muero ! ( Yase.
JULIA.
Presto» esposo.
ALEJANDRO.
Adiós, Señora
JULIA.
¿Cuándo nos veremos?
ALEJANDRO.
Luego.
Déjeme el cielo ser tuya.
ALEJANDRO.
Demc esta fortuna el cielo.
JORNADA SEGUNDA.
Salen ALEJANDRO t GUARDAIN-
FAINTE.
ALEJANDRO.
¿Guardainfante?
cuardainfante.
Señor mió.
ALEJANDRO.
¿Quereisme bien?
GUARDAINFANTE.
¿Vu?
ALEJANDRO.
Si.
CUARDAINFANTE.
No.
ALEJANDRO.
¿Por qué? d¡.
GUARDAINFANTE.
¿Pues qué criado
Quiso bien á su señor?
GUARDAINFANTE,
Un secreto no es ración
Adelantada; bien puedes.
ALEJANDRO.
Sabe que resuelto estoy
De robar á Julia.
GUARDAINFANTE.
¿Cuándo?
ALEJANDRO.
Esta noclie habrá ocasión.
GUARDArVFANTE.
Si la robas te liarás hombre,
Que es espadilla de amor.
ALEJANDRO.
¿Me ayudarás?
GUARDAINFANTE;
Tu criado
De ayuda seré desde hoy.
ALEJANDRO.
Tú eres bueno para todo,
Y te quiere mi aüciou
Comoá hijo.
GUARDAINFANTE. (Ap.^
¡Los arrumacos
Que hace al criado el señor
Cuando necesita del!
Pero no me burlo yo
Con un amo potro nuevo;
¡Criados! ojo avizor ,
Que esta noche dan las ancas
¥ mañana tiran coz.
ALEJANDRO.
Sitúuo fueras gallina...
GUARDAINFANTE.
¡Qué gentil disparaton!
Para un buen cristiano viejo
No hay comodidad mejor.
,.Qué tenemos con que riña
Un hombre como un Sansón
Si no le darán por eso
La hija de un aguador?
Ver un valiente, no hablando
Palabra de sol á sol
Que no sea : «Dile un choque;»
«Gendilecomo un peón ; »
«Diéronme esta cuchillada ;»
«Hurgúele, hermano de Dios,
Porque no se le pegase
La cazuela del arroz;»
«Prendióme ayer un ministro.
Soltáronme por favor;»
« i Qué resistencia hice anoche '■
1 ¡ Qué bofetada di hoy ! »
¿ No es mejor , decir ,"hui.,
Cascáronme un bofetón ,
Y dolióme luego, luego.
Mas luego no me dolió;
Tiráronme un candelero.
Mas quiso Dios que me erró;
Y no que á todo valiente
De los de verde pendón,
Los trae el diablo á la sombra
Y los pone Dios al sol.
ALEJANDRO.
Volviendo al caso, ya sabes
Que con piedad y valor
Di anoche la vida al padre
De Julia
GUARDAINFANTE.
Harto me pesó.
ALEJANDRO.
Y que después la pedí
Por premio...
CUARDAINFASTB.
Va lo sé yo,
Que á lu Julia le (leülslc ,
V sé que le la negó :
Pero el viejo ya creía
Í!ue era lu esposa, y por Dios
gue liiciíie mal en pedirla.
ALEJANDRO.
Digo que tienes razón;
Uas lü. Guardaiiifanle nmigo ,
Has de d:ir, si hay ocasión,
Este papel íi mi Julia.
{Dale un papel.
CL'ARDAINFAMK.
SI haré; mas dudaiiilo esloy,
¿Cómo he de pudor eiilrar
A darle, que es un Nerón
ti padre Antonio, y el primo
Andrés Capelete dos?
ALEJANDRO.
Eso tú lo has de saber.
SOARDAINFANTE.
Pensarlo quiero por Dios,
Que en estas materias suelo
Discurrir como un Catón.
Mira, á las diez de la noche ,
Oue es hora en que vacia amor,
Suele salir Esperanza
A buscar su posesión,
Y podré darle el papel.
ALEJANDRO.
Es larde.
CCARDAINFANTE.
¿Por qué razón?
ALEJANDRO.
Porque en un coche de posta
A esa hora pienso estar yo
Hái de diez leguas de aquí.
CÜARDAINFASTE.
Y dimc, ¿será mejor
Atarle con una piedra
Y tirarle á un corredor
Que caiga al cuarto de Julia ?
ALEJANDRO.
No es esa buena invención;
Porque puede algún criado
Dar con el.
GlARDAINFANTE.
Es que ando yo
Procurando que no den
Conmigo ¡válgame Dios!
¿Si haré una seña? esto es malo ,
Que se vendrán á la voz,
Y me liarán sin bailar.
Tópelo.
ALEJANDRO.
Di.
CCARDAINFANTE.
A este rincón
De la iglesia de San Carlos,
; No ves un grande moulon
De tejas?
ALEJANDRO.
Pues di, ¿qué tratas?
GDARDAINFANTE.
Pienso tomar una ó dos,
Ypu.s me fingí albañil
Y me dijeron que hoy
Volviese á trastejar, quiero
Volver con esta ocasión,
y desia leja decir
Que un millar compré, y que jo
Vengo á saber si las tejas
Son buenas ó malas son.
Y sobre las lejas quiero
Fabricar estó invención.
Que de las tejas arriba
Te Le de servir , vive Dios.
LOS BANDOS DE VEIIO.NA.
ALEJANDRO.
El arbitrio es como luyo.
GCARDAINFAME.
A aquel albañil peón.
Que es guardateja, ie quiero
Dar aqueste real de á dos
Por un par.
ALEJANDRO.
Pues por mi cuenta
Puedes poner un doblón.
GDARDAINFANTE.
Si no puedo decir saca ,
„Qué importa que digas pon? {Vusc)
ALEJANDRO.
I Noche, enemiga del dia ,
Negra hija de la traición.
Tú que borras con las sombras
! Rayos que el sol escribió,
¡ Pues de cómplice te precias
En los delitos de amor,
I Ayuda á tu delincuente;
I Llegue con curso veloz
Tu sombra á ser dicha mía
Por mejorar mi dolor.
Que mis dichas son tan breves
Que no más que sombras son.
Baja presto, y yo le ofrezco
Por premio desle favor
Quitarte la S y clavo
Con que mi Julia te erró.
Yo te daré libertad
Si me haces tu dueño hoy ,
Que de Julia eres esclava
Si eres esclava del sol.
Sale CUAnDAlNFANTE con des tejas.
GDARDAINFANTE.
;.0"é te parecen las lejas ,
Alejandro?
ALEJANDRO.
Buenas son.
1 GCARDAINFANTE.
Ea, pues, entro con ellas.
ALEJANDRO.
! Oyes, á la iglesia voy
v'esperarte.
GDAnOAlNFVNTC.
Alejandro.
No I
;lal.
NllRO.
¿Por qné no?
GDARDAINFANTE.
Porque Antonio Capelcte
Tiene tribuna y balcón
Desde su casa á la iglesia ,
Y escaleras, que es patrón
De aqueste templo, y ser puede
Que salga á hacer oración
Porque te lleven los diablos
O porque le lleve Dios.
Pues en esta esquina espero.
GDARDAINFANTE.
Dame el papel.
ALEJANDRO.
Tómalo.
GDARDAINFANTE.
¿Bastará darlo á Esperanza,
O á Elena , que se quedó
Con ella en su casa anoche?
ALEJANDRO.
A cualquiera de las dos
Le darás.
GDARDAINFANTE.
¿Si SU marido
El conde lo sabe ?
ALEJANDRO.
No.
.\ entrambas quiero llevarme.
CCARDAINFANTE.
¿ Di por qué?
ALEJANDRO.
Tengo temor
Que se venguen en Elena
Si la dejo.
GLARDAINFANTE.
Pues adiós.
Que voy á dar lu papel.
Aqui esperándote estoy.
cuardainfante.
Aqui voy á trastejar.
Mas temo...
ALEJANDRO.
Baja la voz. {Vasc.)
CDAKUAINFANTE.
Que si este viejo me ve
Será mi trastejador,
Y los dos me han de poner
Donde me ponen los dos.
Ahora mañosa la obra,
Pero pies será mejor
Para trastejar. Ya enlré
Al zaguán, ¡ válgame Dios !
¡Quede valientes hubiera
Si no se usara el temor !
Poruña muy mala parte
Trasudando agora voy ,
Mas las cosas de mi amo
Las he de hacer con calor.
{Entra por una puerta y sale por otra.)
Entróme á esle cuarto bajo ,
Antesala y su farol
Para manchar cuantos pasan ;
Lleno miro aquel rincón
üe repulgos de empanada
V cabos de vela ¡oh!
Huyamos, aqui fué dueña.
Sale ELENA al patio.
FLEMA.
¿Cuardainfante?
GDARDAINFANTE.
¿Quién pidió
Cuardainfante? Alguna niña
Enseñan á hablar, que hoy
Antes que el mamá y el taita
Es el Cuardainfante, voy.
ELENA.
¡lia, Cuardainfante!
GDARDAINFANTE.
¿Quién llama?
ELE.NA.
Elena.
CUARDAINFANTE.
Llego á tu voz;
Tomáoste papely voime.
{Dale el papel ú Elena.)
ELENA.
¿De quién es?
GDARDAINFANTE.
De mi señor.
ELENA.
Déjame Icerleántes.
GI-AnnAINFANTE.
¿Lees bien, Elena?
ELENA.
Yo no.
GDARDAINFANTE.
Pues si tú no lees bien,
Vo ando bien, gracias á Dios.
¿Es para mi
ELEXA.
Aguarda.
Ct'ARDAINFAME.
Aguardando esloy;
léele aprisa.
ELENA.
Si baré.
No hay de (|ué tengas temor ,
Porque Anluiiio no está en casa.
CUARDAlNfAXTE.
¿Qué importa si yo lo esloj?
ELENA.
(Lee.) «I.négo que hayas anochecl-
»do, saldrás á la puerta principal de l:i
i>if;les¡a de San Carlos, donde espero:
ilrae contigo á tu amiga; y dado que
«lo rehuse, puedes venir sola, sin pre-
» vención alguna, que yo tengo dos pos-
»t;is y lo necesario para nuestra huida.
»üios te guarde.»
Para mi es este papel,
Oue como Alejandro vio
El riesgo en que está mi vida ,
r.on lineza y con amor,
S.ibiendo que estoy aquí ,
Me ha avisado su intención;
A Julia leeré el papel ;
Diceque vamos las dos
Donde ordena; como Julia
Quierasalir.
CUARDAINFAXTE.
Vo me voy.
ELENA.
i Da, Guardainfante!
GUARDAI^FANTE.
4 Qué dices?
ELENA.
El padre de Julia entró.
GUARDAINFANTE.
No importa, tejas y i¡ él.
ELENA.
Voime. {Vase.'
GUARDAINFANTE.
Vele : esto es peor.
Que el conde Páriscon él
lia entrado : en gran riesgo estoy,
Porque me conoce el Conde;
Va ha salido mi invención
Aleja vana; yo me entro
Con un miedo como yo
Debajo deste bufete ;
Agora yo me lampo, choz.
{Éntrase debajo de un l¡ufele que esta-
rá en el tablado, con sobremesa que
If cubra toda.)
Salen EL CONDE t ANTONIO.
CONI'E.
En fin, ¿la venís á hablar?
ANTONIO.
Con esa resolución.
CONDE.
Alejandro llevó á Elena
Anoche , y pues la llevó.
No ha de volver a mi casa.
ANTONIO.
Y con mejor ocasiou
La podéis dejar.
CONDE.
Si, amigo.
COMEDIAS ESCOGIDAS DE DON FRANCISCO I
) ANTONIO.
Idosá esperarme.
CONDE.
Voy
A este zaguán. (Vase.)
ANTONIO.
ve el cielo
ir con VOS.
Que se ha de (
GUARDAINFANTE.
(Áp. Mi vida está en una cosa,
En sólo que me dé los.)
ANTONIO.
¡Ha, Julia!
GUARDAINFANTE.
Desde iqui oir¿
Con comodidad mejor.
Sale JULIA.
JULIA.
¿Quién llama? tú eres, Señor.
ANTONIO.
Si, Julia, yo te llamé,
("errar esta puerta (luiero.
jMi padre qué me querrá?
ANTONIO. (.1/1.)
Mi resolución verá.
JULIA. (Áp.)
,.Qué me acobardo?
ANTONIO. (Ap.)
¿Qué espero?
JULIA. (Ap.)
Hoy mis penas morirán.
ANTONIO.
Julia, ¿fois mi hija vos?
Responded.
GUARDAINFANTE. (Ap.)
Su madre y Dios
Solamente lo sabrán.
JULIA.
Señor, sí. (Ap. Mucho me llevo
l)e un lei.ior y de un cuidado.)
ANTONIO.
¿ Debeiime el ser que os he dedo?
V el amor tarabiín os debo.
ANTONIO.
Pues, Julia, si esto es así..
Decidme lo que queréis.
ANTONIO.
¿Obedecer no debéis
Cuando yo os mandare?
JULIA.
Si.
ANTONIO, (.ip.)
¡Que un padre llcg ic á temer
A su hija!
JULIA.
¿Qué decis?
ANTONIO.
Que con el conde París
Os caséis.
jt;LiA.
No puede ser.
ANTONIO.
¿La obediencia dónde está
Ue vuestio pecho amoroso?
JULIA.
El Conde es de Elena esposo.
Si es porque á Elena aborrece ,
loma ejemplo en ese error.
ANTONIO.
Es muy discreto.
JCLIA.
Señor,
A mi no me lo parece.
ANTONIO.
¿Es galán?
JULIA.
No le he mirado.
ANTONIO.
Es valiente y no cruel.
JULIA.
¿Qué me importa a mí si él
No ha de reñir á mi lado?
Es de nuestra sangre el Conde.
JULIA.
Menos por eso me aplaco.
GUARDAINFANTE. (Ap.)
¡Oh hija de aijuel bellaco.
Qué lindamente responde'.
ANTONIO.
¿No hay remedio?
JULIA.
¿No lo vos?
ANTONIO.
Pues Otro medio tomad :
O con el Conde os casad
O coa vuestro primo Andrés.
JULIA.
Doy que porpadreó por viejo
Dueño busque tu alicion ,
A mí toca la elección,
A ti no más del consejo.
Justo es que casarme intentes.
Soy tu hija, tiénesme amor;
Persuádeme , Señor,
Mas no es bien que me violentos ,
Y dale otro plazo agora
A tu intención no entendida,
Que lo que es para una vida
No se elige en sola una hora.
ANTONIO.
Menos agora me empeño
De cuanto he llegado á oír,
Que vos podáis elegir
Estado, pero no dueño.
Vuestro esposo ha de ser uno
De los dos, si, vive Dios;
Y asi elegid de los dos
A cual queréis.
JULIA.
A ninguno.
ANTONIO.
Ya os entiendo yo.
JULIA.
¡Ay de mi;
ANTONIO.
Mas yo lo remediaré;
¿Anoche iio es escuché
Que á Alejandro amabais?
Mas fué por ver si podia
Templar tu temeridad.
ANTONIO.
Ea, decid la verdad ,
Vuestra sangre es sangre mía.
Va yo sé lu que es amor ,
Exjieriencias lengo y años .
to¿TO va los ilesengafios ,
¿Quereisle bien '!
Jl'I.U.
No , Senop.
{Ap. Si hablo, mi muerte lecelo ,
ItJHii (le su enojo se iiilieie ,
Callaré.)
A5T0M0.
{Ap. Si ella le quií're
Ha de morir, vive el cielo.)
A casarte con él salgo
Si le llegas a querer.
JULIA.
Sí-ñor (por no parecer
Que no te obedezco en algo)
Calino eligió mi deseo,
Pues lo mandas.
A.NTOMO.
Di. ícuál es?
¿El conde Páris ó Andrés?
JUMA.
Es Alejandro Romeo.
AXTOMO.
Tnidora. infame, ¿qné o« esto?
A Alejandro tú, ¿poniué?
JULIA.
Perdona, que vo pensé
Que me le babias propuesto.
ANTOMO.
Hija inobedienle, advierte.
Que si en mi cuerda elección
No tomas resolución
Te lengo de dar la muerte.
JULIA.
¿Que, en fin, tan airailo aquí
¡Ob padrel te vengo á bailar,
tíue la muerte me has de dar
Si no te obedezco?
¿Qie, en lin, violentairae quier;
ANTONIO.
Que me obedezcas te advierto.
JULIA.
¿Tengo de morir?
A.NTOMO.
Es cierto.
JULIA.
jNo hay remedio?
No le esperes.
JULIA.
Pues al que elige el deseo.
Si el Conde ba de ser ó Andrés..
ANTO.MO.
Acaba, dimecuál es.
JOIli.
Es Alejandro Romeo.
ANTONIO.
Cómplice la más atroz,
¿Cóaio á tu labio despeñas?
JULIA.
¿Si no entendiste las señas.
Que culpa tiene la voz?
ANTONIO.
Puesto que de mi consejo
Y mi obediencia le alejes ,
Pur(|ue de mi no le quejes ,
Sf f;iiiida elección le dejo.
Y asi agora...
JULIA.
¡Estoy mortal!
LOS ÜANDOS ÜE VEr.üNA.
ANTONIO.
A que elijas te condeno ,
O a lu labio este veneno ,
O á tu peciio este puñal.
{Saca un vaso con una bebida, ij¡:ón<le
sobre el búlete.)
JULI.V.
Cruel estís.
AXTCINIO.
Estoy iiirudo ;
Que elijas el uno espero.
JULIA.
Yo, ni veneno ni acero.
GUAIIDAINFANTK. (.4/).)
Diga eso, y pierdo doblado.
ANTONIO.
Llegue el tósigo .i tu labio
(lúe mi cruelilad inventó,
Pues estoy bebiendo yo
El veneno de mi agravio.
JULIA.
Si eres quien se lia devengar,
1.a muerte empieza á elegir,
Que yo no quiero morir
Aunque me quieras matar.
ANTONIO.
Pues vive el cielo, traidora.
Que pues en balde porfío ,
Ya con iras, ya con ruegos ,
Con amenazas y avisos;
Pues son de mi"deshonnr
Tus acciones mis indicios,
Pues á un Monlesco cobarde
A mi honor has preferido ,
Que has de morir ó al veneno
0 al acero: yo fui mismo
Quien para matarte tuvo
El veneno prevenido.
En el manjar intentaba
Disimularle, y hoy miro
Queá un agravio "descubierto
Sobra un veneno fingido.
Estrénate en ese acero.
Traidora.
JULIA.
Deten los filos
De lu acoro y de tu enojo
;()li indignado padre mío!
Y débate una atención
Quien no le debe un alivio.
Señor, si el cielo me deja
Obrar con el albedrio.
Imita á Dios, y no quieras
Hacer lo que Pios no hizo.
La nuhearbilriaen los vientos,
Y el aire diáfano y limpio
Se mancha con sombras negras,
Flor hay que cierra el capillo
A la noche y á la aurora
Sale a lograr el rocío;
Hurón de plata el cristal
Roza la peña á su arbitrio,
Y aunque por frágil arena
Brotará al prado llorido.
Eligieron susaudiencias
1 a dificultad del risco.
El ave manda en el viento,
Y aunque él se oponga atrevido,
O le vence con las alas,
O le corta con el pico.
Fiera elige de su e.^pecie
La otra fiera; blanco armiño.
Símbolo de la pureza,
O no vive ó vive limpio;
La palma cuaja en el prado,
Cigante vegetativo,
A la vista del consorte
El embrión amarillo,
377
ANTONIO.
Julia, de tu atrevimiento
Tan airado estoy , que hoy libro
En tu muerte mi venganza ;
Ya tu deshonor he visto
Eu las señas de tus ojos,
Üe tu queja en los indicios.
Tú de un cobarde Mnniesco
El amor has preferido
A una fama y á un honor
Que dura igual con los siglos .
Y pues ya ninguno puede
De los que te han pedido
Ser tu dueño, que no es bien,
Cuando sin honor te miro.
Poner mi fama en un riesgo,
Y tu vida en un peligro;
Y asi hoy te libro de aquel,
Pero deste no te libro.
Deste acero á este veneno
No dispensa mi castigo ,
Padre soy, juez quiero ser,
Tú confiesas tu delito:
Padre, yo le perdonara.
Como juez, no lo permito ;
Y asi... {Dale el veneno.)
JULIA.
Ya tienes remedio.
ANTONIO.
¿Qué remedio has elegido?
JULIA.
Si es delito que yo quiera
A Alejandro, á quien estimo.
Dame por esposo y dueño
A Alejandro, á quien te pido,
Y el delito de quererle
No viene á quedar delito.
ANTONIO.
Y aun porque lo (|uiereslú.
Te quiero dar el castigo.
JULIA.
Siendo mi esposo, no corre
Tu fama y honor peligro.
ANTONIO.
lüen dices, si yo olvidara
Mioilio con lu cariño.
La culpa de tu elección
Castigaré.
Padre mió,
¿Los astros no influyen todos?
ANTONIO.
Todos influyen precisos.
JULIA.
¿Pues qué culpa tengo yo
De lo que un astro ha inlluido?
ANTONIO.
Mi honra es ánles que una estrella.
JULIA.
Remedio hay en el peligro,
Yosoymia."
Albedrio para amar
Me ha dado el cielo benigno.
ANTONIO.
Y para darte la muerte
También me ha dado albedrio
JULIA.
Pues, Señor, si estas palabras
Que por los ojos destilo,
Si estas lágrimas cuajadas
Que pronunciar solicito.
No bastaren á embotar
378 COMEDIAS
()e ira ¡ pasión tus dos filos,
Muera yo, pues lu lo quieres ,
No al filo delu cuchillo,
Desangre por las bcriJas
De mi amor corriente Nilo,
Muera yo ileste veneno
Dilatado en parasismos:
Un hondodesmayo aliente.
Desmaye un nlieiito mismo.
Tu cuchillo no se diga
Uue me mató, que hoy miro
Por ti, porque no se cuente
Oue hubo padr.e tan impío
One quiso malar su hya
Solamente porque quiso.
Y agora de mi obediencia
Y de tu crueldad testigo,
Será el cielo, luna hermosa ,
Ejemplo del cielo mismo.
Llena estuvo mi fortuna .
Hoy menguará , ya te imito
Astro, que amor me inOuiste,
Mi rey eres, ya te sirvo.
Y pues ni vale mi ruego
Ni mi razón ha valido,
Y con lágrimas que arroio
("on quejas que desperdicio.
Ni te muevo como á anciano
Ni como á padre te obligo;
Por dejará las edades
l'n ejemplo, quede escrito
En los mármoles y bronces.
Hojas del futuro siglo,
Oue Julia por Alejandro
Muere asi. {Débese la bebidn.)
ANTOMO.
Tente ¿has bebido
El veneno?
JDIIA.
Por mis venas
Discurre mortal y frió.
AXTOMO.
¿Todo el tósigo bebiste ?
JULIA.
Todo el tósigo be bebido.
ANTOMO.
Quise amenazarle sólo,
Y m¡ desdicba no (|uiso...
JLLIA.
;. Luego no ha sido tu intento
ílalarme ?
ANTONIO.
El iiilenlo mió
Fué amenazarle no más ,
Hija.
JULIA.
Tarde arrepentidos
Han llegado tus acentos ¡
A la región de mi oido, i
¡Padre! I
A^TOMO. ¡
¡Qué dolor! i
Habla, bija.
¡Qué pena!
ANTO.MO.
JULIA.
En balde porfió
A pronunciar mi dolor.
Si no es que hablen mis suspiros.
Alejandro, esposo, Julia,
El Conde, Andrés, mi enemigo,
Mi padre, Elena, mi amor;
Alejandro...
ANTOMO.
¡Ay dolor mió!
JILIA.
Veneno, puüal, acero,
ESCOCIDAS DE DON KliA.NCISCO
Venganza, fuerza, delilo.
Dolor, crueldad, rabia, engaño,
Corazón, muerte, martirio.
{Cae en el suelo
a:«tomo.
¿Para qué, piadosos cielos.
Si nunca os hallo propicies.
Lograr pretendéis airados
El nombre de compasivos?
Para agora se hizo el llanto ,
Pues á un mismo tiempo miro
A mi hermosa Julia muerta
Y mi noble honor perdido.
Quise darla aquel veneno,
Y á arrepentirme porlio;
Amenácela con él ,
Y ella se tomó el castigo.
Pero si es tan grande el mal
Que no tiene el mal alivio ,
Algún remedio se busque.
¿Ha, conde Páris?
Sale EL CONDE.
Amigo.
ANTOMO.
Cerrad la puerta.
CONDE.
Ya cierro.
A mis ojos martirizo
Viendo desmayado el sol.
A>T0M0.
;0h , pluguiera al cielo impío.
Que fuera desmayo!
CONDE.
Antonio,
¿Que me decís?
ANTOMO.
Loqueos digo
Es, que á Julia di la muerte
Por vos.
CONDE.
Acabad, decidlo.
ANTONIO.
L'n veneno...
CONDE.
¡Qué dolor!
ANTONIO.
En su pecho...
CONDE.
¡Padre impío!
ANTONIO.
Viólenlo... pero no es tiempo
De morir á los delirios
De mí voz, sólo por vos
Le di la muerte atrevido.
Y asi por esta tribuna ,
Que me ayudéis solicito
A bajarla hasta la iglesia ,
Y' con sus mismos vestidos.
Que no se amortaja el sol
Cuando muere en los abismos.
Sin que ninguno lo sepa.
Puesto que ya lia sucedido,
En una bóveda mía
Darla sepultura elijo.
CONDE.
¿Pues qué inconveniente hay
Para ese intento?
ANTONIO.
Colijo ,
Que si Alejandro Horneo
Viene á saber que yo he sido
Quien le dio la muerte airada,
Intente con sus amigos.
Por ser más que son los nuestros,
DE HOJAS.
Como airado y como fino.
Vengar de Julia la muerte.
CONDE.
) i Qué de yerros han nacido
De un error !
ANTONIO.
Quiérelo el cielo
CONDE.
Vuestra ignorancia lo quiso.
ANTONIO.
Quise que con vos casase,
CONDE.
;, No hallasteis otro camino
Para ello?
ANTONIO.
Luego OS diré
El suceso.
CONDE.
¡Muerio vivo !
¡Ay mal lograda hermosura!
ANTONIO.
Quede en tanto aquí escondido
Que á abrir la bóveda bajo.
CONDE.
Voy con vos.
ANTONIO.
Abrid amigo,
¡ No aplaque mi llanto ei cielo!
CONDE.
¡ No me dé el dolor alivio !
{V/itise . !/ llévanla desmayada y sale
Guarduhfante de bajo del bufete.)
GUARDAINFANTE.
El que inventó sobremesa
Fué hombre próvido y limpio,
¡ Ay ! tíimbien pienso que el viejo
Laha hecho cerrada conmigo ;
Mas la llave eslá en la puerta ,
Ahora yo me determino
A suplicarla se deje
Torcer del brazo un poquito.
La cerraja ha andado fjcil.
Abrióme , y yo he presumido
Que la untara con veneno
Si el viejo la liuhiera vislo.
Ahora pongo pies en calle.
Que es en polvorosa; digo.
Que todo lo que no es
No querer bien, es nial vicio.
¿Adonde estará mi amo?
En esta esquina imagino
Que me espera, yo le llamo.
Ab, Sefior.
Sale ALEJANDP.O.
ALEJANDRO.
Seas bien venido,
¿Diste el papel?
GUARDAINFANTE.
Ya le he dado
A Elcua.
ALEJANDRO.
¿Y Julia le ha visto?
GUARDAINFANTE.
No, Señor.
ALEJANDRO.
Dime, ¿porqué?
GUARDAINFANTE.
Hay grandes cosas.
ALEJANDRO.
¿Qué ha habido?
COABOAINFANTE.
] Quísola el padre casar
I Con el Conde, ella no quiso;
Propuso á Andrés, dijo pares.
Plus pares i losdosliizo;
rHipusoteá li; más viendo
i^nc eran tres los elegidos,
luju a esiapregiinla, nones;
A|irLtulaelviejecillo,
Diolu üira vuelia, y como ella
I lililí amor, y dizque es niño,
.^uliii- no pudo el lormenlo,
Viunlosó su delito.
Sciiti'iicióla el padre á muerte ,
locóla con mil cariños,
Lll:i (lijo, tijeretas,
> ti la respondió, cuchillos.
bninodicóse á esto el padre;
íaiij-Tarla primero quiso ;
j:as iliola una purga luego.
Con i|(ie vino á hacer lo mismo.
rasóse para tomarla
Antojos de haberle visto ,
Con que se vino a quedar...
ALEJINDRO.
¿Cómo?
COAnDAlNFANTE.
Como un pajarito.
Clientes.
CDARDAINFAME.
No es mucho (¡uemienta ,
Pues que también miente el vino ,
Que le venden por arrobas
Y nos le dan por cuartillos.
ALEJA^DR0.
¿Pues cómo si Julia es muerta ,
Vo, que lo escucho, estoy vivo?
¿Cómo si ella les dio luz,
Eslán estos astros fijos?
No puede ser; ven acá,
¿Tú lo has visto?
OOAnOilKFAME.
Yo lo he vlslo ,
Por señas, que ahora la bajaa
El padre y el Conde mismo,
Vcístida como murió,
A la bóveda, que ha sido
Casa de aposento de
Todos sus antecocidos.
ALEJANDRO.
No es muerta.
CUABDAINFANTE.
¿Por qué. Señor?
ALEJANDRO.
Si á dos instrumentos miro.
Que igualmente estén templados,
Y diestra mano ha querido
Tocar uno, suena luego
El otro que está distinto.
Si estrella hermosa de Venus
Sale á dar rayos divinos.
La de Júpiter á un tiempo
Luce con iguales visos;
Oue de las dos el amor
Es tanto, tanto el cariño.
Que á un m;smo tiempo fallecen
Y á un mismo tiempo han lucido.
Yo soy instrumento, que hoy
Templado como al principio
Me hallo; si aquel instrumento.
Que está templado á mi arbitrio.
Por las dos cuerdas que ajusta
Del corazón el sonido
Se destemplara, también
Fallara el orden del mió.
Julia es estrella de Venus ,
Y si del alba al aviso
O apag.'ira ó escondiera
Los rayos con que ha lucido,
Y'o, que de Júpiter soy
Astro que su luz imito.
Cederla mi luz constante ;
LOS UANDÜS DE VEIlü.NA.
¿Murió? Pues ¿cómo respiro?
¿Destemplóse el instrumento?
¿Cómo esle suena preciso?
Luego, pues arde la estrella ,
Luce aquel astro divino.
;Suena e5le.inslrumento? Luego
Templado está el otro y lijo;
Que ni ella vivir pudiera
Si yo liubiera fallecido;
Ni yo, si Julia muriera
Duiái'a un instante vivo.
CUAIIDAINFANTE.
¿Pues qué es lo que hacer intentas?
Fscucha el más peregrino
Intento, y que pensar pudo
El valor.
CUARnAIMFAME.
Acaba, ddo.
ALEJANDRO.
Pues yo á la iglesia he de entrar
\ verla solo contigo,
Y he de ver si muerta está.
GIIARDAINFANTE.
Primero me diste un pisto
Con decir he de entrárselo,
Y se me asentó él contigo
Sobre la boca del miedo.
ALEJANDRO.
Pues prueba.
CUARDAINFANTE.
Ya estoy ahito.
ALEJANDRO.
Si tú me ayudas agora.
Verla esta noche imagino;
Pero si muerta la hallare,
Como león al bramido
Dar la vida con mi voz
Tiernamente solicito.
Siguen.e : ¿en qué estás suspenso.'
CDARDAINFANTE.
Señor, si soy con los vivos
Gallina, ¿qué haré con muertos
Si no más ó ser lo mismo?
ALEJANDRO.
Julia , á morir en tus brazos
Tu Alejandro va rendido,
Y tú has de ver con mi muerte
El más noble sacrilicio.
CUABDAINFANTE.
Señor, no veo bien de noche.
ALEJANDRO.
Ven conmigo.
CÜARDAIilFANTE.
Va le sigo.
(Vanse.)
Salen ANDRÉS y OTA VIO, criado.
ANDRÉS.
Dime Otavio...
OTAVtO.
¿Señor?
ANDRÉS.
¿No has entendido
Que esté el coche de posta prevenido?
OTAVIO.
¿A la puerta del templo y á estas horas?
ANDIÍÉS.
Pues mi intención ignoras ,
Decirte quiero lodo mi cuidado :
Ya sabestú que anoche hallé encerrado
A Alejandro con Julia en su aposento.
OTAVlO.
SO tu amor, sé también tu sentimiento
Y sé lo que á tu dicha se promete:
Sé que tu tio Antonio Cupelete
Tan mal á su palabra corresponde
Que á Julia hermosa quiso dar el Condú
Y habiéndotela dado á ti primero;
Mas di , ¿qué intentas?
ANDRÉS.
La venganza espero
Más nueva, aun con razón escarmen-
[tailo,
Que el amor y el ardid han inventado.
Como te dije, á dar la queja llego
A Antonio Capelele, airado y ciego ;
Dijele que en su casa hallaba entrada
Alejandro; dijo él que una criada
Le escondió sin que Julia lo supiera,
Y que intentaba dar la muerte liera
A Esperanza, sin que esto se supiese.
Dijo (|ue yo conficionar hiciese
Un veneno tan fuerte
Que no le diese plazos á la muerte
Para que esta criada muera luego;
Su intento apruebo, y como amante
[ciego,
Considerando loque ser pudiera ,
Comencé á discurrir desta nianera :
Julia , sin duda debe de ser culpada ,
Por(|ue para matará una criada
No hicieran sus pasiones
Tan prudentes secretas prevenciones;
Y esle delito (que su ira advierte),
Pide menos castigo que una muerte.
Pues el rigor en si es rigor ajeno
¿Luego fué para Julia este veneno ?
Demás ( me dije á mi la ira templad::)
¿Que importa que no muera una criada?
Y si llevo el veneno penetrante
Aventuro la vida de mi amante ; [ra.
Pues aunque Julia hermosa no mequio-
Muera de celos yo, Julia no muera.
A un extranjero llamo, amigo mió,
De.cuyas esperanzas me conlio ;
Oye cuanto mi industria le propone,
Y le ordeno después que cunlicione
Tan unidos un opio y un beleño [ño.
Que no (lenmuertepero infnndansue
El opio llevo á Antonio, y él airado,
Que á Julia se le dio me ha asCHuradü.
Leonora , otra criada , y mi tercera ,
Dice que en esta bóveda primera
El y el Conde vestida la dejaron, [ron,
Y pues losdos aun tiempo meengaña-
Enlrar en este templo es mi deseo.
Donde hallar viva mi esperanza creo;
Y pues la noche oscura
Se ha vestido el color de mi ventura,
Y pues de aqueste templo tengo lldve
(Va que mi amor tales industrias sabe).
Que del cuarto de Antonio la he traido
(Que es patrón deste templo) y yo he
Hurtarla diligente, [podido
Desde donde pendiente
Fuese blasón de la pasada historia,
La colgaba el olvido por memoria.
El vengarme agora elijo por preciso
De Julia hermosa, porque no me quiso;
Hobaréla , y llevándomela á España,
De un padre que me enga ña ,
DeAlejandroy del Conde, mi enemigo.
Tomaré la venganza y el castigo.
OTAVIO.
A prevenir las postas voy primero.
ANDRÉS.
Vete, Olavio, dclanlc.
Allá le espero.
¡Qué bien asi tudicha se concierta!
Quéilale adiós. {Vase.)
{Saca Andrét una llave ¡i prueba á
abrir.)
COMEDIAS ESCOGIDAS DE DUN l'-HANCISCO DE nOJAS.
Salen ALEJANDHO i GUARDA- ;
INFANTE.
ANDRÉS. I
Yo pruebo á abrir la pnerta.
CU*BDAINPA>TE. [llado,
;.A(Iónile vas. Señor? Dinie en (jui' lias ]
Si el sacristán la llave te ha negado,
Y l« puerta (leseada
Tanto eiiiiio la noche está cerrada?
¿Düude hispíanlas mueves tan veloces?
ALEJANWIO.
Desde este cimenterio daré voces
A mi Julia.
fiCABDAlXFANTE.
Señor, habla más quedo.
KXBUÉS.
Entró la llave, pero abrir no puedo,
Si acaso por de dentro está cerrado...
GDABDAIXFANTE.
Junto ii la puerta un hombre está pa-
Eseóndete y espera. [lado
Salen ANTONIO v EL CONDE con luz
por el otro cabo.
Muera Alejandro, amig
CO.iiDE.
ANDRÉS.
Mucha gente con luces ha venido
Y JO sacar la llave no he podido.
ANTONIO.
Un bulto veo.
CONDB.
Llégate.
ANDRÉS.
Aqui er.pero,
One han de reconocerme considero ;
Dejiila , que volver luego imagino.
' Deja ¡a ¡lave puesta Andrés en la
cerradura.)
ANTONIO.
¿Quién va?
ANDRÉS.
Andrés Capelete.
ANTONIO.
Pues, sobrino,
¿Qué hacéis aqui?
ANDRÉS.
Un grande amigo espero.
Que me ha dejado aqui.
ANTONIO.
Esto es primero.
Venid conmigo.
ANDRÉS.
Estoy aquí ocupado.
ANTONIO.
Seguidme, pues sois parte en mi cui-
ANDRCS. [íhÚO.
Un amigo á quien debo honor y lama
Necesita de mi.
ANTONIO.
También os llama
A empeño más honroso
Quien es masque un amigo.
ANDRÉS. (.4/).)
Ya es forzoso
irme con él ; si resistirme intento
<jui7.á conocerá mi pensamiento.
ANTONIO.
¿No Tenis?
ANDRÉS. (.1;).)
¡Oh dolor que en mi no cabe'.
Ed la cerraja me dejé la llave,
Y perder temo esta ocasión , supuesto
Que no sé si podré venir tan presto.
ANTONIO.
¿Qué esperáis?
ANDRÉS.
Voy con vos : ¿adonde vamos?
CONDE.
A Alejandro buscamos.
ANTONIO.
La justa muerte espere.
ANDRÉS.
Volveré lo más presto que pudiere.
ANTONIO.
Sigúeme.
ANDRÉS.
Voy contigo.
ANTONIO.
¡Oh venganza I
CONDE.
¡Oh dolor!
ANDRÉS.
¡Ob hado cnemigol
Vamos, Antonio.
ANTONIO.
Mi valor te espera.
ANDRÉS.
¿A dónde vas?
ANTONIO.
A que Alejandro muera.
[Vanse.)
ALEJANDRO.
¿Fuéronsc?
CtSARDAINFANTE.
Si , ya se fueron.
ALEJANDRO.
Pues lleguemos á la puerta
A ver si acaso... ¿Qué es esto?
En la cerradura puesta
Está una llave.
GUARDAINFANTE.
Es verdad,
Y es la llave de la iglesia.
ALEJANDRO.
¿Quién la habrá dejado aqui?
GCARDAINFANTE.
No sé.
ALEJANDRO.
Guardain'anle prueba
A torcer la llave ahora.
C'JARDAINFANTE.
Señor, no puedo torcerla
{Tuerce ¡a llave.)
Que está echa un Faraón.
ALEJANDRO.
Toma esta llave y con ella
Podrás con facilidad
Abrir.
(Dale otra y mitele por el ojo de la cer-
radura y alire.)
CDARDAINFANTE.
Eso es mejor, venga.
ALEJANDRO.
¿Abrióse la puerta?
GUARDAINFANTE.
SI.
ALEJARDRO.
Pues entremos á la iglesia.
GUARDAINFANTE.
Oves, éntrate tú solo,
Qiie yo te aguardo acá afuera.
CUABDAINFANTE.
Pnieba
Hasta ver si alzarla puedes;
Vconio fuerza no tengas,
Aqui estoy yo, ven por mí ,
Que iré a a>udarte por fuerza.
¿Quién poudria aquí aquesta llave?
ALEJANDRO.
Deja el miedo, acaba.
GUARDAINFANTE.
Entra
Tú delante, ya te sigo.
(Van entrando.)
¿Sabes el Réquiem (rternamT
ALEJANDRO.
Sí.
GUARDAINFANTE.
¿Y' el memento mei Deus?
¿Cerraré la puerta ?
ALEJANDRO.
Cierra;
Y esa vela que compraste
A a(|uell3 lámpara llega , :
Y enciéndela , Guardaiiifante.
GUARDAINFANTE. i
jQ'ie quieras con una vela
De aqueste sebo maldito
Vaya a alumbrar una muerta!
ALFJ.\NDBO.
De cera amarilla hablas,
Ignorante, de Iraella.
GUARDAINFANTE.
¿Oyes? Busca tú el pabilo.
Que no te fallará cera.
ALEJANDRO.
¿Entiendes?
GUARDAINFANTE.
Ya voy, Señor.
(Va á encender.)
ALEJANDRO.
¡Ay mi Julia! ¡Quién pudiera
Darte una vida ! Mas ya
Un alma en decente ofrenda
A sacrilicarte vengo. (Sale cor. luz.)
GUARDAINFANTE.
Ueo gratias.
ALEJANDRO.
Amigo, llega,
Y la bóveda busquemos.
(Lee en el s:ie¡o.)
GUARDAINFANTE.
«Aquí yace (dice en esta)
Bartolomé dt la Escala,
Señor de Verona.»
ALEJANDRO.
Deja
Esa y pasemos á otra.
GUARDAINFANTE.
Lleve el demonio la muerta.
«Aquí reposa el muy noble
Luis Capelete;» tópela.
ALEJANDRO.
Pues tira de la sortija :
Como está recien abierta
Es muy fácil levantarla.
(At/re la bóveda.)
GUARDAINFANTE.
Ya abrí; tomo mi caldera
Y mi hisopo : Señor, tú
Allá te lo hayas con ella :
Escalera hay puesta , baja.
ALEJANDRO.
Guardaiofante, aqui me espera.
GÜAnDAINFAXTE.
Señor, ¿lú no eres Monlesco?
ALEJANDRO.
Si lo soy.
GUARDAIXFANTE.
Pues considera
Y si bajas solo le han
De poner que sea verpüenza.
Yo he de bajar á lu lado.
ALEJANDRO.
¿Posilile es que miedo lengas?
(Véíla Alejandro.
GUARDAINFAME.
El miedo me tiene á mi ;
Señor, ¿ á escuras me dejas?
Dios me perdone, esto es hecho.
En fin , morí ( Dios me tenga
En su gloria); si, yo soy
El que hablo ; mas si yo fuera ,
Ya me hubiera puesto yo
De dos trancos á la puerta.
ALEJANDRO.
lIla.Guardainrauíe!
GCARDAISFANTE.
¿Qné quieres?
ALEJANDRO.
Daja.
GUARDAINFANTE.
¿Quieres lú que quepa
(In Guardaiiifante tan ancho
Por entrada tan estrecha?
ALEJANDRO.
Pues ¡lyiidame á subir
A mi Julia.
CIARDAINFANTE.
Enhorabuena.
ALEJANDRO.
Toma la luz.
GCARDAINFANTE.
Ya la tomo.
ALEJANDRO.
Guardainfante vaya.
GCARDAINFANTE.
Venga.
(Sílbenla entre los dos desmayada.)
¡Qué pesados son los muertos 1
Por eso solo pudiera
^o morirse una persona ;
Señor mió, sube apriesa ,
Que está la muerte muy junto
Y pienso que se me pega.
ALEJANDRO.
De aqueste confesionario
Quilo esta silla, y en ella
La puedes sentar.
GUARDAINFANTK.
lüen dices.
(Siéntala.)
Cierra la bóveda.
GUARDAINFiNTE.
Ea. (Cierra.)
ALEJANDRO.
Julia, mi prolija suerte
lu ruina infelice llora.
Que no quiere quien no adora
Masía después de la muerte ;
Muerta imaginaba verle;
Pero lu hermosura es tal ,
Que en li me da ejemplo igual
La exhalación que corrió.
Que de la luz que logró
LOS BANDOS DE V::ilONA.
Dejó impresa la señal.
El sol hermoso murió
En agua salada y fria ,
Pues .-iun no ha aspirado el dia ,
Aunque planeta espiró;
Un crepúsculo dejó.
Aunque do de luz tan pura ,
Igu.il ejemplo asegura
Verle á li sol eclipsado,
Que en crepúsculo has dejado
El día de lu hermosura.
Pavesa hermosa, que admiro
No arder y DO fallecer:
¡Oh quién pudiera volver
A esconderte de un suspiro!
Mas si amor es fuego y miro
Que el fuego no aprovechó
Con ser fuego ardiente yo,
¿Cómo he de poder violento
Darte llama con el viento
Si el fuego no te la dio?
Yo vi escrita tu luz pura.
Borró la muerte indignada ,
¿Qué imporla que estes borrada ,
Si se lee tu hermosura?
Dinie, aquesta enigma oscura
Por lauro luyo ó por palma ,
Di (de mis sentidos calma),
¿Cómo están con perfección ,
Con un alma cada acción.
Si todas eslán sin alma?
O es que lo hace mi pasión
Que imposibles Ungirá ,
(Tiéntala elpecho.)
O con las alas está
Latiendo tu corazón;
¿Sueño? Si no es ilusión .
Porque el lacto no ha mentido,
Que lu corazón ha sido
Como reíoj concertado,
Que después de haber soDado
Se queda con el ruido.
GCARDAINFANTE.
Locos he visto, y ninguno
He visto con esla tema ;
Señor, sólo hay iin remedio
Pura que viva la veas.
ALEJANDRO.
¿Qué es?
GCARDAINFANTE.
Que yo la resucite.
ALEJANDRO.
¡Vive Dios !
GCARDAINFANTE.
Yo hablo de veras;
Mira , yo estoy hcclio un sanio
Desde que há que entré en la IglesLi
Y ver (¡uiero si hacer puedo
Este milagro con ella.
ALEJANDRO.
¿Qué intentas?
GCARDAINFANTE.
Resucitarla.
ALEJANDRO.
¡Qué asi mi dolor diviertas!
GCARDAINFANTE.
Cn.Tiido no te la dé viva,
^o lu la daré más muerta.
ALEJANDRO.
¿Qué has de decirla?
GUARDAINFANTE.
Oye atento :
¡Ha, señora Julicita!
ALEJANDRO.
Habla quedo.
GCARDAINFANTE.
Aun plegué á Dios
Que me oiga dcsta manera. j
ÓSl
Hisopo, perla virtud
Que üius le ha dado... (Échala agua.)
ALEJANDRO.
¡Hay tal bestia!
GCARDAINFANTE.
Que resucites á Julia.
Señora , un coche te espera ;
(Mujer que no vuelve á coche ,
No hayas miedo lú que vuelva.)
¿Ves que no la resucito?
Pues por Dios que es la postrera
Que yo no he resucitado.
Üesla va.
ALEJANDRO.
¡Hay tema más necia!
GCARDAINFANTE.
¡Ha. Julia! ;Ha, Julia!
[Dale en la cara con el agua del hisopo,
V vuelve en si.)
JULIA.
¿Quica llam:.?
AI.EJANDIIO.
¡Qué miro!
GUARDAINFANTE.
Heñíosla hecho buena.
JULIA.
¡Ah, Alejandro!
ALEJANDRO.
i Ah, Julia mia!
JULIA.
¡Mi esposo!
ALEJANDRO.
¡Mi dulce prenda!
¡Qué! ¿estás viva?
JULIA.
¿No lo ves?
¡Guardainfante!
GUARDAINFANTE.
Guarilafuera ;
Julia, yo te mando misas.
,Cómo aqui desta manera?
ALEJANDRO.
,,D6nde be de estar sino aqui?
¿Cómo estaba yo en la iglesia ?
ALEJANDRO.
Eso después lo sabrás.
JULIA.
¡Feliz suerte!
ALEJANDRO.
V la primera.
GUARDAINFANTE.
Digo qne tienen los hombres
Dos mil virtudes secretas.
¡Válgame Dios! ¿Si soy santo,
Y DO pensé que lo era?
ALEJANDRO.
Tu puedes irte delante
Para que el coche prevengas.
GUARDAINFANTE.
Pues yo voy, quedad con Dios. (Vase.)
ALEJANDRO.
¡Grande amor!
JULIA.
¡Feliz estrella!
Por luya mi vida estimo.
ALEJANDRO.
Esposa, tiempo nos (|ueda ;
Vente conini;;o y los dos
Éntrela oscura liniíbla
Iremos hasla la puente
Donde el coche nos espera.
Ya sé cómo se hallan glorias.
3S-2 (:u:Jhü]
ALEJANDRO.
¿Cúnio?
JCLIA.
Duscaniio his penas.
{Yanse.)
Sale ELEN.\ con capa ij sombrero.
ELENA.
Aqiii me dice el papel
(,uie le lie de hallar, y ansi esfuerza
(Pues que la noche me ampara)
No apartarme de la iglesia.
{Animase á la iglesia.)
Sale ANDItES.
ANDRÉS.
A Antonio dejé en su casa ,
Y vengo á ver si pudiera
Kntrar.puesenel posligo
Me dejé la llave puesta.
Llegar quiero.
ELENA.
Un hombre miro.
ANDRÉS.
Tin hombre junto á la puerta
He visto... mas ¿qué recelo?
Llegóme, quien fuere sea.
ELENA. {Ap.)
Sin duda que es Alejandio.
ANDRÉS.
o miente la noche negra ,
O del templo sale gente.
Sale ALEJANDRO y JULIA asida ilesii
capa.
ELENA. {Ap.)
Gente sale de la iglesia.
ALEJANDRO.
Ásete de mí, Señora.
ELENA. {Ap.)
I.a voz de mi hermano es esta.
Voy con él, que me habrá visto.
ALEJANDRO.
¿Siguesme?
JULIA.
Si.
ALEJANDRO
Ko te pierdas.
JULIA.
Tropecé ¡válgame el ciclo!
{Tropieza Julia , suelta la cnpa de Ale
jandro, á este tiempo Elena ásese
de Alejandro, atraviésase Andrés y
ásese Julia de .Andrés , pensando que
es Alejandro.)
ANDRÉS. {Ap.)
O fingis , somhras , la idea ,
O he visto salir tres hombres.
Llegóme.
JOLIA.
Señor, espera.
Que trojiecé.
ALEJANDRO.
Ven conmigo.
(•Adonde dices que espera
Él coche?
ANDRÉS. {Ap.)
¿Qué es lo que escucho?
La voz de mi Julia es esta;
Callar quiero.
ALEJANDRO.
¿No andas?
ELENA.
SL
JDLIA.
Esposo, ¿dóude me llevas?
ESCOCIDAS DE DON FliANCISCO DE ROJAS.
ANDRÉS. {.Ap.)
¿Esposo, dijo? ¿Qué es esto?
ALEJANDRO.
¡Que llevo mi hermosa prenda I
JULIA. {Ap.)
Seamos amigos , fortuna.
ALEJANDRO. (.4p.)
Fortuna para tu rueda.
{Yanse por una puerta Alejandro con
Elena . ti por otra Andrés con Julia.
asidas de las capas , con que se da fin
á la segunda jornada.)
JORNADA TERCERA.
Sale ELENA con copa y sombrero, asi-
da de la capa de ALEJANDRO, como
acaba en la segunda jornada.
ALEJANDRO.
;>'o me hablas , Julia mia ? [dia.
Pues ya en tu luz quiere encenderse el
Pues la sombra á mis ojos ha impedido.
Deja que me aproveche del oido.
ELENA. {Ap.)
Que soy Julia presume, callar quiero.
ALEJANDRO.
No muera i tu silencio, ya que muero,
O es queá tu labio tu dolor no acierta.
ELENA. {.Ap.)
No debe de saber que Julia es muerta
ALEJANDRO.
o con mudos enojos
Hablas con el idioma de los ojos.
No tu silencio por desconsolarme...
ELENA. {Ap.) [me.
No le he de dar el susto de escucbar-
ALEJANDRO.
Quiera hacerme este agravio;
Permite el uso de la voz al labio,
No el silencio enemigo.
ELENA. {Ap.) [migo?
¿Si habló con Julia cuándo hablo con-
ALEJANDRO.
De mis verdades nunca satisfecho
Te hiele las palabras en el pecho.
Si lloras, Julia, entre silencio tanto
Enjuguen mis suspiros á tu llanto.
ELENA. {.Ap.)
¿Cómo será su pena?
No le quiero decir que soy Elena.
Móvil grande, que riges mi albedrio,
¿Cómo uo hablas?
JULIA. (Dentro.)
Alejandro mió.
ALF.JANDKO.
El eco con tu voz me ha lisonjeado,
¿Cómo él le oyó, si yo no te he escucha-
Pero sin duda quiere poco atento [do?
Regalarse mi oido con el viento.
ELENA.
La voz de Julia mi temor despierta :
¿Qué escucho, cielos? ¿Yo no la vi muer-
Huye, huye, sombra fria : [la?
¡Oli si esia enigma descifrara el dia
Habla, Juliahermosa.
ELENA.
Julia n
ALEJANDRO.
¿Pues quién?
ELENA.
Elena.
ALEJANDRO. [pío.
¡Tú , Elena! ¿Cómo aqui? Tardeme lem-
ELENA.
Junto á la puerta te esperé del templo,
Como el papel decía.
ALEJANDRO.
El papel á mi Julia le escribía.
Pero ¿cómo tras mi desta manera?
ELENA.
¿No me digiste tú que te siguiera?
ALEJANDRO.
¿Luego contigo hablaba?
ELENA.
Conmigo, queá la puerta te esperaba.
ALEJANDRO.
¿Julia no me siguió?
ELENA.
No te ha seguido.
ALEJANDRO.
Julia por ti se fué.
ELENA.
Tú la has perdido.
ALEJANDRO.
Pues me amparaste y me vendiste ago-
Yo te conoceré , noche traidora ; [ra,
Mas ya que desla suerte
Llegó el último plazo de mi muerte.
Porque en decente sacrificio muera,
Voy á buscarte , Julia mia. {Vase.)
Sale C.ÍRLOS y le detiene.
CARLOS.
Espera.
ALEJANDRO.
Carlos , ¿cómo aqui has venido?
CARLOS.
Como amigo diligente
Desde ayer tarde te bnsco ;
Pero ya quiso mi suerte
Que íe halle.
ALEJANDRO.
Sigúeme ahora.
CARLOS.
No puede ser.
ALEJANDRO.
Pues ¿qué quieres?
CARLOS.
Quiero que sepas , amigo...
ALEJANDRO.
¿Qué C3
CARLOS.
Que Antonio Capelete
En este móntete busca;
V para darte la muerte
Con sus deudos y parciales
(,\ir:idos como impacientes).
No dejan rama en el monte
A quien la ira dispense
De su acero siempre airado;
Gruta escondida silvestre
No quedó en esa montaña ,
Que el secreto no revele
Ue las sombras ; alto risco
Que examinar no se deje
Del cuidado; estancia oscura
Que el indicio no penetre.
Capitán de sus parciales ,
En venganza suya, quiere
De nuestra corriente sangre
Tanta reliquia sorberse.
Y como ayer me coniasie
Que jirevenidoen el puente
Üel Adige, undoso rio,
IId coche de posta tienes
Para roharla á tu Julia,
Por ver si hallarte pudiese
Por el monte, á tanto riesga
Aliado, cumo valiente
Vengo a buscarte yo agora;
Por aquella senda puedes
Salir basta la ciudad,
üonile prevenidos tienes
Dos mil parciales que al orden
Oue tu ira y mi amor les diere ,
liarán que en venganza luya
Vorona y V'enecia tiemblen.
I.a voz «ic Italia en el monte
A las peñas enternece;
Pero reserva tu vida
Para que vengarla intentes.
Ya de su padre en la ira
Peligrara tarde, cree
Que has de cobrarlos si hoy
Con ira y valor prudentes
No das plazo á la venganza,
Si la venganza apeteces.
Tu amigo soy, y á tu lado
■Siempre lino y leal siempre
Has de bailar en paz y en guerra
Un amor que te aconseje.
Una espada que le aynde,
\ un voto que te refrene,
Purque muriendo a tu lailo,
Y en lu venganza, conlicses
Que me debes un amor
Y que una vida me debes.
¿Cémo saben donde estoy?
cÁr.Los.
Como tienen mucha gente
Emboscada, y con Elena
Te vieron bajar.
ALEJANDRO.
¿Y creen
Que es ElenaT
cÁntos.
Kso imaginan :
Si libra' lu vida quieres,
Huye por aqui.
ALEJANDRO.
Bien dices;
Por esa montaña verde
Cuya hermosa rica cumbre
Le ha servido de copete,
Podremos ir á Verona;
Seguidme los dos.
Al entrarse tale GUAriDAINFANTi;
áeliénelos.
GUARDAINFANTE.
Uetente,
Que con fustibus el armis
£l conde Páris valiente
Anda á caza de Blontescos
Con cuatrocientos lebreles.
Departidos él y Amonio
Por dos partes diferentes ,
No dejan copado roble
Cuyo hueco no penetren ,
I'or ver si del roble cano
Eres recatado huésped.
Y para que agora sepas
le tu desdicha y tu suerte.
Que por donde andan los injlcs
huelin caminar los bienes,
Sabrás que cuando me enviaslc
A (irevenir diligente
El coche de posta en que
Con tu hermosa Julia huyeses,
Con postas otro criado
LOS BANDOS DE.VEP.OXA.
Estaba en el mismo puente,
Esperando que llegase
Con Julia Andrés Capólele.
Llegó Julia y llegó Andrés
Y ella, fina como siempre,
Le dijo : «Alejandro mió.
Tuya soy ;í cuanilo el aleve
De'Andresillo la responde :
«Julia , aunque mover intentes
A los cielos con tus voces ,
Los cielos no han de valerte.
Andrés soy y no Alejandro ;
Si el freno de amor entiendes ,
Sube en este potro rucio
Del Alcaide de los Velez;
Yo soy quien más te ha querido.
Tú eres la que más me debes,
Pues dame cuenta con pago.
Pues que llegó el plazo y puedes.»
Procuró ablandarla á ruegos,
Itespondióle con desdenes :
Ella dijo hache que hache,
Andresillo, erre que erre.
É\ deste amor enfermizo.
Ella de tu amor dolieule,
Como era casi de dia
Y amor en ayunas tienen ,
Para cortar de una vei
Coleras de amor crueles,
Andrés lloró letuario
Y Julia lloró aguardiente.
Violencia quiso Andresillo,
Dijo ella: «Andresillo, lente.»
Y él respondió : «Los Tarqninos
Son chanza donde hay Andreses, i
Pero yo que desde el coche
La veo resistirse fuerte,
Y que aunque él sabe obligarla
Ella sabe defenderse,
No acordándome que hay vida ,
Bien que tenii que habia muerte ,
Saco en el coche la espada ,
Calo el sombrero, enzainémc»
Echo una cortina más.
Porque ninguno me viese ;
Arrojóme , y como estaba
Tan airado y tan valiente ,
Y ser valiente es ser cuerdo,
De muy valiente témpleme.
Andaban Julia y Andrés
En sus dimes y diretes.
Cuando hétele aquí á su padre,
Y al conde Páris hétele,
Dando voces uno y otro ;
Andrés que los oye y siente ,
Ardiendo en ira buscaba
Entre lo rojo lo verde.
Fuese huyendo , y Julia entonces
Huyendo hacia el monte fuese:
Llegóse al coche el tal Conde,
Dijo ; « ¿Cuyo coche es este?
— De Alejandro» , respondió
El cochero impertinente;
Cascáronle treinta palos
Repartidos en dos veces.
Los diez por ser lu criado
Y por cochero los veinte.
Escapé, viéronme huir,
Dijome el conde Holofernes :
«Oíd, esperad, vinagre» ;
Y yo le respondí : «Aceite.»
Corrí , en Un . como yo suelo ■
Oi tu voz y llegúeme ;
Agora, Señor, le aviso.
Que deste riesgo evidente
Huyas , si no es que de celos
Te vasa morir adrede.
Julia da en el monte voces,
Y ánies que á ayudarla llegues ,
Ha de encontrará su padre.
No quieras tú que te encuentre.
Por dos diferentes parle»
Te corean ; huye, si puedes.
Que más vale en este mundo
(Si á ser buen cristiano atiendes)
Un año sido de vida
Que de buena fama veinte.
Va nos...
ALEJANOnO.
Calla, que aunque agora
Me obligues y nu; aconsejí s
A que huya , á bu.scar á Jul;. ,
Pues el sol luces me ofrece.
He de ir.
CÁRl.OS.
Eso no es (|uererla ;
Porque si vengarte puedes
V cobrarla , ¿airado y ciego.
Quieres perderla y perderle?
I CUAHDAINFAME.
i Ven , que puede ser hallarla.
' ELENA.
Mira, Señor, que le pierdes.
GUAnDAINFANTH.
Amigos hay convocados.
CARLOS.
Verona ayudarte quiere.
ELENA.
No te entres más en el riesgo.
ALEJANDRO.
Pues ya que mi estrella ordeno
Que os Obedezca , líi, Carlos.
Te adelanta , pues ver pueden
Que vamos juntos ; tú sigue
Sus pasos secreta mente;
Tú cerca de mi podrás
Ir delante.
CARLOS.
A obedecerte
Como amigo me adelanto.
ELENA.
V yo voy á obedecerte.
GUARDAINFANTE.
Yo seguiré tus estampas.
ALEJANDRO.
¡Qué leal!
CARLOS.
Tu amigo siempre.
ALEJANDRO.
¡Qué fino!
GUARDAINFANTE.
Soy buen criado.
ALEJANDRO.
¡Grande amor!
n.ENA.
Tú le mcreccj.
CARLOS.
Déjeme el cielo ayudarle.
Déme mi estrella fortuna.
ALEJANDRO.
I Astros para mí crueles ,
O dadme vida con Julia,
O dadme sin ella muerte !
{Vanse.)
SalelüU\.
JULIA.
Escápeme de Andrés, perdí a mi e.=pn-
Y mi padre le busca riguroso ; [so,
Alli el conde Páris con más recelos.
Caudillo valeroso de sus celos,
Alcanzarle procura ,
Y yo por la espesura
De aquellas ramas encubrirme esporo.
¡Oh para cuándo el hado lisonjero
M ; guarda una fortuna!
ÓS4 COMEDIAS ESCOGIDAS DE DON FRANCISCO
O es que me muevo al orden delalunn.
Planlss, qiieapora logro su menguante,
Huirme por aquí será imporlaule ,
Pues que ya el cielo orden?....
AXTOxio. (Dentro.)
A Alejandro buscad.
co.\DE. (Dentro.)
liuscad á Elena.
JOLU. [donde?
i.Voi dónde podré huir? ¡Cielos! ¿por
Alli mi padre, y áesla parle el Conde.
El uno á Elena , y olro al dueño niio
Solicitan, y yo sin albedrjo
Sigo esta .senda incierta :
Mi padrey él presumen que soy muerta;
Y si me hallan, morir será forzoso
Con un padre indignado y sin esposo.
Ya no se oye su voz, pues sin recelo
Por aqui voy a entrar.
Al eutrarsi', sale ANTONIO, su padre.
AXT0;SIO.
i Válgame el cielo!
{Espántase Antonio.)
JOLI*.
Topé á mí padre : ; oh infeliz suerte !
ANTONIO.
Julia, seña divina de la muerte, [tida,
¿(^ómo á buscarme, á mi sombra inen-
Vienes con las verdades de la vida?
Aparente verdad...
JULIA, (ip.)
El se ha turbado.
ANTOMO.
Tú misma á ti la muerte te has buscado;
No tuve culpa yo , y decirle puedo...
JULIA. (.4p.)
Yo quiero aprovecharme de su miedo
Y pues símibra me nombra ,
Huyendo parecer quiero mi sombra ,
Y será esia fortuna la primera :
Por aqui he de salir.
Al entrar sale EL CONDE PÁRIS.
CO.SDE.
Elena, espera.
¡No es Elena, que es Julia, vive el cielol
JILIA. (Ap.)
Di con el Conde. ¡Enigma soy de hiclol
AMOS'.O.
Conde amigo.
CONDE.
Amigo Antonio,
Decid como...
ANTONIO.
¡Estoy mortal!
¿Vos con Julia?
ANTONIO.
¡Crave pena!
CONDE.
¿En esta espesura estáis?
ANTONIO.
No es Julia , aunque veis á Julia ;
Pues que vos sabéis...
CONDE.
Hablad.
Oue en la bóveda esta noche
Los dos...
CONDE.
¡Obstinado mal!
ANTONIO.
La dejamos sepultada.
JULIA. (.4;;.)
I'ortuna, ¿en que has deparar?
CONDE.
Pues si no es Julia, decidme,
¿Quiénes?
ANTONIO.
Un ente no m6s,
Que la vista, como fácil,
lia podido fabricar
Con la ilusión de los ojos.
CONDE.
Lo que VOS deeisserá :
Pero¿vosno veis á Julia?
ANTONIO.
Y'o la miro.
CONDE.
¿Y no es verdad
Que yo la veo también?
ANTONIO.
¿Vos decis que la miráis?
CONDE.
Pues mi vista como fácil
r.ien pudiera lljquear,
Y de un ente de razo»
Hacer un ente real :
¿ Pero dos vistas á un tiempo
Cómo de una cosa igual
Pueden hacer dos electos
Distintos en un obrar?
Dos las vemos : luego es Julia
Verdadera y no mental ,
Porque la vista no puede,
Como sentido elicaz,
Engañar á dos á un tiempo
Aunqueá nnopuedeengañar.
Si el senlido de la vista
Suele tal vez peligrar.
Usemos del tacto agora ,
Que el laclo no faltará.
Y este sentido responda
Aquella dificultad
Del olro mejor sentido :
Pues lleguemos.
Bien habíale.
CONDE.
Pues ¿á qué aguardo?
ANTO.MO.
¿Qué espero?
JULIA.
¡ Antonio !¡ Conde! mirad
Que...
CONDE.
A aprovechar un sentido
Amante quise llegar,
Y vista, laclo y oido
He venido á aprovechar.
ANTONIO.
¿Cómo di , traidora hija.
Cómo, ingrata á mi verdad.
En este monte perdida.
En esta montaña estás?
¿Quién aqui te ha conducido?
i. Quién , di , te pudo sacar
Del sepulcro, donde fuiste
Lástima y ejemplo ya?
Üiine , pues , responde ¡cómo?
JULIA.
Dejadme , y no me aflijáis ,
Que yo no sé más de mí
De saber solo que hay
En esos cielos hermosos
Castigo , pero hay piedad.
ANTONIO.
¿Cómo estás aqui?
Nosé.
CONDE.
Dime.
JULIA.
Después lo sabrás.
CONDE.
Yo no tengo que saber.
Pues sólo á fin de engañip
Un deseo, fuiste tú
El que supo desleal
Con un veneno mentido
Su muerte disimular;
Tú, por dársela á Alejandro,
Por hacer con él la paz
(Que há dias que tu cordura,
O tu temor deseará)
Fingiste su muerte, y...
ANTONIO.
Calla , no me digas más.
Porque antes que á un vil Montesco
La mano llegase á dar,
A su corazón infame
Diera otra vez el puñal;
No ha de ser olro que tú ,
O el orden ha de faltar
Del cielo , quien de sus rajos
La luz logre celestial,
O de su alevosa sangre...
JlLIl.
Pues empieza á derr.imar ,
Ya que una vez no pudiste
De mis venas el raudal.
Yo amante como primero ,
Yo constante y lirine más.
De Alejandro, de mi esposo
Llama seré perspicaz
En que él se pruebe á encender
V no se llegue á abrasar ;
Erró el veneno, y su efecto
Fué de un letargo eficaz ,
fireve efímera de un sueño
Que apenas cumplió la edad
De un dia , y fué la primera
Desdicha de cuantas han
Inlroducidose á eternas
Dentro de un alma inmortal.
Que no se cuente por siglos ,
Sino por horas no más.
Vuelve, pues, menos piadoso
Segunda vez á empuñar
Tu cuchillo.
Bien médicos.
JULIl.
Ó, pues mi pecho es inian
De mis yerros, y es tu acero
Brutoy grosero'metal.
Yo le atraeré por eficlo
Para que los dos creáis
Que es accidental mi muerto
Siendo muerte natural.
Y agora...
ANTONIO.
Cierra los labios.
Hija ingrata , porque ya
(Hace que la quiere dar.)
Mi castigo á tu gran culpa
Más plazos no quiere dar :
Y ansí...
CONDE.
Deten el acero,
Antonio , ipie aunque es verdad
Que no es de mi amor decente
Julia sugeto capaz.
Con todo, porque la quiero.
La muerte no le has de dar;
Ella á mi no me ha engañado.
Yo no la puedo obligar
Que borre del pecho suvo
Lo que impreso en él está.
No sabe lo que es querer
El que intenta violentar
A quien ama á otro sugeto;
Yo sí , que adoro , sé ya
Cuan difícil será en mi
Este carácter horrar.
Demás, que si para propia
Procuraba su deidad ,
No fuera yo ser honrado.
Si en tálamo conjugal
Duisiera yo á quien yo sé
(,iue quiere ¡i olro amante más ;
Y aunque esto no padeciera
Una gr.in dilicultad,
;. Quién logra mujer, sabiendo
Que pretende otro plan ?
So es amante aquel amante,
Que atiende sólo á lograr
Igual lado, igual cariño,
Noble fe y liiie/.a igual.
El que quiere , cuando sabe
Que le aborrecen, querrá
No para querer, que quiere
No más de para alcan/.ar.
Y ansi, cuando dos procuran
Premio uno, otro lealtad.
El que quiere ser querido
Es sólo el que quiere más.
Pues si yo adoro á tu Julia
Con fineza y con verdad ,
Y sé yo que me aborrece ,
í Para qué me he de empeñar
En saber amarla bien.
Si me ba de pagar tan mal?
JULIA.
¿ Luego tú ya me aborreces?
CONDE.
No, Julia ; pero estoy tal ,
Que procuro aborrecerle :
Cruel has sido, y días hay.
jrtiA.
Pues yo soy tan desdichada,
yue pienso que no podrás.
AMOMO.
Pues si tú la das la vida
Y yo la procuro dar
La" muerte que ba merecido ,
Oye esle arbitrio , y verás
Cómo sin darla la muerte
La do; muerte.
CO.NDE.
Acabad ya.
ANTONIO.
En ese hermoso castillo
Que en forma piramidal
Con las nubes en el cielo
Logra oscura vecindad.
Que de nuestros Capeleles
Defensa heroica será.
En prolrjar prisión quiero,
Y en profunda oscuridad
Que aun de los rayos del dia
No logre la luz solar.
Noel alimento le falte,
Huera al cuchillo fatal
De los días, de la muerto
Üe los años el afán.
Cuchillo es también el tiempo.
Aunque alilado no está ,
Crean todos que ya es muerta ;
Yo fingiré que al entrar
En el castillo otra vez
La di muerte, y tú serás
Quien solo de este secreto
lia de saber la verdad.
Y ansí...
CONDE.
Cajas en el monte
Ocupan la raridad
De los vientos.
ANTOMO.
Y á esta parte
Por ese rubio arenal
Descender un hombre veo.
R.
LOS BANDOS DE VEIIONA.
Andreses; llégate acá ,
Que aqui estamos.
JULIA. (Ap)
i Ob traidor !
ANTONIO.
Andrés.
JCLIA. (A¡>.)
¡ Cielos, quesera!
Sfl/f ANDRÉS.
ANDRÉS.
¿Qué hacéis en esta montaña.
Cuando toda la ciudad
En nuestra busca desciende?
Por caudillo y capitán.
Airado Alejandro baja
Con dos mil hombres, que'ya
De los enemigos nuestros
Siguen la parcialidad.
Embistamos sus escuadras.
No aguardemos á lidiar
Cuando sea el valor menos
Por ser la ruina más.
Mirad que están ya muy cerca
De nuestra gente, y mirad
Que para el triunfo ó la muerte
El plazo llegó fatal.
Pues embistamos.
CONDE.
Bien dices
ANTONIO.
Primero intento guardar
A Julia en nuestro castillo.
Voy delante.
ANDRÉS.
Cien harás.
Que Elena también en él
Prisionera nuestra es ya.
CONDE.
Pues en ella , vive el cielo.
La venganza he de tomar.
ANTONIO.
Ven conmigo.
JULIA.
I Qué infeliz!
ANTONIO.
Fingiré que con crueldad
La doy muerte.
JULIA. (Ap.)
¡Ay, Alejandro,
Quién te pudiera ayudar!
CONDE.
Pues está cerca el castillo ,
Vuelve presto.
JULIA. {Ap.)
i Estoy mortal !
ANTONIO.
Luego bajaré á ayudaros.
CONDE.
Pues. Andrés, id á juntar
Vuestra gente.
ANDRÉS.
Y VOS la vuestra
Podéis ir á acaudillar.
De la espesura del i
Me aprovecharé.
Hoy verán
Los Mónteseos el valor
Que eu nuestros alientos hay.
ANDRÉS.
Muriendo Alejandro, espero
Ser de Julia.
CONDE.
Hoy morirá
Alejandro, y á mi Julia
Go/.aré eii serena paz.
ANDRÉS.
Pues ca , Conde , á embestir.
CONDE.
Pues ea, Andrés, á lidiar.
ANDRÉS.
Celos llevo, vencerélos.
Salen ALEJ.\NDRO, CARLOS
v GCAUDAINFANTE.
ALEJANDRO.
¿Toniastjs los puentes?
CARLOS.
Sí;
Ya con diieientos soldados
Los puentes están tomados;
Di, ¿<iué intentas?
ALEJANDRO.
i Ay de mi!
CARLOS.
Témplate, y cordura ten.
ALEJANDRO.
;.Cómo templaré mi pena,
•Si tú perdiste á mi Elena,
Y á Jnlia perdí también?
/.Cómo, di , se te perdió
Mi heimana? ¡Ay desdicha mía!
CARLOS.
Yo entendí que me seguia ,
Y en el monte se quedó.
GUARDAINFASTE.
Pues Vitoria te prometes.
Oh valeroso caudillo.
Lleguemos á este castillo ,
Fuer/a de los Capeletes ,
Donde estará aprisionada
Tu Julia , si no está muerta ,
Y si está la puerta abierta
La puedes hacer cerrada.
ALEJANDRO.
,-.Su castillo que podría
Ofenderme?
CARLOS.
Eso he pensado.
GUARDAINFANTE.
No hay que temer, que han bajado
Al monte la artilleha.
Ya llegamos, y ya estoy
Resuelto á morir, si , agora.
ANTOiNio. (Dentro.)
Desta manera, traidora.
Has de morir.
JULIA. (Dentro.)
Muerta soy.
ALEJANDRO.
I Que nunca mi oido acierte
A escuchar por más veloz
Entre tantas una voz
l,Uie no sea de la muerte !
Y esta que agora escuché
No dejará de ser cierta.
ANTONIO. (Dentro.)
Capeletes , Julia es muerta ,
Y yo soy (juien la maté.
Muerta es , que mi suerte esquiva
La da la muerte que veis.
ALEJANDRO.
Capeletes, /,no diréis
Cuándo Julia estuvo viva?
Mas si también ha logrado
Su airado cuchillo liero,
llomper este muro quiero.
r.UARDAINFANTE.
Señor, al arma han tocado.
23
3SG
COMEDIAS ESCÜÍilDAS DE DON FRANCISCO DE ROJAS.
ALEJANDBO.
Un mal quieres influir,
Astro; mas ¿cómo lias de obrar
Si nunca tienes lu^ar
Para poderle seguir?
CARLOS.
Acaba.
aieíakdho.
¡Qué infeliz soy I
Carlos, sal á recibir
Al Conde.
CARLOS.
Voite ¡¡ servir.
ALEJANDRO.
¿Y por dónde yas?
CARLOS.
Ya voy
Por esta parle.
ALEJANDRO.
Pues arda
En incendios mi dolor.
¥ tú ¿vienes?
(Vaitse Carlos y Alejandro.)
GUARDAINFAKTE.
Si, Señor,
Yo quedo en la retaguardia.
Ea, mi temor aliente ,
A mi amo voy á ayudar;
Vive Dios que he de probar
A qué sabe el ser valiente.
Ea, no hay que resislillo ,
Ni hay tampoco que temer,
Valentonazo he de ser.
Que esto no es más de decillo.
Pero de la torre infiero
Que Antonio el viejo salió
Con seis soldados, pues yo
Asora estrenarme quiero.
¿ Por qué á todo Cápetele
No embisto? Acometo , pues,
Porque me llamen después
El Montesco matasiete.
Y'o me arrojo ; mas ve aquí
Que con valor, con ahinco ,
De los seis mato los cinco,
Y el otro me m.it.á mí.
üira mi amo al instante:
«Cinco mató : | extraño brío!
Dirá otro : «Señor mió.
No los mató Guardaint'ante.
—Pues ¿quién? » mi amo replicó,
«¿Quién, Señor? yo estoy muy cierto
Que después que estaba muerto.
Otro llegó y los mató.»
¡Oh guerrilla! tal por cual ,
Aquesto hay en li también ,
Yo he de morirme muy bien ,
Y lo han de contar muy mal.
No iré allá de buena gana
Aunque el demonio me aburra.
ANTONIO. (Dentro.)
Traed preso á Carlos.
ANTONIO.
O dadle muerte.
CUAliDAINFANTE.
Dadana.
Esconderme he imaginado
En esta verde enramada ,
Porque hacer una embosc.ida
Quiero, como gran soldado.
Etcvndese, y sale ANTONIO y oin
soldados acuchillando á C.4RL0S.
ANTO.MO.
üindele o has de morir,
Carlos.
C.IIABDAINFANTE.
Corlólos; ¿qué espero?
CARLOS.
Primero que no el acero ,
La vida os he de rendir.
ANTONIO.
Pues sea desta manera.
{.\trazanse del.)
CARLOS.
Asido me habéis.
CLARDAINFANTE.
¡Traición!
Mas yo saldré á la ocasión.
SOLDADOS.
Morirás , Carlos.
ANTONIO.
No muera.
CARLOS.
Dejadme libre los brazos,
Y asi podréis ver los dos.
CUARDAINFANTE. (.4^.)
Si le prenden , voto á Dios ,
Que los he de hacer pedazos.
Salen EL CONDE v ANDRÉS.
CONDE.
Antonio , ¿qué hacéis aqui ?
Entrad en la torre presto.
ANTONIO.
A Carlos , que es el amigo
De Alejandro, tengo preso.
CONDE.
Rompida ya nuestra gente,
Por el margen viene huyendo
Del Adige , undoso rio :
Los tiros de bronce nuestros
Disparados por defensa ,
Hicieron tan poco efecto
Que aun no dejaron en humo
Las reliquias de su fuego.
Alejandro en nuestro alcance
Por la arena va siguiendo
Las estampas, que aun no quiso
El polvo encubrirnos ciego.
Ea , entremos en el castillo.
Noble Antonio, y no aguardemos
A (|ue él logrando un castigo
Te disponga un escarmienlo.
Pues ea , Carlos , entrad
La nuestra torre.
ALEJANDRO. {Dcnlro.)
¡Mónteseos,
Al castillo!
ANDRÉS.
¿A qué aguardamos?
C.ÍR1.0S.
¿Alejandro?
ANTONIO.
Vive el cielo.
Que liaga otra vez, si le nombras.
Que le nombres por el pecho.
CONDE.
Pues ea, á la torre, amigos.
Que el tiempo nos dará el tiempo
l'uia podernos vengar.
ANTONIO.
Pues al castillo.
.Amigo?
Eso apruebo.
CARLOS.
CONDE.
Retiradle, y entrad presto.
CARLOS.
Venza mi amigo Alejandro,
Y mas que yo muera luego.
iVanse.)
Sale ALEJANDRO , y GÜARDAINFAN-
TE de donde estaba.
ALEJANDRO.
i A ellos , que entran al castillo!
flUARDAlNFANTE.
Ea, ijue se enjaulan ; ; á ellos!
ALEJANDRO.
Ninguno llegue conmigo.
CCARDAINFANTE.
Tú sobras aqui ; yo llego
A subir hasta la torre.
ALEJANDRO.
Delente.
GUARDAIUFANTE.
Estoy hecho un perro:
Puesto que soy Guardainfante,
Mi nombre pienso poneros;
Porque sois unos maricas
Tendréis buenas faldas presto.
ALEJANDRO.
¿Vístelos entrar?
GUARDAINFANTE.
Yo sí.
ALEJANDRO.
¿A quién?
GUARDAINFANTE.
Al Conde, y al viejo,
Y á Andrés.
ALEJANDRO.
¿Y á Carlos has visto?
GDARDAINFANTE.
No le he visto. (.4p. Ciliar quiero.
Porque puede echar de ver
Que anduve como yo suelo.)
ALEJANDRO.
¿Cómo me podré vengar?
CUARDAIXFANTE.
¿Cómo, Señor? Pega fuego
A esia torre.
ALEJANDRO.
Pues que ya
Mi divina Julia ha muerto,
Deslos viles Capeletes
Las cein'zas lleve el viento.
Guardainfante, ¿aquesta torre
Es grande?
GDARDAINFANTE.
Yo he entrado dentro,
Y es tan pequeña, que en ella
No caben cien hombres.
ALEJANDRO.
Di esto:
Derribando l.ns murallas ,
¿Podrán librarse del riesgo
De los peñascos que caen
Hacia dentro?
GDARDAINFANTE.
No, por cierto.
Porque ellos la llaman torre,
Y es palomar.
ALEJANDRO.
Si yo puedo
Derribar toda la torre,
¿Podré vengarme?
GUARDAINFANTE.
Sospecho
Que no ha de escaparse nadie.
ALEJANDRO.
¿I.a arlilleria no han imcsto,
y lie csl.ibn sobre la lorie,
ICn las faldas de aquel cerro
i'or defensa?
GUARDAINFANTE.
Asi es verdad.
ALEJANDRO.
¿Mi Julia no esmuerla?
COAnOAlNFANTE.
Es cierto.
Mas ¿ qué es lo que hacer inlenlas 1
ALEJANDRO.
Con los mismos instrumentos
Con que intentaron matarme
Darles la muerte pretendo.
Ka, amigos, asestad
Del hronce á metales lieclios
lisos tiros á la torre.
Ei, disparad.
CUARDAINFANin.
Me convengo.
ALEJANDRO.
Elena no ba parecido,
Carlos debe de ser muerto;
Julia falleció ; pues mueran
Todos. (ÜUparan.)
CUARDAINFANTE.
Pólvora, y á ellos.
ALEJANDRO.
Todo un lienzo lian derribado.
Gl'ARDAlNFANTE.
;A la sábana, artillero!
¡Capeleles en tortilla!
¡Gran comida !
Sa/e ANTONIO íii /o fl/fo.
ANTONIO.
Llamar quiero
A Alejandro desde el muro.
ALEJANDRO.
Señal de la torre han hecho.
CUARDAINFANTE.
Un hombre salió, es verdad.
ALEJANDRO.
No disparéis.
CUARDAINFANTE.
Lo qneentiendo
Es , qne con la mucha lumbre
Habrá sallado aquel huevo.
ANTONIO.
¿Alejandro?
iQu
llama?
Antonio soy, y el que vengo
A que oigas compadecido
Lo que escuchares atento.
ALEJANDRO.
Tarde i mi piedad apelas ;
¿Qué quieres?
ANTONIO.
Pedirle quiero,
Que pues yo he sido la causa
De tu venganza , supuesto
Que aticé segunda vez
Ai|uellos carbones muertos
Due no los quiso encender
El soplo fácil del viento.
Que a mi solo des la muerte
Te pido , pues soy el mesmo
Que ha irritado i los demás ,
Yo soy el que la merezco.
Si el escarmiento procuras,
Oye el misero lamento
De los que en este castillo,
LOS BANDOS DE VEnONA.
En mal repetidos ecos
Te piden lodos.
DENTRO.
¡Piedad,
; Noble Alejandro Romeo !
ALEJANDRO.
Quien corla al árbol las ramas
V deja el árbol entero.
Es darle más fortaleza
Para qne florezca luego ;
Tú eres una inúlil rama.
Los demás hacen el cuerpo ;
Pues para que no florezca
En obstinados renuevos ,
Mi brazo arranque las ramas
Y siegue el árbol mi acero.
Ellos contra ti no tienen
Indignación.
ALEJANDRO.
A buen tiempo
ANTONIO.
Si los vieras...
ALEJANDRO.
Esa es
La hipocresía del fuego.
La nieve encumbre en la cumbre
El Etna y el Mongibelo.
Y Etna y Mongibelosé
Que aguardan el fuego dentro
¿Que no hay piedad?
ALEJANDRO.
No la aguardes.
ANTONIO.
Mira.
ALEJANDRO.
No escucho lu ruego.
ANTONIO.
Que Julia...
ALEJANDRO.
No oigo tu voz.
ANTONIO.
Eslú...
ALEJANDRO.
Escucharle no quiero.
—Disparad. (Disparan.)
¡Ay infeliz!
Va te dejo.
ALEJANDRO.
Dale luego.
CUARDAINFANTE.
Tomen lorias mis señoras
Doña Lucia.
ALEJANDRO.
Hoy vengo
Una sinrazón que al alma
Vuestra indignación me ha hecho.
Sale EL CONDE en lo alto.
CUARDAINFANTE.
Olro moro anda en el muro.
CONDE.
¡ lia del monte!
ALEJANDRO.
Deteneos.
¿Quién eres?
CONDE.
El conde Páris.
¿Eres Alejandro?
ALEJANDRO.
El mesmo
CONDE.
¿No sabes que soy esposo
üe Elena?
ALEJANDRO.
Tarde lo siento.
CONDE.
¿Silbes que un tiempo la quise?
ALEJANDRO.
Si lo sé.
CONDE.
¿ Y que la aborrezco?
Huclio me preguntas. Conde.
CUARDAINFANTE.
Los más condes tienen eso.
ALEJANDRO.
Sé que la muerte la has dado.
Y yo te la doy por eso.
CONDE.
Viva es Elena, Alejandro;
Y si .-igora no le muevo
Con lu misma sangre, lardo
Hallarte piadoso espero.
Viva es Elena, tu hermana ,
Y aiisía.gora...
Sale ELENA en lo cUo.
Pues Elena á tus piedades
Ha de llegar con los ruegos
De la sangre , y del amor
Que la llenes llegue presto.
ALEJANDRO.
Muy larde llegas , Elena.
ELENA.
¿Cómo lu crueldad no templo?
Ya el Conde admite mis brazos.
Perdónale.
ALEJANDRO.
Están violentos.
Si agora al Conde y á li
Os dejo la vida . temo
Que mañana, ó bien á su odio,
A su desden ó despego.
Que son puñales del alma.
Has de morir ; pues si es cierlo
Que después te ha de dar muerto
Su mismo aborrecimiento,
Y no has de lograr mañana
La vida que darle puedo,
Dando muerte á los dos junios ,
Una venganza aprovecho ,
Y á li te estorbo que mueras.
Más piadoso que sangriento,
Al embotado cuchillo
De su olvido ó su desprecio.
ELENA.
¿Pues para darme la muerto
.Me pones un argumento?
Sofistica está lu ira.
CUARDAINFANTE.
¿Hay más de decirle negó?
ELENA.
Tu hermana soy.
CUARDAINFANTE.
Las hermanas
Nunca han sido de provecho.
ALEJANDRO.
Ea , disparad , mueran lodos.
ELENA.
¡Grande crueldad!
GOAnDAlNFANTE.
Volaverunt.
COMEDIAS ESCOGIDAS DE DON FRANCISCO DF. HOJAS.
Sale CARLOS en lo alio.
CARLOS.
¿Ali'jandro?
ALEJANDRO.
¿Quién ll;ima?
CDARDAINFAME.
Otro demonio leñemos.
ALEJAMimO.
i Tú eslás preso, amigo Carlos?
CARLOS.
Si , amigo , por li estoy preso.
ALFJA>URO.
¿Pues qué intcnlas?
A pedirle
Que me des la vida vengo.
ALEJANDRO.
Tu voz , vive el cielo , Cirios,
Me eslá penetrando el pecho.
¿Julia murió?
CARLOS.
Julia es muerta.
Pero di, ¿que culpa tengo
Para que tú en mi te vengues ,
Si yo uo soy quien la ha muerto?
ALEJANDRO.
¿ Y he de perdonar á cuantos
Me ofenden?
CARLOS.
Deso me alegro,
Porque vean que tu eres "
Mi amigo tan verdadero,
Que porque no muera yo
Quieres que no mueranellos.
ALEJANDRO.
¿Tú por mi no has arriesgado
Tu vida?
CARLOS.
Si , á todo riesgo
De tu amor y de tu ira
Me hallaste siempre dispuesto.
ALEJANDRO.
¿Pues cómo boy morir recelas?
CARLOS.
Es, que alli pude venciendo
Vivir; pero si le vengas
üesta manera, uo puedo.
ALEJANDRO.
¿Y he de quedarme sin Julia
Porque tú vivas? ¿di esto?
CARLOS.
V di, porque muera yo
¿Vive Julia?
ALEJANDRO.
No por cierto.
Perdonar mucho, es hacer
Al poder un menosprecio.
CARLOS.
Y castigar mucho, es
Manchar el poder.
ALEJANDRO.
iQué cuerdo
Estás, como lú no tienes
Mi amor y mi sentimiento! ^
CARLOS.
Como lú no has de morir
Eslás también muy discreto.
ALEJANDRO.
Vohe de vengarme, perdona.
CAPIOS.
¿Y te vengarás con esio?
ALEJANDRO.
El perdón, hijo bastardo
Es del valor y el esfuerzo.
CARLOS.
V también es el ca.?ligo
Hijo natural del miedo.
Quien se venga no es cobarde.
CARLOS.
1.0 parece por lo menos.
ALEJANDRO.
Pues yo he de vengarme en tolos.
CVRLOS.
I V eso parece temerlos.
I ALEJANDRO.
Yo con perder un amigo
Dos mil enemigos pierdo
CARLOS.
No sabes tú lo que pierdes
En un amigo, si es bueno.
Pero, en ün, ¿quieres que muera?
ALEJANDRO.
Carlos, yo no lo deseo,
Pero yo me he de vengar.
CÁllLOS.
¿Di qué le incita?
ALEJANDRO.
Mis celos.
CVRLOS.
¿Y mi ruego?
ALEJANDRO.
Me lastima.
Mas no me templa tu ruego
ELENA.
¿Tu sangre no le ha obligado?
ALEJANDRO.
No hierve , aunque eslá sin fuego.
ANTONIO.
¿Ni mis canas te lastiman?
ALEJANDRO.
Me dan ira, y no respeto.
CONDE.
Templado eslá ya mi odio.
ALEJANDRO.
No llega tu enmienda á tiempo.
ANDRÉS.
¿Ni una vida no me pagas?
ALEJANDRO.
A esa muerte le la ferio
CARLOS.
,.Ni un amigo no te obliga*
Ni de un amigo me templo.
ANTONIO.
Pues si es para que yo viva
Este el últuno remedio...
CONDE.
Pues si ha de llegar mi muerte
Después del último esfuerzo...
ANTONIO.
Yo he de vivir, aunque tú
Quieras que el nlomo en estruendos
Arruine tanto edilicio.
CONDE.
Viviré, aunque lú sangriento
Darme muerte solicites.
ALEJANDRO.
Cómo, si yo soy el dueño
Del castigo, di.sparad,
.Mueran lodos, purs (¡ue muero.
ANTONIO.
Pues disparad, que esta es Julia;
(.Saco á Julia.)
Móvil de tus pensamientos.
ALEJANDRO.
No disparéis, aguardad.
JILIA.
Alejandro.
ALEJANDRO.
Deteneos.
JULIA.
.Mira que soy yo.
ALEJANDRO.
Mi Julia,
iQué! ¿estás viva?
JDLIA.
Quiere el cielo
Que sea tuya.
Di, ¿qué intentas?
ANTONIO.
Habla, Julia.
JDLIA.
Lo que intento
Es que á todos los perdones.
ALEJANDRO.
¿Tú lo pides?
JlLIA.
Yo lo ruego.
ALEJANDRO.
Pues vivan los Capeleies ,
Y Julia viva con ellos,
Que yo á una hermana, á un amij
Indignado y desatento.
Pude negar mis piedades,
Pero á mi dama no puedo;
¿Uasnie á Julia por esposa,
Antonio?
ANTONIO.
Yo lo consiento.
ALEJANDRO.
¿TÚ admites á Elena?
CONDE.
Si.
ALEJANDRO.
Quedaron en nuestros pechos
De lealtad y obligación.
Vínculos de amor estrechos.
ANTONIO.
Soy tu padre.
CONDE.
Soy tu amigo.
CARLOS.
Vo como siempre he de serlo.
ALEJANDRO.
Pues tengan dichoso Ga
Capeletes y Mónteseos.
Y don Francisco de Rojas,
A tan grande coliseo
Pide el vítor, porque siempre
Merezca el aplauso vuestro.
NO HAY SER PADRE SIENDO REY,
REY DE POLONIA.
RUGEltO, príncipe.
ALEJANDRO, infante.
PERSONAS.
I COSCOIIRON.
DtJQUE KEDliRICO.
ICASANDRA, duquesa.
I CLÁVELA, criaüa.
ROBERTO.
I Dos CniADOS T ACOMPAÑAlllEriTO.
JORNADA PRIMERA.
Salen EL REY y acohpa\ajiiemo , <•«•(
memoriales, EL DUQUE, ALEJAN-
DRO r RUGERO, hijos del ¡ley.
BEY.
l'na silla me llegad;
La gola me trae sin mi.
RUGERO.
La silla tienes aqiii.
ALEJA>DR0.
Siéntese tu majestail.
REY.
{Ap. Para males tan prolijos,
Cue á mis dos brazos iguala ,
Dos báculos me señala
Mi vejez en mis dos hijos.
Itien que impropio se desmiente
EiLlre los dos mi retrato ,
l'ues esle tiene de ingrato
Lo que estotro de obediente.
Reñirle pienso otra vez,
Pues será buena ocasión.)
Hijos, paciencia, estas son
Pensiones de la vejez. (Siéntase.)
ROCERO. (Ap.)
¡Que el Rey me estorbase asi !
ALEJANDRO. (.l;j.)
¡Que ahora el Rey me estorbase .'
ROCERO. (.-1/).)
¡Que esto sufra!
ALEJANDRO. ( t/).)
¡Que esto pase 1
RUGERO. {Ap )
Pero saldremos de aqui.
{Llegue el Üuqne por un lado á hablar
al Rey )
DUQUE.
¿Señor?
REY.
i Qué decís?
DUQUE.
Mir.n-I.
One han reñido en esle instante
Él Principe y el Infante.
Ya lo sé. Duque, callad.
DUQUE.
Porque remediéis lo digo
La causa de tantos males.
REY.
Ya os entiendo; memoriales;
No quede nadie conmigo.
( Vayan dando memoriales . y hace que
te va Rugero )
RUGERO.
Voimc, pues veng.irme espero.
ALEJANDRO.
La defensa es natural. ( Vase.)
DUQUE.
Yo cumplí con ser leal. (Vase.)
REY.
Esperad; no os vais , Rugero.
RUGERO.
(.\p. ¡Hay tal vejez! Vive Dios ..
iQue eslo consiento! ¡esto escucho!)
¿Qué mandáis?
REY.
Yo tengo mucho ,
Principe, que hablar cou vos.
RUGERO.
Obedeceros intento.
{Ap. Largo lia de ser el sermón.)
REY.
{Ap. Dios temple sucondicion.)
Estadme , Rugero , atento.
Seis años pienso que hará
Que mi espos;j y madre vuestra
A ser mejor coi lesana
Se partió á mayor esfera ,
Dejando á esle reino triste
La admiración más suspensa.
La imaginación con ojos,
Y la emulación sin lengua :
Y á mi , con ser quien la |iicrde,
Consolado , que es violencia
Culpar, siendo olicio suyo ,
A la muerte lo que lleva ,
Puesto que nos da de gracia
Todo aquello qne nos deja.
Decís que estoy ya muy viejo ,
(Decís muy bien) y que fuera
Razón, que aquesta corona
Pusiera en vuestra cabeza.
Esto ha de salir de mi.
Que el gobierno y la grandeza
No consiste en procurarla,
Sino sólo en merecerla.
¿.Sabéis á lo que se expone
El que un imperio gobierna?
No hay cosa bien hecha en él
Que á'los suyos lo parezca:
Síes justo, cruel le llaman;
Si es piadoso , le desprecian ;
Pródigo, si es liberal;
Avaro, sí se refrena;
Si es pacifico, es cobarde ;
Disoluto, si se alegra:
Hipóeiil'i . «i es !)|.mI(>c|o;
Es f;H-i. , .- -:,,.,:,.
Pu.'s.i!, I 1 .;„>[,,.., la
Al(pi" 1. • : i'p; iM,, rrva.
Vos, Pjuu i:i.lr ■!■, ulu :il ocio,
Al apetito y tor|ic/.a.
Mal podréis vivir buen rey
Si aun ser bueno no aproveília.
;,Y cómo es posible, como
(Si ya el cielo no lo trueca).
Que gobierne tanto imperio
Quien á si no se gobierna?
Yo, pues, ahora me quejo ,
Que vos, rompiendo obedíeucias.
Preceptos atrepellando,
Al Duque, que me sustenta
La carga de mis cuidados.
Con rigor y con soberbia
Le queréis quitar la vida ,
Porque yo le quiero, y esta,
Contra mi bien declarada
Viene á ser precisa ofensa.
¿El Duque en qué os ofendió,.
Qne con la espada sangrienia
Y á vueslras veng:inz;is puerlas?
Y ahora con vuestro hermano
Habéis tenido allá fuera
Un enojo. Ea, rapaz.
Prended el labio á la lengua.
Pues él os da más discreto
La respuesta sin respuesta.
Noramala para vos.
En las alarbes fronteras
Gastad esas altiveces ,
Y de la gola á las grevas
Sobre el andaluz armado
líl rey Otomano os vea.
¡Con tu hermano! ¡Bien por Dios'
Y con el Duque, que es fuerza
Que por mí el uno le sufra ,
Y otro por él le consienta.
;.No queréis os dé consejo?
Pues sabed <|ue en mí es line/.-i,
Qneaunqiie hay muchos queacunsejcn
Son pocos los que aconsejan.
Bien sé qne me aborrecéis;
Y aunque os diga vuestra idea
Que del que es aborrecido
Nunca es buena la sentencia
Para ser recto el consejo
Es necesario que sea.
No de aquel que yo quisiere.
Sino de aquel que me quiera.
Vos injuriáis los humildes ;
Pues temed con todas veras
Más hacer ofensa al pobre
Que hacer al señor afrenta :
Porque el señor, cuando mucho.
Si se llama á la defensa,
O con la espada se incita
O con el plomo se altera,
Pero el pobre con el llanto;
Mirad , pues , la diferencia
(,'iie hay entre el llamo y la espada;
Qne el I ico una vez se venga,
Y el im'ire se está vengando
■Id! , , liffipo -iiic pe queja.
Supliera por loque os ruega ,
Porque no hay cosa más cara
Que la que cuesta vergüenza.
590 comedí;
Eo estas calles j plazas,
Siempre que la aurora argenta
Cuanio ha de dorar con rajos
El padre de las eslrelbs,
Se iKillan muertas mil personas,
\ la desdicha es aquesta;
Que es tal vuestra mala fama,
yue aunque el vulgo las cometa.
Dice, hecho una lengua todo.
Que tenéis la culpa dellas.
Ce suerte, que vos, hugero.
Cuando me llamo i> clemencias.
Os provocáis á rigores;
Si os muestro amor, vos soberbia ,
Si doy premio á mis vasallos.
Castigáis al que se premia ;
Avaro sois, si yo doy;
Libre, si os suelto la rienda ;
Si os detengo , os incitáis ;
Los consejos os molestan ,
Los avisos os perturban.
Los rigores os desvelan.
Las venganzas os incitan.
La cruelaad os alropella.
sois mal quisto con los vuestros,
Y no hay vasallo que os quiei:i ;
Y tal vez puede mentir
Una lengua y otra lengua ;
Pero todas, no es posible.
Pues el pueblo , es evidencia
Que habla por lengua de Dios
Y es imposibleque mienta.
Gobernad vuestras acciones
Para que Polonia vea
Que os reducís á vos mismo .
Y que hoy de nuevo se trueca
Vuestro rigor en piedad ,
Y sois, con acciones nuevas,
Comedido en las palabras.
Justiciero en las sentencias.
Piadoso en la ejecución.
Disimulado en la ofensa ,
Advertido en los peligros
Y lirme en las resistencias.
Si eslohiciéredes, Rugero,
Mi corona, mi grandeza.
Cuanto aquesta espada rige ,
Cuanto estas canas gobiernan .
Será vuestro desde luego ;
Pero si no se reserva ,
Wi un hermano que os obliga.
Ni un valido que os respeta.
Ni un pueblo que os obedece ,
,Ni un padre que os amonesta ;
Si soy padre, seré rey,
Porque en tan graves materias ,
Quien no premia, no es prudente
Ni el que no castiga, reina.
BÜGEBO.
Ya que en cualquiera ocasión
Cuanto imagino os molesta .
Hoy me habéis debido en esta
F.l cuidado y la atención.
Y aunque llegue á merecer
Con vos nombre de importuno ,
A esos cargos uno á uno
Os tengo de responder.
Cuando airado y ofendido
Me hallo de vue"síro rigor.
Perderé en ser vencedor
Y ganaré en ser vencido.
lOh, plegué al cielo, que aquí,
l'iugero, me convenzáis !
ni'CF.RO.
Si haré , si atento me estáis.
SEV.
Pues proseguid.
RUCEnO.
Digo asi:
Cuando al despedirse Inste
ESCOCIDAS ÜE DON FRANCISCO
El eslío rigoroso,
Con Toces de llamas muertas
Iba llamando al oloño :
Cuando á castigar las flores ,
Examinando los solos ,
Salió juez de residencia
Severamente el Agosto :
Cuando el dorado Seliembro
De los esquilmos dichosos ,
Puntales pone á los cielos
De granos de Iruto en oro ;
Entonces con mis monioros
Medí al monte los contornos ,
Ya conquistando los sauces,
Ya averiguando los poyos.
Cuando viendo que no hallamos.
Ni aquel animal cerdoso
Que hace alfanjes los colmillos
Para destroncar los chopos ;
Ni hallando entre tamo monte
Al venado, que ganchoso,
Coronisla de su vida .
Se la escribe en sus dos troncos*
Nos apeamos los tres,
Y en la margen de un arroyo
Que por no tener con quien
Murmuró consigo propio.
Haciendo alfombras de Qores
Nos descansó lo frondoso,
Elevó lo cristalino
Y suspendió lo sonoro.
Al descanso ya entregados ,
Viéndonos tristes y solos ,
Tratamos de murmurar ,
Oue este es el manjar del ocio.
I Gobernamos tus Estados,
Dispusimos sentenciosos ,
Culpamos unos ministros,
! Diferenciamos á otros :
I Materia que tantos tocan,
¡ Y que la entienden tan pocos.
I Va á mormurar destinados.
Yo, más entonces que todos ,
' A tu fama me adelanto
Y á tu impiedad me provoco.
¿Cómo (les dije) mi padre
No sacude de los hombros
El peso de esta corona ,
Flaco Allante á tanto globo?
¿Piensa , por ventura , piensa
Mi padre, que por ser mozo
No sabré regir el cetro.
Cuando á los alfanjes corvos
Puso freno aqueste acero,
Y del tronterizo moro
Más cabezas dio i la Parca ,
Que flores agosta el Noto ?
Va la política he visto ,
Ya tengo previsto el modo
De saber regirse un rey ;
No es difícil, pues con sólo
Ser afable de ordinario.
Ser á veces rigoroso,
(^on no ser todo de nadie
Y ser á un liempo de lodos.
Ser remiso en los castigos.
No ser tardo en los negocios ,
Con pedir consejo á muchos
Y determinar con pocos,
Con oir cuanto le digan.
Con valor y sin enojo
(Que Principe que no escucha
No puede vivir dichoso).
Con tener buenos ministros
(Que en esta parte es el todo).
Ni subir á unos de presto
Ni bajar de presto a oíros.
Será un Principe perfecto ,
Liberal, sabio y dichoso;
Si esto es lo que te dijeron ,
Ni lo niego ni lo ignoro.
Ya be satisfecho esla parto ;
DE ROJAS.
Mas volviendo á los enojos
De tu privado y mi hermano,
Ambos tan tuyos en lodo
Que el Duque en tu Estado reina
Cuando mi hermano en tus ojos ,
Digo : que al Duque aborrezco ,
Porque lisonjero y loco,
Atrevido, descompueslo
En mi agravio y en su abono
Contigo me ha descompuesto;
Él le enoja si me enojo.
Cuando soy cruel, te avisa;
Calla , cuando soy piadoso;
Si galanteo, lo sabes;
No disimula , si rondo;
Dicele si vengo tarde,
Cállale si me recojo;
Conquista lo que conquisto ,
Pretende lo que enamoro.
Y en cuanto a mi hermano , digo ,
Que por los cielos hermosos
Por cuyos trópicos bellos
Discurre el ardiente Apolo,
Que he de lomar la venganza
Del fuego á que me provoco.
Si ya en mi, como en su sangre.
La satisfacción no cobro.
¿ Bueno es que yo con el Duque ,
O me incite escandaloso ,
O imprudente me atropello
A decirle mis ahogos,
Y vuelva por él mi hermano
En esa cuadra , y no sólo
A la defensa se incite ,
Sino que ardiente y furioso
Contra mí el acero" empuñe?...
¡Oh, va repartido en trozos
Desasido de tu esfera.
Bajéese encendido globo
A desvanecerme en llamas
Que el viento reparla en polvo.
Sí antes que la aurora borde
De luz y esplendor dos polos,
Con hilos de aljófar esle,
Y esotro con hebras de oro.
No be de lomar la venganza
Que debe á mí honor heroico!
¿Contra mí empuñar la espada?
¿Cómo ¡oh cielos! rayos, cómo,
IS'i vosotros me vengáis.
Ni me socorréis vosotros?
En fm, tú tienes la culpa ,
Tú, Señor, de que animoso
Me incite mi hermano mismo ,
Me ofenda un vasallo impropio.
De hoy más, guárdese Polouia
Y mi hermano de tu solio,
De tu palacio real
No mueva los pies medrosos ,
Que de sus venas mi acero
Ha de sacar valeroso.
Si el cielo no le sepulta ,
Sangre que despida en golfos;
Rayo be de ser desgajado
De ese primer promontorio
Que se desvanece en lanzas
Si no se desata en copos.
Y pues no te ablandan ruegos.
Ni le obligan mis sollozos.
Ni mi razón le apacigua.
Ni á quien me incite perdono.
Ni á quien me obligue consiento ,
Ni i quien me aplaudiere abono,
Siendo áspid, veneno, furia.
Ira, pena, rabia, asombro,
Prodigio, cometa, rayo,
Etna, incendio, volcan, monstruo,
Vivora, ponzoña, ücra.
Venganza, injurias, enojo ;
Que si en lodo esloy culpado
Mis dicha es , será más logro,
Qué si be de llevar la pena
De los üelUos de toclus ,
Sólo ejercite la culpa
Qaiea ba de pagarlo süio.
BF.Y.
(Ap. En tanta resolución.
Hoy , que su error uo mitigo ,
¿Qué haré? si aquí le castigo
Irrito su iiulignacion.
Cuando intenté reducirle ,
Amonestarle ó moverle ,
Ni me ha bastado prenderle.
Ni me ha faltado reñirle.
¡Válgame Dios ! ¿qué he de hacer?)
Hijo, til tienes ra/.on...
(Ap. Asi atajo su pasión;
De esta manera ha de ser.)
Dame los brazos.
1,'égate, Rugcro, ámí,
Que bien conozco de ti.
Con tu obediencia tu amor.
¿Quien creerá?...
REY.
Llega, Rugero.
BUOERO. {Ap.)
Sus lisonjas adivino.
nEY.(.4p.)
Que abrazo al ([ue no me inclino,
Tor conservar al que quiero.
RUGEKO. {Ap.)
¿A miel Rey me muestra amor?
{.Abrázale, y no le mira Rugero.)
nET.
Puesto que me halle corrido ,
siendo el que me habéis vencido
Vengo á ser el vencedor.
Hoy en vos mi edad reposa ;
¿Aun no me queréis mirar?
(Ap. No puede disimular
Su condición rigorosa.)
hos dos uno hemos de ser
I'ues tanto amor os abona.
Vuestra será esta corona
Como vuestro mi poder.
RUÜEHO.
Guárdete el cielo, que asi
Seré hechura de tu mano.
(Quién ha entrado aquí?
nucEiio.
Mi hermano
Sale ALE.1AND1Í0.
¿Qué queréis aquí?
Idos.
Al.EJANDUO.
Quiero hablar con vos.
RF.Y.
Salí, Alejandro, allá fuera.
ALEJANDRO.
Sólo que rae oigáis quisiera.
REY.
¿Me replicáis? Vive Dios,
Que si p.ilabra me habláis...
(Ap. ¡Ay hijo del alma mia!)
ALEJANDRO.
Deciros sóloqueria...
Mas Toime.
NO HAY SER l'ADUE SIENDO llEV.
Tened , no os vais.
(Ap. Sin causa le estoy riñendo ,
V crece en mí la congoja.
Que agasajo al que me enoja
V al que he de estimar ofendo.)
ALEJANDRO. {.Ap.)
Mi hermano se ha declarado ,
Cuando es el que me ha ofendido.
REY.
RUGERO.
Yo arrojado, yo cruel .
De todo la causa he sido
REY.
¿Pues sois vos el ofendido .
Y estáis volviendo por él ?
ALEJANDRO.
Yo soy quieu diú la ocasión.
REY.
(.4p. ¿Qué humildad la suya iguala?)
epll(|uels , noramala,
Llegad, pedidle perdón.
ALEJANDRO.
Mirad, Sefior... {Ap. ¡Esto espero !)
RiiCF.no. {Ap.)
Que esto aguardo! voto á Dius.
ALEJANDRO.
(Ap. Para tan prolijos daños.
Con más penosa pensión
Me da el cielo la ra/on,
Y me la quitan los años.
Mas si es fuerza que ha de ser.
Yo llego y perdón le pido,
Y sufra el que no ha nacido
Cuando el quisiera nacer.)
Para evitar tus enojos.
Quisiera en esta ocasión,
Que acudiera el corazón
Con lágrimas en los ojos.
Corrido y avergonzado
Tus brazos , hermano, pido ,
No por haberle ofendido,
Si por haberte enojado;
Que intento cuando me arrojo ,
l'ara evitarle esa furia.
Quedarme yo con la injuria
Porque olvides el enojo.
ROCERO. (Ap.)
¿Quien creerá que me he alegrado,
Que el Rey, mi padre, advertido,
Mi cólera haya impedido
Y mi enojo reportado?
Pues tanto á querer se arroja
A mi hermano mi valor.
Que le tengo más amor,
lodo cuanto más me enoja;
Y si al riesgo me arrojaba,
0 á castigar la osadia.
Porque lo dije lo hacia ,
Y no porque lo inlenlaba.
ALEJANDRO.
¿No me abrazas? Cruel eslás.
REY.
Aun no se vuelve á mirarle.
RUGERO. (4/(.)
1 Que esté deseando abrazarlo ,
Y valga conmigo más
Mi condición que mi amor!
¿Cuál será, pues, loque espero.
Si aun lo que quiero no quiero?
RÍT. {Ap.)
¡Grande crueldad !
ALEJANDRO.
(.4/;. ¡Gran rigor!)
¡Qué! ¿mi amor note reporiu?
RET.
No se ha de quedar ansí.
RUGERO.
{Ap. ¿Mas si le amo |)ara mi ,
Para los demás (jué importa?)
Vele, Alejandro, con Dios;
Digo que estás perdonado.
REY.
Rugero, lo quelie mancladü
Es que os abracéis los dos ;
Ea, acaba.
RUGERO.
Harélo ansi. (.Mrúialo.)
ALEJANDRO.
Obligado me tenéis.
RUGERO.
¿Para qué me agradecéis
Lo que no hago yo por mi?
REY.
Hijo, vete á recoger.
ALEJANDRO.
Voime. {Ap. ¡Qué cruel y airado!)
REY.
{.\p. Aun no estoy asegurado.
Mas yo sé lo que he de hacer.)
Dios le eche su bendición.
ALEJANDRO. {Ap.)
Alguna desdicha espero.
REY.
Alejandro, daros quiero
Vuestro cuarto por prisión ;
No salgáis della , y mirad.
Que coa vos me enojaré.
ALEJANDRO.
Digo que obedeceré;
Mas mire tu Majestad...
REY.
No hay que mirar.
ALEJANDRO. (.4p.)
¡Qué severu"
¡ Ah , quién decirle pudiera...
BEY.
Alejandro , no vais fuera ;
No salgáis fuera, Rugero.
ALEJANDRO.
El alma llevo dudosa.
BUGERO.
Soy vuestro,
ALEJANDRO.
Vuestro es misé.*.
REY. (Ap.)
A Alejandro he de ft á ver.
ALEJANDRO. {Ap.)
Yo he de Irá ver mi esposa.
(llevan al Heij.)
Salen COSCORRÓN y CLÁVELA , con
luces.
COSCORRÓN.
Pon . Clávela , en el bufete
Asilo hago.
COSCORRÓN
CLÁVELA.
Si soy.
50-2
COSCORBON.
Vü también ¿no soy ciiado?
CLÁVELA.
Entiambos de un dueño somos
cosconnoN.
¿Tenemos lenguas eiitianil)os?
CLÁVELA.
Si.
coscouro.^.
Pues va de murmurar.
Porque siempre me he preciail
De cumplir con los preceptos
Del oücio con que trato.
CLÁVELA.
La lengua me hace mur, mur ,
Y tengo aqui rebalsados
Chismes de cuatro semanas.
COSCORRÓN.
Yo nunca los guardo tanto.
Porque aun no los he sabido
Cuando ya los he gastado.
En efecto, Coscorrón,
Servimos los dos...
COSCORRÓN.
Al caso.
CLÁVELA.
ACasandra.la Duquesa...
COSCORHON.
Yo á la iglesia la acompaño,
(,lue no en todas las comedias
lie de servir de lacayo.
CLÁVELA.
Yo la sirvo de duncella,
Y estando en tan bajo estado
rio Die sirvo á mi de nada.
COSCORRÓN.
Al caso. Clávela.
CLÁVELA.
Al caso.
Como digo de m! chisme ,
Ya conoces á Alejandro,
El Infante , y el querido
Del Rey su padre, el hermauo
De Uugero.
COSCORRO.N.
Si COliOZCO,
Pues todas las noches le hallo
Tan esquina en esa calle,
Oue no sé si me he llegado
A orinarle alguna vez.
CLÁVELA.
Coscorrón , al caso.
COSCORRÓN.
Al case.
CLÁVELA.
Digo, pues, que cierta noclie ,
Yo vengo, lomo, ¡a qué hago?
llagóme un poco dormida ;
Mi ama estaba rezando:
Llegóse á mirar si duermo ;
Uoiico un poco, un poco aguardo
Suelta un poco los chapines ,
Echa en la manga el rosario,
Yo, por ver lo que pasaba .
llago como que me rasco ,
Y por entre dedo y dedo
Voy mirando y más mirando ,
Ella , quedo y más quedilo.
Como la que va pisando
Los huevos de las despcnsiií.
Que esotros ya se acabaron ;
Abre una puerta , y abierta ,
Hétele por do va entrando
Muy rubilo y muy falsito
El susodicho Alejandro.
COMEDIAS ESCOGIDAS DE DON FIIANCISCO
i Estamos solos? la dijo.
Sí , esposo, solos estamos —
(Le respondió mi Señora),
Y entráronse paso á paso,
COSCORRÓN.
Aqui no hay que proseguir.
Supuesto que se han entrado.
CLÁVELA,
Pues oye ahora otro cuento.
COSCORRÓN.
Juro á Dios que estoy rabiando
Por murmurar otro poco;
Déjame llegar al plato,
Y puesto que hay para todos.
Cenemos, Clávela, entrambos;
¿Al Principe ya conoces?
¿A Rugero. aquel hermano
De este Alejandro que has dicho?
Pues sabe, que enamorado
Está también de mi ama.
CLÁVELA.
;,De veras?
COSCORRÓN.
Verdades hablo,
{Dentro mido.)
CLÁVELA.
Mi Señora...
COSCORRÓN.
Yo naci
Murmurador desgraciado ,
Pues me han reducido al cuerpo
Lo que iba ya vomitando.
Sale CASANDRA. duquesa.
CASANDRA.
¿Clávela?
CLÁVELA.
¡ Señora mia I
CASANDRA.
¿Qué hacéis tan solos entrambos?
COSCORRÓN.
Hemos urdido una tela.
Un vestido hemos cortado.
Hase aforrado en lo mismo
Y ya se estaba acabando.
Porque yo lo abotonaba
Y esta le estaba ojalando.
CASANDRA,
Idos los dos allá fuera.
COSCORRO.N.
Ven , Clávela.
CLÁVELA.
¿A dónde vamos?
COSCORRÓN.
A empezar á murmurar,
CLÁVELA.
No puedo ya.
COSCORRÓN,
Por san Pablo,
Que me has de escuchar por fuerza
O que , de hacer lo contrario,
Te has devolver á llevar
Todo cuanto has murmurado
(\anse.)
CASANDRA.
Supuesto que ya se han ido.
La puerta del jardin abro ,
Pues vi desde estotra reja ,
Que ya mi esposo ha llegado
Con la llave del postigo.
Sale ALEJANDRO muy triste, sin
mirarla.
Duepo, señor, Alejandro,
Esposo...
ALLJANDRO.
Tente, Casandra.
CASANDRA.
Llega, Infante, y en mis brazos...
ALEJANDRO.
Cierra, cierra ese postigo,
CASANDRA.
Ya, Señor, está cerrado , (Cierra.)
Dame los brazos ahora.
ALEJANDRO.
Déjame.
CASANDRA.
¿Pues qué embarazo,
Qué enojo , qué suspensión
De ti le enajena tanto.
Que ni te ves en mis ojos ,
Ni descansas en mis brazos?
¿Apenas ayer ¡ay Dios!
Nuestras dos almas juntamos
Al tálamo de himeneo:
Apenas con amor casto
Te di la mano de esposa ,
Y hoy á mis ojos trocado ,
Vas reduciendo en despegos
Los que ayer fueron halagos?
¿Pésate de ser mi esposo?
Uilo, Alejandro, habla claro;
Pero esto no puede ser ,
Pues cuando ;ay desdichas! cuando
Suceda por mujer propia ,
Que debieras be pensado ,
Va que á aborrecer me llegues
Siquiera disimularlo;
Si es porque Infante naciste ,
Si no te excedo, le igualo.
Que el sol, planeta mayor.
Lo está rubricando en rayos.
Mi padre fué el duque Urbiuo,
Y en el sarraceno campo
Por la defensa del luyo
Tantos triunfos dio á su brazo ,
Que cansada ya la muerte
De llevar tantos paganos.
Mató á mi padre de oficio.
Diciendo al campo contrario .
Si á este dejo que os dé muerte ,
No he de entenderme con tantos.
¿Temes, di, que el Rey, tu padre.
Alcance que le has casado?
Só!o los dos lo sabemos ,
Y el Duque, á quien has fiado
El alma de este secreto.
No te receles , que cuando
Tu padre llegue á saberlo ,
Podrá, cruel y arrojado ,
Castigarte inobediente.
Mas DO culparte indignado.
¿No me miras? no me mates ;
¿No te debe mi agasajo
Siquiera que me respondas?
Cuenta, cuenta lus cuidados.
Que si son muchos. Señor,
Mejor te ha de ser contarlos.
Porque se gastan las penas
Entre la lengua y el labio ;
Acaba, por Dios, esposo.
ALEJANDRO.
Casandra , si no he contado
De mis recelos la causa.
Es porque son tan eNtraños
Que no tengo otro consuelo
Sino el (|ue en decirlos hallo,
Y si los digo, es muy cierto
Que he de empezar á llorarlos.
Pero ahora con pensar
Que he de tenor aquel rato
De consuelo en referirlos ,
Con más paciencia los paso ;
Pero en pasando el consuelo
Ningana templanza aguardo,
Que moriré de sentirlos
Ya que viva de contarlos.
Pues repártelos conmigo,
Yo los lloraré escuchados ,
Tú á mi me consolarás
Por ver que los voy llorando,
Y cumpliremos á íiii tiempo
Con los males en llorarlos ,
Con el amor en decirlos,
Y asi hallaremos entrambos
El consuelo en la desdicha
Y la templanza en el llamo.
ALG;A^DRO.
Allá ya voy á enternecerle.
casa:sdra.
Cuéntilos presto, Alejandro,
yue no habrás menester mucho,
Que ya se están asomando
A mis ojos mis suspiros
En lágrimas congelados.
Que las lá¡;rinias son penas
Que por el alma buscaron
La lengua que las pronuncie,
Y por no acertar el labio
Resolvieron en aljófar
Cuanto en fuego congelaron.
AIEJASDBO.
Dlgote , pues, que esta noche ,
Apenas del lecho casto
Y de tu amor me aparté
Sin sentirme tus criados.
Cuando á cumplir con mi padre
Vuelvo, Casandra, á palacio.
Segunda ve?, me desnudo,
A otro lálamo me llamo,
Dien que el luyo fué de amor
Y estotro fué de cuidados;
Duérmome , no me dormí,
Porque el sueño es un ensayo
Oe cada dia . en que todos
La nr.ucrte representamos,
Y aun es paso que se yerra
Con estar lan ensayado :
Sueño, pues, que mal herido
Del acero de mi hermano ,
Anegaba mis suspiros
Entre mi sangre y mi Ihnto.
Soñando, la espada empuño
Y dormiilo me levanlo,
Despierlo y no desperté.
Pues con estar levantado ,
Kué tanta la aprehensión
De aquel confuso letargo,
Que con verme en pié y despierto
Dudé por muy grande ralo
Si era sueño el verme libre
(I era verdad lo soñado.
Vistome; salgo á la sala;
Busco á Kugcro... ¿ Llamaron?
{Llumau.)
CASANDRA.
Si , esposo.
ALEJANDRO.
¿Quién podrá ser,
Ouc sin llave se haya entrado
Ilastael jardinY
casand:ía.
Será el Duque ,
A quien una llave he dado
Para que entre á cualquier hora.
Pues ábrele.
casandra.
Ya le abro.
NO llAY SEIi PADRE SIENDO REY.
Sale EL DUQUE, íMrfcado.
DÜQCE.
¡bifante! ¡Duquesa hermosa...
alejandro.
Federico, ¿qué cuidados...
CASANDRA
¿Qué desdichas...
ALEJANDRO.
¿Qué suceso...
CASANDRA.
¿Qué fortuna...
ALEJANDRO.
¿Qué fracaso...
DUQUE.
E>:cusad el preguntarme.
Puesto que \3 me adelanto,
Y escuchad á lo que vengo.
ALEJANDRO.
Prosigue, ya te escuchamos.
DUQUE.
Ya te acuerdas que el principe Rugero,
Tu hermano, vengalivo,cruel,y liero,
Esta mañana se enojó conmigo ;
Y tú, como mi amigo.
Te pusiste á mi lado;
Y que líugcro, el principe, enojado,
Tu leal y piadoso y él severo.
Quiso indignar la mano y tú el acero;
Que el Rey salió á este pumo.
Que él quedó más airado y tú difunto;
Que porque diste causa á tal exceso
Uenlroen mi cuarto te mandó estar pre
[so.
También lo supe yo, no pues te espante
Qucn en caso semejante.
Cuando atenciones á mi voz conquisto.
Te reflera otra vez lo (|ue tú has visto.
Que para referir penas tan licras
Es preciso acordarte las primeras.
Apenas con el alma recelosa
Esta noche veniste á ver tu esposa.
Cuando en Palacio, de tu anjor llevados.
Señores, oficiales y criados,
En la antesala juntos ,
Verdaderos retratos ó trasuntos
De unión y confianza.
Cada cual por su enojo se abalanza
A abonar tu lealtad, culpar tu hermano.
Llamándote obediente y á él tirano.
Cuando al lance primero,
Los parciales y amigos de Rutero,
Queriendoa su Señor mostrarse fieles,
Aunque pocos, por suyos muy crueles,
Sin aguardar razones por cansadas.
Remiten la venganza i las espadas.
Sea por lisonjeros ó leales.
¿No suele verse en unas fieslas reales
Todo un vulgo arrojarse á los aceros,
Y ocasionados todos, todos fieros ,
Sin saber con quien riñen indignados.
Mucho más que ofendidos irritados,
Auiiquesumismoempeño los disculpa
liuscarse la venganza sin la culpa ,
Y que al mismo concurso desla gente
Llega un toro atrevido é impaciente.
Y sin que de sus inq)et,us se espante
.'liega la media luna por montante ,
Y derribando sus altivos cuellos ,
l.üs mete en paz para reñir con ellos?
Hugero, ansi atrevido, au'^i arrojado,
Los divide cruel y dcnoil.ido;
Al (|ue del ülro acero le apartaba, .
.Mas presto entre su sangre le apuraba;
Tanto, que el que se halló con nueva
[.-uerte.
Se apartó de una muerte á la otra
[muerle.
.'^alc tu padre, y lodos, en efeto
393-
O huyeron de temor ó de respeto.
Tan sano y con afectos diferentes.
Que el valor no repara en accidentes.
Que al Principe premió y á sus criados,
Y con la guarda á los demás culpados
Puso en prisión la causa averiguando;
Entró luego á tu cuarto, y no te hallan-
Como en él te dejó primero preso, [do.
Sintió la inobediencia, no el exceso;
Y aun pensando que fueras el culpado
Del suceso pasado.
Por no hallarte obediente subió á tanto
El sentimiento, que pasó á ser llanto;
Y como entre decrépitas y airadas
Destilaba las lágrimas cansadas,
Dio con nuevos despojos
P:ir:isisnio5 de aljófar á sus ojos,
Y helándose SUS lágrimas, si ufanas,
Nacic'iiilo perlas, acabaron canas:
Y iiKiiuhindo que lodos te buscasen,
Y puesto que te hallasen,
A una torre te lleven al momento.
Quizá por dar al Principe escarmiento,
O poniue la prisión has quebrantado,
Oporque piensael Rey que has provo-
A tus amigos, y por eso huíste, [cado
Aqui , Señor, en tí tu honor consiste,
Y aun lo más que tu crédito interesa.
Si eslimas i tu esposa, la Ducpiesa,
Huye del Rey la ira , pues ínlicrn [ro
Que por mostrar queesrectoyjuslicie-
Ha de estrenar en ti el primer castigo.
Tu vasallo soy siempre, y soy tu amigo;
Cuerdo eres, sabioel Rey; tú, pues, in-
[Qere
Que se castiga más loque se quiere ,
Y en el rigor contemplo [pío;
Que no hay desdicha como ser ejem-
Aípii le han de buscar, puesto que es
[fama
QiieesCasandra, no dueño, sino dama;
Y si le prenden, pierdes á tu esposa;
No te des á la plebe maliciosa,
Que se toma licencia
De reducir á culpa la inocencia ;
Huye aquesta prisión, que enesla parle
Ha de querer el Rey asegurarte
Y tenerte guardado
Si el Principe contigo está indignado.
Un caballo te traigo, hijo del viento,
Poca esfera á su curso un elemento,
A Uelfior, villa mía.
Te puedelrasladar antes del dia.
Tu amigo soy, y no soy lisonjero ; [ro,
Quiéroteamigo, aunque señor te quie-
^ si no te parece que lie acertado.
En tu defensa siempre, y á tu lado
Como debo, arrojado é impaciente.
Ya cuerdo, ya advertido, ya impacien-
[te.
Ya exponiendo la honra, ya la vida,
O en pedazos el alma dividida,
O entero mi valor para ayudarte,
O dispuesto mi ingenio á aconsejarte,
lie de ser siempre quien te aviide en
Quien te acompañe en mar, imiie cñ
ftii'rra,
Siga en el monte, busque en el poblado,
Porcpie he nacido honrado;
Y sobre s^t honrado otra vez digo,
Que aunque soy tu vasallo, soy tu ami-
[go
(l'oiie un lienzo Casandra en los ojón.)
ALEJANDRO.
Mucho debo á mi valor,
i Pui'S en ocasión igual ,
I Siendo el mayor este mal
I Aun le esperaba mayor.
;0h pena ! tcm|)la el rigor
»;on (|uc mi suerte alropellas.
S04 COMEDIAS
Si ya viendo pstai querellas
No solicilas durar
Para poderle alabar
Duele lloran las estrellas.
c*sa:<iiHa.
No juzRues Inailverlido
Que porque el lienzo he llegado ,
Mis lágrimas lie enjugado,
Oue antes las he delt-nido;
Iba el dolor divertido
A entregarse á mis enojos,
O á dar el alma eo despojos
Mi piedad coa mi dolor,
Y eclió la presa el valor
Al corriente de mis ojos.
¿Tú no eslimas mi cuidado?
ALFJANOnO.
Tuyo, Casaüdra, es mi ser.
CASANBHA.
Esto es saberse vencer.
¿Itugero, no esta indignado?
ALEJANDRO.
Asi el Duque lo ha contado.
CASANDRA.
¿Quebrantaste la prisión?
AlEJANOnO.
Por verte fué la ocasión.
CASAKORA.
4 Vo tengo b culpa?
ALEJANDRO.
Si.
CASANOnA.
Pues no aventures aquí
Con tu vida mi opinión;
Porque aunque mi amor me llai".ia
A impedirte esta partida ,
A ti lévale la vida
Y á mi me importa la fama;
O algo se apure la llama
IJ obre la ausencia en su ser.
Que puesto que has de volver
A un pecho iiue el tuyo adora,
Cuanto se consume ahora
Se ha de volver a encender.
ALEJANDRO.
«Eso es amor? "
CASASDRA.
Ks valor.
ALEJAND.'.O.
¿Es inconstancia?
CASANDRA.
Es quererte;
Si la «usencia es mayor mncrle
Apuremos el dolor.
Quien no mira por mi honnr,
¿ Para qué me quiere á mi f
ALEJANDRO.
¿Pues yo he de ausentarme?
■ÍASANDRA.
Si.
ALEJANDRO.
¡Hay vida mas afligida!
, Üe qué me sirve la vida
Si be de allanarla de ti?
CASANDRA. (.Ip.)
Si me pretende Rugero
Sin mi esposo, ¿que he de bacci?
DIQUE.
Dien le puedes resolver.
Huye el enojo primero.
ALEJANDRO.
Pues ya obedeceros quiero.
DUQUR.
rrcslo, Señor, volverás.
ESCOGIDAS DE DON FRANCISCO
Y de tu amor gozarás.
Pues esto importa á los dos.
ALEJANDRO.
Quédale, esposa , con Dios.
(Apártase y vuelve la cara.)
CASANDRA.
Vete, Alejandro, ¿le vas?
AJEJANDRO.
Sin tus brazos no me iré.
Toma , y en eternos lazos...
Mas no he de darte los brazcs ,
Vete, Alejandro.
ALEJANDRO.
¿Porqué?
CASA.NDRA.
Porque si yo te troqué
Un alma áotra alma en que muero,
Si las juntamos, inliero
Que no se han de conocer,
Y ansí se pueden volver
Adonde estaban primero.
ALEJANDRO.
Ven, Duque.
BOQUE.
Vamos, Señor,
Que allí el caballo te espera.
ALEJANDRO.
¿tlay más mal?
CASANDRA.
¿ Pena m6s fiera '.
ALEJANDRO.
¿Más tormento?
CASANDRA.
¿Más dolor?
ALEJANDRO.
Conmigo queda un temor.
CASANDRA.
Conmigo llevo un recelo.
ALEJANDRO.
Nieve soy.
CASANDRA.
Toda soy hielo.
ALEJANDRO.
¡Que sobresaltos!
CASANDRA.
¡Qué enojos!
Vuélvate el cielo á mis ojos.
ALEJANDRO.
Vuélvame el cielo á tu cielo.
JORNAD.V SEGUNDA.
SaUn RUGERO t ROBERTO.
RUOERO.
Yo le tengo de malar.
ROBERTO.
¿Al Duque? ¿Por qué ocasión?
No examinéis la razón
Si sabéis lo que es amar.
¿Sabes la dama que adoro?
ROBERTO.
Dudo tu constante amor.
RUGERO.
¿No te be dicho mi dolor?
ROBERTO.
Tu incendio y tu amor ignoro.
RLCERO.
¿Luego no le conté >o
La que me trae tau sin mi ?
RODEHTO.
¿Que al Duque aborreces? Si.
RUCERO.
¿Y por qué os la causa?
BOUERTO.
No.
¿Cómo procuras, si es mucho.
Que oir a tu pena espere?
RUGERO.
Diré lo más que pudiere.
ROBERTO.
Prosigue , Señor.
RUGERO.
Escucha :
Era del dia la estación ardiente ,
El sol iba á anegarse en Occidente,
Cuando sigo en el monte dilatado
El espin de saetas coronado.
Con el venablo fuerte.
Él se atrepella por su propia muerte;
Yo en el bruto atrevido me abalanzo.
Ya le pierdo en las ramas, ya le alcanzo;
Y perseguido del impulsó mió.
Pide socorro á la piedad de un rio;
Arrójase al cristal precipitado
Entre sus verdes ovas anegado ;
Porque á su vida su temor no estorbe.
Sangre escupe al cristal que otra vez
[sorbe;
Salir quiere otra vez hasta la orilla:
Yo, muralla, en la silla
Le aguardo, y como mira que le espero
De temor se reduce á lo primero ;
Fuese á fondo; mas yo que le amenazo.
Con el impulso me quedé eo el brazo;
Él agoniza entre el cristal que ocupa,
Espumas bebe y remolinos chupa ,
Hasta que de coraje
De las arenas levantó un plumaje ,
Y agonizando con la rabia muda
La muerte bebe , y lo que bebe suda;
Yo, pues , que en la quietud de los cris-
Conocr de su muerte las señales, [lales
Desocupo la silla.
Y llamóme al descanso de la orilla ;
Ato el caballo á un roble, que copado,
Sirvió de pabellón á un verde prado
Que las ori(jas de verdor estrena;
Vuelvo los ojos , y hallo en la arena
Fácilmente estampadas
Breves ya, grandes ya, muchas pisadas:
Con los ojos las mido y desigualo,
Femeniles y humanas las señalo,
Y de curioso, en confusiones tantas.
Me segui por el rastro de las plantas.
Sirviéndome de empeño,
Entreoirás, la señal deun pié pequeño
Que al movimiento de la arena fria.
Tal vez entre ella propia se escondía,
Y tal le apartó el viento con decoro
Para enseñarse más el marco de oro;
Voile siguiendo entre la playa fria,
Y con dejarle airas más le seguia ;
Llego á un prado, y la eslampa se me
[pierde,
Y murió mi esperanza entre lo verde ;
Buscóle, V le dudaba.
No le hallaba en la yerba y le pisaba.
Torno á encontrarl.i estampa en el are-
Resucito la pena; [na,
Sigole, suspendidos
Entre la vista los demás sentidos;
Oigo hablaren la orilla cristalina.
Recalóme á una zarza lan vecina
Al rio que le daba más sonoro
Piala en cristal y en las arenas oro
Qup destilaba de sus venas rojas;
Yariadiciido mis ojosa lasbojas[ya...
Miré, porque mejor mi amorNC argu-
Oye lo que miré, por vida tuya : [sas,
üorailas de uii taray, Rrandes y liermo-
Peiidian de listones cinco rosas ,
Tan a la vista bellas,
Que el cielo vei de las dudaba estrellas;
Y lijo en las cortezas, rudas antes,
l'n clavo coronado de diamantes;
Y pendiente también de la corona
Cor una trenza blanca una valona ,
Que tanto cristal bebe
Que al aire le tiró puntas de nieve;
Liia cola despojo era del viento.
Si de un cielo fué antes de ornamento.
¿Veis, me dijo, quealaire me provoca?
Pues antes ful muralla de una roca,
Si en aguas vuela al rio, ó si se pierde
Conguarnicionesdesu esmalleverde,
Aqui con más decoro v maravilla,
Kn aguas se anegó toda la orilla
Escureciendo arenas á millares,
Que como eran a/ules , eran mares ,
Y como airado el rio se enarbola ,
Las manchó ile cristales ola á ola.
Ksi:iban hedías unas
Desús bellas colunas
Al lazo estrecho de dos ligas breve
Üos fundas de carmín y dos de nieve.
De ámbar y cordobán la arena pura
Lasdosbasasguardódesta hermosura,
Queadornadasdedos flores hermosas
Por breves las cubrían las dos rosas;
Miré la cárcel de su pié pequeño,
Medile á las señales de mi empeño,
Y hallé que era el imán de mi venida.
Requiero el dueño el alma repartida.
Todos los ojos dejo á la ribera ,
Y vila entre el cristal desta manera.
Guardaban la hermosura que recala
Dos criadas en túnicas de plata,
Y por quererse traducir al hielo.
Velo de caza puso al blanco cielo
Por cuyos ojos de su espacio breve
Asomándose andaba alguna nieve.
Sentado en el arena en glurla tanta.
Corrió el cristal rondando su garganta,
Y con correr al verla suspendido,
Kl que corría se quedó corrido.
Iba por la campaña dilatada
Toda el agua nevada ,
Que como de la nieve babia venido
Lle\ aba lo que había derretido ;
El cabello que al aire se esparcía
Anegado en sí mismo se perdía,
Y con estar del cuello abajo cculta
Entre el cristal que su marlil sepulta.
Corrió en lasondas.queel cabelloaias-
I)e la garganta arriba la borrasca; [ca,
Cortó el cristal con apacibles lazos,
Y fabricando remos en los brazos,
Hatel de nieve errante al cristal bello
Para la vela descogió el cabello;
Vuelve á la orilla y toda se recata,
Y aferrando dos áncoras de plata
En el río, azul cielo, siendo astro,
nizo salva á la orilla de alabastro;
Saludáronla todas sus criadas , [gadas
Y á un pabellón de Holanda ya unlrc-
La reciñen sirenas,
Y yo en las ramas la examino apenas,
Cuando para mirar deidad tan rara
Solté la vista y recalé la cara :
Sirenas nubes guardan este cíelo.
Sólo la vi el semblante, todo hielo,
Y escitia de jazmín al recogerla,
Con la boca tirita perla á perla;
Por el cabello y por el rostro iguales,
Fué sudando cristales.
Que porque de perderlos no se enoje
La onda <iue la enjuga los recoge;
KO HAY SER PADRE SIENDO REY.
Vístese ya , cobrada de su fuego.
Entra eii un coche, yo la sigo ciego,
Piérdol.". de los ojos con la noche,
Vuelvo por mi caballo, sigo el coehc,
Entra en su casa y el efecto cesa ;
Supe que era Casandra, la duquesa;
Galanteóla siempre, sirvo amante;
Desprecíame galán, niega constante;
El duque Federico entra en su casa.
Arde mi amor, y ardiendo, el pecho
[abrasa;
El Duque con mí padre me persigue,
ti visita á Casandra, en que se sigue
De dos enojos un castigo mío;
Sin libertad estoy, sin albedrlo,
Por una parleelDuqueme ha injuriado,
Por otra estoy celoso y indignado;
Si la muerte le doy, pierdo i mi dama;
Sí le dejo servir, arde esta llama;
Con su vida mis dichas aventuro.
Con su muerte mis penas aseguro.
Hallóme enamorado,
Mí padre está indignado.
Mi hermano por mí causa vive ausente.
El liey es impaciente,
Yo le tengo irritado, es justiciero.
Si sufro este desprecio, amante muero;
Esto me trae suspenso, airado y triste.
Dame el consejo tú, pues le ofreciste.
nODEKTO.
Tan atento me has tenido.
Que me debes por atento
1,0 que á ti por lo que cuentas
Siendo mí Señor, le debo;
Pero di, j.por qué aborreces
Tanto á tu hermano, supuesto
Que es el duque Federico
Quien ocasiona tus celos?
Ocho dias han pasado
Después que airado y soberbio
Ocasionaste la riña
Dentro en Palacio, y en ellos,
Ni el Infante ha parecido.
Ni el Rey, tu padre, ha resuelto.
Temiendo tu condición.
Dejarte en tu cuarto preso.
La vida pasa llorando.
Tan lastimoso y tan viejo.
Que hace del llanto congoja
Y hace del gozo sosiego.
Busca á tu hermano, Señor,
Y olvida esos celos necios;
Dile al Duque tus cuidados,
Máodale ocultar su incendio ,
Dile que deje á Casandra,
Hazle faltar á súdelo.
Que en él no es culiia el amar
Si en II el no mandarle es yerro,
Y puede no ser verdad.
RUGFnO.
No puede; porque supuesto
Que le veo entrar de noche ,
Ni á las dudas me consiento.
Ni de los celos me aparto,
Ni á las sospechas me niego.
Que lo que mira un sentido
No lo ha de negar un pecho.
;Ay, Roberto! sí yo hallara
Para apagar este fuego
Quien me escondiera en su casa...
Viven los hermosos cíelos.
Que encargara á la violencia
1.0 que no ha podido el ruego ;
Mas JO...
Sale COSCORRÓN
COSCOnRON.
Ya le di el papel;
A casa otra vez me vuelvo;
Pero Rugcro está aqui ,
{Ilacf que se va.)
Y no me hallo con Rugeros.
nucF.no.
¿Quien es?
COSCORRÓN.
(.4p. Él me ha visto ya;
Vive Cristo, que le temo,
Y hago muy bien.) Ego sum,
RtlGERO.
¿Quien?
coscontioN.
Un indigno escudero
De la duquesa Casandra ;
Llevaba un poco de miedo,
Y i bale á dejará casa.
RODEdTO.
Pues no le llevéis. {Ap. Hoy pienso
Conseguir esta intención.
Pues me da ocasión el cielo.)
¿Como os llamáis?
cosconnoN.
Coscorrón.
RUCERO.
¿De dónde venís?
COSCORRÓN.
Yo vengo
De donde su alteza mande,
íüicen , que el dicho Rugero
Por quítame allá esa |)aja
Despacha un hombre á las ciento.)
Señor, de dar un papel
Al Rev, vuestro padre, llego,
De Casandra, mi Señora.
RUGERO.
Vete allá fuera , Roberto.
COSCORRÓN. {Ap.)
¿Qué querrá conmigo á solas?'
Que nie ha de pegar, sospecho.
Seis pares de nombres míos.
nUGERO.
¿Coscorrón?
COSCORRÓN.
¿Señor?
nUGERO.
Yo quiero
Preguntaros...
COSCORRÓN. (Ap.)
Ya me animo.
RCGERO.
Que me digáis...
COSCORRÓN. (ílp)
Ya me aliento.
RUGERO.
Si el Duque quiere á Casandra.
COSCORRÓN.
Yo no sé su pensamiento;
Mas pienso (pie no le quiere.
Pues todo es cosa de cuento;
Porque los dos cuando mucho
Eslán como unos guilaueros
Hablando cinco ó seis horas
Cada noche, y salen luego
Ella un poco más contenía ,
Y él un poco descontento.
RUr.ERO.
Tú has de hacer por mi una cosa;
Aguarda en el aposento
Üe Casandra aquesta noche;
Y si lo haces, le prometo
(.Saca un bolsillo.)
Mil escudos que hay en oro
En este bolsillo.
eOSCOBROM.
QueJo,
Vuestra alteza se repiiuia
Y deje promelimieiitos;
Que puesto que soy criailo
Y pues me precio de serlo,
Para vender á mi unii
No son menester dineros
Porque este es oficio mió.
ROCERO.
La vida y el ser te debo.
COSCURROS. (.4p.)
Si el supiera que su bermano
La pretende... Mas do quiero
Irritarle los doblones,
Pues aunque no los acepto,
Los pienso ginovesar.
RUGERO.
Cn Dn , Coscorrón, ¿qué haremos?
COSCORRÓN.
Ahora entra cierta criada ,
Que es alma de sus secretos ;
Será menester abora
yue esos mil escudos demos,
yue vo, para mi , ni un real
De toda esa fruta quiero.
RUGKRO.
Pues toma.
COSCORRÓN.
(Ap. Treinta demonios,
{Tómalos.)
Los más grandes del infíerno,
Me lleven , si yo la diere
Ni un ochavo solo dellos.)
Para mi cualquiera cosa
Bastará, que jo no intento
Serviros por interés.
(Asi hacen los mohatreros
Con nombre de cierto amigo
Pescan á un hombre el dinero,
Y el amigo es ellos mismos, j
Coscorrón , aqui le espero,
Pues ya la confusa noche
Desde el polo contrapuesto
Viene vistiendo de sombras
Las coronas de los cetros. {Vuse.)
lOSCORROS.
Va te sigo. ¡ Lindo oficio I
No hay mas l'láiides , caballeros :
Por treinta dineros solos
Vendió Judas á su dueño;
Mas no me espanto de Judas ,
Que, en efecto, era bermejo;
tialalon vendió á los doce
V los vendió sin provecho ;
Dellido mató .i su rey
Sin tocar un cuarto dello;
Pi;es si por precio tan poco
Judas vendió á su Maestro,
Galalon vendió á sus Pares
Y Uellidn i su rey mesmo;
Yo que ni aquél que me enseña
.M á mis doce amigos niego.
Ni á mi rey quiero dar muerte.
Sino que á mi dueño vendo,
Oue el nombre de dueño b;isla
Para ser traidor un ciego,
¿Qué mucho que por los mil
(jue en este bolsillo llevo
La venda y torne á comprarlu?
No hay mas honra que el provecho,
Y si no écheme alguno
Knsu olla ó su puchero
La honra en lugar de vaca,
V el pundonor por carnero,
Ycomer.i ejecutorias;
Mas yo, que dineros llevo.
COMEDIAS ESCOGIDAS DE DON FRANCISCO
Siendo traidor por mis obras
Seré hidalgo por mis hechos. ( I ate)
Salen CLÁVELA t CASANÜIíA.
CLÁVELA.
Todo es seiilir y llorar.
Todo penar y morir ;
¿De qué te sirve el vivir
Si no le sabes templar?
Véncele con más templanza ,
Y en tan prolijo tormento,
Ni descartes lu contento
Ni desprecies lu esperanza.
Si tu esposo no ha venido,
No te des á temor lanto,
Y entre el silencio y el llanlo
Sirva la voz de sentido ;
Un mes no es tan larga ausencia,
Que haces en tan fiera calma
Todas las potencias alma,
Y loda el alma dolencia ;
No destiles los crislales
En derretidos despojos ,
Ni quieras dar á tus ojos
Todo el peso de tus males;
Habla , porque no es razón ;
Di tus penas , porque es mengua
Quitar el uso a la lengua
Por dársele al corazón.
CASAJiDRA.
Como no sabes. Clávela,
Aunque mi amor lo pregona,
El fuego que me apasiona.
La llama que me desvela ,
La desdicha que me ofende ,
Kl pesar que me provoca,
La duda que me equivoca ,
Y el temor que me suspende ;
El mal que llego á inferir,
El bien que llego á dudar,
¿Piensas que se puede hablar
Lo que se puede sentir ?
No es cuidado aquel cuidado
Que puede ser diünido :
Mal que vive bien sentido
No se declara en lo hablado.
Vo, pues, cuando llegue á hablarle,
Si no he de poder decirle ,
Será mejor reprimirle
Que no saber explicarle.
CLAVtLA.
Ya he sabido que es lu esposo,
Y que está ausente el Infante;
Sé que le adoras amante ,
Y él corresponde amoroso;
Y aun sé que llave ha llevado
Con que pueda entrarle á ver
Si se arrojare á volver
A verle delerminado.
CASiMlRA.
;Ay, Clávela i oiro ilolor
Tanto mi gloria ha impedido.
Que por mayor le he sentido,
Siendo el que lloro el mayor,
iiugero ha dado en quererme ,
Servirme y solicilarme,
Y cuanto quiero apartarme
Más se inclina á pretenderme ;
Y no excusando la nota
Con que en servirme se empica ,
De dia me galantea
Y de noche me alborota ;
Si el Duque me viene á ver
Y á consolarmt; cn mi ausencia ,
É\ vestido de imprudencia ,
Todo entregado al poder,
Con el celoso rigor
Entre sus dudas inciertas ,
Uompe el decoro á mis puertas
DE ROJAS.
Y la opinión á mi honor;
Hasta que el Duque , obligado.
Porque dentro no le halle
Desde un balcón á la calle
Cuatro noches se ha arrojado.
Si al Principe no desdeño.
Siendo su hermano mi esposo.
Cuanto él obra riguroso
Tanto mi fama despeño.
Y si de mi honor es ley
Decirle que es mi marido.
Se ha de volver ofendido
A irritar su padre el Rey ;
Porque aunque es tal m'i nobleza
Que iguala á la majestad ,
No pasa la calidad
Por plaza de la grandeza.
Si constante y valerosa
Resistir quiero su llama ,
Cuanto desquilo á mi fama
Cargo á una opinión dudosa ;
Que como en él no es verdad
El amor que hace violento,
Nunca olvidará el intento
Quien quiere por vanidad.
De suerte, que yo me veo
Con el Infante casada.
De su hermano conquistada.
Poco seguro mi empleo;
Sin modo en el resistirlo.
Sin alma para esperarlo.
Sin lengua para contarlo,
Sin fuerzas para sufrirlo.
CLÁVELA.
¿Pues qué remedio has hallado
Para pena tan cruel?
CASANOtlA.
Al Rey le escribí un papel
Adonde cuenta le he dado
Del intento de Rugero;
Y aunque enfermo, he presumido,
Que si el Rey le ha recibido,
Ha devenir, como espero,
Esta noche ácaslig:ir
Su intención soberbia y fiera.
Tú ahora veteaba fuera;
Déjame conmigo estar.
Llégame una silla aqui.
CLAVtLA.
Ya la lienes prevenida.
CASANDRA.
¿ De qué me sirve la vida
Si la he de pasar sin mi? {Siétilase.)
CLÁVELA.
Voime allá fuera. {Vase.)
CASANDRA.
Hoy se baila
El alma con novedad.
Que es también la soledad
Oiro campo de batalla.
Ahora que estoy á solas.
De sospechas asaltada.
Con el fuego en el cuidado.
Con el recelo en la llama ,
Preguntar quiero á mis penas
Qué hay de mi esposo en el alma.
Veinte "dias se han pasado
Después que á mis brazos falta ,
Obediente y temeroso
De un padre que le amenaza.
De una ira que le espera.
De un hermano que le ultraja;
Y apurando esta materia...
Salen RUGERO y COSCORRÓN,
escondiéndose.
nUCERO.
Si esta es h última cuadra ,
Va no hay que pasar de aiiui.
cosconROR.
Aqui pscondido le apuanla.
Mjs a(]ui está, vive Dios.
CASAISDHA.
¿Quién anda en aquella sala?
{/'alíese áetrús Uugero.)
cosconKox.
CASAXDRA.
¿Aqui estabas?
cosconnoN. {Turbado.)
Si, Señora.
CASANDÜA.
¿Qué le turbas?
¿Qué licuiblas?
COSCORRÓN.
Tengo cuartanas.
CASAxnnA.
¿Distóle al Rey el papel?
COSCORRÓN.
(Ap. Vive el cielo, que si le lialla
(Jue me pierdo.) Si, Señora.
CASAÑERA .
¿Qué te dijo? Dito, acaba.
¿ De qué temor le has niudailo ?
COSCORRÓN.
No icnpn olra cosa en casa
Que mudarme.
CASANDr.A.
Habla de presto-
COSCORRÓN.
( Ap. á Uugero. Hazle atrás, Señor, v
Si, Señora, ya le di. [11
CASANDRA.
¿Y qué le respondió?
COSCORRÓN.
Nada.
CASANDRA.
¿Con quién hablai<lp allá fuera
Cuando por la puerla entrabas?
COSCORRÓN.
{Ap. Cogióme, por san Hilario.)
F;ngariaste , que no hablaba.
CASAXURA.
iQuébacias?
COSCORRÓN.
Itezaba recio.
CASANDRA.
¿Pues rezar quedo no basta?
COSCORRÓN.
Voy rezando por mi padre,
Y era sordo.
RUGERO. {Ap )
Va me causan
Tantos disparates risa.
COSCORRÓN. {Ap.)
¿Pues no es cosa bien extraña
(,iue lcn;;a miedo y doblones
Siendo cosas tan contrarias?
CASAMIRA.
Vete noramala luego.
COSCORRÓN.
SI haré. ¿Dó:ide es noramala?
CASANDRA.
Vete luego.
COSCORRÓN.
Luego y yo
Haremos lo que nos mandas.
(Ap. Porque soy grande alcahueto,
Muy amigo de mis amas
Pero m.is de mis doblones ,
^o iiAV si;n paduk siendo iiky.
Y sabré vender mi lama ,
Pero mejor mi Señora
En las cosas de importancia...
Y asi , voy á no volver,
Sallando'de sala en sala.
Como otros de peña en peña.)
(.1 Hugero) Va te dejo en la estacada
Yocunipli con tus doblones,
Cumple tú con tu demanda ,
Y encomiéndale :i Tanpiino,
V.n prometer no hnva falta,
Y si pudieres echar
Un lagrimón, será causa
Para coiu|iiislar mil Porcias;
Dile aquello de mi alma,
1.0 lie la ese y el clavo,
One 05 una pran circunstancia :
Si pidiere cedulita.
Dale tú una cedulaza ;
Y si la mano de esposo.
Prométeselas entrambas.
Y un obispado también.
Que Clin esto y buena maña,
Iluen despejo'y mal amor,
Cran promesa y corla paga.
Habremos cumplido entrambos
Con todas las carabinas.
Til alcanzando lo que intentas
Y yo vendiendo á mi ama. (IbSl'.
RUGERO. (Ap.)
.«i soy yo quien m.is la quiero ,
Si ella mi afecto no paga ,
Y si el Dtupieesmi enemigo.
Si él la sirve y ella le ama ,
Si á mi me desprecia siempre ,
Si eslov dentro de su casa.
No ande cobarde mi amor
N¡ el alma indelerniinada.
Ella está en aquesta silla.
No os echéis á perder, ansias.
No quiere quien considera
Que el incendio se profana
Si se duda la violencia
Donde falta la cs|u>ranza ;
Esta luz quiero malar.
Porque hay acciones tan malas,
Que son para hechas mejores
Que pueden para miradas.
{Mata la luz.)
Yo me acerco hacia la .silla
CASANDRA.
Aqui be sentido pisadas,
Y la luz también han muerto.
¿Si hay alguien dentro de casa,
{Levántase.)
Que mi ofensa solicite?
Si han entrado en esta sala ,
Si hay alguien dentro ó no le liav;
Si le hay le evito la causa
(ion entrarme á mi retrete;
Si lio le hay, no importa nada
Que me vaya i recoger.
;0h qué de ilusiones andan,
Al parecer evidencias,
i:n penas disimuladas!
Yo me entro por esta puerla. {Vase.)
nUGERO. (.4p.)
Hacia aquí pienso que estaba ;
lista es la silla , yo llego;
Necedail sera olillgarla ,
Que quien se negó á la dicha.
No ha de admitirse á la infamia.
Ya la tengo en mi poder.
Arda amor, el fuego arda,
Y acaben... Mas , vive Dios ,
Que se levantó Oasandra,
Que fué apariencia mi suene,
Y fué viento mi esperanza.
{Tienta la silla.)
Si, era esla la silla, sí,
Que no habia olra en la cuadra ;
Sin duda que me ha sentido;
Mas no es posible que salga
Sin encontrarla de aquí;
A escuras quiero buscarla;
Yo he errado en malar la luz;
Pero, ¿quién, cielos, pensara
Que me fallara la noche
Yendo á buscar la desgracia?
Sale ALEJANDRO á oscuras, por la
otra puerta.
ALEJANDRO.
Ayudado del silencio
l'or estas confusas cuadras
A ver á mi esposa he entrado
Con la llave que llevaba .
Que no pude en veinte días
Venirla (i vor , mas no tarda
ispii'os
-■1 alma.
; cuartos;
ra Casandra?
mtré;
No (piisieraallH.iolaila,
( Ti'pe con la silla ij derríbela, tj al ruido
se llega Rugero.)
Va que estará recogida.
RUGERO.
Por aqui sin duda anrla,
Porque derribó la silla,
V ya siento las pisadas.
ALEJANDRO.
Yo la busco : entrar (luisicra.
RLGERO.
Yo llego antes que se vaya
De este modo ; mas , per" Dios .
{Tópanse los dos , y abrdtausc.)
Que si el tacto no me engaña
Yo he hallado lo que busqué.
ALEJANDRO.
Aun no he llegado á mi casa ,
Cuando una sombra me tieno
V un bullo mudo me abraza.
RL'GERO.
¡ Cielos , á mí me detienen !
¿Pues para cuándo se guardan
De mi osado corazón
Las iras y las venganzas?
Pero al querer arrojarme.
No sé qué secreta causa
Me suspende los impulsos
Y el movimitnlome ataja.
ALEJANDRO.
¡Hola, Fabio! ¡ hola, Itisclo!
¡Silvia! ¡Clávela I ¡Casandra!
Sale CASANDRA con luz.
CASANDRA.
¡Cielos, qué es esto que miro!
La sangre distingo helada.
(Apürtanse , y empuñan las espadas.)
ALEJANDRO. (Ap.)
¡Cielos, siesta es ilusión.
Despenadme loda el alma !
Y si es cierto lo que miro,
No se embaracen las ansias.
Mi hermano, que es mi enemigo,
A estas horas, y en la casa
De mi esposa me detiene?
/. lilla la color turbada ,
Sale á alumbrarme mi ofensa?
¿Mi hermano empuña la espada.
Ella neutral se confunde,
ÓÜ8 COMEDIAS
Yo (lesenliiMido la infamia?
No es posible , yo lo sueño ;
Pues si eslo api-nas pasara
Yo di'l)iera castigarlo.
Mi licrmano se recalara ,
Mas ¿reportarse Ru¡;ero
Cuando mi vida amenaza?
¿Premiar mi esposa á mi hermano
i;n que las leyes humanas
ritrajaalevosamenle
Y i las divinas profana?
Sueño, digo, otra veies ;
Pues cuando las quebrantara ,
Sacrilega y licenciosa
Cruel y determinada.
Mal alumbrara la ofensa
La que el agravio disfraza.
nucEBO. (.4p.)
Aparente es lo que advierto;
Oue mirar desdichas tantas ,
Nii pensadas á ios ojos
Ni al discurso imaginadas;
Entrar yo tan de secreto
A esta penúllima cuadra,
Matar la luz advertido,
Ruscar amante á Casandra ,
No hallarla donde la vi ,
Irla buscando, dudarla ;
Salir ella con la luz,
Siendo la que yo buscaba ,
Hallar mi hermano en mis brazos
Estando ausente, ó son trazas
Que obra la imaginación
Para deslumhrar el alma ,
o apariencia de los ojos ;
Porque bien consideradas,
Para verdades son muchas,
Y para ilusiones bastan.
CASANDRA.
{Ap. Piadosos cielos, ¿qué es esto?
■ i Mi esposo, que ausente estaba ,
En esta pieza tan presto!
; Rugero, que le amenaza,
Kn mi casa y á estas horas !
t.\ con la color turbada,
liugero indeterminado.
Yo dudosa de mi fama.
Para con mi esposo fácil ,
Para con Rugero ingrata !
¿Cómo haria, ¡ oh cielos claros !
De modo que satisfaga
A mi esposo del indicio?
Si le digo cara á cara
De Rugero la intención,
Mi inocencia y su constancia.
Ha de echar de ver Rugero
Que es mi esposo, y esta es causa
Para perderle á mis ojos
Si el Rey, su padre , lo alcanza ;
Y si callo ha de pensar
Que yo puedo esiar culpada.
Si enojo al Principe ahora
Ocasiono una desgracia ;
Y también con él me importa
Satisfacer á mi fama.
¿Pues qué modo intentarla
De tal industria , tal tra^a,
Y que siendo entrambas partes
A la opinión necesarias,
Propicia la de mi esposo.
La del Principe contraria ,
Con una misma razón
Las satisficiese á entrambas?
Obre por si la inocencia ,
Que tal vez averiguada
Echa á perder un honor
Ijna mentira sin causa.)
Fantásticos cuerpos mudos,
Üultos sin voz y coo alma,
ESCOGIDAS DE DON FRANCISCO
Los dos sombras de otros dos.
Los dos de otros dos estatuas ;
Dad la lengua á la disculpa ,
liesempuñad las espadáis,
Y lo que habláis con efectos
Determinadlo con causas.
¿l'or(|ué profanáis, decidme,
Él sagrado de esta casa ,
^■unca violado hasta ahora ?
¿Cnál intención os engaña?
¿Cuál impulso os precipita
0 cuál incendio os ampara?
¿IJn Principe y un Infante,
Asi á los decoros faltan.
El uno de su prudencia,
Y el otro de su constancia?
¿Quién os ha traido aqui?
Hablad; ya el silencio basta.
Que no siempre están sin culpa
Todos aquellos que callan.
Principe , hablad ; vos. Infante .
No suspendáis las palabras ,
Satisfaceos á vosotros ,
Volved la sangre á la cara ,
Cobrad la voz á la lengua.
Abra el corazón las alas.
Comuniqúese á los labios
El sentimiento del alma;
Destílese la razón
Mientras por el pecho pasa ;
No ande el agravio dudoso
Y la culpa disfrazada.
Yo para conmigo tengo
La disculpa que me basta;
Para vosotros la busco;
Porque no es bien que se vayan
Con el escrúpulo el nno
Y el oiro con la ignorancia.
Acabad.
RECEBO.
[Ap. ; Que quiera el ciclo.
Que al tiempo de mi venganza.
Un hermano 4 quien adoro
Resista á mis amenazas !
¡ Y que á todo cuanto intento
Me contradiga su espada ,
Se oponga su indignación
Y se arrojen mis palabras!
1 Y que en cualquiera ocasión
Le halle delante! Esto basta
Para alterar una sangre ,
Que cuando el valor se ultraja
Es la paciencia temor,
Y es el sufrimiento infamia.
¿Pero qué hago yo en sufrirle
Si le quiero bien? No valga
Mi arrojiimiento conmigo,
Es mi voluntad quien manda;
Vive Dios que he de sufrirlo,
Y ahora vuelvo á una traza
Que me ha ofrecido el discurso
Para Dngir a Casandra.)
Duquesa, yo no he podido
Negaros que por las tapias
Deslos jardines he entrado
Esta noche en vuestra casa.
Supe que ocultas en ella
Cn villano que me agravia.
Un Duque que me persigue
Y un aleve que me infama ,
Que es Federico, y airado
A darle la muerte entraba ;
Encontré en ella á mi hermano;
Eslo es en pocas palabras
Todos mis impulsos dichos.
Todas mis iras contadas.
Mi hermano dirá...
ALEJANDRO.
Diré,
Que la Duquesa es casada
En secreto eoo el Duque.
(.4p. Asi mi honor se disfraza.)
Que me ha dado aquesta llave.
En tanto que el Rey apaga
De sus enojos conmigo
Las más encendidas llamas.
Para que á su cuarto entre ,
Que ahora en su cuarto entraba.
Que le encontré en esta pieza.
(Ap. Esto le importa á mi fama.)
Que he de volver por el Duque,
Si de mis venas no sacas
La sangre, que por ser tuya
Está profanando un alma,
Y que...
RUGERO.
Detente, Alejandro;
La voz con el pecho gasta,
Habla allá dentro contigo.
Anega por la garganta
Las querellas que te inducen.
Porque si no las atajas
Las dirás por muchas bocas
En tu sangre desatadas;
Porque si yo... (Ap. Aqui me importa
No darle á entender que hay falta
De rigor y de impaciencia
En mi amor y en mi constancia;
Porque aunque tanto le quiero,
Sobra en ocasiones tantas
Que me detenga el efeto
Sin que él entienda la causa.)
Vuelvo otra vez á decir.
Que porque se satisfaga...
Sa/í CLÁVELA, /urifldfl.
CLÁVELA.
Señora, el Duque ha llegado.
Como escribiste el papel ,
A acusarte que con el
i;i Rey en tu casa ha entrado,
Y con ser tarde...
CASANDRA.
¿Eslo pasa?
RÜCERO. (Ap.)
¡ Que eslo me baya sucedido !
CLÁVELA.
En una silla ha venido
Desde Palacio á tu casa;
Él entra ya.
ALEJANDRO.
Vive Dios,
Que hay mucho que recelar.
Rl'GERO.
Yo le tengo de esperar.
CASANDRA.
Principe, Infante, los dos,
Para poder evitar
Desdichas tan evidentes ,
A dos cuadras diferentes
Os habéis de retirar.
ALEJANDRO.
¡Hay mas penas!
CASANDRA.
¡Mas cuidados!
nCGERO.
¡Más males suceder pueden!
CASANDRA.
(.\p. No es razón que juntos queden,
Pnesto que están enojados.)
Vos, Principe, vos. Señor,
Esto por mi habéis de hacer.
nUCERO.
¿Yo me tengo de esconder?
CASANDRA.
No es el respeto temor,
Y no hay quien lo juzgue aquí.
Rl'CERO.
Oboderco; mas, por Dios ,
Que lo que inlenlo por vos
No lo hiciera vn por mf. {Escihulese.)
CASAXDRA.
Espero...
CLÁVELA.
Piesio, Señora.
CASANÜRA.
¿Te entras sin hablarme, esposo?
ALEJANDRO.
Cl pecho llevo dudoso;
üéjamc, Duíiuesa, ahora.
CASANDRA.
Allá dentro no has de entrar
Sin que me digas primero...
ALEMIIDRO.
Si no he de hablar lo que quiero ,
¡fie qué me sirve el hablar?
CASANDRA.
Pues si el ruego no me vale,
I!u; mis afectos veris.
ALEJA>'0R0.
¿Aun quieres que vea más?
CASANDRA.
Ove ; mas vete que sale:
Aiiianle cl pecho se abrasa.
(Lsciiidele en otra pieza.)
Sale» EL HEV, EL DL'QÜE
"asjie.mo.
RET.
Todos á esta pieza entrad.
CASANDRA.
Señor, ¿vueftr.i majestad
A estas horas y en mi casa?
REY.
SI, Casandra; yo be venido
De vuestro honor provocado,
Üe vuestro papel llamado,
De mi piedad prevenido :
Que, aumiue enfermo, os aseguro.
Que porque tengas quietud.
Aventuro mi salud
Y mi opinión aventuro.
En otras casas he entrado,
Y cuando al Principe sigo.
Que a Alejandro busco, digo,
rso que á Hugero he buscado;
Purcjue asi. Duquesa, evito
Que no diga algún criado
I.IUC esta casa he visitado
Y las demás no visito.
Aqui os vengo á defender
De quien vuestro agravio intenta ,
Lo menos por mi parieiita
Y lo más por ser mujer;
Mas saber de vos espero,
Pues queme habéis prevenido,
Si aquesta noche ha venido
A alborotaros Kugeni;
Porque en mi es precisa ley
Pues he venido á buscarle
Si como padre tf mplarlc,
Castigarle como rey ;
Decidme si se ha escondido
Dentro en casa.
Mirad vos |ior vuestro honor.
Casandra.
Ya os digo (|ue no ha venido.
(Ap. .Si á conlárselo Lie allano,
Y digo que dentro csli,
NO HAY SER PADRE SIENDO REY.
I En hablándole dirá
¡ Que está escondido su hermano.
Y si el Rey halla á mi esposo
Mi intención muere perdida,
Esláá peligro su vida
Y queda mi honor dudoso.)
Señor, digo que no está.
Pues si en mi casa estuviera
Cierto es que le lo dijera
La que el aviso te da.
REV.
Vamos, Duque; vos. Señora,
En vuestro cuarto os quedad.
(Hace que se va.)
DUQUE.
Advierta tu majestad ,
(blceselú el Duque aparte.)
Que da que decir ahora ;
Pues en las casas que ha entrado.
Por desmentir sus intentos,
Los menores aposentos
De todas ha visitado,
Y ahora le importa más
Que no quede quien se irrite
Que esta casa no visite
Y averigüe las demás.
REY.
Di'cls bien: mirar lo quiero. -^
¿Casandra?
CASAKDRA.
¿Qué me mandáis?
REY.
Aunque vos me aseguráis
Que no ha venido Rugero,
Ahora me importa ver
Ebte cuarto en que habitáis.
CASANDRA.
Mirad, Señor...
BEY.
¿Qué , os turbáis?
CASASDRA,
Que yo... ¿Ciclos, qué he de hacer
Nada, Casandra , os espante.
CASANDRA.
Señor...
REY.
No hay que resistir,
Pues les dije por cumplir
Que á bubcar vengo al Infante ;
Pues aunque amor me aconseje
En que amaros solicite.
Cuando otras casas visite
No es bien que la vuestra dejo.
CASANDRA.
Mirad...
REY.
Esta Iu7. lomad.
(Toma la luz cl Duque.)
Ved ese cuarto. {Ap. ¡Qué espero!)
REY.
Este quiero ver primero.
CASANDRA.
Advierta tu majestad...
REV.
Ya miro por vuestro honor,
Y hacer esto es importante:
Mirad si está aqui el bifaule ,
Entrad, Duque.
{Vaya el Rey al cuarto donde está .ile-
jaudro, y sale.)
ALEJANDRO.
SI, Señor,
Rey y padre junlanicntc ;
3»!»
Ya, Señor, me liabeis hallado.
Si como siempre el culpado.
Como siempre el obediente;
Y aun(|ue el semblante trocáis
De verme escondido asi,
.Me he holgado de estar aquí
Porque sé nue me buscáis.
No quiero daros disculpa,
Si he de ser vuestro despojo,
Que pues tenéis el enojo.
Quiero yo tener la culpa;
Y la ejecutara, digo.
Porque si no, se dijera
Que sin que la cometiera
Me dábades el castigo ;
Y aun(|ue vuestro enojo es
Tan grande, llego á pensar
Que no me habéis de faltar
Al mérito de esos pies ;
Pues con piedad singular
Advierto, padre y señor.
Que os holgasteis de mi error
Por tener que perdonar.
(De rodilla».)
REY.
(Ap. Tan dudoso me averiguo
En tantas dilicullades.
Que las menores de todas
Las acredito más grandes.
La Duquesa me escribió
En un papel esta larde
Los intentos de Kugero
Pidiendo que la amparase;
Salgo de casa esta noche,
Finjo que busco al Infante;
Al Principe solicito;
Y cuando llego á buscarle
Finjo que al Infante busco,
Y el mismo que unjo sale;
Pues ponerme á averiguar
Esta confusión , no es fácil ;
Pues castigar á Alejandro
Por otros cargos más graves
Conque irritó mi piedad,
Y altero mi helada sangre;
Dirán que por esta causa
Me reduzgo á castigarle,
Con <|ue la Duquesa (|ueda
Para con el vulgo, fácil,
Alejandro por culpado.
La sospecha inexcusable.
Yo muy rey en el castigo;
Pues véiiziisp como padre
Quien niij-i un hijo a sus pies
laii liiiihildi' i'dMsagrarse.
;l'aia la piedad , (|ue pi esto
Se; rompen dilicullades!
í.ICste puede tener culpa?
No es posible; y cuando ultrajo
Mis canas poco atrevido
Y mi honor poco constante,
Ya merece lo que pide
Por lo (|ue llega á rogarme.
;0h lo que quiero á este hijo!
; Gil que hago de disculparlcl
Yo soy liscal de su culpa,
Yo soy en su abono parle.
¿Qué le diré á la Duquesa?
Pero en casos semejantes ,
Cuando es dudosa la culpa
Es el silencio quien sabe ,
Callando con dos sentidos,
Dejar dudoso el examen.)
Venid, Infante, conmigo.
ALEJANDRO. (Ap.)
¡Cielos, desdichas tan grandes!
Aquí el Principe se queda ,
Y si le digo á mi padre
Que mi hermano queda oculto
Otra vez he de irritarle,
Y dirán que la Duquesa
-too
Le ocultaba como nmanie,
ijueda su opinión en duda;
Y á mi más puede imporlarme
El silencio en el delito
Que el remedio en el ultraje.
BEY.
¿No venís?
ALEJANDRO.
Ya vov. Señor;
(Ap. Pues el Principe no sabe
Que es la Duquesa mi esposa;
Pero no bav (jue recelarme,
Que él vino"á nuilar el Du(|uo,
Tso por ella ; el consolarse
Cu;indo es el riesgo dudoso
Hace menores los niales.)
BEY.
Acabad.
ALEJANDRO.
Va os obedezco.
{Ap. Y cuando el remedio falto ,
Decirle que soy su esposo
Será el remedio más fácil.
¿Cómo le diré á mi esposa
Que á Rugero se declare
Si se viere en el peligro?
Pero hablando con mi padre.
Me entenderá la Duquesa.)
Vamos, que quiero contarte
La causa de haber venido
Profanando estos umbrales;
Decirte quiero mi culpa ,
{Mira (i la Duquesa.)
Porque es menos importante
Que un delito sea mayor
{Mira á la Duquesa.)
Que no que un bonor se manche.
Va me entiende.
¡Av, hijo mió!
{Ap. No hay para qué disculparte,
Que aunque para todos rey,
Soy para contigo padre.)
{\anse.)
CASANDHA.
Vo quedo con él á solas,
V asi en tanto que el Rey sale
Desde esta puerta pretendo,
Porque se vava, llamarle.
¡.\h, Principe!
Sale RUGERO.
KUGERO.
¿Quién me llama?
casa:«dra.
COMEDIAS ESCOGIDAS DE DO.N FRANCISCO DE ROJAS
1 CASAMiRA. (Recio.)
Ah Rey! ¡ab Duque! ¡ah Señor
RUCERO.
1.a VU7. guarda, no les llames.
I Ü harás...
j CASANDR».
Que vuelva otra vez
RUGERO.
¿Asi lias querido atajarme?
{Llégase Uiigero.)
CASAXDRA.
Vete presto.
RUGERO.
Ya me voy.
Mas primero...
CASANDBA. (Recio.)
¡AhRey! ;ah Infante;
ROCERO.
Espera . déjalo, aguarda.
Yo soy.
Rl'GERO.
¿Fuese ya mi padre?
CAS\>DRA.
Pues de ese modo...
{Llégase á ella.)
CASANDRA.
No pases más adelante;
Junto á esta puerta en que estás
Hay otra que va á la calle.
Vete por ella, ó haré
Que antes que tu padre baje
Esta primera escalera.
Suba otra vez á encontrarte.
RUGERO.
Pues yo quiero...
CASANDRA.
No te llegues.
RUCERO. {Llégase á ella.)
Poco la excusa te vale.
No hay infamia donde hay sangro.
RUGERO.
Corresponder no es vileza.
CASANDRA.
Mi esposo y mi honor es antes.
RUGERO.
¿Tu esposo, quién es?
CASANDRA.
El Duque.
{.hp. Aqui importa deslumhrarle.)
nCGERO.
Daréle muerte.
CASANDRA.
No harás.
RUCERO.
Él ha traido á mi padre.
CASANDRA.
Yo fui quien le envió á llamar.
RUGERO.
Poco importa que me engañes
CASANDRA.
Volverán por él los cielos.
RCGERO.
Los cielos quieran vengarme.
Vo he de ser soberbia roca.
RUGERO.
Y yo en quererte constante.
CASANDRA.
Yo diamante en resistirme.
RUCEHO.
Y yo en servirte diamante.
CASANDRA.
¿No te vas?
RUCERO.
Ya le obedezco.
Dile al Duque que se guarde.
JORN.VD.\ TERCERA.
COSCORRÓN Y ROfíERTO topan á
lir(;EUO turbado y herido, y la es-
pjda quebrada.
noRERTO.
Principe, dueño y señor,
¿Tú en el suelo desla suerte ,
Propia imagen de la muerte,
Enigma de tu dolor?
COSCORRÓN.
¿Quebrado el valiente aeerO,
Tan indecisa la vida.
La capa al hombro perdida
Y á la cabeza el sombrero ?
ROBERTO.
Mueve la lengua veloz.
Si no es que el dolor violento
Por sagrado del tormento
Se ha retraído á la voz;
Cuéntanos tus sentimientos.
ROCERO.
¿Estamos solos los tres?
RORERTO.
Si, Señor; empieza, pucs.
RUGERO.
Oidme todos atentos:
El que nos cuenta las vidas
Daba las mayores horas
Dividiendo de la noche
La confusión de las sombras,
Cuando de amor y de celos
Dos el'elos me apasionan ,
El uno que me suspende
Y el otro que me provoca ;
La causa busco en Casandra ,
Y de la noche medrosa,
A la ejecución llamado
Junté impulsos y memorias.
Entré contigo á su cuarto;
Quédeme con ella á solas;
Dile á una luz un suspiro,
Y como llama más propia
Padeció eclipse de fuego
Su luz en esfera poca.
Pues le dejó á la materia
Los alientos de su forma.
A escuras sus rayos busco,
Y racional mariposa.
Torpe la planta y el brazo.
Mudo el labio, la voz sorda ,
Rali las alas cobardes
En venganzas animosas.
Hallo á mi hermano en mis brazos,
Y con la llama celosa.
Más de dos impulsos míos
Se quedaron en congojas.
Sale Casandra turbada ,
Viene mi padre á deshora
Ocasionando del Duque
Que mis rigores provoca.
Recatóme en su retrete ;
Pero contaros importa
Cómo el Rey halló á mi hermano.
Que conmigo quedó sola ,
Que me hizo salir por fuerza.
Que me dijo que era esposa
Del Duque, que lo creí;
Vamos al suceso ahora.
Sali de su casa, en fin,
Derramando por la boca
Del veneno de mis iras
Destilada la ponzoña.
Con mis celos me aconsejo
Y á la venganza me exhortan;
Son fuego y buscan materia
A sus llamas vigorosas ;
Celoso y desesperado
Busco al Duque queme enoja.
Que la desesperación _
Es madre de las discordias;
Voy á buscarle á palacio.
Discurro las salas todas.
No le encuentro aunque le busco.
Siendo aquesta la vez sola
Que se tardó la desdicha
Habiendo de ser forzosa.
Vuelvo en casa de Casandra,
Otra vez, cuando la antorcha
De la noche a media luz
Los nuljbilos <Iesemboc.in.
Pruebo una llave inaeslru
A un poslií;o, vil custodia.
Pues ;il ruego de una llave
Libró f:ic¡les lisonjas.
Entro al cuarto de Casandra
Turbado, la color roja,
La vergüenza descortés,
y la injuria vergonzosa ;
Kstaba en un candelcro
Muriendo una luz .deseosa
De hacer sepulcro de plata
El cóncavo de su boca ,
Y á la luz de un parasismo
Que confundió en una sombra.
Su intacto tálamo miro
Que de un pabellón se adorna.
Llego al lecho, y en el miro
(;A.v, Dios!) la IJtiquesa hermosa
Hacer lazos de dos almas
Ileducidas á una sola.
Su esposo con ella estaba,
Y el sueño que los provoca
Fué tregua para volver
A la batalla amorosa;
Sobre el rosiro ile su esposo
Su negro cabello en ondas
Destrenzándole, anegaba
La respiración dudosa:
No quise, no, descubrille.
I'orciue en tanto que rero>a.
Se aliorrára de sobresalto
Lo que de vida se ahorra.
Y asi, sin mirarle al rosiro.
Porque es acción vergonzosa
Itecrearse en el objeto
Kl que la venganza loma.
Muerta ya la breve luz
Que respirando medrosa
Para morir con su dueño
Fué animando su congoja,
Al Duque aleve desalo
De sus venas alevo.sas
Cuanta sustancia cobarde
Se fué alimentando roja;
Y dejándole el acero
Por insignia . por memoria.
Bordando el lecho de nieve
En laberintos de rosa,
•Irayéiidome la señal
De su sangre en la que informan
Mis iras, y en estos brazns,
Atajo en distancia corta
Desde un balcón á la calle
Las pisadas valerosas ;
Ya satisfecho mi agravio.
Mi sangre airada se cobra.
Cuando de una visión salseo
Y voy tropezando en otra:
Reparo un bulto en la calle,
Que con una voz medrosa ,
Todo espíritu el aliento
(Cobardemente me nombra:
La espada le encargo al brazo
Que tan airado se arroja
Que fué castigar por bullo
Lo que apenas halló sombra.
Y apenas pruebo un impulso
Cuando el amago me sobra ,
Que como estaba leyendo
Este bulto que me asombra
En el libro de mi brazo
Las muertes y las discordias,
Expurgador de la infamia
Bompió al volumen la lioja
(Quien eres (le dije entóneos).
Oh Vision tan poderosa,
Que mandas en mis impulsos
Y de mi aliento blasonas?
Rugero, el Principe, soy.
Dijo, cuando desemboza
Debajo de un negro velo
R.
NO IJAY SEU PADRE SIENDO P.EY.
Un esqueleto sin forma.
Caigo al suelo, y yo no sé
Si fué valor mi congoja
O fué miedo mi desmayo ,
Porque como entrambas cosas
Siendo de distantes causas
Con un propio efeto obran ,
Pues de vencido un valor
Él mismo su imagen postra ,
Y un temor por encubrirse
O le desmiente ó se borra;
Ondoso si se sujeta
Kl fuego que me inficiona
O al miedo de la desdicha
O al riesgo de la vicloria;
F.n efeto, yo me he hallado
Rn vuestros brazos agora
Sin alma para el aliento.
Sin fama para la historia,
Sin ira para el agravio.
Sin tiempo para mis glori.is ;
Allí dejo al Duque muerto,
Dejo á Casandra llorosa,
A mi no me bailo en mi propio;
De aquel bulto soy la sombra,
De aquel alma soy el cuerpo,
Desla sangre la deshonra,
Desta espada el escarmiento,
Desla vida la vicloria,
Desle cora/on venganza
Y de todo Dabilonia.
Tan atento te he escuchado.
Que en haberme suspendido
Presumo que me has debido
Todo lo que no he llorado.
Y no culpes el interno
Desla nueva suspensión.
Que la anadia la intención
Lo que falta al sentimiento;
Pero como ha amanecido.
Tu padre se ha levantado,
O de lus voces llamado
O del cuidado movido.
Vete, no te encuentre asi.
Hasta que te hayas cobrado.
RDCERO. (Ap.)
; Que aquesto me haya pasado !
Salir quiero por aquí.
Vcse á entrar, y sn!e EL liEV
al encuentro.
nET.
¿Hijo, Rugero?
nucBno.
Señor...
HF.Y.
¿Dónde ahora te adelantas.
La turbación en las plantas
Y el defelo en la color?
¿Tú levantado, Rugero?
¿Huir de mi arnur intentas?
¿Todas las manos sangrientas,
Y el semblante todo liero?
¿Dónde vas?
KücnRO. (.Ip.)
¿Qué le diré?
REV.
DIme todo tu dolor.
VKQzno. (Turbado.)
Digo que si... yo... señor.
Iba... estaba... no losé.
REY.
(Ap. No acierta á darme disculpa,
Cuando su amor solicito;
Donde hay temor, hay delito:
Donde hay turbación! hay culpa;
Onl añádanse estas quimeras
A mi recelo mortal .
Que las señales del mal
Siempre salen verdaderas.)
i Hola! traed de vestir
A mi hijo.
ROBERTO.
Así lo haré. (Vi
RtCERO. {Ap.)
¿Si mis yerros contare,
O si los sabré fingir?
Mucho mis males resisto
Entre mi pena cruel.
REV.
¿Y tu hermano?
REY.
¿No le has visto?
RtICERO.
No le he visto.
REY.
¿Y de qué es la novedad
De hallarte ya levantado?
ROCERO.
¿Pues también no ha madrugado
Ahora tu majestad?
REY.
Hijo, como el sueño es muerto
Y ya se acaba mi vida.
No quiero que el sueño impida
Lo que me queda de suerte;
Y asi si el sueño dejé
En mi cuidado otro empeño.
Pues lo que faltare al sueño,
A la vida añadiré.
Y ya como el liempo quiero
Apresurar mi partida.
Se ha de añadir á la vida
lodo lo que se pudiere.
Pero dime, por lus ojos.
Tu cuidado ó tu dolor.
Pon mi pena y pon mi amor
De parte de lus enojos;
Dime, ¿con quién has reñido?
¿Mas que ha sido con tu hermano?
RUGERO.
No, Señor.
REY.
Yo intento en vano
Saber lo que ha sucedido;
Pero de aqueste criado
Me pienso informar mejor;
Llegaos acá vos.
COSCORRÓN.
Señor...
[Ap. Esto es hecho, ya ha llegado
Mi papel.) ¿Decís á mi?
REY.
A vos digo, Coscorrón.
cosconnoN.
{Ap. Al miedo doy su oración.)
■ mi lodo entero?
REY.
Si;
Respondedme la verdad
De lo que deciros quiero.
COSCORRÓN.
,,La verdad? {Ap. Guarda, fiugero.)
Pregunte tu majestad.
REY.
¿Cómo la espada sacó
Quebrada?
COSCORROW.
¿Qué duda es esa?
Era espada ginovesa ,
Y de un alcance quebró.
4Ü2
r.r.T
i Y cómo le he hallado asi
Sangrienta la mano y mudo?
COSCORtlON.
