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CHARLES SUMNER, LL.D.,
OF BOSTON.
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REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA
TOMO XXXVII
MADRID
ESTABLECIMIENTO TIPOGRÁFICO DE FORTANET
IMPRESOR DB LA BBaL ACADEMIA DE LA HISTORIA
Calle de la Libertad , núm. 29
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«En las obras qus la Academia adopte y publique , cida autor aeré reaponsable de
■uBwertM y opiniones ; el Cuerpo lo «eri Bolamente de que las obras sean acreedoras
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boletín
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REAL ÁCiDEMU DE LA HISTORIA
TOMO XXXVII.— CUADERNOS I-III
XUUO-SEPnEHBRE . 1800
MADRID
ESTABLECIMIENTO TIPOGRÁFICO DE FORTANET
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1:
aQLETÍN
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mía de la historia.
TOMO XXXVII. Julio Septiembre, 1800. cuadernos i-iii.
DOCUMENTOS OFICIALES.
I.
Reseña histórica de la Academia en el año 1899-1900y
leída en Junta pública el 3 de Junio por el Secretario
perpetuo D. Cesáreo Fernández Duro.
Señores:
Por segunda vez me toca hacer resumen de las actas ó sea dar
cuenta de vicisitudes anuales de la Academia, tarea poco amena,
por datos y fechas algo parecida á la de la composición del alma-
naque, si cabe comparar el curso académico con el de los astros,
en que precisamente se ha de verificar, y verifica por sus pasos,
en órbita determinada.
De un modo general corresponden á tres grupos los trabajos.
Informes pedidos por el Gobierno de S. M. ó Cuerpos del Estado.
Inspección de antigüedades y monumentos. Conservación de re-
laciones con las otras Academias de la nación y del. extranjero.
Todos ofrecen campo á observaciones.
Los más de los informes dichos versan sobre el mérito é impor-
tancia de obras cuyos autores solicitaron de la extinguida Direc-
ción general de Instrucción pública, adquisición de ejemplares
con destino á bibliotecas, ó sea auxilio pecuniario que, según el
espíritu de las disposiciones vigentes, se acuerda con preferencia'
6 boletín ob la rbal acadbmia db la histobia.
á trabajos de laboriosa meditación, de considerable costo en el
acopio de materiales, ea la impresión ó en las ilustraciones; tra-
bajos que en razón mi«ma del subido precio á cfue resultan, tanto
como por la especialidad del asunto de que tratan, no suelen en*
contrar en el mercado de la librería el favor á que son acreedores
por su valer real.
Ha habido escritores que, dando ilimitada amplitud á la oferta
de protección, la han pretendido para opúsculos de muy poca la-
bor, y la Academia, sin exceso de severidad, ha puesto correctivo
á las aspiraciones injusliflcadas, teniendo presentes las adverten-
cias de la exposición que encabeza al Real decreto de 29 de Agosto
de 1895, que rige.
«La adquisición de libros para las Bibliotecas públicas — dice —
abre puertas al abuso. Interesa al Estado, al honor del publicista
y á la cultura general que no se compren libros de escaso mérito.
Sería lamentable que el Ministerio de Fomento llevara á las Bi-
bliotecas las obras que no pueden vender sus autores porque no
interesan á nadie.»
En el segundo grupo ha elogiado la Academia el celo de las
Comisiones provinciales de monumentos que, utilizando los esca-
sos recursos facilitados por las Diputaciones, escasísimos en al-
gunas, alendieíoii al aumento y conservación de los museos y á
la investigación del suelo inexplorado. Son de citar especialmente
la de Oviedo, por los descubrimientos hechos en la capilla de
Sania Leocadia y en la cámara sania de la Catedral; la de Cór-
doba, por el hallazgo de un bellísimo mosaico romano á conside-
rable profundidad del terreno, dentro del perímetro de la ciudad
misma; la de Mérida, por el interés mostrado para extraer y con-
servar otros mosaicos, aunque no de tanta estimación, uno de
ellos aparecido en la estación del ferrocarril; la de Segovia, ocu-
pada en la reparación de la torre de San Esteban y en salvar
cuanto sea posible del siniestro de la sinagoga antigua, iglesia y
convento después del Corpus Christi^ reducidos á cenizas en las
primeras horas del día 3 de Agosto último; la de Granada, solí-
cita en reivindicar la posesión de una lápida arábiga, alcanzada
por gestión y desprendimiento de nuestro colega D. Juan Facundo
Riaño, y así las de Gerona, Lugo y otras.
DOCUMENTO» OFICIALES. 7
Pero también se ba visto la Academia eu la necesidad penosa
<le censurar actos excepcionales en poblaciones cuya ilustración
no corresponde á la entidad del vecindario ni á la riqueza común,
advirtíendo en los que dirigen su administración hostilidad abierta
y sistemática contra toda ediñcación antigua^ contra lo bello y lo
respetable, sin más razón ni utilidad que el mezquino aprovecha-
miento de los materiales.
Por contraste es satisfactorio cuanto se reflere á materias del
iercer grupo. Las relaciones literarias, siempre en aumento, se
estrechan y producen incesante cambio de publicaciones con mu-
tua utilidad y acrecentamiento de las respectivas bibliotecas. Y por
cierto que doblemente se celebra la llegada entre tantos libros á
la de este local, de los tomos de Lope de Vega que publica la Real
Academia Española, así por el fondo histórico de las obras del
Fénix de los Ingenios que va colegiendo, como por los comenta-
rios con que las ilustra D. Marcelino Meaóndez y Pelayo, miem-
bro de aquél y de este Cuerpo.
Oportuno es añadir aquí lo notable que por donaciones, muy
agradecidas, ha venido á enriquecerlas existencias.
La Excelentísima señora Doña Emilia Gayangos de Riaño, jun-
tamente con su hermano D. José, entregó 192 volúmenes manus-
critos é impresos eu lenguas orientales, y una colección de cartas
originales de orientalistas de notoriedad, manifestando deseo de
que el conjunto se una á la biblioteca arábiga formada por su
padre, el académico D. Pascual, que posee este Cuerpo.
£1 correspondiente D. Gabriel Llabrós le obsequió con otra co-
lección manuscrita de documentos interesantes á la situación de
los hebreos eu España. Compóneula 113 privilegios otorgados á
los judíos de Mallorca en los años 1247 á 1387, eu clasiñcación
por reinados. .#
En orden distinto son dignos de aprecio el Códice Cospiano^ obra
pictórica de los antiguos Nahuas, que se conserva original en la
Universidad de Bolonia y que ha sido exactamente reproducida
en íotocromografía á expensas del Sr. Duque de Loubat, y el
Codex Telleriano-Remensis, así llamado por haberlo adquirido,
corriendo el año 1700, el Arzobispo de Reims Carlos Mauricio Le
Tellier, y que hoy para en la Biblioteca Nacional de París. Al
8 boletín db la rral academia de la historia.
primero acompaña descripción impresa en castellano con el pri-
mor y delicadeza de todas las obras debidas á la munificencia de
este inteligente americanista y académieo honorario. El segundo»
reproducido con no menor esmero, ofrece la particularidad esti-
mable de tener en cada folio explicación do las ñguras en lengua
castellana. El Dr. E. T. Hamy, Director del Museo etnográfico de
París, ha redactado la transcripción de los comentarios hispano-
mexicanos, ilustrándolos con eruditas noticias.
Son, con éstos, cuatro los códices de la especie que el señor
Duque ha dado á luz y puesto á disposición de los estudiosos que
no puedan examinar los originales ünicos en la Biblioteca vati-
cana apostólica, en el Museo etnográfico de Propaganda Pide y en
los referidos centros de Bolonia y París.
Yiene á ser complemento, porque de tales manuscritos trata,
así como también de las reproducciones del Sr. Duque de Loubat,
el volumen titulado Códice Borgiano. Interpretación por el abate
José Lino Fáhrega, de la Compañía de Jesús ^ con un estudio sobre
los dioses astronómicos de los antiguos mexicanos. Es otro regalo
que la Academia agradece al Sr. D. Alfredo Ghavero, autor de la
disquisición.
También S. A. el Archiduque de Austria, académico honorario,
ha continuado el envío de sus obras espléndidas, remitiendo el
volumen dedicado á Bujía, en el que recoge las memorias subsis-
tentes déla dominación española en aquella plaza, conquistada
por Pedro Navarro.
Por último, requierejusta indicación el agasajo del Sr. D. Pablo
Bosch, de una medalla de plata de 70 mm. de diámetro, de las
que, previo certamen artístico, hizo fundir en honra y memoria
del insigne orador Emilio Gastelar.
Esta reminis<!encia trae acoplada la cita del acta de 24 de No-
viembre, pues no habiendo el tribuno cubierto la vacante de Don
Valentín Garderera, para la que había sido designado, hizo nece-
sario su fallecimiento declararla de nuevo y repetir la elección en
la junta ordinaria de esa fecha, en la que obtuvo la silla el señor
D. Antonio Vives, propuesto por sus dotes de anticuario.
Pocos días después, el 3 de Diciembre, accidente repentino pri-
vó de la vida á uno de los votantes, á D. Antonio María Fabié, coa
DOCUMENTOS OFICIALES. \f
pena de cuantos venían compartiendo con él las tareas^ que por lo
mismo conocían y apreciaban su afición y asiduidad, )a extensión
grande de sus conocimientos, el afán con que procuraba dilatarlos
estudiando los adelantos científicos y el deleite con que se ocu-
paba de materias ó cuestiones no generalizadas, en su numero de
las referentes á la protohistoria, así en nuestra Península como
en los imperios de la India occidental anti-colombiana, que pudo
discutir en los Congresos de americanistas de Copenhague y de
Berlín^ como representante de España, y más tarde presidiendo
el que se celebró en Huelva en solemnidad del cuarto centenario
del descubrimiento que duplicaba el mundo conocido. La Acade-»
mia honró sus condiciones en sesión luctuosa en que no sólo se
mencionaron los trabajos literarios, sino también los servicios
como funcionario integérrimo y las acciones como caballero ge-
neroso. El Ayuntamiento de Sevilla, su patria, le ha honrado pos-
teriormente, acordando que se conozca con su nombre una de las
calles de la ciudad.
La elección de académico que reemplace al Sr. Fabié en el uso
déla medalla nüm. 20, se verificó el 9 de Febrero, obteniendo
nombramiento el señor general D. Julián Suarez Inclán , con el
cual quedó completa la cifra reglamentaria por breve espacio de
tiempo, pues el académico electo D. Isidoro de Hoyos, marqués
de Hoyos, Grande de España, embajador que fué en Viena, dejó
este mundo el 8 de Abril, teniendo preparado el discurso de su
recepción, que versaba sobre los hebreos de origen español resi-
dentes en Austria.
La cifra efectiva aumenta hoy con su ingreso el Sr. Marqués
de Monsalud, cuya disertación acabáis de aplaudir.
Fruto de los cometidos individuales en el año pasado han sido:
Tomos XXXV y xxxvi del Boletín, que comprenden, como de
ordinario, informes, comunicaciones, documentos antiguos, avi-
sos y noticias. Entre éstas son de indicar las relativas al des-
cubrimiento de inscripciones, con las que incesantemente se
aumenta la epigrafía española, y no carece de interés el catálogo
sucinto de censuras de obras manuscritas, pedidas por el Conseja
de Castilla á la Real Academia antes de acordar ó no las licencias
necesarias para la impresión, porque constituye un dato hasta
10 BOLETÍN DB LA RBAL ACADEMIA DK LA HISTORIA.
ahora dosconocido, litil para apreciar el movimieato intelectual
de España en el período comprendido entre los años 1746 y 1833,
al acabar doüuiUvamente la previa censura del libro.
Tomos iiíix y xl del Memorial histórico español, que 90fl v
y VI y último de la Historia crítica y documentada de las Comu-
idades, formada por el Sr. D. Manuel Danvila y Collado con
rovechoso afón, por la luz que irradia sobre un período de agí-'
icióii que desfiguraban leyendas novelescas y relacioues ama-
adas por el espíritu de bandería.
Tomo XII de la Colección de documentos inéditos relativos al
físcubrimiento , conquista y organización de las antiguas posesio-
es españolas de Ultramar, comprensivo de ¡OS Vaticinios de la
érdida de las Indias liechos al Rey Carlos ÍI por el almirante
I, Gabriel Fernández de Villalobos, marqués de Vannas, y de
Igunos otros escritos de este travieso personaje, cuya vida de
venturas proporcionara solaz é instrucción á no haberse enco-
lendado su bosquejo al que os dirijje en este momento la pa-
ibra.
Tomo lis de las Curies de Castilla, que comprende la conciu-
ón de actas de las que se reunieron en Madrid en 1527 y acaba-
)n en ICOl, ordenadas por los Sres. D. Eduardo Hinojosa y don
ntonio Rodríguez Villa.
Tomo III de las Cortes de Cataluña con las liu 13(J8 á 1375, dis-
iiesto por los Sres. D, Fidel Fita y D. Bienvenido Oliver.
Son, pues, siete los voliíuieiius publicados.
Distiiígnensc entre los cometidos especiales de comisión, los
ue atañen al estudio é incidencias del concurso A premios. Dan-
3 prioridad al de la Viutuü que instituyó D, Fermín Caballero,
ajándonoslo por reflejo de la bondad de su alma, se ha solicir
,do para trece personas, igual número que en el año precedente,
)n muy parecidas circunstancias en general; actos laudables en
cumplimiento de los deberes cou la familia; carencia de lo
reciso al sustento de la vida; dolores, amarguras, miserias en
Q, cuyo relato conmueve y atrista. Pero cinco de los memoria-
<s no se ajustan á las condicionen de la convocatoria ó adolecen
i vicios de nulidad expresamente señalados en las cláusulas de
ladacióa, de modo que se reducen á ocho los que tenían que
DOCUMENTOS OFICIALES. 11
ser objeto de comparacióa. En el número sobresalen evidente-
mente los dos cuya síntesis apunto.
Cinco señoras de la Conferencia del Rosario de San Vicente de
Paul, firman con la presidente Doña Felicitas Almagro, viuda de
Modet, la exposición de merecimientos de una buena mujer á la
que visitan y socorren. Manuela Bonet, que así se llama, vecina
de Madrid , de 38 años de edad , casada con un jornalero del que
tiene cuatro hijos, vive en extremada penuria por no ayudar el
caudal de la salud al que produce el trabajo diario de su marido,
fin tales circunstanciáis, falleció en habitación próxima á la suya
Josefa Carriles, dejando en orfandad y desatnparo á un niño de
tres años. Manuela, sin tener relaciones de parentesco ni siquiera
de amistad con la difunta, se hizo cargo desde luego de la desva-
lida criatura, pardeado con ella el pan de las suyas propias, y
aunque his compasivas señoras de la Conferencia de San Vicente
por aliviarla y sin advertírselo obtuvieron plaza en el Hospicio
para el huerfanito, no pudieron conseguir que Manuela Bonet ni
su marido la aceptaran, por temor de que no estuviera el niño
bien asistido ó adquiriera alguna de las enfermedades que suelen
desarrollarse en los asilos de la infancia; tanto cariño le habían
tomado en cinco años pasados desde que le cobijan.
Del otro caso, en todo excepcional, dan cuenta con exposición
de motivos redactada en términos tan concisas como elocuentes,
siete testigos bien conocidos en las esferas de las Ciencias, de las
Letras y de la respetabilidad; D. Santiago Ramón Cajal, D. José
de Ribera y Sana, D. Federico Oloriz, D. José Gómez Ogaña,
D. Benito Hernández, D. Ramón Soler Regidor y D. Salvador
García Mediavilla: D. -Andrés Manjón — refieren — es un sacer-
dote, catedrático de Derecho canónico en la Universidad de Gra-
nada y canónigo en la Abadía del Sacro-Monte de la misma ciu-
dad que, apiadado de la ignorancia y desamparo en que vivían
los hijos de los jilanos que habitan cerca de la abadía citada,
emprendió hace diez años la difícil empresa de educarlos y ha-
cerlos útiles para la sociedad. Fundó con sus propios recursos
escuelas en medio de jardines, donde los niños pobres permane-
cen todo el día, recibiendo gratuitamente educación cristiana,
enseñanza, trato higiénico y alimento y vestido en muchos casos:
12 boletín db la real academia de la historia.
aplicó su inteligencia á inventar procedimientos adecuados á las
circunstancias de sus protegidos; demostró su abnegación em-
pleando su tiempo y su trabajo , sus modestos ingresos y su cré-
dito en el sostenimiento de las escuelas; renunció á una de las
más altas dignidades de la Iglesia española en el tribunal de la
Rota, por no abandonar el cuidado de los 1.500 niños que perso-
nalmente cultiva para el bien, y no satisfecha aún su ardiente
caridad ha creado otra institución en Sargentos, su pueblo natal,
y ha planteado en el año que corre una escuela de artes y oñcios
que asegure el porvenir moral y material de los jóvenes salvados
por él del vicio y de la ignorancia.
Los exponentes acompañan por comprobación, memorias im-
presas en que se explica el sistema original implantado en Gra-
nada y en Sargentos por el 8r. Manjón, y se desarrolla el pensa-
miento con sus progresos desde 1893 hasta el momento actual.
Son documentos de interés que se reproducen eutre los apéndi-
ces de esta reseña, porque concurren con los demás del expe-
diente á la manifestación de una obra perseverante.
Impresionado el ánimo de los jueces por su magnitud y sin-
gularidad, han discutido mucho el fallo, no porque en la apre-
ciación de los hechos les cupiera duda, sino en razón á que, esti-
mando la cuantía de la recompensa ofrecida, adecuada para
satisfacer á necesidades como la de la madre generosa que ha
prohijado á un niño ajeno, pensaban algunos que en la opinión
externa pudieran creerse rebajados ó empequeñecidos los mere-
cimientos del catedrático de Granada, por el hecho de acordarles
lauro que, hecha abstracción de la notoriedad, tan poco significa,
y revelábase en todos el deseo de disponer de recompensa supe-
rior, ó bien el de arbitrar ó de pretender de la entidad alta, dis-
pensadora de gracias y distinciones, galardón honorífico á la
persona y auxilio material á la institución. Impulsos buenos á
no desviar á cuantos los sentían del terreno de la realidad, den-
tro del que la Academia debía limitarse al ejercicio de las fun-
ciones que le están encomendadas; á decidir llanamente, entre
aquellos para los que se ha solicitado el premio de la Virtud, tal
cual está instituido, el que merece preferencia.
Planteada la cuestión en estos términos precisos, aparece que
DOCUMENTOS OFICIALES. 13
la bizarra decisión de Manuela Bonet al amparar á un ser sin
apoyo en el mundo, se ha realizado y realiza cada día por el
canónigo del Sacro-Monte en pro de muchos; de cientos, de más
de un millar; con menos ternura que la de la madre, quizá; con
menos privación, seguramente; pero con mayor utilidad indivi-
dual y de la sociedad á que esos seres pertenecen, siendo preci-
samente norte del filántropo que los acoge, dedicándoles la inte-
ligencia, el tiempo y el caudal, que es como decir la existencia
entera, apartarlos de la senda del mal, criarlos, educarlos, hacer-
los hombres de provecho para la patria y procurarles madre
también, madre espiritual incomparable á la que se acojan en
ios trances infortunados de la vida. En tal sentir la Academia,
por voto unánime, ha concedido 9I premio de la Virtud á D. An-
drés Manjón, fundador y sosteo.edor de las escuelas del Ave
María.
Paemio al talento. Se ofreció en el presente año, según la
fnndación del mismo académico D. Fermín Caballero, «al autor
de la mejor monografía relativa á la Geografía de España en la
Edad Media», y lo han pretendido en tiempo oportuno, D. Ma-
riano Ferrer é Izquierdo, para una monografía tal encabezada
con igual título, trabajo suyo, y Doña Asunción Navarro, viuda
de Ferreiro, para una Carta ó Mapa de España en el siglo xiv,
acompañado de Memoria sucinta descriptiva.
La Comisión de estudio juzgó, sin discrepancia, que la pri-
mera, escrita con plan bien concebido, dividida en períodos con
exposición de los hechos culminantes que en cada uno de ellos
Be fueron sucediendo, y de las alteraciones geográficas ó estado
en que sucesivamente iban quedando los límites de cada pueblo
por consecuencia, adolece de falta de meditación suficiente;
marca de un modo arbitrario los períodos dichos, y resultando
en conjunto obra más bien histórica que geográfica, se resiente
de la precipitación con que sin duda ha sido escrita, pues que la
denuncia la forma misma del manuscrito, por todo lo que, si es
apreciable bajo cierto aspecto y revela dotes muy de estimar en
-8U autor, no puede ser propuesta para premio.
En el Mapa del siglo xiv, estudio gráfico trazado con proliji-
:dad, se nota el desarrollo sucesivo de las regiones de la Penín-
14 boletín DB Lk REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA.
sula, los límites de cada reino de los que fueron naciendo y
ensanchándose en la reconquisla, y los nombres de los pueblos^
jíos y montañas con las alteraciones que sufrieron en el trans-
curso del tiempo. Adviértense en este apreciable trabajo algunos
errores, mas no son de gran monta ni de difícil corrección, y
por tanto parece de aprovechamiento para el estudio de la geo-
grafía de la época á que se refiere, y digno de recompensa.
Sin embargo, en el seno de la referida Comisión surgieron
dudas.
¿Puede adjudicarse el premio al talento creado por D. Fermín
Caballero á un autor que baya muerto antes de anunciarse el
concurso?
¿Gs aquél, premio á la obra ó recompensa y estímulo al autoi?
¿Puede presentarse para optar á este premio el trabajo de un
escritor difunto, ó es el espíritu de la institución que aquél
reciba personalmente la recompensa?
La mayoría de la Comisión misma, vistas las cláusulas del
testamento del fundador y el texto de la convocatoria, informó
que bien sea en el sentido de favorecer la publicación de la obra,
bien en el de remuneración por el trabajo, pudieran concederse
sin violencia las 1.000 pesetas á los herederos del autor de un
estudio tan favorablemente juzgado. Alegó que disposición con-
creta y taxativa para negar la admisión en el concurso no apa-
rece; que ejemplos de otorgar recompensas á producciones de
autores difuntos existen en cambio, y en. virtud de sus conside-
raciones y de alguno de estos ejemplares, explicado, propuso la
concesión del premio al talento para el autor del mapa en
cuestión.
Originó el escrúpulo y parecer de la minoría de la Comisión,
amplio debate de la Academia en pleno, en el cual se considera-
ron antecedentes, que el mapa los tiene.
D. Martín Ferreiro y Peralta, su autor, secretario general de
la Sociedad geográfica de Madrid, fué cartógrafo de merecida
reputación. Formado en los trabajos geodésicos y topográficos
á las órdenes é inmediación de D. Francisco CoelloJ obtuvo
plaza de constructor de cartas en la Dirección de Hidrografía
con grados sucesivos hasta el de teniente de navio de primera
tiv
DOCUMENTOS OFICIALES. 15
clase. Publicó particularmente varias obras, de las que basta
citar aquí el Atlas geográfico de España compuesto de 58 mapas
7 dado á la estampa en 1864. Encariñado desde entonces con la
idea de trazar el general de la Península ibérica en la época de
su gran fraccionamiento, dedicóle toda la atención, acabando*
en 1872 el diseño que presentó en el Ministerio de Marina, de
que dependía, tratando de vulgarizarlo. Fué enviado por aquel
centro á informe de la Academia, que no tardó en emitirlo expo-
niendo, que llega á tal punto la escasez de mapas que ilustrei>
nuestra geografía histórica, que cualquiera que se dedique á
una empresa semejante será siempre merecedor de alabanzas
por el sólo hecho de acometerla, y no sólo de éstas, más de ga-
lardón estimaba á Ferreiro, examinado el trabajo con que de-
mostraba conocimienco9 especiales y grandísimo estudio de las
obras históricas.
Los lunares observados en la Carta eran de corrección fácil, y
no de extrañar, dado que la perfección absoluta en un trabajo de
esta naturaleza, ejecutado por primera vez, es materia de toda
punto imposible. De la misma manera y mucho más que en la
geografía moderna, hay en aquella que enmendar y rectificar de
continuo, porque de continuo van apareciendo en estos estudios
documentos ignorados, noticias desconocidas antes que sitüan
con mayor exactitud los pueblos y las fronteras.
La difícil tarea de construir un mapa histórico con tan notables
condiciones, sin más auxilios que los propios, asf como la suma
de trabajo empleado y de conocimientos que demuestra, puestos
al servicio de la enseñanza, decidieron además á la Academia á
conceder por sí á D. Martín Ferreiro el título de Correspon-
diente.
A pesar del dictamen dicho y de otros favorables emitidos en
las oficinas científicas de la marina, fueron demorando la publi-
cación dificultades del todo ajenas al aprecio de la obra, trans-
curriendo los años con ganancia de ésta, porque ei autor conti-
nuó limándola y añadiendo en el índice de fuentes de informa-
ción cuantos documentos hubo á las manos, hasta que pasó de
esta vida en 1896.
Resultado inmediato de la iniciativa de Ferreiro fué el de pro-
16 boletIn db la bbal acadbwu de la historia.
curar la Academia el estímulo de trabajo? parecidos, á cuyo ñn
abrió concurso ea 1873 para otro Mapa de España á (ines del si-
¿1o XVI, y prorrogó de año en año la convocatoria hasta el de 1879,
«ia que niugúuaspiraate pareciera, aunque era el premio prome-
tido de 3.000 pesetas y 300 ejemplares.
CoDúcido, pues, y juzgado de muy atrás el valor de la Caria de
España del siglo ziv, era natural que la Academia adoplara, como
adoptó, el parecer de la Comisióa especial de premio al talento eu
«I año corrieute. Asimismo ha hecho suyo el de la mayoría de la
referida Comisióa en punto i no existir disposiciones que impidan
Ja admisión al concurso de obras de autores fallecidos, y aunque
con algiin voto de oposición, ha acordado adjudicar aquel premio
s\ D. Martín Ferreiro y entregar el importe á sus herederos.
Pbbhio dbl Barón ob Santa Cruz, db trbb uil pbbbtas. — Era
«I tema señalado «Origen y desarrollo de los Estados pirenaicos
hasta el reinado de D. Sancho el Mayon, y se publicó con adver-
tencia de que «los aspirantes hablau de aportar nuevos datos y
documentos sobre los ya conocidos hasta. el díai.
Tanto coa la prevención como con la entidad de la recompensa
procuraba la Academia dar á conocer el vivo interés que le merece
un asunto que, si no de los menos estudiados, está lodavia com-
prendido entre los más obscuros de la historia patria, á pesar de
los trabajos de escritores navarros como el P. Moret y D. José
Y&nguas, de aragoneses insignes como Jerónimo de Zurita, de
investigadores cual Traggla, sin exceptuar á los académicos que
al comienzo del siglo redactaron el diccionario geográfico de las
provinciai Vateongadas y Navarra, y de los continuadores en
tiempos más cercanos al actual, Lafuente, los hermanos Oliver y
«tros que no han logrado separar por completo á la ficción de la
realidad ó á la leyenda de la historia, y que más bien han reu^
cido la niehla con la disparidad de pareceres, exentos en parle
de la qwUmutí qae MoomwKlabB el P. Mariana llevasen todos apa-
rejada.
Al concurso se han presentado ahora cuatro memorias manus-
critas; una firmada, dos señaladas con lemas, la cuarta sin indi-
cación alguna de quién sea el autor. De corta extensión todas, se
comprende el trabajo de dos de ellas en 43 y 60 páginas respecti-
DOCUMENTOS OFICIALES. 17'
vamenle, subiendo en las otras á 288 y á 300, dato que conviene
asentar, estimando que si en poco espacio cabe el cuadro exacto y
luminoso de un período histórico, para sintetizar estudio que
tenga por base la investigación , se necesitan condiciones de es-
<;ritor poco comunes, que no demuestran los opositores.
Parece más bien por sus memorias que no han comprendido
ó no han fijado bastante la atención en el pensamiento de la con*
vocatoria, pues que se dan por satisfechos haciendo exposicióa
calcada sobre la Historia general, en muy poco distinta de la que
suele exigirse á los alumnos de la segunda enseñanza.
El desempeño del tema requería, ante todo, una preparación
proporcionada á la empresa; aprovechamiento de trabajos ante-
riores condensador con tino en narración precisa; acopio de frutos
recientes extraídos de los estudios auxiliares de la arqueología, de
la etnografía y la lingüística; el esclarecimiento que ofrecen las
obras registradas por Gayangos y Dozy, en principio y progresi-
vamente utilizadas por Saavedra, Codera y los demás que procu-
ran extender su conocimiento; el avance que ha tenido la histo-
ria de Navarra al Norte de los Pirineos, en Francia, y que debe
relacionarse con la de Navarra del Sur, que nos incumbe; por
ultimo, la rebusca de los archivos subsistentes en uno y otro
lado.
Nada de ésto se advierte en las obras de referencia: la de 300
páginas excede á las compañeras en el esfuerzo de erudición; la
de las 288 supera á todas en la crítica, evitando los escollos peli-
grosos de anticipar la fecha de la reconquista en la falda de los
montes y de admitir la existencia de reyes fabulosos; mas es co-
mún en las cuatro la confusión del método, el error on el cuadro
de la dominación mahometana, imperfectamente estudiado, el co-
nocimiento escaso del auxilio que suministran los historiadores
del Mediodía de Francia, y la ausencia de calidades superiores
literarias.
En una palabra, ninguna responde á la condición fundamental
del concurso, ninguna aporta nuevos datos y documentos sobre los
ya conocidos hasta el dia. La investigación de los orígenes del
reino pirenaico no adelanta un paso, queda como estaba antes de
la existencia de estas Memorias.
TOMO XZZTn. 9
' i
.
18 BOLBTÍN DB hü REikL AGADBMIA 0B LA HISTORIA,
La Academia» en todo conforme con el ilustrado dictamen de la
comisión examinadora, que brevemente queda condaosado, deci-
dió, pues, con el sentimiento que en caso» parecidos acreditó
siempre, declarar que no há lugar á la adjudicación del mencio-
nado premio en el actual concurso.
Premio del Barón de Santa Cruz, de uil pesetas. — Ofrecióse
por estímulo á la juventud estudiosa pidiendo disertación manus-
crita sobre las campañas del Rey Fernando el Santo. Ha tenido
un solo pretendiente, D. Modesto Jiménez de Bentrosa, de 24 años
de edad , Licenciado en Filosofía y Letras por la Universidad
Central, y ajuicio de la comisión de examen, aceptado en todos
sus puntos por la Academia, ha hecho buena la convocatoria, jus-
tificando en primer lugar las circunstancias requeridas, de haber
obtenido, en facultad costeada por el Estado, el título dicho con
nota de sobresaliente, y la de haber alcanzado igual nota en los
exámenes de Historia de España, Historia universal y Literatura
española, y además la misma calificación en todas las asignaturas
de la Licenciatura, con premio en ocho de ellas, y por premio
asimismo el referido título de Licenciado.
Es, pueSf uno de los mejores alumnos de la Universidad de Ma-
drid el que animosamente ha respondido al llamamiento de la
Academia, y grato es á ésta declararle digno del lauro por la .cla-
ridad, la sencillez y la apreciación crítica con que ha discurrido
sobre el tema de las campañas del Santo Rey, si merecedoras de
admiración y de recuerdo siempre, de fructuosa remembranza en
estos días.
. Parece mayor y más seguro el conocimiento que el Sr. Jiménez
Bentrosa demuestra tener de las fuentes cristianas que de las ará-
bigas, especialidad ésta hoy por hoy de algunos maestros. En
puntos secundarios ó de pormenor algo hay que reparar y quizá
que corregir, usando del derecho que la Academia se ha reservado
en este caso, antes de que su Memoria se publique; pero conside-
rada en conjunto cual cumple en justicia, es de evidente mérito y
atcredita en los pocos años del autor aventajadas dotes de investi-
gador y de erudito, merecedoras de distinción tan honrosa como
la que este Cuerpo le dispensa adjudicándole el lauro«
Premio del Sr. MarquésdeAledo.— Una Memoria manuscrita.
l-'J-'^.-J-
DOCUMENTOS OFICIALES.
19
que se titula Aleda, su descripción é historia, ha sido presentada
asimismo al concurso, acompañándola pliego en que el autor re-
servaba su nombre hasta que se pronunciara el juicio. En la ex-
tensión se acomoda esta monografía á las exigencias del progra-
ma, 7 en las otras condiciones, algo más difíciles de llenar, tam-
bién. Es trabajo escrito en estilo literario, con sobriedad , con
buena crítica, con conocimientos de los estudios modernos relati-
vos á las antigüedades romanas y á la dominación musulmana, y
con desembarazo bastante para reconocer los errores en que to-
cante á orígenes remotos y á primitivos pobladores de España han
incurrido literatos amigos de consejas.
Describe galanamente los términos de la villa y sus vetustas
fortificaciones; narra los sucesos principales de la reconquista
cristiana, en que hizo papel; se detiene en el relato de la donación
de Aledo por D. Alfonso X á la Orden de Santiago; en el de con-
cesión de fuero especial por el Maestre D. Juan Ossores y en el de
las ocurrencias por las que desde entonces la historia de la pobla-
ción es parte de la de aquella Orden militar, si bien con distin-
ción de los hechos de los Comendadores de su título.
Sirven de complemento al manuscrito varios apéndices en los
que se transcriben íntegros documentos, la mayor parte inéditos,
tomados de los archivos Histórico Nacional y de Simancas, y de
los municipales de Aledo y Totana, ofreciendo en globo testimo*
nio de las dificultades que ha tenido que vencer el compilador con
las escasas fuentes de investigación que se le ofrecían para llevar
á cabo la empresa, tratándose de una villa cuya importancia, más
que civil ó política, fué en esencia guerrera, como defensa fron-
teriza que contenía á los moros en sus territorios y dominios. Por
ello, con la toma de Granada decayó por todo extremo, absorbida
en su existencia municipal y administrativa.
Tanto más se estiman las prendas cuanto más cuestan. La Aca-
demia, en todo conforme con el dictamen razonado de la comisión
calificadora, la cual señala en la obra á más de las condiciones
ya expresadas, la muy apreciable de amenidad de estilo, la de-
claró merecedora de premio, y rota la nema que guardaba el
nombre del autor, adjudica á D. Joaquín Báguena, que declara
serlo, aquél que la liberalidad del Sr. Marqués de Aledo esta-
( •!
. /A:
Y'
Vi
%0 BOLETÍN DE LA REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA.
tuyó> dando ejemplo de amor á su país y á las Letras, digao de
todo elogio y gratitud.
Conclusión:
^ Este cuerpo literario brinda para el año venidero de 1901 con
tres premios; el de «La Virtud», fundado por D. Ferrtiín Caballe-
ro; el «Del Talento», de la misma institución, destinado esta vez
á monografías históricas de localidad ó comarca «de España, y el
establecido por el Duque de Loubat para trabajos de Hiatoria,
Geografía, Arqueología, Lingüistica, Etnografía ó Numismática
de cualquiera de las regiones del Nuevo Mundo, todos ellos segiio
las condiciones especiñcadas en la convocatoria que publicarán,
la Gaceta de Madrid y el Boletín propio. Anuncia también para
el año 1902, dando este mayor espacio de tiempo ala preparación
de materiales, otro de los del Barón de Santa Cruz, á la mejor
monografía histórica y técnica de un arte suntuaria ó decorativa
en España, en una época comprendida desde el siglo xi al xvii
ambos inclusive.
Considera la Academia que el estado de los estudios arqueoló-
gicos, la importancia que dichas artes tuvieron en nuestra patria,,
la necesidad de que se conozcan con fundamento, y el creciente
apego que ios eruditos muestran á estas materias, son circunstan-
cias que despertarán noble emulación entre los estudiosos, con-
tando con la cual, se propone repetir los concursos hasta alcan-
zar una serie de memorias que esclarezcan el historial y la téc-
nica de las industrias artísticas nacionales; cómo han caído y
como han prosperado; á qué inñuencias extrañas ó á qué impul-
sos internos debieron origen y crecimiento, y qué parte tomó
nuestra nación en la vida artístico-industrial de Europa durante
la Edad Media y el Renacimiento.
De este modo es de esperar algo interesante» y cierto de la mi-
niatura, la orfebrería, el esmalte, los tejidos, los marfiles, los me-
tales labrados, los cueros, la tapicería, la cerámica y las demás
artes de adorno cuyos restos son gala de nuestros museos y co-
lecciones, escuela de las industrias modernas y claro espejo del-
trabajo humano en la cultura española.
Abierto el campo, queda también dispuesta la voluntad para-
galardonar á la rectitud y á la laboriosidad.
DOCUMENTOS OFICIALES. 21
APÉNDICES
NÚMERO 1.
Fallecimientos ocurridos.
DE SEÑORES COlUiESPONDIENTBS NACIONALES.
D. Francisco Miguel y Badía, Barcelona.
» Plácido M. de Montoliu, Marqués de Montoliu, Morell.
» Fabio de la Rada y Delgado, Granada.
» Atanasio Morlesín, Madrid.
» Ángel de los Ríos y Ríos, Proaño.
9 Antonio M. de Ariza, Sevilla.
» Antonio Satorras Vilauova, Tarragona.
» Francisco de la Pisa Pajares, Madrid.
» Ramón Font, Gerona.
» Jorge Loring, Marqués de Casa Loring, Málaga.
» Tomás Acero y Abad, Valladolid.
» Mariano Juderías Bender, Madrid.
9 Joaquín Lisbona, Granada.
» Domingo Sánchez del Arco, Cádiz.
DE SEÑORES HONORARIOS Y CORRESPONDIENTES EXTRANJEROS.
Guillermo Charles Piot, Bruselas.
Francisco Martins Sarmentó, Guimaraes.
Joaquín Menant, París.
Daniel Garrison Brinton, Estados-Unidos.
.Gaudeacio Claretta, Turíu.
Bartholomeo Capasso, Ñapóles.
!2 BOLETtK DE LA REAL ACADEMIA DB LA HISTOBU.
NÚMERO 2.
Nombramientos.
DB SBflORBS CORRE8PONDIBKTB8 MACIONALBB.
Juan Pío García y Pérez, Cuenca.
José A. Berrocal, San Peruando.
Guillermo de Guillen García, Montblanch.
Adolfo Cabrera, Las Palmas.
Julio Nombela, Badajoz.
Enrique Romero de Torres, Córdoba.
Sebastián Montserrat, Teruel.
Carlos Morones y Tord, Conde del Asalto, Tarragona.
Narciso Diai de Escobar, Málaga.
Ciríaco M. Sancha, Cardenal Arzobispo, Toledo.
Andrés Alvarez Aucíl, Toledo.
Manuel González Simancas, Toledo.
Carlos de la Plaza, Bilbao.
Enrique Fuster, Conde de Roche, Murcia.
RuQno Machiandarena, San Sebastián.
Enrique Almaraz, Obispo de Palencia.
Manuel Magallón, Soria.
Rafael de la Viesca y Méndez, Cádiz.
Eduardo Moreno y López, Orense.
Bernardo Acevedo, Oviedo.
Eugenio Escobar y Prieto, Plaseocia.
DE SEÍIOHES CORRESPONDIENTES EXTRANJEROS.
ilio Betancourt, Bogotá.
arónOrban de Xivry, LoTayna.
NUMERO 3.
Memorias quo acompañan á la propuesta de premio á la Virtud
'esentada en favor de D. Andrés Manjón.
DOCUMENTOS 0FIGIALB8. 23
Recuerdos de una visita á las escuelas fundadas por
D. Andrés Manjón en el Sacro-Monte de Granada.
En toda sociedad bien organizada hay tribunales de justicia
para esclarecer los hechos criminosos y castigarlos. ¿Por qué no
habría de haber algo semejante para descubrir y premiar las
buenas obras? Pues ese algo es lo que esta noche realiza el Ate-
neo: allá, en Granada, D. Andrés Manjón ejecuta actos que exce-
den por su bondad á lo que la ley más rigorosamente interpretada
pueda exigir al ciudadano; aquí, en Madrid, un alma generosa,
polizonte del bien^ incou el proceso cuya vista solemne celebra-
mos; un sabio ilustre, el Dr. Cajal, acaba de presentar al proce;'
sado como catedrático distinguido, Canónigo de Sacro-Monte,
publicista, sacerdote ejemplar, y, sobre todo, como pedagogo y
modelo de los hombres que España necesita para su regenera-
ción; otro maestro en medicina y en saber amar nuestras gran-
dezas pasadas y presentes, D. Benito Hernando , iniciador y á la
vez relator de esta causa, os habrá hecho sentir y pensar con los
párrafos sublimes de las Memorias de Manjón que acaba de leer-
nos; y vosotros, representantes de la cultura nacional, sois el
jurado que dictará sentencia, á la vez que empezaréis acaso á
ejecutarla concediendo vuestra simpatía, muestro apoyo y aun
vuestras limosnas á la hermosa obra que juzgáis.
Mi papel en esta causa es sólo el de testigo, y prometo cum-
plirlo fiel y verazmente, relatando cuanto recuerdo de mi visita
á las escuelas fundadas por D. Andrés Manjón.
•••
Para quien conozca la ciudad de Granada, es innecesario des-
cribir el delicioso valle que con razón llamaron del Paraíso los
poetas; y para los que no hayan tenido la fortuna de visitar la
ciudad morisca, sería pálida toda descripción, porque la realidad
supera cuanto la imaginación más fecunda pudiera concebir.
Habrán, pues, de contentarse con saber que á unos 2 km. del
centro de la ciudad, hacia Levante, cuando aún no se halla el
Darro aprisionado por los puentes y bóvedas que lo ocultan, al
24 BOLETÍN DB LA RBAL ACADEMIA DE LA HISTORIA.
par que lo envilecen , y contra los que suele protestar rompiendo
'trabas á inundando calles, se desliza el río por el fondo de tene-
brosa grieta labrada en el terreno por el roer continuo de las
aguas durante muchos siglos. Lo estrecho y tortuoso de la sima^
los hondos socavones en que forma remansos silenciosos la co-
rriente, el túnel de verdura que en lo alto construyen los árboles
y arbustos, inclinados como si fueran á precipitarse en el abis-
mo, luces filtradas, rumores misteriosos, todo concurre á dar la
sombría grandeza de un paisaje dantesco, al que se contempla
con el ánimo absorto y encogido en las famosas angosturas del
río Darro.
