Skip to main content

Full text of "Boletín de la Real Academia de la Historia"

See other formats


Google 


This  is  a  digital  copy  of  a  book  that  was  prcscrvod  for  gcncrations  on  library  shclvcs  bcforc  it  was  carcfully  scannod  by  Google  as  parí  of  a  projcct 

to  make  the  world's  books  discoverablc  onlinc. 

It  has  survived  long  enough  for  the  copyright  to  expire  and  the  book  to  enter  the  public  domain.  A  public  domain  book  is  one  that  was  never  subject 

to  copyright  or  whose  legal  copyright  term  has  expired.  Whether  a  book  is  in  the  public  domain  may  vary  country  to  country.  Public  domain  books 

are  our  gateways  to  the  past,  representing  a  wealth  of  history,  culture  and  knowledge  that's  often  difficult  to  discover. 

Marks,  notations  and  other  maiginalia  present  in  the  original  volume  will  appear  in  this  file  -  a  reminder  of  this  book's  long  journcy  from  the 

publisher  to  a  library  and  finally  to  you. 

Usage  guidelines 

Google  is  proud  to  partner  with  libraries  to  digitize  public  domain  materials  and  make  them  widely  accessible.  Public  domain  books  belong  to  the 
public  and  we  are  merely  their  custodians.  Nevertheless,  this  work  is  expensive,  so  in  order  to  keep  providing  this  resource,  we  have  taken  steps  to 
prcvcnt  abuse  by  commercial  parties,  including  placing  lechnical  restrictions  on  automated  querying. 
We  also  ask  that  you: 

+  Make  non-commercial  use  of  the  files  We  designed  Google  Book  Search  for  use  by  individuáis,  and  we  request  that  you  use  these  files  for 
personal,  non-commercial  purposes. 

+  Refrainfivm  automated  querying  Do  nol  send  automated  queries  of  any  sort  to  Google's  system:  If  you  are  conducting  research  on  machine 
translation,  optical  character  recognition  or  other  áreas  where  access  to  a  laige  amount  of  text  is  helpful,  picase  contact  us.  We  encouragc  the 
use  of  public  domain  materials  for  these  purposes  and  may  be  able  to  help. 

+  Maintain  attributionTht  GoogXt  "watermark"  you  see  on  each  file  is essential  for  informingpcoplcabout  this  projcct  and  hclping  them  find 
additional  materials  through  Google  Book  Search.  Please  do  not  remove  it. 

+  Keep  it  legal  Whatever  your  use,  remember  that  you  are  lesponsible  for  ensuring  that  what  you  are  doing  is  legal.  Do  not  assume  that  just 
because  we  believe  a  book  is  in  the  public  domain  for  users  in  the  United  States,  that  the  work  is  also  in  the  public  domain  for  users  in  other 
countries.  Whether  a  book  is  still  in  copyright  varies  from  country  to  country,  and  we  can'l  offer  guidance  on  whether  any  specific  use  of 
any  specific  book  is  allowed.  Please  do  not  assume  that  a  book's  appearance  in  Google  Book  Search  means  it  can  be  used  in  any  manner 
anywhere  in  the  world.  Copyright  infringement  liabili^  can  be  quite  severe. 

About  Google  Book  Search 

Google's  mission  is  to  organizc  the  world's  information  and  to  make  it  univcrsally  accessible  and  uscful.   Google  Book  Search  hclps  rcadcrs 
discover  the  world's  books  while  hclping  authors  and  publishers  rcach  ncw  audicnccs.  You  can  search  through  the  full  icxi  of  this  book  on  the  web 

at|http: //books.  google  .com/l 


Google 


Acerca  de  este  libro 

Esta  es  una  copia  digital  de  un  libro  que,  durante  generaciones,  se  ha  conservado  en  las  estanterías  de  una  biblioteca,  hasta  que  Google  ha  decidido 

cscancarlo  como  parte  de  un  proyecto  que  pretende  que  sea  posible  descubrir  en  línea  libros  de  todo  el  mundo. 

Ha  sobrevivido  tantos  años  como  para  que  los  derechos  de  autor  hayan  expirado  y  el  libro  pase  a  ser  de  dominio  público.  El  que  un  libro  sea  de 

dominio  público  significa  que  nunca  ha  estado  protegido  por  derechos  de  autor,  o  bien  que  el  período  legal  de  estos  derechos  ya  ha  expirado.  Es 

posible  que  una  misma  obra  sea  de  dominio  público  en  unos  países  y,  sin  embaigo,  no  lo  sea  en  otros.  Los  libros  de  dominio  público  son  nuestras 

puertas  hacia  el  pasado,  suponen  un  patrimonio  histórico,  cultural  y  de  conocimientos  que,  a  menudo,  resulta  difícil  de  descubrir. 

Todas  las  anotaciones,  marcas  y  otras  señales  en  los  márgenes  que  estén  presentes  en  el  volumen  original  aparecerán  también  en  este  archivo  como 

tesümonio  del  laigo  viaje  que  el  libro  ha  recorrido  desde  el  editor  hasta  la  biblioteca  y,  finalmente,  hasta  usted. 

Normas  de  uso 

Google  se  enorgullece  de  poder  colaborar  con  distintas  bibliotecas  para  digitalizar  los  materiales  de  dominio  público  a  fin  de  hacerlos  accesibles 
a  todo  el  mundo.  Los  libros  de  dominio  público  son  patrimonio  de  todos,  nosotros  somos  sus  humildes  guardianes.  No  obstante,  se  trata  de  un 
trabajo  caro.  Por  este  motivo,  y  para  poder  ofrecer  este  recurso,  hemos  tomado  medidas  para  evitar  que  se  produzca  un  abuso  por  parte  de  terceros 
con  fines  comerciales,  y  hemos  incluido  restricciones  técnicas  sobre  las  solicitudes  automatizadas. 
Asimismo,  le  pedimos  que: 

+  Haga  un  uso  exclusivamente  no  comercial  de  estos  archivos  Hemos  diseñado  la  Búsqueda  de  libros  de  Google  para  el  uso  de  particulares: 
como  tal,  le  pedimos  que  utilice  estos  archivos  con  fines  personales,  y  no  comerciales. 

+  No  envíe  solicitudes  automatizadas  Por  favor,  no  envíe  solicitudes  automatizadas  de  ningún  tipo  al  sistema  de  Google.  Si  está  llevando  a 
cabo  una  investigación  sobre  traducción  automática,  reconocimiento  óptico  de  caracteres  u  otros  campos  para  los  que  resulte  útil  disfrutar 
de  acceso  a  una  gran  cantidad  de  texto,  por  favor,  envíenos  un  mensaje.  Fomentamos  el  uso  de  materiales  de  dominio  público  con  estos 
propósitos  y  seguro  que  podremos  ayudarle. 

+  Conserve  la  atribución  La  filigrana  de  Google  que  verá  en  todos  los  archivos  es  fundamental  para  informar  a  los  usuarios  sobre  este  proyecto 
y  ayudarles  a  encontrar  materiales  adicionales  en  la  Búsqueda  de  libros  de  Google.  Por  favor,  no  la  elimine. 

+  Manténgase  siempre  dentro  de  la  legalidad  Sea  cual  sea  el  uso  que  haga  de  estos  materiales,  recuerde  que  es  responsable  de  asegurarse  de 
que  todo  lo  que  hace  es  legal.  No  dé  por  sentado  que,  por  el  hecho  de  que  una  obra  se  considere  de  dominio  público  para  los  usuarios  de 
los  Estados  Unidos,  lo  será  también  para  los  usuarios  de  otros  países.  La  l^islación  sobre  derechos  de  autor  varía  de  un  país  a  otro,  y  no 
podemos  facilitar  información  sobre  si  está  permitido  un  uso  específico  de  algún  libro.  Por  favor,  no  suponga  que  la  aparición  de  un  libro  en 
nuestro  programa  significa  que  se  puede  utilizar  de  igual  manera  en  todo  el  mundo.  La  responsabilidad  ante  la  infracción  de  los  derechos  de 
autor  puede  ser  muy  grave. 

Acerca  de  la  Búsqueda  de  libros  de  Google 


El  objetivo  de  Google  consiste  en  organizar  información  procedente  de  todo  el  mundo  y  hacerla  accesible  y  útil  de  forma  universal.  El  programa  de 
Búsqueda  de  libros  de  Google  ayuda  a  los  lectores  a  descubrir  los  libros  de  todo  el  mundo  a  la  vez  que  ayuda  a  autores  y  editores  a  llegar  a  nuevas 
audiencias.  Podrá  realizar  búsquedas  en  el  texto  completo  de  este  libro  en  la  web,  en  la  página|http :  /  /books  .  google  .  com| 


.IZ.I 


Round 
AUG  2  3  1906 


Sattiarb  CoUegc  lititarD 

CHARLES    SUMNER,   LL.D.. 
OF   BOSTÓN. 


BOLETÍN 


DE   LA 


-Ris^JLXf  jlojlid:B'l¿lzjl  db   i^-a.   histohia 


BOLETÍN 


REAL  ACADEMIA  DE  LA  HISTORIA 


TOMO    XLVIII 


MAURIU 

KSTABLEaMIKNTO   TIPOGRÁFICO   DE   FÜRTANCT 


CiIU  de  U  Libertad, 
1906 


Vi. 


,''' 


J 


i3í>        Spm.>\,  I IJ 


♦  • 


«En  las  obras  que  la  Academia  adopte  y  publique,  cada  autor  será  res- 
ponsable de  sus  asertos  y  opiniones;  el  Cuerpo  lo  será  solamente  de  que 
las  obras  seau  acreedoras  á  la  luz  pública.» 

Estatuto  XXV. 


BOLETÍN 

DE  LA 

REAL  ACADEMIA  DE  LA  HISTORIA 


TOMO  XLVIII— CUADERNO  I 
ENERO,  1906 


MADRID 

ESTABLECIMIENTO   TIPOGRÁFICO   DK  FORTANtT 

Libertad,  19.— Teléfono  ggi, 

I  906 


SUMARIO  DE  ESTE  CUADERNO 


C 


Paga. 

Informbs: 

I.  Correspondencia  de  la  Infanta  Archiduquesa  Doña  Isabel 
Clara  Eugenia  de  Austria  con  el  Duque  de  Lerma,  (Desde 
Flandes,  años  de   iS99  d  1607  y  otras  cartas  posteriores 

sin  fecha») — Continuación.  -  A.  Rodríguez  Villa 5 

II.    Santa  Eulalia  de  Abamia, — £1  Marqués  de  Monsalud 40 

in.    De  Granada  musulmana, — El  Baño  de  la  ruina  ó  del  «axautar». 

Mariano  Gaspar 43 

IV.    fueros  dados  d  los  moradores  de  Ribas  de  Sü,  por  D.  Alfonso 

IX  Rey  de  León»  A,  1225. — Vicente  Vignau 53 

V.    Dos  Idpidas  visigdticas,^^¥iáéí  Fita 56 

Varibdades: 

Interpretación  de  las  fechas  sabáticas,  de  los  Judíos. — Eduar- 
do Jusué 63 

Noticias 86 


TOMO  xLVin.  Eaero^l906.  cuaderno  i. 


REAL  ACADEMIA  DE  LA  HISTORIA 


»  >><  ♦ 


INFORMES 


I. 


comiKSPoismiEDscxjL 

DE  LA 

INFANTA  ARCHIDUQUESA  D.^  ISABEL  CLARA  EUGENIA  DE  AUSTRIA 

CON    EL    DUQUE    DE    LERMA. 

Desde  Flandes,  arlos  de  Jsgg  d  JÓ07  y  otras  carias  posteriores 

sin  fecha. 

81. 

Duque:  Remitiéndome  á  mi  primo  que  dirá  á  lo  que  despa- 
cha este  correo,  no  diré  yo  en  esta  más  de  que  creo  que  enten- 
déis el  daño  que  seria  para  todo,  si  sucediese  esto  que  se  teme 
y  cuánto  es  menester  atajalio  con  tiempo;  y  así  sé  que  lo  pro- 
curareis cuanto  fuere  posible,  y  que  no  es  menester  encareceros 
io  que  importa.  De  aquí  no  sé  que  deciros  sino  que  se  están  ahí 
los  enemigos  aun  sin  saber  lo  que  han  de  hacer  6  donde  darán, 
aunque  se  procura  estar  con  cuidado  en  todas  partes,  si  bien  el 
que  nosotros  ponemos  sirve  de  tan  poco  que  al  cabo  no  viene  á 
servir  sino  de  llevar  mi  primo  las  culpas  de  todo,  como  sé  que 
se  las  echan  aora  muchos.  Ojalá  mostrase  Nuestro  Señor  la 
verdad  de  lo  que  en  esto  y  en  todo  ha  pasado,  y  se  vería  quien 
ht  tiene.  Yo  os  confieso  que  no  puedo  déxar  de  sentir  esto,  y 
creo  me  confesareis  que  tengro  razón;  y  por  eso  os  lo  digo.  Mu- 
cho deseamos  cartas  de  ay  para  saber  de  la  salud  de  mi  herma- 


6  BOLETÍN    DE  LA  REAL  ACADEMIA  DE  LA  HISTORIA. 

no,  que  me  parece  tardan  ya  mucho.  El  Condestable  no  lo  hará; 
que  ya  vuelve  de  Ingalatenra.  Y  de  aquí  no  hay  otra  cosa  que 
deciros  sino  que  ha  hecho  mucha  caílor  algunos  días.  A  toda 
vuestra  gente  me  encomiendo  mucho:  de  todos  deseo  saber  que 
están  con  salud  y  vos  libre  de  todos  vuestros  achaques;  y  guar-» 
^eosDios  cómo  deseo..  De  Gant  á  S  de  Setiembre,  J604. — A 
Isabel. — (Sobrescrito:)  Al  Duque  de  Lerma. 

■ 

82. 

Duque:  Si  os  pudiera  dar  esta  nueva  de  ser  ganado  Ostende, 
sin  que  fuera  tras  la  pérdida  de  la  Enclusa,  yo  os  confieso  estu- 
viera contentísima;  pero  aora  el  pesar  de  estotro  no  da  lugar  al 
contento  que  pudiéramos  tener  de  haber  salido  con  una  empre- 
sa tal,  que  no  creo  ha  habido  su  igual  en  el  mundo,  Y  también 
nos  estorba  el  contento  que  podríamos  tener  el  mucho  cuidado 
en  que  estamos  puestos  de  un  motin  general,  por  las  muchas 
apariencias  que  hay  dello,  no  habiendo  que  dar  ahora  á  esta 
gente,  que  tan  bien  merecido  lo  tiene:  que  cuando  se  amotina- 
sen, no  se  les  podría  decir  que  es  sin  razón,  aunque  seria  la  to- 
tal ruina  destos  Estados  y  un  daño  irremediable.  Y  así  no  puedo 
dexar  de  poneros  todo  esto  delante,  por  lo  que  va  en  «lio  al  ser 
vicio  de  mi  hermano,  y  pediros  procuréis  con  el  cuidado  que  so- 
léis poner  en  todo  lo  que  nos  toca,  que  esto  se  remedie  con  la 
brevedad  que  el  caso  lo  pide,  pues  es  el  de  mayor  considera- 
ción de  cuantos  se  pueden  ofrecer.  El  enemigo  aun  se  está  ay: 
no  sé  lo  que  piensa  hacer;  que  el  tiempo  parece  que  está  muy 
jidelante  para  emprender  nada.  El  Condestable  ha  vuelto  bueno 
de  Ingalaterra  y  allá  quedan  contentos  de  lo  que  se  ha  hecho. 
Nuestros  diputados  volvieron  antiyer,  que  la  gota  del  Conde  de 
Aranbergue  los  ha  detenido.  Todos  cuantos  han  visto  y  tratado 
á  la  Reyna  dicen  maravillas  della,  como  dirá  el  Condestable  y 
algunos  buenos  cuentos  de  lo  que  se  usa  por  allá^  Mi  primo  ha 
quince  dias  que  está  aqui:  pienso  se  irá  mañana  á  componer 
eómo.  ha  de  quedar  lo  de  Ostende;  y  yo  temo  arto  no  sea  otra 
ausencia  de  otras  ocho  semanas:  que  es  todo  lo  que  hay  que  de- 


CORKBSPONDSMCIA  DB  LA  INFANTA  B05IA  ISABEL.  f 

ár  de  acá.  A  toda  vuestra  gente  me  encomiendo  mucho;  y 
guárdeos  Dios  como  deseo.  De  Gant  á  23  dé  Setiembre,  1604.--^ 
A  Isabel.^-^Sóbrescrito:)  Al  Duque  de  Lerma. 

83. 

Duque:  Mi  primo  os  escribe  sobre  ün  particular  que  entende- 
réis que  toca  al  Marqués  Espinóla;  y  yo  por  lo  que  deseo  el 
servicio  de  mi  hermano,  no  puedo  dexar  de  deciros  que  aquello 
es  lo  que  conviene  para  todo,  por  las  razones  que  se  os  escrí-^ 
ben;  y  antes  parece  que  Nuestro  Señor  ha  enviado  este  hombre 
aqui  para  remedio  de  tantos  inconvenientes  como  se  podían  se- 
guir. El  está  generalmente  bien  quisto  con  todas  las  naciones  y 
con  los  del  pays  mucho.  Los  soldados  hacen  más  por  él  que  por 
nayde.  Mi  hermano,  aunque  no  es  su  vasallo  tiene  buenas  pren- 
das en  él  para  asegurarse  de  que  le  sirvirá  bien  y  fielmente.  El 
no  pretende  sino  honra  y  señalarse  y  tener  nombre  en  el  mun- 
do, y  asi  siempre  procurará  salir  con  lo  que  tomare  entre  ma- 
nos. Es  grandísimo  trabaxador  y  diligente,  y  no  reusa  ningún 
trabaxo  ni  peligro  de  su  persona;  y  tiniendo  todas  estas  partes, 
se  le  puede  bien  suplir  lo  que  le  falta  de  prática  y  espiríencia, 
en  que  no  dexa  de  tener  ya  alguna  por  las  ocasiones  que  se  han 
ofrecido  después  que  está  aqui;  y  él  se  aplica  tan  bien  á  ello  que 
se  puede  creer  lo  aprenderá  bien  presto.  Todo  esto  me  ha  pare- 
cido deciros,  porque  no  cumplida  con  lo  que  deseo  el  servicio  de 
mi  hermano,  si  no  os  dijese  con  llaneza  y  verdad  lo  que  entien- 
do que  lo  es  ó  lo  será,  asegurándoos  que  solo  tengo  lá  mira  á 
esto  sin  que  pasión  ninguna  pueda  haber  de  por  medio,  como 
quizá  lleva  á  otros  que  no  deben  de  desealle  ni  tener  las  obli- 
gaciones para  ^Uo  que  nosotros,  y  creed  que  las  reconocemos 
como  es  justo^  aunque  nos  levanten  que  no;  pero  el  tiempo  será 
testigo  y  yo  6é  qué  vos  lo  creéis  así,  y  no  consentiréis  que  por 
lo  que  ay  se  hiciere  se  juzgue  lo  contrario,  y  que  donde  vos  es- 
tais  tenemos  las  espaldas  muy  siguras.  Desto  estoy  yo  bien 
cierta,  y  así  no  quiero  tratar  más  desta  materia,  sino  deciros 
cuan  contenta  me  tiene  el  preñado  de  la  Rey  na  y  haber  sabido 


8  BOLETÍN  DE  LA. REAL  ACADEMIA  DE  LA  HISTOJUA. 

quQ  mi  hermano  y  mi  nuera  estaban  con  la  salud  que  hemos 
menester.  De  la  vuestra  también  he  olgado  mucho  de  saber  que 
sea  buena.  Ojala  pudiérades  dar  un  vuelo  con  mi  hermano  para 
ver  esto  de  Ostende:  que  no  se.  puede  decir  lo  que  es,  sino  es 
viéndose:  A  mi  hermano  escribo  cómo  lo  he  andado  todo,  y  así 

9 

no  os  lo  repito;  pero  yo  asiguro  que  quien  ve  aora  lo  que  hay 
dello,  de  una  parte  y  de  otra,  que  no  le  paresca  mucho  lo  que 
ha  tardado,  sjno'antes  se  .espante  de  lo  que  se  ha  hecho  en  tres 
años,  con .  no  haber  aora  memoria  de  las  primeras  fortificacio- 
nes que  se  hicieron,  cuando  se  tomaron  los  primeros  puestos. 
Es  cosa  (maravillosa)  la  gente  que  viene  á  vello  de  todas  par- 
tes, como  un  jubileo,  y  todos  contentísimos;  y  tienen  razón,  que 
ha  sido  redimir  un  gran  pedago  de  tierra  y  muchos  lugares;  que 
solo  de  aquí  allá,  que  son  dos  leguas,  habia  siete  villajes,  que 
aora  todos  se  volverán  á  poblar.  Todos  los  que  vienen,  llevan 
algo  por  memoria:  unos  un  palo,  otros  un  clavo  6  un  ladrillo; 
que  hay  artos  por  el  suelo,  porque  en  todo  el  lugar  ha  quedado 
casa  en  pié.  Yo  os  prometo  que  no  daba  paso  que  no  suspirase 
por  mi  hermano;  porque  creo  que  no  se  verá  jamás  en  el  mun- 
do otra  cosa  semejante.  Y  tras  deso,  se  puede  decir  lo  que  de- 
ciá  un  veneciano  el  otro  día,  que  lo  vino  á  ver:  y  como  lo  vio 
así,  dijo:  «¿Es  posible  que  haya  tan  gran  locura  en  el  mundo 
que  por  unas  casas  rotas  como  estas  y  unos  montones  de  tie- 
rra, se  hayan  muerto  tanta  gente  y  gastado  tanto  dinero?»  Y  á 
este  tono  dijo  las  mejores  cosas  del  mundo,  que  pasan  arto  bue- 
nas de  unos  á  otros  que  vienen  á  vello.  La  gente  está  contenta 
con  las  dos  pagas  que  se  les  dan  aora:  que  cierto,  se  le  debe  mu- 
cho al  Marqués  en  haber  asigurado  este  motin,  que  nos  tenia 
con  mucho  miedo.  Esto  es  lo  que  hay  por  acá  de  nuevo;  y  así 
acabo  encomendándome  mucho  á  toda  vuestra  gente  y  desean- 
do saber  de  todos;  y  Dios  os  guarde  como  deseo  (i).  De  Neoport 
á  5  de  Otiibre,  1604. — A  Isabel. — (Sobrescrito:)  Al  Duque  de 
Lerma. 


(i)    Esta  íórmula  fínal  de  «Dios  os  guarde  como  deseo»  era  la  usada 
generalmente  por  Felipe  ÍI,  y  de  él  la  tomó  su  hija. 


CORRESPONDENCIA  DE  LA  INFANTA  DOJ(A  ISABEL.  '.9 


84  * 

Duque:  Habiendo  determinado  de  enviar  ay  al  Conde  de  Sora 
á  dar  cuenta  á  mi  hermano  del  estado  de  lo  de  aqui,  tendré 
poco  que  deciros  en  esta,  pues  él  os  dirá  tan  particularmente 
todo  lo  que  quisiéredes  saber  y  lleva  orden  de  dárosla  primero 
de  todo  y  hacer  lo  que  le  ordenáredes,  porque  estamos  tan  con- 
fiados  y  tenemos  tan  buenas  pruebas  de  cuanto  trabaxais  y  pro- 
curáis por  todo  lo  que  nos  toca,  que  no  me  parece  podría  ir 
nada  bien  encaminado  sino  fuese  por  vuestra  mano.  Y  así,  os 
pido  oyais  al  Conde  muy  particularmente;  que  yo  espero  que  os 
informará  de  todo  muy  bien,  y  él  desea  tanto  servir  á  mi  herma- 
na que  no  dudo  sino  que  lo  procurará  siempre  con  muchas  ve- 
Fas,  y  que  os  mostrará,  como  quien  está  bien  enterado  dello,  el 
estado  de  lo  de  aqui  y  los  remedios  que  se  ofrecen,  para  que  ay 
S€  escoja  el  que  más  conveniente  pareciere;  y  la  brevedad  de 
su  despacho  importa  tanto  como  él  dirá.  Espero  me  ha  de  traer 
muy  buenas  nuevas  de  la  salud  de  mi  hermano,  que  ya  me  pa- 
recen mil  años  lo  que  ha  que  estamos  sin  cartas  de  ay.  De  la 
Condesa.de  Uceda  las  tuve  el  otro  día,  en  que  me  dice  el  buen 
rato  que  pasó  con  vos,  y  cómo  me  deseábades  allí  ó  poder  ve^ 
nir  acá.  Yo  olgara  arto  de  hallarme  en  la  conversación,  y  no 
pierdo  la  esperanza  de  lo  postrero,  y  más  aora  con  el  preñado 
de  la  Reyna;  y  así  cada  credo  ruego  á  Dios  que  para  un  hijo 
esta  vez,  como  lo  espero,  y  la  Condesa  que  vos  la  habéis  de  ha- 
cer despachar  bien  y  presto  y  acordallo  á  mi  hermano,  como  os 
,  lo  pido.  Y  también  que  ayudéis  á  la  pretensión  que  tiene  el 
Marqués  Espinóla,  en  que  os  hablará  el  Conde  de  Sora:  que  si 
yo  no  entendiera  que  era  servicio  de  mi  hermano,  no  hablara 
en  ello.  Pero  siempre  es  bueno  dar  ánimo  á  los  que  sirven  bien, 
y  hace  que  otros  le  tomen  para  hacer  lo  mismo.  Y  en  esta  oca- 
sión en  que  él  ha  puesto  tanto  de  su  parte  para  salir  con  esto 
de  Ostende,  vendría  muy  á  propósito.  Y  pues  el  Conde  os  dirá 
todo  lo  que  yo  pudiera  decir,  aquí  acabo,  encomendándome 


lO  BOLBTÍV  OB  LA  SEAL  ACMIHEMUL  OB  Uk 

mucho  á  toda  vuestra  gente,  y  guárdeos  Dios  como  deseo. 
De  Gant  á  12  de  Octubre,  1604. — A  IsabeL — (Sobrescrito:) 
Al  Duque  de  Lerma. 

85. 

Duque:  No  me  parece  que  cumpliría  con  el  servicio  de  mi 
hermano,  si  aora  que  vá  ay  el  Marqués  E^ínola,  que  os  dari 
esta^  no  volviese  (á)  suplicalle  le  haga  la  merced  que  le  tenemos 
suplicado;  y  por  la  misma  razón  no  puedo  dexar  de  encomen-*- 
dárosle  mucho  para  que  le  ayudéis  á  que  mi  hermano  le  haga 
mucha  merced;  pues  de  la  manera  que  el  Marqués  ha  dexado 
su  casa  y  ha  ser\'ido  lo  merecen  también.  De  más  de  que  á  mi 
hermano  le  está  muy  bien  servirse  del  Marqués,  y  que  él  se 
haga  capaz  de  todo,  como  sin  duda  le  falta  poco  para  estallo. 
Porque  hay  pocos  hombres  en  el  mundo  en  la  era  de  aora;  y  asi 
es  más  de  estimar  de  la  manera  que  el  Marqués  trabaxa  y  aven- 
tura su  persona,  como  se  ha  visto  en  todas  las  ocasiones  que  se 
han  ofrecido.  Bien  sé  que  á  la  primera  vez  que  le  habléis  os  pa* 
recerá  hombre  encojido  y  de  pocas  palabras,  pero  después  que 
le  tratéis,  veréis  que  no  lo  es,  sino  que  se  sabe  dar  maña  á  todo: 
y  así  tengo  por  cierto  que  honrándole  y  favoreciéndole  mi  her- 
mano, ha  de  tener  en  él  un  hombre  de  mucho  servicio.  Y  aun- 
que pudiera  moverme  lo  que  él  nos  tiene  obligados,  que  dertx) 
es  mucho,  pues  nos  ha  sacado  de  dos  ó  tres  petreras  arto  gran- 
des, no  se  me  pone  delante  sino  solo  entender  que  este  es  ser- 
vicio de  mi  hermano,  por  las  razones  que  aquí  digo  y  las  demás 
que  os  tengo  escritas  sobre  esta  materia.  Y  pues  el  Marqués 
dirá  particularmente  el  estado  de  lo  de  acá,  no  tengo  que  alar- 
garme, quedando  respondiendo  á  vuestras  cartaá  con  ün  correo 
que  pienso  llegará  primero.  A  toda  vuestra  gente  me  encomen- 
dad mucho,  y  guárdeos  Dios  como  deseo»  De  Brusselas  á  17  de 
de  Noviembre,  1 604. — -A  Isabel. — (Sobrescrito:)  Al  Duque  de 
Lerma. 


CX>RRBSPONDBMCIA  OB  LA  INFANTA  DONA   ISABELí  II 


88. 

Duque:  Yo  quisiera  hallar  palabras  para  agradeceros  todo  lo 
que  me  decís  en  vuestras  cartas  de  17  de  Setiembre  y  13  de 
Octubre,  y  la  norabuena  que  me  dais  de  lo  de  Ostende,  que  yo 
recibo  de  tan  buena  gana  como  vos  veo  que  me  la  dais:  que 
bien  se  echa  de  ver  lo  mucho  que  deseáis  nuestro  descanso;  y 
asi  se  ha  parecido  tan  bien  en  la  diligencia  que  habéis  puesto 
para  la  merced  que  mi  hermano  nos  ha  hecho  de  los  400.OOO 
ducados  extraordinarios,  que  si  como  conocemos  esta  merced  por 
tan  grande  como  ella  es,  pudiésemos  servilla  á  mi  hermano  como 
deseamos,  estaríamos  muy  contentos,  porque  se  vería  en  lo  que 
la  estimamos,  y  cuánto  reconocemos  lo  mucho  que  hace  mi  her- 
mano y  las  obligaciones  en  que  nos  pone  cada  día  de  nuevo.  Y 
aunque  yo  le  beso  las  manos  por  esta  merced,  que  ha  venido  á 
tan  buen  tiempo,  no  puedo  dexar  de  pediros  se  las  beséis  también 
por  mi;  y  á  vos  os  agradesco  mucho  el  trabaxo  y  cuidado  que 
esto  os  ha  costado  y  os  cuesta  cuanto  nos  toca,  de  que  estoy 
yo  bien  cierta,  y  de  lo  mucho  que  os  debemos.  Y  así  querría 
muchas  ocasiones  en  que  iñostraros  el  reconocimiento  que  ten- 
go dello  y  podéroslo  agradecer  con  las  obras,  como  hago  con 
las  palabras,  que  lo  haría  de  tan  buena  gana  como  se  verá  siem- 
pre que  se  me  ofresca  ocasión  en  que  mostrároslo.  Y  no  nos 
obligáis  menos  en  la  llaneza  cson  que  me  escribís  todo  lo  que  ay 
se  ha  dicho  á  propósito  de  la  Enclusa;  porque  con  tratar  desta 
manera,  espero  se  hará  mejor  el  servicio  de  mi  hermano,  y  para 
él  es  muy  conveniente  lo  que  mi  hermano  nos  manda  y  vos 
apuntáis  de  que  se  castiguen  los  culpados,  porque  como  tenéis 
muy  bien  entendido,  nunca  se  hará  nada  bien  sin  esto,  ni  mi 
hermano  será  bien  servido;  y  sin  duda  cumple  para  la  reputa* 
cion  y  para  tapar  la  boca  á  todos;  y  asi  mi  primo  ha  mandada 
hacer  la  información  por  el  Auditor  general.  Y  porque  se  haga 
mejor  y  más  sin  -pasión,  ha  mandado  al  Veedor  general  que  en- 
tienda en  ella  también;  y  estando  hecha  se  enviará  á  mi  herma- 
no para  que  mande  en  todo  lo  que  fuere  servido;  aunque  yo 


13  ROLETÍN   DB  LA   RBAL  ACAÜBIHA  DB  LA   HISTORIA^ 

creo  que  no  se  ha  de  acabar  tan  presto,  porque  estamos  en  mun- 
do de  manera  que  no  hay  aora  hombre  que  quiera  decir  su  di- 
cho  judicialmente;  y  así  será  menester  apretalles  á  que  lo  hagan, 
pues  no  se  pueden  castigar  las  cosas  sí  no  se  prueban;  y  pro- 
bándose la  verdad,  podrá  ser  que  también  salga  algo  de  lo  que 
me  apuntáis  de  los  consejeros,  aunque  será  fácil  de  decir  cada 
uno  que  aconsejó  lo  que  le  parecia  lo  mejor;  y  si  fue  con  pasión 
6  no,  mal  se  podrá  averiguar.  Pero  creed  que  se  anda  con  todo 
el  recato  que  se  puede  en  esto;  pero  yo  lloro  cada  día  la  falta 
que  veo  de  hombres  que  sirvan  á  mi  hermano  con  solo  celo  de 
su  servicio  como  vos,  sino  que  cada  uno  tira  por  su  interés  6 
opinión  sin  mirar  á  más;  y  así  se  vá  acabando  el  mundo,  porque 
no  sabéis  de  quien  asir  para  podelle  ñar  nada. 

Espero  estará  allá  el  Conde  de  Sora  y  os  habrá  dado  muy 
particular  cuenta  de  todo  lo  de  acá  y  de  lo  que  se  podría  hacer, 
aunque  veo  habrá  menester  deciros  poco  sobre  esto,  por  lo  bien 
que  tenéis  entendido,  como  me  escribís,  cuanto  importa  aper- 
cebirnos  dende  luego  para  poder  salir  en  campaña  primero  que 
nuestros  enemigos;  con  que  les  obligamos  á  no  emprender  ningu- 
na cosa  y  se  les  cortan  sus  disinios,  y  nosotros  quedamos  libres 
para  hacer  lo  que  nos  estuviere  mejor^  sin  que  ellos  nos  obli- 
guen, como  hasta  aquí,  á  ir  donde  ellos  quisieren.  Y  esto  á  mi 
parecer  es  uno  de  los  más  importantes  medios  para  acabar  con 
esta  guerra  de  todos;  y  yo  tengo  por  cierto  que  si  este  verano 
se  hiciese  un  buen  esfuerzo,  que  el  negocio  seria  acabado;  pero 
para  esto  es  menester  apercibirse  desde  luego,  como  decís;  y 
después  desta  pax  de  Ingalaterrá  y  la  toma  de  Ostende  están  di- 
ferentes nuestros  enemigos,  y  el  de  Francia  tanto  que  aora  nos 
hace  mil  amores,  y  debéis  ya  de  saber  cuan  gran  hospedaje  ha 
hecho  al  Condestable.  Y  así  importa  mucho  sustentar  esta  pax 
de  Ingalaterrá  y  tener  correspondencia  allá;  y  cierto  que  debe- 
mos mucho  á  aquellos  Reyes,  como  entenderéis  más  particular- 
mente de  el  Condestable.  Yo  siempre  llevo  adelante  la  amistad 
de  la  Reyna  y  ella  me  la  tiene  tan  grande  que  se  la  debo  con 
mucha  razón  y  á  vuestro  cuñado  el  olgar  de  la  merced  que  mi 
hermano  le  ha  hecho,  aunque  nos  ha  de  dexar  mucha  soledad 


COR&ESPOKDEKCIA  DB  LA.  INFANTA  DONA  ISABEL.  13 

cuando  se  vaya,  porque  le  debemos  mucho  y  acude  al  servicio 
de  mi  hermano  con  gran  cuidado  y  voluntad;  y  así  deseo  que 
se  le  paresca  el  que  hubiere  de  venir  aqui,  y  que  sea  hombre 
que  se  pueda  fiar  del  y  vos  holguéis  de  podelle  decir  con  llane- 
za lo  que  quisiéredes,  y  aqui.  hagamos  lo  mismo;  y  sobre  todo 
que  no  sea  amigo  de  meter  guerra  sino  pax;  porque  hay  hom- 
bres en  el  mundo  que  su  propio  humor  es  ese,  y  que  todo  lo  que 
se  hace  por  bien,  echan  á  mal:  que  no  es  lo  que  hemos  menes- 
ter entre  nosotros,  que  todos  somos  unos  y  lo  hemos  de  ser 
siempre,  y  no  tenemos  otro  fin  ni  deseo  sino  de  servir  á  mi  her- 
mano. Y  así  os  he  querido  apuntar  esto,  aunque  estoy  cierta  que 
no  habréis  dexado  de  mirar  en  ello,  como  quien  tanto  nos  quie- 
re á  todos  y  desea  nuestra  amistad. 

Bendito  sea  Dios  que  mi  hermano  y  mi  nuera  están  tan  bue- 
nos como  me  decis,  y  que  el  preñado  de  la  Rey  na  va  tan  adelan- 
te, que  me  tiene  contentísima,  esperando  que  ha  de  parir  un  hijo, 
con  que  mi  hermano  podrá  dar  una  vuelta  por  el  mundo.  Y  yo 
os  prometo  que  se  me  van  hartos  ratos  en  imaginar  lo  que  ha- 
ría si  le  viese  por  acá.  Muy  buena  jornada  debe  de  haber  sido 
la  de  la  brama,  aunque  no  sé  cómo  os  dio  licencia  para  queda- 
ros tantos  dias;  y  yo  asiguro  que  olgó  harto  de  veros  cuando  le 
fuisteis  á  encontrar.  Lo  de  Lerma  me  dicen  que  merece  la  hon- 
ra que  le  hacéis,  porque  es  muy  bueno;  y  asi  creo  lo  estará  la 
casa  del  castillo  de  Burgos,  que  es  muy  justo  no  dexar  perder 
aquel  lugar.  Mucho  me  ha  pesado  de  la  muerte  de  su  hija  de  la 
Condesa  de  Niebla,  aunque  como  le  viva  el  muchacho  se  podrá 
consolar  della,  y  más  con  la  buena  prisa  que  se  dá  á  parir.  Yo 
os  confieso  que  siempre  guelgo  mucho  con  saber  della,  y  no 
menos  de  todos  los  demás,  á  quienes  no  dudo  sino  que  les  caerá 
la  bendición  que  les  echáis.  Yo  á  lo  menos  bien  sigura  estoy  de- 
11o  y  de  lo  que  tengo  en  todo  lo  que  os  toca.  Pésame  de  que  no 
se  os  acaben  aun  los  achaques,  pero  lo  que  trabaxais  debe  de  te- 
ner la  culpa;  y  cierto,  habríades  de  mirar  más  por  vuestra  salud 
para  acudir  mejor  al  servicio  de  mi  hermano,  pues  sabéis  la  falta 
que  le  haríades  estando  sin  ella.  Aqui  la  tenemos:  y  ha  diez 
dias  que  venimos  á  este  lugar^  como  escribo  á  mi  hermano  y 


14  BOLfiTÍK  Z>B  LA  RBAL  ACADEMIA  Dfi  LA  SISTORIA. 

las  demás  nuevas  que  se  ofrecen,  que  son  pocas.  Guelgo  de  lo 
que  me  decis  del  Duque  de  Osuna?  y  espero  que  no  nos  sacará 
en  blanco  la  buena  opinión  que  tenemos  del:  ha  muchos  días 
que  está  con  tercianas.  A  toda  vuestra  gente  me  encomiendo 
mucho  y  guárdeos  Dios,  como  deseo.  De  Bruselas  á  I9  de  No- 
viembre, 1604. — A  Isabel.—  (Sobrescrito:)  Al  Duque  de  Lerma. 

87. 

Duque:  Muy  bien  nos  ha  ido  estos  dias  con  saber  de  ay,  de 
que  yo  estoy  muy  contenta,  aunque  no  tenga  cartas  de  mi  her- 
mano ni  vuestras,  pero  con  saber  que  mi  hermano  y  la  Reyna  y 
mi  nuera  tienen  la  salud  que  hemos  menester,  se  puede  llevar 
el  no  tener  cartas;  y  más  siendo  de  recien  llegados  á  Valladolid, 
que  cargarían  tantas  cosas  como  yo  juzgo  por  lo  que  tengo  visto 
tras  las  jornadas.  También  he  olgado  mucho  de  saber  que  ha- 
béis vuelto  bueno,  como  nos  lo  escribe  el  Conde  de  Sora,  y  de 
la  manera  que  le  habéis  acogido,  de  que  estaba  yo  bien  cierta; 
y  así  lo  estoy  de  que  habréis  olgado  de  oylle,  y  que  os  habrá 
dado  mejor  razón  y  más  clara  que  otros  de  lo  de  acá,  pues  yo 
pienso  que  no  hay  nayde  que  lo  sepa  todo  mejor  que  el,  y  que 
no  lo  lleva  juzgado  por  tanta  pasión,  como  algunos  le  han  que- 
rido tachar.  Yo  espero  que  él  lo  habrá  todo  desmenuzado,  de 
manera  que  habrá  mi  hermano  tomado  la  resolución  que  tanto 
es  menester  para  su  servicio  y  bien  destos  Estados.  La  brevedad 
importa  lo  que  sabéis,  pues  por  lo  que  me  escribís  veo  cuan  bien 
lo  tenéis  entendido;  y  así  solo  os  digo  que  nuestros  enemigos  no 
duermen  y  el  tiempo  se  pasa,  y  si  se  ha  de  hacer  algo  que  luzga, 
es  menester  ganalles  por  la  mano  en  salir  en  campaña;  y  así  creo 
que  no  os  descuidareis  en  que  se  tomé  presto  la  resolución  de 
lo  que  se  hubiere  de  hacer. 

Hanos  librado  Dios  de  otro  motin  que  estaba  ya  cuajado  en 
Diste,  pero  se  deshizo  por  parte  de  la  misma  gente  de  dos  compa- 
ñías, que  eran,  que  lo  hicieron  tan  honradamente  como  lo  habían 
hecho  mal,  los  que  se  amotinaban:  no  lo  irán  á  pagar  al  otro 
mundo,  pues  ya  están  en  él  los  más  de  los  culpados;  otros  hu- 


COiUtXSCOMDBXICIA  DB  LA  INFANTA  DONA  ISABEL.  1 5 

yeron  y  tras  otros  se  anda,  que  es  solo  el  remedio  que  hay  para 
poner  freno  á  estas  cosas.  Plegué  á  Dios  que  baste;  que  mien- 
tras la  gente  está  aloxada,  siempre  estoy  con  miedo.  Harto  nos 
ponen  estotros  de  Ruremunda,  de  que  han  de  abrir  las  puertas 
si  no  los  pagan,  y  cada  dia  salen  con  nuevas  demandas  y  mil 
bellaquerías.  El  mal  es  no  podellos  castigar  como  merecen. 
Aora  dicen  que  hay  peste  allá,  y  yo  creo  que  no  será  pecado 
desear  que  ella  ahorrase  á  mi  hermano  una  buena  parte  desta 
paga;  pero  yo  creo  que  no  habrá  cosa  que  los  acabe.  El  Duque 
de  Umala-  envia  este  criado  sobre  lo  de  su  paga:  él  pasa  necesi- 
dad y  es  el  mejor  hombre  del  mundo.  Cierto,  merece  que  mi 
hermano. le  haga  merced,  pues  está  debaxo  dé  su  amparo,  y  por 
eso  no  goza  de  su  hacienda,  y  él  dice  que  no  dexará  el  servicio 
de  mi  hermano  por  ninguna  cosa.  Muy  contenta  está  la  Condesa 
de  Uceda  con  la  merced  que  mi  hermano  ha  hecho  á  sus  hijos, 
y  tiene  razón,  y  yo  la  tengo  muy  grande  para  agradeceros,  como 
lo  hago,  lo  que  habéis  ayudado  á  ello;  y  así  espero  que  lo  haréis 
en  lo  que  á  ella, le  toca  para  que  se  pueda  venir.  Y  también  es» 
pero  que  no  os  olvidareis  de  lo  que  toca  á  Jacyncurt  (l).  A  mi 
hermano  he  escrito  suplicándole  se  acuerde  de  hacer  merced  á 
Don  Juan  Carrillo,  de  manera  que  no  haya  menester  acudir  á 
las  residencias  de  Toledo,  en  que  no.dexa  de  hacernos  falta,  y 
piepso  que  también  la  hace  al  servicio  de  mi  hermano,  pues  se 
ofrecen  mil  cosas  de  aqui,  que  como  él  las  ha  tratado,  las  tiene 
mejor  entendidas  que  otros;  y  por  todo  esto  os  pido  mucho 
toméis  á  vuestro  cargo  el  acomodar  esto,  de  manera  que  él  no 
pierda  y  se  consiga  el  estar  ay  sin  haber  de  acudir  á  Toledo  ni 


(i)  Doña  Juana  de  jacincourt,  tantas  veces  citada  en  esta  Correspon- 
dencia, era  Camarera  mayor  de  la  Infanta.  Vino  de  Francia  á  España  como 
dama  de  la  Reina  Doña  Isabel  de  Valois»  madre  de  dicha  Infanta.  Dice 
Bentivoglio  que  en  i6i  i  era  viejísima,  y  así  por  su  mucha  edad  desempe- 
ñaba su  cargo  en  muchas  cosas  Doña  Catalina  Livia,  su  sobrina,  «que  es 
dama  de  lindísimas  partes  y  muy  estimada  en  Palacio».  En  una  relación 

de  <  Oficios  de  la  Casa  de  la  Reina según  nómina  de  primero  de  año 

de  1572»  que  tengo  á  la  vista,  aparece  como  la  primera  de  las  damas  esta 
Doña  Juana  con  27.000  mrs.  de  salario. 


1 6  BOLETÍN   DE  LA   REAL  ACADEMIA  DE    LA  HISTORIA. 

otra  parte.  Hanmo  dicho  que  murió  el  buen  viexo  dé  Amedo; 
y  aunque  yo  sé  que  en  nayde  tienen,  más  (confianza?)  que  en 
vos  todos  los  criados  viejos,  no  puedo  dexar  de  pediros  acordéis 
á  mi  hermanó  los  muchos  años  que  sirvió,  para  que  haga  mer- 
ced á  su  mujer  y  hijas,  y  bien  lo  habrá  menester  la  mayor,  pues 
he  entendido  está  viuda,  que  me  ha  hecho  lástima;  y  por  lo  que 
me  sirvió,  me  haréis  mucho  placer  en  tomalla  á  vuestro  cargro 
para  que  mi  hermano  la  haga  merced;  pues  también  creo  le  ha 
servido  bien  su  marido.  Y  porque  esta  carta  sea  toda  de  enco- 
miendas, no  puedo  dexar  de  acordaros  la  pretensión  de  Juan 
Sanches  de  Colombres,  que  está  casado  con  una  sobrina  de  mi 
confesor;y  entiendo  que  él  es  hombre  para  podelle  emplear  en 
lo  que  pide;  y  así  me  haréis  mucho  placer  en  ayudaÜe. 

Creo  habrá  llegado  ya  el  Condestable,  pues  dicen  los  que  han 
venido  le  toparon  en  Irun;  y  el  Marqués  Espinóla  es  tan  diligente 
que  también  pienso  estará  ya  allá,  y  que  habrá  dado  buena  ra- 
zón de  sí,  en  que  veréis  que  no  íe  proponemos  de  acá  sino  por 
entender  que  conviene  al  servicio  de  mi  hermano.  Ya  le  llegó 
la  carta  del  Vicecanciller  á  vuestro  cuñado,  pero  con  todo  le  de- 
tendremos todo  lo  más  que  pudiéremos,  y  ahora  están  tales  los 
caminos  con  haber  llovido  y  llover  mucho,  que  aunque  quisiera 
será  imposible  irse  hasta  que  mexore  el  tiempo.  A  toda  vuestra 
gente  me  encomendad  mucho  y  me  dad  nuevas  de  todos;  y 
guárdeos  Dios  como  deseo.  De  Brusselas  á  7  de  Diciembre, 
1604. — A  Isabel. — (Sobrescrito:)  Al  Duque  de  Lerma. 

88. 

Duque:  Aunque  ha  tan  pocos  días  que  escribimos  y  hay  tan 
poco  que  escribir  de  nuevo,  no  quiero  perder  esta  ocasión  deste 
hombre  que  vá  en  diligencia ,  para  deciros  lo  que  he  olgado  con 
las  nuevas  que  me  ha  dado  vuestras  la  Condesa  de  la  F'era  y  con 
todo  lo  que  me  ha  dicho  de  vuestra  parte,  y  lo  que  allá  la  ha- 
béis favorecido,  que  lo  uno  y  lo  otro  os  agradesco  mucho,  y 
estoy  bien  cierta  de  lo  que  tenemos  en  vos.  Bien  creeréis  lo  que 
guelgo  de  preguntalle  nuevas  de  ay,  aunque  las  deseo  más  fres-. 


CORRESPONDENCIA  DE   LA  INFANTA  DOl^A  ISABEL.  1 7 

cas:  que  ya  me  parece  que  tardan.  No  sé  si  ay  habrá  entrado  el 
frío  tan  de  golpe  como  aquí,  que  es  terrible  el  que  hace,  que 
casi  no  se  puede  escribir,  con  estar  junto  á  la  lumbre;  pero  con 
todo  él,  no  se  descuidan  nuestros  enemigos  en  apercibirse  á  gran 
prysa  de  todas  partes;  y  así  si  se  determinare  mi  hermano  á  que 
se  haga  algo  de  provecho  este  verano,  es  menester  entender 
luego  en  ello,  como  os  habréis  enterado  del  Conde  de  Sora  de 
cuanto  importa  esto,  porque  de  otra  manera  será  trabaxo  per-» 
dido  como  hasta  aqui  y  gastar  mi  hermano  sin  provecho.  Y  así 
dad  prisa  á  lo  que  se  hubiere  de  hacer,  por  lo  que  esto  importa 
para  todo,  que  yo  tengo  gran  confianza  en  Nuestro  Señor  que 
nos  ha  de  ayudar  este  verano.  De  aqui  hay  pocas  nuevas  que 
decir;  y  así  acabo  con  encomendarme  á  toda  vuestra  gente,  que 
de  todos  me  dá  muy  buenas  nuevas  la  Condesa,  con  que 
guelgo  mucho;  y  guárdeos  Dios  como  deseo.  De  Bruselas  á  26 
de  Diciembre,  1 604. —  A  Isabel. —  (Sobrescrito:)  Al  Duque  de 
Lerma. 

89. 

Duque:  Nuestros  enemigos  se  dan  tan  buena  prisa  á  prepa*- 
rarse,  haciendo  cuenta  de  salir  en  campaña  á  mediado  el  mes 
que  viene,  que  nos  es  fuerza  cansar  á  mi  hermano  suplicándole 
se  abrevie  la  resolución  que  se  hubiere  de  tomar,  para  que  po- 
' damos  hacer  algo  este  verano,  y  que  sea  de  manera  que  luzga  y 
no  se  eche  á  mal  toda  la  merced  que  mi  hermano  nos  hace, 
como  lo  será  si  nuestros  enemigos  nos  cojen  por  la  mano  en 
salir  en  campaña.  Vos  tenéis  tan  entendido  todo  lo  que  esto  im- 
porta que  no  he  menester  gastar  palabras  en  deciroslo;  y  pienso 
que  el  Conde  de  Sora  os  tendrá  bien  informado  de  todo,  pues  él 
lo  está  y  lo  sabrá  bien  hacer,  y  podéis  fiar  que  desea  con  veras 
el  servicio  de  mi  hermano,  y  que  así  os  tratará  verdad;  y  así 
deseo  que  le  hayáis  oído  muy  particularmente;  porque  muchos 
puntos  que  él  llevó  para  tratar  con  vos,  no  hay  para  qué  los  sepan 
otros;  que  quizá  pasiones  particulares  6  otras  razones  á  este  tono 
les  hará  que  no  las  entiendan  como  vos,  que  yo  sé  que  solo  mi- 
ráis al  servicio  de  mi  hermano  y  al  bien  de  todo.  Y  aunque  el 
TOMO  xLviii.  2 


1 8  boletín  db  la  real  academia  de  la  historia. 

Conde  no  hubiera  de  tratar  desto  por  no  parecer  apasionado  en 
ello,  y  así  se  escusaba  de  hablar  en  ello,  pero  yo  le  encargué 
particularmente  que  lo  tratase  con  vos  por  entender  que  con- 
viene mucho  al  servicio  de  mi  hermano,  y  más  estando  nosotros 
hasta  aora  sin  hijos;  y  es  lo  que  importa  que  mi  hermano  honre 
y  tenga  contentos  á  los  de  acá  y  muestre  que  fia  dellos,  que  es 
lo  que  ellos  más  estiman  de  todo ;  y  si  el  Conde  no  os  hubiera 
hablado  en  este  particular,  no  dexeis  de  apuntárselo  y  enteraros 
del  de  todo  cuanto  llevó  orden  de  tratar  con  vos:  que  yo  sé  que 
importará  mucho  para  el  servicio  de  mi  hermano,  que  estéis 
bien  informado  de  todas  estas  cosas.  Harto  bueno  seria  que  con 
la  resolución  que  trújese  el  Conde  se  hubiese  de  tapar  la  boca  á 
estos  de  los  Estados  generales,  porque  aprietan  mucho  las  pro- 
vincias  sobre  ello,  y  se  les  vá  entreteniendo  con  aguardar  la  reso- 
lución que  trairá  el  Conde;  que  si  no  es  de  manera  que  á  ellas 
les  paresca  que  pueden  esperar  por  ella  algún  alivio,  no  veo 
cómo  se  lo  podremos  estorbar  sin  que  den  en  una  desesperación 
que  sea  peor.  Nuestros  enemigos  tienen  tantos  que  los  ayuden, 
que  no  les  faltará  nunca  nada  para  la  guerra;  y  así  la  emprenden 
de  nuevo;  pues  también  dicen  que  tentará  el  Conde  Mauricio  lo 
de  eleves  por  un  casamiento  que  dicen  está  concertado  aora  del 
y  su  hermana  con  la  hija  y  hijo  del  de  Brandenburg,  que  es  uno 
de  los  Electores.  Y  por  otra  parte  el  de  Nevers,  ó  su  amo  por 
mejor  decir,  con  esa  máscara  también  entra  á  la  parte;  de  ma-' 
ñera  que  se  nos  junta  aora  eso  demás  de  lo  que  ay,  pues  ha  de 
ser  fuerza  acudir  también  allí,  por  ser  la  llave  por  aquella  parte 
destos  Estados  y  incorporado  mucho  dello  en  ellos,  como  os 
podrá  informar  el  Conde  de  Sora,  y  de  lo  que  pasa  en  esto,  que 
es  buena  ayuda  de  costa.  No  seria  pequeña  vernos  ya  libres 
deste  motin,  pues  el  mes  que  viene  se  acabarán  sus  cuentas,  y 
si  no  se  les  paga  luego,  no  sé  qué  nos  hemos  de  hacer  para  sus- 
tentallos,  porque  no  abran  las  puertas.  Ellos  merecerían  que  en 
saliendo  los  ahorcasen  á  todos,  pues  hay  muchos  que  no  solo  les 
deben,  pero  ellos  deben:  que  á  mí  no  me  basta  paciencia  de  ver 
que  no  sea  posible  castigar  tan  grandes  bellacos.  Estos  son  todos 
los  duelos  de  acá,  que  no  son  pocos;  y  el  mayor  para  mi  haber 


CORRESPOMDE17CIA  DB  LA  INFANTA  DONA   ISABEL.  19 

mil  dias,  á  mi  parecer,  que  no  tenemos  cartas  de  ay,  aunque  por 
algunas  del  ordinario  sabemos  que  mi  hermano  y  la  Reyna  y  mi 
nuera  estaban  con  salud,  de  que  estoy  muy  contenta;  y  también 
dicen  os  habia  nacido  otra  nieta,  de  que  os  doy  la  norabuena, 
"Olgando  mucho  de  lo  bien  que  lo  hace  la  Duquesa  de  Qea,  pues 
nunca  serán  muchas  vuestras  nietas  si  son  tales  como  la  que  yo 
dexé,  como  lo  espero  siendo  hijas  de  sus  padres.  A  toda  vuestra 
gente  me  encomiendo  mucho;  y  guárdeos  Dios  como  deseo.  De 
Brusselas  á  IJ  de  Enero,  1605. — A  Isabel. — (Sobrescrito:)  Al 
Duque  de  Lerma. 

90. 

Duque:  Vuestro  cuñado  dice  que  despacha  un  criado  que  ha 
•de  hacer  diligencia;  y  así  no  quiero  perder  esta  ocasión,  aunque 
habrán  llegado  allá  artas  cartas  nuestras.  En  esta  no  hay  más 
que  decir  sino  lo  que  tenemos  dicho  en  las  demás,  que  no  lo 
repetiré  aqui  por  creer  lo  tenéis  bien  entendido,  y  que  cuando 
•esta  llegue,  estará  ya  despachado  el  Conde  de  Sora  tan  bien  como 
yo  fio  de  vuestro  buen  cuidado  y  diligencia.  No  hay  cosa  de 
nuevo  después  que  escribimos  sino  hacer  un  tiempo  de  prima- 
vera. No  sé  si  habrá  obligado  á  mi  hermano,  si  le  hace  así  por 
allá  de  salirse  algunos  dias  á  caga.  Muchos  ha  ya  que  estamos 
sin  cartas  de  ay,  que  solo  se  puede  pasar  con  saber  que  mi  her- 
mano se  halle  con  salud,  como  lo  dicen  algunas  cartas  de  parti- 
culares que  han  venido  estos  dias,  aunque  viejas,  pero  nos 
habremos  de  contentar  con  sabello  por  ellas  mientras  no  las 
tenemos  más  frescas,  aunque  quiero  esperar  que  no  tardarán  en 
venir.  A  toda  vuestra  gente  me  encomendad  mucho;  y  guárdeos 
Dios  como  deseo.  De  Brusselas  á  postrero  de  Enero,  1 605. — 
A  Isabel. — (Sobrescrito:)  Al  Duque  de  Lerma. 

ei. 

Duque:  Bonísimas  Carnestollendas  hemos  tenido  con  haber 
llegado  el  domingo  dellas  las  cartas  de  mi  hermano  de  tres  deste, 
y  haber  sabido  por  ellas  la  buena  salud  con  que  se  hallaba  con 


Vi 


1 


20  boletín  de  la  real  academia  de  la  historia. 

la  Reyna  y  mi  nuera.  Y  cuando  estas  cartas  no  trujeran  mas  que 
esto,  pudiéramos  estar  contentísimos,  cuanto  más  juntándose  á 
ello  la  mucha  merced  que  mi  hermano  nos  hace  de  todas  mane- 
ras, que  no  sé  cómo  se  la  hemos  de  poder  servir  jamás;  y  aun- 
que yo  le  beso  las  manos  por  ella,  no  me  contento  con  solo  eso, 
sino  con  pediros  se  las  beséis  por  mí;  porque  sé  que  lo  haréis  de 
tan  buena  gana  como  yo  lo  hiciera,  y  el  agradeceros  no  por 
escrito  sino  de  palabra  y  por  las  obras  lo  que  á  vos  os  cuesta  de 
trabaxo  y  cuidado  la  merced  que  mi  hermano  nos  hace.  Creed 
que  lo  conocemos,  como  es  justo,  y  que  así  procuraremos  siem- 
pre corresponder  á  lo  mucho  que  os  debemos.  Todo  lo  que  mí 
hermano  manda  está  tan  bien  considerado  y  tragado  que  no 
puede  ser  mejor;. pero  las  cosas  que  son  tan  graves  es  menester 
mirallas  y  remirallas  para  que  se  acierten  y  se  salga  bien  con 
ellas;  y  así  mi  primo  os  escribe  todo  lo  que  se  nos  ofrece  para 
que  mejor  se  encamine  este  negocio,  pues  parece  que  conforme 
á  la  cuenta  que  ay  se  hacia,  no  se  han  visto  bien  las  relacionen 
que  se  han  enviado  de  acá  de  las  provisiones.  Vos  las  haced  mit- 
rar con  mucho  cuidado,  pues  lo  que  importa  sobre  todo  es  que 
la  gente  ande  pagada  puntualmente,  porque  con  eso  se  puede 
hacer  della  lo  que  se  quiere  y  castigalla  cuando  es  menester. 
Allá  se  considere  y  tantee  bien  todo,  y  sobre  ello  mande  mi 
hermano  lo  que  fuere  servido,  que  aquí  no  deseamos  sino  su  ser- 
vicio y  obedecelle  en  cuanto  fuere  posible;  y  quien  otra  cosa 
creyese  al    contrario   de   esto,  nos  haria  grandísimo  agravio. 
Don  Agustin  Mcjia  estoy  yo  cierta  que  servirá  muy  bien,  que 
es   honradísimo  caballero;  y   el   Marqués   Espinóla  hará   muy 
bien  lo  del  remate,  que  tanto  es  menester,  por  vernos  fuera 
destos  motines.  Prométoos  que  he  sentido  mucho  que  mi  her- 
mano se  haya  detenido  ni    un  credo  en   ese   lugar,    estando 
tan  enfermo  como  está,  y  más  por  nuestra  causa,  pues  aunque 
se  perdiera  todo,  importaba  poco  á  trueque  de   su  salud.  Por 
amor  de  Dios  que  no  se  lo  consintáis  de  aquí  adelante  de  nin- 
guna manera;  y  también  os  quiero  reñir  porque  os  ponéis  á  es- 
cribir tanto  de  vuestra  mano,  teniendo  los  ojos  como  me  decís; 
que  el  haber  tardado  en  responder  á  mis  cartas,  yo  lo  perdono. 


CORRESPONDENCIA  DE  LA  INFANTA  DONA  ISABEL.  2 1 

pues  sé  por  la  ocasión  que  ha  sido;  y  así  lo  imaginaba  siempre. 
No  puedo  dexar  de  encargaros  la  brevedad  de  la  resolución 
deste  despacho,  pues  nos  vemos  ya  en  Margo  y  nuestros  ene- 
migos á  la  puerta;  que  no  hay  hora  sigura  ya  de  aquí  adelante. 
Yo  os  confieso  que  me  guelgo  de  que  no  haya  mandado  mi  her- 
mano partir  á  vuestro  cuñado  con  este  correo,  porque,  cierto, 
le  sirve  aquí  muy  bien;  y  así  espero  lo  hará  el  que  viniere  en  su 
lugar,  pues  me  lo  decís.  El  está  muy  sentido  de  la  muerte  de  la 
de  Cifuentes,  que  ha  sido  lástima;  yo  os  doy  el  pésame  della  y. 
el  pláceme  de  las  dos  nietas  que  os  han  nacido,  de  que  estoy 
muy  contenta,  aunque  bien  olgara  que  fueran  nietos,  porque 
siempre  las  mujeres  somos  mal  recibidas  en  el  mundo. 

Mucho  os  agradesco  la  merced  que  mi  hermano  ha  hecho  á 
Jacyncurt,  que  ha  sido  hacérmela  á  mí  muy  grande;  y  bien  se  vé 
la  buena  amistad  que  le  habéis  hecho;  y  así  á  vos  os  lo  quiero 
agradecer  todo  y  esperar  que  por  vuestro  medio,  andando  el 
tiempo,  se  la  hará  mi  hermano  cumplida,  y  entre  tanto  le  dará 
algún  poco  de  ayuda  de  costa,  pues  hasta  ahora  no  ha  podido 
cobrar  nada  dende  que  aqui  mi  hermano  le  hizo  la  merced.  Tam- 
bién os  agradesco  la  que  mi  hermano  ha  hecho  á  la  Condesa  de 
Uceda:  ya  la  aguardo  con  alborogo  para  saber  nuevas  muy  par- 
ticulares, y  particularmente  del  dia  del  banquete,  que  no  le 
dexaré  olvidar  los  recados  que  le  habéis  dado.  Harto  le  predico 
yo  que  se  toque,  como  la  de  la  Fera,  y  quigá  con  los  celos  que 
ha  tenido  aora  della  se  consentirá  á  hacello.  Buenas  fiestas  se 
han  tenido  allá:  á  mi  hermano  escribo  las  que  ha  habido  acá  es- 
tas Carnestollendas;  y  cómo  mi  primo  ha  hecho  volver  mogo  á 
vuestro  cuñado  (i);  y  si  él  me  oyera  esto,  creo  se  enojara;  pero, 
cierto,  que  con  la  máscara  lo  parecía  más  que  el  de  Osuna,  con 
quien  iba.  Anda  arto  malo  dias  ha,  y  será  muy  justo  que  mi  her- 
mano tenga  cuenta  con  hacelle  merced  y  se  le  provea  de  su  ha- 
cienda, con  que  pueda  pasar  bien,  que  pasa  necesidad,  y  no  por 
desórdenes  que  hace;  y  no  es  justo  que  un  hombre  como  él  esté 


(i)    £1  Marqués  de  la  Laguna,  que  desempeñaba  el  cargo  de  Mayor- 
domo mayor  de  los  Archiduques  y  de  Embajador  en  Flandes. 


22  BOLSTÍM  DB  LA   EBAL  ACADEMIA  DB  LA  HISTORIA. 

aquí  con  ella.  Del  mal  de  la  Condesa  de  Altamira  me  ha  pesada 
mucho,  y  creo  yo  muy  bien  todo  lo  que  me  decís  de  cómo  cria 
á  mi  nuera.  Las  viruelas  de  mis  sobrinos  espero  serán  ya  pasa- 
das: parece  que  han  querido  parecer  á  su  madre  que  las  tuvo 
tan  tarde.  Aquí  va  la  memoria  de  Juan  Sánchez  de  Columbres: 
entiendo  que  es  hombre  para  lo  que  pide;  y  por  las  razones  que 
os  he  escrito,  no  puedo  dexar  de  encargárosle  mucho.  Entiendo 
que  hay  aora  ocasión  en  que  mi  hermano  podria  acordarse  de 
Juan  Castillo,  y  así  os  pido  mucho  se  lo  acordéis,  pues  él  no  tie- 
ne ya  edad  para  ir  y  venir  á  Toledo;  demás  de  que  entiendo  que 
es  servicio  de  mi  hermano  que  él  asista  ay  y  entrar  otro  de  nue- 
vo á  tratar  de  todas  estas  materias  que  él  tiene  ya  entendidas» 
no  podria  ser  bueno  para  nada.  También  me  haréis  placer  de 
acordar  á  mi  hermano  haga  merced  de  alguna  pensión  para  con- 
tinuar sus  estudios  á  Don  Juan  y  Don  Antonio  de  Brizuela;  y  con 
esto  no  se  me  ofrece  más  que  decir  en  esta;  ni  de  acá  hay  cosa 
de  nuevo;  y  así  acabo  encomendándome  mucho  á  toda  vuestra 
gente;  y  guárdeos  Dios  como  deseo.  De  Brusselas,  postrero  de 
Hebrero,  1605. — A  Isabel. 

Olvidábaseme  de  deciros  cómo  el  chobo  que  vá  con  la  ropa  del 
Marqués  de  la  Laguna  por  mar,  lleva  unos  pavos  pias  y  faysanes 
para  mi  hermano;  si  llegaren  vivos  y  contentaren,  enviaremos 
más:  que  no  ha  habido  hasta  aora  ocasión  de  enviallos  con  segu- 
ridad. Los  faysanes  machos  en  poniéndoseles  colorado  al  rede- 
dor de  los  ojos,  que  es  cuando  andan  en  celo,  es  menester  apar- 
tallos  cada  uno  de  por  sí,  porque  si  no  se  matan;  y  á  cada  macho 
se  echan  dos  hembras,  y  los  guebos  que  ponen  los  sacan  gallinas; 
pero  es  menester  tener  mucho  cuidado  dellos,  cuando  son  chi- 
cos, porque  son  delicadísimos:  suelen  criar  por  Abril  ó  Mayo. — 
(Sobrescrito:)  Al  Duque  de  Lerma. 

92. 

Duque:  No  puedo  dexar  de  agradeceros  el  principio  de  vues- 
tra carta  de  25  Hebrero,  pues  me  sacasteis  del  mucho  cuidado 
con  que  estaba  de  la  salud  de  mi  hermano,  sabiendo  la  falta  que 


CORRESPONDENCIA  DE  LA  INFANTA  DO^A  ISABEL. 

había  ay  della,  con  decirme  que  estaba  muy  bueno.  Bendito  sea 
Dios  que  tanta  merced  nos  ha  hecho  de  libralle  de  las  viruelas; 
que  yo  os  confieso  cada  vez  que  me  dicen  las  hay  donde  mi 
hermano  está  y  me  acuerdo  que  no  las  ha  tenido  sino  locas,  no 
puedo  perder  el  cuidado;  y  asi  por  amor  de  Dios  que  siempre  le 
acordéis  que  se. guarde.  Fue  muy  bien  que  se  saliese  de  Valla- 
dolid  y  la  Reyna.  Las  tercianas  de  mi  nuera  me  dieron  mucha 
pena:  no  se  le  puede  negar  que  de  todas  maneras  es  linda  cria- 
tura: guárdele  Dios  y  dele  un  hermano  presto,  como  lo  espero. 
La  muerte  de  mi  sobrino  he  sentido  como  podéis  pensar,  aun- 
que me  consuela  lo  bien  que  vivió  y  murió.  Bien  cierta  estoy 
del  cuidado  que  mi  hermano  mandaría  tener  con  ellos,  y  la  mer- 
ced que  les  ha  hecho  en  esta  ocasión  ha  sido  mucha;  y  bien  sé 
que  vos  no  habréis  desayudado  para  ello.  La  merced  que  mi 
hermano  nos  ha  hecho  y  hace  siempre  es  de  manera  que  á  mí 
me  faltan  palabras  para  encarecella,  y  particularmente  en  lo  que 
aora  ha  mandado  que  le  sirva  aqui  el  Marqués  Espinóla,  con 
todo  Jo.  demás  que  me  decis  que  traerá  recado  el  Marqués.  Vos 
hacéis. muy  bien  en  no  gastar  palabras  en  encarecer  lo  que  se 
ha  hecho,  pues  las  obras  lo  muestran  tan  bien,  pero  yo  querría 
gastar  muchas  en  agradeceros,  como  lo  hago,  lo  que  en  esto  ha- 
béis hecho  y  trabaxado,  que  bien  se  echa  de  ver  lo  que  deseáis 
el  servicio  de  mi  hermano  y  nuestro  descanso;  y  asi  estoy  bien 
cierta  de  lo  que  tenemos  ca  vos,  y  vos  lo  podéis  estar  de  que 
lo  conocemos,  como  es  razón,  y  deseamos  pagaros  las  muchas 
obligaciones  que  nos  echáis  de  nuevo  cada  dia.  Yo  espero  en 
Dios  que  no  os  habéis  de  arrepentir  de  lo  que  os  ha  costado  esto 
que  se  ha  hecho,  sino  que  ha  de  ser  para  un  gran  servicio  de  mí 
hermano  y  descanso  (nuestro).  Y  para  que  esto  salga  cierto, 
como  deseamos,  es  menester  dar  prisa  á  todo,  pues  estamos  ya 
en  Abril,  y  tengo  por  milagro  que  nuestros  enemigos  no  hayan 
salido  ya  en  campaña,  y  más  con  el  tiempo  que  hace;  y  asi, 
pues  habéis  hecho  lo  más,  por  amor.de  Dios  que  deis  mucha 
prisa  á  todo,  si  ya  no  fuese  partido  el  Marqués,  porque  con  un 
esfuerzo  tan  grande  como  el  que  mi  hermano  hace,  no  se  dejen 
de  hacer  los  efectos  que  esperamos  por  nq  haberse  hecho  á 


24  boletín  de  la  real  academia  de  la  historia. 

tiempo;  y  yo  veo  que  entendéis  esto  tan  bien  que  he  menester 
deciros  poco  sobre  ello,  y  lo  que  á  esto  importa  la  brevedad.  La- 
gente  podrá  muy  bien  venir  en  navios  de  alto  bordo,  como  decis, 
como  vengan  bien  en  orden,  por  lo  que  pueden  topar  en  el  ca- 
mino, y  si  se  pudiesen  embarcar  con  secreto  y  sin  que  ay  se  su- 
piese  á  donde  han  de  ir,  seria  lo  mejor,  pues  con  un  buen  tiempo 
se  podrían  poner  acá  antes  que  los  enemigos  supiesen  que  ve- 
nian,  que  si  lo  saben,  sin  duda  los  saldrán  al  encuentro;  y  en  esto 
de  la  mar  nos  llevan  gran  ventaja;  pero  con  todo  viniendo  en 
orden  y  en  algún  número,  pienso  les  resistirían  y  podrían  entrar 
en  Ostende  sin  peligro,  por  ser  el  puerto  y  la  entrada  mucho 
mejor  que  Gravelingas  ni  Dunquerque.  La  primer  tropa  de  Ita- 
lia creo  habrá  ya  partido  sigun  lo  que  ha  avisado  el  de  Fuentes. 
Mi  primo  envió  á  traella  á  Don  Fernando  Girón,  que  es  hombre 
cuerdo  y  sirve  con  cuidado;  y  asi  pienso  la  traerá  muy  bien.  Con 
la  parlería  del  que  ha  de  venir  aqui,  he  olgado  mucho,  porque 
tengo  al  de  Aytona  (l)  en  la  opinión  que  vos.  Pesármela  fuese 
verdad  el  haberse  dicho  aqui  que  era  muerta  su  muger^  Tam- 
bién no  puedo  dexar  de  deciros  que  se  ha  dicho  también  que  mi 
hermano  hacia  merced  de  lo  de  Qigilia  al  Conde  de  Villamedia- 
na;  y  no  puedo  dexar  de  confesaros  que  yo  he  tenido  celos  de 
que  andando  por  acá  vuestro  cuñado  le  hubiese  de  preferir  á  otro 
de  los  que  están  por  acá  á  tener  cosa  mejor  que  lo  que  mi  her- 
mano le  ha  hecho  merced,  pues  en  él  estará  cualquiera  tan  bien 
empleada;  pero  no  por  eso  dexo  de  deciros  que,  cierto,  la  merece 
el  de  Villamediana,  que  ha  servido  muy  bien.  No  me  dais  nue- 
vas en  esta  carta  de  vuestra  gente,  y  yo  las  echo  menos,  por  lo 
que  deseo  siempre  saber  de  todos  y  de  vuestra  salud,  y  cómo  os 
va  con  los  ojos:  que  á  buen  seguro  no  dexais  de  trabaxar  como 
siempre  por  ellos;  y  no  es  eso  lo  que  conviene  al  servicio  de  mi 
hermano. 

Con  este  correo  envió  á  la  Reyna  una  gala,  para  la  cama,  cuan-. 


(i)  D.  Francisco  de  Moneada,  Marqués  de  Aytona,  nombrado  para 
reemplazar  al  Marqués  de  la  Laguna  en  el  cargo  de  Embajador  de  España 
cerca  de  los  Archiduques. 


r' 


• '  »«  1  - 


COBRCSPONDENCIA  DE   LA   INFANTA  DONA  tSABBL«  2¿ 

do  esté  parida,  como  usan  acá  y  de  una  invincion  nueva,  que 
deseo  no  haya  llegado  allá,  sino  que  sea  esta  la  primera.  Decí- 
me  si  lo  aprueba  vuestra  hermana,  que  con  esopyo*  quedaré  sa- 
tisfecha de  que  no  es  mala  la  invincion.  A  £od«  .vucsta  gente 
me  encomedad  mucho.  De  aquí  no  hay  cosa  que  decir  de  nue- 
vo, sino  quedar  mi  primo  un  poco  cojo  de  ün  pié  ( I ),  como  escri- 
bo á  mi  hermano,  y  la  ocasión  no  es  menester  confesar  lo  que  es; 
quizá  con  eso  no  volvía,  que  yo  arto  lo  deseo  cierto  como 
quien  ha  visto  tanto  dello  en  esta  vida,  aunque  mi  primo  es  tan 
bien  regido  que  pienso  le  salvará  eso.  Aguardando  estamos  el 
nuevo  Papa.  Plega  á  Dios  salga. el  que  es  menester,  y  que  os 
guarde  como  deseo.  De  Brusselas,  domingo  de  Ramos,  1605. — 
A  Isabel. — (Sobrescrito:)  Al  Duque  de  Lerma. 

93. 

Duque:  No  sé  por  donde  comience  esta,  porque  por  mucho 
que  diga,  no  podré  encarecer  con  gran  parte  el  grandísimo  con- 
tento que  tengo  de  la  merced  que  Nuestro  Señor  nos  ha  hecho 
en  haber  dado  á  mi  hermano  un  hijo  (2);  y  cuando  no  tuviera  yo 
tantas  razones  para  estar  contentisima,  vos  sabéis  lo  que  he  que- 
rido y  quiero  á  mi  hermano,  y  que  esta  solo  bastaba  para  ser  la 
mejor  nueva  que  me  podia  venir.  Yo  he  recibido  vuestra  nora- 
buena como  aquella  que  sé  que  es  dada  de  mejor  gana  que  otra 
ninguna  y  con  mayor  contento:  y  pagándoos  en  la  misma  mo- 
neda, os  la  doy  como  á  quien  sé  que  se  puede  dar  con  tanta 
razón.  Bendito  sea  Dios  que  tuvo  la  Reyna  tan  buen  parto  y 
quedó  tan  buena  y  el  Principe.  Extremada  debió  de  estar  mi 
nuera  con  el  manto:  aora  estimo  más  las  nuevas  que  me  dan  della, 
por  ver  que  no  despryba  con  su  hermano.  Yo  deseo  otras  car- 
tas de  ay  para  saber  cómo  se  hallan  padres  y  hijos;  y  no  puedo 
dexar  de  agradeceros  mucho  el  habernos  despachado  luego  con 
esta  buena  nueva.  A  mi  hermano  escribo  como  llegó  acá  el  mis- 


(t)    A  causa  de  la  gota. 

(2)    £1  Priocipe  D.  Felipe,  que  nació  el  8  de  Abril  de  1605. 


26  BOLETÍN  DE  LA   REAL  ACADEMIA  DE  LA  HISTORIA. 

mo  dia  que  cumplió  seis  años  que  nos  casamos.  Ya  habrá  llega- 
do allá  el  correo  que  aguardábades  con  la  respuesta  de  la  pro- 
visión del  Marqués  Espinóla,  el  cual  llegó  el  Sábado  Santo,  y 
fue  muy  bien  recibido  generalmente;  y  asi  espero  será  mi  her- 
mano muy  servido  desta  provisión,  y  que  se  ha  de  hacer  algo 
de  provecho  este  año;  y  asi  se  dá  prisa  á  todo,  como  dirá  el 
Marqués.  De  nosotros  no  digo  lo  que  oigamos  con  él;  porque 
cuando  no  trujera  otra  cosa  que  descargar  á  mi  primo  de  lo  de 
la  hacienda,  fuera  muy  bien  venido:  que  cierto  era  una  carga 
pesada  y  con  que  no  se  podia  contentar  á  nayde.  De  todas  es- 
tas cosas  se  os  debe  á  vos  las  gracias;  y  así  os  las  vuelvo  á  dar. 

Ayer  dio  mi  primo  el  Tusón  al  Marqués,  y  huvo  tanta  gente 
á  velle:  que  no  se  puede  creer  qué  bien  quisto  es  acá. 

Aqui  andamos  todos  ocupados  en  fiestas  por  esta  merced  que 
Nuestro  Señor  nos  ha  hecho:  allá  pienso  será  lo  mismo;  y  asi  no 
es  tiempo  de  embaragar  con  cartas,  sino  que  todos  nos  ocupe- 
mos en  mostrar  nuestro  contento;  y  por  esto  acabo  encomen- 
dándome mucho  á  toda  vuestra  gente.  Y  guárdeos  Dios  como 
deseo.  De  Brusselas  á  25  de  Abril  1605. — A  Isabel. 

Olvidábaseme  de  deciros  cómo  enviamos  al  de  Ligne  á  dar  la 
norabuena  á  mi  hermano  y  á  la  Reyna;  y  aunque  creo  que  mi 
primo  os  lo  escribe,  y  de  la  pretensión  que  ha  muchos  dias  que 
tiene,  de  que  le  mande  mi  hermano  cubrir,  me  ha  parecido  ad- 
vertiros que  será  menester  ir  con  tiento  en  esta  su  pretensión, 
porque  aunque  por  su  calidad  y  la  de  su  casa  le  podria  mi  her- 
mano hacer  esta  merced,  si  se  la  hiciese  á  él,  sería  menester 
hacerla  á  otros  tres  ó  cuatro,  porque  de  otra  manera  seria  ha- 
celles  agravio.  Heos  querido  decir  esto,  de  escarmentada  de  lo 
que  ha  pasado  con  la  almohada  de  la  de  Mansfelt;  que  si  yo  su- 
piera las  cosas  destos  Estados  como  aora,  nunca  hubiera  supli- 
cado á  mi  hermano  se  la  diera.  Bien  quisiéramos  escusar  á  mi 
hermano  esta  pesadumbre;  y  asi  habíamos  pensado  enviar  al  de 
Ariscot,  pero  ha  enviudado  aora,  con  que  se  ha  escusado  de  la 
jornada;  y  en  esta  ocasión  nos  parece  justo  hacer  toda  la  más 
demostración  que  pudiéremos  para  mostrar  el  contento  que  te- 
nemos.— (Sobrescrito:)  Al  Duque  de  Lerma. 


CORRESPONDENCIA  DE  LA  INFANTA  DOMA  ISABEL.  27 


94. 

Duque:  Paréceme  que  ha  mil  años  que  ni  tenemos  cartas  ni 
escribimos;  y  creo  que  allá  y  acá  estamos  disculpados,  pues  me 
parece  que  andan  por  caminos;  y  acá  aunque  no  los  andamos» 
hemos  estado  aguardando  que  el  Marqués  Espinóla  acabase  el 
suyo  y  pasase  el  Ryn  para  poder  decir  que  estaba  allá,  como 
gracias  á  Dios  lo  está  ya  con  toda  la  gente,  como  veréis  más  par- 
ticularmente por  sus  cartas;  y  yo  espero  que  le  ha  de  ir  muy 
bien  y  que  ha  de  tener  muy  buenos  sucesos  y  recuperar  la  Fry- 
sa  en  poco  tiempo.  Los  enemigos  sienten  bravamente  esta  em- 
presa, y  asi  se  dexa  entender  cuan  importante  es.  En  Flandes 
está  el  Conde  Federico  con  la  gente  que  quedó  alli.  En  ambas 
partes  hay  menos  de  la  que  fuera  menester  y  se  pensaba,  por- 
que los  italianos  han  enfermado  todos  y  mueren  muchos;  y  asi 
es  menester  que  entendáis  que  los  prueba  la  tierra  de  manera 
que  no  se  puede  sacar  ningún  provecho  dellos  el  primer  año  que 
vienen;  y  con  ser  esta  de  la  mejor  gente  que  ha  venido  y  más 
bien  tratada,  pensamos  no  fuera  así,  pero  ha  pasado  lo  mismo 
que  con  los  demás.  Toda  la  demás  gente  que  hay  es  tan  buena 
que  espero  suplirá  la  falta  de  ser  poca.  Y  esto  es  cuanto  de  nue- 
vo se  ofrece  acá.  El  Conde  de  Sora  pareció  que  fuese  con  el 
Marqués  Espinóla  para  que  visitase  á  los  que  mi  hermano  man- 
daba y  ayudase  con  esto  á  allanar  las  dificultades  que  se  podian 
ofrecer,  aunque  espero  no  serán  muchas  por  la  buena  orden  que 

hay  hasta  aora,  que  continuándose,  como  se  hará,  no  tendrán 

« 

ocasión  de  quexas  los  vecinos. 

Madalena  de  San  Jerónimo  (l)  llegó  un  mes  ha:  olgué  mucho 
con  las  nuevas  que  me  ha  dado  vuestras  y  de  toda  vuestra  gente; 


(i)  a  pesar  de  la  pericia  y  diligencia  del  nunca  olvidado  Mr.  Gachard 
en  punto  á  noticias  de  personas  y  cosas  de  la  Corte  de  los  Felipes,  con- 
fiesa no  haber  podido  averiguar  quién  era  esta  Magdalena,  que  tanto  men- 
ciona Felipe  11  en  sus  cartas  á  sus  hijas.  En  las  de  la  Infanta  Doña  Isabel  se 
la  cita  también  repetidas  veces  con  el  nombre  de  Magdalena  de  San  Jeró- 
nimo, pero  sin  determinar  el  cargo  que  tenía  cerca  de  S.  A. 


28  BOLETÍN   DB  LA  REAL  ACADEMIA  DE   LA   HISTORIA. 

y  no  es  nuevo  para  mi  lo  que  me  ha  dicho  de  lo  que  trabaxais  y 
procuráis  cuanto  nos  toca,  y  lo  que  tenemos  en  vos.  Querría 
hallar  palabras  con  que  mostraros  el  agradecimiento  que  tengo 
desto,  y  cuan  conforme  es  á  lo  mucho  que  os  debemos;  y  asi  lo 
podéis  creer.  Muy  mal  se  pasara  el  haber  tanto  que  no  tenemos 
cartas,  si  no  hubiéramos  sabido  por  las  del  ordinario  la  buena 
salud  con  que  se  hallaba  mi  hermano  y  la  Reyna  y  sus  hijos. 
Guárdelos  Dios,  aunque  la  poca  que  dicen  habia  en  Valladolid, 
me  dá  cuidado;  y  asi  he  olgado  mucho  que  mi  hermano  fuese  á 
Burgos,  como  decia;  y  confiésoos  que  en  oyendo  que  está  allí, 
me  alborozo  de  parecerme  le  tengo  más  cerca.  Grandes  nuevas 
nos  dicen  de  las  fiestas,  que  sin  duda  debieron  de  ser  lindísimas. 
Los  ingleses  han  vuelto  muy  contentos  dellas  y  de  todo;  y  aqui 
aguardamos  un  dia  destos  al  de  Villamediana  para  volverse:  con 
que  se  acaban  todas  las  nuevas  y  ésta,  con  que  deis  mis  enco- 
miendas á  toda  vuestra  gente,  y  os  guarde  Dios  como  deseo. 
De  Brusselas  á  2  de  Agosto  1605. — A  Isabel. — (Sobrescrito:)  Al 
Duque  de  Lerma. 

85. 

Duque:  Cuando  tengo  buenas  nuevas  que  dar,  siempre  me 
guelgo  mucho  de  escribir,  y  más  á  quien  se  guelga  tanto  con 
ellas  como  vos,  y  á  quien  lo  pelea  verdaderamente,  pues  si  no 
fuese  por  lo  que  vos  lo  solicitáis  y  trabaxais  ay,  mal  podríamos 
acá  hacer  nada.  Bendito  sea  Dios,  Bactendonge  se  ganó,  como 
entenderéis  más  particularmente  por  lo  que  escribo  á  mi  her- 
mano; y  la  victoria  que  hemos  tenido  en  el  rencuentro  que  tuvo 
la  caballería,  que  se  puede  tener  por  milagro,  y  todos  lo  hicie- 
ron muy  bien.  Don  Luis  de  Velasco  lo  hizo  bien,  y  asi  es  justo 
se  le  agradesca,  y  Don  Iñigo  de  Borja,  y  todos  en  general  hicie- 
ron maravillas.  Parece  que  Dios  nos  quiere  ayudar,  y  asi  es  me- 
nester ayudarnos  y  que  procuréis  encaminar  dende  aora  las 
provisiones  del  año  que  viene,  para  que  sean  acá  temprano,  y 
asi  ée  pueda  salir  luego  en  campaña,  como  lo  dirá  el  Marqués 
Espinóla  más  particularmente,  y  lo  que  esto  importará,  que  la 
gente  queda  aora  sabrosa  la  mano  como  dicen,  y  en  camino,  y 


CORRESPONDENCIA  DE  LA  INFANTA   DONA   ISABEL.  29 

al  contrario  los  enemigos,  y  asi  espero  que  todo  ha  de  suceder 
muy  bien,  y  que  no  ha  de  ser  en  vuestro  trabaxo  y  cuidado. 
Grandísimo  nos  le  ha  dado  el  mal  de  la  Reyna.  Bendito  sea  Dios 
que  tanta  merced  nos  ha  hecho  en  libralla  y  dalla  salud,  como 
hemos  entendido  por  una  carta  que  escribia  á  vuestro  cuñado  el 
correo  mayor  de  Irun  con  un  correo  que  pasaba.  Harto  siento 
los  malos  dias  que  mi  hermano  habrá  pasado  y  lo  que  vos  habréis 
trabaxado  y  vuestra  hermana;  pero  cuando  se  sale  con  bien, 
todo  se  puede  llevar.  Yo  os  he  cudiciado  estos  dias  que  hemos 
andado  por  aquí  á  caga,  que  han  sido  muy  buenos;  y  esto  es 
muy  lindo  si  la  casa  estuviese  para  estar  en  ella,  aunque  nos 
puso  en  cuidado  unas  tercianillas  que  tuvo  mi  primo,  pensando 
fueran  más;  pero  quiso  Dios  que  no  pasaron  de  tres  y  ha  que- 
dado muy  bueno,  porque  á  todos  nos  dá  la  vida  el  exercicio,  y 
el  andar  al  campo;  y  porque  parta  luego  este  correo,  no  me 
alargo  más.  A  toda  vuestra  gente  me  encomendad  mucho,  y 
guárdeos  Dios,  como  deseo.  De  Bynz  á  30  de  Octubre  1605. — 
A  Isabel. 

96. 

Duque:  Mi  primo  envia  á  Don  Iñigo  de  Borja  como  informado 
de  todo  lo  que  se  ha  hecho  este  verano,  para  que  dé  cuenta  de- 
11o  y  para  suplicar  á  mi  hermano  tome  resolución  para  lo  de 
adelante  con  la  brevedad  que  el  tiempo  pide,  para  llevar  ade- 
lante el  buen  principio  deste  verano.  Bien  sé  que  no  he  menes- 
ter pediros  ayudéis  á  esto,  pues  lo  tenéis  más  á  cargo  que  otro 
ninguno,  como  vemos  por  las  obras;  y  asi  espero  que  vuestro 
cuidado  y  trabaxo  han  de  acabar  lo  que  hasta  aqui  no  se  ha  po- 
dido, y  me  prometo  muchos  buenos  sucesos  si  se  sale  temprano 
ogaño  en  campaña,  y  asi  os  pido  mucho  la  brevedad,  porque 
el  tiempo  corre  muy  aprisa.  No  hQ  menester  encomendaros  á 
Don  Iñigo,  pues  es  hijo  de  sus  padres,  sino  solo  deciros  que  ha 
servido  muy  bien,  y  que  asi  merece  que  mi  hermano  le  haga 
merced,  y  se  ío  suplicad  de  mi  parte.  Y  pues  él  dará  todas  las 
nuevas  que  de  acá  se  quisieren  saber,  no  me  alargaré  yo  sino 
solo  á  deciros  que  estando  en  Binz  llegó  la  mona  que  me  enviá- 


s     » 


30  BOLETÍN  DE  LA  REAL  ACADEMIA  DE   LA  HISTORIA. 

bades:  que  ha  sido  el  mejor  presente  que  me  podíades  hacer;  y 
asi  no  puedo  dexar  de  agradecérosla;  y  ella  es  tan  buena  que 
pienso  llevará  ventaja  á  la  que  se  comió  los  órganos  de  San  Lo- 
renzo. A  toda  vuestra  gente  me  encomendad  mucho:  de  todos 
deseo  saber,  y  no  sé  qué  piensan  allá  en  tenernos  tanto  sin  car- 
tas; que  en  verdad  se  pasa  muy  mal  y  con  mucho  cuidado,  y 
más  andando  el  tiempo  tan  achacoso.  Dios  nos  trayga  muy  bue- 
nas nuevas  y  os  guarde  como  deseo.  De  Brusselas  á  23  de  No- 
viembre 1605. — A  Isabel. — (Sobrescrito:)  Al  Duque  de  Lerma. 

97- 

Duque:  El  Audyencer  (l)  va  ay  á  tratar  lo  que  mi  primo  os 
escribe  y  él  os  dirá,  que  como  hombre  tan  platico  de  todo  lo 
de  acá  y  que  ha  pasado  siempre  todo  por  sus  manos,  podrá  in- 
formar mejor  que  otro,  y  por  esto  nos  ha  parecido  envialle  á  él 
antes  que  á  otro.  Ha  servido  siempre  muy  bien,  como  creo  que 
sabéis.  Yo  quedo  muy  cierta  que  le  oiréis  y  alumbrareis  en  todo 
lo  que  lleva  que  tratar,  como  hacéis  siempre  en  cuanto  nos  toca, 
que  tenéis  tanto  cuidado  desto  que  yo  no  hallo  que  pediros, 
sino  mucho  que  agradeceros,  como  lo  hago  y  deseo  hacer  siem- 
pre. Y  pues  el  audencier  dará  tan  particulares  nuevas  de  acá, 
no  me  alargaré  yo  en  esta,  sino  solo  en  decir  que  aunque  ha 
poco  que  las  tuvimos  de  ay,  las  deseo  ya  muy  buenas,  como 
espero  nos  las  traerá  nuestro  Señor.  A  toda  vuestra  gente  me 
encomendad  mucho  y  guárdeos  Dios  como  deseo.  De  Bruselas, 
dia  de  los  Reyes,  1606, — A  Isabel. — (Sobrescrito:)  Al  Duque  de 
Lerma. 


(i  )  Luis  Verreyken,  primer  Secretario  de  Estado.  «Es  Ministro  de  muy 
buenas  partes,  escribe  Bentivoglio.  Háse  hallado  al  manejo  de  grandes 
cosas,  particularmente  en  las  ocasiones  de  las  últimas  paces  de  Francia  y 
de  Inglaterra;  y  así  se  vé  en  él  junta  con  la  bondad  una  grande  expe- 
riencia». 


COBRESPONDBKCIA  DB  LA  INFANTA  DONA  ISABBL.  3 1 


98. 

Duque:  Aunque  ha  poco  que  escribimos  con  el  Audyencier, 
y  aora  hay  poco  de  nuevo  que  decir,  porque  allá  estén  sin  cui- 
dado de  saber  lo  que  por  acá  pasa,  vá  este  correo.  De  ay  le 
deseamos  arto,  que  ha  mil  dias  que  no  sabemos  nuevas  frescas, 
y  así  siempre  vivimos  con  cuidado.  Estos  dias  nos  le  han  dado 
unos  motines  que  se  andaban  armando,  pero  gracias  á  Dios  pa- 
rece que  se  ha  remediado  con  ahorcar  algunos,  que  es  el  verda- 
dero remedio  destas  cosas.  De  provisiones  no  os  encargo  nada 
porque  sé  que  tenéis  más  cuidado  que  nosotros  de  todo  lo  que 
nos  toca;  y  el  Marqués  Espinóla  informará  sobre  todo  esto  me- 
jor que  nayde.  Cuidado  nos  ha  dado  su  mal  y  el  haberse  dete- 
nido por  él  en  llegar  ay.  También  nos  le  da  su  vuelta;  que  habrá 
harta  dificultad  en  pasar  siguro  por  ninguna  parte,  por  las  mu- 
chas diligencias  que  hacen  nuestros  enemigos  para  cogelle;  pero 
espero  que  Dios  le  librará,  por  lo  que  importa  al  servicio  de  mi 
hermano  su  persona  aqui;  y  así  dad  toda  la  prisa  que  pudiéredes 
para  que  no  se  detenga  ay,  sino  que  mi  hermano  le  mande  des- 
pachar luego. 

No  hay  cosa  que  poder  decir  de  acá,  sino  que  ha  hecho  mu- 
cha nieve  y  yelo  este  invierno.  Con  todo  ha  convalecido  bien 
vuestro  cuñado,  que  está  ya  muy  bueno.  A  toda  vuestra  gente 
me  encomendad  mucho;  y  guárdeos  Dios  como  deseo.  De  Brus- 
selas,  postrero  de  Enero,  1606. — A  Isabel. —  (Sobrescrito:)  Al 
Duque  de  Lerma. 

99. 

Duque:. Aunque  no  sean  sino  dos  renglones,  no  quiero  dexar 
de  hacer  esto  y  deciros  que  nos  va  muy  mal  sin  saber  de  ay 
tanto  tiempo  ha.  Dios  nos  trayga  las  buenas  nuevas  que  hemos 
menester.  Las  que  hay  aqui,  escribo  á  mi  hermano,  que  mi  ca- 
tarro no  me  dá  lugar  para  repetillas.  Doy  os  la  norabuena  desta 
plaga  que  hemos  ganado  en  Gueldres,  como  á  quien  más  guelga 
de  todos  los  buenos  sucesos  de  acá.  Yo  espero  que  vuestro  tra- 


3?  boletín  de  la  real  academia  de  la  historia. 

baxo  y  cuidado  se  ha  de  lucir  muy  bien,  y  sé  que  no  tengo  que 
daros  prisa  por  las  provisiones,  porque  tenéis  más  cuidado  que 
nosotros  podemos  tener.  A  mi  hermano  escribo  cuanto  importa- 
rá el  dar  prisa  á  todo;  y  así  estoy  cierta  la  daréis  cuanto  fuere 
posible. 

Con  el  ordinario  supimos  la  muerte  de  vuestro  hermano:  bien 
creeréis  lo  que  me  ha  pesado  del  buen  chysguete,  así  por  lo  que 
vos  lo  habréis  sentido,  como  por  la  obligación  que  yo  le  tenia. 
Dios  le  tenga  en  el  cielo,  como  espero  lo  estará.  A  vuestras  her- 
manas les  dad  el  pésame  de  mi  parte,  que  yo  no  puedo  escri- 
bírsele aora,  y  á  toda  vuestra  gente  me  encomedad  mucho;  y 
guárdeos  Dios  como  deseo,  y  déos  muy  buenas  pascuas.  De 
Brusselas,  martes  santo,  1606 — A  Isabel. — (Sobrescrito:)  Al  Du- 
que de  Lerma. 

100. 

Duque:  Tanto  cuanto  habían  sido  deseadas  las  cartas  de  ay, 
fueron  bien  recibidas  las  de  primero  de  Margo,  y  más  con  las 
buenas  nuevas  que  trujeron  de  la  salud  de  mi  hermano  y  la 
Reyna  y  sus  hijos.  Plega  á  Dios  que  así  las  tengamos  siempre. 
Aora  las  aguardo  con  cuidado  de  saber  cómo  habrá  pasado  el 
Príncipe  su  jornada.  La  mudanza  de  la  Corte  siento  por  tener 
esas  leguas  más  lexos  á  mi  hermano  y  por  las  comodidades  que 
se  dexan  en  Valladolid,  que,  cierto  eran. muy  grandes,  pero  siem- 
pre se  podrán  gozar  y  mejor  con  menos  gente  y  más  salud;  que 
la  falta  que  habia  della  allí,  nos  hacia  estar  siempre  con  cuidado. 
Yo  le  tuviera  muy  grande  si  tras  todo  lo  que  me  escribís  de  las 
provisiones  y  ida  ay  del  Marqués  Espinóla,  no  hubiera  sabido 
por  cartas  suyas  cuan  bien  se  ha  remediado  y  la  merced  que  mi 
hermano  ha  hecho  al  Marqués,  con  que  pienso  se  habrán  alla- 
nado todas  las  dificultades  que  me  escribistes.  Estos  milagros  yo 
sé  que  vos  sois  el  principal  autor  de  que  se  hagan  y  el  que  más 
los  trabaxa  y  más  cuidado  le  cuesta;  y  así  no  puedo  dexar  de 
agradecéroslo  una  y  muchas  veces  y  tener  el  reconocimiento 
dello  que  es  justo;  y  aunque  yo  beso  las  manos  á  mi  hermano 
por  tan  gran  merced,  como  nos  ha  hecho,  en  lo  de  las  provisio- 


VJ*> 


■t 

CORRESPONDENCIA  DE  LA  INFANTA  DOÑA  ISABEL.  33  '  ;«4] 

* 

nes  y  en  la  que  ha  hecho  al  Marqués,  no  me  satisfago  si  vos  no 
se  las  besáis  por  mí:  que,  cierto,  yo  tengo  por  milagro  lo  que  se 
ha  hecho,  no  habiendo  llegado  la  flota.  Dios  la  trayga  con  bien,  , 

como  lo  espero,  pues  aqui  ha  habido  cartas  de  que  habia  ya  nue- 
va de  todos  los  galeones  que  se  habian  perdido.  Yo  espero  que  •  "^'j 
con  la  mucha  merced  que  mi  hermano  nos  hace,  se  ha  de  hacer 
algo  bueno  este  verano,  aunque  se  comience  tarde:  que  ha  sido 
lástima  el  buen  tiempo  que  se  pierde  de  un  mes  acá,  aunque 
con  la  tardanza  de  la  gente  de  Italia  y  también  de  la  que  se 
levanta  por  acá  y  en  Alemania,  que  con  la  guerra  de  Branzuyque 
s<e  ha  dilatado,  no  hace  hasta  aora  falta  el  Marqués  Espinóla;  y 
así  espero  que  llegará  muy  á  tiempo,  y  se  le  ha  avisado  cómo 
le  espian  por  el  camino,  para  que  se  guarde.  Muy  bien  emplea- 
da ha  sido  la  merced  que  mi  hermano  ha  hecho  á  Don  Iñigo  de 
Borja,  y  él  la  servirá  muy  bien.  Aguardamosle  por  horas,  que 
sigun  lo  que  escribió,  no  puede  tardar. 

Lo  que  me  escribis  de  las  licencias  que  se  dan,  os  asiguro  que 
son  las  menos  que  mi  primo  puede  dar;  y  si  oyésedes  lo  que 
dicen  del  porque  las  niega,  os  espantariades;  y  no  hay  remedio 
de  querer  creer  que  tiene  orden  de  mi  hermano  para  ello :  que 
es  menester  mostralla  á  muchos,  gente  particular,  que  parece 
que  de  otra  manera  no  se  les  puede  negar  ni  tenellos  aqui  mi 
primo  por  fuerza;  y  otros  muchos  que  la  piden  por  no  estar  de 
provecho  para  servir  y  estar  estropiados  y  traen  feés  dello  de  sus 
oñciales  y  de  los  médicos  y  cirujanos  que  los  han  curado;  y  en 
llegando  ay,  sé  yo  de  artos  que  han  sanado.  Debe  de  ser  el  ayre 
de  la  tierra;  pero  el  verdadero  remedio  seria  hacer  lo  que  me 
escribis  que  el  Consejo  ha  apuntado  á  mi  hermano,  y  que  se 
ejecute  con  mucho  rigor;  y  yo  os  prometo  que  seria  quitarnos 
de  artas  pesadumbres,  y  allá  también  no  irían  á  cansar  y  á  mo- 
ler, como  lo  hacen.  Y  los  que  quedan  acá,  en  viendo  que  vá  uno 
y  que  en  llegando  le  hacen  merced,  luego  se  les  levantan  los 
pies  y  dicen  maravillas;  y  mi  hermano  seria  mucho  mejor  servi- 
do, si  se  hace  lo  que  me  decis. 

Hay  otras  licencias  que  dá  mi  primo,  que  estas  las  dá  por  lo 
que  os  diré.  Vendrá  aora  esta  gente  de  Italia  cargada  de  mil 

TOMO  XLVIII.  3 


I        s- 
'tí 


34  boletín  de  la  keal  academia  de  la  historia. 

capitanes,  porque  cada  uno  quiere  acomodar  el  suyo;  y  es  fuer- 
za reformar  la  mita  para  que  las  compañías  queden  en  su  núme- 
ro de  la  gente  que  han  de  tener.  Todos  los  reformados  no 
sirven  de  nada  aqui,  sino  de  agotar  las  calles  y  comerse  el  suel- 
do de  los  pobres  soldados,  que  lo  están  trabaxando  y  sudando;  y 
'  así  á  estos  les  dá  mi  primo  licencia  por  ahorrar  todos  aquellos 
sueldos:  que  me  parece  es  más  servicio  de  mi  hermano  y  vos 
más.  De  los  que  van,  llevan  especificado  en  sus  licencias  que  no 
han  de  ir  á  negociar  á  la  Corte;  y  así  seria  bien  que  se  viesen 
las  licencias  de  cada  uno. 

Y  no  puedo  dexar  de  agradeceros  mucho  el  cumplir  tan  bien 
lo  que  os  tengo  pedido  de  escribirme  lo  que  entendéis;  y  en  lo 
que  toca  á  lo  que  me  decis  del  que  tenemos  en  Ingalaterra,  acá 
'  no  hemos  entendido  nada  de  aquello,  y  téngole  por  hombre  en- 
tendido; y  siéndolo,  no  hará  cosa  tan  en  contrario  de  lo  que  le 
tenemos  mandado;  y  yo  pienso  que  acude  siempre  á  Don  Pedro 
de  Zúñiga,  y  que  Don  Pedro  está  satisfecho  del.  No  sé  si  entre 
él  y  el  de  Villamediana  hubo  un  disgustillo,  que  no  sabría  bien 
decir  qué  fue:  y  creo  que  es  general  aora  en  el  mundo  haber 
tanta  falta  de  hombres  para  podellos  emplear  en  nada ;  que  es 
'  fuerza  echar  mano  de  lo  que  parece  más  á  propósito,  aunque 
•  se  atranquen  otras  cosas  de  parentescos,  que  no  creo  harán  daño 
"  ninguno  ó  tan  poco  como  la  amistad  del  Audyencier:  que  me 
he  reido  de  lo  que  me  decis  sobre  esto,  y  guelgo  mucho  de  que 
os  haya  contentado  tanto,  que  espero  que  cuanto  hiás  le  tratáre- 
des,  mas  os  contentará,  sin  cansar  como  otros,  que  fue  lo  que 
más  nos  movió  á  envialle.  Pero  porque  acá  nos  hace  íalta,  no 
puedo  dexar  de  pediros  procuréis  su  breve  despacho;  y  no  digo 
bueno,  porque  sé  que  será  siempre  lo  mejor  que  se  pudiere, 
tratando  vos  dello,  como  veo  por  espiriencia  en  todo. 

Mucho  siento  haberos  de  responder  en  el  particular  del  Mar- 
qués de  la  Laguna  lo  que  aquí  os  diré;  porque  nayde  olgara  inás 
que  yo  de  que  nos  sirviera;  y  cierto  nos  tiene  muy  obligados  de 
lo  que  acude  en  todas  ocasiones  á  hacello,  y  merece  que  mi  her- 
mano le  haga  muy  particular  merced,  porque  en  lo  que  toca  á 
su  servicio  no  se  ahorra  con   nayde,  sino  que  habla  claro  y  á 


CORRESPONDENCIA  DE  LA  INFANTA  DONA  ISABEL.  35 

voces;  que  pluguiese  á  Dios  lo  hiciesen  así  todos.  Nosotros  tene- 
mos prometido  á  los  de  aqui  de  servirnos  dellos  en  todos  los 
oficios  principales  de  casa,  porque  así  es  la  costumbre  destos 
Estados;  y  yo  como  soy  el  dueño,  soy  la  primera  que  lo  tengo 
de  cumplir;  y  esta  es  una  de  las  razones  porque  tenemos  la  casa 
junta.  Y  la  otra  porque  con  esto  hay  más  conformidad  en  los 
criados,  y  también  pqr  no  tener  tanto  gasto,  pues,  procuramos 
ahorrallo  lo  más  que  se  puede.  Y  así  no  tiene  lugar  lo  que  el 
Marqués  desea,  de  que  me  pesa  arto;  y  en  lo  de  quedar  aqui 
por  Embaxador,  por  las  razones  .que  digo  arriba,  nayde  olgara 
más  dello  que  nosotros,  y  mi  hermano  podría  suplir,  ya  que 
nosotros  no  podemos  hacer  lo  que  el  Marqués  deseaba,  conce- 
delle  alguna  merced.  Mucho  bien  dicen  todos  del  de  Aytona,  y 
así  creo  estará  bien  en  Roma. 

Ya  os  he  escrito  cuanto  me  ha  pesado  de  la  muerte  de  vues- 
tro hermano,  que,  cierto,  ha  sido  mucho;  y  mucho  lo  que  he 
olgado  con  todas  las  nuevas  que  me  dais  de  por  allá,  aunque 
quisiera  que  todo  aquel  tiempo  hubiérades  gastado  en  darme 
nuevas  de  toda  vuestra  gente,  que  no  me  mentáis  á  nayde.  De- 
cisme  tanto  de  lo  que  enviamos  á  mi  hermano,  que  casi  he  esta- 
do  por  correrme,  como,  si  ello  valiera  algo;  pero  para  que  no 
yerre  otra  vez  me  decí  si  las  camisas  iban  de  buen  tamaño,  6 
todas  las  faltas  que  llevaban.  De  que  mi  hermano  y  1^  Reyha 
hayan  gustado  del  enano,  estoy  muy  contenta,  y  de  que  entre- 
tenga tan  bien  á  mi  nuera:  Muy  bien  le  tendrá  Pedro  de  Losa: 
espero  que  crecerá  menos  que  Don  Antonio,  porque  su  herma- 
na, la  que  yo  tengo,  queda  harto  chica,  y  tiene  ya  diez  y  nueve 
años. 

Las  pocas  nuevas  que  hay  aora  acá,  escribo  á  mi  hermano;  y 
olvidóseme  de  decille  que  no  fuimos  á  ver  á  los  de  Cleves,  como 
pensábamos,  porque  nos  enviaron  á  pedir  mucho  que  no  fuésemos 
allá,  porque  no  venían  en  traje  de  ser  vistos.  También  escribo  á 
mi  hermano  sobre  la  casa  de  Madajena  de  San  Jerónimo,  á  que 
os  pido  mucho  que  ayudéis,  porque  no  se  pierda  aquella  buena 
obra,  y  ella  no  falte  en  otras  que  acá  trae  entre  manos.  Con  esto 
no  me  queda  más  que  deciros,  sino  que  no  estemos  tanto  sin 


$6  BOLETÍN  DE  LA  REAL  ACADEMIA  DE  LA  HISTORIA. 

cartas  como  esta  vez,  que  se  lleva  muy  mal.  A  toda  vuestra 
gente  me  encomedad  mucho;  y  guárdeos  Dios  como  deseo.  De 
Brusselas  día  de  la  Acensyon,  1606. — A  Isabel. — (Sobrescrito:) 
Al  Duque  de  Lerma. 

101. 

Duque:  Si  pensara  que  el  Marqués  Espinóla  nos  habia  de 
traer  las  más  frescas  cartas  que  tenemos  de  ay,  y  las  buenas 
nuevas  de  la  salud  de  mi  hermano  que  deseo  tener  siempre,  aun 
deseara  más  su  buena  llegada.  El  viene  contentísimo  con  la 
merced  que  mi  hermano  le  ha  hecho¿  y  con  razón,  y  todos  lo- 
estamos  della,  como  os  he  escrito,  y  la  tenemos  por  propia  y 
•muy  acertada  en  tenelle  contento,  pues  sirve  como  habéis  visto- 
en  esta  ocasión.  De  la  merced  que  mi  hermano  nos  ha  hecho,  os 
confieso  que  no  querría  tratar  de  otra  cosa,  sino  de  cuanto  lo 
estimamos;  y  conocemos  cuan  grande  es,  cuanto  más  dificultades 
ha  habido  en  ella:  que  en  fin  sin  duda  se  puede  tener  por  milagro. 
No  se  me  ha  hecho  de  nuevo  lo  que  me  ha  dicho  el  Marqués 
Espinóla  de  cuanto  habéis  hecho  y  trabaxado  en  esta  ocasión, 
que  de  nuevo  no  puedo  dexar  de  agradecéroslo  con  las  verás 
que  yo  veo  que  lo  hacéis;  que  no  creo  lo  puedo  encarecer  más; 
y  espero  que  se  ha  de  lucir  muy  bien,  que  también  sé  que  estas 
serán  las  verdaderas  gracias  que  os  podemos  dar. 

El  Marqués  va  previniendo  para  salir  en  campaña,  como  él 
escribirá,  y  no  hay  otra  cosa  acá  de  nuevo;  y  el  de  San  Germán 
dirá  lo  poco  que  de  acá  se  ofrece,  pues  pienso  llegará  cuando- 
esta.  Mal  edificado  va  de  lo  de  Ingalaterra.  Aqui  hemos  olgado 
con  él,  por  saber  particulares  nuevas  de  ay. 

Mucho  guelgo  que  mi  hermano  haya  gogado  tan  bien  de  lo 
de  Aranjuez,  y  que  el  gobernador  lo  tenga  tan  bueno;  que  siem- 
pre le  tengo  perdida  la  mala  voluntad.  Y  á  este  propósito  se  me 
acuerda  aora  de  pediros  una  cosa  que  dende  que  estuve  en  Ma- 
rymont  se  me  ha  olvidado  siempre  que  os  he  escrito;  y  es  que 
me  enviéis  una  copia  de  la  traga  de  Aranjuez,  que  solia  estar  en 
el  hueco  de  la  ventana  de  la  sala  grande,  que  creo  hizo  Trybul- 
cío;  y  aunque  no  sea  tan  grande,  no  importará,  porque  la  quie- 


CORRESPOMDBNCIA  DB  LA  INFANTA  DOÍ^A  ISABBL.  37 

ro  por  haber  oido  muchas  veces  á  mi  padre  (que  esté  en  el  cie- 
lo) que  las  mas  cosas  de  las  de  Aranjuez  había  hecho  por  las  de 
Marymont,  y  aora  hallamos  que  es  asi,  porque  como  andamos 
compuniendo  aquello,  se  van  descubriendo  muchas  cosas  como 
las  de  allá,  y  algunas  no  se  entienden  bien,  y  pienso  que  por  la 
traga  se  entenderán.  Yo  deseo  poner  aquello  muy  bien  y  siem- 
pre con  esperanza  que  mi  hermano  se  ha  de  oigan  allí  algún  dia; 
<}ue  esto  me  trae  con  mucha  cudicia  de  ponello  bien. 

Mucho  olgaré  de  ver  cómo  se  ha  acomodado  el  aposento  de 
Madrid;  y  San  Gil  me  parece  ha  ganado  en  la  mudanza  de  la 
Corte.  Deseo  saber  si  ha  mudado  de  nombre.  Siempre  me  pare- 
ce os  puedo  reñir,  pues  no  me  dais  nuevas  de  toda  vuestra  gen- 
te, sabiendo  lo  que  guelgo  con  ellas.  Con  las  que  me  dais  de  mi 
nuera,  he  olgado  mucho:  debía  estar  lindísima  con  la  gorra.  El 
Príncipe,  me  dicen  todos  los  que  vienen  de  ay,  que  se  parece 
mucho  á  su  padre,  de  que  estoy  contentísima.  Dios  los  guarde  á 
todps  y  alumbre  á  la  Reyna  con  bien;  que  ya  me  parece  le  falta 
poco,  y  pasará  más  trabaxo  por  ser  en  tiempo  de  calor,  que  me 
tiene  con  cuidado. 

Don  Iñigo  de  Borja  tarda  mucho:  espero  nos  traerá  cartas,  y 
asi  deseo  su  llegada.  Juan  de  Tejada  murió  el  otro  día  hydrópí- 
co.  Don  Gastón  Espinóla  suplica  á  mi  hermano  le  haga  merced 
de  su  encomienda:  hareisme  placer  en  acordalle  á  mi  hermano 
le  haga  esta  merced;  y  también  la  que  pretende  el  Chanciller  de 
Brabante,  Damant,  que  ha  servido  tantos  años  como  sabéis,  y 
con  ella  remediará  tres  hijas  que  tiene  y  no  tanta  hacienda  como 
otros  para  remediailas,  porque  es  hombre  de  bien.  La  Condesa 
de  la  Fera  no  acaba  con  este  su  pleyto:  yo  creo  que  la  queréis 
ver  otra  vez  y  yo  no  pienso  dexalla  ir  sin  guarda.  Suplicalde  á 
mi  hermano  que  mande  la  despachen  en  Italia,  donde  anda  el 
pleito,  pues  ella  no  pide  sino  que  le  guarden  justicia  con  breve- 
dad. A  toda  vuestra  gente  me  encomendad  mucho;  y  guárdeos 
Dios  como  deseo.  De  Brusselas  á  10  de  Junio,  1 606. — A  Isabel» 
— (Sobrescrito:)  Al  Duque  de  Lerma. 


'^ 


3S  BOLETÍN  DB  LA  REAL  ACADEMIA  DE  LA  HISTORIA. 


102. 

Duque:  Con  esta  ocasión  deste  criado  del  Marqués  Espinóla^ 
rio  quiero  dexar  de  deciros  lo  que  he  olgado  de  saber  por  las  car- 
tas del  ordinario  que  quedásedes  ya  sin  tercianas,  que  me  había 
pesado  muóho  de  haber  sabido  que  estábades  con  ellas;  y  cierto^ 
podéis  creer  os  deseo  mucha  salud  siempre  y  mucho  descanso; 
y  que  esto  es  conforme  á  las  obligaciones  que  os  tenemos  y  á 
las  que  cada  dia  nos  vais  acrecentando.  Yo  creo  que  lo  mucho 
que  trabaxais  os  hace  perder  la  salud,  y  así  habíadés  de  procu- 
rar descansar  algunos  ratos  y  no  mataros,  pues  sabéis  la  falta 
que  haríades  á  mi  hermano:  que  por  solo  esto,  creo  mirareis  por 
vuestra  salud,  y  asi  no  os  quiero  poner  delante  otra  cosa  ni 
alargarme  en  esta;  porque  no  es  bueno  leer  para  convaleciente; 
y  por  las  cartas  del  Marqués  Espinóla  sabréis  cómo  ha  salido  en 
campaña  y  lo  que  piensa  hacer;  y  todos  esperamos  hará  algo 
bueno  este  año.  A  toda  vuestra  gente  me  encomiendo  mucho; 
y  guárdeos  Dios  como  deseo.  De  Brusselas,  primero  de  Julio, 
1606. — A  Isabel. — (Sobrescrito:)  AÍ  Duque  de  Lerma.  , 

103. 

Duque:  Un  mundo  de  dias  ha  que  andamos  para  despachar; 
y  aguardando  cartas  del  ^larqués  Espinóla  no  se  ha  hecho;  por- 
que dende  que  se  fué  de  aquí  no  las  ha  habido.  Dicen  han  to- 
mado algunos  despachos  los  enemigos,  pero  de  algunas  que  han 
llegado  de  particulares,  y  particularmente  cuatro  rynglones  del 
conde  de  Sora,  sabemos  que  el  Marqués  ha  tomado  dos  lugares: 
el  primero  se  llama  Locom  y  el  otro  Groll,  que  entrambos  son 
de  importancia  para  la  mira  que  se  lleva.  Y  así  os  doy  la  nora- 
buena deste  buen  principio,  y  espero  dárosla  de  otras  muchas 
cosas  con  más  razón  que  á  nayde,  pues  os  cuestan  más  cuidado 
y  trabaxo.  Ha  sido,  cierto,  mucho,  salir  con  hacer  algo,  sigun 
hace  el  tiempo  de  agua  dos  meses  ha;  que  no  se  ha  visto  jamás 


CORRESPONDENCIA  DE  LA  INFANTA  DONA  ISABEL  39 

tal  cosa;  pero  asi  pienso  que  tardará  más  el  invierno  en  entrar, 
y-  se  podrá  campear  más  tiempo. 

Como  no  hay  cartas,  no  sabemos  particularidades  de  nada. 
Con  la  vuestra  de  ocho  deste  olgué  mucho  por  saber  tan  fras- 
cas nuevas  de  ay.  Gracias  á  Dios  que  mi  hermano  y  la  Reyna 
y  sus  hijos  estaban  buenos,  que  no  era  poco  con  la  calor  que 
rae  decis  hacia.  Con  todas  las  demás  nuevas  que  me  dais,  he  ol- 
gado  mucho,  pero  no  con  la  de  ser  muerto  su  hijo  segundo  de 
la  Condesa  de  Niebla:  por  lo  que  me  decis  lo  ha  sentido  dalde 
el  pésame  de  mi  parte,  y  espero  que  tendrá  otros  muchos.  Mu- 
cho cuidado  nos  da  la  falta  de  la  flota  y  la  pimienta.  Dios  lo  re- 
medie como  puede  y  confunda  treinta  y  dos  navios  de  nuestros 
enemigos,  que  han  partido  seis  dias  ha  á  aguardalla  en  esas  cos- 
tas; que  seria  bueno  topase  con  ellos  Don  Luis  Fajardo  (l)  y 
los  castigase  como  merecen. 

De  acá  hay  poco  que  decir,  y  las  nuevas  de  por  casa  he  es- 
crito á  mi  hermano.  Olvidóseme  de  decille  cómo  habia  nombra- 
do para  sacar  por  mí  de  pila  á  su  hija  del  Rey  de  Francia  á  Ma- 
dama de  Angulema,  hermana  bastarda  de  mi  madre:  que  me 
pareció  era  mejor,  tiniendo  allí  esta  tia  que  ella  lo  hiciese,  que 
no  enviar  de  acá  persona  que  quigá  se  metiera  en  embaragos. 
Hanlo  tomado  muy  mal  los  pretensores  y  sobre  todos  la  Con- 
desa de  Mansfelt,  que  tenia  ya  convidados  para  la  jornada,  pa- 
reciendole  que  no  podia  ser  otra  sino  ella.  Yo  pienso  querría 
que  la  llamasen  Altega  aquellos  dias.  Muy  largos  me  parecerán 
los  que  tardare  en  llegar  la  nueva  del  parto  de  la  Reyna.  Dios 
la  alumbre  con  bien,  y  nos  ayude  acá  para  que  podamos  des- 
cansar lo  de  ay,  y  quitaros  á  vos  de  trabaxo:  que  yo  os  prometa 
siento  lo  que  padecéis  con  todo,  como  quien  sabe  cuan  á  pe- 
chos tomáis  lo  que  toca  al  servicio  de  mi  hermano.  Vuestro  cu- 
ñado está  muy  de  partida.  Pues  nos  quitaron  al  de  Aytona  (2), 
enviadnos  otro  hombre  como  él,  bien  intencionado  y  llano  y  que 


(1)  General  de  los  galeones  de  Indias. 

(2)  El  Marqués  de  Aytona,  nombrado  para  desempeñar  el  cargo  de 
Ejnbajador  cerca  de  SS.  A  A.,  fue  nombrado  Embajador  en  Roma. 


'■(.'. 


.1 


í<  ' 


40 


BOLETÍN  DE  LA  REAL  ACAOBSaA  DE  LA  HISTORIA. 


sepa  tratar  con  todas  naciones,  que  es  lo  que  aquí  es  menester, 
y  no  hombre  de  quimeras;  que  por  lo  que  deseo  el  servicio  de 
mi  hermano,  os  digo  esto  tan  llanamente,  y  por  lo  que  sé  que 
tenemos  en  vos.  Hareisme  mucho  placer  en  acordaros  de  Juan 
Sánchez  de  Calombres,  que  por  estar  casado  con  una  sobrina 
de  mi  confesor,  deseo  que  mi  hermano  le  haga  merced.  A  toda 
vuestra  gente  me  encomendad  mucho,  y  guárdeos  Dios  como 
deseo.  De  Brusselas  á  24  de  Agosto,  1606. — A  Isabel. — (Sobres- 
crito:) Al  Duque  de  Lerma. 

(  Coftt/fmard,) 

A.  Rodríguez  Villa. 


n. 


SANTA  EULALIA  DE  ABAMIA 


V    ' 
P--I 


■  t 

■      ',  ■ 


<" 


Designado  por  nuestro  digno  Director  para  informar  acerca 
de  la  solicitada  declaración  de  Monumento  nacional  á  favor  de 
la  iglesia  parroquial  de  Santa  Eulalia  de  Abamia,  cúmpleme  el 
honor  de  expresar  á  esta  Real  Academia,  que  con  fecha  28  de 
Febrero  del  corriente  año,  el  alcalde  de  la  villa  de  Cangas  de 
Onís,  en  la  provincia  de  Asturias,  se  dirigió  á  la  Comisión  pro- 
vincial de  Monumentos,  abogando  porque  fuese  objeto  dicho 
templo  de  la  mencionada  declaración. 

A  la  mitad  del  camino,  entre  Cangas  de  Onís  y  Covadonga, 
á  una  legua  de  cada  una  de  éstas,  álzase  la  pequeña  construcción 
sobre  una  extensa  pradera  rodeada  de  verdes  lomas,  dominando, 
desde  su  altura,  la  pequeña  villa  de  Corao. 

Compónese  el  templo  de  una  sola  nave,  habiendo  sido  objeto 
de  transformaciones  sucesivas,  y  aun  cuando  supónesele,  gene- 
ralmente, construido  por  el  rey  Pelayo,  fácilmente  pudiera  datar 
la  primitiva  fábrica  de  la  época  visigótica,  opinión  que  es  tam- 
bién corriente. 

Algunas  excavaciones  pudieran  ilustrarnos  acerca  de  este 
particular,  pues  habrían  de  brotar  en  su  derredor  cimientos  y 


SANTA  EULALIA  DE  ABAMIA.  4 1 

miembros  arquitectónicos  en  abundancia,  tanto  más,  que  la  cons- 
trucción hubo  de  ser  imás  extensa  en  anteriores  tiempos.  Monas- 
terio de  Abelania  le  nombra  la  crónica  albeldense,  y,  en  efecto, 
hacia  el  año  737»  parece  se  estableció  en  el  mismo,  una  comuni- 
dad de  monjes  bajo  la  regla  de  San  Benito. 

Más  tarde,  el  mismo  citado  cronicón  nos  relata  cómo  este 
Monasterio  sirvió  de  prisión  á  Alfonso  II,  que  denomina  el  Mag- 
no^ depuesto  del  trono  por  una  sublevación,  hasta  que.  Vencidos 
sus  enemigos  por  Teudana,  al  frente  de  sus  leales  partidarios* 
fué  restablecido  en  su  trono  de  Oviedo  (l). 

Pero  la  gloria  mayor  de  este  edificio  será  siempre  haber  ser- 
vido de  enterramiento  al  insigne  Pelayo. 

«Dentro  del  corto  espacio  de  dos  leguas  solas,  dice  unjlus- 
trado  autor,  se  encierran  los  sitios  á  los  cuales  dejó  Pelayo  vin- 
culados sus  recuerdos:  Covadonga,  teatro  de  su  victoria;  Cangas 
de  Onís,  su  corte;  Abamia,  lugar  de  $u  sepultura.» 

Aunque  trasladados  á  Covadonga  los  restos  del  glorioso  res- 
taurador de  nuestra  nacionalidad,  vese  su  antiguo  sepulcro'  de 
piedra  con  una  espada  esculpida  colocada  al  lado  del  evangelio  y 
al  lado  opuesto,  é  igualmente  vacío  hoy,  el  de  doña  Gaudiosa  que 
ostenta  una  inscripción  de  época  más  moderna:  Heicjacet  regina 
Gaudiosa  uxar  re  gis  PelagiL 

El  Cronicón  del  obispo  Sebastián,  ó  de  Alfonso  III,  da  cuenta 
del  enterramiento  de  los  regios  cónyuges  en  estos  términos:  Pe- 
lagius  post  nonum  decimum  regni  sui  annum  compktum^  propria 
marte  decessit  et  sepultas  cum  uxore  sua  Gaudiosa  Regina  ter- 
ritorio  Cangas  in  Ecclesia  Sanctae  Eulalifle  de  Veíanlo  fuit. 
Era  DCCLXXV,  (An.  737). 

El  templo  compónese  de  una  sola  nave,  ostentando,  en  su 
«stado  actual,  los  caracteres  del  estilo  románico.  Es  de  sillería 
que,  ennegrecida  por  el  tiempo,  presenta  aspecto  de  venerable 
antigüedad.  Divididos  exteriormente  sus  muros  por  robustos  con- 


(i)  58.  Ade/ansus  magmis  reg,  an.  LL  Iste  llrcji^i  annoper  tyratinidem 
regno  expulsus.  Monasterio  Abdaniae  est  retrusus,  Indt  a  quodam  leudante 
vel  aliis  fideUbus  reductus^  Regnique  Ooeto  est  culmine  restituius» 


42  EOLETÍN    DE  LA   REAL  ACADBMU  DE  LA  HISTORIA. 

trafuertes,  corre  por  la  parte  superior  una  vistosa  hilada  de  ca- 
nes que  representan  cabezas  humanas,  de  bichas  ó  de  dragones 
sosteniendo  la  sencilla  cornisa. 

La  puerta  lateral,  de  arco  de  medio  punto,  compónese  de  dos 
bocines,  ó  arquillos,  que  descansan  sobre  columnas  pareadas^ 
ocupando  su  tímpano  curiosísimo  bajo  relieve  que  representa  el 
infierno,  viéndose  en  él  buen  golpe  de  diablos  que  sostienen 
sobre  el  fuego  una  caldera,  de  la  que  asoma  una  cabeza,  fiel  re- 
presentación, según  el  vulgo,  de  los  eternos  suplicios  de  don 
Opas  el  traidor. 

No  ostenta,  ciertamente,  esta  construcción  los  primores  ar- 
quitectónicos de  Santa  María  de  Naranco  y  de  San  Miguel  de 
Lino  que,  próximas  á  su  corte,  labró  Ramiro  I;  pero  las  aventaja 
en  antigüedad,  y  asimismo  bajo  el  punto  de  vista  histórico;  tanto 
más,  descartado  para  el  primero  de  dichos  templos  el  carácter 
de  Palacio  de  dicho  D.  Ramiro,  que  un  celebrado  autor  del  de- 
cimonono siglo  quiso  atribuirle,  hipótesis  desechada  hoy;  dando, 
desde  luego,  á  estos  muros  alto  sentido  de  respetabilidad  la  cir- 
cunstancia de  haber  sido  primitiva  sepultura  del  cristiano  cau- 
dillo, glorioso  triunfador  de  Covadonga. 

Declarados  monumentos  nacionales  esos  dos  citados  templos, 
no  hay  motivo  alguno  para  que  la  parroquial  iglesia  de  Santa 
Eulalia  de  Abamia  no  alcance  igual  beneficio;  es  más,  creo  de 
estricta  justicia  el  concedérselo,  y  ciertamente,  si  la  nación  acu- 
de con  piadosa  mano  á  salvar  de  la  ruina  aquellos  muros,  en  ex- 
tremo pequeño  será  el  sacrificio,  dadas  las  exiguas  proporcio- 
nes del  monumento. 

La  Academia,  no  obstante,  resolverá,  como  siempre,  lo  más 
acertado. 

Madrid,  17  de  Noviembre  de  1905. 

* 

El  Marqués  de  Monsalud.. 


i 


DE  GRANADA   MUSULMANA.  43 


III. 

DE  GRANADA  MUSULMANA 

EL    BASÍO    de    la    ruina    Ó    DEL    «AXAUTAR»    (l) 

Entre  los  documentos  árabis  que  hemos  podido  hallar  hasta 
la  fecha  en  esta  antigua  corte  de  los  reyes  nazaritas,  ofrece 
especial  curiosidad  é  interés  el  que  da  ocasión  al  presente  tra- 
bajo, y  consiste  en  un  pergamino,  bien  conservado  en  su  mayor 
parte,  con  una  extensión  de  24  cm.  de  largo  por  14  de  ancho. 

En  él  se  consigna  primeramente  un  escrito  diligencia  de  ins- 
pección y  justiprecio  del  estado  en  que  se  hallaba  el  llamado 
Baño  de  la  ruina  ó  del  axautar  en  el  tiempo  de  referencia.  A 
continuación  se  expresa  un  contrato  de  compraventa  entre  el 
administrador  de  la  Casa  del  Tesoro  público,  á  cuyo  patrimonio 
pertenecía  el  susodicho  baño,  como  vendedor,  y  el  emir  reinante 
á  la  sazón,  como  comprador.  , 

He  aquí  el  texto  del  documento  y  su  traducción: 


l^js^  iLU^  Ljx.  Jó.!^  j[]J^\  J^.'  ^jf^^  ^f^^  í*^' 
jyt  w^'  ^r^t  ^  j^j  2í:4^-  ^  cuJ"!  ^J^j  J\^  ^1 


(i)    £s  decir,  del  sótano.  V.  Pons.  Escrituras  mozárabes  toledanas,  pá- 
gina 179. 


r 


j 


44  BOLETÍN  DB  LA  REAL  ACADEMIA  DE  LA  HI  STORIA. 


En  el  nombre  de  Dios  clemente  y  misericordioso:  Dios  salve 
y  glorifique  al  profeta  Mohámed  y  á  su  familia  y  compañeros. 

Han  comparecido  sus  testigos  (los  del  profeta),  hombres  de 
inteligencia  y  conocimiento  respecto  de  lo  que  juran  por  Él, 
ante  el  baño  de  la  ruina,  el  conocido  también  por  el  baño  de 
Axautar,  situado  dentro  de  la  ciudad  de  Granada,  llamado  así 
(de  la  ruina)  desde  su  restauración  y  perteneciente  al  dominio 
de  la  Casa  del  Tesoro  público  en  la  corte  de  Granada,  compa- 
recencia perfecta.  Y  lo  han  inspeccionado  detenidamente  y 
examinado  con  plena  reflexión  y  han  informado,  según  su  saber 
y  entender  y  por  su  autorizada  competencia  sobre  el  particular, 
que  su  precio  ó  valor  en  la  fecha  actual,  y  teniendo  en  cuenta 
su  activo  y  pasivo,  entradas  y  salidas  y  todas  sus  utilidades  y 
accesorios,  y  á  condición  de  que  sea  reedificado  baño,  tal  como 
lo  era  primeramente,  es  de  650  dinares  oro,  equivalente  cada 
uno  de  los  dichos  dinares  á  75  dirgems  de  plata  contante^  de  los 
que  80  valen  una  onza  en  dinero.  Y  ciertamente  se  ha  realizado 
esto  con  suma  rectitud,  á  fin  de  que  no  resulte  en  modo  alguno 


(i)    £1  redactor  del  documento  advierte  que  van  enmendadas  las  pa- 
labras 


j'jJ,)   ¡jl^x— 


DB  GRANADA  MUSULMANA. 


45 


fraude  ni  daño  para  ninguna  parte,  y  hacen  constar  esto  junta- 
mente con  ios  juramentos  que  se  les  lian  exigido,  á  principios 
del  mes  de  Almoharrem  primero  del  año  852  (Marzo  de  1 448). 
Mohámed  ben  Saad  y  Mohámed  ben  Adich  y  Abuomar  ben 
Ahmed  ben  Uahuf. 


J^J 


^1  J.  ¿!  JL 


^y^  cw*-/"  ^^^  frí 


Jí 


9^j\yj  íj^La-^  sZ-^Jucj  íJ^liU  JJI  J^  w-^  \j:^\  ^l:^'  [S^ 


iSzy^   U  JjL->   »JXa   ÍJsaLw»  JJuUtj   aJjVL»   ^¿3r*^tj   ¿ua.Ua-^  ^^wJLi 

JJ1331  ^is:)!  j^-ilt  ¿Ü,3I  ^-ál  jI^I  JiUI  Jl^l  J¿UV 

JL^!  w^ipr    3LUt  J^UJI  >UI  ^L«J|  >Ul:  ^Ul 

^j^l  ^%  ^^\  ^^t,  ^^.j^l  ,3^"^!,  ^jl-i\  ^^% 

¿i\  Je  Jt^l  j..a¿.r,M  j  ñ  ■'■■ ,  Ij  J^})3I  ^1  joUJl  ^ü! 

wJUJTíDI  j^  _^!.  j^j-á!,  J/^l  jL.-'ál  ^^l«^t  jL¡^gíj_y^1 

^^Ij^-álj  Jc%y%  S^%  ^Ik^l  ^U1  ^íJÜL^t 

:>]yj\  ^/íi  ;>l^l  j^l  ^1  J-^l  ^1  ^^!  ^.^1, 
J-U)  jj.l*,í|  J^W!  JU!  wJUI  ^yít  jj*^l  j^j^í  Ji)l 

Sj.^!  wo.láJlj  L;yJ|  ^\^yi¡\j  ijj^\  o!,>iJI  w^L^ 
JiU!  üJ»J!  5,yU  .UWl^^^.W"i-.iV^  ^"'  V-Z^íj^"^!? 
w^yf  v_iJUI  w^íliJI  ^liül  J-,LJt  ^U^JI  J¿U!  ilj^l 


>ví 


^  M' 


.•*4 


.'^ 


^íí 


46  BOLETÍN  DE  LA   REAL  ACADEMIA  DE   LA  HISTORIA. 

cH'  pr*jil  J^LáJI  ^^1  ^^«J!  J^l  j^UJI  ^^1 


•-^^  J*  ¿;W  *^  i:r^j  ^>»  ^'  J^j  (?)  v'j'  cT?'  (¿> 

t^l  pi!  l^  !^1j  íXj   ^jU*5  ^UI  l^-isJ  iji.'ál   ^   ^¡a'ji   ^^V 
aUI  íjJl   U'^Jk'  s_jL:-o>      JijJI  .^lar'  v.íX3jo  ,jaUj  í"i!¿!   jl-'JJI 

JU^  iJj^j  ¿^  ¿^  l^  ^^U!  Jjpi  ?^^!^  ^l^^ll  Jl/  JW 

Á'J'ilJl    ^^..flJLJ    ^^\     ajLíÜI    ¿Jij    íJáJ    Li-^    A^'J  J>-^J    X-i-^ 


j 


DB  GRANADA  &CU80LHANA.  47 

En  el  nombre  de  Dio»  clemente  y  misericordioso,  Dios  salve 
y  glorifique  al  profeta  Mohámed  y  á  su  íamilia  y  compañeros. 

Este  es  el  contrato.  Compró,  sean  honrados  por  la  gracia  de 
Dios  sus  propósitos  (los  del  comprador),  y  purificados  los  moti- 
vos y  consecuencias,  las  circunstancias  concomitantes  y  el  éxito 
y  feliz  consecución  de  los  deseos  que  se  haya  propuesto  al 
comprar,  nuestro  Señor  y  defensor  de  nuestra  religión  y  de 
nuestros  intereses  materiales,  emir  de  los  muslimes,  el  sultán,  el 
imam,  el  califa,  el  héroe,  el  rey,  el  justo,  el  liberal,  el  caritativo, 
el  que  es  la  columna  más  firme  y  el  refugio  más  seguro,  el  ca- 
paz, el  bienhechor,  el  protector,  el  defensor,  el  sabio,  el.  dili- 
gente, el  noble,  el  sincero,  el  pródigo,  el  generoso,  el  de  carác- 
ter más  dulce,  el  más  afable,  el  muy  humilde,  el  muy  temeroso 
de  Dios,  el  muy  continente,  el  muy  devoto ,  el  muy  piadoso,  el 
siervo  de  Dios,  el  contento  con  Dios,  el  penitente,  el  asceta,  el 
bondadosísimo,  el  confiado  y  resignado  con  la  voluntad  de  Dios, 
el  santo,  el  campeón  del  islamismo,  el  que  se  ha  hecho  dueño 
de  diversos  lugares  y  vecindades,  el  vencedor,  el  fortificado  y 
asistido  por  Dios,  el  felicísimo,  el  perfectísimo,  y  el  sin  igual 
Alnuibdála^  el  victorioso  por  Dios,  el  que  lucha  por  seguir  la 
senda  de  Dios,  hijo  del  grande  entre  los  príncipes  y  magnates  y 
vastago  de  reyes  altos  y  esclarecidos,  el  excelso,  muy  poderoso, 
muy  alto,  muy  noble,  muy  famoso,  muy  elevado,  muy  ilustre, 
el  preclaro,  el  excelente,  el  notable,  el  eminente,  el  que  es  no- 
ble apoyo  ó  sostén,  el  brillante,  el  celoso  por  la  guerra  santa,  el 
que  no  tiene  igual  en  la  honrada  ciencia  de  las  virtudes,  el  bue- 
no, el  bravo,  el  glorioso,  el  magnífico,  el  santificado,  el  agracia- 
do Abulchuyux  Nasr^  hijo  de  nuestro  Señor,  el  sultán  poderoso 
é  imam  grande  y  preclaro,  el  héroe,  rey  de  ambas  costas,  y 
campiñas,  el  de  las  expediciones  guerreras  y  conquistas  pere- 
grinas, el  de  los  escuadrones  victoriosos  y  hazañas  ilustres,  que 
prueban  ser  propias  únicamente  de  un  gran  califa,  vestigios  de 
califa,  el  justo,  el  bondadoso,  el  liberal,  el  celoso  por  la  guerra 
santa,  el  bravo,  el  formidable,  el  victorioso,  el  intrépido,  el  pró- 
digo, el  generoso,  el  perfecto,  el  santo,  el  agraciado  por  la  virtud 
de  Dios,  el  contento  con  Dios,  emir  de  los  muslimes  Abuabdála^ 


4^  BOLETÍN  Dfi  LA  RBAL  ACADEMIA  DE  LA  HISTORIA. 

htjo  de  califas  celosos  por  la  guerra  santa  y  de  imatucs  de  recta 
gobernación,  Dios  conceda  á  su  reino  las  circunstancias  próspe- 
ras que  antes  tuvo,  y  le  lleve  la  consistencia  del  imperio  y  la 
reparación  de  la  patrja  y  de  los  negocios  públicos;  del  intendente 
6  administrador  de  su  majestad  y  más  pura  de  sus  grandes  gra- 
cias, el  caid,  el  dignatario,  el  liberal,  el  único,  el  excelente  Ibra- 
him  ben  Mohámed  ¿ben  Aub?  (Dios, le  conserve  y  asegure  en  su 
honor  y  dignidad),  el  que  vende  por  parte  de  la  Casa  del  Teso- 
ro público,  un  fruto  de  Dios  excelso,  en  virtud  de  la  feliz  admi- 
nistración que  le  está  encomendada,  el  que  pone  autorizada- 
mente en  manos  de  aquél  (del  emir)  todo  el  baño  de  la  ruina,  el 
conocido  por  el  baño  de  Axáutar,  situado  dentro  de  la  ciudad 
de  Granada  (guárdela  Dios  excelso),  y  cuyo  nombre  entre  los 
bienes  propios  de  la  Casa  del  Tesoro  público,  proviene  de  su 
restauración,  con  sus  derechos  y  gravámenes,  sus  entradas  y 
salidas  y  con  todos  sus  provechos  y  accesorios.  Realiza  la  com- 
pra (el  emir)  de  manera  perfecta,  y  su  precio  total  650  dinares 
oro,  equivaliendo  cada  diñar  de  estos  á  75  dirgems  de  plata 
contante,  de  los  que  80  suman  una  onza,  los  cuales  tomó  el  ven- 
dedor y  pasaron  á  sus  manos  desapoderándose  de  ellos  el  com- 
prador; y  ciertamente  se  hará  todo  lo  preciso  para  convertirlo 
(el  baño)  en  doncella  ilustre  ó  bien  nacida  (quiere  decir  en  man- 
sión noble  ó  ilustre),  y  con  esto  quedará  firme  el  término  de 
la  concordia,  y  se  adjudicará  á  la  más  noble  de  las  partes,  á  la 
dé  nuestro  Señor  (Dios  excelso  le  asista),  pl  dominio  del  baño 
mencionado,  resultando  perfecta  la  adjudicación,  conforme  á  la 
zuna  (ley  tradicional)  y  al  derecho  de  recoger  la  garantía,  y  no 
deja  el  vendedor  á  favor  de  la  Casa  del  Tesoro  público  resto  de 
derecho  en  modo  alguno;  y  después  que  lo  ha  examinado  de 
parte  de  nuestro  .Señor  (hágale  Dios  victorioso)  quien  le  merece 
confianza,  y  éste  le  ha  informado  sobre  su  situación  actual  y  so- 
bre lo  que  hay  en  él  de  ruina  y  destrucción,  y  se  ha  realizado  el 
acto  á  su  deseo,  jura  ó  testifica  en  nombre  de  nuestro  Señor 
(Dios  excelso  le  ayude),  en  aquello  que  se  le  ha  encomendado, 
aquel  á  quien  ha  confiado  su  juramento,  como  si  fuera  su  misma 
persona,  y  ello  es  un  testimonio  perfecto;  y  lo  testifica  el  inten- 


DE  GRANADA   MUSULMANA.  49 

dente,  el  vendedor,  en  lo  que  depende  de  él,  y  lo  reconoce  es- 
tando sano  y  bueno,  y  declara  la  sanidad  de  su  inspección  y  que 
actualmente  se  halla  en  ejercicio  de  la  alta  intendencia  ó  procu- 
ración, y  la  fecha,  principios  del  mes  de  Dios,  Almoharrem, 
primero  del  año  852.  Dios  nos  haga  conocer  su  bien  y  su  pros- 
peridad. 


Si  se  estudia  el  anterior  documento  con  fin  histórico,  lo  pri- 
mero que  se  ofrece  á  nuestra  mente  es  pensar  que  el  baño  que 
en  él  se  menciona  con  el  nombre  de  baño  de  la  ruina  ó  de 
Axautaiy  no  puede  ser  otro,  entre  los  varios  que  se  citan  como 
existentes  en  la  corte  de  los  Nazaritas,  que  aquel  que.  todavía 
subsiste  con  el  nombre  de  Bañuelo  en  el  interior  déla  casa  nú- 
mero 37  de  la  Carrera  de  Darro,  esquina  á  la  calle- por  donde  se 
baja  desde  la  Concepción,  y  que  hoy  podemos  apreciar,  pero 
en  estado  de  inminente  ruina. 

En  provisión  de  donaciones  hechas  por  los  Reyes  Católicos 
al  Monasterio  de  San  Jerónimo  en  1494,  se  llama  al  baño  de  re- 
ferencia, al  decir  del  Sr.  Eguilaz,  baño  deChauce,  corrupción,  al 
parecer,  del  nombre  arábigo  Xautar  ó  Xauter,  que  precedido 
del  artículo  se  lee  en  el  documento  arábigo,  habiendo  perdi- 
do la  letra  líquida  final,  transformándose  la  (L)  t  enfática  ó  pa- 
ladial arábiga  en  jer,  y  transcribiéndose  por  nuestra  ch  la  ¿»  arábi- 
ga, caso  este  último  muy  frecuente. 

Además,  al  reverso  del  documento  arábigo  se  lee  en  antigua 
letra  castellana  el  siguiente  apunte:  del  baño  de  Alxautar  xunto 
á  las  casas  principales^  y  aunque  ignoramos  cuáles  fuesen  las 
casas  principales  á  que  se  hace  alusión  en  las  palabras  citadas, 
sabemos  bien  que  en  ningún  otro  barrio  de  Granada  se  observa 
un  mayor  conjunto  de  antiguas  casas  palacios  que  en  el  que 
se  halla  enclavado  el  actual  Bañuelo. 

Añádase  á  esto  que  en  el  documento,  objeto  de  este  estudio,  se 

dice  expresamente  que  el  baño  llamado  de  Axautar  pertenecía  á 

las  propiedades  de  la  Casa  del  Tesoro  público,  á  la  Casa  del  Dinero 

(traduciendo  literalmente),  y  que  entre  los  escritores  castellanos 

TOMO  xLvni.  4 


50  BOLETÍN  DE  LA    REAL  ACADEMIA  DE  LA   HISTORIA. 

de  Granada,  de  la  reconquista  acá,  se  habla  de  una  casa  llamada 
de  la  Moneda,  que  dicen  existió  próxima  al  lugar  donde  se  halla 
la  casa  del  bañuelo,  en  el  gran  solar  que  hay  delante  de  la  Igle- 
sia de  la  Concepción.  Y  ahora  cabe  preguntar:  ¿Esa  casa  llama- 
da de  la  Moneda  por  los  escritores  castellanos  antes  citados,  será 
la  misma  Casa  del  Dinero,  Casa  del  Tesoro  (jyt  ^-^^)  í^^íi- 
cionada  en  el  documento  arábigo?  No  nos  atrevemos  hoy  á 
formular  respuesta  en  sentido  afirmativo,  pero  es  de  sospechar 
que  así  fuese,  y  que  la  llamada  Casa  de  la  Moneda  no  fuera 
precisamente  la  que  se  destinó  ó  construyó  para  Hospital  por  el 
sultán  Mohámed  V  en  el  año  1365  á  1366,  según  consta  por  la 
inscripción  de  la  lápida  hallada  en  ella,  que  se  conserva  en  el 
Carmen  de  la  Alhambra,  hoy  llamado  de  Arratia,  sino  otro  edi- 
ficio contiguo  ó  adosado  á  éste,  á  no  ser  que  se  suponga  que 
después  de  servir  de  hospital,  en  años  posteriores  fuese  destina- 
do el  mismo  edificio  á  Casa  del  Tesoro  público. 

Aparte  de  esto,  sabemos  por  el  documento  precedente  que  el 
baño  de  Axautar  debió  ser  de  gran  antigüedad,  que  ILgó  á  ser 
arruinado,  que  en  1 448  era  adquirido  por  el  emir  reinante  con 
el  propósito  de  restaurarlo,  y  por  esta  razón  se  le  llamó  luego  el 
baño  de  la  ruina. 

Mas,  ¿quién  fué  este  emir  comprador  y  restaurador  del  baño 
de  Axautar?  El  documento  arábigo,  tan  difuso  en  títulos  y  frases 
laudatorias  de  los  emires  que  en  él  se  citan,  es  en  extremo  vago 
respecto  á  sus  nombres  genealógicos.  Del  comprador  solamente 
dice  Abuabdála;  mas  como  este  sobrenombre  lo  llevaron  todos 
los  Mohámed  de  la  dinastía,  no  es  dato  suficiente  para  precisar 
por  él  cuál  sea  el  comprador  del  baño  mencionado.  Se  hace  pre^ 
ciso  recurrir  para  esto  á  la  fecha  del  documento,  que  es  de)  año, 
852  de  la  hégira  (1448  de  J.  C),  y  á  ser  cierta  la  genealogía  es- 
tudiada por  D.  Emilio  Lafuente  Alcántara  (i),  el  emir  compra- 
dor del  susodicho  baño  tiene  que  ser  el  llamado  Abuabdála 
Mohámed  X,  pues  éste,  según  la  cita  de  genealogía,  reinó  de 
1445  á  1453.  Pero  es  el  caso  que  en  nuestro  documento  arábigo 

(i)    Inscripciones  árabes  de  Granada,  Madrid,  1859. 


DB  GRANADA  MUSULMANA.  5 1 

se  llama  al  emir  comprador  hijo  de  Abulchuyux  Nasr,  hijo  de 
Abuabdála;  mientras  que  en  la  genealogía  de  los  reyes  Nazaritas 
■del  ilustre  arabista  citado,  se  dice  hijo  de  Otman  Alahnat  (el 
Cojo). 

A  primera  vista  podría  resolverse  esta  dificultad  explicando, 
como  se  ha  hecho  en  algunos  casos,  la  palabra  ^\  del  docu- 
mento, no  en  su  sentido  propio  de  hijo,  sino  como  descendiente 
•en  mayor  6  menor  grado;  y  entonces  había  que  pensar  en  que 
•el  Abulchuyux  Nasr  del  documento  fuese  el  que  se  cita  como 
cuarto  rey  de  la  dinastía,  que  así  se  nombró,  y  que  el  último 
citado,  ó  sea  Abuabdála  fuese  el  famoso  fundador  de  la  dinastía 
Abuabdála  Mohámed  I,  ó  su  hijo  y  sucesor  del  mismo  nombre. 

Pero  esta  explicación  no  nos  satisface;  más  bien  creemos  que 
la  palabra  ^^\  del  documento  se  haya  usado  en  su  sentido  pro- 
pio de  hijo,  y  que,  por  tanto,  los  dos  personajes  citados  Abul- 
chuyux Nasr  y  Abuabdála  son  respectivamente  padre  y  abuelo 
directos  del  emir  comprador,  á  quien  se  cita  también  por  solo 
el  sobrenombre  Abuabdála.  Pues  fijándose  en  la  lectura  del 
susodicho  documento  se  echa  de  ver  que  al  emir  comprador  y  á 
su  supuesto  abuelo  se  les  llama  nuestro  Señor,  emir  de  los  mus- 
limes, sultán  y  otros  títulos  únicos  y  exclusivos  del  rey  ó  jefe 
del  Estado,  los  cuales  no  se  dan  al  presunto  padre;  es  decir,  al 
llamado  Abulchuyux  Nasr,  limitándose  á  decirle  grande  prínci- 
pe, magnate,  vastago  de  ilustres  reyes.  De  aquí  es  de  inferir  que 
el  padre  directo  del  emir  comprador  no  fué  un  sultán  ó  rey, 
sino  un  príncipe  de  la  dinastía  Nasr,  que,  como  el  cuarto  rey 
del  mismo  nombre,  tomaría  el  sobrenombre  de  Abulchuyux,  y 
que  á  su  vez  era  hijo  de  un  sultán  llamado  Abuabdála  Mohámed. 

Ahora  bien;  entre  los  personajes  de  la  dinastía  nazarita,  cuya 
genealogía  se  tiene  por  más  segura,  existió  un  príncipe  llamado 
Nasr,  hijo  del  sultán  Abuabdála  Mohámed  V  de  este  nombre, 
que  murió  reinando  en  793  de  la  hégira  (1 391).  Y  esto  nos  lleva 
á  creer  que  el  emir  que  aparece  en  nuestro  documento  como 
comprador  y  restaurador  del  baño  de  Axautar  hubo  de  ser  hijo 
directo  del  susodicho  príncipe  Nasr  y  nieto  de  Abuabdála 
Mohámed  V. 


52  BOLETÍN   DE   LA  REAL  ACADEMIA   DE  LA   HISTORIA. 

Corrobora  todavía  más  nuestra  creencia  el  hecho  de  que  en 
el  documento  arábigo  se  da  al  tercero  de  los  personajes  citados, 
ó  sea  al  presunto  abuelo  del  emir  comprador,  el  título  de  Alganí 
Bilá  (el  contento  con  Dios),  que  se  atribuyó  preferentemente  al 
susodicho  Mohámed  V,  y  por  el  cual  se  le  distingue  entre  los 
otros  reyes  de  la  dinastía. 

Al  mismo  emir  comprador  del  baño  de  Axautar  habrá  que 
referir  la  moneda  examinada  por  el  eminente  anticuario  señor 
Delgado,  que  copia  Lafuente  Alcántara  (l)  atribuyéndola  al 
emir  Mohámed  IX  Asaguir  (el  Chico),  donde  se  lee: 

(Abdála  Algálib  Bilá  (el  vencedor  por  Dios),  Mohámed^  hijo 
de  Nasr^  hijo  de  Mohámed  (  V),  hijo  de  Yúsuj,  hijo  de  Ismaily 
hijo  de  Nasr. 

Mas  este  emir  comprador  del  baño  de  Axautar,  ¿puede  ser  el 
nombrado  Abuabdála  Mohámed  IX  Asaguir?  Creemos  que  no. 
La  fecha  de  nuestro  documento  arábigo,  que  es  de  1 448,  lo  ex- 
cluye completamente,  pues  dicho  emir,  según  los  historiadores, 
fué  decapitado  por  su  rival  Mohámed  VIII  en  1427.  Hay  que 
pensar,  pues,  en  un  emir  llamado  Abuabdála  Mohámed,  que  rei- 
nase en  la  fecha  1 448  que  trae  el  documento,  y  precisamente 
la  Historia  señala  como  reinante,  desde  I445  hasta  1453»  á 
Abuabdála  Mohámed  X  Alahnaf  (el  Cojo),  quien,  de  no  suponer 
que  en  parte  de  esos  años  hubiese  otro  exnir  del  mismo  nombre, 
cosa  muy  inverisímil,  tiene  que  ser  el  comprador  y  restaurador 
del  baño  de  la  ruina  6  de  Axautar. 

El  llamar  á  Abuabdála  Mohámed  X  Alahnaf  hijo  de  Otman, 
como  al  principio  advertimos,  es  sospechoso  de  falsedad.  El 
mismo  Lafuente  Alcántara,  refiriéndose  á  esa  genealogía  que  se 
atribuye  á  este  rey,  dice  (2):  «Es  el  único  rey  que  no  hemos 


(i)    Obra  citada,  pág.  73. 
(2)    Obra  citada,  pág.  74. 


DE  GRANADA   MUSULMANA.  53 

podido  justificar  en  documentos  arábigos,  y  por  probable  conje- 
tura solamente,  puesto  que  todos  le  llaman  Ebn  Otsman,  es  de- 
cir, hijo  de  Otsman,  y  afirman  que  era  sobrino  de  Alaisar  (el 
Izquierdo,  Mohámed  VIII),  añadimos  en  el  cuadro  genealógico 
un  Otsman,  hermano  de  aquel  rey,  considerando  á  Mohámed  X, 
ó  el  Cojo,  como  hijo  suyo.  Creemos  conveniente  hacer  esta  ad- 
vertencia y  manifestar  al  mismo  tiempo  la  desconfianza  que  nos 
inspiran  los  cronistas  castellanos  acerca  de  los  parentescos  de 
unos  reyes  con  otros,  en  vista  de  las  equivocaciones  en  que 
han  incurrido  frecuentemente. 

»Sólo  nos  asegura  algún  tanto  la  unanimidad  con  que  todos  le 
designan  de  la  misma  suerte;  pero  como  podría  ser  sobrino  de 
Alaisar  por  su  madre,  dejamos  á  otro  más  afortunado  en  sus 
investigaciones,  la  aclaración  de  este  punto.» 

Después  de  esto  sólo  me  resta  decir  que,  Abuabdála  Mohá- 
med X  Alahnaf,  siendo  hijo  de  Nasr  y  nieto  de  Mohámed  V, 
como  se  desprende  de  nuestro  documento,  no  era  sobrino,  sino 
tio  de  Mohámed  VIII  Alaisar  (el  Izquierdo). 

Mariano  Gaspar. 

Catedrático  de  árabe  de  la  Universidad  de  Granada. 


IV. 

FUEROS  DADOS  Á  LOS  MORADORES.  DE  RIBAS  DE  SIL, 
POR  D.  ALFONSO  IX  REY  DE  LEÓN.  A.  1225. 

«In  Dey  nomine  amen.  Noscant  tam  presentes  quam  postery 
presentem  paginam  inspectury  quod  ego  Aldefonssus  Dei  gratia 
Rex  Legionis  et  galléele  do,  concedo  siue  otorgo  hominibus  qui 
morantur  en  Ripasilis  et  eorum  ssucgessoribus  a  ponte  de  Tey- 
xedo  usque  ad  pontem  de  Sirungello  foros  quos  a  tempore  auy 
mey  domini  imperatoris  eos  michi  constitun  (sic)  habuysse. 
Sunt  autem  isti.  De  villa  de  Palaciis  habitatores  debent  daré 
Regie  voci  annuatim  in  festo  sancti  Johanis  babtiste  XV  Rellias 


54  BOLBTÍN   DE  LA  REAL  ACADEMIA  DE  LA   HISTORIA. 

de  ferro  et  XL  tructas  frescas.  De  Couas  V.  Rellias  de  ierro 
et  XL  tructas  frescas.  De  Susanne  ceram  quomodo  habent  in 
consuetudine  et  XL  tructas  frescas  qualis  potuerint  inuenyre. 
ítem  in  festo  sancti  Cípriani,  de  Palaciis  XL  tructas  frescas  qua- 
lis potuerint  piscary.  De  Couas  XL  tructas  frescas.  De  Susan- 
ne XL  tructas  frescas  quales  potuerint  piscary  in  flumine  Silis 
ms^nas  nel  paruas.  ítem  debend  daré  pro  iantar  de  Rege  de 
cada  fogo  dúos  dúos  (sic)  cubitos  de  panno  Stopazo  de  dar  et 
de  tomar  annuatim  in  festo  sancti  Martini.  Debend  autem  daré 
medietatem  de  judegas  regis  que  et  quomodo  in  alus  terris  dan- 
tur,  quam  terram  ipsa  est  feble  et  fragosa.  Preterea  non  debent 
omicidium  pectare  nec  portaticum  nec  rausum  nec  manneriam 
nec  esquisam  nec  nupgium  in  predicta  Ripassilis.  Debent  autem 
moratores  ipse  terre  yre  in  apellidum  domini  qui  terram  tenue- 
rít.  Ita  quod  eadem  die  quam  iuerint  ad  casas  suas  Reuertantur 
et  qui  yre  noluerit  in  illo  debed  pectare  vnum  carnaríum  aud  xvm** 
denarios,  debent  et  yre  cum  mandato  domini  qui  terram  tenue- 
rit  per  linguam  et  nichil  in  eolio  ita  quod  eadem  die  possint 
ad  domum  suam  rediré,  debetur  etiam  currere  montem  domino 
qui  terram  tenuerit  et  vnam  diem  in  yuerno  et  per  aliam  in 
verano.  ítem  si  matauerint  urssum  in.Ripasilis  debent  inde  daré 
manus  domino  qui  terram  tenuerit  et  si  osua  (sic)  ualuerint  tres 
cañados  de  vino  et  tres  quartas  de  centeno  debent  eam  daré 
domino  terre  et  si  non,  non;  de  alus  autem  uenacionibus  nichil 
debent  ey  daré,  dominus  uero  terre  non  debent  yre  ad  calump- 
nias  que  ibi  facte  fuerint  nisi  ey  fuerint  date  per  concilium.  Vici- 
nus  uero  cuy  a  suo  uicino  calumpnia  facta  fuerit  debed  inde  re- 
cipere  sanamentum  per  bonos  homines  si  ei  ipse  suus  uyginus 
uoluerit  sanare  et  sinon  tune  demum  debed  inde  domino  terre 
querelary  ud  fagiat  sibi  directum.  Preterea  de  ipsa  Ripa  homines 
non  debent  daré  fideyusores  nisi  in  v.  solidos  pro  calumpniam 
qua  fecerint  qualicumque.  ítem  quinqué  iuratores  de  ipsa  Ripasi- 
lis  debent  vincere  calupmniam  de  quingentis  solidis.  item  non 
debet  ibi  fieri  calda.  Preterea  quinqué  iuratores  predicti  debent 
uincere  xii  homines  de  alia  térra,  montary  autem  de  ipsa  térra 
non  debent  daré  terraticum  de  sua  venagione  usque  ad  aquam 


FUEROS  DADOS  Á   LOS  MORADORBS  DE  RIBAS  DE  SIL.  55 

de  Xardauiel.  Est  autem  predicta  térra  de  Ripasilis  cautata  per 
montem  de  Siruncello  per  Ríuutn  de  Sile  ad  Infestum  ubi  cadit 
aqua  de  campo  per  autarium  de  Román  et  per  aquam  uyerizo 
de  monteendo  a  la  undina  ad  uallem  de  egua  ad  outerios  super 
casa  de  campo  venzo  de  omnenzon  ud  bouiam  de  Villarino  et 
ad  brenolam  de  saxo  et  per  turriam  ad  colladam  furadam  aqua 
de  oría  a  prono  ubi  cadit  in  Sil  per  Sil  en  prono  ad  pontem  de 
teyxedo,  Rio  de  teyxedo  ad  Infestum  a  cabo  de  Teyxedo  a  cabo 
de  la  Spina  ad  bouiam  de  brannam  de  cabo  ad  cornu  de  pena 
maiori  ad  colladam  Rio  da'  Sirungello  a  prono  ubi  cadit  in  sil. 
Quisquís  igitur  intra  cautos  istos  per  forgiam  intrauerit  uel  ibi 
uiolengiam  uel  fortiam  fegerit  vel  inde  aliquid  per  forgiam  extra- 
xerit  erit  meus  forefectosus  et  mi  uel  sucessoribus  meis  vi.  milia 
solidos  pectabit  et  mealiam  de  auro.  Preterea  si  seruus  alienus 
cognito  intrauerit  intra  cautos  predictos  liquet  dominus  suus 
ueniat  post  illum  non  debed  eum  ibi  prendre  i>ec  male  judicare 
set  post  nouem  dies  moratores  ipsius  terre  debet  eum  inde  iac- 
tare.  Facta  carta  apud  Laziana  ii  die  lulii.  Era  M.  CC.  Ixiii.» 

Hállase  esta  carta  de  fuero  inserta  en  un  privilegio  rodado 
de  Alfonso  XI  fechado  en  Segovia  á  20  dias  de  Mayo  Era  de 
mil  e  trescientos  e  ochenta  annos,  en  el  segundo  anno  que  el 
Rey  don  Alfonso  venció  al  poderoso  Albohagen  Rey  de  Ma- 
rruecos et  de  Fez  et  de  Sugulmega  et  de  Tremegen  et  al  Rey 
de  Granada  en  la  batalla  de  Tarifa  que  fue  lunes  treynta  dias  de 
Octubre  era  de  mili  et  trezientos  et  setenta  et  ocho  annos  en 
veynte  et  nueue  annos  que  el  sobredicho  Rey  don  Alfonso 
Regnó. 

Pertenece  este  documento  á  la  Biblioteca  de  la  Real  Acade- 
mia de  la  Historia,  á  la  cual  ha  sido  donado  por  conducto  del 
limo.  Sr.  D.  Gumersindo  de  Azcárate. 

Por  la  copia^ 
Vicente  Vignau. 


56  BOLETÍN  DB  LA  REAL   ACADEMIA  DE   LA   HISTORIA. 


V. 

DOS  LÁPIDAS  VISIGÓTICAS 


Llafranch. 

En  la  costa  marítima  de  la  provincia  de  Gerona,  y  al  occiden- 
te del  desagüe  del  Ter ,  entre  los  cabos  de  Bagur  y  de  Palamós 
está  el  de  San  Sebastián;  y  al  abrigo  de  éste  la  ensenada  de 
Llafranch  con  su  barrio  de  pescadores;  la  cual  es  puerto  de  la 
villa  de  Palafurgell,  á  cuyo  término  pertenece  (l).  Del  suelo, 
próximo  á  la  playa  de  Llafranch,  donde  se  encontraron,  fueron 
llevados  á  Palafurgell  por  su  dueño  tres  fragmentos  epigráficos 
de  mármol  blanco.  Conocedor  de  su  mérito,  á  buen  precio  ios 
adquirió  D.  José  Pella  y  Forgás,  sacando  á  luz  poco  después  en 

• 

el  tomo  IV  de  su  Historia  del  Ampurdán  (Barcelona,  l88l),  el 
texto  del  epígrafe  que  procuré  suplir  y  la  traducción  que  leal- 
mente  me  atribuye.  Conserva  los  fragmentos  en  su  poder,  que 
por  desgracia  no  figuran  en  la  obra  postrera  de  Hübner  (2);  y 
de  ellos  acaba  de  enviarme,  la  adjunta  fotografía,  que  importa 
dar  á  conocer  para  bien  fundar  el  estudio  crítico  de  tan  insigne 
monumento. 

El  carácter  paleográfico  es  de  fines  del  siglo  v,  ó  de  principios 
del  siguiente.  La  D  propende  á  tomar  la  forma  angular  de  la 
griega,  que  asomó  á  partir  de  aquel  tiempo  (3)  y  se  destaca  en 
el  remate  del  renglón  tercero,  ó  en  el  centro  del  monograma 
trilítero  RVD. 


( 1 )  Derrotero  general  del  Mediterráneo^  redactado  en  el  Depósito  Hidro- 
gráfico, tomo  I,  pág.  428.  Madrid,  1873. 

(2)  Inscriptionum  Hispaniae  christianarum  supplemenium.  Berlín,   1900, 
Véase  el  tomo  xxxvii  del  Boletín,  pág.  521. 

(3)  Véase  el  tomo  xlvii  del  Boletín,  pág.  378. 


DOS   bAnoAS   VISIGÓTICAS. 


r^    Cariijiú  coHiuff  óptimo,  pie]iati  pra/ec[tum 
L  •T^   in  pa\ce  quiescenti ,  Caesaria.       Exctpiu'nl  nMpii  re^m 

[Cúiuiií  in]  kunc  iumulum  Carudi  [super  aethera  ca\mpi. 

[co]niugis  arias  '      [Ui paradisiacas]  liceat 

[Caesaria  i¡]¡aírimans  igna-  [mihi  visere  sé]des, 

[la]  atore  comunx.  \Dux  eí  lumen  eyis; 

[Hinc  errare  viae  sájtío  [  ñdae  memor  esto  iagalis.] 

A  Cánido,  su  óptimo  esposo,  que  en  la  fwz  de  Cristo  descansa,  erigió 
Cesaría  este  monumento. 

En  este  túmu!o  de  playa  ignota,  vertiendo  lágrimas,  Cesaría  encierra 
los  restos  mortales  de  su  esposo  Carudo. 

Aquí  aportó.  Vejez  cansada,  azaroso  viaje,  piadoso  anhelo  de  ver  á  Dios, 
le  hicieron  partir  de  esta  vida. 

De  aquí  se  ausenta.  Los  grandes  campos  del  puro  éter,  elcvadísimos, 
como  á  rey  le  acogen. 

Para  que  pueda  yo  ver  ud  día  el  paraíso,  mi  luz,  mi  guía  has  de  ser  tú. 
Acuérdate  de  tu  ñel  esposa. 


58  BOLETÍN  DE  LA  REAL  ACADEMIA  DE  LA  HISTORIA. 

El  anciano  Carudo  murió  piadosamente  y  fué  enterrado  junto 
á  la  playa  de  Llafranch,  desconocida  para  él  y  para  su  afligida 
consorte.  Las  ideas  expresadas  por  ignoto  littore  y  errare  viae 
están  literalmente  sacadas  del  libro  vii  (versos  1 24  y  199)  de  la 
Eneida ;  y,  á  no  dudarlo,  manifiestan  el  término  de  una  larga  é 
insegura  travesía  por  mar,  quizá  impuesta  por  forzoso  destierro. 
Recuérdese  que  al  suscitar  Alarico  II  fiera  persecución  contra 
los  católicos,  que  le  había  de  costar  la  vida  á  manos  de  Clodoveo, 
desterró  á  no  pocos  magnates  del  clero  y  de  la  nobleza,  entre 
los  cuales  se  contaron  San  Volusiano,  obispo  de  Turs  (año  498), 
San  Cesarlo  de  Arles  (506)  y  quizá  nuestro  Carudo.  Ni  este 
nombre,  ni  el  de  Cesaría  están  registrados  por  lápidas  españolas, 
diversas  de  la  presente.  En  las  del  mediodía  de  Francia,  que  ha 
coleccionado  Le  Blant  (l),  hallamos  epígrafes  funerales  del 
siglo  VI  dedicados  á  la  memoria  de  personas  así,  ó  de  un  modo 
semejante  nombrados:  Carusus^  Caesaria,  Carusa^  siendo  asi- 
mismo notable  que  á  fines  del  siglo  vi  Cariuttdtis  se  decía  el 
obispo  de  Nantes.  Por  todo  lo  cual,  no  será  temeridad  presumir 
que  Carudo  vino  desterrado  por  Alarico  de  las  orillas  del  Róda- 
no á  las  del  Ebro,  y  que  arrastrado  por  ciega  tempestad  ó  que- 
brantado por  la  dificultad  de  la  travesía, 

Sive  errore  viae  seu  tempestatibus  actus, 

arribó,  moribundo  ó  muerto,  á  la  ensenada  de  Llafranch;  donde 
su  viuda  le  consagró  tan  lastimoso  y  cristiano  recuerdo. 

Los  suplementos  que  doy  á  la  postrera  parte  del  epígrafe, 
acomodándome  al  bello  estilo  de  la  primera,  no  pasan  de  conje- 
tura, fundada  en  textos  (2)  de  autenticidad  no  dudosa. 

Valencia. 

Justiniano,  obispo  de  Valencia,  doctísimo  y  religiosísimo,  flo- 
reció, según  lo  refiere  San  Isidoro,  reinando  Teudis.  De  su  epi- 


(1)  Inscriptions  chrciicnncs  de  la  Gaule,  números  375,  597  y  663.  Pa- 
rís, 1856. 

(2)  Le  Blant,  tomo  11,  páginas  407  y  4 1 1.— Hübner,  números  34,  49,  S6, 
142  y  165. 


DOS  LÁPIDAS  VISIGÓTICAS.  59 

taño,  que  comenté  (l),  se  desprende,  que  su  pontificado  duró 
veinte  años  y  ocho  meses  (años  527-548),  haciéndose  notar  por 
la  reparación  de  antiguos  y  construcción  de  nuevos  templos: 

i.  Nova  templa  constmens  vetustaque  restaurans. 

Virgines  instituens  monachosque  gubernans.» 

Ningún  otro  monumento  epigráfico  había  venido  á  corrobo- 
rar hasta  hoy  esta  verdad  histórica;  pero  el  reciente  derribo  de 
la  denominada  cárcel  de  San  Valero  en  la  ciudad  del  Turia ,  ha 
puesto  de  manifiesto  una  inscripción  insigne,  que  espero  no  será 
la  única  ilustrativa  del  genio  arquitectónico  de  tan  glorioso  prín- 
cipe de  la  iglesia. 

El  historiador  de  Valencia,  D,  José  Martínez  Aloy  me  es- 
cribe (2): 

«Hace  algunos  meses  se  procedió  al  derribo  de  la  casa  núme- 
ro 4,  situada  enfrente  la  catedral  y  en  la  plaza  de  la  Almoina 
de  esta  ciudad,  que  contuvo  la  capilla  de  San  Valero,  erigida 
en  1 7 19  para  perpetuar  la  tradición  de  haber  sido  este  sitio  el 
de  la  cárcel  donde  estuvo  preso  aquel  santo  obispo  de  Zaragoza. 
Demolido  el  edificio,  y  abiertos  los  cimientos  para  levantar  otro, 
tuve  ocasión  de  observar  allí  vestigios  importantes  de  arquitec- 
tura romana  y  visigótica.  Separé  algunas  piezas  que  el  dueño  me 
consintió  destinar  y  llevar  al  Museo.  Entre  ellas  fijaron  particu- 
larmente mi  atención,  tres  fragmentos  de  una  lápida  de  fino 
mármol  blanco,  que  en  el  subsuelo  se  encontraron  á  2,70  m.  de 
profundidad;  los  cuales  al  momento  compaginé,  y  cuya  fotogra- 
fía le  envío. 

Forman  la  primera  mitad  de  un  cuadrilongo,  partido  por  su  eje 
mayor  de  arriba  abajo,  alto  52,  ancho,  de  24  á  29  cm.  La  lati- 
tud de  esta  parte  primera  viene  á  ser,  por  término  medio,  la  mi- 
tad de  la  longitud.  Las  letras,  altas  de  35  mm.,  debían  ocupar  en 
el  ábside  del  edificio  un  puesto  análogo  al  que  obtiene  la  inscrip-t 
ción  del  rey  Recesvinto  en  la  basílica  de  San  Juan  de  Baños  (3). 

( I )    Boletín,  tomo  xxxvii,  páginas  5 1 2-5 1 4. 
(3)    Cartas  del  5  y  10  de  Diciembre  de  1905. 

(3)  Hübner,  núm.  143.  Véase  el  fotograbado  de  esta  inscripción  en  el 
tomo  XLi  del  Boletín,  pág.  490. 


6o  BOLETÍN   DB   LA   BBAL   ACADEMIA   DB    LA    HISTOKIA. 

Este  descubrimiento  lo  verifiqué  en  sábado,  28  de  Octybre. 
Al  día  siguiente,  noticioso  de  mi  hallazgo  D.  Luis  Tramoyeres, 
Secretario  de  la  Academia  de   San   Carlos  de  esta   ciudad  y 


Correspondiente  de  la  Real  de  la  Historia,  se  dirigió  al  mismo 
sitio,  y  tuvo  la  suerte  de  encontrar,  revolviendo  escombros, 
otros  dos  fragmentos  de  la  inscripción;  los  cuales  reunidos 
corresponden  á  la  segunda  parte  de  ella,  que  creí  perdida;  aun- 
que por  desgracia  no  la  completan.  El  primer  fragmento  da  los 
remates  de  las  siete  primeras  líneas,  por  este  orden:  i,",  rrunt{iy, 
2.°,  ¡a;  ¡."jKttos;  4.',  ¡tis;  $.",  atino;  6°, di;  7°,  m.  Quesonrema- 

(1)    Trabadas  la  n  y  la  /. 


DOS   LÁPIDAS  VISIGÓTICAS.  6 1 

tes  se  ve  claro  por  la  cenefa  horizontal  superior  y  perpendicular 
del  cuadro  á  que  se  allegan,  siendo  muy  de  notar  que  los  ren- 
glones pares  (2.°,  4.°  y  6.**)  son  algo  más  cortos,  y  distinguen  con 
puntos  triangulares  de  puro  estilo  romano  el  hueco  breve  que 
los  separa  de  la  cenefa.  El  otro  fragmento  se  aparta  de  esta  ali- 
neación, aproximándose  á  la  parte  primera  y  ofreciendo  esta 
serie  de  letras:  renglón  6.**,  rim  (i);  7.**,  sius  ide;  8.°,  aprossus; 
9.®,  mine  aur;  10.**,  quinqué.^  Hasta  aquí  el  Sr.  Martínez  Aloy. 
Con  estos  antecedentes  no  es  difícil  darSe  cuenta  del  sentido 
general  de  los  diez  hexámetros,  que  por  vía  de  conjetura  recom- 
pongo así:    . 

*  Consiructum  r\enovatur  opus  dum  sécula  ciffnmt, 
'    Füstigium  gms[nam  grandi  super  txUdit  au^a? 

^  Nempe  nam  im[modicos  fatiscens  egerat  d\nnos, 

•  *  Hoc  probidens  \teciis  est  Jusiifíianus  avjtis 

*  Tertio  aniisics  [regnaniis  Tkeudis  in]  anno. 

*  Robore  coniri\buunt  arcus,  ieguUsque  co\rimbi 
'  Apiantur  ktmi\  té[mpli  ob  ip]stus  ideam, 

*  FuUnda  pr etérea  \stant  acroieri]a  prossus. 

^    Lammina^  sub  lato  [lüjmtne  aur[ata  renidens^] 
*®    [Cul]mine  cum  solid[o  fulcitur]  quinqué  [columnis,] 

Al  correr  de  los  siglos,  construida  una  obra,  hay  que  renovarla.  De  tan 
gran  basílica,  como  ésta  lo  es,  quién  ha  pensado  en  restaurar  la  techum- 
bre? La  cual  amagaba  desplomarse  bajo  el  peso  de  años  excesivos.  En 
ello  ha  entendido  ya  la  providencia  del  obispo  Justiniano,  en  el  año  ter- 
cero que  contamos  del  reinado  de  Teudis.  Contribuyen  á  esta  resta ura- 
ciÓB,  por  una  parte,  lo  firme  de  las  arcadas,  y  por  otra,  lo  gallardo  de  las 
antefijas  del  cornisamento  donde  los  corimbos  de  la  yedra,  símbolo  de  la 
inmortalidad^  reflejan  la  idea  capital  suscitada  por  la  vista  del  edificio.  For- 
madas de  puro  jaspe,  descuellan  efigies  (de  Santos)  sobre  las  acroteras. 
Una  lámina  de  metal  dorado  rodea  la  fuerte  cúpula,  y  parece  sonreír  ba- 
ñándose en  el  esplendor  del  astro  del  día.  Cinco  son  las  columnas  que  la 
sostienen. 

Por  su  crismón  y  paleografía,  esta  inscripción  se  coloca  en  el 
siglo  VI.  Pruébalo,  además,  su  estilo  gramatical,  que,  degenerando 
del  corriente  en  el  siglo  anterior,  dio  un  nuevo  paso  hacia  el  r^- 
tnance,  6  latín  rústico,  cuyo  estado  lamenté  hablando  de  una  ins- 
cripción hebrea  de  Auch  (2).  En  esta  de  Valencia  ocurren  evi- 
dentes solecismos  y  licencias  prosódicas  que  manifiestan  por  un 

(i)    Cortada  la  »f  y  repartida  entre  éste  y  el  otro  fragmento. 
(2)    Boletín,  tomo  xlvii,  pág.  378 


62  BOLETÍN  DE  LA  REAL  ACADEMIA  DE  LA  HISTORIA. 

lado  la  fonética  entonces  prevaleciente,  y  jpor  otro  la  tendencia 
del  acento  á  suplantar  la  ley  de  la  cantidad :  fastigium  con  la 
primera  i  breve ;  nam  immodicos  sin  ectlipsis ;  probidens  con  la  o 
breve  en  lugar  de  providens;  tertlo  antistes  abreviando  también  la 
o  y  exceptuándola  de  la  sinalefa;  Aimipor  imi;  ideam  con  la  e  lar- 
ga como  en  francés  y  en  castellano  {l)\fuJbida  por  fulvida^  dimi- 
nutivo de  fulva;  prossus  y  lammina  en  vez  de  prorsus  y  lamina. 

El  principio  del  reinado  de  Teudis,  no  bien  precisado  toda- 
vía (2),  se  limita  por 'dos  extremos:  el  5  de  Diciembre  de  531  y 
el  21  de  Febrero  de  532.  El  obispo  Justiniano,  puso  cima  á  la 
obra,  de  la  que  trata  la  inscripción,  en  el  año  534)  ó  muy  poco 
antes  ó  después. 

El  templo  que  restauró  Justiniano  era  antiguo.  ¿Qué  templo 
era  y  cuándo  se  fundó.?  Opino  que  fué  la  catedral,  en  cuya  pro- 
ximidad se  ha  descubierto  la  inscripción;  y  si  esto  es  verdad,  re- 
sulta un  nuevo  argumento  para  remontar  la  serie  de  los  obispos 
de  Valencia  por  lo  menos  hasta  el  imperio  de  Constantino  el 
Magno,  cuyo  feliz  advenimiento  cubrió  el  orbe  cristiano  de  sun- 
tuosas basílicas. 

Al  propio  tiempo  que  Valencia  se  gozaba  de  poseer  un  pre- 
lado tan  celoso  de  abrillantar  el  culto  católico,  aplaudía  con  igual 
motivo  Tarragona  á  su  metropolitano  Sergio  (años  519-554).  Del 
cual,  asimismo,  consta  por  su  epitafio  (3),  que  restauró  el  coro- 
namiento arquitectónico  de  la  catedral  Tarraconense  y  se  esme- 
ró en  proteger  y  difundir,  por  su  propia  cuenta,  la  fundación  de 
monasterios: 

Sollers,  magnanimus,  pius,  ingenio  cato 

Hic  quiescit  in  túmulo  Sergis  pontifex  sanclus; 

Qui,  sacri  labeniia  restaiirans  culmina  ttmpli^ 

Haud  procul  ab  urbe  construxit  coenobium  sanctum. 

Madrid,  15  de  Diciembre  de  1905.  Fidel  Fita. 


(i)  La  razón  se  explica  por  el  acento  griego:  íSea.  Véanse  á  este  pro- 
pósito las  doctas  observaciones  del  P.  Arévalo  sobre  la  métrica  de  Pru- 
dencio (Migne,  Patrol.  lat,  tomo  lix,  col.  728.  París,  1862. 

(2)  Boletín,  tomo  xxi,  pág.  15. 

(3)  Boletín,  tomo  xxxvu,  pág.  510. 


VARIEDADES 


I. 

INTERPRETACIÓN  DE  LAS  FECHAS  SABÁTICAS  DE  LOS  JUDÍOS. 

La  Séflra  ú  Omer. 

En  nuestras  Tablas  de  reducción  del  cómputo  hebraico  al  cris^ 
tiano  y  viceversa^  se  explica  el  modo  ordinario  de  señalar  los 
judíos  las  fechas  mensuales;  pero  en  algunas  inscripciones  he- 
braicas aparecen  las  fechas  de  los  meses  relacionadas  con  los 
sábados,  en  que  se  lee  alguna  sección  del  Pentateuco. 

Para  interpretar  bien  estas  fechas,  llamadas  sabáticas,  y  redu- 
cirlas ai  cómputo  cristiano,  es  necesario  primeramente  averiguar 
la  fecha  mensual  hebraica  á  que  corresponden,  y  después  con- 
vertir ésta  en  la  correspondiente  cristiana. 

En  los  sábados  sucesivos  de  cada  año,  excepto  cuando  en 
dicho  día  se  celebran  algunas  fiestas,  etc.,  se  lee  una  sección  ó 
parte  del  Pentateuco  y  á  cada  sábado  se  le  designa  con  el  nom- 
bre de  la  lectura  que  en  dicho  día  se  hace. 

Así,  por  ejemplo,  el  sábado  en  que  se  lee  la  sección  ó  parte 
Hazinu  6  Beresit,,,,  6  Semot^  se  le  llama  simplemente  Hazinü  ó 
Beresit ó  Semot. 

Los  días  de  la  semana^  precedentes  á  un  sábado,  se  expresan 
del  modo  siguiente: 

Domingo,  por  ejemplo,  que  precede  al  sábado  llamado  Se- 
mot, se  expresa  por  I  Semot;  lunes,  2  Semot;  martes,  3  Semot; 
miércoles,  4  Semot;  jueves,  5  Semot;  viernes,  6  Semoty  y  sábado, 
simplemente  Semot. 

Es,  por  tanto,  necesario  para  interpretar,  sin  equivocaciones 
y  de  un  modo  pronto  y  fácil,  \aj^  fechas  sabáticas  formar:  i.°  Un 


64  BOLETÍN   DE   LA   REAL   ACADEMIA  DE  LA   HISTORIA. 

cuadro  ó  tabla  que  contenga  las  variedades  de  años  hebraicos 
con  expresión  abreviada  de  los  mismos,  de  modo  que  á  primera 
vista  sepamos  cuál  es  la  feria  en  que  cada  variedad  de  años 
comienza.  2.°  Sabiendo  ya  esta /<?r¿í  inicial  áe\  año,  formaremos 
para  cada  variedad  de  años  una  tabla,  en  que  se  vean  las  fechas 
que  son  sábados  en  cada  mes,  y  al  lado  de  cada  sábado  pondre- 
mos la  lectura  del  Pentateuco  que  le  corresponda. 

Estos  cuadros  6  tablas  son  los  que  hemos  formado  y  designa- 
mos con  los  números  ordinales: 

X*    ,    ^*    ,     J»     ,    £}.•    ■*■  3" 

Antes  de  explicar  el  modo  de  usarlos,  daremos  la  siguiente 
demostración  de  que  sólo  existen  catorce  variedades  de  años 
hebraicos. 

Parece,  á  primera  vista,  que  matemáticamente  debería  haber 
24  variedad'ís  de  años  hebraicos,  pues  siendo  seis  sus  especies 
(véase  el  cuadro  núm.  l),  y  como  el  año  pufede  comenzar  por 
cuatro  ferias  (l),  el  producto  de  6  X  4  =  24,  expresa  matemáti- 
camente el  número  de  variedades  posibles  en  años  hebraicos. 

Sin  embargo,  en  realidad,  sólo  existen  catorce  variedades. 

En  efecto,  fijándose  en  el  año  común  deficiente,  no  es  posible 
que  comience  por  las  ferias  j,  ó  5.  El  año  común  deficiente  consta 
de  353  días,  ó  sea  de  50  semanas  justas  y  3  días;  si  comenzara 
por  feria  3  ó  por  feria  Si  su  último  día  sería  feria  5  (jueves)  6 
feria  7  (sábado),  y,  por  tanto,  el  año  siguiente  comenzaría  por 
feria  6  ó  por  feria  I,  y  como  nunca  el  año  hebraico  comienza 
por  las  ferias  l,  4,  6,  resulta  que  tampoco  el  año  común  deficiente 
puede  comenzar  por  las  ferias  j,  6  5. 

Luego  sólo  hay  dos  variedades  de  anos  comunes  deficientes^  que 
son,  unos  que  comienzan  por  feria  2  y  otros  que  comienzan  por 
feria  7« 

Siguiendo  el  mismo  procedimiento,  demostraríamos  que  sólo 
hay  dos  variedades  de  años  comunes  regulares^  expresadas  abre- 
viadamente por  3r  y  5r:  tres  variedades  de  años  comunes  abun- 
dantes  que  son  2a,  5a  y  /a:  tres  variedades  de  años  embolismales 

(i)    El  año  hebraico  sólo  puede  comenzar  por  las  ferias  2,  3,  5  ó  7. 


lilTBRPftBTAClÓN   DB  LAS  FBCHAS   SABÁTICAS  DB  LOS  JUDÍOS.  65 

deficientes  2D,  5D  y  7D:  una  sola  variedad  de  años  emboiisntales 
regulares  3R:  y,  finalmente,  tres  variedades  de  años  embolismales 
abundantes^  2 A,  5A  y  7 A. 

En  total  catorce  variedades,  según  vemos  en  el  cuadro  nú- 
mero I. 

Ejemplos  en  que  se  ve  el  modo  práctico  de  hacer  uso  de  las 
tablas. 

Sea  el  año  hebraico  5665:  deseamos  saber  á  qué  fecha  men- 
sual cristiana  corresponde  la  fecha  sabática  ^  Semot, 

En  las  Tablas  de  reducción  de  años  hebraicos  á  cristianos^  ve- 
mos que  el  año  5665  hebraico  comenzó  el  día  10  de  Septiembre 
de  1904  y  pertenece  á  la  variedad  7 A,  esto  es,  que  comenzó 
por  feria  7  (sábado)  y  que  es  año  embolismal  abundante:  busca- 
remos en  la  tabla  de  i^Lecturas  saiáücas  para  años  de  la  varie- 
dad 7A»,  ó  sea,  núm.  1 5  la  ^Lectura  ó  sección  del  Pentateuco 
Semot  y  veremos  que  corresponde  al  día  2j  del  mes  Tebeth:  el 
día  ^  Semot^  cuya  fecha  deseamos  saber,  es  el  miércoles  anterior 
al  sábado  Semot, 2}^  de  Tebeth^  6  sea  el  día  20  del  mes  Tebeth. 

En  nuestras  Tablas  de  reducción  del  cómputo  hebraico  al  cris- 
tiano  y  viceversa^  buscaremos  la  tabla  de  fechas  mensuales  para 
años  de  la  especie  A  que  en  la  parte  superior  dice  10  de  Sep- 
tiembre, y  allí  veremos  que  el  día  20  de  Tebeth  corresponde  al 
día  28  de  Diciembre  (de  1 904). 

Por  tanto,  la  fecha  4  Semot  del  año  5665  corresponde  al  día 
28  de  Diciembre  de  1904,  y  fué  un  miércoles^  pues  el  año  5665, 
según  hemos  dicho,  comenzó  en  un  sábado^  y,  por  consiguiente, 
el  mes  Tebeth  comenzaría  en  un  viernes  y  al  día  20  de  este  mes 
corresponde  ser  miércoles  ó  feria  4. 

Ejemplo  2.*^  En  la  piedra  sepulcral  de  R.  Salomón,  hijo  de 
R.  Hayyim,  citada  por  Schwab  en  la  obra  Rapport  sur  les  ins- 
criptions  hébratques^  pág.  277,  se  dice  i.que  partió  para  el  Edén 
el  j.^  día  de  la  sección  Emor  del  año  5038'^, 

El  año  5038  comenzó  el  día  30  de  Agosto  de  1277  y  tuvo  por 
determinante  2A  (v.  Tablas  de  reducción  del  cómputo  hebraico 
al  cristiano  y  viceversa,  pág.  97). 

En  la  Tabla  de  Lecturas  sabáticas  para  años  de  la  variedad 

TOMO  XLVIIL  ^ 


66  BOLETÍN  DB  LA   R&AL   ACADEMIA   DB   LA  HISTORIA. 

2 A,  señalada  con  el  núm.  13.**,  veremos  que  la  sección  Emor 
corresponde  al  día  13  de  Jiar:  el  día  3.°  de  la  sección  Emor  fué 
el  martes  g  de  Jiar  del  año  5038. 

Buscaremos  en  nuestras  Tablas  de  reducción  del  cómputo  he- 
braico cJ  cristiano  (v.  pág.  287),  la  señalada  con  la  letra  A,  30  de 
Agosto,  y  veremos  que  el  día  9  de  Jiar  corresponde  al  3  de  Mayo 
(de  1278).  Este  día  fué  martes,  pues  el  año  comenzó  por  lunes  y 
Jiar  también  comenzaría  por  lunes,  y,  por  tanto,  el  día  8  de  Jiar 
sería  lunes  y  el  día  9  martes. 

Otro  ejemplo.    M.  Schwab,  en  la  obra  citada,  pág.  276,  cita 

otra  inscripción  que  dice: que  partió  para  el  Edén  el  ^.®  día 

de  la  sección  Bemidbar  del  año  (50)26. 

El  año  5026  comenzó  el  día  12  de  Septiembre  de  1 265  y  tuvo 
por  determinante  7^»  esto  es,  comenzó  por  sábado  y  fué  año  co- 
mún abundante. 

En  la  Tabla  de  Lecturas  sabáticas  para  años  7a,  señalada  con 
el  núm,  8.°,  vemos  que  la  Lectura  Bemidbar  correspondió  al  día 
2  de  Siwan:  por  tanto,  el  día  j.**  de  la  sección  Bemidbar,  que  ve- 
mos en  la  inscripción,  corresponde  al  día  2y  de  Jiar,  que  fué  mar- 
tes: el  2y  de  Jiar  corresponde  al  día  4  de  Mayo. 

En  resumen,  el  3.®  día  de  la  sección  Bemidbar  del  año  5026, 
es  en  nuestro  cómputo  el  día  4  de  Mayo  (martes)  de  1266. 

Ejemplo  3.°  En  la  pág.  272,  de  la  obra  ya  citada  de  Schwab, 
leemos: 

«He  aquí  la  estela  sepulcral  da  la  señora  Belschath  (¿Bele- 

Assez?),  hija  de que  partió  para  el  Edén  el  día  j.°  {martes)  de 

la  sección  Vayeseb  del  año  treinta  y  cinco  del  cómputo  peque- 
ño (5035).» 

El  año  5035  comenzó  el  día  3  de  Septiembre  de  1 274  y  tuvo 
por  determinante  2A  (v.  nuestras  Tablas  de  reducción  del  cóm- 
puto hebraico  al  cristiano  y  viceversa,  pág.  97). 