Kslaba haciendo un menui.'»
V lo ha dejado por U.
REY.
noy has de perder la vida
Si no me dices primero...
{Saca Robería espada, cupo y Si/V.hi-
para Rutero.)
RODEIITO.
Ln espada , capa y sombrero
Tienes aqui prevenida.
REV.
(i4p. Dejar quiero aqueste loco.
¡Qué de cuidados admirol
Un prodigio es cuanto miro ,
Una sombra es cuanto loco.)
Acabadle de vestir.
COSCORRÓN.
El Bugero se ha quedado
Como poeta silbado.
RUCERO.
(Ap. ¿Qué aguardo? quiero decir
Úue al Duque airado maté;
l'orque 1)0 es igual aquí
Que me den la muerte á mi
Porque la muerte le dé ;
V si el Rey lo ha de saber,
Yo me quiero adelantar,
Pues aventuro en callar
La pena del cometer;
V quiero en esta ocasión
Que su piedad solicito,
Adelantar el delito
Por granjear el perdón.)
Señor, yo quiero contarte...
(Ap. No sé si eu decirlo acierto.)
Que al que más quieres he muerto.
Sale EL DUQUE.
DÜQOE.
La Duquesa quiere hablarte.
nt'GERO. (Ap.)
¿Qué es esto? ¡válgame Dios!
DDOUE. (Ap.)
¿Qué es eslo? ¡válgame el ciclo !
¿Aqui esta?
ROCERO. {Ap )
Todo soy hielo.
RET.(/4p.)
¡Cielos, confusos los dos!
¡Federico tan turbado!
¡Tan mármol vivo Bugero!
I Nadie en cobrarse primero !
Uno del otro dechado!
RCGERO. {Ap.)
El alma indeterminada,
Va no puede resistirme
REY.
¿tlijo, qué ibas á decirme?
RUGERO.
Yo no iba á decirte nada.
¿Y tú qué quieres contar?
¿Cómo así tu labio cesa?
DUQUE.
Que Casandra, la Duquesa,
Te quiere. Señor, hablar.
Entre.
REY.
ROCERO. (Ap.)
Mi paciencia Irrito.
lAS ESCOGIDAS DE DON FnANClSCÜ
DUQUE. (.4;;.)
;Que el Principe venga .nhora
O á parecer que lo ignora
O á triunfar de su delito!
;,Si él propio a^i se ha dudado
Este impulso riguroso?
Mas si estuviera dudoso
No estuviera tan turbado;
Aunque en tales dudas digo
Que hay culpas de tal emperio
Que traen i su propio dueño
A que se venga al castigo.
Yo voy. {Vase
RCCERO. {Ap.)
¿Cómo habla templ.nuza
Que le baste á un dcsdichadci
Para un mal asegurado
V una engañosa venganza?
;,A quién, cielos, di la mueric?
Que en mi celosa disculpa,
A él le bastó para culpa
La desdicha de la suerte.
¿Que una vil resolución
A tantos daños obliga?
i Mal baya aquel que castiga
Sin mirar la ejecución!
Sale CASANDRA (íí luto, v EL DUQU
con ella.
CASANDRA.
Invicto Rey, justiciero.
Rey á quien el cielo ha dado
Mucha templanza en lo airado
Mucha causa en lo severo:
Óigame tu majestad,
O airado ó enternecido.
Que bien merece el oido
Quieu ofrece la piedad.
REY. {Ap.)
El corazón en el pecho
Tanto al alma ha provocado.
Que, ose promete injuriado
i) se niega satisfecho.
Señales, mucho decís.
Entre pena ó dolor tanto ;
Templad un poco de llanto
V hablad á lo que venis.
CASANDRA.
¿Sabéis que soy bien nacida?
REY.
Vuestro p.ndre, el duque Ursino
l'ué tan bueno como yo.
CASANDRA.
¿Fuera de tu honor delito
Que un hijo tuyo. Señor,
Se desposara conmigo?
REY.
No hay culpa si hay igualdad
CASANDRA.
¿Te acuerdas que anoche vino
Alejandro de mi casa
A tu palacio contigo?
REV.
Va me acuerdo.
CASANDRA.
Pues ahora
Te aseguro por principio.
Que es el Infante mi espo?o,
V que en secreto vivimos
Sin que la noticia alcanc2.
REY.
¿Pues cómo te has atrevido?
CASANDRA.
Eso si, ríñeme ahora.
Pues esta vez te conquisto
Severamente piadoso;
V ya reñido el delilo,
Llegará lo justiciero
Si se deja lo ofendido.
Rugero también me adora,
Y es del Infante enemigo;
Anoche estaban...
Acaba.
CASANDRA.
Dentro en mi cuarto escondido?.
Quisieron reñir al tiempo
Que llegaste ¡dividilos.
REY.
¿C(3mo entraron?
CASANDRA
No lo só ;
Fuese el Infante contipo.
Quedó Rugero en mi i asa,
Prevlneme de un arbitrio,
Salió a la ci'lle, en efelo.
REY.
Truje i Alejandro conmigo.
Dejóme en casa y volvióse ,
V puesto que es tu marido.
Volverla...
CASANDRA.
Volvió á vermo.
REY.
Prosigue el i
CASANDRA.
Prosigo.
Entró Alejandro, mi esposo.
Después de lo sucedido.
Anoche otra vez i verme
Tan amoroso y tan lino.
Que aunque pareció celoso
No me habló como marido.
Acostado está mi padre,
Casandra hermosa, me dijo,
Y yo halagüeña le espero
Y cariciosa le admito.
A¡ descanso provocados.
El tálamo dispusimos,
Y en la cuna de Himeneo
Se arrullaba el Amor niño.
Cuando del sueño forzado
Se quedó el amor dormido,
Que es accidente el descanso
Cuando es el amor olicio.
Estábamos con la noche
Al frágil sueño rendidos,
Y él en copa de claveles
liebia el aliento mió.
Cuando á la calma de amor.
El mar que estaba tranquilo
En huracanes de sangre
Levanta penachos rizos.
Despierto un poco asustada.
La mano h mi esposo aplico,
Con el tacto le provoco,
Y sin alma le distingo.
Ni se mueve ni responde;
Otra vez lesohcilo,
Y otra vez con su silencio
Me anego en sudores frios.
Doy voces, y sacan luces...
i Aquí la piedad te pido!
¡Para ahora se hizo el llauto!
¡Para aqui son los suspiros!
¡Ay, padre! ¡ay, señor! ¡ay, P.cj!
Escucha el más peregrino
Insulto que vio la tierra
Ni el cielo piadoso ha visto.
Salpicado decolores
Su cárdeno rostro miro,
Azucenas sus dos labios,
Sus dos ojos amarillos,
corazón más caliente
Me liablaba con fuego tibio.
Qav un am:inte corazón
Ño arüe sólo cuando niño.
Solire él un breve puüal
Estaba, 6 conslanle 6 fijo,
Que el dueño dejó la insignia
l'ara triunfar dtl delito.
¡Ah Alejandro! ¡ah Infante! ¡ab esposo!
l'iia y mil veces le digo.
Por ver si le presta vida
El alma de mis suspiros.
I'ero al últiniu remedio.
Que es la venj;:inxa, me indigno,
A ti apelo de mis quejas,
A ti nii venganza aspiro.
Tuya es mi causa también.
Quien yace muerto es tu hijo:
Verlo cadáver fallece
El que fué tu imagen vivo ;
El espejo de tus ojos
Ya se niega cristalino;
Elárhol de tu esperanza
Va se consiente marchito.
Deja, deja el llamo ahora ,
Porque le cuente el ministro
Desla ejecución villana
El homicida atrevido;
Requiero todas las piezas.
Los retretes averiguo,
Y un hombre hallo en un retrete
Todo en si propio escondido,
lin ferreruelo en el rostro
I.e guardó el color perdido,
Oue quiso entre la desdicha
Echarla capa al delito.
Arrójeme a descubrirle;
I'ero apenas le hube visto,
t'.uaiidode un balcón se arroja.
Si no cobarde, corrido.
La cnpa al rostro me deja
Y el corazón vengativo ;
Por dos causas ciego embiste
Con el instrumento mismo.
Pero ¿quién dirás. Señor,
Que ha sido el cobarde indigno
Que tanta púrpura humana
Tmdujo en cárdeno lirio?
iQuien pensarás? El que miras.
(Señala á Rugero )
No lo cuenta con indicios.
Él , retórico el semblante.
Presumo que le ¡O ha dicho.
Atiéndele a los temores,
Y le verás los avisos.
Vuelve la vista á su pecho
Y verás que con latidos
Que son las voces del alma.
Te habla el corazón partido.
Rugero, el Principe, airado.
Con ser su hermano y tu hijo.
Contra una sangre tan tuya
Indignó el airado Glo.
Ahora, ahora te busco
Lo justiciero en lo activo,
Lo severo en lo piadoso
Y lo reven lo advertido.
No porque tu hijo sea
El ejecutor impío
De tu indignación, suspendas
Los impulsos bien nacidos;
Sé rey, aunque padre seas.
Si le hallares compasivo
En favor de la justicia
Te ve labrando propicio.
Si es hijo el ejecutor,
El inocente es tu hijo,
Da su cuerpo y su garganta
Al cadalso y al cuchillo.
Sea notorio á Polonia
Que tu justicia ha podido
Más en II que lu piedad, '
Y mis que tu amor, tu arbitrio. I
NO H.W SER PADRE SIENDO REY
iUira que si le perdonas
liuscas tu muerte tú mismo,
<Jue quien dio muerte á su hermano
Hará lo propio contigo.
Acabe ya aquesta fiera
Irracional que ha nacido
Abono de esa prudencia,
O por monstruo ó por prodigio.
Y á ti, ejemplo de la ira,
(M Príncipe.)
¿Cuál efeto te ha movido
A hacer de un amigo hermano
Un enemigo preciso?
Di, i por qué le aborrecías?
¿Del rigor haces oficio?
¿Costumbre haces la violencia ?
¿La ira llamas castigo?
¿Qué te hizo aquella inocencia?
¿Aquel amor qué le hizo?
¿Ui, por qué le diste muerte?
Mas ya la causa averiguo:
Es tu hermano, y siempre fué
Ue la crueldad ejercicio
Herir en lo más extraño.
Porque le parece indigno
Obrar en menor objeto
Siendo tan forzoso el vicio.
;Ay de ti! ¿por qué le has muerto?
¡Ay de mi! que lo sé y vivo.
¡Ay de ti. Rey de Polonia,
Si cuando á quejas le obligo.
Si cuando á voces te muevo
Y te ablando á parasismos.
No castigas sin vengarte!
Que cuando te solicito
Justiciero y rey prudente.
No es la venganza suplicio.
Y si mis ruegos no valen.
Si su crueldad no ha podido
Ni ellos reducirle cera
Ni ella administrarte risco,
Abre los ojos y mira
{Saca una daga sangrienta.)
El instrumento atrevido
(^on que el príncipe liugero
Violó el cora/.on más limpio
Que en el templo del amor
Ofrenda fué ó sacrificio.
Mira la inocente sangre
Ue Alejandro, que hilo á hilo.
Vaina de cruel se teje
Al acero cristalino.
Caliente púrpura vive.
Coral yace derretido
El humor que de sus venas
Era alimeo!o nativo;
Esti es lu sangre, es tu causa,
Tuyo es el dolor que es mío,
Sé médico de tu fama,
Y entre dos sangres , le aviso.
Que te saques la dañosa.
Pues que la buena has perdido.
Ea, ya : ea, Señor,
Si te alcanzo reducido
Üeberéle la justicia;
Si cerrares los oídos,
Culparétela piedad;
Y á querellas y á suspiros
Enterneceré los montes
Y haré ai.urando los riscos ,
Y haré llorar á las plautas
En humor vegetativo.
Haré quejar á las piedras
En lenguas de sus bramidos,
A las aves, á las aguas,
A las fuentes, á los ri(is;
Y cuando todos me fallen.
El cíelo, (jue fué el testigo,
Para castigar la culpa
Será juez deste delito.
ntv.
Hija, Duquesa, señora,
Guardad el aljófar Uno
Quede las nubes del alma
Sale al rostro á ser granizo.
Yo sabré mirar por vos.
Supuesto que á un tiempo mismo
Solicito mi venganza
Si la vuestra solicito.
COSCOIIROIV. {Ap.)
Yo me escurro poco á poco.
Pues mi amo no me ha visto.
RET.
Dadme la espada, Rugero.
ROCERO.
Señor... si... jo... si he querido...
REY.
No os turbéis, dadme la espada.
RUCEBO.
Tomad.
REY.
Duque Federico,
A aquesta primera puerta
Llevad á Rugero.
RUGERO. (.4p.)
Hoy quiso
La fortuna atar la rueda
Al curso de mis delitos.
No me quiero disculpar.
Que quien no ha de ser creido,
Viene hacer con la disculp»
Evidencias los indicios.
REV.
Duque.
DUQDE.
Señor. (Ap. ¡Qué valor!)
REY.
{Ap. Mucho mis penas reprimo.)
Guardad al Príncipe, Duque,
V que le aviséis os digo
Que hoy ha de ser un ejemplo
De mí justicia y castigo.
( \ase el Duque.)
Roberto , id á acompañar
A Casaudra.
CASANDRA.
Rey invicto.
No sea, no, lu justicia
Sólo para los principios,'
Para el castigo la aguardo,
Venganza pide el delito.
BEY.
No pienso tomar venganza,
Perodaréle castigo;
Esta palabra os prometo.
CASAKURA.
Y esta palabra te pido.
(\ase con Roberto.)
REY.
Dos hijos me ha dado el cielo :
Ya el uno tengo perdido ;
j Y para vengar aquel
lie de perder otro hijo! (\'ase)
Sa/eRUGERO en latorreconprisiones.
RLCEBO.
Corrido, avergonzado.
Preso, confuso, triste, maltratado.
De mi yerro ofendido.
De mi padre prudente convencido,
A lamentarme á estas paredes llego ,
Tarde, con vista . del engaño ciego ;
Quise dar muerte al Duque, y di la
[muerte
A Alejandro, mi hermano : erró la suer-
(te;
401 COMEDIAS ESCOGIDAS DE DON FRANCISCÜ DE
Mas como puede ser que suorle fueía De iiii pena en mis cuiílailcis ,
Cuando al Duque ofeiiüiera I Vos lazos lan ajuslados
Con razón ,cou amor y sin mudanza. | En vez de rigores lieros ?
Pero, ¿cuándo se acierla la xeiíganza?
CeRóine la ocasión, y entre el di-spojo,
Triunfó de lns sentidos el enojo;
Y porque del inlenlono desisla
La ilusión fué hi nube de la vista ;
liusco una muerte, y otra muerte loco;
Nunca el mal se contenta con ser poco;
Y sin mirar mi error solté la ira ,
tíueliayyaquieu baga aquello que no
[mira;
Del que más quise estoy arrepeiiijclo;
De mi bermano Alejandro ; estoy corri-
He sido el homicida y el tirano, [do!
¡ Ob brazo aleve y engañosa mano!
¡ Iras villanas, débiles antojos!
¡Impulso ciego, deslumhrados ojos!
i Que no os desen-jañase lo violento !
¡Qué tarde llegasiempre el escarmien-
Por otra parte , el cielo [lo!
Mi propia forma me traduce en liii-lo,
Y con la misma imagen de la muerte
Mis sucesos adviei te, [de;
Paraqueapagueelfuegoquc en mi ar-
Pero si aviso es, ¿cómo tan tarde?
Mas si el cielo lo quiso
Tiempo debe de ser para el aviso;
Aunque Alejandro conw á mi qneria.
Yo dije siempre que le aborrecía ;
A los que aquesto oyeron
Vieron la ira y el amor no vieron ;
Luego si doy disculpa
Añado más quilates á la culpa, [preso
¡Que esté arguyendo el verme ahora
Y que no llore el yerro del suceso!
En vano las disculpas solicilo,
tiucbo es mejor el yerro que el delito.
Salen EL REY t EL DUQUE.
KEV. [quiero
Quedaos, no entréis conmigo , pur(|ue
Enternecer mis ptnas con liugero,
Y no entre nadie.
DUQUE.
Voy á obedecerte.
Hoy ba ¡legado el dia de su muerte.
(Vase.)
HET.
¡ Que hijo lan malo, tan cruel y ajeno!
¡Que nadie alcance al hijo cuando es
[bueno!
Como á la palma un hijo he reparado,
Qui' nadie coge el fruto que lia seinbra-
¿Hijo? [do.
BUGERO.
{.\p. Padreesteesquehovha «enldo,
A perdonar mi vida reducido.
Es mi padre, soy solo y s<iy primero;
Y es piadoso mi podre, aniii|uesevcio.)
Señor, ¿vos en mi prisión?
¿Vos á verme lan piadoso,
Negado i lo riguroso?
¿Vos ya sin indignación?
¿Vos para darme el perdón
Dejais la severidad ,
Exponéis la majestad
Y olvidáis lo justiciero ?
TEY.
Dadme los brazos, Rugcro.
(Abrázale.)
RUCERO.
Señor, ¿ pues qué novedad
Ha movido vuestro pecho,
Y aun vuestros rigores? digo
Que hacéis ahora conmif;o
Lo que jamas habéis hecho.
¿Si ya no estáis salisfechu
REY.
Porque han de ser los postreros.
Os los doy tan apretados.
HUGtRO.
Señor, ó este es llngimirnto
De vuestra sevcr'dad.
Cautelosa á la piedad
O engañoso el cumplimiento.
¿Qué decís?
Que sólo inicnlo
Hacer mi pena valor.
Hacer piedad mi dolor,
Y, en lin , que estoy intentando
Daros el aviso blando
Va que es oruel el rigor.
¿Sois mi hijo?
ROCERO.
Soy Uugero.
, Sois firme?
¿Valiente?
REY.
RIGEBO.
.Soy animoso.
REV.
Rl'GEnO.
Soy valeroso.
¿Osado también?
BLCERO.
Soy liero.
REY.
Pues sólo deciros quiero...
{Ap. llorando. Dos hijos he de perder,
¿Qué espero si esto ha de ser?
¿Cómo suspendo el rigor...)
Que os prevengáis de valor.
Que bien lo habréis menester.
RDGERO.
Pues ¿qué me queréis decir.
Cuando esperando os estoy?
REY.
Quiero deciros que hoy ,
Principe, habéis de morir.
RUGERO.
Señor, pues sin admitir
La disculpa, ¿querei? dar
Todo el castigo al pesar?
REY.
Si , que en vos no pnede ser
Que baya yerro al cometer
Y acierto en el disculpar.
BUGERO.
Si un delito cometiera
Por yerro un hombre, Señor,
¿Qué culpa tiene en rigor?
BEY.
Ninguna culpa tuviera ,
Porque la justicia espera
A saber la indignación
Y castiga en conclusión
Por cl.iusulas de lo escrito.
Más que el cuerpo del delito.
El alma de la intención.
BUGERO.
Pues yo i Casandra adoré :
Pensé que al Duque ofendía,
IHinlióine la intención min ,
Y al Duque airado busqué. i
Y si .i mi bermano maté
Un yerro ha sido violento
Que hoy se trueca en escarmiento
ROJAS.
Y hoy se llora por dolor,
Luego no hay culpa en mi error
Supuesto que no hubo intento.
Al Duque quise matar,
Y erré su cobardepecho;
Luego por loque no he hecho
No me debéis castigar.
Pues por mi hermano es pensar
Que hay delito y yo apercibo
La disculpa, al mal es(|uivo.
Luego aquesta muerte es cierto
Que sí no la debo al muerto
Tampoco la debo al vivo.
REY.
Pues que me habéis confesado
Una muerte en que incurrisltis,
No os castigo á quien la dibleis.
Castigóos que la habéis dado.
El delito he sustanciado
Siendo vos mismo el testigo;
Decis que fué yerro, y digo,
Que en esa parte os abono,
Y por el muerto os perdono.
Mas por la muerte os castigo.
Pena es i|ue toca á los dos
Y tiene el dolor en calma ;
Pero mirad por el alma,
Y quedaos, Principe, adiós.
{Hace que se :
BUGERO.
Esperad , Señor, ¿pues vos
Conmigo tan riguroso.
Usáis de lo poderoso,
Y quere¡sacii\o y fiero
Más el nombre de severo
Que admitir el de piadoso?
¿Vos á mi me castigáis.
Siendo yo á quien más quisisteis?
¿Vos, que la vida me disteis
Agora me la quitáis?
¿Vuestra sangre derramáis
Vos, Señor, tan indignado?
Que es miserable he pensado
Vuestra justicia en malar.
Pues me volvéis á quitar
Lo propio que me habéis dndo.
¿Cuál padre á su hijo díó muerte
Por justicia ó por mudanza?
O yerre ya la venganza,
O ya la intención acierte.
Vuestra piedad se pervierte
Y queda mal satisfecho
Vuestro amor en vuestro pecho.
Pues por justicia y poder.
Vos solo queréis hacer
Lo que ningún rey ha hecho.
Trajano tan recto era.
Que ,i fuerza de sus enojos
Mandaba sacar los ojos
A quien un delito hiciera ;
Llegó la ocasión primera
Y su hijo le cometió;
Sintiólo, penó y lloró.
Mas por no rom|)«r la ley.
Se sacó el un ojo el Rey,
Y el otro á su bijo sacó.
Y Dario fué tan cruel.
Que porque un bijo rompió
Una ley que promulgó,
Le dio muerte, y de la piel
Hizo un asiento, y en él
En la audiencia se sentaba ;
Con lo cual á entender daba
Al pueblo que el rigor vía
Que cuando justicia hacia
Solamente descansaba.
Luego si es justo imitar
Esto que he llegado á ver,
Irajano be de parecer
Y Darío he do cjíligw;
I..1 vida os lie de quitar,
l'eoed esruer/o en sentirla ,
Valoren el admllirl.i...
{Llora Rugero )
No me lloréis desa suerte :
Más hago yo en daros muerto ,
t>ue vus hacéis en sufrirla.
¡Mijo! ¿Qué es esto, Hulero?
jlil escarmiento tan tarde?
j Kn la muerte tan cobarde
ti que en la vida tan liero?
Rl'GERO.
Llorar mis desdichas quiere.
{Lloran los dos.
REY.
Y To también , pues por vos
Me pierdo y pierdo á los dos ;
Mas dadme otra vez los brazos.
{Abrázale.
ni'GERO.
; Haj más rigorosos lazos !
idos, pues.
DEY.
Quedad con Dios.
{Uacf que se ra
RIGERO.
(.Ip. El se va , ¡ viven los cielos !
Y su piedad , si es cruel ,
No la espero reducida ,
Aunque tal piedad se ve.
b!:i se entra.) Padre y Señor,
Kscúcliame ya otra vez ,
Porque le deba el oido
Kl que te ha debido el ser.
No he de apartarme, lloroso.
l)e tus generosos pies
Sin que una respuesta sola
A mis escarmientos des :
Sefior, si se hizo el castigo
l'ara el escarmiento, es bien
Uue muera yo delincuente
Y escarmentado también.
Y si es de Dios semejanza
Kl que es en el suelo rey ,
Y él por lágrimas perdona ,
Mirame ahora verter
derretidos los pesares
En las lágrimas que ves.
¿De qué sirve lu- piedad
.•^i cuando la he menester
Ñola aprovechas prudente?
¿Ser airado es ser juez?
Piedad vive en la justicia;
Ka, Señor, mírame
Tan convencido en la culpa,
Que más necesaria es
l'ara el casli^o la vida
Cue la muerte puede ser.
Ksas lágrimas. Señor,
Ya me están diciendo que
Debo de tener razón;
Mira , Señor , que no es bien
Oue por vengar el un hijo
Muera otro que tuyo es.
Confieso el yerro, "la culpa .
La ira , y digo que es bii'n
Vue en venganza del delito
l.a muerte airado me des.
I>ale excepción á tu enojo,
Y no pretendas hacer
Venganza de la justicia
Y indignación del poder.
{Vuelve las espaldas.)
¡Asi vuelves las espaldas!
¡Tan severo, tan cruel,
A la lengua echas candado,
Llave al oido también !
¡ Con lágrimas me respondes !
NO HAY SliU PADUK SIENDO lili Y
; Que no te llegue 4 deber
lina palabra siquiera!
Ka , Señor, óyeme.
Como padre me responde.
Aunque tan severo estés
¡Siendo padre me castigas!
REY.
No hay ser padre siendo Rey. { Vase.
RUGERO.
Pues vamos, pena,á morir;
Pues de su boca escuché
Que él me perdonara padre,
Masuo puede siendo rey.
Sa/« COSCORP,0.\.
COSCORRÓN.
Yo, Jaime de Coscorrón ,
Kl descendiente de aquel
Coscorrón ([ue diú P.odrigo
A la Cava . porque fué
Hermosa , que á las hermosas.
No hay otra cosa que hacer.
Yo, pues, natural de Palos,
Que es cierto lufí.nr de bien
Que los coscorrones cria ,
He venido ahora á que
Toda la ciudad entera
Me preste su parecer:
Yo he vendido á mi señora ,
Y? Hugero alcahueteé,
A él porque me dio dinero,
Y á mi ama, ya se ve,
Porque si no es un criado,
/.Quién la pudiera vender?
Despedíme de su casa,
La de Hugero aceté,
Y P.ugero es ya mi amo.
Vamos al consejo, pues.
Iluy me han dicho (|ue á Rugero
Le quieren sacar á ver
Kl cuerpo de la ciudad
<.on mucha gente de á pié
Que le vaya acompañando
Hasta un tablado, yene!
Dicen que le han de cortar
El camino del beber
Porque dio muerte á su hermane;
El justo castigo es;
Yo quiero hacer nna cosa ,
Para que sepan que hay quioa
Por su dueño dé la vida
Cuando necesaria es;
Al Rey le quiero decir
Que yo á Alejandro mato ,
Libraráse asi Rugero,
Y sólo á mi me han de hacer
(•rearme cuando mucho;
— Mas replicaránme: ¿qué
Provecho es ser ahorcado?
Oigan y se lo diré:
Heme aquí sobre el pollino;
Pregunto: ¿quién ha de haber
Que no me eche liendiciones?
Y (liga : ¡ qué hombre de bien ,
Que por librar á su amo
Quísola vida perder!
íro dirá en Palacio,
¿Hay criado más fiel ,
Que por mi pierde la vida?
Y la vida apostaré
Que aun no estoy bien ahorcada
(;uaudo me perdonad Rey;
Y cuando esto no suceda
¿Quién ha dejar de ver
Kl aplauso de la gente
Y escuchar aquello de
-Dios te perdone y te lleve;
Ah, que buen ánimo! A fe
Que no .sois vos mal nacido;—
Se hace un botnbre conocer.
Sale i cabr(llo;á ta plaza
En diade(iesla,y es
Señalado con el dedo;
Y. en fin, señores, seré
De los doce déla fama,
<> á lo menos de los seis;
Vive Dios, que he de probar,
Y he de saber esta vez
A qué sabe ser ahorcado,
Y lio ha de decirse que
No he sabido en este mundo
Cuanto pudiera saber.
Sa/enELREV yEL DUQUE.
Estas porfías dejad ,
Pues aunque más me rogueis,
i;on el ruego me ofendéis,
.Me irritáis con la lealtad.
DL'QUE.
¿Vos castigáis á Rugero
Con rigores tan prolijos,
Dejándoosá vos sin hijos
Al reino sin heredero?
Ni parientes ni allegados.
Si con más piedad lo veis,
Presumo que no tenéis
Que hereden vuestros Estados.
REY. .
Por esto á mi reino infiero
Que le eslá mejor aquí
Que él propio reine |)nr sí.
Que el gobierno de Rugero.
DUQUE.
Que no sois su padre infiero.
REY.
No repliquéis, ó por Dios,
Que haga lo mismo con vo.?.
Que veis hacer con Rugero.
DUIIUE. (.i/).)
A Casandra voy á hablar.
Que en esa antesala vi.
Para ver si puedo así
A ella y al Rey mitigar.
Yo soy bien nacido, y digo
Quede mi lealtad me llevo,
Tiintoá mí Príncipe debo
Como he debido á mi amigo. {Vcse.)
COSCORRÓN.
Ahora entra mi papel.
Ahora mi tema empieza,
Vo le quiero libertar.
Muy buena horca me cuesta.
Mas si he de hablar la verdad ,
Las cosas desta manera
Son buenas para pensadas.
Mas lio lo son para hechas.
Sa/e CASANDRA.
CASANDRA.
¿Está aquí el Rey?
COSCORRÓN.
Aijuí está.
(.Ap. Vive Cristo que me pesa
(,»ue haya entrado, porque ya
Lo iba á decir, no dijera...)
BEY.
¿Duquesa?
CASANDRA.
Señor, \o entraba
.'oresa cuadra primera ,
A pedir segunda vez
l'.l suplicio á la sentencia
V vi al principe Rugero
Desde esa torre soberbia
l'ormar los últimos pasos
Y las úllimas querellas;
Ya le llevan al suplicio,
Y jaalcasligolellevan;
Vióme entrar, lialilóme afable;
Piüióme perdón , y fuera
Toca pieilad de mi amor ,
De mi sangre mucha mengua,
Due no reine una piedad.
Cuando un escarmiento reina.
ftli esposo es muerto , Señor ,
Y cuando el Principe muera ,
Yo no recojo esta sangre
Porque se derrame aquella.
Si por mi le dabas muerte,
Ya le pido que suspendas
La indignación de tu espada:
Una piedad lelo ruega.
Uira que según le indignas
A la ejecución sangrienta
No parece que castigas ,
Todos dicen que (e vengas.
RET.
Duquesa, Infanta, Señora,
En esta ocasión quisiera
No ser rey por perdonarle ;
Mas será ra7.on que adviertas
Que queda a su indignación
Tu Lonra y mi vida sujetas.
El que ahora humilde miras.
Mañana con más violencia
Del sagrado de tu casa
Violará las nobles puertas.
Y, como tú me dijiste.
Es evidente sentencia
Que dará muerte á su padre
Quien de su hermano se venga.
Tú cumpliste como noble
Cuando perdonarle intentas .
Yo ahora miro por li;
Y asi , si mañana es fuerza
Que ha de incurrir arrojado
En otra mayor violencia,
Y he de castigarle entonces.
Me ahorro desta manera
La pena de la otra culpa
Dándole ahora otra pena.
CASANDRA.
Señor, ¿esa es tu piedad?
Vuestra majestad advierta...
VOCES. (Dentro.)
, Viva el principe Rugero!
REY.
Pero ¿qué voces son estas?
VOCES. (Dentro.)
] Viva el priocipe Rugero!
COMEDIAS ESCOGIDAS DE DON FUASCISCO DE ROJAS.
Y también su voz roe enseña
Que no quiere que yo reine,
RET.
Duque, ¿que es aquesto?
DIQUE.
Apenas
El Príncipe en un caballo
Midió la calle primera
Al suplicio, que en la plaza
Determinaba su alteza ,
Cuando la plebe conjura
Piadosamente indiscreta
Por el principe Rugero
La natural obediencia.
Todos dicen que no puedes ,
.\unque justiciero seas ,
Dejarles sin heredero;
V como hasoido, alteran,
Trayéndole hasta tu cuarto
Las pasiones y las lenguas ,
Y yo...
RET.
Tente, no prosigas.
DUQUE.
El Principe en esta puerta ,
Oliedifiileá tus preceptos.
Tu resolución espera.
RET.
Alli hallaréis una fuente
Con un tafetán cubierta ;
Traedle, y decidle que entre.
{Dicelo al Duque
Dl'QtJE.
Bien puede entrar vuestra alteza.
(Vase
RET.
Yo sé lo que pienso hacer.
Espera, Rugero.
Saca EL DUQUE una fuente y una
corona cubierta con tafetán.
DUQUE.
Yo traigo lo que me ordenas.
RET.
Principe, escúchame ahora :
Aquesta corona regia.
Herencia de mis abuelos
Y de su justicia herencia ,
Es la que sustituida
Siempre ha estado en mi cabeza ;
El pueblo que vivas dice,
ues deroga mi sentencia.
Atiéndeme ahora á un medio.
Escucha una conveniencia
Para no ser rey en cargos ,
Para ser padre en clemencias.
{Púnele la corona.)
RUCERO.
Gran Señor, ¿qué es lo que haces?
RET.
Ponerte esta insignia regia ,
Hacer á mi amor un gusto,
Un agasajo á mi pena ;
Tú seas rey, yo seré padre:
Siendo sólo padre, es fuerza
Como padre perdonarte,
Y siendo rey, no pudiera ;
Pues siendo tú rey ahora ,
Es preciso que no puedas
Castigarle tú á ti mismo ;
Y ansí , de aquesta manera i
Siendo yo padre , tú rey,
Partimos la diferencia;
Yo no te castigaré;
La plebe queda contenta :
Yo quedaré siendo padre,
Y tú siendo rey te quedas.
RUGERO.
Pues tú me dijiste un tiempo,
Uieii pienso yo que te acuerdas,
^'o hay ser padre siendo Rey ;
Diga aliora mi obediencia ,
No' hay ser Rey siendo tu hijo.
Pues más quiero en esta empresa
Perder el cetro y la vida.
Que no que tu reino pierdas.
REY.
Hijo, yaest.ás perdonado:
Pero no me lo agradezcas ,
Que á ser yo rey, le quitara
De los hombros la cabeza ;
Pero padre , te perdono ;
Por mi cuenta la Duquesa
Quedará de aqui adelante.
RUGERO.
Pues Duque, á mis brazos llega;
Y a la duquesa Casandra
En esta ocasión me deja
Que los perdones le pida.
Piadosos los cielos quieran
Que te merezca el perdón;
Y del Senado merezca
Piedad para la censura
Y aplausos á la comedia.
EL DESAFIO DE CARLOS QUINTO.
'EnSONAS.
CARLOS OriNTO.
El- REY DE HCNCRÍA.
SOLIMÁN , gran tuno.
EL DUQCE DE ALCA.
EL MARQUES DEL BAS-
TO.
JUAN SEl'USIO.
ABRAIMO.
DON LUIS Df
VA.
DUSCAÜUIDO.
DOr?A LEONOR.
LUNA.
MARI DERNARDO.
JORNADA PRIMERA
Sale DOSA LEONOR, con máscara,
y tras de ella DON LUIS DE LA
CUEVA.
Do:« Ll'lS.
Copia déla luz primera,
Tu, que con sejíuridad
Del cuerpo de la ciudad
Me has sjrado i esta ribera;
Y con el tubici lo velo
Oue disfraza tu blancura.
Eclipsas tanta hermosura
Y rebozas tanto cielo :
Puesto que ya te he seguido
Y de Viena me has sacado,
bime, pues soy til llamado.
Si vengo á ser tu escogido.
No es el que me trae tu ardor.
Que aunque te sigo, deidad ,
Vengo de curiosidad,
Y no he venido de amor:
Y aunque viniera amoroso
A adorar tu rostro puro.
Ni tan fácil te aseguro.
Ni á mi me hallo tan dichoso.
Si es desafio, me di,
l'ues al campo hemos llegado.
Dime, ¿por qué me has buscado,
Y á que me has traido aqui?
Ya escuchar tu vox intento
Y tu belleza adorar.
DOSa LF.O.NOR.
A un tiempo te quiero dar
La voz y el coiiociiiiieiilo.
(Desct'ibrese.)
Do:t LlIS.
Divina prenda, Leonora.
¿Como á buscarme has venido?
DOÑA LF.0:«0I1.
Diré lo que ha sucedido,
Si me estás atento ahora.
D0> LDIS.
¿No me llegas á abrazar?
DOÑA LEONOn.
Antes referirte intento,
(tue cae mejor el contento
Cuando intervino el pesar.
DO"» LUIS.
¿r.ómo de Liens has venido.
Tu iialria, á buscarme aqui?
¿No estaba sitiada?
DOÑA LE0\0n,
üi:
Ove loque ha sucedido,
Y no intentes divertirte.
Que ahora quiero contarte
Desilc el principio de amarte
Hast.-i el lin de persuadirte,
bra una hermosa mañana,
Cuando las sombras lúgubres
Muyendo del gran planeta
Al Poniente se conducen,
Y el alba que le aposenta
Rorda de perlas las cumbres
O ya luciente las ria,
O fatigada las sude.
Cuando yo sobre un caballo
Oue de hipógrifo presume,
l'ues sin ajarlas, las piso
De flores la muchedumbre.
Salí á ensayarme en la guerra
Con la caza, imagen útil
Donde el corazón se anima,
Y donde el valor se infunde.
Tras el cerdoso animal
Oue precipitado sube
El abrigo espeso, y grave
De los podos y acebnches
Con el venablo corría.
Cuando en este impulso luce
Que como siempre cun Venus
Los ensaye! de amor tuve ,
Al diferenciar los pasos
Me reduce a la costumbre.
No bien vibraba el venablo.
Para que el brazo le pulse
A dar diluvios de sangre
Que el campo sediento ocupe.
Cuando un clarin por el aire
0 me para ó me confunde.
Que lüs lisonjas de Marte
Son de Venus pesadumbre.
Vuelvo á examinar la causa,
Y advierto que se descubren
De caballos e.spañoles
Dos tropas que el campo pulen
l'ara que galán se vista
lie cfulaiiros andaluces.
Tu en lodos, de más gallardo.
Con haber tantos, presumes;
Que no por la competencia
El mérito se desluce.
Mirásteme atentamente,
Sollc i tus ojos mis luces.
Elevóse mi pasión
1 Todo el valor se reduce).
Eclipses mi honor padece.
Volcanes mi pecho incluye;
Y aunque el confesarlo es
Gran bajeza de mi lustre.
No ande hipócrita el cuidado
Cuando dos almas se unen,
l'or(]ue faltara al amor
Quien 6 la materia acude.
.Subiste con tus soldados
A Viena, donde puse
i;n tu presencia estos linces
liaciiinales, que confunden
La vida y la muerte á un tiempo;
Pues cuando por ello-; triunfen ,
Rasiliscos de si propios,
A £i propios se deshiiven.
Volviste, pues, de Vieña,
Y con afectos comunes.
Pues siempre es vulgar entrada
La que el amor intioducc,
Me obligaste curiñoso.
Mi lionor a tu pecho expuse,
('omo mujer te crei.
Encendióse aquella lumbre
Que aun después de hecha ceniuas
Constante en el alma luce,
Y escuché tu voluntad.
Que siempre el mérito suple
Las circunstancias del trato,
Y con nuevas inquietudes
Quedamos los dos 4 un tiempo.
Tu puesto á las servidumbns.
Yo al premio de tus cuidados;
Fuiste a Viena, y yo l'uime
A Liens, mi patria; y los dos
En ese monte , que escupe
Por tantas bocas de piedra
Cristales que el campo usurpe
Nos hemos visto mil veces;
Y porci'je el amor le ayude.
De los más linos afectos
Fingimos ingratitudes.
Seis dias há que no te he visto ,
Seisdiashá que el cielo cubie
Degenizarosy turcos
Esos campos y esas cumbres;
Y aunque le he venido á ver
A un nesgo grande me expuse,
Y por la senda encubierta
Que aquella montaña cubre,
■Sin que yo misma me hallase,
Hice que á los turcos burle
Ksie Pegaso de nieve.
Emulación de las nubes.
Liens, mi patria, está cercada ;
Viento, que en las hojas cruje;
Rosa, que es joya del prado;
Ave, que el viento discurre ;
Árbol, garzota en la selva;
Clavel, del alba presume;
Clicie, que al sol enamora ;
Cristal, (|ue las peñas bruñe :
Este no queda en el campo
Sin que enemigos le chupen;
Árbol, sin que le dcslron<iuen;
A^e, sin que la atribulen ;
Rosa, sin que la niarcliiten;
Ni Clieie, spn que la turben ;
Clavel, sin que le deshojen ;
Ni viento, sin que le ocupen.
Quinientos mil combatientes
Trae Solimán, y presume
Asaltar, si Liens le falla.
Esas murallas azules.
Flechas dispara que al vicnt»
Sus corvos arcos sacuden;
Al caer en la ciudad
Tan espesas se cotiducen.
Que parece cuando llegnn
Que las arrojan las nubes;
Tormentas padece Liens:
No hay pecho que no se turbe.
Animo que no se encoja,
COMEDIAS ESCOGIDAS ÜE DON FRANCISCO DE KOJAS.
Necedad que no caduque ,
Consejo que no se jeiie,
Disconlia (jue no se junte,
Suspiro que no sea pena,
Pena que no se articule.
Kl infante entre los hruzns,
lüen que la madre le arrulle,
Sin saber por lo qné llora.
Llora más que por costumbre.
i:i soldado duda el bien,
Desmayos el llanto induce,
Kl valor apenas se halla,
La queja á los cielos sube;
Y, en bu, ánimo , consejo ,
Mocedad, discordia inútil.
Suspiro, pena, cuidado.
Llanto, que el dolor resume,
M unos al trabajo aidiclaa
Ni otros al alivio sufren.
¿Pues cómo, dime, don Luis,
ts bien que á este tiempo uses
lleta esíiuivez y del miedo'í
¿Cómo, soldado, no acudes
Á libertar á tu dama?
f,\ cómo , amante , se sufre
Oue yo esté cerca, en Lieos,
Y til 'en Vieoa te ocupes
En repetir el cuidado,
Sin que tus afectos hurten
Para el amor una pane
De la que el ocio introduce?
<1ue yo te venga á buscar
Permíteme que te culpe,
(Jue á quien babla con razón
Cualquier despego se sufre.
:\o es justo, no, que tu amada
Te solicite y te busque,
Y (|ue tú, siendo mi amante,
O me olvides ó me burles,
ta, don Luis, vueUe en tí.
Tu brazo la pica empuñe,
i;i coselete en tu pecho
Al otomano deslumbre:
Digiere aquel hierro ardiente
Que el tiro de bronce escupe,
Y sean para sus balas
Tus entrañas avestruces.
Kn Liens está el enemigo,
Violetas, y almoradujes
Oue hermoseó el Abril.
Vuelven sus plantas á Octubre.
Ya no vuelvo por mi parte;
La tuya es quien más me induce,
Pues can es el otomano.
Herido del hierro aulle;
Sea tu brazo el instrumento
^)ae la pica al pecho pulse;
Mueran estos enemigos.
Mares de sangre fluctúen,
<,Uie de sus cobardes venas
Tantos coralts inunden ;
Para sepultar sus cuerpos,
Sean las ramas ataúdes ,
Kl sepulcro sean las grutas
Y el mauseolo esas cumbres.
7 el cielo quiera también
ílue mi amor del tuyo triunfe,
(,)ue pagues desta consiancia,
Que esas asperezas niuiles.
Porque te adore soldad»,
Porciue valiente te ayude,
Para que te sirva amante
Y mi dueño le pronuncie.
DO?i LUIS.
Dellisima Leonor mia.
En quien mi amor se recrea,
Helio objeto de mi idea,
llecreo hermoso del dia;
Confieso (iu.í apetecía
Tu amor, escollo y diamante ;
Pero hoy más Ono y constante
I Me haces que exceder intente
I ais tu enojo en lo valiente
I i,)ue tu iineza en lo amante.
i Tu esfuerzo á un tiempo y tu amor
1 Tu celo y tu fe asegura,
I .Mezclado con la hermosura
I iQuébien parece el valor!
I ICste cobarde temor
' Ks un honroso cuidado
I Que el pecho tuvo parado,
I Pues en acción semejante
No habrá de ser buen amante
; Quien 10 supo ser soldado.
elo ó c
ü con recelo o con pena
A socorrer á Viena
De Ratisbona me envia;
Mira bien si no seria.
Aunque tu favor me llama.
Acción que eclipse mi fama
Contra la debida ley
Ser cobarde con mi rey
Y valiente con mi dama.
Si á Liens voy á socorrerle ,
Y dejo á Viena, en rigor,
Por dar la vida á mi amor
Le doy á mi honor la muerte;
Y aunque llegue á merecerte
Podrá tanto la pasión,
Que diiás entre la unión
Que el fuego á dos pechos llama ,
¿Cómo acudirá á su dama
Quien falta á su obligación?
¿Cómo tus ojos no ven
(Pues en el riesgo reparas)
Que tú misma condenaras
Lo que á ti te estaba bien?
Pues estén á un tiempo, estén,
Kntre recelo y dolor.
Para unir con más primor
Dos penas con una gloria,
liste amor en tu memoria ,
Y esta sangre en mi valor.
DOÑA LEONOR.
Hepara don Luis, repara ,
Aunque al daño me apercibo.
Que te agradezco lo esquivo
Y lo amante te culpara;
Necia fuera si ignorara
Que tu fama es honra mia,
Y con bizarra osadia
Quisiera, ó con más ardor.
Lo que me sobra de amor
Dártelo de valentía.
Pero eres tan arrogante
Que entre mí propia he pensado
Que te sobra más de osado
Que á mi me sobra de amanto.
Aunque es mi amor tan giganta.
DON Ll'lS.
Deja afectos tan ajenos,
Que aunque te parecen buenos
i'A crédito perderás,
Pues yo le tengo por mas,
Y puede ser que sea menos.
DOÑA LEOSOR.
Pues á Liens quiero volverme.
DON LDIS.
A Viena he de volver.
Aunque es preciso temer
Que he de perderte y perderme.
DO.ÑA LEONOR.
Si el recelarme es quererme.
Yo no quiero esa firmeza.
DON LUIS.
¿No la llamarás fineza?
DOÑA LEONOR.
¿Que temes, pues?
DON LUIS.
Un rigor.
DOÑA LEONOR.
¿De qué nace?
DOn LDIS.
De un temor.
DOÑA LEO.NOR.
,Qué ignorancia!
DON LUIS.
¡Qué terneza!
DOÑA LEOKOR.
Vence ese engaño mortal ,
No mueras de prevenido,
Suelta la rienda al olvido.
Deja el sentir para el mal ;
Sabe moderarte igual,
Reprime el discurso sabio.
La voz prende con el labio.
Pues si das en tu elección
La queja á la presunción,
¿Qué dejas para el agravio?
DON LUIS.
Aunque me arguyas de error
En este mal que me apura ,
Lo que faltó á mi cordura
j He sobrado á aqueste aaior;
Unos celos ó un rigor
Kl alma llorando está,
Y más constancia será.
Más valor, más interés.
Por no llorarle después
Tenerle sentido ya.
Condene su infeliz suerte
Quien con alma divertida
No se muere más en vida
Que se vive basta la muerte;
Porque la muerte divierte
Tamo el mismo pensamiento
Dentro del entendimiento.
Que ya de puro sentir
El empezar á morir
Es acabar el tormento.
Y asi doy á mi cuidado
La pena antes del suceso,
Pues mitigaré con eso
Un daño que he recelado
Vivo, pues considerado.
Porque cuando quiera obrar
Ese mal que ha de llegar,
O este amoroso recelo,
Pasa plaza de consuelo
Lo que ahora de pesar.
DOÑA LEONOR.
Quédate, invencible Marte,
DON LUIS.
Húngara Palas, adiós.
DOÑA LEONOR.
Seamos eternos los dos.
DON LUIS.
Yo en servirte.
DOÑA LEONOR.
Yo en amarte:
{Suena un clarín.)
Mas ¿qué clarín á esta parta.
Turba las aves y vientos
Y altera los elementos?
DON LUIS.
Soldados de Solimán
El campo corriendo están
U de airados ü de hambrientos.
Salen RUSCARUIDO Y MARI BER-
NARDO, vestido de hombre y mu-
jer.
BUSCARUIDO.
Yo he de hablar, aunque no quiera.
MARI DCRMAnOO.
No, sino yo.
SUSCARl'IDO.
Yo he de ser.
DON LUIS.
Tened, refrenad las lenguas;
Habla, üuscaruido, tu.
MAIII BERNARDO.
¡Qué esto mi rabia consicnlal
DOÑA LEONOR.
Luego hable Mari Bernardo.
8LSCAHU1D0.
Hablo con vuestra licencia:
l'reijuntábades, Sefiora
(Si no es que el uido niienla),
fQuién somos? Y ya lo digo,
Kstadmeun poquito aienta.
Vo, Sefiora. soy soldado,
IMuguiera á Uiós no lo fuera,
ICspañol, por mi fortuna,
Y gallego, con licencia.
Por mandado de mi suerte
Vine á servir á Viena
Para dar honor á todos
Los lacayos de mi tierra.
Pero halié aquesta mujer
ü este macho de la le^ua,
Hermafrodita, compuesto
De las dos naturalezas.
Para mi persecución,
Pues tengo. Señora, en ella.
Como un ángel que me guarda,
Un demonio que me tienta.
Esta, pues, herniafrodila.
De tal manera me inquieta.
Que todo cuanto hago, quiere
Hacer lo mismo por ruer¿a.
Si con alguno peleo.
Ella riñe mi pendencia;
Si callo, no habla palabra:
Y si empiezo á hablar, empieza.
Si cuento algún cuento i algunc
Ella cuatrocientos cuenta;
Y hace cuanto me ve hacer,
O que quiera ó que no quiera.
El otro dia me tul
(Por ver si acaso me deja)
A nadar en el invierno;
Y por porfia ú por tema
Ames que yo me arrojase
Ya estaba nadando ella.
Si rio, se está riendo.
Sin saber de qué, hora y media;
Si lloro, es u» Jeremías,
Y si canto, una sirena.
Cayóse un dia un caldero
En un pozo de Viena,
Y porque bajé á sacarle
Atado á una soga recia.
Se arrojo al pozo tras mi,
Y esto con tanta violencia ,
Que á no estar fuerte la soga
Y estar de arriba muy cerca.
Como otros la hacen cerrada
La hubiéramos hecho abierta.
Si me quiero recoger
A mi tienda, no me deja.
Que la lemo por lo macho
Con tener tanto de hembra.
En lin, aqueste demonio.
Hecho de dos diferencias.
Es la mona y yo la maza ,
Y es mona de dos manerar!,
Porque imita cuanto hago
Y porque tras si me lleva.
Yo me llamo liuscaruido ,
Y ella los ruidos conserva ,
Que en el imitar, no quiere
Dejar mi nombre siquiera.
Es la Clicie que me sigue,
EL DESAFIO DE CARLOS QUINTO,
I La sombra que no me deja.
Es el pintor que me copia.
Que me traslada el poeta,
Traducidor que me escribe.
Autor que me representa,
Y es Mari Bernardo, en lin ,
Nombre de varón y hembra ,
Muy ninjer en poiiiar
Y n'iuy hombre en la experiencia.
En cuanto á lo que he venido...
UARI BERNARDO.
Vive Dios, no lo consienta:
Basta, que bá una hora que habla.
BUSCARtllDO.
Señal aquestas trompetas,
Los militares estruendos
Que en estos cóncavos suenan.
Es que llega Carlos Quinto.
UARI BERNARDO.
Dice bien, que Carlos llega
Con muchos soldados nobles ,
I l'ues vienen á su defensa
El duque de Alba, Toledo...
Bl'SCAUl'inO.
Viene también el de üt^ar.
UARI BERNARDO.
Es verdad, con el del Uaslo,
Y el grande Antonio de Leyva,
A quien llaman el Señor
lauta española nobleza.
BUSCARUIDO.
El conde de Monterey ,
UARI BERNARDO.
El de Fuentes, y el de Niebla;
BUSCARUIDO.
i Que nunca me contradiga,
Y que siempre aquello aprueba
Que yo digo sin saber
Que mentiía ó verdad sea!
El marqués de Cogolludo,
{ UARI BERNARDO.
Con don Diego de la Cueva,
Del gran duque de Alburquerque,
Altiva rama, aunque tieroa.
DON LDIS.
Pues va don Fernando, rey
De lliingria, abriendo las puertas
De esa ciudad que á los cielos
Eternidades apresta,
A recibir á su hermano
Carlos Quinto el paso alienta.
Ya hace salva la ciudad.
Las arrugadas banderas
Desplegadas á los aires
Impiden la luz febea.
DOÑA LEONOR.
Pues adiós, que á Licns me vuelvo.
DON LUIS.
Mira que temo...
DOÑA LEONOR.
No temas:
Vuélvate el cielo á mis ojos. (Vase.
DON LUIS.
Mi amor á tu amor me vuelva.
BUSCARUIDO.
iOli, qué de clarines se oyen!
UARI BERNARDO.
Es verdad, clarines suenan.
BtíSCARUIDO.
No suenan.
MARI BERNARDO.
Dice muy bien.
•,0h si una bala
UARI BEIlNAROa.
;0b si viniera una hala!
BUSCARUIDO.
Porque la muerte me diera.
MARI BERNARDO.
Porque me matara á mi.
;Que en esto también aprueba!
Monacillo del inlierno.
Como yo sin ti me vea
Véngame una bala á nif,
Y un tiro de bronce venga.
(Va»sf.)
Sakn EL EMPEHADOn, EL REY, EL
DUQUE V EL MARQUtS.
CARLOS.
Cracias á Dios, duque de Alba,
Que ya he llegado á Viena.
REV.
Déme vuestra majestad
Los brazos.
CARLOS.
Enhorabuena
Hermano Fernando, amigo.
Venido á mis brazos seas:
.Cómo vuestra alteza se halla
Eu Viena?
REY.
Señor, las guerras
Me traen con poco sosiego :
Solimán tala mis tierras,
A Grili tiene ganada,
Y de Liens la fortaleza
Cercada ya, y destruida.
Su ruina cercana espera.
CARLOS.
Antes que yo le responda
Ueseo que vuestra alteza
Abrace al gran duque de Alb? .
REV.
Alba, que la luz ostenta
Del sol que alumbra dos mundos
Y es de Alemania planeta ,
Vengáis á Hungría en buen hora,
Y vuestros alientos vengan
Con la espada y el consejo
A hacer nuevas experiencias.
DUQUE.
Picy Fernando, rey de Hungría ,
Hoy que mis años pudieran
Itc'jogerse á los consejos.
Se arrojan á la violencia.
A esta que á mi lado yace ,
O bien sepultada ó muerta.
Como es leona, la ira
La resucita ó la altera.
No hay para mi espada halago
Como el son de la trompeta ,
Que en el hielo de mis años
Tocan á fuego mis venas.
Vos sois hermano de Carlos:
Carlos, que la fe conserva,
Y sobre los hombros suyos
Tiene la romana Iglesia.
Yo también soy su columna,
Y aunque son pocas mis fuerzas,
No se arruina el edificio
Por ser anciana la piedra.
Que los puntales antiguos
Son los (jue mejor sustentan.
Yo os prometo, rey Fernando,
Hacer en vuestra defensa
Tantos estragos y muertes
ICn las escuadras turquesas.
Que nade en coral el campo,
Y l:is blancas azucenas.
i\0 COiW.
Con la púrpura bañada ,
floüas desliojudas sean;
No lia lie ((uedarnie onemico.
Yo me enojé, vueslra alteza
Me perdone, que en llegando
A tratar de esta materia
AiuKiue Intente reprimirme
No esta en mi genio la letgua.
nF.T.
Vos sois un grande soldado.
CARLOS.
Marques del Basto, ya es fuer?.!
Que habléis i mi hermano el lie;
MARQUÉS.
Déme i besar vueslra altezrs
Su mauo.
REY.
Mis brazos son
De mi amor la mejor prenda.
Vuestra majestad. Señor ,
Ilalilc á don Luis di; la Cu'íva,
Segundo hijo de Albur(iueri|ue.
Un mes há que está en Viena:
Es gran soldado y valiente.
DOM LUIS.
Siendo tu vasallo, es fner:a
t)ue con el nombre de tuyo
Uaj'ores alientos tenga.
CARLOS.
Quiero mucho á vuestro padre
Por el blasón y la deuda
Con que acude á mi servicio.
CON LUIS.
Ruego 6 los cielos , que veas
De la gran ciudad de Dios
Restauradas las fronteras.
CARLOS.
Hola , llegadme dos sillas :
tsta gula no me deja.
DON LUIS.
Siéntess tu majestad.
CARLOS.
¿Y mi bcrmano no se sienta?
RET.
Por obedeceros lo hago,
Aunque vuestro liennano sea,
Que en la presencia del sol
Kunca lucen las estrellas. {Siéntase.)
CARLOS.
Rey Fernando, hermano mió:
Duque de Alba , á quien conüesa
Mucho aplauso mi corona,
Mi cetro mncha grandeza;
Marqués del Basto, mi amigo.
Nombre que os debe mi lengua,
Pues en mi servicio disteis
Muestras de tanta Gneza,
Haceüme todos un gusto.
REY.
Dinos , Señor, lo que ordenas.
CARLOS.
Que me estéis los cuatro atenlixi
BUQUK.
La atención es la obediencia.
CARLOS.
Por muerte del rey Luis,
Ce Hungría, mayor cabeza.
Que dejó el reino por ser
Vasallo en mejor esfera.
Hubo sobre la corona
Sin ra/.nn, gran competencia
Entre i'ernanilo, mi lierniano,
Y Juan Sepusio, que intenta
Alegar que el reino es suyo ;
Pei'o informaros desea
t'n las hojas el acero
ESCOGIDAS DE DON FUA.NCISCO
Con tinta de sangre nuestra.
P.ra el reino de mi hermano
Por derecho; esta materia
Quiero olvidar, porque ya
No es tiempo de hablar en ella,
Porque si no le locara,
M yo se lo permitiera.
Ni á él aspirara mi hermano.
Ni hubiera habido estas guerrns
Ni este riesgo en que nos vemos ;
Que está e) mundo de manera
Que al más poderoso rey ,
Aunque más soldados tenga,
Rasta el conservar sus reinos
Sin que Ciros reinos pretenda.
Hubo grandes en Hungría,
Pero la fortuna adversa
Le retiró á Juan Sepusio,
Y coronado en Viena
Quedó Fernando, mi hermano ;
La Divina Providencia
Miró en esto lo nujnr.
Como piadosa y peifecta.
Juan Sepusio, retirado ,
Ampararse errado intenta
Del gran turco Solimán,
Y sin razón ni prudencia,
A costa de tantas vidas
Comprar tan poca defensa.
Admillóla Solimán,
Es bárbaro, y no es fineza ,
Sino codicia engañosa;
Como si cierto no fuera
Que al eiror y a la codicia
Los guia una propia rienda.
Con quinientos mil soldados
Viene á sitiará Viena
Y á Liens tiene ya cercada;
Si sus banderas despliega
Dicen que se cubre el cielo
Y está á la sombra la tierra;
Y en parte , en parle , presumo
Que es merced de Dios aquesta ,
Que como ahora es verano
Y la sed es tan inmensa
Y el calor lan excesivo.
Hacen sombra las banderas,
Con que viene á ser alivio
Lo que piensa que es ofensa.
Vo, que en Ralisbona supe
Desta no pensada guerra.
He escrito á España y á Roma,
A Flándes y á Ingalalerra,
Para que lodos me ayuden;
Dicen que Francia desea;
Pero no apuremos esto,
Porque será baja empresa
A un rey cristiano fallar
A su heredada nobleza;
Y no puedo yo creer
De un rey de tan alias prendas
Que se pierda á si un blasón
Por hacerme á mi una ofensa.
En fin, yo he venido ya.
Poco importa que delicada
Solimán á Juan Sepusio,
Y que ponerle pretenda
La corona de mi hermano,
Por<5ne hoy, soldados, esfuerza
Que Dios , como causa suya.
Piadoso vuelva por ella.
Pelearemos Dios y yo.
Que como él conmigo venga ,
No habrá mejores soldados
En los cielos ni en la tierra.
El marqi'és del Basto trajo
Doce mil rayos que engendra
El solar de ios valientes ,
La España, que de las letras
Y de las armas á un tiempo
Admite dos competencias;
Y con ser laníos soldados,
Como el valor los inquieta,,
Vencen más de valerosos
Que de tener experiencia.
Tengo treinta mil infantes;;
Hoy he de hacer la reseña.
Porque treinta mil caballos
De la nobleza tudesca
Fl Palatino del Kin
Los solicita y conserva.
La llor de la Cristiandad
A mis órdenes espera.
Amigos, este es el dia
Que más importa á la Iglesia:
Sí hoy vencemos al contrario
La fe cristiana .<te aumenta;
Si somos vencidos, hoy
Tuvo fin nuestra ley cierta,
Pues de poder á poder
La batalla .se présenla.
El turco tendrá la Hungri:.,
El holandés á Bruselas,
Kl rebelde la Alemania,
Y de Lulero la secta.
Como el Hércules, la falsa
Hidra, hollará otras cabez:s.
Ka, amigos, la concordia
Arda en vuestras nobles venas
El valoren vuestros pechos.
La espada en vuestra defensa.
Muchos son los enemigos,
Y aunque en número os excedan
Ejército es la razón ,
Y si se desboca, es fiera
Que instigada del apremio
ikirre con el sol parejas.
El celo de nuestra fe
En vosotros reverdezca:
No hagáis nada de enojados.
Macedlo de conveniencia ;
No haya civiles discordias
En vosotros, porque lenga
líl otomano temores.
El luierano advertencias.
El valor, noble acogida.
La piedad, senda perfecta.
El perdón, cierto seguro.
Premio, el celo de la Iglesia.
Que yo os prometo, soldados.
Oponerme á la dureza
Del plomo grosero, bruto.
Que vida y honra atrepella.
Yo, como el menor soldado
De cuantos la pican juegan.
Expuesto al riesgo mayor
Haré del pecho trinchera.
Si sus plantas racionales
A esotras plantas apuestan.
Segad con vuestras espadas
Frutos de mejor cosecha.
Con todos hablo, soldados,
Todo mi ejército atienda;
(Tocan.)
Mas de repente la caja
Y el clarín el viento altera :
¿Qué es esto, soldados mios?
{Levdiitanse.)
Sale BUSCARITDO
DUSCARCIDO.
Por esa campaña amena.
Que hoy se adornó de tapete.
Y ya de alfombras turquesas,
Solimán, el gran señor.
Desde Liens llega á Viena;
Y ron bandera de paz
1>I y Juan Sepusio llegan
A pedir al rey Fernando
Parlamento; esta es la nueva;
Pide bajen Ires personas,
Lasqiieel'ja \ui'Slra alteza;
Y es que aun no sabe el pran turco
l,)ue el César llegó á Vlcna.
Kl parlaiiienlo ha de ser
liiilre los dos campos.
CARLOS.
Ea,
Fernando, yo he de bajar;
Don Luis de la Cueva Tenga,
Y el duque de Alba se quede
A la vista.
DUQUE.
Vucslra alteza
Puede bajar sulanienle
Y (Jon Luis.
Civnuos.
Nadie pretenda
Interrumpir licencioso
Lo que mi valur ordena,
Que me enojaré, por Dios,
Aunque masamiiio sea.
Ka, Fernando, bajemos,
Que en medio de las trincheras
Ue los dos campos, presumo
üue el gran Solimán espera;
Hermano, lo que resuelvo
Es que Solimán se vuelva.
RET.
¿Y si acaso...
¿Y no habrá otra conveniencia?
CARLOS.
Si habrá.
BET.
iQué?
CARLOS.
Dar la batalla. {Vasf.)
BEY.
Tu mandato es mi obediencia.
DUQUE.
¡Qué prudencia!
Bt'SCABCIDO.
¡ Qué valor !
DÜQU2.
Mudo SU valor me deja.
DUSCARUIDO.
Ea, perros, Duscaiuido
Ituscar vuestro ruido intenta,
Que hoy mi tizona ha de ser
Colada en la sangre vuestra. ( Vase )
Salen JUAN, LtJNA t SOLIMÁN.
SOLIMÁN.
Hagan alto mis fuertes batallones
Para arbolar al cielo sus pendones
Del monte en esa espalda
A quien corona el Mayo de guirnalda:
Al impulso Tatal del plomo ardiente
Kl cóncavo metal cruja ó reviente.
Esta es Viena, amigos.
Todos seréis de mi valor testigos
Si con esfuerzo ó con ardor gigante
Escalo esas murallas de diamante.
Tan altas, que cualquiera dellas sube
A embarazar lo denso de la nube.
Aqui hemos de esperar el parlamento:
Sólo que entreguen á Viena intento
Quinientos mil soldados
Ocupan esta selva y estos prados,
Déla sed afligidos.
Siempre cansados, pero no rendidos.
baja al mar un arroyo lisunjero,
Y aunque corre ligero.
Hidrópico, y sediento aquel soldado,
Le sorbe si¡ cristal comunicado
Con fuego tan ardiente
EL DESAFÍO DE C.\RLOS QUINTO.
Que le quiere parar aquel corriente,
\ si algo se le huye por ligero
Se lo üvuda á beber su Cünipañcro;
Y aquél soldado, que rendido yace.
Sube a buscar la parte donde nace ,
Y halla que es una roca que ha enfer-
[niaío
Que por ser primavera se ha sangrado;
Pone el labio á su sangre cristalina,
Y al nativo licor tanto se inclina ,
Tan avaro á bebcrle se provoca,
Que sobre los fragmentos de la roca,
Y el otro ahajo, está tan divertido,
Que sin echar de ver lo que ha be-
[bido,
Como le falta el curso de la nieve ,
La ruda arena por cristales bebe;
Si , á este enojo su sed les abalanza,
,.Qné harán si les incita la venganza?
Cuando el ruidoso parche
Manda que al campo marche.
Sale tanto soldado
Que parece que Marte ha granizado;
Y si el bélico son de la trompeta
Sus ánimos inquieta,
üe ardor o de coraje
Consiente que su acero el árbol raje;
í-iega la flor, y pisa la verbena,
Ueslruncada á sus manos la azucena,
Uegnihida la rosa.
De su fuego es fragante mariposa;
Muere la yerba , cuando apenas nace.
Bruta es su ira, pues las llores pace;
Si á este enojo el valor los abalanza,
jQué harán si les incita la venganza?
Juan Sepusio, mi amigo, hoy es el dia
Que has de cobrar el cetro de la llun-
[gria
Que el rey Fernando te ha tiranizado;
Veamos si con tu espada, y con mi
[lado
Hay competencia humana, que lo es-
[lorbe
Aunque ampararle intente todo el
JUA». [o'lJe-
En tu valor fiado,
A esta venganza aspiro;
Mi ejército, vencido y derrotado,
No permitió la queja ni el suspiro
En ruina tan sangrienta,
Porque nunca el que huye se lamenta.
En ti mi honor estriba,
Asi tu nombre viva.
Por más bla.son, más gloria.
Vinculado en la fama y la memoria,
Queá mis sienes restaures este impe-
Sácale del tirano cautiverio [rio;
lie l''ernando tirano;
Reino es mió, monarca soberano;
Y aunque mió (con esto me concluyo)
Keino que tú me das, es reino tuyo.
Señor, si á Luna aclamas gran mairo-
Mnjer que de virtudes se corona ; [na,
Si merecen mi amor y mi fineza
Ser águila del sol de tu grandeza.
Pido que á Juan Sepusio (oh gran mo-
fnarca
De cuanto ciñe el mar, la tierra aliar-
Restituyas el reino que ha perdido.
Que es blasón á su ruego merecido;
Y porque aqueste ruego satisfagas
Hazlo por mi, ya que por él no lo ha-
SOLIBAN. [g^s.
Por ti, Luna, por ti, señora mia ,
Hermosa luz donde se esconde el dia.
Con más rigor y con mayor desvelo
El muro escalaré del cuarto cielo,
Y su luciente máquina sujeta.
De rey he de pasar á ser planeta ;
411
El campo se ha de ver en sangre tinto.
¡Oh, si viniera á Hungría Carlos Quinto!
Sa/í« ACRAIMO, v LEONOR, couti'i/o.
Daleá besar, gran señor,
A Abraimo tu pié invicto.
SOLIMÁN.
Gran columna de mi imperiOt
Mis dos brazos te apercibo;
,,Qué mujer es la que traes?
ABRAIUO.
Sin discursos más prolijos
Te diré en breves palabras
Mnclios ardimientos mios.
Sali de Liens á Viena
Con dos mil turcos, que han sido
La señal de la victoria.
Pues dieron sangre á este rio.
Kn un cuartel de espadóles
Representé el valor niio;
Fué teatro la campaña,
Los oyentes esos riscos.
Del descuido me aprovecho .
Y sin cólera y con brío,
Lo uno para el valor.
Lo otro para el castigo.
Male doscientos soldados,
Y al instante me retiro
l'or no malograr la suerte
En esos campos vecinos.
Cien soldados recogi
Qucahi á tus plantas dedico:
Ksta hermosura que ves
Iba pisando el rocío
De esa margen de azucena
Que ya se llora de lirio;
Y aunque su espada y sus rayos
Pudieran á un tiempo mismo
O embarazarme el valor
O elevarme los sentidos,
Relleza, soldados, gloria.
Valor y honra sacrifico
lliiinildi- á tus reales planta,
Y por lauro el honor niio.,
SOLIMÁN.
LUNA.
Si del gran señor, mi dueúo,
Son lazos bien merecidos,
A mi me toca de hoy más
Dar el premio á tus servicios.
Dime, general, (.hay nuevas
Si ha venido Carlos Quinto?
ABRAIMO.
Presumo que no ha llegado.
SOLIMÁN.
¿Quién eres tú, que el roció
De tus ojos das al campo,
Adonde el Abril florido
Rordó de clavel tus labios
Y tu boca de jacintos?
D0.\A LEONOR.
Una infelice mujer.
AliUAlMO.
Aquesta esclava te pido.
Si merezco algún favor.
SOLIMÁN.
Tuya es la esclava, Abraimo.
(Tucán cajas.)
¿Qué es esto?
LUNA.
Si no me engaño
En esc campo diviso
Tres hombres.
il-1 COMEDIAS
Serán los ircs
Que Tienen i hablar conmigo;
Uien pueden llegar; j lü
Te relira al campo niio.
Fiaré, Seüor, lo que mandas. (Vase.)
Jl'AIX.
¡Oh, quiera el cielo lienipno
(Jue lleyue ya mi venganza!
SOLIÍIA?!.
Aqui te queda, Aiiraimo.
ADRAISIO.
Fn medio de los dos campos
Están ya los enemigos.
Sa/ín CARLOS QUINTO , EL REY t
DO.N LL'IS, ij el Enipirador se que-
da al paño.
CARLOS.
Llegad vos, Fernando, á hablarle.
Que aqui no hay ningún peligro;
^o he deoir á Solimán
Desde esta parle escondido.
SOLIMÁN.
Alá te guarde, Fernando,
Hermano de Carlos Quinto.
BEY.
Guárdete Dios, Solimán.
DON LUIS. (.4^.)
Cielos, á Leonor he visto
Presa en el campo contrario;
A mi Fortuna maldigo.
SOLIMÁN.
Don Fernando, yo presumo
Se le olvida mi apellido;
Yo me nombro el gran Señor,
Y Emperador no vencido.
El dueño de dos esferas,
Y de dos mundos prodigio.
DEY.
Y yo soy Hey de romanos,
Y es milierinano, y no lo Le dicLo,
Emperador de Alemania
Y aiole del enemigo.
Yo soy sólo emperador
Por derecho sucesivo;
^'o hay quien merezca ese nombre
Sinoyo, que le he tenido
Por herencia y patrimonio
Oel gallardo Constantino
Emperador; ¡vive Alá,
Que esto sufra!
cÁnLos. {Ap.)
¡Esto he sufrido!
SOLIMÁN.
¿Cómo no viene á Viena
Ése Carlos vengati\o?
¿Y cómo, Kernando, os deja
lliiy en tan grandes peligros?
Diea hace de no venir.
CARLOS. {Ap )
Ya no he de poder sufrirlo.
SOLIMÁN
Que yo lo dijera á Carlos...
Sale C.4UL0S.
CÁRI.OS.
íQué decis de Carlos Quinto?
SOLIMÁN.
Señor, vuestra n^ijcstad...
CARLOS.
SI, Solimán, yo he venido
A defender ánii hermano
ESCOGIDAS DE DON FRANCISCO DE
Y á ensalzar la fe de Cristo;
ICsiü es lo que debo hacer.
SOLIIAlt. (Ap.)
Melado mirníol me animo:
Nombrado me daba asombroSt
Y ahora desmayos visto.
CARLOS.
Solimán, emperador
Generoso y siempre invicto.
Valiente, siendo galán;
Sin ser soberbio, atrevido ;
Sin codicia, poderoso;
Y sin avaricia, rico; ,
Señor del África y Asia.
Horror del persa y del indio
I Que yo hablo como quien soy. '
Aunque hablo con mi em'migo ) ;
¿Queréis dejar en su reino 1
A Fernando, hermano mió. |
Pues os dejo yo en los vuestros?
SOLIMÁN. I
Ya no puedo, ya he cedido. i
CARLOS. I
Pues adiós, gran Solimán. {Yase.) ,
SOLIMÁN. i
Pues adiós, gran Carlos Quinto.
REY. i
Juan Sepusio, gran Baiboda. |
Pues por nosotros ha sido i
Esta guerra, remitamos
El duelo á nosotros mismos:
Quede este reino en poder
Del que al otro haya vencido ,
No por nosotros se pierda , '
Que es crueldad, sobre delito.
Que padezcan dos monarcas
1.0 que nosotros hicimos.
Peleemos en campaña;
l.osdos reyes sean padrinos, [
Y quede con el imperio
Aquel que quedare vivo.
JUAN.
Yo he traido á Solimán,
Y él por mi causa ha venido.
Ya esta causa no es mi causa.
Esto no está ya en mi albedrio.
REY.
¿Luego no queréis salir?
JUAN.
Fernando, ya he respondido.
BEY.
Por ley de herencia y valor
Viene á ser el reino mió.
JOAN.
l'.obrarále Solimán.
REY.
Son los cielos más benignos.
JUAN.
Esto es valor.
BEY.
Es venganza.
JUAN.
A cobrar mi cetro aspiro.
REY.
Por ti está la Cristiandad
Hoy eo tan grande peligro.
JUAN.
Yo deCendo mi derecho.
REY,
Yo he de defender el mió.
JUAN.
Iiaráme el cielo victoria.
REY.
Daráte el cielo castigo.
ROJAS.
JORNADA SEGUNDA.
Descúbrese CARLOS en su tienda.
CARLOS.
Aquí en mi tienda, aquí en esta ribera
A donde todo el año es primavera,
Y adonde aquella fuente bulliciosa
llusca el mar cristalina mariposa;
Ahora, (|ue la antorcha más luciente
Se ha apagado en las aguas de Occi-
[dente,
Y el lucero de Venus, diosa bella,
El cielo va encendiendo estrella á es-
[trella;
Ahora, que la tierra se ha enliuade.
Que el sol , planeta aruiente , se ha
En los golfos mayores, [mareado
Y hasta (|ue vuelve en si todo es hor-
Aliora, que la rosa [rores;
Está acostada en su capilla hermosa,
Y sumiller la Aurora, por diviiia
Le corre á la mañana la cortina ;
Ahora, pues, que to<los mis soldados
Al sueño se han rendid» de cansados,
l'.on devoción y con piadoso celo
Quiero dar esté rato al claro cielo,
liarlos habla con vos. Cordero afable;
Dadle auxilios á Carlos , porque os
[hable:
Hoy prevengo á mi brazo aquesta glo-
[ria,
Y la honra vuestra esli en esta victo-
tria;
Y aunque la fe no puede, no, vencerse.
Puede al niéoos. Señor, oscurecerse.
;Ay, triste de mi! ¡Ay, triste.
Que en mi gobierno vuestro honor
[consiste!
Mi ejército. Señor, está sin puga.
Porque se satisfaga
Socorrerle primero.
Pues vos sois mi seguro tesorero.
Si en el cielo divino u vuestro lado
Se amotinó vuesiro mayor soldado
Siendo espíritu puro,
¿Qué hará, pues, el soldado mal sepu-
En aquesta aspereza , [ro
Expuesto á la desdicha y la flaqueza?
El dinero de España no ha venido.
El cerco por iiist;uites ha crecido,
Y mi ejército crece;
Y aunque Carlos, Señor, no lo mere-
Merézcalo el que llega satisfecho [ce,
A poner á la muerte el frágil pecho
Por la fe solamente.
Mucho más de cristiano que valiente;
Socorro á mis soldados, Cri.-to mió.
Vos le daréis. Señor, de vos lo lio ;
Muera el soldado de la herida liera
Y de mal socorrido no se muera.
Ya hay socorro , soldados , Dios le ha
Va ha llegado el socorro. [dado.
Salen EL DUQUE , DUSCAUUIDO y
MARI DERXARUO.
UtÚUE.
Va ha llegado.
CARLOS.
Duque de Alba, ¿qué decis?
DUQUE.
Generoso, invicto Carlos ,
Monarca de dos imperios
Y de dos esferas rayo.
Vuestro ejército valiente
Sobre la falda albergado
De esa ciudad, cuyos muros
De incontrastable peñasco
Tanto suben, ijue embarazan
I,a reKion del aire vago;
Viéndose sin paya ayer.
Por inslaiiles esperando
La ruina de la hanü>re
Y de la sed el estrago,
A voces piden socorro;
Prro no se amotinaron,
One os deben nnicha obediencia
Los que son vuestros soldjduS.
El socorro, ó la batalla
Pedían, (|ue puesto caso
Que el bastinienio les falle,
Oe bambrientosó encarniz.idos
Quieren bacer alinicnlo
De corazones contrarios.
Dar la batalla. Señor.
Era arruinar los listados.
Que vos no buscáis al turco,
Antes bien sois el buscado.
Kn Un, aquel sustituto
De Dios, que al cetro romano
«¡ge, preside y gobierna
Con auxilios soberanos.
Envió á Hipólito de Médicls,
Su sobrino , cuyos años
Parecen los del consejo
Sin lleüar á veinte y cuatro ;
Trae el dinero del Papa ,
Y trae ocho mil caliallos
Que á su costa ha de ocupar;
Y por estandarte un sacro
Dibujo de Cristo muerto.
Por cuyo abierto costado
Viene h dar en sangre suya
Socorros más necesarios.
Gallardo es el cardenal,
Kstas cartas me ha entregado
Del Ponlilice, su tio:
El sobrescrito es á Carlos,
I.a piedad es como suya.
El celo, como esperamos:
De nniy valiente el ardor
Y el brío de yran soldado.
(l.fe.) «A Carlos Quinto, por la gia-
cia de Dios, Emperador de Alemania,
nii obediente liijo, salud.»
El titulo de mis reinos
Juzgo que se lo ha olvidado;
Mas si me llamo obediente
Y su hijo me lia nombrado.
Ser obediente es más cetro,
Ser su hijo blasón más alto.
{Lee.) cPara ayudará V. M. en tan
justa guerra, envió á mi sobrino Hi|)ó-
litode Mediéis, con ocho mil c:iballos
que á su costa servirán. Üe limosna he
juntado entre mis eclesiásticos un mi-
llón que lleva; espero en Dios que
triunfará V. M. de sus enemigos, y á
mi me perdonará no poderle ayudar
con más gente. Dios guarde á V. M. pa-
ra cimiento de nuestra fe católica. —
Clemente. n
¡(th. cómo se echa de ver
Que ordena Dios este caso.
Pues con su mayor amigo
Me socorre mis trabajos!
Si con Dios Clemente priva.
Es evidente y es claro
Que lo que el Bey no quisiera,
Ro ejecutara el privado.
Duque de Alba, ¿cómo haremos
Para que sepa el contrario
Que tengo dineros ya?
duoi;e.
Cl dinero es grau soldado.
EL DESAKiU DE CARLOS QLINTO.
CARLOS.
Ahora que ya le tengo
El cielo llueva africanos,
Y de genizaros fuertes
Se cubran montes y prados.
A mi me importara ahora
Saber el intento exiraño
De Solimán en el cerco;
Si ahora hubiera un soldado
Que aqui me trajera un turco
Me hiciera un grande agasajo.
IIUSCARUIDO.
Aqui Buscaruido está.
El (pie sólo anda buscando
El ruido de bacer un hecho
Masque una nariz sonado.
Yo traeré el turco y los turcos
Que se hallaren más despacio
Para que yo les obligue
A que vengan á obligaros.
Traeré la casa de Meca,
Todo el linaje otomano,
Y el zancarrón de Mahoma
Para echársele á tus galgos.
Traeré...
MARI BERMAnDO.
Tente Buscaruido;
Señor, si yo no le traigo,
Es señal que no habrá turcos
r,ii todo el cimipo contrario.
^o traeré el turco primero
Que me hallare uias á mano,
N traeré, si no lo encuentro.
Turco que aun no esté engeudrado.
'traeré al mismo Solimán.
liUSCAHLIDO.
El Solimán he pens:ido
Que para tu mabí cara
IVo te ha de hacer mucho daño.
MAIU l)ER^AI:l)0.
Mientes, infame gallina.
CÁI1I.0S.
A vos, soldado, os enciirgo.
Que traigáis aqueste turco.
BUSCARUIDO.
El demonio me ha engañado;
i;on condición, que no ha de ir
Conmigo Man Bernardo.
cÁni.os.
No vaya nadie con vos.
MAIU DKKNAnDO.
Iréme por otro lado,
Pues aun(|uecoii él no vaya.
Lo mismo que él hace, hago.
EUSCARIIUO.
Yo obedezco.
UARI DERNARDO.
Yo me voy;
¿Pero se ha de ir el bellaco
Siu que yo vaya con él?
nUSCARCIDO.
¡Que el cielo me haya librado
L»e aqueste demonio ii luterc!
MARI RCRNARDO.
¡Que lo baya mandado Carlos!
ni'scARUioo.
Aquesta vez me voy solo.
UARI BERNARUK.
Esta vez no le acompaño ;
Mas yo le acompañaré
Todo lo que ahora falto.
Salen EL REY y EL MABQrÉ.Í.
iEstá aqui su majestad?
DUQUE.
Aqui está.
RET.
Señor.
CARLOS.
Hermano,
_Oué queréis, Fernando amigo?
¿Qué es esto , maniués del Basto?
REY.
Señor, que Abraimo, lurco,
üe paz al campo ha llegado ;
Dice que te quiere hablar.
CARLOS.
Decid que entre, y vos sentaos.
MAnguics.
Llegad , valiente Abraimo,
A hablar con el Quinto Carlos,
Sale ABRAIMO.
ABRAIMO.
Guárdele Alá, Carlos Quinto,
Monarca de cuyo ;qil;iuso
l.l correo de los lilnipos
Lleva la nueva á los años.
( I urbado el pecho le miro.
¡Qué severo! ¡qué gallardo!)
Señor (con temor estoy),
Señor (venia este caso
Para que la lengua turbe,
Y e! valor sufra embarazos),
Perdonaréisiiie, Señor,
En lance tan temerario
La licencia de afligido
Por la obediencia de enviado.
Del gran turco. Solimán,
Aqueste papel os traigo.
CARLOS.
¡Para un papel, lan confuso!
¡I'ara un papel, tan turbado!
Dadme el papel.
Y la vida
A vuestras manos consagro.
CARLOS.
(Áp. Algún secreto misterio
Este papel ha encerrado;
El corazón en el pecho
De colera me da salios.
¡Turbarse el lurco al traerlo!
¡Avisarme que es vasallo!
¿.SI algún veneno cruel
Me eiivia en él disfrazado?
¿Alirirele? Pero no,
Por(|iie (leslii duda salgO
Con liársele á que le lea
El inisiiuKiiie niele hadado.
¿Ma.s yoliedüleiierlemoi?
Vo me resuelvo, y le abro:
Abrole en nombre de Dios
A quien mis hechos consagro.)
{Lee.) « Yo he venido de Constanli-
nopla á Viena, á entregar este reino á
Juan Sepusio; y hechas las reseñas, le
llevo á V. M. cuatrocientos mil hom-
bres de ventaja; no iiuiero que se
cuente el exceso con la victoria, sino
mi valor en mi atrevimiento; esta ba-
talla se remita á dos emperadores: el
uno será Carlos Quinto, y yo. Solimán;
espero á V. M. en el arroyo que divide
los dos ejércitos, mañana á las diez,
solo, sin mas armas ilefensivas (|ue una
rodela , ni más ofensivas que una es-
pada.—So/íman, emperador de Cons-
lautinopla. »
¡Crande es su valor, por Dios!
Confieso que me be admirado.
414
COMEDIAS ESCOCIDAS DE DON FRANCISCO DE ROJAS.
Fernando, iqué os ba turbado?
jY qué os La turbado á vos?
Esperad, pues, allá fuera
Que ya la respuesta escribo.
ADIIAI»0.
Yo be entrado en la tienda vivo >
Y Diuerlo salir quisiera. (Vasf
CARLOS.
Ya sé lo qué be de liacer vo,
Y aunque sé lo qué he de'baccr,
Ce vos procuro saber
Si debo salir ó no;
C)e vuestro consejo fio
La experiencia de maestro.
Tara ver si con el vuestro
Conviene el consejo ruio.
BEY.
Mi sentimiento diré.
Pues cuando yo os lo declare
Si el consejo no acertare
Por lo menos le daré.
'^0 me ciega la pasión
íi\ el temor me reconviene,
Y digo que no conviene
Salir por esta ra/on.
En esie encuentro he pensado
Que por cobrar honra y fama
Jua» Sepusio es quien me llama ,
Y yo soy el provocado.
\ sus soldados dirán.
Pues en el campo se baila,
Que para dar la batalla
he apadrina Solimán.
Y aun por su respeto, aquí.
Sin que el discurso meengaTie,
Porque Irae quien le acompañe
Vos me acompañáis á mi.
¿Pues dónde vieron los siglos
Aun en batallas mayores,
Que riñan los valedores,
Y no riñan los validosf
Por declarado enemigo
Al campo le desafié;
Vero cuando le llamé
No i|uiso salir conmigo.
Si él, cobarde, aunque cruel ,
En la ira se ha templado
Aquel que viene á su lado
No debe reñir por él;
Que á su opinión satisface
En no quererlo emprender.
Que el padrino debe hacer
Lo mismo que el duelista hace.
Luego tengo averiguado
Que el padrino en su lugar.
Ni puede desafiar
Ni salir desafiado.
Y no es discurso importuno
El que llego á distinguir.
Que los cuatro han de reñir
O no ha de reñir ninguno.
y asi mi razón previno
(O será mengua su fama)
Que pues no riñe el que llama
No ba de reñir el padrino.
CARLOS.
Cuando aquel que os ha llamado
Es cob:irde ó desigual.
Viene á ser el principal
El mismo que ha apadrinado ;
Y no me toca atender
.'ii el es su padrino ó no,
Que á mi me desalió
Es lo que importa saber.
bUQL'E.
¡Qué valor!
CÁBLOS.
Vos proseguid.
Marqués, esto no me agrada;
Colérica con mi espada
Está mi ra/.on.
MARODIS.
Oid:
No salga tu majestad.
Que este es el consejo min;
Pues para haber desalío
Hade haber seguridad.
De un rey que fuera ciis'.iano
.*^úlo se puede tener;
¿Pues cómo la puede haber
De un rey injusto y tir:ino?
Y de un tirano, pensad.
Que será en toda opinión
Más segura la traición
(.lúe segura la lealtad.
CARLOS.
Marqués, no me persuade
Vueslro nuevo pensamiento :
La fe da merecimiento,
Pero nobleza no añade.
;.Qné importa, pues, que haya sido
Cruel, alarbe y tirano?
No porque no sea cristiano
Deja de ser bien nacido.
Y esa sentencia no allana,
Que el salir esjusia ley,
l'ucs yo riño con un rey
Que es de la casa Otomana;
Y en ley de duda, en razón,
Que debo más, reparad,
Inclinarme á la lealtad
Que advertirme á la traición.
DIQUE.
,Qué resuelvo! Yo prosigo.
CARLOS.
,,V vos, qué determináis?
liUQUE.
Yo digo que no salgáis.
CARLOS.
¿I.a causa?
DEQUE.
La causa digo.
Si porque el turco muriera
Cuerpo a cuerpo y cara á cara
Esla guerra so acabara,
Yo diria que saliera;
Pero el intento se yerra,
Carlos, cuando os resolvéis.
Que apenas le mataréis
Cuando empezará otra guerra.
j,Y en tan extraña mudimza.
Quién nueva batalla duda?
Pues lo que ahora es ayuda
Entonces será vengauzii.
Y con diferente ley
Peleará cualquier soldado :
Si lo hace de un rey llamado,
;,Qué hará por su propio rev?
Y demos que él os dé muerte.
Que esto del vencer. Señor ,
No está en manos del valor,
Sino en manos de la suerte;
Muerto vos, imaginad
Los soldados afligidos.
Vuestros reinos destruidos,
Perilida la Cristiandad.
Con quinientos mil soldados,
Y vencedor Solimán,
Sus escuadras ya serán
Iluina de vuestros Estados.
Ue manera, que el vencer
Antes sirve de irritar;
Luego no hay que aventurar
Cuando es seguro el poder.
Y el Marques no dice mal
De la traición, que en rigor
Cuando es Solimán traidor
Es con su sangre leal.
Porque en él no es vituperio,
Antes añade opinión.
Aunque sea con traición
Querer ganar un imperio.
Heñir con hombre tirano.
Donde hay lanío que perder,
Eso viene á ser romper
Por l;is leyes de ciisliauo.
I'sio se debe mirar,
Y no pensar que es temer
Que a vos no os locó el vencer.
Sino sólo el conservar.
Y en este parecer niio
El duelo <lel mundo baila
Que en dándoles la batalla
Cumplís con el desafio.
CARLOS.
Otro mi discurso es,
Y cuanilo al vueslro me dejo,
liareis cerrado el consejo
Y es todo el caso al revés.
Si con aciertos airados
Doy la muerte á Solimán,
En muriendo el capitán
Se acobardan los soldadoSi
Como sin cabeza están.
Mas mis soldados, advierto.
Que antes siendo yo el muerto,
Más animosos serán.
Y es la razón, que como él
No es en los casos piauoso
Y aunque es siempre valeroso.
Es siempre airado y cruel;
Matándole, discurrir
Uien, que de arriba lo arguyo.
Que por él el campo suyo
No querrá ser coi.lra mi.
Mas si él la muerte me diera ,
Como soy jo tan amado
Por mi , cualquiera soldado
Por su ejercito rompiera.
Luego con razón confio
Desle riesgo que se espera
Que su cjerciio no hiciera
Lo que un soldado si es mió.
REY.
^Señor, y la Cristiandad,
Cómo quedará sin vos?
CARLOS.
Volverá por ella Dios.
MARQUÉS.
Seüor, advertid...
DUQUE.
Mirad,
Que pudiera ser traidor
Solimán, y este desvelo...
CARLOS.
Quien llega á tener recelo,
Va llega a tener temor.
Mirar lo que importa aquí.
Viene á ser niajor hazaña.
CARLOS.
Si no salgo á la campaña ,
¿Qué dirá el mundo de mi?
DUQUE.
Que fuiste considerado.
CARLOS.
Y valiente Solimán.
V si salgo, ¿qué dirán?
REY.
Que anduvisteis arrojado.
CARLOS.
¿En fin, él será valiente,
V yo prudente conlrario?
Pues quiero ser temerario,
Y no quiero ser prudente.
REV.
Nuevo riesgo le prev
DCOCE.
Uajor la pérdida es.
CÁBtOS.
En fin, ¿qué decis los tres?
LOS TRES.
Toiios ires, que no cunvienc.
CÁIILOS.
Señe
UDQCB.
CAIILOS.
escuchad,
Y atended á lo que digo:
Vos sois mi niajor amigo.
Diga vuestra majestad.
CÁIII.OS.
A un consejo más sucinto.
Desde un puieccr os paso :
¿Qué hicierais en este caso,
bi vos fuerais Carlos Quinto?
Si he de decir lo que liiciera...
CARLOS.
Hablad, ¿qué os hiela? ¿qué os para?
DUQUE.
Si C:irlos Quinto me hallara
Yo, vive Dios, que saliera.
CARLOS.
Todos tres me aconsejáis
Haciendo á mi amor la salva:
¿Mas qué dice el duque de Alba?
diqi;e.
n Duque, que no salgáis;
Aijueste es mi parecer.
CARLOS.
¡Oh, cómo es prudente el viejo!
Nadie me dé mas consejo,
Que yo sé lo que he de hacer.
A ese turco me llamad;
Ií:i celo á lodos estimo.
Llamad a! turco.
Sale ABRAIMO.
BABQIÉS.
Abraimo,
Llegad á su majestad.
CARLOS.
Yole respondo al papel,
{Escribe Cários.
Abraimo; el rey de España
No ha de salir 6 Campaña
Clin un enemigo iniiel.
Kn Uh renctou solamente
Vera lo qué he respondido,
l'or valiente le he tenido.
Mas nunca por tan valiente;
Que es );allardo le decid,
Y que le estoy admirando;
Venid conmigo, Fernando;
Vos, duque de Alba, venid,
Llevaréis este papel
(Hablando esta el corazón);
'l'oda mi resolución
Verá Solimán en él.
Ahora mi labio calla
En tan contrarios extremos;
Decid i\ac allá nos veremos
Cuando me dé la batalla.
(Vause.)
Sale BUSCARL'IDO de turco.
DUSCATtCIOO.
Saltando de peña en peña.
Como olroi de rama en r.ima ,
EL DESAFIO DE CARLOS QUINTO.
A caía vengo de turcos.
Y vengo a muy linda caza.
Pero soy gallego rancio
Y he de cumplir mi palabra ,
Y en materia de cumplir
Nadie me lleva ventaja.
.lurar falso en muchos pleitos .
Y dejar limpia una casa,
No ver cosa que sea buena
Que no me parezca mala,
^ frente de mi Señor
Murmurar á las espaldas.
No hubiera tal [iuscaruido
b)n las gallegas montañas.
Y dejando los gallegos
Y volviendo á nuestra traza.
Yo vengo á pescar un turco ;
Pero de muy buena gana
Tomara que fuera un pez,
Y con el anzuelo ó caña
Me estuviera erre que erre.
Una, dos ó tres semanas
A ver si pica ó no pica
Con flema de hombre que paga
Si ejecutarle no j.ueden ;
Y cuando mucho sacara.
Pensando que saca el pez
Una rana que pescaba.
Este es el campo contrario;
Quien no me ve con mi daga
Pensará que soy gallina,
Pero por Dios que acertara.
Si yo fuera tan dichoso
Que un turco cortés me bailara
Que se viniera conmigo
Pian, pian, á las plantas
De Carlos, que el ser cortés
Ninguno se lo culpara,
Vaya ; pero venir yo
Con mis manos muy lavadas
A buscar un turco abad ,
Con cerviguillo de á vara,
O con bigote de jeme
O una hoja corcovada ,
Vive Dios que es fuerte caso;
¿')ue haya en el mundo, que haya
Quien venga á pesca de turcos?
Pero veamos, ¿qué falta,
Para que este turco lleve?
Que él venga de buena data,
Tener yo mucho valor,
Y el turco ser una mandria;
Todo aquesto puede ser.
) Si no me engaño, en las ramas
I Siento ruido, turco pica.
¡Ay de la hora menguada
lúi que el hombre busca cosa
Que no quisiera encontrarla !
Sale MARI CERNAnoO de turco.
NARI BERMARDO.
En traje de lurco ahora
Vengo al campo disfrazada :
A üuscaruido mandaron
Que saliese á la campaña
A buscar un turco, y yo
De envidia, de enojo y rabia.
Por otra parte he venido
A ver si un turquillo hallara
Moderado, para hacer
Eicrno mi nombre y fama.
Kl se fué solo á buscarle,
Y ya iiue con él no vaya.
Pues liagn lo mismo que él.
No viene á ser de importancia.
BUSCARUIDO.
Vive Dios, que es un lurcazo,
Y aunque es la noche cerrada ,
Se le divisa el bigote.
UARI DERNARDO.
Yo ando en gentil andanza;
Un turco diviso alli.
Yo quiero sacarla espada.
Quieu va?
BUSCABÜIOO.
¡Qué voz tancruclí
Este turco tiene traza
De hacerme pastel en bote
anudas cuchilladas.
Animo, pues, Uuscaruido,
Yo quiero engordar la habla
Asi pudiera la bolsa
Y echarle á tiento una braga.
Al pumo el turco ne entregue
Kl almaizar, y la espada,
O le arrojaré tan alto
Que cuando en la tierra caiga
Las monedas con que baje
No han de pasar eu la plaza.
UARI BERNARDO. (Ap)
Vive Dios que es Buscaruido;
l5l ha caido en la trampa.
Una burla le he de hacer
Pues que la noche me ampara.
DUSCARCIDO. (.4/1.)
Parece gallina el turco.
Pues que no me habla palabra;
¿No me responde el podenco?
¿Como el perro no me habla?
MARI BERNARDO.
Atar, sonior. {Ap. Bueno va.
Uuscaruido, que te clavas.)
BUSCAROIDO.
[Ap. Vive Dios, que dice que ato 1
La espada ponga á mis plantas.
MAW BERNARDO.
Toma el cuchillar, sonior.
BUSCARUIDO.
Écheme también la daga.
MARI BERNARDO.
No tener; atar, sonior;
(Ap. Rabio por estar atada.)
BUSCABUIDO.
Y como que le ataré:
¿De qué se cubre la cara?
¿Hasta un turco tiene honra?
Ponga esas manos cruzadas;
Vive Dios que ya las pone.
MABI 1
Atar, sonior.
BUSCABUIDO.
Ya le atan.
(.4p. Señor cosas me suceden.
Que el diablo no las pensara.
¿Que haya persona en el mundo
Que sea pescador de caña
Y no ande á caza de turcos?
Vive Dios, que yo pensaba
Que eran los turcos de carne,
Pero este turco es de masa.)
MABI BERNARDO. (4;;.)
Por ir con él donde va.
No tengo de hablar palabra,
Y en ir con él voy contenta.
BUSCARUIDO.
¿El perro, de qué regaña?
¿Quiere que le mate á coces,
O le muela á bofetadas?
No ladre, ole... vive Cristo.
UARI BERNARDO. (.4;;.)
A fe que \a bien armada.
UUSCARUIDO.
(.4p. Ahora he echado de ver.
Que cuando la Marimacha
A tudas las cosas iiuc Iba
■IIG f,051i:ül.\S
i'or fuerza me acompaüiba ,
Toilo mal me sucedía,
Y tengo por cosa clara
Que tenia mala sombra;
La vida y honra apostara
Que si conmigo viniera.
No hubiera acertado en nada.)
Venga el alano conmigo.
UARI DERNARDO.
Tener las piernas quebradas.
BUSCAHUIDO.
Pnes yo le llevaré á cueslas.
Que cuando importa 4 mi lama
Soy ganapán de mi honra.
MARI BERKARDO. (.4/).)
Esto está mejor que estaba;
Dejarme llevar á cuestas
Ha de ser cosa acertada,
Que está una legua de aqui
La tienda de la campaña.
BtlSCARUIDO.
{Ap. Á mi no me han de alabar
Este turco y esta hazaña,
Sino que le llevo horror
De Mari Bernardo á casa.
(-.Turco, y sin Mari Bernardo?
Me parece que se carga
Adrede el perro.) ; Ah, mastin!
HARI BER^AnDO.
¿Qué manda?
nCSCARtlDO.
Que no se haga
Pesado.
MARI BEBUARDO.
No podré más,
Andar, sonior.
BUSCARCIDO.
Calla.
UARI BER^'*R^O.
Anda,
Atar, sonior.
BUSCARKIDO.
Ya está atado.
MARI BERNARDO.
Mamola, sonior.
BLSCARUIDO.
A España.
Que está la mamola lejos;
Calle su pico.
MARI BERNARDO.
Ya calla.
JORNADA TERCERA.
Sale SOLIMÁN, LUNA t JUAN.
SOLIMÁN.
Yo le desafié, yo le he llamado ;
Veamos este caudillo, que ha causado
A tanto mundo asombros.
El que lleva la fe sobre los hombros,
Y el que en Jerusalen cobrar intenta.
Si como ensaya, en mi lo representa.
Pedazos le he de hacer entre nii.s bra-
Y de ellos hacer seguros lazos [züs,
Para apurar su corazón brioso ;
Veremos si connii(;o es tan dichoso;
Ya estoy deseando verme en la cani-
[ paíia
Con aqueste león que cria España;
El despojo ha de ser de mis blasones
Que el Asia es el solar de los leones.
¡No viniera Abraimo, no viniera
Con la respuesta, porque yo saliera
Á ver este arrueanle!
tSCÜGIDAS DE DON EBANCISCO
Sale ARRAIMO.
SOLIMÁN.
Sfais bien venido, Abraimo.
¿Traes de Cirios la respuLSla?
ABRAIMO.
Desde esta noche la tengo;
Pero no quise que sepas.
Por no estorbarte el descanso.
El suceso que deseas.
Salí, pues, aquesta noche
Cuando la oscura tiniebla
A los dos contrarios campos
Sirvió de muralla negra;
Y con bandera de paz
Aunque insigne de más guerra,
De Carlos Quinto, señor.
Llegué 3 la grave presencia.
Estaba su majestad
Acompañado en su tienda
Del duíjue de Alba, Toledo,
Aquel en cuya experiencia
Padece el valor eclipses
Y el ingenio sufre nieblas.
Su hermano Fernando, el rey,
Estaba á mano siniestra
Sentado en un taburete.
Él en una silla regia.
Y Fernando, ó sea lisonja ,
II decoro injusto sea.
Algo más atrás que Carlos;
Que aun en una sangre niesnia.
Con ser de un cuerpo la sangre
Tienen sujeción las venas.
Turbado sali á sus ojos.
No temeroso, que fuera
No tener mucho reposo
No tener mucha obediencia ;
Que cuando Carlos por si
No fuera el que el mundo cuenta.
Soy tan obediente yo.
Que cuando por mi no tema.
Por ser tu competidor
Presumo que le temiera.
Llegué, el respeto en el labio.
El decoro en la decencia.
Las palabras muy sin voz.
Las acciones muy sin lengua ,
La color no como mia ,
La resolución discreta,
Porque siempre el valeroso
Se ayuda de la modestia;
Y dlle el papel á Carlos;
Tomóle, rompió la nema,
Y te confieso que vi
(Permilenie esta licencia)
Entre su helada color
La cólera tan resuelta,
Que hubo menester sus ca:ia5
Para ayudar su prudencia.
Levantóse de la silla,
Salime yo de la tienda
A esperar de sus pa'abras
La resolución discreta.
Pidió consejo i los suyos.
Que el rey que acertar desea
No ha de fiar del enojo
Las materias de la guerra.
Peleaba consigo Carlos
Dentro de su propia idea.
Que los altos pensamientos
Son de si propios pendencia.
Y todos le aconsejaron
(Presumo) que no saliera.
Celosos por ser vasallos:
Y entre el ruego y la fineza
Estuvo con su consejo
Hipócrita la soberbia:
Que es Carlos tan bien querido ,
Que sus vasallos quisieran
Con estarle á Carlos mal
Que dejase aquesta empresa.
¡Bien haya rey en quien vive
La justicia y larlemencia,
A quien los buenos y malos
Le estiman de una manera:
Los malos, porque perdona:
Y los buenos, porque premia!
Volvi a entrar, y escribió Carlos
De su mano la respuesta;
Cerróla, y dijo: Abraimo,
Di á Solimán, que quisiera
Poder hacer lo que pide;
Pero aquel que es re.v, es fuerza
Que no sea suyo en obrar.
Aunque en mandar suyo sea ;
Que yo, aunque soy solo un homb:
Soy de mi reino cabeza,
Y que no se ha de arriesgar
Sin que todos lo consientan.
Que soy esclavo en mi patria
Que me paga y me sustenta,
Y no puedo hacer de mi
Lo que mi dueño no quiera :
Carlos no sale á campaña ;
Tú con el blasón te quedas;
En el papel más sucinto
Verás, Señor, la respuesta.
Esto Carlos respondió,
Y entre sus heladas venas.
La sangre, de valerosa.
Salió á decir su modestia;
Y el esmalte de su rostro
O aquella plateada felpa
Que entre el telar de los años
Tejió la naturaleza.
Cubrió algunos sentimientos
Que desatados en perlas
Se hicieron canas también
En hielo y nieve resuellas ;
Que aunque al salir de sus ojos
De cólera noble eran
En mezclándose en el rostro.
Las eleva la prudencia.
SOLIMÁN.
Por Alá, que estoy corrido.
¡Que tanto la fama mienta!
¿Pero qué sabe la fama
De las humanas flaquezas?
¿Este es Carlos el osado ,
A quien la Alemania tiembla?
¿A quien Flándes obedece?
¿El que á dos mundos estrecha?
Hasgo ya la nenia y leo;
Mas, vive Dios, que es bajeza.
Que lea el gran Solimán
Con sufrimiento estas letras;
Y asi no quiero leerle
Ni tu Abraimo le leas;
Toma este papel de Carlos
Y al ejército le lleva;
Fíjale de un árbol verde
En la rústica corteza,
Para que sepan mis gentes
Y para que el mundo sepa,
Que me niega el desafío,
Y queden á mi obediencia
Su honor, su valor, su fama
Y su corona sujeta.
Vé á hacer lo que yo le ordeno.
Espera, Abraimo, espera ,
No te lleves sin leerle,
Permíteme que le vea.
Que puede haber circunstancias
En lo mismo que te niega.
SOLIMÁN.
Dices bien, lee el papel.
ABRAIMO.
Dice de aquesta manera. ■
(Ue.) «Mis vasallos y deudos me
•aconsejaron que no salga al desalio
•cuerpo 3 cuerpo con vuestra ninjes-
>tad; yo lo be mirado, ; estoy resuel-
to...»
soliua:*.
Delente, no leas más;
¿Quieres mayor evidencia?
LCXA.
Oeja, Señor, que prosiga ,
V que se disculpe deja.
SOLIMÁN.
Vuelve á empezar otra vez.
¡Qué cobarde es la prudencia !
ABRAino. (Lee.)
€ Mis vasallos y deudos me aconseja-
>ron que no salga al desafio con vues-
•Ira niüjestad: yo lo he mirado hien, y
ii'stoy resuelto, contra todo su pare-
»cer,"á salir al campo...»
SOLIUAN.
Detente.
ABRAIUO.
¡Cielo, que miro!
SOLCMAS.
¿Qué cs lo que dices? espera.
ABRAIUO.
A salir al campo, dice.
solida:».
/•r.Omo es posible que leas
1.0 mismo que contradices
Si es lo mismo que cohdeuas?
Uirúlo Jjicn.
ABRAniO.
Asi dice.
SOI.IM/.N.
Eso es imposible; suelia,
Y deja el papel, villano.
LUSA.
Ruego al cielo que asi sea.
SOLIMÁN. (Lee.)
«Yo lo be mirado bien, y eslov re-
•snelto , contra todo su parecer, a sa-
»lir al campo a labora que señala vues-
• tra mnjeslad, al sitio que me dice , y
íc.in las armas que ordena. — El em-
*¡¡erLdor Carlos Quinto.*
Cobarde, traidor, villano,
¿Cómo de aquesta manera
Has tratado mi valor,
Pues para decir la nueva
Te valiste de un engañu?
Darte el castigo quisiera
Que merece tu cuidado,
Solamente porque piensas
Que en mi puede haber temor,
tiue quií-n lo sabe ó lo niega,
O d' se nfia del dueño
Ó de cij!)arde recela:
Aunque no saliera Carlos,
Kn buena razón debieras
Decir que Cárlns salia.
Por alentarme siquiera;
Porque un espíritu noble
Se aviva en la competencia.
Por Alá...
ABRAIUO. >
Señor. *
SOLIDAN.
Cobarde.
ABRAIUO.
Depara.
LONA.
El enojo deja;
Porque parece temor
Lo ()ue en su sangre soberbia.
ií4o sale Carlos?
R.
EL UESAFlO DE CARLOS QLI.MO
SOLIUAN.
Si sale.
LONA.
Si alcanzas lo que deseas
Dale premio y no castigo,
Que (lir.i cuando lo sepa.
Que á Abraimo castigaste
l'orque te trajo esa nueva.
SOLIMÁN.
Digo que tienes razón.
JUAN.
Mi reino todo se pierda,
No alcance yo la corona
l'orque Carlos Quinto venza.
Yo le quiero bien á Carlos,
Y aunque prosigo esta guerra
lie empeñado á Solimán;
Y fuera atención muy fea
Dejarle estando empeñado.
;Oli, cuántas cosas mal hechas
lia enmendado el desahogo
Que apresuró la paciencia!
SOLIMÁN.
Ea, osado corazón,
;. Ahora cobarde tiemblas,
Y ahora pides socorro
Para lu vida á mis venas?
Prosigue con el valor.
¿Tú con tantas diferencias,
Para intentar , valentía,
Y para emprender, flaqueza?
Tiene alas el corazón ,
Y cuando las miro sueltas ,
Mariposa del sol puro,
Al cielo volar intenta.
Pero el r»celo ó temor
Es una liga bien hecha
Donde se enlaza la pluma,
¡Oh frágil naluialeza !
Y aquel que al sol se atrevió
A un engañóse sujeta;
Juan Sepusio, gran Baiboda,
Por restaurarle á Viena
Ves el riesgo en que me miro.
No quiero que lo agradezcas.
Cero que lo consideres
Es lo ((ue mi amor desea.
Oye, Abraimo, oye, Luoa.
ABRAIUO.
,,Qué es lo que mandas?
LO.NA.
¿Qué ordenas?
SOLIMÁN.
(lye, Juan Sepusio, amigo.
,,No es fuerza salir?
TODOS.
Es fuerza.
SOLIMÁN.
Advertid, que no es pregunta
I.a que os propone mi lengua.
Sino rs que en \ne?iros consejos
lerlas.
\u ■
Tu heroico nombre perdieras.
LUNA.
Tu fama perdiera voz.
JUAN.
Tu valor sufriera nieblas.
lin hn, ¿cs razón'.'
TODOS.
Que salgas.
SOLIMÁN.
¡Qué valor!
TODOS.
Es obediencia.
SOLIMÁN.
¡Qué leales!
TODOS.
Somos tuyos.
SOLIMÁN.
¡Ay de aquel que á si se fuerza
Y est.í deseando que digan
Lo propio que no desea!
¿Es muy bravo Carlos Quinto?
JUAN.
La fama sus hechos cuenta.
SOLIMÁN.
¿Y á tí, qué le pareció?
ABRAIUO.
Túrbeme con su presencia.
No puede haber grande hazaña
Sin haber grau competencia.
SOLIMÁN.
Pues, amigo, yo le busco.
JDAN.
Pues, Señor, Carlos te espera.
Ahora tu nombre ensalzas.
LD.NA.
Imposible es que le pierdas.
Que en ser vencido ó vencer
Has de cobiar fama eterna.
SOLIMÁN.
Carlos es todo ventura.
JOAN.
Grande suceso te espera.
SOLIMÁN.
Esto llevo por delanle;
¿No es valor lo que de él cuentan?
Yo voy al campo.
LUNA.
Los cielos
Triunfante al Asia te vuelvan.
ABRAIMO.
Venzas al mayor prodigio.
Al Numa de España venzas.
SOLIMÁN.
No puede haber buen suceso
Adonde el recelo reina. (Vase.)
Tocan cajas , y salen delanle DON
LU13, LEONOR, EL MAKQUÉS, EL
DUQUE, EL REY v CARLOS, síii¿«-
tanse Carlos y el Rey.
DON LDIS.
Déme vuestra majestad
A besar sus reales pies.
Pues premio debido es
A mi celo y mi lealtad.
CARLOS.
Don Luis, seáis bien venido;
Ahora el Duque me ha contado
Que habéis escaramuceado
Esta mañana.
DON LUIS.
Y vencido:
Pasé con mi comp;iñla.
Por orden del duque de Alba,
Haciendo á tu campo salva.
Después que !a sombra fria
Sepultada en el Poniente
Fué á enlutar 01 ro horizonte.
En la cumbre de aquel monte;
O temerario ó Tállente,
57
118
COMEDIAS ESCOGIDAS DE DON FHANCISCO DE ROJAS.
A Licns partí a socorrer,
Villa que el lurco ha coreado ;
Mcoliza, gran soldado,
Columna de lu poder,
En el presidio asislla
Como fuerle capitán;
Sus hazañas le dirán
Su celo y su valenlia.
Cuatro veces asaltó
La muralla el lurco ardiente,
Y Mcollza valiente
t;on bombas se deferdió.
El mismo á mí me ha contado
(Y hombre es de mucha verdad)
Oue entre la disformidad
Del plomo desenfrenado.
Un caballero se vio
En el aire pelear.
Vencer, herir >• matar.
Que la villa defendió.
Del obispo Martin son
Prodigios que el mundo abona,
Gran obispo de Turona
Y desta villa patrón.
Yo, que á este tiempo llegué.
De una emboscada salí;
Anímeme, acometí,
Espanté, vencí, maté;
Huyeron, no me esperaron;
Seí;uilos, no me quisieron:
Fueron cobardes, huyeron;
De su campo se ampararon ;
He vuelto ahora á avistarte;
Todo el caso te he contada.
Y mí prenda he restaurado :
La fonun.i es de mí parte.
Aqueste el suceso es
Y ya el premio he conseguido,
Porque el haberte servido
Es mi mayor ínteres.
CARLOS.
Don Luis, sois grande soldado.
Hijo de Alburquerque, en lin;
De nuestro obispo Martin
El brazo nos ha ayudado.
¿Y quién esta dama es?
DO>A LEoxon.
Nicoliza, hija me llama;
Capitán, á cuya fama
Besa la envidia los pies.
CARLOS.
Hoy es razón que me cuadre.
Que un dueño noble os elija.
Que he de premiar en la hija
Las linezas de su padre.
Sale niSCARülDO con MARI BER-
NARDO á cuestas, vestida de turco
y tapada la cara.
BUSCÁRVIDO.
Fuera, digo, de esta pieza.
Nadie me detenga el |iaso;
Déme vuestra majestad
A besar los dos zapatos
Mas traídos, y más viejos
Que el guardaropa ha guardado ;
Aquí le traigo este turco.
CARLOS.
Aunque ya no es necesario ,
Me huelgo que procedáis
Como valiente soldado ,
¿Cómo hallasteis este turco?
nOSCATlllOO.
Va de cuento, y va de caso.
Así como nic mandasteis,
Invicto y piadoso Carlos,
Que fuese it raza de turcos ,
Vengo, ¿qué hago.' lomo y salgo;
Salí con una rodela.
Con un acerado casco.
Mi valor por compañero ,
Por instrumento mi brazo :
Y al campo de Solimán
Entré tan determinado.
Que parecí ejecutor
Que iba á cobrar los salarios.
Echáronme treinta turcos
Con sus capotes en capul ,
Que para ir al cielo, dicen.
Que ninguno ha de ser calvo.
Saco la hoja de la cinta,
Y tiróle al uno un lajo ,
Y al otro un Guadalquivir,
Y Jarania á no sé cuantos.
Resistióseme un turcon.
Que es este turco que traigo,
Que en lo espeso de las barbas
Parece recien letrado.
Los demás turcos huyeron
Sin saber cómo ni cuándo,
Y pasaron á ser liebres
Con haber nacido galgos.
Aqueste turco escogí
Por ser el más alentado,
Tüpéle el rostro al momento.
Las manos al cuerpo ato.
Córtele un bigote solo.
Esta noche le he guardado.
Hele tenido encubierto
Y á tu presencia le traigo;
Hasle visto en este suelo ;
Que como Mari Bernardo
No vaya, al gran turco pienso
Traer á una soga atado,
Aquel Solimán lamoso,
Y al gran Rejalgar su hermano.
Descúbranle, qué el dirá
La verdad , y como alano
Te ladrará cuanto quieras;
Lucido sea mi trabajo;
Pide turcos á montones
Y pídeme garamantos.
Citas, gelasy tudescos,
Los obligados del palo.
Obré, vi, llegué, vencí,
Porque soy un Alejandro;
Aquí gracia, y después lurco;
Aqui lurco, y después lauro.
CARLOS.
Descubridle.
ttJSCAROlDO.
Que me place;
Señor, esto se ha olvidado,
Anles que descubra el turco,
Te pido por mi trabajo...
CARLOS.
¿Qué pedís?
BL'SCARDIDO.
Que echéis á ud remo,
Señor, á Mari Bernardo.
CARLOS.
Descubridle, que por vos
Le haré desterrar del campo.
BUSCARUIDO.
Vivas, Carlos Quinto noble,
Aun más que brazos quebrados.
Ea, señor perro, acabe ,
Y ante mi, como escribano ,
Confiese cuanto pregunto
Y hable más que cíen soldados
Recien venidos de Flándes.
Descúbrase.
MARI BERNARDO.
Ya lo hago. (Descúbrese.)
RlSCARl'IDO.
¡Vive Dios, que es la maldita
El turco (pie á Carlos traigo !
Va yo me espantaba que
No andaba la Marimacho
Conmigo. ¡Cielos, qué es esto!
Señor, yo soy un borracho.
Soy un bruto, soy un indio ,
Mal soldado, y seré cuanto
Puede ser malo uno solo.
Pues nací tan desgraciado.
Pur Dios que lo presumí,
Vfui tan grande menguado.
Que no lo quise creer.
MARI DEBXARtO.
Señor, Buscaruido estando
Buscando un lurco, por fuerza
Me hizo turco, y á porrazos;
Él es el quemé buscó.
Porque yo no le be buscad».
MARQUÉS.
Vayanse luego allá fuera.
MARI BERNARDO.
Lindamente le he burlado.
CARLOS.
Esto es lo que pienso hacer.
Porque no salga mi herniauo.
MARQUÉS.
No ha de salir Carlos Quinto,
Aunque la vida perdamos.
c.Vrlos.
Ahora que lodosjuntos
En mí tienda están, ¿qué aguatdo''
Orador de mi opinión.
Pretendo hablarles muy claro.
Soldados y amigos mios,
Mis parienles y vasallos;
Que ser vasallos y amigos
No es á mí piedad contrario.
Por la muerte de mi padre
Filipo, yo sus Estados
Heredé, y también con ellos
Peligro, envidia y trabajo
Y los émulos del mundo.
Estos que están destinados
A envidiar por natural.
Mayor envidia heredaron.
Partí de Gante á Castilla,
Besé á la reina la mano.
Retiré algunos ministros,
Y viéndome coronado
Hice hazañas memorables,
Y dentro de algunos años.
Por la muerte de mí abuela ,
Los electores cristianos
Me eligieron al imperio;
Y desde el Palatinado
Me enviaron con su elector
La obediencia, el cetro, el lauro.
A la isla de los Gelves,
Abrigo de los corsarios
Dejé aquel año sujeta;
Y el rey Francisco, indignado
Por la elección de mi imperio.
Se arrojó por mis Estados ,
Enviando por general
Al conde Pedro Navarro
Que á Ñapóles ganar quiso
Por ventaja ó por asalto.
Pero sucedióle mal;
Y vencido y derrotado
Sin concierto en el clarín
Y los parches destemplados.
Segunda vez á susreíuos
Pasó los Alpes nevados.
¡Ay de aquel que sin justicia
Hace textos de las manos;
Porque son jueces las armas,
Y da la razón ol fallo!
Fui aclamado de la Italia,
Em|ierador de romanos.
Gané reinos y ciudades,
A lalndia be sujetado.
Soy más rey que olro ninguno
Por lener buenos vasallos;
Llámame el mundo piadoso.
Soy vállenle, aunque soy manso;
Justiciero, aunque perdono;
En las iras, refrenado;
liu el consejo, prudente,
Y en las advertencias, sabio.
Y lioy SolimaB en campaña,
Cuerpo á cuerpo, y brazo á brazo
Me provoca inadvertido
¥ llama determinado.
Con no salir solamente
liorro estos triunfos y lauros
Con tanta sangre ad(iuiridüS
Y tanto blasón ¡ganados.
Mis lieclios sean espejo
Luciente, vistoso y claro.
Donde se vea el valor;
Porque galán á ese campo
Con el soberbio enemigo
Salga mi pecho gallardo.
¡Bueno es que diga la fama,
Ya perdió la suya Carlos;
Este que mundos venció,
León del solar hispano,
A la cuartana de un miedo
Y'ace sujeto y postrado!
Ko, duque de Alba, Toledo,
^o, rey de Hungría, Fernando,
Ko, marqués, esto ha de ser.
Por los cielos soberanos
Que al vasallo licencioso
Oue quiera atajarme el paso,
Al que contra mi aspirare.
Aunque le ayude mi hermano.
Que le quite la cabeza
Por leal, que en estos casos
Los que fueren más leales
Son mis mayores contrarios.
Yo sé muy bien lo que digo;
Ya sé bien, que conjurados
Los mejores de mi reino
Forman repetidos bandos.
Al que no me obedeciere.
Si la espada desenvaino...
Ya es hora de ir á campaña,
Y ya la espada be sacado,
(Saca la espada.]
Y un rey que saca el acero
No ha de envainarle hasta tanto
Que de su enemigo propio
La tina en coral humano. {Vase.,
DOÑA l.Eo^o^.
iQué brio!
DUQUE.
¡Qué valeroso!
DO:l LUIS.
¡Qué soberbio!
MVRQOÉS.
¡Qué indignado!
DUUUE.
Salga al campo nuestro Rey.
BEY.
Seguro el campo llevamos:
Dios, valor y Carlos Quinto
Son muy terribles contrarios.
DOÑA LEONOR.
1 celo será el padrino.
DOS LUIS.
La fe servirá de jaco.
DUQUE.
La espada será justicia.
RET.
Y la ejecución su brazo.
DUQUE.
Kestaurcs, Numa de España ,
El sepulcro de Dios sacro.
EL desafío DE CÁBLOS QUINTO.
DON LUIS.
Y á tu brazo valeroso
Postre el pecho el otomana
LEO^OR V D0^ LUIS.
Para honor de üios.
BUQUE Y REY.
De España.
DON LUIS.
Ea, amigos.
BEY.
Ea, soldados.
Hoy se ha de dar la batalla
En'ciialquiera de estos casos,
O ya muera Solimán ,
O vuelva vencido Carlos.
Sale C.\RLOS QUINTO , con espada y
rodela.
CARLOS.
Aqueste el sitio ha de ser
Que Solimán señaló;
Aqui me desalió
Y aqui le pienso vencer.
El corazón se alborota,
Pero es mió el corazón...
En la mejor ocasión
Me está apretando la gota
¡Qué cruel achaque es!
¡A qué hora hubo de venir,
Pero si no he de huir
No son menester los pies.
¡Oh, cómo se echa de ver,
Que es cobarde el mal; en fin.
Que á la parte más ruin
Me ha venido á acometer!
Yo no entiendo los cuidados
De Solimán; mi enemigo,
A sólo reñir conmigo
Trae quinientos ínil soldados;
Pasos parece que escucho
Si no me llego á engañar,
Él bien me puede matar.
Mas por Dios que ha de ser mucho.
Sale EL DUQUE.
DUQUE.
De mi lealtad inducido,
'Llevado de la pasión.
Por si hay alguna traición
Tras el César me he venido.
Que ha sido infamia dirán,
Y esto yo también lo digo.
Que el César esté conmigo
Y esté solo Solimán.
Mas al que teme perderle,
¿Cómo han de poder culparle?
Que yo no vengo á ayudarle.
Aunque vengo á defenderle.
En dejarles reñir fundo
La lealtad de mi cuidado;
Mas si viene acompañado,
Carlos y yo, á lodo el mundo...
CARLOS.
Ya la hora señalada
Se pasa, mas no ha llegado;
Siempre anda muy ocupado
Quien hace larga jornada.
(Tocan.)
¿Pero qué es esto? á rebato
Toca el clarín y tambor;
¿Si Solimán es traidor?
¿Si ha sido doble su trato?
Pero esto no puede ser,
Y el ver la razón ataja,
Traición con tanta ventaja ,
Infamia con tal poder.
í)e Solimán los soldados
Por el monte bajar veo.
Ya tuvo lin mi deseo.
Entráronse mis cuidados.
Otra vez hacen la salva.
,Qué traición! ¡qué deslealtad!
DUQUE.
Curios, vuestra majestad
Tiene al lado al du(|ue de Alba.
CARLOS.
¿Par» qué os he menester?
DUQUE.
Yo vengo á morir con vos.
CARLOS.
Si no os volvéis, vive Dios,
Que os haga, Duque, volver.
DUQUE.
Señor.
CARLOS.
¿Queme replicáis?
Idos, pues.
DUQUE.
Ya yo me voy.
CARLOS.
¿No sabéis que Carlos soy?
DUQUE.
Mirad, Carlos...
CARLOS.
¿Aun no os vais?
DUQUE.
El ejército enemigo
Baja contra vos, Señor.
CARLOS.
Dios, la razón y el valor.
Quedan á un tiempo coomigo.
DUQUE.
Esa campaña florida
Produce turcos infantes.
CARLOS.
La reputación es antes,
Y después será la vida.
Idos.
DUQUE.
Con vuestra esperanza
Es mi recelo mayor;
Voime, porque mi valor
Parece desconlJanza.
CARLOS.
Si la vista no me engaña,
Y están los ojos turbados ,
De Solimán los soldados
Marchando por la campaña.
Vive el cielo, que se van;
Aqui valores ardientes,
|Ah, genizaroá valientes! .
¡Ah, cobarde Solimán!
Carlos, soldado de España,
A ti grande Emperador,
Y de los mundos señor.
Te espera en esta campaña.
¿Huyes, y señor te aclamas?
Tu heroico nombre destruyes.
¿Si me llamas, por qué huyes?
¿Si has de huir, por qué me llamas?
¡Que no me deje el dolor
Conseguir este interés!
Ahora quisiera mis pies
Más que todo mi valor.
Pues tan valiente te pinto
Kspérame airado ya.
Que á darte la muerte va
La espada de Carlos Quinto.
Sale .lUAN con una corona de oro.
DON Li;iS con otra de hiedra, t EL
lUÍY ; y en una fuente, DOÑA LEO-
NOU , cetro y espada.
Generoso Carlos Quinto, *
El afable y el prudente.
4:!0 co
Ejemplo para el cristiano ,
Y azote para el rebelde:
A Juan Sepusio Baiboda
A tus plantas reales tienes ,
Oue desde el campo contrario
A pedirte perdón viene.
Solimán levantó el campo
Por agüeros imprudentes
Que dicen que son valores.
Aunque temores parecen.
Yo erré como hombre mortal,
Y basta que lo conGese,
Perdón pido .i tu piedad;
Y pues tan piadoso eres.
Mucho mSs hago en pedirle
Oue til haces en concederle.
Esta corona dorada
Que en mis valerosas sienes
Estuvo sustituida,
Mi amor á tus pies ofrece,
ESCOGIDAS DE DON FBANCISCO
Que corona que fué mia
No es á tus sienes decente.
DOn LCIS.
Ya quedaste vencedor,
Y.1 el gran Solimán se vuelve,
Ya te deja la campaña.
Ya sin herirle le hieres.
DOOOE.
Vence, Trajano, en la paz.
DON LOIS.
Numa generoso vence,
CARLOS.
Juan Sepusio, gran Baiboda,
Mis brazos mi amor le ofrece,
Que no hace nada en errar
El que luego se arrepiente.
Duque de Alba, estas finezas
Estos abrazos conserven
; ROJAS.
Marqués, yo estoy bien servido ;
remando, mi afecto es este;
Don Luis, la señal del premio
Os doy en tan nobles redes;
Leonor, don Luis será vuestro;
Y aqui dichoso fin tiene
El Desafio imperial.
BBSCABDIDO.
Y aviso 4 vuesas mercedes,
Que me caso con aquella
Compuesta de dos especies;
Y no bago mal en casarme.
Porque con esto me deje.
El Senado nos perdone,
Si el poeta lo merece;
Hame encargado que os pida
Un vitor, quien le tuviere,
A pagará otra ocasión;
No hará mucho, aunque le preste.
LOS ÁSPIDES DE CLEOPATRA.
CI.EOPATRA.
LEPIÜO.
IRENE.
PERSONAS.
UNA MLJI;R. CxmXli , gracioso.
MARCO AMONIO. liN SARGIiNlO.
LELlü, viejo. OCTAVIANO.
OCTAVIO
I.IÜIA, 6T
Músicos.
JORNADA PRIMERA.
Salen IRENE y LÉPIDO.
inE:«E.
Cansado, Lépi>Io, eslás.
I.ÉPIDO.
Irene, téngole amor.
IRE.\C.
¿No le biela mi rigor?
LÉPIDO.
Desdenes encienden más.
IRENE.
¿Y los desaires?
LÉPIDO.
TainbicD.
IRE.NE.
CoDfiésote (fue es verdad.
Que a una grande voluntad
La da sazón un desden;
Si cae sobre amor, yo siento
(,)ue es el desaire donaire ,
Mas no si cae el desaire
Sobre un aborrecimiento.
Y asi , pues tu engaño ignora
Que lii amor aborrecí.
Lo que te encendió hasta aqui
Te puede belar desde aliora.
LÉPIDO.
Pues ya que saber merezco
Que no me quieres...
IRENE.
Deten;
No es que no te quiero bien.
LÉPIDO.
Pues di, ¿qué es?
IRENE.
Que te aborrezco.
LÉPIDO.
¿Ese extremo no es igual?
IRENE.
Diferente viene á ser:
Una cosa es no querer,
Y es otra querer muy mal.
LÉPIDO.
Y, en On , me dices aqui...
IRENE.
Ya taoido lo escnciió.
LÉPIIIO.
Que DO me bas (¡uerido.
IRENE.
No.
LÉPIDO.
¿V que me aborreces?
IRENE.
Si.
LÉPIDO.
Con la amorosa pasión
No pensarán mis agravios
Que lo que hablaban tus labios
Dictaba tu corazón.
Mas la causa he de sabor
Por qué aborreces mi nombre.
IRENE.
No puedo querer yo á un hombre
A quien venció una mujer.
LÉPIDO.
Aunque Cleopatra cruel
Me venció, el ser vencedor
No está en manos del valor,
La fortuna da el laurel.
Vencióme, y aun le asegura
Esta verdad inclinada
Que á no vencerme su espada
Me venciera su hermosura ;
Que es tan bella...
IRENE.
Ten, que espero
Pedirte , si eres constante ,
Que te vengues como amante ,
l'ero no como grosero ;
Que yo no he dicho veras
En este desden primero
Con decir que no te quiero
Que á otro amante quiero más.
Y tu venganza procura
Tanto encender mi tibieza.
Que alabas otra belleza
Calanteando mi hermosura.
Pues refrena tu osadía
Como amante ; que no es bien
Satisfacer un desden
Con toda una grosería.
LÉPIDO.
Que á ti te alabo verás
Si lo miras ingeniosa ,
Que es hacerte más hermosa
Estarte queriendo más.
;. De alabarla sin amor
Qué ofensa le puedo hacer,
Si eslo es darte á ti á entender
Queme pareces mejor?
IRENE.
Yo aborrezco á Cleopatra. ya lo sabes;
Y ni aun poco no quiero que la alabes.
LÉPIDO.
Tú me aborreces.
IRENE.
Tú me desobligas.
LÉPIDO. [(í''s:
Pues ni aun esto no quiero que me di-
De Marco Antonio tengo estos recelos.
IRENE.
Tú eres el que le das á ti los celos.
LÉPIDO.
Que le quieres infiero.
IRENE.
Cortés soy, no te hedichoqne le quiero.
Pero tu amor su amor ha preferido.
IRENE.
Es galán , es valiente y entendido.
LÉPIDO.
Con la voz de la fama militante
Tics veces Roma me aclamó triunfante.
IRENE.
Y Cleopatra eclipsar tu luz procura.
LÉPIDO. [ra.
Es hermosa, y venció con la hermosu-
IRENE.
De grosero otra vez das testimonio.
LÉPIDO. [nio?
Y tú, ¿por qué alabaste á Marco Auto-
IRENE.
Dices bien, ya lo veo.
Resbalóse la voz por el deseo.
LÉPIDO.
Pues no le cause enojos
Que se fuese mi lengua hacia mis ojos.
IRENE. [sieres.
No me quieras, y alaba á quien qui-
LÉPIDO.
¡ Qué prolijas nacisteis las mujeres I
{Toquen.)
IRENE.
Jlas ¿qué clarín esparce |>oco atento
Las raridades que concierta el viento?
{Toquen sordinas.)
LÉPIDO.
Mas ¿qué sordinas, con acentos graves
Divierten la capilla de las avts?
IRENE.
Triunfanieatli un ejército ha ocurrido.
LÉPIDO.
Y otro ejército allí marcha vencido.
IRENE.
I Oh si el cielo quisiera [fuera!
Qu* Hirco Aiitoiiio-el que ha vencido
Que aunque es mi hermano César Oc-
[laviaiio,
Es mi amante primero que mi bernia-
LÉpiDO. [no-
¿Si el cielo ha permitido [cido?
Que Marco Antonio sea el que ha ven-
Que aunque de su amistad tanto me
[obligo.
Es mi dama primero que mi amigo.
IRENE. Imano.
Marco Antonio es aquel, aquel miber-
LÉPIDO.
Este que llega es César Oclaviano.
inrNE.
Pues supla á mi deseo mi recato;
Llega en buen hora, honor del Triun-
LÉPiDO. [víralo.
Llega á mis brazos, toma,
Llega en buen hora, libertad deRoma.
IRENE.
Mis lazos se prevengan á tus lazos.
422
COMEDIAS ESCOGIDAS DE DON FKANCISCÜ DG ROJAS.
LEPIDO.
El corazón traduciré en los brazos,
IRE^E.
Esta fineza en tu valor se estrene.
Salen por dos puertas diferentes, WXTí-
CO ANTONIO por el lado de Irene,
y OCTAVIANO por el de Lépido.
OCTAVIADO.
i Oh Lcpido !
LÉPIDO.
¡Oh Octaviano!
■ ARCO ANTOMO.
¡Oh bella Irene!
IRENE.
¡Oh dulce dueño mió!
Móvil que arrastra todo mialbedrio.
¿Cómo vienes?
MARCO AMOMO.
Veiici.
LÉPIDO.
¿Cómo te ha ido?
¿No me responderás?
OCTAVIANO.
Vengo vencido.
IRENE.
Marte lo ba permitido soberano.
UARCO ANTONIO.
Déjame ver á César Octaviano.
OCTAVIANO.
A Antonio quiero hablar.
LÉPIDO.
UARCO
¿Lépido?
IRENE.
¿Hermano?
OCTAVIANO.
¿Irene? ¿amigo?
BARCO ANTONIO.
¿Amigo?
OCTAVIANO.
¿Qué tristeza á tus ojos ha ocurrido?
MARCO ANTONIO.
De hallarle con insignias de vencido,
¿Qué alegría se ofrece á tu semblante?
OCTAVIANO.
De mirarle con señas de triunfante.
MARCO ANTONIO.
Como hoy á tu valor tu ruina estrena,
Se equivocó mi gloria coa tu pena.
OCTAVIANO.
Y como tú has logrado una vli'toria
Se moderó mi pena con tu gloria.
MARCO ANTONIO.
Agradezco la fe de tu cuidado.
OCTAVIANO. [gozado.
Cuéntame, Antonio, el iriunfo que has
MARCO ANTONIO.
Cuéntameaquesa lid sangrienta y Dera.
OCTAVIANO.
Fué desta suerte.
MARCO ANTONIO.
Fué desta manera.
OCTAVIANO.
Ya le acuerdas. Amonio, de aquel dia,
Oue armados de amljicios:i bizarría
Fuimos loslresáconquislarelmundo.
■ARCO ANTONIO.
Y que locó á mi acero sin segundo
El Asia.
OCTAVIANO.
A mi la Europa dilatada.
LÉPIDO.
El .África á los filos de mi espada.
OCTAVIANO.
Y que los tres con amigable trato
Hicimos este heroico Triunvirato.
Júpiter quiera que felice goce [noce.
La tierra austral que el rumbo desco-
LÉPIOO.
Va sabes que por suerte ó por estrella
Me venció por el mar Cleopalia bella.
MARCO ANTONIO.
Y que sabiendo tu infelice suerte
Volvi del Asia solo á socorrerte.
OCTAVIANO.
Que echamos los dos suertes.
MARCO ANTONIO.
Va lo digo.
OCTAVlASO.
Que le tocó á mi brazo este castigo.
Que por la mar con ira y osadia
bul a rendirá Cleopatra á Alejandría.
MARCO ANTONIO.
Que al Asia me volvi.
LÉPIDO.
Que yo corrido
En Roma entonces me quedé vencido.
MARCO ANTONIO.
¿Es esto ansí?
LÉPIDO.
Mi indignación lo llora.
MARCO ANTONIO.
Pues oye agora.
OCTAVIANO.
Pues escucha ngora :
Cuando el alba y aurora, entonces be-
Salen á reconocer á lasestrelbs;[llas,
Cuando el tardo lucero, sin decoro.
Murmurando está el sol bostezos de
[oro,
Y el pájaro de verdes plumas rico
Afila al tronco el argentado pico.
Retoza el can, y la que ruge fiera
.Muestra la presa con que al tigre es-
[pera;
Chupa el clavel el liquido rocío.
Azota el pez las márgenes del rio,
Y en repetido tálamo dichoso
La tórtola se pica con su esposo,
Y la culebra sola
Hondeando la arena con su cola, [che,
Y al asomar del sol temprano el co-
Muda la piel con que esperóla noche;
Partí cortando al mar la verde bruma
En trecientos centauros de la espuma,
Pues volar y correr cada cuál sabe.
Medio cuerpo cristal y medio nave.
MARCO ANTONIO.
La reina, entre las flores peregrinas,
Encargó su custodia á las espinas,
Y Clicie, que por Febo se desvela,
Era del campo fija centinela;
Roció el viento con agua destilada
A la luna, hasta entonces desmayada,
Y ella con animosa cobardía
Del desmayo volvió que la dio el dia;
Y á una estrella se sale desunido.
Por acecharle al sol dónde se ha ido,
Y porque vuelen graves
Les dio la sombra luz á tardes aves.
Cuando marché con treinta milsolda-
[dos,
Seguros todos, porque son pagados.
OCTAVIANO.
Y apéoas con descuido diligente
Encargamos las velas al Pon.enlo
Cuando vapores del cristal sediento
Tramaron nubes quevislieseplviento;
El dia oscureció, bramó el Siroco,
Tejióse el sol de nieblas poco á poco
Erizósele al mar la estéril bruma.
Que es el verde caballo de la espuma.
Variaron descontentos á bramidos
Todos cuatro elementos desunidos ;
Sólo la vista á solo el riesgo vía ,
De mucho armada el oído no oia ;
Va no acierta el gobierno el timonero,
Noencuentracon laescoltael niarine-
[ro;
Elmáshalladoeselquemásse ofusca.
Da en el fogón el que la bomba busca;
El padre allí del hijo es enemigo.
No se acuerda el amigo del amigo;
Cuál huboque á la sombra agradecía,
Pornovertodoel mal que se entendía;
Cuál hubo que el relámpago deseaba.
Por ver aquel espacio que duraba ;
Toda mi hueste en una voz se qneja ,
Pero á ninguno aprovechó la queja ;
Vcuál hubo, que al ver no bien inira-
[dos,
Cubierto el mar de árboles troncados;
Tan ciego acierta, y tan despiertoyerra.
Que al mar saltó pensando que era
MARCO ANTONIO. [tierra.
A mi me ayudó tanto la fortuna ,
Que el imán de las aguas, que es la
[luna,
Influyendo por todas las estrellas ,
Me señaló serenidades bellas.
A la sed que fatiga á mis soldados
Arroyos se desangran por los prados;
Ardiente estío me ofreció á racimos
Ociosa fruta en árboles opimos,
.Árbol allí más grato
Ofreció calambucos al olfato,
Y con sonoro y ajustado ruido
Las aves consonancias al oido.
Selva y prados en líquidos despojos
Dieron amenidades á los ojos;
Y como estrella nos influye amiga,
El ocio fué nuestra mayor fatiga;
V, en fin, como suaves"
Nos saludaron las pintadas aves;
El prado, el arroyuelo.
La selva, el monté, luna, sol y cielo.
Sin inconstancia alguna,
No se halló quien creyese que hayfor-
ocTAviANo. [tuna
Salió el arco de paz, serenó el dia,
Y en la playa me hallé de Alejandría:
Salté en Egipto, que es donde idolatra
El sol los otros soles de Cleopatra;
Desembarcamos en la playa apenas;
El llanto se rió con las arenas ;
Y aunque en la playa estaba.
La planta aun no creyó lo que pisaba;
Cuando con ira ardiente
Me acomete Cleopatra de repente;
Por la margen de un rio, clara y pura.
¿Quién ha vistocon maña la hermosura?
Resistirla procuran mis soldados,
Y moverse no pueden de cansados;
Allí con ira extraña
Se aprovechó de la ocasión la saña ;
El alarido y confusión crecía : [fría.
Lo que antes lué cristal, ya es sangre
Aquel . herido y fiero.
Lidiaba con su mismo compañero ;
Desesperado aquel, cuando embestia.
No por matar, que por morir reñía ;
Uno allí dpsangrado
Sangre bebe que acinel ha derramado:
Pero si aquella le desmaya, en breve
Vuelve á alentar con la que el otro be-
[be;
\quel que ni se anima ni acobarJa,
Esperando la lid la muerte aguarda ;
Huye UD soldado sin que el i'ies¡;o
[aguarde,
Y le alcanza la muerte de cobarde;
lino acomete allí más diligente,
Y se busca su muerte de valiente,
Que no se libran de la muerte lieva
^i el que huye, ni el queembiste.ni el
[que espera.
MARCO AMOMO.
Vo, con valor, enojo y osadia
Al reino de los Partos llegué un dia;
Salió su rey, su vestidura era
De pielesremendadas de pantera;
Sacó eminentes, pero no constantes.
Castillos sobre espaldas de elefantes;
Tal ejército el joven acaudilla
Que ocupa más espacio de una'milla;
Son sus altas trincheras baluartes,
Al sol encubren rojos estandartes ;
Mas,dije,conioel mundo no me asom-
[bra,
«No importa , pelearemos á la som-
[bra..
De noble ira, de ardimiento armada.
Mi gente la embistió desbaratada;
Mis tropas se dividen una á una,
i'ero las concertaba la fortuna ;
Si en proporción el Parto acometía.
Su mesma ceguedad le dividía;
De emboscada miré salir airados
Sobre veinte elefantes, mil soldados,
Y aunque iban fijos antes.
Tienen la! propiedad los elefantes
Que si tropiezan , sea del peso ó pena,
No pueden levantarse del arena;
Y es preciso, si quieren ir delante ,
Que el mismoquclosguia, los levante;
Pues cuando me buscaron
En un reducto que hice, tropezaron ;
Y como el que primero acomelia
Levantarse á si mismo no podia ,
Quedaba entre el arena se[iullado
A un tiempo el elefante y el soldado
OCTAVUNO.
Sobre un caballo, pájaro sin pluma.
Que á nado pasó el golfode su espuma,
Que cuando al freno su altivez sujeta,
Irritado á la voz de la trompeta ,
Alzó tanto al pisarlas peñas duras
Que él mismo se miró las herraduras,
Salió Cleopalra, más divina aurora,
Animando su hueste vencedora;
Retirarme otra vez al mar procuro
Y menos de las aguas me aseguro ;
El soldado, que auxiliosprocuraba.
Por saltar en el barco en el mar daba;
Y cual entre uno y otro grave empeño,
Se arroja al mar sobre tronchado leño;
Recojo algunos que morir quisieron,
Y de ser desdichados no murieron.
mnCO ANTONIO.
AlParlovenzo,y viéndome triunfante,
Su rey me llama el Asía militante.
OCTAVIANO.
Surco el Mediterráneo, á Roma llego
Rendido de Cleopalra. {Ap. ; Ah dulce
MAnCO ANTONIO. [fu^go!)
Las aves me repiten la Vitoria , ,
Los bronces la dedican a la historia.
OCTAVIANO. [ras
Acuérdanme entre aquellas peñas lie-
Mi ruina negras aves agoreras.
MABCO AKTONIO.
Llego á verte, y hallándote vencido.
Yo me parece que el vencido he sido.
OCTAVIANO.
Hállele, y como el Asia has sujetado,
LOS ASnOES DE CLEOPATRA.
Yo presumo que soy el que he triunfa-
MARCO ANTONIO. L''"-
Tu VOZ por todo el orbe se derrama.
OCTAVIANO.
Tú eres el que da lenguas á la fama.
MARCO ANTONIO.
Para que las edades sean testigos
De que somos los dos fieles amigos.
OCTAVIANO Y LÉPIDO.
Y al rendir sus provincias una á una.
Préstanos, Marco Antonio, tu fortuna.
MARCO ANTONIO.
Sí haré , César Octaviano,
Y vive el móvil primero,
A cuyo natural curso
Se arrastran estotros cielos.
Que ha de estrenarse Cleoi)alia
Kn las iras de mi acero,
Aunque embotados de herir
Tenga sus filos sangrientos.
Marchad otra vez , soldados ;
Ea , á vengar, compañeros,
La sangre de los romanos
Que ha teñido el mar Tirreno.
Ea , á Alejandría , soldados ,
Y pésame que es empeño
En vencer una mujer.
Cuando á tantos reinos venzo.
Lépido, si tu desdicha
Te ha vencido, y no tu esfuerzo:
Octaviano, si tu estrella
Te ha vencido, y no tu aliento ;
Vo, que soy vuestra fortuna.
Vengar á los dos prometo
Antes que al ocio le encargue
Este no vencido acero.
Sólo descanso en la lid;
Ea, á descansar marchemos:
Alto, á embarcarnos, amigos;
Alen al mar con sus remos
Para semblarle de sangre
Esos inconstantes leños ;
Ea , á vencer á Cleopalra ,
Este encanto descifremos ,
Que no ha podido el valor
Ver, siendo mucho, eslar ciego.
Adiós, César Octaviano.
{Hace que se va.)
OCTAVIANO.
Espérate, que primero
Te he de cumplir la palabra
Que te he prometido. Al tiempo
Que al Asia fuiste, ya sabes
Que fué de los dos concierto.
Que si vienes de la guerra
Vencedor, te dé por dueño
A Irene, mi hermosa hermana;
Tú has vencido ya, y supuesto
Que haces tú por mi lo más ,
Que es vengarme , yo pretendo
Darte, pues me está tan bien,
A mi hermana , que es lo menos.
Irene, dale la mano.
LÉriDO.
Echas á perder con eso
Nuestra venganza, Octaviano.
¿Vesle que airado y sangriento
Se irrita de nuestro agravio,
Y á tu ruina desatento.
Cuando le hallas diligente
Le solicitas suspenso?
Déjale vencer ahora ,
Que estorbar es desacierto
Las atenciones de Marte
Con las delicias de Venus.
MARCO ANTONIO.
Los dos decís bien , amigos ,
Y así , tomando el consejo
De Lépido v Octaviano,
El favor agradeciendo.
Doy la mano y no la doy.
Bella Irene , ya soy vuestro;
Pero antes que en esos lazos
Se suspenda este ardimiento,
V antes que pague amoroso
Deudas de consorte al lecho.
He de vencerá Cleopalra,
Con que cumplo á un mismo tiempo.
Quedando por dueño suyo
V yendo á vengaros luego
Con el duelo de amistad
Y de mi amor con el duelo;
Tuyo soy, Lépido, amigo.
LÉPIDO.
¿Qué dices? ;De celos muero!
MARCO ANTONIO.
One avises i mis soldados
Que á marchar estén dispuestos,
Que al África he de embarcarme.
Tus órdenes obedezco ;
Vengúeme el cielo de ti. {Vasf.)
OCTAVIANO.
¿Celia Irene?
IRENE.
¿ César nuevo?
OCTAVIANO.
Déjanos solos , que hablar
A Marco Antonio en secreto
Conviene á un cuidado mío.
IRENE.
Si tanto importa ya os dejo ;
Menos valiente quisiera
Y más amante á mi dueño. (l'cic.)
OCTAVIANO.
Ya estamos solos.
MARCO ANTOHIO.
SI, amigo.
OCTAVIANO.
Ninguno nos oye.
MARCO ANTONIO.
Es cierto.
OCTAVIANO.
Pues salga al oido tuyo
Todo en voces mi silencio.
MARCO ANTONIO.
¿Qué dices? Dime tu mal.
OCTAVIANO.
; Oh , pluguiera á mi deseo
Que en mi lengua y en su voz
Cupiera mi sentimiento!
MARCO ANTONIO.
No esté cobarde tu pena.
OCTAVIANO.
¿Cómo quieres tú que á un tiempo
De una grande cobardía
Se informe tu atrevimiento?
MARCO ANTONIO.
¿Cobardía? ¿Qué? ¿Has huido?
¿Volviste la espalda al riesgo?
OCTAVIANO.
.Major mal.
SARCO ANTONIO.
No puede ser.
OCTAVIANO.
Oye y sabrás el suceso.
Amigo, yo vi á Cleopalra...
MARCO ANTONIO.
Tente, que has dicho más pres;o
De lo que explicarlos quieres
A todos tus pensamientos.
¿Te alícionó su hermosura?
Responde.
COJltOIAS ESCOGIDAS DE DON FliA.NClSCO !)!• ROJAS.
OCTAVIADO.
¡ Pluguiera al cielo!
Ouc la uGcioQ DO es amor.
MARCO AJiTOSIO.
; es?
OCTAVÍAXO.
Un tibio deseo,
Que está pintado en el alma
Al temple de los afectos,
A quien cualquiera accidente,
Sea de tibieza ocelos,
Con ser los que le hacen más
Le templan en ser lo menos.
MARCO ANTOXIO.
¿Pues qué tienes?
OCTAVIANO.
Tengo amor,
Que está al olio tan impreso
En el corazón, adonde
Fué toda alicion bosquejo.
Que no le podrá borrar
Él pintor más sabio y diestro,
Ni de los celos las sombras ,
Ki de la ausencia los lejos ;
Yo vi á Cleopatra divina
(Como te dije primero),
Y mis ojos navegaron
Las ondas de su cabello;
Anegúeme en su hermosura,
Y dije al ver sus luceros:
¿Cómo causan la borrasca
Los que influyen tan serenos ?
; Ay de mi I que ya no soy
fíi "puedo ser aquel mesnio
Que burló como dormido
Lo que lloró como ciego;
Vencióme, y enamóreme,
Pero no hizo mucho en eso,
Que me rindió el corazón
Y es él el que da el esfuerzo ;
Til eres mi amigo y mi hermano,
Til partes agora al reino
De Cleopatra á conquistar
Los imposibles de un cielo ;
Tú eres dichoso, yo soy
El más infeliz extremo
De la fortuna inconstante ;
Tanto, que en las lides hecho
A perder con mi fortuna
Cuanto emprendo con mi acero ;
A ti todas las estrellas
Te favorecen; yo tengo
Por tres enemigos mios
A Júpiter, Marte y Venus;
Y, en lin, soy tan infeliz
Que me he enamorado : en esto
Conocerás mi fortuna;
Y asi, noble amigo, puesto
Que eres dichoso, hazme tú
Feliz: conquístame el cetro
De Cleopatra, soldé Egipto;
Vé á conquistarme el imperio
De sus ojos, á quien paga
El dios de la venda feudo;
Si la vences con tu dicha;
Quédate tú con su cetro,
Y parte luego conmigo
Su hermosura ; yo no puedo
Lograrme por mi esta dicha,
Tenme lástima, que llego
A hacer las lágrimas voces,
Y hacer ojos sus acentos ;
Vence, y logre yo sus rayos,
Y pues ha sido concierto
Partir los dos, como amigos,
Del mundo todos los reinos,
Tómate tú todo el mundo,
Y dame á Cleopatra en premio.
Porque vale más Cleopatra [los.
Que el mundo, aunque entren los cie-
MABCO ANTONIO.
Con sentir verte vencido.
No es eso lo que más siento.
Sino que pueda en tí más
Tu amor que un vencimiento;
Tú que das voz á la fama,
A las edades ejemplo,
;.llas de ser de un ciego dios
Indigno y extraño objeto?
Templa, templa esas pasiones.
OCTAVIANO.
Amigo Antonio, no puedo.
HAncO ANTONIO.
/Tú con ojos en las lides?
¿ Y tú en las delicias ciego?
¿Tú enamorado?
OCTAVIANO.
¿Pues tú
No tienes amor?
MARCO ANTONIO.
Conlieso
Que « Irene, tu hermana, adoro,
Ya por mi e.<:posa y mi duefio ;
Pero es amor tan templado
Que á vengarte voy resuelto
Por no embarazar mi ira
Con mi amor ; luego es"primcro
Todo este valor que irrito.
Que todo este amor que templo.
OCTAVIANO.
Como ya es Irene tuya
Estás templado.
BARCO ANTONIO.
No es eso.
Sino que es ofensa mía
La que es de los dos , y quiero.
En dos extremos tan gVandes,
Valor y amor, que sea menos
Amor, que es extremo y vicio.
Que valor, virtud y extremo.
Convéncete.
OCTAVIANO.
No es posible.
MARCO ANTONIO.
Indigna el valur.
OCTAVIANO.
No acierto.
MARCO ANTONIO.
¿ Y la adoras?
OCTAVIANO.
Ko es humana.
MARCO ANTONIO.
¿No hay remedio?
OCTAVIANO.
Ko hay remedio.
MARCO ANTONIO.
Pues supuesto que te miro
Incapaz de mi consejo,
Y pues tú no puedes más
Contigo, y tampoco puedo
Fallar á lá obligación
Que á mi fe y mi sangre debo ,
Yo le entregaré vencido
Ese aparente portento
Que le han ungido imposible
Los entes de tus deseos.
Partid al puerto, soldados;
Ociaviano, yo prometo
De no volver á la Europa
Sin que á ti , rey verdadero
De la otra mitad del mundo
Que con mi espada granjeo,
Traiga para eterna fama
La gran Cleopatra por feudo
OCTAVIANO.
¿Eres mi amigo?
MARCO ANTONIO.
Y tu hermano.
OCTAVIADO.
Y, en fin . ¿prometes de nuevo
Que será iiiia Cleopatra
OCTAVIANO.
Mis brazos
Son de tus lealtades premio.
MARCO ANTONIO.
Quédale.
OCTAVIANO.
El cielo te guardo.
Mira, amigo, que recelo...
MARCO ANTONIO.
Fortuna tengo y valor.
OCTAVIANO.
Recelo...
MARCO ANTONIO.
No tengas miedo,
OCTAVIANO.
QucCleop:tra...
Salen IHENE y LÉVIDQ por dus
puertas.
IRENE.
Va otra vez
Al ruido del metal hueco
Se conciertan tus soldados.
LÉPIDO.
Va al son de Marte sangriento
Templadas las cajas tocan
A marchar.
MARCO ANTONIO.
Ea, marchemos,
Hijos mios.— Bella Irene,
Dame los brazos.
IRENE.
En ellos
Quisiera dejarte el alma.
{Abrázanse.)
MARCO ANTONIO.
Yo vendré á adorarte.
IRENE.
El cielo
Te vuelva á Europa.
MARCO ANTONIO.
Él querrá
Que goce tus brazos presto.—
Lépido, adiós.
LÉPIDO.
El le traiga
Tan presto como deseo.
OCTAVIANO.
Mira queme das palabra...
MARCO ANTONIO. (.4 la piterlo.)
^o acuerdes lo que te ofrezco;
La lealtad tiene memoria.
IRENE.
Advierte, esposo, que temo...
MARCO ANTONIO.
No temas.
IRENE.
Quiérote bien.
MARCO ANTONIO.
Pues advenid , que si dentro
De un año no hayan venido
Soñas de mi vencimiento.
Es que el valor y fortuna
Se ban trocado tan adversos
Que él la ha influido desdichas
Y ella amenaza los riesgos,
j Y me iréis á socorrer 1
LÉPIDO.
Yo lo jure.
OCTAVIANO.
Yo lo ofrezco.
IRENE.
Y yo he de ir á acompañarlos.
MABCO AMOMO.
Eslo admiro.
OCTAVIANO.
Esto concierto.
{.\p. Dale laureles, Tormua.)
IRENE.
Vclvedleá Europa, deseos.
UAKCO ANTONIO.
Tráigame el cielo triunfante.
LÉPIDO. [Ap.)
No vuelvas ruego á los cielos.
( Vanse.)
Sale CAIM.iN.
caima:^.
Yo soy un pobre romano,
Que vino sin cobardía
Al reino de Alejandría
Con el César Octaviano ;
Y en la batalla después,
Viendo que con los gitanos
No me vallan las manos,
Me aproveché de los pies;
Pero yo estoy satisfecho.
Que huir, como hombre mortal
l.ucgo, luego, hace gran mal ,
Después, después, gran provecho;
Que queda un hombre corrido
Dice el vulgacho malvado;
Mas al huir me he quedado
Como si no hubiera ido;
üijome Oclaviano fiero
Uesu ruina en el afán:
—DI, ;. por qué huyes. Caimán ;
Y yo dije : —Porque quiero;
—Si mueres, dijo, es muy cierto
Que tu fama el urbe aclama;
— ¿ Y qué he de hacer con la fama,
Le dije, después de muerto?-
Señores, ¿no es necedad
Que haya hombre de tal suerte
Que se deje dar la muerte
Por tener posteridad ?
iPor dar lineas á la historia
Haya quien llegue á lidiar?
;.Que se entre un hombre á matar
Pur dejar grande memoria?
Hombre, á tu valor incierto
El engañóte apercibo;
¿No hay quien se acuerde de un vivo,
Y quiere memoria un muerto?
Ahora volvamos al caso :
En la lid sangrienta y dura,
Deste monte en la cs"pesuia
Me escapé paso entre paso;
Volviéronse los romanos,
Pero aunque en Alejandría
Se quedó mi cobardía.
No me conocen gitanos;
Pues estoy pobre, yo quiero,
Y'a que no soy buen soldado,
üuscar un oficio honrado
Que me valga algún dinero ;
¿Seré sastre? es devoción
Ser sastre muy abatida.
Que he de andar toda la vida
Acuestas con el pendón.
¿Aljebista? voy errado;
LOS ÁSPIDES DE CLEüPATP.A.
Pesconcerlaré costillas.
Venderé lindas pastillas
De ámbar siendo pan mascado;
listo no se disimula,
Y aun no se fraguarlas yo.
¿Haréme médico? no.
Se mucho, y no tengo muía.
Con ropón seré letrado ,
Que libros no es menester;
Boticario quiero ser.
Que es oficio redomado ;
Pues con vender cada vez.
Que ocasión precisa halle
Cuatro piedras de la calle
Molidas en almirez,
Con cuatro rótulos sólo.
Con venderá tontos mil
Kl aceite del candil
l'or aceite de vitriolo:
Con que venda á cuantos ven
Que en mi tienda se trabaja
El agua de la tinaja
Por el agua de llantén;
Y por jarabe después
Vender miel de letuario.
Queda un hombre boticario
Y queda rico en un mes;
Ptro no quedarán salvas
Honra y fama que he guardado:
Que dirán que un hombre hourado
lia nacido entre las malvas.
¿Seré alcahuete? No inquiete
Mi codicia , que es mi fama.
iNo le dan nada á una dama ,
¿ Qué darán á un alcaliuele?
¿Pues á qué oficio idolatra
Mi codicioso desvelo?
Sa/e LIDIA.
LIRIA.
.lusticia venga del cielo
Sobre la reina Cleopatra.
Apelaré del rigor
Con que al precepto me irrilo ,
¿Que haya mandado en Egipto.
Que no haya quien tenga amor'
¿Que con su casta pureza
I,a cruel Cleopatra intente
Derogar por accidente
Lo que obra naturaleza?
Si con ser irracionales
En la tierra y mar mejor.
Se tienen también amor
Peces , plantas y animales.
Desde que há que lodos ven
Este precepto importuno.
No encuentro hombre ninguno
Que no me parezca bien.
Con dos mil faltas escojo
A lodos, tan torpe soy,
Que tras un tuerto me voy
Porque me hace del ojo.
Y cuando llegue á fallar
Un tuerto, que querré advierto
A un calvo, con ser bien cierto
Que no le puedo pelar.
A un lindo mi tema rara
I,( pone ducientos nombres ;
Si es feo, digo : los hombres
No han de tener buena cara.
Si un chiquito hallo en la calle ,
Digo: aqueste me merece ;
Si un largo: ¡qué bien pari'ce
V.n los hombres un buen talle !
Y de tal suerte.se ven
Mis ansias, porque me asombre,
Oiie me vengo tras este hombre
l'or(|ue me parece bien.
; Que nuestra reina aperciba,
Porque su virtud se crea.
Que la que adúltera sea
I.a saquen á quemar viva !
; Y que otra lej nos advierta,
Porque el riesgo se repare.
Que la que se descuidare
l,a saquen á quemar muerta!
Señores mios, protesto
Que me endiablo ó enquillotro,
¿Qué les queda para esotro
Si queman aqui por esto?
Esta sujeción cansnda
Más á mi deseo aumenta;
Viva yo agora contenta
Y muera después quemada.
Pero tengo tal estrella
Que no ha de quererme creo
CAIMÁN. {Ap.)
■Mujer es esta, y deseo
Parecer hombre con ella.
LIDIA. (.Ip.)
Yo me llego.
CAIMÁN. {Ap.)
¡Hay tal menguado!
¿Qué tardo? Quiero llegar.
LIRIA. {Ap.)
.\unque me hayan de quemar.
CAIMÁN.
Sea Júpiter alabado.
LIDIA.
Por siempre, y pase adelante;
Pues ya en la ocasión me veo.
CAIMÁN.
¿ Habrá un poquito de empico
Para un amor vergonzante?
LIDIA.
No faltará.
CAIMÁN.
¡Que piedad!
LIBIA.
Llegue y no tenga recelo;
Acerqúese, hermano.
CAIMÁN.
El cielo
Le pagúela candad.
LIDIA.
Tome.
{Dale la mano.)
CAIMÁN.
Pagúeoslo Cupido;
De hambre sólo la tomo.
Tres meses há que no como
Mocado de lo que pido;
Va que en amoroso lazo
l'aii piadosa os alargáis
Que un poco de mano dais.
Dadme un bocado de un brazo.
LIDIA.
Tómele. {Abrázale.)
CAISIAN.
¡Qué alma tan pial
LIBIA.
Yo soy una pecadora;
Óyeme, hermano.
CAIMÁN.
¿Señora?
LIRIA.
Véngaseme acá otro dia.
{Ap. Más á quererle me incito.)
CAIUAN.
Digame, ¿por qué razón?
LIDIA.
Hermano, la privación
Es causa del apetito.
CAIMÁN.
Su fineza be de estimar.
Seré su amante muy fiel.
426
COMEDIAS ESCOGIDAS DE DON FRANCISCO DE ROJAS.
LIDIA.
Raef;o al cielo que por él
No me saquen á quemar.
CAIMAM.
¿Quemar?
LIBIA.
Es ley promulgada
Contra el Lumanoapelilo.
CAIHAX.
Si ello es después del delito.
Quémenle , no importa nada.
i Y en el castigo se encierra
ti hombre también?
LIBIA.
No.
caiua:!.
DI,
¿Sólo á las mujeres?
LICIA.
Si.
CAIUAM.
No me voy yo desta tierra.
LIBIA.
Con pasiones tan erradas,
¿Cómo á amarme te acomodas?
Respóndeme.
CAIMÁN.
Porque á todas
Las deseo ver quemadas.
Y el quererle ahora, es
Según de la ley conlio...
LIBIA.
Dime , ¿por qué? Caimán mió !
CAIMÁN.
Porque te quemen después.
VOCES. (Dentro.)
i Plaza , plaza !
CAIMÁN.
Al anfiteatro
Que est.i del mar á la orilla ,
La Reina entra.
LIBIA.
Maravilla
Del mundo es este teatro.
Va diyü que no te quiero.
CAIMÁN.
Yo desde hoy te he de querer.
Que espere que le he ver.
LIDIA.
¿Adonde?
CAIMÁN.
En el quemadero.
Salen CLEOPATR A, LELIO, de larba^
SOLDADOS y ACoaPAÑAMIENTO lie hom-
brei.
LELIO.
Reina de Egipto, sol de Alejnndría,
Luz que escribe en la luz que paula el
[día.
Comparación tú sola á tu grandeza.
Símbolo sola tú de tu pureza ;
Uue el ser tan generosa
Te hace que parezcas más hermosa ;
Excepción de la regla , aun no creida,
Pues no eres fea y eres entendida ,
Que del amor burlaste los engaños,
l'rudente sin la costa de los años.
Hoy, que de escamas rústicas plalea-
[düS
Los peces de tus luces deslumbrados
Salen del ni.ir, que tu verdad serena
Hasta quedarse en seco en el arena.
Hoy, pues, que al permitir tus rayos
, [rojos
Las águilas peligran en '.us ojos, [yos
Cuando hidrópicos llegau sus desma-
A beberse el concurso de tus rayos;
Hoy, que conoce la teñida rosa...
CLEOPATRA.
Delente, no me alabes por hermosa;
En vano, Lelio, á mi beldad prelieres;
Alaba mi valor, si alabar quieres,
Y no antepongas cuando yo le asombre
Indicios de mujer á señas de hombre.
¿Yo no he vencido áLépido el romano?
¿Yo no teñí de espumas el mar cano?
).Vo de sus popas, árboles y quillas.
No he fabricado túmulos de astillas?
¿Vo no vencí áOctaviano en esa playa.
Que aunque se enoje , el mar le tiene
¿Yo no dejo grabada [á raya?
En la tesia de hueso flecha alada
Al venado, que es, sin dar engaños,
Rústico coronista desús años.
Pues para que los lea el que los cuente
Se imprimen los instantes en la frente?
¿Yo á Marco Antonio, á quien el Asia
[aclama,
Ese, de quien es voz toda la fama ,
A que venga no espero
A estrenarse en los lilos de mi acero?
¿Pues este vencimiento, esta grandeza,
Débese á mi valor ó á mi belleza?
¿No los venció mi espada? Si , ella ha
[sido;
Pues si mi espada es la que ha vencido
Y mi hermosura no, que no es segura
No alabes desde hoy más á mi hermo-
[sura
¿ Quién puede haber que sea tan osado
Quedigaqueá mis ojos se ha inclinado?
¡Que si alguno me diera esos enojos,
Yo misma me sacara á mí mis ojos !
Si esta alma que á mi me anima rara.
Del sol , con ser deidad , se alicionárj
Del mismo al contemplarle
Me dejara cegar por no mirarle.
; Oh , quién trocara el sexo recibido !
De una mujer me pesa que he nacido,
Por ser mujer, que á ser flaqueza toca;
¡Oh, sí hubiera nacido de una roca 1
LELIO.
Sentarte agora puedes, [des.
Que pues es día hoy de hncer merce-
Puesconaplauso,queserán tus glorias.
Celebra Alejandría tus Vitorias,
Que renueves le digo
Al perdón los preceptos del castigo.
CLEOPATRA.
Cualquier delito mis piedades crea.
Como el romper la castidad no sea.
{Siéntase.)
LELIO.
En estos dos empecemos
Que has de sentenciar agora.
CLEOPATHA.
¿Quién son esos dos?
LELIO.
Señora,
Dos prodigios, dos exiremos;
Uno esiá preso, porque
Es tan tierno ó es lan blando.
Que está siempre enamorando
A cuantas mujeres ve ;
Y olro quiere pretender
Premios, que es juslo que pida,
Y es de que en toda su vida
Nunca ha hablado con mujer ;
Este pide que te obligues
Desta obediencia.
Y el olro pide también..;
CLEOPATIIA.
¿Que pide?
LELIO.
Que le castigues.
CLEOPATRA.
i Extremo notable ha sido !
LELIO.
Que esto eslá probado inDere.
CLEOPATRA.
En fin ¿uno á todas quiere,
Y olro a ninguna ha querido '
LELIO.
El premio y castigo libre
Igual de justicia el peso.
CLEOPATRA.
Pues rolladme al que está preso
Y preiidedme al que está libre ;
Que si ese quiere una á una
A todas juntas, seinGere,
Que , pues á todas las quiere.
No tiene amor á ninguna ;
Y por evidente ten,
Aunque tu engaño lo ignora.
Que ese que á ninguna adora,
Es que á alguna quiere nien ;
Pues perdone mi graudeza,
Y castigue mi porlia
Del uno la hipocresía
Y del otro la flaqueza.
LELIO.
Prosigo por éste.
CLEOPATRA.
Di.
LELIO.
Un hombre de baja suerte
Está condenado á muerte ,
Porque dice mal de ti.
CLEOPATRA.
¿Qué dice?
LELIO.
Ahora lo sabrás:
Que eres, dice el maldiciento.
Generosa solamente
Porque se diga que das;
Y después desta malicia.
Con nueva temeridad.
Que sólo es en tí crueldad
Lo que parece justicia;
Que eres soberbia, impaciento,"
Que eres vana, codiciosa,
Y que el nacerían dichosa
Te hace parecer valiente.
CLEOPATRA.
¿Hay atrevimiento igual?
Y dime, Leliii, también
Si dice de alguno bien.
LELIO.
No hay de quien no diga mal.
CLEOPATRA.
Pues yo revoco esa pena
Por lo que á todos me iguala ,
Que era señal de ser mala
Si dijera que era buena.
Selladle , y logre esta suerte ,
Pero en esto se repare.
Que al punto que me alabare ,
Mando que le den la muerlc.
Porque en un extremo tal
No me estaba bien anuí
Que hable sólo bien de mi
Quien de todos habla mal.
CAIMÁN.
Señora, si asi libráis
El perdón para la ofensa.
Si cuando el castigo piensa
Al que murmura premiáis ;
Por Júpiter, vuestro dios,
Os suplica mi culilado.
Que me admitáis por criado,
Que yo diré mal de vos:
Que me recibáis coiitio.
CLEOPATRA.
¿En qué oflclo?
CAIUAX
Si es razón ,
Pido que me hagáis bufón.
CLEOPATRA.
¿Por qué?
CAIMÁN.
Porque soy muy frió.
CLEOPATRA.
¿De dónde sois?
caiua:<.
Soy romano,
Y ser gitano querría.
CLEOPATRA.
¿QuicD os trujo á Alejandría?
CAIMÁN.
¿Quién? el César üclaviano.
CLEOPATRA.
Y en la batalla se ve
Que os perdisteis.
CAIMÁN.
Kelna, si,
Al principio me perdí ,
Pero á la postre me Lallc.
Huí de ti, y en Egiio
Escondido be estado.
CLEOPATRA.
Pues
¿Cómo huíste?
caima:*.
Con los pies.
CLEOPATRA.
¿Seréis gallina?
CAIKAN.
Un poquito.
Sale UNA MCJEH lapada.
LELIO.
La mujer que ves está
Sentenciada á quemar.
CAIMÁN.
¡Palo!
LELIO.
Con un hombre, su amor ciego
Tus preceplos ha violado;
El delito esta prohado.
CLEOPATRA.
Pues ejecútese luego.
UCJER.
Si estas lágrimas que lloro
Pueden templar tu rigor.
Sabe, que él me llene amor
Al paso que yo lo adoro.
Y acúsele tu piedad
Este error escandaloso.
Que con palabra de esposo
Le eniregiié mi voluntad.
A que me la cumpla aguarde
La piedad que en ti se espera.
CLEOPATRA.
¿No aguardarais que os la diera?
MUJER.
Ya me la ofrece.
Que la perdonéis os digo.
Que ha de parecer muy nial
Por £er mujer principal ,
La infamia deste castigo.
LOS ÁSPIDES DE CLEOPATliA.
CLEOPATRA.
De esa campaña espaciosa
De flores y áspides llena
Dos áspides aplicad,
Y en sus alevosos brazos
Tengan ponzoñosos lazos
Que indicios de mi crueldad
La aflijan con tal dolor.
Que se reduzga mortal
En ponzoñan-racional
La ponzoña del amor.
Esta sangre de amor ciego
Este tormento desangre ,
Sea mi castigo la sangre,
Pues no queréis que sea á fuego.
MUJER.
El cielo, puesto que muero,
Con justicia soberana.
Permita, reina tirana.
Que te mate un áspid fiero.
Y también llego á pedir.
Que por más sangrienta espada
Mueras tan enamorada
Como yo voy a morir.
CLEOPATRA.
Esa desdicha no espero
Pues con justa causa mueres.
MUJER.
Y si algún hombre quisieres.
Se dé muerte con su acero.
CLEOPATRA.
Vete.
UDJER.
El ciclóte maldiga.
Vengúeme el cielo de ti.
CLEOPATRA.
Yo vivo segura en mi.
MUJER.
Y otra vez pido, enemiga.
Que pruebes tanto el dolor,
Que antes que yo en esta suerto
Pruebe efectos de la muerte,
Pruebes efectos de amor ;
De ti seas escarmiento,
Y tengas como yo el liii. (IV/sc)
ÍTucni¡.)
CLEOPATRA.
¿Mas qué sonoro clarin
líompela región del viento?
LELIO.
Vuelve los ojos á la mar serena,
Veríis su playa de bajeles llena,
Ducienlas y más naves.
Peces del aire y de la espuma aves,
Clin no seguro paso
Vienen cortando al mar el azul raso ;
Un pájaro de pino en vez de pluma
Hace de azul cristal nevada espuma.
Son sus flámulas bellas carmesíes.
Sus árboles se engastan de rubíes ;
Del ébano que al sol la cara empache,
La popa trae relieves de azabache;
De bronce el espolón que le asegura,
A quien supo bordar la arquiteclura ;
Y trae, porque la tenga el sol decoro.
Palamenta de plata y timón de oro.
CAIMÁN.
Ya en el mar cristalino
Las abatió de enfermo lino.
LELIO.
Ya el áncora á su curso alado enfrena,
I'iada á la constancia de la arena.
CLEOPATRA. [arrojado;
Ya un hombre en nuestra orilla se ha
¡Llega á mis iras, infeliz soldado!
LELIO.
De paz es la bandera que despliega;
Llega, infeliz soldado.
CLEOPATRA.
Llega, llega,
Y pues de tu valor das testimonio.
Di, ¿quién eres, soldado?
BARCO ANTONIO. {Deitíro.)
Marco Antonio.
CLEOPATRA.
Temor de oir su nombre he recibido.
Y esta es la vez primera que he temido;
Pero es valor este temor primero;
Echar el velo ámi hermosura quiero;
Que pues mi espada el triunfo me ase-
No quiero que levenzami hermosura.
LELIO.
Llega, romano.
CLEOPATRA.
(Toda soy de hielo!
{Échase el velo en la cara.)
Sale MARCO ANTONIO.
MARCO ANTONIO.
Guarde, Cleopaira, tu hermosura el
CLEOPATRA. [ciulü.
Vete, Calman.
Obedecerte intento.
(IVíse.;
Vete, Lelio.
SI iré. {Vuse.)
CLEOPATRA.
Tomad asiento.
{Siénianse sin mirarse.)
MARCO ANTONIO.
Cleopatra valerosa,
Segiiii dice la fama, muy hermosa.
Que eslo que agora menos te asegura.
Pues yo no he de rendirme á tu lier-
[mosuia;
Reina de Egipto, no como solía ,
I'oniue lioy ha de ser mía Alejamlria.
Yo vengo, asi una ofensa restituyo,
A llevarte á mi reino por el tuyo."
Marco Antonio imprudente.
Para con los cobardes muy valiente,
Y según el clarín armonioso
Para con infelices venturoso;
iNo rey del Asia ya como solia.
Porque el Asia también ha de ser mía;
Vuélvete al mar salado.
Si no quieres, quedando aprisionado
En mi reino, que llama Europa suyo,
Que vaya luego á conquistar el tuyo;
Que á Lépido he vencido, ¿no lo sabes?
MARCO ANTONIO.
Dióle sepulcro el mar a ochenta naves.
i CLEOPATRA.
A Octaviano venció mi brazo airado.
I MARCO ANTONIO.
\ Kl se dejó vencer de enamorado ;
I Tus ojos , me contó que le rindieron.
CLEOPATRA.
I Pese á mis ojos si ellos le vencieron;
(Lcvántanse.)
¡Viven ellos, que al sol causan enojos.
Que DO te he de enseñar á ti mis ojos,
Poraue al verte vencido,
I No digas que mis ojos te han rendido!
COMEDIAS ESCOGIDAS DE DON FIIANCISCO DE ROJAS.
«ASCO *NTo:no. [¡tq,
Pues yo b!en sé cuando á tu luz me lle-
gue DO puede rendirme elaniorciego.
CLEOPAinA.
Aunque verme deseas ,
Sov niucbo JO para que lü me veas ;
M lie Ue verle, por no darte indignado
Los méritos de haberle yo mirado.
MARCO ANTONIO.
Aunque eso dices, responderle puedo.
Que DO me ves, por no tenerme miedo.
CLEOPATRA.
Y tu valor mirarme no procura.
Porque teme rendirse á mi hermosura.
MARCO A.NTOMO.
Y aunque mirara de tu luz el fuego...
CLEOPATRA.
¿Qué hicieras -si me vieras?
(Dscúbrese, y miraiise.)
MARCO ANTO.MO.
Morir luego.
CLEOPATRA.
Vete, apártate, joven, porque al verle
Estoy viendo la imagen de mi muerte.
MARCO ANTOMO.
No le apartes, dulcísima homicida.
Que en ti miro la imagen de mi vida.
CLEOPATRA. [le.
No sé lo que contemplo al conlcmplar-
Que me infunde temor para miraile.
MARCO ANTONIO.
No sé qué estrella á mi infelicc suerte
Le ha influido valor para quererte.
CLEOPATRA.
; Qué haré para templarme? [me.
Quiero inclinarme y no puedo incliuar-
MARCO ANTONIO.
;, Qué contrario es al tuyo mi destino?
No quisiera inclinarme, y más me in-
CLEOPATRA. [clino.
Di, si eres tan galán, Antonio airado,
¿Porqué hablabas con iras de soldado?
MARCO ANTONIO.
Si eras divina, porque amor te crea,
¿Porqué hablablas con señas de ser
CLEOPATRA. [Tca'
Hombre, que templas cuantos das eno-
[ios,
No turbes las quietudes de mis ojos.
MARCO ANTONIO. [doí,
niena , que asi me obligas con geuii-
No turbes la atención á mis oidos.
CLEOPATRA.
Antonio, vele, tarde me resisto.
Yo me voy á morir de haberte vislo.
«ARCO ANTONIO.
; Oh quién de si se huyera !
{Hace que se va.)
CLEOPATRA.
No te vayas, Antonio, aguarda, espera,
Mas¿cúmo el culto á mi deidadprolano?
MARCO ANTONIO.
¿Mas yo rendido del amorlirano?
CLEOPATRA.
I Ah soldados! lograd feliz la suerte,
PrendedáMarcoAntonio, dadlemuer-
MARCO ANTOMO. ['O.
f.n la ocasión aprovechad los bríos,
Dad la muerle á Cleopatra, amigos
[Tocan cajas.) [mÍos.
CLLOl'ATBA.
Mas tened, no me deis á mi esa herida.
MARCO ANTONIO. (da.
Mas no la deis la muerte, que es mi vi-
; Ay Oclaviano amigo.
Qué igual es tu casligo á mi castigo!
No he de tener amor.
CLEOPATRA.
No soy amante;
Vete, Antonio.
MARCO ANTONIO.
No puedo.
Que me infundiste valeroso miedo;
Mas ya obedezco ;voime al niarsalado
Vencido, por estar enamorado.
CLEOPATRA.
¿levas?
MARCO ANTONIO.
A r.onia vuelvo.
CLEOPATRA.
¡Ohpenamia!
No te vayas, ya es tnya Alcj;indria;
Hazte señor de su elevado muro.
MARCO ANTONIO.
No es esa la ciudad que yo procuro.
CLEOPATRA.
¿Qué reino?
MARCO ANTOMO.
El de tus ojos por quien veo.
CLEOPATRA.
Tuya OS el alma, patria del deseo;
Mas, ¡ oh , pese á mi voz! ¡ Pese al Dios
MARCO ANTONIO. [ciegO!
¿Mas, yo inclinado .ni amoroso fuego?
CLEOPATRA. [go.
Dadle la muerle á Antonio, mi eneaii-
MARCO ANTONIO.
Estrenad en Clenpaira mi casligo;
Mas tened, no me deis á mi esa herida.
CLEOPATRA.
Mas noledeis la muerte, que es mi vida.
MARCO ANTONIO.
Quédate.
CLEOPATRA.
Ya me voy,
MARCO ANTONIO.
¡Infeliz suerte!
CLEOPATRA.
¿No has de volver á verme?
MARCO ANTONIO.
No be de verle.
CLEOPATRA.
¡Oh cuanto duda amor !
MARCO ANTONIO.
¡Cuánto amoryerra!
LOS DOS.
Guerra contra el amor, al arma, guerra.
JORNADA SEGUNDA.
{Dentro ruido de desembarcar.)
OCTAVIANO.
LAPIDO.
Dejad zafar la escolla y chafaldete.
IRENE.
Amainad la niesana y el liinquele.
LÉPIDO.
Vaya la lancha al pié de a(]iiella sierra.
OCTAVIANO.
Lépido, Irene y yo, lomemos tierra.
IRENE.
Ancora al mar.
LÉPIDO.
Sobre la espuma Cana
Se mece la ligera capitana.
OCTAVIANO.
S" las demás , qué iguales
Azotan con los remos los cristales.
IRENE.
Favorable nos fué la mar y viento.
LÉPIDO.
Avante boga.
OCTAVIANO.
ha á barlovento.
Salen OCTAVIANO, LÉPIDO É IHENE.
IHENE.
Salta sobre el peñasco de esa sierra.
OCTAVIANO.
Ceso mil veces la florida tierra.
LÉPIDO.
Deso la madre de los hombres pia.
IRENE.
Esia la playa es de Alejandría,
La que al Medileiráneo tiene á raya.
OCTAVIANO.
Mas parece de Chipre aquesta playa.
IRENE.
Salva te hacen dulces ruiseñores.
LÉPIDO.
Sin duda es esta patria de las flores.
OCTAVIANO.
F.l olfato y la vista á un tiempo estrena
Fragancia y candidez de la azucena.
IRENE.
Alegre está la visla y el olfato.
OCTAVIANO.
¿No ves, Irene, al sol arder ingrato?
IRE.^E.
¿Ingrato?
OCTAVIANO.
¿No le ves con luz hermosa
Galanteando la purpúrea rosa ,
Que preside á otras flores peregrinas,
Y al ver que se deliende con espinas.
No por ser tan hermosa la pretende.
Sino porque la ve que se deüende ?
¿Y á Clicie, que en sus rayos habilita,
Porque ve que le sigue la marchila?
IRENE. [pío
\' yo al ver que la deja, en mi contein-
üe" Clicie y sol un infelice ejemplo;
Que si Antonio me deja desdeñoso.
Yo vengo á ser la Clicie de mi esposo.
OCTAVIANO.
I.épido, amigo mío, Irene bella: [lio,
Tú, sol del Asia: tú, de Europa esiie-
Alcndedme los dos lo que os advierto:
Ya osacordais los dos que fué concier-
De venir á buscar á nuestro aniign, [lo
Siendo nuestra amistad el liel testigo.
Dado caso que Amonio no llegase
Denlro de un año á Europa , o que no
[enviase
Nuevas de su ruina ó vencimiento
O ya la fama lo contase al viento,
O "ya liase sus Vitorias solns
Ncptuno á la inconstancia de las olas.
LÉPIUO. [do.
Un año el tiempo luéquela ha aplaza-
OCTAVIANO.
Pues ya sabéis que el año se hapasado,
Sin que para más riesgo ó mayor gloria
Sepomos su ruina ó su viloria ;
Y lal vez he pensado [do,
O que hidrópico el mar se le ha Iraga-
Oquecruel, Cleopalra.aunquedivina,
Reliquias no dejó de su ruina ;
O será, pues Iriunfanie no le aclama.
Que su clarin se le quebró á la lama:
Y como nuestro crédito desmaja.
Con las naves que surgen en la playa
Y con la hueste que mi espada anima,
A discurrir el más remolo clima
Me conduzgo, hasta hallar de aquesta
[suerte
Indicios de su vida ó de'su muerte.
Desta montana, agora
Que le acecha las luces al aurora.
La cumbre altiva discurrir podemos.
LÉPIDO.
La selva, monte y prado registremos.
OCTAVIANO.
Mirar pretendo en este monte cano
Si alguna población descubre el llano.
üesierta se descubre la campaña.
OCTAVUKO.
Estampa no se ve de plantas vivas.
Todas las plantas son vegetativas.
Tocad al arma , veamos si se altera
Al marcial aparato un hombre ó llera
L¿PID0.
Toca al arma.
{Toquen y párense á escuchar.)
0CTAV1A^0.
Va suena el metal hueco,
V sólo del clarin es susto el eco.
IRESE. [,1o.
Aves son las que el ruido han exlraña-
LKPIDO.
Un hombre, ó el deseóme ha engañado.
iheise.
Vuelto en sí del letargo, hnir procura:
Antes que se penetre en la e>^'esura
Del prado, le llamemos.
OCTAVIAXO.
Hombre, aguarda;
Egipcio, ¿qué te turba y acobarda.'
iíeducirle no puedo.
LÉPlDO.
Mucho esque no tropiecesentuuiiedo
IRENE.
¿No vias? darle voces es en vano.
OCTAV lAXO.
El que te llama es César Octaviano.
IIIEKE.
Parece que á tu nombre reducido
A su temor aconsejó su oído.
LÉPIDO.
Va parece que mueve más veloces
Las plantas al halago de tus voces.
OCTAVIAXO.
Llega al favorque esperas de mi mano.
Sale CAIMÁN.
CAIMAX.