Pero saliendo de ellas, ¡cuánta luz, cuánto cielo cuánta dul*
zura y serenidad en el ambiente! A la izquierda, apretado bos-
que de avellanos y alamedas frondosas, escala el monte, en cuya
cima, cercado de jardines, destaca airoso el Generalife sus blan-
cas y caladas galerías; á la derecha, las casitas de los cármenes^
medio escondidas entre los árboles frutales, aparecen sembradas
hasta la mitad de la ladera; encima se delinea el camino del Sa-
cro-Monte y resaltan en negro las ahumadas bocas de las cuevas
donde habitan los míseros gitanos; más arriba, las pitas y nopa-
les dibujan las sendas y linderos, y allá, en la cumbre, los par-
dos muros de la ilustre abadía señalan el lugar en que reciben
culto las venerandas reliquias del apóstol y mártir San Cecilio.
Allí el artista ve colmadas sus ansias de belleza; el historiador
contempla frente á frente monumentos que simbolizan las dos
civilizaciones en que se condensa nuestra historia; el antropó-
logo medita en los orígenes y destinos de la raza gitana, y cuan-
do de las enramadas surgen voces infantiles, atenuadas por la
distancia y poetizadas por el sitio y el misterio, que entonan can-
408 patrióticos ó religiosos, el sociólogo piensa en que allí ha es-
tablecido Manjón su admirable taller para formar los ciudadanos
y regenerar los pueblos.
Por aquellos parajes deleitosos iba yo una mañana de Junio^
hace dos años, con objeto de visitar la colonia escolar que ya
conocía por referencias, pero de la que ignoraba con exactitud las
rr
DOCUMENTOS OFICIALES. 25
señas. Buscando á quién preguntarlas reparé en dos chicos que^
delante de mí, seguían también el camino del Sacro-Monte» y
acaso iban ya á las escuelas á pesar de lo temprano de la hora.
Los examiné curiosamente antes de interrogarlos; eran dos tipos
muy distintos: el uno de 10 á 12 años, espigadillo, de cabello
claro y acules ojos , parecía tímido y de pocas palabras ; el otro,
más pequeño en edad y en estatura, morenillOi vivo de ojos y
más vivo aún de movimientos, contrastaba por su incansable
locuacidad y su inquietud de ardilla con el tranquilo continente
de su grave y silencioso compañero.
Al emparejar con los muchachos y preguntar al mayor por las
escuelas, vi con grata sorpresa que los dos se quitaron respecti-
vamente sus boinas ; y no extrañe el que tal rasgo de urbanidad
me sorprendiera, pues no haQe muchos años todavía que, en
aquellos parajes, solía correr el forastero riesgo de sufrir burlas,
injurias y tal vez alguna peladilla al trabar relaciones con la
turba menuda de pequeños salvajes que, dueños del camino, exi*
gían al transeúnte exótico el tributo de limosnas, siempre forza*
das y nunca agradecidas. Satisfizo el menor de los chicuelos mis
jpreguntas, y con verbosidad llena de gracia y de oficiosa corte-
sía se ofreció en nombre de los dos á acompañarme para visitar
la escuela. Acepté gustoso, y empecé, desde luego, la información
que deseaba, manifestando á los chicos mi extrañeza de que á las
seis de la mañana fueran ya á dar sus clases; pero el travieso chi-
quitín me interrumpió diciendo:
— ¡Que es temprano, dice ustedl Pues ya estarán allí casi todos
los chiquillos, y ya estaría yo también hace un rato si no hu-
biera esperado á este posma para ir juntos; pero no crea usted
que vamos á clase; vamos á jugar, y jugando nos pasamos el día
hasta que se pone el sol por San Nicolás, y si á mano viene, don
Andrés deja que se quede por la noche en el carmen alguno que
otro que no tiene casa ni familia; porque, como él dice, mejor s&
duerme en un rincón bajo techado y entre gente3 honradas, que
en los escalones del Campillo, entre granujas y expuesto á que le
cojan por vago los rondines.
Lo de pasar el día jugando me pareció exageración, y como ba-
rruntaba en eso de los juegos todo un sistema pedagógico, inte-
26 boletín db la rbal academia dk la historia.
rrogué al muchacho acerca de ello, pero quedé en la duda, pues
coatestó en seguida:
— ¿Que á qué jugamos? Pues á lo que cae: jugamos á lases-
quinas, al salto de la muerte, á coger la cereza, á moros y cristia-
nos, á soldados, á comidas y á otras muchas cosas. También te-
nemos alguuos raticos de lección; pero en clase no entramos más
que para escribir, y dice D. Audrés que si no rompiéramos tanto
la ropa, nos pondría más tiempo á hacer cosas con la tierra.
— Mas para venir á la escuela tan temprano — dije yo, — tendréis
que TÍvir cerca; porque si no, entre ir á comer á vuestras casas y
ToWer por la larde, perderéis mucho tiempo.
— ¡Quiá, no señor! ¿Pues no le digo á usted que casi ningún
nifio vuelve á su casa hasta la noche? Bl que puede se lleva
su merienda: mire usted aquf la mía; con este pedazo de pan
hay para dos, porque como hay muchos que no tienen qué co-
mer, D. Andrés les da lo que puede, y nos encarga á los que te-
nemos padres con jornal que llevemos de sobra para partirlo con
los amigos. Vo no vivo muy lejos, en el Albaicfn; pero aunque
pudiera comer en mi casa, me gusta más estar de campo todos los
días. Éste, otros dos y yo hacemos rancho y nos divertimos mucho.
— De todas maneras — repliqué, — estos sitios se hallan lejos de
la ciudad, y en invierno, cuando empiecen las lluvias y los hie-
los, no podrán concurrir á la escuela más que los niños que vivan
en estos arrabales.
— Vendrán como ahora, porque como lodos somos pobres, no
le tememos al barro; y sí no, que diga éste si dejará de venir en
invierno, y eso que vive en el barrio de San Lázaro y tiene que
andar más de una legua entre ida y vuelta.
Salió de su mutismo el aludido, y con un aconto que me sor*
prendió por su energía, dijo como si lo jurara:
— Vendré, aunque se hiele hasta el pensamiento; he nacido en
la sierra, andaba por la nieve con agovias 6 sin ellas; D. Andrés
me ha dado zapatos ahora que es verano, con n:ás razón me los
dará para el invierno; y si no tuviera zapatos... también vendría.
— ¡Pues no te ha de dar! — saltó el pequeño. — Zapatos y cuanto
necesites te dará D. Andrés; como que le has entrado por el ojo,
y eso que eres de los de libros; porque ha de saber usted — dijo el
DOCUMENTOS OFICIALES. 27
hablador volviéndose hacia ini-*que éste, tan grandullón y todo
como es, está- en los libros todavía y... vea usted, vea usted cómo
Jos esconde debajo de la blusa; es que se avergüenza de que,
siendo ya tan mayor, está más atrasado que nosotros; pero el
pohretico no tiene la culpa; demasiado sabe para el poco tiempo
que está viniendo á la escuela. Yo tengo menos años, y ya estoy
en cuentas, verbos, triángulos y provincias; pero sabia un po-
-quillo de letra cuando vine con D. Andrés, y hace más de un año
^ue no falto á la escuela ni siquiera un día.
— jY si yo me hubiera criado entre gentes! — exclamó el de los
libros con expresión tal de amargura en sus ojos azules y tristo-
nes, que me sentí conmovido; — pero allá en el cortijo, casi no he
visto más que zorras y cochinos; gracias que ahora sepa hablar
algo más que lo preciso para pedir un cacho de pan; y lo que yo
te digo es que, reviento, ó antes de un mes he deescribir á Ujíjar
por mi mano preguntando si hay noticias de mi padre. %
Me interesó mucho el carácter resuelto del muchacho; le pedí
su historia, me la contó su entrometido compañero, y pronto supe
que aquél se había criado en una cortijada de la Alta Alpujarra,
de donde la miseria ó quizás algún otro motivo menos simpático
había hecho al padre emigrar en busca de trabajo al Moro^ como
decían los chicos. Quedaron la mujer y el hijo del emigrado en
el abandono más completo; viniéronse mendigando hasta Gra-
nada, y en ella vieían: la madre, dedicada á las más rudas faenas
para ganarse el mísero sustento; y el hijo, luchando heroicamente
contra la ignorancia, bajo la dirección y amparo de D. Andrés,
que había descubierto, sin duda, el tesoro de bondad y energía
que el pobrecillo encerraba debajo de su rústica corteza.
»••
Y así, en conversación con los dos escolares, y aprendiendo yo
en ellos mucho más de lo que nunca pudieran figurarse, llega-
mos juntos á la puerta de la colonia, ó, mejor dicho. Portillo,
pues tal parece la humildísima entrada que en la mezquina tapia
da paso á los jardines, y que por única señal de su deslino os-
tenta, pintado sobre el muro, un sencillo letrero que dice: AVE
28 boletín de la bbal academia db la historia.
MARÍA, más como piadoso saludo al visitante que como título
de la grandiosa fundación que allí se ha establecido.
No hallé portero que cerrara el paso; un dependiente de la co«-
lonia que me ofreció sus servicios accedió sin dificultad á mi
ruego de que no interrumpiera sus tareas, y acompañado por mis
dos amiguitos recorrí libremente las enramadas y plazuelas del
hermoso carmen, poblado ya entonces de muchachos, reparán-
dolo todo y pidiendo de todo explicaciones á los mismos bullicio-
sos escolares, que me las daban siempre con simpática mezcla de
infantil confianza y de respeto.
Una verja que tenía por remates grandes letras de hierro, á
la vez que cercaba una parte del terreno, evitando caídas por di-
ferencias de nivel, servía para el juego á las esquinas de qjue me
habían hablado en el camino, y unas veces nombrando la letra
correspondiente á cada puesto, y otras bautizando éstos con nom-
bres geográficos ó históricos, se logra que los pequeños, al correr
de la M á la Z y de la B á la J, aprendan sin trabajo el alfabeto,
y que los grandes, cambiándose de Portugal á Rusia y de Grecia
á Noruega, se familiaricen con los nombres de las naciones euro-
peas, y hasta conserven para siempre el recuerdo de los principa-
les personajes de cada una, pues al empezar el juego, cada niño,
que prefiere un puesto, recibe temporalmente el nombre de la
figura nacional más importante relativa al pueblo representado
por el poste de que arranca el jugador on sus carreras, y al que
debe volver en los intermedios. Un recitado duraote éstos, am-
pilando las nociones histórico-geográficas adquiridas sin trabajo,
en medio de la bulla y algazara, completan la instrucción de los
muchachos^ que atienden sin esfuerzo, por hallarse cansados del
trajín y por considerarse muchas veces aludidos cuando el profe-
sor refiere algunos hechos del personaje que cada uno representa.
Cerca de allí disputaban también de Geografía unos cuantos
muchachos que, sin saberlo, repasaban sin libros sus lecciones,
á la vez que jugaban al salto del carnero ó de la muerte. Uno de
ellos, doblado por la cintura, ofrecía el dorso como barrera; los
demás en fila, habían de saltarla por turno; el primero decía el
nombre de un país, y el que llegaba corriendo á dar el salto tenía
que decir el nombre de la capital sin detenerse; una equivocación
r '
J
wr»
DOCUMENTOS OFICIALES. 29
Ó un retraso en contestar redimían de su incómoda postura al que
hizo la pregunta, y pasaba á sustituirle el que no supo contestarla*
bien ó á tiempo. Solía ocurrir que por malicia ó ignorancia dis-
putaban algunos sobre la exactitud de las respuestas; pero nunca
faltaba algún jugador bien reputado que autoritariamente resol-
tía las dudas, añadiendo detalles y noticias para aumentar su cré-
dito y confirmar su superioridad en materias geográficas. Supe
después que el mismo juego sirve para repetir la tabla de multi*
pilcar, fechas históricas, conjugacioues y otros asuntos adaptables
al sistema de preguntas y respuestas rapidísimas.
En una pila rústica de piedra, con agua corriente, cristalina y
fresca, se sucedían los niños, mojándose con deleite los brazos y
la cabeza y hasta el cuerpo entero, pues bromeando unos con
otros y echándose mutuamente el agua á manotadas, solía ocurrir
que terminara en baño lo que empezó en ablución. Allí era, se*
gún dijo mi pequeño guia, donde jugaba D. Andrés á las cerezas
con los niños socios, y especialmente con los greñudos gitanillos.
Consiste el juego en arrojar cerezas al fondo de la pila y sacarlas
los chicos con la boca, teniendo las manos á la espalda; sumergen
para ello toda la cabeza, hociquean en el agua para coger la fruta;
salen bien remojados, chorreando; se frotan y restriegan por sa-
cudirse pronto y secarse mejor al aire libre, y, empezando por
juego y por codicia, acaban por adquirir hábitos de aseo y gusto
por el cuidado personal y la limpieza. lYerdadero milagro peda-
gógico el de hacer pulcro á un gitano!
Llamaron mi atención unos silbidos que en notas graves y agu-
das, alternadas, y formando series con extraño ritmo, parecían
responderse desde puntos distantes é invisibles: eran ejercicios
prácticos de un sistema especial de comunicaciones por medio de
un alfabeto en que cada combinación de las dos notas representa
una letra, y que también se adapta por medio de 'banderas des-
iguales á la instalación de un telégrafo óptico sencillo como el
que, según dijeron, funcionaba entre la abadía del Sacro-Monte
y la Colonia.
Un muchacho se encaramaba por un árbol para limpiarlo de
las orugas que, gracias á su gran vigilancia y buena vista, había
descubierto entro las hojas; otros regaban con esmero varias
30 BOLBTtN DS LA RSAL ACADEMIA DB LA HISTORIA.
plantas y arbustos del jardlD, y á un chico haragán y descuidado
le iocrepabao duramente sus amigos porque dejaba secar las ma-
las que pusieron á su cargo. Eo loa cármeues escolares cada vege-
tal tiene su infantil protector, que lo cuida con esmero, lo ama j
defiende como á cosa propia, lo examina diariamente siguiendo
con vivo interés su desarrollo, y lo suele exhibir envanecido
cuando resalta por su hermosura y lozanía. Así aprenden los ni-
ños, sin libros ni fatiga, Botánica y Agricultura, y llegan & com-
prender las bellezas naturales, despertándose en ellos el senti-
miento artístico.
Incrustadas en los riisticos muros que sostienen y añrman los
cuadros del terreno vi muchas losas de mármol blanco, que acaso
fueron antes mesas de algún café: son los encerados de aquella
Escuela á cielo descubierto. Aun se reconocían en varias losas,
trazados con carbón, problemas de Geometría, cálculos aritméti-
cos y toscos dibujos, algunos intencionados y grotescos; pero
entre muestras tan diversas de las tareas é inclinaciones de tantos
escolares, reparé con guato en que ni por casualidad había pala-
bras ó dibujos obscenos ó injuriosos. Un niño me preguntó la
hora para comprobar las lineas que, por encargo del Maestro,
tenia que trazar en una de las piedras destinada á ensayos para
la construcción de relojes de sol, y, por los comentarios de los allt
presentes, comprendí que.no les era del todo desconocida la mar-
cha de los aatroa ni la constitución de nuestro sistema planetario.
Pero lo que más me interesó de cuanto llevaba visto fué la
agna obra que un grupo de escolares realizaba al empedrar
^na plazuela, reproduciendo los contornos de un gran mapa dd
wspafia. Los más pequeilos escogían las piedras y las clasiñcaban.
iegdn sus formas, colores y tamaños; otros trazaban las sínuosi-
lades del litoral de Cataluña copiando con la fidelidad posible la-
;iiueta, pintada eu un cartón, que les servía de modelo; varios-
'^ban rellenando con piedras diferentes la tierra y el mar en las
'egiones cuyo trazado habla sido aprobado ya sin duda por los
irectores de la obra, y todos alternaban en los trabajos, disóuttaa
:u exactitud é ilustraban las cuestiones con las noticias y juicios
lersonales que tenían ó formaban sobre ellas. Nadie estaba in-
-tclívo; la Geografía entera de España andaba de boca en boca>
DOCUMENTOS OFICIALES. 31
un tanto corrompida á veces y con algún que otro error nada
pequeño, pero siempre corregida en forma y fondo por alguno de
aquellos Aristarcos en agraz, pues jamás perdonaban los errores
ajenos que estuvieran al alcance de su propia ciencia. Y como
por menguada que fuera la de cada uno, era estimable la que
reunían entre todos, resultaba de aquella confusión aparente una
instrucción mutua tan eficaz y positiva, que de seguro al concluir
la obra, que era por cierto de bastantes días, á juzgar por lo poco
que adelantó á mi vista, saldría sabiendo cada uno por lo menos
tanto como al empezar supieran entre todos.
Y no era sólo esto: allí ejercitaban la observación, la compara-
ción de proporciones, la estimación de las distancias y hasta el
razonamiento, discurriendo sobre las más altas cuestiones de
política, pues ante mí trataron de una, digna del Ateneo. Véase
cómo se produjo:
Reprochaba uno de los mirones que las piedras representativas
de Barcelona y Tarragona estaban entre sí más separadas que lo
correspondiente á los puntos respectivos del modelo, y en el pro-
lijo examen del asunto que con este motivo hicieron varios, caye-
ron en la cuenta de que si había de mantenerse la escala de am-
plificación hasta entonces seguida, no era posible representar
completas las islas Baleares, por falta de terreno. El conflicto era
grave, y hubo diversidad de pareceres: unos querían prescindir
de las islas porque, estando separadas del continente, no formaban
en realidad parte de España; otros preferían sacrificar la escala y
representarlas, aunque fueran muy chiquitas y pegadas á la costa
Levantina, y alguno apuntó con timidez la idea de que podrían
ponerse en cualquier rincón del mapa encerradas en un marquito
propio. Se acaloró la discusión y, aferrados á su parecer los que
seguían el criterio topográfico, llevaban trazas de prevalecer, en la
contienda y de segregar las islas Baleares del territorio nacional,
cuando desde lo alto de un ribazo un político de catorce años
intervino resueltamente en el debate diciendo con imperiosa
autoridad:
— ^Hay que poner las Baleares á todo trance, quepan ó no que-
pan, porque son parte de España, lo mismo que Granada ó Madrid;
y no importa que sean islas, porque también lo son la Habana y
32 boletín db la rbal agadbiiia db la historia.
Manila, que eslán muy lejos, y todo el mundo sabe que pertene'»
cen á España; y por eso, porque son nuestras, están peleando en
aquellas tierras mí hermano y otros muchos conocidos, para que
no se las lleven unos negros muy feos que por allí se crían; y no
hay que hablar más sobre esto, porque está claro como el sol que
donde están los er pañoles es de España.
Mi amigo alpujarreño dijo entonces:
— Pues también el Moro será España, porque allí están mi
padre y otros muchos.
— Como ser nuestro el Moro, todavía no lo es; pero si dan en
ir muchos españoles por allá, lo será muy pronto — replicó sin
turbarse el pequeño definidor de las nacionalidades.
Y como en aquel momento me avisaron que estaba D. Andrés
Manjón en la Colonia, corrí á su encuentro y me quedé sin saber
si al fin decidieron los geógrafos renunciar á la posesión de Ba-
leares, por no tener bastante mar en que ponerlas.
Renuncio á describir la impresión que me produjo el fundador,
y me creo incapaz de trazar su retrato; respeto su humildad, que
le induce á dejar en la penumbra su persona, y confío en que el
relato de sus obras es su mejor semblanza y le dará el relieve y
el nimbo de gloriosa luz que jamás podría darle con sus frases el
más apasionado admirador de su virtud y su talento.
Lo saludé al principio algo aturdido, lo seguí después suges*
tiouado por un encanto indefinible de que no se da él cuenta y
que cautiva en su favor las voluntades, escuché atentamente las
explicaciones que con frases sencillas y en tono familiar me fué
dando de cuanto me enseñaba con amabilidad infatigable; mas
con ser tanto y tan bueno lo que vi guiado por tan bondadoso
cicerone y lo que aprendí de maestro tan original y competente,
confesaré sin rebozo el fenómeno extraño que en mí observo de
que el recuerdo de la primera parte de mi visita á las Escuelas,
la que hice solo y por mi cuenta, se conserva más claro en mi
memoria que el recuerdo de la segunda parte. Acaso la grandeza
de la figura moral de D. Andrés Manjón absorbía de tal modo
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DOCUMENTOS OFICIALES.
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mis facultades, que del tiempo que pasé á su lado sólo me queda
la impresión vaga de algo inmenso, sublime, inexplicable, pero
muy superior á cuanto yo he sentido jamás junto á ningún otro
hombre.
Recuerdo, sin embargo, que recorrimos el carmen ocupado por
las niñas, donde las vimos entretenidas en útiles labores, ó repi-
tiendo atentamente sus lecciones; oí sus cantos y una plegaria á
la Virgen en que pedían para sus bienhechores, tan tierna y con-
movedora, que me hizo humedecer los ojos; revisé algunos diarios
-escritos por las más adelantadas, en los que me pareció hallar un
tesoro para el estudio de la psicología délos niños pobres; visita-
mos luego las obras del templo-escuela, en cuya extensa nave
-estaban los parvulillos sentados sobre gruesos maderos, al cuida-
do de un maestro git¿uio que los doctrinaba, y tan á gusto de los
pequeñuelos, que allí todo era contento y regocijo; pasamos por
otros muchos locales y dependencias de que no sabría dar cuenta
minuciosa, y al llegar á una explanada bastante grande para lo
<iue la inclinación del terreno consiente en aquellos sitios, nos
sentamos como si fuera á darse allí algún espectáculo. En efecto;
una corneta tocó llamada á la carrera, y como por encanto cesaron
los rumores de análisis gramaticales, cálculos aritméticos, lecturas
-é interrogatorios emanados de los numerosos corros ó secciones
que hacían sus ejercicios escolares en las espesuras^ y de cada
enramada saltó un enjambre de muchachos que, confluyendo á
una puertecilla, se perdían por ella para salir por el lado opuesto
•á los pocos segundos, armados con fusiles de madera y ordenán-
dose en ñlas con una rapidez que no habrían superado ciertamente
soldados veteranos.
En menos de cinco minutos quedó formado el batallón; un
coronel minúsculo ordenó maniobras y evoluciones ejecutadas
<X)n precisión maravillosa; y lo más curioso era que las voces de
mando significaban lecciones prácticas de Geografía, pues hacían
que las columnas marcharan hacia Motril ó Alhama, importantes
y^iudades de la provincia de Granada, ó que las formaciones dieran
frente á Madrid, Portugal ó hacia alguno de los puntos cardinales*
Felicité al pequeño coronel por su pericia y su actitud bizarra,
notables sobre todo por recaer aquellas cualidades en un cuerpo
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TOMO XXXTU.
í. BOLBTtN DB LA HBAL .ACADBUIA DB LA HI8T0R
lenguado y endeblucho, y D. Andrés rae hizo notar entonces la-
irtuna de que así sucediera, pues debiendo eichicuelo el mando,
je tan í conciencia desempeñaba, á bus aptitudes y talentos ral-
lares, demostrados desde !os primeros dias y reconocidos por
idos sus subordinados, se acoaturabrabau éstos á la disciplina y
obedecer al mifs inteligente, y no al más fuerte.
Aiin quiso el profundo é ingenioso pedagogo darrae otra
uestra de sns procedí raieutos para enseñar los pasajes princi-
iles de la hisloria patria, y me llevó á una parcela del jardfn
instituida por una línea de pequeños arbustos que trazaba eu
suelo un gran mapa de España. Varias piedras blancas y pocfr
ilientes correspondían á los lugares de más interés histórico, y -
ra piedra más alta hacia en el centro el papel de tribuna, pues
ella se subió un muchacho con una larga vara para hacer se-
des, y empezó á recitar la situación de España en los últimos
ios del imperio visigótico. Dos tropas de chiquilEos se apostaron
itretanto dentro y fuera del mapa: unos dispersos por la Penin-
la y otros agrupados por la parte de África; pasaron éstos el
itrecho poco á poco á medida que el recitador describía la inva-
Sn sarracénica; acudieron los otros hacia el Mediodía para con-
□erla al raando de un improvisado D. Rodrigo, y al decir el cro-
ata la fecha exacta en que se dio la batalla del Guadalete, tra-
ron los dos bandos reñida escaramuza, eu que, para mayor
opiedad, tuvo el rey godo la abnegación de tirarse al suelo para
igirse muerto. Corrieron los cristianos hacia el Norte, apiúá-
nse en Asturias, apareció un Pelayo, se repitieron las batallas
n intermedios de recitados muy nutridos de fechas, nombres y
ticias, huyeron los moros siempre que lo exigió la verdad bis-
■ica, se indemnizaron luego á las órdenes de un Almanzor, que
lió manera de caracterizarse bien con un turbante, y que diri-
i con gran acierto muchas y rapidísimas correrías por toda
Península, hubo batallas de Calataóazor y de las Navas, con
stor y todo, y «e representaron muy al vivo los principales Bpi-
üos de la Reconquista hasta la apoteosis final alrededor de la
)dra que marcaba el sitio de Granada. Y véase cómo en raedia
ra del juego más divertido que pudo imaginarse, repasaron los
icos la lección de Historia, que sabían sin duda, después da.
•%
(1) SegÚD el balance de 1888, ingresaron durante año y medio donativos para el sos-
tenimiento de la Colonia escolar por valor de 38.031,50 pesetas, y se gastaron 53.051.
La diferencia de 15.019,50 pesetas fué satisfecha por D. Andrés Manjón, que no reser-
ya para si absolutamente nada de lo que gana como Catedrático, Canónigo y autmr
4e librofl.
^M
'ii
DOCUMENTOS OFICIALES.
35
varias representaciones, mucho mejor y con más detalles que al-
gunos de nuestros flamantes Bachilleres.
: ' i >,
La mañana había pasado mientras tanto; era preciso volver á la
ciudad, y aunque todavía quedaba mucho bueno por ver, tuve
que resolverme á salir de aquellos jardines encantados, donde
con ser tan bella la naturaleza, parecía eclipsada por la sublime
gnmdiosldad de la transformación de un pueblo, que en su esplén-
dido seno se cumplía.
Al despedirme de D. Andrés le pregunté si había cepillo en
que depositar una ofrenda modestísima, y contestó con estas pa-
labras tan hermosas:
— Hay cepillo porque vivimos de limosnas; pero no tan á la vista
que parezca una mano tendida con descaro al que visita la Colo-
nia, pues el visitarla, es por sí la limosna que más estimo y agra-
dezco (1).
Quise disculpar la pequenez de la mía, y me interrumpió di-
ciendo en tono que pudo ser profético:
— De usted no esperan mis niños el dinero, sino la propaganda;
de más nos servirá el recuerdo qu.e lleva usted de esta visita que
las monedas que nos deja vaciando sus bolsillos: ¡gracias por
haber dedicado algunas horas á la infancia ignorante y desvalida,
y más gracias todavía por lo que hará en favor de ella cuando
tenga ocasión!
¿Será ésta la ocasión prevista por el virtuoso fundador? ¿Resul-
tará tan fecunda como bien intencionada esta sencilla evocación
de mis recuerdos, hecha para difundir la noticia de la obra reden-
tora que se está realizando en la Colonia escolar del Sacro- Monte
de Granada?
..."i.<
'..#
36 boletín DK la RSAL academia de la HISTOBtA.
Sea como fuere, estoy satisfecho de haber empezado á cumplir
la deuda que conmigo contraje, pues sembrando buenos ejemplos
es como se cosechan buenas obras.
FkDBBICO OLÓRtZ.
AtoHM de Madrid, 16 áe Diciembre de IBSa.
Memoria de las Escuelas del Ave María
en Sargentea (Burgos).
I.
Eu Octubre de 1893 se abrió una Escuela de niñas y párvu-
lo,», büjo la advocación del Ave María, en Sargentea de la Lora
(pueblo de la provincia de Burgos) , con el fin, medios y resulta-
dos que aquí se apuntan para recuerdo de quienes lo vieron,
instrucción de quienes piensen utilizarlo y satisracción de cuan-
tos en cualquiera forma í ello contribuyeron, y aun para copiar-
lo, si en algo fuere bueno.
Tienen, además, por objeto especial estas letras dar norma y
señalar mela á las personas que, en muriendo yo (I), dirijan esta
pequeilü obra de la Virgen Marfa , porque es mi más vivo deseo
que vivan de siglo «n siglo y se propaguen y difundan laaEscue-
ins del Ave María, cumpliendo fielmente con su deslino, que es
educar gratis al pobi'e y hacerlo de la mejor manera posible.
II.
Bslá situada la segunda fundación ó Escuela del Ave María,
en un pueblecillo de la provincia de Burdos, llamado Sargentas,
le sesenta vecinos, con título de villa , situada en la Lora,
mo el Cíela rige I* Tierra, si lograra aalvarme por las oraeionei de CDla ni-
uedarian huérfanos cuando yo muriara. porque en trueque de la ílori^'
a babrlk que ;o do lea debiera?
DOCUMENTOS OFICIALES. 37
que es una elevada meseta de los montes de Cantabria , allá por
donde la cordillera ibérica se desprende de la pirenaica para cru-
zar de Norte á Sur toda España.
Es la Lora un páramo que tuvo árboles antes de la desamorti-
zación, Y ^1 c^i^I ^^Y s<^'o quedan brezos y piedras, y es tan frío
que un tercio del año se halla cubierto por la nieve ó el hielo, y
está tan aislado que forma como una fortaleza rodeada de pro-
fundos valles y enriscadas peñas, sin que penetre por allí vía
férrea ni camino real alguno«
¿Por qué fundar en un terreno tal una casa de educación? Por
ser mi pueblo y necesitarlo mucho; porque si es frió y pobre,
el frío favorece el estudio y la pobreza fomenta la humildad;
porque el aislamiento contribuye al recogimiento y á la modestia
en el vestir, y, finalmente, porque allí so contaba con algunos
medios para fundar y sostener la fundación.
Por ser mi pueblo natal , le amo y deseo favorecerle; por estar
muy atrasado é inculto, conviene socorrerle cultivándole y edu-
cándole; por ser frío, la razón domina más fácilmente las pasio-
nes juveniles, y se pueden tener allí clases en el verano; por ser
pobre, se vive en él con suma modestia y baratura; por estar
aislado, viene á ser como un conservatorio en medio de un de-
sierto, donde no llega el ruido que perturba, ni la moda que des-
vanece, ni el escándalo que hiere (cuando no mata) las almas.
Finalmente, allí hay casa, huerta y otros medios económicos,
y de allí salí yo pobre é inculto á sufrir muchos bochornos y
trabajos eui el mundo, por falta de una buena educación prima-
ria; y desde que conocí lo que ésta valía, prometí, si Dios me
daba medios, dotar á mi pueblo de una buena Escuela.
Habita por allí una masa de pueblo sano, laborioso, útil y mo-
desto, que se hará valer, en cuanto se le dé una buena educación,
y no quiero que esta juventud, destinada en parte á emigrar, y
siempre á ganarse el pan con el propio esfuerzo, le falten alas
para volar, como á mi me faltaron en los primeros años de mi
vida.
bolbtIn de la hbal acadkuia db la 1
El fin de esta Escuela,
primario fué educar niñas, y junto á éstas los párvulos,
o las niñas aspiraron algunas al Magisterio, y se orga-
secd6n destinada á ellas. No sabemos si la secdón de
dará de sí con el tiempo otra escuela de niños.
ro educar niñas. — La mujer forma al hombre, y por
eciendo de medios para fundar dos escuelas, una de ni-
•a de niños, preferí la primera. Aa£ miro yo las cosas.
además, en el pueblo hay un maestro con un titulo de
y no lejos de allí [en Quintanilla de Ebro) existe un co-
rtinado á la enseñanza !.■ y 2.*, del varón; mientras que
Qujer no había nada. Procedía, pues, comenzar perlas
á las niñas loa párvulos. — Son las mujeres desde que
equeñas madres que miran con interés y cuidado de tales
jueñitos que les encomieudan; por lo cual sienta bien
ina escuela de niñas mayores otra de párvulos, ya para
iisayen enseñando, ya para que se eduquen atendiéndo-
ara que las cinzayas 6 niñeras, que son niñas mayores,
an del iodo la escuela.
ndo las niñas aspiraron algunas al Magisterio. — Crecie-
qui; comenzaron á venir alumttas, no sólo de los pueblos
sino de otros que distaban siete y más leguas, y se dl-
dos lendeucias, una de las que aspiraban á ser mujeres
»a, y otra de las que pretendían llegar á ser maestras de
)los.
leer, escribir, calcular, coser, etc., y sobre todo, apren-
!er, pensar y obrar en cristiano, deber es de toda alumna;
iliiar lógica y gramaticalmente el pensamiento y expre-
rrectamente, espaciarse por la Geografía é Historia, bor-
Iqujrir conocimiento reñexivo de todas las asignaturas
de enseñarse en una escuela, es deber de las que aspiran
iterio. De aquí la creación de dos clases con sus respecLi~
stras, en relación con esta doble necesidad y tendencia.
DOCUMENTOS OFICIALES.. 89
IV.
¿Se hacen maeUras en Sargentesf
Si por maestra se entiende la que sabe lo que tiene que ense-
nar en una escuela de aldea, en Sargentos se pueden hacer maes-
tras. Si por maestra se entiende la que paga matrículas, gana
•cursos y obtiene títulos, en Sargentes no se pueden hacer maes-
tras, porque este género de ciencia es de la exclusiva del Estado.
Ahora, si se nos pregunta si es posible en dos cursos breves
4e á cinco meses (Decreto de Garaazo) de Escuela Normal, sin
-estudios previos, hacerse maestra de verdad, contestaremos que
no. Y la razón es obvia. En un año se han de estudiar (ni aun*
-que fuera en dos) diez y ocho asignaturas, y no hay cerebro, y
menos si es de mujer ó escolar que empieza, capaz de llevar de
frente, sin confusión ni engaño, tantos libros, de tantas materias
y con tan diferentes programas y maestros.
Si en los Institutos de segunda enseñanza, nuestros hombres
del porvenir (que suelen pertenecer á clase y familia cultas) no
iogran en cinco ó seis años dominar las asignaturas del Bachille-
rato, y salen de allí sin saber nada bien y con el hábito de mi-
rarlo todo superficialmente, ¿qué no sucederá á los pobres que
siguen carrera de Maestros en nuestras Escuelas Normales? En
un año estos infelices (que no tienen cultura ni preparación sufí-
-ciente) han de hacerse pequeños Bachilleres, y como ésto no es
posible, resulta que, en vez de carrera de Maestros, seguirán la
de petulantes, ó á lo más, la de papagayos , más ó menos ensaya-
dos en la repetición de palabras sin substancia.
Se haría, pues, un buen servicio á la enseñanza y otra á las
personas que aspiran á enseñar, con tenerlas tres ó más años es-
tudiando, practicando y preparando aquello que ha de ser objeto
más adelante de matrícula y examen, y, sobre todo, de enseñanza
•en la escuela. Y hé aquí lo que se intenta hacer de la mejor ma-
cera posible en la escuela de Sargentes si Dios nos ayuda y los
liombres no se oponen.
BOLETÍN DB LA KBAL ACADEMIA DE LA HISTOHIA.
inviene educar á loB maestros en él campo ó en la ciudad^
ricos no siguen carrera de maestros; esta carreriUa, ó como
ne, fle halla reservada á los pobres; y como éstos no puedeo
rse el pupilaje, vestido, etc. de la ciudad, resuUa que los
de aldea no pueden sor maestros, si para serlo se los obliga
r donde e¡&lA la Escuela Normal. Luego , una de dos , ó de?
repararse en los pueblos, ó deben renunciar á la enseñanza,
nos dirá que sí no ptieden estudiar para maestros los hijos
lea que no sean riquillos, eu cambio, estudiarán los pobres
I capitales donde las Diputacionea provinciales costeen Bs-
i Normales; y estos ciudadanos, más finos y cultor* que la
del campo, llevarán á los pueblos con la educacióu las bue-
irmas.
sto contestamos: l.'Qne no vemos razón para un tan odioso
egio. 2." Que los hijos de la ciudad no sirven para vivir en
npo.
1 de paso por aquel mi país, y otros que conozco, una serie-
ninable de señonlas á medio hacer, con título de maestras,
denles de varias- norm^iles y ciudades, ó ingertas en ellas,
on una de las calamidades más ridiculas y funestas; porque
íeñan ni pueden enseñar ni educar á los pueblos. Sus tuñ-
le ciudadanía, señorío y petulancia normal se manifiestan
peinado, vestido, alio mirar, despectivo sonreír, rostro ado-
estilo rebuscado con palabra redicha, un cierto despego
3n frecuencia se traduce en soberano desdén ó en aspavien-
esparagismos (así los llama el pueblo), al ver aquellas calles
loquines ni faroles, aquellas casas sin pisos ni balcones,
las iglesias sin órgano, escuelas sin comodidades, boticarias
ano, camisas sin almidón y chiquillos sin zapatos...
es tipos se despegan 6 indigestan á la vez, y como á sentido
co no gana la ciudad al campo, y sabe todo el mundo á los
días el origen , carrera y miseria de aquellas señoras de i
350 pesetas anuales, empiesan maestra y pueblo por no eo-
rse y acaban por divorciarse. Y hoy una y mañana otra,
OOGUIIBNTOS OFICIALES. 41
siempre viendo caras nuevas ó aves úe paso, no permaneciendo
ni identificándose con el pueblo, ni enseñan ni pueden enseñar,
ni educan ni pueden educar. Los pueblos consideran á estas in-
felices criaturas como á unas calamidades que hay que mante-
ner, y ellas á los pueblos como cárceles y destierros. ¿Qué reme-
dio habría para librar al país y á las maestras de tan gravo mal?
Yo no hallo otro mejor y mis práctico que el de hacer maestras
allí, de allí y para allí donde han de servir.
VI.
La aldea para quien de ella sea.
In ómnibus réspice finem: las cosas ?e hacen segiín el fin á que
se ordenan; de otro modo, no sirven, y siendo muy bellas, resul-
tan inútiles. Tal sucede con las Maestras muñecas ó merengues
que do la ciudad son enviadas al campo, las cuales ni saben, ni
pueden vivir en el pueblo, ni hacen otro papel que el del ridiculo
con todos sus primores'y pretensiones. La aldea es para quien de
ella sea; la Maestra de aldea conviene sea de a¿/t, para que ni la
pobreza ni las costumbres le extrañen ni asusten; que se forme
alliy para que no se le llene la cabeza de humo y pretensiones de
señorío y venga á parar en menosprecio de la vida rural; y que
se eduque para alli, esto es, que sepa enseñar lo que allí se ha de
aprender y practicar, que sepa hacer mujeres honradas, modes-
tas, laboriosas, aptas para el gobierno de su casa, que sepan leer,
escribir, calcular, coser, corlar, marcar, barrer, guisar y lavar, y
si algo más aprenden, de ningiin modo sea la inmodestia, el des« '
pego del pobre, las pretensiones ridiculas de salir de su esfera,
con los inconvenientes que de esto se siguen en todos los órdenes.
¿Pero quién, descontada la capital, será capaz de hacer tales
Maestras? lié ahí el problema que trata de resolveren su pequeño
círculo la Escuela de Sargentes, y, Dios mediante, si el Gobierno
y las Normales no se oponen, se resolverá. Allí se están poniendo
las bases para que salgan Maestras hechas en lo que hayan de
enseñar (de esto respondemos), y en disposición de preparar los
jprogramas (¡qué frase!) oficiales, cuando pasen á la capital á reci-
BOLETÍN DE LA RBAL ACADEMIA DE LA HISTORIA.
[ sello de Maestras titulares, medíante un chaparrón de ma-
las y exámenes (y aquí surgen las dificultades).
Lo que cuesta un titulillo.
hubiera ricos que se dedicaran á enseñar al pobre, no habría
idad de pensar en pobres para hacerlos Maestros; pero oo
ay. El oficio de maestro es tan humilde, laborioso, poco con-
ado y mal retribuido, que los padres que algo tienen dedican
lijos á cualquiera otra carrera 6 profesión antes que á Maes-
le Escuela, que es lo ultimo que hay que ser en esta socie-
falsificada y pervertida. Y asi, la educacida primaria de
y pobres está encomeudada exclusivamente á laclase pobre,
i que da Maestros.
nsiderad ahora qué dase de capitalistas serán los que aspi-
regir escuelas de aldea dotadas con 250, .^50 ó 450 pesetas
les, mal pagadas y bien sisadas.
es hé abf nuestro terreno, tal es el campo de nuestras ope-
nes, educar á los pobres por medio de los pobres, hacer
Iros de aldea para la aldea, lo cual ofrece no pequeñas diñ-
des.
DificuUad.—La pobreza. — Necesitan del trabajo para vivir,
íuen con qué comer, se veu apurados para vestir, necesitan
rar libros, pagar matrículas, exámenes y títulos, hacer viajes
tear pupilajes ; en suma, mil pesetas bien administradas en
o, otras mil en comida y cosas lomadas de casa, más lo que
rían si trabtjarnn en las faenas ordinarias de su casa y oficio.
Dificultad. — La falla de cultura. — Cuando se vive en una
ia y sociedad cultas, insensiblemente se vau infiltrando
is ideas y conocimientos que son el patrimonio de todos;
si se nace y cría entre gentes rudas, es necesaria una labor
s ó tres años para poner esas almas en disposición de recibir
i y carrera determinada.
estras aldeanas necesiiau dos ó más años de escuela prima-
repara tori a.
Dificultad. — Las muchas aiignaturas. — Concluida la ensí.