En  la  Tabla  de  Lecturas  sabáticas  para  años  de  la  varie- 
dad 2 A,  señalada  con  el  núm.  13,  vemos  que  la  sección  Vaye- 
seb corresponde  al  día  23  del  mes  Casleu:  el  día  3.°  (martes)  de 
la  sección  Vayeseb  sería,  por  tanto,  el  día  19  de  Casleu:  este 
día  del  año  5055  corresponde  al  día  20  de  Noviembre  del  año 


INTERPRETACIÓN   DE   LAS   FECHAS   SABÁTICAS   DE  LOS  JUDÍOS.  67 


m 


1274  de  nuestro  cómputo,  como  puede  verse  en  nuestras  Ta-  ¿i 

blas,  pág.  291.  .M 

Hay  casos  en  que  desde  una  lectura  sabática  hasta  otra  del 
Pentateuco,  transcurren  15  y  aún  21  días,  porque  en  los  sábados 
intermedios  se  celebran  algunas  fieátas,  generalmente. 

Así,  por  ejemplo,  el  día  8  (sábado)  del  mes  Tisri  del  año  5665 
se  leyó  la  sección  Hazinu,  y  hasta  el  día  29  (sábado)  del  mismo 
mes,  no  se  leyó  la  sección  Beresit:  los  días  comprendidos  entre 
el  8  y  el  29  de  Tisri,  se  expresan  por  orden  de  semanas,  refi- 
riéndolos siempre  al  sábado  Beresit,  Los  días  de  la  primera  se- 
mana se  llaman,  desde  el  domingo,  i  Beresit  I,  2  Beresit  I,  3  Be- 
resit I,  etc.:  los  de  la  segunda  semana,  desde  el  domingo,  se 

llaman,  I  Beresit  II,  2  Beresit  II,  3  Beresit  II etc.,  y  los  días 

de  la  tercera  semana  serán,  desde  el  domingo,  I  Beresit  III, 
2  Beresit  III,  3  Beresit  III,  etc.,  hasta  llegar  al  sábado  29  llama- 
do Beresit.  * 


68 


boletín  de  la  real  academia  de  la  historia. 


Nütn.  1.  Cuadro  que  contiene  los  géneros,  especies  y  variedades 
de  años  judaicos,  (Los  números  2,  3,  5  ^  7,  significan  las  fe- 
rias ó  días  de  la  semana  en  que  puede  comenzar  el  año  ju- 
daico. Las  letras  d,  r,  a;  D,  R,  A.  significan  las  especies  de 
los  años,  según  que  constan  de  jjj,  J5^,  355;  383, 384  ó  383 
dias.) 


Dos  géneros. 


Seis  especies. 


Ca- 
torce 
varie- 
dades. 


deficientes. . 


2d. 


7d. 


comunes 


regulares. , . 


abundantes . 


5  «•• 


2  a. 


5  a 


7  a. 
2  D. 


'  Deficientes  .  <  5  D. 


Embolismales.  I  Regulares  . . 


7D. 
3  R- 


'  ->  A 


Abundantes.?  5  A. 

7  A. 


Ferias  en  que 

comienzan 

los  años. 


2  (lunes). 
7  sábado. 

3  martes. 
5  jueves. 
2  lunes. 

5  jueves. 
7  sábado. 

2  lunes. 

5  jueves. 
7  sábado. 

3  martes. 
2  lunes. 

5  jueves. 
7  sábado. 


INTERPRETACIÓN  DE  LAS  FECHAS  SABÁTICAS  DB  LOS  JUDÍOS.  69 


TABLAS  DE  LECTURAS  SABÁTICAS 


Las  siguientes  tablas,  señaladas  con  los  números  2,  3,  4,  hasta 
el  15,  contienen  las  fechas  que  son  sábados  en  cada  mes  hebraico, 
excepto  algunas  en  que  se  celebran  fiestas  especiales,  y  en  las 
cuales,  aunque  sean  sábados,  no  se  lee  la  sección  correspondien- 
te del  Pentateuco. 

Segün  sea  la  variedad  de  cada  año  hebraico  (véase  el  cuadro 
nüm,  1),  la  cual  está  escrita  en  nuestras  Tablas  de  reducción  del 
cótnputo  hebraico  al  cristiano  y  viceversa  en  frente  de  cada  año, 
se  hará  uso  de  la  Tabla  de  Lecturas  sabáticas  correspondiente., 
señalada  con  los  números  %  3...  ó  15. 

Por  ejemplo:  si  queremos  saber  las  fechas  que  son  sábados  y 
las  correspondientes  Lecturas  del  Pentateuco  para  el  año  <iO\\ 
(1251  cristiano),  buscaremos  este  año  en  las  Tciblas  de  reducción 
del  cómputo  hebraico  al  cristiano  y  viceversa  y  veremos  que  tiene 
por  determinante  2  A,  esto  es,  que  comenzó  en  un  lunes  y  fué 
año  embolismen  abundante.  Con  estos  datos  acudiremos  á  la  Ta- 
bla de  Lecturas  saiática^^  señalada  con  el  núm.  13,  que  ha  sido 
construida  para  la  variedad  de  años  2  A,  y  veremos  que  fueron 
sábados  las  fechas  siguientes:  6,  13  y  27  del  jnes  Tisri  (el  día  20, 
aunque  fué  sábado,  no  le  correspondió  Lectura  del  Pentateuco); 
4,  II,  18  y25  del  mes  Marcheswan,  etc. 

En  la  misma  Tabla  núm.  13  están  escritas,  á  la  derecha  de 
las  fechas,  las  Lecturas  correspondientes;  del  Pentateuco,  que 
son  Vayelekh^  Hazinu^  Beresit  para  los  sábados  del  mes  Tisri^^ 
Noé,  Lekh-Lekha,  Vayera,  Hayé-Sarah  para  el  mes  de  Mar- 
cheswan, etc. 


70 


boletín  de  la  real  academia  de  la  historia. 


2d 

Tabla  nüm*  2  de  Lecturas  sabáticas  en  años  cuyo  determinante 
es  2dy  esto  es,  que  comienzan  por  lunes  y  son  comunes  deficientes. 


Tisri. 

6  Vayelekh. 
I  13  Hazinu. 
27  Beresit. 

Marcheswan. 

4  Noé. 

II  Lekh-Lekha. 
18  Vayera. 
25  Hayé-Sarah. 

Oasleu. 

3  Toledoth. 
10  Vayetsé. 
17  Vayislah. 
24  Vayeseb. 

Tebeth. 

2  Mikeks. 

9  Vayigas. 
16  Vayehi. 
23  Semot. 


Schebat. 

I  Vaera. 

8  Bo. 
15  Besalah. 
22  Yitro. 
í  iVlispatim. 


29 


( Secalim. 


Adar. 

í  Teruma. 

{ Hafsaca. 

( Tetsavé. 

( Zakhor. 

í  Tissa. 
20) 
( Para. 

/  Vayakhel. 

27|Pecudé. 

( Hahodes. 

Nisan. 

5  Vayikra. 
í  Tsav. 
( Hagadol. 
26  Semini. 

Jiar. 

^  Tazria. 
{ Metsora. 
I  Aharé. 
Kedosim. 
17  Emor. 
( Behar. 
( Behucotai. 


■o 


24 


Siwan. 

2  Bemidbar. 

9  Natso. 
16  Behaalotekha. 
23  Selah. 
30  Corah. 

Tamnz. 

7  Huccat. 

14  Balac. 

21  Pinhas. 

A  Mattot. 
28] 

( Mats6. 

Ab. 

6  Debarim. 
13  Ethannan. 
20  Ekeb. 
27  Reeh. 

Elul. 

4  Sofetim. 
II  Tetsé. 
18  Tabo. 
( Nitsabim. 


25 


(  Vayelekh, 


IMTERPRETACIÓM  DB  LAS  PECHAS   SABÁTICAS  DE  LOS  JUDÍOS. 


71 


7d 

Tabla  nüm.  3  de  Lecturas  sabáticas  en  años  cuyo  determinante 
es  lá,  esto  es,  que  comienzan  por  sábado  y  son  comunes  defi» 
cientes. 


Tisri. 

8  Hazinu. 
29  Beresit. 

Marcheswan. 

6  Noé. 

13  Lekh-Lekha. 
20  Vayera. 
27  Hayé-Sarah. 

Oasleu. 

5  Toledoth. 
12  Vayetsé. 
19  Vayislah. 
26  Vayeseb. 

Tebeth. 

4  Mikeks. 

II  Vayigas. 

18  Vayehi. 

25  Semot. 

Schebat. 

3  Vaera. 
10  Bo. 
17  Besalah. 
24  Yitro. 


Adar. 

^  Mispatim. 
( Secalim. 
í  Teruma. 
/  Zakhor. 
í  Tetsavé. 
\  Hafsaca. 
^  Tissa. 
i  Para. 
( Vayakhel. 
29|Pecudé. 
(  Hahodes. 

NisaB. 

7  Vayikra. 
14  Tsav. 
28  Semini. 


22 


5^ 


12 


Jíar. 

(  Tazria. 

\  Metsora. 

^  Aharé. 

/  Kedosim. 

19  Emor. 

\  Behar. 
26] 

(  Behucotai. 

Siwan. 

4  Bemidbar. 
II  Natso. 
18  Behaalotekha. 
25  Selah. 


Tamuz. 

2  Corah. 

9  Huccat. 

16  Balac. 

23  Pinhas. 

Ab. 

C  Mattot. 

( Matsé. 
8  Debarim, 
15  Ethannan. 
22  Ekeb. 
29  Reeh. 

Elul. 

6  Sofetim. 
13  Tetsé. 
20  Tabo. 
27  Nitsabim. 


' ,« 


•.4 


72 


BOLBTÍN  DE  LA   R&AL   ACADBStlA  DE  LA   KlStORIA. 


3r 

Tabla  nüm.  4  de  Lecturas  sabáticas  en  años  cuyo  determinante  es 
3  P,  esto  es,  que  comienzan  por  martes  y  son  comunes  regulares. 


Tisri. 

Adar. 

Ab. 

5  Vayelekh. 

í  Teruma. 

4  Debarim. 

12  Hazinu. 

^'  Hafsaca. 

II   Rthannan. 

26  Beresit. 

Á  Tetsavé. 

18  Ekeb. 

/  Zakhor. 

25  Reeh. 

Marcheswan. 

Q^  Tissa. 

3  Noé. 

( Para. 

Elnl. 

10  Lekh-Lekha. 

i  Vayakhel. 
2  5j  Pecude. 
( Hahodes. 

2  Sofetim. 

17  Vayera. 

9  Tetsé. 

24  Hayé-Sarah. 

16  Tabo. 

.  Nitsabim. 

Oasleü. 

Nisan. 

^^(  Vayelekh. 

2  Toledoth. 

3  Vayikra. 

9  Vayetsé. 

,\  Tsav. 

10      -r-r                  «       . 

16  Vayislah. 

'  Hagadol. 

23  Vayeseb. 

24  Semini. 

30  Mikeks. 

Jiar. 

Tebetb. 

Tazria. 

7  Vayiga?. 

Metsora. 

14  Vayehi. 

g)  Aharé. 

21  Semot. 

/  Kedosim. 

28  Vaera. 

15  Emor. 
22I  Behar. 

Scbebat. 

( Behucotaí. 

6  Bo. 

29  Bemidbar. 

13  Besalah. 

20  Yitro. 

Siwan. 

\  Mispatim. 

14  Natso. 

V  Secalim. 

21   Behaalotekha. 
28  Sclah. 

Tamnz. 

5  Corah. 
i  Huccat. 
(  Balac. 
19  Pinhas. 
A  Mattot. 
^^  Matsó. 

J 


INTERPRETACIÓN  DE  LAS  PECHAS  SABÁTICAS  DE  LOS  JUDÍOS. 


73 


5r 

Tabla  fiüm.  5  de  Lecturas  sabáticas  en  años  cuyo  determinante 
es  5p,  esto  es,  que  comienzan  por  jueves  y  son  comunes  regu^ 
lares. 


Tisri. 

Adar. 

Tamaz. 

3  Hazinu. 

l  Teruma. 

3  Corah. 

24  Beresit. 

2 
^  Hafsaca. 

lo  Huccat. 

• 

Marcheswan. 

í  Tetsavé. 

9 
/  Zakhor. 

17  Balac. 

«K    V                 ^ 

24  Pinhas. 

I  Noé. 

8  Lekh-Lekha. 

16  Tissa. 

Ab. 

15  Yayera. 

22  Hayé-Sarah. 

29  Toledoth. 

/  Vayakhel. 
23|Pecudé. 
(Para. 

\  Mattot. 
1  Matsé. 
9  Debarim. 

Oaslea. 

Nisan. 

16  Ethannan. 

23  Ekeb. 

7  Yayetsé. 

\  Hahodes. 
ij 

30  Reeh. 

14  Yayislah. 

'  Yayikra. 

w 

21  Vayeseb. 

8  Tsav. 

Elnl. 

28  Mikeks. 

29  Semini. 

7  Sofetim. 
14  Tetsé. 

Tebeth. 

Jiar. 

21   Tabo, 

5  Vayigas. 

i  Ta?ria. 
/  Mctsora. 

28  Nitsabim. 

12  Vayehí. 

19  Semot. 

^  Aharé. 

26  Yaera. 

/  Kedosim. 

Schebat. 

20  Rmor 

4  Bo. 

1  Behar. 
27'i       ^ 

1 

II  Besalah. 

f  Behucotai. 

1 

18  Yitro. 

Siwan. 

1 

í  Mispatim. 
r  Secalim. 

i 

1 

5  Bemidbar. 

1 

12  Natsó. 

1 

19  Behaalotekha. 

26  Selah. 

l 


74 


BOLETÍN  DE  LA  REAL   ACADEMIA  DE   LA   HISTORIA. 


2a 

Tabla  nüm,  6  de  Lecturas  sabáticas  en  años  cuyo  determinante 
es  2  a,  esto  es,  que  comienzan  por  lunes  y  son  comunes  abun- 
dantes. 


Tisri. 

Schebat. 

TamtLz. 

6  Vayelekh. 

6  Bo. 

5  Corah. 

13  Hazinu. 
27  Beresit. 

13  Besalah. 
20  Yitro. 

i  Huccat. 
/  Balac. 

Marcheswan. 

1  Mispatim. 
f  Secalim. 

19  Pinhas. 

4  Noé. 

\  Mattot. 
( Matsé. 

II  Lekh-Lekha. 

Adar. 

18  Yayera. 

4  Teruma. 

Ab. 

25  Hayé-Sarah. 

II  Tetsavé. 

4  Debarim. 

Oaslea. 

18  Tissa. 

II  Ethannan. 

2  Toledoth. 

^  iVayakel. 
7  Pecudé. 

18  Ekeb. 

9  Vayetsé. 

25  Reeh. 

16  Vayislah. 

Nisan. 

Elal. 

23  Vayeseb. 

3  Vayikra. 

2  Sofetim. 

30  Mikeks. 

t  Tsav. 

T  /^l 

9  Tetsé. 

Tebeth. 

IO¡ 

[  Hagadol. 

16  Tabo. 

7  Vayigas. 
14  Vayehi. 

24  Semini. 

Jiar. 

^  Nitsabim. 
/  Vayelekh. 

21  Semot. 

i  Tazria. 
\  Metsora. 

28  Vaera. 

• 

í  Aharé. 
(  Kedosim. 

15  Rmor. 

í  Behar. 
22] 

'  Behucotai. 

29  Bemidbar. 

Siwan. 

14  Natso. 

,  21  Behaalotekha. 

28  Selah. 

INTERPRETACIÓN   DE   LAS  FECHAS  SABÁTICAS  DE  LOS  JUDÍOS,  75 


5a 

Tabla  núm.  7  de  Lecturas  sabáticas  en  años  cuyo  determinante 
es  5  a,  esto  es,  que  comienzan  por  jueves  y  son  comunes  abun^ 
dafttes. 


Tisri. 

3  Hazinu. 

24  Beresít. 

Marcheswan. 

I  Noé. 

8  Lekh-Lekha. 

15  Vayera. 

22  Hayé-Sarah. 

29  Toledoth. 

Oaslen. 

6  Vayetsé. 
13  Vayislah. 
20  Vayeseb. 
27  Mikeks. 

Tebeth. 

4  Vayigas. 
II   Vayehi. 
18  Semot. 

25  Vaera. 

Schebat. 

3  Bo. 

10  Besalah. 

17  Yitro. 

24  Mispatim. 


Adar. 

( Teruma. 

( Secalim. 
qÍ  Tetsavé. 

\  Zakhor. 

( Tissa. 
^(Hafsaca. 
^i  Vayakhel. 

I  Para. 

íPecudé. 
^\  Hahodes. 

Nisan. 

7  Vayikra. 
14  Tsav. 
28  Semini. 

Jiar. 

(  Tazria. 
^(  Metsora. 

(  Aharé. 

( Kedosim. 
19  Emor. 
Á  Behar. 

(  Behucotai. 

Siwan. 

4  Bemidbar. 
II  Natso. 
18  Behaalotekha. 
25  Selah. 

Tamaz. 

2  Corah. 

9  Huccat. 
16  Balac. 
23  Pinhas. 


Ab. 

íMattot. 

( Matsé. 
8  Debarirn. 
15  Ethannan, 
22  Ekeb. 
29  Reeh. 

Elul. 

6  Sofetim, 
13  Tetsé. 
20  Tabo. 
27  Nitsabim. 


76 


boletín  de  la  real  academia  de  la  historia. 


7a 

Tabia  núm,  8  de  Lecturas  sabáticas  en  años  cuyo  determinante 
es  7  a,  esto  es,  que  comienzan  por  sábado  y  son  comunes  abun- 
dantes. 


Tisri. 

Adar. 

Tamiu. 

8  Hazinu. 

6  Teruma. 

7  Huccat. 

29  Beresit. 

1  Tetsavé. 
'  Zakhor. 
1  Tissa. 
f  Para. 

14  Balac. 

Marcheswan. 

6  Noé. 

21   Pinhas. 
\  Mattot. 

2oi 

/  Matsé. 

13  Lekh-Lekha. 
20  Yayera. 

\  Vayakel. 
'  Pecudé. 

Ab. 

2J  Hayé-Sarah. 

Oaslen. 

Nisan. 

5  Vayikra. 

6  Debarim. 
13  Ethannan. 
20  Ekeb. 

4  Toledoth. 

C  Tsav. 

T  9' 

27  Reeh. 

II  Vayetsé. 

'  Hagadol. 

18  Vayislah. 

26  Semini. 

Elul. 

25  Vayeseb. 

Tebeth. 

Jiar. 

1  Tazria. 

( Metsora. 

1  Aharé. 
10] 

f  Kedosim. 

4  Sofetim. 
II  Tetsé. 
18  Tabo. 

2  Mikeks. 
9  Vayigas. 
16  Vayehi. 

i  Nitsabim. 
251 

/  Vayelekh. 

23  Semot. 

17  Emor. 

Schebat. 

\  Behar. 
24 

'  Behucotai. 

I  Vaera. 

8  Bo. 

Siwan. 

15  Besalah. 

2  Bemidbar. 

22  Yitro. 

9  Natso. 

\  Mispatim. 
(  Secalim. 

16  Behaalotekha. 

23  Selah. 

30  Corah, 

I 


INTERPRETACIÓN  DE  LAS  FECHAS  SABÁTICAS  DE  LOS  JUDÍOS. 


77 


2D 

Tabla  núm,  9  de  Lecturas  sabáticas  en  años  cuyo  determinante 
es  2D,  esto  es,  que  comienzan  por  lunes  y  son  embolismales  de- 
ficientes. 


Tisri. 

Adar. 

Tamu2. 

6  Vayelekh. 

6  Teruma, 

5  Corah. 

13  Hazinu. 

13  Tetsavé. 

\  Huccat. 
12 

'2^  Beresit. 

20  Tissa. 

'  Balac. 

Marcheswan. 

\  Vayakhel. 
'  Secalim. 

19  Pinhas. 

4  Noé. 

\  Mattot. 

II  Lekh-Lekha. 

Ve-Adar. 

f  Matsé. 

18  Yayera. 

\  Pecudé. 
/  Hafsaca. 

Ab. 

25  Hayé-Sarah. 

4  Debarim. 

Oaslen. 

í  V^ayikra. 

II  Fthannan. 

3  Toledoth. 

/  Zakhor. 

18  Ekeb. 

10  Vayetsé. 

I8i'^'^^"- 

25  Reeh. 

17  Vayislah. 

/  Para. 

Elul. 

24  Vayeseb. 

\  Semini. 
25) 

2  Sofetim. 

Tebeth. 

f  Hahodes. 

9    Tetsé. 

2  Mikeks. 

Nisan. 

16  Tabo. 

9  Vayigas. 

3  '1  azria. 

í  Nitsabim. 
23] 

16  Vayehi. 

i  Metsora. 

10» 

/  Vayelekh. 

23  Semot. 

/  Hagadol. 
24  Aharé. 

Schebat. 

I   Vaera. 

Jiar. 

8  Bo. 

I   Kedosim. 

15  Besalah. 

8  Emor. 

22  Yitro. 

15  Behar. 

29  Mispatim. 

22  Behucotai. 
29  Bemidbar. 

Siwan. 

14  Natso. 

21  Behaalotekha. 

■ 

28  Selah. 

78 


BOLETÍN   DE  LA  REAL  ACADEMIA  DE   LA  HISTORIA. 


5D 


Tabla  núm.  10  de  Lecturas  sabáticas  en  años  cuyo  determinante 
es  5  D,  esto  es,  que  comienzan  por  jueves  y  son  embolismales 
abundantes. 


TisrL 

Adar. 

Tamnz. 

3  Hazinu, 

3  Teruma. 

2  Huccat.  ' 

24  Beresit. 

10  Tetsavé. 

9  Baiac. 

17    Tissa. 

16  Pinhas. 

Marcheswan. 

24  Vayakhel. 

23  Mattot. 

I  Noé. 

8  Lekh-Lekha. 

Ve-Adar. 

Ab. 

15  Yayera. 

l  Pecudé. 

I  Matsé. 

22  Hayé-Sarah. 

/  Secalim. 

8  Debarim. 

29  Toledoth. 

Á  Vayikra. 

15  Ethannan. 

/  Zakhor. 

22  Fkeb. 

Oasleu. 

j  1  Tsav. 

29  Reeh. 

7  Vayetsé. 

\  Hafsaca. 

^^ 

14  Vayislah. 

i  Semini. 

Elnl. 

21  Vayeseb. 

{  Para. 

6  Sofetim. 

28  Mikeks. 

^  í  Tazria. 

13  Tetsé. 

Tebeth. 

29- 

{  Hahodes. 

20    Tabo. 
27  Nitsabim. 

6  Vayigas. 

Nisan. 

w 

13  Vaychi. 

7  Metsora. 

20  Semot. 

9 

,  \  Aharé. 

27  Vaera. 

14' 

/  Hagadol. 

Schebat. 

28  Kedosim. 

5  Bo. 

Jiar. 

12  Besalah. 

5  F'.mor. 

19  Yitro. 

12  Behar. 

2^  Mispatim. 

19  Behucotai. 
2ñ  Bemidbar. 

Siwan. 

4  Natso. 
II   Behaalotekha. 
1 8  Sclah. 

25  Corah. 

INTERPRETACIÓN  DE  LAS  FECHAS  SABÁTICAS  DE  LOS  JUDÍOS. 

7D 


79 


Tabla  núm,  11  de  Lecturas  sabáticas  en  años  cuyo  determinante 
es  7  D,  esto  es,  que  comienzan  por  sábado  y  son  embolismales 
deficientes. 


Tisri. 

Adar. 

Siwan. 

8  Hazinu. 

I  Mispatim. 

2  Bemidban 

29  Beresit. 

8  Tenima. 

9  Natso. 

15    Tetsavé. 

16  Behaalotekha. 

Marcheswan. 

22  Tissa. 

23  Selah. 

6  Noé. 

\  Vayakhel. 
.     f  Secalim. 

30  Corah. 

13  Lekh-Lekha. 

20  Vayera. 

' 

Tamnz. 

27  Hayé-Sarah. 

Ve- Adar. 

7  Huccat. 

A  Pecudé. 
/  Hafsaca. 

14  Balac. 

Oasleu. 

21  Pinhas. 

5  Toledoth. 

i  Zakhor. 
/  Vayikhra. 

28Í  ^*^"°*- 

12  Vayetsé. 

/  Matsé. 

19  Vayislah. 

i  Tsav. 
20] 

A     V 

26  Vayeseb. 

(Para. 

Ab. 

í  Semini. 
275 

f  Hahodes. 

6  Debarim. 

Tebeth. 

13  Ethannan. 

4  Mikeks. 

20  Rkeb. 

1 1    Vayigas. 

Nisan. 

27  Rceh. 

18   Vayehi. 

5  Tazria. 

25   Semot. 

í  Metsora. 

12' 

Elul. 

/  Hagadol. 

4  Sofetím. 

Schebat. 

26  Aharé. 

II   Tetsé. 

3   Vaera. 

18  Tabo. 

10  Bo. 

Jiar. 

^  Nitsabim. 
1  Vayelekh. 

17   Bcsalah. 

3  Kedosim. 

24  Yitro. 

10  Kmor. 
17  Behar. 

» 

24  Behucotai. 

So 


BOLETÍN  DE  LA  REAL  ACADEMIA  DB  LA  HISTORIA. 


»*b 


3R 

Tabla  nüm,  12  de  Lecturas  sabáticas  en  años  cuyo  determinante 
es  3  R,  esto  es,  que  comienzan  por  martes  y  son  embolismales 
regulares. 


Tisri. 

Adar. 

Tamiu. 

5  Vayelekh. 

4  Teruma. 

3  Corah. 

12  Haziau. 

II   'letsavé. 

10  Huccat. 

26  Beresit. 

18  Tissa. 

17  Balac. 

Marcheswan. 

3  Noé. 

1  Vayakhel. 
(  Secalim. 

24  Pinhas. 

Ab. 

10  Lekh-Lekha. 

Ve-Adar. 

^  Mattot. 

17  Vayera. 

\l  Pecudé. 

\  Matsé. 

24  Hayé-Sarah. 

2» 

/  Hafsaca. 

9  Debarim. 

Oasleu. 

2  Toledoth. 

* 

9  Vayetsé. 
16  Vayislab. 
23  Vayeseb. 

1  Vayikhra. 
/  Zakhor. 
16  Tsav. 
C  Semini. 
h  Para. 

16  Ethannan. 
23  Ekeb. 
30  Reeh. 

Elul. 

7  Sofetim. 

30  Mikeks. 

Nisan. 

14  Tetsé. 

Tebeth. 

7  Vayigas. 
14  Vayehi. 
21  Semot 

t  Tazria. 
f  Hahodes. 
A  Metsora. 
/  Hagadol. 

21  Tabo. 
28  Nitsabim. 

28  Vaera. 

29  Aharé. 

Schebat. 

Jiar. 

6  Bo. 

6  Kedosim. 

13  Besalah. 

13  Emor. 

20  Yitro. 

20  Behar. 

2^  Mispatim. 

2^  Behucotai. 

Siwan. 

5  Bemidbar. 
12  Natso. 
19  Behaalotekha. 
26  Selah. 

INTERPRETACIÓN  DE  LAS   FECHAS  SABÁTICAS   DE   LOS  JUDÍOS. 


8l 


2A 

Tabla  nüm,  13  de  Lecturas  sabáticas  en  años  cuyo  determinante 
es  2  A,  esto  es,  que  comienzan  por  lunes  y  son  embolismales 
abundantes. 


Tisri. 

Adar. 

Tamuz. 

6  Vayelekh. 

4  Teruma. 

3  Corah. 

13  Hazinu. 

II   Tetsavé. 

10  Huccat. 

27  Beresit. 

18  Tissa. 

17  Balac. 

Marcheswan. 

1  Vayakhel. 
^\  Secalim. 

24  Pinhas. 

4  Noé. 

Ab. 

II   Lekh-Lekha. 

Ve- Adar. 

\  Mattot. 

18  Yayera. 

Á  Pecudé. 

\  Matsé. 

25  Hayé-Sarah. 

1 

/  Hafsaca. 

9  Debarim. 

Oasleu. 

^  Vayikra. 
/  Zakhor. 

16  Rthannan. 

2  Toledoth. 

23  Ekeb. 

9  Vayetsé. 
16  Vayislah. 

16  Tsav. 

\  Semini. 
^\  Para. 

30  Reeh. 
Elol. 

23  Vayeseb. 

*  7  Sofetim. 

30  Mikeks. 

Nisan. 

14  Tetsé. 

Tebeth. 

1  Hahodes. 
f  Tazria. 

21  Tabo. 

7  Vayigas. 

28  Nitsabim. 

14  Vayehi. 

g\  Metsora. 

21  Setnot. 

/  Hagadol. 

28  Vaera. 

29  Aharé. 

Schebat. 

Jiar. 

6  Bo. 

6  Kedosim. 

13  Besalah. 

13  Emor. 

20  Yitro. 

20  Behar. 

27  Mispatím. 

27  Behucotai. 

• 

Siwan. 

5  Bemidbar. 
12  Natso. 
19  Behaalotekha. 

• 

26  Selah. 

) 

TOMO   XLVin. 

A 

82 


BOLETÍN   DB  LA  REAL  ACADEMIA  DB  LA  HISTORIA. 


5A 

Tabla  núm.  14  </e  Lecturas  sabáticas  en  años  cuyo  determinante 
es  5  A,  esto  es,  que  comienzan  por  jueves  y  son  embolismales 
abundantes. 


Tisri. 

• 

Adar. 

Siwan. 

3  Hazinu. 

I   Taruma. 

2  Natso. 

24  Beresit. 

8  Tetsavé. 

9  Behaalotekha. 

15  Tissa. 

16  Selah. 

Marcheswan. 

22  Vayakhel. 

23  Corah. 

I  Noé. 

8  Lekh-Lekha. 

1  Pecude. 
29] 

(  Secalim. 

30  Huccat. 

Tamuz. 

15  Yayera. 

-'        j 

Ve-Adar. 

7  Balac. 

22  Hayé-Sarah. 

14  Pinhas. 

29  Toledoth. 

6  Vayikra. 

21  Mattot. 

Oasleu. 

\  Tsav. 
(  Zakhor. 

28  Matsé. 

6  Vayetsé. 

\  Se  mi  ni. 
20! 

Ab. 

13  Vayislah. 

(  Para. 

20  Vayeseb. 
2*]  Mikeks. 

\  Tazria. 
í  Hahodes. 

6  Debarim. 
13  Ethannan. 
20  Ekeb. 

Tebeth. 

Nisan. 

27  Reeh. 

4  Vayigas. 

5  Metsora. 

Elul. 

II  Vayehi. 
18  Semot. 

\  Abaré. 

12 

r  Hagadol. 

4  Sofetim. 

25  Vaera. 

26  Kedosim. 

II   Tetsé. 
18    Tabo. 

Schebat. 

Jiar. 

\  Nitsabim. 
f  Vayelekh. 

3  Bo. 

3  Emor. 

10  Besalah. 

lo  Behar. 

17  Yitro. 

17  Behucotai. 

24  Mispatim. 

24  Bemidbar. 

INTERPRETACIÓN  DB  LAS  PECHAS  SABÁTICAS  DE  LOS  JUDÍOS.  83 


7A 

Tabla  nüm.  15  de  Lecturas  sabáticas  en  años  cuyo  determinante 
es  7  A,  esto  es,  que  comienzan  por  sábado  y  son  embolismales 
abundantes. 


Tisri. 

Adar. 

Tamnz. 

8  Hazinu. 

6  Teruma. 

5  Corah. 

29  Beresit. 

13  Tetsavé. 

^A  Huccat. 

20  Tissa. 

i2l 

1  Balac. 

Marcheswan. 

\  Vayakhel. 
/  Secalim. 

19  Pinhas. 

6  Noé. 

2^\  Mattot. 
( Matsé. 

13  Lekh-Lekha. 

20  Vayera. 

Ve-Adar. 

2y  Hayé-Sarah. 

4  Pecudé. 

Ab. 

Á  Vayikra. 

4  Debarim. 

Oaslen. 

1  Zakhor. 

•  1 

II   Ethannan. 

4  Toledo th. 

jg^Tsav. 

18  Ekeb. 

II  Vayetsé. 

/  Para. 

25  Reeh. 

18  Vayíslah. 

A  Semini. 
(  Hahodes. 

25  Vayeseb. 

Elul. 

2  Sofetim. 

Tebeth. 

Nisan. 

9  Tetsé. 

2  Mikeks. 

3  Tazria. 

16  Tabo. 

9  Vayigas. 

,  ( Metsora. 

10] 

(Nitsabim. 
f  Vayclekh. 

16  Vayehi. 

( Hagadol. 

23  Semot. 

24  Aharé. 

Schebat. 

Jiar. 

I  Vaera. 

I  Kedosim. 

8  Bo. 

8  Rmor. 

15  Besalah. 

15  Behar. 

22  Yitro. 

22  Behucotai. 

29  Mispatim. 

29  Bemidbar. 

Siwan. 

14  Natso. 

21  Behaalotekha. 

• 

28  Selah. 

84  BOLETÍN  BE  LA  REAL  ACADEMIA  DE  LA  HISTORIA. 


La  SÉFIRA,  llamada  también  OHER 

La  Séfira  comienza  el  día  1 6  del  mes  Nisán:  este  día  se  llama 
el  primero  de  la  Séfira,  y,  sucesivamente,  se  llaman  día  segundo, 
tercero,  etc.,  hasta  el  49.°  de  la  Séfira,  los  días  17,  18...  etc.  de 
Nisán,  y  de  los  meses  sucesivos  hasta  el  día  5  de  Siwan. 

Ejemplo.  Si  un  suceso  cualquiera  del  año  5^5  se  designase 
por  la  fecha  2()  de  la  Séfira^  miraríamos  la  Tabla  de  la  Séfira  y  y 
veríamos  que  esta  fecha  corresponde  al  día  14  del  mes  Jiar. 

Para  convertir  esta  fecha  en  la  correspondiente  cristiana,  ha- 
remos uso  de  las  Tablas  de  reducción  del  cómputo  hebraico  al  cris- 
tiano y  viceversa.  El  año  5^65,  según  vemos  en  las  Tablas  de  re- 
ducción del  cómputo  hebraico  al  cristiano  y  viceversa^  comenzó  el 
10  de  Septiembre  de  igo^;  tiene  ^or  determinante  7  A,  esto  es,  fué 
año  embolismal  abundante,  y  comenzó  por  feria  7  (sábado).  En 
las  Tablas  de  reducción  de  fechas  mensuales  buscaremos  la  del 
día  10  de  Septiembre  para  años  A  (embolismales  abundantes),  y 
veremos  que  el  i^f.  de  Jiar  corresponde  2^  ig  de  Mayo  (de  1905). 

En  resumen;  el  día  29  de  la  Séfira  del  año  5^5»  ^s,  en  el 
cómputo  cristiano,  el  día  19  de  Mayo  de  190$. 

Y  para  que  se  vea  la  aplicación  práctica  de  este  cómputo  á  la 
epigrafía,  un  ejemplo  hallamos  en  el  epitafio  de  Rafael  Moisés 
Souza,  existente  en  el  cementerio  de  Peirehorade  (Bayona), 
cuyo  texto  ha  publicado  y  traducido  Mr.  Schwab  (l).  Murió  en 
7  de  Omer  del  año  54^2  de  la  Creación  del  mundo,  que  corres- 
ponde al  9  de  Abril  de  1 722  de  la  Era  cristiana. 


(i)    Rappori  sur  les  inscripUons  hébraXques  de  la  France^  pág.  236.  Pa- 
rís, 1904. 


INTERPRETACIÓN   DE   LAS   FECHAS   SABXtICAS   DE    LOS  JUDÍOS. 


85 


Tabla  que  contiene  los  días  de  la  Séfira  ü  Omer,  y  las  fechas 

mensuales  á  que  corresponden. 


Días 

Días 

Días 

de  la 
Séfira. 

Nisan. 

de  la 
Séfira. 

Jiar. 

de  la 
Séfira. 

Jiar. 

I 

16 

16 

1 

35 

20 

2 

17 

17 

2 

36 

21 

3 

18 

18 

3 

37 

22 

4 

19 

19 

4 

38 

23 

5 

20 

20 

5 

39 

24 

6 

21 

21 

6 

40 

25 

7 

22 

22 

7 

41 

26 

8 

23 

23 

8 

42 

27 

9 

24 

24 

9 

43 

28 

10 

25 

25 

10 

44 

29 

II 

12 

26 

27 

26 

• 

27 

11 
12 

Slwan. 

13 

28 

28 

13 

45 

1 

• 

14 

29 

29 

14 

46 

2 

15 

30 

30 

15 

47 

3 

31 

16 

48 

4 

32 

17 

49 

5 

• 

33 

18 

34 

19 

Madrid,  18  de  Noviembre  de  1905. 


Eduardo  Jusué, 


NOTICIAS 


En  la  sesión  del  1 5  de  Diciembre  fueron  reelegidos  para  los  cargos  de 
Tesorero  y  Vocal  adjunto  á  la  Comisión  de  Hacienda,  que  desempeñaban 
respectivamente,  los  Excmos.  Sres.  D.  Bienvenido  Oliver  y  Esteller  y 
D.  Manuel  Danvila  y  Collado. 


En  la  misma  sesión  la  Academia,  vivamente  aquejada,  se  enteró  de  que 
en  el  día  próximo  anterior  había  tallecido  su  Individuo  de  número,  el 
Excmo.  Sr.  D.  José  María  Asensio  y  Toledo,  cuyo  elogio  hizo  en  sentidas 
frases  nuestro  dignísimo  Director,  ponderando  los  méritos  de  tan  ilustre 
Cervantófilo,  que  redundaron  con  europea  celebridad,  así  en  provecho  de 
las  Buenas  Letras  como  de  la  Historia  patria.  A  la  conducción  del  cadáver 
al  cementerio,  que  fué  honrado  con  séquito  numeroso  y  distinguidísimo, 
asistieron,  en  representación  de  la  Academia,  los  señores  Danvila,  Vives, 
Herrera  y  Altóla guirre. 


El  día  13  de  Diciembre  D.  Luis  Jiménez  de  la  Llave,  antiguo  y  doctísi- 
mo correspondiente  de  nuestra  Academia,  murió  en  Talavera  de  la  Reina, 
su  patria;  cuya  historia  cultivó  y  adelantó  en  sumo  grado.  El  museo  de 
lápidas  romanas  que  allegó  á  costa  de  grandes  afanes,  así  como  el  mone- 
tario selectísimo  y  los  manuscritos  de  sumo  valor  por  ser  muchos  de  ellos 
autógrafos  de  nuestras  celebridades  literarias;  la  estatua  que  procuró  y 
logró  se  erigiese  al  P.  Juan  de  Mariana;  los  archivos  de  su  ciudad  nata^i  que 
escudriñó  con  tesón  y  paciencia  benedictina;  sus  frecuentes  excursiones 
por  todo  el  distrito  Talaverano  y  otros  de  la  provincia  Toledana,  los  es- 
critos, en  fin,  que  publicó  y  coadyuvó  á  publicar  le  hacen  acreedor  á  eter- 
no recuerdo. 


Con  gran  estimación  fué  recibido  por  la  Academia  en  la  sesión  del  9 

de  Diciembre  el  tomo  sexto  de  la  Historia  genealógica  y  heráldica  déla 

Monarquía  española.  Casa  Real  y  Grandes  de  España,  que  su  autor,  el  acá- 


NOTICIAS.  87 

déraico  D.  Francisco  Fernández  de  Béthencourt,  presentó  á  la  Corpora- 
ción. Cuanto  más  adelanta  esta  obra  en  su  publicación,  más  se  compren- 
de su  utilidad  y  conveniencia  para  ilustrar  y  depurar  la  historia  patria. 
Buena  prueba  de  ello  es,  entre  otras,  las  numerosas  citas  que  en  Revis- 
tas y  libros  recientes,  españoles  y  extranjeros  se  encuentran  referentes 
á  esta  obra,  apoyando  en  ella  textos  y  opiniones  y  demostrando  así  la  au- 
toridad y  reputación  de  que  en  estos  asuntos  goza  su  autor. 

Trata  este  volumen  sexto,  que  acaba  de  ver  la  luz  pública,  de  la  nobi- 
lísima Casa  de  Córdova,  y  con  esto  está  dicho,  dada  la  pericia  del  ilustre 
genealogista,  el  vasto  y  profundo  interés  que  ofrecerá  para  nuestra  his- 
toria. 

Desde  el  esclarecido  conquistador  de  Córdoba  Fernando  Muñoz  de  Té- 
mez  hasta  nuestros  días  ha  dado  esta  Casa  á  España  innumerables  hijos 
ilustres.  «Fecunda  como  la  que  más  (dice  el  Sr.  Béthencourt)  entre  toda 
la  nobleza  peninsular,  los  nombres  del  Gran  Capitán,  de  D.  Alonso  de 
Aguilar,  del  Conde  de  Cabra,  del  Alcaide  de  los  Donceles,  de  los  Córdo- 
vas  Generales  de  Oran,  y  de  cien  y  cien  más  le  aseguran  la  notoriedad 
de  la  leyenda  y  el  respeto  y  la  consideración  de  la  Historia:  puede  decir- 
se que  este  gran  nombre  ha  sonado  gloriosamente  en  el  transcurso  de 
siete  siglos  en  todos  los  campos  de  batalla  donde  ha  corrido  la  sangre  es- 
pañola....  Ninguno  de  los  cargos,  honores  y  dignidades  que  constituyeron 
la  ilustración  de  nuestras  grandes  razas  históricas,  escapó  á  los  individuos 
de  esta  que  historiamos  hoy:  en  lo  eclesiástico,  Cardenales  de  la  Santa 
Iglesia,  Arzobispos,  Obispos,  Patriarcas;  en  lo  militar  y  en  lo  político. 
Adelantados  Mayores  de  la  frontera,  Virreyes,  Capitanes  Generales;  en  lo 
palatino,  Mayordomos  Mayores,  Caballerizos  Mayores,  Ayos  de  los  Prín- 
cipes, Gentileshombres  de  nuestros  Reyes;  sus  mujeres,  Camareras  Ma- 
yores y  Damas  de  nuestras  Reinas,  Ayas  de  nuestros  Infantes,  etc.,  etc. 
A  la  Orden  del  Toisón  han  dado  los  Córdovas  de  todas  las  lineas  extraor- 
dinario número  de  Caballeros;  innumerables  á  las  Ordenes  de  Santiago, 
CaJatrava,  Alcántara  y  Montesa  y  á  la  Religión  de  San  Juan  de  Malta,  en 
todas  las  cuales  se  ha  probado  en  cientos  de  ocasiones  la  nobleza  de  su 
linaje». 

La  descendencia  del  conquistador  Fernando  Muñoz  dividióse  á  poco  de 
la  conquista  de  Córdoba  en  cuatro  grandes  líneas,  que  llaman  los  genea- 
logistas  las  Casas  capitales  de  Córdova,  y  son:  la  de  Aguilar  ó  Priego,  que 
es  la  primogénita;  la  de  Cabra,  la  de  Los  Donceles  ó  de  Comares,  y  la  de 
Alcaudete  y  Montemayor,  que  es  una  misma  cosa.  De  todas  ellas,  y  de 
sus  respectivas  derivaciones,  se  ocupa  con  la  debida  extensión  el  autor, 
fundamentando  siempre  sus  juicios  con  textos  y  documentos  que  revelan 
la  ímproba  labor  que  en  bibliotecas  y  archivos  públicos  y  particulares  se 
ha  tomado  para  proceder  con  atinada  y  severa  crítica. 


88  BOLETÍN   DB   LA   REAL  ACADEMIA  DE  LA   HISYORU. 

Descuella  majestuosamente  entre  todos  los  personajes  de  esta  Casa 
D.  Gonzalo  Fernández  de  Córdova,  ó  como  en  su  tiempo  le  llamaron  mo- 
destamente Gonzalo  Hernández,  apellidado  el  Gran  Capitán,  cuyo  talen* 
to  militar  y  político  rayó  á  tanta  altura  que  deslumhró  y  maravilló  á  to- 
dos los  Príncipes  y  Ministros  de  su  tiempo,  dejando  en  las  páginas  de 
nuestra  historia  indeleble  y  perpetua  huella  de  sus  grandes  y  gloriosos 
hechos.  Muy  de  desear  sería  por  cierto  refrescar  y  revivificar  la  gran  figu- 
ra de  tan  heroico  caudillo,  reimprimiendo  sus  crónicas  impresas,  ya  muy 
raras,  ó  publicando  la  que  existe  inédita,  ó  mejor  aún  utilizándolas  todas 
y  los  muchos  documentos  y  cartas  que,  inéditos,  se  conocen,  escribir  una 
nueva,  á  la  moderna;  empresa  digna  de  espíritu  generoso  y  genuinamente 
patriótico.  Más  entre  tanto  que  esto  sucede  el  Sr.  Béthencourt  ha  cum- 
plido como  bueno,  en  la  parte  que  le  compete,  estudiando  con  singular 
predilección  la  primera  y  más  esplendente  figura  de  la  Casa  de  Córdova, 
y  acaso  la  primera  también  de  nuestra  Historia  militar. 

Intercalados  en  el  texto  ilustran  este  tomo  los  escudos  de  armas,  primo- 
rosamente grabados,  de  toda  la  dilatada  Casa  de  Córdova,  con  la  descrip- 
ción al  margen  de  las  armas  de  todas  las  familias  con  las  cuales  se  han  en- 
lazado los  varones  de  las  mismas. 


£1  Excmo.  señor  Duque  de  Luna,  cumpliendo  el  encargo  testamentario 
de  su  difunta  tía,  la  nobilísima  Duquesa  de  Villahermosa  ( f  5  de  Noviem- 
bre, 1905),  ha  ofrecido  en  donativo  á  lá  Biblioteca  de  la  Academia  un  rico 
ejemplar  del  Álbum  Cervantino  Aragonés^  impreso  é  iluminado  con  mag- 
níficos cromos  por  iniciativa  y  á  expensas  de  la  referida  señora  en  cele- 
bridad del  centenario  del  «Quijote»,  y  otro  de  las  medallas  de  los  Duques 
D.  Martín  de  Gurrea  y  Aragón  y  Doña  Luisa  de  Borja,  acuñadas  en  la 
misma  solemnidad. 

Gramática  de  la  lengtia  rifeñüy  por  el  P.  Fr.  Pedro  Sarrionandia  O(rdinis) 
F(ratrum)  M(inorum),  Misionero  apostólico  de  Marruecos.  Tánger,  1905. — 
£n  4.°,  páginas  460.  £s  la  primera,  que  se  ha  publicado,  de  este  idioma. 

«La  lengua,  dice  el  autor,  que  se  habla  actualmente  en  la  mayor  parte 
del  Rif,  llamada  por  los  naturales  zemdfijz^  la  amaciga,  como  nombre  de 
raza,  y  zarifiz^  la  rifeña ,  como  nombre  del  lugar  en  que  se  habla ,  es  uno 
de  los  innumerables  dialectos  en  que  se  ha  transformado  con  el  trans- 
curso de  los  siglos,  un  vasto  idioma  que  desde  los  más  remotos  tiem- 
pos se  viene  hablando  en  todo  el  norte  de  África,  desde  las  fronteras  de 
£gipto,  Nubia  y  Abisinia  hasta  el  Océano  Atlántico,  y  desde  el  mar  Medi- 
terráneo hasta  las  orillas  del  Senegal  y  del  Níger,  en  los  confines  del 
Sudán.» 

F.  F.— A.  R.  V. 


1. 


El  Boletín  de  la  Real  Academia  de  la  Historia  se  publica  todos 
ios  meses  en  cuadernos  de  8o  ó  más  páginas,  -don  sus  correspondientes 
láminas,  cuando  el  texto  lo  exige,  formando  cada  año  dos  tomos  con  sus 
portadas  é  índices. 

Las  suscripciones  dan  principio  en  Enero  y  Julio  de  cada  año. 

PRECIOS  DE  SUSCRIPCIÓN 

Madrid.  .  .     6  meses Pesetas  9 

—     ...     Un  año — r  18 

Provincias.    Un  año —  20 

Extranjero —  t2 

Número  suelto : —  3 


I 


Los  precios  de  las  obras  de  la  Acadeipia  se  entiende  que  son  para  la 
renta  en  Madrid.  Los  pedidos  para  provincias  y  para  el  extranjero  su- 
frirán el  recargo  correspondiente  de  gastos  de  correo  y  de  certifícado. 


Los  pedidlos  deben  dirigirse  a.1  despetcluo  de  lilbros 
de  la.  Aca.demia.  (León,  21)  <5  éi  la.  Lil^rería  de  M»  MU- 
RILLO,  AloáléL,  7,  Madrid. 


ADVERTENCIAS 


Las  obras  de  la  Academia  se  venden  en  su  despacho, 
calle  del  León  ,21.  "" 

Los  Sres.  Académicos  honorarios  y  correspondientes 
podrán  adquirirlas,  por  una  sola  vez,  con  rebaja  de  50 
por  1 00  en  los  precios,  siempre  que  hagan  pedido  directo 
con  su  firma. 

A  los  libreros  que  tomen  cualquier  número  de  ejem- 
plares se  les  hará  una  rebaja  conveniente,  según  la  cos- 
tumbre recibida  en  el  comercio  de  librería. 


V         ■       t 


i-i., 


•«    -  '-' 


\^ 


./ 


DEJfcA^. 


REAL  ACADEMIA  DE  LA  HISTORIA 


TOlVIO  XLV II I— CUADERNO  ÍI 


FEBRERO,  1906 


MADRID 

ESTABLECIMIENTO  TIPOGRÁFICO   DE  FORTANET 

IlIYUtOl    DE    LA    tKAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

••  Libertad,  20. — Teléfono  991. 

I  906 


1 


<^' 


SUMARIO  DE  ESTE  CUADERNO 


pági. 

Adquisiciones  de  la  Academia  durante  el  segundo  ^mestre  del 
año  1905 ' 89 

Informes: 

I.     CorrespondcfiCia  de  la  Infanta  Archiduquesa  Doña  Isabel  j 

Clara  Eugenia  de  Austria  con  el  Duque  de  Lerma  (Desde  j 

Flandes,  años  de  1599  d  1607  y  otras  carias  posteriores  sin  ¡ 

fecha.) — Continuación.  —A.  Rodríguez  Villa. « 1 1 1 

II.    Documentos  inéditos  del  Ccu^tulario  de  Satito  Toribio  de  Lie- 
baña  (año  831)  durante  los  reinados  de  Alfonso  11^  Rami' 

ro  ly  Fruela  II, — Eduardo  Jusué. 131 

m.    Don  Pedro  Enriqtiez  de  Acevedo,  conde  de  fuentes^  gobernador 
del  Estado  de  Milán  en  los  años  1600  d  161  o. — Ampliación 

de  su  coficepto personal, — Cesáreo  Fernández  Duro 139 

rV.    Anclas  de  plomo  halladas  en  aguas  del  cabo  de  Palos, — Ramón 

•  •  Laymond  y^  Diego  Jiménez  de  Cisneros  y  Hervás 153 

V.    Ifiscripciones  griegas^  latinas  y  hebreas,  —Fidel  Fita '55 

Variadades: 

El  Monjui  de  la  ciudad  de  Gerona  y  la  sinagoga  y  concejo  he- 
.  breo  de  Castello'n  de  Ampurias ,  ^  Escrituras  de  los  si" 
glos  XIII,  XIV y  XV.  -Fidel  Fita 169 

Noticias 175 


r 


TOMO  XLviii.  Febrero,  1906.  cuaderno  ii. 


BOLETÍN 
REAL  ACADEMIA  DE  LA  HISTORIA 


» >♦<  ♦ 


ADQUISICIONES  DE  LA  ACADEMIA 

Dorante  el  segundo  semestre  idei  año  1905. 


REGALO  DE  IMPRESOS 

DE  LOS   SÉNIORES  ACADÉMICOS  DE  HÚMERO 

Carrasco  y  Sayz  (Excmo.  Sr.  D.  Adolfo),  c índice  general  del  Memorial  de 
Artillería  desde  su  fundación  en  Junio  de  1844  hasta  fin  de  la  5.^  se- 
rie en  Diciembre  de  1900.  Tomo  11.  Madrid,  1905. 
Fernández  Duro  (Excmo.  Sr.  D.  Cesáreo).  Bibliotheca  A^oriana.  cNoticia 
bibliographica  das  obras  impressas  e  manuscriptas  nacipnaes  e  es- 
trangeiras  concemente  as  Uhas  dos  Agores»,  por  Ernesto  do  Canto. 
Azores,  1890.  , 

Bibliotheca  Agoriana.  cNoticia  bibliographica  de  Escriptos  nacionaes  e 
estrangeiros  concernentes  as  Ilhas  dos  Agores».  Vol.  11,  por  Ernesto 
do  Canto.  Ponta  Delgada,  1900. 

«The  Catholic  Church  in  colonial  days»  the  thirteen  colonies-the 
Ottawa  and  Illinois  Coiintry-Luisiana-Florida. — Texas. — New  México 
and  Arizona.  1521-1763.  With  portraits,  views,  maps,  and  fac-similes 
by  John  Gilmary  Shea,  New- York,  1886. 

*Vases  de  Cana>,  par  Ferdinand  de  Mély  (F*ondation  Eugéne  Piot). 
París,  1904. 

«División  territorial  de  los  Estados  de  la  República  de  Venezuela 
en  1904».  Primera  edición.  San  Cristóbal,  1904. 

«Ordenanza  sobre  derechos  de  patente  de  industrias,  sancionada  por  el 
Concejo  Municipal  del  Distrito  Federal  en  1904».  Caracas,  1904. 

«Ligeros  rasgos  del  general  Juan  Vicente  Gómez.  Páginas  documenta- 
das», por  D.  R.  Tello  Mendoza.  Caracas,  1904. 

«Invasiones  de  Colombia  a  Venezuela  en  1901,  1902  y  1903».  Cara- 
cas, 1905. 

TOMO  XLvm.  7 


90  BOLETÍN  DE  LA  REAL  ACADEMIA  DE   LA  HISTORIA. 

•  «Documentos  del  general  Cipriano  Castro».  Volúmenes  i-iil   Cara- 
cas, 1905. 

«Exposición  que  dirige  al  Congreso  Constitucional  de  los  Estados  Uni- 
dos de  Venezuela  el  Ministro  de  Hacienda  en  1902».  Caracas. 

«Ofrenda  del  Gobierno  del  Distrito  Federal  en  el  94  aniversario  del  19 
de  Abril  de  18 10».  Caracas,  1901. 

«Reglamento  para  e]  mercado  principal  de  Caracas».  Caracas,  1904. 

«Ordenanza  de  los  impuestos  sobre  licores  y  tabaco».  Caracas,  1904. 

r Boletín  de  los  Hospitales».  Año  iv,  núm.  6.  Caracas,  10  de  Junio 
de  19054 

«Hoja  de  servicios  del  general  José  Antonio  Páez».  Caracas,  1905. 

«La  Isla  de  Patos»,  por  D.  Manuel  Laudaeta  Rosales.  Caracas,  1903. 

«Intimidades»,  por  D.  R.  Tello  Mendoza.  Caracas,  1902. 

«Defensa  Nacional»,  por  D.  Ramón  Ojeda.  Quito,  1905. 

«Venezuela  ante  el  conflicto  con  las  Potencias  aliadas:  Alemania,  Ingla- 
terra é  Italia  en  1902  y  1903».  Volúmenes  i-n.  Caracas,  1905. 

«Memoria  que  presenta  el  Gobernador  de  la  Sección  Occidental  del 
Distrito  Federal  al  Congreso  Nacional  en  1905».  Caracas,  1905. 

« Glorias  á  la  Patria.  19  de  Abril  de  1904».  Caracas,  1904. 

«Los  Archivos  Municipales  como  fuentes  de  la  historia  de  Guipúzcoa», 
por  D.  Carmelo  de  Echegaray.  San  Sebastián,  1905. 

«Un  establecimiento  español  en  Morea  en  1532»,  por  D.  F.  de  la  Iglesia. 
Madrid,  1905. 

«Apuntes  sobre  el  despacho  de  las  causas  criminales  én  las  Capitanías 
generales  de  los  departamentos  marítimos  y  Secretarios  de  Justicia». 
Ferrol,  1905. 

«Anales  de  Guayana»,  por  D.  B.  Tavera  Acosta.  Volumen  i.  Ciudad 
Bolívar  (Venezuela),  1905. 

«Revista  da  Academia  Cearense».  Tomo  ix.  Ceara,  1904. 

«Fiestas  de  la  tradición  del  pueblo  vasco».  Conferencia  dada  el  día  28 
de  Septiembre  de  1904  en  el  Instituto  de  Guipúzcoa,  por  D.  Julián  de 
Salazar.  San  Sebastián,  1905. 

«Prehistoria  ecuatoriana».  Ligeras  reflexiones  sobre  las  razas  indígenas 
que  poblaban  antiguamente  el  territorio  actual  de  la  República  del 
Ecuador,  por  D.  Federico  González  Suárez,  Obispo  de  Ibarra.  Quito 
(Ecuador),  1904. 
Herrera  y  Chiesanova  (Excmo.  Sr.  D.  Adolfo).  «Medallas  españolas».  To- 
mo i  (Procedimientos  para  la  acuñación.  Natalicios  de  personas  rea- 
les. Masónicas).  Tomo  iv  (Personales).  Madrid,  1905. 
Hinojosa  y  Naveros  (Excmo.  Sr.  D.  Eduardo).  «El  régimen  señorial  y  la 
cuestión  agraria  en  Cataluña  durante  la  Edad  Media».  Madrid,  1905. 


ADQUISICIONES  DB  LA  ACADEMIA.  9 1 


DE  CORRESPONDIENTES  NACIONALES 

Alzóla  y  Minondo  (D.  Pablo).  «El  problema  industrial».  Bilbao,  1905. 

Btázquez  y  Delgado  Aguilera  (D.  Antonio).  «Conferencias  acerca  de  la 
Administración  Militar  en  campaña».  Leídas  en  el  Centro  del  Ejército 
y  de  la  Armada  en  el  curso  de  1903-1904.  Madrid,  1905.  Remite  dos 
ejemplares.  ' 

Bullón  y  Fernández  (D.  Eloy).  «Los  precursores  españoles  de  Bacón  y 
Descartes».  Salamanca,  1905. 

Marqués  de  Aledo  (Excmo.  Sr.  D.  Mariano  Vergara).  «Anuario  de  la  Cuna 
de  Jesús».  Aflo  iv.  (1904).  Madrid,  1905. 

Moral eda  y  Esteban  (D.  Juan).  «El  Rito  Mozárabe  y  la  Inmaculada  Con- 
cepción de  María».  Toledo,  1905. 

Saralegui  y  Medina  (D.  Manuel  de).  «Disquisiciones  Nicocianas».  Ma- 
drid, 1905. 

-Simón  y  Nieto  (D.  Francisco).  «Sobre  el  enterramiento  de  D.  Juan  de 
Blankenfeld,  Arzobispo  de  Riga».  Falencia,  1905. 

Tramoyeres  Blasco  (D.  Luis).  «Un  pintor  catalán  del  siglo  xvi  en  Valen- 
cia. Miguel  Juan  Porta».  Barcelona,  1905. 

Wangüemert  y  Poggio  (D.  José).  «El  Almirante  D.  Francisco  Díaz 
Pimienta  y  su  época».  Madrid,  1905. 

DE  CORRESPONDIENTES  EXTRANJEROS 

Ayres  (Sr.  D.  Christóbal;.  «O  ideal  de  Don  Quixote»,  Extracto  da  sessfio 
commemorativa  pela  Academia  Real  das  Seténelas  de  Lisboa.  Lis- 
boa, 1905. 
Braga  (Sr,  D.  Teophilo).  «Quem  íoi  o  auctor  do  Segundo  Don  Quixote?» 

Lisboa,  1905. 
<3havero  (Sr.  D.  Alfredo).  «Discurso  pronunciado  el  24  de  Septiembre  de 
1904  en  el  Congreso  de  Artes  y  Ciencias  de  la  Exposición  Universal 
de  San  Luis  Missouri».  México,  1905. 
JDodgson   (Sr.  E.  Spencer).  «Eskualdunentzat  Eskuarazko  egunariedo 
Almanaka  Berria»,  Baionan  1906  •*"*'  urtheko, 
«Egunaria  edo  Almanaca  Eli^-oñcioetaco  aurkibidea».  Bayonan,  1906. 
«Armanak  Askara  edo  Ziberouko  Egunaria».  1906. 
«Eskualdun  Onarem  Almanaka  1906  "^^  urtheko».  Baíonan,  1905, 
«Psalmyn  Ghavid».  A  metrical  versión  oí  the  psalms  oí  David  by  the 
Rev.  John  Clague.  Douglas,  1905. 
<^afiarel  (Mr.  Paul).  «Le  Blocus  de  Marseille  et  des  environs  par  les  Ac- 
glais  (1804-1814)».  Aix,  1905. 


»*  í* 


'H. 


1 


92 


BOLETÍN  DE  LA   REAL  ACADEinA  DE  LA   HISTORIA. 


Hamy  (Mr.  Ernesto  T.).  «Le  Royaume  de  Tunis  en  1271.  Étude  de  Géo- 

graphie  Historique».  París,  1905. 
Leite  de  Vasconcellos  (Sr.  D.  J.).  cReligi&es  da  Lusitania  na  parte  que  se 

refere  a  Portugal».  Vol.  il  Lisboa,  1905.  * 

Longin  (Mr.  Emile).  «Un  poete  oublié.  Aimé  de  Loyt,  por  Antoine  Bc- 

reur.  Besan^on,  1905. 
Marcel  (M.  Gabriel).  «Lettres  inédites  du  Cardinal  Passionei  á  d'Anville». 

París,  1905. 
«Cristophe  Colomb  devant  la  critique.  La  jeunesse  de  Tamiral»,  por  su 

autor,  M.  Gabriel  Marcel,  publicado  en  el  Boletin  de  la  Société  de  Géo- 

grafhie  de  Parts, 
Montes  de  Oca  y  Obregón  (Excmo.  Sr.  D.  Ignacio).  «Obras  pastorales  y 

oratorias».  Tomo  vi.  México,  1905. 


DEL  GOBIERNO  DE  LA  NAaÓN 


m 


i' 


Ayuntamiento  de  Madrid.  cBoletín».  Año  ix.  Números  446-468.  Julio* 
Diciembre  de  1905. 

«Estadística  Demográfica».  Resumen  de  los  meses  de  Septiembre  á  Di- 
ciembre de  1904. 

«Anteproyecto  de  plan  general  de  reformas  de  Madrid  formulado  por 
la  Junta  consultiva  de  Obras».  Madrid,  1905. 

«Souvenir  de  Madrid».  (Guía  oficial  autorizada  por  el  Excmo.  Ayunta- 
miento con  motivo  de  la  visita  del  Presidente  de  la  República  fran- 
cesa, M.  Loubet,  á  esta  villa  y  corte  en  Octubre  de  1905).  Madrid. 
Comisaría  general  de  Bellas  Artes  y  Monumentos.  «Álbum  cromolitográ- 
fico de  la  decoración  de  las  salas  regias  del  Alcázar  de  Segovia»,  se- 
gún los  dibujos  trazados  por  D.  José  Avrial  en  1844,  antes  del  incen- 
dio del  Monumento. 
Dirección  general  de  Aduanas.  Madrid.  «Resúmenes  mensuales  de  la 
Estadística  del  comercio  exterior  de  España».  Julio-Octubre  1903- 
1905. 

«Estadística  del  impuesto  de  transportes  por  mar  y  á  la  entrada  y 
salida  por  las  fronteras».  Segundo-tercer  trimestre.  1905. 
'     «Producción  y  circulación  de  azúcares,  achicoria  y  alcohol  en  el  segun- 
do-tercer trimestre  1905». 

«Estadística  general  del  Comercio  exterior  de  España  en  1904».  Partes 
primera  y  segunda.  Madrid,  1905. 
Dirección  general  de  Contribuciones,  Impuestos  y  Rentas.  «Estadística 
del  impuesto  sobre  los  transportes  de  viajeros  y  de  mercancías  por 
las  vías  terrestres  y  fluviales.  Año  de  1903».  Madrid,  1905. 


ADQUISICIONES  DB  LA  ACADEMIA.  93 

«Estadística  administrativa  de  la  contribución  industrial  y  de  comer- 
cio. Año  de  1904».  Madrid,  1905. 

Dirección  general  del  Instituto  Geográfico  y  Estadístico,  c Nomenclátor 
de  las  ciudades,  villas,  lugares,  aldeas  y  demás  entidades  de  población 
de  España».  Tomo  11.  Madrid,  1904. 

Dirección  general  de  Obras  públicas.  «Elstadística  de  los  gastos  y  datos 
de  explotación  délos  años  1901,  1902  y  1903».  Madrid,  1905. 

Inspección  general  de  Sanidad  exterior.  «Boletín  Demográfico  Sanitario». 
Año  de  1904.  Primer  semestre.  Madrid,  1905. 

Ministerio  de  Gracia  y  Justicia.  «Discurso  leído  por  el  Excmo.  Sr.  D.Joa- 
quín González  de  la  Peña,  Ministro  de  Gracia  y  Justicia,  en  la  solemne 
apertura  de  los  Tribunales  celebrada  en  15  de  Septiembre  de  1905». 
Madrid,  1905. 


Kelación  de  impresos  remitidos  por  el  Depósito  de  libros  del 
Ministerio  de  Instrucción  publica  y  Bellas  Artes ,  procedentes 
del  cambio  internacional. 

Académie  Royale  d'Archéologie  de  Belgique.  Bnixelles: 

«Anuales»,  lvi  année.  5*  serie.  Tome  vi.  3*  livraison.  Anvers,  1904.  lvii 
année.  5*  serie.  Tome  vn.  !•  et  2*  livraison.  Anvers,  1905. 

«Bulletin».  N°  m.  Anvers,  1904.  N°  2.  Anvers,  1905. 
Académie  Royale  de  Belgique.  Bruxelles: 

«Bulletin  de  la  Classe  des  Lettres  et  des  Sciences  morales  et  politiques 
et  de  la  Classe  des  Beaux  Arts».  Números  5-8.  Bruxelles,  1904. 

«Bulletin  de  la  Classe  des  Lettres  et  des  Sciences  morales  et  politiques 
et  de  la  Classe  des  Beaux- Arts».  N"*  1-4  et  9-12.  Bruxelles,  1905. 

<Mémoire  de  la  Classe  des  Lettres  et  des  Sciences  morales  et  politiques 
et  Classe  des  Beaux-Arts».  Tome  t.  Fascicules  1-5.  Bruxelles,  1904. 

-«Mémoire  de  la  Classe  des  Lettres  et  des  Sciences  morales  et  politiques 
et  Classe  des  Beaux-Arts».  Tome  i.  Fascicule  i.  Bruxelles,  1905. 

^Biographie  Nationale>.  Tome  dix-huitiéme.  Premier  fascicule.  Bru- 
xelles, 1904. 

Hc  Anuaire  de  l'Académie  Royale  des  Sciences,  desXettres  et  des  Beaux- 
Arts».  Soixante  et  onziéme  année.  Bruxelles,  1905. 

-«Balletin  de  la  Commission  Royale  d'Histoire».  Tome  soixante-treizié- 
me,  II  et  iv*  buUetins.  Bruxelles,  1904. 

-«Table  chronologique  des  Chartes  et  Diplomes  imprimes  concernant 
l'Histoire  de  la  Belgique».  (Commission  Royale  d'Histoire).  Tome  x. 
Bruxelles,  1904. 


g\  boletín  de  la  real  academia  de  la  historia. 

American  Philosophical  Society.  Philadelphia: 

«Proceedings».  Vol.  XLin.  N**  176-178.  April-December.  1904. 
«Transactions».  Volume  Xxl  New  series.  Part  i.  Philadelphia,  1905. 
Congresso  Intemazionale  di  Scienze  Storíche.Roma: 

«Atti».   Sezione  iv  (Volume  v):  Archeologia.  Sezione  v  (Volume  ix):: 

Storia  del  Dirito,  Storia  delle  Scienze  economiche  e  sociali. 
Sezione  vni  (Volume  xii):  Storia  delle  Scienze  fisiche,  matematiche,. 

natürali  e  mediche.  Roma,  1904. 
Depósito  de  libros  del  Ministerio  de  Instrucción  pública  y  Bellas  Artes: 
«Vida  Marítima».  Revista  de  navegación  y  comercio.  Año  iv.  Números- 

115-135  (10  de  Julio  á3o  de  Septiembre  1905). 
tBoletín  Oficial  de  la  Liga  Marítima  Española».  Año  v.  Núm.  31.  Agos- 
to y  Septiembre  de  1905. 
Department  oí  the  Interior.  Ethnological  Svurvey  Publications.  Manila: 
«Negritos  of  Zambales»,  by  William  Alland  Reed.  Volume  11.  Part  i-m. 

Manila,  1904. 
Direclion  de  la  Revue  bénédictine: 

«Revue  bénédictine».  xxii*  année.  N**  2.  Avril  1905. 
Historical  and  Political  Science.  Baltimore: 

«Johns  Hopkins  University  Studies».  Series  xxii.  N"'  1-12.  January- 

December  1904.  Series  xxiii.  N**  1-2.  January-February   905. 
«The  American  Journal  of  Philology».  Vol.  xxiv.  Whole  N°  96.  October- 

December  1903.  Vol  xxv.  N'*  1-4.  Whole  97-99.  January-September^ 

Baltimore,  1904. 
Instituto  Smithsoniano  de  Washington: 

«Smithsonian  contributions  to  knowledge>.  Vol.  xxxiii.  Washington 

1904  (part  of  volume  xxxiv).  A  comparison  oí  the  íeatures  oí  the 

earth  and  the  moon  by  N.  S.  Shaler.  Washington,  1903. 
«On  the  construction  oí  a  Silvered  Glass  Telescope,  Fifteen  and  a  Halí 

Juches  in  Aperture,  and  ils  use  in  Celestial  Photographie»,  by  Henry 

Draper.  Washington,  1904. 
«Annual  report  of  the  Board  of  Regents  oí  the  Smithonian  Institution». 

Ending  June  30,  1903.  Washington,  1904. 
«Index  to  the  Litera  ture  of  Germanium,  1886- 1903».  Washington,  1904^ 
«Index  to  the  Litera  ture  oí  Gailium  1874-1903».  Washington,  1904, 
«Annual  Report  of  the  Burean  of  American  Ethnology  of  the  Secretary 

of  the  Smithsonian  Institution  1899-1900».  Washington,  1903.  (Twenty- 

ñrst  annual  report).  Twenty-second  annual  report  (1900  1901  in  two- 

parts)  Part  1-2.  Washington,  1904. 
tSmithsonian  MiscellaneousCollections».  Part  oí  volume  xuv  (N**  1417} 

Volume  xLv  (Quarterly  Issue,  Volume  i)  October-December  1903- 

Part  of  volume  xlvi  (N°  144 1).  Volume  xlvil  N°  1467. 


ADQUISICIONES  DE   LA  ACADEMIA.  95 

«Smithsonian    Miscellaneous  Collections».  Volume   xlvii   (Quarterly 

Isue).  Vol.  2,  Part  3*3.  Washington,  1904- 1905. 
«A  select  bibliographie  of  Chemistry  1492-1902».  Second  supplement. 

Washington,  1904. 
«Researches  in  helminthology  and  parasitology».  Part  oí  Vol.  xlvi. 
Washington,  1904. 
Reale  Accademia  del  le  Scienze  di  Torino  (Italia): 
«Memorie».  Serie  seconda.  Tomo  liv.  Torino,  1904. 
«Atti».  Volume  xxxix.  Disp.  8.*-i5.*  Anno  1903-1904.  Torino,  1904. 
«Osservazioni  meteorologiche  iatte  neir  anno   1903  all'  Osservatorío 
della  R.  Universitá  di  Torino  1.  Torino,  1904, 
Societá  Ligure  di  Storia  Patria.  Genova; 
«Atti».  Volume  xxxiv.  Genova,  1904. 
Societá  Reale  di  Napoli: 

«Rendiconto  delle  tomate  e  dei  lavori  dell'  Accademia  di  Archeología, 
Lettere  e  Bellc  Arti».  Nuova  serie.  Anno  xvn.  Aprile  a  Dicembre 
1903.  Anno  xvni.  Gennaio  ad  Aprile  1904.  Napoli,  1904. 
Société  Archéologique  du  Midi  de  la  France.  Toulouse: 

«Bulletini.  Revue  fondee   en   183 1.  Nouvelle  serie.  N*»  31-33.  Tou- 
louse, 1904. 
Société  des  Antiquaires  de  TOuest.  Poitiers: 

«Bulletin  et  Mémoires».  Deuxiéme  serie.  Tome  xxvii.  Année   1903. 
Poitiers,  1904. 
Société  des  Bollandistes.  Bruxelles: 

«Analecta  Bollandiana».  Tomus  xxiv.  Fase.  i*ii.  Bruxellis,  1905. 
Société  Dunkerquoise  pour  l'encouragement  des  Sciences,  des  Lettres 
et  des  Arts: 
«Mémoires».  Trente-neuviéme  volume.  Dunkerque,  1904. 
Société  de  Gréographie.  Paris: 

«La  Géographie».  Bulletin.  Année   1904.  N^  6.  15  Juin  1904.  Números 
i-6.Juillet-Décembre  1904.  Números  1-4.  Janvier-Avrilde  1905.  Paris. 
Société  d'Histoire  á  Utrecht  (Pays-Bas): 

«Willelmi  Capellani  in  Brederode  postea  monachi  et  procuratoris 

egmondensis  chronicon».  Amsterdam,  1904. 
«Bijdragen  en  Mededeelingen  van  het  Historisch  Genootschap».  Ams- 
terdam, 1904. 
Société  Historique  Algeriénne,  Alger: 

«Revue  Aíricaine».  Bulletin  des  travaux.  Quarante-huitiéme  année. 
N"»  252-255.  I*  et  4*  trimestre  du  1904.  Numero  256.   i"  trimestre 

1905.  * 
Société  Les  Amis  des  Sciences  et  Arts  de  Rochechouart: 
«Bulletin».  Tome  xra.  N°  4.  Tome  xiv.  N'**  i  et  3, 


96  BOLETÍN  DB  LA  RBÁL  ACADBMIA  DB  LA  HISTORIA. 

Société  de  Stadistíque  de  Marseille: 

cRépertoire  des  traveaux».  Tome  quaraiite-ciiiqiiiéine.O 902-1 103).  Va- 

lence,  1904. 
Université  catholique  de  Louvaio: 
«Annuaire  de  l'Unviersité  catholique  de  LouvaÍQ».  Soixante-neuviéme 

année.  Louvain,  1905. 
«Programme  des  cours».  Année  académique  1904-1905.  Louvain,  1904. 
cLe  Néo-Criticisme  de  Charles  Renouvier»,  parle  Docteur  E.  Jaussens. 

Lonvain,  1904. 
«Le  Régime  Legal  de  la  Personnifícatíon  civile  en  HoUande»,  par  Al- 

bert  Biebuyck.  Ipres,  1905. 
«Études  sur  les  théories  économiques  qui  dominérent  en  Belgique 

de  1830  á  1886»,  par  le  Docteur  P.  Michotte.  Louvain,  1904. 
«La  Typographie  á  Bnixelles  au  debut  du  xx*  siécle»,  par  le  P¿re 

J.-Laurent  M.  Perqui.  Bruxelles,  1904. 
«De  canónica  cleri  saecularis  obedientia».  Tomus  prior.  Ferdinandus 

Claeys  Bonnaert.  Louvain,  mcmiv. 
Université  de  Toulouse: 
«Aúnales  du  Midi».  Revue  de  la  France  Méridionale.  Seiziéme  année. 

N"  63  et  64.  Juillet-Octobre  1904.  N®  65.  Janvier  1905. 
«Rapport  annuel  du  Conseil  de  i'Université  (22  Décembre  i903)>.  Tou- 
louse, 1904. 
«L'assistance  publique  á  Toulouse  au  dix-huitiéme  siécle»,  par  M.  F. 

Buchalet.  Toulouse,  1904. 
«Annuaire  pour  1 'année  1904- 1905».  Toulouse,  1904. 
«Liberté  du  travail  et  solidante  vitale».  Thése  doctórale  par  Emilien 

Senchet.  Paris,  1903. 
«Essai  sur  la  méthode  de  Francisco  Sánchez,  Proiesseur  de  Philosophie 

et  de  Médecine  a  TUniversité  de  Toulouse».  Thése  doctórale  par 

Emilien  Senchet.  Paris,  1904. 
Wiscosin  Academy  oí  Sciences,  Arts,  and  Letters: 

«Transactions>.  Vol.  xiv.  Part  u.  1903.  With  twenty-two  plates.  Madi- 

son,  Wis  1904. 

DE  GOBIERNOS  EXTRANJEROS 

Elstadística  municipal  de  la  ciudad  de  Buenos  Aires  (República  Argentina). 
«Boletín  mensual».  Año  xix.  Números  5-9.  Mayo-Septiembre  1905. 

Estadística  municipal  de  la  ciudad  de  Santa  Fe  (República  Argentina). 
«Boletín».  Año  iv.  Número  15.  Abril-Junio  1905. 
«Anuario  Estadístico  de  la  ciudad  de  Santa  Fe».  (Publicado  por  la  Di- 
rección de  Estadística  municipal).  Año  1.  Santa  Fe,  1905. 

Estadística  municipal  del  Departamento  de  Montevideo  (República  Orien- 


ADQUISICIONES  DE  LA   ACADEMIA.  97 

tal  del  Uruguay).  «Boletín  meiisual>.  Año  lu.  Números  21-26.  Mayo- 
Octubre  1905. 
«Resumen  anual  de  Estadística  municipal».  (Año  11,  1904).  Montevi- 
deo, 1905. 

Gobierno  de  la  Sección  Occidental  del  Distrito  Federal  de  Caracas  (Re- 
pública de  Venezuela).  «Memoria  que  presenta  el  Gobernador  de  la 
Sección  Occidental  del  Distrito  Federal  al  Congreso  Nacional  en 
1905».  Caracas,  1905. 
«Documentos  del  general  Cipriano  Castro».  Volumen  m.  Caracas,  1905. 

Legación  de  los  Estados  Unidos  de  Méjico  en  Madrid.  «México.  Su  evo- 
lución social».  Tres  tomos  ilustrados,  en  folio  mayor,  publicados  bajo 
la  dirección  literaria  del  licenciado  D.  Justo  Sierra  y  bajo  la  artística 
de  D.  Santiago  Ballescá.  México,  1900. 

DE  ACADEMIAS  Y  CORPORACIONES  NACIONALES 

Asamblea  suprema  española  de  la  Cruz  Roja.  Madrid.  «La  Cruz  Roja». 
Revista  mensual  ilustrada,  iv  época.  Año  viii.  Números  73-74.  Julio- 
Agosto  1905. 

Asociación  Artístico -Arqueológica  Barcelonesa.  Barcelona.  «Revista». 
Año  íx.  Volumen  iv.  Números  44-45.  Abril-Septiembre  1905. 

Biblioteca  Nacional.  Madrid.  «Apuntes  para  una  Biblioteca  de  escritoras 
españolas  desde  el  año  1401  al  1833»,  por  D.  Manuel  Serrano  y  Sanz. 
(Obra  premiada  poi:  la  Biblioteca  Nacional  en  el  concurso  público 
de  1898  é  impresa  á  expensas  del  Elstado).  Tomo  il  Madrid,  1905. 

Centre  Excursionista  de  Catalunya.  Barcelona.  «Butletí».  Any  xv.  Núme- 
ros 1 26- 1 28.  Juliol-Setembre  1905. 

Centro  del  Ejército  y  de  la  Armada.  Madrid.  cEl  Ingenioso  Hidalgo  Don 
Quijote  de  la  Mancha».  Compuesto  por  Miguel  de  Cervantes.  Nueva 
edición  publicada  por  D.Juan  Antonio  Pellicer  en  1797  y  dedicada 
á  conmemorar  el  III  Centenario  de  la  publicación.  Madrid,  1905. 

Comisión  provincial  de  Monumentos  de  Orense.  «Boletín».  Tomo  11.  Nú- 
meros  44-46.  Mayo-Octubre  1905. 

Institución  libre  de  Enseñanza.  Madrid.  «Boletín».  Año  xxix.  Números 
544-548.  Julio-Noviembre  1905. 

Instituto  general  y  técnico  de  Jerez.  «Memoria  del  curso  de  1902  á  1903». 
Jerez,  1904. 

Instituto  general  y  técnico  de  Zaragoza.  «Memoria  del  curso  de  1903  á 
1904».  Zaragoza,  1904. 

Instituto  de  Reformas  Sociales.  «Estadística  de  los  accidentes  del  trabajo 
ocurridos  el  año  i904».Madríd,  1905. 

Instituto  de  Sociología.  Madrid.  «Boletín».  Tomo  i.  Núm.  5.  Julio  1905. 


n 


9^  BOLETÍN  DE  LA  REAL  ACADEMIA  DB  LA  HISTORIA. 

Junta  local  del  Boletín  del  III  Centenario  del  Quijote.  Alcalá  de  Henares. 
«Boletín».  Números  6  y  último.  Alcalá  de  Henares.  Mayo  1905. 

Liga  Marítima  Española,  Madrid.  «Boletín  oñcial».  Año  v.  Números  31-32. 
Julio-Octubre  1905. 

«Vida  Marítima».  Revista  de  Navegación  y  de  Comercio.  Madrid.  Año  iv. 
Números  128-143.  Julio-Diciegibre  1905. 

Real  Academia  de  Buenas  Letras  de  Barcelona.  «Boletín».  Año  v.  Núme- 
ros 18-19.  Barcelona,  1905. 

Real  Academia  de  Ciencias  y  Artes  de  Barcelona.  «Memorias».  Tercera 
época.  Volumen  v.  Núm.  15.  Barcelona,  1905. 

Real  Academia  de  Ciencias  Exactas,  Físicas  y  Naturales.  «Revista».  To- 
mo 11.  Núm.  5.  Madrid  5  de  Junio  de  1905.  Tomo  iii.  Núm.  2  (Agosto 
de  1905).  Madrid,  1905. 
€  Memorias».  Tomo  xxn  (Curvas  especiales  notables),  por  D.  J.  Gómez 

Teixeras.  Madrid,  1905. 
«Discursos  leídos  ante  la  Real  Academia  de  Ciencias  Exactas,  Físicas  y 
Naturales,  en  la  recepción  pública  del  Sr.  D.  Vicente  Ventosa  y  Mar- 
tínez de  Velasco  el  día  5  de  Noviembre  de  1905».  Madrid,  1905. 

Real  Academia  de  Ciencias  Morales  y  Políticas.  Madrid.  «Memorias». 
Tomo  IX.  Madrid,  1905. 
«Crédito  Agrícola»,  por  el  doctor  en  Derecho  D.  Luis  Redonet  y  López 
Dóriga.  Memoria  premiada  por  dicha  Real  Academia.  Madrid,  1905. 
«Estudio  crítico  de  la  crisis  monetaria».  Memoria  presentada  por  don 
Andrés  Barthe  y  Barthe  al  concurso  extraordinario  para  la  adjudica- 
ción del  «Premio  del  Conde  de  Toreno»,  en  el  bienio  de  1902  á  1904. 
Madrid,  1905. 
«Estudio  crítico  de  la  crisis  monetaria. — Memoria  que  obtuvo  el  «Pre- 
mio del  Conde  de  Toreno»  concedido  por  la  Real  Academia  de  Cien- 
cias Morales  y  Políticas,  en  el  quinto  concurso  extraordinario,  escrita 
por  D.  José  María  Jiménez  y  Rodríguez».  Madrid,  1905. 
«Estado  social  que  refleja  el  Quijote».  Discurso  premiado  en  el  con- 
curso extraordinario  abierto  para  conmemorar  el  tercer  centenario 
de  la  publicación  de  «El  Ingenioso  Hidalgo  Don  Quijote  de  la  Man- 
cha», escrito  por  D.  Julio  Puyol  y  Alonso.  Madrid,  1905. 
«Estado  social  que  refleja  el  Quijote».  Discurso,  también  premiado  en 
dicho  certamen,  escrito  por  D.  Ángel  Salcedo  y  Ruiz.  Madrid,  1905. 

Real  Academia  de  Medicina.   «Anales».  Tomo  xxv.  Cuadernos  2.°  y  3.** 
15  de  Julio  de  1905.  Madrid,  1905. 
«Farmacopea  Oñcial  Española».  Séptima  edición.  Madrid,  1905. 

Real  Sociedad  Geográfica.  Madrid.  «Revista  de  Geografía  colonial  y  mer- 
cantil», publicada  por  la  Sección  de  Geografía  comercial.  Actas  de 
las  sesiones  y  biografía  geográfica.  Año  ix.  Tomo  iil  Números  4-5. 


ADQUISICIOMI^  DE   LA   ACADEMU.  99 

«Boletín»,  Tomo  xlvu.  Segundo  trimestre  de  ,1905.  Núm.  6.  Tomo  xlvii* 
Tercer  trimestre  de  1905.  Núm.  7. 

Sociedad  Arqueológica  Luliana.  Palma  (Baleares).  «Boletín».  Tomo  x. 
Noviembre-Diciembre  1904.  Janer-Maig  1905. 

Sociedad  Castellana  de  Excursiones.  Valladolid.  ^Boletín».  Año  iii.  Nú- 
mero 31-35.  Julio-Noviembre  1905. 

Saciedad  Española  de  Salvamento  de  Náufragos.  Madrid.  «Boletín».  Nú- 
meros ccxLin-ccxLvii.  Agosto-Diciembre  1905. 

Sociedad  General  Azucarera  de  España.  «Memoria  leída  en  la  Junta  ge-^ 
neral  ordinaria  de  accionistas  el  día  30  de  Noviembre  de  1905», 

Universidad  de  Barcelona.  «El  Poder  Judicial  en  la  Corona  de  Aragón»  ► 
Tesis  doctoral  por  D.  Andrés  Jiménez  Soler.  Barcelona,  1901. 

Universidad  Central.  «Memoria  del  cxirso  de  1903  á  1904  y  anuario  del 
de  1904  á  1905  de  su  distrito  universitario».  Madrid,  1905. 
«Examen  de  los  escritos  autobiográficos  de  navegantes  y  conquistado- 
res españoles  en  América».  Tesis  doctoral  por  D.  Manuel  Serrano  y 
Sanz^  Madrid^  i905< 
«La  propiedad  privada  en  las  guerras  marítimas».  Tesis  doctoral  por 

D.  Mariano  de  la  Paz  Gómez  y  Rodríguez.  Madrid,  1905. 
«Discurso  leído  en  la  Universidad  Central  en  la  solemne  inauguración 
del  curso  académico  de  1905  á  1906,  por  el  Excmo.  Sr.  D.  José  Eche- 
garay  y  Eizaguirre».  Madrid,  1905. 

Universidad  literaria  de  Granada.  «Discurso  leído  en  la  solemne  apertura 
del  curso  académico  de  1905  á  1906,  en  dicha  Universidad»,  por  el 
Doctor  D.  Francisco  de  P.  Villa-Real  y  Valdivia.  Granada,  1905. 
«Reseña  del  acto  literario  celebrado  en  la  Universidad  de  Granada  el 
día  8  de  Mayo  de  1905,  en  homenaje  á  Miguel  de  Cervantes  Saavedra 
de  la  publicación  del  Quijote».  Granada,  1905. 

Universidad  Literaria  de  Oviedo.  «Memoria  correspondiente  al  curso  de 
1903  á  1904  y  Anuario  para  el  de  1904  á  1905».  Oviedo,  1905. 
«Discursos  leídos  en  la  solemne  apertura  del  curso  académico  de  1905 
á  1906»,  por  el  Sr.  Fernández  Pérez  Rubio.  Oviedo,  1905. 

Universidad  de  Salamanca.  «Discurso-  leído  en  la  Universidad  de  Sala- 
manca en  la  inauguración  del  curso  académico  de  1905  á  1906»,  por 
el  Doctor  D.  Ramón  Carranza  Ibáñez.  Salamanca,  1905. 

Universidad  de  Sevilla.  «Discurso  inaugural  leído  en  la  solemne  aper- 
tura del  curso  académico  de  1905  á  1906  ante  el  claustro  de  dicha 
Universidad»,  por  el  Doctor  D.  Federico  Relimpio  y  Ortega,  Sevi- 
lla, 1095. 

Universidad  de  Valladolid.  «Discurso  leído  en  la  Universidad  de  Vallado- 
lid  en  la  solemne  inauguración  del  curso  académico  de  1905  á  1906». 
por  el  Doctor  D.  Antonio  Simonena  Zabalegui.  Valladolid,  1905. 


lOO  COLETÍN    DE  L/l   REAL  ACADEMIA  DE  LA   HISTORIA. 

«Datos  estadísticos  de  la  enseñanza  en  el  curso  de  1903  á  1904  y  Anua< 
rio  del  curso  de  1904  á  1905.  Valladolid. 


DE  ACADEMIAS  Y  CORPORACIONES  EXTRANJERAS 

Académie  des  Inscriptions  et  Belles  Lettres,  París.  «Comptes  rendus  des 

séances  de  l'année  1905».  Bulletin  de  Mai-Aoút  París,  mdccccv. 
Académie  Royale  des  Sciences  et  des  Lettres  de  Danemark.  Copenhague. 

«Bulletin».  N°«  4  et  5.  Kobenhavn,  1905. 
«Les  pronoms  démonstratifs  de  l'ancien  arménien»,  par  Holger  Peder- 
sen.  Kobenhavn,  1905. 
Académie  des  Sciences  de  Cracovie.  «Bulletin  International».  N**  3-7. 

Mars-Juillet  1905. 
Ateneo  de  Lima.  Perú.  «El  Ateno»,  órgano  del  Ateneo  de  Lima.  Tomo  vi. 

Núm.  36.  Segundo  trimestre  de  1905. 
Biblioteca  pública  de  la  provincia  de  Buenos  Aires.  La  Plata.  (República 

Argentina).  «Boletín».  Año  vii.  Núm.  81.  Mayo  1905. 
«Registro  oficial  de  la  provincia  de  Buenos  Aires.  Julio-Diciembre 

de  1904».  La  Plata,  1905. 
Biblioteca  Nazionale  Céntrale  di  Firenze.  Italia.  «Bolletino  delle  pubbli- 

cazioni  italiane  ricevute  per  diritto  di  Stampa».  N**  55-59.  Luglio- 

Novembre  1905. 
Canadian  Institute.  Toronto.  «Transactions».  Vol.  vm.  Part  i.  N°  16.  Sep- 

tember  1905. 
Catholic  Liniversity  of  America.  Washington.  «The  Catholic  University 

Bulletin».  Whole  N°  xLra,  N®  3.  July  1905.  Whole  N®  xliv.  Octo- 

ber  1905. 
Centro  Asturiano  de  la  Habana.  «Pollinería  andante».  Compuesta  por 

D.  Atanasio  Rivero.  Habana,  1905. 
Der  Antiquarischen  Gesellschaft  in  Zürich.  (Sociedad  de  anticuarios  de 

Zurich).  «Mitteilungén»  Band  xxvi.  Heft  3.  Zürich,  1905. 
Faculté  des  Lettres  de  Bordeaux  et  des  Universités  du  Midi  (Anuales  de 

la),  Bordeaux.  «Bulletin  Hispanique».  Tome  vii.  N**  3-4.  Juiliet-Dé- 

cember  1905. 
«Revue  des  Études  Anciennes».  Tome  vü.  N®'  3-4.  Juillet-Décem- 

ber  1905. 
«Bulletin  Italien».  Tome  v.  N"  3-4.  Juillet-Décember  1905. 
Faculty  oí  Political  Science  oí  Columbia  University.  New- York.  «Poli tica  1 

Science  Quarterly».  Volume  xx.  Number  3.  September  1905. 
Instituto  do  Ceará.  Fortaleza  (República  del  Brasil).  «Revista  trimensual». 

Anno  xix.  Tomo  xix.  i.°  e  2.°  trimestres  de  1905. 


ADQUISICIONES  DB  LA  ACADEMIA.  lOI 

Instituto  Científico  y  Literario  «Porfirio  Díaz».  Toluca  (México).  «Bole- 
tín». Tomo  VII.  Nüm.  ii.  1905. 

Instituto  Histórico  e  Geographico  Brazileiro.  Río  de  Janeiro.  «Revista 
trimensual».  Tomo  Lxni.  Parte  11.  TomoLxv.  (3.°  e  4.**  trimestres). 
1903. 

Instituto  Paraguayo.  Asunción  (Paraguay).  «Revista».  Año  vi.  Núm.  50. 
1905 

Historical  Society  oí  Pennsylvania.  Philadelphia.  «The  Pennsylvania  Ma- 
gozine  oí  History  and  Biography».  Vol.  xxix.  N^  115.  July  1905. 

Historical  Society  oí  Quebec.  «Blockade  oí  Quebec  in  1775- 1776  by  the 
American  Revolutionists».  Quebec,  1905. 
«Transactions».  Sessions  oí  1903  to  1905.  N^  35.  Quebec,  1905. 

Historischen  und  Antiquarischen  Gesellschaft  zu  Basel.  «Herausgegeben». 
v  Band.  i  Heít.  Base!,  1905. 

Museo  Nacional  de  México.  México.  «Anales».  Segunda  época.  Tomo  11. 
Números  3-9.  1905. 

Museu  Etimológico  Portugués.  Lisboa.  «O  Archeologos  Portugués».  Volu- 
me  X.  N**  1-6.  Janeiro-Setembro  1905. 

Koniglich  Preussischen  Akademie  der  Wissen  chai  ten.  Berlín.  «Sitzungs- 
berichte».  xxin-xxviii.  Mai-Juli  1905. 

Koninklijke  Akademie  van  Wetenschappen  te  Amsterdam.  «Die  lex  ro- 
mana canonice  compta,  Romisches  Recht  un  frühmittelalteriichen 
Italien,  in  systematischer  Darstellung».  Deel  vi.  N®  i.  Amster- 
dam, 1905. 

K.  B.  Akademie  der  Wissenschaíten  zu  München.  «Sitzungsberichte  der 
philosophisch-philologischen  und  der  historischen  klasset.  Heít  u-iii. 
München,  1905. 

Kr.  Hrvatsko-slavonsko-Dalmatinskog  Zemaljskoga  Arkiva.  Zagreb. 
«Ujestuik».  Godina  vii  .  Sveska  3-4.  1905. 

Real  Academia  de  Ciencias  de  Amsterdam.  «Fanum  Apollinis».  Carmen 
praemio  áureo  ornatum  in  certamine  poético  hoeuiftiano.  Amstelo- 
dami,  MCMV. 

Real  Associagfio  dos  Architectos  Civis  e  Archeologos  Portuguezes.  Lis- 
boa. «Bolletim».  Quarta  serie.  Tomox.  N*'  3-6.  1905. 

R.  Accademia  della  Crusca.  Firenze.  <  Atti>.  (Anno  accademico  1903-1904.) 
Adunanza  pubblica  del  di  27  Gennaio  1905. 

Reale  Accademia   dei  Lincei.  Roma.   «Atti».   Anno  cccii.  Rendiconto 
dell'adunanza  solenne  del  4  Giugno  1905.  Vol.  iii. 
«Atti>.  Anno  ccci,  1904.  Serie  quinta.  Notizie  degli  Scavi  di  Antichitá. 

Volume  I.  Indici  per  l'anno  1904.  Volume  11.  Fasc;   1-7.  1905. 
<Rendiconti>.  Classe  di  scienze  morali,  storiche  e  filologiche.  Serie 
quinta.  Vol.  xiv.  Fase.  1-6.  1905. 


102  boletín  de  la  real  academia  de  la  historia. 

K.  Deputazione  Véneta  di  Storia  Patria.  Veneaia^  «Nuovo  Archivio  Ve- 
neto».  Nuova  serie.  Tomo  ix.  Parte  ii.  N*"    58-59.  1905. 
R.  Societá  Romana  di  Storia  Patria.  Roma.  «Archivio  della>.  Vol.  xxviil 

Fase.  MI.  1905. 
Sociedad  J 11  ríd ico-Literaria.  Quito  (Ecuador).  cRevistai.  Año  iv,Tomo  vi. 

Números  35-39.  Mayo-Septicmbre  1905. 
Sociedade  Scientifica  de  Sao  Paulo.  Brazil.  «Revista».  N**  1-2.  Junho-Se- 

tembro  1905. 
Societá  di  Storia,  Arte,  Archeologia  della  Provincia  di  Alessandria.  Italia. 
«Rivista  di  Storia,  Arte,  Archeologia  della  Provincia  di  Alessandriai. 
Anno  XVI.  Fase,  xix  (Serie  u;.  Luglio-Settembre  1905. 
«Gli  Statuti  mediti  di  Rosignano».  Fase.  8.  Alessandria,  1905. 
Societá  Storica  Lombarda.  Milano.  «Archivio  Storico  Lombardo».  Serie 

quarta.  Fase,  vi-vii.  Giugno-Settembre  1905. 
Societá  Storica  Sarda.  Cagliari.  «Archivio  Storico  Sardo».  Volume  i.  Fas- 

cicolo  i-n.  1905. 
Société  des  Antíquaires  de  l'Ouest.  Poitiers  (France).  «BuUetin  ».Deuxiéme 

serie.  Tome  dixiéme.  Deuxiéme  trimestre  de  1905.  (Avril-Juin). 
Société  des  Études  Julves.  París.  «Revue  des  Études  Juives».  Tome  l. 

N°  ICO.  Avril-Juin  1905. 
Société  de  Géographie  et  d'Archéologie  de  la  province  d'Oran.  Oran. 
(Algérie).  «BuUetin  trimestriel  de   Géographie  et  d'Archéologie». 
Vingt-huitiéme  année.  Tome  xxv.  Fascicule  ciii-civ.  Avril-Septem- 
bre  1905. 
Société  des  Langues  Romanes.  Montpellier.  «Revue».  Tome  xlviii  (v*  se- 
rie); Juillet-Décembre  1905. 
Société  Nationale  des  Antiquaires  de  France.  Paris.  «BuUetin».  2*  trimes- 
tre, 1905. 
«BuUetin  et  Mémoires».  Septiéme  serie.  Tome  quatri6me.  Mémoires 
Í903.  Fascicule  supplémentaire.  Paris,  1905. 
The  Hispanic  Society  of.  America.  «Constitution».  New- York,  1904. 
Universidad  de  Chile.  Santiago  de  Chile.   «Anales  de  la  Universidad». 
Tomos  cxiv-cxv.  Año  62.  Noviembre-Diciembre  de  1904.  Año  63. 
Tomos  cxvi-cxvn.  Enero-Junio  1905. 
Universidad  de  la  Habana.  «Revista  de  la  Facultad  de  Letras  y  Ciencias». 

Vol.  L  Números  1-3.  Julio-Noviembre  1905. 
Universidad  Nacional  de  la  República  del  Paraguay.  «Anales».  Publica- 
ción trimestral.  Año  vl  Tomo  vi.  Primer  y  segundo  número.  Asun- 
ción, 1905. 
Universitáts-Bibliothek  in  Heidelberg.  iNeue  Heidelberger  Fahrbücher 
Herausgegeben  vom  Historisch-Philosophischen  Vereine  zu  Heidel- 
berg». Jahrgang  xiv.  Heft.  i. 


ADQUISICIONES  DE  LA   ACADEMIA.  103 

Univcrsité  de  Fribourg  (Suisse).  cProgramme  des  cours».  Semestres  d'été 
ct  d'hiver  1905. 

«Autorités,  Proffesseurs  et  étudians».  Semestre  d'hiver  (1904- 1905).  Se- 
mestre d'été  1905. 

cEtude  grammaticale  sur  le  latin  de  S/Filastrius».  Thése  doctórale  de 
P.  C.  Juret.  Erlangen,  1904. 

«La  tentative  complexe  et  le  Désístement  volontaire»,  par  J.  Musy. 
Fribourg,  1905. 

«De  Taction  du  soufre  sur  racénaphténe>,  par  Paul  Bachmann.  Fri- 
bourg. 

«Etudes  sur  le  Phenylacénaphtylméthame»,  par  Eligió  Dotta.  Fribourg. 

«Rapport  sur  l'année  académique  1903-1904»,  par  le  Dr.  Hugo  Oser. 
Fribourg,  1905. 

«Du  íondement  intellectuel  de  la  morale  d'aprés  AHstóte»,  par  M.  Gi- 
llet  O.  P.  París,  1905. 

«Etude  sur  la  Charge  des  Condensateurs»,  par  Romain  de  Wybra- 
Dowski.  Fribourg,  1905. 

«L'Ecole  primaire  Fribourgeoise  sous  la  République  Hclvétique  1798- 
1803»,  par  Eugéne  Duval.  Pribourg,  1905. 

«Esposizione  della  teoría  delle  somme  di  Gauss  e  di  alcuui  teoremi  di 
Eisenstein»,  por  Marco  Salvadori.  Pisa,  1904. 

<La  Legge  Ticinese  del  38  Gennaio  1886»,  por  Eurico  Maspoli.  Luga- 
no, 1905. 

«Franz  Guillimann»,  von  Dr.  Johann  Kálin.  Freiburg,  1904. 

«Hymnarium  Parisiense»,  von  Cari  Weinmann.  Freiburg,  1904. 

«Das  Buch  Kohelet»,  von  Vincenz  Zapletal.  Freiburg,  1905. 

«Neumenkunde»,  von  Peter  Wagner.  Freiburg,  1905. 

«Ober  den  Bau  und  die  Funktion  der  Antipoden  in  der  Angiospermen- 
Samenanlage»,  von  Kourad  Ló^scher.  München,  1905. 

«Das  studien  programen  der  íranziskaner  schulen»,  von  Dr.  Hilarien 
Felder.  Freiburg,  1904. 

«Beitrag  zur  kenntnis  der  géologischen  und  topographischen  Verhált- 
nisse»,  von  Dr.  Jan  Pradzynski.  Freiburg,  1905. 

«Beitrag  zur  Kenntnis  der  géologischen  und  topographischen  Verhált- 
nis&e  im  südwestlichcn  Teile  des  Brunnenmassivs»,  von  Jan  Prad- 
zynski. Freiburg,  1905. 

«Das  studien  programm  der  Franziskanerschulen»,  von  P.  Dr.  Hilarien 
Felder.  O.  Cap.  Freiburg,  1904. 

«Die  Freiburgische  Geschichtschreibung  in  Neuerer  Zeit»,  von  Prot. 
Dr.  Albert  Büchi.  Freiburg,  1905. 

«Ober  den  Bau  und  die  Funktion  der  Antipoden  in  der  Angiospermen- 
Samenanlage»,  von  kaurad  Lótscher.  München,  1905. 


104  BOLETÍN   DB  LA   REAL  ACADEMIA  DE  LA   HISTORIA. 

<Die  Entwiklungsgeschichte  der  kaDOoistisch-scholastíschen  Wucher- 

lehre»,  von  Karl  Lessel,  lie.  jur.  Luxemburg,  1905. 
«Das  Konverseninstitut  des  Cisterzienserordcns  in  seinem  Ursprung 

und    seiner    Organisation»,    von   Dr.    Eberhard   Hoffmann.   Frei- 

burg,  1905. 
<Über  die  Eiowirkung  von  Diazohydraten  auí  Oxim}noverbindungen>, 

von  Dr.  Harry  Valdemar  Bresler,  Frciburg,  1905. 
«Die  litterarische  Kritik  in  Ciceros  Brutus^^  von  P.  Rupert  Haenni 

O.  S.  B.  Samen,  1905. 
«Der  Mádchenhandel»,  von  S.  Mexin.  Basel,  1904. 
«Lukian  und  die  altattische  Komddie».  Lie.  phil.  P.  Ildephons  Leder- 

geber.  Einsiedeln,  '905. 
«Beitráge  zur  Polnischen  Wortbildung»,  von  Ti  tus  Benni.  Leipzig,  1905. 
«Die  Litauer  unter  dem  Koning  Mindowe»,  von  Johann  Totoraitis.  Frei- 

burg,  1905. 
«UntersuchuQgen  über  eine  Allemannische  Evangelien-Handschrít  der 

Stadtbibliothek  in  Züricht,  von  Jakob  Baldegger.  Halle,  1904. 
Université  Royale  de  Norvége  á  Cristiania.  «Gamle  Personnavne  i  Nors- 

ke  Stedsnavne».  Eíterladt  arbeide  oí  O.  Rygh.  Kristiania,  1901. 
«Srensgreve  Johan  Gaspar  Hermán  Wedel  Farlsberg.    (i- 1779- 18 12) 

(11- 1 813-18 14)  (111-1815-1840).  Kristiania,  1902. 

DE  PARTICULARES  NACIONALES 

Abad  (Reverendo  Padre  Camilo  María)  de  la  Compañía  de  Jesús.  «El  Culto 
de  la  Inmaculada  Concepción  en  la  ciudad  de  Burgos».  Madrid,  1905. 

Criado  y  Domínguez  (Sr.  D.  Juan  Pedro).  «Bibliograíía  de  la  Cruz  Roja 
.    Española».  Madrid,  1905. 

Destruge  (D.  Camilo).  «Álbum  biográñco  ecuatoriano».  Tomos  i-iv.  Gua- 
yaquil (República  del  Ecuador).  Año  de  1904. 

Elscosura  y  Tablares  (Sr.  D.  Julio).  «Ensayos  electrolíticos  prácticos». 
Madrid,  1905. 

Formoso  Lamas  (D.  Manuel).  «Apuntes  para  la  historia  de  Chantada». 
Madrid,  1905. 

Gallardo  Lobato  (Sr.  D.  Juan).  «El  Problema  agrario  en  Andalucía».  Je- 
rez, 1905. 

Grandes  (Sr.  D.  Fortunato).  «Apuntes  históricos  de  Salvatierra».  Vitoria, 
1905. 

Linares  Enríquez  (Sr.  D.  Antonio  de).  «Historia  de  la  viruela  y  su  profila- 
xis». Málaga,  1905. 

Luna  (Excmo.  Sr.  Duque  de).  «Álbum  Cervantino  Aragonés  de  los  traba- 
jos literarios  y  artísticos  con  que  se  ha  celebrado  en  Zaragoza  y  Pe- 


ADQUISICIONES  DE.  LA  ACADEMIA.  Í05 

drola  el  III  CenteDario  de  la  edición  príncipe  del  «Quijote».  Publí-* 

calo  la  Excma.  Sra.  Duquesa  de  Villahermosa.  Año  1905.  Madrid. 
Manjón  (D.  Andcés).  «Hojas  del  Ave  María».  Granada.  (£1  Liberalismo  es 

la  caricatura  de  la  libertad  ó  el  ridículo).  Hojas  41-52.  Granada,  1905. 
Miret  y  Sans  (Joaquim).  «Sempre  han  tingut  béch  les  oques.  Apunt^cions 

per  la  historia  de  les  costumes  privades».  Barcelona,  1905. 
Obanos  (Sr.  D.  Federico).  cLa  Marina  en  el  bloqueo  de  la  Isla  de  León 

(1810  á  1812)».  Madrid,  ucmc. 
Ortiz  del  Barco  (Sr.  D.  Juan).  «Cartas  marítimas»  (Segunda  tirada).  Cova- 

donga,  1903. 
«Mares  territoriales».  Cádiz,  1905. 
Pellicena  Camacho  (Sr.  D.  Joaquín).  «Los  últimos  repatriados».  Manila, 

1904. 

Rodríguez  Martín  (D.  M.).  «Mares  territoriales».  Cádiz,  1905. 

Ruiz  y  Valarino  (Excmo.  Sr.  D.  Trinitario).  «Memoria  elevada  al  gobier- 
no de  S.  M.  en  15  de  Septiembre  de  1905  por  el  Fiscal  del  Tribunal 
Supremo».  Madrid,  1905. 

Saleta  (Sr.  D.  Honorato  de).  «Un  libro  más».  Zaragoza,  1905. 

Serrano  y  Sanz  (D.  Manuel).  «Compendio  de  Historia  de  América». 
Barcelona,  1905. 

Thayer  Ojeda  (D.  Tomás).  «Santiago  durante  el  siglo  xvi».  Santiago  de 
Chile,  1905. 

Ureña  y  Smenjaud  (Sr.  D.  Raíael).  «La  Legislación  Gótico-hispana».  Ma- 
drid, 1905. 

Ventalló  Vintró  (D.  José).  «Historia  de  la  industria  lanera  catalana.  Mono- 
grafía de  sus  antiguos  gremios».  Tarrasa,  1904. 


DE  PARTICULARES  EXTRAKJEROS 

Acosta  de  Samper  (Sra.  doña  Soledad).  «Celebración  del  tercer  cente- 
nario déla  publicación  del  «Quijote»  en  Bogotá  en  30  de  Mayo  de 
1 905  > .  Bogotá,  1 905. 

Alisada  Negreiros  (Mr.  A.  d').  «L'Agriculture  dans  les  Colonies  Portu- 
gaiscs».  París,  1905. 

Al  ves  Pereira  (Sr.  D.  Félix).  «Paginas  Archeologicas.  Antiguidades  de 
Vianna  do  Alemtejo».  Lisboa,  1905. 

Besson  (D.  Pablo).  «La  separación  de  la  Iglesia  y  el  Elstado  ó  la  abolición 
del  Patronato  Eclesiástico».  Buenos  Aires. 

Campion  (M.  Honoré).  Editor.  Quai  Vol taire,  9,  Paris.  «Les  druides  et 
les  dieux  cel tiques  a  forme  d'animaux»,  por  H.  d'Arbois  de  Jubain- 
ville.  Paris,  1906 

TOMO  XLVIIL  8 


I06  BOLETÍN  DE  LA  REAL  ACADEMIA  DE  LA  HISTORIA. 

Carrera  y  Justiz  (Sr.  D.  F.)  c  Introducción  á  la  historia  de  las  instituciones 

locales  de  Cuba>.  Tomos  i  y  ii.  Habana,  1905. 
Cunha  Barboza  (Dr.  Antonio  da).  «Estados  Historíeos».  Río  de  Janeiro. 

Imprenta  Nacional,  1899. 
Champault  (M.  Philippe).  «Phéniciens  et  Grecs  en  Italie  d'aprés  l'Odys- 

sée».  París,  1905. 
Delorme  (M.  Emmanuel).  cLes  emblémes  de  llnquisition  d'Espagnei. 

Toulouse,  1905. 
Desdevises  du  Dezert  (M.  G.)  «Souvenirs  d'EmmanuelFrédéríc  Sprün- 

gen>.  (Extrait  de  la  Revue  Hispanique,  tome  xi).  París,  1905. 
Dognée  (M.  Eugéne).    «Jeant  Friquet  (1593- 1667)»,  por  Emile  Longin 

Besan^on,  1905. 
«Deux  études  sur  S.  Pierre  Fourier»,  por  Emile  Longin.  Vesoul,  1905. 
Faítlovich  (M.  Jacques).    <Notes  d'un  voyage  chez  les  Falachas  (juiís  á 

d'Abyssinie)».  Paris,  1905. 
Feliciani  (Sr.  Dr.  Nicola).  «Alborí  e  Penourbre».  Recanati,  1905. 
Fernández  Guardia  (D.  Ricardo).  «Historia  de  Costa  Rica.  El  descubri- 
miento y  la  conquista».  San  José,  1905. 
Franco  (M.  M.)   «Histoire  et  littérature  juives  pays  par  pays».  N^  i 

(Espagne);  n°  2  (France). 
Fortes  (Sr.  D.  José).  «Restos  de  urna  villa  lusitano-romana».  (Povoa  de 

Varzim).  Porto,  1905. 
«As  fíbulas  do  Noroeste  da  Península».  Porto,  1905. 
García  Acevedo  (D.  Daniel).  «Contríbución  al  estudio  de  la  cartografía  de 

los  países  del  Río  de  la  Plata».  Montevideo,  1905. 
Glaser  (Von  Eduard).  «Suwá'und  al-'Uzzá  und  die  altjemenischen  Ins- 

chriften».  Müochen,  1905* 
Guimariies  (Sr.  D.  Rodolpho).  «Un  manuscrit  intéressant».  Lisbonne,  1905. 
Lara  (Sr.  D.  Justo  de).  «Cervantes  y  el  Quijote.  El  hombre,  el  libro  y  la 

época».  Habana,  1905. 
Lera  (Sr.  D.  C.  A.)  «Primeras  relaciones  oficiales  entre  el  Japón  y  España 

.  tocantes  á  México».  Tokio,  1905. 
Mac  Lehose  (James),  Editor,  Glasgow  (Escocia).  «Scottish  Historical  Re- 

view».  N**  5.  October  1904. 
Miranda  (Sr.  D.  Julián  O.)  «Compendio  de  Historia  Nacional  (1830-1894)». 

Segunda  edición.  Montevideo,  1905. 
Molina  Solís  (Sr.  D.  Juan  Francisco).  «El  primer  obispado  de  la  Nación 

Mejicana».  Mérida  de  Yucatán,  1897. 
«Historia  de  Yucatán  durante  la  dominación  española i.  Mérida  de  Yu- 
catán, 1904. 
«Historia  del  descubrimiento  y  conquista  de  Yucatán,  con  una  reseña 

de  la  Historia  antigua  de  esta  península».  Mérida  de  Yucatán,  1896. 


.»  ,v 


ADQUISICIONES  DE   LA   ACADEMIA. 


107 


Ortega  y  Pérez  Gallardo  (D.  Ricardo).  «Historia  genealógica  de  las  fami- 
lias más  antiguas  de  México  >.  Tercera  edición.  México,  1905. 
Tagliano  (Sr.  D.  Aw.  Emilio  M.)  cLa  Repubblica  di  S.  Marino».  Roma,  1905. 
Piette  (Mr.  Edouard).  cConséquences  des  mouvements  sismiques  des 
régions  polaires>.  Angers,  1902. 
«La  Collection  Piette  au  Musée  de  Saint-Germain>,  par  Salomón  Rei- 

nach.  Paris,  1902. 
«Etudes  d'ethnographie  préhistorique».  Paris,  1904. 
«Sur  une  gravure  du  Mas-d'Azih.  Paris,  1903. 
«Gravures  du  Mas-d'Azil  et  statuettes  de  Mentón».  Paris,  1902. 
«Classifícation  des  sédiments  formes  dans  les  cavernes  pendant  I'age 

du  renne».  Paris,  1904. 
«Ecritures  de  I'age  glyptique».  Paris,  1905. 
Pólit  (Sr.  Dr.  D.  Manuel  María),  «ta  familia  de  Santa  Teresa  en  América 
y  la  primera  carmelita  americana».  Publicado  en  Friburgo  de  Brís- 
govia  (Alemania),  1905. 
Rodríguez  García  (Sr.  Dr.  D.  José  A.)  «Bibliografía  de  la  gramática  y  le- 
xicografía castellanas  y  de  sus  estudios  añnes».  Habana,  1904. 
«Vida  de  Cervantes  y  juicio  del  Quijote».  Habana,  1905. 
-Sampaio  (D.  Alberto).  As  Villas  do  Norte  de  Portugal >.  Estudo  sobre  as 

origens  e  estabelecimiento  da  propriedade.  Porto,  1903. 
^ntos  Lucas  (Mr.  le  Dr.  A.)  Quelques  mots  sur  les  Mathématiques  en 
Portugal.  Notice  et  défense  des  travaux  d'Antoine  Cabreira».  Lis- 
bonne,  1905. 
Sorbelli  (Sr.  D.  Albano).   «II   trattato  di  S.  Vincenzo  Ferrer  intomo  al 
grande  scisma  d'Occidente».  Seconda  edizione  rifalta.  Bologna,  1906. 
"Tello  Mendoza   (Excmo.  Sr.  General  R.)   «Documentos  que  refutan 
contundentemente  las  informaciones  del  Dr.  Lucas  Caballero  eü  el 
interview  suyo  publicado  en  el  núm.  2.273  de  «El  Porvenir»  de  Car- 
tagena (República  de  Colombia)».  Caracas,  1905. 
«Viaje    del  general  Cipriano  Castro,  Presidente  de  la  República,  al 
Centro,  Sur  y  Oriente  de  Venezuela,  en  Abril  y  Mayo  de  1905».  Ca- 
racas, 1905. 
«Comentarios  á  los  Mensajes  del  general  Cipriano   Castro».    Cara- 
cas, 1905. 
«Documentos  del  general  Cipriano  Castro».  Volumen  iv.  Caracas,  1905. 
«Juramento  de  Bolívar  en  el  Monte  Sacro  en  1805».  Caracas,  1905. 
Urien  (Sr.  D.  Carlos  M.)  «Geografía  Argentina».  Estudio  histórico,  físico, 
político,  social  y  económico  de  la  República  Argentina».  Buenos 
Aires,  1905. 


•  ^*> 

-vi. 

^: 

■■'A 


■'\| 


•■ :  < 

■■ni 

»•' 

f  ^' 


*'\ 


1 


I08  BOLETÍN   DE  LA   REAL  ACADEMIA   DE   LA  HISTORIA. 


PUBLICACIONES   NACIONALES  RECIBIDAS  POR  CAMBIO   CON   EL  BOLETÍN 

«Boletín  de  Santo  Domingo  de  Silos».  Burgos.  Año  vn.  Números  10-13. 
Agosto-Octubre.  Año  viii.  Números  1-2.  Noviembre-Diciembre  1905. 

«£1  Eco  Franciscano».  Santiago  (Coruña).  Año  xxil  Números  2S5-295. 
Julio-Diciembre  1905. 

«La  Ciudad  de  Dios*.  Revista  quincenal  religiosa,  científica  y  literaria^ 
publicada  por  los  PP.  Agustinos  de  El  Escorial.  Madrid.  Tercera 
época.  Año  xxv.  Volumen  lxvii.  Números  6-8.  Julio-Agosto.  Volu- 
men Lxviii.  Números  1-7.  Septiembre-Diciembre  1905. 

«Monumenta  histórica  Societatis  Jesu  a  Pa tribus  ejusdem  Societatis  edi- 
ta». Madrid.  Annus  duodecimus.  Fasciculus  140-145.  Augusto-De- 
cembre  1905. 

«Razón  y  Fé».  Revista  mensual  redactada  por  Padres  de  la  compañía  de 
Jesús.  Madrid.  Tomo  xii.  Número  4.  Agosto  1905.  Tomo  xiil  Núme- 
ros 1-4.  Septiembre-Diciembre. 

«Revista  de  Aragón».  Zaragoza.  Año  vi.  Julio-Noviembre  1905. 

«Revista  de  Archivos,  Bibliotecas  y  Museos».  Madrid.  Tercera  época» 
Año  IX.  Número  6.  Junio  de  1905.  Número  extraordinario  en  conme— 
moración  del  Centenario  del  Quijote.  Mayo  1905.  Números  7- 10.  Julio- 
Octubre  1905. 

«Revista  de  Extremadura».  Cáceres.  Año  vii.  Número  Lxxin-Lxxvi.  Julio- 
Noviembre  1905. 

«Revista  general  de  Marina».  Madrid.  Tomo  lvu.  Números  2-6.  Agosto— 
Diciembre  1905. 

«Memorial  de  Artillería».  Madrid.  Año.  60  Serie  iv.  Tomo  xxm.  Entre- 
ga 6.*  Junio  de  1905.  Tomo  xxrv.  Entregas  i.*-4.*  Julio-Octubre  1905^ 

Cuerpo  Facultativo  de  Ingenieros  del  Ejército.  «Memorial  de  Ingenieros 
del  Ejército».  Madrid.  Año  lx.  Cuarta  época.  Tomo  xxn.  Núme— 
ros  v-x.  Mayo-Octubre  1905. 

PUBLICACIONES   EXTRANIERAS  RECIBIDAS   POR  CAMBIO   CON  EL  BOLETÍN 

«Archives  Héraldiques  Suisses».  Zürich.  Jahrgang  xix.  Heít  2-3.  1905. 
«Boletín  Salesiano».  Turin  (Italia).  Año  xx.  Números  9-u.  Septiembre- 

Npviembre  1905. 
«Etudes».  Revue  íondé  en  1856  par  des  Peres  de  la  Compagnie  de  Jésus. 

París.  42*.  Tome  104  de  la  Collection.  20  Juillet  1905.  N®"  14-23  Aoüt- 

Décembre  1905. 
«KwartalnikHistorycznyi.Argan-TowarzstwaHistorycznego.RocznikxDC 

Zeszyt  2-3.  1905. 


ADQUISICIONES  DE   LA.  ACADEMIA.  IO9 

-«La  Civiltá  Cattolica>.  Roma.  Anno  56.**  Vol.  3.  Quad.  1.3 22-1. 331.  Luglio- 

Dicembre  1905. 
«La  Quinzaiae».  París.  i2*année.  N*«  258-268.  Juillet-Décembre  1905. 
•cNapoli  Nobilissima».  Napoli.  Volume  xiv.  Fase,  vii-xi.  Luglio-Novembre 

1905. 
4 O  Instituto».  Revista  scientifica  e  litteraria.   Coimbra.    Volumen  52. 

Nos  7-10.  Juiho-Outubro  1905. 
-«Polybiblion».  Revue  Bibliographique  Universelle.  París.  Partie  littéraire. 

Deuxiéme  séríe.  Tome  soixante-deuxiéme,   civ  de  la   collection. 

Premiére-quatriéme  livraison.  Juillet-Octobre  1905. 
-«Polybiblion».  Partie  technique.  Deuxiéme  séríe.  Tome  trente-uniéme, 

cv*  déla  collection.  Septiéme-dixiéme livraison.  Jaillet-Octobre  1905. 
«Portugalia».  Materíaes  para  o  estudo  do  povo  portuguez.  Porto  (Portu- 
gal). Tomo  II.  Fascículo  i. 
■«Revista  Lusitana».  Lisboa.  Volume  8.**  N**  3.  1905. 
«Revue  Celtique».  París.  Volume  xxvi.  N'*  3-4.  Juillet-Octobre  1905. 
«Revue  Hispanique».  París.  Tome  xn.  N"  41-42. 
-«Revue  Historique».  París.  Tome  quatre-vingt-neui6me(i77)  i.  Septem- 

bre-Octobre  1905.  N**  178.  n.  Novembre-Dccembre  1905. 
«Rivista  di  Storia  Antica».  Padova.  Nuova  Serie.  Anno  x.  Fascicolo  i. 
<Rivista  Storíca  Italiana».  Torino.  Anno  xxn.  3.*  seríe.  Vol.  iv.  Fase.  3-4. 

Luglio-Dicembre  1905. 
-<The  English  Historical  Review».  London.  Vol.  xx.  N^  79-80.  July-Octo- 

ber  1905. 

DB  LAS   REDACCIONES   Y   POR  CORREO 

-«Acadiensis».  Vol.  v,  Numbers  2.  April-October  1905. 
«África». Revistapolíticay comercial. Madrid.  Año  i.  Núm.  i.  Octubre  1905. 
-«Archivo  Católico».  Barcelona.  Año  x.  Volumen  x. Números  103-106.  Agos- 
to-Noviembre 1905. 
«Catalogus  van  de  Pamfletten  Verzameling  berustende  in  de  Koninklijke 

Bibliotheek».  Vijfde  deel  1776- 1795.  Gravenhage,  1905. 
-«Die  Weltwirtschaft  Zeitschrift  für  Kolonialwesen  und  Handelsgeogra- 

phie».  I  Jahrgang.  Nr.  10.  Oktober  1905.  Leipzig. 
«El  Mundo  Latino».  Madrid.  Año  vi.  Números  1 12-120.  Julio-Diciembre 

1905. 
—  Prima  mensual  ilustrada  correspondiente  á  los  meses  de  Julio-Noviem  - 

bre  1905. 
-<EI  Pensamiento  Latino*.  Revista  internacional  latino-americano-europea. 

Santiago  de  Chile.  Año  in.  Números  10-12.  Abril-Junio  1905.  Año  iv. 

Números  i  y  2.  Julio -Agosto  1905. 


t 


lio 


BOLETÍN  DE  LA  REAL  ACADEMIA  DE  LA  HISTORIA. 


n\ 


m 


«Eln  honor  de  Cervantes».  Fiestas  celebradas  en  Honduras  con  motivo 
del  tercer  centenario  de  la  publicación  de  <£1  Ingenioso  Hidalgo  don 
Quijote  de  la  Mancha >.  Tegucigalpa,  1905. 

«Eludes  Américanistes  BuUetin  des  Livres  relatiís  á  TAmérique».  Sixiéme 
année.Tomeu.N°23.Janvier-Mars  i6o5.N°25.  Juillet-Septiembre  1905. 

«Journal  de  la  Société  de  Stadistique  de  París».  Quarante-sixiéme  année.. 
N**  9.  Septembre  1905.. 

«Kosmos»  Revista  quincenal.  Buenos  Aires.  Año  11,  Números  39-30.  Julio. 
Núm.  34.  Septiembre  1905. 

«Le  Touríste».  Revista  ilustrada  dedicada  al  fomento  de  los  viajes  por  Es- 
paña y  Portugal.  Madrid.  Año  i.^  Núm.  i.  Diciembre  1905. 

«Monumentos  Arquitectónicos  de  España  >.  Cuadernos  6.°- 10.^  Madrid,  1905. 

«Nueva  Hispania».  Revista  quincenal.  Barcelona.  Año  i.  Números  9-11» 
Julio-Agosto. 

«Revista  de  Derecho  internacional  y  política  exterior».  Sumar/o,  Núme— 
ros  1-3.  Madrid,  1905. 
Crdmca,  "Húmeros  1-5.  Junio-Noviembre  1905. 

«Revista  de  Obras  Públicas».  Madrid.  Año  Lra.  Números  1.555- 1.577.  Julio- 
Diciembre. 

«Revista  do  Centro  de  Sciencias,  Letras  e  Artes  de  Campiñas».  Anno  rv» 
Fase.  1-4.  Campiñas  (£.  U.  do  Brasil),  1905. 

«Revue  Epigraphique».  Paris.  Tome  v.  Nos  cent  quinze  et  cent  seize.  Sep- 
tembre 1904  á  Mars  1905. 

«The  ruins  oí  Mitla».  London,  1904. 

«The  Trustees  of  the  Public  Library  oí  the  City  of  Boston.  Annual  repost 
1904-1905»  Boston,  1905. 

«Touring-Club  Hispano-  Portugués».  Publicación  mensual.  Madrid.  Año  i.. 
Números  2-4.  Agosto-Octubre. 

«Voz  de  San  Antonio».  Revista  mensual  illustrada.  Braga.  6.^  serie  11.*' 
No>  8-12.  Agosto-Dezembro  1905. 


POR   SUSCRIPCIÓN   Y   COBIPRA 

«Boletín  de  la  Librería»  (Publicación  mensual).  Obras  antiguas  y  moder— 

ñas.  Librería  de  M.  Murillo,  Alcalá,  7,  Madrid.  Año  xxxiii.  Núme~ 

ros  1-5.  Julio-Noviembre  1905. 
«Comentarios  de  D.  García  de  Silva  y  Figueroa  de  la  embajada  que  de 

parte  del  Rey  de  España  D.  Felipe  III  hizo  al  Rey  Xa  Abas  de  Per- 

sia».  Madrid,  1905. 
«Orígenes  de  la  novela»  (Nueva  Biblioteca  de  Autores  Españoles).  Tomo  u 

Introducción.  Tratado  histórico  sobre  la  primitiva  novela  españolar 

por  D.  M.  Menóndez  y  Pelayo.  Madrid,  1905. 


INFORMES 


I. 


COS.S.KeFOSID:^3ZCXJL 

DB  LA 

INFANTA  ARCHIDUQUESA  D>  ISABEL  CLARA  EUGENIA  DE  AUSTRIA 

CON   EL   DUQUE   DE   LERMA. 

DescU  FlancUs^  años  de  IS99  ^  ^^7  y  otras  cartas  posteriores 

sin  fecha, 

104. 

Duque:  Mucho  guelgo  de  escribir  siempre,  pero  mucho  más 
cuando  puedo  dar  buenas  nuevas  de  acá,  como  aora.  Doy  os  la 
norabuena  de  ser  ganado  Rynbergue,  como  á  quien  sé  que  se 
guelga  más  de  todas  estas  cosas;  y  también  os  la  doy  de  haber- 
nos Nuestro  Señor  defendido  á  Venloo,  que  no  ha  sido  menor 
Vitoria.  Lo  uno  y  lo  otro  escribo  más  particularmente  á  mi  her- 
mano, y  así  no  lo  repetiré  aquí.  Todos  lo  han  trabaxado  muy 
bien,  y  así  merecen  que  se  lo  agradezcan,  y  particularmente  el 
Marqués  Espinóla,  que  su  diligencia  y  cuidado  hacen  estos  mi- 
lagros; y  si  el  tiempo  hubiera  ayudado,  sin  duda  hubieran  sido 
mayores,  pero  no  se  puede  ir  tras  lo  que  Nuestro  Señor  quiere; 
y  no  es  de  poca  importancia  lo  que  se  ha  hecho.  Aora  no  nos 
faltaba  sino  tener  muy  buenas  nuevas  de  ay:  que  después  que 
parió  la  Reyna,  no  las  hemos  tenido;  y  así  estamos  con  cuidado. 
Arto  grande  nos  le  dá  la  bardanza  de  las  notas,  tanto  por  lo  que 
toca  ay  como  aquí^  pues  es  todo  uno;  pero  espero  que  Nuestro 
Señor  las  traerá  con  bien,  pues  lo  más  gasta  mi  hermano  en  su 
servicio  y  volver  por  su  Iglesia. 


112  BOLETÍN  DE   LA  REAL  ACADEMIA  DE   LA  HISTORIA. 

Aora  quiero  responder  despacio  á  vuestra  carta  de  29  de 
Agosto,  que  no  pude  hacello  el -otro  dia  por  la  prisa  con  que 
partió  el  correo.  Olgé  mucho  con  ella  y  con  todas  las  nuevas 
que  me  dais:  y  tengo  mil  cosas  que  agradeceros  en  esta  carta, 
pero  esto  no  es  cosa  nueva,  sino  muy  vieja  para  mi.  Mucho 
olgué  con  saber  el  cuidado  que  mi  hermano  me  decís  pone  en 
conservar  lo  de  San  Lorenzo,  y  el  que  vos  ponéis  en  que  se 
execute;  pero  tampoco  esto  se  me  ha  hecho  de  nuevo,  porque 
no  pudiérades  ser  de  vuestra  casa,  si  os  faltara  la  buena  ley, 
aunque  creo  que  aun  pasáis  á  todos  los  della,  y  que  ninguno  ha 
trabajado  tanto;  y  no  debe  de  ser  poco  lo  que  este  verano 
habréis  hecho  con  las  juntas  que  me  decís  teníades;  y  más  ha- 
biendo tan  pocos  medios  para  componer  nada,  que  es  el  verda- 
dero trabaxo  de  espíritu,  que  sin  duda  es  el  mayor  de  todos. 
Pero  yo  me  asiguro  que  habréis  acabado  más  de  lo  posible,  y 
que  así  no  tenemos  ni  que  pediros  ni  que  acordaros,  pues  tenéis 
tanto  cuidado  de  todo.  Cierto  le  tenemos  arto  grande  de  ver  la 
apretura  en  que  está  todo;  y  bien  creeréis  cuanto  más  olgáramos 
de  podello  remediar,  que  no  de  estar  cansando  siempre. 

Bonísimo  parto  fué  el  de  la  Rey  na,  pero  ninguno  de  sus  hijos 
igualará  á  mí  nuera.  Mucho  y  muchísimo  os  confieso  que  la 
quiero,  y  así  huelgo  tanto  más  con  saber  todas  sus  gracias.  A 
Nuestro  Señor  las  doy  de  que  lo  que  tuvo  el  Príncipe  en  el 
pie  (l),  no  fuese  nada  y  se  críe  tan  lindo.  A  buen  siguro  que 
ellos  saldrán  criados  como  de  mano  de  vuestra  hermana,  que  no 
creo  yo  que  hay  en  el  mundo  mujer  más  á  propósito  para  ello. 
Y  así  me  pesa  mucho  cuando  me  decis  que  no  tiene  salud. 

Lástima  me  ha  hecho  la  muerte  de  Don  Pedro  de  Castro  (2),  ' 
y  deseo  saber  que  vuestro  tio  haya  escapado,  que  haría  mucha 
falta.  También  me  ha  pesado  de  la  muerte  del  Dean  de  Jaén. 


(i)  Cabrera  añrma  que  estuvo  enfermo  de  usagre  en  el  pie,  y  no  ha- 
biéndoselo podido  curar  los  médicos,  lo  tomó  á  su  cargo  doña  María  Gas- 
ea, mujer  del  Consejero  D.  F.  de  Contreras,  y  se  mejoró. 

(2)  Gentilhombre  de  la  Cámara  de  S.  M.,  casado  con  doña  Jerónima 
de  Córdoba,  dama  de  la  Reina,  muy  favorecida  del  Duque  de  Lerma;  fa- 
lleció de  apoplejía  en  San  Lorenzo,  el  22  de  Agosto  de  1606. 


CORRESPONDENCIA  DE   LA  INFANTA  DONA   ISABEL.  II 5 

En  todas  partes  se  mueren  cuando  llega  la  hora ,  aunque  sea  la 
fama  más  en  unas  que  en  otras,  como  era  Valladolid,  pero  con 
menos  gente  se  gozará  mejor. 

Mucho  tengo  que  agradeceros  en  lo  que  me  apuntáis  en 
vuestra  carta  de  algunas  cosas  de  aqui;  porque  veo  que  nos  ha- 
bláis con  la  llaneza  que  os  debemos;  y  con  la  misma  os  respon- 
deré á  ellas.  Y  diré  lo  primero  que  en  lo  que  toca  al  Conde  de 
Bucoy  (l)  escribo  á  mi  hermano  puntualmente  lo  que  pasó  y 
cómo  iban  españoles  con  él  y  en  las  barcas  que  iban  de  todas  na- 
ciones, como  van  ordinariamente  cuando  se  va  á  alguna  fagyon^ 
y  la  causa  porque  no  hizo  nada,  que  fue  por  el  tiempo.  Y  aun- 
que el  Conde  pasara  aquella  ribera  por  allí,  le  quedaba  después 
otra  más  dificultosa:  y  así  aquello  más  se  tentó  por  diversión  y 
llamar  allí  al  enemigo  para  que  el  Marqués  (Spínola)  pasase 
entre  tanto  por  otra  parte  que  se  pasa  toda  la  ribera  junta;  que 
es  lo  que  se  pretende,  para  estar  luego  dentro  de  Olanda.  Pero 
no  ha  querido  Nuestro  Señor  hasta  aora,  pues  este  año  que  lo 
teníamos  por  cierto,  lo  ha  estorbado  con  el  tiempo.  El  sabe 
mejor  que  nosotros  lo  que  nos  conviene;  y  así  no  hay  sino 
dexallo  en  sus  manos. 

En  lo  que  decís  de  haberse  mudado  la  costumbre  del  aloxa- 
miento,  y  que  sea  nueva  carga  para  mi  hermano,  no  estáis  bien 
informado,  sino  que  hay  personas  mal  intencionadas  ó  muy 
apasionadas  que  guelgan  de  decir  lo  que  se  les  antoja  ó  parece 
sin  fundamento  ni  saber  cómo  pasan  las  cosas.  Porque  en  cuanto 
á  mudar  la  costumbre,  no  se  ha  hecho  novedad  de  muchos  años 
á  esta  parte,  como  os  lo  habrá  referido  muy  particularmente  el 
Audencier,  que  lo  puede  saber  mejor  que  nayde;  y  por  los  alo- 
xamientos  no  crece  ninguna  carga  á  mi  hermano,  porque  de  su 
hacienda  ni  las  provisiones  que  envía,  no  se  dá  á  la  gente  una 
sola  placa  (2)  para  el  aloxamiento;  y  las  que  se  le  dan  para  el 
servicio  y  forraje,  se  dan  del  dinero  que  proveen  las  provincias. 

(i)  Carlos  Buenaventura  Longueval,  Conde  de  Bucquoy,  uno  de  los 
maestres  de  campo  más  reputados  del  ejército  de  Flandes. — V.*  Rahl: 
Campagnes  de  Bticquoy, 

(2)    Placa,  moneda  de  Flandes. 


114  BOLETÍN  DE  LA  RBAL  ACADEMIA  DE  LA   HISTOKIA. 

Pero  si  queréis  que  os  diga  la  verdad  porqué  es  toda  esta  grita, 
es  por  los  capitanes  y  oñciales,  que  por  poder  ellos  robar  más  á 
su  salvo,  levantan  estas  cosas:  que  los  pobres  soldados  no  llevan 
más  así  que  así.  Y  es  fuerte  caso  que  si  es  menester  que  están  á 
la  frontera  para  si  sale  el  enemigo,  como  lo  ha  hecho  muchas 
veces;  y  por  si  acierta  á  haber  un  hielo  6  otra  cosa,  con  que  se 
ofresca  alguna  ocasión  para  hacer  una  buena  suerte,  se  pierda  por 
no  poder  juntar  tan  presto  la  gente,  y  sabello  primero  el  enemigo, 
como  se  ha  perdido  alguna,  por  solo  querer  mi  primo  dalles 
gusto  y  que  no  anduviesen  diciendo  que  no  quiere  sino  acaba- 
líos  y  que  se  pierdan,  y  que  los  envía  al  degolladero.  Y  esta  es 
también  la  ocasión  porqué  en  algunas  ocasiones  de  las  más  aven- 
turadas huye  mi  primo  de  enviallos,  porque  no  digan  luego  que 
los  envia  para  que  los  maten;  pero  en  la  de  la  Enclusa  no  dexa- 
ron  de  ir  por  esto,  sino  por  las  razones  que  mi  primo  os  escribe; 
y  si  el  Audyencier  no  es  venido,  hacéme  placer  de  informaros 
del  desto  del  aloxamiento:  que  podéis  ñar  no  os  dirá  sino  la 
verdad. 

Cuanto  á  las  órdenes  que  vienen  de  ay,  en  materia  de  la  dis- 
tribución de  la  hacienda,  se  guardan  con  la  mayor  puntualidad 
que  es  posible;  pero  muchas  veces  el  estado  de  las  cosas  no  dá 
lugar  á  que  se  pueda  ejecutar  lo  que  mi  hermano  manda.  Unas 
porque  muchas  veces  las  órdenes  vienen  fundadas  sobre  infor- 
maciones falsas;  y  tan  falsas  que  os  confieso  que  muchas  veces 
nos  espantamos  cómo  es  posible  que  se  crean  ay  tales  cosas. 
Otras,  porque  cuando  llegan,  están  las  cosas  en  diferentes  tér- 
minos y  estado  de  cuando  se  [dieron  las  órdenes;  y  otras,  por- 
que muchas  veces  suceden  casos  y  acydentes  nuevos,  que  obli- 
gan á  mudar  de  resolución,  y  no  dan  lugar  á  consultallo  ay 
primero,  sobre  lo  que  se  habrá  de  hacer.  Y  aunque  todo  esto  no 
toque  á  mi  primo,  pues  lo  de  Hacienda  está  á  cargo  del  Marqués 
(Espinóla),  os  lo  he  querido  decir  para  que  sepáis  la  verdad.  Y 
pues  el  Marqués  y  los  que  lo  manejan  y  los  de  quien  esto  se  ha 
fiado,  lo  hacen,  bien  se  puede  creer  que  no  se  debe  de  poder 
más,  y  que  se  hace  por  más  conviniencía  del  servicio  de  mi  her- 
mano y  de  lo  que  conviene  para  todo.  Y  ya  que  se  trata  desta 


CORRESPONDENCIA  DE  LA  INFANTA  DONA  ISABEL.  II 5 

materia,  no  puedo  dexar  de  deciros  que  hemos  entendido  que 
se  ha  escrito  de  acá  que,  mientras  el  Marqués  ha  estado  ausente^ 
ha  dispuesto  mi  primo  de  las  provisiones  diferentemente  de  lo 
que  el  Marqués  había  dexado  ordenado.  Y  engáñanse  mucho 
los  que  lo  han  escrito,  porque  no  se  ha  hecho  en  ello  mudanza 
ninguna,  á  lo  menos  cosa  de  consideración;  y  se  ha  guardado 
puntualmente  lo  que  el  Marqués  ha  avisado  desde  ay,  y  no  se 
ha  hecho  nada  sino  por  manos  de  Mancicidor  (l),  á  quien  lo 
dexó  encargado  el  Marqués;  ni  á  él  ha  ordenado  ni  mandado  mi 
primo  cosa  que  él  mismo  no  apuntase  6  tuviese  por  forzosa.  Y 
bien  creeréis  cuánto  sentiremos  que  las  cosas  de  acá  estén  en 
términos  que  obliguen  á  todos  estos  gastos  que  hace  mi  herma- 
no; y  en  lo  que  estimamos  y  tenemos  que  los  quiera  hacer,  por 
solo  el  amor  que  nos  tiene,  sin  obligación  ninguna  para  hacernos 
esta  merced,  sino  solo  merecérsela  por  lo  que  la  deseamos  ser- 
vir, y  lo  procuramos  hacer  en  cuanto  nos  es  posible;  y  así  sen- 
tiremos mucho  que,  por  no  poderse  más  de  la  una  parte  ni  de  la 
otra,  hayan  de  venir  las  cosas  á  estado  que  haya  de  estar  mal  á 
entrambas,  aunque  por  la  nuestra  nos  hayamos  de  conortar  por 
fuerza  á  pasar  por  ello.  Pero  yo  espero  que  de  ninguna  permiti- 
rá nuestro  Señor  tal,  sino  que  hemos  de  ver  muy  presto  el  fin 
desta  guerra,  y  con  eso  descargado  á  mi  hermano  desta  carga; 
que  es  lo  que  más  nos  lo  hace  desear.  Y  yo  tengo  esta  esperan- 
za, aunque,  como  decis,  no  hay  duda  sino  que  nuestros  enemi- 
gos saben  muy  bien  lo  que  les  conviene  y  así  hacen  su  negocio 
de  todas  maneras.  El  mal  es  que  parece  que  nuestro  Señor  les 
asiste,  pues,  como  os  he  dicho,  por  el  mal  tiempo  que  ha  hecho 
este  verano,  no  se  han  podido  conseguir  los  efectos  que  se  pre- 
tendian  y  teníamos  por  cierto  fueran  parte  para  forzar  á  nuestros 
enemigos  á  lo  que  tanto  reusan;  y  así  nos  habremos  de  contentar 
con  haber  tomado  á  Rynbergue  y  las  demás  plazas  que  se  han 
tomado  este  verano;  que  aunque  son  de  mucha  importancia,  no 
se  tiene  con  ellas  el  pié  dentro,  como  dicen:  ni  ellas  sirven  de 
más  que  de  facilitar  que  esto  sea  otro  año.  Y  yo  tengo  por  cer- 

(i)    £1  Secretario  de  Estado,  Juan  de  Mancicidor. 


Il6  BOLETÍN  DE   LA   REAL   ACADESCIA   DE   LA   HISTORIA. 

tisimo  que  en  viéndonos  nuestros  enemigos  pasada  la  ribera,  ese 
dia  vendrán  á  conciertos;  y  así  lo  entienden  ellos,  pues  todo  su 
cuidado  es  por  defendella,  y  en  todo  el  verano  se  han  apartado 
della. 

En  lo  de  los  pasaportes  me  espanta  mucho  lo  que  decis  sobre 
ellos,  porque  teniamos  acá  entendido  que  por  el  Audyencier 
estábades  bastantemente  informado  de  la  verdad  de  lo  que  en 
esto  pasa,  y  que  el  daño  que  pueden  recibir  los  enemigos  de  los 
pasaportes  que  aqui  se  pasan,  no  les  es  de  ninguna  considera- 
ción, pues  con  ellos  no  se  les  abre  la  puerta  de  traficar  ay,  que 
es  lo  que  les  hace  al  caso;  y  en  fin  vemos  que  se  les  abre  ay, 
aunque  se  conocen  los  inconvenientes  que  tiene.  Y  debe  de  ser 
por  no  poder  más  y  atajarse  otros  mayores:  que  yo  ansi  lo 
quiero  creer.  Y  aunque  de  los  que  se  pasan  aqui,  se  saque  poca 
«ustancia,  es  algo  para  donde  hay  tan  poca,  como  sabéis,  y  os 
habrá  dicho  el  Audyencier.  Y  pues  no  hallamos  remedio  por 
otros  caminos,  es  fuerza  que  nos  ayudemos  de  lo  que  se  puede; 
demás  de  que  muchos  lugares  no  pueden  sustentarse  de  ninguna 
manera  sin  lo  que  les  viene  de  01anda,y  se  hubieran  despoblado 
sin  remedio,  como  lo  comenzaban  á  hacer,  y  particularmente 
Bolduque,  que  es  de  la  importancia  que  sabéis. 

Con  esto  he  respondido  á  los  puntos  de  vuestra  carta.  Creo 
habrá  llegado  ya  vuestro  cuñado,  aunque  no  sabemos  del,  dende 
que  partió  de  París,  y  vuestra  embaxada  aguardo  yo  para  cuan- 
do venga  otro  embaxador,  el  más  honrado  del  mundo.  Yo  sé 
que  serian  entrambos  bien  recibidos. 

Muy  bien  acomodados  están  los  aposentos  de  Madrid,  pero 
todavía  se  me  hacen  cortos,  y  vuestra  hermana  la  de  Lemos  no 
sé  adonde  le  tiene,  porque  todo  el  de  vuestra  tia  era  muy  es- 
trecho. A  la  Condesa  de  la  Fera  enviaré  por  la  posta:  que  bien 
a  menester  le  sirváis  de  solicitador,  sigun  la  poca  justicia  que  le 
hacen;  y  no  anda  en  Milán  el  pleito  sino  en  Ñapóles  y  Sicilia. 
A  toda  vuestra  gente  me  encomiendo  mucho:  siempre  guelgo  de 
saber  de  todos;  y  guárdeos  Dios  como  deseo.  De  Brusselas  á  ^ 
de  Octubre,  l6o6. — A  Isabel.  —  (Sobrescríto:)  Al  Duque  de 
Lerma. 


CORRESPONDENCIA  DE  LA  INFANTA  DOXA  ISABEL.  II7 


106. 

Duque:  A  mi  hermano  escribo  cuanto  se  ofrece  aora  por  acá; 
y  me  pesa  arto  de  haber  de  decir  como  tenemos  un  motin,  que 
son  los  que  lo  desbaratan  todo ,  como  ha  hecho  éste ,  para  que 
no  se  pueda  hacer  más  este  año.  Con  todo  tenemos  gran  espe- 
ranza que  se  ha  de  remediar,  como  se  procura,  para  castigar  tan 
grandes  bellacos.  Y  no  me  alargo  más  en  esto  por  lo  que  he  di- 
cho y  por  haber  quedado  tan  flaca  de  unos  gómitos  que  he  te* 
nido  estos  dias,  que  no  está  la  cabeza  para  poder  escribir. 

Yo  sé  que  no  os  descuidáis  para  procurar  el  remedio  de  todo 
esto,  que  tanto  es  menester  para  que  no  cayga  de  un  golpe  y  se 
pierda  todo  lo  ganado:  que  aquí  hacemos  todo  lo  posible,  y  el 
Marqués  (Spínola)  por  su  parte;  pero  no  hay  poder  sacar  una 
blanca  destos  mercaderes,  como  ven  que  no  viene  la  flota.  Dios 
la  trayga  con  bien  y  nos  trayga  buenas  nuevas  de  ay,  que  ha 
tantos  dias  que  no  sabemos  de  la  salud  de  mi  hermano,  que  me 
tiene  con  mucho  cuidado.  A  toda  vuestra  gente  me  encomendad 
mucho;  y  guárdeos  Dios  como  deseo.  De  Brusselas  dia  de  San 
Lucas»  1606. — A  Isabel. — (Sobrescrito:)  Al  Duque  de  Lerma. 

106. 

Duque:  Pues  D.  Pedro  de  Toledo  lleva  orden  de  deciros  y  in- 
formaros de  todo  cuanto  yo  pudiera  decir,  aquí  no  os  embaraza- 
ré con  repetillo:  solo  diré  cómo  el  enemigo  cobró  á  Lochen,  y  el 
Marqués  está  allá  á  procurar  estorballe  no  cobre  más.  No  sé  sí 
lo  podrá  hacer:  que  este  motin  nos  ha  hecho  gran  daño,  coma 
dirá  Don  Pedro,  y  la  falta  que  hay  de  dinero  con  no  haber  reme- 
dio de  sacar  una  blanca  á  estos  mercaderes  por  nada,  como  ven 
que  tarda  la  flota;  y  así  se  está  en  muy  mal  estado;  y  en  el  que 
se  está  ay  por  la  misma  razón,  siento  no  menos,  cierto,  si  no 
más;  y  mucho  más  no  poderlo  remediar,  pero  espero  que  nues- 
tro Señor  ha  de  enviar  el  remedio  para  todo,  como  vé  que  es 


»1^  BOLETÍN   DB  LA  BEAL   ACADEMIA  DE   LA   HISTORIA. 

menester  y  nos  ha  de  traer  muy  buenas  nuevas  de  la  salud  de 
mi  hermano  y  la  Reyna  y  sus  hijos,  que  ha  tanto  que  no  tenemos 
carta,  que  no  sé  qué  decirme;  y  se  pasa  muy  mal  sin  ellas  y  con 
mucho  cuidado.  El  que  vos  tendréis  de  todas  estas  cosas  siento 
dende  acá,  porque  sé  cuan  á  pechos  tomáis  todas  las  que  tocan 
al  servicio  de  mi  hermano. 

No  puedo  dexar  de  encomendaros  mucho  á  Don  Pedro  de 
Toledo,  aunque  sé  que  por  hijo  de  sus  padres  olgareis  de  ayu- 
darle para  que  mi  hermano  le  haga  merced.  Es  bonísimo  hom- 
bre y  de  la  buena  masa  que  ellos,  y  ha  servido  muy  bien,  y  sábelo 
hacer  en  cuanto  le  mandan. 

También  me  haréis  mucho  placer  en  acordar  á  mi  hermano 
las  pretensiones  de  Don  Rodrigo  Laso,  para  que  tome  alguna 
buena  resolución  en  ellas;  y  en  un  hábito  por  que  le  suplico  para 
Don  Alvaro  Carrillo,  que  está  aquí  sirviéndonos.  A  toda  vuestra 
gente  me  encomiendo  mucho:  de  todos  deseo  saber  muy  parti- 
cularmente; y  guárdeos  Dios  como  deseo.  De  Brusselas  á  lo  de 
Noviembre,  lóoó. —  A  Isabel.  —  (Sobrescrito:)  Al  Duque  de 
Lerma. 

107. 

Duque:  Bendito  sea  Dios  que  podemos  escribir  mejores  nuevas 
<ie  lo  que  esperábamos,  pues  el  Marqués  Espinóla  socorrió  á 
Grol,  de  manera  que  no  le  osó  aguardar  el  enemigo,  tiniendo 
sus  trincheras  ya  en  el  foso:  que  ha  sido  una  gran  suerte  y  en 
que  se  ha  cobrado  mucha  reputación.  Y  así  merece  el  Marqués 
que  se  lo  agradezcan,  pues  se  vé  en  él  que  cuando  los  hombres 
sirven  con  gana,  no  se  les  hace  nada  imposible;  y  yo  os  prometo 
que  artos  lo  tenían  por  tal.  Doyos  la  norabuena  deste  buen  su- 
ceso y  de  la  venida  de  la  nota,  de  que  han  regañado  arto  nues- 
tros enemigos. 

Ahora  lo  que  nos  dá  cuidado  es  este  motín,  aunque  se  hace 
todo  cuanto  se  puede  para  acomodallo  y  para  que  no  fuese  todo 
el  exército.  Sería  mucho  menester  socorrer  la  gente,  que  verda- 
deramente han  trabaxado  mucho  este  año  por  el  tiempo  que  ha 
hecho,  que  lo  más  han  andado  con  el  agua  á  la  rodilla,  y  se  les  • 


COSRESPONDENCIA  DB  LA  INFANTA  DONA   ISABEL.  IT9 

han  podrido  á  muchos  los  vestidos  en  el  cuerpo  de  mojados;  y 
tras  eso  han  pasado  gran  necesidad. 

Bien  sé  que  no  he  menester  deciros  esto  para  poneros  más 
cuidado  en  el  remedio,  pues  no  podéis  poner  más  del  que  ve- 
mos; y  así  aguardo  que  procurareis  que  se  remedie  muy  presto, 
como  tanto  es  menester. 

Los  enemigos  desmantelaron  á  Lochen,  y  así  no  habrá  más 
pleito  por  él.  Que  es  todo  lo  que  de  acá  se  puede  decir.  De  ay 
querría  muy  buenas  nuevas,  que  sino  fuera  por  habellas  tenido 
con  el  ordinario,  no  sé  qué  nos  hubiéramos  de  hacer,  habiendo 
tanto  tiempo  que  estamos  sin  ellas.  A  toda  vuestra  gente  me 
encomiendo  mucho;  y  guárdeos  Dios  como  deseo.  De  Bruselas 
á  22  de  Noviembre,  1606. — A  Isabel. — Aora  me  dicen  acaba  de 
llegar  el  Audyencier,  de  que  estoy  muy  contenta,  porque  espe- 
ro con  él  tener  nuevas  frescas  de  ay. — (Sobrescrito:)  Al  Duque 
de  Lerma. 

108. 

Duque:  Poco  habrá  que  decir  en  esta,  pues  no  ha  sino  cuatro 
días  que  escribimos;  pero  con  todo  no  he  querido  que  dexen  de 
ir  estos  renglones  con  el  despacho  del  Marqués  Espinóla,  por 
donde  veréis  todo  lo  que  se  ofrece;  y  conforme  á  ello,  estoy 
cierta  que  haréis  los  buenos  oficios  que  soléis,  y  que  así  no  he 
menester  pediroslo  de  nuevo,  pues  sé  el  mucho  cuidado  que  po- 
néis en  todo,  que  me  hará  no  alargarme  más  en  esta.  A  toda 
vuestra  gente  me  encomendad  mucho;  y  guárdeos  Dios  como 
deseo.  De  Brusselas  á  2^  de  Noviembre,  1606. — A  Isal^el. — 
(Sobrescrito:)  Al  Duque  de  Lerma. 

109. 

Duque:  No  habiendo  cosa  de  nuevo  después  que  escribimos, 
habrá  poco  que  decir  en  esta,  pues  lo  que  aora  se  ofrece  dirá 
mi  primo  y  el  Marqués  Espinóla;  y  así  yo  no  diré  sino  lo  que 
siempre,  que  es  desear  muy  buenas  nuevas  de  ay,  que  aunque 
ayer  las  huvo  aqui  con  un  correo  de  particulares,  no  me  con- 


/ 


120  boletín  de  la  real  academia  de  la  historia. 

tentó  con  eso  hasta  tener  cartas.  Este  ha  dicho  que  la  Marquesa 
de  La  Bañeza  había  parido  una  hija,  de  que  he  olgado  mucho  y 
os  doy  la  norabuena  de  muy  buena  gana,  y  olgaré  siempre  de 
tener  otras  mil  ocasiones  para  dárosla.  Paréceme  cosa  imposible 
que  Francisquita  tenga  ya  una  hija.  De  toda  vuestra  gente  deseo 
saber  siempre  muy  buenas  nuevas;  y  pues  aqui  no  hay  ningunas, 
acabo  esta  con  que  os  guarde  Dios  como  deseo.  De  Brusselas  á 
22  de  Diciembre,  i6o6. — A  Isabel. — (Sobrescrito:)  Al  Duque  de 
Lerma. 

110. 

Duque:  Con  la  ocasión  deste  correo  no  quiero  que  se  vaya 
sin  estos  renglones,  aunque  he  urtado  un  rato  deste  dia  para  es- 
cribillos  por  la  gente  que  carga  siempre  en  él.  No  hay  cosa  de 
nuevo  acá  que  decir,  y  lo  que  se  ofrece  dirá  mi  primo;  que  esta- 
mos, como  suelen  decir,  entre  el  temor  y  esperanza.  Para  lo 
uno  y  para  lo  otro  imj>orta  que  se  apriete  de  ay,  aunque  no  sea 
sino  con  palabras,  de  lo  mucho  que  se  piensa  hacer:  que  el  mie- 
do desto  les  aprieta  más  que  nada.  Ayer  tuvimos  nuevas  de  ay 
con  el  que  trujo  el  tusón  del  de  Caserta  (l),  con  que  estamos 
muy  contentos,  porque  habia  mil  dias  que  no  las  teníamos.  A 
toda  vuestra  gente  me  encomiendo  mucho,  y  decilde  á  vuestra 
hermana  que  ayer  se  quitó  el  primer  repostero  del  telar  (2)  y 
que  no  ha  salido  muy  malo ,  y  á  los  demás  se  dá  prisa.  Y  guár- 
deos Dios  como  deseo.  De  Brusselas,  dia  de  los  Reyes,  1 607. — 
A  Isabel. — (Sobrescrito:)  Al  Duque  de  Lerma. 

111. 

Duque:  Con  grandísimo  gusto  fueron  recibidas  vuestras  car- 
tas de  primero  y  dos  de  Diciembre,  y  habian  sido  bien  deseadas; 


(i)  El  Príncipe  de  Casería  (Aquaviva  de  Aragón).  Refiere  Cabrera  de 
Córdoba,  que  en  1604  le  señaló  el  Rey  400  escudos  al  mes  de  entreteni- 
miento para  que  sirviera  en  Fl andes,  por  no  mostrar  ningunos  servicios 
suyos  ni  de  su  Casa. 

(2)  Se  refiere  á  los  tapices  que  había  encargado,  cuya  industria  estaba 
entonces  muy  ñoreciente  en  aquellos  Estados. 


..CORRESPONDENCIA  DB  LA  INFANTA  DONA  ISABEL.  121 

yi  reniego  de  lo  que  se  paisa  con  estas  provisiones,  pues  de  .todas 
maneras  nos  hacen  rabiar,  estorbando  que  no  sepamos  de  ay 
.tan  á  menudo  como  yo  querría.  Contentísima  estoy  de  las  buenas 
•nuevas  que  me  dais  de  la  salud  de  mi  hermano  y  la  Reyna  y 
^us  hijos.  Dios  los  guarde  á  todos:  que  espero  que  lo  que  tiene 
el  Príncipe  en  el  pié,  no  será  nada.  De  vuestra  salud  estoy  con 
cuidado,  pues  mi  hermano  me  escribe  quedábades  en  la  cama, 
.y  sigun  lo  que  habéis  trabaxado  en  estas  provisiones,  no  me  es- 
panta, pues  yo  sé  de  lo  que  á  todos  nos  queréis,  que  trabaxais 
aun  más  con  el  espíritu  que  con  el  cuerpo,  que  es  \g  que  más 
cansa;  y  por  lo  que  á  mi  hermano  y  á  todos  nos  cumple,  no 
puedo  dexar  de  pediros  que  miréis  mucho  por  vuestra  salud  y 
no  os  matéis  de  manera  que  os  haga  mal;  pues  no  se  remedian 
las  cosas  con  eso,  y  si  vos  feltáredes  quedarla  en  peor  estado. 

Arto  teníamos  entendido  las  difícultades  que  habia  para  las 
provisiones,  y  áora  lo  veo  también  por  vuestra  carta:  y  cuanto 
mayores  han  sido,  tanto  máá  las  estimamos  y  la  mucha  merced 
qué  nú  hermano  nos  hace;  y  no  puedo  dexar  de  agradeceros  de 
nuevo  lo  que  habéis  trabaxado  en  vencellas;  y  no  tengo  que  de-r 
cirps  de  cuanto  son  menester,  pues  sé  que  tenéis  más  cuidado 
del  que  nosotros  podemos  tener.  Solo  os  diré  cuan  sentido  está  él 
Marqués  (l)  de  la  orden  que  ha  venido  con  estas  provisiones, 
pues  le  toca  no  solo  en  el  crédito,  que  faltándole  á  él  no  podrá 
servir  á  mi  hermano  como  lo  hace,  pero  también  en  la  reputación, 
pues  parece  que  habiendo  nado  mi  hermano  del  hasta  acra,  lo 
que  ha  nado,  atándole  aora  las  manos,  es  porque  él  ha  hecho  lo 
que  np  debe;  con  que  le  perderán  aora  todos  el  res[/eto,  pues  no 
.tiniendo  autoridad  los  ministros,  sabéis  cuan  mal  pueden  gober- 
nar. Y  esto  es  aun  más  menester  entre  soldados,  que  si  no  es 
quien  los  trata,  no  sabe  que  gentecica  son:  y  os  espantariades 
de  lo  que  dicen  del  Marqués  sobre  todo.  Yo  os  confieso  que  si 
hubiera  sido  el  Marqués,  que  en  sabiendo  la  orden  me  hubie- 
ra ido  á  mi  casa;  y  no  conviene,  dar  ocasiones  al  Marqués  para 
X}uelohaga,  pues  no  hallará  otro  mi  hermano  que  le  sirva  como 

■■--■■  ■        --     — ^-1 -  I  I-  ■  T  -  —] ■ I 

-   0)    Spínola. 

TOMO  XLVni.  o 


1 2a  BOLBTÍN  DB  LA  KBAI.  ÁGADBBUA  SB  LA  HISTORIA. 

él,  aunque  tenga  obligaciones  de  vasallo,  pues  el  Marqués  aven- 
tura su  vida  más  que  el  más  tríste  soldado,  y  trabaxa  más  que 
todos;  y  su  hacienda  vos  sabéis  si  la  ha  aventurado.  Demás  desto 
aquí  está  muy  bien  quisto  de  los  del  pais,  que  es  un  punto  de 
mucha  consideración;  y  si  alguno  há  de  acabar  con  esta  guerra^ 
creed  que  será  él,  porque  no  la  lleva  por  interés  y  comodidad 
de  vivir,  como  todos  los  demás;  y  creed  que  esto  es  verdad,  y 
que  quien  quisiere  hablar  sin  pasión,  dirá  lo  mismo;  y  que  los 
que  proponen  estas  cosas  que  la  tienen  sin  duda;  y  que  si  al 
Marqués  h^ibiera  faltado  el  crédito  este  verano,  cuando  tardaban 
las  flotas,  que  sin  duda  se  hubiera  amotinado  todo  el  exército. 

Y  yo  os  dexo  juzgar  cuan  bien  hubiera  estado  á  mi  hermano; 
que  aun  no  quiero  tratar  de  lo  de  aqui.  Y  lo  mismo  que  os  digo 
del  hablar  con  pasión,  os  podria  decir  del  aloxamiento  de  la 
gente,  pues  ella  está  aloxada  dias  ha  como  el  Marqués  ha  que- 
rido» y  se  le  dá  el  servicio  y  forraxe.  Pero  todos  los  que  allá  van 
ái  gritar  sobre  esto,  es  porque  no  los  dexan  andar  robando  y 
tomando  cuanto  hay  sobre  el  pais,  que  ni  en  conciencia  ni  en 
razón  no  se  puede  consentir,  tiniendo  ellos  con  qué  pasar ;  y  no 
se  hace  poco  en  disimulalles  muchas  bellaquerias,  que  si  se  pu- 
diesen decir  por  menudo  os  espantaríades;  pero  basta  deciros  que 
yo  sé  que  hay  Maestre  de  campo  que  hace  que  le  contribuyan 
áora  cada  dia  doce  escudos;  y  si  las  cabezas  que  han  de  quitar  las 
desórdenes  son  los  primeros  que  las  hacen  ¿qué  harán  los  de- 
ma^  Y  estas  son  cosas  que  se  ha  de  disimular  con  ellas;  porque 
si  se  castigase  un  hombre  por  ello,  se  undiria  el  mundo  y  se 
levantaría  todo  el  campo.  Pero  juzgad  qué  hará  la  pobre  gente, 
que  muchos  no  tienen  sino  una  vaca  para  sustentar  seis  y  ocho  ó 
diex  criaturas  y  mujer  y  el  qiarído,  y  con  esto  han  de  dar  al  sóida* 
do  su  cama  y  aloxamiento,  y  después  pagar  estas  contribuciones, 
y  al  enemigo  otras  tantas  porque  no  les  queme  sus  casas,  como 
lo  hace  muchas  veces  si  no  se  componen,  y  cuando  hay  motín 
otro  tanto,  cómo  vivirán,  que  yo  no  sé  cómo  no  se  desesperan. 

Y  por  aquí  veréis  las  quexas  que  llegan  ay  cuan  bien  fundadas 
son:  que  por  eso  me  he  olgado  en  deciros  todo  esto. 

Mucho  cuidado  nos  dá  Ip  de  Venecia.  Dios  lo  encamine;  qué 


CORRESPONDENCIA  DB  LA  INFANTA  DO^A  tSABBL.  1 23 

mucho  loan  todos  cuan  bien  anda  Don  Francisco  vuestro  sobri- 
no allá.  De  la  salud  de  su  madre  he  olgado  mucho  y  de  que  á  la 
«de  Altamira  le  vaya  mejor  de  la  suya,  que  no  querría  faltase 
ninguna,  cierto;  por  que  son  mucho  paralo  que  hacen.  Mucho  he 
olgado  de  saber  el  buen  alumbramiento  de  la  de  La  Bañeza: 
creo  os  tengo  dada  la  norabuena  de  la  nieta  y  holgara  arto  de 
ver  cómo  sabe  ser  madre. 

Con  todas  las  demás  nuevas  que  me  escribís  he  olgado  mucho 
•de  saber,  y  el  casamiento  de  Doña  Jerónima;  y  no  puedo  dexar 
de  agradeceros  lo  que  la  habéis  ayudado,  porque  es  honrada 
muger. 

Mucho  placer  me  haréis  con  las  trazas  de  vuestra  guerta  y  la 
casa  del  Tesoro;  que  me  dicen  está  todo  muy  bueno.  Al  Mar- 
qués de  Guadaleste  (i)  no  conosco  sino  de  oidas;  pero  siempre 
le  he  tenido  por  de  buenas  partes;  y  asi  espero  que  mi  hermano 
habrá  hecho  muy  buena  elección  en  él,  y  aquí  olgaremos  con 
-él.  Pésame  del  mal  de  vuestro  cuñado. 

De  aquí  no  hay  cosa  que  decir  sino  que  yo  estoy  muy  con- 
tenta de  que  hoy  habemos  puesto  el  Santísimo  Sacramento  en 
-el  monesterio  de  las  Carmelitas  descalzas,  que  espero  hemos 
traido  con  ellas  un  gran  bien  á  estos  Estados.  A  toda  vuestra 
^ente  me  encomiendo  mucho,  y  guárdeos  Dios  como  deseo.  De 
Brusselas  á  25  de  Enero,  1607. —  A  Isabel. — (Sobrescrito:)  Al 
Duque  de  Lerma. 

Duque:  Poco  habrá  que  decir  en  esta  carta,  pues  ha  tan  poco 
•que  escribimos,  y  lo  que  pudiera  decir  aqui,  lo  hace  mi  primo; 
y  así  solo  añadiré  lo  que  importa  que  aora  no  se  afioxe  én  las 
provisiones  para  acabar  con  esto,  como  creo  que  entenderéis 


(i)  D.  Felipe  Folch  de  Cardona  y  Borja,  caballero  de  la  Orden  de  Al- 
cántara, cuarto  marqués  de  Guadaleste,  fue  nombrado  por  Felipe  III  para 
ir  de  Embajador  suyo  cerca  de  los  Archiduques.  Tanto  él  como  su  pri- 
mera mujer,  eran  valencianos.  Ka  segundas  nupcias  casó  con  doña  Ana 
<de  Ligni,  Princesa  del  Sacro  Imperio,  hija  mayor  de  Lamoral,  Príncipe  de 
Ligni. 


,124  jboletÍn  db  la  real  academia  de  la  histokia. 

bien,  y  áe  puede  tomar  el  exemplo  de  nuestros  vecinos,  que  por 
estorbar  las  pláticas  que  andan,  procuran  hacer  un  gran  esfuer- 
zo; y  así  le  habíamos  de  hacer  acá  para  acabar  (de)  una  vez  con 
esto,  como  espero  se  haría  con  esto;  y  porque  sé  cuan  bien  en- 
tendéis las  cosas,  no  me  alargo  más  sino  á  pediros  que  pues  lo 
habéis  llegado  á  este  punto,  como  sin  duda  lo  habéis  hecho  con 
vuestro  trabaxo  y  cuidado,  no  lo  dexeis  de  las  manos  al  tíem* 
po  que  parece  lleva  camino  de  acabarse. 

'  Yá  deseo  nuevas  de  ay,  aunque  ha  poco  que  las  tuvimos,, 
para  saber  cómo  os  va  con  vuestros  corrimientos;  que  aunque 
el  correo  del  otro  dia  dice  que  teníades  gota,  no  lo  quiero  creer,, 
á  lo  menos  aunque  lo  sea,  no  la  confeséis  por  tal;  que  á  mi  pa- 
dre oí  que  la  hábia  encubierto  artos  años,  poniéndole  siempre 
otros  achaques,  que  le  parecia  la  pasaba  mejor  ansí.  A  toda 
vuestra  gente  me.  encomiendo  mucho;  y  guárdeos  Dios  como 
deseo.  De  Brusselas,  dia  de  la  Candelaria,  1607. — A  Isabel. — 
(Sobrescrito):  Al  Duque  de  Lerma, 

U3. 

Duque :  Por  el  despacho  del  Marqués  Espinóla  entenderéis 
cuanto  aquí  se  ofrece  de  nuevo;  y  por  lo  que  importa  el  secreto 
én  este  negocio  (i)  y  que  no  se  entienda  que  ay  se  sabe  del  por 
las  razones  que  entenderéis,  ha  parecido  que  despache  el  Mar- 
qués el  correo  y  no  mi  primo.  Nosotros  hacemos  de  nuestra 
parte  más  de  lo  posible,  como  veréis,  porque  este  negocio  tenga 
fin,  movidos  de  procurar  descargar  á  mi  hermano  de  una  carga 
tan  pesada,  y  no  estalle  cansando  siempre;  y  considerando  cuan 
mal  le  estaría  que  se  tomase  otro  partido,  como  lo  procura 
nuestro  vecino  (2).  Dios  lo  encamine  como  más  se  haya  de  ser- 
vir; y  así  se  lo  haced  pedir  allá  en  vuestros  monesterios;  que  yo 
pienso  tenéis  en  ellos  quien  lo  sabrá  bien  hacer. 


(i)    Refiérese  á  la  negociación  de  la  tregua  ó  paz  con  Holanda  que  por 
entonces  comenzaba  á  tratarse  muy  secretamente. 
(2)    El  Rey  Enrique  IV  de  Francia. 


CORRESPONDENCIA  DE   LA   INFANTA  DO^ÍA   ISABEL.  1 2$ 

Mucho  tardan  cartas  de  ay,  que  siempre  estamos  deseando 
nuevas  frescas.  Dios  nos  las  trayga  muy  buenas.  De  aqui  las  que 
hay  es  que  teniamos  ya  otro  motin  en  casa;  pero  ha  tres  díais 
que  se  dio  en  ellos  y  cogieron  setenta  y  cuatro,  que  aorcaron 
luego  de  los  árboles»  Los  otros  huyeron  con  los  enemigos,  E¿- 
peramos  que  con  esto  estará  remediado  y  será  escarmiento  dp 
otros.  El  enemigo  ha  salido  con  golpe  de  caballería  y  infantería: 
-créese  á  desaloxar  nuestra  gente.  Procúrase  que  no  hagan  nada. 
A  toda  la  vuestra  me  encomiendo  mucho;  y  guárdeos  Dios 
<:tímo  deseo.  De  Bruselas,  á  I4  de  hebrero,  1 607, — A  Isabel.—^ 
{Sobrescrito:)  Al  Duque  de  Lerma, 


U4. 

Duque:  El  Marqués  Espinóla  despacha  este  correo  tan  á  prysa 
que  no  habrá  lugar  de  escribir  largo.  Espero  lo  podremos  hacer 
presto  con  la  nueva  que  deseamos  (l),  en  que  me  remito  á  lo 
-que  escribirá  el  Marqués.  Solo  os  digo  tengo  aora  mayor  gusto 
<lello,  viendo  que  mi  hermano  se  sirve  dello  y  lo  aprueba  y  vos 
también,  que  tan  bien  miráis  lo  que  á  todos  nos  está  bien  y 
tanto  cuidado  ponéis  eñ  ello.  Dios  lo  acabe  con  bien,  como  lo 
<luiero  esperar,  porque  hasta  aora  de  la  manera  que  lo  ha  guiado, 
parece  cosa  de  milagro  y  jamás  pudiéramos  pensar  en  tal,  á  lo 
menos  en  los  medios  por  donde  ha  ido. 

Muy  contenta  estoy  con  haber  tenido  en  muy  pocos  dias  dos 
veces  nuevas  de  ay  con  las  cartas  de  16  y  postrero  de  hebrero. 
Bendito  sea  Dios,  que  mi  hermano  y  la  Reyna  y  sus  hijos  tienen 
la  salud  que  hemos  menester.  Muy  buenas  deben  haber  sido  las 
üestas  de  las  CarnestoUendas,  y  olgaré  mucho  con  la  relación  de* 
lias,  pero  buenas  las  debéis  de  haber  pasado  con  la  prisión  del  de 


(i)  La  proclamación  de  la  tregua.  Sobre  este  asunto  de  la  tregua  y 
otros  referentes  al  gobierno  militar  y  político  de  los  Estados  de  Flandes, 
é.  que  con  frecuencia  se  retieren  estas  cartas,  véase  mi  obra  Ambrosio  Spi- 
MoIa,frim^  Margues  de  ¡os  Baldases,  Madñáy  i<)04. 


126  BOLETÍN  DB  LA  RXAL  ACADEMIA  DE  LA  HISTORIA. 

Villalonga  (l).  Gracias  á  Dios  que  se  descubrió  antes  que  pasase 
más  adelante;  y  bien  cierta  estoy  yo  que  si  fuera  vuestro  hijo> 
hubiera  sido  lo  mismo;  porque  sé  el  amor  y  lealtad  con  que  ser- 
vis  á  mi  hermano.  Podéis  estar  muy  contento  de  que  esto  se 
haya  descubierto  en  vuestro  tiempo  y  de  haber  sido  instrumento 
para  ello. 

De  aqui  no  sé  otra  cosa  que  decir  sino  pediros  deis  prysa 
se  envié  alguna  provisión  por  la  necesidad  en  que  está  la  gente; 
que  sin  duda  si  no  se  socorre  presto,  sucederá  una  gran  desorden,, 
que  seria  muy  perjudicial,  y  más  en  esta  coyuntura.  A  toda 
vuestra  gente  me  encomiendo  mucho;  y  guárdeos  Dios  como 
deseo.  De  Bruselas  á  17  de  Marzo,  1607. — ^A  Isabel. — (Sobrescri- 
to:) Al  Duque  de  Lerma. 


U6. 

La  Infanta  d  su  hermano  Felipe  III  (2) 

Señor:  Por  la  prysa  con  que  el  Marqués  Espinóla  despacha 
«ste  correo,  por  un  despacho  que  le  ha  venido  de  Genova  en 
materia  de  hacienda,  no  podré  decir  en  esta  más  de  besar  las 
manos  á  V.  M.  por  sus  dos  cartas  de  19  y  postrero  de  hebrero^ 
que  he  recibido  estos  días,  y  la  postrera  bien  fresca,  con  que 
estoy  contentísima  por  saber  la  buena  salud  de  V.  M.  y  la  Reyna 
y  sus  hijos:  gracias  á  Dios  que  es  la  que  hemos  menester. 

Torno  á  besar  las  manos  á  V.  M.  por  haberme  revelado  el 
secreto  de  la  sospecha  de  la  Reyna,  que  espero  irá  adelante,  de 
que  estoy  muy  contenta,  y  de  la  merced  que  V.  M.  me  hace^ 
De  todas  maneras  piega  á  Dios  me  dexe  servilla  á  V.  M.  como 
4eseo. 


(i)  D.  Pedro  de  Franqueza,  Conde  de  Villalonga,  Secretario  de  S.  M.^ 
preso  al  salir  de  un  sarao  con  otros  varios  ministros  de  S.  M.  tpor  haber 
dado  mala  cuenta  de  sus  oñcios  (escribe  Luis  Cabrera  de  Córdova)  y  ha^ 
berse  enriquecido  más  apriesa  de  lo  que  fuera  justo». 

(2)  Hállase  esta  carta  interpolada  entre  las  dirigidas  al  Duque  do 
Lerma  en  el  Códice  de  la  Academia. 


CORRBSPONDBNCIA   DB   LA  INFANTA  DONA   ISABBL.  197 

Gran  cosa  ha  sido  que  se  haya  descubierto  la  bellaquería  (l) 
que  pasaba  en  el  servicio  de  V.  M.,  á  tiempo  que  V.  M.  la  haya 
podido  remediar,  y  sirva  de  escarmiento  para  los  que  vinieren. 
Yo  espero  que  nuestro  Señor  ha  de  alumbrar  á  V.  M.  en  todo 
para  que  tenga  muchos  gustos  y  contentos,  pues  tan  bien  le  sabe 
servir  V.  M. 

En  materia  de  negocios  me  remito  á  lo*que  escribirá  el  Mar- 
qués Espinóla,  y  espero  que  presto  podremos  escribir  más  des-^ 
pació  con  la  nueva  que  deseamos,  que  aora  deseo  que  salga  bien 
aquello,  pues  V,  M,  lo  aprueba  y  tiene  por  conveniente.  No 
puedo  dexar  de  suplicar  á  V.  M.  mande  dar  prysa  á  alguna  pro- 
visión, por  la  necesidad  en  que  está  toda  esta  gente  y  temer  no 
den  en  alguna  desorden  que  lo  desbarate  todo. 

A  la  Reyna  beso  las  manos  y  al  Principe  y  mi  nuera,  con 
quien  estoy  muy  enojada  porque  come  búcaro  (2).  Cada  hora 


(i)  Alude  á  la  prisión  del  Conde  de  Villalonga,  Pedro  Alvarez  Pereira, 
del  Consejo  de  Portugal,  el  licenciado  Ramírez  de  Prado,  el  tesorero  de 
Cruzada  Juan  Bautísta  Justiniano,  Pedro  de  Baeza  y  Juan  Núñez  Correa. 
«Estas  prisiones,  dice  Cabrera  de  Córdova,  han  causado  mucha  admira- 
ción en  esta  Corte,  por  ser  tres  personas  (las  tres  primeras  citadas)  de 
quién  se  hacia  mucho  caso  en  ella;  y  asi  han  quedado  con  temor  otros 
ministros,  y  todos  procurarán  de  aqui  adelante  hacer  sus  oficios  como 
tienen  obligación...» 

(2)  Vaso  de  barro  fino  y  oloroso  en  que  se  echa  agua  para  beber  y 
cobra  un  sabor  agradable.  Venían  de  las  Indias  y  principalmente  de  Por- 
tugal y  eran  muy  estimados  y  preciosos.  Sus  formas  y  tamaños  eran  muy 
variados,  «Destos  barros  (escribe  Covarrubias)  dicen  que  comen  las  damas 
para  amortiguar  la  color,  ó  por  golosina  viciosa;  y  es  ocasión  de  que  el 
barro  y  la  tierra  de  la  sepultura  las  coma  y  consuma  en  lo  más  florido  de 
su  edad.»  Esta  costumbre  estaba  muy  generalizada  en  el  siglo  xvu,  y  los 
poetas  la  ridiculizaban  con  frecuencia: 

«Niña  del  color  quebrado, 
ó  tienes  amor  ó  comes  barro.» 

En  boca  de  un  médico,  pone  otro  poeta  estos  versos: 

«Los  búcaros  para  mi 
son  de  minas  del  Perú, 
según  tengo  de  opiladas 
innnita  multitud.» 

Nuestro  erudito  amigo  Mr.  Morel-Fatio  escribió  en  las  Afelanges  tU 
philologie  romane^  dediés  d  Cari  Wahlund  (Macón,  1896)  un  ameno  é  inte- 
resante articulo  sobre  este  punto,  titulado  Comer  barro. 


I'SS  BOLETÍN  DB   LA  REA.L   ACADEMIA  DE   LA  HISTORIA. 

que  tarda  en  llegar  Don  Rycárdo  se  me  hacen  mil  años,  po»r  lo 
que  déséo  ya  verlos  retratos..  Dios  guarde  á  sus  dueños  y 
á  V.  M.  tantos  años  como  hemos  menester  y  yo  deseo.  De 
Bruselas  á  17  de  Marzo,  1607. — Beso  las  manos  «á  V.  M. — 
A  Isabel.— (Sobrescrito:)  Al  Rey  mi  señor. 


lie. 

Duque:  De  dia  en  día  andábamos  esperando  la  conclusión 
dfeste  negocio  que  se  trataba,  que,  como  escribo  á  m¡  hermano, 
há  estado  entre  la  cruz  y  el  agua  bendita,  como  dicen.  Gracias  á 
Dios,  á  pesar  de  muchos,  está  concluido;  y  yo  pienso  que  es  lo 
que  mejor  nos  está  á  todos:  que  aunque  hubiéramos  querido 
mejorar  algunas  condiciones,  no  ha  sido  posible^  como  más  par- 
ticularmente escribirá  el  Marqués  Espinóla;  y  no  se  ha  hechp 
poco  en  haber  llegado  á  lo  que  nunca  nayde  pensó  ni  imaginó. 
Dios  lo  ha  hecho  milagrosamente  y  las  oraciones  de  vuestros 
frailes  no  deben  de  haber  ayudado  poco.  Para  lo  que  falta,  es 
menester  acudir  á  esta  gente,  porque  no  haga  alguna  desorden, 
que  es  lo  que  aora  nos  dá  mucho  cuidado,  como  más  particular^ 
mente  escribo  á  mi  hermano.  Y  pues  vá  tanto  en  ésto  para  aca- 
bar de  una  vez  de  salir  de  esta  carga,  por  amor  de  Dios  que 
procuréis  se  socorra  con  mucha  brevedad;  que  yo  os  prometo 
que  si  no  hubieran  venido  las  provisiones  del  otro  día,  que  nos 
hubiéramos  visto  en  muy  gran  aprieto;  pero  yo  espero  que  con 
qiíe!  esto  se  acuda  este  poco  de  tiempo  que  es  menester  paraí 
acabar  de  componer  lo  que  falta,  y  con  estar  compuesto  lo  dé 
Venecia  y  la  vitoria  de  Recanate,  que  ha  sido  gran  cosar  que  se^ 
ha  de  ver  mi  hermano  con  mucho  descanso,  y  de  manera  que 
no  solo  desempeñe  su  hacienda,  sino  que  tenga  mucha  para 
hacerse  temer  de  todos  los  que  le  envidian;  y  vos  dendé  iiora 
os  regalad  y  descansad  para  poder  gozar  desto,  y  no  mataros 
como  hacéis  por  todas  las  cosas,  pues  no  las  podéis  remediar 
con  eso,  y  veis  cuanta  falta  haríades  á  mi  hermano  si  le  faltase- 
des.  Pésame  que  os  apriete  tanto  la.  gota:  con  todo,  os  acuerdo 
no  os  hagáis  remedios  para  ella,  pi;es  aunque  es  penosa  de  su- 


.CORRBSPÓNDBNCIA  DS   LA  INFANTA  DO^/L  ISABEL.  139 

firir,  en  haciéndoselos,  se  tullecen  y  se  acaban:  y  yo  lo  veo  aquí 
en  muchos  por  espiriencia. 

Bonísimas  pascuas  he  tenido  con  los  retratos  de  la  Reyua  y 
sus  hijos.  Tales  ángeles  no  los  hay:  yo  me  torno  loca  con  ellos, 
cierto  y  más  cuando  me  acuerdo  que  son  hijos  de  su  padre. 
Bonísimas  ñestas  fueron  las  de  CarnestoUendas;  y  no  podré  yo 
olvidar  nunca  el  cura  del  Pardo. 

■  Yo  quedo  muy  alborozada  para  las  trazas  que  me  habéis  de 
enviar,  que  escogéis  el  mejor  entretenimiento  de  todos,  á  lo 
menos  á  mi  así  me  lo  parece,  como  hija  de  mi  padi*e.  No  habré 
menester  pediros  ayudéis  á  D.  Pedro  de  Toledo  para  que  mi 
hermano  le  haga  merced,  porque  creo  lo  haréis  de  buena  gana. 
Yo  lo  hiciera  en  pasar  de  aquí,  pero  ha  cargado  tanta  gente 
estas  pascuas^  que  no  me  ha  sido  posible  descabullirme  della;  y 
así  no  puedo  responder  acra  á  vuestras  hermanas:  harélo  con  ei 
primero*  Decidselo  ansí,  y  á  la  mayor  que  esta  semana  se  aca- 
ban lo¿  reposteros:  dalde  la  norabuena  á  vuestro  cuñado  de  mi 
parte  de  la  merced  que. mi  hermano  le  ha  hecho,  que  también 
os  la  quiero  agradecer  por  lo  que  he  olgado  della.  A  toda  vues- 
tra gente  me  encomendad  mucho,  y  guárdeos  Dios  como  deseo. 
De  Brusselas  á  17  de  Abril,  1607. — A  Isabel. — (Sobrescrito:) 
Al  Duque  de  Lerma. 

117- 

Duque:  Ha  llegado  aqui  la  nueva  de  lo  mal  que  ay  se  ha  to- 
mado la  tregua,  de  que  os  confieso  estamos  espantados;  y  así 
hemos  querido  despachar  en  el  mismo  punto  este  (correo)  para 
dar  razón  de  lo  que  se  hd  hecho,  como  lo  hará  particularmente 
el  Marqués  Espinóla,  á  que  me  remito.  Y  aquí  solo  os  diré, 
conforme  á  lo  que  os  tengo  prometido,  de  deciros  llanamente 
todo  (lo)  que  aqui  hemos  entendido:  que  quien  más  la  abomina 
es  el  Condestable  (l);  y  no  me  espanto,  porque  está  informado 


(1)  D.  Juan  Fernández  de  Velasco,  Duque  de  Frías,  Condestable  de 
Castilla,  era  el  más  decidido  y  altivo  partidario  de  la  antigua  política  es- 
pañola de  no  reconocer  ni  transigir  en  lo  más  mínimo  con  los  rebeldes, 
sosteniendo  á  todo  trance  la  guerra  contra  ellos,  sin  tener  en  cuenta  su 


CQRIUBSPOMDBMCU  DE  LA  INFANTA  DOMA  ISABBL,  13O 

por  parientes  y  amigos,  que  todos  son  interesados  en  la  guerra, 
porque  viven  della;  y  así  están  peor  que  con  el  demonio  con 
todos  cuantos  tratan  de  la  pax.  Si  ella  es  necesaria  para  el  ser- 
vicio de  mi  hermano,  y  si  su  hacienda  puede  más  con  la  guerra, 
á  vos  os  lo  dexo  juzgar,  que  sabéis  lo  que  me  habéis  escrito 
sobre  esto,  pues  jamás  se  viniera  ni  á  pax  ó  tregua  larga  si  no 
se  hiciera  estotra. 

Las  condiciones  della,  la  principal  vos  sabéis  que  mi  hermano 
la  aprobó:  las  demás  siempre  se  procura  mejorallas,  como  se 
tiene  esperanza  que  se  hará,  como  veréis  por  lo  que  escribe  el 
Marqués  (l).  La  reputación  de  mi  hermano  siempre  se  ha  guar- 
dado y  guardará,  como  es  justo;  y  yo  entiendo  que  no  lo  sería 
que  esto  no  pasase  adelante,  ni  que  pareciese  al  mundo  que  mi 
hermano  y  nosotros  no  estamos  tan  unidos,  como  es  justo  que 
lo  estemos  y  estaremos  siempre;  aunque  digan  ay  que  mi  primo 
está  concertado  con  los  de  Olanda,  que  son  cosas  que  es  mejor 
reirse  dellas  y  qreer  que  la  pasión  los  hace  decir  estos  dispara- 
tes; pero  yo  os  lo  digo  todo  llanamente,  y  os  pido  que  este  ne- 
gocio se  considere  bien  y  no  sean  parte  pasiones  particulares 
para  estorbar  una  cosa  en  que  tanto  vá  al  servicio  de  nuestro 
Señor  y  bien  del  de  mi  hermano;  pues  se  ha  llegado  á  lo  que 
nunca  nayde  imaginó,  y  nuestros  enemigos  sienten  tanto,  que 
solo  eso  bastaba  para  saber  cuan  bien  le  está  á  mi  hermano 
verse  desembarazado  desta  carga:  que  si  os  pudiera  hablar,  yo 


poderío  y  adecuados  medios  de  defensa  de  una  parte,  y  el  aflictivo  y  de- 
cadente estado  de  Elspaña  por  otro.  Nombrado  para  concertar  la  paz  con 
Inglaterra,  aceptó  la  jornada  para  ir  allá  por  Francia,  y  la  desempeñó  bien 
y  pomposamente.  cDicen  que  allende  de  la  comisión  que  lleva  de  tratar 
las  paces  con  Inglaterra,  ha  de  poner  mano  en  la  reducción  y  obediencia 
de  las  Islas  y  de  los  amotinados  y  en  componer  otras  cosas  que  se  le  han 
dado  por  instrucción,  que  según  están  las  de  aquellos  Estados  tema  harto 
que  hacer,  si  su  poca  salud  y  complesion  ayudaren  á  ello.»  Cabrera:  Reía- 
ciones.  Nada  hizo  ni  compuso  en  su  rápido  viaje  por  Flandes  el  Condesta- 
ble, contentándose  con  censurar  el  intento  de  la  tregua,  tan  necesaria 
como  conveniente,  y  pretender  que  prevalecieran  sus  quiméricos  planes. 
(i)  Ambrono  Spinola^  primer  MarqtUs  de  los  Balbasts.  Estudio  históri- 
co, donde  están  detalladas  y  discutidas  todas  las  condiciones  para  la 
tregua. 


CARTULARIO  DB  SANTO   TORIBIO  DE  UÉBANA.  I3t 

sé  que  os  mostrara  claro  cuánta  verdad  os  digo  en  todo  esto^ 
Pero  no  todo  se  puede  decir  por  carta,  y  espero  que  vos,  coma 
quien  solo  sirve  á  mi  hermano  por  amor,  lo  considerareis  muy 
bien:  que  yo  no  quiero  detener -más  este  correo.  A  toda  vuestra 
gente  me  encomendad  mucho,  y  guárdeos  Dios  como  deseo.  De 
Brusselas  á  19  de  Mayo,  1607. — ^A  Isabel. — (Sobrescrito:)  Al 
Duque  de  Lerma. 


(CotUinuard,) 


A,  Rodríguez  Villa. 


II 

DOCUMEMTOS  INÉDITOS 

DEL  CARTULARIO  DE  SANTO  TORIBIO  DE  LIÉBANA  (aSo  831) 

DURANTE  LOS  REINADOS  DE  ALFONSO  H, 

RAMIRO  I   Y   FRUELA  II  (i) 

VIII. — Carta  de  25  de  Enero  del  año  831  y  folio  IX. 

Carta  de  donación  que  fícieron  Ordoño  y  Porflulna  de  todo  lo  que 
avien  por  sus  almas  á  Sancta  María  e  a  Sancto  Martino  e  otras  iglesias  ea 
Liévana, 

Notum  est  Christo,  notum  sit  Ecclesie,  id  est  Domini  et  Pa- 
trón! nostre  glorióse  Sacte  Marie,  cuius  baselica  sita  est  in  locum. 
quod  dicitur  Barao,  sibe  et  Sancto  Petro  cuius  baselica  sita  eat  in 
locum  qui  dicitur  Sexenia,  quod  nos  servi  vestri  Ordonius  et 
Proflinia  (¿Profluina?)  superno  timore  compulsi,  propria  et  spon- 
taneam  nostram  voluntatem,  absque  aliqua  persecucione  seu 
necesítate  non  potestatis,  non  alicuius  inpulsione,  sed  excepta 
primo  anime  necesítate  non  potesta  nostre  redemptionis,  ere-- 
dendo  ei  qui  dixít,  qui  dederit  unum  recipiet  in  eternum  centu- 
plum;  et  quia  nulla  potencia,  quamlibet  sit  arta,  non  valet  nec 
adtinget  ubi  elemosina,  quia  ipsa  extinguit  omne  pecatum;  ideo 

-^i)    Véase  el  Boletín,  tomo  xi.vi,  páginas  69-76. 


.132  BOLETÍN  DE  L\  RB\L  ACADEMIA  DE   LA  HISTORIA. 

ad  Chrísto  credímús  obtatum  nobis  premium  esse  servatum  pro 
fide  expectatum. 