Dame tus plantas, César Octaviano.
OCTAVIAXO.
¿Caimán?
c,\ima:«.
¿ Lépido, Irene , qué te veo?
Viendo estoy á los tres , y no lo creo;
¿Qué se llegó de mi deseo el día?
LOS ÁSPIDES DE CLEOPATIIA.
CAIMÁN.
De Alejandría.
IRESK.
¿Llegó Antonio?
OCTAVIAXO.
¿Qué ha sucedido?
CAIMAX. [cidn.
Lo que siempre, Cleopatra le ha vci;-
OCTAVIAXO.
¿Vive Antonio?
CAIMÁN.
Si Vive.
OCTAVIAXO.
Di si es cierto.
CAIMÁN. [lo.
No te estuviera mal que hubiera muer-
OCTAVIANO.
¿Qué dices?
CAIMÁN.
Lo que digo.
OCTAVIANO.
Muera mil veces yo, viva mi amigo.
IREXE.
¿Murió Cleopatra?
CAIMÁN.
Sí.
OCTAVIAXO.
i Desdicha fuerte;
CAIMÁN.
Pero vive Cleopatra con la muerte.
OCTAVIAXO.
; Qué gloria, qué contento !
IREXE.
;0h pena esquiva!
CAIMÁN.
No te estuviera mal que fuera viva.
OCTAVIAXO.
Descíframe esia enigma, si eres sabio.
IREXE.
No se hielen tus voces en tu labio.
LÉPIDO.
Di, ¿cómo aquí has llegado?
Sácanos á los dos deste cuidado.
OCTAVIANO.
Como leal refiere.
Cómo vive Cleopatra y cómo mucre.
IRENE.
Refiérenos si es cierto [m
Cómo es Antonio vivoycómocsmiur-
LÉPIDO.
Ya tu voz esperamos.
CAIMÁN.
Pues escuchad los tres.
CAIMÁN.
Ya te acuerdas que contigo
Vineá Egipto, y ya te acuerda!
Que me quedé en la batalla
Como esjiada ginovesa ;
Ya dije que Marco Antonio
Llegó á Egipto; pero apenas
Empañó con nubes de humo
El sol de Cleopatra bella,
Apenas vio su luz pura
Nunca hasta entonces serena,
Cuando se quedó más blando
Que corregidor (iue espera.
Acaoado su trienio.
Que le lomen residencia;
Quiso, volviéndose á Doma,
Fiar al viento las velas,
Y á su constancia liar
Aquel apaj,'ado Etna
Que va forjando en el alma
Minas que tarde revientan ;
Pero el lijíado velamen
Aun no á los vientos entrega.
Cuando á detenerle sale
Cleopatra en una galera.
Arboles de plata fina.
Las gavias de oro, las cuerdas ,
Trizas, escollas, volinas.
He cordones de oro y seda.
La popa, ébano y marfil,
Y en igual correspondencia
Del terso cristal de roca
Diáfanas las vidrieras.
Iba la chusma adornada
l)e mil recamadas telas,
A quien , aunque tarde, supo
Perfeccionar la tarea.
I Los soldados desta nave
I Cincuenta Cupidos eran
(jue á corazones de bronco
Disparaban mil saetas.
En la cámara de popa
Suavísimas sirenas
Cantaban , amor, amor.
Que esta era su dulce guerra.
Cleopatra , en un trono de oro.
Cuyos diamantes pudieran
Exceder cuantos el sol
Purifica y alimenta.
Esperaba á Marco Antonio ;
Pasó Marco Antonio á verla ;
Hijo, que de agradecido,
Y yo le dije: no creas
Que hay quien no teniendo amoí
Sepa agradecer finezas.
Trinaron suaves voces
Mil amorosas endechas.
Cuyo compasen las aguas
Llevaba la palamenta.
Surgieron de allí distantes
Presumo que media legua,
Y en medio del mar estaban
Eijas diferentes mesas
Sobre una red , que en las aguas ,
Con tal artificio era
Tejido metal en lazos,
Ue obra tan sutil, que al verla
Sufrió el peso y no la vista ,
Que estaba esta red dispuesta
(^on fortaleza tan graude
Y con tanta sutileza.
Que la dudara la vista
Sí el tacto no la creyera.
Espléndida la vianda
Colmó el día una menestra:
Trujo deshecha en vinagre
La más rica y grande perla
Que el exceso encareció ;
El mar, que conchas platea.
Perlas que engendró la aurora
Legítimamente netas.
No produjo perla igual ;
Tanto, que se halló quien crea
Que valia una ciudad;
Y esta fué la vez primera
Que en los méritos quedase
La comparación modesta.
Pez, escondido en las grutas;
Ave, que el cielo penetra;
Fiera , que el monte discurre ;
Fruta, que el árbol franquea;
Raíz, que la tierra esconde;
Manjar, que la gula inventa;
Cristal, que el sol purifica;
Licor, que en los años medra;
4:íü comedias
Ucsios dos dioses del mundo
Fueron ambrosia y néciar,
Delicias de los manjares.
Viendo festiva á su reina,
( Cómo es en las ocasiones
El que más se desenfrena)
Pareciéndoles que ja
Tiene amor Cleopaira, empiezan,
Para hacer bien de las suyas ,
A hacer mal de las ajenas.
La casta anciana, que estuvo
En su atención recoleta ,
Sabiendo lo que ha perdido
No quisiera ser tan vieja.
La viuda también buscaba
Un sustituto que lea
En su cátedra del sexto
Del propietario la ausencia.
En disolución tan libre.
Trocados los frenos vieras
Las solteras muy casadas,
Las casadas muy solteras.
Tan iguales voluntades
Corrieron en esta era.
Que á más de cien mil Tarquinos
Ño se encontró una Lucrecia ;
La tórtola enamorada.
La dulce paloma tierna,
Por ser aves que amar saben,
Las arrullan y gorjean;
La azucena yel jazmin.
Símbolos de la pureza,
Les daban humo á narices;
Que sólo del gusto eran
La hiedra, por ser lasciva ,
Por madre, la madre selva ;
Y si era ley en Egipto
Que en fuego material muera
La mujer que tenga amor,
t^leopatra, menos atenta.
Otra ley ha promulgado
Para derogar aquella,
Y es que saquen á quemar
A la mujer que no quiera;
Venus y liaco, dos dioses
De costumbres no muy buenas ,
Venus hi/.o dar traspiés,
liaco hi/.o dar tras cabezas ;
En tin. Antonio y Cleopatra
En Alejandría entran
Ya del pueblo murmurados.
Que es quien antes los celebra ;
Oh plebe, la dije entonces ,
;, Quién puede ser que te entienda
Quejaste si el Rey es bueno,
Y si no es bueno te quejas ;
Mañana otra vez querrás
Gozarle en delicias nuevas.
Pues ni la virtud te agrada
M del vicio te contentas;
A Marco Amonio Cleopatra
Miraba muy lina y tierna,
Y no con buena intención.
Que cuando una mujer llega
A repasará un galán
El talle, los pies y piernas.
De tener mucha atención
Anda un poco desatenta;
Mirábala Antonio, como
El que conocer desea
A alguna persona y no
Acaba de conocerla;
Llegaron á su palacio,
Y para que desla guerra
Durase la paz deseada.
Solos los (los, sin que hubiera
Quien mediase en estas paces.
Entraron á asentar treguas ;
Los dos, dicen, que allá dentro
Tuvieron mil diferencias
Sobre el modo de la paz.
Porque duró esta contienda
ESCOGIDAS DE DON FRANCISCO
Más de un mes, en que los dos
No salieron de una pieza,
Hasta dejar de una vez
Hechas las paces y treguas ;
Pues mirad si Antonio es muerto,
Pues murió á la conDdeucia
De tu amistad, y mirad
Si también Cleopatra es muerta
Del amor...
OCTAVUi^O.
Deten el labio.
Miente tu atrevida lengua :
Antonio es mi fiel amigo;
Yo adoro á Cleopatra bella;
Para mí conquista Antonio
Esta inexpugnable fuerza ,
Que con lirmes desengaños
Se fortalece y pertrecha.
caima:^.
Él no sabe que la adoras.
0KTAVIA>0.
S.-ibe el cielo, viento y tierra
Que respira el alma mia
Por los alientos de aquella.
CAIMÁN.
Pues Antonio fué traidor.
Es mi amigo.
LÉPIDO.
No lo creas,
Porque en llegando al amor
No hay amigo que lo sea.
CAIMAS.
¿Quieres ver el desengaño?
A tu h.^imana ,que fue prenda
Y premio de tu amistad ,
Repudiar quiere y intenta
Darle la mano á Cleopatra.
IRENE.
Cierra el labio, infame, cierra,
Que de tu boca atrevida
Sabré arrancarte la lengua.
¿ A mi despi eciarme Antonio ?
¿Cómo puede ser que sea
Sacrificio de la sombra
Quien fué de la luz ofrenda?
Antonio me quiere á mi.
Rien puede ser que te quiera,
Pero más quiere á Cleopatra.
IRENE.
Mientes.
CAIMÁN.
Y porque agradezcas
Mi lealtad...
IREJiE.
Habla, ¿qué aguardas?
CAIMÁN.
Un mes há que en esta selva
Estoy escondido, sólo
Porque dije en su presencia
Que ¿por qué hacia contigo
Una ingratitud tan fea...
IRENE.
¿Tequiso darmuerte?
CAIMÁN.
Si.
IRENE.
Ydime, ¿sábela Reina
Que es Marco Antonio mi esposo?
CAIMÁN.
No lo sabe.
IRENE.
Pues no creas
Que ella le quiere.
CAIMÁN.
Señora,
DE ROJAS.
Si le querrá ; porque, él j ella ,
El está por ella ciego,
Y ella por él está tuerta.
Ya estaba para decirle...
OCTAVIANO.
Calla , cobarde , la lengua.
CAIMÁN.
Pues yo me voy, déjame
Volver i buscarle.
OCTAVIASO.
Espera ;
¿V adonde esta Marco Antonio?
CAIMÁN.
Estará de aquí dos leguas.
En una quinta, á quien bateo
Del mar las olas soberbias.
OCTWIANO.
¿Sabrás guiarnos?
CAIMÁN.
Sisé.
OCTAVIANO.
Pues por las puras estrellas
Que erranlemente volando
Son celestiales cornejas ,
Pues siendo del sol su luz
Dan luz con la luz ajena...
IBENE.
Por esa antorcha segunda.
Que ya pálida ó serena,
Oscurece siempre viva,
Eslá ardiendo siempre muerta.
Que he de dar sangrienta muerte..
OCTAVIANO.
Que he de dar la muerte fiera
Al ingrato amigo...
IRENE.
Al falso
Burlador de mi belleza.
OCTAVIANO.
Fálteme la luz del día.
IRENE.
El centro no me consienta.
OCTAVIANO.
Los cuchillos de hambre y sed
No me maten y me hieran.
IRENE.
Sol y luna me amenacen.
OCTAVIANO.
No me alumbren las estrellas
Hasta que en su roja sangre...
IRENE.
Hasta que hidrópica beba...
OCTAVIANO.
Apaguen su sed mis iras.
IRENE.
El rojo humor de sus venas.
OCTAVIANO.
Muera Antonio.
IRENE.
Muera Antonio.
LÉPIDO.
Supuesto que es una mesma
Causa la que de los dos.
Tú puedes marchar por tierra
Y JO por el mar ahora
Sitiaré la quinta.
OCTAVIANO.
Ea,
Lépido, mi sólo amigo,
A embarcar.
LÉPIDO.
Desde hoy empiezan
A vengarse mis desdenes.
IRENE.
Toca á marchar.
LÉPIDO.
Toca á leva ;
Muerto Antonio, será mía
Ireue, auuqueanior no quiera, (rasí.)
OCTAVUNO.
Vé delante.
CAIMAM.
Ya JO voy ,
SesuiJme. " (Vuse.)
OCTAVUNO.
Irene, ¿qué esperas?
IRENE.
Seguiré tus pasos.
OCTAVIANO.
Ven.
IHESE.
Tu mismo enojo me atienta.
OCrAVIANO.
Muera esc traidor amigo
Oue á los dos ofende.
IRENE.
Muera.
OCTAVIANO.
Celos y agravios me irritan.
IBEXE.
Venganza y celos me llevan.
OCTAVIANO.
Ninguno Qe en amigo.
IRENE.
Ninguno en amantes crea.
Salen por una puerta LELIO v CLEO-
PATHA; por otra puerta MAKCO
ANTÜMO V OCTAVIO, capitán.
CLEOPATB.\.
Dejadme, Lclio.
IEI.IO.
Si.' ñora,
Mire vuestra majestad...
BARCO AJiTO.NlO.
Dejadme, Octavio.
OCTAVIO.
Mirad...
LELIO.
No OS dejéis llevar ahora
De una amorosa pasión.
CLEOPATRA.
Ya os digo que me dejéis.
HARCO AMTOMO.
Idos.
OCTAVIO.
A Octaviano hacéis
Una ofeusa, una iraicioo.
LELIO.
Oue han de quitaros , pensad ,
El reino.
CLEOPATRA.
Eso solicito;
Nunca reine .vo en E^ito
V reine en mi voluntad.
Esta es mi resolución.
OCTAVIO.
Tú , braio de Febo y Marte ,
4 Del amor dejas llevarte?
BARCO ANTONIO.
Dices bien , tienes razón.
LELIO.
Tü, que invesl.iste el desden ,
¿Sujeta al amor tirano?
LOS ÁSPDES DE CLEOPATRA.
OCTAVIO.
¿Tu enemigo de Oclaviano?
CLEOPATRA.
Bien me dices.
IIAKCO AMONIO.
Dices bien.
LEl.lO.
El reino es más poderoso.
OCTAVIO.
.Mira que Irene podría... _
MAI\CO ANTONIO.
No será Clcopatra mía.
CLEOPATRA.
No será Antonio mi esposo.
OCTAVIO.
Que han de dar la muerte , advierte,
A Cleopalra tus soldados.
LELIO.
Tus soldados conjurados
A Antonio quieren dar muerte.
¿Como á tu advertencia lardo...
MARCO ANTONIO.
Tomar tu consejo quiero.
CLEOPATRA.
Vete , Lclio.
LELIO.
Aquí te espero. {Vase.
MARCO ANTONIO.
Vete, Octavio.
OCTAVIO.
Aíjui le aguardo. (Vase.
MARCO ANTONIO. (Ap.)
Temple el valor este fuego.
CLEOPATRA. (Ap.)
Hoy este volcan reprimo.
MARCO ANTONIO. (Ap.)
Esto La de ser, yo me animo.
CLEOPATRA.
(Ap. Si esto ha de ser, yo me llego.)
M;irco Aulüiiio, honor de Europa ,
Infelice dueño mió.
Espejo en quien se aliñaron
Mis potencias y sentidos ;
Ya sabes que desde el dia
yue te vi, quedó rendido
Mi valor tanto á tu fama ,
Tanto á tu amor mi retiro,
Mi desden lanío á tu queja ,
Tanto á tu fe mi albedrio.
Que en quererte y no quererte.
Va abrasados ó ya tibios
Los hizo estar más amantes
El mismo estar más remisos.
Y en un jardín una noche
Que con sueño cristalino ,
Para murmurarnos luego
Se hizo un arroyo dormido,
üblinándome con ansias,
Quejándote con cariños .
Atreviéndote con miedos,
Llegándote con desvíos;
Al verme á mi con desdenes
Usados y no sentidos.
Anduviste tan cortés
Que no pareciste fino;
Y aunque respeto es amor.
Dije acá para conmigo:
El amor que está muy ciego
No es amor, que está muy vivo ;
Desde entonces, desde entonces.
Mi memoria es mi enemigo.
No sé qué veneno al alma
Se me entró de haberte oído;
Que quejas á media voz
Son los mayores hechizos,
Pues mis ojos, que son tuyos.
Envidiosos de haber visto
Que no enliase amor por ellos
Y entrase por los oídos.
Con el oído trocaron
Un sentido á otro sentido,
Tanto, que oigo por los ojos
Y miro por los oidos.
Tú dijiste que me amabas;
Yo te adoro, ya lo digo;
Y aunque hago mucho en quererte
Vengo á hacer más en decirlo.
Ya, pues, cuando nuestro amor,
Con estar muy ciego, <|uiso
Que enmiende ciego himeneo
Lo que erró sabio Cupido;
Contra mí el reino conspira ,
Que es ley antigua en Egipto
Que no puedan los romanos
Casarse con los egipcios.
Y como violar no puedo
Los estatutos antiguos ,
Y á tu vida, que es la mia.
Amenazan dos peligros ,
De perderte y de perderme,
Una muerte y dos martirios;
Vengo á rogarte. Señor,
Con el llanto cristalino
Que á mis temores congelo
Y á tus ardores derrito.
Que te vuelvas á tu reino.
Que asi por mi vida miro.
Pues no puedo yo morir
Sabiendo que tú estás vivo.
¡ Oh , mal haya el cazador
Que en el recatado nido
Las tórtolas espantó
Que amor unió pico á pico !
¡ Mal haya el que astuto sabe
Para que fallezca limpio.
Poner en la verde gruta
Lazos de arena al armiño !
Huye, Señor, huye Antonio,
Fia á los vientos el lino.
Que site fallaren ellos.
Yo te enviaré mis suspiros.
Darte la muerte pretenden
Mis vasallos ofendidos;
Vo te pierdo, yo te adoro.
MARCO ANTONIO.
Señora...
CLEOPATRA.
Ten el cuchillo
De tu voz, no me atraviesen
l'us pasiones los sentidos,
Que la venda de los ojos
Me la pasaré al oído.
HARCO ANTONIO.
¡Ay rosa, que brotó el Mayo
Entre sangrientos espinos.
Que ba enfermado de la noche
Y no sanó del roció!
¡Pluguiera á tus dulces ojos.
Dioses que idolatro míos,
A cuyas aras rendi
Deseos por sacrificios ,
Que ese fuese sólo el mal
Que yo siento!
CLEOPATRA.
¿Más activo
Dolor que haber de perderme ,
Si quererte determino?
MARCO ANTONIO.
Esc mal tiene el remedio
Dentro del mismo peligro.
Si tienes para vasallos
A mi amor y á mi albedrio,
Sustituve la corona
452
COMEDIAS ESCOGIDAS DE DON lUANClSCO
De Alejandría y Egipto,
A la de Roma, que yo
Pusiera á lus pies invictos.
Si 3 no haber un grande riesgo,
Huyendo 4 Roma conmigo
Pudieras...
CLEOPAin*.
¿Mayor dolor,
M.is vivos tiene los (ilos
Esle cuoliillo (|ue dices?
Responde, Antonio.
CIEOPATBA.
Acaba , refiere el riesgo,
i En qué te suspendes?
BARCO ANTONIO.
DiíO,
QueOctaviano, ¡quién pudiera
Di'cirtelosin decirlo.
Te quiere, y que yo te adoro.
Que es mi amigo y yo su amigo,
Que me ha Tiado su amor,
Que á Alejandría ha venido
A conquistar tu belleza;
\ yo el conquistado he sida ;
Que será traición quercrli'.
Que no quererte es delito.
Que Irene, su hermana, es
Mi esposa, que si prosigo
En solicitar tus ojos.
Por cuyas luces respiro.
Mis propios soldados son
Mis mayores enemigos;
Si llevarte quiero á Roma
Mi ruina solicito.
Pues veni;o á ser, si lo miras.
Con los dos á un tiempo mismo.
Con Irene, falso amante,
Y con él, traidor amigo;
Irme á los brazos de Irene
Es morir en fuego tibio ;
Ir de Octaviano á la queja
Es confesar mi delito;
A mi tus vasallos quieren
Darme la muerte ofendidos.
Irritados solicitan
Dártela muerte los míos;
Seguir tu amor es delito ;
No quererte es inconstancia.
Irme sin ti es darme muerte.
Muerte es quedarme contigo.
Pues qué he de hacer me aconseja
En extremos tan precisos.
Pues quedándome te pierdo,
Y yéudome te he perdido.
CLEOPATRA.
Traidor, infame, villano.
Romano, cruel, indigno
De adorar estos dos soles
Que á tus ojos les permito.
De quien son devotamente
Tantos corazones indios;
Dinie, ¿si desta hermosura
Eres dueño tan preciso.
Cómo atreviste lus lazos
Para que no fuesen míos'
¿Cómo, ingrato, cómo pagss
Cuando esia pasión te lio,
Con unos celos villanos
Un amor tan bien nacido?
Vivo yo, deidad humana.
Diosa de losalbedrios.
Que pues celos me ocasionas
(•uando mi amor signilico.
Que del puñal de los celos
Has de estrenarte en los filos.
¿Tú no dices que no puedes,
tio sé cómo lo repito.
Dejar de querer á Irene?
Pues hoj de Octaviano admito
El amor para premiarle,
Que pues tú mismo me has dicho
Que falso adoras á Irene,
Y que él me idolatra lino.
Con dar á Octaviano el premio
Te he de dar á ti el castigo,
MARCO ASTOXIO,
¿Decirte que la aborrezco
Es para tu amor delito?
CLEOPATRA.
Decirme que eres su esposo.
Es decir que la has querido.
MARCO ANTOMO.
Y decir que á ti te adoro,
¿No es decir (|ue á Irene olvido?
CLEOPATRA.
No me quieras ; porque soy
Tan vana , que no permito
Que sea mi lino amante
El que no puedo ser mió;
Queauíujueyo amante le adere
Y él me adore más activo.
Si do mis celos me abraso
Do mi vanidad me entibio.
MARCO ANTONIO.
Yo quise á Irene , mas fué
Antes que le hubiese visto;
Vi tu hermosura, y quedó
A tu hermosura rendido.
No se estimara á la luz
A no haber sombra ; el sol mismo
A no venir tras la noche
No fuera tan peregrino.
¿Cómo estimará la rosa
Quien no se estrenó en ellirio?
¿Cómo ha de extrañar el mar
Quien no vio correr al rio?
A no haber Diciembre helado,
¿Qué fuera el Abril florido?
lodos los opuestos lucen
Uo los opuestos al viso.
La virtud virtud no fuera
A no ser contrario el vicio.
Luego á ti te está mejor,
le á otra sepa habc
l'ara que de aquella i
Seas el sol, seas del lirio
Clavel ,de la sombra luz,
Abril del Diciembre frió.
Mar de aquel no, y, en Bn,
Seáis las dos , cuando os miro,
Klla invierno, lirio y sonibra :
Til sul, mar, clavel y eslió.
CLEOPATRA.
Pues si has hallado la luz,
iicpudia la sombra.
BARCO ANTOMO.
Digo,
Que repudio la que llamas
Mi dueño, y á ti te admito.
CLEOPATRA.
Pues ya aborrezco i Octaviar.o.
MARCO ANTOMO.
Yo no tengo más amigo
Queá mi dama. Di, ¿qué haremos?
CLEOPATRA.
Que huyendo los dos de Kgipto,
l'or las provincias del Asia
Apelemos al asilo
De los montes, y á que en ellos
Nos den las giutas abrigo.
¿Qué reino como gozarle?
MARCO ANTOMO.
Tu vasallo es mi albedrío ;
Huyamos, Cleupalra ,
CLEOPATRA.
Huyamos,
Pues en Icclio crisialiuo
DE ROJAS.
Descansa el sol del afau
Con que visitó á los signos;
Y pues de esa hermosa quinta
A este prado hemos salido
A quien le dispara el mar
Trabucos de plumas rizos ,
Sobre las inquietas olas
De los vientos al arbitrio
Visitemos las provincias
Que el rumbo ha desconocido.
MARCO ANTOMO.
Pues para que mis soldados
No te den muerte , es preciso
Que vaya á avisar á Octavio
Un capitán fidedigno
A quien fié este secreto ;
Aqui has de esperarme.
CLEOPATRA.
Hoy sigo
Por el norte de lu amor
De tu verdad el camino.
¿Serás mi esposo?
MARCO ANTONIO.
Si soy;
¿Me quieres?
CLEOPATRA.
Tanto, bien mió.
Desde ahora que en cierta parto
Me he holgado de haber tenido
Celos , que con solo amor.
Tanto mi amor se ha encendido,
Que como quererle más
Era solo mi destino.
Les agradezco á mis celos
Todo esto que más te eslimo
MARCO ANTONIO.
Y yo, Cleopatra, rae huelgo
De haberte también oido
Que á Octaviano has de querer
Si le ofendo, que si pios
Los luceros me influyeren
Que te olviden mis designios ,
i)e miedo de que le quieras
Te querré siempre conmigo.
CLEOPATRA.
Pues aqui te espero, esposo.
Vete; y de paso te digo.
Que 3 mujer que quieras bien
No digas inadvertido
Que hay otro que la pretende,
Que amor es todo delirios,
Y no hay mujer tan constante
(Vo que lo soy le lo aviso).
Que le pese que la quieran ,
Que hay unos celos creídos,
Y por venganza ó por tema
Habrá mujer de capricho
Que premiará al que la quiere
Por triunfar del que ha querido.
MARCO ANTONIO.
¿No hay riesgos en lu constancia?
CLEOPATRA.
Mi fe y mi amor son testigos.
MARCO ANTONIO.
A solo tu premio anhelo.
CLEOPATRA.
Solo á tu consejo aspiro.
MARCO ANTONIO.
Voy al mar.
CLEOPATRA.
Aqui le aguardo.
Ve sin ruido.
BARCO ANTONIO.
Ansí te sirvo.
CLEOPATRA.
Sin lino quiero la vida.
MARCO ANTONIO.
Venga la muerte contigo. ( Vjsí.)
CIEOPATBA.
En tanto que Marco Antonio
Vuelve, en el frondoso silio
Que encubren aquellos sSuces
De aquel arroyo narcisos.
Quiero ocultarme, yo llego,
Pero aquí siento ruido,
A estotra parte podré
Ocultarme, si benipnos
Me permitieren los cielos
Lograr los intentos niios.
Salen OCTWIANO, IRENE
T CAIMÁN.
caijia:«.
Llega paso y pisa quedo.
OCTAVIAXO.
Ya piso con tal primor
Que los pasos de el valor
Parece que los da el miedo.
CAISIAN.
La quinta es esta que os digo,
Y aquesta donde idolatra
A tu enemiga Cleopatra
Marco Antonio, tu enemigo;
Esta es su campaña amena,
Y este es un monte eminente
A quien el mar obediente
Besa las plantas de arena.
(Visando quedo.)
ire:«e.
Dien mi industria se previene ;
Vengáronle de un villano.
CAIUAN.
Llega, César Octaviano,
Llega, bellísima Irene.
CLEOPATRA.
¡Hay más infeliz estrella!
¡ Más sospechas en que peno !
Aquella voz dijo Irene ,
Octaviano dijo aquella.
; Cómo üi|ui, divinos ciólos ,
Mis contrarios han venido?
Luego dejará eloido
De encontrarse con los celos.
OCTAVIANO.
Dime, Caimán, ¿no fué aquí
Donde osada y valorosa
Medió la batalla?
CAIMAS.
Si.
OCTAVIANO.
¡Cielos , mis celos vengad I
IRENE.
Paes la lana se escondió.
Di, ¿por dónde podré yo
Embestir á la ciudad?
Que el vencimiento seguro
Mis crueldades amenazan.
OCTAVIANO.
¿No ves que el aire embarazan
Las presunciones del muro?
CAIMÁN.
Por estas sendas mayores
Guie tu enojo á tus pies;
Porque en el prado ¡jueves
Hay mas áspides que llores.
Por donde pisas advierte,
Lleva atentos los recelos.
IRENE.
Más áspides son mis celos
Y no me han dado la muerte.
OCTAVIANO.
Varias voces ha escuchado
Hl cuidadosa atención;
LOS ÁSPIDES DE CLEOPATRA.
¿Qué luces distantes son
Las (¡ue se ven en el prado?
(Luces dentro.)
CAIUAN.
Rn diatan singular
común es la alegría ,
Que anda suelta Alejandría
Y no hay quien la pueda atar.
A cuanto se ve de aquí
Todo tu cuidado atienda;
Allí hay míisica y merienda.
Baile aili, juegos allí.
No hay quietud que no retoce ,
Aquel de ochenta, se pierde
Por salir á darse un verde
Con la muchacha de doce.
iMira aquella vieja lince
Que 00" rostro arrebolado
Sale á darse un colorado
Con el muchacho de quince.
Ella hacer trampas intenta.
Que ha de engañarle recelo;
jOiga, el diablo del mozuelo.
Que bien juega á las setenta!
Aquella dama avestruz
Tres digiere y á uno ama;
¡Oh , cuál será aquella dama.
Pues aquel mala la luz!
¡ Qué pocos galanes nones
Olvida el amor cruel !
¡ Qué mala razón da aquel
De haber hecho mil razones !
Parios de la ruda arena,
Ina voz pienso que suena;
Oigamos, Irene.
IRENE.
Oigamos.
CANTAN. {Dentro.)
Bebiéndose están amantes
Las dos almas por los ojos.
De Octaviano, que es su amigo.
Faltó á la fe y al decoro.
Que en estando el amor ciego
No ve al amistad tampoco.
OCTAVIANO.
Por eso indignado y fiero,
Como es tanta mi pasión.
Para esa ciega traición
Traigo yo lince el acero.
CANTAN. {Dentro.)
ñepudió á Irene , su esposa ,
En sus brazos amorosos:
Ya es Antonio de Cleopatra'.
Y ya es Cleopatra de .Antonio.
IRENE.
Pues vengarme del espero;
Antonio aleve y tirano,
yue si me falló tu mano.
No me fáltala mi acero.
CLEOPATRA.
; Oh voz , corrige el error .
Con que irritas mis desvelos !
Si no sabes de mis celos,
¿ Por qué me cantas mi amor?
OCTAVIANO.
Voz , no penetres veloz
El uno y uiro sentido.
IRENE.
;Que se criase el oido
Para sufrir esta voz!
OCTAVIANO
Lépido parece ya
Que á las naves embistió.
IRENE.
¿Iré al muro?
OCTAVIANO.
Irene, no.
{Fuego dentro.)
IRENE.
Ardiendo la mar está
En llamas accidentales;
Uu volcan la playa es.
OCTAVIANO.
Pues embistamos los tres,
:¡udad , quinta y mar iguales.
CAIMÁN.
Ya es tiempo de huir.
IRENE.
Tirano,
Cobrar la venganza juro.
OCTAVIANO.
Irene , acomete al muro.
IRENE.
A abrasar la quinta , hermano.
OCTAVIANO.
Pues con tus soldados parte*
Ea , Irene , ve á embestir.
CAIMÁN.
Ea, gran Caimán , á huir.
IRENE.
Ea, Octaviano, á vengarte;
{Yanse lastres.)
CLEOPATRA.
Kjército numeroso
Ocupa la tierra y mar,
¿Adonde podré encontrar
A Marco Antonio, mi espo.so?
Arde el mar en humo ciego ;
{Fuego dentro.)
¿Esposo? ¿Antonio? ¿Señor?
Mariposa es el amor
Que va á morir en el fuego.
Aquí con nueva crueldad
Mayor incendio le aviva.
OCTAVIANO. {Dentro.)
No quede persona viva ,
Toda la quinta abrasad.
CLEOPATRA.
Alli Octaviano también
Keliz vence y riguroso;
No fueras tú tan dichoso'
Si yo te quisiera bien.
IRENE. {Dentro.)
Darla venganza á los ciclos
De mi traición aseguro.
CLEOPATRA.
Irene abrasa alli el muro.
Fácil es, que lleva celos;
Murió Antonio, que la herida
Desla mi pasión advierte
Que está cercana su muerte
Pues que se acaba mi vida.
Ruego á los ciclos , pues ya
No hay más riesgo en que pene ,
Que sea quien le hallare Irene ,
Que ella no te matará.
Otra vez quiero intentar
Mover al viento veloz;
M:is que no tengo ya voz
Para potlerle llamar.
¿Antonio? el hallarle ha sido {Recio.)
Én vano, no me oirá ,
I A la distancia (lue habrá
Desde mi voz á .su oido.
Todo en torno mió calla.
¿Antonio? ¿Esposo? ¿Señor? {Ueclo.)
2fj
iU COMEDIAS
Sale MARCO AMONIO con la espada
desmida.
UAtlCO ANTONIO.
¡Que pueda tanto mi amor
^lue di'jase la batalla!
¿Que dejar veucida aguarde
Mi gente , y que amor intente
Hacer cobarde al valiente
Si lilzo al valiente cobarde?
Su vozoi , y mi doler
Es el que me hace volver:
O esta voz debe de ser
Conjetura del temor.
Mas para librar su vida
Dejo, allilabedelibiar,
Kn las orillas del mar
Una nave prevenida.
¿Clcopatra?
CLEOFATRA.
i, Antonio?
i^,\ lav<"' (^'•"S flos voces, con que no
se oi/e ninguno.)
Yo he oido
Mi nombre al viento veloz;
¡Qué infeliz anda mi voz ,
Pues la embaraza mi oido!
MARCO ANTONIO.
Adonde mis voces van
Otras se impiden veloces.
CLEOPATBA.
Otra vez pruebo las voces.
{A la par.)
MAUCO ANTONIO.
¿Clcopatra?
CLEOPATRA.
¿Antonio?
Salen LELIO t OCTAVIO, capitán,
con dos hachas.
LOS nos.
Aquí están.
CLEOPATRA.
¿Esposo?
MARCO ANTONIO.
Korte á quien sigc...
CLEOPATRA.
¿Lclio?
MARCO ANTC\;0.
¿Octavio?
OCTAVIO.
¿Cómo aqui?
CLF.OPAIRA.
¿Vienes á buscarme?
LELIO.
ESCOC.IÜAS DE DON FRANCISCO DE ROJAS.
MARCO AKTO.MO.
Ea, valiente deidad.
CLEOPATRA.
Ven conmiíjo.
LELIO.
Ven conmigo.
¡Qué riesgo!
MARCO ANTONIO.
¡Qué pena igual!
CLEOPATRA.
Al que he sentido...
MARCO ANTONIO.
Al que lloro...
CLEOPATRA.
Al (|ue be dudndo...
MARCO ANTONIO.
Al que ignoro..
OCTAVIO.
Mayor daño...
I.EI.IO.
Mayor mal...
BARCO ANTONIO.
Si espera la nave alli.
Seré amante el más dichoso
CLEOPATRA.
Si puedo huir con mi esposo,
N'u bay desdicha para mi.
OCTAVIO.
De Lépido á la crueldad
La nave vino á abrasarse.
(El uno habla con Cleopaira , y el otro
con Marco Antonio.)
LELIO.
La ciudad quiere entre;: ?rsc
Si no entras en la ciud;d;
Mira que están conjurados.
OCTAVIO.
Haz que tu valor se aliente.
MARCO ANTONIO.
Vamos á ayudar tu gente.
CLEOPATRA.
Ven á ayudar tus soldados.
LELIO.
Advierte, Señor...
OCTAVIO.
Advierte...
LELIO.
Que si tu amor la idolatra...
OCTAVIO.
Que han de dar muerteá Cleopatra.
LELIO.
Que han de dar á Antonio muerte.
CLEOPATRA.
Donde tú fueres , es bien
Que yo muera valerosa.
MARCO ANTONIO.
Adonde fuere mi esposa
Tengo de morir también.
LELIO.
Sane agora tu valor
Esta penetrante Lérida.
OCTAVIO.
No hacer caso de la vida
Es no estimar el amor.
LELIO.
Diez mil hombres tu ira tiene.
OCTAVIO.
Dos mil soldados te esperan.
MARCO ANTONIO.
Lépido y Irene mueran.
CLEOPATRA.
Muera Octavianoy Irene.
MARCO ANTONIO.
No quiero, esposa , pues arde
En mi esta ira prudente,
Si me bas querido valiente ,
Que me aborrezcas cobarde.
CLEOPATRA.
Ni yo be de querer ahora,
Puesto que importa mi vida.
Que me aborezcas vencida
Pues me amaste vencedora.
OCTAVIO.
Pues de tu triunfo blasona.
LELIO.
Defiende tn muro pues.
MARCO ANTONIO.
Yo pondré el mundo i Inspics.
CLEOPATRA.
Yo en tus sienes mi corona.
Pues ea, Antonio valiente,
Ve á socorrer á tu gente.
MARCO ANTONIO.
Ve i socorrer tu ciudad.
CLEOPATRA.
Puss voime, si esto ha de ser.
MARCO ANTONIO
Digo, que voy temeroso.
CLEOPATRA.
Habla, ¿qué temes, esposo?
MARCO ANTONIO.
Temo que no te he de ver,
Que somos tan desdichados...
CLEOPATRA.
Mi constancia te asegure.
LELIO.
Mirad que se rinde el muro.
OCTAVIO.
Mira que huyen tus soldados:
MARCO ANTONIO.
Valor este acero tiene.
CLEOPATRA.
Ya sabe vencer mi mano.
MARCO ANTONIO.
Mira no te halle Octaviano.
CLEOPATRA.
Mira no encuentres a Irene.
OCTAVIO.
Octaviano alli se advierte.
LELIO.
Irene alli va á embestir.
MARCO ANTONIO.
Pues i matar ó morir.
CLEOPATRA.
A malar ó i darme muerte.
MARCO ANTONIO.
¡Amor, hazme venturoso!
CLEOPATRA.
¡Celos, hacedme dichosa!
MARCO ANTONIO.
El ciclóte guarde, esposa.
CLEOPATRA.
El Cielo te guarde, esposo;
JORNADA TERCERA.
{.\h
'ido de guerra tocan al arma, y
dicen dentro.)
LIBIA.
Muera César Octaviano.
IRENE.
La reina Cleopatra muera.
CLEOPATRA.
Dad la muerte á Irene fiera.
MARCO ANTONIO.
Muera Lépido, el romano.
OCTAVIANO.
Hoy probará mi castigo.
IRENE.
Monte y prado y ciudad arda.
OCTAVIANO.
No huyas, soldado, aguarda.
CAIMÁN
?\"o puedo yo más conmigo.
IRENE.
Vuelve á la batalla pues.
OCTAVUNO.
Si no quieres eiiibestir.
Haz fuerza para no huir.
CAISIAX.
."'eñor, se me van los pies.
OCTAVIANO.
Ltípidu va derrotado.
Sale CAIMÁN'.
CAISIAN.
A socorrerle me arrojo;
En no siendo un hombre cojo.
Muy bien puede ser soldado ;
Kl monte mi abrigo es,
L'n ave soy por mi mal
Que nadie la La visto tal,
Cue soy gallina montes ;
Callando aqui como un monje
La lid sangrienta veré,
No liay mayor contento que
Ver una batalla á loiige;
Del que embiste y se retira
Aqui daré testimonio;
Lindo tahúr es Antonio,
Con todo el mundo sd lira ; (Tocan.)
Octaviano, airado y ciego.
Tira, aunque más la idolatra,
A la gente de Cleopatra
Cuchillada de manchego;
Mas Irene el suyo atiza,
Y Cleopatra, ¡mal osados!
Con dos mil huevos soldados
Hade dar en la ceniza,
Lépido volcanes fragua,
Kii el mar, Alcides nuevo.
También es soldado huevo,
Que anda pasado por agua ;
Antonio en su capitana.
Porque su gente se aburra,
Les da una famosa zurra
Encima de la badana;
Yo rabio, yo me endemonio.
Que va no tengo temor
Por ir. pues va vencedor,
A ayudar i Marco Amonio;
Pero Caimán, ten sosiego.
Oye agora, mira y calla.
Que es vinagre una batalla
Y suele torcerse luego;
Pero súplanme este error
Por esta verdad divina;
Verdad es que soy gallina.
Mas para eso soy traidor;
Pui-s ser gallina no dudes.
Caimán, sigue tu ejercicio.
Que no te importa este vicio
Teniendo estotras virtudes ;
De Irene allí la crueldad
Ninguna crueldad iguala,
Y sin pagar alcabala
Se va entrando en la ciudad ;
La Vitoria tiene cierta;
Antonio, y Cleopatra, airada, (Tocan.)
Pienso (|ue la ha hecho cerrada,
Y Octaviano la ha hecho abierta;
.Y en la ciudad con tal brio
Eutra, y tal resolución.
Como juez de comisión
En lugar de señorío;
Ya está echado el primer fallo;
Famosa ocasión perdi ;
La reina Cleopatra allí
Viene huyendo en un caballo
Hacia este monte : recelo
LOS ÁSPIDES DE CLEÜPATIIA.
Que hnye también como yo ;
El caballo tropezó;
Matóse.
Sak CLEOPATIiA, tropezando con
arco y flechas.
CLEOPATnA.
i Vilgameel cielo!
Levanta, Heina, si quieres
Librarte.
CLEOPATIIA.
¿Quién eres, di?
l'n hombre que estaba aqui
Esperando á que cayeras.
CLEOPATRA.
Di en la arena : más dichosa
No ha podido ser mi suerte.
CAIMAM.
Por poco das con la muerte.
CLEOPATRA.
No soy yo tan venturosa ;
Dejadme, cielos, que peno
Con sentimiento inhumano.
No que me venza Oclaviaiio,
Sino que me venza Irene;
Mas si Antonio con rigor
Aborrece tu beldad.
Triunfa tú de mi ciudad
Y triunfe yo de su amor.
¿Hombre?
CAIMÁN.
Caimán soy.
CLEOPATtlA.
¿Tú eres?
¿Dónde está Antonio?
CAIMÁN.
En el nía:-,
Y á tu lado me has de hallar
Para liuir donde quisieres.
CLEOPATRA.
DI si ha vencido, si salios
Dar á mi mal un remedio.
CAIMAS.
A Lépido abrió por medio
Ina docena de naves.
CAIMÁN.
Mis enemigos mayores
Hoy se han vuelto corredores,
No'de lonja, de campaña.
CLEOPATRA.
Va parece que triunfante
Le está el [irado obedeciendo
CAIMÁN.
Si no es los que van huyendo.
Nadie se pone delante.
CLEOPATRA.
Pues irme con él espero
A templar esta pasión.
Pues tan dichosa ocasión
Me lia querido dar el cielo; '
No pudo la suerte agora
Trocar su curso enemigo;
Antonio, ya voy contigo.
CAIMÁN.
Oye, espérate. Señora.
CLEOPATRA.
No se pase mi fortuna ;
Tenerme piensas en vano.
CAIMÁN.
Las escuadras de Octaviano
Le acometen una á una.
CLEOPATRA.
Pues yo le voy á ayudar
Que asi mi vida remedio.
CAIMÁN.
Irene se ha puesto en medio
V ya no puedes pasar.
CLEOPATRA.
Yo voy.
CAIMÁN.
Delente, Señora,
Que es ya tu muerte precisa,
V no es la vida camisa
Que se muda cada hora.
CLEOPATRA.
i Oh fortuna, cómo irritas
i:on lo que obligado estás!
Si has de quitar lo que das,
¿Para qué das lo que quitas?
Mi deseo, dulce esposo.
Esquíen malogra tu suerte;,
i Quién pudiera aborrecerle'
Para hacerte venturoso!
La fortun.i se ha trocado,
¡Oh cielos, siempre enemigos!
MARCO ANTONIO. (Dcntro.)
No huyáis, soldados amigos.
CAIMÁN.
Si huyáis, amigos soldados
Alguna flecha veloz
Mira no te encuentre acaso.
IRENE. (Dentro.)
Atajad á Amonio el paso.
CLEOPATRA.
¿Qué flecha como esta voz?
CAIMÁN.
Entrarme en la lid prevengo.
Si antes corrí como galgo,
V ahora que ha escampado salgo,
Que yo con quien vengo vengo.
¡Viva Irene y Octaviano!
CLEOPATRA.
¡Quién te pudiera matar!
Irene quiere atajar
En la orilla del inarcano
A Antonio ; ¡ fuerte pasión !
¡ Oh cielos, quién la nialára !
¡ Oh si esta flecha acertara
Al blanco ilel corazón!
{bispara una flecha al vestuario.)
Mas la indignación erró
L)e mi ira mal satisfecha,
A Irene tiré la flecha,
V á Marco Antonio acertó.
¡ M:iyi)r pena, ni;is dolor!
,,QiH- piTiiiilieM'ii Icis cielos
i,Hic la ijrase ;i lus celos,
V (|ne diese en v\ amor?
lín el suelo c;i>ó herido,,
V heno matarle (|uiere,
V no lo halla; si valiere
Dosta leona el bramido.
Mas amorosa, más Qera
Le voy á resucitar,
O he de arrojarme en el mar
Si le hadado muerte.
M entrarse sale MARCO ANTONIO,
con la espada quebrada y herido
con una (lecha.
MARCO ANTONIO.
Espera,
El llanto y la pena deja, "
Que tu dolor aconseja.
COMEDIAS ESCOGIDAS DE DON FRANCISCO DE HOJAS.
Dulce y airada liomiciila,
(Jue si enfermé Je lii herida ,
Ya he sanado de tu queja.
¿Tú eres quien me heriste?
CLEOPATBA.
Si,
Primero muriera aqui.
MARCO AMOMO.
;,Pups cuándo, si lo repara?.
Las Hedías que tú disparas
No me han penetrado á mi ?
CI.EOPATRA.
Vencióme Oclaviano airado.
HAnCO AMOMO.
Irene de mí ba triunfado.
CLEOPATRA.
; Oh fortuna rigurosa !
Tu me has hecho más hermosa,
Y JO á ti más desdichado.
MARCO ANTONIO.
i Airado el cielo maldiga
La cruel mano enemiga
Del villano labrador
?ueno perdonóla llor
endo á castigar la espiga'
CLEOPATRA.
Pues mi fortuna no medra.
No tenga en la suya medra
El que degolló arrogante
Al olmo verde gigante
Por las culpas de la hiedra.
MARCO ANTONIO.
Mátele otra Cera ardiente
Al que cautelosamente
Estorbó fiero animal
La fatiga del panal
A la abeja diligente.
CLEOPATRA.
En fin, ¿por mi causa mueres?
MARCO ANTONIO.
Tú mi suerte y mi luz eres;
Esa es, Cleopalra, mi dicha.
CLEOPATRA.
En que tienes mi desdicha
Echo de ver<iue me quieres.
OCTAVIANO. {Üeitlro.)
Buscadla en el monte.
IRENE. (Dentro.)
Al llUQO.
MARCO ANTONIO.
Escaparnos es en vano.
OCTAVIANO. (hentro.)
Antonio entró en la espesura.
CLtOPATRA.
Allí Irene te procura.
MARCO ANTONIO.
Alli te busca üclaviano.
CLEOPATRA.
Pues desde esta roca quiero
Arrojarme al mar primero,
Poniue Hii valor me esfuerza
A no rendirme á una fuerza,
Ya (lue me rendí á un acero.
MARCO ANTONIO.
Pnespara que mi enemigo,
Cuando lus dos soles sigo,
No pruebe en su amor sus lazos ,
Esposa, d:iine los brazos,
Que voy i morir contigo.
CLEOPATRA.
La mar nos guarda espumosa.
MARCO AMONIO.
¡Suene h;i\ más rigurosa!
CLEOPATRA.
¡ Amor el más inhumano !
Ea, ¿no me das la mano?
MARCO ANTONIO.
Y e! alma con ella, espesa.
CLEOPATRA.
Di, ¡quién puede ser aquel
yue estorbe amor tan liel?
MARCO ANTONIO.
¿Quién impedirá este amor?
(Vanse á abrazar.)
Salen por dos puertas IRENE t OC-
TAVIANO, V t07iia Irene de lo mano
áMarco.\nlonio,y Octavianoá Cleo-
palra.
IRENE.
Yo le impediré, traidor.
OCTAVIANO.
Yo lo estorbaré, cruel.
MARCO ANTONIO.
¿Hay más riesgos en que pene?
CLEOPATRA.
Siempre un mal tras otro viene.
MARCO ANTONIO.
Quejaréme á amor tirano.
CLEOPATRA.
Suéltame, César, la mano.
MARCO ANTONIO.
Suéltame la mano, Irene.
OCTAVIANO.
Ingrata, á la luz que bella.
Si en tu mano está mi estrella,
Con ella me he de vengar.
(Sacan las dagas Irene y Oclaviano.)
IRENE.
Mi mano te he de dejar
Para matarte con ella.
OCTAVIANO.
Muera un amigo que fué.
IRENE.
Muera este traidor que habecho...
OCTAVIANO.
Deten, Irene, el puñal.
IRENE.
Suspende, hermano, el acero.
OCTAVIANO.
Yo he de dar la muerte á Antonio,
Cobrar la venganza debo
De una traición y un agravio
De mi amor.
IRENE.
Yo de un desprecio.
MARCO ANTONIO.
Dadme á un tiempo los dos muerte,
C'ue aunque os indignéis, sospecho
Oue no me podréis matar
Sólo porque lo deseo.
CI.EOPATRA.
Pues ya que darle una muerte
Intentéis, yo os aconsejo.
Que Irene dé muerte á Antonio,
Y á mí Oclaviano, que es cierto.
Que quien á mí me dé muerte,
Da muerte á Antonio, supuesto
Que son mí vida y la suya
Una vida en dos sugctos;
Pues en las dos vuestras vidas
Aprovechen el acero ;
En él, porque te ha ofendido,
Y en mí porque te aborrezco.
OCTAVIAXO.
Tú, Cleopalra, me aborreces
Por estrella, j yo no puedo
Hacer que me quieras bien ;
Pero puedo, por lo menos,
Dar muerte á on traidor amigo
Que al fiarle mis secretos
Traidor del alma usurpó
Los tesoros de mí pecho;
Sí le doy la muerte airado,
De mí es de quien más me vengo.
Pues dándole á ti la muerte
Me doy la muerte á mí mesmo:
Pues él muera y vive tú ,
Pues desta suerte aprovecho
A mí amor esta experiencia
Y á su traición este ejemplo:
Muere, infame.
IRENE.
Tente, aguarda.
Mi esposo es este y mí dueño,
Y pues de su amor te acuerdas.
Acuérdate de mis celos;
Cleopalra muera y él viva.
Quítale tú este contento
De ver que vive quien quiere,
Y déjame este consuelo.
Que con quitarle la vida
No me evitas el desprecio;
Muera de mi despreciado
El falso Antonio viviendo.
Perdona tú su traición.
Que no estarás satisfecho
Tanto en matar un traidor
Como en que conozca el pueblo
Que hiciste, como quien eres,
Si él como traidor ha hecho.
MARCO ANTONIO.
Daréme yo á mi la muerte.
OCTAVIANO.
Traidor, falso compañero.
Ya que liícíste la traición
No contieses que la has hecbo.
CLEOPATRA.
¿Pues qué traición hizo Antonio
En qucrenne? ¿puede él mesmo
Hacer violencia á su estrella?
OCTAVIANO.
No ; mas puede hacer esfuerzos
Para no amarte, y Antonio
Te adora con tanto exceso
Que sacrifica á tu oido
Las víctimas del silencio.
IRENE.
Y di, contra mi belleza,
¿Cómo atreviste el despreciv»
De procurar estos lazos.
Que tú procuraste estrechos?
MARCO ANTONIO.
El ejemplo está á los ojos.
Sí quieres ver el ejemplo;
Nace Ciego un hombre, y oye
Decir que hay sol en el cielo.
Cobra de noche la vista,
Y al cobrarla, lo primero
Que ve en el cíelo es la luna;
Este es el sol , dice luego,
Que tan hermoso le tuve
Presumido en mí concepto ;
Sale luego el sol hermoso,
Y al mirar sus rayos bellos
Todo un sentido ie deja
De admiraciones suspenso;
Olvídase de la luna,
Y al ver sus rayos primeros
Repudia como confu.sos
Los que idolatró serenos ;
Ciego fui, cobré la vista.
Luna fuiste de mí cielo.
Juzgúete sol por entonces.
Salló otro sol mas perfecto ;
Yo te admiré, no lo dudo,
Rajos tienes, no lo niego,
Tiénelos el sol más claros;
Y asi, Irene, len por cierto
Que he de adorar este sol
O he de volverme á ser ciego.
IRESE.
Yo te quitaré los ojos.
OCTATIANO.
Tente, que vengarme espero
Con la más nueva vei'gan/.a,
Con el más raro tormento
Que puede humana pasión
Aconsejar al desprecio;
En ese hermoso castillo,
Antes de Egipto, y ya nuestro,
De ti el más cruel alcaide
Será Antonio el prisionero;
Yo á la tienda de campaña
Que en ese monte soberbio
La defienden de la vista
Las murallas de esos fresnos.
Quiero llevarme á Cleopaira ,
Conde á los cielos prometo
Hacerla posible mia,
A la violencia ó al ruego;
Tú harás que segunda vez
Te solicite lu dueño
Dando en decentes disculpas
Amorosos escarmientos ;
Si él. negado á tus pasiones.
Si ella, esquiva á mis afectos.
M él reduce su inconstancia
Ni ella templare mi incendio.
Mueran ausentes los dos
Al cuchillo de los celos.
Pues ve ella que tú le adoras
Y él sabe que yo la quiero;
No hay amante que no sea
Üesconliado, y asi es cieno
Que Cleopaira ha de pensar,
Si tiene el amor atento.
Que es fácil volver á amar
Lo que se adoró primero ;
Y él presumirá también.
Si como es amante es cuerdo,
Que hará tal vez la porfía
Lo que no hiciera el deseo :
Su desconfianza los hiera,
No el puñal los mate luego,
Que tiene muy embotados
La sospecha los aceros;
Y ya que esto no se logre
No se gocen por lo menos ,
La dolencia de no verse
Escarmiente su amor ciego;
Limite tiene el amor,
Término tiene su imperio,
Mudanza hay en sol y luna.
Variedad en los luceros ;
Mañana aborrecerá
Lo que agora está queriendo,
Y él podrá ser que se acuerde
l)e la que le quiso un tiempo ;
Con que vendremos los cuatro
Yo á vivir con el consuelo
De procurar dueño mió
Al que he consultado ajeno ;
Tú á vengarte de una ofensa,
Él á adolecer de un miedo ,
Yoá sanar de una esperan-a
Y ella á morir de unos celos.
IBESE.
Bien dices, ven al castillo.
CLEOPATRA.
Echaste á perder con eso,
LOS ÁSPIDES DE CLEOPATr.A.
Que le tengo más amor
En viendo que no le tengo.
OCTAVIANO.
Ven á mi tienda.
UARCo Abromo.
¿Qué importa
Querer apartar el fuego.
Si el quererle hacer menor
Es hacerle más inmenso?
OCTAVIANO.
Eres traidor.
UARCO ANTOSIO.
Soy amanto.
IRENE.
Gres mi esclava.
CLEOfATIlA.
No puedo.
Que Antonio, que es dueño mió.
Me ha puesto en el alma hierros.
OCTAVIANO.
¿Qué se ha hecho lu fortuna?
inENE.
¿Tu honestidad qué se ha hecho?
MARCO AMONIO.
¿ Pues cómo he de ser dii lioso
Si he confesado que quiero?
CLEOPATRA.
¿ Cómo ha de tener templanza
Quien tiene conocimiento?
OCTAVIANO.
Mia serás.
CLEOPATRA.
Soy c'e Antonio.
IRENE.
Sigúeme.
MARCO AMONIO.
Morir deseo.
OCTAVIANO.
No le hables.
MARCO ANTOKIO.
¿Clcopatra?
IRENE.
Quejaste al viento.
OCTAVIANO.
Vo rendiré su valor.
IRENE.
Vo sabré templar su incendio.
CLEOPATRA.
No dudes de mi constancia.
MARCO ANTONIO.
No teagas de mi recelos.
IRENE.
Cuchillo hay para esa injuria.
OCTAVIANO.
Puñal hay para este esfuerzo.
CLEOPATRA.
Tuya soy, esposo mió.
BARCO ANTONIO.
Tuyo soy, infeliz dueño.
( Vanse Antonio y Irene por una parte,
y los ¿los por olra.)
SARGENTO. (Deutro.)
Vaya el gallina á la playa,
Üue en el rancho no ha de estar;
Vayase el galgo á Cüzar.
Salen SARGENTO v CAIMáEi.
CAIMÁN.
Vaya norabuena.
SARGENTO.
Vaya,
Vaya el que huyó en la presencia
Üe todos.
CAIMÁN.
Señores, quedo;
Tomé por purga ruimiedo,
Y diúuie luego correncia.
SARGENTO.
la liebre se vaya al prado.
Que allí hay bien donde correí'.
CAIMÁN.
Poroso no puede ser
Un hombre de bien soldado;
Señores, no huí de vicio,
Y culparme no es razón ,
Estaba un poco holgachón
Y fuinie á hacer ejercicio.
SARGENTO.
¿Ha señor soldado biioma?
CAIMÁN.
Señores soldados nuevos.
SARGENTO.
Póngame aquí un par de huevos.
Si baré, como se los coma.
SARGENTO.
Huya usted.
CAIMÁN.
Ya tengo cuenta;
Desta playa quiero irme.
SARGENTO.
Señor Calman, ¿quieres buirme
Una batalla á las treinta?
¿Saltamontes?
CAIMÁN.
¿Qué me quieres?
SARGENTO.
¿SaltamoDles? (Vasc.)
CAIMÁN.
Bueno está;
Este mi nombre será
Para mientras yo viviere;
Con muy honrado renombre
Uesta batalla he quedado.
¡ Desdichado del soldado
A quien le ponen un nombre!
Pan un soldado pidió,
Y á un amigo muy seguro
Le dijo : ¿ tenéis pan duro?
Y pan duro se quedó;
Dio con un chuzo un soldado
A otro un golpe, y otro habló,
¿Coa la punta? y dijo él, no,
Con la porra le ha pegado :
Y fue tan grande la zorra
Que lodos con él tomaron,
Que desde alli le llamaron
A una voz, daca la porra.
Kntro por aqui, por ver
Si aquí no soy conocido;
(Jeme viene y hay gran ruido.
{Escúnilfse.)
Salen Lli PIDO, LELIO y OCTAVIO.
Atentamente escuchad.
OCTAVIO.
¿Lo que intentas no sabré?
iZQ comedí.
LELIO.
Habla.
LÉPIDO.
Yo oslo coiilaró,
Pisad quedo y escuchad :
Ya sabéis que Marco Anlonio
Me venció en el mar salado,
Y ja sabéis que por tierra
Triunfó de Aiilouio Oclavlano;
Tía sabéis que quise a Irene.
LELlO.
Fué influencia de los astros.
LÉPIDO.
Pues viendo que ella desprecia
Un amor que há tantos años
Que es roca á su residencia ,
A su constancia pcfiasco;
Vengo á hacer el niajor hecho
tíue en hojas de bronce >• mármol
A la memoria esculpieron
Scipiones y Alejandros.
OCTAVIO.
¿Vienes á robar á Irene?
LÉPIÜO.
Ya mi amor está templado,
Y no quiero yo mujer
CJuí' solicita otros brazos ;
C)ue cuando llegue a los míos.
Si se acuerda del que ba amado.
Será forzoso el carino
Y violento el agasajo.
LEUO.
¿Qué intentas?
LÉPIDO.
Vendarme della,
Y vengarme de (Ictaviano ;
l)él , porque le dio a su hermana,
Della porciue ba despreciado
Mis liuezas.
OCTANO.
¿De qné suerte?
LÉPIDO.
Pisad quedo, y venid.
LELIO.
Vamos.
LÉPIDO.
Yo he de librar á Clcopalra
Y Marco Amonio, si el hado
Me permitiere benigno
Ver mis inleutos logrados.
OCTAVIO.
¿De qué suerte?
LÉPIDO.
A ese castillo,
Donile Irene esta apostando
l,n ruego á una resistencia,
Y una confianza á un agrado.
Envié un soldado esta noche
Que atrevidamente cauto
Le diese á Antonio un papel
Donde digo que le aguardo
ICn el mar con una nave
En que le ofiezco el amparo
De un amigo, si bay amigos
Para un hombre desdichado;
Joyas le envié también,
Por si con ellas acaso
Pudiese doblar las guardas,
Y otro papel he enviado
A Cleopalra, y un vestido
De hombre, con que disfrazando
I, a voz y el traje, podrá
Huir desde el monte al prado.
OCTAVIO.
¿Qué intentas con eso?
\S ESCOGID.\S DE DON FRANCISCO DE HOJAS.
Intento,
Que ni Irene ni Octaviano,
Ni el logre aquel Etna ardiente.
Ni ella aquel volcan helado;
Para que todos aun tiempo
Una experiencia tengamos.
Del fuego ella en que me quemo.
El del hielo en que me abraso,
Yo de una venganza honro.sa,
Y porque no sean entrambos,
Cleopatra tan infeliz
Ni Antonio tan desdichado.
LELIO.
¿Sabe Cleopatra que á Antonio
Avisaste?
I.ÉPIDO.
Ya han llegado
Las dos espías, y dicen
Que ya á los dos avisaron.
LELIO.
¿ Saben el sitio en que aguardas ?
LÉPIDO.
Si saben ; con cien soldados
Tú á Anlonio en aquel margen
Que ricia ese arroyo manso,
V tú puedes a Cleopatra
Esperar con otros tantos.
Que yo parto á prevenir
La nave.
OCTAVIO.
¿Pues qué esperamos?
LELIO.
A obedecerte partimos.
OCTAVIO.
Ley es en mi tu mandato.
LELIO.
Debate Egipto ese triunfo.
OCTAVIO.
Débate Doma ese aplauso.
LÉPIDO.
De Irene me be de vengar.
LELIO.
Vengároste de Octaviano.
( Vanse Lelio, Li'pido y Octavio.)
r.AIMAN.
¿Qué he debacer deste secreto,
Que le tengo atravesado
En el corazón, y está
Dando en el pecho mil saltos
Por salirse? ¿pero yo
llabia de ser silbato?
Ser ladrón, vaya, que en fin
Es oficio aprovechado ;
Ser gallina no es peor.
Que como un hombre sea sano.
Aunque ande con mil valientes
Vivirá duciejitos años;
Pero soplón, eso no.
Allá se lo haya Octaviano,
Con sus celos se lo coma.
Huyan los amantes caros,
Que todo loque es huir
Cuando sea necesario
Me parece á mí de perlas,
Ue diamantes y topacios;
Ahora bien, en este suelo.
Pues que la noche ha cerrado.
Presumo dormir agora
Tan rendido como largo ;
Que mi sargento rne ha dicho
Que he de hacer la posta al cuarto
Postrero, y yo quiero agora
Dormir en todo este ochavo;
Aquí en la playa del mar
Tengo de asentar mi rancho,
Que corre aqui un vientecillo
lanío como yo, y es harto ;
Sueño de marido pobre
Tengo; ahora bien, durmamos,
Que yo he cobrado ya fama
Para estar durmiendo un año.
Sale CLEOPATRA, con un vetlido ríe
hombre debajo del brazo, en lo alto
de un peñasco,
CLEOPATRA.
Con lo oscuro de la noche
Desta tienda de Octaviano
Sin que su oido me atienda
He salido á este peñasco
A ponerme este vestido
De hombre, que Lépido ha enviado.
; Qué callada está la noche!
¡Él inquieto mar qué manso!
I Esta maleza qué oscura !
¡Todo aquel monte qué opaco!
¿Cómo me podré librar?
Si irme en este traje aüuardo,
.No podré, que está cubierto
De centinelas el campo ;
Si aqui me estoy, es posible
Que si despierta Octaviano
Se malogre mi esperanza.
¿Qué haré, cielos soberanos,
l'ues tan cerca de la dicha.
Tan lejos del bien me hallo?
Sale EL SARGENTO.
SARGENTO.
Aqui pienso que bajó
Cuinian, y aunque le he avisado
Que ha debacer posta, sospecho
Que se habrá ido; roncando
Esta en la playa. ¿Ha Caiiuanf-
CAIMÁN.
¿Quién me llama?
SARGENTO.
Yo le llamo r
Venga i hacer la posta.
CAIMÁN.
Posta;
Tan bien como todos la bac
Cuando me importa.
SARGENTO.
Asi es;
Pero venga á hacer el cuarto
De la modorra.
CAIMAX.
¿Qué nombra
Es el que me da?
SARGENTO.
Octaviano.
CLEOPATRA.
¿Octaviano dio por nombre?
CAIMÁN.
Vamos, seor sargento.
SARGENTO.
Vamos.
CAIMÁN.
Si á hacer la modorra voy.
Yo me dormiré en llegando.
{Vanse el Sargento y Caimán.)
CLEOPATRA.
Parece que más propicio
Quiere socorrerme el hado,
l'ues sé el nombre , sin mudarme
En el traje de hombre bajo,
Y probaré esta fortuna ;
Sedme favorables, astros;
El sueño á Octaviano ocupa.
Pues con este nombre, en tanto.
He de lihertar un alma ;
Noche, infundidle letargos. ( Vase.)
Sale MARCO ANTONIO.
MABc-O ANTONIO.
Venció á las t:uanlas el oro :
Salí del castillo al campo,
Oue el oro es llave que ha abierto
Los alcázares más altos;
En este monte ha de rslar
Con cien soldados Octavio
Esperando á (lueyo logre
Este ardid, valor, hujamos.
¡Qné oscura yace la noche!
Si leer procuro, los rayos
De la luz que escribió el sol,
Ko se ve en el aire un rasgo;
En el mar, el prado, el monte ,
Lo sombra se ha amontonado,
Y el concurso de las sombras
Busca su primero caos.
¿ Por dónde podré pasar
A aquel monte, que he pensado
Oue las centinelas mudas
Han de corregir el paso?
Buscar por aqui procuro
L'na senda. (Vcse.)
Sale CLEOPATHA por el monte.
CLEllPATP.A.
Mar salado.
Acógeme en tus espnmas,
Halle en tus aguas ainpa:o
l'na infelice mujer;
Bajé con el nombre al prado,
Diéronmc paso dos postas,
Y a la tercera llegando
Pidió el nombre; yo, que apenas
Voy á pronunciarle, tardo,
Y respondo Marco Antonio,
Yendo á decir Oclaviano;
Que como este nond)re estaba
En mi memoria grabado.
Me olvidé del que aborrezco
Y repeti el que idolatro;
En el puerto la esperanza.
Que cuando el fuego disfrazo
La calentura de amor
Saliese en voces al labio.
OCTAVIO. {Dentro.)
Cleopaira ha salido al monte,
Seguilda todos, soldados.
CLEOPATRA.
Todo el campo me ha sentido,
Y ya despierto Oclaviano
Sale de la selva al monte ;
Este el hecho más extraño
Ha de ser que hayan oido
Los egipcios j romanos;
Vaya esta parala mar.
(.Xrroja la ropa y una basquina ú /,;
Ya arrastro un amor profano;
Vaya á la mar este adorno
Instrumento de mis daños ;
Sea este puñal acpii,
(Clava el puñal en el arena.)
De mi ruina el aparato,
Y oiga el mundo mi constancia;
Desta manera, tirano.
No podrás lograr lu amor,
«ecibaine el mar salado
En sus salubres entrañas
Y no nie goce Oclaviano.
{Hace como que se arroja, y éntrase)
ocTAViANO. {Dentro.)
Cleopaira al mar se arrojó;
Bajad lodos.
LOS ÁSPIDES DE CLEOPATHA.
íía/f MARCO ANTONIO.
|Ay demi!
La voz de Cleopaira oi,
O el oido me engañó.
;. Si su amor consianle ó ciego
Le quiso precipitar
Porque apague todo un mar
Lo (|ue encendió todo un fuego?
Ciertos como son mis males
Mis evidencias serán,
(.Hie sin que haya viento están
Moviéndose los cristales.
ocTAViANO. {Dentro.)
En el mar está, sin duda ;
De la tienda se ha arrojado.
BARCO ANTONIO.
¡Oh quién se hubiera (|uedado
Solamente con la duda!
Salen OGTAVIANO t OCTAVIO, con
un hacha encendida.
OCTAVIANO.
Venid á la playa.
OCTAVIO.
Vamos.
OCTAVIANO.
Que Sun no habrá mucho imagino.
MARCO ANTONIO.
Segunda vez me dcsiino
Al abrigo destos ramos ;
{Escondes f.)
Desde aqui escuchar podré
O mi victoria ó mi muerte.
OCTAVIANO.
; Hay más infelice suerte !
Sobre la espuma si> ve
Su vestido y el cendal
Que fué nube á su hermosura.
OCTAVIO.
Sobre esta lancha procura
iMan¡tes(<T el cristal
Del abismo.
OCTAVIANO.
Pues entremos;
Déjate esa anlurclia aqui;
Muerta es Cleopaira ¡ay de mi!
I'oii á la lancha seis remos,
Uusquémosla desta suerte.
OCTAVIO.
Pues entra en la lancha.
( lase, y dejan una hacha de tea arri-
mada á un peñasco.)
OCTAVIANO.
Ven.
MARCO ANTONIO.
Tuve un bien, y fué aquel bien
lina señal de mi muerte;
Va murió (ileoi'atra bella.
Ya el mar la habrá sepultado,
Ya no soy más desdicliado,
Que ya falleció mi estrella;
Un bulto en el agua miro,
Y agora es fuerza templar.
Porque no se inquiete el mar,
El viento con que suspiro ;
Olas, mi amor ayudad,
llaga mi piedad su olicio,
{Kntra al vestuario, y saca una ropa
de Cleopaira.)
Iba á buscar un indicio,
V encontré con la verdad ;
Sólo me dio la mar pura
Por seña de que murió
Este adorno que sobró
A su infelice hermosura.
OCTAVIANO. (Dentro.)
No parece ya.
UARCO ANTONIO.
i Oh dolor.
Imposible de escuchar!
Más feliz que yo es el mar
Pues la ha guardado mejor;
Busqué en el mar despojos
De una desdicha tan cierta;
Ya sé que si ella está muerta.
Que no la errarán mis ojos.
{Mira al vestuario, entra y saca unos
cat>ello.i.)
¡ Ay mi Cleopaira, ay luz mia!
No parece en el abismo,
Esláuia soy de mí mismo.
¡Oh ejemplo de Alejandría!
¡Oh prodigio varonil
Del mas portentoso amor.
Anegada y mustia llor
A las lluvias del Abril!
Otro ejemplo soy igual,
Y pues vivir es morir,
Contigo voy á vivir
En el salobre cristal ;
Pero más mi pasión yerra.
Yo propio me he de malar;
Da tú un ejemplo á la mar,
Y yo le daré á la tierra.
1 Ay esposa, ay firme amor!
Ea, darme la muerte quiero.
No traigo conmigo acero,
Pero ya traigo dolor;
(In sudor me cubre helado
Y antes que muera, |)ues muero.
Ir á que me nialen quiero
Los áspides deste prado.
( Va á entrar, y topo la daga de CU o
pntra.)
r.l prado un acero fiero
lia producido á mi pena.
Lágrimas sembré en la arena,
Y ella [irodujo ua acero.
(Toma claccr.i.)
Esta es la dicha primera
Qne dio mi estrella importuno,
No es poco que la forliina
Me haya dado con que uniera;
Cleopaira, luz a (inicn sigo,
Aunque yo soy mi homicida,
Hoy ha de empezar mi vida.
Pues voy á niorir contigo.
(Escribe en el arena.)
Dé la arena testimonio
De mi más felice suene.
Mi vida escribió en mi muerte;
Aqui vive Marco Amonio.
Peñasco azul, parda arena,
Cielo, aire, mar espumosa.
Clavel, galán de la rosa,
Jazmin , que amas la azucena;
Clicic, (|He al sol enamoras.
Águila, que al sol le atreves,
Carza , ciue los vientos bebes,
Tórtola , que tu amor Moras ;
Poces, que el mar discurrís,
fieras ,(pie el monte habitáis,
Nubes, (jue el aire ocupáis.
Peñas, (¡ue mi mal subís;
Todos daréis testimonio
Al c|ue este amor no creyere,
, (Jilo aí|ui Marco Antonio muere
I V aqui vive Marco Antonio.
i (Dase una puñalada y cae muerto.)
440 COMEDIAS ESCOGIDAS DE DON FRANCISCO DE nO]AS
SaU CLEOPATRA medio desiisda
CLEOPATRA.
Fingí que al mar me arrojaba,
V en una gruía silvestre
(Rostezo que dio la tierra
De perezosa ó estéril)
He estado hasta aliora oculta ;
Y porque lodos creyesen
Que di en el mar, un peñasco
Para (jue las aguas sueneu
Arroje del monte al mar ;
Y para que me creyesen ,
Esta seña de mi vida
Para indicios de mi muerte ;
Esta defendida playa
De tantos árboles verdes,
A mi libertad descada
Seguridades ofrece ;
Porque los soldados todos,
V Ociaviano, que los mueve,
Buscan por el mar indicios
De mi ruina aparente ;
«Aqui Marco Antonio vive,»
Dijo el aire, ó es que quieren
Lisonjear el oido
Los vientos que al alba crecen.
IRKXE. (Dentro.)
Antonio huyó del castillo,
Seguidle todos, no quede
Senda por todo ese monte
Que el cuidado no penetre;
Lépido le habrá amparado.
CLEOPATRA.
La voz es esta de Irene,
Antonio huyo del castillo,
Pídanme albricias las fuentes;
Viva mi esposo y yo muera.
Veré si la arena tiene
De sus plantas estampada
La señal ; aqui parece
Que varias plantas pisaron
Kse nunca hollado albergue;
El huyó con los soldados
Que le esperaban ; hoy quiere
Sli ya marchita esperanza
Volverse á vestir de verde ;
Volverlas quiero á mirar.
Esta playa á quien rebelde
En la brevedad de un dia
El mar castiga dos veces :
Sobre la no seca arena
Grabada una linea tiene,
Que conserva la humedad
Que le dejóla creciente.
(Lee.) lAqui Marco Antonio vive, i
Dice , seas segundo Fénix ,
Que cuando en mi llama mueras.
Tu misma vida te herede.»
Albricias me pedís, Ocres,
Estos funestos cinreses ,
En vez de estériles frutos
Produzgan flores alegres.
Callad, agoreras aves,
{Jopa con Marco Antonio.)
Pero en esta margen verde ,
A quien este manso arroyo
De tanto aljófar guarnece.
Yerto un cadáver distingo ;
La sangre áuo corre caliente ,
Para que la seca arena
De rojo coral se riegue.
Ver quiero si con la antorcha ,
O bien yace 6 bien fallece.
{Toma la antorcha y mlrtle.)
\ Válgame el cielo! ¿Qué he visto?
¡Infelice yo mil veces,
i)ue para herir con los males
Me han amagado los bienes!
¿Mi bien? ¿Mi esposo? ¿Señor?
iMal haya el acero aleve
Que tu pecho dejazmines
Le matizó de claveles!
Al sol que hermoseó la tierra
O por claro ó por ardiente,
Ue la luna le eclipsaron
Las turbias amarilleces.
Este es mi acero, ¡ ay de mi !
Tú te has dado á ti la muerte;
Mi queja al monte lastime;
Mi voz en sus ecos quiebres.
Y de mi fatal estrella
Fieras y hombres se lamenten.
{Échese en la arena.)
Leona soy, que á bramidos
Dar otra vida pretende
Al hijuelo que en la gruta
Toda la arena enrojece ;
Quebrado espejo, en quien ya
Verse mis ojos ro pueden.
Leona soy, oye mi voz,
Si tiene oidos la muerte;
Desde mi pecho á mi labio
Mi queja se desconcierte.
Porque á este roto instrumento
Todas mis voces disuenen ;
Contigo quiero morir,
Antonio, que es muy decente ,
Pues nos dio un aliento vida.
Que un sepulcro nos celebre;
Hermosa corte del Mayo
Que de piadosa ó de fértil
Porque entre llores descansen
Áspides sangrientos meces.
Permite una de tus flores ;
{Toma una flor, y quita della un ásp'id )
Flor, permite que despierte
Un áspid sólo de cuantos
A su encaulo se adormecen ;
Áspid, si hambriento te nombrao,
Kn mis rojas venas prende,
Porque hijo de mis iras
De mi sangre te alimentes.
(Púnese un áspid en un brazo y otro
en otro.)
Cúmplase la maldición
L)e aquella mujer, y lleguen
A apasionar mis lanieiUos
Los oidos más rebeldes.
,, Lépido, Irene, üctaviauo?
Salen LÉPIDO, IRENE, OCTAVIANÜ;
LELIO, CAIMÁN y todos.
OCTAVIAXO.
¿Quién me llama?
inENE.
¿Qué nos quieres?
CLEOPATRA;
Ya Marco Antonio murió,
Y ya Cleopalra fallece.
En el jazmín de mis brazos
{Corre sangre de ¡os brazos.)
Ya el áspid rústico muerde ;
Antonio fué la luzmia,
Y al soplo del austro leve
Se quedó en negra pavesa
La que era reliquia ardiente.
Irene, ya te has vengado;
Aves, lleras, montes, peces.
Ved este extremo de amor.
La edad esperada cuente
El ejemplo más constante
Que dio el bronce á los pinceles,
luya soy, Antonio niio,
Con parasismos anhele
Esta llama á quien le falla
Materia en que se alimente;
Vo muero, y muero de amor,
Volved á llorar, cipreses,
Háganme exequias los mares »
Corran lágrimas las fuentes,
Y todos auna voz digan.
Cuando mi ruina cuenten,
Que aqui murió Marco Antonio
Y que aqui Cleopatra muere.
[Cae muerta sobre Marco Antonio.)
LÉPino.
i Oh amante el más infeliz!
IRENE.
En él mi amor escarmiente.
0CTAV1A^0.
Y aqui la comedia acaba;
Si acaso perdón merece
El ingenio que la ha escrito,
Uacedle el favor que siempre.
PRIMERO ES LA HONRA QUE EL GUSTO.
PERSONAS.
DOiS'A ANA. I DO.N 1 ÉLIX.
DON JUAN.
DON RODRIGO, t/;f;ü.
PEPINO.
Música.
JORNADA PRIMERA.
Salen DON JUAN por una parte,
t FLORA por otra.
DO.l JDAS.
El suceso del papel
Vengo a saber, bella Flora.
FLORA.
Y.1 se le di á mi Seüora,
Y aunque fulminó cruel
Un drsirozo riguroso
En sus amorosas penas
(Mas muriendo enire azucenas
No pudo morir quejoso),
En sus ojos advertía.
Notando su indignación ,
Que allá dentro el corazón
Oíros afectos senlia;
Y al primer lance , no es
El desprecio muy severo,
Que al fin le lejó primero,
Aunque le rompió después.
D0:< JUAN.
Pues, Flora, si le leyó.
No fué el romperle desden;
FLOnA.
Y el modo del ser también
Mal desmentido mostró-
Que la airada tempestad
De aquel desagrado ingrato,
Fué más ley de su recato
Que enojo de su crueldad.
D0!1 JUAS.
;.Qné esa cauta fullería
brujuleaste en su semblante?
Trueque ya en frutos de amar.tc
Su tior la esperanza mia.
Tal la dicha viene á ser
Que llego indigno á lograr.
Que me obligas á ignorar
Los modos de agradecer.
Este diamante ja veo,
Flora, que es inferior paga:
No la deuda satisfaga.
Acredite mi deseo.
FLOBA.
Mil años, sin que á tu amor
Se atreva esquivo desden ,
Amante Matusalén
(¡oces, don Juan, de Leonor.
(Ap. Buenos mis enredos van ;
La trampa ha sido cruel :
Ni á Leonor di tal papel
Ni conoce á tal don Juan ;
Toda alcahueta se ajuste
A imitar mi proceder.
Que á un galán se ha de vender
A diamante cada embuste.)
nON JUAN.
;.Que al Dn dices, Flora mia ,
l'erdóname lo cansado,
Que mostr,iba algún cuidado
Cuaudo mi papel leia'í
FLOnA.
Digo que atenta la vi
Decir, cuando le leyó,
Con un gustillo, que no;
Mas con los ojos, que si.
DON JUAN.
Ajr Leonor: hoy de tu gracia
Los halagos gozaré;
Siempre este lance juzgué
Por el de más eücacia.
(Áp. Quien las criadas granjea,
Consigue un medio importante.)
FLORA. (4/).)
¡ Qué f.icilmente un amante
Cree las nuevas que desea t
DON JUAN. .
De tu diligencia Oo
La dicha de mi esperanza.
FLORA.
Iluena será la fianza.
Remite al cuidado inio.
Pero aguarda: mi Señora
Y su padre , don Rodrigo,
Viene ,no le hallen conmigo j
Vete, don Juan.
DON JUAN.
Adiós , Flora.
FLORA.
Presto, que salen.
DON JUAN.
No olvides
Mi amor, que hoy he de fundar... ■
(Vase.)
FLORA.
Seguro puedes estar...
[Ap. De que no haré lo que pides.)
Salen LEONOR y DON RODRIGO.
LEONOR.
No la culpes hasta oirme.
RODRIGO.
;.Qué razón puedes decirme ,
Que abone esta sinrazón?
,. Todos, di, no culparán
Por error inadvertido.
Que no admitas un marido'
Que es noble, rico y galán?
LEONOR.
No es replicar proponer
Aquello á que no me ajusto;
Sigue tú después tu gusto,
Pero oye mi parecer.
Tan obediente á lu arbitrio
Me he de sujetar, que quiero
Que sea tuya la elección
Y mió el consentimiento;
Pero permite, negado
A apasionados afectos,
A la razón el oido,
V á la prudencia el acuerdo:
Don Juan Osorioes galán.
.Noble y rico, pero es necio;
Mide, pues, esos esmaltes
Sólo con esle defecto,
V yo sé que en mi favor
Sentenciará tu consejo;
Pues bien puedo asegurar
Que si procedes atento
\ la obligación de padre,
.No has de consentir severo-,
Por hacerme rica, hacerme-
Desdichada, siendo menos
Grave pensión la de pobre:
Aunque yo, Señor, entiendo
Que es rico el pobre que vive
Con su fortuna contento.
Muy bachillera estás, hija ;
Templa ese estilo, advirtiendo
Que en el verdor de tus años
Pierden fuerza los consejos.
Si es necio don Juan, es rico,
Leonor, y en aqueste tiempo.
Quien puede más, vale más ,
Porque los merecimientos
Fallecen desanimados
Si del oro á los reflejos
No se esfuerzan; el que es pobi
No puede ser noble , puesto
Que no lo puede ostentar. .
Que es lo mismo que no serlo.
Pues serlo para si solo
Es rigor mas gue consuelo.
Porque viene a ser forzarse
A obrar siempre con respetos
De quien es, y no poder
Elegir indignos medios
Para vivir, con que tiene
De noble {; grave tormento! )
Sólo las obligaciones
V no, Leonor, los provechos.
Y si yo, padre, proba,sc
Que el que no fuere discreto
INo será rico, ¿sintieras
Otra opinión?
RODRIGO.
Eso es bueno ;
Por reirme de tu error
Permitiré el argumento;
LEONOR.
El ser rico no consiste
En tener dicha ó acierto
Para adquirir; sólo estriba
En tener buen regimiento
Para saber conservar
Lo adquirido ; claro es esto.
Porque ¿qué importa que abunde
Yo en venturosos aumentos
Si en pródigos desperdicies
Los consumo y desvanezco?
412
El saber, pnes, conservar
Ks acto feliz de un pedio
(Jue á la luz de la razón
Regula su entendimiento,
De éste se halla destituido
El que es ¡Rnorante; luego
Carecerá de cordura.
Pues si le falta lo cuerdo
Vivirá mal ordenado,
Siendo consecuencia de esto
Que todo lo que adquiriere
Cisipará; de que inlicro
Que nunca podri ser rico
El qae no fuere discreto.
RODRIGO.
{Ap. iQué entendida está Leonor!
Üue me ha vencido conlieso.
i Qué bien la crió su madre !
Fué de cordura un portento.)
Mejor sabré jo elegir
Lo que te importa , pues debo
Dos veces asegurarme
Facilitando el acierto:
La primera por lo padre.
La segunda, por lo viejo.
(Ap Don Félix de Acuña es grande
Amigo mío: yo quiero.
Pues lo es también de don Juan ,
Que me ayude en este intento.)
Adiós, mi Leonor, que voy,
A procurarte este empleo. (Vase.)
LEONOR.
Tuya es mi voluntad: airada suerte;
Mejor dijeras á trazar mi muerte,
A eternizar violencias á mi irusto,
A sujetarme al cautiverio injusto
De quien por necios modos
Guerra ha de serde mis sentidos todos.
¡ Ay amor! aj; don Félix! si del alma
Has conseguido merecida palma ,
Ysi eres lüel que ahora más me anima,
Higela de manera que redima
Lo liero de este golpe ejecutivo;
No he de vi\ir sin ti , pues por li vivo.
FLORA.
Señora, injustamente formas quejas
De tu padre, pues tú guiarle dejas
De lo que á su interés es conveniencia;
Y en estos lances, aunque tu obedien-
Se revele... [cia
LEONOR.
Detente,
No pases adelante neciamente [das,
Y, pues lo ignoras, es razón que entien-
Que las mujeres, Flora, de mis prendas,
Eli este caso y en cualquier intento.
Nunca se han de oponer al sentimiento
De su padre, que cuerdo y vigilante
Sabrá elegir en todo lo importante ;
Sólo por reducirle y ablandarle
Persuadirle podré , no replicarle ; [be
Porque,óloapoyeelgusto,óloreprue-
Obedecer con sujeción se debe.
Ese portarse, yo no le recuso;
Pero siento que no es vivir al uso, [das
l)ue en la presente edad son en sus bo-
Fiscalcs, jueces, y aun agentes todas.
LEONOR.
Ven, Flora ; y si me deja mi fatiga
Escribiré un papel en ([ue le diga
A don Félix la pena con que lucho.
FLORA.
El llevar malas nuevas siento mucho;
Was distingo el por qué, de virtud lleno.
Más por mi mal , que no por el ajeno,
Que en tales ocasiones
Los amantes están muy preguntones,
COMEDIAS ESCOGIDAS DE DON FRANCISCO DE ROJAS.
Muy hazañeros, muy desaforados,
Y sólo en dar el porte reportados.
{Yansc.)
Sale DON FÉLIX, solo, con una caria.
DON FÉLIX.
Esta es carta de Violante,
A quien galán festejé
En Sevilla , y siempre bailé
En lo severa constante.
Si mi ausencia ha despertado
Ardores en su tibieza.
Perdone, que otra belleza
Es dueño de mi cuidado.
Y aunque en ella su beldad
Presuma ser maravilla
Siendo dama de Sevilla,
Será dama de ciudad.
Y el garbo, el aire, el primor
De las bellas cortesanas
Harán titubear las c:inas
Del más recto senador.
Si para pintallas tomo
La pluma , sólo diré
Que tienen un no sé qué.
Con que matan uo sé cómo.
(Abi-íla.)
Quiero, pues, leerla, aunque no
Consiga linezamia:
üien poca prisa tenia ,
Pues todo el pliego escribió.
¡ Qué prolija impertinencia!
Mas parece, y lo sospecho.
Información en derecho
Que caria. ¡Lo que una ausencia
Descubre en una mujer !
Vive Dios, que he de romperla.
Porque ¿cómo para leerla
Animo podré tener?
Rómpela en dos partes, y sale FLORA
con un papel al paño.
FLORA.
Solo don Félix está
Y ahora un papel rompió.
Lo poco que he visto, no
Buenas sospechas me da.
Lo que aquime loca es,
A fuer de buena criada.
Suspender esta embajada,
Oir, y parlar después.
DON FÉLIX.
Solo á tí bella deidad.
Con decente adoración
Se humilla mi corazón.
Se postra mi libertad:
Rlasone con vanidad
Mi amor, de que ha merecido
La Vitoria de rendido
A tanto hermoso primor,
Que siendo tú el vencedor
Puede triunfar el vencido.
FLORA. (Ap.)
No determina sujeto
El tal don Félix, y así
La curiosidad en mi
No conseguirá su efeto..
Si coger pudiese ahora
Aquel papel que rompió,
¡Qué dichosa luera yo
Si le viera mi Señora!
Pardicz, que emprenderlo puedo,
Pues él está divertido;
Rajóme sin hacer ruido,
Y alargo la mano ; un dedo
Me falta para llegar,
Pues extender bien el brazo;
Ya está en casa el un pedazo.
El olrose ha de pescar
Con el mismo tiempo pues.
DON FÉLIX.
Quiero sin que me levante...
¡ V.álgale Dios por Violante !
(Tiirliase Flora, y encoge el brazo.)
FLORA. (.-l/J.)
Malo es esto: cierto es
Mi recelo; pero yo
Prosigo, bien me prevensc
Ya entrambas mitades tengo.
Lindamente sucedió.
La que es alcahueta liel
A hacer todo esto se obliga ;
Señores, nadie le diga
Que yo le cogi el papel. (l'ffse.)
DON FÉLIX.
Razón es reconocer
Que fué indecente el desmán.
Poco uso de lo galán
Siendo el papel de mujer.
No enmendar la groseria
Pasará de necedad.
Obre la curiosidad
Si no la galantería.
En mi quiero leerle , aunque
Ofendido el gusto puede.
( Vale á buscar, y turbase.)
¿Qué es esto que me sucede?
¿Pues aquí no le arrojé
En dos partes dividido?
¿Cómo lo puedo dudar?
A nadie lie sentido entrar.
Yo he de perder el sentido.
Itusca el papel volviendo á una parte y
á otra; y sale PEPINO, gracioso.
PEPINO.
¿Qué anda buscando mi amo?
Su juicio debe de ser ;
Temo que den en Toledo
Estos amores con él.
Señor.
DON FÉLIS.
Pepino.
PEPINO.
¿Qué tienes?
¿Qué es esto? sosiégate.
¿Estás pensando en arbitrios,
O versificas? pues bien ;
¿No me respondes?
DOM FÉLIX.
Si es tuya
La burla, declararé
Que estás cansado.
PEPINO.
No estoy.
Que no he hecho ejercicio.
DON FÉLIX.
Ya es
Tu desatino insufrible.
Dame la carta.
PEPINO.
¿La qué...
DON FÉLIX.
La carta que ahora rompí.
PEPINO.
La caria, ya la llevé
A la estafeta.
DON FÉLIX.
Villano,
Vive el cielo, que he de hacer...
PEPINO.
Como no me hagas cartero.
Haz cuanto quisieres (él
PniMERO ES LA HONRA QUE EL GUSTO.
Kst.i loco) ; no te espantes
De que no te entiendo, pues
De suerte te vengo á hallar
De oscuro y cerrado, que
He menester comentarte
Para haberle de entender.
D0>- FÚLIÍC.
Pepino, no en lodos tiempos
Tan desatinado osles.
l'tIMNO.
Mil corchetes lleven mi alma,
tjue en el reino de Lu/.hel
Son sotadialilos, si tal
Carta he vislo, ni veré.
DON FCL'.X.
No apures más mi impaciencia.
PEPINO.
Yo soy muy hombre de bien;
Y en materia de lomar.
Es mi conciencia tan Oel,
Que ni vivo en la provincia
Ni he sido sastre montos.
DON FÉLIX.
Tres días há , Leonor bella,
Que no he visto amanecer
De tu beldad soberana
La purpúrea candidez.
Hubiera muerto de ausente
A no animarme la le.
Que impresa en mi pecho vive
Sin remedios del pincel.
Voy i ver si de tus ojos
Luces puedo merecer,
Y si no de tus paredes
Lo exterior adoraré. {Vase.)
PEPINO.
Juro á Cristo, hablando en veras,
Que aqueste es un caso en que
Todo mí juicio, aunque es poco ,
Emplear he menester.
Sale DOÑA \y,\, alborotada, con
manto.
DOÑA ANA.
Hidalgo, por vuestra vida.
Que a una mujer amparéis,
Que del sagrado se vale
Desta casa por vencer
Un peligro en que su honor
Tormenta puede correr.
Siguiéndome un hombre viene,
Y importa ocultarme del;
Y aun si aqui me ha visto entrar
Segura del no estaré.
Para pasar á esta sala.
Licencia me dad cortés,
Hasta que del grave empeño
Deste riesgo libre esté.
{Entrase por una de las dos puertas
que ha de haber á los dos lados.)
PEPINO.
Tarabilla, fondo en ceño,
Si vos lo dccis y hacéis
Desta manera, excusado
El pedir licencia fué.
¿Cosa que entrase el tal hombre ,
Que muy contingente es,
A reñir conmigo el caso,
Porqué me he metido á ser
Don Pepino de Mquea,
Pues defiendo á esta mujer?
Por asegurar mi miedo
Acerrar la puerta iré;
Pero con Leonor, mi amo
Vuelve aqui (¡lance cruel!).
Ella vendría hacia casa
Cuando iba á buscarla el.
Con esta mujer cerrada ,
¿Qué haié? sí Leonor la ve.
Habrá cruel carambola,
Y sobre mf ha de llover
La peor parte ; ellos llegan ,
Terrible el aprieto es .
Solo esie remedio alcanzo,
No sé si le lograré.
( Llega á la puerta. )
Oyes, torbellino, trueno,
r.ayo, demonio ó mujer,
Que lodo es uno, uo saigas
Ueste aposento hasta que
Te avise; desta manera
Excusar quizá podré
Que Leonor la vea , y luego
Con Üercebú la echaré.
Salen DON F1ÍLIX, LEONOR v FLOP.A,
con mantos.
DON FÉLIX.
HermoSisima Leonor,
(Cómo haces cielo esta casa?
Templa empeños, que ya pasa
A ser exceso el favor;
No pródigo el resplandor
Que en tu beldad se atesora ,
Tanto madrugue. Señora,
Nuncio sea un arrebol ,
Que para que nazca el sol
Sale primero la aurora.
Este franco amanecer.
De hermosa es desconliar,
Pues no, no para malar
Toda tú te has menester;
Eljazminó el rosicler
Vence en tus mejillas bellas,
Sin que fulmines centellas
De esos rayos superiores ,
Que si matas con las flores,
¿ Para qué son las estrellas?
LEOXOn.
Quien os oyere tan tiernas
liemostraciones de amante,
Tan cariciosos afectos
De un alma que humilde yaco ,
Juzgará que vuestro amor
Sólo aspira á elernizorse
Constanlemenle en lo lino,
Finamente en lo constante;
Pues yo que debo noticias
De una verdad á un examen
Curioso, más advertida
En la fe, sabré portarme.
PEPINO. {Ap.)
Mientras se dicen los dos
Veinte y cuatro disparates.
Que fueran cuarenta y nueve
Si cupiera el asonante,
.Nos podemos ir nosotros
Alli dentro á hacer aparte
Nuestros papeles, Elorilla.
FLORA. (;lp.)
¿No vé que es un ignorante
Ero? vuesarced, mi Hey,
O mi Hoque, ¿pues no sabe
Que un pepino y una flor
Nunca traban maridaje?
PEPINO.
Anda, que eres una necia ;
No en flores el tiempo gastes.
Que aunque el Papa no dispense ,
Podrán en a(|uestc lance
nllorccerse
r empepinarse.
{Vanse l'epino y Flora.)
DON FFLIX.
;Oue lo (irme de mi aféelo
Con falías dudas agravies.
Cuando á premiarle era justo
Que franca te adelantases!
Desvanece esas sospechas,
No tu crédito embaracen,
Y debate la razón
El estar más de su parte.
Porque tan ciego te adoro.
Que idólatra de tu imagen
La imprimo en el corazón
Con tan rebelde carácter.
Que no han de alcanzar en ella
Jurisdicción las edades.
LEONOn.
Señor don Félix, templad
Hipérboles, que es muy tarde
Para prevenir remedios
A tan peligroso achaque.
Yo he sabido ya que sois
Tan abonado tratante
En empleos amorosos.
Que porque janiás no falle
Correspondencia tenéis
(Kesguardo imporlanti- y fácil)
En Madrid una Leonor,
Y en Sevilla una Vioante.
DON FÉLIX.
Si á tal Viólame conozco.
Plegué al cielo que no alcance
De tu beldad, Leonor mia...
LEONOR.
No, no paséis adelante.
Mirad bien lo que dccis.
Porque han llegado á informarme
Del empeño que tenéis
Con esta dama, tan grande
Indicios , mejor dijera ,
Tan evidentes verdades ,
Que aun no concibo una duda
Que mi crédito desmaye.
DON FÉLIX.
Que esa mujer no conozco,
Leonor, te aseguro; y .ínles
De culpar mi amor, debieras
Con más acierto informarte.
LEONOn.
¿Ni esa carta conocéis?
DON FÉLIX. (Ap.)
Por Dios qi:e es la de Violante;
¿Cómo iia podido llegar
A sus manos? ¡ Fuerte lance!
LEONOR.
¿Decid ahora que crea
Vuoslras line/as, que pague
Vuestro amor, y que en el pecho
Impresa adoráis mi imagen...
DON FÉLIX.
Ahora, pues, más rendido
Puedo á tus ojos postrarme,
Y lú más benigna ahora
Debes fran()uearnie hospedaje;
Y en tu piedad, porque juzgo
Que es más razón declararte
Obligada que ofendida ,
Apura, pues, vigilante
Este delito; ¿tú fundas
La queja en que averiguaste
En esa carta tus celos?
Justo es también que repare
En (]ue á tus manos llegó
Quejosa deaquese ultraje
Que fulminó mi rigor;
50 puedo asegurarlo
Que pues la rompí severo
No la correspondo amante.
LEONOR.
Qué fácilmente, don Féli.\...
411 COMEDIAS
Sa/íH PEPrNO V FLORA
FLORA.
¿Seüora?
PEPIXO.
¿Señor?
FLOnA.
Tu padre.
PEPINO.
Sube ya por la escalera.
LEONOR.
¡ A; de mi! si acaso sabe...
DON FÉLIX.
No te detengas, Leonor;
En esta sala al instante
Te oculta ; abre aquí , Pepino.
PEPINO.
Se me ha perdido la llave
Desta puerta (esto era bueno);
Por Jesucristo, más fácil
Será entrar en esta pieza.
DON FÉLIS.
Abre cualquiera.
LEONOn.
¡ Qué grave
Susto padezco!
DON FÉLIX.
Conmigo,
Kingun riesgo te acobarde.
(Escóndese Leonor.)
Sale DON RODRIGO.
¿Seüordon Rodrigo?
DON RODRIGO.
El cielo,
Señor don Félix , os guarde.
DON FÉLIX.
¿En qué os sirvo? ¿Qué ocasión
A honrar esta casa os trae?
DON RODRIGO.
Hablaros quisiera á solas.
DON FÉLIX.
Pon aquf sillas, y salte
Allá fuera.
PEPINO. (Áp.)
Ya obedezco;
Cuidado me da bien grande
Esta tapaila, yo temo
Algún suceso de Marte. {Vascj
LF.ONOn.
Aun no sosiego...
DO.ÑA ANA. (Áp.)
De suerte
Se van enlazando lances.
Que pienso que aquí esconriida
Hasta la noche be de estarme.
DON RODRIGO.
Las hijas, don Félix , son
En la obligación de un pailrc ,
Que debe correspondencias
ÍÑ'obles á su heroica sangre,
F,I cuidado que más rinde.
La opresión que más combate.
Ciegas en su juventud,
^o saben aconsejarse
Con la prudencia . y como es
Su naturaleza frágil ,
Kn el piélago de afectos ,
Y ocasiones naufragantes.
Peligran ; ¡ oh I tema cuerdo
El piloto dcstas naves :
Desvélese providente ,
Prevéngase vigilante.
Que tiene para esperar
ESCOGIDAS DE DO.N FRANCISCO !
Poco feliz su pasaje.
Mucho que las aventure
Y nada que las resguarde.
DON FÉLIX. (/I;) )
No me contenta el proemio ;
Pero cuerdo be de portarme.
DON RODRIGO.
Señor don Félix de Acuña :
La amistad que vuestro padre
Y yo estrechamos sirviendo
En los Estados de Flandes,
Os ba de obligar ahora
A no ocultarme verdades ,
Que es preciso averiguar
En un negocio importante.
Vos sabéis mucho de historias,
Y de todos los linajes
Ue España.
DON FÉLIX.
Confesar puedo
Que he negado á ociosidades
El tiempo, y que á aqueste estudio
Mi inclinación me persuade,
Que ya , señor don Roilrigo,
-Se ha hecho más venerable
Con profesarle, advertido,
, el más grande
del mundo
DON RODRIGO.
Decidme, pues, si la sangro
De don Juan Osorio puede
Sin escrúpulo mezclarse
Con quien le pretende hacer
Su yerno.
DON FÉLIX. (.4p.)
i Qué pena ! ¡ al fácil
Impulso de aquesta voz
Muerta mi esperanza yaco '.
LEONOR. {Ap.)
¡Que en violentar mi albedrio
Se empeñe tanto mi padre!
DOÑA ANA. {Ap )
i Qué escucho ! ¡ fuerte rigor!
^Don .luán de Osorio casarse
Con otra , cuando en mi pecho
Logra amorosas piedades?
DON FÉLIX.
(Ap. Aunque me cueste la vida.
Ha de ser fuerza aprobarle.)
Todas las prendas que pueden
Hacer envidiado y grande
A un caballero, concurren
Con bien gloriosos esmaltes
\'.u don Juan ; estad seguro
Que en lo ilustre de la sangre
Ue mal ya formadas dudas
Ni aun el peligro no cabe.
DON RODRIGO.
Ruenas nuevas me habéis dado;
Decidme, así Dios os guarde,
,,No estará Leonor gustosa?
DON FÉLIX.
Señor, eso
Las historias no lo saben ;
Consultadlo con su gusto.
{Ap. ¡Qué este pesar nonio mate!)
DON RODRIGO.
Mi gusto es el suyo ; voy
A concluirlo al instante.
¿Qué hacéis, don Félix?
DON FÉLIX.
Salir
A acompañaros.
DON RODRIGO.
En balde
Intentareis tal suceso;
.Mirad que...
DON FÉLIX.
No he de (lucdaniic.
{Vanse.)
Sa/eDOSA ANA, rapada
DOÑA ANA.
Vo me resuelvo á salir.
Que esta es buena ocasión , ántcs
Que otros estorbos lo impidan ,
ijue tiempo ba hahido bastante
Para que mi hermano, que es
A quien encontré en la calle
Y de quien huyendo entré
En esta casa á ucullarme
Porque no me conociera,
Haya pasado adelante;
Es lui hermano muy marido.
LEONOR.
¿ Qué paciencia liabr.-» que baste
A sufrir lo que estoy viendo?
Vive el cielo ¡pena gravo!
Que en aquella sala oculta...
Vo puedo hablar... el coraje,
Lu voz me ahoga en el pecho.
DOÑA ANA.
¡ Ay, don Juan ! no has de casarle,
Aunque me cueste la vida.
l'a á salir doña Ana, y entra DON FÜ-
U\ y piensa que es Leonor.
DON FÉLIX.
(Ap. Lógrela suene crueldades.
En quien...) ¡ Señora , mi bien!
LF.ONOn.
¡Qué esto escuche!
DON FÉLIX.
Ko recates
Estas estrellas que al sol...
Aguarda, espera, no pasos.
(Entrase duna Ana; don Ft'lix quiere
ir siguiéndola y al entrarse le de-
tiene Leonor muy enojada.)
LEONOR.
¡Que á una mujer de mis prendas
lOslo le suceda! Antes
Será bien que os agradezca
Esta fineza.
DOS FÉLIX.
¡Notable
Caso ! ¿Es verdad o ilusión
Lo que veo? ¿Por qué parto
l'udoser?
LEONOR.
Señor don Félix,
No es hazaña , no es galante
Trofeo engañar así
A mujeres principales.
DON FÉLIX.
¿ Cómo engañar, Leonor mia?
Vive el cielo, que constante...
LEONOR.
Vive el cielo, que es acción
Infame el no embarazarse
De tan vil correspondencia ,
Que á mis ojos... Pero calle.
DON FÉLIX.
Señora Leonor, advierto
Que íDjuslanienic...
LEONOR.
Dejadme,
No encendáis más este fuego
rUlMíínO ES L.\ HONRA (\l¡£ EL OlISTO.
4!j
Oiic con s.ina penetrante
Alinisa mi Cüíaiui: ;
Pues yo, JO sabré vengarme ;
Y ya (juc excusar no pucüa
De mi llaqueza el desaire.
Sabré enmendarle de suerte
Que os asombren , que os espanten ,
De una mujer ofendida
Soberbias temeridades.
DON FÉLIX.
i Que esto me suceda , ciclos!
¿Qué mujer pudo ocultarse';
¿Cuándo? ¿Cómo? Estoy sinjuicin.
LEOSon.
Pues no le perdáis , cobradlo ,
yue no importa que esté oculia
El) vuestra casa Violante ,
Que no es mal liucsped don l'ilix.
DON FÉLIX.
¿Qué , la verdad no me vale
En esta ocasión , Leonor?
Plegué al cielo que me abrasen
üe un ravo el voraz, incendio,
Que escandalizando el aire
Del pardo borror de una nube
Pavoroso aborto baje...
lEONOn.
Vaya, proseguid, que va
l.ofingido con lindo aire.
DON FÉLIX.
Plegué al ciclo que una Cera
Sañuda me despedace,
O (|ue sea de mi vida
Feroz alimento un áspid.
LEo>on.
¿MnUlleiones? otra culpa;
Vulgarísimo desaire.
DON FÉLIX.
Si no te venero liumilde.
Si no te adoro constante.
Si conozco i esa mujer,
Pues aunque has visto que sale
Ahora de ese aposento.
Por Dios , que he estado ignorante
De que se ocultaba en él;
Y lo que pudo obligarme
A segmrla fué pensar...
¿Que era yo? Disculpa fácil,
(^¡erlo que os debo inliuito,
Don Félix.
DON FÉLIX.
Si no es bastante
Aquesta salislacclon.
Mi bien , para ase¡.'iiiarte.
Forma, despide, riiimiiia.
Severa , airada , implacable ,
Rigores , iras y enojos ;
Que humilde, rendido, amante.
Perseveraré sufriendo.
Que tuyo be de eternizarme.
Sino á pesar de fatigas.
Firme á pesar de pesares.
LF.ONOB.
¿Deque ha servido cansaros
En ese amoroso alarde ,
Si nmclio menos ahora
Os be creido que antes ?
DON FÉLIX.
Eso es matarme. Leonor.
LEONOR.
Eso es, don Félix , vengarme.
DON FÉLIX.
¡Que DO creas mis finezas !
LEOXOR.
¡ Que no pagues mis verdades !
DON FLLIX.
Yo te adoro.
LEONOn.
Tú me ofendes.
DON FÉLIX.
Firme soy.
LEONOn.
Eres mudable.
DON FÉLIX.
Miía Ilion. .
LEONOR.
Son evidencias.
DON FÉLIX.
Oye disculpas.
LEONOR.
Es larde.
DON FÉLIX.
No ton airada á mis ruegos...
LEONOR.
Ed vano me persuades.
DON FÉLIX.
Pues en rigor lan crecido...
LEONOR.
Pues en tormento tan grave..
DO.N FÉLIX.
; Valcdme, cielos, valedme!
lEONOn.
i Vengadnic , cielos, vengadme :
JORNADA SEGUNDA.
Salen DON JUAN, v DOSa ANA
con maulo.
Doña Ana hermosa, dulce prenda mia,
Que has madrugailo á duplicar el dia,
Siendo entre más lucidos arreboles ,
Cada Ii:cero tuyo muchos solos ;
Siendo, negada á frágiles desmayos.
Cada mejilla tuya muchos Mayos; '
Pues heredan en vida ;i tus primores,
Luz las estrellas y verdor las (lores;
Débale confianza más segura
Un alma, queal poder de tu hermosura,
Rinde la libertad mas presumida
Que de poder triunfar de ser vencida;
Tú serás sola, ¡oh adorado dueño!
Debida recompensa á lanío empeño,
Demiamor,demife,demicuidado,
El empleo, el objeto y el sagrado.
(Ap. Finjo, por loque debo á su decoro.
Que á esta aborrezcoyáLeonoradoro.)
OO.ÑA ANA.
f Asegurada quedo, aunque celosa ;
Vine , pues miro cu él tan afectuosa ,
V tan firme su fe con mi esperanza ,
No será bien mostrar desconfianza;)
Justoesquese asegure mi advertencia
Dequenohasdenegar correspondon-
A un afecto tan ciego, [cia
Que fué posible á tu amoroso fuego,
V que fué tan profundo mi recalo
Porserconligo fiel, conmigo ingrato;
Tan poderosa obligación no creo.
Que la ha de atropellar otro deseo.
Que ni en tu sangre presumir se debe
De vulgar proceder, acción aleve ,
Ni cuando inadvertido y desatento
Se osara revelar tu atrevimiento [bio
Contra... Pero enmudezca el necio la-
Que ni aun temido he de sufrir mi agra-
Dos JUAN. [vio.
Yo, mi bien, le venero tan constante,
Tan ciegamente amante,
Que de mi activa llama á la porfía
Pasa de amor y llega á la idolatría ;
Pues...
DO.ÑA ANA.
Yaenunafequellega á extremos
Retóricos apoyos afectemos.
Que la que lauto en ambos se acredita
No do pondoracionesnccesita,
Veiilii muy bachiller, asi lo siento,
La voluiilad parece cumplimiento,
Kl amor lia de ser, para ser lino.
Portugués envainado en vizcaíno.
DONJUÁN.
Muda, pues, ámiafeclo haré mássabio:
llableulos ojos y enmudezca el labio.
DON JOAN. (.4/).)
liarlo finjo, Leonor, por obligarte.
DOÑA ANA. [zarto.)
{.Ip liarlo me animo, honor, por esfor-
Pues adiós, mi don Juan, que mi cspe-
[ranza
Va navegando en próspera bonanza.
D(.N JUAN.
Más vida pertenece á mi ventura : [ra.
Cliciehede serdel sol demi hermosu-
DOÑA ANA.
No has de ir conmigo, que si cuidadoso.
Como anda celoso,
De mis pasos mi hermano fuere cspia,
Sola es mejor que me halle.
DON JUAN.
Ya del dia
Lloro el ocaso, pues tu ausencia lloro.
DOÑA ANA.
Tu sangre, mi razón y mi decoro.
Dan voces en tu pecho mudamente ;
No te niegues, don Juan , alo decente,
Quemujeres airadas, no te asombre.
No son mujeres, sino masque hombres.
O ase.)
DONJUÁN.
Bien defiende SU justicia;
Pero está muy perliiiaz
El juez ; sobornóle amor
Con otra hermosa deidad.
Avasallóse á su imperio;
Y asi , ciego en el obrar.
Arde en esta llama tibio
V en la otra llama inmortal.
Sale VLOn\ con un papeh
FLORA.
r)Ueiias nuevas, buenas nuovss.
¡Albricias, sefior don Juaul
DONJUÁN.
Flora mia, flor hormosa
De aquel Mayo celestial ,
Rayo de acjuel sol divino
Dequien puede mendigar
Luz el que de aqueste globo
Es antorcha universal,
¿De qué dicha me aseguras
Feliz víioria? No ya
Con suspensiones lu voz
Dilate mis glorias más.
FLORA.
De mi ama , cuando ménot.
Os tra¡í,'o un papel; catad
Si vos fara buena pro
Bocado que es dulce asaz.
DON JUAN.
¿Papel de Leonor? Un mundo
lio
l'nra premiarle, será
LotU recompensa.
FLORA.
Sabe
Su Divina Majestad,
Don Juan , que fueron mis ruegas
Tenazas, y en su crueldad
Clavó el papel; fürcejamos,
Yo tirar y ella cejar.
Kmperrénie, ag;Tré bien,
Y de un lirón, á pesar
De su fuerza, le arranqué
De su recalo. Mirad
Si con lal perro de ayuda
Podrá vuesiro amor pelear.
DON JUAN.
Toma esta cadena . sea ,
No paga , sino señal
De mi afecto ; y dame , Flora ,,
Ese tesoro, eiique está
Cifrada de mi deseo
La mayor felicidad.
FLORA.
Admito el trueque. (Ap. Si medio
Pliego de papel no más
Paga asi un amante , ¿á cómo
Cada resma le saldrá?)
DOX JUA.N.
i Con qué alborozo á esta diclia
Todos mis sentidos van !
(Lee.) « Para remedio de cieno dis-
«gusto en que corre tormenta mi li-
Kbertad , necesito de hablaros esta no-
«che en mi casa ; suplicóos que estéis
»en ella á tiempo en que por estar
«fuera ó recn.sido mi padre, pueda te
»ner seguridad de que no os vea. El
iicielo os guarde. — Leonor.»
A un favor tan declarado,
¿Quién se lialla tan incapaz
De merecerle? ¿Qué exiremos
Desempeñarle podrán?
FLORA. (Ap.)
¡ Ay, mi don Juan de buen alma.
Qué fácil sois de engañar!
¡ Cómo después esa miel
Se os lia de volver agraz!
Salen DON FÉLIX ? PEPINO.
DON FÉLIX.
¿Señor don Juan?
DON JL'AN.
¡Oh don Félix,
A qué buen tiempo llegáis!
' DON FELEX. (Ap.)
¿Qué miro? ¡ Válgame el cielo !
¿ Flora en casa de don Juan?
FLORA- (Ap.)
De verme aqui tendrá celos
Don Félix: pero él rabrá
Presto la verdad del caso.
DON JUAN.
Ayudadme á tel-sbrar
F,i triunfo más soberano
De la más bella deidad
A quien en su templo, amor
Construye s;igrado altar.
Que pues á los dos informa
La ley de una voluntad.
Lo que fuei e gusto mío
ínteres vuestro será.
A'piella dama, de quicD
Os hablé tres dias há .
Aunque en su rigor entonces
Se mostró tan pertinaz.
Sosegado el crespo orgullo
De su airada tempestad ,
COMEDIAS ESCOGIDAS DE DON FIIANCISCO
En el puerto de su pecho
Se abriga mi nave ya.
Aquesta criada ahora
Un papel suyo me trae ,
Que de su amorosa llama
Confirmadas muestras da.
Mirad si debo á esta dicha
Festiva solemnidad ,
Cuando aunque indigna sus aras
La adoración llegara.
PEPINO. (.4p.)
No es nada lo que le ha dicho,
Poco turbio es el don Juan.
DON FÉLIX. (.4p.)
¿A quién le habrá sucedido
Caso como este jamás?
; Pues no he muerto á la violencia
De tan sañudo pesar,
O aprendo para insensible
O estudio para inmortal '
DON JOAN.
¿Qué decís de mi ventura?
Digo, que es justo estimar
Favor, que aun vuestro deseo
No pudo crecerle más.
(Ap. Sin alma estoy y estoy viv
;0h! abráseme este volcan
lie mis celos , como celos
De mis agravios , que ya
Aun se ha negado á mi pena
El alivio de dudar.
; Que sufra á mis ojos esta
lnf;imia!) Señor don Juan,
No es razón que malogréis
lista visita , que os da
Nuevas de tanto favor
Por mí ; yo os quiero dejnr.
Que esta tarde os buscaré
Desocupado.
Esperad.
DO.X FÉLIX.
Esa atención es primero.
DüX JUAN.
Para todo habrá lugar.
DON FÉLIX.
No, no quiero embarazaros.
DON JUAN.
Vos nunca me embarazáis.
DON FÉLIX.
Hablando voy á morir.
FLORA. (Ap.)
Chispeando de celos va.
DON JÜ.\N.
Desazonado advertí
A don Félix , aunque más
Se esforzaba , que una pena
Siempre se desmiente mal;
Iré siguiéndole, Flora,
De aqueste papel será
Mí obediencia la respuesta ;
Y adiós, adiós, que alcanzar
A don Félix es forzoso.
FLORA.
El cielo os guarde , don Juan.
PEPINO.
Taimada, protoalcabueta ,
Que sin duda es Satanás
Tu catedrático en esta
Doctrina de alcahuetear;
De las bolsas el ce ce ,
De los chismes el cis zas ,
Cocinera de embelecos
Que con su pimienta y sal
Los guisas, cual digan beatas,
¿Cómo, di , sin más ni más
(Yase.)
DE ROJAS.
En el signo Capricornio
Ha puesto á don Félix ya
Esta tu ama? Di, ¿cómo
Es con él tan liberal
De los tallos que se crian
En Medellín? Ven acá ,
Dame al punto cuenta deslo,
Que está mi curiosidad
A la muerte por saber
El caso.
FLORA.
Pues allá va
Porque no mal para; escuche.
Señor mió : en Madrid no hay
Dama ninguna que pueda
Con solo un galán pasar,
Porque son tan redomados
Aun los más linos , que ya
Cualesquiera delloses
De su bolsa más galán
Que de su dama; y asi,
Mi ama quiere imltnr
El común estilo, haciendo
Como todas las demás;
Que galanes y camisas
Siete se han de remudar
Cada semana.
PEPINO.
Setenta,
y falta nos pueden dar
Las tales hembras. ¡ Mal año!
¡Fuego, fuego de alquitrán
En sus mañas y en sus mozos
Que un amén no faltará!
Pero dejando esto aparte,
¿Cuánto te ha dado don Juau
Por el papel de Leonor?
FLORA.
Esta cadenilla; mas
Üella vuesarced , mi Hey,
iNijMí/ha degarrafar.
PEPINO.
¡ Oh buen Juan ! oh Juan divino!
¡ Oh Juan de Juanes . y tal ,
Qiie conqiarado contigo
Es Juanillo el preste Juan!
De los Juanes he de ser
Tan abogado, que ya
Me muero por los juanetes
Porque comienzan con Juan.
¡Ay, Flora, loque te quiero!
FLOr,,'..
¿Mucho?
PEPINO.
Mucho.
FLORA.
¿Tanto?
PEPINO.
Y más.
¿Y siu la cadenaí
,Ycon ellaí
PEPINO.
¡Zape!
FLORA.
PEPIKO.
Miz.
FLOnA.
¡ Oh gran
Tacaño!
PEPINO.
Tu aprendiz soy.
FLORA.
Pues amigo, no hay que hablar.
Ojos que la vieron ir.
No CD Flora la verán más.
PEIMXO.
Siguiéndole iré , aunque vayas
Al mismo infierno á parar. ( l'í
Sale LEONOU sola.
LEOXOn.
No lie podido conseguir
Kste triunfo, y asi es justo.
Para libertar mi íiusto
Otros medios eloRir.
Hablaré claro á don Juan ,
Cortés será mi desprecio;
¡ Oh , plegué á Dios que lo necio
Mo le estrague lo galán!
Mi padre en esta violencia
Eslá ciego, y no es casarme,
Sino antes venderme, daimc
Marido por conveniencia.
PniMEliO ES LA IIONIU QUIi EL GUSTO.
La disculpa que se anima
Sale FLORA.
¿Señora?
LEONOn.
¡Ali mi Flora!
FLOnA.
Ya
El papel se despachó.
LEONOR.
V dime , ¿qué respondió?
FLOnA.
Que su obediencia será
La respuesta.
LEOXOn.
Dien lo hiciste.
FLORA.
No tan bien que no mev¡os(í
Tu don l'élix y tuviese
Celos.
LEOXOP..
¿Pues dónde le viste?
FLORA.
A ver á don iuan entró
Cu.Tiido vo estaba con él
Ilablandi>; al lin, que el papel
Era tujo no ignoro.
LEONOB.
Fácil será el sosegar
Lo inquieto de sus desvelos ,
l'ues de lo que tiene celos
Antes le debe obligar.
FLORA.
Presto la satisfacción
De don Félix admitiste.
De cera a sus ruegos fuiste ,
j Qué blanda es tu condición !
LF.oxon.
¡ Ay Flora ! es tan vehemente
Eúe afecto de mi amor.
Que ánn estudiando el rigor
No sé mostrarme impaciente.
En la mayor tempestad
De mis airados enojos.
Dejar que mientan mis ojos
No quiere la voluntad.
En mi cualquiera aspereza
Fs ley de mi pundonor,
porque es bien mostrar valor
Aun dentro de una Oaqueza.
FLORA.
Notables sois los que amáis;
txirüñaes vuestra locura.
Nunca estáis con más ternura
Que cuando sin él estáis.
Pucheritos son de niños
Vuestras iras en rigor.
Que en diciendo bajo el amor,
Paran en tiernos cariños.
iVasc.)
LEONOR.
Tú solo de mi albedrio
El imperio vencerás.
Tú solo eternizarás
Dominio en el pecho mió
A ti solo avasallada
Triunfos el alma previene.
FLORA.
lióle , hele por do viene
Uun Félix por la calzada.
LEONOn.
Pues ten tu cuidado, Flora,
De avisarme si don Juan
Viene ó mi padre.
FLORA.
Serán
Linces mis ojos. Señora.
Sa/«DON FÉLIX.
LEONOR.
¿Cómo, señor don Félix, desta suerte
En mi cuarto os entráis, cuando se
liicsgo tan evidente [advierte
En quien mi padre venga, y...
UO.N FÉLIX.
No consiente.
Aleve, ingrata, en el pesar que siento
Ley la razón ni freno el sufrimiento.
Cocodrillo engañoso.
Caula sirena y áspid venenoso,
Decuyoingrato pecho es lo halagüeño,
Cauto disliaz de tu sañudo ceño.
;.Eres tu la que amante
üslentó inesunciones de constante,
Aleganiio linezas repelidas ,
Se^iiii his ponderabas bien sentidas?
;,Krestul:ii|UL'eii llama siempre ardieii-
l)e mi amor á las aras obediente [le,
Sacrilicasle el alma,
(Juedaudu ufana de rendir tu palma?
¿Lies lu... Mas no eres.
Cada ¡listante sois oirás las mujeres;
Un papel... ¡quérigor! ¡mortal mesien-
[10 !
A don Juan... ¡qué pesar! ¡ grave lo r-
[menlü!
Le escribes? Donde bien mi fe pagas-
Cuanio pullo desear le aseguraste, [te.
En tormenla de agravios tan severa.
Ya que de amante no, de honrado mue-
LEONon. [ra.
Templa, don Félix, desaires
Contra mi decoro; templa
Ue inadvertidos discursos
Mal informadas sospechas.
Apura esas presunciones
Antes que á mi honor te atrevas,
Que si en tu crédito caben
No caben en mi decencia.
DON FÉLIX.
Sólo esto me falla ahora
Para que mi juicio pierda;
Pues, ingrata ¡estoy sin mi!
/,No son evidencias ciertas
Las queá mi ser.tido informan
Desta injusta grave ofensa?
LEONOR.
Mira si de tus indicios
Es la información siniestra ,
Pues antes ine debes gracias
De lo ¡|ue concibes quejas.
DON FÉLIX.
(Ai¡. Ya se enmienda.) Leonor, muda
Üe proceder; no pretendas
Cuando reprimo furores
Desenfrenar impaciencias ;
Para iucertidumbres guarda
Satisfacciones, que es necia
idencia.
LEONOR.
Oye, pues , los desengaños
De tus celos, porque adviertas
Que no es legitimo el juicio
Que de apariencia se engendra.
Sale FLORA.
FLOR*.
Señora ¡gran mal! lu padre
En cuerpo y en alma llega
Cerca de casa ; ya el coche
Se siente.
LEONOR.
¡Terrible pena!
FLORA.
Mira que también don Juan
En la antecámara espera.
¿Qué he de hacer?
LEONOR.
¡Fuerte rigor!
Flora, ámicuario le lleva.
{Vase Flora.)
Don Félix , bien ves el riesgo
En que estamos.
DON FÉLIX.
Pues ¿qué intentas?
LEONOn.
Que antes que llegue mi padre
Te vayas; esto te ruega
Mi amor.
DON FÉLIX.
Pues adiós, ingrata.
Para siempre.
LEONOR.
Cuando sepas
Mi designio, estimarás
La verdad de mis firmezas.
{Vase Leonor por la una puerta , ta d
salir don Félix por la otra, y detié-
DON FÉLIX.
Bueno es esto. ¡Vive Dios
Que sube ya la escalera
Don Rodrigo! No es posible
Que salga sin (|ue me vea.
¿Qué haré, ciclos? ¡Oh si acasa
En alguna sala de estas
Puedo esconderme! ¡Qué dicha
Ha sido el hallarla abierta!
[Escóndese don Félix.)
Saií» LEONOR, DON JUAN
Y FLORA.
DON JUAN.
Dichoso he sido, Leonor,
En que esta ocasión se ofrezca.
LEONOR. {Ap.)
Mira si viene.
(Quei
Ya miro,
esto nada soy lerda.)
LEONOR.
Forzoso es , señor don Juan ,
Que OS entréis en esta pieza ,
Hasta que yo de mi padre
Desembarazarme pueda.
DON JUAN.
Aqui , mi Leonor, le aguardo.
LEONOR.
Entra, pues.
FLORA.
Acaba , cierra
Presto, que llega tu padre.
{Escóndese don Juan.)
448 COMEDIAS
.Sí7/cnüN noDiiic.o.
D0>' ROOniGO.
(Ap. Prcslo, (|uc lu padre llega ,
I)¡jo riora. ¿Cómo, como,
Leonor, no sé lo que crea,
Itecaia ninguna acción
De mi? Cuerda mi adverlen^ ¡a
Disimule.) ¡Oh Leonor n)i;i!
LEONOB.
¿Pues cómo, Señor... (.4/). Olí quiera
El cielo que no me lurliel)
FLOBA. (,Ap.)
Animo, apretar la cuerda.
LEONOR.
¡Te recoges esta noche
Tan larde?
DOS RODRIGO.
Una diliseneia
Tuve que hacer, fue preciso
Queme detuviese en ella.
Sale PEPINO y túrbase.
PEPINO.
¿Cómo, Señor, sin decirme...
{Ap. ¡ Oh cuerpo de Cristo, buona
La habernos hecho !)
LEONOR. {A¡>.)
¡Que entrase
Desle modo ! ¡ Suerte adversa !
DON RODRIGO.
No os vais, hidalgo, esperad.
PEPINO.
Yo esperaré más (¡ue esperan
Treinta juilios. (.4/). Pensé
Que aquí mi amo estuviera.
Pensé nuil; por tal pensar
Un pienso como á uua bestia
Me pueden dar.)
DON RODRIGO.
{Ap. ¡ Av de mi!
Muchas sospechas son estas.)
;,A quién buscáis en mi casa
A estas horas?
PEPINO.
{Ap. ¿Qué respuesta
Le daré?) Señor, yo busco
A quien vos quisiereis; vea
Vuestro gustóla persona
Que he de buscar, buscaréla ,
Que yo sabré ser buscón ;
En nli vida armé pendencia.
FLORA.
{Ap. El se ha turbado; ahora bien.
Al arma, embustes.) {A Leonor. No te-
Señora , que ya yo voy [mas,
Con una valiente treta.)
Camargo. ;.cómo se ha entrado
Hasta acá dentro? ¿Allá fuera
En el corredor no dije
Queme esperara? ¡Qué necia
Licencia de escuderazo!
PEPINO. (Ap)
Vive Dios, que me marea
Esta mujer. ¡ En mi vida
He visto tal embustera !
DON RODRIGO.
¿Luego conoceisle vos?
FLORA.
Y tü también , si te acuerdas ,
Le conoces: es criado
De doña Aldonza Teresa
Le Girón . grande amiga
De mi Señora.
PEPINO.
Es la mesma
Verdad , si be de andar puntual ,
ESCOGIDAS DE DON FUANCISCO D
La que dice esa doncella;
Si no que soy vizcaíno,
Y asi tengo corta estrella
En hablar, luego me turbo.
LEONOR. {Ap.)
Dicha será que lo crea.
DON RODRIGO.
¿No es bueno, que siempre os quise
lieconocer? Cierto era
Que en otra parle os habla
Visto.
PEPINO.
Si, Señor, en esta
Casa , donde há un mes que sirvo
A doña Alcuza Perea.
{Ap. ¡Vive Cristo que erré el nombre!
El diablo me saque de esta,
Por quien es...)
DON RODRIGO.
¿Y á qué venis
Tan tarde?
FLORA.
A una impertinencia;
Viene por una jaulilla
Que me encargó que la hiciera
Su ama, que tengo yo
Linda maña para hacerlas ,
Porque mañana ha de ir
A dar una norabuena,
Y quiere llevar el moño
Bien puesto.
PEPINO. {Ap.)
La quinta esencia
Del enredo es la Florilla.
¡Mal año, como las pega !
LEONOR. {Ap.)
Lindamente ha sucedido.
DON RODRIGO.
Pues esperad allá fuera ,
Que luego os despacharán.
PEI'INO.
¿Oye usted. Señora? Sea
Con brevedad , que me l'all.nn
Treinta recados, y es fuerza
Darlos todos esta noche.
FLORA.
Ya salgo, tenga paciencia.
PEPINO. {Ap.)
Manióla el viejo; el demonio
En esta trampa lio diera. (Vasc.)
FLORA. {Ap.)
Con lindo arte hemos salido
De este aprieto.
DON RODRIGO.
Leonor, entra
En tu cuarto, que es ya hora
De recogernos.
LEONOR. {Ap.)
Atenta
Esperaré á que mi padre
Se acueste , porque no pueda
Estorbar que hable á don Juan;
Que en aquesta diligencia
Fundan mi amor y mi gusto
El remedio de mi pena.
{Vanse Leonor y Flora.)
DON RODRIGO.
Ya se entró, ¡válgame Dios!
¡ En qué confusa tormenta
De recelos mi discurso
Temiendo naufragios queda!
¿A qué propósito pudo
Decir Flora ¡grave pena!
A Leonor, cuando yo enlraha...
(iPresto, que tu padre llega?»
¿Y este hombre, que tan hallado
Se entró en mi casa i oh severa
; ROJAS.
Fortuna! en su turbación
No dio disculpado muestras?
¿Pero en Leonor han perdido
La cordura y la modestia
Decente albergue jamás?
¿No han vivido siempre en ella
La atención tan sin estrago
Y el recato tan sin queja ,
Que desmintieron su edad
Sus ancianas advertencias?
Cierto es, si ; pero es mujer
Y está su naturaleza
Tan cercada de peligros.
Tan pronta á las contingencias
De un licencioso desaire ,
De una profana flaqueza ,
Que el reprimirse es difícil ;
Y asi es justo que la tema
En lo dama bien hallada
Y en lo advertida extranjera.
Vive Dios, quj hade quietar
O averiguar mis sospechas ;
llaga, pues, hoy mi cuidado
La diligencia primera.
Kegistrartoda la casa
Será bien , pues aunque sea
Vano este escrúpulo, es justo
Que mi obligación atienda
Aun al menos importante
Examen; pase de atenta
M extremo de prolija
Mi vigilante cautela. {Vcse.)
Asómase á la puerta DON FÉLIX.
DON FÉLIX.
Parece que ya rendidos
A la quietud halagi'ieña
De la noche, yacen todos
En la estación más funesta.
Pero si no fué ilusión ,
Pasos he sentido cerca ;
Desde aqui podré curioso
Ver quien es sin que me vea.
Sale DON RODRIGO con una luz.
DON RODRIGO.
Estas dos salas me fallan
De mirar; esta primera
Está cerrada.
{Tienta la puerta, y en el ruido que ha
de hacer un pestillo , parezco que
eslú cerrada ; va á pasar á la vira,
y llame dun Juan por de dentro.)
DON JUAN. {Dentro.)
¿Es Leonor?
DON RODRIGO.
¡ Ay de mi! ¡ Terrible pena!
DON FÉLIX.
¿Qué e?cncho? ¡Ah tirana, cómo
Fueron mis sospechas ciertas!
DON JDAN.
Abre, mi bien.
DON RODRIGO.
¡Que al combate
De esta desdicha no muera '.
No osla en la puerta la llave,
Aliriié con la maestra;
Si, ya ahio.
Sa/<; DON JUAN, ytóriflSí.
DON JOAN.
¡Oh Leonor mia!
Mas, ¿qué miro? ¡Suerte üera!
DON FÉLIX.
¡Mortal estoy!
DON RODRIGO.
Pues don Juan,
i Vos con tiraoa grosera
Osadía, os atrevéis
A oscurecer lasoberl)ia
Sagrada luz de mi honor?
¿Vos animáis en ofensa
De mi opinión tan indignas
Escandalosas violencias?
Pues con más licilos medios,
Con pretensiones más cuerdas,
i No consiguierais posible
1.0 (|ue atrevido os despeña?
Vive Dios , que destemplara
Lo cuerdo de mi paciencia
Del estrago más airado
La venganza más sangrienta,
A no juzgar que estas son
Galanlerias que empiezan
A ser en fe de marido
Anticipadas finezas
En vos. Bien os empeñáis ,
No, no, no me descontenta.
Que ya, don ,'uau, lo galán
Costosos riesgos os deba.
DON JUWi.
Nunca, señor don Rodrigo,
Me determiné á esta empresa
Con intención que ofender
Vuestro respeto pudiera ;
Siempre de vuestro decoro
Veneré la conveniencia.
DON RODRIGO.
¿Pareceos, señor don Juan ,
i)ue á no creer eso, tuviera
Tanta paciencia? Ya sé
Que no fué intención siniestra.
DOM JOAN.
Licenciosas travesuras,
De quien alcanzar desea
De liijo vuestro humilde nombre,
Templado enojo merezcan.
D0:« RODRIGO.
(Ap. Él está pronto á casarse ,
No es bien mostrarle aspereza.)
No sino agradecimientos ,
De quien es bien que os prevenga
Desde hoy caricias de padre
Y olvidos de suegro. Sea
Confirmación este abrazo
De obligación tan estrecha.
DON JUAN.
Siempre, Señor, me hallaréis
Sujeto á vuestra obediencia.
DON FÉLIX.
I No sé como me reporto
La desdicha tan severa !
DON RODRIGO.
Desde ahora es justo que corra
El serNiros por mi cuenta,
El no dilatar la boda
Bien veréis que será fuerza.
Y asi , puesto que ha de ser
Esta casa siempre vuestra
(Asi mi honor aseguro).
Desde hoy quiero que lo sea;
Lo restante de la norhe
Habéis de pasar en ella.
DON JUAN.
No os merece este favor
Quien lamo en él interesa.
DON RODRIGO. (Ap.)
De esta suerte los estrngos
De esta ruina se remedian.
DON JUAN. (Ap.)
¡Quién crevera que este caso
De mi amor el logro fuera r
Va he conseguido esta dicha.
K.
PRIMERO ES LA HONRA QUE EL GUSTO.
DON RODRIGO.
{Ap. Ya he redimido esta ofensa.)
Entrad, pues, señor don Juan.
DON JOAN.
En mi vuestro gusto reina.
( Vanse.)
Sale DON FÉLIX de donde estaba
escondido.
DON FÉLIX.
I Quedamos buenos , amor 1
¿ Restan más desdichas, restan
Más iras de la fortuna
Contra esta vida, que queda
Ya déla muerte pisando
La horrible pálida senda?
Todo el veneno apuré
Que con severa violencia
Incluye en si el desengaño;
Perdite ya , sin que pueda
Animar iina esperanza
En tan prolija tormenta.
¡Mal haya quien en lo frágil
De una mujer lisonjera.
De su gusto y de su honor
Deposita las riquezas !
Vive Dios , que si esta ingrata
No ve la misma evidencia
Del delito, ha de negar
La culpa ! Pues porque tenga
Imposibles las salidas
En los cargos de esta ofensa
Se me ha ofrecido esta traza.
A don Juan en esta pieza
Por secreta recataba ;
Luego es forzoso que vuelva
A querer abrirle ; pues
Yo me he de ocultar en ella ,
Porque cuando al agresor
Busque de mi agravio, vea
Al ofendido, que airado,
Su aleve pecho condena.
{Escándese don Félix donde estaba
donjuán.)
Sale LEONOR con luz.
LEONOR.
Ya parece que mi padre
En mansa quietud sosiega ;
Segura , pues, á don Juan
Podré hablar. Llego á la puerta.
Don Juan , bien podéis salir.
Mas , ¿qué veo ? ; Pena inmensa t
Sale DON FÉLIX.
DON FÉLIX.
Ya salgo, ingrata alevosa ,
A hacer fúnebres obsequias
A mi esperanza ; ya salgo
A ver la correspondencia
De una voluntad , que tuvo
Desdichas de verdadera;
Ya salgo de mí, Leonor,
Mira si quedas contenta.
LEONOR.
¡Mi bien! ¡Don Félix! ¡Mi dueño!
Injustamente te (|uejas
De mi amor, porque a mi amor
Debes tan grandes finezas
Que el mayor extremo en ti
era corla recompensa,
Que aunque este suceso arguye
Calpa contra...
DON FÉLIX.
Cesa , cesa
j De multiplicar agravios ,
1 Que ya en mi pecho no hay fuerzas
Para poder tolerar
Su sediciosa contienda.
De suerte en estos delitos
Vas procediendo, que llegan ,
Más que cuando los cometes
A irritar cuando los niegas.
LEONOR.
Pues ¿cómo no he de negarlos
Si estoy de ellos tan ajena
Que aun imaginado en mi
No hay desaire que se atreva?
DON FÉLIX.
Digo que tienes razón;
Digo, Leonor, que son ciertas
De tu afecto las caricias ,
De tu pecho las firmezas.
Digo que no son verdades
Estos sucesos, que alegan
Evidencias , que son juzgo
Ilusiones de la idea.
Tu desmientes en Infirme
Tu ser ; pero tus finezas
SLTán de meditación ,
Que sólo cuando te elevas
En éxtasis retirado
Las fias á las potencias.
No te espantes que las dude ,
Que al fin , como por las puertas
De los sentidos jamás
Han salido, es cosa cierta ,
Que si no las adivino
No es posible que las crea ;
Y ya, Leonor, nada importa
Ser falsas ó verdaderas.
Tu padre halló recatado
A donjuán en esa pieza;
Portóse cuerdo, obligóle
¡Qué rigor! á qne viniera
En lu casamiento. Vino
En él , concertada queda
Para mañana tu boda
Y mi muerte... Considera
Si esta paga satisface
De mis afectos la deuda.
¿Qué es lo que dices 1 ¿ Mi padre
Para darme muerte ordena.
Que con don Juan... y que tú...
Aquí enmudece la lengua; _
Dueño mió...
DON FÉLIX.
Basilisco
Mió...
LEONOR.
Oye, porque sepas...
DON FÉLIX.
Calla, iiorque no ocasiones...
LEONOR.
Que el corazón te venera...
DON FÉLIX.
Alguna teineridi.d
De mi loca inadvertencia.
LEONOR.
Piadosa , ya que no amante ,
Tei>rocurau mis ternezas.
DON FÉLIX.
Honrado, si no advertido,
Te excusaré lisonjera.
LEONOR.
Mira que...
DON FÉLIX.
No hay que mirar.
LEONOR.
Advierte...
DON FÉLIX.
Nada me adviertas.
20
4:w
COMEDIAS líSCÜGIDAS DI5 DON FKANCISCO
LEONOn.
yuesoy...
DOR FÉLIX.
Frágil, ya lo he vislo.
LEONOh.
Conslanle...
DON FÉLIX.
En hacer ofensas.
LEONOR.
¿Qué, al lio levas?
DOM FÉLIX.
A olvidarle
LEONOn.
¿Qué, al On me dejas?
DON FÉLIX.
Es fuerza,
Y asi en tan grave rigor...
LEO.NOR.
Pues en lan fiera lornienis...
DOM FÉLIX.
Venganza, agravios, venganza.
LEONOn.
Paciencia , penas, paciencia.
JORNADA TERCERA.
Salen LEONOR v DON RODBIGO.
DON roduigo.
i. En agravio de lu honor
Pronuncias eso? ¿ Estas loca?
Mira que lu error provoca
Despeños á mi rigor.
Tienes ocullo a don Juan
En tucuarlo, ¡qué insolencia!
¿Y quieres que mi adverlencia
No remedie este desmán?
Mal con la prudencia mido
Lo que debo al scnümiento.
Que es portarme desalentó
Ser tan cuerdo en lo sufrido.
LEONOR.
ÍAp. Obre la sagacidad
Primero que lo impaciente ,
Que hay ilesaire en lo aparente ,
gue no es culpa en la verdad )
Que oculté en esie aposento
A don Juan confesaré ,
Pero siempre afirmaré
Que fué con licito interno.
DON RODRIGO.
Este lunar que atrevido
De mi honor lo hermoso afea ,
Aunque delito no sea.
Basta haberlo parecido.
No viene á ser triunfo honroso
Ser solo conmigo honrado,
Que si quedo asegurado
Queda el vulgo sospechoso.
Si á todos de mi opinión
Notorio el desmán avisa ,
Para su abono es precisa
Pública satisfacción.
Remedien decenles modos
Lo que tu error deslució ,
Pues no me aseguro yo
Si no satisfago á todos.
Y asi, elige, que no espero
Que otros medios convendrán ,
Morir mujer de don Juau
O destrozo de un aceto.
LEONOR.
Pues miliberlad rendida
Ha lie avasallar la palma ,
l'ur(|ue no peligre el alma
Me olvidaré de la vida.
de un necio el desvario
Se sufre con gravedad
Aun en toda una ciudad ,
¿Qué será en un albedrio
Donde es lan fácil conquista
A lu antojo la obediencia
Que de la primer sentencia
No haya apelar á revista?
En una mujer no creas
Vu opinión mayor rigor:
Necio y marido. Señor,
Ni aun le admitirá una fea.
Y yo en mi cuerdo advenir
Que es más grave pena entiendo
Un lento morir viviendo
Que un arriesgado morir.
Y así , entre uno y oiro afán
Por menos tormento escojo
Ser estrago de lu enojo
Que ser mártir con don Juan.
DON RODRIGO.
Leonor, el querer vencer
Lo sofistico, es en vano;
Que des á don Juan la mano
Es mi gusto, esto ha de ser.
Esto es ya necesidad ,
Porque esto en esta opinión
Conviene á nuestra opinión
Y á nuestra comodidad.
Ten , pues no habrá resistencia
Si te aconseja el honor.
Para mañana , Leonor,
Prevenida la obediencia. (le
LEONOR.
Libre me dio el albedrio
El cielo, y hoy sin razón
Quiere para esta elección
Mi padre que no sea mió.
Pues á tu amor he de ser,
Don Félix, agradecida.
Porque he de perder la vida
O te he de satisfacer.
Sale FLORA.
FLORA.
Una mujer, para hablarle ,
Pide licencia , Señora.
LEONOR.
¿ Pues quién es no dice , Flora ?
FLORA.
Paréceme en su buen arle.
Viendo en paz la crespa lid
üc su hermosura y donaire ,
Que es galera do buen aire
De las calles de Madrid.
LEONOR.
Que entre la di.
FLORA.
Pues ya voy.
LEONOR.
¿Oyes?
FLORA.
¿Quélcngo deoir?
LEONOR.
Flora , mira que hemos de ir
A hablar á don Félix hoy.
Sale DOSa ANA con manto.
DOÑA ANA.
Al puerto de vueslro amparo,
Del golfo de sus desgracias
Una mujer ailigida
Viene á procurar bonanza.
LEONOR.
Dichosa seré si puedo
DE ROJAS.
Sosegar esa borrasca ,
Que en el mar de vuestras penas
Algún naufragio amenaza.
DO.ÑA ANA.
Hoy podréis de mi deseo
Animar las esperanzas.
LEONOR.
Decid, pues , en lo que os sirvo.
DOÑA ANA.
Oid , que no seré larga:
Hermosísima Leonor,
Cuyas soberanas gracias
Indignamente se estrechan
En los limites de humanas;
Yo naci noble , pues debo
Ilustre sangre á la casa
De más blasón y mis nombre
Que se celebra en España.
Pero tan pobre nací ,
Que de quien soy olvidada,
Por ser conmigó piadosa
Fui conmigo misma ingrata.
I Oh rigurosa pensión,
Groseramente tirana,
En quien debe á su valor
Obligaciones honradas !
¿ Qué le importa á un noble, á quien
La furluna desampara.
Que nazca para ser mucho
Si lia de vivir siendo nada?
Festejóme en esta corle
Don Juan üsorio, el que aguarda
Para ser esposo vuestro
Sólo el plazo de mañana.
Obligóme con finezas
VeiiturosEs como falsas.
Que siempre las dichas sobran
Donde los méritos faltan.
Vióme , en fin, purpúrea rosa
En la más florida estancia
De mi edad, sin mendigar
Los desperdicios del alba.
Y osadatpente atrevida
Su aleve mano profana ,
La pompa tiranizó
De que en mi centro triunfaba.
Y después de conseguir
Crosera indecente palma
De mis lucidos verdores ,
Mal contenía y bien pagada.
Que aun el hallarse muy dueño
De una dicha, también causa
Desprecio lo que debiera
Eslimar, porque pagara
A la dignidad hermosa
La deuda de desdichada.
Va advierto qua es vanidad
Pronunciar yo mi alabanza ;
Has , ¿cómo" he de creerme fea
Viéndome tan desgraciada?
Hoy, pues , Leonor, he sabido
Que este alevoso se casa
Con vos , aunque vos venis.
Más que gustosa , forzada
En la boda , no pudiendo
Por vuestro padre excusarla.
Ved, Señora, si el rigor
De una pena tan airada
Que bárbaramente rompe
De mi pecho las murallas.
Es justo sentir ; pues cuando
Creí que ya navegaba
Con prosperidad mi honor
En el mar de mi esperanza ,
Se levantan sediciosas
De espuma crespas montañas,
Que si no cierto peligro,
Gran tempestad amenazan.
No, pues , permitáis , Señora ,
Que en el piélago anegada
Bn vano mi nave gima
PIUMEHO ES LA HOM!A QUK EL (;i STO.
Las iras desla borrasca.
Ocupe feliz el puerto,
Reslilúyase ala playa.
No me combata el peligro
Donde espero la bonanza.
No os caséis con quien lan mal
Sus obligacloues paga ,
Que aun en él se desconocen
Correspondencias bidalgas.
Esto os ruego, esto os suplico,
Esto os pido como honrada ,
Como mujer. como noble;
Atended á mis desgracias
Con piadosas advertencias,
Porque hoy en desdicha tanta
Quien viene á vos afligida
Vuelva de vos consolada.
Suspended esa corriente
I)e perlas . bernuisa dama ,
En quien belleza j desdicha .
Aunque compiten , se hermanan.
Y esforzad vuestro valor
Con seguras confianzas
De que hoy desvaneceré
Esa niebla, que profana
Lo claro de vuestro honor ;
Yo haré con justa venganza
Que si hoy lloráis ofendida
Hoy triunféis desagraviada.
DO>A ANA.
Bien de vuestra sangre noble
Hacéis . Señora , bizarra
Ostentación.
LEONOR.
Mi fineza
Poco en esto se adelanta.
Pues defiendo yo mi gusto
Defendiendo vuestra causa.
Vuestra seré eternamente.
LEO.\0R.
Esperadme en esta sala ,
Que voy á hacer que don Juan
A vuestra presencia salga.
Porque habéis de ser testigo
De cuan vuestra apasionada
Procedo en esta ocasión. (l'aíc.)
DO.VA AMA.
No sé cómo pueda el alma
Tanto favor mereceros.
I Ay, fortuna, sí cansada
De perseguirme el rigor
De tus enojos templaras !
Pero aqui viene don Juan .
Quiero que me halle tapada
Por ver si me desconoce
De la suerte que me habla.
Sale DON JUAN, s/j/etiM que et
Leonor doña Ana.
DONJUÁN.
Leonor mía , pero ¿cómo
Con manto sales de casa?
¿No respondes? ¿Qué accidente
Te enmudece y acobarda?
¿Adonde vas?
Antes vengo.
{Descúbrese.)
DON JOAN.
¡ Ay de mi ! Fortuna airada ,
¿Pues cómo...
DOÑA ANA.
Vive el cielo.
Puesto que con vos no bastan |
Ni cautelas prevenidas
Ni finezas declaradas
Para que reverenciéis
De mi decoro las aras.
Que 4 la obstinada violencia
De mis...
DONJUÁN.
Advierte, doña Ana...
Sale LEONOR.
LKONOR.
Advertid , señor don Junn ,
Que es conmigo la batalla
Y que es mia la razón ,
Prevenid valientes armas.
DON JUAN.
¡Fuerte lance!
LEONOR.
Oidnie atento.
DOÑA ANA.
Hoy mi vida se restaura.
LEONOR.
Yo arriesgo, señor don Juan ,
Gusto, interés , vida y alma ,
Advenid vos si estas "son
Prendas para aventuradas
En ser vuestra esposa... No
Parece muy cortesana
La propuesta, pero siendo
Ahora tan de importancia
El darme á entender, es justo
Que de lo vulgar me valga.
Callen retóricos, que
No he de reparar en galas;
Y asi , perdonad por Dios ,
Que tengo de ser muy clara.
c.s verdad que os llamé aiiuche
Por un papel á mi casa.
Que vos vinisteis puntual ,
Que os oculté en esa cuadra
l'oniue mi padre no os viese:
Que al lin os vio, fué desgracia ;
En estos empeños , quien
Oyere estas circunstancias
Juzgará que fué amor todo.
Pues no fué fineza nada.
Vos hasta ahora ignoráis ,
Don Juan , la razón , la causa
Que á llamaros me obligó:
Preciso es ya declararla.
Pero primero os prevengo.
Porque vitoriosa salga
De que he menester en vos
Ostentaciones bizarras.
Llámeos , pues , para deciros ,
Que aunque con rebelde instancia
Mi padre aspiraba ¡i que
Nuestra boda se efectuara;
Y aunque yo en su ejecución
Convenia, era forzada
De sus preceptos, no obrando
Con libertad voluntaria;
Porque el casarme con vos
Era imposible , obligada
Mi atención de cierto empeño
Que ora mi decencia os calla ;
Y que asi , de aquesta boda
Con mi padre os excusarais
Vos, porque no pareciera
Que nacía el estorbarla
De mi arbitrio ; aquesto entonces
Rendidamente os rogaba.
Pero no os lo ruego ahora ,
Porque ya será excusada
Diligencia que yo os pida
Lo que es preciso que haga
Vuestra obligación , don Juan ;
No con violencia tirana
Ocupe trono un afecto
I En el imperio del alma.
Restituid obediencias
A la razón , no postrada
De un ciego antojo al impulse
Viva quejosa; á esta dama
Debéis su honor; atended.
Señor, á tan justa causa.
Redimid tan grave empeño,
No olvidéis tan necesaria
Correspondencia; esforzaos;
Todo lo puede una hidalga
Resolución, una heroica
Bizarría, una gallarda
Nobleza ; más pueda en quien
Consigue prendas tan altas
Las razones que le sobran
Que el dinero que le falta,
i Oh bienes de la fortuna I
¿Que espera quien os alcanza?
¡Virtud, nobleza, hermosura,
V todas las demás gracias
En una mujer que es pobre,
Son dote en moneda falsa!
Ríen sé que conseguirá
Esta persuasión la palma
En vuestro prudente acuerdo.
Y advertid bien , por si os llama
Este afecto, que el casaros
Conmigo, aunque interesada
Conveniencia lo juzgáis ,
Don Juan , hoy, qui/.á mañana.
Le costara vuestro honor
Alguna grave desgracia.
Consultad vuestra cordura.
Que una mujer arrestada
Atropella muchas honras
Por lograr una venganza.
Dichoso puerto procuran
Estas naves, amparadlas;
Una piadosa os invoca ,
Otra advertido os aclama.
Nuestra razón os anime ;
Vuestro interés os persuada.
Para que quietando el golfo
Que tormentos amenaza ,
Ni la una pierda el honor
Ni la otra cautive el alma. (Vate.)
DOÑA ANA.
Yo, ingrato, vil caballero.
Ni con iras ni con ansias
Afectuosas será bien
Declararme apasionada.
Más conveniente remedio
Para su dolencia el alma
Prevendrá ; yo me valdré
De la acción más acertada ,
Enfrenando los desaires
Que contra mi se desmandan.
Yo tendré en tan fuerte empeño
Animosa y temeraria ,
Hoy para el agravio aliento.
Valor para la venganza.
Vase, y don Juan m tras ella diciendo
estos versos, y encuentra con DON
RODRIGO.
DON JUAN.
Espera, aguarda , no pienses
Que he de casarme , doña Ana,
Con Leonor. {Ap. ¡ Pero qué miro .
Oyóme el viejo. ¡Que nada
Me suceda bien !)
DON RODRIGO.
¡Oh ciclos!
¿Que esto escuche? ¡Pena airada!
ll»lilemos, hablemos claro.
Señor don Juan , que pues pasa
A extremo esta inadvertencia,
No es justo disimularla.
Vive Dios, que aunque en mi pecho
Tibios ardores mis canas
Arguyen, que en mi valor
Arden juveniles llamas.
452
comi:dias escogidas de don
A lodo el orbe, si osara
De mi lionor oscurecer
Las antorchas soberanas,
Sin costarnie gran faliga
Mucbo incendióme sobrara.
Si acaso ju7."asteis leve
Empeño el de la pasada
Ocasión, ó fuese culpa
Ogalanleria, es falsa
Presunción ; dévaos lo cuerdo
Noticias más acertadas ,
Que en él perdió mi opinión
Créditos que no restaura ,
Si no es dándole la mano
A Leonor; bien informada
Queda ya Tuestra advertencia ,
Don Juan, délo que ignoraba;
Y mirad no ocasionéis
En mi alguna destemplanza.
Todo queda prevenido
Para que os caséis mañana ;
Yo me lo negociaré.
Que DO he de deberos nada. [Vase.)
DON JDA!«.
Buena esperanza me da
De padre. ¿Hay quien no se asombre?
¿Aun no lo ha sido en el nombre
Y es suegro en las obras ya?
i Cuando juzgué que á Leonor
Obligaba mi cuidado.
Severa ha desengañado
Las finezas de mi amor!
Tanto, que me dio á entender,
¿Quién creyera caso igual?
Que pudiera estarme mal
Quererla para mujer.
Yo excusaré el sentimiento
Desta prevista dolencia,
Curándome en la advertencia
Antes que en el escarmiento.
Que quien entra á ser marido
De indicios no asegurado,
O quiere ser desdichado
O puede ser muy sufrido.
Niegúese , pues, á este injusto
Afecto mi ciego error.
Que aunque me llama el amor.
Primero es la honra que el gusto.
{Vase.)
Salen DON FÉLIX y PEPINO.
DON FÉLIX.
Fortuna , siempre mudable ,
¿Quién te alcanza permanente?
Si estable eres solamente
En no ser jamás estable.
Salen por una puerta DON RODRIGO;
DON JUAN Y DOÑA ANA por otra.
DON RODRIGO.
Señor don Félix , mirad
Que tiene que hablar mi acero
Con vos aparte , escuchad.
DON FÉLIX.
No sé que pueda obligaros
A mostraros descompuesto
Conmigo.
DON RODRIGO.
El haber sabido,
Don Juan , el deslucimieiito
De Leonor y de mi honor.
DON FÉLIX.
Cid, señor don Rodrigo,
Que si me escucháis atento,
Quizá podrán mis razones
Excusar esos extremos.
DON RODRIGO.
Primero de mi venganza...
DON FÉLIX.
Que luego reñir podremos ;
Lugar habrá para todo ;
Pero escuchadme primero.
Siempre Leonor contradijo
De don Juan el casamiento,
Por atender cariñosa
A mis amorosos ruegos,
RA>CISCO DE ROJAS.
Porque liá seis meses que yo
Cortesmente la festejo ;
V aunque ocultó aquella noche
A don Juan en su aposento.
Le llamó para decirle
Que á los tratados couciertos
De su boda se excusase.
Aquesto es cierto, y es cierto
También que debe don Juan
Pagar con justo respeto
La mayor obligación
Hoy á aquesta dama , siendo
Su esposo; él, Señor, está
Resuello á casarse ; luego
Yo también lo estoy á dar
La mano á Leonor, si en esto
Venis , que de aqueste daiio
Ese solo es el remedio;
Mirad si vos lo quedáis
Que yo ya estoy satisfecho.
Si de esta suerte os parece
Que soy bueno para yerno.
Esta es mi mano, y si no
Riñamos , que este es mi acero.
DON RODRIGO.
Siendo desta suerte todo.
Yo soy quien más interefo
En granjearos por esposo
De Leonor, que aunque m'
Fué casarla con don Juan ,
Siendo tan grande este empeño.
Primero es la honra que el gusto.
I intento
Y yo
Cumpliendo
Jl'AN.
mano te entrego.
obligación.
DONA ANA.
Aunque esié en duda, la aceto.
Por redimir mi flaqueza.
PEPINO.
Con lo cual esto está hecho;
Estos señores se casan;
Yo también hago lo mesmo
Con Flora , con que se da
1 Dichoso Un á este cuento.
LA HERMOSURA Y LA DESDICHA.
DON JUAN DE MONCADA.
FABIO, criado.
DON PEDRO DE CARDO-
NA.
PERSONAS.
MONZÓN, criado.
LAUÜA, dama.
INÉS, criada.
LAIN , escudero ve
I LUCINDO , virjo.
EL REY DE ÑAPÓLES.
LA INFANTA, iu/ít'r/««ns.
lDANTEO,íít7/ano.
SEUGASTO, villano.
C.AZAnORES IlEl, RtY.
ACOUPAÍVAUIENTO.
JORNADA PRIMERA.
Salen DON JUA.N t FABIO.
DO» JOAN.
Dejadnos solos.
PABIO.
Señor ,
¿Qué suspensión le divierle,
Cue le ha robado el color?
UüN JCAM.
Nosé.Fabiü.
FABIO.
No es de niuerle
Ninguna herida de amor;
Habla, declara lu mal,
Oue no hay cirujano lal
Como el bien acuchillado;
También soy de amor soldado.
DON jua:».
Fabio, mi nial es morlal:
Vi una mujer de amor ciego
Que el sentido me robó ;
Pero más alizo el fuego
Si 3 piular las gracias llego
Con que el alma me abrasó.
Que laníos los rayos son
De sus divinos despojos ,
Que lia más su opinión
El amor á sus dos ojos
Que al veneuo de su arpón.
FABIO.
¿Hirióte Laura divina,
Luz del sol, lau peregrina,
Que en lodo el lemplo no habia
Más beldad?
DON JUAN.
Ya desconfia
Mi vida.
¿Que no adivina
La curiosidad, Señor,
De un criado! llega á hablarla,
Y empieza á enlabiar lu amor.
Dü^ JUAN.
Quiero , pues, Fabio esperarla ,
Aunque muera en su rigor.
;Qué beldad, y que hermosura !
¿Hay más divina criatura?
ISo pudo naturaleza
Recopilar más belleza;
Merece la fe más pura.
FARIO.
Es tan perfecta. Señor,
Que me atreveré á decir,
Y perdóneme tu amor,
Que si no sabe pedir
Es del mundo la mejor.
Pues si hablo en su cairilad,
No la hay en esta ciudad
Mayor que la que ella tiene;
De lu sangre real viene.
DÜM JUAN.
Habíame, Fabio, verdad.
Que tan rendido á sus ojos
Mi corazón se mostró
Rindiei do humildes despojos,
Que el alma que la miró
Ostentó glorias y enojos,
dorias, en verse empleada,
Si incierta de ser amada.
En tan divino sugelo:
Enojos, porque en efeto
Duda el bien de ser pagada.
Y tan rendido me veo
A su gracia y perfección,
Que me dice ya el deseo
Que hará bien dichoso empleo
Mi abrasado corazón.
Sa/cn LAURA, LNÉSvLMN.
LAURA.
Gran fiesta, por vida mia,
Hemos tenido este dia;
Inés, ¡qué aseo y grandeza,
(,iué lucida gentileza
Enloda la iglesia babia!
IN¿S.
Gloriosa puedes estar,
Aunque tanta gala juntes,
Y esto sin lisonjear
De que has podido matar...
LAURA.
¿A quién?
INÉS.
No me lo preguntes.
Ya yo sé por quién lo dices;
Pero aunque más lo autorices
No espere don Juan favor.
Porque se rindió mi amor
A favores más felices.
LAIN.
Y tanto lució tu talle.
Con haber tantos alli.
Que del asiento á la calle.
Ninguno, Señora, vi
Que dejase dealaballe.
FADIO.
Advierte, Señor, que vienen
Los luceros que te tienen
I Absorto de Laura hermosa ,
! A quien el sol y la rosa
Rayos y beldad previenen.
Llega tierno y temeroso ,
Enamorado y galán ,
Que ya te miro dichoso
Si en sus dos ojos están
Los rayos de Febo hermoso.
DON JUAN.
Tanto rayo, y tanto fuego,
Icaro, temo, si llego,
¥ bien lo puedo temer,
Siendo forzoso caer
En el mar incauto y ciego.
{Llega á hablarla.)
Si pudiese mi humildad
Tener licencia , Señora ,
De hablaros, hoy se la dad ,
A un rendido que os adora.
LAURA.
Decid.
DON JUAN.
Señora, escuchad:
Mi libertad segura
Rlasonó libertades, ya opresiones
Rinde á tanta hermosura, [nes.
Más que libre, contenía en las prisio-
Gozosa con la suerte [le.
I Que tan dichosa halló llegando á ver-
lln jardin oloroso [orar veniste.
i Fué el lemplo en que á matar, si á
Donde el jazmin lustroso
Y el clavel, que de Adonis sangre vls-
Y demás llores bellas, [te
Miré en mil rostros con afrenta dellas.
Mas el tuyo, en quien pone
Tales partes amor, en partes tales
Tanto esplendor compone.
Que si pretenden competir iguales ,
Excedes tanto sola
Cuanto excede la rosa á la amapola.
I'orque liPimosura tanta
l.ds sonlidos lie suerte me ha robado.
Que la viciui-ia canta
lli'jaiidunio de libre aprisionado
Con esos ojos helios
Que trueca amor sus Hechas Iniy por
Mi alma enamorada [ellos.
Ofrece por despojos una vida
Que en tu esfera abrasada
Halló descanso en ti, bella homicida,
Y halló en tus cinros ojos
Del aljaba de amor ricos despojos.
Temple lu luz serena
El furioso rigor de mis dolores.
Pues mi gloriosa pena
Sacrillca á tu honor castos amores,
Y sólo mi deseo
Aspira al dulce lin de honroso empleo.
LAURA.
Digno sucesor os njiro
Desle noble y rico eslado,
Y estar de mi enamorado
Tan presto, mucho me admiro.
Ya con lemor me retiro
De creer lo que decis.
Porque es cierto que fingís
El amor que me mostráis,
Y entiendo que me engañáis.
Pues que lan presto os morís.
Vivid, don Juan, muchos años.
Porque en tanta gallardía ,
Flaqueza tanta podía
Dar que temer otros daños.
No digo que con engaños
Hurláis hoy mi voluntad,
Mas me dice mi humildad ,
•*S4 COMEDIAS
Aunque nobleza l3 anime ,
Que |>ur señor os estime
Ea (anta desigualdad.
Porque el amor entre iguales
Se logra, se anima y crece,
Igualdades apetece.
Mis partes son desiguales
A las vuestras, que son tales,
(^ue las miro sin igual,
Y perder os está mal.
Por mi, sugeto más alto,
Y es quereros bien, si fallo
A correspondencia tal;
Que si el amor es locura,
Vuestro amoroso furor
No espere, no, mi favor ,
Aunque tanto os apresura.
Si fué causa mi hermosura,
Y ella faltare, seré
Aborrecida, y se ve
Pa'enle y claro mi daño;
Porque os llamaréis á engaño.
En ofensa de mi fe.
Más alio y más rico empleo
Merece vuestra persona.
Si perdéis una corona
Va aborrecida rae veo ;
Yo soy humilde trofeo
Para tanto merecer ,
Y asi vengo á responder,
Y estad de aquesto advertido,
Que sois muy grande marido,
(Jue soy pequeña mujer. (Vase.)
DON JUAN.
(,Qu6, se fué?
FABIO.
Una vez no más.
B0>- JUAN.
;Hay más claro desengaño!
Ya es, Fabio, cierto mi daño ;
Detenía.
FABIO.
Ya es por demás.
DON JOAN.
iC6mo tan ¿e espacio estás
Si tan apricsi me muero?
Hoy del vivir desespero,
Hoy mi vida 5»^ a 'abó.
FABIO.
Pues si Lai'ra te malo.
Hoy resucitarte espero.
DON JCAN.
Consuela , Fabio , mi vida.
Yo, Señor, he de veucer
Esta valiente mujer.
Esta gallarda homicida:
Hoy tu esperanza perdida
Keslituye mi lealtad:
Hoy verás mi voluntad.
CON JUAN.
¿Cómo?
FABIO.
Ten, Señor, sosiego,
Espera y veráslo luego.
DON JUAN.
Cielos, mi ma! remediad.
Tocó mi amor el claro desengaño
Al tiempo que á las puertas de la
[muerte
Amaneció mi dicha (;ay, dura suerte!)
Anocheciendo con su mismo engaño.
Declaróse mi amor para su daño;
Mejor fuera callar, si bien se advierte
Qué consuelo, le basta á mal tan fuerte
Qué de consuelo, sobra á un mal ex-
[Iraño.
No quiero vida , si me falta Laura ,
La muerte quiero por el gusto della.
ESCOGIDAS DE DON FRANCISCO DE ROJAS,
Pues que fué de mi fuego ardiente el
[aura
Hoy un desden mis glorias atrepella,
Con esperar mi vida se restaura.
Pues por industria ó fuerza he de
[vencella. {Vase.)
Salen FABIO y LAIN, lejete.
FABIO.
Esto se ha de hacer sin falta ,
Y esta cadena tomad,
Y estimad mi voluntad
Que la enriquece y esmalta.
LAIN.
Por vos la tomo , que yo
Soy hidalgo montañés,
Y sirvo á mi dueño, que es
Oro que mi feesuialló.
Vasallo soy de don Juan
Que aqueste condado hereda,
Y no habrá quien decir pueda
De los que oyéndome están
Que en darle entrada en la casa
De Laura, á quien sirvo hoy.
Degenero de quien soy,
Poríjue si su amor lo abrasa
Y como vos me decis
Se dirige» casamiento.
Loable y bueno es mi intento.
FABIO.
Muy bien, Lain. argüís.
Que si allá pretende entrar
lis por hablar en su amor
Y por pagarla mejor.
LAIN.
En fin, ¿él se ha de casar?
FADIO.
Digo que si; y esto basta
Que siendo tan principal.
Aunque pobre, no está mal,
Siendo hermosa, noble y casta.
LAIN.
Pues en eso mi bien fundo,
Que en casamiento tan alto
De nada pienso estar falto
Mientras viviere en el mundo.
Que, en üu, por mal que me vaya,
Habrá banquete, habrá fiesta.
Que en ocasión como esta
Las casas salen de raya.
Y cuando á medrar no venga
Más que á renovar mis calzas.
Porque ya de puro falsas
No hay cosa que en pié se tenga ,
Será muy grande mi suerte.
FABIO.
Tenga esperanza mayor.
Porque don Juan, mi señor.
Que su obligación adviene ,
Os sacará de escudero
Y os hará mucha merce<i.
Esto con cuidado haced
Como del vuestro lo espero.
Y ahora quedad con Dios,
Que despacio nos veremos
Y en vuestro bien hablaremos.
{Vase.)
LAIN.
Él mismo vaya con vos.
Yo ms veo con cadena ,
No es mal oficio alcahuete
Si tanto medra un pobrete:
¿Si será falsa; si es buena ?
¿Mas si me hubiese engañado?
No, que es moy hombre de bien;
Mas hoy engañan también
Los (|ue dello se han preciado.
Todo es engaño y malicia.
Ya perdido el mundo está,
Estetjue de aquí se va
Fundo su engaño en justicia.
El mercader nos engaña,
Y más si vende liado;
El tabernero que ha dado
Vino , que con agua daña.
Pues el que juega? mal año!
En el dinero, en la cuenta.
Si gana diez, cuenta ochenta:
Muy valido está el engaño.
Las mujeres nos engañan
lín la cara, en los vestidos,
Que hasla los pobres maridos
En la calle las extrañan.
La otra, que es como un tizno ,
Con unturas, con enredos.
Con sólo pasar los dedos
Sale blanca como un cisne.
La otra, como un pepino,
Si con zapatos la ves.
Puesta en dos chapines, es
Como el más gigante pino.
Y la otra que en mi camisa ,
Es aguja ó alfiler.
Caderas se viene á hacer
A puros rollos de frisa.
Yo conozco á una señora.
Que Lorenza se llamaba
Ayer que fregando estaba ,
Y es doña Laurencia ahora.
Y asi. yo voy consolado,
Pues ver la verdad espero
De que no seré el primero
Que perro muerto le han dado.
{Vase.)
I Salen DON PEDRO v MONZÓN, de
I noche.
I DON PEDRO.
Antes que vea mi casa,
A Laura tengo de ver;
;Ay, Monzón , que desde ayer
Toda el alma se me abrasa !
Y tan llena de pesares
Que no me puedo alegrar,
En mi vida fui á cazar
Que tuviese más azares.
Ayer, corriendo el caballo,
El frenóse le rompió,
Y tantos corcovos dio
Que fué milagro parallo.
Si duermo, allí no reposo.
Y si quiero hablar, no puedo.
De pensarlo tengo miedo
De aljíun gran mal receloso.
Soñé anoche que tenia
Una paloma muy blanca,
A quien yo con mano franca
Dos mil amores hacia.
Y que un gavilán muy fiero.
Teniéndola yo en mis brazos,
Entre amorosos abrazos ,
iDe sólo acordarme muero !
A ella se abalanzó
Y quizá de envidia de ella,
Y fué en vano defendella.
Porque tan cerca pasó.
Que con las uñas y pico
Me la dejó casi muerta;
Y aunque el sueño es cosa incierta.
Esto 4 mi desdicha aplico.
MONZÓN.
Pues yo no lo aplico tal.
Que a un caballero cristiano
(;reer en un sueño vano
Ni en agüeros le está mal.
¿Eres tu, Mendoza, acaso.
Que si la sal se derrama.
Se está aquel día en la cama
Sin salir üe casa un paso?
De un señor dcslos oí ,
Que i'Standu un dia á ki mesa
(Aun de decirlo me pesa,
Oue nunca agüeros crei),
Y un paje con poco líenlo
El salero derramó,
l'nadaga le liró.
Pagando su poco líenlo
Con la vida, ¡hay tal crueldad!
Yo al paje mas bien matara
Si el vino me derramara,
Que es de mayor calidad.
DON PEDRO.
¡Siempre has de estar tú de liunior!
Deja esas vanas quimeras
Y habíame una vez de veras.
MONZO:».
¡Hay más notable rigor!
Mira, Señor, que es muy tarde
Porque ya darán las diez.
DON PEURO.
(Ap. Yo muero de aquesta vez;
Animo, valor, cobarde.)
Bien dices, llama á esa puerta;
Aguarda, que viene gente.
No llames. Monzón, delente;
Ya fué mi sospecha cierta.
Ketirale a aquesta esquina ,
Que no quiero que me vean;
¿Sabes tu quien estos sean'.'
¡Gran mal el alma adivina!
{Escóndense.)
Sa/ín DON JUAN Y FABIO.
DON JUAN.
¿En fin, dijo que abriría
La puerta al punto, Laio ,
Y (|ue mi persona, en fin,
En su aposento pondría?
FABIO.
A las diez dijo. Señor,
Que viniésemos aquí,
Y que él estaría allí
Para que fuese mejor.
Y que aquella seña hiciese.
Porque el despierto estaría
Y en oyéndola saldría
Porqué la puerta le abriese.
DON JUAN.
Haz la seña, que ya es tarde,
Porque el alma enamorada
(Incierta de ser amada)
Haga de su amor alarde.
(Hace la señal I'abio sacando la esjm-
da y dando por la puerta del ves-
tuario; abre Lain, y entran.)
Salen DON PEDRO i MONZÓN de
donde están escondidos.
DON PEDRO.
Uonzon, ¿qué es esto que veo?
Que para desdicha lanía
No hay valor ni sufrimiento ;
Cayó muerta mi esperanza.
¿Laura, traidora? ¿es posible?
¿No era ayer un ángel Laura?
Pues en seis días Je ausencia
¿Pudo haber tanta mudanza?
Ven acá; ¿abrieron la puerta
Que halló seis años cerrada
Mi amor, que la abrió con fe
De ser su esposo y palabra?
MONZÓN.
SI, Señor, yo la vi abrir.
LA nERMüSLRA Y LA DESÜICIIA
DON PEDRO.
Calla infame, infame calla ,
Que se engañaron tus ojos.
MONZÓN.
Digo que durmiendo estaba.
DON PEDRO.
Si, Monzón, que sueño ha sido.
Porque ya me dice el alma
Que míenles tú, y miento yo,
Y mienten los que la infaman ;
¿No vi dos hombres entrar,
Y no los viste tú? acaba.
MONZÓN.
Mira, Señor, ¿qué diré?
Que si digo si, me malas,
Y si digo no , también.
Digo...
DON PEDRO.
¿Qué?
MONZÓN.
No digo nada.
DON PEDRO.
A fuera vanos contentos.
Engañadas esperanzas ,
Locas imaginaciones ,
Mal entendidas palabras.
Inconstante le de un griego ,
Sinon.que en fuego me abrasa';,
Mal empleados favores
Y glorias mal empleadas,
Porque si os tuve por ciertas
Con mentiras me engañaba.
Y pues que asi os llego á ver ,
Mejor fuera que cegara;
¿Es posible que en seis días
Se mudase aquella ingrata,
Siendo aurora de mi amor
Y de mis ojos el alba?
¿Qué tengo ya que esperar
Sí su heimoso sol me falta
Eclipsando su luz pura?
¡Quién pensó que se eclipsara!
Contento, imaginaciones.
Fuego, fe, esperanzas, ansias,
Favores, glorias, mentiras,
Seguridad, sol y alba,
Beldad, amor, niebla oscura.
Pensamientos y luz clara ,
Dejadme lodos, pues me deja Laura,
Poco puede el dolor, pues no me aca-
Leon Albano, cruel, [ba.
Y liera tigre de Hircania ,
Basilisco ponzoñoso
Que con la vista me matas;
Engañoso cocodrilo
Que con tu llanto me engañas;
Sierpe espantosa de Libia
Que me encantas con la cara ;
Lobo carnicero y fiero
Que mí pecho despedazas;
León, tigre, basilisco.
Áspid, cocodrilo, ingrata.
Sierpe, lobo y lodo junto.
Pues que tu nobleza infamas.
Motadme lodos, pues me mala Laura;
Poco puede el dolor, pues no me aca-
MONZON. [ba.
Señor, mira que le oyen
Estas rejas y ventanas,
Y que lu infamia publicas
Y que puede ser sin causa.
DON PEDRO.
Ven acá; dime. Monzón,
Viste por dicha mi alma,
Mas no la conocerás ,
Porque va muy disfrazada,
Qu(^ ya perdió su hermosura.
Que como era prestada
Y Laura se la quitó,
iN'cgra $e ha vuello de blanca.
MONZaN.
Señor, mira lo que dices.
Que ya locuras no agradan,
Une como todos son locos
Y (juicren cosas no usadas ,
Y son tanto las locuras.
No gustan de que las hagas.
Vuelve á lu ¡lapel de cuerdo,
(Jne estos señores lo mandan,
Y oye, para lu consuelo:
Laura es espejo sin mancha;
No creas, ni aun lo que vieres.
Que aquesto en el mundo pasa;
Puede ser que á ver entrasen
Alguna falsa criada,
Que como sueles entrar
l'or aipiella puerta falsa
üel jardín, ellas no quieren
Que esté á sus gustos cerrada.
DON PEDRO.
Déjame, Monzón, que busque
Mí muerte esta noche airada.
MONZÓN.
Pues también entró un criado ,
Y callo, pesia mi alma,
Y puede tener mí pecho
Muerte, fuego, indicio y rabia,
Y puedo decir turbado
Y con turbadas palabras.
Repitiendo en altas voces ,
Leona, loca, gualdrapa, (falta.
Dejadme y matadine , pues Inés me
Poco puede el dolor, pues no me aca-
[ba. (VaJ«.)
Salen DON JUAN y LAIN.
LAIN.
Este es. Señor, su aposento.
Yo voy, por si Laura llama;
Pisad, mi Señor, con liento,
Que ya en mi garganta siento
La venganza de su fama.
Si sabe que yo he sabido
Que queil.Tís aquí escondido.
Ya mi desdicha me advierte
Que Icngo cierta la muerte*.
Mirad si es mulo el parlido.
Mas cuando vea que tiene
Tal dueño, y marido tal ,
Y que a ganar lauto viene ,
El premio á su dicha igual
A mi lealtad se previene.
Ahora en aquella parte
Que aquella cortina ¡larte
Podéis estar escondido.
Porque yo á Fabío he metido
A donde' aguarde.
DOn JUAN.
Pues parte.
Mí cielo es este aposento,
Lain, aquí esperaré.
Que tanta alegría siento ,
Quo en albricias del contento
El corazón te daré.
Salen LAURA, desnudándose, i INÉS,
con una luz , que pondrá sobre un
bufelillo.
LAURA.
Acuéstense esas criadas
Que ya son las once dadas;
Aqucsos vestidos coge.
Toda esa gente recoge.
INáS.
Va están, Seliora, anostadas.
4a;
LAURA.
Di-jiime esa luz alii
Poripie me quiero acostar;
Que no eran las diez creí.
No sé qué esta noche vi
Que no puedo sosegar.
Quien ama está sin sosiego,
Itien pintan el amor ciego;
¡ky, don Pedro de mi vida!
A ii tengo el alma asida,
Ya soy fuego, ya soy hielo.
Seis dias ba qiie te iuiste
A caza; qué mal has hecho;
Porque desde que saliste,
Dejaste mi tierno pecho
Sin alma, aüigido y triste.
voy ¡OkV. (Saliendo.)
Caminad pasos sin miedo.
Pues que merecerla puedo ;
Ánimo, vil corazón ,
Que mujer en la ocasión
No está de rendirse un dedo.
LAURA.
¿Qué es aquesto? ¡santo cielo
¡Tal traición y tal maldad!
Para tu justicia apelo;
¡ Que tan gran temeridad
COMEDIAS ESCOGIDAS DE DON FnAN'CISCO
Por más llanos liemisrerios
Busqué liebre fugitiva
Y el limido conejuelo.
El alta región del ñire
Con entretenidos vuelos
Visité con mis halcones
Perturbando su sosiego.
Donde remontadas garzas.
Que alarde pomposo hicieron
De sus mal guardadas plumas
Adorné mis camafeos.
El mar en hundosa plata.
Previniendo mis deseos.
Me tributó plateados
Sus peces en mis anzuelos.
Que por más osteutacion
Ellos de platos sirvieron.
Con que á mi gusto N'eptuno
Fué tributario perpetuo.
Los altos montes, los valles.
El aire y el mar , tuvieron
En mi ofensas de sus hijos
(¡ran número en largo tiempo.
Con estas cosas pasaba
Con este entretenimiento
Contenta vida. ¡Ay de mi !
i Qué poco dura el contento!
Hasta que por mi ventura
Miré tus ojos serenos,
Espejos donde miré
El alma que ya te ofrezco.
Aun no sé si me miraron.
Que á mi libertad sirvieron
De venablos y de arpones
V de amorosos anzuelos.
Encubra tu negro velo
¿Quién eres, hombre, qué quieres?
DON JÜAK.
Quedo, Laura, no te alteres ,
Que el amor me tiene aquí ,
Y pues me ha encubierto asi
¿Porqué mi glorias dilieres? i ,• , , ,i i •
, n^.^™;,--™., \ ^fgo pl nion'Pi el laño, el aire
(Desembocase ) ; ^ ,¿,„i, g, ^3^ en mi pecho
Yo soy don Juan de Moneada,
Que al conde, mi padre, heredo
Estas tierras y estos mares ;
Bien sabes, Laura, si miento.
Aquesta noble ciudad
Fué de sus condes asiento,
Con justa causa elegida
í>or su nobleza y aseo.
El mar con cerúleas ondas
El pié le besa, erigiendo
Altares de verdes ovas ,
De espuma y plata cubiertos.
Tributo le paga el mar
Desde el humilde cangrejo
A la disforme ballena.
De aquestos mares portento.
La tierra en copia abundante.
Por mostrar su rendimiento ,
Fértil le tributa I rutos
En señal de sus deseos.
En Navarra y Aragón
Desean mi casamiento
Sus dos hermosas infantas
Que son de hermosura extremo.
El rey de Ñapóles quiere.
Con pareceres diversos.
Que elija su bella hermana
Por aumento de su reino.
Amor, que es ciega deidad
En tan distintos extremos ,
No inclinó mi libertad
Ni rindió mi libre pecho.
Y yo, que libre hasta entonces
Hice de sus Dechas juego.
Mil beldades desprecié
De que ya el castigo siento.
Las fieras por estos campos ,
Partos destas sierras, fueron
Perseguidas de mi brazo,
Pagándome todas feudo.
Desde el jabalí cerdoso
Al ciervo y gamo ligeros
Me rindieron por despojos
Sus colmillos y sus niie<los.
Tal vez cansado del monte,
pecho
I Con sólo tus bellos ojos
I Los hijos que alli perdieron.
Y Cupido vengó injurias
(Jue sus soberbias le hicieron,
I Humillando á tu deidad
Mis soberbios pensamientos.
I Con ellos te ofrezco un alma ,
Y de ser tu esposo ofrezco
La fe y palabra, que hoy
: Se la niego á tantos reinos.
' Mira, pues, lo que me debes,
Y mira si salir puedo
De aquisin el sí dichoso,
I Premio á amorosos deseos.
Tú hermosa, jo enamorado,
I Y solos en tu aposento.
Necio seré si dejare
La ocasión de los cabellos.
LAURA.
Don Juan, atenta te oí,
Y no sé de qué te quejas;
Mal satisfecha me dejas
Si tan desgraciada fui.
Si dices que á amar mis prendas
Un puro amor te obligó,
;. Di qué causa he dado yo
Para que mi honor ofendas?
^obleza tu pecho anima,
Y no es posible que hagas
Cosa en que no satisfagas
A lo que el inundo te estima.
Y si aqui tu amor es loco,
Harélo muy cuerdo yo.
Porque el honor me enseñó
A tener la vida en poco.
Con medios tan desiguales
Más fácil será juntar
La tierra, el cielo y la mar
En paralelos iguales.
Que no estimar vo locuras
De amor con ínfimos medios^
Y con tan torpes remedios
Aficiones mal seguras.
Áspides, brasas y espadas
casto pecho me ofrece ,
Que más el amor merece
En mi que no en las pasadas;
Cristiano valor me obliga.
No bárbaro , como á ellas:
Mi valor ha de vencellas
En tan honrada fatiga.
Sí algún amor me tuviste.
Muéstralo, don Juan, en ser
Comedido con mujer
A quien dices que quisiste.
Que vencimiento mayor 1
Será, y de alabanza abismo.
Vencerle honrado á ti mismo
Que infame perder mi honor.
Yo me tengo de casar,
Mas honrada, con un hombre
Nada inferior á tu nombre,
O la muerte me has de dar.
Ya que con vil proceder
Solicitaste mi muerte.
Mi resolución advierte.
He de morir ó vencer.
Que mujer determinada
En tanto desasosiego.
Es inlierno, es rabia, es fuego
Para .su defensa armada.
Y es coger el viento vano
Y poner al campo puerta
Creer que aun después de muerta
Puedas tomarme una mano.
DON JBAM.
Mira que remedio espero
Y que en tu hielo me abraso.
LACRA.
Desvia, deten el paso.
Alevoso caballero.
nOX JUAN.
SI ves, Laura, lo que ganas,
Y que yo la vida pierdo.
Que del vivir no me acuerdo
Y que son tus fuerzas vanas,
¿Por qué niegas á mi dicha
Lo que por ella gané?
Hoy tu marido seré.
Aunque pese á la desdicha.
(Llega á abrazarla.)
LACRA.
¡Cielos, que aquesto sufrís!
¡Cielos, que aquesto miráis!
¡ Cielos, y no me matáis
Y vivir me consentís!
DON JUAN.
Que sirven tantos lamentos
A duras orejas, Laura ,
Pues tu honnr no se restaura
Con levantados acentos.
Que dar voces tan crecidas
No pueden aprovechar.
Sino sólo publicar
Inf.imias de amor nacidas.
Calla, pues.
LAURA.
Fiero, tirano.
Antes que adelante pases.
Para que vivo le abrases
Tengo un rayo en cada mano.
Antes muerta me verás
Que á tu infame amor rendida.
Yo seré de mi homicida
Y asi no me gozarás.
Los volcanes sicilianos
Llevo en el alma y el pecho,
¡ Mira si en tanto despecho
No son tus intentos vanos!
Que el honor que me provoca
Contra tu apetito ciego.
Arroja en ardiente fuego
Un incendio por la boe».
DOy JUAX.
Ya es por demás advenirme;
Por fuerza te he de gozar.
LADRA.
Primero me has de malar,
Que mi honor es roc.i firme.
¡ Cielo santo , socorredme !
Inés, Lucrecia, Leonor,
Que me mata este traidor;
¡Casto honor, favorecedme!
¿No me oje nadie? ;ay de mi!
tO-^ JIAN.
Yo te oi?o, que te adoro.
(Énlranse forcejeando.)
Salen INÉS, medio desnuda, i LMN.
IMiS.
Alguna desdicha lloro.
LAIM.
SI lo saben, muerto fui.
Dox JUAN. {Dentro.)
¿Eres infierno o mujer?
LAIIRA.
Cielo, tu remedio espero,
Si tu poder considero
No me dejaré vencer.
1\ÉS.
Lain, esa puerta rompe.
LAIX.
Qué diablos he de romper.
Si no me puedo tener
Del miedo, que me corrompe.
LADRA. [Dentro.),
No soy mujer, sino furia
A quien quisiste quitar
Kl honor, para robar
Prenda que basta el alma injuria.