DOCUMENTOS OFICIALES. 43
fianza primaria, comienza la carrera de Maestra, y como las asig-
naturas que se han de estudiar son docena y medía, para hacerse
Maestro elemental á lo Gamazo, exigen, no uno, sino dos ó más
años, para medio aprender tantos libros y materias como en los
índices y programas se contienen.
4.' Dificultad. — El criterio de los jueces, — No basta saber, sino
que es necesario dar gusto á los señores que examinan, y esto es
difícil para quien no puede oir sus lecciones ni la de los prácticos
que dan repasos en consonancia con lo que piden en exámenes
los jueces.
• Como se ve, la obra de hacer Maestros de pobres no es tan fácil.
VIII.
¿Cómo se vencen estas dificultadesf
Atrayendo, trabajando y gastando.
Atrayendo alumnas á la Escuela, que será como el vivero de
donde se han de sacar las plantas, y el laboratorio donde se han
de hacer repetidos ensayos para conocer quién vale y quién no
sirve.
Trabajando las piedras tomadas de esa cantera, para darles
forma y poner en ellas el fundamento de una buena educación,
que es lo más difícil y laborioso que hay en la vida. No sabe lo
que es trabajar quien no sabe enseñar ni educar á pequeños y
pobres.
Gastando en Maestras, Escuelas, libros y enseres todo lo que
es menester para que la enseñanza resulte enteramente gratuita,
regalada, de balde, y la vida sumamente barata, como se verá en
los párrafos que siguen. En las Escuelas del Ave-María á nadie
se lleva nada por enseñarle, y al contrario, á todos sus alumnos
se les dan libros, papel y plumas, y hasta se les obsequia, atiende
y regala por el trabajo de dejarse enseñar.
IX.
El Alumnado.
No puede Sargentes, aldea de 60 vecinos, dar á la Escuela de
boletín db i^ hbai. academia db la historia.
las Diás de 25 alumnos, contando los párvulos y descontando
niños mayores, que tienen su escuela aparte. 6i, pues, la ma-
:ula llegó el curso pasado í 80, 7 pasarán en el presente de
numero las que solicitan plaza de internas, ¿de dónde vienetir
otros pueblos próiimos y lejanos.
iegtiu esto, la gue antes era Escuela de un pueblecillo, tiende
Diivertirse en centro de educación para todo un país; y es lo
! debe desearse, que el bien se difunda.
Sn relación con este crecioiieuto, se ha duplicado el local y el
sonal; ya no hay uua casa, sino dos, .no hay una escuela, sino
I, con sus respectivas Maestras.
Y las forasteras dóude se aposentan? esto merece párrafo
irte.
El internado.
^ra las alumnas forasteras se ha establecido un internado sui
leris. Es un internado sin clausura ni pensión, sin uniforme
reglamento impreso, donde se duerme, guisa, come y estudia
• una peseta al mes. Me explicaré.
liOS que han nacido en la abundancia ó se han criado á lo rico,
entienden cómo pueden gentes pobres costearse un internado,
'oy á enseñárselo con hechos.
}omo la misión de nuestras Escuelas no es educar á ricos, sino
obres, y las niñas, separadas de sus madres, no pueden quedar
icaso en una posada, se ha fundado para ellas un internado,
I barato, que por una pésela al mes se les da casa, cama, coci-
, luz, sal y asistencia, y hasta médico y medicinas. ¿Cómo es
iible ésto? Poniendo la Escuela lo que falta y obligando á la^
ias á servirse á sf mismas.
í no se crea que es tanto lo que falla; porque aquellas gentes
en con poco, y ese poco lo traen de su casa, desde la carraca
i llaman á lo que comen), hasta la jofaina donde se lavan, el
so en que beben y la escudilla en que comen.
DOCUMENTOS OFICIALES. 45
XI.
¿Y el senñcio de criadasf
Eq nuestra Institución no hay amas ni criadas, todas se sirven
á sí mismas. Todas las educandas, por turno, barren, guisan, la-
van, traen agua, hacen sus camas, y si bien hay una mujer que
las suple y guía, ninp^una puede excusarse de hacer su oficio
cuando le corresponda. Las niñas muy mimadas y consentidas
que se resisten obstinadamente á servirse á sí mismas y á servir á
las demás sobran en aquella casa, montada para educar pobres á
lo pobre, y no para fabricar haraganes con moños y tirillas. ¿Qué
ganaría la humanidad con que hubiera un centro más donde se
fomentara la raza de los seres caros é inservibles? Hartos hay, por
desgracia.
Uno de los males de nuestra extraviada raza es la vanidad so-
<^ial, la cual se manifiesta disfrazada con mil nombres (propio de-
coro, honor, rango, posición, dignidad, propia eslima, ocupar su
puesto, no rebajarse, no rebajar la clase, etc., etc.), bajo mil for-
mas; y una de ellas, la más costosa y grave quizá, es la de no ser-
virse á si mismo, la de aparecer ante los demás como señor con
sirvientes, ó por lo menos, como persona que no se rebaja á hacer
lo que suelen los criados, poniendo el puntillo de la negra honri-
lla en ser inútil y gravoso para sí é hinchado y molesto para los
demás. ¡Qué dignidad!
La torcida educación de la casa, de la escuela y déla plaza con-
tribuyen á fomentar estas vanidosas pretensiones de Quijotes, con
ó sin escudero, y se hallan tan extendidas que se reputa dignación
no pequeña y hasta grande humildad que un sacerdote se haga
niño y juegue con los niños ó barra su iglesia; que una monja de
coro lave la ropa, de comunidad ó de la calle; que un maestro de
escuela acompañe á sus discípulos por las calles y esté con ellos
en el templo.
Y si esto pasa con las clases más virtuosas y selectas del mundo
moral, ¿qué no sucederá con el gran mundo de los caballeros y se-
ñorast
I BOLETÍN DE L& HE&L ACADEMIA DE LA HIBTORIA.
Esta earermedad, que con la indolencia ignara yotras, nos han
:cho antipáiicos y ridEculos en nuestras coloaias, y nos ponen
1 berlina ante lodo hombre serio y formal, se fomenta en los
iOtros de enseñanza. Vedlo en las Normales de Maestras. Todas
s alumnas son al.í pobres y todas pretenden pasar por señori-
3, en el vestir, en el peinar, en el decir, en el andar y en el ser-
r; pues por si acaso necesitan llevar un bastidor para bordar 6
1 cajoncito con labores, han de alquilar una criada ó á su propia
adre. ¿Xo es esto ridículo? Pues bien; la alumna que eslo no
ice cae en ridiculo ante esas infelices educandas que así se ol-
dan de lo que fueron y seinutiliíanparaloquehandeser. Y de
les polvos, tales lodos.
¿Cómo tales Maestras podrán bajarse y nivelarse con las alum-
is de una aldea para servirles de modelo? \o les servirán más
en de estímulo para caer en la tentación de emperifollarse é
ncharse pretendiendo plaza de aeñoritas? Decid á estas Maestras
le traigan agua de la fuente, laven la ropa eu piiblico, siembren
escarden las coles de la huerta y hagan otras labores ordina-
)s, decidles que salgan á paseo y jueguea con las niñas, vigilen
tengan á éstas Junto á sí en el templo, etc., etc., y os diriin que
' puede ser, que tienen un título, y que es poner en ridículo la
ise y descender á oñcios de criadas ó de niñeras...
Aquí debo consignar que las Maestras de Sargentos no seaver-
enzan de nad'L que no sea pecado; en casase sirven así mismas
drven á sus alumnas, y fuera de casa acompañan á éslas, y
ando es menester lavan, guisan, traen agua de una fuente le-
ía, limpian y riegan la huerta, y con todo esto ní rebajan el
ulo, ni pierden estima, ní se avergüenzan. ¿Dónde se formaron''
I la colonia escolar y rural del Ave-María.
[>uego no hay necesidad de asistir á las Normales para ser
enos Maestros. Pero dirá alguno: ese es un hecho aislado que
da signiñca; y á esto contestamos con el adagio del pueblo:
aJen hace un cesto hará ciento, si le dan mimbres y tiempo.*
L.0 singular poco ó nada signiñca, en sí mismo considerado;
■o cuando se cita y trae como experimento y ejemplo, aquel
:ho aislado revela toda una ley y aquel ejemplo puede servir de
ín para abrir nuevas vías y orientar las sociedades hacia uue-
DOCDUBNTOS OFICIALES. 47
TOS y más claros horizontes. Entonces lo singular pasa á ser ge-
neral y el ejemplo se constituye en regla.
El hecho es éste: pocos ó muchos, se han hecho Maestros que
sirven, fuera de las Normales; luego se pueden hacer. Si ahora
demostramos que en las Normales ni se forman ni se pueden for-
mar verdaderos Maestros, se seguiría de aquí la necesidad de for-
marlos en otra parte.
Y hé aquí una cuestión, para quien lo sea: ¿El Estado puede \^
sabe hacer verdaderos pedagogos?
Para mí son claros y evidentes estos enunciados, que resuelve»
la cuestión, si la hay.
I.*' Que el Estado no tiene más derecho á hacer Maestros que
tejedores y sastres. (Do aptitudes no hay que hablar; mejor puede
tejer y cortar, que enseñar y educar.)
.2.'* Que si los hace, es porque no hay quien se los dé hechos»
S."" Que en habiendo quien los haga, se abstendrá de ha-
cerlos.
4.^ Que debe propender á descargarse del oñcio de pedago-
go y á fomentar instituciones sociales que tengan aptitudes para
educar.
5.® Que á lo más, podrá exigir condiciones y garantías, y con-
servar, para verlo, un cuerpo de examinadores; pero no un ejér-
cito de Maestros y otro de fábricas para hacerlos por jornadas y á.
hornadas.
^.^ Puesto que el Maestro del Estado, que es Maestro, se tiene
que formar fuera de la Normal, porque allí no hay tiempo de
aprender ni unidad para educar;
Puesto que á la Normal no se va por ciencia, sino por títulos;
Puesto que en el orden moral el Estado no vigila, y en el reli-
gioso admire discrepancias en sus Maestros y no tiene prácticas
religiosas, sin lo cual habrá discípulos buenos y piadosos porque
sí, pero no porque él los forme;
Puesto que los hijos se parecen á los padres, y de padres aban-
donados é indiferentes no suelen salir hijos morales y piadoso»
si otros no los educan;
Puesto que los pueblos están en el orden literario, moral y re-
ligioso á merced de lo que les caiga en la escuela;
'^
rtK DB LA RBAL ACADEMIA DB LA HIBTOBIA.
los padres, cuando pueden elegir libremente, pre-
3 hijos á Maestros con garantías religiosas;
ue cuanto antes se pase del monopolio docente del
sta libertad social y académica; porque aquel mo-
itil Y costoso para los Maestras, nocivo y peligroso
los y esterilizador para todo lo que sea de injciativs
locial.
lo, pues, la hora de hablar claro y de obrar en ver-
justicia y de respetar la libertad, no de unos cuantos
10 de toda la sociedad; si hemos de ir en pos del bien
seguir organizaudo y maHteuieudo mentiras oficia-
sus fuuestas consecuencias, hagamos lo siguiente: lo
ige para ingresar en la Normal, y poco más, basta
> que un Maestro necesita para enseñar; y como
0 lo enseña quien quiere, enseñe también esa adi-
le contenta la Normal con el examen de lo primero,
1 el examen de lo spgundo.
arse solución más barata ni más fácil de hacer. ¿Se
0 só, y me temo que no; porque en esta patria, antes
ndes hombres, y por medio de ellos señora de las
abundan los que peroran y escasean los que piensan
: como hay muchos entorchados y pocos generales,
eos y pocos gobernantes, muchos Maestros y escasos
( hay abundancia de leguleyos y escasean los legis-
le hace, se debe hacer; y mientras no se haga se debe
cueste un ojo de la cara.
XH.
Pretupuetlo.
lerfa insertar una lista de ingresos y gastos; más
otes son pocos y ocultos, y saben todos que no va
lo por ellos donado, paso á indicar las fuentes de
ue cuenta la Escuela, pat^a tranquilizar de paso i
1 desaparezca cuando yo muera. Tiene medios de
■y^^
DOCUMENTOS 0FIGIALB8.
49
vida, 7 sobrevivirá, Dios mediante, al que esto escribe, mu-
chos años.
Los medios económicos con que hoy cuenta se reducen á cua-
tro: 1.* Cuenta con un capital en papel de ese que se corta, y pro-
duce al año unas mil pesetas efectivas. 2.o Tiene además una
huerta y otras fincas adjuntas, que bien administradas dan le-
gumbres y verduras para el puchero. S."" Hay otros dones que no
por eventuales son menos oportunos y providenciales para la sub-
sistencia. 4.* Se ha iniciado la creación de un hato de reses distri-
buidas entre los ganaderos, que andando el tiempo puede dar la
carne que se necesite para la Escuela, si sabe administrarse.
Todos entenderán lo que es cobrar un cupón, cultivar una
huerta y recibir una limosna ó regalo; pero no todos entenderán
lo que es poseer un hato de reses distribuidas entre los ganaderos
para proveer de carne á una Escuela, y se lo voy á explicar.
:»■■
• .'V
XIII.
Un poco de socialismo.
Cuando visito aquella tierra de Cantabria, tan distinta como
distante de la de Andalucía, más de una vez entre aquellas gen-
tes y yo, pasa el siguiente diálogo:
— Buen colegio va usted haciendo; pero Dios haga que no se lo
lleve Pateta,
— ¿Qué quieren ustedes decir con eso?
— Que Dios quiera no se lo lleve el Gobierno.
— No, el Gobierno está interesado en que haya muchas y bue-
nas escuelas, y además, que no es tan malo como ustedes le su-
ponen.
— Lo que es á ladrón pocos le ganan.
— Esa palabra es muy dura y quizás injusta.
— ^¿Pues cómo se llama al que roba lo ajeno?
—¿Y qué os ha robado á vosotros el Gobierno?
— Toda la hacienda del concejo, de la parroquia y de la es-
cuela, que era nuestra.
Teníamos una escuela dotada con fincas propias, y nos las ven»
dio; teníamos una parroquia y curato dotado con tierras y prados
TOVO ZXZVII. 4
bolrtín db la rbal acadbiiia db La historia.
-os y nos los vendió; tuvieron nnestros padres un hospital
etie3 propios, y desapareció; teníamos bienes que llamába-
e propios ó del concejo, porque estaban destinados A satis-
as necesidades de éste, y nos los vendió; hasta la casa co-
lel pueblo, donde se reúne el concejo (concejo es la reunión
:inos y viudas para tratar de los asuntos comunes al pue-
lan querido venderla, y se salvó por un letrero que dice:
de Ajiunlamiento; teníamos terrenos comunei ó decomün
echamiento, para hierbas y lenas, y nos lo vendió; leníamos
jito, y se desvaneció...
ero 08 habrán dado papel.
o hay más papel que los recibos de contribuciones, que
ez son más pesadas.
sas contribuciones se destinan á sostener al Cura, al Maes-
Hospital provincia], etc.
ues ahf está el robo por partida doble, porque antea nos
los bienes con que atendíamos á esas necesidades, y ahora
premia y embarga. para que paguemos con tributos lo que
ios pagado con fincas nuestras y muy nuestras.
0 veo que vuestros ganados pastan en comün, y que ha-
ña para todo el concejo; no será tan general como decís la
ortización.
1 terreno en que pacen nuestros gaúados en común, le he-
mido que comprar como si fuera de los ingleses, y la leña
inte que resta, estamos interesados en que ae acabe cuanto
é ahf por qué el Estado se incauta de los montes, porque
vastan los pueblos.
os montes de encinas y robles que por aquf había, no eraa
ir, sino de siglos y siglos, durante los cuales los adminisi
I, cuidaron y usufructuaron los pueblos que hoy los de-
Por qué hoy no loa respetan y cuidan como antes?
'orque estamos interesados en arrasarlos, descuajarlos ó in-
irlos, para que el Gobierno no los venda, y si los venda,
adié dé nada por ellos. En tal y tal pueblo tenían un esp —
ir tan antiguo como el paraíso; el Gobierno dijo esto e>
DOCUUBNTOS OFIGIALBS. 51
y se lo vendió; lo compró el cacique D. Fulano, y ha costado un
ojo de la cara hacerse con su terreno, ya descuajado, para apa-
centar sus ganados
¿Van entendiendo ya mis lectores algo del socialismo de Es-
tado y de sus consecuencias morales y materiales para los pue-
blos?
En Sargentes y sus contornos, ya porque los han comprado, ya
porque aún no se los han vendido, disponen de terrenos comu*
nes, donde pastan los ganados de todos bajo el cayado de uno ó
más pastores, á quienes pagan entre todos los vecinos en propor-
ción de las reses que cada uno tiene.
Gomo los pastos nada cuestan y la derrama de pastor y tribu-
tos se hace entre los ganaderos (eximiendo á las hermandades ó
cofradías], sólo faltaba que cada uno de éstos se encargara de
mantener una ó más reses en el invierno, á cambio del esquilmo
-(leche, lana y estiércol).
— ¿Queréis, les dije, que vuestros hijos tengan, especialmente
en los llamados meses mayores (Mayo, Junio, Julio y Agosto),
un puchero que comer para que no se desmayen de hambre?
— ¿Y cómo no?
— Pues bien, cuidad vosotros de mi rebaño y yo cuidaré de
-vuestros hijos; mantened por cada hijo una oveja del Colegio,
y yo invertiré el producto de la carne en alimentar y vestir á
nuestros hijos.
— Aceptado, dijeron varios, y se comenzaron á marcar ovejas
<lel Ave-María. El tiempo dirá si este ensayo es algo más que un
vano sueño.
¡Si mis lectores supieran la falta que hace comer para estudiar
y valer!
Nuestra raza está anémica, y la razón principal es que no come
sino poco y malo.
XIV.
El hotiquin.
La botica más próxima dista de Sargentes cuatro horas de ca-
joaino, cuando hace buen tiempo, que en invierno, cuando nieva,
BOLETÍN DB LA REAL ACADBHIA DE LA HISTORIA.
ID expuesto ir á la botica como explorar el polo Norte. Gon>
[a, pues, teñera mano las medicinas mú» urgentes y comu-,
ya para comodidad del Colegio, ya para un caso de aecesid»^
tan fácilmente puede presentarse); y esta necesidad y conve-
cia han sido satisfechas.
1 el Colegio del Ave María de Sargentes se acaba de ioatalar
lequefio botiqulu de urgencia y de necesidad, para bien de
ilumnas, y aun del pueblo, eo caso urgente de asedio por
e.
aa maestra, adiestrada por un farmacéutico, está encargada
lespacho, según las instrucciones y recetas del médico,
'ero esto costará mucho? Hay dos maneras de hacer las cosa»
rico y á lo pobre; si á lo rico, el botiquín puede ser un pozo
i; si & lo pobre, se puede instalar y conservar con poco di-
. En Sargectes, merced al buen deseo y geiieiMíaidad del bo-
io, y con la discreta cooperación del médico, y la escrupu-
administración de la maestra, espero cueste poco la conser-
Jn, como ha costado muy poco la instalación del botiquín.
I para notar lo bien que en todas partes se portan con las es-
as del Ave-María los médicos y boticarios.
XV.
El personal docente,
abrirse la escuela del Ave-María en Sargenles, se puso al
;e de la misma una joven del pueblo, quien la desempeñó'
acierto y gusto, hasta que le fué imposible atender como de-
por haberse casado.
lé entonces á reemplazarla la primera maestra formada en las^
telas del Ave-María de Granada, joven de diez y siete años,
teña, delgada y de aspecto aniñado; mas llevada de un espf-
tal de desprendimiento y abnegación, que no puso reparo,
1 dejar su país, ni en apartarse de sus padres, ni en las mo-
as del viaje, ni en la aspereza del clima, ni en la eztraüesa
ida y costumbres; y supo dar tal impulso á la Escuela, que
9ar de todos los pesares, se hizo necesario enviarle una coi~
ira lomada del mismo Colegio, quien piensa, siente y
DOCUMENTOS OFICIALES. 53
mueve como si ea las dos habitara un solo espíritu. Estas soq las
•dos profesoras que hoy sostieaea y dirigen aquella Escuela, muy
Á gusto de los pueblos. No son sabias, pero les basta saber lo
que traen entre manos y el estar animadas de un buen deseo,
^ue en eso y en todo hace milagros; pues axiomático es que hace
más el que quiere que el que puede.
Es admirable la unión, paz y alegría de estas criaturas, las
más felices que yo he visto en mi vida, á pesar de estar como
<iesterradas en aquel desierto árido y frío, incomunicado con mu-
<;ha frecuencia con el resto del mundo por la nieve y los correos.
XVI.
Clase dominical.
Veréis ahora quién y cómo tiene una clase dominical en aque-
lla escuela para que aprendamos que cuando Dios quiere una
<X)sa, todos le sirven de instrumento. Una buena mujer, que no
sabe eí^cribir ni casi leer, reúne las mujeres de Sargentes en las
tardes de los domingos en el Colegio del Ave-María, y allí las en-
seña á rezar y les explica el Rosario y otras muchas oraciones y
devociones.
Cuando esto vi el verano último, me agradó y sorprendió á la
vez: me agradó, porque ni la ciencia ni la piedad estorban para
nada, y al contrario, sirven para todo; y me sorprendió por la
sencillez y naturalidad con que aquellas reuniones se celebraban.
Sentadas las piadosas mujeres en dos largos maderos recién traí-
dos del monte, con los codos apoyados en las rodillas y la cabeza
descansando entre las manos, oían suspensas, con la boca abierta
y la visia fij.i, las explicaciones que les hacía la señora Torcuata
{que sabe más que un Obispo)^ rezando á continuación, con fer-
vor y á coro, aquello que les había granea y popularmente pin-
tado. Mientras tanto los niños de esas madres mamaban ó dor-
mían en su regazo, y algunos más creciditos jugaban tendidos
en la arena.
Al ver á estos niños y madres junto á aquella mujer devota,
me decía yo: ¿quién sabe si estos niños deberán más á esta im-
provisada maestra de piedad que á cuantos maestros les han de
BOLBTÍN DB LA RBAL ACADBHI* DE LA HISTORIA.
eñar después las letras? Porque es indudable que sus madres-
larles de mamar, les darán juntamenle et jugo del alma, que
a piedad, y así amamanudos, podrán ser bueiios cristianos &
lejorablcs ciudadanos. Para inspirar fe, amor y piedad, no hay
10 una buena madre que cree, ama y ora. Y hé aquí por donde
i cocinera del Ave-María sirve de maestra,
fi madre (q. e. g. e.), no tuvo otra maestra que la piedad, y
una buena madre.
XVII.
Educación moral,
Lunque de letras y arles se procura enaeüar cuanto es menes—
para las necesidades del país y de la clase á que las educaa-
pertenecen, aún debe ser mayor ol cuidado respecto á la eda-
ión moral y religiosa; para con ella ir mejorando á las alum-
y dar un ñu ético á la enseñanza.
>ios, que tiene todas las cosas á su cargo y ha seilalado Snes
eciales á cada una, no se propone en todas ellas sino un soto
supremo; y la educación, que es obra de cooperación para los
93 de la Providencia, y ministerio y representación del supre-
saber y bondad de Dios respecto á su obra predilecta, que es
lombre, ¿no tendrá igualmente en sus Unes parciales un fia
¡versal y supremo? ¿Y si este fin no es hacer á los hombres
lejantes á Dios, esto es, perfectos, como Él es perfeciOj cuál
á?
Mscutan, pues, loa que no saben creer ni pensar en crístianor
rea del fin supremo de la educación; para nosotros es muy
ro y sencillo: hacer hombrcB aptos para cumplir con sus deati-
temporale^ y eternos.
í partir de esta idea, la enseñanza debe organizarse de modo
:, habiendo varias asignaturas y muchos actos, todas y todos
len su fin especial, y se ordenen á un fin primario y soberano,
i es el fin ético, la educación moral del alumno.
j3s Escuelas del Ave María intentan llevar á la práctica ese-
isamiento por los siguientes medios: \.', la tendencia gene
DOCUMBNTOS OFICIALES. 5&
de la enseñanza; 2/, el estudio especial de la doctrina cristiana;
3.% las prácticas de religión; y 4.^, el buen ejemplo.
1.^ La tendencia general de la enseñanza. — No hay asigna*
tura ni lección, que de un modo ó de otro (según la intención de
la escuela), no vaya ordenada á hacer al que la estudia moral y
reflexiva; sea geografía ó historia, aritmética ó gramática; lee*
tura ó canto, todo se intenta aprovechar para que resulte de la
enseñanza una ayuda del alma para bien pensar^ sentir y querer^
á fin de que así sepa el educando vivir, y con su vida honrar á
quien le crió.
2.* El estudio de la doctrina cristiana. — Nuestra moral no es
móvil, aérea, forjada al capricho de éste ó aquel pensador, sino
que tiene principios fijos, reglas concretas, magisterio infalible y
santos fines. El catecismo es el libro donde está condensada la
doctrina acerca de la fe y la moral cristiana; estudiar, explicar é
inculcar esa doctrina, es la obra magna de la familia , del sacer*
docio y del maestro. Hé aquí lo que en este punto procura hacer
la Escuela del Ave María.
Se toma como base un texto, el catecismo de la diócesis; se
enseña en el primer grado lo que es indispensable para salvarse;
se amplía en el segundo á todo el catecismo; se da en el tercero
una explicación amplia del texto por el catecismo explicado de
D. S. Mazo, que es un tratado de moral; y en el cuarto, los que
perseveran, leen y estudian fundamentos de. religión. A la doc-
trina acompaña la historia sagrada y profana, y la parábola, el
ejemplo, la imagen, la poesía y el canto, y se intenta hacer de
cada alumno adelantado un pequeño catequista, ensayando á
todos en diálogos acerca de esta difícil y transcendental ense-
ñanza.
3.* Las prácticas religiosas, — Aunque son varias, no se hacen
pesadas. Guéntanse entre ellas y como generales, el ofrecimiento
de obras y la oración y meditación de la mañana; la Misa diaria
oída con devocionario; el Rosario, que se explica y medita á la
vez todos los días; la visita al Santísimo, símbolo -del amor cau-
tivo y callado de todo un Dios; el examen de conciencia, que
obliga á pensar y reflexionar sobre sus actos; la lectura espiritual
eu libros escogidos, que son maestros muy discretos y santos; el
BOLBTtN DB LA REAL ACA.DKHU DB LA HiaTORIA.
ría, que se reía y canta en cada hora, 7 es como el eco
í; la confesión frecuente, que enfrena, dirige y purifica
mcía; los cantos religiosos de himnos, salmos, etc., etc.,
m de la escuela un coro de ángeles; además de otras de-
i, ya generales, ya peculiares de algunas niñaa.
'■t buen ejemplo, que es lo principal y más fecundo. Te-
maestras de conducta intachable y que se distingan por
d y celo, DO puede menos de engendrarse en las almas
de la virtud; porque si las palabras convencen, los ejem-
mueven y arrastran. Bajo este punto de vista nada tene-
i decir de las maestras de Sargentas; pues, siendo niñas
jad, son ancianas por su cordura, recato y prudencia, y
más ejemplo!) no hubiera de la recta educación de las
, bastarían ellas para acreditarla.
XVIII.
La primera cocinera del Ave Sfaria.
de Febrero del año de gracia de 1898, y á los 74 años do
isó á mejor vida la primera cocinera que tuvo la Escuela
Marfa en Sargentes. Aunque mujer sin letras, supo vivir
tan bien, que la podemos llamar á boca llena maestra
laestras y discfpulas de nuestras escuelas, y como tal
ntamos en estas lineas, para que sirva de consuelo y
esta humilde criatura de familia muy modesta, y ba-
ile muerto el padre antes que le pudiera conocer, con-
madre segundo matrimonio, y la pusieron á servir de
ó niñera desde muy pequeña; por lo cual no pudo asistir
lela.
sin embargo, decía ella, daba vueltas, cargada con mí
rededor de la escuela, y asf aprendí la doctrina cristiana,
taban los niños dentro. Hubiera dado por saber leer la
i mi vida. Para que á las niñas de hoy no les pase lo que
le soy un madero con ojos, quiero que se eduquen, que
«cuela; yo les dejaré mi casilla y un huertecillo, además
acos muebles que tengo, y mientras viva, les guisaré ]
DOCUMENTOS OFICIALES. 57
comida y cuidaré de niñas 7 maestra.» Y así lo hizo: dejó su
pobreza mobiliaria, la casilla 7 el huerto á la escuela, 7 murió
de cocinera, puede decirse , del Ave María, sirviendo, mientras
pudo y á niñas 7 maestra.
Esta mujer piadosa, delicada y tierna, era fuerte é incansable
en las enfermedades de propios 7 extraños, en las muertes 7 des-
gracias serena, en el peligro valerosa 7 tranquila, en el trabajo
briosa 7 constante, 7 en toda su vida, cristiana verdadera de fe
7 con obras.
Cuántas veces arrostró la muerte por caridad, asistiendo en el
lecho, conduciendo al camposanto 7 enterrando por sí misma á
los apestados, á quienes nadie quería asistir ni tocar, por haber
muerto ó enfermado cuantos de ellos cuidaban, incluso el médi-
co. A nadie, fuera de Dios, tuvo nunca miedo, ni á la muerte
siquiera.
Más de cuatro veces estuvo sacramentada 7 ni de casada ni de
viqda, á pesar de tener cinco hijos, pidió más vida sino «la que
Dios quisiera.» Esta confianza ilimitada en Dios le duró toda
la vida. «Deseo morir, dijo al caer herida de muerte, para ver lo
que Dios me tiene preparado» ; 7 este deseo fué creciendo en los
dos meses 7 medio que duró la última enfermedad. «Deseo morir,
repetía, para ver á mi Dios.:»
En todos los actos de su vida tenía por norma acudir al cielo,
pensando 7 obrando siempre en cristiano. Guando 7a viuda, des-
apareció un hijo, sin saber dónde paraba, salió en su busca, 7 no
hallándole, se dirigió á la Virgen del Pilar diciéndola: «Madre
mía, tenía un hijo 7 le he perdido, devuélvemele é iremos juntos
á besar tu pilar bendito.» El hijo pareció, 7 madre é hijo fueron
á besar las plantas de la Püarica. en Zaragoza.
Que era mujer briosa 7 varonil, no obstante su pequeña esta-
tura 7 delicada complexión, lo prueban los hechos siguientes:
le tocó en suerte, al casarse, un marido que al poco tiempo
enfermó, 7 durante veinte años que duró el matrimonio, 7 casi
la enfermedad, ella, mujer pequeña, pero fuerte 7 animosa, se
hizo cargo de la labor que tenían , caminando á las faenas del
campo sola ó delante de los trabajadores, 7 empuñando la esteva
7 la hoz cuando era menester.
BOLRTtN DE Lt REAL ACADEMIA DB LA HISTORIA,
y siete años cumplía el hijo mayor cuando ella qued6
pero le tenía estudiando, y empuñó con decisión la rejada
[ue su hijo QO dejara loa libros»: «Ya que yo sé arar y no
ue aprenda él á leer y estudiar, ■ Y dicho ésto , montando
rocín, salió de noche, sola, recién enterrado au marido, en
to y cruzando diez leguas de mal camino, para decir en
1 al hijo estudiante: «Tu padre ha muerto; encomiéndale
y sigue estudiando, para que cuando seas sacerdote, lo
presente todos los días en la Santa Misa, y á mí con él.
mira al cielo, que desde allí te ve tu padre. Sé lan bueno
adocomo él.» Y llorando un rato con su hijo, pero sin
ríe, valrió á au casa á cuidar de la demás familia, faltando
ara que muriera envuelta por la tormenta de nieve y ven-
ue se levantó en aquellos desiertos y elevados páramos.
' qué, dirá alguno, en este viaje no la acompañó alguna
a? Porque ella no lo consintió. «Los pobres, decía, no ne-
criados; ocüpese cada cual en sus quehaceres, y do ea
dos y pasalicmpos.i
ido aquel hijo, hecho hombre, pudo favorecer á su madre,
> aliviarla del trabajo de labradora, que vistiera con algu-
yor decencia y recibiera para sus gastillos algiin dinero;
la no lo quiso, diciendo: «Para qué quiero yo el dinero, el
I ni los pañuelos de seda? Labradora nací, labradora he
y labradora quiero morir. Con mi tosco sayal y pobre mu-
indo yo más á gusto que la reina de España con sus bas-
de seda y su corona.»
ició que se acercaba la muerte, y antes de caer en cama el
la Purísima Concepción, después de confesar y comulgar,
lidió de la Inmaculada (que nn hijo había comprado para
istaba en la iglesia), y vuelta á su chocita, se acostó, man-
se diera su ropa á los pobres, «porque ella ya no la nece-
y los pobres sí». Y así fué.
e entonces no gustaba le hablaran sino de la muerte y de
¡a. ¿Estará en ella? Yo no lo dudo,
lía le preguntó un hijo qué caja quería para el entierro.
¡jo mío, contestó, eso es vanidad; el mejor ataúd es la
DOCUMENTOS OFICIALES. 59
— ¿Y con qué vestido la atudaremos?
— Con el hábito de San Francisco, que desde joven tengo sobre
mi cama.
Ya al ñnal de su vida, 7 cuando no se podía mover, si no la
movían , observó el médico en ella una dislocación molestísima,
y le preguntó desde cuándo la padecía. *
—Desde veinticinco años, respondió.
Nadie lo sabía.
Por fin se extinguió tranquilamente esta vida, preciosa ante
los ojos de Dios, aunque ignorada de los hombres; se la enterró
en un sábado, el más risueño de aquel invierno, y desde aquel
día todos los sábados voltean alegres las campanillas de Santa
María tocando á gloria. Que allá la veamos, y la veremos segu-
ramente, si la imitamos.
XIX.
Rezad dos Ave Marías.
Merece más alabanzas (porque tiene más mérito) , quien hace
buenas obras que quien escribe sabios libros; y enseña y vale
infinitamente más quien sabe obrar bien, que quien sólo sabe
hablar y escribir elocuentemente. Por eso, y no por fruslería
literaria, se pone á la vista la vida de esa pobre labradora y coci^
ñera, para que alabemos á Dios, que la puso en nuestro camino
y la hizo como fundadora del Ave María, para que la tomemos
como guía y modelo en las luchas de la vida y en el camino del
cielo, y también para que, al encomendarla en nuestras oracio-
nes, confiemos en que sabrá y podrá recompensárnoslas. Porque
si antes era buena, ahora es mejor; si antes era agradecida, ahora
lo es más; si antes era desprendida y generosa, ahora participa
(y sabrá repartir), de las riquezas y misericordias de todo un
Dios.
Rezad por ella un Ave María y otra por mí.
Diciembre de 180S.
Andrés Manjón.
lOLBTtN DE LA RBAL ACADBMIA OB LA HIBTOHIA.
NUMERO 4.
ocatorla para los pramios da 1901 á 1902.
remios instituidos por D. Fermín Caballero.
emio á la Virtud para el año 1901. — Conferirá esta Acá-
a tOOl, un premio de 1.000 pesetas á la Virtud, que será
lo, segdn expresa textualmente el fundador, á la persona
consten más actos virtuosos, ya salvando náufragos,
) ÍDcendios, ó exponiendo de otra manera su vida por la
ad; ó al que luchando con escaseces y adversidades, se
en el silencio del orden doméstico por una conducta pei^
; en el bien, ejemplar por la abaegacióa y laudable por
US semejantes y por el esmero en el cumplimiento de los
con ia familia y con la sociedad, llamando apenas la
de algunas almas sublimes como la suya,
uera que tenga noticia de algán sujeto que se baile com-
en la clasiíicacióa transcrita, y que haya contraído el
Q el ailo natural, que terminará en So de Diciembre
se servirá dar conocimiento, por escrito y bajo su ñrma,
etarta de la Academia, de las circunstancias que hacen
á premio á su recomendado, con los comprobantes ó
mes que conduzcan al mejor esclarecimieulo de los
;o para admitir las comunicaciones de esta Índole termt-
1 de Diciembre de lOÜO á las cinco de la tarde. La Aca-
revio informe de una Comisión nombrada al efecto, resol-
es del 15 de Abril, y hará la adjudicación del premio en
r Junta publica que celebre, dando cuenta del resultado,
remio al Talento para el aiio 11)01. — La Academia otor-
premio de 1,000 pesetas al autor de la mejor Monografía
i la historia de una localidad ó comarca de la nacido
, que se haya impreso por primera vez en cualquiera de
3 años transcurridos desde 1." de Enero de 1897, y que
sido premiada en los concursos de años anteriores, ni
por el Estado ó cualquier Cuerpo oficial.
DOCUMENTOS OFICIALES. 6!
Los autores que aspiren á este premio remitiráa dos ejemplares
de su obra á la Secretaría de la Academia, antes del 31 de Diciem-
bre á las cinco de la tarde. La Academia, previo informe de una
Comisión nombrada al efecto, resolverá cuál de las obras presen-
tadas es acreedora á recompensa, y hará la adjudicación en Jun-
ta pública antes de terminar el año académico de 1900-1901.
Premio instituido por el Duque de Loubat.
IIL Concederá también la Academia, en 1901, un premio de
3.300 pesetas al autor de la obra mejor de Historia, Geografía,
Arqueología, Lingüística, Etnografía ó Numismática de cualquie-
ra de las regiones del Nuevo Mundo, impresa por primera vez en
cualquiera de los cuatro años pasados desde 1.^ de Enero de 1897^
que no haya sido premiada en los concursos anteriores ni costea-
da por el Estado ó por algún Cuerpo oficial.
Los autores que quieran optar á él, remitirán á la Secretaría
antes del 31 de Diciembre de 1900, dos ejemplares, con las señas
de su domicilio, entendiéndose que quedan obligados, en caso de
obtenerlo, á remitir á su costa otros 4 ejemplares á los puntos que
se le indicarán, con arreglo á lo establecido por el fundador.
Premios del Barón de Santa Cruz.
La Academia conferirá el año 1902 un premio de 3.000 pesetas
á la mejor Monografía histórica y técnica de un arte suntuario ó
decorativo en España, en una época comprendida desde el siglo zi
al XVII, ambos inclusive. Los trabajos manuscritos podrán exten-
derse al territorio de Portugal, por la unión estrecha en que se
desarrolló la civilización en ambas naciones; deberán presentarse
en la Secretaría antes del 31 de Diciembre de 1901 á las cinco de
la tarde; tendrán extensión apropiada al asunto de que traten, con
datos y documentos nuevos, procedentes de los veneros históricos
de nuestra patria. Examinados previamente por Comisión nom-
brada al propósito, resolverá la Academia cuál sea acreedor á la
recompensa, y la adjudicará en Junta pública antes de terminar
el año 1902.
BOLKTIN DB la real AGADBUIA DV la HISTOBIA.
lerva la misma Academia la facultad de coaceder un accésit
lor quo fijará al apreciar los trabajos que se presenten al
rso.
Condiciones generales.
obras dedicadas á los efectos de esta convocatoria, ban de
escrilas en correcto castellano y serán presentadas en la So-
la dentro del plazo que para cada uno de los premios se fija.
Irid, 3 de Junio de 1900. — Por acuerdo de la Academia, el
'ario perpetuo, CesArbo PsRKitttDBZ Dtmo.
DOCUMENTOS OFICIALBS. 63
11.
Índice de informes pedidos por el Gobierno de S. M. y
Cuerpos del Estado á la Real Academia de la Historia ^
evacuados por ésta (1).
1800. — Sermón predicado en México en la fiesta de Ntra. Sra. de
Guadalupe por Fr. Servando Mier. — D. Vicente G. Aruao.
Falsa interpretación dada por el Gura de Escalonilla D. Luís
Garlos y Züñiga á ciertas inscripciones. — D. José de Guevara y
D. José Banqueri.
1802.— Antigüedades descubiertas en Osuna.— D. Diego Gle-
mencín.
Antigüedades descubiertas en Alcalá de los Gazules. — D. José
Gomide.
Inscripciones y otras antigüedades halladas en Ubrique. —
D. Diego Glemencín.
1803. — Petición para el archivo de la Academia de las Memo-
rias y apuntamientos de inscripciones antiguas del difunto Don
Gandido M. Trigueros que existían en la Biblioteca de los Estu-
dios Reales. — D. Joaquín J. de Flores.
Monumentos antiguos descubiertos en Elche.— D. Juan Pérez
Villamil.
Impresión de las obras del rey Alonso el Sabio.— D. Francisco
Martínez Marina.
1804. — Sepulcro en la iglesia de Miedos (Galatayud) que se
supone ser de la infanta Doña Leonor, hija dol rey D. Alonso el
Sabio. — D. Diego Glemencín.
1806.— Antigüedades encontradas entre las villas de Poza y
Salas de Bureba. — D. Joaquín J. de Flores.
1808. — ^Yalor de los florines de oro de Aragón por los años de
14t4.~D. José A. Gonde.
(1) Lo8 informes ríe censura de obras hasta el año 1883, están incluidos en el CatA-
lo^ pablieado en el Boletín tomo xzxv, páginas 98M3I.
boletín db la real academia db la historia.
ipciones para la moneda del rey Femaado VII. — Señores
Vargas, Clemencia y Bamba.
— Pr(>yecto de restauración de los sepulcros de varones
I españoles. — Informado por los Sres. D. Francisco M. Ma-
3. Juan Geán Bermüdez.
—Conveniencia de reunir y conservar en Mérida los res-
lemplo de Marle. — D. Diego Clemencín.
—Fragmentos de espadas descnbierios en Santiago de
— D. Francisco Antonio González y D. José Antonio
—Leyenda para la medalla mandada acuñar en memoria
r jurado el Rey la Gonstllución de la Monarquía. — Seüo-
lanillos, González Carvajal y Glemencfo.
—Adquisición de monedas árabes de oro para distribuir
8 Museos públicos. — D. Francisco A. Goníález.
—Exposición pidiendo se pongan en cobro los archivos
monasterios suprimidos en Cataluña. — D. Diego Gle-
ida exposición abogando por la conservación de los arcbi-
bliotecas de monasterios suprimidos en Cataluña. — Don
I Siles.