Et  quia  non  est  Deu»  sicut  homo  ut  menciatur,  et  proinde  in 
tálí  promisione  gaudentes,  pldcuit  nobis  ín  salute  nostra  uno 
animo  parique  consensu  ut  quidquid  bisi  sumus  abcre  supradicti, 
id  ést  Ordonius,  sibe  de  donacione  Regis,  sive  ecciam  de  colata 
amicorum,  sibe  quod  comparavi,  id  est  vineis,  terris,  potnares, 
exitum  et  regresum,  molina,  bustares,  sibe  et  domicilia ,  Chrísto 
et  ecclesieV  Sánete  Mane  et  omnia  mea  traderem  et  ex  inde 
alium  in  ecclesiis,  alium  pauperibus  erogarem:  et  similiter  et 
ego  Proflinia  concedo  Christo  et  Eglesie  Sánete  omnia  quidquid 
michi  dominus  et  marítus  meus  donabit  in  dotis  titulum  vel 
donationis,  billas,  domicilia,  binias,  térras,  pomores  in  territorio 
Livanensi  in  Barao  et  in  Xecenia,  ut  sicut  utrumque  illut  possi- 
demus,  ita  et  concedí  mus  ante  quam  nos  finis  prebeniat,  aut 
mors  os  nostrum  sigillet,  quia  incertis  vite,  nostre  tenemus,>  et 
quod  die  .vel  ora  de  hoc  mundo  ad  eterna  patria  transeamus, 
nescimus  et  ignoramus,  quia  secundum  scripturam  que  dicit 
redime  te  homo,  redime  te  dum  bibis  et  dum  precium  in  maní- 
bus  tuis  habes  et  incertum  est  enim  ut  post  mortem  nostram 
aliquis  nos  fideliter  redimat:  et  ideoque  secundum  quod  supra 
iam  locuti  sumus,  donamus  adque  concedimüs  Domine  et  Patro- 
ne  nostre  gloriosisime  Sánete  Marie  Virginis  quiquid  abemus  in 
Barao  duas  porciones,  terciam  vero  porcionem  ad  Lone,  in  Barao 
•  ibidem  in  Lone  horreum,  cortes,  seneirasIII  sive  exitis,  gressum, 
vel  regressum  quod  Sancto  Petro  in  Sécenla  (Xexenia  supra) 
omnia  quidquid  ibidem  est  excepto  quod  a  Sancto  Vicentio 
■dedimus  in  Bargaudale,  in  est  casa  et  horreum  et  illa  binia  no- 
bella  de  Faffilane  et  ad  Camarbena  ad  Sancto  Petro  ad  Fontice- 
-las,  ad  Sancto  Romano  ¡Ha  conficta  de  illa  parte  ubi  Dominus 
Vila  (Feila  en  la  copia  del  siglo  xviii)  (Itila?)  abitavit,  idest, 
casas,  horrea,  lecta,  cortes,  binias,  ibidem  ante  casa,  pomares, 
señeras,  vel  quidquid  ibidem  est;  et  ad  Bellenia  colina  et  ho- 
rreum, binia  de  Armentarii  et  alias  duas  ic  ad  illa  nobella  de 
Lopelli  et  una  ad  Maurin  ad  Sancto  Acisclo;  in  Boida,  casa  et 
horrea  sive  et  cortes^  $enera  que  est  intor  ambos  árrodios,  ibi(iein 


CARTULARIO  DB  SANTO  TORIBIO  DE   LIÉBANA.  135 

in  Boída,  et  ad  Armanio  ad  Sancto  lohanne  vinea,  qui  est  ad  illa 
prata  et  señera  qui  est  iusta  segobium  ad  illa  cobella. 

Ad  Sanctam  Eulaliam  Caornita  casa,  horrea,  cortes,  pomares,, 
nobelle  iusta  casa,  illa  casa  señeras,  et  ad  Sancta  Maria  ad  Lai- 
roñes  casa  et  illa  sorte  de  Nunilla  vineas,  pomares  et  térras  et 
ad  Sancto  Martino  señera  qui  est  in  Mensas  et  binias  qui  in  ipsa 
señera  sunt:  et  ad  (Sancta)  Eulalia  in  Paectio  et  ad  Sancto  Mar- 
tiao  Torancio  casa,  horrca  dúos,  señera  duas,  que  comparabimus 
una  in  Torancio  et  aliain  Baures,  vineas  duas  hic,  quem  compa- 
rabím^us  ibidem  in  Paeccio  habeat  illud  in  communitatem:  et  in 
Cessaría  Sancto  Christophoro  sorte  bénfametro  ante  horreum,! 
térras  et  poní  mares.  Hec  omnía  concedimus  ad  ipsas  iam  supra 
dictas  ecclesías,  ut  sacerdotes  vel  monachi  qui  ipsas  eglesias 
tenuerint  firmiter  et  indubitanter  illud  obtineant,  vindicentadque 
posideant,  térras  vero,  iumenta,  boves,  baccas,  sive  etpecora  dum 
bixerimus  abeamus  ex  inde  toUeracionem.  Postobitum  vero  ños- 
trum  sit  corice'sum  Eglesie  Sánete,  sibe  de  vestite,  quam  de 
ómnibus — De  homines  vero  nostros  sive  quod  liberavimüs,  sive 
etiam  quodquod  in  servicio  abemus,  sint  liberi  post  nostrum 
obitum,  atque  ingenui,  atque  aderentes  patrocinio — solum  in 
festivitate  Sancti  Tome  et  Sancti  Frutuosi  hoc  ocurrant  cum  sua 
oblatione  et  sua  elemosina  ad  sacerdotes  vel  pauperes  pro  ani- 
cnabus  nostris  et  cui  se  voluerint  adpHcare  liberam  in  Dei  no- 
mine abeant  potestatem. 

Et  siquís  contra  hoc  quod  fieri  non  credo,  ego  Ofdonius  etiam 
hoc  testamentum  irrumpore  voluerit,  quislibet  ille  sit,  imprimís 
maledictus  et  iram  Dei  non  efugiat,  sed  sit  segratus  (segregatus) 
a  corpore  et  sanguine  Domini  nostri  Ihesu  Christi  et  nec  partici- 
pet  cum  christianis,  sed  cum  luda  traditore  abeat  participium  in 
eterna  damnatione  et  insuper  inferat  parti  vestre  Eglesie  aun 
libras  duas. 

Fácta  scriptura  testamenti  vel  donacionis  Eglesie  die  octabo 
kall.  Februarii,  Era  DCCCLXVIIII — Ego  Hordonius  in  hoc  tes- 
tamento Eglesie  feci  ^  ^  Profluna  (Profluina)  in  oc  testamento 
Eglesie  signurir  íeci  ^  i^ 

Muy  abundante  en  datos  geográficos  es  la  anterior  carta  de 


L 


134  BOLETÍK  DE   LA  lUSAL   ACADEMIA  DE   LA   HISTOEIA. 

•donación  hecha  por  los  consortes  Ordoño  y  Profluna  6  Pro- 
fluina. 

Las  numerosas  ofrendas  hechas  á  las  iglesias  de  Liébana  por 
-estos  consortes  revelan  que  eran  personas  ricas  en  bienes  tem- 
porales y  espléndidos  en  procurar  la  gloria  de  Dios  y  el  bien  de 
•de  los  pobres. 

Barao,  hoy  Baró)  es  una  aldea  que  da  nombre  al  valle  situado 
al  O.  de  Potes.  Por  el  fondo  de  una  estrecha  y  prolongada  gar- 
.^anta  desciende  en  aquel  valle  el  bullicioso  Deva,  recogiendo  á 
-uno  y  otro  lado  algunos  arroyos,  verdaderos  torrentes,  alimen- 
tados por  el  derretimiento  de  los  ventisqueros  ó  neveros,  como 
allí  se  llaman,  formados  en  las  hondonadas  de  los  Picos  de 
Europa. 

El  sitio  llamado  Xexenia  6  Secenia^  con  su  iglesia  en  honor  de 
San  Pedro,  debió  estar  en  un  campo  próximo  á  Redo,  donde  hoy 
existe  una  capilla  en  honor  de  San  Pedro  ad  Vincula. 

Boida^  hoy  Bodia,  pueblecito  situado  en  una  de  las  vertientes 
■del  monte  Viorna,  con  su  iglesia,  muy  antigua,  dedicada  á  San 
Acisclo  y  á  Santa  Victoria. 

Armanioy  hoy  Armaño. 

Lairones  (Lerones)  al  SE.  de  Potes,  con  su  iglesia  dedicada  á 
la  Virgen  Santísima  hoy,  como  hace  más  de  diez  siglos. 

Lon^  que  conserva  el  mismo  nombre,  pueblo  junto  á  los  Picos 
■de  Europa. 

MensaSy  hoy  Mieses^  donde  estuvo  el  Monasterio  de  San  Este- 
han  de  Mesaina  á  2  km.  de  Potes. 

ToranciOy  Toranso^  á  1 5  km.  de  Potes,  con  iglesia  en  honor  de 
San  Martín,  como  se  dice  en  la  carta^ 

Baures  (Bores), — Cessaria  (Cesera),  sitio  en  la  vertiente  S.  del 
monte  Viorna,  donde  hoy  existe  una  capilla  en  honor  de  San 
Cristóbal. 

Camarbena,  pago  situado  en  Turieno,  aunque  desfigurado  el 
nombre. 

San  Román,  sitio  próximo  á  Arguebanas. 

Las  frases  en  que  se  dice:  <íDe  homines  vero  nostros^  shequod 
JibenwhnuSy  sive  eciam  quodquod  in  servicio  aiemus,  sint  liberi 


CARTULARIO  DB   SANTO  TORIBXO  DE   LIÉBANA.  1 35 

post  obitum  nosirum,  at  ingenui  atqtie  aderentes  patrocinios  ^  reve- 
lan .el  estado  social  de  las  personas,  y  la  transformación  del 
siervo  en  hombre  libre.  El  respeto  á  la  libertad  de  estos  siervos 
es  tan  explícita  que  en  la  misma  carta  se  dice  que,  si  quieren, 
pueden  ponerse  al  servicio  de  otras  personas;  et  cui  se  voluerint 
adplicare  líberam  in  Dei  nomine  abeant  potestatem.  Hermosa  li- 
bertad concedida  enel  nombre  santo  de  Dios. 


llí.— Carta  de  28  de  Marzo  del  ano  847,  folio  XXV  vf 

Carta  de  la  heredat  que  fué  dada  á  San ct  Salvador  dcBelleoia  en  Sanct 
luhan  en  Cosgaya,  e  en  Pembes  e  en  Fresno,  e  en  Mus. 

In  Dei  nomine,  ego  Simpronius,  qui  sum  filius  patris  mei  Se- 
veri  et  matrís  mee  Severe,  placuit  mihi  adque  convenit  voluntas, 
ut  facerem  pactum  Sancto  Salvatod  et  Sancto  lohanni  in  locum 
Vellenie,  sive  fratribus  qui  ibidem  habitant  Teuderico,  Egilany 
presb.  Raprari  vel  ceteris  gasalianes^  qui  ibidem  abitant  vel  ha- 
bitaverint,  trado  me  et  omnia  mea  hereditate  que  abeo  inter 
meos  germanos  vel  heredes  in  villa  Causecadia,  in  Frasino,  in 
Pembes,  id  est  térras,  pomares,  vineas  in  Mus  et  térra  bacabile 
usque  illa  strata  publica  que  discurrit  ad  Pautes,  baca,  bobe,  res 
pumiferas,  vasa,  ferramenta,  prata  montes  et  fontes:  hec  omnia 
ibidem  trado  pro  remedio  anime  mee,  ut  ante  Deum  inveniam 
ex  inde  aliquam  parcianculam.  Et  si  quis  sane  aliquis,  quod  fíerí 
non  credo,  aliquis  testamentum  istum  disrumpere  voluerit,  aut 
ipsa  mea  hereditate  inde  auferre  voluerit,  germani,  sobrini,  vel 
aliquis  quilibet  homo  in  illut  tulere  quesierit,  descendat  super 
illum  rumphea  celestis,  sicut  descendit  super  Datan  et  Abiron, 
quos  vivos  térra  obsorvuit  et  non  habeat  hereditatem  cum  Deo, 
sed  cum  luda  traditore  abeat  participium  in  eterna  damnatione 
et  insuper  pariet  penas  illius  partiEcclesie  omnia  illut  dupla tum, 
vel  quantum  Ecclesie  fuerit  meliorato. 

Factum  pactum  vel  testamentum  V  Kall.'*  Aprilis.  Era 
DCCCLXX  [X]  V.  Sedente  Principe  Ranemiro  in  Asturias.  Ego 
Simpronius  in  oc  testamento,  quod  fieri  volui,  manu  mea-H^  feci 


l$f>  BQLBTÍK.  DE  XA  REAL  ACADEMIA  DE   LA   HISTORIA. 

cpram  testes  tibi  tradidi  -Hf  Egilá  presb.  Teodericus  ^  Cabra- 
ri  4|f  Sempronicius  -Hf  Ellesindus  >J<  Vimiratii. 

El  año  837,  en  que  está  fechada  esta  carta,  no  coincide  con 
el  reinado  de  Ramiro  I;  pero  la  circunstancia  de  decir  la  carta: 
«Sedente  Principe  Ranemiro  in  Asturias»  nos  hace  creer  que  la 
fecha  verdadera  es  de  tiempo  de  Ramiro  I,  y  que  én  la  era  se 
omitió  una  X.        .    . 

Además,  las  personas  que  firman  tSimprontus,  Egila  presb. 
Cábrarh^  aparecen  también  unos  en  la  carta  del  año  790  f.^  XLVI 
y  otro  en  la  del  año  827,  f.°  XL,  ambas,  como  la  que  ahora 
estudiamos,  referentes  al  Monasterio  de  San  Salvador  de  Beleña, 

El  sitio  llamado  Frasino,  hoy  Fresno,  está  próximp  á  Cosgaya: 
al  lado  opuesto  del  río  Deva  está  á  grande  altura  Pembes,  en 
cuyo  término  está  Rellena. 

Al  pueblo  de  Pembes  alude,  según  D.  Aureliano  Fernández 
Guerra,  la  frase  ^ex  gente  Pembelorutni^  de  la  piedra  cóncava 
hallada  en  Santo  Tomás  de  Collia  (v.  Cantabria,  pág.  49), 

En  esta  carta  se  vuelve  á  llamar  strata  publica^  como  ya  no- 
tamos en  la  qarta  de  29  de  Diciembre  de  864  (l),  al  camino  que 
va  desde  Potes  hacia  Cosgaya,  corriente  arriba  del  río  Deva. 


X. — Carta  de  20  de  Abril  del  año  ^15^  folio  XLVL 

Carta  de  tierras  en  Mieses  que  vendieron  los  fradres  de  Sanct  Martin 
én  Val  de  Mesayna  en  esse  campo. 

In.Dei  nomine,  ecce  nos  fratres  qui  sumus  abitatores  in  reg^ula 
Sancti  Martini  locum  (qui  nomínatur)  Sella  id  est  Cartarius,  Vin- 
cenciuá,  Froila  presb.  Abodimus  presb.  Beatus  presb.  Sindinus, 
Maternus,  Patruellus,  Anastasius,  Eugenius,  Busianus,  Froila, 
Vincencius,  Cesarius,'Siongius,  Capio.  Vistremundus  et  Froila, 
qui  sumus  de  mimimo  usque  máximo,  vobis  Munioni  et  uxori  tue 
Gulatrudia  in  Domino  salutem.  Magnum  est  titulus  vendictionis 


(1)    V.  Boletín  de  la  Real  Academia  de  la  Historia.  Novieml  re  de 
1904,  páginas  417  á  420» 


CARTUtARIO  DE  SANTO  TORIBIO  DE  LIÉBAMA.    .  137 

inquo  nemo  potest  hoc  tacum  (factum)  largitatis  inrumpere,  ideo 
placuit  nobis  bono  animo  et  propria  nostra  volúntate,  ut  vindere- 
mus  vobis  iam  dictis  Munioni  et  uxori  tue  Gulatrudie  térras  in 
Mesas  inillo  valle  la  tus  vinia  Censuri  et  iusta  domum  vestram 
de  termino  per  ubi  pedibus  procedimus  et  manibus  adsignavi- 
mus  usque  ad  agrum  Messaeina  et  pergit  ad  agrum  Armentari 
ipsa  térra  ex  integro  secundum  antea  vobis  carta  ad  cartam  robo- 
rabimus  et  dedisti  nobis  in  precio  pro  ipsa  térra  scala  argéntea, 
hocto  sollos  in  duplo  precio  secundum  lex  gotiga  continet  et 
canonum  docent  et  nobis  bene  cumplacuit,  de  precio  apud  vos 
non  remansit,  sít  factum,  ut  ex  odierno  die  iuri  possideatis,  tam 
vos  quam  ecciam  et  posteritas  vestra,  vel  cui  illud  relinquere 
volueritis  de  posteriora  vestra  liberam  in  Dei  nomine  abeatis 
potestatem.  Si  quis  sane,  quod  fieri  minime  credimus,  aliquis  vos 
inquietare  voluerit  pro  ipsa,  an  nos,  an  aliqua  nostra  subrogita 
persona,  vel  quilibet  homo,  qui  ipsa  ecclesia  obtinuerit,  sit  segre- 
gatus  de  ipsa  ecclesia  et  insuper  pariet  quantum  hic  resonat 
duplatum,  an  de  nos,  sive  de  ipsa  ecclesia  et  hec  scriptura  firmis 
adque  stabilita  permaneat  Facta  carta  vindicionis  XII  Kal.®  Ma- 
gias, Era  DCCC  [C]  Lili  (l),  regnante  domno  Froilane  in  Astu- 
rias. Ecce  nos  fratres  in  anc  cartam  vendictionis  quem  fiecimus 
et  relegendo  cognovimus  manus  nostras  -Hf  fecimus.  Vincen- 
cius  -Hr  feci.  Bagani  ^  (forte  Bagaudani)^  Gaton  presb.  Vistre- 
mundus  -Hf  i  ten  Vincencius  -Hf  Busianus  yiíi  Froila  ^  Paternellus  ^ 
Vermudus  -Hf  Eugenius  ^  Cesarius  ^  Anastasius  ^  Caritus  ^ 
Maternus  ^  Sindinus  -Hf  Froila  -Hr  Abdinus  -Hf  presb.  -Hr  Beatus 
presb.  M(  Zeteria  t.«  -Hr  Maternus  t.'  Nunillo  t.«  -Hf  Bronille  t.«  -Hr, 
Avitus  t.«  ^  Teodemirus  t.«  f  Teodilli  t.«  f  Quintilla  t.»  f  Reve- 
lio  t.*  Arginco  t.«  -Hr  Pepi  t.«  Munius  t.**  Martinus  t.^  Justus  t.»  íK: 
Ítem  Justus  t.^  Monnia  t.^  )K  Garsia  t.'  ^  Arazon  t.«  ^  Sesilli  ^ 
Teodilli  t.«  -Hf  Flaina  t.*  y^  Betraduci  t.» 

La  fecha  de  esta  carta,  año  815,  no  es  admisible,  y  creemos 
que  debe  ser  del  915,  época  en  que  reinaba  en  Asturias  Frue- 
la  n.  En  el  año  815  reinaba  D.  Alfonso  II  el  Casto:  D.  Fruela  I 

(i)    Al  margen  Era  953. 

TOMO  xLvni.  10 


138  BOLBTÍM   DE  LA  REAL  ACADEMIA  DE  LA  HISTOSIA. 

reinó  desde  757  á  768.  Es  lo  más  probable  que  el  amanuense 
omitió  una  C  en  la  fecha  al  hacer  la  copia. 

Además  déla  razón  expuesta  de  no  coincidir  la  fecha  815 
con  el  reinado  de  los  Fruelas  I  ó  II,  hay  otra  muy  poderosa, 
deducida  de  otras  dos  cartas  del  Cartulario. 

En  la  carta  que  examinamos,  los  monjes  del  Monasterio  de 
San  Martín  (Santo  Toribio  después),  venden  á  Munio  y  á  su  es- 
posa Gulatrudia  varias  tierras  en  Mieses  y  en  Val  de  Meseyna. 
— De  Munio  y  de  Gulatrudia  fué  hija  Vestrili  6  Guestrili^  dama 
piadosa  que  hizo  grandes  donaciones  al  Monasterio  de  San  Mar- 
tín por  los  años  de  940  y  950. — Esta  dama  firma  en  la  carta 
90,  f.°  XXVIII.  « Vistrilli  qui  sum  filia  Monioni  et  Gulatrudiene.» 

Si  la  hija  de  Munio  y  Gulatrudia  vivía  por  los  años  940-950, 
y  en  la  carta  que  examinamos  figuran  Munio  y  Gulatrudia,  de 
ningún  modo  puede  admitirse  la  fecha  8 1 5.  La  carta  en  que 
Vistrilli  firma  «filia  Monioni  et  Gulatrudiene»  lleva  la  fecha  850; 
pero  como  dice  que  reinaba  en  León  Ordoño  hay  que  creer  que 
se  refiere  al  reinado  de  Ordoño  III,  que  comenzó  á  reinar  en  el 
año  g^o^  y  de  ningún  modo  á  Ordoño  I,  que  no  se  tituló  ni  fué 
Rey  de  León. 

No  existe  hoy  sitio  determinado  en  Liébana  con  el  nombre  de 
Sella;  pero,  refiriéndose  la  carta  á  tierras  en  Mesas  (hoy  Mieses), 
el  nombre  de  Sella  debió  aplicarse  á  terrenos  inmediatos  á 
Mieses. 

Hoy  existe  un  pago,  próximo  á  Mieses,  llamado  La  Andecilla^ 
y  tenemos  por  cierto,  fundánaonos  en  otras  cartas,  que  La  An^ 
decilla  de  hoy  era  hace  siglos  el  Lan  de  Ciella,  ó  sea  el  Llano  de 
Ciella.  Este  sitio  Ciella  es  el  Sella  de  la  carta  que  estudiamos. 

En  la  carta  se  hace  referencia  al  Fuero  Juzgo  y  á  los  cánones 
de  la  Iglesia  ^secundum  Lex  gotiga  continet  et  Canonum  docente. 

Entre  las  personas  que  figuran  en  esta  carta  vemos  al  presbi^ 
tero  BeatOy  que  era  monje  en  San  Martín  (hoy  Santo  Toribio  de 
Liébana),  pues  dice  la  carta  ^Ecce  nos  fratres^  qui  sumus  abitato- 
res  in  regula  Sancti  Martini.,.  id  est  Cartarias...  Beatus  presbi- 
ter...> 

Si  la  fecha  de  815  fuese  admisible,  indudablemente  coincidía, 


DON  PEDRO  ENRÍQUBZ  DB  ACEVEDO.  139 

con  corta  diferencia  de  años,  con  la  época  en  que  Beato  y  Eierio 
defienden  briosamente  la  doctrina  católica  contra  Elipando,  Ar- 
zobispo de  Toledo. 

Ya  hemos  expuesto  las  razones  que  tenemos  para  corregir  la 
fecha  8iS  y  añadirle  una  centena,  ó  sea  creyendo  que  debe 
ser  915. 

Por  tanto,  los  escritores  como  Argaíz,  y  algunos  entusiastas 
de  las  glorias  montañesas,  se  equivocaron  al  citar  esta  carta  como 
testimonio  de  que  en  ella  figuraba  el  monje  S.  Beato,  contradic- 
tor valeroso  de  las  doctrinas  heréticas  de  Elipando  de  Toledo  y 
Félix  de  Urgel. 

Lo  único  que  prueba  la  carta  es  que  un  siglo  después  de  la 
polémica  de  vS.  BecUo^  figura  este  nombre  entre  los  monjes  de 
San  Martín  (Santo  Toribio),  y  pudiera  ser  prueba  de  la  devoción 
<en  el  país  hacia  6".  Beato, 

Madrid,  2  de  Enero  de  1906.  Eduardo  JüSUé. 


III 
DON  PEDRO  ENRÍQUEZ  DE  ACEVEDO,    CONDE  DE  FUENTES 

GOBERNADOR  DEL   ESTADO  DE   MILÁN   EN   LOS   K^O%    160O   k    1 6 10 

Ampliación  de  su  concepto  personal  (i). 

Débese  al  estudio,  no  menos  que  á  la  perseverancia  con  que 
-el  ingeniero  italiano  Sr.  A.  Giussani  ha  logrado  acopiar  conside- 

(i)  Del  que  consigna  el  Bosquejo  encomiástico  leído  ante  la  Real  Acade- 
mia de  la  Historia  en  Junta  pública  celebrada  el  día  15  de  Junio  de  1884. 
por  el  Académico  de  número  Cesáreo  Fernández  Duro^  inserto  en  el  tomo  x 
de  Memorias  de  la  misma  Academia. 

Oportuno  es  advertir,  al  citarlo,  que  impreso  urgentemente  apareció 
con  varias  erratas,  algunas  de  importancia,  cual  éstas: 

pXgIMA         línea  OlCS  LÍA8I 


468 

4 

su  hermano 

un  hermano  de 

469 

30 

francés  Drake 

Francis  Drake 

610 

14 

trocar  los  pies 

trocar  los  ñncs 

620 

19 

rescrito 

l'esercito. 

140  BOLETÍN   DE   LA   REAL   ACADEMIA  DE  LA  HISTORIA. 

rabie  número  de  datos,  de  referencias,  de  documentos,  guarda- 
dos en  los  archivos  de  Italia,  de  Francia  y  aun  de  España,  los 
cuales  hasta  el  presente  no  habían  salido  á  luz,  y  sobre  todo  á 
la  inteligencia  ejercitada  para  utilizar  tan  rico  material  al  formar 
monografía  extensa  é  interesantísima  para  nosotros. 

No  ha  tenido  el  autor  por  exclusivo  objeto  al  personaje  cuyo 
nombre  figura  en  cabeza  de  la  presente  noticia;  dedica  su  tra* 
bajó  á  la  idea  que  presidió  á  la  construcción  del  fuerte  de  su 
mismo  nombre,  monumento  colosal  de  arte  militar,  erigido  en 
los  confines  de  las  provincias  de  Sondrio  y  de  Como  al  ingreso  de 
los  valles  del  Adda  y  del  Mera;  que  domina,  en  el  territorio  co- 
nocido con  el  histórico  nombre  de  Plan  de  España.  Por  ello  lo 
titula  El  Fuerte  de  Fuentes,  Episodios  y  documentos  de  una  lu- 
cha secular  por  el  dominio  de  la  Valtelina  (i);  mas  al  tratar  deí 
paso  de  los  Alpes  réticos  y  de  la  gran  importancia  política  como 
estratégica  que  revistió  siempre,  siendo  vía  precisa  que  conduce 
desde  el  Milanesado  al  Tirol,  á  Suiza,  Austria,  Alemania  y  de- 
más países  septentrionales;  al  referir  las  disensiones  que,  por  el 
libre  uso  de  esa  vía,  surgieron  entre  España,  Francia,  Venecia  y 

los  Cantones  Grisones,  convirtiendo  á  los  valles  alpinos  en  tea- 
tro de  guerra  europea;  al  historiar  la  obra  grandiosa  concebida 

y  llevada  á  cabo  por  inteligente  y  valeroso  gobernante  con  el 
fin  de  asegurar  el  tránsito  continuo  de  tropas  españolas  y  de  re- 
legar á  tradición  el  antiguo  proverbio  discurrido  para  incluir  en- 
tre las  dificultades  casi  insuperables,  la  de  poner  una  pica  en 
Flandes^  natural  parece  se  ocupara  del  artífice  inspirador,  de  los 
obstáculos  con  que  tropezó  y  de  los  medios  empleados  para 
salvarlos. 

Al  Conde  de  Fuentes  endereza,  pues,  el  capítulo  primero  del 
libro,  compendiando  su  vida  desde  los  comienzos,  con  indica- 
ción de  los  méritos  demostrados  en  las  campañas  militares  que 


(i)  a.  Giussani:  II  Forte  di  Fuentes,  Episodi  e  documenii  di  vna  lotta  se- 
colare  per  il  dominio  della  Valtellina, — Como.  Tipografía  editrice  Ostinelli- 
1905.  En  8.**  may.,  xi-446  págs.  ilustradas  con  fototipias  y  gran  copia  de 
documentos. 


DON   PEDRO   EKRIQUEZ   DE   ACEVBDO.  I4I 

dirigió  caudillo  en  Portugal,  Países  Bajos  y  Francia  (l),  exten- 
diéndose lluego  en  la  relación  y  examen  crítico  de  los  actos  pos- 
teriores, en  razón  á  que,  si  en  concepto  general  de  los  escritores 
italianos,  sobresalió  entre  los  gobernadores  españoles  de  la  re- 
gión, si  los  historiadores  locales  reconocen  su  ingenio,  su  activi- 
dad y  su  energía,  al  examinar  la  severa  figura  como  estadista  y 
guerrero,  no  todos  le  son  favorables.  Hubo  de  herir  no  pocas 
susceptibilidades  y  de  afectar  á  mayor  número  de  intereses,  para 
que  se  sustrajera  á  la  censura  y  á  la  odiosidad. 

De  cualquier  modo,  duda  el  autor  que  haya  sido  juzgado  equi- 
tativamente, y  de  aquí  el  propósito  de  suplir  deficiencias  de  cri- 
terio y  rectificar  especies  sin  fundamento,  presentando  á  la  per- 
sonalidad estudiada  sin  deprimirla  ni  enaltecerla,  tal  como  se 
destaca  en  el  gobierno  del  Estado  de  Milán;  esto  es,  como  apa- 
rece en  los  documentos,  de  forma  que  sean  éstos,  las  obras,  las 
propias  palabras  las  que  le  den  á  conocer  (2). 

El  Sr.  Giussani  ha  cumplido,  á  mi  parecer,  tan  noble  deter- 
cninación  con  imparcialidad  y  acierto,  que  podrá  desde  luego 
apreciarse,  aunque  sean  muy  breves  las  indicaciones  aquí  con- 
densadas,  de  su  labor  loable. 


Al  ocurrir  la  muerte  del  rey  Felipe  II,  en  IS98,  eran  difíciles 
las  circunstancias  opuestas  á  la  dominación  española  en  Italia. 
Por  un  lado  trabajaba  activamente  en  contrariarla  la  diplomacia 
veneciana;  por  otro,  Enrique  IV  de  Francia,  su  enemigo  jurado, 
pretendía  la  reivindicación  del  marquesado  de  Saluzzo,  con  ul- 


(i)  Inserta  el  título  de  Capitán  General  de  España,  que  por  recom- 
peQsa  de  tales  servicios  le  expidió  el  Rey. Felipe  II  en  30  de  Abril  de  1 597, 
registrado  en  el  Archivo  general  de  Simancas. — Estado.— Leg.  1.291. 

Kn  el  Boletín  de  la.  Academia  de  la  Historu,  año  1887,  tomo  x,  pá- 
-gina  213,  se  publicó  título  anterior  de  Capitán  General  del  ejército  de 
Francia  firmado  por  el  mismo  Rey  á  3  de  Noviembre  de  1593,  remitido  y 
comentado  por  D.  Carlos  de  Lecea  y  García. 

(2)  Por  consecuencia,  son  numerosos  los  documentos  que,  ya  en  el  tex- 
to, ya  por  notas  ó  apéndices,  transcribe  ó  extracta,  según  queda  repetido. 


142  boletín  db  la  real  academia  de  la  historia. 

teriores  miras,  y  á  la  par  de  ambas  naciones,  producía  conflictos 
la  ambición  de  Carlos  Manuel  I,  Duque  de  Saboya,  poco  dócil  á 
las  insinuaciones  de  la  Corte  de  Madrid. 

Don  Felipe  III,  conñrmándo  al  Conde  de  Fuentes  la  confianza 
que  mereció  á  su  padre,  creándole  Consejero  de  Estado  y  de 
Guerra,  Grande  de  España  (l),  le  confirió  el  gobierno  de  Milán, 
en  relevo  de  D.  Juan  Fernández  de  Velasco,  Condestable  de 
Castilla,  poniendo  en  sus  manos,  con  carta  blanca,  la  dirección 
de  aquella  enredada  política,  en  1600  (2). 

Piensa  el  narrador  que  siendo  por  entonces  el  de  Fuentes  úni- 
ca entidad  que  por  las  condiciones  estuviera  considerada  á  la 
altura  del  Duque  de  Alba  y  de  Alejandro  Farnesio,  no  dejaría 
de  influir  en  su  designación  para  el  destino  el  deseo  del  Duque 
de  Lerma  de  tenerlo  lejos  de  su  persona  (3). 

Ello  es  que  embarcado  en  Barcelona  el  1 5  de  Agosto  arribó  á 
Genova  el  24,  y  ante  todo  se  dirigió  á  Asti,  correspondiendo  á 
invitación  del  Duque  de  Saboya,  quien,  por  haber  declarado  re- 
cientemente guerra  al  rey  de  Francia,  le  propuso  se  encargara 
de  la  dirección  de  operaciones,  brindándose  á  combatir  como 
simple  soldado  á  sus  órdenes.  Guardóse  muy  bien  de  aceptar 
tan  interesada  propuesta,  excusándola  cortesmente,  con  la  se- 
guridad de  que,  sin  llegai:  á  rompimiento,  le  facilitaría  eficaz  au- 
xilio de  hombres  y  dinero  (4).  Caminó  seguidamente  á  Milán, 


(i)  M.  a.  Morel  Fatio,  ocupándose  de  la  Duquesa  de  Alba  doña  María 
Enríquez,  hermana  de  D.  Pedro,  en  estudio  tan  erudito  como  todos  los 
suyos  [BuUetin  Hispanique,  tome  vii,  Octobre-Décembre,  1905),  anota,  con 
reíerencia  á  Cabrera,  en  sus  Relaciones  de  la  CorU  de  España  desde  1599^ 
hasta  1614^  pág.  58,  que  al  concederle  el  Rey  Felipe  III  la  Grandeza  le 
hizo  cubrir  como  Enríquez  y  no  como  Conde  de  Fuentes,  por  ser  su  lina- 
je superior  al  de  Acevedo,  de  su  mujer. 

(2)  El  autor  transcribe  íntegras  las  instrucciones  para  el  gobierno,  fir- 
madas en  10  de  Mayo  de  1600,  cual  se  hallan  en  el  Archivo  de  Simancas, 
Estado,  Leg.  1.288,  agregando  se  conservan  en  el  Municipal  de  Milán,  Di- 
casteri,  Camaretta,  1 22,  las  Reales  Cédulas  comunicando  el  nombramiento» 

(3)  Los  embajadores  venecianos  Carlos  Bon  y  Simón  Contarini  lo  in- 
sinuaron á  la  Señoría. 

(4)  Relación  circunstanciada  del  viaje  y  conferencias  con  el  Duque 
contiene  el  despacho  dirigido  al  Rey,  con  fecha  25  de  Septiembre. — Ar- 
chivo de  Simancas. — Estado. — Leg.  1.288. 


DON  PBDRO  ENRIQUBZ  DB   ACBVBDO.  143 

entrando  el  1 6  de  Septiembre  con  los  honores  y  demostraciones 
usuales  en  tales  casos  (i). 

Primera  diligencia  suya  fué  procurar  amistoso  trato  con  el  ar- 
zobispo cardenal  Federico  Borromeo,  llegando  á  intimarlo  con 
avenencia  é  intimidad  que  duró  tanto  como  la  vida  y  con  im- 
ponderable beneficio  de  los  intereses  públicos,  toda  vez  que  vino 
á  ser  causa  influyente  en  la  cesación  de  antiguas  competencias  y 
disputas  interminables  entre  las  jurisdicciones  civil  y  eclesiásti- 
ca. El  papa  Clemente  VIII,  celebrando  el  arreglo  de  semejantes 
pleitos,  acordó  motu  propio  al  gobernador  asiento  privilegiado  en 
la  Catedral,  dentro  del  presbiterio,  concesión  insignificante  juz- 
gada con  el  criterio  moderno,  muy  grande  entonces  y  sumamen- 
te útil  al  que,  investido  del  sumo  poder  civil,  alcanzaba  con  este 
favor  eclesiástico,  en  vano  solicitado  anteriormente  por  el  Con- 
destable de  Castilla,  acrecentamiento  considerable  de  autoridad 
ante  el  público  (2). 

Desde  un  principio,  asimismo,  procedió  á  consolidar  la  tran- 
quilidad del  país,  persiguiendo  sin  tregua  á  los  bandidos  y  malhe- 
chores de  toda  especie,  á  aquellos  ¿r¿xz;/ tan  al  vivo  pintados  por 
Alejandro  Manzoni  (3),  teniendo  que  acudir  á  medios  inusitados 
cual  el  de  pregonar  bandos  con  nóminas  de  facinerosos,  que  as- 
cendió á  veces  al  número  de  l^OO  (4). 

Ejemplo  notable  de  procedimientos  en  el  particular  fué  la 
erección  en  Monza  del  padrón  vulgarmente  nombrado  columna 
infame,  notorio  por  la  trágica  historia  contada  también  por  Man- 


(i)  Hay  relaciones  en  el  Archivo  municipal  de  Milán. — Dicastero. — 
Govemo. — 1 600. 

(2)  En  el  Archivo  de  Simancas  se  conserva  el  breVe  especial  de  con- 
cesión expedido  el  26  de  Octubre  de  1600. 

(3)  En  su  novela  célebre  I  Promesi  Sposi. 

(4)  Cita  varios:  uno  el  publicado  el  5  de  Diciembre  de  1600,  con  títu- 
lo de  Grida  sopra  i  bravi  et  zuffiy  y  los  siguientes  de  12  de  Marzo  de  160 1, 
10  de  Marzo  1603  y  30  de  Mayo  1609,  Grida  genérale  contra  banditi  et  as^ 
sassini.  En  la  lista  nominal  que  acompaña  al  segundo  están  comprendi- 
das personas  de  calidad:  Juan  Bta.  Cotica,  Caballero  de  Jerusalem;  Fran- 
cisco Bernardino  Visconte,  feudatario  de  Brignano  Gera  d'Adda;  el  con* 
de  Francisco  Barbiano  di  Belgiojoso;  el  conde  Francisco  Secco  de  Vi- 
mercate. 


144  BOLETÍN   DE   LA   REAL  ACADEMIA  DE   LA   HISTORIA. 

zoni,  comentada  fK)r  Ripamonti,  Cantu  y  Zerbi  (l).  Sabido  es 
que  la  señora  de  Monza,  infeliz  heroína  en  el  suceso,  era  Sor 
Virginia  María  de  Leyva,  sobrina  del  iluste  Antonio,  y  amante 
del  feroz  Juan  Pablo  Osio,  perteneciente  á  una  de  las  más  nobles 
familias  milanesas.  El  gobernador,  después  de  poner  á  precio  la 
cabeza  del  delincuente,  mandó  derrocar  su  casa  hasta  los  cimien- 
tos y  erigir  en  el  solar  una  columna  con  leyenda  infamante  ad 
perpetuam  rei  ntemariam  (2). 

Cuanto  fuese  el  Conde  de  Fuentes  amante  de  la  justicia  dice 
en  sus  obras  un  autorizado  contemporáneo,  el  obispo  de  Novara 
Carlos  Bescape,  confirmándolo  con  su  proceder  el  cardenal  Bo- 
rromeo,  que  no  era  hombre  capaz  de  transigir  con  la  incorrec- 
ción, y  atestigúalo  con  los  bandos  la  entereza  mostrada  en  ha- 
cerlos cumplir,  sin  excepción  de  clases  sociales,  al  poblar  las 
cárceles  de  criminales  y  las  galeras  de  España  de  remeros,  cosa 
verdaderamente  insólita. 

Los  efectos  de  estas  y  demás  medidas  de  gobierno,  reforma 
radical  de  pesas  y  medidas,  instalación  de  tiendas,  censura  de  ina- 
prenta,  resistidas  por  la  fuerza  de  inercia  y  apego  á. rancias  cos- 
tumbres, resaltaron  en  la  piedra  de  toque  de  la  experiencia^  con- 
cluida la  guerra  del  marquesado  de  Saluzzo,  durante  la  cual  se 
limitó  Fuentes  á  ordenar  la  ocupación  de  la  fortaleza  del  Pia- 
monte  á  fin  de  librarla  de  manos  francesas  (3),  logrando  con  la 
prudencia  y  previsión,  sin  necesidad  de  dar  la  cara,  lanzar  al  otro 
lado  de  los  Alpes  á  los  ejércitos  de  Enrique  IV,  monarca  á  quien 
estimaba  enemigo  el  más  temible  de  su  patria,  por  lo  que  em- 
pleó por  entero  en  contrarrestarle,  ingenio  y  vida. 

Opina  el  Sr.  Giussani  haber  llegado  la  ojeriza  al  punto  de  es- 
timularle á  tomar  parte  en  la  conjuración  tramada  por  el  maris- 
cal de  Biron  contra  su  soberano,  y  aún  le  parece  no  fuera  ajeno 


(i)    Luigi  Zerbi:  La  Signara  di  Monza  nella  Storia,  Archivo  Storico 
Lombardo.  Anno  XVII. 

(2)  Grida  coniro  Giov.  Paolo  Osio  Monzasco,  Nicolo  Pissína,  detto  Pan- 
zulio  et  CamiUo  apéllalo  il  Rosso,  servitore  di  dttto  Osio, 

(3)  En  ello  empleó  14.000  hombres,  según  la  relación  del  embajador 
veneciano  Simón  Contarini  á  su  gobierno,  en  160 1. 


DON   PEDRO   BMRÍQUEZ   DB   ACEVBDO.  145 

á  la  empresa  acometida  en  la  noche  del  12  de  Diciembre  de  1602, 
por  el  turbulento  Duque  de  Saboya,  para  apoderarse  por  sor- 
presa de  la  ciudad  de  Ginebra  (l). 

Lo  indudable  es  que,  por  encima  de  toda  idea,  se  consagraba 
el  gobernador  al  acrecentamiento  del  prestigio  y  poderío  de  su 
patria,  aumentados  con  la  adquisición  sucesiva  de  plazas  y  te- 
rritorios. La  del  Final  resultó  importantísima,  porque  era  enton- 
ces Genova  el  puerto  de  mar  del  Milanesado.  Allí  desembarca- 
ban las  escuadras  de  galeras  el  contingente  de  tropas  destinadas 
á  Flandes  y  tomaban  á  su  bordo  á  los  que  habían  de  repatriar- 
se, servicio  importante  por  el  que  el  Rey  había  tenido  que  adju- 
dicar á  la  República  el  comercio  marítimo  del  Estado.  El  Conde, 
con  audaz  golpe  de' mano,  tomó  posesión  del  nuevo  embarcade- 
ro, participándolo  á  la  Corte  en  estos  concisos  términos: 

cSeñor. — En  este  punto  se  acaba  de  ocupar  el  castillo  princi- 
pal del  Final,  de  que  doy  á  V.  M.  la  enhorabuena  con  grandísi- 
mo contentamiento  de  que  me  haya  tocado  la  suerte  de  haber 
servido  á  V.  M.  en  negocio  de  tanta  consideración  y  de  los  mas 
importantes  para  la  conservación  de  todo  lo  que  posee  V.  M.  en 
Italia,  con  que  se  asigura  el  Estado  de  Milán,  que  es  la  plaza  de 
armas  de  todos  los  demás,  habiéndole  dado  una  plaza  de  socorro 
comunicándole  con  la  mar,  que  era  lo  que  faltaba,  y  notable  in- 
conveniente que  dello  se  seguia»  (2). 

En  efecto,  decayó  Genova  desde  aquel  día,  pudiendo  los  Ter- 
cios españoles  hacer  libremente  el  viaje  de  Lombardía,  sin  pagar 
tributo. 

A  poco  consiguió  la  anexión  de  Novara,  que  transformó  en 

(i)  Según  el  autor,  los  cómplices  de  Biron,  Uéber,  Picote,  La  Fargue  y 
David  hallaran  seguro  refugio  en  el  castillo  de  Milán,  y  en  el  Archivo  de 
Simancas,  Estado,  Leg.  1.29 1  existen  numerosas  cartas  de  Fuentes  al  Rey, 
en  las  cuales  aparece  evidente  su  inteligencia  con  el  Mariscal.  No  tan 
clara  me  parece  la  connivencia,  según  he  consignado  en  mi  Bosquejo  en^ 
ccmt'dstícOf  pág.  601, 

(2)  Despacho  de  30  de  Enero  de  1602,  Archivo  de  Simancas.  Veriñcó 
la  ocupación  por  orden  del  Conde  su  sobrino  D.  Diego  Pimentel. 


146  BOLETÍN   DB  LA  RSAL  ACADEMIA   DE   LA   HISTORIA. 

plaza  fuerte  haciendo  construir  obras,  en  parte  subsistentes,  con- 
memoradas en  inscripción  puesta  en  la  puerta  de  San  Gauden- 
cio  (l). 

DON  •  PETRVS  •  ENRIQÜEZ  •  AZEVEDIVS 

COMES  •  DE  •  FVENTES 

PROVINTIAE  •  MEDIOLANENSIS  *  GVBERNATOR 

NGVARIAM  •  A  •  SE  •  REDEMPTAM  •  AMBITV  •  MAIORE 

AMPLIFICATAM 
FIRMIORE  •  PRAESIDIO  •  FINXBUS  •  TVENDIS 

COMMVNITAM 
NOVAVIT  •  M  •  DC  •  VI  • 

Continuando  la  expansión  D.  Pedro  Enrique  de  Acevedo, 
quien  con  la  fama  de  capitán  tenía  adquiridas  las  de  hombre  de- 
terminado y  ansioso  de  conquistas,  alarmó  con  las  dichas  á  los 
colindantes,  visto  que  no  por  acabada  la  guerra  disminuía  el  ejér- 
cito á  sus  órdenes.  40.OCX)  hombres  en  Lombardía  y  1 5.0CX)  en 
el  Piamonte  parecían  excesivos  para  un  Estado  á  cuya  segu- 
ridad bastaba  normalmente  la  décima  parte,  y  por  más  que 
los  razonara  afirmando  habían  de  servir  en  Flandes,  estimando 
la  declaración  pretexto  especioso,  Venecia  puso  en  estado  de 
defensa  á  Bérgamo,  Brescia  y  Crema;  el  gran  Duque  de  Toscana 
reforzó  las  guarniciones  de  Piombino  y  la  Garfagnana;  Genova 
solicitó  el  amparo  de  Francia  y  los  Grisones  pensaron  en  confe- 
derarse con  esta  nación  y  con  venecianos.  Temores  sin  reali- 
dad, pues  en  1602  se  deshizo  de  tales  fuerzas  enviando  uno  de 
los  Cuerpos  á  los  Países  Bajos,  otro  al  Danubio,  en  socorro  del 
Emperador,  y  un  tercero  á  Genova,  donde  embarcó  con  destino 
á  la  infortunada  expedición  de  Argel. 

Sin  embargo,  mantuvo  durante  todo  el  tiempo  de  su  gobierno 
contingente  respetable,  con  indicación  de  querer  estar  siempre 
apercibido,  no  por  insano  propósito  de  guerra,  como  errónea- . 
mente  creyeron  no  pocos,  sino  para  eficacia  de  su  política,  y  tan 

(i)  Se  mantuvo  hasta  el  año  1798.  Silvio  Pellini:  Le  fartificaziofn  di 
Novara.  Novara,  1902.  Documentos  en  el  Archivo  histórico  de  Milán,  Re- 
gistro de  Misivas,  núm.  370. 


DON  PEDRO  BNRÍQUBZ  DB  ACBVBDO.  1 47 

verdad  era  esto  que  habiéndose  abocado  controversias  de  gra- 
vedad, no  sólo  no  movió  las  armas  voluntariamente,  sino  que 
con  habilidad  evitó  que  otros  lo  hicieran  contra  él. 

Estriba  en  ello  su  mérito  principal;  en  que  sagaz  diplomático» 
con  oportunas  demostraciones  y  buenas  fortalezas,  satisñzo  pací- 
ticamente  á  las  miras  de  su  soberano. 

El  autor  traslada  la  opinión  de  Vittorio  Siri  (l),  al  escribir 
justamente,  confirmando  su  juicio: 

«Observábase  que  el  Conde,  sin  desenvainar  la  espada,  había 
hecho  más  en  pro  de  la  Corona  católica  que  el  Duque  de  Alba  y 
otros  Capitanes  y  Ministros  de  España  con  la  violencia  de  los 
soldados,  puesto  que  cuanto  ellos  ocuparon  en  la  guerra  restitu- 
yeron con  la  paz,  mientras  que  el  Conde  de  F'uentes  con  ésta  se 
apoderó  hábilmente  de  Piombino,  del  Final,  de  Castione,  de  la 
mayor  parte  de  la  Lunigiana,  del  protectorado  de  Modana,  de  la 
Mirándola  (y  de  Soncino  y  de  Monaco),  sin  que  nadie  chistase, 
aventajándose  con  tales  golpes  sobre  el  Estado  de  Toscana,  las 
repúblicas  de  Genova  y  Lucca,  sobre  Mantua  y  Parma,  así  coma 
con  el  fuerte  de  la  Valtelina,  sobre  Venecia;  de  modo  que  difí- 
cilmente pudiera  mejorarse  en  Italia  las  condiciones  de  la  sobe- 
ranía de  España.» 

Pero  donde  Fuentes  dio  más  claras  pruebas  de  sus  dotes  fué 
en  la  peligrosa  partida  sostenida  por  él  solo  contra  Francia,  Ve- 
necia  y  los  herejes  suizos  y  grisones  en  la  vertiente  de  los  Alpes 
réticos.  No  entra  por  de  pronto  el  Sr.  Giussani  en  este  difícil 
tema,  objeto  principal  de  su  estudio,  limitándose  á  anticipar 
con  qué  habilidad  y  fortuna  supo  el  anciano,  gobernador  hacer 
frente  á  dos  de  las  primeras  potencias  de  Europa  y  salir  victo- 
rioso de  escollos  al  parecer  invencibles,  valiéndose  ya  de  la  li- 
sonja, ya  de  la  amenaza,  ya  del  oro,  por  más  que  las  provo- 
caciones de  los  enemigos  fueran  de  calidad  para  decidir  á  un 
hombre  menos  avezado  que  él  á  los  peligros  de  la  batalla  y  á  la 
embriaguez  de  la  victoria,  alcanzando,  no  obstante,  todavía  con 


(i)    Memorit  rtcondite  dtW  anno  lóoi  fino  al  164.8,  Edición  de  Lion^ 
1649,  y  de  París,  1677. 


/  ; 
'/ 


148  BOLETÍN  DE. LA.   REAL  ACADEMIA  DE  LA   HISTORIA. 

la  vigorosa  acción,  incorporar  á  Milán  los  Condados  de  Bor- 
mio  y  de  Chiavena,  más  la  dicha  Valtelina,  sustrayéndola  para 
siempre  á  la  insufrible  opresión  en  que  estaba  de  casi  tres  siglos 
atrás. 

Interrumpe  el  asunto  para  tratar  antes  de  la  gestión  del  Con- 
de en  las  obras  públicas,  empezando  por  la  fábrica  del  palacio 
de  justicia,  coronada  por  inscripción .  recordatoria  que  decía: 

PHILIPPO    III    HISFANIARVM    REGE   POTENTISSIMO  . 

FIDEI    CATHOLICAE    DEFENSORE    IMPERANTE 

D  •  PETRVS    ENRIQVEZ    AZEVEDIVS    FONTIVM    COMES 

EXTERNI    BELLI    VÍCTOR   ET    DOMESTICI    EXTINCTOR   INVICTVS 

DEXTERA    AMABItlS    SINISTRA    FORMIDABILIS 

BENE    AGENTIBUS    DISTRIBVTIS    PRAEMIIS 

IMPROBIS    VERO    SVPPLICIIS 

CARCERVM    FORES    REGIAE   CVRIAE    OBJECIT 

VT    FIDISSIMA    SIT  JUSTITIAE    CVSIODIA 

MDCy 

Habíala  precedido  la  reforma  de  la  calle,  entonces  nombrada 
Nueva,  ahora  Alciato,  que  enlazaba  al  palacio  de  gobierno  con 
el  tribunal  «porque  fuera  más  fácil  y  segura  la  vía  de  la  justicia 
á  la  clemencia».  Ostentaba  también  lápida  con  leyenda. 

D  •  PETRVS    ENRIQVE3    AZEVEDIVS 

FONTIVM    COMES     . 

MEDIOLANENSIS    PROVINCIAE    GVBERNATOR 

VT    ADITVS    ET    REDITVS    A  JVSTITIA    AX>    CLEMENTIAM 

FACILLIMl    CERTISSIMIQUE    PATERENT 

VIAM    HANC    E    REGIA    AD    PRAETORIVM    APERVIT 

ET    AD    VTILITATEM    DIREXIT    MDCHI 

Empresa  más  importante,  no  acabada  en  sus  días,  ni  muchos 
después,  acometió  con  objeto  de  conducir  las  aguas  del  Verba- 
no  y  del  Lario  á  unirse  con  las  del  Ticino  y  luego  las  del  Pó, 
formando  canal  de  navegación  y  riego.  En  constancia  de  inau- 


\ 

N 


DON   PEDRO   BNRÍQUEZ   DB   ACBVEDO.  '  I49 

guración  de  las  obras  se  erigió  en  lá  embocadura  un  troteo  con 
incripción,  conservada  en  el  Museo  de  Milán.  Reza: 

•  1' 

D  •  PETRVS    ENRIQVEZ    AZEVEDIVS  1; 

PROVINCiAE   MEDIOL    GVBERNATOR  ' 

■    r 

VEL^  OPERE    HOC    PRAECLARO    FONTIVM    COMES 

VERBANI    ET    LARIl    HVC    DVCTAS    AQVAS 

IRRIGUO    NAVIGABILIGÚE    RIVO 

TICINO    ET    t>ADO    IMMISCVIT 

VBERTATEM    ET    IVCVNDITATEM    AGRORVM 

ARTIFICVM    STVDIA 

PVBLICAS    ET    PRÍVATAS    OPES 

ACCESSV    ET    COMMERCIO    FACTLI 

AMPLIFICANDO 

Dos  se  han  encontrado  entre  las  ruinas  del  fuerte,  á  orillas  del 
Adda,  que  ostentan  las  armas  reales  de  España  y  las  privadas 
del  Conde.  En  una  se  lee: 

SVB    PHILLIPPO    III 

HISPANIAR  •  REGE 

D  •  PETRVS   ENRIQVEZ    AZEVEDIVS 

,  COMES   DE    FUENTES   HVIVS 

STATVS    GVBERNATOR 

PROPVGNACVLVM    HOC    A 

FVNDAMENTIS    EREXIT 

ANNO    M    DC    VI 

En  la  otra: 

D  .  PETRVS    ENRIQVEZ    AZEVEDIVS 

COMES    DE    FVENTES 

BELLI    DECVS   PACIS   PRAESIDIUM 

BELGICIS   TRIVMPHIS   PRIORVM    DVCVM 

AEQVATA   GLORIA  * 

IMMINENTIBVS    ITALIAE    GALLORUM    ARMIS 
PACE    FIRMA    REPRESSIS 
PROVINTIA    MEDIOLANENSI    SVBLATIS   MONSTRIS 


150  BOLETÍN  DE  LA   RBAL  ACADBBflA  DB  LA  HISTORIA. 

EXPVRGATA 

IMPERII    SVI    DITIONE   AD    TYRRHENVM    MARE 

NOBILI    ACCESSIONE    PROMOTA 

HISPANIS   LEGIONIBVS    NOVO    AD    BELGAS   ITINERE 

HELVETIO    FOEDERE  APERTO 

EXORTA    ínter    FINÍTIMOS   PRINCIPES    BELLI    FLAMMA 

FELICITER  EXTINCTA 
HEROICIS    FACTIS   NOMINIS    IMMORTALITATE   PARTA 

QVASI    FASTIGIVM 

TRANSALPINI8    IRRVPTIONIBVS    QVA    FÁCILES 

PER    RHAETIAM    PATEBANT    ADITVS 

AVERTENDIS 

MVNITISSIMAM    ARCEM    SCOPVLIS 

FELICI    CONATV    IMPOSVIT 

ANNO    MDCVI 

Confirman  las  palabras  esculpidas  documentos  existentes  en 
«1  Archivo  de  Simancas  (Estado. — Leg.  1. 293.)  A  saber:  Caita 
<iel  Conde  de  Fuentes  al  Rey,  fecha  6  de  Mayo  de  1604,  expre- 
sando: 

< Para  acabar  de  perficionar  la  fábrica  del  fuerte  que  se  ha 

hecho  en  el  confín  de  Grisones  serán  menester  256  30.000  es- 
cudos y  ahora  está  en  defensa  de  manera  que  200  soldados  que 
tiene  y  5  ^  ^  piezas  de  artillería  no  lo  ganará  toda  Francia.  He 
puesto  por  cabo  al  capitán  Gabriel  de  Mesqua,  persona  de  quien 
tengo  satisfacción  para  todas  las  ocasiones  que  se  pudieren  ofre- 
cer, y  después  de  acabado  y  perficionado  no  será  menester  mas 
gente  sino  proveerle  de  mas  artillería  y  de  algunos  oficiales  ma- 
yores, conforme  al  sitio  y  á  lo  que  pareciere  mas  conveniente, 
como  á  su  tiempo  daré  mas  larga  cuenta  á  V.  M.;  y  ahora  lleva 
este  despacho  el  Capitán  Gamez,  que  se  ha  hallado  á  trabajar  en 
él  con  el  Capitán  Lechuga  desde  que  se  puso  la  primera  piedra, 
y  lleva  la  planta  y  relación  de  todo  aquel  territorio.» 

Consulta  del  Consejo  de  Estado. 

«El  Consejo  ha  olgado  mucho  de  entender  que  el  Conde  ten- 


DON  PEDRO  ENRÍQUEZ  DE  ACEVEDO.  151 

ga  ya  en  defensa  el  fuerte  que  ha  hecho  en  los  confines  de  Gri- 
sones  y  que  sea  tal  que  con  tan  poco  gasto  con  que  hará  en 
acabarle,  256  30.000  escudos,  y  con  el  presidio  de  200  soldados 
con  sus  oficiales  y  artilleria,  asegura  que  no  le  tomará  toda  Fran- 
cia, como  el  dice,  y  se  pueda  sustentar  con  tan  poca  gente  ha- 
ciendo tan  grandes  efectos.  Y  parece  que  V.  M.  se  sirva  de  agra- 
decerle mucho  el  gran  servicio  que  en  hacer  el  fuerte  y  dispo- 
nerle con  tales  calidades  ha  hecho,  encargándole  que  le  acabe  y 
provea  de  artilleria,  vituallas  y  municiones.» 

Carta  del  Conde  de  Fuentes  al  Rey,  fecha  en  Milán  á  16  de 
Julio  de  1604. 

«Recibí  la  carta  de  V.  M.  de  II  del  pasado  en  que  me  manda 
que  acabe  de  poner  en  perfección  el  fuerte  que  está  á  la  fronte- 
ra de  Grisones  y  quedo  con  el  cuidado  que  es  razón  de  hacerlo 
pues  con  esto  y  con  los  200.000  escudos  que  V.  M.  dice  que 
mandará  enviarme  para  que  estén  de  respecto  en  este  castillo 
conforme  á  las  necesidades,  podrá  la  persona  que  me  hubiere  de 
suceder,  oponerse  á  cualquier  ocasión  que  se  ofrezca.» 

A  esta  obra  especial  consagra  el  Sr.  Giussani,  con  la  compe- 
tencia y  predilección  de  ingeniero,  once  capítulos  de  su  obra, 
ocupándose  de  los  Valtelinos,  de  los  Grisones;  historia  de  éstos, 
su  alianza  con  venecianos  y  franceses,  correspondencia  diplomá- 
tica, emplazamiento,  planos,  construcción  y  vicisitudes  de  la  for- 
taleza, nómina  y  biografía  de  arquitectos  y  castellanos  ó  gober- 
nadores, hasta  la  demolición  de  aquel  padrastro  por  órdenes  de 
Napoleón  I  en  179^. 

Consigna  el  investigador  que  la  singular  actividad  del  Conde 
de  Fuentes  no  le  conquistó  la  admiración  ni  el  afecto  de  sus  sub- 
ditos. Menudearon  en  la  Corte  las  intrigas  puestas  en  juego, 
aunque  sin  éxito,  para  conseguir  su  relevo  en  el  gobierno  al  aca- 
bar cada  trienio,  que  era  el  término  ordinario  de  duración. 

No  menciona  entre  los  datos,  muchos  honoríficos  á  su  persona, 
la  acuñación  en  Milán  de  medalla  con  anverso  y  reverso  iguales 
ó  parecidos  á  los  de  la  grabada  en  Flandes  en  I595j  diferen- 


1 


152  boletín  de  la  real  academia  de  la  historia. 

ciándose  tan  sólo  en  la  leyenda,  gobernator  mediolani  1607. 
Da  en  cambio  á  conocer  el  retrato  al  óleo,  sacado,  al  parecer, 
del  original,  que  posee  en  la  villa  de  Cólico  el  caballero  Segis- 
mundo Vitali  y  semblanzas  varias  (l),  con  observaciones  muy 
dignas  de  cuenta;  la  de  que  D.  Pedro  Enríquez  de  Acevédo  fir- 
maba todos  sus  actos  de  gobierno  con  el  único  título  de  Conde 
de  Fuentes,  aun  después  de  obtener  el  marquesado  de  Voghera 
en  premio  de  los  servicios  prestados  en  Italia  (2);  la  de  haber 
gozado  sueldo  de  lO.OOO  escudos  anuales,  más  200  ducados  al 
mes  con  destino  á  gastos  secretos,  en  tiempo  de  paz,  y  I.OOO es- 
cudos, también  mensuales,  en  el  de  guerra,  añadiendo  á  los  cua- 
les la  renta  del  feudo  referido  de  Voghera,  las  de  su  patrimonio 
y  el  de  su  mujer,  debía  componer  considerable  suma;  sin  em- 
bargo, lejos  de  dejar  al  morir  caudal  de  importancia,  acompañó 
al  testamento  nota  larga  de  débitos,  empezando  por  la  de  22.000 
escudos  á  la  Hacienda  real,  con  lo  que  se  demuestra  haber  em- 
pleado generosamente  los  ingresos,  sin  lujos  ni  despilfarros,  que 
austero  fué  en  la  vida  como  en  la  persona. 

Complácese  el  Sr.  Giussani  en  repetir,  por  estimarla  de  exac- 
titud escrupulosa,  la  síntesis  del  historiador  Giuseppe  Rovelli: 

«Mantuvo  el  Conde  hasta  el  fin  de  sus  días  el  crédito  de  hom- 
bre justo,  como  de  consumada  experiencia,  atendiendo  á  los  in- 
tereses del  Rey  con  tal  dignidad  y  grandeza  que  superó  á  sus 
antecesores.» 

Por  lo  indicado,  así  como  por  la  galantería  del  Sr.  Giussani 
de  remitir  á  esta  Academia  ejemplar  dedicado  de  su  notable  li- 
bro, es,  á  mi  juicio,  acreedor  á  la  gratitud  del  Cuerpo  y  á  su 
más  distinguida  consideración. 

Cesáreo  Fernández  Duro. 


(i)  En  su  número  la  escrita  por  Pietro  Vervi  en  la  Sioria  di  Milano , 
Capolago,  1837. 

(2)  Se  le  confirió  en  19  de  Agosto  de  1607,  según  despacho  del  Duque 
de  Lerma. 


ANCLAi  DB  tyOUO   HALLADAS  KM  BL  PUBKfO  DS  ^ALOS.       1$^ 


IV 

ANCLAS  DE  PLOMO  HALLADAS  EN  AGUAS  DEL  CABO  DE  PALOS 

Excmo.  Sr.  Director  de  la  Real  Academia  de  la  Historia. 

Cumpliendo  el  honroso  encargo  que  con  fecha  26  del  pasado 
mes  hemos  recibido  de  esa  docta  Corporación,  que  V.  E.  tan 
dignamente  preside,  hemos  procedido  al  examen  de  los  objetos 
antiguos  extraídos  en  los  trabajos  que  practica  la  Sociedad  Es- 
ponjera del  Sur  de  España,  los  cuales  consisten,  aproximada- 
mente, en  unas  treinta  anclas  de  plomo  de  diferentes  tamaños. 
De  todas  ellas,  las  únicas  que  presentan  inscripciones  son  las 
que  á  continuación  tratamos  de  describir. 

Acerca  de  la  procedencia  de  las  expresadas  anclas  no  nos 
atrevemos  á  formular  juicio  definitivo,  si  bien  nos  inclinamos  á 
la  creencia,  que  entendemos  ratificará  esa  respetable  Corpo- 
ración, que  tanto  por  la  forma  de  los  objetos  de  que  se  trata 
cuanto  por  las  inscripciones  que  pueden  apreciarse  en  el  dibujo 
que  se  acompaña  (l),  en  uno  de  cuyos  dientes  (Bb)  se  ofrece  la 
particularidad  de  la  ^  invertida,  así  como  por  el  uso  de  la  C  y 
formas  redondeadas  de  la  S,  puede  estimarse  que  se  trata  de  una 
ancla  correspondiente  á  la  época  del  Griego  Oriental.  Como  afir- 
mación de  esta  creencia  podemos  referirnos  á  la  lápida  bizantina 
existente  en  el  Museo  de  la  Sociedad  Económica  de  esta  ciudad, 
la  cual  presenta  caracteres  de  análoga  forma  á  los  indicados,  y 
cuya  procedencia  está  perfectamente  comprobada.  La  longitud, 
como  se  manifiesta  en  el  dibujo,  es  de  1,60  m.,  y  el  peso  de 
196  kg.  El  tamaño  ,de  las  letras  mayores  de  0,09  y  las  menores 
de  0,05*  Hemos  procurado  reconstruir  las  letras  que  aparecen 
claramente  visibles,  señalando  con  puntos  las  que  creemos  co- 
rresponden á  la  palabra  inscrita.  En  el  segundo  diente  del  an- 
cla A  (d)^  aparece  un  espacio  entre  la  I  y  C  que  no  deja  señal 

(i)    Véase  este  dibujo  en  la  pág.  157  del  presente  cuaderno. 

TOMO  XLVUX.  II 


154  BOLETÍN  DE  LA   REAL  ACADEMIA  DB  LA  RISTORÍA. 

alguna,  el  cual  puede  apreciarse  en  la  fotografía  señalada  con 
la  letra  A  (l).  Respecto  á  la  inscripción  primera,  que  aparece  en 
la  fotografía  letra  B,  donde  representa  la  otra  cara  de  la  misma 
ancla,  dejamos  expuesta  nuestra  opinión  al  apreciar  la  D  griega 
invertida  y  otras  letras  que  la  distinguen. 

El  ancla  segunda  de  las  fotografías  indicadas  representa  la  ma- 
yor de  todas  las  encontradas,  la  cual  tiene  una  longitud  de 
2, 1 6  m.,  con  peso  de  712  km.  Presenta  los  dientes  encor- 
vados, y  la  mayor  curvatura  que  se  observa  en  uno  de  ellos, 
estimamos  que  debe  ser  un  accidente  ocurrido  por  el  uso,  como 
parece  corroborar  la  deformación  del  cubo.  En  su  base  (fotogra- 
fía letra  A)  presenta  el  ancla  de  que  nos  ocupamos  dos  inscrip- 
ciones sobre  un  resalto;  una  de  ellas,  la  de  la  izquierda,  que  la 
fotografía  permite  leer,  y  la  otra  por  completo  borrada.  Estas 
letras  están  rehundidas,  y  las  del  ancla  anterior  son  en  relieve, 
así  como  también  las  de  la  tercera,  que  es  la  segunda  que  ñgura 
en  la  fotografía  C.  Ésta  solo  presenta  la  inscripción  que  aparece 
en  el  dibujo.  Las  dimensiones  de  esta  ancla  son:  longitud  1,90  m., 
y  peso  450  kg. 

La  tercera  ancla  de  la  fotografía  C  presenta  junto  al  cubo 
una  M  en  extremo  borrosa,  y  en  la  otra  uña  ó  diente  una  marca 
ó  signo  que  parece  un  pez. 

Como  dato,  cuyo  conocimiento  estimamos  conveniente  para 
esa  respetable  Academia,  enviamos  á  V.  E.  dos  calcos  ó  im- 
prontas á  los  dos  dientes  ó  uñas  del  ancla  griega. 

Entre  los  objetos  encontrados  que  pueden  tener  alguna  rela- 
tiva importancia  para  el  estudio  histórico,  hemos  tenido  ocasión 
de  ver  una  ánfora  de  barro  ordinario  sin  inscripción  alguna,  for- 
ma corriente  y  en  perfecto  estado  de  conservación. 

Tenemos  noticias,  por  el  señor  Director,  en  esta  de  la  Socie- 
dad antes  nombrada  de  haberse  encontrado  algunos  lingotes  6 
barras  de  plomo,  que  no  hemos  podido  examinar. 

De  una  de  ellas,  según  nuestras  investigaciones,  adquirió  su 
posesión  el  Sr.  Enthoren,  de  ciudadanía  inglesa,  avecindado  en 


(i)    Véase  en  la  pág.  157. 


nrocRi'pciONBs  griegas,  latinas  y  hebreas.  155 

esta  ciudad,  el  cual  nos  expuso  la  imposibilidad  de  presentár- 
nosla por  haberse  remitido  al  Museo  de  Londres.  Según  nos 
manifiesta  el  señor  Director  de  la  Sociedad  á  que  venimos  refi- 
riéndonos, en  los  trabajos  que  hasta  el  presente  llevan  realizados 
no  han  encontrado  plancha  alguna  de  plata. 

Es  verdaderamente  lamentable  que  la  posesión  de  estos  obje- 
tos vengan,  en  la  mayoría  de  los  casos,  á  ser  de  personas  extra- 
ñas á  nuestra  nacionalidad,  sirviendo  para  enriquecer  las  colec- 
ciones de  los  Museos  extranjeros,  más  celosos  ó  con  mejores 
medios  que  nosotros  para  conseguir  la  adquisición  de  aquéllos. 

Creemos  deber  consignar  que  para  conseguir  las  fotografías 
que  acompañamos  hemos  solicitado  y  obtenido  el  concurso  del 
joven  Ingeniero  de  Minas  D.  Bernardino  Rolandi  y  Pera,  cuya 
cooperación  entusiasta  por  esta  clase  de  investigaciones  nos  ha 
permitido  utilizarla  en  el  presente  caso. 

Sería  para  nosotros  motivo  de  satisfacción  verdadera  si  el  in- 
forme consignado  llenara  el  deseo  de  esa  Real  Academia,  á  la 
cual  nos  complacemos  en  ofrecer  nuestro  modesto  y  decidido 
concurso. 

Cartagena,  25  de  Noviembre  de  1905. 

Ramón  Laymond, 

Correspondiente  de  la  Real  Academia  de  la  Historia. 

Diego  Jiménez  de  Cisneros  y  HervAs  (i). 


V 

INSCRIPCIONES  GRIEGAS,  LATINAS  Y  HEBREAS 

Litoral  del  cabo  de  Palos. 

Las  treinta  anclas  de  plomo,  que  los  buzos  de  la  Sociedad 
Esponjera  del  Sur  de  España  han  descubierto  y  extraído  en 
aguas  del  cabo  de  PaloSy  se  recomiendan  á  la  atención  y  estudio 

(i)  Fué  nombrado  Correspondiente  de  la  Academia  en  la  sesión  del 
33  de  Diciembre  de  i^$,—Nota  de  la  R. 


156  boletín   de  la  real  academia  de  la  mSTOBU. 

de  nuestra  Academia,  en  primer  lugar  por  los  epígrafes,  que 
algunas  contienen,  y  todas  ellas  por  su  material  y  figura. 

Anclas  de  plomo  usaban  los  fenicios,  que  atraídos  por  la  fama 
de  nuestras  minas  de  plata,  cuya  formación  se  atribuía  á  la  con- 
flagración de  los  Pirineos,  y  de  sus  ramales  á  lo  largo  de  la  Pe- 
nínsula ibérica,  vinieron  á  fundar  colonias  ó  factorías  de  comer- 
cio, en  nuestros  principales  puertos  del  Mediterráneo,  y  más 
allá  de  las  columnas  de  su  Melkart^  ó  Hércules  de  Tiro.  Según  lo 
refiere  Diodoro  Sículo  (l),  los  primeros  navegantes  fenicios  que 
vinieron  á  nuestra  región,  reemplazaron  el  plomo  de  sus  anclas 
por  la  plata  que  á  manos  llenas  les  daban  los  iberos  á  trueque 
de  baratijas  (2).  Más  tarde  al  plomo,  para  labrar  las  anclas,  sus- 
tituyó el  hierro,  como  aquel  metal  había  sustituido  á  la  piedra* 
Toda  la  costa  del  golfo  de  Alicante,  desde  el  cabo  de  Palos  has- 
ta el  desagüe  del  río  Segura,  estuvo  poblada  de  colonias  feni- 
cias, conforme  lo  atestigua  Avieno  (3);  y  así  no  se  hace  extraño 
el  hallar  en  estos  parajes,  aun  en  tiempo  de  los  tres  primeros 
siglos  de  la  dominación  romana,  semejantes  anclas  de  plomo. 
Pasan  de  cuatrocientas,  según  es  pública  voz  y  fama,  las  que  en 
el  litoral  de  donde  salieron  las  treinta,  han  indicado  los  buzos 
de  la  Sociedad  Esponjera.  Bueno  sería  recogerlas;  porque  ade- 
más del  lucro  que  su  material  puede  reportar,  no  serían  indife- 
rentes á  un  adelanto,  por  cierto  muy  considerable,  de  la  ciencia 
histórica. 

Casi  todas  las  anclas,  que  se  han  extraído  del  litoral  del  cabo 
de  Palos,  dejan  de  arquear  sus  brazos,  sino  es  muy  ligeramente, 
al  uno  y  al  otro  lado  del  cubo  ó  cuello,  vaciado  en  figura  cua- 
drang^lar,  por  donde  pasaba  la  vara  de  suspensión,  que  debía 
rematar  por  ambos  extremos  en  sendas  argollas  del  mismo,  ó  de 
otro  metal  más  resistente.  El  ancla  de  esta  procedencia,  que  ha 
venido  á  nuestro  Museo,  regalada  por  los  Condes  de  Romano- 


(1)  Libro  V,  tomo  i,  pág.  358,  edición  Didot,  pág.  358.  París,  1877. 

(2)  ...  exxáircetv  tÓv  ev  t«T?  áptúpaií  (jk^u^ov,  xotí  ex  toO  «py^pou  tt)v  ex  ToO 
fioX¿^ou  xpetav  aXXáieaOai. 

(3)  Ora  marítima^  452-460. 


Ancoras  de  plomo,  híllaoas  en  aqu*s  del  cabo  oe  palos 


INSCRIPCIONES  GRIEGAS,  LATINAS  Y   HEBREAS. 


»57 


nes  y  de  Mejorada  (l),  me  ha  permitido  examinar  de  cerca  la 
forma  de  lo9  brazos,  parecida  á  la  de  dos  picos,  desmochados 
por  la  punta  y  opuestos  por  la  base,  contraponiéndose  en  orden 
inverso  la  curvatura.  A  esta  clase  pertenece  el  ancla  primera 
del  cuadro  C,  en  la  adjunta  lámina  fototípica: 

Esta  lámina  reúne  en  tres  Cuadros,  superior  (A),  medio  (B),  é 
inferior  (C),  las  tres  fotografías  que  han  enviado  á  nuestra  Aca- 
demia sus  Correspondientes  los  señores  Laymond  y  Jiménez,  y 
á  las  que  se  remiten  en  su  luminoso  Informe  (2). 

Examinaré  las  inscripciones  griegas  y  latinas,  de  las  que  han 
dado  cuenta,  no  sin  tener  presentes  los  calcos  y  dibujos  que 
asimismo  les  debemos. 

1,  2.  Inscripciones  griegas.  Hállanse  en  las  dos  caras  latera- 
les opuestas  del  ancla  (cuadro  A,  I.*,  cuadro  B,  I.*),  que  mide 
1,60  m.  de  largo  y  pesa  196  kilogramos. 

El  dibujo  que  han  hecho  de  ellas  loa  Sres.  Laymond  y  Jimé-; 
nez,  es  el  siguiente: 


a^ 


11  YCICAC 


I    C  CO  SA 


Los  dibujantes,  no  acertando  á  comprender  el  significado  de 
estas  inscripciones,  ni  el  valor  de  dos  de  sus  letras  (S  y  C)  grie- 
gas, que  presumen  sean  latinas,  incurren  en  leves  defectos  de 
transcripción,  6,  mejor  dicho,  de  tentativas  de  suplementos  eñ  ej 
brazo  segundo  (b)  de  la  inscripción  1,  y  en  el  primero  (b)  de  la 
inscripción  2.  Una  y. otra  son  anteriores  á  la  era  cristiana,  y  no 


(1)  Mide  1,25  m.  de  longitud  y  pesa  125  kilos.  Carece  de  inscripción. 

(2)  Es  el  IV  del  presente  cuaderno  del  Boletín,  pág.  1 54. 


158  BOLRTÍM  DB  LA  REAL  ACADEMIA  DE  LA  HISTORIA 

debe  equipararse  su  trazado  con  el  de  la  inscripción  cristiano- 
bizantina  del  siglo  VI,  por  ellos  citada,  donde  algunas  letras  la- 
tinas, como  la  R,  usurpan  el  lugar  de  las  griegas.  La  C,  tan  re- 
petida en  estos  dos  epígrafes  del  ancla,  es  la  sigma  lunar  6  cur- 
siva, que  estuvo  en  uso  tres  siglo»  antes  de  Jesucristo,  primero 
en  los  metales  y  luego  en  las  piedras,  como  lo  ha  demostrado 
Augusto  Boeck  (i).  La  S  de  estas  inscripciones  no  es  la  latina, 
sino  la  K  (zeta)  griega,  que  del  tipo  cursivo  de  la  mayúscula  Z^ 
pasó  al  de  la  minúscula  que  hoy  retiene.  Tanto  éstas,  como  las 
demás  letras,  pueden  llevarse,  en  atención  á  su  forma,  al  si- 
glo m  antes  de  la  Era  cristiana,  mayormente  si  se  considera  que 
la  O  se  emplea  indistintamente,  con  exclusión  de  la  ómega,  como 
vocal  ya  breve,  ya  larga.  Examinando  el  calco,  advierto  que  el 
claro  que  señalan  los  dibujantes  en  el  brazo  b  de  la  inscripción  1, 
se  completa  por  los  trazos  de  una  pequeña  O  entre  la  I  y  la  C; 
y  que  en  el  remate  del  mismo  brazo  quedan  después  de  la  S 
seguros  indicios  de  la  desinencia  ON.  Por  último,  debo  notar 
que  la  letra  final  del  primer  vocablo  en  la  inscripción  2,  no  es  E, 
sino  H. 

Leo,  pues,  y  traduzco: 

Júpiter  Casio  (es  el)  que  salva. 
Venus  (es  la)  que  salva. 

Júpiter  Casio  poseía  un  templo  en  la  ciudad  de  Casiope  de  la 
isla  de  Corfú,  celebérrimo  en  todo  el  Mediterráneo  (2).  Esto  no 
basta  para  decidir  que  el  ancla  sagrada  (tsp*)  donde  está  su  ins- 
cripción, perteneciera  á  un  buque  de  aquella  isla  del  Adriático, 
que  echase  mano  de  este  último  recurso  para  no  ser  arrastrado 
por  la  tormenta  é  irse  á  pique  junto  al  cabo  de  Palps.  No  rara 
vez  el  sobrenombre  de  Júpiter  se  tomaba  del  lugar,  más  ó  me- 
nos célebre,  dedicado  á  su  culto  y  gloria;  y  así  vemos  que  en 

(i)     Corpus  inscripiionum  graecarum^  tomo  1,  pág.  88.  Berlín,  i8a8. 
(2)    Mommsen,  Corpus  inscripHonum  lahnarum,  vol.  lu,  números  576 
7  577. 


INSCRIPCIONES  GRIEGAS,   LATINAS  Y   HEBREAS.  1 59 

España  era  llamado  (l)  Ládica^  Anderón^  Candiedón  y  Canda- 
mio>  Á  partir  de  Portvendres  (Portus  Veneris),  al  otro  lado  del 
Pirineo,  en  el  Rosellón,  con  rumbo  á  Gibraltar  y  al  cabo  de 
San  Vicente,  los  antiguos  nombres  de  promontorios  bañados 
por  el  mar,  recuerdan  el  culto  que  allí  recibían  Venus  y  Júpiter: 
Promontorium  tentpli  Veneris  (cabo  de  Creus);  Mons  Jovis  (Mont- 
grí,  cerca  del  Ter,  y  Monjuí,  de  Barcelona);  'AopoBfxT);  Upov  (Al- 
menara, cerca  de  Sagunto);  Fanutn  Veneris  ac  Veneris  jugum 
{cabo  de  Gata?);  Veneri  marinae  consecrata  ínsula  (Algeciras?); 
To  Tf¡;  <I>w<j^ópoy  tep¿v  (San  Lúcar  de  Barrameda).  Ni  hay  que  echar 
en  olvido  que  Avieno,  recorriendo  la  costa  desde  el  cabo  de  San 
Vicente  hasta  la  boca  del  Guadiana,  señala  en  las  inmediaciones 
de  la  ciudad  de  Faro,  6  de  Ossonoba^  no  solamente  la  isla  de 
Caes  (Cariare) y  sino  también  el  monte  Casio,  feraz  de  estaño, 
donde  dice  (2)  que  los  griegos  aprendieron  á  nombrar,  como  lo 
nombran  este  metal:  «  Cassius  inde  mons  tumet;  et  graia  ab  ipso 
lingua  cassiterum  prius  stannum  vocavit.»  Y  á  la  verdad  que  no 
se  engañó  Avieno  colocando  aquí  una  región  minera  de  estaño; 
lo  prueba  un  texto  de  Almakkarí  (3)  que  nos  ha  citado  nuestro 
sabio  compañero  D.  Francisco  Fernández  y  González  (4):  «Y  en 
Oxosonoba  hay  una  mina  de  estaño,  que  no  tiene  semejante  en 
superior  calidad,  el  cual  parece  plata.  > 

•  El  ancla  en  cuestión,  con  sus  inscripciones  griegas,  quizá  pro- 
venga de  Faro,  donde  se  ha  descubierto  una  lápida  consagrada 
á  Júpiter  (5).  Ni  deja  de  ser  notable,  á  cuenta  de  esta  hipótesis, 
que  las  monedas  autónomas  de  Ossonoba  ostentan  como  emble- 
ma típico  de  su  industria  y  comercio  marítimo,  por  una  parte, 
un  buque  bogando  á  toda  vela,  y  por  otra,  dos  peces  (6). 
3-5.     Inscripciones  latinas. 


(i)    Hübner,  números  2525,  2598,  2599,  2695. 

(2)  Or,  tnarity  259-261. 

(3)  Tomo  I,  pág.  91  del  texto  arábigo,  edición  de  Lcyde,  1855-1860. 

# 

(5)  Hübner,  núm.  8. — Indicio  del  idioma  griego  que  se  hablaba  en  esta 

región  del  Algarbe,  es  una  lápida  de  Tavira  (Hübner,  5171). 

(6)  HObn^Tf  Afanumenta  linguae  idericae^  núm,  iSi. 


ibO  BOLETÍN  DE   LA   REAL  ACADEMIA  DE  LA  HISTORIA. 

3.  En  el  ancla  (cuadro  A,  2.*,  cuadro  B,  2.*)  enorme,  que 
pesa  712  kilos  y  mide  2,16  m.  de  largo.  En  la  base  (cuadro  B,. 
2.*)  hacia  el  extremo  del  brazo  del  ancla,  á  mano  izquierda  del 
espectador,  aparece  clarísima  la  estampilla  del  fabricante  (i). 

L-V'LVPo    o 
L{ucio)  V{alerto)  Lupo 

El  tipo  de  la  L,  parecido  al  de  la  minúscula  griega,  es  arcaico. 
La  figura  del  ancla  romana  que  sigue  á  la  inscripción,  confirma 
las  reflexiones  que  han  emitido  los  Sres.  Laymond  y  Jiménez,, 
haciéndose  cargo  del  quebrantamiento  que  uno  de  los  brazos 
sufrió  por  causa  de  algún  accidente. 

4,  Ancla  (cuadro  C,  2.*)  que  mide  1,90  m.,  y  pesa  450  kilos. 


.  .  .  .  AGBILI 


5.  Ancla  (cuadro  C,  3.*)  de  mayor  extensión  y  menor  altu- 
ra que  la  precedente.  En  el  brazo  segundo  está,  si  mal  no  veo, 
completa  la  inscripción  4^  dificultando  su  lectura  la  cuerda  que 
le  da  sombra.  En  el  otro  brazo  está  el  cognombre  del  fabri- 
cante. 

L  •  AGEILI  •  L  •  L  •  M  AXSVMI 

L{ucii)  Ageilr\í)t  L{uc¿t)  l{iberti\  Maxsumi 
De  Lucio  Ageilio  Máxumo,  liberto  de  Lucio. 

Afines  á  este  nombre  del  fabricante  del  ancla,  son  los  que  ea 
otros  parajes  constan:  L{uciiis)  Acilius  Maximus  en  Sagunto 


(i)  En  el  otro  brazo,  á  juicio  de  los  Sres.  Laymond  y  Jiménez,  está, 
«por  completo  borrada»  la  inscripción,  que  opino  fuese  repetición  de  la 
precedente.  La  fotograíía  permite  ver  en  este  segundo  brazo  una  contra- 
marca, formada  por  un  harpón  de  tres  dientes  con  largo  mango* 


INSCRIPCIONBS  GRIEGAS,   LATINAS  Y  HEBREAS.  l6l 

(Hübner,  3966);  L{ucius)  Agilius  S{exti)  f{ilius)  Donatus  en 
Mérida  (526);  Q{jiintus) Ag'Ueius  Donatus  en  Mallorca  (3670). 

Producto  de  la  industria  minera  de  Cartagena,  estas  marcas 
latinas  de  elaboración  de  objetos  de  plomo  aumentan  el  número, 
ya  considerable,  de  las  que  ha  dejado  reseñadas  Hübner,  proce- 
dentes de  la  misma  localidad,  anteriores  á  la  Era  cristiana,  y 
manifestativas  de  que  este  ramo  de  industria,  desde  remotísimo 
tiempo,  hasta  el  de  Augusto,  estaba  confiado  á  personas  6  em- 
presas particulares  (l). 

Estas  anclas,  tragadas  por  el  mar  en  el  litoral  del  cabo  de 
Palos,  con  ser  tantas  en  número,  pues  llegan,  según  se  dice,  á 
cuatrocientas,  y  tan  raras  6  curiosas  por  ser  de  plomo,  y  al- 
gunas halladas  á  20  brazas  de  profundidad,  representan  un  mo- 
vimiento inmenso,  comercial  é  industrial,  que  Estrabón,  citando 
á  Polibio,  y  por  su  propia  cuenta  (2),  describe  con  harta  parsi- 
monia. Era  Cartagena  el  emporio  principal  de  la  costa  ibérica 
sobre  el  Mediterráneo;  y  de  las  dos  mayores  fuentes  de  su  ri- 
queza regional,  conviene  á  saber,  la  pesca  del  escombro  6  caba- 
lla, y  las  minas  de  galena  argentífera  y  de  sulfuro  de  plomo,  dos 
islas  tomaron  nombre:  la  que  primero  se  llamó  de  Hércules 
y  después  Scombraria^  y  la  que  los  romanos  llamaron  Plumba- 
rüiy  que  opino  debe  reducirse  á  la  Grosa,  enfrente  del  Mar  Me- 
nor,* así  como  aquélla  á  la  Escombrera  (3).  Y  con  efecto,  si  se 
examina  bien  el  texto  de  Estrabón  y  se  compara  con  los  de 
Avieno  y  del  Edrísí  (4),  no  podremos  alejar  la  isla  Plumbaria 
del  Mar  Menor,  ni  colocar  esta  isla,  ni  la  Planesia^  como  algu- 


(i)  «Titules  apparet  omnes  esse  aut  liberae  rei  publicae,  aut  aetatis 
Augustae  ineuntis.  Docent  metalla  plumbi  usque  ad  illam  aetatem  priva- 
torum  íuisse».  Hübner,  C.  I.  L.,  vol.  11,  pág.  i.ooi.  Compárense  los  suple- 
mentos del  mismo  autor  en  los  volúmenes  viii  y  ix  de  la  Ephttiuris  efi- 
_grapkica  (BeTlin^  1897  y  1903). 

(3)     Libro  m,  cap.  n,  10;  cap.  iv,  6. 

(3)  nXflcvTjOtav  xai  nXou[Xfiap:xv  xai  XtfJivoOáXaTTav  6;u6px6i[iíy7]v,  tyiouaav  £v 
aúxXu)  oxaBiou;  TSTpoaoaíouj  ■  eí6*  f)  toO  'HpoxX^ou;  v^ao;  1¡hr\  :tpó¿  K«p/^T]Sovi  9{v 
TLokoQ^i  Sxop.^pap{ay.  iii,  iv,  6. 

(4)  Doíy,  Description  de  VAfriqtu  ei  de  VEspagne.  Edrisi^  texto  árabe, 
páginas  193  y  194.  Leyde,  1866. 


102  BOLETÍN  DB  LA  REAL  ACADEMIA  DE  LA  HISTORIA. 

nos  autores  lo  han  pretendido,  cerca  de  Denia.  Estrabón,  des^ 
pues  de  haber  dado  una  ojeada  a!  trayecto  marítimo  que  separa 
Cartagena  de  la  boca  del  Júcar,  vuelve  atrás  para  deslindar  en 
particular  algunos  puntos  notables  de  aquel  trayecto.  De  Orien- 
te á  Occidente  ve  tres  pequeñas  ciudades,  escalonadas  desde- 
aquel  río  hasta  el  cabo  de  Benidorm,  entre  las  cuales  sobresalía 
Denia,  colonizadas  y  poseídas  por  los  griegos  focenses  de  Mar- 
sella. Al  decir  Elstrabón  que  Denia  tenía  cerca  de  sí  minas  de 
buen  hierro  nativo,  no  entiende  hablar  de  cercanía  absoluta,  sincv 
relativa  6  proporcionable  al  trayecto  marítimo  de  la  ciudad  de 
Diana  á  Cartagena.  Aquellas  minas  de  hierro  pertenecían  al 
promontorio,  que  denominó  Pomponio  Mela  Ferraría^  y  que  se- 
gún este  autor  dividía  el  seno  Ilicitano  del  Sucronense.  Es  el 
cabo  de  la  Nao;  desde  el  cual  se  dirige  el  pensamiento  del  cos- 
mógrafo griego  á  señalar  tres  puntos  de  observación  en  el  golfo. 
Ilicitano  ó  de  Alicante,  antes  de  doblar  el  cabo  de  Palos  y  de- 
tocar  en  la  isla  Escombrera.  El  primer  punto  es  la  isla  Planesia^ 
es  decir,  la  Plana  6  Tabarca,  que  Edrisí  coloca  enfrente  de 
Santa  Pola,  arabizando  el  nombre  que  Estrabón  le  atribuye  (l). 
El  segundo  punto  es  la  Plumbaria^  reducible  sin  duda  á  la 
MuXü^$av«  de  Hecateo.  El  tercero  el  Mar  Menor,  cuyo  nombre 
latino  (Palus)  transforma  Edrisí  en  iA'v»  Y  ^^^  permanece 
en  el  actual  del  cabo  de  Palos  (2).  Para  Estrabón  esta  gran  la- 
guna, ó  albufera  (Xt[ivo6áXaxia)  formada  por  el  mar,  era  de  tanta 
extensión,  que  no  cumple  buscar  otra,  sino  es  el  Mar  Menor,, 
que  satisfaga  al  ñrme  y  verídico  trazado  del  gran  geógrafo.  Allí,, 
la  estación  naval,  que  conserva  su  nombre  latino,  ó  fondeadero- 
del  Estasio  (Statio)  da  razón  de  cómo  la  isla  Plumbaria  pue- 
de y  debe  deducirse  á  la  Grosa  (3),  relacionándose  con  el  nue- 
vo argumento,  que  suministran  tantas  anclas  de  plomo,  en  aquel 
mismo  litoral  descubiertas.  No  de  otro  modo  que  la  de  Es- 


(i)    nXflEVT|aí«  =  X^uljl  (Ablaneza). 

(2)  Compárense  el  catalán /a/x  y  el  castellano  balsa. 

(3)  Véase  Madoz,  Diccionario  geográñco-estadístico-histórico,  artículo 
Mar  Menor, 


INSCRIPCIONES  GRIEGAS,  LATINAS  Y   HEBREAS  1 63 

trabón  procede,  si  bien  se  mira,  la  descripción  de  Avieno  (l): 

Sinuque  in  ipso  surgit  altis  moenibus 

Urbs  Massiena  (2).  Post,  iugum  Tráete  (3)  eminet, 

Brevisque  iuxta  Strongyle  stat  Ínsula  (4). 

Dehinc,  in'huiuís  insulae  confiniis 

Immensa  tergum  latera  diíundit  palus. 

Réstame  añadir  que  el  provecho  científico  sería  mucho  ma- 
yor si  la  Sociedad  Esponjera  se  prestase  á  revéi^rlos  sitios  exac- 
tos del  litoral  del  cabo  de  Palos  en  que  las  anclas  han  parecido» 
Si  á  ello  no  accede,  respetaremos  la  razón  del  interés  comercial 
que  le  asiste;  pero,  tarde  ó  temprano,  para  ^rdades  el  tiempo» 


Mahón. 

La  inscripción  fragmentaría  hebrea  de  esta  ciudad,  de  la  qué 
hice  mérito  (5)  y  presento  en  lámina  fototípica,  me  ha  venido 
representada  en  fotografía  y  en  excelente  calco  (6)  por  el  actual 
poseedor  del  mármol  original  que  la  contiene,  D.  Francisco  An- 
dreu;  el  cual  lo  adquirió  de  la  colección  epigráfica  mahonesa, 
que  habían  formado  en  la  segunda  mitad  del  Siglo  xviii  y  en  la 
primera  del  xix  los  célebres  ariqueólogos  D.  Juan  Ramls  y  Ra- 
mis  y  .su  hermano  D.  Antonio.  En  la  colección  paleográfica,  que 
cité,  del  señor  Paluzie  y  Cantalozella,  publicada  por  D.  Ma- 
nuel de  Bofarull,  está  (pág.  1 19)  el  diseño  de  esta  lápida  maho- 
nesa; pero  con  haber  transcurrido  ya  casi  medio  siglo  después 


(i)     Ora  marit,  453-455- 

(3)  Cartagena.  Compárese  la  descripción  que  hicieron  de  esta  ciudad 
Estrabón  y  Polibio,  incluyendo  á  Pormán  (^Portas  magnus),  ^^^j»  del 
Edrisí. 

(3)  Cerros  que  se  extienden  desde  la  Escombrera  hasta  el  cabo  de  Palos. 

(4)  Isla  Grosa. 

(5)  BoLBTÍN,  tomo  xLvn,  pág.  474. 

(6)  Á  petición  del  sabio  orientalista  D.  Antonio  Vives  y  Escudero, 
Académico  de  numera 


1 64  BOLBTÍH   DE  LA  REAL   ACADEIOA   DE   LA   HISTORIA. 

de  SU  publicación,  nadie,  que  yo  sepa,  ha  procedido  á  traducirla, 
ni  á  fijar  con  precisión  su  lectura. 

Blanco  y  fino  es  el  mármol  de  este  fragmento,  que  mide 
39  cm.  de  ancho  por  29  de  alto;  pudiéndose  calcular  que  la  parte, 
ó  fragmento  inferior,  que  lo  completaba,  y  cuyo  paradero  se 
ignora,  tendría  las  mismas  dimensiones;  y  que  la  anchura  y  la 
altura  de  todo  el  monumento  guardaban  la  proporción  de  39  á  58, 
ó  de  2  á  3;  y  que,  de  los  doce  renglones  que  componían  proba- 
blemente la  inscripción  entera,  han  desaparecido  los  seis  pos- 
treros. 

Este  mármol  epigráfico  dicen  que  se  halló  en  las  afueras  de  la 
ciudad,  donde  se  presume  que  estuvo  el  antiguo  cementerio  he- 
breo, hacia  la  parte  septentrional  de  la  bahía  que  llaman  Escui 
de  Sant  Antón  (escollo  de  San  Antonio),  enfrente  de  la  isleta 
del  Hospital  militar,  notabilísima  por  haberse  encontrado  en  ella 
un  soberbio  mosaico  de  época  romana,  cuyo  diseño  salió  á  luz 
al  pie  del  tomo  xiii  de  nuestro  Boletín.  Parecido  al  de  Ha'm- 
mam-Lif  (i),  este  mosaico  recuerda,  por  ventura,  la  situación 
de  la  magnífica  sinagoga  del  siglo  iv,  que  destruyó  el  obispo  de 
Ciudadela,  Severo  (2).  En  17  de  Enero  de  1 286,  el  rey  D.  Al- 
fonso II  de  Aragón,  conquistador  de  la  isla,  arribó  con  su  arma- 
da á  la  isleta  del  Hospital,  que  por  esto,  hasta  el  siglo  xvm,  se 
llamó  del  Rey.  Favorecido  por  los  judíos  de  la  alquería,  que  hoy 
llaman  de  San  Antonio,  tomó  allí  tierra  el  monarca  con  su  ejér- 
cito. Vencidos  los  moros,  se  replegaron  al  castillo  de  Monjuich 
(mons  fudaicusjy  hasta  que,  al  fin,  se  rindieron,  y  toda  la  isla  que* 
dó  por  los  cristianos  (3).  Poco  tiempo  la  retuvo  en  su  poder  Al* 
fonso  II,  porque  murió  en  la  noche  del  17  al  18  de  Junio  de 
1 291.  Su  hermano  y  sucesor,  D.  Jaime  II  de  Aragón,  la  cedió, 

(i)  Schwab,  Rappori  sur  les  inscriptions  hébraXques  de  la  Francey  pági- 
na 48. 

(2)  Mignc,  Pairologia  latina^  tomo  xx,  col.  737.  París,  1845. 

(3)  Véase  el  Resumen  topográfico  ¿  historia  de  Menorca  (páginas  87  y 
88),  escrito  por  el  primer  poseedor  de  la  lápida,  D.  Juan  Ramis  y  Ramis. 
Esta  obra  inédita,  original  del  autor  y  firmada  por  él  en  2  de  Abril  de 
1787,  existe  manuscrita  en  la  biblioteca  de  la  Academia,  con  la  signatu- 
ra ¿"55. 


IMSCRIPCIOKES   GRIEGAS,    LATINAS   Y    HEBREAS.  1 65 

por  mediación  de  Bonifacio  VIII,  á  D.  Jaime  II  de  Mallorca;  el 
cual,  en  la  carta-puebla  de  fueros  y  franquezas  de  Menorca,  que 
otorgó  en  22  de  Agosto  de  130 1,  hace  expresa  mención  de  los 
judíos  y  mudejares,  tan  arraigados. en  Mahón,  que  fué  menester 
reducir  el  exorbitante  interés,  que  á  título  de  usura,  habían  has- 
ta entonces  cobrado  (l).  Según  este  fuero,  el  interés  no  podía 
exceder  del  5  por  ICO  al  año,  ni  crecer  hasta  el  punto  de  igua- 
larse con  el  tanto  de  la  suma  prestada,  so  pena  de  que  el  acu- 
mulador (additor)^  6  prestamista  á  interés  compuesto,  estuviese 
obligado  á  la  restitución  del  capital  y  nó  tuviese  acción  sobre 
las  prendas  ó  fianzas,  ni  sobre  los  fiadores.  Declaraba  además 
esta  c^rtsi'puébl^  ^  Jrancos  6  ingenuos  á  los  cristianos  moradores 
de  la  isla;  por  donde  se  puede  argüir  que  semejante  condición 
se  haría  extensiva  á  determinado  número  de  hebreos  de  catego- 
ría sobresaliente  por  su  riqueza,  ó  nobleza,  ó  servicios  prestados 
á  la  Corona.  La  distinción  de  judíos  francos  y  no  francos  en  las 
islas  de  Menorca  é  Ibiza,  subsistió  hasta  el  23  de  Agosto  de 
13191  en  que  á  todos,  sin  excepción,  fué  comunicado  tan  precio- 
so privilegio,  que  los  equiparaba  á  los  ciudadanos  honrados,  se- 
gún aparece  de  un  diploma  del  rey  D.  Sancho  I  publicado  en 
nuestro  Boletín  (2).  De  aquí  pudo  provenir  el  apellido  Franco, 
propio  de  una  familia  hebrea  de  Mahón;  no  siendo  preciso,  de 
consiguiente,  achacarlo  á  origen  de  nacionalidad  francesa. 

La  inscripción  que  examinamos,  atendido  su  carácter  paleo- 
gráfico,  pertenece,  como  la  de  Agramunt  (3),  á  los  primeros 
años  de  la  dominación  cristiana  en  Menorca. 


(i)  <Item  concedimus  vobis  et  vestris,  et  perpetuo  statuimus  quod 
iudei  et  sarraceni  non  accipiant  pro  usuris  nisi  quatuor  denarios  in  mense 
de  viginti  solidis,  licet  alia  pacta  íuerint  inter  eos;  et  ex  quo  usura  equi- 
párala íuerit  sorti,  quod  nullatenus  inde  constent,  immo  soluta  sorte  et 
usura  aequiparata  eidem  sorti,  teneatur  additor  intra  restitutionem,  et 
pignora  et  fideiussores  absolvere.»  Villanueva,  Viaje  literario ,  tomo  xxi, 
pág.  211.  Madrid,  1851. 

(2)  Tomo  XXXVI,  páginas  136  y  137.  : 

(3)  Tomo  xLvn,  pág.  239. 


1 66  BOLVTÍM  DE  LA  REAL  ACADEMIA  DE  LA   HISTOUA 

'S:íq  n-nip  riajfo     *» 
pi:n   lüKn   iNnpn     ? 


6 
7-1* 


Estela  del  túmulo  sepulcral  de  (Su)  Excelencia,  el  poderoso  jefe,  el  in- 
teligente y  elevado  secuaz  de  justicia  y  misericordia,  el  honrado  Rabí 
Judá,  hijo  del  honrado  Rabí  Moisés  Franco,  descanse  en  el  Edén... 


Seguían  las  indicaciones  del  día,  mes  y  año  de  la  deíundón,  y 
las  fórmulas  rituales,  cuyos  ejemplos  abundan  en  ios  epitafios 
hebreos  de  Gerona,  Barcelona,  León,  Toledo  y  Sevilla. 

El  proverbio  de  Salomón,  aplicado  á  nuestro  Judá  (l),  mani- 
fiesta que  la  edad  de  este  procer  hebreo  pasó  de  treinta  años,  y 
fué  probablemente  avanzada. 

La  mano,,  que  cinceló  este  epígrafe  mahonés,  era  menos  docta 
que  artística.  La  distinción  entre  el  resh  y  el  dáleth^  á  duras  pe- 
nas le  preocupa;  nada  le  importa  mudar  en  áleph  la  primera  he 
de  Yehudáh;  y  de  tal  manera  varía  el  trazado  del  mem^  en  el 
principio  del  renglón  4.*^,  y  en  el  comienzo  y  remate  del  2»**,  que 
en  este  remate  parece  confundirlo  con  el  teth. 

Para  explicar  los  dos  primeros  vocablos  del  renglón  3.®,  único 
paso  controvertible  de  toda  la  inscripción,  consulté  á  Mr.  Schwab, 
cuyo  sentir  (2)  tengo  por  el  mejor,  y  en  la  traducción  he  pro- 
puesto. Sin  embargo,  debo  advertir  que  el   primer  vocablo 


(i)  *Qui  sequitur  iustitiam  et  misericordia m,  inveniet  vitam,  iustitiam 
et  gloriam.»  Prov.,  xxi,  21. 

(2)  «En  tete  de  la  3*  ligne  le  mot  MO\X2  n'est  pas  douteux,  c'est  che/ 
(en  ture),  et  el  grand  Rabbin  des  Juifs  du  rite  portugais  dans  toute  la  Tur- 
quie  est  Haham  Baschú  Le  premier  mot  est  plus  douteux,  á  condition 

d'étre  indulgent  pour  la  double  faute  d'orthographe;  c'est  rarat)e  •LS'I 
(tres  grand),  superlatit  de  kabir^  "^-^^ij  en  hébreu.» 


INSCRIPCIONES  GRIEGAS,   LATINAS  Y   HEBREAS.  1 67 

(iNlpn)  puede  leerse  T^lpn»  según  lo  demuestra  el  vocablo 
último  del  renglón  siguiente,  y  equipararse  á  ^2^  (kabedy  an- 
ciano, rico,  noble,  prepotente)  6  á  t2oj  (nicbady  honorable^ 
ilustre).  La  sígniñcación,  resultante  de  esta  ó  de  aquella  lectura> 
poco  varía. 

No  debe  parecer  extraño  el  empleo  de  una  palabra  turca  para 
denotar  la  dignidad,  6  categoría,  de  un  hebreo  fallecido  en  Me- 
norca,  que  pudo  arribar  á  esta  isla  viniendo  de  Esmirna,  6  de 
otra  ciudad  del  Asia  Menor,  que  poseían  entonces  los  otomanos» 

Palma  de  Mallorca. 

De  varías  inscripciones  hebreas,  existentes  en  esta  ciudad^ 
consta  por  el  tomo  ix  del  Boletín,  pág.  2g6  (l)}  y  por  el 
tomo  XXII  del  Viaje  literario  de  Villanueva,  págs.  249  y  250.  He 
pedido  y  aguardo  para  su  publicación  ejemplares  fotográácos» 

Villanueva  escribió: 

cEn  la  sacristía  de  la  catedral  se  conservan  dos  cetros  de  pla- 
ta, ó  bordones  de  los  que  usan  los  sochantres  y  capas  en  el  coro,, 
de  bastante  antigüedad,  que  me  parece  alcanzará  al  siglo  xiv. 
Rematan  en  pirámide,  y  en  sus  lados  y  cuellos  se  hallan  las  le* 
tras  hebreas,  que  quiero  copiar  aquí: 

/  En  una  parte \ 

1  ( m5fo 

En  la  segunda CJOin 

En  el  cueUo '^^r\^  nDaD2 


i*i 


(i)  cLápida  de  metro  y  medio  de  largo,  que  extraída  del  abrevadera 
de  Itria  al  norte  de  la  ciudad  donde  se  hallaba  y  procedente  al  parecer 
de  un  cementerio  judío  contiguo  á  la  puerta  Pintada,  que  es  la  antigua 
Beh^Alcafoly  se  conserva,  cuidadosamente  recogida  por  la  Comisión  de 
Monumentos  en  el  Museo  arqueológico  de  la  provincia.  Las  letras  son  al- 
tas nueve  centímetros.  Dice  así: 

S^  Disn  nwQ  'i 

Rabí  Moisés  Jaquim,  Su  memoria  sea  en  hendieión.^ 


1 68  BOLETÍN   DB  LA  RBAL   ACADEMIA  DE  LA   HISTORIA. 


2.** 


I  En  la  primera ] 

En  la  segunda ] 


En  la  tercera. 


\  En  el  cuello y^saiQ  pta 

Acaso  fué  dádiva  de  algún  judío  convertido,  de  los  muchos 
que  había  en  la  famosa  aljama  que  tenían  en  esta  isla.» 

Dádiva  que  hiciese  á  la  catedral  un  hebreo  converso,  no  fue- 
ron seguramente  estos  dos  cetros  de  plata,  porque  sirvieron 
á  la  celebración  del  rito  judaico  en  la  sinagoga  (l).  Afortuna- 
damente no  se  han  perdido  (2).  El  arte  y  la  paleografía,  indi- 
cio serán  del  tiempo  en  que  se  labraron,  y  á  cuál  de  las  confis- 
caciones (3),  que  la  sinagoga  de  Palma  hubo  de  sufrir,  perte- 
necen. 

Madrid,  12  de^Enero  de  1906. 

Fidel  Fita. 


(i)  Lo  demuéstrala  inscripción  que  campea  en  el  cuello  del  primer 
cetro,  el  cual,  con  el  otro  cetro  ó  varilla  de  plata,  quizá  se  aparejó  para 
sostener  el  gran  rollo  hebraico  de  la  Thordh  ó  de  la  Ley  de  Moisés. 

(2)  Lo  sé  por  testimonio  de  personas  que  los  han  visto  en  la  catedral 
de  Palma.  Su  estudio  paleográñco,  artístico  é  histórico,  no  se  ha  hecho 
aún  atentamente. 

(3)  La  primera  acaeció  en  13 14.  Véase  el  tomo  xxxvi  del  Boletín,  pá- 
ginas 248-257. 


VARIEDADES 


EL  MONJUl  DE  LA  CIUDAD  DE  GERONA  Y  LA  SINAGOGA 
Y  CONCEJO  HEBREO  DE  CASTELLÓN  DE  AMPURIAS 

ESCRITURAS  DE   LOS   SIGLOS  XIII,   XIV   Y   XV 


13  Junio  1207.  Libro  verde  del  Cabildo  de  la  catedral  de  Gerona,  folios 

149  y  150- 

Quoniam  tam  sacre  leges  quam  sacri  cañones  permutationes, 
que  ad  utÜitatem  ecclesie  honeste  et  canonice  cedunt,  fieri  per- 
mittunt;  idcirco:  Ego,  Arnaldus,  dei  gratia  Episcopus,  consilio  et 
assensu  totius  Gerundensis  capituli,  ratione  comutationis  difñnio^ 
laudo,  et  concedo,  et  in  presentí  cum  hac  scriptura  trado  tibi, 
bernardo  de  monte  palatio  archidiácono  de  angles,  totas  domos 
¡Has  cum  orto  et  ferraginali  quas,  pro  loco  et  dignitate  tui  archi- 
diaconatus,  habebas  in  monte  judaico  et  Petrus  carbonelli  pro  te 
tenebat;  hec  inquam,  supradícta  tibi  comutamus  et  in  presentí 
tibi  tradimus  ut  ea  habeas,  teneas  et  possideas,  non  ratione  dig- 
nitatis  sicut  prius,  set  dominio  proprietatis,  ut  scilicet  tamquam 
tuum  alodium  franchum  possis  illa  venderé,  obligare,  et  cuicum- 
que  viventi  tam  judeo  scilicet  quam  christiano,  vel  cujuscumque 
alterius  conditionis  sit,  volueris,  quocumque  modo  alienare.  Af- 
frontant  autem  ab  oriente  hec  supradicta  in  ferriginali  Petri  de 
monte  judayco,  sicut  terminatum  est,  a  meridie  in  torrente;  ab 
occidente  in  cimeterio  quod  est  alodium  hebreorum;  a  circio  in  alio 
torrente.  Sicut  hiis  IIIP*'  aífrontationibus  supradicta  includuntur, 
domus  et  ortus  et  arbores  et  ferriginale,  et  quidquid  dictus  Pe- 


1 70  BOLETÍN  DE   LA   REAL   ACADEMIA  DE   LA   HISTORIA. 

trus  Carbonelli  tenet  et  possidet  pro  predicta  ecclesía,  sic  ea 
tibi  donamus,  laudamus  et  concedimus  sine  aliquo  retentu  et 
«nginio,  renuntiantes  omni  actioni,  privilegio  et  juri  contra  hanc 
comutationem  nobis  competito.  Hoc  autem  donum  totum  tibi 
facimus,  quia  utile  et  honeste  est  nostre  ecclesie,  propter  illud 
alodium  quod  tu  emistí  a  Raymundo  eytnerico  et  ab  uxore  sua 
Berengaria  in  parochia  Sancti  Martini  de  caciano,  sicut  resonat 
in  instrumento  emptionis  inter  te  emptorem  et  ipsos  venditores 
inde  confecto.  Quod  instrumentum  cum  ipso  alodio  vice  comu- 
tationis  predictorum,  domino  deo  et  ecclesie  Gerundensi,  et 
nominatim  et  expresse  archidiaconatui  de  Angles,  ad  quem 
spectabant,  sicut  superíus  dictum  est,  predictas  domus,  et  ortus, 
et  arbores,  et  ferraginale,  nobis  tradidisti. 

Et  ego,  bernardus  de  monte  palatio  archidiaconus  de  Angles, 
recipiens  predictam  commutationem,  propter  utilitatem  et  me- 
liorationem  archidiaconatus  de  Angles,  a  te  domino  Arnaldo 
Gerundensi  Episcopo  et  universis  ecclesie  Gerundensis  clericis, 
dono,  concedo  laudo  et  in  presenti  trado  predictum  alodium, 
quod  est  in  parochia  Sancti  Martini  de  caciano,  videlicet  ipsam 
mansatam  quam  predictus  Raymundus  eymericus  et  uxor  sua 
berengaria  habebant  cum  predicta  canónica  in  parochia  (Sanc- 
ti) Martini  de  caciano,  cultum  et  heremum;  et  totum  ipsum 
honorem  cultum  et  heremum,  et  ipsam  vineam  quam  Johannes 
de  ¡psis  paratis,  homo  dicte  canonice,  tenebat  per  eos,  et  donat 
inde  tascham  et  braciaticum  et  unum  anserem;  et  etiam  unum 
campum  terre,  quem  Petrus  dalmatius,  homo  dicte  canonice, 
tenebat  per  eos,  unde  donat  tascham  et  braciaticum.  Hec  om- 
nia  supradicta  dono  per  franchum  alodium  domino  deo  et  ge- 
rundensi ecclesie,  et  expresse  et  nominatim  archidiaconatui  de 
Angles,  pro  illis  domibus  et  orto  et  ferraginali  supradíctis.  Quo- 
rum commutationem  ex  proprieta  te  et  dominio  míchi  facto,  si- 
cut melius  illud  emi  a  predictis  venditoribus  et  illud  habebam  in 
pace,  sic  dedi,  concessi,  laudavi  per  franchum  alodium  absque 
omni  retentu  in  perpetuum  predicto  archidiaconatui  de  Angles; 
renuntians  similiter  omni  juri  scripto,  quod  contra  hanc  com- 
mutationem michi  vel  alicui  per  me  competeré  posset. 


BL   MONJUÍ  DB   LA  CIUDAD  DB  GERONA.  I71 

Actum  est  hoc  Idus  junii  Anno  domini  Millesimo  CC*^  Séptimo. 

Ego  Raymundus  dei  gratia  Terrachonensis  archiepíscopus 
confirmo. — Arnaldus  dei  gratia  Gerundensis  episcopus. 

Bernardus  de  montepalacio  impuritanensis  archilevita. — Deo- 
datus  bisillunensis  Archilevita. — B(erengarius)  de  monte  acu- 
to. — Raymundus  Gerundensis  archilevita. — ^Arnallus  presbiter. — 
Berengarius  de  albuciano,  judex  ordinarius,  silveque  archidiaco- 
nus. — Raymundus  de  monte  rúbeo. — Petrusde  caciano. — G.  de 
viilañova. — Ego  Guillelmus  de  ficulneis  subscribo. — (Signum) 
Petri  de  Palatio. — Arnallus  de  fonte  coperto  presbiter  et  cano- 
nicus. — (Signum)  Guillelmi  de  Cartiliano. — Ego  Cervianus  sub- 
scribo.— (Signum)  Raymundi  de  Rechasen  Gerundensis  canoni- 
ci. — Arnaldus  de  Caciano  piesbiter  et  canonicus  subscribo. — 
Ego  egidius  presbiter  et  canonicus  subscribo. — Ego  Cervianus 
subscribo. — Petrus  de  locustaria  presbiter  Sacrista  secundus. — 
Berengarius  de  Spaden. — Ego  Berengarius  presbiter  subscri- 
bo.— Signum  bonardelli  presbiteri. — Pontius  de  quarto  presbi- 
ter.— Ego  gaufredus  subscribo.  —  Guillelmus  precentor. — Ala- 
mandus  de  aqua  viva  Gerundensis  Sacrista. — Signum  Berenga- 
rii  de  galliners. — Arbertus  scriptis  postremus  scripsit  in  istis. 

Signum  Petri  de  Castilione,  qui  hoc  scripsi  cum  litteris  supra 
scriptis  in  V  linea ,  die  et  anno  quo  supra. — Bernardus  stephani 
levita  et  publicus  scriptor  Gerunde  subscribo. 


9  Julio  1 33 1.  Archivo  del  Vicariato  en  la  Curia  episcopal  de  Gerona, 
Libtr  notularumt  2,  folios  85  y  86. 

Nos  petrus  dei  gracia  Episcopus  Gerundensis  (l): 

Attendentes  quod,  propter  scolam  sive  synagogam  judeorum 

ville  Castilionis  que  non  opere  hominis  sed  casu  fortuito  ruit  et 

adkuc  diruta  existit^  concessimus  aljame  judeorum  dicte  ville 

quod  dictam  scolam  sive  synagogam  possent  reficere  et  amplia- 


(i)  El  Libernotitlarum  registra  esta  escritura  entre  las  del  año  1321, 
así  como  las  demás  del  obispo  Pedro  de  Rocabertí;  el  cual  había  sido 
electo  para  esta  dignidad  en  14  de  Octubre  de  13 18. 


173  BOLETÍN  DE  LA   REAL  ACADEMIA  DE  LA   HISTORIA. 

re  versus  orientem  et  meridiem,  quatenus  patium  etporticus  scole 
sive  synagoge  predicte  protendebantury  in  qutbus  orationes  fiebant 
per  judeos^  et  sic  erant  de  coherentibus  sive  pertinentüs  dicte 
scole  sive  synagoge;  et  dictum  patium  sive  solum  versus  orien- 
tem, quod  est  juxta  parietes  hospiciorum  bernardi  mónerii  et 
bernardi  jenerii,  sit  necesarium  dictis  judeis  pro  introitu  dicte 
scole;  Recolentes  eciam  nos  eisdem  concessisse  quod  díctam 
scolam  exaltare  in  altum  possent  per  sexaginta  palmos  catme 
pannorum  ville  Castilionis  (l)  in  altiori  loco  usque  ad  summita- 
tem  dicte  scole,  ex  quibus  verbis  dubium  oriebatur;  Volentes  de- 
clarare dictum  dubium  et  attendentes  quod  dictus  introitus  ver- 
sus orientem  est  necessarius  judeis  predictis  ad  intrandum  díc- 
tam scolam,  et  inde  exeundum;  Ideo  concedimus  vobis  Ifocko 
salendini  et  Motneto  astruch  judeis  ville  Castilionis  presentibus, 
et  nomine  aljame  ejusdem  ville  Castilionis  et  omnium  judeorum 
in  ipsa  villa  nunc  vel  in  futurum  degentium  recipientibus,  in  re- 
compensacionem  dicti  patii  sive  emendam,  quod  versus  oc- 
cidentem  possítis  emere  hospicia  poncii  avinent  et  uxoris  petrí 
castilionis  quondam,  contigua  dicte  scole,  de  quibus  hospiciis 
possitis  augmentare  in  amplum  dictam  scolam  per  quindecim 
palmos  dicte  canne^  computandos  a  pariste  veteri  dicte  scole  et 
extra  parietem  versus  occidentem,  et  residuum  dictorum  hos- 
piciorum possitis  retiñere  ad  recipiendas  aquas  scole  et  alias,  et 
ad  curiam  sive  colloquium  ibi  faciendum,  et  quod  possitis  faceré 
hostia  ibi  per  que  ad  dictam  Curiam  sive  patium  intrare  valeant 
judei;  et  in  dicto  casu  non  possit  dicta  scola  antiqua  ampliari 
versus  orientem,  nec  spatium  seu  patium,  quod  ibi  est,  infra 
scolam  poni.  ítem  quod  dictam  scolam  exaltare  valeant  dicti 
judei  in  altum  per  omnes  partes  ejus  per  sexaginta  palmos  can- 
ne  pannorum  ville  Castilionis.  Verum  si  dicta  hospicia  poncii 
avinent  et  uxoris  Petri  Castilionis  dicti  judei  comode  habere  non 
possent  titulo  empcionis  vel  alio  modo,  volumus  et  concedimus 
dictis  judeis  quod  ipsi  possint  emere  hospicia  dictorum  bernar- 


(i)    La  cana  de  medir  paños,  contenia  ocho  palmos,  y  valía  aproxima- 
damente dos  varas  castellanas,  ó  i,66  m. 


BL  MONJUÍ  DB  LA  CIUDAD  DB  QBROMA.  1 73 

di  monerit  et  bernardi  jenerii  que  sunt  versus  orientem,  et  ibi 
faceré  curiam  et  introitus  ad  dictam  scolam  síve  synagogam, 
quam  volumus  posse  pretendí  versus  orientem  usque  ad  pañe- 
tes inclusive  dictorum  hospiciorum  bernardi  monerii  et  bernardi 
jenerii  ita  videlicet  quod  dicta  scola  non  fíat  amplior  nec  exten- 
datur  ultra  dictum  spacium  sive  patium,  in  quo  judei  quondam 
consueverunt  orare  extra  dictam  scolam  antiquam,  proutde  hoc 
nobis  extitit  facta  ñdes.  In  longitudine  vero  versus  partem  me- 
ridionalem  possitis  eam  faceré  et  construere  usque  ad  viam  pu^ 
blicam^  íta  quod  patium  sive  spacium  quod  ibi  est,  in  quo  nobis 
constat  quod  consueverunt  judei  orare,  possitis  infra  scolam 
poneré  supradictam,  prout  jam  vobis  per  alias  nostras  litteras  est 
concessum. 

In  cujus  rei  testimonium  mandavimus  de  hiis  fieri  publicum 
instrumentum,  ipsumque  sigilli  nostri  pendentis  munimine  robo- 
ran, Quod  fuit  actum  Gerunde,  VII  idus  julii  Anno  predicto; 
presentibus  testibus  venerabili  Guillelmo  de  Corneliano  et  be- 
rengarío  dominici  elenco  ecclesie  Gerundensis.  Factum  est. 


i.^  de  Junio  de  1406.  La  Reina  de  Araf^óo,  doña  María  de  Luna,  manda 
á  Pedro  Comte,  administrador  del  condado  de  Ampurías,  que  renueve  el 
Concejo  hebreo  de  Castellón.  Archivo  general  de  la  Corona  de  Aragón, 
registro  2.351,  íol.  iSo. 

f  La  Reina, 

Administrador:  Nos,  per  certes  causes  assats  raonables  havem 
deliberat  mudar  lo  Regiment  de  la  Aljama  deis  Juheus  de  Cas- 
tello  Dampuhes;  e  de  fet  per  un  any,  qui  comengara  lo  VIIP  die 
del  present  mes  de  Juny,  lo  havem  ordonat  en  la  forma  conten- 
guda  en  la  cédula  sepulta  en  la  present. 

Per  queus  manam  tan  expressament  com  podem  que,  tota 
apellacio  consultacio  e  contradictio  apart  posades,  remogats  lo 
dit  dia  del  dit  Regiment  tots  aquells  qui  vuy  hi  son,  e  en  lo  loch 
de  aquells  mettats  los  qui  son  nomenats  en  la  cédula  damunt 
dita,  e  no  altre  qualsevol,  go  es,  cascu  en  sou  oífici,  segons  en 
la  dita  cédula  es  amplament  e  distincta  contengut,  qualsevulla 


174  BOLBTÍN  DB  LA  REAL  ACADBBnA  DB  LA  HISTORU. 

privileps  o  provisions  en  contrari  fetes  no  contrastaius  en  algu- 
na manera.  En  los  altres  empero  officis  en  la  deta  cédula  no 
contenguts  volem  que  los  Secre taris  per  nos  are  ordonats  hi 
elegesquen  aquells  del  consell,  e  de  fora  lo  consell,  quels  paria 
faedor;  faent  tambe  en  remoure  los  dios  regidors  com  en  cons- 
trenyer  aquells  per  nos  are  ordonats  de  acceptar  los  officis  en  la 
dita  cédula  contenguts  e  de  regirlos,  segons  se  pertany,  aquells 
forts  enantaments  procehiments  e  constrenyments  penáis  que  lo 
negoci  demane  e  requer,  e  vos  conexerets  esser  expedient  e 
necessari.  Car  Nos,  en  e  sobre  les  dites  coses  ab  les  dependents 
e  emergents  daquelles,  vos  comanam  nostras  veus  plenerament 
ab  la  present. 

Dada  en  Barchelona  sots  nostre  Segell  secret  lo  primer  dia  de 
Juny  de  lany  MCCCCVI. 

Bernardus  Michaelis. — Antonius  valls;  etc.  pro  (registrata). — 
Facta  in  Concilio,  pro  (registrata). — Dirigitur  Petro  comitis,  ad- 
ministratori  Comitatus  impuriarum.  > 

La  cédula  inclusa  en  la  de  la  Reina,  decía: 

«Consellers.  De  ma  major:  Samuel  Issach,  Perfet  bonsenyor, 
Abraham  benvenist,  Alatzar  Issach,  Zarch  perfect.  De  ma  mit~ 
¡ana:  Issach  rouhen,  Issach  mahiz,  Salamo  struch,  Enoch  adret. 
De  ma  menor:  Duran  Jaco,  Jucef  aynay,  Vidal  Jucef.— Secreta- 
rte: Athan  Abraham,  Jucef  samucl,  Bonseñor  vidal. — Clavari: 
Issach  mahiz.  —  Oydors  de  oomptes:  Issach  rouhen,  Struch 
aynay  (l).  Duran  Jaco.  > 

Madrid,  12  de  Enero  de  1906. 

Fidel  Fita. 


(i)  £1  apellido  Aynay ^  que,  según  aparece  de  este  instrumento,  fué 
propio  de  Jucef  y  de  Struch,  se  hace  conocer  por  su  forma  hebrea  en  el 
epitaño  de 

(Rubén  bar  Aguinay),  fallecido  en  Castellón  de  Ampurías,  en  el  mes  de 
Ab  del  año  5103  de  la  Creación  (23  Julio-a  i  Agosto  de  1343). 


NOTICIAS 


En  28  de  Enero  ha  fallecido  en  esta  Corte  el  Excmo.  Sr.  D.  José  Gómez 
de  Arteche,  Individuo  de  número  de  nuestra  Academia  desde  el  12  de 
Mayo  de  1872.  Había  nacido  en  Carabanchel  de  Arriba  el  13  de  Marzo  de 
1821;  ingresó  quince  años  después  en  el  Colegio  de  Artillería,  y  ascen- 
diendo merecidamente  hasta  el  grado  de  General  de  división,  se  distin- 
guió por  los  servicios  eminentes  que  rindió  á  la  Patria  española  y  por  las 
obras  magistrales  que  ha  dejado  impresas,  como  la  Historia  del  reinado 
de  Carlos  /r(tres  volúmenes);  la  miliiar  de  la  guerra  de  la  Independencia 
(catorce  volúmenes),  etc.,  é  inéditas  como  la  Historia  del  reinado  de  J^er- 
nandú  VII,  de  la  cual,  ya  terminada,  sólo  se  imprimió  el  primer  pliego 
por  fracaso  del  editor.  No  obstante  su  edad  avanzada,  no  ha  dado  paz 
jamás  á  la  pluma,  ni  al  afán  de  reunir  y  estudiar  los  documentos,  que  en 
el  ramo  de  historia,  que  cultivaba,  le  hacían  llegar  hasta  el  fondo  de  la 
verdad,  distinguir  hasta  los  menores  ápices  sus  relaciones,  y  exponerla 
con  discreción,  solidez  y  lisura.  Entre  los  muchos  Informes^  por  él  escri- 
tos, que  han  visto  la  luz  en  el  Boletín  académico,  no  podemos  menos  de 
recordar  el  que  se  titula  (i)  Centenario  del  Marqués  de  la  Romana,  donde, 
adhiriéndose  al  pensamiento  que  abrigan  los  dinamarqueses  de  celebrar 
en  1908  el  comportamiento  heroico  de  aquel  ilustre  caudillo  en  Odensee, 
capital  de  Fionia,  escribió  que  «el  que  tiene  dadas  algunas  noticias  sobre 
este  hermoso  asunto  en  su  Discurso  de  recepción  en  esta  Academia  y  en 
la  Historia  de  la  guerra  de  la  Independencia  que  está  publicando,  se  ofrece 
también  á  facilitar  cuanto  ha  podido  reunir». 

Un  Real  decreto,  en  que  expresa  S.  M.  el  Rey  «el  alto  aprecio  que  le 
merecen  los  eminentes  servicios  prestados  á  la  Patria  por  el  General  de 
división  de  la  sección  de  reserva,  D.  José  Gómez  de  Arteche  y  Mora  de 
Elexabeitia»,  dispuso  que,  no  obstante  la  residencia  en  Madrid  de  Su  Al- 
teza Real  el  Infante  D.  Alfonso  María,  inmediato  sucesor  á  la  Corona,  se 
tributasen  al  cadáver  de  dicho  General,  el  día  en  que  se  le  dio  sepultura^ 
los  honores  fúnebres  que  la  Ordenanza  señala  para  los  de  su  empleo.  En 
la  comitiva  que  lo  acompañó  hasta  el  cementerio  de  Nueitra  Señora  de 
la  Almudena,  estuvo  la  Academia  representada  por  su  dignísimo  Direc- 
tor y  por  una  Comisión  de  su  seno,  compuesta  de  los  Sres.  Rodríguez 
Villa,  Marqués  de  Laurencín,  Vignau  y  Suárez  Inclán. 

( 1 1   TO01O  xu,  págiiMs  360-363.  Año  1897. 


176  BOLETÍN   DE   LA   REAL  ACADEMIA  DE   LA   HISTORIA. 

En  la  sesión  del  1 2  de  Enero  presentó  á  la  Academia  el  Sr.  Rodrigue 
Villa  un  interesante  tríptico  de  madera,  propiedad  de  la  Sra.  Doña  Sal- 
vadora Pujadas  y  Sáenz  de  Navarrete,  viuda  de  Cortés,  para  que  la  Cor- 
poración lo  examinase  bajo  sus  tres  aspectos,  religioso,  arqueológico  é 
histórico.  Está  bastante  deteriorado  y  su  dueña  se  propone  restaurarlo 
debidamente.  Sus  dimensiones  son:  alto  0,39  y  largo  0,54.  En  la  tabla  del 
centro  está  representada  la  Virgen  con  el  Niño  en  sus  brazos,  vistiendo 
aquélla  túnica  roja  y  manto  azul.  En  la  parte  superior  de  cada  una  de  las 
tablas  laterales  hay  una  cartela  de  forma  de  escudo  alemán  con  un  casti- 
llo en  el  centro.  En  la  tabla  lateral  derecha  de  la  Virgen  se  lee  en  carac- 
teres góticos  dorados  la  siguiente  oración: 

Aue,  Virgo  graciosa, 
stella  solé  clarior, 
Mater  Dei  gloriosa, 
íauo  mellis  dulcior, 
rubicunda  plus  quam  rosa, 
lilio  candidior, 
Omnis  sanctus  te  honora', 
Omnis  virtus  te  decorat, 
lesus  Christus  te  coronat 
in  celis  sublimior 
all(elui)a. 

£n  la  tabla  lateral  izquierda  dice: 

Ab  Alexandro 
papa  sexto  conce 
ditur  legentibus  sequen 
tem  oracionem  coram 
imagine  beate  Maríe 
in  simul  cum  oracio 
ne  dominica  et 
salutacione  ange 
lica  plenaria  remi 
ssio  peccatorum. 

Según  piadosa  tradición  que  de  muy  antiguo  se  conserva  en  la  familia, 
dícese  que  al  entrar  en  Roma  el  ejército  cesáreo  en  1527  y  entregarse  al 
saco  de  la  ciudad  eterna,  tocóle  á  un  capitán  español  llamado  Sanz  de 
Berrozpe,  de  origen  navarro,  entrar  en  una  casa  principal.  Salióle  al  en- 
cuentro, afligido  y  desconsolado  un  respetable  anciano,  quien  deshecho 
en  lágrimas  le  dijo  que  podía  apoderarse  de  todo  cuanto  en  su  casa  ha- 
bía, pero  que  encarecidamente  le  rogaba  y  suplicaba  respetase  dos  cosas: 
la  una  su  hija  única  en  quien  cifraba  toda  su  felicidad;  y  la  otra  la  imagen 
de  la  Virgen  conservada  en  el  tríptico,  que  por  ser  recuerdo  muy  que- 
rido de  familia,  tenía  en  gran  veneración.  Conmovieron  al  capitán  nava- 
rro las  lágrimas  del  padre  y  de  la  hija;  é  impulsado  por  noble  espíritu  ca- 
balleresco tan  característico  en  nuestra  raza  y  tan  propio  de  aquellos 
tiempos,  prometió  solemnemente  respetar  la  divina  imagen  y  la  hija  del 
anciano,  y  tanto  se  prendó  de  la  hermosura  y  virtudes  de  aquella  noble 
doncella,  que  vino  andando  el  tiempo  á  casarse  con  ella  y  traer  á  su  vuelta 
á  España  aquel  estimado  tríptico,  que  desde  entonces  viene  conservando 
en  su  poder  la  familia  de  los  Berrozpes  de  Tudela. 

F.  F.-A.  íL  V, 


í 


^ 


\ 


£1  Boletín  de  la  Peal  Academia  de  la  Historia  se  publica  todos 
los  mesed*  en  cuadernos  de  8o  ó  más  páginas^  con  sus  correspondientes 
láminas,  cuando  el  texto  lo  exige,  formando  cada  año  dos  tomos  con  sos 
|>ortadas  é  índices. 

Las  suscripciones  dan  principio  en  Enero  y  Juüo-de  cada  año.- 

PRECIOS  DE  SUSCRIPaÓN 

Madrid.  .       6  meses Pesetas  9 

—     *  .  .    Un  año .  .  .  .         —  1^ 

Provincias.    Un  aflo —  ao 

Extranjero —  2a 

Número  suelto .         —  3 


Los  precios  de  las  obras  de  la  Academia  se  entiende  que  son  para  la 
Tcnta  en  Madrid.  Los  pedidos  para  provincias  y  para  el  extranjero  su- 
frirán el  recargo  correspondiente  de  gastos  de  correo  y  de  certiñcado. 


.LiOB  pedidos  deben  dirigirse  al  despaclio  de  libros 
<ie  la.  Academia  (León,  21)  ó  éi  la  Librería  de  M.  MU- 
RILLO,  Aloaléi,  7,  Madrid. 


ADVERTENCIAS 


Las  obras  de  la  Academia  se  venden  en  su  despacho, 
calle  del  León  ,21. 

Los  Sres.  Académicos  honorarios  y  corresfíondíentes 
podrán  adquirirlas,  por  una  sola  vez,  con  rebaja  de  40 
por  1 00  en  los  precios,  siempre  que  hagan  pedido  directo 
con  su  firma. 

A  los  libreros  que  tomen  cualquier  número  de  ejem- 
plares se  les  hará  una  rebaja  conveniente,  según  la  cos- 
tumbre recibida  en  el  comercio  de  librería. 


3  |a.^^  , 


3.1 


.  '  U    •  L 


REAL  ACADEMIA  DÉ  LA  HISTORIA 


\ 


TOMO  XLVIII— CUADKRNO  IH 


MARZO,  1906 


k 


MADRID 

ESTABLECIMIENTO  TIPOGRÁFICO   DE  FORTANET 

IMrRKSOft    DK    LA    REAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTOEIA 

Libertad,  19. — Teléfono  991. 
1906 


SUMARIO  DE  ESTE  CUADERNO 


Págs. 

Homenaje  postumo  á  la  Duquesa  de  Villahermosa. — EJ  Marqués  de 
Laurencio 177 

Informes: 

I.  Correspondencia  de  la  Infanta  Archiduquesa  Dona  Isabel 
Clara  Eugenia  de  Austria  con  el  Duque  de  Lerma  (Desde 
Flandes,  años  de  is^í?  d  lóoy  y  oirás  cartas  posteriores  sin 
/¿r/f¿z.J— Continuación. — A.  Rodríguez  Villa .*  .     185 

11.  Relaciones  entre  España  y  Austria  durante  el  reinado  de  la 
Emperatriz  Doña  Afargarita^  Infanta  de  España^  esposa 
del  Emperador  Leopoldo  L — A.  Rodríguez  Villa 215 

III.     Lápidas  hebreas  y  romanas^^-'YiácX  Fita^ .     225 

Variedades:  * 

Una  inscripción  romana  de  Hadalona, — Félix  Torres  Amat.     249 

Noticias 254 


t 


/ 


•  / 


TOMO  XLVllI 


;   Marzé,  1906; "" 


CUADERNO  III. 


boletín 


DE   LA 


REAL  ACADEMIA  DE  LA  HISTORIA 


»  >«<  « 


HOMENAJE  POSTUMO 


Á    LA 


DUQUKSA    DE    VILLAHERNIOSA 


Deber  es  ineludible,  á  la  par  que  justa  y  por  todo  extremo 
grata  misión  en  los  altos  senados  que  presiden  el  movimiento  y 
desarrollo  de  los  estudios  históricos  y  literarios  en  nuestra  pa- 
tria, el  ofrecer  público  testimonio  de  señalada  complacencia,  de 
legítimo  aprecio  y  de  aplauso  ferviente  y  caluroso,  á  todos  cuan- 
tos, de  un  modo  ó  de  otro,  contribuyen  al  engrandecimiento  y 
esplendor  de  nuestra  cultura  nacional. 

Y  si  quien  con  perseverante  é  incansable  anhelo  acumula  en 
cuantas  ocasiones  se  le  ofrecen,  todo  linaje  de  merecimientos, 
toda  suerte  de  útiles  y  positivos  servicios,  y  muy  repetidas  y 
extraordinarias  manifestaciones  en  pro  de  esa  misma  cultura, 
llevando  su  amor  á  la  patria  y  al  arte  más  allá  de  las  fronteras 
de  la  vida,  entonces  se  impone  como  sagrada  obligación,  cual 
merecida  ofrenda  de  reconocimiento,  que  esas  mismas  Acade- 
mias rindan  homenaje  de  admiración  y  tributo  de  gratitud  á  la 
memoria  inolvidable  de  quien  tal  hizo,  y  le  presente  como  no- 
ble ejemplo  de  inteligente  y  patriótico  desprendimiento  digno  de 
imitación  y  de  alabanza. 

Tal  ha  sido  el  acuerdo  de  la  Academia,  que  me  hicisteis  el 


TOMO  XLVni. 


12 


178  BOLETÍN   DB  LA   REAL  ACADEMIA  DE   LA   HISTORIA. 

honor  de  encomendar,  cuando  supisteis  la  triste  nueva  del  fa- 
llecimiento de  la  egregia  y  llorada  Duquesa  de  Villahermosa, 
que  tanto  relieve  supo  dar  á  su  preclaro  nombre  como  protecto- 
ra decidida  y  generosa  del  arte  y  de  los  artistas,  iniciando  en 
ocasiones,  asociándose  en  todas,  á  la  glorificación  de  las  gran- 
des figuras  de  nuestra  historia,  sacando  á  la  luz  de  la  publicidad 
los  más  interesantes  y  desconocidos  documentos  del  rico  y  co- 
pioso archivo  de  su  ilustre  casa,  restaurando  históricos  palacios 
de  sus  mayores  heredados  y  donando  á  los  Museos  del  Estado 
cuadros  espléndidos  y  soberbias  tapicerías. 

La  sangre  real  de  Aragón  corría  por  las  venas  de  esta  gran 
señora,  como  descendiente  directa  que  era  de  aquel  maestre  de 
Calatrava,  D.  Alonso  de  Aragón,  hijo  que  fué  del  Rey  Don 
Juan  II  de  Navarra  y  hermano  mayor  del  Rey  Católico,  juntando 
al  realce  de  su  elevado  nacimiento  y  á  los  prestigios  de  su  opu- 
lenta posición,  los  halagos  de  su  hermosura  singular,  de  su  dis- 
tinción suprema  y  las  ventajas  de  una  viva  y  clara  inteligencia. 

Apenas  las  caricias  maternales  mecieron  la  cuna  de  la  noble 
niña,  que  aún  no  contaba  cinco  años,  cuando  la  Duquesa  doña 
María  Josefa  abandonó  este  mundo  en  plena  primavera  de  la 
vida,  cuando  esta  le  sonreía  con  las  dichas  y  favores  de  su  en- 
vidiable situación;  pero  el  último  beso  de  su  madre  infiltró,  conao 
legado  postumo,  en  el  ser  de  la  hija  huérfana,  los  santos  y  cris- 
tianos sentimientos  que  parecen  patrimonio  vinculado  en  las 
Duquesas  de  Villahermosa,  y  á  cuyo  impulso,  sin  duda,  nacie- 
ron en  su  alma  los  actos  continuados  que  hemos  visto  y  elogia- 
do de  inagotable  caridad,  de  benéfica  y  patriótica  munificencia. 

Educada  en  el  hogar  de  su  padre,  el  Duque  D.  Marcelino,  el 
literato  ilustre  que  fué,  al  decir  del  Marqués  de  Molins,  el  autor 
de  la  mejor  traducción  que  existe  en  verso  castellano  del  mejor 
poema  de  Virgilio,  y  de  otras  obras,  que  le  franquearon  por 
méritos  propios  las  puertas  de  la  Academia  Española,  abrióse 
su  lúcido  entendimiento  á  las  cultas  aficiones  de  quien  le  diera 
el  ser,  y  al  respeto  y  al  amor  á  las  tradiciones  de  su  casa,  ger- 
minando en  ella  el  deseo,  que  más  tarde  vimos  brotar  lozano  y 
vigoroso,  de  contribuir  personalmente  á  la  cultura  histórica  y 
literaria,  con  la  esmerada  y  lujosísima  publicación  de  los  libros. 


HOMENAJE  POSTUMO  k   LA  DUQUESA  DE  VILLAHERMOSA.  1 79 

que  en  todo  el  mundo  docto,  y  muy  especialmente  en  esta  casa, 
fueron  recibidos  con  sincero  y  unánime  aplauso,  con  muy  mere- 
cidos encomios. 

Ni  las  ceremonias  palatinas,  donde  brillaba  con  luz  propia,  ni 
las  fiestas  cortesanas,  donde  era  tan  celebrada  por  su  ingenio  y 
su  belleza,  ni  la  voz  de  la  lisonja,  ni  los  rendimientos  de  la  adu- 
lación, desvanecieron  nunca  su  claro  entendimiento  ni  desvia- 
ron su  firme  voluntad  del  propósito  decidido  que  se  había  im- 
puesto de  hacer  algo,  de  hacer  mucho,  mejor  dicho,  en  pro  del 
arte,  de  la  literatura  y  de  los  conocimientos  históricos  en  su 
patria. 

Imitando  el  loable  ejemplo  de  los  aristócratas  ingleses,  que 
residen  tan  sólo  cortos  meses  en  la  capital  del  reino,  para  no 
desatender  su  patrimonio  y  sus  estados  compenetrándose  con 
5us  inquilinos  y  colonos,  sabio  y  prudente  sistema  que  les  gran- 
jea cariñoso  respeto  é  influencia  merecida  á  un  tiempo  mismo, 
la  Duquesa  compartía  sus  estancias  y  sus  afanes,  habitando,  ora 
su  hermosa  residencia  de  Pedrola,  el  histórico  palacio  de  los  Du- 
ques, que  se  presume  teatro  de  la  aventura  quijotesca  por  Cer- 
vantes relatada  en  su  libro  inmortal,  palacio  que  restauró  y  em- 
belleció con  solícita  y  artística  fidelidad  á  la  tradición  y  á  la 
época;  ya  en  su  guipuzcoana  mansión  de  Juin  Torrea,  cuando  no 
en  el  venerado  Castillo  de  Xavier,  cuna  y  morada  de  su  santo 
<iscendiente,  gloria  purísima,  honor  y  orgullo  de  la  Compañía  de 
Jesús,  castillo  que  debe  su  completa  restauración  y  la  erección 
-de  su  nueva  iglesia,  á  la  piedad  filial,  á  la  devoción  familiar  y  á 
la  generosidad  sin  límites  de  la  finada  Duquesa.  Suntuosos  fueron 
los  festejos  que  se  hicieron  con  motivo  de  la  consagración  del 
templo,  anejo  al  viejo  solar  del  Apóstol  de  las  Indias,  refeiidos 
con  riqueza  de  históricas  noticias  en  el  primoroso  «Álbum  de 
Xavier»  por  ella  mandado  formar  á  su  bibliotecario  D.  José  Ra- 
XDÓn  Mélida,  adornado  con  profusión  de  artísticos  fotograbados, 
y  ejecutado  en  Madrid,  año  de  I9OI. 

Ya  para  entonces,  en  el  de  1 892,  había  dado  á  la  estampa  la 

magnífica  edición  del  libro  intitulado  «La  Santa  Duquesa.  Vida 

y  virtudes  de  la  venerable  y  Excma.  Sra.  Doña  Luisa  de  Bor- 

ja   y  Aragón,  Condesa  de  Ribagorza  y  Duquesa  de  Villaher- 


i 


r 


1 8o  BOLETÍN  DE  LA  REAL  ACADEMIA  DE   LA  HISTORIA. 

mosa»,  señora,  por  cierto,  que  fué  hermana  de  San  Francisco  de 
Borja,  viniendo  por  tal  modo  á  juntarse  en  la  progenie  ilustre 
de  los  Villahermosa,  las  tres  más  grandes  figuras,  los  tres  nom* 
bres  más  insignes  de  la  Sociedad  de  Jesús:  Loyola,  Xavier  y 
Borja.  Avaloran  el  mérito  de  este  libro,  encomendado  á  la  doc- 
ta  y  castiza  pluma  del  P.  Jorge  Nonell,  los  curiosos  y  documen- 
tados apéndices  que  contiene,  sacados  del  archivo  ducal. 

Despertó  poderosamente  el  interés  ilustrado  de  las  gentes  la 
aparición  en  1 894  de  otro  interesantísimo  libro  por  la  Duquesa 
ofrecido  á  sus  amigos  y  á  los  centros  docentes,  que  nunca  olvi- 
daba; me  refiero  á  los  amenísimos  y  celebrados  «Retratos  de 
antaño»,  relación  entre  las  más  curiosa  é  instructiva  de  aque- 
lla sociedad  y  de  aquella  época,  en  cuyo  relato  desfilan  los  per- 
sonajes de  mayor  fuste  y  realce  de  las  cortes  de  Carlos  III,  de 
Luis  XV  y  de  Jorge  III  de  Inglaterra.  Relévame  de  todo  elogia 
el  nombre  meritísimo  de  su  autor,  el  P.  Coloma;  porque  es  de 
notar  que  la  Duquesa  de  Villahermosa  jamás  quiso,  en  su  mo- 
destia, aderezar  los  libros  que  editaba  y  regalaba,  con  prólogos^ 
advertencias,  noticias  ó  comentos,  sino  que  confiaba  íntegra  la 
labor,  eclipsándose  ella  misma  sin  alardes  de  erudición,  á  quien 
confiaba  la  obra,  y  en  verdad  que  sólo  plácemes  merecen  el  tino 
y  el  acierto  en  su  elección. 

Con  incansable  y  plausible  actividad  sacó  en  letras  de  molde 
en  el  año  siguiente  de  1 896,  los  dos  tomos  de  la  vida  de  «Doña 
María  Manuela  Pignatelli  de  Aragón  y  Gonzaga,  Duquesa  de  Vi- 
llahermosa», figura  notabilísima,  que  por  lo  preeminente  de  sa 
posición  y  por  su  influencia  en  la  sociedad  en  que  vivía,  consti- 
tuye su  documentada  biografía  una  de  aquellas  memorias  ínti- 
mas nutrida  de  pormenores  y  detaUes  desconocidos,  y  de  datos 
y  noticias  peregrinas  de  aquel  tiempo,  poco  estudiado  todavía^ 
las  postrimerías  del  siglo  xviii  y  los  albores  del  xix.  Justo  será 
no  omitir  que  D.  Vicente  Ortí  y  Brull  estuvo  á  la  altura  de  su 
prolija  y  difícil  misión  de  colector  y  comentarista. 

No  mucho  más  tarde,  en  1902,  enriqueciéronse  la  numismáti- 
ca y  la  arqueología  patrias  con  los  «Discursos  de  medallas  y  an- 
tigüedades que  compuso  el  muy  ilustre  Sr.  D.  Martín  de  Gurrea 
y  Aragón,  Duque  de  Villahermosa,  Conde  de  Ribagorza,  que 


i 


HOMENAJE  POSTUMO   Á  LA  DUQUESA  DE  VILLAHBRMOSA.  l8l 

sacó  á  luz  la  Excma.  Sra.  Doña  María  del  Carmen  Aragón  Azlor, 
actual  Duquesa  del  mismo  título»,  acreditando  una  vez  más  la 
competencia  y  el  acierto  que  acompañan  siempre  al  académico 
D.  José  Ramón  Mélida,  quien  revisó  el  manuscrito,  dirigió  la 
impresión  y  escribió  la  biografía  del  Duque  D.  Martín.  Tan  im- 
portante y  artística  publicación  apareció,  por  de  contado,  ador- 
nada con  todos  los  primores  y  filigranas  de  ilustración  que  la 
Índole  del  asunto  requería,  haciendo  honor,  á  un  tiempo  mismo, 
á  la  ilustre  editora,  el  erudito  director,  y  á  los  tipógrafos  y  ar- 
tistas españoles  que  ejecutaron  el  trabajo  ilustrativo. 

Ya  el  Duque  D.  Marcelino,  en  l888,  había  exhumado  del 
olvido  en  que  yacían,  dándolos  á  conocer  con  un  bien  escrito 
-estudio  preliminar,  «Los  Comentarios  de  los  sucesos  de  Aragón 
«n  los  años  I  $91  y  lS92»i  escritos  por  D.  Francisco  de  Gurrea 
y  Aragón,  Conde  de  Luna,  que  fué  testigo,  actor  y  víctima  de 
aquellas  célebres  alteraciones,  y  en  cuyo  escrito  compiten  la 
exactitud  histórica  y  la  amenidad  narrativa,  con  el  estilo  correc- 
to y  literario,  cualidad  que  parece  peculiar  á  esta  raza  de  pro- 
ceres ilustrados. 

No  nos  creemos  autorizados,  aun  tratándose  de  un  homenaje 
á  la  memoria  de  la  Duquesa  Carmen,  á  descorrer  el  velo  del 
misterio,  ni  á  quebrantar  el  silencio,  ni  á  descubrir  la  oculta  y 
piadosa  manera  con  que  ejercía  la  caridad  á  manos  llenas,  que 
harto  sabemos  los  que  la  conocimos  y  tratamos,  que  el  más  gra- 
to homenaje  que  pueda  tributársela,  el  más  acepto  á  su  cristiana 
modestia,  es  el  de  no  pregonar  los  múltiples  beneficios  que  otor- 
gaba, las  cuantiosas  limosnas  que  repartía  á  los  necesitados,  des- 
validos y  menesterosos;  pero  permitid  que  os  recuerde,  si  por 
acaso  lo  hubieseis  olvidado,  el  acto  nobilísimo,  el  hermoso  ras- 
go que  tuvo  señalando  una  pensión  vitalicia,  que  llevó  el  bien- 
estar y  la  holgura  al  triste  y  exhausto  hogar  de  un  anciano  poe- 
ta, pobre  y  achacoso,  el  gran  Zorrilla,  quien  no  pudo  sustraerse 
al  hado  adverso,  al  fatal  sino  de  ruina  y  de  miseria,  que  no  pa- 
rece sino  el  compañero  inseparable  de  los  más  grandes  talentos 
literarios  de  nuestra  patria.  Y  cuando  el  poeta  español  por  ex- 
celencia abandonó  las  tristezas  de  esta  vida  para  renacer  á  la 
vida  de  la  gloria  eterna  y  mundanal,  con  la  misma  pensión  que 


l82  BOLETÍN   DE   LA   REAL   ACADEMIA   DE   LA   HISTORIA. 

tuviera  su  marido  fué  asistida,  mientras  vivió,  su  desgraciada 
viuda,  la  que  con  Zorrilla  compartió  los  efímeros  halagos  de) 
aplauso  y  las  negras  amarguras  de  la  necesidad. 

Recientemente,  cuando  España  entera  se  aprestó  á  conmemo- 
rar en  espléndida  apoteosis  el  centenario  tercero  de  la  aparición 
del  Quijote^  el  libro  inmortal  de  otro  excelso  escritor,  y  también 
escritor  pobre,  la  Duquesa,  venciendo  los  rigores  de  su  crónica 
dolencia,  se  asoció,  con  todos  los  entusiasmos  de  su  alma  de 
mujer  y  de  artista,  á  la  glorificación  de  Cervantes  en  Aragón > 
mereciendo  ser  nombrada  presidenta  de  honor  de  la  Comisión 
organizadora,  é  instituyendo  á  su  costa  y  expensas  premios  de 
concursos,  impresiones  de  libros  y  memorias,  acuñando  bronces 
y  medallas  que  perpetuasen  tan  fausto  acontecimiento  nacional, 
disponiendo  excursiones  y  agasajos  en  Pedrola,  sin  olvidar  á  los 
pobres,  que  compartieron  la  alegría  general  recibiendo  limosnas 
y  comidas,  y  haciendo,  en  suma,  cuanto  su  amor  al  pueblo  ara- 
gonés y  su  entusiasmo  por  el  insigne  manco  de  Lepanto,  sugerió 
á  su  culto  y  delicado  espíritu.  En  memoria  de  tan  celebrado  su- 
ceso, por  éxito  completo  coronado,  mandó  imprimir  el  elegante 
y  bello  «Álbum  Cervantino  Aragonés»,  narración  ilustrada  y 
crónica  documentada  del  centenario,  «Álbum»  que,  por  muerte 
de  su  egregia  editora,  ha  distribuido  su  sobrino  y  heredero  el 
caballeroso  Duque  de  Luna,  que  sabrá  ciertamente  continuar  las 
tradiciones  de  tan  preclara  casa  y  tan  gran  nombre. 

Y  no  paró  en  esto,  con  ser  tanto,  lo  que  hizo  la  Duquesa  con 
ocasión  del  homenaje  á  Cervantes,  que  con  tal  motivo  quiso 
realizar  una  obra  magna,  verdadera  demostración  de  su  amor  al 
solar  aragonés,  cuna  y  origen  de  su  noble  raza,  y  como  si  pre- 
sintiera su  ya  cercano  fin.  Aludo  á  la  fundación  Viilahermosa- 
Guaqui^  hecha  en  Zaragoza,  asociando  á  su  nombre  el. respeta- 
ble  nombre  de  su  difunto  marido,  y  consistente  en  premios 
anuales  en  metálico  á  las  Letras  y  las  Artes  y  la  Agricultura, 
los  dos  primeros  alternando  cada  año,  otorgados  precisamente 
en  Zaragoza  á  concursantes  naturales,  ó,  por  lo  menos,  vecinos 
de  ella;  los  premios  á  la  Agricultura  anuales  y  para  hijos  de  Pe- 
drola. Á  este  efecto  constituyó  la  egregia  fundadora  un  capital 
de  lOO.OOO  pesetas;  y  con  vehementes  anhelos,  ó  tal  vez  pre- 


HOMBNAIE  POSTUMO  Á   LA   DUQUESA  DE  VILLAHERMOSA.  183 

sentimientos,  de  dejar  organizada  esta  culta  institución,  quiso 
inaugurar  este  año  mismo,  coincidiendo  con  las  fiestas  del  Pilar, 
el  primero  de  los  concursos,  supliendo  el  importe  de  los  pre- 
mios sin  menoscabo  del  capital,  que  aún  no  había  producido  la 
renta  correspondiente. 

Ella  misma  discernió  en  su  casa  de  Zaragoza  el  galardón  del 
primer  concurso  artístico,  previa  exposición  de  las  obras  presen- 
tadas, mereciéndole  el  escultor  Sr.  Palao  y  los  pintores  Sres.  Ma- 
rín, Oliver,  Gírate  y  García. 

En  Pedrola  fué  otorgado  el  primer  premio  agrícola  á  los  me- 
jores frutos  de  remolacha. 

Cuando  la  parca  (en  5  de  Noviembre  del  pasado  1905)  llamó 
á  las  puertas  del  alegre  y  soleado  palacete  del  Real  Sitio  del 
Pardo,  á  donde  la  Duquesa  se  había  retirado,  presentándose  en 
la  Corte  tan  sólo  en  raras  y  solemnes  ocasiones,  puesta  su  es- 
peranza en  Dios,  la  mirada  en  los  suyos,  que  habían  de  prose- 
guir la  gloriosa  historia  de  familia  tan  ilustre,  su  amor  en  los 
pobres,  su  entusiasmo  en  él  arte  y  en  la  patria,  y  su  afecto 
en  amigos  y  deudos,  afrontó  el  trance  de  muerte  con  la  plá- 
cida serenidad  del  justo,  disponiendo  de  sus  bienes  terrenales 
con  grande  altura  de  miras  y  muy  meditado  acierto. 

Eligió  para  descanso  de  sus  despojos  el  panteón  de  Xavier, 
donde  yacen  muchos  de  sus  progenitores  y  los  restos  de  su  es- 
poso el  Conde  de  Guaqui,  legando  en  plena  propiedad  y  pose- 
sión la  casa  santa  donde  viniera  al  mundo  el  Apóstol  de  las  In- 
dias, á  la  Compañía  misma,  que  se  enorgullece  con  el  brillo  de 
las  virtudes  ejemplares  de  PVancisco  de  Jasso,  la  Compañía  de 
Jesús.  ¿Quién  con  más  celo,  con  tanto  amor  y  con  mayor  vene- 
ración había  de  cuidar  de  reliquia  tan  sagrada  ni  enaltecer  más 
el  culto  de  aquel  templo  tan  insigne? 

Cuando  un  opulento  yanqui  ofreció  á  la  Duquesa  millón  y 
medio  de  francos  por  el  soberbio  retrato  de  su  ascendiente 
D.  Diego  de  Corral  y  Arellano,  obra  maestra  de  nuestro  genial 
Velázquez,  rechazó  cortésmente  la  oferta  pronunciando  estas 
hermosas  y  memorables  palabras:  «Amo  moicho  á  mi  familia,  á 
mi  patria  y  al  arte,  y  muy  poco  al  dinero.  Por  todos  los  millo- 
nes del  mundo  no  vendería  yo  mi  Velázquez,  que  quiero  que 


184  BOLETÍN  DB  LA   REAL  ACADEMIA  DE  LA   HISTORIA. 

después  de  mis  días  vaya  á  formar  parte  del  Museo  del  Prado>; 
oferta  nobilísima  que  supo  cumplir  como  quien  era,  legando  en 
su  testamento  á  nuestro  Museo  Nacional,  no  sólo  este  tan  nota- 
ble lienzo,  sino  también  su  compañero,  el  retrato  de  doña  Anto- 
nia de  Ipiñarrieta  y  Galdós,  esposa  del  D.  Diego,  debido  asimis- 
mo al  pincel  prodigioso  de  Velázquez.  Hoy  son  ya  gala  y  orna- 
mento de  nuestra  sin  rival  pinacoteca. 

La  artística  y  suntuosa  colección  de  nueve  paños  flamencos 
tejidos  en  sedas  y  oro  sobre  cartones  de  Rafael,  representando 
los  «Actos  de  los  Apóstoles»,  que  adornaban  los  salones  del 
palacio  ducal,  penden  ya  de  Jos  muros  de  nuestro  Museo  Ar- 
queológico, donde  también  se  exponen  las  dos  rarísimas  ar- 
cas caudales  de  hierro,  trabajo  español  del  siglo  xvi,  con  sólidas 
cerraduras  de  complicado  mecanismo,  compuesto  de  una  serie 
de  pestillos  que  irradian  del  punto  central  de  la  tapa,  por  donde 
se  introduce  la  llave,  y  en  las  que  son  también  de  admirar  sus 
delicadas  labores  de  forja;  ambas  datan  de  los  días  del  famoso 
Duque  D.  Martín,  arqueólogo  y  erudito,  quien  las  tenía  en  su 
palacio  de  la  villa  de  Pedrola. 

Este  ligero  esbozo,  estos  breves  y  salientes  rasgos  de  una  vida 
nobilísima  llena  de  merecimientos  y  de  pruebas  reiteradas  del 
amor  á  la  patria  y  del  culto  al  arte  que  atesoraba  el  magnánimo 
corazón  de  la  XV  Duquesa  de  Villahermosa,  estos  someros 
apuntes  escritos  al  correr  de  la  pluma,  bastan  para  justificar  por 
modo  cumplidísimo  y  concluyente,  el  homenaje  de  respeto  y  el 
tributo  de  admiración  que  la  Real  Academia  de  la  Historia  se 
complace  en  rendir  á  la  memoria  perdurable  de  la  Duquesa. 

¡Dichosa  ella,  á  quien,  tras  una  vida  merecedora  de  todo  lina- 
je de  alabanzas,  acompañan  en  el  eterno  reposo  de  los  justos  el 
llanto  de  los  desvalidos,  el  cariño  de  amigos  y  deudos,  el  respe- 
to de  las  gentes,  y  las  oraciones  y  plegarias  de  cuantos  la  cono- 
cieron, y  que  han  podido  escribir,  á  guisa  de  epitafio,  bajo  las 
barras  bermejas  de  su  regio  é  histórico  blasón:  Nació  gran  dama 
y  supo  serlo. 

El  Marqués  de  Laurencín. 


COR&BSPONDBNCIA  DE  LA  INFANTA  DONA   ISABEL.  1 85 


INFORMES 


I. 


c  o  s.  H.  ]S  a  z»  o  s:  ID  s  n  c  X  .& 

DB  LA 

INFANTA  ARCHIDUQUESA  D.^  ISABEL  CLARA  EUGENIA   DE  AUSTRIA 

CON  EL  DUQUE  DE  LERMA. 

Desde  Flandes^  años  de  ISQQ  d  1607  y  oirás  cartas  posteriores 

sin  fecha. 

U8. 

Duque:  Ayer  recibimos  las  cartas  de  19  deste,  con  que  olgué 
mucho,  porque  ya  me  parecia  habia  mil  años  que  no  teníamos 
nuevas  de  la  salud  de  mi  hermano.  Bendito  sea  Dios  que  tiene 
la  que  hemos  menester.  Pésame  mucho  de  que  vuestros  pies  no 
no  estén  aun  buenos,  pero  vos  los  debéis  de  curar  de  manera 
que  no  me  espanto,  y  el  tiempo  no  ha  sido  bueno  para  ellos 
También  á  mi  primo  le  ha  cabido  su  parte  este  mes,  que  casi 
todo  él  loa  ha  traido  blandos. 

Mucho  oigamos  con  la  venida  de  Don  Diego  de  Ibarra  ( I )  y 
le  aguardo  con  mucho  alborozo  para  saber  más  particulares 
nuevas  de  ay.  Las  de  la  tregua  quisiera  que  hubieran  sido  ay 
mejor  entendidas  de  lo  que  han  sido,  pues  pienso  que  no  solo 
(no)  es  perjudicial  para  el  servicio  de  mi  hermano,  sino  que  se 
le  hace  un  gran  servicio  en  ella,  y  que  no  se  ha  salido  de  lo  que 
él  manda  y  desea.  Y  porque  mi  primo  os  escribe  largo  todo 
cuanto  yo  pudiera  decir  sobre  esto,  no  os  quiero  embarazar  en 

(i)  Era  del  Consejo  de  Guerra  y  íué  uno  de  los  émulos  de  Ambrosio 
Spínola,  cuyos  actos  vino  como  á  residenciar  en  Flandes,  oponiéndose, 
sobre  todo,  tenazmente  á  la  tregua  larga,  teniéndose  que  volver  despres- 
tigiado á  España. 


1 86  BOLETÍN  DE   LA   REAL  ACADEMIA   DE   LA   HISTORIA. 

repe tillo,  sino  solo  diré  que  si  tras  todo  esto  no  pareciere  ay 
que  es  conveniente  ni  servicio  de  mi  hermano  pasar  con  esto 
adelante,  que  se  avise  luego  y  se  romperá  la  plática;  pero  si  esto 
ha  de  ser,  es  menester  hacer  luego  las  provisiones  para  la  gue- 
rra defensiva  y  ofensiva,  pues  de  otra  manera  todo  lo  que  se 
gastara  en  ella,  será  sin  provecho;  y  sobre  todo  os  pido  que  no 
dexen  de  venir  los  poderes  que  se  han  pedido  para  el  tiempo 
acordado,  pues  si  faltasen,  seria  en  mucho  daño  de  la  reputación 
de  mi  primo;  y  no  seria  justo  que  mi  hermano  consintiese  eso, 
haciendo  mi  primo  lo  que  hace  por  serville,  como  lo  ha  mostra- 
do en  esta  ocasión,  aunque  ay  no  se  entienda  ansi;  pero  á  vos 
que  sabéis  todo  lo  que  ha  pasado  en  este  negocio,  y  que  dende 
el  primer  punto  que  se  comenzó  este  negocio,  se  dio  cuenta  á 
mi  hermano  para  saber  lo  que  gustaba,  y  que  si  lo  quieren  mirar 
sin  pasión,  no  se  ha  salido  un  punto  de  lo  que  mandó,  os  dexo 
por  testigo  que  sé  que  miráis  las  cosas  sin  pasión,  sino  solo  mi- 
rando á  lo  que  conviene  al  servicio  de  mi  hermano;  y  pluguiese 
á  Dios  lo  hiciesen  todos  ansy.  Pero  hay  tantos  que  les  ciega  el 
interés  y  la  pasión  que  es  lástima.  ¡Ojala  os  pudiera  hablar,  que 
yo  os  mostrara  esto  muy  bien,  lo  que  no  se  puede  hacer  por 
escritol  Pero,  como  digo,  si  mi  hermano  quiere  que  la  guerra 
pase  adelante,  no  estorbará  el  venir  los  poderes,  que  luego  se 
romperá  y  ellos  no  servirán  sino  solo  de  que  mi  primo  no  falte  (á) 
su  palabra;  pero  para  cualquiera  cosa  que  haya  de  ser,  es  bien 
sustentar  al  Marqués  Espinóla  y  mirar  por  su  honra  y  lo  que  ha 
servido,  que  ha  sido  mucho.  Y  así  no  puedo  dexar  de  pediros 
miréis  por  él.  A  toda  vuestra  gente  me  encomiendo  mucho,  y 
guárdeos  Dios  como  deseo.  De  Brusselas,  postrero  de  Mayo, 
1607. — A  Isabel. — (Sobrescrito:)  Al  Duque  de  Lerma. 

Duque:  Pues  por  los  despachos  del  Marqués  Espinóla  veréis 
lo  que  lleva  éste  y  lo  que  se  ha  negociado,  no  tendré  otra  cosa 
que  decir  aquí,  sino  que  deseamos  mucho  cartas  de  ay  con  muy 
buenas  nuevas  de  la  salud  de  mi  hermano,  la  Reyna  y  sus  hijos. 


CORRESPONDENCIA  DE  LA   INFANTA   DONA   ISABEL.  187 

También  deseo  saber  de  la  vuestra,  y  cómo  os  vá  con  vuestros 
corrimientos,  que  si  hace  el  tiempo  que  aquí,  no  será  nada  bue- 
no para  ellos. 

De  aquí  no  hay  otra  cosa  que  poder  decir  sino  que  partió  el 
Nuncio  (l)  cuatro  dias  ha  para  ay,  donde  creo  le  conocen  todos, 
pues  ha  estado  seis  años  por  coletor  en  Portugal.  A  toda  vues- 
tra gente  me  encomendad  mucho:  de  todos  deseo  saber  siempre 
particularmente;  y  guárdeos  Dios  como  deseo.  De  Brusselas, 
víspera  del  Corpus,  1607. — A  Isabel. — (Sobrescrito:)  Al  Duque 
de  Lerma. 


120. 

Duque:  Ayer,  viniendo  de  la  prucision  del  Corpus,  recibí 
vuestra  carta  de  tres  deste,  con  que  olgué  mucho,  y  os  agrades- 
co  mucho  el  no  dexar  pasar  este  criado  del  Marqués  Espinóla 
sin  escribirnos.  Pésame  que  vuestros  achaques  vayan  tan  ade- 
lante como  me  decis;  pero  bien  sé  que  aunque  sean  muchos,  no 
podréis  ser  nunca  inútil  para  el  servicio  de  mi  hermano,  y  así 
estoy  cierta  no  os  reservará  de  él  como  le  pedis;  y  vos  lo  podéis 
estar  cierto  de  que  no  os  ayudaré  á  suplicárselo;  que  os  mande 
que  os  regaléis  y  no  os  matéis  trabaxando  tanto,  eso  sí  por 
cierto,  pues  haciendo  esto  podéis  servir  á  mi  hermano;  y  tener 


(i)  Decio  Caraffa,  de  familia  napolitana.  De  (598  á  1605  había  desem- 
peñado el  cargo  de  Colector  en  Portugal,  por  lo  que,  como  escribe  la  In- 
fanta, era  de  todos  conocido.  Posteriormente,  Paulo  V  nombró  á  Caraffa 
Arzobispo  de  Damasco  y  le  confío  la  nunciatura  de  Flandes.  En  Mayo  fué 
promovido  á  la  de  España,  y  en  el  consistorio  de  7  Mayo  de  1612  creado 
Cardenal,  ocupando  al  año  siguiente  la  silla  arzobispal  de  Ñapóles.  Murió 
el  24  de  Enero  de  1626.  Puede  considerarse  á  este  Nuncio  como  el  segun- 
do que  ejerció  este  cargo  en  Flandes,  habiendo  sido  el  primero  Octavio 
Mirto  Frangipani  desde  1596  á  1606.  A  Caraffa  sucedió  el  inolvidable 
Guido  Bentivoglio,  cuya  piedad,  saber  y  celo  dejaron  en  aquellos  Estados 
indeleble  huella,  saliendo  de  ellos  más  flamenco  que  italiano.  En  161 5 
fué  nombrado  Nuncio  en  París  y  creado  Cardenal  en  1621.  Falleció  el  7 
de  Septiembre  de  1644.  Los  Nuncios  siguientes  Ascanio  Gesualdo,  Lu- 
cio Morra,  Lucio  San  Severino,  Guidi  del  Bagno,  Fabio  de  Lagonissa  ó 
della  Lionesa,  Lelio  Falconieri,  fueron  menos  duraderos,  y,  sobre  todo, 
mucho  menos  brillantes  que  los  anteriores. 


lS8  BOLETÍN   DB  LA   REAL  ACADEMIA  DE  LA  HISTORIA. 

salud  para  ello  es  hacelle  mayor  servicio,  coaio  os  he  dicho 
otras  veces. 

Ya  habrá  llegado  allá  el  despacho  de  la  cesación  de  las  armas 
por  la  mar,  y  habréis  visto  como  no  nos  descuidamos  nunca  de 
procurallo;  pero  de  gente  tan  emperrada  como  ha  estado  esta, 
no  se  puede  sacar  todo  de  una  vez,  ni  como  se  quiere;  y  asi  se 
menester  sacallo  poco  á  poco. 

De  la  merced  que  mi  hermano  nos  hace  estamos  bien  ciertos, 
y  tanto  cuanto  es  mayor,  tenemos  más  ocasión  de  sentir  cuando 
algunos  les  parece  que  no  cumplimos  con  esta  obligación  como 
debemos;  y  así  no  os  espantareis  de  que  lo  hayamos  hecho ,  sa- 
biendo de  la  manera  que  ay  se  ha  hablado  en  esto  de  la  tregua, 
pienso  que  por  no  entender  bien  cómo  ello  era.  Bien  sé  que 
donde  vos  estáis,  tenemos  las  espaldas  siguras,  y  más  pues  sa- 
béis la  verdad  de  todo  y  lo  juzgáis  sin  pasión;  y  por  saber  esto 
os  escribí  tan  llanamente  todo  lo  que  había  entendido,  como  lo 
haré  siempre.  En  los  despachos  que  aora  se  piden,  me  remito  á 
lo  que  escribirá  el  Marqués  Espinóla.  Creo  dirá  lo  que  importa 
que  vengan  (i)  antes  que  se  cumpla  el  plazo;  y  así  no  me  alar- 
garé más  en  esta.  Cuelgo  mucho  que  llevásedes  con  vos  al  Conde 
de  Saldaña  (2),  que  me  dicen  está  tan  hombre  que  es  vergüenza 
para  los  que  le  hemos  conocido  tan  chico.  A  toda  vuestra  gente 
me  encomedad  mucho;  y  guárdeos  Dios  como  deseo.  De  Brus- 
selas  á  15  de  Junio,  1607. — A  Isabel. — (Sobrescrito:)  Al  Duque 
de  Lerma. 

12L 

Duque:  Este  correo  vá  á  decir  cuanto  es  menester  dar  prysa 
á  enviar  provisión  aquí;  y  pues  por  las  cartas  de  primo  y  del 
Marqués  Espinóla  entenderéis  todo  lo  que  toca  á  esto ,  no  me 
alargaré  yo  á  más  de  deciros  que  sabiendo  el  cuidado  que  po- 


(i)    Parece  sobreentenderse  «las  provisiones». 

(2)  D.  Diego  Gómez  de  Sandoval  y  Rojas,  hijo  segundo  del  Duque  de 
Lerma,  Comendador  mayor  de  Calatrava,  casado  con  la  hija  y  heredera 
de  la  Duquesa  del  Infantado,  habiéndoles  otorgado  S.  M.  el  titulo  de  Con- 
des de  Saldaña,  que  pertenece  á  la  Casa  del  Iníantado. 


COItRBSPONDENCIA   DE   LA   INFANTA  DONA  ISABEL.  189 

neis  en  ello,  no  habré  menester  pedíroslo  de  nuevo.  Bien  os  con- 
fieso que  siento  haber  de  nuevo  de  estar  con  este  lenguage  de 
pedir  en  todas  las  cartas  y  estar  cansando  á  mi  hermano;  y  más 
sabiendo  que  no  está  tan  descansado  que  pueda  todo  lo  que 
seria  menester.  Dios  abra  los  ojos  á  todos,  para  que  miren  este 
negocio  tan  sin  pasión  y  interés,  y  tan  solo  por  el  servicio  de 
mi  hermano,  que  después  no  se  arrepientan  de  lo  que  aora  pa- 
rece que  se  vá  encaminando:  que  os  hablo  tan  claro,  porque  sé 
que  no  os  ciega  ni  lo  uno  ni  lo  otro. 

De  aquí  no  hay  que  decir  sino  que  ha  ocho  días  que  llegó  el 
Marqués  de  Guadaleste.  Hame  parecido  atinado  y  hombre  que 
sabrá  servir  muy  bien  á  mi  hermano.  Su  muger  es  bonísima  cosa> 
y  como  tienen  la  buena  acogida  que  todos  los  de  su  tierra,  pien- 
so serán  muy  bien  quistos  acá;  que  no  es  poco,  porque  tienen 
por  muy  graves  á  los  españoles,  particularmente  á  las  mugeres; 
y  así  se  espantan  de  ver  la  buena  crianza  de  la  Marquesa. 

Según  lo  que  me  dixo  ayer  un  criado  de  mi  primo,  que  vino 
de  ay,  habréis  tenido  guesped  en  Lérma,  sino  que  sería  mal 
regalado.  Con  todo  deseo  nuevas  más  frescas ,  que  tardan  mu- 
cho. A  toda  vuestra  gente  me  encomendad  mucho,  y  guárdeos 
Dios  como  deseo.  De  Brusselas  á  lO  de  Julio,  1607. — A  Isabel. 
(Sobrescrito:)  Al  Duque  de  Lerma. 

122. 

Duque:  Don  Diego  de  Ibarra  despacha  este  correo,  á  lo  que  él 
dice,  á  avisar  lo  que  ha  contradicho  la  ida  del  Comisario  General  ( I ) 
ay;  y  no  nos  han  parecido  sus  razones  tan  bastantes  para  esto, 
que  no  nos  paresca  conviene  mucho  más  al  servicio  de  mi  her- 
mano que  esté  bien  informado  de  todo  lo  que  ha  pasado  en  este 
negocio,  pues  por  carta  se  pueden  mal  dar  á  entender  todas  las 
particularidades  que  son  menester  saber.  Nosotros  no  deseamos 
sino  que  se  acierte  bien  el  servicio  de  mi  hermano;  y  así  procu- 

(i)  El  P.  Fr.  Juan  de  Neyen,  Comisario  general  de  la  Orden  de  San 
Francisco,  natural  de  Amberes,  uno  de  los  diputados  por  SS.  AA.  para  la 
tregua  con  las  Provincias  Unidas. 


IQO  BOLETÍN   DE  LA   REAL   ACADEMIA  DE  LA  HISTORIA. 

ramos  buscar  todos  los  medios  que  nos  parece  importarán  para 
esto;  y  asi  os  pido  le  oyais  mny  partículamieiite  y  procuréis  que 

mi  hermano  le  oiga  de  la  misma  manera:  que  yo  espero  que, 
cuando  le  hayan  oído,  nonos  culparán  habelle  enviado. 

De  aquí  no  se  ofrece  que  decir,  pues  no  ha  sino  dos  días  que 
hemos'  escrito.  A  toda  vuestra  gente  me  encomiendo  mucho,  y 
guárdeos  Dios  como  deseo.  De  Brusselas  á  12  de  Julio,  1607. — 
A  Isabel. — (Sobrescrito:)  Al  Duque  de  Lerma. 


123. 

Duque:  Vuestra  carta  de  primero  deste,  que  llegó  cuatro  dias 
ha,  ha  sido  tan  bien  recibida  como  lo  son  siempre  las  vuestras, 
y  más  cuando  traen  tan  buenas  nuevas  de  la  salud  de  mi  her- 
mano y  la  Reyna  y  sus  hijos,  como  yo  deseo  tener.  Siempre  pé- 
same que  vuestros  pies  os  traten  tan  mal  como  me  decis,  y  que 
os  dure  tanto  el  corrimiento  en  ellos.  Mi  primo  con  hacer  exer- 
cicio  en  pudiendo  andar,  cuando  le  toca  la  gota,  se  halla  bien;  y 
vos  trabaxais  tanto  de  todas  maneras  que  no  me  espanto. 

Con  los  despachos  que  mi  hermano  nos  ha  hecho  merced  de 
enviar,  espero  que  ha  de  encaminar  nuestro  Señor  este  negocio 
de  manera  que  quede  muy  servido  y  mi  hermano  también,  y 
desengañados  los  que  les  parece  al  contrario.  No  hay  duda  sino 
que  estas  cosas  no  se  pueden  tratar  tan  bien  ni  claramente  por 
escrito  como  de  palabra;  y  á  nayde  hubiera  estado  mejor  que  á 
nosotros  que  esto  pudiera  ser,  como  creo  os  he  escrito,  lo  que 
diera  por  poderos  hablar  con  la  conñanza  con  que  yo  fio  de  vos. 
Y  así  podéis  estar  cierto  que  esto  y  el  saber  de  la  manera  que 
procuráis  servir  á  mi  hermano,  y  el  amor  y  lealtad  con  que  esto 
es,  me  hace  hablaros  siempre  claro  y  deciros  lo  que  me  parece; 
porque  también  estoy  cierta  de  lo  que  tenemos  en  vos,  y  tan 
agradecida  dello  como  es  justo.  Creo  muy  bien  cuánto  pedís  á 
nuestro  Señor  que  os  dexe  acertar  en  todo,  y  así  confio  lo  hará, 
pues  sabe  vuestra  intención. 

Muy  necesario  ha  sido  la  merced  que  mi  hermano  ha  hecho 


CORRESPONDENCIA   DE   LA   INFANTA  DOÑA  ISABEL.  I91 

al  Marqués  Espinóla  de  volver  por  su  honra;  y  creed  que  él  no 
hubiera  sentido  la  venida  de  Don  Diego  de  Ibarra,  sino  trujera 
los  requisitos  que  trujo  consigo  y  no  se  hubiera  dicho  lo  que  se 
ha  dicho  del  Marqués,  como  creo  que  sabéis,  que  le  tocaba  tanto 
en  su  honra,  como  se  puede  juzgar;  y  así  no  se  le  puede  culpar 
que  lo  haya  sentido.  Don  Diego  tiene  todas  las  partes  que  decís, 
y  cuanto  á  él,  como  creo  habréis  visto  por  nuestras  cartas,  no 
nos  pesó  de  que  viniese,  sino  á  lo  que  venia,  por  la  misma  razón 
que  al  Marqués.  Don  Diego,  en  llegando  el  correo,  publicó  su 
vuelta,  y  así  no  nos  dio  lugar  á  buscalle  color  para  ella,  pero  en 
todo  lo  demás  que  nos  tocare,  procuraremos  su  honra  y  reputa- 
ción, como  es  justo,  habiéndole  enviado  mi  hermano.  No  puedo 
dexar  de  deciros  que  está  Don  Diego  el  hombre  más  apasionado 
en  esto  de  la  tregua  y  la  pax  que  he  visto  en  mi  vida.  A  la  ver- 
dad creo  que  tiene  algunos  acólitos  que  le  ayudan  á  ello. 

Muy  bien  ha  hecho  mi  hermano  en  gozar  con  el  buen  tiempo 
de  la  buena  tierra  de  Castilla;  que  debia  de  estar  muy  lindo  todo 
aquello.  Aqui  también  ha  hecho  hasta  aora  poca  calor.  Paréceme 
le  tratan  muy  mal  las  tercianas  á  vuestra  hermana,  de  que  me 
pesa  mucho.  A  toda  vuestra  gente  me  encomendad  mucho,  y 
guárdeos  Dios  como  deseo.  De  Brusselas  á  20  de  Julio,  1607, — 
A  Isabel. — (Sobrescrito:)  Al  Duque  de  Lerma. 


124. 

Duque:  Pues  por  las  cartas  del  Marqués  Espinóla  sabréis  á  lo 
que  vá  este  correo,  no  lo  repetiré  en  esta;  aunque  no  he  querido 
se  vaya  sin  ella  para  decir  lo  que  deseamos  nuevas  frescas  de 
ay;  que  aunque  con  el  ordinario  se  ha  sabido  la  buena  salud  de 
mi  hermano,  no  me  contento  sino  con  sabello  muy  á  menudo. 
También  deseo  saber  cómo  os  vá  de  vuestros  pies;  y  á  toda 
vuestra  gente,  á  todos  me  encomendad  mucho;  y  guárdeos  Dios 
como  deseo.  De  Brusselas  á  30  de  Julio,  1 607. — A  Isabel. — (So- 
brescrito:) Al  Duque  de  Lerma. 


192  BOLETÍN   DE  LA   REAL  ACADEMIA  DE  LA  HISTORIA. 


125. 

Duque:  Pues  el  Marqués  Espinóla  dirá  á  lo  que  vá  este  correo, 
no  tendré  que  deciros  en  esta  sino  lo  que  he  olgado  de  haber 
sabido  por  unas  cartas  que  llegaron  aquí  bien  frescas  el  otro 
dia,  cómo  habíades  vuelto  á  San  Lorenzo  con  mi  hermano,  y 
bueno:  que  siempre  que  supiere  estas  nuevas  y  que  estáis  con 
mi  hermano,  olgaré  mucho  con  ellas,  y  esto  lo  podéis  creer  así 
cierto.  De  aquí  no  hay  ningunas  que  daros.  El  de  Guadaleste  lo 
hace  muy  bien,  y  así  espero  será  mi  hermano  muy  bien  servido 
con  él,  porque  todos  le  van  quiriendo  bien  acá:  que  á  mi  parecer 
es  lo  principal  que  han  de  procurar  los  que  tienen  su  lugar.  Su 
muger  es  como  me  la  habíades  pintado,  la  mejor  masa  del  mun- 
do, y  así  guelgo  mucho  con  ella.  A  toda  vuestra  gente  me  en- 
comendad mucho,  y  guárdeos  Dios  como  deseo.  De  Brusselas 
á  14  de  Agosto,  1607. — A  Isabel, — (Sobrescrito:)  Al  Duque  de 
Lerma. 


126. 

Duque:  Con  la  relación  de  lo  que  ha  pasado  el  Audyencier  en 
Olanda,  despacha  el  Marqués  Espinóla  su  secretario.  Mi  primo 
os  escribe  largo  con  él  cuanto  yo  podría  decir,  aunque  bien 
habría  arto  si  me  pusiese  á  querer  discutir  sobre  todo  lo  que 
dicen  yhacen  los  que  no  quieren  la  pax,  pero  espero  c  ue  no 
será  nada  estorbo  para  que  ay  se  mire  el  negocio  como  conviene 
y  se  tome  la  resolución  que  hubiere  de  ser  para  más  servicio  de 
mi  hermano;  que  nosotros  con  decir  lo  que  entendemos,  habremos 
cumplido.  Dios  alumbre  á  todos  como  más  se  haya  de  servir, 
pues  sabe  que  es  lo  principal  que  allá  y  acá  se  pretende;  y  no 
faltan  artas  oraciones  para  pedírselo.  Mucho  deseamos  nuevas 
de  ay,  porque  el  tiempo  hace  aqui  de  manera  de  calor,  que  rae 
tiene  con  mucho  cuidado  cómo  se  pasa  ay.  Plega  á  Dios  que 
sea  muy  bien,  y  que  vuestros  pies  no  lo  paguen;  aunque  creo 
os  hace  más  mal  el  frío.  No  hay  otra  cosa  de  nuevo  por  acá. 


CORRESPONDENCIA  DE   LA   INFANTA  DONA   ISABEL.  1 93 

A  toda  vuestra  gente  me  encomendad  mucho;  y  guárdeos  Dios 
como  deseo.  De  Brusselas  á  21  de  Agosto  1607. — A  Isabel. — 
(Sobrescrito:)  Al  Duque  de  Lerma, 


127. 

Duque:  Pocos  dias  ha  que  recibí  vuestra  carta  de  14  de  Agos- 
to, con  que  olgué  mucho  y  de  saber  que  estábades  bueno  con 
toda  vuestra  gente  en  las  fiestas  de  Valdemoro,  que  no  serian 
malas,  y  más  si  tras  el  torneo  hubo  sarao,  como  yo  he  visto 
alguna  vez  en  aquel  lugar. 

Ayer  llegó  el  Comisario  general,  con  quien  hemos  olgado 
mucho  por  las  nuevas  que  nos  ha  dado  de  todo  tan  particula- 
res. Nuestro  Señor,  que  guia  este  negocio,  encaminó  que  le  en- 
viásemos ay.  Yo  olgara  arto  que  hubiera  sido  antes,  por  lo  que 
decís;  pero  yo  os  prometo  que  habia  tantos  que  lo  contrade- 
cían, que  aun  después  de  habelle  dicho  que  fuese,  casi  estuvi- 
mos para  hacelle  quedar.  El  me  ha  dado  vuestros  recados;  y 
aunque  todo  lo  que  me  ha  dicho  de  vuestra  parte,  no  es  nuevo 
para  mí,  y  sé  bien  lo  mucho  que  tenemos  en  vos,  no  sé  por 
donde  comience  á  agradecéroslo  por  la  obligación  que  de  nuevo 
me  echáis  en  todas  ocasiones;  pero  creed  que  ésta  reconosco  y 
reconoceré  siempre  como  os  debo  para  procurar  pagárosla  lo 
mejor  que  pudiere. 

Espero  se  ha  de  encaminar  bien  este  negocio  en  que  anda- 
aios,  como  sea  servicio  de  nuestro  Señor  y  de  mi  hermano  y 
bien  destos  Estados,  pues  ni  allá  ni  acá  no  queremos  sino  esto. 
Pero  hasta  que  venga  el  punto  prinpipal,  como  ellos  quieren, 
no  se  podrá  tratar  de  nada,  como  habréis  visto  por  lo  que  llevó 
Byrago;  y  pues  mi  hermano  está  resuelto  en  concedelle,  seria 
bien  no  perder  tiempo  para  poder  tratar  lo  demás,  y  no  dar 
lugar  á  los  buenos  oficios  que  hacen  nuestros  vecinos :  que  aun- 
que ellos  nos  los  quieren  vender  por  tales,  bien  podéis  juzgar 
cuales  serán.  Al  de  Francia  se  le  ha  muerto  uno  de  sus  Em- 
baxadores  en  Olanda,  muy  gran  hereje;  y  por  aqui  se  verá  si 
TOMO  xLvui.  13 


194  BOLETÍN   DB  LA  KBAL  ACADEMIA  DE  LA   HISTOBIA. 

no6  hará  mucha  falta.  Esto  es  en  sustancia  lo  que  se  puede  decir 
de  aqui,  y  que  llegaron  á  muy  buen  tiempo  las  provisiones. 
Pésame  mucho  del  trabajo  que  os  cuestan,  y  no  habrá  sido  me- 
nor á  buen  siguro  el  servicio  que  ha  hecho  el  reino  de  los  mi- 
llones (l).  Ha  sido  muy  buena  nueva  para  nosotros  y  quisiera 
ya  ver  desembarazado  desto  á  mi  hermano,  para  que  los  emplea- 
ra en  desempeñar  su  hacienda,  que  con  eso  se  podrá  reir  de 
todo  el  mundo  y  emprender  muchas  cosas:  que  yo  espero  en 
Dios  ha  de  salir  con  cuantas  pusiere  la  mano. 

No  puedo  alargarme  en  esta  porque  con  ser  dia  de  vísperas, 
se  ha  ocupado  lo  más  del  y  con  despachar  á  Madalena  de  San 
Jerónimo  (2),  que  parte  mañana.  Haced  que  le  tengan  un  pasa- 
porte en  Vitoria,  para  que  no  le  abran  lo  que  lleva,  que  son  al- 
gunas bujerías  para  el  Príncipe  y  mi  nuera  y  los  reposteros  de 
vuestra  hermana,  y  unas  cajas  para  mi  prima  con  unos  libros  y 
estampas.  Y  si  ella  llegase  estando  en  San  Lorenzo,  no  seria 
malo  espialla  y  hacella  ir  en  el  traxe  que  vá  con  sus  acompaña- 
dores, que  yo  sé  que  habria  que  reir;  y  háme  querido  hoy  matar 
porque  le  dixe  os  lo  habia  de  escribir.  A  toda  vuestra  gente  me 
encomiendo  mucho,  y  guárdeos  Dios  como  deseo.  De  Bruselas, 
á  7  de  Septiembre,  1 607. — A  Isabel. — (Sobrescrito:)  Al  Duque 
de  Lerma. 


(i)  £n  las  Cortes  que  comenzaron  en  Madrid  en  1607,  y  de  las  que  fué 
procurador  por  Madrid  el  Duque  de  Lerma,  se  concedió  al  Rey  un  ser- 
vicio extraordinario  de  18  millones  de  ducados. 

(2)  A  la  bondad  de  D.  Luis  Tramoyeres  y  Blasco,  docto  académico  de 
la  R.  Acad.  de  Bellas  Artes  de  San  Carlos,  de  Valencia,  debo  la  siguiente 
curiosísima  noticia  sobre  Magdalena  de  San  Jerónimo,  que  con  razón  era 
por  su  piedad  tan  estimada  de  Felipe  II  y  de  sus  hijas: 

cRazon,  y  forma  /  de  la  Galera,  /  y  Casa  Real,  /  que  el  Rey  Nuestro  Se- 
ñor /  manda  hazer  en  estos  Reynos,  para  /  castigo  de  las  mugeres  vagan- 
tes, la-  /  dronas,  alcahuetas,  y  otras  /  semejantes.  /  Compuesto  /  por  la 
Madre  Madalena  de  San  Ge  /  rónimo,  fundadora  de  la  Casa  de  /  Probación 
de  Valladolid.  /  (Escudo  de  España,  grabado  en  madera.)  /  Reimpreso  en 
Valencia:  /  Por  Joseph  Estovan  Dolz,  impressor  del  S.  Oficio.  /  Año  1760.  / 
(Aprobación,  en  Valladolid  á  13  de  Noviembre  de  1608  años  por  £1  Doc- 
tor Sobrino.) — (Licencia,  Dada  en  Valladolid  á  f  3  de  Noviemture  de  160S 
años  por  El  Obispo  de  Valladolid.) — (Dedicatoria  al  Rey  Don  Phelipc. 
Madrid  i  de  Octubre  de  1608.)  Un  vol.  en  8.*  m.  de  62  ps.» 


CORRESPONDENCIA  DE  LA  INFANTA  DOXA  ISABEL.  1 95 

128. 

Duque:  Siendo  Madalena  de  San  Jerónimo  el  mensajero,  no 
diré  yo  en  esta  sino  que  allá  la  podéis  confesar,  y  os  podrá  decir 
cuanto  quisiéredes  saber  de  acá ;  y  cuando  llegue  á  sus  pasqui- 
nes, creo  reiréis.  Hele  encargado  os  diga  mil  cosas  de  mi  parte 
y  os  agradesca  otras  tantas.  También  le  he  pedido  os  acuer- 
de el  negocio  de  Jacyncurt,  á  que  le  ayudareis  de  buena  gana,  y 
á  Madalena  en  los  suyos,  que  bien  lo  habrá  menester,  sigun  lo 
que  le  han  escrito  de  ay;  y  así  os  lo  pido  mucho;  y  le  he  dado 
la  licencia  de  arto  mala  gana,  porque  siempre  se  ocupa  en  bue- 
nas obras  como  sabéis.  Y  pues  esta  llegará  viexa,  no  diré  mas 
de  encomendarme  mucho  á  toda  vuestra  gente,  y  guárdeos  Dios 
como  deseo.  De  Bruselas  á  7  de  Setiembre,  1607. — (No  tiene 
firma.) — (Sobrescrito:)  Al  Duque  de  Lerma. 

129. 

Duque:  Pues  Don  Diego  de  Ibarra  podrá  dar  las  nuevas  que 
se  quixeren  saber  de  acá,  no  será  menester  ser  larga  en  esta.  El 
ha  cumplido  con  lo  que  mi  hermano  le  mandó  muy  puntualmen- 
te, y  así  no  habrá  ya  que  decir  en  esto,  sino  pediros  ayudéis 
siempre  á  Don  Diego  para  que  mi  hermano  le  haga  merced  en 
las  ocasiones  y  á  sus  hijos;  pues  él  ha  servido  y  sirve  tan  bien 
en  todo  lo  que  se  le  encarga  que  tiene  merecida  cualquier  mer- 
ced. A  toda  vuestra  gente  me  encomiendo  mucho,  y  guárdeos 
Dios  como  deseo.  De  Brusselas  á  21  de  Setiembre  1607. — A  Isa- 
bel.— (Sobrescrito:)  Al  Duque  de  Lerma. 

130. 

Duque:  Mil  gracias  doy  á  nuestro  Señor  de  la  merced  que  nos 
ha  hecho  en  haber  alumbrado  á  la  Reyna  con  bien  y  de  un 
hijo  (l).  Recibo  la  norabuena  que  me  dais  de  bonísima  gana, 

(i)    El  15  de  Septiembre  de  1607  parió  la  Reina  un  infante,  al  que  pu- 
sieron de  nombre  Carlos. 