(Suenan dentro golpes en las tablas.)
INÉS.
En uno de los balcones
Del aposento escondido
De Laura, siento ruido ;
Recelo nuevas traiciones ;
Vamos á verlo, Lain. {Vate.)
LAIM.
Hoy me pringan como á negro
\ a los muchachos alegro,
Hoy mi vida tiene fin.
<Vo me veo con cadena ,
No es mal oficio alcahuete
Si tanto medra un pobrete ,
Si será falsa? si es buena?»
Ahora me lo dirán
Que me sajan puesto en cueros ;
¿Pondré que los mosqueteros
Pidiendo mi muerte están? {Yase.)
Salen DON JUAN T DON PEDRO, abra-
zados, con las espadas desnudas, ro-
dando por el tablado ; desásese don
Pedro y levántase; prueba don Juan
y no puede, que estará herido ; hace
fuerza con la espada para levantar-
se; qitiérelo acabar de matar don
Pedro , y dice afirmando la espada
en el suelo:
DON JLAN.
Muerto soy, hombre , delente ,
Que soy don Juan de Moneada,
V espada que es tan honrada
No es justo vileza intente.
Salen INÉS v LAIN , como ánits, con
uno hacha.
LA IIERMOSLRA Y LA DESDICHA.
DON PEDRO. {.\p.)
¡Cielos, qué podré yo hacer!
Cuando muerto vengo á ver
Por mi propia mano un hombre
Que es mi natural señor.
Sale MONZÓN todo alborotado con la
espada desnuda,'! DON PEDRO lle-
ga al herido y lo sustenta.
MONZÓN.
t aguardó aquel gallina
No
Que yo le hiciera (
l'uése con alas de azor.
DON PEDRO.
Calla, Monzón.
MONZÓN.
¿Qué es que calle
Cuando con él me dejaste
Por la pared que saltaste
Se echó de un salto á la calle.
DON JDAN.
Ya, don Pedro de Cardona,
Que muero tan justamente.
Será razón que te cuente
Lo que tu valor abona:
Mi nobleza te perdona
Las heridas que me has dado,
Porque he sido yo el culpado
En querer con torpes medios
Buscar al amor remedios
Que asi me tuvo abrasado.
No supe yo que tenia
Su alicion Laura fiada
De una espada lan honrada,
Más dichosa que la mia;
Ser su esposo la ofrecía
Y ser mi esposa no quiso.
Tan grande desden me hizo
Hacer tan grande locura;
La cansa fué su hermosura
Que fué de mi alma hechizo.
Si Laura á mi me dijera
Que á ti te tenia amor.
No intentara tal furor
Sabiendo que tuya era;
Nuestra amistad verdadera
Abona este noble intento.
Perdona mi atrevimiento.
Que fui necio en no pensar
Que no la pudo obligar
Si tu noble nacimiento.
A ella pido perdone
Las ofensas del amor
Que hizo el ciego furor
Puesto que el amor lo abone,
Que no es justo que blasone
De haber rendido aun rendido ,
Y pues que muero atrevido.
Muera también consolado
De que muriendo be ganailo
Lo que viviendo he perdido.
El Conde, mi padre, viejo.
Con el amor que me tiene,
A lu garganta previene
(Fuerza es no admita coníejo
Viendo asi roto su espejo)
El cuchillo ó el cordel;
Huye, pues, don Pedro, del ,
Que el dolor del corazón
Sin medirse á la razón
Siempre se mostró cruel.
(Uételo Lain.)
MOKzon.
¿Señor, qué hacemos aqui?
Vive Dios, que es linda flema ,
Que estés mirando de tema
A Laura, que no está en si.
¿Y ella qué me dice á mi ?
No ha sido casi Lucrecia?
No, que tanto el vivir precia,
Que sin ver puñal ni espada
No se matara gozada
Ni se defendiera necia.
DON PEDRO.
¿Laura, qué es esto que veo?
¿Laura, qué es esto que miro?
Si miro á don Juan, admiro
En él tan torpe deseo;
Si veo su buen empleo
Envidio resolución
Que pudo hacerlo Faelon
Del sol con un mismo fin ,
Pues murió como él, en fin.
Por más gloriosa ocasión.
Hoy mi vida infausta ve
Dudar de su cierta muerte;
El temor allí me advierte
Y el amor me advierte aqui,
Y no sé si aqui ó allí
Acuda, Laura , primero;
Si me estoy, la muerte espero ,
Que el Conde me la ha de dar.
Si me voy, me he de matar.
Que vivir'sin ti no quiero.
Y guerra tan desigual
Y tan dudosa batalla.
Viene el amor á acaballa
Eligiendo el menor mal.
No liene el temor igual
Con el amor si se advierte,
Y tengo por mejor suerte ,
Aunque pudiera vivir,
Verte, mi Laura, y morir.
Que no vivir y no verle.
LABRA.
Don Pedro del alma,
Que sin ti no vive.
Combatir me veo
De Sella y Caribdis.
Mi muerta esperanza
Su daño publique,
Y llagan sus obsequias
Mis lágrimas tristes.
Si le ausentas muero,
Si te quedas, triste
Lloro ya lu muerte.
¡Qué mal tan terrible!
Muera yo, don Pedro,
Que el amor me dice
Mi vida desprecie
Y la tuya estime.
Huye; mas no huyas.
Que veo al partirte
Parí Írseme el alma
Que en verte consiste.
¿Mas como te tengo
Y no dejo irte,
Si porque te quedas
Tu (in apercibes?
Pues irte y quedarte
Es un imposible,
Y también lo es
Vivir yo y partirte.
Ni vayas ni quedes,
Vscrá posible
Si miras que puedo
Yo, mi bien, seguirte.
Contigo me lleva.
Tengamos felices
Una misma suerte
Si nn mal nos aflige.
Si fuere contraria
Será menos firme ,
Que el mal repartido
Es menos terrible.
Si fuere propicia
Será más sublime i
lüen comunicado
Itienes apercibe.
A remotos reinos
408
Puedo yo seguirte,
Uue el amor allana
Montes de imposibles.
Si dejarme quieres
Mil males me oprimen,
Que como culpada
Duerrán perseguirme.
Y estando lü ausente
Son monos sufribles
Los pequeños males
Las penas humildes.
Al rey don Alonso
Oe Aragón, insigne,
Pues su sangre tengo,
Iré yo á pedirle
Cartas para el Conde ,
Que si el Rey le escribe
Libre te veré
De quien te persigue.
Vamonos, Señor,
Pues estamos libres.
Que si aqui te prenden
Moriré infelice.
Más vale que en Francia
Tu valor publiques,
O en Ñapóles bella
Una lanza vibres.
Que no en Barcelona
En peligros viles
l)e prisión ó muerte
Quedes tan á pique.
DON PEDRO.
Tu parecer, Laura, apruebo,
Que llevándote conmigo
Toda mi pena mitigo.
Pues toda mi gloria llevo.
Que si amor me tiene ciego,
£l peligro de perderte
Ya menosprecia la muerte,
Y por verte á ti vivir
Quiero más infame huir
Que no valiente no verte.
(Vanse.)
sioMzo:^.
¿Ha de haber también endechas?
Que las aguarde un cartujo.
INÉS.
El diablo aqui á ti te trujo.
Siempre traes palabras hechas.
JIONZOH.
¡Que tenga ahora deshechas
Yo las galas desoldado!
Por Dios, que soy desgraciado.
Que merece mi persona
No tan infausta fregona.
INÉS.
Bien dices, un obispado.
MO.NZOM.
¿He sido alcahuete yo?
Porque yo no metí én casa
A quien puede, siendo brasa,
Quemar la estopa que vio.
Aunque muy bien lo pagó.
INÉS.
¿Y lo metí yo por dicha?
MONZÓN.
¿Pues quién lo metió?
INÉS.
La dicha
Hermosura que has mirado,
Porque siempre se han juntado
La Hermosura y la Desdicha.
OOriEÜlAS ESCOGIDAS DE DON FRANCISCO DE ROJAS,
.I01li\AD.\ SEGUNDA
Salen EL REY, LA I.NFANTA, su her-
mana, y ACOHPAÑAUIENTO.
REY.
Esto me escribe el condi, hermana
[bella,
Y me parece empleo conveniente
A tu estado y tu edad, y igual á ella
Don Juan, su hijo , que en los años
[veinte
Muestras ha dado con que aqui atro-
[pella
De no hacerio , cualquiera inconve-
[nienle,
Fia, pues, hoy de mi tu estado y gusto,
Que soy tu hermano y desearlo es
[justo.
Don Juan es mozo y único heredero
De Barcelona , y mozo en quien se
[miran
Partes de quien aumentos mil espero,
De quien vicios de mozo se retiran ;
De principes cristianos el primero.
Es que á tu casamiento, hermana, as-
[piran;
Muy discreto, cortés, grave, brioso;
Es á caballo fuerte, es á pié airoso.
Y aunque estas dignas prendas y otras
[tiene.
No quiero responder al viejo conde
Sin ver tu voluntad, que ya previene
Lo que tanto á tu aumento correspon-
[de;
Que en tales casos bien sé que con-
[viene
El gusto más que cuanto el mundo
[esconde,
Que casarse con gusto hasta en los
[reyes
Hace de amor suave el yugo y leyes.
INFANTA.
Hermano, rey. Señor, hónrame tanto
Tu alteza, á'quien estoy tan obligada
Por lo mucho que debo, que me es-
[panlo
Que acabe yo conmigo esta jornada;
Mezclaré la alearía con el llanto
En verme de esta casa enajenada.
Porque no hay para mi mayor riqueza
Que en Ñapóles vivir con vuestra al-
[leza.
Y al conde responder de Barcelona,
Pues le doy en un si, bello trasunto
De Venus, de Minerva y de Belona;
Llore Ñapóles hoy , pues perdió junto
Lo que pudo perder en tu persona;
Haga tiestas España, pues que gana
Hermosura tan noble y soberana.
{Vase.)
INFANTA.
Si no se vende bien por todo el oro
La libertad preciosa que poseo
¿Cómo á su estimación consigo empleo,
Y á mi valor tan mal guardo el deco-
[ro?
¿No es gran bajeza que tan gran tesoro
Por sólo el nombre entregue al que
[no veo,
Y extraño esposo engañe mi deseo.
Que nunca conocí y ausente ignoro?
¡Bárbaro acuerdo," con color de ho-
[nesto.
Pues vida y honra de una sombra fio.
Necia resolución, concierto injusto!
I Mas cielos , que he de hacer , si doy
[con esto
Corona á mi cabeza , hermano al mió,
A Italia nuevo rey, al reino gusto!
Sale DON PEDRO , medio desnudo, y
mojada la cabeza como que escapa
de alguna tormenta.
DON PEDRO.
i Valedme, cielos, ay, fortuna airada!
Después de tal desdicha y tal tormen-
Y ya á la vista de la tierra amada [ta,
¡ Que quedase yo vivo en tal afrenta
Y que pise la cumbre cristalina
El alma que me anima y me sustenta!
¿Dónde estás, Laura hermosa y pere-
■ , f^"""'
Laura, que de mi alma un tiempo
[fuiste
Laurel de Apolo y Dafne más divina,
Si algún amor viviendo me tuviste.
Muéstralo en destruir la ingrata vid
Que digna de vivir un tiempo viste;
Ó yo seré forzado mi homicida
Ó la pena lo es ya de verte muerta;
Pues quedé casi muerto en tu partida.
El bien dudoso y la esperanza incier-
Pues esperar no puedo bien ninguno.
Hoy de mi amor es la desdicha cierta.
Al mar quiero volver, porque Neplu-
Lo mucho que mi amor hoy debe, pa- Restituya deidades á mi alma, [no
[gO '- ' :--l:._ .,
Con el amor, hermano que en mí vive,
Con que en parte, no en todo , satis-
[fago
Del caudal pobre que mi amor recibe;
De querer sólo tengo hoy el amago,
Y pues que aqueste amor no lo prohi-
[he.
Tu alteza al conde escriba , que yo
Que soy tu hermana y que tu gusto
REY. [sigo.
No menos de tu ingenio soberano
Y de nobles virtudes que en tí veo
Espere , bella hermana , y en mi mano
Quisiera el mundo ver para trofeo
Que rendir á tus pies, y fuera vano
Don á lo mucho, hermana, que de-
INFANT*. [seo.
Guarde Dios á tu alteza, á quien
Que sin Laura no tiene bien alguno ;
De la mayor victoria goce palma ,
Que entre tantos naufragios no me
[queda
Sino la vida muerta, el bien en calma;
Faltó quien consolar mi vida pueda,
Y pues faltó la luz, sobren tinieblas,
Cubran mi muerta vida oscuras nie-
[blas.
Vase á entrar , y por la misma par-
le sale LUCINDO , viejo, que lo de-
tiene.
Deten, joven, el paso, que te lleva
A acabar sin valor la vida amada.
Que no hay dolor que á tal rigor te
[mueva,
Q le sí tu hermosa luz viste eclipsada,
^n es gusto que le falte á tu nobleza
El ser vállenle, de que fué dotada;
Rey de cuanto el sol gira, el mar ro
RET. [dea
["ea I yue morir sin valor es gran bajeza',
Y dejarse vencer de la fortu
Es faltar al valor la furlaleza;
I Yo voy á dcspacliar á España al punto, ' El cielo te dará más oportuna
Ocasión de quejarte de mi ahora, [na;
Si en lu pesar me alcanza parle algii-
¿(Jué mal tu triste suerte infausta llo-
¿Qué causa i tal lugar te ha conduci-
[do?
i De dónde vienes? que mi amor lo ig-
[nora,
Tiis lastimosas quejas causa han sido
De que mi albergue rústico dejase
De tu dolor y pena enternecido,
Y pues el cielo quiso que te hallase
Kn este monte, habitación de fieras,
Me obligó tu desdicha á que te amase;
Como servirte de mi albergue quie-
En él con voluntad serás servido
Con poco fausto, mas con muchas ve-
DON l'EDIiO. [■'^S-
Padre, si mis desdichas me han Iraido
A ver tu rostro, ya me alegra el verte.
Aunque de lo pasado esté aüigido.
LUCIRDO.
Hijo, sigue mis pasos, que á la muerte
Caminan presurosos, que en mi cueva
itlás consuelo tendrá tu adversa suer-
te
En que el valor del ánimo se prueba.
DOJI PEDRO.
Vamos, padre , que allí sabrás mi his-
[toria.
Verdugo de mi vida en mi memoria.
{Yarise.}
Salen DO.N JUAN t FABIO, criado.
Bien pareciera. Señor,
Que en esta noble ciudad
Que te tiene tanto amor.
De aquel traidor la maldad
Castigaras con rigor ,
Si como infame no huyera
Y tan apriesa se fuera.
Yo sé que no derramara
Don Pedro mi sangre clara
Si supiera de quien era.
Y asi de traidor el nombre,
Kabio, en rigor no merece ,
Que me hirió con valor de hombro ,
Y de que huyendo se fuese
Tampoco, Fabio, te asombre.
Sin conocerme me hirió ,
Conociéndome huyó ,
Y asi se deja entender
Que en su noble proceder
Valor y lealtad se vio.
Valor en poderme herir
Valiente y determinado,
Y la lealtad en huir.
Porque á mi padre enojado
No pudiera resistir.
Sólo fué traición llevarme]
A Laura, y asi dejarme
Puede, Fabio, consolarme.
¡Ay, Laura, qué mal has hecho
En no pagar mi vert'ad.
Que me dejaste en el pecho
La imagen de tu beldad
Y en tu lirme amor deshecho '.
¿Qué haré, Fabio, que me muero?
Si por estrella la quiero
Y con tal fuerza de estrella ,
Que en sólo verme sin ella
De la vida desespero;
i De qué me sirven Estados,
Valor, gracia y gentileza ,
LA IIEHMOSIKA V LA DESDICHA.
Si mis deseos burlados
Los miro de una belleza
Sin jamas verlos pagados?
iQue haré, di, en desdicha tal?
FABIO.
Divertir, Señor, tu nial,
Olvidar un imposible.
DON JUAN.
¿Cómo puede ser posible?
Porque es mi amor inmortal.
FABIO.
Muy bien: pensando defetos,
Que la más bella mujer.
Si adviertes, en sus efetos
Hallarás que viene á ser,
Como dicen los discretos.
Fácil, mudable, liviana,
Antojadiza y tirana,
Causa de inünitos males,
Mira si con causas tales
No fué tu esperanza vana;
Si Laura, tan bien nacida ,
Tan hermosa y tan discreta
Te pudo costar la vida,
Y hermosura tan perfela
Pudo ser bella homicida,
¿Qué tienes ya que esperar?
Prueba, Señor, á olvidar.
DON JUAN.
Intentas, Fabio, mi muerto ,
Que contenta con su suerte
No puede á Laura dejur.
FABIO.
¿Quieres olvidarla?
DON JUAN.
No.
FABIO.
¿Pues qué quieres?
DON JUAN.
Ver á Laura
FABIO.
¿Quién puede buscarla?
DON JUAN.
Yo,
,Qne de su hermosura el aura
A su luz mi amor guió.
FABIO.
; Dónde has de hallarla?
FABIO.
Morirás con tal despecho.
DON JUAN.
Viviré con dicha tal.
DON JUAN.
Inmortal, Laura me ha hecho.
FABIO.
¿Cómo puede á ti (piererle
Si á don Pedro quiere bien?
DON JUAN.
Repara, Fabio, y advierte.
Que del amor y el desden
Nació mi enemiga sucrle;
El amor crece con celos ,
Son de amor sutiles velos.
Si, pero no averiguados.
Que estando tan declarados
Se convierten en desvelos.
I.'n clavo saca otro clavo.
Saque un amor otro amor ,
Y pues que tu ingenio alabo.
No quieras con tal rigor
Siendo libre hacerle esclavo.
Prueba á amar otra hermosura ,
Que tu valor me asegura
Que ha de ser muy bien pagado ,
Que más de dos te han mirado
Epílogos de hermosura.
DONJUÁN.
No hay beldad que me contente ,
Kabio, si digo verdad,
Ni mi firme amor consiente
Queme incline á otra beldad.
FABIO.
¿No ves que está Laura ausente?
DON JUAN.
Dentro de mi pecho está.
¥ si duermo, allí suspiro ,
Ya despierte ó duerma ya.
Divierte, Señor, tu pena
Haciendo alguna jornada,
Pues tiene la fama llena
A Europa de la extremada
Hermosura de Sirena;
Sirena del mar ha sido
En la tierra que ha vivido.
Sirena , la infanta hermosa
De Ñapóles, que amorosa
Muerte en todos ha esparcido.
Disfrazado y encubierto
Á Ñapóles puedes ir,
V ten, mi Señor, por cierto,
Que en la gloria del partir
Está tu bien encubierto.
De secreto puedes verla,
Pues llegas á merecerla.
Si hace que á Laura olvides ,
Tu valor y tu amor mides
Sin temores de perderla.
Que el Rey, su hermano, desea
Que este casamiento hagas,
Y antes. Señor, que te vea
Es bien que te satisfagas ;
Puede ser que tu bien sea.
Deja á Barcelona, pues
Que acabar tu vida ves ;
A Italia vamos. Señor,
Vea el mundo tu valor
Que gloria del mundo es.
DON JOAN.
No puedo, Fabio, dejar
De ver la casa y la calle
De Laura, y de suspirar
Por aquel airoso talle,
Por demás es porfiar.
Si fuera la Infanta hermosa
Más que el clavel y la rosa.
No puedo, Fabio , quererla ;
Con esto para perderla
No quiero verla quejosa.
Por ver á Italia, Señor,
Has de hacer esta jornada;
Hazme ámi tanto favor.
Que tener tu vida en nada
Es mostrar tanto rigor.
Tu vida consiste en ella ,
Porque es es la Infanta tan bella,
Que en llegándola á mirar
Luego á Laura has de olvidar;
Tu vida consiste en vella.
DON JUAN.
¿Qué, tan hermosa es la Infanta?
FABIO.
I Tanto, que es del mundo espanto :
Desde el cabello á la planta
Es un milagroso encanto ,
Que no hay alma que nu encama
Es de los nionles Diana
La bella napolitana ,
Atalanta en ligerexa ,
Es Palas en la braveza ,
Üe Ceras y almas tirana.
Parece que se extremó
Naturaleza en hacella,
Y que su poder mostró
Porque la hizo tan bella
Cue de verla se admiró.
DON JBAM.
Tanto me la lias alabado
Que casi deseo verla,
Mas no digo enamorado.
Que no puedo amor tenerla
Sin que la haya mirado.
La fama nunca enamora.
Miente quien ausente llora
SI ya adciona la fama ,
Que la fama de la dama
Es la que el discreto adora.
Por tila tengo de ver,
Disfrazado tengo de ir;
¡Si pudiese esta mujer
Mi injusto amor divertir!
Todo, Señor , puede ser.
DON JUAN.
Preven, Fabio, mi partida;
¡ Ay, Laura, tuja es mi vida !
FABIO.
Deja ya, Señor, á Laura ,
Que fu vida se restaura
Si aqui la he visto perdida.
DON JUAN.
Por tierra tengo de ir.
FABIO.
¿Cuándo te quieres partir?
DON JOAN.
Esta noche y con secreto.
fAUlO.
Hasta en eso eres discreto :
Voy, Señor, aprevenir.
DOX JUAN.
Postas tengo de tomar
Y he de ir á la ligera,
¿Mas si me fuese á casar ,
Que asi mi sosiego altera
La que no puedo obligar?
I Ay, Laura! tuyo seré.
Mucho debes á mi fe;
Suspende, Fabio, la ida.
FABtO.
Adviene que está tu vida
En la ausencia.
DON JCAN.
No me iré.
FABTO.
¿Cómo no miras. Señor,
Que te importa esta jornada
Divertir tanto dolor?
Si fué Laura de ti amada
La Infanta será mejor;
Que si alli la Infanta tiene
La perfección que previene
La fama, y á Laura olvidas ,
Las esperanzas perdidas
Ganas; esto le conviene.
A tu padre escribirás
Que efectúe el casamiento,
Y en Ñapóles te hallarás.
Que yo de su gusto siento
Que mil sustos le darás.
Porque el al Key escribió
Y yo sé que respondió
Muy bien el Key; esto es justo.
ESCOGID.VS DE DüN FRANCISCO DE ROJAS
DON ji;an.
Quiero, Fabio, hacer tu guslo.
FADIO.
Tu salud se recobró.
Voy, pues, á tomar caballos ,
No te arrepientas. Señor ,
ror la posta he de ensillallos
Al fin premiaste mi amor,
Al sol quisiera quitallos.
\ ¡ene á darme sepulcro en sus enira-
Salirle quiero al paso [ñas,
Porque mitigue el fuego en que me
[abraso.
Vamos, pues, Fabio , á buscar
Quien pueda mi mal curar.
FABIO.
Vamos, Señor, que yo espero
Verte sano á ti primero
Que ver sosegado el mar.
(Vanse.)
Sale DON PEDRO, vestido de pieles de
animales, con un bastón.
DON PEDRO.
Montes , que con piadosas.
Aunque duras entrañas , me acogistes
Cuando entre las furiosas
Olas del mar cruel favor me distes
De verme enternecido,
Pues albergue me dais, prestadme oi-
Inclemencias mayores [dos.
Que en el soberbio mar para matarme
Hallo en vuestros favores ,
Que el mar sólo una vez quiso acabar-
Y con muerte más fiera [me,
Queréis que con vivir mil veces mue-
Y asi montes, en tanto [ra.
Que ablando vuestras peñas con mis
No quiero que á mi llanto , [quejas.
Pues muerte no me dais prestéis ore-
Ni vuestros riscos huecos [jas,
Respondan á mi voz con tristes ecos.
Quejarme quiero al viento,
Mas fué de mi dolor su soplo airado
Knemigo instrumento,
Haciendo con su furia al mar hincha-
Riguroso homicida, [do
Va oscura tumba de mi muerta vida
Pues los fieros testigos
De la pena y dolor que me maltratan
También son enemigos.
Pues huyen de mi vida y no me ma-
Dividiendo inclementes [tan,
Mis tristes miembros con voraces dien-
¡Esferas celestiales, [tes.
Que con ojos de luz, argos de estre-
Mirando estáis mis males , [lias.
Si ya mi Laura hermosa es una de
Contadle mis enojos, [ellas.
Que lengua y voz tendréis, pues tenéis
Decidle al sol hermoso [ojos'
Que ilustra con su luz vuestros zaQ-
De su infelice esposo [ios,
La pena, el ansia, p1 llanto y los suspi-
Con que en este horizonte [ros
Lastimo el valle y enternezco el mon-
Decidle, que sus riscos [te.
Serán de mis cenizas con mi muerte
Funestos obeliscos.
Donde con mi dichosa y dulce suerte
Muestren siempre por señas
Mi mal logrado amor las duras peñas.
Mas ay, dejadla, cielo,
No le contéis mi mal , que el dolor
Faltando este consuelo [grave
Podrá ser que mi vida en breve acabe,
Y vaya Laura á veros
Bortíar cristales y dorar luceros.
Alli suena ruido.
Si es algún animal de estas montañas.
Que de piedad movido,
Va don Pedro á subir por un monte '•
que estará hecho en el teatro,
mismo tiempo que sube , viene ¡a
vuelta de abajo rodando MON'/O
con un pan ensangrentado en las m
nos, y la cara llena de sangre , que
vendrá herido.
DON PEDRO.
¡Válgame el cielo divino!
¡Va está muerto, bay tal maldad!
¿Quién vio mayor crueldad?
Algún gran mal adivino.
¿ Qué hombre es este que veo?
¿Qué desdicha ó desventura
Lo ha dejado en la figura
Que yo para mí deseo?
Que á este la muerte halle?
Mas con esto se me advierte
Que quiere mi adversa suerte
Que muriendo viva y calle.
Remedio quisiera dar
Al que mi mal acompaña,
Y no sé tan justa hazaña
Cómo pueda ejecutar.
Porque si á la cueva voy
A llamar el viejo santo ,
Muriéndose aquí entre tanto
Menos remedio le doy.
Impedir será mejor
La sangre que salir veo.
Que está desmayado, y creo
Me dará el cielo favor.
{llega á apretarle la cabeza, y vuelve
Monzón en sí muy despavorido.)
MONZÓN.
¡Jesús, no me mates, hombre,
Si eres cristiano , detente ,
Que no es justo que se intente
Hazaña que al mundo asombre!
Va estoy muerto, ¿qué me quieres?
No me acabes de malar.
DON PEDRO.
Ya empieza el alma á dudar;
Dime, pues, hombre, jquién eres?
MONZÓN.
Soy un hombre desgraciado
De tierras muy apartadas.
Que aqui me han muerto á pedradas
Porque el sustento he buscado.
¡ Mas ay , Dios ! ¿ eres visión?
¡Válganme diez leíanlas!
Dime pues lo que querías
Si importa á tu salvación.
¿Eres espíritu acaso?
DON PEDRO.
¿Qué tienes, hombre? ¿qué huyes?
¿Por qué de verme rehuyes?
Aguarda, deten el paso.
MONZÓN.
Si en el Purgatorio estás
Y algunas misas querías ,
Hoy todas las prendas mias
Son seis pedradas no más.
Mira si es mala moneda.
DON PEDRO.
¡Dios me valga! ;.es ilusión
O alguna nueva invención
De mi amor? para tu rueda ,
Fortuna airada conmigo;
¿Eres Monzón? ¡hay tal caso!
Las desventuras que paso
Hoy contigo las mitigo.
MOXZOM.
Señor, ¿que vivo le he visto
Y no me acaba el placer?
Pues vivo te llego á ver.
Ya estoy bueno, vive Cristo.
Ya mis heridas son nada ,
Átamelas fuertemente.
Que con el gusto presente
La pena olvido pasada.
DOM l'F.DRO.
Sólo estabas aturdido,
¿Va no te sientes mejor?
Ya yo estoy bueno , Señor ,
Pues que verte he merecido.
¿Escapo Laura del mar?
DON PEDRO.
¡Ay, Monzón , que si escapara
Mi vida no se acabara!
MOKZON.
Ponte de espacio á llorar.
¿Asi tu valor afrentas?
Divierte tanto dolor.
Que te morirás, Señor ,
Con que acabaremos cuenl.T?.
Diviértate , pues, mi historia
V verás lo que he pasado ,
Que porque estés consolado
Te la quiero hacer notoria. [mos
Ya te acuerdas, don ["edro, que sali-
La oscura noche triste y desgraciada
Que mataste á don Juan , y que esln-
[vinios
Escondidos tres dias ¡suerte airadal ;
Después á Barcelona nos volvimos
Los dos, y Laura hermosa y dcsdicha-
Y en un navio que nos dio pasaje [da;
A Ñápeles hicimos el viaje.
Asaltónos con furia una tormenta
Resistiendo valientes con los brazos.
Que fueron de su furia noble afrenta;
Ruto el árbol, la entena hecha peda-
[zos,
La popa dejó el viento casi exenta
Rompiendo jarcias, gúmenas y lazos.
Cuando rendidos descubrimos tierra
II iciéndonos el viento mayor guerra.
Cuando un golpe de mar terrible y
[(iero
Embistiendo el navio por la popa
El timón rompe con siniestro agüero,
Habiéndolo alijado de la popa ;
Yo dije entonces, en el agua muero,
(Más alegre muriera en una copa);
Dos barriles cogi, y atadosjuntos
Al agua me arrojé entre mil difuntos.
Mil veces la cabeza me cubría,
Y siempre á mis barriles agarrado,
V tal vez las estrellas descubría
V otras el centro vi del mar salado;
Ya la muerte los ojos me cubría
Y habiendo el cielo á voces invocado,
k tierra el mismo mar me arroja y saca
\ pesar del rigor de la resaca.
Nadé en la arena enjuta largo trecho
Temiendo triste que en la mar nadaba,
V otro golpe de mar á mi despecho
Vivo en la rubia arena me enterraba:
Toqué la tierra y dije , aquesto es he-
[cho.
Cuando con tardos pies me levantaba.
Turbado el monte miro absorto yqtie-
Que el mar no osé mirar de puromie-
[do.
Mire desierta tierra , y no vi alguna
Donde albergar la vida mareada,
Ni veo casa, ni señal ninguna
De hallar remedio ni de hallar morada;
Penetro el monte oculto á la fortuna
L\ HERMOSURA Y LA DESDICHA.
Dejando mi remedio ( ¡oh suerte aira-
tdal).
Que del trabajo y hambre, intento en
[ vano
Subir al alto monte, y vuelvo al llano.
Cierra la noche oscura, horrible y (lera
Cerrando á mi ventura su remedio ,
Y yo como si bronce ó mármol fuera.
Puesto de mil desdichas en el medio,
limióvil me quedé y inmóvil era;
Para poder vivir no hallaba medio.
Hasta que en lo más llano una luz veo
Que allí parece la encendió el deseo.
Alenté con la luz la muerta vida
Fiando mi remedio en su luz poca ,
Apresurando entonces mi partida [ca;
Por descansar del mal quemeprovo-
Con gran trabajo, y ya casi perdida
La vida que en la muerte airada loca,
Llego cerca de un hato de pastores
Que era donde la luz mostró esplendo-
[rcs.
Sienten los perros , á mi dicha aien-
[tos,
Mis tristes pasos y á ladrar me salen.
Los pastores dejando sus asienlos
De las piedras y palos (jue hay se va-
Por fiera me tuvieron sus intentos ,
No es mucho que por fiera me señalen.
Pues si la noche oscura no me anipara
La vida entre sus manos peligrara.
Ocultóme un ribazo entre unas peñas
Debilitado y muerto aquella noche ,
Hasta que el alba con lucidas señas
Del sol medijoque asomaba el coche;
Acecho los pastores de unas breñas
Y cuando á su cortina quita el broche
Sacan ellos del hato su ganado;
Lnos guian al monte, otros al prado.
Quitóme los vestidos, y en un punto
En carnes, por no ser de alguno visto,
Á cuatro pies camino ya difunto.
Adonde el hato habla entonces visto:
Llegó el remedio á la desdíchajunto,
Y con la misma furia el pan embisto
Que el lobo más voraz suele al corde-
Que de sólo comer la vida espero, [ro,
Asi la vida mísera pasaba
Hasta hallar ocasión de descubrirme
Por si mi mal al^un remedio hallaba
Con que poder después de allí partir-
[me;
^ a cabritos , ya cabras les robaba ;
Mas la fortuna instable y nunca firme,
Con mil villanos en confusa turba
Mi sosiego esta tarde altera y turba.
Siguiéronme con palos y con hondas
Por este monte, que escapar fué dicha.
Pasé mil riscos, mil cavernas hondas
Siguiéndome enemiga la desdicha ;
El enemigo mar con fieras ondas.
La amiga tierra con la ofensa dicha,
Y cuando me imagino preso ó muerto
Me da en tus manos mi naufragio puer-
D0:S PEDRO. ^^"'
Tu historia. Monzón, ol ,
Lo mismo que he visto en mi.
Yo por el mismo ramino
Á la tierra al fin llegué.
Donde apenas puse el pié
Cuando mi muerte imagino.
Busco á Laura, y no la veo,
Y quiero volver al mar ,
Y no pudiéndola hallar
En el mar , morir deseo.
Cuando á ejecutarlo voy.
Un viejo con rostro amable
Me detiene venerable;
Con él lie esudo hasta hoy.
Mil veces por la ribera
Me halló el sol llamando á Laura ,
Y con negarme mi aura
Quiere (|ue viviendo muera.
(^011 este desasosiego
Viví sin ella y sin mí,
Y este traje me vestí
Y en mis lagrimas me anego.
Propuse de no salir
Deslos montes en mi vida ,
Que Laura lo fué, y perdida ,
La mejor vida es morir.
Con tan extraño rigor
Aqni viviré muriendo.
Corta vida, á lo que entiendo,
De mi amor y mi dolor ,
Que no merece tener
Mejor vida un desdichado.
Vida que muerte me ha dado
Estos montes han de ver.
Aquesta cueva he vivido
De Lucindo acompañado;
En ella serás curado
Del daño que has recibido.
HOMZON.
Muy bien menester lo he.
Señor, porque vengo muerto,
Que de un pastor el acierto
Causa de mi muerte fué.
Con honda un pastor tirano ,
Como con una escopeta,
I Asidos guijarros meta
En la cholla de un cristiano!
DON PEDRO.
Monzón , de tu mal pasado
Va llegas donde descanses.
MONZÓN.
Por Dios que á muy pocos lances
Quedará Monzón medrado.
(Vanse.)
Sale LAURA , vestida de villana.
Pues tan distante estoy de los pastores
Que escucharme no pueden ni yo ve-
[Uus;
Quiero contar mis penas y dolores
Á quien hizo fortuna ocasión dellos;
Salga mi pena oculta.
Que en el mudo silencio amor sepulta,
buba mi triste acento y rompa el orbe.
Llegue mi ronca voz á sus oidos ; [be,
Mas temo que su curso el viento estor-
Que siempre un desdichado á sus ge-
Tiene por más tormento [midO!
Los cielos de metal, de bronce el vien-
Pero sale mi voz contra su muro [to.
Con tanto fuego de mi ardiente pecho.
Que el más denso metal, y bronce duro
Sus vivos rayos dejarán deshecho ;
Que bien podrán mis males
Si ablandan montes, derretir metales.
¡Alma gloriosa, que en escaños de oro
(Que alegre ocupas) con dichosas plan-
Pisando el claustro del eterno coro
En dulces himnos al inmenso cantas.
Ten oreja piadosa
Al triste llanto de tu amada esposa!
Si un mismo amor y un lazo dulce y
[fuerte
Dejó las almas de los dos unidas,
¿Por qué con dicha igual no dio la
[muerte
De un golpe un mismo fin á entram-
Mas fue cautela suya, [bas vidas?
Porque la pierda yo, robar la tuya.
Hasta la misma muerte conjurada
■tea COMEDIAS ESCOGIDAS DE DON FRANCISCO
Con mifalaldesiiichaj' suerte esqu iva, j Mas ya de palacio he oido
l>or matarme con muerte más pesada, Que os estáis siempre burlando.
Quiso, m uriendo lú, dejarme viva , ¡Qué cerca el alma tenéis
Que más muerte recibe En las mañoso en la boca!
Quien sin querer vivir, muriendo vive. Casia risa me provoca
¡Pluguiera al cielo, que mis ansias sa- ¡ üe que tan presto la deis.
[he, ■■ • - •
Que en el profundo mar, don Pedro
De mi cuerpo también la misma nave i
Fuera sepu Icro como fué navio , |
Que alegre en él muriera [fuera!
Si i entrambos urna como albergue ¡ '
Mas ya que de mi estrella adverso in- lalba.
[flujo ! ¿No veis que es idolatría
Negó á mi cuerpo tan dichosa palma, I Adorar, si sólo á Dios?
Cuando una tabla á tierra lo condujo, ¡
Dejé en las ondas con el tuyo el alma,
Crevendo que con ella
Pudiera darte vida y yo perdella.
Y pues el hado me negó el consuelo
De verle vivo ó de morir contigo ,
¡O súbeme, mi bien, á verte al cielo
Ó desciende á la tierra á estar conmi-
Que estar viva y sin verte , [go;
Estando tú sin vida, es más que muer-
[te!
La amiga soledad destas montañas
Será mi habitación, por ver si arroja
Tu cuerpo i tierra el mar de sus en-
[irañas
Movida de piedad de mi congoja.
Para que en esta sierra, [ra.
Pues nos mata un amor, cubra una tier-
Sale EL REY, e/t cuerpo , con un
bastón.
Apartado de mi gente
Sigo un gamo fugitivo,
Que en aquel cristal nativo
Hañú herido su frente.
Imposible es alcanzallo,
Mi gente quiero esperar,
Que si se pudo escapar
Fué por rendirse el caballo.
Aquí una pastora va ;
Que divino rostro tiene.
Con el sosiego que viene
{Ap. Y que segura que está.)
i Dios te guarde ! ¡ qué hermosa !
No querrá vuestra alma estar
Enseñada á seda y oro
Entre el sayal.
REY.
Si te adoro ,
¿ Por qué me quieres matar?
Porque en adorarme i
Cometéis una herejía.
Y¡¡^
LADRA.
: os traiga con bien.
REY.
(Áp. ¡ Qué donaire y qué desden !
No es lan hermosa la rosa.)
Estoy cerca de poblado ,
Porque un caballero soy
Que á malar las lleras voy
Y ya mi muerte he encontrado.
LADRA.
Si fieras buscáis, el monte
Está poblado de fieras
Que ya discurren ligeras
Por todo nuestro horizonte.
Y si el poblado buscáis.
En el llano hay caserías
Donde he estado algunos días;
Bien cerca dellas estáis.
¿Mandáis otra cosa?
REV.
No,
Que después que te miré
Toda el alma te entregué.
LADRA.
{Áp. No tengo la culpa yo.)
i.\ mi el alma? ¿cómo ó cuándo?
Porque no la he recibido.
Basta, que te burlas.
LAURA.
Yo
No hago tal; porque bien sé ,
Que aunque aquí crédito os d
No he de mereceros , no.
REY.
El amor todo lo iguala.
Ten esperanza mayor.
Que como es deidad amor
Hace de altiveces gala;
Fuera de que yo pudiera
Agradecer el favor
Que me hicieras con tu amor.
LADRA.
¡ Mal año quién lo creyera !
I'ues aunque somos villanas
Y entre peñascos nacidas.
Somos por acá queridas
Con amistades más sanas.
Y si algún pastor se alaba
Que alguna su mal remedia ,
Son amores de comedia
Que en matrimonio se acaba.
El que pretende ser mió
e preK
allí, y
algo es celoso;
No lo quiero ver quejoso,
V de vuestro trato fio
Que no daréis qué decir ;
V asi ved si mandáis algo ,
Que si yo en serviros valgo,
Os pido que os queráis ir.
¿Sin el alma cómo puedo?
Volvédmela y jo me iré.
LADRA.
Volver las almas no sé;
De pensarlo tengo miedo.
REY.
Por la boca y por los ojos
Salló el alma , y en tu pecho
Ella y mi vida se han hecho
De mi amor ricos despojos ;
La restitución te toca.
LADRA.
Cómo, te suplico apuntes.
REY.
Con que boca y ojos juntes
Con mis ojos y mi boca,
V asi se me volvería
El alma y vida (|ue entablo.
;Qué aguda que es la aldeana ,
No la he podido engañar!
¡ Oh , qué ingenio singular !
¡Qué hermosura soberana !
Muerto estoy de amores della ;
Sí hermosa el alma la vio
Y la libertad rindió
Con sólo llegar á vella.
Yo quiero volverte á ver;
Dime tu casa y tu nombre
Y tanto amor no le asombre ,
( i No vi más bella mujer! )
LAURA.
Mi casa tengo en el valle
De los Olmos de la Fuente,
Su recato no consiente
Que ningún hombre la hallo.
Mi propio nombre es Filena ,
Y si no queréis más desto.
Idos, Señor, y sea presto
Porque sea en hora buena.
REY.
Yo me voy , quedad con Dios;
Mía quiere amor que seas;
(Alma, imposibles deseas.)
LADRA.
£l mismo vaya con vos.
Sale DANTEO , villano, acechando
DAICTEO.
Ya se fué el que hablando vi
Con Filena; ánimo, amor.
Que si es mi competidor.
La vida y alma perdí.
¿Filena, quién era aquel
Que hablando contigo estaba?
Un cazador que buscaba
Su gente, sin mi y sin él.
Sin mi, porque dijo amores
Que yo no le quise oir ;
Sin él, porque va á morir
Viéndose sin mis favores.
DANTEO.
(Ap. Toda el alma se me abrasa;
¡Que de ayer aquí venida
Y hallando tal acogida
En mi alma y en mi casa ,
No me estime esta mujer
Queriéndola yo hacer mía!
Va mi vida desconfía
De poderla merecer.)
Filena, cuya hermosura
Fué asombro de nuestros campos,
Cuyos bellos ojos fueron
A mi pecho airados dardos;
En cuyo cabello hermoso
Se ve corrido el topacio,
Y Febo robó sus hebras
Para más lucientes rajos;
Cuya frente blanca y lisa
Es de la azucena espaulo ,
Cuyas cejas bien formadas
Son del cíelo hermosos arcos.
Guarnición de dos cristales.
En cuya luz se miraron
Las gracias que sus dos niñas
Enriquecieron y honraron;
En cuyas blancas mejillas
Esparció claveles Mayo,
Y en tu hermosa boca quiso
Competir coral en vano.
Con dos hileras de perlas
Que su fragancia guardaron ,
Y son negros los jazmines
Con tal boca , cuello y manos;
Tanta beldad y hermosura
Mis ciegos ojos miraron
Y ahora me miro á mí
Ya compasión destos campos.
El monte y el valle ocupan
Mis vacas por largo espacio ,
Y mis labores encierran
Pan y fruía y miel, dejando
Otras cosas que no digo
Por no parecería largo.
Que como no te me inclinas
Pienso que le estoy matando ;
Be todo serás el dueño
Si no fuere desgraciado,
Que las verdades de amor
Nunca fiel crédito hallaron.
Bien sé que mereces ser
Heina del mundo, y que hago
Wal en querer merecerte,
V que amarte yo, fué agravio ;
Mas el amor me inclinó.
Él Rey y yo su vasallo:
Este me dicta, y así
Deste amor perdón aguardo.
LAURA.
Danteo, si aqui perdida
Me echaron mis cortos hados ,
Hallé acogida en tu casa,
Vestidos tuve y regalos ;
Belisa, tu hermana bella ,
Amparó mis ciertos daños ,
Que tú amparaste también
Con ánimo y pecho hidalgo;
Yo cuando aqui me pcrdi
y tus pastores me hallaron
A las puertas de la muerte ,
De que me libró tu mano.
Iba á Roma de mi tierra
Á cumplir un voto santo
Que á üios hice estando enferma ,
Y llegar allá fué en vano.
El mar fiero me quitó
Que lo cumpliese, librando
Wi vida el cielo sin duda
Torque lo cumpliese cuando
Tuviese buena ocasión;
Ya de cumplirlo lo hago.
Que hasta que lo haja hecho
No puedo darte la mano.
Deja, pues, que cumpla el voto.
DANTEO.
¿Pues cuándo ha de ser?
LAURA.
El cuando
No lo sé; mas sólo digo
Que tiene muy cerca el plazo.
DANTEO.
Pues mientras se cumple el voto
Dame en albricias los brazos.
LABRA.
No, Danteo, que lo hice
De hasta cumplirlo no darlos.
DANTEO.
Voto debiste de hacer
De matarme á mi entre tanto.
Sale SERGASTO, tülaito.
SERCASTO.
¿Qué hacéis aqui, los pastores?
¿Cómo estáis tan descuidados,
Si el Rey de Ñápeles viene
Á vuestra aldea con tantos
Cazadores, que se cubren
Dellos lodos estos prados?
Si lo queréis ver, ya llega
Á aquellos álamos blancos;
Con él su hermana Sirena ,
En cuyos ojos y manos
Vieron los hombres su muerte
Y la primavera el campo.
V lleva consigo un hombre
Que diz que halló en lo más alto
Hel monte, junto á la cueva
De Lucindo, el viejo sabio.
Que acompañaba alli á otro
Que imagmo que es su amo :
LA HERMOSURA Y LA DESDICHA.
Llévalo á Ñápeles bella.
Que es de los que allá en Palacio
Llaman discretos; ¡qué yerro,
Siendo ignorantes y helados!
SERGASTO.
No, Danteo, que es temprano
Y a Ñapóles llegan hoy.
DAfiTEO.
Pues si es tan de paso, vamos
A ver los Reyes.
SERGASTO.
Yo quiero
Ir á ver si los alcanzo.
LAURA. (Ap.)
El Rey era aquel sin duda
Que esluvo conmigo hablando,
Y si vuelve á verme, temo
Alguna desdicha , en vano
disfrazo mi corla dicha ,
Ni mi persona disfrazo.
Que La Hermosura y Desdicha
Siempre vi que se juntaron.
JORNADA TERCERA.
Salen LA INFANTA i MONZÓN.
INFANTA.
En fln, ¿don Pedro está bueno?
HONZON.
Mercedes que de tu mano
¿No quiere ver la ciudad?
MONZÓN.
No, que es fino enamorado ,
Pues, su Laura muerta, ha dado
En amar la soledad.
INFANTA.
Finezas son de su amor;
(Era Laura muy hermosa,
tra discreta, era airosa ,
Era muclio su valor?
MONZÓN.
Si á todo he de responder
Y lanías cosas preguntas,
¿Cómo puedo á tantas juntas
De una vez satisfacer?
¿Qué dijiste la primera?
INFANTA.
Si era hermosa pregunté;
Di la verdad, por tu fe.
MONZÓN.
Digo, pues, desta manera :
Tenia negro el cabello ,
Que si un dia se pasaba.
Señora, y no lo peinaba,
Parecía de un camello.
La frente era muy pequeña
Y loque della mostraba.
Lo cubría y ocultaba
Su tan mal peinada greña.
Eran sus ojos ojetes
Dentro en los cascos hundidos,
Y al derredor guarnecidos
Con dos párpados ribetes.
Que á sus tildes niñas eran
Üos márgenes de lagañas,
Muy rojos, y sin pestañas.
Como si verdades fueran.
¿Se alegra la sora Infanta?
INFANTA.
¿Qué es lo qué dices, Monzón?
i Hay más notable borrón !
Ya su fiereza me espanta.
MONZÓN.
Medrosa debes de ser.
Pues aguarda un poco mis.
INFANTA.
Pienso que mintiendo estás,
Yo no te puedo creer.
MONZÓN.
Bien harás; mas oye ahora :
La nariz como este pomo ,
Muy torcida y con un lomo;
(Verdad le digo. Señora)
Las mejillas, donde libra
Amor su gloria, dos gruesas
Y mal formadas camuesas
De aquestas de á Ires en libra.
El encaje de la cara
Como un sol de un bodegón.
Redondo y largo.
INFANTA.
Monzón,
En que me engañas repara ,
Y á las damas y á los reyes
Grave delito es mentir.
MONZÓN.
Si no me quieres oir
Gran caso haré de esas leyes.
INFANTA.
No pases más adelante.
Porque presumas de hacer
Una lan fea mujer.
Que me mate ó que me espante.
No tengo á don Pedro yo
Por hombre de lan mal gusto ,
Ni aun pensarlo fuera justo
Que lal mujer pretendió.
¡Jesús, vengada quedara
Si yo á don Pedro quisiera,
De (|ue lal fineza hiciera
Por deformidad lan rara !
¿Luego á don Pedro, Señora,
No es de quererlo tu intento?
Perdona mi atrevimiento
Que imagino que te adora.
INFANTA.
Yo, Monzón, compadecida
De ver entre aquellas peñas
Y con desdichadas señas
Tanta nobleza escondida,
Por(|ue en el talle y la cara
Mostraba ser principal ,
Y viéndolo en tanto mal
Hoy mi nobleza le ampara.
Mas dinic, ¿tiéneme amor?
¿Ilabhi aljíuna vez de mí?
¿Comunicate algo á ti
De su gusto ó su dolor?
MONZÓN.
Está tan agradecido
De la merced que le haces.
Que ayer me dijo que traces
Su remedio, y yo lo pido.
Quisiera hablarle.
INFANTA.
¿tílámi?
MONZÓN.
A ti; ¿pues milagro fuera
Que una Infanta le quisiera?
íC4
INFAItTA.
Muy fuera deso le vi;
Kucra de que jo procuro ,
Por inclinación que tengo,
Su remedio, que prevengo
Mas provechoso y seguro.
Si a España quiere volver
Daréle dineros yo,
Pues que Laura se ahogó.
Para que lo pueda hacer.
Yo pienso que esta es acción
Ue nobleza á mi debida.
Porque el amor en mi vida
No tiene jurisdicción.
{Ap. jAy, don Pedro, muerla estoy!)
En Gn, ¿no es más de virtud
El mirar por su salud?
ll^FAMA. (Ap.)
Cuando á declarar me voy,
Me detienen los respetos'
Que debo i mi calidad;
Petardo es la voluntad ,
Y con los mismos efectos
Si pega fuego el amor
Ó batir ó reventar.
MONZÓN.
¿Qué dices?
I>rANTA.
No puedo amar
(Ap. ¡ Hay más notable rigor !)
Á don Pedro más de aquello
Que permite el ser quien soy.
HOMZON.
Pnes yo te he mirado hoy
Con señales de querello.
mPANTA.
¿Cómo señales?
MOJiZON.
Señales
En la car.T , en los sentidos ,
En esos ojos dormidos ;
Mira si con señas tales
Merezco que me des parte
De tu alma y de tu pecho ,
Que á mí don Pedro me ha hecho
Testigo que llega á amarle.
INFAMA.
jY Laura?
MONZÓN.
Ya se ahogó.
Con decirle algunas misas,
Obligaciones precisas
Entiendo yo que cumplió.
INFANTA.
Poco amor fuera olvidar
Don Pedro á Laura tan presto.
MONZÓN.
Eso fuera en razón puesto
Pudiendo resucitar;
Mas si por ella mató
Al conde de Barcelona ,
De quien, como una Bclona ,
Con valor se resistió;
Y defpues de haber pasado
Mil trances en tierra y mar,
Al fin se vino á ahogar
Dentro en su cristal salado.
Bien podrá quererte á ti.
Extremo de la hermosura ,
Pues que fué nuestra ventura
Verte tan hermosa aqui.
Pues su persona lo abona
Por tan noble y principal ,
Que hay muy pocos del igual
De don Pedro de Cardona.
Dejo nobleza heredada
Si ya de sus partes digo,
CO.MEDIAS ESCOGIDAS DE DON FRANCISCO DE ROJAS.
Vate Monzón, y ella mejorándose en el
tablado, empieza á decir un soneto,
y al mismo punto tale EL UEY di-
ciendo otro ; y tin verse dicen entre
lot dos un soneto.
Toda mi vida le sigo
Sin haberme dado nada;
Que su trato y condición.
Su virtud y su nobleza.
Su valor y fortaleza
Con tantas venl.ijas son ,
Que no digo yo, que he sido
Su privanza y su criado ,
Mas en todo lo que ha andado
Ha sido el más aplaudido.
INFAMA.
¿Y está don Pedro muy pobre?
MONZÓN.
No lo sé; por Dios, Señora ,
Nunca el dinero atesora
Aunque mil escudos cobre.
Con que está tan empeñado ,
Que cun mohatras entiendo
Le van siempre consumiendo
Muchos que lo han engañada.
Y' con aquesta desgracia.
Si bien salvó su persona ,
Acabóse Barcelona
Si no le vale tu gracia.
INFANTA.
¿Pues yo que le puedo hacer?
MONZÓN.
No sé. Señora , á fe mia ;
Sé que él ayer me decia
Que te deseaba ver.
INFANTA.
(Yo viviré si le veo),
Yo daré trsza. Monzón,
Que me vea en ocasión
En que logre su deseo.
Yo trataré con mi hermano.
Que una carta al conde escriba,
Y en su gracia le reciba
Y el perdón le otorgue humano.
MONZÓN.
Vivas más años, Señora ,
Que la fama de Lucrecia,
Y más que una mujer necia ,
Más que una saludadora.
Plegué á Dios que con tu gusto
Te cases, para reinar;
Plegué á Dios, que con faltar
Celos no tengas disgusto.
Plegué á Dios, que el primer año
Tengas un niño tan bello
Que de la planta al cabello
No tenga falla ni engaño.
Que Rey de Italia le veas,
Que sea medio español ,
Que gane lo que anda el sol ,
Que tengas lo que deseas.
Plegué á Dios...
INFANTA.
No digas más;
Que por don Pedro y por ti
Todo cuanto he dicho aqui
Presto cumplido verás.
Ahora vete con Dios
Y vuélveme luego á ver,
Porque pienso mucho hacer
Por don Pedro, y por los dos.
MONZÓN.
Voy, Señora, confiado
Del remedio que hoy espero.
INFANTA. (.\p.)
Ingrato, ausente, yo muero ;
¿Qué he de hacer en tal estado?
MONZÓN.
Don Pedro, grande es tu dicha ,
Tus glorias resucitaron ,
Si en Laura se sepultaron
La Hermosura y la Detdicha.
Ausente dueño, que mi vida acabas,
INFANTA.
¿Cómo, di, me mataste si me amabas?
r.ET.
¿Cómo podrá mi amor vivir sin verte?
¡Qué desdichado Gn mi dicha advierte!
REY.
¿De rendir al remedio aqui te alabas?
INFANTA.
Si acogida en mi tierno pecho hallaras!
REY.
;Crave dolor! igran daño! ¡pena fuerte!
I.NFANTA.
Muero si callo.
REÍ.
En verla, vida tengo;
INFANTA.
Si hablo, vivo.
RET.
Si no la veo, muero.
INFANTA.
Mi vida y muerte por un fin prevengo.
Vida y muerte de ti, Filena, espero.
INFANTA.
Pues viva y hable.
RET.
Ya remedio tengo,
INFANTA.
Por({ue es ciego mi amor.
RET.
Y desespero.—
¿Hermana?
INFANTA.
¿Rev y Señor , aquí tu alteza?
REY. [pide?
¿Aqui estabas? i hermana , que te im-
INfANTA.
Melancólica viene tu grandeza.
RET.
El alma de mi cuerpo se divide ;
Llegó el dolor á la mayor alteza.
Que con la ausencia ningún mal se
INFANTA. [mide-
Muerte fiera la llaman, y yo digo
Que tan buena opinión apruebo y sigo;
No haga en el dolor tu alteza empleo
Que se apodere de la ingrata vida.
Que si tan triste aqui siempre le veo
Será de su salud üero homicida.
Aliente en la esperanza su deseo ,
No tenga la esperanza por perdida ,
Que la mujer servida y regalada
Á amor se inclina si se ve obligada.
REY.
¡ Av. Sirena, que amor no mira leyes!
¿Qué haré si vi á Filena, hermosa y
Iguala los arados y los reyes, [bella?
¿Mas qué no hará con tan hermosa
[estrella?
Que entre los riscos, álamos y bueyes
Se cria tal beldad, ya se querella.
Amor hará la cortea aquella aldea,
QueU beldad del mundo allí se em-
Alli perdí, Sirena, los sentidos, [plea.
Allí dejé la lihenad amada ,
^■o entro el amor en mi por los oidos,
Que apenas fué de mi su luz mirada
Cuando mis pensamientos vi rendidos
A su brio, á su aseo, á su extremada
Gracia, que en ella es tanta la que veo.
Que no puede baber más ni más de-
Filena me mató ¡bella serrana! [seo.
Jacob quisiera ser, servir quisiera
Hermosura tan noble y soberana ,
Si por servicios merecer pudiera
La más bella Itaquel.si más tirana;
Mas si mi dicha quiere que asi muera,
Excusado será excusar la muerte,
Que sin ella será dichosa suene.
Real poder y soberano tiene
Tu alteza en este reino , bien seguro
Remedio ya mi amor boy le previene.
Pues no li'ay para el poder tan fuerte
[muro.
Que estorbos haga si á las manos vie
Y toma mi consejo, le aseguro, [iien.
Que si de nieve y hielo tiene el pecho,
Se verá como cera al sol deshecho ;
Tráigala de la aldea donde vive,
Perderá la aspereza de la sierra ,
Si en Ñapóles tu Alteza la apercibe
Regalos y agasajos, de su tierra
Presto se olvidará , porque prohibe
El monte de Cupido tierna guerra,
Y obligada mujer, siempre es decera.
Aunque fuerte diamante, esquiva y
[liera'.
Obligúela tu alteza, hónrela y diga
Quejas, ternezas, que el amor es niño,
Que si con celos su rigor mitiga,
Dándolos receloso su cariño.
Le verá reducido á que le siga,
Que yo que de laurel la frente ciño.
Los celos me obligaran si van muer-
[los
A querer fieras y á buscar desiertos.
REY. [parto
Bien dices, bella hermana; al punto
Al monte, que Filena ilustra hermosa;
A su padre honraré, pues boy la aparto
De su casa y sus ojos , si amorosa
Me mirare, en su cuello hermoso en-
joyas, perlas, diamantes. [sano
INFANTA.
Justa cosa,
Que con perlas y joyas, mujer fuerte,
No la he visto jamás en baja suerte ¡
Yo quiero acompañar esta jornada,
lireve cuanto gustosa; hacerla quiero,
Porque venga Filena más honrada,
{Ap. Por ver el monte iujuslamenle
HET. [muero.)
Eres, hermana, justamente amada.
INFANTA.
Y yo servir prometo
A tu alteza, que eslimo y que respeto.
REY.
Vamos á prevenir esta partida
Que juzgo de mi dicha la primera;
Y'a la veo á tu llanto enternecida
Y de fuerte diamante vuelta en cera.
REY.
De ti espero mi bien.
INFANTA. (Ap.)
Y yo la palma
Del amor que fué dueño de mi alma.
{Vanse.)
R.
LA HERMOSURA Y LA DESDICHA.
Sale DON PEDRO, solo, como de antes.
DON PEDRO.
Estas las peñas son que me acogieron
En su aspereza, de la mar cegado;
Alli veo las ondas , que ahogado
Más fieras que las peñas me tuvieron.
Aquí veo los riscos, que me dieron
Cabida, aunque la muertebe deseado;
Alli veo la mar que me ha quitado
El bien más bello que mortales vieron.
Aqui hallé vida; Laura, alli la muerte,
Alli fuera mejor que yo la hallara,
V que ella aqui viviera, si se advierte;
Mas si yo amor tuviera, acompañara
Acabando mi vida alli su suerte,
Y por buscarla aqui, yo me matara.
Sale MONZÓN , de camino , con unas
alforjas al hombro , vestido gracio-
samente.
MONZÓN.
.No pensé bailarte en mi vida.
DON PEDRO. [fant.-i'
¿Qué hay. Monzón, qué hay de la In
MONZÓN.
Entiendo que eslá perdida ;
Hoy tu fortuna adelanta ,
Va previene su partida.
DON PEDRO.
¡ Vendrá á acabar «on las Coras!
MONZÓN.
No pensé que tonto eras ,
No lo quieres entender
Que conmigo hablaba ayer
En amor tuyo de veras;
No seas necio amador,
Que si ya tu Laura es muerta ,
Aunque mereció tu amor.
Hoy tu ventura concierta
La Infanta con su favor.
¿Por qué la quieres perder
Siendo imposible volver
Al mundo Laura, aunque bajes
Al infierno y agasajes
.Su reina?
DON PEDRO.
¿Pues qué he de hacer?
MONZÓN.
Si aquel marido de Tracia ,
Si ya no hay tales maridos ,
Ganó al inlierno la gracia,
Y sus deseos cumplidos
No los vio por su desgracia ,
¿Qué tienes tú que esperar?
¿Entiendes te la han de dar?
Que ya Carón so murió
V su barca se acabó.
Nunca con juicio has de hablar ;
¿En Un , que la Infanta viene
Al monte? vendrá á cazar.
MONZÓN.
Extremado gusto tiene;
Yo lo tengo por azar.
Pues esta caza previene ,
Que si viene á cazar ella
Y tú llegas á cogella,
Cazador vienes á ser.
Pues que cazas tal mujer ;
Qué linda caza y qué bella !
DON PEDRO.
Calla, necio, ¿pues á mí
La Infanta me ha de estimar?
Que sabias más creí ;
Cómo la puedo obligar?
MONZÓN.
¿Pues por qué no puedes, dií
DON PEDRO.
Ella Infanta , yo escudero ;
Casi de risa nie muero;
Ella estimada en su Estado,
Yo de España desterrado.
i Oh, qué lindo majadero !
¿Pues de eso milagros haces?
Mayores cosas se han visto.
DON PEDRO.
Mas adelante no pases.
MONZÓN.
Mira que en Palacio asisto.
DON PEDRO.
;Ay, Laura, que te ahogases!
¿En fin, dijo, que quería
venir al monte la Infanta,
Y en el monte me hablaría?
MONZÓN.
Si, que tu bien se adelanta,
Y hoy se acaba tu porfía.
Ya de Laura no te acuerdes.
Que si a Laura muerta pierdes
De laurel ciñes la frente,
Y con el gusto presente
Olvidas sus rejas verdes;
Y porque crédito des
Á lo que te he dicho aquí.
Aunque tan claro lo ves.
Aqueste papel por mi
Será testigo y juez.
Este la Inlánta te escribe.
Este tu bien apercibe
Leyéndolo , del sabrás
Lo que he dicho y mucho mis.
DON PEDBO.
Mi muerta esperanza vive ;
Muestra, Monzón, lo veré.
MONZÓN.
Y verás en él tu dicha.
Dos liciones te daré
Con que dé fin tu desdicha;
Léelo y te las diré.
DON PEDRO.
No sé si lea. Monzón,
El papel, porque estas son
Señales de mi ventura,
Y aunque es tanta su hermosura
No ha prendado el corazón;
Si la Infanta á mi me estima
No pudiéndola igualar.
Mi humildad me desanima.
Si ya el venir á ganar
Tanto bien, mucho me anima.
Á Laura el mar ahogó
Y mi amor no se acabó;
A üarcelona perdí,
Y á la hermosa Infanta vi
Y ella me favoreció.
Ella en el mónteme escribe.
Yo temo mi corta dicha.
«ONZON.
Valor, Señor; apercibe
Que no vive la desdicha
Donde el bien se aloja y vivo.
DON PEDRO.
Abro, iiues. Monzón, la carta,
Quilo la nema.
MONZÓN.
Descarta
Una sota por un rey.
Que esto es del amor la ley
Y esotro simpleza es barta.
30
466
COMF.niAS
DO.f PEDRO.
(Lee.) € La muerte de don Juan de
tMoncadaeiilienJo esciena, j- mi diclia
• con ella , pues te veo imposiliililado
• de volver b España , y eii estado que
• tienes necesidad de mi para tu remc-
•dio, que ofrezco, pues quiere el cie-
»lo falten Laura y don Juan; vaentien-
>do llegaré tan presto como Monzón. \
• trataremos del remedio de los dos.»
{Suena dentro ruido, y dice Laura )
LAURA. {Dentro.)
¿Monzón, que es aquello
Que parece que se (]ueja
(Si adviertes mas bien en ello)
Una mujer?
M0XZ0>-.
Ahora deja
La carb, vamos á vello.
LADRA. (Dentro.)
¿Qué es esto desdicha fiera?
Acábame de matar;
Permite, cielo, que muera.
Pues no hallo en tal lugar
Quien remedio darme quiera.
DON PEDRO.
¿A dónde suena el ruido?
MONZOiS.
Hacia aqui pienso que ha sido.
DOX PEDRO.
Vamos, Monzón, porque en calma
Tengo la vida y el alma.
MONzo.N. (Dentro.)
¿Qué puede haber sucedido?
LADRA. (Dentro.)
Hombre, mátame, y asi
Me gozaras, que primero
Que fiero goces de mi
Acabar la vida espero.
RET. (Dentro.)
En vano huyes de mí.
So/e EL RE'í , forcejeando con LAi;
KA, descompuestos.
Apartado de mi gente
Te bu.squé, bella aldeana ,
Perdido por tu hermosura
HaKéte dentro en mi alma;
liusqué el riionte, entre sus breñas
Te ocultaste, que aunque estabas
En mi pecho, no quenas
Que te viese, ni aun el agua
Que hiciste espejo dichoso
En que te viste la cara.
Ofrecite enamorado
Mi Estado, mi reino y casa,
Por(|ue el alma há muchos dias
Que es tuya, si mal la pagas.
Despreciaste mis amores
Desdeñando mis palabras ,
Negando i tu propio ser
El ser que de mi esperabas ,
Que rogadas las mujeres
Casi todas sois villanas.
Ofendiste mi poder,
Y con ofensas tan claras ,
Ce^ó la razón los ojos
Al discurso (pie la ampara.
Junto á la fuente que viste
De mi caballo á las ancas,
Forzada te traje aquí
Donde tu soberbia para.
Si quieres verle señora
ESCOGIDAS DE DON FRANCISCO
De Ñapóles y de Italia ,
A Ñápeles hoy te llevo
Con (|ue tu humildad levantas ;
Como mi propia mujer
Alli serás regalada.
Humillando mi poder
A la tierra de tus plantas.
Acepta, pues, el partido,
Que tu esperanza te engaña ,
Que es imposible dejar
De gozarte, aunque forzada.
LADRA.
En vano ofreces regalos ,
En vano, Rey, me amenazas ,
Porque no líay cosa que trueque
Al esplendor de mi fama ;
Mujer soy . y sola aqui ,
Dios di'fenderá mi causa ,
(Jue aquí muerta me has de ver
Antes que verme gozada.
REY.
Pues ahora lo verás.
( Llégase á ella
LAURA.
Para ya. for'una, para;
;Kavor, cielo airado, cielo,
Mis tristes Toces amparal
REY.
Por fuerza te he de gozar.
Antes con mi vida acaba.
(Éntrame forcejeando
Sale DON JUAN Y ¥M¡\0 , de caminí,
con botas y es¡juelas.
DON JUAN.
Ata esas postas á un chopo ,
Kabin; aquestas postas ala.
Porque oigo voces muy cerca
Oel monte ; sin duda matan
Alguna mujer alli
Bandoleros por robarla;
Preven aquesta escopeta
Y sigúeme, que mi espada
Sera su amparo esta vez.
FABIO.
Bien dices, SeLor ; ampara
Su inocencia castigando
Quien su sagrado quebranta.
(Éntranse sacando las espadas.)
SaUn DON PEDRO t MONZÓN.
MONZÓN.
En un caballo morcillo.
Vi que una mujer llevaba
['n hombre, forzada, y que ella
Mil voces y gritos daba;
Eu el monte se han metido.
DON PEDRO.
¡Ay, ángel divino, ay, Laura!
Por socorrer tu inocencia
Te perdí.
BONZON.
¡Flema gallarda!
¿Ahora de Laura quieres
Repetir historias largas?
Acude presto, Señor ,
Pues obligaciones tantas
Te corren por tu nobleza,
Y por ser ya cosa usada
En ti desfacer los tuertos
Y dar socorro á las damas.
DON PEDRO (Dentro.)
Pues ahora lo verás.
DON JOAN.
Dispara, Fabio, dispara.
¡Mal año! bocas de fuego
Bandoleros son sin falu.
DON PEDRO.
No temas. Monzón.
■ONZON,
Camina y verás quien soo
Los Monzones en España.
(Vanse.)
Sale DON JUAN con LAURA en los
brazos , desmayada.
DON JOAN.
Labradora, ángel divino;
¡ Oh, qué hermosura tan rara
Dentro del alma la tengo.
¡Oh, si asi fnera la Infanta!
Agua quisiera tener
Para bañarla la cara;
Fabio no viene, ¿qué haré?
Que temo sola dejarla;
.Mas alli dejé un arroyo
Que de aquella sierra baja;
Ir quiero volando á él
Para remediar con agua
El fuego que tan aprisa
Hasta el corazón me abrasa. (Vase.)
Salen DON PEDRO y MONZÓN con la
espada desnuda.
DON PEDRO.
¿Hacia dónde era el ruido?
MONZÓN.
Hacia aquellas altas hayas
Sentí voces, si no miente
El miedo que me acompaña.
¿ Qué diablo me metió á mi
En aventuras tan raras.
Que socorriendo doncellas
Va parezco Sancho Panza?
Quijotadas de don Pedro
Han de acabar con mi alma.
DON PEDRO.
Alli veo una mujer,
Y está muerta, ¡hay tal desgracia!
Divina presencia tiene.
aONZON.
La muerte la tiene mala,
V el temor della también
Tiene olorosas mis calzas.
DON PEDRO.
Llega, Monzón, que no es muerta;
Pero está tan desmayada ,
Que lo parece.
MONZÓN.
¡ Qué presto
Las mujeres se desmayan!
DON PEDRO.
¡ Válgame el cielo! ¿qué veo?
MONZÓN.
¿Pues de qué, Señor, te espantas?
¿Una mujer medio muerta
Asi tu valor maltrata?
DON PEDRO.
Un sudor helado y frió
Desde que miré su cara
Discurre por mis sentidos
Que todos mis miembros traba.
MONZÓN.
¿Pues qué puede ser. Señor?
üime sí alcanzas la causa.
DON PEDRO.
Que aquesta es Laura, Monzón ,
rt aquí mis ojos se engañan.
U0N70N.
¡Laura, ¿qué dices, Señor?
Parécelo en las desgracias.
DON PKORO.
Y aun en la cara también ;
¡ Ay, Monzón, sin duda es Laura ,
Que aqueste iraje la oculta
Arrojada d.e las aguas,
Y fué fuerza de su estrella
Ser hermosa y desdichada !
{Vuelve Laura del desmayo )
LAIRA.
Acábame de matar.
Fiero Rev, íintcs que seas
Tirano dueño...
DON PEDnO.
¿ Deseas
Más desengaño buscar?
{Abre ¡ot ojos Laura.)
LAUR.\.
Ya empieza el alma i dudar;
¿Quién eres, hombre, qué quieres?
Que entre todas las mujeres
Yo sola soy desgraciada ;
Del fiero mar escapada
Pata desdichas...
DON PEDRO.
jQuién eres?
Que si el alnw no me engaña
Dentro de mi alma estás;
Llégate á mi pedio más.
No intentes tan vil hazaña ,
Que el valor que me acompaña
Librándome de dos rejes ,
Si bien son injustas leyes
Esfuerza mi corazón.
DON PEDRO.
Eres Laura?
I.AtlRA.
llura soy';
¿Eres don Pedro?
DON PEDRO.
Si, Laura.
LAURA.
Hoy mi vida se restaura.
MONZÓN.
Ya yo acercándome voy.
LACHA.
¿Qué, estás vivo?
DON PEDRO.
Vivu estov;
¿Qué, estás viva?
LACRA.
Si, mi bien.
Y yo estoy vivo también.
LAURA.
¿Es Monzón?
MONZÓN.
Si, mi señora.
DON PEDRO.
¿Pues quién te mataba ahora ?
MONZÓN.
No era don Juan de Moneada,
Porque éste de una estocada
Alzo el cerco de Zamora.
Mi desdicha me mataba ,
Que lan desdichada he si(!ii
Y tanto me ha perseguido.
LA HERMOSURA Y LA DESDICHA.
Que hoy á morir me llevaba;
En la muerte vida hallaba ,
En el trabajo consuelo ,
Porque no ha criado el cielo
Mujer con lanías desdichas,
Que se acabaron mis dichas
Con perderte á ti en el suelo.
Cuando del mar escapé
Tomó mi fortuna puerto.
Teniéndole á ti por muerto
En la aldea que se ve,
Alli mi acogida fué
La casa de un labrador,
Y amor de una labradora,
Oe donde salla ahora
A divertir tantos males
Entre peñas y jarales.
Que esto la tristeza adora.
Mas pues que vivo le veo ,
Es bien que tan gran fortuna
No pierda ocasión alguna
Que embarace nuestro empleo;
Va de hoy más sea trofeo
Contigo de incierta muerte ,
Porque mi ventura advierte
Que mi desdicha acabó.
Pues de tantas me libró
Para que llegase á verle.
Padres, parientes y hacienda ,
Riquezas, joyas, regalos ,
Sin lí los tengo por malos,
Y sea. querida prenda.
Tu vista quien me defienda
Del mas pesado rigor
Que afligió el más firme amor ;
^ goce sólo de ti.
Que no hay más bien para mi,
Y sin ti toüo es dolor.
En el traje y en la cara
Ya conozco el sentimiento
Que fué de mi amor aumento;
Si aquí mi desdicha para,
¡P;Lra ya, fortuna avara,
l'ija tu rueda importuna,
Y en lül desdicha halle alguna
r*|iiranz3 de remedio,
M:is si está el amor en medio
De mas vueltas la fortuna!
El truje me da á entender
üue campos desiertos moras;
Yo te adoro, si me adoras
Aquí mi amor has de ver;
Compañía te he de hacer
Eli el monte y en poblado ,
Pues por mi estás desterrado
De tu palria,yo he de estar
Desterrada por gozar
De tu vista en tal estado.
DON PEDRO.
Tu valor y tu hermosura
Adoro, Laura, de modo
Que ya á vivir me acomodo
f;ii aquesta tierra dura,
Y pues quiso mi ventura
Que te hallase, si ya muerta
Te juzgué , mi amor acierta
En correspondencia tal,
Pues hoy dudo de mi mal
Y está mi ventura cierta;
Entre peñas y lentiscos,
Enlre lieras y animales
Serán mis dichas iguales
Al número destos riscos.
Los más fleros basiliscos
Serán mis gratos amigos ,
Que los hombres enemigos
Han sido en la propia tierra
Y desia continua guerra
Serán mis penas testigos.
Monzón en Palacio asiste ,
Porque Sirena, la Infanta
MONZÓN.
Mi lealtad y mi amor viste
En mil sucesos. Señor.
MONZÓN.
¿Puédote en algo servir?
DON PEDRO.
Puedes.
MONZÓN.
¿En qué?
DON PEDRO.
En acudir
AI remedio de mi honor.
Que alguna ocasión habrá
Kn que á la Infanta la digas
Nuestras penas y fatigas
Con que remediado está;
Al conde le escribirá
El Rey la disculpa mia ,
Que mi inocencia confia
Que el cielo la ha de amparar;
Que yo no quise matar
A don Juan, ¡oh, infausto dia!
Enlre tanto, Laura y yo
Viviremos retirados
De otro peligro apartados ,
Pnes ella en tantos se vio ,
Que no quiero verla, no.
Tan á pique de perder.
Hoy su castigo han de ver,
Mueran los traidores, mueran.
LAURA.
Si eslos los criados fueran
Del Rey, mi muerte ha de ser.
Salen riñendo los más CAZADORES
que puedan con UON JUAN y FA-
BIO.
CAZADORES.
Acudid.
LADRA.
¡Ay, justo cielo,
Que aquestos dos me libraron
De las mano.- "ue intentaron
Romper de mi honor el velo!
Llega don Pedro con el bastón , y pú-
nese al lado de don Juan , y Monzón
con la espada.
CAZADOR {."
\ No vi tal fuerza en el suelo!
DON PEDRO.
Aguardad, gente inhumana.
MONZÓN.
jllay desdicha más lirana
Ni mayores aventuras!
Siempre topo eslas venturas,
Y siempre de mala gana.
Sale EL REY con la espada envaina-
da, y pénese en medio.
RET.
Apartad, que estoy aquí.
CAZADOR 1.°
Sólo tu alteza pudiera
Quitar que la muerle diera
A un traidor.
MONZÓN.
Miren allf ,
Ahora garla; eso sí,
V no aguardó dos porradas
Con todas sus camaradas.
iO»
005 PEDRO.
Y sólo tu alteza pudo
Ser su amparo y ser su escudo.
MOJCZON.
Siempre andamos á puñadas.
DO» JUAÜ.
Á las voces lastimosas
De una mujer afligida,
Por matar un bomiciüa
D¿jé el camino, animosas
Las manos á su remedio ,
Teniendo por torpe medio
Kl forzarla voluntad,
Indigno á la calidad
l)e tanta grandeza en media
No me pude prometer
Que vuestra alteza pudiera
Intentar lo que no fuera
Digna acción de su poder.
(Hablan uparle.)
DON PEDRO.
¿Monzón, qué he llegado á vfr?
Éste es don Juan de Moneada.
iio:«zoM.
No sé , no me digas nada.
Porque parezco encantado .
Si don Juan muerto ha quedado
Y Laura quedó ahogada.
(Hablan aparte.)
REY.
;.Qu¡én eres que en ocasión
Tan injusta para mi
Te trajo la suerte aqui
Due va fué mi perdición?
De amor la jurisdicción
Hoy toqué y con (uerza tal ,
Que juzgué por menor mal
Gozar forzados favores
Que del amor disfavores.
(Hablan aparte )
MONZÓN.
Es traza á tu amor igual.
Salen LA INFANTA y LLCINDO,
tiejo.
I. ce I NT. J.
Aqui perdido lo hallé
De una borrasca arrojado,
Y de su talle obligado
A mi cueva lo llevé.
Muchas veces me decia
De una Laura, que en España
Fué su amor (si no rae engaña)
Y el amor que la tenia,
Y que por ella mató
A un cahallero Moneada .
Cuerpo á cuerpo , espada á espada ,
Y que huyendo se salió ;
Otras mil'cosas me dijo
I)e su estado y calidad.
INFAÍtTA. (Ap.)
¡Oh, amor! ¡oh, ciega dcidsd ,
Y de Véuus ciego hijo !
LUCINDO.
F.l Rey. tu hermano, Señora ,
Está a'qul, y también esta
El español.
INFANTA. (.4p.)
¿Qué har.i
El alma que asi lo adora?
[Habla al Rey.)
A la entrada desle monte
Aguardé á tu alteza Linio,
Que ya de la noche el manto
Se ve por nuestro horizonte.
Y Tiéodolo asi tardar ,
COMEDIAS ESCOGIDAS DE DON FnANCISCO DE ROJAS.
Rindiendo almas un dia
Con dos ravos diez saetas.
Hablélaalsaiirdealli
Y mis palabras desprecia,
Porque estaba enamorada
De no niuv menores prendas
Sali á buscarlo, por ver
Quien lo pudo detener.
Pues pudo á Filena hallar.
Este viejo me guió
Porque le vio discurrir,
Áesle llano dividir.
Los cazadores que vio
Reñir con dos forasteros ,
Que entiendo que estos dos sen.
(Hablan aparte.)
MONZÓN.
¡Oh, qué ojuelos lisonjeros
Que le ha echado! y Laura alli
La mira, si no celosa ,
A lo menos recelosa ,
Que lia mucho de tí.
DON PEDRO.
¿Qué he de hacer. Monzón', si veo
Alli á la Infanta hermosa?
;.Y aquí ya Laura amorosa
Es muerte de mi deseo?
(WaWa con Lucinda don Pedro.)
LCCINDO.
Don Pedro, la Infanta vino
\ mi albergue á preguntar
Tu estado y tu nombre, y dar
Lustre á las peñas divino.
DOS PEDRO.
¡ Ay , Lucindol Laura es esia ,
Que el cielo quiso librarla
Del mar, para restaurarla
Las penas que amor la cuesta.
DON JOAS.
¿Aquesta es, Fabio, la Infanta?
FABIO.
Y tan divino sugeto.
Que dichoso te prometo
Serás si besas su planta.
Habla al Rey, y di quien eres.
Que ya te miro dichoso.
¿De qué estás. Señor, dudoso
Y tal ventura diGeres?
DON JOAN.
Bien dices; yo llego, Fabio.
FABIO.
Llega con el pié derecho.
DON JOAN.
Pues yo llego.
FABIO.
De provecho
Será á tu ventura el labio.
DON ji;an.
Rey de Ñápeles invicto ,
Si saber quien soy deseas,
Óyeme a:ento y verás
Mi historia, que es bien que sepas.
Habiendo de ser mi hermano,
(Todos le miran.)
Aqui lo que el cielo ordena.
El conde de Barcelona
Es mi padre , que ya llega
Á la caduca vejez,
Largos años , cortas fuerzas.
Desde mi pequeña edad
Profesé armas y letras,
Que en los nobles la virtud
Con la discreción empieza.
Crióme mi padre , en lin ,
Como (juien su Estado hereda.
Procurando (|ue creciese
A sombra de su obediencia.
Amé en Barcelona, pues.
Una beldad, que vi apenas ,
Solicité su cariño
Con el poder y la hacienda,
Sin que pudiese alcanzar
Un favor llegando á verla.
Un criado de su casa.
Por el interés, que ciega
La razón y la lealtad.
Conquisté , y éste me lleva
A su felice mansión
Dándome franca la puerta ,
Y alli usé del rigor
Y ella á defenderse empieza ,
Que el amor en las mujeres
Tiene crecidas las fuerzas;
Cuando ya casi rendida ,
Una ventana , que era
Pasadizo de un jardín ,
Siento abrir, y entrar por ella
Un hombre, que era el dichoso
Alcaide de aquella fuerza.
Animóse Laura entonces,
Y yo a sus voces de piedra
Tomé mí espada, si en vano.
Porque don Pedro, que hereda
De Cardona noble sangre.
Mi injusto pecho atraviesa.
Dejóme por muerto alli ;
De Barcelona se ausenta ,
Queriendo el cielo que yo
De la herida no muera.
Aunque me sacó la sanftre,
Á Laura en el pecho deja ,
Teniéndome á mi más muerto
Saber que á Laura se lleva.
Llamóme mi padre un dia ,
Y dijome, que él ordena
El casarme con tu hermana.
Del mundo hermosa Sirena.
Por olvidar las memorias
Del amor que me atormenta
Quise verla disfrazado ,
Que la fama novelera
Suele mentir, y en retratos
Los pintores lisonjean.
Tomé postas, y partime
Con este criado á verla.
Por sí podía sjcar
El amor que asi me deja.
Oí las voces que díó
Una mujer casi muerta,
Y dejando allí el caniioo
Aqui llegé á socorrerla.
Vi la Infanta y vi dos soles
Del amor viva saeta ,
Y apenas vi su hermosura
Cuando del amor las flechas
Hirieron mi corazón
Y rindieron mis potencias.
REY.
Dame, pues, don Juan, los bra:os.
Porque tu valor es muestra
De lu noble nacimiento.
Y demos juntos la vuelta
A Ñapóles, donde dueño
De mi casa y pecho seas.
Habla, don Juan, á mi hermana.
DON JOAN.
Va me doy la en hora buena.
INFANTA.
Yo os beso, don Juan, las manos.
MONZÓN.
Llega, pues, don Pedro, y sepí
Que estás aqni.
DOM PEDRO.
¿Cómo puedo
Si su sangre me dcslierra?
DOX JCAN.
A don Pedro de Cardona
Hará buscar vueslra alteza ,
Porque se juzga pariio
En un navio de guerra
Á llalla, y deseo mucho
Que á Barcelona se vuelva.
MONZOX.
Ahora es liempo que llegues
Y tu fortuua serena.
Hoy don Pedro de Cardona
Pone humilde la calie/.a
Á los pies de tu piedad.
DON JUAN.
¿Eres don Pedro?
MONZÓN.
Era fuerza
Que pareciese don Pedro.
LA HER.MOSLHA V LA DESblClIA.
DON PEDnO.
Don Pedro soy, que estas peñas
Me acogieron' casi muerto
Después de una gran tormenta.
DON JUAN.
¿Y Laura?
DON PEDRO.
Laura está aquí.
Y aunque la tuve por muerta ,
En este traje (|ue ves
Ha vivido eu una aldea,
Y es la misma que hoy libraste.
DON JUAN.
¡Desdichada fué su estrella!
Dala en albricias las manos,
Oue el liey, mi señor, me esfuerza
A cumplir la obligación
(Jue la tengo á Laura bella.
Yo ofrezco ser el padrino,
Y otros brazos la posean
Por dichosos y yo olvide.
MONZÓN.
No hay para mi cosa buena ;
Después de haber naufragadí
Por la mar, y por la tierra
Pasar tan grandes trabajos,
Sin casamiento me dejan.
DON JUAN.
(ion Inés te ofrezco yo
Dos mil ducados de renta.
MONZÓN.
¿Por poder me he de casar?
Aquí ui] escribano venga.
Abraza, Laura, á mi hermana
INFANTA.
Hoy don Pedro suyo sea.
Pues Dios la quiso librar.
DON PEDRO.
Y su fin dichoso vea
La Hermosura y la Desdicha.
Mil perdones á mil yerros.
Digna acción de su nobleza.
NUESTRA SEÑORA DE ATOCHA.
PERSONAS.
DON FERNANDO.
GAKClA.
MAHOMAT.
r.RACIAN RAMÍREZ.
I.EONOK, dama.
I ELVIRA , dama.
II OS A, mora.
I LIMONADA, gracioso.
I.AIN, criado.
CELIN, moro.
JORNADA PRIMERA.
Salen ROSA, mora, vestida de negro,
con MAHOMAT; DON FERNANDO v
LIMONADA, atadas las manos, y cu-
biertos los rostros.
ROSA.
Haced alto en el llano desa falda
Que Manzanares pinta de esniera!d:i ;
Ligad esos cristianos á esos troncos,
Cesen los parches de quejarse roncos
Al eco más vecino
De los azotes del porfiado pino ;
Aqueste es Manzanares, aqiicl rio
Quédelas sierras de Castilla frió
Baja a Madrid tan quedo,
Que se conoce que me tiene miedo ;
Branii^al, un arroyo que recrea
A Branigal su convecina aldea, [nares.
Se entra, renglón de plata, en Manza-
Y Manzanares en Jarama y Nares,
Y todos tres por uno y otro atajo.
Porque es nuestro , le dan tributo al
[Tajo.
Aquella puerta que de aquí se advier-
Cuya muralla fuerte (te,
A la media región del aire llega.
Es la que llaman Puerta de la Vega;
Esta playa, que hesa el cristal frió.
Es una tela que tramó el eslío
Con distintos colores,
De un verde raso que es raso de llores;
Manzanares humilde pone coto
A esa tela florida y á ese soto;
Y yo desde Toledo desta suerte.
Para vengar de Aben-Jucef la niucrle.
Mi ya perdido hermano.
Contándole su muerte al aire vano,
Vengo á vengarle con valor inipio
En los troncos, que son hijos del rio,
En las aves que pueblan todo el viento,
En los peces que cria eseelemiMito,
Y en el que hallare caminante errado,
Desierto á mi piedad por el poblado.
En esta isla (¡oh pese á mi tardanza!)
Rompió la de su pecho errada lanza ,
Que no le hubiera muerto
Hasta que le buscara con acierto ;
Como villanas, esas verdes plantas
De su coral liñeron las gargantas ;
Aquel eco, que nunca la voz deja.
Repitió las razones de su queja;
Pues aves, prado, monte pasajero.
Han de asustarse al golpe de mi acero;
Vegas, flores y plantas, eco > rio.
La ira han de temer de mi ailicdrio;
i Y pues que Rosa soy, la valerosa,
I Teman de las espinas de la liosa.
I MAROHAT.
I Rosa valiente, Rosa celebrada ,
¡ Desde el África á España trasplantada;
] Rosa, que al desplegar del sol los rayos
NolehaceMayoa II, tú haces los Mayos;
Perfección del coraje y del denuedo,
Hermana de Celin, rey de Toledo,
Si por valor pretendes, no por suerte.
Del grande AbenJucef vengar Inmnor
Yo, que la ejecución fui de su ira, [te,
La valerosa sangre en que respira
Tan acierto cristiano,
Derramará el acierto de mi mano.
Pues parte, Mahomal, si buscas fama,
A correrle la margen al Jarama,
Que ya mi hermano, el rey Celin, porfia
El puerto no dejar de la Fuenfria ,
Donde el verano, errando su gobierno.
Sufre las influencias del invierno
Y como el gran Celin cuando se enoja
Hace su blanca nieve helarse roja,
V el vapor de su alíenlo airado sube
A condensar la una y la otra nube.
Siendo el temor tan trio, decir puedo.
Que en lugar de llover, nievan de mié-
MAHOMAT. [do
Pues parto á obedecerte diligente.
nosA. [le.
Vence en mi nombre, Mahomatvalien-
MAUüMAT. [suerte?
¿Tú, qué intentas hacer de aquesta
ROSA.
A don Fernando quiero dar la muerte.
MAHOMAT.
¿Deque suerte, bellísima homicida?
nosA.
La muerte le he de dar dándole vida.
MAHOMAT.
¿Cuál hade ser, me di, el acero implo?
nosA.
Su patria ha de mirar desde aquel rio.
MAHOMAT.
¿ Pues qué pena le buscan tus enojos?
BOSA.
Quiero que se castigue con sus ojos,
MAHOMAT.
Pues yo voy ál .larania.
ROSA.
Parle luego.
MAHOMAT.
De mi valor y de tus iras ciego,
Traeráte al sol cautivo aquesta mano.
{Vase.)
ROSA.
Tr.'ieme al sol, si supieres que es cris-
Fernando calla y suspira [tiano;
(^oü niiinioso lémur,
Hipócrita de mi amor
Soy en la fe de mi iia;
Amor le tengo, mas tal.
Que obra tal vez el desden ;
iQue queriéndole tan bien
Le eslé tratando tan mal !
I Que sea tal mi sentimiento
Que aun no lo sepa sentir !
I Que no le acierte 4 decir
Aquello mismo que siento !
i Que siendo correos sabios
La esperanza y la pasión
Le errasen al corazón
El camino de los labios !
Pues tenga alivio quien ama.
Diga su pena veloz,
Sea lo menos la voz
Si es lo principal la llama;
De torpes ayuntamientos
Aun no la montaña sufre
Pálido embrión de azufra
Cuando le aborta á los vientos ;
Disimulado raudal ,
Hurón de plata oprimida,
Va royendo la salida
Hasta verter su cristal ;
Pues mi amor ardiente y ciego
Que imitar á los dos traía,
Se vierta volcan de plata
Y corra raudal de fuego;
Cristiano, á quiensólooi
Tantos suspiros á veces
Que á las nubes enterneces,
Pues que ya llueven por tí ,
Desatarte quiero ahora.
Que ya tu piedad me prenda.
Quita á tus ojos la venda.
{Descúbrele.
DON PERNANDO.
¡Válgasme nuestra Señora!
¿Dónde finco?
ROSA.
No te pares
Suspenso cuando me ves,
Que aquesta la orilla es
Del hermoso Manzanares ;
Aquí se trabó la lid
En que fuiste mi cautivo.
DON FERNANDO.
No sé, cielos, cómo vivo.
ROSA.
Mira tu patria, Madrid,
Porcjue viertas tu dolor
En lágrimas á ese rio.
DON FERNANDO.
Oye, si puedes, el mío,
¡ Áy mi polida Leonor!
ROSA.
Si de verte es la pasión ,
Mi cautivo, considera
Que hoy tienes por prisionera
A (pilen te tienir en prisión ;
Habla, si es que te provoco
Al premio que de ti espero.
¿Hete dicho que te quiero,
Y no respondes tampoco?
¿No hablas? ¿cómo Un cruel
Me añades nuevos enojos?
LIXONADA.
Desátenme á mí los ojos,
Que yo hablaré por él.
L
41i
ROSA.
Pues DO mi pasión errada
Los medios quiere olvidar,
Ya le voy á desalar;
Habla por él, Limonada.
{Desdlanle.)
COMEDIAS ESCOGIDAS DE DON FRANCISCO DE ROJAS.
I E con plañir é llorar
Amor nunca te trasnoche
En tus celoi'os trasuntos.
Tengas muchos hombres junios
E ninguno le reproche ;
Madrid es, por vida mia;
(Nuestra Señora me valga),
No vi tao garrida galga
En toda la perrería;
Fecho estabas cuitas todo
E desta vez me desfago ,
¡Ay mi calle de Santiago,
Donde hay lodo el año lodo!
¡Quién vos paseara en un coche!
Los mis ojos allá us id ;
¡Cómo me huele á Madrid
Sin ser las diez de la noche!
Di, cristiano desdichado,
Si escuchar quieres mi ira.
Tu señor, ¿porqué suspira?
LIMONADA.
Porque está abarraganado;
Amor tiene, é anda en pena
l'or una fembra polida.
Que es mesurada, entendida,
É de más á más, morena.
ROSA.
Cautivo crisliano, di.
Ya que en esa pasión das ,
Una palabra no más,
¿Tieues otra dama?
DOM FERNANDO.
Si.
ROSA.
iRindióte su perfección?
Que esle que en tus ojos leo
Es amoroso desio.
¿No me puedes querer?
DON FERNANDO.
Non.
ROSA.
¡Corrida, vive amor, quedo,
Ve haber tal desden oido!
¿Me querrás de agradecido
En algún tiempo?
DOS I
\ND0.
Non puedo;
E bien me puedes malar,
Cedo, aunque de mí te asombres.
ROSA.
Usanse tan pocos hombres
Que sepan desengañar.
Que de haber llegado á oir
Que fino y constante estás,
Desde hoy le he de querer más
Porque no sabes fingir;
Sólo el desden sentir quiero,
No que la adores ansí.
DON FERNANDO,
Yo non te hago mofa á ti ,
Si la be amigado primero.
Dime, Fernando, por Dios,
Ya c^ue tan constante eres,
¿Quién es la dama (jue quieres?
DON FERNANDO.
Non es una, que son dos.
ROSA.
Si amas á dos, imagina
Que será pasión villana.
ROSA.
Dime quién es la divina,
;. La morena de quien sé
Que le ha enamorado á ti?
DON FERNANDO.
¿La morena sola?
ROSA.
Si.
DON FERNANDO.
Escocha, é te lo diré :
Dempues quel señor Jesús,
Nueso divino hacedor.
Para se sobir al cielo
A un monte se encaramó;
Quedóla virgen María,
Nuesa Señora, é quedó
A ser sol que sostituya
La ausencia del mejor sol.
Que á suplirnos la su falta
Quiso el divinal Criador
Que ya que Dios non fíncase,
Finque la madre de Dios;
Nicodemus, el hebreo.
Que á Jesús desclavijó
E con la toalla santa
Limpió el divinal sudor,
Dempues que ya sepultado
Creyendo á Diosle adoró,
Tallar procuró María
La su madre, é trabajó
Un leño con el cincel,
E diestro asaz tallador
Con una é otra moldura
Dio ásu imagen perlicion;
San Lúeas evangelista,
Diestro el más pinturador
De cuantos Jerusalea
Artiüces coronó,
Retratar quiso á la Virgen
Sobre la escoltura, é dio
A los sus diestros relieves
Un color y otro color,
E al pintar su hermosa faz
Con homildania é amor.
Mirando estuvo á María;
No sé como non cegó;
El pincel lejos, é sombras
Devotamente honestó.
¿Quién ha visto á la luz ser
De la sombra imitación?
Acabó la sama imagen
El divinal escritor.
Bien que de! original
Salió la copia un borrón ;
Porque si Dios de la Virgen
Fué sabio lelocador,
¿Cómo ha de poder un lióme
Copiar lo que Dios pintó?
Casi como á rosa pura .
Non hay quien la semejó.
Porque no habrá, si la pintan,
Color para su color.
Ni espejo puede pintarse ,
Pues el que el cristal cuidó.
Podrá mirarse al cristal ,
V en la su pintura non,
E ansí como al sol y nave
Maguer que la retrató.
Diestra la mano non |)udo
Retocarla con primor;
Lúeas ansi á mi Señora
Copiarla bien non supió.
Que ya se ve (|ue es Maria
Rosa, nave, espejo y sol ;
Pedro, aquel apóslol sanio
De Cristo acom|)añador
Que le adoró tamas veces ,
Maguer que tres le negó.
Consiguió de Dios perdón ;
(Que sabia muy bien Pedro,
Como quien más le Iraló,
Que era el llanto gran tesoro
•ara cohechar á Dios).
De Jerusalen á Anlióquía
Con esta imagen partió.
Llevando por compañeros
De Cristo á la adoración
Doce Apóstoles, que fueron
La palabra de su voz;
Dempues vino Pedro á España,
E caduca tradición
Kabla que en la playa antigua
De Motril desembarcó,
H los dicipulos suyos
Esta imagen con fervor
Sanio dejaron posada.
Cabe de la población
De nuesa antigua Madrid,
Non dentro del pueblo, non ,
Que non es vulgo la Virgen
Para entrarse acá con nos;
Esta verdad aseguran-
Uno é otro hisloiiador,
E que siele años ánles
Uue nuestra Virgen linó,
Estaba la nuesa imágeu
Colocada, é digo yo,
Que si el año de cincuenta.
Como afirma un escritor.
Nuestra Señora de Antióquia
En Madrid resplandeció,
Sale mi conjeturanza
Cierta, escocha mi razón;
De quince años nuestra Virgen ,
Virgen á Jesús parió.
Treinta y ires y algunos dias
Vivió nuestro Redentor,
Veinte y cuatro años María
Dempues de la su ascensión
Vivió en el mundo, que facen
Por lodos setenta y dos;
Pues bájame ahora quince
De antes que Jesús nació,
E vinoá fincar Maria
En el año del Señor
De cincuenta y siele, en que
Fué su divina asunción.
Pues si el año de cincuenta
A Madrid nos trasladó
Desde Anlioquia nuesa imagen
Nueso Pedro Vice-Dios,
Luego no hay duda alguna
Que esta imagen se talló
En la vida de Maria,
K fué la su colación
Siele años ánles que fuese
A abracijarse con Dios ;
Anciana finó la Virgen,
Pero non consumidor
El tiempo mañoso é cano
La suya faz arrugó,
Que como en su fermosura
Su honestidad se posó.
Por non tocarla al recalo
Non llegó á la perficion ;
Y es mucho que ansí gozaso
Taulos años quien sufrió
Luenga edad laníos trabajos
Viendo la muerte é baldón
Del fijocrocitícado.
Que fué tamaño el dolor
Que llevó nuesa Señora
De Jesús en la Pasión,
Que uno y otro santo afirma,
Fabla uno y otro varón.
Que si el dolor de la Virgen
Le repartiera el Señor
Enlre todas las criaturas.
Con ser tantas como son ,
Bastaba aunarlas todas
Solamente aquel dolor;
Santa , más que todos santos
Nuesa Virgen lloredo.
Aunque hubo en su vida muchos
Oue denipuessantiücü
ti vicario de Jesús
Por divinal comisión;
Lució entre todos Mariaj
Como en el campo se vfo
No nurecer clavellina
A la faz del girasol.
¿Non viste al sol que en su altura
íion permite resplandor,
E posado en el su globo
A la su luna veloz.
Siendo él el que la ha encendido
Parece que la apagó,
Oue los loceros se fuyen,
Y al alba del se escorrió;
La llama encoge el su rayo.
La nube á su exhalación ,
E cuando por la su cuesta
Va faciendo caracol,
E gusano de los cielos
Sus proprios rayos Gló,
Va saliendo el un lucero.
La luna á más relumbró,
E hasta una antorcha del suelo
Súpitamente alumbró?
Asi cuando sol la Virgen,
Maguer que fnese mejor,
Mueso horizonte alumbraba
Wngun lucero alumbró;
Semeja, pues, los luceros
Santos, pues que luces son.
Semeja sol á la Virgen
En la mi comparación.
Ella finó, é nos salieron
A lucir den dos en dos.
Que non pudieron arder
Cuando estaba vivo el sol;
Perdióse la nuesa España,
üue el conde Jolian, traidor ;
(Pero aquesta remembranza
Finque para otra ocasión)
Que sólo narrar te quiero
Oue la Virgen se escondió
Ñon sé dónde, é nos plañimos
Por la suya aparición ,
A los cielos y á la tierra
Con uno y otro clamor.
Non parece nuestra Madre,
Mas pintorada quedó
En láminas por relitpiia.
Que una dellas guardo yo,
£ aunque nunca yo la he visto,
tü de cuantos viven hoy
Hay liombre que la alcanzase.
Non luenga una narración
Facer quiero de su forma,
Se^un escrita quedó
Por a(]uellos (|ue gozaron
! Su divinal resplandor:
Tres cuartas tiene de altura,
I V aunque parece mayor,
I Es porque posada linca
I En trono é silla, á quien dio
I Más relieves é molduras
i Arlilicioso primor;
I Una corona de un dedo
De alto, su sien coronó,
E sacada de la misma
i Materia está alrededor.
Porque non fuese postiza
Como otras coronas son ;
La su veste colorada
' I n manto de oro guarnió,
' E con una forradura
De honesto oscuro color,
E todo de una madera,
E los sus pies cobijó
NUESTRA SEÑORA DE ATOCHA.
Para honestarla más bien,
Acepillado ropón ;
Al siniestro lado tiene
Una T con una O,
Que signilica leoloea.
Que en griego es Mndre de Dioc;
Dentro de la T se posa
La O, pues discurro yo.
Que non la que fabla arriba
Essusignilicacion;
LaO, del Vi rbo divino
Semeja la Encarnación,
Que es un circulo perteto
Que aquellas partes unió;
T, en griego, á Dios signilica,
Y esta T la O abrazó ;
Jeremías nos enseña
Que ha de rodear al varón
La fembra, pu^'s saca ahora
Que Maria á Dios rodeó.
Siendo un círculo pequeño
Desta T. que dice Dios;
Pues si ella es O y él es T,
Fable la mi conclusión
Que su Encarnación íiguran
Unidas la T y la O,
Mediante Diosé mediante
La su hipostatica unión;
Morena tiene la faz,
Non perceptible el color.
Porque el luengo curso de años
La su tez ennegreció;
Honestos ojos y pravas
Catarás con atención,
Mirar afables al justo,
Severos al pecador;
A su infante Jesús, niño,
Abracijado guardó.
Del corazón á su lado,
O él era su corazón ;
Una poma en un librito
Le da al Niño, ¿ quién creyó
Que enseñándole María
Una manzana al Criador,
Reciba de una mujer
Lo que otra mujer vedó?
Pero de Maria á Eva
Hay tamaña distinción,
Que Eva escribió la su culpa
E Maria la borró ;
Esta es mía morena dama,
A quien mió casto amor.
Sin haberla visto nunca.
Mil ternuras la indilgó;
Esta del alba es Señora,
Esta es la que se perdió.
Si de la nuesa presencia,
De nuesa memoria non;
Esta á quien facen la salva
Tanto colorín cantor
En praderías, que el Mayo
Con flores rojas pulió;
Esta á quien estrella, cielo,
El mar, tierra, aire veloz.
Aves, peces, lleras y hombres.
Los luceros, luna é sol.
Angeles é santos claman
A un alecto é á una voz.
La gran Teotoca de Antió(pi¡a,
Que es hija, j madre de Dios.
BOSA.
Tu relación he escuchado,
V, vive el cielo, que estoy
De tu amor menos corrida
Que indignada de tu voz ;
Esa deidad que tú llamas
Luz de la aurora y el sol,
Precursora de Madrid
V madre de vuestro Dios,
Ayer era un basto leño
Eo quien el tiempo escribió
La nobleza del Abril ,
Vegetativo padrón;
Por inútil tronco ayer
Artilice la talló.
;,Pnes cómo la hará deidatt
Un borrón y otro borrón?
DON FERNANDO.
Esta imagen non es madre
De Dios, sandia mora, non ;
Pero basta (|ue semeje
La misma madre de Dios;
¿Non te da color el árbol
(lúe ha colorido el pintor,
E á más que esté pinturada.
Cuidas que la flor es flor?
Pues si pintada flor y árbol
Flor y árbol vivo imitó.
Mejor podrá pinturada
Imitar Maria á Dios.
nos A.
Sí, ;.pero en virtud de un leño
Ha de hacer milagros' no.
rO> FERNANDO.
Pues face Dios sin materia
Una é otra admiración,
¿E con materia non cuidas
Que puede obrallas mejor?
ROSA.
/.Un leño puede imitar
Una imagen? es error.
DON FERNANDO.
No te ha de valer ahora
Tu sopitaña razón.
Aunque hable esta vez por II
Barrabás calumniador.
¿Tú é yo non somos dos leños?
ROSA.
Dos leños somos tú é yo,
Pero somos racionales.
DON FERNANDO.
Pues si el Señor descendió
Á imitar estos dos leños.
Con ser Dios, di, ¿ por qué no
Un leño podrá imitar
A la que es madre de Dios?
ROSA.
Rien dices, mas no lo creo;
najemos el escalón
De tu voluntad, y dime,
¿A quién amas?
DON FERNANDO.
A Leonor,
De Gradan Ramírez lija.
ROSA.
¿Es hermosa?
DON FERNANDO.
Como el sol.
¿¡Quiérete?
DON FERNANDO.
Cuido (lue si.
Pues sí la tienes amor,
V ella á lí te quiere tanto,
¿Qué temes?
DON FERNANDO.
Que ausente estoy.
ROSA.
¿Puede olvidarte?
DON FESNANDO.
Kosé;
Recuéstala un infanzón
Asaz valiente é galán ,
I'ídalgo é home de pro,
E que él se la mereciera
A uo raerecella yo.
ili co>
ROSA.
¿Qiiiin es?
DON FERNANDO.
Don Gurcia es,
El que i lu hermano motó,
De Gracian Ramírez deudo,
ROSA.
Yo mataré ese traidor.
¿ Mas sabes qué be presumido?
yue no la quieres de amor,
Sino de tema no más
j Que otro calan la sirvió ;
* Porque sois tales los hombres
Que ponéis vuestra afición
En lo que hace competencia,
Pero uo en lo que es mejor.
DON FERNANDO.
Es¡ la vieras, ¿qué hicieras?
ROSA.
Disculpara tu pasión.
DOS FEIINAXDO.
¿Pues dasme palabra, mora.
Si palabra en ti cupió,
Gomo mora principal,
Pero como mora non ,
De volver á la mi mano,
Si le la enseño á Leonor?
ROSA.
Por Alá te do; palabra.
DON FERNANDO.
Non jures el Zancarrón
Del vuestro profeta falso,
Mahoma, engañifador;
Jura como noble.
DON FERNANDO.
Pues cala su rostro, é non
Veras que su fermosura
Es ménns que mi pasión ;
Toma, Rosa.
{Dale un retrato de nuestra Señora de
Atocha, por darle el otro.)
ROSA.
Alá me valga.
i Qué miro ! helado sudor
Desconcierta de los poros
La proporcionada unión.
iEsta no es vuestra patrona
María?
DON FERNANDO.
¡ Válgasme Dios!
iQoé es lo que he fecho?
ROSA.
Yo, cielos,
¿De una pintura temor?
DON FERNANDO.
¿Que por darle la fegura
Ue Leonor le diese yo
A los dos semejaduras
De nuesa Señora é Dios?
I. V que estando enclavijada
En p.ir de mi corazón,
Tan torpes estén mis manos
Que ficiesen tal error?
(Va á quitarla el retrato.)
Soelta, mora.
ROSA.
Deja, infame.
DON FERNANDO.
Non presumas con rigor
Fincar con la mi Señora,
Que antes cuido morir jo.
ROSA.
jAb soldados?
ESCOGIDAS DE DON FRANCISCO
LIMONADA.
Esto es fecho.
ROSA.
Dadles la muerte á estos dos.
DON FERNANDO.
jFacedlos sordos, mi Virgen ,
O ciegos, si sordos non,
E sera un milagro á tiempo!
ROSA.
¿No me respondéis?
DON FERNANDO.
Ya obró.
ROSA.
Pero tened, no vengáis,
Que entre tanta admiración
Una experiencia procura
Acreditar mi valor;
Ver quiero si este cristiano
Que á María defendió.
Tiene tanta fe en el alma
Como fineza en la voz;
Fernando, ¿no dices que amas
A Leonor?
DON FERNANDO.
Con casto amor.
ROSA.
¿Qué Gneza harás por mí
Sí aquí libertad te doy?
DON FERNANDO.
Será, como lo es el cuerpo,
Esclava mi alma en pos.
ROSA.
¿Dasme la palabra y fe
De volver á la prisión
Site dejo que á Madrid
Vayas á ver á Leonor?
DON FERNANDO.
Por la fe de caballero,
A fe de amante español ,
De volver á los tus pies
Como fidalgo infanzón.
ROSA.
Jura.
BON FERNANDO.
Por los Evangelios
Que san Lúeas escribió,
O por la cruz de la manga
Que sale en la procesión,
E por el santo que tiene
Espatarrado el dragón
E afinojado á sus píes
Con la puma del lan/.on.
De volver en la tu busca
Cedo que fable á Leonor.
ROSA.
Pues yo dejo que te vayas,
Pero es con condición
Que has de dejarme en rehenes
Esa copia, ese primor.
En que tienes retratada
La hermosa Madre del sol ,
Que con eso volverás.
DON FERNANDO.
Non me lo permila Dios;
Si aquí sopitañamente
Me posaras á un fogón.
Me cuiílara asar primero.
Mas darte á la Virgen, non.
ROSA.
¿Pues no puedo yo quitarte
La copia?
DON FERNANDO.
Tienes razón ;
Mas una cosa es quitarla
Y es otra dártela yo.
ROSA.
¿Pues qué rehenes intentas
Dejarme?
DON FERNANDO.
Mi obligación;
¥ de más á más le dejo
Al mí escodero español.
LIMONADA.
Mí Señor, si bien me quieres,
No me dejes, porque soy
I de un moro de Fez
Que cristiano se tornó,
E fijo de una gallega
Que con él se enmaridó,
E me harán muy fácilmente
Besucar el Zancarrón.
ROSA.
Pues déjame estas rehenes ,
O no has de irte.
DON FERNANDO.
¿E cuáles son?
ROSA.
Déjame á Leonor pintada
Por prenda, que bien sé yo
Que por ella has de volver.
Si es que la tienes amor;
Que llego tanto á quererte
Por oculta inclinación ,
Que con estarme tan mal
Que á ver vayas á Leonor,
Sólo porque no la goce
"1 que á mi hermano mató.
Aunque me cueste unos celos
Te doy esa permisión.
DON FERNANDO.
¿A Leonor me pides?
ROSA.
Si.
DON FERNANDO.
¿Qué le importa á mi afición
■' Jtivar este traslado.
Si al original me voy?
Cata SU fegura, mora, ( Vásele á dar.)
E también cata que tloy
En rehenes de dar vuelta
La mala consolación ;
Trátala bien, é non fagas
Mofa, ansí te guarde Dios;
Mas non lela quiero dar,
Que lo plañirá mi amor.
ROSA.
Como á huéspeda prometo
Tratarla, no temas, no.
DON FERNANDO.
No le la quisiera dar.
ROSA.
Escoge una de las dos
Que te he pedido,
DON FERNANDO.
Nenguna;
Pero puesto que me voy.
Quiero llevarme á María
Y quiero darle á Leonor.
{Dale el de Leonor y toma el de la
Virgen.)
ROSA.
Níi ha sido tu amor muy grande.
DON FERNANDO.
Es grande mi devoción.
ROSA.
¿Sabrás cumplir tu palabra?
DON FERNANDO.
¿Non sabes, mora, (luíén soy?
LIMONADA.
¿E yo be de irme?
DO» FERNANDO.
TÚ le quedas.
LIMONADA.
¿E cuando volverás?
UOM FERNANDO.
Hoy.
ROSA.
DqIc muerte á lu enemigo.
DON FERNANDO.
Finará, si me ofendió.
ROSA.
Pues parte á Madrid, Fern.indo
LIMONADA.
Vuelve esta noche. Señor.
DON FERNANDO.
Trata bien á la mi fembra.
Si liaré, aunque celosa estoy.
DON FERNANDO.
Ciiitame que finque, mora,
Con tal perjeño e razón.
ROSA.
Alá te vuelva con bien.
DON FERNANDO.
Non sé qué es Alá, sea Dios.
(Vanse)
Sa/ín ELVIRA t LEONOR, con luz.
El tu suspirar me admira
Una otra en otra vegada ;
Non estés tan acuitada.
LEONOR.
Déjame llorar, Elvira. {Llora.)
ELVIRA.
Dime qué plañes, Leonor,
E non lo estés honestando.
LEONOR.
Supido lo he; pero faz
Con que el gusto restituyas.
Pues que las lágrimas luyas
No te dan ningún solaz;
Que yo también por mi daño
Tengo amor otro que lal ,
E maguer que siento el mal
Dien miras tuque non plaño.
LEONOR.
Tu amorio al mi doler
Non compasa los enojos.
Que siempre sale á los ojos
La calentura de amor ;
A la rosa y al clavel
Tortolilla diligente
Plañendo el su esposo ausente.
Face pescudas por él ;
E á más con tiernos amores
Verás por el tu amorio
(".on lágrimas del roció
Facer mimos á las flores;
E de un leño en el fo^on
Semejarás los despojos.
Pues si non plañen sus ojos
Non arde su corazón.
ELVIRA.
Cuido ser un pedernal,
Mía Leonor, porque también
Me quiere García bien
E yo no le quiero mal ;
Mas mi voluntad tan rara
Se ha podido reSistir,
Uue non me han vido reír
NUESTRA SEÑORA DE ATOCHA.
Por un ojo de la cara ;
Que el home que está más ciego
En servir y en sospirar,
En viéndome lagrimar
Se fará de pencas luego.
LEONOR.
¿A ti te adora García?
ELVIRA.
Al me ver, mil irampantojos
Face con la boca é ojos.
LEONOR.
¡Válgasme santa Maria!
ELVIRA.
¿E de qué te has suspendido.
Que paras mientes turbada?
LEONOR.
llame dicho una vegada.
Que finca por mi atordido,
E quedo rabiosa aquí
Que fingiendo que se muere
Me diga á mi que me quiere
E que te engañife á ti.
ELVIRA.
E yo con sópita saña
Contra él me indigno ahora,
A mi es á quien solo adora,
Y á ti es á quien sólo engaña;
A mi quiere de las dos,
A mi ama de mayor gana.
LEONOR.
¡Previera á Dios!
ELVIRA.
La mi hermana,
¿Para qué es proviera á Dios?
LEONOR.
García, de mí ¿qué espera?
ELVIRA.
Fablemos como mujeres.
Yo sé que aunque no le quieres ,
Non te pesa que le quiera.
LEONOR.
Yo sólo á Ferrando quiero ;
Pero García yo sé
Que non te quiere.
ELVIRA.
¿Por qué?
LEONOR.
Porque me amoró primero ;
A mi es á quien tiene amor,
Y á ti tiene aborrecida.
ELVIRA.
¿Pues non soy yo tan erguida
Como tú, hermana Leonor?
¿Non soy laborosa?pues
Di. ¿qué mengua me has fallado ?
¿Non lice el jubón labrado
Ue nueso padre en un mes?
Pues non me baldones, non.
Ya que reprocharme quieres.
LEONOR.
¿E qué importa, si non eres
Tan fermosa como yo?
ELVIRA.
i Tan fermosa! tus engaños
Te han fecho presuntuosa ;
Hermana, la más fermosa
Es quien tiene menos años ;
Mí juventud es mejor.
No tu rostro pinlurado.
LEONOR.
En Dn ¿te has desmesurado
Con tu hermana la mayor?
Pues yendo en busca del cielo,
Cedo que muera con llanto.
No me abra la puerta el santo
Que non tiene ni este pelo ;
{Llorando.)
E la mi finada madre
Non sal¡:a de la aQicion
De su dolencia, si non
Se lo dijere á mi padre.
ELVIRA.
¿Esoá mi qué me empeció?
LEONOR.
¿Han vido la rapagona
Cómo se face persona?
Mío padre, mas él llegó.
Sale GRACIAN,
GRACIAN.
La mi Leonor, la mi Elvira,
¿De qué fincas arriscada?
LEONOR.
Mió Señor, plaño airada.
GRACIAN.
¿ E con quién mandas la ira?
¿Non fablas, Leonor? ¿hay tal?
¿Quién tu alegres alborota?
LEONOR.
Esta mi hermana chicóla,
Que me ha ferido muy mal.
GRACIAN.
¿Te habló destonado? deja,
Verás lo que fago yo.
LEONOR.
De fea me caloñó,
E de más á más, de vieja.
GRACIAN.
¿Qué rae parlas?
LEONOR.
Ansi es.
ELVIRA.
Oye á mi satisfacion.
GRACIAN.
Non puede tener razón
Quien ha nacido después ;
Desucad luego á Leonor
(Empújala.)
Los pies, llegad.
ELVIRA.
Non me empelles.
GRACIAN.
Ya non han menester fuelles
Los órganos del Señor.
ELVIRA.
Que me des perdón le pido.
La mi hermana é mi señora.
GRACIAN.
¡ E que non trújese ahora
Las deciplinas conmigo !
LEONOR.
Perdonar me satisface.
Mas non me nombréis errada
Colondrona otra vegada.
¿Fareislo ansi?
ELVIRA.
¡ Qué me place !
Dadme la mano.
LEONOR.
CaUd.
(Heselamano Etuira á Leonor.)
ELVIRA.
Perdonad mi sopitez.
GRACIAN.
Hoy remozan mí vejez
Su'amislanza é su homildad.
LEONOR.
470
COMKÜIAS ESCOGIDAS DE DON FRANCISCO DE ROJAS.
GRiCUrC. I
El señor rey de Casliella
Me ha inviado su mandadero ,
E la su escritura ved,
Si un solaz vos quiero dar,
Oue para vos maridar
He ha fecho una gran merced.
¿Escrelura del Rey?
guacían.
Si.
De su firma é de su mano.
LEOSOR.
No he vldo rey lan humano.
iComofabla?
GRACIAN.
Fabla así.
(Lee.) it El mió alcalde Gracian Ra-
«mirez de Vargas : La vuesa escrelura
»me dio asaz conlenlamiento, é tinco
»de las vuesasfecherias alegrado. Cui-
»dá de la mi villa , é por el vuestro
«servicio vos fago merced para mari-
»dar lasvuesas dos lijas, de veinte ma-
«ravediscada un años de renta. Dios (is
«guarde. En Burgos. — Alfonso, rey
tde Casliella.»
¿Que os parece? ¿qué decis
Las dos de largura tanta?
LEONOR.
Maridar puede á sii infanta
Con veinte maravedís.
GRACIAM.
Dele mucho mundo el Dios
Poderoso, omnipotente.
Sale UN CRIADO.
CRIADO.
r.arcia, vueso pariente,
Fablar procura con vos.
GRACIAN.
Entre el mi deudo Garda,
E idos los dos allá fuera.
LEONOR.
Escondijada quisiera
Escochar, por vida mia.
ELVIRA.
E JO he de escochar allí.
[Escóndese.)
Sale GARCÍA.
GARCÍA.
Aquí está el vueso escodero.
GRACIAS.
Ocupad el posadero.
GARCÍA.
Farclo, el mió alcalde, así.
GRACIAS.
; E & qué venis? ¿6 qué fin
Tan tarde me habéis buscado?
GARCÍA.
Non escocUe este criado.
GRACIAN.
Erguid vos fuera, Lain. {Siéntase.)
GARCÍA.
El mío señor, alcaide Gracian,
Fidalgo, é i más valiente infanzón,
i'ues hoy mistorado en los ojos se han
Suspiros inviados del mi corazón,
Lasvuesasorejas.queoyéndomeestán,
Escochen tollida de amor mi razón ;
Yo adoro á Leonor, vueso serafín,
Facedla mi esposa, pues santo es mió
Ilin;
Pues hoy mi cochilla sangrienta la ven
Del moro africano el rojo celun,
Con darme este premio, facedme este
[bien,
Pues non la merece de todos nengun,
MügueríiueFerrandolocuidelambien,
Que non mi amorío semeja al común
Oe amantes , aquellos que fingen pa-
Faciii.do fegurasconsu corazón.
GRACIAN.
(-.Fincando en campaña Celin pertinaz,
Con una é con otra cochilla de Fez,
Estáis amistando folgar en la paz ,
Naciendo infanzón y lldalgo de prez?
Non me veréis alegrosa la faz.
Si afinojado á mi planta esta vez,
Como á collado é cómplice atroz,
Non le tollis á la lengua la voz.
GARCÍA.
Vuesa palabra me ha dado á entender
Que non en el campo he tovido valor;
Asaz, como alcaide, pedierais saber
Oue Aben-el-Jucef me tuvo pavor
Cuando le tice más campo correr
yue el Mayo verdoso colora de flor,
E más, al querer conmigo lidiar.
De una lanzada ie fice finar.
GRACIAN.
Non me habléis lan entonado.
La vuesa voz abajad,
IJue yo vos daré á Leonor,
i Mas non lan cedo será ;
Ferrándome pidió á Elvira.
LEONOR. (Ap.)-
La mi oreja, ¿qué escochaís?
GRACIAN.
E fincado cautivado,
¡.Cómo bien parecerá
Que él tenga un lazo de hierro,
Evos otro conyugal?
Sed el su amigo en la guerra
Pues lo fuisteis en la paz,
E cuando fincare libre,
Por vuestro valor llegad,
E pedidme á mi Leonor
Que cedo os la he de endonar.
GARCÍA.
Tan luengos años te halles
Como nueso padre Adán.
GRACIAN.
(Ap. Con Ferrando é con García
Las presumo maridar.)
Venid, que cuido ir con vos.
GARCÍA.
De aquí non me he de apartar.
Si sucortesanamiento
No se queda más airas.
GRACIAR.
Pues si habéis de ser mi fijo,
Obedeced y callad ;
Ansí...
GARCÍA.
¿Qué parláis?
GRACIAN,
García.
Oíd, que os quler pescudar
De las imágenes santas
Que dentro en España hay.
¿ Cuál de todas, me decid,
Es vuestra devola más?
GARCÍA.
Nuestra Señora de Atocha.
GRACIAN.
Pues vuesa es Leonor; llegad,
E dadme los brazos, fijo,
Que mió non lo .será
Quien non llame por devoto
A esa imagen celestial.
{Vanse los dos.)
LEONOR.
Fincamos buenos, Elvira.
Colorada el alma está
De que el sandio de García
Fingiese su voluntad.
LEONOR.
¿Mame engañifado á mi
El traidor descomunal
De Ferrando, é á ti sola
Es á quien precara asaz,
E le acuitas de García?
ELVIRA.
E García desleal,
¿Non fina por ti?
LEONOR.
Bien fablas.
¿Pues cómo podré vengar
El mí mal pagado amor
Que se ha fincado en agraz?
ELVIRA.
¿Quieres que fagamos mofa
De su amor?
LEONOR.
¿Cómo será?
ELVIRA.
Seamos frailas las dos,
E ansí cuido castigar.
Perdiendo el nueso amorío,
Una éolra voluntad.
LEO.NOR.
¡¿Yo fraila» esas non, Elvira.
i ¿Qué cuidas?
I ELVIRA.
I Ven á fablar
I .\1 mió padre, Leonor.
1 LEONOR.
; Qué faces?
ELVIRA.
I Tü lo verás.
Ven en pos de ini.
Sale DON FERNÁN DO c«a«(<i> ellas sf
quieren ir.
DON FERNANDO.
¿Leonor?
LEONOR.
La santa vela pascual
Que está con las tres piñiías
Fincada somo el altar.
Me valga.
DON FERNANDO.
¿ De qué le aturdes
La mi relumbrosa faz?
Ferrando soy, el tu esposo.
Que afinojado é leal
Viene á besucarla tierra
Que lú pisoteando estás ;
Yo soy el que ayer cautivo,
Y hov libre, viene á ayanlar
El manjar de los tus ojos
Amorioso gañan.
¿Qué paras mientes , Seiiora .'
¿Non cuidas abracijar
Mil vegadas al tu esposo
Que descaulivado está?
¿Non me fablas? ¿non me miras ?
LEONOR.
E cuánto me da solaz
La su voz, la su mentira
Me ha indignado más y más;
Fabla, embestidor mSlino,
Ya que faces desbocbar.
^i no tocia la mi ira,
Toü;i al menos mi verdad.
iPor qué engañoso é cruel,
Si cuidaste maridar
Con la lu querida Elvira,
Ferisle con tal crueldad
A la mi alma, que era luya?
jPor qué, sandio, desleal,
Me facias arrumacos
De rosquilla é mazapán?
¿Non soy jo tamaña feml}ra
Que el sol con su claridad
Al mió honor y a la mia cara
No ba supido emparejar?
Al nueso padre pediste
A Elvira, é con deslealiad.
Para me escopir el rostro,
Me cuidaste pintorar;
Cata á lu aniijjota Elvira,
Gózate con ella en paz,
Aquí lino el nueso trato.
Yo no be de fablarte más,
Cue no fué más fementido
El nueso conde Julián ;
Fíncate. (Va á irse
D0;< FERSAJiDO.
Los ojos míos,
No airados os escorrais.
1 Elvira non está aqui,
E digo de paren par.
Delante su ferinosura
A toda mi voluntad?
A ti es á quien amorié ;
Vuelve, mi vida, á escochar
Mia plañidura, que tabla
Lagrimosamente asaz.
LEO.XOR.
Pues ¿é cómo al padre mió
Pediste i Llvira?
DON FERNANDO.
Non tal;
A la su chicota fija
Le pedí.
LEONOB.
Pues si es verdad.
La más cbicota es Elvira.
noN FERNAI^DO.
Eslu ferni(i>ura tal,
Que aun sieiidu más los tus años,
Non me parecen los más ;
Yo iQ erré.
LEONOR.
Cuídalo bien.
ELVIRA.
Puc?si él fuera mi galán,
E á ti te endilgara ahora
Los requieliros en mia faz,
i, Non le prefumára jo
Con pólvora é alquitrán?
Abracijale, mia hermana.
LEONOR.
Con una condición tal
Que me bas de volver los brazos
Si non fablares verdad. {.Xbrázalí.
DON FERNANDO.
Que me entorno á ser cautivo.
LEONOR.
iQuémefablasy tevas?
DON FERNANDO.
Fícele á una sandia mora
Pleitesía de tornar,
E la tu trasladadura
Pinlorada dejé allá;
E áiitps que el alba florida
Empriiicipie i cargear.
Volver cuido á la prisión;
La mia vida, perdonad.
NUESTRA SEÑORA DE ATOCHA.
LEONOR.
¿Que la mi semejadura.
Cautiva, Ferrando, está,
E á una mora se la diste?
¿I'ues cómo feciste tal?
¿K p!>r verte con la mora
fe vuelves á cautivar?
DON FERNANDO.
Di la palabra.
LEONOR.
Edi, ¿|)csa
Esa tu palabra más
Que mi amor?
DON FERNANDO.
Nací UdaiKO.
Ahora llego á caloñar
Que estas emperrado el alma,
E que con la mora está
Aullándole el lu amor
Como mal ferido can.
DON FERNANDO.
Por el tu retrato vuelvo.
Non por otra cosa asaz.
Pues si mi semejadura
Es la causa principal,
Yo perdono la Dneza,
Fíncate conmigo en paz.
Que non empez á mi amor.
Ni á mi honor le fará mal
Que esté preso el mi retrato
Por la tuja libertad,
Si non es que por desprecio
Te le hayas dejado allá.
DON FERNANDO.
¿Eyo he de quedar sin él?
LEONOR.
¿Qué importa? ¿no me dirás
El traslado, si te quedas
Con todo mi original?
DON FERNANDO.
El mi escodero se queda.
LEONOR.
Pues ja que poniendo estás
A las soluciones mías
Cira asaz dificultad.
El García me ha pedido
A mi padre, he dicho ya.
Que con toda la mi mano
Se coida matrimoñar.
En que verás la apretanza
Con que lineo si te vas.
DON FERNANDO.
¿E dijo que si el tu padre?
ELVIRA.
Si con tanta claridad
Ella hubiera dicho el si
Par del cura é sacristán.
Non la podiera el obispo
De Burgos desmaridar.
DON FERNANDO.
Elvira, ¿es verdad?
LEONOR.
¡ Plovicra
A Dios non fuera verdad!
DON FERNANDO.
¿E á ti ba fablado tu padre?
LEONOR.
Non me ha podido fablar.
DON FER.NANDO.
¿Cuándo fué el seceso?
I LEONOR.
I Agora.
DON FERNANDO.
E tú, di, ¿qué le dirás?
LEONOR.
Si le fincas, que te quiero.
DON FERNANDO.
jE habrá duda?
LEONOR.
Si te vas.
DON FERNANDO.
¿ Reprobarás mi afición
Si dejo el retrato allá?
LEONOR.
Fablaré bien del tu amor.
DON FERNANDO,
E mi palabra, ¿qué hará?
LEONOR.
Palabra dada á una sandia,
Non se debe cabalar.
DON FERNANDO.
En fin, ¿él le pide?
LEONOR.
Si.
DON FERNANDO.
Pues pintura, perdonad.
Mío escodero, Dios vos libre ,
Mia palabra, viento vais.
Que en tocando al amono
Del que sabe sospirar,
El punto de honor es menos,
Ela cólera es lo más.
LEONOR.
Eres fino.
DON FERNANDO.
En la tu piedra
Me pretendo quilalar.
GRACiAN. {Dentro.)
¿Leonor, Elvira?
LEONOR.
Mío padre
Da voces.
ELVIRA.
¿Qué nos querrá?
El sale.
LEONOR.
Ferrando mió,
Aqui le puedes posar,
Non le vea de súpito.
DON FERNANDO.
¿E yo me hede escondijar?
I.EONOIl.
De fallarte aqui tan tarde
Non le puede dar solaz.
DON FERNANDO.
Yo lo hago. (Escóndese.)
Sale GRACIAN.
GRACIAN.
Las mías fijas.
Vuestra tristura alegrad.
Abrid cedo esa ventana,
E del cielo á ese Atochar
Calaréis divinas luces
Con resplandor divinal
De los cielos á la tierra
Van subirse, yan bajar;
Nuesa Señora, sin duda
l'dsada en Atocha está.
¿Non la veis?
(Asimanse á una ventana.)
LEONOR.
Va los calamos.
Para mi mandaderia
478 COMEDIA
Fincados en el zaguán,
Subid á ver la alegrura.
( Va pasando por áetras cuando mirar
á la ventana.)
Do:< fer:<a:ído. (Ap.)
Mientras sospendido está,
A escorrir vov i la puerta,
Pues non me"ve.
ELVIRA. {Ap.)
Ya se va.
BON FER!<ANDO. (.4p.)
E desde ella fingiré
tfup aliora acabo de llegar;
Pruebo á salir.
(Alialir encuéntrase con Garda.)
garcía.
¿Quién da voces?
CRACIAN.
El bendito san Marcial
Me valga, ¿qué es lo que miro?
(Vuelve la cara Gradan, y velos.)
¿Ferrando?
DOS FERNANDO.
¿Señor Gracian?
CRACIAN.
¿García?
GARClA.
¿El alcaide mió?
CRACIAU.
¿Cómo aquí los dos fincáis?
DON FERNANDO.
Van salí del cautiverio;
Endonóme libertad
Una mora, é á tu voi
Sobi de la calle acá.
GARCÍA.
Eyo á tu voz he sobido;
PeVo al tiempo que iba á entrar.
Iba á salir don Ferrando
Por vuesa puerta.
DON FERNANDO.
Es verdad.
Que al sobir vuesa escalera,
Senti un lionie pisotear,
E volvi la faz á ver
Quién me boscaba detras.
GARCÍA.
¿E cómo os habéis turbado?
PON FFRNANDO.
Hamc fecho novedad
Que entréis vos adonde apenas
Él sol no ha sopido entrar.
GRACIAN.
Sola esta vez he sobido.
DON FERNANDO.
Yo esta vez, otro que tal,
E á non estar el alcaide
Presente...
GARCÍA.
E á non estar
El alcaide...
DON FERNANDO.
Yo ficiera
Que non pescudárais más.
GARCÍA.
Yo (iciera...
GRACIAN.
El don García,
Vuesa palabra cumpláis
De darme la vuesa fija.
Pues desciuiivado está
Ferrando, como dijisteis.
DON FERNANDO.
E JO si me has de endonar
ESCOGIDAS DE DON FRANCISCO
La fija que te he pedido
Me omildaré.
CRACIAN.
Ansí será.
GARCÍA.
Leonor es la que os pido.
ELVIRA.
i Oh sandio descomunal !
CRACIAN.
E Ferrando, ¿qué fablais?
¿Non pidísteis la chicóla
Fija?
nON FERNANDO.
Non lo he de negar;
Mas no entiende el amor de años,
Mia la Leonor será.
GARCÍA.
Non será.
DON FERNANDO.
La mi coclíiUa...
GRACI.lN.
Vuesa enemiga dejad,
V en presencia de mis fijas
Non demandéis á lidiar.
GARCÍA.
Non es de aqui esta enemiga.
DON FERNANDO.
Vuesas manos parejad.
GRACIAN.
Dadle la mano, Ferrando.
DON FERNANDO.
Yo non se la quiero dar.
Si non me dais á Leonor.
GARCÍA.
E yo fablo, otro que tal.
GRACIAN.
Yo vos la daré, García ;
(biceselo á cada uno al oido.
Ferrando, vuesa será ;
(.\p. Esto importa por ahora.)
DON FERNANDO.
Pues la mi mano catad.
(Dale la mano, y apriétasela.
GARCÍA.
V'upso amigo soy; (.4/). al darme
Su mano, ha fecho señal
De cuestión, con apretanza).
DON FERNANDO. (Ap.)
Cedo le coido buscar.
GRACIAN.
¿Sois amigos?
DON FERNANDO.
Yan lo somos.
GRACIAN.
Por esa puerta os colad.
García, é vos por aquella
Que está enlrenle del zaguán;
Leonor, al vueso retrete ;
Ea mi Elvira, á posar.
DON FERNANDO.
Dios vos mantenga.
GRACIAN.
Si vos guarde.
GARCÍA.
Adiós, mió alcaide Gracian.
DON FERNASUO. (.4p.)
Muriendo de celos voy.
GARCÍA. (.4p.)
Atordida el alma está.
DE ROJAS.
LEONOR.
¿Si será Ferrando mío?
DON FERNANDO.
¿Simia Leonor sera?
CRACIAN.
Halle yo ala sania imagen
De Anlióquia en el Atochar,
Que una é otra palabra
Mi habilencia complirá.
JORNADA SEGUNDA
Salen ROSA, LIMONADA y moros.
ROSA.
Ese cautivo cristiano
Conmigo llegue el primero,
Y quedaos todos, que quiero
Recibir sola a mí hermano;
Y aquel monte á trechos hueco
Del Manzanares confin,
La lición de su clarín
Haga repetir al eco.
LIMONADA.
Ya el su rey Celin ahora
Por uno y otro sendero
Llega á fliblar el primero.
ROSA.
¿Vesle venir?
LIMONADA.
Sí, Señora.
ROSA.
i Ah Celin, ardiente rayo
Que el África congeló!
LIMONADA.
Cuido que non te escochó.
ROSA.
Emulación de Pelayo.
LIMONADA.
Non le oyó.
Llámale, y toma
Las señas de su valor.
¿Azote de Alá?
LIMONADA.
¿Ha el Señor
Discípulo de Muhonia?
ROSA.
El que da voz á la fama.
LIMONADA.
Que da á Castilla pavor.
ROSA.
Primer padre del valor.
Hijo del sol.
Sale CELI.V.
CEI.IN.
¿Quién me llama?
ROSA.
Tu hermana es quien te llamó.
CELIN.
Ya tu acento he conocido.
ROSA.
¿Vienes bueno?
CEllN.
Sí.
ROSA.
¿lias vencido?
CELIN.
¿Cuándo no he vencido yo?
ROS*.
Saber el triunfo quisier».
Y mi fortuna verás.
ROSA.
Fabla, no te tardes m&s.
iCómofué?
CEIIN.
Desia manera :
Salí con negros pendones...
ROSA.
Eso, Celin, ya lo sé.
CELW.
A sangre y fuego llevé
Veinte y cuatro poblaciones.
ROSA.
Es tu valor inhumano.
CELIM.
No reservo vigilante,
Ni mi piedad al infante ,
Ni mi templanza al anciano.
ROSA.
Tu coraje y saña impia
Aun masque tu acero ha obrado.
CELIM.
Veinte templos he saqueado
Üe la imagen deMaria.
ROSA.
Gracias me doy, pues que llego
A escuchar tu ira ardiente.
CELIM.
Y esa que es tan fria fuente.
Dejé abrasada de fuego.
ROSA.
Alá permite que fueses
Rayo de su mano airada.
CELI.-».
Hice hoz sangrienta mi espada
De las Oores y las mieses.
ROSA.
Asi á mi crueldad enseñas.
CELIÜ.
No reservó mi cuchillo
Al humilde corderino
Que balaba entre las peñas.
ROSA.
Halle el cristiano escarmiento
En ti, que rendirle sabes.
CELin.
Con el polvo ahogué las aves
yue eran población del viento.
ROSA.
Sea indicio lu osadia
Del fuego que en li se ve.
CELIS.
Con el humo del tizné
La rubia lela del dia.
ROSA.
Deste triunfo hagan memoria
Mármoles insensitivos.
¿t!ué traes?
CF.LTN.
Cuatro mil cautivos.
ROSA.
¿Qué más?
CELW.
Aquesta es mi historia.
ROSA.
Pues ya, valiente Celin,
Que al son de tus parches tiemblun
Los oidos de aquel monte,
ReOriendo el golpe en quejas
Oye la más infeliz
Fortuna, la más adversa
NUESTRA SESORA DE ATOCHA.
Pasión que el ánimo mió
Dispensar pudo á la lengua ;
Ya sabes que don Garcia
Ue Vargas, en esa tela
De quien el principe Mayo
Cortó á las llores libreas ,
D¡ó la muerte á Aben-Jucef,
Nuestro hermano ; ¡ el cielo quiera
Que acierte á justar la ira
La venganza con la ofensa!
Va le acuerdas que quedó
De mi arbitrio en la cadena
Prisionero don Fernando
De Lujan ; pues porque sepas
Cuando es grande l:i desdicha
Cuánto la desdicha cuesta.
Sabrás, que al ver su valor,
Al admirar su presencia,
O por astro, si es verdad
Que inclinar saben estrellas ,
Quise bien á don Fernando,
Permiieme la indecencia
De decir mi voluntad,
Siempre en mi dolor secreta;
Que es fuerza, cuando el doliente
De achaques de amor enferma.
Para sanar del remedio
Quejarse de la dolencia;
Díle señas de mi amor
Con los ojos, de quien eran
Desperdiciadas palabras
Lágrimas que el fuego seca ;
Mas como el odio es tan rudo
Que nunca entiende por señas,
Me aproveché de la voz.
Tan larda en obrar mi lengua.
Que le vendi por recalo
Lo que era solo vergüenza;
Oyóme, y dijo que amaba;
Pregunté á su amor quien era
El sugeto de sus ojos;
Enmudeció á la respuesta,
Y viendo en su voluntad
Tan seguras resistencias.
Me obligué de que el silencio
Su llama oculte secreta,
Que una voluntad que es noble
Más del secreto se prenda;
Y en lin, a los cortos plazos
De un ruego me dijo que era
Leonor el feliz dueño.
Bien que el mérito no tenga
De su voluntad, y entonces
A mi rostro, que antes era
Como timido de nieve.
Le piuló sin diligencia
Al lem|)le de sus palabras
Mil colores la modestia;
Agradecí el desengaño
Con amorosa cautela.
Que tal vez es menester.
Cuando amor no se remedia,
Agradecer los desdenes
Como si fueran liiiezas ;
Y sabiendo que Garcia
De Fernando en el ausencia
Pudiera lograr favores
De Leonor, sabiendo que era
De sus luces ó sus rayos
Diligente compelencla,
Viendo imposibles de alivio
Los dolores de mi pena.
Quise masque don Fernando
(Sabe amor lo que me cuesta ),
Fuese á lograrse en sus brazos.
Que permitir que merezca
Fl que dio muerte i mi hermano
Su hermosura y su belleza;
Y dejando este retrato
En rehenes de dar vuelta
A la prisión, permití...
{Dale el retrato.)
CELIN.
Detente.
ResA.
Que fuese...
CELIR.
Espera.
¿ Es de Leonor esta copia ?
ROSA.
Esta es su hermosura mesma,'
Dearliüce temporal
Lisonjeada belleza.
CELí:».
¿ Y no ha vuelto don Fernando?
ROSA.
No ha vuelto,
CELin.
¿Pues cómo dej»
De anuel libre original
Tan divina copia presa?
ROSA.
Oye, y te diré por qué.
CELIJI.
Prosigue, y dime qué Inlenias.'
ROSA.
La mayor industria...
CELIN.
Dna.
BOSA.
De que fué capaz la idea.
¿Para hacer que venga
ROSA.
Si,
Y porque á mis iras muera.
CELIN.
¿Cómo ha de ser?
ROSA.
Desta suerte.
CELIN.
Ya tengo la ira atenía.
ROSA.
Fernando, como le he dicho,
No (luiso volver, ó sea
Pur(iue cobrar una copia
Es ociosa diligencia,
O sea porque Leonor
No le permite que venga
A rescatar la pintada
Pues goza la verdadera ;
O sea porque no debe
Cumplir su palabra mesma,
Porque no es bien que á su amor
Una olilig:icioii prehera;
Y porque á Leonor no importa
Que yo su pintura tenga.
Pues le (|uicre bien, y es fácil
Hacer del error fineza :
Pues cuando tuviera celos
De muy desconfiada ó tierna.
Aun no le enviara á cobrarle
Porque á cobrarle no venga ;
Y así, para dar castigo
A su traición, hoy intenta
Mí industria hacer que Feroaiido
O por ira ó por violencia
Venga á cobrar esla copia.
CELIN.
Di la industria, Rosa.
ROSA.
Es esta :
Tú has de fingir que en los rayos
De esa hermosura te quemas,
Pues que ya le habrá enseñado
Ese camino la lengua;
Haz que tu voz á los vientos
U los asuste ó los biera,
4K0
Prúnunciándole á aquel moDte
Mentiras que el eco vuelva;
Llama al muro de Madrid,
Y porque tus iras tema.
Como el trueno los peñascos
Tu voz sus murallas hienda ;
Obliga á campal batalla
A Fernando, y haz que vea
Que de su Leonor amante
La copia adorada llevas.
Que él, viendo de tus pasiones
Kl imaginado tema.
Con los celos, como amante,
Como amante, con la ofensa,
Bajará á cobrar la copia ;
CJue una cosa es que en mf vea
De su rostro este bosquejo.
Pues no importa que le tenga
Ni á ella si le mira lino
M á él si la ve satisfecha;
Y es otra ver que es un hombre
El que con ardiente seña
De voluntad apasiona
Con su lamento á las peñas;
Baje Fernando á cobrar
Esla reliquia primera,
Y enciéndale como llama
Lo que olvidó por pavesa ;
Emboscados de ese soto
En la rústica alameda
Tus soldados, cuando salga
Contigo á hacer campal guerra,
Le traerin á mi prisión
Para que escarmiente en ella
De su traición y su engaño;
>o es traición la que se emplea
En vengar otra traición;
Si él fué traidor, no consientas
Darle muerte con lealtad
Si él me da muerte sin ella ;
Yo no le pido imposibles
Grandes á tu diligencia.
Un amor, que en ti no habrá,
Te pido que fingir sepas.
Pues no les cuesta á los hombre:
Mucho trabajo esla ciencia;
Cóbrame este fugitivo
Esclavo, que haciendo ausencia
Me llevó robada el alma.
Aunque no lo hago por ella ;
Y en lin, con la industria mia,
Con tu amorosa cautela.
Con mi enojo, con tu ira,
Daré alivios á la aueja,
Venganzas daré ai agravio,
Satisfacción á la ofensa ;
Y porque los dos tengamos.
Tú, dt'Spojo de quien venzas.
Yo. un esclavo de quien triunfe,
Y tú un blasón que te deba.
CELin.
Tu voz halagó mi oido,
Y para que mejor sepas
Cuánto vale una venganza
Si con la industria se pesa.
Tres sucesos, de un ardid.
Tres pasiones de una mesma,
Conseguir mañosamente
Mi ira y mi enojo intentan;
El primero es de mi amor.
Pues esla sombra que apenas
Es rasgo de su verdad
Ni de su lie.-mosura seña,
Se pasó desde mis ojos
A rni deseo, pues fuera
No conocer la verdad
Dejarla pasión perpleja;
Conque sin fingir podré
Proseguir con Incaútela,
Porque con odio y amor
Sea esla la vez primera
COMEDIAS ESCOCIDAS DE DON FRANCISCO DE ROJAS.
A su resistencia unido,
Que la ira y la voluntad
Caminen por ana senda;
El otro es, que pues me dices
ue Oarcia, de i|uien cuentas
De Leonor bella a los rajos
Águila de amor, anhela.
En viendo que á Leonor quiero
Como fino amante, es fuerza
Que aunque no le perdió, baje,
Si de más fino se precia,
A cobrar aquel retrato,
liii-n que otro mejor me queda,
Que este es bosquejado en sombras,
Y este pintado en idea;
Y es el otro, que Fernando,
Como dices, cobrar quiera
Una perdida reliquia
Ue cenizas que, aun no hoy queman;
Con que emboscada mi geiile
Deste solo en la aspereza,
A Garcia,que á mi hermano
Pió en el campo muerte fiera,
(^on las ventajas que saben
Los cristianos desta tierra
Pues de su valiente sangre
Llevaron al Tajo nuevas.
Daré el sangriento castigo;
Los dos amantes es fuerza
Que á un tiempo vengar su amor
Airadamente pretendan;
Si Fernando fué contigo
Traidor, la industria muera
De su traición; si García
Dio á Jucef muerte sangrienta,
Cobre discreta venganza
Mi valor y tu cautela;
Consiga yo no lener
Hoy que este volcan revienta ,
Que en esta imagen que adoro
Compasiones enlernezca;
Tu valor y mi valor
Hagan de la industria pruebas.
Que mal de amor las pasiones
Con la ira se remedian.
A campal lid provocado
Fernando mi enojo lema.
Celoso can, don García,
La que vibrare saeta
Disparada á sus murallas,
Latiendo venganzas muerda;
Amor y celos te imiten,
Amor y celos me fuerzan :
De un achaque adolescemos ,
Un ardid nos convalezca,
¿Qué agravios hay como celos?
¿Quién los tiene y no los venga?
Que el que nnos celos consiente
También sufrirá una ofensa;
Ansí puede ser que logre
Esla imposible belleza.
Que me hace querer más
Saber que hay más que la quieran ;
Daré muerte á don García,
Don Fernando en la cadena
De tus brazos logrará
Las prisiones que deseas ;
Morirá el traidor García,
Lograré sin competencia
Un amor...
BOSA.
Y cuando no.
La que ves campaña amena
lispígar en rubios granos.
Arderá en negras pavesas.
CELIN.
Venando no, minaré
Desa madre de las ciencias ,
Que ansi Maredit se llama.
Las peñas que la sustentan ;
Porque el fuego material
Que en mi corazón se engendra.
Su eminente muro hienda.
ROSA.
Pues ese esclavo que quiero
Reconciliarse en la seta
Que de su africano padre
Por lineas de Agar hereda,
Guiará nuestros soldados.
LIMOMADA.
Cuidadosa centinela
Me has de catar en el soto.
Que nones mucho que venda
A mi patria por la vida.
Que Judas apóstol era
E acompañador de Dios.
E a solas treinta monedas
Vendió a Dios, ¿qué non fará
Un hombre con cabellera?
CELIlt.
Pues ea, guiad, soldado.
LIMOMADA.
Ven en pos de mi.
CKLIN.
¿Qué esperas?
POSA.
Que me aliente tu valor.
CELIX.
Va mi venganza le alienta.
ROSA.
Los parches el monte asusten.
CELIN.
El clarín los vientos hiera.
ROSA.
Guárdate, Madrid, que va
Rosa sobre tus almenas.
LIMONADA.
Van cumplo con vuesa sangre.
La mia madre gallega.
( Vanse.)
Sale GARCIa.
garcía.
El Ferrando de Lujan
Aquí me ha fecho venir.
En las Atochas, que están
En par de la sobídura
De aquese lorromonlero.
(Saca un papel, y lee.)
Me fabla el renglón priineio
De Ferrando en la escretura;
Que le espere con valor,
E para muesas rencillas
Que traiga mías dos cocbillas,
La chicóla é la mayor ;
Negra la nuche ha pisado
Los montes con lardo pié,
E con ser grande, no ve
Mia vista un árbol del prado :
Non el moro hacer entrada
Puede á este Atochar cerrado.
Que está en rededor cercado
Con una é oira estacada;
(Uianto con negros bosquejos
Pintura la mia ilusión.
Sombras, cara Oriente son,
Y cara Poniente, lejos ;
E agora escuchando están
(Párase á escuchar.)
Mis oídos con cuidado
Señas de que boma ha pisado
La Atocha, que late un can ;
Hacia alli están pisoteando,
O es fegiira del temor,
O el viento face romnr,
O anda en mi busca Ferrando;
Home es, por vida mia.
Si llega, coido escocbar.
Sale DON FF.fiNANDO.
DON FERNANDO.
Yan di con el Alocliar
En que finca don García:
Muclio encontrarle me alegra.
Non mil é en loda mi vida
La noche tan amarrida,
E tan sin sal , con ser negra ;
E a más, que al gusto importuna,
E á los ojos da mas pena ;
;Que quien nació tan morena
Non tenga gracia nenguna?
Bumor nenguno se espera,
De las hojas non se sabe.
Non grazna agorera el a^e.
Non ruge airada la fiera ;
Mas la escoridad me asombra.
garcía.
Roído entre las ramas creo.
DOM FERNANDO.
Dome escocho é non le veo.
¿Es García?
garcía.
¿Quién me nombra?
DON FER.XANDO.
Es Ferrando, que os retó
Para la muesa contienda.
GARCÍA.
Fablad quedo, non se entienda.
DON FERNANDO.
Nenguno nos escochó.
GARCÍA.
Pues comenzad la cuestión.
DON FERNANDO.
Antes que entinte el acero.
Para el mío desquite quiero
Entonar la mía razoo.
GARCÍA.
Decid, ¿cual la causa es
De romper nuesa amistad?
DON FERNANDO.
Parad mientes.
GARCÍA.
Ea.falilad,
E lidiaremos dcmpues.
DON FERNANDO.
Mi amor por Leonor se muere,
E mas su amor me quiso ;
El su padre os la endonó,
E sé )o que á vos non quiere :
La que 4 mí lia influido estrella
Me face amar de tal suerte.
Que habéis de darme la muerte
Si vos maridáis con ella ;
E por non sofrir mancilla.
El mío amor lino quisiera
Non morir de esa celera
E linar de esa cochílla.
GARCÍA.
Es la obligación tan rara
De nuesa vieja amistad.
Que á estar en mía voluntad,
Cuido que vos la endonara ;
Mas siendo yo caballero,
Bien non ha de parecer
Pedirla ayer por mujer
E hoy fablar que non la quiero ;
Escrita guardo á Leonor
En el alma con mia fe,
E aunque quiera non podré
Ueseropremir el mío amor;
Pues repasad, que decoro
Mías penas os guardaran.
Si la he pedido á Gracian,
Me la lia endonado, é la adoro.
U.
NUESTRA SEÍsORA ÜF. ATOCHA.
DON FERNANDO.
Ea, vuesa vana opinión.
Decid, ¿ non puede empecer
Matrimoniar con mujer
Que á otro heme tiene afición?
¿Non sabéis que esto es ansi?
Pues non busque vuesa fama
A fi'iiibra que á vos non ama,
E me esta quisiendo a mi.
GARCÍA.
Espantado é sospendido
Vuesa mengua me ha turbado,
Pues vivís tan confiado
Que os creéis que sois querido;
Las engañifas también
De femliras podéis coidar.
Cuando non hay qué fablar
Fabián en quien quieren bien ;
Escopid su mala casta.
DON FERNANDO.
¿Pues al vueso pundonor
Non basta decir. Señor,
Que ella lo diga?
Non basta;
A más, que non puede ser.
DON FERNANDO.
Catad bien lo que decís.
GARCÍA.
DON FERNANDO.
Pues fin(|ne nuevo valor,
E nuesa lid apagada;
l'agamos que esta vegada
La dé á cualquiera Leonor.
GARCÍA.
Non lo ha de decir, por Dios,
!Vi he de haber tamaño susto.
Que puede tener mas gusto,
E quereros puede á vos.
DON FERNANDO.
Pues si non vos satisface
Mío ruego, que á vos se hornilla
Desabrigad la cochilla.
El García.
GARCÍA.
Que me place ,
Mia razón está fablando.
{Sacan las espadas.)
DON FERNANDO.
Erguida está la mia espada;
Fuid desla cochillada.
{¡Uñen.)
Lidiad é callad. Ferrando,
Hallará satisfacion
La razón que en mí se está.
DON FERNANDO.
jOh cómo me coíiará
Finarvos sin contrición !
GARCÍA.
Non le aplazo dar más largas
A la mia sopitez.
DON FERNANDO.
Finarvos pienso esta vez.
LEONOR. (Dentro.)
¿García Ramírez de Vargas?
GARCÍA.
,.Qué parla el viento veloz?
DON FERNANDO.
Aquella voz me ha tollido
El alma por el oído.
carcIa,
Escocliad.
DON FERNANDO.
No escucho, voz.
garcía.
¿ Pues turbados como están
Los nuesos aceros ? Ca.
DON FERNANDO.
Entornad á la pelea.
(Riñen.)
LEONOR. (Dentro.)
¿El mío padre Gracian?
GARCÍA.
¿Non es la voz de Leonor?
DON FF.RNANDO.
Sí, que al su padre ha llamado.
¿Sí acaso la ha cautivado
El moro engañífador?
GARCÍA.
Non la llevan caotivada.
DON FERNANDO.
Es tamaño su quejido.
GARCÍA.
Está el Atochar guarnido
Cuii una alta empalizada.
DON FERNANDO.
Sola su voz escoché.
¡Quejicosa é lastimera!
GARCÍA.
¿Non era Leonor?
DON FERNANDO.
Ella era.
GARCÍA.
¿Dónde estará?
DON FERNANDO.
No lo Sé.
GARCÍA.
Pues si su voz escuchamos.
Turbados non nos paremos.
DON FERNANDO.
Todo el monte registremos.
E por los frondosos ramos '
Non quede una rama ahora
Que non rebusque el dolor.
DON FERNANDO.
Vamos.
Sale LEONOll, con una hacha y un
l'anal.
LEONOR.
í.Mio padreé señor?
jVálgasiiie nuesa Señora!
GARCÍA.
¿Leonor?
LEONOR.
Mío pecho se hiela.
DON FERNANDO.
¿ De dónde te has escurrido,
ICl tu cabello extendido,
V en tu brazo una candela?
GARCÍA.
¿Cómo le fallamos, di,
lan tarde en este Atochar?
LEONOR.
Mió padre vengo á buscar.
Los dos ¿qué lacéis aquí?
GARCÍA.
Dempues, Leonor, lo sabrás.
DON FKRNANDO.
Dinos, ¿qué te ha socedidoT
l.Eo^o(l.
^ Presiareisme el vucso oido?
DON FERNAMjO.
Alcnlo estoy más y más.
caucía.
Yo atordido. ¿Cómo aquí
Sola lincas con tal mengua?
LKONOR.
Ya lo parlará mia lengua.
CAncJA.
Fabla, pues.
LEONOn.
Escocha.
DON FERNANDO.
Di
LEONOn.
F.I señor Rodrigo,
Iley nueso genlil,
t}ue á la su F'orinda
Forcejó á rendir.
Mandaba en España
El año infeliz
Que el conde Jolian,
Traidor é malsín.
De allende el mar trajo
Moros mil á mil;
Los godos cristianos
Traíanse escorrir
Para non catar
Lastimoso el lin ;
En luengos dos años
De rojo malí?.
Calaras los rios
Al mar descendir
Del Ebro y del Duero
Al Guadalquivir;
Las madres é fijos
Se vieron plañir.
Cada cual por ella
Aun más que por si;
De fuego aburados
Los campos oi
Que no obedecieron
A su rey Abril;
De fame se vieron
Las rosas morir,
Y de sed y lame
El montes espin;
Arroyos desangro
Por aquí y allí
Facen sobiduras
Al monle cerril;
De nuesa Vandalia
El limpio Genil
La dio á su (¡ranada
Mas finos rubis;
Abrasadas chozas
Arden á escopir
La faz de las nubes
Blanca é carmesí;
Caotívanlas villas
Del nueso conlin,
E á más las ciudades
Cercan, sin oír
Lamentos que face
Sexo femenil;
Templos que el Jesús
Guardó para sí.
Donde á la su madre
Tanto querubín
Salmos la cant;iha
Uue entonó David,
Del tlahoma falso
lezqiiila vil;
, la Virgen,
Con su Niño allí
Se dejó en el fuego
Toda combnrir.
Que non sólo Dios
Fué mezquita '
María, la Virgen,
ESCOGIDAS DE DON rR.\.\CISCO
Atendió á sofrir
Muerte por el borne.
Mas también aquí
Quiso la su madre
Del sol édesí.
Por culpa del homo,
E culpa tan ruin.
Su semejadura
Dé al fuego sotil ;
Finó el rey Rodrigo
En la cruda lid.
Non pagó su pena.
La su culpa si,
E todos pagaron
Los godos allí
De su rey los yerros;
.Reyes, que vivís,
Semejad del godo
La bistoria infeliz,
E catad que Dios
Somo desiroir
Por sandeces de uno
Vasallos cien mil!
Barragan Pelayo
Trató desobir
De erguida montaña
La ruda cerviz ;
De honies infanzones
Se fizo adalid,
Eá la sucochilla
Coidó reteñir
De moras gargantas
S3nt;re baliaií;
Castiella en estotras
Se empieza á rendir,
E una de las villas
Fué nuesa Madrid :
La virgen de Antióquia,
Madre del Ofir,
Sol, que estaba en medio
De nuestro Zenit,
Desapareció;
Non se supo, en fin,
Si el su alcalde godo.
Piadoso adalid,
La ocultó en las grutas.
Cuidando que allí
Moros trabajaban
Su faz escopir;
O si el uno é otro
Santo querubín
La solicitaron
Sitio más feliz;
E como le falla
Su madre á Madrid,
Devoto é constante
Mío padre, al llocir
El sol, que es topacio
E lino rubí.
Con mi é con Elvira
Comienza á salir
A buscar la imagen,
Fablando en latín
Divínales himnos
Que yo non sopi;
Visita en su busca
Del monte cerril
Al rudo Atochar,
Cuanta fior gentil
Face en praderías
El viento se hondír;
Kscondijaduras
Cuantas hay de aquí,
A lo erguido en somo
De aquella cerviz
Face escodriñar,
E á más discorrir
De árboles que viste
De fojas Abril
La espesura dura,
E eoída ascendir
A catar el nido
DE ROJAS.
De á^íla é neblí;
Una é olra antorcha
Manda requerir,
Y en esa llanura
Repasar le vi
Del verde pellico
La antorcha civil ;
Regañón el viento
Non deja locir
Las maesas candelas,
E á non ser por mí
Que pose en la mia
Diáfano viril.
Non se viera senda,
E hoy ficiera aquí
De mollidas Dores
Verde traspontín;
Voces á la Virgen
Damos mil á mil , _
Que á rebeldes peñas
Ficieran plañir,
E por nuesas culpas,
Según entendí.
Maguer que nos oye,
Non la place oír;
En los matorrales
Mío padre perdí.
Eá la mia candela
No habido llocir;
La mi hermana Elvira
Non parece en fin;
Si á lidiar agora
Por mi amor salís,
E con las cooliillas
Os catáis Icrlr,
Pnesíjue de consuno
Mía mano pedís.
E con vusco quiere
Mío padre complír,
Fabladle los dos,
Non beban por mí
Arroyos de plata
Purpúreo carmín:
Noiifagades comía
De amor falso é vil,
V en busca de nuesa
Señora venid,
Rosa colorada
Y azul alelí,
Alegraras facen
Con quedo bullir,
Coidando que salga
A sostituir
Del sol que nos falta
La luz carmesí;
El que mi velado
Coidáre salir.
Antesala Virgen
Fable. que no á mí;
Divinal Señora
Os obliga allí,
Mi amor es un viento
Que se ha de escorrir;
Catad esta Rosa,
Que agora creí
Que de nuesa tierra
Quiere producir;
Los dos en su busca
Homildososid,
K si i esta Señora
Queréis obedir,
Vuestra eneniistanza
Finque para roin.
DON FERNATVDO.
Aunque el amor me obligó
Al sandio loco ínteres,
Mia Leonor, primero es
Nuesa Señora que yo.
GARCÍA.
Pues á la Virgen busquemos
Con fe, fineza y amor.
Que aquí se (nieiia Leonor
E |ior ella lidiaremos.
DON FEIINANDO.
María es la que me aclama
Coii afecto más veloz.
Que aunque parece lu voz.
Es su voz la que me llama.
C*RCÍA.
Con Ferrando, mi enemigo,
Templar trato la osadía.
Que quizás quiere Maria
Que non maride contigo,
K aunque el alma por ti mucre,
Ya una é otra veg:ida
Non has de ser mi velada.
Si la Virgen non lo quiere.
K yo fablo una osadía,
Qiie non escatimáis vos,
Que aunque quiero mucho á Dios,
Quiero otro tal a Maria;
E agora taré os cuadre
La mi devolanza, pus
Non le enojara á Jesús
Que quiera bien á su madre;
E otra razón para nos
Posar en bronce querría.
Que quien non quiere á Maria,
Non le tiene amor á Dios.
DON FERNANDO.
A quien quiere Cristo más
¿Non es á su madre?
garcía.
Sí.
LEONOR.
¿Es divinal el su ardor?
DON FERNANDO.
Luego con razón se infiere,
Que aquel que non la quijere.
Non le tiene á Dios jmor.
CRACiAN. {Dentro.)
¿Leonor?
LEONOR.
Mío padre ha llamado.
ELVIRA. (Dentro.)
¿Mío padre?
(ÍARCÍA.
Elvira anda allí.
DON FLRNA^DO.
¿Vas á socorrerla?
carcIa.
Sí,
Vele tú por ese lado.
LEONOR.
Busco á Gracian, que me llama.
DON FERNAAUO.
Yo á la Virgen celestial,
A Leonor non quiero mal,
Perú María es mi dama.
( Vatise.)
Sa/¿ LIMONAD.V.
Facienlo á moros el buz,
Farlándome de alcuzcuz,
Me fin;:. MI. l:,h:, P.nr.).
NUliMKA SENOUA DE ATOCHA.
E cuido (lue estoy seguro;
Kl que allí se ve es el muro
De Madrid , la patria niia.
Fengí que venia á espiar
Por uno é otro collado,
E fugiendü me lie colado
En medio di'l Alocliar.
Ilel,, I,.;,. N-:. 1.. .a. la,
Qi;- .-■ ü :. : ■ .i^iiii colé
;Hla.
De Anlioquia nuesa Señora,
Pues non be encontrado agora
Nengun infanzón cristiano.
¡ Ay mía patria deseada !
Dolide hay en cada rincón
Para hacer la sinrazón ,
Tabernas de agua envinada.
Hay uiro é otro ligón.
Donde venden sin trabajo
Tan disimulado un grajo.
Que le yantan por pichón,
i Ay mis ollas extrañas,
Donde el menudo yanté
Que son ollas de Noé,
Donde hay todas alimañas !
¡Ay fembras! mas non recibo
Solaz de haberlas nombrado.
Por no estar amancebado
l'olgaba de eslar cautivo.
E ahora que me be lineado
Sin quien mía pasión impida.
Quiero discorrir la vida
He un hombre abarraganado.
Entra un borne donde quiera
A facer sandios cariños,
1<; sin pollos é sin niños
Le piden una pollera.
E sí un boine anda tirano
E non se carga de todo,
Fabián luego : « Dése modo
1,0 facía don Fulano.»
Si non da , le facen ser
De Marcos el compañero,
Si un borne da su dinero
Luego no le pueden ver.
E si porüado importuna
Que ver amiga no iiilenle,
Fabián:" Por el .solamente
Non len^o aiiiigj ninguna.»
.Non (|uiere .sino ci'loso
Fidibn ti dan sus razones,
E si busca los rincones
De noche , que es malicioso.
Si amenaza , que es valiente ;
Tibio, si larda de noche;
Si non deja andar en coche .
Fabián que es impertinente.
E si un home la fabló
Con sopilez denodado,
Fabián: «Él no está enseñado
A mujeres comoyo».
E como si el llano amor
Se prendara del linaje.
Non se habla fembra que baje
De paríeiita de un sefior.
Si uno amorra , es desigual ;
Si casca , esrulian airado;
Si non casca, es un coítado;
Si .isiste , tii^ne pañal.
E á nada se satisfacen ,
Si un home non es un cesto,
Mas lo que dicen es esto,
Ahora falta lo que facen.
Si una anciana entra rezando,
E lino la acertase á ver,
Fabián que es una mujer
Que viene á pedir prestado.
V es una santa é quisiera
Prestarlo, y el majadero
Saca luego su dinero
Y le paga la tercera ;
Si de una amiga se obliga
Y las dus juntas están,
Y entra uno é topa un galán
Se le caloña á su amiga ;
Y esta cizaña se siembra
Tan bien, que á rato distanto
La olra amigóla á su amante
Le fablaqués de mi fembra;
Con que ninguno, por Dios,
Sabrá cómo lo patrañan ,
Pero á mi nonca me engañan.
Que pienso que es de las dos ;
Si bailo home posado en silla,
El casero viene á ser.
Si uno topa un mercader,
Viene por una rcslilla;
Si huyendo un galán se pasa
Hacia el retrete menor.
Es un aposentador
Que quiere tasar la casa;
Para irse de noche, hacer
Que una hermana está finad:,
E le dicen que es casada
Por<|iic no hi viiya á ver;
Pues liiinie, vivid cierta,
E á la que i|uerüis querer,
Fablad vueso parecer,
Y escorrid luego la puerta.
GRACIAN. (Dentro.)
Leonor, par del Atochar
Me catarás, llega cedo.
LIMONADA.
Voz de home escocho, é non zó
Por dónde vaya fugiendo.
GARCÍA.
Elvira, somo el ribazo
l'e posa, é podrás mas presto
Seguir la muesa caudela;
Asciende agora.
ELVIRA.
.Non puedo.
Que el aire me ha derrotado.
LF.ONOR.
Cata la luz.
Non
La mía lengua de Casliella
Escocho tablar non lejos.
LEONOR.
¿Elvira?
ELVIRA.
¿Leonor?
GRACIAN.
Al llano.
LIMONADA.
.Aqueste no es nueso abuela,
C.racian Ramírez de Vargas
Malusalen deslos tiempos?
I', aquel Ferrando, mío amo,
El que me ha dejado preso
E cautivo; mas los amos
Son los enemigos nuesos.
Pero aun bien que los criados
Non suelen quererlos menos.
Ah el mió señor Ferrando
Por la llanura.
Salen todos por distintas parles.
GRACIAN.
A(iul fincD.
Al sendero.
LF.ONOR.
Aquí has de hallarme.
LIMONADA.
iüi
COMLÜIAS ESCOGIDAS DE DON FltASClSCO DE liÜJAS.
tíRACIAN.
¡Vá'.gasme el cie'.o.
Ferrando!
nos FERNANDO.
El señor Gracian...
CBACIAM.
García...
GAIICÍA.
líl alcaide mieso...
CKACIAN.
Elvira, ¿le lius fcclo mal?
FLVIRA.
Caí , mas non mal me be fcolio.
GRACIAN.
Limonada, ¿quién aquí
Te hairaido?
LIMONADA.
El mió ingenio.
CRACIAX.
¿Cómo engañaste al Celin?
LIMONADA.
¿Non sabes que soy gallego?
GRACIAN.
¿Adunde los moros linean?
LIMONADA.
Están de aqui espacio luengo ;
En las cañadas que üncan
lín par del camino espeso
De Segovia.
CRACIAN.
¿E qué iuKiginan?
LIMONADA.
Cercar á Madrid sospecho.
Luego que trascuele el sol
Los cristalinos espejos.
GRACIAN.
¿Cuántos moros?
Veinte mil;
Non los temas.
GRACIAN.
Non los temo;
Que si parece Mana ,
María é jo para ellos.
LEONOR.
Pues busquemos á la Virgen
De Anlioquia.
GRACIAN.
Escodriñemos
Antes que se asome el alba.
El alba del mejor cielo,
Que aunque el demoño sotil
Con la venlisquera ba fecho
Matar á la nuesa luz
Somo ese ribazo luengo ,
La luz de la fe que guardo
Non puede apagarla el viento.
DON FERNANDO.
A e<o he venido en tu busca.
GARCÍA.
A eso me trujo el mió intento.
Fijos, Garcia é Ferrando,
Elvira, niio contento
Desde el dia que A Madrid
Ganaron los godos nuesos
E yo quedé por su alcalde ,
Ma'guerque non lo merezco.
Non dejé de escodriñar
.Saiituiiri", crniil.i y templo
Por Mr si riiiiiciiir.i :i la Virgen
E habrá
Kecogid
indo
Pinturando mi sentido
Las imaginaciones del sueño,
Jacob segundo miré
Bajar é sobir del cielo
Angeles á este Atochar,
E posada en medio dellos
La Virgen nuesa Señora,
Y el su Chicote pequeño
Por consolar la su Madre
La daba abracijos tiernos.
Cada siempre que á los muros
De nuesa villa aparezco,
Luces desde el Atochar
Sobir álos cielos veo.
Aquí está nuesa Señora;
besta manera sabremos
Donde está ; ios santos himnos
Con el su divinal rezo
De la Virgen repasad
Con tanto devotamiento.
Garcia, entonad la salve
En tanie que la bus(|uemos ,
E non consintáis los dos
Humanales pensamientos.
Que si non arrepenlidos
Keprocliais vuesos deseos.
Por non ver vutso pecado
Non querrá la Virgen veros;
Elvira, el vueso rosario
Sacad, é parladme luego
De la santa Ave María
E! cuotidiano misterio;
Leonor, pues que vos sabéis
La Magnificar, vos ruego
Quelafableis;ea, üja.
LEONOR.
Va, Señor, vos obedezco.
GRACIAN.
E vos sacad el rosario.
Limonada.
LIMONADA.
Non le tengo.
Que me le quitó un alarbe.
Que era devoto en Cütremo
De rezar por nuesas cuentas.
Mas rezaba por sus cuentos.
GARCÍA.
Pues rezad por la memoria.
LIMONADA.
Háseme olvidado el rezo.
GRACIAN.
Virgen, á vos invocamos
Los vuesos lijos plañendo.
DON FERNANDO.
¿Dónde estáis, Señora mia?
LEONOR.
¿Qué, ya non te place vernos?
ELVIRA.
Muéstranos el tu Chicote
Hoy en tamaño destierro.
GRACIAN.
Faznos, mi Señora, dignos
Otí los tus prometimientos.
LEONOR.
Aqui están vuesos cautivos,
¿Adonde te fallaremos?
GARCÍA.
Aqui está qnien con fe pura
Te busca, ardiente lucero.
DON FERNANDO.
Aqui está...
voz. (Abajo.)
Aquí está.
GRACIAN.
¿Qiiéescocbo?
¿Escochaslcs en el viento
I na voz?
ELVIRA.
El eco es, padre;
Non fagas caso del viento.
Que el eco es niño que fabla
Lo que le dicen prinieru.
{Toma un azadón y cava.)
GRACIAN.
Muesa el azadón, Elvira,
Que cavar la tierra quiero;
Aquí eslá nuesa Señora,
Ca la voz creer apruebo.
Que nunca dice palabra
Que non sepa bien el eco.
GRACIAN.
Si, Elvin,
E que me ayudéis vos ruego
A desocupar la Atocha,
Que estoy caduco é non pnedo.
(Judos quitan las atochas.)
¿Quién ha buscado en la tierra
La que se ha sobido al cielo?
DON FERNANDO.
En la tierra te buscamos.
Madre de Dios verdadero.
GRACIAN.
Avísanos, mi Señora,
Si acaso estáis dentro.
voz. (.Majo.)
Dentro.
CRACIAN.
Dentro eslá, míos cuatro lijos,
(Uro que tal traliajenios,
E non quede un escondijo
Que non se mire.
GARCÍA.
Eso intento.
(Cáese la tabla, y salgan par debajo.)
GRACIAN.
i Oh válasme Dios! ¿qué miro?
Toda la tierra se ha abierto.
Divinales luces miro.
Escuchad los instrumenlos.
(Toquen chirimías, y sube la Virgen con
dos úngeles á los lados, con luces.)
DON FERNANDO.
¿Vos escondida en la tierra,
Mia Virgen? mas non es nuevo
Que la que se llama Rosa
Haya salido del suelo;
Lluvia é riego ba menester
La rosa, é vos, Rosa, viendo
Que non lloviéronlas culpas
Non quisistes salir cedo ;
Mas luego que á este jardín
Llovieron los ojos nuesos,
E como son los plañidos
Lisonjas á el Jesús tierno,
Salisleis fragranté é pura
Del divinal posadero.
Que para vos. Virgen Rosa,
El llanto sólo es el riego.
ELVIRA.
¿ Pucheros baceis , mió Niño?
En la llena estáis, é creo
Que non vos faltara barro
l'ara hacer esos pucheros.
LEONOR.
¿Aburada estáis, mia Virgen,
E non ba obrado el incendio?
Pero sois zarza <|ue arde
E non la consume el fuego.
GARCÍA.
¿Non era mejor, Señora,
Subiros al cielo vuuso.
E bajar loego á la tierra
Que en nuesa lierra escuderos?
DOX FEKN4NU0.
Non, porque Dios quiere más
A la lierra que i:o ul cielo.
CRACIA>.
¡Qué fablas, Ferrando?
D0> FERNANDO.
VMo
La verdad.
cahcía.
Pabla con lienlo.
DON FERNANDO.
Escochad é Iq veréis.
GBACIAX.
Si has de fablar, labia presto.
DON FERNANDO.
Dios, espíritu divino.
Dios , que es el Dios de sí misn;
Con el fiat, ¿non crió
Máquina de la tierra y ciclo ?
¿Non nació en el cielo Dios?
¿listono es cierto?
GRACIAN.
Es cierto.
DON FERNANDO.
¿En qué consiste la gloria?
GRACIAN.
En ver á Dios.
DON FERNANDO.
Y si él mesmo
A la lierra se bajara ,
Como se posa en el cielo,
i Non fuera gloria la tierra
Coojo el cielo ?
Non lo niego.
DON FERNANDO.
Lnego bien podré decirte,
Que pues el divinal Verbo
Fara rescatar los bornes
Descendió á encarnar al suelo.
Que es fuerza la quiera más;
Pues quiso tanto á los nuesos,
A la lierra como patria
Que á los cielos como asiento.
DON FERNANDO.
E barro de que esta fecho
Cristo é la Virgen Maria ,
E por hacerle perfecto
En el principio del mundo
Le masó su padre mesmo.
garcía.
Cien fablas.
{Tocan un tambor.)
DON FERNANDO.
Al arma locan.
LIMONADA.
Diuiosenel lazo.
GRACIAN.
Quedo ;
Non os espantéis, amigos.
Non cobréis al moro miedo,
Que pues pareció Maria
Después de siglos tan liiengon,
Non creo que ha parecido
Para perderse tan presto.
(Llévanla entre todox.)
Venid á sitio decente,
Mia Señora , que os prometo
Que ánies que amanezca el sol.
Si hay más sol que el Fijo vueso,
NLl-STIiA SE.NOÜA Di: ATOCHA
De faceros una ermita,
E serán los peoneros
Los que en ¡a vuesa presencia
Cuidan vueso acatamiento.
Ea, venid, la mia Virgen.
DON FERNANDO.
Seguro finca este puesto.
Que muesas empalizadas
Ños le aseguran.
garcía.
La Virgen va con nosotros.
GBACIAN.
Esposa , venid al templo.
Palma, á señalar el fruto.
GARCÍA.
Venid á exaltaros, cedro.
DON FERNANDO.
Dejad poner la mía alma
En vueso cristal, espejo.
ELVIRA.
Ciprés , dad verdor al campo.
GRACIAN.
Escala , subidme al cielo.
LEONOR.
Abridla puerta al mió llanto.
Divinal cerrado huerto.
GARCÍA.
Floreced , Lilio, entre espinas.
DON FERNANDO.
Zarza , dadnos vuestro fuego.
ELVIRA.
A defendernos ; ciudad.
LIMONADA.
Vellocino, á enriquecernos.
Torre, fazme tu David.
DON FERNANDO.
Nave , á surgir en el puerto ;
V si entre atochas silvestres
Pareciste al llanto nueso.
La Virgen del Atochar
De boy más te llame tu pueblo.
JORN.\DA TERCERA.
Tocan un clarín, y snlganpor tlospuer-
tris diferentes ROSA, CELIN y MA-
IIOMAT.
CELIN.
Va hasta el muro hemos llegado
Con resolución valiente.
¿Tiénesle ;
Va está emboscada mi gente.
ROSA.
V ya eslá Madrid cercado.
MAIIOMAT.
¿Qué pretende tu rigor?
ROSA.
¿Qué procuran tus desveles?
CELIN.
Dar una vista a mis celos
En el campo de mi amor.
ROSA.
¿Es este el retrato?
CELIN.
Sí.
Amor tengo.
ROSA.
¿Piensas vengarte?
CELIN.
Hoy me vengo.
ROSA.
¿No intentas vengarme á mi?
CELIN.
Muera Fernando traidor.
ROSA.
Restaura la sangre mia.
Y muera también García.
ROSA.
¿Y Leonor?
CELlN.
Viva Leonor.
UAIIOMAT.
Tu sangre se restituya.
ROSA.
Tu ira se irrite ardiente.
CELIN.
Pues tú vé á avisar lu gente ;
Tú, Rosa, avisa la tuya.
ROSA.
Desta manera ba de ser.
CELlN.
¿Sabes cuándo has de venir?
ROSA.
Cuando empieces á reñir.
MAHOMAT.
Yo te sabré obedecer.
ROSA.
Tu industria empiece y la lid.
CELIN.
Prenderte á Fernando ofrezco.
¿No te vas?
BAHOMAT.
Ya te obedezco.
ROSA.
Llama al muro de Madrid.
CELIN.
La venganza te aseguro.
ROSA.
E\ ardid conseguiremos.
CELIN.
¿Vendréis á tiempo?
ROSA.
Vendremos.
MAnOMAT.
Llama al muro.
{Vanse Rosa y Mahomat.)
CELIN.
Llamo al muro.
;Ah del muro de Madrid !
; Ah del jiganle de canto
Que engendró la industria, á prueba
De las iras y los años!
¡ Ah los que siendo españoles
Sois militares serranos.
Que en el desierto del miedo
Os abrigáis de un peñasco!
¡ Ah centilcna del muro!
Sfl/c LIMONADA 0/ muro.
¿Quién llama al muro?
i80 COME
LIHONADA.
¿EsCelin?
CELIM.
¿No me couoces?
El que Alá fulmina ravo.
Porque de vuestra Madrid
Ouiebre en el risco poblado.
¿Quiéu eres?
LIMONADA.
Soy Limonada,
Fl tu amigóte y esclavo
Y el (¡ue de ti se escorrió.
CELIN.
i Pues cómo te fuiste?
LIUONADA.
Andando.
CELlN.
1 No eres hijo de Mahoma
En su ley reconciliado?
¿Pues cómo negarle puedes ?
11M0?CADA.
Mahoma era un gran borracho,
Non alzando lo presente;
E non calé estar al paso
Llamándome Limonada,
Que me consumiera á tragos.
CELIN.
¿Pues cuándo mi gran Profeta
Ha bebido vino?
LIMONADA.
Aguado.
CELIN.
¿Cuándo él bebió ni comió,
Si no es que fuese...
LIMONADA.
Marrano.
CELIN.
Mientes.
LIMONADA.
Non vollo ese mientes,
Como dice el italiano.
CELIN.
Eres perro por Mahoma.
LIMONADA.
Por san Pedro, que eres galgo.
Que es santo de Letanía
E fué santo siendo calvo.
CELIN.
Tú me engañaste.
LIMONADA.
También
Nos engaña un boticario,
E tira á las nues.ns bolsas
Tj'no éotro redomazo
De cosas peor que tinta ,
E siendo afrenta, callamos.
Sale DON FERNANDO al muro.
DON FERNANDO.
Va está en el muro Ferrando.
¿Qué es lo que fablas, Celio?
CELIN.
Vengo á decirle , que traigo
De Leonor, tu amante hermosa ,
La copia divina en rasgos.
nON FERNANDO.
¿Qué copia'
CELIN. {Enséñale un retrato de Leo
Lo que dejaste,
A palabra y amor falso,
Eii rehenes de dar vuelta
ESCOGIDAS DE DON FllANClSCO DE
De Rosa en la fe. SI acaso
De tan amante te precias
Como precias de bizarro,
Baja á cobrar su hermosura
Cuerpo á cuerpo y brazo á brazo,
Que solamente el amor
Nos puede igualar á entrambos.
DON FERNANDO.
En On , ¿ esa es su pentura?
CELIN.
Este es su mesmo traslado.
DON FERNANDO.
¿E quién te la ba hecho?
CELIN.
Roso.
DON FERNANDO.
Cátalo bien.
CELIN.
Verdad bablo.
DON FERNANDO.
Van te tiro mi ira, can;
Piedra es, mordíscala en tanto.
CELIN.
Caja, pues.
DON FERNANDO.
Temo, Celin,
Que has de fugir mientras bajo.
CELIN.
Soy el valor.
DON FERNANDO.
Non le pierdas.
CELIN.
¿Cómo puede errar el brazo?
DON FERNANDO.
En fin, ¿me esperas?
CELIN.
Te espero.
DON FERNANDO.
Pues jan desciendo.
(Quítase del muro.\
CELIN.
Ya aguardo.
LIMONADA.
Póngase bien con Mahoma,
Celin, mas non faga caso
De su avelencia , que fué
Mahoma tan rudo é zafio.
Que en años cuarenta é ocho
Aprender quiso á ser santo
Y se quedó zancarrón;
Pero aun bien que tiene al lado
Muchos angele."; , mas son
Todos de escalera abajo
E andan en la chimenea.
CELIN.
¿Cómo no bajáis , cristianos?
Salen DON FERNANDO y GARCÍA
cada uno por su parte.
DON FERNANDO.
Daráte sangriento ün
La mi cochilla veloz.
garcía.
Yan deciendo 6 la tu voz,
Rey de Toledo, Celin.
DON FERNANDO.
¿Qué miro? ; Válgasme Dios!
GARCÍA.
Qué faga agora non sé.
CELIN.
¿Cómo si al uno llamé
Bajáis á campaña dos?
HOJAS.
DON FERNANDO.
Rolo á vos viene buscando
La inia sopitanza impía.
GARCÍA.
Yo non supie que salia
En vuesa busca Ferrando.
CELIN.
¿Mis venganzas no sabrán
Quic !i eres, godo valiente?
GARCÍA.
Yo soy García, el pariento
Del nueso alcaide Gradan.
CELlN.
También á tí voy buscando,
Que.mi sangre he de vengar.
GARCÍA.
Bien te puedes entonrar.
Que yo he de lidiar. Ferrando.
DON FERNANDO.
Cobrar la venganza trato
De un retrato ([ue perdí,
A eso del muro ascendí;
Yo he de cobrar mi retrato.
GARCÍA.
Sí el cobrarle es mi interés,
Si non le llevo me infamo,
Que yo otro que tal adamo
Á la fenibra do quien es.
E como mi amor la quiere.
Lamí cochilla procura
Cobrar su pinturadura
Donde quiera que la viere.
DON FERNANDO.
Non estés escatimando
El duelo á la sangre mia.
Que no ha de cobrar García
Lo que ha perdido Ferrando.
Dile á Rosa , al me escapar,
Ella á Celín se le dio,
Pues aquel que le perdió
Es el que le ha de cobrar.
GARCÍA.
Non la tu razón me llama ,
Que si tal mengua fecisle.
Yo non sé si le perdiste.
Sólo sé que es de mi dama.
{Sacan ¡as e/pc^as.)
DON FERNANDO.
Cata mi espada, Celin.
GARCÍA.
La pintura ha de sor mía.
DON FERNANDO.
Non lidies con él, García
Si non quieres ver lu ün.
garcía.
Fínaréte, vive Dios,
Si lu sandez me provoca.
CELIN.
Esperad, que á mi me toca
Reñir solo con los dos.
Tú fallaste á la lealtad
Que de dar vuelta juraste ;
Tú á lu palabra faltaste.
DON FERNANDO.
Es ansi.fablas verdad.
CELIN.
Tú en la campaña también,
Ya valiente, ya inhumano.