— Inscripcióu para el Tabernáculo del Escorial. — D. Frao-
itonio González y D. Tomás J. Gómez Carvajal.
— Meilios de preservar los monumentos antiguos. — Don
I Siles.
—Medallones puestos por adorno de las Casas Consísto-
3 Cádiz.— Dos informes por D. José Sabau, D. Francisco
I González, D. José Musso y D. Juan Pérez Caballero.
—«Vidas de españoles célebres, por Quintana.* — D. Mar-
de Navarrete, D. Diego Clemencín y D. José Musso.
I, tomo zziv.
ación de un Museo de antigüedades. — D. José de la Canal
ego Clemencín.
—Sitio que ocupó la ciudad de Cartago Yetut. — D. José
mal y D. Diego Clemencín..
—Instancia de la Sociedad económica de la Habana sobre
1 de una Academia de la Híaloria en aquella isla, depon-
DOCUMENTOS OFICIALES. 65
diente de esta Real de Madrid. — D. José Sabaa, D. Tomás 6. Car-
vajal, D. Antonio Siles y el Marqués de la Reunión.
1834. — ^Antigüedades descubiertas en Cártama. — D. José de la
Canal.
1835.-»cMemoria descriptiva del R. Archivo de Valencia escrita
por D. Jorge García.»— Sres. Rodenas y Cortés.
( onveniencia de crear un museo de antigüedades en Tarra-
gona.— D. Vicente González Arnao.
Conveniencia de continuar por la Academia la publicación de
La España Sagrada, — D. Martín P. de Navarrete.
1836. — Mosaico descubierto en Mérida.— D. José Musso.
1839. — Si puede ó no impedirse la extracción al extranjero de la
biblioteca que fué de D. Juan Nicolás BohL— D. B. J. Gallardo,
Pretensión de un negociante para hacer excavaciones por su
cuenta en Itálica. — D. Miguel Salva.
Inscripciones que habían de colocarse en el monumento dedi*
cado á las víctimas del 2 de Mayo de 1808. — D. José do la Canal.
Instancia de D. Basilio Sebastián Castellanos en el supuesto
de haber introducido en España la enseñanza de la Arqueología.
— D. Miguel Salva, D. José de la Canal y D. Pedro Sainz de
Baranda.
1841. -^Nuevas inscripciones para el monumento dedicado á las
víctimas del 2 de Mayo de 1808. — D. Juan Antonio Castejón y
D. Antonio Cavanilles.
Solicitud de varios vecinos de Palma de Mallorca para que se
conceda calidad de Academia á una reunión que forman con título
de Literatura, Antigüedades y Bellas Artes. — D.José de la Canal
y D. M. Salva..
Excavaciones en Amparias. — D. José de la Canal.
1842.— Instancia de D. Manuel de Zayas para que se le entre-^
gue el Convento de la Rábida con objeto de formar una galería
de retratos en honra de Cristóbal Colón y de sus compañeros en
el descubrimiento del Nuevo Mundo. — (No constan los nombres
de los informantes.)
Cotejo de las ediciones de obras griegas de Démostenos con los
Códices existentes del Escorial á petición de H. Maetzner de Ber-
lín.—D. Miguel Salva.
TOVO XZXYU. 5
I' '■•
66 BOLETÍN OE LA REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA.
Noticia de las antiguas conslituciones de Cataluña pedidas por
M. Achules Juvinal, de París. — D. Tomás de Sancha.
1844. — Formalidades para conceder autorización de registro de
los Archivos del reino. — El Barón de la Joyosa.
Petición del Encargado de Negocios de los Estados Uniíios
para copiar las obras de Gonzalo Fernández de Oviedo. — D. Pedro
Sainz de Baranda.
1845. — Petición de D. Próspero BofaruU para alterar la crono-
logía de los primeros Condes de Barcelona al arreglar el Archivo
de la Corona de Aragón.— D. Miguel Salva, D. Pedro Sainz de
Baranda y el Conde de Clonard.
Circunstancias que concurren en las islas Chafarinas. — Seño*
res Salva y Sainz de Baranda.
Solicitud de D. Jacinto de Salas y Quiroga para que se le faci-
liten fondos con objeto de adquirir documentos históricos en el
extranjero. — Sres. Conde de Clonard y Gayangos.
Argumento que convendría adoptar en los bajos relieves del
frontón del Congreso de los Diputados. — D. Miguel Salva, Conde
de Clonard y D. Tomás de Sancha.
1846. — Petición de retrato y de noticias de la vida de Cristóbal
Colón por la ciudad de Genova para el monumento que trata de
erigir al gran navegante. — D. Valentín Carderera y Conde de
Clonard.
1647. — «Colección de inscripciones y antigüedades de Extre-
madura, por D, José de Viu.» — D. Antonio Delgado.
Instancia de D. Antonio de Llano Ponte para que se impriman
en la Nacional las Crónicas de los reyes de Castilla y de León. —
D. Tomás de Sancha.
1848. — Valor del Estadal de marco real en la provincia de Ma-
drid el año 1647. — D. Pedro Sainz de Baranda, D. Luís López
Ballesteros, D. Antonio Delgado y D. Antonio López de Córdoba.
1850. — Boceto y memoria explicativa del asunto proyectado por
D. Carlos Luís de Rivera para la pintura del techo del Salón de
Sesiones del palacio del Congreso de los Diputados. — D. Antonio
Cavanilles.
«Catálogo de la Real Armería formado por D. Antonio Martínez
del Romero.» — Sres. Govantes, Delgado, Calderón y Carderen
00GUMBNT08 OFICIALES.
Í5Y
Conveniencia de que tenga la Academia una publicación perió-
-dica.— D. Antonio Delgado, D. Serafín B. Calderón y D. Antonio
<3avanille8.
1851.— Tiempo y términos en que se dio á los herederos de la
<3orona el título de Príncipes de Asturias, y si era extensivo á las
hembras. — Sres. Govantes, Cavanilles y Caveda.
Inscripción para la verja que rodea al sepulcro del Cardenal
Cisnerofi. — Sres. Baranda, Cavanilles, Caveda, Ríos y Sabau.
1852.— Cuadro sinóptico histórico y geográfico de España y
Portugal dispuesto por D. Antonio Antigüedad.» — D. Pedro J.
Pidal.
Exposición proponiendo el establecimiento de una Escuela
especial de Diplomática.— D. Antonio Cavanilles y D. Pedro
Sabau.
Si en la cronología de los reyes de España que se publica en
la Guía de forasteros deben incluirse á las reinas Ormisenda y
Usenda. — D. Antonio Cavanilles y D. Pedro Sabau.
Conveniencia de hacer excavaciones en Tarragona. — ^D. Anto*
nio Delgado.
1853. — «Cuadro sinóptico histórico y geográfico de España y
Portugal dispuesto por D. Antonio Antigüedad.» — Segundo infor-
me, por D. Pedro J. Pidal.
¿Existe retrato auténtico del conquistador de Chile, Pedro de
Valdivia? — ^D. Valentín Carderera.
1854. — Documentos aplicables á la cuestión de límites con
Francia. — D. Pedro Sabau.
1855. — cEstudios históricos, obra manuscrita de D. Pedro Isi-
dro Miguel y Ballester.»— D. Pascual de Gayangos y D. Valentín
Carderera.
¿Existe retrato del famoso ingenio D. José de Cadalso? — El
Barón de la Joyosa.
1856. — Materias que deben enseñarse en la Escuela especial de
Diplomática. — El Barón de la Joyosa, D. Pedro Sabau, el Conde
de Canga Arguelles, D. Antonio Delgado y D. Tomás de Sancha.
Leyenda para la medalla que se ha de acuñar en Conmemora-
<áón del Convenio de Vergara. — El Marqués de Pidal, D. Aure-
liano F. Guerra y D. Antonio Delgado.
68 bolbtIn db la rbal academia db la historia.
BestauraciÓD del sepulcro y epitaño del anobiepo D. Alonso-
Carrillo (\e Acuña, ea AlcaU. — D. Tomás de Sancba, D. Antonio-
Delgado 7 el Conde de Canga Arguelles.
1857.— Condiciones coa las que se podrán conceder permisos
para hacer eicavaciones en busca de objetos antiguos. — D. José A.
de loa Ríos, D. Pascual de Gayangos y D. Antonio Delgado.
1858. — Conveniencia de legislar sobre la forma y condiciones
pnra el descubrimiento de antigüedades. — D. José Cavada, Dod
Antonio Cavanilles, D. Aureliano F. Querrá.
1859. — Restauración del puente de Alcántara y del templo con-
tiguo erigidos por Cayo Julio Lacer. — Dos informes por D. An-
tonio Delgado, D. Pedro J.-Pidal, D. José Amador de los Ríos y
D. Aureliano Fernández Guerra.
I Inscripciones árabes de Granada, obra escrita por D. Emilio
Laruenle Alcánlara.i — D. Pascual de Gayangos, D. Serafín E.
Calderón y D. Aureliano F. Guerra.
Antigüedades de Murviedro.— D. Antonio Delgado. Boletín,
tomo I.
1860. — «Ensayo sobre los sistemas métricos y monetarios dé-
los antiguos pueblos, desde los primeros tiempos históricos hasta
el de los últimos Califas, publicada en francés por D. Vicente
Vázquez Quetpo.a — D. Antonio Delgada y B. Cayetano Rosell.
(Fiistoria y descripción de la ciudad y departamento naval del
Ferrol, escrita y publicada por D. José Montero y Aróstegui.»^
D. Manuel Colmeiro y D. Ramón Fort.
oHistoria de Madrid escrita por D. Antonio do Capmany y
Uontpalau. Prospecto.» — D, Tomás Muíloz.
(Gran historia ilustrada de la guerra de África, autor D. Anto-
nio Rotondo.* — D. Tomás Muñoz.
Modelo de medalla de honor ideado para premiar á los asturia-
nos que concurrieron á la campaña de Marruecos.— D. Antonio
Delgado, D. José Caveda y Conde de Canga- Arguelles.
•Historia de Gibrallar y de su campo, escrita por D. Francisco
María Montero.» Cádiz, 1860.— D. Manuel Colmeiro.
Ift61. — Conservación de la torre de los Luja nes en Madrid. —
D. Manuel Colmeiro, D. Pedro G. de la Serna y D. Juan M. Mon-
talban. Boletín, tomo i.
DOCUMBNTOS OFICIALES. 69
cDescripción del reino de Granada bajo la dominación de lo8
NaseritaSy publicada por D. F. Javier Simonet.»— D. Pascual de
Oayangos.
1862.— Tradición del laurel de la Zubia en Granada.— D. An-
tonio Benavides. Boletín, tomo i.
1863. — Proyecto de translación de los sepulcros existentes en
«1 que fué monasterio de Leire.— D. Yaleutín Carderera.
Conservación del Monasterio de Montesión en Barcelona.—
D. Juan F. Riaño y D. Javier de Salad.
1864. — aHistoria de Valladolid, publicada por D. Matías San-
^ador y Vítores.»— D. José Caveda.
«Diccionario general de Bibliografía española, compuesto por
O. Dionisio Hidalgo.»— D. Cayetano Rosell.
«Historia de la Sociedad económica de Amigos del País de Ma-
drid, publicada por D. José Lesen.»— D. Antonio Delgado.
«Historia de Córdoba, obra manuscrita de D. Luís Maraver y
Alfaro.» — D. Pascual de Gayangos, D. Antonio Cánovas del Cas-
tillo y D. José Moreno Nieto.
«Cuadro genealógico de los reyes de España y Portugal^ publi-
-cado por D. Jaime José Moragues.» — D. Modesto Lafuente y don
•Carlos R. Fort.
«Paleografía Castellana, por D. Venancio Colomera.»— D. Ca-
yetano Rosell y D. Tomás Muñoz.
«Colección de documentos del Archivo de Indias, publicada por
D. Luís Torres de Mendoza.» — D. Emilio Lafuente Alcántara.
«Mapa geográfico, histórico y estadístico de la isla de Menorca,
por D. Miguel Sorá.» — D. Aureliano F. Guerra, D. José Oliver y
D. Vicente de la Fuente.
«Diccionario de escritores gallegos, formado por D. Manuel
Murguía.»— D. Manuel Colmeiro y D. Carlos R. Fort.
«Diccionario histórico, genealógico y heráldico de las familias
ilustres de la monarquía española, escrito por D. Luís Villar y
Pascual.» — D. José A. de los Ríos y D. Francisco de P. Qua-
drado.
«Gramática arábigo-española, obra manuscrita de D. José Mo-
reno Nieto.» — D. Pascual de Gayangos y D. Emilio Lafuente
Alcántara.
■K
BOLBTtN DB LA HRA.\. ACADBMIA DS LA HtSTOBIA.
tria de Toledo, publicada por D. Antonio Martla Game-
. José A. de los Ríos.
ido completo de la Ciencia del filasóa ó sea Código herál*
lóríco, por D. Modesto Costa y Turell.»— D. Antonio
líos de Cronología universal, por D. Baltasar Pe6a.i —
s Ramón Fort.
—Estatutos para la Academia de Arqueología y Geografía
:ipo Alfouso. — D. José A. de los Ríos, D. Serafín E. Cal-
D. Antonio Delgado.
res que el Ayuntamiento de Barcelona se propone dar á
s nuevas del ensanche de la ciudad. — D. Pedro Sabau,
ín E. Calderón 7 D. Aureliano F. Guerra.
ripción geneial de las monedas hispano- cristianas desde
ióa de los árabes, por D. Alois Heiss.»— D. Antonio Del-
). Tomás Muñoz.
egio de juro en que se hace mención de servicios presta-
la batalla de Toro, por Pedro de Vela&co. — D. Tomás
;cióa completa de los tratados, convenciones, armisticios
actos diplomáticos de todos los Estados de la América
)Sde 1493 hasta nuestros días, su autor D. Carlos Calvo.»
idesto Lafuente.
scritos españoles existentes en la Biblioteca imperial de
ersburgo. — D. Pascual de Gayangos y D. Tomás Muñoz.
—Conservación de la Torre de Echevarría en Bilbao.—
o Sabau.
j becerro de las Behetrías de Castilla, escrito por D. An-
>8 Ríos y Ríos.»— D. Tomás Muñoz,
de objetos del arte antiguo á la Exposición Universal de
-D. Pascual de Gayangos, D. Valentín Garderera y don
10 F. Guerra.
irvación del Monasterio de Santa María la Real de Agui-
ampóo. — D. Pedro de Madrazo y D. Carlos R. Fort,
üedades descubiertas en el valle de Santana, provincia de
. — D. José A. de los Ríos, D. Eduardo Saavedra, D. Mr
.ver, D. Pedro de Madrazo.
DOCUMENTOS 0FJCIALK8. 7!
Solicitud de cambio de nombre en Madrid á la calle de la Bola
por el del poeta Melendez Yaidés.— D. Edqardo Saavedra.
1867. — ^Adquisición de bustos de mármol extraídos del Monte
Sacro de Cartagena. — D. José A. de los Ríos, D. Aureliano F.
Guerra, D. E, Saavedra y D. Pedro de Madrazo.
Memoria de D. Rafael Gaztelu acerca de los restos mortales do
los reyes de Navarra hallados en el monasterio de San Salvador
de Leire. — D. Pedro de Madrazo.
«Narraciones históricas , publicadas por D. José González de
Tejada.» — D. Manuel Colmeiro y D. Tomás Muñoz.
«Historia de la Sociedad económica de Amigos del País de Ma-
drid, publicada por D. José Lesen.» Segundo informe. — D. Juan
M. Montalban.
Proyecto de publicación de las cartas autógrafas é inéditas del
Cardenal Jiménez de Cisneros, conservadas en la Universidad
Central. — D. Vicente de la Fuente.
Estado en que se hallan los monasterios de Monte Aragón y
Sigena y la iglesia de Alquezar, en la provincia de Huesca. —
D. José A. de los Ríos, D. Aureliano F. Guerra, D. B. Saavedra,
D. Pedro de Madrazo, D. Jacobo de la Pezuela y D. Manuel
Oliver.
Ex-convento de Santo Tomás de Avila. — D. Pedro de Madrazo.
«Historia de la isla de Cul)a, escrita por D. Jacobo de la Pezue-
la.»— D. Vicente de la Fuente y D. Manuel Oliver.
«Blasón de España. Libro de oro de su nobleza, por D. Augus-
to do Burgos.» — D. Cayetano Rosoli.
«Historia de Galicia, por D. Manuel Murguía.»— D. Carlos
Ramón Fort.
«Manual de Geografía é Historia de España, por D. Rufino
Machiandiarena.» — D. Francisco J. de Salas.
«Memoria acerca de los antiguos monumentos de la historia y
geografía españolas, por D. Manuel de Góngora.» — D. Aureliano
F. Guerra, D. Eduardo Saavedra y D. José Moreno Nieto.
Translación de los restos mortales del pintor D. Francisco Go-
ya.— D. Valentín Carderera, D. Pedro de Madrazo y D. Jacobo
de la Pezuela.
«Historia orgánica de la Infantería y Caballería en su relación
BOLBTtM OB LA RBAL ACADEMIA DK LA HISTORIA.
histona política de España, por el conde de Clonard.i —
lé A. de los Ríos.
lina de plomo coa caracteres ibéricos hallada en la provin-
Castellón. — D. Vicente de la Fuente y D. Tornáa Muñoi.
lulos existentes en la provincia de Castellón. — D. Antonio
as del Castillo, D. Manuel Colmeiro y D. Vicente de la
3.
aia descubierta en Canarias. — D. Pedro Gómez de la Serna,
ición de museos arqueológicos en las capitales de prorio-
-D. Pascual de Gayangos.
istigacionés arqueológicas en Orihuela. — D. Aureliano
erra.
:ripcióii descubierta en Toledo.— D. José A. de los Ríos,
Saavedra y D. Aureliano F. Guerra.
)toB antiguos encontrados en la provincia de Albacete.—
1ro Sabau.
ivaciones en Marida. — D. Aureliauo F. Guerra,
servación de los monasterios de luso y Suso. — D. Pedro
zo, D. José A. de los Ríos y D. Eduardo Saavedra.
aico descubierto en Villasabariego, proTincia de León. —
uardo Saavedra.
lumento erigido en Valcuebo á la memoria de Cristóbal
— D, Vicente de la Fuente.
!. — Traslación de los restos de los antiguos reyes de Nava*
sde la iglesia de Yesa á la cripta del monasterio de Leire.
Pedro de Madrazo, D. Aureliano F. Guerra, D. Eduardo
Ira y D. Manuel Oliver.
uisicíón de documentos históricos que posee la Sra. Mar-
de Villagarcía. — D. Cayetano Rofisell y D. Carlos R. Fort,
E llamada del Humilladero en Cuenca. — D. Aureliano
:rra,
veniencia de hacer excavaciones en el teatro Romano de
i. — D. José A. de los Ríos.
lindo informe sobre traslación de los restos de los reyes
rarra al monasterio de Leire.— D. José A. de los Ríos,
ra de Atapuerca en la provincia de Burgos. — D. Aurelian '
^rra.
DOÚnaiENTOS OFICIALES. 73
Plan general de investigaciones de antigüedades. — D. José
A. de los Bíos^ D. Aureliano F. Guerra y D. E. Saavedra.
Instalación del museo provincial de antigüedades de León en
la Colegiata de San Isidoro. — D. Aureliano F. Guerra, D. José
A. de los RíoSy D. Emilio Lafuente Alcántara y D. Pedro de
Madrazo.
Conservación del teatro romano de Sagunto. — D. José A. de
los Ríos, D. Eduardo Saavedra, D. Emilio Lafuente Alcántara,
D. Aureliano F. Guerra, D. Pedro de Madrazo y D. Manuel
Oliver.
Plan de excavaciones en los terrenos de Uxama y Augusto-
briga, provincia de Soria.— D. José A. de los Ríos, D. Aureliano
F. Guerra y D. Eduardo Saavedra.
Antigüedades de Tarragona. — D. José A. de los Ríos D. Aure-
liano F. Guerra y D. Manuel Oliver.
Cambio de nombre á la villa de Murviedro por el antiguo de
Sagunto. — D. S. Olózaga y D. Aureliano F. Guerra.
Patronato de los santos lugares de Jerusalén. — D. Francisco
de P. Quadrado.
Monasterio de la Estrella en la provincia de Logroño. — D. Pe-
dro de Madrazo.
Casa de Hernán Cortés en Medellín.— D. Jacobo de la Pezuela
y D. José Moreno Nieto.
Conservación de las Comisiones provinciales de monumentos
en la organización que tienen. — D. Pedro Sabau.
Torre de San Salvador de Zamora. — D. Pedro de Madrazo.
Antigüedades descubiertas en Espinosa de Henares.— D. Mo-
desto Lafuente y D. Aureliano F. Guerra.
Excavaciones en el antiguo castillo de Montosa. — D. José A. de
los Ríos y D. Aureliano F. Guerra.
Artificio de Juanelo en Toledo.— D. Eduardo Saavedra y
D. Manuel Oliver.
Muros de Tarifa.— D. José A. tie los Ríos, D. Eduardo Saave-
dra y D. Aureliano F. Guerra.
Exploraciones en el lugar de la antigua Lancia. — D. José
A. de los Ríos, D. Aureliano F. Guerra y D. Eduardo Saavedra.
Construcción de un templo en Covadonga que sea digno de la
n
74 BOLETÍN DB LA REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA.
importancia histórica del lugar. — D. José Gaveda, D. José A. de
los Ríos.
«Reseña geográfico-estadística de España, por D. Fermín Ca-
ballero.»— D. Vicente de la Fuente y D. Jacobo de la Pezuela.
«Manual de Historia de España y de Portugal, obra manus-
crita de D. Ramón Campuzano y González,»— D. Carlos R. Fort
y D. Manuel Oliver.
Contra la destrucción del arliñcio de Juanelo Turiano en To-
ledo.—D. Antonio Cánovas del Castillo y D. Manuel Oliver.
«Historia de las alteraciones de Aragón publicada por el Mar-
qués de Pidal.»— D. Francisco Fernández y González.
«Historia de Cuenca, del territorio de su provincia y obispado,
escrita por D. Trifón Muñoz y Soliva.» — D. Jacobo de la Pezuela.
«Diccionario biográfico-bibliográfico de efemérides de músicos
españoles por D. Baltasar Saldoni.» — D. Cayetano Rosell y
D. Aureliano F. Guerra.
Puente de Alcántara y templo de Cayo Julio Lacer. — D. José
A. de los Ríos, D. Aureliano F. Guerra, D. Eduardo Saavedra,
D. Pedro de Madrazo y D. Manuel Oliver.
Revoque de la torre de los Lujanes. — D. Manuel Colmeiro»
D. Pedro G. de la Serna y D. Antonio Cánovas del Castillo.
Figura simbólica, armas y atributos propios de la soberanía
nacional que hayan de figurar en el nuevo sistema monetario. —
D. Salustiano de Olózaga, D. Aureliano F. Guerra, D. Cayetano
Rosell y D. Eduardo Saavedra.
La cartuja de Miraflores, San Pedro de Cárdena y Santo Do-
mingo de Silos como monumentos. — D. Pedro de Madrazo,
D. José A. de los Ríos y D. Aureliano F. Guerra.
Museo de antigüedades de Tarragona. — D. José A. de los
Ríos, D. Aureliano F. Guerra, D. Eduardo Saavedra y D. Pedro
de Madrazo.
Conservación de la iglesia de San Miguel de Sevilla.— D. José
A. de los Ríos, D. Eduardo Saavedra, D. Aureliano F. Guerra
y D. Pedro de Madrazo.
Conservación del templo y claustro de San Pablo en Barce-
lona.-rD. Pedro de Madrazo.
Propuesta de un escudo simbólico destinado á representar la
i;
DOCUMENTOS OTICIALIS. 7&
unidad nacional.— El marqués de Molins, D. Aureliano F. Gue-
rra y D. Pedro de Madrazo.
Importancia histórica de las Atarazanas árabes de Almería. —
D. Pedro de Madrazo, D. José A. de los Ríos, D. Eduardo Saa-
vedra y D. Aureliano F. Guerra.
Trauslación de los sepulcros existentes en el convento de Santa
Domingo de Zaragoza. — D. Pedro de Madrazo, D. Eduardo Saa-
vedra y D. Aureliano F. Guerra.
Importaucia histórica del Monasterio de San Gugat del Valles.
— D. Pedro de Madrazo, D. José A. de los Ríos y D. Aurelia-
no F. Guerra.
Conservación del convento de religiosas de Santo Domingo en
Madrid.— D. Valentín Carderera.
Establecimiento del museo provincial de León en el que fué
convento de San Marcos. — D. José A. de los Ríos, D. Eduardo
Saavedra, D. Aureliano F. Guerra y D. Pedro de Madrazo.
Color que debe tener la escarapela nacional.— D. Pedro G. de
la Serna, D. Antonio Cánovas del Castillo y D. Vicente de la
Fuente.
Inscripción para el sepulcro del capitán general D. Leopoldo
O'Donell. — D. Antonio Cánovas del Castillo, Marqués de Molins
y D. José Godoy Alcántara.
«Historia de las órdenes militares, cruces y condecoraciones
españolas y extranjeras, publicada por D. José Gil Dorregaray.» —
Tres informes, por D. Pedro G. de la Serna.
Conservación de la casa llamada del Arcediano en Barcelona.
— D. José A. de los Ríos, D. Pedro de Madrazo y D. Aurelia»
noF. Guerra.
«Carta genealógica y heráldica de los reyes de España, por
D. Manuel AUén.» — El Marqués de Molins.
«La tribuna revolucionaria, por D. Carlos Rubio».— D. Caye-
taño Rosell.
«lEl Fuero de Salamanca, por D. Julio Sánchez Ruano.» — Don
Pedro Sabau.
«Fisonomía de las Constituyentes, por D. Manuel de Ibo Al-
faro.»— D. José Godoy Alcántara.
«Monografías de la ciudad de Orense y su provincia^ obra ma*
n
OLBTIn DB la RBAL ACADBHIA DK t-A RtSTORIA.
le D. Ramón Barros Sivelo.* — D. Manuel Golmeiro.
ría de los viajes cieatíQcos á Dinamarca y Suecia, veri-
r D. Juan Vilanova y D. Francisco M. Tubino. Manus-
I. Antonio Benavides.
ación pedida para cambiar el escudo de armas de Bar-
D. Juaa F. Riaño.
la de la guerra civil y otras obras de D. Antonio Pí-
. Jacobo de la Peiuela y D. Cayetano Rosell.
ición de tres códices para el Archivo histórico nacional.
:ual de Gayangos, D. José A. de los Ríos y el Marqués
antiguos ofrecidos en venta por D. José Ignacio Miró.
íliano F. Guerra.
t é Italia. Galería de monarcas españoles é italianos,
fael del Castillo.* — D. José Godoy Alcántara.
ia de España ilustrada, desde su fundacióa basta uues*
ó sea colección de litografías repi'esentando los priiici-
los históricos de cada época, con texto al dorso, por
del Castillo.»— D. José Godoy Alcántara.
¡a de la villa y corte de Madrid, escrita por D. José A.
18, D. Juan de la Rada y Delgado y D. Cayetano Ro-
Jacobo de la Pezuela.
español de antigüedades, publicado por D. José Gil
,y, editor. 1 — D. Vicente de la Fuente, D. José Godoy
y D. Francisco Fernández y González,
ipedia foral, obra mauuscrita de D. Manuel Pérez de
-D. Pedro Sabati, D. Cayetano Rosell y D. Carlos R.
■e d'Espagne depuis ses orígenes, par le Barón J. B. R.
,» — D. Jacobo de ia Pezuela y D. José G. de ór-
nela histórica del monasterio de San Isidoro del Campo
. — D. José A. de los Bfos.
0 se exceptiien de&oitivameote de la venta las coas-
1 árabes de la Alhambra de Granada.— O. J. A. de los
Lurelíano F. Guerra, D. Eduardo Saavedra y D. Ma-
i^ •
DOCUMENTOS 0FIGIALB8. 77
«Mapa histórico de España en el siglo xiv, por D. Martin Fe-
rrerro.»— D. Eduardo Saavedra y D. Juan F. Ríaño.
Ingreso en la orden de María Victoria de D. Fermín Caballero^
D. Antonio Cánovas del Castillo, D.'Vicente Lafuenbe 7 Marqués
de Molins.
ídem de D. Vicente Boix y Ricarte.
ídem de D. Adolfo de Castro.
ídem de D. José Godoy Alcántara.
ídem de D. Modesto Costa y Turell.
ídem de D. Antonio Rotondo.
ídem de D. Antonio Pirala.
ídem de D. Cosme Blasco y Val.
ídem de D. Ezeguiel Uricoechea.
ídem de D. Emilio Hübner.
ídem de D. Pedro Sabau.
ídem de D. Pascual de Gayangos.
ídem de D. José A. de los Ríos.
ídem de D. Cayetano Rosell.
ídem de D. Valentín Carderera.
ídem de D. Jacobo de la Pezuela.
ídem de D. Mariano Pérez de Castro.
«Diccionario militar de D. José Almirante.» — D. José G. de
Arteche.
«España árabe, obra de D. Francisco Fernández y González,» —
D. Aureliano F. Guerra.
Linajes nobles de España, por D. Juan José Vilar. — D. Car-
los R. de Fort.
Diseño y color del estandarte real. — D. Antonio Cánovas del
Castillo y D. Francisco J. de Salas.
«Colección de documentos inéditos para la historia de España,
publicada por D. Miguel Salva. o~D. Aureliano F. Guerra^ don
Eduardo Saavedra y el Marqués de Molius.
Propuesta de adquisición de cuadros de propiedad de D. Juan
Fernández, para el Museo Arqueológico. — D.Valentín Carderera.
«Manuale Isagogicum in Sacra Biblia, del Dr. D. Francisco
Caminero Muñoz.» — D. Aureliano F. Guerra, D. Carlos R. Fort
y D. Vicente Lafuente.
78 BOLETÍN DB LA RBAL ACADEIIIA DB LA HISTORIA.
En apoyo de la coúservación y restauración de la puerta de
Bib-Rambla en Granada.^ — D. Pedro deMadrazo.
Conservación de la casa-palacio y residencia episcopal de la
orden de Santiago en Uclés. — D. Fermín Caballero.
Escudo de armas, leyenda y atributos que han de figurar en
los cuños de la nueva moneda. — D. Eduardo Saavedra, D. José A.
-de los Ríos y D. Aureliano F. Guerra. Boletín, tomo iv.
aSupIemento al catálogo de la biblioteca arábigo escorialense,
por D. Francisco Fernández y González.» — D.Eduardo Saave-
dra y D. José Moreno Nieto.
«Monumentos arquitectónicos de España. Continuación, por don
J. Gil Dorregaray.t— D. Cayetano Rosell y el Marqués de Molíns.
Cuál es el verdadero escudo de armas de la villa de Bilbao. —
D. Pedro de Madrazo.
Dónde deben inhumarse los restos mortales del rey D. Pedro
de Castilla.— D. Aureliano F. Guerra y D, Cayetano Rosell.
«Estafeta de Palacio é historia de la interinidad y guerra civil
de España, por D. Ildefonso A. Bermejo.» — D. Jacobo de la Pe-
zuela.
«Curso de historia de la civilización de España, de D. Fermín
Gonzalo Morón.» — D. Fermín Caballero.
«Sobrarbe y Aragón, obra de D. Bartolomé Martínez y He-
rrero.»— D. Vicente de la Fuente.
«Historia social, política y religiosa de los judíos en España y
Portugal, de D. José A. de los Ríos.»— D. Pedro de Madrazo.
«Inscripciones árabesde Sevilla, por D. Rodrigo A. de los Ríos.»
— D. Eduardo Saavedra y D. José Moreno Nieto.
«Biblioteca hispano-ultramarina. Discursos medicinales é his-
toria del descubrimiento de las tierras austriales.» — D. José A.
de los Ríos y D. Francisco J. de Salas. Boletín, lomo i.
«Historia de Talavera la Real, por D. Nicolás Díaz Pérez.»—
D. Fernando Corradi.
«Aparato bibliográfíco para la historia de Extremadura, de don
Vicente Barrantes.»— D. Aureliano F. Guerra.
«Estudios sobre el Oriente ó los pueblos Iranios, por D. Fran-
cisco García Ayuso.»— D. Vicente de la Fuente, D. José A. de los
Ríos y D. Fermín Caballero.
'- »
DOCUMENTOS OFICIALES;
79
»..i
«España geográfica, histórica, ilustrada», sin nombre de autor.
— D. Eduardo Saavedra.
Instalación del Museo provincial de antigüedades de Sevilla. —
D. José A. de los Ríos.
«Granada y sus monumentos árabes, por D. José y D. Manuel
Oliver.» — D. Francisco Fernández y González.
Proyecto de establecimiento de una casa de beneficencia pro-
vincial en Santa María la Real de Irache. — D. Pedro de Ma-
drazo.
«La Raza latina», Revista dirigida por D. Juan Valero dé Tor-
nos.— D. Antonio María Fabié.
«Historia del Derecho en Cataluña, Mallorca y Valencia y Có-
digo de las costumbres de Tottosa, por D. Bienvenido Oliver.» —
D. Pedro de Madrazo.
«Cuadro sinóptico de las islas Filipinas, de D. León Salcedo.» —
D. Francisco Coello.
«Historia de la interinidad española, publicada por D. Manuel
Ibo Alfaro.» — D. Vicente de la Fuente y el Marqués de Molins.
Conservación de la Torre de Llanes en la provincia de Oviedo.
— D. Pedro Sabau.
cValeucia, observaciones históricas, su autor D. Román José
Brusola.» — D. Fernando Corradi.
«Historia de Felipe H, por Luís Cabrera de Córdoba.» Reim-
presión.— D. Antonio María Fabié. Bolbtin i.
«Atlas elemental de D. José Reinoso.» — D. Franciseo Coello.
«Monumentos históricos del Municipio Flavis Malacitano, por
D. Manuel Rodríguez de Berlanga.»— D. Antonio María Fabié.
«Atlas geográfico de España, Miguel Grilo, editor.» — D. Fermín
Caballero.
«Diccionario universal, Astort hermanos, editores.» — D. Pedro
de Madrazo.
«Monografía del histórico templo de San Jerónimo el Real, de
Madrid, por D. Vicente Tinagero.» — D. Juan de la Rada y Del-
gado.
«Proyecto de un Diccionario biográfico militar y marino espa-
ñol, por D. Justino Glemot de Campos.» — D. Francisco J. de Salas
y D. José G. de Arteche.
-3í
.«■.v-<
.V.
j'i
1 1
■ * '- á
■STtv OB LA REAL ACADKMIA DE LA HISTORIA.
ño uDíversal italiano-español y vícerersa, por don
oodo.*
amano deBcubierto eo el término do Lorca. — Don
vedra.
la histórica de la iglesia colegial de Saau María de
•D. Vicente de la Fuente.
e la conservación del que fué monasterio de Nuestra
'rado, on Valladolid. — D. Aureliano F. Guerra.
el informe emitido en tO de Junio de 1875 sobre un
referente á viajes de Mendaña y Quirós por el mar
iblicado hoy bajo el titulo, «Historia del descubrí-
18 regiones austriales, hecho por el General Pedro
9 Quirós.»— D. Francisco J. de Salas. Boletín i.
i de escritores aragoneses.» Reimpresión. — D. José
e.
ion del arco de San Lorenzo en la ciudad de Jaén.—
Hadrazo.
■recciones en Cuba, publicadas por D. Justo Zara-
icen te Barrantes.
reparación en la Cartuja de Jerez de la Frontera.—
3 los Rfos.
krmas de los españoles desde los tiempos prehistóri-
primeros años del siglo iix, por O- Francisco Dan-
3.»— D. Juan F. Ríaño, D. Francisco J. de Salas, Don
Guerra y D. Juan de Dios de la Rada. — Boletín i.
e y el Occidenie, obra de D. Evaristo Montero.»—
tiailo.
centurias de la ciudad de Alfonso VIII, su autor don
itias Gil.» — D. Vicente Bárranlas. Boletín i.
ón de las rejas del convenio de San Benito de Valla-
idro de Madrazo.
pado español, por D. José Salvado.» — D. Vicente de
e monumento en las ruinas de G:Ístulo, provincia de
idro Sabau.
; clasificación de las medallas autóuomas de España,
o M. Ariía.»— D. Aureliano F. Guerra.
DOCUUSNTOS OPtCIALBS.
■Historia contemporánea. Anales desde el a
coDOlusíóD de la ultima guerra cItíI, por D.
D. Antonio M. Fabié.
■Historia de los voluntarios cubanos, poi
Ribó.i
«Crónica general de España, D. Miguel Gril<
A. de los Ríos.
■Boletín de la Sociedad geográfica de Mad
Uad razo.— Boletín i.
■Viaje á Oriente de la fragata de guerra Ar
de Madrazo y D, Francisco J. de Salas.
■Diccionario geográfico, histórico, esladístii
J. Moya y D. Agustín M, de la Cuadra.» — D.
y D. Francisco Coello.
«Historia de la guerra de treinta años, po
Quadrado.» — D. Fernando Gorradi.
■Curso completo de historia universal doD
Sánchez.» — D. Feraando Corradi.
■Manual del viajero en Filipinas, de D. Pi
D. Vicente de la Faente.
•Naturaleza y civilización de la grandiosa ii
Miguel R. Ferrer.»— D. Jacobo de la Pezuela
Obras de reparación en las Casas Consisto
D. Antonio M. Fabié.
1876. — Supuesto hallazgo de los restos de
la Catedral de la Isla de Santo Domingo. — D
Importancia de la iglesia de San Jerónimo
— D. Vicente de la Fuente, D. Eduardo Saa
Riaño.
■Colección de mapas especiales de España
Han.» — D. Francisco Coello.
oQalerfa de gallegos ilustres, por D.Teodos
— D. Manuel Colmeiro.
Relaciones entre la Comisión de monumei
Academia de Barcelona. — D. Vicente de la Fi
■Historia contemporánea, 1830 á 1872, esc
ber y traducida por A. García Moreno.» — D.
DOCUMENTOS 0PICIAL88. 83
■Enciclopedia foral, porD. Manuel Pérez de Molina.» — D. Ma-
nuel Golmeiro.
■Tesoro paleográfico, obra manuscrita de D. Leopoldo Del-
grá3.>— D. Francisco Fernándei y (González.
•Don Genón de Somodevilla, Marqués de la Ensenada, por don
Antonio Rodríguez Villa.»— D. Francisco J. de Salas y D. José
<?. de Arleche. Boletín, tomo i.
Propuesta de adquisición de ocho volümenes manuscritos refe-
rentes á las islas Filipinas , propiedad de D. ¡i^antíago Pérez Jun-
quera.— D. Jacobo de la Pezuela,
■ Revista histórica, editor D. Ensebio Riera.» — D. Eduardo
Sa^vedra, D. Juan de Dios de la Rada y D. Víctor Balaguer.
Inscripción latina para la estatua del Emperador Carlos V, en
«I alcázar de Toledo. — D. Aureliano F. Guerra y D. Pedro de
Madrazo.
1879. — «La edad de piedra, por D. Juan Catalina García.» —
D. Juan de Dios de la Rada.
«Historia crítica civil y eclesiástica de Cataluña, por D. Anto-
nio de Bofarull.»— D. Víctor Balaguer.
■ Historia civil y constitucional de Inglaterra, presentada por
D. Luís Barthe.» — D. Fernando Corradi,
Equivalencia en moneda corriente de los maravedís pares de
blancas usados en el siglo xvi. — D. Vicente Barrantes y D. Juan
de Dios de la Rada.
íHistoria de la restauración, por D. Federico Diez de Tejada.» —
T), José G. de Arteche.
■Estudios sobre las inscripciones árabes de Granada, de D. An-
tonio Almagro.» — D. Francisco Fernándeí y González, D. Fran-
cisco Codera y D. Juan F. Riai^o.
■Revista geográfica y estadística, editor D. Enrique Berro-
cal.»— D. Francisco Goello.
■Biblioteca enciclopédica popular ilustrada, D. Gregorio Estra-
da, editor.» — D. Fernando Corradi. •
«Historia crítica de Espaila, obra manuscrila de D, Mariano de
Caldas.» — D. Francisco J. de Salas.
'cAtlas histórico geográfico de España, de D. Juan de la G. Ar-
tero.»—D. Francisco Coello.
DOCUUBIfTOe OPICIALKB. 85
Declaración de moDumento nacional de la iglesia yclaustrode
San Francisco, en Palma de Mallorca. — D. Pedro de Madrazo.
Propuesta de publicación de las Memorias históricas de D. Mel-
-chor de Maranai.^-D. Jacobo de la Pezuela.
(Historia del renacimiento literario en Cataluña, Baleares y
Talencia, por D. Francisco M. Tubino.i — D. Juan de Dios de la
Riáa Y D- Fernando Corradi.-~ Boletín, tomo il.
lEspaSa. Recuerdos históricos, por D.José Marín OrdÓñez.i —
JD. Jacobo de la Pezuela. Boletín, lomo ii.
■Catálogo de los manuscritos del tiempo del Cardenal Cisneros
-que se conservan en la Universidad Central, formado por D. José
Villamil y Castro. i—D. Vicente de la Fuente.
"Metodología ó Manual de ArquiroQomía, por D. José Morón
y Liminíaua.R — D. Cayetano Rosell, Bolktín, tomo ii.
cHiatoria de los heterodoxos españolea, por D. Marcelino Ma-
néndez y Pelayo.»— D. Fidel Fita y D. Vicente de la Fuente.
'Nobiliario y blasón de Canarias, Diccionaiio histórico, bio-
^riñco, genealógico y heráldico do la provincia, por D, Francisco
Fernándei Bethencourl. Continuación. i — D. Juan de Dios de la
Rada, Boletín, tomo ii.