496  BOLETÍN  DE   LA  REAL  ACADEMIA   DE  LA  HISTORIA. 

porque  estoy  contentísima,  cierto;  y  os  la  doy  como  á  quien  sé 
que  se  guelga  más  y  con  más  amor  de  todo  el  bien  que  nos 
toca.  Aora  no  nos  falta  sino  tener  nuevas  de  que  la  Reyna  está 
muy  buena,  que  hasta  tenellas  no  saldremos  del  cuidado  que  nos 
dan  sus  tercianas.  A  padres  y  hijos  guarde  Dios  mil  años,  que 
en  verdad  hemos  pasado  muy  malos  dias  con  lo  que  tardó 
en  llegar  esta  nueva  después  que  la  supimos  por  Francia,  como 
escribo  á  mi  hermano,  hasta  que  llegó  Birago.  A  los  despachos 
que  él  trujo,  responderá  mi  primo  y  el  Marqués  Espinóla;  y  yo 
solo  digo  que  la  merced  que  mi  hermano  nos  hace  de  fiar  que 
procuraremos  su  servicio  cuanto  humanamente  se  pudiere,  es 
muy  conforme  á  lo  que  le  merecemos,  como  espero  se  verá  por 
las  obras.  Dios  lo  encamine  todo  como  más  se  haya  de  servir, 
pues  ni  allá  ni  acá  no  deseamos  otra  cosa. 

A  las  provisiones  para  esta  gente  será  menester  dar  pry- 
sa,  pues  se  está  sin  un  real,  por  las  razones  que  veréis  por  lo 
que  escribe  mi  primo  y  el  Marqués  Espinóla ,  y  en  gran  pe- 
ligro de  que  no  se  amotine  toda  esta  gente,  que  seria  en  muy 
mala  coyuntura,  pues  no  se  podría  salir  con  lo  que.  se  pre- 
tende. 

Buen  trabaxo  os  habrá  costado  lo  del  servicio  del  reino,  pero 
yo  me  asiguro  que  le  tenéis  por  bien  empleado,  pues  se  ha  luci- 
do tan  bien,  como  en  todo  lo  que  ponéis  la  mano.  Mucho  me  pesa 
de  la  poca  salud  de  vuestra  hermana,  y  me  guelgo  la  tengan  to- 
dos los  demás,  y  de  los  casamientos  de  los  de  Altamira,  que  me 
han  parecido  muy  bien.  De  aquí  no  hay  nuevas  que  decir  sino 
de  caza,  que  con  habernos  venido  aquí,  ya  ha  tres  semanas,  no 
se  entiende  en  otra  cosa,  porque  el  tiempo  hace  lindísimo,  y  esto 
lo  es  tanto  que  bien  se  ve  el  buen  gusto  de  la  Reina  Maria.  Arto 
sospiro  porque  no  le  puedo  hacer  aquí  otras  fiestas  á  mi  herma- 
no como  las  suyas,  aunque  no  pierdo  la  esperanza,  aunque  la 
casa  no  esté  como  entonces  ni  tan  bien  aderezada.  Aqui  tenemos 
al  de  Guadaleste  y  su  muger,  que  son  tan  buena  gente  que  se 
acomodan  en  donde  quiera,  y  se  puede  olgar  con  ellos;  y  la 
Marquesa  e§  la  mejor  muger  que  he  visto.  Esto  es  cuanto  hay 
acá.  A  toda  vuestra  gente  me  encomiendo  mucho,  y  guárdeos 


CX)RRESPO NDBNCIA.de   LA    INFANTA   DONA    ISABEL.  I97 

Dios  como  deseo.  De  Byns  á  lO  de  Octubre,  1 607. — A  Isabel. — 
(Sobrescrito:)  Al  Duque  de  Lerma. 


131. 

Duque:  Con  mucho  cuidado  nos  tiene  no  haber  tenido  cartas 
de  ay,  después  que  parió  la  Keyna,  sino  solas  del  ordinario,  que 
eran  muy  viexas,  aunque  espero  en  nuestro  Señor  nos  traerá  las 
buenas  nuevas  que  podemos  desear.  De  aquí  las  que  se  pueden 
decir  es  la  mucha  necesidad  en  que  se  está,  temiendo  cada  dia 
no  se  amotine  esta  gente;  que  podéis  juzgar  en  qué  buen  tiempo 
seria.  Y  así  no  puedo  dexar  de  pediros  mucho,  deis  prysa  á  que 
se  envié  alguna  provisión  con  mucha  brevedad;  que  pues  os 
cuesta  tanto  trabaxo  lo  de  hasta  aqui ,  procurad  que  no  sea  en 
valde,  como  seria  si  nos  viésemos  con  un  motin  general,  con 
que  se  perdería  esto  á  remate.  Yo  sé  el  cuidado  que  pondréis  en 
ello,  y  así  no  quiero  deciros  más  sino  que  hemos  pasado  aqui 
y  en  Marymont  tan  buenos  dias  que  quisiera  los  hubiera  gozado 
mi  hermano;  aunque  los  del  Pardo,  adonde  juzgo  se  estará  aho- 
ra, no  serán  malos. 

Mucho  nos  ha  pesado  de  la  quistion  de  Don  Iñigo  de  Borja  y 
Don  Luis  de  Velasco  (l),  que  porque  creo  se  sabrá  allá  ya  todo 
el  caso,  no  digo  más  della.  De  toda  vuestra  gente  deseo  saber,  y 
si  ha  parido  ya  la  de  Cea  (2).  A  todos  me  encomendad  mucho  y 
guárdeos  Dios  como  deseo.  De  Bynz  á  8  de  Noviembre  1607. — 
A  Isabel. — (Sobrescrito:)  Al  Duque  de  Lerma. 


(i)  La  riña  fué  en  Bruselas,  el  17  de  Noviembre  de  1607,  entre  los  dos 
citados  valerosos  Maestres  de  campo,  por  sospecha  que  tuvo  D.  Luis  de 
que  D.  Iñigo,  huésped  á  la  sazón  de  aquél,  había  hablado  con  madamisela 
Ellena,  su  cuñada,  merced  á  unas  llaves  contrahechas  que  á  este  fin  se  ha- 
bía  mandado  hacer.  A  no  hallarse  presente  en  la  contienda  D.  Alonso  de 
Luna,  D.  Luis  hubiera  matado  á  D.  Iñigo  por  no  llevar  éste  espada;  aun 
así,  el  primero  causó  al  segundo  dos  heridas;  y  Borja  á  Velasco  un  rasgu- 
ño en  la  cara.  Procesados  y  arrestados,  arreglóse  poco  después  el  asunto 
amistosamente,  casándose  D.  Iñigo  con  la  cuñada  de  D.  Luis. 

(2)    El  Duque  de  Cea  era  el  hijo  mayor  del  de  Lerma. 


I9S  BOLETÍN  DE   LA    REAL   ACADEMIA   DE   LA   HISTORIA. 


132. 

Duque :  Aunque  no  hay  cosa  de  nuevo  que  decir  de  acá,  no 
quiero  perder  esta  ocasión  para  decir  cuan  contenta  estoy  de 
haber  tenido  nuevas  de  ay  muy  frescas,  y  las  que  podíamos  de- 
sear de  la  salud  de  mi  hermano  y  la  Reyna  y  sus  hijos;  con  que 
se  puede  llevar  no  haber  tenido  cartas.  También  he  olgado  mu- 
cho de  saber  que  estábades  con  ella.  Si  allá  se  han  pasado  tan 
buenos  dias  en  el  campo  como  acá,  yo  creo  les  habrá  pesado 
tanto  como  á  nosotros  de  volver  al  lugar.  La  nieve  nos  echó, 
y  creo  tiene  espantados  á  los  valencianos:  la  de  Guadaleste  esta- 
ba muy  buena  con  ella;  pero  ella  es  muger  que  lo  llevará  todo 
muy  bien,  y  así  es  propia  para  acá.  Estas  son  todas  las  nuevas, 
y  estallas  siempre  deseando  de  ay.  Hacedme  placer  de  acordar 
á  mi  hermano  los  particulares  del  Marqués  de  Velada,  pues  tie- 
ne merecida  cualquier  merced,  y  yo  sé  que  sois  su  amigo  y  ha- 
réis todo  lo  que  pudiéredes  por  él;  y  así  no  os  lo  he  menester 
pedir  mucho.  A  toda  vuestra  gente  me  encomiendo  y  guárdeos 
Dios  como  deseo.  De  Brusselas  á  3  de  Diciembre  1607. — A  Isa- 
bel.— (Sobrescrito:)  Al  Duque  de  Lerma. 


133. 

Duque:  Pues  por  la  relación  que  envia  el  Marqués  Spínola  se 
sabrá  todo  lo  que  han  pasado  el  Comisario  general  y  el  Au- 
dyencier  en  Olanda.  No  lo  repetiré  aqui.  Dios  encamine  este 
negocio  hasta  el  cabo  como  más  haya  de  ser  para  su  servicio. 
Mucho  ha  que  no  vemos  cartas  de  ay  y  pásase  muy  mal  sin  sa- 
ber de  la  salud  de  mi  hermano. 

De  aqui  no  hay  cosa  de  nuevo  que  decir,  sino  el  castigo  de 
los  amotinados,  que  ha  sido  bien  aceto  á  todo  el  mundo,  y  ojalá 
se  hubiera  hecho  dende  el  primer  motin  que  hubo  en  estos  Es- 
tados. Mucho  tememos,  si  no  viene  presto  la  provisión  de  ay, 
nos  hemos  de  ver  con  otro;  y  así  no  puedo  dexar  de  pediros 


CORRESPONDENCIA  DE  LA  INFANTA  DOSÍA   ISABEL.  I99 

procuréis  cuanto  sea  posible  dar  prysa  á  ella,  porque  le  costaría 
mucho  más  á  mi  hermano,  si  esta  gente  se  amotinase.  A  toda  la 
vuestra  me  encomiendo  mucho,  y  guárdeos  Dios  como  deseo. 
DeBrusselas  á  12  de  Diciembre  1 607. — A  Isabel. — (Sobrescrito:) 
Al  Duque  de  Lerma. 


134. 

Duque:  Mucho  oigamos  con  las  cartas  del  cuatro  del  pasado, 
pues  siempre  estamos  deseando  muy  buenas  nuevas  de  ay.  La 
merced  que  mi  hermano  nos  ha  hecho  con  las  provisiones  ha  sido 
grandísima,  y  como  tal  la  estimamos;  y  así  no  puedo  dexar  de 
agradeceros  mucho  la  parte  que  habéis  tenido  en  ellas,  que  á  buen 
seguro  que  no  haya  sido  la  menor  de  trabaxo  y  cuidado.  Arto 
nos  da  este  negocio  de  la  pax.  Dios  le  encamine  para  su  servicio. 
Este  correo  va  á  avisar  lo  que  hay  de  nuevo,  y  cómo  parte  tras 
él  el  Comisario  General  de  San  Francisco  á  dar  cuenta  de  todo, 
que  ha  parecido  necesario.  Menester  es  que  traiga  una  resolu- 
ción muy  clara,  y  no  de  palabra  sino  por  escrito,  porque  aqui  no 
deseamos  sino  obedecer  á  mi  hermano  en  todo  y  por  todo;  y  así 
hasta  saber  su  voluntad,  no  se  hará  nada,  á  lo  menos  si  no  se 
pueden  ir  mejorando  los  partidos.  Entre  tanto  esto  es  todo  lo 
que  hay  que  decir  de  acá,  y  que  parece  comienza  el  invierno  de 
nuevo,  con  todo  lo  han  pasado  bien  los  valencianos,  aunque  es 
para  reir  oir  á  la  de  Guadaleste :  es  bonísima.  Paréceme  que  ha 
hecho  Dios  mucha  merced  al  Condestable,  y  la  mayor  que  será 
el  primer  viudo  que  por  voto  de  todos  se  case  luego.  Aqui  nos 
dicen  ya  que  lo  está  con  D.*  Juana  de  Córdoba ;  que  si  es  ver- 
dad, me  parece  ha  escogido  muy  bien.  A  toda  vuestra  gente  me 
encomendad  mucho  y  guárdeos  Dios  como  deseo.  De  Brusselas, 
primer  día  de  Pascua,  1 608. — A  Isabel. — (Sobrescrito:)  Al  Du- 
que de  Lerma. 


200  boletín  de  la  real  academia  de  la  historia. 


135. 

Duque:  Ha  parecido  á  los  Diputados  de  la  pax  que  es  bien  que 
vaya  el  Comisario  general  á  dar  cuenta  á  mi  hermano  de  todo 
lo  que  pasa  en  aquella  negociación  y  así  va.  Quedamos  aguar- 
dando la  resolución  que  tomará  mi  hermano  después  de  habelle 
oido;  y  será  bien  que  venga  muy  declarada,  y  no  de  palabra 
sino  por  escrito;  porque  aquí  no  deseamos  sino  cumplir  en  todo 
y  por  todo  la  voluntad  de  mi  hermano,  sin  salir  un  punto  della. 
Dios  encamine  este  negocio  como  más  se  haya  de  servir,  que 
arto  se  le  pide.  Y  pues  del  Comisario  sabréis  todo  lo  que  quisié- 
redes,  no  me  alargaré  más  en  esta.  A  toda  vuestra  gente  me  en- 
comendad mucho  y  guárdeos  Dios  como  deseo. — De  Bruselas, 
dia  de  Pascua,  l6o8. — A  Isabel. — ^(Sobrescrito:)  Al  Duque  de 
Lerma. 


136. 

Duque:  Una  enfermedad  que  escribo  á  mi  hermano  que  he 
tenido  estos  dias,  no  me  dá  lugar  á  responder  aora  á  vuestra 
carta  de  5  deste.  Solo  diré  cuánto  olgué  con  ella,  que  fue  mucho, 
aunque  me  tiene  con  cuidado  el  mal  de  vuestra  hermana,  y  con 
deseo  de  saber  ya  que  esté  muy  buena,  que  no  me  persuado  á 
otra  cosa  por  lo  que  me  pesaría  de  que  no  fuese  así,  por  mil  ra- 
zones que  tengo  para  ello ,  y  no  la  menor  saber  la  falta  que  haría 
al  servicio  de  la  Reina. 

Lo  que  hay  acá  de  nuevo  veréis  por  las  cartas  de  mi  primo, 
y  como  no  nos  faltaban  cuidados,  se  nos  acrecientan  aora  con 
esto  de  Alemana,  que  en  verdad  á  mi  parecer  se  va  poniendo  en 
muy  mal  estado.  Dios  lo  remedie.  A  toda  vuestra  gente  me  en- 
comendad mucho  y  guárdeos  Dios  como  deseo.  De  Brusselas  á 
2g  de  Abril,  l6o8. — A  Isabel. — (Sobrescrito:)  Al  Duque  de 
Lerma. 


CORRESPONDENCIA  DE  LA  INFANTA   DONA  ISABEL.  201 


137. 

Duque:  Guelgome  mucho  de  la  ocasión  deste  correo  para  po- 
deros dar  la  norabuena  de  la  salud  de  vuestra  hermana,  que  no 
sabré  deciros  lo  que  olgué  de  saber  con  el  ordinario  que  estaba 
ya  buena.  Aqui  lo  estamos ;  y  lo  que  hay  que  decir  de  más,  ve- 
réis por  los  despachos  de  mi  primo  y  el  Marqués  Espinóla.  Bue- 
nos dias  serán  los  de  Aranjuez,  si  hace  el  tiempo  que  aqui,  de 
donde  no  hay  otra  cosa  de  nuevo  que  decir.  A  toda  vuestra 
gente  me  encomendad  mucho,  y  guárdeos  Dios  como  deseo.  De 
Brusselas,  dia  de  la  Cruz,  l6o8. — A  Isabel. — (Sobrescrito:)  Al 
Duque  de  Lerma. 

138. 

Duque:  Aunque  hay  tan  poco  que  decir  de  aqui  y  yo  puedo 
escribir  poco  por  estar  aun  medio  manca  de  un  panadigo,  no 
quiero  dexar  que  se  vaya  este  sin  estos  rynglones  para  decir 
que  ya  ha  mil  dias  que  estamos  sin  cartas  de  ay,  que  no  lo  siento 
poco.  Con  las  que  lleva  éste  de  Don  Guillen  se  sabrá  la  muerte 
de  la  Archiduquesa.  A  D.  Pedro  de  Toledo  mandamos  que  dé 
el  pésame  della  de  nuestra  parte  á  mi  hermano  y  á  la  Reina;  y 
no  enviamos  de  acá  persona  á  ello  por  parecemos  que  todos  los 
que  van  no  sirven  sino  de  cansar  y  importunar  á  mi  hermano. 
Deseo  que  me  digáis  si  acertamos  6  erramos  con  esto,  con  la 
llaneza  que  yo  fio  de  vos.  A  toda  vuestra  gente  me  encomendad 
mucho  y  guárdeos  Dios  como  deseo.  De  Brusselas,  á  21  de 
Mayo,  l6o8. — A  Isabel. — (Sobrescrito:)  Al  Duque  de  Lerma. 


139. 

Duque:  A  llevar  los  despachos  de  Alemana  y  Olanda  va  este 
correo;  y  pues  por  ellos  se  verá  lo  que  hay  de  nuevo  después 
que  escribimos,  no  habrá  que  decir  en  esta  ni  de  aqui  cosa  de 


202  BOLETÍN   DB  LA  RBAL  ACADEMIA    DB  LA   HISTORIA^ 

nuevo,  ni  lo  será  desear  mucho  cartas  de  ay  que  tardan  tanto 
-que  no  se  puede  llevar  en  paciencia,  sino  con  pensar  que  mi 
hermano  tiene  la  salud  que  hemos  menester  y  que  se  ha  estado 
olgando  en  Aranjuez,  que  deseo  le  haya  hecho  el  tiempo  que 
hace  aqui  aora,  que  es  muy  lindo. 

Ya  se  sabrá  allá  la  muerte  del  Duque  de  Lorena:  hemos  per- 
dido aqui  mucho  en  él ;  que  nos  era  buen  vecino  y  amigo  y  nos 
guardaba  muy  bien  las  espaldas  por  su  Estado.  Y  aunque  nos 
podemos  prometer  otro  tanto  de  su  hijo,  no  sé  si  tendrá  el  valor 
de  su  padre.  Estas  son  todas  las  nuevas  de  acá.  A  toda  vuestra 
gente  me  encomendad  mucho,  y  guárdeos  Dios  como  deseo.  De 
Brusselas  á  28  de  Mayo,  IÓ08.--A  Isabel. — (Sobrescrito:)  Al 
Duque  de  Lerma. 

140. 

Duque:  Muy  bien  recibidas  fueron  las  cartas  de  28  del  pasado, 
porque  el  mal  del  Príncipe  habia  llegado  acá,  y  nos  tenia  con  el 
cuidado  que  podéis  pensar.  Bendito  sea  Dios  que  le  dio  salud: 
que  cuando  sabemos  que  padres  y  hijos  la  tienen,  no  nos  queda 
que  desear.  De  vuestras  calenturas  me  pesó  mucho,  y  paréceme 
las  dexaste  convalecer  poco,  pues  luego  os  pusistes  en  camino; 
mas  como  sea  para  dar  gusto  á  mi  hermano,  ya  yo  sé  que  eso  os 
dá  salud.  A  buen  siguro  que  le  habrán  pasado  muy  bueno  en 
Lerma  y  Ventosilla,  que  lo  uno  y  lo  otro  debe  ser  muy  bueno. 
Yo  diera  arto  por  vello  y  arto  porque  viérades  esto,  que  aunque 
no  está  acomodado,  sino  al  uso  de  la  guerra,  no  es  malo,  y  yo 
procuro  ponello  mejor,  porque  espero  que  mi  hermano  ha  de 
pasar  aqui  algún  buen  rato,  y  que  vos  no  le  dexareis. 

Este  correo  vuelve  con  la  respuesta  que  de  allá  se  pidió,  en 
que  habia  poco  que  decir  á  mi  parecer,  pues,  no  hay  que  poner 
en  razón  á  esta  gente;  y  así  no  hay  sino  dexallo  á  Dios,  como 
decis;  que  de  una  manera  ó  de  otra  es  menester  que  venga  el 
Comisario  General  con  resolución  para  fin  del  que  viene,  >coino 
veréis  por  los  despachos  de  mi  primo. 

Lo  de  Alemania  no  acaba  de  acomodarse,  y  en  verdad  que 


CORRBSPONDENCIA  DE  LA   INFANTA   D05ÍA   ISABEL.  20$ 

temo  mucho,  no  lo  hará  bien,  que  será  harto  malo.  Don  Baltasar 
llegará  á  tiempo  de  hallarse  en  lo  que  hubiere  de  ser. 

Mucho  guelgo  de  saber  que  están  buenas  vuestras  hermanas; 
aunque  me  pesa  se  haya  hecho  fuera  la  de  Altamira,  que  no  veo 
hacen  tanto  provecho  como  se  prometen.  De  aqui  no  hay  que 
decir  sino  que  ha  vuelto  el  invierno  con  tanta  agua  que  no  nos 
dexa  salir  de  casa.  Ha  llegado  acá  la  merced  que  mi  hermano  ha 
hecho  á  Don  Pedro  de  Toledo,  con  que  yo  no  puedo  dexar  de 
acordaros  la  del  Marqués  de  Velada,  y  á  mi  hermano  lo  suplico; 
y  asi  espero  se  lo  acordareis  de  manera  que  le  haga  esta  merced, 
pues  ya  no  se  puede  quexar  nadie  con  razón  de  que  sea  conse-' 
cuencia.  A  toda  vuestra  gente  me  encomendad  mucho,  y  guár- 
deos Dios  como  deseo.  De  Marymont  á  20  de  Junio,  1608. — A 
Isabel. — (Sobrescrito:)  Al  Duque  de  Lerma. 

141. 

Duque:  Cogiónos  este  correo  estando  en  caza,  y  así  aunque 
la  dexamos  luego  por  venir  á  despachalle  y  no  detenelle,  por 
estar  un  poco  lexos,  no  hemos  podido  venir  antes;  y  así  se  es- 
cribe esta  á  las  diez  de  la  noche,  y  habiendo  de  madrugar  mucho 
mañana,  para  ir  á  Vinz  á  una  prucision  que  se  hace  allí  por  ser 
la  fiesta  de  los  ocho  Cuerpos  santos  que  hay  en  aquella  iglesia, 
todo  esto  me  escusará  no  decir  en  esta  más  de  que  tardan  ya 
mucho  cartas  de  ay  y  que  se  desean,  como  es  razón.  Dios  nos 
las  traiga  con  muy  buenas  nuevas  de  la  salud  de  mi  hermano,  la 
Reina  y  sus  hijos.  Aqui  la  tenemos;  y  se  pasa  muy  bien  la  vida 
del  campo.  A  toda  vuestra  gente  me  encomendad  mucho  y  guár- 
deos Dios  como  deseo.  De  Marymont,  á  5  de  Julio,  1608. — A 
Isabel. — (Sobrescrito:)  Al  Duque  de  Lerma. 

148. 

Duque:  Los  de  la  Haya,  como  desean  no  salir  de  la  voluntad 
de  mi  hermano,  se  quieren  apercibir  para  todo  lo  que  puede  su- 
ceder, como  veréis  por  los  despachos  que  lleva  este,  que  me  pa- 


f 


204  boletín  de  la  real  academu  de  la  historia. 

rece  se  les  puede  agradecer  y  envialles  con  tíempo  resolución 
de  todo.  También  lleva  este  cartas  de  Don  Guillen  (l),  en  que  se 
verá  lo  que  hay  en  Alemana,  que  no  vá  nada  bien  á  mi  parecer. 
Dios  lo  encamine  todo  y  nos  traiga  muy  buenas  nuevas  de  ay, 
que  ya  me  parece  tardan.  Las  de  aquí  todas  serán  de  andar  al 
campo,  y  á  caza,  aunque  no  se  mata  tanta  como  ay,  porque  no 
se  puede  hacer  tan  fácilmente  por  la  espesura  de  los  bosques,  y 
á  los  del  parque  no  queremos  aun  tocar,  porque  haya  más,  aun- 
que hay  artos  y  muy  grandes.  Cuando  estuvo  aquí  vuestro  cu- 
ñado, el  de  la  Laguna,  no  pudimos  ver  ninguno,  y  él  no  podia 
V:reer  que  los  habia.  Ahora  los  vemos  muchas  veces,  y  siempre 
nos  acordamos  del  que  estaba  muy  bueno  sobre  ello.  Esto  es 
cuanto  hay  por  acá.  A  toda  vuestra  gente  me  encomiendo  mu- 
cho, y  no  puedo  dexar  de  acordaros  las  provisiones,  aunque  sé 
tenéis  más  cuidado  dello  que  nosotros,  y  guárdeos  Dios  como 
deseo.  De  Marymont  á  2^  de  Julio,  1608. — A  Isabel. — (Sobres- 
crito:)— Al  Duque  de  Lerma. 


143. 

Duque:  Muy  bien  recibidas  fueron  las  cartas  de  1 5  de  Julio, 
porque  eran  muy  deseadas,  y  nos  parecía  tardaba  ya  aquel  correo 
con  la  resolución  que  se  aguardaba.  La  que  ha  tomado  mi  her- 
mano en  aquel  negocio,  es  la  que  podíamos  desear,  y  tan  acer- 
tada como  todas  las  cosas  que  hace,  y  así  espero  que  la  ha  de 
ayudar  Nuestro  Señor,  por  más  que  haya  quien  nos  desayude, 
como  se  habrá  visto  por  las  cartas  de  Don  Pedro  de  Toledo. 
Para  todo  lo  que  puede  suceder  importa  mucho  tener  hechas  las 
provisiones,  y  más  si  se  ha  de  volver  á  la  guerra,  pues  se  irán 
tan  presto  los  meses  que  quedan  de  la  tregua,  y  no  es  bien  nos 
hallen  desapercibidos.  Lo  que  cuest^in  las  provisiones  sé  muy  bien, 
y  así  me  pesa  cada  vez  que  es  fuerza  pedillas.  Yo  espero  que  con 
lo  que  mi  primo  os  escribe,  veréis  como  no  se  ha  salido  de  lo  que 


(i)    D.  Guillen  de  San  Clemente,  Embajador  de  Felipe  II  y  de  Feli- 
pe in  en  la  Corte  de  Viena. 


CORRESPONDENCIA   DE   LA   INFANTA   DONA   ISABBt,  205 

tiene  mandado  mi  hermano  en  la  distribución  dellas,  y  cuan  gran- 
des mentiras  son  las  que  de  acá  se  han  escrito  sobre  esto.  Con- 
fiesoos  que  estamos  muy  sentidos  de  que  ay  se  dé  crédito  á  cosas 
semejantes  sin  averiguar  la  verdad  primero,  pues  si  se  viesen  los 
tanteos  que  de  acá  se  envian,  se  habría  visto  por  ellos  la  verdad 
de  todo;  y  ojala  tuviésedes  lugar  con  vuestras  ocupaciones  para, 
vellos,  que  os  los  enviaríamos  siempre;  pero  ya  yo  sé  que  con 
ellas  no  podéis  acudir  á  todo,  y  no  podemos  dexar  de  quexarnos 
del  Consejo,  pues  los  tienen  allí  y  harto  lugar  para  vellos.  Pero 
lo  que  más  hemos  sentido  es  que  piense  mi  hermano  que  ha  de 
haber  nayde  que  le  obedesca  mejor  que  mi  primo,  pues  creo 
tiene  hecha  espiriencia  de  lo  que  puede  fiar  del.  Y  ojala  que  los 
que  escriben  estas  cosas  mirasen  tanto  por  el  servicio  de  mi 
hermano  como  miran  por  su  particular  interés. 

Con  razón  ha  sentido  la  Reina  la  muerte  de  su  madre,  porque 
lo  era  mucho  de  sus  hijos,  y  cierto  hará  arta  falta  para  su  tierra, 
adonde  no  sé  qué  tanto  se  pueda  esperar  del  concierto  que  se  ha 
hecho  entre  el  Emperador  y  su  hermano;  que  plega  á  Dios  dure 
más  que  algunos  se  prometen. 

Muy  buena  habrá  sido  la  jornada  de  Lerma;  y  aquello  me  di- 
cen es  lindísimo  para  verano,  y  más  como  vos  lo  habéis  com- 
puesto, que  como  ha  sido  con  fin  de  que  sirva  para  dar  gusto  á 
mi  hermano,  ya  yo  sé  cuan  bien  estará;  y  yo  me  he  entretenido, 
ya  que  no  lo  puedo  gozar  de  otra  manera,  con  oír  contar  al  de 
Tavara  (l)  cosas  de  allá.  Hemos  olgado  mucho  con  él,  y  yole  he 
hallajo  un  gigante;  y  cuando  veo  estas  criaturas  que  dexé,  tan 
homores,  y  llenos  de  hijos,  me  paresco  viejísima.  He  olgado  mu- 
cho de  saber  nuevas  dél,  y  me  las  ha  dado  muy  buenas  de  vos 
y  toda  vuestra  gente,  que  siempre  lo  son  para  mí. 

De  aqui  no  hay  ningunas,  sino  que  ha  hecho  unos  ocho  dias 
qu^  no  han  sido  ni  de  Lerma  ni  de  Flandes,  porque  hemos  pen- 
sado aogarnos  de  calor,  pero  ya  ha  refrescado  un  poco.  Como 
deseamos  que  el  Doctor  Paez  acabe  de  traer  á  su  muger  para 
que  esté  de  asiento,  y  entiendo  aguarda  su  yerno  que  se  consulte 

(1)    D.  Antonio  Pimentel,  cuarto  Marqués  de  Tabara. 


1 


206  BiOi.BTñ«  OB   LA   REAL   ACADEMIA  DP  LA   HISTORIA. 

á  mí  hermano  la  pretensión  de  su  hábito,  os  pido  hagáis  dar  prisa 
á  esto  en  el  Consejo  de  Aragón»  y  deis  esa  memoria  á  mi  her- 
mano, que  es  sobre  lo  que  veréis  del  oficio  que  tiene  en  Valen- 
cia. También  no  puedo  dexar  de  recomendaros  á  Don  Alonso  de 
Luna  sobre  la  pretensión  que  tiene  del  castillo  de  Gante,  que  ha 
servido  mucho  y  muy  bien;  y  por  habello  hecho  Pedro  Castella- 
nos á  mi  primo,  os  pido  acordéis  á  mi  hermano  le  haga  merced 
en  sus  pretensiones.  A  toda  vuestra  gente  me  encomiendo  mu- 
cho. Háme  pesado  de  la  muerte  del  Patriarca  de  las  Indias,  que 
era  bonísimo  hombre;  y  Dios  os  guarde  como  deseo.  De  Brusse- 
las  á  7  de  Agosto,  l6o8. — A  Isabel. — (Sobrescrito:)  Al  Duque 
de  Lerma. 


144. 

Duque:-  Aunque  haya  poco  que  decir  de  acá  después  que  es- 
cribimos, no  quiero  dexar  de  hacer  esto  con  este  correo  que  des- 
pacha mi  primo  á  dar  prisa  á  las  provisiones,  pues  se  acaban  con 
este  mes  y  del  faltan  tan  pocos  dias;  y  si  no  vienen  á  tiempo 
para  el  otro,  temo  mucho  nos  hemos  de  ver  en  mucho  aprieto 
con  esta  gente;  y  estas  cosas  cuestan  después  mucho  más  á  la 
hacienda  de  mi  hermano;  y  así  os  pido,  si  no  estuviera  dada  or- 
den en  la  provisión  del  mes  que  viene,  procuréis  se  dé  luego 
por  lo  que  importa;  y  yo  espero  habréis  ya  visto  cómo  se  distri- 
buye, diferentemente  de  lo  que  ay  habian  informado.  Con  las 
nuevas  que  ha  traído  el  ordinario,  que  llegó  ayer,  de  la  salud  de 
mi  hermano,  quedamos  muy  contentos.  Espero  las  tendremos 
presto  más  frescas,  que  estas  siempre  se  desean.  De  aquí  no  hay 
ninguna,  sino  haber  refrescado.  De  vos  y  vuestra  gente  las  de- 
seo muy  buenas  y  que  os  guarde  Dios  como  deseo.  De  Bruse- 
las, dia  de  S.  Bartolomé,  i6o8. — A  Isabel. — (Sobrescrito:)  Al 
Duque  de  Lerma. 


CORRESPONDENCIA  DE  LA   INFANTA   DONA   ISABEL.  207 


146. 

Duque:  Estando  para  despachar  este  (correo)  con  lo  que  ha 
venido  de  la  Haya,  llegó  el  despacho  de  ay  de  1 8  deste  con  las 
provisiones,  que  ha  sido  tan  bien  recibido  como  la  necesidad 
que  habia  dellas,  que  es  cuanto  se  puede  encarecer.  Contentísi- 
mos quedamos  con  las  buenas  nuevas  de  la  salud  de  mi  hermano 
y  la  Reyna  y  sus  hijos:  que  sea  por  mil  años:  que  cuando  el 
tiempo  es  achacoso,  se  vive  con  más  cuidado  de  tener  estas 
nuevas.  Pésame  mucho  que  las  tercianas  hayan  alcanzado  á  vues- 
tra gente,  y  deseo  ya  saber  que  todos  estén  muy  buenos.  Con 
cuidado  quedamos  de  la  jornada  de  Alarache  (l).  Dios  dé  al 
Marqués  de  Santa  Cruz  la  dicha  que  á  su  padre  (2),  pues  las  de- 
más partes  creo  que  no  le  faltan.  Por  los  despachos  de  mi  primo 
veréis  en  el  estado  que  está  la  pax  y  la  tregua,  y  cuánto  es  me- 
nester hacer  las  provisiones  para  la  guerra  con  tiempo,  pues 
nuestros  enemigos  ni  los  que  los  ayudan,  no  se  descuidan.  El 
guesped  que  nos  ha  venido,  como  escribo  á  mi  hermano,  no  me 
dexa  pasar  de  aqui.  A  toda  vuestra  gente  me  encomendad  mu- 
cho, y  guárdeos  Dios  como  deseo.  De  Bruselas,  postrero  de 
Agosto,  1608. — A  Isabel. — (Sobrescrito:)  Al  Duque  de  Lerma. 


146. 

Duque:  Por  los  despachos  que  lleva  este  (3)...  reis  lo  que  acá 
hay  de  nuevo.  Yo  os  confieso  nos  hemos  visto  muy  perplexos  para 
tomar  esta  resolución,  por  no  tener  tiempo  para  consultalla  á  mi 


(i)  Ciudad  marítima  del  imperio  marroquí,  que  por  ser  foco  de  piratas 
berberiscos  que  infestaban  las  costas  de  España ,  fue  preciso  sitiarla  y 
rendirla.  Al  efecto  partió  para  esta  plaza  con  escuadra  el  Marqués  de  Santa 
Cruz,  y  mandando  las  fuerzas  de  desembarco  D.  Juan  de  Mendoza,  Marqués 
de  San  Germán.  Después  de  prolongado  asedio,  se  rindió  el  20  de  No- 
viembre de  1 610. 

(3)  D.  Alvaro  de  Bazán ,  cuarto  Marqués  de  Santa  Cruz,  general  de  la 
armada  del  Océano,  que  falleció  en  1604. 

(3)    Está  roto  el  papel.  Parece  falta  «correo  ve.» 


208  BOLETÍN   DB    LA  REAL   ACADEMIA   DE  LA  HISTOKIA. 

hermano  y  saber  su  voluntad,  que  es  la  que  deseamos  seguir  en 
todo  siempre;  pero  habiéndolo  encomendado  mucho  á  Nuestro 
Señor  y  hechoselo  pedir  á  tocios  los  que  tenemos  por  buenos 
para  que  nos  alumbrase  lo  que  habia  de  ser  más  para  su  servicio, 
se  ha  tomado  la  resolución  que  entenderéis,  procurando  no  pren- 
dar en  nada  á  mi  hermano,  sino  tomándolo  sobre  nosotros,  de 
manera  que  mi  hermano  quede  libre  para  poder  romper  ó  no, 
como  viere  le  está  mejor,  y  pareciendonos  que  era  mejor  susten- 
tar esta  plática  como  se  pudiese,  para  que  mi  hermano  rompa  si 
le  parece  que  le  está  bien  y  tiene  su  hacienda  para  acudir  á  hacer 
la  guerra,  como  seria  menester,  que  esto  ay  se  juzgará  mejor  de 
lo  que  lo  haremos  acá,  que  no  sean  ellos  los  que  rompan...  (l)... 
muy  bien  apercibidos  y  con  las  ayudas  que  tienen...  mucho  aora 
de  Francia,  como  habrá  escrito  Don  Pedro  de  Toledo,  y  de  todas 
partes;  y  así  no  puedo  dexar  de  acordaros  que  para  cualquiera 
cosa  es  menester  dar  prisa  á  las  provisiones  y  más  estando  tan 
al  cabo  las  deste  mes,  y  no  habiendo  aun  aviso  de  que  estén  he- 
chas las  del  que  viene,  aunque  yo  estoy  sigura  que  no  os  descui- 
dareis de  hacer  en  esto  todo  lo  posible,  y  aun  mas  como  vemos 
se  ha  hecho  otras  veces. 

De  aqui  no  hay  que  decir  fuera  desto  sino  desear  mucho  car- 
tas de  ay,  que  ha  muchos  dias  que  tardan,  á  lo  menos  á  mí  asi 
me  lo  parece,  y  más  sabiendo  las  tercianas  que  andan  en  Valla- 
dolid,  que  me  tiene  con  cuidado,  aunque  las  cartas  del  ordinario 
me  sacaron  un  poco  del,  y  digo  un  poco  porque  siempre  son 
viexas.  Dios  nos  traiga  muy  buenas  nuevas.  A  toda  vuestra  gente 
me  encomiendo  mucho  y  guárdeos  Dios  como  deseo.  De  Brusse- 
las  á  ID  de  Setiembre  i6o8. — A  Isabel. — (Sobrescrito:)  Al  Duque 
de  Lerma. 


147. 

Duque:  Yendo  Don  Rodrigo  Laso  ay  á  sus  negocios,  no  he 
querido  se  vaya  sin  esta,   para  pediros  acordéis  á  mi  hermano 

(i)    Roto. 


.CORRESt>OIfDBMCU  DK  LA  INFANTA  DONA  ISABBL.  209 

haga  merced  en  eáta  ocasión  á  Don  Rodrigo  conforme  á  lo  que 
tiene  servido,  como  sabéis,  y  creo  por  la  amistad  que  siempre 
habéis  hecho  á. Don  Rodrigo  que  habré  menester  pediros  poco 
que  le  ayudéis,  porque  sé  que  lo  haréis  de  buena  gana;  pero  por 
lo  que  Don  Rodrigo  nos  ha  servido  no  puedo  dexar  de  deciros 
que  me  haréis  mucho  placer;  y  pues  él  dirá  lo  que  de  aquí  se 
ofrece,  no  me  alargaré  más.  Dios  os  guarde  como  deseo.  De 
Brusselas  á  25  dé  Setiembre,  1608.— A  Isabel. — (Sobrescrito:) 
Al  Duque  dé  Lerma. 

148. 

Duque:  Por  lo^  despachos  de  mi  primo  y  el  Marqués  Espinóla 
entenderéis  lo  que  hay  de  nuevo  después  que  escribimos  y  eñ  el 
estado  que  queda  este  negocio  de  la  tregua.  Yo  no  he  podido 
dexar  de  decir  á  mi  hermano  lo  que  me  parece  conviene  á  su 
servicio,  porque  me  parece,  si  viendo  dé  la  manera  que  está  lo 
dé  aqui  y  sabiendo  lo  que  me  habéis  escrito  del  estado  en  que 
está  la  hacienda  de  mi  hermano  no  lo  hiciera  ansí,  no  cumplía 
con  lo  que  era  obligada,  pues  naide  desea  ni  tiene  razoo  ni  mk- 
yor  obligación  que  yo  para  desear  que  se  acierte  el  servicio  dé 
mi  hermano,  y  yo  pienso. cierto  que  el  acetar  la  tregua,  conside- 
radas todas  las  razones  que  hay  para  ello  y  el  estado  en  que  es- 
tamos allá  y  acá,  y  el  en  que  están  nuestros  enemigos,  que  seHa 
lo  más  acertado  para  todo,  como  pienso  y  estoy  cierta  que  ío 
considerareis  como  conviene,  pero  por  cumplir  con  lo  qué  os 
tengo  prometido  de  escribiros  llanamente,  no  puedo  dexar  de 
pediros  que  en  este  negocio  no  os  aconsejéis  con  personas  apa- 
:iionadas  y  que  lo  podrían  estar  por  lá  guerra  por  su  propio  par- 
ticular y  interés,  ni  por  otras  informadas  de  las  de  acá,  que  tiran 
í  este  mismo  fin;  porque. con  esto  yo  me  asiguro  que  se  tomará 
la  resolución  que  conviene,  que  aqui  artQ  lo  pedimos  á  Nuestro 
Señor,  y  os  puedo  asigurar  con  verdad  que  lo  menos  á  que  mira- 
mos es. nuestro  descanso,  sino  solo  que  se  acierte  el  servicio  de 
mi  hermano,  y  si  se  ha  de  volver  á  lá  guerra  de  ninguna  manera 
lo  pera  qué  se  haga  sola  defensiva  sino  ofensiva,  porque  con  la 

TOMO  XLVUI.  14 


2IO  POLBTÍM  DE  LA  REAL  ACADEMIA  DE  LA  HISTORIA. 

defensiva  se  acabará  de  perder  esto  llanamente  por  las  causas 
que  escribo  á  mi  hermano;  y  aunque  aquí  se  platica  entre  los 
más  del  exército  que  basta  hacella  defensiva  y  que  no  importa 
que  se  pierda  hoy  una  plaza  y  mañana  otra,  como  será  sin 
duda,  y  que  así  se  ha  sustentado  esto  cuarenta  años;  yo  os  digo 
que  es  muy  mala  cuenta  ésta,  porque  lo  primero  si  tras  cuarenta 
años  de  guerra  se  ha  de  aguardar  que  tendrán  paciencia  estas 
provincias  para  Uevalla  más  á  cuestas,  yo  pienso  se  engañan  mu- 
cho, y  quedarán  en  una  desesperación  que  no  se  pueda  reme- 
diar; ni  aunque  ellos  quieran,  podrán  con  ella,  porque  están  muy 
acabados  y  todo  tan  caro  que  la  pobre  gente  no  se  puede  sus- 
tentar, porque  cómo  les  falta  él  trato,  que  es  lo  principal  de  que 
se  vive  en  estos  Estados,  todos  están  pobres,  lo  que  no  es  en 
Olanda,  que  como  le  tienen,  tras  todo  lo  que  pagan,  están  tan 
ricos  que  vienen  espantados  los  que  vienen  de  allá.  Pues  lo  que 
ha  costado  á  España  esta  guerra,  vos  lo  sabéis;  y  pensar  que  ella 
se  acabará  con  solo  la  defensiva,  ya  se  tiene  la  espiriencia  de  tan- 
tos años;  y  no   será  sino  consumir  mi  hermano  su  hacienda  sin 
fruto  ni  provecho;  lo  que  no  será  haciéndola  ofensiva,  pues  se  vá 
á  ganar  y  no  á  perder,  pues  cuando  bien  un  año  no  se  gane  plaza, 
con  entrar  en  casa  de  nuestros  enemigos,  les  estorbamos  que  no 
entren  en  la  nuestra  ni  nos  ganen  nada.  Y  creed  que  los  que  son 
de  otro  parecer,  que  no  miran  sino  solo  á  su  provecho,  y  á  hacer 
la  guerra,  estándose  muy  descansados  en  sus  casas,  como  se  vio 
bien  cuando  lo  de  Frisa,  por  lo  que  sintieron  pasar  allá;  y  aora  dicen 
que  no  importa  que  se  pierda  aquello,  que  es  un  pié  de  los  bue- 
nos que  se  pueden  tener  por  allá.  Yo  os  he  querido  decir  todo 
esto,  porque  sé  que  no  dexarán  de  llegar  destos  pareceres  artos 
ay;  y  estéis  informado  de  lo  que  les  mueve  á  dallos,  que  no  es 
cierto  lo  que  desean  el  servicio  de  mi  hermano,  sino  su  interés  y 
provecho,  que  es  lo  que  me  duele  á  mí,  pues  querría  que  todos 
le  mirasen  como  vos,  que  me  parece  .es  cuanto  lo  puedo  encare- 
cer. Arto  lo  podré  hacer  de  cuan  sin  paciencia  estoy  de  vernos 
tantos  días  sin  cartas  de  ay,  que  no  sé  cómo  se  puede  llevar,  que 
me  tiene  con  mucho  cuidado,  y  más  con  lo  que  algunos,  que  han 
venido  de  ay,  encarecen  la  enfermedad  de  Valladolid,  aunque 


CORRESPONDENCIA  DB  LA  INFANTA  DOSÍA  ISABEL.  211 

espero,  si  es  verdad,  se  habrá  salido  mi  hermano.  Dios  nos  trayga 
muy  buenas  nuevas:  de  toda  vuestra  gente  las  deseo,  que  no  les 
haya  alcanzado  nada:  á  toda  me  encomiendo;  y  guárdeos  Dios 
como  deseo.  De  Brusselas  á  7  de  Otubre,  1608. — A  Isabel. — (So- 
brescrito:) Al  Duque  de  Lerma. 


149. 

Duque:  Mucho  he  olgado  con  vuestras  cartas  de  2  y  9  deste, 
pues  me  han  sacado  del  mucho  cuidado  con  que  nos  tenian  las 
enfermedades  de  ay.  Bendito  sea  Dios  que  ha  guardado  la  prin- 
cipal. Paréceme  os  han  cabido  buena  parte  dellas.  Cierto  me  ha 
lastimado  mucho  la  muerte  del  de  Jelbes  (i)  y  pesado  conforme 
á  las  obligaciones  que  tengo  para  ello. 

Este  correo  se  despacha  tan  á  prisa  para  sacar  ay  del  cuidado 
en  que  parece  están  pensando.  Está  concluido  lo  de  Olanda,  que 
no  me  dexará  responder  aora  á  vuestras  cartas.  Lo  que  hay  en 
esto  entenderéis  por  los  despachos  que  lleva,  y  como  no  hay 
hecho  nada,  tendré  yo  poco  que  remediar.  A  toda  vuestra  gente 
me  encomiendo  mucho,  y  guárdeos  Dios  como  deseo.  De  Bru- 
selas á  24  de  Otubre,  1608. — A  Isabel. — (Sobrescrito:)  Al  Duque 
de  Lerma. 


160. 

Duque:  Porque  este  correo  que  despacha  el  Marqués  Espinóla 
no  se  vaya  sin  estos  rynglones,  me  pongo  á  escribillos  aunque 
no  haya  cosa  que  decir  de  nuevo  mas  de  lo  que  hemos  escrito. 
Arto  deseamos  ya  otras  cartas  de  ay  para  saber  de  la  salud  de 
mi  hermano,  y  que  sean  ya  pasadas  tantas  enfermedades:  que 


(i)  D.  Femando  de  Castro,  hijo  del  Conde  de  Lemos,  casado  con  doña 
Tjtñaor  d£  Portugal,  Condesa  de  Gelves,  sobrino  del  Duque  de  Lermai 
ÜEiBeció  á  coosecaeBcia  de  haber  cenado  con  exceso  y  puéstose  á  jugar 
con  S.  M.  hasta  las  tres  de  la  mañana,  levantándose  con  fuerte  calentura 
y  sobreviniéndole  la  muerte. 


212  boletín  de  la  REAL  ACADEÜtA  DE  LA  HISTORIA. 

testa  saber  esto  no  se  puede  dexar  de  estar  con  mucho  cuidado: 
espero  no  os  habrán  tocado;  y  guárdeos  Dios  como  deseo.  De 
Brusselas  á  28  de  Octubre,  1608. — A  Isabel. — (Sobrescrito:)  Al 
Duque  de  Lerma. 


161. 

Duque:  Con  este  correo  que  despacha  el  Marqués  de  Guada- 
leste  (l),  no  quiero  dexar  de  deciros  lo  mucho  que  he  olgado  con 
vuestras  cartas  de  I.°  y  16  deste,y  con  todas  las  nuevas  que  me 
dais  en  ellas  de  la  salud  de  mi  hermano  y  sus  hijos.  Gracias  á  Dios 
es  la  que  hemos  menester,  y  las  viruelas  del  Principe  espero  se- 

■ 

rán  como  las  de  mi  hermano,  que  con  esas  se  librará  de  tenellas 
otra  vez.  Dios  los  guarde  á  todos  mil  años.  Las  gracias  de  mí 
nuera  creo  muy  bien,  y  no- siento  poco  no  podella  gozar.  Gueli-' 
gome  que  no  os  haya  tocado  la  gota  con  este  tiempo;  que  á  mi 
primo  le  ha  obligado  á  estar  seis  dias  en  la  cama,  que  para  él  son 
muchos.  Pésame  de  la  poca  salud  que  tiene  vuestra  hermana,  lo 
uno  por  ella  y  lo  otro  por  la  falta  que  hará  al  servicio  de  la  Reina. 
De  aquí  no  hay  cosa  que  decir,  y  lo  que  hay  de  negocios  veréis 
por  las  cartas  de  mi  primo,  y  yo  no  os  quiero  ocupar  por  si  os 
cupiere  alguii  rato  de  la.  Palomería  del  Pardo,  que  bien  habréis 
menester  descansar  algunos  para  poder  trabaxar  tantos  como 
hacéis.  A  toda  vuestra  gente  me  encomendad  mucho  y  guárdeos 
Dios  como  deseo.  De  Bruselas,  víspera  de  San  Andrés,  1608. — 
A  Isabel. — (Sobrescrito:)  Al  Duque  de  Lerma. 


162. 

Duque:  Por  no  perder  ninguna  ocasión  de  hacer  esto,  no  quie- 
ro que  se  pase  este  correo  de  Ingalaterra  sin  que  lleve  estos  ryn^ 

■ 

{i)  La  primera  mujer  del  Marqués  de  Guaiialestét  la  discreta  séñoi^. 
valenciana,  de  quien  tan  repetidos  elogios  hace  en  estas  cartas  la  luían ta^« 
se  llamaba  doña  Isabel  Bas.  


CORRESPONDENCIA  DE  LA    INFANTA  D09a   ISABEL.  ^l^ 

glones,  aunque  por  la  prisa  que  lleva,  podrán  ser  pocos.  Y  no 
habiendo  cosa  de  nuevo  que  decir  de  acá,  ni  lo  será  desear  ya 
mucho  cartas  de  ay  más  frescas  para  saber  de  la  salud  de  mi 
Jiermano.  También  deseo  saber  cómo  os  vá  de  vuestros  pies, 
que  á  mi  primo  un  poco  le  han  tocado  los  suyos  estos  días. 
A  toda  vuestra  gente  me  encomiendo  mucho  y  guárdeos  Dios 
como  deseo.  De  Bruselas  á  12  de  Noviembre,  l6o8. — A  Isa- 
bel.— (Sobrescrito:)  Al  Duque  de  Lerma. 


163. 

Duque:  Poco  habrá  que  decir  en  esta  habiendo  tan  pocos  días 
que  hemos  escrito  y  no  habiendo  cosa  de  nuevo  después  acá. 
Ayer  vino  el  ordinario,  con  que  estamos  muy  contentos  por  las 
buenas  nuevas  que  ha  traido  de  la  salud  de  mi  hermano,  la  Key- 
na  y  sus  hijos,  que  es  lo  que  deseamos  saber  siempre.  También 
lo  han  sido  la  llegada  de  la  nota  á  salvamento,  con  que  espero 
se  proveerá  lo  de  aqui  conforme  á  lo  mucho  que  es  menester, 
como  os  tengo  escrito,  pues  el  tiempo  corre  tan  á  prisa.  He  ol- 
gado  de  saber  que  estéis  con  salud  con  toda  vuestra  gente.  Gra- 
cias á  Dios  ya  parece  que  se  han  acabado  las  enfermedades  que 
han  andado  ay  este  verano,  que  no  han  llevado  á  pocos.  A  toda 
vuestra  gente  me  encomendad  mucho,  y  no  puedo  dexar  de 
pediros  mucho  acordéis  á  mi  hermano  se  acabe  de  resolver  en 
hacer  la  merced,  que  le  tengo  suplicada,  al  Marqués  de  Velada 
pues  ya  no  hay  consecuencia  con  naide,  y  á  mí  me  hará  mi  her- 
mano grandísima  merced;  y  guárdeos  Dios  como  deseo.  De 
Brusselas  á  15  de  Noviembre,  1608. — A  Isabel. — (Sobrescrito): 
AI  Duque  de  Lerma. 


164. 

Duque:  Ha  parecido  necesario  enviar  ay  al  confesor  de  mi 
primo  para  que  informe  á  mi  hermano  muy  particularmente  del 
mal  estado  en  que  está  todo  lo  de  aqui  y  cuanto  ha  menester 


214  BOLETÍN   DE   LA   REAL  ACADEMIA   DE   LA   HISTORIA. 

remedio  de  una  manera  ó  de  otra.  Yo  pienso  olgaréis  de  oille,  y 
con  todo  no  puedo  dexar  de  pediros  sea  con  la  atención  que 
piden  estas  cosas,  y  con  la  misma  se  procure  mirar  mucho  en  lo 
que  conviene  hacer  en  este  negocio  y  la  resolución  que  se  toma, 
pues  va  tanto  del  servicio  de  Nuestro  Señor  y  de  mi  hermano  en 
ello,  como  sabéis.  Y  si  esto  se  perdiese,  no  ganaria  mi  hermano 
nada,  antes  perdería  mucho  como  sé  tenéis  bien  entendido,  pues 
os  tiene  costado  tanto  trabaxo  como  )ro  sé;  y  que  podemos  de- 
cir que  por  vos  está  aora  en  pié,  que  es  conforme  á  la  mucha 
confíanza  que  hemos  tenido  de  vos  siempre;  y  yo  quedo  con  la 
misma  de  que  habéis  de  ser  parte  para  que  se  tome  la  resolución 
que  conviene.  Y  porque  fr.  Iñigo  (l)  dirá  todo  esto  más  larga- 
mente de  la  nuestra,  me  remito  á  él,  deseando  que  os  halle  muy 
bueno  y  á  toda  vuestra  gente,  á  quien  me  encomiendo  mucho;  y 
guárdeos  Dios  como  deseo.  De  Bruselas  primero  de  Diciem- 
bre, 1608. — A  Isabel. — (Sobrescrito:)  Al  Duque  dé  Lerma. 


166. 

Duque:  Poco  habrá  que  decir  de  nuevo  de  acá  con  este  co- 
rreo que  despacha  el  Marqués  de  Guadaleste  sino  estar  deseando 
saber  nuevas  frescas  de  la  salud  de  mi  hermano.  También  deseo 
saber  de  la  vuestra,  que  si  el  tiempo  hace  como  aqui  es  bien 
malo  para  corrimientos,  que  todo  es  llover  y  no  hace  frío.  Te- 
nemos aqui  al  Marqués  de  Cerralbo  (2),  que  me  ha  espantado 
qué  hombre  está.  Ha  traido  muy  buena  compañia,  pero  vienen  en 
mal  tiempo  para  ver  á  Flandes,  que  no  se  puede  andar  por  los 
caminos.  Estas  son  todas  las  nuevas  de  acá.  A  toda  vuestra  gen- 
te me  encomiendo  mucho  y  guárdeos  Dios  como»  deseo.  De 
Brusselas  á  12  de  Diciembre,  1608. — A  Isabel. — (Sobrescrito:) 
Al  Duque  de  Lerma. 

(Coniinuará.)  A.  Rodríguez  Villa. 


(i)    Fr.  Iñigo  de  Brizuela. 

(2)    D.  Rodrigo  Pacheco,  tercer  Marqués  de  Cerralbo. 


RELACIONES  ENTRE  ESPAÑA  Y  AUSTRIA  21$ 


n 

RELAQONES  ENTRE  ESPAÑA  Y  AUSTRIA 

DURANTE    EL    REINADO    DE    LA    EMPERATRIZ    DOÑA    MARGARITA, 
INFANTA  DE  ESPAÑA,   ESPOSA  DEL  EMPERADOR  LEOPOLDO   I. 

Con  este  título  ha  publicado  el  Sr.  D.  W.  R.  de  Villa-Urrutia 
un  interesante  libro,  sobre  el  que,  por  encargo  de  nuestro  dig- 
nísimo Director,  voy  á  informar  á  la  Academia. 

Está  por  escribir  la  historia  de  la  decadencia  de  España  en  el 
siglo  XVII.  Mientras  se  mantuvieron  vigorosos  nuestro  predomi- 
nio y  preponderancia,  tuvimos  notables  historiadores,  biógrafos 
excelentes  y  brillante  concurso  de  cultivadores  de  nuestra  histo- 
ria en  sus  diversas  manifestaciones.  A  medida  que  nuestra  de- 
cadencia se  inicia,  disminuye  en  número  y  cualidad  este  impor- 
tantísimo género  literario;  y  cuando  aquélla  se  pronuncia  de 
modo  alarmante  y  desastroso,  puede  decirse  que  casi  desapare- 
ce en  nuestro  suelo  aquella  prodigiosa  maestra  de  la  vida,  que- 
dando tan  sólo  representada  por  tal  cual  relación,  incompletos  y 
ligeros  esbozos,  sátiras  ó  epigramas  tan  mordaces  como  alam- 
bicados. Como  todas  son  miserias  y  desgracias,  rehuyen  los  his- 
toriógrafos el  referirlas  y  publicarlas.  Densas  nieblas  cubren  el 
cielo  de  la  historia  patria.  Los  sucesos  más  importantes  y  tras- 
cendentales pasan  casi  desapercibidos  para  la.  inmensa  mayoría 
de  los  españoles,  envueltos  en  el  misterio  de  las  más  secretas 
negociaciones  diplomáticas,  ó  referidos  cautelosamente  al  oído 
de  limitados  políticos  ó  cortesanos,  porque,  como  ordinariamen- 
te sucede  en  estos  períodos  débiles  y  angustiosos,  el  poder  mi- 
nisterial suele  ser  tiránico  y  enérgico  en  la  represión  del  pensa- 
miento y  de  su  libre  difusión.  Apenas  si  en  las  correspondencias 
diplomáticas  y  familiares  se  encuentra  alguno  que  otro  chispazo 
de  refulgente  luz.  Los  documentos  que  pudieran  darla  para  es- 
clarecer la  verdad,  se  guardan  y  ocultan  con  el  más  estudiado 
secreto;  las  plumas  mejor  cortadas  se  esterilizan;  las  prensas  se 


2l6  BOLETÍN  DB  LA  KJtAL  ACABBMIA  DB  LA  HISTORIA. 

mantienen  mudas  en  cuanto  á  esta  materia  se  refiere.  Es  menes- 
ter que  pasen  siglos;  que  las  ideas  políticas  cambien;  que  el  es- 
píritu público  moderno  surja  potente  y  vigoroso,  ávido  de  co- 
nocer la  verdad,  ansioso  de  difundirla,  tenaz  en  investigar  las 
causas  de  infaustos  sucesos  pasados  para  estudiarlas  y  precaver 
y  mejorar  los  presentes  y  futuros. 

Ni  conviene  desdeñar  con  exceso  los  años  que  entre  1 66 5  y 
1740  transcurrieron,  si  con  frecuencia  infelices,  como  escribió 
nuestro  antepasado  ilustre  Director,  no  del  todo  destituidos  de 
honor,  durante  los  cuales,  al  fin  y  al  cabo,  nuestros  padres  lu- 
charon cuanto  pudieron  por  conservar  lo  que  hoy  resta.  «Princi- 
palmente (añade)  extravía  sus  juicios  el  empeño  de  no  atribuir 
la  pérdida  del  sin  igual  imperio  á  ingénitas  enfermedades  nació- 
les, por  el  tiempo  constantemente  agravadas,  ni  á  fortuitos  6 
irremediables  accidentes,  de  que  la  esterilidad  de  Carlos  II  ofre- 
ce magno  ejemplo,  sino  tan  sólo  á  las  faltas  ó  flaquezas  reputa- 
das excepcionales  y  exclusivas  de  los  que  durante  espacio  tan 
largo  en  España  ejercieron  el  poder  público.  Razón  es  que,  de 
aquí  en  adelante,  con  mayor  severidad  se  averigüen  las  respec- 
tivas y  verdaderas  culpas  de  aquellos  españoles  poco  afortuna- 
dos, á  no  dudar)  pero  tan  parientes  nuestros  como  los  de  la  épo- 
ca brillante  de  Carlos  V,  aunque  no  sea  más  que  por  merecer 
que  nuestros  hechos  propios  sean  juzgados  con  indulgencia,  ya 
que  no  acertamos  á  conseguir  que  hoy  la  patria  ocupe  más  alta 
posición  en  el  mundo  que  ocupó  en  la  época  anterior  al  Marqués 
de  la  Mina,  y  mucho  menos  igual  á  la  que,  cuando. redactó  éste 
sus  Memorias^  ocupaba»  (i). 

A  mediados  del  pasado  siglo  comenzaron  algunos  historiado- 
res extranjeros  á  estudiar  critica  y  documentalmente  el  gran 
vacío  que  sobre  el  período  antedicho  se  advertía  en  nuestra  his^ 
toria;  ejemplo  que  siguieron,  aunque  débilmente,  nuestros  com- 
patriotas explorando  nuestros  Archivos  públicos  y  particulares, 
y  publicando  los  felices  resultados  de  sus  investigaciones*  Es> 


(i)    Introducción  del  Sr.  Cánovas  del  Castillo  á  las  Memorias  militares 
del  Marqués  de  I' a  Mina^  D.Jaime  Miguel  de  Guzmán  Dávalos  Spínola. 


RBCACIOKBS  BNTRB  KSPA NA  Y  AUSTRIA*.  2I7 

por  tanto,  plausible  y  digno  de  elogio,  que  persanaa  del  talento 
y  elevada  posición  del  Sr.  ViUa-Urrutiá,  dediquen  su  luciente 
ociosidad  á  esclarecer  aquéllos  puntos  de  historia  que  todavía 
permanecen,  6  muy  confusos  y  poco  conocidos,  ó  totalmen- 
te ignorados.  Aprovechando  la  luz  que  arrojan  sobre  las  rela- 
ciones entre  las  Cortes  de  Madrid  y  Viena,  desde  1662  á  1673, 
las  360  Cartas  privadas  del  Emperador  Leopoldo  I  al  Conde 
F»  E.  Poltlngí  su  Embajador  eñ  Madrid,  publicadas  no  ha  mu- 
cho en  la  Colección  de  fuentes  de  la  historia  austriaca ,  traza 
el  ilustre  diplomático,  de  quien  nos  ocupamos,  un  cuadro  bas- 
tante completo  de  la  Monarquía  de  España  en  aquel  tiempo*. 
No  poco  .valor  histórico  quita,  sin  embargo,  á  estas  *6ar/5íw  él  ca- 
cárácter  un  tanto  ligero,  aislado  y  desafecto  del  Embajador  ce- 
sáreo,  toda  vez  que  «no  supo  conquistarse  en  la  Corte  dé  Espa- 
ña la  posición  influyente  á  que  pudo  y  debió  aspirar.  Ni  obtuvo 
(dice  el  Sr.  ViMa-Urrutia),  la  confianza  de  la  Reina,  con  ser  ésta 
la  propia  hermana  del  Emperador  y  muy  austriaca  de  corazón; 
ni  prestó  ayuda  á  los  pocos  amigos  con  que  los  austríacos  con- 
taban en  España,  ni  acertó  á  desarmar,  de  grado  ó  por  fuerza» 
á  los  ehemigós  del  Emperador.  Fué,  en  suma,  uno  de  tantos  dir 
plomáticos  que  bastan  y  aún  sobran  en  circunstancias  normales 
para  mantener  las  buenas  relaciones  existentes  entre,  dos  países 
amigos:  fuftciónatios  celosísimos,  y  aún  me  atreveré  á  decir 
ejemplares  en  el  Cumplimiento  de  sus  deberes,  si  estos  sólo  con- 
sisten, aparte  de  las  funciones,  meramente  representativas,  en  la 
ficil  tarea  de  comunicar  de  palabra  ó  por.  escrito  al  Gobierno^ 
cerca  del  cual  están  acreditados,  los  deseos  de  sus  jefes  y  dé 
transmitir  á  éstos  lí  respuesta,  juntamente  con  aquellas  noticias,, 
más  ó  mends  importantes  que  puedan  servir  para  labrar  la  repu- 
•  tación  de  un  agente  bien  informado.»  Por  este  motivo  Potting^ 
poco  afecto  y  grato  á  las  clases  directivas  y  poderosas,  y  ape- 
nas penetrado  del  espíritu  del  país  en.  que  vivía,  emite  juicios  y 
opiniones  sobre  personas  y  cosas,  exagerados  unas  veces  y  pá- 
lidos é  indefinidos:  otras,  que  coj\  atinada  crítica  suaviza  ó  mo- 
difica el  Sr.  ViUa-Urrutia,  valiéndose  de  otros  textos  y.  fuentes 
más  autorizados. 


2l8  BOLETÍN  DE  LA  REAL  ACADEMIA  DE  LA  HISTORIA. 

Puntualiza  nuestro  autor  el  estado  de  la  Corte  y  de  la  Monar- 
quía española  á  principio  de  1 663,  cuando  llegó  á  Madrid  el 
Conde  de  Potting.  Pinta  á  Felipe  IV  de  ánimo  apocado,  agota- 
das sus  fuerzas  físicas,  convertido  prematuramente  en  achacoso 
anciano,  serio  y  melancólico,  no  oyéndosele  apenas  pronunciar 
una  palabra  en  todo  el  día,  falto  de  carácter,  de  decisión,  de 
energía,  sin  afición  á  los  negocios.  «Entre  la  gente  que  le  rodea- 
ba, cortesanos  intrigantes  y  políticos  más  ambiciosos  que  capa- 
ces, no  había  un  gobernante  como  Richelieu,  ni  un  administra- 
dor como  Colbert,  ni  un  diplomático  como  Lionne.  El  propio 
Conde-Duque  de  Olivares,  que  con  todos  sus  enormes  desacier- 
tos, á  los  qué  contribuyó  en  primer  término  la  nativa,  inconsi* 
derada^ peligrosísima  soberbia  española  (l),  que  tantos  odios  le 
suscitó  en  España,  fué  por  sus  condiciones  de  entendimiento  y 
de  carácter  muy  superior  á  su  sobrino  y  sucesor  en  la  privanza, 
D.  Luis  de  Haro.»  A  la  muerte  de  éste  encargóse  el  Rey  nomi- 
nalmente  del  Gobierno,  que  al  decir  de  los  representantes  de 
Leopoldo  I  en  Madrid,  anduvo  á  cargo  de  tres  personajes  prin- 
cipales: el  Duque  de  Medina  de  las  Torres,  el  Conde  de  Castri- 
11o  y  el  de  Peñaranda,  de  cada  uno  de  los  cuales  hace  el  autor 
breve  reseña  biográfica,  ponderando  la  mayor  capacidad  y  ex- 
periencia del  último. 

Otros  personajes  secundarios  enumera  después  de  éstos,  como 
el  Cardenal  Duque  de  Mvmtalto,  el  Marqués  de  Mortara,  el  de 
Mondéjar,  el  Duque  de  Alba,  el  Marqués  de  Caracena,  el  Alnai- 
rante  de  Castilla,  el  Conde  de  Ayala,  el  Marqués  de  Ai  tona,  el 
Duque  de  Alburquerque  y  el  Marqués  de  Castel-Rodrigo.  Más 
influyentes  aún  que  éstos  eran,  en  la  dirección  de  los  negocios, 
el  Secretario  de  Elstado  y  del  despacho  universal  Luis  de  Oyan- 
guren,  al  que  sucedieron  en  tan  alto  cargo  D.  Blasco  de  Loyola 
y  D.  Pedro  Fernández  del  Campo.  En  posición  inferior,  pero 
gozando,  según  parece,  de  gran  influencia,  vivía  entonces  en. 
la  Corte  el  Barón  de  Cratzenbach,  alemán  de  nacimiento,  que 
sirvió  largo  tiempo  en  Flandes,  conocido  por  los  españoles  con 

(i)    Cánovas.  Elstudios  del  reinado  de  Felipe  IV. 


RELACIONES   ENTRE  ESPAÑA  Y  AUSTRIA.  219 

d  nombre  de  Cristóbal  de  Angelatí,  secretario  que  fué  de  don 
Luis  de  Haro  y  del  Duque  de  Medina  de  las  Torres.  Del  influjo 
del  famoso  jesuíta  P.  Everardo  Neidhart  en  la  Corte,  y,  sobre 
todo,  del  que  ejerció  sobre  la  Reina,  ocupase  con  más  extensión, 
reconociendo  que  este  último  no  tuvo  límites,  y  que  fué  de  ca- 
rácter mezquino  y  egoísta,  de  limitado  entendimiento  y  escaso 
saber,  altanero  con  sus  amigos,  y  cobarde  con  sus  enemigos,  in- 
capaz de  identificarse  con  la  nación  cuyos  destinos  aspiraba  á 
regir  y  cuyas  condiciones  ignoraba  por  completo  (l).  Sobre  la 
Reina  doña  Mariana  no  andan,  según  el  autor,  conformes  los  pa- 
receres de  sus  contemporáneos;  pues  mientras  los  embajadores 
venecianos  ponderan  la  pureza  de  sus  costumbres,  la  dulzura  de 
su  carácter  y  su  modestia,  acúsanla  los  franceses  de  terca  y  am- 
biciosa; echándola  siempre  en  cara  los  españoles  ser  más  afecta 
á  la  Corte  de  Viena  que  á  la  de  Madrid  y  dejarse  guiar  por  las 
consideraciones  de  su  antigua  casa  y  familia,  más  que  por  las  de 
su  nueva  patria. 

«Los  descontentos  (dice  el  autor),  cuyo  número  iba  cada  día 
en  aumento,  pusieron  sus  ojos  y  sus  esperanzas  en  D.  Juan  de 
Austria,  hombre  de  gran  ambición,  pero  de  escaso  valer,  que  en 
sus  campañas  de  Flandes  y  Portugal  había  demostrado  más  dotes 
de  bizarro  soldado  que  de  avisado  capitán...  Desde  su  retiro  de 
Consuegra  fué  D.  Juan  el  alma  de  la  conspiración  tramada  por  los 
Grandes  contra  el  P.  Neidhardt...  y  mientras  doña  Mariana  por  su 
origen  y  sus  aficiones  era  considerada  como  extranjera,  D.  Juan, 
con  sus  cualidades  y  defectos  nacionales,  encarnó  todas  las  aspi- 
raciones de  los  españoles  para  dejarlas  después,  cuando  ejerció 
el  poder,  por  completo  deíraudadas...»  (2). 


(i)  No  ha  sido  todavía  estudiado  detenidamente  este  importante  per- 
sonaje. Acaso  cuando  esto  se  haga,  resulte  algo  menos  severo  el  juicio 
que  acerca  de  él  emitieron,  principalmente,  sué  mismos  compatriotas  los 
Embajadores  cesáreos,  Pótting,  Barón  de  Lisola,  y,  sobre  todo,  el  mismo 
Emperador  Leopoldo. 

(2)  Un  diplomático  español  de  aquel  tiempo  escribe  en  sus  MemoriaSy 
que  el  autor  de  este  iníorme  tiene  á  la  vista,  á  propósito  de  este  hijo  natural 
de  Felipe  IV:  cPor  este  tiempo  sucedió  el  arribo  á  Madrid  de  D.  Juan  de 
Austria.  Grandes  fueron  las  esperanzas  que  se  tuvieron  concebidas  de  ver 


220  BOLETÍN  DB  LA  RSAL  ACADEMIA  DE  LA  HISTORIA. 

.     Cada  vez  más  decadente  el  partido  dJel  Emperador,  algo  le 
Téanimó  el  Marqués  de  Castél-Rodrigo  á  su  vuelta  á  la  Corte, 
terminado  su  gobierno  de  los  Países  Bajos.  Del  partido  contra- 
rio, 6  sea  francés,  era  el  Marqués  de  la  Fuente,  Reñido  por  hijo 
del  Conde-Duque  y  de  la  mujer  del  alcalde  de  Corte"  D.  Mel- 
chor. Era  un  diplomático  .de  carrera  y  hubiera  podido  servir  de 
mucho  á  Peñaranda  y  á  los  franceses  en  Madrid,  si  no  se  hubiera 
desacreditado  y  puesto  en  ridículo  por  haber,  contraído  á  ios 
sesenta  años  segundas  nupcias  con  la  Marquesa  de  Espinardo 
doña  Ana  Portocarrero,  viuda  joven  y  hermosa,  aficionada  ál 
lujo  y  á  los  placeres  y  más  blanda  de  corazón  que  estrecha  de 
conciencia^  con  menoscabo  de  su  honra  y  fama« 
.  «Tales  eran,  escribe  el  Sr.  Villa-Urrutia,  los  políticos  que  go- 
bernaban España  y  en  cuyas  manos  íué  acentuándose  con  carác- 
ter de  irreparable  la  decadencia  de  la  Monarquía:  hombres  á 
quienes  preocuparon  más  las  intrigas  cortesanas  y  las  intestinas 
discordias  que  los  problemas  de  la  política  internacional  en  que 
se  consumían  nuestras  fuerzas  y  nuestros  recursos. 

Del  estudio  de  la  Corte  de  España  pasa  el  autor  al  de  la  de 
Viena.  Representa  al  Emperador  Leopoldo  I,  según  su  corres- 
pondencia particular,  tratando  de  su  piedad  Jio  exenta  de  supers- 


puesto  en  sus  manos  el  timón  y  gobierno  de  la.  Monarquía.  Las  más  memo- 
rables resultas  se  redujeron  á  echar  á  Roma  al  Inquisidor  general,  Carde- 
nal Nitardo;  á  deponer  á  D.  Melchor  de  Rocafull,  vicecanciller  de  Aragón; 
y  á  degradar  de  la  grandeza  y  títulos  á  D.  Fernando  Valenzuela,  á  quien 
envió  desterrado  á  Filipinas.  No  me  introduzco  á  discurrir  en  si  íué  ó  no 
desmesurada  la  ambición  de  este  monstruo  de  fortuna.  Solo  diré  que  se 
vieron  rasgos  por  lo  que  toca  á  lo  público,  en  su  conducta,  que  prametie- 
ron  mucho.  £1  primer  cuidado  lo  puso  en  desear  apuntalar  la  decadencia 
de  la  Monarquía,  acudiendo ~al  remedió*de  16  qué  ha  conseguido  su  ruina, 
que  ha  sido  la  íalta  de  armada  naval.  Compró  y  hizo  fabricar,  aunque  po- 
cos, algunos  navios.  Los  Ministros  de  afuera  se  hallaron  bien  asistidos.  En 
cuanto  á  mí  soy  testigo  que  D.  Pedro  Ronquillo  (embajador  de  España  en 
Viena,  en  Londres  y  uno  de  los  plenipotenciarios  del  Congreso  de  Nime- 
ga)  recibió  en  Nimega  en  un  solo  socorro  treinta  mil  escudos;  y  por  prue- 
ba de  que  los  demás  debieron  de  hacer  la  misma  experiencia,  se  ha  de 
tener  entendido  que  ni  había  amistad  ni  podía  caber  confianza  particular, 
siendo  notorio  que  este  Ministro  y  sus  hermanos  eran  conocidos  por  cria- 
dos y  dependientes  de  D.  Juan  de  Austria.» 


RBLACtOKÉS  ENTRB  ESPAÍÍA  Y  AUSTRIA.  ¿21 

tición,  de  SUS  ocupaciones,  de  su  .irresolución,  de  su  capacidad 
intelectual;  le  considera  como  maridó  ejemplar  y  como  protec- 
tor de  las  artes  y  las  letras,  si  bien  le  hace  en  este- concepto  des- 
merecer mucho  el  no  gustarle  las  pinturas  de  Velázquez,  y,  poiv' 
último,  como  erudito ,  poeta  y  músico.  Del  paralelo  qué  hace 
entre  este  soberano  y  Felipe  IV,  con  el  que  tenía  muchos  puñ- , 
tos  de  semejanza,  sale  aquél  muy  aventajado. 

De  gran  interés  histórico  es  el  capítulo  que  dedica  $  los  ma-J 
trimonios  de  Príncipes  en  el  siglo  xvii  entre  Austrias  y  Borbó-' 
nes  para  vejiir  á  parar  al  de  la  Infanta  doña  Margarita,  que  relatái 
con  vercjadero  lujo  de  detalles,  muchos  desconocidos.  «Es  ip-; 
dudable,  dice,  "que  Felipe  IV  de  haber  podido  seguir  las  incli\' 
naciones  de  su  corazón,  hubiera  preferido  dar  su  hija  primogé- 
nita al  Emperador;  pero  la  imperiosa  necesidad  de  ajustar  la  paz 
con  Francia  y  la  imposibilidad  de  llegar  á  ella  por  ningún  otra 
medio,  obligóle  á  consentir  en  el  matrimonio  de  doña  María  Te- 
resa con  Luis  XIV.  Una  vez  concertado  éste  y  con  él  las  paces; 
buscó  el  Rey  modo  de  desagraviar  al  Emperador;  y  bien  porque 
sé  le  ocurriera  espontáneamente  ó  porque  se  lo  sugiriera  la  Reina 
doña  Mariana,  pensó  para  ello  en  la  Infanta  doña  Margarita,  que 
apenas  contaba  ocho  años,  y  cuya  mano  ofreció  á  Leopoldo  poi- 
medio  de  La  Fuente,  con  tales  disculpas  por  lo  ocurrido  y  tales" 
protestas  de  amistad  y  cariño,  que  el  Emperador  sé  dio*  por 
satisfecho  y  aceptó  por  esposa  á  la  tierna  Infanta,»  El  6  de  Abril 
dé  1663  se  publicaron  los  esponsales:  lais  capitula ciones,  qué 
negociaron  y  firmaron  el  Í8  de  Diciembre  Potting  y  Medina  de 
las  Torres,  ofrecieron  ya  bastantes  dificultades,  para. zanjar  las 
cuales  fué  menester  la  venida  de  huevo  embajador,  el  Barón  de 
Lisbla,  verificándose  al  fin  los  desposorios  con  toda  pompa  el  25 
dé  Abril  de  1666.  ... 

Además  de  la  servidumbre '  xjue  debía  acompañar  á  doña 
Mar^arita^.VienarXué  iiombradoMayordomo  mayor  y  jefe  de  la 
jornada  hasta ia  frontera  del  Tlrol  el  Duque  de  Alburquerque  (l) 

*  -    -  •"  I         •  * 

'       '  '     "  ■  ■  ■   ■       ;  I  I  I  •■  ■  I  ■  ■      ;.  ■  '         ■  ■■  ■■ 

^^1)  Con  el  título  de  Dos  viajes  regios  (1679  y  1666),  informe  publicado 
por  el  que  suscribe  éste,  en  el  Boletín  de  la  Real  Academia  de  la  HisTOe 
ría,  Abril  de  1903,  vieron  la  luz  varias  Noticias  delmaje  de  la  Infanta  dona 


l 


232  boletín   DB   LA  REAL  ACADEMIA   DE   LA   HISTORIA. 

que  iba  de  Virrey  á  Ñapóles,  y  Mayordomos  los  Marqueses  de 
la  Guardia  y  de  Povar.  Comenzó  la  jornada  el  28  de  Abril 
de  1666,  llegando  la  numerosa  comitiva  á  Viena  el  5  de  Di- 
ciembre. 

Prosiguiendo  el  autor  su  relación  trata  en  otro  capítulo  de  ^^- 
paña  en  la  Corte  de  Viena  durante  el  reinado  de  la  Emperatriz 
Margarita:  y  como  esta  encantadora  personalidad  es  de  todos 
conocida  y  admirada  por  los  maravillosos  retratos  que  de  ella 
hizo  Velázquez,  crece  y  se  aumenta  nuestra  curiosidad  é  interés 
por  conocer  su  vida  como  soberana.  Sin  llegar  á  ser  una  belleza 
y  poseer  un  talento  superior,  pero  siendo  toda  bondad,  pureza 
y  dulzura,  logró  conquistar  desde  luego  el  corazón  de  su  mari- 
do, cada  vez  más  enamorado  de  su  mujercita^  como  la  llama  en 
sus  cartas.  Poco  duró  la  felicidad  de  este  augusto  matrimonio. 
Condenada  prematuramente  á  gestación  perpetua,  agotadas  sus 
fuerzas,  murió  á  los  veintiún  años  de  edad  y  á  los  seis  de  casada, 
habiendo  tenido  á  los  diez  y  seis  años  su  primer  hijo  y  llevando 
al  morir  el  séptimo  en  su  seno. 

Sobre  la  servidumbre  española  de  esta  Soberana,  sus  rivali- 
dades, disputas  y  cuestiones  de  precedencia  entre  la  Camare- 
ra mayor  y  la  Embajadora  de  España,  que  tantos  disgustos  oca- 
sionaron á  Leopoldo  I,  aduce  el  autor  curiosísimos  datos  de  sin- 
gular estima,  por  reflejarse  en  ellos  las  pasiones  y  costumbres 
de  aquel  tiempo.  Con  la  muerte  de  la  Emperatriz  acaba,  según 
el  Sr.  Villa-Urrutia,  el  españolismo  de  la  Corte  de  Viena.  «De 
España,  dice,  sólo  quedó  en  Viena  la  Embajada;  pero  con  tal 
autoridad  y  tal  prestigio,  que  no  los  alcanzó  mayores  en  los  años 
en  que  más  pudo  hacerse  sentir  la  influencia  de  la  Emperatriz. 
Y  es  de  notar  también  que  las  relaciones  políticas  entre  el  Go- 
bierno imperial  y  el  español,  no  fueron,  durante  el  reinado  de 
doña  Margarita,  tan  amistosas  y  tan  estrechas  como  llegaron  á 


Margarita  María^  despasada  con  el  Emperador  Leopoldo  I^  desde  ItíToáb^id 
hasta  Roveredo  (Tirol)  en  lóóó^  tomadas  del  Archivo  de  la  Casa  de  Albur- 
querque,  que  confirman  y  completan  las  publicadas  ahora  por  el  Sr.  Villa- 
Urrutia. — También  sobre  el  célebre  Lisola  he  publicado  en  el  Boustík 
algimas  cartas  inéditas  é  interesantes. 


r^ 


RBLACIONES   BNTRB  ESPAÑA   Y  AUSTRIA.  223 

serlo  después  de  la  muerte  de  la  Emperatriz,  contribuyendo  á 
ello  en  primer  término,  las  condiciones  personales  de  los  repre- 
sentantes diplomáticos  acreditados  respectivamente  en  la  Corte 
de  Madrid  y  en  la  de  Viena. 

Enumera  el  autor  en  el  último  capítulo  los  personajes  que  su- 
cesivamente desempeñaron  durante  este  tiempo  la  Embajada  de 
España  en  Viena,  haciendo  observar  la  decadencia  de  su  pro- 
verbial influjo.  El  Marqués  de  la  Fuente,  el  de  Mancefa,  el  Con- 
de de  Castellar,  no  lograron  captarse  las  simpatías  del  Empera- 
dor, ó  por  sus  reiteradas  cuestiones  de  etiqueta  6  por  su  despil- 
farro y  deudas.  Con  insistencia  pedía  Leopoldo  I  á  España  le 
enviasen  un  Embajador  grato  y  prudente,  siendo  al  fin  compla- 
cido con  la  persona  de  D.  Pablo  Spínola  Doria,  Marqués  de  los 
Balbases,  que  á  la  sazón  desempeñaba  el  Gobierno  de  Milán. 
«Era  nieto  del  vencedor  de  Breda  y  estaba  casado  con  doña 
Ana  Colonna,  hija  del  gran  Condestable  de  Ñapóles,  hallándose 
en  posesión  de  una  gran  fortuna,  que  le  permitió  más  de  una 
vez  sacar  de  apuros  á  su  Rey  y  le  valió  el  apodo  de  banquero 
de  la  Monarquía.  Ni  estos  servicios  ni  los  que  prestó  á  España 
en  diferentes  misiones  diplomáticas  por  su  conocimiento  de  los 
idiomas  extranjeros  y  su  práctica  en  asuntos  internacionales,  le 
alcanzaron  la  influencia  á  que  tenía  derecho  y  que  siempre  es- 
torbó su  origen  italiano».  Bien  pronto,  añade  el  autor,  logró  Bal- 
bases  captarse  el  afecto  y  confianza  de  Leopoldo,  hasta  el  punto 
de  que,  un  bien  informado  historiador  contemporáneo,  Pufen- 
dorf,  dijera  del  Embajador  de  España  que  era  el  dictador  de  la 
Cofte  Imperial.  Reseña,  por  último,  la  larga  y  enmarañada  se- 
rie de  negociaciones  diplomáticas,  basadas  casi  todas  en  el  re- 
parto de  la  Monarquía  española,  en  las  cuales  intervino,  como 
colaborador  del  Marqués  de  los  Balbases,  su  amigo  íntimo  D.  Pe- 
dro Ronquillo,  que  á  la  sazón,  á  mediados  de  1673,  se  hallaba  en 
Bruselas  y  gozaba  fama  de  perito  en  cuestiones  internacionales, 
y  de  n:iuy  diestro  en  el  difícil  arte  de  negociar.  Era,  dice,  un 
buen  hombre,  cortesano  á  la  usanza  antigua,  muy  atento  con 
todo  el  mundo,  aunque  en  extremo  presuntuoso  y  aficionado  á 
echar  bravatas  y  grandezas.  Estos  juicios  de  Pótting  sobre  Bal- 


224  BOLETÍN  DE  LA   REAL  ACADEMIA  DE  LA 'HISTORIA. 

bases  y  Ronquillo,  son  como  otros  muchos  suyos,  exagerados  y 
muy  parciales.  Muy  otro  es  el  que  yo  tengo,  formado  de  estos 
experimentados  y  diligentes.  Ministros,  después  de  haber  deteni- 
damente examinado  su  correspondencia  diplomática^  encontrán^ 
doles  siempre  en  extremo  discretos,  modestos  y  muy  conoce- 
dores de  los  tiempos,  de  las  personas  y  de  los  negocios,  por 
efecto  de  su  larga  experiencia,  continuos  viajes  y  aprovechados 
estudios  (l). 

En  cuanto  á  la  influencia  del  Marqués  de  Ids  Balbases,  ya  en 
Viena,  ya  en  Nlmega,  en  París,  y,  sobre  todo,  en  Madrid,'  des^ 
piles  de  efectuado  el  primer  matrimonio  de  Carlos  II,  fué  tan 
profunda  y  poderosa,  que  nada  se  intentaba  en  materia  de  polí.^ 
tica  extranjera  siii  consultarle  previamente,  siendo  siempre  sü 
opinión  la  preponderante  y  preferida,  como  la  más  acertada  y 
hábil.  Todo  el  peso  de  las  relacioríes  con  los  Embajadores  resi- 
dentes en  esta  Corte,  era  D.  Pablo  Spínola  quien  Ip  llevaba;  sus 
proposiciones,  sus  reclamaciones,  sus  conferencias  más  secretasf; 
todo  cargaba  sobre  él;  y  aunque  no  figuraba  como  Ministro,  éí 
era  el  que  dirigía  los  negocios  exteriores,  recibiendo  de  todos 
los  Embajadores,  Ministros  y  agentes  españoles  én  el  extranjero, 
sostenida  y  secreta  correspondencia;  y  á  él  también  acudían  en 


)  • 


(i)  Cuando  publique  la  correspondencia  íntima  sostenida  entre  Balba^ 
ses'  y  Ronquillo,  se  verá  claramente,  por  siis  acciones  y  pensamientos, 
que  eran  de  las  pocas  personas  dignas  y  sensatas  que  en  aquellos  calami- 
tosos tiempos  mantenían  la  representación  de  España  con  el  mayor  deco- 
ro, acierto  y  nobleza,  aun  á  costa  de  grandes  sacrificios  y  penalidades. 
Véase  como  pequeña  muestra  el  opúsculo  que  hace  úiuchos  años  publi- 
qué don  el  titulo  dé  Misión  secreta  del  Embajador  D,  Pedro  Ronquillo  en 
Polonia  (1674)  según  sus  carias  originales  al  Margines  de  los  Balbases,  JEmr 
bajador  en  la  Corte  de  Viena. 

Estando  Ronquillo  de  Elmbajadot  de  España  >en  Londres  durante  la 
revolución  de  1688,  se  señaló  tanto  por  los  seryicios  que  prestó  á  los  <:9^ 
tóli^os,  que  varias  veces.vió  su  vida  y  la  de  sus  dependientes  de  la  Km- 
bajada  seriamente  amenazada;  y  habiendo  tenido  que  escapar -dé  la  casa 
que  habitaba,  porque  se  le  buscaba  con  odio  y  eticamizamieiito,  el  par- 
tido revolucionario  se  la  saqueó  y  quemó,  desapareciendo  así  su  rica  y; 
escogida  librería,  formada  á  costa  de  grandes  desembolsos  en  sus  fre— 
■<íu¿htés  viajes,  su  colección  de  antigüedades  y  liiuchas  preciosidades  ar- 
tísticas* ...      ;  ;.i.         '  ■      .  .    .        .-'.■> 


L/lPIDAS   HEBREAS   Y   ROMANAS.  22$ 

clematida  de  mercedes,  ascensos  y  pagas,  como  aquel  por  cuyas 
manos  pasaba  todo. 

Con  la  firma  del  tratado  de  alianza  de  Rokycan  por  Balbases 
y  Ronquillo  con  el  Canciller  Hocher  en  28  de  Agosto  de  1673; 
y  con  la  salida  de  España  del  ligero  y  excéntrico  Potting,  muy 
ventajosamente  sustituido  por  el  Conde  de  Harrach,  termina  su 
estudio  el  Sr.  Villa-Urrutia.  Por  la  reseña  sumaria  que  de  él 
hemos  hecho,  se  advierte,  desde  luego,  la  importancia  del  asunto; 
4a  habilidad  y  maestría  con  que  el  autor,  tan  reputado  diplomá- 
tico como  celoso  Ministro  de  la  Corona,  lo  ha  desarrollado;  el 
servicio  que  á  nuestra  historia  ha  prestado  ilustrando  uno  de  sus 
más  obscuros  períodos,  y  la  segura  esperanza  que  á  todos  hace 
-concebir  este  libro,  de  que  su  autor,  no  durmiéndose  sobre  sus 
laureles,  nos  brindará  pronto  con  otros  tan  valiosos  y  estimados 

como  éste. 

A.  Rodríguez  Villa. 


III 
LÁPIDAS  HEBREAS  Y  ROMANAS 

Mahón, 

En  otro  Informe  (i)  dije  lo  que  me  constaba  sobre  la  inscrip- 
<:ión  hebrea  de  esta  ciudad,  así  por  lo  tocante  al  sitio  de  su 
primer  hallazgo,  como  á  sus  diferentes  poseedores  y  á  la  publi- 
cación de  que  fué  objeto  en  Barcelona  por  parte  de  D.  Esteban 
Paluzie  y  Cantolozella.  Nuevos  datos  añadiré. 

I.  Apunte  autógrafo  de  D.  Joaquín  María  Bover,  en  la  Biblioteca  de  la 
Academia,  sala  12,  estante  18,  legajo  56. 

El  autor  de  este  apunte  ofrece  á  los  ojos  del  lector  una  copia 
imperfecta  del  texto  hebreo  (2),  que  expone  así: 

«Esta  inscripción,  grabada  en  mármol,  la  posee  original  el 
Dr.  D.  Antonio  Ramis  y  Ramis,  vecino  de  Mahón.  Según  nos 

(i)    Boletín,  tomo  XLviiijpágs.  163-167. 

(2)  Reemplaza  varias  letras  del  original  por  otras  similares,  y  algunas 
omite. 

TOMO  XLVIII.  15 


1 


226  BOLETÍN  DE  LA  REAL  ACABEMIA  DE   LA   HISTORIA. 

escribió  nuestro  desgraciado  (l)  amigo  y  corresponsal  el  P.Juan 
Artigues,  catedrático  de  árabe  en  el  Colegio  imperial  (2),  en  carta 
de  12  de  Octubre  de  i8ji^  no  está  en  lengua  hebrea  pura,  sino  en 
hebreo  vulgar  ó  en  caldaico-siro,  según  se  hablaba  en  tiempo 
de  Jesucristo.  El  expresado  P.  Artigues  le  d¡6  (3)  la  versión  que 
pusimos  en  la  pág.  lOl  de  nuestras  Noticias  histórico^topográ- 
fíeos;  para  la  cual  se  valió  de  buenos  diccionarios  árabes,  he- 
breos y  caldaicos,  y  de  las  noticias  de  un  amigo  que  entendía  la 
lengua  siriaca;  quien  creía  que  aquellos  caracteres  eran  de  una 
memoria  del  sepulcro  de  los  macabeos,  apoyándose  en  las  des- 
cripciones del  Museo  Hebreo-Samaritano  del  Sr.  Bayer.» 

2.    Bover,  Noticias  kistór ico-geográficas  de  la  isla  de  Mallorca^  pág.  101, 
nota.  Palma,  1836. 

«Entre  las  muchas  preciosidades  del  arte  y  de  la  naturaleza 
de  que  se  compone  el  escogido  Museo  de  nuestro  amigo  y 
corresponsal  el  Dr.  D.  Antonio  Ramisy  Ramis,  vecino  de  Mahón, 
en  Menorca,  se  cuenta  un  trozo  de  mármol  con  una  inscripción 
hebrea,  que  en  sentir  del  memorado  P.  Artigues,  puede  ser  una 
memoria  del  sepulcro  de  los  macabeos,  por  la  veneración  que 
tuvieron  los  hebreos  á  esta  ilustre  familia,  batiendo  medallas  y 
levantando  otros  monumentos  en  su  honor.  La  versión  latina  de 
esta  misma  inscripción,  que  nos  comunicó  el  referido  P,  Artigues 
en  12  de  Octubre  de  1 83 1,  dice  así: 

SIGNUM    SEPULCHRALE. 
EX    FX)RNICE    SEPULCHRI    SUME    ALTITUDINEM    EIUS. 

MENSURA  CABI   EST   EIUS  LONGITUDO, 

FUNDAMENTUM     EST     VACUUM     EIUS. 

EX      ALTFTUDINE      QUINQUÉ      PEDES. 
LEX  lUSTITIAE   ET   MISERICORDIAE  (eIUS   VEI.  EORUM) 

SICUT    MONTES    FUIT    PROPTER    DEUM 
QUI     CONVERTIT     GENITUM     EIUS     (VEL     ILLORUM).» 


(i)    Asesinado  en  Madrid  el  día  17  de  Julio  de  1834. 

(2)  De  Madrid.  Véase  el  artículo  biográfico  que  le  consagró  el  autor  de 
este  apunte  en  su  Biblioteca  de  escritores  Baleares,  tomo  i,  pág.  48.  Pal- 
ma, 1868. 

(3)  A  la  inscripción  hebrea. 


LÁPIDAS  HBBRBAS   Y  ROIIANAS.  227 

No  tuvo  en  cuenta  las  siglas,  6  abreviaturas  del  original,  el 
autor  de  esta  traducción;  y  asi  salió  ella  disparatadísima. 


Buñola. 

En  Mallorca,  confina  esta  villa  del  partido  judicial  de  Palma 
al  N.  con  Soller,  al  E.  con  Alaró  y  al  O.  con  Valdemosa.  Entre 
sus  predios  sobresale  el  de  Alfavia  por  su  interés  artístico  é  his- 
tórico, donde  existía  una  inscripción  árabe  que  tradujo  el  refe- 
rido P.  Artigues,  y  otra  que  se  creía  fuese  árabe,  pero  que  en 
realidad  era  hebrea,  según  lo  atestiguó  Bover  en  1836  y  en  su 
ya  citada  obra  Noticias  histórico-topográficas  de  la  isla  de  Ma- 
llorca^ págs.  99-101: 

«Otra  inscripción  existía  en  1 81 5  en  una  de  las  habitaciones 
bajas  de  la  casa  de  Alfavia  que,  al  copiarla  el  célebre  anticuario 
D.  Francisco  Whater,  teniente  coronel  de  suizos,  consideró  que 
era  algún  monograma  efímero  é  insignificante,  como  él  mismo 
lo  dice  en  sus  Memorias  manuscritas  que  tenemos  á  la  vista. 
Aunque  veneramos  muchísimo  el  mérito  de  aquel  erudito  numis- 
mático, cuyas  luces  reconocemos  por  muy  superiores  á  las  nues- 
tras, no  podemos  dejar  de  manifestar  que  los  caracteres  de  la 
Alfavia,  que  seguramente  le  fueron  desconocidos,  son  un  Tzade^ 
un  Caphy  un  Aleph  y  un  Skin  del  alfabeto  caldeo;  y,  por  consi- 
guiente, la  inscripción  está  en  hebreo  vulgar  ó  en  caldaico-siro, 
según  se  hablaba  en  tiempo  de  Jesucristo.  Sin  embargo,  no  aven- 
turaremos nuestra  opinión  acerca  de  este  monumento,  á  pesar 
de  que  hemos  visto  otros  de  su  clase  en  esta  isla  y  en  la  de 
Menorca.» 

A  la  Comisión  de  Monumentos  de  las  Baleares  no  será  difícil 
enterarnos  de  lo  positivo  que  indican  semejantes  apuntaciones. 

Gerona. 

En  esta  ciudad,  á  mediados  del  año  1874,  se  extrajo  delacass^ 
número  lO  de  la  calle  de  Saccimor  una  lápida  sepulcral  hebrea, 
que  mide  43  cm«.  de  alto  por  28  de  ancho.  Llevada  al  Museo 


^ 


228  BOLETÍN   DE  LA  REAL   ACADEMIA  DE   LA  HISTORIA. 

Arqueológico,  del  que  era  entonces  Director  D.  Enrique  Clau- 
dio Girbal,  este  buen  amigo  se  apresuró  á  enviarme  copia,  que 
luego  publiqué  en  la  Revista  histórica-latina^  con  dos  errores  de 
traducción,  que  debo  rectificar.  La  inscripción  dice  asi: 

JQN  py  p3  opbn 

Este  es  el  túmulo  de  la  noble  N'Estelina,  mujer  del  ilustre  y  excelso 
En  Bonastruch  José.  Sea  la  porción  hereditaria  de  ellos  en  el  huerto  del 
Edén.  Amén. 

Según  aparece  del  Libro  de  los  apotegmas  de  sabios,  escrito 
por  Judá  Bonseñor  (i),  los  antiguos  vocablos  catalanes  bonas- 
truch y  desastruch  equivalen  á  los  castellanos  bienaventurado  y 
malaventurado,  franceses  bienheureux  y  malheureux,  AstrucA, 
ó  estruc/ty  6  struck,  como  el  francés  heureux,  se  toma  en  buen 
sentido,  al  revés  del  antiguo  castellano  astroso. 

En  Bonastruch  es  nombre  propio  de  persona  que  en  caste- 
llano significa  Don  Buenaventura^  así  como  N'Estelina^  el  dimi- 
nutivo de  Ester,  precedido  de  Doña.  En  las  escrituras  hebreo- 
jurídicas  de  Gerona  y  de  Castellón  de  Ampwria,  que  publicó  y 
tradujo  Mr.  I-oeb,  halla  buena  explicación  la  presente  lápida  (2), 
y  de  rechazo  se  ilustran  las  cuestiones  que  suscita  el  verdadero 
nombre  (3)  del  Rabí  gerundense  Bonastruch  José,  que  tanto  se 
distinguió  en  el  congreso  hebreo-cristiano  de  Tortosa,  presidido 
por  el  antipapa  Benedicto  Xílí  ó  Pedro  de  Luna  en  1413.  Obser- 


(i)  Jahuda  Bonsenyor,  Libre  de  páranles  e  diis  de  saois  e  filosofofs,  los 
proverbis  de  Salomó,  lo  libre  de  Cató,  ara  fets  estampar  complets  per 
primera  vegada  ab  un  prólech  y  documents  per  en  Gabriel  Llabrés  y 
Quintana,  pág.  48.  Palma  de  Mallorca,  1899. 

(2)    Boletín,  tomo  VIII,  págs.  51-58. 

<3)    ídem,  pág.  51,  nota  4»  -  '  -.  ...,./ 


LÁPIDAS   HEBREAS   Y   ROMANAS.  329 

varé,  no  obstante,  que  el  nombre  En  Bonastruch  en  hebreo  se 
representa  por  el  epitafio  con  arreglo  á  la  pronunciación 
catalana 

al  paso  que  los  instrumentos  jurídicos  suavizan  la  última  con- 
sonante (q)  trocándola  en  g, 

y. 
m 

Barcelona. 

Además  de  las  numerosas  inscripciones  hebreas  que  atesora 
el  Museo  arqueológico  provincial  de  Barcelona  y  cuya  reseña  ha 
de  ser  objeto  de  otro  Informe  (l),  he  de  limitarme  hoy  á  las  que 
en  aquel  recinto  no  figuran. 

I. — Perdidas;  pero  registradas  y  explicadas  por  Matías  Fede- 
rico Beck  en  el  tomo  xxxiii  del  Thesaurus  antiquitatum  Sacra- 
rum^  colección  de  Blas  Ugolini  (2). 

I. — En  el  huerto  de  una  casa,  donde  residía  D.  Francisco 
Pérez  Bayer  (3),  calle  de  Tallers.  Decíase  traída  de  Monjuí. 

Sn  Ti 

Mestre  Vidal  (?)  Bonaiós.  Sea  su  memoria  en  bendición. 

Beck  tradujo:  Dominatio  mea  in  manu  DeL  In  abundantia  sit 
memoria  eius.  Las  dos  siglas,  que  dan  remate  al  renglón  final  y 
significan  memoria  eius  in  benedictione^  habrían  debido  advertirle 
que  los  vocablos  precedentes  expresan  el  nombre  del  difunto  y 
su  categoría  de  doctor  ó  maestro^  probablemente  en  Medicina. 
Bonafós  fué  apellido  muy  usado  por  los  hebreos  de  la  Corona  de 
Aragón.  Significa  Buen-Alfonso,  y  se  compone  á  la  manera  de 

(i)  Los  calcos  de  ellas,  enviados  por  el  Director  del  Museo,  D.  Anto- 
nio Elias  de  Molins,  remití  á  Mr.  Isidore  Loeb.  La  muerte,  sobrado  pre- 
matura, de  tan  preclaro  maestro,  no  le  consintió  publicarlas  y  dar  cima  á 
un  estudio,  digno  de  su  consumada  pericia. 

(a)    Venecia,  1744- 1769.    . 

(3)  En  1755  ^^^  nombrado  por  Fernando  VI  canónigo  de  Barcelona, 
donde  residió  poco  tiempo. 


230  BOLETÍN  DB  LA  RBAL  ACABBMIA  DE  LA  HISTORIA. 

Bon-Astruck,  BoH'-Seriyar^  Bon^Hom,  Bon-^yuieu,  etc.  Acerca  de 
un  Vidal  Bonafós  ebn-Lebi,  6  Levita,  que  floreció  hacia  el  pro- 
medio del  siglo  XV  en  Zaragoza  y  sería  diverso  del  que  suena  en 
el  presente  epitafio,  ha  dado  cuenta  Graetz  en  el  tomo  viii  de 
Historia  de  los  judíos^  págs,  412-415.  No  veo  dificultad  en  que 
Vidal  se  haya  escrito  Bidal^  porque  también  Levi  se  escribió 
/^¿/,  y  además  cabe  suponer  que  el  copiante  transformase  en 
beth  el  vau  de  la  piedra  original,  desgraciadamente  perdida. 

2. — En  Monjuí,  á  mano  izquierda  del  camino  que  sube  al 
castillo  enfrente  de  la  viña  del  Sr.  Costa. 

ntapn  oipo  Sit'^r^  Sv  n^Sv 

obiv  riHnaS  'ps  'iS  n:u;a  tüSJ 

Fas  sobre  Israel!  Lugar  de  la  sepultura  del  generoso  rabí  Isaac,  hijo  de 
Abrahán  Halevi.  Falleció  en  el  año  32  de  la  Era  menor  de  la  Creación  del 
mundo. 

Este  año  hebreo  corrió  desde  el  7  de  Septiembre  de  1 27 1 
hasta  el  26  de  Agosto  de  1272  inclusive. 

La  traducción  que  hizo  Beck  está  bien  (l),  pero  no  la  copia, 
porque  en  el  centro  del  renglón  3.**  mudó  el//  en  mem. 

3.  —  En  casa  del  Marqués  de  Llió,  calle  de  Moneada.  De- 
bía proceder  del  mismo  paraje  del  Monjuí,  donde  estuvo  la  ins- 
cripción precedente: 

['n  p  jIjh  S  n-nnp  nijra 

Estela  sepulcral  de  Rabí  Janán,  hijo  de  Rabí  Abrahán  Halevi,  guárdelo 
su  Roca  y  su  Redentor.  Falleció  en  el  año  5066  de  la  Creación. 

Este  año  hebreo  discurre  del  20  de  Septiembre  de  1 305  al  9 
de  Septiembre  de  1 306.  Janán  sobrevivió  32  años  á  su  hermano 
Isaac. 


(i)  cPax  super  Israel.  Locus  sepulcri  nobilis  R.  Isaac,  filü  R.  Abraham 
Levf.  Mortuus  cst  anno  32  juxta  supputationem  minorem  Creationis 
mundi.i 


LÁPIDAS  HBBRBA9  Y  BOHANAS.  35 1 

He  calculado  los  suplementos  del  renglón  primero  y  del 
segundo  por  las  distancias  simétricas.  En  el  remate  visible  del 
primero,  transcribió  Beck 

...  jni 

preguntando  si  por  ventura  debía  entenderse  Raquel,  esposa  de 
Abrahan  Haleví.  No  puede  ser,  si  ha  de  conservarse  el  nun  que 
sigue  al  jetk.  Las  siglas  del  renglón  segundo  están  sacadas  del 
salmo  hebreo  XIX,  versículo  9. 

4. — Epitafio  de  Don  Salomón  Gracián,  hijo  de  Moisés,  hijo 
éste  de  Shaltiel,  y  éste  de  Zerahia,  fallecido  en  el  año  5067  de 
la  Creación  (lo  Septiembre  1 306-28  Agosto  1307).  La  copia 
publicada  por  Beck  es  harto  defectuosa;  y  la  corregiré  á  la 
vista  del  epitafio  del  platero  D.  Lubel  Gracián,  hermano  de  este 
célebre  doctor  y  escritor,  que  existe  original  en  el  Museo  arqueo- 
lógico de  Barcelona. 

Acerca  del  presente  Saloman  Gracián  y  de  su  contemporáneo 
el  Maestro  Vidal  Bonafós^  residentes  ambos  en  Barcelona,  nos 
ha  conservado  interesantes  noticias  N'Astruch  de  Lunel,  sobre- 
nombrado Abba  Mari  Hayyarjí,  en  su  obra  famosísima  Min- 
jath  Quenaothy  importante  para  el  estudio  histórico  de  la  filosofía 
Aristotélica,  hebreo-hispana,  en  los  siglos  xiii  y  xiv. 

Beck  no  registró  la  siguiente,  que  en  balde  he  buscado  durante 
mi  última  excursión  á  Barcelona. 

5. — En  la  calle  de  la  Riera  de  San  Juan,  junto  á  la  puerta  de 
la  iglesia  de  Santa  María  Magdalena,  en  su  pared  exterior,  en  un 
sillarejo  de  la  hilada,  elevada  un  estado  sobre  el  nivel  del  suelo, 
se  leía  un  vocablo  hebraico,  que  por  indicación  de  D.  Mariano 
Aguiló  vi  y  copié  en  17  de  Noviembre  de  1 87  5*  Desapareció, 
no  mucho  después,  al  demolerse  el  templo. 

Este  sillar  medía  un  decímetro  de  ancho  por  dos  de  largo. 


...  gloría. 


2$í 


BOLETÍN   DE   LA   REAL   ACADEMIA   DE   LA   HISTORIA. 


Un  año  antes,  en  12  de  Noviembre  de  1874,  recorrí  el  sitio 
de  Monjuí,  donde  estuvo  el  cementerio  hebreo;  y  en  el  seto  de 
las  zabilas  que  junto  al  camino  limitan  el  campo  santo,  profa- 
nado en  1 39 1  y  en  1492,  divisé,  removí  y  copié  los  siguientes 
fragmentos  de  piedras  sepulcrales,  lastimosamente  perdidos  (l). 

6. — Sillarejo  cuadrangular,  ancho  2,  alto  i  decímetro. 


[...  '1  ni] 


...  Doña  María,  hija  de  Rabí... 


bv] 


Combinando  este  fragmento  con  el  anterior  se  llega  á  la  lec- 
tura de  un  epitafio,  semejante  al  toledano  3  de  Luzzatto,  por  su 
giro  gramatical  y  alusivo  al  versículo  16,  capítulo  XI  del  libro  de 
los  Proverbios:  ^Mulier  gratiosa  inveniet  gloriarme . 

Tocándose  con  este  fragmento,  bajo  las  pencas  de  una  gran 
zabila,  se  veía  otro  del  mismo  tipo  caligráfico,  espesor  y  calidad 
de  piedra,  que  marcaba  la  fecha  de  la  defunción  de  María;  y  es 
el  siguiente: 

7. — Ancho  13;  alto  20  centímetros. 


trnn 
bnn 


b  ...1 


Falleció  en  el  día...  del  mes  de...  año  cinco  mil  sesenta  [y  ...?]  de  la 
creación  del  mundo. 


La  fecha  estuvo  comprendida  entre  los  años  SO60  y  5069  in- 
clusive de  la  Creación,  ó  entre  1299  y  1 310  de  la  era  cristiana» 
8. — Fragmento  en  forma  de  cuña,  ancho  21  centímetros. 


n] 


"rSn  )  [wi«n  "la  ...] 


(1)    Véase  el  tomo  xvii  del  Boletín,  pág.  199. 


UCpioas  hebreas  y  romanas.  233 

Este  vocablo,  sacado  del  Génesis  (XXXI,  52)  debía  leerse  en 
el  primer  renglón  del  epígrafe. 

Otras  inscripciones  enteras,  ó  casi  enteras,  con  estos  fragmen- 
tos se  mostraron  en  dicho  sitio,  que  han  sido  llevadas  al  Museo, 
y  por  esto  no  las  pongo  aquí.  Una  de  ellas,  importantísima,  es 
la  sepulcral  de  Rubén  ben  Todrós,  que  falleció  en  el  mes  do 
Siván  del  año  §066  de  la  Creación  (14  Mayo-l2  Junio  1306), 
siendo  de  edad  avanzada,  y  tomó  viva  parte  en  la  gran  polémica, 
talmúdico-ñlosófíca,  historiada  por  Abba  Mari. 

II. — Inscripciones  existentes  dentro  de  la  ciudad  y  fuera  del 
Museo. 

9. — La  de  la  calle  de  Marlet,  número  I,  en  la  fachada  de  la 
casa  (l).  Véase  el  tomo  xvi  del  Boletín,  pág.  446. 

10. — Reducidas  á  tristes  fragmentos  de  lápidas  sepulcrales, 
muchas  inscripciones  expuestas  á  la  humedad  corrosiva,  ú  ocul- 
tas debajo  del  musgo,  esmaltan  las  hiladas  de  la  alta  pared,  que 
forma  el  ala  izquierda  del  atrio  exterior  de  la  iglesia  de  Santa 
Clara,  hacia  el  centro  de  la  calle  de  los  Condes  de  Barcelona. 

No  obstante  el  deterioro  de  todas  ellas  y  su  abandono,  algu- 
nas todavía  quedan  reconocibles. 

Altura  de  un  estado  sobre  el  nivel  del  suelo.  A  mano  derecha 
del  espectador. 

10-13. — Sillares  de  piedra  blanca: 


-) 

,..  HQ'íí 

¿) 

•tai 

0 

in 

^) 

IQIQ 

La  misma  altura,  á  mano  izquierda: 


(i)  Al  ir  á  entrar  este  pliego  en  prensa,  he  recibido  de  D.Joaquín 
Mental  y  Biosca,  ilustrado  fabricante  de  Barcelona,  el  ejemplar  íotográ- 
ñco  de  tan  bella  inscripción,  que  será  reproducido  y  discutido  en  el  pró- 
ximo cuaderno  del  Boletín  para  demostrar  que  su  postrera  sigla  puntua- 
da no  es  kCy  sino  thau^  y  que  su  fórmula  ritual  procede  del  versículo  13 
del  salmo  hebreo  XXV. 


234  BQLCTÍ2C  DE   LA   RBAL  ACADBMIA   DB  LA   HISTORIA. 

14-15. — Sillares  de  color  pardo. 

Más  arriba: 

16. — Sillar  cuyas  letras  están  volcadas  de  arriba  abajo 

1 7. — Grandes  letras. 


A) 
18. — Tamaño  común. 


"  \ 


n 
1 


19. — Tamaño  menor. 

El  aparejo  de  la  pared  es  antiguo,  y  se  puede  calcular  que  la 
construcción  data  del  tiempo  en  que  el  rey  D.  Martín  de  Ara- 
gón (f  31  de  Mayo  1420)  amplió  y  reformó  aquella  parte  de  su 
palacio,  mejorando  el  tineUj  6  salón  del  trono,  que  es  hoy  la 
iglesia  de  Santa  Clara.  El  horrible  estrago  del  Cal/ de  Barcelona 
(5-10  Agosto  1391),  que  nos  ha  descrito  un  testigo  ocular  (l), 
hubo  de  repercutir  en  las  tumbas  y  piedras  epigráficas  del  ce- 
menterio de  Monjuí,  bárbaramente  destrozadas  y  condenadas  á 
uso  profano, 

Uno  de  los  pocos  judíos  barceloneses,  que  sin  abjurar  de  la 
Ley  de  Moisés  lograron  evadirse  de  la  matanza  (2)  fué  Salomón 

(1)  Boletín,  tomo  xvi,  págs.  433-435- 

(2)  «lili,  qui  renuebant  baptizari,  interñciebantur  per  vicos  et  plateas; 
ita  quod  illa  die  et  sequenti  fuerunt  bene  CCC  judei  et  amplius  interfec- 
t¡,  spoliati  et  depredati; ...  ct  sic  per  VI  dies  duravit  interfectio  judeorum 
prout  reperiebantur.»  Compárense  los  diplomas  del  rey  D.  Juan  I,  inser- 
tos en  el  tomo  vi,  págs.  436-443  de  la  Colección  de  documentos  del  archi- 
vo general  de  la  Corona  de  Aragón^  por  D.  Próspero  de  Bofarull.  Barce- 
lona, 1850. 


LÁPIDAS   HBB&BAS  Y   ROMANAS.  235 

Gracián,  biznieto  quizá  de  aquel  su  homónimo  doctísimo  cuyo 
epitafio  cité  bajo  el  núm.  4,  y  nos  ha  conservado  Beck.  Lo  prue- 
ba el  documento  siguiente: 

Barcelona,  ao  Enero  de  1395.  Carta  de  seguro,  inédita,  que  otorgó  el 
rey  D.  Juan  I  de  Aragón  en  iavor  de  D.  Salomón  Gracián. — Archivo  gene- 
ral déla  Corona  de  Aragón,  Registro  1.909  (Gf-atiarttm  ^o  yohanmis^  l)„ 
fol.  214  recto  y  vuelto. 

Pro  Salamone  gracia  Judeo. 

Nos  Johannes  dei  gracia  etc.  Supipficantibus  inde  Nobis  humi- 
Uter  quíbufldam  íamiliaríbus  et  domesticis  nostris,  et  consencien- 
ttbus  quibusdam  creditoribus  tui,  Salamonis  graciani  judei  bar- 
chinone,  Tenore  presentís,  guidamus  et  assecuramus  in  nostra 
bona  fide  Regia  te  dictum  Salamonem,  qui  Al  destruuione  calli 
judaici  barckinone  fuisti  dampniñcatus  non  modicum,  de  ómni- 
bus et  singulis  contractibus  et  obligacionibus,   per  te  nomine 
proprio,  vel  fideiussorio,  aut  alias,  usque  in  diem  presentem  fac- 
tis  quomodolibet  seu  firmatis,  ita  quod  pretextu  quorumvis  con- 
tractuum  seu  oblígacionum  judicialium  per  te  hucusque,  ut  pre- 
dicitur,  ñrmatorum  et  factorum,  aut  aliquarum  penarum  pecu- 
niariarum  vel  aliarum  in  eis  vel  aliquo  eorum  apportatarum  du- 
rante presente  guidatico,  quod  durare  volumus  per  unum  an- 
num  a  data  presentís  continué  sequturum  et  postea  quousque 
illud  revocaverimus,  que  revocacio  tibi  personaliter  intimari, 
vel  per  Ctvitatem  barchinone  voce  preconis  publican  habeat;  et 
post  ipsam  revocacionem  per  unum  mensem  tune  continué  nu- 
merandum  non  possitís  ex  officio  vel  ad  partís  instanciam  per- 
sonaliter capí,  detineri,  arrestan,  impeti,  conveniri  aut  deman- 
dan, nec  in  persona  tua  ullatenus  molestan,  quinimmo  possi^  irc 
esse  et  stare  et  morari  por  totam  terram  et  domínacionem  nos- 
tram,  et  ab  inde  recedere,  salve  paríter  et  secure  durante  guida- 
tico supradícto. 

Nostre  tamen  intentionis  exístit  quod,  non  obstante  presentí 
guidatico,  in  bonis  tuis  possít  ad  creditorum  tuorum  instanciam 
ñeri  execucio,  ut  suadebunt  jus  et  racío,  ac  sí  presens  guídaticum 
a  nostra  Curia  nullatenus  emanasset. 


236  BOLBTÍN   DE   LA   REAL   ACADEMIA  DE  LA    HISTORIA. 

í  Mandantes  per  eándem  éxpresse  et  de  certa  sciencia  üniver- 
sis  et  singulis  Gubernatoribus,  vicariis,  baiulis  ac  terceriis  Cu- 
riarum  ceterisque  universis  et  singulis  offícialibus  nostris,  pre- 
sentibus  et  futuris,  ad  quos  spectet  eorumque  locumtenentibus, 
sub  nostre  iré  et  índignationis  incursu  ac  pena  mille  florenonim 
auri  nostro  Erario  írremisibiliter  applicandorum,  quatinus  guida- 
ticum  nostrum  huiusmodí  tibi,  dicto  Salamoni,  firmiter  teneant 
et  observent,  ac  teneri  et  observari  faciant,  et  non  contraveniant 
nec  aliquem  contravenire  permittant  aliqua  racione  seu  causa; 
eis  et  eorum  cuilibet,  ad  cautelara,  faciendi  contrarium  abdican- 
tes omnimodam  potestatem. 

In  cüius  rei  testimonium  hanc  fieri  et  sigillo  nostro  jussimus 
comuniri.  Data  Barchinone,  vicésima  die  Januarii,  anno  a  nativi- 
tate  domini  Millesihio  CCC^  Nonagésimo  Quinto, 

Rex  Joijiannes), 

Dominus  Rex  mandavit  michi  bonanato  egidii.  Vidit  eam 
Regens  cancellariam,  qui  dixit  posse  expediri.  ídem. 

Contrasta  esta  carta  de  amparo  con  la  que  el  mismo  Rey  ha- 
bla concedido  (27  Febrero  1 392)  al  escultor  y  arquitecto  Jaime 
Desmás,  acusado  de  haber  tomado  parte  en  el  robo  y  saqueo 
del  Cali  de  Barcelona:  «de  disraubacione  ...  bonorum  judeorum 
civitatis  Barchinone,  his  diebus  turpissime  facta  debito  honestatis 
abjecto^  corara  Nobis  delatus».  Destruida  legalmente  la  primitiva 
^ljama  (10  Septiembre  1 392),  otra  se  creó  (2  y  .3  Octubre  del 
mismo  año);  pero  tan  mezquina,  que  sus  individuos  no  llegaban, 
ni  con  mucho,  á  doscientos.  Asignóseles  la  antigua  sinagoga  sita 
en  la  calle  de  Sanahuja,  que  pronto  se  trocó  (23  Junio  1395)1  ^ 
petición  de  cinco  conversos  (l),  en  iglesia  de  la  Santísima  Trini- 
dad, y  es  ahora  parroquial  de  San  Jaime.  Allí,  como  en  las  sina- 
gogas de  Córdoba,  Toledo,  Zaragoza  y  Gerona,  brillaron  magní- 
ficas inscripciones,  que  ojalá  se  descubran. 


(i)  cArnaldus  Macana  de  thesauraria  nostra;  et  Ludovicus  de  Junque- 
riis,  Petrus  de  Podiolo,  Franciscas  de  Pedralbis,  medici  físici;  ac  Bernar- 
das de  Pinos;  noviier  ad  catholicam  fidem  conversi.» 


LÁPIDAS  HEBREAS   Y  ROMANAS.  237 


Prats  de  Rey. 

Esta  villa  (l)  nobilísima  del  partido  de  Igualada  en  la  provincia 
de  Barcelona,;  había  manifestado  su  antigüedad  romana  y  su  ca- 
lidad de  munijcipio  afiliado  á  la  tribu  Galeria  por  medio  de  cinco 
inscripciones,:  reseñadas  por  Hübner  bajo  los  números  4.479- 
4.483.  En  los  postreros  años  del  siglo  xviii  las  dio  á  conocer  al 
mundo  sabio  D.  PVancisco  Mirambell  y  Giol,  erudito  párroco 
de  Sesglayolás,  población  confinante  de  Prats;  el  cual,  por  este 
y  por  otros  méritos,  fué  nombrado  Correspondiente  de  nuestra 
Academia  en' 10  de  Diciembre  de  1 8 19.  Hasta  el  año  presente 
de  1906,  las  ^inco  lápidas  epigráficas,  que  son  de  mármol  del 
país,  han  permanecido,  parte  debajo  de  dos  altares  y  parte  en 
las  afueras  del  templo  parroquial,  donde  las  reconoció  el  señor 
Mirambell  y  las  coloca  Hübner.  Por  disposición  acertadísima  del 
obispo  diocesano,  el  actual  cura  ecónomo  de  Prats,  D.  Juan 
Camprodón,  las  ha  trasladado  al  pequeño  atrio  exterior  formado 
por  la  puerta  lateral  de  la  iglesia,  con  tan  buen  éxito,  que  al 
arrancarse  la  piedra  núm.  4.483,  ha  demostrado  ser  opistógtafa^ 
ó  escrita  en  su  anverso  y  reverso.  Aserrado  este  mármol  de 
arriba  abajo  por  la  mitad  lateral,  ha  producido  dos  lápidas,  que 
figuran  ya  con  las  demás  en  el  atrio  sobredicho.  De  todas  ellas 
me  ha  enviado  dibujos  y  notificado  exactamente  las  dimensio- 
nes el  Sr.  Camprodón  en  carta  del  13  del  corriente. 

La  nueva  inscripción  ha  sido  objeto  de  dos  artículos,  escritos 
y  publicados  por  D.  José  Gudiol  y  Cunill  en  el  periódico  de 
Vich,  titulado  Gazeta  Montanyesa^  números  del  31  de  Enero  y 
21  de  Febrero.  A  mi  ruego,  el  Sr.  Gudiol  ha  hecho  un  viaje  á 
Prats,  para  sacar  fotografías  de  las  inscripciones  y  suministrarme 
algunos  datos,  no  poco  útiles. 
Hübner,  4.479. — Alta  0,90  m.;  ancha  0,55. 


(i)    Nómbrase  cvila  des  Prats  de  Sagarra*  en  un  documento  del  año 
1359- 


t    RBAL    ACADSWA   D 


Qaio)  Vibio  Luperco  lili  vh\d)  mnnicipi{i')  Sigarreni(ií)  C\aius)  i 
íi«f  Latro  filius. 

A  Cayo  Vibio  Luperco  cuatórviro  del  municipio  SigarrcDse  erigió  ei 
monumento  Cayri  Vibio  Latrdn  su  hijo. 


Esta  lápida  y  la  siguiente  se  hallaban  debajo  de  la  mesa  del 
altar  mayor  de  la  iglesia.  El  colegio  cuatorviral,  al  que  pertene- 
cía Luperco,  se  componía  de  dos  duúmviros  ó  alcaldes,  un  edil 
y  un  cuestor  ó  tesorero.  Presidían  al  Ordo  ó  al  concejo  de  los 
decuriones. 

El  tipo  de  letra  es  de  la  segunda  mitad  del  primer  siglo. 

Hübner,  4.480. — Alta  0,87  m.;  ancha  0,5o.  El  espesor,  as! 
como  el  de  la  precedente,  mide  unos  dos  palmos.  En  el  renglón 
3.°  hay  ligatura  de  TR.  En  el  I."  y  en  el  2°  las  letras  finales  se 
espacian  y  contraen,  con  el  objeto  de  que  los  vocabloe  guarden 
alineación  igual  ó  simétrica. 


LAPIDAS   HBBRKAS  Y   ROMANAS  239 

I  V  N  I  •  A  •  B 
S  E  V  E  R  >  N  ^ 
C»VIBIVS«LATRo 

MATRI 

Juniae  Severina  C{aius)  Vibius  Latro  matri. 

A  Junia  Severina,  su  madre,  erigió  Cayo  Vibio  Latrón  este  monumento. 

El  piadoso  hijo  que  erigió  á  sus  padres  estas  dos  lápidas  en 
Prats  de  Rey,  ejerció  en  Tarragona  elevados  cargos  del  sacer- 
docio y  del  municipio. 

Hübner,  4.481. — Alta  0,39  m,;  ancha  0,51;  gruesa  0,04.  Le- 
tras del  tiempo  de  Trajano  (l). 

C  •  ANNIVS  •  C  •  P  •  GAL 

PROCVLVS 
SIBI  •  BT  •  PORCIAE  •  RB$ 
TITVTAB  •  VXORI  •  OPT 

ET'SVIS 
H  •  M  •  H  •  N  -S» 

Qaius)  Annius  C(ait)  f(ilius)  Gal{eria)  Proculus  et  Porciat  RcstUuiac 
uxori opt\imae)  et  suis.  Hipe)  m{pnumentum\  h{eredem)  n(on)  s{equeiur). 

Cayo  Annio  Próculo,  hijo  de  Cayo,  de  la  tribu  Galería,  hizo  esta  sepul- 
tura para  sí,  para  su  mujer  Porcia  Restituta  y  para  los  suyos.  Este  monu- 
mento no  ha  de  transmitirse  por  título  de  herencia. 

No  imprimió  esta  inscripción  el  historiador  Francisco  Masdeu; 
á  quien  el  Sr.  Mirambell,  con  fecha  del  31  de  Octubre  de  1798, 
notificó  el  descubrimiento.  Decíale  (2)  que  «fué  hallada  en  oto- 
ño de  1795  por  D."  Joseph  Sola,  vecino  de  la  villa  de  Prats  del 
Rey,  con  ocasión  de  haberla  desenterrado  las  corrientes  de  las 
aguas,  en  la  orilla  del  riachuelo  llamado  Morisca^  cerca  de  los 


(1)  Véase  Hübner»  Exempla  scripturat  epigrapkicae  latinac^  números 
430-432.  Berlín,  1S85. 

(2)  Sus  cartas  autógraías  á  Masdeu,  se  conservan  en  el  archivo  capitu- 
lar de  la  catedral  de  Vich,  sección  titulada  «Papeles  varios  del  canónigo 
RipoUt. 


1 


240  BOLETÍN  DB  LA   REAL   ACADEMIA  DE    LA   HISTORIA. 

muros  de  la  villa,  un  poco  más  abaxo  del  puesto  en  que  cruza 
aquel  riachuelo  con  el  camino  público  que  va  á  Barcelona,  don- 
de permanecen  vestigios  de  haberse  extendido  hasta  allí  la  po- 
blación romana».  Un  día  antes,  es  decir,  en  30  de  Octubre  de 
1798,  la  preciosa  lápida  se  había  incrustado  en  la  pared  del  fron- 
tispicio de  la  casa  parroquial,  donde  ha  estado  fija  hasta  el  mes 
últimamente  transcurrido.  El  primero  que  la  publicó  no  fué  el 
P.  Villanusva  (l),  sino  el  mismo  Sr.  Mirambell  (2),  habiéndola 
hecho  de  antemano  presente  á  nuestra  Academia  por  comunica- 
ción manuscrita  de  D.  Carlos  González  Posada  (3),  fechada  en 
18  de  Marzo  de  1804. 

La  indicación  del  sitio,  í'echa  y  circunstancias  en  que  se  halló, 
extramuros  de  la  villa  y  en  su  sitio  natural  ó  primitivo,  esto  es, 
al  lado  de  una  antigua  vía  romana,  demuestra  que  las  cuatro 
restantes  también  se  descubrirían  dentro  del  término  de  Prats,  y 
quizá  en  el  centro  de  la  villa,  al  ampliarse  ó  reconstruirse  el 
templo  parroquial,  como  aconteció  en  Badalona. 

Ilübner,  4.482. — Alta  0,80  m.;  ancha  y  gruesa  0,59.  Tiene 
recortada  la  cenefa  superior  del  marco.  Siglo  lu. 

c-  ////////  Lio 

M  ANS  V  ETo 

PATRI 
C  O  R    N  E  L  '  A 

CVPITA 

C\aio)  [Corne]lio  Mansueto  patr i  Cornelia  Cupita. 
A  Cayo  Cornelio  Mansueto  erigió  este  monumento  su  hija  Cornelia 
Cupita. 

El  codearse  en  un  mismo  renglón  las  letras  de  mayor  y  de 
menor  tamaño,  por   manera  anormal,  ó  contra  el  buen  gusto 


(i)  Viaje  literario  á  las  iglesias  de  España^  tomo  vi,  pág.  118.  Valen- 
cia, 182 1.  El  P.  Villanueva,  al  publicarla,  reconoció  que  en  1806  había  re- 
cibido el  dibujo  de  ella,  comunicado  por  el  Sr.  MirambélL 

(2)  Anocajeni^  ó  Alfabeto  reformado^  lámina  final.  Manresa,  1813. 

(3)  Biblioteca  de  la  Academia,  sala  12,  estante  18,  legajo  56.  Consta  de 
su  recepción  en  el  acta  de  la  sesión  del  13  de  Abril  de  1804. 


j 


<ípigráfico,  lo  notó  D.  Marcelo  Macías  (l)  en  una  lápida  de  As- 
íorga  contemporánea  de  la  presente. 
Hübner,  4.483,  —Alta  0,96;  ancha  0,46. 


Ciaio)  Licin:ú  C{<iiÍ)/{ilio)  Gai{eria)  SiUmi  C{aius)  Licinius  PaUrttus 
fatri  ex  tetlamento. 

A  Cayo  Licinio  Sílón,  hijo  de  Cayo,  de  la  tribu  Galería,  erigió  esta  me- 
moría  su  hijo  Cayo  Licinio  Paterno  en  virtud  de  su  testamento. 

Antes  que  viese  esta  inscripción,  sospechó  el  Sr.  Gudiol  que 
fuese  grabada  en  el  bello  mármol  que  la  contiene,  por  haber  sido 

(i)     Boletín,  tomo  xlvii,  pág.  479. 

TOMO   XLVIJl.  i5 


242  boletín   de  la  REAL   ACADEMIA   DE   LA   HISTORIA. 

éste  objeto  de  execración  y  desechado  para  ignominia  del  em- 
perador Maximiano  Herculia  en  el  año  308  (i).  Mas  para  bien 
juzgar  no  hay  como  ver;  y  así  es  que,  atendiendo  á  la  paleogra- 
fía, el  doctísimo  Autor  de  la  Arqueología  Sagrada  catalana  (2) 
ha  dejado  por  ese  lado  la  verdad  en  su  punto  (3).  Los  ejempla- 
res fotográficos  de  las  dos  inscripciones  en  cuestión,  que  el  se- 
ñor Gudiol  ha  sacado,  y  que  aquí  se  exhiben  manifiestan  abier- 
tamente  que  el.cipro  marmóreo  se  labró  con  su  letrero  fianeral 
de  Cayo  Licinio  Silón  á  fines  del  primer  siglo,  ó  á  principios  del 
siguiente.  No  es  maravilla  que  imperando  Galieno  (años  253-268), 
ó  poco  después,  el  municipio  Sigarrense  se  viese  gravemente 
aquejado  de  las  guerras  civiles,  pestes  horrendas  é  invasiones  de 
bárbaros  que  asolaron  á  nuestra  España  y  en  especial  á  la  Ta- 
rraconense, cuyo  cuadro  lúgubre  con  vivos,  mas  no  exagerados 
colores,  trazó  y  retrató  Paulo  Osorio  (4).  Las  vías  públicas,  de 
continuo  estragadas  y  provisionalmente  reparadas  durante  aquel 
período  lamentable,  reflejan  por  medio  de  sus  miliarios  la  profa- 
nación y  el  abandono,  cuando  la  destrucción,  de  que  serían  ob- 
jeto  cerca  de  las  poblaciones  tantos  y  tantos  monumentos  se- 
pulcrales, que  adornaban  las  aceras;  entre  los  cuales,  á  no  du- 
darlo, el  presente  figura. 

Desaparecida,  ó  extinguida  en  Prats  al  cabo  de  dos  siglos,  la 
familia  de  los  que  podían  reclamar  á  título  de  propiedad  ese  cipo 

(i)  «Aixó'ns  podría  indicar  que  aquest  epígrafe  íou  arreconat  al  poch 
temps  d'esser  escrit  y  que  aleshores  un  particular  en  vista  de  Thermosu- 
ra  del  marbee  qu'es  blanch,  ab  una  gran  taca  vermeilenca,  l'aprofitaria 
per  grabarhi  una  inscripció  dedicada  a  la  memoria  de  son  pare,  puix  que 
ja  hem  indicat  que  tal  inscripció  (la  imperial)  'n  tenia  un  altre  a  la  part 
que  fins  ara  li  era  oposada  en  el  bloch  marmori.»  Artículo  del  31  de  Ene- 
ro de  1906. 

(2)  Un  volumen  en  4.®,  págs.  644.  Vich,  1902. 

(3)  «Per  fer  aquesta  dedicació  al  emperador  Maximiá  ais  darrers  anys 
del  segle  iii  o  principes  del  segle  iv  s'aprofitá  un  vell  cipo  lunerari  de 
Cay  Licini  que  per  l'hermosura  de  las  lletres  y  fins  per  la  bella  redacci6 
no  pot  íerse  posterior  al  segle  11,  resultant  que  la  inscripció  honoraria  del 
emperador,  obra  del  comú  segarrench,  vingué  a  ocupar  la  fag  posterior 
d'un  monument  sepulcral  particular  que  ja  no  tindria  qui'l  reivindiques. >► 
Artículo  del  21  de  Febrero. 

(4)  Historiafum^  lib.  vii,  cap.  23. 


'        -      LAPIDAS   HBBREAB   T    ROMAHXS.  243 

marmóreo,  resultó,  naturalmente,  que  la  Corporación  municipal 
pudiese  disponer  y  aprovecharse  de  él  para  otros  usos.  Adosado 
por  su  antigua  cara  epigráfica  á.una  pared  del  foro  para  que  sir- 
viese de  pedestal  á  una  estatua,  ó  incrustado  en  un  tosco  arco 
triunfal,  pudo  recibir  en  su  faz  trocada  ya  de  postrera  en  delan- 
tera, y  con  efecto  recibió  la  inscripción  siguiente: 


I»P-CiES'M-AVBE»0 
VAL • M AXIMIANO* 
P-  F-  INVICTO'AVG- 
PMAX  ;  TRIBF'PATER 
P ■ pRpCONSVLl 
ORDO • SBG ARREN 
SIS-l'S 


244  BOLETÍK  DE  LA  RBAL  ACADBIHA  DB  LA  HISTORIA. 

Los  dos  primeros  renglones  están  picados,  como  acontece  á 
otra  lápida. (Hübner,  4.097)  del  mismo  emperador  en  Barcelona. 
Fueron  picados  en  el  año  308,  como  bien  lo  advierte  el  señor 
Gudiol  (i). 

En  el  renglón  4.°,  la  llamada  de  los  tres  puntos  entre  MAX 
y  TRIB  no  es  casual,  sino  adrede  puesta  con  el  fin  de  prevenir 
el  ánimo  del  lector  contra  la  lectura  errónea  de  PA  •  TER  al  fin 
del  propio  renglón,  que  fué  invertido  por  distracción  6  incuria 
del  grabador,  y  debe  leerse  TER  •  PA. 

Im(eratori)  Cas{ari)  M{arco)  Aurelio  Val(erio)  Maximiano^  P(^^) 
f(elici)  invicto  aug{usto)^  p{07itifici)  max{imo)^  trib{uniciac)  p(otestatis)  fer; 
pa(tri)  p(atriae),  proconsuli^  Ordo  Segarrensis  i(mpensá)  s(ua). 

Al  Emperador  César  Marco  Aurelio  Valerio  Maximiano,  pío,  feliz,  in- 
victo, augusto,  pontífice  máximo,  revestido  de  la  tribunicia  potestad  por 
tercera  vez,  padre  de  la  patria,  procónsul,  costea  y  dedica  este  monu- 
mento el  Concejo  de  Segarra. 

El  año  de  esta  inscripción  es  el  287  de  J.  C;  en  el  cual  Maxi- 
miano Herculio  contaba  el  tercero  de  su  tribunicia  potestad  y  el 
primero  del  consulado.  Este  está  envuelto,  ó  suficientemente 
marcado  por  aquél  y  por  la  dignidad  de  procónsul;  y  así  es  que 
en  la  inscripción  no  se  nombra  el  consulado  (2).  • 

No  faltará  tal  vez  quien  dé  por  apócrifa  esta  inscripción,  ó  por 
sospechosa  de  falsedad.  Abogan  por  su  autenticidad  la  paleogra- 
fía y  lo  tachado  de  los  dos  primeros  renglones,  difíciles  de  imi- 
tarse con  tanta  perfección  por  mano  alevosa.  La  misma  natura- 
leza de  los  errores  de  redacción,  ó  lo  anormal  de  dos  ó  tres  giros 
singulares,  ó  nada  comunes,  excluyen,  á  mi  juicio,  un*  tentati- 
va,  que  de  seguro  habría  sido  ajena  á  la  índole  del  estilo  usado 


( 1 )  Más  raro,  pero  cierto  é  indubitable,  es  el  caso  de  un  fragmento  epi- 
gráfico romano  de  buena  época  (Hübner,  4.459),  que  se  conserva  en  el 
Museo  provincial  de  Barcelona,  y  en  su  cara  posterior  lleva  completo  un 
epígrafe  hebreo  muy  antiguo.  De  ambas  inscripciones  he  pedido  fotogra- 
fías á  D.  Joaquín  Montal  y  Biosca. 

(2)  Véase  Dessau,  Inscriptiones  latinae  selectat^  vol.  i,  núm.  617.  Ber- 
lín, 1892. 


LÁPIDAS    HEBREAS   Y   ROMANAS.  245 

por  los  corruptores  de  nuestra  historia.  Mucho  importaría  á  este 
propósito  averiguar  cómo  se  descubrió  esta  lápida  en  Prats  de 
Rey,  y  cuándo  se  colocó  debajo  de  la  mesa  del  altar  de  la  capi- 
lla de  San  Pedro,  hoy  de  San  Cayetano,  en  la  iglesia  parroquial. 
Á  semejante  averiguación  han  dedicado  prolijos  esfuerzos  los 
Sres.  Gudiol  y  Camprodón;  pero  el  éxito  no  ha  correspondido  á 
tan  penoso  trabajo.  El  Sr.  Gudiol  ha  recorrido  uno  por  uno  to- 
dos los  impresos  y  manuscritos  que  nos  quedan  de  D.  Francisco 
Mirambell  y  Giol;  así  como  el  Sr.  Camprodón  no  ha  perdonado 
á  fatiga  de  examen  é  inspección  en  el  archivo  parroquial  de  su 
cargo;  pero  todo  ha  sido  en  balde,  porque  la  iglesia  es  antiquísi- 
ma y  no  consta  el  tiempo  en  que  la  lápida  romana  de  este  altar 
y  las  del  mayor,  allí  se  pusieron.  Al  arrancarse  éstas  y  aquéllas 
de  su  respectiva  posición  para  trasladarse  al  atrio  exterior  del 
tenlplo,  se  han  descubierto  cercanos  á  ellas,  como  lo  nota  el  se- 
ñor Gudiol,  dos  fragmentos  de  un  pedestal  desprovisto  de  ins- 
cripción y  un  trozo  informe  de  escultura  romana. 

Terminaré  notando  que  al  distrito  del  municipio  Sigarrense  6 
Segarrense^  pueden  atribuirse  dos  lápidas  halladas  en  parajes 
poco  distantes  de  Prats  de  Rey.  Necesita  la  Ciencia  epigráfica 
que  se  reconozcan  y  sometan  á  nuevo  examen,  indicándose  con 
precisión  sus  respectivas  dimensiones  y  calidad  de  la  piedra,  y 
fotografiándose  los  letreros;  de  donde  nacerá  que  se  descubra, 
aproximadamente,  la  época  de  su  trazado  y  la  recta  inteligencia 
del  sentido  que  encierraru 

Hübner,  4.45^- — En  Iborra,  villa  del  partido  de  Cervera  en  la 
provincia  de  Lérida,  al  Oeste  de  Prats  de  Rey,  dotada  de  baños 
de  aguas  minerales,  sulfurosas,  que  llaman  de  la  Puda,  y  no  des- 
aprovecharían los  romanos.  El  P.  Villanueva  descubrió  este  epí- 
grafe visitando  la  capilla  de  la  Santa  Duda^  y  lo  descubrió  por 
primera  vez  (i): 

«Al  lado  del  relicario,  en  el  mismo  camarín  y  sobre  una  me- 
sita,  se  halla  una  piedra  romana.  Es  una  tabla  de  mármol,  de 


(i)     Viaje  literario  y  tomo  ix,  pág.  39.  Valencia,  1821. 


246  BOLETÍN  DE  LA   REAL  ACADEMIA  DE  LA   HISTORIA. 

más  de  dos  cuartas,  hallada  en  las  ruinas  de  la  [iglesia  vieja  (i), 
porque  la  actual  es  obra  de  nuestros  días.» 

L-CAECILIO 

AGIDILIO 

L«CABC*AO)LLO 

PATRI  •  PIBNTISSIMO 

5  KT  •  SKVERIANO  •  FILIO 

KARISSIiWO  •  AN  «XVI 

L{ucio)  Caed  lio  Agidillo  Mucius)  Catc{ilius)  Agilio  patri  pientissimo  et 
Scvtriano  filio  karissimo  an{norum)  XVI. 

Lucio  Cecilio  Agilión  erigió  este  monumento  á  su  padre  piadosísimo 
Lucio  Cecilio  Agidilo  y  á  su  carísimo  hijo  Severiano,  de  edad  de  i6  años. 

Compara  Hübner  los  sobrenombres  Agidillus  y  Agilio^  á  los 
■  parecidos  que  salen  á  luz  en  otras  inscripciones  de  España  y  del 
extranjero,  y  pueden  aumentarse  con  las  de  las  anclas  de  plomo 
recién  halladas  en  aguas  del  cabo  de  Palos,  cerca  de  Carta- 
gena. 

Hübner,  4.484. — Descubierta  cerca  del  río  Rajadell  (2),  en 
término  del  lugar  de  este  nombre,  situado  en  un  cerro  al  orien- 
te de  Prats  de  Rey  y  perteneciente  al  partido  de  Manresa,  pro- 
f  vincia  de  Barcelona.  Hallóla  en  1 794  un  labrador  llamado  Isidro 
Viladés  «enfrente  de  un  grande  edificio  derrocado  en  territorio 
de  Sant  Amans». 


D  ^  M 

HEVRESDl 

AELODIiE 

EDOPSEQ_ 

(i)  «Esta  parroquialidad  estaba  en  lo  antiguo  dividida  en  dos  pobla- 
ciones, que  se  llamaban  por  eso  las  Iborras.  £n  la  una,  situada  en  terre- 
no más  bajo,  había  dos  pequeñas  iglesias,  una  de  San  Gervasio  y  Protasio, 
que  todavía  existía  en  el  año  1670  y  ahora  está  del  todo  arruinada,  y  otra 
de  Santa  María.» 

(2)    Hübner  escribió  <VajadeU>. 


LÁPIDAS   HBBRBAS   Y   ROMANAS.  247 

La  copia  que  recibió  Masdeu  de  D.  Francisco  Mirambell,  era 
defectuosa.  Hübner  conjetura  que  en  el  mármol  original  se  leía: 

D{is)  M{anibu5)  Heuresis  ti  Melodía,  fil{iarum)  opseq{uentissimarum\ 
A  los  divinos  Manes  de  Heuresis  y  Melodía,  hijas  amabilísimas. 

''Eupe^i?  significa  invención  para  componer  algún  discurso  elo- 
cuente ú  otra  obra  de  arte.  Serían  hijas  de  algún  compositor  de 
música  VOC3I  é  instrumental,  tan  estimada  y  cultivada  siempre 
en  Montserrat  y  en  Manresa. 


Gulsona. 

Hace  ocho  años  el  sabio  jesuíta  P.  Antonio  Abella  examinó 
las  lápidas  romanas,  que  todavía  se  conservan  en  su  noble  pa- 
tria, Isona^  la  antigua  Aeso  de  Plinio,  JíMH  (^^^)  de  las  mone- 
das ibéricas,  sita  entre  la  Noguera  Pallaresa  y  el  Segre,  y  dis- 
tante tres  leguas  al  Oriente  de  Tremp,  su  capital  de  partido  en 
la  provincia  de  Lérida  (l).  Los  epígrafes  romanos  de  Isona,  que 
llegan  (2)  hasta  el  número  de  veintiuno^  fueron  ilustrados  por  dos 
insignes  de  Tortosa,  descubiertos  en  1900,  de  los  que  dio  cuenta 
á  la  Academia  su  correspondiente  en  Tarragona,  D.  Ángel  del 
Arco  y  Molinero  (3).  • 

Si  desde  Isona,  yendo  hacia  el  Sur,  nos  dirigimos  4  cruzar  el 
Segre  por  Pons  (Pontes)^  en  cuyas  inmediaciones  está  Olióla,  la 
áJj^j^l  (Auriola)  de  Abenadarí  (4),  y  remontamos  elLlobre- 
gós,  ó  Bregós,  tributario  de  aquél,  pronto  encontraremos  la  villa 
•de  Biosca,  donde  se  cruzan  las  carreteras  que  bajan  de  Solsona 
á  Cervcra,  y  de  Pons  por  CastellfuUit,  Calaf  y  Prats  de  Rey  á 
Igualada. 

En  la  mitad  del  camino  que  de  Biosca  desciende  á  Cervera, 
está  Gtiisona,  villa  bien  conocida  por  sus  lápidas  romanas,  que 


(i)  Boletín,  tomo  xxxii,  págs.  532-536. 

{2)  Hübner,  4.458-4.478. 

{3)  Boletín,  tomo  xxxvii,  págs.  327  y  328. 

(4)  ídem,  tomo  xxxvi,  pág.  321. 


34^  boletín  db  la  real  academia  de  la  historia. 

nadie,  que  yo  sepa,  se  ha  cuidado  de  examinar,  después  de  ha- 
berlas reseñado  Hübner  (l),  sin  marcar  sus  dimensiones.  De  la 
primera  se  infiere  con  certidumbre  que  en  Guisona  estuvo  la  ciu- 
dad que  en  sus  monedas  ibéricas  estampó  la  leyenda  f*^!?  MH 
(ieéh)  y  fué  llamada  yesso  por  Plinio,  'haoo;  en  las  tablas  de 
Ptolemeo.  Por  medio  de  esta  lápida,  reforzada  con  otra  de 
Badalona  y  otra  de  Roma,  que  cita  Hübner,  se  desvanece  el 
error  de  Pedro  de  Marca,  que  redujo  esta  ciudad  á  Igualada,  y 
el  de  Cortés  y  López,  que  la  redujo  á  Manresa. 

La  inscripción  geográfica  de  Guisona,  que  en  la  segunda  mi- 
tad del  siglo  XVI  había  visto  el  Arzobispo  de  Tarragona,  D.  An- 
tonio Agustí,  en  vano  la  buscó  á  fines  del  xviii  el  P.  Jaime  Pas- 
cual. Era  imperial  del  año  283.  Quizá  como  la  de  Prats  de  Rey 
fué  opistógrafa^  y  por  esto  se  ocultó  á  la  investigación  del  sabio 
canónigo  premonstratense.  Decía  así: 

M(arco)  Aur(elio)  Nu  |  meriano  |  nobil)issimo)  Caesari  |  fil(¡o)  D(omin¡) 
n(ostri)  M(arci)  |  Aur(elii)  Cari  aug(usti)  |  Ordo  Jessoni  |  ens[ium]  d(evo- 
tus)  I  n(umini  m(aiestati)  q(ue)  e(ius). 

De  'leaacJí  provino  yessona^  cuya  pronunciación  catalana  se 
refleja  por  el  nombre  que  dio  á  esta  población  (civitas  Gessond) 
su  reconquistador  y  repoblador  Sam  Armengol,  Obispo  de  Ur- 
gel  (2).  Etitre  esta  ciudad  y  la  de  Prats  de  Rey  (Síyap^x  de  Pto- 
lemeo) corría  la  línea  divisoria  de  los  países  Yacetano  é  Iler- 
cavónico,  que  parece  conservarse  en  parte  por  la  de  las  provin- 
cias de  Lérida  y  Barcelona. 

Madrid,  23  de  Febrero  de  1906. 

Fidel  Fita. 


(i)    Núm.  4.452-4.455- 

(2)    Villanueva,  Viaje  lííerario y  tomo  x^  págs.  142-144,  294-299.  Valen- 
cia, 1 82 1. 


VARIEDADES 


I 

UNA  INSCRIPCIÓN  ROMANA  DE  BADALONA 

Manuscrito  inédito  en  la  biblioteca  de  la  Academia,  estante  24,  grada 
4.*  D  gó;  citado  por  Hübner,  núm.  4.604. 

El  erudito  Arzobispo  de  París  Pedro  de  Marca,  en  el  libro  se- 
gundo, cap.  XV,  pág.  161  de  su  Marca  Hispánica^  publicó  la  no- 
table y  desconocida  inscripción  que  se  halla  en  una  elevada 
peña,  frente  á  la  antigua  BaetulOy  colonia  romana  (l),  hoy  Bada- 
lona,  villa  de  las  más  fértiles  y  deliciosas  del  reino.  Después  de 
haber  hecho  una  halagüeña  pintura  de  su  campiña  contigua  al 
mar,  la  cual  produce,  así  en  frutos  como  en  carnes,  cuanto  ne- 
cesita el  hombre  para  el  regalo  de  la  vida,  habla  del  hermoso 
monasterio  de  Jerónimos,  llamado  de  la  Murta,  que  está  á  me- 
dia legua,  y  notando  que  escribió  en  él  una  parte  de  su  Marca 
Hispánica  dice  que  guiado  por  un  labrador  fué  á  ver  una  ins- 
cripción que  está  allí  cerca,  en  la  cual  leyó  lo  siguiente: 

solí  .  D  .  SAPORVM 

A  .  P  . 

ABASO   ANVS 

La  explicación  la  da  dicho  señor  en  estos  términos:  «Ex  ea 
rupe  aram  fecit  anus  Abasso,  eamque  Soli  dedica  vi  t  in  fundo 
fortasse  suo.  Anus  eífoeta,  cui  ob  vitium  aetatis  palatum  ad  sapo- 
res,  et  prsecipue  vini  ignavum  erat,  ab  eo  fastidio  et  disipientia 

(i)    No  fué  colonia,  sino  pueblo  (opptdum).—'í^ot&  de  la  R. 


250  boletín  de  la  real  academia  de  la  historia. 

revocata,  Soli,  quera  ut  saporum  Numen  venerabatur,  gratias 
agit.  Eam  inscriptionem  a  rustico  quodam  indicatatn  nos  ipsi 
exscripsimus.»  Del  mismo  modo  publicaron  esta  inscripción  el 
Sr.  Finestres  en  su  Sylloge\  Muratori,  pág.  86  de  su  Tkesaurus, 
el  P.  Masdeu,  en  su  Historia  critica^  tomo  v,  pág.  40,  y  otros, 
así  nacionales  como  extranjeros. 

Bien  es  verdad  que  el  erudito  Muratori  sospechó  que  no  es- 
taba exactamente  copiada.  Y  es  muy  extraño  que  el  P.  Masdeu 
no  hiciese  caso  de  esta  sospecha,  habiendo  podido  fácilmente 
saber  si  era  fundada  con  escribir  á  alguno  de  sus  hermanos  ó 
amigos  de  su  patria.  Barcelona,  que  tan  poco  dista  del  lugar  en 
que  está  la  inscripción.  El  señor  Arzobispo  Pedro  de  Marca,  dice 
el  P.  Masdeu,  fué  el  primero  que  publicó  esta  inscripción;  un 
campesino  se  la  mostró  y  él  mismo  la  copió  de  la  peña  donde 
estaba  grabada^  en  un  cerro  de  Cataluña,  sobre  Badalona.  Este 
literato  francés  conjetura   que  alguna    mujer  anciana,  llamada 
Abasona,  recuperando  el  gusto  que  había  perdido  en  su  edad 
avanzada,  formó  un  altar  del  peñasco  y  lo  dedicó  al  Sol,  Dios 
de  los  sabores.  En  esta  inteligencia,  la  inicial  D  quiere  decir  Deo^ 
y  las  otras  dos  A.  P.  Aram posuit.  Muratori  juzga  que  esta  ins- 
cripción fué  inventada  ó  mal  copiada  por  algún  ignorante.  Pero 
esta  decisión,  prosigue  el  P.  Masdeu,  aunque  de  un  hombre  cé- 
lebre, no  es  suficiente  á  desacreditar  á  De  Marca;  principalmente 
no  dándonos  el  italiano  prueba  alguna  de  mala  fe  en  el  copiante 
Sr.  De  Marca.  Cierto  es  que  en  la  dicha  inscripción  no  parece 
cosa  alguna  opuesta  al  estilo  lapidario.  Además,  siendo  el  Sol 
aquel  planeta  que  tanto' contribuye  con  su  calor  á  todas  las  pro- 
ducciones de  la  tierra  y  á  la  variedad  de  sabores  que  distinguen 
sus  frutos,  no  se  debe  extrañar  que  algún  pueblo  le  adorase  bajo 
el  título  de  Dios  de  los  gustos  6  sabores.»  Hasta  aquí  el  P.  Mas- 
deu, que  nada  de  lo  dicho  hubiera  estampado,  si  hubiese  podido 
leer  por  sí  mismo  la  inscripción  y  respetado  un  poco  menos  la 
autoridad  del  Sr.  Marca.  Verdad  es  que  las  terminantes  palabras 
de  este  sabio  crítico:  Nos  ipsi  excripsimus^  servirán  siempre  de 
razonable  excusa,  no  sólo  al  P.  Masdeu,  sino  á  cuantos  después 
han  seguido  al  erudito  francés  en  orden  á  esta  inscripción.  Pero 


UNA  INSCRIPCIÓN  RO»AMA.  DE  BADALONA.  25 1 

lo  que  voy  á  decir  demuestra  que  el  Sr.  Marca  se  equivocó 
grandemente. 

En  Julio  de  1 829,  en  que  estuve  hospedado  algunas  días  en  la 
misma  celda  que  ocupó  dicho  señor  en  1648  siendo  comisionado 
regio  ó  Gobernador  de  Cataluña  por  Luis  XIV,  me  propuse  ave- 
riguar si  era  fundada  la  sospecha  del  Sr.  Muratori  acerca  de  esta 
inscripción  que  tanto  mere\:e  ahora  la  atención  de  los  anticua- 
rios nacionales  y  extranjeros,  por  no  conocerse  otra  semejante. 
Fui  yo  mismo  á  verla,  acompañado  de  algunos  monjes.  La  senda 
que  tuvimos  que  abrir  de  nuevo  en  un  terreno  muy  quebrado 
para  llegar  al  pie  de  la  peña,  me  hizo  sospechar  luego  que  tal 
vez  el  Sr.  Marca  no  pudo  acercarse  mucho  á  la  inscripción.  Se 
halla  ésta  á  unas  tres  varas  de  alto,  en  un  gran  plano  vertical  que 
forma  la  peña,  la  cual  mira  directamente  al  oriente  y  refleja  como 
un  espejo  los  primeros  rayos  del  astro  naciente.  Amontonando 
piedras  y  tierra,  y  no  sin  algún  tropiezo,  llegué  á  situarme  al  nivel 
de  las  letras;  las  cuales,  aunque  están  perfectamente  conservadas, 
limpié,  no  obstante,  con  una  esponja  mojada  en  vinagre  para 
que  resaltaran  más,  y  en  este  estado  las  miré  una  y  muchas  veces, 
no  sólo  de  frente  sino  también  de  soslayo  por  ambos  lados;  de 
suerte  que  me  parece  imposible  que  dejase  de  leer  exactamente 
lo  que  allí  está  escrito,  ni  que  se  engañaran  los  dos  monjes  jó- 
venes, el  P.  Isidro  Masnou  y  el  P.  Alberto  Roca,  que  subieron 
también  á  leerlas. 

En  primer  lugar,  aseguro  que  la  inscripción  no  tiene  tres  líneas 
como  pusieron  "Marca  y  los  demás  anticuarios,  sino  solamente 
dos,  y  éstas  no  dicen  lo  que  hasta  aquí  se  ha  publicado,  y  es 

solí  d.  saporum. 

A.    P. 
A  3  A  S  o    •   A  N  U  S 

sino  que  dice  lo  siguiente: 

SOL  I    D     SACiCUM 
A     P    ABASCÁNÜS 


252  BOLBTIN  DE  LA  REAL  ACADEMIA  DE  LA  HISTORIA 

No  hay  ningún  punto  ni  señal  alguna  entre  sus  dicciones, 
como  ponen  el  Sr.  Marca  y  los  demás.  El  carácter  de  la  letra  es 
redondo,  y  la  dureza  de  la  peña  y  la  sola  vista  de  los  caracteres 
manifiestan  bien  su  mucha  antigüedad.  Todas  las  letras  tienen 
algo  más  de  medio  palmo  de  alto  y  poco  menos  de  ancho. 

Es,  pues,  evidente  la  equivocación  del  Sr.  Marca  y  de  los  que 
le  han  seguido.  No  me  atrevo  á  dudar  ni  de  que  él  mismo  las 
copió,  pues  que  así  lo  dice,  ni  menos  de  su  pericia  y  talento  para 
hacerlo  con  exactitud,  pues  tan  distinguido  lugar  ocupa  entre 
los  sabios  anticuarios.  Y  así  prefiero  creer  que  no  pudo  acer- 
carse tanto  á  la  inscripción  como  yo  que  toqué  todas  sus  letras, 
ó  que  aquel  á  quien  la  dictó  después  para  imprimirla  la  escribió 
malamente.  Ello  es  que  no  hay  en  esta  inscripción  ni  DEO 
SAPORUM  ni  ABASO  ANUS ,  y  que,  por  consiguiente,  es  falsa 
la  interpretación  que  se  ha  dado  de  ella,  tanto  por  el  Sr.  Marca 
como  por  los  demás  anticuarios.  En  lugar,  pues,  de  estar  dedi- 
cada al  Sol,  dios  de  los  sabores,  por  ABASO,  vieja  golosa,  en 
acción  de  gracias  por  haber  recobrado  su  fino  paladar,  como 
glosa  el  Sr.  Marca,  me  parece  cierto  que  el  sentido  de  la  inscrip- 
ción es  que  ABxA.SCANO  consagró  aquella  ara  al  dios  SOL. 
Digo  que  me  lo  parece^  porque  aun  dando  por  cierto  que  la  D 
entre  SOLÍ  y  SACRUM  significa  DEO ,  me  queda  algún  recelo 
de  que  la  A  y  la  P  separadas  entre  sí  pueden  denotar  alguna 
otra  cosa  que  Aramposuit  Veo  que  tanto  el  Sr.  Marca  como  el 
P.  Masdeu  y  los  demás  las  interpretaron  de  este  modo.  Sin  em- 
bargo, acordándome  haber  visto  una  inscripción  entre  las  que 
trae  el  Sr.  Muratori,  en  la  cual  la  A  y  la  P  se  interpretan  Aulus 
PtiblitiSy  ¿no  podria  ser  que  aquí  debiésemos  leer  Aulus  Pu- 
blius  pronombre  y  cognombre  de  ABASCANVS?  Esta  duda 
me  parece  más  fundada  cuando  considero  que  estando  la  pa- 
labra SACRUM  después  de  SOLÍ  D,  ya  no  es  tan  necesario 
para  el  sentido  el  Aram  posuit^  puesto  que  éste  queda  perfecto 
leyendo  de  esta  manera: 

SOLÍ    DEO    SACRUM 
AULUS    PUBLIUS    ABASCANUS 


UNA   INSCRIPCIÓN   ROMANA   DE  BADALONA.  253 

La  familia  de  ABASCANOS  no  era  desconocida  en  Cataluña, 
y  cabalmente  se  conserva  aún  la  de  Basca  al  otro  lado  del  cerro 
en  que  está  la  inscripción,  camino  de  la  Cartuja  de  Montealegre 
en  la  pequeña  aldea  llamada  Poma.  En  Tito  Livio  se  habla  de 
familias  llamadas  Abascanus^  Abascanius  y  Abascantus, 

Mas  en  prueba  de  la  poca  seguridad  con  que  se  camina  en  la 
interpretación  de  algunas  inscripciones  antiguas,  añadiré  aquí 
que  no  sería  tampoco  extraño  el  que  esta  inscripción  esté  dedi- 
cada al  Solo  Dios  verdadero  por  la  familia  de  Abascano,  que  en- 
tonces se  hubiese  convertido  de  la  idolatría.  Pues  no  hay  incon- 
veniente alguno  en  suponer  que  SOLÍ  es  aquí  el  prenombre 
exclusivo  y  no  el  nombre  propio  del  astro  luminoso. 

Pero  sea  de  esto  lo  que  íuere,  siempre  resulta  de  lo  dicho 
hasta  aquí  que  no  hay  la  menor  duda  en  que  se  han  equivocado 
el  Sr.  Marca  y  cuantos  han  publicado  después  esta  inscripción; 
y  que  las  dos  líneas,  y  no  tres,  de  que  consta,  dicen: 

solí      D  .     SACRUM 
A     P.     ABASCANUS 

y  no 

solí  d.  saporum 

A    P. 

ABASO     ANUS 

como  se  ha  dicho  hasta  aquí;  siendo  las  dos  interpretaciones 
que  creo  más  verisímiles:  primera,  que  Abascano  consagró  aque- 
lla pena  é  hizo  de  ella  un  altar  al  Dios  Sol;  segunda,  que  Aulo 
Publio  Abascano  consagró  ó  dedicó  aquella  pena  al  dios  SoL 
Asegurada  como  dejo  la  exactitud  de  la  copia,  que  saqué  yo 
mismo  de  la  inscripción,  podía  un  hábil  anticuario  fijar  más  fá- 
cilmente su  verdadero  sentido  (l). 

Madrid,  4  de  Junio  de  1830. 

Félix  Torres  Amat. 

(i)     Bien  lo  ha  fijado  Hübner.— Nota  de  la  R. 


1 


NOTICIAS 


En  Málaga,  día  21  del  pasado  Febrero,  falleció  el  Eíxcnío.  Sr.  D.  Manuel' 
Danvila,  Académico  de  número  desde  9  de  Noviembre  de  1884;  la  Aca- 
demia sintió,  con  profundísimo  pesar,  una  pérdida  tan  lamentable,  por- 
que nada  parecía  anunciar  una  desgracia,  que  por. lo  súbito  é  inesperado 
sorprendió  á  todos  los  que  aguardaban  del  celo  y  del  talento  de  tan  ilus- 
tre finado,  la  prosecución  de  los  admirables  trabajos  históricos  y  cientí- 
ficos con  que  había  dotado  á  la  república  de  las  letras.  Su  Historia  de  Car- 
los III;  su  Memoria  sobre  el  estado  de  la  propiedad  en  los  diferentes  Esta- 
dos españoles,  premiada  por  la  Real  Academia  de  Ciencias  Morales  y 
Políticas,  y  traducida  al  japonés  en  los  momentos  de  la  transformación 
del  Imperio  de  las  islas  del  Extremo  Oriente.  Los  volúmenes  á  que  dio 
cima  en  el  Memorial  Histórico  de  nuestra  Academia,  apurando  casi  por 
completo  la  documentación  referente  á  la  Historia  de  las  comunidades  de 
Castilla;  los  textos  de  las  Cortes  de  Castilla  y  inéditos,  que  comenzó  á  pu- 
blicar en  el  Boletín  académico,  y  el  tomo  v  de  las  mismas  Cortes^  debido 
á  su  infatigable  laboriosidad. 


En  la  sesión  del  16  de  Febrero  fué  elegido  para  cubrir  la  vacante 
de  Académico  de  número,  por  fallecimiento  del  Excmo.  Sr.  D.  José  María 
Asensio,  el  limo.  Sr.  D.José  Ramón  Mélida  yAlmari,  Jefe  de  segundo 
grado  del  Cuerpo  Facultativo  de  Archiveros,  Bibliotecarios  y  Arqueólogos, 
Director  del  Museo  de  Reproducciones  Artísticas,  Académico  de  número 
de  la  de  San  Fernando,  Profesor  que  ha  sido  déla  Escuela  de  Estudios 
Superiores  del  Ateneo  de  Madrid ,  miembro  del  Instituto  Arqueológico 
Romano-Germánico,  y  autor  de  importantes  trabajos  arqueológicos  é  his- 
tóricos. 


En  la  misma  sesión,  el  Excmo.  Sr.  D.  Enrique  Almaraz,  Obispo  de  Fa- 
lencia, y  Correspondiente  de  la  Academia,usó  de  la  palabra  para  enterar 
á  la  Corporación  de  los  descubrimientos  que  acaban  de  verificarse  en  la 
Catedral  de  aquella  ciudad,  dentro  de  la  famosa  cueva  de  San  Antolín, 
que  presenta  la  misma  planta  y  ornato  arquitectónico  que  han  colocado  ]a 


necrología  •  255 

iglesia  de  San  Juan  de  Baños  entre  las  mejores  basílicas  construidas  du- 
rante el  siglo  VII,  y  es  modelo  ejemplar  de  arquitectura  visigótica.  Des- 
pués de  presentar  algunas  fotografías,  que  acreditan  el  resultado  de  este 
descubrimiento,  prometió  el  referido  Sr.  Obispo  de  Falencia,  dar  informe 
por  escrito  de  todo  cuanto  hoy  se  ha  mostrado  y  en  adelante  se  descu- 
briere, para  que  sea  publicado  en  el  Boletín  académico. 


Homeri  Iliadis  fragmenta  Ambrosiana  phototypice  edita  cura  Docto- 
rum  Ant.  M.  Ceriani  et  Ach.  Ratti.  Praefatus  est  Ant.  M.  Ceriani.  Medio- 
lani,  apud  Ulricum  Hoepli,  mdccccv. — En  4.°  prolongado,  con  lviii  láminas 
duplicadas. 

Conocida  es  la  edición  que  el  Cardenal  Mai,  en  18 19,  hizo  de  este  códi- 
ce perteneciente  á  la  Biblioteca  Ambrosiana  de  Milán.  La  edición  fototí- 
pica  que  ha  salido  á  luz  el  año  pashdo,  lo  pone  en  manos  de  todos  los 
eruditos,  si  bien  las  láminas  que  representan  los  cuadros  de  la  Iliada, 
explicados  por  el  texto  que  en  el  dorso  llevan,  carecen  de  los  colores 
que  abrillantan  el  original  y  gradúan  el  nivel  de  la  pintura  greco-romana 
durante  el  siglo  iii.  El  prólogo,  escrito  por  el  Dr.  Ceriani,  sobrio  y  dis- 
cretísimo, no  puede  menos  de  interesar  al  adelanto  de  la  Historia  de  Es- 
paña y  al  estudio  de  los  notables  monumentos  de  arte  y  de  epigrafía 
griega,  que  de  continuo  se  descubren,  como  los  allegados  recientemente 
en  la  costa  marítima  de  Ampurías,  Denia,  Javea,  Elche,  Cartagena,  Almería 
y  Cádiz. 


Inscripción  ibérica  de  Calaceite. — Hacia  el  Nordeste,  y  dentro  del  tér- 
mino de  la  provincia  de  Teruel ,  se  escalonan,  á  corta  distancia  de  Norte 
á  Sur,  las  villas  de  Fabara,  Calaceite  y  Cretas,  entre  los  ríos  Matarraña  y- 
Algós,  confluyentes  en  Nonaspe  para  rendir  el  tributo  de  su  raudal  copio- 
so al  próximo  Ebro.  En  Fabara,  un  suntuoso  edificio  romano  (i),  y  en  Cre- 
tas una  piedra  con  singular  ornamentación  é  inscripción  ibérica  (2),  cuya 
impronta  ha  sacado  y  ofrecido  á  la  Academia  D.  Juan  Cabré,  docto  veci- 
no de  Calaceite,  daban  fundado  motivo  para  conjeturar,  si  por  ventura 
en  aquellos  parajes  existió  la  mansión  Leonica  delRavenate,  que  ha  de 
buscarse  en  el  camino  que  sigue  ahora,  abreviando  las  distancias  por 
medio  de  túneles  el  ferrocarril  desde  la  Zaida  hasta  Fayón ,  bajando  por 
la  derecha  del  Ebro.  Y,  efectivamente,  entre  Fabara  y  Calaceite,  al  otro 
lado  del  Matarraña,  están  Villanueva  de  Almazán,  Maella  y  Mazaleón; 


Cl)     Boletín,  Como  1,  págs.  440-446.  —  Hübner,  5>85I* 

(2)     Hübner,  Monumtnta  linguae  ¡¿ericae,  núm.  xviii.— Boletín,  Como  xxy,  271. 


^ 


256  BOLETÍN  DB  LA  REAL  ACADBICIA   DE   LA  HISTORIA. 

nombres  indicativos  de  una  estación  (i)  ó  mansión  antigua.  D.  Juan  Ca- 
bré y  una  Sociedad  de  arqueólogos,  que  ha  fundado  y  preside  en  la  villa 
de  Calaceite  se  han  dedicado,  durante  el  verano  último,  á  explorar  los 
vastos  cementerios  por  incineración,  que  al  Oriente  del  pueblo  y  en  las 
laderas  occidentales  del  monte  de  San  Cristóbal,  se  tienden  para  ambos 
lados  del  camino  que  asciende  á  la  cumbre.  Hachas  de  sílex,  y  armas  de 
bronce,  representaciones  de  escenas  ecuestres,  innumerables  vasijas  y 
otros  objetos  de  edades  protohistóricas  é  ibéricas  ó  preromanas,  atesti- 
guan la  remota  antigüedad  y  perpetuidad  de  aquel  centro  de  población, 
habiéndose  ya  comenzado  á  formar  de  estas  antiguallas  un  selecto  museo. 
Ninguna  inscripción  romana  ha  parecido  hasta  el  presente;  pero  sí  el 
fragmento  de  una  ibérica 


»  • 


uonté 


que  se  agrega  al  número  de  las  descubiertas  en  Fraga,  Cretas,  Iglesuela 
-del  Cid  y  Alcalá  de  Chivert. 


£1  Boletín  de  la  Comisión  provincial  de  monumentos  históricos  y  artís- 
cos  de  Orense,  núm.  47,  correspondiente  á  Noviembre-Diciembre  de  1905, 
trae  la  conclusión  de  un  buen  estudio,  intitulado  Cementerios  israelitas 
gallegos  y  escrito  por  D.  Benito  Fernández  Alonso.  Entre  los  nuevos  y 
apreciabilísimos  datos  que  lo  ilustran,  merece  singular  atención  una  cláu- 
sula testamentaria  (pág.  400)  de  D.  Judá,  vecino  de  Alba  de  Tormes:  «Mi 
cuerpo  sea  sepultado  é  puesto  en  mortaja,  é  ansí  me  entierren  en  el  cam- 
po dinado,  do  yacen  mis  antepasados,  que  el  Dios  buen  siglo  dé;  no  en 
tierra  tuerta,  nin  tañida,  nin  tocada.  Non  me  pongan,  nin  de  pie  ni  echa- 
do; sea  fecha  en  la  fuesa  una  séllela  firme  donde  asienten  mi  cuerpo  allí, 

cara  puesto  á  Oriente,  inclinando  al  sol  é  su  salida Siéntase  mi  muerte 

en  las  aljamas  de  Bonilla,  Segovia  é  Alva.  Bien  quisto  fui  de  mi  parentela, 

é  ansí  espero  ser  en  el  siglo  venidero Digan  todos:  ¡Guay!  ¡Guay!  ¡Que 

ya  murió  el  que  bien  facía!» 

Va  precedido  este  artículo  de  otro  (págs.  393-397),  en  el  cual  D.  Mar- 
celo Macías  publica  y  explica  dos  nuevas  lápidas  romanas,  halladas,  res- 
pectivamente, en  Astorga,  y  en  la  iglesia  parroquial  de  San  Justo  de  la 
Vega. 

F.  F.^A.  R.  V. 


(I)     jyj^  fmanctlj  áJu^  {mincV.a), 


\ 


El  Boletín  de  la  Real  Academia  de  la  Historia  se  publica  todos— 
los  meses  en  cuadernos  de  8o  ó  más  páginas^  con  sus  correspondientes 
láminas,  cuando  el  texto  lo  exige,  formando  cada  año  dos  tornas  con  sus 
portadas  é  índices. 

Las  suscripciones  dan  principio  en  Enero  y  Julio  de  cada  año. 

PRECIOS  DE  SUSCRIPCIÓN 

Madrid.  .  .    6  meses Pesetas  .  9 

—     ...     Un  año. r-  .18 

Provincia^.    Un  año^ —  20 

•Extranjero —  22 

Número  suelto —  3 


Los  precios  de  las  obras  de  la  Academia  se  entiende  que  son  para  la 
venta  en  Madrid.  Los  pedidos  para  provincias  y  para  el  extranjero  su- 
frirán el  recargo  correspondiente  de  gastos  de  correo  y  de  certificado. 


Los  pedidos  del?en  dirigirse  a.1  despaclio  de  lil>roB 
de  la.  Aceidemia.  (LeOn,  21)  ó  éi  la.  Librería,  de  M.  MU- 
RILLO,  Aloalá,  7,  Madrid. 


ADVERTENCIAS 


Las  obras  de  la  Academia  se  venden  en  su  despacho, 
calle  del  León  ,21. 

Los  Sres.  Académicos  honorarios  y  correspondientes 
podrán  adquirirlas,  por  una  sola  vez,  con  rebaja  de- 40 
por  1 00  en  los  precios,  siempre  que  hagan  pedido  directo 
con  su  firma. 

A  los  libreros  que  tomen  cualquier  número  de  ejem- 
plares se  les  hará  una  rebaja  conveniente,  según  la  cos- 
tumbre recibida  en  el  comercio  de  librería. 


boletín 


REAL  ACADEMIA  DE  LA  HISTORIA 


TOMO  XLVIII.^CUADERNO  IV 
ABRIL,  1906 


MADRID 

ESTABLECIMIENTO   IIPOGRÁITCO   DE  FORTANET 

Libertid,  lo— Tcltfonu  991.      . 

1906 


SUMARIO  DE  ESTE  CUADERNO 


V 


Pá(t. 
Inpormss: 

■ 

I.     Correspondencia  de  la  Infanta  Archiduquesa  Dona  Isabel 
Clara  Eugenia  de  Austria  con  el  Duque  de  Lerma,  (Desde 
Flandes^  años  isgg  á  1Ó07  y  otras  cartas  posteriores  sin 
fecha.) — Continuación. — A.  Rodríguez  Villa 357 

II.  Límites  probables  de  la  conquista  árabe  en  la  Cordillera  Pire" 

naica, — Francisco  Codera 389 

III.  Inscripción  hebrea  de  Barcelona  en  la  casa  núm,  1  déla  calle 

dé  Marlet, — Fidel  Fita 311 

IV.  El  Almirante  D.  Antonio  de  Alliri  en  la  Orden  de  Calatra- 

va.  —El  Marqués  de  Laurencín 316 

Variedades: 

Judíos  Alfaqueqtus  de  sarracenos  en  Barcelona, — Fidel  Fita.     332 


» 


Noticias 333 


TOMO  xLviii.  Abril,  1906.  cuaderno  iv. 


BOLETÍN 


DE    LA 


REAL  ACADEMIA  DE  LA  HISTORIA 


*>*<»- 


INFORMES 

I. 

coH.KLi©ei»oirD]aiarciJL 

DB  LA 

INFANTA  ARCHIDUQUESA  D.^  ISABEL  CLARA  EUGENIA   DE  AUSTRIA 

CON    EL    DUQUE    DE   LERMA, 

Desde  Flandes^  años  de  1599  ^  ^^07  y  otras  cartas  posteriores 

sin  fecha. 

166. 

Duque:  En  recibiendo  las  cartas  de  cinco  deste  se  procuró  po- 
ner en  execucjpn  lo  que  mi  hermano  mandaba  por  ellas;  pero  por 
haber  sido  menester  ir  treinta  leguas  de  aqui  para  executallo  y 
estar  los  caminos  terribles  con  lo  mucho  que  llueve,  se  ha  tarda- 
do hasta  aora  en  poder  avisar  cómo  queda  cumplido  cuanto  mi 
hermano  mandó.  Y  yo  os  asiguro  que  no  se  me  han  hecho  poco 
largos  estos  dias  por  lo  que  deseaba  vello  hecho;  y  tengo  mucho 
que  agradeceros  el  servicio  que  me  avisastes  hacíamos  á  mi  her- 
mano en  ello,  porque  con  esto  hemos  puesto  mayor  cuidado  para 
que  se  hiciese  como  conviene,  como  lo  pondremos  siempre  en 
todo  lo  que  entendiéremos  que  lo  es,  quedando  muy  contentos 
siempre  que  tengamos  ocasiones  para  mostrar  esta  verdad.  Con- 
fiéseos que  me  tiene  con  pena  y  cuidado  pensar  que  sea  esto  al- 
guna cosa  que  pueda  ser  de  disgusto  ó  pesadumbre  para  mi  her- 
mano, y  también  podéis  creer  que  siento  la  parte  que  os  cabrá 
TOMO  xLviii.  17 


258  BOLETÍN  DE   LA   REAL   ACADEMIA   DE   LA   HISTORIA. 

desto.  Con  mucha  pena  me  tienen  las  opilaciones  de  mi  nuera, 
aunque  espero  sanará,  como  yo  sé  os  acordará  de  verme  de  la 
misma  manera  cuando  era  de  su  edad.  A  lo  menos  á  mí  bien  se 
me  acuerda  de  veros  en  el  aposento  de  nuestra  aya.  Aquí  pode- 
mos decir  que  hasta  hoy  no  ha  sido  invierno  sino  verano.  De  ay 
nos  traiga  Nuestro  Señor  muy  buenas  nuevas.  A  toda  vuestra 
gente  me  encomiendo  mucho,  y  guárdeos  Dios  como  deseo.  De 
Brusselas  tercer  día  de  Pascua. — A  Isabel. — (Sobrescrito:)  Al  Du- 
que de  Lerma. 

167. 

Duque:  Después  que  escribimos  antiyer  no  hay  cosa  de  nuevo 
que  decir;  y  así  solo  se^irán  estos  rynglones  porque  no  se  vaya 
este  correo  sin  carta  m  J.  Por  las  de  mi  primo  y  el  Marqués  Es- 
pinóla se  verá  lo  que  se  ofrece  de  negocios.  De  ay  me  parece 
tardan  ya  mucho  cartas.  A  la  verdad  yo  las  estoy  deseando  siem- 
pre, y  así  no  es  mucho  que  me  lo  paresca.  A  toda  vuestra  gente 
me  encomiendo  mucho,  y  guárdeos  Dios  como  deseo.  De  Brus- 
selas á  29  de  Diciembre,  1608. — A  Isabel. — (Sobrescrito:)  Al  Du- 
que de  Lerma. 

168. 

Duque:  Con  la  íalta  de  las  provisiones  se  está  aqui  en  tanto 
aprieto  como*  entenderéis  por  lo  que  escribe  mi  primo,  que  yo  no 
me  alargo  en  ello,  por  quedar  en  la  cama  de  un  desconcierto  de 
estómago.  No  puedo  dexar  de  pediros,  aunque  sé  el  cuidado  que 
tenéis  dello,  procuréis  que  esto  se  remedie;  y  sobre  todo  que 
se  tome  la  resolución  que  conviene  para  que  esto  no  se  acabe  de 
perder,  como  os  tengo  escrito.  Mucho  tardan  cartas  de  ay,  que 
no  se  desean  poco,  con  las  buenas  nuevas  de  la  salud  de  mi  her- 
mano que  hemos  menester.  También  olgaré  arto  de  saber  la  ten- 
gáis con  toda  vuestra  gente,  á  quien  me  encomiendo,  y  guárdeos 
Dios  como  deseo.  De  Brusselas  á  7  de  Enero  1609. — A  Isabel. — 
(Sobrescrito:)  Al  Duque  de  Lerma. 


CORRESPONDENCIA   DE   LA   INFANTA  DOf^A  ISABEL.  259 


169. 

Duque:  Tres  dias  ha  que  llegó  el  correo  del  Confesor  de  mi 
primo,  con  quien  recibí  vuestra  carta  de  28  del  pasado,  con  que 
he  olgado  tanto  como  con  todas  las  vuestras,  y  más  trayendo  tan 
buenas  nuevas  de  la  salud  de  mi  hermano  y  la  Reina  y  sus  hijos 
como  me  dais,  de  que  quedo  contentísima,  y  de  que  mi  nuera 
esté  mejor  de  las  opilaciones.  Dios  los  guarde  á  todos  como  es 
menester.  Siempre  echo  de  menos  cuando  no  me  dais  nuevas  de 
vuestra  gente,  y  así  lo  echo  en  esta  carta.  Con  alborozo  aguardo 
ai  Confesor  para  saber  nuevas  particulares  de  todos.  El  despacho 
que  envió,  vino  á  tan  buen  tiempo  como  veréis  por  los  de  mi 
primo;  y  cómo  han  llegado  los  Embaxadores  á  Anveres.  Dios  en- 
camine lo  que  falta  para  su  servicio,  como  se  le  pide  ay  y  aqui; 
y  para  todo  importará  arto  lo  de  las  provisiones,  que  me  decis, 
para  que  de  una  vez  quede  mi  hermano  sin  esta  carga  tan  pesa- 
da. De  aquí  no  hay  otra  cosa  que  decir  sino  que  yo  aguardo  pur- 
garme mañana  por  un  dolor  que  he  traido  estos  dias  en  un  lado, 
de  que  quedo  buena.  Hace  un  tiempo  tan  húmido  que  no  se  vé 
sino  corrimientos.  No  querría  hubiese  alcanzado  ay;  á  toda  vues- 
tra gente  me  encomiendo  mucho  y  guárdeos  Dios  como  deseo. 
De  Hebrero  II,  1609. — A  Isabel. — (Sobrescrito:)  Al  Duque  de 
Lerma.  (Al  margen:)  En  víspera  de  purga  no  se  puede  dexar  de 
pedir  por  los  médicos.  Su  yerno  del  doctor  Paez  no  acaba  de  ve- 
nir, y  para  facilitar  esto,  desea  que  mi  hermano  le  haga  merced 
de  una  carta  en  la  sustancia  de  la  que  va  aqui.  Hareisme  mucho 
placer  en  encaminar  lo  que  se  pudiere  hacer  en  esto  (l). 


160. 

Duque:  Las  postreras  cartas  que  tenemos  de  ay  son  las  que 
trujo  Fr.  Iñigo  de  Bryzuela,  con  quien  oigamos  mucho  por  las 

(i)  La  carta  arriba  citada  es  una  orden  de  S.  M.  con  noticia  del  nom- 
bramiento de  D.  Pedro  Luis  García  de  Ursins  para  caballerizo  de  los  Ar- 
chiduques, por  lo  que  tendrá  que  ausentarse  de  Valencia. 


26o  BOLETÍN   DB   LA   RBAL   ACADBBflA   DB   LA   HISTORIA. 

buenas  nuevas  que  nos  dio  de  todo.  Yo  guelgo  mucho  que  le  ha- 
yáis conocido,  porque  veréis  que  con  razón  podemos  estimar  que 
mi  primo  tenga  cabe  sí  un  hombre  como  él.  Todo  lo  que  me  ha 
dicho  de  vuestra  parte  no  es  nuevo  para  mí,  y  el  saber  cuanto 
tenemos  en  vos.  Podeissos  asigurar  que  lo  conocemos  y  agrade- 
cemos cuanto  se  puede  y  que  así  fiamos  de  vos  lo  que  no  haría- 
mos de  otro,  con  la  llaneza  que  obliga  lo  que  nos  queréis,  y  que 
así  lo  haremos  siempre. 

Los  diputados  de  las  Islas  quedan  ya  en  Anveres,  con  que  se 
puede  esperar  se  acabará  este  negocio;  y  yo  tengo  gran  confian- 
za en  Nuestro  Señor  que  ha  de  ser  para  mucho  servicio  suyo  y 
bien  de  la  christiandad,  y  para  mucho  servicio  de  mi  hermano;  y 
no  es  posible  sino  que,  pues  Nuestro  Señor  lo  ha  encaminado  ansy 
tras  tanta  oración  como  se  ha  hecho,  suplicándole  encaminase  lo 
que  más  se  habia  de  servir,  que  se  sirve  dello.  El  lo  haga  como 
puede. 

De  aquí  no  hay  otra  cosa  de  nuevo  que  decir.  Yo  estoy  ya  bue- 
na, aunque  me  trató  muy  mal  una  purga  que  me  dieron.  Comien- 
za á  hacer  tanta  calor  que  si  durase  seria  cosa  nueva  acá.  El  preso 
que  mi  hermano  manda  que  le  lleven,  hubiera  partido  luego  si 
hubiera  baxel  seguro  en  que  pudiera  ir.  Estase  fletando  uno,  que 
con  la  prisa  que  se  le  da,  esperamos  podrá  partir,  si  tiene  tiempo, 
las  primeras  aguas  vivas,  que  serán  de  aquí  á  1 5  dias. 

Mucha  pena  me  dan  las  opilaciones  de  mi  nuera  y  que  le  duren 
tanto,  aunque  con  el  buen  tiempo  espero  estará  mejor.  De  cuan 
lindo  es  el  Príncipe  me  guelgo  mucho,  aunque  siendo  hijo  de  su 
padre,  no  podia  ser  menos.  Dios  los  guarde  á  todos  mil  años  y 
alumbre  á  la  Reina  con  bien.  Con  las  nuevas  que  me  dais  de  toda 
vuestra  gente,  me  he  olgado  mucho,  que  cierto  á  todos  les  tengo 
perdida  la  mala  voluntad.  La  de  Cea  deseo  saber  haya  ya  parido 
y  bien.  A  todos  me  encomendad  mucho.  Banetten  ha  enviado  ay 
á  solicitar  sus  negocios:  hareisme  mucho  placer  en  tenellos  por 
encomendados  para  que  tenga  buen  despacho;  y  guárdeos  Dios 
como  deseo.  De  Brusselas  á  28  de  Marzo,  1 609. — A  Isabel. 

Decilde  á  mi  hermano  que  como  estamos  á  media  cuaresma  se 
me  olvidaba  de  decille  las  fiestas  del  Carnabal:  que  fueron  una 


CORRESPONDENCIA  DE   LA   INFANTA   DONA   ISABEL.  201 

comedia  de  los  pajes  en  que  entraron  sus  hijos  del  de  Guadaleste, 
y  lo  hicieron  muy  bien;  y  otra  comedia  acá  dentro  retirada,  que 
yo  pagara  algo  porque  la  pudiera  ver  mi  hermano,  y  un  estrado 
y  dosel  que  nos  tenian  puesto  de  disparates;  y  el  aparato  eran  al- 
mofrexes  y  cosas  desta  manera  como  las  del  tesoro  de  Segovia. 
Hubo  un  estafermo  muy  bueno  el  martes  en  la  plaza  de  la  villa, 
y  á  la  noche  sarao;  y  estas  fueron  las  fiestas,  que  no  dexará  de 
escribillas  alguien  más  largamente. — (Sobrescrito:)  Al  Duque  de 
Lerma. 


161. 

Duque:  Poco  habrá  que  decir  con  este  correo  habiendo  tan 
poco  que  escribimos,  sino  solo  la  muerte  del  Duque  de  Cleves, 
que  es  á  lo  que  se  despacha,  pareciendo  es  bien  que  mi  hermano 
esté  .informado  della  por  lo  que  allí  se  puede  ofrecer  entre  los 
pretensores.  Perdóneselo  Dios  al  Emperador,  que  lo  pudiera  te- 
ner remediado  con  tiempo,  si  hubiera  querido.  Esto  es  cuanto  se 
ofrece  de  acá,  y  que  la  tregua  va  caminando,  como  avisará  mi 
primo.  También  partirá  el  preso  de  aqui  á  cuatro  dias  si  tiene 
tiempo.  De  ay  ha  mil  años  no  tenemos  nuevas,  que  no  se  desean 
poco.  Dios  nos  las  traiga  muy  buenas.  A  toda  vuestra  gente  me 
encomedad  mucho;  y  guárdeos  Dios  como  deseo.  De  Brusselas 
á  3  de  Abril,  1 609.- —A  Isabel. — (Sobrescrito:)  Al  Duque  de 
Lerma. 


162. 

Duque:  Porque  mi  hermano  sepa  luego  cómo  está  concluida  la 
Tregua,  se  despacha  este  luego  en  habiendo  traido  los  papeles 
della  de  Anveres.  Espero  ha  de  ser  para  tanto  servicio  de  Nues- 
tro Señor  y  de  mi  hermano  como  deseamos.  Con  las  nuevas  que 
ha  traido  el  ordinario,  estamos  muy  contentos,  si  bien  las  deseo 
ya  más  frescas.  He  olgado  mucho  del  nieto  que  os  ha  nacido,  y 
así  os  doy  la  norabuena  de  muy  buena  gana,  y  os  pido,  la  deis  á 
sus  padres  de  mi  parte,  que  no  quiero  otro  mejor  embaxador. 


\ 


262  BOLETÍN   DE   LA   REAL   ACADEMIA   DE   LA   HISTORIA. 

Aquí  se  han  pasado  bien  estos  dias;  y  por  ser  el  que  es  hoy,  no 
me  dexará  alargar  más  de  pediros  procuréis  encaminar  una  mer- 
ced que  suplico  á  mi  hermano  de  manera  que  tenga  efecto;  que 
creo  me  ayudareis  de  buena  gana  para  ello,  y  me  diréis  que  ten- 
go razón  en  procurar  aquello.  A  toda  vuestra  gente  me  encomen- 
dad mucho,  y  guárdeos  Dios  como  deseo.  De  Brusselas,  Viernes 
Santo,  1609. — A  Isabel. — (Sobrescrito:)  Al  Duque  de  Lerma. 


163. 

Duque:  Por  las  cartas  de  mi  primo  y  del  Marqués  Espinóla  en- 
tenderéis á  lo  que  vá  este  correo.  No  puedo  dexar  de  pediros 
mucho,  mostréis  en  esta  ocasión  vuestra  buena  diligencia  y  cui- 
dado por  lo  que  importa  al  servicio  de  mi  hermano,  como  veréis, 
que  aunque  paresca  que  aora  será  costa,  será  mucho  ahorro  y  ga- 
nancia para  la  hacienda  de  mi  hermano;  y  el  entender  yo  cuanto 
es  esto,  me  hace  encareceros  cuanto  puedo  lo  que  estimaré  que 
procuréis  que  se  acomode  con  brevedad.  Con  mucho  deseo  aguar- 
damos nuevas  de  ay,  que  en  verdad  que  tardan  ya  mucho.  Dios 
nos  las  traiga  muy  buenas.  De  aqui  hay  pocas  que  dar,  sino  que 
el  tercer  día  de  Pascua,  se  publicó  la  Tregua  con  grandísimo  con- 
tento de  todos  los  que  no  interesan  en  la  guerra.  Así  es  el  mun- 
do, que  no  puede  dexar  á  todos  contentos.  Yo  lo  estaría  de  saber 
que  ay  hiciese  tan  buen  tiempo  como  aqui,  porque  pienso  que 
mi  hermano  le  debe  de  gozar  en  el  campo.  A  toda  vuestra  gente 
me  encomiendo  mucho,  y  guárdeos  Dios  como  deseo.  De  Brusse- 
las á  24  de  Abril,  1 609. — A  Isabel. — (Sobrescrito:)  Al  Duque  de 
Lerma. 


164. 