Diste la muerte á mi hermano
En la vega.
garcía.
Fablas bien.
DON FERNANDO.
Non lo dudo.
NOD lo ignoro.
CELIN.
¿Esto no es asi?
D0:< FERSANCO.
Es ansi.
CELIS.
¿TÚ quieres á Leonor?
DOS FERNANDO.
Si.
CE1.IN.
i Tú amasa Leonor?
garcía.
La adoro.
CELIN-
rúes si yo quiero a Leonor,
A daros l.i muerte apelo,
A cada oual por un duelo
y á enlrambüS por un amor.
garcía.
La lu razón nos ataja.
CELIN.
Ea, ¿qué os habéis parado?
DON FEllNANÜO.
Que non el desafiado
lia de lidiar con ventaja.
CELIN.
Si ya os estoy provocando,
¿Qué espera vuestra osadía?
DON FERNANDO.
Déjame lidiar, García.
{Atájanse el uno al otro)
GARCÍA.
Déjame lidiar. Ferrando.
CELIN.
Yo he de matar á los dos.
GARCÍA.
¿Non me dejarás lidiar?
D0:( FERNANDO.
Non le habernos de finar
Con venlají, vive Dios.
CELIN.
Pláceme que seas valiente.
DON FERNANDO.
Yo solo le finaré.
(Üeniro ruido de armas.)
Salen MAHOMAT t ROSA.
GARCÍA.
¿Qué ruido es este?
CELIN.
No sé.
ROSA.
Ya está á tu lado tu gente.
DON FEnNA^D0.
¿Cómo, gente has emboscado?
¿E cómo fabla, señor,
ijuien tovió solo valor
Tiene mengua acompañado?
CELIN.
Yo vine de aquesta suerte
No en el campo á pelear,
Queso o vine á vengar
Cna traición y una muerte.
Solo á prenderos venia
Colérico é indignado;
Mas sacar quiero un traslado
De tan noble bizarría.
Solo uno reüia por Dios ,
Cuando á los dos provoqué ;
Pues coa veulaja , ¿por <iuc
NCESTllA SESORA DE ATOl.llA.
He de reñir con los dos?
Rosa, las iras deten.
Vuestro campo esté seguro ;
Volveos los dos al muro
Que yo me vuelvo también;
Pues'que á dos debo el decoro
Que confieso á tal valor.
Que no me ha de hacer traidor
El haber nacido moro.
ROSA.
í Cómo, cnhanlc Celin ,
Tu enojo has de suspender?
DON FERNANDO.
Cristiano mereces sor.
GARCÍA.
Aunque moro, Rey en fin.
CELIN.
No es tan feliz vuestra suerte
Como pensáis desta lid;
Cercada tengo á Madrid,
Tiempo hay para darle muerto.
GARCÍA.
En el campo roe hallarás.
DON FERNANDO.
Ir en tu busca prevengo.
CELIN.
Veinte mil soldados tengo,
Y vosotros mil no más.
BAIIOHAT.
No les guardes el decoro.
ROSA.
Prueben la ira de tu mano.
CELIN.
¿ Por qué lia de andar un cristiaiiu
Más bizarro que un rey moro?
DON FERNANDO.
Que cedo comiences ruego
Lo que cuidas emprender.
CELIN.
Veréis á Madrid arder
Cou vuestra sangre y mi fuego.
UAUOUAT.
Agradeced su valor.
Que sólo osvino á prender.
DON FERNANDO.
Non quiero yo agradecer
Que un rey non tinque traidor;
Mas tomar venganza trato.
CELIN.
Yo en la lid te buscaré.
garcIa.
Yo el retrato cobraré.
DON FERNANDO.
Yo he de cobrar mi retrato.
ROSA.
Rosa á la lid os provoca.
CEUN.
Ya os llama al campo Celin.
GARCÍA.
Pues toca al arma, obriu;
Atambor, al arma toca.
CELIN.
Dejar puestos mis pendones
En vuestra muralla juro.
ROSA.
Ea, soMados, al muro.
DON FERNANDO.
A defenderle, infanzones.
(Vanse.)
487
Salen GRACIAN, LEONOR t ELVIRA.
de los muros, y Iras ellos LIMO-
NADA.
LEONOR.
Sin fablar una palabra ,
¿ Dónde el mío padre nos llevas
De la diestra mano á una
E á otra de la siniestra?
Enjuga el padre y señor.
Esas tus lágrimas tiernas ,
Que á parar vienen en canas
E van escorriendo en perlas.
LEONOR.
Non le faga de rugar
Tu voz, porque es indecencia
Que confiesen unas niñas
Lo que todo un dolor niega.
GRACtAN.
Estas dos corrientes mias
Que dos raudales semejan.
Que crecen con la treslura
E con la alegrura menguan.
Non se finarán tan cedo,
Que está lloviznando densa
Una nube que en mis ojos
El sentimiento congela,
E mientras mió corazón
Vapores levanta, esfuerza
Que ellos lluevan como nubes
Lo que él causó como tierra.
LEONOR.
Trabajaste aquesta ermita
Con perjeño é avilencia,
E á nuestra Virgen de Antióquia
Posada tienes en ella.
E cuando el moro te llama
A campafia, tú te quedas
Con nosotras, ¿é á rezar
Te endilgas desta manera?
ELVIRA.
Tu coehilla es bien qne ahora
En las lides resplandezca,
E non tu rosario faga
Una cuenta é otra cuenta.
LEONOR.
Están Ferrando é García
Juntando la gente nuesa
Para salir á lidiar
Con la vil canalla perra,
¿ E te escorres á la ermita?
ELVIRA.
Si la tu espada está vieja
E non la tu caduquez
Puede lidiar en la guerra,
¿Por qué está para tablar
Tan barragana tu lengua?
Muesa tu espada, el mío padre.
Que maguerque enmi no ha j fuerzas,
La tu sangre que está en mí
Cumplirá por vuesa mengua.
LEONOR.
Préstanos la tu coehilla.
GRACIAN.
¿Leonor, Elvira?
{Dentro cajas.)
ELVIRA.
Yan truenan
Las cajas y los clarines,
E non los oyes, ¿qué esperas?
LEONOR.
Non tu cólera amilanes.
ELVIRA.
Non tu valor ensandezcas.
GRACIAN.
¡Oh cómo, fijas, me place
Ver la vucsa fortaleza
4S8
De corazón, é calar
yue en el vueso pecho hierva
La muy colorada sangre
De los Vargas de Castiella !
Fijas, miembros de mi alma,
Oue descoyunta la pena,
E maguer que es algebista
^unca el solaz las concierra,
Van oislis que Celiii
Veinte mil moros alienta
Con (|ue la nursa Madrid
K nuesos eonlines cerca;
K aunque las nuesas murallas
Incontrastables se ostentan,
Kame y sed los dos cochillos
Crueles, é non sangrientas,
Amenazan nuesas vidas;
Cuanto las parvas amenas
A nuesos almudes dieron
En custodia ó en ofrenda
Van ha consumido el año.
Agua hay que face peña.
Grano que el alan apure.
Sorbo que la angustia beba,
Van no hay, todo es deseos,
E todo esperanzas muertas;
Dar la villa al enemigo
Será infame diligencia.
Que cautivará las honras
(Jue son del alma facienda;
-Non quedar,i joven flor
Cuya púrpura doncella
Non se profane del tacto.
Non se aje de la violencia ;
Nuesas faces escopidas
De la misma sangre nuesa
Darán ternura á los ojos.
Pero al corazón vergüenza ;
E viendo que ser podemos
Ejemplo de la miseria.
Asuntos de la su mofa
E de la su saña afrenta.
Hemos consejado todos
Ues|ilegar imesas banderas,
Y erguidos sus tafetanes
A las paganas hileras
Sópitamente embestir;
Epara que esto soceda
Sin que finque una reliquia
De quien el moro escarnezca.
Discorrimos qne á campaña
Salgan á lidiar las fembras,
Qui- la sangre, é non el sexo.
Da el valor, é non ¡a fuerza ;
El uso face á los homes
Mañosos, que si licieran
yue las mujeres lidiaran
¿Quién lidiara sino ellas?
Vosotras, pues . que mis hijas
Nacisles, para esla empresa
Vos procura el mió consejo
Fazañosas experiencias ;
¿Tendréis ánimo las dos
Para lidiará hacer prueba
De vuesa alcuña , que al sol
Con las luces empareja?
LEONOR.
Yo que de tu sanare tengo
Valor seguro en las venas ,
A la lid saldré á campear.
f. yo amazona mas nueva
Olra que tal en la hueste,
Faré que el Celin te tema.
GRACU:^.
Catad qne habéis de morir.
COMEDIAS ESCOGIDAS DE DON FltANCISCO UE ROJAS.
, é niia f.ima muera
¿Qué atañe
Que yo en esta lid fallezca.
Si he de vivir con mia fama
A las edades eternas?
CRACIAN.
¿En fin moriréis liis dos
Por la vuesa honra?
CRACUN.
E si sopiérais viviendo
Perder la vuesa pureza
¿Non supierais morir antes?
ELVIRA.
Sobra la pregunia vuesa.
LEONOR.
Varaos á finar. Señor.
ELVIRA.
A la batalla nos lleva.
CRACIAN.
Pues fijas , hoy es forzoso
Que nuestra villa se pierda ,
E que el que quedare vivo,
Si hay quien quedar vivo quiera.
Si home, quede escarnecido,
Sifenibra, finque manceba;
Si ánimo para lidiar
E para morir vos queda ,
Sepa morir en la paz
Quien morir quiere en la guerra;
si allí es cierta vuesa muerte
Más vale que aquí sea cierta ,
E que un padre que os dio el ser.
Maguer que lo plaña é sienta ,
Os quite vuesas dos vidas ,
Que non es lid tan sangrienta
Permitir que el moro sandio
Cuando vos fallar desea,
O que vos profane vivas
O vos escarnezca muertas.
(Lloran.)
¿Qué es esto? ¿Cómo plañis?
¿Cómo ya tan cedo menguan
Vuesos alientos , Leonor?
,Mis fijas ya tan apriesa.
Con el calor de la mnerle
Sudan vuesas niñas bellas?
(Ap. Nos vos finaré, callar
E finarlas luego es fuei /a.)
LEONOR.
Non vos asuste , Señor,
Que la mia muerte sienta.
Porque es natural pasión
De nuesa humana flaqueza.
Que si Dios temió la muerte.
Con ser Dios, ¿que pareciera
Que tema la muerte Dies
E que el hombre non la lema?
Pero si es fuerza morir,
E yo á las razones vuesas
Aiin más que por paternales
Las obedezco por buenas.
Dadme la muerte , mió padre ,
Non finque yo á la sospecha
De perder el honor vueso
Que edad conservo tan luenga.
Vos me disteis esla vida ,
Pagar con la muerte es deuda ,
Pues aunque creyera yo
Que el moro non me ofendiera,
Con ver que me dais la muerte
Mas quiero yo que me sea
Cruel la vuesa cochilla
Que piadosa la extranjera.
GRACIAN.
Deuda es pagarme esa vida.
Lioxon.
Calad , Señor, la experiencia.
Da el mar cristales salados
Que porilique á la tierra ,
E ella paga luego en rius
Lo <iue él escatima en venas.
Da el sol luz á los luceros
Cuando del polo se ausenta ,
Y en dando la vuelta al otro
Vuelve á cobrar lo que presta.
La tierra cede á la (lor
Fragancias, é della mesma
Cobra non á luengo plazo
La púrpura en hojas secas.
Mi mar sois, cobrad de mi
Kios de sangre traviesa;
Sol sois, padre desta luz.
Dejad sin luces la estrella.
Tierra sois, de aquella flor.
Deshojad la flor más tierna.
Porque seamos los dos ,
Cuando mi fineza llega ,
Vos el mar, la tierra é sol ,
Yo el rio, la floré estrella.
GRACIAS.
¿E túquéfablas, Elvira?
EVLIRA.
Señor, con vuesa licencia
Non quiero morir agora.
Era
Vendo á lidiar, é es posible
Que la mi cochilla venza
E aqui es mia muerte precisa :
Catad vos la diferencia
Que hay de finar, esperando
Vivir en la lid sangrienta,
O entrarme de aquella guisa
Con animosa obediencia,
Que allí es dudoso el morir,
E aqui ts preciso que muera.
gracia:*.
Pues fija, ¿eso es ser mi fija?
ELVIRA.
¿Y eso es ser mió padre?
GRACIAX.
¿Bsa
Es la homildanza é amor
Con que afable é halagüeña
Cada siempre que os reñia
Desucabais la mia diestra?
Veinte mil moros alarbes
Nueso campo pisotean,
E apenas mil homes son
Los que hay que á la lid se atrevan.
Caducos más de dúdenlos
Son los que á esta quinta llevan
Por báculos sus cocbillas
E por cochinas sus menguas.
¿Qué esperas de aquesta lid?
ELVIRA.
¿ E de mi suerte qué esperas.
Cuando non se ha visto padre
Que á sus fijas fine mcsmas?
Irracional una loba
Que astuto cazador cerca
Sobre los sus cachorrillos
Mañosamente se acuesta ,
E los defiende é procura
Que non el plomo los hiera.
Non los traspase el venablo.
Que es tamaña su querencia
Que finar quiere primero
Porque sus lijos non mueran;
El carnicero le ii
Que finca rapante fien.
Lamiendo los sus cbicoles
Rug ■■ porque oíros los teman ;
Pájaro que el aire eneja,
Y el nido á sus lijos yerra,
A los Tientos y á los montes
Face lamenturas tiernas,
K luego que cala el nido
Los arrulla é los gorjea ;
E a la lluvia de la noclie,
Edel sol á la modestia.
Abriendo pintadas alas
Las face sombra é defensa.
Pelicano, otro que tal:
Se rompe su misma tela
E de la su misma sangre
Los sus hijos alimenta;
Que por dar la vida i un fijo
Hay padre que finar quiera.
E sañudo el padre mió
Non á la loba semejas
En amparar las tus lijas,
Nin león de otra ralea
Ruges en el moro campo
Porque esas fieras te teman;
Nin ave en el nueso nido
üe esas lluvias de saetas
Abriendo la tu cochilla
Lns tus páj.iros albergas;
Kin pelicano tampoco
Con la sangre nos sustentas ,
Cuando para tú ser padre
Será más razón que seas
León, pelicano y ave .
Que son padres siendo fieras.
GRACIAN.
¡Oh cómo aquesta vegada
Verle cobarde me pesa,
Oue siempre es la cobardía
Madre de esotras flaquezas!
LEONOR.
Déjamela responder,
Mío padre é Señor.
CriACIAN.
¿Qué intentas?
LEONOR.
A las sus semejaduras
Que fabla de aves é fieras ,
Con olro mejor procuro
Dar perjcñosa respuesta.
Yan sabes la calidad ,
Que non hay quien non la sepa.
Del armiño, que en saliendo
A yantar de la su cueva.
Cuantos manjares el campo
.Sazona á su f..nie en yerbas ;
Mañosos los cazadores
A la su covacha llenan
De purquerosas loduras
Que el cielo y la lluvia mezclan.
Da voces el cazador,
E asustando monte é selva ,
Blanco el armiño se escorre
Para su covacha mesma ,
E al calar la mistoronza ,
E poríjuedad de su cueva ,
Para que á la su blancura
La inmondlcia non se atreva,
Quiere más que el cazador
Le dé linanza sangrienta
Que non la su piel manchar,
Símbolo de la pureza.
Si semejar al armiño
Quieres , mi hermana pecpieña ,
A lu cueva , que es Madrid ,
Non le amonesto (|ue vuelvas ;
Yan saliste della , é ya
Si da el cazador con ella ,
Redes de sn amor, non limpio,
Farán que sandia perezc.is.
tlíra cual ti' atañe más ,
Si es que el armiño semejas ,
NUESTRA SE."<;üRA DE ATOCHA.
O aquí perder la tu vida
O alli manchar tu pureza.
ELVIRA.
Bien fablas ; mas si contraria
Nos influyere la estrella,
E de la lid la fortuna
Nos amenazare adversa.
Yo misma me daré muerle
Porque el moro non me ofenda.
GRACIAN.
¿Non quieres que yo te fino
E te finarás tú mesma V
ELVIRA.
Sí , que con las manos mías ,
Con las iras, con la queja...
GRACIAS.
Pondrán lazos á tus manos ,
E mordazas i tu lengua.
ELVIRA.
¿Mi fermosura?
CRACIAN.
Es tamaña.
Que aquel que mejor paio/.ca,
Farás crecer los deseos
En las mismas resistencias;
E de amor al apetito
Ks tanta la diferencia.
Que amor violencias non gusta.
Sólo a ser premiado anhela ;
Pero roin el apetito
Sólo procura violencias.
Que, en fin, amor esun Dios,
Y el apetito una llera.
ELVIRA.
;.F. del Atochar la Virgen
Non puede facer que venzas?
GRACIAS.
Bien pued" ; pero parece
Que non quiere.
ELVIRA.
Pues non creas
Que ha parecido la Virgen
Para que Madrid se pierda.
GRACIAS.
Quizás non lo merecemos,
Elvira: é cuando eso sea.
Non a tanta duda es bien
Que quede mía fama expuesta ;
Sed mártires de la Virgen,
Que mucho cielo os espera.
Que tengo tamaña fe
Que en esta ocasión quijera
Ser una de mis dos fijas
E que otro mió padre fuera.
ELVIRA.
Señor, ya que mis rezones
La lu terquedad non mellan.
Finar (|uiero, é sólo aqui
La mi liomildanza te ruega
Que muera yo con María ,
Nuesa Señora, é que sea
De su di\inal altar
Sonio la peana nicsma.
ORACIAN.
Yo vos lo concedo, Elvira.
,.()tra vez plañes? (.yan truecas
{Lloran.)
El lu valor en desmayos?
LEONOR.
¿ Non queréis. Señor, que sienla
Que plañas cuando yo viva,
E non plañas cuando muera?
GRACIAN.
Plañendo estoy, mía Leonor,
Maguer que el llanlo non veas,
Congelóse el mío dclor,
Que como á la nfuerte vuesa
Tengo el corazón de mármol.
Son las lágrimas de piedra.
Encomienda á la mi madre.
Mío señor.
GRACIAN.
(Ap. Si sopieran
Que yan á su madre he muerto ;
Mas non quiero (|ue lo sepan.)
Ea, las (Jos me abracijad.
(,Ábrá:anlc.)
LEOKOR.
Adiós, padre.
ELVIRA.
Adiós, Señor.
GRACIAN.
; Quién ha visto que el amor
De abrazos á la crueldad!
¿Uoyuüu comulgasteis?
ELVIRA.
Si.
LEONOR.
¿Cuál primero finarás?
GRACIAN.
A la que quijere ás.
LEONOR.
Mátame primero á mi.
ELVIRA.
Non me des esos recelos.
Al tu acero me provoco.
GRACIAH,
¡ Que non se escape tampoco
La muerle de tener celos !
A entrambas desgargautar
Cuido á un golpe, non me aflijas;
¡A ti buscan mis dos tijas,
Señora del Atochar !
LEONOR.
En fin. Señor, ¿te perdemos?
ELVIRA.'
Sólo eso debo llorar.
También yo voy á finar.
I GRACIAN.
Fijas, presto nos veremos;
Ea, yan podéis venir.
LEONOR.
; Fuerte dolor 1
ELVIRA.
¡Trance fuerlol
GRACIAN.
Más hago yo en daros muerte
Que vosotras en morir.
{Vanse Leonor, Ehnray Cracian.)
LIMONADA.
Entróse é cerró la puerta,
¿Si finarlas quiere? si.
En otra capilla alli
Miré a su velada muerta.
SiiMidii casado, non fuera
M^liin/.a al mió paladar.
Sí non supiera matar
A su mujer la primera;
Degollar quiere , y me espanta,
A sus fijas riguroso,
Non es paso muy gustoso
Con ser paso de garganta.
Coloso Alcaide, ¿mereces
Tal nombre á mengua tamaña.
•«ÍIO COMEDIA
Las mujeres degolladas !
Dios te l'aga , Alcaide, bien;
Van sale agora á lidiar;
Las barbas coido enseñar
Non me degüelle también.
Sale GRACIAN limpiando la espada.
GR4C1AN.
La sangre limpiar agora
La mi advertencia procure,
Para que non se misture
Lidiando á la sangre mora.
Ya arrepentidas están
Mis ansias, ya las Gné;
Mis fijas sacriliqué.
Segundo soy Abraban.
Pero la que hay distinción
Non me deja satisfecho,
Pues ca maté con el fecho
Y Ahrahan con la intención.
E mi desconsuelo es.
Para piañirle é llorarle,
Que él nunca Ileso á matarle
Pues Dios lo impidió después.
Mas de haber muerto á las dos
Este ejemplo non me aflija ;
Jephté dio muerte á sa lija
E non se lo mandó Dios.
Y pues al consuelo voy
De haber iiiia sangre vertido.
Ya que Abralion non he sido
El Jephté segundo soy.
(Toean al arma.)
Yan las alarbes adargas
Miro.
LIMONADA.
La lid arde ya.
garcía. (D.nlro.)
¿El Alcaide, dónde eslá?
LIMONADA.
Gracian Ramírez de Vargas,
El tu mandadero soy.
Cata , que eslán ya lidiando,
E te da voces Ferrando.
(,Non venís?
limonada.
Tras vusco voy.
GRACIAS.
Ea , soldado, sigúeme.
¿Finar por la fe sabrás?
LIMO.-«ADA.
Non lo he probado jamás
E non sé si acertaré.
CRA8IAN.
Apurad, Virgen divina,
A toda esta enjambre mora.
LIMONADA.
Solamente por agora
Folgára non ser gallina.
GRACIAM.
Huye, Celin enemigo.
LIMONADA.
Non pases moro á inquietalle
Por mi plaza é por mi calle.
¿Non me sigues?
LIMONADA.
Ya te sigo.
CRACIAN.
Cortar cuido alarbes cuellos.
LIMONADA.
Facen todos luengo estrago.
GRACIAN.
Hoy non ha de ser Santiago.
ESCOGIDAS DE D0.\ FRANCESCO DI
LIMONADA.
¿Pues quién?
GRACIAN.
¡La Virgen y á ellos!
(Vase.)
{Dase la batalla dando tres vueltas, y
quede iíahomut herido en el suelo.)
MAHOMAT.
Mortalmente estoy herido.
¿Cómo, cielos soberanos,
Estos mágicos cristianos
Vencen sin haber rendido?
LIMONADA.
¡Que con tantos moros ver
Como en el campo han lidiado,
Non topé uno acomodado
Para reñir á placer!
Un moro de mia meznada
Non topé en esta ocasión
De algo menos corazón
Que el mió ; aqueste me agrada.
{Ve al moro.)
MAHOMAT.
Ac.íbame de malar.
Pues lo quiere el cielo impio.
LIMONADA.
¿Aquí está usted, señor mió?
(Esio eslá como ha de estar);
Quitarle quiero la espada,
Que soy valiente verán
Los que saben el refrán :
Ahora entra la gran lanzada; {Dale.)
A darle muerte me obligo.
Que yan mia cólera asoma ;
Mahomat es, Wahomat, toma.
MAKOMAT.
¿Quién me da muerte?
LIMONADA.
Un amigo.
MAHOMAT.
Pues has sido valeroso.
Que me acabes ya le advierto,
Ue piedad.
LIMONADA.
Si haré, por cierto,
Porque yo soy muy piadoso. {Dale.)
MAHOMAT.
Mátame presto, ea ven.
Que ese acero no me hiere.
LIJIONAUA.
Yo faré cuanto pudiere
Por facerte aqueste bien;
Qué bien riñe y se defiende,
No he visto valor igual ;
Toma este tajo agonal. {Dale.]
MAHOMAT.
No te entiendo.
LIMO.NADA.
¿ Non me entiende?
¿Fablas latín?
MAHOMAT.
Si, señor.
LIMONADA.
Pues ea, recipe digo
MAHOMAT.
¿Qué recipe es este?
LIMONADA.
Amigo,
Es recipe de dolor.
MAHOSIAT.
Acaba.
LIMONADA.
Él es temerario;
A este bote le preven.
MAHOMAT.
¿Qué bote es ese también'.'
ROJAS.
LIMONADA.
Es bote de boticario. {Dale)
MAHOMAT.
Ya muero.
LIMONADA.
¡Qué desconsuelo!
LIMONADA.
Non quiera Dios que yo dé
Aun hombre que eslá en el suclu;
Yo ()UÍero alargarle, cito.
Tus, Mahomat; ya murió.
Por cierto que se fincó
Muerto como un pajarito;
Aliora bien, quiérole alar
Üeslos que traigo pendientes ;
{Átale con unos cordeles.)
¡ Qué palabras tan prudentes
Que fablahaal suspirar!
Arrastrándole al collado
Llevarle quiero á plañer;
¿K que sin ser yo su mujer
Ande este por mi arrastrado''
Venid, de los moros palma,
Y aunque después de mortal
Os trato el cuerpo tan mal ,
Peor os tratarán el alma. {Llévele.')
GARCÍA. {Dentro.)
Por aquí fuye Celin.
GRACiAN. {Dentro.)
Cátale somo el ribazo
De aquella emparejadura.
GARCÍA. {Dentro.)
Seguid á Celin , soldados.
Corriendo sobre el trotón ,
De esa cuesta baja al llano.
Sale CÍ.U:í herido, y cae.
CELIN.
Y ya desbocado el bruto
La verde margen pisando
Todo el golfo de su espuma
Pasar solicita á nado.
¿Qué es esto, cielos, que miro?
i] de ciegos ü de airados ,
Unos á otros se dan muerte
Sangrientos mis africanos.
La confianza busca el riesgo
Y el exceso causó el daño ;
Flacos , miseros , cobardes ,
Hoy triunfarán los cristianos ;
Y al valor, por novedad ,
Supo vencer el desmayo.
¿Pero qué mucho si en nubes
Tesorero el aire vago
Le va repartiendo al dia
Luceros amontonados?
¿Qué mujer es esta , cielos ,
Que la blanca luna hollando
Oscurece con su luz
Las luces del mejor astro 1
Navegante soy, que surco
De la venganza el mar cano,
Y al ir á buscar el viento
A todas las iras calmo.
Pero de su frente hermosa
Ya la red desenmaraño.
Que la juzgué de cabellos
Y echo de ver que es de rayo;.
Cristianos, siesta deidad
Esta Vitoria os ha dado.
No os agradezcáis el triunfo,
Sino triunfad del milagro.
GARCÍA. {Dentro)
Seguid á r.osa también.
Que á Celio anda buscando.
CELIN.
Rosa Luyendo liácia mi vieuc.
Sale ROSA.
nosA.
Celin Talienie, si acaso
Tu acero, que íioy es tu pluma ,
Repetir puede otfu rasgo,
Escrihe en los corazones
Destos infames cristianos
l)e tu muerte y de la mia
El más fúnebre cpitalio.
En nuesir:i husca lian venido
Gracian , García y Fernando,
Agora . más que oirás veces
Necesito de tu amparo.
Moriremos dando ejemplo
A nuestros mesmos soldados,
Pero no como cabardes
V fugitivos muramos.
Mira, Celin.
CEUN.
Dices bien,
Al enemigo embistamos,
V de cobarde no muera
Quien puede morir de osado.
nosA.
Ea, Celin, á morir.
CELIM.
Á morir.
Sale DO.N FEI'.NANDO.
Dox FEn^*^uo.
Deten el paso.
CELl.X.
¿(idcn eres?
UÜX FEnXAUDO.
i.Von rae conoces?
¿Vienes á reñir, Fernando?
voy FERNANDO.
Vengo á acabar de vencerle.
CELiy.
¿Pues á qué esperas? Piiñacios.
DON FEnSANDO.
Non es este vencimiento
El que percuro.
nosA.
Habla claro.
DON FER.NANDO.
¿Yan te acuerdas que me disto ,
Catándome enamorado
Permisión de que á Madrid
Me fuese , é que mi retrato
En rehenes de entornar
Dejé cautivo en tus manos?
Esasi.
DONFF.nNANDO.
E que prometí
Volver.
ROSA.
Y traidor y falso
Faltaste á palabra y fe.
DOH FERNAKDO.
Pues hoy te cumplo y le pago.
Van que estoy en tu presencia ,
La palabra que te bédado.
E porque la vcnlajan/.a
Non me exceda , aqui te alargo
La tu vida . é le permito
Que en ese trotón manchado
Üe una é otra mosca negra
Que para que fuigas traigo,
(trueles por la espesura dura
Del MaD/.anares al Tajo.
N'CESTRA SE.'CORA DE ATOCHA.
Tú me diste la mi vida
Pues á mi Leonor me has dado,
Darte quiero yo la tuya.
I'ues desta guisa acabalo
La obligación que te debo;
Fuye, porque escodriñando
Andan toda la campafia,
E non tomar otro plazo
Tus palabradas procuren;
Yo te busco é yo le amparo,
Vo be complido mia palabra;
Soy noble, é memoria calo
Pues érguete en somo ol bruto
Üue yo la espalda le guardo.
nosA.
Aunque agradezco tu fe,
Si aquí se queda mi hermano.
Yo no he de partir sin el,
Y asi si eres tan bizarro,
O á entrambos nos da la muerte
O dadnos la vida i entrambos.
DON FERNANDO.
Es tanto loque tú has fecho
En haberme á mi alargado
Una vida que non era
Mia é se allegaba el plazo
De pagársela á Leonor,
Que aun asi non satisfagD
A toda la tu larguera,
E por cabalarle algo
Fuya contigo Celm,
Porque aun non le satisfago
j Con esas dos vidas moras
! Esta vida de un cristiano.
I CEUN.
I Pues no has de excederme , no,
Que yo, valiente Fernando,
! Puedo ser menos dichoso,
Pero no menos bizarro.
García á Leonor pretende
Y tú aspiras á i.us rayos;
Toma este retrato sujo
Y él no goce su retrato;
Y si Leonor es tu vida ,
Tú la suya; hoy has logrado
Dos vidas por una mia ,
Luego a ti le aventajo.
Pues que yo te doy dos vidas
Y tú una sola me has dado.
DON FERNANDO.
¿ Non sabes qué cuido t
CELIN.
¿Qué?
DON FERNANDO.
Que debes de ser cristiano
li nou sabes que lo eres.
CELIN.
Hoy el cielo soberano
Me ha dado luces al alma;
Yo le buscaré , Fernando,
Y sabrás...
{Ruido dentro.)
DON FERNANDO.
Fuye , Celin ;
Fuye,Uosa.
ROSA.
En el caballo
Podremos los dos subir.
CELIN.
jTü me amparas?
DON FERNANDO.
Yo te am[)aro,
E non colará tras vos,
M.igucr que más sople, el austro.
Adiós, los bizarros moros.
Adiós , valiente cristiano.
Sale GARCÍA.
GARCÍA.
Por aqui fuycn.
DON FERNANDO.
Detente.
CAnCÍA.
Cala que somo el ribazo
En un iroton el Celin
E Rosa se están posando.
DON FERNANDO.
Yo defiendo que se fuyan.
GARCÍA.
Cata que lleva el retrato
De mi Leonor.
DON FERNANDO.
Esa es mia.
Yan el retrato he cobrado.
garcía.
Pues endónamele luego,
E si non faz que riñamos.
DON FERNANDO.
El señor García...
garcía.
Fabla.
DON FERNANDO.
¿Non te acuerdas que en el cuarto
Ue Leonor una vegada
Me fallaste?
garcía.
Yan lo plaño.
DON FERNANDO.
Pues con cólera amorosa
A enclavijarme en sus brazos
Cuidaba á Leonor entóneos.
E á non esperar el daño
De <iue el su padre se enoje ,
Yan estuviera velado:
Ella me quiere y la adoro.
GARCÍA.
Para mientes, el Fernando.
¿ Escondijado lineabas
Con ella?
DON FERNANDO.
Yan lo declaro.
GARCÍA.
¿Non fablasie que sobias
Al romor?
DON FERNANDO.
Porque el su anciano
Padre non plañir pudiera
El mió desaguisado,
Me desculpé.
GARCÍA.
Pues escocba
Lo que fablo.
DON FERNANDO.
Yan te calo.
GARCÍA.
Non he de tener por home
De prez , si infanzón hidalgo,
Aquel home ([ue marida.
Maguer que esté lacerado
El sn corazón de amor
Con fembra de amor tamaño
Que se haya con otro home
IJn solo instante encerrado.
En maridándose un home
Con fembra tal, en pisando
De la noche de marido
Los principios, los halagos
Le face escrúpulo aquello
üe que antes non fizo caso,
Y está díscorriendo siempre
■m-j comedí
Aburrido é sopilaño
Si se colé df las voces
Aquel amor á los labios;
Y anslla Leonor es vuesa.
Elvira me ama. Ferrando,
Lograd los lazos de amor.
Que yo lograré esos lazos ,
Que máS(|u¡ero en la mia cuita,
De honor fecho este reparo,
Con honra á la que me quiere
tjue con dudas á la (|ue amo.
DON FERNANDO.
Pues el Gracian viene alli ,
Las sus dos lijas pidamos.
Sale GRXC\Mi llorando.
GARCÍA.
Él sale ; plañendo viene.
DON FERNANDO.
Fáblaletú.
GARCÍA.
Van le labio. -^
¿ El mío señor Gracian?
DOS FERNANDO.
¡Mió padre!
GARCÍA.
El alcaide anciano
De nuesa villa , ¿qué es eslo,
I'or viioria á triunfo tanto
Flanes?
,\S ESCOGIDAS DE l'ON KHA.NC.ISCO
j Palabra ijue vos he dado
Cunjplire.
! DON FERNANDO.
I ¿Qué mas fortuna?
¿Qué más ficiera un gentil
De lo que lizo un cristiano?
GARCÍA.
Señor, por las tus dos Djas
Venimos ya concertados,
A la tu chicota Elvira
Quiero vo.
DON FERNANDO.
E yo te demando
A Leonor.
GRACIAN.
; Hay más tormentos 1
Non sé, fijas, si esta mano
El dolor de haberos muerto
Como el que tuve al linares,
i Que non creyese yo á Elvira !
GARCÍA.
Ya .i la ermita hemos llegado;
Daaie a Elvira.
DON FERNANDO.
A mi á Leonor,
>on nosaluengues los plazos.
GRACIAN.
¿Venís los dos convenidos?
DON FERNANDO.
¿Non lo ves.'
GRACIAN.
Non, mi Ferrando,
Que non hay amor tan lince
A (|nien non le ciet;ue el llanto.
GARCÍA.
¿Non oyes?
GRACIAS.
Cuido que non;
Que en mi oido se han lineado
Deste roido de mi pena
Atordidos los gusanos.
En Gn, ¿til quieres á Elvira'
;,Tú a Leonor, mi fija? á dambos
Vos la ijuieru dar, venid ;
I i Qué mas dolor que el que paso?
GARCÍA.
j ¿Dónde están?
GRACIAN.
I En esta ermita.
DON FERNANDO.
¡Oh! he de lograr su mano.
GARCÍA.
Abre la puerta.
GRACIAN.
Non abras;
Basta, fijos míos caros.
Haber hecho el filicidio.
Sin recrearme en mirarlo:
Fijos, yo he muerto á mis fijas.
DON FERNANDO.
¿Qué es lo que labias?
GRACIAS.
Cuidando
Que ganase nuesa villa
Celio, el moro tirano,
A mi velada maté ;
Junto al crucifijo santo
Que finca en par del altar
Del divinal santuario
Fallarás á mi velada,
E á mis lijas he finado
En somo de la peaña
De los Evangelios santos.
DOS FERNANDO.
¡, Qué padre , si non es tú,
A las fijas que ha engendrado
Dio tan cruelosa muerte?
GARCÍA.
Di, ¿cuál animal hircano
A las lijas que dio el ser
Sangriento ha desgargantado ?
GRACIAN.
Non me aflijáis, coiisoladme.
GARCÍA.
Toda el alma me ha lisiado.
DON FERSASDO.
¿ Cómo ha de darte consuelo
Aquel que le anda buscando?
GRACIAS.
Llegad ende, yalligidmc.
GARCÍA.
Padre injusto.
DOS FERNANDO.
Home tirano.
GRACIAM.
Eso si, dadme Cnanza.
DON FERNANDO.
Mia Leonor, dueño á quien amo.
GARCÍA.
Elvira, á quien mia fe busca.
DON FERNANDO.
Muerta escocha de Ferrando,
Si tiene oídos la muerte.
El lamentoso reclamo.
GARCÍA.
Yan voy á buscarte muerta;
La tu yan pálida mano
lie de po£arcouIa mia.
] DON FERNANDO.
; Yo he de fincar sepoltado
j Par de ti, divinal dueño.
garcía.
[ Abre esa puerta.
! GRACIAN.
I Yan la abro.
I Abre, tj hallan de rodillas á ELVIP..-.
1 LEONOR, con dos señales en la gcr
ganttt.
GARCÍA.
¿Pero qué es esto que miro?
DON FERNANDO.
¿Cómo rodilladas cato
A la Elvira y á Leonor,
Si á las dos Ünanza has dado?
GRACIAS.
¿Ah Leonor? ah Elvira mia?
LEOSOn.
¿El mió padre?
ELVIRA.
¿El mió amparo?
GARCÍA.
¿Ilio dueño?
ELVIRA.
¿El señor García?
DOS FERNANDO.
¿Mía señora?
LEOSOR.
¿El mi Ferrando?
GRACIAS.
¿ Vivas fincáis, las mías fijas?
LEONOR.
¿Non conocéis el milagro?
ELVIRA.
La Virgen del Atochar
Las dos ha resocitado.
GRACIAS.
Voy á ver si á mi velada
Resocitó.
Sale LIMONADA.
LIMONADA.
Ten el paso.
Que ahora saliendo en tu busca
La posaron tus soldados
Somo las cervices suyas,
E de todo el pueblo en brazos
La endilgan hacia la villa,
Que por inilajíro tamaño
Lleva sobre el cuello suyo
El tu acero señalado.
DOS FERNANDO.
Mi mano es esta, Leonor.
GARCÍA.
Elvira, cata mi mano.
GRACIAS.
Sin duda que vosqnijistes
Que á las tres haya finado,
María, para poder
Obrar dempues el milagro ;
E pues quiere vuestro Fijo
Que fapais milagros tantos.
Faced que aijuesla comedia
.Nos dure siquiera un año.
DON FERNANDO.
Que don Francisco de Rojas
A vuesas plantas posado,
lloinildosamente pide
ti vueso perdón é aplauso.
LA ESMERALDA DEL AMOR.
EL REY CARLOS
FRANCIA.
EL DL'QLE, galán.
EL OÜNUE , galán.
PERSONAS.
EL MARQUÉS, barba
LA INFANTA, dama.
RLANCAFLOR, dama.
ISABELA, doma.
FELINA . criada.
UN GRIEGO, viejo.
ALFEO , músico.
FIERRES, gracioso.
nos SOLDADOS.
DOS PRETENDIENTES.
Miisic*.
ACOUPAÑAUIENTO.
JORNADA TRÍMERA.
Tocan cajas y clarines, y salen por uu
lado el REY i/ACoaPAÑAsiiKNTii,)/ por
el o/roEL DLQÜE, ELCÜ.NDE y El.
MARQUÉS, barba.
MARQiÉs. [lienle.
Rey nuestro, rey Trances, Carlos va-
Seüor de los imperios del Orieule,
Cuyo renombre aclama
El bronce déla fama.
Sed mil veces á Francia bien venido ;
Vuestras plantas me dad.
(Arrodiflase.)
REY.
At:rndei-iilo,
Para tan nobles lazos l.\brá¡a¡os.)
Apercibo los brazos.
DCQIE. [tos,
;Qui(.'n de vuestro valor, vuestros alien-
Supiera la verdad !
REY.
Estadme atentos :
Por la mal-gen amena del liliin marcha
El lombardo escuadrón con tanto briu.
Que del Enero no temió la escarcha
M sintió los rigores del eslío ;
Aquél vibra la pica y éste lj lincha.
Provocando a I.;í,,, :.,i ' ^ - .i: .,
Asombras de >-;i : i: i, < íl,,rte,
Rayos de Jove> - ; :■ '¡n ■.
Descubrió nufsl i ■> • j, 1 1 :¡., ^u . cuic
Guardo dispierla ia rusaila ainorri,
Y en los hermosos campos del Oliente
Rayos bebe de luz, que en perlas llora;
Al mismo tiempo el sol saco la fíente,
En vano los laureles enamora,
V volvióse á esconder, que no qucria
Ver el horror de aquel tremendo dia.
Turba el cielo su Taz, no está serena.
La ticrrase estremece, el cielo brama.
Condensase el vapor, la nube truena.
Relámpago es la luz, rayo la llama ;
Las nubes dan horror, los aires pena.
La niebla crece, en sombras scderra-
[ma.
No vuela el ave, encierra ya la fiera,
La lluvia amaga, tempestad se espera.
Las aguas se desatan con rocíos, [tes,
Párase su escuadrón, marchan misgen-
Crecen las lluvias, van cobrando bríos,
Perlas del alba fueron ya sus fuentes;
Pasan á ser arrnv.-;, vn ri -r-r rioí,
Aun las esfer;is m i •nies;
Todo es tlnieblí-. i I "i.
Va es enojo delii- . ■ iiucvo.
Temblaron otra \,:¿ lo, i ¡,,|.ii..i(l.is
Montes al verse en a}.ias .^umurgidoj,
Temieron otra vez verse anegados
Los pájaros celestes en sus nidos ;
Eu las cóncavas grutas encerrados
Los brutos de temor dieron bramidos:
Las nubes el Occéano se beben,
llevienlaii luego y lo bebido llueven.
Su ejército gentil sedesbarala,
Al terrestre naufragio animo el mío.
Con pecho denodado embiste y mata,
Porque los cielos le llovieron brío;
Y por teñir de carmesí su plata.
Rompió las verdes márgenes el rio,
Y á los muertos, que en hombros se
[llevaba,
Vivos sepulcros en sus peces daba.
Inundar mi campaña no podían
Los cristales, quizá de lisonjeros,
Y a(|uellos que sin ánimo temían
El gran valor de mis soldados lloros
Al agua se arrojaban, y bebían
La sangre de sus mismos compañeros,
Y el eco de mi nombre era más fuerte
Que el parasismo de la misma muerte;
Quedamos yo y el agua vencedores.
La tempestad funesta se retira.
De las nubes cesaron los rígnres.
El zalír de los cielos ya se mira ;
Sale el arco de paz de tres colores.
El mundo vuelve en sí, todo respira,
Las nubes pinta el sol con listas de oro
Y un rayo se asomaba á cada poro.
Vuelan las aves, caracoles hacen.
Corren las fieras, retozando braman,
Vensc las plantas, Qoreclllas nacen.
Pájaros cantan y en su voz me aclaman;
Salen rebaños, la campaña pacen.
Todo es aplausos, vencedor me acla-
[man.
Mi mano espera, si esperó mi frente
Laurelesde Asia, imperios de Occiden-
DUQOE. ^
Al cielo ruego que hasta el africano
El castigo se alargue de tu mano.
CONDE.
Siendo tu brazo ;oh ('..irlossin se?nndol
Asombro de los términos del mundo.
REY. [do.
Conde, sepa mi hermana que he llega
CONDE.
Ya voy á hacerlo que me has mandado.
(Ap. líoy un nuevocuidadome desvela;
Al Rey quiere Isabela,
Y aunque él no lia estimado.
Puede volver trocado;
Morirá mi esperanza, [danza.
Pues que vive en la ausencia la mu-
{Vase.)
nUQBE. (Ap.)
El Rey á Blanca quiere,
Y ella le corresponde, mi amor muere:
Mas puede ser que él se ha\a cunven-
[c¡d<.
O que la guerra le causase olvido ;
Aliente mí esperanza, [danza.
Pues que vive en la ausencia la mu-
Sule ISADELA, dama.
ISABELA.
Carlos viene, y el rumor
Del aplauso popular
Dice que debe triunfar
Tan dichoso vencedor;
Ea, malogrado amor,
Aunque nunca os ha querido.
No os acobarde el olvido ,
Siempre le habéis de querer,
Y dejémonos vencer
De quien rejes ha vencido.
Sale BLANCAFLOR.
BLANCÍFLOK.
Mi hermosa competidora.
Como yo, al Parque desciende,
Y recibirle pretende.
Siendo de su luz aurora;
Pero si Carlos me adora
Y si Cíirlus la aborrece ,
Más mi láslinia merece
Que mi envidia. |Ah desdichada !
Tú quedarás desairada
Si ves que me favorece.
REY.
Por el Parque quiero entrar.
Porque pisando claveles,
Encontraré con laureles
Que me puedan coronar;
Isabela \ BlancaDor
A recibirme han bajado ;
A Isabela he desdeñado
Cuando á Blanca tuve amor:
Pero si con pompa y gloria
A mis conliarios vencí ,
Hoy me he de vencer á mi.
Que es más difícil victoria j
Ya no hay pretender ni amar,
Y para que todos vean
Esta mudanza y la crean.
Ni la he de hablar ni mirar.
BLANCAFLOR.
Vuestra majestad. Señor,
Alcance tantas victorias
Que las humanas memorias
Nunca olviden su valor ;
Queden las historias llenas,
Y escríbanse tantas sumas
Que esté la fama sin plumas
Para escribir las ajenas;
Tus sienes coronen líeles
Tan varios climas y zonas
Que para tañías coronas
Fallen al mundo laureles;
Y tu imperio sin segundo.
Con los reinos que le da.
Casi llegue más allá
De los términos del mundo;
Porque sin tener contraríos
Vuestros magnánimos lirios.
Serán los mares y ríos
Del Ródano tributarios.
^i
HET.
Cien osla.
ISABELA.
Tus ojos vean
Tantos triunfos soberanos,
Que los antiguos romanos
Momos y sombras sean ;
Sea Paris una escuela
Donde se aprenda á vencer
De vuestro inmenso poder.
REY.
Está bien diclio , Isabela ;
Vos ¿ cómo estáis? porque el dia,
Cuando la tarde y mañana
Tifie de nieve y de grana,
No causa tanta alegría ;
Gusto de veros.
ISABELA.
Señor,
Favor es ese que espanta.
REY.
¿Está en su cuarto la Infanta?
ISABELA.
Ya espera en el corredor.
REY.
Es mi hermana agradecida.
¿Cómo vos no la avisáis?
Porque quiero que seáis
Lucero de mi venida;
Id deluiue, ya que he entrado
Viéndoos con dicha mayor.
ISABELA.
Gracias te he de dar, amor.
Pues Carlos viene mudado. ( Vase.)
REY.
Esto es saberse vencer.
Va empiezo á vivir en mi ;
Vine , no miré, y venci ;
Rey de mi mismo he de ser.
(Yanse lodos, menos el Duque y Blan-
ca/lor.)
DUQUE.
Dlancaflor, cuyas divinas
Partes el cielo ha copiado.
Pues es su luz un traslado,
Flor que naces entre espinas
l)e desdenes para mi ,
Ya con esperanza cierta.
Como vela recien muerta,
En viendo tu luz viví ;
Ya si que vida poseo.
Va el alma se me ha infundido,
Porque hasta ahora he vivido
En virtud de lo que veo.
BLANCAFLOn. {Ap.]
Rasgó una nube su seno
Por dar asombros á Mayo,
V abortó en giros un rayo
Tras los gemidos de un"trueno ;
bieron las :irdientes llamas
En un árbol acopado,
V cüda vez le han dejado
Sin llores, hojas ni ramas ;
Al pié del tronco se halló
\ ill.Tiio medio dormido,
V dispierloal estallido,
Al susto no dispertó ;
Tal duda y temor concibe
Viendo aquel árbol deshecho.
Que se tienta ojos y pecho
Para ver si duerme ó vive;
Asi yo quedo de suerte,
yue en término tan pequeño,
Ki sé si mi mal es sueño,
M si es la misma muerte;
Bajó un rayo ardiente y crudo
De un desden, con tal pujanza.
Que el árbol de mí esperanza
COMEDIAS ESCOGIDAS DE DON FRA.NCISCO ÜE ROJAS.
flaz, Duque, con osa dama
Dejó abrasado y desnudo ;
Comparación mala fué.
Si soy el árbol herido,
Y no el villano dormido.
Ni vivo ni disperté.
¡ Ay de mi !
DCQDE.
Señora mia.
Mientras divertida estás.
Aliento y vida no das
Al duque de Normandia;
A ti misma te recoge.
Cobra, cobra tus sentidos,
Pjra mi mal divertidos,
Y la cuerda al arco afloje
O tu rigor ó mi amor.
BLANCAFLOR. (.'Ip.)
Efectos son de la ausencia;
¿A Isabela en mi presencia
Un favor y otro favor,
Y á mi seco un «bien está»
Sin hablarme más ni verme?
Era que mi dicha duerme.
¡Ay Dios! ¿si dispertará?
¿A qué propósito vino,
«liien está», con voz airada?
Ni informé ni pedí nada ;
Vo no sé COI! qué convino,
«Bien está», de quien fué amante;
O fué decir obien está»
Enfado tu voz me da,
IVo pases más adelante».
DDUCE.
Iguales pienso que estamos :
Carlos no le escucha á ti.
Tú no me escuchas á mi.
Uno de otro uos vengamos.
Sale FIERRES, gracioso.
FIERRES.
Ab, Señor, que llama el Rey.
BLANCAFLOR.
Quiso, olvidé. quieri\ olvida.
Ley del hombre es lev ungida.
DUQL'E.
¿Y tú, ingrata, tienes ley?
FIERRES.
¿Cómo no quieres oir?
Carlos te llama. Señor,
El quesera emperador,
Y el Magno se ha de decir.
Según pronostican sabios;
Pierres es el que le avisa,
El ministro de lu risa.
BLANCAFLOR.
Gasten, basten los agravios
De mi fortuna.
OL'QÜE.
Las quejas
Son justas, y en vano lloras;
Carlos le deja y le adoras,
Vo te adoro y l'ii me dejas ;
Es deidad amor, y asi
Da con justicia y razón
La pena delTalion;
Carlos me venga de tí.
BLANCAFLOR.
Duque, ya estoy advertida
Que estáis ahi.'y más me agrada
Ser de Carlos despreciada,
Que amada de ti y servida ;
No tienes, no, en qué vengarle.
No recibas, no, consuelos,
Qne si yo muero de celos.
Vuelvo á vivir de olvidarle.
Deja amores importunos.
Adviene que el Rey te llama.
Lo que hacer suelen algunos;
Delante la dama lloran,
Favor llaman al desden,
A ninguno quieren bien
Y en diez parles enamoran;
Que te espera el Rey.
DBQOE.
¿AlDn
Te han enseñado á llorar
Estas fuentes, y no á amar
Las aves de este jardín?
BLANCAFLOR.
Duque, déjame, que estoy
Tan despechada, que siento
De escucharte más tormento.
UÜQDE.
Por no dártele me voy;
Mira si tu bien me agrada.
Que por darte más consuelos
Quisiera morir de celos.
Con quefueses adorada. {Yate.)
FIERRES.
Gran fineza, no lo niego,
Pero grande necedad ;
No entiendo esa voluntad.
Parece nieve y es fuego. (Vase.)
BLANCAFLOR.
Conmigo misma quedé
Aunque á solas he quedado,
Y el sentimiento templado,
De mi misma tomaré
Consejo esta vez ; amor.
Discurrid ahora un poco,
Y sí acaso no estáis loco.
Dadme aquí vuestro favor ;
Isabela es la querida.
Yode Isabela envidiosa.
Yo infeliz, ella dichosa.
Ella amada y yo ofendida ;
Pero consuelo me da, _
Que quien á mi me quería
Me ha olvidado, y otro dia
A Isabela olvidará.
No es buen consuelo, porque es
Lo que á la postre se quiere
La dama que se prefiere;
Y aunque la olvide después,
Al fin la ha estimado más;
Aunque no, el primer amor
Dicen que ha sido mayor ;
Mas no me agradó jamás
Esto, que el amor postrero
El mayor sin duda ha sido
Pues los otros ha vencido ;
Según esto, ¿qué hay? que muero.
Sale UN GRIEGO, viejo, de mago,
huyendo.
GRIEGO.
Ampara, señora mia,
A un hombre que injustamente
La muerte cercana siente.
VOCES. (Dentro.)
¿Un hechicero, un espia.
Se ha de escapar? por aqui
Pienso que ha entrado siu duda.
BLANCAFLOR.
Hombre, mi favor le ayuda;
No temas, llégate allí.
(Escóndese el Griego.)
Salen DOS SOLDADOS.
SOLDADO 1.°
;(lh madama Flor? ¿entró
Un hombre huyendo?
BLANCAFLOn.
Si ha entrado,
Y le amparo.
SOLDADO 1."
Tu sagrailo
Es templo que le valió.
BLAXCAKLOn.
¿En qué delilo lia incurrido?
SOLDADO 2."
Dicen que á hechizar venia
Por el rey de Lonibardia •
A Carlos.
BLANCAFLOn.
Habrán mentido ;
Dejadlo, porque ha de ser
Mi inmunidad su favor.
SOLDADO 2."
Carlos, el emperador,
Nos le ha mandado prender
O matar.
BLAXCAFLOn.
Culpadme á mf.
SOLDADO i."
Diremos que no le hallamos;
La vida le diste ; vamos.
SOLDADO 2.°
La vida goza por ti.
(Vanse ¡os soldados.)
Sa/í EL r.niEGO.
cniECO. (Ap.)
La esmeralda que he lahnido
Para el rey Carlos, frasees.
De ningún provecho es;
Lo que mi liey ha ordenado
Tampoco he de efectuar,
Poco mi pena resisto,
Cue si el Key me hubiera visto
Con él llegara á privar;
Wasya sin remedio estoy,
¿Qué me detengo? ¿qué aguardo?
Pues saben que soy lombardo
Y mágico también soy ;
Mas ya que el cielo me impida
Lleg.-ircon él á [irivar,
La esmeralda la he de dar
A la que me dio la vida.
nLA>CAPLOn.
Vete por alli.
GRIEGO.
Primero
La merced te he de pagar;
Esta piedra le he de dar,
Emulación del lucero;
{Dale un anillo.)
Un griego soy de nación
Tan sabio en la Aslrología,
yue admiro la ciencia mia,
Aunque en aquesta ocasión
No me ha aprovechado; Iray
Esta esmeralda, que en ella.
Por virtud de alguna estrella
Secretos misterios hay ;
Con Carlos pensé tener
Gran privanza, y quiso el hado
Que fuera tan desgraciado
Que nunca me pudo ver ;
Ya me tienen por espía .
Fuerza es morir ó ausentarme.
BLANCAFLOR.
Mucho sabes obligarme.
GRIEGO.
Eso verás algún dia.
{Ap. Vea (arlos, de si ajeno,
Si hubo sortijas de olvido,
LA ESMEHALDA DEL AMOfí
üe amor también las ha habido
Porque amor es su veneno, (l'ase.)
BLANCAFLOR.
En un alfiler de oro
Es la esmeralda cabeza.
;Qué resplandor, qué belleza !
Uejoya pasa á tesoro.
Ksta ¿qué virtud tendrá?
¿Quién habrá que lo pondere?
Tenga, pues, la que tuviere ,
En mi cabeza estará : (Pónesela.)
Nada en guardarla se pierde.
Que aunque no quiero creer
Que virtud puede tener.
Quiero guardarla por verde.
Helia esmeralda, mi amor
Puede tener esperanza.
Pues pronósticos alcanza
Mi dicha en vuestro color. (Vase.)
Salen ISABELA y EL CONDE.
ISABELA.
Digo, Conde, que algún dia
Tus favores escuché ;
Voluntad mi agravio fué,
Descuido quizá seria.
CONDE.
Amo, Isabela, y no espero.
Ni aun dichas mi amor aguarda ;
Supuesto que me acobarda
El amor, con él le quiero.
ISABELA.
Pues ama sin esjierar.
Ama sin darlo á entender.
Porque callar y querer
Es ;iniar por sólo amar;
Tu amor linezas no alcanza.
Si de tus labios salió :
Querer que lo sepa yo
No es amar sin esperanza.
CO>DE.
Esta amorosa fatiga
Mi lengua no la dirá.
Porque si la sabes ya,
¿De qué sirve que la diga?
ISABELA.
Va es injusta tu afición ;
Si Carlos me quiere bien
Y til me quieres también,
¿No es especie de traición?
CO.NDE.
¿Luego tú das á entender.
Que Carlos te galantea,
Ama, festeja y desea,
Y que mi reina has de ser?
ISABELA.
Si ama el Rey, y soy quien soy,
No entiendo'mal si lo entiendo.
CONDE.
Isabela, yo pretendo
Darte deseiigaños hoy;
El líey no te tiene amor,
Y pienso que linge amar
Por dar celos ó pesar
A la hermosa Itlancallor.
ISABELA.
Conde, lente, no prosigas.
Que si me intentas vencer.
Menos tanto he de creer
Cuanto mas de Carlos digas;
Que aunque me estés obligado,
Como de tu amor me ofendo.
Más quiero á Carlos fingiendo
Que á ti, aunque estés adorando;
O él me llene amor ó no ;
Si él ipiiere, le be de pagar.
Si no, me he de contentar
Con quererle sola yo;
Luego si no puedo asi
Adorarle, Conde, infiere.
Que si él por si no me quiere,
Le quiero querer por mf.
CONDE.
¿Hay fuego que al mió iguale?
El note quiere.
ISABELA.
Es error.
CONDE.
El finge.
ISABELA.
Yo tengo amor.
CONDE.
Pues advierte... Mas él sale.
Salen EL DEY t EL DUQUE.
í.lp. Porque entienda Blancaflor
Que olvidé su amor injusto.
Hablo á Isabela con gusto
Y á ninguna tengo amar.)
Oh Isabela, ¿cómo estás?
¿Cómo vives retirada?
¿C.onio no me pides nada?
¿Cómo desdenes me das?
CONDE. (,4p.)
El desengaño La llegado.
Por mi mal oyendo estoy.
ISABELA.
Cuando vuestra esclava soy.
Presumo que es excusado
Pediros nuevo favor.
Pues al querer obligaros.
Solamente el escucharos
Es en mi el mayor honor.
BEV.
Sin vos no acierto á vivir.
ISABELA.
\'o sin vos no tengo vida.
REY.
El al:na tengo perdida.
ISABELA.
¿Qué he de amar?
.Sale BLANCAFLOK.
REY.
¿Qué he de fingir?
{Ap. Blancaflor está en campaña.
No la lengo de mirar.
Con Isabela he de hablar,
Esta es mi mayor hnzaña;
Pero siguiéndome vino,
(;<iii ansias estoy de vella,
O es fuerza de alguna estrella
O violencia del destino ;
Venzamos, ojos, venzamos;
Mas ¿porqué tales extremos?
Miremos, ojos, miremos,
Ann(|iie vencidos seamos. {Mírala.)
i O!) podiTOsa deidad !
Amor, detente, detente;
Un ciego vio de repente
En medio la oscuridad;
Vio una estrella, y alegróse.
Diciendo entre si, el sol es;
) la luna después,
•ola V admiróse;
i cuando el sol salió.
Quedó virndoie p:ismado,
liiiilo le li;i coiileiiiplado
üiiesr„,iMlas./,r,.gó.
sn\. sin liii'l^i :ilguna
;yd.
I fui ;
l-.'ii COMEDIAS
Isabela fiU' la lnii:i ;
El sol salió y me pasme,
Y mirando á Blancanor
Fué lanío su resplandor
Que segunda vez cegué ;
Paró eu tormenta mi calma;
¿Qué hasliecho, mujer, qué has hecho?
jLSbcasme el alma del pecho,
Y entras tú en lugar delaluia?)
Rendido viene á tus pies
Un amor disimulado
Por su mal, pues ha callado
Para dar voces después;
No reconozca segundo
Este amor que le he propuesto.
Que en lo grande y en lo honesto
Es mayor que todo el mundo ;
Sólo en grandeza le igualas:
Si Dios de amor nii amor fuera
Y volara, bien pudiera
Cubrir al sol con sus alas.
Bl.AXCAFLOR. (Ap.)
• Bien está», podré decir ;
Venganza, Blanca, venganza,
Amaré con esperanza.
Si eso también es ungir.
REY.
¿No me hablas? si has inferido
Que no es segura mi fe
Porque aquí á Isabela hublé,
Sabe que lodo es fingido.
Todo, Señora, es molesto.
DLANCAFLOR. (.1/).)
¡Carlos tan presto irocailo!
CONDE. (Ap.)
El cielo ya me ha vengado.
ISABELA. {Ap.)
¡Mudado Carlos tan presto!
BET.
Vasallos, obedeced
Esa llor de aqui adelante.
Este es el medio imporl:inie
Para que os haga merced ;
Amor honesto es el mió.
Pero es amor tan viólenlo
Que la libertad no siento
Ni el uso de mí albedriu;
Mi reino sujeto queda
A tu arbitrio soberano.
Cuanto conquista mi mano,
Y cuanto mi sangre hereda ;
El que de negocios traía
Acuda á Flor, que es luz niia,
Es la estrella que me guia.
La deidad que me arrebata. ( Yase.)
DLANCAFLOn.
Yo con tan allos favores
He de vivir temerosa. [Vase.]
ISABELA.
Y yo sentiré envidiosa
Desengaños y rigores. (Vase.)
CONDE.
Yo esperanzas voy sinliendo.
DUQUE.
Yo, pues vivo oyendo lal ,
Debo de ser inmortal.
CONDE.
Voy alegre.
DUQUE.
Voy muriendo.
{Vanse.)
Salen LA INFANTA t EL MAIiQUf: >
INFANTA.
Sed bienvenido. Marqués,
uobernador de París ,
ESCOGIDAS DE DON FRANCISCO DE ROJA.S.
A ver sin duda venís
Vuestra hija Flor.
«ARQUES.
Después
Que á vos os sirve. Señora,
Cuidado de ella no tengo ;
Con una consulta vengo
A su majestad ahora,
Que están todos los lombardos
Con aparatos de guerra,
Y pues hay encsla tierra
Dos ejércitos gallardos.
Importa no deshacellos,
Y el conservarlos importa.
INFANTA.
Si ve esa nación que corla
La espada del Bey sus cuellos,
¡Cómo intenta novedades?
MARQUÉS.
Dice que las armas toma
Para acometer á Boma,
Corona de otras ciudades.
INFANTA.
Van<'>s máquinas intenta.
;, Pues no teme la grandeza
Del Bey?
Sale EL CONDE.
CONDE.
Escuche tu alteza
Un exquisito accidente:
Divertido y olvidado
Está el Bey, nuestro señor,
Remitiendo á BlancaDor
Como si fuera privado;
Los negocios á ella envia
Que mercedes haga.
INFANTA.
Error
Puede ser de algún amor
Que turba su fantasía;
Benieilíad esto, Marqués,
Sirvan á Carlos cJe espejo
Vuestra prudencia y consejo.
MARQUÉS.
Cuando postrado á sus pies
No le repone mi mego.
Fuerza es que á Blanca pida.
Aun que la quite la vida,
Si conviniere al sosiego
De mi Rey.
Salen EL REY, PIERRES t DOS IIOM-
BUES nm memoriales.
HOMBRE 1.°
Gran señor,
Ilacedme. como piadoso.
Justicia de uu poderoso.
REY.
Hablad al Gobernador.
HOMBRE 2.°
Señor, remediar intento
Con uu arbitrio que doy
Mil daños que pasan hoy.
REY.
Acudid al Parlamento.
{\ause los Iwmbrcs.)
PIERRES.
(Ap. El que no es entremeliilo
Con despejo y osadía.
Que llaman bufonería.
Nunca medrar ha sabido.)
Señor, yo soy un Síddadn,
Del Duque grande enemigo.
Del Duque, ¿porqué?
PIERRFS.
Lo digo.
Porque yo soy su criado ;
Soldado he sido. Señor.
Soldado de pelo.en pecho,
Y merced no me habéis hecho.
Eso toca á Blancaflor.
FIERRES.
¿Blanca qué? eso fué querer
Que lodo el mundo se asombre;
Si yo le serví muy hombre,
¿Me remite á una mujer?
REY.
Si , que no hay otro camino.
PIERRES.
No harás cosa que me cuadro.
¿Qué ha de hacer quien tuvo un padio
Que se llamaba Pipino?
REY.
Eres hombre de placer.
No me desagrada el chisto.
No haré por cierto.
REY.
¿Porqué?
Porque ya lo estoy.
(Cúbrese.)
(.Ap. Con la del martes le doy.
Va que le hablo cubierto.)
A Glancallor acudí,
Y esta sortija me dio
Mala y de vidrio. {Dásela)
REY.
Pues yo
Doy por ella este rubí. {Dale olrn.)
FIERRES.
Cuanlo quisiere me dé,
Todo Pierres lo merece.
(Ap. Indio bárbaro parece,
Con un vidrio le engañé.) {\'csc.)
INFANTA.
Si para darle consejo
Quieren que licencia lome.
El ser tan niña tu hermana
Vuestra majestad perdone.
¿Cómo un rey tan poderoso,
Y tan prudente, aunque joven ,
Incurre en tales descuidos.
Comete tales errores?
Bey de quien dicen las plumas
De astrólogos escritores
Que ha de ser por sus hazañas
Cario Magno su renombre ;
¿En la griega monarqiH;i
Quién ha visto emperadores,
Ni en la romana, de aipiellos
Que confundieron la noche
Con los negocios del dia.
Que inventasen tal desorden.
Como es remitir negocios
A mujer? que aunque corono
Diadema su frente, siendo
Su dulcísima consorte.
Fuera notable defecto ;
Los reyes cuerdos escogen
Entre sus nobles va.sallos.
Para sus validos, liombrcs
De experiencia, y (¡ue estos seaa
Infaligahles, de bronce.
Porque puedan aliviarles
Elmajorpeso del orbe;
Pi ro mujer por valida,
¿Eii qué historia se couoce?
MARQUÉS.
Y más. Señor, que ese amor
Honesto, bueno y conforme
A la política antigua
De los palacios mayores,
Parecerá al vulgo necio
O que es locura ó que es torpe.
Poique es un monstruo que consta
De diversas opiniones.
RET.
Marco Antonio coa Cleopaira
Partió el imperio, ¿qué os pone
En cuidado la acción mia'í
UARQl'ÉS.
Militaban más razones
{¡ae era de Cleopatra el reino ,
K fueron locos amores.
Sale DLANCAFLOR.
REY.
¿Y Aurelio con su Fanslina?
UARQCÉS.
^'o citéis imperfecciones.
Hija, á buen tiempo veniste,
Pide al Rey que se reporte {Al oido.
De su amor, y no te estime
Con vivas demostraciones;
Porque esto es el bien del reino
Y es á tu sangre conforme.
BLASCAfLOn.
Aunque son vuestras mercedes
Honras y heroicos blasones,
La razón de Estado pide
(,iue moderéis los favores.
'lodo no ha de ser amor;
Huen ejemplo nos propone
La historia de Midas : era
Amigo de oro , y los dioses
(Juibieron que en oro vuelva
í.uanlo con sus manos loque;
Quiere comer , y le aflige
V'ue los manjares se tornen
Oro purísimo; y cuando
Al cristal los labios pone.
El ajíuaes oro, y la sed
Con hidrópicas pasiones
Se multiplica; si viste
De las lelas que se escogen
De los tesoros de Oriente ,
O los vellones del Norte ,
Ó la púrpura del Austro,
Todo es oro, que rigores
Fueron en él las riquezas,
Por ser sin número y orden.
Así, Señor, el amor
Es efecto ilustre y noble
Que á los magnánimos pecfaos
Suele apuntar sus arpones.
Mas sin la virtud del medio.
Si todas nuestras acciones
Son amor, si amor han sido
Los pensamientos veloces.
Si son amor las palabras.
Si amor las orejas oyen ,
Si amor cuanto ven los ojos,
Si son continuos amores
Las tres potencias del alma ,
Fuerza es que no quede el hombre
Con uso déla razón,
Y que en otro se trasforme,
Cue esté con hambre la fama,
(jue estén con sed los honores,
Y que nuestras esperanzas
Estén desnudas y pobres.
BEV.
Discreta está la duquesa
De Orliens .^condesa de Almonte.
R.
LA ESMemALDA DEL AMOR.
HARQUéS.
Geso por los dos Estados
Tu invencible mano, esloque
De la fama y de la muerte.
IMFANTA.
Y los destituios logre
Con dicha; eso si. Señor ,
Vuestra majestad la honre
Con mercedes, porque case
Como hicieron sus mayores;
Pero lo demás excuse.
REV.
¿ Cómo callas? ¿ no respondes
A mis heroicos deseos?
jQué te entristece y encoge?
BLANCAFLOR.
Señor , grandes honras son ;
Pero ninguna es conforme
.4 mi voluntad; y asi
Este memorial os pone
{Dale un papel.)
En vuestra mano la mia ,
El cual en breves renglones
Os dirá mi pretensión;
Y si la lengua no rompe
El silencio, la modesiia
Tiene la culpa, perdone. {Vase.)
RET.
{Lee.) sRey, nadie me está queriendo
• Como vos, que es inCnilo';
•Advertid, que ya va escrito
»E1 titulo que pretendo.»
Aun bien no me satisface:
Otra vez iré leyendo.
Rey , nadie me está queriendo :
(Lee.) «Rey, nadie, si. Reina dice.t
Ingenio y gracia ha tenido;
Aun por escrito no osó
Declararse en lo que yo
Casi estaba prevenido.
Marqués, amigo, mañana
Me he de desposar; preven
Lo necesario.
MAROCÉS.
¿Conquián?
RET.
Con Flor.
MARQUÉS.
Vuestra soberana
Voluntad, Señor, es ley;
Mas mirad , que no es razón
Que i tan liviana pasión,
Carlos, se sujete un rey.
INFANTA.
r.ran Señor, la Ingalaterra
Con una Infanta os convida.
RET.
¿ Por qué he de buscar la vida
Teniéndola yo en mi tierra?
Vivo de amor , y así muero
Dejando de amar , de suerte ,
Que si olvidar fuera muerte ,
A mi me quiero , si quiero.
Propio amor se ha de decir
Y casi eterno seré,
Pues al morir amaré,
Y amando es fuerza vivir.
Si con amor vivo y paso
Y este amor es inmortal,
Amando, no dije mal,
One con la vida me caso.
Nadie me replique.
INFAMA.
Amor
Es afecto poderoso. (Vasí.)
UAHQt'ÉS.
Voy confuso, aunque dichoso. {Vase.)
RKV.
Venció , venció Blancaflor.
407
Salen EL DUQUE por un lado, y
BLANCAFLOR se queda al paño al
otro.
DIQUE.
Gracias á Dios que le he hallado
Sólo una vez; yo lo intento :
Amor es atrevimiento.
BLANCAFLOR. (MpañO.)
Quiero ver que ha resultado.
di:qoe.
Señor, el reino mormura
Vuestro amor, y culpa el modo;
No ha de rendirse un rey iodo
A una fácil hermosura.
Quien de Polonia y Hungría
Los reyes supo vencer.
No ha de amar para perder
Toda la gloria en un dia.
Cualquier grande estará honrado
Con sugetos semejantes,
Y no vos; yo si. que antes
A Flor he galanteado.
RET.
¿Y recibisteis favores?
DUQCE.
No, Señor, sino...
Sale BLANCAFLOR.
BANCLAFLOB.
Mentís,
Si al no. Otra cosa añadís.
DljQCE.
Sino desden y rigores.
BLANCAFLOR.
Ahora decis verdad.
DUQOE.
La púrpura de esos labios
No pudo haceros agravios.
BLANCAFLOR.
Si puede; mas perdonad:
En Palacio no entre quien
Tuvo despecho lan grande.
Dl'QllE.
Rey tengo que me lo mande.
REY.
Y vuestra Reina también.
No entréis en Palacio en tanto
Que yo no ordeno otra cosa.
BKQOE. (4p.)
Reina dijo. ¡Ah Flor dichosa!
Tiénele amor, no me espanto.
A ese nombre no hay agravios ,
Esas cinco letras fueron
Cinco sellos, que pusieron
A mis ojos y á mis labios.
Reina dijo; inclinación.
Volved, volved hacia dentro.
No salgáis de vuestro centro.
Morid en el corazón. {Vase.)
BLANCAFLOR.
Yo soy vuestra; el temor pierdo.
{Ap. Ya el Rey de mi se acordó.)
RET.
Todo es falso, porque yo ,
Flor, ni os amo ni me acuerdo;
Amor es afecto cuerdo .
Mi amor de afecto ha pasado,
Y risi lie esencia ha mudado.
Ni inr ,1(111 ido Vi) lie amar;
l'r.iiMii' Miiií':, ihrc acordar
Iiílli:i s.,|., il:ir 111) podía
Ciiroiia mas soberana,
Mia habéis de ser mañana;
Mirad cual es mi alegría.
Pues que puedo llamar mia
32
499
A la misma de quien sov :
Un alma somos desde boy ,
l'nion las dos han de hacer ,
Pues si vos me dais el ser
Ese mismo ser os doy.
DLANCAFLOn.
Señor, para agradecerte
Favores lan opulentos ,
Quisiera agradecimientos
Oue no ac;ibase la muerte;
Para adorarte y quererle
Ser quisiera el mismo Amor
Por merecer tu favor;
Quisiera que mi hermosura
Fuera como mi ventura ,
Que no puede ser mayor.
En competencia importuna,
Fortuna y Naturaleza,
Esta no me dio belleza
Ni me dio gracia ninguna;
Viendo aquesto la Fortuna,
Por lema me dio favor
Con tan pródigo valor
Que á los mortales espanta ,
Y con ser mi dicha tanta
Es iLi amor mucho mayor.
JORNADA SEGUNDA.
Sale BLANXAFLOr..
DLANCAFLOR.
Este es el hermoso dia
Que en mi vida he señalado
Por más feliz y sagrado ;
Hoy es la fortuna mia
Corona de mi alegría;
Hoy sin temor de vaivén
En su rueda lija, ven
Que Reina de Francia soy;
Si han de ser las hodas hoy ,
Cielos, dadme el parabién.
C6rlos ama, aunque ha tenido
El amor disimulado ,
Nj hay volcan que esté nevado,
Ni hay amor que Unja olvido ;
Amor revienta oprimido ,
Es Etna que al sol se atreve
Como en humo acerbo, y leve
Exhala abismo de lumbre.
Ni i la falda ni en su cumbre
fia permisión á la nieve.
Sólo trata de adorarme
Cirios; si reina he de ser
Esta silla he de volver.
Bien puedo en ella sentarme.
(Siéntase.)
l Qué causa puede quitarme
Esta majestad ' ninguna;
Al rosicler de la luna
Mi dicha ha excedido ya.
La esfera del mundo está
A los pies de mi fortuna.
ISABELA. (M paño.)
Hoy á Blancatlor ha hecho
Amor reina soberana ;
Afuera, envidia villana.
Salid, salid de mi pecho.
En la silla del dosel
Se sentó, como es el dia
De sus bodas y alegría.
{Cuántas veces el clavel
Amaneciendo de grana
De nieve se ve i la larde!
¡Cuántas veces el sol arde
Abrasando la mañana
Y el tiempo á la noche llueve!
Entre la copa j el labio
COMEDIAS ESCOGIDAS DE DON FRANCISCO
Suele caber un agravio;
Clavel, grana, sol y nieve ,
Agua, copa y labio, dice.
Que es imprudente quien C«
Déla distancia de un dia
Que ha de anochecer felice.
Mas esta es quimera vana.
Reina sera, yo liel;
Llego, pues, que este clavel
Siempre conserva su grana.
Sale ISABELA.
Cocéis, Señora, el estado
Que esperando estáis, de suerte.
Que ni el tiempo, ni la muerte
Ni la fortuna, ni el hado
Os le puedan contrastar ;
Y jamás lleguéis á ver
Ni la espalda del placer
Ni la cara del pesar.
BLANCAFXOR.
i Oh, Isabela ! si á mi amor
Agradecimiento das,
liien claro está que serás
Mi camarera mayor.
Esa memoria traslada
{Dale un papel.)
De mercedes que he de hacer
Luego que merezca ver
Esta frente coronada;
Y preven lo que conviene
Para mis bodas forzoso.
ISADEtA.
Yo beso el cristal hermoso
De tu mano. {Vase.)
DLANCAFLOR.
A espacio viene
La noche; pasad volando,
.'loras, esa media esfera ,
Prolijas á quien espera,
lireves al que está gozando:
De plumas para el placer;
De plomo para el pesar;
Ya que no queréis volar.
Horas , bien podéis correr.
Los desvelos que han tenido
Mi deseo y mi cuidado.
En grave sueño han parado ;
Dicen bien , ladrón ha sido
De la mitad de la vida
El sueño; durmamos, ojos.
Porque no recele enojos
Ni dispierta oi dormida. {Dti/rmese )
Sale EL DUQUE.
DCQI'E.
De Palacio desterrado.
Tal desasosiego tengo
Que despeñándome vengo
A morir de enamorado,
r.lancaflor se casa, y quiero
Que reciba su desden
Üe mi mano el parabién
De que vivo y de que muero.
¡ Oh beldad rara y extraña !
Quien del sueño grave advierte
One es imagen de la muerte.
Mire aqui cómo se engaña.
Que imagen es de la vida
Al^'unas veces advierta.
Pues no puede estar dispierta
Mas hermosa que dormida.
No permitió ser copiada,
Y quiso naturaleza
Dar sueño á tanta belleza
Porque parezca pintada.
Dar treguas quiso al amor,
Y engañóse á lo que entiendo,
Que también mata durmiendo.
Dispiertoesti su rigor.
A la muerte honra dormida.
Pues nos dice de esta suerte :
¿Veis aqui cómo es la muerto
Más hermosa que la vida?
Algo le quiero quitar.
Un lienzo tiene en la falda ;
Pero una hermosa esmeralda
Da resplandor singular
En su cabeza; yo intento
Darme á entender que es favor
Dado (le su mismo amor
Y no de mi atrevimiento.
(Quilale la torlija.)
Confieso que los favores
Más asisten, más están
En las manos que los dan
Que en ellos mismos, que en flores
No hay calidad que concluya;
Pero al ün me dará gloria
Las veces que la memoria
Me esté diciendo que es suya.
En la rosa del sombrero (Pénetela.)
La traeré perpetuamente;
Voime, pues que no me siente ;
Mas ya la desgracia espero
Del ítey; vióme y me perdí.
Que no hay dicha sin azar.
Que no hay gusto sin pesar.
BEv. {A¡ paüo.)
¿Cómo el Duque ha entrado aqnl?
Por no dispertar los ojos
De mi dueño y vuestro dueño,
A quien es traidor al sueño
No dan voces mis enojos.
Sale EL REY.
¿Duque?
DUQUE.
Señor.
BEY.
¿No he mandado...
DEQUE. (.4p.)
No ba de haber quien le reporte.
REY.
¿Que de mi Palacio y corte
Luego salgáis desterrado?
DOQDE.
SI, Señor; mas yo...
REY.
¿Qué error
Os conduce?
DCQCE.
(Ap. Estoy perdido.)
Que me escuchéis sólo os pido.
REY.
Porque pueda mi rigor
Con más causa castigaros,
Y viendo que os convencéis.
Vos mismo á vos os culpéis.
Decid, que quiero escucharos;
Y hablad quedo, no dispierte
Una Flor que está dormida.
DllUllE.
(Ap. Poco le debe a la vida
Quien no aventura la muerte.)
Señor, yo fui desterrado
Por BlañcaÜor.
REY.
Es verdad.
DDQIE.
También vuestra majestad
Sabe soy el injuriado.
Puesto que vio y escuchó
Entre el dudar y el temer
Que por dar mi parecer
Blancaflor me desmintió.
RET.
Todo, Duque, pasó así.
DUQUE.
El Marqués , padre de Flor,
Con ser parle á vuestro amor,
¿No culpó el casaros?
REY.
Si.
DUQUE.
¿Y JO, conforme á la ley
De mi sangre, no he sahldo
Decir cuanto haya sentido
A mi dueño y á mi Rey?
REY.
Y iun todos era razón.
DUQUE.
¿Pues Cómo yo os desobligo.
Que me dais á mi el castigo
Y á los demás el perdón?
IIKT.
Dccis bien.
DDQUE.
Y si os incita
Mi intento. Señor, ya cesa ,
t)ue el que ser noble profesa.
Amonesta, mas no evita.
Y asi yo, ejemplo de amor ,
I'or tan vuestro me confieso,
yue cuando os digo el exceso
Sabré serviros mejor.
Duque, aqui sólo he sentido...
DUQUE.
(.I/). En vano el temor aliento.)
¿Qué sentís?
REY.
Digo que siento
Que vos me hayáis concluido;
Pues tanto llego á eslimaros.
Que viendo en vos la disculpa ,
Quisiera hallaros la culpa
I'or tener que perdonaros;
Pues que mirando mi error ,
Que veniío á ser he pensado
En esta causa el culpado ,
Pero vos, Duqiie, el actor.—
Hoy á mis brazos llegad.
Que no es premio á lal valor
bi aqui precediera error.
Esa s] que era piedad.
Mas sin él no es galardón;
Ved, pues, lo que me debéis.
Que estoy deseando que erréis
Para daros el perdón.
DUQUE.
Vuestras plantas permitid
A quien por vos colira el ser.
BEY.
Más alto me habéis de ver :
Duque á mis brazos subid.
(Abrázale.)
DUQUE. (Ap.)
Trocóse la suerte mia.
BÍ.AÍÍCAFLOn.
Mucho be dormido . que así
Pretendo engañar el dia. {Dispicrla )
¿El duque de iNormandia
Kstá con Carlos aqui?
¿Qué es esto? pero testigo
Le mi venluní será ,
Y de celos moiirá
Que será el mayor castigo, {¡.lega.)
licy y Señor , los instantes
Son siglos á quien espera ;
El sol en su misma esfera
Es inmoble á los amantes
Que las tinieblas desean:
LA ESMERALDA DEL AMOR.
Dadme el favor soberano
De vuestra invencible mano ,
Y los rayos del sol \ ean ,
Ya que s"e ponen, y ya
Que la noche va llegando ,
Que soy quien está adorando
A vuestra real majestad.
REY.
Duque, mirad: gobernemos
El reino á medias, si han hecho
Union y vínculo estrecho
Las dos almas que tenemos;
Ni aun imperio habrá partido ;
No han visto en acción ninguna
La amistad de la fortuna
Tan poderoso valido.
BLANCAFLOR.
(Ap. ¡Trocado otra vez! ¿que es esto?
¿Más qué dudo, si está aqui .
Un traidor que aborrecí
Y mis dichas descompuesto?
Quiero, quiero replicar:)
Dad, mi Rey, ejecución
A mi justa pretensión.
REY.
Por ahora no ha lugar;
Duque, yo quiero que mandes
Mis ejércitos por mi.
DUQUE.
Sólo á Alejandro y i tí
Os den renombre de Grandes.
DLANCAFLOR.
Vuestra m3jest.id atienda.
Vuestra majestad escuche,
Poripie es digna Blancaflor
De más favores que el Duque.
Vuestra majeslad bien sabe
Que tengo padres ilustres
Y que abuelos generosos
De su misma sangre tuve.
Mi padre ha sido su ayo.
En su presencia se ciibrc:
Pues como Par, en su corte
Honras no goza comunes.
De méritos porsonales
No blasono, si bien suplen
La hermosura que me falla
El amor y las virtudes.
¿Amor dije? amor ha sido,
Pero honesto, bueno y útil
(Aj). Ambición fué más que amor,
Y esto no habrá quien lo dude);
No hay rayos del sol hermoso
Que á la mañana dibujen
Con líneas de oro y de nácar
Los exiremos de las nubes
Más puros ; ni habrá diamanles-
A (|uien labran , á ([uien pulen
liuril y ijaugre, que limpios
Con velos de estrellas lucen
Más Cándidos: ni la nieve
Que en guirnaldas de las cumbres,
Cuyos ampos, cuyos rizos
La humana vista confunden,
Es más intacta; de modo.
Que aunque la razón estudie
Amor perfecto, bien puede
Aprender de mis costumbres.
Siendo asi, ¿quién ocasiona
Que tan grande Rey se mude.
Que tan grande Rey me engañe,
Que tan grande Rey me burle?
\iven los cielos divinos.
Que son campañas azules
Por cuyos trópicos bellos
El sol hermoso discurre,
Que este magnánimo pecho
Que ahora este agravio sufre.
Ha de reventar en quejas
Mientras el alma le dure.
No dije venganzas, no.
Que mi pecTio no produce
Sino lágrimas y penas,
De soberbio no presume.
Quejas daré al cielo, al mundo,
O para que más me injurie
Vuestro rigor, ó conozca
Mi amorosa mansedumbre.
Mire vuestra m.ijestad.
Que (y en esto no me culpe)
De tan súbita mudanza
Facilidades se inducen.
Aun la tior que nace hermosa.
Porque el alba la salude
Vive con su pompa un dia,
A ceniza se reduce
(^on la noche; pero vos
Sólo en un hora (¡que pude
Pronunciarlo!), en sólo un hora
Amáis y olvidáis ( ¡ab luces
Del lirniamenlo, piedad ! )
Mirad, Señor, que se arguye
Que fué nuestro amor de niño,
0 que olvidar es vislumbre
De algún letargo ó locura
Que la juventud caduque.
1 Que el Abril de vuestra edad
Asomos tenga de Octubre!
No US razón, Carlos famoso.
Que un rey es monte que subo
A ser columna del cielo.
No flor que pierde su lustre
En el espacio de un dia;
Firmeza, firmeza use
De su valor inmudable ,
No le inquieten ni perturben
Envidias del Duque ingrato
Ni excusas fáciles busque.
¿Qué tirano, qué cruel
Pagó amor con pesadumbres?
Si piensa que una victoria
Le basta, no se descuide
Hasta que con gloria y fama
De sus acciones triunfe ;
Si imagina que servicios
Fallan á mi casa, escuche:
Cuando el reino penetraron
Los jinetes andaluces.
Cuando pechos africanos
En quien los pechos influyen
Barbaridad y usadla
Para que imperios usurpen,
Pasaron los Pirineos
En inmensa muchedumbre
Como escuadrón de langostas
Que las campañas destruyen ;
Vuestro padre se empeñó,
Y tantos moros acuden ,
Que su celada parece
Aquella bárbara yunque
De las fraguas de Vulcano;
Centellas vivas escupe.
Relámpagos son del viento
Si rayos no son de lumbre.
N(i liay li-allail (¡iic esté dormida ,
?\(, ; :i' ; ¡•■ti \A illd (|ue cuide
l^•. ; , : ■ .ll^inlule.
\ iiiii' u:; 1 ■:; ■■. v m' arroja,
Por(|iio (■-■■iiiiuu le infunde
Vuestra sangre, y de los dos
Aquellos bárbaros huyen.
I Muerto su caballo, el Rey
I En el de mi padre sube ,
I Que en lo veloz y manchado
De tigre y onza presume
Más que de caballo; al fin.
De esto hay escríio un volumen;
Paso adelante, y refiero
Acción que más os concluye.
liLiyo á los rayos del sol
Daba olores y perfumes
soo
COMEDIAS ESCOGIDAS DE DON FRANCISCO
Do claveles y azucenas ,
De acanlos y almoradujes;
Cuando vosde tierna edad
Ir quisisteis 6 la cumbre
Del Pirene á montería
(Heyes en esto se ocupen
Oue es imágea de la guerra ,
bien hacen ); pero descubren
Un jabalí los monteros ,
Y debajo un acebuche
Os dejaron, cuando un bruto
Robador del néctar dulce
Oue han hilado las abejas.
Con quien no hay brazos que luchen
Vencedores, vino á vos ,
Y mi padre os restituye
Del sobresalto al placer.
Pues tantas veces sacude
En el oso el lino acero,
Que mueve, gime, y aun crugí»
Los enebros que muriendo
Despedaza; yo lo supe
De vos mismo el primer día
Que á adoraros me dispuse.
Ea, Señor, no creáis
Las mentiras, los embustes
De ese cristal fementido;
No permitas que os acusen
Las naciones de inconstante.
Cuando en todas se divulguen
Estas fáciles mudanzas.
¿Hay ave que el viento cruce.
Hay caña que al aire tiemble ,
Hay arroyo que al mar busque.
Hay nor que al céfiro mueva.
Hay bajel que al agua surque ,
Que en inconstancia os imite?
^Quién su palabra no cumple
hi es de sangre generosa?
Haced, haced que se enjuguen
Estas lágrimas, que sacan
Desdenes é ingratitudes
Tan destiladas del pecho.
Que por vos llamarlas pude
Esencia <|uinta de un alma
Que el fuego de amor consume.
Ñu seáis en la mudanza
Bajel, ave, caña y nube ;
Pues que yo siendo mujer ,
Tanta firmeza propuse.
Que si los riscos se mueven,
Si las montañas se hunden.
Si vuelven atrás los rios.
Aunque los cielos se oculten.
Aunque las estrellas caigan.
Aunque al sol los rayos hurlen.
No hayáis recelo, Señor,
Que mi inmenso amor se mude.
REV.
En vano me persuades.
¿Qué te causa admiración ,
Si campos desiertos son
Muchos que fueron ciudades?
El sol tal vez se ha parado.
Declinaron señoríos,
Atrás volvieron los rios
Y los montes se han mudado.
Si todo mudanza alcanza.
No le admire, no te asombre,
Si la \olunlad del hombre
Padece también mudanza;
Y más, que prudentes son
Los <|uc mudan parecer;
La conslancía suele ser
Una necia obstinación.
Confieso que te adoré;
Pero ya en mi voluntad
Sólo cabe la amistad
Que con el Duque tendré.
Sólo tratamos de guerras
Yo y el Duque, á quien eslimo
Como mi amigo y mi primo;
Dilatar quiero mis tierras:
Entonces me casaré.
Cuando no tenga enemigos.
liLAXCAFLOB.
Carlos , ¿y será conmigo?
KEV.
Eso, Blancallor.no sé.
{Vanse.)
BLANCAFLOR.
¡Cielos, de tienta mudanza
Es causa el Duque traidor.
Él me ofendió en el honor.
Venganza, cielos, venganza!
Mas sí Carlos con decoro
Aun no se atrevió á mi mano
Siendo amante soberano
A quien estimo y adoro,
¿Cómo ha podido dudar
De mi Wlud generosa?
No hay que hacer aquí otra cosa
Sino morir y callar.
Sale ISABELA.
ISABELA.
Todo está ya prevenido
Como tu alteza ha ordenado.
BLANCAFLOn. (Áp.)
Este dolor me ha faltado;
¿Si Isabela lo ba sabido
Y burla de mi? si sabe ,
(Bien lo dice mi tristeza)
Que lotidesdíchano empieza
Por poco mal.
ISABELA.
(Ap. Triste ó grave
Aun no ha vuelto á mi los ojos.
¿Si hay alguna novedad?
Suspensión y gravedad,
Mas me parecen enojos.)
¿lias escuchado. Señora?
BLANCAFIOR.
Cielos, piedad! Si, Isabel.
ISAIIELA.
Marchitóse ya el clavel,
¿No llegó asegunda Aurora?
I1LA^CAFL0R.
Isabela, si tú fueres
La dichosa, por quien hoy
Risa de los hombres soy.
Considera en mí quien eres ,
Quien serás, quien soy, quien fui,
Que las suertes se trocaron.
Que si por mi te olvidaron
También me olvidan por ti.
Nu vivas desconfiada
Pues muero de presumida:
Quien presto amó, presto olvida;
No haj ambición bien lograda.
Nn hay bien que hasta el fin espere,
El mal, tarde se concluye ,
El bien que tenemos, huye.
El bíeu que esperamos, muere.
Toma en mi mal escarmiento :
¿ No viste alguno, que en vano
Quiere coger con su mano
La luz, la sombra ó el viento?
Asi tú, no escarmentada,
Si crédito al Itcy ledas,
En su palabra hallarás
Rayos , sombras, viento y nada.
{Vase.)
ISABELA.
¿Sutilezas? ¿quién alcanza
Los altos discursos que hace?
Voy á informarme; hoy renace
Como Fénix mi esperanza.
Dos balanzas nos hacia
ROJAS.
La competencia, v cuidado;
Sí es que la suya lia bajado ,
Fortuna, suba ía mía. ( Vate.)
Salen EL REY, EL DUQUE, EL MAR-
QUÉS v PIEIiRES.
(Eso es muy de cardenales:
Sin mirarleestoy turbado);
Reverendísimo Padre
(Mas no sé lo que me digo.
Que el rey de Francia no es fraile);
Serenísimo (mas esto
Toca sólo á los infantes);
Gran Señor (esto es el Turco).
REY.
¿Qué es lo que quieres?
FIERRES.
Que basten
Los enojos con el Duque;
Vuestra majestad le ampare;
El Duque es un buen pobrete,
No hayan miedo que el errase
De malicia; yo confieso
Que es un poco miserable ,
Pero leal como un can;
Él no me mandó que os hable;
Pero yo me meto en esto
Viendo lo poco que él sabe.
DOQl'E.
Calla , loco, que pretendes
Con aqufslos disparates
Introducirte en palacio- (Pójale.)
Por ministro del donaire.
FIERRES.
iAydeml!
REY.
Dejadle, Duque,
Que me da gusto; dejadle.
Ya le conozco muy bien;
A los criados leales
Es bien dar mercedes y honras;
Alguna cosa he de darte.
Dl'QDE.
Este es un loco.
PIERBES.
¡ Que tengsa
Los avarientos pesares
En dar y en que den los otros !
Déjale ser Alejandre,
Pues eres rico avariento
Con su mesa y con sus canes,
Y yo un Lázaro.
BEY.
Recibe
Este anillo, que un diamanto
No vale más , pues me cuesta
Un rubí teñido en sangre ;
Y á poder hallar á quien
Me le dio, que le ahorcasen
Mandaría por su engaño.
FIERRES. {Ap.)
i Ay infelice gaznate
Si me conoce! Por esto
Se dijo hacer rifirafe;
Mi sortijilla es, de vidrio;
Por Dios, que he echado buen lance.
Pero yo le quitaré
Una q"ue trae de diamantes.
Aunque aventure por ella
Dar cabriolas en el aire. (Vost.)
MARQUÉS. (.4/).)
Puesto que he sabido ya
Que es la fortuna mudable
En mi más que en ella misma ,
Es fuerza (jue sufra y calle
Esta ofensa de mi hija ,
Este agravio de mi sangre;
Pues quiza dará la vuelta
Su rueda sienipre incor.stante. ( Va
REY.
Ya , Duque , solos esumos.
DUQUE.
SI , Señor.
De la noche me convida
{Siéntanse.)
A saber vuestros iotentos.
Hablad y do guardéis cada
De temor en vuestro pecho;
Que hay miedo de tal linaje,
Que por recatado ó necio
Hace perder él por si
Lo que ha granjeado su dueoo.
No séíjué leneis conmigo.
Ni sé qué impulso del cielo
O qué astro luminoso
Me esta obligando á quereros.
Antes de ahora os quena
Como á vasallo y i deudo;
Pero ahora es tal la fuerza
Con que os estimo y os quiero,
(jue a veces volviendo en mi
A olvidaros me resuelvo,
A dejaros me apercibo,
A ofenderos me aconsejo.
Y ton llevar por delante
Mi enojo por instrumento.
Mis crueldades por razones ,
Por impulsos mis deseos.
Llegando á arrojarme ya
Y llegando ya resuello
A castigaros mi ira,
Mi enojo y mi sentimiento,
En mirándoos se reduce ,
Se reprime cuando os veo.
Se declina cuando os hablo.
Se templa cuando os advierto.
Y asi, amigo, y asi. Duque,
Supuesto que yo os conheso
Que be de hacer lo que pidáis ,
Kueraií cobarde ó muy necio
Si cuando están advertidas
Las causas de mis afectos
Os suspendéis tan remiso
Y os refrenáis tan suspenso.
Pues para mayor constancia
Desta fuerza , este deseo,
Este hechizo, aqueste encanto,
Esta llama, aqueste incendio
Con que arrojado os estimo
Y con que advertido os quiero,
Antes de saberlo. Duque ,
Sin pedirlo oslo prometo.
DUQUE.
Pues, Señor, es tal la causa
De este volcan en que peno.
De este fuego en que reprimo,
yue cuando con vos merezco
Honras, mercedes, favores,
En declarándoos mi pecho.
Las convertiréis en iras.
En venganzas y desprecios.
Pero pues no cumpliré
Con la ley de amor (|ue os debo
Si no os digo mi cuidado.
Hoy de tan noble me precio
Que me adelanto al castigo
Cuando llego á obedeceros.
Y asi , pues que me mandáis
Que os allane mis tormentos,
Y fuera traición guardarlos,
Deciros mi pena quiero
LA ESMERALDA DEL AMOR.
Aunque castiguéis la ofensa,
l'eniendo asi tres contentos ;
Obedeceros el uno.
Otro decir mis incendios.
Siendo leal, que es lo más,
Y vasallo verdadero;
Pues fuera traidor callando
Y leal obedeciendo.
RET.
Pues proseguid.
Sale BLANCAFLOR.
BLAKCAFLOB.
Por la margen
De este músico arroyuelo,
Que con solfas de cristal
Tornaba acordes acentos ,
Bien guiada de las voces
Del Rey y del Duque vengo;
Entre estas ramas mo encubro.
La nocbe ampare mis celos.
(Retirase.)
DUQHB.
Tened; yo adoro...
REV.
¿A la Infanta?
DUQUE.
Wo es tan alto mi deseo ;
Pero el temor que he tenido
Es , que iguala con el vuestro ;
Y asi, JO...
REY.
Ya OS he entendido,
Duque, perded los recelos;
Ya se que á Blanca queréis;
Y si acaso de respeto
Guardasteis aquesa llama.
No es traición, que amor perfecto
Obliga á querer por fuerza ;
Y siendo asi , no me ofendo
Que (luerais lo que yo quise ;
Y más , que si yo aborrezco
A Ulanca , más de mi parte
Se alienta vuestro deseo ;
Pues con ella he de casaros ,
Si su padre...
BLA>CAFLOn.
¡Esto consiento!
REY.
Lo permite ; y porque ahora
Conozcáis que ese respeto
Ha sido lealtad en vos ,
La causa deciros quiero.
Demos caso que tengáis
Un amigo grande, y demos
Que una dama os corresponda ,
Y que vos seáis el dueño
De su hermosura : pregunto,
/,Si este amigo tan del pecho
Adorara vuestradama,
Os ofendiérades de ello?
DUQUE.
Si , Señor, que era traición.
REY.
No, Duque , no estáis en ello ;
Amor siempre se origina
De una fuerza, es un veneno
Que se toma por los ojos;
Y como el entendimiento
No basta para temphile.
Aunque vuestro amigo mesmo
Quiera lo mismo que vos.
No será ofensa , supuesto
Que él no pudo más consigo.
Si él ingrato, al mismo tiempo
Que os corresponde la dama ,
Con ternezas, con requiebros
La obligara ó persuadiera ,
901
Aquí si con causa debo
Condenar esa amistad ;
Pero si él remiso ó cuerdo.
Calla, sufre, pena y siente,
Reprime los sentimientos
Por no faltar á su amigo ,
Esie si que es verdadero
Kjemplo de confianza ;
l'ues por no fallar á serlo.
Antes que vivir gozando
Quiere más penar muriendo.
Acomodemos ahora
Aqueste aparente ejemplo
A la amistad de los dos;
Vos amáis , con el extremo
Que me aseguráis , á Blanca ;
Y aunque yo la quise un lieiupo.
Reprimisteis el amor,
Ocullasieis el incendio.
Mirad , Dui|ue; mirad , pues.
Si he debido agradeceros
Que hayáis guardado esa llama.
Siempre amigo, siempre cuerdo.
Pues siendo fuerza de amor
V que no pudisteis menos ,
Aun no intentasteis decirlo
Hasta ver que la aborrezco.
BLANCAFLOR.
¡ Hslo mi enojo consiente!
Viven los hermosos cielos
Que ha de ver...
DUQUE.
Pues escuchadme.
Sale BLANCAFLOR.
BLANCAFLOR.
I Duque, Duque , deteneos ,
l^ine por vos y por mi honor.
Responder á Carlos quiero!
REY.
¿Quiénes?
BLANCAFLOR.
Blancallor.
REY.
¿Puesc6mo
Con la noche en este puesto?
BLANCAFLOR.
Eso, Señor, no es el caso;
Vamos á nuestro argunienlo:
Yo he de probar que es el Duque
Un traidor, y también pienso
Decir que sois un ingrato ;
Yo firme , y ha de ser esto
Sacado de las razones
Que vos mismo habéis propuesto.
Decidme, ¿el Rey no es señor
En quien sustituye el cielo
O por mérito ó por dicha
La una parte de su imperio?
REY.
Es así.
BLANCAFLOR.
¿Mas hay alguno
Que havasido tan soberbio
Queá la dama de su rey
Rayo á rayo se haya opuesto
Sin ser traidor?
REY.
Es verdad;
Pero eso se entiende siendo
Atrevido con la dama.
BLANCAFLOR.
Con eso me basta ; luego
Si yo probase que el Duque,
Atrevido, descompuesto.
Me solicitó su dama
Cuando os juzgaba mi ducSo,
¿Es culpado?
BLANCAFLOr..
Átenlo
Me responded , acordándoos
De lo que vais concediendo,
Forque después no volvamos
Al argumento de nuevo.
El , estando ausente vos ,
Con papeles , con extremos
yue os enseñaré algún dia
Si queréis satisfaceros.
Cercó en el sitio de honor
Las murallas de mi pecho ;
Pero no se dio i partido
Mirando á vos sol perfecto,
Oue el socorro de sus rayos
No estaba del sitió lejos'.
Llegasteis y socorristeis,
Y con ardientes extremos
Me nombrasteis vuestra esposa
¿Coufesaislo?
BEY.
Si conOcso.
BLANCAFLOR.
Pues también, osado el Duque,
Culpando mi honor honesto,
Culpó que hiciese con vos
Tan debido casamiento,
Y me persuadió vasallo
Siendo Reina en vuestro pedio.
DUQDE. (Túrbase.)
Señor... yo...
DLAXCAFLOn.
Eslo es verdad ,
Y para testigo de eslo.
Vuestra turbación os basto,
Que yo para convenceros
Voy alargándome á más.
Que esto. Duque, es lo de menos.
Fierres, un vuestro criado,
Y leal con serlo vuestro.
Me ha contado aquesta noche
(Jue escondéis en vuestro pecho
Una esmeralda , y es mia ;
Pues sé . que estando durmiendo
De mi frente la quitasteis;
Y quien tal atrevimiento
Contra su Ücina comete.
O á la que pensaba serlo,
Al mismo Rey, si pudiera .
Quitara corona y cetro.
Pienso que está bien probado
Que sois traidor, y supuesto
Que bastan los silogismos.
Aqueste punto dejemos;
Pues para tan fácil prueba
Me hubiera sobrado menos.
En cuanto á ser vos ingrato,
lis principio tan perfecto
Que negarle en vos , seria
Infalible desacierto.
y, en fin , decidme . Señor,
¿Posible es, que un Rey tan cuerdo
Tan valiente, tan osado.
Se niegue en laníos afectos,
Y que intente (¡qué de injurias!
i Aun yo mismo me avergüenzo !)
Dar la misnna que eligió
Por Ídolo de su empleo
A un vasallo, á un traidor?
Vive el cielo, vive el cielo.
Que sobre la inadvertencia
Sube tan grande el desprecio.
Que cuando por vos no fuera ,
Yo por mi tanto me lemo.
Que fuera poco castigo
La inútil vida que aliento
A la recompensa infame
COMEDIAS ESCOGIDAS DE DON FRANCISCO
De tan graves desaciertos.
Pues aunque no fuera ofensa
De mi honor, vos por vos mesmo
Debíais mirar la fama
De tanto decoro vuestro.
¿Vos me ofrecéis por esposa...
No se extiende vuestro iftipeiio,
A reinar sobre las almas ,
Que ellas reinan en los cuerpos.
Ea, Señor, reducid
Sabio vuestros pensamientos;
No la pasión os suspenda ;
No pueda en tos un afecto
Lo que una razón no basta ;
Sí os concluyo, si os convenzo.
Moderad esas pasiones.
Que por les doce portentos
Que de la primera causa
Son celestiales espejos.
Que ni mi padre ni vos.
Ni el mundo, ni el sol . ni el tiempo
Me han de reducir su esposa ;
Pues firme mi pensamiento
Se ha de introducir escollo
A los embates del Euro.
Y cuando vos intentéis
Lo contrario, con su acero
Yo misma al Duque traidor
De su venenoso pecho
He de traducirla sangre
Intrépidamente al suelo.
(Vcse.)
nET.
Oye, BlancaOor, escucha;
DCQBE. (Áp.)
Alguna desdicha temo.
DE ROJAS.
UOQDE.
Pues con esto
Viviré contento y firme,
RET.
Vuestro ha de ser este imperio.
DUQUE.
Y yo vuestro esclavo siempre.
RET.
Y yo he de ser siempre vuestro
Viviendo vos en mi amor,
Y obre lo demás el cielo.
JORNADA TERCERA.
Salen ISABELA t EL DUQUE,
ISABELA.
Puesto que solos estamos ,
V entre estos cuadros del Parque,
Bello tálamo del sol,
Dulce lisonja del aire.
Ninguno escucharnos puede;
Comunica tus pesares.
Puesto que á contarme vienes.
DUQUE.
Este mal que me combate ,
Aunque es mío, es mal tan tnyo
¿Duqnc?
HEV.
DUQUE.
¿Señor?
REY.
¿ Es verdad
Que la amasteis?
DUQUE.
No lo niego.
RET.
¿La quitasteis la esmeralda?
DUQUE.
No, Señor.
REY.
¿Es cierto?
DUQUE,
Es cierto.
REY.
¿Luego Blanca me ha mentido?
DUQUE.
Es pasión.
REY,
La iia...
DDQOB.
Es celos.
REY.
¿Qué he podido hacer por vos?
DUQUE.
Cuanto podéis habéis hecho.
REY.
Ella I
quiere.
DUQUE.
Es verdad.
REY.
¿Pues qué remedio?
DUQUE.
El remedio
Es no perder vuestra gracia.
REY.
Segura está.
Que en él tienes las más partes*
Y como eres dueño de él.
He venido á aconsejarme
Contigo, y así te pido...
ISABELA,
Detente, Duque, no pases
Adelante con discursos
Tan prolijos y neutrales;
Al caso podemos ir.
Pues puede ser que te tardes
Tanto en decirme las penas ,
Que yo sintiéndolas antes
Como mayores las juzgue ,
Las acredite más grandes ,
V sea más lo sentido
Que el principal de los males.
DUQUE,
Dices bien, óyeme atenta.
ISABELA,
Prosigue, Duque,
DUQUE,
Va sabes
QueáBIancaDor...
ISABELA.
Ya le entiendo:
Quieres decir que la amaste.
Que te ha aborrecido Blanca,
Que tú la adoras constante.
Que el rey de Francia la quiso.
Con ella quiso casarse,
V que tú lo has impedido ;
Prosigue, Duque, adelante,
Porque repetir lo visto
Es cansarme y es cansarle.
DUQUE.
Digo, pues, que Blanca estaba
Durmiendo (; ay Dios !) una tardo
En esta pieza...
ISABELA.
Y tú cnlónccs
Sé que atrevido llegasle
A SU cabeza , y también
De su tejido azabache
Le quitaste una esmeralda ,
Y sé que es esa que traes.
DCQDE,
¿Cómo lo sabes?
ISABEUA.
Porque
Tú mismo me lo coiuasie.
DIQUE.
Ya me acucnlo, dices bien ;
Pero supuesto que sabes
Este suceso...
ISABELA.
Es asi.
DDQVE.
Lo demás quiero coiUarte.
Como con el Key de Francia
lis mi privanza tan grande ,
Quede los mérilos pasa ,
Pude slrevido arrojarme
A pedir á Blanca hermosa,
Al tiempo que por el parque
En el confuso silencio
De la noche , Blanca sale ,
Y al Key mis cuidados cuenta ,
Destila perlas á mares ,
Niégase a su gravedad,
Y de mis temeridades
Justas, por ser amorosas.
Le informa alli ; y como sabe
De Pierres , que le quilé
La esmeralda , le dio parte
De mis deslealtades todas
Jumas , aunque desleales.
Vase airada y ofendida ;
Pero Carlos arrogante.
Con razón, con impaciencia,
Defecluoso el semblante.
El aliento atropellado.
Me fuerza á que le declare
Si la quité la esmeralda;
Cjue el que ser amante sabe ,
Aun después de las memorias
No deja de ser amante.
Dijeque no; aseguróse;
Quedé en su gracia constante;
Viuete á buscar ahora.
ISABELA.
Halláslcme en este parque;
Y asi, quisiera saber,
L- Qué tiene que ver que amante
c quitases la esmeralda ,
Que ella á Carlos le contase.
Que él se enojase contigo,
Que tú le desengañases.
Con que á mi también me toque
La mitad de tus pesares?
Dl'QLE.
;. Parécete á ti que no?
Pues todos han de locarte.
Mira, yo le persuadí
A Carlos que no secase
Con Blanca , pues siempre intento
Ya animarley ya obligarle
Que contigo se despose.
Sacando de intentos tales
Tú reinar y yo privar;
Si él sabe ahora , si él sabo
Que el tener á Blanca amor
Y que el querer desposarse
Con ella, yo le ofendí
Con desengaños tan grandes ,
Se ha de acabar mi privanza.
Tú confusa has de quedarte,
Y malogrado tu amor.
Supuesto que ha de casarse
Con Blanca , que los enojos
De los que fueron amantes.
Cuando el desengaño llega
Presto sea, ó sea tarde.
Hace que se quieran más
De lo que quisieron ánies.
ISABEL».
¿Pues qué dispones?
LA ESMERALDA DEL AUOn.
DUQUE.
Dispongo,
Por medio más importante
Que lomes esta esmeralda. (Dásela.)
ISABELA.
¿ \ qué efecto ?
DUQUE.
No me atajes ,
Que yo te diré el efecto;
Advierte : tú has de llegarte,
Y decir á Blancallor
Que tú propia le quitaste
Del tocado la esmeralda ;
Y también, que porque sabes
Que á mi me ha echado la culpa ,
(.Hiieres volver á entregarle
Esta esmeralda; ella entonces.
Llegando á desengañarse.
No se ha de quejar al Rey;
.No quejándose , es muy fácil
Asegurar mi privanza;
Privando con él , te vales
De mi ruego en sus intentos;
Bogando yo, he de alcanzarte
Su mano, siendo su esposa;
Blanca ha de determinarse
A desposarse conmigo.
Viéndome siempre constante
Y al Rey inconstante siempre;
Oe modo, que con que allanes
Esta esmeralda con Blanca ,
Se ofrece de nuestra parte
La fortuna; mas si ahora
Me niegas cosa tan fácil,
liase de ipiejar al Rey,
Mi intento ha de averiguarse,
He de perder la privan/a ,
Con ella ha de desposarse,
Vienes á (juedar corrida
Y corrido he de quedarme.
ISABELA.
Pues porque adviertas que quiero
Hacerlo que me ordenares,
Blanca viene, vete , pues ,
Que yo prometo allanarte
Con raí industria ese cuidado.
DUQUE.
Pues si como dices sale ,
Mira , Isabela , que importa.
ISABELA.
Ya sé lo que es importante ;
Cumple tu con lo que debes.
DUQUE.
Soy noble y sabré agradarle. (Vase.)
Sale BLANCAFLOR.
DLANCAFLOR.
Sin discurso, sin alma , sin reposo.
Por lo espeso y frondoso
De este parque fragante, cuyo espacio
Las márgenes circunda de Palacio,
Triste me arrojo á divertir el dia ;
Toda soy de un cuidado, nada mía.
ISABELA.
Si á dar vida á las flores
Con Cándidos amores [ra
Sales al parque, encuyo espaciocncier-
Sangrías de cristal que abre la tierra,
No le cierres los ojos;
Ni el Harto te suspenda los despojos
De ese cielo divino;
Sólo al suelo, por ser tan peregrino,
Oficio es de la aurora
Verter perlas divinas que atesora ;
Pero no llorar lan:o,
Pues no esen ella tan conlínuoelll.nnlo,
Que aunque con perlaslanta flor enfria,
Al paso que ha llorado no se ri.i
¿Qué tienes r
S05
BLANCAFLOR.
Este mal, este cuidado.
Que por centro en mi pechosehaenccr-
[radu,
Con tu consejo mal curar se puede.
l'ues de tu causa pienso que procede.
BLANCAFLOn.
Mira , las dos que apenas aspiramos
A i:n3 pena , á un cuidado, á un pensa-
Y si yo te lo cuento, [miento.
Aunque mi pecho alientas.
Más forzoso ha de ser que lú lo sientas:
Perdona, pues, aunque mi mal pregun-
[tas,
Quesihemosdesentirleentrambasjun-
[tas.
No diciéndole , alcanzo por victoria
Que tenga yo el tormento y tú la gloria.
ISABELA.
i Es porque el Duque priva?
BLAMCAFLOR.
Al Duque olvida.
No le nombres, ó haré que con mi vida
Se olvide este traidor.
ISABELA. (Ap.)
En vano intento
Alentar con la industria el pensamien-
BLANCAKLOK. [W-
Sólo me pesa que una prenda mia
Le haya dado aun traidortanla osadía;
Pues estando durmiendo, del tocado,
Imprudente y osado
Me la quitó, y quisiera
Que en mis enojos viera...
ISABELA.
Tente, Dlanca, no agravies tu decoro.
¿Es esta la que buscas? (enséñasela.)
BLANCAFLOn.
La que lloro.
¿Pero cómo á tus manos ha llegado?
ISABELA.
Acaso se cayó de tu tocado,
Y en el estrado me la hallé aquel dia;
No le hallé para dártela, y quería
Que la lomes, pues yo la causa be sido.
Que ni el Duque en sus manos la ha to-
Ni yo lo permitiera [nido,
Aunque luya no fuera.
BLANCAFLOB.
Eso, Isabela, de tu engaño infiero .
Yo sé queél la ha traído enel sombrero,
Y que el criado suyo me ha contado
Que el Duque la quitó de mi tocado.
¿ Qué causa , pues , te obliga
A quererte mostrar tan mi enemiga?
ISABELA.
¿Yo, Blanca?
DLANCAFLOR.
O es verdad que la ha tenido,
O qnemisojospropiosme han mentido;
Si él la ba tenido, aunque la ofensa do-
[rea.
Tomarla fuera hacerle dos favores.
ISABELA.
¿Deque manera?
BLAl^CAFLOn.
Aquel favor hurtado
No viene á ser favor.
ISABELA.
¿Quién lo ha dudado.
Si él la hubiera tenido?
BLANCAFLOR.
Supongo ahora, que baya sucedido.
504
ISABELA.
Pues si supones que él haya tomado,
FaTores el favor, aunque es hurtado.
BLANCAFl.OB.
Luego si ahora aquel favor tomara,
Aunque haya sido mia , es cosa clara
Que doblado favor liubiera sido [nido
Guardar prendas que el Duque haja te-
ISABELA.
Doblado el favor fuera.
BLA>CAFLOR.
Pues supuesto que es cierto, considera
Que no la he de tomar, porque se ar¡;u-
[ja
Que prenda que pasó plaza de suya ,
O por acierto va, ó por osadía , [mia:
No es razón que otra vez vuelva á ser
Pues en vez de desdenes y ripores.
Si uno permito, le hago dos favores ;
Pues si tomarla intento.
Que haya sido dueño le consiento;
Y lo más del favor y del empeño.
Ser dueño de lo que él ha sido dueño.
ISABELA.
Luego no te ofendiera
Si otra vez la esmeralda le volviera.
BLANCAFLOB.
Ofenderme pretende [de.
Quien le vuelve favor con que me ofen-
ISABELA.
Sólo tu intento espero.
¿Tú no quieres la prenda?
BLANCAFLOR.
No la quiero.
ISABELA.
¿Ni al Duque quieres que la vuelva ?
BLANCAFLOB.
Piensa
Que á mi amistad hicieras grande ofen'
ISABELA. [sa
¿Pues cómo se ha de hallaron estome
BLANCAFLOB. [dÍO'
Para todo hay remedio.
ISABELA.
Di el remedio
BLANCAFLOB.
TÚ guardar esa esmeralda puedes,
Ya que con ella quedes ,
Triunfando del favor y del despojo,
Medraren mi cuidado y en mi enojo.
Si tú la guardas, como amor confia.
Él no es señor de prenda que fué mia
Aunque antes lo haya sido;
Y juntamente ahora he conseguido.
Porque .-i mi propio ser me restituya,
No guardar una prenda que fué su"
De manera, que aquel favor hurlado
Viene á quedar del todo casligado.
Pues se queda sin él y yo me'venyo
Cuando ni goza de ella ni la tengo.
Si él con ella quedara ,
El triunfo de su amor acreditara,
Y si yola tuviera,
Que'era suya y fué mia me dijera ;
Y porque no la goce y no lo diga, [ga:
Pues que siempre te precias de mi aini-
Vpues ninguna causa te acobarda.
De mi la oculta y de su amor la guarda.
ISABELA.
Pues yo digo. Señora ,
Que prometo servirle desde ahora
Y guardarla prometo.
BLANCAFLOR.
Y sobre todo, encargo...
ISABELA.
¿Qué?
COMEDIAS ESCOGIDAS DE DON FRANCISCO DE ROJAS.
BLAIICAFLOR.
El secreto.
El Reval parque baja, y no quisiera [ra.
Oue me hablara, Isabela, ni aun me vie-
Esla noche tenemos
Un festin en Palacio y nos veremos.
Queda, adiós. (Yase.)
ISABELA.
Él te guarde;
Ya no hay qué me acobarde.
Pues mi intento he alcanzado;
Pero Carlos presumo qu« ha llegado.
Sale EL REY.
nET.
Ni sé si el discurso mió,
Ni sé si yo mismo soy,
0 pienso, según estoy.
Que me falta el albedrio.
Yo uo sé qué nuede ser
Esto en que llego á morir;
Lo que intento resistir
Aquello voy á emprender.
Lo que olvido, eso apetezco ;
Oblígame lo que ignoro.
Lo que aborrezco, eso adoro.
Lo que adoro, eso aborrezco.
Ayer á Blanca queria ,
Moslréme á sus quejas firme ,
Y hoy, sin poder resistirme ,
Ni aun mi voluntad es mia ;
Porque tanto me desvela
Este mal , aun divertido,
Que por verla me be venido
Tras los pasos de Isabela.
1 Que este mal tan mi enemigL'
Me venza la inclinación ,
Y que pueda una pasión
Lo que no pudo conmigo !
Pues no la he de hablar ni ver.
Que esta pasión singular
No ha de poderse alabar
Que á mi me pudo vencer.
ISABELA. {Ap.)
El Rey aun no me ha mirado,
Siempre conmigo severo ;
Irme sin hablarle quiero
Que es porfiar contra el hado
La que suspirando muere.
Puesto que do puede ser
Quien aborrece querer
Ni dejar de amar quien quiere.
{Hace que se va.)
REY.
(Ap. Ella se va , y me desvela
Tanto esta fuerza , este error,
Que me lleva mi dolor
A que la llame.) ¿Isabela?
ISABELA.
¿Señor?
REY.
Yo no os he llamado.
ISABELA.
¿Luego vos no me nombrasteis?
REY.
No, Isabela , os engañasteis.
ISABELA.
Voime , pues que me he engañado.
BEY.
(Ap. ¡Hay tal pasión !) Esperad,
(.•tp. ¿Cómo me reprimiré?
¡Válgame el cielo! ¿qué haré?)
ISABELA.
¿Qué manda tu majestad?
BEY.
Quiero decir... (Ap. ¿Qué diré?)
Que vos... que bien podéis iros.
(¡Qué congojas! ¡qué suspiros!)
Digo, en Cn , que no os llamé.
ISABELA.
Pues, Señor, ¿qué os enojáis.
Puesto que os he obedecido?
REY.
Pues tened, que ahora os pido...
ISABELA.
Qué me pedís?
REY.
Que no os vais,
Isabela; sea testigo
Aquesta pasión , que al veros
Hago fuerza i no quereros
Y no puedo más conmigo.
No tenéis que agradecer
Este amor ó esta quimera;
Pues aunque forzado os quiera,
Os deseo no querer.
Y asi, pues osado animo
Los impulsos de mi empleo.
Castigad lo que os deseo
Y premiad lo que os estimo^
Hablan los dos aparte, y sale EL DU-
QLE con unos memoriales.
DUQUE. (Ap.)
Con el Rey está Isabela;
Poco en llegar aventuro.
Hoy esta pena aseguro
Y este error que me desvela.
¿Qué tardo? ¿qué os siipendeis
Sentidos? ¿ En qué tardáis?
O pienso que adivináis... (Llega.)
Mas yo llego.
REY.
¿Qué queréis?
DBQDE.
Por si de Palacio sales,
Quisiera antes que te fueras...
REY.
¿ Qué os turbáis ? Hablad.
DUQUE.
Que vierais
Estos cuatro memoriales
Que be consultado.
REY.
Sin mi,
¿Cómo vos os atrevéis ?
¿Cómo consultas hacéis?
DUQUE.
Si vos me disteis aquí
Licencia para ello.
REY.
¿Cuándo
Os di licencia?
DUQDE.
Señor,
Por mi lealtad, por mi amor
Me la disteis.
REY.
Pues ya mando
Que las consultas dejéis;
Dádmelos. (Tómale los memoriales.)
DUQUE.
Si os he ofendido.
Con mi vida...
REY.
Yo no os pido
Consejos, no me canséis;
Idos luego.
DUQUE.
(Ap. Estoy turbado.)
Digo, Señor, que me iré;
Mas (¡uiero saber por qué...
Duque, ya me habéis cansado;
Idos.
DUQUE.
Digo que me voy.
(Ap. (Válgame Dios! ¿Qué será?
Con él Isabela está ,
Cuando en su gracia no estoy.
Si Blanca aliora estuviera
llablando con él , pencara
Que su crueldad le obligara
Y mi error le convenciera.
i Puede haberle reducido
A que no me eslime? No.
Cielos, ¿(jué puede baber sido
Li causa de esta mudanza ?
Ya se acabó mi esperanza.
CnOn, i qué,
BEY.
10 os habéis ido?
DIQCE.
No, Señor ; mas ya salla
De esta pieza , y porque si es...
REY.
Acabad.
ODQDE.
Si yo...
nET.
Idos , pues.
Dl'QUE.
Llegó á su término el d
ISAHEU.
iYquécrédiIohededar
A quien á Ülanca adoró,
A quien tanto al Du<iue amó
Y i los dos supo olvidar?
BEY.
El que sin hacer errores
Escribir quiere un papel
Ostentando ingenio en él
Hacer suele borradores.
Pintor diestro y verdadero
Que (luiere mostrar el arte ,
tn una ligura aparte
Hace un dibujo primero
l'oniue defectos no haya.
En la elección y el semblante
El diestro representante
Antes de salir, ensaya,
liicn claro en esto se dice
Lo que por si el alma siente ;
Quise amar discretamente,
Y dos borradores hice.
En mi pecho imaginé
Pintar, como en mármol tierno,
ün amor que luese cierno,
Y aparte le dibujé.
Quise decir lo que quiero
Itepresenlándote á ti ,
Y en el Duque y blanca asi
Hice el ensayo primero.
De modo, que aquel amor
Que viste arder como rayo,
No fué la verdad , fué ensayo,
Fué dibujo y borrador;
Que yo para' ser amante
Eucra del modo ordinario.
Primero fui secretario
Pintor y representante.
ISADELA.
Carlos, en fin , ó quered
Pagar esta voluntad,
O ingrato me despreciad
Como á las demás ; sabed ,
Que r.i firme me queréis ,
Como juzgo, como espero.
Firme, amante verdadero.
Una esclava en mi tendréis;
Que pues tan mudable estáis
Y tan neutral, es razón
Que os siga la condición
La dama que más amáis.
En Gn , cierro el silogismo
Dándoos ahor» á entender.
Que este mi amor ha de .ser
Como lo queráis vos mismo.
(Vasc.)
LA ESMERALDA DEL AMOR.
Pues si ha de ser, como espero.
Serás mia elernamenle,
Y de tan nuevo accidi'iite
Mudar las causas infiero.
ISABELA.
Yo os querré si me estimáis.
BEY.
Vuestro, Isabela , seré.
ISABELA.
Yo vuestro amor pagaré ,
Como el que decís seáis. {Vase.)
BEY.
Amor, pues me haces querer,
Y pues me quieres premiar,
O no me hagas obligar
O déjame agradecer. {Vase.)
Salen BLANCAFLOR y FELINA.
DLARCAFLOB.
Pues ya anochece, Felina,
En mi pecho y en el cielo.
Sírvame de algún consuelo
La música peregrina.
FELINA.
Olvida ya ese cuidado
De ese amor que te desvela.
BLANCAFLOB.
Huv fino con Isabela
El liey en el parque ha estado.
MisiCA. (Dentro.)
Amor, amor, tu rigor.
Rey Dios, vence y quita leyes;
Más puedes tú que los reyes ,
Sólo es monarca el amor.
BLAKCAFLOB.
Cielos, ¿cómo nos penetra
Vuestro mal , y os llaman celos ,
Si para llamaros cielos
Os falta sólo una letra?
Fortuna , ¿quién se desvela
Por tf si á todos igualas?
Tu rueda pintan con alas.
Que no rueda , sino vuela.
Itazon , razón , ¿ hasta cuándo
El amor te ha de vencer?
Si á espacio viene el placer,
¿Cómo se nos va volando?
(Vanse.)
MÚSICA. (Dentro.)
Amor, amor, tu rigor,
Hey Dios , vence y quita leyes ;
Más puedes tú que tos reyes.
Sólo es monarca clamor.
Mientras canta la música salen todas
¡as DAMAS ;/ GALA^Es de acompaña-
miento, y detras EL 1!EY.
ISABELA.
Pues que ya el festín se empieza
Y todas las que aquí estamos
A vuestra alteza esperamos ,
Entre al feslin vuestra alteza.
BEY.
Bella Isabela, ya voy.
(Ap. Amparad mi intento, ciclos.)
DUQUE. (Ap.)
Muriendo vivo de celos.
INFAMIA.
Supuesto que vuesua alteza
En esta sala ha juntado
De lo mejor de su corle
Los principes más gallardos ,
Y pues á todos nos loca
Celebrar todos los años
El día de san Dionis,
505
El Marqués y yo trazamos
El decir á los galanes
Lo (|ue han de hacer, y al contrario,
1.0 (|ue les toca á las damas ;
En sentándose mi hermano,
En el estrado se sienten.
BLANCAFLOB. (Ap.)
Infelice noche aguardo.
HABQUÉS.
Tu alteza tome su asiento,
Y los nobles por sus grados
Se sienten.
TODOS.
Ya obedecemos.
(Sióníanse en sus asientos, y el Rey en
su silla.)
MABQUÉS.
Los músicos se dispongan
Todos juntos á este lado.
MÚSICOS.
Ya estamos á un lado todos.
INFANTA.
Para empezar el sarao.
Esta noche vuestra alteza
No ha de ser suyo.
BEY.
Obligado
A que me ordenéis espero.
INFANTA.
Que dancéis os pido, Carlos,
Y para que os acompañe ,
Que elijáis de las que estamos
Una dama.
BEY.
(Ap. No quisiera
Ser yo tan apasionado
Que elija ahora á Isabela
Ni á Blanca, porque es agravio
De mi amor; más fácil es
Salir de aqueste embarazo.)
Vuestra alteza habrá de ser.
Supuesto que me ha empeñado,
La que dance. Toquen , ¡mes.
ISABELA. (.4;;.)
Poco le he debido á Carlos.
(Tocan y danzan la Infanta y el Rey,
y luego sigue el sarao.)
MABOUÉS.
Versos se siguen ahora.
INFANTA.
Empiece Blanca.
BLANCAFLOR.
Aunque falto
A tu obediencia , Señora.,
Perdona, que no he cuidado
De entregar á la memoria
Versos gustosos.
INFANTA.
¿Acaso
No sabréis algún soneto?
¿Es posible?
BLANCAFLOB.
Es triste, y tanto.
Que me enternece el saberle ,
Aunque es bueno ; y si le alabo.
Es porque es de pluma ajena.
INFANTA.
Dile, pues.
BLANCAFLOR.
A un soberano
Infante, liberal , cuerdo.
Que falleció en breves años, [fuerte.
Yace aquí Celso, el más piadoso y
El liberal con ansia tan crecida , ■
Que gastó sólo el tiempo con medida,
Y él hizo el recibir fuerza y no suerte.
506
COMEDIAS ESCOGIDAS DE DON FRANCISCO DE ROJAS.
El nombre le beredó lodala vida;
Algo tuvo de fin, nada de muerte.
Diceeldolorque feneció temprano
Celso, que como abeja el dulce fruto
Dejó acabado, niega el presupuesto.
Sobra en el mundo quienpasóde hu-
Acabó su valor, dio su tributo, | mano,
Presioacabó, porqueespirólaopresio.
I.NFA.NTA.
Ahora toca i tu alteja
Decir otro.
nEv.
A una esmeralda
Que trae Isabela puesta
En el tocado, be trazado
Alabar en esta décima:
Dice asi :
ISADRLA.
Tente , Señor,
Que fuera grande bajeza
No agradecer los favores
Que mi voluntad confiesa.
Cuando una persona alaba
Algún caballo, una prenda,
Como una joya , una espada
Y un diamante , el dueño de ella
Debe ofrecerla cortés.
Yo soy dueño de esta prenda
Que vos queréis alabar,
Y puesto que ha de ser fuerza
Que en alabándola os haga
Su dueño, muy poco hiciera
En darla siendo alabada ;
Darla antes , será fineza
Y lo demás cortesia;
Y así, porque no se entienda
Que aguardo á que la alabéis ,
Us quiero hacer dueño de ella ;
I'ues consigo de este modo
Que vos me debáis siquiera
tn deseo adelantado
Y una voluntad discreta ;
Tomad, Señor, la esmeralda.
nEY.
Decid , Señora , una estrella
Que se apartó de su cielo
Con ser el cielo su esfera;
Y porque huyó... que si no...
Ko hay amor como la guerra...
(Ap. ¿Qué he dicho? j Turbado estov!)
Prosiga el festin.
CONDE. (Ap.)
Su alteza
Ha mudado la color.
DCQOE. {Ap.)
¿Qué enigmas pueden ser estas?
(Tocan y danzan.)
«EV.
¿Marqués?
MARQtÉS.
¿Señor?
REY.
A este lado
OLANCAFLOR. (Ap.)
i Qué pena!
REY.
Decidme, Marqués, si un rey.
Que ser único emprendiera,
Olvidado de ser suyo.
Llevado de alguna fuerza ,
Pretendiera una vasalla
Por esposa y por su reina.
¿Qué dijeran de este rey
Todos los suyos 1
HARQCÉS.
Dijeran ,
Que no era rey de si mismo,
Que el vulgo se desenfrena
A los juicios.
REY.
Y si luego,
Dejando esta dama mesnia,
Criara un nuevo privado,
Y sin que le hiciese ofensa
Le arroj-lra de su gracia,
¿Qué dijeran?
MARQCÉS.
Que era afrenta
Del vasallo, y que era el rey
Inconstante.
REY.
¿Y Si con nuevas
Inquietudes y mudanzas
A otra dama pretendiera,
Vasalla suya también?
MARQUÉS.
Que era encanto, ó que era fuerza
De rigor y de inconstancia.
REY.
Luego de aquesta manera.
Yo no he vivido conmigo.
Puesto que pasa á evidencia
Que ciego y confuso siempre
No supe de mis potencias,
Y que fui rey á ventura
De un encanto que me lleva.
El que tuvo un accidente.
Mientras dura la inclemencia
De aquel rigor y aquel fuego,
Tanto al fuego se sujeta.
Que él mismo se duda alli ;
l'asa el fuego, y la materia
Se consume ó el sugeto.
Aunque mortiguado queda .
Queda, en efecto, el que fué.
Lo mismo en mi considera ;
Tuve accidente de amor.
Extendióse la materia:
Quise á un privado, déjele;
He conquistado á Isabela ;
Hase apagado el volcan ;
liase apurado este Etna
Y he vuelto á ser el que ful.
Y asi , supuesto que era
Rey antes de mi albedrio,
Es razón que Francia sepa
Que fué accidente, y que ya
Médico naturaleza
Me ha reducido á mi ser.
Puesto que no pudo ella
Quitarme el ser con que fui,
Pues puede , cuando más pueda.
Suspenderme el ser de fcombre.
Mas no quitarme la esencia.
¿Vasallos...
RLANCAFLOR.
Tente, Señor,
Y puesto que te confiesas
Rey solo de tu albedrio.
Será razón que me atiendas :
Breve seré , no me niegues
Los oídos á la lengua,
Y débate yo atenciones ,
Pues nunca debí finezas.
Esa margen cristalina
Que esos arroyos argentan
Consultaba yo una tarde
Al paso de mis tristezas,
Cuando tus criados bajan
Averiguando esa selva ,
Que iban buscando á un lombardo
Que con encantos intenta
Suspenderte el albedrio.
Cuando á mis pies se presenta
Pidiendo humildes socorros ,
Donde sus canas me fuerzan
A perdonarle la vida;
Y obligado, aquesa piedra
Me dio, sin decir las causas
Que por los astros observa ;
Mas ser su afecto el de amar
No permite contingencias.
Por ella á mí me adoraste ,
Al Duque honraste por ella ,
Y por ella últimamente
Adorabas á Isabela.
Ahora lo he conocido
De los efectos que encierra;
Y asi , supuesto que antes
De este encanto, de esta fuerza ,
A mi por mí me querías ,
Es bien que por mi me quieras.
Supuesto...
REY.
Blanca, detente.
Si presumes ó si piensas
Que no he de saber vencerme ;
Mi resoluciones esta.
Ilime, ¿qué hubiera logrado
O de qué importancia fuera
Encontrar con este encanto
Que el alma tuvo suspensa ,
Sí contigo me casara?
Ni á tu amor, ni al de Isabela
Pienso dedicarme amante
Con las pasadas finezas.
Yo he de ser rey de mí mismo.
Porque el rey Lombardo vea
Que si él intentó vencerme
Con encantos , con quimeras ,
Yo mismo con su instrumento
Le he de hacer á él mismo ofensa.
Y para que mis acciones
Solamente me parezcan
Y no las que en otros miro
A mi solamente buenas ,
Y ser el rey de mi propio,
lie de guardar esta piedra
Dándole justo castigo;
O despósese Isabela
Con el Conde ó no despose ,
O el Duque su esposo sea ,
O no lo sea tampoco.
Yo he de ser el queme venza.
Y si han de llamarme el Magno,
Como escritores enseñan ,
Hoy tendré feliz principio ;
Consigo desta manera
Tres cosas á un mismo tiempo,
Son que mí enemigo crea
Que su encanto no ha bastado;
Que ni Blanca ni Isabela,
Con la ambición de reinar,
lista corona pretendan;
Y la última, en efecto.
Será , que el Senado vea
Una comedia sin muerte
Y sin bodas; el poeta,
Por ser caso verdadero.
Aunque imposible os parezca.
Esta comedia os escribe ;
Si os ha parecido buena.
La honrad , y si no lo fuere ,
Solo, y consuelo le queda ,
Que ha de decir el Senado,
Que son los hombres quien yerran.
LA MÁS HIDALGA HERMOSURA.
PERSONAS.
GARCÍA , rey de navarra.
TERESA, reina de León.
ELCONDEFERNANGON-
o/Rdf FERNANDEZ, «< ! t\í±''':!'''Fv
sobrino.
RAMIRO, rey de León.
M.ÑO , lacaijo.
DOSA SANCHA, infanta.
VIOLANTE, dama.
ORTCSO, viejo.
FLORA, criada.
OCTAVIO.
ROLDADOS.
Músicos.
AC0MPAÑAatE^T0.
JORNADA PRIMERA.
Tocan cajas, y ¡alen por dos puertas
EL REY, LA REINA y acompaña
WIEMO.
HET.
Este cavado mclal
Que al aire auima sonoro,
REINA.
Este gusto..
nEiNA.
Esta ¡Dqnietad.,
REY.
REV.
Scüas
REIXA.
Pregones dichosos,
REY.
Ds que á León ha llegado
REIXA.
Entre marciales despojos.
El conde Fernán González.
REl^A.
De Navarra victorioso.
RF.Y.
Yo os doy muchos parabienes.
REINA.
Yo, Ramiro, os doy los propios.
(Tocan una sordina.)
r.EY.
Mas, ¡válgame Dios! ¿Qué escucho^
REINA.
Mas , i cielos ! ¿Qué es lo que oigo?
BEY.
¡Destemplado el alambor!
REINA.
lEl ya alegre clariii ronco!
REY.
Suenan como que suspiran.
REINA.
Hablan como con sollozos.
REY.
iQuién de tan grande mudanza...
REINA.
La causa dirá?
Sa/e VIOLANTE.
VIÓLAME.
Yo solo
Podré decir, que al llegar
A la'vlsta de este heroico
Palacio Fernán González,
Como con un alma todos.
Las cuchillas de las picas
Que arrimaban á sus hombros
Hacia el suelo las volvieron;
V las banderas que al soplo
Del céfiro eran tendidas
Vagos jardines hermosos,
Recogidas á sus astas
Desde el limpio acero al plomo,
Las que en.traban como galas
Ocupaban como estorbo.
Mas ya él llega y explicaros
Podrá la causa que ignoro.
(Tocan á marchar.)
Sa/<7¡ SOLDADOS. GARCl FERNANDEZ,
ALEAR RAMÍREZ, NU.ÑO Y EL
CO.NDE.
CONDE.
Déme vuestra majestad
Su real mano.
REY.
Generoso
Conde de Castilla , el suelo
No os merece á vos; más propio
Descanso serán mis brazos.
CONDE.
Va la mayor dicha logro :
Vuestra majestad, Señora,
Por el más felice abono
De mis servicios , permita
Que bese el suelo dichoso
Que pisa.
REINA.
Atan gran soldado
Ese es galardón muy poco;
No estéis asi.
CONDE.
De mis (Üchas
Esta es la mayor que loco.
REY.
Sacadnos ahora de una
Duda que nos tiene absortos;
¿Por qué cajas y clarines
Habiendo entrado sonoros,
Al llegará mi palacio
Hicieron son lastimoso?
CONDE.
El principio fué, Señor,
Cumplir con vos , y lo otro
Con la Reina , mi Señora ,
A quien tengo por forzoso
Que aflija.
REINA.
No prosigáis.
Que aunque venís victorioso
De las armas de mi padre,
V aunque de Navarra el solio
Fué el primer sitio que tuvo
La cuna de mi reposo,
En mi pecho eso no puedo
Causar el menor estorbo.
Que el pariente más cercano
De las reinas es su esposo,
V sólo son naturales
Del suelo, aunque sea remoto
Donde reinan sus maridos
V á quien dan leyes gloriosos.
Esto es en cuanlb á reina ;
En cuanto á esposa, me corro
De que presumáis que estamos
Tan distintos , que en nosotros
Quepa el número de dos ,
Que es entre amantes odioso.
Uno somos , porque yo
En Ramiro me transformo:
Él se ha de holgar de que el cielo
Da á sus dichas estos colmos ;
Pues mirad cómo podré
No tener el mismo gozo.
CONDE.
Supuesto, pues, que mi voz
No tiene ya aqueste eslorbo.
Este fué todo el suceso.
REY.
Referidlo.
CONDE.
Esdestemodo:
Llegó la hora fatal
De verse los numerosos
Campos de León y Navarra
Vertiendo horrores y asombros.
Dos colinas ocuparon
El uno enfrente del otro.
Que con la luz de las armas
Eran de diamante escollos.
Estaba la infantería
Del cerro en lo más fragoso,
Con las picas arboladas.
Cuyos aceros lustrosos
Como tan altos se velan ,
Imaginaron los ojos
Que se habían encendido
En el sol de llamas golfo.
Los caballos ocupaban
El sitio más espacioso,
Llenos de arrogancia el pedio
V el ademán de alborozo.
Mas ¿qué mucho que los hombros
Mostrasen valor heroico.
Cuando los mismos caballos.
Mal hallados en el ocio.
Se abrasaban de tal suerte.
Se encendieron de tal modo,
Que pedazos parecían
De acpiellos cuerpos briosos?
Empezaron á bajar
Los dos campos poco á poco
De los sitios eminentes,
V fué haciéndose más corto
Kl espacio, nue entre ellos
Florido estalla y lustroso.
Pero asi como el valor,
Generosamente loco
V pródigo de la vida,
COMEDIAS ESCOGIDAS DE DON FRANCISCO DE ROJAS.
Se miró sin los estorbos
üe la (lIstaDcia , se mueve
Colérico y presuroso ;
Mas quien embislió primero
Con los navarros fué el polvo.
Ya UQ escuadrón se dispara
Contra el batallón, que pronto
Sale á recibir valiente
los golpes impetuosos.
^ubes de embolado hierro,
■Y el hueco del aire es poco
Para las astas que suben
A sus regiones en trozos.
Muchos brazos logran muertes,
Muchos de puro ingeniosos
Malbaratan las heridas
No topando objeto propio.
Cadáveres aun no frios
Cubren el suelo, ya rojo
Con su sangre, de tal suerte.
Que los arpones que el corvo
Arco disparó enemigo
Con estallido espantoso,
Mo halla tierra en qué caer;
Y crueles de muchos modos.
Si no dan la muerte á un vivo,
Son de un muerto vivo enojo.
Los cabos alli no mandan,
El consejo andaba ocioso.
Todo lo hace el acaso.
Todo a mi voz está sordo.
La fortuna lo guiaba
Y yo lo miraba todo.
Viendo, pues, mi autoridad
Baldía , y que allí supongo
Por un soldado no más ,
El noble baslon arrojo,
Y para servir de algo
Una gruesa lanza tomo.
llego al primero que encuentro
Y el duro peto le rompo,
Y |ior la herida su alma
Halló fácil desahogo.
A muchos les di la muerte,
Y entrándome por un soto.
De espaldas vi un caballero
Que cerca de un blanco chopo
Pareció que descansaba
De los marciales ahogos;
Pero apenas escuchó
El pisar fuerte y ruidoso
De mi caballo en la sangre
De que en el campo liabia arrojos,
Cuando á mi volvió erizado
Como león generoso
A quien la luz de las armas
Dio de repenie en los ojos.
En los arzones se afirma ,
De la cuja saca el corto
Pié de la lanza , y la rienda
Dispone al choque furioso.
Apercíbese al encuentro,
Y como fieros abortos
Que dentro de sus entrañas
Cuarda fuego escandaloso,
t'no con otro embestimos
Y á un tiempo vimos en trozos
Divididas nuestras lanzas ;
Was de lamia espantoso
Se asomaba el primer tercio
Al arnés templado roto
De mi enemigo á la espalda ,
Vertiendo sobre los lomos
Del caballo tanta sangre.
Que el que pareció en los tornos
Hecho de plata bruñida,
l'ué bermellón espumoso;
Jilas no por eso la vida
Y el valor lo dejan solo,
Íiue vengativa su diestra
lalló de la espada el pomo.
Sacamos las dos cuchillas
Y al certamen riguroso
Volvimos, y él esperando
Con menos tino que enojo.
Daba los golpes al aire.
Que con ayes lastimosos
Tiernamente se quejaba
Eran teatro oloroso.
Ambos iban ya cayendo;
Pero el caballo olicioso
Procuraba atentamente
El no caer de tal modo
Que lastimase á su dueño.
Como suele galán olmo
A quien bella vid le abraza,
Que desjarretado el tronco
Cae con cortés atención
De no ofender los pimpollos
De aquella planta, á quien debe
Cariños afectuosos.
Asi el bruto agradecido
Procuraba cuidadoso
El no ofeuder á su dueño ;
V, en fin, el uno y el otro
En el lamentable campo
Quedaron rostro con rostro.
Llegó á este tiempo un soldado
Infante, quecodicioso
Del rendido, se entregó
Del cadáver al despojo.
Diligente la visera
Le quitó, cuando conozco
Que es Sancho, rey de Navarra,
El muerto.
REINA.
¡Cielos ! ¿Qué oigo?
;.Mi padre murió? ¡Mal haya
La victoria, pues la compro
Con el precio de una vida
Que era la luz de mis ojos!
¡Mal baya, amén, el acero
Que soberbio y licencioso
Se atrevió á verter la sangre.
Que aun ya derramada adoro!
Nunca el Conde de Castilla
El bastón impetuoso
Empuñara : mas ¿qué es esto?
¿Cómo la gloria interrumpo
Ue mi esposo con gemidos
V la estrago con snllozos?
Vuestra majestad perdone.
Que es este afecto tan propio
Que del no pude librarme,
Y crea que no hay soborno
Para mi como sus dichas.
nEY.
Yo, Señora , ni me enojo
Ni me admiro de ese llanto.
Que por un padre es forzoso,
Antes por su muerte yo
Secretas lágrimas lloro.
REINA.
Yo os lo estimo como debo.
{Ap. ¡ Ah traidor Conde alevoso!
¡Qué bien lograste el veneno
Ue tu envejecido odio!
Mas yo tomaré venganza
Aunque lo impida mi esposo.)
Decid , Conde , lo que resta ;
Hablad.
CONDE.
Lo que resta es sólo
Que triunfaron de Navarra
Las armas de vuestro esposo.
RET.
Yo me doy por bien servido,
Fernán González, y pongo
Por primero en mis cuidados
El que no quedéis quejoso. (Vasc.)
REirtA.
Conde , aunque muestro dolor
Y aunque la desdicha lloro
De mi padre, sé que os debe
Esta corona que gozo
Mucho; yo os lo premiaré.
(Ap. Tú verás cómo dispongo
El castigo que merecen
De mi sangre los oprobios.) ( Vase.)
VIOLANTE.
¿Conde?
CONDE.
¿Qué mandas?
VIOLANTE.
Aquí,
Aunque mirándome estén ,
Te he de dar un parabién ;
Dame tu un pésame á mi.
CONDE.
¿De qué , Violante divina ?
VIOLANTE.
De que de la Reina dama
Ya no soy, porque me llama
Mi padre, que determina
Que á Pamplona vaya luego
A servir de camarera
A la Infanta, y ya me hubiera
Partido, si aqueste fuego.
Si aquestas mis penas bravas
Del amor que te he tenido.
No me hubieran detenido
Aguardando á que llegaras;
Ya te he visto, y ya ha llegado
De no verte más el dia.
CONDE. ,/
Esa pena ha de ser mia
Pues yo soy el desdichado.
{Ap. Yo quiero lingir ahora
Con esta , pues se ha de ir ;
Mas á la que va á servir
Es la que mi pecho adora.)
Y cree , que en pena tanta
Desde hoy tendré con razón
En Navarra el corazón
(Ap. Pero ha de ser en la Infanta);
Y pues lo quiere mi estrella,
En desapacible calma
En Pamplona tendré el alma.
{Ap. A los pies de Sancha bella.)
VIOLANTE.
Fiada en eso, 5 tus pies
Te he de pedir un favor,
Y es, que creas que es mi amor
Lo que yo creo que es;
Y ahora que en vano lloro
Queda adiós.
CONDE.
¡Qué desconsuelo!
VIOLANTE.
Llévete á Pamplona el cielo. {Vase.)
CONDE.
A ver los ojos que adoro.
Sale LA REINA.
REINA.
(Ap. Así mi venganza trazo.)
Yo estimo tanto el aumento
Deste reino, y quiero tanto
A mi esposo, que sus dichas
Comprara , á ser necesario.
Con mi sangre y con mi vida,
Y agradecida me encardo
De premiar á quien le sirve,
Y asi vos, por lo bizarro.
Lo leal y lo prudente
Que ahora os habéis mostrado.
Os quiero dar esta joya,
Y estimadla, que en su tanto
V'sle lanío como yo ;
Guárdeos el cielo mil afios. ( Vaií
CONDE.
Besóos los pies muchas veces.
Confuso, ciego y lurbaclo
Esloy, ¿qué podrá tener
Esta caja, que lau alto
Precio le puso la Reina?
.MjSo.
Yo no he sido lapidario,
Y be de apreciar esta joya
Antes de verla.
COSDE.
Veamos.
^oSo.
Parece, Señor mió,
Que valdrá sus cien ducados ,
Seis más ó menos.
CONDE.
¿En qué,
DimeNuño, lo has hallado?
KÜÑO.
En que esto valdrá la Reina
Vendida en Argel.
CONDE.
¡Villano!
GARCl FEBNANDEZ.
Abre la caja , Señor.
KüSo.
No abras tal que habrá algún diablo.
CONDE.
No hay sino un ángel , amigos ,
Porque es la joya un retrato
De la infanta doña Sancha ,
Hermana y prodigio raro
De la Reina.
GABCI FERNANDEZ.
Pues en eso.
Tío y señor, ¿qué os ha dado?
CONDE.
Mucho y nada , ¿ qué se yo?
Pero este papel debajo
De la lámina venia.
NBÑO.
Yo imagino que soñamos.
GARCI FER.'ÍANDEZ.
Lcedle.
CONDE.
Si haré , porque
Nada de vosotros guardo,
(/.eí.) (I Conde, si vais á Navarra,
íüs dará Sancha la mano,
«Que la Reina de León
«Premia asi a tan gran soldado.
» Y advenid que vais seguro
»yue don García, mí hermano,
sHará aqueste casamiento,
>Que vo lo lenia tratado
t Antes, y él gustaba de ello
iSin encontrar embarazo ;
«Y ahora por cartas que escribo
«Aplico á este empeño cuamo
«Puedo con él, que no es poco;
«Por creencia este retrato
«Llevaréis, que él me envió
íPor consuelo y por regalo.—
uLa Reina. ü ¡Bien haya, amén,
La estrella que entre sus rayos
Influjo de tanta dicha
Tuvo para mi guardado!
CARCI FERNANDEZ.
¿Y ahora qué piensas hacer ?
CONDE.
Partir, sobrino, volando
A Navarra.
GARCI FERNANDEZ.
No lo apruebo.
LA MÁS HIDALGA HERMOSURA.
ALBAB RAMÍREZ.
No le entregues á un engaño.
CONDE.
iCuánilo los reyes a nadie
Engañan?
NO.ÑO.
Este agasajo
Me parece navarrisco,
Y liene un poquito de agrio.
CONDE.
Vive Dios , que aquesa lengua
Te saque, si mal mirado
Hablas de la Reina mal.
rl;.\o.
Ya como sin lengua callo.
ALBAR RAMÍREZ.
Yo, Señor, habré cumplido
Con estar siempre á tu lado.
ÑUÑO.
Yo con quedarme en León
Me excuso de mil trabajos.
CONDE.
Tú has de ir á acompañarme
Y Albar Ramírez.
ÑUÑO.
Andallo.
GARCI FERNANDEZ.
Tan poco soy de provecho,
t)ue para esto no valgo.
CONDE.
Vos importa que os quedéis,
Sobrino.
GARCI FERNANDEZ.
Pues id fiado
Que si acaso la fortuna
(No lo quiera el cielo airado)
Se os declarara enemiga
En Navarra , que este brazo
Conduciendo valeroso
Formidables castellanos
Os saque de cualquier riesgo,
Aun á pesar de los astros.
CONDE.
Pues vamos á prevenirnos.
ALBAR RAMÍREZ.
Pues á obedecerte vamos.
CONDE. (4p.)
Sancha mia , dos mil vidas
Aventurara arrestado
Sólo por mirar tus ojos.
ALDAR BAHIBEZ.
Mucho temo algún fracaso.
GARCI FERNANDEZ.
Mucho temo una desdicha.
CONDE. {Ap.)
Ya sin verte no rae hallo.
ÑOÑO.
V ya voy temiendo yo
Que me han de matar á palos.
(Vanse.)
Salen ORTUÑO, viejo, v DOSa SAN-
CHA; corren una cortina y aparece
en un trono DON GARCÍA , rey de
Navarra.
DOÑA SANCHA.
Navarros valerosos,
ORTtIÑO.
Obedientes, leales, generosos,
DOÑA SANCHA.
De la lealtad admiración primera,
ORTÜÑO.
Asombroá quien el mundo másvcncra.
500
DOÑA SANCHA.
Valientes en la guerra vencedores.
ORTUÑO.
Muy justos en la paz gobernadores.
DOÑA SANCHA.
Aquí tenéis en trono descubierto...
ORTUÑO.
A don García, de don Sancho el muerto
Legitimo heredero, que aclamamos.
DOÑA SANCHA.
¿Juraisle vuestro Rey?
TODOS.
Si, lo juramos.
Con tal que él jure de guardar enteros
De nuestra patria los antiguos fueros.
ORTUÑO. [los,
¿Juráis, Señor, juráis sobre estos san-
bivinos Evangelios, de que cuantos
Fueros tiene este reino, fiel seguro,
Siempre los guardaréis?
DON GARCÍA.
Así lo juro.
ORTOÑO.
Pues, navarros, decid con voz altiva
(tue ¡viva nuestro Rey!
TODOS.
¡Don García viva.
Nuestro rey y señor, de glorias lleno!
ORTUÑO.
Para asombro y terror del agarono.
DOÑA SANCHA.
Pues ahora , Señor, á vuestra hermana
Le dad vuestra real niauo.
DON GARCÍA.
Muy ufana
Ha de quedar la majestad con eso.
ORTU.>0.
Yo la mano. Señor, ahora os beso
Por mi y por todos los navarros godos.
DON garcía.
Yo OS la doy, y los brazos para lodos,
Y ya que está celebrada
Mi feliz coronación,
Y que me he puesto debajo
De la corona el dolor
Délos cuidados, será
Justo empezar desde hoy
Y desde luego, á tratar
De cumplir mi obligación ;
Y así quiero retirarme.
DOÑA SANCHA.
Antes que salgáis. Señor,
Deaqui, tengo quedecTos,
Quedando á solas con vos
Y con Ortuño.
DON carcIa.
Despejen.
OHTUÑO.
Ya ninguno sino yo
En esta cuadra ha quedado.
DOÑA SANCHA.
Pues dadme ahora atención,
Invicto rey don García,
Nuevo en Navarra blasón.
Cuyas virtudes sean tantas
Que de tu reino el amor
Se queje, de que tan tardo
La corona se te dio;
Desaprisiona del gusto
De reinar el corazón,
Y la presente alegría
No sufra que aquel rencor
Que ha de estar allá en tu pecho
Contra el aleve y feroz
Conde de Castilla, que
Con cautela j con traición
Le dio en el campo la muerte
A lu padre y mi señor.
El reinar un poco antes
No se contrapese, no,
Con el dolor de haber muerto
Con infamia y con traición,
Con agravio y con injuria
A aquel insigue varón
Que de otro rey engendrado
Para reinar te engendró.
Y repara, si del reino
El dulcísimo sabor
Te embriaga , que tu padre ,
Valeroso campeón.
Murió al hierro de una lanza
Por hacértele mayor.
El conde FernanGonzalez
Por odio que concibió
Contra él cuando en Navarra
Fué atrevido embajador.
Pudiéndole llevar preso
De la vida le privo.
Mira , Rey y Señor mió.
Que á la joya de tu honor
A quien pasadas grandezas
Dan presunciones de sol ,
Sólo le falta el rubi
De la sangre de un traidor.
Pues á verterla, Garcia,
Busca modos desde hoy
De que á tus rigores muera
Quien tan bien lo mereció.
Y si estuviere templado
De ese tu odio el rencor.
Rómpeme mi pecho luego
Y sácame el corazón.
Que tr3\ éndole contigo.
Yo la palabra te doy
Que te ha de sobrar crueldad ,
Ira , enojo, indignación ,
Aun para el mayor estrago
Que jamás el cielo vio.
Eü, hermano; ea. Rey mió.
Dale principio á esta acción ,
Empiece desde este inslanle
La venganza más atroz.
Asi los ejes del mundo
Cierren lu jurisdicion.
Muera en tus mares el dia,
Nazca tu vasallo el sol ,
Y por las estrellas cuentes
Los triunfos de tu valor.
DON garcía.
Doña Sancha, hermana m¡a.
La viólenla, la veloz
Muerte de mi padre (que
En su reino tenga Dios)
Está tan allá en mi alma,
Que si cierra á la pasión
La fortuna los caminos
De vengar mi injuria, yo
Llamare á publico duelo
Al cobarde guerreador
Que dio á mi padre la muerta,
A quien dándosela atroz.
Aquel cailáver sangriento
Tomará satisfacción.
DOÑA SANCHA.
¡Oh cuánto me alegra oiric!
Y ¡oh cuánto...
OCTAVrO.
Ahora llegó
OBTD.VO.
¡Qué dulce voz!
Mi bija es, que ha llegado;
COMEDIAS ESCOGIDAS DE DON FR.\NC1SC0 DE ROJAS.
DON CARCfi.
(Ap. Dilación
No admite esto.) Sancha , vareos;
Don Orduño, venid vos
Conmigo, que encomendaros
Quiero, porque sé quien sois ,
Cierta cosa que me importa.
ORTU.W.
¿Cuándo no os obedeció
Mi humildad?
DOÑA SANCHA. (Ap.)
Qué habrá Iraido
Con vuestra licencia voy
A recibirla.
DON garcía.
No vais;
Decid que la llamo yo.
OCTAVIO.
Ya estáaqui.
Sale VIOLANTE.
VI01.ANTE.
Y á vuestros pies.
DON garcía.
Levantad.
VIOLANTE.
Sin el favor
De que me deis á besar
Vuestra mano, no es razón.
DON GARCÍA.
No estéis asi.
VIOLASTE.
Vuestra alteza
Me dé la mano.
DOÑA SANCHA.
Vos sois
Hija de un padre tan bueno
Que os debo agrado mayor;
¿Cómo veáis?
VIOLANTE.
Come quien
Viene á gozar del favor
De ser vuestra esclava.
ORTUÑO.
¡Ay hijos!
¡Cuánto alegra el corazón"
Vuestra vista!
DON GARCÍA.
¿Cómo queda
Mi hermana?
VIOLANTE.
Queda, Sefior,
Llena de dolor y llamo,
Y aquesta carta medió
Para vuestra majestad. (Dásch.)
DON GARCÍA.
Quien tanto á su padre amó
No me espanto que le llore.
ORTU.ÑO.
¡Violante!
VIOLANTE.
Padre y Señor.
ORTUÑO.
Por estar el Rey aquí
Mil abrazos no le doy;
¿Vienes buena?
VIOLANTE.
Con tal gusto
Fuerza es.
DON garcIa. (Ap.)
¡Qué feliz sov!
¡Ah , hermana mía ! ¡Qué bien
Has mostrado tu afícion
Y lu entendimiento! El vil
Fernán González, traidor.
Estará presto en mis manos.
DOÑA SANCHA.
(Ap. En el semblante y la acción
Muestra el Rey gusto leyendo.)
¡Violante!
VIOLANTE.
A tns píes estoy.
DOÑA SANCHA.
¿Sabes lo que trae la carta?
VIOLANTE.
No, Señora.
Estacarla?
DON GARCÍA.
Sancha, adiós;
Que tengo mucho que hacer.
DOÑA SANCHA.
Id en buen hora; mas no
Olvidéis nuestra venganza;
DON GARCÍA.
No haré, Sancha, y el rencor
De entrambos logrará presto
Furias en el que ofendió
A nuestra sangre.
DOÑA SANCHA.
Con eso
Sosegará mi pasión.
DON GARCÍ.V.
Yo Viviré consolado.
DOÑA SANCHA.
Y COD menos ansias yo.
DON GARCÍA.
Yo con penas menos graves.
DOÑA SANBBA.
Yo con angustia menor.
DON GARCÍA.
Vamos, Orluño.
DOÑA SANCHA.
Violante,
Vamos.
DON GARCÍA.
¡Qué gustoso voy!
DOÑA SANCHA. (Ap.)
Esta caria me ha traído
Apacible confusión.
(Vanse.)
Dicen dentro ÑUÑO i EL CONDE .
NÜÑO.
Señor, no pase de aquí
Tu resolución bizarra,
Que la raya de Navarra
Es la que miras ahí.
El demonio que allá vaya.
Mira que adivino soy.
CONDE.
Pues ya yo en Navarra estoy.
ÑUÑO
Pues ya pasaste la raya.
Salen NÜÑO y EL CONDE,
CONDE.
¿Albar Ramírez adonde
Se quedó?
ÑOÑO.
Con los caballos,
Porque ha gustado de atallos
En la selva que se esconde.
Sa/íALBAR RAMÍREZ.
ALDAR RAMIRKZ.
Aquí estoy; aunque algo lejos
Queilé en la selva inlrincaüa ,
Que Nuíio uo es para nada.
NüSO.
Sí soy, para dar consejos,
Puesio que para eslo solo
Sirven mis habilidades.
Señor, ¿es posible que
No consideres que haces
En entrarle en esta tierra
Un horrendo disparate?
¿Qué quieres que te dé un Rey
A quien huérfano dejaste?
Aunque sea rey de copas
A la copa ha de tirarle.
El sabio muda consejo.
No desprecies lo mudable,
Que más linda es una dama
Y se muda por instantes.
CONDE.
Nuüo, yo he de ir á Pamplona.
NDÑO.
¿Qué, nada te persuade?
co:«DE.
Mi amante resolución
Es más lirme que un diamante.
NuSo.
Pues un cuento. Dios le libre,
Sobre ti á plomo se cae.
En cierta p;irte del mundo.
Que aqui no importa la parte,
Habia una grande hechicera
Que Vülvia en animales
Diferentes á los hombres;
A unos los hacia elefantes,
A otros galos, á otros perros,
A otros tigres muy galanes ,
Y á otros torpes lechones;
En lin, cuanto la nadante
Arca, encerró, de Noé,
Tenia ella en dos corrales.
Llegó un hombre que sabia
El conlrahrchizo al paraje
En que estaba, y empezó
Con desenfado galante
A ir desencantando hombres.
Que á sus formas naturales
Volvían dando mil brincos
Del contenió de librarse.
Llegó a uno, á quien la forma
De cochino abominable
Cubría , y hacia gran fuerza
Con conjuros y ademanes .
Por desencantarle; mas
Porque no le desencanten ,
Lo que hacia era gruñir.
Andar hacia atrás y darle.
El tal desencaiitador
Sematabii por librarle,
Mas el maldito lechon
Le dijo, haciendo visajes :
« Yo guslo de ser cochino,
Vuesa merced no se cansen.
Llévale esa doclrinila
Y pasemos adelante.
CONDE.
Por el miedo en que te pongo
La chanza he de perdonarle :
Y ahora á esa hermosa fuente
Mientras los caballos pacen
Nos podemos acercar.
NUXO.
Eso es cosa de azacanes.
Que eso de estar junto á fuentes
Los aguadores lo hacen.
COJiDE.
¿Nada te contenta?
NIJÑO.
No,
En Navarra.
LA MAS BIDALGA HERMOSURA.
Dcnli-o OCTAVIO t ORTUSO.
OCTAVIO.
Al monte.
OIITUÑO.
NlI.>iO.
i,Ves como eres jabalí
Pues que vienen á ca/.arte?
ORTUSO.
Tomad lodos los caminos ,
De suerte, que pasar nadie
Pueda sin saber quién es.
ÑUÑO.
F.n peligro semejante,
Ser mosca fuera gran dicha.
CO>OE.
Vendrán de aquesos lugares
liuscando algunos bandidos;
Pero vamos al paraje
Donde los caballosquedan.
ÑUÑO.
Yo hago voto de ser fraile.
Salen GUTUSO, OCTAVIO
¡/ ACOMPAÑAMIENTO.
OCTAVIO.
A aquella parte hay tres hombres
Que parecen caminantes.
ORTUÑO.
¿Si será el Conde?
OCTAVIO.
No sé.
onTuÑo.
¿Nadie le conoce?
OCTAVIO.
Nadie.
ORTD.ÑO.
Cuando él á tratar estuvo
En Navarra de las paces
Con León, estaba yo
En Francia.
OCTAVIO.
Con preguntarles
Quién son, saldrás fácilmente
De aquesas difícultades.
ORTUÑO.
Dices bien ; ¿quién es aquí
El conde Fernán González?
ÑUÑO.
CONDE.
Yo soy, ¿qué queréis?
ORTUÑO.
Que seáis
Preso.
ÑUÑO.
Requiescal in pace.
CONDE.
¿Pues quién me manda prender?
ORTUÑO.
Don García (que Dios guarde),
Rey de Navarra.
CONDE.
Mirad
Que un seguro á ella me trac
De la Reina de León,
Su heriiiana.
ORTUÑO.
Pudiera darle
En su tierra, pero aquí
Esos seguros no valen.
ÑUÑO.
Voto i Cristo, que nos dio
La Reina con la del martes.
ALVAR RAMÍREZ.
(Ap. El Conde está en gran peligro,
Ahora, ahora lealtades;
Apartad, Alvar Ramírez,
Porque no es juslo que pase
Adelante ese disfraz.)
Yo el Conde soy, que á casarme
Con vuestra Infanta venia
En virtud délas reales
Cédulas y ofrecimientos
De la Reina, siempre grande.
De León; pero pues dellas
Tan poco casóse hace,
Prendedme á mí, que este hombro
Es un criado, que antes
De saber vuestros intentos,
En él quise disfrazarme.
ÑUÑO. {Ap.)
¡ Ah castellano famoso.
Qué bien cumples con tu sangre I
CONDE.
(.4p. Vive el cielo, que me ha dado
Envidia acción semejante;
Mas no he de dejar vencerme
Vo en bizarrias de nadie;
Fuera desto, yo pretendo
Que sepa Sancha, que sabe.
Muy fuera de ceremonias.
Morir por ella su amante.)
Caballeros, el afecto
De ese hombre no os engaño,
Que es mi criado, y yo soy
El conde Fernán González.
ALVAR RAMÍREZ. (Ap.)
¡ Que quiera el Conde perderse
De bizarro y arrogante!
ORTUÑO.
¿Quién llegó á ver en el mundo
Dos tan nobles voluntades?
i Extraña acción ! decid vos,
¿Quién es el Conde?
NuiSo.
Ignorante,
Con llevártelos á entrambos,
¿ De aquesa duda no sales?
ORTUÑO.
Sí, mas preso no ha de ir.
Vive Dios, hombreen quien cabo
Tal amor, y por su dueño
Quiera á la muerte entregarse.
ALVAR RAMÍREZ.
Pues dejad ir á ese hombre.
CONDE.
Pues á mi habéis de llevarme,
Que soy el Conde.
ALVAR RAMÍREZ.
Dejad,
Ramírez, los disparales,
Uasten las lealtades necias;
Yo soy quien vertió la sangro
De don Sancho, vuestro rey.
CONDE.
Aqueste acero que yace
A mi lado le dio muerte.
ORTUÑO.
¡ Quién vio duda más notable!
CONDE.
Pues porque os desengañéis...
ORTUÑO.
Decid.
CONDE.
¿No será constanto
612
COMEnUS ESCOGIDAS DE DON FRANCISCO
Que es el Conde el qoc trajere
Consit^o una inestimable
Prenda del retrato hernioso
DelalufanU?
OCTAVIO.
tio es dudable
Pena de amante grosero.
COKDE.
Pues yo le traigo, miradle.
OBTOÑO.
Es verdad, aquesie es,
{Guarda el retrato.)
Pero no es justo que ande
Con quien cruel y soberbio
Le dio la muerte á su padre.
CONDE.
Hombre atrevido, ¿qué has hecho
Vuélveme el retrato , antes
Que te saque el corazón
Y en piezas se le dé al aire.
;. Para cuándo, valor mió.
Guardo las temeridades ?
Ahora veréis.
ALVAR RAUIREZ.
Señor,
Mira que esto es disparate,
Y que es desesperación
Evidente laque haces.
NONO.
Que vienen dos mil. Señor,
Allí á cascarnos la parte.
ORTDÑO.
De que vos el Conde sois
Es argumento bastante
El sentimiento que aquí
Mostráis, porque á no albercar? e
Grande amor en vuestro pecho.
No hicierais extremos tales ;
Y asi llevadle, soldados.
CONDE.
Dime, ¿para qué es mandarles
Que me lleven, cuando tú
Atado á la bella imagen
De ese retrato me llevas
Con cadenas agradables?
Soldados, no me llevéis.
Mus compasivos guiadme,
Porque como ciego voy
El caer será muy fácil.
OltTDXO.
Vos bien os podéis volver.
XUÑO.
Del cielo goce la madre
Que te parió.
ORTUXO.
Yo 00 hablo
Con vos.
NuSo.
Pues en los volcanes
Del infierno pene ella
El disgusto que me haces.
ORTOSo.
A vos digo.
ALVAR RAUIREZ.
Mislinezas
No sufren esos ultrajes.
OCTAVIO.
Pues va este lacayo preso,
Lo mejor es maniatarle.
rfuxo.
Paréceme que ya he visto
A ustedes.
OCTAVIO.
¿Dónde, bergante?
kdSo.
Eo un paso de Pación
Con tocas y con alfanjes.
OBTÜXO.
Ya os he dicho que volváis.
ALVAR RAMÍREZ.
Advertid, que si dejarme
Queréis, lie de convocar
Ejércitos tan puianles
?ue las piedras de Navarra
iemblen al son de los parches.
ORTOÍyO.
No importa, quedad con Dios.
ALVAR RAMÍREZ.
Advertid, qne á mis crueldades
Toda Planiplona ha de verse
liañada en ceniza y sangre.
CONDE.
Alvar Ramírez, amigo.
Vele, y el cielo te guarde.
ALVAR RAMÍREZ.
A tile dé larga vida
Y te ayude en este trance.
NBXO.
A mí me den los demonios
Un cordel con que ahorcarme.
ORTCÑO.
Caminad.
CONDE.
ALVAR RAMÍREZ.
Cíelos, no me deis más vida
Que hasta llegar á librarle.
JORNADA SEGUNDA.
Salen por una parle DON GARCÍA t
ORTUÑO, y por otra DO.^A SAN-
CHA Y VIOLANTE.
DON GARCÍA.
¿Llamaste á mi hermana?
ORTUÑO.
Aqui
La fui á avisar que saliera.
DOXA SANCHA.
VIOLANTE.
Señora, sí.
ORTÜÑO.
Va sale.
DON GARCÍA.
Templar confio
Su pena.
DOÑA SANCHA.
¡Grave dolor!
DON GARCÍA.
La Infanta llega.
VIOLANTE. (.4p.)
¡Ayamor! {\ase.)
DON GARCÍA.
¿Bella Infanta?
DOÑA SANCHA.
¿Hermano mió?
DON GARCÍA.
Yo te he enviado á llamar.
DOÑA SANCHA.
Di.
E ROJAS.
I DON CARCIa.
Porque sepas...
DOÑA SANCHA.
¡Ob hadoioüel!
DON garcía.
Que quiere el cielo...
DOÑA SANCHA.
Es cruel.
DONA SANCHA.
¡Aydemil
DON GARCÍA.
En que de un padre la muerto
Venguemos dos ofendidos.
DOÑA SANCHA.
Para esa voz tengo cides.
¿De qué suerte?
DON garcIa.
Desta suene.
DOÑA SANCHA.
¿Murió el traidor?
DOS GARCÍA.
Aun no fccra
Para él castigo bastante.
DOÑA SANCHA.
Vete allá fuera, Violante.
DON GARCÍA.
Ortuño, vete allá fuera.
(\anse Violante y Ortuño.)
DOÑA SANCHA.
Pues la venganza mitigue...
DON GARCÍA.
¿Qué?
DOftA SANCHA.
El dolor.
DON GARCÍA.
Pues la que \ozíO
Podrás saber.
DOÑA SANCHA.
Díme cómo.
DON GARCÍA.
Si tú me escuchas.
DOÑA SANCHA.
Prosigue.
DON GARCÍA.
El conde Fernán González,
Como tú sabes...
DOÑA SANCHA.
Delente,
No me penetres el alma
Con que á mis oídos llegue
El nombre del que ha vertido
Nuestra sangre lanías veces ,
La de mi padre por venas.
La de mis ojos por fuenics;
Que al ir á usar del acero
Con que me vengue y te vengue,
Duscándole por donile obra.
Le empuñe por donde hiere.
DON GARCÍA.
te he dado por los filos
El puñal , no es porque dejes
La ofensa por el dolor;
Düitele, para que cebes
Tu ira en tu propia sangre,
Y porque cuando se vierte.
De derramada se irrite
Y de noble se avergücnce.
nO.ÑA SANCHA.
¿Pues .adonde podré hallar
Al Conde, porque alimente
Toda mí ira con su sangre?
Responde.
DOMGAnCÍA.
Cerca le tienes.
DOÑA SA>C1U.
En la raya de Navarra,
Segunda vez con sus huestes
Volverá á irritarlas tuyas.
Tan cruel como valiente ;
Pues si yo el caballo ocupo,
Si sobre él puesta saliese,
Uno y Giro arnés por uso
Y no por temor, luciente
Hasta en una mano, en otra
Rienda fácil, el pié débil
M ijar, porque ejecute
Lo que la mano gobierne ;
Doña Sancha de Navarra
Sabrá que...
DON GARCÍA.
Aguarda, detente.
Sabe, que dentro en l'amplona
Tengo al Conde preso.
DOÑA SANCHA.
Advierte,
Que á no ser tú quien lo dice
No fuera yo quien lo cree.
¿Quién le prendió?
DON garcía.
Mis soldados.
dona SANCHA.
¿Pero cómo fué el prenderlo
Los tuyos?
DO^ GARCÍA.
Es la venganza
Ingeniosa algunas veces.
DOÑA SANCHA.
No te entiendo, ¿no sabré...
DON GARCÍA.
Lo que aliora es conveniente
Es saber que viene preso
Y no saber cómo viene.
DOÑA SANCHA.
Pues muera el Conde.
DON GARCÍA.
No muera
El Conde.
DO.^A SANCHA.
¿Cómo se atreve
Tu tengua á decir que viva
Quien dio á tu padre la muerte?
DON GARCÍA.
Yo he hallado...
DO.ÑA SANCni.
Di, ¿qué?
DON GAllciA.
Un camino
En que esté durando siempre
Nuestra venganza.
DOÑA SANCHA.
¿Cuál es?
DON G.-.UCÍA.
En esa torre eminente,
Queá subirá la segunda
Región del aire se atreve ,
Que está enfrente de Palacio
Y de tu cuarto está enfrente,
Retirada estancia tengo
Tan secreta como fuerte.
Donde tenerle en prisión;
El acero le ensangriente
De los dias, el cuchillo
Délos años le penetre
El corazón, tan á espacio
Que al verle embolado siempre.
Aun más de lo que se aflija
Llore lo que no se hiere.
R.
LA MAS HIDALGA HERMOSURA.
DOÑA SANCHA.
Pilen dices, nuestra venganza
Dure, pues dura vehemente
Nuestro dolor; muera el Conde
De una vez, y muchas veces,
Que oir quiero desde mi cuarto
Suspiros que el viento lleve,
Que es regalo al ofendido
La queja del que le ofende.
DON GARCÍA.
La hambre le aflija, y no beba
Cuando la sed le moleste
a del llanto
labio encuentre.
DOÑA SANCHA.
¡Oh cómo verte cruel!
DON GARCÍA.
j Oh cómo indignada verte !
DO.ÑA SANCHA.
Quiermi pasión...
DON GARCÍA.
Halaga
Mi dolor.
DOÑA SANCHA.
Pero no dejes
De tener tu odio cabal
Por saber que otro le tiene ;
Si en Palacio está, ¿á qué aguardas?
DON garcía.
Que á besar tus plantas llegue.
DOÑA SANCHA.
¿V ha de enlrar á hablarle'
DON GARCÍA.
SI.
DOÑA SANCHA.
¿Cómo le trai-n?
DON GAnCÍA.
Desta suerte.
DOÑA SANCHA.
Pero espera.
DON GARCÍA.
¿Qué decías? (Tocan.)
DOÑA SANCHA.
Ni hablarle quiero ni verle,
A mi cuarto me retiro.
DON GARCÍA.
Di, ¿por qué?
DOÑA SANCHA.
No quiero que entre
Donde viéndole mis ojos
Al corazón se lo cuenten ,
Y él de irritado se asome
En lágrimas á estas fuentes
Del alma, y viéndole preso.
No quiero yo que sospeche
Que ha bro'lado la piedad
Lo que la venganza vierte. (Vase.)
DON GARCÍA.
Sale VIOLA.N TE.
VIOLANTE.
Rey de Nav.nrra,
Para cuya heroica frente
La fama en tantas provincias
Va deshojando laureles,
Hoy la piedad...
DON GARCÍA.
Mala senda
Tomaste para que encuentren
Tus voces con mis oídos;
Llegue el Conde. {Tocan.)
ftalíii EL CONDE, ÑUÑO, con OCTA-
VIO, OUTU-'^ÍO » guardas.
A tus pies tienes,
Oran Rey de Navarra, á quien
Tuvo á sus pies muchos reyes.
DON GARCÍA.
¿Tú reyes? di ¿qué reyes has vencido?
CONDE.
Si por verme rendido
Usas mal del poder contra mi suerto,
Fernán González soy.
DON GARCÍA.
Habla.
CONDE.
Y advierte,
Que la fortuna que te da blasones.
Nunca fué dueño de los corazones.
DON GARCÍA.
¿ Tú reyes, siendo tú uu pobrevasallo?
CONDE.
Caballo de Almanzor era el caballo
Que ferié al de León, y juntamenta
Le di un azor, y tan ligeramente
Uno y otro en el curso se igualaba
Que el caballo pensaron que volaba,
Que pisaba el azor el monte ó valle ;
Uno corre, otro vuela, y al miralle
Ninguno discurría
Cuál era de los dos el que corría.
DON GARCÍA. [tP,
Almanzor, de quien tanto triunfo hlcis-
Con exceso de gente le venci.'.te.
CONDE. [nado;
La envidia, y no la fama, le ha enga-
Con ejército lanío bajó á un prado.
Que al mirar el exceso de su gente,
llampo era de batalla impropíamenlo
Su campo, en las adargas tunecíes,
Orleadas de claveles carmesíes ;
Campo, en ver almaizares y labores,
Pareceric del campo á las colores;
Campo, en temblar por hojas sus pen-
[doncs,
Al remolinear sus escuadrones,
Y cuando sus jinetes me embestían.
Campo en que parecían
Las rosas de las clines amapolas.
Las lunas agua y las rocas olas.
DON GARCÍA. [sUCrlO .
Pues di que en campo igual , cnigual
A mi padre don Sancho diste muerte;
Su ejército rompido y destrozado.
Hallándole en la margen recostado
De una fuente sonora y cristalina,
Que murmurando estaba su ruina
l3e mi padre don Sancho , otro Belli-
CONDE. [do ..
La lisonja villana le ha mentido;
Castilla sabe. Rey, y tú el primero.
Que batallé con él acero á acero.
DON GARCÍA. [tado
Quien te vio darle muerte me ha con-
Que á singular batalla provocado,
A seis que le ayudaban embestía.
CONDE.
¿Cómo le dejó solo quien le via ?
Pero tú, si eres rey prudente y sabio,
¿Cómo á tí propio te haces ese agravio?
DON GARCÍA. [reina?
¿Quién es tu rey, y quién tu heroica
CONDE.
Ramiro de León, que por mi reina,
Teresa de Navarra, hermana luya.
Es mi reina.
53
,\l
COMEDIAS
DOUGARCU.
Pues si esa causa es suj.i.
Mal tu lealtad de mi piedad se ofende,
l'ues no leprendo yo, que ella lepren-
co>DE. [de.
¿Tú no me prendes t si hoy dcsta ma-
DOX gaucía. Inera...
Tu Reina me escribió que te prendiera;
Doña Violante de Castilla ha sido
La que para prenderte me ha traído
Las cartas.
VIOUNTE. {Ap.)
; Y que yo la causa fuese
Para que por mi causa le prendiese!
CUXDC.
¿Y no es doblez que i mi...
DON GAnciA.
Pueden los reyes,
Por castigar 4 quien rompió sus leyes
Aprisionarlos cautelosamente
Y á hombres como lü principalmente;
Sigúeme, Orluño, porque sepas donde
Quiero que quede aprisionado el Con-
Y en tamo que le Bo mi cuidado [de;
No se quite de aquí ningún criado.
ORTUÑO.
Tus órdenes espero.
DO.N garcía.
Ven conmigo.
CONDE.
Esa es venganza.
DON CABCiA.
Llámala castigo.
CONDE.
No eres mi rey.
DON GABCIA.
Hoy que en mi reino te hallo,
Te pienso castigar como á vasallo.
{Vanie don Garda y Orluño.)
CONDE.
TÚ, hermosísima Violante.
VIOLANTE.
i Ay de mí !
CONDE.
La causa has sido
De que el Hey me haya prendido,
i Es est;> la fe constante
Con que escuché tu pasión.
Que de mi verdad se obliga?
NU.ÑO.
Mandadera sois, amiga.
Non tenedes culpa, non.
CONDE.
Mal á una acción tan honrada
Tu obligación corresponde.
VIOLANTE.
Bien saben los cielos. Conde,
Que yo no he sido culpada
En que la infelice suerte
Mate á los dos de una herida,
Pues para librar tu vida
Me arriesgara yo á la muerte ;
Pero ya que por mi fué
Tan injusta tu prisión ,
Con mi queja y mi razón
A la Inl'anla rogaré
Que te haga dar libertad;
liiré que á los dos amparo ,
Y si fila no me ayudare ,
Obligada á la lealtad
Que le debe á mi afición,
A convocar tus soldados
A Ncncer acostumbrados,
[)aré la vuelta á León,
Y á irritar su acero airado.
Si no es que por verte asi
ESCOGIDAS DE DON FKANCISCO DE ROJAS,
Se han olvidado de II
Desde que eres desdichado;
Justo es que Gneza tanta
A tu libertad acuda,
Y si la Infanu me ayuda...
CONDE.
No te fies de la Infanta
Ni de su trato infiel, '
Si es en acción semejante ,
Que es como vana inconstante
Y' como hermosa cruel ;
Pues de su valor no aguarde
El socorro tu ternura,
Que es la primer hermosura
Que ha habido jamás cobarde.
Que á la Gneza ha faltado
Que debió á una voluntad ,
Que es cruel, que yo que...
Sale DOÑA SAN'CIIA.
DOÑA SANCHA.
Hablad,
Proseqnid , ;.qué os ha turbado?
¿Vos aquí, Violante?
VIOLANTE.
Estaba
Diciendo...
CONDE.
La dije que...
DOÑA SANCHA.
De la Infanta, ¿qué es lo que
Decís?
CONDE.
De vos me quejaba.
DOÑA SANCHA.
A esa prisión , ¿cómo vos
No le lleváis ya?
OCTAVIO.
Primero
La orden del Rey espero
Que traiga Ortuño.
DOÑA SA^•CHA.
A los dos.
(¡Cuánto el verle me ha indignado!)
A esotra pieza llevad.
VIOLANTE
lAyar '
ni;no.
Zape.
OCTAVIO.
Venid, Conde.
CONDE.
¡Infeliz hado!
DO.ÑA SANCHA.
Pero esperad ; ¿por qué aquí
De mí rigor se ha quejado
Vuestro'error? ¿vos no habéis dado
La muerte á mi padre?
co:íde.
Si,
Que le di muerte confieso.
DOÑA SANCHA.
Pues á vos, ¿ qué os asegura?
CONDE.
De que por una hermosura,
A quion adoro, estoy preso;
Y á la verdad contradice
Con que la adoro rendido.
VIOLANTE. {Ap.)
Como yo la causa he sido,
Por mi sin duda lo dice.
CONDE.
Por ella he venido aquí.
CONDE.
Mi fe y mi amor.
VIOLANTE. (Ap.)
SI, el Conde vino por mi.
DOÑA SANCHA.
La causa saber quisiera
Que os hiela, os turba y os [ara
CONDE.
Señora, yo me explicara
A no haber quien nos oyera.
DOÑA SANCHA.
Quedemos solos los dos.
CONDE.
Mi queja alivie mi mal.
DOÑA SANCHA.
Hacedme el cargo cabal.
¿Octavio?
OCTAVIO.
Señora.
DOÑA SANCHA.
Vos
Esperad fuera; Violante,
¿A qué aguardáis? (Vate Octavio.)
RUÑO.
i Y yo no ?
VIOLANTE.
Bella doña Sancha, yo
No iniporla que esté delante,
Pues \o decirle pudiera
Su amor, su Gneza y fe.
CONDE.
S¡ no se va, callaré.
DOÑA SANCHA.
Sí importa, vele allá fuera.
VIOLANTE.
Ya yo te obedezco.
CONDE.
Asi
Podré hablar.
VIOLANTE.
Irme es forzoso. (Vcíí.)
CONDE.
DONA SANCHA.
Di.
CONDE.
Bella Infama de Navarra,
Doña Suncha, á quien imitan
El sol, si atiende á tus ojos,
La aurora, si ve tu risa ,
Ya sabrás que habrá dos años
Que vine desde Castilla
A Navarra á tratar paces
Con tu padre; ya sabrías
Que no las quiso ajuslar,
Que cuando una monarquía
Se ve más feliz en armas,
Finge que la paz estima,
Y con tales circunstancias
La propone, que al oírlas.