«Las islas Filipinas, por D. Francisco Gaúamaque.» — D. Vi-
cente Barrantes.
«Atlas geográfico descriptivo de la Península ibérica, isLis Ba-
leares, Canarias y posesiones españolas de Ultramar, por D. Emi-
lio Valverde.» — D. José G. de Arteche.
«Nobleza de Andalucía do Argote de Molina. Reproducción.»
— D. Cayetano Rosell y D. Carlos R. Fort.
■ Boletín histórico, publicado por D. José Villaamil y otros>. —
D. Juan F. Riaño.
«Diccionario histórico y biográfico, por D. Alejandro Valcárcel
y Díaz.»— D. Manuel Oliver.
■Estudio histórico crítico sobre las municipalidades de Gas-
tilla y León , obra de D, Antonio Sacristán.» — D. Vicente de la
Fuente,
■Estudio sobre el valor de las letras arábigas en el alfabeto cas-
tellano, por D. Leopoldo Eguílaz.* — D. Eduardo Saavedra y dOQ
Fidel Fita.
BOLETÍN DB LA RBAL ACADEMIA
iciones de historia universal, por
uau de Dios de la Rada. Boletín
genio del cristianismo, traduccióu
Iro de Madrazo.
:itud de proLeccióo para fuadar u
5a. — D. Francisco J. de Salas. B'
«ionario geográfico, estadístico 6
aiicipal, marítimo, militar y ecle:
jnes de Ultramar, por D. Ricardo
0.
lionas, por D. Eugenio García '.
E Duro.
loria del Conservador del Museo
pidas romanas cou inscripciones ;
idez Guerra.
I hombres de la Restauración, po
nuel Oliver.
eccióu de documentos inéditos pi
Marqués de la Fuensanta del Valí
rancisco Zabalburu.»— D. Cayeta
morios históricas de la ciudad de
ido, por D. Cesáreo Fernáudei ]
!sla popular española y milología
Df D. Joaquín Cosía.»— D. Fidel '.
I colonias españolas de Asia. Lslas
nagel.i — D. Cesáreo Fernández I
aual de Paleografía diplomática i
, por D. Jesiis Muñoz y Rivero.*
servación de un pavimento de mo
D. Antonio M. Fabié.
lOlidón de los restos del castillo c
edo. — D. Pedro de Madrazo.
untes para la historia de la provi:
tuiz Jiménez.i — D. Juan de Dios
aración de monumentos nación;
mancia, el monasterio
ría de Huerta, ea la pi
■Descripción hislór
Castellanos*. — D. Fra:
«D. Pedro I de Gast
de 8U reinado, por D.
«Reseña histórico di
paúa, por D. Antonio
zuela.
■Homenaje á Calde
Francisco Fernández j
■Origen de los ame
Péreí Junquera.» — D.
t Medallas de proclai
por D. Adoiro Herrera
tomo II.
Conservación de los
de Sevilla.— D. Pedro
■Guerras de África t
Ximénez de Sandoval.
Restauración de la [
tonio M. Fabié.
■Obras de D. Rami
Molins.
■ La Regencia de C
Marliani.» — D. Víctor
• Historia universal i
D. Manuel Oliver.
«Cuba indígena, poi
«Figuras y figurone
«dición.»— D. Vicente
y D. Manuel Oliver.
■Diccionario genera
Hernández Hidalgo. >-
■ Biblioteca arábigo-
Eduardo Saavedra.
■Historia de las Cor
S8 bolbtIn ds la beal agádbmu db
de la Monarquía basta la época actual, por
— D. Francisco Cárdenas y D. Fernando d
<E1 mügico prodigioso de Calderón, poi
Moguel.i — D. Pedro de Madraso.
«Boletín de la Sociedad Geográfica de
Fernáiidei Duro.
Conservación y reparos de la iglesia y (
cisco de Palma de Mallorca. — D. Pedro de
<E1 Monasterio de Piedra, por D. Víctor
taño Rosell.
Segundo informe relativo á la declaraci<
ciooal del monasterio de Santa María de
Madrazo.
«El año biográfico 6 semblanzas de 36i
hecbas y ordenadas para todos los días di
Moreno y Espinosa.» — D. Feroaudo Corrai
Declaración de monumento nacional d
Engracia de Zaragoza. — D. Pedro de Madr
«Historia política y literaria de los tro'
Balaguer.B — D. Juan de Dion de la Rada.
■Primeras necesidades del hombre. Bio:
ría de hombres célebres. Obras publicada
noa.>— D. Víctor Balaguer.
«Patino y Campillo. Reseña histórico-l
ministros de Felipe V, por D. Antonio Rodi
tonio M. Fabié.
Solicitud de D. Emilio Valverde para
de Cerdeña, Sicilia y Lombardía>, del m
D. José O. de Arteche. Boletín, tomo ii.
«Del mar al cielo. Crónica de un viaje
D. Antonio Rubio y Gómez.i— D. Juan de
«Atlas geográfico de España, editor, D.
FraociBco Coello.
■Historia de la antigüedad, por Máxin
del alemán por D. Francisco García Ayuso
«Una misión diplomática en la Indo-C
Ordóüez.i — D. Vicente Barrantes.
DOCDHBNTOa OFIC
<L08 dltimoe iberos: lerendas de E
Arana.» — D. José G. de Arteche.
«Bihlioteca híspaao-ultramaríiia. (
cisco J. de Salas.
Importancia histórica y artística de
los Reyes en Granada. — D. Pedro de '.
ConserTaciÓQ de los monumentos
Madrazo.
cDiscursos académicos de D. José
nando Corradi.
«Recuerdos de un viaje á Santiago
Fita y Colomé y D. Aureliano F. Gue
la Rada. BolbtIn, tomo ii.
Declaración de monumento nacioni
<Íoaga. — D. Pedro de Madraio.
iBl averiguador uniTorsal, editor, E
sáreo Fernández Duro.
«Anales de la nobleta de Kspaña
Bethencourt.! — D. Juan de Dios de I
■ Piraterías 7 agresiones de los in
Europa en la América española, deduc
y Herrera, por D. Justo Zaragoia.a — 1
LBTÍN, tomo II.
Nuera edición del «Arte cisoria* de
D. Pascual de Gayangos. BolstIn, toi
(Ensayos de Geografía histórica d(
Fournier». — D. Francisco Coello.
■Historia geográHca, geológica y estai
Agustín de Cavada y Méndez Vigo.> — I
«Novísimo Año Cristiano y Santora
F. Guerra. BolbtIn, tomo 11.
«Ensayo sobre la interpretación de
América Central, por D. Juan de UioE
D. Eduardo Saavedra, D. Antonio M
Boletín, tomo 111.
■Historia de Valladolid, por D. Jui
Fernández y González. Bolbtín, tomo
D0CDMBNTO8 OFICIALES. !>t
■ Historia de Guatemala. Biblioteca de Americanistas. Editor,
D. Luís Navarro.!— D. Aotonio M. Pabló.
Declaración de monumento nacional de la Colegiata de Tude-
la. — D. Pedro Madrazo.
■Historia del Ampnrdán, por D. José Pella y Porgas.» — DoQ
Praocisco Coello. BolbtIm, tomo v.
Reparaciones necesarias de los desperfectos causados por un
rayo eo la torre de la catedral de Sevilla.— D. Pedro de Ma-
drazo,
cLaa bienandanKas e fortunas que escribió Lope García de Sa-
lazar.» — D. Vicente de la Puente. Boletín, tomo v.
Razones que aconsejan la declaración de monumento nacio-
nal de las murallas ciclópeas de Zaragoza. — D. Pedro de Ma-
drazo.
■Historia Contemporánea de D. Antonio Pirala.» Nuevo infor-
me.— D. Fernando Corradi.
Declaración de monumento nacional del Acueducto romano de
Segovia. — D. Pedro de Madrazo.
■La Polinesia, obra de D. Ricardo Beltrán y Bóxpide.* — Don
Francisco Coello.
Autorización para hacer excavaciones en la antigua Clunia. —
D. Eduardo Saavedra.
Declaración de monumento nacional de las murallas de Avila.
— D. Francisco Coello y D, Juan F. Riaño.
Avileses célebres inscritos en el monumento erigido á Santa
Teresa en Avila. — D. Vicente de la Puente. BoletIn, tomo v.
Declaración de monumento nacional en favor de la Sinagoga
de Córdoba.— D, Francisco de Cárdenas, D. Francisco Fernández
y González y D. Fidel Pita. BolbtIn, tomo v.
Declaración de monumento nacional de la Capilla real de Gra-
nada.— D. Pedro de Madrazo.
■Discursos sobre la Historia universal de Bossuet, traducción
de D. Francisco Miguel y Badia y continuación de D. José M.
Quadrado.a — D. Vicente de la Fuente. Boletín, tomo ii.
Inscripción para la ermita de San Isidro, de Madrid.— D. Fidel
Fita. BoLETtN, tomo vi.
«Biografía del R. P. Fr. Martín Sarmiento y noticia de sus
Z BOLBTÍK Dt LA HBAL ACADBItU DB
bras, por D. Emilio Alvares Jiméoez.» —
Derribo del arco de Saa Pedro en Talare
idel Fita. BolbtIn, tomo viti.
«Historia de Cataluña, por D. Tlctor Ba
ÍÓD.> — D. Manuel Dauvila.
Declaración de monumoatos nacionales
liguel de Lino y Santa María de Narauco
vCasos y cosas de Castellón, por D. Juan
uel Danvila.
Importancia hisiórica de la catedral de I
[adrazo.
(Memorias íntimas del General D. Feí
lórdoba, Marqués de Mendigorrfa.» — D.
I. José G. de Artecbc.
Declaración de monumento nacional del
laria de la Rábida, en Huelva. — D. Franc
iBiblioteca de americanistas. Tomos pres
iméaez de la Espadan. — D. Marcelino Mei
Necesidad imperiosa de reparar la ermit
lena, en Asturias. — D. Juan F. Biaño.
■Diccionario histórico, biográfico, crítico
'emeüos ilustres, por D. Nicolás Díai Pé
Hiver.
Declaración de monumento nacional de S
-D. Pedro de Madrazo.
oBosayo de Historia universal, porD. Ru
-D. Manuel Oliver.
Adquisición por el Estado de la cueva de
-D. Juan de Dios de la Rada.
•La expedición y dominación de los cata
adas por los griegos; autor, D. Antonio R
lienvenido Oliver.
«Cuestiones coloniales, opúsculo de D. Ji
Irancisco J. de Salas,
Derribo de la puerta del couvento de Cap
[enares. — D. Eduardo Saavedra, D. Franci
Hez y Marqués de Molías,
OOCUMBIfTOB OPICtALBfl.
Reparaciones neceHsrías en la Puerta de B
D. José A. de loa Ríos.
■Vida de D. Fernando Alvares de Toledo,
críta por D. Gregorio Mayans y Sisear.* Iní
Arleche.
iSan Francisco de Asís (siglo zin), libro di
Bitáa.* — Marqués de Molius. BolbtIn, tom
■Apuntes históricos de la artillería españ
7 %v, por D, José Araniegui y Sanz.» — D.
BoletIn, tomo IX.
■Los bronces de Lascuta, Bonanza y Alju
Rodríguez Berlanga.i— D. Antonio M. Fabii
■Historia de Bspafia, por D. José Pulido
Fidel Fita.
■Biblioteca de la Sociedad de Geografía co
cisco J. de Salas.
■Santiago, Jerusalem, Roma, Diario de i
estos y otros santos lugares, por los Sres. F
Freiré Barreíro.» Continuación. — D. Franci!
LBTÍN, tomo IX. *
■Memorias de D. Antonio Alcalá Galiano
Cárdenas.
(Museo militar. Editor, D. Kvaristo Ullasl
Artecbe,
Gonserración del palacio de los Condesta
Burgos. — D. Pedro de Madrazo.
■Crónica mayoricense, por D. Alvaro C
del FitJi.
■Organización militar universal, porD. Ri
D. Francisco Coello.
■Nobiliario y blasón de Cauarias, por D.
de Betbencourt.* Continuación. — D. Juan i
Boletín, tomo is.
■Congreso de americanistas de Turín. Noi
gados. ■ — D. Pedro de Uadrazo.
■Cartulario del monasterio de Eslonia, pub
Viguau.a — D. Vicente de la Fuente.— Bolei
DOCUMENTOS OFICIALES. 95
Reparaciooea necesarias en la Catedral de Salamanca. — D, Pe-
dro de Madrazo.
■ Bstudios sobre el arte ea España, de D. Francisco M.Tubíno.»
— D. Pedro de Madrazo.
El Alcázar de Toledo. — D. Pedro de Madraso.
■ColeccidD de documentOH inéditos para la historia de España.»
<k>ntinuación. — D. Pedro de Madrazo.
<il>as Campanas de Vetilla, obra de D. Jerónimo López de Ayala
y del Hierro.» — D. Francisco Codera.
•Villalar. Mouograría hislóricb-crltica por D. José M. Sáenz
Baquero.» — D. José 6. de Arteche.
Segundo informe acerca de la importancia histórica del Alcá-
zar de Toledo. — D, Podro de Madrazo.
■Museo granadino de antigüedades árabes, por D. Antonio Al-
magro y Cárdenas.» — D. Juan F. Biaño.
«Asturias monumental, epigráfica y diplomática, por D. Ciríaco
Miguel Vigil,.- D. Aureliano F. Gnerra. Boletín, tomo xi.
«Cancionero popular gallego de D. José Pérez Ballesteros.» —
D. Pedro de Madrazo.
Adquisición por el Estado de la casa nombrada del Carbón, en
-Granada. — D. Pedro de Madrazo,
«Libro de descripción de verdaderos retratos de ilustres y me-
morables varones, por Francisco Pacheco, reproducido por don
José M. Asensio.» — D. Pedro de Madrazo. Boletín, tomo s.
«El Archipiélago filipino y las islas Mañanas, Carolinas y Pa-
laos, su historia, geografía y estadística, por D. José Montero y
Yidal.i — D. Francisco J. de Salas. Boletín, tomo z.
«Derechos de la Mesa Maestral de Calatrava.»— D. Manuel Dan-
Tila, Boletín, tomo xn.
Adquisición por el Estado del antiguo castillo de Solivella. —
D. Pedro de Madrazo. — Antigüed.
«Colón en España, libro de D.Tomás Rodríguez Pinilla.» — Don
Manuel Colmeiio. Boletín, lomo xii.
Valor histórico de Santa María la Real de Sangüesa. — D. Pe-
dro de Madrazo. Boletín, tomo xiv.
«Episodios militares, obra de D. Antonio RosdeOlano.» — Dou
Francisco Coello.
LKTtN DB La RBAL ACj
liíeato de conaerrado
ladrazo.
eográñco é histórico i
jsiones de Ultramar, |
— D. Fcancisco Coeik
1 de Salamanca escrita
la Fuente. Bolbtín, I
> de monjas de Santf
no F. Guerra,
i de las Uníversidadc
enseñanza en España
: Dios de la Rada. Bol
)cía histórica del mou
la Fuente.
irrilleros de 1808. Hísi
ida, por D. B. Rodrl
ón para el sepulcro de
principe de Vergara, t
isáreo Fernández Dure
sinóptico, historial y
le Olmedo.»— D. Vicei
1 histórica en Tiinez.
[II.
histórico, político y t
o 563 hasta el de 1700
isco de Cárdenas,
i de Grecia escrita ei
al Castellano por el
;o Fernández y Gonza
ción por el Estado del
3 Dios de la Rada, D.
viejo, obra de D. Rii
Rada. Boletín, tomo
istórico de la iglesia d(
te de la Fuente. Bolb
DOCUHENTOS OFICIALES.
«Manual de lengua Saoskrila ó Crestomatía, gramática y vo
bulario de dicho idioma, por D. Juan Gelabert.s — D. Francli
Perfldndet y González.
■Memoria de los acoDtecí miemos de ocho siglos, desde el
al iT, obra manuscñta de D. Bernabé Francisco Romeo,» — I
Fidel Fita.
Valor histórico de la iglesia y convento de San Esteban, de í
lamanca. — D. Vicente de la Fuente. Boletín, tomo xiii.
■ Naturaleza y cÍTÍlÍzación déla grandiosa isla de Cuba, ]
D. Miguel Rodríguez Ferrer. Tomo ii.» — D. Francisco Fernán
y Ooniález. ,
«Sesenta años en un tomo, por D. Francisco Vila Goiri.a — I
Vicente Barrantes.
Conservación de los restos arquitectónicos del Convento
Santo Domingo, en Pontevedra. — D. Celestino Pujol.
Importancia histórica de la Colegiata de Ciudad-Rodrigo. — [
Pedro de Madrazo.
«El Arsenal del Ferrol, por D. Luciano Taxouera.» — D. Edu
do Saavedra.
Importancia histórica del Santuario y panteón de Sao Juan
la Peña en Huesca. — D, Viceute de la Fuente.
■Galería de Riojanos ilustres, obra de D. Constantino (
rrán.»— D. Fidel Fita.
Valor histórico de la iglesia abacial de Santillaoa. — D. Peí
de Madrazo.
Supuesto hallazgo de los reatos de Cristóbal Colón en la Ca
dral de Santo Domingo. — D. Manuel Colmeiro.
■ Atlas de historia universal, publicado por D. Juan de
G. Artero.» — D. Francisco Goello.
Restauración de la fuente nombradi «Foncalada» eu Oviedo
D. Pedro de Madrajo.
«Los dos primeros años de la Regencia, por D. José Alva
Builla, D. Andrés Miralles y D. Luis García Alonso.»— D. 6
nuel Danvíla.
■Historia de Jerez, por D. Bartolomé Rodríguez Gutiérrez.
D. Fidel Fita. Boletín, tomo xv,
■Catálogo de los códices de la Santa iglesia Catedral de Leí
i BOLKTtN DB LA RBAL ACADBlllJ
iblicada por lo3 Síes. D. Juan Eloy Qiméuez 7 D. Rodolfo
eer.i — D. Manuel Danvila. Boletín, tomo xt.
■Apuntes históricoB sobre la artillería española, por D. José
ráateguí y Sanz.» — D. José G. de Arieche,
(Fray Luis de Granada, ebra de D. José Ignacio Valentf.
. Vicente de la Fuente.
Santa Marfa la Real de Nájera. — D. Pedro de Madrazo. Be
N, tomo XIV.
■Fray Juan Pérez de Marchena, estudio de D. José Igni
alentf.»— D. Antonio M. Fabié. Boletín, tomo jti.
■Estudios sobre división territorial, por D. Eusebio Jimém
uesma.i — D. Francisco Coello. Boletín, tomo xx.
■Historia de la piratería Malayo-Mahometana, en MindaE
1I6 y Borneo, por D. José Montero Vidal.» — D. Vicente Bart
1. Boletín, tomo xx.
«Descnpción é historia política, eclesiástica y monumental
ipaña, pava uso de la juventud. Provincia de Avila. Por D. "'
jtín PicatoBte.i— D. Vicente Barrantes.
Valor histórico del monasterio de Carracido,ea la provincia
)ón. — D. Eduardo Saavedra.
■Vida de San Bernardo y su siglo, por Doña Malviua Boi
ita.* — D. Manuel Colmeiro.
Conveniencia de conservar el Castillo de Ponferrada en la [
icia de León. — D. Pedro de Madrazo.
iiSagunlo, su historia y sus monumentos, por D. Antonio C
Bt.»— D. Fidel Fita.
Importancia de la iglesia del monasterio de Gradefes en la [
nciade León. — D. Eduardo Saavedra.
«El arte en Santiago durante el siglo xviii. Obra de D. Man
argüía.!— D. Juan F. Riaño. Boletín, tomo xx.
Conservación del monasterio deSan Cugat de Valles. — D. 1
o de Madrazoi
■La caza en todos los países y á través de los siglos. A. Eli
itor.»— D. Manuel Danvila.
■Los anales de España, desde sus orígenes hasta 1857, por '
de la Vega (D. Fernando Patxot).» — D. Manuel Danvila.
1801, — Adquisición por el Estado de la colección de antigOe
DOGUUENTOB OPICIALKB. 99
des que formó D. Aareliaiio Ibarra. — D. Juan de Dios de la Rada.
iBoletCa de la Sociedad Geográfica de Madrid. i—D, Cesáreo
F. Duro. Boletín, tomo xx.
Inscrípcioues para el edificio del Banco de España. — D. Eduar-
do de HÍDoJosa.
iTolodo; gula artfslíco-práctica , por el Vizconde de Palasue-
lo?.» — D. Pedro de Madrazo.
Importancia histórica de la antigua Sede llerdenae. — D. Pedro
de Madrazo.
Juicio de La Memoria presentada en concurso al premio ofreci-
do por la Comisión asturiana en honra de Jorellanos. — D. Mar-
celino Menéndez y Pelayo.
«Cartulario de Santo Domingo de Silos.» — D. Fidel Fita, don
Bienvenido Oliver y D. Manuel Daiivila.
Translación del Museo de Aniigüedadus de Murcia por estado
ruinoso del edificio que ocupa.— .D. Pedro de Madrazo.
■Relaciones exteriores de Marruecos, por D. Teodoro de Cue-
vas.»— D. Francisco Coello.
1892. — «Historia de Galicia, por D. Manuel Murguia.i^D. Ma-
nuel Colmeiro.
■Cuadros sinópticos de la Historia de España, por D. Mauuel
Messeguer y Gonell.>>< — D. Eduardo Saavedra.
«Historia d>3 la Conquista de España. Códice arábigo del si-
glo XII, obra de Falho-I-Andaluci.» — D. Francisco Codera.
iGoleccióii de documentos inéditos para la Historia de España.
<^ntiauación.> — D. Antonio Sánchez Moguel.
«Fuentes históricas sobre Colón y América, Pedro Mártir de An-
gleria, por D. Joaquín Torres Asensio.» — D. Antonio M. Fabié.
«Inscripción para el pedestal de la estatua de Palafox en Zara-
goza.» — D. José G. de Arteche.
«La provincia de Madrid, obra de D. Manuel Ayala Raya.s —
D. Francisco Coello.
«España en el Noroeste de Afiíca, por D. Felipe Pérez del
Toro.»— D. Francisco Coello.
«La Reina Doña Juana la Loca, por D. Antonio Rodríguez
Vilia.1— D. Antonio M, Fabié. Boletín, tomo sxii.
•Mapa de los viajes de Cristóbal Colón publicado por D. Juan
SOCUMBHTM OPICIALHB. 101
■Monedas de las dinaatlsB arábigo-españolas, por D. Aatooio
Virea.i — D. Francisco Codera. Bolbtík, tomo xxni.
«Qufa del TÍajero en Espaúa y Portugal, por D. Kmilio Yal-
-verde y Alrarez.n — D. Pedi-o de Uadraux BoLEtíN, tomo xxnt.
«Biblioteca Arábigo- Hispana, publicada por D. Francisco Co-
'dera.>— D. Eduardo Saavedra.
Inscripción para el monumeato erigido en Ceuta á los que su-
■cumbieron en la guerra de ¿frica.— D. José G, de Arteche.
(Historia de la provincia de Zamora , por D. Ursiciao Alvates
Martínez.» — D. Antonio Sáoches Moguel. BolbtIn, tomo zxiii.
«Relaciones políticas entre España y Francia. Obra de D, Ino-
cencio de la Vallina.» — D. Antonio Sánchez Moguel.
■El estudio de las claves. Obra de D. Garlos Pérez Gredilla.» —
D. Antonio Rodríguez Villa. Boletín, tomo xxiv.
■Concepto del mando y deber de la obediencia. Cartas á Al-
fonso XIII por D, José Muúlt y Terrones.» — D. José G. de
Arteche.
1894. — «Materiales para la Historia de España en el archivo se-
■creto de la Santa Sede, por D. Ricardo de Hinojosa.» — D. Eduardo
de Hinojosa, Boletín, tomo xziv.
Inscripciones para la tapida que ha de Qjarse en el convento de
Sau Esteban, de SaUmanca, como recuerdo do la, prolección que
en ét encontró Cristóbal Colón. — D. Antonio Sánchez Moguel y
D. Cesáreo F. Duro.
«Armas, defeuaas y organizaciones, por D. José M. de Casano-
va." — D. José G. de Arteche.
■Geoí^raffa p;tra ios niños de t.* enseñanza, por D. Domingo
Fernández.» — D. Francisco Coello.
«Reparaciones histórica», por D. Antonio Sánchez Moguel.* —
D. Manuel Danvila. Boletín, tomo xiv.
Establecimiento del Cuartel de Inválidos en el Alcázar de Se-
govia. — D. José G. de Arteche.
Mérito histórico de la iglesia de San Martín de Frómista, en la
provincia de Falencia, — D. Podro de Madrazo.
Conservación de la puerta gótica del puente de la ciudad de
£alaguer. — D, Pedro de Madrazo.
Adquisicióa en Viena de una colección de manuscritos ioédi-
In db la real acáobuu de
Ltee á la Casa Condal de R<
» 7 Gonzdlez, D. Eduardo
a.
n foto-cromo-litográñca del
no». — D. Aatonío M, Fabié
listórica, por D. Garlos Caí)
e Méñda, publicadas por I
'rantes. BoletIn, tomo zzti
para la estatua de Oqueud
Duro. BoLBTtrt, lomo izv.
o y su historia, por D. Sal'
navarros en Grecia y el Du
suiavasión, por D. Auton
Arteche. BoletIn, tomo zz'
•io de Sania María de Nflje
Madrazo. Boletín, tomo z:
ide muñó Cervantes en "V
y descripción general de '.
ipez de Velasco.» — D, Cesa
itural y moral de las Indi
) — D. Marcelino Menéndez ;
'ico de la iglesia de San Sa
rala. Boletín, lomo 2xvi.
sneral de Filipinas, por D.
.) — D. Vicente Barrantes,
a extremeña para la restai
.»— D, Vicente Barrantes,
encía dirigida al Rey Católi
;h. — D. Marcelino Menénde:
de las islas Filipinas. Obra
liñiga.i — D. Vicente Barrai
América. Estudios historie
tiez Moguel.v — D. José G. di
para el catafalco de Don
DOCUMENTOS OPICIALBS.
Conde de Barcelona. — D. Juan de Dios de
Fita y D. Bienvenido Olirer. BoletIk, tomo ]
«La guerra de Cuba, por D. Eugenio Antonii
G. de Artecbe.
i896. — Dificullados ocurridas al hacer enti
arábigo-espaaol de D. Antonio Vives al M
Nacional. — D. Francisco Codera.
■Episodios militares, por D. Antonio Ros d<
G. de Artecbe.
■ Historia de Vigo y su comarca, por D. Josí
mez.> — D. José M. Asensio. Boletín, tomo 21
Adquisición por el Estado de dicbés de la E
europea de Madrid. — D. Eduardo Saavedra, D
D. Juan Catalina Garcfa.
luscripciÓQ para el monumento erigido en i
moria de Legazpi. — O. Cesáreo P. Duro.
(Conferencias patrióticas, obra de D. Dioni
dóñei.i — D. José G. de Artecbe.
• Breve compendio de la historía de la Iglesi
Miguel M. Guillen. B—D. Fidel Fita.
«Historia de Italia, por O. Aurelio Gali Las
nio M. Fabié.
Adquisición por el Estado de la casa conocid
el nombre de las Infantas. — D. Pedro de Madj
«Historia de los dominios españoles en O
de Alcázar.» — D. Vicente Barrantes. Boletín,
Reparaciones necesarias en la iglesia de Sar
de Toledo. — D. Pedro de Madrazo.
«L'Espagne; lottres d'un ami h un francais
gel Matbieu.» — D. Juan Catalina García.
Valor histórico del monasterio de la Asuncí
en Almagro.— D. Fidel Fita.
■Boletín déla Sociedad Geográ&ca de Madrid
Importancia histórica del castillo de Turega
talina Garcia.
•Glorias de la caballería española, por D. Ai
— ^D. José Gómez de Arteche. Boletín, tomo i
.KtIn OB la RKAL Í.CADBIIIA DI LA t
cia históríca de Sao Juan Bautista d
a y I>. Ju&a Catalina García. Bolbt
mtoa históricos de ValeiKia y su r
) Valeniiiio.>~D. Manuel Danvila.
Bs vasc6ñlo, por D. Julián Aprai:
^lbtín.
y Revista de Archivos, Bibliotecas ;
;na García.
populares, obra de D. Lope Barn!
i de reparaciones en la Ierre de Sa
Cesáreo F. Duro.
ion por el Estado de las llamadas iT
leí Marqués de Casa-Loriog.— D. Ju
i históricos críticos de la ciencia espí
— D. Antonio M. Fabié.
iÓQ por et Estado de monedas árabe
— D. Francisco Codera.
irfA la Antigua de Valladolid. — D. F
imo XIX.
e historia militar, por D. Francíscí
S'idart. Boletín, tomo ixxi.
nililar español. Colección de episod
istoria militar de España, por D. I
. José G. de ArtecUe. BolbtIn.
ion por el Estado de la torro nom
Granada. — D. Juan F. Riaño.
t de Mindanao y Joló, por el P. F
in.B — D. Joaquín Maldonado Macan
critico de Avila y su territorio, por 1
Antonio M. Fabié. Boleiín, tomo i
rrcccidn cubana. Crónicas de la ca:
i guerra, por D. Teaifonte Gallego.*
imo XXXI.
\ genealógica y heráldica de la Moi
y Grandes de España, por D. Francii
Antonio Rodríguez Villa. BolbtIn,
DOCUMENTOS OFICIALU.
Valor biatiSrico de la iglesia y claustro d
Villa de Pitero.— D. Juan Catalina García.
■Historia política y diplomática desde la :
Estados Uoidoa hasta uuestros días, por D. ,
D. Joaquín Maldouado Macauaz.
Inscripciones para el pedestal de la estatua i
en León. — D. Eduardo Saavedra y D. Fide
mo xxxii.
■SI castillo de Burgos, por D. Eduardo di
D. José G. de Arteche. Boletín, tomo isziii
Acceso de los académicos de la Historia á
tocólos. — D. Juan Catalina García.
En qué tugar de la nación han de reposar
bal Colón.— D. ,\nlonio M. Fabió, D. Fra
Goncález y D. Antonio Sánchez Moguel. Boi
«I,a Florida, su conquista y colonización,
de Aviles, obra de D. Eugenio Buidlaz y Car:
Duro.
«Apuntes para la historia de VillaFranca di
José Cáscales y Muñoi.i — D. José M. Asensi
■Archivo del bibliófilo ñlipino, obra de I
tana.x — D. Cesáreo F, Duro. Bolbtín,
■Gramática siriaca de D. Gonzalo Padilla
cisco Fernández y González.
■Sevilla intelectual, obra de D. José Casca
Francisco R. Utiagón.
■La tragedia de América, por D. Antonio
Cesáreo K. Duro.
Necesidad de reparaciones en la ermila de
Luz, en Toledo. — D. Cesáreo F. Duro.
«Tablas para comprobación de fechas en
eos, por D. Eduardo Josué.» — D. Eduardo &
Conservación de la iglesia de San Francisc
Juan Catalina García.
■Valor en moneda actual que tenían los
see ea 1296.> — D. Vicente Vignau y D. F
tomo XXXV.
MI«rÍH «I LA IISAL ACADBHIA DI t
Juan II de Aragón y el Príncipe de
uano Prieto.» — D. Antonio Rodrigí
¡cas generales da D. Ramón Menee
gnau. Boletín, tomosxxv.
lio sobre la organización y costuml
r D. Antonio M. Fabié.» — D. Antonio Pirala. Boletín,
iice de informes priDatioos de la Academia. <■>
iiedades de Elche, el Príncipe Pío.
-Disertacióu de D. José Ortiz sobre el lugar que ocupó 1<
Muoda. — D. Juan Pérez Villamil.
-Inscripciones en la villa de Tricio. — D. José AdIodí
—Asuntos para el concurso de premios de la Academia.-
lu Fernández de Navarrele, D. Diego Clemencín y Doi
íonzález Carvajal.
—Juicio de la tínica memoria presentada al concurflod
, versando sobre las relaciones políticas y comerciales il
antes del descubrimiento de Amóiica. — D. J. Banqueri
-Predicación de San Pablo en España y parlicnlarment
mbra del Campo de Montiel, segün carta de D. José CAa
íafiel— D. Miguel Cortés.
de D. Juan de Castro, cuarto Virrey de la India, po
lio Freiré de Andrade.»— D. Pedro Sainz de Baranda,
imen criiicorum, obra de Enrique Eugelino Weyers.»-
)nio de Vera.
-Elegía en versos franceses, del Sr. Verneuil, sobre 1
íe D. Mariano JO!>é de Larra.— D. Alberto Msta.
li Boucheroni Bpecimen inscriptionum romanorum latí
I— D. José de la Canal.
-Mapa de España del siglo xv descubierto en Tréveri
« iDClDytn IM pnblindoaeD lo
DOCUVlíNTOB OFICI
(Prusia).— D. José de la Canal, D. Ped
Juan Bautista Barttie.
1645. — Propuesta de adquÍBición i
P. Sarmieuto. — D. Miguel SaWá y D.
Reglas para continuar la publicacióc
— D. Juan A. Caslejóu y D. Antonio C
1847. — Continuación de l08 trabajos i
D. Pedro Sainz de Baranda.
«Suplemento al Diccionario geogr.ifl
rrespondiente á la Rioja, por D, Ángel
D. Antonio Cavanilles y D. Antonio E
Adquisición de noticias para contin
España sagrada*. — D. Pedro Saius de
«Elogio histórico de D. Antonio 1
de P. Qiiadrado.* — D. Luis López £
Clonard.
Mosaico descubierto en Ampurias.—
Inscripciones de la villa de Tricio,—
nio Delgado y D. Ángel C. de Govante
1852. — Dibujos descubiertos en pied:
Baena.— D. Antonio Delgado.
Asuntos para los premios del concu]
Martínez de la Rosa, D. José Zaragoza
1854. — Prontuario numismático ant
José de Viu. — D. Antonio Delgado.
1855. — Programado premios para e
Antonio Cavanilles, D. José A. de le
fuente.
1856. —Noticias acerca del matrimo
hermano del Rey D. Alfonso X, con
del Rey de Noruega.— D. Tomás de Sí
1857. — 'Ensayo histórico sobre el pi
León, por D. Alejandro Arango y Esc
vanez Calderón.
Programa de premios para el concu:
Sancha, D. Pascual de Gayangos y D.
Descubrimiento de ubicación de la
OLBTÍN OK LA RRAL ACADBUtA Ü* I
ióiigora, D. Aureliano F. Guerra
inda de los romaoos. Opúsculo de 1
iBa.1— D. Juan de Cueto f D. Jf
alidade da navegacio do Oceaoo i
escubrimeato de suas ilhas petos p
)rres.> — D. José Caveda, D. Antonic
Arguelles.
•La Marina Real de España áñnesi
XIX, por D. Jorge Lasso de la Vega
ido,
tmiento de representantes de Españ
i\ que iba á reunirse en Bruselas p
iraria y arKsUca. — D. Manuel Colii
del Conde Fernán González, escril
i Arlanza, Fr. Gonzalo de Arrede
:ión para gula de los que aspiran
por descubrimiento de antigUedaí
1 y D. Aureliano F. Guerra.
\nt¡güedade3 de la villa de Uerran
f D. Aureliano F. Guerra.
de la Oración de W;imba. — D. Au
anUguos hallados en Mondoitedo.-
D. Manuel de Assas.
ita de premio por descubrimiento c
Rarael MarKn^z de Carnero. — D. f
Sabau, D. Antonio Delgado y D. A
iuüral de la obra que escribió D. I
lo de llislórica descripción del gran
an en los reinos de Castilla y Le
Alba..— D. Carlos R. Fort y D. M;
de la vfa romana de Braga á As
1' D, Aureliano Fernández Guerra.
<S del Dr. D. Ptídro Antonio Sár
DOr.UMBtfT08 OPICIALKS. IG9
Kitio de la mansión romana de Beliniía.— D. Modesto Lafuente
7 D. Aureiiano F. Guerra.
< Historia general de la independencia de Chile, escrita por Do»
Diego Barros ArítUH.»— D. MoJesto liafuerite.
Memoria acerca de los lugares que ocuparon las antiguas cin-
áadesde «Libia* y «Segasaniuiido.i— D. Modesto Lafuente y Don
Aureiiano F. GiierrH. Boletín, lomo ixxv,
I8S0. — Antigüedades halladas en Huete.— D. Antonio Delgado.
■ Leyendas históricas -Irabes, por D. Francisco J. Simonel.> —
D. Pascual de Gayangos.
Juicio de las obras presentadas al concurso de premios de la
Academia. — D. Pascual de Gay.-ingos, D. JoséCaveda, D. Antonio
Delgado y D. Aureiiano Fernández Guerra.
Elogio de la obra manuscrita de D. Manuel deGóngora, iViaje
titerarioporlas provincias de Granada y Jaén. ■ — D. Salnstianode
Olózaga, D. Pascual de Gayangos, D. Anlonio Delgado, D. Aure-
iiano F, Guerra y D. J. Caveda.
■ Excelencias del noble linaje de Castillo, por D. Enrique Cas-
tillo y Alba.B— D. Cayetano Bosell.
Anfiteatro de Itálica. — D. Antonio Delgado.
Asunto para el concurso de premios de la Academia.— D. Aure-
iiano F. Guerra.
Sobre loa trabajos de Fr. Pedro Cid y del Sr, D. Ramón Barros
Sibelo para ilustrar el segundo camino de Braga á Aslorga.— Don
Pascual de Gayangos, D. Antonio Delgado, D. Salustiano de Oló-
taga y D. Aureiiano F. Gucrr»,
Sobre publicación de los informes y disertaciones lefdas ante
la Academia. — D, Pedro José Pidal, D, Aureiiano Ferniiudez
Guerra y D. Cayetano Rosell.
■Memoria sobre una inscripción romana do Córdoba que des-
cubrió el P. Fr. Alejandro del B^rco.»— D. Antonio Delgado.
«Descripción del reino de Granada por D. Francisco J. Símo-
nel.» — D. Pascual de Gayangos.
■Historia dül Perd, por D. Sebastián Llórente.* — D. Vicente
de ia Fuente.
cLa Imprenta en Zaragoza, opüsculo de D. Jerónimo Borao.»
— D. Carlos R. ForU
U RKAL A.CADBIIIA DB
¡icos sobre U antigua
ai.» — D. Salustiano di
rra.
ie los Anales de la Ac
descubierto ea Elche.
iprimir y publicar por
irgas Ponce contra lat
■Aga y D. Manuel Goln
le et geographique de
astrana et Francisco Li
es et des Etats Pyréué
9 R. Fort.
I árabes regalados por
Tarragona,— D. Pascui
ntara y D. Aatonio Di
i descubierto en Elchi
r de los Ríos y D. t
e Francisco Pacheco t
s retratos de ilustres y
por D. Juan José Bu
amador de los Ríos, D
let Castillo,
presentadas al concur
). José Gaveda y D. Je
vo de Ávila.— D. Tom
Archivo de León.— D.
de las fuerzas militar
hasta nuestros dias, p(
anuel Colmeíro.
uéran, Roí d'Aragon (
t. Fort.
»cióu de un libro acer
lauer. — D. Emilio LaF
DOCUHBHTOH OFICIALB
Copias de documentos recibidos de
los R. Fort.
1864. — Vida y viajes de HerQando de M
Barros Arana. — D. Vicente de la Fueate.
Juicio de la obra titulada Estado aoeial
jares de Castilla, liiiica que se presentó a
— D. Pascual de Gayaogos, D. Emilio
D. Valentín Carderera.
1865.— Sobre un Códice de Las Partida
giata de San Isidro de León,— D. Fidel Fi
cHisloría de Cataluña y de la Corona di
Balaguer.» — D. Cayetano Rosell.
«Anales históricos de la revolución de 1
el aQo 1808 hasta el reconocimiento de la
extenso Continente, por D. Carlos Calvo.»-
1866. — «Les faux Don Sebastien¡ étude
gal par Miguel D'Antas.» -D. Modesto Li
Objetos del gabinete de antigüedades q
Exposición Universal de París. — D. Carli
liano F. tiuerra.
cEl Libro Becerro, ordenado por D. An
— D. Tomás Murtoi.
fEl arco de Cabanes provincia de Castt
diente D. Félix Ponzoa.»— D. Carlos It. F
fGl Arzobispo de Tarragona, Primad
D. Juan Francisco Albiñana Borras. > — D
«Descripción bistórico-arilstico-arqueo
Santiago, por D. José Villa-Amil y Castr
■ Marina española de la Edad Media,
Salas.o — D. Aureliano F, Guerra.
Proyecto de D. Fernando Marfa de (
España los restos de Cristóbal Colón.— D
D. Juan M. Monlalbán y D. Jacobo de la
«Cuadro descriptivo y comparativo de I
Méjico, por D. Francisco Pimentel.» — D.
Juego de naipes encontrado en la torre
drid. — D. Pascua] Gayangos.
BOLBTtN DS La real ACADBH
— GoDveDíencia de reanudar I
Mdemia. — D. Cayetano Rosell
3r Congreso arqueológico iate
■D. Vicente de la Puente.
i lores Gerutideiises. — Gula-ci
liepos de Gerona.— Obras de I
an Manuel Montalbdn.
i autógrafas de Doña Marían
'rancisco González Elipe. — D.
ri e la Schiavilu neliecolouie
.nzi.> — D. Jacobo de la Pezuel
e reseña de las campañas de C
III critico de la situación de M
lero.» — D. Manuel Oliver.
eged Settentrionale.— El Hai
ni.» — D. Pedro de Uadrazo.
)ria de la ciudad de Cuenca y
D. Trifón Muñoz.»— D. Jacob
imentos de piedra hallados en
Auiailor de los Ríos.