Duque:  Como  las  cosas  que  se  comienzan  á  tratar  y  se  traen 
entre  manos  nunca  se  hacen  ni  se  entienden  tan  bien  como  por 
los  mismos  que  las  han  comenzado,  esta  razón  le  ha  movido  á  mi 
primo  de  volver  á  enviar  ay  á  fr.  Iñigo  de  Brizuela  para  acabar 


COBRBSPONDBNCIA  DE  LA   INFANTA  D05(A   ISABBL.  263 

lo  que  falta  de  componer  en  esta  tregua,  como  entenderéis  del; 
y  también  por  parecerle  que  seria  para  ay  de  menos  embarazo, 
que  es  lo  que  deseamos  siempre.  Yo  me  aseguro  que  os  olga- 
reis  de  que  se  haya  hecho  esta  elección  y  que  ayudareis  á  todo  lo 
que  os  pidiere  fr.  Iñigo  de  nuestra  parte,  como  habéis  hecho 
siempre;  y  podeissos  asegurar  que  no  deseamos  sino  el  servicio 
de  mi  hermano  y  esto  con  las  veras  que  nos  obliga  la  obligación 
que  tenemos  á  él,  y  lo  que  de  nuevo  nos  obliga  mi  hermano  cada 
dia  con  la  merced  que  nos  hace.  Y  pues  fr.  Iñigo  os  dará  cuenta 
de  todo  y  os  dirá  de  mi  parte  todo  lo  que  yo  pudiera  decir  aquí, 
no  quiero  embarazaros.  Con  mucho  cuidado  estamos  aguardando 
á  saber  nuevas  del  parto  de  la  Reina.  Plega  á  Dios  nos  las  traiga 
muy  buenas.  De  aqui  hay  pocas  que  decir,  sino  de  una  boda  que 
tenemos,  que  escribo  á  mi  hermano.  A  mi  primo  le  ha  tocado  la 
gota  estos  dias  en  el  pie  derecho,  que  le  ha  hecho  estar  cinco  en 
la  cama;  en  fin,  la  primavera  y  el  otoño  no  se  puede  escapar 
della.  Deseo  saber  como  os  habrá  ido,  que  deseo  sea  muy  bien  y 
á  toda  vuestra  gente,  á  quien  me  encomiendo  mucho;  y  guárdeos 
Dios  como  deseo.  De  Brusselas  á  8  de  Mayo,  1609. — A  Isabel. 

Duque:  Habiendo  entendido  que  el  Contador  del  exército  quie- 
re dexar  su  oficio,  os  pido  mucho  que  supliquéis  á  mi  hermano 
haga  merced  del  á  Gonzalo  Guerra  de  la  Vega,  marido  de  Juani- 
ca  de  Vargas,  á  quien  yo  deseo  mucho  ver  acomodado  por  acá, 
porque  ella  es  todo  mi  servicio  y  le  tiene  tan  bueno  como  sabéis; 
pero  no  bastara  esto  para  que  yo  suplicara  esto  á  mi  hermano,  si 
viera  que  él  no  tenia  partes  para  serville,  porque  deseo  más  su  ser- 
vicio que  todo;  pero  él  las  tiene  muy  buenas  y  todas  las  que  se 
pueden  pedir  en  un  hombre  honrado  y  de  bien,  y  sobre  todo  que 
sirve  muy  limpiamente,  como  lo  ha  mostrado  en  muchos  años 
que  ha  servido  en  el  armada  de  Contador,  donde  no  se  ha  enri- 
quecido como  otros;  y  asi  me  haréis  mucho  gusto  en  procurar 
que  mi  hermano  me  haga  esta  merced. — (Sobrescrito:)  Al  Du- 
que de  Lerma. 


TT 


264  BOLETÍN  DE   LA  REAL   ACADEMIA  DE   LA   HISTORIA. 


166. 

Duque:  Con  la  ocasión  deste  correo  que  lleva  este  despacho  de 
D.  Baltasar,  no  qqiero  dexar  de  hacer  esto,  aunque  haya  tan  poco 
que  poder  decir  de  acá,  sino  que  fue  bien  menester  las  nuevas 
que  tuvimos  ayer  con  el  ordinario  de  la  salud  de  mi  hermano  y 
la  Reina  y  sus  hijos  para  sacarnos  del  mucho  cuidado  con  que  es- 
tábamos, habiendo  tanto  tiempo  que  no  teniamos  nuevas  de  ay; 
que  en  verdad  se  lleva  muy  mal.  Aora  nos  parece  tardan  ya  mu- 
cho las  del  buen  alumbramiento  de  la  Reyna,  que  hasta  tenellas 
no  podemos  dexar  de  estar  con  mucho  cuidado.  También  me  le 
da  si  hace  ay  el  tiempo  que  aqui  de  frió,  que  no  será  bueno  para 
San  Lorenzo;  y  me  acuerdo  el  frió  que  solíamos  pasar  por  este 
tiempo  cuando  le  hacia.  También  deseo  saber  cómo  os  va  y  si  os 
ha  tentado  la  gota  á  la  primavera,  aunque  espero  que  no;  á  lo 
menos  asi  lo  deseo.  Aqui  estamos  buenos,  y  nos  hemos  venido  á 
esta  casilla  á  gozar  del  campo,  que  está  lindísimo;  y  sin  duda  todo 
esto  lo  es;  y  así  no  me  entra  en  gusto  cuando  veo  que  mi  herma- 
no no  lo  goza;  pero  el  esperar  que  lo  hará  algún  dia,  me  hace 
procurar  componello  mejor,  y  ello  tiene  aparejo  para  todo  cuanto 
se  quisiere  hacer  en  ello,  si  no  es  para  ensanchar  el  aposento  de 
las  damas,  que  en  uno  están  todas,  y  cada  dia  mudan  sus  camas 
á  ver  si  hallan  más  lugar  para  vestirse;  y  ahora  les  tengo  hecho 
entender  que  se  las  tengo  de  colgar  en  el  aire  y  han  de  subir  á 
ellas  con  una  escalera;  y  sobre  si  ha  de  haber  sola  una  escalera  y 
cuales  han  de  subir  primero  ó  postrero,  pasan  muy  buenos  cuen- 
tos. En  fin  la  vida  del  campo  es  la  mejor  de  todas  y  creo  seréis 
deste  voto.  Esto  es  cuanto  se  puede  decir  de  acá.  Las  cosas  de 
Alemana  nos  dan  arto  cuidado.  Dios  ponga  su  mano  en  todo.  A 
toda  vuestra  gente  me  encomendad  mucho  y  guárdeos  Dios  como 
deseo.  De  Marimont  á  29  de  Mayo  1 609. — A  Isabel. — (Sobres- 
crito:) Al  Duque  de  Lerma. 


CORRESPONDENCIA  DE  LA  INFANTA  DONA  ISABEL  265 


166. 

Duque:  Habiéndose  resuelto  el  Marqués  de  Guadaleste  de  en- 
viar á  su  muger  á  componer  su  hacienda,  pues  vos  sabéis  mejor 
que  nayde  cuánto  lo  ha  menester;  y  no  habiendo  podido  dexar 
de  aproballe  esta  resolución,  pues  él  no  puede  hacello  estando 
aqui  sirviendo  á  mi  hermano  con  mucho  cuidado;  aunque  á  mí  me 
pesa  mucho  de  que  se  vaya  la  marquesa,  porque  sabéis  sus  buenas 
partes  y  lo  que  se  puede  olgar  con  ella,  y  así  lo  hacia  yo  mucho, 
y  no  se  puede  creer  lo  que  la  debo;  y  así  no  puedo  dexar  de  en- 
comendárosla mucho,  para  que  procuréis  que  mi  hermano  le  haga 
mucha  merced,  que  no  me  contentaré  con  menos,  y  yo  la  tomo 
toda  á  mi  cuenta,  quedando  con  arta  envidia  de  que  haya  de  be- 
sar las  manos  á  mi  hermano.  Ella  os  podrá  dar  particulares  nue- 
vas de  acá,  y  ya  juzgo  que  os  sentáis  un  rato  con  ella  á  pregun- 
talle,  y  con  su  buen  gusto  podrá  dar  muy  buena  cuenta  de  todo: 
á  lo  menos  os  podrá  asigurar,  como  se  lo  he  pedido,  del  agrade- 
cimiento que  tengo  á  lo  que  acudis  á  lo  que  nos  toca.  Y  pues  será 
tan  buen  embaxador,  yo  no  quiero  embarazaros  con  carta  larga. 
Olgara  de  poderos  tener  aqui,  que  la  Marquesa  dirá  cuan  lindo 
sitio  es  este.  Y  guárdeos  Dios  como  deseo.  De  Marymont,  dia  de 
las  Animas,  1609.  —  A  Isabel.  —  (Sobrescrito:)  Al  Duque  de 
Lerma. 


167. 

Duque:  Bien  podré  escusar  de  ser  larga  en  esta,  pues  lleván- 
dola el  Marqués  de  Guadaleste,  podrá  dar  tan  particulares  nue- 
vas de  acá,  y  asi  yo  solo  diré  que  ha  servido  á  mi  hermano  con 
mucho  cuidado  y  diligencia  y  mucho  deseo  de  acertar;  y  asi 
merece  que  mi  hermano  le  haga  mucha  merced  en  esta  ocasión: 
que  creo  nayde  es  tan  interesado  como  él,  pues  no  ha  podido  ir 
á  mirar  por  su  hacienda  como  los  demás.  Yo  no  puedo  dexar  de 
encomendaros  mucho  el  bueno  y  presto  despacho  del  Marqués, 
quedando  ya  con  alborozo   de   saber    nuevas  particulares  con 


266  BOLETÍN  DB  LA  RBAL  ACADEMIA  DE   LA  HISTORIA. 

él  de  ay.  Las  que  aqui  hay  dirá  él;  y  así  yo  acabaré  esta  con  en- 
comendarme á  toda  vuestra  gente,  y  con  que  os  guarde  nuestro 
Señor  como  deseo.  De  Brusselas,  postrero  del  año  1609. — A  Isa- 
bel.— (Sobrescrito:)  Al  Duque  de  Lerma. 


168. 

Duque:  No  sabría  decir  el  contentamiento  que  he  tenido  con 
las  cartas  escritas  de  Aranjuez  que  recibí  pocos  dias  ha,  y  de  sa- 
ber que  mi  hermano  se  haya  olgado  y  hechole  tan  buen  tiempo. 
El  de  aqui  ha  sido  de  manera  que  no  hay  otra  cosa  que  catarros, 
y.  yo  le  tengo  tan  grande  doce  dias  ha  que  no  me  dexa  estar  de 
provecho,  y  así  no  me  dexará  alargar  en  esta  ni  tampoco  osaré 
por  no  saber  si  va  sigura.  Otros  escribirán  lo  demás  que  se  ofrece 
de  por  acá,  que  es  arto,  pero  no  para  en  claro.  Disculpadme  con 
vuestra  hermana,  que  por  lo  que  he  dicho,  no  puedo  respon- 
delle  aora.  Lo  haré  con  el  primero,  habiendo  olgado  infinito  con 
su  carta.  A  toda  la  demás  de  vuestra  gente  me  encomiendo  mu- 
cho y  guárdeos  Dios  como  deseo.  De  Brusselas  á  20  de  Hebrero, 
1 610. — A  Isabel. — (Sobrescrito:)  Al  Duque  de  Lerma. 


169. 

Duque:  Aunque  no  se  tengan  cartas  de  ay,  con  saber  que  se 
está  con  la  salud  que  deseamos,  como  hemos  sabido  estos  dias, 
se  puede  pasar.  Aqui  la  tenemos;  y  ha  vuelto  un  frió  que  no  sé  en 
qué  ha  de  parar.  No  querría  hubiese  llegado  por  allá.  Pocas  nue- 
vas más  que  estas  se  pueden  decir  y  más  no  sabiendo  si  estas  van 
siguras.  Las  que  se  ofrecen  dirá  mi  primo;  y  yo  digo  que  nos  va 
bien  con  la  huéspeda,  aunque  no  puede  perder  el  cariño  de  su 
tierra.  Todos  la  tenemos  por  ganada,  y  por  lo  disimulado  procu- 
ramos convertirla,  pero  temo  que  seremos  malos  predicadores. 
Bien  habría  que  reir  sobre  esto  si  se  pudiese  fiar  de  la  pluma.  A 
toda  vuestra  gente  me  encomiendo  mucho,  y  hareisme  mucho 


CORRESPONDENCIA   DE  LA  INFANTA  D0S(A   ISABEL.  267 

placer  en  suplicar  á  mi  hermano  haga  la  merced  que  le  tiene 
suplicada  Don  Jerónimo  Valter  Zapata  porque  se  pueda  volver 
tanto  más  presto  á  servirnos.  Y  guárdeos  Dios  como  deseo.  De 
Brusselas  á  12  de  Marzo,  1 6 10* — A  Isabel, — (Sobrescrito:)  Al 
Duque  de  Lerma, 


170. 

Duque:  Poco  habrá  que  decir  de  acá  después  que  escribimos, 
pues  se  puede  fiar  poco  de  estas  cartas  con  estas  cosas  que  an- 
dan; y  así  yo  me  remitiré  á  las  de  mi  primo  en  lo  que  toca  á  ne- 
gocios, y  en  esta  solo  diré  que  ya  deseamos  mucho  tenellas  de 
ay,  que  nos  parece  que  tardan  mucho.  Plega  á  Dios  vengan  con 
las  buenas  nuevas  de  la  salud  de  mi  hermano  que  hemos  menes- 
ter, y  que  se  haya  pasado  muy  bien  la  jornada  de  Castilla  como 
lo  espero  con  el  cuidado  que  tenéis  de  regalallos  y  servillos  en 
vuestras  casas,  que  no  sé  cómo  quieren  salir  dellas.  Yo  cuahdo 
me  acuerdo  que  están  más  cerca  de  acá,  estoy  contentísima.  Pa- 
receme  que  ya  podremos  estar  con  cuidado,  pues  se  va  acercan- 
do el  parto  de  la  Reina.  Dios  la  alumbre  con  bien.  Deseo  saber 
si  tenéis  allá  toda  vuestra  gente  ó  quedaron  en  Madrid,  adonde 
no  se  habrá  pasado  tan  bien  la  Cuaresma.  La  de  aqui  ha  sido  tan 
fría  que  no  ha  habido  sino  nieve  y  más  nieve.  Ahora  todo  es  ha- 
blar de  guerra  y  más  guerra.   La  causa  se  está  como  siempre 
perdida  por  su  tierra  y  cuanto  hay  en  ella.  Don  Fernando  Girón 
espero  habrá  llegado  y  dado  más  particulares   nuevas  de  todo. 
Artas  habría  si  se  pudiesen  fiar  desta,  pero  pues  no  puede  ser, 
yo  acabo  con  encomendarme  á  toda  vuestra  gente,  y  guárdeos 
Dios  como  deseo.  De  Brusselas,  domingo  de  Ramos,   1 6 10. — A 
Isabel.-^(Sobrescrito:)  Al  Duque  de  Lerma, 

171. 

Duque:  Don  Fernando  Girón  sabrá  dar  tan  buena  relación  de 
á  lo  que  vá  y  todo  lo  que  se  quisiere  saber  de  acá  que  no  será 
menester  embarazaros  con  carta.  Solo  diré  en  esta  cuan  contenta 


2^8  BOLETÍN  DE  LA   REAL  ACADEMIA  DE   LA   HISTORIA. 

estoy  con  las  que  hemos  tenido  de  ay,  escritas  en  Villacastin,  y 
de  haber  sabido  la  buena  salud  de  mi  hermano;  y  porque  espero 
responder  á  ellas  con  un  correo  que  pienso  llegará  primero  que 
esta,  la  acabo  con  encomendarme  mucho  á  toda  vuestra  gente,  y 
guárdeos  Dios  como  deseo. — A  Isabel. — (Sobrescrito:)  Al  Duque 
de  Lerma. 


172. 

Duque:  Las  nuevas  que  cada  día  llegan  de  la  prisa  que  se  dá  el 
de  Francia  á  juntar  su  exército  (l),  nos  obliga  á  dalla  ay  para  que 
se  provea  con  tiempo  lo  que  es  menester  para  resistille  y  no  pue- 
da salir  con  lo  que  pretende;  y  pues  sabéis  cuánto  importa  esto, 
no  habré  menester  pediros  lo  procuréis,  pues  sé  el  cuidado  con 
que  acudís  siempre  al  remedio  de  todo.  No  creo  se  habrá  visto 
ni  oido  en  el  mundo  cosa  semejante,  si  esta  guerra  se  hace,  pues 
estamos  aqui  acariciando  y  regalando  la  causa  della,  y  todo  mal 
agradecido;  pero  no  por  eso  hemos  de  dexar  de  hacer  lo  que  es 
justo.  Si  los  demás  hicieren  lo  que  no  lo  es,  espero  los  castigará; 
y  así  con  hacer  cada  uno  lo  que  debe  y  dexallo  todo  en  sus  ma- 
nos, no  podemos  prometernos  nada  malo.  Arto  lo  es  para  mí 
haber  tanto  tiempo  que  estamos  sin  cartas  de  ay,  que  cierto  se 
lleva  muy  mal.  Dios  nos  traiga  muy  buenas  nuevas.  De  aqui  no  sé 
que  deciros,  pues  lo  que  se  podria,  no  lo  oso  fiar  desta  con  el 
tiempo  que  corre  en  Francia.  Aun  podemos  decir  hace  frío,  y  así 
aun  no  se  puede  bien  gozar  del  campo.  Espero  que  mi  hermano 
lo  hará  aora  de  Ventosilla,  que  debe  de  estar  muy  bueno.  Deseo 
saber  si  tenéis  ay  toda  vuestra  gente.  A  todos  me  encomiendo 
mucho,  y  guárdeos  Dios  como  deseo.  De  Brusselas  á  22  de  Abril, 
l6lO. — A  Isabel. — (Sobrescrito:)  Al  Duque  de  Lerma. 


(i)  A  causa  de  la  detención  de  la  Princesa  de  Conde,  en  Bruselas.  So- 
bre este  particular,  véase  mi  libro  Ambrosio  S finóla,  donde  se  refiere  todo 
este  suceso  con  curiosos  detalles. 


CORRBSPONDBNCIA  DB  LA  INFANTA  DOSÍA   ISABEL.  269 


173. 

Señor:  Aunque  ha  poco  que  escribimos,  siempre  guelgo  de 
tener  ocasión  de  hacerlo,  aunque  haya  poco  que  decir  de  nuevo 
de  acá,  y  no  lo  será  desear  mucho  tener  ya  cartas  de  ay,  que  ha 
mil  dias  que  estamos  sin  ellas  y  sin  saber  nada  de  la  salud  de 
V.  M.,  que  se  lleva  muy  mal.  Aqui  todo  es  tratar  de  guerra, 
como  escribirá  mi  primo  más  particularmente;  y  cómo  el  de 
Francia  se  dá  gran  prisa  á  juntar  la  gente  para  su  exército,  que 
en  fin  quiere  romper,  porque  no  le  dan  esta  muger,  la  cual  está 
bien  ganada  por  él,  6  perdida  por  mejor  decir,  que  me  hace  gran- 
dísima lástima,  porque  es  la  más  bonita  del  mundo  y  más  apaci- 
ble y  de  mejor  condición;  pero  malos  consejos  que  tiene  y  ha 
tenido  la  tienen  tan  ciega  y  los  presentes  y  cartas  por  otro  cabo, 
que  yo  tengo  por  sin  duda  su  perdición;  y  así  todo  cuanto  pro- 
curamos regalalla  y  ganalla,  que  es  cuanto  se  puede,  me  parece 
que  es  gastar  el  tiempo  en  balde,  y  no  se  le  puede  quitar  que  no 
hable  con  estos  que  le  traen  los  mensajes  y  cartas,  que  no  faltan 
artos  alcaguetes,  y  la  principal  es  la  muger  del  Embaxador  de  su 
Rey,  que  está  aqui,  aunque  el  marido  no  lo  es,  sino  un  honrado 
hombre;  y  una  vieja  que  la  ha  criado,  y  así  la  gobierna,  que  es 
una  que  le  quitaron,  pero  está  en  casa  de  la  muger  del  Embaxa- 
dor, y  así  la  escribe  cada  dia  cuanto  ha  de  hacer  y  lo  que  ha  de 
escribir  al  Rey.  Es  tan  pura  Celestina  que  si  la  quisieran  retratar, 
no  la  pudieran  pintar  más  propia;  y  cuando  yo  me  acuerdo  la 
figura  del  galán,  no  es  posible  dexar  de  reirme  por  más  guerra 
que  nos  quiera  hacer,  Pero  pues  él  se  da  tanta  prisa,  suplico  á 
V.  M.  se  la  mande  dar  en  lo  que  se  le  suplica,  pues  vé  cuanto 
importa  para  su  servicio  y  del  daño  que  seria  que  pudiese  hacer 
lo  que  pretende  en  estos  Estados;  en  que  yo  no  me  declaro  más 
por  ir  esta  en  claro.  Esto  es  cuanto  se  ofrece  por  acá,  donde  hace 
aun  frió;  y  así  va  muy  despacio  el  campo.  Hemos  ido  dos  dias  á 
las  garzas,  pero  ha  hecho  tanto  aire  que  no  se  ha  podido  matar 
nada.  Mañana  se  comienzan  á  tirar  los  papagayos.  Todas  estas 
fiestas  quisiera  que  en  pax  las  gozase  V.  M.  algún  dia.  Como  se 


2  yo  BOLETÍN  DB   LA    REAL    ACADEMIA  DB   LA   HISTORIA. 

acerca  el  del  parto  de  la  Reina  estamos  con  cuidado.  Dios  la 
alumbre  con  bien:  á  S.  M.  y  al  Príncipe  y  á  mi  nuera  beso  las 
manos,  y  guárdenos  Nuestro  Señor  á  V.  M.  tantos  años  como 
hemos  menester  y  yo  deseo.  De  Bruselas  á  22  de  Abril,  l6lO. — 
Besa  las  manos  á  V.  M.— A  Isabel.  —  (Sobrescrito:)  Al  Rey  mi 
Señor. 


174. 

Duque:  Yo  no  podria  encarecer  en  esta  cuan  bien  recibidas 
han  sido  esta  mañana  las  cartas  de  20  del  pasado;  porque  ya  no 
habia  paciencia  para  estar  tanto  tiempo  sin  nuevas  de  ay.  Gracias 
á  Dios  que  nos  las  ha  traido  tan  buenas,  y  que  la  jornada  de  Va- 
Uadolíd  se  ha  pasado  tan  bien;  pues  á  buen  siguro  que  la  de  Ler- 
ma  que  sea  buena,  con  el  mucho  cuidado  .que  vos  ponéis  de  ser- 
vir y  regalar  á  mi  hermano  y  á  todos;  y  debe  ser  lindísimo  todo  lo 
de  por  allí,  sigun  me  lo  pintan  los  que  lo  han  visto.  Paréceme  que 
ya  podemos  estar  con  cuidado  de  aguardar  el  parto  de  la  Reyna. 
Dios  la  alumbre  con  bien. 

Kste  correo  se  despacha  con  tanta  prisa  á  lo  que  entenderéis  por 
cartas  del  Marqués  Espinóla.  Yo  no  tengo  que  deciros,  sabien- 
do vuestro  cuidado  y  el  que  ponéis  en  el  servicio  de  mi  hermano 
y  en  cuanto  nos  toca.  Yo  espero  en  Nuestro  Señor  que  nos  ha  de 
ayudar  y  volver  por  la  razón  y  dar  poder  y  fuerzas  á  mi  herma- 
no para  vengar  los  fieros  y  amenazas  que  aora  se  hacen.  Creo 
son  todas  pensando  sacar  con  ellas  lo  que  pretenden,  pero  han 
escogido  mal  camino.  A  mí  solo  me  dá  cuidado  que  mi  primo 
haya  de  salir  en  campaña,  como  escribo  á  mi  hermano;  y  todo 
lo  que  podria  decir  de  nuestra  guéspeda  (l)  aqui;  que  en  verdad 
se  tiene  tanto  cuidado  de  su  regalo  y  salud,  como  se  podría 
si  estuviera  quien  nos  tocara  mucho.  Pero  todo  es  mal  agradecido, 
y  para  ella  ponzoña  todo  lo  que  no  es  de  su  galán.  El  es  fresco  y 

(i)  En  este  párrafo  se  reñere  la  Infanta  á  los  temores  de  guerra  y  gran- 
des preparativos  para  ella  que  hacía  Enrique  IV  de  Francia  para  vengarse 
de  los  Archiduques  por  no  haberle  querido  entregar  á  la  Princesa  de 
Conde. 


CORRESPONDENCIA  DE  LA  INFANTA   DOÍIA   ISABEL.  27 1 

bueno,  y  con  eso  se  le  puede  perdonar.  Estas  son  las  nuevas 
de  acá. 

De  que  vuestra  hermana  haya  estado  para  ir  á  Lerma,  me 
guelgo  mucho,  que  en  vferdad  deseo  mucho  la  salud  de  todos  tres 
hermanos;  pero  no  sé  si  vá  tan  bien  del  interés  en  deseárosla  por 
la  falta  que  cada  uno  por  su  cabo  harían  en  el  servicio  de  mi 
hermano.  De  la  demás  de  vuestra  gente  no  me  decis  nada.  Deseo 
saber  si  los  tenéis  todos  ay.  Mucho  me  granjeáis  cuando  me  dais 
nuevas  de  mi  nuera,  porque  yo  pienso  que  la  quiero  más  que  no 
sus  padres,  por  mucho  que  esto  sea.  Yo  los  tengo  ahora  á  todos 
puntos  en  un  aposento  que  hemos  remendado,  que  le  pudiéra- 
mos haber  hecho  de  nuevo  con  lo  que  se  ha  tardado,  que  ha  sido 
dos  años,  y  con  lo  que  ha  costado;  pero  todas  las  obras  que  ha- 
cemos es  desta  manera,  que  yo  como  estoy  avezada  á  las  de  mi 
padre,  no  lo  puedo  llevar,  porque  demás  de  tardar,  no  hacen  cosa 
de  provecho,  que  para  que  lo  estuviese,  ha  sido  menester  hacelle 
y  deshacelle  mil  veces.  Ha  tres  dias  que  estamos  en  este  aposen- 
to, y  todo  el  adorno  del  mió  son  los  retratos,  con  que  paso  la 
vida,  ya  que  no  puedo  gozar  los  vivos.  A  toda  vuestra  gente  me 
encomiendo  mucho,  y  guárdeos  Dios  como  deseo.  De  Brusselas  á 
3  de  Mayo,  l6lo. — A  Isabel.  —(Sobrescrito:)  Al  Duque  de  Lerma. 


176. 

Duque:  Contentísimos  estamos  con  las  buenas  nuevas  del  buen 
alumbramiento  de  la  Reyna  (i)  y  de  que  quedase  tan  buena  y  la 
Infanta.  Gracias  á  Dios  que  todos  son  tan  lindos,  que  por  buena 
prísa  que  se  dé  en  parir,  nunca  podrán  ser  muchos,  y  mas  siendo 
hijos  de  mi  hermano,  que  bien  creeréis  que  digo  esto  de  buen 
corazón.  Plega  á  Dios  que  tengamos  muy  presto  nuevas  de  que 
el  Príncipe  ha  llegado  muy  bueno,  como  lo  espero  trayendole 
vuestra  hermana  y  el  buen  viejo  de  Mercado  (2),  que  me  parece 


(1)  En  24  de  Mayo  de  16 10  nació  la  Infanta  Margarita  Francisca  de 
Austria. 

(2)  El  Dr.  Mercado,  médico  de  Cámara,  el  más  acreditado  en  la  Corte. 


272  BOLETÍN   DB   LA   RSAL,  ACADEMIA  DE  LA   HISTORU. 

le  podemos  tener  por  padre  de  todos  viniendo  con  él.  Muy  bien 
nos  ha  ido  estos  dias  de  cartas,  que  es  lo  con  que  yo  más  guelgo 
y  con  todas  las  nuevas  que  me  dais  en  ellas.  Ya  las  deseo  tener 
de  que  hayan  hecho  muy  bien  su  embarcación  los  de  Lemus  (l), 
que  no  me  espanto  que  os  iexe  tan  solo  tan  buena  hija;  pero  yo 
asiguro  que  se  sepa  gobernar  tan  bien  ella,  que  no  os  pese  de 
habella  enviado,  y  vuestra  hermana,  como  plática  de  alli,  los 
habrá  instruido,  de  manera  que  han  de  ser  muy  buenos  Virreyes. 
A  la  de  Medinasidonia  tenga  Dios  en  el  cielo,  que  muy  bien  in- 
chará  su  lugar  la  de  Niebla  y  arto  ha  padecido  en  el  desierto. 
Yo  creo  que  su  suegro  se  hallará  harto  mejor  con  ella  que  con 
su  muger;  y  yo  me  guelgo  mucho  de  que  la  ha  llevado  consigo, 
porque  sabré  muchas  veces  della,  que  siempre  los  navios  traen 
nuevas  de  allá,  y  algunas  veces  muy  frescas.  Y  cierto  que  con 
lo  que  más  me  podéis  grangear  es  con  darme  siempre  nuevas  de 
toda  vuestra  gente.  Ya  habrán  llegado  ay  las  cartas  en  que  con- 
tábamos cómo  tuvimos  aqui  las  de  la  muerte  del  Rey  de  Fran- 
cia (2):  por  cierto  ella  fue  terrible;  pero  nuestro  Señor  siempre 
vuelve  por  su  causa,  y  bien  se  ha  visto  ahora.  A  mi  hermano  es- 
cribo todo  lo  que  ha  pasado  después  acá  con  nuestra  guéspeda, 
de  la  cual  nunca  quiso  irse  el  Archiduque  Leopoldo  sin  despe- 
dirse, y  la  hizo  levantar  de  la  mesa  para  hablalla.  Yo  espero 
que  con  la  venida  de  su  marido,  que  será  mañana,  no  tendré 
muchos  dias  que  aguardar,  sino  que  se  podrá  ir  con  Dios;  que 
ella  lo  desea  con  gran  estremo,  y  no  pienso  será  tan  regalada, 
por  mucho  que  lo  esté,  como  lo  ha  sido  aqui.  Su  marido  ha  ga- 
nado mucho  conmigo  en  no  querella  ver,  como  escribo  á  mi 
hermano.  Pésame  que  no  la  halle  en  casa  Madalena  de  San  Je- 
rónimo, porque  pienso  la  predicara  cada  dia,  pero  no  me  ase- 
guro la  convenciera.  Yo  la  aguardo  con  mucho  alborozo  para  que 
me  cuente  muy  particularmente  de  todo  lo  de  ay,  que  todos 
dicen  cuan  lindo  es.  Mucho  guelgo  que  el  Cardenal  de  Toledo 
haya  bautizado  á  la  Infanta,  que  con  tan  buen  cura  no  puede 


(i)    Había  sido  nombrado  el  Conde  de  Lemos  virrey  de  Ñapóles. 
(2)    Enrique  IV,  asesinado  el  14  de  Mayo  de  1610  por  Ravaillac. 


CORRESPONDENCIA  DB   LA   INFANTA  DONA   ISABEL.  273 

dexar  de  sucedelles  muy  bien  á  todos,  y  siempre  que  oigo  cuan 
bien  lo  hace,  es  para  mí  mucho  gusto,  como  de  hijo  de  su  ma- 
dre. Yo  estaba  escribiendo  muy  á  mi  placer  en  un  cenador  del 
jardín,  donde  os  quisiera  tener,  y  viénenme  á  decir  que  llega  la 
Duquesa  de  Ariscot:  con  que  no  puedo  pasar  de  aqui,  que  solo 
esto  tiene  malo  esta  casilla,  que  tiene  mucha  vecindad  á  cuatro 
y  cinco  y  tres  leguas  y  aun  á  una,  y  así  siempre  hay  visitas  sin 
que  se  puedan  escusar.  La  de  aora  yo  la  perdonara.  A  toda 
vuestra  gente  me  encomendad  mucho;  y  guárdeos  Dios  como 
deseo.  De  Marymont  á  19  de  Junio,  1610. — A  Isabel. — (Sobres- 
crito:) Al  Duque  de  Lerma. 


176. 

Señor  (l):  Si  siempre  nos  fuese  tan  bien  con  tener  á  menudo 
cartas  de  V.  M.,  como  hemos  tenido  estos  dias,  no  habría  más 
que  desear,  pues  yo  me  hallo  con  tres  después  que  escribimos, 
porque  beso  las  manos  á  V.  M.,  y  por  la  mucha  merced  que  en 
ellas  me  hace.  Yo  quiero  pensar  que  la  meresco  á  V.  M.,  pero 
reconosco  como  debo  y  estimo  la  que  V.  M.  me  hace  como  es 
razón.  Por  la  buena  salud  con  que  V.  M.  se  hallaba,  doy  mil 
gracias  á  Dios,  y  de  que  la  Reina  haya  quedado  tan  buena  y  con- 
valecida deste  parto,  y  lo  esté  la  recien  nacida.  El  mal  del  Prín- 
cipe me  tiene  con  mucho  cuidado  y  que  le  dure  tanto,  aunque 
espero  no  pasará  de  los  40  dias;  que  así  acón  teda  á  V.  M.;  pero 
por  si  le  durare  aun  la  calentura,  suplico  á  V.  M.  le  mande  dar 
un  poco  del  palo  que  va  aquí  raspado,  en  agua;  que  es  del  arból 
de  Nuestra  Señora  de  Monteagudo,  que  ha  hecho  y  hace  muchos 
milagros  para  enfermedades,  y  que  se  encomiende  á  ella,  que 
acá  lo  hacemos,  y  hemos  enviado  allá  por  el  Príncipe,  y  así  espe- 
ro ha  de  estar  muy  bueno.  También  me  escribe  mi  prima  que  el 
Infante  Don  Carlos  lo  quedaba  ya;  de  que  mi  nuera  y  su  herma- 
na lo  estén,  estoy  contentísima.  Sin  duda  que  el  exercicio  nos  áá 

(i)    Esta  carta  está  dirigida  al  Rey  su  hermano. 

TOMO  XLvni.  18 


274  BOLBTÍN  DB  LA  RBAL  ACADBMIA  DB  LA  HISTOKIA. 

la  vida  á  todos.  V.  M.  le  hará  aora  con  la  vecindad  de  Vento- 
silla  (l),  que  según  lo  que  nos  ha  contado  el  Conde  de  Sora  del, 
debe  ser  muy  lindo.  De  todo  nos  ha  dado  muy  buena  relación; 
y  llegó  un  dia  que  íbamos  á  caga  y  le  topamos  en  el  camino;  y 
mientras  venía  la  caga  leimos  las  cartas  de  V.  M.,  que  nos  truje- 
ron  el  buen  agüero,  porque  matamos  un  muy  gran  lobo  y  dose 
corgos.  Escápasenos  otro  por  haber  dexado  poca  gente  y  anduvo 
toda  la  red  de  cabo  á  cabo  sin  ser  nadie  bastante  que  diese  en  él. 
Yo  pienso  era  alguna  bruja,  que  hay  muchas  por  allí. 

También  nos  ha  contado  el  Conde  la  solenydad  con  que  se  hi- 
cieron las  honras  del  de  Francia;  por  cierto  estoy  por  decir  mal 
empleado  y  peor  agradecido,  pues  verá  V.  M.  por  las  cartas  de 
negocios  cómo  no  quieren  dexar  de  ayudar  á  los  herejes.  Mucho 
ha  perdido  la  Reina  conmigo  en  esto,  pues  cuando  todo  su  Con- 
sejo lo  quisiera,  lo  hubiera  ella  de  contradecir;  pues  le  estará 
siempre  arto  mejor  y  á  sus  hijos  la  amistad  de  V.  M.  que  no  la 
de  los  protestantes;  pero  nuestro  Señor  volverá  por  su  causa  y 
por  V.  M.  que  la  defiende,  y  lo  remediará  como  hizo  en  lo  pa- 
sado. 

Aora  quiero  dexar  esto  y  contar  cómo  nos  vemos  desemba- 
razados de  nuestra  guéspeda.  Su  marido  (l)  vino  y  no  la  quiso 
ver,  pero  tampoco  quiso  irse  sin  acechalla,  y  así  la  vio  por  el  co- 
gote; pero  ella  con  todos  sus  desdenes  le  anduvo  acechando  de 
ventana  en  ventana;  y  cierto,  no  me  puedo  persuadir  sino  que 
hay  algo  de  hechisos  en  este  negocio,  porque  cuando  se  ven  pa- 
rece que  se  quieren  y  que  se  le  van  los  ojos  al  uno  tras  el  otro; 
y  en  apartándose  dicen  perrerías  el  uno  del  otro,  aunque  el  ma- 
rido parece  la  quiere,  pero  su  madre  y  hermana,  la  de  Orange  y 
sus  parientes  están  muy  duros  en  que  no  la  ha  de  tomar,  y  le 
meten  en  cabeza  que  si  se  descasa  della  se  casará  con  una  hija 
del  Rey,  lo  cual  yo  no  creo.  En  resolución,  él  no  la  dexa  sino 
por  este  respeto,  que  por  todo  lo  demás  y  otras  muchas  cosas 
que  él  dice  que  han  pasado  en  Francia,  no  hace  caso  dellas  nin- 


{i)     Coto  redondo  de  la  provincia  de  Burgos,  partido  de  Aranda. 
(2)     El  Príncipe  de  Conde. 


CORRBSPONDBMCIA  DB  LA  INFANTA  DOSa  ISABEL.  375 

guno,  porque  allá  debe  de  ser  ordinario;  y  así  me  parece  hemos 
hecho  con  muy  buena  conciencia  los  oñcios  que  hemos  hecho 
para  que  la  tomase,  pues  él  no  hacia  caso  de  lo  principal  que  le 
había  de  hacer,  de  que  no  nos  hemos  reido  poco.  Pasadas  estas 
primeras  vistas,  vino  un  primo  suyo  della,  de  parte  de  su  padre, 
con  carta  de  la  Reyna  para  ella,  en  que  le  mandaba  fuese  con  su 
marido.  Al  principio  se  hizo  un  poco  de  rogar,  pero  con  lo  que  el 
otro  le  dijo,  le  escribió  una  carta  pidiéndole  perdón,  y  á  nosotros 
se  vino  á  echar  á  nuestros  pies  para  que  lo  procurásemos.  Tam- 
bién la  Reyna  nos  escribió  sobre  ello,  pero  él  tenia  tan  buenos 
alanos  á  las  orejas  que  por  más  que  lo  deseó,  no  osó  Uevalla:  que 
fué  cosa  estraña  la  gente  que  vino  á  buscalle  en  sabiendo  estaba 
en  estos  Estados.  Y  decia  él  que  si  ella  le  hablaba  una  palabra 
que  él  no  se  podría  detener;  y  así  cuando  se  fué  á  despedir  de 
nosotros,  pidió  mucho  que  no  estuviese  allí,  como  se  hizo,  pero 
estaba  á  la  puerta,  vestida  y  tocada  á  la  española,  bonita  como 
un  oro,  que  le  está  muy  bien;  y  cuando  él  llegó  á  hablar  á  mí, 
cayóle  muy  cerca  y  viola,  y  entrambos  se  demudaron:  que  fue 
cosa  de  ver.  Con  esto  se  fue  á  ver  el  jardin  y  ella  siempre  tras 
él;  al  fin  la  vio  en  un  corredorcillo  y  le  hizo  tres  reverencias,  y 
no  habia  hacelle  salir  del  jardin,  hasta  que  llegó  un  primo  suyo 
que  le  dijo  mil  perrerías  porque  la  habia  mirado,  y  ella  se  quedó 
con  artas  lágrimas.  De  allí  á  tres  dias  llegó  su  hermana  la  Con- 
desa de  Ubernia  por  ella:  llegó  á  Vinz  y  otro  dia  fue  á  verme  á 
Marymont,  y  otro  dia  después  de  comer  fue  por  ella  y  la  llevó 
sana  y  salva  y  llorando  tanto  y  más  por  dexarnos  como  habia 
hecho  de  entrar  en  casa.  Yo  la  he  predicado  arto,  porque  ya  que 
ha  estado  aqui,  deseo  le  sirva  para  enmienda,   pues  sus  pocos 
años  y  malos  consejos  la  disculpan  de  lo  pasado.  Ella  me  ha  pro- 
metido que  yo  oiré  como  se  gobierna  y  que  no  ha  de  haber  más 
que  hablar  della.  Plega  á  Dios,  que  es  tan  fácil  de  condición  que 
con  la  compañía  que  tratare,  esa  la  llevará  tras  sí;  y  es  lástima, 
porque  es  muy  bonita,  como  se  ha  visto  cuando  la  ha  dexado 
de  gobernar  la  buena  gentecilla  que  la  traia  engañada,   que  los 
quisiera  yo  entregar  á  los  muchachos  de  Toledo  para  que  hicie- 
ran su  oficio;  y  la  primera  á  la  señora  muger  del  Embaxador 


276  BOLETÍN   DB  LA   RBAL  ACADEMIA  DE   LA   HISTORIA. 

que  dicen  ha  dado  grandes  disculpas  al  de  Conde.  La  de  Huber- 
nia  es  una  mujeraza  de  lindísimo  arte,  y  debe  de  haber  sido  muy 
hermosa:  tiene  un  sosiego  estremado  y  muy  bien  hablada,  y  es 
una  muy  honrada  mujer,  como  ha  dado  buena  prueba,  pues  ha 
cinco  años  que  no  sale  de  la  prisión  con  su  marido.  Con  esto  he 
concluido  la  historia  de  nuestra  guéspeda,  quedando  tan  desem- 
barazados como  el  de  Fuentes,  que  no  se  puede  más  encarecer. 
Ahora  quiero  contar  de  nuestra  caga  de  Marymont,  que  por 
mi  honra  no  lo  habria  de  hacer,  pero  será  con  condición  que  V.  M. 
se  ria  un  poco  y  no  me  dé  la  vaya.  Deseábamos  mucho  matar 
un  ciervo  con  yerba,  porque  acá  es  cosa  tan  nueva  que  en  vién- 
dola huyen  della  y  de  la  ballesta,  como  si  fuese  el  demonio,  que 
solo  de  miralla  piensan  los  ha  de  matar;  y  es  de  manera  que  á  un 
secretario  le  hizo  Don  Pedro  de  Toledo  entender  que  un  pedazo 
de  corzo,  que  comian  en  el  estado,  estaba  muerto  con  ella,  y  se 
levantó  de  la  mesa  y  se  fué  á  su  aposento  y  hizo  sacar  todos 
cuantos  cuchillos  y  tijeras  habia  y  las  espadas,  y  no  osó  salir  has- 
ta que  le  desengañaron;  y  Don  Pedro  de  Zúñiga,  que  se  ha  acer- 
tado á  hallarse  en  esta  ocasión  en  Marymont,  como  buen  cazador 
podrá  contar  muy  buenas  cosas  sobre  esto.  En  fin,   yo  fui  una 
mañana  á  tirar  al  ciervo,  y  mi  primo  me  puso  en  un  lazo  y  me 
le  fue  á  echar,  porque  tampoco  hay  quien  lo  sepa  acá,  ni  se  usa 
esta  manera  de  cazar;  y  quedó  conmigo  el  Duque  de  Umala,  que 
tiene  tanto  miedo  á  la  yerba  como  el  secretario.  Saliéronme  cua- 
tro ciervos,  y  cuando  voy  á  tirar  al  uno,  rómpeseme  la  cuerda  de 
la  ballesta;  que  en  mi  vida  he  tenido  mayor  rabia  ni  mayor  risa, 
porque  el  Duque  pensó  que  ya  todos  estábamos  muertos.  No 
teníamos  allí  otra  cuerda,  ni  otra  ballesta,  y  así  le  maté  con  el 
arcabuz.  Era  muy  grande  y  el  primero  que  sea  muerto   en  el 
parque,  que  quisiera  arto  podelle  enviar  á  V.  M.  por  la  posta, 
porque  no  he  comido  mejor  cosa;  y  así  estoy  muy  contenta  de 
cuan  bien  se  hace  allí  la  caga.  Con  esto  andubimos  muchas  ma- 
ñanas á  procurar  matar  uno  con  la  ballesta,   y  es  tan   espeso 
aquello  que  se  tira  con  gran  dificultad.  Y  otra  vez  que  yo  i  ha  á 
tirar  uno  echado,  llevando  el  de  Umala  la  ballesta  tras  mí,  róm- 
pese otra  vez  la  cuerda,  que  él  quedó  el  más  perdido  hombre 


CORRESPONDENCIA   DE   LA  INFANTA   DONA   ISABEL.  277 

del  mundo.  Quedamos  con  las  ballestas  sin  cuerdas  y  dijeron  que 
en  Mons  había  uno  que  las  hacia  muy  bien,  y  así  envió  mi  primo 
por  él,  que  es  tres  leguas  de  allí,  y  pidió  un  carro  para  traer  el 
aparejo  para  ponellas,  y  al  cabo  trujo  un  ingenio  que  sola  la 
vancuerda  no  cabía  en  toda  la  casa;  que  no  reimos  poco,  pero 
más  con  la  cuerda  que  echó.  Al  fin  enviamos  aqui  por  unas  que 
habia  traído  mi  primo  de  ay,  y  entre  él  y  Don  Pedro  de  Zúñiga 
adrezaron  las  ballestas  y  anduvimos  otras  no  sé  cuantas  maña- 
nas sin  poder  tirar  nada;  que  están  tan  salvajes  allí  los  ciervos 
y  el  bosque  es  tan  cerrado  que  es  menester  sudar  bien  para  po- 
der tirar;  y  para  mí  no  es  lo  peor,  porque  en  estando  mansos  no 
los  puedo  tirar  de  buena  gana;  y  yo  estaba  tan  picada  que  pro- 
puse un  dia  de  no  volver  á  casa  sin  tirar;  y  así  hicimos  llevar  la 
comida  al  campo,  que  no  fue  el  peor  dia,  y  después  de  haber 
sesteado  cabe  un  arroyo,  donde  se  olgaron  arto  las  damas,  an- 
duvimos más  de  tres  horas  para  poder  tirar,  y  muchas  veces  casi 
á  gatas.  Ya  que  era  tarde,  yo  entré  á  hurto  á  dos  ciervos  her- 
mosísimos y  tiré  al  uno,  no  á  ocho  pasos  de  mí  y  tan  sin  sentir- 
me que  nunca  dexó  de  comer;  pero  le  erré  lindísimamente;  yo 
creo  de  pura  cudicia.  Al  cabo  de  un  gran  rato  hallamos  la  jara; 
con  que  nos  venimos  á  casa,  yo  más  picada  que  nunca.  Y  así 
volvimos  otro  dia  y  anduvimos  todo  el  dia,  y  comimos  también, 
y  tras  haber  estado  en  mil  lazos,  nunca  pude  tirar  sino  ya  tarde 
que  en  un  lazo  me  vino  un  ciervo  arto  bien  y  cerca,  y  yo  pensé 
habelle  dado  muy  bien,  y  mi  primo  y  los  cazadores  decian  iba 
cayendo.  Fuimos  luego  tras  él  y  desapareció,  y  así  le  buscamos 
con  el  sag^eso  hasta  que  anocheció,  y  yo  muy  contenta  de  ha- 
belle dado.  Y  otro  dia  en  amaneciendo  le  fueron  á  buscar  con 
tres  saguesos  y  gente,  pensando  estaría  muerto  en  unos  barran- 
cos que  hay  en  el  parque  muy  hondos.  Cierto,  nos  hizo  trabajar 
bien  el  primer  dia  y  estotro  á  los  cazadores;  pero  á  las  siete  de 
la  mañana  un  cazador  comenzó  á  gritar  á  los  otros:  «Allí  está. 
Allí  está»,  y  todos  muy  contentos.  Cuando  llegaron  era  la  jara 
que  estaba  metida  en  un  árbol,  tan  derecha  y  tan  adentro  que 
fue  menester  cortar  el  árbol  para  sacalla;  de  manera  que  antes 
de  dar  al  ciervo,  di  en  el  árbol,  y  él  quedó  sano  y  bueno,  y  así 


37  8  BOLBTfN  DB  LA  REAL  ACADEMIA  DB  LA  HISTORIA. 

no  le  podían  hallar.  Los  cazadores  no  osaban  tocar  la  jara  y  vi- 
niéronlo á  decir  en  gran  secreto,  y  tenian  razón  por  mi  honra, 
porque  tales  dos  tiros  no  creo  los  ha  errado  nayde.  Yo  confieso 
que  quedé  tan  picada  que  no  quise  tirar  más  por  no  erralle,  por- 
que no  había  sino  dos  dias  para  estar  allí.  Mi  primo  tiró  después 
una  mañana  otro  con  el  arcabuz,  y  después  le  echamos  dos  le- 
breles, con  que  corrió  un  rato,  y  fue  muy  buena  montería.  Fuera 
del  parque  no  hemos  podido  matar  ningún  ciervo,  porque  se  nos 
han  escapado  dos  veces  de  las  redes.  Hermosísimos  conejos  hay 
muchos  ogaño  en  Marymont,  y  el  tiempo  ha  hecho  lindísimo^ 
que  se  echa  bien  menos  aqui,  porque  hace  mucha  c^lor.  Yo  es- 
pero que  V.  M.  se  entretendrá  un  rato  con  esta  historia;  y  nada 
me  entra  en  gusto  de  todo  esto  sino  pensando  que  lo  tengo  de 
ver  gozar  á  V.  M.  algún  dia  y  que  ha  de  gustar  dello  como  de  la 
caga  que  me  cuenta  V.  M.  que  tuvo  ay,  que  debió  de  ser  muy 
buena.  Aquí  se  usa  mucho  el  echar  la  caga  á  la  campaña  con  los 
perros  y  los  lobos:  con  la  nieve  es  bonísimo.  Venimos  aqui  para 
la  prucísion  del  sacramento  del  milagro,  que  ha  habido  creo  que 
toda  Olanda  en  ella:  que  cierto  ha  sido  cosa  de  ver. 

Estas  son  todas  las  nuevas  que  puedo  dar  de  acá  á  V.  M.,  de- 
seándolas de  ay  mucho  para  saber  del  Príncipe,  que  cuando  se 
sabe  que  V.  Al.  y  sus  hijos  están  buenos,  se  pasa  en  paciencia 
no  tener  tan  á  menudo  cartas,  pero  cuando  no  lo  están,  no  la 
puede  haber.  V.  M.  la  habrá  menester  para  leer  esta;  y  así  la 
acabo  no  pudiendo  dexar  de  suplicar  á  V.  M.  se  acuerde  del 
Marqués  de  Velada,  pues  lo  merece  lo  que  sirve  á  V.  M.  y  tam- 
bién suplico  á  V.  M.  se  acuerde  de  hacer  merced  en  sus  preten- 
siones al  Conde  de  Aranbergue,  que  por  casarse  aora  su  hijo 
mayor  con  una  de  mis  damas,  que  se  ha  criado  en  casa,  será  do- 
blada merced  para  mí.  Al  Príncipe  y  mi  nuera  y  sus  hermanos 
beso  las  manos;  y  guárdenos  nuestro  Señor  á  V.  M.  tantos  años 
como  hemos  menester  y  yo  deseo.  De  Bruselas,  dia  de  Santa 
Ana  (i),  i6lo. — ^Beso  las  manos  á  V.  M. — A  Isabel. — (Sobres- 
crito:) Al  Rey  mi  señor. 


(r)    36  de  Julio. 


COKRBSPOMDBNCIA  DB   LA   INFANTA  W}fÍK  ISABEL.  379 


177. 

Duque:  A  una  carta  vuestra  debo  respuesta,  no  habiéndola 
tenido  con  este  postrer  correo;  quixera  fuera  la  ocasión  otra,  y 
no  el  no  quedar  bueno,  que  lo  que  debéis  de  haber  trabaxado 
con  cuerpo  y  espíritu  con  el  mal  del  Príncipe,  debe  de  ser  la 
causa.  Con  mucho  cuidado  nos  tiene;  aunque  espero  en  Dios  es- 
tará ya  bueno,  y  no  veo  la  hora  de  tener  estas  nuevas,  que  en 
verdad  se  desean  mucho.  Con  todas  las  que  me  escribís  he  oiga- 
do  mucho  y  el  Conde  de  Sora  me  las  ha  dado  muy  particulares, 
y  de  Lerma  y  Ventosilla,  que  todo  debe  ser  muy  bueno,  y  más  con 
el  cuidado  que  ponéis  en  servir  y  regalar  allí  á  mi  hermano,  que 
tiene  razón  de  hallarse  tan  bien  en  ello,  y  vos  no  la  tenéis  para 
no  mirar  mucho  por  vuestra  salud,  pues  sabéis  la  falta  que  á  todos 
nos  haríades. 

Lo  que  me  decis  de  la  merced  que  mi  hermano  me  hace,  no 
es  nuevo  para  mí,  ni  lo  será  el  conocella  como  debo.  ¡Ojala  pu- 
diéramos reir  los  tres  algunos  buenos  cuentos,  que  no  faltaran,  si 
nos  viéramos  en  eso!  Los  que  han  pasado  con  nuestra  guéspe- 
da  (i)  escribo  á  mi  hermano.  Yo  estoy  contenta  de  habella  en- 
viado sana  y  salva.  Plega  á  Dios  que  le  dure  y  que  en  su  tierra 
anden  de  mejor  pié  que  hasta  aqui,  que  no  veo  hay  mucho  que 
fiar  en  lo  que  ay  prometen  los  Florentines ,  y  así  ha  sido  muy 
bien  hablalles  claro,  que  creo  aprovechará  más.  Muy  buenos  dias 
se  ha  pasado  en  Marimont;  yo  creo  que  mi  hermano  ha  de  reir 
con  lo  que  le  escribo  de  mi  caga:  y  yo  no  quiero  daros  más  que 
leer  hasta  saber  que  estéis  muy  bueno.  A  toda  vuestra  gente  me 
encomiendo  mucho;  y  guárdeos  Dios  como  deseo.  De  Brusselas, 
dia  de  Santa  Ana  (2),  1610. — A  Isabel. — No  puedo  dexar  de 
acordaros  el  negocio  de  su  marido  de  Juanica  de  Vargas,  por  lo 
que  deseo  vellos  acomodados,  y  está  aora  sirviendo  á  mi  herma- 
no sin  sueldo  ni  comodidad  ninguna.  —  (Sobrescrito:)  Al  Duque 
de  Lerma. 


(i)    Refiérese  á  la  Princesa  de  Conde. 
(3)    36  Julio,  . 


28o  BOLBTIN  DB  LA  RXAL  ACADBMIA  DE  LA  HISTORIA. 


178. 

Señor. — Paréceme  que  nos  podemos  quexar  con  razón  de  lo 
que  tardan  en  venir  cartas  de  ay:  á  lo  menos  á  mi  me  parece  que 
ha  ya  mil  años  que  no  las  tenemos,  sigun  lo  que  las  deseo ,  para 
saber  de  la  salud  del  Príncipe,  que  me  tiene  con  mucho  cuidado; 
aunque  espero  en  Dios  le  dará  la  que  hemos  menester.  No  que- 
rría hubiese  llegado  ay  la  calor  que  aqui  hace,  porque  es  mucha 
y  no  seria  buena  para  convalecer. 

Habrá  poco  que  escribir  aora  de  acá,  pues  no  hay  cosa  de  nue- 
vo, sino  el  sitio  de  Juliers.  Dios  se  lo  perdone  á  los  de  Alemana, 
que  por  su  culpa  se  ha  llegado  á  esto,  como  debe  de  escribir  Don 
Baltasar;  y  todo  lo  quieren  echar  á  cuestas  á  V.  M. 

Hemos  tenido  dos  ñestas  estos  días:  la  una  ha  sido  la  profesión 
de  su  hija  del  Conde  de  Sora,  que  no  se  ha  visto  tal  contento 
como  el  suyo,  y  la  otra  la  del  beato  Inacyo,  que  la  celebraron 
en  sus  casas  el  dia  que  murió.  Ha  sido  muy  solene  y  han  alcan- 
zado aqui  lo  que  creo  yo  que  en  ninguna  parte,  que  ha  sido  llevar 
las  andas  de  su  imagen  cuatro,  todos  de  su  tiempo,  y  el  uno  que 
ha  sido  su  compañero  y  un  gran  hombre  y  tiene  noventa  y  siete 
años,  y  los  demís  á  este  tono:  que,  sierto,  hacia  devoción  ver  los 
buenos  viejos.  Esto  es  todo  lo  que  hay  que  decir  de  acá.  De  ay 
nos  trayga  Dios  muy  buenas  nuevas;  y  suplico  á  V.  M.  no  se  ol- 
vide su  retrato,  que  yo  le  aguardo  con  mucho  alborozo.  A  la 
Reina  y  al  Príncipe  y  sus  hermanas  beso  las  manos;  y  guárdenos 
Nuestro  Señor  á  V.  M.  tantos  años  como  hemos  menester  y  yo 
deseo.  De  Brusselas,  dia  de  Sant  Lorengo,  que  arto  me  acuerdo 
este  dia  de  los  que  hemos  pasado  juntos,  l6lO. — Besa  las  manos 
á  V.  M. — A  Isabel. — (Sobrescrito:)  Al  Rey  mi  señor. 

179. 

Duque:  No  podía  ser  el  castellano  Juan  de  Aranda  sino  muy 
bien  recibido,  pues  nos  sacó  del  mucho  cuidado  con  que  estába- 
mos del  mal  del  Príncipe  y  de  haber  tantos  dias  que  estábamos 


r 


.CORRESPONDENCIA   DE  LA   INFANTA^  DONA   ISABEL.  28^1 

sin  cartas.  Gracias  á  Dios  que  nos  ha  traído  tan  buenas  nuevas 
de  todo;  y  cuando  se  saben  tan  particulares  como  él  nos  las  ha 
dado,  es  gran  contento  para  quien  no  le  tiene  mayor  que  cuando 
sabe  de  ay.  Como  yo  quisiera  que  en  vuestra  carta  me  diérades 
mejores  nuevas  vuestras,  pues  me  decis  habéis  pagado  dos  meses 
tan  malos  que  no  puede  dexar  de  pesarme  mucho  y  desear  saber 
que  sean  pasadas  todas  las  pesadumbres  que  decis,  y  que  estéis 
con  el  contento  y  descanso  que  yo  os  deseo,  que  será  el  que  puede 
ser  en  el  mundo;  y  no  puedo  dexar  de  pediros  que  no  toméis  las 
cosas  de  manera  que  os  matéis  con  ellas,  pues  no  se  remedian 
con  eso,  y  sabéis  la  falta  que  haríades  á  mi  hermano  y  nos  haría- 
des  á  todos. 

Muy  bien  empleada  está  en  Juan  de  Aranda  la  merced  que  le 
ha  hecho  mi  hermano,  que  ha  servido  muy  bien,  y  es  muy  buena 
cosa.  Todo  lo  que  trujo  de  las  cosas  de  olor,  llegó  muy  bueno,  y 
mi  hermano  me  hace  tanta  merced  de  todas  maneras  que  aun- 
que yo  le  beso  las  manos  por  ella,  os  pido  lo  hagáis  también  por 
mí.  Es  todo  mucho  y  muy  bueno;  y  cuando  no  fuera  sino  un  al- 
filer, lo  estimara  yo  en  mucho  enviándomelo  mi  hermano;  y  pro- 
meto que  son  bien  menester  aquí  estas  cosas,  porque  toda  la  vida 
se  ofrecen  ocasiones  para  dallas  ó  enviallas,  que  es  tanto  lo  que 
por  acá  las  estiman,  porque  no  saben  hacellas,  que  todo  el  año 
no  se  hace  otra  cosa  en  casa;  y  algunas  veces  está  Jacyncurt  tan 
sin  paciencia  que  reiríades  de  oilla,  particularmente  cuando  se 
han  de  enviar  á  estos  hereges  de  Alemana,  que  lo  envian  á  pedir 
como  si  fuese  en  su  casa. 

Las  nuevas  de  por  acá  escribo  á  mi  hermano,  que  todo  es 
bodas;  pero  olvidóseme  de  decille  una  graciosa  de  una  de  mi 
Cámara,  que  se  casa  con  el  más  viexo  capitán  que  hay  acá;  que 
por  sello,  ha  muchos  años  que  está  reformado,  y  es  el  retrato  de 
Martin  de  Aguas.  Mira  qué  tal  será.  También  creo  se  me  olvidó 
de  decille  cómo  hemos  traido  estos  días  un  poco  de  luto  por  la 
Duquesa  de  Cleves,  que  parece  la  quiso  llevar  nuestro  Señor 
antes  que  viese  su  Estado  en  poder  de  herejes,  que  ella  tanto 
habia  defendido.  Murió  tan  buena  muerte  como  vivió,  que  es 
para  tenelle  arta  envidia.  Y  á  este  propósito. no  puedo  dexar.de 


282  BOLETÍN  DB  LA  BSAL  ACAOBMIA  DB  LA  HISTORIA.  . 

encargaros  un  negocio  nuestro,  que  os  escribirá  el  Conde  de 
Añober  (l),  que  á  quien  tiene  siempre  tanta  cuenta  con  su  alma 
como  vos,  no  creo  parecerá  mal  que  deseemos  ver  descargadas 
las  nuestras  y  lo  procuremos  en  vida,  pues  no  hay  hora  sigura. 
Este  memorial  me  haréis  placer  de  dar  á  mi  hermano  y  supli- 
calle  haga  aquella  merced  á  su  dueño,  pues  sirve  muy  bien. 
A  toda  vuestra  gente  me  encomiendo  mucho,  y  guárdeos  Dios 
como  deseo.  De  Brusselas  á  24  de  Setiembre,  1 60 1  (2.) — A  Isa- 
bel.— (Sobrescrito:)  Al  Duque  de  Lerma. 


180. 

Duque:  Las  cartas  de  4  y  17  del  pasado  nos  sacaron  de  mucho 
cuidado  por  saber  la  buena  salud  de  mi  hermano  y  la  convale- 
cencia del  Príncipe.  Plega  á  Dios  vaya  muy  adelante  y  se  le  ha- 
yan ya  quitado  las  tercianas  á  la  Infanta  Doña  María:  que  hasta 
saber  están  todos  muy  buenos,  no  se  puede  salir  de  pena,  y  más 
en  año  tan  achacoso  y  terrible  de  calor.   Pésame  mucho  de  la 
parte  que  os  ha  cabido  de  poca  salud;  porque,  cierto,  por  mil  ra- 
zones os  la  deseo  muy  buena,  y  así  os  pido  mucho  os  regaléis  y 
miréis  por  ella.  No  dudo  sino  que  os  harán  mucha  soledad  vues- 
tras hijas,  porque  son  muy  buena  compañia;  y  podéis  dar  gracias 
á  Dios  de  que  hayan  salido  tales ,  y  yo  no  me  guelgo  poco  cuan- 
do las  oigo  loar  de  todos;  y  es  gran  cosa  tener  al  lado  con  quien 
descansar  un  rato  que  se  quiera  bien.  Vuestras  hermanas  me  pa- 
rece no  han  olgado  mucho  este  verano ,  pero  todos  trabaxais  de 
tan  buena  gana  cuando  es  menester  servir,  que  parece  cobráis  la 
salud  entonces.  Mucho  se  debe  de  haber  pasado  con  el  mal  del 
Príncipe.  Bendito  sea  Dios  que  tanta  merced  nos  ha  hecho  de  sa- 
calle  con  bien  del.  Pésame^  que  esté  tan  viexo  el  bueno  de  Mer- 
cado, que  cierto  hará  gran  falta. 

(i)  D.  Juan  Niño  de  Guevara,  hermano  del  Cardenal  de  Sevilla,  nom- 
brado Conde  de  Villano  ver  de  Tormes  en  fin  del  año  1601,  y  falleció  en 
Sevilla  á  primeros  del  de  1607.  Era  ala  sazón  Embajador  de  Felipe  ül 
cerca  de  sus  hermanos  los  Archiduques. 

(2)    Sic  Debe  ser  1610, 


CORKESPONDSNCIA  DE  LA  INFAHTA   DOÜA  ISABEL.  283 

De  aquí  hay  poco  que  decir,  después  que  escribimos.  Pensa- 
mos irnos  después  de  mañana  á  Marymont,  que  hasta  ver  toda 
esta  gente  de  Juliers  en  sus  casas,  no  nos  hemos  osado  de  apar- 
tar de  aquí.  Perdóneselo  Dios  al  Emperador  y  sus  consejeros, 
que,  si  hubieran  querido,  estuviera  aquello  en  otro  estado.  Aora 
están  juntos  los  diputados  en  Colonia:  no  sé  si  harán  algo  de 
provecho.  Plega  á  Dios  que  en  Francia  lo  hagan;  que  parece  les 
abre  nuestro  Señor  los  ojos;  pero  son  tantas  las  mudanzas  allí 
que  no  se  puede  creer  nada  hasta  que  se  vea. 

De  lo  de  Saboya  no  quiero  hablar,  que  cierto  me  ha  tenido  y 
tiene  sin  paciencia.  Mucha  falta  hará  el  de  Fuentes  (l),  que  era 
hombre  que  se  hacia  temer,  y  así  es  menester  para  gobernar;  y 
hay  muy  pocos  hombres  aora  en  el  mundo  para  nada. 

He  visto  el  papel  del  negocio  de  Juanica  de  Vargas,  pero  otro 
dia  de  como  llegó  vuestra  carta,  llegó  el  Contador  á  servir  su 
oñcio,  con  que  el  marido  de  Juanica  queda  en  blanco;  y  así  me 
habéis  de  hacer  tanto  placer  de  suplicar  á  mi  hermano  me  haga 
merced  de  hacelle  á  su  marido  de  Juanica  la  merced  que  hacia  á 
estotro  y  con  su  sueldo,  que  ha  un  año  questá  sin  él  y  trabaxan- 
do  con  dos  oñciales  á  su  costa  en  aclarar  las  cuentas  de  los  baxe- 
les  que  se  hicieron  aquí,  en  que  ha  ahorrado  buenos  ducados  á 
mi  hermano,  porque  es  muy  hombre  de  bien  y  ha  servido  muy 
bien  y  limpiamente,  como  se  echa  de  ver  en  lo  poco  que  ha  me- 
drado; y  por  conocelle  yo  por  tal,  olgué  de  que  Juanica  se  casa- 
se con  él,  y  á  mí  me  hará  mi  hermano  esta  merced,  por  ser  ella 
todo  mi  servicio,  y  me  haría  gran  falta  si  se  hubiese  de  ir;  y  esta 
merced  no  la  pido  si  no  entre  tanto  que  no  tiene  lugar  la  que  mi 
hermano  le  tenia  hecha.  A  toda  vuestra  gente  me  encomiendo 
mucho,  y  guárdeos  Dios  como  deseo.  De  Brusselas  á  9  de  Octu- 
bre, 1610. — (Sin  firma.) — (Sobrescrito:)  Al  Duque  de  Lerma. 

181. 

Duque:  Con  este  correo,  que  lleva  un  despacho  de  Don  Balta- 
sar, habrá  poco  que  decir,  aunque  habría  mucho  de  si  se  pudiese 

(i)    El  famoso  Conde  dr  Fuentes. 


284  BOLETÍN   DB  LA. REAL  ACADEMIA  DE  LA  HISTORIA. 

decir  por  escrito  el  mucho  cuidado  con  que  estamos  de  haber 
muchos  dias  que  no  sabemos  de  ay.  Plega  á  Dios  no  sea  por  falta 
de  salud  y  que  nos  saque  desta  pena  muy  presto  con  bien.  Muy 
mal  nos  ha  ido  de  caga  este  año  aquí,  que  no  la  hay  (sino)  de 
puercos ,  ni  el  tiempo  ha  dado  lugar  para  otra ,  pero  por  malo  que 
le  haga,  siempre  se  puede  pasear  en  el  parque  y  jardín,  con  que 
se  pasa  mejor  la  vida  que  en  Brusselas;  y  con  haber  menos  gen- 
te. La  de  guerra  temo  mucho  se  nos  ha  de  amotinar,  si  les  falta 
el  ordinario;  y  así  os  pido  mucho,  aunque  sé  el  cuidado  que  po- 
néis en  esto,  que  procuréis  se  remedie  el  inconveniente  que  ha 
habido  en  esto  luego,  porque  no  nos  veamos  con  algún  motin, 
pues  le  vienen  á  costar  tanto  á  mi  hermano  después;  y  si  aora  le 
hubiese,  seria  mucho  peor.  El  otro  dia  escribí  á  mi  hermano  su- 
plicándole hiciese  merced  al  Conde  Otavio  Visconde  de  lo  que 
vacaba  en  Milán  por  D.  Blasco  de  Aragón;  y  habiendo  entendido 
que  está  proveído ,  me  haréis  mucho  placer  de  suplicar  á  mi  her- 
mano que  pues  no  tiene  aquello  lugar,  le  haga  merced  de  la  pla- 
za del  Consejo  secreto  y  acrecentalle  la  renta  que  tiene  en  el  mis- 
mo Estado,  asegurándoos  que  es  hombre  que  lo  merece  muy  bien 
y  de  servicio,  y  que  ha  trabaxado  en  esto  de  Alemana  muy  bien, 
como  creo  lo  habrá  avisado  Don  Baltasar.  Gracias  á  Dios  que 
está  acabado:  plegué  á  Dios  que  dure.  A  toda  vuestra  gente  me 
encomiendo  mucho ,  y  guárdeos  Dios  como  deseo.  De  Marymont 
á  12  de  Noviembre  1610, — A  Isabel. — (Sobrescrito:)  Al  Duque 
de  Lerma. 


182. 

Duque:  En  verdad  que  han  sido  bien  deseadas  las  cartas  que 
recibimos  tres  dias  ha,  de  18  del  pasado.  Gracias  á  Dios  que  nos 
las  trujo  y  con  ellas  tan  buenas  nuevas  de  la  salud  de  mi  herma- 
no y  la  Reyna  y  sus  hijos,  como  podíamos  desear:  que  me  tiene 
contentísima,  pues  no  hay  mejor  dia  para  mi  que  cuando  las  ten- 
go. Mucho  he  olgado  de  saber  que  estéis  bueno,  pues,  cierto,  os 
deseo  la  salud  muy  de  veras.  Bien  ocupadas  habrán  estado  vues- 
tras hermanas,  pero  solo  su  cuidado  y  el  vuestro  pudieran  haber 


■•. 


CORRESPONDENCIA  DE  LA  INFANTA  DOÍ!íA   ISABEL.  285 

vencido  tantas  enfermedades  y  tan  largas  como  han  pasado  el 
Príncipe  y  su  hermana.  Mucho  guelgo  con  las  nuevas  que  me  dais 
de  todos,  y  particularmente  de  mi  nuera,  que  aunque  á  todos  los 
quiero  cuanto  se  puede  encarecer,  confieso  que  á  ella  es  con  gran 
estremo.  Guarde  Dios  á  mi  hermano  que  tan  misericordiosamen- 
te  ha  usado  con  el  Duque  de  Saboya.  Plega  á  Dios  que  él  lo  co- 
nosca  ansi.  Yo  os  confieso  que  sus  hijos  me  hacen  lástima  de  ve- 
llos padecer  sin  culpa ,  pues  pienso  que  no  la  tienen.  Artas  se  po- 
drían dar  al  Emperador  y  sus  consejeros,  pues  por  ellas  tienen  á 
todo  el  mundo  para  revolver;  y  asi  me  parece  no  se  puede  hacer 
mucho  caudal  de  la  concordia  de  los  hermanos,  que  está  muy 
vedriada  á  mi  parecer.  Dios  encamine  lo  que  hobiere  de  ser  para 
su  servicio,  y  lo  mismo  en  lo  de  Francia;  que  á  todos  estaria 
bien  lo  que  se  trata,  pero  tened  la  mano  que  esto  sea  con  la  de- 
cencia que  es  justo  de  nuestra  parte,  que  de  la  suya  ellos  se  lo 
tienen  en  cuidado.  La  Reyna  es  muy  buena,  y  en  parte  no  que- 
rría lo  fuese  tanto.  Dios  la  ayude. 

Muy  mal  nos  ha  ido  de  caga  en  Mary mont ,  como  escribo  á  mi 
hermano,  y  en  lo  que  se  ha  pasado  el  tiempo  allí:  el  de  aquí  es 
íryysimo  después  que  venimos.  Lo  que  me  contais  de  las  lobas 
me  ha  espantado  para  ay ,  pero  no  para  aquí,  que  es  ordinario,  y 
sin  rabiar  hacen  daño  á  la  gente,  particularmente  á  las  criaturas, 
que  no  hay  año  que  no  se  coman  algunas.  De  ayer  acá  se  ha  di- 
cho aqui  que  lo  de  Alarache  está  concluido.  Plega  á  Dios  sea 
verdad.  No  puedo  dexar  de  agradeceros  el  cuidado  que  me  de- 
cís ponéis  en  el  negocio  de  su  marido  de  Juanica  de  Vargas  y  pe- 
diros procuréis  se  despache  con  brevedad,  porque  pasan  mucha 
necesidad ,  por  no  tener  sino  lo  que  les  damos,  que  es  bien  poco; 
y  ella  está  muy  contenta  de  que  yo  le  he  dicho  cómo  os  acordáis 
della.  A  toda  vuestra  gente  me  encomiendo  mucho,  y  guárdeos 
Dios  como  deseo.  De  Bruselas  á  ll  de  Diciembre,  l6lO. — A  Isa- 
bel.— (Sobrescrito:)  Al  Duque  de  Lerma. 


3^6  90LBTÍN  DB  LA  RBAL  AGADBMU  DB   LA  HISTÓBIA. 


183. 

Duque:  Aunque  siempre  son  muy  bien  recibidas  las  cartas  de 
ay,  mucho  más  cuando  ha  mucho  que  se  desean,  como  lo  han 
sido  las  que  han  venido  aora.  Gracias  á  .Dios  que  mi  hermano  y 
la  Reyna  estaban  tan  buenos,  y  que  la  tempestad  de  viruelas  y 
sarampión  que  dio  al  Príncipe  y  sus  hermanos  se  iba  pasando 
bien.  Con  mucho  cuidado  estaremos  hasta  saber  que  los  que  fal- 
taban lo  habian  pasado  también  y  estén  todos  buenos.  De  que 
vos  lo  estéis,  he  olgado  mucho,  y  bien  se  echa  de  ver  el  cuidado 
que  habéis  puesto  en  las  provisiones,  pues  tan  bien  habéis  sa- 
lido del;  y  así  me  parece  os  lo  podemos  agradecer  todo,  como  á 
quien  lo  ha  hecho.  Mucha  merced  nos  ha  hecho  mi  hermano  con 
ellas,  y  la  mayor  el  no  haber  menester  estarle  cansando  cada 
dia.  Yo  querría  veros  descargado  de  otros  muchos  cuidados 
como  deste,  que  bien  creo  lo  habríades  menester,  y  olgara  arto 
de  ser  parte  para  descansaros  dellos. 

Gran  cosa  ha  sido  lo  de  Alarache  (l),  y  yo  recibo  de  muy 
buena  gana  la  norabuena.  Nuestro  Señor  ha  de  ayudar  siempre 
á  mi  hermano  que  tan  de  veras  le  sirve.  Yo  creo  me  perdonareis 
fácilmente  que  no  responda  aora  con  particularidad  á  vuestra 
carta,  pues  lo  dexo  de  hacer  por  irme  con  mi  primo,  que  tras 
haber  estado  once  días  en  la  cama  con  la  gota,  cuando  ya  pen- 
samos estaba  bueno,  le  ha  dado  esta  noche  en  un  pié  de  manera 
que  no  se  ha  podido  levantar.  Ha  hecho  terrible  tiempo  de  hu- 
midades  y  fríos,  que  creo  lo  causa  siempre.  Pido  á  nuestro  Señor 
que  libre  á  mi  hermano  de  tan  mala  herencia,  pues  no  basta  ser 
bien  reglados,  como  lo  ha  sido  siempre  mi  primo,  para  escapar 
della. 


(i)  El  día  27  de  Noviembre  de  1610  llegó  por  la  posta  al  Pardo,  donde 
estaban  los  Reyes,  D.  Melchor  de  Borja,  hermano  del  Duque  de  Granada, 
despachado  por  el  Marqués  de  San  Germán  con  la  buena  nueva  de  la  en- 
trega de  la  plaza  y  castillos  de  Alarache,  en  Marruecos,  en  el  día  20  de 
Noviembre,  poniéndose  en  ella  guarnición  española. 


CORRESPONDENCIA  DB  LA  IMPARTA  DOSÍA  ISABEL.  2S7 

Mi  sobrino  Filiberto  (l)  me  ha  escrito  con  este  correo,  y  yo 
no  le  he  querido  responder  hasta  saber  de  mi  hermano  cómo 
manda  que  yo  le  escriba,  y  así  os  pido  se  lo  preguntéis  y  me 
enviéis  una  memoria  dello.  Cuelgo  mucho  de  que  se  quiera  que- 
dar ay. 

A  mi  hermano  escribo  cuanto  por  acá  se  ofrece,  que  es  una 
pepitoria  de  artas  cosas,  y  algunas  no  malas,  para  habellas  visto. 
No  puedo  dexar  de  tornaros  á  acordar  la  merced  que  tengo  su- 
plicada á  mi  hermano  para  su  marido  de  Juanica  de  Vargas,  por- 
que el  comer  no  se  puede  olvidar,  y  ellos  lo  han  bien  menester. 
Yo  asiguro  que  este  hombre  ha  servido  muy  bien  y  lo  hace  aora 
sin  sueldo  en  cuentas,  que  ha  ahorrado  á  mi  hermano  artos  du- 
cados; y  asi  espero  me  alcanzareis  de  mi  hermano  esta  merced, 
tanto  más  habiéndola  traido  este  correo  para  otros  criados  de 
particulares  que  no  han  servido  á  mi  hermano  lo  que  el  Conta- 
dor: que  seria  vergüenza  mia;  pero  no  quiero  creer  sino  que 
por  olvido  no  se  la  ha  hecho  á  61.  A  toda  vuestra  gente  me  en- 
comendad mucho,  y  guárdeos  Dios  como  deseo.  De  Brusselas, 
dia  de  la  Candelaria,  l6li. — A  Isabel. — (Sobrescrito:)  Al  Duque 
de  Lerma.       ♦ 


184. 

Duque:  La  diligencia  con  que  pide  Don  Baltasar  de  Quñiga 
que  pase  el  despacho  que  lleva  este,  no  nos  dará  lugar  á  escribir 
sino  dos  renglones.  Paréceme  que  todo  lo  de  allá  va  de  revuelta. 
Dios  perdone  á  quien  tiene  la  culpa  dello,  y  nos  traiga  muy 
buenas  nuevas  de  ay,  que  ya  tardan  mucho;  que  aunque  las  huvo 
con  el  ordinario  el  otro  dia,  eran  muy  viexas.  Las  de  aqui  son 
estar  buenos  y  mi  primo  convalecido  de  sus  pies;  que  bien  lo  ha 
habido  menester.  Hanse  pasado  las  Carnestollendas  con  dos 
fiestas:  una  de  burlas  y  otra  de  veras,  arto  buenas,  y  más  para 
el  poco  tiempo  en  que  se  concertaron;  y  rematóse  con  un  gran 
sarao.  Bien  creeréis  cuánto  deseo  en  todas  estas  ocasiones  tener 


(i)    De  Saboya. 


388  BOLBTÍN  DB'LA   REAL  ÁCADBMIA   DB  LA  HISTORIA. 

á  mi  hermano  que  gozase  dellas,  y  cierto  al  Duque  de  Lerma 
también.  A  toda  vuestra  gente  me  encomiendo  mucho  y  guár- 
deos Dios  como  deseo.  De  Brusselas  á  22  de  hebrero,  l6il. — 
A  Isabel. — (Sobrescrito:)  Al  Duque  de  Lerma. 


186. 

Duque:  Mil  cosas  tengo  que  agradeceros  en  esta  postrer  carta 
que  he  recibido  vuestra;  y  lo  primero  quiero  comenzar  por  lo 
que  me  habéis  grangeado  en  avisarme  luego  con  la  primer  oca- 
sión la  merced  que  mi  hermano  os  ha  hecho  en  haceros  Ayo  y 
Mayordomo  mayor  del  Príncipe,  pues  con  eso  echo  de  ver  que 
estáis  cierto  de  cuanto  habia  de  olgar  de  sabello;  que  cierto  ha 
sido  más  de  lo  que  puede  decir  la  pluma.  Y  yo  os  confieso  que 
si  hasta  aquí  os  deseaba  mucha  vida,  aora  os  la  deseo  mucho  más, 
porque  con  eso  yo  estaré  sigura  de  que  el  Príncipe  saldrá  como 
criado  de  vuestras  manos.  Guarde  Dios  á  mi  hermano  que  así 
ha  sabido  conocer  el  amor  y  fidelidad  con  que  le  habéis  servido 
y  servís.  Yo  os  doy  la  norabuena  de  la  mejor  gnna  que  puede 
ser,  y  estoy  segura  que  lo  creeréis  ansi  de  mí.  A  bonísimo  tiem- 
po vino  vuestra  carta  por  el  cuidado  con  que  estábamos  de  ha- 
ber mucho  que  no  teníamos  nuevas  de  la  salud  de  mi  hermano 
y  la  Rey  na  y  sus  hijos.  Gracias  á  Dios  que  todos  la  tenían:  que 
cuando  yo  sé  estas  nuevas,  estoy  con  reposo.  Ya  me  parece  se 
tardaba  esta  vez  la  Reyna  en  estar  preñada,  y  así  es  muy  bien 
que  no  olvide  el  oficio  quien  tiene  tan  lindos  hijos. 

Este  correo  vá  con  el  despacho  de  Don  Baltasar,  que  veréis. 
Aquello  va  de  rota;  si  Dios  no  pone  la  mano  en  ello  y  lo  reme- 
dia, yo  temo  mucho  que  todo  se  ha  de  perder,  y  por  lo  menos 
no  puede  haber  mayor  mal  que  guerra  entre  los  hermanos  (l). 
Si  todos  fuesen  tan  desinteresados  como  mi  primo,  de  que  yo  no 
acabo  de  dar  gracias  á  nuestro  Señor,  presto  se  acomodaría; 


{i)    Alude  á  la  contienda  entre  el  Emperador  Rodolfo  11  y  el  Archi- 
duque Matías. 


LÍMITBS   PROBABLES   DE  LA  CONQUISTA   ÁRABE  289 

pero  yo  le  veo  mal  remedio,  y  la  religión  católica  lo  pagará,  que 
es  lo  que  se  debe  sentir  más  que  todo. 

Aquí  estamos  buenos,  aunque  hace  arto  bellaco  tiempo,  que 
es  cuanto  se  puede  decir;  y  yo  no  puedo  dexar  de  pediros  acor- 
deis  á  mi  hermano  el  negocio  del  Marqués  de  Velada,  aunque 
sé  .que  no  os  descuidáis  en  él.  A  toda  vuestra  gente  me  enco- 
mendad mucho,  y  guárdeos  Dios  como  deseo.  De  Bruselas  á  3 
de  Margo,  1611. — Olvidábaseme  de  deciros  que  escribo  á  mi 
hermano  suplicándole  haga  merced  á  Jacyncurt  de  una  casa  que 
tiene  aqui,  que  ella  está  en  ella  de  aposento,  y  aora  la  quieren 
vender,  como  veréis  más  particularmente  cómo  es  todo  este 

m 

negocio  por  esta  memoria  que  os  envió.  Hareisme  mucho  placer 
en  procurar  que  mi  hermano  le  haga  esta  merced,  que  no  solo 
será  para  ella  sino  para  nosotros,  porque  nos  quitará  de  gran 
pesadumbre:  que  no  podéis  pensar  lo  que  se  pasa  y  padece  aqui 
en  esto  de  las  casas;  y  ella  no  es  tan  grande  que  sacara  mi  her- 
mano mucho  provecho  della. — A  Isabel. — (Sobrescrito:)  Al  Du- 
que de  Lerma. 


(Contíftnard,) 


A.  Rodríguez  Villa. 


II 

LÍMITES  PROBABLES  DE  LA  CONQUISTA   ÁRABE 
EN  LA  CORDILLERA  PIRENAICA 

Siendo  la  historia  de  los  árabes  de  España  tan  obscura  en  su 
conjunto,  resulta  de  ordinario  que,  en  cuanto  se  pretende  dar  no- 
ticia de  una  región  ó  de  una  serie  de  acontecimientos  referentes 
á  la  dominación  musulmana,  se  parte  de  tradiciones  vagas,  ó  ad- 
mitiendo ideas  falsas  ó  al  menos  exageradas  respecto  á  la  con- 
quista, se  admiten  hechos  que  en  parte  alguna  aparecen  pro- 
bados. 

Para  los  tiempos  de  la  invasión  árabe,  de  fuentes  cristianas 

TOMO  .XLVIII.  19 


290  BOLETÍN  DE   LA  REAL  ACADEMIA  DE  LA  HISTORIA 

acerca  de  la  conquista  de  la  Cordillera  Pirenaica^  sólo  tenemos 
lo  poco  y  quizá  no  muy  exacto  (l)  que  nos  dice  el  llamado  IH- 
doro  Pacense  6  Anónimo  de  Córdoba^  pues  los  autores  árabes  en 
realidad  nada  dicen  de  la  conquista  de  ésia  región,  sino  que  á  lo 
sumo  nos  dan  noticia  de  expediciones  posteriores,  llevadas  á 
cabo,  nó  con  idea  de  conquista,  sino  con  la  de  coger  botín,  Ó  á 
lo  sumo  de  debilitar  á  los  cristianos  para  que  no  estuvieran  en 
ganas  y  en  condiciones  de  hacer  daño  á  los  musulmanes;  esta 
diferencia  de  propósito  por  parte  de  los  moros,  de  verdadera 
conquista  y  ocupación  ó  de  solo  botín,  no  ha  sido  tenida  bas- 
tante  en  cuenta  por  nuestros  autores  modernos,  que  no  sé  ha- 
bían fijado  en  ella. 

A  pesar  de  la  falta  absoluta  de  noticias  pertinentes  á  esta 
.  cuestión,  se  ha  dado  como  corriente  por  casi  todos  los  historia- 
dores que  los  musulmanes  llegaron  á  dominar  toda  la  Cordillera 
Pirenaica;  ^^xo  que  muy  pronto  fueron  arrojados,  no  se  sabe  por 
quién,  de  la  parte  más  montañosa  donde  se  detuvo  la  recon- 
quista por  bastante  tiempo,  hasta  que,  hacia  mitad  del  siglo  xi, 
los  jefes  ó  Reyes  de  los  Estados,  Navarra^  Aragón  y  Condes  de 
la  Marca  hispánica^  pudieron  aspirar  á  mayores  empresas  y  aco- 
metieron la  reconquista  de  la  tierra  menos  montuosa,  y  luego  la 
llana:  así  tenemos  la  conquista  de  Alquézar,  1091;  Huesca,  1097; 
Muñones,  1078;  Purroy,  Pilza,  Caserres,  1060;  Calasanz,  1 102; 
Balaguer,  1 105;  Os  de  Balaguer,  lioo;  Barbastro,  IIOO,  y  Mon- 
zón, 1089. 

Alguna  . vez  be.  apuntado  la  idea  de  que  la  partq  montuosa 
desde  Jaca  al  Condado  de  Pallas  no  estuvo  nunca  en  poder  de 
los  árabes  de  un  modo  permanente,  indicando  como  jalones  pro- 
bables  del  territorio  no  sometido,  sino  transitoriamente  en  tiem- 
pos bastante  posteriores  á  la  conquista  general,  las  poblaciones 
de  Alquézar  en  Sobrarbe,  Roda  en  Ribagorza  y  Ager  en  el  Con- 
dado de  Pallas  (2);  y  no  es  que  pretenda  que  la  no  dominación 


(i)    Puede  verse  lo  que  hemos  dicho  en  el  tomo  vii  de  la  Colección  de 
Estudios  Árabes^  pág.  141  y  siguientes. 

.  (3)  .  Boletín  de  la  Real  Academia  de  la  Historia,  tomo  xxxvi,  página 
414. — Colee,  de  Estu.  Ar.^  tomo  vn,  pág.  188. 


LÍmTBS  PROBABLES  DE  LA  CONQUIStA   ÁRABB  29 1 

de  los  árabes  se  limitó  á  estas  regiones:  creo  que  se  extendió  á 
toda  la  Cordillera  Pirenaica;  pero  respecto  á  estas  comarcáis,  y 
algo  más  por  ambos  lados,  creo  encontrar  indicios  en  confirma- 
ción de  mi  tesis,  y  para  que  nadie  pueda  sospechar  que  me  han 
sugerido  esta  idea  preocupaciones  regionalistas,  diré  que  en  mi 
sentir,  los  moros  no  pudieron  tener  interés  en  dominar  territo- 
rios muy  quebrados  y  pobres;  hoy  me  propongo  exponer  las 
consideraciones  que  me  han  llevado  á  la  conclusión  indicada  de 
que  taparte  ó  zana  más  alta  de  los  Pirineos  no  fui  dominada  por 
los  musulmanes. 

Comencemos  por  discutir  si  Jaca  estuvo  en  poder  de  los  ára- 
bes: estoy  seguro  de  que  á  la  generalidad  de  los  eruditos  pare- 
cerá temeraria  esta  duda,  y,  por  tanto,  la  cuestión,  ya  que  la 
mayor  parte  de  nuestros  libros  de  historia  hoy  dan  por  corriente 
que  Jaca  fué  conquistada  de  los  árabes  por  el  Conde  Aznar  Sán- 
chez en  el  año  832  (  =  216  y  217  de  lahégira),  de  donde  resul- 
taría que  debió  de  estar  en  poder  de  los  moros  unos  cien  años; 
algunos  autores  adelantan  esta  reconquista. 

¿Está  probado  que  el  Conde  Aznar  Sánchez  arrancase  del  po- 
der de  los  moros  en  estos  años  la  ciudad  de  Jaca?  Posible  es  la 
reconquista,  pero  ninguna  noticia  de  ella  encontramos  en  los 
autores  árabes  contemporáneos,  ni  tampoco  en  autores  cristia- 
nos; es  más,  en  los  autores  árabes  no  encontramos  tnencionada 
la  ciudad  de  Jaca,  sino  á  lo  sumo  en  los  geógrafos  y  y  digo  esto, 
porque  si  bien  el  geógrafo  El  Edrisí,  en  la  parte  publicada  y  tra- 
ducida por  Dozy  y  Goeje,  menciona  las  ciudades  UU.  y  SU. 
que  se  ha  traducido  por  Jaca  (l),  es  poco  probable  que  ambas  se 
refieran  á  la  misma  población  y  que  ésta  sea  la  Jaca  de  Aragón; 
pues  de  ¿3U.  se  dice  que  estaba  en  el  clima  (ó  distrito)  de  los 
olivos^  en  el  que  están^  dice,  yacii?^  Lérida^  Mequinenzay  Fraga; 
la  cita  de  UU.  es  mucho  más  vaga,  ya  que  el  autor  sienta  que 
Toledo  está  en  el  ceAtro  de  Alandalus,  y  lo  prueba  diciendo xjue 
dista  nueve  jomadas  de  Córdoba  al  sudoeste,  de  Lisboa  al  oeste. 


(1)    Descripiian  de  VAfriqut  et  de  VEspagne  par  Edrisi^  texte  arábe... 
avec  une  traduction,  des  notes  et  un  glossaire. 


1 


292  BOLETÍN   DE  hX  KBAL   ACADEMIA  DB   LA    HISTORIA. 

de  Santiago  sobre  el  mar  de  los  Ingleses,  de  Jaca  al  oriente  (de 
Toledo),  de  Valencia  al  sudeste  y  de  Almería  sobre  el  mar  de 
Siria. 

El  mismo  Edrisí  en  la  descripción  de  la  España  cristiana, 
texto  y  traducción  publicados  por  el  Sr.  D,  Eduardo  Saavedra, 
menciona  cuatro  veces  á  ¿SW,  pero  sin  que  pueda  asegurarse 
de  que  se  refieren  al  Jaca  de  Aragón,  ya  que  tal  como  está  el 
texto,  tres  veces  se  refiere  á  una  población  que  corresponde  al 
primer  paso  ó  puerto  para  Francia,  comenzando  por  orien- 
te desde  Barcelona ,  y  S5U. ,  dice ,  está  situada  sobre  el  río 
Segre. 

Si  como  acabamos  de  ver,  no  es  seguro  que  los  geógrafos  ára- 
bes menciohen  de  un  modo  explícito  la  Jaca  de  Aragón,  parece 
bastante  claro  que  mencionan  á  los  ^tuétanos,  como  gente  inde- 
pendiente del  poder  musulmán. 

El  Istahrí,  marcando  en  cierto  modo  el  perímetro  de  Alanda- 
lus,  dice  «luego  (se  va)  á  la  región  de  Murcia;  luego  á  la  de  Va- 
lencia; luego  á  la  de  Tortosa,  que  es  la  última  de  las  ciuda- 
des que  están  sobre  el  mar;  luego  se  une  por  la  parte  del  mar 
con  el  país  de  Alafranch,  y  por  la  parte  de  tierra  con  el  país  de 

^CsH^  A  ¡chascas? y  que  es  país  de  guerra  y  pertenece  á  los 
cristianos;  luego  se  une  con  el  país  de  los  Bascones,  que  tam- 
bién pertenece,  á  los  cristianos;  luego  al  país  de  los  Gallegos 
que  también  pertenece  á  los  cristianos  (l). 

El  mismo  Istahrí,  en  texto  publicado  por  Mr.  Goeje  (2),  dice 
lo  mismo  suprimiendo  algunas  palabras. 

Poco  antes  que  Istahrí,  que  escribió  su  libro  entre  los  años  303 
y  307  de  la  hégira,  tenemos  á  Jacubí,  quien  describiendo  la  parte 
del  norte,  dice  «luego  (se  va)  desde  Guadalajara  hacia  oriente  á 
la  ciudad  de  Zaragoza,  que  es-  de  las  mayores  ciudades  de  la 
frontera  de  Alandalus  sobre  un  río  llamado  Ebro,  y  al  norte  de 
ella  (hay)  una  ciudad  llamada  Tudela,  frente  á  la  tierra  de  los 

(i¡  Líder  climatum  auctore  scheicho  Abu-íshako  El-Faresi^  vulgo 
Isstkachrú,.  edidit  Dr,  J.  H,  Moeller,  Gothae,  1839. 

(2)  Biblioiheca  Geograpkorum  arabicorum^  edi.  Goeje,  Pars  prima, 
página  37. 


LÍMITBS  PROBABLES  DE   LA   CONQUISTA   ÁRABE  293 

infieles  llamados  Bascones,  y  al  norte  de  esta  ciudad  hay  otra 
llamada  Huesca,  que  está  limítrofe  de  los  Francos  de  una  clase 
llamados  los  Chascas-»  (i). 

Tenemos,  por  tanto,  que  no  es  seguro  que  los  geógrafos  ára- 
bes mencionen  á  Jaca  de  Aragón,  pero  es  casi  seguro  que  los 
Chascas  que  menciona  Jacubí,  cabalmente  el  geógrafo  más  anti- 
guo de  los  citados,  se  refiere  á  los  Jaqueses,  ya  que  dice  que 
Huesca  confina  con  una  tribu  ó  clase  de  Francos  que  llaman 
Jaqueses,  y  esto  no  puede  referirse  á  los  otros  Jaqueses,  que  pa- 
recen resultar  en  la  parte  de  Cataluña,  si  los  datos  del  Edrisí  no 
están  tergiversados  por  el  autor,  que  tomara  mal  ó  confundiera 
sus  notas,  como  sospecha  persona  muy  competente  en  estas 
materias. 

La  confusión  pudo  quizá  originarse  por  la  semejanza  de  nom- 
bres entre  Jacetanos  y  Lacetanos  de  los  autores  antiguos. 

De  la  suerte  del  territorio  de  Jaca  pocos  años  antes  de  la  fe- 
cha en  que  se  supone  conquistada  de  los  moros  por  el  Conde 
Aznar  Sánchez,  nos  pueden  dar  alguna  idea  las  noticias  que  los 
autores  francos,  y  más  aún  los  árabes,  consignan  respecto  á  un 
personaje  moro,  Bahlul^  que  por  los  años  79^  figuraba  como 
subdito  rebelde  al  emir  de  Córdoba  hacia  la  parte  inferior  de  la 
Cordillera  Pirenaica  en  la  actual  provincia  de  Huesca. 

Dice  Oihenart  (2)  refiriéndose  al  autor  de  la  vida  de  Ludovico 
Pío,  que  en  el  año  796  éste  se  dirigió  á  Tolosa,  donde  tuvo 
junta  general  (conventum  generalem);  que  allí  recibió  y  despa- 
chó los  mensajeros  de  Alfonso  de  Galicia,  á  los  que  «cum  donis 
suscepit  et  pacifice  remisit,  necnon  et  Bahaluc  Sarracenorum 
Ducis,  qui  locis  montanis  Aquitaniac  proximis  principabatur, 
missos  pacem  petentes  et  dona  ferentes,  suscepit  et  remisit»; 
que  muerto  Bahlul  fué  Conde  de  esta  región  Aureolo,  y  á  su 

(i)  Bibliot,  Geographorum  Arab,y  pars  séptima,  pág.  355.— Advierte  el 
editor  que  en  uno  de  los  códices  en  vez  del  nombre  -.iL-Lá!!  estaba  es- 
crito   j^juJLCt  y  que  una  mano  más  moderna  puso  L^L^t  i.e.  iLiL^t  ab 

urbe  üU^ 
(2)    Notitia  utriusque  VascanicCt  pág.  21^, 


294  bolbtIn  de  la  bsal  academia  de  la  historu. 

vez,  muerto  éste  en  809,  Atnroz,  prefecto  de  Zaragoza  y  Hues^ 
ca,  sucedió  en  el  mando  (de  esta  región)  prometiendo  entregarla 
á  Ludovico  Pío. 

Los  autores  ficaiKX»,  de  quieaes  toma  los  datos  el  autor  de 
Natítia  nirius^te  Vascania^  dicen  parte  de  la  verdad,  pero  no 
toda,  ni  todo  verdad;  los  autores  árabes  dicen  también  algo,  pero 
de  todos  modos  las  ñguras  de  estos  personajes  no  aparecen 
claras. 

Abenjaldún  (tomo  iv,  126)  sólo  dice  que  «en  el  año  l8l 
(=79^8  de  J.  C.)  Bahlul,  hijo  de  Marzuc,  se  rebeló  en  la  región 
(ó  por  las  partes)  de  la  Frontera  y  se  apoderó  de  Zaragoza,  aña- 
diendo á  continuación  que  en  el  mismo  año  llegó  (á  Zaragoza) 
Abdala  el  Valenciano,  tío  de  Alháquem,  como  se  ha  dicho». — 
Abenadarí  (11-71)  {l)  y  Abenalatir  (vi-lo8)  y  el  Ms,  Ar.  Ac.  nú- 
mero 80  (fol.  266)  emplean  en  parte  las  mismas  palabras,  añar 
diendo  que  Bahlul  era  conocido  por  Alulkackachy  consignando  de 
un  modo  explícito  que  Abdala  el  Valenciano,  que  se  dirigía  á 
Francia,  llegó  á  Zaragoza  y  se  hospedó  con  Bahlul:  algo  más  nos 
dice  Anouairí  (Ms.  Ar.  Ac,  n.  60,  fol.  16.  r.);  á  continuación 
de  lo  dicho  por  los  anteriores,  que  pone  con  las  mismas  pala- 
bras, añade  que  «luego  Abdala  marchó  á  Huesca,  hospedándose 
en  ella  con  Imrán  y  los  árabes;  pero  habiéndose  dirigido  hacia 
ella  Bahlul,  los  sitió,  y  separados  de  ellos  los  árabes,  Bahlul  en- 
tró en  Huesca,  marchándose  Abdala  hacia  Valencia,  en  la  que 
permaneció:  esto  (sucedía)  en  el  año  184.» 

Tratando  del  año  183  dice  Abenalatir  (vi- 1 1 3)  que  «en  este 
año  hubo  discordia  y  guerras  entre  un  gran  capitán,  llamado 
Abuimrán  y  Bahlul,  hijo  de  Marzuc,  que  era  de  los  principales 
de  Alandalus :  Abdala  el  Valenciano  estaba  con  Abuimrán  y 
fueron  derrotados  los  de  Bahlul  con  muerte  de  muchos  de 
ellos». 

En  la  misma  página,  Abenalatir  refíere  la  llegada  de  Abdala 


.   (1)    Sin  duda  por  errata  de  algún  copista  le  llama  hijo  cU  Merudn  en 
vez  de  hijo  de  Marzuc^  errata  muy  explicable  dentro  de  la  escritura  árabe; 

jly  por  oi5j^. 


LÍMITES  PROBABLES   DB  LA   CONQUISTA   ÁRABE  295 

•  •  • 

el  Valenciano  á  Huesca  al  año  184,  sus  discordias  con  Bahlul  y 
su  retirada  á  Valencia. 

Eginardo  (en  Marca  hispánica^  columna  284)  introduce  en 
Huesca  por  estos  años  (799)  al  moro  Azán,  diciendo:  «Azan 
Sarracenus  praefectus  Oscse  claves  urbis  cum  alus  donis  Regi 
misit,  promitens  eam  se  traditurum,  si  opportunitas  eveniret»; 
pero  la  oportunidad  no  llegó. 
Sin  que  sepamos  cuándo  desaparece  Bahluly  nos  encontramos, 
,  según  los  autores  francos,  mandando  en  el  mismo  territorio  al 
Conde  Aureolo^  que  residía  á  este  lado  de  los  Pirineos  (trans 
Pyrineuffíy  dicen  los  autores  francos),  contra  Huesca  y  Zaragoza 
en  los  conñnes  de  la  España  y  de  la  Galia  (in  conñnio^  6  in  co* 
mertio^  según  los  textos).  Muerto  Aureolo  en  el  año  809  (=194  h.), 
Amroz,  prefecto  de  Zaragoza  y  Huesca,  ocupó  el  territorio  de 
Aureolo,  prometiendo  al  Emperador  venir  á  su  obediencia  con 
cuanto  tenia.  [An,  Bertin.  en  Esp.  Sag.^  tomo  x,  págs.  572 
y  597 • — Marca  hispánica^  columna  296.) 

En  el  mismo  año  809  parece  que  Amroz  se  rebela  contra 
Alháquem:   así  lo  consigna   Abensaid   (Ms.   Ar.   Ac,    n.   80., 
folio  26j)^  diciendo:  «Amrus  se  rebela  en  la  Frontera;  luego  , 
vuelve  á  la  obediencia;  mandó  allí  9  años,  10  meses  y  dias>. 

Algo  más  dicen  de  Amroz  los  Anales  Bertinianos  (Esp.Sag.^  x, 
páginas  598 — y  xii,  pág.  573)  *^1  asegurar  que  Amroz  entabló» 
negociaciones  con  Garlo-Magno  para  entregarle  Zaragoza,  y  por 
muchas  causas  no  se  llevó  á  efecto,  y  que  expulsado  de  Zaragoza 
por  Abderrahman,  hijo  de  Abulaz,  se  vio  obligado  á  entrar  en 
Huesca.  (Abderrahman  II  tardó  bastantes  años  en  suceder  á  su 
padre  en  el  mando  (año  821.) 

El  territorio  que  gobernaron  Baklul  y  el  Conde  Aureolo  (éste 
según  lo  que  dicen  los  autores  francos)  y  del  cual  se  apoderó 
luego  AmroZy  incorporándolo  á  su  dominio  de  Huesca,  parece 
que  debía  ser  la  faja  que  media  entre  Huesca  y  las  montañas  de 
Jaca,  ya  que  era  Conde  frente  6  contra  Huesca  y  Zaragoza,  y  no 
es  de  suponer  que  estuviera  encargado  de  la  defensa  de  todo  lo 
que  media  entre  Huesca  y  las  Cumbres  de  los  Pirineos.  Quizá 
alguna  antigua  fortaleza  que  existiera  donde  hoy  se  conservan 


1 


296  BOLETÍN   DB   LA   RBAL    ACADBMIA   DE   LA   HISTORIA. 

los  restos  del  antiguo  castillo  de  Loarre,  sirviese  de  guarida  á 
Bahlul  y  después  al  Conde  Aureolo,  como  ya  sospechó  algún 
autor  francés.  Jaca,  en  especial  si  admitimos  la  existencia  del 
Conde  franco  en  esa  región,  estaría  ya  de  un  modo,  casi  ó  sin 
casi,  explícito  bajo  la  protección  ó  dominio  de  los  francos,  que 
luego  crearían  el  Condado  de  Aragón,  ó  surgiría,  emancipándo- 
se de  ellos:  nebulosidades  de  nuestra  historia,  que  hoy  es  impo- 
sible resolver;  como  indicaremos  luego,  quizá  pudiera  sospe- 
charse que  la  residencia  de  Bahlul  y  luego  del  Conde  Aureolo, 
fuese  el  castillo  de  Alquézar. 

Sobrarbe  y  Ribagorza, — En  Sobrarbe  tenemos  la  villa  de  Al- 
quézar, de  la  que  encuentro  mención  expresa  en  Abenadarí,  al 
indicar  que  en  el  año  294  (=  907,,)  Abenatauil,  rey  moro  de 
Huesca,  en  sus  luchas  con  los  Benilope,  que  dominaban  en  Lé- 
rida, se  apoderó  de  los  castillos  de  Barbastro  y  Alquézar  (i)  y 
de  la  Barbitania^  que  suponemos  habían  obedecido  hasta  enton- 
ces al  emir  de  Córdoba,  formando  parte  del  gobierno  de  Lupo, 
hijo  de  Mohámad. 

Los  autores  árabes  citan  con  relativa  frecuencia  el  territorio 
de  la  Barbitania,  si  bien  en  el  nombre  hay  bastante  vaguedad, 
pues  no  pocas  veces  aparece  escrito  á^U?»j  de  modo  que  podría 
sospecharse,  como  ha  sucedido,  que  se  trata  de  Boltaña,  pobla- 
ción  que  no  encuentro  mencionada  en  los  autores  árabes,  si  no 
lo  es  con  este  nombre  v'^jí '  ^^  ^^  figura  en  el  gran  Dicciona- 
rio geográfico  de  ^acut^  quien  de  un  modo  muy  especial  men- 
ciona por  tres  veces  la  Barbatania,  diciendo  «que  á  ella  pertene- 
cían  Barbastro  y  los  castillos  de  Alquézar^  Albeca>  (2)  y  Munio- 
nes:  la  Barbatania,  según  el  autor,  lindaba  con  el  distrito  de 
Lérida  y  había  sido  la  barrera  entre  tmisulmanes  y  cristianos-^; 
parece  resultar  que  la  Barbatania  comprendía  los  territorios  de 
Sobrarbe  y  Ribagorza  en  su  parte  baja,  y  como  dice  que  había 
sido  la  barrera  entre  moros  y  cristianos^  estas  palabras  nos  hacen 
sospechar  que  los  árabes  nunca  dominaron  de  un  modo  perma- 


(i)     Cplec.dc  ^sL  Ar.i  tomo  vii,  pág.  240. 
(2)    Abena  (Olbena?)  en  el  moro  Rasi.*9. 


LÍMITES  PROBABLES   DE  LA   CONQUISTA  ÁRABE 


297 


nente  al  norte  de  la  Barbatania,  y,  efectivamente,  nada  concreto 
encontramos  que  nos  indique  reconquista  por  los  cristianos  más 
allá  de  estos  límites. 

El  nombre  ^-vdü!  Alquézar  (ó  Alcázar),  tómese  como  palacio 
6  como  fortaleza,  nos  indicaría  que  allí  se  establecieron  los  ára- 
bes de  un  modo  especial,  y  la  existencia  cerca  de  Alquézar,  de 
poblaciones  que  por  sus  nombres  parecen  árabes  (Las  Almunias 
y  Almazorre)  y  el  que  no  haya  más  al  norte  población  alguna, 
cuyo  nombre  parezca  de  origen  árabe,  pueden  hacernos  sospe- 
char que  por  esta  parte  Alquézar  fué  el  límite  de  la  dominación 
musulmana;  se  supone  reconquistada  por  Sancho  Ramírez  en  el 
año  1091. 

¿Sería  Alquézar  el  centro  de  Bahlul  y  de  Aureolo  y  á  esta  cir- 
cunstancia de  ser  residencia  de  un  gobernador  de  categoría,  re- 
belde unas  veces  al  poder  de  Córdoba,  sumiso  otras,  debería  su 
nombre,  no  tomando  el  de  Alcalá,  que  parecía  más  natural?  La 
misma  circunstancia  pudo  dar  origen  á  la  tradición  de  que  allí 
hubo  un  rey  moro,  al  que,  cual  otra  Judit,  dio  muerte  una  don- 
cella de  Alquézar;  el  cráneo  del  rey  moro,  según  la  tradición 
local,  estaba  empotrado  en  una  de  las  paredes  del  claustro  de  la 
iglesia. 

El  mismo  Jacut,  al  tratar  de  Barbastro,  dice  que  era  de  los 
distritos  de  la  Barbatania,  y  que  á  ella  pertenecían  los  castillos 
de  que  hemos  hecho  mención;  también  al  tratar  de  Huesca  se 
menciona  la  Barbatania,  diciendo  que  los  distritos  de  Huesca 
estaban  contiguos  ó  lindaban  con  los  de  la  Barbatania. 

En  los  autores  cristianos  encontramos  algunas  noticias  refe- 
rentes á  la  Barbatania,  que  generalmente  escriben  Barbotana. 

De  la  época  romana  se  conoce  una  inscripción  latina  en  la 
que  con  la  abreviatura  BARB  parece  indicarse  el  territorio  de 
Barbastro  (l),  que  como  térra  Barbotando  consta  en  documj^nto 
del  año  551  (2). 

En  documento  del  año  1 080,  publicado  por  el  P.  Villanue- 


(i)    Boletín  de  la  Real  Academia  de  la  Historia,  tomo  iv,  páginas 
212  y  213. 
(2)    ídem. 


298  BOLETÍN  DE  LA  REAL  ACADEMIA  DE  LA  HISTORIA. 

va  (i),  se  conserva  la  tradición  de  la  Barbotania^  mencionando 
omnis  regio  Barbutana^  la  cual,  cuando  fuese  conquistada  de  po- 
der de  los  ismaelitas,  debería  pertenecer  al  Obispado  de  Roda. 

Las  noticias  referentes  al  Roda  de  Ribagorza  con  las  indica- 
ciones concretas,  que  se  refieren  á  las  dos  consagraciones  de  su 
Iglesia  Catedral,  y  las  que  luego  veremos  que  se  refieren  á 
Ager,  al  norte  de  Balaguer,  nos  sugirieron  la  idea  de  que  dichas 
poblaciones  no  fueron  dominadas  por  los  musulmanes  en  los  pri- 
meros tiempos. 

Erigida  en  Obispado  la  Iglesia  de  Roda  al  tiempo  de  su  con- 
sagración en  el  año  957,  sus  fundadores,  el  Conde  Ramón  y  la 
Condesa  Ermisenda,  no  hacen  indicación  alguna  de  que  hubie- 
ran conquistado  su  territorio  del  poder  musulmán;  á  lo  sumo 
podría  inferirse  de  los  términos  en  que  el  documento  está  re- 
dactado (2),  que  hasta  entonces  Roda  no  había  sido  asiento  de 
Obispado;  pero  generalmente  se  admite  que  dichos  Condes  se 
limitaban  á  restaurar  la  silla  episcopal  de  Roda. 

Ahora  bien,  alguna  noticia  que  se  encuentra  en  autor  árabe 
nos  indica  que  algunos  años  antes  el  castillo  de  Roda  había  sido 
destruido  (en  el  año  296,  ó  sea  de  30  de  Sep.  de  908  á  20  del 
mismo  mes  de  909)  por  Mohámed  Atauil,  rey  moro  de  Huesca, 
quien  dos  años  antes,  como  hemos  visto,  se  había  apoderado  de 
Barbastro,  Alquézar  y  la  Barbatania,  y  luego  en  el  año  siguiente 
se  apoderó  de  Monzón  y  Lérida;  todas  estas  poblaciones  perte- 
necían al  ualí  semi-independiente  Mohámed  hijo  de  Lupo. 

Como  el  texto  referente  á  Roda  es  muy  especial  y  podría  al- 
guien sospechar  que,  si  las  mencionadas  conquistas  de  Mohámed 
Atauil  fueron  contra  musulmanes,  lo  mismo  podría  suponerse  de 
la  de  Roda,  conviene  copiarlo  y  comentarlo. 

Abenadarí  (tomo  n-149)  dice:  «En  el  mismo  año  (296)  Mo- 
hámed, hijo  de  Abdelmélic  Atauil,  salió  contra  Paliares?  (Pa- 
llas) en  el  mes  de  ramadán,  é  hizo  allí  una  gran  matanza;  llególe 
un  emisario  de  la  gente  del  castillo  de  Roda  pidiendo  la  capitu- 


(i)     Viaje  literario^  tomo  xv,  pág.  283. 

(2)    Véase  en  VilkMueoa,  tomo  xv,  pág.  295. 


LÍMITES  PROBABLBS  DE   LA  CONQUISTA  ÁRABE  399 

lación,  y  ofreciendo  espontáneamente  los  rehenes  y  el  tributo  y  y 
no  habiéndoles  concedido  esto,  salieron  huyendo  del  castillo, 
que  le  entregaron,  y  habiéndose  adelantado  á  él,  lo  destruyó;  en 
el  mismo  año  se  apoderó  del  castillo  de  Monte- Pedroso^  conocido 
por  monte  de  las  piedras.^ 

En  primer  lugar  diremos  que,  aunque  el  nombre  de  Rota  es 
común  y  había  otro  Rota  en  Cataluña,  junto  á  Vic,  parece  no 
cabe  duda  de  que  este  suceso  se  refiere  á  Roda  de  Ribagorza:  á 
Mohámed  Atauil,  dueño  de  la  Barbatania,  interesaba  extender  su 
reino  un  poco  más  al  norte,  y  quizá  le  interesaba  más  que  nada 
hacer  incursiones  en  territorio  enemigo  con  objeto  de  procurarse 
recursos,  y  lo  natural  era  que  tales  incursiones  se  dirigiesen  con- 
tra territorios  cristianos,  por  más  que,  como  hemos  visto,  no  tu- 
viera gran  escrúpulo  en  invadir  territorio  musulmán.    . 

Además,  que  el  castillo  de  Roda  pertenecía  á  cristianos  resulta 
del  texto,  pues  los  de  Roda,  amenazados  por  las  armas  de  Mohá- 
med, no  sintiéndose  con  fuerzas  para  poder  resistir,  ofrecen  es- 
pontáneamente lo  que  parecía  natural  que  Mohámed  exigiese;  y, 
efectivamente,  en  las  condiciones  normales  de  la  conquista  mu-, 
sulmana,  sometiéndose  á  pagai"  el  tributo  y  á  entregar  rehenes 
en  garantía,  se  terminaba  la  guerra;  pero  Mohámed  Atauil  nece- 
sitaba destruir  la  fortaleza,  que  probablemente  era  frontera  de  la 
Barbatania,  que  como  hemos  visto,  según  Jacut,  había  sido  y  se- 
ría en  este  tiempo  la  barrera  entre  muslimes  y  cristianos;  otros 
nombres  árabes  de  poblaciones  citadas  y  que  conquistó  ó  tomó 
á  los  cristianos  el  rey  moro  de  Huesca,  no  son  fáciles  de  iden- 
tificar: el  castillo  de  Monte -Pedros,   ó  Monte  de  las  piedras, 
conquistado  en  el  mismo  año  que  el  de  Roda,  bien  pudiera  ser 
un  castillo  que  estuviese  donde  hoy  la  ermita  de  Nuestra  Se- 
ñora de  Pedruy  en  el  término  de  la  Puebla  de  Roda,  como  sos- 
pecha mi  compañero  y  amigo  el  Sr.  Saavedra. 
.    La  sumisión  de  Roda,  ó  de  sus  ruinas,  al  poder  de  Mohámed 
Atauil,  probablemente  debió  de  ser  muy  corta  y  transitoria,  sí 
bien  sus  efectos  con  la  destrucción  del  castillo  y  destrozos  cau- 
sados en  la  población  pudieron  durar  largos  años,  pues  la  devas- 
tación sería  bastante  general;  así,  nada  tiene  de  extraño  que  $q 


36Ó  BOLSTÍM  DE  LA   REAL  ACADEMIA  DB  LA   HISTORIA. 

tardase  cincuenta  años  (de  908  á  957)  en  restaurar  la  iglesia  de 
modo  que  pudiera  ser  consagrada.  Como  antes  de  la  fecha  908 
por  ninguna  parte  suena  la  reconquista  de  Roda,  y  en  ella  estaba 
en  poder  de  los  cristianos,  puede  admitirse  que  siempre  había  es- 
tado independiente,  quizá  con  alguna  corta  sumisión  á  pagar  tri- 
buto 6  parias. 

Las  devastaciones  producidas  por  Mohámed  Atauil  pueden  ex- 
plicarnos quizá  la  ignorancia  en  que  estaban  los  de  Roda  res- 
pecto á  los  nombres  de  sus  antiguos  Obispos,  cuando  en  el  año 
1 102,  al  contestar  á  la  circular  del  Monasterio  de  Ripoll,  piden 
sufragios  por  los  Obispos  difuntos,  y  los  nombran  por  orden  re- 
trógrado de  este  modo:  Raimundus  Episcopus  bonce  Tnemoria^ 
sive  sui  antecessores^  Salomón  Episcopus^  Arinulfus  Episcopus^ 
Aimerícus  Episcopus^  Odisendus  Episcopus  et  aliorum^  quorum 
nomina  nescimus  (i). 

Si  admitimos  que  Roda  en  los  primeros  tiempos  de  la  con- 
quista no  cayó  en  poder  de  los  árabes,  esto  cuadraría  perfecta- 
mente con  la  tradición,  más  ó  menos  autorizada,  de  que  se  hizo 
eco  el  Papa  Pascual  II  en  la  carta  en  que  confirmó  sus  posesiones 
á  San  Raimundo,  Obispo  de  Roda  y  Barbastro;  en  dicha  carta, 
referida  la  invasión  de  los  árabes,  se  añade:  Unde  factum  est  ut 
episcopalis  cathedra,  quce  lUerdcB  fuerat  in  montana  transirety  in 
oppidum  videlicety  quod  Rota  dicitur  (2). 

Si  la  traslación  de  la  Sede  Episcopal  á  Roda  tuvo  lugar  en  los 
primeros  tiempos  de  la  dominación  musulmana  ó  en  tiemf>os 
posteriores,  no  consta,  y  si  bien  es  verdad  que  generalmente  se 
atribuye  á  los  primeros  tiempos  la  desaparición  del  Obispado  de 
Lérida,  nos  parece  más  explicable  en  tiempos  bastante  posterio- 
res, si  se  ha  de  atribuir  á  intolerancia  ó  persecución  religiosa  por 
parte  de  los  musulmanes,  aunque,  en  nuestro  sentir,  la  desapa- 
rición de  los  obispados  no  fué  simultánea  y  se  debió  principal- 
mente á  la  casi  extinción  de  grey  cristiana  en  algunas  ciudades 
hacia  fines  del  siglo  x. 


(1)  Villanuevay  obra  citada,  t.  xv,  pág.  136. 

(2)  Villatiuevay  obra  citada,  t.  xv,  pág.  143. 


LÍMITES  PROBABLES  DE  LA   CONQUISTA   ÁRABE  301 

Restaurada  la  iglesia  de  Roda  en  el  año  957,  medio  siglo  des- 
pués, hacia  el  año  lOlo,  sufrió  una  nueva  devastación  por  parte 
de  los  árabes  y  en  ella  fué  hecho  prisionero  el  Obispo  Aimerico, 
que  hubo  de  rescatarse  con  dinero  que  recogió  en  Francia  (l); 
esta  incursión,  con  más  motivo  que  la  anterior,  debió  de  tener 
por  objeto  principal  el  hacer  botín,  y  de  este  modo  se  explica 
perfectamente  que  á  los  pocos  años  los  cristianos  fueran  señores 
ó  tuvieran  libertad  en  Roda;  e?  muy  probable  que  esta  incursión 
deba  referirse  á  unos  años  antes,  al  393  ó  394  de  la  hégira,  como 
veremos  luego  al  mencionar  la  batalla  de  Albesa. 

Un  siglo  antes  de  la  destrucción  del  cantillo  de  Roda  de  Riba- 
gorza  por  Mohámed  Atauil,  se  hace  mención  en  los  autores  fran- 
cos de  una  civitas  Rota  destruida  por  el  llamado  Godo  Aizón  en 
tiempos  de  Ludo  vico  Pío  en  el  año  826  (=21  Vi  hégira),  si  bien 
es  verdad  que  los  autores  que  dan  la  noticia  suponen  que  la  ci' 
vitas  Rota  estaba  muy  inmediata  á  Ausona  (Vic);  pero  ya  el 
P.  Villanueva  (en  el  tomo  vi,  página  4)  propuso  la  duda  de  si 
la  destrucción  de  Roda  por  el  Godo  Aizón  se  refería  á  la  Roda, 
junto  á  Vic,  ó  á  la  Roda  de  Ribagorza:  el  autor  confiesa  «que  la 
conjetura  es  débil  y  me  basta,  añade,  haberla  propuesto».  En  mi 
sentir  la  idea  pareció  aventurada  al  P.  Villanueva  en  virtud  de 
una  preocupación  muy  general,  de  admitir  casi  como  un  dogma 
cuanto  respecto  á  las  cosas  de  Cataluña  dicen  los  autores  francos 
referente  á  los  siglos  viii,  ix  y  x,  y  tales  autores  están  muy  lejos 
de  merecer  la  fe  que  se  les  ha  concedido;  como  creo  haber  pro- 
bado (2),  los  biógrafos  de  Cario  Magno  y  Ludovico  Pío  en  mu- 
chos casos  no  supieron  la  verdad  ó  no  podían  decirla. 

Las  razones  que  hoy  pueden  hacer  más  probable  la  sospecha 
del  P.  Villanueva  de  que  la  Roda  destruida  por  el  rebelde  Aizón 
es  la  Roda  de  Ribagorza,  son  las  siguientes: 

Parece  que  hubo  un  solo  Aizón,  del  que  dan  noticia  los  auto- 
ras árabes,  refiriéndole  á  los  tiempos  de  Cario  Magno:  este  Aizón 
resulta  personaje  histórico,  al  paso  que  el  Aizón  de  los  autores 


(i)     VillanutDa^  obra  citada,  t.  xv,  pág.  184. 
(2)     Colección  de  Est  Ar.y  t.  vii,  pág.  201  y  sig. 


303  BOLETÍN  DE  LA  REAL  ACADEMIA  DE   LA  HISTORIA. 

francos  aparece  en  acción  cuarenta  años  después,  devastando  la 
Cerretania  y  el  Valles  en  tiempo  de  Ludovico  Pío  en  826,  y  se 
le  atribuyen  hechos  que  son  moralmente  imposibles,  y  que  acep- 
tados tal  como  los  relatan  los  autores  francos,  hacen  poco  ho- 
nor al  Príncipe,  á  quien,  sin  embargfo,  se  pretende  ensalzar; 
sobre  todo  las  relaciones  de  Aizón  con  el  emir  de  Córdoba, 
Abderramán  II,  tales  como  aparecen  en  la  relación  franca, 
puede  asegurarse  que  son  imposibles,  como  creemos  haber  pro- 
bado. 

En  los  autores  árabes  nada  encuentro  que  pueda  referirse  al 
Aizón  de  las  crónicas  francas;  en  cambio,  del  Aizón  moro,  per- 
sonaje verdaderamente  histórico,  resultan  datos  que  explican  lo 
que  los  autores  francos  atribuyen  á  su  Godo  Aizón,  como  son,  el 
haber  sido  aliado  de  los  francos,  el  haber  vuelto  á  la  obediencia 
del  emir  de  Córdoba  y  el  haber  hecho  la  guerra  por  la  Cerdaña 
y  regiones  limítrofes. 

No  repetiremos  aquí  cuanto  del  moro  rebelde  Aizón  pudimos 
consignar  en  nuestro  trabajo:  baste  decir  que  «reconciliado  con 
Abderramán  I,  en  Zaragoza,  en  el  año  166?  (=  78%)  marcha 
con  éste  contra  Alaba  y  Castilla  y  después  á  la  Cerretania^  donde 
el  ejército  del  Emir  recoge  mucho  botín  y  somete  á  Abenbektscot, 
que  se  presta  á  pagar  tributo»  (pág.  212).  Los  autores  árabes 
que  narran  esta  expedición  no  citan  nombres  propios  de  pobla- 
ciones: sólo  mencionan  la  Cerretania  y  á  Abenbelascoty  como  las 
denominaciones  de  región  son  generalmente  vagas  pueden  muy 
bien  indicar  el  límite  á  donde  llega  una  expedición,  omitiendo 
los  nombres  de  las  regiones  intermedias. 

Teniendo  en  cuenta  que  la  reminiscencia  franca  en  lo  relativo 
á  Aizón,  menciona  el  nombre  de  Roda,  podríamos  muy  bien  su- 
poner que  la  Roda  que  se  supone  destruida  por  Aizón,  fuese  la 
Roda  de  Ribagorza,  sometida^  no  destruida^  por  las  armas  del 
Emir,  acompañado  de  Aizón,  ya  que  la  Roda  junto  á  Vic  parece 
estar  más  allá  del  límite  á  que  llegó  la  expedición  de  Abderra- 
mán y  Aizón, 

Que  este  supuesto  godo^  en  realidad  moro^  no  sólo  anduvo  sino 
que  tuvo  su  asiento  por  la  parte  de  Roda  de  Ribagorza,  parece  lo 


LÍMITBS  PROBABLES  DB  LA  CONQUISTA  ÁRABB  303 

indica  bastante  claramente  el  documento  que  sugirió  la  idea  al 
P.  Villanueva:  en  la  escritura  de  consagración  de  la  iglesia  de 
San  Esteban  del  Malí,  pueblo  muy  próximo  al  de  Roda  de  Riba- 
gorza,  los  Condes  Unifredo  y  Toda  dicen  en  el  año  97 1 :  ^sicut 
autem  ibi  mitto  totum  ipsum  alodem^  quifuit  de  Ezone  traditore>, 
este  Ezon  traidor  parece  pueda  identificarse  con  el  Aizón  moro 
traidor  á  su  Emir,  aunque  reconciliado  luego,  y  traidor  á  los  fran- 
cos, con  quienes  estuvo  durante  algún  tiempo. 

Si  admitimos  que  la  civitas  Rota^  á  la  que  se  refieren  los  auto- 
res francos  al  tratar  con  gran  confusión  de  los  hechos  en  que  tomó 
parte  Aizón,  se  refiere  á  la  Roda  de  Ribagorza,  no  sería  aventurar 
mucho  el  admitir  que  fuera  la  residencia  de  Abenbelascot,  que,  ó 
bien  hubiera  estado  independiente  hasta  entonces,  ó  quizá  hu- 
biera estado  sometido  á  pagar  tributo  que  entonces  rehusara  pa- 
gar, al  cual  hubiera  de  someterse  de  nuevo,  como  espontánea- 
mente ofreció  Roda  un  siglo  después  al  verse  amenazada  por  las 
armas  de  Mohámed  Atauil. 

El  suponer  á  Abenbelascot,  Conde  de  la  Cerdaña,  como  indicó 
Dozy,  no  parece  que  sea  aceptable,  ya  que  en  los  documentos 
referentes  á  la  Cerdaña,  mucho  más  numerosos  que  los  referentes 
á  Ribagorza,  no  se  hace  mención  de  tal  personaje,  según  nos  dice 
persona  muy  competente  en  la  historia  de  los  pequeños  estados 
catalanes. 

AgTer.  En  trabajo  leído  ante  esta  Acaden^iia  en  Abril  de  I900, 
emití  la  idea  de  que  Ager  quizá  no  había  caído  en  poder  de  los 
moros  hasta  mitad  del  siglo  xi,  1050  (l);  las  razones  en  que  me  fun- 
daba eran  los  siguientes  hechos  consignados  por  el  P.  Villanueva 
con  motivo  de  su  viaje  á  la  villa  de  Ager  y  examen  de  su  ar- 
chivo (2):  «Ya  en  el  año  1036  y  1041  suena  esta  villa  poblada 
de  cristianos  y  con  un  monasterio  gobernado  por  el  Abad  Lan- 
franco;  pero  antes  de  I O  50  (44^/^)  volvieron  los  moros  á  reco- 
brar su  posesión,  quemando  en  su  entrada  las  escrituras  que  ha- 
llaron de  los  cristianos»;  consta  esto  último  en  documento  del 


(i)      BOLBTÍN  DB  LA  RbAL  AcADBMIA  DB  LA  HlSTORIA,  t.  XXXVI,  pág.  4 1 4. 

(2)     Villanueva^  t.  ix,  pág.  94. 


304  BOLETÍN   DE   LA   REAL   ACADEMIA   DE  LA   HISTORIA. 

año  1061,  en  la  cual  fecha  estaba  de  nuevo  libre  del  poder  mu- 
sulmán. 

Ahora  bien,  si  en  el  año  1 03  7  el  Abad  Lanfranco  reclama  y 
gana  en  juicio  ante  el  Conde  de  Urgel,  Borrell,  derechos  que 
correspondían  á  la  Abadía  de  Ager  en  Artesa  (págs.  109  y  245) 
y  en  el  año  1 04 1  había  en  Ager,  al  menos  tres  iglesias  con  los 
títulos  de  San  Vicente^  de  San  Pedro  y  de  San  Salvador^  en  mi 
sentir,  esto  indica,  ó  que  nunca  había  estado  en  poder  de  los  ára- 
bes ó  que,  al  menos,  hacía  mucho  tiempo  que  había  sido  recon- 
quistada; y  como  nadie  indica  una  reconquista  anterior  á  este 
tiempo,  ni  parece  probable  que  la  hubiera,  ya  que  la  verdadera 
reconquista  indudable  é  histórica  de  la  línea  subpírenaica  en  toda 
su  extensión  no  se  inicia  hasta  estos  tiempos,  nos  parece  más  ra- 
cional admitir  la  hipótesis  de  la  no  dominación  musulmana  en 
esos  territorios  ó  á  lo  sumo  que  se  someterían  á  pagar  tributo, 
que  como  hemos  visto,  ofrecieron  los  de  Roda  al  verse  amenaza- 
dos por  las  armas  del  rey  de  Huesca  Mohámed  Atauil. 

En  el  tiempo  que  media  entre  los  años  1 04 1  y  1 06 1  Ager  su- 
frió una  devastación  de  parte  de  los  moros,  según  resulta  del  do- 
cumento, en  el  que  como  motivo  para  no  poder  presentar  en 
juicio  el  testamento  de  la  madre  de  dos  hermanas  que  litigaban, 
se  alega  que  fué  destruido  por  los  moros  quando  Sarraceni  ipsum 
castrum  et  villam  de  Ager  ceperunty  otnnes  scripturas,  quas  ibi 
repererunt^  cremaverunt  et  deleverunt  (pág.   94).  Resulta,  por 
tanto,  que  en  el  tiempo  que  media  entre  104 1  y  IO61  los  moros 
se  apoderan  de  Ager  y  vuelven  á  perderlo.  ¿Es  que  Arnaldo  Mir 
de  Tost  la  reconquista  hacia  el  año  I O  50,  como  sospechó  el  pa- 
dre Villanueva,  ó  que  la  incursión  de  la  que  resultó  el  saqueo  é 
incendio  de  Ager  se  debió  á  una  invasión  de  moros  que  tuviera 
simplemente  como  objeto  el  hacer  botín?  Cualquiera  de  las  dos 
hipótesis  es  admisible,  pues  como  en  esta  fecha  había  en  Lérida 
rey  moro  independiente,  pudo  éste  tratar  de  extender  un  poco 
más  sus  dominios,  lo  que  no  era  corriente  en  épocas  anteriores, 
como  sucedió  en  las  incursiones  hechas  en  Cataluña  por  Alman- 
zor,  y  pocos  años  después  por  su  hijo  Abdelmélic  en  el  año  IOO3, 
en  que  se  dio  la  batalla  de  Albesa,  en  la  que  murió  Beren- 


LÍMITES  PROBABLES  DE  LA  CONQUISTA  ÁRABE  305 

guer,  Obispo  de  Elna,  como  nos  dice  el  Necrologio  de  Roda  (i) 
y  la  Crónica  de  Ripoll  (2):  quizá  en  los  trances  de  esta  bata- 
lla hubo  de  rendirse  (el  Conde  f)  Armengol,  hijo  de  Borrell, 
que  años  después  (en  Junio  del  loio)  murió  en  la  batalla  de 
Acaba  albácar^  peleando  en  favor  de  Mohámed  Almehdi,  uno 
de  los  dos  usurpadores  del  califato  de  Córdoba  contra  el  débil 
Hixem  II  (3). 

La  fecha  concreta  de  la  batalla  de  Albesa,  de  la  cual  sólo  sa- 
bíamos el  año  por  los  testimonios  citados,  está  más  puntualizada 
en  Abenalfaradí,  quien  dice  de  uno  «que  murió  en  la  batalla  de 
Albesa  (en  el  texto  i¿,U!)  cerca  de  Balagué  (Balaguer),  el  jue- 
ves á  diez  por  andar  del  mes  rebí  postrero  del  año  393  (=  1 9  de 
Febrero  del  año  1 003)»  (4). 

Urgely  Cerdaña  y  territorio  limítrofe.  De  la  ocupación  ó  con- 
quista por  los  árabes  de  la  parte  de  la  Cordillera  Pirenaica  al 
oriente  del  territorio  que  fué  después  Condado  de  Pallas,  nada 
concreto  encuentro  en  los  autores  árabes,  pues  sospecho  que 
lo  que  se  ha  tomado  por  confirmación  de  la  rebelión  del  verda- 
dero ó  falso  Munuza  nada  tiene  que  ver  con  ella,  y  nos  inclina- 
mos á  creer  que  se  refiere  á  la  conquista  del  territorio  de  MinO" 
risa  ó  Manresa  por  el  emir  Alhaitam. 

Abenjaldún  (t.  iv,  pág.  1 19),  dice  del  emir  Alhaitam  que 
«vino  á  España  en  el  mes  de  moharrem  del  año  1 1 1  (=  de  5  de 
Abril  á  5  de  Mayo  de  729),  fué  de  expedición  á  tierra  de  'íJu*Sa 
y  la  conquistó,  permaneciendo  de  ualí  I O  meses».  Abenadarí 
(t.  u,  pag.  27),  dice  «y  él  fué  quien  L-^  ly¿;  {ftU de  expedición 
contra  Munuza}^  Almacarí  (t.  i,  pág.  145),  emplea  las  mismas 
palabras  que  Abenjaldún,  y  si  bien  el  editor,  siguiendo  á  Abe- 
nadarí, pone  L-^,  advierte  en  nota  que  los  manuscritos  de 
Abenjaldún  y  Almacarí  ponen  iL¿^;  de  donde  resulta  que  en 
palabra  ó  nombre  propio  desconocido,  por  sólo  el  testimonio  de 


(i)     Esp,  Sag.y  t.  xLví,  pág.  340. —  Vil/anueva,  t.  xv,  pág.  333. 

(2)  Víl/anueva,  t.  v,  pág.  244. 

(3)  Abenjaldún,  iv,  pág.   185.— Dozy,  Histoire  des  musulmans  d'Es- 
pugne,  t.  ui,  pág.  296. 

(4)  Bibliotheca  Ar.  his.,  t.  vn,  pág.  152. 

TOMO  XLVIII.  20 


3o6  BOLETÍN  DB  LA  REAL  ACADEMIA  DE  LA  HISTORIA. 

un^manuscríto  de  un  autor,  se  corrige  ó  altera  lo  que  consta  en 
varios  manuscritos  de  dos  autores  diferentes. 

Examinemos  si  hay  razón  para  ello.  En  otra  parte  he  díscu^ 
tido  si  existió  ó  no  un  personaje  llamado  Munuza  (l):  prescinda- 
mos aquí  de  esta  cuestión  que  no  hace  al  caso. 

La  frase  empleada  por  los  autores  citados  ¿es  propia  para  ex- 
presar que  Alhaitam  fuese  á  someter  á  un  rebelde?  Tal  como 
está  en  Abenadarí,  con  la  noticia  incompleta,  podría  admitirse, 
aunque  lo  natural  hubiera  sido  el  decir  que  le  había  derrotado  ó 
sometido;  en  los  otros  textos  se  dice  que  Alhaitam  fué  de  expe- 
dición contra  tierra  de  li^JU  y  que  la  conquistó;  si  el  objeto  era 
someter  á  un  rebelde,  poco  á  cuento  venía  el  indicar  que  ha- 
bía conquistado  su  tierra  sin  decir  nada  del  rebelde. 

Admitido  que  en  la  expedición  de  Alhaitam  se  trata  de  un 
país,  y  en  este  tiempo  las  expediciones  es  probable  que  se  hicie- 
ran aún  con  objeto  de  conquista,  ¿de  qué  país  se  trata?  Difícil 
es  contestar  á  esta  pregunta  con  los  pocos  datos  que  hoy  tene- 
mos, pues  no  indicando  los  autores  hacia  qué  parte  de  Espa- 
ña estaba  la  tierra  de  lá»^,  cabe  buscarla  en  cualquiera  de  Ios- 
puntos  de  la  Península  que  no  conste  que  hubiera  sido  conquis- 
tado previamente;  fijándonos  en  la  parte  oriental  de  la  Cordi- 
llera Pirenaica,  con  una  ligera  modificación  en  el  nombre  nos 
resultaría  Minorisa  ó  Manresa\  en  los  manuscritos  árabes  oc- 
cidentales, escrito  el  £  con  un  solo  punto  ¿,  se  confunde  fácilmen- 
te con  el  JL,  y  es  muy  posible  que  constando  en  los  códices  Iz^y^y 
se  haya  leído  Ílí#^,  é  impreso  l.t»Jj*  en  tipos  ordinarios;  Inco- 
rrección que  Dozy  aceptó  por  el  prejuicio  de  que  se  trataba 
de  Munuza,  paleográficamente  es  bastante  violenta,  pues  de 
las  cinco  letras  hay  que  modificar  tres:  para  que  la  rectifica- 
ción que  nos  permitimos  no  parezca  tan  atrevida  y  aun  teme- 
meraria,  dada  la  autoridad  merecida  de  que  goza  el  autor  holan- 
dés, advertiremos  que  la  rebelión  del  verdadero  ó  supuesto  Mu- 
nuza es  posterior  al  emirato  de  Alhaitam,  si  bien  no  hay  más 
que  dos  ó  tres  años  de  diferencia. 


(i)     Colección  de  Est  Ar,^  t.  vn,  pág.  141  y  sig. 


LÍaiITES  PROBABLBS  DE  LA   CONQUISTA   ÁRABB  307 

Si  se  probase  que  la  expedición  de  Alhaitam  se  refiere  á  Man- 
resa,  de  un  modo  indirecto  aparecería  probado  j  hasta  cierto 
punto,  que  la  parte  más  al  norte  no  había  sido  conquistada  hasta 
entonces,  ni  probablemente  después. 

Verdad  es  que  contra  todo  esto  puede  aducirse,  como  prueba 
de  algún  valor,  el  hecho,  más  ó  menos  histórico,  del  gobierno  de 
Munuza  en  la  Cerdaña;  de  esto  hemos  tratado  con  alguna  exten- 
sión en  el  trabajo  citado,  donde  el  lector  puede  ver  las  razones 
en  que  nos  apoyamos  para  dudar  de  la  relación  del  llamado 
Isidoro  Pacense^  6  Anónitno  de  Córdoba  ó  de  Toledo^  como  le 
llama  autor  muy  respetable. 

Sin  que  contradiga  á  lo  dicho,  ni  aun  á  lo  que  se  dirá  luego, 
puede  admitirse  que  los  musulmanes  se  apoderaron  de  los  pun- 
tos más  importantes  del  valle  del  Segre,  ya  que  resulta  muy 
probable  que  por  esta  parte  pasaban  de  ordinario  á  las  Galias; 
varias  veces  se  indica  en  tiempos  posteriores  el  paso  de  expedi- 
ciones musulmanas  por  la  Cerretania,  sin  que  esto  implique  el 
dominio  de  esa  región  por  los  moros,  antes  al  contrario,  parecen 
indicar  los  autores  que  los  musulmanes  pasaban  por  país  ene- 
migo haciendo  botín. 

Aunque  la  existencia  de  monasterios  en  la  parte  montuosa  á 
fines  del  siglo  viii  y  principios  del  ix  no  prueba,  en  rigor,  la  no 
dominación  de  los  árabes  en  el  territorio,  es  un  indicio  que  se 
ha  tomado  como  prueba  de  la  reconquista,  y  quizá  puede  adu- 
cirse mejor  como  prueba  de  la  no  conquista. 

El  P.  Villanueva  (t.  xi),  cita  como  existente  en  el  año  785  el 
Monasterio  de  Tresponts  ó  Centelles  á  tres  leguas  de  Urgel;  en 
803,  el  de  Codinet  (Cotinello),  poco  más  de  una  legua  al  medio- 
día de  Urgel;  en  823,  el  de  Santa  Grata^  sobre  el  río  Busia  en  el 
Condado  de  Pallas;  en  tiempo  de  Cario  Magno,  sin  fijar  año,  el 
de  San  Ginés  de  Bellera^  entre  los  ríos  Flamisell  y  Bosia;  en  781, 
el  de  Gerri^  y  en  806,  el  de  San  Saturnino  ó  de  Tabemoles,  á 
media  legua  noroeste  de  Urgel. 

El  Principe  Quintiliano  (i).     AI  tratar  de  la  conquista  ó  no 


(1)     Villanueva^  t.  x,  pág.  19. 


\ 


^o8  BOLETÍN   DE  LA  REAL   ACADEMIA   DE   LA   HISTORIA. 

conquista  de  la  parte  montañosa  de  Cataluña,  no  cabe  prescin- 
dir de  mencionar  al  llamado  Príncipe  Quintiliano,  El  P.  Villa- 
nueva  fué  el  primero  que  encontró  y  publicó  una  corta  noticia 
de  este  personaje:  en  un  códice  del  Monasterio  de  Ripoll,  de  le- 
tra del  siglo  VIII,  encontró  el  texto  cronológico  siguiente:  ^Ab 
incarnatione  autem  Dñi  yhu  Xri  usque  in  preséntente  primum 
Quintiliani  princlpis  annum ,  qui  est  Era  lxx  quarta  (falta  la 
nota  Dcc)  sunt  anni  dcc.xxx.vi.»  Mientras  no  hubo  más  noticias 
referentes  á  Quintiliano  que  la  publicada  por  el  P.  Villanueva, 
cabía  poner  en  duda  la  existencia  de  este  personaje,  sospe- 
chando que  pudiera  haber  equivocación  en  la  fecha;  pero  en- 
contrados nuevos  datos,  cual  es  la  noticia  de  la  muerte  de  Quin- 
tiliano en  el  año  778,  en  la  cual  fecha,  según  un  martirologio  de 
San  Juan  de  las  Abadesas,  era  senioris  de  Mocrono^  parece  que 
hay  que  admitir  la  existencia  de  este  personaje  como  señor  ó  rey 
6  jefe  de  un  territorio  más  ó  menos  extenso  en  los  montes  de 
Montgrony,  tanto  más,  cuanto  en  documento  del  año  804  figura 
otro  Quintiliano,  señor  de  Montgrony,  que  bien  pudo  ser  hijo  ó 
nieto  y  sucesor  del  Príncipe  Quintiliano  (l). 

Admítase  ó  no  la  existencia  de  un  Quintiliano^  señor  de  Mont- 
grony^ con  un  territorio  más  ó  menos  extenso,  independiente  ó 
pagando  tributo,  para  nuestra  tesis  resulta  indiferente;  los  terri- 
torios no  dominados  por  los  moros,  si  es  que  antes  habían  es- 
tado sometidos  de  veras  á  los  godos,  seguirían  gobernándose, 
poco  más  ó  menos  del  mismo  modo,  poniéndose  al  frente  del 
gobierno  de  cada  valle  ó  pueblo  la  persona  de  más  prestigio, 
formando  núcleos  naturales  más  ó  menos  extensos,  hasta  que 
andando  el  tiempo,  antes  de  fin  de  siglo,  Carlo-Magno  extiende 
su  influencia,  los  anexiona  más  ó  menos  á  la  moderna,  y  quizá 
lo  que  se  supone  reconquista  del  poder  de  los  moros  es  en  rea- 
lidad conquista  contra  ó  sobre  los  naturales  del  país  por  las  ar- 
mas ó  influencia  de  los  francos,  contra  cuya  dominación  pronto 
hubo  quejas,  como  lo  indican  las. reclamaciones  elevadas  á  Cario 

(i)  Debemos  estas  noticias  y  nota  de  la  bibliografía  referente  á  Quin- 
tiliano á  nuestro  buen  amigo  D.  Joaquín  Miret  y  Sans,  distinguido  inves- 
tigador de  la  historia  medioeval  de  Cataluña. .     .       • 


LÍMITES  PROBABLES  DE  LA   CONQUISTA   ÁRABE  309 

Magao  por  los  naturales  del  país,  á  las  cuales  alude  un  diploma 
del  año  8 1 2,  y  por  cierto  que  entre  los  reclamantes  figura  un 
Quintiliano,  que  bien  pudo  ser  el  mismo  que  figura  como  señor 
de  Montgrony  en  el  documento  citado  del  año  804. 

Es  muy  posible  que  Quintiliano  y  Abenbelascot,  de  quien  he- 
mos hablado  antes,  fuesen  jefes  indígenas  que  rigieran  pequeños 
estados  autónomos,  hasta  que  fueran  absorbidos  por.  la  influencia 
carlovingia,  los  más  orientales  quizá  antes  y  de  un  modo  más 
completo,  pero  se  emancipan  antes;  es  muy  posible  que  como 
Quintiliano  y  Abenbelascot  hubiera  otros  jefes,  cuyos  nombres 
no  han  llegado  á  nosotros. 

UrgeL  La  escritura  de  consagración  y  dotación  de  la  iglesia 
de  Urgel  cita  á  principios  del  siglo  ix  (l)  multitud  de  poblacio- 
nes ó  parroquias,  278,  de  las  cuales,  según  el  Sr.  Balari  (2),  123 
corresponden  al  Condado  de  Urgel,  84  al  de  Cerdaña  y  31  al 
distrito  de  Berga,  correspondiendo  las  40  restantes  al  Pallas  y 
Ribagorza. 

¿Todas  estas  poblaciones  habían  sido  reconquistadas  por  los 
naturales  del  país  sin  ó  con  el  auxilio  de  Carlo-Magno?  Esto  úl- 
timo es  lo  que  se  cree  generalmente,  pero  sin  pruebas;  pues  los 
autores  francos  no  mencionan  expedición  alguna  de  Carlo-Magno 
á  estos  puntos,  cuya  conquista,  si  hubiera  tenido  que  hacerse, 
hubiera  exigido  muchas  campañas,  ya  que,  suponiendo  á  los  mo- 
ros en  posesión  de  los  castillos  ó  pueblos  más  ó  menos  defendi- 
dos, no  era  cosa  tácil  echarlos  de  ellos  por  lo  quebrado  del  te- 
rreno: para  poder  desalojar  de  los  riscos  á  muy  pocos  se  nece- 
sitan muchos  hombres,  y,  por  añadidura,  en  tales  territorios 
ejércitos  numerosos  no  pueden  moverse. 

Contra  esto  podrá  alegarse  que  en  el  documento  de  consagra- 
ción se  indica  que  la  iglesia  de  Urgel  había  sido  destruida  por 
los  infieles  y  restaurada  por  los  padres  de  los  que  asisten  al  acto 
en  tiempos  áe\  piísimo  Emperador  Carlos  Augusto. 


(i)  La  íecha  resulta  del  8 1 9,  aunque  parece  ofrecer  graves  dificultades, 
por  las  cuales  los  más  conocedores  de  la  historia  local  suponen  el  docu- 
mento del  año  839. 

(j)    Balari:  Orígenes  históricos  de  Cataluña,  pág.  5. 


310  BOLETÍN  DE  LA  REAL  ACADEMIA  DE   LA    HISTORIA 

Si  el  dato  de  la  destrucción  de  la  iglesia  de  Urge!  por  los  mu- 
sulmanes es  exacto,  lo  que  no  negamos,  no  probaría  que  Urgel 
hubiera  estado  en  poder  de  los  moros,  sino  que  bastaba  que  hu- 
bieran pasado  por  allí,  probablemente  en  alguna  de  las  incursio- 
nes al  otro  lado  de  los  montes:  por  todo  el  valle  del  Segre  hasta 
las  cumbres  pirenaicas  sospechamos  que  los  árabes  pasaron  va- 
rias veces,  como  quizá  lo  hicieron  por  Jaca ;  que  el  país  y  las 
iglesias  sufrirían  mucho  con  tales  visitas  no  hay  para  qué  decirlo, 
de  modo  que  la  iglesia  de  Urgel  pudo  muy  bien  ser  destruida, 
en  parte,  se  entiende,  pues  los  soldados  no  se  entretienen  en 
arrancar  las  piedras,  como  se  necesitaría  para  que  pudiera  ser 
verdad  lo  de  no  dejar  piedra  sobre  piedra^  como  en  sentido  hi- 
perbólico se  dice  de  Tarragona,  en  cuyas  murallas  ciclópeas  ni 
los  bárbaros  ni  los  árabes  dejaron  piedra  sobre  piedra^  y  allí  per- 
manecen inmóviles  los  bloques  ciclópeos,  protestando  de  tales 
afirmaciones. 

Admitido  que  los  pueblos  mencionados  en  la  escritura  de  con- 
sagración de  la  iglesia  de  Urgel  no  estuvieran  nunca  de  un  modo 
permanente  en  poder  de  los  moros,  ¿hasta  dónde  se  extendía  el 
país  libre?  Se  pueden  marcar  jalones,  pero  sin  llegar  á  detalles, 
que  mucho  menos  pueden  señalarse  en  Pallas,  Ribagorza,  So- 
brarbe  y  Condado  de  Aragón. 

Por  el  estudio  de  la  correspondencia  de  los  pueblos  citados 
con  los  nombres  actuales,  correspondencia  que  nos  ha  sido  faci- 
litada con  su  habitual  generosidad  por  el  Sr.  Miret  y  Sans,  re- 
sultaría que  en  la  fecha  819  ó  839  eran  independientes  los  pue- 
blos al  norte  de  la  línea  limitada  por  las  poblaciones  de  Tremp, 
Oliana,  Solsona,  Lladurs,  Guixes,  Cisguer,  Gironella  y  Santa 
María  de  Merles,  en  los  actuales  partidos  judiciales  de  Tremp, 
Solsona  y  Berga. 

No  quiere  decir  esto  que  al  mediodía  de  estas  parroquias  ó 
iglesias  del  Obispado  de  Urgel  no  hubiera  otros  pueblos  inde- 
pendientes, pues  ya  queda  indicado  que  Ager  nos  parecía  haber 
estado  en  estas  condiciones. 

Hay  algunos  indicios  de  que  la  frontera  que  separaba  á  los 
moros  y  cristianos  era  una  faja  ó  línea  más  ó  menos  ancha,  que 


INSCRIPCIÓN   HEBREA  DE  BARCELONA  3II 

como  por  acuerdo  tácito,  pues  la  necesidad  obligaba  á  ello,  per- 
manecía despoblada:  algo  de  esto  indica  el  autor  de  la  vida  de 

< 

Ludovico  Pío,  al  decir  hablando  del  año  790?  ^Ludavictis  ordi^ 
navit  illo  tentpore  infinibtis  Aquitanorum  circumquaque  fimiis- 
simam  tutelam,  Nam  civitatein  Ausonam^  castrum  Cardonatn, 
Castrumserram  et  reliqua  oppida  olim  deserta  munivit^  habitari 
fecit^  et  Burrello  Comiti  cunt  congruis  auxUiis  hunda  commi- 
sit  (i). 

Si  en  el  año  790  Ludovico  Pío  hace  que  sean  habitadas  Vic, 
Cardona,  Caserras  y  otras  ciudades,  desiertas  ó  abandonadas 
antes,  podría  muy  bien  suponerse  que  el  abandono  ó  despobla- 
ción había  obedecido  á  esta  circunstancia,  ya  que  el  límite  de  la 
dominaci(3n  musulmana  próximamente  llegaba  á  esa  línea,  y  no 
se  dice  que  conquistara  esas  poblaciones,  sino  que  las  fortificó  c 
hizo  que  fuesen  habitadas^  lo  que  en  realidad  era  un  reto  á  los 
musulmanes,  indicando  el  propósito  de  hacer  retroceder  la  fron- 
tera de  separación,  emprendiendo  luego  verdadera  empresa  de 
reconquista,  aunque  quizá  con  poco  conocimiento  de  los  ele- 
mentos con  que  podían  contar  los  trancos:  es  lo  cierto  que  las 
empresas  de  Carlo-Magno  y  Ludovico  Pío  en  la  Marca  Hispa- 
nica  fueron  poco  lucidas  y  de  escaso  ó  ningún  resultado. 

2  de  Marzo  de  1906. 

Francisco  Codera 


III 

INSCRIPCIÓN  HEBREA  DE  BARCELONA 
EN  LA  CASA  NÚMERO  1  DE  LA  CALLE  DE  MARLET 

Ksta  inscripción  se  puso  de  manifiesto  al  público  en  1820  y 
en  la  misma  casa  que  quince  años  antes  había  visitado  el  P.  Vi- 
Uanueva  y  descrito  así  (2): 


(i)     Marca  Hispánica^  columnas  281  y  282. 

(2)      Viaje  literario,  tomo  xvn,  págs.  207  y  208.  Madrid,  1851. 


/ 


312  boletín   de   la   real   ACADBBnA  DE   LA   HISTORIA. 

«Del  (año)  12 19  es  la  fundación  de  los  Padres  Dominicos,  á 
los  cuales  trajo  este  Prelado  (l)  desde  Bolonia  y  dio  lugar  en  la 
casa  del  ciudadano  Pedro  Gruñ,  junto  al  Cali  6  Judería,  en  la 
parroquia  de  Santiago.  Esta  casa  posee  hoy  (2)  Don  Domingo 
Vardier,  capitán  agregado  á  esta  plaza,  á  quien  merecí  que  me 
dejase  escudriñar  las  reliquias  de  aquella  fundación.  Las  princi- 
pales  son  las  paredes  de  la  iglesia,  que  dan  hoy  á  su  jardín,  con 
tres  claraboyas  ó  ventanas  al  modo  de  aquel  tiempo;  y  á  la 
puerta  de  la  casa  una  imagen  del  Padre  Santo  Domingo  con  el 
hábito  antiguo,  y  al  pie  el  escudo  de  armas  del  obispo  Don  Be- 
renguer,  con  un  casilicio,  que  es  del  gusto  de  aquel  tiempo,  y 
puesto  allí  cuando  se  trasladaron  los  religiosos  á  la  casa  nueva, 
que  fué  (31  Octubre  1223)  á  poco  tiempo  de  esta  fundación». 

En  esta  casa,  ó  primer  convento  que  tuvo  en  Barcelona  la  Or- 
den de  Predicadores  viviendo  su  santo  fundador  (3),  tomó  el  há- 
bito dominicano  San  Raimundo  de  Peñafort,  el  día  de  Viernes 
Santo,  l.°  de  Abril  de  1222.  Los  recuerdos  monumentales  de  uno 
y  otro  Santo  se  traban  por  la  calle  de  Marlet,  á  la  cual,  yendo  de 
Oriente  á  Poniente,  se  entra  por  la  de  Santo  Domingo^  y  de  la 
cual  se  sale  por  la  del  Arco  de  San  Ramón* 

Pormenores  históricos,  tocantes  al  origen  y  vicisitudes  del 
edificio,  están  bien  indicados  por  D.  Antonio  Elias  de  Molins  (4) 
y  D.  Buenaventura  Ribas  (5).  Lo  dicho  bastará  para  dar  justa 
satisfacción  á  los  reparos  que  opuso  D.  Víctor  Balaguer  (6)  al 
redactor  de  la  moderna  lápida  castellana  que  está  debajo  de  la 
antigua  hebrea: 

«Marlet  (calle  de). 


(i)    Berenguer  de  Palou,  obispo  de  Barcelona,  años  1212-1241. 

(2)  Año  J805. 

(3)  Murió  en  Bolonia  á  6  de  Agosto  de  1221.  Fué  canonizado  en  3  de 
Julio  de  1234  por  Gregorio  IX,  y  es  de  creer  que  con  este  motivo  D.  Be- 
renguer de  Palou  hiciese  labrar  la  efigie  del  Santo. 

(4)  Museo  provincial  de  antigüedades  de  Barcelona.  Catálogo  del  Museo, 
págs.  T42-156.  Barcelona,  1888. 

(5)  Estudios  históricos  y  bibliográficos  sobre  San  Ramón  de  Penyafort, 
págs.  62-74.  Barcelona,  1890. 

(6)  Las  calles  de  Barcelona,  tomo  n,  págs.  31  y  32.  Barcelona,  1866. 


INSCRIPCIÓN   HEBRBA  DB  BARCELONA  315 

Es  la  que  va  desde  la  de  San  Domingo  (l)  á  la  de  San 
Ramón. 

Al  reedificarse  la  casa  que  forma  esquina  en  esta  calle  con  la 
de  San  Ramón,  se  empotraron  en  la  pared,  á  la  izquierda  de  la 
puerta,  dos  lápidas;  una  de  un  pie  cuadrado,  escrita  con  caracte- 
res hebreos,  y  otra  debajo  con  la  traducción  siguiente  (y  la  indi- 
cación de  la  procedencia)  de  aquella: 

El  santo  rabino  Samubl  Hasareri.  Nunca  sb  acabe  su  vida.  AS(o  692. 

Se  halló  con  oíros  restos  del  liempo  de  los  judíos  en  esta  casa,  levantada 
sobre  las  ruinas  de  la  que  fundó  Santo  Domingo. — 1820. 

Esta  lápida  moderna  recuerda  la  tradición,  que  existía  en  Bar- 
celona, respecto  á  creer  que  la  casa  donde  se  halló  la  lápida  he- 
brea había  sido  habitación  de  Santo  Domingo,  ó  al  menos  de  los 
Padres  de  su  Orden.  Lo  cierto  es  que,  años  atrás  (2),  se  enseña- 
ba aún  por  aquellos  alrededores  un  pozo  y  una  cocina,  que  se 
decía  haber  pertenecido  á  la  casa  del  Santo». 

No  hay  tradición  incierta,  sino  demostración  histórica  de  ha- 
ber fundado  Santo  Domingo  esta  casa  conventual  en  1 2 19.  Ins- 
cripciones hebreas  de  tiempo  posterior,  halladas  en  semejante 
recinto,  no  pueden  ser  sino  advenedizas  ó  traídas  de  otra  parte; 
como  lo  son  las  del  atrio  de  la  iglesia  de  Santa  Clara,  que  salie-» 
ron  del  cementerio  hebreo  de  Monjuí  (3). 

La  inscripción  hebrea  de  la  calle  de  Marlet  no  se  ha  movido 
del  sitio  donde  la  colocó  su  dueño  en  1 820.  Gracias  al  ejemplar 
fotográfico  que  nos  ha  proporcionado  D.  Joaquín  Montal  y  Bios- 
ca,  podemos  ya  fijar  con  certeza  su  lectura,  interpretación  y 
tiempo. 

Rojizo  es  el  sillar  que  contiene  el  epígrafe  hebreo,  y  proviene 
de  las  canteras  de  Monjuí.  Su  cara  visible  mide  35  centímetros 
de  alto  por  30  de  ancho,  y  dista  del  Suelo,  ó  de  la  acera  de  la 
calle,  tres  metros. 


(i)     Sic. 

(2)  Antes  de  1866. 

(3)  .  Boletín,  tomo  xlviu,  págs  433  y  434 • 


BOLETÍN    DE   LA    REAL   ACADEMIA   DB   LA   HISTORIA. 


El  santo  rabi  Samuel  el  Sardo.  Repose  en  el  Bien  su  alma. 

El  hermoso  tipo  de  los  caracteres  de  esta  inscripción  es  pro- 
pio de  la  primera  mitad  del  siglo  xiii. 

El  autor  de  la  traducción  castellana,  esculpida  en  ia  moderna 
lápida  del  año  1820,  creyó  que  debía  reducir  la  lápida  hebrea 
al  tiempo  do  los  visigodos  y  cabalmente  al  año  692.  Para  llegar 
á  este  resultado,  consideró  como  numerales  las  siglas  del  renglón 
postrero.  La  suma  (50-^2 -|- 400)  de  ellas  le  condujo  al  año 
4452  de  la  Creación,  del  cual  hay  que  restar  3760  para  llegar 
al  que  le  corresponde  de  la  Era  Cristiana.  Esta  conclusión  está 


INSCRIPCIÓN   HEBREA   DE   BARCELONA  315 

reñida  con  la  paleografía  del  monumento.  Sus  tres  siglas  fune- 
rales 

•     •      • 

tomadas  del  salmo  hebreo  xxv,  versículo  13,  aparecen  en  va- 
rios epitafios  (l);  y  en  ninguno  tienen  valor  numeral  ó  crono- 
lógico. 

En  otra  equivocación  incurrió  el  primer  traductor  leyendo 
Hasareri^  lo  que  ha  de  leerse  Hassardí  y  significa  propiamente 
«t'Z  Sardo-» i  6  natural  de  Cerdeña.  Traduce  bien  haqqadosh  por 
ul  Santo)>y  calificativo  que  solían  dar  los  judíos  á  los  mártires  de 
su  religión,  y  alguna  vez  á  los  que  sobresalían  por  la  práctica  de 
heroicas  virtudes  y  la  santidad  de  su  magisterio. 

Cristóbal  Wolf,  en  su  Bibliotheca  hebraea  (2),  ha  dedicado  un 
sucinto  artículo  al  doctísimo  escritor  del  siglo  xiii 

•«■non  pnyi  '^  ji  S^sna^r  S 

Rabí  Samuel,  hijo  de  Rabí  Isaac,  el  Sardo, 

que  vivía  en  el  año  4935  de  la  Creación  (3),  y  es  citado  por  Rabí 
Guedaliá  ben  Hajiya  (4)  en  su  Cadena  de  la  Tradición  (5).  Uno 
de  sus  libros  talmúdicos  fué  impreso  tres  siglos  ha  en  Tesalónica. 
¿Sería  este  sabio  escritor  aquel  mismo  su  homónimo  y  con- 
temporáneo que  murió  en  Barcelona  y  cuyo  epitafio  pasó  de 
Monjuí  á  la  casa  de  la  calle  de  Marlet,  donde  se  ocultó,  reapare- 
ció y  permanece?  Así  lo  creía  el  Dr.  David  Kaufmann,  y  lo  ex- 
presó en  el  tomo  xvii,  pág.  2^  del  Boletín  académico;  mas  para 
demostrarlo  convendrá,  por  de  pronto,  buscar  alguna  mayor  luz 
en  la  documentación  de  los  archivos  barceloneses. 

Madrid,  16  de  Marzo  de  1906. 

Fidel  Fita. 


(i)    Boletín,  tomo  xLvn,  pág.  469. 

(2)  Tomo  I,  pág.  1.205,  núm.  2.087.  Hamburgo,  '715"  Tomo  11,  página 
790.  Hamburgo,  1721. 

(3)  16  Septiembre  1224-3  Septiembre  1225. 

(4)  Rodríguez  de  Castro,  Biblioteca  de  los  escritores  rabinos  españoles ^ 
pág-  377.  Madrid,  1781. 

(5)  Fol.  42  V. 


3l6  BOLETÍN   DE  LA   REAL   ACADEMIA  DE  LA   HISTORIA. 


IV 

EL  ALMIRANTE  DON  ANTONIO  DE  ALLIRI  EN  LA  ORDEN 

DE  CALATRAVA 

Aun  á  riesgo  de  incurrir,  diré  más,  con  plena  certitud  y  abso- 
luta conciencia  de  caer  en  el  feo  vicio  de  la  cursería^  que  el  loza- 
no y  juvenil  ingenio  de  los  Sres.  Silvela  y  Liniers  adjudicaba  en 
su  tratado  de  la  Filocalia^  compuesto  allá  en  sus  mocedades,  á 
todo  el  que  empleare  en  sus  escritos,  las  frases,  apotegmas  ó  sen- 
tencias, bellas,  expresivas  y  filosóficas,  pero  que  el  abuso  lastimoso 
y  el  vulgar  empleo  han  hecho  chavacanas  y  convertido  en  ver- 
dadera música  de  organillo;  penetrado  de  ser  un  cursi  consciente, 
no  resisto  á  la  tentación  que  se  me  viene  á  la  pluma  de  estampar 
aquí  el  casi  adagio  latino  gráfico  y  trasnochado  «Xihil  novum  sub 
solé». 

Y  es  que,  en  efecto,  todo  cuanto  en  el  aspecto  científico  y  es- 
peculativo el  mundo  marcha  y  progresa,  en  el  orden  psicológico, 
en  la  fisiología  del  corazón  humano,  bien  puede  afirmarse  sin 
miedo  á  errar,  que//«^  ga  change plus  c'est  la  mime  ckose;  y  no 
no  es  sólo  eh  el  orden  psíquico  donde  acontece  el  fenómeno  cita- 
do, sino  que  se  extiende  y  ramifica  por  los  órdenes  todos  y  aún 
por  las  órdenes^  incluso  las  militares^  que  en  ocho  siglos  de  exis- 
tencia han  pasado  por  frecuentes  y  repetidas  vicisitudes  inherentes 
á  la  flaca  condición  humana  y  á  las  miserias  de  la  vida  con  su 
indispensable  cortejo  de  apasionamientos,  prejuicios,  interpreta- 
ciones, ignorancias,  ambiciones,  enemistades  y  vanidades. 

Traigo  esto  á  cuento,  con  dejos  de  filosofía  casera,  porque  ha 
poco  la  prensa  toda  se  ha  ocupado  en  repetidos  sueltos,  gaceti- 
llas y  aún  artículos,  de  lo  que  dieron  en  llamar  Crisis  de  las  Ór- 
deneSy  excitando,  claro  está,  el  humorismo  y  la  ironía  de  algunos 
periódicos;  y  como  el  hecho  ha  sido  público,  no  sé  por  gusto  de 
quién,  y  como  públicas  han  sido  algunas  comunicaciones  y  docu- 
mentos que  parecían,  por  su  índole,  de  carácter  confidencial  y 
privado,  he  creído  oportuno,  alejándome  de  toda  aspecie  de  con- 


I 


EL    ALMIRANTE  DON   ANTONIO  DE   ALLIRI  3  ¡7 

sideraciones  y  absteniéndome  del  menor  comentario  que  referirse 
pudiera  á  esa  mal  llamada  Crisis,  el  exhumar  un  expediente  cu- 
rioso por  la  notoriedad  del  protagonista  y  por  la  extraña  coinci- 
dencia y  el  notable  parecido  que  encierra  y  tiene  en  origen, 
causas,  imputaciones  y  actores  con  el  que  ha  movido  tanto  ruido, 
y  cuyo  desenlace  fué  también  en  justicia  favorable  al  asendereado 
pretendiente. 

Esta  historia  podrá  reputarse  de  más  ó  menos  amena  ó  entre- 
tenida, pero  viene  como  anillo  al  dedo  al  reciente  y  discutido  pro- 
ceso, y  constituye  un  documento  histórico  por  las  enseñanzas  que 
se  encuentran  siempre  en  estos  cuadros  realistas  de  usos  y  cos- 
tumbres de  épocas  y  sociedades  que  ya  pasaron;  por  la  idea  exacta 
que  da  del  espíritu  que  informaba  el  sentir  y  el  pensar  de  los  que 
pudiéramos  llamar  intelectuales  de  entonces,  distinto  del  que  por 
mucho  tiempo  se  ha  creído,  y  también  porque  contiene  una  su- 
prema resolución  que  fijaba  para  siempre  como  ley  escrita,  y  por 
quien  podía  darla,  la  norma  y  la  regla  para  lo  sucesivo,  constitu- 
yendo su  conocimiento  y  recuerdo,  útil  y  conveniente  labor  his- 
tórica. 

Es,  pues,  el  caso,  que  en  el  año  de  gracia  de  1 62 1  á  21  días 
del  mes  de  Abril,  quiso  la  Majestad  del  Rey  D.  Felipe  IV  pre- 
miar los  merecimientos  y  servicios  del  Almirante  de  la  Flota  de 
Nueva  España,  D.  Antonio  de  Alliri,  y  los  que  su  padre  Johan 
López  de  Alliri,  prestara  como  Contador  de  los  ejércitos  de  S.  M. 
en  Flandes,  con  la  merced  de  hábito  en  la  Orden  militar  de  Cala- 
trava. 

Cumplidas  las  formalidades  de  rúbrica,  y  previa  fianza  que  para 
responder  á  los  gastos  que  se  causaran  prestó  el  licenciado  Sali- 
nas y  Avellaneda,  abogado  en  la  Corte,  marcharon  á  practicar  la 
información  á  San  Sebastián  de  Guipúzcoa,  de  donde  era  toda  la 
ascendencia  paterna,  los  dos  caballeros  informantes  nombrados 
por  el  Consejo,  que  lo  fueron  D.  Gerónimo  de  Echauz,  de  la  Or- 
den de  Calatrava,  y  el  Doctor  Fray  Juan  Cañuto  de  Morales. 

Las  informaciones  por  la  línea  materna  en  Oran  (África)  se 
cometieron  á  D.  Jorge  Manrique  de  Cárdenas,  de  h  Orden  de 
Santiago,  Duque  de  Maqueda,  Gobernador  Capitán  General,  de 


3  I S  BOLETÍN   DE   LA   REAL   ACADEMIA   DE  LA   HISTORIA. 

las  plazas  de  Oran  y  Mazalquivir,  y  á  D.  Juan  Rejón  de  Silva  y 
Sotomayor,  Caballero  de  Calatrava,  Veedor  general  de  dichas 
plazas. 

En  I .°  de  Julio  comenzaron  los  informantes  á  recibir  las  decla- 
raciones testificales,  único  medio  probatorio  que  en  la  casi  totali- 
dad de  casos  practicaban  durante  el  siglo  xvii,  en  cuyos  procesos, 
cuando  más,  y  no  siempre,  aparece  como  solo  documento  la  par- 
tida de  nacimiento  del  aspirante,  hecho  que  contesta  por  sí  sólo  á 
los  que  por  desconocimiento  absoluto  é  ignorancia  total  en  el 
asunto,  hablan  de  la  lenidad  actual,  cuando  nunca,  como  ahora, 
se  piden  y  demandan  tal  cúmulo  de  documentos  y  probanzas, 
como  jamás  se  exigieron  hasta  el  siglo  xviii,  y  no  hablemos  del 
XVI,  donde,  con  la  declaración  pelada  y  escueta  de  tres  testigos, 
aparecen  cruzados  muchos  nombres.  Quien  se  haya  tomado  la 
molestia  de  leer  y  de  repasar  estos  rancios  papeles,  fuente  inapre- 
ciable de  información  biográfica,  no  habrá  dejado  de  encontrar 
en  muchos  de  ellos,  embrollos  donosos,  historias  peregrinas  y  á 
las  veces  dramáticas,  el  desenlace  de  las  cuales  era  el  torrente  de 
bulas  y  breves  de  dispensación  que  de  Roma  afluía,  y  que  son  en 
el  día,  puede  decirse,  desconocidos  de  nosotros. 

Veamos,  siquiera  rápidamente,  lo  que  dijeron  los  50  testigos 
examinados,  fijándonos  en  su  nombre  y  condición  aunque  sólo 
sea  como  padrón  curioso,  cual  conocimiento  de  las  personas  de 
más  viso  que  por  aquel  entonces  vivían  en  la  capital  de  Gui- 
púzcoa. 

Es  el  primero  D.  Juan  de  Güarnizo,  escribano  de  número,  quien 
declara  conocer  al  pretendiente  Almirante  de  la  Flota  de  Nueva 
España;  á  su  padre  Juan  López  de  Alliri,  contador  de  la  gente  de 
los  ejércitos  de  S.  M.  en  Flandes,  y  en  Sevilla  veedor  y  superin- 
tendente del  Almojarifazgo  mayor  de  Indias  de  S.  M.;  así  como 
á  su  madre  doña  Luisa  Prieto  y  Navarrete,  monja  de  presente, 
con  dos  hijas  suyas  en  el  convento  de  San  Sebastián  el  antiguo, 
extramuros  de  la  villa. 

Sabe  que  sus  abuelos  fueron  Juan  López  de  Alliri,  alcalde  ordi- 
nario de  San  Sebastián  y  mayordomo  de  la  parroquia  de  Santa 
Alaría  en  1 561,  para  cuyos  cargos  era  necesario  ser  hijodalgo  no- 


i 


BL   ALMIRANTE  DON   ANTONIO  DE   ALLIRI  319 

torio,  según  costumbre  de  la  provincia;  su  abuela  lo  fué  doña  Gra- 
cia de  Legazpl ,  todos  nobles,  hidalgos  de  sangre ,  de  casa  y  solar 
conocidos,  sin  que  nunca  hubieren  desempeñado  oficio  vil  ni  que 
por  bajo  se  reputara. 

En  análogo  sentido,  y  con  extremos  en  todo  favorables  á  la  no- 
toria legitimidad  y  reconocida  nobleza  de  los  ascendientes  delAl- 
mirante  «que  no  hubieran  podido  ser  Alcaldes  ni  Regidores,  sino 
tuvieran  bastantemente  probadas  sus  intenciones  de  nobleza  é 
hidalguía»,  informan  y  declaran: 

Martín  Gómez  de  Berastegui. 

El  Licenciado  Juan  López  de  Aguirre,  Abogado. 

Juan  de  Arbelaiz,  Notario  del  Santo  Oficio. 

El  Presbítero  Licenciado  D.  Juan  Luis  de  Lazón,  Comisario  de 
la  Santa  Inquisición. 

Licenciado  D.  Juan  de  Sant  Yuste,  Presbítero  y  Prior  de  las 
iglesias  de  la  provincia. 

Juan  de  Arbelaiz,  Caballero  de  Santiago  profeso,  entretenido 
pKír  S.  M.  cerca  del  Capitán  general  de  la  provincia  y  Correo  ma- 
yor de  la  villa  de  San  Sebastián  y  de  la  Universidad  de  Irún. 

D.  Baltasar  de  Lazcano,  Presbítero. 

Andrés  de  Pressa. 

Miguel  de  Álava. 

Iñigo  Ortiz  de  Quejo. 

Pedro  de  los  Arcos. 

Domingo  de  Garbuera. 

Juan  de  la  Borda. 

Licenciado  Domingo  de  Lizarza. 

Licenciado  D.  Luis  de  Lizarza,  Presbítero,  beneficiado  entero 
de  las  iglesias  parroquiales  de  la  villa. 

Francisco  de  Urbieta. 

Miguel  de  Alquiza, 

Prudencio  de  Olalde. 

D.  Antonio  de  Oquendo,  Caballero  de  Santiago,  Capitán  gene- 
ral de  la  escuadra  de  Guipúzcoa. 

El  P.  Fray  Miguel  de  Lizardi,  de  la  Orden  de  Santo  Domingo* 

Fray  Juan  de  Santa  Cruz,  de  la  misma  Orden. 


1 


320  boletín  db  la  real  academia  de  la  historu. 

Domingo  de  Iraragorri. 

Licenciado  D.  Pedro  Martínez  de  Araiz,  Juez  eclesiástico  en  el 
distrito  de  Pamplona. 

Empero  cuatro  de  los  testigos  más  minuciosos  y  explícitos,  ó 
tal  vez  más  deseosos  de  enaltecer  la  posición  y  servicios  y  el 
arraigo  y  la  riqueza  del  Alcalde  Juan  de  AUiri,  abuelo  del  Preten- 
diente, contestaron  á  la  pregunta  novena  del  interrogatorio,  que 
se  refiere  á  los  oficios  mecánicos  ó  viles,  de  este  modo: 

Tomás  de  Arrióla,  Familiar  del  Santo  Oficio  dice  «que  desde 
que  tiene  uso  de  razón,  hasta  los  presentes,  ha  visto  que  la  gente 
noble  y  principal  ha  tratado  y  trata  en  consignar  hierro  y  otras 
mercadurías  de  esta  villa  y  provincia,  para  Sevilla  y  Cádiz,  adonde 
tienen  sus  correspondencias,  yqu^  el  dicho  Juan  López  de  Alliri, 
abuelo  paterno  del  Pretendiente,  trató  en  el  dicho  género  de  mer- 
cadurías por  sus  agentes;  y  que  la  tierra  de  esta  provincia  es  tan 
tenue  y  el  dicho  trato  tan  comün  entre  la  gente  y  personas  de 
ella,  que  no  sólo  no  se  tiene  por  nota  y  falta  entre  la  gente  noble 
y  principal  de  ella,  sino  que  es  trato  común  de  los  caballeros  y 
personas  nobles  de  ella». 

El  Capitán  Esteban  de  Eyquiniz,  se  presentó  de  nuevo,  des- 
pués de  haber  sido  examinado,  á  exponer:  «que  recorriendo  su 
memoria  respecto  á  la  nona  pregunta,  ha  hallado  que  el  abuelo 
paterno  del  Pretendiente  solía  navegar  en  navios  y  bajeles  de 
esta  villa  á  la  ciudad  de  Sevilla  y  á  la  de  Cádiz  con  mercadurías 
de  hierro,  y  que  él  mismo  iba  con  ellas  por  su  persona. — Pregun- 
tado qué  trato  es  este  y  si  pueden  caer  de  su  buena  opinión, 
buen  nombre  y  buena  fama,  dijo  que  es  tan  común  entre  la  gente 
noble  y  principal  de  esta  villa  y  de  toda  la  provincia  de  Guipúz- 
coa, que  hay  pocos  que  no  le  tengan  por  ser  la  tierra  tan  corta  y 
estéril,  que  no  se  podrían  sustentar  honradamente  en  sus  cuali- 
dades, y  no  se  tenía  por  nota  ni  defecto  de  honor  ni  pérdida 
de  él». 

Tomás  de  la  Parada  manifiesta:  «Que  Juan  López  de  Alliri,  el 
Viejo,  solía  tratar  en  Flandes  y  Terrranova,  á  donde  tenía  sus 
correspondencias,  y  en  navios  enviaba  lanas  y  otras  mercadurías, 
y  á  él  le  enviaban  de  retorno  otras  mercaderías  de  lientos  6  can- 


J 


p 


EL   ALMIRANTE  DON   ANTONIO  DE   ALLIRI  521 

das  y  otras  cosas  que  ponía  en  su  bodega,  y  de  allí  las  despa- 
chaba al  por  mayor  á  otras  correspondencias  que  tenía  en  Cas- 
tilla. Preguntado,  dijo  que  el  trato  más  lícito  y  más  li pipío  y 
ordinario  entre  personas  nobles  y  caliñcadas  que  se  usa  en  esta 
tierra,  es  el  que  ha  referido,  y  que  cuando  cerca  de  él  fué  pre- 
guntado y  él  deponía  en  su  respuesta,  entendió  que  era  acto 
positivo  para  fundar  su  nobleza  é  hidalguía,  y  con  esto  satisface 
á  la  pregunta  >. 

Joannes  de  Irazabal,  marinero:  «Sabe  que  Juan  López  de  AUiri* 
daba  de  comer  á  pobres  trabajadores,  como  este  testigo,  hacien- 
do cargar  navios  á  Tierra-nova  con  las  cosas  que  comunmente 
hay  en  esta  villa:  sidra,  sal,  fierro,  etc.,  y  á  él  le  traían  la  parte 
que  le  cabía  de  pescado  y  otras  cosas  que  le  traían  del  retorno, 
y  las  vendía  de  por  mayor  y  en  junto;  y  que  el  dicho  trato  han 
usado  siempre  en  esta  villa  la  gente  más  honrada  y  noble  de 
toda  ella,  sin  que  se  tenga  por  nota  en  ella,  ni  caso  de  menos 
valer,  particularmente  cuando,  como  lo  hacía  el  dicho  Juan  Ló- 
pez de  Allirij  lo  hacían  y  hacen  por  sus  agentes  y  ministros, 
quedándose  ellos  en  sus  casas  por  Maeses  que  los  llaman,  de  ma- 
rineros; y  que  ni  en  vender  por  mayor  los  dichos  pescados,  ni 
en  más  que  dar  la  industria  y  en  poner  la  parte  que  le  tocaba 
de  los  frutos  de  sus  manzanales  y  de  su  hacienda,  á  pérdida  ó  á 
ganancia  se  entrometía,  sino  que  todo  lo  hacía  por  sus  agentes 
y  ministros». 

Sólo  estos  cuatro  testigos,  entre  los  50,  hablan  de  lo  que  en 
aquel  entonces  se  llamaba  cargar,  y  eso  en  los  términos  que  se 
ha  podido  ver.  El  resto  de  los  que  declararon  y  firmaron,  ni  si- 
quiera paran  hiientes  en  tal  ocupación  ó  industria,  por  reputarla 
sin  duda  cosa  corriente  y  normal,  que  ni  imprimía  desdoro  en 
quien  la  practicaba;  ni  en  nada  empañaba  el  brillo  de  la  notoria 
nobleza  de  los  Alliri,  que  unánimes  y  contextes  reconocían  to- 
dos, y  lo  demostraban  los  cargos  que  ese  mismo  abuelo  desem- 
peñaba y  que  pedían  la  hidalguía  conforme  á  las  seculares  leyes 
y  ordenanzas  del  país. 

Terminaron  los  informantes  su  cometido  en  Guipúzcoa  con  la 
comprobación  en  la  Universidad  de  Zubieta,  jurisdicción  de  San 
TOMO  xLviiL  21 


322  BOLETÍN   DE   LA   REAL  ACADEMIA  DE   LA  HISTORIA. 

Sebastián  y  parroquia  de  Usúrbil,  y  en  la  villa  de  Villarreal  res-» 
pectivamente,  de  descender  los  Alliri  y  Legazpís  de  las  casas 
solares,  sitas  en  los  mencionados  lugares.  Y  no  será  inoportuno 
el  que  yo  consigne  aquí  la  grave  equivocación  en  que  incurren 
y  el  craso  error  en  que  viven  los  que  creen  qué  toda*  casa  solar 
hade  estar  forzosamente  adornada  del  escudo  de  armas  6  del 
blasón  familiar;  nada  de  eso,  antes  al  contrario,  bien  puede  ase- 
verarse que  los  solares  de  origen  más  antiguo,  más  primitivos, 
si  así  puede  decirse,  y  son  ya  pocos  los  que  quedan  en  pie,  ca- 
recen de  aquella  insignia  que  ostentan  y  adornan  las  recom- 
puestas ó  redificadas,  bien  por  los  capitanes  y  soldados  que  á  la 
conquista  del  nuevo  mundo  marcharon,  bien  por  los  aventureros 
que  en  busca  de  fortuna  surcaron  los  mares,  y  cuyo  primer  dis- 
pendio al  regresar  á  su  patria,  era  el  arreglo,  el  embellecimiento 
y  aun  la  reconstrucción  de  aquel  solar  tan  querido,  de  aquella 
adorada  cuna  de  muchas  generaciones  de  su  raza  y  de  su  nom- 
bre, embelleciéndole  con  el  blasón  heredado  6  el  que  supieron 
merecer  y  ganan  A  estos  tales  se  les  llamaba  y  aún  se  les 
llama  Indianos^  por  su  estancia  en  las  Indias^  y  la  mayoría  de 
las  casas  solariegas  blasonadas  á  ellos  se  debe  y  datan  del  si- 
glo XVII,  época  íecurlda  en  viajes  y  aventurad  ultramarinos.  De 
ahí  la  distinción  de  nombres  entre  casa  solar ^  casa  solar  infan^ 
zona  y  casa  solar  armera.  Si  reza  con  verdad  el  adagio  de  «el 
hábito  no  hace  al  monje»,  puede  por  semejanza  establecerse 
que  el  escudo  dt*  la  casa  no  daba  la  nobleza;  que  la  nobleza  es- 
taba en  el  solar  mismo,  en  su  origen,  en  su  inmemorial  y  respe- 
table antigüedad.  Por  eso,  ciertamente,  y  no  por  otra  cosa,  sa- 
tisfizo y  bastó  á  los  informantes  del  Almirante  comprobar  á 
ciencia  cierta  la  existencia  de  los  solares  de  Alliri  y  de  Legazpi, 
y  su  descendencia  de  ellos,  sin  preocuparse-  ni  decirnos  si  os- 
tentaban ó  no  el  escudo  ó  blasón  de  la  familia. 

Ya  de  regreso  en  Madrid,  y  para  concluir  su  misión  informati- 
va, compulsaron  y  estamparon  en  autos  la'  partida  bautismal  del 
Almirante,  que  á  la  letra  dice  así:  «En  la  villa  de  Madrid,  oy  diez 
y  ocho  de  Setiembre  de  mil  y  quinientos  ochenta  y  nueve  años, 
3ro  García  Garrido,'  teniente  dé  Cura  de  la  iglesia  del  Señor  San 


EL   ALMIRANTE  DON   ANTONIO   DE    ALURI  323 

Martin,  bautice  á  Antonio,  hijo  de  Joan  López  de  Alliri  y  de 
Doña  Luisa  de  Navarrete;  fueron  sus  padrinos  Don  Antonio  de 
Idiaquez  Manrique  y  Doña  Petronila  de  Muxica  Manrique:  fueron 
testigos  Francisco  Sánchez  de  Acuña,  Francisco  de  Artiaga  y 
Alonso  Martinez—  Garcia  Garrido». 

Con  esta  diligencia  dieron  por  conclusa  la  actuación  y  con 
informe  ó  dictamen  en  todos  sus  extremos  favorable  al  neófito 
la  entregaron  en  Consejo. 

Como  trámite  primero  pasó  el  expediente  6  rollo  á  las  manos 
pecadoras  del  fiscal  de  aquel  Consejo,  que  lo  era  á  la  sazón  Don 
Juan  Chumacero  de  Sotomayor,  quien  tuvo  á  bien,  desde  luego, 
oponerse  á  todo  trance  á  la  aprobación  del  proceso  y  al  ingreso 
del  Almirante  en  la  orden,  suscitando  cuantos  reparos,  obstácu- 
los, impedimentos  y  censuras  le  vino  en  gana,  y  entablando  una 
larga,  injusta  y  apasionada  recusación  contra  tres  de  los  Caballé 
ros  Consejeros,  á  quienes  creía  ó  sabía  propicios  al  pretendiente. 

Sus  manejos  ilegales,  su  intromisión  en  el  negocio  y  la  mani- 
fiesta y  decidida  hostilidad  al  solicitante,  nadie  la  explica  mejor 
■que  el  fundamentado  y  sentido  memorial  autógrafo  que  el  mis- 
mo Almirante  Alliri  dirigió  á  Felipe  IV.  Helo  aquí: 


t 
SEÑOR 

Don  Antonio  de  Alliri,  Almirante  de  la  flota  de  Nueva  España,  dice:  que 
habiéndole  hecho  V.  M.  merced  de  un  hábito  de  la  Orden  de  Calatrava, 
el  Consejo  de  Ordenes  le  mandó  hacer  sus  pruebas  ordinarias  y  habién- 
dolas hecho  y  visto  no  le  despacha.  Y  siendo  cierto  que,  por  la  misericor- 
dia de  Dios,  no  tiene  impedimento  ninguno,  conforme  á  los  Estatutos  de 
la  dicha  orden,  ha  procurado  inquirir  que  sea  la  causa  de  la  dilación  y  ha 
entendido  que  el  Consejo  pleno  vio  sus  informaciones,  y  de  siete  votos  los 
tres  las  aprobaron  en  todo  y  por  todo,  y  los  otros  cuatro  dijeron  se  pidiese 
Dispensación  á  Su  Santidad,  por  decir  estaba  probado  que  su  abuelo  pa- 
terno, natural  de  la  villa  de  San  Sebastián,  había  cargado,  pretendiendo 
•era  comprendido  en  el  estatuto  que  prohibe  no  tengan  el  hábito  hijos  ni 
nietos  de  mercaderes;  y  habiéndolo  entendido,  y  que  de  cincuenta  testi- 
gos, solo  cuatro,  y  eso  singulares,  decían  que  el  dicho  su  abuelo  paterno. 


324  fiOLETÍN   DE    LA    REAL   ACADBMU  DE   LA   HISTORIA. 

había  cargado  para  Terranova  varías  cosas  de  comer  y  que  en  retomo  Ic^ 
traían  Abadejo  y  lo  enviaba  á  vender  á  Sevilla,  con  hierro  que  es  el  fruto  de 
aquella  tierra,  dio  un  memorial  en  el  dicho  Consejo  diciendo  como  lo  que 
se  carga  para  Terranova,  no  es  para  venderlo,  sino  para  que  lo  coman  los 
que  envían  á  esa  navegación,  y  que  el  Abadejo  que  traen  en  retorno,  no 
es  comprado  sino  pescado  y  que  así  lo  pueden  enviar  á  vender  y  su  hierro 
como  frutos  de  su  Hacienda,  como  se  hace  en  todo  el  mundo,  sin  que  por 
eso  sean  mercaderes  los  que  venden  sus  frutos,  ni  aun  cargadores  que 
es  tanto  menos  por  no  haber  diferencia  de  venderlos  en  el  lugar  donde 
están  á  enviarlos  á  otro  á  vender.  Y  de  que  todo  lo  que  decía  en  su  me- 
morial era  así  ofreció  y  pidió  al  Consejo  tomase  entera  satisfacción,  á  cuya 
causa  estando  junto  se  resolvió  por  mayor  parte,  que  se  volviese  á  hacer 
información  y  hallándose  presente  el  ñscal  después  de  haber  visto  los 
votos,  recusó  á  Don  Juan  Serrano  Zapata  y  á  Don  Juan  Cuello,  diciendo 
eran  parientes  de  Don  Juan  de  Bracamonte,  su  cuñado,  siendo  así  que  sus 
hijos  de  Don  Juan  Cuello,  están  fuera  del  cuarto  grado  con  Don  Juan  de 
Bracamonte  y  que  hay  tan  poca  correspondencia  entre  ellos  que  jamás  el 
dicho  Don  Juan  Cuello,  ha  entrado  en  su  casa  y  así  conforme  á  derecho  y 
á  los  establecimientos  pudieran  ser  sus  informantes,  cuanto  más  mis  jue- 
ces, no  teniendo  conmigo  ningún  parentesco  de  consanguinidad,  ni  afini- 
dad, ni  pudiendo  jamás  ser  interesado  mi  cuñado,  pues  aunque  viniera 
probado  que  mi  abuelo  era  mercader  de  tienda  y  él 'tuviera  hijos,  no  les 
alcanzaba  por  ser  biznietos,  y  siendo  todo  esto  así  y  no  siendo  este  juicio 
en  que  puede  ni  jamás  solía  haber  fiscal,  y  que  ellos  por  no  tener  quien 
se  lo  estorbe,  lo  han  introducido,  contra  derecho  y  razón  (cosa  digna  de 
que  V.  M.  la  remedie)  admitieron  la  dicha  recusación  y  dieron  las  causas 
por  bastantes  sin  haberlas  jurado  el  ñscal  ni  dicho  el  grado  de  parentesco, 
siendo  todo  ello  contra  los  principios  de  derecho,  y  lo  que  peor  *es  los 
dieron  por  recusados,  sin  que  les  constase  ni  por  juramento  ni  informa- 
ción ser  ciertas  las  cansas,  que  les  opusieron  de  recusación,  y  fué  juez  de 
ella  alguno  ó  algunos  que  solicitaron  al  fiscal  á  que  pusiese  las  dichas  re- 
cusaciones; en  todo  lo  cual  y  en  lo  de  demás  que  abajo  dice,  notoriamente 
se  ve  la  pasión  y  enemistad  que  algunos  tienen  á  este  hábito,  y  sabiendo 
yo  la  causa  de  ella,  advertí  al  Presidente  del  Consejo  de  algún  enemigo 
que  tenía  en  él  que  pudiera  recusar  con  justísimas  causas  si  la  dilación 
en  estos  casos  no  fuera  tan  dañosa,  y  tan  fácil  el  que  cilguno  indignado 
eche  en  el  Consejo  algún  memorial  sin  firma  para  desdorar  con  la  dilación 
la  limpieza  y  nobleza  de  los  pretendientes;  y  después  de  haber  dado  por 
recusados  á  los  dichos  jueces,  revocaron,  sin  poderlo  hacer,  el  auto  de 
diligencias  que  había  hecho  el  Consejo  pleno  y  según  se  entiende  han 
consultado  á  V.  M.  que  se  envíe  por  dispensación  por  venir  probado  que 
su  Abuelo  fué  mercader  y  lo  demás  que  la  consulta  contiene.  Y  porque 
lo  cierto  es  que  el  dicho  su  Abuelo  no  solo  no  fue  mercader,  pero  ni  aun 


BL  ALMIRANTE   DON   ANTONIO   DE   ALURI  325 

■cargó,  ni  le  está  probado,  porque  los  cuatro  testigos  que  en  esto  hablan, 
demás  de  que,  como  tiene  dicho,  son  singulares,  y  en  nada  constantes, 
que  son  los  que  conforme  á  derecho  eran  menester  para  hacer  probanza 
en  el  caso  presente.  Lo  que  dicen  es  las  cargazones  de  Terranova,  las 
-cuales  se  hacen  para  el  sustento  de  los  que  se  embarcan  y  no  para  ven- 
der, y  esto  como  dicen  los  mismos  testigos  es  acto  de  lustre  y  grandeza  y 
se  vio  por  los  Privilegios  que  los  Reyes  antecesores  á  V.  M.  les  dan  por 
el  gran  servicio  que  les  hacen  en  estas  armazones,  que  este  es  su  nombre 
verdadero;  y  cuando  fuera  así  que  por  suficiente  número  de  testigos  vi- 
niera probado,  que  no  lo  viene,  que  el  dicho  su  Abuelo  había  cargado,  y 
cargado  de  frutos  ajenos  y  asistido  á  ello  por  su  persona  ó  criados,  requi- 
sitos que  expresa  el  estatuto,  no  se  pudiera  decir  que  estaba  probado  era 
mercader  ni  tenerle  por  tal,  pues  demás  de  que  por  la  cortedad  de  aque- 
lla provincia  y  sus  grancjes  servicios  y  notoria  nobleza  se  pudiera  disimu- 
lar algo  más,  si  bien  en  el  caso  presente  no  es  menester  pues  según  la 
costumbre  de  España,  principalmente  de  las  partes  marítimas,  nunca  á  el 
cargar  se  llamó  ser  mercader,  porque  lo  fueran  todos  los  hijos  de  las  ma- 
yores casas  que  hay  y  muchos  Duques,  Condes  y  Marqueses,  á  que  V.  M. 
no  debe  dar  lugar,  pues  sería  tener  defectuosa  toda  ó  la  mayor  parte  de 
la  nobleza  de  su  Reino  en  odio  y  daño  de  todos  y  provecho  de  ninguno 
mayormente  teniendo  en  sí  e^te  modo  de  interpretación  tantas  cosas  ini- 
cuas, porque  siendo  como  son  los  estatutos  de  las  órdenes  que  prohiben 
tengan  los  hábitos  mercaderes  y  otros  oficios,  contra  el  derecho  común 
civil  y  canónico,  se  deben  restringir  y  no  ampUar,  y  en  los  casos  que  no 
están  expresados  se  debe  declarar  un  estatuto  por  otro  y  así  el  de  Cala- 
latrava  que  inhabilita  hijos  y  nietos  de  mercaderes  sin  declarar  quienes  lo 
sean,  es  justicia  se  declare  por  el  estatuto  de  Santiago,  Título  I  de  las  ca^ 
lidades,  capítulo  5.°  que  dice  prohibiendo  lo  mismo:  mercader  se  entiende 
aquel  que  haya  tenido  tienda,  y  aun  no  alcanza  sino  al  padre,  y  el  de  Ca- 
latrava  al  nieto.  También  se  debe  atender  á  como  sea  practicado  el  esta- 
tuto y  se  verá  como  se  ha  dado  hábitos  á  Burgaleses  sin   dispensación 
viniendo  probado  que  cargaban  por  mayor  lanas,   y  en  retorno  traían 
otras  mercadurías  y  daban  letras  á  cambio,  solo  porque  no  tenían  tiendas 
ni  bancos  públicos  y  esto  mismo  se  ha  hecho  con  los  Genoveses,  y  así 
mismo  se  han  dado  sin  dispensación  á  muchos  hijos  de  grandes  títulos  y 
Caballeros  de  la  Andalucía,  cuyos  padres  y  abuelos  es  notorio  á  todos,  y 
más  al  Consejo,  que  cargan  y  no  habiendo  mayor  probanza  que  la  notorie- 
dad no  bastara  decir  que  no  venía  probado.  Y  porque  todo  esto  constará 
á  V.  M.  y  á  sus  ministros,  no  pone  casos  particulares  que  nombrará  siendo 
necesario,  además  que  este  modo  de  interpretación  también  es  contra  la 
mente  del  estatuto  que  prohibe  mercaderes  entre  zapateros  y  otros  ofi- 
cios mecánicos  no  queriendo  tengan  los  hábitos  hombres 'bajos  y  que  los 
<lesluzcan,  y  así  es  cierto  que  no  se  irá  contra  la  mente  del  estatuto  dándole 


326  BOLETÍN   DE    LA   REAL   ACADEMIA   DE    LA    HISTORIA. 

á  caballeros  notorios  por  haber  cargado  por  mayor  sus  Abuelos  viviendo- 
en  tierras  marítimas.  Siendo  pues,  Señor,  esto  así  y  certísimo  que  mi 
Abuelo  ni  cargó  ni  está  probado  y  que  cuando  cargara  por  mayor  no  era 
ser  mercader,  ni  estaba  comprendido  en  el  estatuto,  no  será  razón  que 
V.  M.  permita  que  el  Consejo  por  fines  particulares  de  los  de  los  de  él,  se 
amplié  y  platique  en  este  caso  contra  lo  que  se  ha  practicado  siempre  y 
contra  la  mente  del  mismo  estatuto  y  declaraciones  de  otros  y  contra  to- 
das las  reglas  y  principios  de  derecho,  no  mereciendo  76  años  de  servicios 
de  mi  padre  y  míos  y  el  deseo  que  tengo  de  morir  en  servicio  de  V.  M.  que 
se  me  haga  semejante  agravio,  y  pues  á  la  dignidad  y  obligación  Real  per- 
tenece el  mantenernos  en  paz  y  en  Justicia.=:Yo  suplico  á  V.  M.  me  man- 
tenga en  ella  como  en  caso  tan  apretado  que  toca  en  el  honor  y  repota- 
ción, y  en  un  juicio  secreto  donde  por  maravilla  las  partes  alcanzan  á 
saber  su  daño,  y  si  una  vez  que  se  ha  sabido  V.  M.  no  lo  remedia,  será 
ejecutoriar  el  que  los  Consejeros  de  órdenes  sean  independientemente  de 
nada  dueños  de  las  honras  sin  poder  temer  castigo  ni  visita,  siendo  donde 
más  era  menester  por  ser  juicio  secreto  sin  partes  y  donde  por  lo  meno.** 
se  trata  de  las  honras. 