Con lo que piensa que templa
Es con lo mismo que írrita;
Pedí licencia á tu padre
Para irme, y concedida,
¡ Que no haya yo visto (dije).
Ni que el Rey me lu permita,
A la infanta doña Sancha!
Allá dicen, encastilla.
Que aun es mayor su hermosura
De lo que la fama pinta ;
Si queréis verla (me dijo
Un jardinero que habita
Esos Jardines), podéis
Recatado en las floridas
Ramas, verá doña Sancha,
Oueá cultivar cada dia
Sale á esas llores, que sólo
Producen cuando las pisa ;
Diúnie una llave una larde,
Del jardin, y tuvedicba
Que entrar ninguno me viese ;
De un verde rosal se fia
Mi recato, y de una cuadra
Te vi que al jardin salías
(Si en verte puede alcanzar
Jurisdicciones la vista) ;
Saliste al jardin, dejando
Todas las llores marchitas ;
Recogióse de vergüenza
La rosa ; aqui se pndia.
Viéndola mustia, decir
Que se quedaba en la espina ;
Las azucenas entonces
A tus manos se venian
Por si convertirlas pueden
En ondas de nieve riza ;
Y en verdad que casi casi
Las vi igual, cuando las via.
Pues se pusieron más blancas
De miedo de competirlas ;
Por el jardin se hizo salva
Hermosísima zuiza
De llores, que dispararon
Al son (le la artillería
De las fuentes su fragancia
Con pólvora cristalina;
El miliciano jazmiD
Dispuso su puntería
En tu frenle, y el clavel
Asestaba á tus mejillas;
La mosquetera amapola
Puso en tus labios la mira,
Y de emboscada la rosa
Te acometió pica á pica ;
Las maravillas en tropas
Hicieron toda la riza
En tus ojos, porque al verte
Todas eran maravillas ;
De mí solo no te cuento
Lo (|ue el corazón sentía.
Que harto pienso que te ha dicho
Quien le ha dicho que te via;
Libre el pecho me dejaste,
No el alma, que fué la herida
De la condición del rayo,
Todo el acero en ceniza
Convierte y deja la vaina
Como el mismo acero, limpia ;
Volvime á Leoii, Señora,
Mandóme el Rey que prosiga
La guerra, muere tu padre
(Aqui, aquí te necesita
Mi voz atenta y piadosa ) ;
Tu hermana, ¡ay amor! rae cnvia
A Pamplona, porque dice
Que casarme solicita
Contigo, y que ya tu hermano
Para estas bodas me envia
A llamar; creoá la Reina,
Bien que en balde se conOa
De la fortuna quien cree
Sus mentiras v sus dichas ;
Préndeme el Rey en llegando.
Inadvertidos me quitan
Td retrato sus soldados,
Y si á prenderme venian.
Lo erraron, pues me quitaron
La prisión que yo traía;
Y ahora hapo á tu belleza
Todo el cargo; ;.tú que habias
De amparar á quien te adora
Eres la que le castigas?
Que no premiases mi amor.
Ni esta esperanza enemiga
LA MAS HIDALGA HERMOSURA.
Que imaginando que vuela
No vuela, sino imagina.
Vaya ; pero que tú seas
La que me quites la vida
Con tus ojos, ¿y que pienses
Que te hace falta la ira?
Este si es cargo ; aqui si
Que todo el derecho estriba
üe mi amor; sabe, Señora
(Perdona esta vez, que mia
Te he de llamar, que la lengua,
Si es fuerza que al alma asista,
lia de decir lo que el alma
Le enviare á decir que diga),
Que eres mi castigo y eres
Mi perdón, que mi ruina
Kresy eres mi edificio,
Mi ahogada y mí enemiga ,
Mí vida, pero mi muerte ,
Descanso, pero fatiga,
Osadía, pero miedo.
Mi ceguedad, pero vista,
Serenidad, mas borrasca.
Amante, aunque me persigas;
Libre ó preso, aunque me olvides,
He de arriesgar esta vida
,\ tus ojos, y he de darte
Un alma de quien te sirvas ;
Y aunque se conjure el hado
Contra mí, y aunque lo impida
Mi estrella, que en adorarte
Sólo no parece mia.
Yo haré que este amor constante
(jue en fe tuya se eterniza.
Cuando á tus rigores muera
Que para los siglos viva.
DOSa SANCHA.
En fin, ¿que sólo por raí
lia sillo vuestra venida
A Navarra?
CONDE.
Si, Señora,
Esta carta te lo diga
De la Reina.
DoSa SANCnA.
¿Y por mi causa
Estáis preso?
CONDE. (Ap.)
Amor, albricias.
DOÑA SANCHA.
,-. De manera, que conmigo
Se hizo la traición?
La mibnia.
DOÑA SANCHA.
¿Y yo soy la causa?
CONDS.
Tú,
De que esté muriendo y viva.
DOÑA SANCHA.
¿De que estéis preso ?
ÑOÑO.
Y yo y todo.
DOÑA SANCHA.
Pues hoy veréis...
CONDE.
¿Qué imaginas?
DOÑA SANCHA.
Que indignada...
CONDE.
Tus piedades
Solicito.
DOÑA SANOIA.
Y vengativa.
He de hacer que el mundo sepa
Quién soy.
NIÑO. {Ap.)
Ahora nos libra.
lOÑA SANCHA.
Sale ORTUNO.
ORTUNO.
¿Señora?
DO.ÑA SANCHA.
A los dos...
CONDE.
¿ Qué determinas?
DOÑA SANCHA.
Puedes llevar.
NOfiO.
Ya nos vamos.
DOÑA SANCHA.
Por este cuarto...
CONDE.
¡Gran dicha!
DOÑA SANCHA.
A la prisión donde el Rey
Os dejó mandado.
NDÑO.
¡Chispas!
DOÑA SANCHA.
Pues viven los cielos...
ORTDÑO.
Vamos,
Ñuño.
DOÑA SANCHA.
Que hoy la voz mia...
ÑUÑO.
¡ Oh Infanta !
ORTUÑO.
Ya llevó el orden.
ÑUÑO.
Mal tercio de infantería
Te entre á saco.
CONDE.
Amor, paciencia.
Que sin méritos no hay dicha.
( Vanse Ñuño, Orliiño y el Conde.)
DOÑA SANCHA.
Pues hoy ha de ver Navarra
Cuánto doña Sancha estima
Su pundonor, oiga el mundo
Y mí hermano don Garda
Oiga de mí...
Saíe DON GARCÍA.
¿Doña Sancha?
DOÑA SANCHA.
A buen tiempo
DON GARCÍA.
¿Qué hacías?
DOÑA SANCHA.
Ha llegado vuestra alteza; (Uora.)
(Pesia el llanto).
DON GARCÍA.
Hermana mia,
; Tú lágrimas y tú quejas?
Que escuchadas y vertidas
No las creo, como nunca
Tu vanidad las destila;
Hoy que tengo preso ai Conde,
Tu ofensor...
DOÑA SANCHA.
¡Suerte enemiga!
510 COMEDIAS
noM garcía.
¿Tú en tristezas?
DOÑA SANCHA.
Si un agravio
Le haces al alma, ¿querías
(,'ue el corazón le auradezca
Lo que al corazón irrila?
DON García.
¿Vo agravio?
DOÑA SANCHA.
En prender al Condo.
DON GARCÍA.
Dinio cómo.
DOÑA SANCHA.
¿No venia
Adesposarse conmigo?
DON GARCÍA.
.\ eso tu hermana le envia
Desde León, y en la raja
Le prendí.
DOÑA SANCHA.
¿Y es bien que diga
El mundo que es lu venganza
Cautelosa y no atrevida?
A mis ojos { ¡ oh, cegaran
Primero á rendir envidias ! )
Al Conde y á la cautela
De mi belleza le lias?
¿No había campaña...
DCN GARCÍA.
Parece...
DOÑA SANCHA.
¿Dónde el acero podia
Tomar venganza?
DON GARCÍA.
Que estás...
DOÑA SANCHA.
¿Que dices?
DON GARCÍA.
DONA SANCHA.
Detente,
Que si en mi voz imaginas
(jue hay traición, como en lu tralo ;
Si amor piensas que me obliga
A esta queja, vive yo;
Mas juro, vive mi ira.
Que será inmortal, que á haber
Dado mis ojos noticia
Al corazón que hay en él
Señas de que en él cabía,
Los cegara con mi llanto ;
Y si este huésped que habita
El oido, este Hugaso
Se alimentara algún día
De los ecos con que suele
Regarle la carieria,
Le ahogara en dos desengaños
Que tanta experiencia cria.
Para que del escarmiento
Probara el amargo acíbar;
Aquí solamente habla...
DON GARCÍA.
¿Quién?
DONA SANCHA.
Mi vanidad, que es hija
De mis altos pensamientos ;
Diferente monarquía
Es la de mi vanidad
Que la de amor, que esta cisma
La introduce en este reino
El oido y no la vista,
Y en un Í!ey...
DON GARCÍA.
Tu hermana fué
La que le prendió.
ESCOCIDAS DE DON FRANCISCO DE ROJAS.
DONA SANCHA.
Imagina
Que á ti te han de hacer el cargo.
tPues qué importará que digan
Que tengo preso á quien dio
Muerte á mi padre?
DOÑA SANCHA.
Podrian
Murmurar que hizo lu industria
Lo que tu valornoharia.
DON GARCÍA.
Yo soy rey, él un vasallo
De otro rey, y aunque podia
Usar del valor, hoy uso
Del poder.
DOÑA SASCnA.
Bien te acreditas;
Para engañarle conmigo
Le has hecho lu igual, ¿ y miras
Que no es lu igual si ácampaüa
Le Síicas y desalías?
DON GARCÍA.
Yo, si en campaña le diese
La muerte, mormurarían
Que fué en mi reino.
DOÑA SANCHA.
¿Qué importa?
Haz tú lo que hacer debías :
Como obre bien lu valor.
Cuéntelo mal la malicia.
DON GARCÍA.
Yo no intento aventurar
Un castigo.
DOÑA SANCHA.
Poco estimas
Tu fama.
DON GARCÍA.
Yo hallé en mi reino
Mí ofensor.
DOÑA SANCHA.
Y yo en tu misma
Venganza encuentro mi ofensa.
DON GARCÍA.
Pues si piensas...
DO.ÑA SANCHA.
Sí imaginas...
DON GARCÍA.
Que he de libertar al Conde...
DOÑA SANCHA.
Costear conmigo lu ira...
Salen ORTUSO v VIOLANTE.
ORTL'ÑO.
¥a el Conde...
VIOLANTE.
Ya en la prisión...
DON GARCÍA.
¿A qué vienes?
DOÑA SANCHA.
¿Qué decías?
ORTDÑO.
Que ya el Conde queda preso,
Comí) mandaste.
VIOLANTE. {Ap. á doña Sancha.)
Que pidas
Al Rey que mi amor ampare
Con dar al Conde la vida.
DON GARCÍA.
Muera el Conde en la prisión.
Que esto importa.
DOÑA SANCHA. [Ap. á Violante.)
Si se ña
Tu amor de mí, yo te ofreico
Su libertad.
SI es precisa
Su niuerle, de mi lealtad
Cien tu enojo se confia.
DON garcía. (Ap.)
Con la Infanta disimulo.
DOÑA SANCHA. (Ap.)
Finjamos, industria mia.
DON GARCÍA.
Doña Sancha, aunque nii enojo...
DOÑA SANCHA.
Rey y Señor, aunque mi ira...
DON garcía.
De parte está del castigo...
IIOÑA SANCHA.
Un desagravio pedia...
DON GARCÍA.
Tu pundonor es primero
Que mi dolor.
DOÑA SANCHA.
Mas justicia
Tiene tu pasión.
DON garcía:
Yo ofrezco
Hacer lo que tú me pidas.
DOÑA SA.NCBA.
Y yo no pedirte más
De cuanto el dolor permita.
DON GARClA.
Ven, Orluño.
DOÑA SANCHA.
Ven, Violante.
ORTBÑO.
En fin, Señor, ¿determinas
Que hoy muera?
DON GARCÍA.
Hoy será su muerte.
VIOLANTE.
En fin , ;. darle solicitas
Líberlad?
DOÑA SANCHA. (Ap. ú Violante.)
Libre has de verle.
VIOLANTE. (Ap.)
Para primera , gran dicha.
DON GARCÍA. (Ap.)
Para dolor grave, el mío.
ORTÜÑO. (Ap.)
Lealtad, no tan compasiva.
VIOLANTE. (.4p.)
No tan cobarde , esperanza.
DOÑA SANCHA. (.4p.)
Estrella , no tan impla.
DRTOÑO. (.4p.)
Lealtad...
DOÑA SANCHA. (Ap.)
Ira...
DON GARCÍA. (.4p.)
Venganza
¡Muera el Conde!
DO.ÑA SANCHA. (.4p.)
¡El Conde viva!
(Vanse.)
Tocan, 1/ salen EL REY, LA REINA.
ALB.VR RAMÍREZ. GARCI FER-
NANDEZ ¡/soldados.
REINA.
jRey Ramiro?
Esposa mía.
Lux de la luz, conque amanece el día,
¿Dónde vas desla suerte?
nciNA.
Hablar nopuedo^
IlEV.
Indicio del temor, seña del miedo.
BEIXA.
¿Dónde vas arrojado
Con tu ira , tu rostro equivocado?
nEY.
¿No escuchas este fúnebre intrumenlo.
Que inquieta el aire con su ronco acen-
REINA. Uo-
¿Noves aquellos negros enlutados,
linlrarse disfrazados
Por el palacio luyo, sóloá hablarte
De las iras, discípulos de Mario ,
Negras las bandas, negros los pavescs?
REY.
¿Si castellanos son?
nEIXA.
¿Siso.T leoneses?
nEv.
¿Qué novedad...
nEi:iA.
¿Qué interno nuevo ha sido...
RET.
El que os ha conducido
A entraros desta suerle?
liElMA.
A ir ensayando mi futura muerte?
REY. [do.
Responded, vuestro Rey os eslá hablan
REI.NA. filo.
VovuestraReina soy, no habléis callan
REY. [na.
V cl queeo las voluntades vuestrasrei
ALIIAR RAIIIREZ.
No eres mi Rey.
CARCI FERNANDEZ.
Ni tú eres nuestra Reina
REY. [ce'
iQuién, pues , i mi obediencia contradi
ALRAR RAUIREZ.
Albar Ramírez es cl que lo dice.
REIMA.
¿Quién i negarme el vasallaje llega'
CARCI FERNASDEZ.
Garci Fernandez e.s el que le niíga.
íTú en León, Albar Ramírez?
ALCAR RAMÍREZ.
Roj Ramiro, yo en León.
REINA.
¿Tú te sales de mi corte )
Don García?
GARCl ferkaxdez.
También yo.
REY.
¿Dejaste al conde en Navarra?
ALBAR RAUIREZ.
Sr lealtad, si le dejó,
Fué para poder volver
A vengar una traición.
REIMA.
¿ Es muerto el Conde? Parece
Que ese fúnebre rumor
Que iguaia con las sordinas
El destemplado atambor,
Indicios da de su muerte.
LA M.\3 HIDALGA HERMOSURA.
ALBAR RAUIREZ.
Este llanto que vistió
iNuestro semblante , que es tela
Que usa siempre el corazón ,
lis por la prisión injusta
Del Conde.
REINA. (Ap.)
Ya se logró
Mi venganza.
CARCI FERNANDEZ.
Aqueste luto
Que á los ojos lisonjeó.
Viene i ser de la venganza
Mas seña que del dolor.
Pre.soesiáei Conde, mi lio,
Fernán González.
Los dos
Me habéis dicho qne esl:^ preso,
Sin decir quién le prendió.
¿Pasando acaso á Navarra
Los soldados de Almanzor
Que corren estas campañas
Le prendieron?
ALUAR RAMÍREZ.
Señor, no:
Prendióle el Rey de Navana.
REY.
Pues el Rey, ¿cómo faltó
A la palabra;
ALBAR RAMÍREZ.
Y aun eso...
¿Qué decís?
ALBAR RAUIREZ.
No es lo peor,
Sino que en Pamplona dicen
Que le hicisteis prender vos.
REY.
i Yo al Conde , á quien debe tanto
Mi reino?
REINA.
Tened, que yo
Soy quien prender hizo al Conde.
REY.
Decid, ¿por qué?
Porque dio
Muerte á mi padre.
CARCI FERNANDEZ.
¿Y es bien
Que pueda decir León
Que con la traición se venga
Lo que se hizo sin traición ?
¿Yo li.abia de prender al Conde
Porque cuerpo á cuerpo dio
Muerte á mi enemigo? ¿lis justo
Que á quien reinos conquistó
Y á quien me puso en la mano
El cetro le prenda yo?
ALCAR RAMÍREZ.
De ir á esta justa venganza
Por general nuestro...
REY.
No
He de romper yo una paz
Por vengar este baldón.
ALBAR RAMÍREZ.
Nuevo general tenemos.
REINA.
Faltando el Conde , es error
Pensar quQ habrá otro adalid.
ALBAR RAMir.EZ.
Él mismo, sí, vive Dios,
Se ha de irá vengar i sí;
El retrato que él dejó
Suyo, por ^'uarda y defensa
De vuestra ciuilad de Lcon,
A quien la dicslra porfía
l^el buril pcriicidiió.
Saldrá á la lid con nosotros ;
Queaunque inanimado hoy,
Vencerá , si , por ser suyo,
El enemigo escuadrón.
REY.
Pues yo lomaré las armas ,
Porque arbitro entre los dos ,
Le he de animar justamente
Con mi acero y su bastón.
^o irritaré al de Navarra.
ALBAR I
Y porque no haya infanzón
Ni ricohombre de Castilla
Quf falle á la obligación
De su sangre, jurad todos
Sobre la cruz del pendón.
En nneslro lenguaje antigüe
ipjü
Pelayo
Los castellanos lidalgos.
No sandios, villanos non ,
> de Castiella además
Los ricoslionies de pro,
Fablanios de aquesta guisa.
ALBAR RAMÍREZ.
¿.lurais seguir el trolou
É la segura é retrato
En pos'de nuestro campeón
El conde Fernán González?
TODOS.
Todos iremos en pos.
GARCI FERNANDEZ.
¿ Facéis somo aquesta cruz
Pleitesía al señor Dios
De non volver á Castiella
Sin vuestro Conde é Señor?
TODOS.
Otro que tal , lo juramos.
ALBAR RAUIREZ.
E ahora por el honor
üelReye,vos,la Teresa,
¿Jurad'es que non con vos
Vueso velado hizo el tuerto.
La falsía é la traición ?
REINA.
Yo lo juro.
GARCl FERNANDEZ.
¿El señor Reye,
Non facles jura, que non
Contra ñusco lomaredes
Armes?
REY.
Homildoso estoy
Cabe la cruz, cabalando
Vucsa amistanza y mi amor,
Con vusco también lo juro.
ALBAR RAMÍREZ.
Pues por el cielo y el sol...
GABCI FERNANDEZ.
Por las estrellas, la tierra...
518
Y por ese
Segundo hermoso farol...
ALBAH RAMÍREZ,
De non volver sin el Conde.
CARCl FERNANDEZ.
Sin vengar su sangre jo.
De non volver de Navarra.
REV.
Be ser el que entre los dos
Vaya á niiligar la guerra.
REIXA.
De ser quien le irrite yo.
ALDAR RAUIREZ.
Pues veo...
CARCl FERNANDEZ.
Pues oigo...
REY.
Que todos
Los que castellanos son...
TODOS.
Juramento lleváis fecho
Sonio la cruz del pendón ,
De non volver á Castiella
Sin el Conde, su Señor.
(Vanse.)
Salen EL CONDE, ÑUÑO y OCTAVIO.
CO^DE.
¿No qnieres dejarme, Ñuño?
ÑUÑO.
Señor, tú te quieres mal,
¿Sobre preso enamorado?
¿ Los condes de cuando acá
Se enamoran de esa suerte?
OCTAVIO.
¿No son hombres?
ND.\0.
Si serán;
Señora guarda de vista,
^Quiérenos usted dejar?
CONDE.
Dame en que me siente.
RUÑO.
Toma.
Mire, señor guarda.
OCTAVIO.
Hablad.
MJÑO.
Mire, Conde enamorado
A todo ruedo, no le bay
Kn el mundo, sino mi amo;
Buen siglo hayan, que si habrán
Los dos condes de Carrion ,
Oue á Elvira , la hermosa , atrás ,
Con cien azotes le hicieron
IJa lindo particular.
CONDE.
; Ay liermosa doña Sancha !
NCÑO.
¿Señor guarda?
¿(Juc mandáis?
Nl'ÑO.
¿Quiere dejarnos un rato?
OCTAVIO.
Soy mandado.
NU.ÑO.
¿Vqué le dan
Por guarda de vista?
OCTAVIO.
Danmc
Doce reales.
COMEDIAS ESCOGIDAS DE DON FRANCISCO DE ROJAS.
NO.XO.
Uno más
Le dará el Conde, mi amo,
Si á esotra pieza se va,
Y si á otra, le dará dos,
Y si á otra, tres le dará;
Y, en fin, le iremos pagando
Por piezas.
OCTAVIO.
Ñuño, pensad
Que este es mi oficio.
NUXO.
Señores ,
Aun á este hombre ya le dan
Doce reales por ser guarda ;
Mas cuando veo levantar
A l;(s seis de la mañana
A un juez , no más de á'aborcar
Aun hombre , por lo que á el
Ni le viene ni le va;
Y cu.indo veo de noche
Rondando por el lugar
Con lodos á media pierna,
A otro juez á preguntar :
«¿Quién va á la Justicia?— Un hombre.
»— ¿Q"é oficio?— Soy ganapán. —
í— ¿Adonde carga?— En el vino.—
x- ¿Donde viene?— De cargar.—
»— A recoger noramala.»
Señores, ¿para mandar
Que un ganapán no se moje
Se va un juez á remojar?
Pero si es el bien común ,
Vaya; mas lo que me ha
De hacer perder el juicio
Es, que suba un sacristán
A un pulpito por seis cuartos ,
Y aun estos no se los dan ,
A excomulgar un linaje,
Y empieza luego á ensartar
La maldición de Sodoma ,
Gomorra , Aviron y Atan
Caiga sobre ellos; no hallen.
Si fueren á pedir pan.
Quien se lo dé ; vean sus hijos
Y hijas sembradas de sal.
Perro, ¿por seis cuartos solos
Te subes á excomulgar
A un ladrón , que porque calles
Te dará dos cuartos más?
¡Hay tal hombre!
CONDE.
Cierto que he preciado más
En esta prisión tenerte
Que si tú fueras mi igual
Con ser un hombre tan bajo.
NU.ÑO.
Muy buena honra me das.
Un predicador de plazas
Decia á todo vocear :
Hijos mios, no soy vano.
Más estimo predicar
A docientos picaritos
Que oyéndome ahora estáis
Que á principes y señores.»
V á esto dijo un azacán :
Ni nosotros merecemos
Que vuestra paternidad
l'icJit|nc un sirnioii l.m largo,
l'ndiendo ser la mitad.»
V lodos los pií'iirilos
Se Ilición [lian, pian.
¡Oiiiéii pudiera hacer lo mismo,
l'orque asi me .honres!
CONDE.
¿Qué hará
La Infanta , Ñuño, :i < slas horas.'
tiU.NO.
Si hoy has de morir, rezar
Porque te lleve el demonio.
OtTAVIO.
Mientes.
NDÑO.
¿Quiéresme dejar?
OCTAVIO.
Estará en este jardín
Arrepentida quizá
De tu prisión, ensayando
En las llores que en él hay,
Si las da libertad, cómo
Ha de darte libertad.
COSDE.
Mucho me has lisonjeado;
Tú, Niiño, le puedes dar
La cadena que te di
Que me guardases.
NCÑO.
Andar.
OCTAVIO.
I Gran tesoro he descubierto !
ÑUÑO.
¿Dices la cadena? ¿Ya
No se la diste á otra guarda?
CONDE.
No me acordaba , es verdad.
NDÑO. (.Ip.)
Este es gran señor, que no
Se acuerda de lo que da.
OCTAVIO.
¡Ay, mi tesoro en el pozo!
ÑUÑO.
Como el gozo. ¿Fallará
Cadena que darle puedas?
No hay otra cadena?
CONDE.
¿Cuál?
ÑUÑO.
Esa que traes á los pies
Se puede ahora llevar.
Que vale un tesoro.
OCTAVIO.
Lindo.
NCÑO.
Mira más, ya que no hay
Cadena , á esto del tesoro
Tengo un cuento que le dar.
OCTAVIO.
¿Es largo?
ÑUÑO.
SI, pero es puerco;
Pero en el Palacio real
Lo puerco es lo colorado
Y lo amarillo no tal.
Un sacristán de Jadraquo
Tenia en solo un altar
Doce apóstoles pintados,
Y púsole á cada cual
Una candelita un dia
Que los quiso cortejar;
Pues á san Bartolomé,
Que tenia á Satanás
A los pies , puso también
Otra candelita más.
OCTAVIO.
¿Al diablo candela?
NUXO.
Si;
Y en esto no hizo mal;
A uno porque le haga bien,
Vá otro porque no haga nial;
Mas no es este el caso.
OCTAVIO.
Si -a.
NU^O.
Fuese i la noche i acostar
El sacristán 6 su cama :
Durmióse, empezó á roncar,
Y soDo que le decía
El diablo : « Porque me has
Puesto candela . un tesoro
Te lie de descubrir que está
Kn un arenal; conmigo
Ven á bailarle al arenal.»
Soñó (|ue allá llevaba,
Y le dijo: «Aquí hallarás
El tesoro, cava aqui.
—No tengo con qué cavar.»
El sacristán respondió :
<i Pues pon alguna señal
l'ara que mañana vuelvas.
—En lodo el campo no habrá
Una piedra , replicó.
—Pon una rama.— Ñola hay.ii
Dijo el sacristán. Y el diablo.
Como no hallaba señal.
Dijo: «Desatácate
Y haz ahí tu necesidad.»
El sacristán , con la gana
De hallarle, sin más ni mis,
Por no perder el tesoro,
Empujó con gana , y zas.
Despertó por la mañana ;
Pero encontró al despertar
Sembrado por los colchones
Todo el tesoro cabal.
Quedo.
su.Ño.
¿Qué dices?
CONDE.
Que han
Abierto ya aquel postigo
Que hacia el cuarto principal
De la Infanta, según dicen
Las guardas , pienso que va...
¿Quién será?
NONO.
Será el verdugo.
OCTAVIO.
¿Quién anda en la puerta?
ÑUÑO.
i Hay tal
Guarda!
co:«df:.
Sin duda es Ortuño.
OCTAVIO.
No C3 Orluño.
MJÑO.
El Rey será.
OCTAVIO.
jQuIén anda en la puerta ?
Salen DOSA SANXIIA t VIOLANTE.
DO.ÑA SANCHA.
Yo.
NO.XO.
Abrióse de par en par
Todo el cielo.
CONDE.
Ojos, albricias ,
Que be visto el arco de paz.
OCTAVIO.
¿ Vuestra alteza en la prisión ?
DOÑA SANCHA.
Bien [indeissolo dejar
Al Conde , que asi lo manda
El Rey.
LA MAS HIDALGA IIEltMOSÜIU.
OCTAVIO.
Si vos lo mandáis.
Vuestro precepto obedezco.
ÑUÑO.
Voy contigo.
DOÑA SANCDA.
Y no digáis
Que yo quedo en la prisión
A ninguno.
OCTAVIO.
Asi será.
(Vanse.)
DOÑA SANCHA.
Tú, Violante, ten cuidado
No éutre el Hey.
VIOLANTE.
Iré á mirar
A tu cuarto si el Rey sale.
Aunque ya sabes que está
Recogido.
DOÑA SANCHA.
Vete presto.
VIOLANTE.
Pues vuestra alteza podrá,
Si por mí hace la fineza
De darle la libertad
Y la vida...
DOÑA SANCHA.
¿Qué?
VIOLANTE.
Que él sepa
Como por mí se la das. (Vase.
DOÑA SANCHA.
Ilarélo asi. (Mal conoces
Mi intento.)
CONDE.
Penas, dejad
Que á toda el alma la avise
De lo que en mis ojos hay.
DOÑA SANCHA.
¿Conde?
CONDE.
¿Señora? ¿Pues vos
Por qué venis á doblar
La prisión, dejándoos ver?
DOÑA SANCHA.
Antes OS vengo á librar
De la prisión.
CONDE.
¿Quédecis?
Felice se llamará
Quien goce de vuestro amor.
I DOÑA SANCHA.
Tened , no le agradezcáis
A mi amor lo que por vos
lia de hacer mi vanidad.
Conde , vos me hicisteis car^o
De que por mi causa estáis
Preso en Pamplona.
CONDE.
Es asi.
I DOÑA SANCHA.
Pnes porque nunca digáis
Que ya (|ue en esta hermosura
No hubo amor, que no hay piedad,
Hidalga , aunque desdeñosa ,
Con vos se ha atrevido á usar
De una hidalguía.
CONDE.
Señora....
iCómo hidalga no será
lina hermosura de quien
Desciende la luz solar?
DO.ÑA SANCHA.
V es que esté libre por mi
El que preso por uil está.
Esta puerta de mi cuarto
Está abierta , y no podráo
Las guardas veros salir
Cuando por ella salgáis.
El Rey está recogido,
A ese jardín os bajad
Con silencio, donde en ¿I
Tenéis quien esquitará
Las prisiones, y también
Mis criados os irán
Convoyando hasta la raya
De Navarra ; mas pensacl
Que envió tras vos mi ira ,
Y que en dándoos libertad
Vuestra enemiga he de ser.
Que ahora no pretendo más
De que sí os prendió mi amor
Que os libre mi vanidad.
CONDK.
La hidiilguia os agradezco,
Señora ; pero pensad
Que yo no me puedo ir.
DOÑA SANCHA.
¿Porqué?
CONDE.
¿Por qué? ¿Qué dirá
Castilla si ve que yo
Amante, lino y leal
Vine por vos , que de vos
Vaya huyendo? Y glosarán
Que ha sido mi amor colianle ,
Pues de vos huye; y aun más
Podrán decir, que os dejé
Kn el riosro. sin mirar
Que iKir (i^uine .-i mi la vida
L:i vui'sira |)eli;!rai-á.
Y aun más dirán , <iue vos fuisteis
La amante , pues me libráis ,
Y yo el desagradecido.
Pues huyendo os pago mal.
Pues si he de ser, por lo menos,
Falso amante , si no hay
Quien no diga , aunque más sea ,
Que me quiera disculpar.
Que doy señ.Tl de cobarde
Y de ingrato doy señal ;
Aunque os debo agradecer
La huialguía , perdonad ,
Que con vos tengo de ir
O con vos he de quedar.
DOÑA SANCHA.
En lo que toca á mi riesgo,
¿Qué me puede á mi costar
Daros libertad á vos?
Por vuestra vida, mirad
Que el Rey quitárosla quiero;
Y habiendo cumplido ya
Mi obligación , no podéis
Quejaros ; y mal podrá
Cumplir la razón mañana ,
La que hoy la ocasión os da.
CONDE.
Diz que estaba un arroyuelo
Amando á la aurora fria ,
Y la aurora le tenia
Preso en la cárcel del hielo
Darle intentaba consuelo
Desatándola de sí,
Y el arroyo dijo asi:
« Aurora , déjame helado,
Pues mientras estoy parado
Estov gozando de ti.
La libertad no me des
Aunque me hayas de malar,
Dijo, puesto que en el mar
Tengo de morir después.»
Lo mismo, Señora, es
Lo que acontece á mi suerte
Si está mi vida ó mi muerte
En quedarme ó en dejarte ,
S-:0 COMEDIAS
Muera de siMo mirarte
Quieu morirá de no verCe.
DOÑA SANCHA.
Y la aurora dijo asi:
• Vele, arroyo, quediris.
Si no te libro, que estas
Aprisionado por mi;
En llegando al mar, de atli
Otra vez podrás volver,
Que ahora no he de agradecer
Esa forzada pasión,
Y asi te doy ocasión
De volver á merecer».
CONDE.
SI eso está en que me he do ir,
ISo he de irme.
DOÑA SANCHA.
Si eso está
En que agradezca que vos
Os quedéis , no lo creáis.
CONDE.
DOÑA SANCHA.
No, no es más.
CONDE.
Pues á mi para no irme
Bastante es saber amar.
DOÑA SANCHA.
Pues yo haré que os vais por fuerza.
CONDE.
iüe qué suerte?
DOÑA SANCHA.
Así será.—
¿Violante?
Sale VIOLANTE.
VIÓLAME.
¿Qué es lo que mandas?
DOÑA SANCHA.
A Fabio y Alberto haz ,
Pues para llevar al Conde
Prevenidos quedan ya ,
Que entren por fuerza y le lleven.
CONDE.
También otro medio hay
Para quedarme por fuerza.
DOÑA SANCHA.
¿Cuál es?
CONDE.
Ahora lo verás.—
Guardas, que la Infanta hermosa
Me quiere dar libertad
Avisad al Key.
DOÑA SANCHA.
Espera.
CONDE.
Mas con condición será ,
Que á Alberto ni á Kahio llame.
Conde , ¿ por qué no te vas?
CONDE.
Porque tengo aquí mi vida.
VIOLANTE.
La que adorándote está
Sabrá buscar ocasiones
De buscarte.
CONDE. (.4p.)
¡Aquesto más,
Cielos !
DOÑA SANCHA.
¿Conde?
CONDE.
¿Quédecisr
ESCOGIDAS DE DON FRANCISCO DE ROJAS.
Se avasalle auna tristeza;
DONA SANCHA.
En fin, ¿os determináis
A quedaros?
CONDE.
En quedarme
Mi muerte j mi vida está.
DOÑA SANCHA.
Pues nunca os quejéis de mi.
CONDE.
Nunca el llanto excusará
La queja.
VIOLANTE.
No te han sentido
Las guardas, á tiempo estás.
CONDE.
Hará mucho ruido el alma
Al irse.
DOÑA SANCHA.
Iras, pues ya
No podéis de mi dolor
Ni de mi venganza usar...
VIOLANTE.
Amor, si por no dejarme,
lie In prisión no se va
El Conde...
CONDE.
Pues que la Infanta
Se irrita de mi verdad...
DOÑA SANCHA.
Iras, no os volváis amor.
VIOLANTE.
Amor mió, no os volváis
Desdichas.
CONDE.
No os volváis ira,
Constancia mia.
VIOLANTE.
A llorar.
Quejas.
CONDE.
Penas, á sentir.
DOÑA SANCHA.
Ojos , á disimular.
VIOLANTE.
¡ Gran fineza !
DOÑA SANCHA.
¡Grande amor I
CONDE.
¡ Cielos , no tanta crueldad !
JORNADA TERCERA.
Salen DON GARCÍA v VIOLANTE.
DON GARCÍA.
¿Qué hace mi hermana?
VIOLANTE.
Señor,
Las graves melancolías
Que ha padecido estos días ,
Hoy con el primer albor
La han traído á estos jardines.
Donde nacen más hermosas
Con dos auroras las rosas ,
Con dos soles los jazmines;
Si bien tristes sus rigores
Dan en callados alientos
Más suspiros á los vientos
Que matices á las llores.
tOX GARCÍA.
Mucho me pesa de que
Tanto su rara belleza
Pero supuesto que sé
La causa de que ha nacido.
Procuraré remedialla ,
Que aunque ella padece y calla
No soy tan inadvertido
Que no lo colija yo
De sus afectos; y asi.
Trataré aliviarla. Di,
í Qué verde estancia ocultó
El luciente sol divino
De su hermosura ?
VIOLANTE.
No sé
Hacia cual mirador fué ;
Mas que es fácil imagino
Seguirla, porque con ella
Va Flora; y la dulce voz
Con que suspende veloz
Los vientos, vocal estrella
Será con dulce armonía
De su luz.
DON GARCÍA.
No es la primera
Vez, que dé la lisonjera
Música , nuevas de el día.
Helirate , porque quiero,
Puesto que de su pasión
Digo que sé la ocasión ,
Hablarla en ella, y espero,
Si no vencerla , aliviarla.
VIOLANTE.
¡Ay de mí! ¿Qué es loque he oido?
El Rey dice que ha sabido
Por niás que padece y calla
La ocasión de su tristeza ;
Duélase el cielo de mi.
¡ Con cuántos temores lucho ! ( Vase.)
DON GARCÍA.
¿ Por dónde? Pero ya escucho
La música desde aquí.
Salen DOSa SANCHA y FLOr..\.
FLORA. {Canta.)
yo lia de ser en el rigor
De aquesta prisión oscura ,
Bello prodigio de amor.
Más hidalga tu hermosura
Que constante tu valor.
DOÑA SANCHA.
¿Cuya es esa letra, Flora?
FLORA.
Quien la compuso no sé;
A una guarda la escuché
Del Conde; y viendo. Señora,
Que era tan ocasionada
Para li música, yo
l,a puse en tono.
DOÑA SANCHA.
Pues no
Sea de ti pronunciada
Otra vez; pero mal digo:
Vuélvela, Flora , á cantar.
Que mejor es apurar
Cuanto puedo yo conmigo.
(Canta Flora y doña Sancha lo repite.)
floua.
No lia de ser en el rigor
DOÑA SANCHA.
No ha de ser en el rigor
FLORA.
De aquesta prisión oscura,
DOÑA SANCHA.
De aquesta prisión oscura,
FLORA.
Bello prodigio de amor,
DOSa SANCHA.
Dello prodigio de amor,
FLORA.
Más hidalga tu hermosura
DOÑA SANCHA.
ülás hidalga tu hermosura
FLORA.
Que constante tu valor.
DOÑA SANCHA.
Que constante tu valor.
Si ha de ser, pues yo... Mas ¿quién
listaba aqui?
D0.>' garcIa.
Qien oyendo
Tan dulcemente acordados
Letra, tono é instrumento,
Interrumpirlos no quiso,
Por si acaso su silencio
Ser pudiere parte á que
Diviertas tus sentimientos.
DOÑA SANCHA.
Señor, í vuestra majestad
Tanto á mis penas atento?
{■ijü. ¡ Ay de mi , si hizo reparo
Ln el que yo hiceá los versos.)
DON GARCÍA.
¿Cuándo no lo estu\e yo
A tu gusto?
DOÑA SANCHA.
¿Y es lo mesmo?
DON GARCÍA.
Sí , que una razón milita
En el contrario argumento;
Pues sentirá tus tristezas
Quien estima tus contentos.
DOÑA SASCHA.
Guarde á vuestra majestad
Felices años el cielo.
Que ya sé que en gusto y pena
Siempre es su amor uno raesmo.
DON garcía.
Él sabe cuanto estimara
Poder, Sancha hermosa , á precio
Uc mi alma , de mi vida.
Pe mi honor y de mi reino,
Aliviar de tus tristezas
I.a causa ; pero no puedo
Ayudar más que á sentirlas ,
mayormente cuando veo
Cue ellas son tales, que tienen
Por imposible el remedio.
DOÑA SANCHA.
¿Por imposible?
DON garcía.
Sí, pues
No pueden dejar de serlo
Sabiendo yo de que nacen.
DOÑA SANCHA.
{Ap. i Ay de mi , si mis afectos
Me han vendido pronunciando
I.a causa con que los siento !)
No presumo, yo. Señor,
Que sea imposible, viendo
Que á vos nada hay im|iosible.
DON GARCÍA.
Si hay, Sancha , que conociendo
De qué tus penas proceden ,
Poder contra ellos no tengo.
BÜÑA SANCHA.
¿Pues de qué presumes, di
(¡Corazón , salid al riesgo I)
Que pueda nacer de mí
Ésta liera pasión 'í
DON GARCÍA.
De tan.
LA UÁS HIDALGA HERMOSURA.
DONA StNCHA.
¡Cielos!
¿Qué escucho?
DON GARCÍA.
Porque quisieras
Ver logrados tus intentos.
DOÑA SANCHA. (Ap.)
¡ Ay de mi, todo lo sabe!
DON GARCÍA.
Dándole...
DOÑA SANCHA. (Ap.)
Hoy sin duda muero.
DON GARCÍA.
Tu valor...
DOÑA SANCHA. (.4;).)
¡ Ay iufelice!
DON GARCÍA.
V tu bizarría...
DOÑA SANCHA.
¿Qué espero?
La muerte; y viendo que tarda
La venganza , tus extremos
Han dado en esta tristeza.
Por no ver ya al Conde muerto.
DOÑA SANCHA.
Es así f; vivamos alma I)
Que todos mis sentimientos
I Son , que dure en la prisión;
I Y si la verdad conlieso,
El no verle salir della
A Un de lo que deseo.
Que es ostentar mi valor.
Es , Señor, lo que más siento.
DON GARCÍA.
I'na y mil veces tan noble
liencor, Sancha , le agradezco;
Pero los inconvenientes
Que se me ponen en medio
Di'l todo imposibilitan
Mi venganza y tu deseo.
DOÑA SANCHA.
¿Cómo, Señor, otra dicha?
DON GARCÍA.
Como ya Castilla, haciendo
Alarde de sus linczas.
Toda ya en armas se ha puesto,
Y contra Navarra viene
Con tan numeroso estruendo
Que á esta facción no perdona
Mujeres, niños y viejos.
Tan extraña es la lealtad
De sus vasallos , que han hecho
Pleitesía y homenage
De no volver á su centro
Sin llevar su Conde vivo
O sin fincar lodos muertos.
A cuya crusa, porque
Nunca les arguya el tiempo
Que obedecieron á quien
No fuese natural dueño ,
Una estatua suya traen
Por su general , haciendo
Leal ceremonia de que
Kl los gobierna , y atentos
Al no mudado semblante
Las órdenes que el Consejo
Distribuye , del las toman ,
Engañándose á si mesmos ,
Como que es veneración
Hablarles con el silencio.
Oarci Fernandez , sobrino
Suyo, el alma es desie cuerpo,
Pues como intérprete fiel
Lo pronuncian los acentos ;
De quien es Albar Rímirez
Nobilísimo escudero
De su casa y de su sangre ,
El principal instrumento.
Arbitro de aquestas armas
El rey de León , haciendo
Protestas de que en el trato
No fué cómplice , se ha puesto,
Si no ya de parte suya ,
Sospechoso por lo níénos
Para conmigo ; y así
Marcha siempre á vista dellos
Con su ejército, y aunque
Dice que á ponerse en medio,
Aquesto de ser Castilla
Feudataria suya, temo
Que en obligación le ponga
Üe mantenerla en su feudo.
De suerte, que viendo cuánto
Está apurado y deshecho
De tantas pasadas lides
Todo este navarro reino.
Es fuerza que en atención
Me ponga de cómo puedo
Embarazar á Castilla
El paso contra su esfuerzo.
Ni liará León razones
Que honesten las que yo tengo.
Si á sangre fría le doy
Muerte al Conde , será cierto
Que he de irritar contra mi
A lodo el orbe , que atento
A tan gran facción, está
Pendiente de mis intentos.
Si le pongo en libertad.
Dirán que de infame miedo
Aconsejado, dejé
De vengarme ; y así , en medio
De su lealtad y mi agravio
No sé lo que me resuelvo,
Y más oyéndote á tí.
Que eres por quien más lo siento
DOÑA SANCHA.
Bien te acordarás , Señor,
Que el felice día primero
Que de Navarra ceñiste
El sacro laurel y cetro.
Fui la primera también
Qui- irritando tus alientos
Te dispuse á la venganza
Contra Caslilla, poniendo
Delante allí de tus ojos
Cuantas razones pudieron
Pronunciadas del valor
Ayudarse del ingenio.
Pues yo la misma que entonces
Te animé más , conociendo
Cuanto es preciso vivir
A la obediencia del tiempo,
Ahora contra mí misma
Segundas causas alego
Que borren de tu memoria
Aquellas primicias, puesto
Que no hay política como
Saber trocar los afectos.
Si habló entonces mi dolor
Llevado del sentimiento.
Hable la razón ahora.
Sin locar en dos defectos
De mudable, pues no hay
En bueno ni en mal suceso
Consejo tan acertado
Como mudar de consejo.
Tú no puedes á Castilla
Embarazar los alientos;
Tú no puedes á León
Cómplice hacer á tu duelo.
Ni satisfacer al mundo.
Fundando en justo derecho
522
COMEDIAS ESCOGIDAS DE DON FRANCISCO DE ROJAS.
La venganza; pues llagamos
Virtud en tan grande empeño
Hoy de la necesidad,
Tomando por buen acuerdo
Dar la libertad al Conde
Con el público pretexto
De que ya (jueda vengado
Quien no se venga pudiendo,
Que si esto haces antes que
Tanto militar estruendo
De cajas y de trompetas
Llegue á los oídos nuestros,
Ninguno podrá decir
Que te obligaron a hacerlo
Ajenas armas.
DON cabcía.
Detente,
No prosigas, que aunque vengo
A consultar mis desdichas,
No á resolverlas tan presto.
Dien pensé yo en tu valor.
En tu bizarría , en tu aliento ,
Hallar apoyo á una acción
Que acá reservada tengo.
Pero viendo cuan de parte
Ya de la piedad te has puesto,
Sin que lo sepas, sabré
Ejecutarla, poniendo
Entre el rencor y la duda
Tan proporcionados medios,
Que disculpado y vengado
Me dejen a un mismo tiempo.
DOÑA SANCHA.
No, Señor, porque hayas visto
Templado en mi aquel incendio
De mi cólera, presumas
Que ha sido más que un esfuerzo.
Que hipócrita el corazón
Hizo, pues volcan del pecho,
Aun(|ue se cubra de nieve ,
Guarda el volcan acá dentro:
La razón de Estado fué
Laque...
DON GARCÍA.
Basta, que no quiero
Que las razones de Estado
Te prevari(|uen tan presto.
Y pues yo, como te dije,
Tengo modo con que á un tiempo
Para todos disculpado
Y para mi satisfecho
Pueda quedar, le sabré
Conseguir, á cuyo efecto
Si vieres al Conde libre
De su prisión , ó á lo menos
De su prisión aliviado.
No presumas que lo ha hecho
Tu presunción, pues es sólo
Fingido afectado miedo
De dar á entender que he dado
Oido á los muchos ruegos
De los principes de Europa;
Y congraciado con ellos.
Conseguir para conmigo
La ejecución de un veneno,
Porque no pueda Castilla
Ahora, ni en ningún tiempo.
Blasonar deque cobro
A su Conde sino muerto. (Vase.)
DOXA SANCHA.
¡Válgame Dios' ¡Qué de cosas
Pasan por mi ! ¿ Cómo, cielos ,
En tanto número puede
Resistir el pensamiento?
Ahora bien , solos estamos.
Corazón, pues apuremos;
¿Cómo puede ser posible
Que sea capaz la esfera de un pecho
De tres tan contrarios distintos afectos?
El primero que de mi
Se apoderó injusto dueño
De mi vida , fué el rencor.
Monstruo tan sañudo y fiero
Que obstinadamente altivo,
Porfiadamente violento,
Sólo pudo aconsejarme
tras y aborrecimientos. [¿qué lejos,
;,Quó señas son estas? ¿qué sombras?
De quien en un punto me obligo y me
¿Qué pasión es esta? [ofendo?
Sa/e VIOLANTE.
VIOLANTE.
Amor...
DOÑA SANCHA.
Mientes; ni es , ni puede serlo.
¿Qué es amor?
VIOLANTE.
¿De qué. Señora ,
Te has disgustado? ¿Qué es esto?
DOÑA SANCHA.
De que me hayas dicho amor
Pudiendo decirme celos.
No te entiendo.
DOÑA SANCHA.
No te espantes.
Que yo tampoco me entiendo ;
Mas di , ¿qué ibas á decir?
VIOLANTE.
Amor (perdone el respeto.
Que sabiendo tú que es mió
También sabrás que es honesto)
Me trae á echarme á tus plantas
Agradecida en extremo
A la Qneza que hoy
Por mi con el Rey has hecho.
Pues claro está que haber él
A tus razones atento
Mandado aliviar las guardas
Al Conde, y que á aquestos bellos
Jardines pueda salir
Es de tu piedad efecto.
DOÑA SANCHA.
Si tú lo supieras más ,
Tú me lo estimaras menos.
VIOLANTE.
¿Porqué?
DOÑA SANCHA.
Porque no es piedad
Ni del Rey ni mia.
VIOLANTE.
Supuesto
Que no lo sea , Señora ,
¿De qué es?
DOÑA SANCHA.
O no sé, ó no quiero,
Qne es demasiado apurar
Mi decoro ó mi respeto
Hablar tan á todas horas
Conmigo en tu amor, y puesto
Que yo he llegado á cansarme
De tan licencioso y necio
Eslilo, no me hables más
En toda tu vida en esto.
VIOLANTE.
¿De qué , Señora, te ofendes?
DOÑA SANCHA.
De nada y de mucho ; pero,
O mucho ó nada. Violante,
Basla saber (jue lo siento. ( Vnse.)
VIOLANTE.
¿Qué novedad (¡ay de mi!)
Es la que con tal pesar
A Sancha pudo obligar
Para que me hablase así ?
Quién á su prisión por mi
A darle la vida entró;
Quién por mí triste salió
De ver que él no la aceptase ;
Quién por mi... pero no pase
Con este discurso yo
Adelante , que es error
Viendo ya el Conde el recelo.
Salen EL CONDE y NlIfsO.
ÑUÑO.
Vive Dios , que se está el cielo
De aquella misma color
Que le dejamos. Señor.
CONDE.
¡Creerás que no es para mi
Degusto ver su luzY
NO.ÑO.
Sí,
Que quien la puerta tenia
Franca y no se iba , debía
De hallarse bien.
CONDE.
Esas!;
No tanto, Ñuño, por mí.
Porque menester no habia
Más luz quien á ver llegó
En el oscura aspereza
De su prisión la belleza
De Sancha.
KUÑO.
Y yo que no vcia
Ni esa luz ni la del dia,
¿Qué baria siu ver el cielo?
CONDE.
Dar tu lealtad al consuelo
De que conmigo morias.
ÑUÑO.
Muy lindo consuelo creo
Que es el que me üas á raí.
VIOLANTE.
Venturosa yo que vi
Logrado, Conde, el deseo
De verte donde te veo.
CONDE.
Más venturoso, Violante,
Será quien ürme y constante
Ha logrado la ventura
De idolatrar tu hermosura.
VIOLANTE.
¡Cuanto á un corazón amant:.
Conde, tu vida debió!
CONDE.
¿De qué suerte?
VIOLANTE.
Escucha.
CONDE.
Sale DOÑA SANCHA.
DOÑA SANCHA.
Violante, vete de aquí
Que mejor lo diré yo.
VOLANTE.
¿Pues qué?
DO.ÑA SANCHA.
No prosigas , no.
Donde estoy, no haces ahor.i
Falta.
VIOLANTE.
•Quién mi muerte ignora?
Violante, juego mayor
Dicen que quila menor.
DO^ASANCUA.
¿Pues no te vas?
VIOLANTE.
Sí, Señora. {Vase.)
DOÑA SANCHA.
Aunque debiera estimar
Aquesta breva ocasión
Que me da vuestra prisión
l'ara poderos hablar,
No os tengo, Conde, de dar
Parabién , porque no es bien
Daros á vos parabién ,
Sino á mi . pues llegné á baltarme
Adonde pueda quejarme.
CONDE.
¿Vos quejaros?
DOÑA SAKCnA.
Sí.
CONDE.
¿Deque?
DOÑA SANCHA.
Do qultn tan desvanecido,
Idólatra de su bonor.
Desprecio hace del favor
Y de latineza olvido.
COXDB.
Si aqnesa mi culpa ha sido,
O larde ó nunca podré
Hallar disculpa.
DOÑA SANCHA.
¿Porqué?
CONDE.
Porque hayíinajes de culpa
Que e»gala el no hallar disculpa.
DOÑA SANCHA.
M entiendo. Conde , ni só
Quesea gala deslucir
Finezas.
CONDE.
ÍTal puede ser
Deslucir y agradecer.
DOÑA SANCIU.
CONDE.
SI, Señora.
DOÑA SANCHA.
¿Cómo?
CONDE.
Repitiendo ahora
Loque antes dije.
DOÑA SANCHA.
/.V'iué
Lo que ¿intes dijiste lué?
CONDE.
Lo que OS ha cantado Flora ,
oQue no porque sea en favor
De mi impensada ventura
Hidalga vuestra hermosura.
Ingrato ha de ser mi amor.»
Y aun otra causa hav mayor.
¿Mayor?
DO.NA SANCHA.
CONDE.
DOÑA SANCHA.
¿Cuál pudo ser?
LA M.4S HIDALGA HERMOSURA.
CONDE.
Esta dicha devolver
A veros, pues si me hubiera
Ido entonces , no pudiera
Volveros ahora i ver.
A dos peligros rendida
Se mira mi infeliz suerte.
Irme y quedarme es mi muerte.
Quedarme ó irme es mi vida;
Luego si la veo perdida
A un tiempo á los dos aceros
De quedarme y de no veros ,
Pudiendo muerte elegir,
iCuánto mejor es morir
De veros que de no veros?
Si el irme me ha de costar
La vida , ausente de un bien ,
Y si el quedarme también,
Porque me le han de quitar,
¿De qué me sirve estorbar
Que un golpe al otro dilate ,
Sino que matarme trate
.\jena mano, pues no
Es justo el matarme yo
Porque otro no me mate?
Y fuera de esto, no en vano
Otra razón mi amor tiene.
Sale VIOLANTE.
VIOLANTE.
Señora, tu hermano viene.
DOÑA SANCHA.
Idos, que viene mi hermano.
COKDE.
Yo no le veo.
ÑOÑO.
Y es llano
Que en todo el jardin entró.
VIOLASTE.
A mi me lo pareció.
DOÑA SANCHA.
Vuélvete, y de aqui adelante
No te parezca , Violante,
Lo que no mandare yo.
VIOLANTE.
Celosa de tu rigor
Vine á avisar presurosa.
DOÑASANCBA.
Y'a veo que vienes celosa.
ÑUÑO.
Violante, juego mayor...
VIOLANTE.
;IIay tal pena! Hay tal rigor!
¿Qué es lo que pasa por mi? {Vase.)
ÑUÑO.
Pidió un morillo babarí
lina esclava singular,
Y dijo el Rey : «No ha logar.
Que quererla para mi».
DOÑA SANCHA.
Sepa yo qué otra razón
Es , Conde , la que tenéis
Para que preso os quedéis
Viendo abierta la prisión.
«ONDE.
Resultar la presunción
Contra vos , y fuera impío
Desaire de mi albedrlo
Que en el noble duelo nuestro
f^lo viese yo el riesgo vuestro
Y viésedésvos el mió.
DOÑA SANCHA.
Pues para que no quedéis
Vano de quedar mejor,
Sabed que itliora en mayor
Peligro (jue nunca os veis:
La licencia que tenéis
Para haber llegado aqnf
No es por mejor.
CONDE.
¿Como así?
DOÑA SANCHA.
¡Cómo! ¿Mas decirlo yo.
Conde, no basta?
CONDE.
Si y no.
DOÑA SANCHA.
¿De qué manera no y Si»
CONDE.
Sí, porque VOS lo decis;
No, porque yo no lo creo,
Atento al noble deseo
Con que á librarme venís.
DOÑA SANCHA.
Pues, vive Dios, si no os vais...
Mas baste esto entre los dos;
Idos, Conde, idos con Dios
Aquesta noche.
CONDE.
Sí haré.
Con una condición.
DOÑA SANCHA.
¿Qué?
CONDE.
Que os vengáis conmigo vos.
DOÑA SANCHA.
¿Partidos pedir procura
Quien ve su vida perdida?
CONDE.
Si , que no es salvar mi vida
Condenar vuestra hermosura.
DOÑA SANCHA.
Ved que el Rey os asegura
Para... pero no prosigo;
Idos, pues, que yo os lo digo.
CONDE.
¿Mandaislo vos? Yo me iré,
Con otra condición.
DOÑA SANCHA.
¿Qaé?
CONDE.
Que os he de llevar conmigo.
Y, enün, para que los dos
Vanamente no gastemos
El tiempo que no tenemos.
Yo vine , Sancha , por vos ,
Sin vos no be de irme, por Dios,
Que esto de guardar mi vida
De tan hermoso homicida
Es poco riesgo ; porque,
¿Cuándo en mi vida podré
Perderla más bien perdida?
¿Sin responderme volvéis
La espalda? ¿Aun no me miráis?
¿Suspiros al viento dais?
¿Llanto á la tierra ofrecéis?
DO.ÑA SANCHA.
En fin. Conde, ¿no queréis
Iros?
CONDE.
Si, mas no sin vos:
¿No respondéis?
DO.ÑA SANCHA.
Mal los dos
Nos detenemos hablando ;
Yo daré respuesta.
COMEDIAS ESCOGIDAS DE DON FRANCISCO DE ROJAS.
DO^A SA^ICHA.
A la noche , odios. ( Yase.)
CONDE.
Adiós.
Ñuño, ique es esto?
ÑUÑO.
Seúor,
Esto, si se considera ,
Es que Sancha...
Sa/í VIOLANTE.
VIOLANTE.
Aguarda, espera,
Que yo lo diré mejor.
NDXO.
Si hará , que juego mayor...
VIOLANTE.
Esto es ser soberbio, vano,
Mal caballero y villano,
I'ues á quien os quiso bien...
Sale DOSa SANCHA.
DO.ÑA SANCHA.
Violante, conmigo ven.
Mira que viene mi hermauo.
VIOLANTE.
Yo DO lo veo.
DOÑA SANCnA.
Yo si.
Y de su rigor celosa.
Vengo á avisar presurosa;
Verte, Violante, tras mi:
Y vos , Conde , idos de aqui.
VIOLANTE. (.4^.)
¡Quién viü más Cero rigor !
ÑUÑO.
Vi.'lante, juego mayor...
CONDE.
¡0 si ya en la noche oscura
La más hidalga hermosura
Viese el más constante amor!
{Yanse.)
Sfl/en ALEAR RAMÍREZ, GAUCI FRR-
NANDEZy soldados con un retrato
del Conde.
ALBAR RAMÍREZ.
Suenen en esta parte
Destempladas las músicas de Marte
Con funesta armonía.
Haciendo salva al trasponer el dia
Al Ebro, en cuya playa
Parle jurisdiciónes esa raya
De Navarra y Castilla ,
Acuartelando en su desierta orilla
El ejército todo.
Castellanos , oid , que deste modo
Lo manda nuestro Conde
Por la voz que su oráculo responde.
CARCI FERNANDEZ.
Haced alto, soMados,
Y en la margen del Ebro acuartelados
Velad la noche y esperad el dia.
SOLDADOS.
¿Quién nos lo manda ?
CARCI FERNANDEZ.
¿Quien mandar podia,
Ilustres castellanos.
Heroicos pechos, dignamente vanos,
Que su Conde no fuese?
¿De manera
Que til dices por él lo que él dijera
Si se hallara presente?
GABCI FERNANDEZ.
Claro está, que yo soy tan solamente
Una voz que susórderies os labra.
SOLDADO 2."
Pues haced alto, y pase la palabra.
Este es el sitio donde
El cuartel déla corle para el Conde
Prevenido tenemos.
ALEAR RAMÍREZ.
Ya que ceremoniosos los extremos
De la gran lealtad nuestra
[lacen con su retrato noble muestra
IJe nuestro honor altivo
Lo que con él hiciera estando vivo.
Antes que se retire en esa mansa
Estancia á persuadirnos que descansa
De prolijos cuidados.
Llegad , tomad sus órdenes, soldados.
SOLDADO i."
Yo por el nombre vengo
Ya que á mi cargo distribuirle tengo.
CABCI FERNANDEZ.
San Pedro, y sea contraseña
San Pedro de Cárdena.
SOLDADO 2."
¿Qué orden das á las guardas?
CARCI FERNANDEZ.
Que doblüilns
Las postas, por el campo derramada*
Estén tal , que una á otra se respond.i;
La ronda vele, y sea sobreronda
Albar Ramírez esta noche entera.
Dando una vuelta y otra á la ribera.
SOLDADO 3.°
Por el orden tu ejército me envia.
CARCI FERNANDEZ.
El orden es que al despuntar el dia
Amanezcan formados
Todos los escuadrones, y que osados
Con altivez bizarra,
Talando entre los campos de Navarra;
En ella desde luego
Publicando la guerra á sangro y fue^jo.
TODOS.
Viva tu fama altiva.
r.ARCl FERNANDEZ.
No, soldados, decid que el Conde viva.
(Cúbrese ¡atienda y Garci Fernandez.)
ALBAR RAMÍREZ.
Ya que á mi me ha tocado
La sobreronda , vele mi cuidado
Sin que un breve, un pequeño
Término de la noche rinda el sueño.
;Qué oscura! Qué medrosa!
Qué triste ! Qué cruel ! Qué pavorosa!
Trémulamente baja
Envolviendo en la lóbrega mort.ija
De sus sombras las señas ,
De campos , ondas, árboles y peñas!
Ya en profundo silencio sepultado
El ejército yace sin cuidado.
Sólo porque la vela
La atención de una y otra centinela.
;0h humana confianza !
Poca seguridad tu viila alcanza ,
Pues tantos duermen con descuido in-
[cierlo.
En fe de que uno solo está despierto.
Mas, ¿qné es aquello?
SOLDADO 1."
Muda nos pregona
La noche que al camino de Pamplona
Hay gente en lo intrincado y escondido.
ALBAR RAHIREZ.
De montados caballos es el ruido.
Pues tascan repelidas
Coscojas y alacranes de las bridas.
Venid todos conmigo.
Quizá genteserá del enemigo,
Puesto que á aqueste lado
Caballería nuestra no ha llegado.
SOLDADO 2."
Todos te seguiremos.
ALOAR RAMÍREZ.
La vuelta por detras dellos tomemos.
Porque viendo ocupada
La avenida no tengan retirada,
Si acaso, como digo.
Tropa avanzada es del enemigo;
Y advertid que conviene
Más ahora prenderlos que matallos.
(Vanse.)
Salen EL CONDE , DOÑA SANCHA i
ÑUÑO.
CONDE.
Mientras toman aliento los caballos,
Aqui , desempeño noble
De cuantas bellezas, cuantas
Hermosuras padecieron
El sobrenombre de ingratas,
Podrás descansar segura.
Ya que aquí troncos y ramas.
Segunda noche, del viento
Con dos defensas nos guarda.
DOÑA SANCHA.
Ya , Conde, habemos llegado,
Sesun decís, á la raya
De Castilla.
CONDE.
Si, Señora;
Que en esa linea de plata.
Vasallo el Ebro dos veces
Las dos coronas aparta.
DOÑA SANCHA.
¡Gracias al cielo que pongo
En vuestra tierra las plantas !
CONDE.
¡Que fuera de todo el orbe
Corona, para ilustrarla.
Quisiera jo!
ÑUÑO. (.4p.)
¡Jesucristo!
¡Qué plática tan cansada!
Luego me estuviera yo
Hecho Conde de demandas.
Hallándome en un campito
Con una señora Infanta !
DOÑA SANCHA.
Quiero darme por vencida
En cuestión tan cortesana.
Por lo bien que á mi me está
Haber sido siempre amada
Sin ser nunca aborrecida.
CONDE.
Testigos son estas altas
Peñas del gusto con ([ue
A ellas llegué, en conlianza
De vuestro amor, cuando Ortuño
Dellas salió de emboscada.
ÑUÑO.
Y aun ahora , vive Dios ,
SI no es que el miedo me engaña ,
Me parece que le veo
Cercado de gente y armas.
Salen ALBAR RAMIUEZ t SOL-
DADOS.
ALB»n ÜAMIdr?..
Miéniras \u los ncoiiozco
Tomad lodos las espadas.
DOÑA SANCDA.
Y es verdad que hacia iiosolros
Se acercan.
CONDE.
¿Qué, te acobardas?
Ponle en un caballo de esos.
Que yo mientras tú le escapas
Les saldré al paso.
DO.ÑA SANCHA.
¿Qué importa
Vivir JO si tú me faltas?
ALDAn R.'.UIREJ.
¿Quien va?
CONDt:.
Amigas.
^D^o.
Y harto amigos.
CONDE.
Caminantes son que pasan.
ALnAn RAMir.EZ.
¿De Navarra ó de Castilla?
SDÑo. {M Conde.)
Si castellano te llamas
Es dar otra seña más
De quién eres.
ALEAR RAMIRE7..
¿Pues qué aguardan?
¿Son navarros?
CONDE.
Sí lo somos.
ALBAR RASlir.EZ.
Pues las vidas 6 las armas
llciidid.
ÑUÑO.
Por ser castellanos
Otra vez en esta estancia
Nos prendieron.
ALBAR BAMlnEZ.
Pues ahora
Por ser navarros.
; Mal haya
Quien no fuere turco otro
bia si poraqui pasa!
ALDAR RAMÍREZ.
¿Qué esperáis? Armas ó vidas
llendid.
CONDE.
No están enseñadas
A rendirse las que yo
Traiu'o al lado.
¡Pesia mi alma!
Las que yo traigo no están ,
Desde que á la escuela andaba
línsefiaüas á otra cusa.
ALBAR RAHIREZ.
En vano es vuestra arrogancia.
Las vidas tenéis seguras
Si os dais á prisión.
NONO.
¿Qué aguardas?
Date, Señor, á prisión ,
Que no faltará otra Infanta.
CONDE.
¿Yo i prisión?
LA MAS HIDALGA IIERMOSL'IU.
¿A quién?
ALBAR RAMÍREZ.
Al Conde
De Castilla.
NÜ.ÑO.
¡Linda chanza!
CONDE.
¿A qué Conde de Castilla?
(Sin vida estoy.)
ALB\R RAMÍREZ.
Yo sin alma.
coxnE.
Si el Conde está (ireso...
ALBAR RAMÍREZ.
Al Conde
Que hoy nos gobierna y nos manda.
CONDE.
Pues ¿cómo Castilla tiene
Conde, y á su sangre hidalga
Pudo en ningún tiempo...
ALBAR RAMÍREZ.
Este
No lo es de réplicas tantas ;
Llegad, prendedles.
CONDE.
Mirad
Que soy...
ALBAR RAMÍREZ.
Tapadles las caras.
(Uegan por delras ¡I véndanlos ¡os ojos.)
DOÑA SANCHA.
Escuchad antes.
ALBAR RAMÍREZ.
Ponedles
Sobre los rostros las bandas.
ÑUÑO.
Lacayo soy de tejón,
Nü caballo de lanzada.
ALBAR RAMÍREZ.
Porque amaneciendo va
No pueda la luz del aíba
El número descubrirles
De todas nuestras escuadras ,
Conociendo de qué modo
Ose acuartelan ó marchan,
Venid con ellos cubiertos
Donde el Conde nos aguarda.
SOLDADO 1."
Ya su tienda desde aqni
Nos descubren estas ramas.
ALBAR RAHIREZ.
¡Ah de la tienda real
De nuestro Conde!
CARCí FERNANDEZ. (Dentro.)
¿Quién llama?
Sale GARCl FERNANDEZ.
ALBAR RAMÍREZ.
Quien á tu orden obediente
Descubriendo la campaña
Toda aquesta noche, trae
Prisioneros de Navarra
De quien puedas tomar voz
En cuanto dispone y traza.
GABCI FERNANDEZ.
Descubrid algunos dellos ,
Ya que el dia se declara.
Para que sepamos del
Donde su Rey nos aguarda.
ALBAR RAMÍREZ.
Prisionero, á quien trajerou
Aqui tus fortunas varias ,
Este es de Castilla el Conde,
Llega y échate á sus plantas.
CONDE.
¿Quién es conde de Castilla?
¿Quién os gobierna?
CARCI FERNANDEZ.
Esta estatua,
Que yo no soy más que sólo
Voz suya que por él habla.
CONDE.
Puesyo me rendiré á ella ,
Ya que mis fortunas trazan
Que yo con alma y con vida
A mi sin vida y sin alma
Me rinda.
GARCI FERNANDEZ.
¡Cielos! ¿Qué miro?
Danos, gran Señor, tus plantas.
CONDE.
Esperad, que aunque quisiera
Daros á todos las gracias
De igual fineza , primero.
Porque hay otra circunstancia
(V porque no pierdan tiempo
Obligaciones tan altas)
Que á mi os habéis de rendir
A mi esposa doña Sancha ,
Que es á quien debo la vida. [Toccr..)
Pero ¿qué trompas y cajas ,
En dos partes divididas.
Asustan estas campañas?
CARCI FERNANDEZ.
El Rey de León es este
Que siempre á la vista marcha
De nuestro ejército.
ALBAR RAMÍREZ.
Esotro
Es el gran Rey de Navarra ,
Que con la gente (|iie pudo
Seguirle, viene en demanda
Tuy 1 , y los dos igualmente
Parece que se adelantan.
CABCI FERNANDEZ.
Pues para que los recibas
Como dueño dcstas armas.
Toma el bastón , que en tu nombro
Regi , gobiérnalo y manda.
Salen por una puerta EL REY y sol-
dados , y por otra DON GARClA r
VIOLANTE.
DON garcía.
¡Ha del campo de (bastilla !
REV.
¡lia de su nobleza hidalga!
conde.
Rey Ramiro de León ,
García , Rey ile Navarra ,
¿Qué es lo que á Castilla quieres ?
¿Qué es lo que á su Gonue mandas?
REV.
Yo, Conde, viéndole libre.
Nada ya , porque mis armas
Sólo a componer venian
De tu peligro la causa.
Dando así satisfacción
Al mundo de que culpada
No fué m i intención , pues sólo
Fué la Reina quien lo traza.
DON GARCIa.
Yo, viéndote libre, vengo
A darte muerte en venganza
De haber con traición robado
De mi palacio mi hermana,
De quien aviso me dio
Violante, que me acompaña.
COIVDE.
A ti, Señor, te agradezco
El intento con que marchas ,
Y como tu feudatario
Humilde beso tus plantas.
Y á ti agradezco también.
No que este pretexto traigas
bino el poder disculparme
COMEDIAS ESCOGIDAS DE DON FRANCISCO DE ROJAS.
DON garcIa.
Con eso ja , ¿qué venganza
Puedeu tener mis ofensas ?
VIÓLAME.
Nimi amor ja, ¿qué esperanza?
En la acción de que te agravias.
Si tú á tu hermana me ofreces
Y con ese íin me llamas,
¿De qué le puedes quejar
De que me lleve á tu hermana?
DON garcía.
Deqne ella contra mi gusto...
DOÑA SANCHA.
Eso me loca á mí, aguarda:
Si tú, conlra el gusto mió.
Con él, gran Señor, me casas,
¿No es más lisonja que ofensa
Cumplirle yo tu palabra?
Yo soy esposa del Conde.
Ni ya mis armas , ¿qu¿ acción?
ALDAR RAMÍREZ.
Ni Castilla , ¿qué mas fama?
Para que enojos y quejas
Acaben adonde acaba
La más hidalga hermosura.
Perdonad sus lauchas faltas.
DON PEDRO MIAGO.
DON PEDRO MIAGO.
LA INFANTA.
TERESA GIL.
PERSONAS.
DOMINGO.
GIMEN.
CRIADO de don Pedro.
MINGO , gracioso.
D055á TODA.
DON GARCÍA.
FORTUN.
ALMIRANTE.
CONDESA.
ABDEL, moro.
ZORAIDE, moro.
OTRO MORO.
CALVAN.
Cn uüsico.
JORNADA PRIMERA.
Salen EL REY r DONA TODA,
de caza.
DOXATODA.
Ko paséis más adelante ,
Que, Tire Dios, si pasáis.
¡No Ti mujer semejante!
DOÑA TODA.
No imagino que dudáis
De mi valor.
nET.
¡ Qué arrogante I
En tan hermosa mujer
Parece impropio tener
Tanta arrogancia lugar.
DO.ÑA TODA.
No es arrogancia juntar
El decir con el hacer;
Ouesoy mujer que al más hombre,
Ño estando muy ajustado
A mi valor y á mi nombre...
Ese ceño, hermoso agrado,
No habrá valor que no asombre.
Que de esos ojos el sol.
Sin valelle su arrebol
Tiembla si airados los ve;
Mas yo atrevido seré
De los vuestros girasol ,
Que hasta vellos puestos, tengo
De seguillos y adorallos,
Que loco tras ellos vengo.
doSa toda.
Contra quien piensa agradallos
Rayos de furor prevengo,
Y esta escopeta será
Cometa en la mano mia,
Que andáis muy grosero ya.
nET.
Si amor es descortesía.
Con vos bien grosero esté ,
Porque os tengo mucho amor.
doña toda.
; Qué cansado cortesano !
BET.
Soy ahora cazador
Que una liera sigo en vano,
Y voy con este rigor ;
Pero conoced de mi
Que soy vuestro.
UO.ÑA TODA.
Pero mucho tanlo aquí:
Quedaos con Dios.
Una mano
Me habéis de dar.
DO.ÑA TODA.
Vive Dios,
Pues que no andáis cortesano,
yue os tengo de dar las dos
Con el veujblo.
DO.XA TODA.
Mataréte por la ley
De mi honor.
RET.
Ten más paciencia,
Y advierte que soy tu rey.
DOÑA TODA.
Si tarda más la advertencia
No era muy buena ocasión ;
Vuestra alteza me perdone,
Y me dé con el perdón
Licencia.
REY.
Aguarda.
DOÑA TODA.
Y corone
En Castilla y en León
El tiempo largas edades
Ese valor no vencido.
REY.
Si á dejar te persuades.
Mujer, un rey sin sentido.
Mal juzgaré por verdades
Tus corteses bendiciones.
DOÑA TODA.
¿Qué vasallo á su rey niega
Tan justas obligaciones?
Mi padre pienso que llega,
Y en aquestas ocasiones
Que me encuentre no es razón,
Que es viejo, y nombre le dan
De mirar por su opinión,
Y con un rey tan gHlan
No es buena conversación;
Gozad en Vailadolid,
Alfonso, lo que esperáis.
Como es razón, y advertid
Que la mano que horadáis
Temió el ballestón del Cid
Más que el plomo que en Toledo
El moro astuto os echó.
Donde acrisolando el miedo.
El corazón que os rigió
Tuvo siempre el brazo quedo;
Sin olvidaros que fué
Un venablo la ocasión.
Huí dellos, que aunque hay fe
En mí noble corazón ,
Es espejo en que se ve
Este que traigo en la mano
De las desdicnas de ayer
En don Sancho, vuestro hermano,
Y es gobernalle mujer
Como mandalle villano.
REY.
¿Eres hija de Bellido?
DOÑA TODA.
No, sino de un hombre honrado.
Tan rico y tan bien nacido
Que este corazón me ha dado
Y este valor me ha vestido.
REY.
i No vi tal valor jamás.
Perdido me tiene y loco !
DOÑA TODA.
Yo me voy.
BET.
Luego te irás.
DO.^A TODA.
No estoy bien.
BEY.
Aguarda un poco,
Segura conmigo estás,
Que á finezas cortesanas
El seguro honor que adoras.
Ni ofendes ni le profanas.
DOÑA TODA.
No lo están con vos las moras,
Mal lo estarán las cristianas.
REY.
¿De qué suerte?
DOÑA TODA.
¿No casáis
Con la Infanta de Sevilla?
Luego mal aseguráis
Las cristianas, si en Castilla
De las moras no lo estáis,
O ellas no lo están de vos.
RET.
sabré...
DOÑA TODA.
Quedaos adiós.
REY.
¿Dónde en la curte vivís?
DOÑA TODA.
No sé. Señor.
REY.
¿Qué decís?
Sale DON GARCÍA.
DON GARCÍA.
Aquí están solos los dos...
¡Notable desdicha mia !
Si el Rey la quiere, ¿qué haré?
DOÑA TODA.
Ya pasa de cortesía;
Yo me voy. {Vate.)
BET.
Y loco iré
Tras ti.
558
COMEDIAS ESCOniDAS DE DON FRANCISCO DE ROJAS.
ooN García.
¿Señor?
RET.
¿Don García?
DON García.
iDóniic Tuestra alleza va ?
BEY.
Tras un imán que me lleva ;
V don Gimen ¿ dónde eslá?
DON GARCÍA.
A la boca de esa cueva
Que al cnmpo esmeraldas da,
Con toda la momería
Esperaba si salía
Un oso, que por cocerlas
Trocó corales á perlas
En aquesa fuente fria.
REY.
¿Conoces esa mujer.
Que dejando el viento atrás ,
Parejas quiso correr
Con el sol , armada más
De rajos al parecer?
Que si no es su hermosa hermana
La cazadora Diana,
Según esparce arrebol ,
Es signo en que nace el sol
Al Cefir estrella humana;
Que tras sus libres antojos
Con un venablo hace al suelo
Dulces mortales enojos.
Llevando en arcos de cielo
Siempre flechados dos ojos.
DON GARCÍA.
¿Es la que partió de aquí
Cuando vü llegaba?
RET.
Si.
DON GARCÍA.
¿Pues esa te ha parecido
Tan hermosa?
BEY.
An!;el ha sido;
Mayor belleza no vi
l)es|iues que reino en Castilla ;
Si no te 1(1 ha parecido.
De mi amor fué maravilla.
Que te ha trocado el seutido
I'ara no amalla y ser\illa
Y matarme á mi de celos;
Pero pues quieren los cielos
Que me rinda á su hermosura,
Seguir conmigo procura
Mis amorosos desvelos.
t>0:i GABCÍA.
Señor, advierte...
RET.
¿Qué dices?
DON GARCÍA.
Que de tu real grandeza.
Con esa ocasión desdices.
REY.
Pues dime, ¿es amar bajeza?
DON garcía.
Tú me contradices
Sio ocasión, don García.
DON GARCÍA.
Otra no puede haber sido
Que mi amor y la fe mía.
A celoso me has olido,
Si no es vana fantasía
De mi amoroso accidente.
DON garcía.
¿Celos yo, y de vuestra altera?
( Voces dfiiíro.)
Ataja al monte la gente.
otra.
.Notable es su ligereza!
OTRA.
Al rio.
OTRA.
AI sauce.
OTRA.
A la fuente.
BEY.
Va suena la montería.
DON garcía.
n.^biii de dejar el oso
La cueva oscura y sombría,
Lie los perros temeroso.
REV.
Sigámoslos, don García ;
Quizá podré divertir
Con la cázala pasión.
Si es que se pueden huir
Kstrelias de inclinación
De bien amar sin morir;
Mas con nosotros está
El oso y la montería.
VOCES. {Dentro.)
Aqui está el Rey.
Sale ORTUN.
ORTCN.
Por acá.
RET.
¿Qué es aquesto, don García?
DON GARCÍA.
Don Gimen pienso que va
Del oso fiero en los brazos,
Y en esa cueva se entró
Donde le ha de hacer pedazos.
ORTDN.
¡ Tal Cereza no se vio !
BEY.
Romped los lascivos lazos
De esa hiedra vividora
Que de esa vid abrazada
Defiende la entrada ahora
De esa gruta, en vano armada
Como el poder de la aurora
A nuestras armas, y muera
Ese animal, y sacad
A don Gimen libre afuera,
Y por castigo clavad
La cabeza de la fiera
En ese hermoso obelisco
Que hace escala para el cielo
De los hombros de ese risco.
Verde gigante, que al suelo
Colmó de hiedra y lentisco.
Ya se arrojó don García.
DON GARCÍA.
Esta empresa ha de ser mia.
Mas ¿qué es esto?
ORTCN.
Absorto y ciego.
Un relámpago de fuego
Le retiró.
REY.
¿Quesería?
¡Cobarde imaginación!
Yo he de librar á Gimen,
Si puedo, en esta ocasión.
Mira, Señor...
BEY.
Está bien,
Que no es poca obligación
La que á un rey corre en derecho
De un vasallo, y más tan noble.
DON GARCÍA.
Va estará pedazos hecho.
REY.
Yo he de entrar, que tengo un roble
Por corazón en el pecho,
Y le tengo de librar
O le tengo de vengar.
ORTON.
Pues todos le seguiremos.
REY.
Cerrad los ojos y entremos.
Que al temer vence el osar.
{Vanse, y hay grita dentro de labra-
dores, de baile, música.)
Salen TERESA, BERRUECO, MINGO
y LOS Mtisicos.
Músicos. {Cantan.)
Qué linda es Valladolid
Las mañanicas de Abril,
Su puerta del Campo
Del cielo es ¡urdin
Que sus muros quieren
Con él competir ;
Por ella entró Alfonso,
Dia de san Gil ,
De vencer tos moros
Ue .Mcalá y Madrid;
Con mora gentil
Que es hija del rey
¡Je Guadalquivir;
Si se bautizare.
Viva siglos mil,
y si no, se muera
.Antes de parir.
Porque no tengamos
(Cuando nazca ansí.
Siendo entreverado,
Príncipe pernil;
Qué linda es Valladolid, etc.
DERRUECO.
Buena ha estado la canción.
¿Quién la ha hecho?
UIKCO.
Yo la he hecho.
DERRUECO.
Hágaos, Mingo, buen provecho,
Y caígaos mi bendición,
Que tenéis liúdo magín
Para poeta.
MINGO.
Es negocio
Que con desvergüenza y ocio
Puede hacerse un celemin
De copras ; este domingo
Pienso hacer otras á Menga
Y á Teresa.
TERESA.
Dios os tenga
De sus consonantes, Mingo,
Que es negocio peligroso.
Ill^GO.
Ansíyoselosoplico.
misico.
Y más si da en sateríco.
Por ser sonado ó mocoso.
A Vallaüoliü nuestro amo?
lllíiGO.
Con los conejos y el gamo
Que doña Toda mató.
BERRUECO.
¡No esperará el jabalí
Que estaba en la armada ya !
Maijino que huyendo va
Del Rey.
MINGO.
¿Del Rey?
BERRUECO.
Mingo, si,
Que él se entiende.
HINCO.
iQue eso pasa?
BERRDECO.
No os dé pena,
Más sabe el cuerdo en la ajena.
Que el majadero en su casa ;
Lo mismo me hiciera yo
Ajuslándome á la ley.
Que ese es rey quien no ve al rey.
TERESA.
iSentarémonos?
BERRUECO.
BERRUECO.
¡Ay Teresa, si de mi
Te dolieses !
BERRUECO.
Siendo para lo de Dios,
No le estuviera muy mal.
TERESA.
Ruéganme Gil y Pascual
Que son mejores que vos,
i Y habia de enquillótranos
Por vos, Berrueco ?
DERRUECO.
Mentís,
Teresa, en lo que deCIs,
Que no podéis ¡Kiialallos
Con mi zapato, Teresa.
TERESA.
¿Mentís á mi? hoy os saco
Las narices de un bellaco.
Y no fuera mala presa.
Aunque las tengo algo chatas.
Músico.
Ea, Teresa, tené.
BERRUECO.
En medio, Mingo, os pone.
TERESA.
Déjame poner las patas
Em la boca y en los dientes
Desle bellaco ruin.
¿Heiitisámi?
MINGO.
Tengan Gn
Pendencias impertinentes,
Y vayase uno por otro.
TERESA.
No sabéis bien lo que soy ,
SI de la suerte que estoy
Me emberrincho y enquillotro.
H.
DON PEDRO MIAGO.
I BERRUECO.
Vo OS pido perdón , Teresa.
HUSICO.
Pcrdonaldo.
Ml^co.
Perdonaldo,
Y como necio dejaldo.
BERRUECO.
Y de serlo no me pesa.
Que diz que son más dichosos.
MINGO.
Volvámonos i asentar.
BERRUECO.
La mano me habéis de dar.
Sale GIMEN por la boca de lo cuita
GIMEN.
¡Luceros del cielo hermoso!
Gracias á Dios que os diviso.
Sale DON GARCÍA.
Manto, que os miro, y que al prado
Los verdes recamos piso !
Sale ORTUN.
ORTUN.
¿Es el cielo este que veo?
¡ Gracias á Dios que salí !
MINGO.
¡Hola! gente viene alli.
DON carcIa.
Fuera estoy, y no lo creo.
¿EsOrtun?
ORTUN.
¿Es don García?
GIMEN.
¿Es don Garcia?
DO!» GARCÍA.
¿Es Gimen?
GIMEN.
¿No me dais el parabién
De mi dicha?
ORTON.
Y de la mia
También le puedo pedir.
GIMEN.
Yo lo agradezco á mis manos.
MINGO.
Sin duda son cortesanos
Que tras el Rey deben de ir.
BERRUECO.
Vayan muy en hora buena.
«tísico.
Yo sentado me he de estar,
Y un juego puede empezar
Teresa.
GIMEN.
Fui su colmena,
V fuera también García
Su comida, si en igual
Ocasión este puñal
De la noble sangre mia
No restaurara el atroz.
Fin con la suya, de suerte.
Que volviéndose la muerte
Contra el animal feroz.
Quizá de miedo, después
Que vio ceñido el acero,
lirazos que trocó primero
Al cuello trocó á los pies ;
Que seguro y satisfecho
Del encubierto puñal.
Como villano animal
Dio al acero tocio el pecho;
Y todo el acero yo
Por tres veces al cerdoso
Corazón, y vitorioso
Salí á buscaros.
DON garcía.
No vio
Mayor valor en Milon
Ni en Iro la antigüedad.
GIMEN.
Siempre la necesidad
Dio ardimiento al corazón.
ORTUN.
Ya te tuvimos por muerto.
GIMEN.
Fué dicha no perecer.
DON garcía.
El Rey te quiso valer,
Y sin Orden ni concierto
Entró en la cueva Iras t!,
Y todos tras él entramos,
Y más prodigios hallamos
A la entrada, que si alli
La griega Circe viviera;
Pero apenas nos pusimos
Dentro, cuando nos perdimos
Unos de otros, de manera
Que por milagro hemos vuelto
Del cielo al azul zafir.
GIMEN.
¿Y el Rey?
DON GARCÍA.
Debió de seguir
El fiero bruto, resuelto
De vengarte ú de librarte ,
Y se ha perdido también
Con la oscuridad, Gimen,
O salió por lo otra parte,
O primero que nosotros
Por aquesta que salimos.
BERRUECO.
Si al soldado le vestimos
De tan divinos quillotros ,
No tien que pedille al Rey
Merced ninguna, pardiobro.
MINGO.
Ya que viene, no ha de ir pobro
De nuestras manos.
BERRUECO.
El bue;
Bermejo le pienso dar,
Para que coma también.
DON garcía.
Pues aquí bay gente. Gimen,
Bien podemos preguntar,
Que puede ser que le viesca
Pasar al amanecer.
TERESA.
Este el soldado ha de ser.
DON garcía.
Cuando razón no nos diesen,
Volveremos á buscalle
A la cueva, sin dejar
El más oculto lugar.
TERESA.
{i;i lleva gallardo talle,
Vva de verde vestido.
Tan galán
I De la guerra no ha salido
«30
Ningún soldado jamás;
I. a daga lleva dorada
\ la espada.
MINGO.
nDaga, espada.»
BEIinCECO.
Mingo, como grulla oslas
En vela.
TF.nESA.
¡Qué de colores
De plumas en e! sombrero
Tremola al viento ligero!
DON garcía.
Buenas noches, labradores.
MÚSICO.
«¿Plumas?»
GIMEN.
Bien han respondido.
ORTDN.
Deben de llamarse ansí
Las noches, Gimen, aquí.
TERESA.
En el gallardo vestido
Lleva una banda terciada.
MIJSICO.
«¿Banda?»
DON GARCÍA.
¿Habéis visto pasar
Al Rey?
TERESA.
Para pelear
Lleva limpia espada.
GIMEN.
¿Habéis visto por aquí
Pasar al Rey?
TERESA.
Con botones
De oro lleva los calzones.
DON GARCÍA.
Es verdad.
nERRl'ECO.
«¿Calzones?»
COMEDIAS ESCOGIDAS DE DON FRANCISCO DE ROJAS.
En tiempo pasado el conde
Peranzures , que fué grima
Del moro, á ganar entró
A Valladolid; de aqui.
Dicen, no sé si es ansí.
Porque no lo he visto yo,
Que las noches de San Juan
Sale á bañarse á placer.
TERESA.
Sí;
Aquí esta
Mi caperuza.
DON GARCÍA.
Arre allá.
Suele responder el eco
¿Y no respondéis vosotros?
¿Habéis visto al Rey pasar?
BERRDECO.
«¿Calzones?»
GIMEN.
No hay que esperar;
O la falta está en nosotros ,
O ignoramos su lenguaje.
DON carcIa.
No hay para bestias ninguno
Gomo un palo ; y si hay alguno
Que entienda este villanaje ,
Sin duda ese debe ser
En aquestas ocasiones.
¿Habéis visto al licy?
BERRUECO.
«¿Calzones?
GIMEN.
Buen modo de responder.
Su lenguaje les hablemos ,
TERESA.
El va galán.
ORTUN.
Ansí . villanos, podremos
Darnos á entender mejor.
TERESA.
Ladrones, Mingo, ladrones.
MINGO.
«¿Espada?»
MÚSICO.
«¿Plumas?»
DERhUECO.
«¿Calzones?»
DON GARCÍA.
Tente, villano.
BERRUECO.
Señor,
Mirad qué queréis de mí,
Que yo á nada me resisto.
DON GARCÍA.
Que nos respondas si has visto
Pasar al Rey por aqui.
BERRUECO.
¿Y he de responderos luego?
ORTUN.
¿Hermosa flema, Gimen!
Habla, acaba.
BERRUECO.
Mira bien.
Si ello va fuera de juego;
Porque en estas ocasiones ,
Si es burla y de juego va ,
Todo hoy no me sacará
Otro que Dios de «calzones».
DON GARCÍA.
¿Para qué hemos de jugar?
DERRUECO.
En fin , Señor, ¿no os burláis?
GIMEN.
¡No, vive Dios! ¿qué aguardáis?
BERRUECO.
Pues no le he visto pasar.
ORTUN.
Despachónos brevemente.
DON GARCÍA.
¿No has visto al Rey, que animoso
Esta tarde tras de un oso
En esa cueva de enfrente
Entró á librar á un vasallo
Con nosotros?
BERRDECO.
No le vi;
Pero si él ha entrado ahí.
De buena se habrá escapado
Si ha vuelto á salir afuera.
Porque diz que está encantada
De un rey moro, y no hay espada
Ni valor que vencer pueda
Tan espantosa aventura ;
Ya sé que al cabo del año.
Que suele hemos de daño
Su e.spantosa boca oscura
A más de cuarenta crias.
Que es albergue de los lobos.
De los osos, de los tigres,
Y suceden los más días
Mil desgracias á su puerta,
Y aunque habernos procurado
Ceg.irla, ha sido excusado.
Que 'ucgo amanece abierta ;
Otra diz que tiene encima
De Pisucrga, por adonde
BERRUECO.
Una vez el sacristán
Be Simancas quiso hacelle
Con el hisopo un conjuro,
y ahora no está seguro.
¿Pero quién no ha de temellc.
Si es moro y está encantado?
DON GARCÍA.
Por esotra boca el Rey
Salió sin duda.
BERRUECO.
De un buey
Me tiene á cargo el manchado
Pellejo, que el bellacon
Encantado y bi de puta.
Con cascara como fruta
Se los come.
GIMEN.
Dilación
No cabe en saber adonde
El Rey, señores, está.
Pues se ve que es tarde ya,
Y si esta cueva le esconde;
Busquemos hachas y eulremos
A pesar de sus encantos
Y peligrosos espantos
Hasta que a Alfonso hallemos.
DON garcIa.
Guíanos á esotra boca
De la cueva tú.
DON GARCÍA.
Que entrar en Valladolid
Sin él, es cordura poca.
Poco honor, amor y ley ;
Que rey que de amor movido
Por vasallo se ha perdido
Cuando necesario fué.
Razón es que susvasallos
Pierdan la vida por él.
BERRUECO.
Él fué consigo cruel.
GIMEN.
Camina.
BERRUECO.
(Yo he de dejallos
En podiéndome escorrir.)
DON GARCÍA.
Pasa adelante.
BERRUECO.
Yo iré
En cualquiera parte, áfe,
Muy bien.
Adelante hasde ir.
BERRUECO.
¿Que fuese yo el desdichado
Que cogiesen? ¡loco estoy!
DON GARCÍA.
Camina aprisa.
BERRUECO.
Y'o voy
Oliendo á moro encantado.
(Vante.)
Sale ABDELMON,rívniofoní¡7ro,íOfi I
unahachaencendida,yEhRE\ tiL-
FOSSO con la espada desnuda, aflr-
Oiándose con él.
ABDELMON.
¿Qué me quieres, Alfonso? ¿queme
Déjame en mi quieluü. [quieres?
REY.
¿Quién eres, moro?
ABDELUON.
Un desdichado soy.
BET.
Dime, ¿quién eres?
ABDELUON.
Si Alaquivir, á quien postrado adoro,
En aquesta ocasión me permitiera
üue pudiera perderte el real decoro,
No pisaras con vida la ribera [ra
Del gran Pisuerga, quepordueñoalio-
Lospiés parccequebesarteespera.
Mas, puesquieren los cielosque la mo-
NaciOD á tus pendones castellanos [ra
Dé lin, como mi triste suerte llora,
Yquecomience España por tus manos
A levantar el cuello victorioso
Dispuesto por los hados soberanos,
Que sepas ya quien soy será forzoso,
bi el cieloen nuestra ofensa te destina;
Escucha atento , Alfonso generoso.
El nuevo Abdelmon soy, reyde Medina,
Qne vuestro Cid venció, de cuya espada
Llora tragedias hoy la Sarracina.
Huyendo de su furia esta olvidada
De los rayos del sol, cueva sombrií,
Escogi po'r amparo y por morada.
Aqui sin ver jamás la luz del dia,
En la mágica negra entretenido ,
Que contra el hadono hay nigromancia.
Salgo á observar de noche el sordo ol-
' [vido,
De su quietud las luces celestiales,
Y cuantas lineas hay con paso mido
Y hallo por retrógrados fatales,
Sin aspecto benévolo ni trino,
Cierto del moro los futuros males.
Y más ahora, Alfonso, que al divino
Poder que te da Alá juntas la clara
Sangre del más famoso Sarracino.
Ahora que tu hermosa prenda cara
Ali Maimón te da , rey de Sevilla ,
Zaida en la dicha y en belleza rara;
Aunque ha de dar un Principe á Cas-
[tilla
Que en liernosaños muera cuando em
A esgrimir la católica cuchilla; [picce
Pero de otra mujer Alá te ofrece
Divinos descendientes generosos
Con que al poder alarbe se escurece ;
Veinte aüos há más tristes que dicho
[sos
Que soy ciclope sordo desta cueva.
Luchando con los hados poderosos;
Y pues es vana ja cualquiera prueba
Y no hay ciencia que venzaálaforluna,
Lleva, Alfonso, de mi la postrer nueva;
Que desde este peñasco, que coluna
Parece de las nubes y atalaya
De los escasos rayos de la luna ,
La muerte está en razón que á buscar
[vaya.
Dando al mundo Pisuerga esta vüoria,
Aunque me vuelva ásu desierta play
nET.
¡Arrojóse, no cuenta humana historia
(Desjiéñase.)
arbe he
ligno de mortal memori
Llamar mi gente con mi seña quiero,
DON PEDRO MIAGO.
Que piensoque con hachas encendidas
íle busca, y de Gimen el llu espero.
Que hoy ha" sido la caza de perdidos.
[Vase.)
Sale DON PEDUO MIAGO, y los cru-
dos, dándole aguamanos, y los mú-
sicos cantando, y DOS'A TODA, su
hija, con la toalla.
iiOsicos. (Cantan.)
¿Quién vio al conde Peranzures
En Valladolid la rica.
En un caballo alazán
Cola larga, crespa y riza,
Recebir'at rey Alfonso
Quede Toledo venia
De tomar la posesión
De .istúrias y de Castilla?
D0>- PEDRO.
Toalla.
DOÑA TODA.
Ya yo os la doy.
D0:< PEDRO.
¿Tanto favor, hija mia?
DOÑA TODA.
Más os debo.
DOMPEDRO.
Alzad del suelo.
DOÑA TODA.
Vuestra mano, de rodillas.
Señor, espero primero.
DOJi PEDRO.
Y los brazos tomad, hija,
Y escuchad la mejor letra
Que se ha trovado en Castilla;
Imagino que quedaste.
Que lo bueno no se olvida,
En la cuera con ribetes.
Filigrana y sin polilla.
MÚSICOS. {Cantan.)
La espada de Alfonso el Casto
Con los tiros trae ceñida.
Que la puente y guarnición
Son des culebras torcidas.
D0> PEDRO.
¡ Buen tiempo aquel ! todo pasa ;
Entonces la llamarían
Con mayor causa que ahora,
A Valladolid, la rica;
Siempre que miro el sepulcro
Donde para siempre habita
El difunto amado Conde,
Pongo en tierra la rodilla
V le hago reverencia.
Porque fué honor de Castilla,
Por amparo de su patria
V asombro de la morisma.
Por amigo , y final mente ,
Porque puesto que la vida
V el reino le debe Alfonso ,
Oso también de la dicha,
Que es uso la confusión
De Palacio, y sus altivas
Privanzas menospreciando,
Siempre legítimas bijas
De la condición del tiempo,
Y desde lejos servia
A su rey, como vasallo
Leal , con que dejo escritas
Ansi en las cosas humanas
Como en las horas divinas.
En Valladolid memorias
Que á pesar del tiempo vivan.
Por vida tuya. Lujan,
Que á mis cenas y comidas
Me cantes ese romance
DO^A TODA.
Justamente le acreditas.
DON PEDRO.
Y en pago dello te quiero
Dar ahora esta sortija ,
Que las dádivas son muestras
Del gusto.
MÚSICO.
Mil años vivas.
(Yanse hs músicos.)
DON PEDRO.
Habréis quedado cansada
De la caza. Toda mia.
DOÑA TODA.
La inclinación nunca cansa
tjercilada.
DON PEDRO.
Desdicha
Fué salir el Pvey á ojeo
Con toda su montería.
Que me oMigó á dar la vuelta
A Valladolid.
Sale EL MÚSICO.
Vuelve por aqui á Palacio
El Rey á pié, que le oW~~
Valladolid este honor;
I El Rey á pié, que le obliga
I Valladolid este honor;
I Demás, de que es romería
Que prometió, por un caso
Que ayer en la caza misma
Le sucedió , según dicen ,
V lleva en su compañia
Toda su antigua nobleza.
Viendo las cosas antiguas
Que hay en la villa; si quieres
(Pues nobleza te acredita)
Hacer lo mismo que todos.
Saldrás a tiempo.
DON PEDRO.
Su vista ,
Lujan, está en el respeto;
Mil años Alfonso viva.
Que sin velle pasar quiero.
DOÑA TODA.
Señor, ¿qué causas te obligan
A huir ía cara del Rey,
Siendo la nobleza misma
Hija de los reyes?
DON PEDRO.
Toda,
Yo he vivido hasta este dia
Ochenta años , y me he hallado
Bien con no llegar á vista
De ningún rey; que los reyes
Son como el sol. Toda mia,
A cuyos hermosos rajos
Las cosas reciben vida.
Que la dan á sus vasallos
Los rayos de su justicia :
Pero llegársele cerca
Es peligrosa osadía,
Porque queman, porque abrasan
Desvanecen y derriban ;
Desde lejos gozar quiero
Sus rayos, que los que lian
Más de sí mismos se alrevao,
Que yo con aquesta vida
Vivo seguro y contento
Sin ambiciosa codicia.
Sin esperanzas ni quejas.
Sin desdenes ni malicias;
Vadlos, Toda, que me voy
A San Esteban á misa.
DOÑA TODA.
El mismo peligro pienso
Que tienen las que se fian
(Vase.)
K3I
Oe la oc:is¡on, üe la sangre,
De sus ojos, de si mismas;
Líbreme el cíelo de amor,
yue si de! amor me libra.
Yo me libraré del sol.
Del Rey y de don García. (V
Salen EL REY, ORTliiN, GIMEN.
garcía y ACOIIPAÑAMIE.MO.
BEV.
No hay en España lugar
Que le pueda competir.
Aunque entren los que del mar
Ricos pueden adquirir
Grandeva particular;
Que sus bellos edilicios
tu torres, casas y templos.
Calles, plazas, frontispicios.
Son de su grandeza ejemplos
V de su hermosura indicios,
Y de haber visto he gustado
A pié sus grandezas todas.
DON GABCÍA.
Por tálamo regalado
Vuestra alteza de sus bodas
iutlamenle le ha nombrado.
REY.
¿Quó casa es esta?
ORTi:i».
El blasofl
Que sobre la puerta está,
Al dueño le da opinión
üe rico y noble.
RET.
Será
De rico home ó de infanzón.
GIUEN.
El dueño della imagino
Que sale de casa ahora.
\' es un hombre peregrino.
REY.
Rico es sin duda.
ORTDN.
y no ignora
Al parecer.
RET.
iQué camino
Ilabria para saber
Quién es? que desde el primer
üiaque, á mi parecer.
Entré aquí, este caballero.
Sin saber quién pueda ser,
Veo á caballo pasar
Más que otros muchos lucido
Por Palacio y el lugar.
Y en ningún acto que ha habido
Me ha querido acompañar
Ni me ha besado la mano
Como los demás lo han hecho,
Y no he reparado en vano
Que debe de ser sospecho
Filósofo cortesano.
SiTuestra alteza me da
Licencia, del mismo quiero
Gimen, será
Gusto para mi, que espero
Que es gran hombre.
Sa/e DON PEDRO MIAGO.
DON DEDRO.
El Rey está
Parado ahora en la calle.
COMLÜIAS ESCOGIDAS DE DON FRANCISCO DE ROJAS.
Más libre goza del bien.
Yo confieso que en mi vida
GIMEN.
Y un criado, al parecer.
Viene á ti.
DON PEDRO.
Quiero esperalle.
Que no sé qué pueda ser.
GIMEN.
Respeto pone su talle.
RET.
Ya ha esperado, don García,
A Gimen.
DON karcIa.
¡Con qué valor!
ORTUN.
¡Y con qué cortesanía!
CIJIEN.
Déseos las manos. Señor.
DON PEDRO.
Dios os guarde.
GIMEN.
El Rev me envía.
Que quiere de vos saber
Quién sois, yá este efeto vengo.
DON PEDRO.
Al Rey podéis responder
Que soy un hombre que tengo
En mi casa de comer;
Y no le respondáis más.
[Hace que se va.)
GIMEN.
Con esa respuesta voy;
No vi tal valor j:imás.
DON PEDRO.
Decilde también que soy
(Que fslü faltaba no má's)
Muy leal a su poder,
Y muy nolile juntamente
Qué es lo qne más precio ser.
Y un hombre que, linalmenle,
A ninguno ba menester;
Y que estos cabellos canos
Que me nacieron sirviendo
A su padre y sus hermanos,
Y no sirvo ni pretendo.
GIUEN.
Guárdeos Dios.
DON PEDRO.
Deseos las manos. ( Vasf.
DON CARClA.
Ya vuelve , Señor, Gimen.
RET.
¿Quién es, Gimen?
GIMEN.
Un Catón,
Cn Diógenes, en quien
No halló lugar la ambición.
RET.
¿Deque suerte?
GIUEN.
Yo llegué
A preguntarle quien era.
Como vuestra alteza ve,
Y dijome que dijera
(Y como aquesta se fué).
Que era un hombre que tenia
En su casa de comer.
Leal , noble , y que no había
A ninguno menester.
Segura niosofia ;
Con esas partes, Gimen,
No ha menester verme á mí ,
Y puede decir también
Que es más rey que yo, sí ansí
Tuve envidia si no es hoy;
ut.ija reconocida
Que tiene un cuerdo á quien soy
Si asegura su comida;
Porque en el humano ser.
Según va la edad y viene.
No hay más dicha que poder
Decir un homhre que tiene
En su casa de comer.
La respuesta fué extremada.
Y el homhre, Gimen, me agrada,
Que en ella entender me dio
Que es mucho más rey que yo ,
Pues qne no ha menes'ter nada ;
Su nombre pienso saber
Y procurar estimar
Su persona y pretender
Sus consejos escuchar
Y su cordura aprender.
DON GARCÍA.
Aquí dicen que se llama
Don Pedro Miago, y que es
Hombre de notable fama
En Valladolid.
RET.
Después
Quédela divina rama
De los luceros de Dios
Acabe la romería.
Nos hemos de ver los dos.
Yendo, Gimen, don Garda,
Para este efecto con vos ,
Porque eche de ver que ansí
Su persona estimo yo.
GIMEN.
Creo del, según le vi
Cuerdo y resuelto, que el no
Dará primero que el si.
Que es hombre desta opinión,
Y rico, y llevar querrá
Por delante su intención.
BEY.
Si tiene hacienda, tendrA
Par.T mi, Gimen, razón.
Que Palacio no es lugar
Para envídíalle, pudíendo
Sin él contentos pasar.
En la soledad viviendo
Ricos y sin mormurar.
DON GARCÍA.
SI, que una y otra Cartago
De privanza, á fin medroso
Muestra en su primer estrago.
REY.
;Qué picado y qué envidioso
Voy de düu Pedro Miago !
I JORNADA SEGUNDA.
Salen DON PEDRO MIAGO r CALVAN,
moro galán.
CALVAN.
Ali Maimón, de Sevilla
Rey, deste nombre el tercero.
Que guarde Alá largas lunas
Como ha menester su reino ;
Por conciertos de amistades
Trató con Alfonso el Sexto,
Rey de Castilla y de León,
Vuestro rey (que guarde el ciclo)
Casará Zaida, su hija.
Milagro del siglo nuestro.
Que á faltarle Alá Mahoma
Esta lo fuera en el suelo;
Si es hermosa, el sol lo diga,
Pues gobernando el imperio
lie su lielleza, es el sol
\ irey desús ojos neíjros;
A los Abriles que eslán
Los dos nácares vertiendo
De la hermosa Andalucía,
Hurtó á la Sciiia el invierno;
Corlara flechas y rayos
Del oro de sus cabellos
Amor, si perder pudiera
A sus ojos el respeto;
De su boca olur y risa
Aprende el alba y el viento.
Que en vez de llorar aljúlar
lüe estrellas y luceros;
(^un el cristal de sus manos
Compiten los once cielos,
yue 3 su belleza cobardes
Ño se atreven cielo á dedo.
Formando dulce armonía
Kn la hermosura del cuerpo
Con su alteza, de Sevilla,
Para este efcclo, en efelo,
En su servicio salimos
Los más nobles caballeros ;
Si te he de decir verdad.
Cristiano, lodos sintiendo
üueZaidaIohayadeser,
Y es natural sentimiento ;
Que en la dispula, cristiano,
Üe las leyes no me nielo.
Pues la amistad nos estorba
Usar nuestros argumentos;
\a sabéis que son tan conos
(Jue de la lengua al acero.
Con solo un antecedente
La consecuencia ponemos ;
Si es la vueslra más verdad,
^os hace fuerza y da esfuerzo
El ser la nuestra heredada
Ue nuestros padres y abuelos ;
Aunque en estas diferencias
Ala sabe lo más cierto,
ti nos dé luz, y haga á Z.aida
yuc con él reine en el cielo ;
Al fin, vistiendo los campos,
Con el Abril compitiendo,
De almalafas y de plumas,
Si de bengalas el viento;
Engañamos á los montes ,
Pareciendo desde lejos
Arboles que caminaban
O prados de flores llenos ,
lluy fuéramos á sus ojos.
Ya mirabeles, ya almendros,
Si á las yeguas andaluzas
No descubrieran los ecos;
Desta suerte caminamos
Con varios recibimientos
De las villas y lugares.
Como á su reina en efelo;
Y pasando á Guadarrama
En sus pei'iascos soberbios
Nevando plumas y locas
Anticipamos á Enero,
Adonde con la nobleza
Castellana, Alfonso, haciendo
Iteal lisonja á sus ojos
Hizo mar de amor el puerto ;
Yá Valladolid llegando
. Mostró la corte en el cielo
Desde su puerta del Campo
A su Palacio soberbio ;
Aqui de losalfaquies
Más sabios y más discretos
De su ley para el bautismo
Enseñada fué primero;
Y hoy que está calequizadi,
(^omo decis, en el templo
D0.\ PEOUO MIACO.
Mayor de vueslra mezqull,').
Donde está el famoso entierro
De aquel Nalercso Conde
Que con invencible pecho
Kl sexto Alfonso sacó
üe la prisión de Toledo,
La bautizan y se casan
Juntamente casi á un tiempo.
Que el grande aifaqui de Burgos
Vino á la corte al efecto ;
Vuestro famoso Almirante,
Que es espejo en años tiernos
Ue los reyes sus pasados
Que fueron del mundo espejos,
Y su esposa, tan hermosa
Que por encarecimiento
Corre parejas con Zaida,
Que es aveiiiajalla al cielo,
Ue la boda y del bautismo
Son los padrinos, haciendo
til Rey con esta amistad
Segundo deudo con ellos;
Esto es lodo lo que pasa,
Dadme licencia con esto.
Que como estoy obligado ,
Voy al acompañamienlo.
DOS PEDRO.
Aguardad, hidalgo moro.
Porque quiero conoceros,
Y serviros, si es posible.
La merced que me habéis heclio.
Que á términos tan hidalgos
Como habéis tenido, quiero,
Para serviros, deciros
Mi nombre en sabiendo el vuestro.
CALVAN.
Calvan, cristiano, es el mió,
Cuya nobleza trajeron
Mis abuelos á Sevilla
De los Jeques de Marruecos ;
Vivo en Ecija, que soy
Su alcaide en ella , aunque muero.
Por Kelisalba en Osuna ,
A manos de mis deseos.
DON PEDRO.
Yo soy don Pedro Miago,
Un honrado caballero
De Valladolid , tan nuble
Como el rey Alfonso el sexto ;
Vivo junto á San Esteban ,
Y no tan pobre, que puedo
Cuando la hayáis menester
Alguna hacienda ofreceros.
Lo que asistáis en la corle
Mis caballos serán vuestros.
Que os aseguro que encima
No echéis los de ICrija menos.
Y si queréis de posada
Mudar, una casa tengo
Que puede el Rey envidialla,
Y no digo mucho en esto.
Y advenid que estos no son
Cortesanos cumplimientos
Ue los que en la corle usan
Tornasoles caballeros ;
Que soy don Pedro Miage,
Hombre de chapa, y que tengo
Mi palabra por verdad ,
Mi nobleza por espejo.
Porque es de Dios apellido
Y ansí le tiene en el cielo ;
Y el caballero , Calvan ,
Que no se preciare dello.
Ni es honrado ni es ciistiauo,
Valifiite ni caballero.
CALVAN.
i Qué valeroso cristiano 1
iQué palabras! ¡Qué gran pecho!
¡Qué aspecto! Su Cid no pudo
Ser mis , ni él pudo ser menos.
533
Por Alá , quo no he envidiado
Ca.stellano caballero.
Ni cristiano si no es esle.
Que me ha admirado confieso.
Llega esa yegua, Celin,
Aqni. (Vasí.)
Sale EL ALMIRANTE DE CASTILLA,
ALUIRANTE.
En vuestra busca vengo.
DON PEDRO.
Señor, ¿ vuecelencia i mi
Viene á buscarme, podiendo
Con un criado mandarme
Que á serville fuese ?
ALMIRANTE.
Debo
A la sangre que tenéis
Mucho más, señor don Pedro;
Y no es mucho que yo os busque,
Si el Rey, soberano dueño,
No puede acabar con vos
Que le visitéis.
DON PEDRO.
Promelo
A vuecelencia, que soy
Desíiue naci, y ya soy viejo.
De tan contraria opinión.
De tan cortos pensamientos
En las cosas de Palacio
Que ni gusto, ni me atrevo
A entraren ellos jamás.
Que hay laberintos en ellos
Que enredarán al más sabio
Y perderán al más cuerdo ;
Yo estoy ya viejo y cansado
Quizá de servir mancebo
Contra las lunas alarbes
A su padre y á su abuelo ;
Y la verdad y la espada
Desnudas siempre estuvieron
Para servir á mi rey
En mi mano y en mi pecho;
Y no quiero entrar ahora
A escuchar á lisonjeros.
Que con verdades vestidas
Y espadas están sirviendo:
Que soy hombre mal sufrido,
Y no estoy ahora en tiempo
De granjear enemigos;
Al Un condición de viejos.
ALMIRANTE.
Señor don Pedro Miago,
Si por Almirante puedo
De Castilla con vos algo.
Me habéis de honrar con los dpudos
De mi casa en el bautismo,
Velación y casamiento
Délos reyes.
DON PEDRO.
Vuestro soy,
Y por orden vueslra iiuiero
Besalle á Alfonso la mano.
ALMIRANTE.
Eslimo, señor don Pedro,
(;omoes razón, la merced
Que me hacéis.
DON PEDRO.
Vuestros abuelo.?
Y vuestros padres han sido
Como vos siempre mis dueños,
Y quiero que mi señora >
La Condesa, en nombre vuestro,
' Dé 3 doña Toda, mi hija,
I Por dama á la Reina.
ii54
COMEDIAS ESCOGIDAS DE DON FRANCISCO DE ROJAS.
Espero
Del Hey niny grandes alliricias ,
Y hará'la Condesa en eso
Muy gran lisonja & su alteza.
D0:« PEDRO.
Aunque yo caballa puedo
Muy bien en Valladolid ,
Conozco, Señor, que pierdo,
r<o metiéndola en Palacio,
Diferentes casamientos
Adelantando mi casa ,
Y que me quito con esto
El cuidado de guardalla.
ALMIRANTE.
Ha sido prudente acuerdo.
Prevéngase mi señora
Doña Toda, porque luego
Va por ella la Condesa.
DON PEDRO.
Mil veces las manos beso
A vuecelencia. Ya voy.
ALMIRANTE.
Pues en Palacio os espero.
DOS PEDRO.
El caballo al Almirante.
ALMIRANTE.
Subid , don Pedro, en el vuestro.
DON PEDRO.
Servir de caballerizo
A vuecelencia pretendo.
ALMIRANTE.
DON PEDRO.
En todo, como es razón,
A vuecelencia obedezco.
ALMIRANTE.
Haceisme merced.
DON PEDRO.
Yo sirvo
Poco para lo que debo.
{Vanse cada uno por su puerta.)
Sale EL REY v DON GARCÍA.
REY.
No he visto mayor belleza
Después que reino , García.
DON garcía.
Ya vuestra alteza algún dia,
Sise acuerda vuestra alteza,
Dijo por Otra mujer
El mismo encarecimiento.
REY.
Son accidentes que el viento
Suele llevar y traer;
Pero en las propias , García ,
Es verdad, y no accidente
Que se dice y que se siente.
Más acuérdame qué dia ,
Que no me puedo acordar.
DON GARCÍA.
Yo (que no me olvido) sí ,
Aun(iue entonces lo encubrí
Y hoy no lo puedo negar,
(.lúe hoy manda que lo pregone
Mi ingratitud y mi queja.
Va que otro bien no nía deja.
Vuestra alteza me perdone,
Pues le Mogo á confesar
Hoy toda la culpa niia.
REY.
Mentiras de amor. García,
Dignas son de perdonar ,
Pues no hay en el mundo amante
Que no las diga en rigor
Al amigo ó al señor.
¿Quién ha entrado?
DON GARCÍA.
El Almirante.
Salen EL ALMIRANTE y DON PEDRO
MIAGO.
REY.
Seáis, primo, bien venido;
Muy galán venís.
ALMIRANTE.
No es dia
Roy de menos alegría,
Que á poder venir vestido
De planetas y de estrellas
Que galas del cielo son.
Fueran en esta ocasión.
Señor, pocas todas ellas,
Ni de sol la maravilla
Para tan dichoso empleo.
REY.
ALMIRANTE.
Mas ya que imposible sea
Hoy con don Pedro Miago,
A vuestra alteza le hago,
Pues su persona desea.
Mayor presente.
REY.
Almirante,
Solo vos podéis hacello ;
Holgara de hablallo y vello.
ALMIRANTE.
Pasad, don Pedro, adelante,
V besad al Rey la mano.
DON PEDRO.
Déme los pies vuestra alteza.
REY.
Vuestro valor y nobleza,
Nuevo Catón castellano.
Merece mejor lugar;
Alzad.
DON PEDRO.
Vuestra mano espero,
V seréis el rey primero
A quien la llego á besar;
Masía que beso, Señor,
Cuando por rey no lo hiciera.
Por horadada pudiera,
Pues tuvo tanto valor
Oue fuera de ser nombradas
Hazañas por justa ley.
Parecen bien en un rey
.Manos, Señor, horadadas;
yue manos que no lo están
Siempre mercedes haciendo.
No son de rey.
REY.
Yo pretendo
Que del nombre que me dan
En Castilla, eso se entiende.
DON PEDRO.
En eso imitan á Dios
Los reyes.
REY.
No hay cosa en vos
Que no me admire y suspenda ;
Viéndoos e.sloy espantado.
Oyéndoos hablar me admiro,
V en vuestra persona miro
'lodo un romano senado ;
Asi debió ser Tiberio,
Otón y Severiano,
Nerva, Antonino y Tr.njano,
Dueños justos de su imperio;
No pudisles. Almirante,
Darme más gustoso dia,
ALMIRANTE.
Pues de su alteza podia
Contar favor semejante
La Condesa, que le ha dado
A su hija doña Toda.
REY.
DON PEDRO.
Señor, mire vuestra alteza
Oue tengo la condición
De diferente opinión ;
Tráteme con más llaneza
Que eso parece aprendido.
Bien me podéis perdonar.
De los que os suelen estar
Lisonjeando al oidn;
Y soy un hombre tan claro.
Que os hablo desta manera.
Con humor para allá fuera.
Grosero en Gn.
REY.
¡Hombre rarot
DON PEDRO.
No soy hecho al uso yo,
Y Palacio ha menester
Hombres de otro proceder,
Queá miel cielo me crió
Como todos son testigos.
Bronco, y más en esta edad.
Amigo de la verdad.
Que tiene pocos amigos;
Y es imposible acertar
Con estas faltas aquí.
REY.
¡ Tan notable hombre no vi »
DON PEDRO.
Mi casa es mi muladar;
Cantoalll porque notengo
Quien me contradiga en nada;
Pero en casa que es posada
De tantos, ni voy ni vengo.
Que todos quieren cantar ;
Canten muy en hora buena,
Aunque hay gallo que es sirena
Y no se debe escuchar.
ALMIRANTE.
Pues tan bien entretenido
A vuestra alteza le dejo
Con quien puede ser espejo
De Castilla, si es servido.
Voy entre tanto á saber
Su alteza en que estado está. (1 ase.)
Id primero, pues sabéis ya
Lo que en lodo se ha de hacer.
DON GARCÍA.
Yo voy con el Almirante,
Para volver con la nueva ;
Confieso que amor me lleva.
Mas no voy ciego, aunque amanto,
Porque donde la elección
Votó primero que el caso.
Como no ha de obrar acaso
Va con ojos la razón. (\ase.)
REV.
A solas nos han dejado.
DON PEDRO.
Parece, Alfonso, que medro
Ya con lances de privado.
Que es lo que niénüs procuro.'
REY.
No es sino honrar esas canas ,
De las caronas romanas
Merecedoras.
DON PEDBO.
Yo OS juro
Por la fe de hijodealyo ,
Que si me hacéis merced taota,
No vuelva á veros.
Tama esquive?..
Ya espanta
DOS PEDRO.
Yo no valgo
Para otra cosa , Señor ,
Que para desengafuiros
Con verdades, y cansaros
Con vejeces.
BEY.
No hay valor
Para pagar lo primero.
DON PEDRO.
Paeseso es lo que sé hacer.
REY.
Y lo que yo he menester.
Acabad , sentaos, que quiero
Saber de vos más despacio.
DON PEDRO.
narclo, porque seria
Incurrir en grosería.
Como dicen en Palacio.
Y pues de mi es vuestro intento
Saber, y nadie de mi
Podrá hablar mejor aquí
Que yo mismo , estadme atento.
Yo soy de Ñuño Hasura
Legitimo descendiente ,
Que fué en un tiempo en Castilla
Uno de sus dos jueces.
Tuvo mi apellido origen
Desde mi abuelo, á i|uien siempre
Garci Fernandez, el conde.
Hizo notables mercedes,
l'ues teniéndolos cercados
Los moros de Benaveute
En una puente de un rio
Sin ir ni poder volverse,
Con otros treinta cristianos
Uió tan valerosamente
En ellos , que algunos moros ,
Con el temor de la muerte,
Saltaban á su pesar
Al rio desde la puente,
Y ayudándole su Conde ,
Le animaba desta suerte.
—Animo, Pedro Hasura ;
No desmayes, rompe, hiere.
Que por tu ley y In Conde
Haces lo que al cielo debes.
<Por mi hago, por míliagot;
Respondió al Conde tres veces ;
Y apretando bien la espada
Y con la espada los dientes ,
Dio de manera en los moros
Que puso fuera del puente
Al conde Garci Fernandez,
Dándoles por donde huyesen
Otro de plata más ancho,
Si asi á quien huye parece;
Quedóísele desde entonces
l.lamalle en Castilla siempre
Por mi hago, y corrompióse
Después en los descendientes.
Quedando perdido el por
Con Miago solamente;
Y en líúrgos. la casa antigua
Que deste tronco desciende,
Mi padre. Ñuño Miago,
Los mismos pasos pretende
Seguir que su padre, y yo
Los (le entrambos juntamente;
Porque apenas bien mis años
Cumplido lüs diez y siete.
DON PEDRO MIAGO.
Cuando vio sangre esta espada
De los moros cordobeses;
Maté en campal desafio
Al alcaide de los Velez
Entre Granada y Sevilla ;
Di libertad á dos Jeques
Melionenses de nación.
Que ellos llaman matasiete,
Y no han gobernado alfanjes
Tan valientes melioneses;
Pagáronme los rescates
Con más balajes que vierten
Perlas los ojos del alba.
Cuando en el Sur amanece ;
En la vega de Jaén,
A pesar de sus valientes
Moros, dejé tremolando
Una banderola verde.
Cuatro veces aguardando
Que alguno al campo saliese
A castigar la osadía
De sus Tarfes y Cómeles ;
Hizo treguas vuestro padre
Fernando, el rey, que Dios tiene,
Y retíreme á la corte,
Que era Uúrgosal presente;
La ociosidad y los años.
Ella mucha y ellos verdes.
Padres de amor, me inclinaron
A que una dama sirviese
De la reina vuestra madre.
Que Dios haya para .'Siempre,
Oue me obligó que á la edad
Lo que era debido diese;
IJi libreas á mis p;ijes
Oe sus colores, y alegres
Ga'asá mis esperanzas,
C.asaudo lo negro y verde ;
Hice cifras de su nombre.
Motes escribí y papeles,
Músicas le di y al aire
Suspiros y martinetes ;
Desempedraba á carreras
m terrero, solo siempre.
Loco, á caballo y amante.
Que el que ama cuerdo, no quiere;
Lloré, adoré, porfié,
Venci al lin, que las mujeres
Más hacen por la porfía
Que por amor muchas veces;
Dióle licencia sus padres,
Fernando, para poderse
Desposar conmigo, en tiempo
Que él en persona pretende
Ganará Valladolid,
Y yo de Burgos ausente,
.\|>ercibiendo mis bodas
Volví á Burgos, y cáseme,
Porque jamás en mi vida
Mano á rey besar pudiese;
Contar, Aifonso, las galas.
Los saraos, los banquetes
Que se hicieron en mis bodas,
lis cansar, y son vejeces ;
Tuvo el conde Peranzures
Con el Rey tan buena suerte,
Que á Valladolid le dio
Ganada á sus pies en breve ;
Deste lugar la hermosura
Me obliga á que Burgos deje,
Y que por Valladolid
Kl antiguo solar trueque;
Compre tierras, labré casas.
Que con justa causa pueden
Competir con el palacio
Que en ella gozan sus reyes ;
Enviudé de doña Blanca,
Quedando de nueve meses
Toda, en los brazos del ama ;
Sentí en el alma su muerte,
Y aunque no era viejo entonces,
!S'o determiné el volverme
A casar, porque el casar
No es cosa para dos veces.
Traté en público y secreto
Mi persona noblemente.
No siendo esclavo jamás
De dinero que tuviese.
Adelanté mis criados.
Siempre haciéndoles mercedes;
Doy limosna cada dia;
Favorezco á mis parientes.
Hago bien á mis amigos.
El bien que hice hallé siempre.
No pretendo , hablo verdad ;
No mormuro , y Onalmente ,
Voy previniendo la vida
Para el dia de la muerte.
Esta es la causa , Señor,
Que me aparta de los reyes.
Porque busco la quietud,
Ya que ninguno la tiene.
Esto he sido y esto soy,
Y esto he de ser , si viviere ,
Siendo el primero en el mundo
Que con su estado esté alegre.
REY.
Sale DON GARCÍA.
. DON GAncU.
Ya aguarda su alteza.
«EY.
Vamos.
DOS PEDRO.
Bien veis que no son extremos ,
Con esto que habéis oído
Lo que he dicho y lo que hago.
REY.
Sólo don Pedro Miago
A la fortuna ha entendido.
DON PEDRO.
Es ciencia, que á la verdad
Sólo mi experiencia enseño.
BEY.
;Ay, hermosa Zaida! dueño
De toda mi voluntad.
(l'oHíe.)
Sale BERRUECO, vestido de moro,
gracioso.
Linda invención niaginé
Para entrar en el bateo,
l'orque ver cosa deseo
Que pocas veces se ve;
llarémede los parientes
Que con la Reina han venido,
Con ellos entremetido.
Poco hablando y entre dientes.
Que parezca algarabía ;
Sí alguno me conociese.
Que á lo que al rostro se ofrece.
Parece de Berbería;
Las sábanas de la cama
Y el bonete de mi lio
Con que duerme cuando hay frió,
Y aqueste como se llama
Ciega yernos ú almaizar.
Frazada . 6 que es quisicosa.
Que á mi figura espantosa
Le sirve de capellar;
Esta adarga y esta lanza
Que en cas de mi amo he cogido,
Hoy de molde me ha venido
l'afa lograr mi esperanza.
;Si ansí me viera Teresa,
Qué de melindres baria!
So6 COMEDIAS ESCOGIDAS UE DON FRANCISCO DE ROJAS.
No es malo ser moro un día
Si es novicio y no profesa ;
No me conocerá ansí
1^1 padre queme parió,
Y estoy por decir que yo ;
Otro moro vieueaqui.
Sa/eUNMORO.
MiZaleima.
bebuueco.
Y ahora,
iCómo le he de responder?
Animo, ¿qué se ha de hacer?
Apenas, moro, habrá uu hora
Que soy moro, y ansi sé
l'ocode la ali^arabia;
Yp habré aprendido otro dia
Coü que responder podré.
BORO.
No eres moro, eres cristiano.
BERRCECO.
íloro Azi , cristiano soy,
Oue en cristiano engerto estoy,
\ soy moro regoldano ;
Perdóneme Dios si peco.
MORO.
¿VcnisteconZaida?
BERRUECO.
Si.
MORO.
lYcómo te llamas, di?
UORO.
Ese no es nombre de mora
Andaluz.
BERRUECO.
Soy de Sayago.
HORO.
¿Sirves?
BERBDECO.
Don Pedro Miago
Es amo mió. y adoro
A la hermosísima mora
Teresa Gil.
MORO.
Tú has querido
Burlarme.
BERRCECO.
Moro he nacido
Como lú.
MORO.
No voy ahora.
Ni estoy de esc parecer.
A entretenerme contigo.
Que á Calvan mi dueño sigo
Cuya yegua lie de tener,
Y ya empiezan á apearse,
Ansi lo dice el rumor
En la mezquita mayor
Adonde ha de bautizarse
Zaida, y desposarse el Rey.
BERRCECO.
Hasta hoy no snpe que babia
Lacayos de algarabía.
¿Uay Galicia en vuestra ley?
MORO.
iQué dices?
eerri;eco.
Que vayas, digo,
Donde aguardándote esta
Tu amo.
BOBO.
Guárdele Alá. {Vase ,
BERRUECO.
Mahoma vaya contigo;
De la primer aventura
Que he salido bien sospecho;
Moro soy hombre de hecho.
No hay ánimo sin ventura;
La música suena ya.
Ir á entremeterme quiero;
Temiendo voy al perrero.
Del quiera librarme Alá. {Vase.)
Salen de morot y cristianos toda la
compañía; LA REINA, de mora, lle-
vándola de la mano EL ALMIRAN-
TE, EL REY Á LA CONDESA, todas
LAS DAMAS. Éutronse los cristianos
por una parle , que es la iglesia, y
los moros se quedan á la puerta, de
rodillas.
CALVAN.
No DOS permite pasar
De aquí nuestra ley.
KEV.
Campli'J
Con vuestros ritos.
CALVAN.
; Oh Cid,.
Alfonso, en tierra y en mai?
Inmortal tu fama viva,
Y de Zaida te dé el cielo
Hijos para honrar el sueij
Español, de cuya altiva
Fortuna llegue á envidiar-
Todo cnanto el orbe encierr:.
Siendo Martes en la tierra,
Y Neptuuos en el mar.
REY.
Guárdeos el cielo.
ZORAIDE.
A ti Leb,
Celia reina de Castilla,
Y del mundo maravilla.
La fama que siempre vuela.
Privilegie, y larga edad
Goces, Alfonso.
REY.
Alá os guarde,
Y en alumbraros no tarde
Con el sol de la verdad,
tiue hoy me nace el sol á mi
Y yo comienzo á nacer. (Vase.)
7.0RAIDE.
Y á ti, divina mujer,
Hija de Alá, que de tí
Fornici el cielo tu hermosura,
Como á mi Mahoma adoro.
DO.ÑA TODA.
No sé lo que dices, moro.
ZORAIDE.
Casta el verte por ventura.
DOÑA TODA.
No hay cosa en el mundo, moro,
Oue pueda dármela á mi,
Úe aquesto te satisfago,
Y no es mucha m;iiavilla.
Si soy bija de Castilla
Y de "dou Pedro Miago. (\'as;)
ZORAIDE.
ílncro por esta inhumana.
Porque no he vislo cristiana
De tantas partes jamás.
CALVAN.
¿A quién? ¿A mi? Aguarda, espera,
nue a nada me sé excusar.
ZORAIDE.
Gazul, ¿con quién está hablando
Calvan ?
CAZOL.
Si no está soñando.
Sin seso debe de estar.
ZORAIDE.
¡Calvan, Calvan!
CALVAN.
Ya te síeo.
GAZL'L.
Calvan , aguarda.
CALVAl».
Si haré,
Y tus pasos seguiré,
Y iré al infierno contigo.
Aguarda , moro arrogante,
Que tu soberbia me abrasa
El pecho.
ZORAIDE.
Calvan.
CAZCL.
El pasa
Con su locura adelante.
¿Qué le ha sucedido ahora?
CALVAN.
Ya que me llamaste , aguarda ;
¿Qué novedad le acobarda
De la noble sangre mora?
Si la tienes, ¿no te dan
Voces? ¿porqué te detienen
Las obligaciones?
ABDELuoR. (Dentro.)
Muchos contigo , Calvan?
CALVAN.
Volveránse; aguarda, espera.
ZORAIDE.
¿Hablaron?
CAZBL.
Zoraide , si ;
Mas no se ve quién aquí.
ZORAIDE.
¿Qué es esto. Calvan?
CALVAN.
Quisiera
Que no me hubieras seguido ,
Que un moro arrogante y fiero,
La mano en el corvo acero,
De pardas pieles vestido.
De color de los que nacen
En la mayor Etiopia,
Y que de'.«u sanyre propia
Inhumano manjar hacen.
Como á campal desafío
Me llamó; todos pudisles
Verle; decid, ¿no le vistes?
GAZDL.
¡ Qué gracioso desvario!
CALVAN.
¿No visteis cuando me hablo,
Y cuando yo le seguí?
ZORAIDE.
No hemos visto más que á ti .
Sola la VOZ se escuchó.
CALVAN.
A la mezquita volvamos.
ZORAIDE.
NoLible suceso ba sido.
Sale BERRUECO riñendo.
BERRCECO.
Y» soy moro bien nacido ,
Y los nobles no dejamos
Atreverse á nuestro honor
Perrero nisacrislan.
GAZUI,.
Este es el moro, Galvan.
BKRRUeCO.
Y porque de mi valor
Hoy se conozca el valor,
A los dos, como están juntos
Oon bodigos y difuntos,
A campal batalla reto;
Kétoles el pan y el vino.
GALVA>-.
Pues con adarga y con lanza
lia vuelto, él tiene esperanza
De empresa.
ZOnAIDE.
¡Qué desatino!
CALVAN.
Dejadme llegar.
BEr.HOECO.
Yo soy...
CALVAN.
¿Qué bas de ser, moro arrogante?
A embrazar la adarga de ante,
Y a empuñar la lanza voy,
Y por Alá que be de bacerte
Hoy de mi valor capaz.
BERRUECO.
Moros, moro soy de paz.
Tan medroso de la muerte,
Que me purgaré mil veces
Por no morirme una vez;
Con un perrero soez
Que me dio como unas nueces
Pan de perro, por ser moro,
Y á un sacristán que le dio
Ayuda, las tengo yo.
Que yo no os pierdo el decoro.
Que iodos somos p.irientes
Y aqui estoy arrodillado.
CALVAN.
Por Alá que me he engañado.
Sale DON PEDRO MIAGO.
DON PEDRO.
¿Qué es esto, moros valientes?
¿Porqué de Galvan el eco
tscucbé aqui?
BERRUECO.
Si me quieres
Bien, dame ayuda.
BON PEDRO.
¿Quién eres.
Di?
DERRUECO.
El moro Pedro Berrueco,
Porque me intentan pic::r
Como á pollo en corral nuevo,
Estos moros,
DON PEDRO.
^o me atrevo.
Ignorante, á asegurar
Que eres til. ¿Quién desta suerte
Te ba puesto?
BERRUECO.
Pensé poder
De moro la fiesta ver,
Pero no bay rosa en que acierte
Un desdichado, que sOlo
Porque estando en un pilón
I,a Keinn, desde un rincón
Respondí dos veces Ooln,
El .sacristán y el perrero
Con el liisn|io y azote
Me bicieroii salir al trote;
A mi ley volverme quiero
Vconferarcloalcura :
DO.N PEDRO MIAGO.
Bien me podéis perdonar,
Que me voy á desnudar
Para hacer otra figura. ( Vase.)
nON PEDRO.
¡ Notable ignorancia lia sido '.
CALVAN.
Engañónos, entendiendo
üira cosa.
DON PEDRO.
Yo pretendo
Serviros, y ansi be venido
A entreteneros, en tanto
Que la velación se acaba.
Que ya con agua quedaba
Zaida de Espíritu Santo,
Trocando el Zaida en María
Y como era justa ley,
A sólo este efecto el liey
Valientes moros rae envía.
CALVAN.
Alfonso nos honra, y tanto
Como Alftinso tu persona,
Que con esto su corona
llasla los cielos levanto.
DON PEDRO.
Serviros, Galvan, pretendo.
Como vuestro amigo alcaide.
ZORAIDE.
Cristiano, yo soy Zoraido.
DON PEDRO.
El valor que tenéis veo,
Y holyaré que me mandéis.
ZORAIDE.
Hoy que se ofrece ocasión.
Quiero que en obligación
.Me pongáis.
DON PEDRO.
Mandar podéis.
Que no os entiendo basta ahora.
ZORAIDE.
Una hija que os dio el cielo
Para milagro del suelo.
Por su Alá el alma la adoro;
Esta mañana la vi
En Palacio, y me dejó
Con el alma que me díó
Sin la vistaque le di;
Que amor, que no sufre espacio
Tan presto empezó á rendirme.
DON PEDRO.
Ya comienzan á venirme
Pesadumbres por Palacio.
ZORAIDE.
Copiosa es la hacienda mia,
Bien saben los de mi ley
Que no hay moro, sin ser rey.
Tan rico en Andalucía.
De oro cubriré su estrado,
Y en sus albas sin verterlas.
Verá el cristiano más perlas
Que el Sur y el Norte han llorado.
Por las esteras de juncos
Que solemos fabricar.
Alfombras ba de (lisar
De topacios y carbuncos.
Alcaide soy deCarnioiia
Y de los reyes pariente
De Sevilla y descendiente.
DON PEIinO.
Vuestra gallarda persona.
Moro, os acredita tanto.
Que no es menester decillo;
Vuestro valor maravillo ,
Que dar puede honor y espanto
A la andaluza nobleza ;
Mas pésame no poder
Serviros, que la mujer
Oue me pedis, no hay empresa
En toda Arabia que pueda
Casalla (aunque fuera el Rey)
Con quien no tenga su ley ;
Y ella de su padre espera
lue basta á despreciar
Al mismo rey de Sevilla,
Y no usamos en Castilla
Los caballeros casar
Nuestras hijas con lo.^ moros.
Que aunque los reyes lo bagan.
No importa, poniue no estracau
A sus reales decoros
> con cosa niíguiia;
Que á la alteza de los reyes
Aun no se atreven las leyes
Del tiempo ni la fortuna.
iiira Toda, en Castilla
s precio un noble cristiano
Que de Zaida el mismo hermano,
Que es pilncipe de Sevilla.
ZORAIDE.
Por Alá, que esa respuesta,
Cristiano, que merecía...
DON PEDRO.
Ninguno tenga osadía
Con la lengua descompuesta,
Alarbes, ni con la espada.
Que, vive Dios, que si empuño
La espada que fué de Nuüo
Miago, en sangre bañada
Quizá de vuestros aí)ueIos,
Que no me quede, advertid,
On moro en Valladolid.
CAZUL.
i Cielos!
¿ Un cristiano ha de tener,
Y viejo, tanta osadía?
Tente. Zoraide: desvia.
Cristiano.
DON PEDRO.
El Rey viene a ser
La tregua desia pendencia,
Y el freno de mi valor.
Sale EL UEY.
nEY.
¿Qué es esto?
DON PEDRO.
I Nada, Señor.
! REY.
¿A mi vista, en mi presencia ,
Desnudos tantos aceros?
¿ A qué efeto se sacaron?
DON PEDRO.
Sus espadas me enseñaron
Estos moros caballei'OS,
Y son notables.
BET.
Tomad
De la manoá la Condesa.
ACOMI'AfÍAUlENTO qtiO
entró.
DON PEDRO.
Ser su escuderil profesa
Mi sangre y mi voluntad.
CONDESA.
Yo estimo en inuclio el favor.
REY.
Venid, hermosa María,
Luz del bol y luz del dia.
COMEDIAS ESCOGIDAS 1)E DON FRANCISCO DE ROJAS.
Soy vuestra esclava. Señor.
REY.
Vos sois de mi pensamiento
Señora, y el dueño mió.
MAniA.
Ansi, Aironso, lo conGo.
REY.
Ande el acompañamiento.
(Vanse los moros por un palenque,
¡os crisliaiios por otro.)
JORNADA TERCERA.
Salen DO.N PEDRO MIAGO v CALVAN.
DON PEDRO.
Calvan, seáis mil veces bien venido.
CALVAN.
Esta es la mano de Zoraide, y vengo
A pedirte del yerro cometido
Que le perdones.
DOM PEDRO.
A ventura tengo, [do,
Aunque estaba, por Dios, muy ol'eudi-
Que me mandéis, quelosbidalgosmo-
[dos
De vuestro proceder, mucho merecen
Entre los nobles españoles godos.
CALVAN.
Zoraide y yo las vidas os ofrecen. .
DON PEDRO.
No habléis roas, yo tengo de serviros,
Sin qnepenseisqucson ofrecimieiilos.
Aunque no era razón desto advertiros,
I'ues que sabéis quién soy ; aqui y au-
[seiite,
Siempre que me mandéis he de seivi-
[ros;
Yo st' que jugáis cañas, y al presente
Que de caballos falto estáis, y quiero
Para serviros, que os sirváis de veinte
Tan resuellos y airosos, que yo espero
yue no los tiene el Rey, Calvan, nie-
[jores,
Ni en León ni en Castilla caballero;
Y otros tantos jaeces de colores
Diversos melionenses, de pinceles
Estrellados de perlas y ruines.
Que sirven de jazmines y claveles
Entre turcos baxges y alelíes.
Ganados por mis manos de inlieles.
CALVAN.
A la merced, cristiano, que me haces
Me prometo salir el más lucido;
Si entrasá veral Rey.no teembaraces
Conmigo mas, que yo buscarte intento
En tu casa.
DON PEDRO.
Mi pecho satisfaces
Con mandarme, Calvan, sin cumpli-
GALVAN. [miemos.
Guárdete Alá, cristiano valeroso.
(Vízse.)
DON PEDRO.
Él prospere, Calvan, tu pensamiento.
Salen EL REY y DON GARCÍA.
D0« garcía.
De verle el Rey aguarda deseoso.
REY.
Don Pedro, ¿era ya tiempo conveniente
De verá los amigos?
DON PEDRO.
Yo soy vuestro
Esclavo, y lo he de ser eternamente;
Algo en aquesto de lisonja muestro,
Palacio se me pega poco á poco.
Yo saldré del á mi pesar maestro.
¿Esclavo dije? digo que estoy loco.
La verdad es que soy vuestro criado ,
Aunque no lo pensé'decir tampoco ,
Que no ha de decir mas un hombre hon-
[rado
De lo que es la verdad. Bien se me luce
Las pocas veces que en Palacio he en-
[ irado.
Aunque á notables cosas se reducen
Los que en alguna una costumbre han
[hecho,
Y lisonjas más fácil se introducen.
REY.
Teneisde noble castellano el pecho,
Y la verdad desnuda en todo estado
Más que la adulación me ha satisfecho.
DON PEDRO.
Plutarco Quironense le ha igualado
Con el representante al lisonjero,
Quesiempre en la comediada al Senado
A entender con semblante verdadero
Lo que no siente con ei alma él mismo
De falsos pensamientos pregonero.
Y otro sabio también, que el mar abis-
[mo
De Palacio surcó, sin ser su centro,
Llamaba á la lisonja gargarismo ,
Porque no pasa de la boca adentro;
Y yo la llamo humana hipocresía.
Que sale á recibir siempre al encuen-
Al gusto, á la vulgar cortesanía, [tro
A la ambición , á la desconfianza, .
A la soberbia y vana idolatría ;
Pero metamos otra cosa en danza.
Que cansa hablar en una misma cosa.
DON GARCÍA. (Ap.)
Yo voy encaminando mi esperanza.
¡Ay noche alegre, noche venturosa!
Dame favor con Toda , que sospecho
Que eres mi luz siendo la suya her-
[mosa;
Bien sé que su belleza no merezco;
Pero bien sabes lo que amando á Toda
Con suspiros y lágrimas padezco.
Déjanos solos. García.
DON GARCÍA.
Que ha adivinado el Rey creo
Lo mismo que yo deseo ;
¡Pasa, perezoso dia,
Y llega, noche dichosa.
Porque salga en tí rni sol ,
Que del ocaso español
Harás alba más hermosa!
( Vase, y siéntanse el Rey y don Pedro.)
Hoy quiero tomar de tos,
Don Pedro, un consejo, y quiero
Como amigo verdadero,
Que me le deis.
DON PEDRO.
Vive Dios,
Que lo que fuere verdad
No más os he de decir.
Eso es lo que quiero oír.
DON PEDRO.
Una forzosa ocasión .
De guerra, en quien siempre son...
Los dineros necesarios.
Que aunque me ha dado en Castilla
Mi suegro, rey de Sevilla,
Villas y presentes varios
Para dote de la Reina,
Cuya virtud es tesoro
Que estimo yo más que el oro
Que el sol en Arabia peina,
Hallóme tan alcanzado
De la guerra el casamiento.
Que no es nada, y ansi intento
Deste arbitrio que me han dado
Usando en esta ocasión,
Y es más fácil de adquirir,
A cada hidalgo pedir
De Castilla y de León
Un maravedí no más
Cada mes, con que podro
La guerra tener en pié
Sin necesidad jamás;
Qne ya veis que ha menester
Siempre dinero el soldado.
(Vase levantando don Pedro.^
DOy PEDRO.
Quien este arbitrio os ha dado
Malos debe de querer;
Quien esa infamia y bajeza
Os aconseja, Señor,
El enemigo es mayor
Que conoce vuestra alteza.
No debe ser caballero
Ni adulador cortesano ,
Sino cobarde y villano
Que pasa de lisonjero.
Los hidalgos de Castilla
Y de León no han pagado
Pecho jamás , aunque han dado
Con hidalga maravdla ,
Y eternamente lo han hecho
En todas las ocasiones,
A sn Rey los corazones
Antes qiie á ninguno un pecho ;
Que como nobles vasallos
A las alarbes saetas.
Dardos, lanzas y ginetas.
Pechos dan por no pagallos.
Y yo he de ser el primero
Qiie esto defienda. Señor;
Perdonad , que es vuestro honor,
Y por él morir espero ;
Porque conservar procuro
La nobleza que heredaron
Mispadres, y me dejaron.
Esto digo, y esto juro.
Puesta la mano en la espada ;
Porque no hay sangre. Señor,
Vieja, en llegando al honor.
Que esté helada siendo honrada.
Y, vive Dios, que es y ha sido...
Rasta,don Pedro, por Dios,
Que no os pido campo .i vos.
Que sólo consejo os pido.
DON PEDRO.
Esto es , Señor, solaiiienlo
La verdad y mi consejo ,
Que ya yerro como viejo ;
Uadme'licencia , y aumente
El cielo vuestro poder.
Que en mi casa estoy mejor
Para serviros, Señor,
Donde á nadie he menester.
BEY.
Volved.
DO:i PEDRO.
Vuelvo á obedeceros
Como tengo obligación.
BET.
Dadme esos brazos, Catón
De España , cuyos aceros
Que el moro há visto teñir,
Cuya verdad á las leyes,
A la nobleza , á los reyes ,
De espejo pueden servir.
DON PEDRO.
Sólo este agradecimiento
Que á mi voluntad se haga ,
Quiero por premio y por paga ;
^ porque veáis que intento
Serviros no solamente
Con los consejos , yo quiero
Prestaros (pues el dinero
Os hace falta al presente)
Treinta mil doblas en oro ,
Con que la guerra intentéis.
Que vos me los pagaréis
De los depojos del moro.
Vayan unos contadores
Mañana á casa por ellas,
Que no contarán en ellas.
Aunque vayan los mejores ,
Los deseos de serviros.
REY.
No sé con qué agradeceros
Servicio igual.
DON PEDRO.
Socorreros
Es grande, pero advertiros
De la verdad, es mayor :
Que hay mi! hombres con dineros,
Y muy pocos verdaderos;
Y este es natural amor.
REÍ.
La Reina viene, y eidia
Con sus ojos juntamente
De quien el alma es Oriente.
¡Oh, Señora mía!
REINA.
¿Cómo ha estado vuestra Alteza?
RET.
Como quien sin vos está ,
Porque la vida me da
Presente vuestra belleza,
Y muero ausente de vos.
REINA.
Bien os venga mi deseo,
Alfonso, cuando no os veo.
DON PEDRO.
Viváis mil años los dos
En esa conformidad.
REINA.
¿Don Pedro!
DO:^ PEDRO.
Dadme esa mano ,
Sol de España soberano.
REV.
Conde delúdela, alz.id.
DON PEDRO.
¿Quiénes conde de Tudela,
Que no hay otro que yo aquí ?
RET.
Vos , don Pedro.
DON PEDRO.
Si de mi
No habéis sido con cautela
ÜON PEDIlO MIAGO.
Ni con lisonjas servido,
¿Por qué me pagáis tan mal?
REY.
i. Pues no es de honraros señal
Esto?
DON PEDRO.
Por merced os pido
Que de esa suerte excuséis
Honrarme ; yo estoy contento
Con ser loque soy," que intento
Con la merced que nie hacéis
Huir siempre la ocasión
De empezar á desear.
Que es ansia que suele dar
Sed eterna á la ambición;
Y no hay mayor enemigo
Que nuestro propio deseo,
Y este mal que venir veo
Quiero con vosy conmigo
Desta manera atajar.
Alegre y desengañado ,
Que el más venturoso estado
Es vivir sin desear.
Del favor rae satisfago;
Pero no puede. Señor,
Darme nada más valor.
Que ser don Pedro Miago.
RET.
Vos sois el hombre primero
Que se ha sabido vencer.
DON PEDRO.
Alfonso, este parecer
Es seguro, aunque grosero :
Vos tenéis nobles criados
En quien poder emplear
Títulos, y aventajar
Sus pensamientos honrados ;
Que yo mi quietud no más
Estimo ; y en conclusión ,
Sienipre pienso ser mirón ;
Tomar el naipe, jamás;
Porque esta fué la primera
Intención con que entré aquí;
De vos mi deseo en mi
Sola esta merced espera ,
Pidiéndoos que me mandéis
Cosas de vuestro servicio.
Dado habéis bástanle indicio
En aquese que me hacéis ,
Más otro espero, por vida
De la Reina , que me hagáis ,
Sin que excusaros podáis.
DON PEDRO.
Mande vuestra alteza, y pida ,
Que me obliga el juramento.
REY.
Que juguéis quiero las cañas ,
Porque con vuestras hazañas
Y vuestra persona intento
Honrar la fiesta.
DON PEDRO.
Aunque estaba
; Disculpado por la edad ,
í Haré vuestra voluntad ;
I Pero no se me acordaba.
Que á Calvan (de Ecija alcaide)
Di caballos y jaeces,
! Cosa que infinitas veces
Hago.
REV.
No importa, queZaide,
El rey de Alcalá, me envía
Algunos , con que no harán
Los que distes á Calvan
¡ Falta.
DON PEDRO.
La voluntad mia
Segura tenéis con eso ,
V dadme licencia ahora.
Que pienso. Señor, que es hora.
REV.
Que es muy de noche confieso,
V os he desasosegado
Del orden con que vivis.
DON PEDRO.
Yo confieso que decis
Lo que siento en sumo grado,
Puesto que para serviros
Algo se ha de aventurar.
REINA.
; Qué poco sabe adular!
DON PEDRO.
Por merced quiero pediros...
REY.
Pedid, pedid, que por Dios
De hacercuanto me pidáis.
¿No respondéis? ¿qué dudáis?
somos los dos.
DON PEDRO.
Que me llaméis poi^asveces.
Porque es desacomodarme
De mi quietud, y sacarme
A cansaros con vejeces.
REY.
Don Pedro, no os puedo dar
Palabra de eso, ya es tarde,
Andad con Dios.
DON PEDRO.
Él os guarde,
Y á los dos deje gozar
Con dichosos herederos.
Que, á Dios gracias, vuestra alteza
A darnos de alguno empieza
Felices nuevas y agüeros.
REINA.
Don Pedro, el cielo lo quiera.
DON PEDRO.
Para entonces, si estoy vivo,-
A mantener me apercibo -
Un torneo.
ItEINA.
REY.
Venid, Señora.
REINA.
¡ El mayor
Hombre es aqueste que vi
Entíe moros ni cristianos!
REY.
Gloria es de les castellanos.
REINA.
De lo que ha pasado aquí
Mil admiraciones hago.
REY.
Prometo, Señora mia.
Que me admiro cada dia
Más de don Pedro Miago.
( Yanse, y cantan dentro.)
Quemando está unas memorias
La mudable Calatea ,
Que aborrece los testigos ,
La que quiso ser ftrmeia.
COMKDIAS ESCOGIDAS DE DOiN FRANCISCO
Sale DON GARCIa.t DOSA TODA
al balcón
DOÑA TODA.
¡ Qué prendas pira seguras !
Do:« GAnciA.
i Es Toda»
DOÑA TODA.
Y soy toda vuestra.
DON garcía.
Eslitno en muclio el favor.
DOÑA TODA.
Estimad mucho las muestras
De haber venido á escucharos
Al cielo de aquella reja.
Pues que conocéis quien soy
Y conocéis mi lirnieza.
DON garcía.
Sabe el cielo que la eslimo
En el alma.
DOÑA toda.
No lo hiciera
Tampoco, á no permilillo
Palacio. Por vida vuestra
(>ue prosigan.
DON GARCÍA.
¿No es mejor
Que escuchando estéis mis quejas?
do.vatoda.
Mejor es cantar que hablar.
don garcía.
Pues que vuestro gusto sea ;
A mandarles voy que canten
Y luego aquí doy la vuelta.
doña toda.
Quiero ver en qué pararon
Memorias que el tiempo quema ,
Pues para olvidar no bastan.
DON GARCÍA.
Pase adelante la letra.
{Cantan dentro.)
Quiso acaso , cuando quiso.
Dando á guien muere por ella ,
Vor accidentes favores
Celos por naturaleza.
DON GARCÍA.
Este es don Pedro Miago.
Sale UERUUECO vestido como don Pe
dro,-í DON PEDRO MIAGO detras,
arrebozado, y un criado delante con
una hacha.
doña toda.
Mi padre es éste, no fuerza
Poco sus inclinaciones.
Pues hahl.nndo con su Alteza
Está en Palacio á esias horas.
DON PEURO.
Ko cantan mal.
DOÑA TODA.
Con la reja
Cs verme imposible cosa.
BERRUKCO.
Canten muy en hora buena :
¿Cnándo han de cantar los gallos
Campanas de las estrellas ,
Se levantan á cantar
Los hombres en esta tierra?
A mi me engañó el diablo
V con él alguna vieja.
Para obligarme á poner
Estas calzas y esta cuera.
Si los que en las cortes viven
A tales horas se acuestan ,
tio h.iy Uerrueco para un año ,
.Ni aun para una noche destas.
Estrella soy del Rey mago.
Que guio con pedorreras.
DON GARCÍA.
Señor don Pedro Miago.
DON PEDRO.
Señor don Garda , espera.
DERRUECO.
¿No basta lo que he esperado ?
; Espera más una deuda
üe un tramposo un hombre honrado
DON PEDRO.
Tuvieron poca paciencia,
Y dejáronme, que están
Mal acostumbrados ; esta
Música debe de ser.
Si yo no me engaño, vuestra ;
Serviréis dama en Palacio.
DON GARCÍA.
Nunca amor la verdad niega.
DOn PEDRO.
Porfiad y venceréis.
Que yo Ío sé de experiencia;
Y por la fe de bijotlealgo
Que hay parles en vos , que es fuerz
Que de la que es más ingrata
Muy favorecidas sean;
Y si ella me está escuchando,
Hace mal , cuando no quiera
Haceros muchos f.ivores;
Perdóneme su presencia.
Que sois, señor don García,
Bueno por las parles vuestras
Para guian y marido.
DOÑA TODA.
Bien mi padre me aconseja.
DON GARCÍA.
Eslimo en mucho el favor.
DON PEDRO.
Verdades son todas estas.
Que ya sabéis que profeso
Toda" mi vida esta ciencia ;
Y adiós.
DON GARCÍA.
Tengo de ir con vos.
DON PEDRO.
Buena grosería fuera,
Cuando en el terrero estáis
Idolatrando una reja;
Con vuestra dama os quedad
Obligándola á finezas.
Que yode la parte mia
La pido que os favorezca ,
Y aquesto dijera á Toda,
Cuando vuestra dama fuera.
DOÑA TODA.
¿Qué no ha de alcanzar un padre?
Él me anima á que le quiera.
DON GARCÍA.
Yo eslimo en mucho el favor,
Y he de aprovecharme de esa
Merced, Señor, algún día.
DON PEDRO.
Don García, aquí estoy : vuestra
Es mi hacienda y mi persona ;
Camina, Berrueco.
BERRUECO.
Ciega
Llevo una lanterna ya.
¡ Dios de su mano me tenga!
Paje lechuzo nie ha hecho
La ingratitud de Teresa.
Que de ser moro no pudo
Ser otra la pcHÍlencia.
(Yaiise don l'edro y Derrueco.)
DE ROJAS.
DOÑA TODA.
liravamenle, don García,
Ha hecho las parles vuestras
.Mi padre.
DON GARClA.
¡Soy tan dichoso!
DOÑA TODA.
Adiós, que viene una dueña. {Vate.
DON GARCÍA.
; Dueña hubo de ser á falla
De un demonio! ¡quién pudiera
No dejar dueña en el mundo!
Voime, para dar la vuelta. {Vate)
Sale DON PEDRO MIAGO T BERRUE-
CO por la otra puerta.
BERRUECO.
i Qué largas que son las calles
Ue noche, y más á quien lleva
Sueño y miedo juntamente !
DON PEDRO.
Ya descubro á San Esteban.
BERRUECO.
¿No me pidieras albricias?
DON PEDRO.
Antes yo hacerte pudiera
Mercedes, pues esta noche
Me has esperado á la puerta
De Palacio.
BERRtSECO.
Los Berruecos
Tenemos fe berroqueña.
DON PEDRO.
¿Quieres que te dé una casa,
berrueco?
BERRUECO.
Merced me hicieras,
Porque con eso de mi
Hiciera caso Teresa.
DON PEDRO.
Estas casas quiero darte,
A cuyas labradas puertas
Llegas, Berrueco.
BERRUECO.
Ya sé
Oue son tuyas todas estas
Hasta salir á esa calle
Donde muestra la frontera
• De la casa donde vives
Que un alcázar representa;
I Pero pienso que te burlas.
DON PEDRO.
! i Cuándo yo no hablé de veras?
►«esde esta noche son tuyas.
! BERRUECO.
Que le bese los pies deja.
DON PEDRO.
Alza del suelo , y camina.
BERRUECO.
Mañana en góticas letras,
.De Pedro Berrueco son
Estas casas», pongo en ellas ,
Y ha de venir üenipo alguno
En que desie nombre pueda
Llamarse lanibien la calle.
DON PEDRO.
No ser.T cosa muy nueva.
BERRUECO.
(}uien sirve á buenos bien hn
l'ues que desta .suerte medra
DON PEDRO.
Adelántate á llamar
A casa , porque esté abierta
Cuando llecue.
DON PEDRO MIAGO.
E^RRUECO.
Voy , Señor ;
Pero ¿qué mascara es esta?
Salen ccatro nonos con máscaras.
DON PEDRO.
Moros son; y vive Dins,
Que me da cuidado. Espera.
BERnCJECO.
Y á mi miedo, que es lo mismo.
D0.\ PEDRO.
Bien mprcce cualquier pena
Quien siíue á Palacio , y salo
j\ estas horas del : ya es fuerza
Cumplir con mi obligación.
Moros, mi casa es aquella,
\ pasar be menester.
BERROECO.
Llegarse dan por respuesta.
DON PEDRO.
Si acaso á los cuatro obliga
Necesidad con vergüenza ,
Que se atreve al más honrado ,
Hombre soy, que con mi bacientla
Suelo socorrer á muchos,
Que siempre han hallado abieila
Mi casa los que la buscan
Con esta ocasión. Si esperan
Oue llevo al presente aquí
Con «lue socórrenos pueda ,
Engáoanse; pues dejallos
La rapa, parece ofensa,
Llevando esta espada al lado.
Que en la paz como en la guerra
Nunca la hallaron cobarde
Vuestra nación y la ajena.
Que soy don Pedro Miago.
DERRUECO.
Ninguno viene con lengua.
DON PEDRO.
El no responder me obliga
A pasar desta manera.
Pues sabéis , moros , quien soy.
BERRUECO.
¡ Que no hubiera una calleja
Ahora por donde echar!
CALVAN.
Engañado me has , Zoraidc ,
Que nunca entendí que fuera
El cristiano que venias
A matar éste; y pues dejas
Ohidar obligaciones
De tu ley y de tu fuerza
Con tan infames acciones.
Después de tener yo hechas
Las paces ; á ti , y á cuantos
Fueren de taparte, intenta
Esta espada hacer pedazos.
N'oblp cristiano, pelea.
Que á Calvan tienes al lado ,
Que por mi santo Profeía
Que no ha de quedar con vida
Ninguno destos.
DON PEDRO,
Espera,
Que no es razón que por mi
Quedes con tu sangre mesma
Malquisto.
CALVAN.
Déjame aparte.
DON PEDRO.
Esto es razón que me debas ,
Y que te deba. Calvan.
¿Qué aguardáis , moros?
DERRUECO.
i Notable obediencia!
Religiosos moros son.
CALVAN
Corrido estoy; ¡que pudier:
Engañarme este cobarde!
Y hacednie merced. Calvan.
Entre las que tengo á cuenta.
Que no habléis más á Zoraidu
En esto; basta la afrenta
Con que salió del empeño.
CALVAN.
Tú solo alcanzar pudieras
Esa palabra , cristiano :
Tu casa pienso que es esta :
Éntrate, y Alá le guarde.
DON PEDRO.
Acompañaros quisiera.
BERROECO.
Caras me salen las casas
Si damos con él la vuelta.
Que es la noche muy oscura.
CALVAN.
Seguro voy, que me esperan
Con mi yegua cuatro n\oros.
Y esos tres perros me tiemblan.
(Vasc.)
DON PEDRO.
Dios 05 guarde; bien me acuerdo,
Que en ocasión como esta
El bien que hice hallé. (Yase.)
BERRUECO.
Yo, porque acordarme pueda ,
Al crucilijode Burgos
Prometo un moro de cera. (Yase.)
Salen los labradores, cantando y bai-
lando.
LABRADORES. {Cantan.)
Si está ¡trenada la niña.
Apostad que pare un sol.
Hijo de sut ojos negros
Y de las flechas de amor ;
Por sus bodas juegan cañas
En Castilla y en León,
Por ser Alfonso el velada
¥ ser su rey y señor.
Sale BE1'iIU;EC0, como se viste don
Pedro Miago.
DEREUncO.
¿Dónde va la buena gente?
TERESA.
¿Derrueco?
BERRUECO.
Dimc, Señor;
Teresa, que estoy muy grave.
TERESA.
¿Que es grave?
BERRUECO.
Como estoy yo.
TERESA.
¿Luego grave es estar tieso?
¿Hale hecho el Hey favor?
DERRUECO.
Teresa, unas rasas solas
Hubieras dicho mejor;
Ya be puesto mi nombre en ellas,
Y á la calle se le doy.
Por cuya ocasión la llaman
Todos juntos á una voz.
Cuando la nombran, la calle
De Pedro Derrueco.
TERESA.
Estoy
Por darte la norabuena.
BERRUECO.
Es muyjusta obligación;
Llegaos todos, no os turbéis.
¿Este es Mingo?
IIINCO.
Mingo soy.
BERRUECO.
;0h qué apretados amigos,
Hemos sido Mingo y yo!
UINCO.
¿Por qué no ahora?
BERRUECO.
Porque hay
Desigualdad en los dos;
Cubrios todos.
UNO.
Dien estamos.
Que hace muy grande calor.
TERESA.
¡Bravo cortesano vienes!
BERRUECO.
Tanto, Teresa, lo estoy,
Que no me conocerá
I^a madre que me engendró;
Ya sé no cumplir palabra,
Va sé ser adulador,
Y decir mal de mi amigo
En toda conversación;
Ya sé las intercadencias
Del él, tú, merced v vos,
Y sé con agua bendita
Quitarme y ponerme un don ;
Ya sé decir «está falso»,
«En baja fortuna estoy» ,
( Desvalido anda don Gazmio» ,
cValido don Golondron».
Ya digo «mi zapatero.
Mi sastre, mi tundidor»,
Y hago lo que todos hacen
Por tema y no por amor.
Ya me cansa todo el mundo
Y en melancólico doy
Porque me llamen discreto ,
Y salgo á misa á las dos.
Por cumplimiento en Palacio
Traigo alguna pretensión,
Hablo aspacio, haciendo gestos.
Como (¡nien juega al rentoy.
Y al lin, para dar limosna
Upara tratar de amor.
No traigo blanca conmigo,
Siendo con todos doblón.
TERESA.
nien sabes las letanías
Déla corle.
HINCO.
En lin, ¿son hoy
Las cañas?
BERRUECO.
Mingo, sí.
Sin duda esta tarde son,
Y doce loros con ellas.
Que don Pedro, mi señor,
Leí hace toda esta flesta,
MIXGO.
¿Juegan moros y crislianos
Con un mismo traje?
BEnnuECo.
Yo,
Mingo, sospeclio que si,
Y que las parejas son
Un moro con un crisliano.
HINCO.
Es amistad y es amor.
SERRUECO.
Haced por llegar temprano,
Que yo en ese rocin voy
Por cañas para don Pedro ,
Que están para esta ocasión
Corladas de muclios años ;
Alíame veréis dar boy
Una merienda á los reyes
Con más grandeza y sazón
Que la dióSardanapalo.
Adiós, Teresa.
TERESA.
Mi amor
Ble puedes pagar, si acaso
Me bas querido.
BERRUECO.
Adiós.
, TERESA.
Adiós.
¿ No me respondes ?
DERRUECO,
Teresa ,
Yo me acordaré de vos. ( Vase.)
l'N PASTOR.
Con cuidado caminemos,
Y cántele otra canción.
LABRADORES. (Caílíflll.)
En VaUttdolid, damas.
Juega el F,e>j las cañas,
El rey don Alfonso, cuerpo garrido.
Hoy las cañas juega.
Calan y lindo, galán y lindo.
Damas,
Juego el Rey las cañas.
{Vame lodos, y al entrarse coge Ab-
delmon á Teresa.)
Aguarda, mujer.
TERESA.
¿Quién eres?
ADDELMON.
Un hombre que ba pretendido
Morir, y nunca ba podido ;
Sigúeme.
TERESA.
¿ Pues qué me quieres?
ADUELHON.
Quiero enseñarte un tesoro
Entre aquestas yerbas.
TERESA.
Moro,
Déjame aquí, que daré
Mil voces.
ABDELMO;^.
No detendré
Con mi valor el decoro;
Sigúeme, pues.
TERESA.
No te sigo.
ADDELMON.
Yo voy con entretenerte
Solicitando la muerte
De mi mayor enemigo;
COMEDIAS ESCOGIDAS DE DON FRANCISCO DE ROJAS.
Porque sé por mis conjuros,
Y mágicas, no te asombre.
Que hoy has de dar vida á un hombre
De quien no viven seguros
Los de mi sangre y mi ley,
Siendo otro segundo Cid.
TERESA.
Yo voy á Valladolid,
Que juega cañas el Rey,
Y temo larde llegar
Y lo que dices no entiendo.
ADDELMON.
Vete ya, que estoy muriendo
De que no pueda matar.
TERESA.
De una carrera imagino
A Valladolid llegar.
Que es poco lo que hay que andar,
( y ase.)
ADDELMON.
Plegué á Dios que en el camino,
Mahonia quiera, mujer.
Ser de tu vida homicida.
Antes que tu ingrata vida
De alguno lo llegue á ser;
Pues el agua no ha querido
Dármela, ni haya fuego
Que abrase la tierra luego,
Que al viento solo le pido
Que deje para mis quejas,
Pero la tierra imagino
Que abra á mis males camino
Si Alá cierra las orejas. [Húndese.)
Sale TEUESA, corriendo.
TERESA.
; Gravamente han caminado!
Y vengo tan sin sentido.
Que á las puertas he perdido,
Por(|ue en nada he reparado;
Si á la puerta me buscaren.
Aquesta es la de Segovia,
Donde la que fuere novia
Parirá si la empreñaren,
Que habiendo de entrar primero
Por la del Campo, la erré.
VOCES. {Dentro.)
Atajad, tené, tené.
TERESA.
Dios te guie, caballero;
De fiestas viene vestido.
Las riendas se le han quebrado,
El caballo es desbocado,
Y de las clines asido
Detenerle intenta en vano,
Y un mundo viene tras él ;
Pero el caballo cruel.
De sangrienta espuma cano.
Despeñarle determina ;
Yo quiero en lugar de antojos.
Puesta en la puerta, en los ojos
Echalle esta mantellina.
Pues no hay ningún hombre aquí.
DON PEDRO. (Dentro.)
Ten, ataja, labradora.
Que es el Rey.
TERESA.
¡ Nuestra Señora
Le valga ! ¡triste de ti !
(Echa la mantellina, y éntrase.)
Salen LA REINA y damas.
DOÑA TODA.
Vuestra alteza se aseguro
De la furia del caballo,
ue ya le han detenido
le habrán hecho pedazos.
REINA.
¿Que tuviese tanta furia
Cayendo sobre las manos.
Que los alacranes mismos
Rompiese '? ; notable caso !
CONDESA.
Apenas se vio sin riendas
El bruto espumoso, cuando
Partió como el apetito
Furioso y desenfrenado.
REINA.
¿Qué casa es esta?
DOÑA TODA.
Señora.
Es de don Pedro Miago,
Mi padre, y esclavo vuestro.
REINA.
El asombro, el sobresalto.
De manera, doña Toda,
Me tiene, que aseguraros
Puedo que no estoy en mi.
DOÑA TODA.
Eso es justo, y no me espanto.
Sale TERESA, labradora.
TERESA.
Albricias, señora mia.
REINA.
Labradora, yo os las mando.
TERESA.
Pues no tengáis pena alguna.
Que el Rey viene bueno y sano.
Que yo con mi mantellina
He detenido el caballo
Kn la puerta de Segovia,
Y allá queda hecha pedazos;
Una manlellina quiero
No más.
REINA.
La vida me has dado,
Y un heredero á Castilla.
TERESA.
Ya imagino que me llamo
Moros y cristianos juntos.
Sale toda la compañía de juego de
cañas.
REINA.
Mi Señor, dadme esos brazos-
REY.
Señora del alma mia.
REINA.
¿Cómo venis?
REY.
Gracias dand^
Al cielo de mi suceso.
TERESA.
Va que estáis desavahado,
Ilacedme merced.
REV.
Confieso
Que te la debo.
TERESA.
¡Qué agravio!
DERRUECO.
Qué, Teresa , ha sido al Dn
,a que detuvo el caballo?
¿Quién eres, mujer : quién eres?
TERESA.
Soy de don Pedro Miago
Labradora.
HE?.
Cosa suya
Pudo hacer este milagro.
¿Cómo te llamas?
TEBESA.
Teresa
Gil, Señor.
REY.
Dueño te hago
De la puerta de Segovia,
Y de dos leguas de campo
Alrededor juiíUimente ,
Y el nombre desde hoy mudando
La puerta, por el suceso
Admirable del caballo,
De Teresa Gil se llame.
TERESA.
Dios le dé lieredcrns tantos
Que les vengan á fallar
Nombres en el calendario.
BERnOECO.
Teresa , pues tienes puerta
Y yo casa , y siempre he andado
Como gato por ICnero
Sin alma por tus pedazos ,
Casémonos ; ¿qué respondes?
TERESA.
Berrueco, en habiendo espacio,
Yo me acordaré de vos.
BERRUECO.
¡ Lindamente me has pagado .'
DON PEDRO.
No tengo admirable cosa
En mi casa que enseñaros
Si no es esta.
RET.
Este es entierro.
D0:< PEDRO.
Donde he de ser sepultado ,
Oue para que de la muerte
Me acuerde, siempre le traigo
Puesto delante los ojos
¡Sabio y cuerdo desengaño I
DON PEDRO.
¿Qué miráis?
REY.
Estoy leyendo
Estas lelras, queeoel mármol
DON PEDRO MIAGO.
De negro estin escul|)idas ,
Y es notable el epitalio.
(l.ee.) « Yo soy don Pedro Miago ,
«Que con lo mió me yago;
uLo que comí y bebi gocé ;
vGl bieu que yo hice bailé,
i>Loque dejé no losé.»
Ni yo qué queréis decir
En estas letras.
DON PEDRO.
Gustando
Que OS las declare, escuchad.
REY.
Decid, que confuso aguardo.
DON PEDRO.
Digo que yago en lo mió,
Porque he de ser enterrado
En mi casa, y que ha de ser
En los venideros años ;
Decir que gocé no mis
Lo que comí y bebi, es claro,
Pues que sustento la vida.
Porque los demás humanos
Gustos traen otras pensiones
Y nadie los goza francos;
Hallar el bien que se hace
Acontece de ordinario,
Y ya es la sala testigo
De alguna vez que lo ha bailado;
Que lo dicho no se sepa;
Alfonso; no os cause espanto.
Que por un maravedí
Lo tengo lodo prestado ;
Mirad si os he satisfecho.
BEY.
Siempre, don Pedro Miago,
De vos lo quedé, y pretendo
De lo que os debo pagaros
Alguna cosa, hoy que vengo
A vuestra casa.
DON PEDRO.
No aguardo
Sino serviros por premio.
Pues sepulcro y epitafio
Que eslá muerto nos enseña.
Tomar ejemplo tan claro
Pueden todos ; sois discreto.
DON PEDRO.
Siempre, Alfonso, de ordinario
Me hacéis mercedes.
DON garcía.
Ahora,
Pues es ocasión, le hablo ;
Alfonso, rey de Castilla,
Azote de los paganos.
Cuya vida guarde el cielo
Largos y felices años,
Por defensa de la fe,
Y á vos, don Pedro Miago,
.\ quien siempre obedecí
Como á mi padre, y amparo
Os pido, noble Señor,
Que á doña Toda, el sol claro
Que alumbra nuestro hemisferio,
He servido con cuidado;
Si mi obediencia y amor.
Si mi humildad y recato
Merecen que sea su esposo,
Aquí á vuestros pies postrado
Os suplico me la deis.
REY.
Hablad, don Pedro Miago,
Como dueño superior
Ue vuestra hija.
DON PEDRO.
Gusto tanto.
Que há días que lo deseo.
REY.
Pues entremos en Palacio.
Que quiero ser el padrino
Destas bodas.
REINA.
Largos años
Viváis los dos; yo la dolo.
Señor, en seis mil ducados.
DOÑA toda.
Para serviros serán.
DON PEDRO.
Con aquesto da fin Lauro
A esta verdadera historia í
Pidiendo perdón y aplauso
Para la segunda parle
A lan ilustre Senado.
LOS TRES BLASONES DE ESPAÑA.
ESTA COMElilA PASA E> TUES EIHIIES , QLK CADk JORNADA ES UNA;
LA PKIMERA JOHN*DA ES DE DON ANTONIO COELI.O , T LA SEGUNDA
llAV FIGCKAS DIFEKENTES EN TODAS TRKS.
TEElCERA DE DON FRANCISCO DE ROJAS.
JORNADA PRIMERA.
l'ERSÜNAS.
„,.„,-„„ PANÜIRO. MILENA.
«Ix frVvr«! ^'^ CAPITÁN. FLORA.
BETOGE.NlS. soldauds. pompevo.
Salen con mútica y fiesta algunos SOL-
VI en tal opresión y pena ,
DADOS españoto , MILENA, dama.
Entóneos le la negué.
FLORA. PAN DURO, gracioso. CU-
Promi'tiéndole que el dia
Que hiciese lu valentía.
De quien siempre lo esperó ,
RIENO í niiTÓCENES, ¡/ uusicos
cantando.
Que el romano levantase
canta:i.
Kl cerco, le la daría,
Vii'a el noble Curieno,
Y Milena ganaría
Viva la hermosa Milena:
En que tal varón la honrase.
Aquél afrenta de Marte,
Yponiue el valor se arguya
y ésta de Venus afrenta.
Que mi le y palabra encierra,
RETÓCELES.
naya fiesta, hava alegría
Rnaqui-sle verde prado.
Pues la tregua se ha jurado
Hoy se acaba ya la guerra,
Hoy es ya Milena tuya.—
Dale la mano i tu esposo,
Milena.
Celebraudü aqueste dia.
Ya se la doy, '
Y tan prenda suya soy.
SOLDADO 1.»
Hoy tenemos libertad.
Que con afecto amoroso
Hoy Mario, cónsul romano,
Cuanto metal , que se encierra
Levanta el cerco tirano
Por huir nuestra avaricia.
Enqueluvoi esta ciudad.
Para ser del mundo guerra
PASDOnO
Supo sacar la codicia
Cuatro meses la ha tenido
Cercada, y si su porfia
Despedazando la tierra ;
Cuantas perlas por el viento
El alba vierte al albor
Durara mas, solo un dia,
Ya se le hubiera rendido;
Porque tres dias de suerlo
La hanibre nos afligió,
Que 3 muchos ella mató
Que el nácar guardó avariento
0 en la copa de una flor
El sul se bebió sediento;
Cnanto diamante por fruto
Produce el indiano oriente.
A quien no pudo la muerto.
Que es , pagando al sol tributo.
SOLDADO 1."
Sustituto suyo ardiente
0 ya pulido ó ya bruto;
La fuerza es inaccesible;
Sólo pudiera la bambro
i.uantos imperios profundos
Rendirla.
Circuye el mar, y ignoró
PANDÜRO.
El Macedón, sin segundo,
Un ratón fiambro
Y sólo el sol registró
¡Oh necesidad terrible!
Para hoy guardé en almodrote;
Por los ámbitos del mundo;
Todos juntos, si pudiera.
r.omi aver de un alazán
Hoy mi mano los juntara
L'na pierna en pepian,
Y cuando yo los tuviera,
Y una cadera en gigote;
A li te los entregara
Pero ya que se ha librado
Todos , porque lodo fuera
Deste cerco Calahorra,
Tan tuyo como Milena ,
Tengo de hacerme una zorra;
Y porque esto más se arguya.
Mañana he de estar vengado
Aunque en parte fuera pena ,
Del hambre y su tiranía.
Para volver á ser luya
Oue es muy grande majadero
Quisiera ya ser ajena.
Quien muere de hambre: más quiero
CURIENO.
Morirme de apoplejía.
;, Qué imperio, dueño mío.
RETÓCELES.
Qué perlas, qué riqueza, qué tesoro.
Hoy, Curieno lamoso.
Qué dianianles,quéoro.
Que la guerra se acabó.
Qué cetro, qué laurel , qué señorío,
Para darte el premio yo,
Qué triunfos, qué despojos,
(-orno estar al arbitrio de tus ojos ?
S.Tás de Hilena esposo.
'1 ú me pediste ú Itlilena
Dame, pues, esa mano.
Para ser tu esposa amada ;
Que el jazmín avergüenza más honeíto.
Yo, que mi patria cercada
(Tocan cajat.)
LOS nos SANTOS.
Músicos.
CURIENO.
¿Qué es esto?
PANDUnO.
Del campo del romano
Sobre un bruto de ti^re pretendiente.
Porque su piel caballo le desmiente.
Viene un galán soldado ;
Pero ya se apeó, y aquí ha llegado.
Sale POMPEVO, cónsul romano.
POHPEYO.
Españoles, que os salís
De la ciudad licenciosos,
En fe de la infame tregua
Que os concedió Mario, el cónsul ,
Ya sabéis, que mucho tiempo
Con su campo numeroso
Os tuvo cerrados Mario,
Y que ya remiso y flojo
Quiso levantar el cerco
Y hizo treguas con vosotros.
Debajo de unos conciertos
Para mi patria afrentosos.
¿ Pensareis que ya estáis libres
Del daño con esto sólo?
Pues estáis muy engañados.
Porque ya en vuestro destrozo
Nuevo azote, nuevo rayo
Vibró el cielo poderoso.
¡ Ay desta ciudad humilde !
i Ay de España y ay de lodo !
Que el fuerte Pompeyo, el grande,
Cónsul ya y del mundo asombro,
Hoy ha llegado de nuevo
A nuestro campo famoso
A gobernar sus legiones
Y á enmendar de Mario el ocio;
Y viendo que los conciertos
Eran á Roma dañosos.
No quiso pasar por ellos.
Corrido que un punto solo
Esta ciudad le resistan
De Roma al nombre glorioso
Cuatro hambrientos que se atreven
De barbaros ó de locos;
Yo, pues, de su parle vengo,
(Ají lliiicríi Hiiciiliiir cauteloso
(,ih. i r lililí-,. ,,. .-I deciros
l,ln. ' , ■ !!!.■; • '• iilrOS
('i> .1 li . ir I'.. " .ni punto
OlJ-ll' ■■ ■■. .1 lliiMinsOS,
O SI notan grainlc esirago
Hará, que en corrientes rojos
Se inunde el muro y se llene
De humana púrpura el foso.
>iO
COMliDIAS ESCOGIDAS DE DON PnANCISCO
cuntido.
¿Has dicho ja? pues té y dlle
A ese rayo, que no sólo
No quiero entregar la fuerza,
Mas que le mando...
POUPEVO.
i Qué oigo?
CORIENO.
Que su ejército al momento
Salga de aquestos contornos,
Que si no, vive Milena,
Que es el cielo que jo adoro.
Que vaya allá, y que me traiga.
Si solicitan mi enojo,
A él y aun á todo el campo
Preso con tiendas y todo,
A que sean de Milena
Vil trofeo y triunfo poco.
POMPETO.
¿Sabes tú quién es Pompeyo?
CCRIENO.
¿Quién es Pompeyo?
POUPEVO.
Un asombro.
Es aquel, que á sus hazañas
Desde el Océano undoso,
Salobre tumba del dia.
Hasta el gr;iQ reino de Poro
Que fué coto de Alejandro,
No quiso tener por coto ,
Pues ya del cristal del Ganges
Celiió su ejército á sorbos.
Es aquel que con armada
Limpió el dilatado Ponto
De corsarios , que eran tantos
Que sus leños numerosos
Una portilil provincia
Parecían en el golfo.
Es aquel que ha sujetado
Los egipcios valerosos.
Desde el Menfitico sabio
Hasta el Catadupa sordo;
Aquella provincia, donde
Cuanto humor escupe undoso
Por siete bocas el Mío
El mar se bebe de un sorbo.
Esaquel que si levanta
El acero prodigioso.
En las tres partes del mundo
Se quedan suspensos todos
Pendientes de su semblante ,
Esperando temerosos
A cual dellos amenaza
La ejecución de su enojo;
Es rayo, que vibra Pioma ,
Es de'Marte único oprobio.
Es el sol de Italia , y presto
Será de España destrozo.
Y porque mejor lo sepas
Y yo te lo diga lodo.
Yo soy Pompeyo, yo soy :
Mira si Pompeyo es poco.
cuniENo.
¿V lú sabes quién soy yo?
POaPETO.
No lo sé , no te conozco.
coniENO.
¿Sabes que soy Curieno,
Destas montañas aborto ,
Prodigio de aquestas peñas,
Tan altivo y ambicioso,
Que cuando á los hombres miro
Quisiera entonces ser monstruo,
Por diferenciarme en algo
Y no ser como los otros?
Yo soy aquel que en el monto
Con aquestos brazos solos
Asiéudole de las pautas
Derribo en la tierra un toro,
Cuyos bramidos allí
Son irracionales modos
Con que me pide clemencia,
Y yo entonces le perdono.
Soy aquel que asiendo fuerte
De las quijadas á un oso.
Le hago tan grande la boca
Que le llega hasta las hombros.
Soy 3 quien el rey de fieras
Que también rendido postro,
Sacudiendo la melena
Con un instinto medroso
Lame los pies, y esto entonces.
Parece halago y es odio.
Y escribiendo alguna vez
En los árboles curioso
Esta hazaña con mi nombre,
Vienen á ser en el soto
Padrones vegetativos
De mis hazañas los troncos.
Yo soy quien robles descuaja
Como el cierzo ó como el noto.
Yo al impulso de mis brazos.
Si él á fuerza de sus soplos.
Yo soy estrago de fieras.
Soy eiure los hombres solo.
Soy cuartana del león ,
Y soy del romano asombro,
Y yo soy, en fin , yo mismo ;
Mira si Curieno es poco.
MILE»A.
Y cuando no fuera tanto.
Bastábale ser mi esposo
Para ser mas que ninguno
Y para dar muerte á todos.
POMPETO.
Aqueso sólo temiera
En él, ya estoy temeroso.
Que si lú estás de su parte...
I Oh deidad ! ; oh sol hermoso !
Prodigio que nos dio el cielo
En su ultraje ó su decoro,
Hermosa afrenta de Palas,
De Venus valiente oprobio,
Dulce lisonja ó veneno
Que va entrando por los ojos,
Bayo del amor...
CCRIENO.
Romano,
Aguarda, espera, ¿estás loco?
Si estás muy mal con tu vida.
Para matarte brioso,
¿No bastaba, di, romano.
Solo mi valor heroico.
Sin que lú agora le añadas
Las ventajas de celoso?
Pues , vive Dios, si no fuera
Por no violar los notorios
Fueros del embajador.
Por quien aqui me reporto,
Que hiciera...
POMPEVO.
Calla, español.
Por lo mismo no respondo.
¿En fin, no rendís la fuerza?
nETÓGENES.
El pedirla ya es ocioso.
POSIPEVO.
Yo me voy.
nETÓGENES.
Pues vete en paz.
Que morir queremos todos
Por defender nuestra patria ;
Y tú, Curieno famoso.
Ya sabes aquel concierto
Que hemos hecho entre nosotros ;
Yo te daba hoy á Milena,
Pensando que el riguroso
DE ROJAS.
Cerco estaba ya acabado;
Bien ves que será forzoso
No proseguir este intento
Pues que no cesó el estorbo ;
Procura librar tu patria
De un peligro tan notorio,
Queentóncps yo cumpliré.
Pues mi obligación no ignoro.
I.a palabra que te di;
Vamos, Milena.
MILENA.
¡ Ay esposo!
Va era tuya y ya le pierdo.
( Vanse Milena y Relógenci.)
Rayos hecho por los ojos.
POUPEVO.
Centellas el alma vierte,
i Que á Pompeyo valeroso
Se atrevan á defenderle
La ciudad siendo tan pocos!
CURIENO.
¿Que haya estorbado mis dichas?
Fulmine rayos mi enojo.