-Poudus oriental. — D. Valet
de los Ríos.
ra, Despatches aud Slate Pape
ween England and Spain. — E
¡Üedrides prehistóricas de Aa
.»— D. Aureliano F. Guerra,
Moreno Nieto.
pagne scieLitiBque par M. Ma
ogo de los manuscritos portuj
oico, por D, Federico F. de la I
)endÍo de la Historia de Cuba,
obo de la Pezuela,
iré des Ducs et des ComCes (
. de Jiibainville.»— D. Jacobo
a de Moneda de Segovia. — Q
I de Madrazu, D. Eduardo Sa
DOCUMBNTOS OFICIALES.
tví
'Objetos antiguos deseabiertos en la Sierra de Oerez. — D. Aare-
Jiano F. Querrá.
• «Noticia histórica del Castillo de Trigueros, por D. Fernando
Belmonte y Clemente.» — D. Pedro de Madrazo, D. Aureliano F.
Ouerra y D. Eduardo Saavedra.
Bscudo llamado de Diana, en Valencia. -«-D. Aureliano F.
Guerra.
Antigüedades de Sagunto.— D. J. Amador de los Ríos, don
Bduardo Saavedra y D. Aureliano F. Guerra.
Inscripciones hebraicas en Gerona.— D. Aureliano F. Guerra.
cLes ñnances francaises sous Tancienne monarchie, le Repu-^
bliquoy le Consulat et TEmpire, par íe Barón de Nervo.»^D. Ja-
•cobo de la Pezuela.
cCArcebispo D. Freí Caetano Brandao, drama en cinco actos
con un escorco biographico, por D. Benigno Joaquín Martínez.»
— D. Jacobo de la Pezuela.
«Fuero de Salamanca, por D. Julián Sánchez Ruano.»— D. Vi-
cente de la Fuente.
«La columna trajana, interpretada por M. G. FrOhner.» — Don
Aureliano F. Guerra.
Propuesta de la Real Academia Irlandesa para cooperar á que
sean respetados los monumentos cienlíñcos, artísticos y literarios
en la guerra pendiente entre Francia y la Confederación Germá*
nica.— D. Cayetano Rosell, D. Bduardo Saavedra y D. José Mo-
reno Nieto.
Medalla acuñada en memoria de los Templarios. — D. Vicente
de la Fuente.
Inscripciones de Ampurias. — D. Aureliano F. Guerra.
Proyecto de creación de Academias históricas en las capitales^
dé Estados en América. — D. Manuel Colmeiro.
cTratadode la propiedad, por D. Manuel Paíno.» — D. Cario»
R. Fort. •
«Lecturas populares, instructivas e moraes, collegidas para as
escolas pot* el Sr. Brito Aranhá.» — D. José Godoy Alcántara* -
«Gramática árabe según el método de OUendorf , por D. Fran-^
cisco G. Ayuso.» — D. Pascual de (jayarigos y D. Francisco Fer-
nández y González. ^ V í'.'^. '
TOKO ZXZ7U. i
^•^
1 ■-
j;y
'4Í
14 BOLBTlN DK LA HBAI. AUDBWtA
ConstttucioB«s del Colegio sevillaoo,
laese Bodrigo. — D. Aureliano F. Guen
«Eigeoh^digeCJprrespoadeQtdesKfir
*r B. Rittór von Arnel.>— D. Paacual <
Proyecto de reimpresiÓD de los «Díscí
ia y 8u Reiuo, del Licenciado Fraocis
orD. Mariano Vergava. I — D. Aureliano F. Guerra, D. Jacoboáb
i Pezuela y D. Javier de Salas.
«Ensayo crítico de la LegislaciÓD comercial comparada, de doi
Lícardo Ovidio Limardo, porD. Cecilio Acosta.i — D. Jacobo de):
'etuela.
■El primer Almirante de Castilla.* — D, Francisco J. de Salu
cCrónica de las guerras que bizo en Italia el Gran Capitán
ustrada con notas por D, Luís M. Bamlrez yde las Casas Deía.
-D. Carlos R. Fort.
Antigüedades en el Campo de Dalias (Almería). — D. Eduaiidi
ABvedra.
■Costas y Montañas. Libro de un caminante, por Juan García.
-D. Fermín Caballero.
Proceso del grado de Licenciado en Leyef> que recibió, en Hé
ico Juan Buíz de Alarcóo. — D. Aureliano F. Guerra.
Adquisición por la Academia del manuscrito original de D. Pe
ro Padilla sobre los ruidosos pleitos del Arzobispo Palafoz.-
). Carlos R. Fort y D. Vicente de la Fuente,
■Origen, naturaleza y antigüedad del hombre, por D. Juan Vi
inova.* — D. José A. de los Bfos y D. Aureliano F. Guerra.
Adquisición del manuscrito de las Quincuagenas del capital
)viedo.— D. José A. de los Btos, D. Carlos B. Fort y D. Vicant
e la Fuente.
Códice de privilegios de los Reyes Católicos existente en el Ar
hivo municipal de Zamora. — D. Vicente de la Fuente.
Inscripción en la Iglesia de Santa Cruz de Cangas de Onls.-
). Aureliano F, Guerra.
Objetos antiguos encontrados al hacer los desmontes para <
Brrocarril de Pon ferrada.— D. Aureliano Fernández Guerra.
Programa da premios de la Academia para los años de 1874 i
878.— D. Aureliano F. Guerra y D, Cayetano Rosell.
MMDMnrroe opieiMKS. ftS
' (La oriundez de Kloano, por D. Nicolás de Soraluce.n — D. Per-
mtD Caballero y D. José G. de Arteche.
' Goaveniencia de publicaciiia por la Academia de Manuales de
Historia, de GeograHa, de Cronología y de Antigüedades. — Don
Aúrelíano F. Guerra y D. Cayetano Rosell.
Chronica del rey Henrico VIII de Inglaterra, manuscrita. — El
Marqués de Molins.
Palacio de los Gtiurrichaos en Pontevedra. — D. José Amador
de los Ríos, D. Aureliano Pernándei Guerra y D. Pedro de Ma-
drazo.
«MonograRas españolas, ramillete de glorias aacionales, por
D^ Ramón Campuzano y González.» — D. Jacobo de la Pezuela.
Monedas árabes regaladas por D. Permfu Caballero. — D. Aure-
Hano F. Guerra.
■Compendio de la historia de la Repüblica oriental del Urn-
guay, por D. Isidoro de Masfa.i^D. Jacobo de la Pezuña.
«I/es rapports de Téglise de Puy avec la ville de Girone en Bs-
pagne, et le Comté de Bigorre, par M. G. Rocher.> — D. Vicente
de la Fuente.
Colección de cartas inéditas de D. Bartolomé José Gallardo diri-
gidas A varios vecinos de Gádit. — D. Garlos R. Fort.
Inscripciones árabes de Córdoba, següo los calcos remitidoií
por- D, Victoriano Rivera Romero. — D. Aureliano F. Guerra.
Opúsculos regalados por M. Dufflot de Mofraa.— D. Garlps R.
Port.
«Bouvenirs du paye de Sainte Tbérése, par M. F. X. PIasse.« —
D. Vicente de la Puente.
Obras de Antropometría, de M. Quetelet. — D. Francisco J. de
Salas.
«The Barliest Anm-ican Expeditious to the Artic Regions.«—
D. Francisco Coello.
■Le materie politiehe relative airestero delle Arcbívi di Slato
Piamontesi, dilsig. Nicomedes Biacchi.»— D. Fernando Gorradi.
■Le Portugal historique, commerciel et industriel, par M. Lu-
den de la Saigne.í— D. Fernando Corradi.
■La Monaaié de Tore&ne, par M. de la Barre Diiparcq.*— Son
Francisco Coello.
tl6 SOLBTtN DB LA RKAL ACADEMIA DI
Una escritura orígioal de la villa de P
R. Fort.
cCróDÍca de Saa Juan de la Peña.* Rein
teca de Escritores aragoDoses.* — D. Carlos
■Cartas de Saa Ignacio de Leyóla dadas
PP. AntoDio Cabré, Miguel Mir y Juan Jo
Carlos R. ForL
■Últimos amores de Lope de Vega Garpii
mo eo cuarenta y ocho cartas ioéditag j var
Job Ramón Fort.
1877. — Publicacióa de las «Batallas» y c
pitáQ QoQKalo Feroáudes de Oviedo.— D,
Ríos.
Programa de premios por descubrimieol
D. Aureliaoo F. Guerra, D. Eduardo Saave
Cárdenas.
pGregoire VIII et les origiaes de la dociri
lf4 E. LaageroD.» — D. Eduardo Saavedra.
loscripciÓQ descubierta en Cartagena. — I
dea Guerra.
■Vida de la Princesa de Eboli, por D. Ga
naQdo Gorradi.
Mosaico descubierto en Lugo. — D. Juan i
Textos de historia para los establecimiea
ñanza.— D. Cayetano RosselL
1878. — Trabajos verificados por la Comisi
Salamanca. — D. Vicente de la Fuente y D.
Reparaciones bochas en el Monasterio de
Saavedra.
■Series Episcoporum Ecclesiae Gatbolica<
Garus.* — D. Aureliano F. Guerra.
Plan de publicación de las Décadas de A
D. Antonio María Fabié.
Sepulcro del incomparable español Fr. 1
D. Aureliano F, Guerra.
■11 Comune dci Corpi Santí di Pavia, [
deH'Acqua.a— D. José G. do Arteche.
D0GUMBNT08 OFICIALES.
117
Adquisición de materiales para continuarla publicación de «La
Bdpaña Sagrada.»— D. Vicente de la Fuente.
«La TiUe de Gompiégue á Tépoque de la bataille de Saint
Quintín I par M. le Gomte de Marsy.» — D. José Oómesde Ar«
teche.
Inscripciones en la iglesia de Santa María de Caldas de Reyes.
— D. Aureüano Fernández Guerra.
Memoria de los trabajos de la Comisión de monumentos histó*
ricos de Badajoz. — D. Vicente Barrantes.
«Cuadros antiguos del Museo de Madrid, por D. Pedro de Ha-
drazo.»— D. Cayetano Rosell.
«Reseña histórica del Centro América, por D. Lorenzo Montu-
far.»— D. Jacobo de la f^ezuela.
Inscripciones árabes en el Monasterio de Santa Clara, de Mur»
da.— D. Aureliano F. Guerra.
«Numismalique de l'Ancienne Afrique, par C. T. Falbe et
I. Ch. Liudberg.» — ^D. Francisco Codera.
«Veridique Histoire de la Conquéte de la nouvelle Espagne»
par le Capitaine Bernal Diaz del Castillo, traduite de TEspagnol
avec une introduction et des notes, par José Mana de Heredia.»
— D. Jacobo de la Pezuela.
«Cuadro sinóptico de la historia de España, por D. José M. Flo-
res.»— D. Juan F. Riaño.
«Memorias de un setentón, por D. Ramón Mesonero Romanos
y comparación con la obra del Sr. Alcalá Galiano titulada Re*
cuerdos de uu anciano.» — D. Vicente de la Fuente.
Situación en que se halla la Subcomisión de monumentos de
Jerez de la Frontera. — D. Vicente de la Fuente.
Opúsculos del profesor portugués Sr. Pereira Caldas. — Don
Aureliano Fernández Guerra.
• Genotafio de San Pedro de Osma, primer Obispo de aquella
diócesis.^D. Vicente de la Fuente.
Colección de modelos de las armas y de los trajes usados por
las tropas de mar y tierra, por D. Manuel Jiménez González. Iné-
dita.-^D. José G. de Arteche.
\ «Ensayo histórico del ejército de Occidente, por D. Juan B. Rí^
jar y D. José M. Vigil.»--D. Jacobo de la Pezuela. ^
U lAAL áC&DBHU di ,1.a historia.
I la higiene del ejército de loe JB8Ud(w-U«i-
Arteche.
as cosas sucedidas ea los' Países Bajo? de
lor D, Diego de Villalobos, con uoa ialro-
raciones de D, Alejandro Lloreate.» — D. Josó
icriptiva de Alba de Tormos, por D. Fernando
3 P. Duro.
ides del hombre, por D. Carlos Bruquillo.*
inínsula y campañas de Welliagton, por
lé G. de Artecbe,
idas por los Marqueses de Casa-Loríag ea
acepción. — D. Manuel Oliva.
)dell'l8eoca[npea8e.>^D. AutonioM. Fabi6.
i presentadas al concurso de premio de la
cinco Feraáodez y Goniáleí, D. Franciec*
w Coello.
sembarcd en tierra firme del continente ame-
Fernándes Duro.
iguos de la Iglesia Compostelaoa. Autores,
rreiro y D. Fidel Fita.>— D. Marcelino Ue-
ian Baudilio, eo Almatán. — D. Vicente de la
scubierto eo Vicb. — D. Manuel Oliver.
' la publicación de «La Bapaíia Sagrada*.—
nte y D. Fidel Fita.
undamento histórico en que estriban el obe*
I de Isabel la Católica para costear el viaje de
I las naves de Cortés y el salto de Alvaraáo.
idez Duro.
Uulo de la bistoria de Inglaterra. 8u autor,
1.1 — D. Marcelino Menéndes y Petayo.
qués de Salvatierra sobre la situaciÓD de
iano F. Guerra, D. José Gónea da Artecbe *
D0GUHBNTO8 OPIfltiLLBS. 119
Bases para el establecimieato de Academias hispaao-america-
nas. — El Marqués de Mollas, D. Francisco de Cárdenas y Doa
Aotonio U. Fabié.
(Observaciones sobre las guerras, de D. Joaquín de Santiago
Goncha.i — O. FranciBCO Coello.
■L'Hotel deVilledeCompiégae, par le Comiede Marsy. — Don
Francisco Coello.
Colección de documentos referentes al reinado de Doña Isa-
bel 11, entregados á la Academia por eata augusta señora. — Don
JoséG. de Arteche, D. Marcelino Uenéndez y Pelayo y D. Eduardo
de Hiaojosa.
1892. — «Uins Belay. Estudio bÍBtórico acerca del castillo de
Poley, de D. Antonio Aguilar.> — D. Francisco Codera.
1893. — Antigüedades de Jerez de la Frontera.— D. Aureliano
Fernández Querrá.
■ Notas bislórico-criticas dei señor Marqués de OIivar.>~Don
Antonio Pirala,
Códice de las Gonstiluciones del Consulado de mar, de Valen-
da. — D. Antonio Rodríguez Villa, D. Cesáreo F. Duro y D. Bien-
venido Oliver.
1894. — Viaje á Marruecos de D. Francisco Moñino, Ministro
plenipotenciario de S. M. C. en 1785. Manuscrito. — D. Antonio
Rodríguez Villa.
1895. — Documeatacióo referente á la embajada de M. Barthó-
Icmy en Suiza, desde 1792 á 1796.— D. Manuel Danvila.
1898. — «Estudios gráñco-histtíricos de GarUgeua, por D. Ma~
auel Fernández Villamarzo. > — D. Eduardo Saavedra y D. Fi-
del Fita.
1 898.^1 Historia de la aparición de la Santísima Virgen de Gua-
dalupe .eu México, y exposición remitida por el Rdo. Obispo do
GtiiJapa.»— D. Antonio M. Fabié.
. 1899. — Sobre la conveniencia de hacer excavaciones metódicas
«a las ruinas de Itálica.— D. José M. Asensio.
INFORMES.
BIOGRAFÍA If ARtnifA.
Bntre los libros publicados en Lisboa al celebrarse el cuarlo
ealenario del descubrimiento del camino marítimo de la India,
ae es una de las glorias de la nación lusitana, el que se tiiola
Trabo; M náuticos de los portugucMs en toa siglos zvi y zvit, obra
el 8r. Sousa Viterbo (1), interesa también á los marioos espa-
lóles. Contiene, en orden alfabético, colección de noticias perso-
lales de 338 navegantes y de 90 constructores navales, con inser-
ióo de documentos referentes á cada uno de ellos, en mayor
■arte inéditos, y como en mucho ndmeco sirvieron á la cienciay
> la humanidad estando regidas ambas naciones juntas por los
'elipes U, UI y IV, tanto en esta parte como en la otra de la Pe-
línsula ibérica que ahora separa una frontera más convencional
[ue geográfica, merecen consideración y aplauso.
No pocos de tos navegantes anunciados, por el lugar del naci-
niento, por Ja especialidad de su íncnmbencia 6 por circonstan-
¡ias de excepdón, si deben figuraren los anales comunes, tienen
»lIocación prefereute en unos ú oíros, y con. relación á loa de
Ülaslilla (usando de esta antigua desiguación) , se advierten en al
(1> TraWbot Naotieos do« port<ign«iM doh iseuloe m e irn. Memoria apraMs-
lad* 1 Academia Beal daa Scienclaa por ocagiSii da celebrado do 1.* Centenario <*
DMMbiiniiailto do eamiobo marlUmoda India por Songa Viterbo. Parte i. Harinba-
rla. Parte ti. Cooatruolorea Davasa. Llaboa Typoírapbla da Academia Real i
Scianeiaa, 1896. Doa tomo* en 4.* majoT de 3fl y Í99 páginaB.
Intuyo del Sr. SouM Vi
iindicar á los que cuUii
de ilustración y de vulgí
DOticiaa ó de documeotO!
bres conocidos de estos q
Albkrnas. — Juaa Teii
Alca^va. — Sotomayo
Alcahraz.
Alvarado.— (Pedro de
Baptista.— Joáo.
Barbosa. — Duarte.
CoDTiNHO. — Luis da F
Gomes. — Kstevflo. — Gi
Lbdmiia.— (Pero de).
Magaluabs. — (FernSo
Ualdonado Ontivsros
Ubnbzbs, — (Manuel de
QuEiROz. — (Pedro Feru
RtBBitto. — Diogo. — Ri
Rico. — Gaspar.
Silva. — (Nuno de). — f
Tahato.
Tbixbira. — JoSo. — Tei
De otros es de utilidad
loa datos añadidos.
Falbiro. — Ruy, por ej
Magallanes, de que se o
rrera, Nicolás Antonio,
rrete, escribe el Sr. Sou!
cEl Dr. Diego Cisnero!
dades de la ciudad de ií
dice:
•DÍTÍdieron los aiitig
Asia, África y Europa; I
tratwjo y atrevido ánhm<
que DO ellos, hallaron le
América ú Indias, atribu
I LA. RBAL ACAOIHIA ME LA HISTORIA.
do á1, segtiQ la más cierta opinión, eiuo Rbj
j que fueron stiyaa las doscripcionea con que
se determinó á hacer cierto este descubri-
ndo.»
pe dej.— Aventurero no conocido de nuestros
la apunta:
Qil Vicente se contienen unas Irovaa suyas
luiihem con esta nota explicativa:
ino á esta corte de Portugal uu Felipe de Oui-
ber sido boticario en el Puerto de Santa Ma-
lógicD, muy elocuente y de bueua práctica,
res se holgaban de oír. Tenía algo de male-
lue le quería dar el arte de Lesle-Oogle que
demostrarla hizo varios instrumentos, entre
para tomar el sol á cualquiera hora. Practicó
co de Mello, que era entonces el mejor mate-
1 el reino, y otros muchos que para ello se
lado de S. A. Todos aprobaron el arte por
hizo el rey merced de seis mil reis de tatúa,
ije de la Casa de la ludía, que valía mucho,
dó S. A. llamar al Algarve á un Simón Per-
ólogo matemático; asi que el castellano habló
jntendla y le ponía en falsedad, quiso huir á
e á un Juan Rodríguez, portugués, que le
^Idea Gallega, ya á caballo eu uno de posta.
|ue era un gran trovador, le envió Gil Vi-
I:
muchos hizo espantar
sa próspera fortuna,
s nunca vistes la mar
.rroyo ni laguna.
[ste muy bien pescar
eudo el pueblo travieso
tra vos, sabio profundo.
' bioorafU marítima. t23
Bor enmaiidarae el avieso
Justo fué que fuese preso
Bl más suelto hombre del muado.
Los documeutos vistos en el archivo de la torre do Tombo por
el Sr. Sousa Viterbo no concuerdau con la exposición del poeta
escénico: copió doce, que empiezan ocho años después déla fecha
fijada por Gil Vicente, y son:
1527. Nombrando á Guillen veedor de las drogas en las Ga-
sas de la India y de la Mina.
1528. Concesión de 25.000 reales al aúo por ciertos instru-*
mentes que inventó y cuyo uso había de enseñar gra-
tuitamente á quien por el rey le fuese indicado.
1528. Merced de 15.000 reales y hábito en la Orden de Cristo.
1549. Es llamado de la Capitanía de Jorge de Figueredo, en
el Brasil, donde estaba hacía diez años para Porto
Seguro.
1550. Escribe al rey D. Juan III, desde la ciudad del Salva-
dor, muy satisfecho de los favores recibidos.
1551. Carta de agradecimiento á la reina Doña Catalina, es*
crita en castellano.
1557. Albalá confirmándole en el cargo de Provedor da fa-
cenda de Porto Seguro.
1561. Confirmación de este destino por el rey D. Sebastián.
1571. Carta extensa escrita en castellano á la reina doña Ca-
talina dando cuenta de una expedición en busca de
oro.
1563. Albalá ordenando que ios 50.000 reales correspondien-
tes á Guillen, sean abonados por la tesorería de San
Salvador.
Memorial, sin fecha, dirigido al rey D. Juan III, sobre
invención de un instrumento náutico.
Bl ultimo documento escrito probablemente á poco tiempo de
Uegar á Lisboa, y en cuya transcripción se advierten incorree^
cioaes, es como sigue:
Señor: la voluntad que no descansa pensando en que le servir^
ayudó á fabricar el instrumente presente, el cual le sufiUM
BOLKTtN DE LA RIAL ACADBHIA DB LA HISTORIA.
L en eerTÍcio, no evitando que va obrado con ferrsoiíentas
isióa, por lo cual no tan polido le paresca cuanto prove-
, porque sus erectos soa tantos que no se pueden numerar,
necesarios para el uso de la astronomía á navegación cuanto
la aresmetica necesaria la veridad, sin la cual no averia
iro, porque es universal en todas las alturas y eu todo fugar
cual los pasados fueron muy prolíios, especialmente que
usar de sus operaciones presuponen primero saber el altura
le están, sin la cual ninguna obra suya se verifica, y este
neato lo primero que face es demostralla verdaderamente i
los momentos del día, lo cual fasta agora no se supo: lo se-
0, enseña la longitud ó diferencia de miridianos; lo tercero,
itra á tomar los eclíbses sin tener relox, y esto es una cosa
) más maravillosas qne se pueden pensar, porque los reloies
)n verdaderos, porque vemos dies relozes en una ciudad i
son dírerenies sin que podamos julgar cual dellos es verda-
demuestra la grandeza del día, muestra las oras iguales 7
guales, iguala las doce casas del ciólo para las operaciones
9 juicios y operaciones astronómicas; por él se sabe que tanto
ma estrella de otra en el cielo; con él verdaderamente se di-
I los cuerpos supra celestes, así que en efeto no se podía peo-
i pedir efeto ninguno que copiosamente no lo demuestre j
todo él se es su misma demostración y sobre face tanto as
cío de V. A. que 00 las tierras que al presente son suyas
otras que usurpadamente de otros son poseídas, prueba ser
. A., para en prueba de lo cual todas las veces que V. A.
servido probare ser asi á cuantos hay en el mundo, lo cual
pre estuvo en mi corazón y está y esur.l, á cuya causa la eu-
, que de todo bien es contraría, no sosegó hasta que no mí
) en término que cosa tan excelente, y á mi con ella, no es-
semos decaídos; pero Dios, que los buenos corazones sus-
. especialmente á los que lo desean probar, siempre los toma
irto de salvación, y así me fará á mi, pues con tan buen celo
razo al puerto de V. A. Creo que si V. A. lo mandare ver i
ores, mas sean jueces de las colores (?) que inteligentes en
bre dicho, puesto que no menos fácil les seria de entender Ó
les diese cuenta que sin ella les será dificil, y porque i> )
BIOORAFU MARÍTMA.
12$
▼aya defetuoso» en el canoa presente ee entiende toda su opera*
don.
Súb aUitudine 9olU ora conwleracianis in azimulh oposito in
venta ponaiur locu9 in Hgnifero fébi et indagábit eUevationem
poli et recesum soli$ a meridiano et omne$ álicia qualescumque
operaciones.
Suplico á S. A. tenga por bien de usar conmigo como quien es
especialmente de la grandeza de su magnanimidad, porque si
V. A. tuviere por bien de me hacer dos mercedes,, la una liber-
tarme, y la otra favorecerme, certifico á V. A. vea tan grandes
cosas cual nunca fueron vistas, porque no oso escreuir lo que
puedo facer en su servicio hasta verme á dispusición que mis ser-
vicios merescan lo que agora indignamente pido.
Convenía á servicio de Y. A., antes que las naos de la India
viniesen, oirme y mucho para cosas de su servicio, y muy gran-
des. Así se lo suplico.
Beso las manos de Y. A. — Felipe Guillen. (1).
Lavanha. Joáo Baptista, Labaña, Juan Bautista. A este ilustre
cosmógrafo que se gloriaba de haber tenido por discípulos al rey
Felipe lY, al principe Emanuel Filiberto de Saboya, al Regocijo
de las Musas, al Fénix de los ingenios y á oíros muchos literatos
y personajes de su tiempo, dedicó D. Martín Fernández de Nava-
rrete extenso artículo en su Dihlioteca tnaritima^ recopilando lo
que antes dijeron Gil González Dávila, Francisco Reales, López
de Aguilar, Antillón, Lastanosa, el P. Rajas, Ustarroz, León Pi-
nelo y otros. El Sr. Sousa Yiterbo, después de reproducir la de-
claración que de ser discípulo suyo hizo Lope de Yega en la Do-
rotea^ del soneto que le dedicó y está inserto en sus 'Rimas^ y de
la imprecación puesta en la «Jerusalem Conquistada»:
Maestro mío, si la Etherea mides
O Elementar región, ó por la historia
Real de España despreciaste á Euclides,
No dejes en sus lineas mi memoria
(1) Torre do Tombo, Carku missivas, marso 8.*, núB. 149.
BOLBTtN DB LA KCAL ACADEMIA DK LJ
i(Ke cddillaB realea referentes á sue si
:e BU fallecimiento.
fA, Sancho de; GeUy a d Salaya, Saact
bien relatiTamente á este catedrAtico
8Íco y coamdgraTo, amplía los datos el
I una edición de su Repertorio ezisteali
edición de que no supieron Nicolás Ar
arrete, y cuya portada reta:
lortorio de tiSpo nueuamente corregido
talaya, caihedralico d Astrologta en la
; el qual tSbit! añadió en el lunario zii,
. impresso hasta agora, hdlíij. Laus
so en la muy noble sempro leal Ciudaí
iT días de Har^o: en casa de Luís Rodrigrues: librero Ad
ño de nuestro señor Jesüs Ghristo de 1543. Latís Deo.>
n vida y la muerte de Fr. Francisco de Avila impresa ea
,nca en 1508 hay ya esta alusión:
Hice bien estar á raya
Al varón aslrologal
Bl maestro de Salaya
Y al otro gran natural
Uaestre Antón filosofal.
in estas breves indicaciones para idea de la obra bíográflo
ia por la Academia Real de Ciencias de Lisboa.
Irld, IB de Jaqio d« ISOO.
CesArko FkrníIndbi Dono.
I
1X57'
» S
■.■%' ■
ATC<ri6ÜBI]rAÍ>BS AOlfANAS DB VAL^CIÁ.
n?
II.
ANTÍGÜEDADBS ROMANAS DE VALENCIA.
Con motivo de las obras urbanas que realizan algunos particu-
lares en la prolongación de la nueva calle de la Paz, procuré vi-
gilar, por encargo de esta Comisión, los trabajos, por si se en-
contraban restos de antigüedades. Fundaba mi presunción en los
recogidos en cierta casa emplazada no lejos de aquel sitio, y en
la cual se halló el mausoleo de los Sertorios publicado por el se*
ñor Fita en el tomo xxxv, pág. 545, del Boletín de la Academia»
Dos propósitos perseguía con esta vigilancia: 1.'' ratificar con
nuevos datos la existencia, en dicho paraje, de parte de la ciudad
romana, y 2.* el hallazgo de restos de la antigua Judería, por
haber estado situada en la zona objeto de la exploración.
De ambos intentos sólo he podido aclarar, por ahora, el pri*
mero. En efecto, al practicar una excavación en el solar limitada
por las calles de la Paz, Cruz Nueva, Pollo y Beato Juan de Ri-
bera, que era la antigua manzana de casas señalada con el nu-
mero 73, propiedad de D. Bnrique Trénor, aparecieron á una
profundidad de dos metros varios fragmentos de cerámica roma-
na. Proseguidos los trabajos, y al llegar á los tres metros próxi-
mamente, se descubrieron copioso número de sillares, afectando
casi todos la forma rectangular, mezclados con restos de ánforas^
ollas^ y otros fragmentos de tierra cocida.
Verificada la inspección se encontró la estela de que se acom-
paña fotografía, como igualmente otra del aspecto que ofrecía la
excavación al siguiente día del hallazgo, que fué el 6 del corriente
mes. De esa inspección pude deducir se trataba de los restos de una
construcción romana, descubriéndose vestigios del ostium, atrium
y peristylium. El cipo se hallaba emplazado en el ángulo iz-
quierdo anterior de este último, mirando la leyenda al frente de
la puerta; y á la vista, por consiguiente, el lado que lleva escul-
pido el ascia del monumento fúpebre.
iS BOLBTÍK DB U HBAL AtUOmU Di
Las dimenaioDes de este moaumento M|
radel pafs, sod:
Alio
Ancho del coroaamiento
Ancho del fuate . . , ,.
Profundidad
Durante el corto espacio de que pude di
lODedas, pero su ozidacÍ6a no ha perm
unto á la estela sobredicha se hallaron
na lucerna en igual estado.
lids necesidades de la obra han impedid'
ion; pero no desconfío de nuevos hallaz
tcavación idéntica á la mencionada, la cual ha de realizarse en
I lado opuesto del propio solar.
Ambas serán destinadas á la construcción de sótanos. Gnuúai
esta circunstancia, no Trecuente en Valencia, se ha podido llegar
igdn yo creo, al verdadero lecho de la ciudad romana, comple-
indose las inciertas noticias que se lenlan acerca de este eitremo
iteresaiile para el estudio Lopográñco de la antigua Valencia.
JustiQca además, este hallazgo, con otros realizados en pasados
empos, hasta cierto punto la tradición que colocüba el Pretorio
II las cercanías del paraje explorado, tradición relacionada cod
i prisión del diácono San Vicente y subsiguiente martirio, cán-
ido por Prudencio eu su famoso poema. Segün esta continuada
-adición, el Pretorio se hallaba en el solar donde se levantó el
)nvento de Santa Tecla, derribado en I86)i, y en la misma ve-
ndad de la ar.tual calle de la Paz.
Tales son, Excelentísimo Seúor, los datos que, en cumplimien-
I de mi deber, tengo el honor de remitir á esa docta Corporal
.ón siu perjuicio de ampliarlos si lo juzgase necesario.
Valencia, 15deJuniode 1900-
Luis TnAuorsRBS Blasco,
Vacal-Sterttario dt la CoutitU» di MetvmeaM.
Btcmo. Señor Director de la Real Academia de la Historia.
W^'
-» — V- i
: ■ } ,1
VIDA DEL CAPITÁN ALONSO DE G0NTBERA8.
129
III.
VIDA DE\, CAPITÁN ALONSO DE CONTRERAS,
CABALLERO DEL HABITO DE SAN JUAN,
NATURAL DE MADRID, ESCRITA POR ÉL MISMO (AÑOS 1582 á 1^.
l]nLtrocl\i.ooi<^xi.
Poco cultivado fué en España durante los siglos pasados el
género autobiográñco^ ya que no podemos incluir eu éste las
numerosas vidas espirituales que nuestras religiosas escribieron,
donde los hechos externos quedan relegados al olvido, ó mencio-
nados ligeramente; rara excepción entre ellas es la de Santa Te-
resa, en cuyo privilegiado espíritu se unieron la contemplación
y la acción, carácter que se refleja en sus obras, las cuales con-
tienen no solamente los favores divinos é iluminaciones interio-
res que logró aquella mujer extraordinaria, mas también un
relato de los mil trabajos que sufrió hasta realizar la santa em-
presa que le estaba encomendada (1).
Bastaba, pues, la rareza de dichas autobiografías seculares
para tenerlas en sumo aprecio, el cual debe acrecentarse tenien-
do en cuenta la importancia de esta forma histórica que nos pre-
senta la evolución completa de los hechos, desde el pensamiento
nacido en el alma corno efecto del medio social ó de condiciones
individuales, hasta su realización. Los documentos, por regla
general, y más los cancillerescos, son para la historia algo pare-
cido á cuerpos muertos, en los cuales el genio de ilustres escrito-
»*
(1) Tampoco nos ocaparemos de las relaciones de viajes ó de otros hechos, escritas
por quienes los llevaron á cabo, cuales son los libros de Benjamín de Tudela, de Ruy
Qonzález de Clavijo, algrunos documentos de Colón, las cartas de Cortés y otras mil
que se podrían citar, suficientes para formar con ellas una extensa Bibliografía.
TOMO xzxvii. 9
10 BOLETÍN DE LA REAL ACADEMIA DB LA HISTORIA.
ts como Macaulay y Taiiie inspiran un aliento vital que parece
isucitar los cadáveres de sqs tumbas. La gran ventaja de las
11 tobiog rafias consiste en ser documentos vivos, útiles sobre
da ponderación si no ofreciesen un escollo inherente á la con-
ición humana: la vanidad, que hace falsificar los hechos 6 cha-
irarlos cuando meuos, por cuyo motivo han sido miradas con
■evención bastantes de ellas, temiendo confundir en ocasiones
que era pura novela, con la narración histórica. Aun así, las
jtobiografías poco verídicas, cual es, por ejemplo, k de Duque
i Estrada, nos transmiten datos inapreciables ncerca del estado
icial en su época, de costumbres, y de otras mi! cosas desdeñá-
is por los cronistas oficiales, ó por los .historiadores clásicos,
sepilas las más de ellas por hombres de humilde condición; sol-
idos algunos, nos muestran cuan profundas raices tenia en la
¡alidad la vida picaresca tal como se halla escrita en multitud
) libros; pasajes hay en las vidas de D. Alonso Enriquez, de
üguel de Castro, de Gontreras, que parecen copiados del Laza-
llo, del Gran Tacaño 6 de Guzmán de Atfarache.
Con el mayor desparpajo del mundo se nos presentan sus
itores como ruüanes, tahúres, mendigos Ó rateros, pues aun-
le se ha ponderado mucho la hipocresía de nuestros antepasa-
js, acaso reinara mayor franqueza que ahora, y cuando menos
3 se habla inventado el absurdo eufemismo con que actual-
lente se disfrazan las acciones más viles y censurables.
Campo son, por tanto, las autobiografías, donde el historiador,
literato y aun el sociólogo pueden recoger no pocos materiales
lie en otra parte difícilmente se hallarían.
Segiin hemos ya dicho, en España no fué muy cultivada la
istoria autobiográfica, cuyas principales manifeslacioneu estu-
iaremos, si bien ligeramente.
Sólo un fragmento de su biografía trazó aquel Hércules extre-
lOño á quien sus contemporáneos tuvieron por nuevo Sansón;
agmeato que hace lamentar el que Diego García de Paredes
TIDA DEL CAPITÁN ALONSO t>K CONTRBRAS. 131
nos legara un relato completo de su vida (1). Con rudo estilo,
propio de UD hombre que ha pasado la mayor parte de stis años
maaejaudo la espada, dos refiere h«znflas asombrosas; cuando ea
Burgo de la Tierra escaló las murvillas y no teniendo llave para
abrir las puertas arrancó el cerrojo; su tremendo desafio con el
coronel Palomino, sirviendo á l;i8 órdenes de Próspero Golonna;
los desmanes que hizo en Coria y otro.í hechos que parecen, no
de un hombre moderno, sino de aquellos seres portentosos que
ñngió la antigüedad.
Tan ilustre guerrero el Emperador Carlos V romo Julio Cesar,
quiso también á imitación de éste d»Jar unos Comentarios de su
reinado, obra de la que se ha perdido el original y tan sólo se
conoce una traducción portuguesa hecha hacia el año 1620, Va-
lióse para escribirlos de su confideiiie Van Malen, á quien se los
diciaba en francés, acaso con el propósito de que éste los tradu-
jera luego al latín. Comenzólos el día 14 de Junio del año 1550
yendo embarcado por el Rhin desde Colonia á Maguncia, y los
continuó después en Angsburgo. La existencia de estos Comenta-
rios no puede ponerse en duda, pues la aQrma Van Malen en una
-carta dirigida á Luís de Praet con fecha 17 de Julio de 1550, don-
de dice:
I En los ocios de su navegación por el Rhin, el Emperador,
entregado en su buque á las más liberales ocupaciones, ha em-
prendido el escribir sus viajes y expeJicioncs desde el año de 1515
hasta el presente. La obra es admirablemente correcta y elegante.
( I , Smnmo de los cota» f h< aconltci'roH ■ lAtge tíarcí» áe Parráis y de lo ^ut AlK¡
-fsci-íta por el tnUmf guando ealaua eii/ermo dat mal de que moriá,
Ma. del siglo xti; 4 bojna cu fulio; Bibl. Nñc, O. 77, folioB 186 A IS». fublioálo el
«Bcritor entremeno D. Nit^oltís Dial y Pértz.
Diego Gsrcia ile l'aieilea oaciú en TruJlUo bitcia el iBo 1166; militó varias vecea bu
«1 ejército poutinclo y luet^o con el Qraa Capí tilo en Ñafióles; pele6 ao la cMebre ba-
tana de Riiveaa. Murió eo Bolonia á coaaecuencia ae una calda en el afio I5SQ.
Acerca de la relación que dejó, dlee Tamayo de Vargas: "Bacribió en eate [tiempo]
lábrele Bummadeau vida 1 hecliosqueoi gafamos, ron tan poca ambicióo, que aun lo
■que le pudleradar malor gloria, oWida, 1 lo que refiere ea con tanta aeneilleí que auD
loB aslniíoe hacen dello los eaOBrecimienloB que él uo admitía, aunqua verdaderoa.v
Ditgo Oarciade Pared» i ftlaeióadt tB tieiUfa. Al Rti Cat/ioUco W. S. Don l'helippi IV.
Por Don Tkomat TamaiO de Variat. (Al fio.) Bu Madrid. Por Luis SáncAn. Año dt
M.nc.XXl. Hl bojas en 4° Folio 137.
boletín de la HBAL ACAOBUIA de la HIBTOaiA.
eslilo demuestra una gran fuerza de talento y de elocuencia,
iguro, yo no hubiera creído fácilmente que el Emperador
era semejantes cualidades, y él mismo me ha confesado que
s debió en nada á la educación, y que las había adquirido
amenté á fuerza de meditaciones y de trabajo. Por lo demás,
iOridad de la obra y lo que tiene de agradable, consisten só-
ido en esa exactitud y gravedad á las cuales debe la historia
der y su crédito.»
:unos temores abrigaba Garlos V de las consecuencias que
ra tener la divulgación de sus Comentarios, por lo cual se
Día entregarlos á Granvela y al príncipe D. Felipe, para
>8 examinasen.
lándose en Inspruck en el año de 1552 y obligado á retirarse
a infidelidad de Mauricio de Sajonia, quiso evitar que sus
ntarios cayesen en manos de los protestantes y los envió á
] 11 precedidos de la siguiente advertencia.
;ta historia es la que yo hice en romance quando veni-
por el Rhin y la acabé en Augusta. Ella no está hecha
quetla, y Dios sabe que no la hize con vanidad, y si della
tuvo por ofendido, mi ofensa fué más por ignorancia que
alicia. Por cosas semejantes El se solía mucho enojar: no
[a que por esto lo uviese hecho agora conmigo. Ansí por
}mo por otras ocasiones, no le faltarán causas. Plegué á El
npiar su yra, y sacarme del trabajo en que me veo; yo estu-
r quemarlo todo, mas porque, si Dios me da vida, confiO'
la de manera que El no se deservirá della, para que por acá
de en peligro de perderse, os la emblo para que agays que
m guardada y no abierta.*
ál fué el paradero de los Comentarios de Carlos V? Nadie
e; indudablemente no los quemó Felipe II, pues que aüu
kn en el año 1620, y Ires más adelante parece haberlos-
nado Gil González DáviJa. Tampoco está probado que Van
1 los pusiera en lengua latíua como se proponía.
>ida y concisa es la narración de Carlos V en sus Comenta'
que empiezan con el año 1515 y casi ningiln nuevo dalo
m para la historia de su reinado aun en aquellos sucesn^
se detuvo, como es la guerra con los protestantes alemí
VIDA DKL CAPITÁN ALONSO DE CONTRE
-nes cuando la batallado Mulberg. Hasta aquella
Tamos llamar interna, á saber, los móviles que
varias empresas y la razón de su política, tieno r
■cia de lo que podía esperarse (I). •
Crialóbal de Villalón, ingenioso aulor de El e.
CroiaXón y de otras varias obras, consignó los ¡
de su vida, especialmente de su cautiverio en O
-diálogo, todavía inédito, llamado Viaje de Tnr-qu
se publicó hace pocos años un amplio extracto (2
Con bastante desconfianza fué recibido entre ;
el lÁbro de la vida y costumbres de D. Alonso E
por él mismo; creyóse que éate engrandecía unas
taba otras, y que en general su Lestimonio de
como sospechoso mientras no fuesen acreditada
nes con documentos indubitables. Tal juicio es é
exagerado. Ciertamente que el autor habla cor
inrantil de las entrevistas que celebró con perao
diendo circunstancias inverosímiles y dando á i
bía (enidu parte y no pequeña en asuntos de ir
acaso haya en ésto y en otras cosas más que pro[
de engañar á los lectores, la hipérbole caracterf
ginaciones meiidionales. El hecho es que en lo
de su vida, la estancia en el Perú y la parte que '
rras civiles de Pizarro y Almagro, la relación de
cuerda con lo que dicen Gieza de León y otros i
fiadores de aquellos sucesos. De otro lado, hay
de ingenuidad en lo que cuenta el noble desbarai
lamente habría ganado más con callarlos; él mis
mendigo en Sicilia, rufián en Ñapóles, ratero y j
(1) Come aíarioi del Emperador Cirios V, pubUodoa por
-■elu por el Bar6a Kervyn ils I.ettenboTB, y tradueidoa «I
-Olona. M»drirt, Impr. de Munuel OaUano. 1«S. itiv-IrO pági
t (1) El manuicrlto orlgin&l ae suarda en
ViHatóa, l»geiiio$a eomparacióa entre te aali,
UbUáfilot ttpa'ielít. Madrid. Impr. de Tallo.