■  Suplica  á  V.  M.  le  haga  merced  de  remitir  al  Consejo  de  ordenes  este 
memorial,  mandándoles  que  luego  sin  dilación  alguna  le  informen  si  e» 
verdad  lo  que  se  refiere  en  él  cerca  de  lo  que  ha  pasado  en  el  dcsjyacho 
de  su  hábito,  y  que  se  allanen  á  esto  todos  los  jueces  que  le  votaron,  pue* 
para  hacer  relación  del  hecho  no  tiene  inconveniente  el  que  estén  recu- 
sados y  le  tendría  lo  contrario;  ó  sírvase  V.  M.  de  maníiar  que  le  envien 
traslado  de  lo  que  en  esta  pregunta  dicen  los  cuatro  testigos  ó  el  proceso; 
nombrando  los  jueces  que  fuere  servido  para  que  vista  su  verdad  y  justi- 
cia se  la  hagan  como  más  convenga  á  la  buena  administración  de  ella,  con- 
servación de  sus  Reinos  y  honras  de  sus  vasallos. 

Impresionada  la  Católica  Majestad  por  las  razones  alegadas  y 
los  sentidos  acentos  de  aquel  viejo  soldado,  cuyos  nobles  y  dila- 
tados servicios  premiara  con  el  hábito  de  la  CVden,  y  á  cuyo 
nombre  y  linaje  infería  grave  daño  la  poco  meditada  interven- 
ción de  un  fiscal,  más  exigente  que  la  ley  misma,  remitió  el  es- 
crito al  Consejo  con  orden  de  que  se  viese  bien  en  este  asunto  y 
en  el  Consejo.  <iEn  19  de  Agosto  de  1 62 1  años,  se  vio  esta  in- 
formación por  los  Sres.  Presidente,  Marqués  de  Caracena,  señor 
de  Pinto  (D.  Luis  Carrillo  de  Toledo),  el  licenciado  D.  Juan  Se- 
rrano Zapata,  licenciado  D.  Juan  Coello  de  Contreras,  Doctor 
D.Juan  de  Occo,  licenciado  D.  l.uis  de  Villavicencio,  licenciado 
D.  Pedro  de  Guzmán,  Dr.  D.  Antonio  de  Castro  y  Andrade,  y 


BL   ALMIRANTE  DON    AMTOMIO   DE   ALLÍ Rl  '^2'J 

dijeron  que  en  cuanto  á  las  calidades  de  nobleza  y  lirñpie'za^  y 
demás,  se  aprueba,  y  en  cuanto  á  la  novena  pregunta  de  la  mer- 
cancía remite  á  más  jueces». 

Estos  señores  expusieron  á  S.  M.  lo  siguiente: 
«La  orden  de  Alcántara  prohibe  que  se  dé  el  hábito  á  hom- 
bres que  hayan  sido  mercaderes,  ni  á  sus  hijos,  y  la  de  Calatrava 
extiende  esto  hasta  los  nietos,  sin  declarar  los  que  han  de  ser 
tenidos  por  mercaderes,  y  así  se  interpreta  en  el  Consejo  de  las 
Ordenes  según  él  arbitrio  de  los  jueces,  y  ocurre  que,  dando  á 
unos  por  mercaderes  y  á  otros  no,  concurriendo  en  ellos  las 
mismas  causas  de  haber  cargado   por  mayor  propios   y  aje- 
nos frutos,  y  dado  letras  á  cambio,  no  t/sníendo  tiendas  ni  ban- 
cos públicos;   de   que  resultan   muchos  daños   é  inconvenien- 
tes que  se  podrán  atajar,  asentándose  de  una  vez  en  el  G^nsejo 
cuáles  hayan  de  ser  tenidos  por  mercaderes  para  el  dicho  efecto, 
y  así  convendrá  que   S.  M.   mande  al  Presidente  que  lo  trate 
luego  en  el   Consejo  y  avise  de  lo  que  pareciera  más  conve- 
niente, atendiendo  á  la  costumbre  que  ha  habido  y  á  la  declara- 
ción de  los  estatutos  de  la  Orden  de  Santiago  y  d  ¿os  danos  que 
causará  el  gravar  con  esto  a  la  nobleza  de  España^  en  particular 
en  las  partes  marítimas^  no  estándolo  ninguna  otra  nación  y  sien-- 
do  ésta  donde  más  falta  hay  de  comercio.  Para  que  se  tome  en 
esto  mejor  acuerdo,  convendrá  se  hallen  en  el  Consejo  los  que 
han  estado  ya  en  él,  que  son:  el  Presidente  de  Castilla,  D.  Alon- 
so de  Cabrera,  D.  Jerónimo  de  Medinilla,  D.  Antonio  de  Pedro- 
sa  y  D.  Pedro  de  Vivanco,  así  porque  digan  de  esto  lo  que  hasta 
ahora  ha  habido   en   el  Consejo,   como  que   se   haga  con  más 
acuerdo,  cosa  que  importa  tanto  y  que  es  razón  se  asiente  para- 
siempre». 

Estos  mismos  jueces,  que  no  quieren  acceder  á  la  petición 
del  fiscal,  denegatoria  del  hábito,  encarecen  al  Gran  Maestre  «la 
trascendencia  del  fallo  y  la  urgencia  de  aclarar  lo  que  aún  esta- 
ba confuso  y  de  fijar  una  ley  para  siempre  que  evitara  capricho- 
sas, arbitrarias  y  distintas  interpretaciones;  piden  para  mayor 
ilustración  y  acierto,  el  juicio  y  la  opinión  de  los  antiguos  Con- 
sejeros de  Órdenes,  ascendidos  á  la  sazón  al  Consejo  Supremo 


328  BOLETÍN   DE  LA   REAL   ACADEMIA   DE   LA   HISTORIA. 

de  Castilla,  y  en  ponencia  que  suscribe  persona  de  tan  alta  auto- 
ridad jurídica  como  el  insigne  letrado  Medinilla,  elevan  á  la  Real 
resolución  este  curioso  y  notable  documento: 


SEÑOR 

He  visto  ese  memorial  con  atención  y  cuidado  por  Li  gravedad  de  las 
materias,  y  consideraciones  de  estado  que  en  el  se  tocan,  que  por  su 
importancia  conviene  las  sepan  los  ministros  para  el  acierto  y  servido 
de  V.  M.;  porque  siendo  cierta  la  relación  de  Don  Antonio  de  Aliri,  es 
demasiado  escrúpulo  repaftr  en  la  ocupación  y  ejercicio  de  su  Abuelo 
(cuando  se  probara  llanamente  lo  que  él  pretende  le  imputan)  redun- 
dando en  tan  gran  bien  y  utilidad  del  Reyno  que  los  vasallos  traten  y  se 
vuelvan  industriosos,  con  lo  cual  crece  el  comercio  y  se  enriquecen  lau 
provincias,  hallándose  en  ellas  con  quien  hacer  asientos  y  cambios,  que- 
dándose el  dinero  por  este  medio  dentro  de  casa,  y  no  se  desustanciará  el 
Reino  con  tantas  sacas  como  se  hacen  de  él;  y  no  se  porqué  haya  de  ser 
este  mas  privilegio  de  extranjeros  que  de  naturales,  pues  á  los  gcnoveses 
no  les  es  estorbo  para  las  calificaciones  de  hábitos  y  honores  este  genero 
de  ocupación;  demás  que  lo  que  los  «Establecimientos»  prohiben  es  solo 
oficios  viles  y  bajos  como  lo  son  los  entretenimientos  de  peso,  vara  y 
tienda  pública,  por  ser  el  intento  y  alma  de  las  ordenanzas  distinguir  el 
pueblo  de  la  nobleza,  constituyendo  las  Ordenes  militares  en  grande  honra 
y  estima,  para  que  con  ese  solo  premio  pudiesen  los  Reyes  satisfacer  y 
contentar  los  vasallos  que  en  paz  ó  guerra  hubiesen  hecho  mayores  ser- 
vicios á  la  Corona;  y  así  por  esto,  como  por  las  advertencias  del  memorial, 
tengo  por  justificada  la  instancia  que  hace  á  V.  M.  Don  Antonio  de  Aliri, 
siíbre  que  el  Consejo  informe  sin  escepción  de  los  recusados,  mas  antes 
todos  juntos.  Por  que  cuando  se  hubieran  de  admitir  las  recusaciones  del 
fiscal  y  tu\icran  todas  sus  solemnidades,  no  es  inconveniente  que  infor- 
men los  que  no  resuelven  y  repare  V.  M.  la  querella  de  su  vasallo.  Mayor- 
mente que  tales  recusaciones  son  peligrosas  en  materias  tan  delicadas 
cuales  las  de  la  reputación  y  honra,  fuera  de  que  es  dar  mayor  autoridad 
á  un  fiscal  que  á  todo  un  Consejo,  pues  él  solo  por  particulares  fines  y 
designios  podría  barajar  sus  acuerdos  y  resoluciones.  Movido  de  estos  in- 
convenientes Don  Juan  Idiaquez,  como  ministro  tan  atentado  y  diestro  en 
el  manejo  de  negocios,  nunca  dio  lugar  á  que  el  fiscal  se  introdujese  en  el 
despacho  de  informaciones.  V.  M.  mandará  lo  que  mas  convenga.  Madrid 
y  Octubre  8/i.62i.=El  licenciado  Don  Gerónimo  de  Medinilla. 


BL-  ALMIRANTE.  DOH   ANTONIO   DE  ALLIRI  '      329 

* 

Con  este  alto  sentido  práctico,  con  tan  levantadas  miras,  con 
criterio  tan  racional  y  juicioso,  desviándose  de  todo  mezquino 
prejuicio  que  no  estaba  en  la  letra  ni  podía  estar  en  el  espíritu 
de  las  constituciones  de  aquellas  milicias  beneméritas,  atentos 
cual  debían  al  bienestar  y  al  engrandecimiento  de  la  patria,  que 
entonces  como  ahora  dimanaba  del  trabajo  y  del  honrado  co- 
mercio de  las  gentes,  que  no  creyeron  incompatible  con  los 
timbres  y  blasones  heredados,  así  opinaron  y  de  este  modo  in* 
formaron,  satisfaciendo  la  consulta  soberana,  aquellos  graves, 
ilustres  y  sesudos  varones  encanecidos  en  el  conocimiento  y  re- 
solución de  los  arduos  problemas  de  la  gobernación  del  Estado, 
en  que,  como  á  Consejeros  de  Castilla,  les  competía  conocer  y 
resolver. 

Y  es  de  notar  que  juzgraban  «demasiado  escrúpulo  reparar  en 
la  ocupación  y  ejercicio  del  abuelo,  redundando  en  tan  gran  bien 
y  utilidad  del  Reino  que  los  vasallos  traten...  y  crezca  el  comer- 
cio»; en  el  primer  tercio  del  siglo  xvii,  cuando  los  organismos 
todos  de  la  nación  obedecían  en  su  formación  y  en  su  funciona- 
lismo al  espíritu  caballeresco  de  razas  y  de  castas,  al  inñujo  de 
la  época  eminentemente  aristocrático,  al  predominio  de  las  leyes 
-de  privilegio  y  excepción,  al  fuero  de  clases;  entonces,  cuando 
tan  en  boga  estaban  la  conservación  y  acrecentamiento  de  las 
viejas  vinculaciones  y  mayorazgos  y  la  formación  de  los  nuevos; 
cuando  se  litigaba  la  hidalguía  en  las  salas  de  hijosdalgo  de  las 
chancilierías  de  Valladolid  y  de  Granada;  cuando  en  los  Munici- 
pios de  las  más  insignificantes  aldeas  y  lugares  de  la  patria  ha- 
bía la  distinción  de  estados-  entre  nobles  y  plebeyos;  cuando  los 
hidalgos  no  pechaban  y  lo  hacían  los  pecheros;  cuando  muchos 
de  los  cargos  y  de  los  puestos  palatinos,  militares  y  eclesiásticos 
reservados  estaban  tan  solo  á  la  clase  noble;  cuando,  en  suma, 
las  ideas,  las  preocupaciones,  los  intereses  todos  y  los  organis- 
mos, y  las  leyes  vigentes,  eran  muy  otras  y  muy  distintas  de  las 
leyes,  los  intereses,  los  organismos  y  las  idea?  del  día,  harto  dis- 
tantes en  el  lapso  de  cuatro  siglos,  para  no  haber  sufrido  profun- 
das, esenciales  y  absolutas  modificaciones,  en  concordancia  y 
armonía  con  las  instituciones  de  las  sociedades  modernas. 


330  BOLETÍN  DE   LA   REAL    ACADEMIA   DE    LA   HISTORIA. 

Y  con  este  alto  sentido  y  este  práctico  criterio  de  sus  conse- 
jeros, coincidió  á  todas  luces  el  del  Rey  Felipe  IV  cuando  en- 
comendó el  negocio  á  su  embajador  en  Roma,  y  el  del  propio 
Soberano  Pontífice,  que  lo  era  Gregorio  XV,  quien  resolvió 
para  siempre  y  estableció  como  ley  para  lo  futuro,  á  tenor  de  lo 
que  deseaban,  para  evitar  enojosas  interpretaciones,  los  señores 
que  componía  el  Conisejo  de  las  Ordenes,  á  quien  se  apresuró  á 
comunicar  el  Monarca  lo  resuelto  y  acordado,  por  la  Santa  Sede. 

«En  el  Consejo  á  1 5  de  setiembre  de  622^ — habiéndose  visto 

• 

en  el  Consejo  un  breve  de  S.  S.  en  que  manda  que  en  el  habito 
de  Calatrava  y  Alcántara  solo  obste  la  mercancía  por  menor  y 
tienda^  no  por  mayor,  y  atento  que  aunque  está  pendiente  la 
causa  de  Don  Antonio  de  Aliri,  porque  S.  M.  mandó  que  sin 
embargo  del  auto  del  Consejo  se  le  diese  el  habito,  que  en  virtud 
del  dicho  breve  general,  sea  sin  dispensación  como  á  los  demás 
que  de  aqui  adelante  se  despachasen  en  las  dichas  órdenes,  y  lo 
firmaron.» 

De  tal  modo  concluyó  este  antiguo  proceso  que  no  causaría 
á  mi  entender  en  aquel  tiempo  menos  impresión,  aunque  sí  cier- 
tamente menor  ruido,  que  el  que  ha  producido  el  que  aludía  al 
comienzo  de  este  escrito,  y  que  no  tenía  en  su  contra  ni  preo- 
cupaciones de  época,  pues  en  la  presente  estamos  felizmente 
acostumbrados  á  que  la  fortuna  y  la  actividad  de  muchos  nobles 
sensatos,  comenzando  por  los  mismos  Reyes  de  Inglaterra  y 
Bélgica,  los  primeros  comerciantes  de  los  países  que  rigen,  mue- 
van y  especulen  con  sus  capitales  y  con  los  productos  de  sus 
haciendas  é  industrias,  en  vez  de  permanecer  en  insana  y  rui- 
nosa ociosidad;  ni  había  tampoco  la  inccrtidumbre  legal  que  por 
entonces  existía  en  el  asunto,  sustituida  hoy  terminantemente  por 
,una  ley  y  por  un  acuerdo  firme  y  no  alterado  del  Rey  y  de  su 
Consejo  á  virtud  de  una  bula  Pontificia,  que  muchos  por  lo  visto 
.han  olvidado,  si  es  que  alguna'  vez  la  han  conocido,  que  existe 
en  el  Archivo  y  que  debidamente  cotejada  es  idéntica  en  un 
todo  á  la  inserta  en  los  Bularlos  de  Calatrava  (pág.  562)  y  de 
Santiago  (pííg.  570),  donde  se  puede  compulsar,  y  que  en  ex- 
tiacto  dice  así: 


BL    ALMIRANTE  DON   ANTONIO   DB    ALLIRI  331 

Breve  del  papa  Gregorio  XV  en  el  que  dispone  qtie  los  comer- 
ciantes al  por  mayor  sus  hijos  y  nietos  pueden  recibir  el  haiito  de 
las  Ordenes  de  Calatrava  y  Alcántara  lo  mismo  que  el  de  San- 
tiago. 

En  este  breve  se  manda  que  la  esdusion  de  los  comerciantes  para  reci- 
bir el  habito  de  las  milicias  de  Calatrava  y  Alcántara  ségun  la  declaración 
emanada  de  la  milicia  de  Santiago  con  respecto  al  estatuto  del  titulo  pri- 
mero del  Capítulo  5.**  ha  de  entenderse  de  la  manera  siguiente:  Que  no 
pueden  ser  admitidos  en  las  milicias  de  Calatrava  y  Alcántara  sin  dispensa 
pontiñcia,  aquellos  comerciantes  ó  mercaderes  que  bien  ellos  ó  sus  padres 
ó  abuelos  tuvieren  ó  hubieren  tenido  tienda  abierta  de  cualquier  clase  de 
mercancía  y  vendieren  en  la  tienda,  dicha  mercancía,  bien  por  si,  bien  por 
personas  designadas  por  ellos;  pero  que  de  ninguna  manera  deben  ser  es- 
cluidos  aquellos  que  causa  lucri  inviertan  su  dinero  en  el  comercio  al  por 
mayor,  como  se  dice  vulgarmente  {ad  grossum)  y  no  vendan  sus  géneros 
en  tienda,  ni  los  hagan  vender  al  menudo  (ad  minutum). 

Dado  en  Roma  en  Santa  Maria  la  Mayor  bajo  el  anillo  del  Pescador  el 
día  15  de  Octubre  y  segundo  del  Pontificado  de  Gregorio  XV. 

¿No  es  verdad  que,  conocida  esta  antigua,  curiosa  é  instructiva 
historia,  ha  de  antojarsq  menor  la  cursería  y  más  perdonable  la 
exhibición  de  la  frase  trivial  con  que  empezaba  el  relato,  Nihil 
novum  sub  solé? 

Así  lo  pide  y  lo  espera, 

Madrid,  23  de  Marzo  de  1906. 

El  Marqués  de  Laurencín. 


VARIEDADES 


JUDÍOS  ALFAQUEQUES  DE  SARRACENOS  EN  BARCELONA 

Abril,  1905.  Privilegio  que  otorgó  el  Conde  de  Barcelona  á  cuatro  ju- 
díos, Moisés,  Jafia,  Honén  y  Abotaib,  que  le  habían  prestado  diez  libras  de 
plata. — Archivo  general  de  la  Corona  de  Aragón,  escritura  núm.  91  de 
las  del  Conde  D.  Ramón  Berenguer  III. 

Hec  est  donatio,  quam  facit  comes  remundus  istis  IIII^'  iudeis, 
id  sunt,  mosse,  et  iafia,  honen  et  abotaib. 

Donat  namque  eis  ut  nullus  homo  in  omnem  suam  terram  non 
ducat  sarracenum  neqíie  sarracenam  ad  yspaniam  (l)  per  redemp- 
tionem  nisi  isti  soli  iudei;  et  nullus  homo  iudeus  ñeque  christia- 
nus  non  vadat  in  illorum  navem  per  mercatum,  si  non  fuerit  vo- 
luntas eorum  aut  per  illorum  m^num;  et  qui  hoc  eis  fregerit,  det 
Comiti  libram  I.  auri,  et  postea  hec  datio  fidelis  permaneat.  Et 
hoc  teneant  tantum  quousque  recuperent  inde  XII™  libras  píate. 

S^  RAIMVNDI  COMES. 

S-Hr  remundi  ermengod. — S^r  Remundi  guillelmi. — S-Hr  ber- 
nardi  ollegarii,  qui  hoc  scripsit  anno  XL.  V.  philippi  mediante 
mesis  aprilis. 

Este  privilegio  sirve  de  ilustración  á  dos  Usages  (ll  y  21)  dif 
Barcelona]  y  manifiesta  cómo  á  principios  del  siglo  xii  los  judíos 
catalanes  monopolizaban  el  rescate  de  los  esclavos  sarracenos. 

Madrid,  23  de  Marzo  de  1906. 

Fidel  Fita. 


i)     España  musulmana. 


r 


NOTICIAS 


En  carta  del  26  de  Febrero  último,  D.  Diego  Jiménez  de  Cisneros,  Co- 
rrespondiente de  la  Academia  en  Cartagena,  le  ha  dado  noticia  de  algu- 
nas inscripciones  romanas  nuevamente  descubiertas  en  aquella  ciudad  y 
en  su  comarca. 

I.*— En  el  relleno  del  baluarte  de  la  izquierda  de  las  puertas  de  Ma- 
drid, que  se  está  demoliendo.  Entre  las  tierras  se  encuentran  huesos  hu- 
manos sumamente  descompuestos,  tiestos  sin  marca,  de  todas  épocas,  y 
un  ejemplar  de  la  estampilla  C  •  WEM,  señalada  por  Hübner  con  el  nú- 
mero 6.257  117. 

2.* — Dentro  del  recinto  de  la  ciudad.  Lucerna  elegantísima  de  barro 
rojizo,  algo  fracturada.  «Por  la  parte  superior  representa  un  amorcillo  con 
alas,  á  la  derecha,  junto  al  asa;  á  la  izquierda,  la  antorcha  de  Himeneo». 
En  el  fondo  exterior,  la  estampilla  griega,  que  corresponde  á  la  latina 
Cclsi  o(ofJiciná)  de  Ampurias,  y  sale  por  vez  primera. 

K€AC€I 

De  Cclfo, 

«Las  letras  de  esta  marca  griega  están  rehundidas,  hechas  á  mano  y  no 
con  sello,  dentro  de  un  círculo,  cuyo  diámetro  mide  34  milímetros». 

3.*  y  4.* — Dos  fragmentos  de  lápidas  romanas  en  el  Real  del  ex  con- 
vento franciscano  de  San  Ginés  de  la  Jara,  que  por  ser  pesadísimos  no  han 
podido,  por  ahora,  trasladarse  al  Museo  de  la  Sociedad  Económica.  Los 
dos  fragmentos  están  relacionados  con  las  inscripciones  3.485-3.489  de  la 
colección  de  Hübner. 

5.' — Hübner,  Inscriptiones  Hispantae  christianae,  núm.  177.  Acerca  de 
esta  inscripción  griega  avisa  el  Sr.  Jiménez  de  Cisneros  que  va  á  proce- 
der á  su  lavado  y  fotografía,  para  fijar  con  exactitud  el  trazado  gráfico  y 
la  recta  lectura  de  tan  insigne  monumento,  lo  que  no  pudo  conseguir 
Hübner,  limitándose  á  decir:  «Descripsi  ut  potui  adiutus  telescopio!. 


Inscripciones  hispano-hebreas. — En  carta  del  14  de  Marzo  último  parti- 
cipó á  la  Academia  su  Correspondiente  en  París,  Mr.  Molse  Schwab,  que 
ha  recibido  del  Ministro  de  Instrucción  pública  de  Francia  el  encargo 
oficial  de  coleccionar  las  inscripciones  hebreas  de  nuestro  país,  que  toda- 
vía se  conservan,  y  las  demás  de  las  que  hay  noticia,  para  su  justa  publi- 


334  BOLETÍN   DE   LA    REAL   ACADEMIA   DE  LA    HISTORIA. 

cación,  traducción  y  aprovechamiento  histórico,  como  lo  hizo  con  las  del 
territorio  de  la  vecina  República  (i).  Mr.  Schwab  se  propone  asimismo 
utilizar  el  resultado  de  este  nuevo  estudio  para  un  Informe  destinado  á 
ver  la  luz  en  nuestro  Boletín,  é  intitulado  Paleografía  semüica. 


Deseoso  de  ilustrar  la  historia  y  la  geografía  de  la  Elspaña  Cartaginesa 
el  Dr.  Nicola  Feliciani,  no  contento  con  haber  enviado  á  la  Academia  el 
doctí)  estudio  que  trata  de  la  batalla  de  Hibera  y  vio  la  luz  en  el  tomo  xlvii, 
págs.  394-402  del  Boletín,  otro  le  ha  dedicado,  donde  investiga  qué  re- 
giones ibéricas  ocuparon  los  Ólcades,  Erenosios  y  Andósínos,  que  men- 
ciona Polibio,  y  cómo  estas  gentes  fenecieron  por  consunción,  ó  emigra- 
-ción,  ó  mezcla  con  otras. 

Las  esculiwas  del  Cerro  de  los  Sanios. — Cuestión  de  autenticidad  por 
José  Ramón  Mélida,  de  la  Real  Academia  de  Bellas  Artes  de  San  Fernan- 
do, Director  del  Musco  de  Reproducciones  artísticas. — En  4.**,  pág.  112, 
c(m  10  láminas  fototípicas.  Madrid,  1906. 

Desde  el  año  1871,  hasta  el  de  la  fecha,  no  han  cesado  estas  famosas  es- 
culturas de  agitar  la  opinión  de  los  eruditos  y  promover  aCfOloradas  discu- 
sionci»,  en  las  que,  á  vueltas  de  no  pocas  obscuridades  y  desaciertos,  se  ha 
dejado  vislumbrar  y  reconocer  abundantemente  el  arte  prerromano,  en 
las  provincias  de  Albacete,  Alicante  y  Murcia.  La  obra  del  Sr.  Mélida  re- 
fiere y  juzga  la  cuestión  de  autenticidad  artística  y  epigráfica  de  los  obje- 
tos, terminándose  con  un  Ap>éndice  (págs.  104- 112),  que  da  clara  idea  del 
Tesoro  ibérico  de  Jdvea^  descubierto  en  1904  y  consistente  en  alhajas  de 
oro  y  plata.  «Nuestros  lectores — dice  el  autor — conocen  el  citado  busto  de 
Elche;  conocen  las  estatuas  femeniles  del  Cerro  de  los  Santos,  que  osten- 
tan análogos  adornos,  y  pueden  ver  l(xs  elementos,  que  para  esclarecer  la 
cuestión  de  los  orígenes  de  tal  moda  oriental  y  la  supervivencia  de  la  mis- 
ma presentamos  en  una  lámina  (2),  con  el  estudio  que  de  dichas  estatuas 
hicimos.  Por  ellos  puede  apreciarse  que  fué  moda  ibera,  como  lo  fué  tro- 
yana,  como  lo  fué  cartaginesa,  y  como  en  la  tierra  donde  fué  Cartago  lo 
sigue  siendo  argelina  un  aderezo  consistente  en  una  diadema  ó  frontal  de 
cadenillas  ó  de  labor  calada,  sendas  caídas  á  manera  de  ínfulas,  pero  de 
cadenillas  también,  á  los  lados  del  rostro,  con  rasetones  á  los  extremos,  y 
pendientes  de  ellas,  cayendo  en  onda  sobre  el  pecho,  para  acabar  de  ha- 
cerle gracioso  cerco  al  rostro,  dos  ó  tres  gruesas  cadenas,  por  lo  general 
del  género  torquis.  Esta  unión  del  collar  á  las  caídas  de  la  diadema,  es  de- 
tíülc  muy  característico  y  constíuitc  en  todas  las  variantes  citadas.  La  sin- 


(i)     Véase  el  tomo  XLvir,  págs.  361-394  del  Bol^tím. 
(2)     Boletín,  tomo  xxxt,  pág,  428. 


NOTICIAS.  335 

guiar  disposición  de  tales  elementos,  los  caracteres  de  los  mismos,  lo  pro- 
lijo de  su  labor,  deja  comprender  un  origen  oriental,  trayendo  á  la  memo- 
ria los  tocados  y  pectorales  egipcios,  la  joyería  asiática  y  chipriota  que  n()s 
permiten  apreciar  curiosas  esculturas.» 


Les  Dfuides  et  tes  dieux  celtiques  á  forme  (Vanimauxy  par  H.  D'Arbois 
de  Jubainvillc,  Membre  de  l'Institut,  professeur  au  CoUége  de  France. — 
En  8.**,  pág.  vui  -f-  204.  París,  1906. 

Las  lenguas  célticas  que  todavía  viven,  ocupando  buena  extensión  de 
Francia,  Inglaterra,  Escocia  é  Irlanda,  y  su  literatura  antigua  y  moderna, 
entre  cuyos  cultivadores  y  profesores  se  distingue  como  el  que  más  el 
autor  del  presente  libro,  dan  á  la  doble  cuestión  por  éste  propuesta  nue- 
vo aspecto,  que  coincide  con  el  de  las  recientes  conquistas  arqueológicas 
en  las  ruinas  de  la  celtibérica  Numancia  (i)  y  en  las  rocas  de  la  cordillera 
cantábrica,  erizadas  de  túmulos  célticos  y  de  inscripciones  ibéricas  (2V 

En  la  última  edición  del  Diccionario  de  la  Lengua  castellana  por  la  Real 
Academia  Española  (3),  Dfúida  se  define  *  sacerdote  de  los  antiguos  galos 
y  britanos,  y  se  deriva  del  latín  druida»  del  címrico  druiz  ó  deruiz,  de  derv^ 
encina.  Según  Mr.  D'Arbois  de  Jubainvillc,  esta  etimología  y  aquella  de- 
finición han  de  reformarse  para  ponerse  de  acuerdo  con  la  verdad  histó- 
rica y  filológica.  Los  ministros  del  culto  entre  Ios-celtas  se  dividían  en  tres 
grandes  ramas:  agoreros,  sacerdotes  ó  párrocos  de  un  templo  particular, 
y  sacerdotes  colegiados  ó  cenobitas.  Esta  última  rama  era  la  de  los  Druidas, 
cuyo  nombre  ¿/r«-í'/d? significa  perspicaz  ó,  literalmente,  «muy  sabio».  Pro- 
cedían de  Irlanda,  de  donde  se  extendieron  á  la  Isla  Británica,  y  de  aquí 
á  la  Galia,  donde  los  alcanzó  Julio  César.  Proscritos  por  el  emperador  Tibe- 
rio, se  extinguieron  primero  en  la  Galia,  después  en  Inglaterra  y,  por  últi- 
mo, en  Irlanda,  su  país  nativo,  teniendo  por  émulos  á  los  monjes  cristianos 
y  á  los  agoreros  de  su  rito  antiquísimo,  ante  cuyo  choque  sucumbieron. 


El  Académico  de  número  D.  Adolfo  Herrera  ha  presentíido  en  donati- 
vo para  la  biblioteca  de  la  Academia,  los  tomos  xlv  y  xlvi  de  su  obra 
Medallas  españolas^  que  correspimden  al  tomo  xi  de  las  Medallas  militares 
y  al  m  de  los  Centenarios. 

Los  precursores  españoles  de  Bacop  y  Descaries  y  por  Eloy  Bullón.  -En 
8.°,  pág.  254.  Salamanca,  1905. 

El  autor  reivindica  el  título  de  su  libro  á  Luis  Vives,  Gómez  Percira, 
Francisco  Valles,  Francisco  Sánchez  y  otros  filósofos  españoles. 


(i)  Boletín,  tomo  xLvif,  pág.  484. 
(2)  Ídem,  tomo  xxx,  págs.  226-246. 
Í3»     Madrid,  1899.  .      • 


336  BOLETÍN    DE  LA   REAL  ACADEMIA  DE   LA   HISTOIUA. 

Tke  Linares  Bas-Relief  and  Román  mining  operations  in  Boéiica.  En 
folio  menor,  pág.  22.  Londres,  1906. 

Con  profusión  de  grabados  y  láminas  fototípicas,  el  autor  de  este  estu- 
dio, Correspondiente  de  la  Academia,  lo  ha  publicado  en  la  Revista  ingle- 
sa Archaeologia,  vol.  lix,  págs.  311-332,  ilustrando  la  historia  antigua  de 
Cazlona,  de  sus  minas  y  varias  antigüedades  romanad  que  en  parte  ha  des- 
cubierto, y  que  espera  acrecentar  con  mayores  investigaciones  y  no  me- 
nos interesantes  descubrimientos  en  lo  sucesivo. 


Algunas  r daciones  y  noticias  toledanas  que  en  el  siglo  X  Vi  escribía  el  li- 
cenciado Sebastián  de  Horozco.  Publícalas  el  Conde  de  Cedillo,  de  la  Real 
Academia  de  la  Historia,  cronista  de  Toledo  y  su  provincia. — En  4.**  ma- 
yor, pág.  56.  Madrid,  1906. 

A  nádense  estas  relaciones  de  Sebastián  de  Horozco  á  las  del  mismo  au- 
tor, publicadas  en  el  Boletín  académico,  tomo  xi,  págs.  290-311.  La  noti- 
cia que  da  remate  á  la  colección  formada  por  el  Sr.  Conde  de  Cedillo,  es  el 
principio  de  la  narración  de  un  auto  de  fe  (26  de  Mayo  de  1572),  en  el  que 
fué  quemado  vivo  un  luterano  relapso,  siendo  inquisidor  de  Toledo  el  li- 
cenciado D.  Antonio  de  Vaca. 


El  Sr.  Conde  de  Cedillo  dio  gracias  por  la  comunicación  de  i>ésame  re- 
cibida con  motivo  de  la  defunción  de  su  señor  padre  político,  el  Barón  de 
las  Cuatro  Torres  y  Conde  del  Asalto,  Correspondiente  que  fué  en  Ta- 
rragona, y  ofreció  ejemplares  del  Boletín  Arqueológico ^  de  aquella  ciudad, 
que  inserta  acta  de  la  sesión  celebrada  en  su  honor  el  3  de  Marzo. 


En  la  sesión  de  23  de  Marzo  fué  elegido  Académico  de  número,  para 
cubrir  la  vacante  ocurrida  por  fallecimiento  del  Sr.  Giómez  de  Arteche, 
D.  Rafael  de  Ureña  y  Smenjaud,  Catedrático  de  Historia  de  la  Literatura 
jurídica  española  en  la  Universidad  Central,  y  renombrado  escritor  de 
obras  que  le  han  mereciílo  en  todo  el  mundo  sabio  singular  nombradía. 


El  día  25  de  Marzo  falleció  en  esta  corte  el  Académico  de  número 
Excmo.  Sr.  D.  Adolfo  Carrasco  y  Sáyz,  Director  que  fué  del  Museo  de  Ar- 
tillería y  (le  la  Revista  Memorial  de  Artillería.  Asistieron  á  la  conducción 
fiel  cadáver,  á  la  Sacramental  de  San  Lorenzo,  cuatro  señores  Académicas 
y  nuestro  dignísimo  Director,  el  cual,  en  la  sesión  del  30  de  Marzo,  hizo  el 
elogio  fúnebre  del  ilustre  finado,  no  sin  lamentar  la  desgracia  que  de  al- 
gún tiempo  á  esta  parte  aflige  á  la  Academia,  que  en  menos  de  cuatro  me- 
ses ha  visto  bcHJar  al  sepulcro  cuatro  de  sus  preclaros  individuos:  los  seño- 
res Ascnsio  (10  Diciembre  1905^  Gómez  de  Arteche  (28  Enero  1906),  Dan- 
vila  (21  Febrero)  y  Carrasco  (25  Marzo). — F.  F. 


r 


y 


^ 


£1  Boletín  de. la  Keal  Academia  de  la  Historia  se  publica  todos 
los  meses  en  cuadernos  de  8o  ó  más  páginas,  con  sus  correspondientes      / 
láminas,  cuando  el  texto  lo  exige,  formando  cada  año  dos  tomos  con  su8> 
portadas  é  índices. 

Las  suscripciones  dan  principio  en  Enero  y  Julio  de  cada  año. 

PRECIOS  DE  SUSCRIPCIÓN 

Madrid.  .  .    6  meses Pesetas  9 

—     ...    Un  año. —  18 

Provincias.    Un  año. —  20 

Extranjero —  32 

Número  suelto —  3 


Los  precios  de  las  obras  de  la  Academia  se  entiende  que  son  para  la 
venta  en  Madrid.  Los  pedidos  para  provincias  y  para  el  extranjero  su- 
frirán el  recargo  correspondiente  de  gastos  de  correo  y  de  certiñcado. 


Los  pedidos  deéen  dirigirse  al  deepeiclio  de  lil^ros 
<ie  la.  Aceidemia.  (León,  21)  ó  éi  la,  Lil:>rerfa.  de  M.  MU- 
RILLO.  AlcaléL,  7,  Madrid. 


ADVERTENCIAS 


Las  obras  de  la  Academia  se  venden  en  su  despacho, 
calle  del  León,  21. 

Los  Sres.  Académicos  honorarios  y  correspondientes 
podrán  adquirirlas,  por  una  sola  vez,  con  rebaja  de  40 
por  100  en  los  precios,  siempre  que  hagan  pedido  directo 
con  su  firma. 

A  los  libreros  que  tomen  cualquier  número  de  ejem- 
plares se  les  hará  una  rebaja  conveniente,  según  la  cos- 
tumbre recibida  en  el  comercio  de  librería. 


O-ja^ —  I  '^.1 


REAL  ACADEMIA  DE  LA  HISTORIA 


TOMO  XLVIIL— CUADERNO   V 
MAYO,  1906 


MADRID 

KSTABLECIMIENTO   TIPOGRÁFICO   DK  FORTANET 
LibtrtKd,  ic.— Telefono  991. 
'       I  906 


1 


SUMARIO  DE  ESTE  CUADERNO 


Págt. 

IUFORICES:  . 

I.     Correspondencia  de  la  Infanta  Archiduquesa  Doña  Isabel  ^ 
Clara  Eugenia  de  Austria  con  el  Duque  de  Lerma»  (Desde 
Flandes^  años  isgg  d  1607  y  otras  cartas  posteriores  sin 

fecha.) — Continuación. — A.  Rodríguez  Villa 337 

n.     Monumento  subterráneo  descubierto  en  la  Necrópolis  Carnto- 

nense. — Adolfo  Fernández  Casanova 374 

III.  Renacimiento  o'  movimiento  literario  musulmán. — Francisco 

Codera 381 

IV.  Concilio  nacional  de  Burgos  (18  Febrero  11 17). — Texto  iné- 

dito.—Fidel  Fita 387 

V.     Puerta  de  Sevilla^  en  Carmona. — Adolfo  Herrera 407 

VI.  Los  restos  de  Hernán  Cortés. — Ángel  de  Altolaguirre  ....  410 
VII.     D.  Pedro  IV  de  Aragón  y  la  Corte  de  Francia. — Ángel  de 

Altolaguirre '. 413 

Varibdadbs: 

Recuerdos  del  Madrid  viejo. — Francisco  Viñals 415 

Noticias , 417 


r".  w 


TOMO  xLviii.  XvS'  Mayo,  1906.      '-fA      cuaderno  v. 


DE   LA 


REAL  ACADEMIA  DE  LA  HISTORIA 


t  >4<-» 


INFORMES 


I. 

cos.s:ssFom3A:s^czji. 

DE   LA 

« 

INFANTA  ARCHIDUQUESA  D.^  ISABEL  CLARA  EUGENIA   Dt  AUSTRIA 

CON    EL    DUQUE    DE    LERMA. 

Desde  FlatuLes^  años  de  15QQ  d  1607  y  otras  cartas  posteriores 

sin  fecha. 

186. 

Duque:  Pues  el  Marqués  Espinóla,  que  lleva  esta,  podrá  dar 
tan  particulares  nuevas  de  acá,  no  os  ocuparé  el  tiempo  que  sé 
tenéis  tan  limitado  en  dároslas".  Solo  os  diré  cuanto  deseo  que 
mi  hermano  haga  merced  al  Marqués  conforme  á  lo  bien  que  le 
ha  servido:  que  esto  como  testigo  dello,  os  puedo  asegurar  que 
ha  sido  con  la  mayor  vigilancia  y  cuidado  que  se  puede  imaginar, 
aventurando  su  honra,  su  hacienda  y  su  vida.  Y  yo  no  cumpli- 
ría con  lo  que  debo  á  mi  hermano  y  deseo  su  servicio,  si  no  di- 
jese esta  verdad,  que  quizá  no  habrá  muchos  que  la  digan,  movi- 
dos de  pasión  ó  interés;  que  como  yo  hablo  claro  con  vos,  os 
digo  esto;  y  que,  cierto,  el  Marqués  merece  toda  la  merced  que 
mi  hermano  le  hiciere;  y  la  que  él  pretende  es  tan  justificada 
que  yo  no  puedo  dexar  de  pediros  ayudéis  para  que  mi  hermano 
se  la  haga,  y  que  esto  sea  con  brevedad,  porque  pueda  volver 
luego  aquí  el  Marqués,  que  por  muchas  razones  será  esto  mayor 
TOMO  xLviii.  22 


33^  BOLETÍN  DE  LA  RBAL  ACADElflA  DE  LA  HISTORIA. 

servicio  de  mi  hermano.  A  toda  vuestra  gente  me  encomiendo 
mucho,  y  guárdeos  Dios  como  deseo.  De  Brusselas  á  20  de  Mar- 
go, 161 1. — A  Isabel. — (Sobrescrito:)  Al  Duque  de  Lerma. 


187. 

Duque:  Muy  bien  nos  va  de  ocasiones  para  poder  hacer  esto, 
aunque  yo  quisiera  fuera  con  otras  el  hacello,  y  más  despacio  del 
lugar  que  nos  dan  estos  despachos  de  Alemana,  adonde  parece 
va  todo  de  mal  en  peor;  si  Dios  no  pone  la  mano  en  ello,  puede 
dar  arto  cuidado.  Aqui  le  tenemos  muy  grande  de  haber  ya  mu- 
chos dias  que  no  sabemos  de  ay;  y  cierto,  se  lleva  muy  mal.  De 
aquí  hay  poco  ó  nada  que  poder  decir,  sino  que  pasamos  nues- 
tras monjas  á  la  casa  nueva,  que  ha  salido  muy  bonita,  como  es- 
cribo á  mi  hermano  más  particularmente.  En  fin  como  el  Gene- 
ral nos  desaució  de  no  damos  fraile^  los  hemos  traido  de  Roma 
y  bonísimas  personas,  que  espero  harán  mucho  fruto  en  estos 
Estados.  Y  bien  es  menester  todo  esto  para  las  buenas  vecinda- 
des que  hay  en  ellos.  A  toda  vuestra  gente  me  encomiendo  mu- 
cho, y  guárdeos  Dios  como  deseo.  De  Brusselas  á  24  de  Marzo, 
161 1. — A  Isabel. — (Sobrescrito:)  Al  Duque  de  Lerma. 

188. 

Duque:  Quisiera  que  no  me  cogiera  este  correo  de  D.  Balta- 
sar en  la  cama,  para  poder  decir  muy  largamente  cuan  buenas 
Pascuas  nos  dieron  las  cartas  de  mi  hermano  de  1 5  del  pasado, 
que  llegaron  el  Sábado  Santo,  y  á  punto  que  os  prometo  estaba 
yo  diciendo  que  cómo  habiamos  de  pasar  las  Pascuas  sin  saber 
de  ay.  Dios  nos  traiga  siempre  muy  buenas  nuevas.  Muchísimo 
olgué  con  vuestra  carta  y  con  saber  por  ella  que  estábades  me- 
jor de  vuestros  achaques.  El  mió  es  el  ordinario  y  mucha  catarro, 
que  han  andado  muchos  estos  dias,  que  me  estorbará  de  no  res- 
ponder áora  á  vuestra  carta  y  también  por  no  detener  este  correo, 
pues  importa  que  allá  se  sepa  cuanto  antes  en  el  estado  que  que- 
dan las  cosas  de  Alemana,  que  es  bien  trabaxoso,  aunque  podrían 


CORRBSPONDSHCIA  D»  LA  lUTMJKTh  IK>ÍIA  ISABSL^  539 

tomar  mejor  pié  del  que  se  esperaba,  ai  allá  quisiesen,  en  que 
hay  arto  que  dudar.  Dios  lo  remedie.  A  toda  vue^ra  gente  me 
encomiendo  mucho,  y  guárdeos  Dios  como  deseo.  De  Brusselas 
á  7  de  Abril,  l6lU — ^A  IsabeL — (Sobrescrito:)  AI  Duque  de 
Lerma. 

189. 

Duque:  Con  cualquiera  ocasión  que  pueda  hacer  esto,  guelgo 
mucho;  y  así  no  las  quiero  perder,  aunque  hay  poco  que  decir 
de  acá,  sino  que  estamos  buenos,  y  mi  primo  se  purgó  dos  veces 
en  ocho  días,  que  no  pasó  poco  trabaxo,  porque  su  estómago  no 
es  para  purgas;  pero  ha  quedado  bueno,  aunque  un  poco  ñaco,  y 
para  convalecer  y  tomar  vuestro  consejo  de  hacer  exercicio,  nos 
hemos  venido  aqui  lo  más  presto  que  hemos  podido.  Hemoslo 
hallado  muy  bueno,  aunque  este  año  no  se  puede  decir  que  es  de 
Flandes  sino  de  España,  que  ha  comenzado  muy  presto  la  calor. 
Plega  á  Dios  que  ay  no  la  haga,  porque  mi  hermano  haya  podido 
gozar  de  Aranjuez,  que  con  el  ordinario  supimos  partia  para  allá, 
de  que  yo  me  olgué  arto  por  saber  el  provecho  que  le  hace  el 
campo  y  á  mi  nuera,  que  me  dan  mucho  cuidado  sus  opilaciones. 
Ya  deseamos  mucho  cartas  de  ay,  y  yo  que  tengáis  la  salud  que 
os  deseo  y  que  miréis  por  ella,  dexando  un  rato  los  negocios  para 
esto,  pues  eso  será  mayor  servicio  de  mi  hermano  que  no  dar 
con  toda  la  carga  en  el  suelo  y  faltalle;  y  como  yo  veo  cuanta 
razón  tenéis  en  decir  que  no  es  la  gente  del  mundo  como  solia, 
no  puedo  dexar  de  pediros  mucho  esto,  pues  no  hallaríamos  to- 
dos otro  Duque  de  Lerma.  Yo  os  confieso  que  no  he  podido  de- 
xar de  reirme  mucho  de  que  hable  nayde  en  que  tratéis  con  las 
damas.  [Ojala  tuviésedes  mucho  lugar  para  eso,  que  no  les 
estaria  muy  mal,  pues  quien  ha  sabido  ser  tan  buen  galán, 
cuando  mogo,  siempre  será  muy  buen  consejero  para  mostralles 
á  ser  buenas  damas.  Yo  arto  hago  porque  lo  sean  las  mias;  pero 
para  las  costumbres  de  por  acá  no  es  poco  que  sepan  estar  en- 
cerradas. Otra  tengo  aora  concertada,  que  pienso  será  gran  boda, 
pues  será  nuera  de  la  de  Mansfelt,  y  tiene  propio  humor  para  su 
nuera,  porque  si  se  le  antoja,  la  quebrará  la  cabeza:  es  estremada. 


340  BOLETÍN   DE  LA   REAL  ACADEMIA  DE  LA  HISTORIA. 

Si  doña  Margarita  de  Tabara  sabe  ser  tan  buena  guarda  mayor 
como  dama,  no  dexará  de  ser  de  provecho  para  el  oficio:  no  pen- 
sé le  habian  quedado  hijos. 

Con  este  correo  va  despacho  de  Don  Baltasar,  con  que  se  sabrá 
en  lo  que  está  lo  de  Alemana.  Terribles  cosas  son  las  de  los  he- 
chiceros y  aquella  gente  que  han  preso,  ni  que  se  puede  esperar 
de  bien  de  quien  anda  en  tales  tratos.  Gran  merced  hizo  Dios  á 
mi  Tia  que  no  viese  estas  cosas.  Dios  ponga  su  mano  en  ellas, 
para  que  no  se  acabe  de  perder  de  todo  punto  la  religión;  y  la 
Rey  na  tiene  razón  de  estar  enojada  con  su  hermano,  aunque 
pienso  que  los  que  andan  cabe  él  son  las  que  le  echan  á  perder, 
y  no  perdería  nada  en  tomar  los  consejos  de  su  hermano  mayor, 
que  no  se  puede  creer  lo  que  todos  le  loan. 

Pienso  habrá  ya  llegado  ay  el  Marqués  Espinóla;  y  así  no  pue- 
do dexar  de  deciros  que  para  guerra  y  para  paz  está  muy  bien 
el  Marqués  en  estos  Estados,  y  que  haréis  un  gran  servicio  á  mi 
hermano  en  procurar  que  le  haga  merced  y  le  mande  volver 
cuanto  antes;  y  para  nosotros  nos  la  hará  mi  hermano  grandísima, 
particularmente  á  mí,  que  con  eso  podrá  mi  primo  descuidar  un 
poco  y  no  trabaxar  tanto;  porque  como  el  Marqués  está  tan  pla- 
tico de  todo  lo  que  toca  á  estos  Estados,  puede  mi  primo  descan- 
sar con  él,  como  lo  hace  cuando  está  aqui;  que  me  hace  desear 
mucho  velle  volver  presto;  y  así  no  puedo  dexar  de  pediros  mucho 
lo  procuréis  muy  de  veras.  No  será  cosa  nueva  para  mí  lo  que 
me  decis  de  cómo  cria  y  sirve  la  de  Altamira  al  Príncipe  y  sus 
hermanos,  que  es  gran  contento  para  mí  saber  que  han  de  salir 
de  sus  manos  como  hijos  dfc  su  padre.  Cierto,  le  deseo  la  vida 
muchísimo.  De  la  demás  de  vuestra   gente  no  me  decis  nada 
y  siempre  guelgo   mucho  de  tener  nuevas  suyas.  A  todos  me 
encomendad,   y  guárdeos  Dios  como  deseo.  De  Marymont  á 
7  de  Mayo   lóll.  — A  Isabel .  —  ( Sobrescrito : )  Al  Duque  de 
Lerma. 


CORRESPONDENCIA   DE  LA   INFANTA   DONA   ISABEL.  341 


190. 

Duque:  No  se  puede  decir  cuanto  oigamos  con  las  cartas  de 
tres  deste,  que  llegaron  cinco  días  ha,  y  con  las  buenas  nuevas 
que  han  traido  de  la  salud  de  mi  hermano  y  la  Reyna  y  sus  hi- 
jos, que  las  teníamos  muy  deseadas.  De  que  la  vuestra  no  sea  la 
que  yo  os  deseo,  me  pesa  mucho,  y  os  pido  mucho  miréis  por  ella 
como  veis  que  lo  ha  menester  el  servicio  de  mi  hermano  y  del 
Príncipe;  y  no  trabaxeis  mucho,  sino  procurad  descansar  al- 
gunos ratos:  que  no  por  mataros  remediareis  las  cosas,  y  peor 
remedio  tendrían  si  vos  faltásedes.  Siempre  guelgo  mucho  de  te- 
ner ocasión  para  daros  norabuena;  y  así  os  doy  de  muy  buena 
gana  la  de  vuestro  nieto  y  os  pido  la  deis  á  sus  padres  de  mi 
parte.  Hanle  puesto  tan  buen  nombre  que  me  parece  nos  quieren 
obligar  con  él  á  que  le  queramos  más;  pero  hay  tantas  razones 
para  esto  que  no  es  menester  andallas  á  buscar. 

Del  buen  tiempo  que  hacia  en  Aranjuez  me  guelgo  mucho  por- 
que le  gozase  mi  hermano,  y  vos  acudis  á  todo,  me  parece,  yen- 
do y  viniendo.  El  de  aquí  es  muy  seco  y  ha  helado  unos  dias  y 
hecho  frió  y  ya  vuelve  á  hacer  calor;  con  todo  se  goza  bien  del 
campo,  porque  como  hay  mucha  agua,  no  se  siente  tanto  la  se- 
quedad. Yo  digo  que  se  ha  trocado  el  cielo  de  acá  con  el  de  ay. 
Estamos  buenos  y  los  pies  de  mi  primo  lo  están  con  el  exercicio, 
que  le  da  la  vida. 

Aunque  he  besado  las  manos  á  mi  hermano  por  la  merced 
que  ha  hecho  á  Jacyncurt  de  la  casa,  os  pido  lo  hagáis  de  mi 
parte.  Aynas  no  la  hubiera  gozado,  porque  ha  faltado  poco 
que  no  la  hayan  despachado  con  una  purga  que  le  dieron  los  mé- 
dicos para  querella  curar  de  su  pierna;  está  ya  mejor  pero  no  le- 
vantada, y  así  no  creo  podrá  escribir.  Aora  que  está  pasado,  es- 
toy por  decir  me  guelgo,  porque  siempre  le  predico  que  no  se 
cure,  que  es  cosa  de  risa  pensar  que  le  han  de  sanar  la  pierna, 
que  es  ceátyca  en  sus  años;  y  aora  queda  tan  escarmentada  que 
no  creo  se  pondrá  más  en  sus  manos. 

Guelgome  mucho  que  mi  hermano  conosca,  como  me  decis. 


34?  BOLETÍN  DE  LA  REAL  ACADBMU  DE  LA  HISTOIUA. 

cómo  le  ha  servido  el  Marqués  Espinóla,  y  así  espero  que  le  hará 
merced  para  mandalle  volver  luego  acá,  y  os  pido  se  lo  acor- 
deis  por  las  razones  que  os  tengo  escrito. 

Bonísimas  nuevas  son  las  que  me  escribís  caseras,  y  me  pare- 
ce han  quebrado  bien  las  damas  el  ojo  al  diablo,  pues  se  casan 
tantas.  Yo  olgara  de  hallarme  á  la  boda  de  Doña  Isabel  de  Cas- 
tro para  solemnizalla  como  la  de  su  madre,  de  quien  gusté  siem- 
pre mucho.  No  sé  si  se  le  parece  su  hija,  la  de  Doña  María  de 
Castro,  Si  tiene  la  gracia  de  su  padre,  no  hará  mucho  en  llevar 
tras  sí  viexos  y  mogos,  que  de  todo  se  habla  por  acá;  y  Don 
Pedro  de  Zúñiga  dexó  aqui  una  dama,  á  quien  envía  muy  derre- 
tidos recados.  Yo  le  he  dicho  que  le  ha  puesto  los  cuernos  y  que 
«on  para  disimular,  y  los  terceros  que  tiene  acá  le  defienden  mu- 
cho y  no  lo  pueden  sufrir,  porque  ella  les  ha  dicho  cómo  yo  lo 
he  dicho,  y  andan  averiguando  por  donde  lo  he  sabido  yo  y 
echando  mil  juicios.  Yo  guardo  muy  buen  secreto.  Basta  habe- 
llos  metido  en  esto  para  que  allá  y  acá  tengamos  que  reír.  No  lo 
he  hecho  arto  con  lo  que  dice  la  de  Altamira  de  la  vida  de 
Doña  Beatriz  de  Mendoza,  que  me  parece  es  la  de  su  tía  Doña 
María  de  Aragón:  no  sé  si  parará  en  las  tocas.  Por  amor  de 
Dios  que  si  la  portuguesa  es  como  Don  Alfonso  de  Noroña,   su 
padre,  que  la  echen  de  casa;  porque  me  acuerdo  de  su  gesto 
y  ocyco  que  no  era  cierto  para  dama.  Yo  guelgo  mucho  con 
todas  las  nuevas  que  me  escríbis,  y  las  estimo  más  sabiendo 
vuestras  ocupaciones.  Las  de  Alemana  se  sabrán  por  este  correo 
de  Don  Baltasar,  que  sin  duda  anda  muy  atinado  en  todo,  y  allí 
es  bien  menester.  Haced  avisar  en  los  puertos  de  Viscaya  que 
no  abran  unas  cajas  que  lleva  una  criada  mía,  que  va  ay,  para 
mi  hermano  y  la  Reyn.i  y  mi  prima  y  Nuestra  Señora  de  Mon- 
serrate,  que  es  lo  que  nos  dexó  aqui  que  traia  para  allá  el  padre 
Luis  de  Sotomayor,  cuando  murió,  y  no  ha  habido  ocasión  de 
enviallo  hasta  aora.  Hareisme  mucho  placer  en  acordar  á  mi 
hermano  el  negocio  del  dotor  Andrea  Trebygo,   que  nos   sirve 
muy  bien.  A  toda  vuestra  gente  me  encomiendo  mucho,  y  guár- 
deos Dios  como  deseo.  De  Marymont  á  19  de  Mayo,  1611. — A 
Isabel. — (Sobrescrito:)  Al  Duque  de  Lerma. 


COKRBSPOND&NCU  DB  £▲  INFANTA  DOÜA  iSABEI.  343 


191. 

Duque:  En  mucho  cargo  somos  á  Don  Baltasar,  que  nos  dá 
tan  á  menudo  ocasión  para  hacer  esto.  Querría  que  ay  las  hu- 
biese para  que  tuviésemos  ya  cartas:  que  me  parece  ha  mil  años 
que  tuvimos  las  postreras,  y  siempre  se  está  con  nuevo  cuidado 
de  tener  buenas  nuevas  de  ay.  Dios  nos  las  traiga  muy  presto. 
Las  de  aqui  se  dirán  presto,  porque  hay  pocas.  El  mismo  dia  que 
escribimos,  y  endones  á  tomar  un  poco  de  aire,  antes  de  cénit,  se 
torció  mi  primo  un  pié  en  una  rodera  de  un  carro,  que  en  ver- 
dad nos  dio  buen  sobresalto;  pero  gracias  á  Dios  no  fue  lo  que 
pudiera;  y  con  estar  dos  dias  en  la  cama,  ha  podido  andar  aun- 
que cojo;  pero  ya  está  mucho  mejor;  y  lo  que  más  temíamos  era 
no  le  viniese  con  eso  la  gota;  y  más  que  al  mismo  tiempo  coman- 
z6  á  llover;  con  que  se  puede  decir  ha  sido  de  prueba.  Hase 
puesto  muy  lindo  el  campo,  y  no  hace  calor;  con  que  se  puede 
gozar  mejor.  Deseo  que  haya  sido  lo  mismo  en  Aranjuez,  porque 
se  haya  olgado  mi  hermano.  A  toda  vuestra  gente  me  encomen- 
dad mucho;  y  guárdeos  Dios  como  deseo.  De  Marymont,  á  ló 
de  Junio,  lóll. — A  Isabel. — (Sobrescrito:)  Al  Duque  de  Lerma. 


192. 

Duque:  Poco  habrá  que  decir  de  acá,  pues  no  hay  cosa  de 
nuevo  después  que  escribimos;  y  lo  que  hay  que  es  el  sitio  de 
Juliers  dirá  mi  primo;  y  yo  que  tardan  mucho  cartas  de  ay  y  se 
desean  mucho  para  saber  de  la  salud  de  mi  hermano  y  la  Reyna 
y  sus  hijos,  particularmente  del  Príncipe,  que  hasta  saber  esté 
muy  bueno  no  puede  dexar  de  dar  mucho  cuidado.  También  le 
tengo  de  la  vuestra;  que  si  ha  llegado  ay  ia  calor  que  hace  acá, 
no  será  bueno  para  ella,  porque  es  muy  grande;  que  es  bueno 
escribir  esto  de  Flandes,  de  donde  no  hay  otras  nuevas.  D.  Pe- 


1 


344  BOLETÍN   DE  LA   REAL  ACADEMIA  DE  LA   HISTORIA. 

dro  de  Zúñiga  (l)  las  podrá  dar  particulares  de  los  días  que  ha 
estado  aquí,  que  pienso  llegará  presto.  Es  honrado  caballero  y 
ha  servido  muy  bien  á  mi  hermano.  Arto  le  lloran  los  católicos 
de  Ingala térra,  porque  les  ha  hecho  mucho  bien;  y  bien  le  han 
aora  menester  para  la  nueva  persecución  qiie  ha  salido  aora 
contra  ellos.  Dios  los  ayude.  A  toda  vuestra  gente  me  encomien- 
do mucho,  y  guárdeos  Dios  como  deseo.  De  Bruselas,  dia  de 
Sant  Lorengo,  en  que  hay  artas  memorias  de  los  pasados,  l6l  I . 
A  Isabel. — (Sobrescrito:)  Al  Duque  de  Lerma. 

193. 

Duque:  Poco  lugar  nos  dá  este  correo  de  Don  Baltasar  para 
hacer  esto;  ni  hay  mucho  que  decir  de  nuevo  de  por  acá,  des- 
pués que  escribimos.  Ni  lo  serán  estar  ya  deseando  otras  cartas 
de  ay  con  muy  buenas  nuevas.  Dios  nos  las  trayga.  Las  de  la 
coronación  d^l  Rey  Matyas  (2)  lleva  éste.  Gracias  á  Dios  que  se 
ha  hecho  bien;  con  que  parece  se  sosegarán  aora  algunos  espiri- 
tus  que  pudieran  habello  estado  siempre.  Aquí  estamos  buenos 
y  se  pasa  muy  bien  con  la  vida  del  campo,  aunque  la  sequedad 
va  tan  adelante  que  por  más  prucisiones  y  oraciones  no  hay  llo- 
ver; que  si  Nuestro  Señor  no  lo  remedia,  presto  habrá  mucho 
trabaxo  este  año.  A  toda  vuestra  gente  me  encomiendo  mucho; 
y  guárdeos  Dios  como  deseo.  De  Marymont  á  4  de  Junio  1612. 
A  Isabel. — (Sobrescrito:)  Al  Duque  de  Lerma. 

194. 

Señor:  He  recibido  la  carta  de  V.  M.  de  1 4  de  Hebrero,  y  ya 
he  avissado  á  V.  M.  la  orden  que  se  ha  dado  para  hacer  recrutas 
aqui  y  en  el  Palatinato;  y  por  lo  que  toca  á  Borgoñones,  que  es- 


(1)  Primer  caballerizo  de  S.  M.  y  su  primer  cazador,  nombrado  Emba- 
jador de  España  en  Inglaterra  en  Julio  de  1605  en  sustitución  del  Conde 
de  Villamediana,  y  honrado  en  1612  con  el  título  de  Marqués  de  Flores 
Dávila.  Era  de  Salamanca  é  hijo  de  Don  Diego,  que  murió  de  Embajador 
en  Francia. 

(2)  Rey  de  Hungría  y  Emperador  de  Alemania. 


j 


COSRESPONDENCIA  DB   LA   INFANTA   DONA   ISABBL.  345 

tan  aplicados  para  este  exercito  y  los  loreneses  después  de  le- 
vantados no  duran  y  se  desacen  presto. 

Para  substento  deste  exercito  es  muy  conveniente  que  V.  M. 
mande  enviar  las  provissiones  al  respecto  de  300.000  escudos  al 
mes,  añadiendo  lo  que  falta  hasta  este  cumplimiento,  porque  de 
otra  manera  puede  V.  M,  tener  por  muy  cierto  que  en  lugar  de 
conseguirse  progresos^  se  vendrá  a  caer  en  inconvenientes  que  des^ 
pues  de  subcedidos^  mal  se  pueden  remediar;  y  Manfelt  y  Albers- 
tat  van  cada  dia  engrosando  de  gente,  lo  cual  obliga  á  poner  en 
orden  y  como  conviene  las  armas  de  V.  M.,  assi  las  de  aqui 
como  las  del  Palatinato  para  todo  lo  que  se  podrá  offrezer;  y  en 
particular  si  acasso  no  se  pudiese  concertar  la  tregua  como  con- 
viene; y  assi  supplico  á  V.  M.  mande  embiar  assi  mismo  provis- 
sion  de  dinero  para  el  Palatinato. 

De  las  provissiones  del  año  passado  dexan  de  pagar  los  hom- 
bres de  negocios  266.999  escudos  2/3  de  á  57  placas  como  V.  M. 
mandará  veer  por  la  declaración  firmada  del  Pagador  general  que 
va  con  esta;  que  después  de  haberles  hecho  protestos  se  han  de- 
clarado en  que  no  pueden  pagar  dicha  suma  por  no  tener  orden  de 
los  hombres  de  negocios  de  ay  que  dieron  las  letras;  por  lo  qual 
y  ha  ver  y  do  pagando  muy  despagio  lo  que  se  ha  ydo  cobrando 
está  la  gente  atracada  por  sus  pagas  y  tan  necesitada  que  cada 
hora  temo  alguna  desorden  grande  de  motin  ó  otros  ynconvenien- 
tes  y  lo  que  me  tiene  con  gran  cuydado  y  pena  porque  antebeo  el  pe- 
ligro y  Uaiajo^y  el  remedio  seria  tarde:  hame  parecido  despachar 
el  presente  correo  para  «representarlo  á  V.  M.  y  suplicarle  con 
toda  instangia  mande  que  se  cumplan  luego  los  dichos  266.999 
escudos  y  2/3  y  se  embie  lo  que  falta  de  las  provissiones  nuevas 
hasta  los  300.000  escudos  al  mes  y  provission  para  el  Palatina- 
to, ordenando  á  los  hombres  de  negocios  que  hagan  Jos  paga- 
mentos con  mas  puntualidad  que  por  lo  passado  para  obiar  los 
incombenientes  que  de  no  kazerlo  se  seguirian;  y  con  la  orden  para 
el  pagamento  de  los  dichos  266.999  escudos,  será  con  viniente 
que  V.  M.  se  sirva  de  mandar  despacharme  luego  correo  sin  di- 
lación, como  lo  pide  la  gran  necesidad  y  ymporta  lo  mucho  que 
podria  encarecer  á  V.  M.,  á  quien  guarde  Nuestro  Señor  con  la 


346  BOLETÍN  DE  XA  XBAL  ACADEMIA  DE  LA  HISTOEIA. 

salud  y  acrescentaraiento  de  Estados  que  yo  desseo.  De  Bruselas 
á  7  de  Abril  1622. — Besa  las  manos  á  V.  M, — A  Isabel  (l). 


196. 

Señor. — Grandísima  merced  me  ha  hecho  V.  M.  con  su  carta 
de  4  del  pasado,  que  siempre  están  bien  deseadas  y  mejor  reci- 
bidas, y  más  cuando  traen  las  buenas  nuevas  de  la  salud  de  V.  M. 
y  la  Reina  que  hemos  menester.  Paréceme  que  cada  día  podemos 
esperar  á  saber  su  buen  alumbramiento,  como  io  espero,  y  que 
Nuestro  Señor  oirá  las  oraciones  que  hacemos  por  ello.  Dios  nos 
saque  presto  deste  cuidado  con  bien.  Creo  que  puedo  dar  á  V.  M. 
la  norabuena  de  la  toma  de  Aypstad,  pues  están  ya  hechos  los 
conciertos,  y  antiyer  había  de  entrar  nuestra  gente,  aunque  no 
hacemos  nueva  dello  podría  ser  viniese  antes  que  •partiese  este, 
y  espero  será  de  mucho  provecho  para  el  servicio  de  V.  M. 

Beso  las  manos  á  V.  M.  con  todo  el  reconocimiento  que  pue- 
do de  la  merced  que  nos  ha  hecho  con  las  provisiones  que  lle- 
garon á  muy  buen  tiempo,  y  también  lo  que  ha  venido  de  Ita- 
lia. V.  M.  se  puede  asegurar  que  yo  pondré  todo  el  cuidado  po- 
sible en  la  buena  distribución  dellas,  y  que  todo  mi  deseo  no  es 
sino  que  V.  M.  sea  muy  bien  servido.  Por  las  cartas  de  mano 
agena  entenderá  V.  M.  todo  lo  que  por  acá  se  ofrece,  y  así  no 
cansaré  yo  á  V.  M.  con  repetillo. 

El  Príncipe  de  Gales  llegó,  á  lo  que  dicen,  tan  contento,  como 
tiene  razón  del  buen  ospedaje  que  V.  M?  le  ha  hecho  y  muy  es- 
pañol y  enamorado.  Artos  días  estuvo  en  la  mar.  Yo  envío  aora 
á  visi talle  con  Don  Diego  Mejía,  y  espero  saber  más  partícuia- 
ridades  á  su  vuelta.  Yo  las  deseo  saber  de  que  le  haya  ido  muy 
bien  á  V.  M.  por  los  bosques  y  le  haya  hecho  tan  buen  tiempo 
como  aquí  ha  hecho  estos  días. 

V.  M.  favorece  mucho  al  bosque,  y  por  la  parte  que  rae  cabe 
en  esto  beso  las  manos  á  V.  M.,  aunque  yo  confieso  le  he  que- 


(i)    Lo  que  va  ea  cursiva  está  en  cifra  en  el  original. — Archivo  de  Si- 
mancas.— Secretaría  de  Estado. — Leg.  2.3 11. 


OORRBSPONDBNCU  Z>B  LA  INFANTA  DO.NA  XSABBL.  547 

rido  siempre  bien.  Aquí  han  escrito  de  un  gran  puerco  que  ha 
muerto  V.  M.,  que  me  he  olgado  de  oyllo,  pero  no  querría  se 
aventurase  V.  M.  con  ellos,  que  son  muy  peligrosos,  y  nos  vá  á 
todos  mucho  en  la  vida  y  salud  de  V.  M.,  á  quien  yo  no  quiero 
ocupar  mucho  el  tiempo  con  carta  larga,  porque  juzgo  le  ten- 
drá aora  V.  M.  en  el  Pardo;  y  así  acaba  besando  las  manos  á  la 
Reina  y  los  Infantes,  y  suplicando  á  Nuestro  Señor  nos  guarde 
á  V.  M.  tantos  años  como  hemos  menester  y  yo  deseo.  De  Bru- 
sela, día  de  las  ánimas,  1623. — Besa  las  manos  á  V.  M. — A 
Isabel. 

196. 

Señor.—- Con  la  ocasión  deste  correo  que,  pasa,  del  Conde  de 
Oñate,  no  he  querido  se  vaya  sin  estos  rynglones,  aunque  de 
aquí  no  se  ofrece  cosa  de  nuevo  que  escribir,  mas  de  lo  que 
verá  V.  M.  por  las  cartas  de  mano  agená.  El  estado  de  las  cosas 
de  Alemana  puede  dar  mucho  cuidado.  Dios  ponga  su  mano  en 
ellas,  y  me  saque  del  mucho  cuidado  con  que  estoy,  aguardando 
cada  dia  la  nueva  del  buen  alumbramiento  de  la  Reyna  y  jun- 
tamente de  que  V.  M.  tiene  la  salud  que  hemos  menester.  Yo 
ha  tres  dias  que  he  venido  á  este  lugar  á  meter  monjas  tres  da- 
mas mias  y  dos  de  la  Cámara;  las  dos  damas  que  son  herederas, 
y  fundan  el  monesterio  con  su  hacienda,  que  es  de  Carmelitas 
Descalzas.  Yo  he  deseado  fuese  en  este  lugar  mas  que  en  otro 
por  ser  más  menester  y  hacer  mucho  fruto  para  la  religión  en 
estos  Estados.  Estoy  muy  p ontenta  de  la  mejoría  que  he  halla- 
do en  la  devoción  y  lo  que  ha  crecido  de  gente  de  cinco  años 
á  esta  parte  que  yo  no  habia  estado.  Ha  me  hecho  muy  buen 
tiempo  para  la  jornada;  espero  volver  para  Sant  Andrés  á  Brus- 
selas:  que  es  todo  lo  que  de  aqui  puedo  decir.  A  la  Reyna  y  á 
los  Infantes  beso  las  manos;  y  guarde  Nuestro  Señor  á  V.  M. 
tantos  años  como  hemos  menester  y  yo  deseo.  De  Gant  á  19  de 
Noviembre,  1623. — Besa  las  manos  de  V.  M. — A  Isabel  (i). 


(i)     Biblioteca  déla  Real  Academia  de  la  Historia.— Colección  Sala - 
zar. — A  92. — Ológrafa.— Dirigida  á  su  sobrino  el  Rey  D.  Felipe  IV. 


34  S  BOLETÍN   DE   LA   REAL   ACADEMIA  DE   LA   HISTORIA. 


197. 

Señor. — Con  la  carta  de  V.  M.  de  6  del  passado  he  reciuido 
la  copia  del  papel  que  ha  dado  á  V.  M.  persona  zelosa  de  su  ser^ 
uicio  y  muy  plática  de  lo  de  aquí,  sobre  la  forma  en  que  po- 
drian  pagar  estás  prouincias  para  la  guerra  20.000  infantes  y 
2.000  cauallos;  y  auiendolo  considerado  con  atención  se  me 
offreze  responder  lo  que  aqui  diré. 

El  autor  de  la  dicha  propuesta  no  pareze  que  tiene  experien- 
cia ni  noticia  del  estado  de  finanzas,  ni  menos  de  lo  en  que  se 
distribuyen  las  ayudas  y  demás  que  entra  en  su  poder  del  do- 
minio de  V.  M.  tanto  ordinario  como  extraordinario,  porque 
aunque  es  verdad  que  aplicando  enteramente  lo  que  se  saca  de 
las  ayudas,  licentas,  contribuciones,  y  passaportes  á  la  paga  de 
la  dicha  infantería  y  caualleria,  haurá  recaudo  bastante  para  ello, 
pero  conuendria  por  otra  via  proueer  otra  tanta  cantidad  como 
importa  lo  sobredicho  para  acudir  á  otros  gastos  y  necesidades 
inescusables  que  pagan  las  finanzas  con  lo  que  arriua  se  dize, 
demás  de  los  dominios  ordinarios,  á  sauer,  la  paga  de  16  com- 
pañías de  cauallos  (que  se  haze  por  dichas  finanzas);  las  guar- 
niciones ordinarias  y  extraordinarias  del  país  (que  al  presente 
vienen  á  ser  más  de  13.000  infantes);  las  placas  que  se  dan  al 
dia  á  los  tercios  de  infantería  española,  italiana,  irlandesa,  inglesa, 
y  escozesa  (que  monta  gran  suma  cada  mes);  el  gasto  de  las  for- 
tificaciones y  reparos  de  las  villas  y  fronteras  al  enemigo,  i  á 
Francia;  gasto  de  los  fuertes  nueuos,  necesidades  de  las  guarni- 
ciones, gasto  de  velas  y  leña  para  los  cuerpos  de  guardia,  man- 
tas, gergones  y  pajada  para  los  soldados  alojados  en  barracas,  y 
el  pan  de  munición  que  se  da  á  las  guarniciones,  lo  que  dan 
para  el  sustento  de  mi  casa  y  una  infinidad  de  gastos,  á  que  se 
acude  del  dinero  de  finanzas,  procedido  de  las  ayudas,  licen- 
tas y  contribuciones;  y  es  de  advertir  que  las  dichas  ayudas  se 
consienten  á  condición  (por  la  mayor  parte)  que  se  han  de 
emplear  en  los  dichos  gastos  y  necesidades,  y  particularmente 
de  las  guarniciones  y  plaquillas  para  la  gente. 


CORHBSPOKDBNCIA  DE   LA  INFANTA  DOSa  ISABEL.  349 

El  dominio  ordinario  es  de  poca  importancia  como  V.  M.  po- 
drá mandar  veer  por  el  estado  que  se  le  envío,  el  qual  se  dis- 
tribuye en  otros  gastos  ordinarios  como  pagamento  de  muchas 
rentas  cargadas  sobre  él,  y  atrasadas  de  muchos  años,  sueldos 
de  oficiales,  ministros,  consejos  y  otros,  pensiones,  ayuda  de 
costas,  recompensas,  vacaciones,  salarios,  embaxadas  ordinarias 
y  extraordinarias,  postas,  mensajeros,  y  otra  infinidad  de  gas- 
tos menudos  que  seria  larga  la  expecificacion;  de  manera  que 
empleando  todo  lo  da  el  pais  en  ios  dichos  gastos,  no  se  po- 
drá acudir  á  otros  tales  á  un  tiempo,  sino  es  proueyendo  por 
otra  via  otra  tanta  cantidad  como  se  saca  del  país. 

En  todo  tiempo  ha  corrido  la  distribución  de  todo  lo  que 
da  el  pais  por  los  ministros  de  finanzas,  y  aunque  ha  auido  the- 
sorero  de  guerra,  era  dependiente  dellos,  y  estaba  á  su  orden, 
y  después  se  reformaron. — Nuestro  Señor  guarde  áV.  M.  con 
la  salud  y  acrescentamiénto  de  Estados  que  yo  deseo. — De  Bru- 
selas a  14  de  Marzo  de  1624. — Besa  las  manos  á  V.  M.— A 
Isabel  (l). 

198. 

Señor. — Diferentes  cartas  de  V.  M.  he  recibido  del  II,  1 3  de 
hebrero  y  5  del  pasado  que  tratan  de  las  cosas  de  la  armada  á 
que  satisfaré  en  esta.  En  lo  que  toca  á  que  los  baxeles  de  esta 
armada,  quando  salen  a  navegar,  si  a  su  vuelta  (sea  sin  presa  o 
con  ella)  no  les  hiciere  el  tiempo  apropósito  para  entrar  en  es- 
tos puertos,  ó  lo  estorvare  otro  accidente,  que  será  bien  va- 
yan al  puerto  del  Pasage  o  otros  de  aquella  costa,  siempre  se 
les  ha  dado  esta  orden  y  el  dia  de  hoy  se  hallan  tres  uno  en  el 
dicho  Pasage,  otro  en  la  Coruña  y  otro  en  Rivadeo,  aunque  este 
ultimo  dicen  ha  ido  a  pique  dando  carena,  habiéndose  salvado 
la  gente  y  artillería;  y  á  II  que  se  han  inviado  últimamente,  se 
les  ha  dado  la  orden  de  que  se  ha  dado  quenta  á  V.  M.;  y  por  lo 
que  toca  a  la  persona  que  ha  de  tener  quenta  de  los  dichos  na- 
vios que  llegaren  por  alli  y  de  las  presas  que  hicieren,  se  irá  mi- 

(i)     Archivo  de  Simancas.  — Secretaría  de  Estado. — Leg.  2.314 


^ 


350  boletín  i>e  la  real  academia  de  la  historia. 

rando  la  que  fuere  mas  convíniente;  y  entre  tanto  las  órdenes 
que  serán  menester  se  darán  al  veedor  y  contador  Vicente  Ancion- 
do  en  conformidad  de  lo  que  V.  M.  manda  hasta  que  se  tome 
resolución.  En  lo  de  reforzar  la  armada  daré  quenta  á  V.  M. 
que  el  día  de  hoy  están  en  la  mar  diez  y  ocho  baxeles  conprehen- 
dídos  los  tres  que  digo  arriba,  se  hallavan  en  los  tres  puertos  de 
ahy:  que  no  ha  sido  poco  hallar  por  acá  gente  para  tanto;  y  de- 
mas  destos  se  hallan  en  la  mar  otros  cinco  de  particulares  y  te- 
nemos agora  en  Dunquerque  y  Ostende  doce  baxeles  que,  aun- 
que á  algunos  les  falta  algo  para  acabar,  estará  bien  presto  echo; 
y  por  la  artillería,  que  no  hay  la  que  es  menester,  se  ha  hecho 
un  concierto  con  unos  alemanes,  que  si  le  cumplen,  como  han 
escripto  últimamente,  dentro  de  pocos  dias  se  tendrá  también. 
Marineros  es  lo  que  falta  para  tanto,  y  estos  con  la  buena  paga 
y  entretenimiento  se  han  de  procurar  alcanzar.  De  Genova  no 
seria  malo  hacer  venir  algunos  y  asi  podría  V.  M.  enviarme  car- 
tas para  aquella  república  y  para  el  embaxador  que  V.  M.  tiene 
alli,  á  fin  que  las  presente  quando  yo  se  lo  avisare  y  haga  oficios 
que  permitan  el  poder  venir  hasta  el  numero  de  ducientos  ma- 
rineros; que  el  Marques  de  los  Balbases  hará  diligencia  en  con- 
zertarlos. 

Suplico  á  V.  M.  que  las  galizabras  vengan  quanto  antes,  pues 
el  verano  es  el  tiempo  que  particularmente  han  de  ser  de  servi- 
cio; pero  es  menester  que  vengan  de  allá  con  los  marineros  ne- 
cesarios para  ellas,  que  de  otra  manera  no  servirían.  En  lo  de 
armar  baxeles  que  se  toman  de  presa  y  son  apropósito  para  ade- 
rezar de  guerra,  se  ha  hecho  y  se  irá  haciendo.  En  lo  de  tomar 
las  quentas  por  los  contadores  de  la  sala  al  thenedor  de  basti- 
mentos y  mayordomo  de  la  artillería,  se  hará;  y  por  lo  del  de- 
positarlo ya  está  hecho  hasta  pocos  dias  ha,  y  se  concluirá  bien 
presto  de  todo  punto.  Por  la  de  los  capitanes  se  ha  enviado  co- 
misario aparte  que  lo  haga. 

Con  esta  envió  á  V.  M.  copia  de  las  órdenes  que  se  han  dado 
para  el  gobierno  de  la  armada,  como  me  ha  mandado;  y  en 
quanto  a  la  petición  de  las  presas,  la  gente  se  ha  holgado  más 
con  la  tercera  parte  limpia  para  los  que  hacen  dichas  presas  que 


J 


COKBX8VONDRMCIA  DB  LA  INFAJfTA  DOKa.  ISABBL.  55 1 

con  I08  quatro  quintos  que  tenían  antes;  que  con  entrar  á  la  par- 
te en  ellos  loe  ministros  con  tan  grandes  sueldos^  no  les  venia  á 
tocar  lo  que  agora  con  el  tercio;  y  si  V,  M.  viene  á  recibir  tanto 
beneficio  como  va  de  un  quinto  a  dos  tercios,  y  este  pie  es  el 
que  se  ha  tenido  por  acá  antes  de  esta  ultima  armada,  con  el 
qual  se  ban  hallado  hasta  el  día  de  hoy  para  armar  diez  y  ocho 
vaxeles  que  digo  arriba,  que  no  es  poca  señal  de  la  satisfacción 
con  que  están  los  marineros;  y  porque  acude  á  todo  lo  que  es 
menester  el  almirante  Don  Fermín  de  Lodosa,  y  prometo  á  V.  M. 
que  muy  bien,  y  quando  las  cosas  van  en  buen  camino  no  es 
servicio  de- V.  M.  hacer  mudanza,  pues  en  tal  caso  se  va  á  ries- 
go de  perder  y  no  de  ganar.  Suplico  á  V.  M.  que  no  se  trate  de 
enviar  otro  almirante,  como  me  dicen  se  platicaba;  que  aunque 
otras  veces  V.  M.  me  ha  hecho  decir  a^o  en  esto,  fue  en  oca- 
sión de  enviar  V.  M.  treinta  navios  de  guerra  de  los  de  ahi;  pero 
agora  que  no  se  envían  y  no  hay  mas  que  esta  esquadra,  no  es  ra- 
zón dar  otro  superior  al  dicho  Don  Fermín;  que  demás  que,  como 
digo  arriba,  lo  hace  muy  bien,  entiende  la  lengua  de  los  marine- 
ros y  se  averigua  bien  con  ellos  y  no  se  sabe  lo  que  hará  otro. 
Nuestro  Señor  guarde  á  V.  M.  con  salud  y  acrecentamiento 
de  estados  que  yo  deseo. — De  Bruselas  á  7  de  Abril  de  1627. — 
Besa  las  manos  á  V.  M. — A  Isabel  (l). 


199. 

Condesa  (2):  Yo  os  asíguro  que  he  olgado  más  de  lo  que  sa- 
bría decir  con  vuestra  carta,  si  bien  pensé  venia  del  otro  mundo, 
habiéndonos  aquí  asigurado  que  estábades  en  él;  que  ha  sido  la 
causa  de  no  haber  respondido  á  vuestras  cartas,  por  ser  malos 
de  hallar  Embaxadores  para  allá.  Pero  aora  que  sé  que  estáis  en 
este  tan  malo,  que  se  puede  decir  es  buen  partido  salir  del,  yo 


(i)    Archivo  de  Simancas. — Secretaría  de  Elstado.— Leg.  2.318. 
(2)     Carta  de  la  Infanta  á  la  Condesa  de  Villanueva  de  Cañedo.  Ológra- 
fa.— De  un  tomo  de  Papeles  varios. 


352  BOLETÍN   DE  LA   REAL  ACADEMIA  DE  LA   HISTORIA. 

me  enmendaré,  sin  que  sea  menester  intercesión   de  Santos, 
.aunque  estimo  mucho  la  de  la  hermana  Luisa,  porque  sé  cuan 
buenas  son  las  suyas  delante  de  Nuestro  Señor. 

Mucho  me  pesa  de  vuestros  trabajos  y  del  mal  de  vuestra 
nuera,  que  son  bien  grandes  los  que  tiene.  Aquí  van  las  cartas 
para  Don  Gutierre  con  mucho  deseo  de  que  aprovechen.  Pesár- 
mela mucho  que  no  viniese  con  la  Reyna  de  Hungrya  vuestra 
hermana.  Yo  hago  lo  que  puedo  para  que  venga,  porque  sé 
cuanto  le  importará  á  la  Reyna  tenella  cabe  sí;  y.  cuando  pasó 
por  aquí  el  Embaxador,  le  hablé  muy  largo  en  esto  para  que  lo 
dijese  al  Emperador;  y  así  no  puedo  creer  que  no  venga,  que  lo 
sentiría  mucho.  Veremos  en  lo  que  parará.  Avísame  de  todo  y 
de  vuestra  salud,  que  os  la  deseo  como  siempre,  y  no  creáis  que 
he  mudado  en  esto  nada,  ni  en  conocer  lo  que  os  debo  y  quere- 
ros como  podéis  fiar  de  quien  no  desea  ser  ingrata.  Nó  digo  nada 
de  vuestra  nieta  hasta  ver  en  qué  para  vuestra  hermana;  y  mis 
muchas  ocupaciones  no  me  dejan  pasar  de  aquí.  Dios  os  guarde 
como  deseo.  De  Brusselas  á  i6  Mayo,  1627. — A  Isabel. 


200. 

Copia  de  pdrrajo  de  caria  de  la  Infanta  Dona  Isabel  de  2S  de  Noviembre 

de  IÓJ2,  á  S.  M, 

...«Yo  quedo  contentísima  de  la  prisa  con  que  V.  M.  me  dice 
que  enviará  á  su  hermano  (i)  aquí,  porque  demás  de  lo  que  yo 
intereso  .en  ello,  juzgo  es  el  solo  remedio  para  lo  de  aquí.  Pero 
tengo  de  suplicar  á  V.  M.  una  cosa,  que  creo  se  ha  de  reír  della, 
pero  yo  le  suplico  muy  de  veras  y  sin  saber  la  voluntad  del 
Infante,  que  yo  juzgo  que  siendo  de  nuestra  casa  seria  el  pri- 
mero que  fuese  clérigo  de  buena  gana,  y  asi  creo  vendrá  bien 
en  ello:  y  es  que  Y.  M.  le  mande  quitar  los  hábitos,  porque  son 
muy  mal  recibidos  aquí  los  Cardenales,  y  asi  será  muy  bien 
recibido  sin   ellos;    y  son   muy    embarazosas   las  faldas   largas 


(i)     El  Cardenal  Infante  D.  Fernando. 


CORRESPONDENCIA  DE  LA  INFANTA  DONA  ISABEL.  353 

para  la  guerra  y  para  todo;  y  espero  que  Nuestro  Señor  ins- 
pirará á  V.  M.  que  nos  haga  esta  merced...  (l)». 


201. 

Las  cartas  que  siguen^  hasta  la  2Q4^  no  tienen  fecha. 

Señor  (2). — Por  ser  cosa  que  á  una  destas  damas  que  me  sir- 
ven (interesa),  no  puedo  dexar  de  suplicar  á  V.  M.  me  haga 
merced  de  mandar  escribir  al  Condestable  (3)  sobre  el  negocio 
que  verá,  por  la  memoria  que  va  aqui,  que  me  han  dado;  que 
aunque  es  para  mí,  la  he  querido  enviar  para  informar  mejor 
á  V.  M.  de  lo  que  es.  Y  porque  esta  no  es  para  más,  quedo  ro- 
gando á  Nuestro  Señor,  guarde  á  V.  M.  como  he  menester  y 
deseo.  De  Milán  á  10  de  Julio. — Besa  las  manos  á  V.  M. — A 
Isabel. — (Sobrescrito):  Al  Rey  mi  señor. 

202. 

Duque:  La  Condesa  de  la  Fera  sabiendo  que  por  haber  sido 
mal  informado  mi  hermano  de  su  justicia,  habia  mandado  dar 
la  posesión  de  la  renta  del  concierto  que  se  hizo  con  su  marido 
á  su  andada,  me  ha  pedido  licencia  para  ir  á  echarse  á  los  pies 
-de  mi  hermano  y  suplicalle  no  permita  que  se  le  haga  agravio, 
sino  que  se  le  guarde  su  justicia.  Yo  entiendo  que  la  tiene  muy 
grande,  y  así  no  le  he  querido  negar  la  licencia,  aunque  me  ha 
-de  hacer  mucha  falta  por  lo  bien  que  me  sirve.  Ella  os  dará 
cuenta  de  todo  lo  que  en  este  su  negocio  ha  pasado;  y  yo  solo 
os  digo  que  es  una  mujer  de  tan  buenas  partes  y  tan  gran  chris- 
tiana,  que  dende  que  vine  aqui  que  la  traté,  deseé  servirme 


(i)  Archivo  de  Simancas.— Secre lana  de  Estado. — Lcg.  2.047.  —Alude 
á  los  trabajos  y  disgustos  que  pasaron  los  Cardenales  Granvela,  el  de  la 
Cueva  y  otros. 

(2)  Carta  ológrafa  de  la  Infanta  al  Rey  su  hermano. — Sin  fecha  de 
<iño. — Debe  ser  del  de  1599. — De  un  tomo  de  Papeles  varios. 

(3)  D.  Juan  Fernández  de  Velasco,  Duque  de  Frías,  Condestable  de 
•Castilla,  Presidente  del  Consejo  de  Italia. 

TOMO  xLviii.  23 


354  BOLETÍN   DE   LA    REAL   ACADEIflA  DE  LA   HISTORIA. 

della.  Es  muger  muy  principal,  y  así  todo  lo  que  hizo  su  marido 
con  ella  en  sus  capitulaciones,  no  fue  mucho,  pues  las  calidades 
eran  diferentes.  Su  andada  está  quexosa  della,  porque  no  ha  que- 
rido soltar  el  concierto  que  hicieron  cuando  enviudó;  y  así  ha 
hablado  y  habla  con  libertad  ella  y  su  marido  de  la  Condesa;  y 
yo  os  puedo  decir  con  verdad  que  no  se  lo  deben  y  que  ha  he- 
cho por  ella  lo  que  pudiera  hacer  por  su  propia  hija,  y  que  más 
de  una  y  dos  veces,  estando  Don  Onofre  en  España,  me  pidi6 
hablase  á  mi  primo  para  que  socorriesen  á  su  andada  con  lo  que 
aquí  se  les  debe,  que  se  les  pagaba  por  mitad,  y  ella  pedia  que 
si  no  habia  para  dalles  á  entrambas,  que  pagasen  á  su  andada,, 
pues  que  á  ella  no  le  faltaba  de  comer  en  mi  casa.  Y  os  puedo 
asigurar  que  nayde  de  toda  la  casa  ha  oido  quexarse  dellos  á  la 
Condesa:  que  os  he  querido  decir  todo  esto  porque  sé  que  os 
harán  diferente  relación.  Lo  que  yo  os  pido  es  que  procuréis  que 
se  le  guarde  su  justicia  con  brevedad,  porque  se  pueda  volver 
luego  por  la  falta  que  me  hará;  y  en  esto  me  haréis  mucho  pla- 
cer, y  sé  que  por  ser  mí  criada  olgareis  de  amparalla  y  favore- 
cella;  y  paréceme  que  han  de  decir  allá,  cuando  la  vean,  que  no 
es  mala  la  dueña  de  honor,  ni  el  trage  de  las  viudas;  y  es  el  quo 
trae,  el  mas  oservante  de  acá.  Hemosle  dicho  que  lleve  tragado 
que  le  han  de  dar  grita  los  muchachos,  y  que  todas  se  han  de 
reír  mucho  cuando  la  vean.  Estoy  ya  alborozada  para  las  nue- 
vas que  me  han  de  traer,  que  plega  á  Dios  sean  como  deseo. 
De  acá  las  podrá  dar  la  Condesa;  y  así  no  diré  mas  que  os  guarde 
Dios  como  deseo. — (Sin  fecha). — A  Isabel. — (Sobrescrito):  Al 
Duque  de  Lerma. 

203. 

Duque:  El  Marqués  Malaspina  vá  ay  sin  sus  pies  á  echarse  á 
los  de  mi  hermano  para  que  le  haga  merced,  conforme  lo  mere- 
cen sus  servicios,  que  han  sido  siempre  muy  buenos;  y  el  rema- 
te dellos  haber  perdido  los  pies,  como  veréis.  Y  así  no  puedo 
dexar  de  encomendárosle  para  que  procuréis  que  mi  hermano  le 
haga  merced,  en  que  me  haréis  mucho  placer.  Y  guárdeos  Dios 
como  deseo. — A  Isabel. —  (Sobrescrito):  Al  Duque  de  Lerma^ 


CORRBSPONI^BNCIA  DE  LA   INFANTA  DONA   ISABEL.  355 


204. 

Duque:  Yo  creo  que  habré  menester  pediros  poco  que  ayu- 
déis á  Madalena  de  San  Jerónimo  en  este  casamiento  que  se  le 
ofrece  para  su  sobrina,  pues  sé  con  las  veras  que  ayudáis  á  todo 
lo  que  es  de  nuestra  casa.  Por  estar  ella  en  ella  deseo  vella  bien 
remediada;  y  entendiendo  las  buenas  partes  que  tiene  Juan  Hur- 
tado de  Mendoza,  suplico  á  mi  hermano  le  honrre  con  título  de 
secretario,  á  que  vos  habéis  de  ayudar,  tiniendo  él  las  buenas 
partes  para  ello  que  me  han  dicho:  que  no  siendo  esto,  por  nin- 
guna cosa  olgaré  que  se  atraviese  el  servicio  de  mi  hermano.  Y 
porque  sé  que  no  es  menester  deciros  más  que  esto,  acabo  con 
que  os  guarde  Dios  como  deseo. — A  Isabel. — (Sobrescrito):  Al 
Duque  de  Lerma. 

206. 

Duque:  Don  Cesar  Falcó  ha  servido  en  estos  Estados  muy 
bien,  y  á  nosotros  de  algunos  años  acá  de  caballerizo  con  tanta 
satisfacion  nuestra  que  no  puedo  dexar  de  pediros,  yendo  aora 
ay,  le  favorezcáis  en  sus  pretensiones,  para  que  mi  hermano  le 
haga  merced;  en  que  me  haréis  mucho  placer;  y  guárdeos  Dios 
como  deseo. — A  Isabel. — (Sobrescrito):  Al  Duque  de  Lerma. 

206. 

Duque:  Paréceme  que  tendré  poco  que  deciros  de  las  buenas 
partes  que  concurren  en  Martin  de  Mendoza,  pues  creo  que  las 
sabéis  muy  bien;  y  así  pretendiendo  él  que  mi  hermano  le  haga 
merced  del  gobierno  de  Tánger,  me  parece  que  es  hacer  el  ser- 
vicio de  mi  hermano  en  supÜcalle  le  haga  esta  merced  y  pedi- 
ros le  ayudéis  para  ello:  que  yo  sé  que  á  ninguno  lo  podrá  dar 
iTii  hermano  que  le  sirva  mejor  ni  con  más  cuidado.  Y  por  todas 
estas  razones  y  por  lo  que  él  ha  servido  á  mi  primo,  no  puedo 
dexar  de  pediros  mucho  le  propongáis  á  mi  hermano  para  que 


356  boletín  db  la  real  academia  de  la  historia. 

le  haga  esta  merced,  en  que  me  haréis  mucho  placer.  Y  guár- 
deos Dios  como  deseo. — A  Isabel. — (Sobrescrito):  Al  Duque  de 
Lerma. 

207. 

Duque:  Tanto  se  le  dilata  su  justicia  á  la  Condesa  de  la  Fera, 
que  no  puedo  dexar  de  pediros  que  acordéis  á  mi  hermano 
mande  que  se  le  guarde  sin  más  dilación,  pues  en  lo  demás  se  le 
hace  muy  gran  agravio,  teniéndola  tan  clara  como  la  tiene.  Y 
guárdeos  Dios  como  deseo. — A  Isabel. — (Sobrescrito):  Al  Du- 
que de  Lerma. 

208. 

Duque:  Sois  tan  amigo  de  ayudar  á  las  buenas  obras  que  no 

habré  menester  encomendaros  mucho  el  Presidente  de  los  Semi- 
narios Irlandeses,  que  vá  ay  á  suplicar  á  mi  hermano  le  mande 

pagar  unas  limosnas  que  algunas  personas  devotas  les  han  he- 
cho. La  obra  es  tan  buena  de  suyo  que  ha  menester  poca  reco- 
mendación; pero  vos  ganareis  una  parte  de  sus  oraciones  en 
acordarlo  á  mi  hermano,  que  no  es  pequeña  ganancia,  porque 
son  unos  santos:  que  todas  la  veces  que  los  veo,  me  confundo. 
Y  porque  estoy  cierta  de  cuan  de  buena  gana  los  ayudareis,  no 
quiero  pasar  de  aqui.  Nuestro  Señor  os  guarde  como  deseo. — A 
Isabel. — (Sobrescrito):  Al  Duque  de  Lerma  (l). 


(i)  (En  la  cubierta).  Recibida  á  27  de  Abril,  1606.  Era  esta  benéfica 
institución  de  los  Seminarios  ingleses  ó  irlandeses  tan  estimada  en  Hispa- 
na que  muchas  veces  por  este  tiempo  les  otorgaron  justas  mercedes  las 
Cortes  de  Castilla.  En  la  sesión  de  16  de  Enero  de  1603,  entre  otras,  el 
Conde  de  Puñonrostro,  D.  Francisco  Arias  de  Bobadilla,  representó  al 
reino  la  necesidad  que  padecía  el  Seminario  de  los  ingleses  de  Valladolid 
por  los  muchos  colegiales  nuevos  que  habían  venido  «después  de  acaba- 
dos sus  estudios  de  letras  humanas  en  los  Colegios  de  Sant  Omer  y  Douay 
de  Flandes,  para  proseguir  las  artes  y  teología  en  España,  como  acostum- 
bran de  venir  un  año  al  Colegio  de  Sevilla  y  otro  á  este  de  Valladolid,  que 
se  halla  al  presente  con  cien  sujetos  y  con  mucha  necesidad  y  deudas, 
por  haber  crecido  los  precios  de  los  mantenimientos  con  la  venida  de  la 
Corte  y  faltado  muchos  de  sus  principales  bienhechores».  Añade  que  Fe- 
lipe 11  tomó  á  su  cargo  los  catorce  colegiales  que  vinieron  primero,  y  Fe- 
lipe III  continuó  asimismo  sustentándolos. 


CORRESPONDENCIA  DE  LA   INFANTA  DO^A    rSÁBEL.  357 

209. 

Duque:  Por  habernos  servido  muy  bien  el  Doctor  Villarreal 
hasta  que  murió,  y  yendo  aora  ay.su  hijo  Atanasio  de  Legaspi, 
que  también  ha  servido  á  mi  primo,  no  puedo  dexar  de  enco- 
mendárosle para  que  acordéis  á  mi  hermano  le  haga  merced  en 
sus  pretensiones,  en  que  me  haréis  mucho  placer.  Y  guárdeos 
Dios  como  deseo. — A  Isabel. — (Sobrescrito):  Al  Duque  de 
Lerma. 

210. 

Duque:  Las  muchas  razones  que  nos  ha  representado  Don 
Luis  Blasco,  nos  ha  movido  á  dalle  licencia  para  irse,  aunque  lo 
bien  que  ha  servido  y  las  buenas  partes  que  tiene  para  podello 
hacer,  nos  pudieran  obligar  á  negársela.  No  puedo  dexar  de  en- 
comendárosle y  pediros  acordéis  á  mi  hermano  le  haga  merced 
en  sus  pretensiones,  en  que  me  haréis  mucho  placer;  y  yo  pien- 
so que  no  es  menester  pediroslo  mucho,  pues  habéis  tratado  á 
D.  Luis  Blasco  y  sabéis  cuan  bien  cumple  con  todo  lo  que  se  le 
encarga .  Y  Dios  os  guarde  como  deseo .  —  A  Isabel .  —  ( So- 
brescrito): Al  Duque  de  Lerma. 

211. 

Duque:  Don  Pedro  Ponce  de  León  vá  á  suplicar  á  mi  herma- 
no se  acuerde  de  hacelle  merced  por  su  Orden,  pues  lo  tiene  tan 
merecido,  como  creo  sabéis,  habiendo  servido  muchos  años  por 
la  guerra  y  muy  bien  y  con  mucha  rectitud,  que  en  la  era  que 
corre  es  lo  que  más  se  puede  agradecer;  y  por  estarnos  sirvien- 
do aora  de  mayordomo,  mu  haréis  mucho  placer  de  acordar  á 
mi  hermano  le  haga  merced  y  le  despache  presto  para  que  pue- 
da volvernos  á  servir,  que  lo  hace  con  mucho  cuidado  y  muy 
bien,  aunque  entre  los  criados  de  casa  tiene  fama  que  es  otro 
Conde  de  Fuensalida,  que  no  es  tacha  para  mayordomo.  El  lleva 
orden  de  entregaros  unos  baúles  que  envió  á  mi  hermano  y  una 
caja  para  la  Rey  na,  que  quiero  que  seáis  mi  embaxador  y  dis- 


35^  BOLETÍN  DE  LA   REAL  ACADEMIA  DE   LA   HISTOIUA. 

culpéis  las  faltas  que  llevare  lo  que  vá  dentro,  y  el  atrevimiento 
de  enviar  á  mi  hermano  ropa  blanca;  que  si  saliese  tan  á  su  gus- 
to que  me  tomase  de  aquí  adelante  por  su  labrandera,  quedaría 
contentísima.  Y  así  os  pido  mucho  me  digáis  si  le  contentan  á 
mi  hermano  las  camisas,  6  cómo  gustará  que  se  las  hagan,  y  si 
van  de  buen  tamaño  los  abaninos,  y  con  tanto  pliegue,  6  las  fal- 
tas que  llevaren  para  que  se  enmienden.  Y  guárdeos  Dios  como 
deseo. — A  Isabel. — (Sobrescrito):  Al  Duque  de  Lerma. 

212. 

Duque:  Juan  Fernandez  de  Eygaguirre  ha  servido  los  años  que 
sabéis:  por  esta  razón  y  por  estarme  sirviendo  muy  bien,  suplico 
á  mi  hermano  le  haga  la  merced  que  pretende.  Hareisme  mucho 
placer  en  suplicallo  á  mi  hermano  y  acordárselo:  y  guárdeos 
Dios  como  deseo. — ^A  Isabel. — (Sobrescrito):  Al  Duque  de 
Lerma. 

213. 

Duque:  El  capitán  y  sargento  mayor  D.  Jerónimo  Agustyn 
ha  servido  en  estos  Estados  muy  bien;  y  así  no  puedo  dexar  de 
pediros  le  ayudéis  en  sus  pretensiones,  en  que  me  haréis  mucho 
placer.  Y  guárdeos  Dios  como  deseo. — A  Isabel. — (Sobrescrito): 
Al  Duque  de  Lerma. 

214. 

Duque:  Juan  Lermita  (l)  vá  ay  á  procurar  poner  en  orden  la 
merced  que  mi  hermano  le  hizo,  de  que  hasta  agora  no  ha  goza- 


(i)  Jehan  Lhermite,  hijo  de  una  distinguida  familia  de  Flandes,  nació 
el  1 8  de  Febrero  de  1560;  en  1587  emprendió  desde  Amberes  un  largo 
viaje  por  España.  Felipe  II  le  distinguió  mucho  por  su  saber  y  le  nombró 
su  gentilhombre  de  Cámara,  y  más  tarde  maestro  de  sus  hijos.  Hombre 
observador  y  muy  amante  del  trabajo,  escribió  en  1602  unas  Memorias  so- 
bre sus  viajes  y  sobre  las  personas,  costumbres,  monumentos  y  demás  co- 
sas notables  de  España,  que  son  del  mayor  interés  y  amenidad:  las  tituló 
Le passetemps^  que  publicaron  los  bibliófilos  de  Amberes  en  1890  y  1896 
en  dos  volúmenes,  8.°  mayor,  los  cuales  confiesan  que  desde  la  vuelta  de 
Lhermite  á  Amberes  en  1602  carecen  de  noticias  suyas.  Esta  carta  de  la 
Infanta  da  á  conocer  su  nuevo  y  desconocido  viaje  á  España. 


I 


CORRESPONDENCIA  DB  LA  INFANTA  DONA  ISABEL  35^ 

do  nada.  Hareisme  mucho  placer  en  ayudalle  en  lo  que  ay  se  le 
ofreciere,  pues  sabéis  lo  que  ha  servido:  y  pues  él  os  dará  tan 
particulares  nuevas  de  acá,  no  diré  yo  mas  de  que  os  guarde 
Dios  como  deseo. — A  Isabel. — (Sobrescrito):  Al  Duque  de 
Lerma. 


216. 

Duque:  Por  lo  bien  que  ha  servido  y  sirve  Mos.  de  Barbangon, 
no  puedo  dexar  de  pediros  acordéis  á  mi  hermano  le  haga  mer- 
ced en  sus  pretensiones,  en  que  me  haréis  mucho  placer;  y 
guárdeos  Dios  como  deseo. — A  Isabel. — (Sobrescrito):  Al  Du- 
que de  Lerma. 

216. 

Duque:  Yendo  Don  Pedro  de  Oballe  ay,  y  habiéndonos  ser- 
vido, no  puedo  dexar  de  encomendárosle  para  que  le  ayudéis 
en  sus  pretensiones.  Y  guárdeos  Dios  como  deseo. — A  Isabel. 
— (Sobrescrito):  Al  Duque  de  Lerma. 


217. 

Duque:  Don  Sancho  y  Don  Luis  de  Monrroy  vuelven  ay;  y 
por  ser  sobrinos  de  Don  Pedro  de  Toledo,  que  nos  sirve  muy 
bien,  no  puedo  dexar  de  encomendároslos;  y  Dios  os  guarde 
como  deseo. — A  Isabel. — (Sobrescrito). — Al  Duque  de  Ler- 
ma (l). 


(1)  En  la  cubierta  de  esta  carta  de  mano  del  secretario  del  Duque  se 
lee:  «Gante. — La  Sra.  Infanta. — En  recomendación  de  Don  Luis  Dávila. — 
Con  otras  dos  cartas  de  D.  Baltasar  de  (¡^uñiga  y  D.  Rodrigo  Laso  en  que 
encarecen  sus  buenos  servicios  y  valor  de  su  persona,  y  cuan  merecedor 
es  de  que  S.  M.  le  haga  merced,  y  que  no  desmerecerá  esto  con  V.  E.  por 
ser  sobrino  de  D.  Alonso  de  (¡!uñiga;  demás  de  que  es  de  los  más  estima- 
<los  y  validos  soldados  de  aquel  exercito».  Esta  carta,  á  que  se  refiere  la 
nota  anterior,  debía  al  parecer  estar  dentro  de  la  arriba  inserta,  y  no  cons- 
ta eo  la  colección. 


56o  BOLETÍN  DE  LA  REAL  ACADEMIA  DE  LA   HISTORIA. 


218. 

Duque:  A  mi  hermano  escribo  suplicándole  haga  merced  á 
Don  Nofre  Escriba  de  alguna  encomienda  de  su  Orden,  por  ser- 
vir aqui  muy  bien  y  habello  hecho  de  paje  á  mi  padre,  que  esté 
en  el  cielo.  Hareisme  mucho  placer  en  acordárselo,  y  Dios  os 
guarde  como  deseo.  De  Brusselas,  á  23  de  Junio. — A  Isabel. — 
(Sobrescrito):  Al  Duque  de  Lerma. 


219. 

Duque:  Juan  Sánchez  de  Colombres  está  casado  con  una  so- 
brina de  mi  Confesor;  y  por  esta  razón  y  por  entender  tiene 
partes  para  cualquier  merced  que  mi  hermano  le  hiciere,  no 
puedo  dexar  de  encomendárosle  para  que  le  ayudéis  en  lo  que 
se  le  ofreciere,  en  que  me  haréis  mucho  placer.  Y  guárdeos 
Dios  como  deseo. — A  Isabel. — (Sobrescrito):  Al  Duque  de 
Lerma. 

220. 

Duque:  El  Conde  de  Barlamon  (l)  nos  sirve  tan  bien  que  no 
puedo  dexar  de  pediros  le  ayudéis  para  que  tenga  buen  despa- 
cho en  sus  pretensiones,  que  entiendo  son  justas;  y  guárdeos 
Dios  como  deseo. — A  Isabel. —  (Sobrescrito):  Al  Duque  de 
Lerma. 

221. 

Duque:  Simón  Botello  nos  sirve  tan  bien  que  me  haréis  mu- 
cho placer  en  ayudalle  en  lo  que  pretende,  en  que  también  ha- 
réis servicio  á  nuestro  Señor  por  la  necesidad  que  pasa;  y  guár- 
deos Dios  como  deseo. — A  Isabel. — (Sobrescrito):  Al  Duque  de 
Lerma. 


(1)    El  Conde  de  Berlaymont  era  caballero  tíc  la  insigne  Orden  del  Toi- 
són de  Oro. 


r 


CORRKSPONDEMCIA  DE  LA   INFANTA  DONA  ISABEL.  36 1 


222. 

Duque:  La  obligación  que  tenemos  al  obispo  Maximiliano  de 
Austria  (l)  me  hace  no  perder  ocasión  de  acordar  su  acrecenta- 
miento; y  como  aora  la  hay,  no  puedo  dexar  de  pediros  le  ayu- 
déis para  la  vacante  de  Santiago,  que  aunque  ha  poco  que  mi 
hermano  le  hizo  merced,  no  creo  parecerá  mal  á  nayde  que  se 
la  haga  aora,  pues  él  la  merece.  Hareisme  mucho  placer  en  pro- 
curallo;  y  Dios  os  guarde  como  deseo. — A  Isabel. — (Sobrescri- 
to): Al  Duque  de  Lerma. 

223. 

Duque:  La  ocasión  de  haber  vacado  una  encomienda  en  Qígi- 
lia,  me  hace  pediros  acordéis  á  mi  hermano  haga  merced  á  Don 
Gastón  Espinóla  (2)  della,  que  por  lo  que  ha  servido  la  tiene  bien 
merecida:  y  guárdeos  Dios  como  deseo. — A  Isabel. — (Sobres- 
crito): Al  Duque  de  Lerma. 


224. 

Duque:  Sabiendo  que  Gonzalo  Guerra  se  ha  de  casar  con 
Juanica  de  Vargas,  creo  habré  menester  encargaros  poco  le 
ayudéis  en  sus  pretensiones.  Solo  os  quiero  decir  que  el  velle 
tan.  hombre  de  bien  y  hábil  y  lo  bien  que  sirve,   me  ha  hecho 


(i)  Fué  Obispo  de  Cádiz,  de  Segovia  y  últimamente  Arzobispo  de  San- 
tiago. Falleció  en  16 14. 

(2)  Uno  de  los  más  ilustres  capitanes  del  ejército  de  Flandes,  muy  es- 
timado de  todos  por  su  pericia  militar  y  acreditado  valor.  Era  natural  de 
Sicilia,  y  según  refiere  Jehan  Lhermite  en  su  PasscUmps^  que  le  trató  con 
intimidad,  era  hombre  de  gran  entendimiento,  de  extraordinario  espíritu 
y  de  universales  conocimientos,  en  especial  en  matemáticas  y  íortifica- 
ción.  Estuvo  propuesto  en  primer  lugar  por  el  Consejo  de  Guerra  para 
Gobernador  de  Cambray  y  lo  fué  de  la  importante  plaza  de  Bethunc.  «Es 
cierto  (escribía  el  embajador  D.  Baltasar  de  Zuñiga  al  Rey  desde  Bruselas 
á  1 1  de  Agosto  de  1601)  uno  de  los  más  pláticos  deste  exército  y  que  con 
más  continuación  ha  servido  en  él,  y  de  los  mejores  votos  que  hay  en  este 
Consejo  de  guerra,  y  persona  muy  acepta  al  Archiduque >. 


202  BOLETÍN   DE   LA  REAL  ACADEMIA  DE   LA   HISTOJUA. 

querer  este  .casamiento,  aunque  me  haya  de  hacer  falta  Juani- 
ca;  y  así  estará  muy  bien  empleada  en  él  toda  la  merced  que 
mi  hermano  le  hiciere,  y  os  pido  se  la  procuréis  y  su  breve  despa- 
cho, porque  ya  sabéis  que  las  concertadas  no  aguardan  de  bue- 
na gana.  Y  guárdeos  Dios  como  deseo. — A  Isabel. — (Sobrescri- 
to): Al  Duque  de  Lerma. 

226. 

Duque:  El  licenciado  Juan  de  Frías  (l),  que  vuelve  ay,  ha  ser- 
vido aqui  á  mi  hermano  con  tanta  rectitud  y  cuidado  que  tiene 
muy  merecido  que  se  le  haga  merced;  y  yo  os  puedo  asegurar 
esto,  y  que  demás  dello  por  lo  que  nos  ha  servido  á  nosotros, 
me  haréis  mucho  placer  en  ayudalle  para  que  mi  hermano  le 
haga  la  merced  que  pretende.  Y  porque  os  dará  buena  cuenta 
de  lo  que  se  ofrece  por  acá,  no  me  alargaré  más.  Dios  os  guarde 
como  deseo. — A  Isabel. — (Sobrescrito):  Al  Duque  de  Lerma. 


226. 

Duque:  Por  las  buenas  partes  que  he  conocido  en  Diego  Ló- 
pez de  Sossa  los  dias  que  ha  estado  aqui  y  lo  que  entiendo  ha 
servido  su  padre,  no  puedo  dexar  de  pediros  le  ayudéis  en  la 
pretensión  que  lleva  de  que  mi  hermano  le  haga  merced  del  go- 
bierno de  Oporto,  como  se  hizo  con  su  padre;  que  entiendo 
dará  buena  cuenta  de  lo  que  se  le  encomendare;  y  también  la 
podrá  dar  de  todo  lo  de  aqui.  Y  así  no  diré  yo  más  en  esta  de 
que  os  guarde  Dios  como  deseo. — A  Isabel. — (Sobrescrito):  Al 
Duque  de  Lerma. 

227. 

Duque:  Las  muchas  razones  que  la  Condesa  de  Uceda  (2)  tie- 
ne, para  acudir  á  su  casa  y  á  sus  hijos,  con  este  trabaxo  que  Dios 

(i)  Secretario  del  Archiduque  Alberto  cq  Flandes,  y  vuelto  á  España 
nombrado  del  Consejo  Real  y  de  la  Chancillería  de  Valladolid. 

(2)  Doña  María  de  Bazán.  Murió  en  1605.  «Estándose  aparejando  (dice 
Cabrera  de  Cordova)  para  volver  á  Flandeá  la  Condesa  de  Uceda,  al  ser- 


i 


CORRESPONOENCU  DE   LA  INFANTA  DONA  ISABEL.  363 

ie  ha  dado,  me  han  hecho  dalle  licencia  para  entender  en  esto, 
para  que  pueda  volver  más  presto  y  con  más  sosiego  á  servirme. 
Yo  sé  que  no  habré  menester  pediros  la  ayudéis  y  amparéis 
para  que  mi  hermano  le  haga  merced;  que  demás  de  que  me  la 
hará  también  á  mí  muy  grande,  la  pobre  mujer  está  de  manera 
que  cierto  yo  temo  que  no  ha  de  llegar  ay;  pero  tras  eso  me 
parece  que  no  tienen  otro  remedio  los  trabaxos  que  se  le  han 
juntado  con  la  muerte  de  su  hijo.  Y  porque  con  ella  os  escribiré, 
no  digo  aora  mas  de  que  os  guarde  Dios  como  deseo. — A  Isa- 
bel.— (Sobrescrito):  Al  Duque  de  Lerma. 


228. 

Duque:  Yo  sé  que  olgareis  de  ver  á  Madalena  de  San  Jeróni- 
mo; y  pues  ella  os  podrá  decir  de  mi  parte  todo  cuanto  yo  pu- 
diera en  esta  y  todo  lo  que  olgáredes  saber  de  acá,  como  quien 
está  bien  informada,  escusaré  yo  de  deciros  nada  en  esta:  solo 
que  quedo  muy  alborozada  para  las  nuevas  que  me  ha  de  traer 
de  todos.  Sé  que  no  he  menester  encargárosla  ni  pediros  la  favo- 
rezcáis para  que  mi  hermano  le  haga  merced  y  á  su  casa;  pero 
por  mí  os  pido  que  hagáis  esto  y  que  lo  toméis  muy  á  vuestro 
cargo  y  el  despedilla  con  brevedad  porque  pueda  volver  aun 
antes  de  los  seis  meses,  por  la  falta  que  nos  hará  acá,  particular- 
mente en  el  espita!,  donde  es  mucho  lo  que  ha  trabaxado;  y  así 
es  justo  se  le  agradesca.  Y  guárdeos  Dios  como  deseo. — A  Isa- 
bel.— (Sobrescrito):  AI  Duque  de  Lerma. 


229. 

Duque:  Bernardino  Cásela  ha  servido  muchos  años  á  mi  pri- 
mo, y  así  no  puedo  dexar  de  encomendárosle  para  que  le  ayu- 


vicio  de  la  Infanta,  le  sobrevino  la  semana  pasada  ('fines  Junio  1605)  una 
cólica  de  que  murió  en  tres  dias,  habiéndole  hecho  S.  M.  merced  de  mil 
ducados  de  renta  y  4.000  de  ayudn  de  costa,  y  de  una  encomienda  de 
1.500  ducados  de  renta  al  Marqués  de  Loriana  su  hijo  y  de  600  de  pensión 
á  otro.» 


364  BOLETÍN   DE  LA   REAL.  ACADEMIA   DE   LA   HISTORIA. 

deis  en  sus  pretensiones;  y  guárdeos  Dios  cómo  deseo. — ^A  Isa- 
bel.— (Sobrescrito):  Al  Duque  de  Lerma. 


230. 

Duque:  Por  haber  servido  Don  Pedro  Poncé  de  León  muchos 
años  y  muy  bien,  suplico  á  mi  hermano  le  haga  la  merced  que 
pide  en  un  memorial  que  yo  le  envió;  y  por  estas  razones  y  es- 
tarnos sirviendo,  deseo  que  mi  hermano  le  haga  merced;  y  asi 
no  puedo  dexar  de  encomendárosle  y  pediros  lo  acordéis  á  mi 
hermano  y  lo  encaminéis:  en  que  me  haréis  mucho  placer;  y 
guárdeos  Dios  como  deseo. — A  Isabel.—  (Sobi'escrito):  Al  Duque 
de  Lerma. 

231. 

Duque:  Poco  tendría  que  deciros  de  Don  Agustín  Mejia  (l), 
pues  le  conocéis,  pero  por  lo  que  le  he  visto  servir  aqui,  después 
que  vine, .  me  parece  que  no  cumpliría  con  el  servicio  de  mi 
hermano  si  no  le  dixese  cómo  ha  servido  Don  Agustin;  que 
cierto  ha  sido  de  manera  que  merece  que  mi  hermano  le  haga 
mucha  merced  y  le  honre  mucho.  Y  así  os  pido  lo  procuréis, 
que  aunque  creo  que  por  hijo  de  su  madre  os  hago  lisonja  en  pe- 
diros esto,  no  quiero  que  lo  hagáis  sino  por  mí;  porque,  cierto, 
le  deseo  á  Don  Agustin  mucho  bien  y  descanso,  y  me  parece  es 
servicio  de  mi  hermano  que  vean  hace  merced  á  los  hombres  ta- 


(i)  El  Maestre  de  campo  D.  Agustín  Mexía  figuraba  en  los  famosos 
tercios  de  Flandes  desde  el  reinado  de  Felipe  II  siendo  uno  de  sus  más 
esclarecidos  Generales.  Después  del  sitio  de  Ostende  fué  uno  de  los  ému- 
los más  obstinados  de  Ambrosio  Spínola,  pretendiendo  en  oposición  á  este 
el  codiciado  cargo  de  Maestre  general  del  ejército,  que  al  fin  obtuvo  el 
genovés.  Siendo  ya  por  esta  y  otras  razones  incompatibles  los  dos  Gene- 
rales, llamó  el  Rey  á  su  Corte  á  Mexía,  capitán  insigne  por  su  valor  y  ex- 
periencia militar  y  el  mejor  después  de  Spínola  de  los  que  por  entonces 
tenía  España  en  Flandes,  castellano  que  había  sido  de  la  ciudadela  de  Am- 
beres  y  lugarteniente  general  del  Archiduque.  En  Madrid  le  otor- 
gó S.  M.  una  pensión  de  8.000  escudos  al  año,  y  le  confirió  el  alto  cargo 
de  Consejero  de  Estado  prestando  relevantes  servicios  con  ocasión  de  b 
expulsión  de  los  moriscos. 


i 


CORRESPONDEKCIA   DE   LA.  INFANTA  DO^A  ISABEL.  365 

les  y  que  tan  bien  han  servido  como  él.  Y  porque  os  dará  nue- 
vas de  todo  lo  de  acá,  no  me  alargo  más.  Dios  os  guarde  como 
deseo. — A  Isabel. — (Sobrescrito):  Al  Duque  de  Lerma. 


232. 

Duque:  A  mí  hermano  suplico  haga  merced  á  la  madre  y 
hermanas  del  capitán  Pedro  Renjiíb,  que  fue  uno  de  los  que  mu- 
rieron mártires  á  sangre  fria  en  la  refriega  pasada,  habiendo  ser- 
vido siempre  muy  bien;  y  así  os  pido  lo  acordéis  á  mi  hermano, 
pues  será  una  obra  tan  suyahacelles  alguna  merced;  y  Dios  os  guar- 
de como  deseo.  DeBrusselasá  12  de  Abril. — A  Isabel. — (Sobres- 
crito): Al  Duque  de  Lerma. 

233. 

Duque:  Por  entender  las  buenas  partes  de  Lope  de  Velasco, 
prior  de  Roncesvalles,  os  pido  le  tengáis  por  encomendado  para 
acordar  á  mi  hermano  su  acrecentamiento,  pues  sabéis  la  buena 
cuenta  que  sabrá  dar  de  lo  que  se  le  encargare.  Y  guárdeos  Dios 
como  deseo. — A  Isabel. — (Sobrescrito):  Al  Duque  de  Lerma. 

034. 

Marqués:  Don  Luis  Dávalos  que  vá  ay,  nos  ha  servido  tan  bien 
y  con  tanto  cuidado,  que  no  puedo  dexar  de  pediros  acordéis  á 
mi  hermano  que  le  haga  alguna  merced:  que  cierto,  él  la  merece; 
y  porque  sé  el  cuidado  que  ponéis  en  lo  que  os  pido,  no  he  me- 
nester deciros  más  que  Dios  os  guarde  como  deseo.  De  Brusselas 
á  2  de  Octubre. — A  Isabel. — (Sobrescrito:)  AI  Marqués  de  Denia. 

035. 

Duque:  Don  Gastón  Espinóla  ha  servido  mucho  y  aora  lo  está 
haciendo;  y  así  os  pido  le  ayudéis  en  sus  pretensiones.  Y  Dios 
os  guarde  como  deseo. — A  Isabel. — (Sobrescrito:)  Al  Duque  de 
Lerma. 


366  BOLETÍN   DE   LA   REAL   ACADEMIA  DE   LA   HISTORIA. 


286. 

Duque:  Por  lo  mucho  y  bien  que  ha  servido  en  estos  Estados 
el  capitán  Donjuán  de  Quiroga,  no  puedo  dexar  de  pediros  le  ayu- 
déis para  que  mi  hermano  le  haga  merced  en  sus  pretensiones, 
en  que  me  haréis  placer.  Y  guárdeos  Dios  como  deseo. — A  Isa- 
bel.— (Sobrescrito:)  Al  Duque  de  Lérma. 

237. 

Duque:  Yendo  ay  Don  Juan  de  Castilla  y  habiendo  servido 
aquí,  no  puedo  dexar  de  encomendárosle  y  pediros  acordéis  á  mi 
hermano  le  haga  merced.  Y  guárdeos  Dios  como  deseo. — A  Isa- 
bel.— (Sobrescrito:)  Al  Duque  de  Lerma. 

238. 

Duque:  Don  Alfonso  de  Avalos  ha  servido  muy  bien  á  mi  her- 
mano y  todos  los  de  su  casa  lo  han  hecho  como  sabéis.  Y  así  no 
puedo  dexar  de  pediros  le  ayudéis  en  sus  pretensiones  para  que 
mi  hermano  le  haga  la  merced  que  pretende,  y  guárdeos  Dios 
como  deseo. — A  Isabel. — (vSobrescrito:).  Al  Duque  de  Lerma. 


Como  la  mayor  parte  de  las  cartas  de  la  Infanta  que  siguen  a 
éstas  son.  de  recomendación  y  análogas  en  un  todo  a  las  preceden» 
tes^  sólo  se  insertarán  desde  la  siguiente  los  extractos  ó  los  nom- 
bres de  los  recoinefidadoSy  con  alguna  circunstancia  personal^  si 
la  tienen,  y  agüellas  otras  referentes  á  asuntos  políticos  y  militares, 

239.  —  «Don  Diego  de  la  Cueva,  vino  á  estos  Estados  con  mucho 
deseo  de  servir  á  mi  hermano  y  lo  ha  procurado  cuan- 
to ha  podido  y  procedido  muy  bien  y  cuerdamente 
después  que  está  aquí;  y  volviendo  aora  ay,  no  puedo 
dexar  de  pediros  acordéis  á  mi  hermano  le  haga  mer- 
ced, como  á  hijo  de  su  padre». 


j 


CORRESPONDENCIA  DE  LA   INFANTA  DOÑA   ISABEL.  367 

240. —  «El  dotor  Juan  Bautista  Assoris  ha  servido  aqui  muy  bien 
y  con  mucho  cuidado  en  Secretario  de  la  Embaxada, 
dende  que  vino  con  el  Marqués  de  Guadaleste;  y  tam- 
bién se  ha  empleado  en  predicar,  por  las  buenas  letras 
que  tiene».  (Pide  para  él  la  Infanta  una  pensión  en  el 
Arzobispado  de  Valencia.) 

241. — Recomendación  para  Mos  de  Barbanzon. 

242. — Id.  para  D.  Ñuño  de  Mendoza. 

243. — Duque:  «Como  el  Conde  de  Sora  (l)  se  ha  determinado  á 
ir  ay  á  procurar  sus  negocios  y  los  de  su  hermano,  no 
puedo  dexar  de  pediros  le  ayudéis  en  todo  para  que 
vuelva  muy  bien  despachado  y  mi  hermano  le  haga 
mucha  merced,  pues  lo  mucho  y  bien  que  ha  servido 
lo  merecen  y  la  voluntad  que  tiene  de  continuallo;  y 
no  le  desayudará  la  muger  que  ha  tomado,  porque  os 
prometo  es  de  las  honradas  y  bien  entendidas  que  he 
tratado:  no  le  falta  sino  la  hermosura;  y  pueden  tanto 
las  otras  partes  que  tiene,  que  nos  viene  á  parecer 
bien;  y  me  parece  que  nos  ha  estado  á  todos  bien  que 
el  Conde  haya  topado  con  ella,  por  tener  su  hacienda 
en  la  frontera.  Yo,  cierto,  deseo  ver  al  Conde  muy  bien 
despachado,  y  así  no  puedo  dexar  de  tornároslo  á  pe- 
dir y  deciros  el  mucho  gusto  que  me  haréis  en  pro- 
curallo...» 

244.  — Recomienda  al  contador  Gonzalo  Guerra  de  la  Vega. 

245. — Id.  á  D.  Iñigo  de  Brizuela,  sobrino  del  confesor  del  Ar- 
chiduque. 

246. —  Id.  á  Juan  Verdugo,  hijo  de  antiguos  criados  de  la  Tia  de 
la  Infanta  y  criado  del  Archiduque  (2). 

(1)  Conde  de  Solre  ó  Sora,  Maestre  de  campo,  flamenco  muy  distin- 
guido, señor  de  Fréres,  hermano  del  Conde  de  Falces. 

(2)  La  carta  siguiente  á  esta  es  original  del  Archiduque  Alberto  y  está 
involucrada  con  las  de  la  Infanta,  mis  por  ser  importante  se  transcri- 
be aquí: 

<S.  C.  R.  M. — Decio  Carraffa,  Arzobispo  de  Damasco,  Nuncio  apostólico 
en  estos  Estados,  á  quien  Su  Santidad  ha  proveído  la  Nunciatura  (ie  Es- 
paña, la  qual  va  á  servir  acerca  de  la  persona  de  V.  M.  con  deseo  y  volun- 


368  BOLETÍN.  DB   LA   REAL   A(?ADBMIA   DB   LA  HISTORIA. 

247. — Id.  á  Pedro  de  Castellanos. 

248. — «Habiendo  servido  aqui  el  Marqués  Bentivolyo  y  habién- 
dolo hecho  también  su  padre  y  algunos  de  su  casa,  no 
puedo  dexar  de  pediros  le?  ayudéis...» 

249. — «Juan  Bautista  de  Tarsis  ha  servido  como  sabéis,  y  hallán- 
dose viexo  y  tan  enfermo,  como  veréis,  va  ay  á  supli- 
car á  mi  hermano  le  haga  merced...  (l)». 

250. — «Por  lo  bien  que  ha  servido  aqui  á  mi  hermano  el  Prínci- 
pe de  Caserta  y  el  deseo  que  tiene  de  continuallo,  no 
puedo  dexar  de  pediros  acordéis  á  mi  hermano  le  haga 
merced  en  sus  pretensiones  (2)>. 

251. — Recomienda  al  Marqués  de  Montefalchon  (en  la  cubierta 
dice  Montepulchan)  por  haber  servido  en  aquellos  Es- 
tados y  todos  los  de  su  casa.  Debe  referirse  á  D.  Juan 
de  la  Cueva,  Marqués  de  Montefalcone. 

252. — «Entienda  que  las  cuentas  de  Don  Jerónimo  Valter  Qa- 
pata  (3)  están  acabadas  ya,  y  que  mi  hermano  le  al- 
canza en  no  sé  que  tanto.  Lo  que  yo  os  puedo  asegu- 
rar es  que  no  ha  sido  por  aprovecharse  dello  ni  por 
dexar  de  servir  muy  bien  y  con  mucho  cuidado.  El  se 
pone  en  las  manos  de  mi  hermano  para  que  haga  del  y 
de  su  hacienda  lo  que  fuere  servido.  Y  por  servirnos 
muy  bien,  no  puedo  dexar  de  pediros  supliquéis  á  mi 
hermano  le  haga  merced  en  esta  ocasión  y  se   duela 


tad  de  satisfacer  y  cumplir  con  sus  obligaciones  con  niucha  punctualidad, 
como  lo  ha  hecho  aqui...  he  querido  suplicar  á  V.  M.  le  haga  la  merced 
que  acostumbra  á  las  personas  tales,  como  él  espera  de  su  grandeza... 
Bruselas,  Junio  8,  1607». 

(1)  Refiere  Cabrera  de  Córdova  que  este  personaje,  á  quien  llama 
Tassi,  del  Consejo  de  Guerra,  murió  á  los  noventa  años  de  edad,  de  resul- 
tas de  un  banquete  que  le  dieron  el  Conde  de  Sora,  el  de  Falces  y  otros. 

(2)  En  carta  fechada  en  Valladolid  á  30  de  Octubre  de  1604  escribía 
Cabrera  de  Cordova: 

cAl  Príncipe  de  Caserta  han  señalado  400  escudos  al  mes  de  entreteni- 
miento en  Flandes  para  que  vaya  á  servir,  porque  no  mostraba  ningunos 
servicios  suyos  ni  de  su  casa  (Aquaviva  de  Aragón);  y  con  esto  merecerá 
que  S.  M.  le  haga  merced  y  acreciente.  Dicen  que  ha  pretendido  casarse 
con  hermana  de  la  Duquesa  de  Cea,  pero  hásele  negado  la  demanda...» 

(3)  Veedor  y  pagador  general  de  Flandes. 


.  CORRESPONDENCIA  DE  LA  INFANTA  DOlU  ISABEL.  3(9 

deste  hombre,  para  que  él  y  sus  hijos  no  queden  peí*- 
didos,  pues  él  le  ha  servido  tan  bien  como  pueden  de- 
cir todos  los  que  quisieren  decir  verdad;  que  si  yo  no 
entendiera  esto,  no  rogara  por  él...» 

253. — Recomienda  á  mos  de  Barbangon. 

254L — Id.  al  Maestre  de  pampo  Don  Pedro  Sarmiento,  por  lo  bien 
que  ha  servido  en  los  Estados  y  con  ocasión  de  ir  á 
España. 

255. — Id.  al  capitán  Porras. 

256. — «Por  haber  entendido  que  mi  hermano  no  se  ha  aun  re- 
suelto en  hacer  merced  á  Don  Jerónimo  Valter  Qapata, 
no  puedo  dexar  de  pediros  le  supliquéis  á  mi  hermano 
de  mi  parte  y  le  digáis  la  gran  obra  de  caridad  que 
liará  en  hacer  merced  á  este  hombre,  que  está  cargado 
de  hijos,  y  se  ha  perdido  por  servir  bien:  que  desto  os 
lo  puedo  asigurar  como  testigo  de  vista...» 

257. — «Por  haber  servido  siempre  muy  bien  su  padre  y  marido 
de  la  Condesa  Byglya,  pretende  que  mi  hermano  le 
haga  merced...» 

258. — «A  mi  hermano  escribo  suplicándole  haga  merced  á  Don 
Jerónimo  Valter  Qapata  en  una  ocasión  que  se  le  ofre- 
ce, que  para  él  será  de  mucho  alivio  y  también  ganará 
la  hacienda  de  mi  hermano;  y  por  la  lástima  que  me 
hace  ver  perdido  este  hombre  con  sus  hijos  por  haber 
servido  bien  y  fielmente,  como  podemos  ser  testigos 
aquí  todos...» 

259. — «Yendo  Don  Diego  de  Acuña  ay  á  sus  negocios  y  habien- 
do servido  muy  bien  á  mi  hermano  en  estos  Estados  y 
siendo  sobrino  de  su  tio,  que  fue  criado  viexo  de  mi 
padre,  como  sabéis,  no  puedo  dexar  de  pediros  mucho 
le  ayudéis  en  sus  pretensiones...» 

260. — «Don  Francisco  de  Córdoba  vuelve  ay  y  aunque  sé  que 
habia  menester  encomendárosle  poco,  él  ha  dado  tan 
buena  cuenta  de  sí,  lo  que  ha  estado  aquí,  que  por  esto 
y  nieto  de  su  agüelo  no  puedo  dexar  de  pediros  le 
ayudéis...» 

TOaiO  XLVIII.  24 


37o  BOLETÍN  DB  LA  SSAL  ACADEMIA  DE  LA  HISTORIA. 

261. — «Una  sobrina  de  fr.  Antonio  de  Sosa,  ministro  Provincial 
de  la  Orden  de  San  Francisco  de  Portugal,  que  está 
aqui  casada  con  un  criado  de  mi  primo,  á  quien  tene- 
mos obligación,  me  ha  pedido  os  le  encomiende,  como 
lo  hago...» 

262, — Recomendación  para  D.  Esteban  de  los  Reyes,  criado 
viejo. 

263. — «La  mujer  de  Gil  de  Rey  vuelve  ay,  no  habiendo  podido 
hasta  aora  cobrar  nada  de  lo  que  se  le  debe  á  su  mari- 
do. El  nos  sirve  de  manera  que  no  le  hemos  querido 
dar  licencia  para  que  vaya,  y  así  no  puedo  dexar  de 
pediros  le  ayudéis...» 

264. — Recomendación  á  favor  de  los  sobrinos  de  fray  Iñigo  de 
Brizuela,  con  ocasión  de  venir  este  á  España. 

265. — «Pasa  tanto  trabaxo  Vicenta  en  cobrar  la  merced  que  mi 
hermano  y  mi  padre  le  hicieron,  que  aora  les  parece 
á  los  que  lo  tiene  encomendado  será  fuerza  pasalla  á 
otro  cabo;  y  asi  os  pido  lo  encaminéis...» 

266. — «Por  haber  servido  aqui  Don  Gómez  de  Figueroa  (l),  no 
puedo  dexar  de  pediros  acordéis  á  mi  hermano  le  haga 
merced...» 

267. — Recomendación  para  el  capitán  Pedrosa^  que  sirvió  en  los 
Estados  Bajos  muy  bien. 

268. — Id.  para  Cario  Cattalano. 

269. — Id.  para  id.  «El  dotor  Cario  Catalano,  capellán  de  mi  her- 
mano, se  ha  querido  valer  de  mi  intercesión  para  que 
mi  hermano  le  haga  merced...» 

270. — Id.  para  D.  Diego  de  Vargas;  pide  merced  de  hábito  de 
Orden  militar. 

271. — Id.  para  D.  Pedro  Espinóla  que  va  á  España,  y  ha  servido 
muchos  años. 

272. — Id.  para  D.  Alfonso  Aquaviva. 

273. — Id.  para  D.  Agustín  de  Samaniégo. 


(i)    Nombrado  Obispo  de  Cádiz  á  principios  del  año  1602:  era  hermano 
de  D.  García  de  Figueroa,  gentilhombre  de  la  Cámara  de  S.  M. 


CORRESPONDENCIA  DE  LA  INFANTA  DO^A  ISABEL.  $^1 

374. — Id.  para  el  capellán  mayor  de  la  Caballería,  Don  Juan  de 
Marquelayn. 

275. — Id.  otra  recomendación  para  D.  Diego  de  Vargas. 

276. — Id.  para  el  Conde  Juan  Bautista  Anguisola. 

177. — Id.  para  un  hermano  de  D.  Pedro  Castellanos,  criado  del 
Archiduque. 

278. — «Por  lo  bien  que  sirvió  con  su  hacienda  Daniel  Ryntflees 
no  puedo  dexar  de  pediros  acordéis  á  mi  hermano 
mande  se  le  pague  lo  que  se  le  quedó  debiendo  á  su 
muger  y  hijos,  que  por  padecer  mucha  necesidad,  será 
una  obra  de  caridad  muy  grande...  > 

279. — «Habiéndose  ofrecido  ocasión  en  que  mi  hermano  puede 
hacer  merced  al  Contador  Gonzalo  Guerra,  y  estando 
casado  como  sabéis  con  D.*  Juana  de  Vargas,  no  pue- 
do dexar  de  pediros  le  ayudéis  en  su  pretensión. » 

280. — «Por  lo  mucho  que  sirvió  el  contador  Almaguer,  como 
sabéis,  no  puedo  dexar  de  pediros  acordéis  á  mi  her- 
mano haga  merced  á  su  yerno  el  Dr.  Collado,  en  sus 
pretensiones.» 

28L — Recomendación  para  el  Conde  Otavio  Visconte. 

282. — Id.  para  el  comisario  Lucas  de  la  Cruz. 

283. — «Pedro  Diaz  de  Qepeda  me  ha  servido  dende  que  vine 
aqui  muy  bien;  y  habiendo  querido  aora  irse  con  deseo 
de  pasar  á  las  Indias,  donde  tiene  su  agüelo,  no  puedo 
dexar  de  pediros  le  ayudéis  para  que  mi  hermano  le 
haga  merced:  que  él  tiene  partes  que  sabrá  servir  en 
cualquier  cosa  muy  bien  y  particularmente  en  cosa  de 
pluma...» 

284. — Recomendación  para  Pedro  de  Hinojosa,  que  ha  servido 
trece  años. 

285. — «Señor:  Por  las  buenas  partes  que  entiendo  tiene  el  argo- 
bispo  de  Santiago  (l)  y  la  obligación  que  todos  le  tene- 


(f )  Maximiliano  de  Austria,  bastardo  de  la  misma  augusta  Casa,  falle- 
ció en  1614  siendo  Arzobispo  de  Santiago. — ^Esta  carta  está  dirigida  á  Su 
Majestad. 


3^8  BpLBTIM  DB  LA  REAL  ACADEMIA  DE  LA  HISTORIA. 

t,  ,.  mos,  no  puedo  dexar  de  suplicar  á  V.  M*  se  acuerde 

de  hacelle  merced  y  sacalle  de  ajlí,  cuando  se  ofrezca 
ocasión;  que  toda  la  que  V.  M.  le  hiciere,  recibiré  yo- 
por  propia.» 

28^T-^«E1  Conde  de  Aranbergue  tiene  servido  de  manera  que- 
parece  no  hay  en  estos  Estados  quien-  con  más  ra- 
zón pueda  pretender  que  mi  hermano  le  haga  merced^ 
y  como  aora  se  halla  viejo  y  con  diex  hijos  y  casi  tu- 
llido de  la  gota,  desea  que  mi  hermano  se  resuelva  en 
sus  pretensiones,  y  así  os  pido  mucho  se  lo  acordéis...  > 

287. — «Los  servicios  del  Conde  de  Bruay  han  sido  tantos  como 
sabéis,  y  hallándose  aora  reformado  con  los  demás,  vá: 
á  suplicar  á  mi  hermano  le  haga  merced  conforme  á 
ello...» 

288.-rRecomendacion  para  el  capellán  de  la  Infanta  D.*  Cata- 
lina, el  licenciado  Francisco  Fernandez  de  Zurbanc 

289.— Id.  para  D.  Diego  de  Avila. 

290. — ^^Id.  para  D.  Alonso  de  Luna  que  ha  servido  muchos  años 
en  aquellos  Estados. 

29L — Id.  para  D.  Miguel  Idiaquez  «hijo  de  su  padre»  secretario- 
que  fué  de  Estado  de  Felipe  II  y  luego  de  Felipe  III. 

292. — Id.  recomendando,  á  Juan  Fernandez  de  Eygaguirre. — 
(Bib.  Nac.) 

293. — Id.  al  capitán  Alonso  de  Mesa. — (Bib.  Nac.) 

294. — Señora  (i):  Siempre  que  tengo  carta  de  V.  M.  es  el  me- 
jor día  que  me  puede  venir,  y  el  que  tengo  tan  bueñas- 
nuevas  de  la  salud  de  V.  M.,  como  me  ha  dado  Don 
Rodrigo.  Plega  á  Dios  que  ésta  sea  siempre  como  yo 
deseo  y  á  la  misma  medida  los  gustos  y  contentos^. 
Beso  las  manos  á  V.  M.  por  tanta  merced  como  me 
hace  siempre  en  todas  ocasiones,  y  en  esta  con  la  ca-^ 
pilla  y  la  imagen,  que  son  la  más  linda  cosa  y  más  de 


(i)  Carta  ológrafa  de  la  Infanta  á  la  Reina  de  Francia  doña  Ana  de  Aus- 
tria, su  sobrina,  á  la  que  denominaba  «mi  nuera». — Sin  fecha. — De  ua 
tomo  de  Papeles  varios. 


\ 


r 


CORB£SPOKOBNClA  Dft  LA  lítTAmA  DO^A  ISABBL.  S^i^í 

gusto  que  he  visto.  Y  tiéneme  V.  M.  corrida  de  que  no 
le  sé  servir  todas  estas  mercedes,  y  de  que  no  me 
mande  mil  cosas  de  su  gusto,  pues  no  le  puedo  yo  te- 
ner nunca  mayor  que  en.  emplear  el  tiempo  sirviendo 
á  V.  M.  He  olgado  muchp  de  conocer  á  Don  Rodrigo 
y  de  que  haya  topado  tan  bien  Estefanica.  Y  por  la 
merced  que  V.  M.  le  ha  hecho.,  beso  yo  las  manos  á 
V.  M.  y  le  suplico  se  la  continué,  que  toda  la  que  V.  M. 
les  hiciere,  tomo  yo  £  mi  cuenta,  como  de  hija  de  cria- 
dos tan  viejos  y  haber  ella  nacido  aqui,  aunque  mé  di- 
cen no  16  parece  en  lo  blanco  y  rubio.  Don  Rodrigo 
dará  nuevas  de  acá  y  dirá  cómo  nos  ha  hallado  en  este 
lugar  de  Gant,  adonde  nos  hemos  venido  á  pasar  la 
calor,  por  ser  el  más  lindo  lugar  que  hay  para  verano. 
Ay  deseo  no  la  haya  hecho  muy  grande,  porque  goce 
V.  M.  mejor  de  la  de  San  Germán.  Dícenme  todos 
cuan  lindas  manos  tiene  V.  M.  y  asi  me  parece  estará 
esa  sortija  mejor  empleada  en  ellas  que  en  las  mías. 
Suplico  á  V.  M.  la  trayga,  por  haberse  casado  con  ella 
su  agüela  de  V.  M.  con  mi  padre;  y  para  que  cuando 
V.  M.  la  vea,  se  acuerde  que  se  la  ha  enviado  la  per- 
sona del  mundo  que  más  la  quiere  y  desea  servir;  Y 
con  esta  verdad  acabo  suplicando  á  Nuestro  Señor 
guarde  á  V.  M.  tantos  años  como  yo  deseo.  Dia  de 
Sant  Lorengo,  que  bien  creo  se  habrá  V.  M.  acordado 
de  la  ñesta  que  habrá  en  su  casa  este  dia:  que  aunque 
ha  mas  años  que  yo  estoy  por  acá,  no  lo  olvido. — Besa 
las  manos  á  V.  M. — A  Isabel. — (Sobrescrito:)  A  la 
Reyna  Christianísima,  mi  señora.-T-(De  otra  mano:)  De- 
la  Infanta  de  Flandes. — ^A  S.  M.  la  Reina  de  Francia 
Doña  Ana. 

(CoHÍinuard,) 

A.  Rodríguez  Villa. 


374  BOLETÍN  DB  LA  RBA.L  ACM>BMU  DE  LA  HISTORIA. 


II 

MONUMENTO  SUBTERRÁNEO  DESCUBIERTO  EN  LA  NECRÓPOLIS 

CARMONENSE 

Descripción. 

El  monumento  monolítico  Ttcién  descubierto,  que  se  represen- 
ta en  el  adjunto  croquis,  se  halla  excavado  en  una  roca  franca  de 
arenisca  caliza ,  poco  compacta,  teíiida  por  el  óxido  de  hierro,  y 
examinado  desde  el  punto  de  vista  arquitectónico,  comprende^ 
en  su  esencia,  un  cuerpo  principal  y  un  colateral,  figurando 
como  accesorio  un  reducido  aposento  adosado  al  costado  inter- 
medio del  colateral. 

Un  paso  encorvado,  ya  practicable,  da  ingreso  directo  al  mo- 
numento. Este  paso  comunica  con  una  antecámara,  á  la  cual  se 
llegaba  por  otro  largo  corredor,  todavía  cegado,  que  forma  es- 
cuadra con  el  anterior  y  á  cuyo  principio  se  encuentra  la  bajada 
practicada  desde  el  suelo  natural. 

Tanto  el  cuerpo  principal  del  monumento,  como  el  colateral^ 
intextan  en  la  fachada  que  mira  al  patio  y  que  forma  parte  de  la 
masa  monolítica  total,  y  en  dicho  frente  se  halla  perforado  un 
hueco  de  luces,  que  probablemente  sería  en  su  fundación  circu- 
lar ú  ovoide,  y  que  posteriormente  se  rasgó  hasta  el  pavimento» 
colocando  en  su  parte  inferior  un  sillar  á  modo  de  umbral. 

El  cuerpo  principal,  de  planta  ovoide,  de  3,95  por  4,45  m.» 
se  halla  cubierto  por  una  cúpula  que  arranca  del  pavimento  y 
cuya  directriz  es  un  arco  apuntado. 

El  buque  del  colateral  se  halla  ceñido  exteriormente  por  un 
prisma  de  planta  poligonal  irregular,  que  recibe  una  rebajada 
bóveda. 

Como  al  perforar  de  esta  suerte  el  colateral,  se  dejaría  sin 
apoyo  alguno  la  cúpula  principal,  que  caería  indefectiblemente 
por  su  propio  peso,  el  xarquitecto  autor  de  la  obra,  tuvo  la  racio- 
nal idea  de  subdividir  este  colateral  en  tres  tramos,  por  medio 


MONUMENTO   SUBTERRÁNEO  375 

de  arcos  inferiores  de  refuerzo  de  directriz,  también  en  arco 
apuntado,  que,  elevándose  hasta  la  lucerna  central  superior, 
prestan  á  ésta  todas  las  apetecibles  garantías  de  consolidación. 

El  monumento  ha  estado  enriquecido  con  ornamentación  po- 
licroma, de  la  que  sólo  subsiste  algún  resto  de  fajeado  en  uno  de 
los  planos  de  fondo  de  colateiíiles  y  las  dos  varas  de  laurel,  pin- 
tadas de  verde  obscuro,  que  se  encuentran  diagonalmente  traza* 
das  en  uno  de  dichos  colaterales. 


Juicio  crítico. 

Para  poder  intentar,  con  alguna  probabilidad  de  acierto,  la 
fijación  de  época  y  destino  del  monumento,  en  que  me  ocupo, 
es,  á  mi  ver,  necesario  efectuar  un  detenido  análisis  arqueol^i- 
co  y  arquitectónico  del  mismo ,  después  que  se  haya  explorado 
la  totalidad  del  terreno  en  cuyo  subsuelo  radica. 

Pero,  aun  reconociendo  mis  escasas  dotes,  voy  á  procurar,  sin 
embargo,  emitir,  con  las  debidas  reservas,  las  primeras  impresio- 
nes que  he  recibido  á  la  vista  del  monumento. 

La  galería  que  da  ingreso  á  esta  obra,  es  muy  general  en  las 
tumbas  de  la  antigüedad ;  se  encuentra ,  así  en  los  monumentos 
fúnebres  de  Egipto  y  de  la  arquitectura  prehelénica ,  como  en 
Manda,  Escocia  y  Escandinavia.  En  Fenicia  y  Cartago,  lo  más 
general  era  bajar  directamente  á  la  tumba  por  un  pozo  ó  por  una 
escaí  era . 

Examinado  el  conjunto  del  monumento  carmonense,  no  en- 
cuentro en  las  más  antiguas  arquitecturas,  así  del  Egipto  como 
del  Oriente,  monumentos  fúnebres  ni  religiosos  á  que  poder  di- 
rectamente asignarlo,  y,  por  lo  tanto,  consideraré  este  dividido 
en  sus  elementos  integrantes,  á  fin  de  poder  apreciar  las  influen- 
cias que  en  él  se  destacan. 

Cúpulas  prehelénicas. — La  cúpula  que  forma  el  cuerpo  princi- 
pal del  monumento  andaluz,  corresponde,  de  hecho,  por  sus  ca- 
racterísticas formas,  á  las  tumbas  micenianas  de  canteria  de  la 
edad  de  bronce,  que,  como  las  egipcias  de  ladrillo,  se  hallan 


37^  BOLETÍN   DE  JLA   ít»kL  ACADEMIA.  DE  LA   HISTORIA. 

construidas  por  husadas  horizontales  en  voladizo,  y  son  conocida^ 
gori  los  nombres  dQ  Micenas  y  de  Heraeon  (Argólida),  OrComeno 
(Beocía),  Vaphio  (Laconia)  y  de  Mesara  que  es  la  única  micenia- 
na,  de  que  tengo  noticia,  que,  como  la  andaluza,  se  encuentra 
cortada  en  la  roca. 

Nuraghes  de  Cerdena, — Importa,  para  mi  objeto,  examinar 
también  los  nuraghes,  construidos  de  grandes  sillares  y  cuya 
planta  interior  ofrece  ya  mayor  complicación  que  la  de  las  tum- 
bas griegas  que  acabo  de  recordar.  Se  llega  á  ellos  por  un  estre- 
cho y  bajo  pasillo  que  da  á  acceso  á  una  cámara,  de  planta 
generalmente  circular  de  4  á  5  m.  de  diámetro,  y  á  veces  elíp- 
tica,  en  la  que  se  eleva  una  cúpula  de  directriz  parabólica,  de 
6  Ó7  m.  de  altura,  construida  por  hiladas  también  en  voladizo  y 
cuyo  intradós  está  cuidadosamente  labrado. 

En  sentido  del  eje  del  pasillo  de  entrada,  y  en  el  perpendicu- 
lar á  éste,  aparecen  tres  pequeños  ábsides  salientes  adosados  á  la 
cúpula  central  y  cubiertos  por  cupulillas  de  análoga  forma. 

Estos  nuraghes,  frecuentemente  de  dos  á  tres  plantas,  parecen 
dimanar  de  la  antigua  arquitectura  prehelénica,  que  quedó  esta- 
cionaria y  se  sustituyó  más  tarde  por  la  arquitectura  arquitra- 
bada  que  representa  un  ideal  tan  completamente  distinto,  mien- 
tras la  sarda  desarrolló  con  fortuna  la  interesante  arquitectura 
miceniana. , 

Monumentos  fenicios. — Tenemos  que  considerar  dos  tipos  prin- 
cipales :  el  de  la  arquitectura  religiosa  y  el  de  la  fúnebre. 

La  adoración  de  los  astros  y  de  las  grandes  fuerzas  de  la  Na- 
t^iraleza,  que  constituyen  la  esencia  de  la  religión  fenicia,  hacen 
que  sus  templos  formen  un  extenso  patio,  en  cuyo  centro  ó  á  una 
dé  sus  extremidades  sé  eleva  sobre  un  basamento,  un  taber- 
náculo que  abriga,  Ó  un  ediculo  que  encierra  el  emblema  mís- 
tico del  poder.  Algunos  como  el  de  Cirium,  tenian  una  cripta 
compuesta  de  varias  cámaras,  y  está  hoy  comprobado  que  exis- 
tieron también  los  templos  subterráneos  llamados  de  prosti- 
tución. 

Los  templos  de  la  Gigantea  en  la  isla  dé  Gozzo,  así  cómo  los 
de  la  isla  de  Malta,  atribuidos  también  á  los  fenicios,  constan  de 


MONUMBNTO  SUBTERRÁNEO   •  377 

cámaras  al  descubierto,  de  planta  ovoide,  construidas  de  enormes 
sillares. 

En  cuanto  á  la  arquitectura  fánel;>re¿  las  tumbas  de  Amrith,  de 
Tiro  y  de  Adlum,  se  hallan  generalmente  perforadas  en  la  roca, 
y  ofrecen  un  carácter  genérico  muy  similar.      . 

Casi  todas  son  subterráneas,  y  se  baja  á  ellas,  á  veces  por  una 
escalera,  pero  más  generalmente  por  un  pozo  en  el  fondo  del  cual 
se  encuentra,  en  dos  de  los  lados,  una  puerta  baja  y  estrecha  que 
conduce  á  cámaras  de  planta  rectangular,  más  6  menos  numero- 
sas, cubiertas,  ya  por  techos,  ya  por  planos  inclinados,  que  for- 
man un  ángulo  diedro  muy  abierto,  ya,  en  fin,  de  forma  cilindri- 
ca, cuya  directriz  es.  un  arco  escarzano  de  mayor  ó  menor 
ñecha. 

Los  cadáveres  se  depositaban  en  sarcófagos  6  bien  en  féretrps 
colocados  en  nichos  practicados  en  los  muros. 

Respecto  á  la  ornamentación  de  estos  monumi^ntos  sepulcra- 
les, sin  que  la  Fenicia  haya  llegado.,  ni  con  mucho,  al  alto  apo- 
geo que  el  Egipto  en  los  variados  frescos  de  sus  tumbas  y  tem^ 
píos,  en  que  tan  brillantemente  consignó  su  historia,  ni  á  los  vas- 
tos cuadros  de  cerámica  esmaltada  de  las  construcciones  asirias 
y  caldeas,  está  hoy  íuera  de  duda  que  los  fenicios,  en  mucha  más 
modesta  esfera,  emplearon  también  en  sus  grutas  la  ornamenta- 
ción polícroma. 

Monumento  carmonmse.-^Las  formas  de  este  monumento  no 
presentan  relación  alguna  con  las  tumbas  de  Egipto,  ni  con  las 
fenicias  y  sólo  en  su  cuerpo  central,  ofrecen  un  reflejo  de  las, 
preh^énicas. 

Como  las  tumbas  de  Atreo,  de  Orcomeno  y  de  Micenas  tiene 
el  monumento  carmonense  una  cámara  de  planta  trapecial  ado- 
sada á  uno  de  los  costados  de  su  colateral;  pero  tan  reducida 
que»  segregado  el  podio  que  cuenta  en  tres  de  sus  costados,  el 
espacio  restante  sólo  hubiera  podido  contener  una  ur^av destina- 
da á  encerrar  los  huesos  del  finado.  ^ 

Además:,  no  se  han  encontrado  «n  el  monumento  restos  hu- 
manos, sarcófagos,  féretros  ni  urnas,  no  existiendo  tarppopo  ex- 
citvación.  alguna  en  el  suelo,  ni  en  las.  paredes  del  .mQripmpnto 


37^  BOLETÍN  DE  LA  REAL  ACADEMIA  DE  LA  HISTORIA. 

mismo,  ni  en  las  de  la  parte  hasta  hoy  descubierta,  de  la  larguí- 
sima galería  que  á  él  daba  acceso.  No  se  ha  hallado,  por  lo  tanto, 
testimonio  alguno  que  justifique  Su  primitivo  destino  fúnebre. 

Hay,  sin  embargo,  que  tener  en  cuenta  las  vicisitudes  que  ha 
atravesado  el  monumento  que  encontró  el  Sr.  Fernández  López 
completamente  terraplenado  y  en  cuyas  sucesivas  capas  se  halla 
explícitamente  consignada  su  historia.  En  el  fondo  han  apareci- 
do restos  de  barros  negros,  enlucidos,  una  pila,  trozos  de  mármol 
y  gran  cantidad  de  huesos  de  animales;  encima  de  este  lecho 
otro  de  restos  romanos  y  sobre  él  goo  monedas,  ciento  de  las 
cuales  corresponden  al  reinado  de  Pedro  I  de  Castilla. 

Se  acusan,  pues,  al  menos,  tres  distintas  civilizaciones,  sepa- 
radas entre  sí  por  espacio  de  muchos  siglos,  que  han  utilizado  el 
monumento,  á  partir  de  la  época  de  su  erección  y  que,  por  lo 
tanto,  dificultan  más  el  fijar  su  primitivo  destino  que,  desde  lue- 
go, no  puede  haber  sido  más  que  templo  ó  hipogeo. 

El  ilustre  descubridor  del  monumento,  Sr.  Fernández  López, 
defiende  con  toda  la  energía  que  le  prestan  sus  arraigadas  con- 
vicciones, lentamente  adquiridas  en  el  curso  de  las  explorado- 
nes,  que  se  trata  de  un  templo  fenicio  consagrado  á  los  sacrifi- 
cios  y,  entre  otras  razones,  que  estimó  de  menor  fuerza,  funda 
principalmente  su  creencia  en  haber  encontrado  gran  cantidad 
de  huesos  de  animales,  que  supone  pertenecientes  á  las  víctimas 
y  á  más  la  pila  de  mármol  de  los  sacrificios. 

Resulta,  pues,  seg^n  el  Sr.  Fernández  López,  un  templo  con 
sus  tres  aberturas  clásicas  y  encima  la  terraza  para  las  aguas  lús- 
trales, un  patio  con  tres  frentes  cortados  en  la  roca  y  el  del£ste 
formado  por  un  muro  de  sillares. 

Por  mi  parte,  teniendo  en  cuenta  los  caracteres  y  prácticas  al 
aire  libre  de  las  religiones  que  profesaban  los  pueblos  prehelé- 
nico y  fenicio  que  dominaron  nuestro  litoral  y  cuyas  influencias 
arquitectónicas  se  evidencian  en  el  monumento,  y  no  encontran- 
do tampoco  testimonio  auténtico  que  denote  haber  sido  un  hi- 
pogeo, no  me  atrevo  á  formular  conclusión  alguna  respecto  á  su 
destino,  hasta  que  pueda  efectuar  detenidos  estudios  basados, 
tanto  en  los  datos  ya  conocidos  y  en  los  que  suministren  las  ex- 


MONUMBKTO  SUBTERRÁNEO  379 

cavaciones  que  restan  por  efectuar,  como  en  las  autorizadas 
opiniones  que  puedan  emitir  personas  más  competentes  que  yo 
en  la  historia  de  los  antiguos  monuitientos. 

Sólo  creo  entrever,  desde  luego,  un  notable  ejemplar  arquitec- 
tónico, en  que  se  han  fundido  las  dos  influencias:  fenicia  y  pre- 
helénica para  constituir  una  obra,  tal  vez  única  en  su  género. 

Revélase,  efectivamente,  en  tan  sigular  monumento,  el  mono- 
litismo  que  domina,  no  sólo  en  las  viviendas  de  los  más  antiguos 
pobladores  de  la  cost^  fenicia,  que  fueron,  por  lo  tanto,  esencial- 
mente troglodistas,  sino  también  en  la  mayor  parte  de  las  tum- 
bas cavadas  en  la  roca,  tanto  por  los  fenicios,  en  la  extensa  época 
en  que  dominaron  la  cuenta  del  Mediterráneo,  cuanto  por  las 
erigidas  en  Cartago  por  sus  sucesores,  y  aparece  además  eviden- 
te la  adopción  del  tipo  de  la  cúpula  prehelénica,  que  alcanza 
mayor  desarrollo  en  los  nuraghes  de  Cerdeña  y  llega  á  su  mayor 
apogeo  en  el  monumento  carmonense,  de  dimensiones  análogas 
á  las  de  los  sardos,  en  planta,  pero  de  menor  elevación.  En  el 
monumento  carmonense  se  sustituyen  los  reducidos  ábsides  del 
nuraghe  de  Zuri,  por  un  colateral  seguido,  dividido  en  tramos  por 
arcos  radiales,  en  cuya  monolítica  masa  parece  entreverse  el 
principio  de  la  estructura  articulada  que  no  ha  de  aparecer  en  el 
arte,  sino  muchísimo  más  tarde.  Debe  además  tenerse  en  cuenta 
el  grado  de  perfeccionamiento  relativo,  con  que  se  ha  practicado 
la  excavación  del  monumento  carmonense;  pues  el  mayor  defec- 
to de  replanteo  que  en  él  se  advierte,  consiste  en  no  estar  bien 
enfilada  la  planta  de  los  arcos  interiores  de  refuerzo  de  la  cúpula, 
con  la  proyección  ortogonal  de  la  lucerna  á  que  acometen,  por 
lo  cual  aparecen  sus  paramentos  muy  alabeados. 

Encuéntrase  asimismo  en  el  monumento  andaluz,  el  empleo 
de  la  ornamentación  polícroma  de  tradición  fenicia. 

Estas  consideraciones  me  inducen  á  presumir  si  el  monumen- 
to carmonense  podrá  ya  corresponder  á  la  época  cartaginesa,  en 
que  se  habían  realizado  marcados  progresos,  tanto  en  el  herra- 
mental, como  en  la  destreza  manual  de  los  obreros. 


^80  BOLETÍN   DB  LA  KEÜL  ACADEMIA  DE  LA   HISTORIA. 


Importancia  del  descubrimiento. 

.  £1  interesante  monumento  subterráneo  que  acabo  de  descri- 
bir, constituye  un  reflejo  fiel  de  las  civilizaciones  prehelénica  y 
fenicia  que  tan  poderosamente  han.  influido  en  la  cultura  hispana. 

.  Sobre  él  aparece  una  segunda  ex,cavación,  practicada  ya  al 
aire  libre,  en  la  parte  superior  de  la  misma  roca,  con  un  ensan- 
che de  segmento  de  círculo,  en  la  cabecera,  que,  con  las  cámaras 
y  galerías  situadas  en  el  resto  del  perímetro,  los  fragmentos  orna- 
mentales, la  estatua  de  mármol  hallada  en  el  seno  de  las  excava- 
ciones  y  restos  de  otra,  dan  mayor  fuerza  á  los  anteriores  descu- 
brimientos de  la  necrópolis,  para  atestiguar  la  exuberante  vida 
que  alcanzó  la  colonia  carmonense  en  las  épocas  pre-romana  y 
romana. 

•.  Síshan  encontrado,  además,  gran  número  de  barros  pre-roma- 
nos,  romanos,  visigóticos  y  de  la  Edad  Media,  cuya  importancia 
arqueológica  se  completa  con  la  interesante  colección  de  numis- 
mática ya  citada. 

Resulta,  pues,  que  los  descubrimientos  que  acabo  de  enume- 
rar pertenecen  á  una  continuada  serie  de  civilizaciones  com- 
prendidas, desde  los  obscuros  tiempos  correspondientes  á  las  más 
antiguas  invasiones  efectuadas  en  la  Península  ibérica,  hasta  la 
Edad  Media  inclusive,  en.  los  que  se  halla  indudablemente  gra- 
bada la  historia  de  una  de  las  más  ricas  regiones  de  Andalucía  y 
que  constituye,  por  lo  tanto,  un  interesantísimo  arsenal  de  estu- 
dios,  en  que  el  arqueólogo,  el  historiador  y  el  artista  encuentran 
ancho  campo  para  sus  aficiones  respectivas,  que  han.  de  contri- 
buir poderosamente  al  esclarecimiento  de  nuestra  historia. 

£1  descubridor  de  estos  instructivos  monumentos,  que  viene 
hace  muchos  años  consagrado  á  tan  patrióticas  tareas,  poseído 
m^s  que  nunca  de  su  ferviente  anior  á  la  Patria,  continúa  con 
ardor  las  excavaciones,  coa  lo  cual,  á  más  de.prestar  tan  seña- 
lados servicios  á  la  Ciencia  arqueológica  y  á  las  artes  en  gene- 
ral, contribuye  también  en  su  muy  modesta  esfera,  á  aliviar  la 


NECRÓPOLIS  DE  CRRMONR 

Croquis  del  Monumento  subterráneo  monolítico  cortado  en  la  roca, 
descubierto  por  el  Académico  correspondiente  de  la  de  S.  Fernando  y  de 
la  de  la  historia,  Sr.  D.  Juan  Fernández  López. 


1  •     1 

^-    i^á.^-  ^ 

^X" 


C 


e 

O-  , 


-  í 


..'v,. 


íV%S 


B 


V- 


Adolfo  Fdez.  Caa«nova.-Arq. 


/'  la^vbu  ■ 


Fot.    Lacoste.'Msdrid. 


RENACIMIENTO   Ó   láoVIMIENTO  LITERARIO   MUSULMÁN  381 

aflictiva  situación  ert  que  se  encuentran  las  clases  obreras  de 
Andalucía. 

Además,  este  ilustre  explorador  nacional,  en  unión  del  docto 
artista  y  arqueólogo  inglés,  Sn  D.  Jorge  Bonsor,  copropietarios 
de  la  necrópolis  carmonense,  han  logrado  descubrir  tan  intere- 
sante monumento  romano,  sin  auxilio  ninguno  del  Estado,  á 
costa  de  perseverantes  esfuerzos  y  cuantiosos  sacrificios  perso- 
nales, por  lo  cual  considero  muy  procedente  repetir  la  propues- 
ta que  hace  veinte  años  hicieron,  sin  resultado  alguno,  las  Aca- 
demias de  la  Historia  y  de  San  Fernando,  presentando  de  nueva 
dichos  señores  á  la  Superioridad,  para  una  recompensa  honorí- 
fica digna  de  tan  señalados  merecimientos. 

Madrid,  35  de  Febrero  de  1906. 

Adolfo  Fernández  Casanova. 


III 
RENACIMIENTO  Ó  MOVIMIENTO  LITERARIO  MUSULMÁN 

Cuando  en  Marzo  de  1893  ^i  cuenta  á  la  Academia  del  primer 
libro  árabe  litografiado  en  Fez,  que  había  llegado  á  mis  manos» 
y  casi  era  el  primero  que  llegaba  á  mi  noticia,  indiqué  la  sospe- 
cha de  que  fueron  muchas  las  obras  publicadas  de  este  modo,  y 
que  sin  duda  las  habría  interesantes  para  nosotros  (l):  varias 
veces  he  tenido  después  ocasión  de  tratar  del  mismo  asunto  á 
medida  que  llegaban  á  mis  manos  nuevos  libros  adquiridos  para 
la  Academia,  la  cual,  en  virtud  de  mis  indicaciones,  llegó  á 
tomar  el  acuerdo  de  encargar  al  jefe  de  la  Comisión  militar,  que 
residía  en  Fez ,  el  que  procurase  adquirir  para  la  Academia  un 
ejemplar  de  cada  una  de  las  obras  publicadas,  ya  que  no  era 
fácil  que  se  nos  proporcionara  catálogo  de  lo  impreso,  porque 
aun  en  este  supuesto  hubiera  sido  imposible  en  muchos  casos 
darse  cuenta  de  la  importancia  de  cada  una  de  las  obras ,  para 

(i)    Boletín  de  la  Academia,  tomo  xxii,  pág.  294.  ^ 


^82  boletín  DB  la  R£AL  ACADBICU.  DE  LA  HISTORIA. 

hacer  una  selección  acertada:  incitaba,  por  otra  parte,  á  tomar 
este  acuerdo  radical  la  circunstancia  del  precio  módico  á  que  se 
vendían  tales  libros:  pero  los  moros,  á  quienes  se  pidieron  datos 
por  nuestros  militares,  no  sabían  ó  no  querían  saber  de  tal  indus- 
tria de  reproducción  de  libros  por  la  litografía ,  y  les  aseguraron 
que  no  había  tales  libros. 

Durante  bastantes  años  hemos  ido  teniendo  noticia  de  alguno 
que  otro  libro  litografiado  en  Fez,  que  se  anunciaba  en  catálogos 
de  librerías  alemanas ,  las  cuales  comenzaron  á  incluir  también 
algunos  libros  impresos  ó  litografiados  en  Oriente :  en  estos  últi- 
mos años  este  comercio  de  los  libreros  alemanes  se  ha  acentuado 
bastante;  pero  siempre  resultaba  que  de  los  libros  publicados  en 
el  Cairo,  que  había  visto  indicados  en  el  catálogo  de  la  Bibliote- 
ca del  Kedive,  no  era  fácil  adquirir  ejemplares. 

Hoy  las  cosas  han  variado  bastante;  en  Argel  conocimos  hace 
un  año  á  un  librero  musulmán,  que  nos  facilitó  el  catálogo  de  las 
obras  que  tenía  en  su  almacén,  de  las  cuales,  tanto  mi  compañero 
de  viaje,  mi  sucesor  en  la  cátedra  de  Árabe,  Sr.  Asín,  como  yo, 
compramos  algunas  de  las  que  más  nos  interesaban,  referentes 
á  nuestras  especiales  aficiones. 

Para  seguir  en  relaciones  con  nuestro  librero  de  Argel,  le 
dejamos  nota  de  nuestro  domicilio,  encargándole  nos  remitiese 
los  nuevos  catálogos,  como  lo  ha  hecho  con  los  dos  que  ha  pu- 
blicado: el  último,  en  virtud  del  cual  hicimos  un  pedido  de  varios 
libros,  que  recibimos  á  los  pocos  días,  me  sugirió  la  idea  de  lla- 
mar la  atención  de  la  Academia  acerca  del  movimiento  ó  rena- 
cimiento literario  musulmán. 

Aun  entre  los  musulmanes  de  Marruecos,  que  nos  obstinamos 
en  suponer  semi-bárbaros ,  hay  un  gran  movimiento  literario, 
como  lo  prueban  los  muchos  libros  que  publican,  ya  antiguos,  ya 
escritos  recientemente,  como  tuve  ocasión  de  hacer  notar  al  dar 
cuenta  á  la  Academia  de  la  interesante  obra  de  Ahmed  AtiasirL 
Historia  del  Almagrcb  (i),  que  llega  á  tratar  de  la  Embajada  á 
Marruecos  del  general  Martínez  Campos. 

(i)    Boletín  de  la  Academia,  tomo  xxx,  pág.  251. 


RBNACIMIBKTO  Ó  MOVIMIBNtO  UTBRARK)  MUSULMÁN  3&3 

Los  catálogos  del  librero  Ahmed  ben  Mourad,  de  Argel,  nos 
dan  á  conocer  un  movimiento  literario  musulmán  en  Fez,  Argel, 
Túnez,  el  Cairo,  Kazan  y  aun  en  la  India,  del  que  no  teníamos 
noticia  en  Europa ,  ni  aun  los  que  nos  dedicamos  con  predilec* 
ción  á  estos  estudios. 

Baste  decir  que  el  último  catálogo  comprende  la  enumeración 
de  unas  8o  obras  de  las  publicadas  en  Fez ,  y  más  de  700  de  las 
publicadas  en  otros  países  musulmanes,  pues  hay  que  advertir 
que  los  catálogos  de  Aben  Mourad  no  contienen  libros  publica- 
dos en  Europa,  ni  aua  por  europeos  en  Argel,  según  creemos. 

Adviértase  que  el  catálogo  á  que  nos  referimos  está  redactado 
en  árabe,  sin  que  haya  en  francés  más  que  la  portada  de  la  cu- 
bierta ( I ):  también  es  de  notar  que  los  libros  no  están  cataloga- 
dos de  un  modo  revuelto,  sino  por  materias,  exceptuando  los 
publicados  en  Fez,  que  constituyen  como  un  apéndice. 

En  cada  una  de  las  secciones  hay  libros  importantes  antiguos 
y  probablemente  modernos,  pues  el  catálogo  está  redactado  de 
modo  que  no  podemos  damos  cuenta  de  los  libros,  cuyos  títulos 
no  conozcamos  previamente ,  ya  que  muchas  veces  no  se  indica 
el  nombre  del  autor  ó  se  indica  de  un  modo  incompleto. 

Huelga  decir  que  los  libros  españoles ,  ó  que  tratan  de  cosas 
de  España,  son  los  que  más  nos  han  llamado  la  atención:  entre 
estos  últimos  merece  mención  especial  la  obra,  hasta  ahora 
inédita,  de  Almacarí,  que  para  la  Academia  se  adquirió  en 
Túnez,  de  la  cual  sólo  se  conocía  en  Europa  un  tomo  existente 
en  la  Biblioteca  Nacional  de  París,  y  que  la  Academia  tiene 
completa  en  sus  dos  grandes  volúmenes  en  folio. 

De  autores  españoles  constan  en  el  catálogo  varios  tratados 
de  Averroes  ,  con  no  pocos  comentarios, — obras  de  Abenalbei- 
tar,  —  de  Abenabderabihi,  —  de  Abenabdelbar , — de  Abensid  el 
de  Badajoz, — de  Abenaljatib  su  compendio  en  verso  de  la  His- 
toria de  España^  que  ya  tiene  la  Academia,  y  dos  tomos  de  la 


(i)  Catalogue  \  des  h'vres  \  orientaux  et  marocains,  \  Ahmed  ben  Mourad 
Turquí  \  libraire  |  13  Rué  Randon,  13  |  Alger  |  1906  |  Ce  Catalogue  annu- 
le  tous  les  preceden ts. 


>384  '  BOLETÍN  DB  LA  RBAL  ACADBMU  DE  lA   HISTORIA. 

Ihatá,  que  se  está  imprimiendo  en  el  Cairo, — obras  de  Mohiedin 
Albenalarabi,— de  Abenjacán, — los  17  tomos  del  Murciano 
Abensida, — de  Abenhazam,  Historia  de  las  religiones^  en  la  que 
se  pone  de  manifiesto  el  carácter  incisivo  del  autor,  que  trata  de 
un  modo  insolente  y  procaz  á  sus  adversarios  cristianos  y 
judíos,  sin  que  sea  más  benévolo  con  sus  adversarios  de  las  di- 
ferentes sectas  ó  escuelas  musulmanas;  y  por  cierto  que  también 
figura  en  el  catálogo  el  opúsculo  escrito  contra  los  cristianos  por 
el  Truchimán  Abdala,  el  presbítero  mallorquín,  que  se  hizo  mu- 
sulmán en  Túnez,  donde  se  venera  su  sepulcro:  aunque  el 
opúsculo  estaba  ya  publicado  en  Túnez,  no  habíamos  podido 
proporcionarnos  sino  la  traducción  francesa:  cosa  singular,  entre 
los  apologistas  del  Islamismo  los  dos  que  probablemente  cono* 
cían  mejor  la  religión  cristiana,  eran  españoles. 

Ahora  bien:  ¿el  movimiento  literario  que  se  manifiesta  entre 
los  musulmanes,  publicando  como  para  su  uso  exclusivo,  libros 
antiguos  de  religión,  de  historia,  de  gramática,  y,  en  último  tér- 
mino, de  todos  los  ramos  del  saber  musulmán,  deberá  conside- 
rarse como  renacimiento  después  de  un  período  más  ó  menos 
largo  de  letargo,  ó  es  continuación  de  lo  hecho  anteriormente 
sin  interrupción,  pero  que  ha  sido  casi  completamente  descono- 
cido para  los  europeos? 

Nos  parece  que  hay  algo  de  las  dos  cosas,  y  vamos  á  exponer 
brevemente  las  razones,  en  las  que  nos  fundamos. 

Es  indudable  que  en  los  últimos  siglos  xvii,  xviii  y  xix  de 
nuestra  Era,  los  musulmanes  de  Marruecos  han  seguido  cultivan- 
do las  letras  con  el  mismo  ardor  que  en  los  siglos  anteriores:  es 
verdad  que  hasta  hace  pocos  años  serían  muy  pocos  los  europeos 
que  tuviesen  alguna  noticia  y  conocimiento  de  escritores  mo- 
dernos del  Almagreb;  pero  hoy  en  los  libros  publicados  recien- 
temente encontramos  citas  y  biografías  de  muchos  autores  de 
estos  siglos  con  muchísimos  datos  bibliográficos,  hasta  tal  punto 
que  la  bibliografía  de  autores  marroquíes  posteriores  á  Almacari, 
que  tenemos  reunida  en  papeletas,  aún  sin  haber  copiado  los 
títulos  de  las  obras  de  cada  autor,  nos  daría  para  publicar  un 
tomo  regular. 


RENACIMIENTO  Ó  MOVIMIENTO  LITERARIO  MUSULMÁN  385 

Baste  decir  que  en  1 898  se  ha  publicado  en  Fez  una  obra  en 
tres  tomos  escrita  dos  años  antes:  la  obra  puede  decirse  que  es 
principalmente  biográfica  de  personajes  enterrados  en  alguno  de 
los  cementerios  de  Fez,  y  en  ella,  el  autor  Mokátned,  hijo  de 
Chafar^  hijo  de  IdriSy  el  Catani  (l),  además  de  dar  las  biografías 
<le  bastantes  literatos  antiguos,  entre  ellos  de  algunos  españoles 
-de  quienes  da  buenas,  y  á  veces  peregrinas  noticias,  como  era 
de  suponer,  trata  principalmente  de  literatos  y  santones  de  los 
últimos  siglos. 

Más  de  140  autores  resultan  biografiados  en  la  obra  de  Alca- 
taní,  y  es  seguro  que  de  ellos  casi  todos  los  pertenecientes  á  los 
siglos  XI,  xn  y  xiu  de  la  hégira  (xvii,  xviii,  xix  y  xx  de  J.  C.) 
•eran  desconocidos  en  Europa,  y  merecerían  que  sus  obras  fueran 
objeto  de  estudio  especial  de  algunos  arabistas  europeos. 

De  los  datos  que  resultan  de  Alcataní,  en  los  siglos  xi,  xii  y  xiii 
•de  la  hégira  las  letras  fueron  cultivadas  en  Fez  con  no  poco 
^esplendor,  al  menos  en  cuanto  al  número  de  escritores,  ya 
que  de  su  mérito  poco  podríamos  decir  por  no  haberse  estu- 
diado sus  obras  en  Europa:  de  mis  notas  tomadas  de  Alcataní 
resultan  22,  escritores  del  siglo  xi  de  la  hégira, — 42  del  xii  y  37 
-del  xiii. 

Que  el  movimiento  literario  musulmán  en  Marruecos  no  ha  sido 
peculiar  6  exclusivo  de  Fez,  nos  lo  prueba  de  un  modo  concreto 
alguna  de  las  obras  de  un  autor  citado  por  Alcataní,  y  que 
publicada  también  en  Fez ,  hemos  podido  utilizar  (2).  El  autor 
Mohámed  Aseguir  da  amplias  noticias  de  escritores  del  siglo  xi 
de  la  hégira,  poniendo  las  biografías  de  hasta  75  escritores,  de 
los  cuales  sólo  8  están  repetidos  entre  los  22  que  de  este  siglo 
hemos  visto  que  cita  Alcataní:  del  mismo  autor  Mohámed  Ase- 


(i)   J^JJ!  ^  jS  ^^  j^Lw^y!  i3■^U^^  ^LáJYI  iiJL  ^\:< 

.(J*'  .  (vTC^ ^^ J  —  Obra  que  en  catálogos  europeos  veo  anunciada 
en  60  francos  y  en  32  marcos,  y  en  uno  de  los  catálogos  de  Aben  Mourad 
en  26  francos:  de  este  mismo  autor  encuentro  citadas  en  los  catálogos  otras 
^cuatro  obras. 

(2)    Vide,  Boletín  de  la  Academia,  tomo  xxiv,  pa^.  373. 

TOMO  XLVUL  25 


3S6  BOLETÍN   DE   LÁ  REAL  ACADEMIA  DE   LA    HISTORIA. 

guir  hay  otra  obra  muy  importante  publicada  y  traducida  por 
Mr.  Houdas  (l). 

De  escritores  orientales  de  los  últimos  siglos  tenemos  anotado 
poco,  aunque  algunos  hemos  adquirido,  pues  en  general  no 
teníamos  interés  especial  por  ellos:  pueden  verse  muchísimos  en 
el  catálogo  de  la  Biblioteca  del  Cairo. 

Para  probar  el  movimiento  literario  musulmán  en  Oriente 
durante  los  últimos  siglos,  bastaría  citar  la  importante  obra  de 
Seid  Mohámed  Mortada,  exponiendo  en  13  tomos  la  Ihiya  del 
gran  filósofo  musulmán  Algazalí:  obras  de  esta  importancia,  en 
la  cual  el  autor  aprovecha  libros  de  Algazalí  que  ni  de  nombre 
eran  conocidos  en  Europa  por  los  que  en  estos  últimos  años  se 
han  ocupado  en  el  estudio  de  la  Filosofía  árabe  y  aun  de  la  espe- 
cial de  Algazalí,  6  Algazel,  como  le  llaman  nuestros  autores  anti- 
guos, no  podían  ser  escritos  á  principios  del  siglo  pasado,  sin 
que  tuviera  muchos  precedentes  en  el  siglo  xviii. 

Y  por  cierto  que  refiriéndonos  á  esta  obra,  que  no  habíamos 
visto,  y  cuya  importancia  científica  estábamos  muy  lejos  de  sos- 
pechar, decíamos:  «Sin  temor  de  equivocarnos,  podemos  asegu- 
rar que  ningún  europeo  habrá  leído  las  5* 1 81  páginas  de  la  mo- 
derna exposición  ó  comentario  del  tantas  veces  comentado  Al- 
gazalí:» (2).  Si  en  1897  ^ra  esto  verdad,  como  supongo,  hoy  no 
podría  afirmarse,  pues  al  menos  lo  ha  leído  un  español,  el  pro- 
fesor de  Árabe  D.  Miguel  Asín,  quien  lo  ha  estudiado  detenida- 
mente al  exponer  las  doctrinas  de  Algazalí  en  un  extenso  tra- 
bajo que  acerca  de  este  autor  se  le  encargó  para  la  obra  que  con 
el  título  de  Dictionary  of  Religions  va  á  publicarse  en  Escocia 
bajo  la  dirección  de  J.  Hastings. 

Pero,  ¿resulta  hoy  algún  movimiento  más  marcado  del  cultiva 
de  las  ciencias  musulmanas  por  los  musulmanes?  Nos  inclinamos 
á  creer  que  sí ,  y  que  no  depende  sólo  de  la  marcha  general  de 


(i)  De  esta  obra  no  sabíamos  que  hubiera  sido  traducida,  pues  sólo 
habíamos  utilizado  el  texto  árabe  cuando  dimos  cuenta  de  su  publicación: 
tomo  XXIV,  pág.  373:  nos  fuó  advertido  el  error  por  nuestro  amigo  Sr.  Da- 
vid Lopes. 

(2)    Boletín  dk  la  Academia,  tomo  xxx,  pág.  52. 


CONCILIO   NACIONAL  DE   BURGOS  387 

las  cosas  por  la  grandísima  íacilidad  que  para  ello  proporcionan 
la  imprenta  y  litografía,  sino  que  en  mi  sentir  hay  un  gran  mo- 
vimiento especial  del  Islamismo,  producido  por  reacción  en  vir- 
tud de  las  circunstancias  políticas  de  dominación  extranjera  en 
Egipto,  Túnez  y  Argelia  y  la  amenaza  que  de  esta  misma  domi- 
nación pesa  sobre  los  musulmanes  de  Marruecos. 

Que  en  este  movimiento  influye  el  sentimiento  religioso  mu- 
sulmán ,  lo  indica  la  predilección  especial  por  publicar  las  obras 
de  Algazalí,  el  más  profundo  expositor  de  las  más  elevadas  doc- 
trinas  musulmanas. 

La  circunstancia  de  que  el  editor  egipcio  del  libro  del  Truchi- 
mán Abdala,  el  apóstata  mallorquín,  se  comprometa  á  publicar 
por  su  cuenta  las  obras  de  polémica  religiosa  contra  los  cristia- 
nos que  se  le  faciliten,  y  el  hacerlo  á  beneficio  de  quien  envíe 
los  originales ,  prueba  que  en  el  Cairo  hay  al  menos  un  editor  á 
quien  mueve  en  gran  manera  el  sentimiento  religioso  musulmán 
de  lo  cual  puede  inferirse  que  el  tal  librero  y  sus  clientes  ordi- 
narios no  serán  muy  afectos  á  la  dominación  inglesa. 

Madrid,  5  de  Abril  de  1906. 

Francisco  Codera. 


IV 
CONCIUO  NACIONAL  DE  BURGOS  (18  FEBRERO  11 17) 

TEXTO    INÉDITO 

El  Excmo.  é  limo.  Sr.  D.  Benito  Múrua  y  López,  actual  obis- 
po de  Lugo,  acaba  de  enviarme  (l)  para  presentarla  en  su  nom- 
bre á  la  Academia,  la  fotografía  en  tamaño  natural  de  un  vetus- 
to pergamino,  ancho  157,  alto  175  milímetros,  que  obra  en  el 
archivo  de  aquella  Santa  Iglesia  y  lleva  al  dorso  las  signaturas 
siguientes: 

(i)    Carta  del  14  del  mes  corriente. 


SSS  BOLETÍN  DE   LÁ   RSAL  ACADEBUA  DB  LA    HISTORIA. 

I.*     Primitiva,  en  tipo  de  transición  del  visigótico  al  galicano: 
decretum  donmo  boso  cardinalis  sánete  romane  ecciesi^- 


2.*  Letra  del  siglo  xvi:  Legaxo  2.**,  n.^  43.  Concilio  celebrado 
en  Burgos  año  de  11 07. 

3.*  Letra  del  siglo  xviii:  Concilio  celebrado  en  Burgos,  a  que 
concurrieron  Vn  Legado  de  la  S^  Silla  Apostólica  y  Obpos  de  di- 
ferentes partes,  en  que  se  corrigen  ^muchos)  yerros  que  auia,  asi 
en  el  estado  eclesiástico  como  el  seglar.  Año  de  noy 

Pronto  demostraré  que  la  fecha  de  este  concilio  es  la  que  mar- 
co en  el  título  del  presente  Informe. 

Como  punto  de  partida  para  el  examen  crítico  de  tan  curioso 
instrumento,  el  sabio  obispo  de  Lugo  se  ha  dignado  escribirme: 
«El  ejemplar  del  concilio  de  Burgos,  cuya  fotografía  acompaño, 
ha  estado  siempre  entre  otros  documentos,  privilegios  y  dona- 
ciones, trazados  en  pergamino  que  datan  de  más  remota  anti- 
güedad que  la  de  éste;  documentos  de  los  que  hizo  una  colec- 
ción el  R.  P.  Maestro  Fr.  Pablo  Rodríguez,  Regente  del  Real 
Colegio  de  Eslonza  en  el  año  mil  setecientos  sesenta  y  tres  con 
el  título  Colección  de  lo  contenido  en  el  Twnio  antiguo,  y  difereti- 
tes  privilegios  existentes  en  el  archivo  de  esta  Santa  Iglesia  y  en 
el  de  la  Dignidad  Episcopal,  Este  libro  pertenece  al  archivo  ca- 
tedral, numerado  estante  11,  núm.  5.  Tiene  dos  partes. 