POMPEYO.
No he de pnnernie jamás
Kl hábito y el adorno
Consular hasta rendirla;
Que no es bien que traiga honroso
Esas insignias sagradas
Quienrecibe tal oprobio.
CURIENO. (Ap.)
Saldré esta noche secreto
Con mi gente, cuando al ocio
Esté entregado el romano ;
Y si dormidos los cojo.
Haré tanto estrago en ellos.
Que corran de sangre arroyos.
POMPEYO. (Ap.)
Esto ha de ser, vive el cielo.
CURIENO. (Ap.)
Con esto mi intento logro.
POMPETO. (ítp.)
Asi mi opinión restauro.
CURIENO. (Ap.)
Asi mi suerte mejoro.
POMPETO. (.Kp.)
Esto ha de ser.
CURIENO. (Ap.)
Esto sea.
POMPETO. (Ap.)
Esto es fuerza.
CURIENO. (Ap)
Esto es forzoso.
POMPEYO.
Adiós, Curieno valiente.
CURIENO.
Adiós, Pompeyo famoso.
(\'ase cada uno por su parte , y qtieda
l'anduro soto.)
PASDURO.
Dien lo han garlado y se han ido
Y aquí me han dejado solo;
Pues ya que solo he quedado
Decir quiero un soliloquio.
Que pensaba yo, señores.
Sacar mañana ó esotro
Este vientre de mal año,
Y viene luego el demonio
Del romano y lo despinta.
¿Qué he de hacer, cielos piadosos?
Que estoy de hambre, de suerte
Que puede pasarme un soplo.
¿Para qué me disteis dientes
Si es que han de esur tan ociosos?
¿Para qué los qaiero yo?
;.Que haya hombre tan dichoso
Que se muera de una hartura
O de indigesto , y yo solo
No he de tener que cocer
Kn este naturnl horno?
¿Quién me compra mi calor
^alural por un mondongo?
Y aun se la daré de balde,
Vive Cristo, si me enojo.
; Que me tenga yo mi gula
Con cuatro dedos de moho?
j[ Adóude vive el hartazgo.
Señores, que no le topo?
Que por ir i su posada
Ue acomodara goloso
A las ancas de un menudo.
Aunque fuera de retorno.
¿Queme llame yo Panduro,
Y que no tenga ni un poco
De mi nombre? Que á este tiempo
Fuera para mi bizcochos.
Quiero tomar un arbitrio ;
Hoy á poela me pongo.
Que , en fin , se comen las uñas ,
Y es comer, aunque á si propio;
O si no, á murmurador :
Esloes mejor, esto escojo.
Que estos roen los zancajos ,
Y en fin , será provechoso.
Yoime á buscar un abito
Kn la despensu de un Cónsul
Por debajo de la cuerda ,
Aunque me costara un ojo. {Vase.
Sale MlLESk en c¡ muro.
Alba clara, aurora hermosa.
Primero candor del dia ,
De quien ya la noche fria
Huyendo va presurosa;
En oscuridad medrosa
Se partió de aquí mi amante ,
Pues que ya tu luz brillante
Pisa sombras por despojos.
Hazle que vuelva á mis ojos
De los romanos triunfante.
Que si hermosura y color
Cobra una rosa por ti,
No me has de negar á mi
1,0 que le das á una flor.
Ella al irse el resplandor
Ya con achaques de humana
Marchita su pompa vana .
Mustias ya sus luces rojas ,
Amortajada en sus hojas
Muere efímera de grana.
Pero aquella que yacia
Dormida , muerta ó marchita ,
Reverilecc ó resuella ,
O despierta con el dia ;
Pues rosa , la beldad mia ,
Falleció sin su arrebol;
Haz que aquel sol español
Se muestre en brillante coche ,
Que me marchiió la noche
Y no me florece el sol.
Ya vence á la oscuridad
El dia poco luciente .
Y esiá el mundo indifercatc
Con dudosa claridad ;
Coronada de beldad
Se muestra la aurora al suelo.
La vista . aunque con recelo.
Tender quiero hacia el romano
Campo, que mi sol humano
Peligra allí. Mas ;ay cielo !
Huyendo en tropa volante.
Aunque no desordenados.
Vienen algunos soldados
LOS TKES DLASO.NES DE ESPAÍÍA.
Y un joven Tiene delante I
De quien es un bruto atlante ;
¡ Ay ! ¿ si es mi esposo el que vi ?
El alma dice que si;
¡Ciego Dios, que al viento igualas,
Préstale al bruto tus alas
Porque más presto... ;ay de mi!
Que el bruto ¡ válgame el cielo!
Tropezando allí al correr.
Sin poderse contener.
Ambos han medido el suelo;
Que habrán muerto recelo,
Pero ya en pié se levanta.
Salen CURIENO T SOLDADOS.
CCRIESO.
No pudo en hazaña tanta
El bruto, y justo no fuera
Que conmigo compitiera
De quien la muerte se espanta
SOLDADO 1.°
¿Hízole mal la caida?
CBBIESO.
No, soldados, no fué nada,
Pero en el muro asomada
Eslá quien me diera vida.
MILENA.
¿Esposo, mi bien?
CUBIENO.
¿Milena?
KILENA.
HuTóla tiniebla fria.
Safio mi sol.
CCRIENO.
Va eres mia.
MILESA.
Afuera, engañosa pena.
Yo bajo, ¿qué me acobarda?
A abrir la puerta, y mis brazos
Sean los primeros lazos.
CURIENO.
Espera, Milena, aguarda ;
Yo le prometía tu amor
Y dije que no me abrieses
La puerta basta que supieses
Que volvia vencedor;
Y aunque fué promesa macha,
Porque veas que cunipli
La palabra que te di.
Antes que bajes escueha :
Con cincuenta soldados que podia
Sacar de la ciud.id,que reservados
Del hambre y de la guerra sólo habla,
A dar en los romanos descuidados
Tan sin rumor sali, Milena mia.
Tan mudo, que pisan(;)o mis soldados,
Daba los posos el valor tan quedo
Que parecía que los daba el miedo.
Era la noche ya, y la luz diurna ,
Que huyendo va de la tiniebla informe
Buscaba el mar, en cuya móvil urna
Reverberaba el esplendor Iriforme;
Volvía, en lin, la confusión nocturna
Lo vario de las cosas uniforme.
Sembrando por el mundo su beleño
Con perezoso paso el torpe sueño;
Llego al campo romano, y tan rendi-
ü tan muertos el ocio los tenia, [dos
Que cuando yo mataba los dormidos
Ninguno me parece que moría ;
Que si es usar de acciones y sentidos
Vivir, no estaba vivo el que dormia ;
Y asi cuando murió de golpe cierto.
Sólo quedó más frió, no más muerto :
Y como el hombre que durmiendo cs-
[lalia
Y el muerto en nada, en On, se distin-
[guian.
an
La muerte con el sueño pleiteaba
Y entrambos sus vasallos confundían;
De los muertos el sueño allí triunfaba,
■ a muerte allideaquellosque dormían,
con el mismo error lal vez mi acero
Volvió a matar al que mató primero.
Crece el odio, despiertan al ruido.
Cual empuña la espada, cual el dardo,
Muere por defemlerse el atrevido
Y por no defenderse muere el lardo;
Sorda eslá la piedad, ronco el gemido;
Sigoal que huye, alqueacometeaguar-
[do,
Crece la confusión y el polvo sube
Con ambición de introducirse nube
Yo, que miro ya el campo alborotado,
Acabar de una vez la hazaña quise :
Matar al gran Pompcyo he deseado
Antes que el alba lastinieblas pise;
¿Cuál es el Cónsul? dije , y un soldado
Suyo, á quien no matéporque me avise.
Me le mostró que la lealtad rompida
Ferió su honor entonces por su vida.
Aciuél es, dijo, que á caballo armado
Para ordenar las huestes ha salido;
Que á la luz de unas teas que han saca-
Pudo ser del soldado conocido: [do
Yo, aunque el rostro no vi, certificado
Quedé mirando el consular vestido,
Y como de mis celos era dueño
Luego le fulminé con solo el ceño.
Iba á matarle; mas quedé dudoso
Con uno y otro alecto diferente.
Que cada cual queria poderoso
Ejecutar el golpe solamente;
Iba á matarle ya como celoso.
Iba á matarle ya como valiente,
Y estando absorto en suspensión tan
Vivir gran ralo le valió la duda; [muda
Mas corrido de ver que así vivia
De un golpe le Bialé; mas fué de suerte,
Que ni sé si tocó la valentía
O los celos del alma ; pasión fuerte I
Y que fuesen entrambos ser podia,
Pueslevino tan grande aquella muerte
Que allí para salir sola una vida
Le cobro mucha parte de la herida.
Cae del caballo al suelo, y yo brioso
La silla ocupo al bruto velozmente.
Porque como el huir era forzoso
Para salir del riesgo yo y mi gente ,
Y aunque sea en un trance peligroso
Nunca ha sabido huir mi pié valiente
Quise tener disculpa por lo menos
De que huyendo salla en pies ajenos.
Salgo corriendo yo. (amblen los mios;
Pocos quedaron: sigúeme el romano,
Paso nadando mil sangrientos rios:
Va no me siguen, viendo que es en vano;
Perdió el caballo de correr los bríos,
.Medimos ambos el florido llano.
Llegué A mi patria honrado y viiorioso,
Y lo que es más. miré tu so'l hermoso.
MILENA.
¿Qué tengo que responder,
Sino que tuya nací?
Tú venciste" para mi.
Pues tuya tengo de ser.
Señor, con esta Vitoria.
CDRIESO.
Va no dudará este dia
Tu padre que tú seas mia.
Volviendo con tanta gloria.
MILENA.
Bajo á abrirte, y mil abrazos
Te celebren vencedor.
{Quitase del muro.)
CDRIENO.
¡Oh! permítame clamor,
Que yo me vea en tus brazos.
Hoy, soldados, quedará
S43
COMEDIAS ESCOGIDAS DE DON FRANCISCO DE ROJAS.
Libre nuestra patria amada,
Que si les falla la espada
De Ponipejo, ¿quién podrá
Kesisiir á mi valor?
Del hambre os habéis de ver
Libres.
Bienes nienesler
Que hoy se acabe su rigor.
Que ya tan muertos esum
Los que perdonó la guerra,
Que mi recelo no yerra
Uicicndo que ya serán
Los que anoche se quedaron
Con tal hambre en la ciudad
Muertos sin duda.
{Suenan cajas.)
CCRIENO.
Esperad;
Caja y trómpelas sonaron.
SOLDADO 2."
Y detras de aquel vecino
Cerro, marchando á concierto,
Soldados se han descubierto.
CURIENO.
Y i toda priesa imagino
Que nos vienen á embestir;
l'ocos son.
SOLDADO 1."
¿Qué hemos de hacer?
CDRIENO.
¿Qué? acabarlos de vencer,
ü acabar ya de morir.
Querrán lá muerte vengar
De su capitán.
SOLDADO 2.°
Ya llegan.
Cl'RIEHO.
Nunca españoles se niegan
A trance de pelear.
Sale UN CAPITÁN romano ¿/ solcados.
CAPITÁN.
Hoy la muerte vengaremos
De Mario, nobles romanos;
A la visia; á las manos
Los enemigos tenemos.
Pero estaréis advertidos
Que os retiréis sin desór.len
En embistiendo, que es orden
De Pompeyo;que vencidos
Con esta traza, romanos.
Quedarán aquestos locos.
Que apenas por ser tan pocos
Tienen que hacer vuestras manos.
Que Ponipeyo y sus soldados
Detras de aquel bosque ameno.
Para ser rayo sin trueno
Vienen marchando emboscados.
Y al retirarnos saldrán
Y cogiéndolos en medio.
Estos pocos, sin remedio.
Todos juntos morirán.
Tocad al arma , lleguemos.
CDRIENO.
Ea ,pues, del mundo soles,
Veinte somos y españoles ,
Cada cual por mil valemos.
{Embísteme y retlranse los romanos.)
Sale POUPEyO por la olra parte. ,.
POMPETO.
Va se embisten; los romanos
Diestramente se retiran ;
i Qué fuertes golpes se tiran!
Ea , amigos ; ea , hermanos ¡
Ea, soldados, venid,
Embestid vosotros luego.
Que muriendo á sangre y fuego...
(.Atrí Milena la puerta de la ciudad.)
Salen MILENA, PANDURO r FLORA.
MILENA.
Va abrí la puerta, salid.
FLORA.
¡ Que haya vencido tan presto !
PANDURO.
I Qué! ¿en Cn viene vllorioso?
Mll.ENA.
Va tienes querido esposo...
¡Válgame el cielo!
POMPETO.
¿Qué es esto?
Parad , supended , soldados,
Los aceros no vencidos;
Quédense vuestros sentidos
A deidad tanta elevados.
MILENA.
¡Turbada estoy!
FLORA.
i Ay ! ¿qué haremos?
PANDURO.
¿Románicos? Guarda Pablo,
A puerta cerrada el diablo
Diz que se vuelve ; cerremos.
(Entrase y cierra la puerta.)
MILENA.
Hombre , ¿quién eres? Esposo.
POMPETO.
Vo soy el terror de España ,
El rayo desla campaña:
Soy Pompeyo el victorioso.
Soy, quien robando de aquí
Tu sol claro y sin segundo.
Me llevaré todo el mundo
Sólo con llevarte á li ;
Que llevándote en mis brazos
Volveré al campo triunfante.
Siendo de tu cielo Atlante.
MILENA.
Primero me haré
Ven , para que seas trofeo
Con que vuelva vencedor.
MILENA.
Eso es crueldad.
POMPETO.
Es amor.
MILENA.
Es Urania.
POMPETO.
Es deseo.
UILENA.
Es rigor.
POMPETO.
Es querer verte.
Es ofenderme.
Es injuriarme.
Es amarte.
MILENA.
POMPETO.
Es adorarle.
MILENA.
POMPEYO.
Es quererte.
Ven, será esfera mi tienda
De ese sol de tu hermosura.
MILENA.
¿Vo contigo? ¡ Qué locura !
POMPETO.
¿Quién habrá que te defienda!
UILENA.
El cielo.
POMPETO.
Eslá sordo al ruego.
MI'.ENA.
Los hombres.
POMPETO.
Nadie me injuria.
UILENA.
Las Ceras.
POMPETO.
Temen mi furia.
MILENA.
Amor.
POMPETO.
Es rapaz y ciego.
UILENA.
Júpiter.
POMPETO.
Está ofendido.
UILENA.
El sol.
POMPETO.
Tiéoesle agraviado.
MILENA.
Marte.
POMPETO.
Marte es mi soldado.
UILENA.
El mundo.
POMPETO.
Yo le he vencido.
Ea, soldados, llevemos
Esta deidad, esta gloria.
Que esta es la mayor Vitoria
Que agora alcanzar podeinoí.
No sigáis los enemigos.
UILENA,
¿Esposo?
¿Curieno?
POMPETO.
Llámasle en vano.
UILENA.
Yo muero.
POMPETO.
Vamos, amigos.
Marchad alegres.
MILENA.
¡Qué asombros!
Esposo, yo te perdí.
POMPETO.
Guárdese el mundo de mi ,
Pues llevo al cielo en mis hombros
{Llévasela.)
FLORA.
¡Gran desdicha! ¿Qué haré?
Abre, Panduro; abre aquí.
PANDURO. {Dentro.y
Fuéronse?
FLORA.
SI.
PANDURO.
¿Todos?
FLORA.
SI.
pa:<doro.
Pues de aqui á un ralo abriré.
FLORA.
Abre , ya se han ausentado.
PAUDURO.
Deja que de todo punto
Se vayan, que luego al punto
Abriré.
fLORA.
No seas pesado.
PANDURO.
¿Fuéronseya totalmente?
FLORA.
SI.
PA^DCBO.
¿Totalmente?
FLORA.
Se ban ido.
PANDDRO.
Pues si totalmente ba sido
Salgo ugora.
Ábrela puerta y sale PANDL'RO.
FLORA.
¡Qué valiente!
AMilcna se han llevado.
PANDUnO.
¿Qué dices?
FLORA.
Esto.
PANDL'RO.
¿A Milena?
Reviento de enojo y pena;
¿No me hubieras avisado?
Por Dios , si lo llego á ver...
FLORA.
¿Qué hicieras?
PANDL'RO.
¿Qué? pelear
Y ayudársela á llevar
Cuando fuera menester.
¿Fuéronseya?
Ya se fueroH.
PAUDURO.
¡ Grao desdicha ! ¡ fíran vaivén
De fortuna 1 Mira bien
Si de vista se perdieron;
Que por vida de los dos
Que si DO se hubieran ido...
FLORA.
¿Qué?
LOS TRES BLASONES DE ESPAÑA.
CDRIEUO.
Con sólo ver i Milena
Podra aliviarse mi pena
En un estado tan triste.
Entrare averia.
FLORA.
Señor...
(Yo le he de decir aqui
Como cerraste.)
Que no hubiera salido
De la ciudad , juro á Dios.
Sale Cm\Et\0 herido.
cuRlc^o.
Grande desventura ha ?ido ;
Todos mis soldados muertos
Yacen en esos desiertos ,
Y jome he escapado herido.
PA>DCRO.
¿Que no haya habido un soldado
A quien parecieses bien?
FLORA.
¿Para qué?
PANDERO.
Porque también
Te hubieran á tí robado.
FLORA.
CuricDo viene.
PANDORO.
¿Le viste?
I Ay de mí!
CORIERO.
¿Qué dices?
FLORA.
Este traidor...
PANUORO.
Calla , por Dios. Ella fué ,
Que yo uo tengo la culpa.
CLRIENO.
¿ Pues de qué es esa disculpa ?
PAMPERO.
No le digas que cerré.
FLORA.
Si quiero.
ccniE>o.
Apartad , villanos;
Entraré á verá Mdena
Para aliviar tanta pena.
PANDERO.
¿Hanla vuelto los rumanos 7
CERIENO.
¿Qué dices, loco?
PANDERO.
Señor,
Que no está Milena acá.
CDRIENO.
¿Pues dónde está?
PANUBRO.
¿Dónde? allá.
CURIEXO.
¿Qué dices, hombre? i Ay amor!
¿ Dónde está Milena? aprisa ,
Decidlo presto, villanos ;
No me atormentéis , tiranos.
Señor, bajando Milena...
CCRIENO.
Acabad.
PANDERO.
Bajando á verte...
FLORA.
Este merece la muerte.
Esta merece gran pena.
CDRIENO.
Decid.
FLORA.
A vene salió
Déla ciudad.
Cür.IENO.
¡Ay de mi !
FLORA.
Y pensando hall.irle á lí ,
A los romanos halló.
CURIENO.
DI presto.
FLORA.
V un capitán,
I'n Poinpeyo, un desalmado,
De su rostro enamorado...
PANDERO.
Deja, que aqui lo dirán :
Llevándosela en los brazos...
CBRIBKO.
Calla, villano, atrevido.
PANDERO.
Muerto soy.
FLORA.
¡Válgame el cielo!
PA.NDt]RO.
Huyamos del.
FLORA.
Ya te sigo.
( Vonse Flora y Panduro.)
CERIENO.
Que me han traspasado el alma
Las palabras que me has dicho :
.\o pronuncies el veneno
Que, al revés del basilisco.
Como él mata por los ojos
Tú malas por los oidos.
¡Milena, mi dulce esposa,
El único sol que miro.
La deidad sola que adoro.
El dueño hermoso á quien sirvo,
El premio que amante busco.
La gloria por quien suspiro,
El centro por quien anhelo.
La vida por quien yo vivo ;
Y, en Un , el ser por quien soy,
En poder de mi enemigo!
Mientes, villano, ¡ay de mi!
iPara qué estas dudas finjo?
Que aunque parezca imposible,
Pues yo no estuviera vivo
Si me fallara Milena,
Sin duda habrá sucedido.
Pues es mal , sin duda es cierto.
Que aunque parezcan prodigios
■'.rédito de verdaderos
Se traen los males consigo.
Y si esto fué verdad , cielos ,
Que os medís vosotros mismos ,
Moviéndoos eternamente
Con impulso repetido;
Si es cierto y lo visteis , ¿cómo
De esos ejes crislalinos
Vibrando no bajó un rayo
Taladrando el aire en rizos?
i Cuándo son vuestras venganzas?
¿Qué ofensas ó qué delitos
Fulmináis? ¿Aqué ocasión
Se reservanlos castigos?
¿Para qué lance os guardáis,
O justos ó vengativos,
o gastáis solo un rayo
En vengar agravios mios?
¿Pero yo para vengarme
De loscielos necesito?
Agora estéis á mis quejas
O sordos ó compasivos,
)ie importa, pues estoy
De parle yo de mi nn'smo.
Salgan , salgan á vengarme
Envueltos entre suspiros
Forjados en la región
Ardiente del pecho niio.
Rayos de mi enojo, siendo
Mis (|uejas tenante aviso
Que de los rayos del alma
Son el trueno los gemidos.
Romanos, guardaos de mi;
Y tú , Pompeyo, que has sido
Quien llevó mi dulce dueño,
Y á quien yo poco advertido
Pensé que habia dado muerl3
Y hoy en mi daño estás vivo.
Teme, que van contra tí,
En mi valor reducidos,
Y abreviados solamenle
En este rayo que esgrimo,
Cuantas iras , cuantas muertos ,
Cuantas venganzas ba visto
SoO
COMEDIAS ESCÜGIDAS DE DON FÜANCISCO
ICI tiempo, queleiilsmente
Se T3 rojeiidü i si oilsmo ;
Porque sea mi ven};anza ,
Porque sea tu casliüo
(!n padroD , que en las memorias
t)e los hombres sucesivos
Se lea para escarmiento
De los venideros siglos.
Como celoso y valiente
Contra ti la espada vibro,
¿Mira tú como podrás.
Aunque fuera en el abismo,
Ksiar seguro de mi?
Que si solo el valor mió
Bastara i darte mil muertes.
i. Qué harán en un pecbo altivo
juntos celos y valor.
Cuando para hacer prodigios
Al más cobarde le basta
Sólo el estar ofendido? (Vase.)
Salen POMPEYO, EL CAPITÁN
y SOLDADOS.
I>0MPET0.
Ya , romanos generosos ,
Pereció vuestro enemigo;
Aun para que sea testigo
De vuestros hechos famosos
Ninguno vivo dejasteis ,
Pues he llegado á vencer.
Desde boy me puedo poner,
Pues á todos los matasteis ,
El adorno consular.
En la ciudad entraremos
Esta tarde, y triunfaremos ,
Pues quien lo pueda estorbar
Apenas habrá quedado.
CAPITÁN.
Muy bien podrás , sin violencia
Entrar, que en su resistencia
Apenas habrá un soldado.
POSIPEYO.
Pero, ¿qué."es esle rumor?
CAPITÁN.'
Allí bácia tu tienda suena
Una mujer, y es Milena ,
Con un varonil furor
De los que están en su guarda ,
Con una daga en la mano
Librarse quiere , y no en vano.
Que ninguno la acobarda.
POSIPEYO.
Di que la traigan.
CAPITÁN.
Ya llega ,
El oro al viento esparcido.
Sangriento el rostro y herido,
Y de sangre y polvo ciega.
Sale MILENA herida el rostro, con una
daga en la mano.
POIÍPEVO.
¿Qu6 es aquesto?
UILENA.
Pena mucha.
POSIPEYO.
¿Quién te ha herido?
¿Tú misma?
POUPEYO.
iPor qué? di
MILENA.
Si quieres saberlo, escucha :
Ya sabes que tuviste
Con cercos la ciudad muy apretada.
Que entraste en ella tú con embajada.
Que no quiso rendirse, que me viste,
Que requiebros, osado, me dijiste,
Que tuvo celos mi querido esposo.
Que asalto vuestros reales vitorioso.
Que un rato le siguieron, [tieroii;
Que después por vengarse le embis-
Que engañada salí , que me robaste.
Que á tu tienda con guardas me en-
Con un tin poco honesto; [viasle
Pues oye lo demás, si sabes esto.
Yo que á mi esposo quiero.
Perdona ó agradece el desengaño.
Sabiendo por mi daño
Que tú , amante grosero.
Mi honor aquesta noche amenazabas,
Y, en efecto, á tu tienda me enviabas
Con fin de que esta noche, á midespe-
Siendo teatro el lecho, [cho,
Apurando mi honor en mi fatiga ;
Pero no será justo que lo diga ;
Que si un hombre que entiende [de.
Que le ofenden, él mismo á si se ofen-
Ño quiero que publiquen hoy mis la-
[bios
Intentos que forjaban mis agravios ;
M que mi lengua contra mi despida
Voces que me publiquen ofendida:
Y á ti te está mejor también que calle:
Que si para alaballe
A un tan grande varón, tan excelente.
Estorbo puede ser ó inconveniente
Un tan lascivo y torpe pensamiento,
Noquiero.publicandoaquesle intento.
Aunque pudiera bacerlopor venganza.
Estorbar tu alabanza;
Y asi, ya por entrambos no lo digo.
Pues con callarlo, á tiyá mi me obligo.
En lin, como mi honor me habla avisado
Esto que he dichoó esto que he callado.
Viendo que de mi mal ó tu locura
Era sola la causa mi hermosura.
Esta apariencia vana
Que nace hoy para morir mañana ;
Éste engaño apacible de los ojos.
Siempre ocasión de escándalos y eno-
[jos;
Esta desdicha, si, nunca entendida.
Pues que de todas siendo apetecida
A aíiuella que la tiene la fué dada
Con pensión deserneciaódesdichada;
Viendo, pues, que ella en riesgo me po-
[nia
De perder el honor, | grande osadia ¡
Con este mismo acero
Que contra mi solicitaba fiero.
Determino, borrando mi hermosura,
Por quitar la ocasión de tu locura,
Cosa entre las mujeres poco usada.
Trocar al ser hermosa al ser honrada.
Que fuera en las demás más fácil cosa
Trocar el ser honrada al ser hermosa ;
Y no parezca á nadie mucha hazaña.
Que si aquel que en la selva ó la mon-
Aspid oculto muerde, [laña
Aquella parte pierde
Entonces inhumano
Del brazo ó de la mano.
Dejándola cortar del hierro ardiente
Por conservar las otras providente.
Con que estando consigo riguroso
Vine á ser en estarlo más piadoso ;
Yo, que prudente via
Que aquesta parle mia
Puso alas otras para darme muerte,
En peligro tan fuerte.
Viendo (jue estaba el daño tan vecino.
Despreciar por las otras determino
S HOJAS.
Esta parte de m!, que siempre es bue-
Excusar 4 las otras del veneno, [no
Queriendo yo con lan discreto modo
Perder la parte y conservar el todo.
Esta la causa ha sido
Que tú ignorabasy que ya has sabido;
Uien ves lo que he intentado [chado.
Por conservar mi honor, nunca man-
Si acaso, torpe y ciega.
No cesó tu pasión con esto, llega
Que para no sufrir tu desvarío.
Aun tiene más caudal el honor mió;
Que si el llanto y el ruego
^o bastare á templar tu ardiente fuego.
Apelaré á este acero
Que me remedie aqui como primero.
POMPEYO.
Corrido y confuso estoy
lOh generosa mujer !
Nadie me pudo vencer.
Sola tú me vences hoy.
Marchad apriesa, soldados,
{Vuelve la cabeza.)
Que ya no hay quien os ofenda,
M la ciudad os defienda
En sus muros levantados.
UILENA.
¿Vuelves el rostro y te vas
Sin declarar tu inlenciou?
POUPEYO.
Si , que con aquesta acción
Mi valor se muestra más.
Voime aqui sin responder.
Porque es ocioso el hablar.
Pues disculpa no he de hallar
De lo que he venido á hacer.
Voime sin verte, porque
No se avergüenoen mis ojos
De ver esos rasgos rojos
Que en tu rostro ocasioné.
Que será de más provecho
En caso tan infelice
Ni abonar lo que yo hice
Ni mirar lo que tú has hecho.
( Vause Pompeyo, el capitán y soldados.)
MILENA.
Ya que tengo libertad ,
Quiero con pié presuroso
buscar el centro en mi esposo,
Que no lejos la ciudad
Levanta su noble muro ;
Desde este bosque imagino
Que es más pequeño el camino :
Acercarme allá procuro.
Sale CURIENO,
CGRIENO.
Paso 6 paso voy guiado
Tan mal como mi fortuna ,
Sin esperanza ninguna
De mejorarme de estado.
¿Dónde me lleváis? ¿Qué hacéis?
Guiadme hacia mi venganza ,
Que esta sola es la esperanza
Con que aliviarme podéis.
Quiero caminar osado
Al campo de mi enemigo
Para que con su castigo...
MILENA.
¿Es mi esposo?
CURIENO.
¿Qué he mirado?
y I LENA.
¿Curieno?
CDRIENO.
¿Qué sirena
Es la que escuchando estoy?
¿Espoio?
CURIEXO.
j Eres tú?
lilLEXA.
Yo soj.
CURIEXO.
¿Milena?
Yo soy Mileua.
CCRIKNO.
¿Quién la hermosura ha ultrajado ?
;. Qué bárbaro, qué cruel ,
De a(|uel divino pincel
I'rofaiió el mejor traslado?
;. Quién de su mano ha borrado
Los mas perfectos primores?
¿Quién á los rasgos mejores
Que obró la ¡dea mejor,
En ofensa del pintor
Añadió nuevos colores?
Üi , ¿qué abeja hirió al amor?
¿Qué mano ultrajó á Milena?
¿ Qué planta ajó la a/.ucena?
¿Qué estio secóla flor?
jQué nube encubrió el candor?
¿Qué eclipse la luz hermosa?
¿ Qué osado violó la rosa?
¿Qué cierzo agostó eljardin?
¿Qué pié profanó eljazmin?
¿Qué arado troncó la rosa?
HILERA.
Óyelo en breves razones :
Yo estaba con tu enemigo,
Descubrió para conmigo
Sus lascivas intenciones;
Como mi hermosura vi
Que era causa de su amor,
l'ara templar su rigor
Quise dt-shacerla asi,
Y estas heridas me di
Por asegurar mi honor.
curíelo.
Con pena y con alegría
Te he mirado y escuchado,
Y entrambas han procurado
Llevarme entero á porfia ;
La pena sentir quería
Ver tu hermosura ultrajada ,
Y como en guerra trabada
Andan disgusto y contento,
Me embaraza el sentimiento
El gusto de hallarte honrada.
Más hermosa asi has quedado,
Esmaltes son de tu honor,
Y nunca perdió el valor
El oro por esmaltado ;
No porque en el verde prado
be la rosa la blancura
Herido el pié Venus pura
La salpicó de carmín,
Dejó de ser rosa, en fin,
Que antes creció su hermosura ;
Pero la lástima obró
En mi también tal afeto,
Que vengarme te prometo
De quien la causa le dio.
Salen POMPEVO, CAPITÁN t SOL-
D.\DOS.
c*PiT*:i.
Ya las torres conocidas
De Calahorra estin cerca.
CORIEnO.
Ya el romano se me acerca.
Vengaré en él tus heridas.
POMPEVO.
Haced alto; la ciudad
Es esta.
LOS VUKS BLASONES DE ESPASa.
j c*i"ita:(.
Ya está á tus plét.
CUBIENO.
jCuildevosolros.cuáles
f'ompeyo?
roavtio.
Yo soy.
capita;».
Llegad.
POSllEVO.
¡ Por qué lo quieres saber?
CDRIENO.
Porque te quiero matar;
Y aunque te conozco, errar
Pueden los ojos al ver ;
Que otra vez que lu intentó ,
Euiste tú tan venturoso
O yo tan poco dichoso,
Qiie á otro por ti maté.
^ agora para no errar,
A ti mismo te lo digo.
Que eres el mejor testigo
Para poderme informar.
Que ya no fuera fortuna
En mi, sino poca maña
Para hacer tan corla hazai'ia
Errarlo de dos la una.
POMPEVO.
¿Quéd!ces?¿Estásentí?
¿Eres loco? Bien se ve;
Por dos cosas dejaré
De darte la muerte aquí;
Que hombre que á tal se atrevió
Y no se humilló á mis pies
Al verme, ó es loco ó es
Tan valiente como yo.
Por nada, en Cn , me provoco:
Sí es loco, ¿de qué me agravio?
Que, ¿quién es tan poco sabio
Que quiere matar á un loco?
Silo hiciste de alentado.
De valiente, altivo y fuerte.
No es bien quede con su muerte
Tanto valor sepultado.
Que á hombre que á mf se atrevió
Será á Pompeyo segundo ,
Y los dos ojos del mundo
Somos sin duda él y yo.
Y asi, en la ocasión presente
Dichoso te has escapado.
Pues que quedas perdonado
O por loco ó por valiente.—
Ea, soldados , entrad.
CÜRIENO.
¿Mi patria quieres vencer?
POMPEVO.
¿Quién lo podrá defender?
¿Hay quien pueda en la ciudad ?
CURIEXO.
No hay nadie , desierta está
Mi patria , todos murieron ,
O lentamente á la hambre
O velozmente al acero.
Y si alguno vive, está
De modo casi tan muerto.
Que viviendo viene á ser
Ijn sepulcro de sí mesmo.
Desiertas están lascasas,
Y para horror ó escarmiento,
Sólo las calles ocupan
Cadáveres y esqueletos.
Asolada está mi patria;
Y yo, que estos males veo.
No puedo impedir tu entrada.
Porque me ha guardado el cielo
Sólo para ser testigo
De tan trágico suceso.
POÍPÍTO.
Puea si está como tú dices
Y DO hay quien pueda allá dentro,
Ni til puedes impedirlo,
¿Cómo dudas, loco y ciego
Que puedo entrar en tu patria?
¿ Podránlo estorbar los muertos?
¿Podrás tú que eres el vivo?
Pues si no pueden hacerlo.
Ni muertos ni vivos , ¿quién
Podrá impedir mis trofeos?
Sí no es que quieres que vengan
A defender este pueblo
Aquellos que aun no han nacido
Con milagroso portento.—
Ea , entrad , soldados míos ,
Que Milena y Curieno
Irán en mi triunfo. Abrid
Las puertas.
SOLDADO 1.°
Yo abrirlas quiero.
(Prueban á abrir las puertas y no
pueden.)
Pero es en vano.
POMPEtO.
Apartad.—
Llega tú, Curcío.
SOLDADO 2."
Ya llego;
Y tampoco puedo abrirlas.
CAPITÁN.
Yo quloro probar si puedo.
POMPEYO.
¡Oh qué valientes soldados!
CAPITAJI.
Vive Dios, que en vano pruebo.
POUPEVO.
Apartad, dejadme áml ,
A ver si del gran Pompeyo
Se resisten cuatro tablas.
Da coces en las puertas t/ derribalat:
aparecen detrás los DOS SANTOS
con dos espadas de Cuego.
Mirad , ; ay de mi ! ¿qué veo?
6A.M0 1."
¿Dónde vas?
SANTO 2."
¿Qué es lo qne Intentas?
POMPETO.
A tanta luz estoy ciego.
¿Quién sois, hermosos prodigios?
¿Quién sois, divinos luceros?
SANTO 1.°
Aun no somos.
POMPEVO.
¿Cómo no?
¿Aun no sois? ¡Prodigio nuevo!
¿ Cómo sin haber nacido
lile vencéis , bellos niancebosT
SANTO 1.°
Este es el mayor blasón
De España, que haya en su reino
Quien antes de nacer venza ,
Yes anticipado premio
De la gran fe que sus hijos
lian de tener, porque es cierto
Que los soldados de Cristo
Antes de nacer vencieron.
POMPETO.
¿Quién es Cristo?
5J2
COMEDIAS ESCOCIDAS DE DON FRANCISCO DE KOJAS.
SAXTO 2."
Aun no merece
El inuDdo aquestos niislerios.
Vuélvele ya , y deja libre
La ciudad.
POMPETO.
Rendido quedo;
Basta, sombras , b»sl3, sules ,
Cjsta, rayos , yo cbedesco. —
Ea , romanos , apriesa
Dejemos a España luego.
¡Oh i;iaiide blasón de Ésnafia
Que ius hijos qoiso ol cielo
tJue venzan aun no nacidos
Y que venzan i Ponipeyo!
ci'Rit:<o.
Este es el primer blasón
I De España , de cuyos versos
JORNADA SEGUNDA,
DACIANO , cónsul.
MITILENE, su hermana.
PERSONAS.
TOnnEZyO , gracioso.
SAN CELEDO.MO.
Y Tallas, perdón humilde
Pide don Antonio Coello.
Y escuchad luego el segundo,
Que en olro siglo diverso ,
Con oirás nuevas personas
Proseguirá el grande ingenio
De don Francisco de Hojas,
Dareisle aplauso y silencio.
I SAN EMETERIO
I MARCELO , su padre.
(C,7 es'.a jornada segunda vencen los santos Celedonio y Emelerio en vida, como en la primera vencieron
antes de nacer.)
Sale DACIANO, cónsul de Roma, con
una hacha encendida, asombrado,
mirando al cielo.
DACIANO.
,Vis¡on divina, que á los cielos subes
Pisando esferas, penetrando nubes,
nombre lu, tan di vino, siendo humano,
Que rompes la región del viento vano,
Que eres deidad recelo.
Pues apostando 3 luz ganas alélelo!
¿Mientras gozo del sueño lisonjero
Te me apareces fijo eu un madero?
¿Hácesme graves cargos á mi culpa,
Y al despertar te vas sin la disculpa?
Si en haber despertado te he ofendido,
¿Qué dirán las disculpas de un dormi-
Si á dártela no acierto [do?
Con desearle decir y estar desnierto,
Pero en vano articulo mi querella,
Ya tú la sabes, pues le vas sin ella.
Labrador, que en el campo nacarado
Coges fruto de estrellas que hasseni
[brado,
No parezca que me haces esle agravio
Atiende á los impulsos de mi labio ;
Mas pienso que es frustadoloquepido
¿No has de atendersi todo eres sentido:
Agora de mi tienda me levanto
A buscar tu deidad con tal espanto
Quecuanto me conduzgoá provocarte
Tanto recelo más en encontrarte;
Llegando cuando más tus plantas sigo
La espada sólo por cumplir conmigo,
Y esla Inz prestó vida y luego muerte
Por deslumbraime más para no verte
Wandas que no pcr-iga los cristianos
Marte vive, ¡oh visión! que con mis
[manos
Ue de apurar sus corazones fuertes,
Y ejecutadas ya lodas sus muertes
He sus viles cadáveres de hielo
lie de poner puntales á tu cielo.
Trescientos años há que se vio Espaüa
Hendida á los rumanos, cuya hazaña
lia esculpido la historia
En las lineas del bronce la memoria;
Y esla ciudad que tengo ya cercaila
De encantos y ilusiones perlruchada
Ha vivido en su ley restituida [da;
Siempre cristiana y siempre no vcnci •
Trescientos aros ha i|npa(|uel romano.
Aquel Pompeyo, n<|ucl primer Traiano,
Al quererla a'^allar la halló murada
De dos deidades, que en la propia en-
[trada
Vencieron al valor con el encanto;
Y agora me sucede á mi otro tanto.
Vision, si eres deidad, pues te amenazo.
Señala tu poder en este brazo:
Piinde, si puedes, rinde aquesta e.*pada
Por ninguno hasta agora sujetada;
Porque celebre con silencio mudo
Que tu pudiste lo que nadie pudo ;
Veamos tu poder.
[niélasele elbrazo, y cáesele laespada.)
¡Válgame el cielo!
Todo soy mármol frió, todo hielo;
La espada de la mano me ha faltado,
Yeslaiuademi.nismomehequedado;
tas venas mias, en su cárcel leve.
Han trocado el carmín en blanca nieve;
La tierra fértil, madre á flores tamas.
De arena pone grillos á mis plañías ;
Corazones respiro.
Un suspiro se añade á otro suspiro,
Lago de fuego soy tan vitorioso
Que basta agora duré de valeroso ;
Has como á pronunciar mi temor llego.
Bomba es la lengua que me saca el fne-
[go;
El alma sin potencia se ha quedauo.
El impulso se alienta embarazado;
iMénos activo juzgo el sentlmienlo.
Todo yo ae mi propio me desmiento;
Falta el brazo, la lengua se entorpece,
El fuego mengua y el cabello crece ;
Mimediocuerpoáestolroesenibarazo,
Tronco es aqueste que pnrece brazo,
Y como el árbol de morir de incierto.
Vivo estoy la milad, la mitad muerto;
Dime, ¿porqué me dejas encendida
Aquesta breve imagen de la vida?
Si en esle bien, que me parece daño.
Me sobra luz, pues sobra desengaño.
Mucha es laculpade mi impulso, mu-
[cha.
Sa/e MITILENE, hermana de Dacin-
no, u CELEDONIO en el traje que
apareció eu la primera jornada, y
TORREZNO, gracioso.
MITILEXE.
La voz aqui se escucha.
CE1.E0OSI0.
Aquí escucho á Daciano,
Encendida una antorcha enunainano
En singular batalla.
Buscándose con ella no se halla.
Aqui el cónsul Daciano, valeroso.
Todo negado al lecho y al reposo.
Sobresaltado más, más" vengativo.
Especie es suya ó es cadáver vivo.
UITtLEKE.
¡ Ab CÓDSal! ah Daciano!
DACIANO.
¿Quién es?
■iTii.ESE. [canto vano
Tu hermana soy. ¿Qué en-
Te suspendió el osado pensamiento,
O en la garganta te anegó el aliento?
DACIANO.
¿Es mi hermana?
MITILEXE.
Yo soy, mueve las plantas.
CELEDONIO.
¿A estas horas, Daciano, te levantas?
En sueños poco há, con nueva suerte,
Estabas ensayándole á la muerte ;
Y tan presto asondirado,
¿Quieres representarnos lo ensayado?
TORBE/No. [aquesto?
¡ Ah Daciano! ah mi dueño! ¿Qué es
¿Soñaste que eras calvo? Dilo presio.
Razón tienes , si acaso lo lias soñado.
De marido celoso te has quedado.
DACIANO.
¿Quién es?
TORREZNO.
Torrezno soy, ¿ no me conoces?
Que he venido á tus voces.
DACIANO.
Y tú, dime, ¿quién eres?
CELEDONIO.
Celedonio, Señor, al que más quieres.
DACIAKO.
Ya le conozco.
CELEDONIO.
Vuelve en tu cordura,
Y no pase tu asombro á ser locura ;
Cobra á la mano el valeroso acero.
DACIANO.
¡ Ay Celedonio ! déjame primero.
Si mi daño ó mi muerte note agra.la
Cobrar el brazo, que cobrar la espada.
¿No miras csle brazo, nuncD incierto,
Que alumbra á eslolro porque yjce
[muerto?
¿No miras, si á piadoso te ailelanlas,
Ser el imán, la tierra de mis plantas,
üue me empieza á gastar este edificio?
Estoy muerto, y es tierra, liacesuolicio.
CELEDONIO.
Muévelos pasos, los impulsos mueve.
(Dale la espada Celedonio, y lóenle el
brazo y queda bueno.)
Yel Uanlodeja, queel semblante bebe.
DACUNO.
Cuando piadoso llegas.
Di, Celedonio, ¿mandas ó me ruegas?
CELEDONIO.
¿Porque lo dices?
DACIANO.
Porque ya se atreve
A cobrarse la sangre entre la nieve;
El hielo, ya que mi valor provoca ,
En viento se derrama por la boca.
El brazo siento ya con movimiento
V me revisto ya de otro elemento;
Va parece que vuelvo á ser más inio,
Desatado consiento al albedrio,
Y no sé qué deidad en ti conlenijilo
t)ue haces ejecución tu mandainieiilo;
Y si á los dioses más deidad prefieres.
Manda mucho, pues haces lo que quie-
CELEDOMO. [res.
Súlo, Señor, te pido, [do.
Uue cuentes lo que aquí te ba sucedi-
DACiANO. [pada,
Toma esa antorcha, y dame tú esa es-
La sangre ya averiguo restaurada.
MITILENE.
Prosigue, di, Señor, tus sentimientos.
CELEDONIO.
Cuéntanos lu cuidado.
DACIANO.
Esladme atentos:
Esta ciudad de roca.
Que en las murallas de loscielos choca;
Esta ciudad gigante
Que roza esos confines de diamante,
A quien ni el tiempo ni la envidia borra,
Es, amigos, la antigua Calahorra,
A quien tengo cercada,
Que de tres mil cristianos amparada,
Se apuesta rayo á rayo al sol ardiente,
V vengóla acercar, porque...
CELEDONIO.
Ocíente,
Porque ya en una crónica leiste
Qne <'StJ ciudad antigua se resiste
hesde l'imipeyo, aquel primerromano,
Y til, indignado, si, mas no tirano,
Después que se han pasado siglos de
[años,
Vienes averiguando los engaños
De dos deidailesque se aparecieron,
Vsin vencer al mismo sol vencieron.
BITlLEnE.
Deja esto, pues lu enojo la ha cercado,
y cuéntanos. Señor, lo que ba pasado.
CELfOOMO.
Muéveme á tu cuidado, di este exceso.
TORREZNO.
Este suceso cuenta.
DACIANO.
Va el suceso :
Por lamuerte del sol, con luces bellas,
Lloraba aquel ejército ile estrellas,
V la confusa noche
llia acechando el tachonado coche.
LOS TRES BLASONES DE ESPASA.
Cuando en mi tienda al lecho blando
[encargo
Que me atienda á las sombras del le-
[targo;
Dormíme, siendo á un alma aun no ren-
[dida
Paréntesis el sueño de la vida ;
Y apenas divididos
Obraban á su gusto los sentidos.
Cuando una voz me llama tan sentida
Que por la lengua habló de alguna heri-
[da,
Pues del que me la dio. deciros puedo
Que presumí que me llamó de miedo.
Vuelvo á buscará aquel que me llama-
[ba,
Y en una blanca nube se oculuba.
Que le observaba con debido culto,
[iusquéle sombra y admírele bulto.
Era un hombre clavado en un madero
Tan apacible el rostro y tan severo,
Quecuando estos extremos distinguía
Sada de las dos cosas parecía.
t'na diadema en su cabeza hermosa
Siendo de espinas se trocó de rosa.
Cuyas puntas á trechos desiguales
Sacaron perlas fondas en corales ;
Y lio es nuevo trasunto
Ser perla y ser córala unliempojunto,
Pues la sangre animosa (|ue eshalaba
En sagrado coral se derramaba,
Y' al querer ayudarla ó resolverla
Loque lánguido sale, aquello esperla.
Kstaba su cabello dilatado
Desigual á pedazos de erizado.
Siendo con más vistosos arreboles
Cada pelo un celaje de sus soles.
Medias lunas sus cejas una á una
Daban trémula luz por ser de luna.
Que en su divino cielo, azul seinlilinte,
Aun mismo tiempo estaban en iiien-
[guantc.
Sus ojos dos , como á su propio centro,
Duliaii luz a su espíritu hacia dentro;
Y por una lanzada que mostraba
La luz que estaba dentro se exhalaba.
En su mejilla hermosa ,
En lirios la mitad, la mitad rosa,
(tilico injurias tenia señaladas
De una mano y aun tiempo ejecutadas:
Sus labios de lopacioáentramboslados
De granates estaban pespuntados ;
Que como sangre pura resullal'a
Que de sus dos jacintos destilaba ,
Tropezando en la boca limpia y pura,
Lo (lue lástima fué, quedó hermosura,
La barba sobre el pecho declinada
La cabeza dejó descuadernada ,
Moviendo mucho más al dolor fuerlc
La humildad del morir, que ver la
[muerte
Salpicada su sacra piel de abrojos
Para enseñar más bellos sus despojos.
Mostró divinas entretelas puras.
Por lo roto de humanas picaduras.
Por el espacio de sus sienes rojas
Desatadas á trechos sus congojas ,
[iesumidos en agua sus dolons
Tan yertos se asomaban á sudores ,
Que ál ilcs.ilar.se al niardeaqueslecle-
Knr] , ui,ii,n , MI ,j.,ion hielo; [lo,
Por In [i I !, ,h'is desangrado.
En |. i: ii,i i i; 1 lodo el prado.
Dei^bM, Ir -; I , : .1, si lo eres.
.Sangneiilovií. ;■ m, , i- >
Y me parece :i ri i : i '
Esta (|ue ves ch i : [ ,i ,. ,i , , ;
De mi pecho, ipir ,■ ;,|, i,,,, |,, ; i,,,:,
Saleáapagar laarilii-iit»' sed liri mnii
Y asegurando mi temor prolijo [do
Habló sin voz y sin discursos dijo:
No me persigas; déjame , Daciano,
3d5
O espérate al castigo de mi mano ;
Levanta el cerco, y mis cristianos deja,
Con el precepto mió te aconseja;
Por ti el coral que ves he derramado.
No desperdicies loque me hascoslado;
Llega á ser Fénix de tan viva llama.
Mi amor te invoca y mi piedad te llama ;
Mi muerte te convida.
No trueques á una fama tanta vida
Ni de tu indignación snas vasallo.
Despierto á responderle y no le hallo;
Sin luz y desliinibrado agora llego
Por dos efectos á buscarle ciego.
Y si auti's le «•sciicliaba más posible ,
Agora le cll^Iill;,•o iiiconiprensible.
Qniérnlc hallar, v iiole comprehcnda;
Sí acaso le amenazo
La ejecución me inhabilita el brazo:
Sí hombre le juzgo, muy deidad lead-
[vierto,
Y si deidad, también le extraño muer-
[to:
Para ser hombre, admiróle invisible;
Para ser Dios, señalóle pasible;
Para ser sueño, es mucho lo (|ue toco;
Para verdad, loqueme templo es poco.
Si el es Dios, y si puede suspenderme,
¿Cómo manda, pud.endo couvencer-
[me?
Y si quiere triunfar dcste despojo,
O me mate ó me quite de mi enojo:
Y si él Dios solo, solo asi se excede,
¿Cómo puede mandar y obrar no puede?
Úe suene, que vo me hallolan confuso,
Oue esla el valor sin uso,
La rnzdii muy pruileiite,
Neutral la vida, el alma indiferente;
Indeciso el dolur, remiso el labio;
Si dejo mi intención, mi lama agravio;
Dudo si espero, y temo si lo dejo ;
Dadme como prudentes el consejo.
CELEDONIO.
Invictísimo Daciano,
Tú , que apuestas vengativo
A eternidad en el bronce,
Y a duración en los siglos;
Pues siempre me has estimado
Y los dos hemos vivido.
Yo sin lisonjas, vasallo;
Tú señor, sin albedrio;
Yo dueño de tus cuidados,
Y tú Allante délos míos.
Lo que te debo en favores
Te desquitaré en avisos.
Esa celestial visión
Que como dices has visto,
Que de la octava techumbre
l'iompió el alcázar de vidrio;
Ese que te viene en sombras
A duplicar los sentidos.
Pues te despierta dos veces
Del letargo y del hechizo.
Es el verdadero Dios,
Ouc en ese madero fijo
Te viene á enseñar en sombras
Lo que no intenta en prodigios;
i:se, que cárdeno viste.
De la púrpura teñido,
HovtT aqnel duro tronco
K :iiigrario;
I / ■-0I1, gran Daciano,
i luí que le sirvo,
li i III I <ii' a mi silencio
i.ijqiii- puiliera al suplicio;
Ocaliii Secretamente,
I V crislianainente vivo
En la verdadera ley
554 COMEDIAS
De un Dioi solo y de un Dios trino
Yo soy cristiano, Señor,
yue hasla agora no he ijiiCido
Descubrirme; pero ya
Due me provocas tú mismo
A que le preste el consejo.
Fuera no cumplir conmigo
Oscurecerle evidencias
^ue llegan á ser avisos ;
\yo hien puedo callar
La ley cristiana que sigo ;
Mas llegado á preguntarme,
Que me declare es preciso ;
Señor, ni busco lus reinos.
Ni (US bonras solicito,
Ni i lus favores me guardo,
Ni á tus graudezas aspiro;
Cristo es el solo Dios,
Los que adoras son fingidos ;
Yo te quiero bien. Señor,
Y buscóte reducido,
No idólatra.
DACIANO.
Tente, calla;
Lucbando vienen conmigo
Una ra7.cn que me avisa
Y un espíritu que he visto ;
Pero ¿yo acredito sombras,
Yo ilusiones imagino,
Y ni á ijii valor me dejo,
^i á Celedonio castigo?
Cerrarme quiere los ojos
A las verdades que miro
De los verdaderos dioses
Con encantos y prodigios;
¡Vive Apolo! á cuyos rayos
Es lodo el orbe Nnrciso,
Pues que mirándose en ellos
Se enamora desi mismo;
Que be de estrenar mi rigor
En el que más be querido,
Y que ba de ser el ejemplo
Délos cristianos allivos.
¡Hola?
cnuDO.
¿Señor?
DACIA^O.
Lleva preso
A este cristiano atrevido;
Y pues los ojos me ciega
Con encantos, con hecliizos,
Sacadle los suyos luego.
Por victima y sacrilicio
Que á los inmortales dioses
Consagra el afecto mió;
¿Pero yo be de mandar esto?
Mas si fama solicito,
Y si álos dioses agrado,
;.Cómonome determino?
Los ojos, digo otra ve?..
Si no se culpa 4 si mismo,
Y á nuestra ley verdadera
No se reduce advertido
Le sacad, aunque presumo
Que no es muy grave el castigo.
Pues no importaban los ojos
A quien tan ciego ba vivido;
Ea, llevadle.
UITILEKE.
Señor,
Si valen algo contigo
De una llama los alectos,
De una razón los avisos.
Ya que airado á sus razones
Le entregaste el un oido,
A la piedad de mis quejas
Présiame el otro propicio.
Este joven que castigas
De tus pasiones movido.
Mis por la fuerza de estado
Que por razón de albedrio ,
ESCOGIDAS DE D0?< FRANCISCO
Ayer era tu privanza,
Y con nombre de valido
Te iba aliviando la carga
De tan pesado edificio.
Conmigo ayer le casabas ,
Y hoy, poco estable contigo,
ILices culpa su inocencia
Y el consejo haces delito.
No porque sea cristiano
Indignes tu acero limpio.
Dale excepción i tu enojo.
Redúcele más benigno.
Que dar la ira al consejo
Es hacer del rigor vicio.
No siempre para la sangro
Se determinó el cuchillo,
Para el amago tal vez
Se indigna su airado GIo.
Templa, templa lus pasiones,
Redúcele más benigno.
No señales tu despojo
A quien nombras dueño mió.
Esta piedad no es amor,
Ese rigor si es delito;
No es ser recto ser airado.
Ser prudente es ser activo.
Demás, que bien puede ser
Que esta visión que lü has visto
No sea deidad; mas yo,
O lo dudo ó lo confirmo.
Ese brazo, rama humana.
Que seco, pálido y frió
Pasó á mármol desde tronco ,
Mira como él ba podido
Tocándole con los suyos
Volverle á su ser nativo.
Teme , hermano ; teme , Cónsul ,
Que ese que viste ofendido
De sangre , mares de fuego
Aborte desde el abismo.
Teme que se desencajen
Las coronas de los riscos,
Y llueva el cielo cometas
En vez del puro granizo.
Teme que la sangre humana
De tus soldados altivos
Vaya tributando el feudo
Al mnr, imán de los rios.
La indignación deste Dios
Te está llamando al castigo,
Si no quieres ver en rosa
Cuanto ostenta el campo lirio.
Dale al tiempo la venganza,
Noá la imprudencia el suplicio;
Este que siempre á tu lado.
No vasallo, ba sido amigo.
No privado, ba sido siempre
De tu voluntad ministro,
Hoy le quieres escarmiento ;
Olvídese lo ofendido,
Celedonio es ya mi dueño
O lo ha de ser, y boy publico
Contra ti mi indignación
Si cruel y inadvertido
Quieres ver cadáver yerto
ti que fué tu imagen vivo.
DACIANO.
Detente, infame; ¿lú vuelves
Por Celedonio? Imagino,
O que su ley apeteces
O que tu cuidado ba sido
Más para con él afecto
Que pasión para contigo;
Mas boy de los dos á un tiempo
lie de tomar el castigo;
Dél, porquecristiano es,
Y de tí, porque has querido
Posponer mi voluntad
A un villano que ayer vino
Desde su patria León,
Sin que alguno haya sabido
Quién es su padre, ni él quiera
DE ROJAS.
Publicallo ni decillo;
¡Júpiter vive! ¿VasallosT
VASALLOS.
¿Qué mandas?
daciauo.
Lleva al suplicio
A ese ingrato.
CELEDONIO.
¿Tú, Daciano,
Tan cruel, tan vengativo,
Tú no me has criado?
DACuno.
Si.
CELEDONIO.
¿No sabes que te he servido?
OACIATO.
No lo niego.
CELEDONIO.
Pues repara...
DACIANO.
Mi veng.inza solicito.
CELEDO.XIC.
Que soy á quien más quisiste.
DACIANO.
Es verdad.
MITILENB.
i TÚ tan implo?
DACIANO.
Ya me enternece, llevalde.
CELEDONIO.
¿Esta es venganza?
DACIANO.
Es castigo.
«ITILE.NE.
Es rigor.
DACIANO.
Yo lo consiento.
CELEDONIO.
Es impiedad.
IIACIANO.
Yo la admiro.
CELEDONIO.
Pues vengan iras, venganzas,
Amenazas y martirios,
Pues boy lii privanza dejo
Por ser privado de Cristo.
{Vanse.)
Sale MAP.CELO, padre de CeUdonio,
y EMETEUIO, niño, hijo suyo.
EMETEBIO.
¿Posible es, padre y señor.
Que entregarte quieras tanto,
Desde la injuria del llanto
Al tormento del dolor?
¿Tú, que el lauro de prudente
Único te has conquistado,
Te sujetas á un cuidado,
Y rindes á un accidente?
Válele de lu valor.
Cobra, reduce tu ser.
Que dejarle asi vencer
Es linaje de temor;
Y puesto. Señor, que llores
Recelos tan bien fundados,
Consulta los declarados
Y los sentirás menores.
MARCELO.
Hijo, si no he respondido
Es porque aqueste cuidado
No puede vivir hablado,
Y asi hade morir sentido;
Y puesto que yo ni vos
Daremos medio oportuno,
EHETERIO.
¿ Y tamliien ser no pudiera
Que en llamo lan desigual
Le halle \o la cura al mal ,
Pues le miro desde fuera»
MARCELO.
Allá voy á declararle,
l'uesaun(iue muero en sentirle,
Lo que lardare en decirle
He de alargar en llorarle ;
Para males lan prolijos,
El cielo, aunque no deseados.
Me toa dado doce cuidados
En doce varones hijos;
En León todcs nacieron ,
Y habitando entre tiranos
Vivieron como cristianos
Y como hermanos vivieron.
Y aunque te adoro, sabrás.
Que un hijo deHos perdi,
A quien quise más que á mi ,
Mas no el que me quiere más.
Celedonio le llamé ,
Y ésteá Roma se partió,
Y desde que me dejó
Tan sentido me quedé,
Y subió el dolor á tanto
En mis esperanzas vanas ,
Que vino a parar en canas
Lo que fué naciendo en llanto.
Doce años bá que no sé
Si este hijo quejuzgo incierlo
En la fe cristiana ha muerto
O agora vive en la fe.
llannie dicho que Daciano,
Este idólatra cruel.
Aqueste soberbio infiel ,
Este atrevido villano.
Un privado trae consigo,
Qu» Celedonio se llama ,
Y be venido por la fama
A este ejército contigo
Por ver si pudiera hallarle
Entre todos escondido ;
El amor de padre ha sido
El que me trae á buscarle.
Y asi, te traigo también.
Porque en pena tan mortal
O me aconsejas al mal
O me reportes al bien.
Sólo temo que Daciano,
He su lealtad satisfecho,
Por fuerza no le baja hecho
Que deje el nombre cristiano.
Y si con lan vil intento
Su ley cristiana pervierte ,
Antes me alcance la muerte
Que deje mi seotimienlo.
Pues más quiero en mi cuidado.
Si ha de darme más enojos.
Llorarle muerto á mis ojos
Que hallarle tiranizado.
VOCES. (Dentro.)
Seguidle todos, romanos,
Muera el cristiano soberbio ;
Atajad al monte, al monte.
MARCELO.
tin hombre el rostro sangriento.
Perseguido de la turba
De un vulgo, entre aquellos cedros,
Más que en las ramas que encuetara
Va tropezando en si mesnio.
Aqui imagino que llega.
Ampare tu vida el cielo;
Hacia aqui puedes librarle ,
Llega, bizarro mancebo;
Ampárate de las ramas
De ese frondoso portento
LOS TRES BLASONES DE ESPAíJa.
Por donde el sol no ha podido
Emboscar sus rajos bellos.
; Qué de piedades me debes
Antes del conocimiento I
Y según las he sentido
Parece que se las debo.
i■a/í•CELEDO^'IO tropezando, sacadcs
los ojos.
CELEDONIO.
Hacia aqui he sentido voces
Y liácia aquí pisadas siento;
Romanos , si sois piadosos ,
O si se halla en vuestros pechos
Lúa piedad á una queja
Y un amparo para un riesgo,
Muévaos el verme sin ojos.
Tan deslumhrado ú atenderos
Que le be añadido al oido
Lo que en la vista padezco.
Guardadme de los tiranos
Que por ese monte espeso,
llepartido en piedras duras
Me tiran un elemento.
No porque la muerte culpo,
Sino porque en este tiempo
Merezco en él dilatarla
Más que en sufrirla merezco.
Ea, romanos, guardadme,
Y pues os debo el deseo,
Puesto que me habéis llamado
D.idme el amparo que es menos ;
Mirad que llegan.
MARCELO.
Delente,
Dale su lugar al pecho.
Reprime la sangre pura
Que de tus dos soles muertos
Epitafio es que señala,
No lo que son. lo que fueron;
Sosiega el llanto de sangre.
Suspende el villano miedo,
Haz valor de la desdicha,
Y puesto que vienes ciego,
O llora lo sucedido
O espera lo venidero;
Ya lodos los que le siguen
Por la falda de aquel cerro
No dejan señal en polvo
Del lugar donde estuvieron ;
Por otra parte le buscan.
No te entregues al silencio,
Sirva la voz de sentido
Para alimentar el pecho,
Y (le lo que fué visivo
Goce lo hablado los fueros.
CELEDOMO.
Romanos, yo soy crisli«no ;
Daciano, el Cónsul, resuelto.
Dejándome las del elma,
usurpó leyes al cuerpo ;
Decláreme por cristiano;
Los romanos, resuellos.
Hechos jueces de mi causa.
Hicieron fuerza al precepto;
llanme arrancado los ojos
Fiando, poco discretos,
Al arbitrio de mis pasos.
De mi ley los escarmientos;
Todos me vienen tirando.
Siendo el miserable objeto
De las piedras de sus monles
Y los troncos de su cerros ;
No siento la muerte, no.
Antes sus venganzas quiero.
Más dilatado el castigo
A nade el merecimiento,
y porque antes de morir
Quisiera ver á Marcelo,
Mi padre, qne en las monlafias
Vive retirado y viejo;
Diez años háque le fallo.
Diez años, y en lodos ellos
iNi ha sabido de mi llanto,
Ni gozo de sus consejos:
Doce éramos hijos suyos,
lodos varones, y temo...
MARCELO.
No prosigas, tente, aguarda,
Que me has sacado resuellos
Los dolores en ternezas,
Y en gozos los desconsuelos.
¿Eres Celedonio?
CELEDONIO.
i.omunicarete (
Ya que la vida no puedo;
Marcelo tu padre soy,
Que con tn hermano Emeterio
Desde León á buscarte
A aqueste ejército vengo;
Hele hallado, y ya te lloro.
Aun no le encuentro y le pierdo,
Vivo imaginaba hallarte
Y le distingo sangriento;
Alegróme con tu vista,
Y bailarte sin ella siento,
Pero el cielo determina,
Hien sabe lo que hace el cielo,
Que no le halle vivo agora,
Pues fuera tal el conlenlo.
Que muriera déla dicha
Mejor quede hallarle muerto;
Y ansí las penas y glorias
Tan prudentemente mezclo.
Que estando unidas entrambas
Se embarazan los efectos.
CELEDOMO.
Dame los brazos, Señor,
Llega á examinarme tierno.
Sírvame el laclo siquiera
Ya que la vista no tengo.
MARCELO.
.Vprovécliate del alma,
Y haz ojos de losdeseos.
Que aunque es amor el que ticnc3.
No es ese el que llaman ciego.
EMETERIO.
¿Y no abrazas á tu hermano?
CELEUOMO.
Llega á abrazarme, Emeterio.
(.4¿>rá:(7iísí'.^
EMETERIO.
Y á ser posible partir
Contigo la vista, creo
Que hiciera estrella mis ojos
Para que vieras con ellos.
CELEDONIO.
Llégate. ¿No es el menor
De mis hermanos?
MARCELO.
Sospecho
Que ya no se acuerda del;
Hijo si , mas le prometo
Que ha crecido y es galán ,
Es valiente y es modesto;
¡Ah! si le vieras agora.
Mal haya el ministro fiero
Que hizo fuentes de coral
Mis dos [irimeros espejos.
VOCES (Dentro.)
Llegad todos, aqui esl6.
MARCELO.
Voces á esta parte siento.
COMEDIAS ESCOGIDAS DE DON FRANCISCO DE ROJAS.
Sale MITILENE. Porcjup atravesó por metilo ! í De qué me sirve el poder,
Si ha de mandar la razón?)
¿Ah Celedonio?
CELEnOMO.
¿Pues qué liaremos?
MITILENE.
No OS lorbeis
Una mujer soy, que vengo
De injurias y de piedades
Convocada i un mismo tiempo.—
¿Celedonio?
CELEDONIO.
¿Quién me llama?
MITILENE.
Mililene soy, que intento
Darte libertad, si quieres
Huir el cercano riesgo.
Mi hermano, el cónsul Daciano,
Provocado de su incendio.
De su enojo ocasionado,
Obstinado de sus yerros ,
Por ese frügoso espacio
A darte muerte resuello,
Los polos examinando
Mide el monte cedro á cedro ;
l)e los suyos instigado,
Te amenaza tan sangriento.
Que es fuerza dalle a la buida
Lo que antes se pudo al ruego.
Todo el ejército junto
Es tu enemigo, y sospecho,
Que has de ser despojo aleve
Ce sus villanos aceros
Si no me sigues ahora.
Un roble esiá en aquel cerro
Cuyo circuito roldo
Por lo espacio y lo hueco
Un hombre puede ocultar;
Guardarte en su espacio quiero
En tanto que Proserpina
Enluta los campos bellos,
Y el sol , luminaria hermosa,
Dora el polo contrapuesto.
Sin ojos estás ; mas juzgo
Que este despojo sangriento
Se dio en señal de tu vida
Para quitártela luego.
Sigúeme , ven á ocultarte ,
Pues sólo desle secreto
Tienen noticia mis ojos.
La tierra, el árbol y el ciclo.
VOCES. {Dentro.)
Ataja por esta parle
Al valle, al rio.
MITILENE.
Los ecos
Délas voces dan aviso
Del suplicio venidero;
Sigúeme ja, Celedonio.
CELEDONIO.
Mililene, ya no puedo.
MITILENE.
¿Porqué?
CELEDONIO.
Torqueeslecsmi padre,
Y este mi hermano limeterio,
Y si ellos pierden la vida
Perderla con ellos quiero.
MARCELO.
Hijo, ve con Mililene.
Sa/e TORREZNO.
TORREZNO.
Huye, Celedonio, presto.
Que ciim fustibus el armis
En tr.ijede alabarderos
Hajan cuatro mil romanos
Revpstiilos en tudescos.
¡Oh qué palo han dado á uno
Porque atravesó por medio!
ICii el llano se descubren.
VOCES. (Dentro.}
Al llano.
CELEDOmO.
¡Piadosos cielos!
EHETERIO.
Hermano, huye este peligro.
CELEDONIO.
Como lis ocultéis primero
En esta espesura.
MARCELO.
Vamos,
Llega conmigo, aunque temo
Que no he de volver á bailarte,
l'ues te he perdido tan presto.
{Vaiise ¡os dos á esconder, Marcelo ij
Emeterio.)
CELEDONIO.
Vamos, Mililene.
MITILENE.
Vamos.
TORREZNO.
Por hambre no tengas miedo.
Que puesto que eres cristiano,
Va va contigo el Torrezno.
.Al irse sale al encuentro DACIANO.
DACIANO.
Quedaos todos ; aqui están.
¿Hermana?
MITILENE.
¿Señor?
DACIANO.
¿Qué es esto?
¿Tú amparas á Celedonio?
MITILENE.
¿ Vo, Señor?
TORREZNO.
Aquesto es hecho;
¡Mas que los pringa conmigo I
Pero si yo los lardeo,
Habiendo de ser asado.
No soy el que lleva menos.
DACIANO.
(Áp. Para darme más enojos.
Causados de mi piedad,
El alma está sin mitad.
Mis ojos están sin ojos;
¿Quién pensará que he venido
Hasta eucontrarle indignado.
De mis vasallos llamado.
No de mi rigor movido?
Vo mandé este sacrificio;
Mas para niajor lornieuto
Lo dije de ciimplimienlo,
Y ellos lo hicieron de oficio.
; Quién no le hubiera encontrado
Por no aumentar el dolor!
¡Que pueda más que mi amor
i.a obligación de mi estado T
¡ Ah cielos, quién no le viera
En tanta sangrellorar!
¡Que le quiera perdonar,
Y que no pueda, aunque quiera !
¡ Que esto haya de suceder !
¡Que él me hubiese de encontrar!
¡ Qué ordinario es el hallar
Al que no se quiere ver!
¡Que haya de ser mi trofeo
Quien descansó mis cuidados!
¡ Que me obliguen mis soldados
A lo que yo no deseo!
¡ Que he de hacer, en conclusión.
Lo que no anisiera hacer!
CELEDONIO.
¿Señor?
DACIANO.
Por hallarle reducido,
A un tiempo vengo vestido
Del castigo y del amor ;
Mas de mi piedad advierte.
No la admires reducida ,
Que si en ella está tu vida.
En tu lengua está in muerlc.
¿Para evitar mis enojos
Quieres negarte á tu fe?
Habla, pues no te quité
La lengua como los ojos;
Hoy le convida mi amor
Otra veza mi privanza,
O te guarda á la venganza
De mi enojo y mi rigor;
Dos letras le pido aquí.
Habíame pues te hablo jo.
¿No quieres la vida?
CELEDONIO.
No.
DACIANO.
¿Quieres ser cristiano?
CELEDONIO.
Si.
DACIANO.
Pues aunque á mi pena excedo
Con mi amor y mi cuidado,
Celedonio, yo he deseado
Darle perdón, y no puedo.
TORREZNO.
¿Ves este porfiar eterno
Con que á su Dios satisface?
¿ Por qué piensas que lo hace ?
DACIANO.
¿Porqué?
TORREZNO.
Por no irse al infierno.
Pero si tú quieres ver
Cuan fácil es de alcanzar.
Déjame llegarle á hablar
Y le verás convencer.
Ciego, Celedonio, estás.
De dos maneras , advierte ,
Pues le entregas á la muerte
Por un infierno no más.
Pues vase allá un boticario
Por una cosa lan nada
Que vende por miel rosada
f;i agua del letuario ;
Y con una cierta muda
Les vende á ignorantes mil
El aceite del candil
Por el aceite de ruda.
Y es lan cierto eslo que ves
Y es tan cierta su partida ;
¿ Y tú por guardar lu vida
No te podrás ir después?
Vase allá el médico infiel
Porque mete cada dia
La muía en su librería
Para que estudie por él ;
Y porque sus letras tome
Y salga médica buena.
Ella en el estudio cena
Y él en el pesebre come.
Y en el pesebre que ves
A otros médicos convida :
¿ Y tú por guardar tu vida
No te podrás ir después?
DACIANO.
Quila, necio.
TORREZNO.
No me quites,
Torque te quiero dar cuenta
De que por (¡ué nunca yo
He de encargar mi coucieucia.
DACIANO.
Acaba , dimelo preslo.
TORREZNO.
Por callar cosa que sepa :
En fin , junto á aquestas ramas
Hay dos cristianos , que piensan
Librarse de tus rigores,
Negarse á tus inclemencias;
Marcelo se llama el uno,
Y es padre...
DACUNO.
Acaba, no temss.
TORREZNO.
De Celedonio, y el otro
Es su hermano.
ÜACIANO.
Tente, espiara :
Yo mismo he de entrar por ellos;
Y si la ley que profesan
No olvidan , con este aeern
He de abrir puertas saiigiientas
A sus corazones viles
(Jue en cenizas se resuelvan ,
\ ausi...
Ya á entrar por ellos Daciar.o , y salen
EMETt RIO 1 MAHCELO.
MARCELO.
Detente, Uaciano;
Eáta edad , que por postrera.
Crepúsculo es de la vida
l'ues á la muerte se acerca ,
Y esta infancia peregrina
Hoy á tus iras se entregan
A dedicar dos gargantas
A tu cuchilla sangrienta.
CELEDOMO. {Ap.)
Daciono encontró i mi padre.
mitii.e:ne.
;Que esto á mi hermano dijeras!
TORREZNO.
Yo no lo quise decir,
La culpa tuvo la lengua.
OACIANO.
¿Estos dos son vuestros hijos?
MARCELO.
Para saberlo quisiera
Preguntar á Celedonio,
üeñor, con vuestra licencia
Cuatro cosas.
DACIANO.
Preguntadlas.
MARCELO.
Celedonio, ¿til confiesas
Que es Cristo el Dios verdadero?
CELEDONIO.
Si confieso.
MARCELO.
¿No quisieras
Tener mil vidas que darlct
CELEDONIO.
Y que vivieran eternas.
Porque Féni.t al suplicio
Tantas veces renaciera.
MARCELO.
¿Tú Emeterio imitarás
Aquestas pisadas mesmas?
LOS TRES DLA?ONES DE ESPA?!A.
EMETEIiin.
Venga el martirio á mi cuello.
MARCELO.
¿No tienes por evidencia
yue son falsos esos dioses?
EMETERIO.
Eso publica mi lengua.
MARCELO.
Si, Señor, mis hijos son.
DACIANO.
¡Que esto los dioses consientan?
Llevail ; mas no los llevéis,
Que á quien tanto valor muestra,
O ;dguiia deidad ampara
O algún Dios les aconseja.
VOCES. {Dentro.)
Mueran los viles cristianos ,
Gran Daciano, y no consientas
En injuria de los dioses
Supersticiones ad'ersas.
OACIASO.
Ya no puedo remediarlo,
Celedonio ; en tiii, es fuerza
Que has de morir, pues no (¡uicrcs.
CELEDONIO.
Los vanos consejos deja.
DACIANO.
Mira que vas á morir.
CELEDONIO.
Esa muerte es vida eterna.
DAClA^O.
¿Y tú imitas á tu hijo?
MARCELO.
Yo sigo su sombra mesma.
DACIANO.
¿Y tú?
EMETERIO.
Sus estampas sigo.
DACIANO.
Pues al suplicio los lleva.
Que donde el ruego no vale.
Sólo obrará la violencia.
{Llevan á los tres.)
MITII.ENE.
Señor, ¿al que fué tu hechura
Castigas desta manera?
¿Qué dejas al que aborreces
Si asi al (|ue quisistes premias?
Mira que ya tus ministros
Indignan las viles diestras,
Y que el amago se afila
A la ejecución sangrienta.
Mira que ya los tiranos
Ponen las manos siniestras
En las cervices altivas.
Y erizando sus cabezas
Dan á la garganta el filo
Y el suplicio á la sentencia.
DACIANO.
¿Pues qué he de hacer?
MITILENE.
Remediarlo.
DACIASO.
¿Cómo puedo?
IIITILENE.
Acaba , llega.
DACIANO.
Ya voy.
{Suena dentro ruido de truenos y ter-
remoto.)
¡Válganmelos cielos!
La máquina de la tierra
MITILENE.
Mira aquellas dos montañas
Que una con otra se encuentran,
Y tropezando en si mismas
Dan al centro su materia.
DACIANO.
; Oh cómo los truenos crugcn !
;Cómo la luz titubea!
Y el caos otra vez quiere
Buscar su forma primera ;
Sin duda que mueren ya;
Ya con la muerte pelean ;
Sin duda que son coral
Sus gargantas de azucenas.
Sale LA NOCHE, y cúbrese todo el
cielo.
MITILENE.
¿No miras venir la noche
De negras sombras cubiertas.
Trémula toda la luna.
Tristes todas las estrellas?
DACIANO.
¡Que escuridades arrastra !
;()h cómo enluta las sierras!
( Va cubriendo el cielo la noche, y sue-
na esta voz cantando.)
voz.
Daciano, cónsul de liorna.
Levanta el cerco, ¿qué esperas?
Estos á quien diste muerte
Son desta ciudad defensa.
NOCHE.
Y los que en el otro siglo
La defendieron las puertas
En el tiempo de Pompeyo;
Parte, pues, no te detenga
Ni tu error para intento
Ni tu valor á la empresa.
Este es el mayor blasón ,
Y para el tercero espera
En otro distinto siglo
La fama que ed;ulcs cuenta.
{Vase la Noclie por encima del lejadi
y quítase el velo.)
MITILENE.
i Qué de sombras I qué de horror
Visten la región etérea!
i Qué de relámpagos cruzan !
¡Quede nubes secondensan!
DACIANO.
Aquella visión divina
Que vi en sueños, boy me enseña
Su deidad en mis engaños;
Dejarme luz con que viera,
Y derribarme la espada ,
¿Qué más precisa evidencia
De su deidad y mi error?
Pero siempre ¡ah cielos! llegan
Sin tiempo los desengaños,
Y presto las inclemencias.
MITILENE.
Ea , Daciano, levanta
El cerco, el intento deja.
Démosle la espada al nesgo.
MITILENE.
Hasta que los ciclos quieran..
DACIANO.
Que llegue el tercer blasoné
MITILENE.
Que el último siglo venga.
COMEDIAS ESCOGIDAS DE DON FRANflSCa DE ROJAS.
JORNADA TERCERA.
REV DE CASTILLA.
ftEY ÜE ARAGÓN.
REY DE NAVARRA.
PERSONAS.
[ LA INFANTA DOSA UR-
RACA.
GUARDAINFANTE.
EL CID.
CELEDONIO;
E.METER10.
{En esta tercera jornada vencen los Sanios después de muertos, apareciindose en sombras.)
Por una puerta salga EL REY DE
CASTILLA,)/ por erra LA INFANTA,
EL CID, GUARDAINFANTE :/ACOSi-
PAÑAMlEiSTO.
INFANTA.
Fernando, rey de Castilla,
Cuyo católico celo
Para esfuerzo te bastara
A no sobrarle el esfuerzo.
Seas mil veces bien bailado,
Rama deste tronco regio.
REY DE CASTILLA.
Doña Urraca de Castilla,
Infanta, cuyos luceros
Fijos soles se ban mostrado
En el Bruiamento vuestro.
Seáis mil veces bien venida ;
Héroe Rrandeá quien el tiempo
Os ha tle escribir ufano
Eu caracteres de cielo.
CID.
Dadme á besar vuestros pies.
IlET DE CASTILLA.
Alzad, Rodrigo, del suelo.
Que quien en tan breves años
Con tan atrevido esfuerzo
Tres reyes tiene vencidos
En el andaluz imperio.
Los brazos <iue le apercibo
Se supo ganjr el mesmo.
GUARDAl.NKA^TE.
Déme á besar vuestra Alteza
De uno de sus veinte dedos
De los pies ó de las manos.
El que le esté más á cuento.
HEY DE CASTILLA.
¿Quién sois?
CUARDAIXFAME.
¡Lindo preguntar!
Soy un indigno escudero
De Rodrigo de Vivar,
El que más moros ha muerto
Que un sastre dice verdades.
REY DE CASTILLA.
Muy pocos .serán.
GUARDAINFANTE.
Concedo.
RET DE CASTILLA.
¿C6so OS llamáis?
CÜARDAIXFAXTE.
Guardainfantc.
RET DE CASTILLA.
¿Oué es Guardainfantc?
GOARDAIXFANTE.
Ln enredo
Para ajuslar á l.ns gordas ,
Un molde de engordar cuerpos;
Es una plaza redonda
Adonde pueden los diestros
Entrar a jugar las armas
Por lo grande y por lo extenso ;
Es an encubre' preñadas,
Estorbo de los aprietos.
Arillo de las barrigas,
Disfraz de los ornamentos :
Y es, en fin, el guardainfantc
Un enjugador perpetuo
Que está secando la ropa
Sobre el natural brasero.
CID.
Apártate, necio, á un lado.
GUARDAINFANTE.
Apártame de ser necio
Y baré lo que tú me mandas.
REY DE CASTILLA.
Rodrigo y Urraca, hoy quiero,
Como me deis atención.
Declararos mis intentos;
A Córdoba os escribí
Desde esta ciudad, diciendo
Que trujestiis á la Infanta.
CID.
Es verdad, y yo al momento
Con la Infanta, mi señor.i.
Vine á servirte dispuesto
A ayudarle con mi espada
Y á obligarte con mis celos;
Ya estamos en Calahorra.
INFANTA.
Y yo á obedecerle vengo.
CID.
Prosigue , pues , tu intención.
INFANTA.
Dinos, ¿qué intentas?
REY DE CASTILLA.
Ya empiezo:
Esta ciudad generosa,
Estorbo grande á los vientos.
Competencia á reino tanto
Y atalaya á tanto cielo.
Es la insigne Calahorra,
Cuyo valeroso esfuerzo
Compitió con la Sagunto,
Y boy su nombre yace impreso
Con buriles de la fama
Sobre los bronces del tiempo.
Por tradiciones antiguas
Dicen, que el grande Pompcyo
Asaltó desla ciudad
Los torreones excelsos ;
Y al romper sus baluartes
Dos visiones se ofrecieron ,
Mucha hermosa resistencia
Para tan pequeño objeto.
Cien años antes de Cristo,
De nacer él los trescientos;
Vohióse Pompcyo á Roma,
Y de corrido ó de cuerdo
Se diligenció la muerte
Por castigo de si mesmo,
Y pervivir en la fama
Se murió de sentimiento.
Después de trescientos años ,
Daciano, el cónsul, dispuesto
A romper tanto prodigio ;
Y á entrarse en tanto portento.
Leyendo en un libro antiguo
Aquel felice suceso.
Dicen que rompió el volumen
Y que arrojado y soberbio
A los engañosos dioses
En el sacrilego templo
Por victima á sus altares
Prometió sus nobles cuellos.
Cercó, pues , esta ciudad ,
Y para tan arduo cerco
No dejó reciente flor
Orearse del aire tierno.
Sin que á los vegetativos
Diese racionales cuerpos ,
Para la sed de sus huestes
Por ser tan grande el exceso,
Fueron sorbos cristalinos
Los arroyos lisonjeros;
Que agotados de la sed
Entre el despojo sangriento,
N'i aun para llorar su ruina
Lágrimas de agua tuvieron.
Los árboles y las fieras
Se vieron á un mismo tiempo,
Las fieras allí bramando.
Las ramas aquí crugiendo.
Con las ansias de la muerte
La fiera alteró el estruendo,
Y se quejó con más fuerza
El árbol de hallarse seco.
Y, en fin, el cónsul Daciano
Cortó los valientes cuellos
De dos cristianos altivos,
Celídonioy Emelerio;
Y ocultando sus gargantas
En el tenebroso centro.
Bien que hoy no se sabe dondo
Se guarde aqueste misterio.
Asi como sus gargantas
Cercenó el cobarde acero,
De las hojas celestiales
Se desencajó el cuaderno.
Titubeó el sol en su esfera ,
Y errando los paralelos.
Por sendas de lineas nuevas
Iba atajando los cielos.
Cubrióse con la guedeja
El rostro de oro avariento,
Y á quererle competir
Se asoma con Ins luceros.
En la cuna de las aguas
La tierra se fué meciendo,
Y á bramidos la arrullaron
El Abrepo, Noto y Cierzo.
La noche tenia emboscadas
Kn el cóncavo de un cerro
Lo principal de las sombras
Para acometerá Felio;
Y por temblar la montaña
Salieron antes de tiempo
Por e:ílrañeza en los aires ,
El rayo obró sin trueno,
El relámpago sin nube.
La lluvia sin vapor denso.
Camaleón ja la tierra
.'^e sustentaba del Euro,
Y como estaba en las sombras
Se vistió su color mesmo;
Los elementos variaron,
Átomo fué el lirnaamento,
Y el concurso de las sombras
Buscaba el caos primero ;
A estos prodigios divinos
Levantó Oaciano el cerco,
Y después de muchos años
Los africanos tuvieron
Kn su Imperio esta ciudad ;
En este estado dejemos
A Calahorra,? volvamos
Al más extraño portento
Que ha dilatado la fama
Con lenguas del bronce hueco.
¿No veis esos tres candados,
(Hay tres candados sobre una gruía.
Que en esa gruta están puestos?
Un prodigio es cada cual.
Todos tres son un misterio ;
El primer alarbe rey
Que llegó á extender electro,
Después de trescientos años
Deste heroico vencimiento,
Vio luces en esta cueva,
Y por las sombras rompiendo
De su tenebroso espacio.
Mandó que á inquirir el centro
Entrasen seis alfaquies,
Los que á la muerte resueltos
En su lóbrega morada
Se olvidaron esqueletos ;
Este mandó que cerrasen
El formidable bostezo
Que á ser matriz de la sierra
Parió el terrestre elemento,
Y este candado le puso.
Hasta que en siglos diversos,
Mucauliu, alarbe rey.
Quiso atrepellar él mesmo
Deste mágico prodigio
El laberinto soberbio;
Y al entrar por esta cueva
(;on una aniurcha, se oyeron
De lastimosas querellas
Mal declarados acentos;
liajó por el cuerpo atado,
Y apenas confuso y ciego
Del volumen de las sombras
Leyó el prólogo primero.
Cuando dio voces arriba
Que le sacasen , saliendo
Cadáver el que entró alma.
Mármol el que entraba incendio;
Y solo habló una palabra
A sus vasallos, pidiendo
Que echasen otro candado
A esta gruta, cuando luego
El que era volcan de llamas
Quedó helado Mongibelo;
Y después de muchos años,
Mostafá, rey más soberbio,
Abriendo mayores bocas
A aquesta tumba del centro,
Dos mil africanos manda
LOS TRES BLASONES DE ESPASA.
Que con antorchas resueltos
Examinen desta cueva
Los ángulos más diversos;
Dos mil digo que entraron,
Y á sus obsequias dispuestos
Con las luces ([ue llevaban
Se alumbraron ellos mesmos ;
Ni en suspiros sacó el aire
La nueva deste suceso.
Porque se atajó la queja
Entre la lengua y el pecho;
Este, pues, de los candados
Que miráis puso el tercero ;
Mas hoy que por los cristianos
Quede esta ciudad , pretendo
La investidura foizosa
Que por rey cristiano tengo ;
Tres reyes quieren ser Uey,
Mas yo por justicia excedo
Al de Aragón y Navarra ;
Todos tres la pretendemos.
Porque esta ciudad está
En la raya de tres reinos.
Yo, pues , agora os llamé
Para que los dos á un tiempo.
Tu me ayudes con tu espada ,
Tú, Infanta, con tu consejo.
Ea, valiente Rodrigo,
Agora, agora le quiero
Arrojado en el peligro
Y en lo peligroso cuerdo.
Déla cinta desenvaina
Esa segur, ese acero,
) Y estrénese en la justicia
Por la defensa sangriento.
Sepa Aragón y Navarra
Que nos toca de derecho.
Si el valor es rey del alma
El alma deste misterio.
La defensa es natural,
Y defender lo que es nue.ílro.
No es ir contra la concordia
Que á la sacra fe debemos.
Crezca el valor con las armas
En tu católico pecho,
Y alargúese tu arrogancia
Hasta el polo contrapuesto ;
Ea, hermosísima Infanta,
Esos hermosos luceros
Para soles desta empresa
Guarden sus claros reflejos.
Hasta que el cielo descubra
De aquesta cueva el secreto.
La razón de mi justicia.
De mi valor el aliento;
Porque siendo esta ciudad
Déla Castilla, tendremos
Un cielo en pequeño espacio.
Grande honor de nuestro imperio,
Y el de Aragón y Navarra
En el propio vencimiento
Tendr.in por mayor blasón.
Siquiera que compitieron ;
Asi conseguimos glorias.
Se efectúan los deseos,
Se alcanzan las esperanzas
Y se logran los afectos.
C]D.
Fernando valeroso,
Cu;o pecho, valiente y generoso
Para voz ha nacido de la fama ,
Y por Fénix te aclama
Cuanto circunda el mary clsol campea;
Asi el África vea
De tus inditas huellas
Resucitar las flores en estrellas;
Que esta lóbrega gruta
Que de sombras enluta
Tanto cuerpo de trémulos horrores.
Se descubra á tus rasgos resplandores.
Rompe, Señor, estos candadosfucrtes,
(--^pitaflos que dicen lautas muertes ,
Gao
Labráraste en lo eterno un mauseolo ;
A ti te espera este prodigio solo ;
Y que el cielo lo quiere ,
De tn celo, piedad, valor se infiere.
Ea, Señor, que con tu lado intento...
{Suene un clarín.)
Mas. ¿quéclarinporla región del viento,
^a con bélicas voces, ya suaves.
Turba la muchedumbre de las avesT
{Suene otro en diferente parle.)
nEV DEOASTILI.*.
Y otro por esta parte,
Insignia ya del valeroso Marte ,
Con ardientes acentos
Alropella la escuadra de los vientos.
INFANTA.
Del de Navarra son los escuadrones.
Si no miente la insiniaen sus pendones
CID.
Estotros son del de Aragón valiente.
Cuya copia de gente
Baja á tan ardua guerra
Apostando á las plantas de la tierra ;
Ea, Señor, aquestos son los reyes
Que contra todas las divinas leyes
Quieren desta ciudad la investidura;
Pero en vano procura
Ni el de Aragón pisar sus torreones,
Ni el de Navarra dar nuevos blasones
A sus héroes primeros ,
No cortan en tu oprobio sus aceros.
RET DE CASTILLA.
Pues VOS, Rodrigo de Vivar, en tanto
Que la noche descoge el negro manto.
Salid á recibir al de Navarra ;
Vos, Infanta bizarra,
Os retirad á aquesta torre agora.
Atalaya primera del aurora.
Que recibir al de Aragón pretendo
Y á la Castilla este blasón defiendo.
(l'así.)
CID.
Pues yo por la espesura de ese llano.
Nevado á trechos del enero cano,
Al navarro pretendo hacer la salva ,
Y antes que Febo le pregunte al alba
Si es hora de salir, viven los cielos
Que be de dar el valor á mis desvelos;
Yo he de intentar aquesta noche, digo;
Pero tú, Guardainfante,ven conmigo.
GUAnoAiNFANTE. [advierte,
Que no hay qnicn guarde á mi señora,
Y yo, porVxiusanne de la muerte,
Presumoque esrazon,enguerralanta,
Que un Guardainfante sea Guardain-
ciD. [fanta.
Ven conmigo, ó por Dios...
GUABUAlNfANTE.
Ya te acompaño.
Hoy verá Calahorra el más extraño
Prodigio de valor que ha visto elmun-
Adios, señora. [do.
(Vame el Cid y Guardainfante.)
INFANTA.
Rajo sin segundo,
A la esfera del suelo.
Para que viva yo, líbrete el ciclo.
¿Quién podrá apenas creer,
Que por ser naturaleza.
Me trae triste la grandeza.
Me trae remisa el poder?
Va el albcdrio á querer
Y detiénele el honor.
Ríndese el alma al valor
Y culpo mi amor en calma,
Que no puede sin un alma
%0
Obrar pérfido un amor.
Voy D querer á Rodrigo
Con resuella voluntad,
Y al ver la desii;ualdad
Mis intenciones castigo ;
Cuando á mi propia me digo
Eslaalicion rigurosa,
Soy como la mariposa
Que apenas nace á volar
Cuando se llega á abrasar
Sobre la llama amorosa.
¡Y que una hiedra fragante.
Por lo amante ó por lo fiel.
Con ser más humilde que él
Abrace el árbol gigante;
Que ella le adore constante
Porque amor los enlazó 1
Y, en fin , ¡ que el amor guardó
Kstas leyes primitivas
En almas vegetativas
Y en las racionales no!
No van mis discursos buenos
Si el honor se queda atrás ;
Yo estoy sintiendo ser más ,
Y él llorará porque es menos;
;0h á la razón cuan ajenos
Son los lances del ardor!
¡Que haya en las fuerzas temor!
i Y que haya en las glorias males !
¡Que nazcamos desiguales
Naciendo igual el amor!
Pues reprimamos cuidados
A aqueste altivo ardimiento,
Y el oculto sentimiento
Ponga el silencio candados ;
Los impulsos arrojados
Entrego al templo de honor ;
Válganse de mi valor
Mis penas y ansias mortales.
¡ Que nazcamos desiguales
Naciendo igual el amor ! {Vase.)
Salen EL CID t GÜ.ARDAINFANTE,
con linterna , escala, un hacha, cla-
vos , un martillo y eslabón.
GtlABDAlNFAME.
;. A dónde, Señor, me llevas
De treinta alhajas cargado?
¿Con tenazas y martillo,
Luz, linterna," un hacha, clavos.
Una escala , un eslabón,
Y otros cuatrocientos trastos?
¿Qué casa hemos de escalar?
Si no es que á estas horas vamos
Al prendimiento... ¡ Ah, Señor!
¿De qué vienes tan turbado?
¿Mándate, Fernando, el rey
Que á impedir salgas el paso
Al rey de Navarra, y tú
A su obediencia has fallado
Y me traes desta manera?
CID.
Oye el caso másextraüo
Que imaginó el pensamiento.
GÜARDAINFAME.
A que le cuentes te aguardo.
cin.
Ya sabes que aquesta tarde
Nos reliriü el rey Fernando
Que esta gruta está cerrada
Habrá cuatrocientos años;
Desde aquel alarbe rey.
Que en su tenebroso espacio,
ü inspirado ó temeroso
Fijó el primero candado.
Gl/ARDinFANTE.
Y bien, ¿qué quieres agora?
CID.
De la valor ayudado
COMEDIAS ESCOGIDAS DE DO.N FRANCISCO DE ROJAS.
Intento abrir esta cueva ,
Que mi corazón bizarro
.Me está diciendo en el pecho
Que á mi solo está guardado
Este secreto misterio.
GUAnDAI\FA:(TE.
f'túOT, si no estás borracho,
A lo menos lo parece;
¿Qué demonio te ha tentado
A morir como pocero?
¿ I'iMisarán todos los diablos
Lo í\ue has pensado tú solo?
CID.
Deja las gracias, villano,
Que has de entrar, viven los cielos.
GDAROAI>FAME.
Bien me puedes hacer cuartos ,
Ochavos , tarjas , dineros ,
Maravedises, cornados;
Pero eso de entrar, perdona,
Que nunca fui aficionado
A cuevas y esto es tan cierto,
Que no bebo en el verano
Aguafria, solamente
Por no bajar á enfriarlo.
CID.
Digo, que has de entrar primero.
GUABDAINFAKIE.
¿Aun no tienes alcanzado
Conmigo que entre el segundo,
Y en primero estás porfiando?
¿Yo grutas? ¿encuevas joí
¿Yo espeluncas? si has pensado
Que me aliciono á cisternas.
Por Dios que es muy grande engaño.
CID.
Acaba y no me repliques.
Arranca luego esos clavos.
GL'ARDAINFAME.
Señor, lo que ningún moro
En lauto tiempo ha intentado,
¿ Quieres intentar tú solo?
CID.
A mi espíritu gallardo
Nuncí le asaltan temores.
glaiidainfa:ste.
Ahora bien, yo los arranco ;
Pero pienso que es mejor,
Si no te causa embarazo.
Que yo llame un cerrajero;
Voy por él.
CID.
Ya estás cansado,
Y vive Dios...
GUARDAINFANTE.
Soy un bruto,
Y hablé por boca de ganso,
O por boca de gallina.
Lo postrero es lo más llano ;
Desenvaino la tenaza,
Y, en fin...
CID.
¿No acabas?
CÜARDAI.NFANTE.
Ya acabo ;
Este clavo va primero.
Que es pequeño; salió el clavo ;
{Saca las tenazas y el clauj.)
A fe que si ello importara.
Que se hiciera más reacio;
Pero agora en los demás
Me pienso ocupar gran ralo
Y ha de amanecer, por Dios,
Entre tanto que los saco;
Otro va, salió, por Cristo.
¿Qué les importa a estos clavos
Estarse un año alli dentro?
No dira.s que no despacho
Mejor (|Ue diezcerr.,joros;
Este clavo, ó yo me engaño.
Está un poquillo cluriúii;
Él salió, ¡ lo que han purliado
(Saca dro.)
Estos clavos en salir.'
Rómpelos presto, villano,
O por Dios...
GOAUOAIXFANTE.
Ya se han abierto
Ellos mismos sin tocarlos.
¿No sabes qué he presumido?
Que el que los puso indignado.
Más miedo al clavarlos tuvo
Que yo tengo en arrancarlos.
CID.
Abre de presto la cueva.
GCARDAINFAME.
Como tú mandas la abro, (Ábrela.)
Allá darás miedo, digo ;
Pero todo el miedo ha dado
Sobre mi . y es imposible ;
Ya está abierta. (Sale fuego.)
¡San Hilario'
El infierno es, juro á Dios.
CID.
El pecho distingo helado;
Pero este temor que tengo
Es un temor tan osado
Que cuanto dudo temiendo.
Tanto gano ejecutando:
No hay estorbo á mi valor.
No á mi fuego hay embarazo.
Leve es la llama que miro
Para el incendio q
Demás, que aquell
De los cielos soberanos ,
Pues que me avisa con luces
Lo que en sombras he dudado ;
Levántate.
CUARDAISFANTE.
Al cielo gracias.
Que me dices que nos vamos.
CID.
Para que pongas la escala
Te lo digo.
cuabdainfamb;
O tú eres dialdo
Capón, que ya los capones
Son demonios desbarbados,
O lü ei es saludador,
O has nacido en jueves sonto,
O estás muy mal con tu vida,
O lo esiáscon tus criados;
Señor, hagamos las cuentas
Y pág ime mi salario.
Que uo te quiero servir;
(.Masvo he de ser alcanzado,
Y no "me está bien la cuenta).
Ea, Guardainfante, subamos.
ccardainfante.
Ahora bien, yole obedezco;
La suso escala te clavo.
Enciéndote el hacha, y digo.
Que bajes luego allá bajo,
Y haz primero testamento,
Diine si tienes á cargo
Alguna doncella , si
Se usan doncellas ogaño;
Yo me casaré con ella.
Que ya no es nuevo en los amos ,
Después que han cogido el fruto
Darle el árbol al criado.
CID.
Al Ir hoya recibir
( on orden del rey Fernando,
Al de Navarra, en el pecho
Me dio o! corazón mil salios;
Y siendo las alas lenguas ,
La voz del valor me ba hablado
Para que de aquesta gruía
Rompa prodigios y encantos.
No sé qué lemores siento ;
;.Para cuándo, para cuándo
Nació el valor en el pecho?
Perder la vida es un daño
Y tener temor son muchos;
("uanto en resolverme tardo
Tanto me tardo en vivir.
A aqiiesia cisterna bajo,
Pori|ue no se ha de decir.
Siendo yo tan temerario.
Que dejé de pavoroso
Lo que de fiero Le pensado.
Dame esa luz. {Hoja por la escala.)
GÜARUAlNfANTE.
Queme place;
En efetohas porfiado
Morirte sin ocasión.
¿ Oyes ? Baja más á espacio.
Que tiempo hay para morirte ,
Vuelve á casa pan ganado,
Y mira...
CID. (Dentro.)
i Válgame el cielo!
Gl'ARDAIXFANTE.
Vive el cielo que ha rodado,
Y que se (juehró la escala.
¡ Ali Señor! aquesto es malo.
No responde. |Ah buen Rodrigo,
Kl soberbio castellano!
Aquí paz y después gloria.
El pobre Rodrigo ha dado
Con los huevos en la ce,
O en el suelo con los cascos.
¡Ah, Señor! qitibus finilu»
Nosira sinietur el aclio.
¿Qué he de hacer? ; Triste de mí !
Si me coge el rey Fernando
Abierta la gruta ahora.
Pensará que estoy culpado.
¿Pues qué remedio? Cerremos,
Y pongamos los candados
Como estaban. Guardainfanle
Ha cumplido con su amo.
Por ser amo es mi encniigo,
Y pues le dejo enterrado,
liuscar otro amo quiero
Que este ya está despachado.
Si digo que él esta muerto.
Yo temlré muy mal recado ;
¡No se muriera entre todos!
Me dieran luto : diez años
Habla que lo deseaba
Por si le daban de paño;
Y agora lo he de callar;
Recojamos estos trastos ,
Y adiós. Vivar infclice.
Adiós , Vivar desdichado,
Que vo voy á ver si puedo
Despachar otros diez amos. {Vate.)
Sale EL CID con el hacha en la mano
turbado y ella muerta.
Por este primer prodigio,
Por ese segundo caos.
Bruto albergue de las somhras,
Con tanto horror voy entrando.
Que pienso que vuelvo atrás
lodo cuanto me adelanto;
I.a luz se murió al caec,
E\ pelo tiento erizado.
LOS TRES BLASONF.S DE ESPA.'^A.
Aires 4 esta parte corren ,
Sombras viven á este lado,
Y alli represados yacen
Lagos de coral humano
Kn túmulos de esqueletos ;
No sé dónde he tropezado.
Cadáveres ya sin forma
Cuantos yacen sepultados;
Mina de las sombras es
Este albergue dilatado,
Y de escándalos y horrores
L's un confuso palacio ;
{Dentro ruido de cadenas.)
Alli cadenas se escuchan ;
Pero yo no las extraño.
Que de los riesgos que espero
Kste es el menor de tantos ;
Luces á esta parte nacen.
Sin duda se han levantado
Para ser exhalaciones
Desde el centro al aire vago.
voz. {Dentro.)
¿Rodrigo?
CID.
Una voz se escucha,
Y pienso que me ha nombrado.
¿ Si desde afuera me llaman ?
Que como es hueco este espacio,
Hellecle el eco en la gruta ;
Mas responder es en vano.
Que lo que ayuda al entrar,
íwl salir es embarazo.
voz, {Dentro.)
¿Don Rodrigo de Vivar?
Has la voz se va acercando.
¿Quién me llama?
voz. {Dentro.)
Entra acá dentro.
CID.
Confieso que estoy turbado;
Pero proseguir intento
Cuantos prodigios ó encantos
Se empezaron de valor,
Y de fuerza se acabaron,
^l'or dónde iré?
voz. {Dentro.)
De esa luz
{Aparece una luz en el tablado, y esté
< de modo que vaya andando.)
Sigue los ardientes pasos,
Y entra donde le guiare.
O el cielo tiene guardado
Algún secreto prodigio,
O es algún mágico encanto.
¿ Pero yo qué me confundo ?
¿Pero yo qué me acobardo?
¿En las sombras valeroso,
Y en las luces desmayado ?
Pero hago muy bien, agora
Todos los temores gasto.
Para quedarme después
Con los valores sobrados;
Ya voy á entrar ; mas la luz
Sin que la consienta mano.
Sin quebrazo la corrija.
Forma por el aire pasos ;
Mas si me ayuda una luz,
Si una luz me va guiando,
Ni me confunda el recelo,
M me atropelle el cuidado
Fuego va para el valor,
Luz va para el desengaño,
Tiidos los he menester.
Y á mí más, pues me adelanto
Desde ser tan auiínuso
A par«eerietn*rario;
Antorcha ardiente, prosigue
Tus pasos de ardientes rayos,
Que ya te sigue Rodrigo,
El soberbio castellano.
{Éntresela luz, y él tras ella.)
Salen EL REY DE CASTILLA, EL
REY DE AliAGON, EL REY DE
NAVARRA. LA INFANTA y GUAR.
DAINFANTE , y haya una mesa en
un bufeton de tres esquinas.
INFANTA.
Reyes cristianos, cuyas tres coronas.
Atemorizan á las cinco zonas ,
Cuyo valor gallardo, sin segundo.
Presta voz al clarin que toca el mundo;
Va ([ue en la mesa estáis de aquesta ro-
[ca.
Que en la maleza de ese monte toca ;
Y mesa de tan rara maravilla, [Ita;
One es de Aragón , Navarra y deCasti-
Y en ella á un tiempo con discreto gra-
[do,
('ada cual en su reino está sentado;
Si en lo que propongo no os molesto.
Escuchad laconcordia(|ue os protesto.
Iñigo Arista, de Navarra Atlante,
Don Jaime de Aragón, cuyo gigante
Pechóle escribe alsolconletrasdeoro,
A entrambos sin perderos el decoro
Que á ser reyes os debo.
Con la licencia do mi rey me atrevo.
Estérenlo le tora á I.l i;asi¡lla;
(bastilla tuvo la primera silla
Sobre Arasori, Navarrayloda España;
Desde arriba procede aquesta hazaña,
Pues antes que los moros africanos
Ganasen nuestia España á los cristia-
[nos
Era todo de un cuerpo y ha de .serlo.
Si el mismo cielo quiere defenderlo.
El rey Fernando viene de Pelayo
Y de sus iras se ha forjado rayo:
Pelayo ha restaurado á nuestra España,
Asi loca á Castilla ; y esta hazaña
l.e Compete á Fernando, [do
Volveosá vuestros reinos, porque cuan-
Eslorbc al vencimiento la malicia .
El cielo ha de volver por mi justicia.
REY DE ARAGÓN.
Esta ciudad está en el reino mió,
Y de mi brazo cu vuestro intento fio
One ha de sacarme siempre vitorioso,
Sobre lo justo está lo valeroso;
Uuña Sancha, la reina, la ha iraido
Por su dote á Aragón.
BEY DE NAVARRA.
Yo he sucedido
Con Navarra también en esta herencia,
Y no pueden hacerme competencia
Ni Aragón ni Castilla;
A Navarra compite aquesta silla.
Yo en mi reinoymi raya tengo asiento.
RF.V DE ARAGÓN.
Y yo en mi reino estoy.
REY DC CASTILLA.
Y yo me asiento
Sobre la raya (leste reino mió,
A mi reino compite el señorío.
CUARDAINFANTE.
Si es la mesa de roca, es cosa llana
Que echarla no podrán por la ventana.
INFANTA. [do?
¿ Dónde el Cid estara, que no ba llega-
REY DF. CASTILLA. [tldo!
; Que el Cid en esta ci*,)resa haya fal-
Ya yo estoy en mi reino.
30
W-J
REY DE ARAGÓN.
V JO CU mi tierra.
REY DE NAVARRA.
Y JO en mi reino csloy.
REY DE CASTILLA.
Pues guerra, guerra.
REY DE ARAGÓN.
Talaré las campañas ele Castilla.
REY DE NAVARRA.
Seré de fuego octava maravilla.
REY DE CASTILLA.
Yo talaré del aire las regiones.
REY DE NAVARRA.
Yo arbolaré en Castilla mis pendones.
REY DE CASTILLA.
Hoy mi valor verán tres clemenlos.
Sale liL CID, liirlado.
Los impulsos dejad, y estadme atentos:
A bañarse en Occidente
La Vision del cielo hermosa
Iba al apagarse el dia
Eq su dorada carroza,
Y al entrar por los cristales
Parecía , con ser roja,
Minotauro de la espuma ,
Medio cristal , medio antorcha;
Cuando tú, rey de Navarra,
Diste á los vientos la tropa ,
A la selva el estandarte ,
Y por la margen frondosa
De esas montañas diamante ,
Columna del cielo heroica,
A Calahorra bajabas.
Tú , don Jaime, por la roca
De aquel escollo de nieves ,
Cue el linde á los cielos roza ,
Con la misma pretensión
Descendiste á Calahorra.
Mandóme Fernando enlónces
Que á vuestro impulso me oponga;
Salgo á recibiros solo,
Y apenas por la escabrosa
Maleza de aquesos montes
Mi ligera planta toca ,
Cuando esa lóbrega gruta
Que es de Proserpina alcoba
Y en su tenebroso lecho
Kecnesta todas las sombras,
A que osado la examine
O me anima ó me provoca ;
Quiero pasar adelante ,
Y apenas el valor forma
Pasos para deteneros.
Cuando otra vez se revocan;
Que era intluencia del cielo,
Y es mi resistencia corta.
Llego al horrible bostezo
De la esfera cavernosa ,
Abro la puerta á la gruta ,
Cuando en llamas vigorosas
Para romper este encanto
Miro señales medrosas ;
Requiero todo el valor
Y hallo el valor que me inform.n ,
Y á las llamas me consagro
Atrevida mariposa.
Desciendo la primer linea ;
Pero al tropezar en otra
De las sombras de la tierra
Medí la turba copiosa.
El tacto aplico al recelo,
Y sólo es que leves toca
Insignias para el temor,
y para el valor discordias.
tln relámpago confuso
Salió á embestir á las sombras ,
COMEDIAS KSCOGIDAS DE DÜN FlliNClSCÜ DE ROJ.VS.
Celedonio y Emeterio
Y ellas para resistille
Amigables se amontonan.
I.os relámpagos crecían ,
Y como sin nubes ohrjn ,
Imaginé que las peñas
Se daban unas con otras.
Escándalos eran cuantos
En las sombras se aprisionan,
V:qiorps se condensaban ,
ruego alli la tierra aborta.
Allí cadenas se escuchan.
Allí alaridos se forman,
líespiraciones allí
Se quejan tan presurosas
Que un suspiro trae consigo
Forzadas muchas congojas.
Quiérese el pelo erizar
Y imán el valor le cobra
Que se holgó de los horrores
Para tener más Vitorias.
lín esle abismo de dudas ,
Altiva una voz me nombra ,
Que fuera consuelo al riesgo
A no llamar lasiimosa.
Pruebo la voz a la lengua,
Y al responder animosa
Pareció que ella llamaba
Al mismo que la provoca.
Pare una luz el abismo,
Y aunque del abismo brota ,
Por parecer ser estrella
Se fué moviendo ella propia.
A parasismos me alumbra.
Que el aire á veces la estorba ;
Pero la vuelve á encender
Otra vez el quo la sopla.
Sigola, y ella me lleva
Hasta una escura mazmorra ,
Donde en cadenas atados
Con encendidas antorchas
Dos bultos eran blandones
D.; dos \isionps hermosas.
Una lumba de zafir,
liurdada a un tiempo de aljófar
lira luctuoso albergue
De tanto electo de gloria.
En sus gargantas divinas
Miré dos señales rojas
Que sobre fondos jazmines
Eran pestañas de rosa.
Salen esas dos visiones.
Que con estar yertas, postran
De modo, que parecían
Animadas y corpóreas;
De sus dorados cabellos,
Crespos en menudas ondas.
Se anegó, mal gobernada.
Toda la caduca sombra ;
Llegan, y una peña rompen,
Que era mordaza a la boca
Desla queja, y por los vienlos
Me trasladan á la alfombra
Üe esta cristalina margen
Que es regazo del aurora;
Sobre un bufete de jaspe
Ponen unas armas solas
Un devoto crucilijo
Con dos luces, y me exhortan
Que de aquellas armas vele
l.as insignias valerosas;
Velé las armas valiente,
Y luego los dos me adornan.
Armándome caballero
De las glebas alagóla;
«Parle, entonces me dijeron,
A la delensa forzosa.
Que para ser de Castilla
Te ha menester Calahorra.
Y para que agora sepas
Quién te anima, quien le honra,
A quién debes esta fama,
De quien esta merced gozas,
Son los que has hallado agora.
Que desde el cónsul Daciano
Se ocultan en la mazmorra
De esa gruta. Di i Fernando
Que ese rudo escollo rompa,
Y que en culto más decente
Nuestros sacros cuerpos ponga,
Y á los dos reyes avisa
Que entreguen á la corona
De Castilla esta ciudad,
Y que ninguno deponga
La crueldad á la razón.
Porque si el cielo se enoja.
Volverá en mares de sangre
Ríos y fuentes sonoras.»
Ea, valiente Fernando,
Agora es el tiempo, agora.
Que para tan grande hazaña
Todo tu valor te importa;
Celedonio y Emeterio
Son dos patronos que gozan
En la impirea hermosa esfera
De mártires la corona,
Y que ocultos se aperciben
A que un templo les dispongas
Para patronos perpetuos
De la ciudad valerosa ;
Y vosotros reducid
Las espadas vencedoras.
Para terror, para asombro
De las africanas costas;
No corre en cristianos pechos
Esas cuchillas heroicas;
Y tú á Navarra da vuelta.
Tú vuélvete á Zaragoza ;
Por ley, por valor de herencia
Aquesta ciudad nos loca,
Por providencia del cielo.
Porque el mundo lo pregona,
Porque la defenderemos
De tama cuchilla corva;
Porque es defensa segura
Y allá aun no fuera dudosa,
Y ganaremos á un tiempo
Aplausos, honores, glorias.
Eternidad para el tiempo.
Para el inlenlo victoria.
Para la hisloria cuadernos,
Y para la fama trompas.
REY DE ARAGÓN.
Todo lo que has referido
Tan confuso y asombrado.
Mejor es para soñado
Que ha de ser para creído.
Lo que llegaste á emprender
Que ha sido, llego á pensar,
Más ardid para espantar
Que valor para vencer.
CID.
;. Luego dudáis la verdad
Del suceso que os refiero?
REY DE ARAGÓN.
Que ha sido ¡In.síon ínüero,
Y fuera temeridad.
REY DE CASTILLA,
¿Qué intentáis los dos?
REY DE ARAGÓN.
Querer
Ver tu campo destruido,
Y en habiéndote vencido
La Vitoria sortearemos.
REY DE NAVARRA.
Yo esa concordia consiento.
CID.
Yo á tu lado he de vencer.
REY DE ARAGÓN.
Yo te sabré defender.
CID.
En efecto, ¿no queréis
Vencer tan varios extremos?
RF.T DE ARAGÓN.
Sola esta ciudad queremos.
RETDECASTII,L.\.
¿Eso solo resolvéis?
CID.
Cruel estás.
REY DE ARAGO:».
Tú estás ciego»
GDAROAINFAME.
Retirarme aquí es liazaña.
REY DE CASTILLA.
Pues dése en esa campaña
La batalla á sangre y fuego.
RET DE ARACO>-.
Más mi enojo me provoca.
RET DE CASTILLA.
¿Eso resolvéis, enlin?
REY DE ARAGÓN.
Si.
REY DE CASTILLA.
Toca al arma, clarín.
CID.
Toca al arma.
REY DE ARAGÓN.
Al arma toca.
(Vanse el rey de Castilla, el rey de
Aragón y el rey de Navrrra.)
GOARDAINFANTE.
Suplico á vuesa merced
Que me oijía dos mil palabras,
Cuatro ó cinco más ó menos.
Pues en palabras no hay tasa.
CID.
¿Qué quieres?
GCARDAINFANTE.
¿Llámame usted
Para que á la cueva vaya,
Y es bueno dejarme fuera,
Y solo abajóse baja?
¿Pues esto se puede hacer
Con criados de mi casta?
¿He fallado alguna vez
.Ni á lu lado Di á mi espadat
LOS TltES BLASONES DE ESP.^KA
¿Y hacerme estar esperando
Con todas aquestas barbas
Hasta ahora junto á la cueva?
Vive Cristo que me holgara
Que no fuera usted mi amo.
Que á puñadas, á estocadas.
Le diera á entender quién son
Los Guardainfanles de España.
CID.
Yo pensé...
CÜABDAINFANTE.
Ko se disculpe,
Y otra vez que á cuevas vaya,
liajeme vusted consigo.
{Tocan cajat.)
CID.
Ya se empieza la batalla,
Y detenerme no puedo. {Vase.}
CUARDAINFANTE.
Pues Santiago y cierra España;
No tiene que llevar miedo.
Supuesto que le acompaña
Quien como le guardó en cuevas
Le acompañará en batallas.
Sale EL REY DE ARAGÓN v EL CID
en batalla, después de haberse acu-
chillado todos con mucho decoro.
REY DE ARAGÓN.
Rinde las armas, Rodrigo,
Al brazo de aquesta espada.
CID.
Son oposiciones leves
Todo Aragón y Navarra.
CUARDAI^FA^TE.
Riñe, Cid, como quisieres.
Que guardarte las espaldas
(Detras del Cid.)
Nadie como yo en el mundo...
VOCES. (Dentro.)
Cierra, Aragón y Navarra.
VOCES. (Dentro.)
Vitoria por Aragón.
REY DE ARAGÓN.
i. No miras que á voces cantan
La Vitoria por mi reino?
;.Cómo, dime, no te amparan
Esas Visiones que has visto?
«63
CID.
Va las que he visto me amparan.
(Desaibrense en lo alto en dos Im felo-
nes Celedonio y Emeterio, con dos
espadas, y las gargantas con sangre.)
REY DE ARAGÓN.
¿Qué es esto? ¡Válgame el cielo!
CID.
Dos visiones soberanas.
Que desde el lóbrego centro
Hasta las regiones vagas
A defenderme han salido,
Y allí han dejado unas armas.
(Queden en el aire unas armas de Cas-
tilla de fuego.)
INFANTA.
Del rey de Castilla son.
REY DE CASTILLA.
Y allí unas letras doradas.
GDARDAINFANTE.
Enigmas son de los cielos.
REY DE CASTILLA.
¿ Cómo dicen ? tente, aguarda.
REY DE NAVARRA.
«Calahorra por Castilla.»
REY DE ARAGÓN.
Pues si los cielos te amparan ,
Marcha á Aragón, atainbor.
REY DE NAVARRA.
Marcha, atambor, á Navarra.
REY DE ARAGÓN.
Y la fama voladora...
REY DE NAVARRA.
Y la voladora fama
Con lenguas de bronce canta
El tercer blasón de España.
CID.
Pues que después de su muerte
Vencen las efigies santas
De Emeterio y Celedonio,
Y aquí la comedia acaba.
Cl'ARDAINFANTE.
Y don Antonio Coello
De su prinierajornada
Pide perdón al Senado;
Si estotras dos no os agradani
Hoy don Francisco de Rojas
Pide perdón por entrambas.
EL CATALÁN SERRALLONGA, Y BAIOS DE BARCELONA,
DE DON AMOMO COELLO , Dü.N FRANCISCO DE ROJAS Y DON LUIS VELEZ DE GUEVARA.
PERSONAS.
DON JUAN DE SERRALLON-
GA.
DON BERNARDO, su padre.
FADRl DE SkV , bandolero.
DON CARLOS TORRELLAS.
DOÑA JUANA TORRELLAS.
EL DUQUE DE CARDONA.
EL VEGUER.
SOLDADOS.
ALCARAVÁN, gracioso.
FLORA, criada.
PRESOS.- BANDOLEROS.
JORNADA PRIMERA.
(DB DO.N amonio COELLO.)
Salen SERRALLONGA t ALCA-
RAVÁN.
EEHRALLOÜG*.
¿Fuese ja mi padre?
alcabavar.
SI,
Va se fué ; pierJe el cuidado.
scruallonca.
Mira si bay algún criado
Dueños oiga poralii.
alcarava:*.
Ninguno le puede oir.
¿Qué pretendes ó qué quieres?
SERRALL0:iGA.
(Ap. Hoy moririn los Caderes.)
Cierra ,'y vuélvete á salir.
ALCABAVAH.
¿Porqué?
SERBALLOSCA.
No replique aquí
Tu ignorancia.
ALCARAVÁN.
Dieneslá;
Voime , y cierro. (Vat* )
SERRALLONGA.
Nadie ya
Nos puede estorbar.— Kadrl,
Salir puedes; ¿dónde estás?
Abre una puerta, y tale FADllt DE
SAU , bandolero.
FADRl.
Aqal estoy, y salgo ahora.
SERRALLO.ICA.
Va de declararme es hora.
FAOni.
Confuso estoy.
SERRALLONGA.
Si estarás,
Ouc mi recato ocasiona
Cualquier duda.
FA6R1.
De ti , dentro en Barcelona ,
El peligro atrepellando
Que ya pudiera temer
Si a>|iii me llegase á ver
La Justicia, de quien ando
En los montes escondido,
Foragido y bandolero.
SERRALLONGA.
Ya tu rie.sRo considero;
Por eso el recato ha sido
Con que le encerré en mi casa
Para que nadie te viese;
Nadie te ha visto.
FADRÍ.
No cese
Tu empresa. ¿Qué es lo (|ue pasa?
¿Qué tienes? ¿Qué lia sucedido?
^ Para qué aqui me has llamado?
¿Qué novedad te ha obligado?
¿Cuál ocasión te ha movido ?
SERRALLONGA.
A un empeño vas conmigo.
fadrI.
¿Es de honor ó amor?
SERRALLONGA.
De todo.
FADRi.
¿Pues qué Intentas?
SERRALLONGA.
Buscar modo.
FABRi.
¿Con quién le hallarás?
SERRALLONGA.
Contigo.
FAOBf.
¿Es grande la causa?
SERRALLONGA.
Es mucha.
FADRf.
¿Puedes declararte?
SERRALLONGA.
S(.
FADRl.
¿A quién?
SERRALLONGA.
Aun amigo.
FADRÍ.
Asi;
Pues habla conmigo.
SERRALLONGA.
Escucha:
Ya sabes , y sabe el mundo
Los bandos y enemistades
Con que Narros y Caderes
A Barcelona en dos partes
Dividieron algún tiempo T
De cayo fuego, en la sangre
Heredado, entre cenizas
Algunas centellas arden.
Desle casi muerto ardor,
Destosya tibios volcanes,
Y deste ya helado inccmlio.
Dura en mis venas constante
Alguna reliquia en odios
Que heredé de mi linaje,
Que de los Narros antiguos
Siguió las parcialidades.
Primero esta enemistad
Con los afectos neutrales ,
Como suspensa , en mi pecho
Vivió sin ejercitarse ;
Que estando el odio sin uso
Y el rencor sin declararse ,
Sin saber yo para qué.
Le tuvo el alma constante
Como guardado en mi pecho
Para cuando me importase ;
Bien como el seco antuvión
Del rayo, que después sale
En fuego, ponjue violento
Tantas reglones taladre ,
Que está dentro de la nube
Antes que se aparte y cuaje
La sequedad , sin ser rayo
Entonces, sino una fácil
Materia , que está dispuesta
Para serlo cuando nace.
Esto fué mientras vivimos
(Por el gusto de mi padre,
Bernardo de Serrallonga)
En esa aldea que yace
A la falda de ese monte.
Dos leguas de aqui distante.
Mas viniendo á Barcelona
(Aqui empiezan mis pesares)
Sobre ciertas diferencias
Que quiere mi honor que calle,
Que aunque está sana la herida
Se ven algunas señales
Que hacen fealdad en el rostro.
Aunque á su salud no agravien.
Mas, ¿qué importa que lo diga?
Digalo yo mismo, y pase
la vergüenza de ofenderme
Por soborno de vengarme.
En fin , don Félix Torrellas ,
Un caballero cobarde
(Que quien se atreve á un honor
No sabe bien lo que vale)
Sobre detener acaso
Una pelota (los lances,
Aunque no los busque el cuerdo
Su desdicha se los trae)
Tuvo palabras conmigo.
Que vinieron á enlazarse
En agravios, pues don Félix
Alzó la pala arrogante.
Yo... no más, no más ahora ,
Que liasia que á vengarme paso ,
Cada vez que lo refiero
En la senda de mis males
lie de rodear mi ofensa
Y he de echar por otra parte.
En fin , yo, furioso y ciego
(Desde »(iul puede contarse).
Saco el acero ofendido,
Y antes de desenvainarlii
Ya estaba muerto don Félix ;
568
COMEDIAS ESCOGIDAS DE DON FRANCISCO
Porque tiene calidades
La espada del ofendido
De rayo, que eii un insianlo
Arde relámpago, trueno.
Nace , suena , alumbra >• parte.
No tanto cuando el Enero
Tille el cabello á los sauces.
Bajan lluvias de la nube
Que es bajo seno del aire ;
Ko tan presto del granizo
Las Cándidas impiedades
Tejiendo blancura en copos
Afectan la luz al valle.
Como en un instante cubren
Los Oaderes sus parciales ,
En venganza de don Félix ,
Las plazas, campos y calles;
Contra mi vida se irritan ,
Y jü arrestado á librarme
O morir, permitió el cielo
Que de muchos se embaracen.
Para esta ocasión , Fadri ,
Eran los tibios volcanes ,
Que , aslrólop;o de mi afrenta ,
Quiso mi pecho guardarme;
Para ahora la materia
Del rayo, que sin formarse.
Se iba disponiendo á fuego,
Estuvo oculto en mi sangre.
Ardió Barcelona en iras.
Volviendo á resucitarse
Los Narros y los Caderes ;
Y del fuego que ardió ánies
Sopló otra vez la venganza
Las cenizas, y al Instante
En la fragua de la ira
Volvieron á arder con sangre.
Dejo huyendo á Barcelona ,
Entro en Francia, paso á Flándcs
Discurro á Italia , entre tanto
Que en Barcelona mi padre
Negociar pudo el penlon,
Ya que no en las amistades ;
Porque don Carlos Torrellas
Que insta de la otra parle
Por ser primo de don Félix ,
Jurando que ha de malarme
Por su mano, á la Justicia
No ha querido querellarse.
Vo, después de seis Abriles,
Vuelvo ciego y arrogante.
Que sabiendo su intención ,
Quise cuerdo anticiparme
A dar la muerte á don Carlos ;
Paso atrevido los Alpes,
Mido á Francia . llego á yista
De los montes catalanes ,
Piso escondido sus cumbres ;
Y al pié de un risco, á quien bate
La munición de un arrojo
Pólvora de plata errante.
Voces de lejos escucho ;
No averiguo hacia qué parte:
Confuso las plantas muevo,
Jgnoro hacia dónde pare.
Otra vez oigo las quejas
Que fueron nortes voc;des ,
Y á la salida del bosque
Descubro hacia aquella parte
Una quima ó casería
De donde las voces salen.
Breve Troya era la quinta.
Todo es humo, en llamas arde ;
Sus trechos, sediento el fuego,
O se los bebe ó los lame.
Entro allá , mis pasos guia
No se qué oculto dictamen ,
Y i una cuadra , á cuya puerta
Cegó el humo los umbrales;
Osadamente me arrojo.
Piso las sombras colKinlrs;
Sulco el humo (ifuerie empeño!)
Desprecio el fuego (i acción grande !)
Venzo el horror (¡qué osadia !)
Y en la cuadra {\ qué pesares!)
Y entre la llama (¡ qué penas !)
Hallé de esta suerte un ángel.
Sin púrpura el rostro bello,
El aliento en si embebido.
Sin orden puesto el vestido.
Sin ley vagando el cabello.
Anegado en oro el cuello.
Neutral é incierta la vida ,
Yerta el alma y encogida ,
Todo alborotado el pecho,
Fiada al brazo y al lecho
La vi al desmayo rendida.
Muerta el temor la creia ,
Que el vivir disimulado
Y el pulsar mal declarado
Muerta el tacto la Gugia;
Sola la vista decía
Viendo la beldad tan cierta :
Mujer, mis dudas concierta ,
Porque en pena tan esquiva
Poco sientes para viva ,
Mucho matas para muerta.
Embebido en su hermosura,
De su remedio un instante
Se olvidaron mis sentidos;
Pero volviendo á cobrarme
Con temeridad piadosa
(Que hay justas temeridades)
Me atreví á encargar de mí
A la luna en luz menguante ;
Que como á sus mismos ojos
Le mendigó los celajes.
Padeció este eclipse el tiempo
Que quisieron ocultarles
Uos breves orbes de nieve,
Partido el sol de azabache.
Cójola en brazos resuello,
Y como senti abrasarme
El rostro en llamas, temí
(Jue fuesen las materiales,
Y no era sino el cabello
Que en dulces actividades ,
Peinado elemento, ardia
Con incendios más suaves.
Encargóles á mis penas
Que con muda voz la hablen ;
Hablan todos mis afectos ,
l'lla esiá sorda á mis males,
Y yo aquel no responderme
Me finjo que es escucharme.
En esto vi que su rostro
Del mió empezó á apartarse
Con unos como desdenes,
Qne sin elección se hacen;
Y luego dije : Sin duda
Que vuelve á vivir, pues trac
l'or indicio de su vida
Empezar á hacer crueldades ;
Que de vivir una hermosa
Son las mejores señales —
Dio un suspiro, y yo turbado
La dije : No hay ley que mande
Que, siendo yo quien los sufre.
Vos me suspiréis los males.—
No sé qué la dije más ;
Que locuras de un amante ,
Al decirlas son lisonja
Y al repetirlas desaire.
hes|pondión)P. agradeciendo
Su lilieriad , ,t1 mirarme ,
Eirir.-..i'fi:isv:i:ir'!ii;iii<.s', '
Coiil.'i,t;ii:ijc ir; niiii.lo
LaiMllnidí :il; iiiijs veril:idcs
Que me las calló la lengua
Y me las parló el semblante.
Suspenso estuve en mis dichas ,
Cuando en voces desiguales
Confuso estruendo me turba ,
DE ROJAS.
Cercándome en un instante
Diez hombres , que de las charpas
Esgrimen los pedernales.
Saco la espada brioso.
Cuando tú , Fadri , llegaste
A reprimir con tu vista
Mi denuedo y su coraje.
Respetan su capitán,
Y como amigo el más grande.
Tú me abrazas , yo te pido
Que á tus bandoleros mandes
Que dejen libre á mi dama ;
Ella llora, tú lo haces;
Y por venir un soldado
De los tuyos á avisarte
Que gran gente mide el bosque ,
Fué forzoso el emboscarle
Con tu gente en la espesura
Y yo contigo empefiarme.
Despidome de mi dueño,
Que pidió que la dejase
En la quinta; y al partirme,
Entre amorosa y cobarde.
Me dijo : «Adiós, caballero,
Que las acciones y el talle ,
Aunque no os conozco, dicen
El valor de vuestra sangre.
Idos con Dios, y creed
Qne vuestros méritos hallen
En Barcelona algún dia
Paga de deudas tan grandies:
Quizá allá sabréis quien soy ;
No es tiempo ahora , buscadmc ,
Id ala iglesia Mayor,
Que allí os hablaré, y dejadme;
Adiós , que vendrá ya (juien
No es bien que conmigo os halle. 5
Déjela, segui tus pasos,
Vineme, como tú sabes,
A Barcelona , y después
De dos meses no cabales ,
Tapada la hallé en la iglesia;
No sé quién es, ni ella sabe
Quien soy, que para con ella
Soy don Alonso de Chaves,
Forastero y castellano;
Supe que iba á Monserrate ;
Que se adelantó un su hermano ;
Y entre tamo, por robarles ,
Pusieron fuego á la quinta
Y fueron luego á avisarle
Tus soldados', y á este punto
Llegué yo y también llegaste,
Y sucedió lo (|ue viste.
Esto, en cuanto á esta parte
Es el suceso; oye ahora
El empeño que no sabes.
Amor y venganza viven
En mi pecho tan iguales
Que por un nivel dividen
De mi afecto las mitades.
Viva , pues , mi amor, y ponga
A aquella adorada imagen
En el templo de mi fe
Imaginarios altares.
Viva mi venganza , y mueran
C.uanlos Caderes infames
Sangre tienen de don Félix,
(,Uie fué quien pudo agraviarme.
Muera don Carlos, que quiere
Darme muerte, y de su sangre
No haya gota en Cataluña
Que en hidrópicas crueldades
No se sorba , no se beba
Esla sed de mi coraje;
Que yo hoy intento, Fadri,
Si me ayudas, si me vales.
La hazaña más invencible.
La resolución más grande.
La más sangrienta venganza
Que en todo el espacio cabe
De esa singular carrera
De siglos V eternidades.
No haya piedra en Barcelona
Que no se liña y se manche
Con sangre de los C.aderes;
Horror han de ser sus calles,
Lástimas serán sus templos ,
Que en rabias , iras y males ,
Aunque lo estorbase el irundo,
Y aunque el cielo lo estorbase
Han de morir los Cuderes
Y mi deshonra. Mi padre.
Sale DON DERNARDO, tiV;í), con há-
bito de Moníesa.
DOM DERNAKDO.
No harán , porque podrá ser
yue Dios los pasos te ataje.
SERRALLONGA.
Advierte, Señor...
DOS BERNARDO.
Prosigue,
No te turbes ni embaraces:
(jue si Dios no te refrena ,
¿Cómo te detiene un padre?
Acaba, acaba con todo.
Agote tu furia infame
Todas las vidas del mundo.
Extingue de un golpe fácil
Toda la naturaleza,
Btibele al mundo la sangre ;
Y aun no sé si hay harta en 01
Para que tu sed se apague ;
Bárbaro. ;.lú eres mi hijo?
;.Tú eres humano? Algún áspid
Trocó la naturaleza ,
O por su aborto, los Alpes
En la escuela de sus riscos
Te doctrinaron crueldades.
Siempre en odios , siempre en iras ,
Siempre en muertes, siempre en nia-
[les
Siempre en venganzas, ¿qué es eslc'
¿Alguna fiera imlomable
Te abrigó en ardiente cuna
De tibia en los arenales?
¿Qué te han hecho los Caderes?
Si tú á don Félix mataste,
¿Qué pretendes más? ¿qué quieres?
Mira ([ue es valor cobarde
El que pasa de la muerte
Los nunca hollados umbrales.
Déjalos, no los persigas;
Si de piedad no lo haces
Perdónalos de valor;
Que á veces es importante
Al persuadir las virtudes
Sobornar las vanidades.
Si algún escrúpulo tienen
Tus locuras , por quitarle .
Hoy con don Carlos Torrellas
(Que en efecto soy tu padre)
He de tratar, hijo mió.
De hacer estas amistades.
Y el mejor medio de todos
Para hacer aquestas paces.
Hade strque yo proponga...
Pero yo rae llego á hablarle ,
Que hasta tener la respuesta
Ño quiero dello informarte.
SERRALLOXCA.
Detente, Señor, espera.
No te empeñes , no te canses :
¿Yo de medio con don Carlos,
y que al haber de tratirle.
Contra mi opinión, se vaya
A proponer de mi parte
Mientras ciño aqueste acero?
Primero un cuchillo infame.
Por traidor, liña mi cuello
En vergonzosos esmaltes :
EL CATALÁN SKRllALLOKGA
Primero tú mismo, tú
Me entregues para matarme ,
Y aqueste acero que empuño.
BANDOS DE EARCELO.NA
:E
Bárbaro, traidor, cobarde;
Que no sabe ser valiente
El que ser tan cruel sabe.
¿Eso respondes?
SERRALLONGA.
Señor...
DOS BERNARDO.
Suelta aqueste acero, infame ;
{Quilate la espada.)
Aqueste es el instrumento
Con que tantos males haces ;
Pues yo quitártele quiero.
No es bien que á tu lado ande ,
Pues no es templada defensa
En ti, contra quien te agravie,
Sino instruniento que sirve
Sulu de insultos y males.
SERRALLOKCA.
¿La espada me quitas?
DON BERNARHO.
SI,
Que los hombres que no saben
I sar dclla como nobles.
Jnslo es que sin ella anden
Como locos y mujeres.
Deslumhrados y cobardes.
Yo te ceñi aqueste acero
Que fué mió y de mi padre.
Cuando en hazañas honrosas
Entendí que leemplea.scs;
Mas viendo ahora (|ue sólo
Te sirve para maldades.
Vuelva á mi lado otra vez.
Para que se desagravien
Los filos, que la razón
Sólo desnudó en las paces.
El padre y el hijo son
Uno mismo en dos mitades ,
Y estando inútil la una.
Por viejo, en mi, á la otra parte
De ral mismo la encargué
Que este acero gobernase.
Mas viendo aliora (|ue aquesa
Hoy tan mal regirla sabe.
Vuelva estotra mitad mia
Olra veza gobernarle.
Esgrímale la cordura ,
No el rigor, para que ande
Espada, que honrada ha sido,
Bien regida como antes.
Y vos, hidalgo, advertid,
Que en casas tan principales
Ño alentéis la juventud
Ni apoyéis atrocidades.
SERRAI.LONCA.
Mira , Señor, que no es justo
Que la espada...
tlO:i BERNARDO.
Aparta, infan-.o.
No traiga espada quien sólo
Para delitos la trae. {Vase.)
FADRÍ.
Vive Dios , que ha sido mengua ,
Aun(|ue debes respetarle ,
Sufrir tanta demasía.
SERRALLONGA.
Entre todas mis nialdailes,
Sólo me ha quedado bueno
Este respeto á mi padre.
Sale ALCARAVÁN.
ALCARAVÁN.
Va supe la cansa, donde
Te quiere hablar esta larde
inio enigma,
El cubertísimo ángel.
Que su criada en la iglesia
Me esperó para informarme.
SERRALLONGA.
Pues adiós, Kadri , que es fuerza
Acudir al punto; dame
Tu espada y delante guia.
ALCARAVÁN.
Dóítela y guio delante.
SERRALLONGA.
Vuelve i cerrar mientras vuelvo.
FADRf.
Aquí me hallarás constante.
SERRALLONGA.
Valiente estoy con tu ayuda.
FADRÍ.
Siempre estaré de tu parto.
SERRALLONGA.
Han de morir los Caderes.
FADRÍ.
Corran de su sangre mares.
SERRALLONGA.
Pues callar y obrar, Eadri.
FADRf.
Silencio, y las obras hablen.
{Vanse.)
Salen DOÑA JUANA i FLORA.
FLORA.
Va le di al criado señas
De la casa.
DOÑA JUANA.
Ya vendrán.
FLORA.
Confieso que es muy galán
El hombre con quien te empeñas ;
Pero á mucho le resuelve
Tu amor. ¿Tú hablarle en tu caso?
DOÑA JUANA.
Amor, que rocas abrasa ,
Mi honor en cenizas vuelve;
Él no sabe quien yo soy,
¿Pues qué resultar podría'
Si él lio sabe que es la mia
Aquesta casa en que estoy?
FLORA.
Hoy que son Carnestolendas ,
Que se suelen celebrar
Tanto en aqueste lugar.
En cualquier mujer de prendas ,
Hoy la costumbre dispensa
Loque el recato prohibe;
Mas amándole, recibe
Tu honor, con llamarle, ofensa;
Fuera de que en casa tiene
Otro peligro mayor.
Si tu hermano y mi señor
Don Carlos Torrellas viene
DOÑA JUANA.
Flora, no me persuadas.
Mejor será que me alabes
A don Alonso de Chaves,
Pues iii;ÍB fon esto me agradas.
I';:,:- Iíi -: .r IM 'IcCÍda ,
S ' '.! quiero;
í-i • ; • ¡r MI acero
il:,' ^ .„MÍda,
,1 , , I v :. M'ic obligado.
5(18 COME
FLOIA.
Salgo, pues , que me p.trec*
Que deben ya de esperar
En la calle. {Vo
DO.^A IVk:tk.
Ve á llamar
A quien mi afición merece.
Amor, si soy lus despojus.
Ardo en disculpable fueí-'o,
Pues lo que en todos es ciego»
Viene i, mi abiertos los ojos.
En mi obligación empieza
Mi amor, y siendo mujer.
Amar por agradecer
Fué mudar naturaleza ;
Y aunque es viciosa inquietud ,
Amor torciendo su oficio,
l'or ser oficio tan vicio
Empezando por virtud ,
El rostro encubrir me tengo.
Porque no sepa que estoy
En mi casa , ni quien soy.
Sino que á esta casa vengo
Con el disfraz destos dias ,
Donde la licencia pasa
A entrarse en cualquiera cas»
Con comunes alegrías.
Sin que aquesto se murmuro;
Diréleque es de una amiga
Esta casa ; esto me obliga
P»ra que más me asegure.
Salen SERRALLONGA t FLORA.
SEnR«Ll.o:iGA.
iCotró mi criado?
FLOB*.
Si;
Mas dljele que se fuera.
Y fué á la calle á esperaros
Para dar menos sospecha.
Allí está , llegad á hablarla ,
Pero con recato sea ,
Que esta casa es de una amiga
Y en ella hablaros intenta
Mi ama. (Vase.
(Pénese doña Juana una mascarilla.
SERRALLOMGA.
Seré de mármol
Suspendido en su bellcz.i.
Descubrid , hermoso asombro,
El velo, que avaro niega
Esa breve sombra al día
De ambiciosa ü de grosera.
>unca amaneció tan tarde;
Mirad que el mundo se queja
Que se esté en medio del dia
Reacia la noche negra.
Si junto del sol .eclipsan
Al sol nubes avarientas:
i Mas cuándo fueron del sol
Pretendidas las tinieblas?
Amaneced , luz hermosa ,
Porque jo, como me tea
Pidiendo al planeta tardo
Ya ardores y ya influencias.
Estaré mal con el dia
En que tuvo el sol pereza.
DOÑA jua:<a.
Señor don Alonso, amor.
Que ejecata como deuda ,
Todo el mérito le quita
A la elección ó i la estrella.
Yo no os debo nada á vos ;
Dejadme olvidar y sea
Conocimiento el amaros
Y no el pagaros nobleza.
Sólo inclinada os admito;
Que es de misafeclos mengua ,
Que no os ame porque os ame ,
AS ESCOGIDAS DK DO.^ FRAtiasCO
Sino porque os agradezca.
Muy absoluta en el alma
Toda el alma señorea
!.) La parte de agradecida ,
Y ningún lugar le deja
A la fe de enamorada;
Pues para que asi no sea .
Quiéraos yo como inclinada.
No de agradecida os quiera ;
Prefiera el mérito ahora.
Pues á pesar de la deuda ,
Lo que le quito á la paga
Se lo añado á la fineza.
Viva , pues , mi fe tan pura...
;Ma3 ay de mi! gente sueua.
Sale FLORA asustada.
FLORA.
i Mi Señor!
DOÑA JUAN».
¡Válgame el cielo!
SERRALLONGA.
¿ Pues qné os asusta y altera ?
DOXA JBA!»A.
Idos presto, idos aprisa ,
Que soy más de lo que piensan ;
Turbada estoy. Y mi padre...
Mi hermano...
FLORA.
Mirad que llegan.
DO^A JOANA.
Idos aprisa ; anda Flora ;
Kcliale por la otra puerta
Del jardin, y vuelve luego
Dando á la calle la vuelta.
SERRALLO:tGA.
A estos desaires se pone
Quien no sabe donde entra.
{Yanse Serrallongag Flora)
Sale DON C.\RLOS.
DOM CARLOS.
¿Flstissola?
DOÑA ICk^k.
Sola estoy.
DON CARLOS.
«No ha venido doña Elena
Ni las damas (jue esta nuche
lian de ir contigo á la liestaf
DOÑA JUANA.
No han venido.
DON CARLOS.
¿Quién estaba
Contigo aquí?
DOÑA JUANA.
¿Hablas de veras?
DON cÁni.os.
De veras lo digo, y tanto...
DOÑA JUANA.
¿Qué tienes , Carlos? ¿qué piensas?
DON CARLOS.
Tengo una hermana , que basta
Para tener muchas penas.
DOÑA JUANA.
¿Pues qué dices?
DON CARLOS.
Doña Juana,
Hay cosas de tal manera ,
Que no hay modo de decirlas,
Aunque decirlas es fuerza.
Solo digo (Ap. Sola esta
Parece es necia sospecha.)
Que no hay vidas que á mi honor
Harías, Juana , se parezcan
Para quitar mi venganza.
Si en algún tiempo se mezcl»
Con la de algún Serrallong»
La sangre de los Torrellas.
DOÑA JUANA.
¿Qué dices? ¿ Estás en ti ?
Juzgo, don Carlos, que sueñas.
¿Esa libertad me dices?
Vive Dios, que si no fueras
Mi hermano... ¿ Qué Serrallonga
Es el que dice tu lengua 1
Vuelve en ti . que si importara
Que satisfacción te diera.
Por todos los cielos juro.
No sólo que tus sospechas
Son falsas , mas que en mi vida
Le he visto, ni se me acuerda ,
Ni conozco á Serrallonga.
¿Quieres más?
DON CARLOS.
VoTi á la puerta
Desde el coche del Virey,
Pasando acaso por ella ,
Entrarse acá dentro un hombre
Que en el talle y en las señas
Me pareció á Serrallonga ;
Y el respeto y la presencia
Del Virev, no dejo entonces
Averiguar mi sospecha.
Vine en pudiendo á mi casa ,
Y aunque poco indicio sea ,
Como es tanto el odio mió
Sin que en el alma cupiera.
Salir quiso en amenazas
Y brotó luego á la lengua.
DOÑA JUANA.
Esto es verdad.
Sale FLORA.
FLORA.
Para entrar pide licencia
Dernardo de Serrallonga.
DON CARLOS.
iQué es lo que escucho!
DOÑA JUANA.
¡Hay tal nueva'
DON CARLOS.
Y si acaso esta visita...
DOÑA JUANA.
¿Qué me miras? ¿Hay tal tema?
Digo que no le conozco.
(Ap. Dueño es esto: si supiera
Que es mi dueño don Alonso...)
DON GARLOS.
;Que á mi casa se me venga
El padre de mi enemigo!
¡Vive Dios...
DOÑA JUANA.
Sabe que intenta...
DON CARLOS.
De cólera estoy temblando;
Entre.
FLORA.
Va tenéis licencia.
Sale DON BERNARDO.
DON BERNARDO.
Extraña se os habrá hecho
Esta visita tan nueva.
DON CARLOS.
Vo OS confieso que la extraño.
Hablad.
EL CATALÁN SERRALLO>(GA , Y DANDOS DE BAUCELONA.
DOK BEKHARDO.
De espacio os quisiera.
Do:« cÁiaos.
Yo nunca i mis eneiiiií;os
Los hablo con tanla flema ,
Ni dentro en mi c;isa misma;
Y asi , salgamos afuera,
O al portal, para que tos
Podáis hablar fuera della
r.on más libertad , y yo
Responder, sin que parezca
Que el estar dentro en mi casa
Le da más hrio á mi lengua.
(Entrante por una puerta, y salen por
otra.)
¡ Válaame el cielo ! ¿ Qué interna
)li hermano? Yo s.ilt;o i oirlos.
Aunque parezca indecencia.
D0:« CARLOS.
Ta estamos en el portal ;
Denme los cielos paciencia
D0.'« BERXAKDO.
¡Qué lejos estáis, don Carlos,
De mi intención jiisia y buena 1
No como á eneni¡;.'0 os busco,
No es rencor el que me lleva.
No es odio el que aquí me trac;
Antes es celo, que intenta
Reconciliar estos odios
Que nuestras vidas inquietan.
No duren en pechos nobles
Venganzas que lienen hechas
En lo más hondo del alma
La raíz que las sustenta.
Con harta sangre están va
Lavadas estas ofensas, '
No hay rastro ya que las siga,
Borradas están las señas;
Y si alguna hay, es porque
La venganza las acuerda.
Ya está contento el honor,
Que tiene limite y rienda
En las vidas, y cl'furor
Es el que no se contenía.
El perdón ó la venganza
Hemos de elegir ; pues ca ,
L"no de los dos elija;
Dios en el perdón se emplea ,
El hombre en venganza trata ,
Bien se ve la diferencia.
Dios se vengará , si acaso
La venganza fuera buena ;
Luego el perdonar es honra
Y la venganza bajeza ,
Pues que solo Dios perdona
Y solo el hombre se venga.
Háganse estas amistades,
Narros y Caderes sean
L'nos propios , y escuchadme ,
Para que tenga la fuerza
Ayudada con la sangre
Aquesta amistad estrecha ,
Yo, don Carlos, tengo un hijo.
Que sobre heredar mi hacienda,
Que no hace el valor melindre
Hablando dcstas materias ,
En tratar del interés,
Que es la mejor conveniencia.
En fin, ya le conocéis.
Mi hijo "por su nobleza ,
Por su valor, por sus parles
ÍAunque con alas de ceraj
Pretende subir al sol
De vuestra hermana en belleza.
Do>' CAni.os.
¿Mi hermana con vuestro liijo?
¡Buena igualdad! ;, Qué dijera
Cataluña y ledo el mundo?
DOMA JUANA.
Apártate, hermano, y deja
Que á tan resuelta osadía
c;asligue yo con la lengua ,
Que es la más cruel espada ,
Pues es herida la afrenta. —
¿Qué airevimiento ha movido
Tu voz? ¿Y qué violencia.
Para pronunciar agravios
Que á mi vanidad se atrevan ?
¿Yo con tu hijo? ¿Qué dices?
í,Cuándo, si el Bóreas anhela
Subir al Olimpo altivo
Que más que las nubes trepa ,
En la mitad del camino
Cansado el Bóreas no queda?
¿ Cuándo vapor contra el sol
Se tejió va nubes ó en nieblas,
Que á sus rayos no quedase
El roto y ellas deshechas?
Suban, pues , al sol y Olimpo,
Ya altivas ó ya groseras,
En viento esas osadías
Y en vapor esas ofensas ;
Que del Olimpo y el sol
Al ardor y á la eminencia
Quedará el vapor sin forma.
Quedará el viento sin fuerza.
DON BERNAIIDO.
Sin duda alguna, don Carlos
(Que á vos por d:ima os respeta
Mi nunca olvidado estilo).
Que según vuestra respuesta.
Aun no me habéis conocido.
Sabéis que en la paz y guerra
Bernardo de Serrallonga,
Por su espada y su nobleza ,
Fué espejo de Barcelona
Como aquesta cruz lo muestra.
¿Conoceisme?
DON CARLOS.
Ya os conozco ;
Quizá si no os conociera
No hubiera sentido tanto
La caduca intención vuestra ;
Mas porque os conozco tanto.
Me ha enojado vuestra lengua ;
Pero por viejo os perdono.
DON BERNARDO.
Vive Dios, que mi nobleza
Es timbre de Barcelona ,
Es mucho más que la vuestra;
Y aunque caduco, esta espada...
DON CARLOS.
Castigara mi soberbia
Esa desvergüenza ahora,
A no mirar que era mengua
Matar á un muerto, que ya
Alienta y respira apenas.
DON BERNARDO.
Ahora verás, cobarde.
DON CARLOS.
¡Oh qué graciosas quimeras!
Idos aprisa , idus luego ;
Y para que no parezca
Que por viejo me adelante
Con vos en esta respuesta.
Un hijo tenéis que es mozo.
Andad , decid que os defienda;
Idos aprisa.
DON BERNARDO,
Ya voy.
DOÑA JUANA.
Vamos , por loco le deja.
i ; Oh que unión tan acertada,
, .Serrallongas y Torrellas!
(Vante doña Juana y ion Curtos ,
DON I
¡ Quedamos buenos , honor !
Canas , decid , ¡ quedáis buenas I
¿Qué ocasión busca la vida
Si no acaba en esta afrenta?
¿ Yo ultrajado de don Carlos?
¡Mal haya el hombre que lleg)
A tiempo, que estando vivo,
Rsta muerto á su defensa !
Voy á buscar á mi hijo;
Adiós, casa, donde quedan
Tantos lestifíos que parlen
Mis desprecios, mis ofensas^
l^tue pues las paredes oyen ,
También hablarán sin Icnjiua.
Ea, pies torpes, andad
A buscar quien os defienda ;
¿ Dónde vais , pasos cobardesl
¿Donde camináis? ¿qué senda
Hacia mi venganza os guia?
¡Qué sin tino, qué sin rienda.
Las calles piso y las plazas
Con plantas torpes y ciegas!
Cielos, ofensas escucho
Sin poder satisfacerlas.
Ai|uel que no tiene manos,
¡ Oh nunca tuviera orejas !
Salen SERRALLONGA v ALCA-
RAVÁN.
ALCARAVÁN.
¿Que volvieses te mandaron?
SERRALLONCA.
SI.
ALCARAVÁN.
Pues la calle es aquella.
Pero allí viene tu pudre.
SERRALLONCA.
Apíñate , no me vea;
1 orna esta espada , que es justo
Que aun en eslo le obedezca.
Ya me ha visto.
DON BERNARDO.
Espera, agiLirda,
Hijo. ¿Qué escondes? ¿qué intentas?
SERRAILO.NCA.
Nada , Señor.
DON BERNARDO.
No lo ocultes.
SERRALLONCA.
Señor, esta espada era.
Que cimio enojado hoy
Me privaste que Irajcra
Espada , yo la escoudia
Por no quebrar mi obediencia
El orden.
DON BERNARDO.
Ya es tiempo, hijo.
De diferenciar de quejas ;
Hoy, evitando venganzas
Üc'rencores y de ofensas.
Cuerdo, templado y piadoso.
Te quiíé esta espada mesma;
Y hoy mismo (repara cuánto
l'n ¡¡litante diferencia)
Te vuelvo ahora la espada
Porque vuelvas á usar della.
Va puedes traer espada;
Colige tú ahora , y piensa
Que por excusar venganzas
Te quité que la trajeras.
Cuál será la cansa ahora
Porque otra vez te la vuelva.
SERRALLORGA.
Habladmc claro. Señor,
i Qué decís? Mirad que piensa
Mi temor mil desatinos,
Mi'joresque el caso sepa.
E>TO
COMKniAS ESCOCIDAS DK DON FRANCISCO DE ROJAS.
DON BERNARDO.
Pues para hablarte más claro:
Deseando que tuvieran
Fin aquestas disensiones ,
Hablé á don Carlos Torrellas ,
Y pidiéndole á su hermana
(Las lágrimas no me dejan)
Para casarla contigo,
Me respondió de manera
Que (mas no quiero decirlo)
Despreciando mi nobleza ,
Con tantos ultrajes tuyos
Que no es bien que me enternezca
Cuando mi honor pide á voces.
Ardiendo tibio en mis venas ,
Que me vengue yo en tu mano
Pues es una cosa mesma.
Hoy te dije , que hijo y padre
Un todo en dos partes eran;
Y viendo que la una parte
Se portaba sin prudencia.
Te quité la espada entonces,
Creyendo que la rigiera
Mejor esta otra mitad
De mi mismo, por más cuerda.
Yo la traje , y pues tan presto
Di della tan mala cuenta ,
Razón es que á esotra parte
De mi mismo se la vuelva ;
Que es justo, pues le la quito
Cuando tan mal la gobiernas ,
Que tú también me la quites.
Pues no he sabido usar della.
SSnRALLONGA.
Pues yo vuelvo, padre amado,
A ceñirme en tu defensa
Esta espada ; ya sé , padre ,
La obligación con <iue llega;
Fn mucho empeño me pones ,
En mucho hince me empeñas.
Pues de mi mejor mitad
X'ara mi esta espada apela.
Pero ya que me la ciño,
llago juramento, puesta
La mano sobre la cruz,
Por la vida que me alienta.
Por esas luces del cielo
Que son mariposas bellas
Que en el luminar segundo
Trémulamente se queman,
De no ver al sol la cara
Hasta dejarla sangrienta
En su sangre fementida ,
Sin dejar de los Torrellas
Una gota en Barcelona,
(Jue mi agravio no se beba.
DON BERNARDO.
Pues esta noche concurren,
(•onio son Carneslol'ndas ,
Todos los Caderes j'...los
Con saraos y con tiestas
A solemnizar el dia
En una quinta , que besa
Los muros de Barcelona.
SERRALLONCA.
Pues buena ocasión es esa;
Vo haré i|iii' Fadri , mi amigo,
Juntr ró , .■:■.. ,r , .rna
Su is' II : I I í ¡.'n hombres,
Ycnl, •; I-, ; - :,' -11,1
Qucilir I l:i ¡■nuil <'■, siingre
De Caliere, y i oiicll:is.
DON BERISARDO.
Pues, hijo, á vengar mis canas.
SERRALLONCA.
Pues, padre , á lavar mi ofensa.
SERRALLONCA.
¡ Vivan !
DON IIERNARDO.
¡Mueran los Caderes!
SERRALLONCA.
¡Mueran!
{Vanse.)
Salen DON CARLOS y EL VEGUER,
en traje de máscara los dos.
VEGOER.
Calan , don Carlos , venís.
DON CARLOS.
¿ No vengo bien disfrazado?
VEGUER.
\o hay dama ni caballero
De nuestra sangre, entre tantos ,
Que falte á la fiesta.
DON CARLOS.
Sólo,
El odio antiguo guardando,
No ha venido acá ninguno
De la facción de los Narros.
( Van saliendo uno ú uno lodos los de la
máscara bizarramente . y entrán-
dose, salen con mascarillas.)
VEGUER.
Y Caderes, ¿cuántos vienen?
DON CARLOS.
Esperad , que van pasando.
¡ Bravos disfraces!
Famosos.
DON CARLOS.
Pues entremos, ¿qué aguardamos?
Que ya la música quiere
Empezar el festín.
VEGUER.
Vamos.
( Vanse.)
UUSICA.
En el postrero dia
Que le permite al tiempo la alegría,
Cuando ufana corona
De belleza sus calles Barcelona,
¥ en vistosos pensiles.
Marzo se vuelve ejércitos de Abriles,
Entre dulces contiendas
Haciendo estaba Amor Carnestolendas:
Arrímese la lengua castellana.
Que alarde quiere hacer la catalana.
Salen DON CARLOS t DOÑA JUANA.
UNA. (Canta.)
¿ Qué ha de ser de una dona
Que no tiene dinés?
OTRA. (Cunta.)
Que si es molí fermosa ,
Ser lo peor qui es.
UNA. (Canta.)
Aii. ai/, qué dolor
Que tiene al cor.
TODOS. (Cantan.)
¿ Y de qué 7
UNA. (Canta.)
Esperen y lo diré :
De ver unaJuaneta,
Que es bonita y discreta ,
y sin dinés
P ara comprar un gibó.
Con buenpnssamán de or,
EnBarselona.
LAS DOS. (Cantan.)
Dineros y más dineros ,
En cualquier lengua son buenos.
UNO. (Cania.)
Pues de los mios dirán
Los del barrio cortesano.
Que los guardo en castellano
y los niego en catalán.
VOCES. (Dentro.)
¡Mueran los Caderes, mueran!
DON CARLOS.
¿Qué es aquesto?
DO.ÑA JUANA.
¡Cielo santo!
FADRí. (Dentro.)
¡Romped las puertas!
SERRALLONCA. (Dentro.)
Mi fuego
Hará ceniza del mármol.
Sale EL VEGUER.
VEGUER.
;. Qué hacéis en Gestas , Caderes ,
Cuando vienen convocados
De ese fiero Serrallonga
A daros muerte los Narros?
DON CARLOS.
¿ Qué haremos? porque los más
Casi sin armas estamos.
VEGUER.
Procurad haceros fuertes.
Mientras yo á convocar salgo
La gente de Barcelona
Por ese postigo falso
De la quinta.
SERRALLONGA. (Dentro.)
¡Mueran todos!
DOÑA JUANA.
Las puertas echan abajo.
DON CARLOS.
Pues las armas que pudieren
Busquen todos; y muramos.
( Vanse.)
Salen SERRALLONGA, DON fíSR-
NARUO, FADRÍ y bandoleros.
FADRÍ.
Ninguno quede con vida.
SERRALLONGA.
No los perdonéis, soldados,
Aunque sin armas estén,
Que no es cortés el agravio.
FADRÍ.
¡Mueran todos!
SERRALLONGA.
¡Todos mueran!
Riñen , ¿ntranse acuchillando , y sale
DON C.\RLOS herido y sin espada.
DON CARLOS.
¡Amparadme, cielos santos!
DON RERNARDO.
Este es don Carlos Torrellas.
SERRALLONGA.
Pues muera el traidor don Carlos.
DON CARLOS.
Sin espada estoy y herido;
Mas desta sangre me valgo.
lA JUANA, y ¡e
EL CATALÁN SERRALLONGA, Y BANDOS DE BARCELONA
Huye don Cdrlot , y a¡ ir tras él Sur- doña juana.
¿Noteühligo?
DON BERNARDO.
QuOdatc para hijo ingralo.
DOÑA JUANA.
Quédate para bombre infaine.
SERRALLONGA.
Amor, Lonor, esperaos.
DON DEBNARDO.
¿Qué resuelves?
DÜÑA JUANA.
¿Qué respondes?
SERRALLONGA.
Que el amor... pero es agravio ;
Que el honor. .. pero es crueldad ;
"■■" ■ padre... mas soy ingralo;
raUonga, sale
detiene.
SERRALLONGA.
¡Muere, traidor I
DOÑA JUANA.
Ten la espada.
SERRALLONGA.
¿Cómo detienes mis pasos ,
Mujer?
DON BERNARDO.
Mátale.
SERRALLONGA.
¿Quién eres?
DOÑA JUANA.
No le mates , que es mi hermano.
(Quitase la mascarilla.)
SERRALLONGA.
¡Válgame el cielo! ¿Qué miro?
DON BERNARDO.
¿ Cómo suspendes el braro?
SERRALLONGA. (.4p.)
, Hermana de mi enemigo
Es mi dama? ¡ Extraño caso!
DON BERNARDO.
Dale muerte.
DOÑA JUANA.
No le males.
DON BERNARDO.
Yo te incito.
DOÑA JDANA.
Yo le amparo.
DON BERNARDO.
Mira que ese es mi enemigo.
DOÑA JUANA.
Mira que aquese es mi hermano.
DON BERNARDO.
Tu padre soy.
DOÑA JUANA.
Yo tu dama.
DON BERNARDO.
En mi le llama tn agravio.
DOÑA JUANA.
En mi le llama tu amor.
SERRALLONGA. (.4p.)
¡ Fuerte empeño ! ¡ Dulce halago !
DON BERNARDO.
¿Qué eliges?
DOÑA JUANA.
¿Qué escoges?
SERRALLONGA.
Digo...
DON r.ERNAROO.
Mi honor llenes en tu mano.
DOÑA JUANA.
Mi amor está en lu elección.
DON BERNARDO.
Yo te irrilo.
DOÑA JUANA.
Yo le aplaco.
DON IIKRNARDO.
¿Esias eran las promesas?
DOÑA JUANA.
¿ Estos eran los halagos ?
DON BERNARDO.
¿No le muevo?
Que I
Que una dama... mas soy vil.
I Oh , quién pudiera en dos casos ,
Haciendo dos de si mismo,
Matarle con la una mano
Y ampararle con la otra
l'ara obedecerá entrambos!
¿Pereque dudo? ¿Qué espero?
Este es el medio más sabio.
Esto elijo. Esto resuelvo.
VOCES. (Dentro.)
¡Dentro están lodos, matadlos!
¡ Prendedlos, los Narros mueran I
Sale FADRÍ.
FADRl.
¿Qué esperáis? ¿á que aguardamos
Cuando toda Barcelona
A prendernos se ha juntado?
VOCES. (Dentro.)
¡Mueran los Narros!
FADRÍ.
Ya llegan.
SERRALLONGA.
Pues recoge tus soldados ,
Y al monte por medio dellos.
FADRÍ.
Dices bien.
SERRALLONGA.
Pues embistamos.
Salen EL VEGUER , DON C.sr.LOS
y GENTE.
VEGUER.
¡Aquí están, maladlos, mueran!
SERRALLONGA.
i Oh perros , yo solo baslo !
FADRÍ.
Un rayo será mi acero.
SERRALLONGA.
Ved que esta espada es un r.-.yo.
Vnlranse acuchillando, y salín SER-
RALLONGA Y DOÑA JUANA /)orM«a
puerta, y por otra FADRÍ y baüdo-
I.EROS.
SERRALLONGA.
Ven conmigo.
DOÑA JUANA.
Ya te sigo,
Aunque sin alma.
SERRALLONGA.
Pues vamos.
FADIli.
¿Serrallonga?
SERRALLONGA.
Si, yo soy.
FADRÍ.
¿Y tu padre?
SERRALLONGA.
Ya está en salvo,
Que nadie le ha conocido.
FADRÍ.
¿Qué esperas? Sigue mis pasos.
SERIIALLONGA.
Al monte.
fadrI.
Al monte.
SERRALLONGA.
¿Qué temo
Si llevo al sol en mi amparo?
DOÑA JUANA.
¡ Ay amor, en queme has puesto !
FADRÍ.
¡ Oh amistad , cuánto te pago !
SF.RRALIONGA.
Yo haré que se acuerde el mundo,
A pesar de mis agravios.
Del Catalán Serrallonga ,
Los Caderes y los Narros.
JORNADA SEGUNDA.
; DON FRANCLSCO DE ROJAS.]
Sale DOÑA JUANA , sola.
DOÑA JDANA.
¡ Ah de las grutas del monte !
¡Ah de ese encendido escollo
Que en el brasero del sol
Se esiá acrisolando rojo !
Bandidos de esas montañas ,
Ciudadanos de estos polos.
De quien es madre la envidia ,
Y de quien es padre el ocio ;
Los que habéis prevaricado
Por vuestro coraje solo
De la virtud y obediencia .
Los cslaUítos heroicos.
Errados jueces, sí, errados.
Pues cuando falla el soborno
A las culpas de pobreza
Dais la sentencia de plomo;
Bandidos, pues, que heredasteis
La crueldad por patrimonio,
Y los que sobrando el mundo
Aun no cabéis en vosotros;
Candidos, digo olra vez,
Desleales, codiciosos.
A la voz del oro atentos ,
A la de mi llanto sordos,
Juana os llama.
Sa!cn por distintas partes CI.'ATRO
BANDOLEROS v ALCARAVÁN.
Ya le oigo.
DOÑA JU^NA.
ayudéis...
OTRO.
PufS ,.
DOÑA JUANA.
OTRO.
pena ig
COMEDIAS ESCOGIDAS DE DON FRANCISCO DE ROJAS.
doSa ;ua:^a.
El mijoT mal...
Ya le aguarJo.
doSa jua:xa.
(¡ne han llorado humanos ojos.
uno.
Per ll le vengo á sentir.
Sale FADRt.
fadrI.
Yo también poril le lloro.
DOÑA JUAISA.
Pues estadme ahora atentos.
TODOS.
Ya estamos atentos todos.
DOÑA JUANA.
Yo soy aquella matrona
Cuya "fama y nombre heroico
Grabado tienen á un tiempo
Las cortezas de esos troncos.
La que de mi amor llevada ,
Wi honor antiguo pospongo
Por seguir de una pasión
Los impulsos amorosos.
Yo, con vuestro capitán.
Habrá seis años que corlo
Contra el miedo las montañas
\ contra el temor los sotos.
La que adora á Serrallonga,
La que por su gusto solo
Me privo de mi razón
Y á la suya me antepongo.
Aquí lisia ala malicia,
Aquí codiciosa al robo.
Son objetos de mis iras
Cuantos arbitran mis ojos.
La crueldad es mi ejercicio,
La muerte mi desenojo.
La impaciencia es mi piedad
Y mi perdón los oprobios.
Si dulce para halagarme
Se allana el manso l'abonio.
Con mi fuego á su cariño
Le retrocedo los soplos.
Si el cierzo en los riscos brama ,
A este si que le perdono,
Pues lo que hiciere deairado
Sle agasaja por furio.^o.
Si bajo sedienta al prado.
Sangre represada .sorbo,
Que en las lazas de las Dores
Brinda la crueldad del soto.
Si hambrienta busco alimento,
Plantas racionales corlo,
Y con salvas de sus quejas
Mal disfrazadas , las como.
En la fragua de mi pecho
Bronce más nuevo me forjo ;
Bronce y cera de un compuesto
Tan contrario lo uno de otro.
Que sólo a(|uesla disculpa
Le estoy consultando al odio;
Para mi amante es la cera,
La dureza para lodos.
Esle , pues, á quien venero.
Este , pues, á quien adoro
Por galán sin artilicio.
Pues al descender airoso
Se cae bien sobre si mismo
Gigante de esos escollos.
Esle há que falla dos dias ,
Y vagando los contornos
De esas montañas, que asaltan
Con impulso belicoso
Por escalas de peñascos
Los azules promontorios;
No ha habido en el campo aprisc
Ni gruta en el monte umbroso
Que no examine mi afecto
Antes mucho que mis ojos ;
Resucitarle i bramidos,
Cuando perdido le lloro,
Leona demás valor,
Intento con mis sollozos.
Si le llamo, con mis quejas
El eco del monte propio.
Como no encuentra el objeto
Me vuelve su nombre solo.
Él falta, y prenderle quieren ;
Y si vive, yo lo ignoro;
Si preso, i qué gran desdicha I
Y si perdido, j qué enojo !
Ea, soldados valientes.
Hijos que ha abortado el oro,
Si valientes podéis ser
Cuando vivís codiciosos ,
Al poblado, al monte, al llaoo,
Averiguad los contornos;
Al soto, al valle, ala selva.
Requerid sauces y chopos;
Al riesgo, al daño, á la herida ,
Posponed lo temeroso ;
Y si la gran Barcelona
Que el mar sitia, airado monstruo
A quien asaltando él mismo
Él mismo sirve de foso.
En las cárceles le oculta,
i Oh cómo os espero ! ¡ oh cómo
A la venganza resueltos,
Si antes astutos al robo!
¿En dos dias descuidados ,
Sin el capitán heroico
Que os gobierne los despachos
Y que os corrija los odios ,
Estáis y no le buscáis?
Vuestros intentos conozco.
Que como por libertad
Sois desla montaña asombros ,
Esa poca sujeción
O aquel debido decoro
Que le guardáis por mayor
Os viene á servir de estorbox
Pues mirad que os amenazo
En desenfrenados soplos
Con el fuego de mis iras
A quien mi amor pone coto.
Ea,gran FadrideSau,
Sostituye el cetro tosco
Deste imperio, donde son
Los ciudadanos los troncos ,
Los edificios los montes ,
Las grutas retiros sordos ,
Esas cisternas sepulcros
Y los riscos mauseolos.
Si me ayudáis, ¡qué leales!
Si no venis, ¡qué ambiciosos!
¡Qué fieles si le buscáis!
¡ Qué aleves si perezosos !
Ahora os he menester:
La luz que alumbró mis ojos ,
Puesta en el blandón del alma
Apagó violento noto;
La llor que regó mi llanto
En dos líquidos arroyos.
La hoz, segur de la.í plantas,
Segó su verde cogollo.
El original mejor
Que dibujó el pintor docto.
Sólo se ha quedado en copia
En un lienzo de mi rostro.
Vamos buscándole , amigos ,
Haced el nombre famoso
Para (|ue el mundo os celebre ,
La pluma os escriba elogios.
Soliciladle, llamadle
t'.on cariños amorosos ,
Para que la fama os canle
En el conlrapueslo polo.
Ayudadle , socorredle
Con el acero y el plomo.
Porque el nombre de bandidoj
Le troquéis en generosos.
Pagaréis mi ruego á un tiempo.
Deberos la vida en otro,
Daréis glorias á la fama,
Al valor blasón heroico,
Inmortalidad al pecho.
Eternidad á mi esposo;
V, en lin , cumpliréis á un tiempo
Con él , conmigo y vosotros.
FADRl.
Belona desta campaña,
Venus de más osadía,
Pues añades cada dia
A cada rayo nna hazaña;
Yo, que soy su fiel amigo,
Y Acates segundo soy,
A correr el campo voy,
Y que he de buscarle, digo.
Aunque le guarde y oculte
El más distinto lugar,
O ya le hospede la mar
O ya el monte le sepulte;
Y pues que con bizarría ,
Con amistad y con fe
Yo propio me reformé
Por darle mi compañía,
Asostiluirla vuelvo;
V colérico y osado.
En desierto y en poblado
A buscarle me resuelvo.
Ea, soldados y amigos,
Buscad vuestro capiun.
0X0.
Hoy estos montes serán
De nuestro valor testigos.
FADRÍ.
Si preso el valor le halla,
Asaltará mi pasión
Del Babel de la prisión
La diamantina muralla.
OTRO.
Si perdido le esamino
O le averiguo ignorado,
Será para mi cursado
El más remoto camino.
ALCARATAl».
Y yo si le puedo hallar.
Pues criado vengo á ser,
Donde le pueda vender
Me pretendo encriadar.
FADRf.
Pues buscadle.
TODOS.
Ya esperamos.
fadrI.
Seguidme.
TODOS.
Ya te seguimos.
FADRÍ.
Nuestro capitán perdimos.
DOÑA JUAXA.
Vimos á buscarle.
TOUOS.
Vamos.
FADRÍ.
Y nucsiro afecto disponga.
DOÑA JBAXA.
Al coraje nuevos bríos.
TODOS.
i Al monte!
naja SERRALLONGA, herido, por i
monte.
SEBRALLOXCA.
Soldados mios,
Ya pareció Serrallonga.
EL CATALÁN SERRALLONGA, Y BANDOS DK BARCELONA.
riDRl.
¿Adonde , amigo, lias csudo?
DOÑA JBASA.
¿Dónde , dulce dueño mío.
Se ba elevado tu albedrlo ?
FABRf.
¿Quién le ha herido y te ha injuriado?
ALCARATAS.
Dinos. ¿dónde te perdiste?
c^o.
¿Quién suspendió tu valor?
OTRO.
¿Tú el rostro sin su color?
DOSa JUANA.
Y tú, ¿á quién la muerte diste?
FADRÍ.
Esta suspensión no sé...
DO.^A JUANA.
sin VOZ nos dices tu agravio.
FADRi.
El suceso diga el labio.
SERRALLONGA.
Escuchad y os lo diré:
Iba la antorcha de ese cielo ardiente
A apagarse en las aguas de Occidente,
Y la noche emboscada.
Viendo la luz del dia desmayada.
Con trémulos ensayos
Les dio asalto de asombros á los rayos:
Cuando en la falda de ese monte fiero
Que siempre está cayendo y se está en-
[tero,
Sobre la yerba que un arroyo baña ,
Hice de un roble tienda de campaña;
Mullo la hoja de un cortado ramo,
La capa tiendo y al descanso llamo;
Apenas desia suerte [le.
En el sueño empecé A ensayar la muer-
Cuando al primero paso siento ruido,
Armóme de valor, pongo el oido,
Habiendo sido en tan felice calma
El corazón despertador del alma.
Oigo algunas pisadas en el suelo.
Yo con mucho valor, mas con recelo,
Moviéndome por ver lo que pasaba.
Como si no estuviese donde estaba,
Previniendo la mano con el brazo
(Que hay tiempo en que la mano es em-
Me finjo más dormido, barazo)
Y el un sentido acusa i otro sentido.
La ira muy sangrienta,
La parte del recelo muy atenta.
Cuidadoso el cuidado, [airado;
Cuerdo el valor, que es más , estando
Cuando un hombre mcmira tan atento.
Que se estorbabade su propio aliento.
Hacia mi se acercaba
No queriendo pisar lo que pisaba ;
Miróme, y conocióme,
Volvióme á requerir, pero temióme;
Hizo una seña, llega alguna gente;
Cércame uno cobarde, otro valiente ;
Este entiende cogerme descuidado;
Aquel teme si acaso he despertado;
Uno se llega más , otro se larda ;
Aqueste anima á aquel que seacobarda,
Y otro á todos reparte y acaudilla ;
Levantóme y asusto la cuadrilla.
Era el Veguer caudillo desta gente;
Disparo el pedernal, y el plomo ardlen-
Con la pólvora y balas repetidas, [te
Me quila dos estorbos en dos vidas.
Corro venciendo voy atropellando ;
Estos á los de arriba están llamando ;
Aquel quiere atajarme y no se atreve;
l'no me va i embestir, hallóle nieve;
Abrázaseme un hombre por un lado,
Pide socorro, llega otro soldado,
Y asidos canes á la presa ardientes ,
Se aprovechan de manos y de dientes.
Mas yo viéndome asido y acosado,
i Me dejo descolgar por un collado
! Que es mi mejor atajo,
Y asidos fuimos por un risco abajo ;
Pero al llegar al suelo,
O lo pudo el valor ó quiso el cielo,
Que sacando un puñal mal satisfecho,
Vaina le hice de su propio pecho.
L'na fuente, al coral que despedía
Redujo en rosa la azucena fria ,
Y el cristal que corria por el prado.
De purpurase hallaba equivocado,
Yhelada su corriente al campoufana,
Siendo de [data se quedó de grana.
El otro , pues, que Via airado y (¡ero
La muerte de su propio compañero.
Para no me irritar, no me ofendía.
Detenerme intentaba y no podia.
Suelto la fuerza toda en ira tanta
Y esta mano le arrojo á la garganta,
Y en lugar de ahogarle más sangriento,
Cinco respiraciones di á su aliento.
Agonizando, siempre á mi abrazados.
Yertos ya, pero nunca escarmentados.
Puesto esle el labio entre la vena fria
La sangre que este arroja se bebia ;
Yaunqueél por una herida la exhalaba.
De la sangre de estotro se ayudaba
Cólera desasiéndome respiro;
Despide el alma el otro de un suspiro
Dando á entender con ira repetida
Que el suspirarle mata y no la herida
Dejo los muertos y el valor avivo,
Brujuleaba la luz un monte altivo
Cuya falda de hiedra nn rio baña.
Los brazos levantaba una montaña ,
Y al competir con la mayor alteza.
Presumen que es soberbia y es pereza;
Cuando ya por los pobos escondido.
Le «ncargué los sentidos al oido;
Y de recelo, al tiempo que atendía,
Muchas veces oyó lo que no oia.
Temerosa mi píanta al llano baja.
Yo¡godecír:«¡AI llano! ¡ataja! ¡ataja!i
Sübome en el copete de una roca
Y con industria á mi valor no poca ,
Para estar más seguro.
Foso hago un rio y la montaña muro
Asáltame el Veguer con cien soldados
Los pedernales otra vez cargados
Disparo á los primeros que escondían;
Otros por las espaldas me ofendían:
A dos hiero, uno mato, otro derribo,
Y por desear la muerte estaba vivo;
Quebróseme la espada ,
Pero en guerra tan fuertey tan trabada
De algunas peñas pardas
Hice trabucos, tiros y bombardas, [te
Corrí un valle, busquéla sendaal mon
No la hallé, di la vuelta áotrohorizonte.
Conozco por las señas aqnel risco, [co;
Deesas grutas encuentro el verde aprís-
Escuchóte que exhortas mis soldados,
Salen á mi venganza destinados.
Atajóles el paso, llego herido,
Preguntaisme el suceso, haheisle oido;
Y pues tengo disculpa á mí tardanza,
Sólo me falta ahora la venganza.
DOÑA JUANA.
Vive el cielo cristalino.
Que es el clarísimo espejo
Donde el estrellado móvil
Compone los dos luceros,
Que hoy á la venganza tuys
Disciplinando mi áltelo
En la escuela de las iras
Ha de recitar mi incendio,
i Tú herido y yo no vengada ?
¿ Tú con sangre , y ese centro
No se anega en el coral
De tantos humanos cuerpos?
Yo sola, vive mi amor.
Que es Dios que rígo mi pecho.
He de salir á la senda
De aquel levantado cerro.
No se librará esta vez
Ni el cobarde pasajero,
La fiera que el monte cruza.
Ave que discurra el viento,
Árbol, garzota del prado,
Flor, de la aurora requiebro,
Que no mueran 6 mí enojo,
En mi cólera resuellos,
Pa3.njero, planta, llor.
Árbol , ave y fiera á un tiempo.
SERRALLONGA.
Valiente hermosura, aguarda;
Ese enojo, ese despecho.
Es un impulso no más;
Yo con tus ojos me templo;
Ese es repentino asalto,
Este es sosegado fuego;
Ese se ataja del aire.
Este se enciende del viooto.
Poco á poco la venganza
Tiene seguro el acierto ;
Apresurada la ira.
Se apaga del mismo efecto ;
Envejecido el dolor
Cobra fuerza con el tiempo ;
Atropellada la injuria
Suele producir desprecios ;
Y asi , espera , sufre , aguarda ,
Pues ves que aguardo y quo ospcro;
Que considerar la ofensa ,
Hace más seguro el hecho.
FADRl.
¿Ahora el enojo templas,
Cuando ese monte soberbio
Produce infames soldados
Todos en tu seguimiento ?
¿Cuando el duque de Cardona ,
Que preside este gobierno,
Ofrece dos mil ducados
A quien te dé vivo ó muerto?
Ea , empieza tu venganza ,
Solicilalc sangriento.
Obre la crueldad ahora ,
Que tiempo hay para el sosiego,
Y sirva la sangre de unos
Para ser de otros ejemplo.
SERRALLONGA.
Pues tú, Fadri , como amigo,
Porque cansado me siento.
Puedes por esas dos sendas
Vengarme en los pasajeros;!
Pero no, tráemelos vivos .
Ser yo quien los malo quiero,
No es venganza la venganza
Hecha por impulso ajeno.
DOÑA JUANA.
Oyes , cúbreles el rostro,
Que enternecerme no quiero.
Pues cuando lágrimas miro.
Muchas veces me enternezco.
fadhI.
Pues yo voy.
SEIlRALLONCA.
Oyóme , amigo ;
(Ap. Yo estoy con mucho recelf,
Que por oro y libertad
No me venda algunos desloa).
FADRÍ.
Argos seré de lu vida.
SERRALLONGA.
Yo tu amigo verdadero.
COMEDIAS ESCOGIDAS UE DON FRANCISCO DE ROJAS.
rADRl.
Soldados, seguidme al monte.
FAfiRi.
El cielo te libre, amén.
{Yanse Fadriij los bandoleros.)
SERRALLONGA.
Y de mi me libre el cielo.
ALCARAVÁN.
Yo quiero quedarme acá
Con mi amo, que supuesto
()ue ó latere soy bandido,
Mientras no ejerce mi dueño,
Lo estoy yo de mis aciones.
(Ap. Callar y escucharlos quiero.)
BO.ÑA JUANA.
¿Qué sientes, esposo mió?
hi estás fatigado, haz lecho
De la grama deste prado,
Yo cou músicos requiebros
Cantaré mi amor constante.
SERRALLONGA.
No, Juana, no lo consiento;
Esta inquietud que me oprime,
Este ahogo, este tormento,
Es cansancio de mi vida ,
No llaqueza de mi cuerpo.
DO.ÑA JUANA.
iPues qué novedad es esta?
SERRALLONGA.
Este es un advertimiento
De mis yerros y polilla
Que me está gastando el pecho.
Por honra vine á estos montes
Y hallé la deshonra en ellos :
Seis años liá que no he visto
A mi padre , pobre y viejo ;
En Carroz, aldea mia,
¿Qué insultos, dime, do he hecho?
¿ Qué pasajeros perdono ?
¿He reservado algún templo?
La memoria destos daños
Me trae confuso y suspenso;
Y aunque me falta la enmienda
Me sobra el conocimiento.
ALCARAVÁN. (Ap.)
El gran Duque de Cardona
Me envió con un pasajero
Estos doscientos escudos.
Porque le dijese el puesto
Adonde mi amo duerme.
Yo soy criado y tómelos;
Venderle es muy gran traición ;
Volverle el dinero es yerro.
Yo tengo bolsa, y con él
Almuerzo, meriendo y ceno ;
Y pues me enseña á robar.
Es á un tiempo mi maestro.
Será mi maestro, bolsa;
Soy discípulo, dineros;
Para ser Judas me fallan
Los puerros y ser bermejo.
DOÑA JUANA.
Yo tengo más que sentir,
Y piensas que no lo siento :
Don Carlos vive por mi
Ya sin honra, yo me veo
Aqui fingiendo crueldades,
Mintiendo aborrecimientos.
Si á alguno le doy la muerte ,
Es de piedad , porque entiendo
Que el dilatar una vida
Que espera la muerte presto,
Ks injuria y no clemencia;
Y así , cuando a alguno ofendo,
Piadosa le doy la muerte,
y deste modo aprovecho
Que me imagine cruel
Cuando ser piadosa intento.
ALCARAVÁN. (Ip.)
Hé rqui que sé donde duerme ;
lié aqui también que le vendo.
¿Qué dirán de mi en el mundo?
Ea , pues, yo hago dos pesos
De mis dos manos ahora ;
Kn esta pongo el dinero,
V en estotra el qué dirán ;
Más pesa el oro por cierto ;
Carguemos aqui la honra ;
Ks chanza , la voz del pueblo
No pesa una dracma toda;
La opinión, no importa un bledo;
El puntillo, es un punlillo;
Vaya, el pundonor es cuento;
La fama , es paja la fama ;
No hay más honra que el provecho ;
Y sino, vaya ala plaza
Por un cuarto de carnero
Con toda la honra del mundo
Cualquier hidalgo ab eterno,
Y comerá preeminencias;
Vaya yo con oro viejo ,
Traidor, ladrón yjudio,
V hallaré, si bien lo advierto,
Un hidalgo por dos reales
Que me sirva de escudero.
SERRALLONGA.
¿Alcaraván?
ALCARAVÁN.
¿Qué me mandas?
{Ap. Yo pongo el pliego en el peche
SERRALL0N«A.
TÚ has de hacer por mi una cosa.
ALCARAVÁN.
ALCARAVÁN.
Si tengo.
ÍERRALLONGA.
Para ir...
ALCARAVÁN.
Doimepor ido.
SERRALLONGA.
¡Qué leal!
ALCARAVÁN.
Naci gallego.
.; Adonde quieres que vaya?
SERRALLONGA.
A Barcelona.
ALCARAVÁN.
Esto es hecho.
SERRALLONGA.
A inquirir y examinar
Lo que hay en ella de nuevo,
Qué hay de don Carlos Torrellas ,
Saber del Duque el intento.