Lu l!fi primera! págiass cootlenea un
-««crítoporelautords estas líDoai.
boletín db la real academia de i
deja de ser aprociable et libro de Guztn^
; en él nos conservó dos composiciones
iguas que se escribieron en el Nuevo 1
jico ña de Almagro, á cuyo partido hab
I harto peligro de su vida (I),
nédito se halla todavía un notable tnauu!
ti, acerca del cual dio uo informe la Acs
}] año 1876; más tarde se propuso public;
taisia D. Marcos Jiménez de la Espada,
lo este deseo. Nos referimos á los Diac
íQ Méndez Nieto, hombre atrevido, inge
a que reQrió en el manuscrito citado. Go
Diareros de entonces, después de correr i
patria, s embarcó para las Indias, dond
a. Tierra Firme y Cartagena, enriqueció
3, que era la de médico. Sólo un fragmt
iicinales did á luz el Sr. Jiménez de la
tas cuartanas del Príncipe de Éboli (2), ;
i de lo peregrina que es la vida de de
in Méndez Nieto, segün lo probó cuando
fiebres intermitentes que sufría el favor
nez de Silva.
lomo eslabón que enlaza el género autobio
lebe considerar el extraño libro escrito po
■tolomé de Villalba y Estaña. Nadie poní
lidad de los viajes que hizo por diversas
lando generalmente santuarios célebres;
de las descripciones y pinturas hace im
«tortas del pelegrino sean producto soUe
n li obra de un erudito, compuesta en el s
linele, sirviéndose de otras ajenas. Ti]
< Libra dt la víáa y cottumbni dt D. Aloma Burigu
. Mtdrfd. Impr. de QinMt*. 18M.
'leeeiá» át docianintot ínMUu ptm la Hitloria de Bi¡
,16.
I Snitla amlempordnaa, aBo 1880, tomo i, piginu 168
TIDA DBL CAPITÁN ALONSO DE CONTBBf
aquel hidalgo que, no sintiéndose con vocación
hombro una pica y marchar como soldado i [tali.
dedicó á la vida errante y vagabunda, movido en
voción y en parte del deseo de satisfacer su cunos
como el ave. ¡Lástima que tengamos tan sólo i
la mayor de su obra, publicada por el Sr. Gayanj
ción de los Bibliófiloa eapañoleB!
De encontrarse los libros que faltan tendríamos
sus monumentos, tal como podía escribirla en i
hombre que poseía ciertamente escasa ilustracíói
estaba desprovisto de cierto amof al arte y sentin
turaleza, en cuyo seno se complacía huyendo de
en las poblaciones.
Poeta, aunque sin inspiración casi siempre, ui
morías una mezcla de realidad y ficción , intei
leyendas, gracias á las cuales conocemos alguuaa
cales. Gomo obras literarias son malísimas, pero
histórico; en una de ellas notó Gayangos que hab
ladas í los célebres amores de D, Fadrique, hijo <
de Alba, y que tan caros le costaron (I).
Las Memariaí de Garibay contienen datos cnrl
lamente para conocer la biografía de este cronisU
por las noticias que nos da de muchos personají
neos, cuales eran Santa Teresa de Jesiis, Arias '.
brosio do Morales y Paei de Castro. Garibay nos
Memorias con detalles los más notables episodios i
cargos de inquisidor; ios viajes que hizo á Fiandes
su Compendio ?tts loria I, por Francia y varias regíc
ora en busca de documentos como en los monastei
y Navarra, ora con diferentes comisiones; lan fun(
sas que realizó y lo que intervino en la traslación
de Santa Leocadia y San Vicenle Ferrer. Todo éste
(I> SI Pi¡4grin« airioio y fniulMa» it B^élU, por Bkrttiolomé
t*, doDifll da Xérlci. Madrid, Inpr. de U. Olniata, hoccclixi
StoI. bd i.' mayor.
fBltU^Kw tt/*iiel4t, tomoi iiui y uti).
i 60LBTtN DB LA RBAt. ACADEMIA D
gas disertaciones genealógicas, á las c
ire todo más cuando se trataba de su fa
rsticiones cual es la de dar crédílo á loa
s; Uai'lfo Gómez levantó el de un hijo c
;uió creyendo que no podían menos de
) del médico navarro, y que el pequeñu
ento por el Sol y Venus, tendría gran
la (I).
Diego Galán, natural de Consuegra, d
os de su edad, en el de 1589, nos refir:
rberíscos y au estancia en Constantinop
r los mares de llalla con el renegado Zi
lugría con el mismo, hasta que despué
do regresar á su pueblo natal (3).
Elelirado en sus liltimos aiios á la Igles
.Hadares, quiso dar noticia á la posterid
□a de peripecias.
Había nacido á 29 de Agosto de 1553. i
jallos, y era conocido por el nombre de
Lalla de Pavía, y se halló en el acto d
puesto que abora, gracias al ingenioso ]
nde de las Navas (3), está de moda ha
sloria, transcribiré lo que dice D. Juan
dre: «Esperava uu loro encima vn cauí
la mano, y al arremeter, hurtándole el
hería con él en el celebro y caya muert
sta publica, hería al toro con tauta fui
ica la cabeca en el suelo.»
bieudo T>. Juan de 19 años, después de I
a y Retórica, marchó á Italia de soldad
les; allí residió en Tárenlo y Roma, vo
1) MeiaBrlai dt Oariiay rMeaerlal kiilórico itpaHaL
1/ aaligtiiiadti guepubtica la fíeal Academia di ¡a fíi
I) El msnuscrltoortgiaal eati en l> biblioteca del
8) St MpKtdeulo mdi nacional. Madrid: «Suceuree i
TIDA DBL CAPITÁN ALONSO DE CONTHBRAS. 137
coDtiiiuó RUS estudios. De nuevo se alisló en la milicia y esluvo
en la batalla de Alcazarquivir, tan fatal para el Rey D. Sebastián;
cayó cautivo y "fué sacado con otros muchos á una placa, en que
haula más de quinientos castellanos, portuguesas y italianos; y
puestos en hileras, andaua un turco grave en vn cauallo con vna
vara larga eo la mauo, y al que le parecía bieu tocáuale con ella en
la cabeca, y 1 uego le cogían sus ministros para lleuar al Gran Señor
á Conslantinopla, y los que por esta vía fueron, nunca se resca-
taron ni volvieron á tierra de christianos. Y más de cien mocas
hermosas y mochachos fueron escogidos para esto este día.» Res-
catado del cautiverio, cayó en otro oi.is peligroso acaso, el de sus
amores con Mayorinda; por la cual riñó, dio de eslocadas y se vio
condenado á muerte, pena que no tuvo efecto. Prófugo de Oran,
donde había sido ronünado, tomó parte en la jornada de Laracbe;
tornó á llalla y sufrió un nuevo, aunque corto, cautiverio de los
moros, que lo prendieron en el mar. Vuelto á España, se hizo
«rmilaiío y más adelante presbítero, sin renunciar por esto á la
vida andariega á que era accionado (1).
Eu los curiosos diálogos que forman el Viage entretenido, de
Agustín de Rojas, hay mil noticias biográficas de éste, mezcladas
con frecuentes digresiones y episodios; tales son el relato de sus
-amores, expuesto en forma novelescji, y los recuerdos de sus via-
jes como farsante por Galicia, Castilla la Vieja y otras regio-
nes {"i).
En el prólogo al vulgo, después de referir algunos episodios de
su vida, no todos comprobados ni con apariencias de verdaderos.
ÍI)
Carallem
tenlKi-
OíOíjM-ínifnifuríí, «
„ ,„j „,
•rañat arinlHras
VP<
■odigiosot tfan-
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TÓlpll-l
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lana VilladHi-e
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i en 4.°,
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i.probacmnas.e
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(3)
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latural de la vi
liad
le Madrid. Con
ipoBlcióa
lie loa
nombre» Históricos
y Poéticos, que no van
dec
lirados. A Don
Mirtii
1 Valere (
le Prai
iqueía, Cauallero del híbif
1 de Saatiago, j
■gei
itil hombre de
boletín db la rbal academia OB La HISTOniA.
pendía con estas palabras: «Sabrás, pues, que yo Tuy qiu-
<s estudiante, fuy page, fuy soldado, fuy pfcaro, estuve cau-
ré á la jávega, anduve al remo, fuy mercader, fuy caualle-
escriuiente y vina á ser representante,*
;il es averiguar cuánto hay de verídico y cuánto de fabulo-
un libro publicado por D. Pedro Ordóúez de Caballos con
avagante titulo de Historia y viaje del mundo del clérigo
>cido. Si que deben ser ciertas en líneas generales, no es
s, las aventuras del autor por América á ñnes del siglo in;
evan el sello de fantásticas las sucedidas en Cochinchini,
convirlió nada menos que á la Reina y á otros personajes,
íS, por lo visto, podían un poco, que no le evitaron ser re-
á prisión. Ordóñez compendia así sus hechos en un docu-
que inserta como cerliñcacíón del Consejo de Indias, fia-
•gün las apariencias.
into A que ha treinta años que sirve, y antes que se ordena-
ido seglar, de Alférez Real en las galeras, y después en iu
, fué Capitán contra lus negros cimarrones de Cartageni
itauan revelados, y prendió y sacó más de quatrocientos,
oupo á Su Magestad más de ciento y sesenta que se ven-
, y montó mucha suma de ducados, y asseguró los Cami-
la tierra; y buelto, el Gobernador le embió contra dos m-
i la Rochela, y los venció y echó á fondo; y en la jornadi
lua y Caribana metió á su costa treinta y seis soldados y
gros, y después fué nombrado por Maese do Campo della,
[ual tuvo diversas batallas y guacauaras, y peleó cuerpo i
con un indio valentísimo, y por su vencimiento quedaron
y se poblaron dos ciudades, la Concepción y Santiago de
lalleros; y después la Audiencia del nuevo Reyno le nom-
íitador de Antíoquía y Popayáu, y después por Goueraa-
Popayán; y siéndolo fué contra los indios pizaos y paec«
etiró y socorrió al Capitán Diego Soleto, que le teufan cer-
13 sutagaos, y en mucho riesgo, y aulÓ la gente del Capitán
jópeí de Herrera, y con el socorro se fundó la ciudad de
racia de Suma Paz. Y siendo sacerdote fué Cura y Vicario
nplona y dos veces Visitador general del nuevo Reyno.
ndose embarcado en Acapulco para ir al Peni, por au se
VIDA DEL CAPITÁN AL9NE0 DB CO
derroiado coo temporal fué á parar al Reyu
y en el dicho Ti.ije de ida y vuella peleó coi
turcos cosarios y aportd á una isla y socon
que estauan perdidos; y entrándose en el d:
la Reyna y algunos virreyes y Goucraad<
geute del Reyno y los inslruyó y enseñó tod
por ello fué preso y condenado á muerte y
saliendo del rescató algunos nauíos portugu
tenidos en él y les socorrió y les dio lo necei
bolvió hasta cerca del estrecho de Magallane
ches nautos de Inglaterra y peleó y echó á f
lió muy herido, y por Buenos Ayres bolvii
vincia de los Quijos, estando rebelados los
hombres para reducirlos, y la libró y entró
rra que avía y sacó de paz; enseñó, doctrinó
tone mil dallos y de ellos pobló doie puebl
que ellos mismos vendfaa y fundó un pue
libertad, en que gastó más de veinte mil duc
cura de Pimampiro, donde enseñó y bapti
indios, y entre ellos repartió de limosna md
cados> (1).
El Cafitán Domingo de Toral, nacido en '^
CD el año 1598, consignó brevemente los pri
vida, sin descender á menudencias ni perdei
amorios que solamente para los protagonif
algiin interés, distiDgu¡éndoaeeDeslodeUi(
ll> Hlitorla y vlkge del mando d«I títrign *ffT»d«eldo
Iloa, Ditursl de la laiigne cívdad de JaÍD, i lu cinco p
AbIi, América y Utlagánlcí, coa el Itinerario de todo él
liceaeia. Ea Madrid; porJuao Oareía lnfai)z6n, Afiode lA
nei, Mercader de Ilbroa. 432 págÍDa«enB.° mayor.
La primera adlclÓD de este libro « de Madrid, por L. 31
Baoriblú ademda OrdóQei de Ceballoe: Cnamta Irltinfe
N. S. Madrid. Por Lui« Sáncbei. 1014. En 19. ', con el reí
ím rttaeiBiití utriaierai á4 ¡ei Btyni?! de la cuna, CccIUt
Pedro de la CueaU. ISIS.— 4.*
También oomeoió uoa Hitloría dt Jai», que fué acabat
Patón ■$ publloada en aquella oiudad , Imprenta de P. de (
IN T>V LA RBAL academia DB LA HISTORIA.
roñes que dedicaron largos párrafos á transmítír-
!s y heclios de sus coimas, y de pasajes que sólo
jara ilustrar el Dufour ü otra obra del mismo gé-
al de pobi-e familia, sirvió en Madrid á un señor;
id huyó muy joven de aquella casa y anduvo cciu-
rinando por EspaQa como olro Lazarillo de Tor-
. la corte, por ciertas eslocadas que dio, se decidida
la compai^fa de Cosme de Médicis; embarcóse en
andes, y allí sirvió bajo las órdenes de D. Francisco
de lo vemos ir á la India oriental con el Goberna-
de Noroiiha; militaren Goa, reconocer el puerlode
' parte en el siliodo Bombaca(Mombaza), ciudad del
liado con el Virrey determinó venir á España aira-
-sia, viaje peligrosísimo que realizó yendo desde
an y luego por Babilonia A la Siria; embarcóse en
legó á Barcelona en el año I6J4. La narración de
liu nrectación, parece bastante fidedigna (I ),
que Toral se mostró en su Fidael soldado Miguel
cumplido del miles gloriosus, tal como lo concibiú
latino; su relación, aunque no despreciable por las
1 hace á personajes y hechos de su tiempo, es una
e de amoríos, reijoiebrosy pendencias; muy pagado
penas si habla de otra cosa que de sus proezas. Con
hay libro que no contenga algo de bueno. Castro
suyo una descripción notable de la corle de los
jpoles, dándonos exacta y niinuciosa idea del es-
3 con que eslos vivían (2).
1 repetir lo que en oirás parles hemos escrito (3i,
Tieiición de la Peregrinación de Anastasio entre
í Tida dsl i;apitáii Damlogo de Toral y Valdéa. aieriu por al nil-
imsDtoB ioéditos p>» Ir Hiatoria de EepaÜB, lomoLxii, ^gt.'BS
i. SS do la Biblioteca NacioDil.
adoespabol Miguel de Castro |l593-iail), escrils pOT él miuisj
y }í.enlBÍIiillolhecah¡ipdníeanM«áirite}»r.S.Pou\cttb-Den>iiK
ñoltt cauliBOt. Revista de Ar«bivo«, Biblioteca»; Muaeoa, aun '■
TIDA DEL CAPITÁN ALONSO l>£ CONTBKRAS. 14f
Cirilo y Anastasio, libro en que el P. Graciáu, confesor de Santa
Teresa, consignó su cautiverio en Tiinez(l), y de los trabajos aná-
logos rereridos por el P. José Tamayo, prisionero de los moros en
Argel y Tetuán á mediados del siglo ivii (2).
Dignos son de citarse otros libros, que si bien novelescos por la
forma sou en el fondo verdaderas autobiografías, como sucede con
El escudero Marcos de Obregón, de Vicente Espinel y la Dorotea,
de Lope, considerada y utilizada cual fuente histórica por La Ba-
rrera en su notable Vida, de Lope.
De un hombre desengañado del mundo y retirado á la soledad
del claustro podfa justamente esperarse que al cousiRnar su vida
fuese vorfdico y no se dejara arrastrar por la vanidad y el deseo
de aparecer como personaje dramático y autor de notables hechos.
Sin embargo, D Diego Duque de Estrada, que escribió su vida
en un convento de GerdeiVa, la rodeó de circunstancias tan inve-
rosímiles, que algunos la tomaron por novela, donde lodo era su-
puesto, hasta la existencia del protagonista. Gayangos, que la
publicó, no pudo menos de poner en duda la veracidad de Estrada,
diciendo que las aventuras, galanteos y duelos de D. Diego pare-
clan más bien «pasos de comedia que sucesos reales*. Por esta
razón sería un trabajo útil para la historia depurar aquellos suce-
sos que refiere, dejándolos reducidos á lo que hubo de cierto. Sin
embargo, nadie podrá negar que en el libro de Estrada hay dalos-
importantes que ilustran nuestras costumbres del siglo xvii, y
entre muchas fábulas, otros referentes á la dominación española
en Italia (3). Acaso D. Diego no sufrió el tormento en Toledo; pero
lo describe minuciosamente tal como solía aplicarse, y esto es un
curioso documento. Lo mismo que de éste puede decirse de otros
varios episodios (4).
(I) Solóse conoce de «Bt& obra el extracto publicado por Andrés del Múrmot eosue
Bwcelenciai.vida y tTúbijot det P, Fr.JerániBio Oracita de la Madre di Dios, cumitlila.
En Valladoliil, por Francleco Feraiodei de Córdoba, año 1619.
(2, liemoria» dtl eapticeño del /•. Jo3ep\ Tamayo, dt ¡a Compañía di Jetil. Ma. orí-
glDal en ia Biblioteca univerBitaiia de SBUmaaca.
(8) Lo que se refiere, de la célebre conlpiraeiún de Venecia, ni bien do estA des-
menUdo de loaoera indubitable, tiene mía bien carácter de leyenda que de liietoria,
(1} Comentarioa del deaengaSado 6 sea Vida de D, Diego Duque de Eetradi, escrita
n
DB LA HISTOBIA
O de ensalzar las glorias de la Virgen de
:ribió sus tíetnorias D. Félix Nieto de
ron, hermano áa D. Luís, célebre Corre-
ños 1651 á 1654, donde ejerció su mando
ranfa que pudiera hacerlo el más déspota
Convencido el Marqués de Tenebrón de
a salvado de cuantos peligros y acciden-
os principales episodios de su vida, co-
hasta acabar cuando ejercía en Oran el
ú año 1690. Gran parte del libro trata de
,ugal y de las mil peripecias que sufrió
^s, quien acaba siempre la narración de
i Virgen con una alabanza á ésla. Dada
ites Memorias, se comprende que Don
:o omiso de muchos hechos de su vida,
no los que consignó por escrito (I).
propia de un estudiante que al salir det
vesuras, escribió su vida el astrólogo
is, en estilo incorrecto, pero no exento
y con tono festivo, imitando el de I*
r, hijo de D. José Arias, Comisario de
riño del Cardenal Arias, tuvo una vida
i es cierto cuanto refiere: fué «fraile fde
pBBCual de ÚaysDgoa, coa ud prólogo y varias naU£.
o da Silva MarquÍB de Tenebrán, Conde del Arwj j
Vizconde de Alba de Tajo, Sefior de VillanueTaile
j- Juez del Real Boto de Roma, del Consejo Euprimiilo
D General de las plaiaa de Oran, Mazarqulvir, reinoi
UBticia mayor, j Caballero de la Orden de Aleéa-
Bi 1)1 i6fl loa españolea. Madrid. Impr. de U. QinesU.
8.' doblo.
AntoDio CíDOvaa del Castillo, en que se encarécela
orno autobiografia, y por cierto not&ble para la bii-
•ida y aililtncía al Cerneo ái A rofó» dude 9 de JuM
TlcecancUler Cristóbal Craspl de Valdaura
vi[;Blbl. Nbc.,Q SI.
VIDA DEL CAPITÁN ALONSO DE COt
los Clérigos Menores) monacillo, señor, pobr
astrólogo, médico y casado en breve tiempo
olvidado que, en uno de los lugares de Ga
tiempo de mis peregri naciones, fui raaeslro d
ceptor de Gramálica y en la ciudad de Toro a
pues vivf y juoté dineros diciendo á todos el
Menos rico en caracteres originales el sij
anteriores, ofrece, sin embargo, algunos j
estudio, cual íué D. Diego de Torres Vilíarn
la ciencia con las supersticiones populares <
de Pronósticos que le bicieron famoso y de n
los llenos de sal é ingenio; hombre que pare
vivo tal como podía existir en la paaada ce
materias más inconexas: lo mismo de terren:
na, de astrología y de historia. Conjurador
de la condesa de Arcos, pasaba entre el vul,
de estupendas cualidades; cuando recorrió
cuenta en su Vida (3). «Convocábanse en lo
la detención las mujeres, los niños y los hoi
lor, y como á oráculo acudían llenos de fe y
citar las respuestas de sus dudas y sus desee
cundas me preguntaban por su sucesión,
bodas, las aborrecidas del marido me pedían
ciliados; y detrás de estas soltaban otras p(
raras, necias é increíbles. Los hombres
achaques, sus escrúpulos, sus pérdidas y si
unos á preguntar si los querían sus damas,
(1) Babia aacldo en el aña 1713 y escribía en el de 1744
(3) Vida, y BuceaoB del astráloso Don Oómez Arias, escr
Ariaa, Maestro de PhlloBophis, Bachiller ea MedicÍDS, y I
y buenas Letras. Dedicada fi la EicsIentiuiTDS SeBora Do
Drumond. Hija leg-itima de loa Señores Dod Joseph de R<
moad, Sie. En Madrid: En la Imprenta de Manuel de V
(3) Vida, ascendencia, nattimiento, crianza y aventuí
Torres VlUarroel, Catedrttico de Prima de Malemáticaa
mauca. Bacrlta por el mismo D. Diego de Torres Villarroi
Barcelona. Por Juan Francisco Piferrer. S. a. 39» pigim
BOLBTIN DX LA HBAL AGADBMIA DB Ll
I de 8US empleos y pretensiones, y finalmeole, venlaa todos á
cómo son los hombres que hacen los pronósticos* (1).
io ofrece grandes vicisitudes la vida de D. Diego de Torres, y
embargo es libro que se lee á gusto por la gracia y desenfade
que está escrito.
ulobiografías sou en realidad los Diarios de Moratfn y de
^llanos. Escrito el del primero en una especie de cifra, donde
mezcladas palabras latinas con otras castellanas, inglesas y
cesas, es de lo más árido que puede imaginarse; ninguna
insión del ánimo, nada de afectos ni de aquello que constituye
ida interior; jcon qué frialdad y laconismo anota Moratía la
irle de su padre! Obiit pater: ego trigtis; y al dia siguiente
le Mayo de 1780): Sepeliverunt. Fechas amargas consignadas
ids ni menos que otras insignificantes y prosaicas sobre toda
paración, como éstas: Obrador. Al anochecer buñuelos. (Dia 2
)ctubre de 1780.) Día 1 (Febrero de 1781). Obrador. Sueldo,
reales. Fontana. Refresco, seis (cuartos) (2).
ás sentimiento y datos últimos hay en el Diario do Jovella-
inédito adn, si bien Nocedal lo copió y tenía ya parte ea
LS de molde con objeto de publicarlo en la Colección de nulo-
tspañoies; mas habiendo quedado sin acabar tal empresa, las
lias de este Diario son una curiosidad bibliográfica por su
za. Actualmente lo está dando á luz el Sr. Menéndez v
.yo y pronto los eruditos podrán recrearse leyendo páginas
hermosas, cuales hay en dicho Diario.
jcasas noticias sabemos de Gontreras á más de las que él
consigniidas en su autobiografía. Consta que fué amigo de
Pie- 185.
Obrw póBtumai Ae D. LetDdro Feraándei de Moralin, puMicsdes de orden y
Uks del Oobierno de S. U. Madrid. Impr, de Bivadeaeyrft. 1897-63. Toma tu; p
san íi 300,
:bo m£B interesaotes bod para Ib biografía de Morstin las relacioaea de si
. por Inglaterra é llalla y aue carUe £ D. Juan Melón, publicBdaí en li
VIDA DEL CAPITÁN ALONSO DB C0NTRBBA8. 145
Lope de Vega, y tanto que éste le dedicó una comedia, El Rey
9in reino^ en cuya dedicatoria ensalza los méritos de Gontreras.
«Si Ym., dice, Sr* Capitán, hubiera nacido en Roma en aquellos
dorados siglos de su Monarquía, cuando fué cabeza del mundo
por las armas, pienso que no le hubiera faltado corona de las que
se concedían á los valientes soldados por hazañas heroicas, mu-
rales, navales y castrenses.» Enumera luego sus principales
hechos de Gontreras, desde que probó la espada en Petrache^ cua-
les son la toma de la galera Axema; el reconocimiento de la
armada turca y aviso al gobernador de Ríjoles; la prisión de los
esclavos que huían de Malta; el viaje al Nilo; la emboscada que
le prepararon 1.500 moros peregrinos de la Meca; el robo en los
Despalmadores de Chios de la húngara amiga de Solimán de
Gatania; los servicios prestados en Mahometa; venida á España,
donde sirvió á las órdenes de D. Pedro Jaraba; la jornada á Flan-
des y aventuras en Lyon, Acaba Lope ofreciendo referir en un
poema las proezas de Gontreras: «pienso en dilatados versos hon-
rarme de escribir sus valerosos hechos, para no envidiar los que
pusieron la pluma en los de García de Paredes, ürbina y Céspe-
des;» promesa que no llegó á realizar el fénix de los ingenios (1).
En la dedicatoria de otra obra dramática, El mejor mozo de Es-
paña (2), que enderezó Lope al célebre alguacil Pedro Vergel,
tan maltratado por el satírico Yillamediana, se hace mención de
Gontreras como dispuesto á defender con su espada la honra del
injuriado ministril, ya que Lope lo hacía con la pluma (3).
(1) BBta comedia fué publicada por Lope en la Parte XX (1025). Sa asunto son las
turbulencias qoe precedieron en Hungría á la elección de Matías Corvino, hijo de
Juan Huniades. Ha sido reimpresa por D. Marcelino Menéndez y Pelayo en la edición
de las obras del Péniw que publica la Academia Española; tomo vi, páginas 557 á 507.
(2) Inserta en el tomo x de la anterior edición. Bl mejor mozo es Fernando el Ca-
tólico, y la comedia una de las más Infelices que compuso Lope, por no haberse apro-
vechado bien de un episodio tan hermoso cual fué la boda de aquél con Dona Isabel,
y de otros hechos tan verdaderos como de interés dramático.
(8) No hay que confundir á nuestro Alonso de Contreras con otro de iguales nom-
bre y apellido que fué Alffuaeil de la Casa y Corte del Rey y puso tres quintillas al
principio del Viaye entretenido en alabanza de su autor.
Bl viage entretenido de Agustín de Rojas, natural de la villa de Madrid. Con una
exposición de los nombres Históricos y Poéticos, que no van declarados. A Don Mar-
án Valero de Franquesa, Cauallero del hábito de Santiago y gentil hombre de la
Ijoca de su Magostad. En Madrid en la Imprenta Real. lí.DO.im, 749 páginas en 8.*
TOMO xzxvu. 10
146 BOLBTf» DB LA KEkL ACADBHIA DK LA HISTORIA.
Entre los documentos del Archivo de Simancas se conserran
dos memoriales de Contreras, ea los cuales se queja de la con-
ducta que con él habla observado el General D. Juau Fajardo y
solicita que le diesen una compañía de las que mandaba el
Duque de Tarsi. Gomo sirven de comprobantes á lo que refiere
en su autobiografía, nos ha parecido conveniente reproducirlas
Integras, ya que en ellas alega Contreraa sus principales hechos
y méritos; dicen así:
SeAor: El Capitán Alonso de Gonlreras, del hábito de San
Juan, dice que há que sirve á vuestra mage»tad veintiocho aúos
continuos en Italia, Malta y Flandes y armadas en todas las oca-
siones que se han ofrecido, habiéndose hallado en la toma de las
ciudades Pasaba y Mahometa, jornada de Trípoli y Argel, y en
particular se le mandó diversas veces fuese i formar lengua i
Turquía y Berbería, de las armadas del enemigo, donde ha tenido
muchos encuentros con ellos; y estando en Turquía con su fra-
gata tuvo noticia como el general Cigala venia con (oda su ar-
mada y disignio de hacer mucho mal eu tierra de cristianos
tomando la ciudad de Bizoles; y adelaulándose vino y dio aviso
al gobernador della, el qual hizo una emboscada y al echarla
gente en tierra degolló 300 turcos y tomó 74 á prisión, coq lo
qual se fué el enemigo destrozado sin hacer ningún daño, orde-
nándosele al dicho capitán pasase por medio de su armada & dar
aviso á las ciudades de Tahormina y Zaragoza, donde al pasar le
atravesaron de un mosquetazo y le mataron 9 soldados; y ha-
biendo venido á España le mandó su magostad ir i servir á
Flandes, donde lo continuó hasta que le hizo merced de una com-
pañía de infantería española del tercio del maestre de campo
Don Pedro Esteban de Avila, y sirvió con ella hasta que su ma-
gostad le envió con dos navios de socorro cargados de iofaalerfa
y pertrechos de guerra á las islas de fiarlovento, que eslabaa
molestadas de enemigos, y habiendo hecho este servicio y vuelto
á España con 50 escudos al mes, se le mandó acudiese en Cádiz
á recoger los destrozos de la armada de Filipinas, y en particu-
lar se le mandó que fuese al Estrecho de Gibrallar por 20 piezas
de artillería de bronce, las quales se tenía nueva las quer**"
llevar dos navios de enemigos, dándole por orden que esc"
(9^
VIDA DEL CAPITÁN ALONSO DB G0NTRERA8. 147
el pelear con ellos, y si le forzasen á ello y se viese rendido se
fuese á pique y diese orden á los otros baieles que llevaba hicie-
sen lo mismo porque no se aprovechase el enemigo de la artille-
ría, la qual embarcó y truxo á la ciudad de Cádiz; y estando allí
vino nueva que estaba sitiada la Mámora por mar y tierra, y no
habiendo quien se ofreciese á llevar un socorro de infantería y
pertrechos y reconocer la barra, se ofreció él á hacerlo y fué dán-
dosele le metiese ó se dexase hacer pedazos, y en veintiséis horas
fué y metió el dicho socorro aunque halló dos navios de enemi-
gos que se lo quisieron estorbar, y aquel mismo día se levantó
el sitio que tenía por tierra, mediante el socorro; y en otras veinti-
séis horas volvió á España y tomó caballos de posta y vino en
diligencia á esta Corte en tres días, gastando el- poco caudal que
tenía por despenar á vuestra magestad del cuidado con que esta-
ba, por lo qual vuestra magestad le mandó dar un decreto de
oficio para que el Consejo de las Indias le consultase en las pía-
zas de su pretensión, y últimamente le mandó vuestra magestad
levantar en esta corte otra compañía de infantería, lo qual hizo
con la rectitud que es notorio, llevando en ella 251 soldados, y ha
servido un año en la armada de la guarda del Estrecho y en par-
ticular en el requentro que se tuvo con los holandeses, embarcado
con su compañía en el galeón almirante de Ñapóles, que fué uno
de los que se empeñaron aquel día; y ansí mismo ha sacado á
otros tres hermanos suyos á servir á vuestra magestad, que hoy
lo están continuando el uno en Flandes y olro en Sicilia, de alfé-
reces reformados, y el otro sargento de la dicha compañía, sin
que por todos estos servicios se le haya hecho merced alguna.
Atento todo lo qual y á que Don Juan Fajardo proveyó su
compañía en otra persona, habiendo él venido con licencia, y que
vuestra magestad ha mandado por su real cédula se le volviese
no obstante estar proveída, y que el secretario Martín Aróztegui
ha hecho recuerdo al dicho Don Juan Faxardo y no responde
nada y el dicho Capitán se ve incapaz de poder pleitear con un
general y está perdido y con deseo de servir:
Suplica á vuestra magestad le haga merced de honralle con
ma de las compañías que se han de proveer á cargo del Duque
le Tarsi y con esto vacaran 30 escudos de sueldo que vuestra
148 BOLBTtN DB LA RBAL ACADBHIA DB LA HISTORIA.
magestad le hizo merced para la armada del mar Occeano el aúo
de 630, que eo ello recibirá merced da vuestra magestad.
(Al dorBo).
El Capitán Alonso de CoiUreras, que aunque su magestad ha
mandado al General de la armada de la guarda del Estrecho le
restituya su compañía, no lo ha hecho ni respondido áello; f por-
que há muchos días que está en esta corte y ya laa alcanzado
que no tiene con que asistir y desea volver á servir como lo ha
hecho siempre y al Consejo le consta, pide qtio se le dé uua de las
compañías que han de navegar en las galeras de Genova con que
vacaráa los 30 escudos de entretenimiento que tiene para la
armada del Occeano.
(Archivo general de Simancas. Gracia y Justicia, Servicios
ailitares, Legajo 2.°, fol. 56.)
Señor: El Capitán Alonso de Gontreras dice que después de sos
nuchos servicios, habiendo llegado á la ciudad de Cádiz con una
ompañla de 300 infantes que levantó en esta corte por mandado
e V.'" Magestad, el Gral. Don Juan Faxardo se la destrozó eo
1 ramos y mandó embarcase su bandera en un patache con 60
Lombres y que él fuese á orden de un calafate á quien hizo capi-
áo de mar para este efecto, siendo él el Capitán más antiguo de
08 18 que tenía de infantería; y porque no le calumniasen de que
e quejaba por escusar la ocasión, sufrió 9 meses hasta la inver-
lada, pasando por otras muchas cosas en que le puso el dicho Doa
uao Fazardo y el gobernador de aquellas compañías para que se
lerdiese; y por evitar estos lances pidió licencia y se le respondió
ue si la quería dexase la compañía ó hiciese una caria fecha en
ievilla á 2 de Marzo, sienao esto á 9 de Febrero, en que dízese
ue por no poder convalecer podía el dicho General proveer su
ompaúía y esta carta la dio sólo por conseguir el salir de allí
on ucencia para venir á quezarse á V,*" Magestad de los agra-
ios rescibidos, y por la meama carta se verá ser malicia lo que se
isó con él, pues sin haber estado en Sevilla y haberse presentado
nteel secretario Martín de Aróstegui á l.'de Marzo, la carta está
sobada á 2 del mismo en Sevilla, y habiendo suplicado á V.^ Ma-
jestad le mandase pasar su compañía á la armada del "*»t
)cceano 6 á donde V."" Magestad fuere más servido, se le ">«
-.-?
VIDA DEL CAPITÁN ALONSO DE GONTRBRAS. 149
al dicho Don Juan Faxardo lo hiciese, no obstante el haberla pro-
veído, 7 en esta respuesta ha dilatado 4 meses y agora responde,
y por no saber el suplicante lo que puede informar da quenta
á Y.'^ Magestad como jamás no ha hecho dexación de su «com-
pañía y ha cumplido siempre con sus obligaciones, y no hallán-
dose con fuerzas para poder pleitear con sus generales suplica á
Y.^ Magestad le mande hacer merced de una de las compañías
del Duque de Tarsi y cabo dellas, y no habiendo lugar le emplee
Y.^ Magestad en su real servicio como sea muy lexos del dicho
Don Juan Faxardo, que en ello recibirá merced de Y.*" Ma-
gestad .
(Al dorso.) Eu 30 de Agosto de 1623. (i).
Otra consulta del Consejo, de fecha 3 Agosto 1623, dice así:
«Gonsültese refiriendo lo que en esto ha pasado y qué parece;
que pues Don Juan Faxardo proueyó ya la compañía en Don Ro-
drigo Oudínez Brochero que ha servido muchos años y de quien
Don Juan muestra tener satisfacción y que no sería justo depo-
nerle della, se le podría hacer merced de una de las tres compa-
ñías que se han de elegir para las galeras de Genova, proveyendo
las otras dos en 2 de los 48 capitanes que están proveídos para la
leba que se ha de hacer.»
Si bien Gontreras, según el mismo nos dice, no recibió instruc-
ción alguna en su juventud, dotado de clara inteligencia y de un
espíritu observador, llegó á conseguir notables conocimientos
náuticos y cosmográficos; tanto que compuso un "DerroXeTo del
(1) ArehiTO de Simancas, legajo citado, folio 56. En el mismo hay otro memorial
análogo de Gontreras en que suplica á Su Majestad, que por haber tenido algunas
diferencias con Don Juan Faxardo, mande mudar su compañía á la del mar Occeano
6 donde mas fuere su voluntad.
«tViose este memorial en el Consejo de guerra en 3 de Abril de 1623 y habiéndose
visto también lo que Don Juan Faxardo escribió en 20 de Marzo dando quenta de lo
que acerca desto había pasado, pareció que se le trueque la compañía, yendo Gontre-
ras con ella á la armada del mar Occeano y saliendo otra della, la que Don Fadrique
eligiere para pasar á la del estrecho, y se diga á Don Juan que en caso que se la haya
proveído se la restituya luego, y que si tiene causas de excesos ó delictos que este ca-
pitán haya hecho los averigüe y envié al Consejo.
En dicho legajo se conservan también cartas de Gontreras y Faxardo sobre este
mismo asunto. Todas del año 1623.
150 BOLETÍN DB LA REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA.
i* *editerráneOy fundado eo lo que él había visto durante sus con-
tinuos viajes; obra de la cual existe un manuscrito en la Biblio*
teca Nacional. Contreras nos cuenta cómo la escribió: c tenia,
dice, añción á la navegación y siempre praticaba con los pilotos,
viéndoles cartear y haciéndome capaz de las tierras que andába-
mos, puertos y cabos, marcándolos; que después me sirvió para
hacer un derrotero de todo el Levante, Morea y Natolia y Cara-
manía y Suria y África, hasta llegar á cabo Cautín en el mar
Occéano; islas de Candía y Chipre y Cerdeña y Sicilia, Mallorca
y Menorca, costa de España desde cabo de San Vicente, costeando
la tierra, Sanlücar, Gibraltar, hasta Cartagena y de ahí á Barce-
lona y costa de Francia hasta Marsella, y de ahí á GénoYa, á
Liorna, río Tíber y Ñapóles, y de Ñapóles toda la Calabria hasta
llegar á la Pulla y golfo de Venecia; puerto por puerto, con pun-
tas y calas donde se pueden reparar diversos bajeles, mostrán-
doles el agua; este derrotero anda de mano mía por ahí, porgue
me lo pidió el Príncipe Filiberto para velle y se me quedó con
él» (1).
(1) Capitulo II de su Vida.
«Derotero YnÍYorsal desde el cauo de San Vicente en el mar Goceano, costeando
Cartaxena, Cataluña, Pranzia, Ñapóles, Qolfo de Vene^ia, Archipiélago de Leuante,
Caramania, Natolia, Suria, Ezipto, Nilo, y boluiendo por Berbería hasta cauo Cantío
islas de Sicilia, Qerdeña, Mallorca, Candía, Chipre. Por el Capitán Alonso de Contre-
ras, del hauito de San Juan, natural de Madrid.
Ms. del primer tercio del siglo xvii; 107 hojas en 4 ^ Encuadernado en pasta. Biblio-
teca Nacional, J. 137.
Copiamos el índice para que se forme idea del contenido de este libro:
Capitulo 1. De el cauo de San Vicente á Cádiz.
Cap. lí. Desde Cádiz al estre ;ho de Oibraltar.
Cap. ni. Desde el estrecho de Oibraltar á Cartazena.
Cap. IT. Desde Cartaxena á Barcelona.
Cap. V. De Barcelona á Marsella.
Cap. TI. De Marsella á Génoua.
Cap. Tn. De Genoba á Ñapóles.
Cap. Tin. De Ñapóles al cabo de Otranto.
Cap. IX. Desde Corfú por toda la Morea hasta la boca del Archipiélago.
Cap. X. De todo el Archipiélago hasta Rodas.
Cap. XI. De la isla de Candía, costa de Carmania y Chipre hasta Tripol de Saria.
Cap. XII. Desde Tripol de Suria por todo Exipto y Berbería hasta Oran.
Cap. xin. Desde Oran hasta el Estrecho de Gibraltar y cabo de Rojacir.
Cap. xiT. De las restantes islas del mar Mediterráneo.
J
VIDA DEL CAPITÁN ALONSa DE G0NTRERA8. 15 1
Varias cualidades recomiendan la autobiografía de Gontreras
que publicamos: en primer término, su veracidad, que es fácil
observar con una rápida lectura, sin decir por esto que resulten
comprobados hasta los detalles más insignificantes; lejos de limi-
tarse á consignar aquellos hechos que podían redundar en gloria
suya, cuenta otros para él no muy agradables cual es la mala
partida que le jugó su mujer, faltando á la fidelidad conyugal.
De otro lado es rápida, concisa, y huye de hastiar con intermi-
nables relatos faltos de interés, como son las aventuras amorosas
en que Miguel de Castro y otros solían espaciarse con delectación
morosa; con estilo incorrecto y desaliñado narra sus expediciones
por Levante, su vida de soldado en España y otros países, su
viaje á las Antillas; todo sazonado con ligeras digresiones acerca
de sucesos ó personas de su época que dan no poca animación
al libro.
La vida que publicamos de D. Alonso de Gontreras se halla en
un manuscrito de la Biblioteca Nacional, autógrafo indudable-
mente; comenzóla á escribir en Octubre del año 1630 con objeto,
al parecer, de no continuar, mas luego añadió lo que le había
acaecido en años sucesivos, sin que podamos saber hasta donde
llegó por faltar la conclusión; las últimas cuatro hojas son de dis-
tinta letra; consta dicho manuscrito de 195 hojas en 4.* Signa-
tura, T. 247 (1).