En  la  última,  que  titula  BuUarium  Lucensis  Ecclesiae,  in  quo 
fideliter  continentur  aliqua  Provincialia  Concilla,  el  primer  do- 
cumento que  trae  copiado,  en  la  página  doscientos  cuarenta  y  uno, 
es  el  concilio  en  cuestión,  al  que  añade  la  siguiente  nota:  «Nihil 
aliud  in  membrana  istius  Concilü  reperitur  transcriptum;  unde 
apparet  ejusmodi  transumptum,  seu  •  scriptio,  vulgo  copia,  non 
fuisse  integraliter  absoluta.  Hoc  tamen  non  obstante,  non  par- 
va meretur  ñdes;  utpote  antiquum  instrumentum  inter  alia  au- 
thentica  repositum.» 


\ 


CONCIUO  NACIONAL  DB  BURGOS  389 

Sobre  si  merece,  6  no,  mucho  crédito  la  escritura,  poco  mon- 
tan las  dos  razones  en  que  se  fijó  el  P.  Rodríguez.  Nada  le  falta 
al  texto  para  que  sea  completo;  porque,  si  bien  el  renglón  pos- 
trero deja  algún  espacio  en  blanco,  suficiente  para  contener  otro 
canon,  el  motivo  pudo  ser  que  en  realidad  no  le  hubo,  como  en 
realidad  así  fué.  La  copia^  pues  copia  es  contemporánea  del  con- 
cilio, no  bastardea  por  ese  lado.  Es  antigua  y  se  halla  recogida 
entre  otros  documentos  dignos,  á  no  dudarlo,  de  crédito;  mas  de 
ahí  no  se  infiere  que  sea  auténtica.  Hay  que  examinarla  á  fondo 
y  depurarla  críticamente. 

Lo  primero  que  hace  fruncir  el  ceno  del  lector  erudito  son  los 
retoques  y  la  contradicción  cronológica  del  encabezamiento: 

Año  de  la  Encarnación:  «.m.c.vii.». 

Indicción :  «.ix.». 

Mes  de  Febrero. 

XI 

Día:  «.II  X.»  de  las  calendas  de  Marzo. 

El  numeral  del  día  está  retocado,  habiéndose  raspado  el  <ii> 
que  precedía  á  la  «x>,  y  viéndose  ahora  sobrepuesto  á  la  mis- 
ma. En  el  pergamino  original,  del   cual  éste   es  copia,  debió 

o 

escribirse  <u°x*^»,  ó  bien  «ux»,  ó  <iix>  y  leerse  duodécimo.  El 
día  del  concilio  corresponde  al  18  de  Febrero. 

Si  se  observa  bien  el  numeral  de  la  indicción  (.ix.)  en  el  ejem- 
plar fotográfico<  aparece  el  primer  punto  (.)  dislocado,  ó  no  guar- 
dando la  conveniente  distancia  entre  este  numeral  y  el  vocablo 
Indictione.  Está  allí  ese  punto  postizo,  como  embutido  ó  sobre- 
añadido por  la  misma  mano  que  del  primer  punto  genuino  hizo 
una  I.  Las  demás  íes  en  todo  el  manuscrito,  no  presentan,  como 
ésta,  en  su  remate  inferior  el  punto  cuadrado  que  la  distingue  y 
que  revela  la  torpe  tentativa  de  una  deformación  evidente.  La 
genuina  indicción  es,  por  consiguiente,  la  x,  que  solamente  pudo 
recaer, — durante  el  mes  de  Febrero' y  dentro  del  intervalo  de 
tiempo  que  la  paleografía  determina, — en  uno  de  tres  años: 
el  II02,  el  1 1 17  y  el  I132.  Que  no  fué  este  último,  lo  prueba 
el  haber  asistido  al  concilio  el  arzobispo  de  Toledo  D.  Bernardo; 


390  BOLETÍN   DE   LA   REAL   ACADEMIA  DE   LA   HISTORIA. 

el  cual  falleció,  como  lo  demostré  ( I ),  en  3  de  Abril  de  II 24. 
La  exclusión  del  año  1 102  se  patentiza,  porque  el  obispo  de  Mon- 
doñedo,  que  también  asistió,  se  titula  Vallibriense;  dictado  que 
no  corresponde  á  los  obispos  de  aquella  Sede  antes  de  que  rei- 
nase (l.*' Julio  1 109-7  Marzo  1 126)  doña  Urraca,  hija  de  Alfon- 
so VI,  como  lo  ha  probado  el  eximio  P.  Flórez  (2).  El  año  del 
concilio,  si  ha  de  avenirse  con  la  indicción  segurísima,  fué,  por  lo 
tanto,  el  1117. 

Este  año  de  la  era  vulgar,  demostrado  por  la  indicción  x,  era 
en  Febrero  el  mismo  año  iii']  de  la  Encarnacióny  segün  el  ¡cóm- 
puto Pisano,  seguido  comúnmente  por  la  Curia  romana  de  aquel 
tiempo,  y  al  que  debía  acomodarse  el  cardenal  Bosón,  que  pre- 
sidió el  concilio  de  Burgos,  siendo  entonces  Legado  de  la  Sede 
Apostólica  en  las  Españas:  Apostolicae  Sedis  per  Hispanias  tune 
Legato,  La  errata  del  ano  de  la  Encarnación  (.m.c.vii.),  señala- 
do por  el  escritor  del  presente  pergamino,  se  reduce  á  la  omisión 
de  una  x;  errata  no  poco  frecuente  en  la  transcripción  de  los  do- 
cumentos de  aquella  época  por  distracción  del  amanuense.  El  ver- 
dadero numeral,  al  presentarse  á  discusión  el  texto,  debe  resta- 
blecerse así:  «M.c.[x]vii.». 

A  nadie  pueden  sorprender  las  incorrecciones,  que  dejo  rec- 
tificadas (3),  si  atendiere  á  los  clarísimos  indicios  que  ofrece  este 
instrumento  de  no  ser  el  original.  Es  copia  contemporánea, 
mas  no  coetánea,  de  las  actas  conciliares.  Si  se  hubiese  escrito 
en  el  mismo  año,  ó  en  el  seno  de  la  Asamblea,  no  veríamos  el 
adverbio  tune  calificando  la  acción  del  Legado  pontificio  que  la 
presidió,  ni  se  habrían  omitido  los  nombres,  significados  por  en- 
tero ó  al  menos  por  sus  iniciales,  de  los  obispos  asistentes.  Afir- 
mada que  sea  la  fecha  con  toda  seguridad,  nada  nos  habrá  de 
costar  el  reconocerlos. 

No  hicieron  mérito,  ni  dieron  la  menor  noticia  de  este  conci- 
lio nuestros  historiadores.  Tampoco  lo  indicaron  D.  Juan  Teja- 


(i)    Boletín,  tomo  vii,  pág.  423. 

(2)  España  Sagrada,  tomo  xviii(2.*  edición),  pág.  124.  Madrid,  1789. 

(3)  Acerca  de  semejantes  alteraciones  véase  el  tomo  xxxvi  de  la  Es- 
paña Sagrada,  págs.  244  y  260;  y  el  tomo  viii  del  Boletín,  págs.  50  y  51. 


CONCILIO   NACIONAX   DB  BURGOS  39 1 

da  (I),  el  P.  Gams  (2)  y  D.  Vicente  de  La  Fuente  (3).  Ha  pa- 
decido hasta  hoy  la  suerte  de  tantos  otros,  que,  ocultos  en  los 
archivos  de  nuestras  catedrales,  aguardan  el  momento  afortuna- 
do  de  salir  á  iluminar  con  vivos  destellos  el  curso  de  la  antigua 
historia,  civil  y  eclesiástica,  de  España. 

La  acción  del  concilio,  atestiguada  por  la  presente  íotografla, 
se  puede  resumir  en  breves  términos.  Fué  nacional,  toda  vez 
que  á  él  concurrieron  prelados  de  diferentes  Estados  españo- 
les; celebróse  en  Burgos  á  18  de  Febrero  de  1 1 17;  lo  presidió  el 
cardenal  Bosón,  Legado  del  Papa  Pascual  II;  y  en  él  tomaron 
asiento  con  voz  y  voto  para  decretar  dieciséis  cánones  discipli- 
nares bajo  la  suprema  dirección  del  Legado  pontificio  el  arzo- 
bispo de  Toledo  D.  Bernardo,  y  diez  obispos,  que  fueron  Pedro 
de  Palencia,  Diego  de  León,  Pelayo  de  Oviedo,  Hugo  de  Opor- 
to,  Gonzalo  de  Coimbra,  Jerónimo  de  Salamanca,  Munio  ó  Ñuño 
de  Mondoñedo,  Pascual  de  Burgos,  San  Olaguer  de  Barcelona 
y  Juan  de  Nimes.  Acudieron  sin  duda,  conforme  era  costumbre 
en  semejantes  casos,  varios  abades  y  magnates;  y  no  faltó,  se- 
gún parecen  indicarlo  varios  documentos  ó  diplomas  notabilísi- 
mos, la  reina  doña  Urraca  con  su  hijo  D.  Alfonso  VIL 

De  otra  acción,  que  el  concilio  ejerció,  consta  por  una  bula 
de  Calixto  II,  fechada  en  5  de  Marzo  de  1 120,  cuyo  texto  pue- 
de verse  impreso  en  la  grande  obra  de  Migne  (4),  y  que  dice  así: 

Calixtus  episcopus,  servus  servorum  Dei,  venerabili  fratri 
P(elagio)  Bracharensi  episcopo  salutem  et  apostolicam  benedic- 
tionem. 

Portugalensis  episcopatus  ecclesias,  quas  Bracharensis  eccle- 
sia  usurpabat,  dominus  predecessor  noster,  sánete  memorie  Pas- 
chalis  papa,  confratri  nostro  Plugoni  Portugalensi  episcopo, 
secundum  antiquam  terminorum  definitionem  restituendas,   lit- 


(i)     Colección  de  cánones  y  de  todos  los  concilios  de  la  Iglesia  de  España^ 
tomo  III.  Madrid,  1861.  En  el  apéndice  del  tomo  v  tampoco  se  menciona. 

(2)  Series  episcoporum  Ecclesiie  catholicíe,  pág.  2.  Ratisbona,  1873. 

(3)  Historia  eclesiástica  de  España,  tomo  iv  (2.*  edición),  pág.  587. 
Madrid,  1873. 

(4)  Patrología  latina^  tomo  clxui,  col.  1172.  París,  1884. 


59^  boletín  de  la  real  academia  de  la  historia. 

terarum  suarum  auctoritate,  mandavit  (l);  quod  cum  minime 
impleretur,  ipse  canonicam  tam  super  easdem  ecclesias,  quam 
super  contemptores  iustitiam  assecutus  est  (2).  Qua  postea  simi- 
líter  audaci  teilneritate  contempla,  fiüus  noster  B(oso)  presbiter 
cardinalis,  in  partibus  illis  apostolice  Sedis  legatus,  graviorem^ 
sicut  accepimus,  inde  in  Burgensi  concilio  sententiam  tulit. 

Nos  itaque  predicti  domini  nostri  vestigia  subponentes,  itera- 
ta  Sedis  apostolice  preceptione  mandamus  ut,  ínfra  quadraginta 
dies  postquafn  ad  te  littere  iste  pervenerint,  predicto  fratri  nos- 
tro  Hugoni  Portugalensi  episcopo  easdem  ecclesias  cum  rerura 
suarum  facías  integritate  restituí.  Alioquin,  nos  extunc  sepedicti 
domini  nostri  et  legati  sui  (3)  sententiam  equítate  canónica  pro- 
mulgatam,  apostolice  Sedis  auctoritate  confírmalas,  tibi  ponti- 
ficale  officium  doñee  eí  satisfacías  interdicimus. 

Datum  Beveris,  tertio  nonas  martii. 

Para  obtener  esta  bula  (5  Marzo  1 1 20),  histórica  del  concilio 
de  Burgos  (18  Febrero  I117)  al  que  había  personalmente  asisti- 
do, y  también  para  conseguir  otra  (2  Marzo  1 1 20),  fundamental 
de  aquélla  (4),  y  finalmente  las  que  tocaban  al  encumbramiento 
de  la  Silla  Compostelana  que  también  consiguió  (5)»  emprendi- 
do había  el  obispo  de  Oporto  un  largo,  penoso  y  arriesgadísimo 
viaje  desde  las  orillas  del  Sar  hasta  las  del  Ródano.  Así  lo  decla- 
ró él  mismo  (6),  estando  en  Logroño  y  disfrazado  de  pobre  pe- 


(i)    Por  la  bula  solemne,  fechada  en  Benevento  á  15  de  Agosto  de  1 1 15. 

(2)  En  18  de  Junio  de  1116.  Véase  Loewenfeld,  Regesta  Romanorum 
PorUificum^  núm.  6.527.  Leipsick,  1885. 

(3)  Legado  de  Pascual  II.  Nótese  bien. 

(4)  «Ecclesiae  Portugalensis  protectionem  (Calixtus  II)  possessionesque 
conñrmat.»  Loewenfeld,  núm.  6.829. 

(5)  Valencia  sobre  el  Ródano,  26  Febrero  1 1 20:  Delega  Calixto  la  dig- 
nidad de  Metropolitano  Emeritense  á  Diego  Gelmírez  y  á  sus  sucesores 
en  la  Sede  Compostelana;  nómbrale  vicario  apostólico  sobre  las  pro- 
vincias metropoliticas  de  Mérida  y  Braga;  y  lo  notifica  al  clero  de  ambas 
provincias. 

(6)  «Adeo,  Deo  juvante,  Papam  Calixtum  missus  a  Compostellano 
Episcopo  causa  Ecclesiam  B.  Jacobi  sublimandi,  videlicet  ut  Bracharensis 
vel  Emeritana  Metrópolis  in  Ecclesiam  B.  Jacobi  transferatur.  Praeterea 
Papae  Calixto  supplicabo  pro  Sede  mea  Portugalensi  Ecclesia,  cui  Bra- 
charensis et  Colimbriensis  Episeopi  propriae  dioeceseos  Parrochias  aufe- 


CONCILIO  HACIONAL  D&  BURGOS  395 

regrino,  algo  después  de  haberse  celebrado  el  concilio  de  Reims 
(20-30  Octubre  1 1 19),  y  dando  prontamente  consigo  en  Mor- 
laas  cerca  de  Pau  (l),  á  costa  de  mil  sustos  y  riesgos,  de  los 
que  se  salvó  como  se  libra  de  las  garras  del  gavilán  la  veloz  y 
tímida  paloma  (2).  No  debo  aquí  recordar  por  harto  sabidos  los 
trámites  de  la  negociación,  á  la  que  dio  cima  el  obispo  de  Opor- 
to  para  lograr  lo  que  tanto  anhelaba  el  de  Compostela;  pero  sí 
advertir  que  si  bien  se  mira,  nada  hay  que  demuestre  ser  justa 
la  incriminación  de  trato  simoniaco  lanzada  con  ese  pretexto 
por  inconsiderados  autores  contra  la  buena  memoria  de  D.  Diego 
Gelmírez.  Las  expensas  que  sufragó  del  tesoro  de  su  Iglesia, 
sin  perdonar  á  ricas  alhajas  de  gran  mérito  artístico  é  histórico  (3), 
fueron  á  la  verdad  enormes;  pero  produjeron,  no  lastimando 
ningún  derecho,  ni  interés  legítimo,  dos  ventajas  altamente  con- 
siderables para  nuestra  nación  y  para  la  cristiandad  entera.  Por 
una  parte,  en  menos  de  cuarenta  años  se  vio  cumplido  el  deseo, 
manifestado  por  Urbano  II,  de  restaurar  y  dejar  bien  asentadas 
bajo  la  ñrme  acción  de  D.  Bernardo,  arzobispo  de  Toledo,  esta 
metrópoli  y  las  de  Braga,  Mérida  y  Tarragona,  sin  cargar  sobre 
un  solo  Vicario  apostólico  permanente  la  vigilante  y  asidua  pro- 
videncia de  la  Santa  Sede  en  toda  nuestra  Península.  Por  otra 
paite,  los  cuantiosos  recursos  pecuniarios  que  aportó  Gelmírez^ 


runt,  ut  dictante  justitia  deParochiis  injustesibi  ablatis  reintegretur.»  Es- 
pcúia  SagracUiy  tomo  xx,  pág.  282. 

(i)  Llegó  á  Cluny  á  verse  con  el  Papa  no  en  el  día  de  Navidad,  sino  en 
31  de  Diciembre  de  1119,6  muy  poco  después,  como  lo  prueba  Loe- 
wenfeld. 

(2)  «Deinde  (es  decir,  desde  Logroño)  laetus  et  tamen  adhuc  pavidus 
discedit;  ac,  veluti  columba  manibus  accipitris  labeíacta,  rapidissimo  sed 
tamen  timidissimo  volatu  secat  aera,  sic  Episcopus  per  Regnum  Arago- 
nensis  tyrauni,  immo  per  médium  Caribdis  gressu  festino  transcurrit.» 
Ibtd.f  pág.  283. 

(3)  «Paucis  itaque  adroodum,  hujus  consilii  complicibus,  mensa  rotunda 
argcniea^  quae  vulgo  intromissa  vocabatur,  quat  fuerai  Almostani  Regís 
SarracenoruMf  caniinens  XL  marcas  argentiy  Crux  áurea  et  Casula  áurea 
quam  rex  Ordonius  dederat  B.  Jacobo,  necnon  Corona  áurea  ad  complen- 
dum  praedictse  benedictionis  dativum,  coníringuntur  ut  transmitían  tur.» 
Ibid,  pág.  291. — La  mesa  de  Almostain,  rey  de  Zaragoza,  provendría  del 
botín  de  la  batalla  de  Valtierra  (24  Enero,  1 1 10). 


394  boletín   de    LK   real   ACADESnA    DE    LA   HISTORIA. 

no  eran  indiferentes  á  la  grave  preocupación  que  aquejaba  en- 
tonces á  Calixto  II  de  poner  término  con  mano  fuerte  á  las  dis- 
cusiones de  la  Tiara  pontificia  y  de  la  Corona  imperial;  y  con 
este  objeto  pasar  los  Alpes,  recorrer  triunfante  la  Italia,  apri- 
sionar al  antipapa,  exarzobispo  de  Braga,  Mauricio  Burdino 
(Abril  Il2l),  pactar  con  el  emperador  alemán,  Enrique  V,  la 
paz  de  Worms  (13  Septiembre  1 1 22),  que  dio  remate  á  la  larga 
y  terrible  querella  de  las  investiduras,  y,  por  fin,  devuelta  la  se- 
renidad y  la  concordia  á  la  Iglesia  universal,  celebrar,  como  lo  ce- 
lebró (27-30  Marzo  1 123),  el  primer  concilio  ecuménico  del  Oc- 
cidente, j Cuánto  no  le  debe  España,  aun  antes  que  fuese  elevado 
al  solio  de  San  Pedrol  Mas  no  es  este  el  momento  de  refrescar 
su  memoria. 

La  precitada  bula  (5  Marzo  I120),  con  la  que  amparó  los  de- 
rechos del  obispo  de  Oporto,  unida  á  la  porción  de  las  actas  del 
concilio  de  Burgos,  que  acaba  de  descubrírsenos,  manifiestan  6 
determinan  con  toda  precisión  el  año  de  aquel  concilio.  Fué  pre- 
sidido por  el  cardenal  Bosón,  Legado  a  latere  de  Pascual  II,  y 
de  consiguiente  es  anterior  á  la  muerte  de  este  Pontífice  (7  21 
Enero  1 1 18),  ó  no  posterior  al  año  1117?  toda  vez  que  se  reunió 
en  18  de  Febrero.  También  es  posterior  á  II16;  porque  á  me- 
diados de  este  año,  y  no  antes,  el  cardenal  Bosón  se  internó  en 
España  para  dar  cumplimiento  á  su  legacía  ( I ).  Completan  la 
demostración  otros  documentos,  que  alegaré  después  de  expo- 
ner el  texto  conciliar  que  ya  poseemos. 

A  nadie,  que  sepa  cuan  exigente  y  delicada  es  la  Crítica  de 
nuestro  tiempo,  habrán  de  extrañar  las  ligeras,  pero  fundadas, 
correcciones  y  suplementos,  que  pongo  á  la  bella  copia  archiva- 
da en  la  catedral  de  Lugo.  Para  mayor  claridad  numero  y  ofrez- 
co por  separado  los  cánones  y  ^deslío  las  abreviaturas.  • 

Anno  incarnationis  dominice  .m.c.xvii.,  (2),  Indictione  .x.  (3), 


(1)  Boletín,  tomo  xl,  p%s.  58-70. 

(2)  En  el  acta  original  te  vería  la  ligatura  de  x  y  v,  que  no  entendió 
rl  copiante;  y  por  esta  causa,  ó  por  distracción,  omitió  la  x. 

(3)  El  copiante  trocó  en  i  el  punto  que  precedía  á  la  x,  é   intercaló 
otro  punto,  cuya  situación  se  ve  dislocada. 


fcnrW  ífMfMtiMiftía.e 


!•  \tiáietuní.i^. 


*>-ííí..  J.kf-^ 


■TpSXfa 


^-traawcunyl';  íatiAetOT^-  íf  ;^iti  ftcííífnTiB!  ' 

ft^S^  fhoíz.'Ci^munc'Ti c^ luAuntíns  ea^  cu 


CONCILIO  NACIONAL  DE  BURGOS 


39^  BOLETÍN  DB  LA   REAL  ACADEMIA   DE  LA  HISTORIA. 

o 

Mense  februario,  .ux.  (l)  kalendas  Marcü,  Sacrosancta  synodus 
apud  burgos  celébrala  est  a  domno  Bosone,  sanct^  romane  §c- 
clesie  cardinali,  apostolice  sedis  per  yspanias  tune  (2)  legato. 
Cui  ínterfuerunt  domnus  B(ernardus)  toletanus  primas  et  apo- 
stolice sedis  vicarius,  [P(etrus)]  palentinus  episcopus,  [D(idacus)] 
legionensis,  [  P  (  elagius )  ]  O vetensis,  [H  (ugo )  ]  Portugalensis, 
[G(undisalvus)]  Co(li)mbriensis,  J(eronymus)]  Salamanticensis, 
[M(unius)]  Vallibriensis,  [P(aschalis)]  Burgensis,  [O(llegarius)] 
barchinonensis,  [J(ohannes)]  Nemausensis,  et  plures  abbates  et 
religiosi  viri. 

Qui  videlicet  sane  ti  patres,  plura  diversa  mala  in  yspaniarum 
regno  emergentia  et  pravas  consuetudines  passim  tam  in  cleri- 
eis  quam  in  laicis  contra  christiane  religionis  mores  et  sacra- 
tissimos  cañones  plurimum  inolevisse  videntes,  in  unum  in  dei 
nomine  congregati,  invocato  sancto  spiritu,  statuerunt: 

I.  Ut  nullus  deinceps,  ñeque  episcopus  nec  presbyter,  neo 
diaconus  contra  sanctissimos  cañones  electus  vel  ordinatus,  in 
quo  ordinatus  est  ministerio  perfungatur, 

II.  ítem,  siqui  eorumdem,  ab  episcopo  usque  ad  subdiaco- 
num  concubinas  vel  subintroductas  mulieres  deinceps  palam  ha- 
buerint,  ab  officio  et  ecclesiastico  beneficio  privetur;  et  episco- 
pus qui  in  parrochia  sua  horum  fornicationes  vel  precibus  vel 
precio  ductus  consenserit  vel  pro  loco  officii  sui  non  impugna- 
verit,  ordinis  sui  periculum  incurrat. 

III.  De  apostatis  vero  et  comam  nutrientibus  (3),  et  de  ace- 
falis  secularibus  potestatibus  adherentibus,  decernimus  ut  nec 
Ínter  clericos  habeantur,  sed  anatemati  subiciantur. 

IV.  ítem,  siquis  suis  vel  aliorum  excomunicatis  comunica- 


(i)  El  copista  no  comprendió  el  numeral,  que  debe  leerse  «duodéci- 
mo», raspó  dos  ies^  y  transformó  en  dos  rayitas  la  pequeña  o  sobrepues- 
ta á  la  X. 

(2)  No  se  aviene  este  adverbio  con  el  texto  original  del  concilio.  El 
pergamino  de  Lugo  es  de  consiguiente  un  traslado,  más  ó  menos  poste- 
rior al  año  1 1 17. 

(3)  Esta  porción  de  este  canon  se  reproduce  y  especifica  en  el  x  del 
concilio  de  Tolosa,  que  presidió  Calixto  II  (8  Julio  11 19)  y  al  que  asistie- 
ron el  cardenal  Bosón  y  San  Olaguer. 


COMCIUO  NACIONAL  DE  BURGOS  397 

verit  scienter,  usque  ad  satisfactionem  excomunicationi  subia- 
ceat  (l). 

V.  ítem,  siquis  firmilía  (2),  id  est  vasa  sacra,  vel  salaria,  ¡n 
dominicaturam  ecclesie  sue  alienaverit,  vel  in  feodum^  quod  in 
ispania  prestimonium  vocant,  laicis  dederit,  tamquam  sacrílegus 
a  sacerdotalí  officio  removeatur. 

VI.  ítem,  ut  nullus  episcopus  Vel  presbiter  pactiones  per 
sacramentum  cum  aliquibus  personis  absque  gradus  sui  periculo 
confirmet. 

VIL  Ut  episcopi  qui  in  parrochia  alterius  ordinare  vel  diiu- 
dicare  aliquid  presumpserint,  canonicis  correptionibus  subía- 
ceant,  et  quod  ibi  fecerint  irritum  habeatur. 

VIII.  Siquis  episcopus  vel  cuiuslibet  ordinis  clericus  eccle- 
siam  vel  ecclesiastica  beneficia,  secularibus  potestatibus  usus 
super  ea  (3)  obtinuerit,  officio  et  beneficio  ecclesiastico  priventur. 

IX.  Ut  presbiteri  vel  clerici,  qui  instituta  episcoporum  suo- 
rum  contemnunt  et  contra  voluntatem  eorum  curie  adherent, 
ab  officio  et  beneficio  ecclesiastico  segregentur. 

X.  Siquis  cuiuslibet  ordinis  clericus,  causas  adversus  eccle- 
siasticas  personas  habens  (4),  ad  detensionem  secularium  potes- 
tatum  confugerit,  a  causa  sua  omnino  decidat  et  in  ecclesia  sine 
satisfactione  non  recipiatur. 

XI.  Siquis  clericus  vel  laicus  ecclesiastica  iure  hereditario 
vel  dividere  vel  disponere  tempta verit,  doñee  ablata  restituerit 
vél  de  presumptione  eidem  ecclesie  satisfecerit,  anatemati  su- 
biciatur. 

XII.  Siquis  predia  beati  petri  occultav[er]it,  vel  ocultata 
sciens  non  manifestaverit,  vel  debitum  censum  vel  servitium  non 
reddiderit,  anatema  sit. 


(i)  En  el  pergamino  ^subiaceanh  con  dos  puntos  que  afectan  á  la  «  c 
indican  que  no  debe  leerse,  ó  que  redunda. 

(3)  Variante  del  bajo-latín  tfirmalia»  antiguo  francés  fermeüles^  con 
signifícación  de  firmales  ú  otras  prendas  afianzadas  al  dominio  ó  dotación 
de  una  iglesia. 

(3)  En  el  pergamino  <íeos>, 

(4)  En  el  pergamino  <íhabenfes*. 


398  BOLETÍN   DE  LA   REAL  ACADEMIA  DE   LA   HISTORIA. 

XIII.  Siquis  ecclesiam  violaverit,  vel  eíus  ministros  ceperit 
vel  dehonestare  (l)  presumpserit,  doñee  satisfacía t,  ut  sacrilegus 
omni  cristiana  communione  privetur. 

XIV.  Siquis  consanguineam  suam  vel  consanguinee  cogna- 
tam  usque  ad  .  Vil.  generationem  in  coniugium  duxerit,  anate- 
ma sit. 

XV.  Siquis  ex  nostra  communi  totius  dispensatione  conci- 
lii  prolata  scienter  transgressus  fuerit:  si  clericus  est,  ab  officio 
suo  sit  privatus;  si  laicus,  excomunicatus. 

XVI.  Siquis  episcopus  vel  abbas  res  ecclesie  parentibus  nisi 
pro  paupertate  distribuerit,  ordine  privandum  iudicamus. 

Estos  cánones  guardan  un  término  medio  entre  los  del  conci- 
cilio  de  Tolosa  (8  Julio  IIIQ)  y  los  del  concilio  de  León  (i8 
Octubre  1 1 14),  repetidos  en  el  de  Compostela  (17  Noviem- 
bre 1 1 14).  En  particular  es  muy  notable  el  canon  xiv,  que  tien- 
de á  declarar  nulo  el  matrimonio  de  la  reina  doña  Urraca  con 
D.  Alfonso  el  Batallador,  é  ilustra  no  poco  el  relato  sobrado  la  - 
cónico  é  indeciso,  del  arzobispo  D.  Rodrigo  (2),  de  la  Historia 
Compostelana  (3)  y  la  de  San  Juan  de  la  Peña  (4).  A  la  vista  de 
este  canon  del  concilio  de  Burgos  mucho  se  debilita,  por  no  de- 
cir se  disipa,  la  rotunda  conclusión  que  sentó  D.  Vicente  de  la 
Fuente,  tratando  de  aquel  enlace  de  la  Reina  y  del  Rey  (5):  «el 
matrimonio  no  llegó  á  ser  anulado  por  judicial  sentencia,  sólo 
hubo  un  mero  divorcio». 

Los- dieciséis  cánones  fueron  promulgados,  como  era  natural, 


(i)    En  el  pergcimino  tdionestare^, 

(2)  «Sed  tcmpore  procedente,  cum  Rex  intellexisset  a  suis  beneplaci- 
tis  alicnam,  Soriam  usque  eam  duxit;  ibique  repudians  dimisit  eam  suas 
arbitrio  voluntatis.»  Libro  vii,  cap.  i.  El  texto  de  D,  Rodrigo  pasa  por 
alto  la  causa  principal  y  suficiente  del  repudio. 

(3)  Libro  I,  cap.  89  y  90. 

(4)  Sed  lapsu  temporis  videns  Imperator  Reginam  a  vía  debitas  ho- 
nestatis  alienam,  invento  colore  quod  inter  eos  erat gradus  consanguinita- 
fis  et  quod  nolebat  vivere  in  peccaio^  duxit  eam  usque  ad  Soriam,  et  ¡bi 
ipsam  tradidit.»  Briz  Martínez,  Historia  y  antigüedades  de  San  Juan  déla 
Peña^  pág.  699.  Zaragoza,  1620. 

(5)  Historia  eclesiástica  de  España^  tomo  iv  (2.*  edición),  pág.  72. 


CONCILIO   NACIONAL  DE   SURCOS  399 

en  día  solemne  (l8  Febrero  III7),  concurrente  con  el  domingo 
segundo  de  Cuaresma.  Ninguno  de  los  obispos,  vasallos  del  rey 
de  Aragón  y  de  Navarra,  asistió  á  ese  acto;  de  lo  que  resulta 
que  el  concilio  se  celebró  bajo  los  auspicios  de  la  Reina,  divor- 
ciada del  Rey  y  en  guerra  con  él,  y  enseñoreada  de  Burgos* 
Varios  documentos  patentizan  semejante  situación: 

I."  15  Octubre  1 1 16.- —Diploma  de  la  Reina  (l),  confirman- 
do al  abad  de  Sahagún  todos  sus  privilegios  y  otorgándole  el  de 
acuñar  moneda,  pero  reservándose  la  tercera  parte  de  los  pro- 
ductos y  utilidades  de  la  fabricación  «quia  ex  guerra  qiie  est  Ín- 
ter me  et  regeni  aragonensem  nobis  oritur  necessitas.»  Firmaron 
el  diploma,  como  lo  notó  Sandoval  (2),  la  Reina,  su  hermana,  los 
principales  proceres,  y  entre  ellos  los  condes  D.  Pedro  González 
de  Lara  y  D.  Pedro  Ansúrez,  y  los  siguientes  prelados:  Bernar- 
do, arzobispo  de  Toledo;  Diego  Gelmírez,  obispo  de  Composte - 
la;  Pedro,  obispo  de  Falencia;  Diego,  de  León;  Pelayo,  de  Oviedo; 
y  Pascual,  de  Burgos;  los  mismos  que  á  excepción  de  Gelmírez 
comparecen  por  ese  orden  en  el  concilio  del  18  de  Febrero 
de  1 1 17  y  que  debieron  trasladarse  con  doña  Urraca  á  la  capi- 
tal de  Castilla,  uniéndose  allí  á  ellos  los  de  Oporto,  Coimbra, 
Salamanca,  Mondoñedo,  Barcelona  y  Nimes.  Según  la  Historia 
Compostelana  (3)  se  reunió  en  Sahagún  (15  Octubre  III6)  tan 
importante  Asamblea  de  proceres  y  prelados,  que  fueron  ver- 
daderas Cortes  del  reino,  para  zanjar  las  dificultades  que  se  opo- 
nían á  la  cordial  avenencia  entre  la  Reina  y  su  hijo  (4),  no  sin 


(i)    Vignau  (D.  Vicente),  índice  de  los  documentos  del  monasterio  de 
Sakagtin^  pág.  23.  Madrid,  1874. 

(2)  Histo7'ia  de  los  cinco  Reyes,  folio  124  vuelto.  Pamplona,  161 5. 

(3)  Libro  I,  cap.  í  13. 

(4)  O  mucho  me  engaño,  ó  estas  fueron  las  Cortes,  que  dice  el  arzo- 
bispo D.  Rodrigo  (libro  vii,  cap.  i),  se  juntaron  por  la  Reina,  tan  pron- 
to como  fue  repudiada  en  Soria.  La  causa  de  ambos  cónyuges  había  sido 
avocada  por  Pascual  II  á  su  tribunal,  para  tratar  de  ella  (2  Febrero  1 1 13) 
en  presencia  de  los  delegados  españoles  de  una  y  otra  parte;  y  no  sería 
extraño  que  la  sentencia  definitiva  viniese  traída  por  el  cardenal  Bosón 
á  mediados  de  11 16.  Bajo  este  supuesto  la  acción  del  concilio  de  Burgos 
sobre  el  particular  y  la  de  las  Cortes  de  Sahagún  se  explican  perfecta- 
mente. 


400  BOLETÍN    DE  LA  REAL  ACADEMIA  DE  LA  HISTORIA. 

<juc  á  ella  asistiesen  los  obispos  de  Astorga,  Mondoñedo  y  Gra- 
nada. La  conciliación,  mediante  Gelmírez,  se  pactó  por  tres  años 
duradera.  Unidos  de  común  acuerdo  los  partidarios  de  la  Reina 
y  de  su  hijo,  nada  pudo  resistirse  á  la  ocupación  y  rendición, 
no  solamente  de  Burgos,  sino  también  de  Nájera,  ó  de  la  Vieja 
Castilla  y  de  la  Rioja. 

2.**  22  Enero  1 1 17. — Diploma  de  la  Reina  y  de  su  hijo  don 
Alfonso  VII,  reconocido  por  ella  como  Rey  legítimamente  co- 
ronado (l),  confirman  el  monasterio  de  Cluny  y  á  su  lugartenien- 
te el  Prior  é  Iglesia  de  Santa  María  de  Nájera  la  posesión  de  V¡- 
llacardiel,  Villalmóndar,  etc.  Lo  suscribieron  (2)  los  condes  don 
Pedro  Ansúrez  y  D.  Pedro  González,  el  arzobispo  D.  Bernardo 
y  los  obispos  de  Palencia,  León,  Oviedo  y  Astoi^a. 

3.°  I.**  de  Marzo  de  1 1 17. — La  Reina,  confirmando  la  tras- 
lación de  la  Sede  de  Mondoñedo  á  Villamayor  de  Valdebrea 
(Vallibria)^  y  conformándose  á  lo  dispuesto  por  el  concilio  de 
Palencia  (2  5  Octubre  1 1 1 3)  le  da  sanción,  confirma  las  posesio- 
nes de  la  antigua  Sede  á  la  nueva  Catedral  en  construcción  y 
aumenta  sus  réditos  (3).  Antes  de  que  se  celebrase  el  concilio  de 
Burgos,  el  Papa  había  aprobado  la  traslación  por  sus  cartas  al 
arzobispo  de  Toledo  (18  Julio  1 1 14),  y  al  de  Braga  (3  Julio 
1 1 15)  de  quien  era  sufragáneo  el  obispo  de  Mondoñedo.  No 
consta  por  documento  explícito  que  en  el  concilio  de  Burgos  se 
agitase  este  incidente;  pero  ello  se  hace  muy  creíble,  tanto  en 
razón  de  haber  asistido  al  concilio  el  obispo  Valibriense  ^  como 
de  haber  conseguido,  pocos  días  después,  que  se  le  librase  por 
la  Cancillería  de  la  Reina  el  sobredicho  diploma. 

(i)  <£go  Urraka,  gratia  Del  Hipani^  Begina,  fília  piissimi  Adefoosi 
Regis,  una  cum  filia  meo  Adefonso  diadcmate  coronato 

(2)     Publiqué  este  diploma  en  el  tomo  xxvi  del  Bolbtin,  págs.  264-266. 

\7,)  Publicó  íntegro  este  diploma  Flórez  en  el  tomo  xvm  (2.*  edición), 
páginas  337-339  de  la  España  Sagrada.  Al  pie  de  él  insertó  la  bula  de  Pas- 
cual II,  que  aprueba  el  acuerdo  del  concilio  de  Palencia  y  fué  dirigida  al 
arzobispo  de  Toledo  desde  Tívoli  á  18  de  Julio  de  1 1 14.  La  copia  j>ésima, 
citada  por  Flórez,  yerra  todos  los  numerales  cronológicos  y  la  estancia  del 
Papa:  «Latcrani,  Nonis  Januariu,  pontificatus  nostrianno secundo».  Hasido 
corregida  por  Paulo  Ewald  al  tenor  del  original  conservado  en  el  archivo 
<:ai)itular  de  Toledo.  Véase  Loewenfeld,  núm.  6396  y  6460. 


CONCILIO   MACIOKAL  DE  BURGOS  4OI 

Otro  punto,  gravísimo,  llamó  la  atención  y  puso  en  movimiento 
•la  acción  del  concilio  de  Burgos.  El  examen  judicial  de  las  recla- 
maciones hechas  por  el  obispo  de  Oporto  contra  el  arzobispo  de 
Braga,  el  fallo  que  resultó  y  el  menosprecio  que  de  él  hizo  el 
indigno  sucesor  de  San  Giraldo,  todo  ello  nos  consta  por  la  bula 
de  Calixto  II,  que  ya  expuse.  El  arzobispo  de  Braga  fué  excomul- 
gado por  Pascual  II  en  el  concilio  de  Benevento  (Abril,  1 117);  y 
bien  lo  merecía,  porque  sin  reparar  en  depravados  medios  para 
satisfacer  su  ambición,  incluso  el  de  la  simonía  (l)  para  ceñir- 
se la  mitra  de  Toledo  é  intrusarse  en  el  gobierno  de  iglesias, 
como  la  episcopal  de  León,  que  no  le  pertenecían,  perseveró 
contumaz  en  su  inobediencia  al  Pontífice.  No  se  ha  escrito  aún 
una  buena  Memoria  histórica  de  este  infeliz  antipapa,  que  había 
sido  el  tizón  de  la  discordia  religiosa  y  civil  en  nuestra  España  y 
acabó  por  serlo  de  Alemania  é  Italia. 

¿Qué  significa  la  presencia  de  San  Olaguer  en  el  concilio  de 
Burgos?  El  biógrafo  contemporáneo  del  Santo  (2)  nada  expresa. 
Apronta,  sí,  los  datos,  por  donde  podremos  dar  á  la  pregunta 
una  solución  satisfactoria. 

Tres  veces  vino  á  España  el  cardenal  Bosón  de  Legado  a  la- 
tere  pontificio  (3).  Examinemos  las  dos  primeras. 

I.*  En  la  conquista  de  las  Baleares,  años  1 1 14  y  1 1 15.  Mu- 
ratori  (4)  describe  así  su  acción:  «Glorioso  riusci  quest*  anno 
(11 14)  air  armi  Cristiane  per  la  guerra  felicemente  fatta  ai  Mori 
patroni  deír  Isole  Balean.  L'  onore  spezialmente  ne  é  attribuito 
ai  Pisani.  I  Mori,  dissi,  abitanti  in  quell' Isole,  cioé  in  Eviz- 
za,  Majorica,  e  Minorica,  colle  lor  piraterie  tenevano  inquieta  e 


(i)  El  retrato  que  hace  de  él  la  historia  del  arzobispo  D.  Rodrigo  (li- 
bro VI,  cap.  27)  es  verídico;  pero  pasa  muy  de  corrida  lo  tocante  á  España. 

(2)  España  Sagrada^  tomo  xxix  (2.^  edición),  páginas  472-491.  Madrid, 
1859. 

(3)  Las  ha  reseñado  D.  Vicente  de  la  Fuente  con  alguna  deficiencia  é 
inexactitud  (Historia  tclesiásiiaa  de  España^  tomo  iv,  pág.  580):  «1115.  El 
cardenal  Bosón  vino  tres  veces  de  Legado  á  España.  En  1 1 16  vino  á  Ara- 
gón y  Cataluña,  y  volvió  en  1 120  enviado  por  Calixto  II.» 

(4)  Anfiali  d'  Italia,  tomo  vi  (cdizione  arrichita  d' un' índice  piíi  copio- 
so delle  antecedenti),  pág.  146.  Roma,  1753. 

TOMO  XLVIII.  26 


402  boletín  de  la  real  academia  de  la  historia 

dannegiata  tutta  la  costa  d'  Italia.  Risoluti  i  Pisan!  di  far  quell' 
,  impresa,  ebbero  ricorso  al  buon  Papa  Pascuale^  per  ottenerne  la* 
sua  approvazione  e  benedizione.  Poseía  disposto  un  terribil'  arma- 
mento per  mare,  con  tutte  le  lor  forzc,  accompagnati  da  Bosone 
Cardinale  Legato  della  Santa  Sede,  e  da  Pietro  loro  Arcives- 

covo,  marciarono  alia  volta  di  que '  Barba ri In  aiuto  de'Pisani 

concorsero  Raimundo,  ed  altri  Con  ti  di  Catalogna,  di  Pro  venza 
e  di  Linguadoca.» 

En  otra  disertación  (l)  he  precisado  las  fechas  y  peripecias 
principales  de  aquella  empresa  naval,  que  forma  época  en  los 
Anales  de  la  marina  de  guerra  española  y  enardeció  á  D.  Diego 
Gelmírez  para  crear  un  astillero  en  Iria,  ó  tal  vez  en  el  Ferrol, 
dirigido  por  expertos  armadores  de  Pisa  y  Genova  (2).  El  carde- 
nal Bosón  no  fué  nombrado  Legado  pontificio  de  aquella  verda- 
dera cruzada  contra  las  Baleares  musulmanas,  sin  que  de  ante- 
mano (entrado  el  año  1 1 14)  se  ratificase  por  la  República  de  Pisa 
el  pacto  de  alianza,  que  habían  hecho  con  D.  Ramón  Beren- 
guer  III,  Conde  de  Barcelona  y  de  Provenza^  los  primeros  expe- 
dicionarios Písanos,  arrojados  de  improviso  por  la  cerrazón  del 
mar  á  la  playa  catalana  de  Blanes,  que  creían  ser  baleárica.  El 
Legado  portificio,  viniendo  con  Pedro,  arzobispo  de  Pisa,  presi- 
dió un  concilio  en  Barcelona,  y  promulgó  la  indulgencia  de  la 
Cruzada  (3): 

Tum  centum  tenuere  Patres  papalia  iussa. 

.  La  imponente  escuadra  zarpó  del  puerto  barcelonés  con  rumbo 
á  Ibiza  (Junio  1 1 14)  que  domeñó;  y  el  día  24  de  Agosto  entraba 
victoriosa  en  la  bahía  de  Palma.  Esta  ciudad  se  rindió  (3  Abril 
1 1 1 5);  y  poco  después  el  cardenal  Bosón  regresó  á  Italia  con  las 
naves  de  los  Písanos,  que  le  habían  traído  para  dar  suprema  di- 
rección y  feliz  remate  á  tan  ardua  empresa,  que  llenó  de  júbilo 
el  corazón  del  Pontífice  y  de  todo  el  orbe  cristiano. 


(i)    Boletín,  tomo  xl,  páginas  50-56;  xliii,  553. 

(2)  Historia  Compostelana^  libro  1,  cap.  103. 

(3)  Boletín,  tomo  xl,  pág.  51. 


CONCILIO  NACIONAL  DI  BURGOS  403 

Basta  esto  solo  para  demostrar  que  el  concilio  de  Burgos  no  es 
anterior  al  año  1 1 16,  y  que  el  obispo  de  Barcelona  que  tomó 
parte  en  dicho  concilio  no  pudo  ser  sino  San  Olaguer. 

Con  efecto,  D.  Ramón  Guillen,  próximo  antecesor  del  Santo  en 
la  Sede  Barcelonesa,  murió  víctima  de  su  celo  apostólico,  durante 
la  expedición  baleárica.  A  nadie  se  oculta  que  desde  el  año  1058 
hasta  el  1 2 32  la  diócesis  de  Barcelona  ejerció  jurisdicción  admi- 
nistrativa  sobre  los  cristianos  de  las  Baleares  (l);  y  ésta,  á  no 
dudarlo,  fué  la  razón  que  tocó  más  de  cerca  á  D.  Ramón  Guillen 
con  preferencia  á  los  demás  prelados  de  España  y  de  Francia  á 
la  expedición  Pisano-Catalana,  muriendo  como  buen  Pastor  en 
Mallorca  para  resguardo  de  su  grey,  según  lo  refiere  el  primer 
biógrafo  de  San  Olaguer  (2):  <  Barchinonensis  enim  episcopus  in 
campo  Balearium  insularum  viam  universae  carnis  tenüerat.  Ipse 
enim  pro  liberatione  fratrum  et  captivorum  Maioricam,  ex  prae- 
cepto  bonae  memorias  Paschalis  Romanae  Ecclesise  summi  ponti- 
ficis,  profectus  fuerat  cum  Bosone  venerabili  legato,  quem  prae- 
fatus  Papa  ad  communitionem  et  consolationem  Pisanae  classis  et 
totius  exercitus  miserat.  Cum  praedicto  autem  legato  ipse  Barchi- 
nonensis et  alii  pontifices  et  magna  pars  cleri  tam  [illius]  quam 
caeterarum  urbium,  quae  per  loca  marina  sita  sunt,  ad  excidium 
Maioricae  perrexerat». 

Llegado  á  Barcelona  el  conde  D.  Ramón  Berenguer  III,  entra- 
do ya  el  estío  de  1 1 1 5i  no  tardó  en  recibir  la  visita  de  su  esposa 
doña  Dulce,  heredera  y  propietaria  del  condado  de  Provenza, 
de  donde  vino  con  San  Olaguer,  abad  de  San  Rufo  de  Avinón  y 
con  grande  acompañamiento  para  felicitar  en  persona  al  triunfa- 
dor  de  las  Baleares.  Creíble  se  hace  que  el  Santo,  por  cuyo  ta- 
lento y  maduro  aviso  se  regían  ambos  esposos,  y  que  en  los  años 
anteriores  muchísimo  se  había  señalado  como  tal  en  arduos  ne- 
gocios del  Estado  y  de  la  Iglesia,  concibiese,  ó  por  lo  menos 
apoyase  el  plan  político-religioso  que  el  Conde  empezó  á  des- 
arrollar el  año  siguiente,  trasladándose  por  mar  á  Italia:  solicitar 

(i)  España  Sagrada,  tomo  xxix,  páginas  229-321. — Villanueva,  Viaje 
literario^  tomo  xxi,  pág.  64.  Madrid,  1851. 

(2)    España  Sagrada^  tomo  xxix,  pág,  474.  v 


} 


404  BOLETÍN  DE  LA  REAL  ACADEMIA  DE  LA  HISTORIA. 

el  concurso  amigable  de  Písanos  y  Genoveses,  repoblar  la  ciudad 
de  Tarragona  y  darle  estabilidad  de  Sede  metropolitana  y  con 
la  bendición  del  Papa  y  presencia  de  su  Legado  a  latere  suscitar 
una  nueva  cruzada  que  le  hiciese  señor  dé  Tortosa  y  de  Lérida; 
centros  de  operaciones  que,  combinándose  con  las  de  D.  Alfonso 
el  Batallador,  sujetasen  al  imperio  de  Cristo  las  ciudades  de  Va- 
lencia y  de  Zaragoza.  Mas  para  ello  se  requería  un  varón  de 
temple,  igual  ó  superior  al  del  obispo  de  Barcelona  D.  Ramón 
Guillen,  recién  fallecido.  El  Conde  no  vaciló.  Celebrábase  dentro- 
de  la  Catedral  en  presencia  suya  y  de  apiñado  concurso  del  clero, 
nobleza  y  pueblo  por  el  Cabildo  el  acto  de  la  elección,  realzado-, 
también  con  la  asistencia  del  Santo.  Los  electores  no  se  avenían. 
El  Conde  se  levanta;  con  la  mirada,  la  voz,  el  ademán  de  entu- 
siasta inspiración  manifiesta  su  íntimo  pensamiento;  y  en  seguida 
por  voto  unánime  se  aprueba.  El  abad  de  San  Rufo  de  Aviñón  es 
elegido  canónicamente,  aclamado  y  llevado  como  en  palmas  al 
palacio  episcopal;  pero  él,  recusa  tamaño  honor,  protestando  que 
no  lo  admite,  que  nadie,  si  no  es  el  Romano  Pontífice,  podrá  obli- 
garle á  variar  de  resolución;  escóndese;  todos  le  buscan,  y  nadie 
le  encuentra;  y  en  la  noche  siguiente,  al  primer  canto  del  gallo, 
huye  furtivamente  hacia  su  abadía  de  San  Rufo.  Su  biógrafo  ha 
descrito  á  maravilla  la  consternación  de  ánimo  que  se  apoderó 
entonces  de  todos  los  buenos  barceloneses.  ' 

Las  proposiciones  del  Conde  surtieron  pleno  efecto  en  Italia,  y 
todavía  mayor  que  aquel  al  que  aspiraba  (l).  Las  bulas  del  23 
de  Mayo  de  III6,  dirigidas  respectivamente  á  San  Olaguer  y  al 
conde  D.  Ramón  Berenguer  III  (2)  puntualizan  cabalmente    el 


(i)  «Proposuit  itaque  Comes  sancto  ac  liberali  animo  et  catholico  desi- 
derio  tendere  navigio  Romam,  vi  seré  Papam,  et  senatum  Romse,  reddere 
gratias  Papae  Paschali  de  triumpho  Baleari  quod  orationibus  suis  sancta 
christianorum  militia  super  mauros  obtinuerat.  Deinde  quaerere  a  domino 
Papa,  quod  erat  eipraecipue  causa  sui  laboris  et  viae,  Ollegarium  abbatem 
sancti  Rufi  in  episcopum  Barchinonensem Postea  erat  Comiti  in  ani- 
mo a  domino  Papa  consilium  et  auxilium  petere,  littteras  remissionis  et 
obedientiae  ad  commovenda  regna  fidei  contra  populos  perñdiae,  contra 
saracenos  cismarinae  Hispaniae.» 

(2)    Loewenfeld,  números  6.523,  6.534. 


CONCnJO  NACIÓN AJ.  DE  BURGOS  405 

tiempo  en  que  fué  nombrado  para  venir  por  segunda  vez  á  Es- 
paña el  cardenal  Bosón  como  Legado  a  latere^  no  ya  para  un 
objeto  particular,  cual  había  sido  la  conquista  de  las  Baleares, 
sino  con  toda  amplitud  de  acción  y  lugar,  cual  se  nos  ha  mos- 
trado en  el  concilio  de  Burgos  (l).  El  Papa,  felicitando  al  Conde 
por  la  empresa  baleárica,  á  la  que  había  dado  gloriosa  cima  (2), 
le  alaba  y  bendice  el  designio  de  habérselas  con  los  reyezuelos 
moros  de  taifa  y  con  los  almorávides  (mauros  et  moabitds)^  des- 
alojándolos de  sus  posesiones,  entre  las  que  se  contaban  Lérida  y 
Zaragoza,  y  sobre  todo  de  Tortosa,  su  principal  guarida  naval, 
é  impedimento  de  que  se  repoblase  Tarragona.  Pero  ésta  no  era 
la  única,  ni  la  mayor  causa  de  que  viniese  el  Legado.  La  discor- 
dia civil  y  sus  naturales  consecuencias  de  perturbación  y  relaja- 
ción de  costumbres,  públicas  y  privadas,  la  ingerencia  del  poder 
civil  en  el  religioso  y  el  desequilibrio  de  las  altas  potestades  je- 
rárquicas, reclamaban  en  Castilla  y  Aragón  un  arreglo,  que  cor- 
tase de  raíz  tanto  mal,  y  plantease,  de  acuerdo  común,  la  norma- 
lidad del  derecho.  Ya  en  el  año  anterior  (1115),  ál5  de  Agosto, 
envió  Pascual  II  una  encíclica  á  todo  el  clero  de  España,  incluso 
el  mozárabe,  mandándole  que  enviase  delegados  (obispos,  aba- 
des y  doctores),  para  que  le  representasen,  ó  llevasen  la  voz  del 
mismo  clero,  en  el  gran  concilio  de  Letrán,  que  debía  celebrarse 
y  se  celebró  (6- 1 1  Marzo  I116),  para  dirimir  la  cuestión  de  las 
investiduras;  la  cual ,  resuelta  según  los  cánones,  dio  pretexto  al 
emperador  Enrique  V  de  embravecerse  hasta  el  punto  de  amar- 
gar acerbísimamente  y  acortar  la  vida  del  anciano  Pontífice  (f  2 1 
Enero,  1 1 18).  Sin  duda  los  delegados  de  nuestras  iglesias,  además 
de  cumplir  con  el  objeto  principal  que  los  llevó  á  Roma,  entera- 
ron á  Pascual  II  por  escrito,  ó  verbalmente,  del  estado  que  ellas 
tenían  y  de  cómo  la  presencia  de  un  Legado  a  latere  no  podía 

(i)  En  la  bula,  que  recibió  San  Olaguer,  dice  el  Papa:  «venerabili  fratri 
nostro,  sanct§  romane  ecclesie  preshytero  cardinali,  quem  in  Híspanle  par- 
tibus  legatum  dirigimus  apostolicum».  En  el  concilio  de  Burgos  se  lee: 
ca  domno  Bosone,  sanct^  romane,  §cclesie  cardinali,  apostolice  sedis  per 
yspanias  legato». 

(2)  Véase  el  fotograbado  de  la  bula  original  en  el  tomo  xl  del  Boletín, 
pág.  72. 


406  BOLETÍN   DE   LA   RBAL   ACADEMIA   DE  LA  HISTORIA. 

menos  de  convenir  á  su  reforma  y  sosiego.  El  nombramiento  del 
Legado  apostólico  no  se  hizo  esperar  sino  un  par  de  meses. 

El  conde  D.  Ramón  Berenguer,  acompañado  del  cardenal 
Bosón,  regresó  de  Italia,  pasando  por  la  Provenza  con  el  in- 
tento de  obligar  á  San  Olaguer,  á  que  aceptase  la  mitra  de 
Barcelona.  El  Santo,  vista  la  intimación  del  Papa,  que  le  presen- 
tó el  Legado,  dobló  su  cerviz  al  yugo,  asocióse  á  la  comitiva,  fué 
consagrado  en  Magalona  cerca  de  Mompeller,  y  no  bien  hubo 
tomado  posesión  de  su  cátedra  episcopal,  se  dedicó  con  igual 
tesón  al  desempeño  de  su  cargo  pastoral  y  á  la  rehabilitación 
de  la  ciudad  y  Sede  metropolitana  de  Tarragona  (l). 

Acerca  de  este  punto  derraman  intensa  luz  los  párrafos  de  la 
donación  feudal  ó  señorío  de  la  ciudad  metropolitana  que  hizo  el 
Conde  á  San  Olaguer  y  á  sus  sucesores  en  la  administración  de 
la  Sede  (2);  donación  cuyos  trámites  han  sido  bien  explicados 
por  nuestro  sabio  correspondiente  D.  Emilio  Morera  (3).  Está 
fechado  este  diploma  en  23  de  Enero  del  año  II17  de  la  Encar- 
nación, que  podría  reducirse  al  II18  de  la  era  vulgar,  si  fuese 
el  Florentino  el  cómputo  por  el  que  se  rige.  Mejor  se  acomoda 
á  la  evolución  de  los  sucesos  (4)  el  cómputo  Pisano;  por  donde 
cumple  decir  que  el  Santo,  una  vez  aceptados  los  compromisos 
que  envolvía  la  donación,  se  dirigió  con  el  obispo  de  Nimes,  re- 
presentante del  arzobispo  de  Narbona,  á  Burgos  para  orillar,  en 
pleno  concilio  nacional  (18  Febrero  1 1 17),  todas  las  dificultades 
inherentes  á  la  reconstitución  de  la  metrópoli  Tarraconense  y  á 


(i)  « Venit  igitur  Boso,  venerabilis  cardinalis,  ad  Comitem  Pisis,  Lega- 
tum  Romae  et  legatos  suos  exspectantem  Legatum  vero  Comes  secum 
rediens  addiixit  in  Provinciam,  ubi  electum  Barchinonensem  inveniunt 
Ollegarium;  cui  Legatus  litteras  Papae  ostendit,  obedientam  intimat. 
Lcgit  beatus  Ollegariiis;  consentit,  consecratur  episcopus  in  sede  Magalo- 

nae.  Rediit  beatus  Ollegarius  Barchinonensis  episcopus  ad  sedem  suam 

Interea  magnae  (vir)  simplicitatis  Boso  in  obedientia  Papae  commovet  reg- 
na  fidei  in  filios  iniquitatis  et  maledictae  legis  Agarensis. » 

(2)  España  Sag?-ada^  tomo  xxv  (2*  edición),  páginas  229-231. 

(3)  Tarragoíia  Crisfianay  tomo  i,  páginas  380-384.  Tarragona,  1898. 

(4)  En  23  de  Enero  de  11 18  San  Olaguer  había  partido  de  España  y 
se  hallaba  cerca  de  Roma. 


j 


PUERTA  DE  SEVILLA,   EN   CARMONA  407 

la  unión  de  las  fuerzas  de  toda  la  España  cristiana  contra  los 
musulmanes. 

Desde  Burgos  el  cardenal  Bosón  regresó  á  Barcelona,  donde 
le  hallamos  el  día  27  de  Abril  de  1 1 17,  asesorado  de  los  obispos 
de  Gerona  y  de  Vich,  sentenciando  á  favor  de  San  Olaguer  en 
el  claustro  de  la  catedral  el  pleito  de  la  posesión  de  la  iglesia  del 
Castellar  entre  el  Santo  y  el  abad  de  San  Cucufate  del  Valles  (l). 
Sus  facultades  de  Legado  apostólico  de  Pascual  II  expiraron  con 
la  muerte  de  este  pontífice;  y  presumo  que  salió  de  España,  en 
compañía  de  San  Olaguer,  como  había  venido  bajo  la  protección 
y  con  ricas  dádivas  del  Conde  de  Barcelona. 

Madrid,  20  de  Abril  de  1906. 

Fidel  Fita. 


V 
PUERTA  DE  SEVILLA,  EN  CARMONA 

La  Real  Academia  de  San  Fernando  ha  solicitado  del  Minis- 
terio de  Instrucción  pública  se  declare  monumento  nacional  la 
puerta  llamada  de  Sevilla  en  la  ciudad  de  Carmona;  la  Subsecre- 
taría del  mismo  Ministerio  pide  informe  á  nuestra  Academia,  en 
4  del  actual,  y  el  Director,  por  acuerdo  de  la  Corporación,  en  lO 
siguiente,  se  ha  servido  designarme  para  que  emita  el  informe 
pedido. 

Hace  poco  tiempo,  en  14  de  Abril  del  último  año,  el  señor 
Conde  de  Cedillo  emitió  informe  sobre  el  mismo  monumento, 
por  consecuencia  de  oficio  de  la  Comisión  de  Sevilla,  dando 
cuenta  de  las  gestiones  practicadas  para  evitar  la  comenzada  de- 
molición de  la  citada  Puerta.  En  este  informe  se  lamentaba  el 
Conde  de  la  frecuencia  con  que  las  Corporaciones  municipales 
se  desentienden  de  la  autoridad  y  del  consejo  de  los  altos  Cuer- 
pos consultivos  llamados  á  velar  por  la  conservación  y  defensa 

(i)    España  Sagrada^  tomo  xxix,  pág.  soo. 


408  BOLETÍN  DE  LA  REAL  ACADBBCIA  DE  LA   HISTORIA. 

de  los  monumentos  de  reconocido  valor  histórico-arqueológico. 

Por  orden  del  Alcalde  se  estaban  extrayendo  los  sillares  de 
los  muros  de  la  Puerta  para  hacerlos  grava,  cuando  previo  in- 
forme de  la  Comisión  de  Monumentos  al  Gobernador  civil,  man- 
dó éste  suspender  el  brutal  derribo,  y  en  otro  nuevo  informe  dé 
la  misma  Comisión,  consta  que  el  daño  causado  era  bastante  á 
comprometer,  en  fecha  más  ó  menos  próxima,  la  estabilidad  de 
la  Puerta,  y  se  proponía  volvieran  las  cosas  al  ser  y  estado  que 
antes  tenían,  bajo  la  correspondiente  dirección  facultativa  y  á 
costa  de  los  autores  del  daño. 

La  Academia  aprobó  lo  hecho  por  la  Comisión  de  Monumen- 
tos de  Sevilla. 

Por  el  año  1 885  tuve  ocasión  de  examinar  de  cerca  estos  mo- 
numentos en  compañía  de  distinguidos  arqueólogos,  entre  los 
que  se  encontraba  D.  Adolfo  Fernández  Casanova,  quien,  con 
su  acostumbrada  cortesía,  me  enseñó  cuantos  detalles  dignos  de 
atención  constituían  la  obra. 

La  Puerta  de  Sevilla  puede  decirse  que  es  un  conjunto  de 
construcciones.  A  medida  que  en  el  transcurso  de  las  edades 
aumentaban  los  medios  de  ataque,  se  iban  aglomerando  allí  los 
de  defensa,  hasta  el  punto  de  hacer  inaccesible  la  entrada  en  la 
plaza.  En  este  concepto  puede  considerarse  su  estudio  de  gran 
importancia  para  la  arquitectura  militar. 

La  puerta  romana,  que  es  la  interior,  está  levantada,  como 
todo  el  resto  de  la  construcción,  sobre  un  banco  de  caliza  poco 
compacta  y  de  difícil  acceso. 

Entre  esta  puerta  y  la  exterior  hay  un  patio,  cuyo  muro  late- 
ral de  la  izquierda,  según  se  entra,  pertenece  al  Alcázar  antiguo, 
y  en  cuya  región  intermedia  existe  un  hermoso  almohadillado, 
que  constituye  uno  de  los  más  acabados  ejemplares  de  este  tipa 
de  construcción  romana. 

La  puerta  exterior  consta  de  dos  fábricas:  una  romana,  que 
constituye  el  cuerpo  posterior  .y  se  halla  cubierto  por  bóveda 
cilindrica,  cómo  el  paso  á  través  de  la  puerta  anterior,  y  otra» 
que  forma  el  frente  que  mira  al  campo  y  que  corresponde  á  la 
construcción  almohade  ó.  mauritana  del  siglo  xii, 


PUERTA  DB  SEVILLA,   EN   CARMONA  409 

Esta  Última  se  cubre  con  un  arco  de  ojiva  túmida,  cuyas  do- 
velas encajan  una  y  otras  á  beneficio  de  dientes  perfectamente 
calculados  y  dispuestos.  Coronando  este  arco  y  defendiendo  la 
puerta  hay  bien  estudiadas  almenas  y  una  ladronera  sobre  gran- 
des canes  de  piedra,  y  hacia  la  mitad  de  la  bóveda,  más  cerca 
de  la  entrada,  se  ven  las  ranuras  donde  encajaba  el  peine  al 
descender. 

Para  facilitar  el  ingreso  á  la  ciudad  por  estas  puertas  se  ha  re- 
bajado la  rasante,  cortando  para  ello  la  roca.  La  Puerta  ha  que- 
dado como  colgada,  alterándose  notablemente  sus  proporciones 
primitivas;  pero  considerándola  arqueológicamente,  la  verdadera 
obra  se  ve  y  aprecia  en  toda  su  importancia. 

Adosadas  á  la  Puerta  y  Alcázar  y  en  donde  ha  sido  posible, 
se  han  levantado  humildes  casas  que  contrastan  con  la  belleza  y 
suntuosidad  del  monumento,  revelando  muy  mal  gusto  y  el  poco 
respeto  que  en  los  tiempos  modernos  se  ha  tenido  á  páginas  tan 
brillantes  del  arte  y  de  la. historia. 

Parte  del  Alcázar,  tan  celebrado  en  todas  épocas,  ha  sido  des- 
tinada modernamente  á  sala  de  presos,  después  para  albergue 
de  pobres  y  últimamente  para  guardar  cerdos. 

La  Puerta  de  Sevilla,  en  Carmona,  constituye  un  precioso  mo- 
numento de  arqueología  militar,  cuya  labor  se  debe  á  distintas 
civilizaciones,  empezando  por  la  romana;  su  conservación  y  re- 
paración, como  obra  única  en  su  clase,  sería  de  gran  interés,  me- 
reciendo, por  lo  tanto,  que  el  Gobierno  lo  declarase  monumento 
nacional. 

La  Academia,  como  simpre,  resolverá  lo  más  acertado. 

Madrid,  20  de  Abril  de  1906. 

Adolfo  Herrera. 


410  BOLETÍN  DB  LA  RBAL  ACADEMIA  DB  LA  HISTORIA. 


VI 

LOS  RESTOS  DE  HERNÁN  CORTÉS 

G)n  este  título  ha  publicado  en  Méjico  D.  Luis  González  Obre- 
gón  un  interesante  folleto,  narrando  la  vicisitudes  porque  han 
pasado  los  restos  mortales  del  heroico  conquistador  del  Imperio 
Azteca. 

Refuta  el  autor,  en  primer  término,  la  sospecha  expuesta  por 
D,  Pedro  Sáinz  de  Baranda  en  el  artículo  «Castilleja  de  la  Cues- 
ta», del  Diccionario  geográfico,  estadístico,  histórico  de  España, 
publicado  por  Miñano,  de  que  los  restos  de  Cortés  se  encuentren 
en  España,  sospecha  fundada  en  que  el  intruso  Rey  José  dispuso, 
en  21  de  Junio  de  l8lO,  que  fueran  trasladados  á  Méjico,  y  ni  se 
tiene  noticia  de  que  el  traslado  se  efectuara,  ni  la  disposición  es 
probable  que  fuese  acatada  por  el  Gobierno  nacional  en  odio  á 
quien  la  dictó. 

En  prueba  de  que  los  restos  fueron  llevados  á  Méjico  pocos 
años  después  de  la  muerte  de  Cortés,  cita  párrafos  de  Bernal 
Díaz  del  Castillo,  su  compañero  en  la  conquista  de  Nueva  Espa- 
ña, de  Fr.  Juan  de  Torquemada  y  de  Bartolomé  de  Góngora,  en 
que  así  lo  afirman;  inserta  las  cláusulas  del  testamento  de  Cortés 
relativas  á  su  enterramiento;  narra  su  muerte,  ocurrida  el  2  de 
Diciembre  de  1547;  los  suntuosos  funerales  que  se  le  hicieron; 
cómo  su  cadáver  fué  sepultado  provisionalmente  en  el  Monaste- 
rio de  San  Isidro  del  Campo,  en  Sevilla,  y  prueba  con  el  acta,  ya 
publicada  en  el  tomo  xxii  de  la  Colección  de  documentos  inéditos 
para  la  Historia  de  España^  que  en  23  de  Mayo  de  1566,  y  á 
solicitud  de  D.  Martín  Cortés,  segundo  Marqués  del  Valle,  se  en- 
tregaron los  restos  de  su  padre  por  el  Prior  del  Monasterio, 
Fr.  Bonifacio  Cabellos  á  Hernán  López  de  Calatayud  para  que 
fueran  conducidos  á  Méjico. 

No  ha  logrado  el  Sr.  González  Obregón  precisar  la  fecha  en 
que  se  transportaron  á  América,  aunque  con  razón  deduce  que 
debió  ser  antes  de  1 568,  en  que  terminó  de  sacar  una  copia  de 


LOS  RBSTOS  DE  HERnXn  CORTÉS  4II 

SU  historia  Bernal  Díaz  del  Castillo,  en  la  que  afirma  que  los  hue- 
sos de  Cortés  fueron  llevados  á  la  Nueva  España  y  estaban  «en 
Cuyuacán  6  en  Tezcuco,  y  que  esto  no  lo  sabía  bien»,  aclarando 
la  duda  Fr.  Juan  de  Torquemada  en  su  política  indiana  al  decir 
que  «se  hallaban  depositados  en  Tezcuco»;  de  aquí  fueron  tras- 
ladados á  la  iglesia  de  San  Francisco  de  Méjico,  donde  Bartolomé 
de  Góngora,  que  escribía  en  el  siglo  xvii,  dice  los  vio,  notando 
que  la  calavera  era  de  una  pieza  sin  comesura,  porque  la  natu- 
raleza, agrega,  señaló  al  más  señalado  del  Universo. 

En  1794,  y  por  iniciativa  del  ilustre  Virrey,  Conde  de  Revi- 
llagigedo,  se  trasladaron  con  gran  solemnidad  al  templo  de  Jesüs 
Nazareno,  anexo  al  hospital  que  Cortés  había  fundado. 

La  enemiga  que  á  raíz  de  la  declaración  de  la  Independencia  se 
tuvo  en  Méjico,  á  todo  lo  que  á  España  se  refería,  y  que  por  for- 
tuna para  ambos  pueblos  se  ha  trocado  en  cordial  amistad,  alcanzó 
á  los  restos  del  héroe  de  Otumba,  llegando  al  extremo  de  que  un 
Diputado  propusiera  al  Congreso  el  año  de  1 822,  el  que  se  qui- 
taran los  huesos  y  demás  insignias  de  los  opresores  del  convento 
de  Jesús;  después  de  viva  discusión  nada  se  resolvió,  pero  al  año 
á  los  siguiente,  y  con  motivo  de  conducirse  á  la  iglesia  de  Santo 
Domingo  los  restos  de  los  caudillos  muertos  en  la  guerra  de  la 
Independencia,  volvieron  á  enardecerse  las  pasiones  y  circula- 
ron impresos  excitando  al  pueblo  á  que  se  apoderase  de  los  hue- 
sos de  Cortés  para  quemarlos  en  San  Lázaro. 

El  Sr.  González  Obregón  trata  de  demostrar  que  no  existió  el 
peligro  de  que  los  restos  fuesen  profanados;  pero  del  expediente 
que  inserta  en  el  apéndice  resulta  que  la  Junta  de  Gobierno  del 
Estado  y  Marquesado  del  Valle  de  Oajaca,  en  vista  de  los  impre- 
sos que  habían  circulado,  del  estado  de  la  opinión  y  de  los  avi- 
sos recibidos  en  el  Gobierno  superior,  que  hacían  temer  un 
atentado  en  la  tarde  del  16  de  Septiembre  de  1 523,  pidió  pro- 
tección al  Capitán  general  y  Jefe  político,  y  éste  fué  de  parecer 
y  aconsejó  que  se  demoliera  el  panteón  «para  que  así  se  olvida- 
se la  memoria  de  éU;  la  Junta  acordó  que  los  huesos  se  enterra- 
sen en  otro  lugar  y  que  el  panteón  fuera  demolido  á  la  mayor 
brevedad. 


412  BOLETÍN  DE  LA  REAL  ACADEMIA  DE  LA  HISTORIA. 

Según  certificado  expedido  en  12  de  Marzo  de  1827  por  el 
Capellán  mayor  del  Hospital  de  Nuestra  Señora,  que  el  Sr.  Gon- 
zález Obregón  inserta  como  apéndice  á  su  trabajo,  el  citado  16 
de  Septiembre  de  1 82  3,  y  ante  el  temor  de  que  el  pueblo  profa- 
nase los  restos  de  Cortés,  fueron  éstos  escondidos  en  la  misma 
iglesia  en  la  sepultura  que  está  tocando  por  el  lado  del  frente 
del  ángulo  derecho  ó  del  Evangelio  la  tarima  del  altar  de  Jesús 
Nazareno,  en  donde  se  hallan,  dice  el  certificado,  encerrados  en 
una  caja  de  palo  forrada  de  plomo  y  envueltos  con  sábana  de 
cambray  bordada  de  oro  y  guarnición  de  blonda  negra  de  cua- 
tro dedos. 

La  afirmación  que  hace  el  documento  de  que  en  la  fecha  que 
se  expidió  el  certificado,  ó  sea  el  12  de  Marzo  de  1 827,  se  halla- 
ban los  restos  en  la  iglesia  de  Jesús,  sirve  al  autor  para  refutar  el 
aserto  del  historiador  alemán  D.  Rodolfo  Cronau  de  que  en  1823 
fueron  remitidos  á  Italia  á  su  descendiente  el  Duque  de  Terra- 
nova;  pero  si,  en  efecto,  prueba  que  no  pudieron  remitirse  en 
1823,  puesto  que  estaban  en  Méjico  en  1827,  no  desvirtúa  el  se- 
ñor González  Obregón,  con  documento  alguno,  la  afirmación  de 
éste  y  otros  historiadores  como  el  Dr.  Mora,  D.  Carlos  María  de 
Bustamante  y  E.  Charton,  que  aseguran  que  fueron  llevados  á 
Italia,  y  siendo  así  que  en  la  actualidad  no  existen  en  el  sitio  en 
que  se  ocultaron  en  1 82 3,  ni  se  sabe,  ó  al  menos  no  se  dice 
dónde  han  ido  á  parar,  con  la  misma  razón  con  que  el  Sr.  Gon- 
zález Obregón  sienta  que  no  hay  autoridad  competente  ni  docu- 
mento autorizado  que  permita  sospechar  que  fueron  llevados  á 
Italia,  puede  también  argüirse  que  hoy  por  hoy  tampoco  hay 
autoridad  competente  ni  documento  autorizado  que  permita  ase- 
gurar que  permanecen  en  Méjico. 

De  sentir  es  que,  estudio  tan  erudito  como  el  del  Sr.  Gonzá- 
lez Obregón,  no  tenga  digno  término,  dándonos  á  conocer  don- 
de  se  encuentran  las  cenizas  del  Gran  Capitán,  que  conquistó  y 
colonizó  la  Nueva  España,  á  quien  debe  su  existencia  la  nación 
mejicana. 

Ángel  de  Altolaguirre. 


DON  PEDRO  IV  DE  ARAGÓN   Y  LA  CORTE  DE   FRANCIA  415 


VII 

D.  PEDRO  IV  DE  ARAGÓN  Y  LA  CORTE  DE  FRANCIA 

..La  Revue  Hispanique  en  el  núm.  43  de  su  tomo  decimotercero 
inserta  un  estudio  de  D.  Joaquín  Miret  y  Sanz  acerca  de  las  ne- 
gociaciones seguidas  por  D.  Pedro  IV  de  Aragón  con  la  corte 
de  Francia  en  los  años  de  1 366  y  67. 

Expone  el  autor  los  trabajos  diplomáticos  realizados  por  don 
Pedro  IV  para  asegurarse  la  cooperación  ó  al  menos  la  neutrali- 
(íád  de  Navarra  antes  dé  emprender  la  guerra  contra  D.  Pedro  I 
de  Castilla,  apoyando  las  pretensiones  á  la  Corona  del  bastardo 
D.  Enrique  de  Trastamara;  el  incorrecto  proceder  del  Rey 
Carlos  en  Navarra  i  que  se  alió  con  el  de  Aragón,  obligándose 
por  el  Convenio  de  Barcelona  de  ll  de  Diciembre  de  1 365  á 
anticiparle  30.000  florines  para  sostener  la  guerra ,  y  que  al  ver 
que  D.  Pedro  I,  después  de  la  derrota  de  sus  tropas  y  de  la  en- 
trada y  coronación  en  Burgos  de  D.  Enrique,  se  preparaba  de 
nuevo  para  la  lucha,  auxiliado  por  los  ingleses,  abandona  á  su 
confederado  y  se  pasa  al  partido  de  su  enemigo,  que  tenía  más 
probabilidades  de  ser  el  vencedor. 

La  alianza  de  D.  Pedro  I  con  Inglaterra  y  Navarra  llevó  al  de 
Aragón  á  negociar  la  de  Francia,  pero  no  logró  por  el  pronto 
vencer  la  resistencia  de  Carlos  V  á  romper  francamente  con  los 
ingleses,  y  sólo  obtuvo  el  que  consintiera  á  su  hermano  el  Duque 
de   Anjou  confederarse  con  D.  Pedro  IV  y  el  que  continuara 
permitiendo  que  en  territorio  francés  se  organizasen  aquellas 
bandas  de  aventureros,  cuyos  desmanes  sintieron  lo  mismo  los 
pueblos  castellanos  afectos  á  D.  Pedro  I  que  los  adictos  á  D.  En- 
rique, y  que  llegaron  á  ser  tan  temidas,  que  el  mismo  Rey  de 
Aragón  se  opuso  á  que  continuaran  pasando  por  Cataluña,  y  sólo 
accedió  á  consentirlo  ante  la  necesidad  de  reforzar  las  tropas  del 
bastardo;  pero  mediante  la  obligación  que  contrajeron  de  seguir 
determinada  ruta,  en  la  que  D.  Pedro  situó  fuertes  guarniciones 
para  en  caso  necesario  contener  sus  desmanes. 


414  BOLBTÍN  DE  LA  REAL  ACADEMIA  DE  LA  HISTORIA. 

La  entrada  del  Príncipe  de  Gales  en  Castilla  decidió  á  Car- 
los V  á  tomar  abiertamente  el  partido  de  D.  Enrique  y  á  solici- 
tar del  Rey  de  Aragón  que  declarase  la  guerra  á  los  aliados; 
pero  la  victoria  que  éstos  obtuvieron  en  la  batalla  de  Nájera 
sobre  las  tropas  de  D.  Enrique  entibió  el  ardor  bélico  de  don 
Pedro  IV,  que,  cambiando  por  completo  de  política  abandonó  la 
causa  de  D.  Enrique,  puso  especial  empeño  en  no  dar  motivo  á 
D.  Pedro  I  á  que  rompiera  las  hostilidades,  y  envió  embajadores 
para  negociar  con  el  Príncipe  de  Gales. 

Según  el  autor,  la  razón  de  Estado  impuso  á  D.  Pedro  el  sa- 
crificio de  su  amistad  y  alianza  con  D.  Enrique,  estimando  que 
el  mayor  servicio  que  á  su  Patria  prestó  el  Monarca  aragonés, 
tué  el  rechazar  firme  y  prudentemente  las  reiteradas  instancias 
del  Rey  de  Francia,  del  Duque  de  Anjou  y  del  Vizconde  de 
Roda,  para  que  declarase  la  guerra  á  los  ingleses,  castellanos  y 
navarros  después  de  la  batalla  de  Nájera. 

El  estudio  del  Sr.  Miret  resulta  muy  interesante  y  de  novedad, 
porque  sus  afirmaciones  las  justifica  seguidamente  con  docu- 
mentos, en  su  mayoría  inéditos,  que  originales  se  conservan  en 
los  Archivos  de  la  Corona  de  Aragón. 

Ángel  de  Altolaguirre. 


VARIEDADES 


RECUERDOS  DEL  MADRID  VIEJO 

En  el  ángulo  que  forma  la  Cava  Baja  de  San  Miguel,  prolon. 
gación  de  la  calle  de  Cuchilleros  con  la  plaza  de  San  Miguel,  }- 
el  solar  medianero  con  la  tradicional  casa  de  la  Bula,  al  hacer 
las  excavaciones  para  construir  una  casa  de  nueva  planta,  se  ha 
descubierto  un  enterramiento  en  galerías  de  tierra,  que  por  su 
importancia,  colocación  y  cualidades  de  los  numerosos  huesos 
humanos  hallados,  parece  indicar  que  es  el  perteneciente  á  la 
antigua  iglesia  parroquial  de  San  Miguel  de  los  Othoes. 

Dicho  yacimiento  se  hallaba  á  más  de  metro  y  medio  de  la 
superficie,  y  estaba  formado  por  dos  galerías  subterráneas,  para- 
lelas, unidas  por  otra  transversal,  y  en  su  unión  habíanse  ensan- 
chado en  pequeñas  rotondas.  La  altura  de  las  galerías,  la  lisura 
de  sus  bóvedas  y  su  disposición  general,  recuerda  las  ctievas  de 
tierra  de  las  casas  viejas  de  Madrid. 

Los  huesos  humanos  son  numerosos;  yo  he  visto  que  podrían 
completarse  más  de  doscientos  esqueletos;  los  hay  en  todos  los 
períodos  de  destrucción,  pues  se  hallan  englobados  y  confundi- 
dos en  tierra  movediza,  que  rellena  por  completo  las  galerías 
subterráneas;  hay  algunos  tan  bien  conservados,  que  parecen  de 
inhumación  reciente;  los  hay  de  todas  edades  y  de  ambos  sexos, 
y  por  las  formas  de  los  mismos,  los  despojos  de  velos  y  vestidos 
que  se  encuentran  con  ellos,  parece  que  predominan  los  cadá- 
veres de  personas  de  buena  posición,  principalmente  de  muje- 
res y  adolescentes  y  niños,  y  los  que  parecen  de  hombre  no 
tienen  tampoco  los  rasgos  pronunciados  y  fuertes  de  los  restos 
de  gente  jornalera. 


410  BOLETÍN   DE   LA  REAL  ACADEMIA   DE   LA   HISTORIA. 

En  las  dos  galerías  paralelas  estaban  colocados  ordenadamen- 
te los  féretros  y  cuerpos,  pues  se  interponían  entre  ellos  restos 
de  maderas,  y,  con  ellos,  trozos  de  vestidos  y  hasta  medias  en- 
teras; en  las  rotondas  y  galería  transversal,  la  tierra  los  reunía  y 
englobaba,  constituyendo  un  verdadero  osario  subterráneo,  en 
el  que,  confundidos  y  disgregados  entre  la  tierra,  no  es  posible 
apreciar  nada  especial  de  los  restos  y  su  enterramiento. 

Cerca  de  estas  galerías,  y  en  la  misma  línea  que  ha  de  llevar 
fachada  de  la  casa  en  construcción  y  tocando  con  los  muros  de 
la  casa  de  la  Bula  de  la  Santa  Cruzada,  que  es  el  núm.  6  de  la 
plaza  de  San  Miguel,  sé  ha  encontrado  otro  pozo  más  profundo 
y  más  abundante  en  restos  que  el  enterramiento  de  galería. 

El  sitio  de  este  curiosísimo  enterramiento  es  el  del  Madrid 
primitivo,  del  Madrid  árabe,  la  ciudad  conquistada  por  Ramiro  II 
de  León  en  939;  el  terreno  creo  corresponde  á  los  solares  de  le 
antiquísima  iglesia  de  San  Miguel  de  los  Othoes,  cuya  Capilla 
Mayor  era  Patronato  del  hijo  primogénito  de  los  Condes  de  Ba- 
rajas, y  todavía  existe  á  espalda  de  estos  terrenos  y  írénte  á  la 
puerta  de  la  Vicaría,  la  calle  y  plaza  del  susodicho  Conde  de 
Barajas,  que  por  cierto  no  parece  en  ella  por  parte  alguna  la  ju- 
risdicción del  Excmo.  Ayuntamiento  de  Madrid;  tal  es  el  aban- 
donó ó  incuria  en  que  la  tiene  sumida,  y  eso  que  está  frente  á 
un  sitio  tan  frecuentado  como  la  vicaría  eclesiástica,  y  no  muy 
lejos  de  la  propia  Casa  de  la  Villa. 

Creo  es  digno  de  mención  este  descubrimiento  del  Madrid 
antiguo,  pues  la  construcción  de  las  galerías  subterráneas,  que 
hasta  tienen  refuerzos  de  mampostería  y  ladrillo  en  sus  esquinas 
revelan  un  enterramiento  secular  y  ajustado  á  un  plan  que  im- 
pusiera las  condiciones  del  terreno. 

Las  excavaciones  se  han  practicado  cuidadosamente  y  estu- 
diando todos  los  detalles,  por  cuenta  de  la  administración  del 
Duque  de  Montellano,  á  quien  pertenece  el  solar  y  la  finca  en 
construcción. 

Madrid,  Abril  de  1906. 

Fuáiieiacb  Vi£íals. 


NOTICIAS 


En  la  sesión  del  20  de  Abril  ha  sido  elegido,  en  votación  ordinaria,  para 
Académico  de  número  el  Sr.  D.  Juan  Pérez  de  Guzmán  y  Gallo,  al  obje- 
to de  cubrir  la  vacante  que  dejó,  por  fallecimiento,  el  Excmo.  Sr.  D.  Ma- 
nuel Danvila. 


En  la  misma  sesión,  el  Sr.  Rodríguez  Villa  presentó  el  tomo  xxvi  de  las 
Cortes  de  Castilla^  cuya  impresión,  como  la  de  los  anteriores  que  se  refie- 
ren á  las  de  Madrid  (i6io-i6ii),  ha  dirigido. 


El  Sr.  Vignau  notició  haberse  descubierto  en  una  tabla,  que  servía  de 
encuademación  á  cierto  libro  de  privilegios  de  Toledo,  existente  en  el 
Archivo  histórico  Nacional  de  su  cargo,  una  leyenda  hebrea  notabilísima; 
y  esto  lo  manifestó  con  ocasión  de  haber  concurrido  á  la  sesión  del  refe- 
rido día  el  antiguo  Correspondiente  de  la  Academia,  Sr.  Mo'íse  Schwab, 
el  cual  leyó  un  erudito  informe  suyo,  redactado  en  francés,  acerca  de  la 
Paleografía  semítica  en  general  y  de  la  española  del  mismo  ramo  en  par- 
ticular. 

La  Academia,  además  de  acordar  la  inserción  de  este  informe  en  su 
Boletín,  felicitó  á  Mr.  Schwab  por  haber  venido  á  España,  desde  París, 
con  comisión  del  Ministerio  de  Instrucción  Pública  de  Francia,  para  exa- 
minar todas  las  inscripciones  hebreas  existentes  en  nuestra  nación,  y  sin- 
gularmente las  de  Toledo,  Córdoba,  Sevilla,  Barcelona  y  Gerona,  con  el 
propósito  de  formar  con  ellas  un  cuerpo  epigráfico  que  ha  de  publicarse  á 
expensas  de  aquél  Ministerio. 


La  Academia  acordó  sufragar  por  su  parte,  con  la  cantidad  de  500  pese- 
tas, la  erección  del  monumento  conmemorativo  del  P.  Flórez  en  Villadie- 
go, patria  de  tan  esclarecido  ingenio  y  fundador  y  primer  autor  de  la 
España  Sagrada, 


Se  recibió  comunicación  de  la  Comisión  de  Monumentos  de  Sevilla  soli- 
citando el  apoyo  de  la  Academia  á  fin  de  que  sea  declarado  monumento 


4l8  BOLETÍN   DB  LA   REAL   ACADEMIA   DE   LA    HISTORIA. 

nacional  la  torre  llamada  Atalaya  ó  Torrean  de  Don  Fadrique^  determinán- 
dose que  esta  comunicación  pase  á  informe  de  la  Comisión  de  Antigüeda- 
des; y  considerándose  que  esta  Comisión  tenia  reducido  personal,  fué 
propuesto,  para  reforzarla,  y  nombrado  el  Sr.  Herrera. 


El  Sr.  Codera,  en  la  sesión  del  27,  leyó  un  informe  acerca  de  un  sello 
con  inscripción  árabe  y  flor  de  lis,  descubierto  en  Toledo,  que  fué  oído 
con  mucho  agrado  y  verá  la  luz  en  el  próximo  número  del  Boletín. 


El  Sr.  D.  Narciso  Díaz  de  Escovar,  Correspondiente  de  la  Academia,  le 
ha  comunicado  desde  Málaga  la  noticia  siguiente: 

«Hace  tiempo  que  la  prensa  local  dio  la  noticia  de  haberse  descubierto 
en  las  cercanías  del  pueblo  de  Almargen,  de  esta  provincia,  algunas 
sepulturas,  al  parecer  romanas,  y  dentro  de  ellas  varios  pequeños  objetos 
de  importancia  arqueológica. 

Recientemente  se  han  hecho  otros  descubrimientos  en  el  mismo  lugar, 
y  esto  nos  movió  á  hacer  una  visita  al  expresado  pueblo,  á  fin  de  estudiar 
las  sepulturas  y  formar  idea  sobre  su  época ,  ampliando  las  noticias  que 
recogimos  á  raíz  del  primer  hallazgo. 

No  se  trata  de  un  grupo  de  sepulturas  aislado,  sino  de  un  verdadero 
cementerio,  que,  á  nuestro  juicio,  debió  utilizarse  en  las  últimas  épocas 
de  la  dominación  de  Roma  en  España. 

Encuéntrase  situado  á  unos  800  metros  de  la  misma  estación  de  Almar- 
gen, donde  finalizan  las  huertas  y  principia  la  sierra,  á  la  falda  de  esta  y 
frente  al  pueblo.  Las  sepulturas  descubiertas,  que  pasarán  ya  de  30,  ocu- 
pan un  perímetro  de  cerca  de  100  varas  cuadradas,  en  un  mismo  plano, 
que  se  altera  en  algunos  puntos  por  las  piedras  y  tierras  que  se  despren- 
dieron de  la  sierra. 

Las  sepulturas  forman  hileras,  no  una  ni  dos,  sino  varias,  guardando 
entre  sí  distancias  iguales,  ó  casi  iguales.  Son  de  distintos  tamaños,  según 
las  dimensiones  del  cuerpo  que  en  ellas  se  sepultó,  pero  casi  todas  tienen 
una  profundidad  de  un  metro,  ó  metro  y  medio.  El  hoyo  se  labró  en  el 
terreno  y  dentro  de  él  se  colocaron  unas  especies  de  féretros  de  piedra 
muy  dura  y  blancuzca,  propia  de  aquellos  terrenos,  trabajada  toscamente 
y  que  tendrá  de  espesor  de  uno  á  tres  centímetros,  más  anchas  estas 
cajas  de  piedra  por  la  parte  correipondiente  á  la  cabeza,  pero  luego  va 
poco  á  poco  estrechándose  hasta  terminar  en  huecos  de  unos  10  á  12  cen- 
tímetros. En  algunas  sepulturas  se  han  encontrado  hasta  dos  cadáveres, 
muy  unidos,  con  los  cráneos  completamente  juntos. 

Presenciamos  el  descubrimiento  de  una  de  las  sepulturas  y  creemos 
oportuno  hacer  la  descripción. 

A  una  media  vara  de  la  superficie,  se  encontró  un  esqueleto  de  dimen- 
siones ordinarias,  con  la  cabeza  mirando  al  sol  naciente.  Al  lado  izquierdo 
se  encontró  una  vasija  ó  cantarillo,  que  no  pudo  sacarse  entero,  de  cerá- 
mica al  parecer  romana,  pequeño,  de  boca  estrecha,  con  asa  y  sin  labrado 
alguno.  Entre  la  tierra  y  los  huesos  se  halló  un  pedazo  de  bronce,  que 
bien  pudo  pertenecer  á  una  hebilla  ó  á  un  adorna.  El  esqueleto  reposaba 


NOTICIAS.  419 

sobre  tres  enormes  losas  de  piedra  blanca ,  cada  una  de  las  cuales  podía 
mover  con  dificultad  un  hombre. 

Levantadas  estas  losas,  se  halló  el  féretro,  de  igual  forma  y  piedra  que 
los  antes  descritos,  cubierto  con  tres  ladrillos  grandes,  con  pronunciados 
rebordes.  Bajo  los  ladrillos  había  una  tierra  muy  ñna,  que  parecía  estar 
cernida,  sin  mezcla  de  piedrecilla  alguna,  y  en  el  fondo  el  esqueleto,  en 
igual  situación  que  el  anterior,  pero  de  mayores  proporciones.  También 
se  encontraron  junto  á  la  cabeza,  restos  de  otra  vasija,  pero  ésta  de  barro 
encarnado,  muy  pulido,  semejante  al  saguntino.  Debió  tener  labore?,  y  en 
uno  de  los  trozos  aparecía  labrada  una  punta  de  flecha  muy  pequeña  y  en 
otro  un  ramo  de  hojas  puntiagudas.  También  se  halló  un  resto  de  vasija 
de  barro  con  rayas  simétricas. 

Con  gran  cuidado  se  sacó  el  cráneo,  que  era  muy  grande  y  estaba  com- 
pleto, conservando  hasta  varios  de  los  dientes  y  muelas.  Al  sacarlo  se  des- 
prendió la  parte  inferior,  pero  la  superior  hemos  podido  conservarla  ente- 
ra, no  sin  grandes  cuidados.  Los  demás  huesos,  especialmente  los  de  las 
piernas  y  caderas,  se  extrajeron  perfectamente,  como  igualmente  las  cos- 
tillas. La  columna  vertebral,  que  en  la  sepultura  se  veía  unida,  sin  faltar- 
le un  solo  anillo,  se  deshizo  al  tocarla. 

Hasta  aquí  la  descripción  parcial  de  una  de  las  sepulturas.  Reseñare- 
mos ahora  varios  de  los  objetos  descubiertos  en  otras. 

Es  rara  la  sepultura  donde  no  se  han  encontrado  vasijas  de  diferentes 
formas,  aunque  parecidas,  y  tamaños.  Enteras  han  salido  cuatro,  de  las 
que  conservamos  dos. 

En  una  sepultura,  cuyo  esqueleto,  cráneo  y  dentadura ,  parecían  reve- 
lar una  joven  de  catorce  ó  quince  años,  se  halló  un  pendiente  de  mujer, 
sencillo,  de  bronce. 

En  otra  un  broche  de  manto,  labrado,  grande,  que  se  conserva  en  poder 
del  aficionado  á  estos  estudios  y  conocido  novelista  D.  Arturo  Reyes.  Eln 
otra  un  broche  más  pequeño,  también  labrado,  con  una  N.,  el  que  pasó  á 
poder  de  un  amigo  del  dueño  de  la  finca,  sin  que  lo  hallamos  podido  exa- 
minar, pero  se  nos  dice  que  es  bastante  curioso. 

En  otra  de  las  cajas  de  piedra  había  una  estrella,  como  de  2  centíme- 
tros, de  bronce,  con  ocho  rayos  labrados  artísticamente,  con  un  pequeño 
hueco  para  colgarla  en  su  parte  superior.  En  otra  un  anillo  muy  fino,  del 
citado  metal,  con  unas  letras  ó  signos  que  semejan  dos  A,  unidas  por  el 
centro.  Al  principio  de  las  excavaciones,  aparecieron  algunos  otros  obje- 
tos pequeños,  ó  trozos  de  bronce,  á  los  que  no  se  dio  valor  alguno  y  fue- 
ron abandonados. 

En  el  mismo  terreno,  entre  las  sepulturas,  se  han  hallado  también:  un 
fuste  de  columna  de  jaspe,  bien  labrada,  rota  por  su  parte  inferior,  una 
base  de  otra  columna  más  pequeña  y  una  piedra  labrada  á  mano,  entre 
larga,  como  de  un  metro  de  largo  y  medio  de  ancho  que  pudo  formar 
parte  de  una  escalinata. 

El  trozo  de  columna  á  que  antes  nos  rcferimoa  tiene  en  su  parte  supe- 
rior un  hueco  cuadrado^  cocho  de  10  ceatímetros,  y  dentro  otro  pequeño* 

Recientemente  se  ha  descubierto  una  caja  de  piedra,  que  sólo  podría 
contener  el  cuerpo  de  un  recién  nacido,  la  que  ha  sido  extraída  y  se  con- 
serva en  poder  del  Sr.  Barquero. 


420 


boletín  de  la  real  academia  de  la  historia. 


£1  descubrimiento  de  estas  sepulturas  se  debió  á  la  casualidad,  pues  al 
Sembrarse  el  terreno  el  pasado  verano  se  encontró  la  primera,  sin  que 
hasta  la  fecha  se  hayan  practicado  trabajos  serios  ó  en  forma,  que  es  fácil 
se  realicen  este  verano,  si,  como  esperamos,  la  Comisión  de  Monumentos 
se  preocupa  de  ello  y  cuida  de  que  se  verifiquen  bajo  una  dirección  peri- 
ta y  abonando  los  jornales  necesarios.  El  dueño  de  la  finca  es  el  propieta- 
rio de  aquel  pueblo  D.  Andrés  Barquero  Aviles,  y  á  su  hijo  D.  Andrés 
Barquero  Rebollo  se  deben  los  últimos  hallazgos.  Ambos  merecen  felici- 
taciones, por  su  cuidado  en  que  se  conserven  los  últimos  objetos  extraí- 
dos. Una  mención  especialísima  debe  hacerse  á  favor  del  cabo  de  aquel 
puesto  de  la  Guardia  civil,  aficionado  á  estos  estudios,  D.  Enrique  Benito, 
que  conociendo  el  valor  arqueológico  de  estos  descubrimientos,  los  ha 
dirigido,  presenciándolos  y  noticiándolos  á  determinados  individuos  de  la 
Real  Academia  de  la  Historia,  para  que  no  quedasen  olvidados.  Justo  es 
que  el  Coronel  de  este  Tercio,  nuestro  buen  amigo  el  Sr.  Jaime,  no  olvi- 
de á  individuos  que  por  su  cultura  y  buen  deseo  honran  al  benemérito 
Instituto,  y  á  la  Comisión  de  Monumentos  corresponde  proponerle  para 
una  recompensa  adecuada,  ya  que  por  desgracia  no  es  frecuente  en  Espa- 
ña hallar  personas  que  de  estos  asuntos  históricos  se  preocupen.» 


Nuevas  inscripciones  de  Málaga. — Se  descubren  conforme  sigue  adelan- 
te el  derribo  de  la  antigua  alcazaba  de  esta  ciudad.  La  Academia  ha  reci- 
bido noticias  y  fotografías  de  tres  epígrafes  romanos  y  uno  visigótico  de 
ésta  procedencia,  que  le  han  sido  enviadas  por  el  erudito  canónigo  y 
publicista  D.  José  Moreno  Maldonado.  La  visigótica  se  reduce  á  una  estam- 
pilla 


-j-    SEVKRVS 


tres  veces  repetida  en  un  fragmento  de  construcción,  que  el  Sr.  Moreno 
Maldonado  sospecha  ser  indicativa  del  obispo  Severo,  que  floreció  reinan- 
do Leovigildo  y  Recaredo  (años  578-601),  y  se  distinguió  como  escritor 
doctísimo. 

Las  inscripciones  romanas  son  tres:  una  dedicatoria  de  la  República 
Malacitana  al  Emperador  Carino  en  el  año  284;  otra  hermosamente  poé- 
tica, y  un  fragmento 


de  interpretación  dudosa. 


F.  F. 


/ 


El  Boletín  de  la  Real  Academia  de  la  Historia  se  publica  todos 
tos  meses  en  cuadernos  de  8o  ó  más  páginas,  co/i  sus  correspondientes 
láminas,  cuando  el  texto  lo  exige,  formando  cada  año  dos  tomos  cotí  sus 
portadas  é  índices. 

Las  suscripciones  dan  principio  en  Enero  y  Julio  de  cada  año. ' 

PRECIOS  DE  .SUSCRIPCIÓN 

Madrid.  .  .     6  meses Pesetas  9 

—     ...     Un  año —  18 

Provincias.    Un  año —  ao 

Extranjero ^ —  23 

Número  suelto —  $ 


Los  precios  de  las  obras  de  la  Academia  se  entiende  que  son  para  la 
venta  en  Madrid.  Los  pedidos  para  provincias  y  para  el  extranjero  su- 
frirán el  recargo  correspondiente  de  gastos  de  correo  y  de  certificado. 


Loa  pedicloB  deh>en  dirigirse  etl  deBpGLcl:io  de  libros 
de  la.  AcademieL  (I^eón,  21)  <5  éi  la.  LilDrerfa  de  M.  MU- 
RILLO.  AloaléL,  7,  Madrid. 


ADVERTENCIAS 


Las  obras  de  la  Academia  se  venden  en  su  despacho, 
calle  del  León  ,21. 

Los  SresT Académicos  honorarios  y  correspondientes 
podrán  adquirirlas,  por  una  sola  vez,  con  rebaja  de  40 
por  100  en  los  precios,  siempre  que  hagan  pedido  directo 
con  su  firma. 

A  los  libreros  que  tomen  cualquier  número  de  ejem- 
plares se  les  hará  una  rebaja  conveniente,  segiin  la  cos- 
tumbre recibida  en  el  comercio  de  librería. 


boletín 

í|eJiUI  11  IDUS    , , 

REAL  ACADEMIA  DE  lÍhISTORIA 


TOMO  XLVIII— CUADERNO  VI 
JUNIO,  1906 


MADRID 

ESTABLECIMIENTO   TIPOGRÁFICO   DE  FORTANET 

IMnMlOH    DI    LA    UAL    ACADIHM    Dt    LA    HieTDIU 

Libertid,  19.— Tílífono  991. 
1906 


SUMARIO  DE  ESTE  CUADERNO 


\ 


Págt. 

Informes: 

I.  Correspondencia  de  la  Infanta  Archiduquesa  Dona  Isabel 
Clara  Eugenia  de  Austria  con  el  Duque  de  Lerma,  (Desde 
Flandes,  años  de  ISQ9  d  J 607  y  otras  cartas  posteriores  sin 

fecha.) — Continuación.— A.  Rodríguez  Villa 421 

n.     Gliolcadi  e  gli  andosini  due  popoli  sconosciuti. — Nicolás  Feli- 

cia^i * 441 

in.     Vascos^  iberosy  moros  ^  bereberes. — Ricardo  Beítrán  y  Rózpide.    4  58 
rV.    Sello  con  inscripción  árabe  y  flor  de  lis  descubierto  cu  Tole- 
do.— Francisco  Codera * 463 

V.    De  la  Paléopaphie  sémitique. — Dr.  Moíse  Schwab  ......    464 

VI.    Nuevas  inscripciones  romanas  y  visigóticas  de  Extremadura. 

— El  Marqués  <Je  Monsalud 485 

Vn.  El  Monasterio  toledano  de  San  Servando. — Examen  critico 
de  una  bula  de  Pascual  II  y  de  un  diploma  inédito  de  la 
Reina  Doña  Urraca. — Fidel  Fita 4^ 

Variedades: 

Concilios  de  Gerona^  Scgovia  y  Tny  en  iiiy  y  JJi8^ — Fidel 
Fita 501 

Noticias 510 

índice  del  tomo  xLvín .    514 


TOMO  XLVIII. 


Junio,  1906. 


CUADERNO  VI. 


,,>       DE    LA 

JUL  11  1906 


REAL  ACADÉfJ^  I^  (^STORIA 


INFORMES 


I. 


coR.TiK3P»oirr):SBrci-fi. 

DB   LA 

INFANTA  ARCHIDUQUESA  D>  ISABEL  CLARA  EUGENIA   DE  AUSTRIA 

CON    EL    DUQUE    DE    LERMA. 

Desde  Flanees ^  años  de  isgg  á  lóoj  y  otras  cartas  posteriores 

sin  fecha. 

296  (I). 

Duque:  Con  cada  carta  vuestra  tengo  tanto  que  agradeceros 
que  no  sé  por  donde  comience,  y  más  con  esta  de  aora,  que 
es  tanto  lo  que  nos  obligáis  de  todas  maneras  que  yo  no  deseo 
sino  tener  muchas  ocasiones  en  que  mostraros  cuanto  lo  estamos 
y  cuan  siguros  de  todo  lo  que  nos  decis,  y  que  tiniendoos  ay 
estamos  siguros  de  que  todo  se  hará  bien.  Mucho  os  agradesco 
todas  las  nuevas  que  me  dais,  que  han  sido  de  mucho  gusto  para 
mí,  y  más  diciendome  cuan  bueno  está  mi  hermano,  Dios  le 
guarde.  Grandes  envidias  me  habéis  hecho  por  velle  con  el  ves- 
tido que  me  decis,  y  bien  cierta  estaba  yo  de  la  merced  que  nos 


(i)  Impresa  ya  la  mayor  parte  de  esta  correspondencia,  han  parecido 
entre  los  papeles  manuscritos  del  Sr.  D.  Pascual  de  Gayangos,  otras  quin- 
ce cartas  de  la  Infanta  al  Duque  de  Lerma,  que  por  no  poderse  intercalar 
en  su  sitio  correspondiente,  insertamos  al  fin.  Son  de  los  años  i6oi  á  i6o6 

TOMO  XLViiL  27 


422  BOLETÍN   DB   LA   REAL  ACADEMIA   DE  LA  HISTORIA. 

hace  que  había  de  olgar  con  Don  Enrique.  No  faltan  malas  len- 
guas que  digan,  aunque  vos  lo  calléis,  que  el  Duque  de  Lerma 
le  pesó  tanto  con  su  llegada  que  salió  corriendo  hasta  los  corre- 
dores, y  que  si  no  le  encontrara  allí,  no  parara  hasta  la  calle  (l). 
Así  lo  creo  yo  por  cierto  de  lo  mal  que  el  Duque  nos  quiere. 
Aora  bien  yo  espero  que  algún  día  hemos  de  ver  por  acá  algu- 
nas postas  en  quien  nos  venguemos  de  todo  esto. 

Buena  estancia  ha  sido  la  del  Pardo,  como  mi  hermano  la  aco- 
modó para  no  faltar  á  lo  de  Madrid,  aunque  no  me  espanto  que 
le  pareciese  á  la  Reina  que  venian  cerca  los  viernes.  Mucho 
guelgo  que  se  halle  ya  bien  en  España,  y  no  hay  duda  sino  que 
siempre  le  dio  la  vida  á  mi  hermano  el  exercicio ,  y  más  por  in- 
vierno. La  merced  que  me  decis  que  me  hace  es  de  manera  que 
yo  no  sé  cómo  servírsela,  aunque  sé  que  le  quiero  con  la  mayor 
ternura  que  puede  haber,  y  que  así  no  habría  cosa  que  tanto 
contento  me  diese  como  podelle  descansar  y  dar  gusto. 

Lo  que  me  decis  de  las  provisiones  ha  venido  á  tan  buen  tiem- 
po que  si  no  tuviéramos  esa  esperanza,  no  sé  cómo  pudiéramos 
pasar  adelante.  El  cuidado  que  habéis  puesto  en  esto,  os  vuelvo 
á  agradecer  mucho:  espero  han  de  lucir  mejor  que  hasta  aqui, 
porque  este  solo  es  nuestro  deseo  y  cuidado.  No  le  pierden  los 
enemigos  de  apercibirse  todo  lo  que  pueden;  y  así  aguardamos 
la  gente  con  mucho  cuidado.  Dios  la  libre,  que  bien  tiene  que 
pasar  sigun  los  que  la  aguardan. 

Lleváronnos  la  noche  de  Sant  Andrés  la  almiranta  en  frente  de 
Anberes,  que  es  lo  que  hemos  sentido,  y  más  no  poder  castigar 
á  los  que  anduvieron  en  el  trato,  porque  vieron  luego  la  tapice- 
ría de  Don  Enrique  (que)  corrió  gran  peligro,  que  estaba  en  una 
barca  y  junto  con  ella  otra  de  nabos;  y  ellos  traían  tan  bien  sa- 
bido todo  lo  que  había  que  llegaron  á  las  barcas  á  cortar  las 
cuerdas,  y  por  cortar  la  de  la  tapicería,  cortaron  la  otra,  y  los 
que  iban  conoció  que  no  era  la  que  buscaban  y  comenzó  á  gri- 
tar al  que  cortaba  la  cuerda:  «No  es  esa,  que  esa  es  la  de  nabos». 


(i)    Al  margen  de  letra  contemporánea  muy  pequeña,  se  lee:  <£1  mayor 
cortesano  del  mundo.» 


CORRESPONDENCIA  DE  LA  INFANTA   DONA  ISABEL.  423 

Al  tiempo  que  pasaban  á  cortar  la  otra,  dio  voces  un  muchacho 
de  la  muralla:  «Guarda  que  abren  la  puerta»,  y  con  este  miedo 
se  acogieron  y  dejaron  la  tapicería;  que  alguna  buena  oración 
regaban  allá  por  ella.  Esto  es  lo  que  ha  habido  de  nuevo,  y  las 
demás  nuevas  de  por  casa  escribo  á  mi  hermano.  Las  del  sarao 
he  gustado  mucho  y  cuan  congojado  os  veríades  con  dos  damas, 
pero  muy  bien  lo  remediastes.  Guelgome  mucho  de  que  salga 
Antonica  como  me  decis  y  sus  hijas  de  Arnedo,  que  en  fin  es 
criado  viejo,  y  así  hace  muy  bien  la  Duquesa  en  favorecellas.  Yo 
asiguro  que  por  más  flaca  que  esté  que  nunca  le  falten  fuerzas 
para  servir,  como  cosa  heredada  de  tan  atrás  en  vuestra  casa;  y 
conociendo  yo  esto,  poco  tenéis  que  agradecerme  lo  que  aprobé 
siempre  la  merced  que  mi  hermano  os  hacia,  pues  conocía  que 
le  hacia  servicio  en  que  tuviese  cabe  sí  quien  le  sirviese  con  el 
amor  y  ley  que  vos,  que  no  siempre  se  halla;  y  esto  he  dicho  y 
diré  siempre,  y  por  la  falta  que  me  decis  que  hay  de  hombres, 
juzgareis  la  razón  que  yo  tenia  para  ello.  No  dudo  de  la  buena 
ayuda  que  os  hará  la  del  Valle,  pues  solo  su  buen  celo,  cuando 
no  tuviera  las  otras  partes  que  tiene,  bastaba  para  cualquier  cosa. 
La  buena  de  Gandia  estará  muy  contenta  con  tener  casada  á  su 
nieta.  Mucho  guelgo  de  que  las  de  Saboya  sirvan  como  me  decis. 
Las  cosas  de  allá  ya  sabrán  ay  como  andan :  no  sé  en  qué  han 
de  parar,  ni  las  de  Alemana,  que  todo  lo  veo  mal  parado  y  no 
buen  remedio  para  ellas,  por  más  que  se  procure.  Dios  nos  libre 
de  lo  que  no  nos  sabemos  librar,  que  ya  deseo  tener  nuevas  de 
ser  llegado  lo  que  faltaba  de  la  flota,  que  en  partiendo  tarde, 
siempre  le  acontece  lo  que  aora,  como  decis;  y  así  se  habría  de 
tener  mucho  cuidado  en  esto.  Y  á  este  propósito  os  quiero  decir 
que  tras  haber  hecho  las  diligencias  que  sabéis,  como  ha  man- 
dado mi  hermano,  para  quitar  el  trato  con  los  de  Olanda,  ha 
venido  oy  nueva^que  les  han  entrado  aora  treinta  navios  carga- 
dos de  mercadurías  de  España,  que  para  venir  hurtados  son 
muchos  juntos;  y  asi  debe  de  haber  alguna  bellaquería  en  ello. 
1^0    que    me    decis    que    quedábamos    compuniendo   con   Boto 
para  enviarme,  no  querría  cayese  en  sus  manos;  que  ya  yo  sé 
cuan  bien  compuesto  vendrá,  y  tengo  en  mucho  que  en  mita  de 


424  BOLETÍN  DE   LA   REAL   ACADEMIA   DE   LA  HISTORIA. 

todas  vuestras  ocupaciones,  las  toméis  en  eso  y  os  acordéis  del  lo; 
si  llega  tan  bien  como  un  navio  nuestro  que  escapó  con  la  mita 
de  la  ropa  que  traia,  que  no  cupo  más  en  él;  y  así  habrá  de  vol- 
ver por  lo  demás,  en  dando  lugar  los  enemigos;  que  está  todo  el 
canal  lleno  dellos,  y  el  paso  por  entre  todos  como  por  milagro. 
Estraño  casamiento  ha  sido  el  de  doña  Catalina  Enriquez.  Muy 
buena  estará  la  guerta  de  don  Juan  de  Borja  con  lo  que  se  le 
añade,  que  es  un  lindo  sitio  aquel.  Mucho  olgara  de  ver  vuestros 
concertados,  que  tienen  muy  buena  edad,  para  g^ustar  de  sus 
ñnezas.  Del  mal  de  Diego  Gómez  me  f>esa  mucho,  y  no  puedo 
sufrir  que  me  digáis  que  la  de  Niebla  está  como  Ana  Maria.  De- 
cilde  que  yo  defenderé  su  causa;  y  á  todos  me  encomiendo  mu- 
cho. La  de  Sarria  querría  que  no  nos  hiciese  compañía  en  lo  que 
tardamos  todas  en  tener  hijos:  y  Dios  os  guarde,  como  deseo. 
De  Bruselas  á  19  de  Enero,  1601. — A  Isabel. — Discúlpame  con 
la  Duquesa  y  Marquesa  del  Valle:  que  con  estas  fiestas  ha  acu- 
dido tanta  gente  que  no  me  dan  lugar  á  responderles  con  este 
correo. — (Sobrescrito:)  Al  Duque  de  Lerma. 


296. 

Duque:  Una  carta  vuestra  me  dio  don  Baltasar  con  un  papel 
de  doña  Juana  de  Mendoza  (l)  sobre  su  pretensión;  y  no  dexa  de 
espantarme  de  la  manera  que  habla,  en  que  le  tuvimos  hecha 
merced  de  recibilla,  pues  como  vos  sabéis  mejor  que  nayde, 
nunca  se  llegó  á  este  término;  y  yo  dende  que  salí  de  ay,  deter- 
miné de  servirme  de  las  de  acá,  por  ser  esto  lo  que  mejor  nos 
estaba,  por  muchas  razones.  La  voluntad  de  doña  Juana  me 
obliga  mucho,  y  así  os  pido  que  de  mi  parte  supliquéis  á  mi  her- 
mano con  mucho  encarecimiento  haga  merced  á  doña  Juana  en 
todo  lo  que  se  le  ofreciere,  que  yo  la  recibiré  á  mi  cuenta,  de- 
seando mucho  que  doña  Juana  eche  de  ver  que  le  agradesco  la 


(i)     Dama  de  la  Reina  de  España,  después  de  esta  íecha,  y  hermana 
del  Conde  de  Coruña. 


CORRESPONDENCIA  DE  LA  INFANTA  DOÑA  ISABEL.  425 

voluntad  que  ha  mostrado  de  servirme.  Y  Dios  os  guarde  como 
deseo.  De  Bruselas  á  29  de  Enero  160 1. — A  Isabel. — (Sobres- 
crito:) Al  Duque  de  Lerma. 


297. 

Duque:  Cada  vez  que  veo  vuestras  cartas,  siempre  hallo  en 
ellas  más  que  agradeceros,  y  en  esta  de  aora  mucho,  por  todo 
lo  que  me  decis  y  el  buen  cuidado  que  habéis  puesto  en  que  vi- 
niesen las  letras  del  mes  pasado.  No  sé  cuando  hemos  de  servir 
á  mi  hermano  tanta  merced;  y  asi  no  le  he  querido  besar  las 
manos  en  mi  carta  por  ella,  sino  que  vos  lo  hagáis  por  mí.  Yo 
os  prometo  que  vino  á  buen  tiempo,  porque  ya  teníamos  cuaxa- 
do  otro  motin  por  tardalles  la  paga  un  mes.  Quiso  Dios  que  se 
descubrió,  y  así  se  han  aorcado  los  que  se  han  podido  cojer.  Es 
terrible  esta  gente. 

Mucho  siento  que  la  Duquesa  traya  tan  poca  salud,  y  que 
vuestra  nieta  haya  estado  tan  mala.  Buen  sobresalto  debió  de 
pasar  su  madre  con  las  cuchilladas  de  su  marido,  que  todos  di- 
cen cuan  valientemente  lo  hizo.  Creo  que  todos  los  tendréis  ya 
en  Valladolid,  pues  dicen  que  á  los  doce  del  pasado  era  partido 
ya  mi  hermano  para  allá.  Deseo  que  se  halle  muy  bien  como  es- 
pero; que  es  buena  tierra. 

De  la  pax  de  Francia  también  acá  nos  dan  malas  esperangas, 
aunque  de  Paris  afirman  que  ha  estado  hecha,  y  no  hay  saber 
la  verdad.  Dios  encamine  lo  mejor.  La  gente  me  trae  con  mucho 
cuidado:  que  cada  dia  salen  más  navios  contra  ella:  no  sé  cómo 
podrá  llegar  acá.  Nuestros  enemigos  hacen  grandes  apercibi- 
mientos de  máquinas  y  fuegos:  los  más  dicen  que  para  las  ga- 
leras. Arto  aprisa  me  parece  que  se  vá  el  invierno;  que  luego 
tendremos  en  qué  entender.  Lo  que  habéis  acordado  á  mi  her- 
mano de  lo  que  os  he  encomendado,  os  agradesco  mucho;  y  os 
pido  lo  hagáis  aora  de  dos  particulares  que  le  escribo,  que  entram- 
bas eran  muy  justas  que  mi  hermano  las  haga. 

Bonísima  fiesta  fue  la  de  la  máscara,  y  el  cuidado  de  escribir- 


^ 


426  BOLETÍN  DE   LA   REAL  ACADEMIA  DE  LA   HISTORIA. 

mela  tan  particularmente  tengo  en  mucho.  A  don  Luis  Enrri- 
quez  eché  menos  entre  los  dangantes  viejos,  y  acordóseme  de 
haberos  visto  ya  otra  vez  en  la  galería  baxa  como  tudesco  con 
don  Alonso  de  (^uñiga.  A  mi  hermano  le  debia  de  estar  muy 
bien.  ¡Oh  lo  que  olgara  que  se  hallara  en  una  ñesta  que  le  escri- 
bo que  tuv^imos  el  domingo,  que  por  decírsela  muy  particular- 
mente, no  la  repito  aqui!  De  la  de  Lemos  he  tenido  muchas  y 
muy  buenas  nuevas  con  el  Conde  de  Sora,  que  fue  á  ganar  ju- 
bileo, y  pasó  á  Ñapóles.  Dice  que  está  bonísima:  envióme  boní- 
simos recados  y  dice  que  al  Conde  quieren  más  que  han  querido 
á  ningún  Virrey.  De  la  de  Altamira  deseo  saber  cómo  le  va  con 
los  abaninos  grandes.  La  del  Valle  creo  muy  bien  que  no  habrá 
sacalla  de  su  tribuna:  no  sé  adonde  se  acomodará  en  Valladolid, 
aunque  yo  asiguro  que  halle  alguna  iglesia  presto  para  sus  devo- 
ciones. No  sé  si  durará  allá  el  frió,  que  aquí  le  ha  vuelto  á  hacer 
y  á  nevar  y  helar  muy  bien.  Con  todo  pensamos  ir  mañana  á  an- 
dar la  prucisión  á  la  Iglesia  mayor.  No  sé  qué  iglesia  ó  capilla 
tiene  mi  hermano  en  Valladolid,  ó  si  la  hay  en  casa  del  Conde 
de  Benavente. 

De  acá  no  hay  más  nuevas  que  decir:  lo  que  toca  á  negocios 
sabréis  por  las  cartas  de  mi  primo;  y  así  se  acaba  esta  con  en- 
comendarme á  vuestra  gente  y  con  que  os  guarde  Dios  como 
deseo.  De  Brusselas  á  primero  de  Hebrero  1 60 1. — A  Isabel. — 
(Sobrescrito:)  Al  Duque  de  Lerma. 


298. 

Duque:  A  mi  hermano  escribo  suplicándole  haga  merced  al 
Colegio  de  los  Irlandeses  de  Douay,  pues  nosotros  no  les  pode- 
mos ayudar  tanto  como  lo  que  ellos  han  menester.  Y  porque  sé 
la  devoción  que  tenéis  con  ellos,  no  he  menester  pediros  mucho 
acordéis  á  mi  hermano  su  buen  despacho,  en  que  me  haréis 
mucho  placer;  y  Dios  os  guarde  como  deseo.  De  Brusselas  á 
17  de  Hebrero  1601. — A  Isabel. — (Sobrescrito:)  Al  Duque  de 
Lerma. 


CORRESPONDENCIA  DE  LA  INFANTA   DONA   ISABEL.  427 


299 

Duque:  Acabando  de  escribir  el  otro  dia,  llegaron  las  cartas 
de  mi  hermano  de  23  de  Julio,  y  con  ellas  recibí  dos  vuestras;  y 
bien  podéis  juzgar  lo  que  olgaria  con  ellas  y  de  saber  que  estu- 
viésedes  bueno  tras  vuestro  trabajo:  agradeceisme  tanto  lo  que 
le  he  sentido,  como  sino  lo  debiera  á  vivos  y  á  muertos,  que  esto 
podéis  estar  cierto  reconoceré  siempre,  como  es  justo;  y  aunque 
espero  que  la  Duquesa  no  ha  menester  oraciones  de  nayde,  no  la 
he  olvidado  en  las  mias,  si  bien  las  tengo  por  las  peores  del 
mundo.  No  he  podido  dexar  de  reirme  de  lo  que  me  decis  que 
no  crea  las  nuevas  que  dicen  de  vos.  Ya  sabéis  que  no  hay  viu- 
do en  el  mundo  que  luego  no  le  casen;  y  si  queréis  á  la  de  Mans- 
felt  yo  sé  que  irá  de  buena  gana,  porque  aun  no  pierde  sus  espe- 
ranzas. Yo  solia  decir  que  en  quitándose  un  viudo  los  abaninos, 
que  no  naba  del  nada,  pero  yo  os  tengo  en  mejor  opinión  que 
esto,  aunque  aquí  estoy  bien  abegada,  que  ni  mujer  ni  hombre 
pueden  estar  viudos  mucho  tiempo. 

Bendito  sea  Dios  que  tan  bien  se  acabó  la  jornada  de  mi  her- 
mano, aunque  me  dá  mucha  pena  escribir  todos  que  habia  vuel- 
to flaco  y  descolorido;  y  así  deseo  en  estremo  que  llegue  él  co- 
rreo que  se  quedaba  despachando  para  saber  de  su  salud.  La 
Reyna  querria  que  no  oígase  tanto:  muy  buena  prueba  ha  hecho 
mi  nuera  en  la  primer  jornada,  y  yo  no  querria  que  se  me  pare- 
ciese sino  á  su  padre.  Buen  tiempo  era  el  que  vos  acordábades 
con  vella  andar  de  nuestra  buena  aya  y  los  que  se  juntaban  allí. 

Don  Juan  de  Tarsis  tiene  muy  bien  merecida  la  merced  que 
mi  hermano  le  hace,  que  le  sirve  con  mucha  voluntad.  A  18  par- 
tió de  Brusselas  para  su  jornada  y  muy  bien  en  orden,  en  que 
ha  gastado  arto.  A  mi  hermano  escribo  lo  que  me  pareció  en  lo 
de  la  carta  de  la  Reyna.  Plega  á  Dios  lo  haya  acertado,  y  tras  eso 
no  sé  en  lo  que  se  resolverá  don  Juan;  porque  á  vos  os  tengo  de 
decir,  con  la  confianza  que  sé  que  puedo,  que  vivimos  en  el  mun- 
do con  gente  que  sé  que  después  de  ido  de  aqui  don  Juan,  dixo 


428  BOLBTÍM  DB  LA  REAL  ACADEMIA  DE  LA  HISTORIA. 

en  Brusselas  que  llevaba  la  cabeza  tan  grande  de  cosas  que  le 
habían  dicho  de  mi  primo,  que  él  no  pudiera  creer  jamás;  y  apre- 
tándole á  quien  lo  dijo  qué  eran,  le  dijo  que  le  habían  añrmado 
por  muy  cierto  que  mi  primo  por  el  mismo  caso  que  sabia  que 
mi  hermano  quería  una  cosa,  luego  se  oponía  á  ella  y  la  desbara- 
taba, y  mil  cosas  á  este  tono;  y  que  así  que  mal  podía  él  hacer 
nada,  pues  el  Conde  de  Aranbergu^  iria  por  un  cabo  y  él  por 
otro.  Yo  bien  veo  que  esto  no  es  sino  gente  mal  intíncionada 
que  desean  sembrar  cigaña  entre  nosotros,  lo  cual  no  saldrán  ja- 
más con  ello,  pero  no  puede  dexar  de  darnos  mucha  pena,  pues 
junto  con  esto  se  ha  escrito  de  ay  es  muy  diferente  el  modo  con 
que  hemos  procedido  en  esto  de  Ingalaterra  de  lo  que  mi  hermano 
quería.  Yo  no  sé  como  se  entienda  esto,  pues  no  hemos  hecho 
nada  que  no  se  haya  dado  cuenta  á  mi  hermano  y  él  aprobado 
por  sus  cartas  y  por  las  vuestras,  y  todo  lo  que  escribe  el  de 
Aranbergue  se  le  ha  mostrado  á  don  Juan  y  se  ha  enviado  á  mi 
hermano.  Sí  don  Juan  trae  alguna  orden  diferente,  mal  lo  pode- 
mos nosotros  adivinar,  no  sabiendo  sino  lo  que  mi  hermano  y 
vos  nos  habéis  escrito.  Yo  os  confieso  nos  tiene  con  mucho  cui- 
dado y  con  mucho  deseo  que  llegue  el  correo  que  decís,  porque 
estaremos  suspensos  sin  saber  lo  que  hemos  de  hacer  ni  mandar 
al  Conde  de  Aranbergue,  que  por  haber  pedido  don  Juan  á  mi 
primo  que  le  aguardase  allá,  se  lo  había  mandado;  y  pues  cono- 
céis á  mí  primo,  creo  que  no  he  menester  deciros  que  la  mayor 
paciencia  que  Dios  le  dá,  es  para  llevar  las  cosas  que  le  levantan; 
y  pues  llegan  á  esta,  no  es  menester  decir  más.  Plega  á  Dios  que 
todos  deseen  y  procuren  el  servicio  de  mi  hermano  como  él  lo 
hace;  y  podeisme  creer  que  una  de  las  cosas  que  más  contenta 
me  tiene  de  verme  casada  con  él,  es  esta.  Todo  esto  os  he  querido 
decir  porque  es  bien  que  lo  sepáis,  y  que  veáis  la  confianza  que 
en  todo  lo  que  nos  tocare,  haré  de  vos. 

Llegó  el  correo  pasado  á  tiempo  que  se  acababan  de  protestar 
las  letras,  pero  ya  no  se  les  dá  nada  de  los  protestos.  La  necesi- 
dad en  que  se  está  es  de  manera  por  tener  de  todo  punto  acaba- 
do el  crédito,  que  os  prometo  que  cíen  ducados  para  enviar  una 
barca  el  otro  día  por  municiones  para  el  campo,  no  fue  posible 


CORRESPONDENCIA  DE  LA   INFANTA  D09a  ISABEL.  429 

allallos.  Mira  cómo  comerán  dos  exércitos;  que  yo  no  aguardo 
sino  cuando  nos  han  de  decir  que  están  amotinados.  Por  amor  de 
Dios  que  procuréis  que  esto  se  remedie  con  la  brevedad  que  es 
menester.  Lo  que  pasa  y  ha  pasado  en  materia  de  guerra  escribo 
á  mi  hermano.  Yo  os  confieso  que  no  os  lo  repito  porque  no  que- 
rría hablar  en  ello;  pero  aqui  añado  porque  se  ha  sabido  después, 
que  en  fin  quemaron  los  enemigos  la  plataforma  de  Ostende  con 
aquella  invincion  del  demonio  de  fuegos  artificiales,  que  han  sa- 
cado aora,  con  que  no  habrá  cosa  sigura.  En  fin  ellos  son  demo- 
nios y  era  menester  ángeles  para  defenderse  dellos;  pero  yo  creo 
ay  aora  pocos  en  el  mundo;  á  lo  menos  yo  confienso  que  soy  tan 
mala  que  porque  deseo  tener  alguna  vez  una  buena  nueva  que 
escribir  siquiera,  y  no  siempre .  malas,  no  nos  la  debe  de  querer 
dar  Nuestro  Señor.  No  hay  sino  dalle  gracias  por  lo  que  hace, 
que  debe  de  ser  lo  que  nos  cumple.  Hase  perdido  alguna  gente 
que  acudió  con  mucho  ánimo  y  valor  á  matar  el  fuego,  y  entre- 
tanto les  tiraban  los  enemigos,  que  no  se  descuidan  de  nada.  Esto 
es  todo  lo  que  puedo  decir  de  acá,  y  no  es  poco. 

Ya  deseo  saber  que  hayan  llegado  mis  sobrinos  y  cómo  ha- 
brán parecido.  Y  creo  yo  muy  bien  lo  que  haréis  por  todo  lo 
que  les  tocare. 

La  gente  de  Italia  está  ya  acá:  todavia  porfiaba  el  de  Fuentes 
á  enviar  los  lombardos,  habiéndole  avisado  que  no  los  levantase 
tan  con  tiempo,  como  se  escribió  a  y,  y  creo  que  me  escríbistes 
que  mi  hermano  se  lo  había  enviado  también  á  mandar.  No  sé 
en  qué  lo  fundaba. 

Ha  hecho  grandísima  calor  y  si  ha  llegado  allá,  habrá  estado 
mejor  vuestra  guerta,  que  me  acuerdo  muy  bien  della,  y  siempre 
me  pareció  en  muy  lindo  sitio.  Por  la  merced  que  mi  hermano 
me  hace  de  acordarse  de  mí  en  esos  pasos,  le  besa  las  manos. 
Arto  quisiera  yo  velle  dar  algunos  por  acá,  como  esto  estuvie- 
ra un  poco  más  quieto,  que  no  dexara  de  olgarse  de  vello,  par- 
ticularmente este  lugar.  Dios  lo  haga  como  puede,  que  yo  no 
pierdo  la  esperanza,  y  así  os  pido  que  miréis  por  vos  y  os  rega- 
léis para  que  estéis  muy  bueno  para  entonces.  A  vuestra  gente 
me  encomendad  mucho:  siempre  guelgo  de  saber  de  todos  y  si 


430  BOLETÍN   DE   LA   REAL   ACADEMIA  DE   LA   HISTORIA. 

puedo  les  escribiré  y  á  vuestra  hermana,  que  he  olgado  inñnito 
con  su  carta,  y  me  pesa  que  no  tenga  la  salud  que  le  deseo.  La 
Condesa  de  Uceda  me  sirve  como  sabéis  y  anda  con  mucho  cui- 
dado como  vé  sus  dos  hijos  clérigos  ya  hombres  y  sin  de  comer; 
y  así  me  haréis  mucho  placer  en  suplicar  á  mi  hermano  se  acuer- 
de dellos,  y  acordárselo  cuando  haya  algunas  ocasiones  de  ca- 
iongias  6  pensiones.  Guárdeos  Dios  como  deseo  de  Anveres 
á  22  de  Agosto,  1603. — A  Isabel. — (Sobrescrito):  Al  Duque  de 
l^erma. 


300. 

Duque:  Siempre  querría  que  se  me  ofreciesen  ocasiones  de 
daros  muchas  norabuenas  de  tan  buena  gana  como  os  la  doy 
aora  del  casamiento  de  Diego  Gómez,  de  que  he  olgado  tanto 
como  podéis  creer,  siendo  hijo  de  sus  padres  y  criado  en  casa; 
demás  de  que  á  él  le  debo  mucho,  que  siempre  me  llegaba  con 
todos  sus  duelos  6  sus  contentos:  él  ha  sido  muy  acertado,  y  así 
me  lo  parecen  los  capítulos  que  nos  mostró  don  Rodrigo;  y  vos 
tenéis  razón  de  olgar  con  la  novia,  por  hija  de  sus  padres.  Aora 
no  hay  que  desear  sino  que  veáis  nietos  suyos  muy  presto,  como 
lo  espero;  y  que  gozareis  este  contento  con  mucho  gusto.  Podéis 
estar  cierto  que  de  todos  los  que  tuviéredes  que  nayde  olgará 
más  que  yo,  como  sé  que  os  lo  debo,  y  que  esta  obligación  re- 
conoceré siempre.  Mucho  quisiera  ver  á  Diego  hecho  novio, 
aunque  me  dicen  está  tan  hombre  que  lo  puede  ser.  Contentísi- 
ma estoy  con  las  nuevas  que  me  dais  de  la  salud  de  mi  herma- 
no y  mi  nuera  y  el  preñado  de  la  Reina.  Plega  á  Dios  que  esta 
vez  sea  un  hijo.  Bien  cierta  estoy  de  todo  lo  que  me  decis  habéis 
olgado  con  mis  sobrinos:  querría  que  acertassen  á  servir  á  mi 
hermano,  como  deben. 

Don  Juan  de  Tarsis  se  embarcó  postrero  de  Agosto.  Después 
acá  no  hemos  sabido  más  del.  La  noche  antes  hubo  gran  cena  en 
casa  del  Gobernador  Gravelingas  con  los  ingleses  y  mucha  fiesta 
y  muchos  brindes  á  la  salud  de  sus  amos,  y  le  aguardan  con  mu- 
cho contento.  Con  el  despacho  que  aora  se  le  envió  con  este 


CO&RXSPONDBMCIA   DB   LA   INFANTA  DOl^A   ISABEL.  43 1 

correo  que  se  le  ha  enviado,  ya  espero  que  negociará  muy  bien. 
Va  muy  en  orden,  como  era  justo  enviándole  quien  le  envia. 
Tuvo  en  Gante  una  gran  boda  de  su  hija  de  Agustín  de  Herrera 
y  danzóse  muy  bien;  y  de  camino  vio  lo  de  Ostende,  á  donde  ha 
resucitado  la  plataforma,  que  tengo  rabia  de  quien  trujo  la  nue- 
va que  nos  hizo  escribir  con  el  correo  pasado,  pues  el  daño  del 
fuego  se  pudo  adregar  en  cuatro  dias.  En  Bolduque  se  está  el 
enemigo  y  nuestro  campo,  como  escribo  á  mi  hermano  más  par- 
ticularmente. 

Mañana  partimos  para  Brusselas  y  de  allí  mi  primo  para  q1 
campo,  porque  los  del  lugar  le  dan  voces  que  si  él  no  va,  que  no 
se  hace  nada,  como  es  la  verdad;  y  aun  plega  á  Dios  que  yendo; 
porque  hay  pocos  que  le  ayuden  y  tanta  falta  de  hombres  en  el 
mundo  que  es  lástima,  y  no  se  halla  aora  en  él  quien  sirva  con 
el  amor  que  el  Duque  de  Lerma,  ni  mire  tanto  por  el  servicio 
de  mi  hermano,  que  este  es  el  mayor  daño  á  mi  parecer,  pues 
nayde  atiende  sino  á  su  particular.  No  hemos  olgado  lo  que  he- 
mos estado  aqui,  procurando  sacar  algo  á  estos  hombres,  porque, 
como  habréis  visto  en  el  tanteo  que  envió  mi  primo  los  dias  pa- 
sados, los  dos  exércitos  que  están  en  pie  y  es  fuerza  tener  para 
hacer  algo,  no  se  pueden  sustentar  con  el  ordinario,  y  por  eso  se 
pidió  trasordinario  ó  algunos  meses  adelantados  para  sustentar 
la  gente  estos  meses  que  se  puede  andar  en  campaña.  Yo  os 
prometo  que  jamás  nos  hemos  visto  tan  apretados,  porque  no 
habia  siquiera  para  dar  un  tercio  de  paga  á  la  gente;  y  en  fal- 
tando esto,  es  desecha  la  gente  ó  amotinada,  que  es  lo  peor;  y 
lo  uno  ú  lo  otro  de  tanto  daño,  y  más  en  esta  ocasión  de  Boldu- 
que que  tanto  importa  que  no  se  pierda,  que  si  no  viene  luego 
algún  socorro  de  los  que  he  dicho,  cierto  yo  no  sé  qué  haremos 
sino  que  se  perderá  todo;  porque  el  enemigo  se  quedará  señor 
de  la  campaña,  si  se  deshace  ó  amotina  nuestra  gente;  y  acabado 
lo  que  han  emprestado  aqui  estos  hombres,  yo  no  sé  qué  hare- 
mos, pues  para  sacalles  esto  se  ha  hecho  todo  lo  posible;  y  así 
no  hay  esperanza  de  que  harán  más,  aunque  este  lugar  y  Brusse- 
las se  han  obligado  y  hecholo  muy  bien.  Por  amor  de  Dios  que 
miréis  esto  de  manera  que  se  remedie  esta  necesidad  con  la 


432  BOLETÍN   DE   LA   REAL   ACADEMIA  DE   LA   HISTORIA. 

brevedad  que  es  menester,  y  que  pongáis  la  mano  en  ello  de 
manera  que  nos  echéis  otras  obligaciones  sobre  las  que  tene- 
mos: y  para  mí  lo  será  tan  grande  como  podéis  pensar,  viendo 
la  persona  de  mi  primo  tan  aventurada  como  lo  estará  aora  en 
el  campo,  y  más  sí  le  faltase  la  gente  ó  se  le  amotinase,  y  si  sa- 
liésemos deste  verano  sin  que  el  enemigo  saliese  con  nada.  Ellos 
están  ya  tan  apretados  y  más  faltándoles  el  ayuda  de  Ingalaterra 
que  sin  duda  vendrían  en  algo  de  lo  que  se  desea,  y  quigá  más 
presto  de  lo  que  muchos  piensan.  Y  así  os  torno  á  pedir  mucho 
miréis  lo  que  va  en  esto  al  servicio  de  mi  hermano ,  y  no  per- 
damos esta  ocasión. 

De  que  el  Conde  de  Niebla  la  haya  tenido  para  volverse  á  su 
casa,  me  guelgo  por  su  mujer,  que  está  muy  sola.  Pensé  escribi- 
Ua  con  este,  y  ha  cargado  tanta  gente  con  la  partida  que  no  me 
han  dexado  ni  pasar  de  aqui,  porque  la  Duquesa  de  Branguic  viene 
á  despedirse:  que  le  perdonara  la  cortesia,  pero  ya  la  conocéis 
qué  cumplida  es.  A  toda  vuestra  gente  me  encomiendo  mucho 
y  guárdeos  Dios  como  deseo.  De  Anveres  á  8  de  Setiembre 
1603. — A  Isabel. — (Sobrescrito:)  Al  Duque  de  Lerma. 


301. 

Duque:  Bien  se  ha  echado  de  ver  el  mucho  cuidado  y  diligen- 
cia que  habéis  puesto  para  remediar  la  gran  necesidad  en  que 
estábamos,  pues  tan  á  tiempo  ha  venido  el  socorro.  Yo  espero 
que  con  él  se  ha  de  hacer  mucho,  y  que  á  solo  vos  se  han  de  dar 
las  gracias  de  los  buenos  sucesos  que  tuviéremos,  pues  podemos 
decir  con  verdad  que  sois  el  que  solo  lo  trabaxa.  Conociendo  yo 
esto  tan  bien,  siguro  estaréis  que  tenga  dello  el  reconocimiento  que 
es  justo  y  mucho  deseo  de  mostrallo  con  las  obras.  Mi  hermano 
nos  hace  tanta  merced  en  todas  ocasiones  que,  aunque  yo  le 
beso  las  manos  por  ella,  no  me  contento  con  esto  sino  que  vos 
lo  hagáis  por  mí  muy  de  veras.  Este  correo  despacha  el  Mar- 
qués Espinóla:  él  dará  cuenta  de  lo  que  se  ha  concertado  con  él, 
de  que  espero  muy  buen  suceso ,  y  que  por  ningún  camino  se 


CORRBSPONDBMaA  DE   LA   INFANTA   DONA   ISABEL.  433 

abreviaría  tanto  aquella  empresa.  Cierto,  él  desea  servir,  y  así  os 
pido  tengáis  cuenta  con  todo  lo  que  le  tocare;  pues  sé  que  lleva 
cartas  de  mi  primo,  no  tendré  yo  que  decir,  pues  él  dará  mejor 
relación,  solo  que  no  creo  podrá  llevar  respuesta  de  las  que  ha 
traido  este  correo,  porque  aun  no  sé  que  haya  llegado  allá:  que 
los  caminos  están  de  manera,  por  corrello  todo  el  enemigo,  que 
no  se  puede  escribir  sino  por  cifra,  que  es  otro  trabaxo,  y  para 
mí  el  mayor  no  poder  saber  de  mi  primo  sino  de  tres  en  tres  dias 
cuando  mucho,  que  para  andar  en  los  peligros  que  anda,  mira  lo 
que  lo  sentiré;  con  todo  espero  que  ha  de  suceder  todo  bien,  y 
más  ahora  con  la  mucha  merced  que  mi  hermano  nos  hace.  No 
puedo  pensar  sino  que  Dios  nos  ha  de  ayudar  y  su  Madre  á  in- 
vocación de  vuestra  imagen,  que  aunque  es  muy  antigua,  de  cin- 
co meses  á  esta  parte  hace  muchos  milagros,  pero  de  un  mes 
acá  de  manera  que  se  pueda  decir  con  verdad  que  no  va  nayde 
allá  que  no  alcance  lo  que  pide;  que  cierto  es  para  espantar. 
Y  porque  he  visto  algunos  milagros  muy  grandes  por  mis  ojos, 
lo  puedo  testificar.  De  aquí  no  hay  cosa  que  decir  mas  que  esto, 
que  no  es  poco.  Tornóos  á  dar  la  norabuena  de  estar  ya  casado 
el  Conde  de  Saldaña  y  haberse  hecho  tan  bien  la  boda:  tengo 
envidia  á  no  habella  podido  festejar  mucho.  Mucho  he  sentido  el 
mal  parto  de  la  Reyna,  aunque  espero  que  ya  estará  preñada,  y 
mi  nuera  muy  buena  con  haber  vuelto  á  mamar,  que  ha  sido 
gran  cosa.  Lo  que  me  decis  del  remitir  allá  mi  primo  el  dinero, 
creo  que  hará  en  ello  todo  lo  que  pudiere,  pero  á  mí  me  habéis 
de  perdonar  que  procuraré  cuanto  pueda  que  se  pague  lo  que 
nos  prestaron  en  Anverés,  que  tengo  empeñada  mi  palabra  sobre 
ello  y  quedaría  desonrada  si  faltase  della,  porque  se  lo  prometí 
muy  de  veras,  y  otro  dia  no  me  creerían  nada;  y  cierto,  ellos  nos 
socorrieron  en  una  necesidad,  que  de  otra  manera  ni  pudiera  mi 
primo  salir  de  aqui  ni  hacer  cosa  de  provecho.  A  toda  vuestra 
gente  me  encomendad  mucho;  y  porque  me  piden  las  cartas,  no 
paso  de  aqui;  y  guárdeos  Dios  como  deseo.  De  Brusselas,  dia  de 
San  Francisco  (i)  1603. — A  Isabel. — La  venida  del  Condestable 

(i)    4  de  Octubre. 


434  BOLETÍN  DE   LA  REAL   ACADEMIA  DE   LA   HISTORIA. 

espero  ha  de  ser  de  mucho  fruto  y  así  será  bien  dalle  prisa,  aun- 
que don  Juan  no  perderá  tiempo;  pero  siempre  ven  más  cuatro 
ojos  que  no  dos,  y  para  tratar  con  aquella  gente  serian  menester 
cien  mil. — (Sobrescrito:)  Al  Duque  de  Lerma. 


302. 

Duque:  El  Marqués  Espinóla  despacha  este  criado  suyo  á  su- 
plicar á  mi  hermano  lo  que  entenderéis.  Por  lo  que  importa 
para  todo  que  se  le  envien  los  recaudos  que  pide,  y  mi  primo  ha 
escrito,  no  puedo  dexar  de  pediros  con  todo  el  encarecimiento 
■posible  que  pongáis  la  mano  en  ello  de  manera  que  se  le  despa- 
che bien  y  con  la  brevedad  que  pide  el  negocio;  que  yo  espero 
que  él  ha  de  dar  muy  buen  fin  de  lo  de  Ostende.  Y  porque  sé 
las  veras  que  ponéis  en  cuanto  nos  toca,  no  os  digo  más  sobre 
esto;  ni  de  aqui  hay  cosa  de  nuevo  después  que  escribimos,  sino 
haber  llegado  mi  primo  al  campo,  bendito  sea  Dios  sin  peligro; 
con  que  espero  irá  todo  bien.  Quedo  alborogadísima  aguardando 
después  de  mañana  al  Marqués  de  la  Laguna,  aunque  por  otra 
parte  muy  sentida  de  que  no  le  he  de  poder  hacer  el  recibi- 
miento que  querria,  porque  no  hay  sino  mujeres  en  este  lugar, 
y  aun  desas  faltan  las  hermosas;  pero  con  todo  le  festejaremos 
lo  más  que  sea  posible.  No  lo  es  acabar  conmigo  de  dexar  de 
desear  otras  cartas,  aunque  ha  poco  que  las  recibimos,  pues 
nunca  dexo  de  desear  saber  cómo  se  halla  mi  hermano.  Espero 
que  será  con  la  salud  que  hemos  menester,  y  que  vos  la  tendréis 
como  os  la  deseo.  A  toda  vuestra  gente  me  encomiendo  mucho, 
y  acabo  con  que  os  guarde  Dios  como  deseo.  De  Brusselas  á  8 
de  Octubre,  1603. — A  Isabel. —  (Sobrescrito:)  Al  Duque  de 
Lerma. 

303. 

Duque:  Pues  os  cuesta  más  trabaxó  que  á  nayde  lo  que  aquí 
nos  toca,  con  razón  se  os  puede  dar  la  norabuena  de  los  buenos 
sucesos  que  hubiere;  y  así  os  la  doy  del  bueno  que  ha  tenido  el 
Marqués  Espinóla  en  la  toma  de  Oldenzeel  y  Lyngen,  que  ha 


i 


r 


CORRBSPOMDENCIA  DE   LA   INFANTA  DONA   ISABEL.  435 

sido  una  gran  cosa,  pues  es  la  entrada  de  Frisa;  y  aora  se  vé 
cuan  acertado  ha  sido  la  pasada  del  Ryn  y  echalles  la  guerra  en 
casa,  pues  los  enemigos  casi  nunca  lo  creyeron;  y  así  se  hallan 
atajados  y  con  poca  gente  y  ruin,  y  todo  lo  de  por  allá  tan  albo- 
rotado que  yo  entiendo  que  hará  poca  resistencia,  como  se  ha 
visto  en  Lyngen,  que  se  pudieran  haber  defendido  mucho  tiem- 
po; pero  toda  la  Frisa  desea  verse  en  nuestro  poder,  porque  hay 
muchos  católicos;  y  así  espero  que  si  se  pasa  adelanté  aun  este 
verano,  se  ha  de  ganar  otro  buen  pedazo;  pero  temo  que  le  ha 
de  detener  al  Marqués  no  tener  mucha  gente,  por  haberla  de 
repartir  en  tantas  partes  y  aora  meter  guarnición,  como  es  fuerza^ 
en  estos  dos  lugares.  Y  así  es  menester  que  dende  aora  vays  tra- 
zando cómo  á  la  primavera  se  haga  un  buen  esfuerzo  muy  tem- 
prano, que  es  lo  que  importa  sobre  iiodo,  porque  yo  entiendo 
cierto  que  si  se  hace  con  tiempo,  que  será  el  postrero,  y  que  sin 
duda  vendrán  nuestros  enemigos  á  la  razón;  y  he  sido  desta  opi- 
nión dende  que  entendí  el  estado  de  las  cosas  de  acá:  que  nunca 
se  acabaría  esta  guerra  hasta  que  se  la  echásemos  en  casa,  como 
ya  se  vá  echando  de  ver.  El  Marqués  lo  trabaxa  de  manera  que 
merece  que  mi  hermano  se  lo  agradesca  mucho  y  le  haga  mucha 
merced;  y  hasta  aora  todos  han  andado  muy  bien  y  le  asisten  muy 
bien;  que  han  aprovechado  las  reprehensiones  que  vinieron  de 
ay;  y  así  es  bien  siempre  traelles  á  la  memoria  la  buena  correspon  - 
dencia  que  debe  haber  entre  todos  y  cuánto  sirven  á  mi  hermano 
en  ello.  El  Conde  de  Sora  también  ha  servido  muy  bien  y  tra- 
baxado  arto  en  ir  á  sosegar  los  vecinos;  y  ha  sido  de  mucho  fruto 
su  ida  por  allá.  Hale  costado  una  herida,  como  escribo  á  mi  her- 
mano y  fué  arto  no  costalle  la  vida.  También  es  muy  justo  que  se 
acuerde  mi  hermano  de  hacelle  merced  en  sus  pretensiones  que 
dexó  por  acomodar  cuando  vino  de  ay;  y  así  lo  procurad,  que  es 
bien  tenelle  contento,  pues  sabéis  que  es  hombre  de  servicio. 

En  Flandes  no  ha  habido  novedad  que  es  todo  lo  que  hay  por 
acá.  De  ay  querría  cartas  que,  cierto,  tardan  mucho;  y  si  no 
fuese  sabiendo  que  están  buenos,  no  se  podría  llevar.  Vuestro 
cuñado  no  lo  ha  estado  estos  días:  ya  lo  está,  que  esta  buena 
nueva  del  campo  le  ha  sanado.  Yo  no  puedo  dexar  de  pediros 


436  BOLETÍN   DB   LA   REAL   ACADEMIA  DE  LA   HISTOItlA. 

siempre  alguna  cosa,  porque  sé  que  la  hacéis  de  buena  gana, 
y  esta  por  lo  que  os  dijeron  yo  había  juzgado,  no  podrá  dexar 
de  ser  ansi:  y  es  que  supliquéis  á  mi  hermano  mande  que  no  se 
le  haga  agravio  á  la  Condesa  de  la  Fera  en  su  pleito,  sino  que  se 
siga  conforme  á  lo  que  mi  hermano  había  mandado  cuando  ella 
estuvo  ay,  pues  ella  no  pide  sino  que  se  le  guarde  su  justicia.  A 
toda  vuestra  gente  me  encomendad  mucho.  De  todos  deseo  saber 
que  estén  buenos  como  deseo.  De  Brusselas,  á  26  de  Agosto 
1605. — A  Isabel. — (Sobrescrito:)  Al  Duque  de  Lerma. 


304. 

Duque:  Por  no  perder  eáta  ocasión  deste  correo  que  despacha 
el  Marqués  Espinóla,  hago  esto,  aunque  hay  poco  que  decir  más 
de  lo  que  escribimos  el  otro  día,  y  el  Marqués,  dará  mejor  rela- 
ción de  todo,  como  quien  lo  tiene  á  los  ojos;  y  asi  espero  que 
mi  hermano  considerará  lo  que  le  escribe  y  pide  y  ordenará  lo 
que  fuere  para  su  servicio,  y  que  vos  no  dexareís  de  trabaxallo 
y  encaminallo  como  hasta  aquí,  para  que  ya  que  el  negocio  está 
tan  bien  encaminado,  os  podamos  dar  las  gracias  del  buen  fin, 
como  lo  espero;  pero  no  puedo  dexar  de  confesaros  que  he  senti- 
do mucho  que  el  Marqués  no  haya  pasado  adelante,  como  él  lo 
deseaba  y  inclinaba  á  ello;  pero  no  me  parece  se  ha  atrevido  á 
ello  por  solo  su  parecer,  y  de  acá  no  se  le  podía  decir  que  lo 
hiciese,  porque  en  lo  que  ño  se  vé,  no  se  puede  juzgar,  y  lo  otro 
porque  después  que  se  supo  acá  la  toma  de  Lyngen,  llegara  allá 
tarde  el  enviárselo  á  decir;  y  con  todo  le  envió  mi  primo  á  decir 
al  Marqués  que  en  todo  caso  procurase  pasar  adelante,  porque 
el  tiempo  era  muy  bueno,  y  es  gran  cosa  no  cortar  el  hilo  á  la 
buena  dicha,  y  más  saberse  que  los  ánimos  de  los  de  Frisa  están 
por  nosotros:  que,  cierto,  yo  esperaba  que  fuera  mucha  parte 
della  nuestra  aun  este  verano.  Mas  para  hablaros  claro,  y  lo  que 
entiendo,  creo  que  los  que  están  con  el  Marqués  todos  desean 
más  volver  á  invernar  á  Brabante,  como  quien  tiene  ya  conocida 
su  comodidad;  y  no  es  esto  lo  que  conviene,  ni  espero  que  el 


CORRESPONDENCIA  DE  LA  INFANTA  DONA  ISABEL  437 

Marqués  vendrá  en  ello,  sino  que  queden  pasado  el  Ryn;  pues 
lo  demás  seria  trabajo  perdido  todo  lo  que  se  ha  trabajado  en 
pasar  allá.  Y  porque  estéis  enterado  de  todo,  me  ha  parecido 
apuntaros  esto,  aunque  de  prisa,  porque  andamos  en  una  nove- 
na, como  escribo  á  mi  hermano;  y  así  hay  poco  lugar.  En  ella 
no  me  olvido  de  vos;  allá  no  querría  que  lo  hicieseis  tanto,  que 
ha  mil  años  que  nos  vemos  sin  cartas.  A  toda  vuestra  gente  me 
encomiendo  mucho  y  guárdeos  Dios  como  deseo.  De  Dyste  á  7 
de  Setiembre,  1 605. — A  Isabel. — Olvidábaseme  de  deciros  la 
mucha  necesidad  que  pasa  el  Veedor  General,  y  lo  bien  que  sirve 
no  lo  merece  ni  su  retitud;  y  así  procurad  que  mi  hermano  le 
haga  merced  por  su  Orden  ó  de  otra  manera,  que  será  muy  bien 
empleada. — (Sobrescrito:)  Al  Duque  de  Lerma. 


306. 

Duque:  Aunque  he  olgado  tanto  como  siempre  con  vuestra 
carta  de  II  de  Setiembre,  me  ha  pesado  mucho  de  la  falta  de 
salud  que  me  decis  que  tenéis  en  ella,. porque  siempre  os  la  de- 
seo muy  cumplida;  y  esto  no  sé  si  es  también  parte  de  interés 
por  la  falta  que  sé  que  hacéis  al  servicio  de  mi  hermano,  cuando 
os  falta;  aunque  os  esforzáis  de  manera  que  creo  os  hace  éso  más 
daño;  y  así  habíades  de  descansar  unos  dias  y  convalecer  para 
poder  trabajar  mejor  después.  En  lo  que  nos  toca  veo  que  lo  ha- 
céis de  manera  que  no  tengo  que  pediros  sino  mucho  que  agra- 
deceros siempre,  como  lo  hago  aora.  Todo  lo  que  me  decis  en- 
tendéis en  las  provisiones,  no  querría  fuese  trabaxando  tanto  que 
os  hiciese  mal,  que  no  siendo  esto,  muy  necesario  es  que  les  deis 
prisa,  porque  temprano  se  pueda  salir  en  campaña  y  seguir  la 
buena  dicha  que  hemos  comengado  á  tener,  como  espero  le  ha 
d  e  suceder  siempre  al  Marqués  Espinóla;  y  que  mi  hermano 
no  se  ha  de  arrepentir  de  la  merced  que  le  ha  hecho. 

No  hay  cosa  de  nuevo  después  que  escribimos  sino  haber  ve- 
nido el  de  Villamediana  bueno,  pero  un  poco  viejo.  Cierto,  ha 
servido  bien  y  merece  toda  la  merced  que  mi  hermano  le  hace. 

TOMO  XLVIII.  28 


i'. 


43^  BOLETÍN   DE   LA   REAL   ACADEMIA   DE   LA  HISTORIA. 

Con  la  llegada  de  su  hijo,  se  ha  detenido  un  poco  en  partir,  pero 
pienso  lo  hará  presto.  Allá  va  en  su  compañia  la  sabandija  del 
enano  que  envió  á  mi  hermano,  que  espero  olgará  con  él;  y  aun- 
que cresca  mucho,  no  pienso  llegará  á  ser  gigante.  Dos  veces  me 
le  han  querido  hurtar  franceses,  pero  espero  que  no  le  llevarán. 
Don  Pedro  Ponce,  que  va  también,  lleva  unos  baúles  y  una  caja 
para  mi  hermano  y  la  Reyna,  con  orden  de  entregároslo  para 
que  se  lo  deis.  Avísooslo  para  que  hagáis  dar  recado  en  los  puer- 
tos para  que  no  toquen  á  nada.  Allí  van  unas  imágenes  de 
Nuestra  Señora  de  Monteagudo;  y  como  me  decis  que  andáis 
malo,  no  he  querido  aguardar  á  enviaros  esa  que  tenia  para  vos. 
Es  cosa  de  admiración  los  milagros  que  hace  y  la  gente  que  allí 
acude.  Paréceme  que  os  ha  tocado  bien  la  enfermedad  de  Valla- 
dolid,  sigun  lo  que  me  decis.  De  la  muerte  de  vuestra  nieta  me 
ha  pesado  mucho,  y  por  otra  parte  se  le  puede  tener  envidia;  y 
sus  padres  son  tan  mozos  que  pueden  tener  aun  artas.  Con  las 
nuevas  que  me  dais  de  todos  guelgo  siempre  mucho  y  me  les 
encomiendo  mucho,  y  guárdeos  Dios  como  deseo.  De  Bruselas, 
dia  de  San  Jerónimo  (l),  1605. — A  Isabel. — (Sobrescrito:)  Al 
Duque  de  Lerma. 


306. 

Duque:  Pues  el  Marqués  de  la  Laguna  es  el  mensajero,  á  él 
me  remito  en  cuanto  pudiera  decir  en  esta,  pues  va  tan  infor- 
mado de  todo.  Cierto,  nos  dexa  solos  y  ha  servido  aquí  á  mi 
hermano  de  manera  que  merece  le  haga  mucha  merced,  porque 
ya  sabéis  que  es  hombre  que  habla  claro  con  todos;  que  no  dexa 
de  ser  menester  muchas  veces.  Hele  encomendado  os  diga  muy 
particularmente  todo  lo  de  por  acá  y  cuan  agradecido  nos  tenéis 
y  obligados  de  mil  maneras,  como  espero  lo  hará;  y  que  tendre- 
mos presto  buenas  nuevas  de  ay  y  del  buen  parto  de  la  Reyna, 
que  son  bien  deseadas.  De  aqui  querría  que  llegasen  algunas 
antes  que  el  Marqués,  aunque  dice  que  va  por  la  posta,  que  otro 


(1)    30  de  Septiembre. 


CORRBSPONDENCIA   DB  LA  INFANTA  DONA   ISABEL.  439 

más  Hjero  que  él  correría  mal  con  el  tiempo  que  hace.  A  toda 
vuestra  gente  me  encomendad  mucho,  y  guárdeos  Dios  como 
deseo.  De  Bruselas  á  29  de  Agosto  1 606. — A  Isabel. — (Sobres- 
crito:) Al  Duque  de  Lerma. 


307. 

Duque:  Parte  este  correo  tan  aprisa,  por  la  razón  que  enten- 
deréis, que  se  puede  escribir  poco  con  él,  demás  de  que  no  hay 
cosa  de  nuevo  habiendo  tan  pocos  dias  que  escribimos;  y  lo  que 
se  sabe  de  nuevo,  después  acá,  del  campo,  aunque  no  por  cartas 
del  Marqués  Espinóla,  es  que  se  ha  puesto  sobre  Rynbergue;  que 
seria  de  mucha  importancia  tomalle,  como  lo  espero,  si  no  lo 
desbarata  todo  lo  que  ha  pasado  en  la  feria  de  Plagengía,  que  á 
vuestra  hermana  escribí  el  otro  dia  os  lo  dijese,  por  teneros  es- 
crito cuando  llegó  el  aviso.  Con  este  lo  entenderéis  más  par- 
ticularmente; y  así  es  menester  que  pongáis  aora  todo  vuestro 
cuidado  para  procurar  el  remedio,  porque  la  mucha  merced  que 
nos  ha  hecho  mi  hermano  este  año,  no  sea  de  valde,  ni  vuestro 
trabajo  y  cuidado;  ni  perdamos  los  buenos  principios  que  se  lle- 
van y  la  esperanza  de  mejor  fin:  que  si  se  nos  amotina  la  gente, 
todo  quedará  perdido  y  el  Marqués  sobre  todos,  que  no  seria 
justo  habiendo  hecho  y  haciendo  tanto  de  su  parte,  Y  porque  sé 
que  haréis  todo  lo  posible  para  remediallo,  no  me  alargo  más. 
Con  mucho  deseo  estamos  aguardando  nuevas  de  ay.  Dios  nos 
las  traiga  buenas:  á  toda  vuestra  gente  me  encomendad  mucho 
y  guárdeos  Dios  como  deseo.  De  Bruselas  á  30  de  Agosto  (l). — 
A  Isabel. — (Sobrescrito:)  Al  Duque  de  Lerma. 


308. 

Duque:  Siempre  guelgo  con  ocasiones  de  poder  hacer  esto;  y 
asi  no  quiero  perder  esta'deste  correo  que  lleva  los  despachos 

(i)    En  la  cubierta  añade  1606. 


440  BOLETÍN  DE  LA   REAL  ACADEMIA  DE  LA  HISTORIA. 

del  Marqués  Espinóla.  Por  ellos  se  sabrá  el  buen  término  en  que 
trae  lo  de  Rynbergue,  que  podemos  esperar  que  el  primer  correo^ 
que  fuere  tras  este,  llevará  la  nueva  de  estar  ganada.  Cierto,  el 
Marqués  lo  trabaxa  bravamente;  y  así  cuando  no  fuera  el  servicio 
de  mi  hermano  en  ayudalle,  lo  merece  por  lo  que  hace:  que  por 
lo  uno  y  lo  otro  no  puedo  dexar  de  tornaros  á  pedir  se  acuda  al 
remedio  de  lo  que  se  ha  escrito,  como  tanto  es  menester:  que  de 
nuestra  parte  hacemos  todo  lo  posible  para  remediallo. 

Mucho  nos  ha  pesado  de  la  quistion  de  don  Iñigo  (l),  por  ha« 
ber  sido  él,  que  tenemos  tantas  obligaciones  para  desealle  su 
bien;  cuanti  más  que  sirve  de  manera  que  nos  obliga  de  nuevo 
á  todos;  pero  la  cólera  no  es  en  mano  de  los  hombres  muchas 
veces. 

Con  mucho  cuidado  nos  tiene  lo  que  tarda  la  nueva  del  parto 
de  la  Rey  na,  con  que  yo  pienso  que  se  deben  de  haber  errado 
en  la  cuenta.  Dios  nos  traiga  muy  buenas  nuevas  de  la  salud  de 
todos.  De  aqui  hay  poco  más  que  decir  sino  de  unos  guéspedes 
que  escribo  á  mi  hermano  que  pensamos  tener  esta  semana  que 
entra.  A  toda  vuestra  gente  me  encomendad  mucho,  y  guárdeos 
Dios  como  deseo.  De  Brusselas  á  1 1  de  Setiembre,  1 606. — A  Isa- 
bel.— (Sobrescrito:)  Al  Duque  de  Lerma. 


309. 

Duque:  Cinco  horas  después  de  partido  el  correo  que  se  des- 
pachó ayer,  llegó  ese  despacho  del  Marqués  Espinóla,  que  pa- 
rece le  ha  llegado  la  nueva  de  lo  de  la  feria  de  Plagengia,  por 
allá  por  Colonia;  y  así  veréis  cuan  aflijido  está,  como  lo  podría- 
mos estar  todos,  si  esto  no  se  remedia,  siendo  en  la  coyuntura 
que  es.  El  Marqués  hace  de  su  parte  todo  lo  posible  para  el  re- 
medio, pero  es  menester  que  venga  de  ay.  Yo  estoy  cierta  lo 
procurareis  cuanto  sea  posible  por  lo  mucho  que  importa  para 


(1)    Parece  reíerirse  á  D.  Iñigo  de  Borja,  maestre  de  campo  del  ejército 
de  Flandes. 


J 


GLI  OLCADI  E   GLI  ANI>OSIMI  DUE  POPOLI   SCONOSCIUTI  44 1 

todo;  y  así  no  quiero  deciros  más;  ni  de  ayer  acá  se  ofrece  cosa 
•de  nuevo,  sino  que  mañana  partirá  vuestro  cuñado,  que  cierto 
nos  ha  de  dexar  solos.  A  toda  vuestra  gente  me  encomiendo  mu- 
cho y  guárdeos  Dios  como  deseo.  De  Brusselas,  postrero  de  Agos- 
to 1606. — A  Isabel. — (Sobrescrito:)  Al  Duque  de  Lerma. 


310. 

• 

Duque:  Estando  este  correo  para  partir,  llegó  el  que  traia  la 
nueva  del  parto  de  la  Reyna,  con  que  quedamos  contentísimos. 
Bendito  sea  Dios  que  tan  bien  lo  ha  hecho.  Yo  os  doy  la  nora- 
buena como  á  quien  se  le  debe,  por  lo  que  servís  y  queréis  á  mi 
hermano,  y  recibo  la  que  me  dais  de  muy  buena  gana,  porque 
he  olgado  mucho  con  la  nueva  sobrina,  aunque  estoy  cierta  que 
ninguna  llegará  á  mi  nuera,  y  que  así  no  desprivará.  A  vuestra 
carta  aguardo  á  responder  con  otro,  por  no  detener  este  correo 
y  hacello  más  despacio.  A  toda  vuestra  gente  me  encomendad 
mucho  y  guelgo  de  que  los  tengáis  ay  todos;  y  guárdeos  Dios 
como  deseo.  De  Bruselas  á  12  de  Setiembre  1606. — A  Isabel. — 
(Sobrescrito:)  Al  Duque  de  Lerma. 

FIN  DE  LAS  CARTAS 

A.  Rodríguez  Villa. 


II 
GLI  OLCADI  E  GLI  ANDOSINI  DUE  POPOLI  SCONOSCIUTI 

Non  pochi  sonó  i  punti  interrogativi,  non  poche  sonó  le  incer- 
tezze  che  lo*  studioso  deír  antica  geografía  ibérica  ha  dinnanzi  a 
sé,  allorché  deve  concretare  qualche  cosa  di  definitivo  intorno  alie 
varié  e  piü  controverse  questioni.  Vi  sonó  problemi  che  fatal- 
mente sembrano  insolubili  per  sempre,  benché  si  abbia  sempre  in 


442  BOLBTÍM   DE   LA    REAL   ACADEMIA  DE  LA   HISTORIA. 

cuore  la  dolce  speranza  che  V  erudito  e  1*  archeologo  concorde- 
mente riusciranno  col  tempo  strappare  dagli  dagli  avanzi  informi 
e  dispersi  il  segreto  d'  un  nome. 

Al  trove  (l)  giá  notammo  le  notizie  monche  ed  imperfette,  le 
contraddizioní,  gli  errori  della  nostra  tradizione  storico-geografica 
circa  la  Spagna  del  iii  sec.  a.  C.  I  pochi  ed  incerti  dati  di  cui  si 
puó  disporre  sonó  ondeggianti  (2),  sicché  non  sempre,  anzi  di 
rado,  si  puó  giungere  ad  un  risultato  razionale  ed  accettabile  che 
sia  d'  accordo  con  tutto  ció  che  si  possiede  su  quella  data  que- 
stione.  Senza  dubbio  le  deviazioni  di  alcuni  nomi  (deviazioni  che 
possono  anche  essere  avvenute  anteriormente  a  Livio),  le  varietá 
di  alcuni  nomi  speciali  della  lingua  ibérica  (varietá  resa  piü  mar- 
cata  della  diversa  grafía  dei  Greci  e  dei  Latini  (3)),  V  ignoranza 
geográfica  degli  antichi  scrittori  e  molte  altre  cause,  ci  hanno 
condotto  a  quel  confusionismo  lagrimevole  che  tutti  devono  ri- 
provare. 

Ma  la  ricerca  sottile  e  difficile  in  mezzo  al  pelago  delle  ipotesi 
piú  strane  ed  assurde  ha  la  virtú  di  attrarre  e  sedurre  le  giovani 
menti  e  di  spingerle  ardimentose  con  un  ultimo  sforzo  al  di  la 
della  barriera  tenebrosa  del  tempo.  A  noi  quindi  sia  permesso, 
dopo  aver  dedicati  parecchi  anni  agli  studi  della  penisola  ibé- 
rica, di  parlare  qui  di  due  popoli  conosciuti  e  solo  ricordati  ¿n 
passant  nei  migliori  repertori  geografici  di  cui  dispon iamo. 

*    * 

Polibio  (iii,  13,  5)  nel  221  a.  C.  parlandoci  delle  spedizioni  in- 
terne di  Annibale  prima  di  muovere  air  assedio  di  Sagunto  ri- 
corda  gli  Olcadi  e  la  loro  capitale  Althaea  (á^txófievos  81  Tipo?  'AX6«iav 

T7)v  papuxáTTjv  auTtov  (degli  Olcadi)  JíoXiv  xaTsapaxon^BEuoc,  ediz.  del  Büt- 

tner  Wobst). 


(i)  In  Boletín,  tomo  xlvi,  cuaderno  v  (Mayo),  1905,  e  in  Rivista  di 
Storia  antica  N.  S.  anno  x,  fase,  i  (Novembre  1905),  p.  3  e  seqq.  Cír.  E. 
Hübner,  Boletín,  t.  xxxvi  (1900),  p.  402  e  seqq. 

(2)  Uckert,   Geographie  der  Griechen  und  Rómer^  vol.  11, 1. 1,  pag.  412. 

(3)  E.  Hübner,  Monumenta  Linguae  Ibeficaey  Berolini,  1893;  pag.  106. 


I 


GLI   OLCADI   B  GLI    ANDOSIMI  DUE  POPOLI   SCONOSCIUTI  443 

Tito  Livio  nel  passo  corrispondente  (xxi,  S>  3)»  ricorda  puré 
gli  Olcadi,  ma  nel  darci  il  nome  deila  loro  capitale  c¡  tramanda 
il  nome  Cartala  (i):  Cartalam  urbem  opulentam^  captit gentis  eius 
(degli  Olcadi)  expugnat  diripitque. 

Ora,  come  é  noto  dopo  gli  studi  profondi  e  sagaci  del  Nissene 
del  Peter,  in  tesi  genérale  é  lecito  affermare  che  Livio  in  questa 
parte  deír  opera  sua  dipende  strettamente  da  Polibio.  La  conse- 
guenza  lógica  di  ció  sarebbe  pertanto  di  trovare  nel  passo  citato 
di  Livio  il  nome  Althaea. 

E  íacile  convenire,  e  nessuno  per  quello  che  ci  risulta  V  ha  mai 
affermato,  che  Livio  non  s'  é  preso  il  gusto  d'  inventare  un  nome 
e  di  porlo  arbitrariamente  al  posto  di  quelli  che  egli  trovava  nella 
sua  fonte  principale.  Ció  non  si  potra  mai  ragionevolmente  so- 
stenere  mancandosi  assolutamente  non  solo  di  prove,  ma  anche 
di  indizi  che  ci  autorizzino  a  tentare  una  tale  dimostrazione. 

E  non  é  neppure  il  caso  di  pensare  ad  un  errore  del  copista 
che  avrebbe  scambiato  Cartala  per  Althaea,  Le  diíferenze  fone- 
tiche  e  morfologiche  dei  due  nomi  sonó  troppo  grandi  per  accet* 
tare  poi  un  tentativo  de  ravvicinamento  che  noi  crediamo  asso- 
lutamente impossibile  (2). 

Né  la  Cartala  di  Livio  ha  che  vedere  con  la  KapTaX'a;  di  Stra- 
bone  (iii,  pag.  159),  perché,  tanto  in  Polibio  quanto  in  Livio, 
allorché  si  parla  della  spedizione  di  Annibale  contro  gli  Olcadi 
si  ha  r  impressione  che  si  tratti  di  una  spedizione  íatta  nell'  in- 
terno della  Spagna,  mentre  KapTaX'a;  doveva  essere  non  lungi 
della  costa  ch'  é  vicina  alia  foce  dell*  Ebro,  come  si  puó  ricavare 
della  descrizione  straboniana.  Livio  del  resto  dice  chiaramente 


(i)  Nelle  migliori  edizioni  di  Livio  troviamo  accettata  la  lezione  Car- 
tala  invece  dell'  altra  Caricia.  Cosí  íanno  iníatti  il  Weissenborn  (nella 
piccola  e  nella  grande  sua  edizione  di  Livio),  il  Madvig,  il  Luchs  ed  altri. 
Alcuni  vecchi  editori  ci  danno  Carleta^  che  é  accettata  dallo  Smith,  Dic- 
tíonary  of  Grtek  and  Román  Geography,  vol.  i,  pag.  1 12.  Cír.  nota  seguente. 

(2)  P.  Smith  (nel  Dictionary  etc.,  vol.  i,  pag.  528)  ravvicina  Althaea  con 
Carteia.  Dice  che  se  «the  latter  word  has  lost  a  giittural  at  the  beginning, 
the  forms  are  etymological  equivalents,  Carthaea-=Calthata^  one  form  as 
we  have  seen  of  Caricia*.  Cír.  Cellarius  vol.  i,  p.  90;  Wesseling,  liincrario 
Antonini^  p.  404;  Becker  in  Ersch  and  Grubcrs  Encyclopcdic. 


444  BOLETÍN   DE  LA   REAL  ACADEBOA  DE  LA  HISTORIA. 

che  gli  Olcadi  abitavano  ultra  Hiberum.  Ardita  e  arbitraria  sa- 
rebbe  Y  ipotesi  di  chi  basandosi  su  un  supposto  grossolano  errore 
geográfico  di  Livio  volesse  sostenere  ch'  egli  confuse  una  cittá 
indigena  capitale  degli  Olcadi  con  la  Carteia  (El  Rocadillo)  ch* 
era  sul  mare  presso  V  odierno  stretto  di  Gibilterra.  Noi  non  ve- 
diamo  come  si  potrebbe  venire  a  questa  conclusione;  perció  c¡ 
sembra  giustissima  V  affermazione  dell*  Hübner  circa  la  diversitá 
della  capitale  degli  Olcadi  dalla  Carteia  posta  nello  stretto  di  Ca- 
des (l).  Ma  r  avcre  accettata  in  Livio  la  legione  Carteia  spinse 
giá  il  Doujatius  (2)  a  quel  ravvicinamento;  anzi  egli  per  essere 
conseguente  nel  suo  errore  non  esitava  di  porre  gli  Olcadi  nello 
stretto  di  Cades  e  cercava  la  ragione  di  quella  spedizione  d*  An- 
nibale,  non  giá,  come  tutti  crediamo,  nell'  interesse  di  assicurarc 
i  confini  della  provincia  cartaginese  di  Spagna  e  nel  cercare  pre- 
testi  per  attaccare  Sagunto,  ma  nientemeno  nel  bisogno  di  oc- 
cupare  gli  sbocchi  del  Mediterráneo!  Come  se  i  Cartaginesa  giá  non 
r  avesserol  Non  sappiamo  quanti  potranno  accettare  V  opinione 
artificiosa  di  C.  Müller  (3),  che  tímidamente  aífaccia  1*  ipotesi  che 
la  cittá  degli  Olcadi  avesse  il  doppio  nome  di  Carteia- Althaea, 
A  noi  sembra  assai  piü  verisimile  e  piü  accettabile  il  pensare 
che,  dopo  la  campagna  di  Annibale,  la  capitale  degli  Olcadi,  in 
seguito  alia  dispersione  degli  abitantie  al  saccheggio  dei  vincitori, 
perdesse  il  suo  nome  antico  (che  ben  potrebbe  essere  T  AXSaía  di 
Polibio)  e  che  sulle  sue  rovine,  e  nelle  sue  vicinanze,  sorgesse  po¡ 
col  tempo  una  nuova  cittá  col  nome  di  Cartala.  Ció  senza  dubbio 
non  sembrerá  strano,  essendo  abbastanza  comune  nell*  antichitá 
il  sorgere  di  un  nuovo  nome  in  seguito  ad  una  riedificazione.  Ne 
verrebbe  di  conseguenza  il  credere,  e  tutto  ció  che  fin  chi  s*  é 
esposto  non  contraddice,  anzi  ci  incoraggia  a  supporlo,  che  Livio 

(i)  E.  Hübner,  Encyclopatdie  Pauly-Wissova,  vol.  2,  parte  2.*,  co- 
lonna  1693. 

(2)  Cfr.  Drakemborch  ediz.  di  Livio,  tomus  vi,  p.  27,  nota  4  (come 
commento  a  Livio  xxi,  5,  4).  Contro  1' opinione  del  Doujatius  sla  del 
resto  anche  1'  incertezza  della  lezione  di  Livio.  I  piü  iníatti  preferiscono, 
come  sopra  s'  é  detto,  Cartala  invece  di  Caricia. 

(3)  C.  Müller,  Strabonis  Geographia.  Parisiis,  1883,  vol.  i,  parte  l*, 
p.  III. 


GLI   OLCADI   B  GLI   ANDOSINI  DUB   POPOLI   SCONOSCIUTI  445 

nel  passo  citato  fece  uso  di  una  fonte  diversa  da  Polibio  (l). 
Questa  fonte  sarebbe  senza  dubbio  una  fonte  secondaria,  quasi 
certo  annalistica. 

Ció  ammesso,  la  diversitá  del  nome  potrebbe,  secondo  noi, 
spiegarsi  cosí:  Polibio  ci  tramando  AXOaía,  perché  tale  doveva  es- 
sere  il  nome  ch*  egli  trovó  nelle  sue  fonti,  ch'  erano  contempo- 
ranee  quasi  agli  avvenimenti  ch*  esponeva.  Livio,  pur  avendo 
sotto  gli  occhi  r  opera  di  Polibio,  sia  che  in  molte  delle  sue  fonti 
annalistiche  (per  lo  piü  deír  época  silla  na  e  graccaná,  cioé  pos- 
teriori  a  Polibio)  trovasse  concordemente  il  nome  di  Cartala,  sia 
che  veramente  per  opera  dei  Cartaginesi  invasori,  o  si  fosse  cam- 
biato  il  nome  alia  cittá  indígena  di  Althaea,  o  che  nelle  sue  vici- 
nanze  e  rovine  fondassero  una  nuova  citta.  chiamata  poi  da  essi 
Cartala  (1'  impronta  púnica  (2)  del  nome  rafforza  una  tale  ipo- 
tesi)  credette  opportuno  allontanarsi  della  sua  fonte  principale  e 
tramandarci  Cartala. 

Senza  dubbio  Livio  deve  a  veré  avute  delle  serie  e  forti  ragioni 
per  discostarsi  in  quel  passo  dalla  sua  fonte,  ch*  egli  segué  sempre 
da  vicino  e  spesso  anche  ad  litteram.  Serie  e  forti  ragioni,  tanto 
piü  che  si  trattava  di  una  localitá  a  lui  sconosciuta  non  avendo 
egli,  al  contrario  di  Polibio,  mai  viaggiato  nella  Spagna. 

Secondo  noi  é  assurdo  e  vana  cosa  il  cercare  quali  delle  tradi- 
zioni,  la  polibiana  o  la  liviana,  dobbiamo  seguiré  per  la  nostra 


(i)  o.  Meltzer  (Gesckichte  der  Karthager^  vol.  11,  Anmerk,  p.  602),  sos- 
tiene appunto  che  Livio  in  quel  passo  usó  una  fonte  diversa  dalla  sólita, 
cioé  ch'  ivi  non  si  serví  di  Polibio. 

(2)  Fin  qui  sempre  e  da  tutti  nei  nomi  di  luogo  spagnuoli  con  la  ra- 
dice  Kart  si  vide  T influenza  púnica.  L'Hübner  (Encycl.  Pauly-Wissowa  ni, 
2,  colonna  1619)  in  Cartimay  in  Carlalias  vede  in  vece  1'  impronta  ibé- 
rica. Al  contrario,  C.  Müller  (Strabonis  Geograpkicarum  Tahulae^  Pari- 
siis,  1858,  p.  766,  in  Cartalias  dice:  *nomen  aptrte phoenicium^ ^  e  in  Cartela: 
•nomen  punicum  nikil  nisi  urhem  (Kart)  desígnete.  II  Weissenbom  (ediz. 
di  Livio  vol.  IV,  Berlin,  1872,  p.  18,  nota  4.*)  dice:  «Cartalam  wahrschein- 
lich  mit  (Mei)kart  zusammenhángend ».  E  il  Movers  (Die  Phoenizier, 
vol.  II.*',  parte  2.*,  Berlino,  1850,  p.  516)  sostiene  appunto  che  Kart  é  «die 
Stadt,  ein  Wort,  welches  in  phonizischen  Stadtnamen  so  gewóhnlích  ist». 
Cfr.  Movers,  op.  cit.,  vol.  11,  parte  2.^  p.  632;  Bochart,  Canaan,  vol.  i,  44, 
p.  682,  e  Siebenkees  (ediz.  di  Strabone,  tomus  vii,  Commentarius  in 
^ibr.  i-iii,  pag.  590-591. 


44 6  BOLETÍN  DB   LA  REAL  ACADEMIA  DE  LA   HISTORIA. 

questione.  Solo  la  grande  e  cieca  fede  che  il  Sigonio  dimostr6 
per  Polibio  puó  spingerci  a  scusare  lui  e  gli  altri  che  ¡n  Livio  xxi, 
5,  3,  vollero  sostituire  addirittura  Althaeam  (l).  Non  é  giusto  e 
razionale  ¡1  cercare  di  spegnere  o^ni  impronta  della  tradizione 
liviana  rispetto  alia  cittá  di  Cartala.  Certo  questo  nome  che  tro- 
viamo  nello  storico  latino  ha  la  sua  ragione  storica  di  esscre  per 
chi  non  lo  crede  parto  d'  una  férvida  fantasía,  e  come  storica-- 
mente  vero  é,  e  deve  restare,  inviolabile.  II  non  trovare  mai  piü 
citati  i  due  nomi  in  questione  (Althaea  e  Cartala),  né  nei  geo- 
grafi,  né  negli  storici  non  ci  autorizza  punto  a  ritenerli  per  falsi. 
Come  per  Althaea  cosi  per  Cartala  si  puó  pensare  ad  una  rápida 
scomparsa  senza  che  a  noi  sia  rimasto  un  ricordo  duraturo.  Al- 
thaea dovette  sparire  nei  saccheggi  dei  soldati  di  Annibale.  Car- 
tala  puó  ben  essere  uno  di  quei  despoblados  di  cui  la  Spagna  é 
piena.  Ad  ogni  modo  pare  bene  si  possa  añermare  che  in  Cartala 
v'  é  impronta  púnica,  mentre  in  Althaea  v*é  impronta  ibérica  (2). 
Quanto  all*  identificazione,  data  la  manchevolezza  dei  dati,  é 
chiaro  che  non  si  possa  affermare  proprio  nuUa  a  meno  che  non 
si  voglia  qui  ricordare  le  ipotesi  arbitrarie  ed  infondale.  Cosí  il 
Reichard  in  mezzo  ai  tanti  errori  dell'  opera  sua  (3)  pone  anche 
quello  di  considerare  come  una  stessa  cittá  la  Carteia  di  Livio  e 
r  Althaea  di  Polibio  e  fissa  la  sua  ubicazione  neir  odierna  Caree- 
len  che  é  nella  provincia  di  Albacete  e  poco  a  sud  del  corso  me- 
dio dello  Jucar  (4).  La  posizione  di  Carcelen  non  s'  accorda  né 
contrasta  con  quel  poco  che  sappiamo  degli  Olcadi  e  della  loro 
capitale.  Ció  non  significa  pero  che   dobbiamo    accettare   quel 


(i)  Cír,  Drakcnborch  e  Rupert  nelle  loro  ediz.  di  Livio.  Si  veda  anche 
il  Lexici  Forcelliniani  Onomasticon,  Pars  il* — Era  ti  1869,  pag.  141. 

(2)  Si  confronti  V  Aleikeius  del  C.  1.  L.,  voJ.  11,  6338**,  r  AUtkeia  ác\ 
6338'''' ,  /'  Aletea  del  2272.  Cír.  C.  I.  L.,  vol.  v,  609,  1293,  2892,  5486,  81 10*'. 
La  parentela  di  questi  nomi  con  radici  iberiche  é  evidente. 

(3)  C.  Teoph.  Reichard,  Orbis  Jerrarum  antiqtms,  tabula  vii.  Norim- 
bergae.  1824.  Tomus  i.^ 

(4)  Cfr.  Stieler.  HandatlaSy  íoglio  xxxvi.  E.  9.  Stando  alie  nostre  ion  ti 
non  h  possibil e  íar  nomi.  Perció  noi  respingiamo  come  soggetive  é  infon- 
date  tutte  le  ipotesi  fin  qui  esposte.  Perché  andaré  alia  caccia  di  un  nome 
quando  non  si  dispone  di  un  dato  positivo  per  potere  sostenere  una  data 
identificazione? 


GLI   OLCADI    B   GLI   ANDOSINI   DUE  POPOLI   SCONOSCIÜTI  447 

r  identificazione  che  non  ha  una  base  per  potere  essere  preferita 
alie  altre.  Né  1'  Althaea  polibiana  ha  che  vedere  nulla  con  V  Altea 
che  troviamo  ricordata  nel  C.  I.  L.  (vol.  ii,  p.  483)  Altea  che  fu  il 
luogo  in  cui  fu  trovato  V  iscrizione  che  nel  Corpus  (loe.  cit.)  porta 
il  numero  3578.  Rispetto  a  quest'  Altea  (prov.  di  Villajoyosa  e 
sulla  costa)  si  osservi  che  non  puó  essere  V  'AXOata  di  Polibio,  per- 
ché questa  era  una  grande  cittá  (¡JapuTáiTi),  mentre  Altea  dimostra 
di  essere  localitá  di  ínfimo  ordine.  Inoltre  ha  contro  di  sé  la  sua 
posizione  sulla  costa,  mentre  'AXOaía  doveva  essere  nell*  interno. 
II  Müller  stesso  (loe.  cit.,  p.  112)  da  come  molto  improbabile 
questa  identificazione,  poiché  si  pone  un  punto  interrogativo. 

Non  meno  improbabile  sarebbe  il  riavvicinare  'AXOaia  con 
r  'AXÉa  noXi;  KaoTrr^ravfov  di  Stefano  Bizantino  (vedi  Ethnica:  parola 
'AXsá),  o  con  r  'AXi^ova  che  Tolemeo  (11,  6,  75)  pone  fra  i  Carpe- 
tani,  o  con  la  KácOaia  di  Artemidoro  (vedi  Stefano  Bizantino).  11 
luogo  di  Althaea  é  senza  dubbio  incerto  e  il  Forbiger  gia  nelle 
sue  sensate  conclusioni  V  intravvide  (l).  Seppure  si  voglia  affer- 
mare  qualche  cosa  si  puó  diré  con  abbastanza  certezza  che  Al- 
thaea e  Cartala  debbono  cercarsi  riel  territorio  dell'  odierna  Nue- 
va Castilla  occidentale.  Infatti  gli  Olcadi  dovevano  abitare  presso 
il  corso  superiore  dell*  Anas  (Guadiana)  se  sonó  detti  da  Stefano  Bi- 
zantino (in  'AXOata)  -Xr^aióytDpoi  K«py_r|8óvos  (cfr.  evxó;  "Iprjpo;  toü  noTafJiou 
Stefano  Bizantino  in  "OXxaosí)  cioé  confinanti  col  territorio  di  Car- 
thago  Nova.  Livio  (xxi,  5»  3)  non  ci  é  un  gran  che  utile  per  fis- 
gare la  loro  posizione.  Ci  dice  infatti  soltanto  ultra  Hiberum  ea 
gens.  Nulla  é  possibile  di  stabilire  di  determinato.  Né  Plinio,  né 
Strabone,  né  Tolemeo  ci  lasciarono  alcun  ricordo  degli  Olcadi  e 
della  loro  capitale.  La  menzione  che  troviamo  di  essi  in  fonti 
ad  essi  d'  assai  posteriori  (Stefano  Bizantino,  Suida)  non  hanno 
che  scarsissimo  valore,  dipenden  do  essi  assolutamente  da  Livio  e 
da  Polibio.  Questi  cita  solo  tre  volte  gli  Olcadi  e  sempre  riferen- 
dosi  ad  un  periodo  stesso  di  tempo  (2).  Livio  li  cita  solo  nel  luogo 

(i)  A.  Forbiger,  Handbuch  der  alten  Geographte,  Leipzig,  1848,  p.  95» 
nota  21.* 

(2)  Nel  in,  13,  5  e  nel  iii,  14,  23  si  riferisce  al  221  a.  C;  nel  iii.  33,  9  al 
218  a.  C. 


44S  BOLETÍN   DB  LA  REAL  ACADEMIA  DE  LA   HISTORIA. 

sopra  ricordato,  cioé  sotto  il  221  a.  C.  Tutto  ció  evidentemente 
ci  porta  a  concludere  che  gli  Olcadi  dopo  il  loro  annientamento 
da  parte  di  Annibale  perdettero  ogni  loro  individualitá  e  da  tribu 
autónoma  si  disgregarono  fondendosi  con  i  popoli  vicini. 

Rispetto  al  loro  territorio,  sulla  cui  vastitá  non  si  puó  diré 
nulla,  si  é  generalmente  abbastanza  d'  accordo  nel  ñssarlo  pres- 
so  il  corso  superiore  dell'  Anas  (l).  Pero  il  Florez  (2)  «asignó  á 
la  antiquísima  Olcadia  el  territorio  entendido  modernamente  por 
el  nombre  de  Alcarria,  La  degeneración  de  aquel  nombre  en 
éste  es  muy  sencilla,  y  mucho  más  fácil  durante  la  dominación 
de  los  árabes,  para  quienes  este  ligero  cambio  producía  un  nom- 
bre conocido  (cfr.  Alcarria)».  Noi  non  crediamo  che  gli  Olcadi 
abitassero  V  odierna  regione  di  Alcarria^  cioé  a  nord-ovest  de¡ 
Montes  universales  presso  le  sorgenti  del  Tago.  Secondo  noi 
si  deve  scendere  alquanto  piü  a  sud  se  vogliamo  essere  d'  ac- 
cordo col  jiXrjaiíí/^wpoi  Kap)r,T)3ovo5  di  Stefano  Bizantino. 

II  Mannert  (3),  accettando  la  legione  Cartela^  parla  della  capita- 


( 1 )  Neir  Encyclopaedie  del  Paul'y  (Stuttgart  1 848,  íunfter  Band  pag.  89 1 . 
Olcades)  seno  posti  cnórdlich  von  Carthago  Nova  ara  ersten  La  ufe  des 
Anas,  in  einem  Theile  des  spáter  von  dem  Oretanern  bewohnten  Lands- 
trichs».  Nel  Diccionario  enciclopédico  de  la  Lengua  Española  de  la  biblioteca 
ilustrada  di  Gaspar  y  Roig  gli  Olcadi  sonó  posti  vicino  ai  Carpetani  ed  é 
detto  de  la  regione  era  cmuy  vasta,  y  empezaba  en  las  sierras  de  Alcaraz 
hasta  las  de  Albarracín  y  Teruel»,  comprendiendo  la  parte  oriéntale  della 
provincia  de  Cuenca. 

(2)  E.  Florez  citato  nel  Diccionario  geográfico- estadístico-histórico  del 
Madoz  (tomo  xii,  Madrid,  1849,  pág'  232,  Olcadia).  Lo  sforzo  continuo  e 
sistemático  che  ía  il  Madoz  di  cercare  assolutamente  dal  nome  moderno 
quello  anlico  ci  fa  essere  guardinghi  sulle  sue  conclusión!  sopra  cítate. 
Non  sembra  che  da  Olcadia  si  venga  ad  Alcarria  con  una  degeneración 
muy  sencilla  e  che  tanto  meno  si  tratti  di  un  ligero  cambio.  L*  ultra  Hibe- 
rum  di  Livio  é  una  determinazione  data  all'  ingrosso  e  non  deve  inten- 
dersi  che  gli  Olcadi  abitassero  immediatamente  a  sud  della  destra  del- 
1'  £bro.  Annibale  non  arrischió  certo  una  spedizione  in  quelle  regioni, 
tenute  dalle  fiere  tribu  celtiberiche. 

(3 )  Mannert,  Geographie  der  Griechen  und  Rámer — Erster Theil — Nu m- 
berg  1 799,  pag.  306.  A  pag.  407,  op.  cit.  il  Mannert,  parlando  degli  Olcadi, 
scrive:  «eine  nicht  sehr  grosse,  aber  streitbare  Volkerschaft,  welche 
wahrscheinlich  in  der  nemlichen  Gegend  in  südlichen  Cuenca  in  der 
Bergen  der  Ortospecla  wohnte».  Per  Cuenca  vale  1' osservazione  fatta  in 
fine  della  nota  precedente. 


r 


GLI   OLCADI  B  GU  ANDOSINI  DUB  POPOLI   SCONOSCIUTI  449- 

le  degli  Olcadi  ponendola  fra  le  montagne  dell'  Ortospeda,  le  quali 
perció  sarebbero  state  il  centro  del  paese.  II  D'Anville  (l)  non 
parla  degli  Olcadi;  ma  allorché  ricorda  gli  Oretani  dice  ch*  erano 
«vers  les  sources  de  T  Anas,  et  dans  une  partie  de  1*  Orospeda»» 
L'  Uckert  (2)  li  cerca  invece  nella  contrada  di  Alia,  altri  in  í?r- 
gaz^  altri  ancora  in  Ocaña,  nel  regno  di  Toledo  (3)  suU'  odierna 
strada  íerrata  Madrid-Cuenca. 