Del Veguer saber la industria ,
De mi padre los sucesos;
Y como vengas de allá
Con el aviso, te ofrezco
Darle doscientos escudos.
(.4p. Estos son otros doscientos.
Ahora bien : yo quiero aqui
Ser traidor con dos i un tiempo.
Porque serlo con el uno
Es ya muy usado y viejo.
Al Virey pienso decirle
De Serrallonga el intento.
Cogerle lo que pudiere
Y volverme al campo luego ;
I Allá saber lo que pasa
Con recato y con silencio;
Si me está bien el Virey,
Vender á mi amo pien?o;
Si me está bien Serrallonga,
Al Virey al punto dejo;
Y cogiendo aqui y allí
Doscientos y más doscientos.
Sin vender á uno ni á otro
A entrambos á un tiempo vendo.)
Digo, Señor, que me place ,
Que tu precepto obedezco,
Que iré disfrazado ahora.
Que inquiriré los sucesos.
Que por ti pongo la vida.
SERRALLONGA.
Pues los brazos te prevengo.
ALCARAVÁN.
(.1p. Acabóse.) Ya le abrazo ;
Ahora me falta el beso.
(Hace que le besa.)
SERRALLONGA.
¿Qué haces. Alcaraván?
ALCARAVÁN.
Serrallonga, yo me entiendo. (Vase.)
DOÑA JUANA.
En la margen deste rio
Que apacible y lisonjero
Con néctar le brinda al alba.
Si quieres, descansaremos.
SERRALLONGA.
Pues siéntate; pero escucha,
¿Qué es aquesto?
DOÑA JOANA.
Pasajeros ,
{Siéntase , y suena dentro música
y grita.)
Que por esta primer senda.
Con diversos instrumentos.
Desde Carroz á Girona
Van caminando.
SERRALLONGA.
Estuchemos.
UNO. {Canta dentro.'^
Cuatro bandoleros
Van de camarada ,
Uno era Serrallonga
y altra su amiga Juana ;
Fararara ,
yaltre Fadride Sau;
Pararon.
TODOS. {Cantan dentro.}
Y altre Fadrí de Sau;
Pararon.
ONO. {Canta dentro.)
Ploran las miñonas ,
Ploran de tristor.
Que á Juan de Serrallonga
Portan á la prisión;
Fararara.
TODOS. {Cantan dentro.)
Portan á la prisión;
Farararon.
SERRALLONGA.
¿Antes de prenderme escriben
Canciones , coplas y versos ?
¿Y ya me lloran las damas
Antes de mirarme preso?
Presagios me vaticinan
Este infelice suceso ;
Pero según es mi vida.
Sólo de mi vida temo,
Que aun he de morir peor
En mi estado ; y, en cfeto,
Allí escarmiento seria
A cuantos me vieren muerto;
Y aqui escarmiento á mi mismo;
El. CATALÁN SERRALLONCA, Y liANDOS DE BARCELONA.
Y qiie fuera mejor, creo.
Ser ejemplo para todos
Que ser de mi solo ejemplo.
iso. (Canta dentro.)
Juana, ¡a su amiga,
Al su herman deshonró,
y donártela muerte
Al cielo prometió ;
Forarara, ele.
DOÑA JOANA.
¡Oh fuerza de la deshonra !
Que aunque yo misma en mi siento
Que á Dios , á mi patria , al mundo,
A mi y á mi hermano ofendo,
Como no hay quien me lo diga ,
No parece que lo veo ;
Pero escuchada la ofensa
Hace la voz tanto esfuerzo
A la sangre , cuando es noble ,
Que se alborota en el pecho.
Cuando á uno falta un sentido.
Los demás sentidos vemos
Que participan la ofensa
Del oiro que está suspenso.
La sangre no tiene vibta.
Tiene oidos : y asi , es cierto
Que como le falta el ver
Tiene el oir más atento.
o.\o. {Canta dentro.)
Dernalde Serrallonga ,
Per soy pi ploró,
y para que le prendan ,
Ormaleix le entregó;
Fararara, etc.
SEnRALlOSGA.
iQué mi padre me ha entregado?
A no verme libre, creo
Que pudiera esta canción
Hesucitarme el incendio;
Pero no sé lo que pasa,
Y vive Dios que lo temo.
Pues con ver que no es verdad
Estoy creyendo que es cierto.
Y si á mi padre enconirára ,
Vo propio, viven los cielos...
Pero aquesto es ilusión.
UOÑA JUANA.
Mas es mi hermano ; ya veo
Que tiene razón mi hermano
Y que yo la culpa tengo.
(Levántanse.)
SERRALLONGA.
Voz, ¿qué intentas?
DoSa JUANA.
Voz, ¿qué quieres
SERRALLONGA.
Profanar con graves ecos...
DO.ÑA JUANA.
filCDtir con dulces lisonjas...
SERRALLONGA.
El honor de un padre viejo.
DOÑA JUANA.
ÍX¡ un hermano las ofensas.
SERRALLONGA.
Darte la muerte pretendo.
DOÑA JUANA.
Aguaraame. ; Ay dolor mió !
SERRALLONGA.
Que para vengarme llevo...
DOÑA JUANA.
Que llevo para injuriarte...
SERRALLONGA.
Mi dolor por instrumento.
DOÑA JUANA.
Por ministro mi valor.
SERRALLONGA.
Por ejecutor mi fuego.
DOÑA JUANA.
¡Acábenme mis desdichas !
¡Oh , máteme mi tormento!
( Vanse.)
Salen FADRl v DOS BANDOLEROS, el
uno con DON BERNARDO, y el otro
con DON CARLOS, aladas las manos
y cubiertos los rostros.
FADRi.
Aquestos son los primeros ,
Que por tan justa razón ,
Hoy de tanta indignación
Han de estrenar los aceros.
Hoy, por su infelice suerte.
Contra el humano poder,
En este monte ha üe ser
Sacrificio de la muerte.
UNO.
Aqui estaba el capitán.
OTRO.
Y aquí su amada con él,
La divina más cruel
Y él el cruel más galán.
fadrI.
Pues si la vista no miente
Ella tras un hombre corre,
Y él sus enojos socorre
Desnudo el acero ardiente.
UNO.
¡ Ah instrumento del valor ,
Ministro de Marte airado !
OTRO.
i Diosa deste despoblado.
Madre hermosa del amor !
FADRÍ.
¡ Rey destas selvas y montes
Por naturaleza amado I
C.NO.
¡ De la belleza dechado ! ,
OTRO.
i Palas deslos horizontes !
FADRÍ.
¡ La que da voz á la fama
El que al mismo sol asombra !
Sa/M SERRALLONGA T DOÑA Jf ANA
con los puñales desnudos.
SERRALLONGA.
Eso soy yo. ¿Quién me nombra?
DO.ÑA JUANA.
Esa soy yo. ¿Quién me llama?
FADRÍ.
Esos pasajeros son
Los primeros desdichados
Que encontraron tus soldados.
SERRALLONGA.
Vienen á buena ocasión.
FADRi.
Cubiertos los he traído,
Y aun yo no los he mirado.
Que á tu ira los lie guardado
Y á tu fuego prevenido.
SERRALLONÚA.
Vuelve al camino, Fadri.
FADRÍ.
Venid vosotros también.
{Vanse Fadrl y los bandoleros.)
SERRALLONGA.
Hoy todos juntos se ven
Los enojos que hay en mt.
¡Qué desdichados nacieron
Estos que intento matar.
Pues me vienen á pagar
Lo que esotros me ofendieron !
Cuando busqué quien me nombra,
Cantando mi agravio oculto,
Al solicitarle bullo
Aun no le he encontrado sombra.
DOÑA JUANA.
Cuando buscaba sangriento
Mi acero quien mi honor nombra,
Al examinarle sombra.
Aun no le he encontrado viento.
SERRALLONGA.
Más mi enojo se divierte
Con este humano despojo.
DOÑA JUANA.
Templarise aqueste enojo
Con esta ínfelxe muerte.
SERRALLONGA.
Pero parece impiedad
Darle la muerte sin verle.
DOÑA JUANA.
Matarle sin conocerle
Hace menor la crueldad.
SERRALLONGA.
Estatua es de piirolilelo.
DOÑA JUANA.
Aun no le escucho un suspiro.
SERALLONCA. {Descubre ásu padre.)
i Válgame el cielol ¿Qué miro?
DOÑA JUANA. {Descubre á su hermano.)
¿Qué miro? ¡Válgame el cielo!
SERRALLONGA.
¿Padre?
DOÑA JUANA.
¿Hermano?
DON CARLOS.
¿ Doña Juana ?
SERRALLONGA.
;, Señor, á quien debo el ser,
Desia suerte os llego á ver?
DOÑA JUANA.
Carlos, ¿cómo aqui?
DON CARLOS.
i Ali tirana!
DOÑA JUANA.
Si á mi hermano llego á ver
¿Le he de dar injusta muerte?
SERRALLONGA.
¿Mi padre de aquesta suerte?
IV'adie le ha de conocer.
Pues cubrirle el rostro quiero.
{Cúbrele.)
DOÑA JUANA.
Otra vez le he de guardar.
SERRALLONGA.
¿ No le acabas de matar?
DOÑA JUANA.
Que le des la muerte espero.
SERRALLONGA.
Primero quiero saber
Lo que pasa en la ciudad;
Ejercita tu crueldad
En el monte.
DOÑA JUANA.
Esto ha de ser ;
(Ap. Conmigo le he de llevar).
SERRALLONGA. (Ap.)
Asi le pienso encubrir.
576
DO^l JOARA.
Cirios, si quieres vivir.
Sigúeme.
DOS CARLOS. (/Ip.)
Quiero callar.
DOÑA JUANA.
i Fiero dolor !
DOXC.iBLOS.
¡Trance fuerte!
OOÑA JUAKA.
La sangre llevo corrida.
DON CARLOS.
Aunque me cuesle la vida
La tengo de dar la muerte.
( Vanse don Carlos y doña Juana.)
(Deicubre Serrallonga á su padre.)
SERRALLOXGA.
Ahora, padre y sefior,
Porque lodo os comprehenda,
Démosle al amor la rienda
Y el sentimiento al dolor;
Los lazos quite mi amor
y el velo á la luz severa;
Aunque más decente fuera ,
Por ver si asi el riesgo evito.
Que con el velo que os quilo
A mi mismo me encubriera.
Pero presumo, por Dios ,
Que siendo mi error tan cierto.
Porque no me veis cubierto
Osbabeis cubierto vos;
La diferencia en los dos
Es justo que me convenza ,
Pues porque el respeto venzs
Los exce os i mi furia ,
Siendo yo el que hace la injuria
Sois quien pone la vergüenza.
Va vuestros Intentos sé,
Y aunque el hallaros me cuadre...
Padre...
DOX DERNARDO.
No me llames padre.
SERRALLOXGA.
;Por qué?
DO.N DERXARDO.
Yo te lo diré.
Cuando padre me nombré
Con pasión tan repetida.
Vida tuve á la honra unida:
La honra á la vida da ser.
i Pues cómo padre ha de ser
A quien falta honor, que es vida?
Aquí & buscarle he venido
Y tus soldados me hallaron.
SERRALLOXGA.
Dos muertes solicitaron
A la vista y al oído;
Tú te vienes convencido
Negando el ser á mi amor :
Y aunque yo tengo el dolor.
Tu consejo me disculpa;
Si no hay honor por mi culpa ,
Por tu culpa no hay honor.
DOX BERNARDO.
¿Por mi es la deshonra?
SERRAllOXCA.
Si;
En mi venganza intentada
Tú me quitaste la espada
Vel enojo reprimí;
Tú mismo después a mi
Con ira y dolor prolijo
Me incitaste; ya colijo.
Aunque mi culpa le cuadre,
Que lo que lú mandas, padre.
Debo obedecer como hijo.
COMEDIAS ESCOGIDAS DE DON FRANCISCO DE ROJAS.
DON
Todo concederlo-quiero,
Mis iras confesaré ;
Mas yo no le aconsejé
Que tú fueses bandolero.
Y dime , cuando primero
Templé tu enojo, ¿no miras
Que á mayor venganz^a aspiras?
;iPues cómo en igual balanza
No obedeces la templanza
Y me obedeces las iras?
Sólo á que vengas conmigo
Hoy he venido á buscarte ,
A la Francia he de pasarte
y á tu defensa me obligo ;
Que he de librarle, digo.
Sin que el Veguer me lo impida ;
Mi piedad es preferida
A tu amor en tu deshonra ,
Si aunque me quitas la boora
Yo vengo á darte la vida.
SERRALLOXGA.
Si porque me ves bandido
Piensas que esloy deshonrado.
Tu congoja te ha engañado :
Que aunque vivo introducido
De tan vil gente aplaudido.
Esta diferencia doy.
Que cuando yo soyquien soy.
Aunque á su gusto me ajuslo.
Ellos están por su gusto
Y yo contra el mió estoy.
DON BERNARDO.
TÚ . si lo miras mejor.
Contra la natural ley.
No obedeces á tu liéy:
Luego al Key eres traidor,
Y siempre el vulgo en rigor.
Desbocado monstruo fiero.
Juzga el delito postrero;
Y aunque gran causa tuviste,
No mira por qué lo hiciste.
Sino que eres bandolero.
Seguirme le inipiirla aquí ;
Deja aqueste despoblado:
Ya que á tí te has deshourado
No me deshonres á mi.
SERRALLOXGA.
Si una traición cometí.
Ya no habrá satisfaccioD
Para cobrar mi opinión;
Si paso 5 Francia, me arriesgo...
¿Pues para que quiero el riesgo
Si quedo con la traición?
DOX DERNARDO.
Sí, mas llevándole yo.
Contará el que el caso cuente
Que al Rey fuiste inobediente,
Pero que á tu padre no.
SERRALLOXGA.
;.Qué importa , si se trocó
El derecho natural
I'or esotro accidental?
Que es peor, cuando lo intente.
Ser con mi padre obediente
Que con mi Rey desleal.
DON BERNARDO.
Pobre, triste, errado y viejo.
Cuando á la muerte aspiraba,
Para morir esperaba
Sólo darte este consejo;
Mas supuesto que lo dejo
Armado de tu imprudencia.
Me doy mi postrer sentencia
Y á morir voy de dolor.
Que me da muerte mi amor
Del mal de tu inobediencia.
Mas pues á mi llanto excedo
Y voy á morir, advierte
Que he de hacerte bien en muerte.
Ya que en la vida no puedo.
Y quédate...
SERRALLONGA.
Ya me quedo;
Pero antes de tu partida
Mira lú cuan mal unida
Está á tu razón mi suerte ,
Pues guardas para la muerto
Lo que no hiciste en la vida.
DON BERNARDO.
Sólo desdichas encuentro;
A Carroz, mi patria y centro;
Voy á sentir tu rigor.
SERRALLOXGA.
Las lágrimas del amor
Están llorando hacia dentro.
Sale DON CARLOS, con una dajc, Iras
DOÑA JUANA.
DOÑA JUANA.
Deten el brazo, don Carlos;
Agu4rdame , escucha , espera.
DOX CARLOS.
Morirás. ■>
SERRALLOXGA.
(,Qué es eso, Juana?
¿Cómo? ; don Carlos Torrellas!
DOÑA Jl;*XA.
Aquel bulto, que encubierlo,
A ser desenojo espera
De mis iras en tu agravio.
De tu amor en mí defensa ,
Era don Carlos, mi hermano;
Corté á sus brazos las cuerdas ,
Ablandarle humana quise
Y resucité la ofensa.
Pues apenas se vio libre
Cuando con mi daga mesma...
DON CARLOS.
Vengar quise de mi agravio
Tantas injurias y ofensas;
La vida la vale ahora
Ue tu crueldad la presencia;
A darla la muerte vine
Por esos montes y peñas
Y ¿darte la muerte á tí;
Pero un consuelo me queda ;
Que ya que no he conseguido
La venganza á mis ofensas,
He de morir desta vez,
Y conseguiré siquiera
Haber muerto por mi honor
Cuaudo por mataros muera.
SERRALLOXGA.
A hombre que por su fama
Tan debida muerte intenta ,
Faltara yo á ser quien soy
Si aquí ia muerte le diera.
Vos sois siempre mi enemigo:
Bueno fuera , bueno fuera ,
Que se dijese en el mundo
Que con ventaja tan cierla
Os di muerle en la campaña;
Demás de eso, que es bajeza
No lograros una acción
De tanto valor; pues veau
Los que me vieron airado.
Tan no pensada fineza.
Y aunque seáis nii enemigo,
Hago á mi valor promesa
De ser vuestro amigo siempre ;
Y en parle, por Dios, quisiera
Por ser quien hace esta hazaña
Ser quien sufre vuestra afrenU.
DON CARLOS.
Vuestra amistad, Serrallonga,
Ni me obliga ni granjea ,
Si quedo en ella seguro ,
Quedo también con la ofensa.
Mi hermana mi honor profana;
Vos manchasteis su pureza ;
To he de (¡uedar sin la vida
Si Juana queda con ella ;
Y pues vos y ella vivis ,
Dadme la muerte sangrienta ,
Pues con quedar muerto jo
Cumpliré con mi defensa.
SERI\ALL0>'GA.
Quedaos con ser mi enemigo
Y buscad vos trazas nuevas,
Puesto que tanld os importa
Para la venganza vuestra :
Porque yo de hoy más, don Carlos,
Soy vuestro amigo por fuerza;
Y jiara que lo veáis...—
ifadri de Sau?
Sale FADP.f.
FADnI.
¿Qué me ordenas?
SEBBALLOSGA.
Para que nadie le injurie.
Lleva á don Carlos Torrellas.—
Tú, Juana , á un tiempo también
Mi padre al camino lleva.
Esto ha de ser, vive Dios.
DON behxardo.
En fin , hijo, ¿que granjeas
Con favores tu enemigo,
Pero tu padre con penas?
SERRALLOKGA.
No puedo dejar el monte.
DON CARLOS.
Eo Gn, ¿la vida me dejas?
SERRALLOSCA.
To amigo soy y enemigo,
Si mejor lo consideras,
Pnes dejándote la vida
t\o te he quitado la afrenta.
do;» bernardo.
Mira que en esta montaña
Mi noble prosapia afrentas.
SERRALLOnOA.
En errando los principios.
Tarde los Cues aciertan.
DONCÁBLOS.
Pnes tu enemigo he de ser.
SERRALLONGA.
Más noble blasón me dejas.
DON BERNARDO.
¿A quién le podré decir.
Deshonrado, tu inclemencia?
SERRALLONGA.
Compaüeros son los males.
DON CARLOS.
¿Que á buscar la muerte venga
Y me deje
: con la \
SERRALLONGA.
Si puedes, de mi le venga.
DO.N BERNARDO.
; Qué cruel!
SFr.RALLONCA.
Vivo en los montes.
FAORi.
j Qué piedad!
SERRALLONGA.
Tengo nobleza.
DON BERNARDO.
Si en la muerte do te ayudo,
AN SERRALLONGA, Y BANDOS DE BARCELONA.
FADRf.
Cargas de moneda son
Del Rey.
SEBRALLONGA.
Déjalas, Kadri,
Pasar, que al nombre del Rey,
Qne el sol tocar no se atreve ,
Kste respeto se debe
Por natural común ley.
Si entre los irracionales
SERRALLONGA.
En muerte lo quiera Dios,
Pues en la vida no aciertas.
DOÑA JUANA.
En lin , ¿das vida á mi hermano?
SERRALLONGA.
Su valor me lo agradezca.
DON CARLOS.
sírvame el dolor de acero.
SEllRALLONGA.
Pésame mucho que creas
Que es tu vida mi venganza.
DON BERNARDO.
El cielo tu pecho mueva.
DOÑA JUANA.
Corrija el cielo tus iras.
DON CARLOS.
Mitigue el ciclo mi pena.
DON BERNARDO.
Vamos, Juana.
DON CARLOS.
Fadrl , vamos.
SERRALLONGA.
¡Oh , quién á un tiempo pudiera
Dar el honor á don Carlos ,
Amansar esta soberbia
Y obedecer á mi padre.
Para hacer mi fama eterna!
JORNADA TERCERA.
(de LLIS VELEZ DK GUEVAR.'
Salen SERRALLONGA, DONA JUANA,
FADRl y OTROS.
SERRALLONGA.
Haced lodos alto aqui.
Que este es, si mal no me advierte,
Del bosque el sitio más fuerte
Y más oculto.
FADRÍ.
Es asi.
SERRALLONGA.
Midamos la grama ahora ,
Porque por ella esparcidos
Seremos menos sentidos
(Siénlatise.)
Aun de la luz de la aurora.
Mientras vuelve Alcaraván
Con nuevas de Barcelona,
Pues del Duijue de Cardona
Tantos asombros nos dan,
Que por la vida de Juana
(Con tan justa razón mia)
A quien pide para el día
Alimentos la mañana;
Que aunque más trazas me ponga ,
Es inútil diligencia.
Que este gusto á su excelencia
Le ha de excusar Scrrallonga ;
Que aunque por tan gran señor
Se puede sólo temer.
Le ha de venir el poder
.«iempre corto á mi valor.
Caminantes suenan.
BOÑA JBANA.
SI.
(Suenan dentro cencerros.)
SERRALLONGA,
Llegan á linda ocasión.
Al águila se sujetan
Las aves , y al león respetan
Por su Rey los animales ,
¿Por qué ha de ser en el hombre.
Siendo más la obligación.
Menos la veneración
A la sombra deste nombre ?
Mas porque desla fineza
Alguna seña le demos,
Al alguacil le tiremos.
Que es de la tropa cabeza ,
Y va de sueño perdido.
Que hoy he de ser su juez.
Porque no guarde otra vez
La hacienda del Rey, dormido,
{Levántase, toma el arcabuzy dispare.)
DOÑA JUANA.
Nunca has dado testimonio
Del valor tuyo más cierto.
SERRALLONGA.
Lindo gazapo le he muerto
Para que cene el demonio;
A cargar el pedernal
Vuelvo, y á tomar tu lado
Sobre la grama del prado.
¿Vienen cantando?
DO.ÑA JUANA.
V no mal.
SERRALLONGA.
Oigamos ; jácara es (Uecuéstase.)
Si no me engaño.
DOÑA JUAKA.
Hov están
Valid.is.
SERRALLONGA.
Pobres serán.
DOÑA JUANA.
Oigamos.
SERRALLONGA.
Oigamos, pues.
CANTAN. (Dentro.'^
Grande gente Juntar manda
El Virey de Barcelona
¡'ara salir á buscar
A esc bravo Serrallonga :
Un famoso bandolero
Que por los caminos roba,
y si él en campo saltea ,
Los poblados no perdona.
SERRALLONGA.
i Oh lo que hacen de cansarme,
V andarme quebrando á coplas
La cabeza cada dia!
DOÑA JUANA.
Piensan que le hacen lisonja.
CANTAN. (Dentro.)
Dos mil escudos de plata
Dan por su cabeza sola: —
Muchos pretenden la empresa,,
Pero ninguno la logra.
Si no fuera un camarada
Que trae en su misma tropa ,
Que se la ofrece entregar
M gran Duque de Cardona ;
Con él come . con él bebe ,
Pero todo esto no importa.
Que en todas ¡lartes hay Júdat
Porque hay traidores en todas.
37
COMEDIAS ESCOGIDAS DE DON FRAN'CJSCÜ
SERRALLONGA.
Vive Dios, Si no se alarga
Quien tan vil jácara entena,
Oue en los inliernos liabia
De cantar la postrer copla
Con el alguacil dormido.
Para que otra vez no ponga
La vil lengua en la opinión
De ninjiuno de mi tropa ;
Que está , por vuestro valor,
\ por tanta hazaña heroica
Más seguro con vosotros
Que consigo, Serrallonga.
FADRÍ.
Guarde el que tienes el cielo,
Que á tus camaradas bomas
Como quien eres al lin.
SERRAI.I.ONGA.
Cenar al vulgo la boca,
FjdrideSau, no es posible;
Mas JO sé de las personas
Que me acompañan , quien son ,
Y lo que le debo á toda
Mi compañía. (Ap. Con esto
A otros designios se toman
Los pasos , y si hay alguna
Imaginación traidora.
La lisonjeo y obligo.)
Sale ALCARAVÁN.
ALCARAVÁN.
Gracias á toda la historia
Del Ftos Sanctorum, que he dado
Contigo y con mi Señora.
SERRALLONGA.
Alcaraván , bien veiiidu.
Que hemos estado por horas
Aguardando tu llegad;i.
¿Qué hay de nuevo en Barcelona?
ALCARAVÁN.
El Veguer de Vique , dicen ,
Que con una inmensa tropa
De caballos y de infantes
Que un volante escuadrón forman
De dos mil hombres, te busca,
Y que hasta prenderte, toma
Resolución de quemar
Cuanto verde Abril coronan
Los montes de Cataluña.
SERRALLOKGA.
Mucho al Duque de Cardona
Debo de importarle.
BOÑA JUAKA.
Mas
A mi tu vida me importa.
SERRALLONGA.
Pues Juana , yo te aseguro
Que la venda Serrallonga
A precio de muchas vidas.
Más por tuya que por propia.
Mira, ¿qué hay más?
ALCARAVÁN.
Que don Carlos
Torrellas , que en la memoria
Inmortal guarda su agravio.
Con otro escuadrón pregona
Que la sangre ha de heberte.
SERRALLO.NGA.
Sólo con la menor gota
De las que encierra su pecho.
Creyera de su persona
Más valientes bi/arrias.
Hazañas mis poderosas.
FADIli.
Asi de los enemigos
i^os que son nobles blasonan.
SERRALLONGA.
¿Hay más nuevas?
ALCARAVÁN.
Otras traigo
Que darte , que con esotras
Temo mezclar.
SERRALLONGA.
¿Deque sueno?
Que nada el pecho alborota
De Serrallonga , que tengo
Por corazón una roca.
ALCARAVÁN.
Pues mi señor y tu padre,
Rernardo de Serrallonga ,
Há quince días que es muerto
De enfermedad de la gola
Y de sentimientos tuyos;
En Carroz, en la parroquia
De San Juan está enterrado.
Con la decencia y la pompa
A su nobleza debida ,
Que á las funerales honras
Asistieron cuántos deudos
Tienes dentro en Barcelona.
SERRALLONGA.
¡Ay padre del alma mia!
Téngate Dios en su gloria ,
Que con mil vidas quisiera
Comprar la tuya aun á costa
De mi sangre y de mi alma ,
Que idolatran tus memorias,
Pagarle la que me diste.
No os espante el verme ahora
Lleno de terneza, amigos.
Que no es mármol Serrallonga ;
Que estasque el valor dispensa
Y que las entrañas lloran.
No son lágrimas, son almas
Hechas de su sangre todas.
DOÑA JOASA.
Confieso que el sentimiento
Es justo, mas de tu heroica
Constancia te has de valer
En tal caso, Serrallonga.
SERRALLONGA.
Juana , no me consolara
En el que ves otra cosa.
Que esa belleza , que envidia
-Tanta cristalina antorcha;
Porque he perdido en mi padre
Un gran amigo, una sombra
Que me amparaba , un espejo
De mis mocedades locas ,
L'n asilo de mi vida ,
Un amparo en mis congojas ,
De mis riesgos un escudo.
De mi sangre una memoria.
Pero en el amor confio,
Que me mostró sin lisonja
Siempre, aunque mis desperdicios
Hoy la muerte le ocasionan.
Que se ha de acordar de mi
Desde donde está , que sola
Puede esta seguridad
Aleníarme en la congoja
Deste b.ijel de mi vida ,
Que entre las airadas olas
Y escollos que le amenazan
Se arriesga si no zozobra.
PADRÍ.
Todo tu valor lo vence ,
Nada tu pecho alborota :
Que no has menester más padre
Que el que te han dado tus obras.
ALCARAVÁN. {Ap.)
Ya dejé de ser traidor,
Servir á mi amo importa;
El Duque diz qne ha trazado
DE ROJAS.
Desposarme con la horca.
Que es mujer de mala vida,
Y en rl dia de mi boda ,
Yo y mi padrino, el verdugo,
IKmos de hacer cabriolas;
¡Guarda fuera ! mal por mal.
Lo mejor es Serrallonga.
{Tocan dentro cajas y clarines)
SERRALLONGA.
Fadri de Sau . ¿qué clarín
Es este? ¿ Y qué cajas roncas
Son estas que suenan lejos,
Si acaso no se me antoja?
FADRÍ.
De la gente que nos busca
Serán.
ALCARAVÁN.
¿Eso quién lo ignora?
Que cajas en Cataluña
No pueden ser otra cosa,
Tocando tan de repente
Por los montes á estas horas.
(Tocan.)
DOÑA JUANA.
A tocar han vuelto; esto
Va de veras, Serrallonga.
{Disparan.)
ALCARAVAI».
Sino díganlo los truenos
De los árboles , que ahora
Luminarias van poniendo.
DOÑA JDANA.
Volcanes el bosque aborta.
FADRÍ.
Todo lo vienen talando
Y abrasando.
ALCARAVÁN
Aquí fué Troya.
SERRALLONGA.
Amigos , si el valor vuestro
De fus llamas licenciosas
Y de tantos enemigos
No nos escapa con honra
Y con vida , este es el dia
Que (hablando sin ceremonia)
Hemos menester las manos
Y aun , si tuviéramos , otras.
No hay sino apretar los puños.
Pues veis que no nos importa
.Menos que las vidas y almas
si salen con la Vitoria
Cada uno de por si
llaga por huir ahora;
Y si podemos tomar
De Perpiñan á Narbona
De Francia , no hay sino salto
De mala , que es linda cosa ;
O si no morir honrados,
Que es mejor que no en las horcas ,
Dando opinión y venganza
Al Virey de Barcelona.
FADRÍ.
Contigo hemos de morir.
(Tocan.)
DOÑA JUANA.
Olra vez al arma toca.
SERRALLONGA.
Y cercando el monte, vienen
Embistiéndonos sus tropas.
Ea, á quitar, compañeros.
De las charpas las pistolas ,
Y os.ir morir ó escapar.
Dame esa mano, Bclona
De Cataluña, y divida
Su lazo la muerte sola.
EL CATALÁN SEURALLON'CA. Y RAM)OS DE BARCELONA.
DONA JUANA.
Niéunellaha de dividirle.
Que ba de ser eterno, conlra
Ll tiempo, como las almas
Del cielo competidoras.
VEGUER. {Dentro.)
Ellos son, mueran ii dense
A prisión.
SF.RRALLONGA.
Con esas bocas,
Que traen de plomo las lenguas
Vuestro valor les responda.
Éntranse lodos Iras Serrallonga dis
parando, y dicedeniro EL VEGLER.
VEGUER. (Dentro.)
A ellos , y entre ellos cuenta ,
Soldados, con Serrallonsa;
Que los demás, muerto ó preso.
Serán de importancia poca.
SERRALLOXGA. (OeillrO.)
Primero os lia de costar
Mnclias vidas esta sola. —
FadrideSau,aqui,a(|nl.
FADRf. (Dentro.)
A todos juntos exhorta
Tu valor á tu defensa
Mas que no á la suya propia.
VEGUER. (Dentro.)
Soldados , que se nos huyen
Y se nos escapan.
SERRALLONGA. (DcnlrO.)
Toma ,
Juana , esa montaña arriba
De Canoz . liácia la costa
Del mar, hacia Monscrratc.
VEGUER. (Dentro.)
Seguid solo á la persona
De Serrallonga , soldados.
SERRALLO.NGA. (Dentro.)
¿Juana? ¿Juana?
DOÑA JUANA. (Dentro.)
¿Seirallonga?
¿Serrallonga?
Sale ALCARAVÁN con ¡a espada
desnuda.
ALCARAVÁN.
Vive Cristo,
Que no hay quien no lleve mosca
be todos los camaradas
En el alma y en la cholla.
La plaza de Alcaraván
l"or la de un conejo ó zorra
Trocara ahora , por verme
Ku mi madriguera á solas
Sin que el Veguer me encontrara;
Que granizando pelotas
i)e plomo, viene talando
Los átomos y las sombras.
Dios le libre , Alcaraván :
San Blas defienda tu gola
De garrolillo de esparlo
Y lamparones de soga.
SERRALLONGA. (Dentro.)
¿Juana?
DOÑA JUANA, (flen/ro.)
¿Serrallonga?
ALCARAVÁN.
Linda
Flema gastan Serrallonga
Y Juana. Por el ocaso
La cobarde noche asoma
üe medio ojo con su manto ;
Pondré pies en polvorosa;
Que no ([uiero andar, si puedo.
Por el Duque de (tardona
Como enlie el agua y la cruz.
Entre el verdugo y la horca. (Vaíe.)
VEGUER. (Dentro.)
Corred en su seguimiento
Cnanlas plantas, matas y hojas
Son Jesla verde provincia
Vecinas y moradoras.
SOLDADO 1.° (Dentro.)
¡Por aquí!
SOLDADO 2." (Dentro.)
¡Por acá!
SOLDADO 3.° (Dentro.)
¡ Al monte !
SOLDADO i." (Dentro.)
; Al valle!
soí.rtMo a." (Dentro.)
¡Al pueblo!
.Sale SERRALLONGA destrozado
y herido.
SERRALLONGA.
Medrosa
Noche, de la muerte imagen,
Cuya capa , cuya sombra
Tantos secretos encubre,
Tantos delitos emboza ;
Tu amparo busco, que herido
Y sin aliento, tus sordas
Orejas lisonjeando.
No sé adonde pongo ahora
Las cansadas plantas mias ,
Cobardes ya y temerosas ;
Y lo que más entre laníos
Sobresanos me congoja,
Es haber perdido á .luana,
De mis sentidos aurora,
Estrella de mi albedrio.
Sin haber perdido toda
La vida que me ha quedado
Primero, pues ella sola
Es hoy alma de mi vida.
¡ Ah fortuna poderosa !
Conténtate con mi muerte
Y no me niegues la gloria
De morir entre los brazos
Del dueño que el alma adora.
Este es poblado, y sino
Me engañan las señas todas,
Es Carroz, ó estoy soñando;
Va sus vecinos reposan
Y dan al sueño y silencio
El tributoque las horas
Durmiendo del vivir cuentan ,
Y la noche temerosa
El latido no permite
De un perro ; esta es la parroquia
De San Juan , donde mi padre
Eslá sepultado. Ahora
Se ha abierto un postigo, y dentro
Hay luz y eslá también sola
La iglesia.
(Entrapor unapnerta y sale par otra.)
VEGUER. (Dentro.)
En Carroz se entró,
Cercadla , y tomad las bocas
De las calles, que no puede
Escaparse Serrallonga.
SERRALLONGA.
Todo el escuadrón ha entrado
En Carroz tras mi. ¡Gloriosa
Voz de Dios, lucero suyo;
Juan, que con miel y langostas
Euisteis del Jordán espanto,
Válgame vuestra parroquia
Por casa de embajador,
Pues lo fuisteis de Dios , y oiga
Quien es voz , mi voz también!
(Entra por una puerta y sale por otra.)
VEGUER. (Dentro.)
Aunque á la iglesia se acoja ,
Entrad , que por el postigo
Que eslá abierto, su persona
.Muerta ó viva no se escape.
SERRALLONGA.
¡ Qué inadvertencia tan loca !
Pues pude , luego que entré ,
Cerrarle ; pero ya es cosa
Imposible.
VEGUER. (Dentro.)
Entrad , que este es.
Sale EL VEGUER y su gente.
SERRALLONGA.
Vereislo, canalla, ahora.
VEGUER.
Maiadle.
SERRALLONGA.
¿Cómo matadle?
Señor Veguer ó bigornia ,
i. Le parece que no hay más
De malar á Serrallonga?
(Riñen.)
VEGUER.
¡ Muera !
TODOS.
¡ Muera !
SERRALLONGA.
i O cap de Deu !
Con las gallinas astrosas.
SOLDADO.
No hay rayo más invencible.
(Húndese Serrallonga por un escotillón
á modo de losa de sepulcro.)
SERRALLONGA.
¡Jesús! ¡Jesús!
SOLDADO.
Con la losa
Se hundió de una sepultura.
Sobre donde estaba.
VEGUER.
¡Cosa
Notable !
SOLDADO.
La tierra misma
De sus delitos se a.sombra
V suirirle no ha podido.
VEGUER.
Echémosle tierra ahora
Encima, para que quede
Sepultado vivo.
SOLDADO.
Sobra
Para matarle el horror
Üe la sepultura propia.
VEGUER.
Escuchad, que si no es
Ilusión, juzgo que á solas
O con alguien que está dentro,
Está hablando Serrallonga.
SERRALLONGA. (AbajO.)
¿ Tú , que el ser me diste , intentas
Esta crueldad prodigiosa
Con la vida que me has dado?
DON BERNARDO.
Esto importa.
SERRALLONGA.
¿Cómo importa?
DO.N BERNARDO.
Más que la vida es el alma.
üflO
COMEDIAS ESCOGIDAS DE DON FRANCISCO DE ROJAS.
TECOER.
¡Conversación espantosa!
D0:< UERKARbO.
Esiohadeser.
VEGUER.
i Raro caso !
SERnALLOXCA.
Ya te obedezco.
SOLDADO.
Por otra
Puerta, que sin duda alguna
Es fuerza que corresponda
A esta bóveda, parece
Que suenan pasos ahora.
VECCER.
Los cabellos se me erizan
De horror. Retiraos á esotra
Parte , que hoy todo es prodigios.
SOLDADO.
¡Válgame Dios, qué horrorosa
Es de la muerte la imagen!
VEGUER.
Bernardo de Serrallonga ,
Su difunto padre , es quien
Habla dentro. Por esotra
Parte seguidme.
SOLDADO.
Tras ti
Varaos todos.
(Va/we.)
Sale SERRALLONGA lleno de tierra
V DON BERNARDO con manto capi-
tular de ftonlesa y espada dorada,
y una luz en la mano.
DON BERNARDO.
Serrallonga,
Tu padre soy, y viviendo
Escuchaste de mi boca
Consejos siempre de padre;
Y muerto, me manda ahora
El cielo para bien tuyo
(Jue á prisión te des , que eslorbas
Tu dicha en la resistencia ;
Adiós , ni á mi no te opongas
Ni á tu salvación que es esta.
Y advierte , que desla forma
La palabra que te di
Ultima, le cumplo. {Vase.
SERRALLONGA.
Sombra,
Padre y Señor, yo obedezco
Cuanto en mi parte disponga
El cielo.
Salen EL VEGUER y soldados.
VEGUER.
Aqui está , lleguemos.
SERRALLO^GA.
Sólo soy estatua y roca.
VEGUER.
Lleguemos.
SERRALLONGA.
Llegad, llegad.
Que para grillos y esposas
De manos y pies, estoy
Rendido, que Dios me otorga
Para libertad del alma
Esla prisión venturosa;
Y pues mi padre me enlresa ,
Esto es lo que más me inipuita.
VEGUER.
Ponadle esposas y grillos,
Y esa cadena.
SERRALLONGA.
En buen hora ,
Que ya, amigos, para mi
Son las prisiones lisonjas ;
Oh con qué gusto que espero
La muerte!
VEGUER.
Rodeadle ahora
Con esla cadena el cuerpo.
{hchanle una cadena y esposas.)
SERRALLONGA.
Para mi todas son joyas.
SOLDADO.
Ya está lo que mandas hecho.
VEGUER.
Caminad á Barcelona
Con él ahora, soldados.
SERRALLONGA.
Vamos , amigos , que toda
La prisa que me dais es
Para llegar por la posta
A la ventura que aguarda
Con su muerte á Serrallonga ;
Y de mis culpas , cualquiera
Será recompensa corla.
(Vanse.)
Sale FADRÍ con grillos, y dice dentro
EL ALCAIDE.
ALCAIDE. (Dentro.)
Vaya al calabozo fuerte
Este hidalgo, que es un Marte
Bandolero.
FADRÍ.
En cualquier parte
Podré esperar á la muerte ;
No me espanta el calabozo
Ni el inlierno me da espanto;
Y aunque rendido, no tanto
Que de la muerte el destrozo
Ni el temor de la fortuna
Han de alabarse que han hecho
En la roca de mi pecho
Mudanza jamás alguna.
Sale XLCARWAV con esposas y grilliis.
ALCAIDE. (Dentro.)
Allá baja olrocouél,
Bandolero baladi.
ALCARAVÁN.
Miente el Soldán, y el Sofi
Y el Tamorlan después del ,
Si hablaran en mi opinión
Como el seor Alcaide ha hablado ;
Y á no venir desposado
Con esa infame invención.
Yo se lo diera á entender
Como alguna vez verá.
FADRÍ.
¿Es Alcaraván?
ALCARAVÁN.
¿Quién va?
¿Es galán , hombre ó mujer?
FADRÍ.
Soy el demonio.
ALCARAVÁN.
¿Es Fadri?
FADRÍ.
Aunque el serlo sea delito...
ALCARAVÁN.
¿También cayó en el garlito
Voacé?
FADRÍ.
Soy hombre y caí.
ALCARAVÁN.
Bellaco pleito tenemos;
Pienso que por no guardarnos ,
En cuartos lian trocarnos
Por lo que á vellón olemos.
FADRÍ.
Más que me truequen despuc3
De muerto en maravedís
O en moneda del pais.
Que en cuartos, es interc3
Que sube mucho.
ALCARAVÁN.
Fadri,
Siempre ostentaste valor.
FADRÍ.
Nunca conocí al temor.
Ni sé á qué sabe.
ALCARAVÁN.
Yo sí.
FADRÍ.
¿Y has sabido qué suceso
Ha tenido, Alcaraván,
Serrallonga, el capitán;
Si ha quedado muerto ó preso?
Porque á sentirlo vendré
Mas en ocasión tan fuerte ,
Que mi prisión ni mi muerte.
Bien de tu amistad lo sé;
Aqui saldrá en la colada
Todo, si no es que en Narbona
Ha dado con su persona ;
Aunque es carga muy pesada
La maza de mí Señor.
FADRÍ.
Todo lo vence el amor
Y una voluntad prendada.
(Ruido dentro de cadenas y grillos)
ALCARAVÁN.
¿ Qué prodigioso ruido
De grillos se escucha ahora?
FADRÍ.
Es música , aunque sonora ,
De poco gusto al oido;
Habrá anochecido ya
Y por los usados modos.
En los calabozos todos
Los presos recogerá.
ALCARAVÁN.
Pues til y yo esta noche haremos
Rancho en el mió, Fadri,
Que mullido se está alli
El duro suelo.
FADRÍ.
¿Podremos
Echar menos el regalo.
Siendo eu tantas ocasiones
Peñascos nuestros colchones?
ALCARAVÁN.
Lo que aqui suele haber malo
Son ciertos animalejos
Que en los que escuchan dormidos
Andan muy introducidos,
llojéndoles los pellejos.
Hay unas chinches mollares
Y unos caribes ratones
Que se comen los talones
Y vuelven por los pulgares.
Estas plagas hay aquí.
Porque debió Faraón
De hallar la nueva invención
Del calabozo, Fadri.
( Van saliendo losque nombra el Alcaide
desde adentro, todos con griUot,y
toman rancho.)
ALCAIDE. (Dentro.)
Ea, vayan por su lista
Los del calabozo fuerte.
ALCARAVAS.
Ya encierran los camaradas;
Debe de haber mucha gente.
Aic\íOE. {Dentro.)
El de la moneda falsa.
UÜSEPEKO.
Señor Alcalde, uo tiene
Tanta culpa , que no está
Averiguado, y ser puede
Que salga lodo mentira.
ALCAIDE. (Díníra.)
El Embuslero alcahuete.
EMDOSTERO.
Mentirán cuantos lo dicen.
ALCABAVAN.
Y en este tiempo parece
üue tiene razón , que son
Muy fáciles las mujeres.
ALCAIDE. (Dentro.)
El liepresentante.
ALCABAVArt.
Cien ;
¿Por qué está?
«EPRESEXTANTE.
Por una muerte,
i Y qué ie parece, hidalgo?
ALCARAVÁN.
Que es muy venial delincuente ,
Y se quitará con agua
Bendita de dos marqueses,
L'n entremés y dos bailes.
ALCAIDE. (Deni.TO.)
El Estudiante valiente,
Por la sátira.
ESTUDIANTE.
Ya bajo
Como un lurco matasiete.
ALCARAVÁN.
Poca cosa , poca cosa ;
Lüdron de versos es este.
ESTUDÍAME.
Mienten cuantos lo pensaren.
[Tropieza en Alcaraván.)
ALCARAV.IN.
Esos son mis pies.
ESTUDIANTE.
Pues deje
Paso al rancho á cada uno.
ALCARAVÁN.
Dijo bien , encogeréme.
ALCAIDE. (Dentro.)
El ciego que vende coplas.
Por casado cuatro veces.
ALCARAVÁN.
Nunca debió de ir á vistas,
l'orque sólo á ciegas puede
Casarse el demonio tantas.
CIEGO.
Señores, quien miente, mieiile.
ESTUDIANTE.
Tente , ciego, que me estrupas.
CIEGO.
Vistoso, no sé querelle ,
Si se pone en medio...
ESTUDIANTE.
Pase,
Como chanflón.
ALCAIDE. (Dentro.)
El Vejete,
Por el incesto.
ALCARAVÁN.
I Oh bellaco!
Puerro por de dentro ^erllo
\ por la cabeza cano.
AN SERRALLONGA, V BANDOS DE BARCELONA
I
VEJETK.
Dios lo sabe solamente ,
Si es testimonio.
¿Querrasc
Vendar Susana?
VEJETE.
¿Quién mete
En eso 6 vuesa'nierced?
ALCARAVÁN.
Yo, que soy aqui su agente.
ALCAIDE. (Dentro.)
Cierra el calabozo ahora;
Pero aguarda, no le cierres,
Que hay preso nuevo, y de chapa ,
Que cubierto el rostro viene
Vdel Virey encargado.
Señores, allá va un huésped.
ALCARAVÁN.
Venga en buen hora, que aquí
Mullida la cama tiene.
ESTUDIANTE.
Valiente cadena arrastra.
VEJETE.
Si de oro se volviese,
UiM dueño fuera el rescate.
FADRi.
^Si acaso, cielos, es este
Si-rrallonga?
Sale SERRALLONGA con cadena y es-
posas en las manos.
SERRALLONGA.
Hacia esta parte
A tiento quiero ponerme,
Ya que este oscuro teatro
la vida y de la muerte ,
Hasta que llegue , me dan
Mis delitos por albergue.
(Échase á un lado más alto que todoí
Aquí he enconlrado un arrimo
■'.n que á mi cansancio pueden
Poner treguas mis cuidados
Si un triste con ellos duerme.
Lo que pasó con mi padre,
üue ha sido sueño parece;
Sueño fué, y dormido pudo
Kl Veguer preso traerme ;
Que sin duda , lo que tuve
Por verdad , fueron especies
Que durmiendo atrae al alma
la imaginativa siempre;
Pues tan prodigioso caso
.Ni) ha podido sucederme
Menos que dormido.
ALCARAVÁN.
¡Oh chinche
Del mismo demonio! ¿Vienes
Kn traje de sabandija
Y sacabocados eres?
SERRALLONGA.
Esta es voz de Alcaraván
Y lenguaje juntamente;
También corrió mi fortuna
Sin duda.
ESTUDIANTE.
¿Qué manda? Fuese.
UONEDERO.
¿Qué esesto,seor Licenciado?
ESTUDIANTE.
Cierto gazapo de ájeme.
Que á conversación conmigo
Se venia, y despéjele.
VEJETE.
Ya comienzan á ser largas
Las noches notablemente.
EUDUSTEItO.
Fiestas son del bacallao.
VEJETE.
¿No dotaremos de aceite
Una lamparilla aqui?
ESTUDIANTE.
SI , que este oscuro retrete.
Va que no parezca al limbo,
Es solar de Miserere.
CIEGO.
Todo es uno para inl.
EUBUSTERO.
Mire como se revuelvo.
Señor vecino, que están
Mis narices aqui.
ALCARAVÁN.
Echéino
De esotro lado, que son
De Chinchón estas paredes;
No se dé por entendido.
SERRALLONGA.
Alcaraván es aqueste.
CIEGO.
¿Señor Licenciado?
ESTUDIANTE.
¿Quién
Mo llama?
El ciego.
ESTUDIANTE.
¿Y qué quiere?
CIEGO.
Oue pues es tan gran poeta,
linas cophis me escribiese
l)('Serrallonga, ese bravo
Kandolero. ese que tiene
l'»(l.i Cataluña en arma;
Que yo daré un dobloncete
l'or el metro.
REPRESENTANTE.
¿ No es mejor.
Pues se hace más fjcilmente.
Una comedia, en que Prado,
Arias ó Cintor, hiciesen
\ Serrallonga, queson
I, os que mayor fama lienen
lii España , y fuera cosa ,
Que inninrlal pudiera hacerle ,
\ con que escandalizara
Las cortes de muchos reyes?
Ni comedias ni esas cosas,
Si á voacedes les parece.
Ha menester Serrallonga.
SERRALLONCA.
¿Este es Fadrí?
ESTUDIANTE.
¿Quií'n le mote
Al del rincón en dibujos?
SERRALLONGA.
¿Pues quién aquí mejor puede.
Que el del rincón , en las cosas
De Serrallonga meterse?
FADRÍ.
Vive Dios que es Serrallonga
El que he sospechado siempre.
ALCARAVÁN.
o no soy Alcaraván ,
O Serrallonga es aquesto.
ESTUDIANTE.
Deben voacedes de ser
De Serrallonga parientes.
ALCARAVÁN.
Cuéntenme, si son servidos,
S82
También con los
Que somos ires.
estudíame.
Puco importa
Ser tres, ni cinco ni siete.
ALCARAVÁN.
Si, importa.
FADRi.
Y importará
Mucho más de lo que entienden.
VEJETE.
No importa ; y más adelante
No pasen los remoquetes ,
One es hacer algo de nada ;
Miren sobre qué valiente
Alcides, Héctor ó Aquiles,
liernardo ó Roldan , contienden ,
Sino sobre un bandolero.
Que ha cometido...
ALCARAVÁN.
Vejete ,
Draguero del conde Claros
Que te estás haciendo siempre
Con responsos los bigotes
Y gárgaras con el réquiem;
Que tienes manida el alma
Y de manida te hiede;
Que por los sepulcros , como
l'or una viña, te metes
Vendimiada ; que aprendiste
A leer con las mujeres
Del archivo de Simancas,
Y te nacieron los dientes
Sirviendo al Rey que rabió ;
Que las primeras mercedes
Fué hacerte paje de lanza
De Longinos ; que la sierpe
Del terrenal Paraíso
Fué hermana tuya de leche;
Que fuiste casamentero
De las bodas de Olofernes;
Oue engendrastre los relrancs;
Que inventaste los picheles;
Con quien el préstame un cuarto
Veinte y cinco años no tiene,
Y las tres ánades madre;
Duerme y calla , si no quieres
Ser ajo de la otra vida
En las migas de la muerte.
VEJETE.
Demonio, ¿d jnde has hallado
Tanto apodo que ponerme?
¿Tanto chiste que decirme?
ALCARAVÁN.
En lus pedorreras , que eres
Calepino de los siglos
Y el almanac de los meses.
CIEGO.
Muy introducidos hallo
Kn el calabozo fuerte
Los huéspedes , sin habernos
Pagado antes la patente.
ESTUDIANTE.
Que la paguen, 6 si no.
Como acostumbrarse suele,
Haya culebra y culebra
Del rey don Rodrigo.
FADHÍ.
Kslonse
Quedos, si fueren servidos;
Y repare quien pudiere
Que duerme mi eamarada ;
Que, vive Dios, que les pese
Si andamos á coces todos.
VEJETE.
i Notable lenguaje tiene !
CIEGO.
Germanía es lodo.
COMEDIAS liSGÜGlÜAS DE DON FRANCISCO
voacedes, estudiante.
Mucho
Los huéspedes se prometen ,
Sin saber qué hay |)or acá.
SERRALLONGA.
Todo el mundo se sosiegue.
Que, vive Dios, que me canso,
V que si nte causo eche
Kl calabozo por una
Ventana.
vejete.
El demonio puede
Replicarle.
represektante.
I Hombre notable !
estudiante.
Mas si Serrallonga fuese.f.
serrallonga.
¿Callaron?
EMDUSTEnO.
¿No lo ve?
ALCARAVÁN.
Todos
Mujeres de Lolh parecen.
ciego.
Yo soy ciego, y todos mudos.
estudiante.
¿Quién será este matasiete
Tan dueño del calabozo?
ALCARAVÁN.
¿Amasan aqui , que ciernen
Pulgas por harina?
representante.
Callen ,
V durmamos.
vejete.
Desvéleme;
.No podré entrar en camino
En toda la noche. ¿Duerme
El Señor?
representante.
Ya andaba
En eso. ¿Qué se le ofrece
A vesasted ahora?
vejete.
¿Sabe
El juego del hombre?
representante.
Séle.
VEJETE.
Juzgúeme esta mano.
REPRESENTANTE.
Diga.
lúONEDERO.
Informe bien, señor Lesmcs.
VEJETE.
Yo estaba con la tenaza...
alcaravah.
El descendimiento es ese.
Lacayo de Kicodemus.
VEJETE.
Con tres triunfos y dos reyes ,
Y del un palo baldado.
ALCARAVÁN.
De todos lo estás, Vejete.
REPRESENTANTE.
Pase vuesasted adelante.
VEJETE.
Uiceme hombre (inalmente.
Ya no podrán en tu vida...
VEJETE.
Hijo de puta, ¿no quieres
nejarme?
De dormirme ú de tenderle
A roncar al otro mundo.
{Tañen guitarra dentro.)
VEJETE.
Aqui parece que quiereo
Cantar, oigamos.
MONEDERO.
Será
Del cuarto de las mujeres ,
Una ninfa que á estas horas
Las más noches cantar suele.
CANTAN. {Dentro.)
Acabe ya de llegar
Esla perezosa muerte.
Cuyos presagios y anuncios
Tantos dias liá que vienen.
Descifremos este encanto
Tan difícil de entenderse.
Que todos le rehusamos
Y i él encaminamos siempre.
Y este reloj de la vida
Que por momentos fallece ,
La postrer hora señale
Antes que se desconcierte.
SERRALLONGA.
Conmigo estos versos hablan.
ESTUDIANTE.
Arrullóse este valiente
Con la música.
SERRALLONGA.
La cuna
Puede ser que me aproveche
Para romper las costillas
A algún hablador, que quiero
Que yo le despache el alma
Del calabozo á las veinte.
EMBUSTERO.
¡ Bravo por Dios !
MONEDERO.
¡ Bravo !
ESTUDIANTE.
¡DravD!
{Iliense lodos.)
SERRALLONGA.
No quisiera que volviese
La risa en rabia.
ESTUDIANTE.
Sin duda
Está loco.
SERRALLONGA.
Tantas veces
Me pueden hacer el són.
Que salte de a(iui ó reviente
Con alguna cas<|uetada
Que á más de uno le cueste
Las muelas y las uarices.
REPRESENTANTE.
Pocos hacen lo que ofrecen.
SERRALLONGA.
¿Mas que me he de levantar?
ESTUDIANTE.
¡Cuerpo de Dios! ¿No se puede
Mover de esposas y grillos
Y una cadena , y pretende
Darnos á tragar gazapos?
SERRALLONGA.
¿Pues para qué tengo dientes,
l'ñns, iii'jndiis, V un alma
liiTüirii, iii:i Km Miulerhelies?
\iv.' 1. '.s , ,|n.' Ii:iii de sallar
De Im, r.ii., lai^ :i púneles,
llocadiKS V huU'tadas,
Los gallinas.
(í.t't/ííníasí'.)
EL CATALÁN SERRALLONOA , V BANDOS DE UAUCELÜMA.
faorI.
Aquí llenes
Quien se ve otra vez contigo.
alcarava:<.
Y yo, aunque canto falsete ,
No haré compañero falso.
Arrójasí con ellos á puñadas con las
esposas , revuélvese el calabozo , y
sale EL ALCAIDE con bastón y luz
y apártalos, y SerraUonga se retira
aun lado.
RKl-nESEXTANTE.
Homliro del demonio, lente ;
Un rajóse ha desalacio.
UOXEDEtlO.
¡Ay mi nariz!
EJlDtSTERO.
i Ay mis sienes!
ESTCDIASTE.
¡Ay mi brazo!
CIEGO.
i Ay mi costilla!
El calabozo se viene
Otra vez abajo.
ALCAIDE.
Fuera.
SERRALLOMGA.
El señor Alcalde llepue.
Que yo me reportaré ;
Y eslos gallinas le deben
Mas de lo que piensa.
ALCAIDE.
¿Quién
Es SerraUonga ? ¿ Es el huésped
Que vino esta noche?
SERRALLONGA.
¿Quién?
Yo soy. ¿ Qué es lo que me quiere .
ALCAIDE.
Es menester acá fuera.
VEJETE.
iQué! ¿SerraUonga es aqueste?
Siempre lo temi yo.
SERRALLONGA.
Vamos
Do el señor Alcaide quiere ,
Que de mi pecho al escollo
No le espantan los vaivenes
Del tiempo, ni la fortuna.
Ni todo el mar de la muerte.
ALCARAVAX.
Fadri, vamos tras él.
FADRÍ.
Vamos ,
Que del calabozo fuerte
Dan libertad con el dia.
( Vanse Fadri ij Alcaraván.,
ALCAIDE.
Por ma! de alguno amanece.
SERRALLONGA.
Podrá ser que sea por bien.
( Vanse SerraUonga y el Alcaide.)
REPRESEXTA.NTE.
Esto á ponerle me huele
En la capilla.
MONEDERO.
Querrá
Despacharle brevemente
El de Cardona , que tuvo
De matarle ú de prenderle
Siempre gana.
EllBUSTERO.
El es bizarro
Catalán.
estudia:(TE.
Nadie me tiene
Más envidioso en el mundo.
VEJETE.
Pues yo haré con él que trueque
Con el señor Licenciado
Su plaza.
ESTUDIANTE.
El valor no puede
Trocar cou nadie.
CIEGO.
A escuchar
Vamos la sentencia.
ESTUDIANTE.
I Fuerte
Ocasión ! Vamos; no he visto
Jamás hombre más valiente
CIEGO.
Yo le daré para guantes,
Si el de la sátira quiere
La relación escribirme.
ESTUDIANTE.
Vamos , y el cuidado deje
A mi pluma , que he de hacer
Que la de Virgilio tiemble.
CIEGO.
¿Es poeta?
ESTUDIANTE.
Y de los cultos,
Que lo que escriben no entienden
Ellos ni el mismo demonio.
CIEGO.
Será la obra elocuente ;
Vaya un villancico al cabo.
¿ A vuesarced le parece
Conlra los moños?
ESTUDIANTE.
Pondráse
De veinte y cinco allileres.
{Vanse.)
Sale DOÑA JUANA hablando desde
Afuera , apartad , dejadme
Entrar, que donde muriere
SerraUonga, ha de morir
Quien sin él vivir no puede.
Perdida del , hasta ahora
Me escondió una gruía verde
De esa montaña , que al sol
En plata el oro le bebe;
Y sabiendo que venia
Preso, amor me trae á verle ,
Y á pagarle con la vida
Lo que la vida le debe.
Mi vida busco ; aunque no,
Mal dije; busco mi muerte.
Que no es amor verdadero
Amor que los riesgos temo.
Salen SERP.ALLONGA
T EL ALCAIDE.
SERRALLONGA.
Obedezco la sentencia,
Y voy á morir alegre.
ALCAIDE.
Ro se ha visto más constante
Corazón.
SERRALLONGA.
¿Dónde pretende
Llevarme el señor Alcaide
Ahora?
ALCAIDE.
Es fuerza que os dejo
En la capilla.
SKRRALLONG.V.
Venid ,
Y este duro amago llegue
Que tanto le rehusamos
Y á él caminamos siempre.
Probemos esta hebifla
Que amar-;.! :'i tr,.:,.-^ inroro,
Cuyos pi' ■ ' :i- :iH;n.;
Tantos .: ;:: 1 . "I,
Y esUMvi .,,,.' ,.i . .:
Que por iiiiiiin-iiii..-> ;,,ll. cu.
La postrer hora señale
Antes que se desconcierte.
Juana está aqui.
DOÑA JUANA. {Ap.)
SerraUonga
Es el que miro presente
Si el deseo no me engaña.
I SERRALLO.XCA. (4p.)
¡Oh, si pudiera sin verme
Pasar !
DOÑA JUANA.
(Ap. ¿A qué aguardo?)— Dame
Esos brazos.
SERRALLONGA.
Juana, tente.
Que este es otro tiempo ya,
Utro nuevo mundo es este;.
No porque en esta ocasión
Dejaré de agradecerle
Amor tan nunca vencido;
Mas porque son diferentes
Las finezas de la vida
De las veras de la muerte ;
Esto pide otro lenguaje
Del que se acostumbra siempre,
Otro ser nuevo, otro estilo.
DO.ÑA JUANA.
¿Cómo?
SERRALLONGA.
Escúchame .itenlamci'tc:
Juana, yo voy a morir,
Y ahora no he menester
Más que enseñarme á vencer
Los peligros del vivir; ,
Aprenderá desmentir
Lo que en la vida enamora,
i:s lo que pretendo ahora;
Que muriendo desta sueno
Nunca quedará la muerte
■ De alma y vida vencedora.
Kn ocasión , que llegada ,
Tan fácil la considero,
La vida del alma quiero.
No la del cuerpo, que es nada ;
Para hacer esta jornada
Tan á la ligera he de ir.
Que no me pueda impedir
Entre humanos emhurazos;
Mira, si me echas los brazos
Como tengo de partir.
Bien es justo que prinioro
Que cumpla el cielo me aliaua
Con lo que te debo, Juana,
Por cristiano y caballero;
Hacerte mi esposa i|ii¡ero;
Y aniMpii .1 "11- '''■ irrro estoy
Rendi'l . V I ", • h >v.
Pues I .11 : I , ' . ■ i ina
De n;;iii.i ; i . ,j 1 ülina.
Las dos ili-l alma le doy.
Con esto, adiós, que nie espera
El Alcaide, quien me avisa
Que me está llamando aprisa
La ley de morir severa ;
Débate yo por postrera
Una Gneza española
S81 COMEDIAS
De lanías como acrisola
Tu pecho, que es lio llorar,
Ponjue me puedo anegar
£ii uua lágriaia sola.
DOÑA JUANA.
Aunque pidiéndome eslás
Cosas que no pueden ser,
lli>y le pienso obedecer
En imposibles no más;
Ilien que con oslo me da3
l'.jra morir ocasión ,
Oue las lagrimas (jue al son
Del pesar salen del centro,
i^e volverán bácia adentro
A anegarme el coraron.
ÜUés el alma que le he dado
Oue seguir la luya intenta ,
l>e la espantosa tormenta
Del corazón saldrá á nado;
Oue como las ha juntado
Amor en lazo tan fuerte,
Asi en la postrera suerte
No liay poder que las divida ,
Que son fueros que á la vida
Juró guardarle la muerte.
SERRALLO.NGA.
No me enternezcas , mujer,
Que ya conozco tu amor,
(guando be de ostentar valor
Lágrimas no be menester ;
Esto badeser.
BOÑA lUANA.
Si badeser.
Consuele el cielo á los dos.
SERRALLO.NGA.
Ya voy, Alcaide , con vos.
ALCAIDE.
¡Qué valor!
DOÑA JOAXA.
Yo voy sin vida.
SERtiALLONGA.
Adiós, esposa querida.
DOÑA JUANA.
Esposo del alma , adiós.
( Vase doña Juana por un lado y Serra-
llongapoT otro.)
Sale EL DUQUE y acompañasiiexto.
CRIADO.
Sólo al Duque de Cardona
Publica á voces el pueblo
Que deberá CataluBa
Ue los bandos el sosiego
De los Caderes y Narros
Tan contrarios y sangrientos ,
Como la seguridad
De sus caminos.
DUQUE.
Yo espero
Quecou la cabeza sola
ESCOCIDAS DE DON KIUNCISCO
Que mando quitar del cuello
Hoy á Serrallonga, todo
Tenga venturoso efecto,
Y que es el mayor servicio
Que á Dios y á mi Rey he hecho.
CRIADO.
Nunca vuecelencia falta
A la Síingre que le dieron
Tan altos progenitores.
DUQUE.
Por Barcelona pretendo
Salir en público boy.
Para asegurar con esto
De la justicia que bago
La ejecución y el respeto.
CRIADO.
lia sido rnzon de estado
De la prudencia que vemos
Un vuecelencia, Señor.
DUQUE.
Todo importa al buen gobierno.
A doña Juana Torrellas
He puesto en un monasterio.
Después que con Serrallonga
Se celebro el casamiento
Para morir.
CRIADO.
Eso ha sido
De todo el colmo postrero,
Y lo i,ue más importaba.
DUQUE.
A los demás bandoleros.
Que son muchos en prisión,
licbar en galeras pienso.
Que el marqués de Villafranca
Tiene orden para esto mesmo
Para todos los vireyes
De su majestad , decreto
En que le servimos todos.
Sale DON C.\RLOS , con luto.
DOX CARLOS.
A besarla mano llego
A vuecelencia, por tantas
Mercedes como me ha becho
En aquesta ocasión.
DUQUE.
Si,
Don Carlos , todo lo debo
A vuestra sangre ; y el lulo
Que en vos nuevamente veo.
Me ha parecido fineza
De tan grande caballero.
DON CARLOS,
Serrallonga lo es lan grande.
Que habiéndome satisfecho.
Es fuerza mostrar asi
De su muerte el sentimiento.
DUQUE.
De vuestras obligaciones
Siempre , don Carlos, lo creo.
DOX CARLOS.
Con el muerto y el rendido
■Ninguna ley guarda el duelo.
DUQUE.
i Y en qué eslado habéis dejado
Al de Serrallonga?
DOX CARLOS.
Entienda
Que ya en el suplicio hübrá
También satisfecho al cielo
Lo que debe ; y yo he venido
De haberle visto lan tierno,
Después de haberme pedid»
Perdón con tantos extremos
Y haberse echado á besarme
Los pies, que esto proiiio ha hecho
Con otros muchos , que toda
La demostración de deudo
Y de amigo, be de afectar
En su muerte , donde puedo
Decir, que mayor valor
De cristiano y caballero
No se ha visto eu los anales
Déla fortuna y el tiempo;
Porque desde que salió
De la cárcel hasta el puesto
Del suplicio, que de todos
Sus naufragios llamó puerto,
No se vio mayor constancia
Ni semblante" más severo
En hombre mortal ; en fin,
Por cosa asentada tengo.
Según la fe , que pisando
Está inmortales luceros.
DUQUE.
Su fe , su muerte y valor.
Me dan de verle deseo.
[Descúbrese un cadalso con luto, ?/
dos blandones con hachas encendi-
das, el cuerpo sin cabeza, corriendo
sangre, y el tronco con capuz, y la
cabeza de por sí.)
DOX CARLOS.
Llegar puede vuecelencia.
Que aun estando sin el cuerpo
La cabeza, está mostrando
Su nunca vencido esfuerzo.
DUQUE.
Tan vivo está . que al semblante ,
Según se muestra severo.
No parece que han llegado
Las nuevas de que está muerto.
DOX CARLOS.
Desta suerte Serrallonga ,
El catalán bandolero.
Fin ha tenido: y Luis Velez
Por mí, Senado discreto.
Os pide con los demás,
Sacrificándoos deseos.
Como perdón de las fallas.
Vítores de los aciertos.
TAMBIÉN LA AFRENTA ES VENENO,
DE LUIS VELE7, DE GIT-VARA . DE DON ANTONIO COELLO Y DE DON FRANCISCO DE ROJAS.
PERSONAS.
EL REY DE PORTUGAL. | VASCO DE ALMEIDA.
EL MAESTRE DE AVlS, DON CLAUDIO.
tu hermano. JIAN LORENZO DE ACU-
EL PlilOli ÜE OCRATO. I .ÑA.
LA INFANTA.
DONA LEONOR DE ME-
NESES.
GUIOMAR, criada.
BARRETO, gracioso.
UN PINTOR.
Música.
JORNADA PRIMER.^.
(l)E LlIS VELEZ DE CL'EVV
Salen los MÚSICOS cantando.
MÚSICOS.
A lat fiestas que hace el valle
.4/ despedirse el invierno
Con la venida de Abril
Tan deseada en el suelo.
Los arroyos desatados
De la prisión que tuvieron ,
Bajan d ser de las aves
.Músicos, del tol espejos.
Verdes gigantes lo^ montes ,
Ya como riscos soberbios.
Con las galas del verano
Enamoran los luceros.
A la risa de las fuentes
Val aplauso de ¡os ecos.
Mienten estrellas los prados ,
Cortesanos lisonjeros.
Salen el REV. de gala, el MAES-
TRE, DON CLAUDIO, VASCO T EL
PRIOR.
No ban abierto una ventana.
PRIOR.
Habránla en el alma abierto.
Que por mas escandalosa.
Señor, condenará el dueño
La de los balcones.
Prior de Ocrato, que temo
Que es en el alma lo mismo,
Que llene de bronce el pecho!
PRIOR.
Nada puede resistirse
A un Rey , y Rey en efecto
De Portugal; vuestra alteza
Desconlia como cuerdo
Y ama como portugués.
Que de amor es sombra el miedo.
REY.
Don Cbudio de Portugal,
Yo amo á una roca de acoro,
Un escollo de diamante,
idolatro un áspid; luego
Una montaña conquisto,
Un imposible deseo,
Y un basilisco en el alma
Es mi buésped de aposento;
Por amante no la obli(;o.
Por rey vencerla nn puedo,
Por vasalla no me admite
Con humos de casamiento
Piir desigual de (luien soy ;
Aunque es tan noble, la dejo,
V ambos nos desconcertamos.
Yo por más y ella por menos.
;0h mal hayan pundonores
Ue vasallajes y reinos,
Si amor igualó las almas
V es más soberano imperio!
Vive Dios, que be de casarme
Con ella , aunque ponga á riesijo
La amistad del rey don Jaime
De Aragón , tan grande deudo,
Con cuya Infanta, Prior,
Por mis poderes se ban hecho
Va las capitulaciones,
V esperan que por momentos
Vaya el Maestre de Avis,
Mi hermano, por ella.
PRIOR.
En tiempo
Está , Señor, vuestra alteza
Como Rey, y como dueño
De su gusto, de poner
Por ejecución deseos
Tan enamorados, que
No será el primer ejemplo
Entre los reyes el luyo.
Pues tantos, como sabemos.
Con vasallas se han casado,
V no está el ejemplo lejos
Ue vuestro padre con doña
Inés de Castro, que hoy vemos
En el mármol coronada
De su insigne mausoleo
Por Reina de Portugal,
V doña Leonor no es menos
Por Tellez y por Meneses.
REY.
Prior, que como discreto
Vasallo, que como noble
Alientas mis pensamientos,
No sin causa eres de mi
El más valido, que es necio
yuien de un rey se opone al gusto
Con no escuchados consejos.
IJoña Leonor de Meneses,
En quien tan gran sangre veo
Con tan divina hermosura ,
lia de ser Reina , en efecto.
De Portugal, que mi amor
l.a ha dado merecimientos
Para serlo de dos mundos ;
Perdone Aragón y el reino
Si se ofenden, de que rompa
l'e , amistad y parentesco
Con don Jaime y con Leonor,
Su Infanta , que la que quiero
Es la de Meneses sola.
Dueño y alma de mi pecho ;
Esta es la Leonor que adoro,
Todas de esta que deseo
Son somnras , y es este nombro
Tan repetido en los ecos
De mi amor, que no he tratado
En Castilla casamiento,
En Francia , ni en Aragón ,
Después que por esta muero,
üue no hayan sido Leonores
Todas, que parece extremo
O prodigio de la estrella
Que me inclina á este portento
De hermosura.
PRIOR.
¿Vuestra alteza
No podrá con otros medios
Rendir su altivez?
BET.
Prior,
¿Quién os acompaña?
PRIOR.
Vuestro
Hermano don Juan , maestre-
De Avis, y con él el viejo
Ayo de vuestras altezas,
Vasco de Almeida.
Conlieso
Que respeto su valor
Y que alabo sus alientos
En esta edad.
VASCO.
Llevará
Dien guardadas por lo menos
Vuestra alteza las espaldas
REY.
Muchos días há que creo
Eso de vos, Vasco.
UAESTRE.
Vyo
A vuestra alteza le ofrezco
Lo misino que Almeida.
REY.
Herma.,
Ya tengo en vos de eso mcsiuu
Muchas experiencias, todas
Al amor grande que os tengo
Debidas; ¡hola! volved
A cantar, que ver espero
Antes que de aquí me vaya.
El sol, ú los soles bellos'
De Leonor.
VASCO.
¡Fuerza notable
De amor y obstinado empeño!
Miisicos. (Cantando.)
Al parabién que dan todos,
fuentes, montes y arrogúelos,
l'rados. valles, ecos y aves.
Las estrellas y luceros.
Íi80 COMEDIAS ESCOGIDAS DE DON FRANCISCO DE ROJAS
Salen JUAN LORENZO DE ACÜ.ÑA,
de noclie, con espada y Vroquel y
BARUtTO de la misma suerte.
BABRETO.
Digo que es avenlurarte
Mucho.
JUAN.
Si un mundo, Bárrelo,
Se me opusiese delante,
Y mucbos. fuera lo mesmo
Cd esta ocasión.
BARRETO.
I'ues dales ,
Que me has metido en el cuerpo
Toda la mesa redonda
Y estoy espumando acero.
uúsicos. (Cantando.)
I.isarda hermosa, milagro
Tirano, encanto del Tejo,
Si antes sirena de plata
Del cristalino Mondejo.
JOAI».
No canten más y despejen ,
Señores músicos , luego
La calle, si no procuran
Ver volar los instrumentos
Desde sus sienes al aire,
Hacieudo á los que son dueños
De la música lo mismo.
MÚSICOS.
¡nombre notable y resuelto!
JlIAX.
Si prosiguen lo verán.
DAnnF.TO.
Y aunque no prosigan.
MÚSICO 2."
Dueño ;
Locos deben de venir.
BARRETO.
Lo borracho nos han hecho
l)e merced.
¿Qué es lo que aguardan?
DARRETO.
Deben de esperar el pliego
Que baja de la consulta.
JUAN.
Yo no podré, porque vengo
Con menos flema.
Miisico 1."
Hombre, sombra,
O demonio, que te has puesto
A intentar cosa tan grande,
Mira que viene por dueño
Di'sta música un hidalgo,
A quien le guardan respeto
En Portugal, y podrás
Deste desalumbramiento
Salir muy escarmentado.
JUAN.
A ninguno se lo debo
Del líey abajo, ocupando
Contra mi gusto este puesto,
Y vive Dios...
REY.
Ved , Prior,
Qué hombre es ese desatento
Ifue á los músicos estorba
Que canten.
PRIOR.
Ir pretendo
A despejarle.
VASCO.
V si quiere
El Prior dejar de hacerlo
V quedarse con su allez.a.
Aun se me acuerdan en estos
Lances los pasados bríos ,
Pues no me ha llevado el tiempo
Todo el vigor de los brazos
Ni todo el valor del pecho.
REY.
Sois siempre Almeida.
BONCLAOnlO.
El Maestre
De Avls, á todos recelo
Que nos gano por la mano.
MAtSTRE.
Cantad , que esle caballero
Que estuvo desalumbrado.
Habrá mudado de iuteulo,
O rogaréselo yo
A cuchilladas.
JUAN.
Sospecho
Que habíais porque vienen tantos
Con vos , y en todos no tengo
Para comenzar, que soy
Muy hidalgo y tengo celos.
{Saca la espada ?/ broquel , Barreta lo
mismo, y todos batallan menos el
¡Uij.)
BARRETO.
Ea , que todos son pocos ,
Y no hay cosa contra el miedo
Como estocada de puño.
REY.
Afuera, apartad, que quiero
Conocer quién ha tenido
lan nunca imitado esfuerzo.
Aunque arriesgue que rae vea
En esta ocasión...
VASCO.
Teneos
Al Rey.
JUAN.
A ese nombre sólo
Rendirse puede este acero.
\ el mío, que no lo hiciera
Con César ni con Pompeyo.
REY.
¿Quién sois?
JUVN.
Un hidalgo honrado
En Portugal.
REY.
¿Cómo es vuestro
Nombre?
JUAN.
Juan Lorenzo Vázquez
De Acuña, de cuyos hechos
En África me acreditan
Tantos gloriosos trofeos.
Tantos triunfos y victorias,
Como vuestros dos consejos
De Estado y Guerra están bien
Informados, y los reinos
De Portugal y el Algarbe.
REY.
Va os conozco, Juan Lorenzo;
Pero ¿qué motivo ha sido
Tan desaliñado y ciego.
El que os ha obligado aquí
A tan locos desaciertos?
JUAN.
Señor, es esta mi casa ,
Y cuando á estas horas vengo
De hablar vuestros secretarios
Que remisos y molestos
Ni tratan de despacharme
Ni de haceros un recuerdo
En mis servicios ; y apenas
Pisar mis umbrales puedo.
Hallando ocupado el paso
Y escandalizado el pueblo
Con músicas a deshoras.
El terreno traduciendo
De palacio á mis balcones.
Y ya veis , como tan cuerdo.
En los que somos casados
El peligro que trae esto,
Pues las apariencias suelen
Despertar cada momento
Al descrédito, á la infamia ,
Honras que estaban durmiendo.
Esta ha sido la ocasión
De mi loco arrojamiento,
Ignorando que podia
Estar vuestra alteza hacieniio
Este escándalo en mi calle,
Y agravio tau forastero
De quien es, á las paredes
Desta casa , que, en efecto,
Es la casa de un casado
Tan honrado caballero.
REY.
¿Cómo casado y en esta
Casa?
JUAN.
Estoilo con su dueño,
Doña Leonor de Meneses.
REY.
¡Qué es esto que escucho, cielos!
JUAN.
Hija del gran Payo Alfonso
De Meneses, que sirviendo
A vuestra alteza murió.
Habrá un año, en el Gobierno
De Ceuta.
BEY. (Ap.)
¡Celos, qué escucho!
¡Si no es sombra, si no es sueño,
Cielos, perderé el sentido
A las manos de mis celos!
JUAN.
Há dias que con las almas
Los dos nos correspondemos,
Y para unirlas en una
Fué bisagra el casamiento.
REV.
¿Cómo sin licencia mia ,
Siendo en Portug:il precepto
Tan inviolable en los robles
Pedirla á sn Rey primero
Para casarse, tuvistes
Tan notable atrevimiento,
Tan extraño desacato
Que sin ella lo habéis hecho?
JUAN.
Por yerro de amor podrá.
Pues son dorados sus yerros.
Vuestra alteza perdonarlo;
Que este lance , este suceso,
A publicar que lo estaba
Me obli.^ü con tanto extremo
A vuestra alteza la culpa
Licenciosa, no advirtiendo
De no habérosla pedido.
REY.
Delitos, que en el respeto
Tocan de la majestad
Ueal con tan grande exceso.
Demostración igual piden
En el castigo : tres Pedros
Hubo en Portugal, Castilla
Y Aragón á un mismo tiempo,
Todos tres primos hermanos,
Y á todos tres nombres dieron
De Crueles; yo soy hijo
DeldePortugal,y tengo
De mostrar que soy retrato
De original tan perfecto
En esta ocasión.
VASCO.
Señor,
Merezcan algiin descuento
En esta culpa los muchos
Servicios de Juan Lorenzo;
Vuestra alteza...
RET.
No me habléis
Mas, Vasco de Almeida, en eso,
yue es cansaros y cansarme.
MAESTRE.
La piedad siempre en los pechos
Reales, como en Dios, luce
Blas que el rigor.
REY.
Yo deseo,
Maestre, dar U entender
A mis vasallos , que heredo
De nuestro padre el valor
ÍJue en Portugal será eterno,
Que soy su propio traslado,
(Jue soy Fernando el primero,
Que soy virey de Dios mismo,
Que soy teniente del cielo.
{Ap. Que soy de Leonor amante
Y que de celos me muero ;
¡Posible es que (¡loco estoy!)
Goza á Leonor Juan Lorenzo,
Y un Rey de Portugal no!)
IV \y. (.4p.)
Mas es este sentimiento
De amante, honor, que de Rey :
Nunca mienten los efectos;
Y esta música le daba
Kl Rey á Leonor. ¡Ah cielos!
¡Y ay celos de mujer propia
Y deunKey! ¡Perderé el seso!
VASCO. (Ap.)
A^ Juan Lorenzo de Acuña
Notable inclinación tengo,
Y me pesa deste lance ,
Y si con Fernando puedo
lie de hacer por él prodigios.
Que la amistad sabe hacerlos.
(/Ip. ¡Ay Leonor! ¡Ay Leonor mia!
¡Ay tiranizado dueño!)
Vamos , Maestre y Prior,
Vamos; sin alma en el pecho
Voy y veneno espumando;
Mataréle, vive el cielo,
Y aun no estaré con su muerte
De mis celos salislecho.
VASCO.
Seguid, Juan Lorenzo, al Rey
De rodillas por el suelo,
Que es deidad humana y quiere
Ser rogada.
Señor, Señor, vuestra alteza..
REV.
Quedaos, quedaos, Juan Lorenzo,
Que me habéis dado el pesar
Mayor, el susto más nuevo
Que vasallo á rey dar pudo.
JOAN. [Ap.)
;.Qué más claro, qué más cieno
Puede estar, cielos, mi agravio?
Los que son vasallos buenos
Han de ser, en caso.-i tules.
Linces de los pensamientos
De los reyes, y los que obran
En lodo el contrario de esto.
TAMBIÉN LA AFRENTA ES VENE.NO,
Son atrevidos, son falsos, |
Son ingratos , son soberbios ,
Son aleves, son tiranos.
Son traidores y groseros ,
V vos lo sois todo junto
Pues habéis sido uno de ellos.
( Vase el Rey y ¡os suyos , y queda Juan
Lorenzo y ¡bárrelo.)
BARRETO. (.ip.)
Con duro espigón . adonde
Suelen decir los plebeyos,
A Juan Lorenzo ha dejado
Kllíey, no puede ser menos,
Sino que haya aquí un gran paso
De comedia de lo acedo.
De loapreíado que llaman ,
De lo de echar el sombrero.
De lo de arrojar la capa.
JUAN.
¿Estoy soñando? ¿qué es esto?
BARRETO.
Entre el amor y el honor
Uravo soliloquio espero.
,,Qué esto que por mi pasa?
¿Para cuándo es mejor tiempo
De morir un desdichado
Que cuando llega á saberlo?
BARRETO.
Jamás fué bueno morir.
Porque no hay cosa en el suelo
Más infame que un difunto.
Mas desairada que un muerto ;
Lo que deja hacer de si ,
Lo que sufre, lo (¡ne siendo
Anir, lu.;iil:i|i;;¡ ,r;;iyos.
Se .li ir 1 • - rirln.
I.ii.-'i ■■■ r, ' Ir MI casa
Donde lia estado; todos tienen
De sólo nombrarle miedo.
Que me espanto, vive Dios,
Como en el libro del duelo.
Entre las cinco palabras
Por la mayor no la han puesto,
Que para cargar á un hombre
Uue hubiera muerto á mi abuelo.
Mientes como difunlillo
Fuera el oprobio postrero.
Juan.
Ni loque dices escucho,
Ni estoy conmigo, ni enliendo
Adonde pongo las plantas,
Ni sé si vivo ó si muero.
BARRETO.
Kl zaguán hemos pasado
De casa, y sale recelo
A recibirte Guiomar
Con una luz.
JUAN.
Otra veo
En los abismos que surco,
Sa/d GUIOMAR con una luz, y detras
ddW/a DO.ÑA LEONOR DE MENE-
S:ES,y pone Guiomar la vela sobre
un bufete.
Que más me alumbra , Barreto;
Pluguiera á Dios que el engaño
Entre los oscuros velos
De sus aparentes sombras
Mi honor hubiera encubierto.
BARRETO.
De su amor haciendo alarde.
DOÑA LEONOR.
Pues , señor mió, tan tarde...
Bien temprano es para mi.
DOÑA LEONOR.
¿Cómo temprano?
JUAN.
No soy
Quien habla en mi, lo que digo.
DOÑA LEONOR.
Pues ¿cómo estando conmigo?
JUAN.
Como conmigo no estoy.
DOÑA LEONOR.
¿Con vos no estáis?
JUAN.
Claro esti.
Si estoy en vos, Leonor mia.
DOÑA LEONOR.
Siempre mi amor desconfía.
JOAN.
¿Y el mió, Leonor, qué hará?
DOÑA LEONOR.
Fiar inmortalidades
Del mió, que ha de vencer
Al tiempo, y siempre ha de ser
Alma de estas dos mitades,
Ciia sola que es la vida
Inmóvil; un corazón
Que amor vinculó esta unión
Desde el venturoso dia
Que os di el alma , dueño mió,
V el corazón con la mano,
Despojo que intenta en vano
Todo el humano albedrio.
Todo el imperio, el poder
De la tierra, contrastar
Esta roca o|uiesla al mar
Que se lia mentido mujer.
Este monte, coronado
De robles, que toca al cielo,
Que algún tirano desvelo
Humano le ha imaginado.
Nada mi pecho importuna;
Que tan heroica mujer
No tiene un mundo poder,
El tiempo ni la fortuna;
Que soy, venciendo intereses
De reinos, con valor godo.
Roca , monte, y sobre todo
Doña Leonor de Meneses.
JOAN.
Guárdete el cielo. Leonor,
Los siglos (le mi deseo.
Que de tan dichoso empleo
Puedo estar vano mi amor.
Yo satisfacción ninguna
Del tuyo no he menester,
Que sé que eres mi mujer,
Y en Portugal otra alguna
No te puede aventajar
En sangre ni obligaciones;
Mas tráenme mis pretensiones
Tan cansado de cansar
Ministros y consejeros,
Que no sé cómo venia
Cuando regué, Leonor mia,
A adorar tus dos luceros;
Vcomo fuera de mi
No supe (perdone amor)
Como me hablaste, Leonor,
Ni como te respondí;
Que de tu amor verdadero
Seguro está mi cuidado:
COMEDIAS ESCOGIDAS DE DOit FRANCISCO DE ROJAS.
Ouien ama, esdescon6ado,
üuien es dicboso, es grosero.
Dame lus manos, pondré
En sus cristales la boca,
Monle de mi honor y roca
De mi amor y de mi fe.
BARRETO. {Ap.}
Gracias á Dios que parece
Que se ba satisfecbo ya.
GUIOMAR. (Ap.)
En obstinado el Rey da ,
Pero Leonor le aborrece.
BARRETO.
Hasta ahora do sabia
Oue estaba con él casada,
Y bubo una brava ensalada
Enlacalle.Guiomarmia.
CDIOIAR.
¿Mia? Esa es llaneza rara
May para novios y primos ;
¿Eo qué bodegón comimos?
BARRETO.
En el de tu hermosa cara.
GOIOMAR.
Ko van á ese bodegón
Lacayos, que pico más
Alto.
BARRETO.
Guiomar. estarás
(Claro está) en esta ocasión
Del Rey cascabeleada
Con bostezos palaciegos;
¿Mas qué traes desasosiegos
De una llave pavonada?
¿Mas qué te sueñas , Señora ,
l)e coche? ¿Mas qué te piolas
Llena de rosas y cintas
Camarera de la Aurora?
Tues acuérdate. Guiomar,
Cue eres humilde mujer,
Y en Guiomar te has de volver
Y en fregona has de parar,
Y que has de ser, en efelo.
Pues tal vanidad te atiza,
Como los hay de ceniza
El miércoles de Barreto.
GUIOUAR.
Picaro de bajas prendas,
¿Qué no ves las que hay en rai ?
Vo pienso ser para ti
Martes de Carnestolendas.
(Tocan guitarras, !j dice dentro el Bey.)
REY.
Cantad, cantad basta el dia ,
()ue mi amor no me da espacio
Para volverme á Palacio.
GtJIOMAn. (.4p )
El Rey vuelve á su porfia.
MÚSICOS. {Cantan.)
Sale Esleía Dalva ,
Amáñese obeim ,
Recordai mi ñaima,
Kttom durmáis meu beim.
JUAN. (Ap.)
El Rey ba vuelto á la calle ;
¡Ah sospechas! ;Rien teméis
Su temeridad tirana
En el dominio del Rey! .
Esto es tomar la paciencia
De un vasallo de mi fe.
Con sangre y honor de Acuña
Y celos de portugués.
msicos. (Canífl.i.i
Vida de mi ñalma ,
fiaom vot posse ver.
Esta naom he vida
Vara se tufrer.
M esto se puede tampoco
Sufrir ; estoy por hacer.
Por intentar, aunque arriesgue
Mil vidas, y el interés
De tanto blasón , ganado
A cosía de tama fe.
Sangre noble, un desatino
Que fama inmortal me dé.
Castigarme en el honor
Una omisión , por no haber
Pedido licencia para
Mi casamiento, es cruel
Recompensa , es tiranía ,
Es bárbaro proceder.
Que el Rey es rey de las vidas ,
Y no puede ser juez
De las almas, pues allí
Es solar el interés ;
Aquí del Rey contra él mismo,
ü aquí de Dios contra el Rey.
DOÑA LEONOR.
Gran Juan Lorenzo de Acuña,
Señor, esposo, mi bien ,
Adorado dueño mió.
Reportaos , no os destempléis
L)e suerte en esta ocasión
Y aunque mayor os la den ,
Que ofendáis "la confianza
Que de mi debéis tener.
Que mi valor es diamante
Ue tan generosa ley.
Que está con el sol al tope,
Y el dorado rosicler
Compitiéndole en el fondo
Corre parejas con él ,
Que estos desaciertos son
Escándalos del poder.
No riesgos de vuestro honor
Ni asaltos de mi desden ;
Que , vive Dios, que á pensar
Que os pudieran ofender
A mi ni á vos en las sombras.
Que hay sangre en mi que heredé
Ue los TellosdeMeneses,
Y en ella valor también;
Sin aventuraros vos
Para intentar, por mujer
Vuestra en primero lugar,
Y por quien yo soy después.
La satisfacción bastante
A la opinión , con los pies ,
Con las manos , con los dientes ,
Con los ojos, que beber
Sabrán, hechos basiliscos
Llenos de hidrópica sed ,
Sangre, y venenoso aliento
A los ásp"ides por él;
Que para mujer tan grande
Como con vos llego á ser.
Es mucho mundo su honor
Y flaco enemigo un Rey.
Esto nielo debo áml,"
Y por vos lo debo hacer
Cuando por mi no lo hiciera ;
Y, vive Dios, otra vez.
Si en este particular
Llego de vos á entender
El escrúpulo menor
En ofensa de la fe
De mi amor y vuestra sangre
Que me mate, que me dé
Ponzoña , que del acero
Invencible que traéis
Me pase de parte a parte
El pecho, donde se ve
Vuestro retrato por alma
Y loda mi vida en él.
Habiendo hecho primero
En la vuestra, que adoré
El mismo mortal estrago,
Resuelta, honrada ycrucl.
Esto lo tened por dicho
Y por hecho lo tened.
Cuando otra vez el recelo
Sea con vos descortés.
Canten en la calle ó lloren ,
Pongan sitios á mi fe
Y asaltos al imposible
Alcázar de mi amor den ,
Porque vos sois Juan Lorenzo
De Acuña , y soy y he de str
Vo siempre doña Leonor
Tellez de Meneses, prez
De Castilla y Portugal,
Que, antes que sus reyes, fue
Mi apellido generoso
Timbre del blasón leonés.
Esta soy yo y vos sois este,
A la memoria os traed
Quien sois vos, y quien soy yo.
Y no tendréis qué temer.
Si estáis con vos y conmigo.
Ningún siniestro vaivén
De la fortuna, rigores.
Fuerzas, tirano poder.
Amenazas , Reyes , rayos ,
.Mundos y esferas, porque
Vos sois "el muro, y yo soy
Hiedra de vuestra "pared.
JUA>'.
Mienten con vos , Leonor, cuantas
Celebra el tiempo, después
Que hubo griegos y romanos;
Dame los brazos.
BARRETO.
El Rey.
JUA>".
¿Cómo el Rey?
BARRETO.
De Portugal.
Sale EL REY, EL MAESTRE, VASCO
Y EL PRIOR.
REV.
No todo os lo habéis de haber.
Señora doña Leonor,
Con vuestro esposo.
DOÑA LEONOR.
No sé
A qué efecto vuestra alteza
Nos hace tanta merced.
RET.
Vengo, como tan parienta,
A daros el parabién
De vuestra boda , que soy,
Como suele acontecer,
El primero que lo siente
Y el postrero que losé;
Que me tocaba ser vuestro
Padrino por justa ley
Del deudo que en Portugal
Los dos conmigo tenéis.
JOAN.
Guarde Dios á vuestra alteza
Los años que ha menester
El reino, por las mercedes
Y por las honras también
Que nos hace.
RET.
Levantad,
Que muchas os pienso hacer,
Juan Lorenzo, que he mudado
i:i primero parecer.
Porque á los servicios vuestros
Lo mucbo que debo sé;
Vasco de Almeida ha mostrado
Que es muy vuestro amigo, á quien
tomo el Maestro, mi hermano.
Muchas Dnezas debfis,
Y no menos al Pridr
De Ocralo, que os quiere bien
JUAN.
Esclavo de todos soy.
BEY. (.4p.)
¡Cielos, que he venido á ver
Con otro dueño á Leonor!
Los sentidos perderé.
Si ya no vengo sin alma.
DO.ÑA LEONOR.
Aquí no tengo qué hacer;
Vuestra alteza me perdone,
Y me dé licencia que
A mi cuarto me retire.
DON* LEONOR.
El cielo os guarde. {Vase.
REY.
(Ap. Del imperio del Argel,
Del encanto de esos ojos
Que estrellas desprecian ser.
Muero de celos y amor.)
Tarde es, y querrá también
Juan Lorenzo recogerse.
JUAN.
Acompañando o? iré.
Como tengo obligación.
Primero.
REY.
No hay para qué
Ahora, vedme mañana
En Palacio.
JUAN.
Iré aponer
Mi cabeza en vuestras manos,
Y mi vida á vuestros pies.
BARRETO.
A Madrid, corle en Castilla,
Se quiere el Rey parecer.
Que dicen que á un mismo tiempo
Llueve y hace sol también;
Quien le vio contra mi amo
No liá una hora chuzos llover
De amenazas y rigores,
No le creerá, si le ve
Ahora sin una nube
Dispensar rayos, y ser
Lisonja de la cabana
Al dorado chapitel.
¡ Qué presto que se mudó
Del rigor á la merced,
De la amenaza al favor!
i Oh rey Madrid ! ¡ oh rey mes
De Febrero, ob rey movible.
No del calendario rey!
Quien no te entiende te compre.
VASCO.
Su alteza ha de conocer
Vuestro valor, Juan Lorenzo
De Acuña, ó yo no seré
Vasco de Almeida, de vuestm
Padre amigo tan Gel.
JCAN.
Merezco á vueseñoría
Esc favor.
MAESTRE.
Yo, después
Do Vasco de Almeida, Acuña,
Soy vuestro amigo también.
JUAN.
Vuestra alie-a llegue i verse
Rey del muado.
TAMBIÉN LA AFRENTA ES VENENO.
I'RIOR.
Yo sabré
También serviros, señor
Juan Lorenzo, porque sé
I gran caballero.
JUAN.
VASCO.
I Rey se va.
REY.
lAp. Paredes, que de mi bien
Sois dichoso albergue, adiós,
Y él quiera que os vuelva á ver
Sin celos y con más dicha.)
Quedaos, "Juan Lorenzo, y ved
l,iue es bueno un rey para amigo,
Y que vuestro lo he de ser.
JUAN.
Levantará vuestra alteza
Mi humildad.
REY. (Ap.)
Poco podré,
O Leonor ha de ser mia.
Triunfando de su altivez. (Vase.)
Recelos, sed confiados,
Que tengo heroica mujer.
BARRETO.
Noche toledana ha sido.
Yo me voy á recoger
Con mucho sueño y sin cena.
Mirad con quién y sin quién.
Sale UN PINTOR con un retrato de do-
ña Leonor, de medio cuerpo arriba,
cubierto con un tafetán.
PINTOR.
El Rey está enamorado
Y será mucho queduerma.
Porque quien de amor enferma,
Le despierta su cuidado;
Y asía Palacio he venido
Tan de mañana con esta
Pintura, que no me cuesta
Del pincel y del sentido
Haberla acabado poco
Trabajo, por el sugeto;
Mas venció el arte, en efeto.
Cuando pensé quedar loco
Y hoy el plazo se ha cumplido
De la apuesta que hemos hecho,
Y he de quedar satisfecho
De lo que me ha prometido,
Y libre de la cruel
Pena que me impuso ; aquí
Un hombre sale.
Sale BARRETO.
BARRETO.
Sin mí
Ando de puerla en cancel
En este del Rey retrete
Que llaman, para saber
Si se levanta, y volver
A casa como un cohete
Adar avi.so á mi amo
Que á Palacio ha devenir,
Y me lo podrá decir
Este hidalgo, que le l'amo
Asi ahora, y puede ser
Que después no se contente
Con vizconde solamente.
Que aquí suele anochecer
Uno cerezo, y salir
San Roque por la mañana ,
Porque es mano soberana
La de un rey para esculpir,
Como Dios, hombres de nada ;
Pero este tiene sin duda
Cara de oficial ó ayuda ;
Llamoréle camarada.
Pues en la cámara está
Por no errar la ocupación;
Mejor será camarón.
Pescado que estemar da.
PINTOR.
Hidalgo, ¿es del Rey criado?
BARRETO.
Ciballero, no, que soy
Criado de Dios, y estoy
A su imagen fabricado.
PINTOR.
Parece hombre de placer.
BARRETO.
¿Por qué, señor don Diablo?
Porquejuega del vocablo,
Y esta casa suele ser
Cestas sabandijas jaula.
BARllETO.
Buenas señas, sin lisonja.
¿No puedo haber sido monja,
Y don Amadis de Gaula,
Que son los que más han sido
De este lenguaje fulleros?
¡ Oh qué grandes majaderos
Siempre á Palacio han venido?
Ya sé que no es el menor
El señor cabo de escuadra :
Notablemente le cuadra
Un cuento, oiga por mi amor ;
Mas el Rey sale imagino;
llaga cuenta que es Inés;
Yo se lo diré después.
PI^T0R.
; Hombre extraño y peregrind!
Sale EL HEy, leyendo una carta, EL
MAESTRE Y EL PRIOR.
Escríbeme el de Aragón
En razón del casamiento
Con notable sentimientu.
MAESTRE.
Y tiene mucha razón;
Perdóneme vuestra alteza
Si esta parece osadía.
Ya que Portugal porfía
Que se case, y la grandeza
Üe un rey de Aragón no es justo
Ofender con omisiones,
Pues las capitulaciones
Se han hecho ; bien sé que al gusto
No os habló en esta ocasión,
Pero sé que á la verdad
Si, queá vuestra autoridad
Toca y á mi obligación
Hablaros desta manera;
Lo demás será. Señor,
Ser lisonjero y traidor.
No sangre tan verdadera
Vuestra y tan cercana.
BEY.
Hermano,
Vuestros consejos estimo,
Y al rey don Jaime, mi primo,
A satisfacer me allano
En las quejas de no hacer
El tratado casamiento.
Cuyo justo pensamiento
Por obra liabcis de poner.
Yendo á Aragón por su Infanta,
Que ya al mismo sol igual
Vcrdri A ser de Portugal
Keina cod grandeza tanta;
Siga á un desden un despecho,
Venza á un desden otro amor,
Y saque aquella Leonor
Estotra Leonor del pecho ;
Hoy por la posta á Aragón,
Porque más mi fe se muestre,
Habéis de partir. Maestre.
{Llega á hablar el Pintor con el Prior
de Oirato.)
PINTOR.
Yo vengo á buena ocasión.
PRIOR.
A buena ocasión Tenis,
No desconlieis.
PINTOn.
Señor,
No haré con vuestro lavor.
RET.
Basta un Maestre de Avis
Para honrar en ocasiones
De casamientos iguales.
No sólo iníl Portugalés,
Sino un mundo de Aragonés.
MAESTRE.
Vuestra alteza favorece.
Como siempre, mi persona
Por rayo de su corona.
REY.
Vuestro valor lo merece,
Y aun liay, por laaslrología,
Ouien diga que habéis de ser
Rey de Portugal, y hacer
Dilatar su monarquía ,
Y que el Principe Perfecto
España os ha de llamar,
Oue os ha de inmortalizar
Por valeroso y discreto.
MAESTRE.
La edad pase, soberano
Fernando, al so! vuestra alteza ,
Que no quiero más grandeza
Que llamarme vuestro hermano,
Y verán como lo muestro
En la ocasión de Aragón.
BEY.
No ha menester ocasión
De lucir el valor vuestro;
Hoy la partida ha de ser,
No la habéis de diferir.
MAESTRE.
Yo me voyá prevenir,
Y empezar á obedecer.
PRIOR.
Colgadlo, para que pueda
Verlo aqui mejor el Rey.
PINTOR.
Sabéis del arte la ley;
Ya como mandáis lo quedi.
{Cuélgalo en la pared.)
REY.
¿Qué es eso. Prior?
PRIOR.
Señor,
Como el plazo te ha cumplido
De aquella apuesta, ha venido
Con el retrato el Pintor;
Y aunque ttata vuestra alteza
De casarse, y que el Maestre
De Avis en Aragón muestre
De Portugal la grandeza,
Y con tanta brevedad
De parecer ha mudado,
A pagar está obligado
Al Pintor la cantidad
Que prometió en el contrato.
COMEDIAS ESCOGIDAS DE DON FRANCISCO
Que la palabra de un rey
Es inexcusable ley.
REY.
¿Cómo fué, Prior de Ocrato?
PRIOR.
Que si dentro de dos meses
Que desde entonces contaba,
Un retrato no le daba
De la Tellez de Meneses,
Porque con dificultad
Del sol se dejaba ver
Y era intentarlo emprender
La mayor temeridad,
Ahorcarlo mandarla
De la almena más civil;
Y sino, darle dos mil
Cruzados el mismo dia
Que el retrato le entregase
Dentro del plazo.
RET.
Es asi.
FRIOR.
Ya él está con él aqui
Antes que el lirmiiio pase;
Cumpla como él ha cumplido
Vuestra alteza su concierto,
Y haga luego del retrato
Lo que más fuere servido.
REY.
Mando al contador mayor
Que otros dos mil le a'crecientc,
Y llévese juntamente
El retrato de Leonor;
Basta el estrago que ha hecho
El original en mi ;
Vayase el retrato, asi
Pudiera echarlo del pecho.
PRIOR.
Pues el desden lo merece
De teonor, eso asi sea;
Pero vuestra alteza vea
Primero si le parece;
Mire si á la semejanza
Con vida el pincel le anima.
Que el grande artífice estima
Más que el oro la alabanza.
REY.
Decís bien. Prior, veamos
Retratado este prodigio.
Este monstruo al breve espacio
Deste lienzo reducido.
{Quila el Pintor el tafetán.)
PINTOR.
Este es.
REY.
Parece que está
Con alma, si no es el mismo
Original el que veo;
El es, ó estoy sin sentido ;
La imaginación ha hecho
Caso hoy tan raro, que miro
Delante de mí la causa
De mi enamorado hechizo;
Desenojo es de mis celos,
De mi amor milagro ha sido ;
Leonor, señora, mi bien.
Hermoso dueño, ángel mió.
Un rey tenéis por esclavo
A vuestras plantas rendido,
Sin alas un corazón
Y un alma sin albedrio.
¿Por qué, encanto de mis ansias.
Por qué, dichoso peligro.
Conmigo tan desdeñosa?
¿Por qué tan cruel conmigo?
Aguardad, pero ¿qué es esto?
Loco estoy, pues imagino
Ilusiones, sueño engaños,
O por lo menos, dormido.
Hasta los desdenes son
Sueños en mi y parasismos,
Y en mi son, como los bienes,
Hasta los males Ungidos.
PRIOR.
Fuerza ha sido del pincel,
Y de su amor excesivo.
Suspenderse con el cuadro.
PINTOR.
Que al Rey satisfaga estimo
Tanto, como las mercedes
Que de su mano recibo.
PRIOR.
Venid, os despachará.
Que por las muestras he vis'O
Que (¡uiere con él quedarse.
Por raro, por peregrino.
Que Amor, como es niño, siempre
Anda mudando designios.
( Vanse el Prior y el Pintor.)
REY.
En fin, á despecho vuestro
Os tengo, Leonor, conmigo.
Que incurable á los remedios.
Sólo con engaños vivo;
Todos buscan en pinturas.
Engañando á los sentidos.
Lejos para la esperanza.
Sombras para los alivios.
.Sale VASCO DE ALMEIDA.
¿Qué hay, Vasco de Almeida?
VASCO.
Darfc
A vuestra alteza infinitos
Parabienes de la nueva
Resolución, que me ha dicho
El Maestre que ha lomado.
Desenojando a su primo
El rey de Aragón, y haciendo
Loque tiene tan debido
Y todos tan deseado.
Como es casarse.
REY.
Ayo mió,
De vuestros consejos son
Efectos, que los admito.
Como de mi padre propio.
VASCO.
Guárdeos el cielo los siglos
Que vuestros reinos desean ;
Juan Lorenzo...
REY.
¿Es vuestro amigo?
VASCO.
Fuilo mucho de su padre.
REY.
Pues ¿qué decís?
VASCO.
Ha venido.
Como anoche le mandó
Vuestra alteza.
BEY.
Sus servicios
Merecen que del me acuerda.
Poniendo el yerro en olvido
De no pedirme licencia
Para casarse.
VASCO.
Delitos
Que se han perdonado, son
Como si no hubieran sido.
En mis celos no, que siempro
Son eternos, por ser míos ;
Decidle que entre.
VASCO.
Ya voy.
Que hoy soy con vos su padrino.
BEY.
Eligió el mejor. Alnieiiln.
(Ap. Así le buliiera elegido
Yo con Leonor, que nació
Üe las entrañas de un risco.)
VASCO.
Entrad, señor Juan Lorenzo
Ue Acuña.
Sale JLAN LORENZO.
Al blasón altivo
Deberán de los Almeidas
Los Acunas.
VASCO.
Esteolicio
, De nuestra amistades deuda,
Y en mi. Acuña, muy antiguo;
Llegad, que os aguarda el Rey.
A vuestra alteza suplico
£le dé su mano.
HEV.
Seáis,
Juan Lorenzo, bien venido.
(Ap. ¡Con qué rabia, con quó envidia
Y con qué celos le miro ! )
Levantaos; ¿como estáis?
jua;^.
Siempre
Deseando en qué serviros.
Porque nunca he estado ocioso.
Señor, en vuestro servicio.
REY.
iCómo está doña Leonor?
jba:<.
Como vuestra... icómo digo?
Como vuestra esclava. {Ap. Cielos,
¿Qué es lo que á los ojos mios
Se ha puesto delante? ¿No es
( ¡ Estoy perdiendo el sentido ! )
De Leonor este retrato?
¿Este nuevo basilisco?
¡Cielos, Leonor retratada,
Y en el aposento mismo
Del Rey y de amante suyo.
Con tan notables indicios!
; Perderé el seso mil veces,
Y no sé como estoy vivo!
i Oh mal baya la hermosura
Que da el cuidado al marido,
Y el primero que el honor
Puso en tan grande enemigo!
¡Mal haya quien...)
BEY.
Juan Lorenzo,
¿ Qué es lo que os ha suspendido?
Una rara novedad
Extranjera de mi honor.
Pues es contra mi traidor
Con (luien he hecho amistad;
Una lingida verdad
Que de agravios se sustenta,
Una calma con tormenta
Y una espfa, al fin perdida.
Que corre contra mi vida
La campana de mi afrenta;
Un empañado cristal.
Donde el que á verse llegó,
De la muerte el rostro vio
Por prodigiosa señal;
Una atalaya inmortal
TAMBIÉN LA AFRENTA ES VENENO.
Que á todos mi ofensa avisa, I
Cu ladrón que el monte pisa.
Que robando al alma, ingrato.
Dejó sin vida al recalo
Y á la vergüenza en camisa ;
Un reloj de horas menguadas
En mi fortuna siniestra.
Que con ser sólo de muestra.
Da mayores campanadas;
Un huésped que en las posadas
Ajenas se anda á poner
Mi honor al riesgo, al poder,
Y un vidro de agua en que yo
Vi el perro que me mordjó.
Que rabiando he de beber ,
Esto en tan dura ocasión ,
Es lo que me ha suspendido.
Que parece que he venido
Para esta demostración.
¿Estos los favores son
Que de vuestra alteza espero?
¡Mal haya el tirano fuero
Que ató en sucesos iguales
Las manos de los leales.
El corazón y el acero!
Porque sino en el estado
Que miro mi deshonor,
Hoy se vendiera el valor
De lo vivoá lo pintado;
Mas vuestra alteza , fiado
En la dignidad suprema
De Rey, por amor ó tema.
Tanto infama mi opinión.
Que es auto de inquisición
Que en estatua mi- la quema.
REY.
Yo quise á Leonor primero
Y vos con ella os casasteis,
Vo la perdiy vos la hallasteis
Has dichoso y más grosero;
Vo de celos desespero
Y vos os gozáis el bien ;
Yo muero de su desden ;
Paso entre mi amor hagamos
Y vuestro honor, y parlamos
Los sentimientos también.
JUAN.
Pues sin morir he escuchado
Hablar á un rey desta suerte.
REY.
Juan Lorenzo, estáis casado
Con invencible mujer;
Nada tenéis que temer.
Aunque en trance tan terrible
Mi amor es mas invencible.
Pues no le puedo vencer ;
Esta locura, que amor
Ya no se puede llamar.
Dicen que se ha de curar
También con otra Leonor;
Y acreditando el valor
De tan grande caballero.
Honrando al Maestre, quiero
Que vais á Aragón, pariente.
Porque con él juntamente
Seáis mi casamentero ;
Y este retrato que os dio.
Conde, en mi cámara enojo.
Le llevareis por despojo
Que vuestro valor venció ;
Bandera es que os intimó
Guerra al honor arrogante.
Vaya arrastrando delante
Y del fuego triunfo sea.
Porque la beldad no vea
Otra á Leonor semejante ;
Decidle que queda aquí
Eu ausencia vuestra un rey
HOl
Que cumplirá con la ley
Del que soy, no del que ful.
Por vos, por ella y por mi ;
Y decidle, finalmente.
Que vais, si veis que lo siente,
be mi amor por un olvido.
Porque con este partido
Llevará el veros ausente.
Y con esto á Dios que os dé
Buen viaje, y de Aragón
Os vuelva á la dulce unión
De tan invencible fe.
JUAN.
Nial Rey entiendo, ni sé
Qué intenta, ni dónde voy.
(Mirando el Rey el retrato.)
REY.
Leonor, de otra Leonor soy.
Rindióse mi sufrimiento.
(Mirando Juan Lorenzo de Acuña el
retrato.)
JUAN.
Leonor, pues de vos me ausento,
Y sois mujer... ¡ Loco estoy!
JORNADA SEGUNDA.
(de don ANTONIO COELLO.)
Aparece EL REY, sentado en un trono,
y á un lado EL PRIOR , y sale DON
CLAUDIO.
IlEY.
Cuando he mandado. Prior,
Que se junte todo el reino,
Cuando convoco este día
Fidalgos y caballeros.
Cuando á Cortes hoy los llamo
Para proponer, resuelto.
La más atrevida hazaña
Que intentó en humano pedio
El amor ; y en fin, don Claudio,
Cuando en el real asiento.
Con majestad y decoro
Y asentado los espero.
Ningún vasallo ha llegado,
A ningún fidalgo veo.
Ningún portugués me asiste :
¿Qué estilo es este tan nuevo?
¿Cómo tardan todos? ¿cuándo
Mis portugueses tuvieron
Perezosa la obediencia?
FRIOR.
Estrañeza es en los pechos
De portugueses lidalgos
Tardar del Rey al precepto;
Mas, Señor, como tu amor
Está nivelando el tiempo
Con impaciencia amorosa,
De cada instante habrá hecho
Una eternidad prolija
La cólera del deseo;
No es mucho, pues, gran Fernando,
Que tarden, si estás midiendo
Con los siglos de tu amor
De su omisión los momentos ;
Y así. Señor, no les culpes.
Pues su tardanza es efecto
Más de la impaciencia en ti.
Que de la pereza en ellos.
REY.
No los disculpéis, Prior,
Que aunque amor dilata el tiempo.
Siempre en los nobles vasallos,
Por ley y justicia es bueno
598
COMEDIAS ESCOGIDAS DE DON FRANCISCO DE ROJAS.
Quels obediencia madrugue
Aun mucho más que el precepto ;
Va, Leonor, ya dueño mió,
Divino error que apetezco,
Primero viviente bechizo,
Segundo animado cielo.
Que esiá más vecina .ni humo
Oue en el altar de mi pecho.
Víctima invisible el alma
Brota en callados incendios.
Ya aquestas idolatrías
De mi amor tienen por premio
Interesado su vista ;
Hoy pondré quietud al miedo.
Hoy daré el postrer indicio,
Hoy haré el ultimo estremo
De mi amor : hoy será mia
Leonor, sirena del Tejo.
¿Pues cómo en festivas voces.
Profetas de mi contento,
Ko celebra el reino todo
Esta dicha? ¿cómo el viento
No suena en ruidoso aplauso,
Y con festivos estruendos
Por las calles de Lisboa
{Tocan atabales roncos y sordinas
Inundados... ¡Mas qué es esto!
¿Qué triste clarin, don Claudio,
Es este, que con los ecos
Del parche se mezcla ronco
En destemplados acentos?
PRIOR.
La causa ignoro, y admiro
La novedad ; mas ya veo
El origen deste enigma.
Aunque la ocasión no entiendo.
Que al son de los ecos roncos.
Con los semblantes severos.
Todo tristezas el traje,
Vienen los nobles del reino
Entrando por el Palacio,
Y detras de todos ellos
Vasco de Almeida, tu ayo.
REY.
¿Pues qué proporción tuvieron
Esos tristes aparates
Con mis dichosos intentos.
Cuando yo á Cortes los llamo
Fara el más alegre empeño?
¿Cómo en dia de tal dicha
Viven en tristeza envueltos?
PRIOR.
Algún motivo ocasiona
Tal demostración; mas ellos
Llegan ya, y podrán sacarte
De aquesta duda bien presto.
UNO. {Dentro.)
Ninguno pase adelante.
OTRO. {Dentro.)
Sólo ha de entrarallá dentro
Vasco (¡e Almeida.
TODOS. {Dentro.)
HaUlealRey
Vasco de Almeida.
BET.
¿(juéeseslo?
PRIOR.
Que hable i vuestra majestad
Vasco de Almeida primero.
Pide el reino, antes de entrar
Eulas Cortes.
RET.
Entre luego;
Dadle licencia. Prior;
Algun;i iníjiuetud recelo.
¿Mas q'jé importa, si me hallo
Para cualquiera suceso
Como Rey con bizarrías.
Como portugués sin miedo?
Sale VASCO DE ALMEIDA.
VASCO.
Fernando, de nuestros reyes
El Noveno, que dilates
Al Oriente los confines
De Portugal y el Algarbe ;
Si el liey tiene dos oidos
Equívocamente iguales
Para escuchar los servicios
Que al premio le persuaden,
Y para atender las quejas
Que por la justicia clamen ,
Dame el uno de ellos, Key,
Permitenie que te hable,
Y porque no se equivoquen
Tu atención y mis verdades.
Disponte para la queja.
Porque acaso no te halle
Premiador, cuando te busco
Justiciero, que es desaire
Hasta el dar, si son los reyes
Ciegamente liberales ;
Justicia vengo á pedirte.
BEY.
Esperad ; antes de hablarme.
Sabed que estas dos virtudes
En el hombre, aunque le hacen
Liberal ó justiciero.
Como él medirse no sabe
En el medio hacia el extremo.
Suelen siempre destemplarse;
Mas como son atributos
En el rey, como es imagen
De Dios, no tienen peligro
Las virtudes de estragarse;
Y asi no temáis que trueque
El uso de ellas, habladme.
Que aunque en los otros aléelos
Pueda como hombre olvidarme.
En lo que con Dios convengo
No es posible que se halle
Que liberal me destemple
Ni justiciero me estrague.
VASCO.
Pues con esa confianza.
Justicia os pido.
¿De quién 1
VASCO.
I Rey.
¿Del Rey?
VASCO.
Perdonadme.
REY.
¿De mi?
VASCO.
De vos no, del Rey.
RET.
í Pues qué diferencia hallasteis
Kntre mi y el Rey?
VASCO.
Señor,
Como VOS en este lance
Sois el juez á quien me quejo
Y de quien vengo á quejarme.
Aunque sois uno de industria.
No (|uierodello acordarme;
Porque en mi, al pedir castigo.
Las quejas no se acobarden ,
Ni en vos, al hacer justicia,
pasión propia os ablande,
Paia que con este olvido
Con mayor despechóos hablen
Mis razones de ves mismo.
Pensando que no lo saben ;
Y vos, cao más entereza,
Hagáis Justicia tan grave.
Que parezca que sois otro.
O que eutóuces lo pensasteis.
REY.
Pues decid; pero primero
Mirad muy bien, escuchadme.
Que justifiquéis las quejas.
Que los cargos sean verdades,
Que los delitos sean ciertos,
No sea que el juez se canse,
Y amparando la inocencia
Del que acusaron en baldo,
Los hilos de la justicia
Se vuelvan hacia otra parlo.
VASCO.
Pluguiera á Dios que las quejas.
Que á ti del Rey quiero darte.
Fueran escrúpulos sólo;
Mas quiere el Rey que se pasen
A públicas evidencias.
En quien es menor ultraje,
Ofender como delitos
Que animar como ejemplares;
Y uestra majestad , Señor,
Por consejos de su padre ,
Por aciertos de su gusto ,
Por igualdad de su s lUgre,
Por conveniencias del reino,
Determinó de casarse
Con la infanta de Aragón ,
Doña Leonor, que Dios guarde;
Divirtióse deste afecto
Con algunas mocedades.
Que yo le culpaba viejo
Y no extrañaba galante;
Hasta que más corregidos
Aquellos ciegos desmanes,
(Si no es que hipócrita el Etna
Nieve ostente y fuego guarde)
Determinó, que el efecto
Tan pretendido llegase
Destas bodas, que, remisas.
Daban sospecha á don Jaime.
Para este lin á Aragón
Fué por la Reina el Infante,
Y Juan Lorenzo de Acuña,,
Porque el paso asegurase-'
De Castilla con sus gentes
Tendiólas quinas al aire;
Y entre tanto vos. Señor,
En vez de esperar constante
Vuestra esposa , en vez de dar
Premio á servicios tan grandes
A duna Leonor su esposa
Públicamente robasteis
De su casa, y la tenéis,
A pesar de su linaje,
En vuestro mismo Palacio,
Siendo escollo que se sale
Con ser burla de las ondas
Y padrastro de los aires.
Nueve reyes ha tenido
Portugal . y todos tales.
Que con lo amado reglan.
Sin llegar á aprovecharse
De lo temido y el yugo
De su imperio, por suave.
Les costó á los portugueses
Poco trabajo el llevarle,
i Oh dichoso rey mil veces.
Que gobierna con talarte,
Qne no les cuesta á los suyos
Diligencia el ser leales!
No deis ocasión , Señor,
De que vuestro imperio extraño
Los vasallos , y pues sois
Más que los otros en parles.
Sed como los otros reyes
Vueslros ascendientts grandes
lin la templanza y justicia:
Y mirad que hay ejemplares,
Porque i don Sancho Capella
Que amante, remiso y fácil
Con doña Mencia de Haro
Se casó contra el dicláinen
De su reino, este supo
Por conveniencia quitarla
A su mujer con ser propia
Y no su dama ni amante.
Vuestra majestad se sirva
De medirse, de templarse
O de enmendarse : bien digo.
Ayo vuestro soy , tomarme
Esta licencia be podido ;
Mirad que afrentáis un noble ,
Y en nombre suyo, el ultrajo
Seni irnos todos los nobles
De una sinrazón tan grande.
Todo el reino está quejóse,
Y en demostraciones graves
Los nobles de aquesta injuria
Dan ind cío hasta en los trajes :
Los fidalgos lo murmuran ,
Lns extranjeros lo saben ,
Lo i plelieyos lo repiten;
Y' en ün, no hay lugar], no hay parle ,
Que un escándalo no sea ,
Una fábula, un desaire
De \ucstro crédito aquesta
Sinrazón. Pues , Señor , dadle
Menos rienda á ese deseo
Porque acaso no os arrastre ;
Dejad aquesa mujer,
O si 00 , si 00 bastaren...
RET.
iQué si no?
TASCO.
Señor...
BEl.
Decidlo.
VASCO.
Que si aquesto no es bastante ,
Me mandó el reino que os diga...
BET.
Decidlo.
VASCO.
Que os acordase.
Que aun está reciente ahora
El ejemplo miserable
Que dio doña Inés de Castro,
Por quitar á vuestro padre...
BEV.
Por eso lo está también
La venganza , que á su sangre
Dio mi padre, y sabré yo.
Aunque á mi cruel me llamen ,
Como en el amor le imito,
En la venganza imitarle :
Y estoy por hacer...
VASCO.
Señor...
HET.
Resuelta en ciegos volcanes
Segunda Troya á Lisboa ;
Pero JO quiero templarme,
No parezca que no tiene ,
En los cargos que me Lacen ,
Disculpas que responder
Quien responde con crueldades.
Yo admito el celo del reino ,
Y á vos, mi segundo padre,
El consejo os agradezco ,
No el modo de aconsejarme;
Que aunque obligados estén
A hablar verdad los leales
A su rey, tal vez el modo
Echa á perder las verdades.
Pero por satisfacer
Al reino y á vos, que hablasteis
Con lealtad de ayo mío.
En el cargo que me bacen
R.
TAMBIÉN LA AFRENTA ES VENENO
De amar ó quien es mi esposa ,
Digo que de aquí adelante
Solo he de amar á mi esposa ,
Sólo adoraré á su imagen ,
Sólo seguiré su nombre,
Sólo estimaré sus partes.
Yo estoy casado , vasallos ,
Y aunque á esle intento el Infante
Traeá la Infanta de Aragón,
Va la Infanta llega tarde :
Para daros cuenta desto
Llamé á Curtes á mis grandes.
Hoy me casé en el efecto
Y en la atención mucho antes.
Por haceros este gusto
Sólo estimaré constante
A mi «sposa ; y pues debéis
Por derechos naturales
Dar la obediencia á quien fuere
Mi esposa en unión suave.
Entrad averia, vasallos.
Porque en debido homenaje
Beséis la mano ala Reina
De Portugal y el Algarbe.
TODOS. ^Dentro.)
I Viva el rey Fernando, viva !
BET.
Entren , pues, todos á hablarme
Para moslr.irles la Reina,
A quien deben vasallaje.
Tocan chirimías, y sale EL CONDE, EL
MERINO MAYOR, y e/AcoupAÑAMiEH-
To que pudiere.
Dadme el parabién, vasallos ;
Llegad, pues, conde de Abrantes ;
Fidalgos, llegad , y vo.%
Vasco de Almeida,' abrazadme.
CONDE.
Señor, ya que asi nos honras...
VASCO.
Ya que tal merced nos haces...
PRIOR.
Va que el reino favoreces...
CONDE.
Merezcámoste leales...
VASCO.
Alcancemos tal favor...
pnion.
Lógrense honores tan grandes...
CONDE.
Con saber quien es la Reina.
VASCO.
Con saber con quien te cases.
MEflINO.
Con saber esta elección.
VASCO.
;.A quién rinde vasallaje
Portugal?
UEBINO.
¿Quién te merece?
CONDE.
¿Con quien la corona parles?
VASCO.
¿Fué Castilla quien la ofrece?
CONDE.
¿Fué Francia quien te la trae?
MERINO.
¿Fué Ingalaterra 6 Escocia?
VASCO.
¿Fué Hungría , Polonia 6 Flándes 1
REY.
No, amigos; más á mi gusto
Quiere el amor que me case ;
No es hija de rey mi esposa,
Aunque es de reyes su sangre.
La más hermosa mujer
De Europa, y la de más partes
Es mi esposa , portugueses ,
Tanto, que puede llamarse
La reina por la hermosura.
Y porque las dudas basten ,
Doña Leonor de Mcneses
Es ya mi esposa : besadle
La mano, que ya amanece
A ser del sol nuevo ultraje
Al son de chirimías corren una cortina,
y se descubre sentada en un sitial
LEONOR, y detras de ella GL'IO-
MAR.
VASCO.
iQué es lo que miro!
CONDE.
¡Qué es esto'
VASCO.
I Hay intento más notable !
CONDE.
¡ Hay confusión más cruel!
BEV.
¿Na llegáis , conde de Abrantes?
CONDE.
Señor...
RET.
¿No llegáis, Almeida?
VASCO.
Setior...
RET.
¿Cómo estáis cobardes?
¿Cómo dudáis? Mas si acaso
Os da escándalo tan grave
Verme casar con Leonor,
Que ya engañados juzgasteis
Esposa de Juan Lorenzo ,
Porque noticia no os falte
De la verdad, os aviso.
Porque ninguno se espante.
Doña Leonor de Meneses ,
A quien han hecho inclinarme
Tanto aparato de influjos,
Ayudados de sus partes ,
Por fe , por amor, por gusto ,
Por elección , por su sangre.
En mi concepto primero,
Y luego en vivas verdades,
Pronunciadas de la lengua ,
Cuando la intención no baste,
Ilá mucho que era mi esposa,
Siendo el secreto la llave.
Con que dentro del silencio
Pudo esle empleo guardarse.
Su padre después por fuerza,
Que dcslo estuvo ignorante.
Con Juan Lorenzo de Acuña
La casó, sin revelarle
Leonor las finezas mias;
Y Juan Lorenzo, de amante
O de ciego , aun no aguardó
A que el Papa dispensase
En el deudo de los dos.
Lo cual inválido bace
Este matrimonio, amigos.
Por dos causas tan bastantes :
La primera, í]ue no pudo
Serlo suya , siendo antes
Mi esposa doña Leonor ;
Y la que más fuerza bace.
Que tan deudos no pudieron
Sin dispensación casarse.
Yo me he casado con ella ,
Con acuerdo , con dictamen
De los doctos de mi reino ,
53
594 COMEDIAS ESCOCIDAS DE DON FRANCISCO DE
V en Colmbra los más graves
Dirimen el matrimonio,
Por dos estorbos tan grandes.
Esto me conviene, amigos,
Leonor es nol)le en linaje,
Sus virtudes son heroicas ,
Excelentes son sus partes.
Yo la adoro ciego 5 loco ,
Ella no pudo casarse,
Yo mi quietud busco en ella.
Ella es ün de mis pesares.
Ya estamos los dos casados;
Juradle, pues, homenaje.
Besadle la mano todos;
Yo soy S'i esposo y amante ,
Ella es mi esposa sin duda.
Pues por ley de Dios se sabe
Que sin morir yo primero
No pudo serlo de nadie.
VASCO.
En fin, ¿que ya estás casado?
CONDE.
En Cn, ¿que ya te casastes?
Si , vasallos , ya está hecho.
VASCO.
Pues si tuviste dictamen
Que aprobó tu acción...
CONDE.
Si , en fin ,
Lo aprueban varones graves...
VASCO.
Ya que en eso te conformas...
CONDE.
ía que en eso te ajustaste...
VASCO.
jQué puede hacer ya tu reino...
CONDE.
¿Qué han de hacer los más leales.
VASCO.
Sino obedecer tu gusto?
CONDE.
Sino seguir tu dictamen?
VASCO.
Portugueses , nuevos Cides :
Portugueses , nuevos Martes ,
Cesad la mano á la Reina ,
Rendid todos vasallaje,
Decid que viva Fernando
V Leonor largas edades.
TODOS.
¡Vivan Fernando y Leonor'.
REY.
Llegad todos, y besadle
La mano: ya, Leonor mia,
Portugal le ve triunfante.
LEONOU.
¡ Qué presto llegan las dichas
A quien las tiene por males !
GÜIOMAR.
Calla, Señora, el reinar
A toda ley...
LEONOR.
¡Qué mal sabes.
Que en quien violentada vive ,
Aun los reinos son pesares!
GCIOMAR.
Ya llegan todos, atiende.
No note el Rey lu semblante.
PRIOR.
Yo quiero ser el primero
Que obediente me adelante
A besar á vuestra alteza
La mano.
Prior , ya sabe
La Reina... Pero ¿qué cajas ,
(Tocan clarin y caja.)
Qué instrumentos militares
Turban la quietud del dia
En que el amor hizo paces?
VASCO.
Debe de llegar ya cerca
La Reina, (|ue estas marciales
Trompas es que Juan Lorenro
De Acuña ha llegado á darte
Sin duda esta nueva, como
A recibirla lio srden.
Que á ello se habrá adelantado
Por mandado del Infante
0 de la Reina.
REY.
¿Qué Reina?
VASCO.
La hermana del rey don Jaime
nEv.
Pues esa no es Reina, Almeida ;
Llamadla de aqui adelante
La infanta : Leonor es Reina.
LEONOR. (Ap.)
Mucho debo al Rey; pesares.
Haced que no lo conozca
Si he de morir de constante.
VASCO.
Y'o seré más advertido.
REY.
Pues sedlo para agradarme.
VASCO.
Ya ha llegado Juan Lorenzo.
LEONOn.
1 Ay de mí!
REY.
Ya llega tardo.
VASCO.
¿Qué se ha de hacer?
REY.
Que cesen
Los aplausos que empezasteis.
TODOS.
I Vivan Fernando y Leonor!
REY.
Volved á darla leales
La obediencia; portugueses,
Proseguid el vasallaje.
Vuelven á besarle ¡a mano, tocando ¡as
chirimías , y por otra parte tocando
clarin y cajas, van saliendo poco á
poco JUAN LORENZO y BARRETO.
¿Qué festivo aplauso es este?
Juntos asisten los grandes;
Junto está el reino ; ¿á quién jurar
Obediencia y homenaje?
Quiero informarme : ah,fidalgo,
Decidme, así Dios os guarde,
¿A (¡uién obediente el reino
Aquesos aplausos hace?
UERINO.
A la Reina.
i Qué decís?
JUAN.
¡ Ay más notable
Confusión ! i quién es la Reina ,
ROJAS.
Si aun no ba llegado el Infante
Coa la Reina?
MERINO.
Juan Lorenzo.
Y'o no sé más ; esto baste.
PRIOR.
¿Ha de llegar Juan Lorenzo?
nEY.
Yo voy á que llegue á hablarnc.
JOAN.
Todo yo soy confusiones.
REY.
¡ Fuerte empeño !
LEONOR.
¡Fuerte lanco!
JE.\N.
Déme vuestra majestad
A besar sus pies reales.
REY.
A mal tiempo habéis venido.
Acuña.
JOAN.
¿Cómo el que trae
La Infanta, y viene de haberos
Servido á vos y al Infante,
Llegar á mal tiempo puede?
REY.
Porque ya ha llegado tarde
La Infanta, y aun vos.
JCAN.
Señor,
¿Qué decís?
BEY.
Mucb»- os tardasteis;
Pero ya que habéis llegado
En esta ocasión, besadle
La mano á la Reina , Acuña;
Haced lo que todos hacen.
JUAN.
¿Casado vos?
REY.
Juan Lorenzo,
Hoy me casé ; ¿que dudasteis?
Besad su mano.
JUAN.
Señor,
Ciegos somos los leales :
Yo obedezco vuestro gusto
Sin disputar el desaire.
BEY.
Llegad , que allí está la Reina.
JUAN.
Yo llego. ¡ El cielo me ampare !
¿ Estoy soñando ? ¿ estoy loco?
Si no me mata el dolor
Mucho le debo al valor,
Y á mis sentimientos poco.
Pi es verdad esto que toco,
Honor, no te pido aliento ;
Si yo, estatua al sentimiento.
Me quedé inmoble, por dar
Desagravios al pesar
Y vanidad al tormento;
Honor... Pero él no lo sabe.
Que es fiscal y no testigo.
Es verdad; pero ¿qué digo?
Esto cn la verdad no cabe ¡
Una sinrazón tan grave
Sólo fué sueño ó quimera ;
Mas ¡ojalá que lo fuera,
Porque sí ahora soñárü.
Alguna vez despertara
De una deshonra tan fiera !
Mas yo llego; ¡es devaneo!
Leonor no debió de ser
Mi mujer, ó esta mujer
No fué Leonor, esto creo;
Vuestra alteza (¡qué rodeo!)
Leonor, esposa , un vasallo...
Cierto es mi mal, no hay dudallo.
Pues por uso, aunque merino,
Hallo el nombro del cnriño
Y el del respeto no hallo.
BEV.
iQué os detiene? ¿ i)ué os suspendo'
Llegad; ¿qué os lia suspendido?
JUAN.
Un mal que el alma ha sabido
Y que ¡¡inorarle pretende :
Una duda que se entiende
Y una ilusión que comienza
X formarse y se avergiien/.a :
Y una verdad muy desnuda,
Que la cubro con la duda
Porque no esté á la vergüenza ;
Un agravio que se ve.
BET.
Cerrad , Juau Lorenzo, el labio:
Yo no os ofendo ni agravio ;
Leonor vuestra esposa fué;
Yo primero me casé
Con ella, el cielo es testigo
En mi intención, y asi digo
Que en el amor de los dos.
Más que yo ofensor con vos.
Fuisteis vos traidor conmigo.
Vuestra fué, tenéis razón:
Más ya el matrimonio ha sido
Invalido y dirimido
Por faltar" dispensación ,
Y porque para esta unión
De su padre fué forzada;
Ya está con un rey casada ,
Y asi no hay más-í^ue entender
Que para vos llegó á ser
Sueño, ilusión , sombra ó nada.
JUA¡<.
¡ Esta ingratitud escucho !
i Tú forzada , dueño mió !
LEONOn.
¡Con qué de penas porüo!
JUAN.
¡ Con qué de pesares lucho 1
LEOXOB.
Quién dijera... (i dolor mucho !)
Mas temo al Rey su fiereza.
JUAN.
¿Yo violenté tu belleza?
LEONOR.
Señor Juan Lorenzo, si.
nEv.
¿Qué hacéis, .luán Lorenzo, así?
JUAN.
Desar la mano á su alteza.
BEr.
Bien hacéis; yo os di licencia
Para que beséis su mano;
Pero al cielo más profano
Debe guardar reverencia.
Ya en Leonor hay diferencia
Del ser que antes ha tenido,
Y asi, borrad advenido
Cuanta memoria profana
Dijere que hoy es humana
En fe de que ayer lo ha sido.
Tiene un escultor labrada
La imagen , y antes de estar
Colocada en el altar.
La toca con mano osada,
Mas si ya está colocada
Fuera error profano y feo.
Kscullor fuisteis grosero,
Mas ya colocada esiá ,
Ved que es sacrilegio ya
tamiíie:< la afrenta es veneno.
tarla como primero. |
Volved , pues deslo avisado
Y pues sabéis mi afición ,
A la Infanta de Aragón...
VASCO.'
Señor, la Infanta ba llegado.
BEV.
Pues decid...
VASCO.
¡Lance apretado!
JUAN.
Deste agravio apelo á Dios ;
¿Qué responderé á los dos?
BEV.
.luán Lorenzo, en pena tanta.
Despedid vos a la Infanta,
Pues que la trujisteis vos.
Tocando clarín y cajas , se van entran-
do el ¡ley y su acompañamiento por
una puerta , quedando solo Juan Lo-
renzo, y por la otra van saliendo
LA INFANTA, EL MAESTRE y Acoa-
PAÑASIIENTO.
MAESTRE.
Cesad, no se queje el parche,
No giman más las trompetas ,
Haced que enmudezca el bronco,
Reprima el metal sus quejas,
Pues entrando por Lisboa,
Y llegando con la Reina,
Ni en la ciudad , ni en Palacio
Hay un indicio, una seña
Desabra recibirme.
INFAMA.
Hasta las cuadras primeras
Del Palacio hemos llegado,
V confusas y suspensas
Discurren las gentes todas,
Sin que la ocasión se entienda.
Buen agasajo , Maestre :
¿Asi recibe á sus reinas
Portugal?
MAESTRE.
La causa ignoro ,
Aunque esfuerza que la tengan.
Confuso estoy, y aun corrido :
lodo es confusión y penas.
Juan Lorenzo, honor de Acuña ,
Gloria ilustre portuguesa...
INFANTA.
Descubrid vos este enigma.
MAESTRE.
\ vos mis dudas apelan.
INFANTA.
¿Quién causa estas novedades?
MAESTRE.
¿Porqué los nobles me dejan?
INFANTA.
¿Cómo el Rey no me recibe?
MAESTRE.
,.Cómo el reino no hace fiestas?
INFANTA.
¿Sabe el Rey que yo lie llegado?
MAESTRE.
¿Saben que está aquí la Reina?
INFANTA.
¿No respondéis?
lIAESfriE.
¿Estáis mudo?
INFANTA.
¿Vos suspiros?
MAESTRE.
¿Vos ternezas?
INFANTA.
Grande desdicha adivino.
MAESTRE.
Gran pesar el alma espera.
INFANTA.
¿Es vivo el Rey , mi señor?
MAESTRE.
¿Es muerto mi hermano? Apriesa,
Decid.
JUAN.
No es muerto, el Rey vive.
Que menos desdicha fuera :
Mi honor es el muerto. Infante.
MAESTRE.
Juan Lorenzo, ¿habláis de veras
JUAN.
El Rey fué...
MAESTRE.
Que ya adivino
La ocasión de aquesas quejas :
Ya sé su intento: mas tú,
l'rofeta de tus ofensas.
Te anticipaste sin duda
Tu agravio con imprudencia.
Tu esposa habrá procedido
Cor.io noble en esta ausencia;
El Rey sólo tendrá culpa.
Pero ya viene su alteza.
Que sabrá quietar al Rey,
Pues es Reina.
JOAN.
¿Quien os Reina?
MAESTRE.
¿Eso preguntas?
JUAN.
Señor ,
Si lo dices por su alteza
La Infanta , ya, pues, tu hermano
Me ha mandado que la vuelva;
Casado está el Rey, Infante.
INFANTA.
Juan Lorenzo , ¿hablas ó sueñas?
¿Casado? di, ¿estás soñando?
Pluguiera á Dios lo estuviera;
El Rey se ha casado, Infante,
Con... Digámoslo de priesa ,
Con miespo... Pero ¿qué digo?
La infame voz retroceda ,
Y hacia el secreto del alma
Den los ecos de mi afrenta;
No digamos más , honor ,
Estas basten para señas:
Mas dije que vo pensaba,
Pero menos qüo pudiera.
Esto baste, no me obligues
A que desnudase vea
En lo escueto de las voces
Mi deshonra á la vergiieiiza.
Llórelo yo, y no lo diga.
Pues de ocasión como aquesto
Sacó que llorar mi honor
Y no que decir mi lengua.
INFANTA.
Juan Lorenzo , espera , aguarda ;
No es tiempo ahora de quejas.
Que nunca son del agravio,
Medicina las ternezas.
Yo, (|ue del desaire mió
Miro un retrato en tu ofensa,
Recetaré para entrambos.
Médico de mis afrentas.
Medicinas de venganzas
Que sólo al honor remedian.
Volved á Aragón , amigos.
S90
COMEDIAS ESCOGIDAS DE DON FRANCISCO DE ROJAS.
Mircba J otra Tez la vuelta
De Castilla : bese el aire ,
En sutiles obsdiencias
Las barras que mi venganza
Ha de volver más sangrientas.
Borrad esos ituevos timbres,
Desgarrad de mis banderas
Las aragonesas barras
Y las quinas portuguesas.
Sepa el mundo...
UAESTBE.
Gran seBora,
No es menester que lü seas
Quien dé venganzas divinas
A tan humanas oFensas;
A mi ha sido este desaire,
üuc á la faz del sol no llega
Vil impresión peregrina
Que acá en el aire se queda.
Por mi corre esta venganza.
Este agravio está á mi cuenta ,
Y sabrá desempeñarle
Mi razou cuando convenga.
No anticipéis el desaire ,
Vamos á que el Rey nos vea ,
Podrá ser que cara á cara
Le obligue á más reverencia
Lo material de los ojos
Que la fe de las orejas;
Y cuando á deidad tan alta
Profano ignore, y no crea ,
A pesar de sus antojos.
De su amor ó de sus penas.
Vencido de mis razones, _,
De mis voces , de mis quejas ,
Vos habéis de ser su esposa ;
Vsi no bastaren ellas.
Sabré yo, contra mi mismo
Y contra mi sangre mesnia.
Inundar la Europa en sangre.
Que soy en cualquier empresa
Don Juan , maestre de Avis,
De quien dicen las estrellas
Que ha de ser rey ; teme, hermano,
Que en esta ocasión no sea.
IJiFANTA.
Pues, Maestre, ¿qué aguardamos?
MAESTRE.
Pues, Juan Lorenzo, ¿qué esperas?
Brille tu espada ofendida.
MAESTRE.
Sigúeme a mi y á la Reina.
INFANTA.
Que si tú mi ofensa amparas...
MAESTRE.
Si til conmigo te empeñas...
INFA^^TA.
El fuerte escudo en el brazo...
MAESTRE.
El freno herrado en la diestra...
INFAMIA.
Yo haré á Portugal cenizas.
MAESTRE.
Yo haré (¡ue Europa me tema.
INFArlTA.
¿Qué resjiondes?
MAESTRE.
¿Qué nos dices?
JUAN.
Que entre la duda y la afrenta ,
La lealtad y la venganza,
solamente me consuela
Que antes que elija en mis dichas
Vengarlas o padecerlas ,
Sabré morirme de honrado.
Que aunque la muerte no quiera.
También la afrenta es veneno,
Y me matará mi afrenta.
JORNADA TERCERA.
(de do.n francisco de rojas.)
Sale EL REY alborotado , y medio des-
nudo, con una luz en la mano y la es-
pada desenvainada.
REY.
Fantasía de los ojos.
Bulto aparente á los mios.
Ni bien sombra de lo que eres.
Ni cuerpo de lo que has sido :
Estatua móvil de hielo.
Ente de razón preciso.
Pues al fingirte corpóreo.
No eres aquel que te Giijo ;
Uon Juan Lorenzo de Acuña ,
I Pregúntoteyoá ti mismo:
I Si cuerpo, ¿cómo tan muerto?
I Si sombra, ¿cómo tan vivo?
i Retóricamente mudo
Examinas mis delitos ;
Pregúntame con palabras.
No me hables con suspiros.
' Esta noche vivo estabas
Y ya cadáver te miro ;
Ayer eras tú tu ejemplo,
Y hoy eres ejemplo mió.
¿La mano derecha alargas.
Cuando yo la espada vibro?
Dígame tu voz primero
Si es lealtad ó es sacrificio.
¿ También la afrenta es veneno
Decis, airado conmigo?
Pues no lo será la afrenta ;
Mi acero será el castigo
Hoy á su impulso... ¿qué es esto?
(Tira cuchilladas al aire, y quédase
como turbado.)
Bronce helado me corrijo,
Apenas puedo moverme.
Juan Lorenzo (; estoy perdido!)
Vasallos... (No he de llamarlos.)
Espera (¡ Mortal me indigno !) ,
Aguarda.
Al irse á entrar el Rey, sale por la mis-
ma parte VASCO DE ALMEIDA, ij le
detiene.
VASCO.
Señor, ¿qué es esto?
¿Vos, Señor, tan vengativo?
¿ Contra quién vuestra pasión
Indigna el acero limpio?
¿Contra quién estáis airado
Que no se rinde vencido?
¿Y cómo ya vuestro acero
No cslá en rojo coral tinto?
Porque no ha de verse en blanco
Kl acero de un rey vivo,
O la vaina ha de ocultarlo
O la sangre ha de teñirlo :
¿Vos á estas horas en pié?
REV.
(.Habéis visto...
A nadie he visto.
RET.
A Juan Lorenzo de Acuña,
Que muerto, pálido y frió,
Con la mano por espada,
Y con la razou por filo.
Salió por esa antesala?
VASCO.
Que es ilusión averiguo.
Porque yo en su propia casa
Lo dejé anoche.
RET.
Ha podido
Tanto mi injusticia en mi ,
Que ella propia me ha vestido.
Viendo que desnudo estaba ,
Del color de mi delito.
VASCO.
Señor, decidme el suceso.
Que me hallo tan indeciso...
RET.
Que, ¿no es verdad?
VASCO.
Que soy yo
La enigma de este prodigio.
REY.
Estadme, don Vasco, atento.
VASCO.
Decid , rey Fernando.
REY.
Digo;
Iba á descansar el sol
En el lecho cristalino ,
Y le mulleron sirenas
Los transportinesde vidrio.
Cuando con doña Leonor
El tálamo solicito, •
Y á sus desdenes constantes
Llamé con blandos cariños.
Apenas en mi retrete
Con mi esposa me retiro
(Si de quien es rey cruel
El nombre de esposo es digno),
Cuando por sus bellos ojos
Desangrados hilo á hilo,
Dos arroyos desatados
Salieron tan encendidos.
Que abrasaban sus mejillas ;
Pero á poco espacio miro
Que aunque reventaron fuego
Se quejaron en granizo.
Vencí , sin vencerla , en C j ,
El alma de sualbedrio;
Mas no busca conveniencias
Quien quiere por apetito.
Pero prosiguiendo el llanto.
Sin saber que ella lo dijo.
Dijo, siendo yo su esposo :
«;Ay donjuán de Acuña mió!»
Yo, viendo que es ya mi esposa.
La venganza solicito,
Al repudio me propongo.
La excepción del Rey publico.
Descasarme otra vez quiero.
Volverla á su dueño admito;
Sentílo como señor.
Llórelo como ofendido.
Vengóme como cruel ,
Y como noble me indigno.
Conoció Leonor sus yerros
Y que habló lo que no quiso;
Mas como escribió el dolor
En su corazón divino
Su amor con pluma de agravio
Y tinta de color libio.
Como estaba abierto entonces
El papel de sus delitos.
Leyeron la lengua y ojos
Lo que el dolor habia escrito.
Pensaba vo en repudiarla ,
El Wando leclio despido.
Cuando volvieodo lus ojos
Hacia esa otra pieza , miro
A Juan Lorenzo de Acuña,
El rostro sin color vivo.
Todo sombra, asombro Wdo,
Él enigma de si mismo.
La mano siniestra puso
Sobre el acero bruñido
\ la diestra me alargaba ,
O de obediente ú de aliito ;
Mas neutral mi confusión ,
Como miro á un tiempo mismo
En clausura de una funda
Tapiado el acero limpio,
Y que su mano derecha
Era su mismo castigo,
1.0 mismo que me indignaba
Aquello me satislizo.
Con todo, aunque tan leal.
Como sombra le distingo.
Ni espada encargo á mi brazo,
Cólera y valor irrito,
Con palabras le provoco,
Con el aceróle obligo;
y sólo dio á mis enojos
La respuesta por delito,
También la afrenta es veneno.
Wás me enoja, más le sigo.
El se aparta , yo rae templo,
Y á este tiempo el cielo quiso
Oue !i tu espada me suspendo
Ya tu razón me apaciguo.
Leonor no ha de ser mi esposa.
Aunque es mi esposa , que lie visto.
Que el amor que fué primero,
Arde en las cenizas tibio;
Yo no be de vivir celoso
Aunque viva mal querido:
Los celos son paía amantes,
Pero no para maridos.
Hoy á su primer esposo
Reducirla determino.
Del imperio he de valerme.
Puesto que ofensa no ha sido
Oue la goce como esposo
Quien la dejó como indigno;
Asi admitiré i la Infanta,
Evitaré los peligros
Qae amenazan a mi imperio
Por ser con razón precisos;
Corregirá mi recato
Lo que supo errar el vicio,
Borraré aquesta ilusión
C'uc confunde mis sentidos:
Deberé á su celo premios,
A su efecto beneficios.
Esto es lo que me ha pasado,
Esto lo que determino ;
Esto ha de ser, vive Dios,
Esto en mi reino publico.
Vos sois quien ha de ayudarlo,
De solo vos me confio.
Ya habéis sido mi maestro,
Ahora os negocio amigo.
VASCO.
Con lágrimas de amor siento
(¡Oh Key, invicto señor!)
Que vendáis por pundonor
Lo que es aborrecimiento.
Con nombre de esposo veo
Que habéis gozado á Leonor :
Cansado se ha vuestro amor,
Ko era amor, era deseo;
Y boy conoce mi verdad ,
Que con fingidos desvelo»
Achacáis á vuestros celos
Lo que erró vuestra crueldad.
Leonor fué esposa también
beJuan Lorenzo, Señor:
si era discreta Leonor,
.No habla de quererle bien?
TAMBIÉN LA AFRENTA ES VliNENO.
Y ja, en caso semejante
Conozco vuestro despego.
Que si amor estuvo ciego
No pudo estar ignorante;
Y pues visteis la pasión
De dos almas siempre unidas,
;Por qué han de pagar dos vidas
Lo que erró una sinrazón?
REY.
repudiar
Y otra \
VASCO.
Si le queréis castigar
Mejor es con vuestro acero:
Ved que ira tan sangrienta
Dais al rigor más rigor:
Basta una ofensa. Señor,
Siaque la hagáis otra afrenta.
REY.
Si porque mi intento os muestro
Tau contra mi gusto os hallo...
VASCO.
Aunque soy vuestro vasallo.
He sido vuestro maestro.
REY.
Ahora no se ha mostrado.
VASCO.
Decis bien , que entre los dos,
Nadie juzgará , por Dios ,
Que soy quien os ha enseiíado.
Copia el discípulo es fiel
Del maestro que ha tenido :
; Qué distintos hemos sido".
Yo piadoso, y vos cruel.
BEY.
Cruel mi padre vivió.
Su fama lo contará
Así : ¿qué mucho será.
Que imite sus pasos JO?
VASCO.
Aunque cruel vino á ser
(Estose hade reparar),
Fuelo para castigar.
Mas no para cometer.
BEY.
Padezca , ó sufra rigores ,
Que be de volvérsela digo.
VASCO.
Y yo, como vuestro amigo,
Lloraré vuestros errores.
BEY.
¡Qué cansado!
VASCO.
Soy leal.
REY.
Vasco, dejadme.
VASCO.
Ya os dejo.
REY.
;Qu6 de consejos!
VASCO.
Soy viejo.
REY.
Y muy viejo.
VASCO.
Estoy mortal.
REY.
¡Hola!
Sale DON CLAUDIO.
VASCO.
Dejadme, penas, sentir.
RL-Y.
No estorbéis mis glorias, penas.
DON CLAUDIO.
¿Tan presto está el Bey vestido?
No su intención comprehendo :
Obedecerle pretendo. 'Vasc.)
BEY.
Ya pienso que ha amanecido;
Oid, Vasco. Esta ilusión.
Esto que he visto aparento.
Lo estoy juzgando presente,
Y sola aquella razón
Me tiene de dudas lleno.
Que aunque muerto le he dudado.
Parece que le he escuchado
También la afrenta es veneno.
VASCO.
Cuando es muy grande un esceso
Si le viste la malicia.
Parece que la injusticia
Está anunciando el suceso.
Vos con la afrenta , Señor,
Con castigo tan ajeno.
Le haréis que beba el veneno
De su propio deshonor.
Si le bebe, morirá,
Y como ha de obedecer
Lo que en la muerte ha de ser
Lo previene envida ya ;
Y asi , por mayor blasón ,
Por dejaros satisfecho.
Está prevenido en hecho
Lo que sólo es ilusión.
Esto si vasallo ha sido.
Bien que ahora os ha asombrado.
Pues lo que no habéis pensado
En sombra has obedecido.
Y como ha de morir lleno
De afrenta y de sinrazón.
Hoy os dice en ilusión
También la afrenta es veneno.
BEY.
La interpretación, don Vasco,
lia salido como vuestra.
Sale DON CLAUDIO con vestidos en
una fuente y es¡iejo.
DON CLAUDIO.
Ya , Señor, puedes vestirte.
Que ya vestida su alteza
Sale á esta pieza también.
BEY.
¿Quién se ha vestido?
DON CLAUDIO.
La Uelna.
IIEY.
DoPia Leonor de Mcncses
Es sólo.
Sale DOSA LEONOR.
DOÑA LEONOR.
Criada vuestra.
D0:« CLAUDIO. I
Señor, ¿qué me ordenas? j
Dadme luego de vestir.
Dadme de vestir, don Claudio
( Vuelve el Uey el rostro hacia otra
parte , y vístese sin mirar á duna
Leonor.)
DOSÍA LEONOR.
¿Qué es. Señor, loque me ordenas?
(i4p. Finjamos, penas, finjamos:
¡ Ay amor lo que me cui'Stiis!)
Leonor, tu esposa, á tus brazos
Con alas de blanda cera,
508
CÜSIEOIAS ESCOGIDAS DE DON FRAN'CISCO DE ROJAS.
Mariposa racional,
A tu ardiente amor se entrega.
¿No me respondes. Señor?
iNo te merezco respuesta?
i El rostro vuelves airado?
¿ La luz a mis ojos niegas?
No haces bien, que mi razón
Puesta á tu luz no luciera ;
Pero volviéndola el rostro.
Si bo!r á la sombra la dejas.
Arderá como razón
La que encendió como quc^a.
nEV.
La valona.
DOÑA LEONOR.
i Que esto sufro !
;Qne esto los cielos consientau!
¡No basta una tiranía.
Sino también una ofensa !
i Esie es amor, ó es recelo?
i Es despeco, 6 es violencia?
jEs cuidado, ó es temor?
Si celos, ¿qué le recelas?
Oye este ejemplo, Peñor,
Y aviso á tus ojos sea
Para que con mi lealtad
Se asegure tu erandeza.
La rosa , joya del prado,
A quien el alba alimenta,
Y sumiller de si misn^a
Se receje y se desprecia ,
Cello maridaje liacia
Coneijazmin en la selva:
Velos de plata gozaba.
Que ella en púrpura conserva.
Lle{;ó mano poderosa,
Y sacó laraizmesnia
De la rosa, y en el prado
Junto al clavel la conserva.
Que como rey de las llores
Despreciaba fas violetas.
Cuando la rosa arrancaron ,
Con llanto de coral vieras.
Que amante sintió rigores ,
Que antes adoraba tierna.
Pero viendo que es su esposo
El clavel, y que, en fin, reina,
Segunda vez enrojece
Su púrpura macilenta ;
Olvida al jazmín su esposo,
Al clavel su rey aprueba.
Que á veces vence el poder
Lo que el amor no pudiera ;
Y asi...
TIEY.
Ya estás entendida:
El ferreruelo.
Pinese el ferreruelo, y salen JUAN v
DARKETO.
BARRETO.
¿Asi te entras
Sin hablar una palabra
Ilasta el cuarto de su alteza?
jQué intentas hacer?
JUAX.
Pedirle
Para partirme licencia
A Castilla , donde intento
Que Portugal todo sepa ,
Que diga... ¡Qué torpe estoy!
Es el dolor y la pena
Escalón desconcertado
Donde tropieza la lengua.
Tú, Üarreto, vete á casa.
DAHRETO.
Tu precepto es mi obediencia. ( l'aie.)
nO.VA LEOiíOR.
En fin, Sefior, ¿qué á mi voz
Atajas desta manera?
¿Al desprecio te consientes.
Cuando yo soy roca opuesta
A un amor, que ya olvidado.
Olas de llamas le inquietan?
jVive el cielo cristalino,
Bello espejo de la tierra.
Que á mi venganza mi voz
lia de ser mi espada mesmal
liey, señor, esposo, amante.
Dueño, luz...
JUAN.
¡Oh pena fiera!
¡ No me bastaba saberlo.
Sino que á escucharlo venga!
¡ Olí pésele á mi dolor!
i Oh mi cuidado lo sienta!
El uno en coral lo llore
Y otro en valor lo divierta.
DOÑA LEONOR.
¿A mi voz no te enterneces.
Que romo á mi propia lengua.
Áspid del cuerpo no muerde
El abrigo de sus venas;
Cual tronco á los verdes lazo»
De la cariñosa hiedra.
Que en vez de blandos halagos.
Le sacudió la corteza?
¿ No me respondes , en lin?
Pues óyeme esta indecencia.
Por mi honor solo te llamo.
No lo hago porque me quiera?,
Cruel, tirano poderoso.
Ingrato, desleal.
JOAN.
¡Qué ofensa!
DOÑA LEONOR.
Monstruo que ha abortado el odio,
Padre que hizo la violencia.
REY.
Dame el espejo.
( Toma el espejo Juan, y llévasele al
Rey; túrbase este y doña Leonor.)
JUAN.
Aqui tienes
El espejo, donde puedas
Mirar tu propio semblante;
Mascón esta diferencia.
Que aunque le queda el acere.
Perdió su virtud secreta ,
Porque se empañó el cristal
Con el borrón de la afrenta.
REY.
¿Aqui oslabais?
JUAN.
Si, Señor:
Vengo á pedirle licencia
Para partirme á Castilla,
Porque no quiero que tengas
Siempre delante de ti
Qu;en con la vista le ofenda.
REY.
¡Antes me he holgado de veros.
Que esla noche os vi en mi idea
Muerta imagen de la vida ,
Vivo cuerpo en sombra muerta!
De vuestra vida me alegro,
Debedme aquesta fineza.
JCAN.
No os engañasteis, Señor,
Ni fue fantasía vuestra:
Murió mí honor á las manos
De vuestra propia violencia ;
El es alma de la vida
Y quedó el cuerpo sin ella.
Pues como murió el honor
Que el cuerpo y vida alimenta ,
Lo que era luz de la viila
Es ya sombra de la idea.
Basta ya, que, vive Dios,
Que al que intente...
(Empuña el Rey la daga , y va tras él.)
DOÑA LEONOR.
Vuestra alteza...
REY.
Hacer misterios de honor
Los blasones que le esperan ,
Que con mi acero...
DOÑA LEONOR.
Tened.
(Detiene Leonor al Rey, y Juan se re-
tira poco apoco.)
REY.
Su propio ministro sea.
Y vos quién sois para que...
JUAN.
Yo, Señor, hechura vuestra.
REY.
¡ Ay del tiempo en que los reyes
A lan mal estado llegan
Que no escuchan lo que escuchan !
¡ Oh cielos, y quien pudiera
No ser el mismo que soy.
Siendo el mismo que quisiera !
DO.ÑA LEONOR.
Yo soy doña Leonor Tellez...
JUAN.
Y yo soy quien en la guerra...
REY.
Venid, venid. (Vase.)
VASCO.
¡ Qué impiedad !
DOÑA LEONOR.
Cuya heredada nobleza...
JOAN.
Os ha dado más victorias...
DOÑA LEONOR.
Yo á Portugal más grandeza...
JUAN.
Pero si faltan oídos,
¿Adonde aspiran las quejas?
DOÑA LEONOR.
¡Que esto sufra mi dtlor!
i Que el cielo no se enternezca !
DOÑA LEO. OK.
Vasallo (¡qué mal he dicho!).
Esposo (¡qué voz lan tierna!).
Señor ( ¡ qué poco cariño ! ),
Mí dueño (¡detente, ofensa!),
No acierto á hablarle vasallo,
Ni sé corregirme reina;
Pero enire afectos tan grandes
Del honor y la terneza ,
Me llevo mas del amor,
Y divertida la lengua,
Como sabe aquel camino,
El otro que gusta deja.
JUAN.
¡ Ay de mi , que llego á líempo
En que es mi blasón ofensa!
¡Que esté mirando á mi esposa,
Y con ser mí esposa mesma ,
En decirla mis cuidados
Al que me ha ofendido ofenda ;
Y que en él sea pundonor
Tiranizarme mi prenda ,
Y en mi , que la adoro amante ,
Sea declararme b:ijeza !
¡Oh leyes instituidas
Contra la naturaleza!
¡Que reyes humanos poogan
Leyes á las almas nuestras ,
Cuandü aún Dius no las c:istiga
Hasta que lüS cuerpos dejan 1
CoSa LEONOn.
Salga á mi labio la voz.
JUAN.
Reprimamos esta pena.
DOÑA LEONOR.
Sean mis propios impulsos
Descargo de mi inocencia,
Y del proceso del alma
Sea el relator la lengua.
IVAÜ.
\ Que ya no tenga remedio
Esta pérdida, esta fuerza.
Pues ya en las leyes de honor
Admitirla es más afrenta,
Y en los de mi voluntad
Será mi muerte perderla!
DOÑA LEO.VOR.
(Áp. Con él he de hablar ahora.
Mi disculpa en mi se advierta:
Como que me quejo al Rey,
Le he de declarar mis quejas.)
(Habla mirando al vestuario, como que
se lo dice al Rey.)
Rey, si mi llanto no escuchas.
No me niegues las orejas ,
Que son las puertas mejores
Por donde se entra á la enmienda :
Bien sabes que resistí
Como amante esta violencia ,
Porque no reina en los cuerpos
Quien en las almas no reina.
¿Qué cetro con!\T el contento?
Si es el amor quien gobierna
El arco de las bonanzas.
Tiró al corazón su flecha ;
Yo he querido á Juan Lorenzo,
Tú me haces que no le quiera ,
Por ser reina me reprimo,
No le hablo, porque soy reina.
¡Juan Lorenzo, Juan Lorenzo!
JUAN.
¿Qué me manda vuestra alteza?
DOÑA LEONOR.
No hablaba con vos ahora.
{Ap. Tente, amor, que me despenas )
JUAN.
(4p. Tente, ofensa, queme matas:
oatisfaccion , ;qué aprovechas!
¡ Que be de callar y sentir!)
El Rey se salió allá fuera.
DO.ÑA LEONOR.
Pues si él se fué , yo me voy.
(Ap. i Oh cielos, y quién pudiera
No hablarle como quien soy
Y amarle como quien era !)
JUAN. ÍAp )
¡Quién pudiera, oh pena mia ,
Si no es mas de una mi pena ,
Qae esta ofensa , si la hablara ,
Hacer que no fuera ofensa !
DOÑi LEONOR. {Ap.)
Pero aqui de mi valor.
JUAN. (Ap.)
Ahora de mi nobleza :
Aun(|ueel Hey la repudiara.
No era posible quererla.
DOÑA Li;orron. (Ap.)
Ya, aunque nie olvidara el Rey,
No era bien que él me quisiera.
JUAN. (Ap.)
Pues á llorar, sentimientos. I
TAMBIÉN LA AFRENTA ES VENENO,
DO.ÑA LEONOR. (.4/).) |
Lágrimas, i tierra, á tierra: i
Centro hay para los dolores. I
JUAN, (.^p.) ¡
Muerte bay para las violencias.
DOÑA LEONOR. (.\p.) I
Que, en fin, perdí... No lo digo.
JUAN. (.\p.)
En fin, JO lloro... es bajeza.
DOÑA LEONOR. (Ap.)
\ Que otro esposo tengo en vida !
JUAN. (Ap.)
¡ Que sin su muerte la pierda!
DOÑA LEONOR. (Ap.)
¡Que, en lin, le be perdido ya!
JUAN. (.4p.)
¡ Que, en fin, es fuerza perderla!
DOÑA LEONOR.
Quedaos con üios, Juan Lorenzo.
(Vase doña Leonor.)
JUAN.
Guarde el cielo 6 vuestra alteza.
(Vase.
Sale BARRETO.
DARRETO.
Cierto, que soy desdichado,
Mas soy criado, en efelo :
¡Que siendo yo tan discreto
Sirva á un amo tan menguado !
Señores, no puedo ver.
Aunque la estime y adore.
Que haya marido que llore
Porque perdió á su mujer;
Y no, que con la congoja,
Ponugues de más valor.
Derretido de su amor
Lágrimas de sebo arroja.
Mas si conmigo lo hicieran,
Llorara , aunque me agraviaran ,
No que á mi me la quiláran ,
Sino que á mí me la dieran.
Yo confieso mi pecado:
Si adoro á una dama bella.
Quisiera parlar con ella
En la punta de un tejado;
Pues en vez de su trabajo
La pagara mi interés
Con arrojarla después
Desde el caballete ahajo.
Señores, hablemos claro
(Esto quisiera saber)
¿ Hay quien quiera á su mujer?
Que será raro, y muy raro.
Señoras , respuesta pido
A todos los pareceres,
ton haber tantas mujeres
¿H ly quien quiera á su marido?
El marido á la mujer,
Bien que viven disfrazados.
Son dos bandos encontrados ,
Ella es Narro, y él Cader;
Y que siempre están, ínlicro,
Aunque lo fingido obre.
Siempre peleando sobre
Cual mata al otro primero.
Guiomará palacio fué
Y su belleza perdí ;
Pero ¿qué se me da á mi.
Pues (|ue nunca la estimé?
M la pretendo buscar
Ni en Guiomar pensar quisiera ;
Pero si ahora la viera...
Sale GlílOMAR.
GUIOUAR.
Aquí está doña Guiomar.
DARRETO.
¿Guioniarilla?
CUIOMAR.
¿Mí Bárrelo?
BARRETO.
¿Qué es esto que ha sucedido?
GUIOMAR.
Vuelvo á casa pan perdido;
Dejé el palacio, en efeto.
BARRETO.
Pues di , ¿por qué le has dejado?
GUIOMAR.
Bárrelo, porque he advertido
Que si allá fui pan perdido
Aquí he ser pan ganado.
Hermano, vengo cansada
De servir y trab.ijar,
Y más lo vengo de estar
Toda la vida encerrada.
Libéranos Dominé,
¿Palacio? guarda: ¡Jesús!'
BARRETO.
Dime, Guioniarilla, pus,
¿Cómo le has salido, eh?
GUIOMAR.
No sé como te proponga
Esta repentina muda :
Con mondongas era ayuda,
Y con ayudas mondonga.
Aquella eterna pensión
Del estar siempre esperando;
Aquel estarme tasando
Con una escasa ración;
Aquel sisarla mitad
El que va por la comida,
La reverencia cumplida ,
La fingida gravedad;
Servir mucho y medrar poco,
Y ver que en aqueste encanto.
El portero era mi espanto.
El guarda-damas mi coco.
Si algún corredor conquista
Amor para entretenerme.
Era menester ponerme
Antojo de larga vista.
La celosía inhumana
En la ventana mejor.
Adonde surcó el amor
El estrecho cerbatana;
Pensar que he de ser añeja
Y que á salir remediada
Cuando ya salga casada.
Es señal que seré vieja.
Y si desto note enfadas,
Vengo, y libertad me llamo:
Más quiero servir á un amo
Que ser\ir tantas criadas.
BARRETO.
A aquese lado te arrima.
GUIOMAR.
Triste llega mi Señor.
BARRETO.
En las pintas del amor
Vino la del Rey encima.
Sale JUAN.
JUAN.
liarreto,¿tú estás aquí?
BARRETO.
Y Guiomar está á mi lado.
Poique á palacio ha dejado
Sólo por servirte 4 ti.
JUAN.
Idos los dos allá fuera.
¡ Ob sentimiento mortal!
Este cuerpo de mi mal,
¡Qué prolija muerte espera !
BARRETO.
iQaé tienes? ¿qué ha sucedido T
Estoj enfermo, Darreto.
(.4p. Pero es de honor.)
BARRETO.
Eu efeto,
Voy por médico, si ha sido
El accidente mortal.
JUA>-.
No estés, Bárrelo, importuno,
Que no habrá médico alguno
Que pueda curar mi mal.
BARRETO.
Dueño es por Dios , que eso ignora:
Cuando yo su ciencia sé :
Responde, Señor, ¿pues qué,
Curan algo los doctores?
Apeóse un médico á hablar
A otro médico estafermo
A la puerta de un enfermo
Que él »en¡a á visitar
Üe una poslema , ó nemon
Que en la garganta tenia ,
Y sobre cómo vivia
Trabaron conversación,
Y para hablar sin trabajo
La muía al portal envia:
Es á saber, que vi\ia
El enfermo en cuarto bajo.
I.a niula con desenfado,
Con gualdrapa y ornamento.
Se fué entrando al aposento
Adonde estaba acostado
El enfermo, que sintió
Herraduras, con dolor
Dijo: «Aqueste es el doctor» ;
Sacó el pulso, y no miró:
La muía , que miró el brazo
Sin saber sus accidentes ,
Tomo el pulso con los dientes
Con grande desembarazo.
El volvió el rostro con tema
Y salió á echarla en camisa ,
Pero dióle tanta risa
Que reventó la poslema.
El médico que la vio.
Para que el mozo la agarre ,
Le dijo á la muía: Arre: —
Y él dijo al médico, t Jo.
Señor doctor, yo he quedado
Absorto del caso, y mudo,
La poslema , que él no pudo,
Su muía me ha reventado ;
Y si esto olra vez me pasa ,
Aunque el caso me atribula.
Envíeme aci su muía
Y quédese usled en casa.»
JUA>-.
Borricho.
BARRETO.
Lindo despacho:
¿Piensas que me has ofendido?
¿No es peor morir marido?
¿Es muy malo ser borracho?
¿ Es ser borracho b.ijeza ?
Üi , por tu vida , Señor,
La sangre que es la mejor,
í No es la sangre de nobleza?
Luego es grande desatino
Decir que no es grande honor.
Pues es la sangre mejor
La sangre (|ue cria el vino.
L'n saludador verás
Queda de soplo salud:
iNo es del soplo la virtud,
Siuo del (ufo no más.
CO.MEDIAS ESCOGIDAS DE DON FRANCISCO DE ROJAS.
Puesio que soy su criado,
El oticio de escuchar.
¿No me dejas?
Necio estoy,
Y ya de limite pasa.
TASCO.
¿Está Juan Lorenzo en casa?
¿Quién se ha entrado aquí?
TASCO.
Yo soy.
JDAS.
Pues don Vasco, ¿qué hay de nuevo?
VASCO. {Ap.)
Torpe la voz, mudo el labio,
Le Tengo á decir su agravio,
Y' 3 decirle no me atrevo.
El Rey, mi dueño y señor.
Me ha mandado que le diga
( ; Oh cómo el precepto obliga ! )
Que acepte á doña Leonor ;
Y como es de su honor mengua ,
Quisiera en estos enojos
Decírselo con los ojos
Y callarlo coD la lengua.
JL'AN.
Vuestra pena y vuestro espanto
Mueva la lengua veloz:
¿Tan balbuciente la vez,
Y tan retórico el llanto?
Decid el suceso, ea.
No me tengáis tan neutral,
No puede ser tanlo el mal
Como yo espero que sea.
VASCO.
¿Vos DO sois siempre mi amigo?
Si soy.
TASCO. {Áp.}
No hay que recelar;
Mas DO se lo be de contar.
JOAN.
Acabad, doD Vasco.
TASCO.
Digo,
Que echéis fuera esa criada.
Jl'AN.
Vete , Guiomar, allá fuera.
GÜIOMAR.
Obedecerte quisiera :
El alma tengo turbada. (Vase.
VASCO.
¡ Yo propio be de deshonrarlcl
JBAN.
; Y cómo recelo oirle!
¿Si es gran mal para decirle.
Cuál será para pasarle?
TASCO.
Digo que el Rey me ba mandado.
Que os diga, que vuestra esposa...
jUAn.
El alma tengo dudosa
TASCO.
Asf, echad ese criado.
JVAV.
Vet«.
DARRETO.
No me han de quitar,
Aunque mi amo lo ba mandado,
JUAM.
Decid.
VASCO.
El Rey, singular,
Y lodos los demás reyes.
Pueden promulgar las k yes,
Vías pueden derogar;
Yasi.elRey (; válgame Dios!)
JUAN.
Ya no hay quien echéis, y puedo...
VASCO.
Para contarlo sin miedo,
Os quisiera echar á vos:
¡Que me obligue el Rey á mí
A que le diga su inteniu!
Jl'.'.N.
Decid vuestro sentimiento.
VASCO.
¿Quedaréis mi amigo?
TASCO.
En fin, ¿no me culparéis?
JUAÜ.
Sois mi amigo y sois mandado.
TASCO.
¿Pensáis que yo estoy culpado?
JUAN.
A mi amistad ofendéis.
TASCO.
¿Tendréis valor para oir...
JUAf.
¿Valor deci? ¿á quién?
VASCO.
A ver.
JUAN.
Soy quien soy.
TASCO.
Pues,Tivc Dios,
Que no os lo quiero decir. (Vase.)
JOAN.
Vasco, no me satisfago.
Estando neutral mi vida ,
üe que ha de ser más la herida
De lo que ba sido el amago.
Sale DON CLAUDIO.
DON CLACOIO.
Vos seáis muy bien hallado.
JUAN.
tQuó es esto? decid, que yo...
DON CLAUDIO.
Acuña , el Rey me envió
Para daros un recado.
JOAN.
Sentaos, si el Rey os obliga.
DON CLAUDIO.
No vengo con tanto espacio :
Que os lleguéis luego á Palacio
Me ha mandado el Rey que os diga.
JUAN.
Que luego iré á hablarle digo.
(Ap. i Ab cielos, y quien pudiera...
DON CLAUDIO.
No ha de ser de esa manera ,
Que habéis de venir conmigo.
^Mándalo el Rey? ¿Es prisión?
DON CLAUDIO.
Juan Lorenzo, yo me holgara.
¿Es destierro?
DON CLAUDIO.
Amor me |)ára.
JUAN.
¿Mi muerte?
¡Qué confusionl
¡vá:<.
¿Qué, murió Leoncr también?
DON CLAUDIO.
En desdicha tan mortal ,
Solamente aqueste mal
Fuera el que os hiciera bien.
JUAN.
Goce ella tan feliz suerte
Kn sus brazos repelida
Y con ella tenga vida ,
¿Qué me importa á mi la muerte ?
pon CLAUDIO.
Su vida os ha de matar.
¿Esto cómo puede ser?
DON CLAUDIO.
Sois objeto del poder.
¿Quién se ha muerto del dudar?
¿So me lo podéis decir?
DON CLAUDIO.
No puedo.
JUAN.
Solos estamos.
DON CLAUDIO.
Vamos, Juan Lorenzo.
Vamos :
Vida es llevarme á morir.
DON CLAUDIO.
Y será el blasón mayor...
JUAN.
Que no me habléis más os pido.
DON CLAUDIO.
Juan Lorenzo, id prevenido.
Va va conmigo el valor.
(Vanje.)
SaUEL REV, LA INFANTA, DOSa
LEONOR , VASCO y acompañamiento
INFANTA.
Católico Rey Fernando,
A cuyas plantas augustas
Se ofrecen para despojos
Tantas agareiias lunas;
Yo soy la Infanta Leonor
Que á ser vino esposa tuya ,
Y la que lleva á su reino
Por blasones tus injurias.
El cuello de tu afición
Sujetaste á la coyunda,
O al peso más amoroso
üela más bella hermosura,
Al tiempo que yo en mi reino
Le presté á la fama plumas;
Goza á doña Leonor Tellcz
Y mi lugar sustituya.
Que yo me vuelvo"á mi reino,
Donde haré que el parche influya
En mis vasallos leales
Valor á venganzas justas;
Arderá el campo en venganzas
Y de roja sangre pura...
IlEY.
Detened, Infanta bella.
Porque boy es Justo que suplan
TAMBIÉN LA AFRENTA ES VENENO
Mi recompensa á mi error.
Por palabras y escrituras
Casado estaba con vos;
Y para que esto se cumpla.
Puedo, pues importa al reino.
Repudiar por causas justas
Mi propia esposa; y asi.
Hoy quiero que sustituya
Una Reina natural
Laque no es Reina absoluta ,
Y pues yo os di mi palabra...
INFANTA.
No prosigas, que te excusas
Por hacerme una lisonja
De achacarte á ti una injuria;
Ya no pienso ser tu esposa ,
Pues tú propio á ti te acusas;
¿Qué hará á (luien no tiene amor
Si á la que quiere repudia?
Sale EL MAESTRE.
UAESTRE.
Y yo también he alcanzado
Parte desta ofensa suya.
Pues siendo yo quien la traje
A mi con ella me injurias;
Y á no ser Rey y mi hermano.
Vive esa campaña pura
Donde son flores hermosas
Los luceros que la ilustran,
Que hiciera...
nET.
Tened, Infante.
DOÑA LEONOR.
¿Qué niebla los rayos turba ,
Adonde el sol del amor
Tantos imperios alumbra?
Quien á la tórtola dulce
Que con su esposa se arrulla
En nido...
RET.
Callad, don Vasco;
¿Vuestra lengua iun articula
Contra los decretos niios
Inadvertencias caducas?
¡Vive el cielo!... Y como vos
Decid. (M Maestre.)
MAESTRE.
Señor, si es disculpa...
RET.
A las alas de mi especie
Sabré yo cortar las plumas.
Sa/en JUAN LORENZO. DON CLAU-
DIO T RARRETO.
DON CLAUDIO.
Juan Lorenzo está en la sala.
JUAN.
I Y el que á tus plantas consulla
! Con el labio, que es el voto
I De una obediencia tan justa.
RET.
Vos seáis muy bien venido :
Alzad, Acuña, del suelo.
DOÑA LEONOR. (Ap.)
, Viva estatua soy de hielo!
JOAN.
Ya el mal está prevenido.
VASCO.
¡Ilay acción más rigurosa!
JUAN.
A que me mandéis espero.
RET.
Pues lo que mandaros quiero
Es que os llevéis vuestra esposa.
{Túrbase Juan Lorenzo.)
JUAN.
¿Pues quién es mi esposa aquí
Si es Reina doña Leonor?
Porque la Infanta , Señor,
No es esposa para mi.
En tan grandes intereses
Declarad el premio ya :
¿Quién la mano me dará?
BET.
Doña Leonor de Menescs.
JOAN.
¿ Esa es la que he de aceptar?
REY.
Asi mi poder lo advierte.
Pues , SeDor, dadme la muerto
Que no la pienso llevar.
Ea, dad la mano vos.
DOÑA LEONOR. (Ap.)
¡Que esta injuria sufra el ciclo!
RET.
Juan de Acuña , esto ha de ser;
BARRETO.
Ahora la espada empuña.
JUAN.
¿Por qué me llamáis Acuña
Si os tengo de obedecer?
Dadla la mano, y callad.
JUAN.
Pues advierta vuestra alteza.
Que turbando mi nobleza
Eclipsa su majestad;
Porque en mis afectos hallo
Que es mal consultada ley
Que mano que fué de un Rey
Lo baje á ser de un vasallo,
RET.
Honor vuestro viene á ser
Como en mi poder se muestra.
Que venga á ser mujer vuestra
La que ha sido mi mujer ;
Siendo vuestra, la admití
Por Reina que el mundo vio ;
Pues no hacer lo que hice yo
Es hacerme ofensa á mi.
i Vuestra y mia fué en un dia ;
Luego, aunque más me culpaip,
¿Qué mucho que la admitáis
Desjiues que ya ha sido mia?
Aunque es eso asi. Señor,
Vuestro disguslo os engaña.
Lo (|ue es en el rey hazaña,
Es en el vasallo error.
Vos sois absoluto Rey
De vuestro imperio, y as(
La ley que me obliga i mi
No os obliga como ley.
Pues reparad ¡oh Señor!
Que asi eclipsáis mi nobleza:
Lo que es para vos grandeza.
Es para n.l deshonor.
RET.
Dejemos las digresiones
Que esto ha de ser, vive el cielo.
C02
COMEDIAS ESCOGIDAS DE DON FRANCISCO DE ROJAS.
Muerte liay para los rebeldes :
Una vida sola os deho.
Mas no el honor, vive Dios.
REY.
Fuera castigo pequeño
A inobediencia tan grande
Vuestra vida , y asi quiero
Que le deis luego la mano
Y daros la muerte luego.
JOAN.
Dejad que el acero arroje
Que á vuestro acero dio aceros ,
Porque no le estará bien
Tener tan cobarde dueño.
{Arroja la espada.)
nET.
Llegad TOS , doña Leonor.
D0>ÍA LEONOB. (Ap.)
¡Qué poco á mi pena debo
Pues no me mata mi pona!
{Vase llegando doña Leonor poco ó
poco á darle la mano.)
LEn Cn, Señor, que con esto
e pagáis tantas victorias
Como debéis á mi esfuerzo!
Veneno hay que beba vo
Por los ojos ¡venga luego,
tteba yo en él la ponzoña
Y no de mis sentimientos.
¡Oh pese á mi que los sufro,
Ño fueran mi puñal mesmo!
(Empuña la espada contra Leonor.)
¿Qué quieres , doña Leonor?
Leonor, en On , ¿esto es cierto?
Enün,¿la he de recibir?
¿Cómo lo digo y no muero?
¡Oh! La espada de la honra
¿Qué hace en la vaina del pecho?
¡Qaebe de recibirla!
REY.
Pues , Señor, ya os obedezco :
■.Que me acometa el dolor
V que no ejecute luego!
Sepa el mundo, España sepa ,
Que mi natural Rey mesmo
Me ha dado muerte á la honra
Dejándome vivo el cuerpo.
Lulo se ponga á mi fama
Por la muerte de mis hechos :
ILice bien el Rey, es Rey,
Recibir mi esposa debo.
Ea, dame tú la mano.
Dame cun ella el veneno
De la confección de injurias
Para que relaje el pecho.
(Arrimase á Leonor y cógela la mano
por fuerza.)
Dame la mano, Leonor ;
Pero si mi sentimiento...
Si ahora... si yo... siaqui...
Si mi vida...
(Cae de espaldas en una silla asido á
¡a mano de Leonor.)
REY.
¿Qué es aquesto?
BOri CLAODIO.
Barajada la color,
La voz remisa en el pecho...
DOÑA LEONOR.
Suelta la mano. Señor.
(Tira de su mano Leonor.)
DON CLACDIO.
Ya la ha dejado, y ya veo
Que para decir su agravio
Ño tuvo aliento su aliento.
VASCO.
Cadáver ya le dislingo.
(Aparta el Rey á un lado á Vasco y ha-
blan los dos.)
REY.
Oidnie , don Vasco, ;oh cielos !
¿Cómo aquesta muerte ha sido?
VASCO.
De vuestra ilusión me acuerdo,
Cuando le visteis en sombra ,
Sin conocer vuestros yerros,
Mandastescomo cruel
V él como obediente ha hecho;
Tal quedara con su vida
Que de su muerte me alegro.
¿Pues qué veneno ha bebido?
VASCO.
No es veneno el que le ha muerto,
Y es veneno el que le mata ;
Todo es y no es a un tiempo,
Que si el veneno ha faltado.
También ¡a afrenta es '¡'¿neno.
¿Pues qué 1
! de hacer?
VASCO.
Ya , Señor,
Hoy mis consejos os niego.
Que aunque vinieron temprano,
Llegan larde mis consejos.
REY.
Pues si no es para su vida.
Para todo hallo remedio.
Duna Leonor de Meneses
Ha de quedar por mi dueño.
Porque quiero honrarme yo
Con lo que á su esposo ha muerto;
Y pues que la Infanta vino
Por mi sangre, y yo la debo
Darla mi propia persona.
Otro como yo la entrego :
Hoy de mi hermano en los brazos
Goce el divino himeneo.
Y á tí, honor de Portugal,
Escríbale en bronce el tiempo,
Y para eterna memoria
Queda en láminas impreso.
Con el buril del dolor
También la afrenta es veneno.
FRIOR.
Y aqui tiene lin , Sen^Jo,
Este caso verdadero
Del Rey don Fernando el Nono,
Hijo del cruel don Pedro.
VASCO.
Perdonadle como nobles.
Aplaudidle como cuerdos.
riS DEL TOSIÓ OE COMEDIAS ESCOGIDAS DE DON rBJNCJSCO DS I
índice.
COMEDIAS.
Del Rey abajo ninguno, y Labrador más honrado, (¡arria del
Castañar 1
• Entre bobos anda el juego, don Lúeas del Cigarral. ... 17
Progne y Filomena 39
Obligados y ofendidos y Gorrón de Salamanca 61
No hay amigo para amigo 83
Casarse por rengarse 103
Abre el ojo 1-2j
Donde hay agravios no hay celos, y amo criado 14"
El más impropio verdugo por la más justa venganza. . . . IfiO
Loque son mujer e; 191
Don Diego de Noche 213
La traición busca el castigo 233
rágs.
Santa Isabel, Reina de Portugal SoS
El Cain de Cataluña 271
Sin honra no hay amistad 295
Lo que queria ver el marqués de Villena 319
Peligrar en los remedios ói9
Los bandos de Vorona 3G7
No hay ser padre siendo rey 389
El desafio de Carlos quinto 407
Los áspides de Cleopatra 421
Primero es la honra que el gusto 441
La hermosura y la desdicha 4o3
Nuestra Señora de Atocha 471
La esmeralda del amor 493
La más hidalga hermosura 507
Don Pedro Miago Sil
Los tres blasones de España .ItS
El catalán Scrrallonga, y bandos de Barcelona SüX
También la afrenta es veneno 585
#-■
h^
'Mm.
-é.
PQ
avi
A2B5
t.5A
CIRCÚLATE AS MONOGRAPH
Biblioteca de autores
españoles
PLEASE DO NOT REMOVE
SUPS FROM THIS POCKET
UNIVERSITY OF TORONJO
LIBRARY
^b-«^