II  Forbiger  (4)  é  il  Weisenborn  (5)  pongono  il  territorio  degli 
Olcadi  ad  ovest  di  Carthago  Nova,  in  direzione  di  nord-ovest^ 
in  quella  parte  sopratutto  che  era  piü  ad  est  del  territorio  che  fu 
poi  abitato  dagli  Oretani.  Tenendo  contó  appunto  della  posizione 
geográfica  dei  molti  altri  popoli  della  penisola  a  noi  sembra  che 
assolutamente  non  si  puó  porre  gli  Olcadi  in  altro  luogo  che 
presso  il  corso  superiore  dell*  Anas,  in  quel  terreno  cosi  aspro  e 
difficile  per  chi  voglia  inoltrarsi  nel  centro  della  Spagna. 

Nulla  s'oppone  per  concepire  gli  Olcadi  quali  i  predecessori 
piü  diretti,  o  meglio  quali  il  núcleo  degli  Oretani,  che  troviamo 
cosí  spesse  volte  ricordati  nei  tempi  posteriori.  Certo  gli  Olcadi 
in  época  storica  ci  appariscono  fugacemente  nel  221  a.  C,  e  po- 
scia  spariscono  assorbiti  forse  dalle  tribu  vicine  (6)  delle  mon* 
tagne  deír  Oretania.  E  molto  probabile  che  essi  avessero  nel  iii 
secólo  a.  C.  spiccata  individualitá  e  política  indipendenza.  II  fat- 
to  stesso  di  avere  tante  forze  per  opporsi  in  campo  al  forte 
esercito  mercenario  di  Annibale  é  prova  non  solo  di  fierezza, 
ma   anche  di  una  non  trascurabile  potenza.  Dal  momento  che 

(i)     D'  Anville,  Géographie  ancienne,  tome  i,  pag.  29. 

(2)  Uckert,  op.  cit,  vol.  n,  tomo  i,  pag.  412. 

(3)  Cfr.  G.  Alexander  Rupert,  7/7/  Livi  Paiavini  opera  omnia,  tomo  iv,. 
Augustae  Taurinorum,  1825,  pag.  16. 

(4)  A.  Forbiger,  op.  cit.,  pag.  95:  teinen  Theil  des  spáter  von  den  Ore- 
tanern  bewohten  Gebietes,  und  zwar  den  óstlichsten,  nordlich  Carthago 
Nova  am  ersten  Laufe  des  Anas,  hatten  früher  die  Olcades». 

(5)  Weisenborn  nella  sua  grande  edizioiie  di  Livio  (con  note  tedes- 
che)  nel  vol.  iv  (Berlino,  1872)  commentando  il  xxi,  5,  3,  pone  gli  Olcadi 
cnórdlich  von  Neu  Carthago,  am  obern  Laufe  des  Anas...  ihr  Gebiet  sonst 
dem  Oretanern  zugeschrieben». 

(6)  Sonó  queste  tribu  mon  tañare  gli  ¿pEtTai  di  Polibio  (in,  33,  9)?  I  vi  la 
lezione  é  guasta,  ma  lo  spazio  vieta,  secondo  noi,  che  si  possa  sostituire 
con  'íipTjTovoí. 


45^  boletín  de  la  real  academia  de  la  historia. 

Annibale  s¡  spinse  per  primo  contro  di  essi  si  deve  dedurne  che 
essi  non  solo  non  dovevano  essere  lungi  dai  confini  della  sfera 
d'  influenza  cartaginese  di  Spagna,  ma  che  anche  era  opportuno 
decimarli  e  disperderli  per  non  avere.  ulteriori  timori  e  sorprese. 
L'  espressione  liviana  in  parte  (i)  magis  quam  in  ditione  Cartha- 
ginensium  (xxi,  5»  3)  ci  prova  tutto  il  fiero  loro  spirito  di  ribellione 
di  fronte  alia  ineluttabile  servitü  che  si  appresava,  e  ci  permette 
di  serbare  una  parola  di  encomio  per  quei  forti  abitanti  i  cui  con- 
sanguinei  piü  diretti,  gli  Oretani  (anzi  in  Livio  ivi  ci  aspette- 
remmo  leggere  Olcades)  mostrarono  cosi  nobile  sdegno  di  fronte 
ai  commisari  di  leva  cartaginesi  (Livio  xxi,  II).  Né  pare  che  gli 
Olcadi  si  piegassero  troppo  presto,  nonostante  le  gravi  imposi- 
zioni  pecuniarie  ed  il  terrore  con  cui  erano  state  atterrite  le  cittá 
minori  (Livio  xxi,  5).  Un  anno  dopo  (220  a.  C.)  gli  exules  degli 
Olcadi  congiuntisi  a  quelli  di  Elmantica  ed  ai  Carpetani  presso 
il  Tago  fecero  passare  un  brutto  quarto  d'  ora  ad  Annibale,  e  nel 
219  a.  C.  erano  pronti  a  combatiere  di  nuovo  (Livio  xxi.  Il)  e 
contro  essi  fu  necessaria  una  nuova  e  rapidissima  spedizione. 

Quale  sia  stata  la  sorte  di  molti  degli  Olcadi  dopo  il  221  a.  C. 
si  ricava  da  Polibio  (iii,  I4,  23).  Infatti  cgli,  nel  tra  mandarci  la 
relazione  dei  pro v vedi menti  che  Annibale  prese  per  la  Spagna  e 
per  r  África,  prima  di  accingersi  a  passare  in  Italia,  ricorda  un 
corpo  di  truppe  spedito  a  tener  d*  occhio  1*  África  nel  caso  si 
fosse  tentato  un  qualche  colpo  di  mano  su  Cartagine.  Tra  i  com- 
ponenti  quel  corpo  sonó  citati  gli  Olcadi  (2).  Ora  apparisce  chiaro 


(i)  Secondo  noi  non  si  deve  intendere  che  fossero  del /<2;'//7í7  dei  Car- 
taginesi. Come  si  spiegherebbe  allora  la  spedizione  fatta  contra  essi?  Si 
deve  interpretare  invcce  che  gli  Olcadi  erano  nella  sfera  di  influenza 
cartaginese,  ma  non  giá  soggetti  ad  essi. 

(2)  In  Polibio  (iii,  14,  23)  vicino  agli  Olcadi  troviamo  ricordati  anche  i 
Tersiti  ed  i  Mastiani,  che  ci  sonó  del  tutto  sconosciuti.  Questi  popoli  e 
tribu,  che  non  cía  ppariscono  che  una  sola  volta  sull*  orizzonte  della  storia, 
sia  perché  si  fusero,  sia  perché  si  estinsero,  debbono  farci  pensare  che 
con  le  dispotiche  influenze  púnica  e  romana  si  ebbe  nel  suolo  ibérico  una 
grande  crisi  che  travolse  1*  esistcnza  dclle  popolazioni  piü  fiacche  e  piú 
irriducibili  ed  ostili  alia  servitü  straniera.  Ecco  perché  talvolta  non  restia- 
mo  che  con  dei  nomi  muti,  a  cui  invano  cerchiamo  di  strappare  un  segrett) 
e  una  storia. 


GLI  OLCADI  B   GLI  ANDOSINI  DUB  POPOLI  SCONOSCIUTI  45 1 

che  dopo  la  distruzione  della  loro  capitale  e  dopo  il  saccheggio 
del  loro  territorio  non  restava  ai  piü  che  militare  sotto  gli  sti- 
pendi  del  vincitore.  E  cosi  gli  Olcadi,  nonostante  gli  ultimi  sforzi 
insieme  ad  altre  tribu,  perduta  ben  presto  ogni  loro  ñerezza,  si 
dovettero  adattare  insieme  ad  altre  popoli  spagnuoli  alie  esi- 
genze  dei  tempi,  restando  vittime  dell'  abile  politica  blanditrice 
di  Annibale  che  anziché  schiavi  chiedeva  alia  Spagna,  soldati 
per  portarli  contro  Roma. 

.  Air  acume  dello  studioso  non  deve  sfuggire  il  fatto  di  trovare 
quasi  sempre  citati  (l)  gli  Oretani  solo  quando  il  nome  Olcades 
é  scomparso,  cioé  quando  giá,  secondo  noi,  doveva  essere  avve- 
nuta  la  loro  fusione  e  la  loro  dispersione.  Questo  fatto  puó  esse- 
re eloquente  per  chi  sappia  scrutare  addentro  nelle  nostre  fonti. 
Infatti  si  puó  ben  pensare  che  gli  Oretani  non  furono  altro  che  i 
continuatori  della  sfortunata,  ma  pur  forte  e  generosa  politica  re- 
gionale  degli  Olcadi.  II  campo  della  spedizione  annibalica  del 
221  a.  C.  ci  porta  nell'  Oretania  e  propriamente  in  quella  parte 
che  é  bagnata  dal  corso  superiore  dell'  Anas  (verso  la  regione 
odierna  della  Mancia).  Quindi  anche  la  vicinanza  di  territorio  ci 
invita  a  ravvicinare  gli  Olcadi  con  gli  Oretani.  E  da  Livio  stesso 
(xxi,  II),  siccome  troviamo  citati  gli  Oretani  dove  manifesta- 
mente  ci  aspetteremo  veder  ricordati  gli  Olcadi,  siamo  puré 
tratti  a  quel  ravvicinamento. 

Siccome  in  Strabone,  o  meglio  nelle  fonti  di  lui,  Posidonio  (2), 
Artemidoro,  Asclepiade,  non  abbiamo  alcun  ricordo  degli  Ol- 
cadi, ma  sempre  di  Oretani  (Strabone  m,  139,  152,  162,  163)  e 


(i)  Solo  Livio  (xxi,  11)  cita  gli  Oretani  nel  11 1  scc.  a.  C.  In  Poübio 
(iii,  33,  9)  neásuno  ha  osato  sostituire  ad  optXxai  il  nome  'üprjiavot  i^cfr.  una 
delle  note  precedenti).  Molti  accettano  1'  óp^Ts;  che  é  in  alcuni  codici.  Ore- 
tani é  messo  in  parentesi  e  con  punto  interrogativo  solo  dallo  Schweig- 
haüser  (cdiz.  di  Polibio,  tomus  i,  Lipsiae  1789,  p.  457  nella  traduzione 
latina"). 

(2)  Stefano  Bizantino  {Ethnica — KaaiaXoSv)  ci  dice  chiaramente  che 
nel  III**  libro  della  sua  grande  opera  geográfica  Posidonio  trattava  del- 
r  Oretania.  Anche  Asclepiade  di  Myrlea  che  scrisse  una  7:ep'.r¡-^pr,cr';  della 
Turdetania  (Strabone  iii,  p.  139)  dovette  almeno  indirettamente  occuparsi 
deír  Oretania. 


452  BOLETÍN   DB  LA  RBAL  ACADEMIA  DE  LA  HISTORIA. 

di  Oretania  (iii,  p.  139,  141,  156,  162)  si  puó  affermare  per  certo 
che  nel  i**  sec.  a.  C.  giá  non  si  aveva  piü  traccia  alcuna  degli  01- 
cadi  e  della  loro  capitale.  La  fusione  e  la  dispersione  loro  dovette 
adunque  essere  stata  abbastanza  rápida  e  avvenuta  giá  nel  tempo 
al  quale  risalgono  gran  parte  delle  fonti  che  ci  sonó  consérvate. 
E  naturale  che  ci  vediamo  neir  impossíbilitá  di  porre  sulla  cartc 
della  Spagna  con  sicurezza  assoluta  i  confini  degli  Olcadi  e  della 
loro  capitale. 

Se  veramente  nell  iii  sec.  a.  C.  gil  Olcadi  furono  la  prima  trib.ü 
di  tutta  quella  regione,  che  poi  troviamo  in  fonti  posteriori  ri- 
cordata  col  nome  di  Oretania  (Plinio  N.  H.  iii,  6,  19,  2$;  Li- 
vio  XXXV,  7;  xLi,  3),  possiamo  ben  ritenere  che  essi  erano  allora 
gli  unici  popoli  potenti,  capaci  di  fare  una  política  indipendente 
in  tutta  quella  vasta  regione  oretana,  che  dalle  valli  superiorí 
deír  Anas  e  del  Tago  arrívava  sin  presso  Malaca  (Strabone  iii, 
pag.  139).  L'  essersi  opposti  all'  avanzata  straniera,  V  aver  resi- 
stito  fino  a  farsi  distruggere  e  saccheggiare  la  loro  capitale,  V 
essere  stata  necessaria  una  intera  campagna  per  fiaccarli  (Li- 
vio  XXXI,  5:  viciar  exerciius  opulentusque  praeda  Cartkaginem  no- 
vam  in  hiberna  est  deductus)  ci  provano  che  fra  i  tan  ti  rami  (i)  di 
Oretani,  disseminati  verso  il  centro  della  penisola,  essi  soli  osa- 
rono  prendere  arditamente  le  armi  contro  il  piü  grande  capita- 
no  di  quel  tempo.  II  paese  selvoso  e  ricco  di  metalli  preziosí 
(Strabone  ni,  pag.  156),  la  densitá  della  popolazione,  relativa- 
mente agli  altri  luoghi  (Strabone  iii,  pag.  139:  rrjjyol  ),  1'  essere  ¡1 
paese  passabilmente  fertile  (f,  y  copa  jisrpíü);  eattv  eOBa^p-wv — Strabone 
loe.  cit,)y  anzi  ricco  al  sud,  dovevano  daré  anche  nel  iu°  sec.  a. 
C.  alia  tribu  preponderante  una  potenza  non  spregevole  e  tale  da 
essere  una  seria  minaccia  alia  poco  salda  compagine  amminis- 
trativa  e  politica  dei  possessi  cartaginesi  di  Spagna. 

Indiscutibilmenté  gli  Olcadi,  ancor  piü  di  tutte  le  altre  popo- 


(i)  Un  ramo  di  essi  era  non  lungi  dalle  Colonne  d'  Ercole  (Strabone  iii^ 
pag.  153),  un  altro  nella  Bastetania  (Strabone  ra,  p.  156).  Ve  n*  era  anche  a 
sud  dei  Carpetani  (Strabone  iii,  p.  153)  e  ad  oriente  della  Turdetania 
(Strabone  iii,  p.  141).  Gli  'Optaaoí  di  Diodoro  (xxv  fram.  14)  forse  non 
furono  che    un  loro  ramo. 


GLI  OLCADI   B   GU   ANDOSINI   DUB  POPOLI   SCONOSCIUTI  453 

lazione  indigene  spagnuole,  ebbero  un  colpo  mortalissimo  dal- 
r  ¡ntervento  armato  dei  Cartaginesi  nelle  loro  contrade.  Ma  la  vit 
toria  di  Annibale  fu  resa  piü  tardi  vana  dalla  fierezza  di  altre 
potenti  tribu,  che  troppo  fácilmente  prestandosi  al  giuoco  dei  Ro- 
mani,  contribuirono  non  poco  a  rovinare  la  fortuna  di  Asdrubale 
e  conseguentemente  quella  di  Annibale. 

Di  che  razza  fu  roño  gli  Olcadi?  Furono  iberici?  Noi  ne  dubi- 
tiamo,  perché  siccome  gli  Oretani  ci  vengono  dipinti  come  cel- 
tíci  {Oretani  qui  et  Germani  (i)  cognominantur  (Plinio  iii,  25); 
"OpTjTov  rtpfiovwv  (Tolemeo  11,  6,  59))»  ci  sembra  strano  che  se  gli 
Olcadi  fossero  stati  di  razza  diversa  non  ci  fosse  stata  almeni  fu- 
gacemente  ricordata.  Probabilmente,  tenendo  contó  anche  del 
culto  di  divinítá  celtiche  ¡n  quelle  regioni  (2),  non  si  sará  troppo 
lungi  dal  vero  se  consideriamo  gli  Olcadi  quali  uno  dei  rami  piü 
potenti  di  quelle  tribu  celtiche  che  verso  il  vi®  sec.  a.  C.  invasero 
la  penisola  ibérica,  dissemlnandosi  nelle  varié  regioni,  ove  mi- 
nore trovarono  la  resistenza  degli  Iberi. 

Veramente  Stefano  Bizantino  (Etkica-A'kMa)  pone  gli  Olcadi 
quali  e8vo; 'IpTjpía;  (cff.  pure  Stefano  in  *'OXx«S£?:k'0voi  ^ipYjpwv).  Ma 
non  si  deve  credere  ch'  ivi  eOvo?  abbia  il  significato  di  stirpe^  di 
razza^  ma  solo  quello  sólito  di  popólo,  come  appare  da  altri  luoghi. 

Gli  Olcadi  che  ci  appariscono  cosí  misteriosi  ad  ignoti  ven- 
gono adunque,  se  ravvicinati  agli  Oretani,  ad  acquistare  una 
certa  luce  storica.  Anche  ad  essi,  a  vendo  la  fierezza  di  agiré  da 
soli  e  di  sdegnare  T  alleanza  dei  Carpetani  e  dei  Vettoni,  mancó 
pertanto  quella  virtú  collettiva  di  un  patrio  idéale  nella  lotta  fe- 
roce contro  lo  straniero,  lotta  vana  nonostante  la  loro  fierezza 
generosa  e  forte.  Quei  parziali  ed  eroici  cimenti  di  tribu  isolate 
valsero  col  tempo  a  destare  la  sacra  fiamma  dell*  anima  nazio- 
nale  spagnuola,  ritempratasi  vigorosamente  e  illuminata  con  i 
bagliori  della  civiltá  di  Roma. 

(i)  Germani  da  tutti  é  inteso  qui  in  senso  di  Celtici,  Altrimenti  sarebbe 
enigmático  il  rapporto  fra  Oretani  e  Germani. 

(2)  Non  poche  sonó  le  divinítá  celtiche  il  cui  culto  troviamo  nella 
Spagna  antica.  Vedasi  per  esempio  Endovellicus  e  tutte  le  iscrizioni  ad  esso 
riferite  (C.  I.  L.  vol.  11,  pag.  1 127). 

TOMO  xLviii.  29 


454  BOLETÍN   DE   LA   REAL   ACADEMIA   DE    LA   HISTORIA.: 


♦     * 


Fra  i  popoli  che  nelle  regioni  dell'  Ebro  piü  ostacolarono  ( I ) 
I*  avanzata  di  Annibale  nella  primavera  del  2l8  a.  C.  PoHbio 
(i")  35>  2)  cita  gli  Aíp7)v(í<jivoi  e  gli  'Av8oaivo:.  Livio  nel  passo  corri- 
spondente  (xxi,  23)  a  quelló  sopracitato  di  Polibio,  ricorda  gli 
Ausetani  e  i  Lacetani.  Neppure  qui  é  il  caso  di  correggere  T  una 
fonte  coir  altra,  come  giá  aicuni  voliero  fare  peí  passato.  La 
spiegazione  piü  accettabile  rispetto  a  questa  diversitá  di  nomi 
consiste  nel  credere  che  Polibio  c¡  tramando,  sia  direttaraente, 
sia  indirettamente  per  mezzo  di  fonti  scritte  ed  orali  (2),  quei 
nomi  quali  erano  nel  11°  o  alia  fine  del  m**  sec.  a.  C.  Con  1'  ocu- 
pazione  armata  di  Annone  nel  218  a.  C,  e  con  la  conquista  ro- 
mana poi,  essendo  avvenuta  la  grande  catástrofe  che  travolse 
r  indipendenza  di  mol  te  tribíi  (sopratutto  delle  piü  piccole),  molti 
nomi  di  esse  dovettero  dopo  non  molto  sparire  per  sempre.  Li- 
vio trovando  nelle  sue  fonti  annalistiche  (3)  nomi  diversi  da  quel- 
li  ricordati  da  Polibio,  forse  credette  bene  di  porre  nomi  co- 
nosciuti  ai  lettori  romani  del  suo  tempo  (4). 

Comunque  ció  sia  pare  certo  che  Polibio  nel  ricordarci  gli  An- 
dosini  (5)  ci  indica  una  tribu  posta  tra  i  Pirenei  e  1'  Ebro  e  di- 


(i)  L' opposizione  vigorosa  fatta  ad  Annibale  presso  1' Ebro,  piü  che 
alia  simpatía  e  all*  oro  clei  Romani,  era  dovuta  dalla  coscienza  di  volere  ad 
ogni  costo  difendere  i  propri  interessi.  Si  pensi  ai  danni  che  arrecavano 
gli  eserciti  mcrcenari  dell*  antichitá  nei  paesi  che  attra  versa  vano.  Erano 
un  vero  flagello. 

(2)  Si  pensi  qui  a  C.  Lclio,  Ugatiis  di  P.  Comelio  Scipione  (/'  Africano) 
nelle  sue  imprese  di  Spagna  (221-206  a.  C.)  ed  amico  di  Polibio  (x 
framm.  10). 

(3)  Forse  il  cambiamento  dei  nomi  h  dovuto  agli  annalisti  dell'  época 
graccana  e  sillana,  seguiti  largamente  da  Livio,  come  tutti  sanno.  Ai  tempi 
di  Polibio  gli  antichi  nomi  in  questione  potcvano  essere  ancora  vivi.  Si  sa 
che  i  nomi  sonó  gli  ultimi  a  scomparire. 

(4)  Nessuna  prova  abbiamo  per  potere  affermare  che  Livio  stesso  cam- 
bió i  nomi  trasmessici  da  Polibio  nei  nuovi  nomi,  sorti  salle  rovine  dei 
preceden  ti,  o  continuatori  di  essi. 

(5)  Tutti  gli  editor!  al  posto  di  Aüaooíoü;  pongono  'AvSodfvou;.  D  Gro- 
novio  (cfr.  Schweighaüser.  cdiz.  di  Polibio,  tom.  i,  Lipsiae  1789  pag.  462; 


GLI   OLCADl  E  GLI  A^ÍDOSIMI  pu^  POPOU   SCOKOSCIUTI  455 

versa  da  quelle  ricordate  da  Livio.  Ció  é  ammissibile  a  meno  che 
non  si  voglia  credere  a  certe  strane  e  cervellotiche  congetture 
tendenti  a  volere  in  qualunque  modo  trovare  un  rapporto  fra  i 
nomi  tramandatici  da  Polibio  e  quelli  di  Livio. 

Noi  che  siamo  convintissimi  e  che  sempre  abbiamo  sostenutq 
^  adombrati  qua  e  la  nei  nostri  studi  (l)  un  rapporto  fra  alcuni 
popoli  iberici  delle  regioni  cis-iberiche  con  le  tribu  dell'.  Aqui- 
tania,  sappiamo  benissimo  spiegarci  1'  esistenza  di  un  popólo  de- 
gli  Andosini  nel  iii°  sec.  a.  C. 

Giá  assai  prima  che  venisse  alia  luce  la  magistrale  ed  esau- 
riente  dimostrazione  di  quelle  relazioni  etnico-onomastiche  nelle 
auree  pagine  della  pregevolissima  opera  (2)  di  Emilio  Hübner,  il 
Mommsen  nella  sua  genialitá  di  un  erudito,  precursore  di  pro- 
fonde  vedute  storiche,  aveva  affermato  (3)  che  i  popoli  iberici 
-erano  largamente  rappresentati  nel  mezzogiorno  della  Gallia. 

£  fuori  di  dubbio  infatti  V  esistenza  di  un'  Andusia^  un  vicus 
presso  Nenlaílsum  (Nimes)  (C.  I.  L.  vol.  xii,  3362)  e  non  meno 
certa  é  T  esistenza  storica  nell'  Aquitania  di  un  popólo  di  Andosi 
o  Andosses  e  di  un  dio  lócale  (4)  che  veniva  venerato  sotto  il 
nome  di  Hercules  Andossus  (C.  I.  L.  vol.  xu,  4316).  Come  nomí 
frequenti  d'  uomini  abbiamo  AndosinuSy  Andossicus,  Andos^ 
sus  (5)  nel  territorio  aquitano. 


Rupert  ediz.  di  Livio,  tom.  iv,  p.  49)  congetturó  AuooBidü;,  per  ravvicinarlo 
all'  Ausctanos  di  Livio  (xxi,  23)  di  guisa  che  AOaóStoi  starebbe  ad  Auseiani 
como  Kap7:7¡atoi  (Polibio  iii,  14,  Stefano  Bizantino,  Livio  xxm,  26)  sta  a 
Carpttani.  Ma  la  congcttura  del  Gronovio  é  arbitraria,  poiché  se  troviamo 
ricordati  Kap:iY¡(Tioi  non  troviamo  mai  citati  gli  Auaóoioc. 

(i)  V  Espagne  au  ///*  sUcle  av,  J.  C.  (in  Boletín  de  la  Real  Acade- 
mia DE  LA  Historia,  tomo  xlvi,  cuaderno  v,  Mayo,  1905,  págs.  363-398). 

(2)  E.  Hübner,  Monumtnta  Linguae  Ibericae. Berolini.  1 893, pag.  95  eseg. 

(3)  T.  Mommsen,  Le  Provincie  Romane  da  Cesare  a  Diocleziano.  Tra- 
duzione  di  E.  de  Ruggiero,  vol.  i,  pag.  80. 

.  (4)  Andose  nel  C.  I.  L.  vol  xu,  4136  é  un  dativo.  Cfr.  Ihn,  Real  Etuy- 
4:lopaedie  Pauly-Wissowa  I.  2,  colonna  2130.  Andossus.  Su  Hercules  Andos- 
sus si  veda  I.  Becker,  Rheinisches  Museum  N.  F.  vol.  xvii,  pag.  14  e  seg. 
■Cfr.  anche  il  Sacaze,  JnscripHons  des  Pirénées^  vol.  i,  pag.  4  e  seg.  n.  i. 

(5)  E.  Hübner,  op,  cU.  (cfr.  i  vari  índices  che  sonó  in  appendice).  Per 
Andossus  come  nome  di  persona  si  veda  Revue  Epigraphique^  vol  i,  nu- 
mero 181. 


456  BOLETÍN  DE  LA  REAL  ACADEBOA  DE  LA  HISTORIA. 

E  non  si  creda  che  ¡  rapporti  onomastici  sí  stendano  al  campo 
della  radice  Andos^  ma  anche  in  altri  molti  (l):  ( lluro ^  IliberriSy 
Attacum^  Aturia^  etc.) 

Non  é  nostro  compito,  né  la  preparazione  e  T  ingegno  ci  bas- 
terebbero,  provare  con  nuovi  asgomenti  le  notevoli  influen- 
ze  celtiche  nella  penisola  ibérica.  L'  opera  vecchia  si,  ma  pro- 
fonda  e  fondamentale  di  Guglielmo  Humboldt  (2)  e  le  ricerche 
sottili  e  pazienti  dell'  Hübner  ci  dispensano  da  ció.  Si  pensi  che 
anche  al  tempo  dell'  Impero  abbiamo  neo-formazioni  celtiche 
negli  scrittori  latini.  Basti  qui  ricordare  Augustobriga^  Caesaro- 
briga^  Flaviobriga^  etc.  (3).  E  1'  Hübner  anzi  va  anche  piü  in 
la  quando  afferma  che  egli  trova  1'  di  Andosini  non  solo  in 
Dertosa  e  in  Libisosa^  ma  anche  in  Tolosa. 

Tutto  ció  ci  determina,  a  parer  nostro,  a  credere  che  gli  An- 
dosini ricordati  da  Políbio  siano  affini  e  forse  un  ramo  della  popo- 
lazione  omonima  che  troviamo  quale  abitatrice  deír  Aquitania. 
Non  possiamo  certo  determinare  con  esattezza  la  precisa  posi- 
zione  di  questi  Andosini.  Da  Polibio  non  é  possibile  ricavare 
níente  di  particolare.  Risulta  solo  con  abbastanza  sicurezza  che  essi 
appartenevano  alie  numeróse  tribu  poste  sulla  sinistra  dell'Ebro^ 

P.  Smith  (4)  pone  gli  Andosini  presso  T  Ebro  senza  spiegarne 
affatto  la  ragione.  L'  avere  ostacolato  ad  Annjbale  il  passaggio  di 
quel  fiume  non  porta  affatto  la  conseguenza  che  quei  popoli 
abitassero  vicini  alia  riva  dell'  Ebro. 

L*  Hübner  (5)  1¡  pone  ai  piedi  dei  Pirenei,  all*  estdegli  Ilei^eti,. 


(i)  E.  Hübner,  op.  cit.,  pag.  95-97.  Ivi  sonó  ricordati  appunto  <nomina 
céltica,  sive  gallica,  quae  non  in  Gallia  tantum  Narbonensi  et  in  Aquita- 
nia, sed  etiam  in  ipsa  Hispania  inveniuntur».  Poco  prima  (a  pag.  95)  tro- 
viamo scritto:  «Non  pauca  fluminum  montium  oppidorum  vocabula  Gal- 
lica cum  Ibericis  in  ipsa  Hispania  ita  conveniunt  ut  eiusdem  linguae  esse 
appareant». 

(2)  G.  Humboldt,  Prüfung  der  Untersuckungm  ühtr  die  Ueberwohntr 
Hispaniens, — Berlin,  1 82 1 ,  pag.  82  e  seg. 

(3)  E.  Hübner,  op.  cit.^  pag.  98.  Ivi  sonó  ricordati  30  nomi  in  briga^ 
certamente  celtici. 

(4)  Nel  Diciiofiat-y  etc.  di  W.  Smith,  vol.  1,  pag.  135. 

(5)  E.  Hübner  ReaUEncyclopaedit  Patdy-Wissona.  i.  2,  colonna  2130^ 
Andosini, 


GLI  OLCADI  B  GU  ANOOSIMI  DUB  POPOLI   SCONOSCiUTI  457 

neir  odierna  Catalogna.  Benché  non  si  possa  affermare  nulla  di 
•certo,  puré  sembra  probabile  che  si  tratti  di  una  delle  tante  tribu 
delle  pendici  pirenaiche,  come  pare  incUní  a  credere  anche 
r  Ukert  (l)  e  come  si  puó  immaginare  se  cerchiamo  quale  possa 
•essere  stata  la  causa  della  loro  opposizione  air  esercito  cartagi- 
nese.  Infatti  se  gli  Andosini  non  si  fossero  trovati  ad  abitare  in 
un  tratto  della  via  percorsa  da  Annibale,  non  si  capirebbe  il  per- 
ché della  loro  resistenza  insieme  ad  altri  popoli  di  quelle  vici- 
nanze.  E  siccome  Annibale  nella  sua  spedizione  passó  senza  dub- 
bio  presso  i  Pirenei  orientali  cioé  in  un  punto  (non  esattamente 
determinabile)  non  lontano  dall'  odierna  via  ferrata  Gerona-Per- 
pignan,  é  ragionevole  porre  il  territorio  degli  Andosini  in  una 
localitá  posta  non  molto  ad  est  dalla  attuale  repubblica  di  An- 
dorra. Anzi  chi  ama  cercare  un  rapporto  etimológico  (e  la  Spag- 
na  peí  passato  di  questi  amatori  ne  la  avuti  fin  troppil)  puó  ben 
portare  un  nuovo  argomento  in  favore  della  nostra  conclusione. 
La  s  di  Andosini  puó  per  la  nota  legge  del  rotacismo,  che  non  é 
affatto  ignoto  nella  lingua  céltica  (2),  essere  passata  ad  r,  e  cosi 
resterebbe  provata  anche  col  sussidio  della  glottologia  quella  con- 
clusione a  cui  siamo  sopra  venuti,  di  vedere  cioé  negli  Andosini 
Tiiente  altro  che  un  ramo  di  una  popolazione  céltica  deír  Aqui- 
tania,  stabilíti  nel  iii®  sec.  av.  C.  probabilmente  fra  i  Pirenei  nei 
pressi  della  repubblica  di  Andorra. 

Trattandosi  di  popoli  quasi  certo  montanari  é  spiegabile  la  loro 
fierezza  ed  il  loro  ardire.  II  solo  tentare  di  opporsi  al  passaggio  di  un 
potente  esercito  di  oltre  lOO  mila  nomini  (Livio  xxi,  23),  l'aver- 
gli  fatto  perderé  non  poco  tempo  per  avere  libero  un  passaggio, 
r  avere  infine  prodotti  dei  grandi  vuoti  nelle  file  cartaginesi  (3), 


(i)    Uckert,  o^.  cit.,  vol.  11,  tomo  i,  pag.  317. 

(2)  Si  veda  la  grammatica  céltica  delJo  Zeuss. 

(3)  Livio  (xxi,  23)  ci  dice  che  dei  102  mila  uomini  che  Annibale  aveva 
alia  partenza  da  Cartagena,  solo  59  mile  ne  restavano  dopo  il  passo  dei  Pi- 
renei. Tenendo  contó  del  10  mila  fra  licenziati  e  defezionati  e  degli  11 
mila  lasciati  ad  Annone  vediamo  che  nellc  regioni  dell'  Ebro  Annibale 
perdette  22  mila  uomini.  Perdita  enorme  senza  dubbio,  rappresentando  ol- 
tre Vs  di  tiitto  r  esercito.  Ma  si  puó  pensare  che  fra  i  22  mila  vi  possono  es- 
sere anche  altri  defezionati. 


45^  BOLETÍN   DB  LÁ   REAL  ACADEMIA  DE  LA  HISTORIA. 

ci  determina  a  credere  che  gli  Andosini,  i  Bargusi,  i  Lacetani, 
gli  Ilergeti,  gli  Ausetani  nel  iii**  sec.  a.  C.  erano  in  grado  di 
metiere  insieme  parecchie  decine  di  migliaia  di  uomini.  E  ció 
é  chiaro  ove  si  pensa  che  tutto  la  popolazione  maschile  dai  1 6 
ai  60  anni  generalmente  oltre  che  V  aratro  o  il  vincastro  era  con 
molta  facilita  pronta  ad  usare  la  caratteristica  spada  spagnuola. 
Gli  Andosini  dopo  il  218  a.  C.  non  appariscono  piü  sulF  oriz- 
zonte  della  storia.  Ma  benché  storici  e  geografi  non  ne  facciano 
menzione  é  da  credere  che  non  disparvero  tanto  rápidamente 
per  il  fatto  che  Annibale  non  fece  contro  essi  una  spedizione  per 
disperderli  ed  annientarli  come  aveva  fatto  invece  tre  anni  prima 
contro  gli  Olcadi.  Inoltre  si  pensi  che  una  tribu  non  sparisce  in 
pochi  anni.  Forse  lentamente  col  sovrapporsi  di  altre  tribu  gli 
Andosini  non  figurarono  piü  in  prima  linea  fra  le  molte  popola- 
zioni  dei  Pirenei,  ma  restarono  dimenticate  in  mezzo  a  tante  altre^ 
che  per  essere  di  scarsa  importanza,  furono  condannate  all'  oblio 
da  parte  degli  scrittori  dell'  antichitá. 

Oristano  (Sardegra),  Gennaio,  1906. 

NicOLA  Feliciani. 


III 
VASCOS,  IBEROS,  MOROS,  BEREBERES 

Una  de  las  publicaciones  últimamente  recibidas  en  esta  Real 
Academia  es  la  parte  II  del  tomo  lxvi  de  la  Revista  trtmensa/ 
do  Instituto  Histórico  e  Geographico  brazileiro. 

Corresponde  el  cuaderno  al  2.®  semestre  de  1 905  y  en  él  se 
insertan,  con  otros  trabajos,  las  Actas  de  las  sesiones  del  Insti- 
tuto en  1903,  en  las  cuales  aparecen  extractos  de  varios  infor- 
mes presentados  por  la  Comisión  de  Historia. 

Entre  dichos  informes,  ha  llamado  especialmente  mi  atención 
el  relativo  á  un  libro  del  diputado  portugués,  Juan  María  Pereira 
de  Lima. 


VASCOS,    IBKROS,    MOROS,.  BEREBERES  459 

Titúlase  el  libro  del  Sr.  Pereira  Iberos  e  Bascos  ^  y  es  el 
primero  de  una  serie  de  estudios  sobre  los  antiguos  pueblos  que 
ocuparon  la  Península  ibérica.  Aun  cuando  según  el  eminente 
Alejandro  Herculano— <iice  el  informe  á  que  me  refiero — nin- 
guna identidad  nacional  existe  entre  la  sociedad  portuguesa  y 
algunas  de  las  antiguas  tribus  que  habitaron  la  Península  antes 
de  la  Era  cristiana,  no  deben,  sin  embargo,  despreciarse  las  in- 
vestigaciones críticas  y  científicas  sobre  los  orígenes  de  todos 
los  pueblos  que  en  épocas  remotas  fijaron  su  habitación  en  el 
punto  del  planeta  en  que  luego  se  constituyeron  las  dos  nacio-^ 
nalidades  portuguesa  y  española. 

El  autor  procura  demostrar  que  iberos  y  vascos  fiíeron  los 
primitivos  habitantes  de  la  Península;  que  los  protohistóricos  de 
la  Iberia,  ó  sea  los  iberos  y  vascos  son  una  rama  étnica  de.  la 
raza  turania,  la  cual  precedió  á  las  invasiones  arias;  que  iberos 
y  vascos  fueron,  por  lo  menos,  coetáneos  de  los  atlantes;  que 
el  estudio  de  la  lengua  vasca  no  sólo  prueba  sus  afinidades  con 
las  leng^uas  de  los  grupos  turo-ural  y  caucásico,  sino  también  con 
el  grupo  japonés  y  con  la  lengua  de  los  indígenas  de  la  Améri- 
ca del  Norte,  confirmándose,  así,  la  gran  dispersión  de  la  raza 
turania. 

Al  desenvolver  su  opinión,  el  Sr.  Pereira  de  Lima  acomete 
de  frente  problemas  de  etnografía  general  muy  interesantes. 

En  la  clasificación  de  razas  y  pueblos  admitida  por  aquél r  ve- 
mos á  la  raza  paleoamericana  dividida  en  rama  americana  sep- 
tentrional subdividida  en  tres  familias  y  rama  americana  meri- 
dional en  las  familia  Andeana  ó  Andina,  Pampeana  y  Gua- 
raní. 

Procurando  indagar  si  vascos  é  iberos  fueron  hermanos  y  coe- 
táneos de  los  primeros  habitantes  del  Egipto,  de  la  Libia,  de  las 
Antillas,  y  si  fueron  contemporáneos  en  Occidente  de  la  vetus- 
tísima civilización  de  la  Atlántida,  admite  el  hundimiento  ó  su- 
mersión de  esa  isla,  apoyado  en  los  textos  de  autores  antiguos 
y  modernos. 

Probada,  como  quiere  el  autor,  la  realidad  de  la  Atlántida, 
asunto  que  constituye  las   primeras  páginas  de  todos  cuantos 


46o  BOLETÍN   DB   LA   REAL  ACADEMIA,  DE  LA   HISTORIA. 

han  escrito  sobre  los  descubrimientos  de  Améric?i,  fácil  tarea 
es  explicar  la  población  del  Nuevo  Mundo. 

Nada  más  dice  el  extracto  del  informe.  Hay,  pues,  que  dedu- 
cir, no  teniendo  el  libro  á  la  vista,  que,  según  el  Sr.  Pereira  de 
Lima,  una  misma  raza  pobló  en  tiempos  antiquísimos  toda  la 
zona  nortropical  que  va  desde  el  Japón  y  Asia  oriental  á  las  An- 
tillas y  parte  sur  de  la  América  del  Norte,  pasando  por  la  cuen- 
ca del  Mediterráneo  y  por  la  Atlántida. 

El  libro  del  Sr.  Pereira  de  Lima  parece  ser  un  trabajo  más 
sobre  los  muchos  que  años  ha  se  vienen  haciendo  acerca  de  la 
identidad  ó  analogía  étnicas  y  filológicas  entre  primitivos  pue- 
blos españoles  y  africanos,  y  en  general,  entre  los  antiguos 
pobladores  de  toda  aquella  zona.  Basta  recordar,  entre  otros, 
los  trabajos  de  Charencey,  de  Tubino  y  de  nuestro  doctísimo 
censor  el  Sr.  Fernández  y  González  (Los  lenguajes  hablados 
por  los  indígenas  de  América]  conferencias  dadas  en  el  Ateneo 
en  1892). 

Incidentalmente,  paréceme  oportuno  consignar  que  contra  la 
afirmación  de  algunos  autores  (el  Sr.  Tubino  entre  ellos,  si  no 
recuerdo  mal^,  de  que  es  inútil  empeñarse  en  buscar  ahora  ana- 
logías entre  el  vasco  y  los  actuales  idiomas  de  África,  está  el 
dato  de  un  viajero  moderno,  el  Sr.  Abargues  de  Sostén,  que 
afirma  haber  oído  durante  su  expedición  en  Abisinia  y  países 
comarcanos  ^2  palabras  gal-las  que  se  pronuncian  y  significan 
lo  mismo  que  en  el  idioma  vascuence  (l). 

Con  estos  estudios  é  investigaciones,  en  lo  que  concretamen- 
te se  refiere  á  los  primitivos  habitantes  de  la  Península  españo- 
la y  del  Norte  de  África,  tiene  relación  un  informe  que  el  doc- 
tor Atgier  presentó  á  la  Sociedad  Antropológica  de  París  en  las 
sesiones  del  \^  Diciembre  1 903  y  4  Febrero  1 904,  y  que  se  ha 
publicado  en  el  Boletín  de  dicha  Sociedad.  Trátase  en  dicho  in- 
forme del  origen  y  significación  diversa  de  las  expresiones  Moro^ 
Ibero,  Beréber 

La  primitiva  significación  de  la  palabra  moro  es  «negro.»  Eran 


(i)    Boletín  de  la  Sociedad  Geográfica  de  Madrid^  tomo  xv,  pág.  311. 


V4SCOSf    IBEROS,    MOROS,    BEREBERES  46 1 

moros,  negros,  los  habitantes  del  Norte  de  África  anteriores  á 
la  invasión  líbico-bereber. 

La  palabra  tomó  después  otras  acepciones.  Etnográficamen- 
te, son  moros  los  sucesores,  en  la  misma  región,  de  esos  pueblos 
negros,  sea  cual  fuere  su  raza  ú  origen;  bereberes,  romanos,  ván- 
dalos, bizantinos,  árabes  y  negros.  Desde  el  punto  de  vista  his- 
tórico, moros  son  los  musulmanes  que  invadieron  á  España  y 
Francia  en  el  siglo  vui.  Tiene  también  la  palabra  significación 
religiosa;  los  pueblos  musulmanas  de  África  y  de  Asia,  sea  cual 
iuere  su  raza. 

Griegos  y  romanos  llamaron  moros  á  los  habitantes  del  Nor- 
te de  África  porque  eran  negros:  (/«ucá;  en  griego  es  obscuro  ó 
negro.  Virgilio  usa  la  palabra  morus  en  sentido  de  «negro.» 
Nada  importa  que,  como  es  muy  posible,  el  vocablo  derive  del 
fenicio  mahurin  6  maghrebin,  esto  es,  los  occidentales.  Esos  ne- 
gros vivían  al  O.  de  Fenicia;  eran,  pues,  occidentales  respecto 
de  los.  fenicios.  Los  mahurin,  mauros  6  moros  eran  negros,  y 
griegos  y  romanos  aplicaron  su  nombre  á  los  objetos  negros  ú 
obscuros,  {lópov  ó  fiwpov  llamaron  los  griegos  al  fruto  del  moral,  y 
fiaüpój  ó  ¿fjiaüpoí  fué  lo  de  color  obscuro. 

Los  bereberes,  procedentes  de  Europa  según  Atgier,  se  esta- 
blecieron después  en  África  septentrional.  Eran  blancos,  y  al 
mezclarse  los  de  una  y  otra  raza  resultó  una  población  en  la  que 
había  y  aun  predominaban  los  individuos  de  color  moreno  obs- 
curo; á  todos  denominaron  moros  los  romanos. 

Si  entre  griegos  y  romanos  moro  equivalía  á  «negro»,  en  la 
lengua  de  bereberes  negro  se  decía  y  se  dice  berik.  En  varios 
dialectos  de  esas  gentes  el  masculino  plural  se  forma  con  el  pre- 
fijo /;  iberik^  pues,  significa  «los  negros.»  En  otros  dialectos  se 
prescinde  del  prefijo,  y  berik  es  lo  mismo  en  plural.  Si  en  este 
vocablo  suprimimos  la  terminación  ik^  que  adjetiva,  así  como 
ico  en  ibérico^  y  se  dobla  la  radical  ber — lo  que  es  bastante  co- 
mún en  los  idiomas  del  Norte  de  África — obtendremos  la  voz 
berber. 

Resulta,  pues,  que  moro,  ibero  y  beréber  indican,  no  precisa- 
mente una  misma  raza,  sino  un  mismo  pueblo  primitivamente 


462  BOLETÍN   DB   LA    REAL   ACADEMIA   DE   LA    HISTORIA. 

negro,  que  se  ha  ido  modificando  por  mezcla  con  otros  que  su- 
cesivamente fueron  invadiendo  el  país. 

Advierte  el  Sr.  Atgier  que  no  pretende  que  los  iberos  de  Es- 
paña fuesen  negros;  cree  que  eran  blancos,  con  cabello  negro, 
y  más  6  menos  morena  la  piel,  como  lo  fueron  los  mismos  mo- 
ros después  de  las  invasiones.  Heredaron,  acaso,  el  nombre  de 
ios  proto- iberos,  más  ó  menos  negros  por  su  mezcla  6  fusión  con 
los  indígenas  de  África,  y  así  siguieron  llamándose  en  lo  su- 
cesivo. 

Madrid,  14  de  Abril  de  1906. 

Ricardo  Beltrán  y  Rózpide. 


IV 

SELLO  CON  INSCRIPCIÓN  ÁRABE  Y  FLOR  DE  LIS 
DESCUBIERTO  EN  TOLEDO 

El  correspondiente  de  la  Academia,  Sr.  D.  Juan  Moraleda  y 
Esteban,  residente  en  Toledo,  envió  recientemente  la  fotografía 
de  un  sello  de  bronce  en  perfecto  estado  de  conservación,  des- 
cubierto poco  antes  en  una  calle  de  aquella  capital. 

Designado  por  el  señor  Director  para  informar  á  la  Acade- 
mia acerca  de  la  leyenda  árabe  de  dicho  sello,  paso  á  evacuar 
el  informe,  que  se  me  pide,  advirtiendo  que  por  la  sola  inspec- 
ción de  la  fotografía,  me  hubiera  sido  muy  difícil  llegar  á  tener 
seguridad  de  leer  bien  la  inscripción;  pero  habiendo  sabido  por 
nuestro  compañero  el  Sr.  Vives  que  el  original  había  sido  ad- 
quirido por  el  Sr.  D.  Guillermo  J.  de  Osma,  se  me  íacilitó  un 
calco  en  lacre,  mediante  el  cual  la  lectura  ha  sido  facilísima. 

El  sello,  bastante  grande,  pues  tiene  32  milímetros  de  alto 
por  24  de  ancho,  es  rectangular  en  la  parte  superior  y  redondea- 
do en  la  inferior:  en  el  centro  tiene  una  grande  flor  de  lis  in- 
cluida en  un  espacio  que  afecta  la  misma  forma  que  el  conjunto 
del  sello,  dejando  en  todo  su  perímetro  una  faja  de  cinco  mili- 


SEtLO   CON    IHSCBPPCIÓN    ÍRABE    Y    FLOH    DE    LIS  463 

metros  de  ancho,  limitada  interior  y  exteriormente  por  una  lí- 
nea de  puntos  ó  perlas. 

La  inscripción  relativa  al  personaje,  á  quien  debió  de  perte- 
necer el  sello,  dice  así  t-i.  iJJl  tjIí^  ¡j!^  »_5*^tij^'  (***rí' 
Ibrahim,  hijo  de  Yúsuf,  hijo  de  {Umareck?:  'Dios  es  su  protector. 
El  nombre,  que  hemos 'transcrito  ^Umarech},  podría  vocalizarse. 


y  por  tanto  leerse,  de  muchos  modos,  y  sólo  damos  esa  trans- 
cripción por  dar  alguna,  ya  que  para  los  no  arabistas  resultaría 
un  logogrifp  el  poner  -m-r-ck:  advertiremos  que  en  vez  de  la 
letra  f  podría  suceder  que  debiera  leerse  ¿  g,  pues  aunque  casi 
todas  las  letras,  que  han  de  tener  puntos,  los  llevan,  faltan  en  la 
palabra  *Jj  y  lo  mismo  pudiera  faltar  en  la  primera  letra  del 
nombre  -,  y^-.  la  particularidad  de  que  la  letra  .^  de  - — *-^ 
lleva  el  punto  debajo,  excluye  toda  posibilidad  de  que  el  sello 
sea  oriental. 

Del  personaje  mencionado  en  el  sello  nada  puedo  decir,  pues 


m 


^" 


-.i'% 


■•.V 


í^-A 


*    I 


^^■' 


V     f 


'1  . 


^■AJ\: 


?' 

tii 


"/■^  .^ 


4        ..••■ 

r*.  ' 


I 

r- 


404 


boletín  de  la  real  academia  de  la  historia. 


•es  seguro  que  su  nombre  no  consta  anotado  en  mis  numerosas 
papeletas  en  las  que  figuraría  como  j-.  yjS'  6  ^  ^^y ;  pertenecien- 
do el  sello  al  siglo  xiii,  según  cree  su  actual  poseedor  Sr.  Osma, 
es  muy  posible  que  su  nombre  figure  en  alguna  de  las  muchas 
escrituras  mozárabes  toledanas  inéditas,  que  se  cortservein  en 
nuestro  Archivo  Histórico  Nacional. 

De  la  parte  arqueológica  del  sello  no  soy  llamado  á  informar 
á  la  Academia,  dada  mi  absoluta  incompetencia  en  esta  parte: 
si  mereciera  la  pena  de  que  este  estudio  se  hiciera,  Académicos 
hay  por  fortuna  que  podrían  entrar  en  su  estudio. 

El  Sr.  Moraleda  remitió  además  el  dibujo  de  un  adorno  de 
cobre  dorado  y  esmaltado,  que  supone  ser  un  pendiente:  es 
•como  una  media  luna  de  bordes  ondulados,  que  tenía  cinco 
círculos  esmaltados  en  color  granate:  no  me  compete  asegurar  que 
el  tal  adorno  sea  de  carácter  árabe  como  tampoco  me  atrevería 
á  asegurar  que  no  lo  sea:  de  todos  modos  me  parece  que  su  im- 
portancia no  es  muy  grande. 

Madrid,  27  de  Abril  de  1906. 

Francisco  Codera. 


V 
DE  LA  PALÉOGRAPHIE  SÉMITIQUK 

L'  Espagne  seule,  posséde  sur  son  sol,  toute  la  serie  successive 
des  évolutions  de  V  écriture,  depuis  le  phénicien  jusqu'  au  grec 
et  latin,  depuis  V  inscription  trilingüe  de  Tortose  jusqu' auxtextes 
coufiques  et  néo-arabes,  ainsi  que  du  judeo-rabbinique  de  la  fin 
du  moyen-áge  (i),  aprés  les  plus  belles  épitaphes  hébraíques  du 
monde  entier.  Méme  en  d*  autres  pays  de  langue  espagnole,  au 


(i)  Ainsi,  pour  commencer  au  dernier  échelon,  qui  nous  est  voisin,  la 
plus  parfaite  exécution  et  description  de  1*  écriture  cursive  judéo-espag- 
nole  consiste  dans  1'  analyse  de  «tres  manuscritos  rabinicos  del  siglo  xv» 
par  D.  Francisco  Fernández  y  González  (Boletín,  t.  v,  [v.  299-377),  ^véc  4 
planches  de  fac-similia  irreprochables. 


r  ^■ 


DB   LA  PALÉOGRAPHIB   SÉMITIQUB  465 

delá  de  1*  Océan,  on  retrouve  les  plus  beaux  vestiges  de  signes 
plutót  peints  qu'  écrits. 

Les  travaux  des  plus  grands  épigraphistes  de  tout  ordre ,  la- 
tinistes  ou  orientalistes,  les  Hübner,  les  Fita,  Saavedra,  Codera^ 
Pérez  Bayer,  en  font  foi.  II  appartient  done  á  la  R.  Académie 
d'  histoire  d'en  prendre  acte,  sous  forme  de  V  Exposé  suivant. 


I 

Faut-il  rappeler  combien  la  prodigieuse  iacnlté  d'écrire  est 
ancienne?  A  V  origine,  pour  consigner  sa  pensée  par  écrit,  V  homme 
s'  est  servi  d*  images  peintes;  puis  il  a  utilisé  ees  signes  figuratifs,. 
soit  pour  eonserver  le  souvenir  des  faits,  soit  pour  les  faire  eon- 
naltre  a  d*  autres.  Plus  tard,  les  images  ont  été  simplifiées:  da- 
bord,  par  le  besoin  de  réduire  au  minlmum  les  efforts  gra^ 
phiques;  ensuite,  par  le  désir  d'  abréger  ou  eondenser  1'  opera- 
tion  figurative. 

De  lá  derive  1*  écriture  idéogrammatique,  tantót  par  images 
pour  figurer  les  objets  matériels,  tantót  par  des  signes  convention- 
neis  pour  representer  des  idees  abstraites  (l).  Ensuite  1'  écriture 
devient  phonétique,  soit  pour  exprimer  des  artieulations  com- 
pletes ou  syllabes,  soit  pour  émettre  des  sons  simples  ou  lettres 
¡solees.  Les  essais  d'  écriture  tentés  par  les  aborigénes  de  1'  Amé- 
rique,  avant  la  découverte  de  Christophe  Colomb,  1'  écriture  az- 
téque  ou  eelle  des  autochtones  du  Mexique,  ou  V  écriture  calcu- 
liforme  des  Mayas  du  Yucatán,  sont  peut-étre  aussi  vieux  que 
les  hiéroglyphes  égyptiens. 

De  ees  derniers,  simplifiés  par  des  gens  pressés  de  prendre.de 
courtes  notes  commerciales,  sont  nées  les  lettres  de  V  alphabet 
phénicien,  ou  1'  hébreu  primitif;  d'  oü,  par  dérivation,  par  modi- 
fication  et  souvent  par  complication,  sont  sortis  les  alphabets 
usités  sur  toute  la  terre.  Cette  théorie  a  été  si  bien  admise  par 
les  peuples  de  V  antiquité,  que  sans  hésiter,  ni  douter,  ils  attri- 
buent  r  art  d'  écrire  a  Cadmus,  loin  de  se  préoccuper  du  sens  de 

(i)    Tels  sont  les  caracteres  cuneiformes  et  les  clefs  chinoises. 


466  BOLETÍN   DE   LA   REAL   ACADEMIA   DE  LA  HISTORIA. 

ce  mot  qui  signifie  1'  hotnme  du  Kédem^  «de  T  Orient;».  D'  autre 
part,  les  premiers  rabbins  ou  docteurs  de  la  Mischnah,  aussi  peu 
soucieux  des  origines,  font  remonter  1'  invention  de  T  écritur^  á 
la  Création,  et  lui  donnent  pour  date  «le  6.®  jour,  au  crepúsculo 
(JPirké  Abóth,  Máximes  des  Peres,  v,  9),  au  lieu  d'  avouer  1*  in- 
certitude  sur  1'  époque. 

Les  hébreux  ont  dü  posséder  de  bonne  heure  1'  art  d'  écrire, 
qui  chez  les  egyptiens  comme  chez  les  phéniciens  remontait  bien 
avant  le  temps  de  Moíse  (l).  Longtemps  avant  la  sortie  d'Egypte, 
les  hébreux  savaient  écrire  (2).  C*  était  pour  les  plus  anciens 
historiens  un  fait  géneralement  reconnu.  Outre  les  tables  de  la 
Loi  et  les  noms  graves  sur  les  ornements  du  grand  prétre,  le 
Pentateuque  attribue  á  Moíse  et  á  ses  contemporains  des  écrits 
d*  une  certaine  étendue  (3). 

A  r  époque  des  juges,  V  art  d'  écrire  dut  étre  deja  assez  ré- 
pandu  chez  les  hébreux,  puisque  selon  le  récit  biblique  a  ce  sujet 
{Juges,  VIII,  14),  Gédeon  voulant  chátier  les  habitants  de  Succoth 
se  fit  écrire  les  noms  des  chefs  de  cette  ville  par  un  jeunehomme 
fait  prisonnier.  Au  temps  de  David  et  de  Salomón,  on  trouve 
mentionnés  des  ouvrages  d'  histoire  et  d*  autres  compositions 
littéraires.  II  n'  est  done  pas  douteux  que,  des  lors,  1*  écriture 
était  répandue,  au  moins  dans  les  classes  élevées  de  la  société. 
II  y  avait  probablement  des  écrivains  publics,  notamment  des  lé- 
vites  qui  prétaient  leurs  bons  offices  aux  gens  du  vulgaire,  lorsque 
ceux-ci  en  avaient  besoin.  Ceux  qui  faisaient  particuliérement  pro- 
fession  de  scribes  portaient  un  écritoire  dans  la  ceinture;  selon 
r  usage  encoré  maintenu  en  Orient,  deja  visé  par  Ezéchiel  (ix, 
2-3).  Mais  de  quels  caracteres  se  servaient-ils?  Ce  devaient  étre 
évidemment  des  images  réduites,  abrégées,  dont  la  vue  avait  une 
3Ígnification  et  dont  1*  initial  d'  énonciation  a  été  convertí  en  signe 
conventionnel  ou  lettre.  Ainsi,  alpka  (tete  de  boeuf),  beth  (mai- 
son),  etc.,  qui  ont  visiblement  un  indubitable  sens  en  phénicien, 

(i)     V.  Hartmann,  Historisch-kritische  Forschungen,  p.  586-8,  601,  615. 

(2)  Gesenius,  Geschichte  der  hebráischen  Sprache  und  Schrift,  p.  142. 

(3)  Exode,  XVII,   14;  XXIV,  4;  xxxiv,  27;  Nombres,  xxxiii,  2;  Dcutéroir. 
XXVII,  3;  XXXI,  9  et  22.  Cf.  S.  Munk,  Palestine,  p.  436-8, 


r 


DE    LA   PALÉOGRAPHIB  SéMltl^UB  467 

ont  donné  naissance  á  ce  que  les  Grecs,  imites  par  les  autres 
peuples,  ont  appelé  Alphabeta. 

II  n'  est  done  plus  nécessaíre  de  démontrer  que  1*  écriture  hé- 
bra'ique  derive  de  celle  des  phéniciens,  mais  de  s*  arréter  aux 
plus  anciens  monuments  qui  1'  ont  conservée.  Abstraction  faite 
de  la  stéle  de  Mesa,  du  viii®  siécle  avant  J.  C,  qui  n'  est  pas  juive 
mais  moabite,  on  posséde  des  éléments  de  la  susdite  écriture, 
dans  r  inscription  du  canal  de  Siloé,  découverte  dans  les  subs- 
tructions  de  Jérusalem  ¡1  y  a  28  ans:  elle  remonte  au  temps  d' 
Ezéchias  (l).  Plus  tard  l'alphabet  hébreu  archaíque,  qui  s*  eífa- 
cera  peu  a  peu  devant  des  lettres  plus  concises,  se  conserve  dans 
les  monnaies  des  sicles,  soit  des  Macchabées,  soit  de  Barcóche- 
ba  (2),  II  subsiste  encoré  de  nos  jours  chez  les  Samaritains,  qui 
continuent  a  V  employer  couramment,  aussi  bien  dans  leurs  livres 
iiturgiques  que  dans  leurs  chroniques  rédigées  par  leurs  grands 
prétres  (3).  Ces  mémes  caracteres  servent  de  criterium  pour  dé- 
terminer  V  authenticité  ou  la  fausseté  des  sicles:  lorsque  ceux-ci 
ont  des  lettres  carrees,  ils  sont  faux. 


II 

Tandis  que  les  vestiges  de  1'  anciennc  écriture  existaient  en- 
coré á  titre  hiératique,  1'  usage  d'  une  écriture  vulgaire,  plus  fa- 
cile  á  reproduire,  s'  était  généralisé  tres  longtemps  avant  1'  ere 
vulgaire: ,  c*  etait  V  araméen,  aux  traits  encoré  empates,  épais, 
et  r  on  peut  supposer,  avec  M.  Philippe  Berger,  qu'  en  cette  der- 
niére  écriture  ont  été  congues  les  poésies  d'  Isaíe,  conformes  au 
specimen  ci-joint  donnant  les  versets  I-5  du  ch.  xl  (fig.  l). 

Au  temps  d'  Ezra,   selon  V  assertion   du   Talmud  de  Jérusa- 


(i)  Jos.  Derenbourg  in  Revuc  des  Etudes  juives»  iii,  1882,  p.  161;  Re- 
nán, Journal  des  Savants,  Mars,  1887,  p.  158-164,  analysant  1' oeuvre  de 
Smend  et  Socin,  die  Inschrift  des  Kanigs  Mesa  (Freiburg  in  Brisgau,  1886, 

in  4^). 

(2)  Theod.  Reinach,  les  Monnaies  juives  (París,  1888),  p.  39-50. 

(3)  Ph.  Berger,  Histoire  de  1' écriture  dans  1' antiquité  (P.- 181^),  ii.* 
partíe,  ch.  v,  p.  188-203. 


l\ 


468 


BOLETÍN  DB  LA  REAL  ACADEMIA  DE  LA  HISTORIA. 


y. 


X 

/  -. 


r7< 


V'    . 


lem  (l),  r  écriture  des  Araméens  commengaít  á  étre  usitéeparmí 
les  Juifs  revenus  de  Babylone,  ou  d'  Assour.  Deja  les  premiers 
rabbíns  ne  savaient  plus  quelle  écriture  est  la  plus  ancienne,  et 

.5>jA^!)K  >5»(^  ^r  ^3)^)  ""W 

ií;v^  -íW^Ai  *)^y^  *c^)^  *i^^  7 

'íívj?.^!!  v>?'''^'  ')^V'*)!j  ^)>v^  ^m^ 

ii?i^  iv^^/  w>  ^)^^  'j^^y  ^^^)^ 

FlG.    I 

¡Is  r  avouent  sans  fausse  honte,  ou  T  admettent  implicitement, 
comme  ¡1  resulte  de  ce  passage: 

«Rabbi  Gamaliel  dit:  la  Loi  (Tora)  a  été  promulguée  dans  une 
écriture  brisée  (?  samaritaine),  et  R.  Yossé  se  range  á  cet  avis. 
Selon  Rabbi,  la  Loi  a  été  énoncée  en  Ashuri  (=syrien  ou  ara- 
méen);  lorsqu'  Israel  pecha,  1'  écriture  fut  convertie  en  lettres 
brisées,  et  lorsqu'  il  rede  vi  nt  vertueux  sous  Ezra,  les  caracteres 

(1)     Traite  Meghillah,  chap.  i,  §  9;  traduction  frangaiseí  t.  vi,  p.  212-5 


DE   LA  PALáOGRAPHIE   S¿MITIQUB  469 

reprirent  leur  forme  antique  syrienae.  II  est  dit  (Zakarie,  v,  12). 
En  ce  jour  aussi  je  te  rendrai  un  double  message^  et  d'  autre  part 
¡1  est  dit  (Deuteron.  xvii,  18):  //  lui  écrira  un  double  de  cette  Loi 
sur  un  livrei  C*  est  une  allusion  á  une  écriture  susceptible  d'  étre 
modifiée  (comme  celle  de  I'  hébreu  primitif-phénicien).  On  en- 
seigne  que  R.  Simón  b.  Eleazar  dit  au  nom  de  R .  Eleazar  b.  Pra- 
ta,  et  celui-ci  au  nom  de  R.  Eliezer  b.  Modaí:  la  Loi  a  dü  étre 
t'^crite  en  ashuri,  car  il  est  dit  (Exode  xxvii,  lo):  les  crochets  i«n 
des  colannes.  II  faut  done  que  la  lettre  1  dans  la  Loi  ait  la  forme 
dróite  d'  une  colonne  (fait  spécial  aux  caracteres  araméens); 
R.  Lévi  dit:  d'  aprés  R.  Gamaliel,  qui  dit  que  la  Loi  a  été  pro- 
mulguée  en  lettres  brisées  (samaritain),  la  lettre  Atn  (v  ou  o) 
était  un  miracle  (l);  si  au  contraire  la  Loi  a  été  écrite  en  ashuri 
(araméen),  il  y  a  eu  miracle  analogue  pour  le  d  (s).  Selon  d'  autres, 
le  texte  primitif  de  la  Loi  n*  avait  ni  n  ni  a  (aussi  miraculeux), 
mais  bien  le  d*- 

De  cette  tradition  rabbinique,  confirmée  par  le  Talmud  babli 
ítr.  Sanhedrin^  f.  21  ¿  et  22  a\  ¡1  ressort  historiquement  que 
r  écriture  des  hébreux  se  modifia  peu  á  peu  sous  V  influence  de 
r  écriture  araméénne,  apprise  par  les  juifs  pendant  la  captivité. 
Ces  renseignements  généraux,  un  peu  vagues,  deviennent  plus 
précis  par  la  su  i  te  des  temps.  La  Mischna,  tr.  Guittin,  11,  3  (tra- 
duction,  vm,  p.  270)  nous  renseigne  sur  les  éléments  scriptu- 
raires  du  divorce  en  ces  termes:  «Pour  écrire  cet  acte  on  peut 
cmployer  tout  ingrédient,  de  V  enere,  ou  de  la  poudre  terreuse 
peut-étre  ce  mot  signifie:  la  craie  (2),  ou  du  rouge,  ou  de  la 
gomme,  ou  du  vi  triol,  ou  tout  objet  qui  reste  adhérent.  On  ne  se 
servirá  pour  écrire,  ni  du  jus  des  fruits,  ni  d'  un  autre  produit 
qui  n'  adhére  pas.  On  peut  écrire  V  acte  de  divorce  sur  n'  im- 
porte quoi,  méme  sur  des  feuilles  d'  olivier,  ou  sur  une  corne  de 
vache,  en  envoyant  cette  béte  á  la  femme  comme  acte  de  di- 


(i)  C  était  merveille  qu*  elle  ne  tombe  pas,  les  lettres  des  Tables  de  la 
Loi  étant  gravees  á  jour. 

(2)  Au  tr.  Sabhat,  xii,  4,  cette  phrase  se  retrouve,  avec  un  mot  en  plus 
qui  manque  ici:  c*  est  qq  Sam^  que  Raschi  traduit  par  Orpiment  (auri 
pigmentum). 

TOMO  xLviir.  30 


470  BOLETÍN  DE   LA   REAL   ACADEML\   DE   LA   HISTORIA. 

vorce,  Selon  R.  Yossé  lie  Galiléen,  on  ne  devra  écrire  l'acte  de 
divorce  ni  sur  un  animal  vivant,  ni  sur  un  objet  comestible».  • 

Aprés  un  certain  temps,  1'  ancienne  écriture  hébraíque  con- 
servée  par  les  samaritains  disparait,  pour  ceder  la  place  á  V  écri- 
ture araméenne,  comme  la  langue  chaldéenne  remplaga  V  hébreu 
pour  le  vulgaire.  Toutefois,  les  calligrafes  juifs  ont  su  peu  a  peu 
donner  á  1'  écriture  hébraíque  la  netteté  et  la  regulante  qui  l'a 
faite  angulée,  d'  oü  le  nom  de  carree.  C  est  ainsi  qu*  aprés  plu- 
sieurs  siécles  d'  intervalle,  on  trouve  les  andens  types  entiére- 
ment  changés,  transformes,  representes  á  peu  de  chose  prés  tels 
qu'  ils  sont  écrits  et  méme  imprimes  de  nos  jours.  Cette  modi- 
fication  s'  est  effectuée  en  passant  par  1'  écriture  araméenne  cur- 
sive,  dans  laquelle  étaient  constitués  les  manuscrits  de  la  Bible 
qui  ont  servi  aux  Septante,  ou  traducteurs  de  la  Bible  en  grec, 
so  US  les  Ptolémée,  á  ce  que  nous  ápprend  Flavius  Joséphe  dans 
ses  Antiquites  jtidatques  (livre  xii,  chap.  ii,  §  I).  En  tout  cas,  le 
changement  est  antérieur  a  1'  ere  chrétienne,  puisque  V  Evangile 
de  S.  Mathieu  (v,  1 8),  déclarant  que  Jésus  n'  est  pas  venu  chan- 
ger  un  iota  á  la  Loi,  prouve  que  des  lors  cette  lettre  de  Y  écrir 
ture  est  la  plus  petite  de  toutes. 

Pourtant,  dans  la  progression  de  naissance  des  lettres  en  hé- 
breu carré,  il  faut  aussi  teñir  compte  de  T  écriture  monumen- 
tale,  oü  les  formes  anciennes  gardent  plus  longtemps  leur  pureté 
primitive.  Le  nom  de  n^2ia  «Tobie»  retrouvé  en  Syrie,  sur  les 
soubassements  de  la  citadclle  d'  Araq-el-Emir  (l),  nous  fait  assís- 
ter  á  cette  mutation;  les  trois  derniéres  lettres  du  nom  sont  en- 
coré de  forme  araméenne.  C  est  qu*  en  general  les  deux  lettres 
iod  et  saín  servent  le  mieux  a  marquer  les  étapes  de  V  alphabet 
Tres  grands  á  T  origine,  ees  caracteres  subissent  des  altérations 
paralléles,  qui  les  aménent  successivement  á  n'  étre  plus  qu*  un 
minee  trait,  avec  cette  dififérence  que  le  iod  présente  toujours 
une  barre  de  plus  que  le  zain,  Or  dans  la  susdite  inscription  re- 
produite  ici  (2),  le  iod  n'  a  pas  la  forme  qu*  il  revét  sur  les  pa- 


(i)    Melchior  de  Vogüe,  Le  Temple  de  Je'susalem,  p.  8o,  pl.  xxi. 

(2)      Fig.  2. 


DB   LA    PALfiOGKAPHIB    SÉMITIQUB  47I 

pyrus  araméens,  mais  sa  forme  archaíque.  M.  de  Vogüe  voit  dans 
le  nom  Tobie  celui  du  grand  pére  de  ce  fiyrcati  qui  construisit 


le  cháteau  fort  appelé  par  les  tures  Araq-el-Emir,  et  s'  y  défen- 
<lit  jusqu' en  l'an  l76avantJ.C. 

On  n'  a  pas  de  tres  vieilles  épitaphes  en  hébreu,  puisque  selon 


* !-  Oífi- 


/ 


1' enseignement  du  Talmud  de  Jerusalem  (tr.  Shqalim,  ii,  7; 
trad.  V,  275),  «on  ne  pose  pas  de  monuments  fúnebres  pour  les 
Justes>.  A  peine  il  y  a  quelques  années,  on  a  trouvé  dans  un 


hfc^ 


» 


f 


\ 


I 


472  BOLETÍN  DB  LA  R|SAL  ACADEMIA  DE  LA  HISTORIA. 

tombeau  prés  d'  Abou-Góch  en  Syrie,  un  graffito  en  hébreu 
archa'íque,  reproduit  ci-contre  en  grandeur  un  peu  réduite  d" 
exécution  (fig.  3).  Lapremiére  moitiéde  ce  texte  a  été  lúe  s]Din^r 
forme  antique  du  nom  Joseph,  par  M.  F.  H.  Vincent  (l).  En 
raison  de  leurs  formes  étranges,  peu  lisibles,  ees  lettries  parais- 
sent  remonter  á  la  méme  époque  de  transition  que  le  précédent 
texte,  tout  en  observan t  qu'  ici  il  y  a  deja  un  étonnant  exemple 
de  tachygraphie,  ou  de  jonctíon  entre  la  4.*  et  la  5.®  lettre. 


III 


Aux  environs  du  I.®'s¡écle  de  T  ere  vulgaire,  1' hébreu  carré 
est  nettement  formé,  comme  V  indíquent  des  ínscriptions  du 
temps  dans  le  voisinage  de  Jérusalem ,  surtout  T  une  des  plus- 
anciennes,  díte  du  Tombeau  de  S.  Jacques,  ou  de  la  famille  des- 

FlG.  4 


Bení-Hezir  (fig.  4),  gravee  au  dessus  de  T  entrée  d'  un  desgrands 
sépulcres  qui  dominent  la  vallée  de  Josaphat  (2). 

Pour-la  premiére  moítié  de  ce  méme  siécle,  F.  de  Saulcy  a 
rapporté  de  son  «Voyage  en  Terre  sainte»  (i,  p.  345  et  374-7)^ 
une  inscription  curieuse,  malgré  sa  brieveté.  En  dirigeant  les  foui- 
lles  pratiquées  au  nom  de  la  mission  scientifique  de  France  en 
Palestine,  ce  savant  a  penetré  au  sein  d'  une  caverne  ou  monu- 
ment  funéraire  de  Jérusalem,  auquel  les  indigénes  attribuent  la 
plus  haute  antiquité.  Cet  orientaliste  a  méme  supposé  que  ce 
serait  1'  emplacement  du  tombeau  des  rois  de  Juda,  antérieur  par 


(i)     Revue  bibliqut  internaiionale^  1902,  p.  276-7. 

(2)     Revue  archéologique,  t.  ix,  1864,  p.  200  et  s.;  t.  xi,  1865,  p.  ^37. 


DE   LA   PALÉOGRAPHIB   Sén^ITIQUB  475 

conséquent  au  v.®  siécle  avant  V  ere  vulgaír e;  mais  ríen  de  for- 
mel  ne  le  prouve.  Aprés  avoir  fait  enlever  les  pierres  de  taille 
<iui  bouchaient  V  entrée,  il  a  trouvé  une  tombe  que  le  temps 
«emble  avoir  respectée  et  qu'  un  entourage  de  pierres  massives  a 
protégée  contre  les  nombreuses  dévastations  dont  la  capitale  de 
ia  Judée  a  été  souvent  le  théátre.  En  levant  la  piérre  sépulcrale, 
il  a  vu  un  grand  personnage  des  témps  antiques,  dont  le  corps 
-embaumé  et  couvert  de  riches  draperies  d'  or  était  resté  intact. 
Mais  helas!  Cette  apparition  ne  dura  qu*  un  instant,  le  temps  de 
la  voir;  au  contact  de  V  air  arrivant  dans  ce  caveau  fermé  depuis 
-de  longs  siécles,  tout  fut  réduit  en  poussiére. 

II  ne  subsiste  plus  qu'  un  sarcophage,  déposé  depuis  lors  au 
Musée  du  Louvre.  Cet  assembláge  de  pierres  serait  muet  s'il  n*y 
avait  une  courte  inscription  bilingüe,  en  syriaque  et  en  hébreu 
carré,  de  deux  mots  dans  chaqué  langue:  nnoSo  mí  «Sadah  ou 
Sidon,  reine».  On  n'  a  pas  su  déterminer  au  juste  quelle  était 
cette  reine  ou  princesse  enterrée  á  Jérusalem;  c'  est  probable- 
ment  la  reine  Héléne  d*  Adiabéne,  qui  se  convertit  au  judaísme 
avec  son  fils  vers  1'  an  30  de  1'  ere  vulgaire;  bien  que  le  texte  ne 
•donne  pas  ce  nom,  il  peut  s'  agir  de  cette  reine  qui  a  pu  prendre 
un  surnom  aprés  sa  conversión.  Du  reste,  en  tenant  compte  de 
la  forme  des  caracteres,  de  1'  aspect  du  sarcophage  et  des  or- 
nements  de  sculpture  qu'  il  présente,  il  est  facile  de  reconnaitre 
qu'  il  ne  remonte  guére  au  delá  de  1*  ere  chrétienne. 

Des  épitaphes  remontant  au  v.®  ou  au  vi®  siécle  aprés  J.  C.  se 
trouvent  en  Italie  méridionale  á  Venosa.  Elles  ne  sont  pas  tail- 
lées  dans  le  bloc  de  la  pierre,  mais  tracées  au  pinceau,  en  cou- 
leur  rouge,  en  un  type  fort  précieux  pourla  paléographie,  parce 
qu*  il  emane  de  la  main  directe  d'  un  juif,  sans  avoir  passé  par 
r  instrument  d'  un  lapicide  (l). 

Vers  ce  méme  temps,  en  Rlesopotamie ,  sur  V  emplacement 
méme  de  Babylone,  ou  non  loin  de  ses  ruines,  on  écrivait  des 
formules  d'  incantation  magique,  ou  conjuratión,  contre  les  ma- 
léfices  de  Satán,  sur  des  bols  ou  coupes  hémisphériques.  A  1*  in- 


(i)    Reüue  des  étudesjuives,  t.  vi,  1886,  p.  200-7. 


térieur,  sur  la  surface  concave  est  écrite  á  1'  enere,  circulaire- 
ment,  1'  inscription  destinée  á  mettre  en  fuite  les  démons  et  á 
préserver  des  maladies  celui  qui  buvait  k  cette  coupe. 

La  langue  dans  laquelle  sont  congues  ees  formules  d'  íncanta- 


FiG.  s 


tion  est  généralement  celie  des  Targums  de  Babylone.  L'  écri- 
ture  affecte  des  formes  plus  ou  moins  empátées,  derivant  de  1' 
araméen  et  se  rapprochant  d'  avantage  de  i'  hébreu  carré.  Pre- 
ñóos comme  exemple  un  vase  de^ce  genre  acquis  ¡1  y  a  25  ans 
par  le  Cabinet  des  antiques  á  la  BíblJothéque  nationale  de  París. 


DE  LA  PALÉOGRAPHIE   SÉMITIQUB  475 

A  r  intérieur,  selon  la  figure  ci-jointe  (fig.  5)>  sur  la  surface  con- 
cave, se  trouvent  deux  inscriptions  qui  se  déroulent  en  spirale, 
et  qui  se  faisant  suite  V  une  á  1'  autre  sont  néannmois  séparées 
par  un  trait  a  1'  enere  qui  court  en  ovale  sur  tout  le  circuit  de 
la  paroi.  Contrairement  á  la  plupart  des  coupes  sembiables,  en 
grand  nombre  au  British  Museum  á  Londres,  la  spirale  inscrite 
ne  part  pas  du  centre,  mais  part  de  la  circonférence  extérieure 
pour  finir  au  centre. 

La  premiare  formule,  celle  qui  est  la  plus  rapprochée  du  bord 
a  un  peu  plus  de  cinq  lignes.  La  seconde  formule,  qui  est  au  cen- 
tre, contient  á  peine  quatre  petites  lignes  circulaires.  Au  milieu, 
on  remarque  un  cercle  irrégulier,  tres  allongé,  traversé  par  deux 
diagonales  qui  se  croisent  en  forme  d'  X.  Le  grand  texte  com- 
mence  done  par  les  mots  íí^)2t27  712  MmoN  et  finit  en:  Amen  Se- 
lah.  Les  hébra'isants  pourront  s*  amuser  á  déchiffrer  et  deviner  le 
tout,  en  prenant  pour  guide  la  traduction  suivante,  que  nous 
avons  donnée  il  y  a  1 6  ans  (l): 

1.  «Salut  du  Ciel,  pour  Hisda  bar  AmaL,  Toutes  mauvaises 
sorcelleries,  grand*  oeuvres,  malédictions,  voeux,  engagements, 
de  loin  ou  de  prés,  d'  hommes  ou  de  femmes,  la  nuit  ou  le  jour, 
qu*  ils  font  contre  lui,  ou  qu'  elles  font  contre  lui,  depuis  ce  jour 
jusqu'  á  jamáis;  que  toutes  ees  choses,  les  unes  et  les  autres, 
soient  anathématisées,  bannies,  expulsées,  arrachées  et  ehassées 
de  son  corps  et  de  sa  demeure,  hors  des  248  (membres)  ensor- 
celés,  et  hors  de  1'  endroit  oü  se  tient  Hisda  bar  Ama,  sur  le  chemin 
de  Housia.  A  l'étoile  qui  domine  sur  toutes  les  autres  étoiles  d'en 
haut,  qui  chevauche  (dans  le  ciel),  appartient  le  salut;  car  elle 
enseigne  la  magieaux  magiciens...par  1' invoca tiondujujubier(?). 
Que  le  grand  nom  de  Dieu  soit  prononcé!  Amen,  amen  Selah. 

2.  «Délivranee...  par  la  gráee  du  Ciel,  des  mauvais  esprits 
et  des  mauvaises  maladies,  et  de  toutes  sortes  d'  adversités  qui 
se  lévent  contre  lui,  contre  Hisda  bar  Ama.  Ou'  ils  disparaissent 
et  soient  anéantis  de  devant  lui!  Amen,  amen,  Selah.» 


(i)    Proceedings  of  the  Society  of  biblical  Archeology^  t.  xn,  1889,  p.  292 
348;  cf.  t.  xin,  1891,  p.  583-99. 


"H 


476  BOLETÍN   DE   LA    REAL   ACAOEUIA   DE   LA    HISTORIA. 

Sans  nous  arréter  aux  singuliéres  expressions  et  tour  de  phra- 
aes  pour  les  commenter,  notons  seulement  les  particularités  de 
tachygraphie  et  de  paléographie.  La  forme  particuliére  du  p  est 
celle  d'  un  triangle,  cotnme  le  y  en  samaritain.  Le  .^  se  confond 
avec  le  •)  et  méme  partois  avec  le  3;  le  3  est  égal  au  "^;  les  trois 
jettres  nnn  se  confondent;  le  ^  négligé  est  égal  au  v  >  1^  y  ^t 
le  y  se  ressemblent;  Je  p  est  identique  au  'q;  les  ^etf^  sont  joints, 
=  1^  phénicien,  et  le  :  final  est  a  angle  droit,  semblable  a  une 
équerre. 

Pour  le  VII.®  siécle,  le  Musée  de  Narbonne  au  Sud  de  la  Franco 
nous  oífre  une  inscription  latine,  nettement  datée  de  V  an  2  du 
régne  d*  Egica,  soit  1*  an  688,  dont  V  eulogie  finale  contientl*  ex- 
pression  Sn1U7^  bv  Dibu;  «paix  sur  Israel»  (i).  Dans  ees  mots,  les 
formes  du  t  et  du  -g;,  qui  au  premier  aspect  paraissent  insolites, 
semb!ent  réduites  á  cet  etat  par  V  effet  de  la  vétusté.  Le  ?nem 
final  est  privé  de  son  jambage  gauche,  parce  que  la  lettre  est 
fruste;  méme  remarque  est  faite  pour  le  wau^  légérement  am- 
puté du  bas,  et  pour  V  initiale  iod  du  mot  Israel^  qui  a  disparu. 
II  en  est  resulté  que  malgré  la  présence  nullement  douteuse  de 
ees  lettres,  D.  Chwolson,  dans  son  Corpus  d'  inscriptions  hé- 
bra'iques  (n.°  33),  ayant  seulement  sous  les  yeux  un  insuffisant 
fac-simile,  au  lieu  de  T  original  ou  d*  une  bonne  photographie,  a 
declaré  ees  formes  impossibles. 

Dans  son  «Rapportsur  une  inscription  punique  trouvée  á  Li- 
xus  et  une  inscription  juive  ancienne  de  Volubilis,  au  Maroc»,  le 
sénateur  Philippe  Berger  a  publié  le  texte  hébreu  de  celle-ci  en 
r  attribuant  aux  preraiers  siécles  de  1'  ere  vulgaire.  Toutefois,  vu 
r  étonnante  ressemblance  entre  ees  caracteres  et  ceux  de  T  ins- 
cription de  Calatayud,  en  Espagne,  lúe  par  Isid.  Loeb  d'aprés  la 
pubiication  du  R.  P.  Fidel  Fita  (2),  on  est  enclin  a  admettre  une 
simiütude  ou  au  moins  un  rapprochement  de  dates  entro  ees  deux 
textes  (fig.  6).  Le  second  est  de  T  an  919,  de  structure  différente 


(i)    Boletín  de  la  Real  Academia  de  la  Historia,  t.  xLvn,  p.  368. 
(2)    Boletín  de  la  Real  Academia  de  la  Historia  (Madrid,  18S8),  t.  xii, 
p.  17;  REJ.,  t.  XVI,  p.  272 


DS   LA   FALÉOCBAPHIE   sfiMITlQUC  477 

des  épitaphes  de  Worms  ou  de  Mayence  publíées  par  Ad.  Merx 
(1S94)  qui  remontent  aux  annes  1070  et  salvantes. 

Dans  cette  esquisse  historique  dont  le  seul  but  est  de  faíre  as- 
sister  audéveloppementdel'écriture  hébraique,  íl  n' est  pasques- 


don  de  décrire  toutes  les  épitaphes  juiv-es,  ni  méme  de  les  raen- 
tionner  seulement;  car  ]a  gravure  sur  pierre,  durant  tout  le  mo- 
yen-áge,  n'  a  guére  changé:  elle  se  ressent  partout  du  burin  011 
de  r  outil  du  lapicide.  Une  exception  cependant  doit  étre  faite 
pour  r  inscription  trouvée  á  Soissons,  prés  de  la  cathédrale,  au- 
prés  des  fondations  de  la  muraille  romaine,  au  miüeu  d'  antiques 
débris.  II  n'  y  a  que  deux  lignes,  de  deux  mots  chacune:  «Voicí 


47^  BOLETÍN   DB   LA   RBAL   ACADEMIA   DE   LA   AlSTORIA. 

la  stéle  de  dame  Hannah  (l)>.  La  daté  nfanque.  C  est  d'  autant 
plus  regrettable  que  les  lettres,  comme  on  peut  le  v<Mr  par  la 
figure  7,  ont  un  cachef  spécial:  elles  sont  peu  angulées,  un  peu 
plus  épaisses  que  d'  ordínaire.  II  semble  que  le  lapicide  a  eu 
devant  luí  pour  modele  un  texte  un  peu  empaté,  écrit  avec  un 


Fm.  7 

roseau  mal  taillé,  si  bien  qu'  k  la  fin  de  chaqué  ligne  et  au  com- 
mencement  de  la  seconde  ligne,  deux  lettres  se  touchent  d'  en 
bas:  ce  detail  secondaire  est  excusable  dans  le  modele  écrit,  oú 
r  enere  a  coulé  d'  une  lettre  á  1'  autre;  mais  le  lapicide,  par  trop 
ingénu,  n'aurait  pas  eu  besoin  de  reprcduire  un  effet  de  tache, 
s'  11  en  avait  eu  connaissance.  Aussi  cette  na'iveté  méme  nous 
est  précieuse  comme  un  enseignement;  elle  nous  montre  ce  qui 
se  passait  au  xn*  ou  au  xui*  siécle,  époque  approximative  de 
cette  stéle. 


Combien  ¡I  est  plus  intéressant,  aprés  avoir  suivi  les  dévelop- 
pements  de  I'  écriture  jusqu'  á  son  apogee,  d'  assister  égaletnent 
á  sa  décadence,  k  sa  déformation  en  lettres  cursives,  par  besoin 
de  tachygraphie,  dans  ees  sombres  et  terribles  années  du  moyen 

(O  Bullelin  de  la  Sociéti arckiolopque  di  Soisscns,  a.'  serie,  1873,  t.  iv, 
P-  3*7- 


DE   LA   PALÉOGRAPHIB   SÉMITIQUB  479 


age.  Or,  dans  un  exemplaire  nis.  de  1'  //¿í- 
toria  scolastica  de  Fierre  comestor  (ms.  du 
fonds  latín  á  la  Biblioth.  nationale  de  París, 
n.**  5097),  se  trouvent  troís  notes  en  hébreu, 
d'  une  lecture  difficíle:  T  une  est  écríte  au 
bas  d'  une  page  blanche  (f.  162  b)\  les  deux 
autres  sont  mises  a  la  suite  de  la  Table  des 
matiéres  de  T  Historia. 

I.°  Celle  des  troís  notes  qui  est  peut- 
étre  la  derniére  en  date  est  la  plus  facile  á 
lire;  elle  contient  ees  mots:  «díx  deniers 
(prétés)  sur  ce  livre  ecclésiastique,  le  lundi 
de  la  section  Nigabim  Tan  (?)  1260». 

2.°  La  seconde,  en  deux  longues  lignes, 
est  écríte  en  lettres  quí  ne  sont  plus  fran- 
chement  carrees,  mais  ne  sont  pas  encoré 
cursives  ni  méme  rabbiníques,  dites  de  Ras- 
chí.  On  peut  avec  effort  les  lire  ainsi: 

^sh  npn  '«  Kur:   «  's 

«Kaoul  d*  Evreux,  ou  Jehan  son  servíteur 
[doít]  20  deniers...:^  (fig.  8). 

Le  sens  de  la  seconde  ligne  n'  est  pas 
clair,  par  suite  de  la  juxtaposition  de  deux 
dates  hebdomadaíres ;  peut-étre  ce  chíffre 
indique  une  fraction  de  la  somme  due,  pa- 
yable  á  certains  moments  convenus. 

3.**  Le  troisiéme  texte  est  double,  re- 
produit  íci  en  fac-simíle  complet,  y  compris 
une  tache  medíale.  D'  une  part,  on  voit  deux 
lignes  horizontales,  suivi6b  en  troisiéme  ligne 
d'  un  mot;  d*  autre  part  Ü  y  a  deux  lignes 


00 


48o  EOLETÍN    PE  LA   REAL  ACADEMIA  DE  LA  HISTORIA. 

verticales,  perpendiculaires  aux  precedentes.  Appelons  A  la 
partie  horizontale  et  B  la  partie  verticale,  en  notant  de  suite 
•que  B  parait  étre  une  répétition  de  A,  sauf  qu*  au  commence- 
ment  de  B  il  y  a  une  lacune  par  suite  d'  un  trou  de  ver  au  ms. 
La  lacune  part  du  3  de  la  premiere  ligne,  á  la  seconde  ligne  il 
manque  le  mot  Syii  second  mot  de  la  seconde  ligne  dans  A. 
II  est  possible  de  lire  ainsi  ees  mots:  ...  ^nw  SVT  HT  Sjj'a^T  3 
rp:n    i  «20  deniers  sur  ce  livre  et  pour  interéts  de  retard  (?).  Le 

'7& 


S^L 


FiG.  9 


vendredi  de  la  section  Hukath>.  Aprés  le  mot  inn  (a  gauche, 
audessous  de  la  tache  d'  enere),  il  y  a  peut-étre  le  mot  ovSlT,  nial 
orthographié  de  solidos  «sous»  (fig.  9). 

M.  le  Rabbin  N.  Porgés,  consulté  en  son  temps  sur  ees  lec- 
tures,  a  répondu  au  sujet  de  la  premiere,  aprés  confirmation  du 
nom  Raoul:  «Je  voucjrais  compléter  ce  qui  est  barré,  le  joindre 
au  xj  de  la  seconde  ligne,  de  fagon  á  donner  le  montant  de  1'  in- 
tcrét,  quelque  chose  comme  [m^'lllli;  'tS  «pour  quatre  semai- 
nes».  Peut-étre  cependant  les  deux  lettres  barres  's's  font-elles 
allusion  a  une  sorte.de  monnaie  dépréciée,  alterée.  Quant.ála 
fin,  les  trois  derniéres  lettres  donnent  1'  année  et  peuvent  étre 
lúes  'S  'i'n  «5032=1272».  Sur  le  second  fac-simile,  petit  texte, 
le  raéme  savant  dit:  «Dans  la  partie  A,  si  je  lis  bien,  il  y  a  le 
mot  'isi  =  Radulfus  (en  latin)  nom  du  débiteur>; 


DB   LA   PALÉOGRAPHIB  SÉMITIQUE  48  F 

Gfáce  á  ees  courtes  notes  de  comptabilité,  conservées  par 
suite  de  la  valeur  du  Hvre  mis  en  gage  pour  un  prét,  on  voit 
quelle  avait  été  alors  1'  ecriture  populaire,  vulgaire,  rapide,  qur 
n'  a  ríen  de  commun  avec  V  ecriture  plus  compassée  et  plus  fee- 
vére  des  livres  d'  office  ou  des  livres  rabbiniques,  dont  les  ca- 
racteres sont  restes  sensiblement  conformes  au  texte  sacre,  une 
fois  adopté.  II  est  done  non  moins  important  de  voir  comment 
se  comportent  d'  autres  notes  de  comptabilité,  écrites  un  siécle 
plus  tard,  á  la  ñn  de  deux  mss.  latins  qui  se  trouvent  á  la  biblio- 
théque  municipale  de  Chartres.  Le  premier  ms.  est  un  recueil 
d'  anciennes  collections  de  decrétales;  le  second  contient  les  de- 
crétales de  Grégoire  IX;  tous  deux  datent  de  xiii®  siécle.  En  troi& 
notes  distinctes,  nous  avons  de  curieux  specimens  d'  une  grosse 
ecriture  et  de  fines  écritures. 

N.^  I.  Autant  pour  la  forme  des  lettres  que  pour  certaines- 
expressions  techniques,  ees  lignes  rappellent  les  deux  mss.  des 
Archives  du  département  de  la  Cóte-d'  or,  dont  le  contenu  a 
été  publié  par  Isid.  Loeb,  sous  le  titre  de  «Livres  de  commerce 
du  XIV*  siécle»  (l).  Le  n.®  I  est  composé  de  ees  mots:  '3VS 
^inN  'jlCüIslS  3  'v  HT  SiDS  Sv  «30  sous  (ont  été  prétés)  sur  ce 
livre  ecclesiastique,  1'  an  80  du  (petit)  comput,  le  mardi  de  lase- 
maine  Aharé  Motk^  (ou  6  lyyar  =  15  Avril  1320).  C  est  tout 
ce  que  contient  le  premier  ms.  (fig.  lo). 

N.°  2.  Un  autre  ms.  de'  la  méme  bibliothéque  offre  deux  tex- 
tes  hébreux  qui  se  touchent  et  dont  T  ecriture  différe  par  la 
grosseur.  Le  morceau  de  droite,  en  caracteres  épaís,  a  ees  mots: 

'S  yo  '1  T\y\'í^  ttf*íi''aa'T  KirnaaN  'jn  ia  « 1 5  sous  (prétés  á)  An- 

tebra  de  Mamers  le  mercredi  de  la  semaine  Zoth  ka-Berakka, 
Tan  46  du  (petit)  comput»  (ou  12  Tishri  =  II  Septembre  1285) 
retard  provenant  de  V  usage  du  calendrier  julien,  encoré  en  vi- 
gueur  á  cette  époque.  Au  méme  numero,  la  partie  de  gauche,  en 
ecriture  fine,  se  compose  de  cinq  lignes  et  un  mot,  y  compris  la 
premiére  ligne  barree.  Elle  répéte  le  nom  de  V  emprunteur,  et 
la  rature  indique  le  renoncement  au  prét  consentí.  On  peut  lire 

(i)    Rame  des  ¿ludes  jmves^  t.  vrii  et  ix;  Cf.,  t.  xxx. 


482  BOLETÍN   DB   LA   B&AL  ACADEMIA   DE   LA   HISTORIA. 

S^D^D  «40  sous  (prétés)  á  Guillaume  de  Bpys-Gast,  dans  la  se- 
conde  semaine  de  la  lecture  Skeminiy  par  son  ordre  á  Pinhas, 
sur  ees  Decrétales^  qu'a  livrées  Michel».  Sans  indication  d'an- 
née,  ni  du  quantiéme  de  semaine,  le  prét  est  daté  de  la  secon- 
de  semaine  de  Shendni^  c'  est  á  diré  de  la  semaine  qui  pour 
la  seconde  fois,  se  trouve  avant  la  lecture  de  cette  section 
sabbatique,  en  raison  de  V  incidence  de  la  féte  de  Páque. 


M>y 


FlG.    10 

N.°  3.     Dans  le  méme  ms.  on  lit,  avec  beaucoup  d'  incerti- 
tude,  la  mention  d'  un  prét  au  debiteur  précité:  wbiD'^lpl  ';]"?  'n 

<:S  sous  QibiDS  n«n  7 "a  'n  t\2v  ny  'a  u;vjí*qt  iaiS''a  ntw 

sur  ees  Decrétales  (prétés  á)  Sire  Guillaume  de  Boys-Gast,  le 
mardi  de  la  semaine  de  Qorah,  Tan  S047,  pour  cent  livres 
«cclésiastiques»  (ou  26  Siwan  =  lO  Juin  1287).  Ce  sont  pro- 
bablement  des  traces  de  divergenee  dans  la  prononeíatíon,  qui 
fonl  varier  la  transeription  du  nom:  Tune  est  nórmande,  T  au- 
tre  est  une  atténuation  ou  une  mauvaise  audition  de  la  pronon- 
ciation  frangaise.  Deux  lignes  hébraíques  analogues  ont  été  écri- 
íes  au  xiii®  siécle  sur  le  feuillet  de  garde  d'  une  bible  «glosée> 


OB   LA  PALÉOGRAPHIE  SÉMlTIQUE  483 

de  la  bibliothéque  Mazarme,  donnée  á  V  Abbaye  de  Saint  Víc- 
tor par  Fierre  de  «Castro  Radulfi:^  (Chateauroux). 

A  partir  de  ce  moment,  les  écritures  deviennent  de  plus  en 
plus  rapides,  ou  cursives,  d'  autant  plus  qu'  elles  ne  serviront 
plus  seulement  á  transcrire  la  langue  hébraíque,  maís  aussi  les 
langues  des  peuples  au  milieu  desquels  les  juifs  vivent  désor- 
mais.  Ainsi,  par  dérivation  de  la  tachygraphie  rabbinique,  qui  a 
seulement  modifié  les  deux  lettres  j^  et  ;r;  en  les  abrégeant,  sont 
nées  plus  tard  des  cursives  variant  selon  les  pays,  savoir:  orien- 
tales, espagnole,  italienne,  judéo-arabe,  judéo-allemande  et  méme 
judéo-grecque,  selon  les  fac-similia  publiés  á  la  suite  des  Catalo- 
gues de  manuscritS'par  D.  Steinschneider,  puis  par  Ad.  Neu- 
bauer.  Celles-ci  offrent  en  méme  temps  le  précieux  avantage  de 
donner  une  date  aproxímative  et  une  provenance  régionale  aux 
écrits  dépourvus  des  noms  de  lieux,  de  dates  ou  de  signature. 

Finalement,  il  faut  aussi  teñir  compte  des  graffiti^  ou  écrits 
•sur  pierre,  non  ciselés  avec  un  outil,  mais  avec  une  pointe  de 
caillou,  ou  un  tesson  de  bouteille,  á  défaut  de  couteau.  Trop 
souvent,  avant  de  condamner  les  malheureux  juifs  á  T  exil,  ou 
aux  derniers.  supplices,  on  les  enfermait  dans  des  cachots,  pour 
leur  arracher  par  la  terreur  et  par  les  tortures,  tout  ce  qu*  ils 
pouvaient  produire.  Ainsi,  dans  la  Tour-Blanche  á  Issoudun,  des 
juifs  ont  été  emprisonnés  en  1 303,  sous  un  pretexte  quelconque: 
sur  les  murs  de  leur  prison,  les  captifs  ont  gravé  leurs  noms  en 
y  joignant  des  invocations  á  Dieu  ou  formules  de  priére. 

L'  exemple  donné  ci-contre  (fig.  Il)  offre  cette  particularité 
de  contenir  deux  inscriptions  superposées,  comme  dans  un  pa- 
limpseste:  T  une  est  en  caracteres  rabbiniques;  1'  autre,  en  ca- 
racteres carrés.  La  premiere  parait  former  la  couche  inférieure 
et  par  conséquent  étre  antérieure  en  date  á  la  couche  supéríeure 
de  lettres  carrees.  Le  texte  était  deja  presque  illisible  lorsqu'  il  y 
a  plus  de  20  ans  nous  1'  avons  photographié;  actuellement,  il  doit 
avoir  á  peu  prés  disparu.  Ce  qu'  il  y  a  de  plus  clair  dans  ees 
lignes,  c' est  le  nom  propre  «la  filie  de  Menahém»,  une  jeune 
fiancée  mise  en  prison  en  méme  temps  qu'  une  autre  non  dé- 
nommée. 


I    REAL   ACADKMIA   I 


Tout  en  haut  de  ees  lignes  se  trouvent  dnq  blasons  ou  écus 
d'  armoiries.  On  ne  sauraít  díterminer  s'  ils  servcnt  d'  en-téte  á 
r  inscription  en  lettres  rabbiniques,  ou  a  celie  en  caracteres  car- 
rea. Mais  r  importance  de  ees  signes  héraldiqucs  n'  est  pas  dou- 


NUEVAS- IMSCRIPaONBS  ROMANAS  Y   VISIGÓTICAS  485 

teuse:  tres  probablement  les  malheureux  captifs  releváient  des 
«eigrieurs  aánsi- designes,  et  Üs  durent  se  réclamer  d'  eux,  dans 
r  espoir  d'  obtenir  leur  protection  légale  pour  étre  délivrés.  Ges 
nobles  seigneurs  étaient  (en  commengant  á  gauche):  I.**  Roger  de 
Brosse,  sire  de  Boussac;  2.°  un  écu  bandé  o\x  burelé  {en  langage 
héraldique),  blasón  trop  commun  pour  étre  ainsi  reconnu,  mais 
<jui  devait  étre  aussi  du  Berry:  3.°  un  écu  chevronné  (mémes 
observations);  4.**  les  armes  des  Abbés  de  Déols;  5.®  André  de 
Chauvigny  de  Chateauroux. 


Dans  tout  ce  qu¡  precede  il  n*  a  été  questíon  que  de  V  art 
<i'  écrire  en  hébreu,  depuis  ses  origines  jusqu'  au  milieu  du  mo- 
yen-áge.  Pourd'  autres  langues  les  archivistes  paléographes 
n'auront  en  general  qu*  á  adopter  le  présent  cadre,  afin  de 
suivre  la  méme  filiation  et  Y  approprier  á  leur  sujet  spéciaí. 

Madrid,^  le  20  avril  1906. 

Dr.  Moíse  Schwab. 


VI 

NUEVAS  INSCRIPCIONES  ROMANAS  Y  VISIGÓTICAS 

DE  EXTREMADURA 

.....         .  •  .        .  ' 

Mérlda. 

1),  Lápida  de  mármol  blanco  de  0,38  m.  de  largo  por  0,30 
de  altura,  rota  por  su  lado  izquierdo;  caracteres  augusteos  de 
0,05  m.  en  los  dos  primeros  renglones  y  de  0,03  en  los  últimos. 

TiB  cLa 

CLAVD 

HAEC    LIBERTA 

D 

Tib{erio)  Cla\udio  Caesari\  Clau[dia ]  kaec  liberta  d{<mo)  {d{at)\, 

Al  cesar  Tiberio  Claudio,  Claudia  liberta  suya,  dedicó  esta  base  y 
estatua. 

TOMO  xLvin.  31 


486  BOLETÍN  DB  LA  RBAL  ACADBMU  DE  LA  HIBTCHUA* 

2).  Lápida  de  mármol  blanco  de  0,30  m.  de  ancho  por  0,24 
de  alto,  rota  por  la  parte  superior.  Una  moldura  rodea  el  epí- 
grafe. Letras  altas  de  0,02  m;  puntos  triangulares. 

IRICIA 
VXOR  4  F  .  C 
PBLICIO  .  AN  .  XVIll 
• H«S«E«T«4*La 
VBRNA 

[Pá]íri€ia  uxor /{aciendum)  c{urav¿t), 

Fclicio  aní^norum)  XVIII  h{ic)  s(iius)  e{st).  S{it)  t{ibi)  t{erra)  l{evis)^ 
Vcma. 

.....  Patricia,  su  mujer,  cuidó  de  erigir  el  monumento. 
Felición,  de   18  años,  esclavo  vernáculo,  aquí  yace.  Séate  la  tierra 
ligera. 

3).  Cipo  fúnebre  representando  un  busto  de  mujer  falto  de 
cabeza.  La  difunta  ostenta  en  su  mano  derecha  un  volumen  6 
manuscrito  enrollado. 

En  el  basamento  largo  de  0,45  m.  preséntase  la  inscripción 
en  letras  de  0,02  de  altura.  Puntos  triangulares. 

VAL.MAXVMINAB.  AWl    XXXV ni 

///////////  XIIll  .  VAL.  LVPVS    VXORI    INCOMPARABILI 

S    *    B       S    .   T    •    T    «    L 

[B{is)  m{ambus)  s{acrum)]  Val(eriae)  Maxuminae  annorum  XXX VI J I 
[m(ens¿UM) (¡{ier-um)]  XIIII. 

Val(erius)  Lupus  uxori  incomparábili,  \H{iá)'\  s{ita)  e{st),  S{it)  t{ibt) 
t{erra)  l{evis).     . 

Consagrado  á  los  dioses  manes  de  Valeria  Maxumina,  de  38  años ,. 

meses  y  14  días. 

Valerio  Lupo  dedicó  á  su  incomparable  esposa  el  monumento.  Aquí 
yace.  Séate  la  tierra  ligera. 

4).  Lápida  de  mármol  blanco  de  0,28  m.  de  alto  por  0,10  de 
ancho.  Letras  altas  de  0,03  m.  Puntos  triangulares. 


NUEVAS  INSCltlPaONES  ItOMAMAS  Y  V16IGÓTICAS 


487 


[a]nn(orum) [H{ic)  s{ita)  e(st),  S(it)]   t{ibi)  tierra)  l{evis) 

[al]umna  meren  [ti  f{ecit)\ 

de  años.  Aqürí  descansa.  Séate  la  tierra  ligera  alumna 

merecedora  dedicó. 

5).     Fragmento  <íe  mármol  blanco  de  0,6o  m.  de  ancho  por 
0,12  de  altura.  Puntos  triangulares. 

.    LXV 

•  5  •  T  • 

[an]norum  LXV S{it)  t{ibi)  tierra)  I {evis). 

de  65  años.  Séate  la  tierra  ligera. 

6).     Lápida  de  mármol  blanco,  rota  por  sus  cuatro  lados.  Le- 
tras altas,  de  0,05  m. 

-IVS  CR 
S  RBCESS 
RVM    XXX 

[7u?]lius  Cr[escens Jídeli?]s,  Recess[it  in  pace anno?]rufn  XXX, 

Julio  Crescencio  fiel  de  Cristo.  Descansó  en  la  paz de  edad  de  30  años. 

7).     Lápida  de  mármol  blanco  de  o,6o  m.  de  ancho  por  1,20 
de  altura.  La  inscripción  encerrada  en  una  corona  de  laurel. 


VALENTl 

NVS  O  PA/V.UL 

DE    VIXITANN 

XXXVii     REQ_VIE 

VITIN     P    O    DiiiD 

IVLI  O  ERA  DLII 
A         tú 


Valenttnus,  famul{us)  Dei,  Vixit  annds)  XXXVll,  Requievit  in  p(acc) 
d{ie)  tertio  td{us)  7uli(as\  era  DLII. 

Valentino,  siervo  de  Dios.  Vivió  38  años.  Descansó  en  la  paz  el  día  1 7 
de  Julio,  era  552  (año  514).  (Cristo  Dios  ^^yalpha  (y)  ómef^a. 


ir-'  <  ' 


4B8 


BOLBTIN   DE   LA   REAL  ACADEMIA   DE   LA   HISTORIA. 


%: 


W'i 


m 


[•-'<.•  ■» 


i^  » 


'V 


v^ 


Solana  de  los  Barros. 

8).  Losa  de  pizarra  negra  de  0,42  m.  en  cuadro;  en  su  cen- 
tro hállase  grabado  con  bastante  primor  un  busto  de  mujer  en- 
cerrado en  una  corona  de  laurel;  en  la  parte  superior  la  ins- 
cripción: 

KALIOPE 

9).  Losa  de  pizarra  de  0,40  m.  de  largo  por  0,30  de  altura, 
rota  por  el  ángulo  superior  derecho. 

D  M 

L    CVNDE    ZOTICVS 

PIVS  PATER   PIVS 

IN  SVIS  VIXIT  ANN 

LXXXXII 

H«S  E  S-T«TL 

D{is)  m{anibus)  [s{acrum)].  L{ucius)  Cunde  Zoticus,  Pius pater pius  in 
suis,  vixit  anniprunt)  LXXXXII,  H{ic)  s(ttus)  e{st).  &{ii)  t{ibi)  i{erra) 
l{evis). 

Consagrado  á  los  dioses  manes.  Lucio  Cunde  Zótico.  Pío  á  su  padre 
piadoso  entre  los  suyos,  que  vivió  92  años.  Aquí  descansa.  Séate  la  tierra 
ligera. 

ELcognombre  Zoticus  aparece  en  Santiponce  (H.  1 1 57)  y  en 
Caldas  de  Mombuy  (H.  4493).  Cunde  es  nuevo  en  nuestras  ins- 
erí fx:iones. 

10).  Teja  plana  de  barro  cocido,  cuyas  dimensiones  son 
0,60  m.  de  largo  por  0,46  de  altura.  Letras  de  0,06  m. 

D  •  M  »  s 

A    IVNIVS    MGALIA    HIRMB 

ITALICBNS  •  AN  •  LVXXI 

FIMO    MV'FECI 

H-S-E-S«T'T-L 

a 

D{is)  m(anibus)  S{acrum).  A{ulus)  Junius  Megalia  Hirme  italicen(sí) 
an{ftorum)  LXXVL  Filio  meo  feci,  H{ic)  s{iius)  est  S{it)  t{tbi)t(erra) 
l{evis). 

Aulo  Junio  Megalia,  hice  este  monumento  á  mi  hijo  Hermes,  natural 
de  Itálica,  de  76  años  de  edad. 


NUEVAS    INSCRIPCIONES   ROMANAS   Y   VISIGÓTICAS  489 

Mu  es  el  griego  jioo,  genitivo  del  pronombre  de  primera  per- 
sona, á  menos  que  sea  contracción  del  latín  meo. 

El  cognombre  Megalia  es  nuevo  en  nuestra  epigrafía. 

11).  Baldosa  de  barro  cocido  de  0,30  m.  de  ancho  por  0,35 
de  alto.  Puntos  triangulares. 

D  .  M  .  s 

MAT.DIAB   .    Q 

TRAIO  •  PIL  .  VXOR 

D.BT.CASTIS* 

5  CAES  •  LIBERTA 

M  -  FECIT 

AN    4  LVI. 

S.T.T.L. 

* 

D(is)  m{aHíóus)  S{acrum),  Matidiae  Q(umtí)  Trato  fil{ia¿)  uxor{}) 
d(ecor¿)  et  castis{ima)e  Caesaris  líber iac  m(ariius) fuit  an{norum)  LVL 
S(it)  t{ibi)  t{erra)  l{evis). 

Consagrado  á  los  dioses  manes  de  Matidia,  hija  de  Quinto  Traio,  su 
mujer,  bella  y  castísima,  liberta  de  César,  de  56  años  de  edad.  Su  marido 
dedicó  el  monumento.  Séate  la  tierra  ligera. 

12).  Baldosa  de  barro  cocido  de  0,37  m.  de  altura  por  0,27 
de  ancho.  Letras  altas  de  0,056  m. 

D  M  s 

RVFO    IVNIVS 

INFANTI     VIXIT 

A     II  •  MX  «DV 

5  BNNA»M»  FECIT 

BMP 

Z>(¿f)  M{anibus)  s(acrum).  Rufo  Junius  infantil  vixii  a(nnos)  dúos,  mien- 
ses)  decenty  d(ies  qvinqtu.  Enna  m{ater)  fccit  b{ene)  m(trenii)  f{üio). 

Consagrado  á  los  dioses  manes.  A  Rufo  Junio,  niño;  vivió  2  años,  10 
meses  y  5  días.  Su  madre  Enna  dedicó  el  monumento  á  su  hijo  bene- 
mérito. 

El  nombre  Enna  es  nuevo  en  nuestra  epigrafía. 


Wíi 

RT^l^ 

pf "' 

^Zír    .. 

?•< 

Vv  - 

K'- 

\ 

V'- 

» 

.^  ■ 

Vi  . 

í" 

> 

:  ■  ■  ■  ^ 

L       t 

-■*. 

•t"'-      . 

\ 

^    ■ 

"r '. 


49<^ 


bolbtím  ds  la  rsal  acadbmu  d»  la  historia. 


13).  Baldosa  de  barro  cocido  de  0,25  m.  de  ancho  por  0,38 
de  altura.  Letras  altas  de  0,04  m.  Hay  embebido  de  la  ^  en  la  ¿/ 
del  último  renglón. 

D  M  s 

TERBNCIA   BVINIA. 

D  •  MATBR  •  BT*C 

PIVS  •  BT     MANCl 

ANORVM    XVI 

^  M-Vn*D-III 


S'T'T*L 


DE 


S   o 


D{is)  m{anibus)  s{acrum).  lerenda  Evinia  D {omitía?)  maier  ei  C{a€Ci' 
¡tus?)  ei  Mana,  aH{n)orum  XV I ^  m{ensium)  VII,  d{ierum)  III,  S{ii)  t{ibi) 
t{erra)  l{evis).  De  S{uo.), 

Consagrado  á  los  dioses  manes  de  Terencia  Evinia,  de  16  años,  7  meses 
y  3  días,  hicieron  este  monumento  á  su  costa,  Domicia,  su  madre,  Cecilio 
piadoso  y  Mancio.  Séate  la  tierra  ligera. 

14).  Baldosa  de  barro  cocido  de  0,37  m.  de  largo  por  0,27 
de  altura. 

f     MAKTIALIS 
PRIMVS    AN    XXV 

PAMVLVS   DBI 

POPVLI    MoBRoRB 

EXTINCTAB 

Marcial  Primo,  de  a6  años,  siervo  de  Dios.  ¡Oh,  tú  cuyas  llamas  vitales 
con  dolor  del  pueblo  se  han  extinguido! 

15).  Losa  de  pizarra  negra  de  0,30  m.  de  largo  por  0,25  de 
altura;  letras  unciales,  imperfectamente  grabadas,  con  algunas 
cursivas  intercaladas,  ostentando  el  crismen  en  la  última  línea. 

INTBRBA    MED 
g  VM    ENEAS    lAM 

classbten 

EBA    T 


4 


MUKVAS  INSCRlPaOMBS  ROMANAS  Y  VISIGÓTICAS  491 

Como  se  ve,  trátase  del  primer  versículo  del  libro  v  de  la 
Eneida, 

InUrea  médium  Aeneas  ian  classetenebat  certus  iter^  fluctusqtte  airas 
MiquiUme  steabai..,^ 


La  Alconera. 

16).  Ara  fúnebre  de  mármol  blanco,  rota  por  su  parte  infe- 
rior, de  0,70  m.  de  alto,  0,50  de  ancho  y  0,32  de  grueso. 

D  M  s 

IVNIA  CAlI 
RHOB  AN  C 
HSBSTTL 

THev  libbrtv 

MAT 

Z?(¿r)  m{anibus)  S{acrum),  Junia  Cálirkot  an{narum)  C{enium).  Tkeu 
iibertu{s)  mat{ri)  \b{ene)  m(erinH) /{ecit)]. 

Consagrado  á  los  dioses  manes.  Junia  CalirhoCf  de  ico  años.  Theo  liber- 
to dedicó  á  su  madre  benemérita. 

Theo  significa,  además  de  Dios,  ligero,  6  el  que  corre. 

Todas  estas  inscripciones  existen  en  mi  colección  de  Almen- 
mendralejo,*  formando  también  hoy  parte  de  la  misma  las  eme- 
ritenses  de  Cayo  Julio  Lydo  (Hübner,  567)  y  la  cristiana  de  Bu- 
genia  (L  H.  C.  SuppL,  333). 

Madrid,  10  de  Mayo  de  1906. 

El  Marqués  de  Monsalud. 


492  BOLETÍN  DB  LA  RBAI.  ACADEMIA  DB  LA  HISTORIA. 


VII 

EL  MONASTERIO  TOLEDANO  DE  SAN  SERVANDO.— EX AMEJ« 
CRÍTICO  DE  UNA  BULA  DE  PASCUAL  n  Y  DE  UN  DIPLOMA 
INÉDITO  DE  LA  REINA  DOÑA  URRACA. 

Antemural  de  Toledo,  á  mano  izquierda  del  río  Tajo,  y  en« 
frente  del  puente  de  Alcántara,  descuella  la  torre  del  homenaje > 
y  esparcidas  yacen  las  ruinas  del  célebre  castillo  y  monasterio 
de  San  Servando,  que  describió  de  mano  maestra  nuestro  sabia 
compañero  el  Sr.  Conde  del  Cedillo  (l).  A  su  historia  perte- 
necen los  documentos  que  acompaño,  y  cuya  fecha,  todavía  in- 
decisa, procuraré  sacar  de  la  incertidumbre. 


I 

Letrán,  17  de  Marzo  de  1 1 1 2.  Otorga  Pascual  II  al  arzobispo  D.  Bernarda 
la  administración  de  la  diócesis  de  Segovia,  á  menos  que  esta  ciudad  de- 
seare tener  obispo  propio.  Concédele  además  que  provea  á  la  restauración 
del  monasterio  toledano  de  San  Servando,  y  que  lo  disponga,  ordene  y 
posea  con  la  condición  de  pagar  á  la  Sede  Apostólica  el  censo  anuo  de 
cien  mancusos,  establecido  por  Urbano  II  al  ceder  el  monasterio  á  la  di- 
rección y  posesión  del  abad  y  comunidad  de  San  Víctor  de  Marsella. — 
Loeweníeld,  Regesta  Pantificum  Romanorum,  núm.  6.490. 

[Paschalis  episcopus,  servus  servorum  Dei,  venerabili  fratr¿ 
B.  Toletano  Primati,  Apostolicae  Sedis  vicario,  salutem  et  apos- 
tolicam  benedictionem.] 

Fraternitatis  tuae  petitionem  clementer  admisimus.  Volumus 
enim  ut  commissa  tibí  Apostolicae  Sedis  legatione  honorifice  per- 
fruaris.  Segoviensem  civitatem,  nisi  proprium  desideret  civitas 
ipsa  episcopum,  personae  tuae  pro  gravioris  paupertatis  necessi- 
tate  permittimus.  Monasterium  sancti  Servandi,  quod  nostri  juris 
est,  a   praedecessoribus  nostris  (2)  Massiliensi  quondam  monas- 


(i)     Toledo.  Guía  arHstico-prdctica^ '^igs.  i.i 20-1. 124.  Toledo,  1890. 
(2)    Por  escrito  no  consta  sino  de  Urbano  II. 


BL  MONASTBRIO  TOLEDANO  DE  SAN  SERVANDO  493 

terio  novimus  fuisse  commissum.  Ceterum,  qüia  propter  sarra- 
cenorum  feritatem  monachos  de  loco  ipso  discessisse  cognovi- 
mlis,  nos  monasterium  ipsum,  sollicitudini  tuae  restaurandum- 
disponendumque  commíttimus.  Quod  si  per  omnipotentis  Def 
misencordiam- restauran  contingit,  debítum  I^ateranensi  palatio 
censum  (l)  aunis  singulis  persolvetis. 

Datum  Laterani,  xvi  kalendas  Aprilís  (2). 


19  Marzo  1 1 13.  La  reina  doña  Urraca»  con  asentimiento  de  Alvar  Fáñez» 
alcaide  de  Toledo,  otorga  al  arzobispo  D.  Bernardo  y  á  los  clérigos  de  su 
catedral  el  regio  monasterio  de  San  Servando,  con  todos  los  bienes  y  po- 
sesiones de  este  monasterio,  atendiendo  á  la  razón  indicada  por  la  bula 
de  Pascual  II. — Archivo  histórico  nacional.  Cartulario  I  de  Toledo,  fol.  54 
vuelto,  55  recto.  Las  variantes,  que  notaré,  pertenecen  al  Cartulario*  II,  ÍOr 
lio  33  r.,  V. 

Prwilegium  ^sancti  Servandi  a  domna  Urraca  regina  filia  im- 
peratoris  arckiepiscopo  B(emardo)  concessum  (3). 

In  nomine  sánete  et  individué  trinitatis,  patris  videlicet  et  filii 
et  spiritus  sancti,' cuius  píetate  tuemur  vivimus  et  gubernamur. 
'"  Ego  Urracha  tocius  hyspanie  regina,  scilicet  (4)  bone  memo- 
rie  Ildefonsi  (5)  imperatoris  filia,  una  cum  consensu  albari  fanniz 
tune  témporís  toletani  príñdpis,  dedi  atque  regia  auctoritate 
coneessi  domno  bernÉird<!>  toíetáne  sédis  Archifepiseopo  ínsuper 
et  clérieis,  éiusdéiñ  toíetáne  ecclésie  filiis,  quóddam  regale  mo- 
nasterium saneti  Servandi,  quod  situm  extat  extra  ipsius  toleti 
menia,  eum  seilieet  ómnibus  ad  se  pertinentibus,  tam  agris  quara 
vineis,  villulis,  molendinis,  ortis,  pratis,  exitibus,  paseuís,  et  eum 


(x)     cDecem  mancusos»,  según  la  bula  de  Urbano  II  (20  Febrero  1089). 

(2^  Migne  (PatroU  laty  clxiii,  393)  y  Loewenfeld,  no  atreviéndose  á 
precisar  la  fecha,  por  no  tener  otro  fundamento  que  el  de  la  estancia  del 
Pontífice  en  Letrán*  señalan  el  intervalo  de  los  años  i  loo-i  1 16.  Aún  más 
fluctuó  el  cardenal  Aguirre  escribiendo  anno  incerto. 

(3)  Prioilegium  de  donacione  monasterii  saneti  Servandi  facta  domno 
Bernardo  toleiane  Sedis  Arckiepiscopo  et  clericis  eiusdem  ecclesie,  Cart.  11. 

(4)  Cart.  II  omite  este  vocablo. 

(5)  Cart.  II  cAdefonsi». 


n 


494 


BOLBTIN  DE  LA   REAL  ACADEMIA  DE  LA  HISTORIA. 


f  ■ 

r' 


''^•^ 


cunctis  que  in  tempere  (l)  mei  patris  habuít  vel  habere  debuit. 
Quippe  cum  íUud  iam  pretaxatum  monasterium  a  sarracenis  de- 
structum  et  a  massiliensibus  monachis,  qui  nuper  íbi  morabantur, 
constaret  desertum.  Quare  ego  Hurracha  regina  ne  funditus  pre- 
fatum  pessumdaretur  monasterium,  nemine  rogante,,  nullo  pre- 
cio intercedente,  sed  (2)  solummodo  ob  remedium  peccatorum 
parentumque  meorum,  ut  supra  dictum  est,  domno  bernardo  tole- 
taño  archiepiscopoclericisqueipsiusecclesietam  presentibus  quam 
et  futurís  illud  tradidi  atque  concessi,  eorum  subveniens  egestatí. 
Unde,  si  aliquis  tipo  superbie  si  ve  invidie  huic  meo  facto  con- 
traierit  vel  contraire  temptaverit,  sive  ille  sit  regie  potestatis,  vel 
mediocris  aut  servilis,  seu  clericus,  abbas,  aut  episcopus,  laicus, 
vel  cuiuscumque  dignitatis  sive  conditionis  fuerit  qui  hoc  meum 
factum  irrumperit  vel  irrumpere  conaverit,  careat  a  fronte  duo- 
bus  Ibminibus,  sitque  anathematizatus  et  a  corpore  et  commu- 
nione  sánete  ecclesie  segregatus;  necnon  sicut  datan  et  abiron 
terre  hiatum  patiatur,  et  cum  iuda  proditore  luat  penas  in  eterna 
dampnatione.  Et  ne  se  a  seculari  vindicta  pro  tali  conamine 
immunem  gratuletur,  ad  partem  regis  exsolvat  solidos  mille  pu- 
blice  monete;  quicquid  vero  ab  ecclesia  ipsa  per  víolenciam  abs- 
tulerit,  reddat  eidem  ecclesie  in  triplo  vel  quadruplo;  carta 
autem  sit  perhenniter  rata. 

00  tata. 

Facta  seríes  testamenti  xim  kalendas  aprilis,  Era  m.c.x-^x.i.  (3), 
Regnante  domna  Hurraoha  regina  in  toleto  et  in  legione. 

Ego  Hurracha  regina  quod  ñeri  testamentum  iussi  manu  mea 
roboravi.  • 

Petrus  Gundisalviz  comes  conf(irmat). 

Koderícus  comes  conf. 

Froila  comes  conf  (4). 

(i)    CarL  II  «temporibus». 

(2)  Cart.  U  «set». 

(3)  La  primera  x  con  rabillo,  que  vale  40,  lo  tiene  raspado.  El  Cartu- 
lario II  pone  en  su  lugar  «x»;  pero  al  margen  se  nota,  de  letra  del  si- 
glo XVI  «Es  Era  1 151»,  remitiéndose  al  Cart  I. 

(4)  £1  Cart  II  distribuye  los  firmantes  y  testigos  en  cuatro  columnas 
de  tres  nombres.  En  la  primera  y  en  la  segunda  hace  penúltimo  el  último 
nombre,  y  viceversa. 


KL  MOtUSTSBIO  TOLSSANO  J»  SAN  SERVANDO  495 

Didacus  (i)  legionensís  episcopus  conf. 

Raimundua  oxomenais  episcopus  conf. 

Petnis^  palentinus  episcopus  conf. 

Albarus  fanniz  conf.  ^ 

Fernandus  garsiaz  conf. 

Johannea  ramiriz  conf.    • 

Pelagius  t(esti)s. 

Velascus  ts. 

Ennego  ts. 

cG+í>  S.  VR( racha)   RE(gina). 
PETRVS  NO(tvit) 

El  Cartulario  II  omite  el  signo  y  fírma  de  la  Reina  y  la  del 
notario  Pedro. 


Obseryaciones. 

Las  firmas  de  los  tres  prelados  que  suscribieron  el  diploma^ 
son  posteriores  al  año  ilii.  Con  efecto»  el  próximo  antecesor 
de  Diego,  obispo  de  León,  es  decir,  el  historiador  D.  Pedro,  vi- 
vía en  20  de  Diciembre  de  aquel  año  y  falleció,  según  Risco  (2)» 
en  el  siguiente.  Muy  poco  antes  habían  ascendido  al  episcopado 
Pedro  de  Palencia  y  Raimundo  de  Osma,  que  fué  más  tarde  ar- 
zobispo de  Toledo. 

La  fírma  de  Alvar  Fáñez  Minaya  y  su  consentimiento  á  la 
voluntad  de  la  Reina,  por  cuanto  era  necesario  desde  el  punto 
de  vista  militar,  ó  estratégico,  derraman  intensa  luz  sobre  la 
fecha  y  la  intención  del  diploma.  Los  Anales  Toledanos  prime- 
ros (3)  refieren  de  un  modo  obscuro  la  causa,  pero  puntualizan 
el  tiempo  (29  Marzo  1 1 14)  de  la  trágica  muerte  de  aquel  ilustre 
caudillo:  «Los  de  Segovia,  después  de  las  octavas  de  Pascua 


(O    Cart.  II  «Diacus». 

(2)  España  Sagrada,  tomo  xxxv,  pág.  151.  Madrid,  1786. 

(3)  España  Sagrada,  tomo  xxm  (3.*  edición),  pág.  388.  Madrid,  1799- 


49^'  BOLBTÍN   DE  LA   REAL  ACAIXEMIA   DE  LA   HISTORIA. 

mayor,  mataron  á  Albar  Hannez,  Era  mclii.»  El  diploma,  de 
consiguiente,  no  es  posterior  á  este  año.  Está  circunscrito  den- 
tro de  un  trienio  (1112-II14);  y  en  virtud  de  su  propia  índole 
presupone  la  bula  de  Pascual  11  (Letrán,  17  de  Marzo),  6  es  pos- 
terior á  ella.  Esta,  ¿qué  fecha  de  año  tiene? 

En  el  tomo  i  de  la  Gal/üickristian¿r{l),  corregido  y  ampliado 
por  el  docto  benedictino  Dom  Piolin,  puede  verse  el  mejor  texto 
de  otra  bula  de  Pascual  II,  que  confirma  á  Odón,  abad  de  San 
Víctor  de  Marsella,  las  posesiones  de  aquel  monasterio,  siendo 
para  nosotros  muy  de  notar  las  españolas  en  las  diócesis  de  Ge- 
rona, Barcelona,  Vich,  Urgel  y  Palencia  (2).  La  fecha  de  esta 
bula  es  el  23  de  Abril  de  II 13  (3).  Suprime  la  posesión  del 
monasterio  de  San  Servando,  porque  ya  no  pertenecía  al  de  San 
Víctor,  y  había  sido  adjudicada  al  ai«?obispo  D.  Bernardo  por  la 
bula  Fratemitatis  tuce^  fechada  en  Letrán  á  17  de  Marzo.  El 
Papa,  en  este  día  de  los  años  llll  y  II13,  no  estaba  en  Letrán. 
Su  estancia  se  verifica  en  II 12;  y  de  consiguiente,  la  bula  del  17 
de  Marzo,  atendido  lo  que  ella  refiere  (4),  es  de  este  año. 

Refiere  que  los  antiguos  moradores  del  monasterio  de  San 
Servando  lo  habían  abandonado  compelidos  por  lo  fiera  cruel- 
dad de  los  sarracenos.  El  diploma  de  la  Reina  explica  este  acon- 
tecimiento más  en  particular,  declarando  ser  cosa  cierta  que  el 
monasterio  había  sido  destruido  por  los  sarracenos,  y  que  los 
monjes  marselleses,  que  poco  antes  {nuper)  lo  habitaban,  no  abri- 
gaban esperanza  ni  pretensión  alguna  de  recobrarlo. 

¿Cuándo  lo  destruyeron  los  sarracenos?  Combinando  losdatosde 
los  autores  cristianos  y  árabes,  como  lo  ha  hecho  nuestro  sabio  com- 
pañero, el  Sr.  Codera  (5),  resulta  que  á  mediados  del  año  1 1 10. 


(i)     Apéndice,  págs.  115  y  116.  París,  1870. 

(2)  Dom  Piolin  la  sustituye  mal  por  Toledo  en  el  suplemento  marginal. 

(3)  «Datum  Laterani...  ix  kal.  Maii,  Ibd.  vi.  Incamationis  1 1  i4i  pontiñ-. 
catus  Paschalis  II,  an.  14.»  £1  cómputo  de  la  Encamación  es  el^isano. 

(4)  «Ceterum,  quia  propter  sarracenorum  feritatcm  monachos  de  loco 
ipso  discessisse  cognovimus,  nos  monasterium  ipsum  sollicitudini  tuae  re- 
staurandum  disponendumque  committimus.» 

(5)  Decadencia  y  desaparición  en  España  de  los  AlmoroDideSy  páginas 
232-234.  taragoza,  1899. 


BL    MONASTERIO   TOLEDANO   DB  SAN   SERVANDO  .497 

La  destrucción  del  monasterio  está  expresamente  manifestada 
por  la  crónica  de  Alfonso  VII,  y  atribuida  al  emperador  de  Ma- 
rruecos Alí,  viniendo  éste  con  su  hijo  Texufín  á  sitiar  á  Toledo; 
asedio,  que  duró  ocho  días  (l).  El  jefe  y  el  héroe  de  la  defensa 
de  la  ciudad  fué  Alvar  Fáñez,  á  quien  como  á  Príncipe  de  ella, 
había  encomendado  Alfonso  VI  el  gobierno  de  la  misma.  Mien- 
tras duraba  y  se  embravecía  el  asedio,  oraban  é  imploraban  el 
favor  divino  dentro  de  la  catedral  el  arzobispo  D.  Bernardo,  su 
clero,  las  mujeres  y  los  inválidos  para  tomar  las  armas.  El  Autor 
de  la  crónica  fíja  con  exactitud  la  situación  del  monasterio  y  cas- 
tillo de  San  Servando,  diciendo  que  estaban  enfrente  de  la  torre 
ó  fortaleza,  que  defendía  el  paso  del  puente  de  Alcántara.  En  el 
día  postrero  los  toledanos  tuvieron  ardimiento  para  hacer  una 
salida,  que  desbarató  á  los  agarenos,  los  cuales  huyeron,  no  sin 
haber  antes  pegado  fuego  á  las  máquinas  y  demás  pertrechos  de 
sitio.  El  ejército  de  Alí  y  de  Texufln,  retirándose  se  corrió  por 
la  Sagra,  rompió  los  muros  de  Madrid,  Olmos,  Canales  y  Tala- 
vera,  mas  no  pudo  domeñar  los  alcázares  de  estas  villas,  y  tor-r 
ciendo  después  hacia  Guadalajara,  cuyas  murallas  no  pudo  que- 
brantar, regresó  á  Córdoba. 

Comparando  esta  narración  con  la  de  los  autores  árabes,  ad- 
vierte justamente  el  Sr.  Codera  que  no  puede  atribuirse  á  la  pri- 
mera venida  de  Alí,  posterior  á  la  muerte  de  Alíonso  VI ,  sino  á 
la  segunda.  En  ésta,  Texufln  acompañó  á  su  padre  Alí,  mas  no 
en  aquélla.  Aquélla  comenzó,  saliendo  Alí  de  Ceuta  para  atrave- 
sar el  Estrecho  hercúleo  en  14  de  Agosto  de  1 109,  y  se  terminó 
en  el  mismo  año.  La  segunda,  según  lo  maniñestan  los  Anales 
Toledanos  (2),  pertenece  al  año  1 1 10:  «Posó  el  Rey  Alí  sobre 


(i)     <Rex  Hall venit  in  Sibilliam,  et  cum  eoñlius  eius  Texutinus, 

et  moverunt  castra  de  Corduba,  et  venerunt  per  illam  terram,  quae  iuit 
de  Alvaro  Fanniz,  ceperuntque  castella  munita  et  civitates,  quas  partim, 
dcstruxerunt,  partim  munierunt.  Deinde  venerunt  in  Toletum,  et  destru- 
xerunt  sanctum  Servandum  et  Az[uqu]eca;  deinde  ad  ipsam  civitatem  pró- 
ximantes,  machinas  in  locis  opportunis  erexerunt^  eamque  diu  sagitta, 
lapide,  lancea,  telo  igneque  petentes  oppugnaverunt.»  España  Sagrada, 
tomo  xxi  (2.*,edidón),  págs.  357-359.  Madrid,  1797. 

(2)    España  Sagrada^  tomo  xxi,  pág.  388. 


49^  BOLETÍN  DB  LA  REAL  ACADBIflA  DB  LA  HISTORIA. 

Toledo,  é  túvola  cercada  viii  días,  Era  mlvhi.  Prisieron  Moros 
Talayera  en  xvi'días  de  Agosto,  Era  Mcxvn[i]  (l).  Si,  pues,  la 
bula  de  Pascual  II  presupone  esta  fecha,  y  por  su  data  de  Letrán 
'excluye  el  año  Illl,  resulta  que  no  es  anterior  al  1 1 12. 

Fué  tan  grande  la  ventaja  que  reportó  Alvar  Fáñez  de  su  he- 
roico comportamiento,  como  lo  patentizan  los  mismos  Anales 
Toledanos  sobre  el  año  1 1 1 1 :  <  Albar  Hánnez  príso  Cuenca  de 
Moros  en  el  mes  de  Julio  Era  mcxlix.»  Por  ahí  se  ve  la  con- 
gruencia de  haber  acudido  en  ese  mismo  tiempo  el  arzobispo 
D.  Bernardo  á  la  Sede  Apostólica,  ofreciéndose  á  restaurar  ei 
monasterio  de  San  Servando,  si  desistiendo  los  monjes  marselle- 
ses  de  la  posesión  que  antes  tenían,  entraba  él  y  el  clero  de  su 
catedral  en  la  posesión  y  administración  del  mismo  monasterio, 
que  efectivamente  le  fueron  otorgados  por  Pascual  II  en  17  de 
Marzo  de  1112.  El  monasterio  de  San  Servando  era  regio;  pero 
la  Reina  no  podía  entonces  conceder  su  dipioma  de  reversión  al 
Arzobispo,  por  cuanto  se  hallaba  sujeta  á  la  que  llamaba  ella  //- 
ronza  de  Alfonso  el  Batallador.  El  cual  no  accedía  á  que  los  di- 
plomas regios  se  extendiesen  sino  en  nombre  suyo  solamente,  ó 
junto  con  el  de  su  esposa  mayormente  á  partir  del  18  de  Abri| 
de  mi,  en  cuyo  día  entró  en  Toledo  arrogándose  la  potestad 
soberana.  De  aquí  provino  la  ruptura  entre  ambos  cónyuges  com- 
batiendo las  tropas  de  la  Reina  derrotadas  por  D.  Alfonso  el 
Batallador,  en  la  triste  refriega  de  Candespina,  cerca  de  Sepúl- 
veda,  á  26  de  Octubre  del  mismo  año.  Los  partidarios  de  Doña 
Urraca  libraron  nueva  batalla  en  Viadangos  en  23  de  Abril  del 
año  siguiente,  y  ella  tuvo  que  refugiarse  en  Galicia,  de  donde  no 
salió  ni  se  rehizo  sino  hasta  el  mes  de  Enero  de  1 1 13,  en  que  ya 
se  firmaba  reinando  en  Toledo  y  en  León^  exactamente  como  en 
nuestro  diploma,  referente  al  monasterio  de  San  Servando.  En 
los  años  posteriores  la  fórmula  del  reinado  se  muda  en  los  diplo- 
mas de  ella  y  de  su  hijo;  y  por  consiguiente,  la  fecha  del  que 
discutimos  ha  de  reducirse  al  19  de  Marzo  de  1 1 13. 

(i)  Año  1 1 10.  En  1 109,  á  16  de  Agosto,  había  pasado  Ali  dos  dias|aiites 
el  estrecho  de  Gibraltar  y  permaneció  un  mes  en  Córdoba,  siendo  poste- 
rior su  jornada  sobre  Talayera. 


BL   HCONASTBRIO   TOLEDANO  VE   SAN   SERVANDO  499 

No  debo  cerrar  esta  discusión  sin  advertir  que  la  bula  de  Pas- 
cual II  (17  Marzo  1 1 12),  confió  la  administración  de  la  diócesis 
de  Segovia  al  arzobispo  D.  Bernardo,  con  lo  cual  se  manifiesta  el 
error  en  que  incurrió  D.  Diego  de  Colmenares  (l),  afirmando  que 
«concurrieron  dos  obispos  españoles,  Gelón  de  León  y  Pedro  de 
Segovia^  al  concilio  de  Letrán  que  celebró  Pascual  II  en  1 1 12». 
Risco  ha  demostrado  (2)  que  Gelón  no  era  obispo  español  de 
nuestra  ciudad  de  León,  sino  de  Saint-Pol-de  Léon  en  la  Bretaña 
francesa.  El  anónimo  de  Segovia,  que  introdujo  mal  informado 
Baronio  (3),  era  en  realidad  el  arzobispo  de  Santa  Severina  en 
Calabria,  según  aparece  de  la  obra  del  historiador  Guillermo  de 
Malmesbury  (4).  El  concilio  de  Letrán,  citado  por  Colmenares, 
se  celebró  corriendo  los  días  18-23  de  Marzo  de  1 1 12;  y  cabal- 
mente la  bula  de  Pascual  11,  que  otorgó  al  arzobispo  D.  Bernar- 
do la  administración  de  la  Sede  Segoviana  (19  Marzo  III2),  se 
coloca  durante  la  celebración  de  aquel  concilio;  lo  que  prueba 
que  en  él  tomó  parte  el  arzobispo  de  Toledo  por  sí  en  persona^ 
ó  por  su  delegado. 

En  otro  error,  que  no  menos  gravemente  afecta  al  episcopo- 
logio  de  Segovia,  incurrió  Colmenares,  mostrando  una  vez  más 
cuánto  importa  no  dar  un  primer  paso  en  falso  para  no  dejarse 
arrastrar  por  la  pendiente  de  la  lógica  á  temerarios  juicios.  Dice 
así  (S):  «Año  siguiente,  II15;  se  celebró  concilio  en  Oviedo» 
cuyos  principales  decretos  se  enderezaron  á  la  inmunidad  de  la 
iglesia  y  sus  ministros,  profanada  por  las  guerras.  Entre  los  pre- 
lados de  este  concilio  asistió  nuestro  D.  Pedro;  y  movido  desta 
dotrina  y  del  ejemplo  de  sus  antecesores,  nuestros  ciudadanos 
hicieron  grandes  donaciones  á  su  iglesia,  cuyo  templo  y  fábrica 
se  disponía». 


(i)  Historia  de  la  insigne  ciudad  de  Segoma^  tomo  i  (2.*  edición),  pági- 
na 183.  Segovia,  1846.  El  anotador  de  esta  segunda  edición  no  reparó  en 
tamaño  error. 

(2)  España  Sagrada^  tomo  xxxv,  pág.  156.  Madrid,  1786. 

(3)  An.  1 1 12,  núm.  viii. 

(4)  Migne:  Patrología  latina^  tomo  cixxix,  coi.  1.379. 

(5)  Tomo  I,  pág.  184. 


500  BOLETÍN   DE  UL  REAL  ACADEMIA  DE  LA  HISTORIA. 

Examinando  las  actas  del  referido  concilio  de  Oviedo  (l),  luego 
se  ve  por  dónde  flaquea  y  se  reduce  á  puro  soñsma  el  argumen- 
to de  Colmenares.  En  rigor,  6  hablando  con  precisión,  no  fué 
concilio  de  muchos  obispos  el  pretenso  de  Oviedo,  sino  junta  dio- 
cesana ó  sínodo  de  Asturias  (2).  Las  subscripciones  de  los  prela- 
dos, reyes  y  otros  príncipes,  que  autorizaron  para  otros  territo- 
rios los  decretos  de  aquella  junta,  le  son  posteriores,  y  no  deben 
traerse  á  consecuencia  de  que  fuesen  trazadas  en  el  año  II 15. 
Después  del  Arzobispo  de  Toledo,  D.  Bernardo,  aparecen  fir- 
mando ó  aprobando  los  decretos,  el  arzobispo  de  Com postela, 
D.  Diego  Gelmírez,  y  el  de  Braga,  D.  Pelayo  Mendes;  y  es  bien 
sabido  que  éste  no  obtuvo  la  dignidad  de  metropolitano  hasta  el 
año  1 1 18,  y  aquel  hasta  el  1 12 1.  Siguen  subscribiendo  los  obis- 
pos Munio,  de  Mondoñedo  (l  1 12-I136);  Diego,  de  Orense  (l  lOO- 
1 1 32);  Pelayo,  de  Astorga  (1097-II21);  Gonzalo,  de  Coimbra 
(III I -1 125);  Diego,  de  León  (II 12- 1 1 30);  Pedro,  de  Palencia 
(1 1 10- 1 137);  PedrOy  de  Segovia  (1122-114^);  Bernardo,  de  Si- 
güenza  (1128-II43);  Pascual,  de  Burgos  (1115-III8);  Sancho, 
de  Ávila  (1121-IJ24);  Munio,  de  Salamanca  (l  124- 1 130),  y 
Bernardo,  de  Zamora  (1144-II49). 

Las  firmas  de  estos  prelados  se  pusieron  en  diversos  tiempos. 
El  obispo  de  Zamora  no  subscribió  antes  del  año  1 1 44,  ni  el  de 
Salamanca  antes  del  1 1 24,  ni  el  arzobispo  de  Compostela  antes 
de  1 121,  ni  el  arzobispo  de  Braga  antes  de  1 1 18.  Así  que,  de 
las  actas  del  concilio  de  Oviedo,  no  se  sigue  que  al  tiempo  de 
su  celebración  (6  Junio  1 115),  fuese  D.  Pedro  obispo  de  Sego- 
via; y  consta,  por  otro  lado,  que  no  lo  fué  sino  después  que 
hubo  transcurrido  un  septenio  desde  aquella  fecha  memorable. 

Madrid,  11  de  Mayo  de  1906.  Fidel  Fita. 


(i)  Tejada  y  Ramiro,  Colección  de  cánones  y  concilios  ^  tomo  iii,  páginas 
239-244.  Madrid,  1861. 

(2)  «Constando  del  principio  de  este  concilio  que  los  que  asistieron 
para  el  establecimiento  de  los  decretos  que  en  él  se  leen,  fueron  solos  Don 
Pelayo,  obispo  (de  Oviedo)  y  los  caballeros  y  otras  personas  inferiores  de 
la  provincia  de  Asturias.»  España  Sagrada^  tomo  xxxviii,  pág.  259.  Ma- 
drid, 1793. 


VARIEDADES 


CONCILIOS  DE  GERONA,  SEGOVIA  Y  TUY 

EN    I I 17    Y    I I 18 

Concillo  de  Gerona  en  22  y  23  de  Abril  de  1117. 

Villanueva  en  el  tomo  vni  de  su  Viaje  literario  (i)  planteó  un 
problema  curiosísimo,  que  dejó  irresuelto,  y  que  emana  de  un 
dato  histórico,  antecedente  al  concilio  de  Gerona,  y  consiguiente 
al  de  Burgos  en  la  primera  mitad  del  año  1 1 17.  Villanueva  lo  ex- 
presa así  (2): 

«En  el  archivo  episcopal  de  la  Seo  de  Urgel  se  conserva  ori- 
ginal la  carta  que  el  cardenal  Boso  escribió  al  obispo  Urgelen- 
se  San  Odón  acerca  de  esta  canónica  de  Cardona.  Es  documen- 
to curioso,  del  cual  consta  que  ese  cardenal  lo  fué  del  título  de 
Santa  Anastasia^  y  que  de  verdad  fué  legado  pontificio  en  Es- 
paña, cosas  de  que  se  duda  en  las  vidas  de  los  papas  de  Chacón. 
Y  pues  fué  honrado  con  el  capelo  por  el  papa  Pascual  II,  claro 
está  que  esta  carta  es  posterior  al  año  1099  en  que  comenzó 
aquel  pontificado,  pero  no  pasa  mucho  del  año  I  ICO  (3).  En 
ella,  pues,  leerás  cómo  á  pesar  del  precepto  de  la  silla  apostólica 
y  del  legado  y  obispo  sobredichos,  todavía  el  abad  de  esta  igle- 
sia, y  por  lo  menos  algunos  de  sus  canónigos  se  resistían  á  re- 
conocer aquella  sujeción  (4);  por  lo  cual  manda  el  legado  que 


(i)    Valencia,  1821.  .  " 

(2)  Págs.  174,  175,  289  y  290. 

(3)  Pasa  nada  menos  que  diecisiete  años.  Villanueva,  andando  á  tien- 
tas como  Chacón,  no  tocó  en  la  meta  de  la  verdad,  pero  señaló  el  camino. 

(4)  A  la  abadía  de  San  Rufo  de  Aviñón. 

TOMO  XLViii.  32 


502  BOLETÍN   DE   LA   REAL   ACADEMIA  DE  LA   HISTORIA. 

sean  excomulgados.  También  s'e  infiere  que  esta  resistencia  era 
ya  antigua,  esto  es,  desde  que  se  intentó  la  sujeción.  Otras  cu- 
riosidades contiene  aquella  carta,  que  no  son  de  este  lugar.» 
Hasta  aquí  Villanueva. 

Para  fijar,  ó  al  menos  circunscribir  el  tiempo  de  esta  carta  del 
cardenal  Bosón,  importa  examinar  bien  las  curiosidades  que  con- 
tiene, y  ante  todo  recordar  que  San  Odón  fué  obispo  de  Urgel 
desde  el  año  IO95  hasta  1 122.  (f  7  Julio). 

El  plazo  se  restringe  compulsando  dos  bulas  (l),  que  enume- 
ran y  confirman  las  posesiones  de  la  abadía  de  San  Rufo.  La  de 
Pascual  II  (10  Enero  1 1 14)  dirigida  desde  Letrán  á  San  Ola- 
guer  no  hace  mención  de  la  abadía  de  Cardona  (2);  pero  si  la  de 
Calixto  II  (28  Abril  1 123)  dirigida  á  Ponce,  abad  de  San  Rufo  (3). 
Entre  ambas  fechas  se  coloca  por  precisión  la  carta  de  que  dis- 
cutimos. 

En  su  carta  el  cardenal  Bosón  tres  veces  se  refiere  al  próxi- 
mo concilio,  que  había  de  celebrarse  en  Gerona  en  22  de  Abril\ 
lo  cual  es  indicio  inequívoco  del  año  iiij. 

«B(oso),  tituli  sanctae  Anastasiae  cardinalis,  apostolicae  sedis 
indignus  servus  et  legatus,  venerabili  fratri  et  amico  O(doni), 
Urgellensi  episcopo,  salutem. 

Reverenda  tua  honestas,  dilectissime  frater,  sicut  nos  gratan- 
ter  suscepit  (4),  ita  obediendo  letificat.  Nam  preceptum  domini 
papae,  quod  circa  negotium  Cardonensis  ecclesiae  iam  dudum 
factum  fucrat  (S),  te  complesse  comperimus  et  clericos  B(^eati) 
Rufi  precepisse  reinvestiri  (6).  Verum,  quoniam  abbatem  illius 


(i)    Loewenfed,  Regesta  Pontiñcum  Romanorum,  num.  6.369  y  7.069. 

(2)  Migne,  Patrología  latina^  tomo  clxiii,  col.  336  y  337. 

(3)  «Ecclesiam  sánete  Marie  de  Bezuduno  (Besalú),  ecclesias  sánete 
Marie  et  saneti  Petri  et  saneti  Joannis  de  Terraeiis  (Tarrasa),  ecclesiam 
saneti  Vinccntii  de  Cardona  eum  sufíruganeissuis.»  Robert,  Bullairt  du 
pape  Calixte  II,  num.  402,  París,  1891. 

(4)  Bosón,  después  de  haber  celebrado  el  concilio  de  Burgos  (18  Fe- 
brero 1 1 17),  es.tuvo  probablemente  en  Urgel. 

(5)  <En  1 1 15? 

(6)  Los  canónigos  de  San  Rufo  que  habían  recibido  la  investidura  de 
la  ríca  Abadía  de  San  Vicente  de  Cardona,  fueron  sin  duda  á  viva  fuerza 
expulsados  ó  repelidos. 


CONCILIOS  OE   GERONA,   SEGÓ  VIA   Y   TU  Y  503 

ecclesiae  adhuc  (l)  resistere,  et  in  contumaci  obstinacia  audimus 
perseverare,  necprecepto  domini  papae,  nec  nostro,  naque  tuo 
obedire  volentem  conspicimus,  praesentibus  litteris  dilectioni 
tuae  mandamus,  ut  eum  et  omnes  eíus  fautores  et  cooperatores 
€t  in  hoc  scelere  adiutores,  ex  hoc  pro  excommunicatis  habeas> 
-doñeo  ab  hac  malitia  resipiscant,  digneque,  ut  dominus  papa 
precepit,  abbati  sancti  Rufi  et  eius  clericis  satisfaciendo  obe- 
"diant.  lUos  vero,  qui  honorem  beati  Vincentii  Cardonensis  per 
manum  ipsius  abbatis  retinent,  quamdiu  per  eum  retinuerint,  ab 
omni  ecclesianim  limine  sequestramüs,  et  doñee  clericis  Sancti 
Rufi  subditi  sint  nequáquam  absolvimus.  Sed  et  eos,  qui  nomina- 
to  abbati  obedientiam  vel  hominium  causa  honoris  ipsius  eccle- 
siae  fecerant,  si  prefatis  clericis  Sancti  Rufi  obedierint,  ab  illius 
obedientia  et  hominio  absolvimus.  Et  ne  gravamen  iniuste  illa 
«cclesia  patiatur,  omnes  dationes,  commutationes,  alienationes 
vel  quascumque  obligationes,  quas  prefatus  Cardonensis  abbas 
«tulte  dispertivit  ab  illo  tempore  quo  disceptari  lis  cepit  inter 
ipsum  et  prefatos  Sancti  Rufi  canónicos,  irritas  esse  censemus 
<itque  precipimus,  et  ecclesiae  Cardonensi  eiusque  presentís  tem- 
poris  rectoribus  dominio  et  potestati  subici  iudicamus,  salva  in 
ómnibus  tuae  ecclesiae  dignitate  tuaque  reverentia.  Scias  autem 
prefatum  abbatem  Cardonensem  a  nobis  esse  vocatum  apud 
<jerundam  pro  iustitia  exequenda  .x.  kalendas  Mai. 

Praeterea  tuae  fraternitati  mandamus  ut  illi  clerico  (2)  quem 
<jiraldus  Poncii  (3)  in  ecclesia  Agerensi  preposuit,  omne  domi- 
nium  illius  ecclesiae  prohibeas,  et  ut  ad  nos  usque  apud  Gerun- 
<iam.  X.  kalendas  Mai  occurrat,  precipias,  Quod  si  contempserit, 
■a  liminibus  et  officio  ecclesiae  arceatur. 

Sed  et  Giraldum  Poncii,  precor,  ut  ammoneas  de  censu  bea- 
ti Petri  (4),  quod  nobis  reddere  se  spopondit,  ut  x  kalendas  Mai 
•censum  ipsum  Gerundae  deferat.  Quid  si  renuerit,  hoc  illi  per  te 


(i)  Raimundo  Bernardo,  abad  de  Cardona  durante  los  años  1101-1127. 

(2)  Bernardo.  Consta  que  era  abad  en  1 11 5  y  11 16. 

(3)  Vizconde  de  Ager. 

(4)  Véase  el  tomo  ix  del  Viaje  literario,  p^g.  1 13, 


504  BOLETÍK  DB  LA  RBAL  ACADBMIA  DE  LA  HISTORIA. 

intimamus  nos  pati  non  posse,  quin  de  eo  et  de  ecclesiis  ín  ditio- 
ne  ipsius  constructis  íustitiam  ñerí  pretermittamus. 

La  segunda  mitad  de  esta  carta,  referente  á  la  iglesia  de  San 
Pedro  de  Ager,  muestra  la  oportunidad  y  la  aplicación  de  lo  es- 
tablecido  por  los  cánones  vm  y  xii  del  concilio  de  Burgos  (l). 

Del  concilio  de  Gerona,  al  que  el  cardenal  Bosón  había  con- 
vocado para  el  día  22  de  Abril,  6  cuarto  domingo  después  de- 
Pascua,  corresponde  ser  el  acta  judicial,  que  describe  así  Villa- 
nueva  (2). 

«En  1 1 17,  día  23  de  Abril,  sentenció  (3)  como  juez,  junto- 
con  Pedro  Sacrista  de  Gerona  y  Berenguer  Arnal,  arcediano  de 
la  misma  iglesia,  en  presencia  del  cardenal  Bosón^  una  causa  que 
vertía  entre  San  Olaguer,  obispo  de  Barcelona  y  el  abad  de 
San  Cucufate  del  Valles.» 

Los  Padres  Fr.  Antolín  Merino  y  Fr.  José  de  la  Canal  en  el 
tomo  xLiii  de  la  España  Sagrada^  omitieron  el  dar  noticia  de 
este  acontecimiento,  cuya  importancia  conoció  mejor  el  P.  Fió* 
rez,  consignándolo  sobre  el  año  II 17  en  los  tomos  xxviii  y  xxix^ 
pero  discrepando  de  Villanueva  cuanto  al  día,  pues  dice  fué  el 
27  de  Abril^  y  mostrándose  en  lo  demás,  mucho  más  enterado- 
y  explícito  (4): 

«En  el  año  II 17  recobró  el  santo  la  iglesia  del  Castellar  en  el 
Valles,  que  el  monasterio  de  S.  Cucufate  había  vuelto  á  usur- 
par después  del  obispo  antecesor;  y  obligó  juntamente  á  los^ 
monjes  á  que  no  tuviesen  fuente  bautismal  en  su  iglesia  de  San 
Cucufate;  ni  pusiesen  ni  quitasen  clérigos  en  las  anejas  á  su  mo- 
nasterio sin  licencia  del  obispo;  y  que  los  monjes  que  residían 
allí  solos  volviesen  al  monasterio.  Así  lo  sentenciaron  el  legado- 
pontificio  Bosón,  que  perseveraba  acá,  y  los  obispos  de  Gerona 
Berenguer  con  el  de  Vique  Ramón,  y  el  sacristán  y  arcediano  de 


(i)    Boletín,  tomo  xLvni,  pág.  397. 

(2)  Viaje  literario,  tomo  xiit,  pág.  127.  Villanueva  dice  haber  tomado 
éste  nota  del  sabio  canónigo  premonstratense  D.  Jaime  Caresmar. 

(3)  Berenguer  Dalmau,  obispo  de  Gerona. 

(4)  España  Sagrada^  tomo  xxix,  (2.^  edición),  pág.  260. 


CONCILIOS  DE  GERONA,   SSGOVIA   Y   TUY  505 

<jerona  en  el  claustro  de  esta  catedral  á  23  de  Abril  del  año 
1 1 17,  como  refiere  Diago  (l).» 

El  texto  del  acta,  según  Diago,  se  contiene  por  el  libro  I  de 
Jas  Antigüedades,  foL  204:,  y  no  ha  visto  aun  la  luz  pública.  Des- 
graciadamente no  es  exacta  la  referencia  que  hizo  Diago  al  pri- 
mer libro  de  las  Antigüedades,  archivado  en  la  catedral  de  Bar- 
-celona;  donde  á  ruego  mío,  hace  dos  semanas,  está  buscando  el 
•documento  el  docto  archivero  y  publicista  D.  José  Mas,  presbí- 
tero, sin  que  hasta  ahora  le  haya  sido  posible  descubrir  el  paraje 
^n  que  se  esconde  tan  interesante  escritura,  digna  de  mejor 
«uerte. 

He  demostrado  que  al  concilio  de  Gerona,  presidido  por  el 
•cardenal  Bosón,  legado  de  Pascual  II,  hubieron  de  estar  presen- 
tes San  Olaguer,  obispo  de  Barcelona  y  arzobispo  electo  de  Ta- 
rragona; Ramón  Gaufredo,  obispo  de  Vich;  Berenguer  Dalma- 
cio,  obispo  de  Gerona;  el  abad  de  San  Cucufate  del  Valles;  el  de 
San  Vicente  de  Cardona;  el  vizconde  de  Ager  y  otros  muchos 
abades  y  magnates,  conforme  al  estilo  de  aquellos  tiempos  para 
semejantes  asambleas.  Tratándose,  como  ya  entonces  se  trata- 
ba, de  verificar  la  restauración  de  Tarragona,  de  erigir  la  Sede 
•de  esta  ciudad  definitivamente,  con  absoluta  independencia  de 
la  administración  del  arzobispo  de  Narbona,  y  de  requerir  el  co- 
mún acuerdo  de  los  prelados  que  debían  reconocerse  por  sufra- 
gáneos del  nuevo  arzobispo  Tarraconense  para  elevarlo  al  cono- 
cimiento y  aprobación  de  la  Silla  Apostólica,  bien  se  echa  de  ver 
que  el  presente  concilio  de  Gerona  revestiría  excepcional  impor- 
tancia. 

A  él,  sin  duda,  pertenecen  las  tres  últimas  subscripciones  que 
preceden  á  la  del  notario  en  el  ejemplar  de  las  actas  del  concilio 
•de  Vilabertrán  (ll  Noviembre  IIOO),  publicadas  en  el  apéndice 
(núm.  cccxxvii)  de  la  Marca  Hispánica  (2),  y  desprovistas  de  su 


(i  )  Historia  de  los  victoriosísimos  Condes  de  Barcelona^  libro  11,  cap.  98, 
fol.  165  vuelto,  166  recto.  Barcelona,  1603. 

(2)  Col.  1 220- 1 223.  París,  1688. — Villanueva  no  revisó  en  el  texto  ori- 
ginal la  edición  de  la  Marca, 


506  BOLBTÍN   DE  LA   RBAL  ACADEMIA  DE  LA   HISTORIA. 

encabezamiento  (l)  en  la  Colección  de  Tejada  y  Ramiro  (2).  El 
cómputo  de  la  Encarnación  de  este  concilio  de  Vilabertrán  es  el 
Florentino,  con  el  cual  concuerda  la  era  española  (1038);  la  indic- 
ción, la  pontifical,  que  empieza  en  el  día  de  Navidad  ó  de  su  Octa^ 
va;  y,  por  último,  los  años  del  reinado  de  Felipe  I  de  Francia,  se 
cuentan  por  su  primera  época,  que  dio  comienzo  en  23  de  Mayo- 
de  1059.  Poco  después  del  concilio  de  Vilabertrán,  celebróse  en 
Gerona  otro  (6  Febrero  lioi),  cuyo  tenor  y  actos  expliqué  en 
el  tomo  XXIV  del  Boletín,  pág^s.  227-235.  Presidiólo  el  cardenal 
Ricardo,  abad  de  San  Víctor  de  Marsella,  después  de  haber  ce- 
lebrado y  presidido  los  de  Palencia  (5  Diciembre  I  loo)  y  Hues-* 
ca  (otoño,  1 100).  Su  firma  al  pie  de  las  actas  del  concilio  de  Vi- 
labertrán, es  la  que  el  ejemplar,  ó  viciada  copia,  que  sirvió  de 
fuente  á  la  Marca  Hispánica^  desfigura  torpemente  así: 

Radultus,  servus  servorum  Dei  episcopus  et  ecclesiae  romanae  servus^ 
vice  beati  Petri  et  domini  Papae. 

El  mismo  cardenal  en  una  de  sus  obras  (3),  nos  da  cuenta  (4) 
de  cómo  fué  promovido,  siendo  abad  de  Marsella  y  Legado  de 
Pascual  II,  por  disposición  de  este  pontífice,  á  la  dignidad  de  ar- 
zobispo de  Narbona  en  1106,  dignidad  que  obtuvo  hasta  el  día 
de  su  muerte  (5)»  y  que  envolvió  la  de  administrador  de  la  me- 
trópoli Tarraconense,  hasta  que  Gelasio  II,  desde  Gaeta,  expidió 
su  célebre  bula  Tarracanensis  civitatis  en  favor  de  San  Olaguer 


(i)  «Anno  dominicae  incarnationis  centesimo  post  millesimum,  aera 
centesima  xxxviii  post  miUesimam,  Indictione  viii,  quadragesimo  etian» 
secundo  anno  regni  Philippi  Regís  Francorum,  scilicet  ai  Idus  Novem- 
bris,  divina,  ut  creditur,  dispositione  íactus  est  con  ven  tus  Episcoporum 
et  Abbatum  ac  clericorum,  necnon  Principum  terrae  et  reliquorum  fide- 
lium  Deum  timentium  et  innumeri  vulgi  diversas  aetatis  et  ordinis,  in  ter- 
ritorio Petralatensi,  in  loco  antiquitus  nominato  Villa  Bertrandi,  ob  de- 
dicationen  ejusdem  basilicae  in  honore  Dei  genitricis  fundatae.» — El  11  de 
Noviembre  de  1 100  cayó  en  domingo. 

(2)     Colección  de  cánones  y  concilios,  tomo  iii,  pág.  227. 

^3)  Narratio  vexcUionum^  quas  ab  Aimerico  vicecomite  Nerbonensi  passus 
est  Richardus  archiepiscopus. 

(4)    Migne»  Patrología  latina^  tomo  clxii,  col.  1597. 

Ts)    t  *5  Febrero  1121. 


CONCILIOS   DB   GERONA,    SBGOVIA  Y   TUY  507 

á  21  de  Marzo  de  Ill8.  Si  pues  el  concilio  de  Gerona,  presidido 
por  el  cardenal  Bosón,  se  juntó  á  fines  de  Abril  de  1 1 17,  no  po- 
día menos  de  asistir  á  él  y  de  ejercer  parte  principal,  únicamen- 
te inferior  á  la  del  Legado  pontificio,  el  cardenal  arzobispo  de 
Narbona,  Ricardo;  y  si  el  concilio  de  Vilabertrán  había  de  ser 
confirmado  en  sus  disposiciones  por  el  prelado  diocesano,  con- 
venía que  las  subscripciones  se  tomasen  del  propio  cardenal 
Legado,  del  metropolitano  Narbonense  y  del  obispo  de  Gerona, 
á  cuya  diócesis  la  Colegiata  de  Vilabertrán  y  su  iglesia  de  Santa 
María,  tocaban  de  derecho.  Y  esto  es  lo  que  cabalmente  signifi- 
can las  tres  subscripciones  únicas  que  en  el  remate  de  las  actas 
de  este  concilio,  por  vía  de  confirmación,  se  leen: 

«£go  Boso,  sanctae  Anastasiac  cardinalis,  sanctaeque  Romanae  Ecclesiae 
licet  indignus  servus  et  Legatus  consignando  conñrmo. 

Ricardas,  sanctae  Narbonensis  Ecclesiae  Archiepiscopus,  quod  canonice 
íactum  est  conñrmo. 

Berengarius,  Del  gratia  Gerundensis  Ecclesix  Episcopus.» 

La  última  firma  es  la  de  Berenguer  Dalmacio  (l),  obispo  de 
Gerona  durante  los  años  1 1 13- 1 140,  que  en  los  claustros  de 
su  catedral  y  en  presencia  del  cardenal  Bosón,  sentenció  (23 
Abril  1 1 17)  la  causa  pendiente  entre  el  santo  obispo  de  Barce- 
lona y  el  abad  de  San  Cucufate. 

Concillo  de  Segovia  (2  Junio?)  7  de  Tuy 
(1.''  de  Septiembre  de  UIS). 

En  la  Colección  de  Tejada  y  Ramiro,  este  concilio,  como  tan- 
tos otros  españoles,  no  se  registra,  pero  está  claramente  expre- 
sado y  en  parte  descrito  por  la  Historia  Compostelana  (2),  no- 
tándose en  su  exposición  una  circunstancia  que  lo  enlaza  con  el 
concilio  nacional  de  Burgos  (3).  He  aquí,  en  compendio,  la  na- 
rración de  la  Historia: 


(1)  No  puede  confundirse  con  la  de  su  predecesor  Bernardo  Umberto, 
que  asistió  al  concilio  de  Vilabertrán. 

(2)  Libro  I,  cap.  17. 

(3)  Boletín,  tomo  xlviii,  págs.  387-407. 


508  BOLETÍ:^  DB  LA   RBAL   ACADEMIA   DE   LA  HISTORIA. 

Entrado  ya  el  año  Ill8,  las  huestes  acaudilladas  por  la  flor  de 
la  nobleza  de  Galicia,  León,  Asturias  y  Castilla,  y  teniendo  á  su 
frente  la  Reina  Doña  Urraca  y  el  hijo  de  ella,  Alfonso  VII,  se 
corrieron  allá  y  acá  del  Duero  para  talar  la  tierra  castellana 
y  aragonesa,  que  reconocía  por  soberano  á  Don  Alfonso  el  Ba- 
tallador. Diego  Gelmírez,  obispo  de  Compostela,  se  apartó  de  la 
hueste  ó  ejército,  por  dos  motivos:  uno,  por  estar  enfermo  de 
una  pierna,  y  otro,  porque  no  le  sufría  el  corazón  ver  las  depre- 
daciones de  que  era  víctima  el  pobre  pueblo.  Resolvióse,  con 
todo,  de  ir  con  sus  clérigos  á  Segovia,  con  el  objeto  de  reclamar 
para  sí  la  devolución  del  prestimonio  que  había  hecho  á  Mauricio, 
arzobispo  de  Braga,  depuesto  ya  por  Gelasio  II,  en  tales  térmi- 
nos, que  este  pontífice  había  mandado  (25  Marzo  1 1 18)  á  don 
Bernardo,  arzobispo  de  Toledo,  que  procediese  á  promover  la 
elección  de  otro  arzobispo  Bracarense,  sucesor  de  Mauricio,  y 
consagrase  al  electo.  La  elección  recayó  en  Pelayo  Mendes, 
hombre  idiota,  al  decir  de  la  Compostelana.  El  arzobispo  D.  Ber- 
nardo determinó  el  plazo  y  día  (Pentecostés?)  en  que  debía  con- 
sagrar á  su  hechura  en  Segovia  y  reunir  y  presidir  con  esta  oca- 
sión un  concilio.  A  este  concilio  acudió  con  su  persona  Gelmí- 
rez, y  ante  él  entabló  su  petición,  solicitando  del  nuevo  electo 
de  Braga  la  devolución'  sobredicha  (l).  Negóse  D.  Bernardo  á 
entender  en  el  pleito  ó  fallarlo,  antes  de  que  fuese  por  él  consa- 
grado el  electo  de  Braga;  pero,  no  bien  lo  fué,  sobrevino  en  Se- 
govia una  sedición  contra  la  Reina  y  su  ejército,  que  puso  re- 
mora ó  impedimento  á  la  prosecución  de  la  causa.  Los  obispos, 
que  ciertamente  formaron  parte  del  concilio,  además  de  los  arzo- 
bispos de  Toledo  y  de  Braga  y  del  obispo  de  Compostela,  fueron 
los  de  Salamanca,  Osma  y  Oporto,  y  quizá  también  los  de  Oren- 
se y  Lugo;  pero  la  Compostelana,  con  su  silencio,  no  impide  creer 
que  asimismo  concurriesen  otros  prelados.  Resolvióse  que  para 
dirimir  la  causa  se  congregase  otro  concilio  en  Tuy,  el  día  I,**  de 
Septiembre  del  mismo  año;  pero  el  arzobispo  de  Braga,  en  este 

(i)  «Ad  hanc  consecra tionem  venit  prsedictus  Ecclesiae  Beati  Jacobi 
Episcopus,  ut  coram  Archiepiscopo  (Bernardo)  atterisque  PonHficíhus  prac- 
dictum  honorem  Beati  Jacobi  recuperare  posset.» 


CONCILIOS   DE   GERONA,    SEGOVIA   Y  TUY  509 

segundo  concilio  del  año  Ill8,  no  desistió  de  su  porte  inicuo,  y 
supo  dar  largas  á  la  querella  de  D.  Diego  Gelmírez;  por  lo  cual 
éste,  quejoso  del  arzobispo  D.  Bernardo,  comenzó  á  excogitar  los 
medios  que  le  exonerasen  de  la  sujeción  en  que  le  tenía  el  Pri- 
mado de  las  Españas,  á  fuer  de  Legado  ó  Vicario  de  la  Santa 
Sede. 

De  las  actas  del  concilio  de  Segovia  (¿2  de  Junio?  Ill8),  en  el 
cual  no  reparó  Colmenares,  varias  consecuencias  notabilísimas  se 
desprenden : 

I.*  La  justificación  ó  comprobación  de  la  bula  de  Calixto  II 
(5  Marzo  1 120),  donde  indica  que  el  arzobispo  de  Braga,  D.  Pe- 
layo  Mendes,  se  negó  á  cumplir  la  instancia  que  le  hizo  D.  Hugo, 
obispo  de  Oporto,  sobre  lo  acordado  y  preceptuado  por  el  Le- 
gado Bosón  en  el  concilio  de  Burgos  (l). 

2.*  Que  dicho  D.  Pelayo  no  fué  electo  ni  consagrado  arzo- 
bispo de  Braga  en  I II 5,  sino  después  del  25  de  Marzo  de  IH8, 
y  que  fué  consagrado  en  Segovia,  al  celebrarse  el  concilio  de  esta 
ciudad.  Los  autores  portugueses,  cuya  opinión  el  P.  Gamis  no  se 
atrevió  á  combatir,  y  que  anticipan  aquella  elección  y  consagra- 
ción, andan  reñidos  con  la  verdad  manifiesta. 

3.*  Que  siendo  el  arzobispo  D.  Bernardo,  en  1 1 18,  adminis- 
trador de  la  diócesis  de  Segovia,  por  virtud  de  la  concesión  de 
Pascual  II  (17  Marzo  HI2),  no  se  hace  extraño,  antes  bien  se 
infiere  que,  al  concilio,  ni  debió,  ni  pudo  asistir  el  obispo  D.  Pe- 
dro, imaginado  erróneamente  por  Colmenares.  El  tal  obispo  no 
suena  en  ningún  documento  legitimo,  anterior  al  año  1 1 22. 

4.*  Que  Segovia  en  1 1 18  no  estaba  destituida  de  espaciosos 
templos  donde  pudiese  reunirse  el  concilio  y  consagrarse  el  nue- 
vo arzobispo  de  Braga.  Pruébalo  el  testamento  de  Domingo  Pé- 
rez (l.^  Noviembre  II17),  del  cual  sacó  á  luz  Colmenares  (pá- 
gina 187)  una  cláusula  por  demás  expresiva. 

Madrid,  25  de  Mayo  de  1906. 

Fidel  Fita. 


(1)    Boletín,  tomo  xlviii,  pág.  302. 


NOXICIAS 


En  las  sesiones  del  20  y  27  de  Mayo  último,  ante  numerosa  y  distingui- 
da concurrencia  que  llenaba  el  salón  de  actos,  ingresaron  respectiva- 
mente como  individuos  de  número  en  nuestra  Academia,  los  Sres.  D.  Juan 
Pérez  de  Guzmán  y  Gallo  y  D.  Francisco  Barado  y  Font  El  Sr.  Pérez  de 
Guzmán,  después  de  haber  tributado  digno  elogio  á  su  próximo  antecesor, 
D.  Manuel  Danvila,  tomó  por  lema  histórico  de  su  discurso  de  recepción, 
los  dogmas  de  lapolitica  de  Femando  el  Católico^  al  que  contestó,  en  nom- 
bre de  la  Academia,  el  Excmo.  Sr.  D.  Francisco  Rafael  de  Uhagón,  Mar- 
qués de  Laurencín.  Ambos  discursos  fueron  aplaudidísimos,  así  por  el 
fondo  erudito  y  exposición  magistral  del  tema,  como  por  la  elegancia  del 
estilo,  realzada  con  primores  de  entonación  correctísima.  Presidía  el  acto 
el  Excmo.  Sr.  D.  Vicente  Santamaría  de  Paredes,  Ministro  de  Instrucción 
pública  y  Bellas  Artes.  No  menos  se  aplaudieron,  en  la  sesión  del  día  27,  el 
discurso  de  recepción  que  pronunció  el  Sr.  Barado,  y  el  de  contestación, 
que  estuvo  á  cargo  del  Excmo.  Sr.  D.  Julián  Suárez  Inclán,  que  versaron 
acerca  de  D,  Luis  de  Rcquesens  y  la  política  española  en  los  Países  Bajos, 
terminándose  el  acto  con  leer  el  Secretario  perpetuo  de  la  Academia  la 
Memoria  que  se  insertará  en  el  próximo  número  trimestral  del  Boletín,  y 
corresponde  al  triple  objeto  de  conmemorar  el  cuarto  centenario  de  Cris- 
tóbal Colón,  á  las  actas  del  presente  curso  anual  académico  y  á  la  adjudi- 
cación de  premios  otorgados  y  por  otorgar,  que  á  la  Academia  incumbe. 


En  atenta  comunicación  del  22  de  Mayo,  elSr.  D.  Narciso  Díaz  de  Esco- 
var,  corresponsal  de  la  Academia  en  Málaga,  le  participa  lo  siguiente: 

€  Nuevos  hallazgos  arqueológicos,  verificados  en  el  derribo  de  alcazaba 
malagüeña: 

I . — Piedra  jaspe,  que  contiene  este  fragmento  de  inscripción,  de  letra 
casi  cursiva  y  elegante  (siglo  iii): 

ODOMTNTN 

íDILLEIICAVG 

SVMCVRMT 


NOTICIAS.  5 1 1 

2. — Fragmento  de  piedra  común.  Letras  pequeñas  y  bien  formadas. 

j\      •      S     • 
I-   CALPVR 


\ 


TVNA 


[/>(íj)  [Mianibus)  s{acrum) Calpur\nius  For\iuna\tus  h(ic)  s{iius) 

e{st),  S{it)  t\ibi)  tierra)  l(evi5)¥\ 

Consagrado  á  los  dioses  Manes Calpnmio  Fortunato  aquí  yace.  Séate 

la  tierra  ligera. 

Debo  indicar  que  entre  las  monedas  halladas  en  esta  ciudad  en  diferen- 
tes lugares,  se  han  recogido  algunas  que  poseo,  de  la  familia  Calpurnia* 
3.— Otro  fragmento  epigráfico  de  piedra.  Letras  de  baja  época. 


Tal  vez  esta  inscripción  perteneció  á  un  monumento  cristiano. 

4. — Un  pedazo  de  pedestal  de  piedra,  color  de  plomo,  perfectamente 
labrado,  como  de  unos  veinte  centímetros  de  altura,  que  va  de  menor  á 
mayor,  en  el  que  se  lee 

VES 

en  caracteres  muy  bien  trazados. 

5. — Otro  pedestal,  también  incompleto,  más  ancho  que  el  anterior,  pero 
de  menos  altura,  de  igual  piedra;  el  cual  dice: 

CES 

6. — Un  queño  trozo  de  mármol  blanco,  donde  en  letra  pequeña  se  lee: 

1  H     DI 

7. — Un  pedazo  grande  de  piedra  obscura,  que  contiene  tres  renglones. 
En  el  superior  ó  primero  se  destaca  la  segunda  parte  de  un  crismón  del 
siglo  VI  ó  VII.  El  crismón  se  componía  de  una  P,  cuyo  palo,  debajo  del 
bucle  de  la  P,  estuvo  para  trazar  la  cruz  atravesado  por  una  recta  hori- 
zontal, teniendo  debajo  de  sus  brazos  el  cUpka  y  el  ómcga^  no  colgadas,  ó 
pendientes,  sino  aisladas,  exactamente  como  se  ve  en  la  inscripción  de 
Talavera  de  la  Reina  del  año  510,  dibujada  por  Hübner  bajo  el  número 
44  de  sus  Inscriptiones  Híspaniae  ckristianae.  Debajo  del  brazo  de  la  cruz, 
á  mano  derecha  del  espectador,  en  el  presente  epígrafe  malagueño  se  lee: 

TI  •  Rl 
D 


512  BOLETÍN   DE   LA   REAL  ACADEMIA  DE   LA   HISTORIA. 

El  punto  que  separa  TI  de  RI  es  triangular,  indicio  de  antigüedad  y 
probablemente  del  siglo  vl 

8. — Un  embudo  grande  de  barro,  muy  ancho  de  boca. 

9. — Un  capitel  de  columna,  pequeño  romano,  artísticamente  labrado. 

10. — Una  cántara,  de  más  de  medio  metro  de  altura,  que  parece  ser 
ienicia. 

II. — Una  mano  medio  cerrada,  de  barro  blanco. 

12. — Una  lucerna  plana,  de  barro  rojo,  con  labores,  y  en  el  centro  un 
animal  corriendo,  y  parece  ser  león. 

13. — Otra  pequeña  completa,  labrada  con  el  pico  cuadrado,  de  barro 
color  de  plomo. 

14. — Ánfora,  de  un  metro  de  altura. 

15. — Otra,  algo  menor. 

16.— Un  trozo  de  barro  cuadrado,  vidriado  de  verde  en  la  superficie, 
al  parecer  drabCj  teniendo  un  hueco  en  uno  de  sus  lados  del  tamaño  de 
un  peso  duro,  que  le  da  el  aspecto  de  sello,  ó  molde. 

17. — Un  falo,  de  barro  encarnado.  Semejantes  exvotos  solían  consagrar 
á  la  diosa  Cibeles  los  sacerdotes,  del  culto  mitríaco;  los  cuales  por  antíte- 
sis eran  llamados  gallos  6  ar^kigallos.  También  se  consagraban  á  Venus* 
El  Museo  Arqueológico  Nacional  atesora  una  gran  colección  de  estos  obje- 
tos, lúbricos  como  la  religión  idolátrica  de  la  que  tomaron  origen. 

18. — Una  cantimplora  árabe,  bien  conservada. 

19. — Un  anillo,  con  una  esmeralda,  casi  destruido. 

20.— Otro,  con  una  piedra  azul. 

21.— Otro,  de  bronce  con  el  hueco  del  camafeo,  ó  del  sello,  que  ha  des- 
aparecido. 

22. — Otro,  con  una  esmeralda. 

23. -Una  pequeña  cabeza  de  caballo,  hecha  de  barro. 

24. — Una  vasija  grande,  con  la  boca  poco  menos  ancha  que  la  base,  y 
cuatro  pequeñas  asas. 

25. — Una  piedra  obscura,  labrada;  en  cuyo  centro  existe  un  hueco  que 
afecta  la  forma  de  un  cono,  y  parece  ser  también  un  molde. 

26. — Un  pequeño  trozo  de  barro,  en  cuyo  centro  se  dibuja  una  palma  y 
en  cuyos  ángulos  superiores  hay  siete  hileras  de  siete  puntos  en  el  lado 
izquierdo  y  de  cuatro  puntos  en  el  derecho.  Expresan  probablemente  la 
aclamación  de  triunfo  en  la  carrera  del  circo,  repetida  siete  veces;  pues 
con  efecto  los  cuatro  puntos  debieron  representar  la  cuarta  de  las  vocales 
griegas,  y  los  siete  puntos  la  séptima,  formándose  así  la  interjección  grie- 
ga if»j,  persistente  en  la  exclamación  io  ¡triumphel  de  los  romanos. 

27. — Una  lámpara  plana,  de  barro  colorado,  con  cerco  de  flores  y  otros 
adornos,  y  en  el  centro  dos  liebres.  No  está  completa. 

28.— Un  candil  de  bronce  con  su  tapadera. 


NOTICIAS  5 1 5 

29.— Una  piedra  tosca,  labrada,  teniendo  en  su  centro  un  hueco  cua- 
drado como  de  unos  ocho  centímetros. 

30. — Una  piedra  redonda  pequeña,  de  jaspe,  de  unos  tres  centímetro» 
de  altura,  con  huecos  á  los  lados;  y  encima,  una  flor  de  cinco  pétalos  den- 
tro de  una  faja,  ú  orla,  de  figura  elíptica. 

31.— Una  punta  de  casco,  al  parecer  árabe,  de  bronce. 

32. — Una  campanilla,  rota,  de  bronce. 

33.— Una  hebilla  de  cinturón  con  labrado  árabe. 

34.— Una  cuenta  de  collar,  de  bronce. 

Entre  otros  objetos,  hay  vasijas  de  barro,  innumerables,  de  todas  he- 
churas y  tamaños,  fenicias,  púnicas,  griegas,  romanas,  árabes,  que  repre- 
sentan escalonándose  la  historia  de  esta  ciudad.  Se  han  hallado  además  y 
se  conservan  monedas  autónomas  de  Malaca^  Corduba  y  Urso;  imperiales 
muchísimas,  sin  exceptuar  las  del  Bajo  Imperio;  árabes  de  plata  en  gran- 
dísima cantidad;  flechas,  lámparas  de  pico,  vidriados,  azulejos,  morteros; 
trozos  preciosísimos  de  jarrones  árabes,  pitos  de  barro,  adoptados  á  varias 
figuras;  instrumentos  de  labranza;  piletas  mayores  y  menores,  labradas  y 
sin  labrar;  trozos  de  capiteles  árabes,  ladrillos  romanos  redondos,  pedazos 
de  pavimento  hechos  de  piedrecitas  blancas;  puntas  de  lanzas,  pomos  de 
barro;  dédalos  de  bronce,  vidrios  irisados  de  varias  formas;  tapaderas  de 
ánforas  de  barro;  tapaderas  circulares  de  plomo;  una  llave  árabe;  utensi- 
lios de  pesca;  múrices ^  ó  caracoles,  de  los  que  producían  la  famosa  púrpu- 
ra que  Málaga  exportaba;  pedazos  de  escultura;  lamparillas  con  pie  vi- 
driado en  verde,  azul,  sepia  y  blanco,  y  otros  objetos,  que,  por  ser  de 
menos  monta,  no  considero  necesario  mencionar  en  esta  noticia. 


Con  sumo  agrado  ha  recibido  la  Academia  el  donativo,  que  le  ha  hecho 
D.  Joaquín  Montal  y  Biosca,  de  cuatro  excelentes  láminas  fotográficas, 
que  representan  las  más  notables  lápidas  hebreas,  existentes  en  el  Museo 
provincial  de  Barcelona.  Una  de  estas  lápidas  es  antiquísima,  porque  en 
su  reverso,  también  fotografiado  por  el  Sr.  Montal,  aparece  un  fragmento 
de  inscripción  romana  del  primer  siglo  de  la  era  cristiana;  y  en  el  anverso 
que  contiene  la  inscripción  sepulcral  hebrea,  se  descubre  el  carácter  pa- 
leográfico  del  siglo  décimo  ú  onceno. 


Para  cubrir  la  vacante  de  Académico  de  número,  que  dejó  por  fa- 
llecimiento (t  25  Marzo,  1906)  D.  Adolfo  Carrasco  y  Sayz,  ha  sido  elegido 
en  la  sesión  del  18  de  Mayo  el  Sr.  D.  Manuel  Pérez  Villamil,  Director 
que  fué  ele  la  Revista  madrileña  La  ñusiración  católica  autor  de  muy 
doctos  volúmenes. 

F.F. 


índice  del  tomo  xlviii 

Pág». 

Informes: 

I.  Correspondencia  de  la  Infanta  Archiáuquesa  Dona  Isabfl 
Clara  Eugenia  de  Austria  con  el  Duque  de  Lsrma»  (Desde 
Flandesy   años  de  1599  ^  ^^7  y  otras  cartas  posteriores 

sin  fecha,) — Continuación. — A.  Rodríguez  Villa 5 

n.     Santa  Eulalia  de  Abamia, — £1  Marqués  de  Monsalud 40 

in.    De  Granada  musulmana. — El  Baño  de  la  ruina  ó  del  *ax€Ui- 

tary, — Mariano  Gaspar 43 

rV.    Fueros  dados  d  los  moradores  de  Ribas  de  Sil^  por  D.  Alfonso 

IX^  Rey  de  León,  A.  1225, — Vicente  Vignau 53 

V.    Dos  lapidas  visigóticas, — Fidel  Fita 56 

Variedades: 

Interpretación  de  las  fechas  sabáticas  de  los  Judíos, — Exiuar- 
dojusué 63 

Noticias 86 

Adquisiciones  de  la  Academia  durante  el  segundo  semestre  del 
año  1905 89 

Informes: 

I.  Correspondencia  de  la  Infanta  Archiduquesa  Doña  Isabel 
Clara  Eugenia  de  Austria  con  el  Duque  de  Lerma.  (Desde 

» 

Glandes ^  años  de  1599  d  1607  y  otras  cartas  posteriores  sin 

fechai) — Continuación. — A.  Rodríguez  Villa iii 

n.  Documentos  inéditos  del  Cartulario  de  Santo  Toribio  de  Lié- 
baña  (año  831)  durante  los  reinados  de  Alfonso  11^  Rami- 
ro  I  y  Fruela  II. — Eduardo  Jusué 131 

in.  D,  Pedro  Enriquez  de  Acevedo,  conde  de  Fuentes^  gobernador 
del  Estado  de  Milán  en  los  años  JÓoo  á  161  o. — Ampliación 
de  su  concepto  personal, — Cesáreo  Fernández  Duro 139 

rV.   ■  Afielas  de  plomo  halladas  en  aguas  del  cabo  de  Palos, — Ramón 

Laymond  y  Diego  Jiménez  de  Cisneros  y  Hervás 153 

V.    Inscripciones  griegas  y  latinas  y  hebreas. — Fidel  Fita 155 

Variedades: 

El  Monjui  de  la  ciudad  de  Gerona  y  la  sinagoga  y  concejo  he- 
breo  de  Castellón  de  Ampurias. —  Escrituras  de  los  si- 
glos XIII,  XIV y  XF:— Fidel  Fita 169 

Noticias 175 


ÍNDICE  5 1 5 

Pág8. 

Homenaje  postumo  á  la  Duquesa  de  Villahermosa. — El  Marqués  de 
Laurencio 177 

Informes: 

I.  CofTespondencia  de  la  Infanta  Archidiiqutsa  Dona  Isabel 
Clara  Eugenia  de  Austria  con  el  Duque  de  Lerma,  (Desde 
Flandesy  años  de  isgg  d  1Ó07  y  otras  cartas  posteriores  sin 

fecha,) — Continuación. — A.  Rodríguez  Villa 185 

II.    ReUiciones  entre  España  y  Austria  durante  el  reinado  de  la 
Emperatriz  Doña  Margarita^  Infanta  de  España^  esposa 

del  Emperador  Leopoldo  I — A.  Rodríguez  Villa 315 

III.     Lápidas  hebreas  y  romanas, — Fidel  Fita 225 

Variedades: 

Una  inscripción  romana  de  Badalona. — Félix  Torres  Amat.     249 

Noticias 254 


Informes: 

I.     Correspondencia  de  la  Infanta  Archiduquesa  Doña  Isabel 
Clara  Eugenia  de  Austria  con  el  Duque  de  Lerma.  (Desde 
Flandes,  años  de  ISQQ  d  1607  y  otras xartas  posteriores  sin 
fecha,) — Continuación. — A.  Rodríguez  Villa 257 

II.  Limites  probables  de  la  conquista  árabe  en  la  cordillera  Pire- 

naica,— Francisco  Codera 289 

III.  Inscripción  hebrea  de  Barcelona  en  la  casa  núm,  i  de  la  calle 

de  Marlet,-Fiúe\  Fita 311 

rV.    El  Almirante  D,  Antonio  de  Alliri  en  la  Orden  de  Calatra- 

va. — El  Marqués  de  Laurencín 316 

Variedades: 

Judíos  Alfaqueques  de  sarracenos  en  Barcelona, — Fidel  Fita.     332 

Noticias , 333 


Informes: 

I.  Correspondencia  de  la  Infanta  Archiduquesa  Doña  Isabel 
Clara  Eugenia  de  Austria  con  el  Duque  de  Lerma.  (Desde 
Flandes,  años  15Q9  á  1Ó07  y  otras  cartas  posteriores  sin 

fecha.) — Continuación. — A.  Rodríguez  Villa 337 

II.    Monumento  subterráneo  descubierto  en  la  Necrópolis  Carmo- 

nense. — ^^Adolío  Fernández  Casanova 374 

ni.     Renacimiento  ó  movimiento  literario  musulmán, — Francisco 

Codera 3^' 


5  1 6  BOLETÍN  DE  LA    REAL  ACADEMIA  DE  LA   HISTORIA. 

Págs. 

IV.     Concilio  nacional  de  Burgos  (i8  Febrero  iiij), — Texto  iné- 
dito.—Fidel  Fita 387 

V.    Puerta  de  Sevilla,  en  Carmona, — Adolfo  Herrera 407 

VI.    Los  restos  de  Hemdn  Cortés, — Ángel  de  Altolaguirre  ....  410 
Vn.    D,  Pedro  IV  de  Aragón  y  la  Corte  de  Fremcia,—hnge\  de 

Altolaguirre 413 

Variedades: 

Recuerdos  del  Madrid  viejo, — Francisco  Viflals <  1 5 

Noticias 417 

Informes: 

I.  Correspondencia  de  la  Infanta  Archiduquesa  Doña  Isabel 
Clara  Eugenia  de  Austria  con  el  Duque  de  Lerma,  (Desde 
FlandeSf  años  de  isgg  d  160J  y  otras  cartas  posteriores  sin 

fecha,) — Continuación. — A.  Rodríguez  Villa 421 

n.     Gli olcadi  e  gli  andosini  due  popoli  sconosciuti. — Nicolás  Feli- 

ciani , 441 

ni.     Vascos^  iberos,  moros,  bereberes, — Ricardo  Beltrán  y  Rózpide.    458 
IV.     Sello  con  inscripción  drabey  flor  de  lis  descubierto  eu  Tole- 
do,— Francisco  Codera ' 463 

V.    De  la  Paléographie  sémüique, — Dr.  Moise  Schwab 464 

VI.    Nuevas  inscripciones  romanas  y  visigíiticas  de  Extremadura, 

— El  Marqués  de  Monsalud 485 

VII.  El  Monasterio  toledano  de  San  Servando. — Examen  critico 
de  una  bula  de  Pascual  II  y  de  un  diploma  inédito  de  la 
Reina  Doña  Urraca, — Fidel  Fita 492 

Variedades: 

Concilios  de  Gerona,  Segaoia  y  Tuy  en  11 17  y  JI18, — Fidel 
Fita 501 

Noticias 510 


RECTIFICACIONES 


PÁGINA 

LÍNIA 

332 

3 

391 

últ." 

407 

3 

» 

5 

PlCt 


DSB«   flSCIS 


1905 

1884 

donde 
Gerona 


II05 

y  no  tardó  en  ir  á  Gerona.  Alb 
de  esta  ciudad 


■  / 


El  Boletín  de  la  Real  Academia  de  la  Historia  se  publica  todos 
los  meses  en  cuadernos  de  8o  ó  más  páginas,  con  sus  correspondienti^s 
láminas,  cuando  el  texto  lo  exige,  formando  cada  año  dos  tomos  con  sus 
portadas  é  índices. 

Las  suscripciones  dan  principio  en  Enero  y  Julio  de  cada  año. 

PRECIOS  DE  SUSCRIPCIÓN 

Madrid.  .  .     6  meses / Pesetas      9 

—     ...     Un  año —  *^    • 

Provincias.    Un  año —  20 

Extranjero —  22 

Número  suelto —  3 


Los  precios  de  las  obras  de  la  Academia  se  entiende  que  son  para  la 
venta  en  Madrid.  Los  pedidos  para  provincias  y  para  el  extranjero  su- 
frirán el  recargo  correspondiente  de  gastos  de  correo  y  de  certiñcado. 


Lios  pedidoB  deben  dirigiree  a.1  deepaclio  de  lilsros 
de  la.  Aceidemia.  (León,  2i)  ó  éi  la.  Lil^reria  de  M.  MU- 
RILLO,  AloaléL,  7,  Madrid. 


ADVERTENCIAS 


Las  obras  de  la  Academia  se  venden  en  su  despacho, 
calle  del  León  ,21. 

Los  Sres.  Académicos  honorarios  y  correspondientes 
podrán  adquirirlas,  por  una  sola  vez,  con  rebaja  de  40 
por  100  en  los  precios,  siempre  que  hagan  pedido  áirecto 
con  su  firma. 

A  los  libreros  que  tomen  cualquier  número  de  ejem- 
plares se  les  hará  una  rebaja  conveniente,  según  la  cos- 
tumbre recibida  en  el  comercio  de  librería.