Lo reproducimos sin atenernos á la ortografía del original que
como obra de un soldado es detestable y caprichosa, y en obse-
quio á los filólogos para quienes el ideal en materia de publicar
textos viejos es darlos al público con todos los disparates y erro-
res notorios de los manuscritos, infalibles, sin duda alguna, para
ellos, y sin quitar ni añadir una coma, advertimos que Gontre-
(l) Bo la cubierta en letra del siglo xviii, dice: «Vida, nacimiento, padres y crianza
del Capitán Alonso de Gontreras, natural de Madrid, Cauallero de Orden de San
Juan, Comendador de una de sus encomiendas en Castilla, escrita por él mismo.)»
Y en letra de la misma época: «Soy de D. Juan Antonio Pérez del Orrio, que Dios
guarde muchos años.»
Dos títulos lleva el ms. al principio; uno autógrafo, y es el que le damos; otro, en
etra del siglo xtii, que dice así: «Libro primero del nacimiento, crianza y padres del
:;apitán Alonso de Contreras, Caballero del abito de San Juan, natural de Madrid.»
bolstIn db la rbal agáobuu d
bía quet j quera por que es y qu:
os y los lectores no soltarán de
.8 aQtes de llegar á la cuarta pá
libros que con íior muy curióse
crúpulo con que están' publicac
e la biografía de Coatreras no <
toal ni en sus barbürísmos, sii
salido de muy baja esfera, reati
Q por sus contemporáneos; en
ladesca y de nuesti'o estado soc
iba tenían hasta los más ínfimos
lal se comprende cómo España íi
i y arbitra del mundo.
Manhei
-so de mi vida desde que si
. de catorce años, que fué t
el año de 1630, por prlmi
sncé esta relación (h.
CAPÍTULO fBIMBK
De mi infancia y p\
en la muy noble villa de Madri
tizado en la perroquia de San Mi(
nso de Roa y María de Roa, he
Mis padres se llamaron Grabiel
-eras; quise tomar el apellido dt
blenda nacido Cootrerts en el aao I5BZ á e
.e 1S9S MUrcB s&ob cumplidos, por lo cual
ipuToquiaadeSin Miguel había en Ví»A
lel de la Sagra. Debió nacer Contrerag en
M librea de la primera.
TIDA DEL CAPITÁN ALONSO DB G0NTRBRA8. 153
•
viendo al Rey como muchacho, y cuando caí en el error que había
hecho no lo pude remediar, porque en los papeles de mis servi-
cios iba el Contreras, con que he pasado hasta hoy, y por tal nom-
bre soy conocido, no obstante que en el bautismo me llamaron
Alonso de Guillen, y yo me llamo Alonso de Contreras. Fueron
mis padres cristianos viejos, sin raza de moros ni judíos, ni pe-
nitenciados por el Santo Oficio; como se verá en el discurso ade-
lante desta relación, fueron pobres y vivieron casados como lo
manda la Santa Madre Iglesia veinticuatro años, en los cuales
tuvieron diez y seis hijos, y cuando murió mi padre quedaron
ocho; seis hombres y dos hembras, y yo era el mayor de todos.
En el tiempo que murió mi padre yo andaba á la escuela y escri-
bía de ocho ringlones; y en este tiempo se hizo en Madrid una
tela para justar á un lado de la puente segoviana, donde se ponían
tiendas de campaña, y como cosa nueva iba todo el lugar averio;
júnteme con otro muchacho, hijo de un alguacil de Corte, que se
llamaba Salvador Moreno, y fuimos á ver la justa faltando de la
escuela, y á otro día cuando fui á ella, me dijo el maeso que su-
biese arriba á desatacará otro muchacho,que me tenía por valiente;
subí con mucho gusto y el maeso tras mí, y echando una trampa
me mandó desatacar á mí y con un azote de pergamino me dio
hasta que me sacó sangre, y esto á instancia del padre del mucha-
cho, que era más rico que el mío; con lo cual, en saliendo de la
escuela como era costumbre, nos fuimos á la plaza de la Coucibi-
ción Jerónima, y como tenía el dolor de los azotes, saqué el cu-
chillo de las escribanías y eché al muchacho en suelo boca abajo
y comencé á dar con el cuchillejo, y como me pareció no le hacía
mal, le volví boca arriba y le di por las tripas; y diciendo todos
los muchachos que le había muerto, me fui, y á la noche me fui á
mi casa como si no hubiera hecho nada; este día había falta de
pan y mi madre nos había dado á cada uno un pastel de á cua-
tro, y estándole comiendo llamaron á la puerta muy recio, y
preguntando quién era, respondieron: la justicia; á lo cual me
subí á lo alto de la casa y metí debajo de la cama de mi ma-
dre; entró el alguacil y buscóme y hallóme, y sacándome de
ma muñeca decía: ¡traidor, que me has muerto mi hijo!; lleváron-
te á la cárcel de Corte, donde me tomaron la confesión; yo negué
154 boletIn db la rbal acadeuia db la kibtobu.
siempre; y á otro día me TÍsitaron con otros 22 muchaclios qoe
hablan prendido, y haciendo el relator relación que yo le babú
dado con el cuchillo de las escribanías dije que no, siao que te
habift dado otro muchacho; con lo cual entre todos los muchachos
nos asimos en la sala de los alcaldes á mogicones, defendiendo
cada uno que el otro le había dado; que no fué menester poco para
apaciguarnos y echarnos de la sala; en suma, se dió t&n buena
maña el padre, que en dos días probó ser yo el delincuente, y
viéndome de poca edad hubo muchos pareceres, pero al último
me salvó el ser menor, y me dieron una sentencia de destierro par
un año de la Corte y cinco leguas, y que no lo quebrantase so
pena de destierro doblado; con lo cual salí á cumplillo luego,
y el señor alguacil se quedó sin hijo, porque murió al terce-
ro dia.
Pasé mi año de destierro en Avila, en casa de un tío mfo que
ara cura de Santiago de aquella ciudad, y acabado me volví í
Madrid, y dentro de veinte días que babfa llegado llegó también
al Principe Cardenal Alberto, que venia de gobernar á Portugal y
le mandaban á gobernar los Estados de Plandes. Mi madre había
iiecbo particiones de la hacienda y sacado su dote; babfa quedado
]ue repartir entre todos ocho hermanos 600 reales; yo la dije á mi
nadre: señora, yo me quiero ir á la guerra con el Cardenal; y ella
ne dijo: ¡rapaz, que no has salido del cascarón y quieres ir á la
guerra! ya te teogo acomodado á oñcio con un platero; yodijegue
10 me inclinaba á servir oñcio, sino al Rey, y no obstante, me
levó en casa del platero que habla concertado sin mi licencia;
iejóme en su casa, y lo primero que hito mi ama fué darme uoa
^ntarilla de cobre, no pequeña, para que fuese por ella de agua
i los Caños del Peral; dljela que yo no había venido á«ervir, sino
i aprender oñcio; que buscase quien fuese por agtia; alzó un cha-
)ln para darme y yo alcé la cantarilla y tíresela, aunque no pude
laceria mal porque no tenia fuerza, y eché á huir por la escalera
tbajo y fui en casa de mi madre dando voces, que por qué habla
le ir á servir de aguador, á lo cual llegó el platero y me quería
iporrear; salí fuera y carguiSme de piedras y comencé á tirar; con
|ue llegó gente y sabido el caso, dijeron por qué me querían ''-
ar la inclinación; con esto se fué el platero y quedé con mi
VIDA DEL CAPITÁN ALONSO DE G0NTRBBA8. 155
dre, á quien dije: señora, vuestra merced está cargada de hijos;
déjeme ir á buscar mi vida con este Príncipe; y resolviéndose mi
Uifidre á ello, dijo: no tengo qué te dar; dije: no me importa, que
yo buscaré para todos, Dios mediante; con lodo, me compró una
camisa y unos zapatos de carnero, y me dio cuatro reales y me echó
su bendición; con lo cual, un martes, 7 de Septiembre 1595, al
amanecer, salí de Madrid tras las trompetas del Príncipe Cardenal.
Llegamos aquel día á Alcalá de Henares, y habiendo ido á una
iglesia donde le tenían gran fiesta al Príncipe Cardenal, había un
turrouero,. entre otros muchos, con unos naipes en las manos, y
como aficionadillo, desaté de la falda de la camisa mis cuatro rea-
les y comencé á jugar á las quínolas; gánemelos, y tras ellos la
camisa nueva y luego los zapatos nuevos, que los llevaba en la
pretina; díjele si quería jugar la mala capilla; en breve tiempo dio
con ella al traste, con que quedé en cuerpo, primicias de que había
de ser soldado; no faltó allí quien me lo llamó y aun rogó al tu-
rronero que me diese un real, el cual me lo dio, y un poco de
turrón de alegría, con que me pareció que yo era el ganancioso.
Aquella noche me fui á palacio ú á su cocina, por gozar de la lum-
bre, que ya resfriaba; pasé entre otros picaros, y á la mañana to-
caron las trompetas para ir á Guadalajara, con que fué menester
seguir aquellas cuatro leguas mortales. Compré de lo que me
quedó del real unos buñuelos, con que pasé mi carrera hasta
Guadalajara; rogaba á los mozos de cocina se doliesen de mí y me
dejasen subir un poco en el carro largo donde iban las cocinas; no
se dolieron, como no era de su gremio.
Llegamos á Guadalajara, y yo fuíme á Palacio, porque la noche
antes me había sabido bien la lumbre de la cocina, donde me co-
medí sin q\ie lo mandasen en ayudar á pelar y á volver los asa-
dores, con lo cual ya cené aquella noche; y pareciéndole á maestre
Jaques, cocinero mayor del Príncipe Cardenal, que yo había an-
dado comedido y servicial, me preguntó de dónde era; yo se lo
dije, y que me iba á la guerra; mandó que me diesen bien de cenar,
y á otro dia que me llevasen en el carro, lo cual hicieron bien con-
tra su voluntad; yo continué á trabajar en lo que los otros galopi-
les, aventajándome, con que maestre Jaques me recibió por su cría-
lo, con que vine á ser dueño de la cocina y de los carros largos
í6 boletín dr la rbal academia de la
JO iban delanle y cod el Príncipe, doade me
icaros haciéndole» ir á pie un día; pero luego s
Caminamos á Zaragoza, doade hubo muchai
onsarrate y Barceloaa, que pude llevar cua
n que me costase blanca; todo esto hace el se
:Iona estuvimos algunos días, hasta que nos
lleras, la vuelta de Genova: y en Viliafraoca
Duque de Saboya; de allí pasamos á Saona
imamos un navio, no sé 8i de turcos, 6 moro:
-00 había guerra entonces; parecidme bien e
nillería; tomóse.
En Saona estuvimos algunos días, hasta qt
onde estuvimos algunos días, y de allí tom;
landes por Borgoüa, donde hallamos mucha:
allos y de infantería española, que hicieron
:o; y como vf algunos soldados que me paree
)mo yo, me resolví de pedir licencia á mi am
I cual me habla cobrado voluntad; y no sólo
jro que me dijo que me habla de aporrear; (
hice un memorial para Su Alteza haciéudole
ímo le seguía desde Madrid, y que su cocinei
cenria, que yo no quería servir sino era al R
luch.icho, y yo respondí que otros había ec
iro día hallé el memorial con un decreto que
laza, no obstan te que no tiene edad paraservill;
mo desesperado, y como no lo podía remedia
odia faltarme; que banta que llegásemos & Fl
)do lo que fuera menester; yo lo hice, y socorrí
03, y ^ mi cabo de escuadra en ¡larticubr; sent
añía de el capitán Mejía, y caminando por ni
ue estábamos cerca de Flandes, mi cabo de es
espetaba como al Rey, me dijo una noche q
ra orden del capitán, y nos fuimos del ejérciti
e pelear; cuando amaneció estábamos lejos, ci
lio; yo le dije que dónde íbamos; dijo que á >
le cargó la mochila y me llevó á Ñapóles, d
Igunos días, hasta que me vi en una nave qt
.1
j
'á
VIDA DBL CAPITÁN ALONSO DE C0NTRBRA8. 157
CAPÍTULO II.
Q!ue iraia hasta la segunda vuelta á McUía.
Llegué [á Palermo] en breve tiempo y luego me recibió por paje
de rodela el capitán Felipe de Menargas, catalán; servíle con vo-
luntad de paje de rodela, y él me quería bien. Ofrecióse una jor-
nada para Levante donde iban las galeras de Ñapóles y de Sicilia,
su General D. Pedro de Toledo, y las galeras de Sicilia, su Ge-
neral D. Pedro de Ley va; iban á ton^ar una tierra que se llama
Petracbe (1); tocó embarcar la compañía de mi capitán en la galera
capitana de César Latorre, de la escuadra de Sicilia; llegamos á
Petracbe, que está eivla Morea, y echamos la gente en tierra ha-
ciendo su escuadrón firme; la gente suelta ó volante emprendieron
entrar con sus escalas por la muralla; aquí fueron las primeras
balas que me zurrearon las orejas , porque estaba delante de mi
capitán con mi rodela y jineta; tomóse la tierra, pero el castillo
no; hubo muchos despojos y esclavos, donde, aunque muchacho,
me cupo buena parte, no en tierra sino en galera, porque me die«
ron á guardar mucha ropa los soldados, como á persona que no
me lo habían de quitar; pero luego que llegamos á Sicilia, de lo
ganado hice un vestido con muchas colores, y un soldado de Ma-
drid que se me había dado por paisano, de quien yo me fiaba, me
sonsacó unos vestidos de mi amo el capitán, diciendo eran para
una comedia; yo pensé decía verdad y que me había de llevar á
ella, con lo cual cargó con toda la ropa, que era muy buena, lo
mejor que tenía mi amo en los baúles, porque él lo escogió, junto
con unos botones de oro y un cintillo; á otro día vino el sargento
á casa y dijo al capitán cómo se habían ido cuatro soldados, y el
uno era mi paisano; quédeme cortado cuando lo oí, y no dándome
por entendido supe cómo las galeras de Malta estaban en el puerto
y fuíme á embarcar en ellas; y llegado á Mesina, escribí una carta
al capitán mi amo dándole cuenta del engaño de mi paisano; que yo
no le había pedido licencia de temor, con que pasé mi viaje hasta viajeáiíaitm.
Malta, y en la inesma galera unos caballeros españoles trataron de
el) Patrás. Bn éste , como en otros nombres propios , respetamos la ortografía del
manuscrito.
bolktín de la hbal acadbmií
nodarme coQ el Recibidor del Gran
) que se llamaba Gaspar de Monra
le sirviese; hlcelo un año cou gran ¡
edf liceacia para irme á ser soldad(
amo me solicitaba con cartas diciéi
a de mi persona; dióme licencia el
10 pesar suyo, y envióme bien vestí
ba el Virrey, Duque de Maqueda;
Dmpañfa de mi capitán, donde serv:
do oi paje; de ahí un aúo, ei Virrey
ando que los soldados que quisieran
is de contadas; fui uno de ellos, y I
Q della Ruy Pérez de Mercado, y n
bería, á la vuelta topamos otra g:
stra en una isla que llaman la Lan:
, donde se peleó muy poco, y la reí
osario, el mayor de aquellos tíem
, y junto con él otros 90 turcos; Tui
10 del Virrey, y con la nueva pres
galeones grandes: uno se llamaba galeón de Oro y otro galeón
'lata; embarquéme eu galeón de Oro y fuimos á Levante, donde
mos tantas presas que es largo de contar, volviendo muy ri-
que yo con ser de los soldados de á tres escudos de paga, traje
de 300 escudos de mi parle en ropa y dinero; y después d«
idos á Palermo mandó el Virrey nos diesen las parles de lo
se había traído; tocóme á mi en sombrero Ueuo basta lai
ís de reales de á dos, con que comencé á engrandecerme de
no; pero dentro de pocos días se habla jugado y gastado, con
s desórdenes. Tornóse á enviar los dos galeones á Levante,
de hicimos increíbles robos en la mar y en la tierra, quo tan
I afortunado era este Virrey; saqueamos los almagacenes que
n en Alejándrela, puerto de mar, donde llegan á estos alma-
mes todas las mercadurías que traen por tierra de la India de
tugal, por Babilonia y Alepo; fué mucha la riqueza que traji-
ÍM W
▼IDA DEL CAPITÁN ALONSO DB G0NTRBRA8. 159
mo8. En el discurso de eslos viajes do dormía yo, porque tenía
afición á la navegación, y siempre praticaba con los pilotos vién-*
doles cartear y haciéndome capaz de las tierras que andábamos,
puertos y cabos, marcándolos, que después me sirvió para hacer
un Derrotero de todo el Levante, Morea, y Natolia, y Garamania,
y Suria, y África, hasta llegar á cabo Cautín, en el mar Océano;
islas de Gandia, y Chipre, y Cerdeña, Mallorca y Menorca; costa
de España, desde cabo San Vicente, costeando la tierra, Sanlücar,
Gibraltar hasta Cartagena, y de ahí á Barcelona y costa de Francia
hasta Marsella, y de ahí á Genova, y de Genova á Liorna, río
Tíber y Ñapóles, y de Ñapóles toda la Calabria hasta llegar á la
Pulla y golfo de Yenecia, puerto por puerto, con puntas y calas,
donde se pueden reparar diversos bajeles mostrándoles el agua;
este derrotero anda de mano mía por ahí, porque me lo pidió el
Príncipe Filiberto para velle y se me quedó con él.
Llegamos á Palermo con toda nuestra riqueza, de que el Virrey
se holgó mucho y nos dio las partes que quiso, y con la libertad
de ser leventeg de el Virrey y dinero que tenía, no había quien
se averiguase con nosotros, porque andábamos de hostería en hos* Hostería es
tería y de casa en casa, una tarde fuimos á merendar á una hos- *^®«^°-
tería, como solíamos, y en el discurso de la merienda dijo uno de
mis compañeros, que éramos tres: trae aquí comida bujarrón;
el hostero le dijo que mentía por la gola; con que sacó una daga
y le dio, de suerte que no se levantó.
Cargó toda la gente sobre nosotros con asadores y otras armas,
que fué bien menester el sabernos defender; fuímosnos á la igle-
sia de Nuestra Señora de Gruta, donde estuvimos retraídos hasta
ver como lo tomaba el Virrey, y sabido que había dicho que nos
había de ahorcar si nos cogía, dije: hermanos, más vale salto de
matas que ruego de buenos; y recogiendo nuestra miseria cada
uno, lo hicimos moneda y hice que nos trujeran nuestros arca-
buces, sin que supieran para qué, y traídos, como la iglesia está
á la orilla del mar en el mismo puerto, yo me valí de mi mari-
nería y puse los ojos en una falucha que estaba cargada de azú-
car, y á media noche les dije á las camaradas: ya es hora; vues-
tras mercedes se embarquen; dijeron que seríamos sentidos; yo
ije: no hay dentro de la faluca mas del mogo que la guarda; y
160 BOt.BTtN DK LA nBAL ACADEMIA DI L.
entrando dentro y tapando la boca al muc
ferro, diciéndole que callase, que lo matariai
tros remos y comeniamos á salir de la cala,
tillo dijeron: ¡ah de la barca!, respondimos
pesca; con que do nos dijeron más. Puse h
Ñapóles, que hay 300 millas de golfo, y siei
gamos sin peligro en tres días. Vino el gua
la patente; contamos la verdad, y que temen
de Maqueda no nos ahorcase, nos habíam
dicho. Era virrey el Conde de Lemos viejo, y
de infantería á su hijo, el SeQor Don Fran
después fué Virrey de Sicilia y hoy Conde
fraile. Quísonos ver el Conde, y riéndonos <
lañes, mandó sentásemos la plaia en la coi
que la faluga se enviase á Palermo con la va
que tenia; llamábannos en Ñapóles los I«t
Maqueda y nos teaian por hombres sin almi
A pocos días que estuvimos allí en buena
casado camaradas los tres sin admitir otras
che vino á nuestra ca!>a un soldado de la mes
ciano, con otro; dicen eran caballeros, y ii
mercedes se sirvan de venir con nosotros,
aquí en el cuartel de los florentines un peí
perder la opinión de levente*, dijimos: van
dejamos el ama sola en casa. Yendo por el
hombre que debía de estar haciendo el amoi
w el valenciano, olmos una voe; volvimos á v<
'" el valenciano con una capa y un sombrero,
jará más el bujarrón. Yo le dije ¿qué era aqi
rrÓD, que le he enviado á cenar al inñernt
capa. Yo me escandalicé cuando tal oí, y ai
mis camaradas, le dije: por Dios, que venia
contenta esto. Respondió: amigo, paciencia
damos con estos la opinión; yo dije: reuieg(
gando á una casa donde vendían vino, que
les hablan hecho el mal, entramos por un
haciendo, comenzaron ¿ dar tras el patrón,
▼IDA DBL CAPITÁN ALONSO DB G0NTRBRA8. 161
á las garrafas de vidrio, que eran muchas, y aosimisino á las botas
de yino á coces, de suerte que las destaparon y corría el vino
como un rio; el dueño, de la ventana dando voces; salimos por el
postigo á la calle, y de la ventana dieron á una camarada de las
mías con un tiesto, que lo derribaron redondo y quedó sin sen-
tido; y á las grandes voces que daban, llegó la ronda italiana y
comenzamos á bregar y menear las manos; el caído no se podía
levantar, que era lo que sentía; últimamente nos apretaron con
las escopetas de manera y con las alabardas, que á uno de los
valencianos le pasaron una muñeca de un alabardazo, y prendie-
ron juntamente con el que estaba en tierra. Nosotros nos retira*
mos hada nuestro cuartel; y la ronda, llevando los presos, topa-
ron con el muerto á quien quitó (1) la capa el valenciano; dieron
aviso al cuerpo de guardia principal de los españoles y salió luego
una ronda en busca de mi camarada y de mí y del otro valencia-
no; y habiéndonos despedido del valenciano, nos íbamos á casa
por la miseria que había, para irnos, cuando vimos la ronda con
cuerdas encendidas á nuestra puerta; yo dije: amigo, cada uno
se salve, pues no me quisistes creer cuando la capa; y echando
por una callejuela, me fui hacia el muelle, y en una posada que
está junto al Aduana, llamé, á donde estaba un caballero del
hábito de San Juan^ que había venido de Malla á armar un galeón
liara ir á Levante, amigo mío, que sollamaba el capitán Betrian,
y vístome, se espantó; contóle la verdad y escondióme y tuvo
veinte días, hasta que estuvo de partencia; y aquella noche me
embarcó y metió en la cámara del bizcocho, donde sudé harto
hasta que estuvimos fuera de Ñapóles, que me sacó fuera y me
llevó de buena gana hasta Malta; y el valenciano y mi camarada
á quien derribaron con el tiesto, los ahorearon dentro de diez días;
de las otras camaradas no supe jamás.
CAPÍTULO III.
En 9ue trcUa hasta el milagro de la isla Latnpadosa.
Bn Malta se holgó el Comendador Monreal de verme, y al cabo
de algunos días que estuvimos allí, nos partimos para Levante
I
I"
1
(1) Bu el ms.: qwUwro»,
TOMO ZZXTXL 11
162 BOLBTÍN DE LA REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA.
con el galeón y una fragata; estuvimos más de dos meses sin
hacer presa; y un día, yendo á tomar puerto en cabo Silidonia,
hallamos dentro un bizarro caramuzal que era como un galeón;
embestimos con él y los turcos se echaron en la barca á tierra
por salvar la libertad. Ordenó el capitán fuésemos tras ellos, con
ofrecimiento de diez escudos por cada esclavo. Había un pinar
grande, y yo fui uno de los soldados que saltaron á tierra en
seguimiento de los turcos; llevaba mi espada y una rodela» y sin
pelo de barba. Embosquéme en el pinar y topé con un turco
como un filisteo, con una pica en la mano, y en ella enarbolada
uda bandera naranjada y blanca, llamando á los demás; yo en-
derecé con él y le dije: aentahajo; pero el turco me miró y riyó,
diciéndome: hremaneur casaca cacomiz; que quiere decir: putillo,
que te hiede el culo, como un perro muerto. Yo me emperré y
embracé la rodela y enderecé con él; con que ganándole la punta
de la pica le di una estocada en el pecho que di con él en tierra,
Presa de la y quitando la bandera de la pica me la ceñí; y estaba despojando
Uandera. cuando llegaron dos soldados franceses diciendo: á la parte; yo
me levanté de encima del turco, y embrazando mi rodela les dije
que lo dejaran, que era mío: si no que los mataría; ellos les pare-
ció que era de burla y comenzamos á darnos muy bien, sino que
llegaron otros cuatro soldados con tres turcos que habían tomado
y nos metieron en paz; con lo cual nos fuimos todos juntos al
galeón sin que despojásemos al herido de cosa alguna. Contóse
todo al capitán, el cual, tomada la confesión al turco, dijo que yo
solo era el dueño de todo; los franceses casi se amotinaban por-
que yo solo era español en todo aquel galeón, y había de france-
ses más de 100, y así hubo de dejar el capitán el caso hasta Malta,
delante de los señores del Tribunal del armamento. Tenía el turco
encima 400 cequíes de oro; el caramuzal estaba cargado de jabón de
Chipre; metieron gente dentro y envióse á Malta; y nosotros nos
quedamos á buscar más presas y fuimos á la vuelta de las cruceras
de Alejandría, y de parte de tarde descubrimos un bajel, al pare-
cer grandísimo, como lo era; tomámosle por la juga por no per-
delle, y así nos encontramos á media noche; y con la artillería
lista le preguntamos: ¿qué bajel?; respondió: bajel que va por '"
mar; y como él venía listo también, porque de un bajel no se 1
Xelma.
VIDA DEL CAPITÁN Al^ONSO DB G0NTRBRA8. 163
daba nada, á causa que traía más de 400 turcos dentro y bien
artillado, diónos una carga que della nos llevó al otro mundo
17 hombres sin algunos heridos; nosotros le dimos la nuestra,
que no fué menos; abordamos y fué reñida la pelea, porque nos
tuvieron ganado el castillo de proa y fué trabajoso el rehacerlos
á su bajel; quedámonos esta noche hasta el día con lo dicho, y
amaneciendo nos fuimos para él, que no huyó; pero nuestro capi-
tán usó de un ardid que importó, dejando en cubierta no más
que la gente necesaria y cerrados todos los escotillones, de suerte
que era menester pelear ü saltar á la mar; fué reñida batalla, que Pelea con u
les tuvimos ganado el castillo de proa muy gran rato y nos echaron
de él, con que nos desarrizamos y le combatíamos con la artillería,
que éramos mejores veleros y mejor artillería. Aquí vi dos mila-
gros este día, que son para dichos^ y es: que un artillero holandés
se puso á cargar una pieza descubierto, y le tiraron con otra, de
manera que le dio en medio de la cabeza, que se la hizo añicos y
roció con los sesos á los de cerca, y con un hueso de la cabeza le
dio á un marinero en las narices, que de nacimiento las tenía
tuertas, y después de curado quedaron las narices tan derechas
como las mías, con una señal de la herida. Otro soldado estaba
Ueno de dolores que no dejaba dormir en los ranchos á nadie,
echando porvidas y reniegos; y aquel día le dieron un cañonazo
ú bala de artillería raspándole las dos nalgas; con lo cual jamás
se quejó de dolores en todo el viaje y decía que no había visto
mejores sudores que el aire de una bala. Pasamos adelante con
nuestra pelea aquel día á la larga, y viniendo la noche trató el
enemigo de hacer fuerza para embestir en tierra, que estaba
cerca; y siguiéndole nos hallamos todos muy cerca de tierra con
una calma, al amanecer, día de Nuestra Señora de la Concepción,
y el capitán mandó que todos los heridos subiesen arriba á mo-
rir, porque dijo: señores, ü á cenar con Cristo ú á Gostantino-
pía; subieron todos y yo entre ellos, que tenía un muslo pasado
de un mosquetazo y en la cabeza una grande herida que me die-
ron al subir en el navio del enemigo, con una partesana el día
antes, cuando ganamos el castillo de proa; llevábamos un fraile
carmelita calzado por capellán, y díjole el capitán: Padre, échenos
una bendición, porque es el día postrero; el buen fraile lo hizo, y
bolbtIh db la RKAL aqadbhia db
ado, maadó el capitáo á la fragata qu<
r al otro bajel que estaba muy cerca
grande la escaramuta que se trabó, qu<
^rnos era imposible, porque hablan ecl
ma cadena grande del otro bajel porque
más de tres horas, y al cabo dellas
nosotros, porque ios turcos, viéndos
mzaron á echar á la mar y no vían qi
escando; acabóse de ganar; con que de
ido los esclavos se dio á saquear, que h
tantos los muertos que había dentro qi
s hablan querido echar á la mar porqt
8; echárnoslos nosotros, y vi aquel día
o que es ser cristiano, digo: que entn
on á la mar muertos hubo uno que qu
contraria á los moros y turcos, que ei
nar, al punto meten la cara y cuerpo b
9 hacia arriba; preguntamos á los turco
ue como aquel estaba boca arriba, y di
,n tenido en sospecha de cristiano y qu
y cuando renegó era ya hombre de na
s nuestro bajel y el preso, que todos doE
lamos la vuelta de Malta, donde llegac
10 la presa era tan rica mandó el capih
ada uno llegase rico á Malta; mandó ei
la rn^ar y puso graves penas quien lo!
denó un juego de esta manera: hacíai
como la palma de la mano, y en el cer
ito como de un real de á ocho, en el cu
ida uno metía dentro de este circulo ct
)nla cuenta con el suyo, y apostaban m
piojo que primero salla del círculo t
ta, que certifico la hubo de 80 cequies.
olución dejó que jugasen á lo que qi
iel juego en el soldado! En Malta puse
imé en tierra eu cabo Silidonía; y habí
y otra lo necesario, dieron sentencia 1<
VIDA DEL CAPITÁN ALONSO DB G0NTRERA8. 165
mentó que los 400 cequíes entras.ea en el número de la presa y
que á mí se me diesen cien ducados de joya por el prisionero, y
la bandera, con facultad que la pusiese en mis armas por despojo,
si quería; lo cual hice con mucho gusto, y entregué la bandera á
una iglesia de Nuestra Señora de la Gracia. Tocóme con las par-
tes y galima que hice más de 1.500 ducados, los cuales se gasta-
ron brevemente; y viendo que las galeras de )a Religión estaban
de partencia para Levante, á hacer una empresa, me embarqué
en ellas por venturero y en 24 días fuimos y venimos, habiendo
tomado una fortaleza que está en la Morea, que se llama Pasaba,
de la cual se trujeron 500 personas entre hombres y mujeres
y niños; el Gobernador y mujer^ hijos y caballos y 30 piezas de
artillería de bronce, que se espantó el mundo, sin perder un
hombre; verdad es que pensaron era la armada de cristianos que
estaba en Mesina junta. Luego el mismo año, que fué 1601, fue-
ron las mismas galeras á Berbería á hacer otra empresa. Embar-
queme venturero como el viaje pasado, y fuimos y tomamos una
ciudad llamada la Mahometa; fué de esta suerte: llegamos á vista Toma de
de la tierra la noche antes de que hiciéramos esta empresa, y ^'•í^o"***»-
caminamos muy poco hasta la mañana que estuvimos muy cerca;
mandó el General que todos nos pusiésemos turbantes en la
cabeza y desarbolaron los trinquetes; de suerte que parecíamos
galeotas de Morató raez, y ellos lo pensaron, enarboladas bande-
ras y gallardetes turquescos y con unos tamborilillos y charamolas
tocando á la turquesca; de esta manera llegamos á dar fondo muy
cerca de tierra; la gente de la ciudad, que está en la misma len-
gua del agua, salió casi toda: niños y mujeres y hombres; esta-
ban señalados 300 hombres para el efeto, que no fueron perezo-
sos á hacerlo, y con presteza embistieron con la puerta y gana-
ron, con que quedó presa; yo fui uno de los 300; cogimos todas
las mujeres y niños y algunos hombres, porque se huyeron mu-
chos; entramos dentro y saqueamos, pero mala ropa, porque son
pobres vagarinos. Embarcáronse 700 almas y la mala ropa; vino
luego socorro de más de 3.000 moros á caballo y á pie; con que
dimos fuego á la ciudad y nos embarcamos. Costónos tres caba-
lleros y cinco soldados que se perdieron por cudiciosos; con que
nos volvimos á Malta, contentos, y gasté lo poquillo que se había
1
166 BOLETÍN DB LA RBAL AGAOBMIA DE LA HISTORIA.
ganado, que las quiracas de aquella tierra son tan hermosas y
taimadas, que son dueñas de cuanto tienen los caballeros y sol-
dados.
De allí á pocos días me ordenó el Señor Gran Maestre Viñao-
cur (1) fuese á Levante con una fragata á tomar lengua de los anda*
mentos de la armada turquesca, por la práctica que tenía de la tie-
rra Y lengua; llevaba la fragata, entre remeros y otros soldados, 37
personas de que yo era capitán, y para ello me dieron mi patente
firmada y sellada del Gran Maestre. Fui y entré en el Archipié-
lago; tuve noticia de unas barcas, como la armada había salido
de los castillos afuera y que quedaba en una isla que se llama el
Lengua út la Tenedo y que iba la vuelta de Xío; yo me entretuve hasta ver
armada del tur- ^^^ Hegase á Xío, y Sabiendo que estaba allí, aguardé á ver si
co.
iba á Negroponte, que está en la Morea fuera del Archipiélago;
porque si no sabía la certidumbre si iba á tierra de cristianos ú
se quedaba en sus mares, no hacía nada, y es á saber: que todos
los años el General de la mar sale de Costantinopla á visitar el
Archipiélago, que son muchas islas habitadas de griegos, pero
los Corregidores son turcos; y de camino recoge su tributo, que es
la renta que tiene, y hace justicia y castiga y absuelve; además
que todas aquellas islas le tienen guardado su presente conforme
es cada una, y tiene la habitación y muda los Corregidores; trae
consigo la Real con otras veinte galeras que están en Costantino-
pla; la escuadra de Rodas que son nueve; las dos de Chipre y una
de las dos de Alexandría; dos de Tripol de Suria; una de Egito;
otra de Ñapóles de Romanía; tres de Xíos; otras dos de Negro-
ponte; otra de la de Caballa; otra de Mililín; estas no son del
Gran Turco; solas las de Costantinopla y las de Rodas, que las
demás son de los Gobernadores que gobiernan estas tierras que
he nombrado. Acuérdeme de las dos de Damiata, que es por
donde pasa el Nilo y en él están estas dos galeras y juntas hacen
su visita como digo, al Archipiélago; y cuando ha de salir de él
y venir á tierra de cristianos, se juntan las de Berbería, Argel,
Biserta, Tripol y otras que arman para hacer cuerpo de armada
(1) Alof de Wignacourt, que gobernó desde 10 de Febrero de 1601 á 14 de Septiem-
bre de 1622-
VIDA DEL CAPITÁN ALONSO DE G0NTRBRA8. 167
como lo hicieron este año; pero si no llegan á despalmar y tomar
bastimentos á Negroponte, no hay pensar vayan á tierras de cris-
tianos. Supe de cierto despalmaban y tomaban bastimentos en
Negroponte y fuime aguardar á cabo Mayna, y del dicho cabo des-
cubrí la armada, que era de 53 galeras con algunos bergantinillos.
Par time para la isla de la Sapiencia que está enfrente de Modón,
ciudad fuerte de turcos y cerca de Navarin; de allí me vine al
Qante, ciudad de venecianos, en una isla fértil» y estuve hasta
saber había partido de Navarin y atravesé á la Chifalonia, tam-
bién isla de venecianos, y de allí me vine al golfo á la Calabria
que hay 400 millas; tomé el primer terreno y di aviso como la
armada venía, y costeando la tierra fui dando aviso hasta llegar
á Ríjoles, donde tuve noticia cierta iba á saquear, como lo había LiegadaáRí-
hecho otro General su antecesor que se llamaba Cigala. Fui bien 3oi«« y ^^iso de
la amada.
recibido del Oobernador de Ríjoles, que era un caballero del
hábito de San Juan, que se llamaba Rotinel, el cual se previno
llamando gente de su distrito y caballería, y fué menester darse
buena prisa, porque la armada estuvo dada fondo en la fosa de
San Juan, distante de Ríjoles 15 millas; al tercer día, y por
los caballos que iban y venían de la fosa de San Juan á Ríjoles,
supimos cómo la armada echaba gente eik tierra. El Gobernador
les hizo una emboscada que les degolló 300 turcos y tomó á pri-
sión 60; con que se embarcaron sin hacer daño ninguno, y á mi
me mandó el Gobernador me metiese en mi fragata y atravesase
el foso y diese aviso á las ciudades Tabormina (1) y Qaragoca y
Agusta que están en la costa de Sicilia enfrente de la de San
Juan, distante veinte millas; lo cual hice atravesando por medio
de su armada, y habiendo hecho lo que se me ordenó, pasé á
Malta y di aviso de lo referido y estúvose con cuidado, con que
la armada vino á la isla del Goco, donde tenemos una buena for-
tificación, y como estaban ya con aviso, cuando el enemigo quiso
desembarcar, la caballería que hay en aquella isla no se lo con-
sintió, ni que hiciesen agua. Este fin tuvo este año la armada del ^
turco en nuestras tierras. Pasáronse algunos días con las quira-
(l) Taormina.
188 boletín db la bul audbhia de la HIBTOHIA.
nu y eaviáronnie á Berbería á reconocer la Cántara, que es una
'ortaleea que está en tíerbeWa cerca de \ob Gelves y es cargador
ie aceile, y se tenía nueva cargaban dos urcas para Levante. Sali
leí puerto de Malta con mi fragata bien armada, camino de Ber-
)ena, y á medio camino hay una isla que llaman de Lampadosa,
londe cogimos á Garadali aquel cosario; tiene un puerto capai
)ara seis galeras, y bay una torre encima del puerto, muy gran-
le, disierta; dicea está encantada y que en esta isla fué donde s«
iieron la batalla el Rey Rugero y Bradamonte; para mf, fábula;
)ero lo que no lo ea que bay una cueva que se entra á paso llano;
m ella bay una imagen de Nuestra Señora con un niño en bra-
os, pintada en tela sobre una ubla muy antigua, y que bace
nucbos milagros ; en esta cueva bay su altar en que está la ima-
gen, con muchas cosas que ban dejado allí de limosnas cristianos,
lasta bizcocho, queso, aceite, tocino, vino y dinero. Al otro lado
lela cueva bay un sepulcro, donde dicen está enterrado un mo-
'abito turco, que dicen es un santo suyo y tiene las mismas
imoBoas que nuestra imagen, más y menos, y mucho ropaje
urquesco; solo no tiene tocino; es cosa cierta que esta limosna
le comida la dejan los cristianos y turcos, porque cuando llegan
lili si se buye algún esclavo tenga con que comer basta que
renga bajel de su nación y le lleve sí es cristiano 6 turco;
lémoslo visto, porque con las galeras de la Religión se nos ba[n]
luído moros y guardádose allí hasta que ha venido bajel de mo-
■08 y se embarca[n] en él; tnter, comen de aquel bastimento; saben
li son bajeles de cristianos ú moros los que quedan allí, en esta
orma: la isla tiene la torre dicha, donde suben y descubren á la
nar, y en viendo bajel van de noche entre las matas y al puerto,
f en el lenguaje que hablan es fácil de conocer si es de los suyos;
laman y embárcanlo; esto sucede cada día. Pero adviértese que
li él ni nenguno de los bajeles se atreverá á tomar el valor de un
ilfller de la cueva, porque es imposible salir del puerto, y esto
o vemos cada día. Suele estar ardiendo de noche y día la lam-
erá de la Virgen sin haber alma en la isla; la cual es tan ahun-
lante de tortugas de tierra que cargamos las galeras cuando
ramos allí, y hay muchos conejos; es llana como la palma; bojea
Kho millas.
•!f!
1
TIDA DEL CAPITÁN ALONSO DB G0NTRBRA9. 169
Toda esta limosna, que es grande, no consiente la imagen la
tome ningún bajel de nenguna nación, si no son las galeras de
Malta, Y 1^ llevan á la iglesia de la Anunciada de Trápana; y si
otro lo toma, no hay salir del puerto.
capítulo IV.
En que se sigue viajes de Levante y siu^esos [hasta que llegué
á la isla de Estampalia] (1).
Yo seguí mi viaje la vuelta de Berbería aquella noche y ama-
necí en el Seco , diez millas largo , donde estaba una galeota de
dedsiete bancos, que no me holgué de verla; la cual como me
Tió enarboló un estandarte verde con tres medias lunas, que lle-
gaba al agua; mi gente comenzó á desmayar y el patrón dijo: ¡ay
de mi! que somos esclavos, que es la galeota de Qayte Mamí de
Tripol; yo le reñí y dije: ea, hijos, que hoy tenemos buena presa;
I>aré y no navegué, por prevenirme; puse mi moyana en orden
y enllenela de clavos y balas y saquillos de piedra y dije: déja-
me, que esta galeota es nuestra; cada uno tenga su espada y
rodela á su lado; y los soldados con sus mosquetes, que llevaba
ocho que eran españoles de quien me fiaba; comencé á caminar
hada la galeota; ella se estaba queda y hacía bien, porque yo no
podía huir, aunque hubo pareceres dello; pero era mi total ruina,
además de la infamia; díjelos: amigos, ¿no veis que de aquí á
tierra de cristianos hay 120 millas y que este bajel es reforzado y
á cuatro paladas nos ancorará y les damos valor en huir?; déjame
hacer á mí, que yo tamién (sic) tengo vida; mira, en llegando á
abordarla nos esprolongaremos y daremos la carga de mosquete-
ría; ellos se meterán abajo á recebilla, y cuando se levantasen á
darnos la suya les daría con la moyana que estaba á mi cargo y
los arrasaría; parecióles bien, y arboland(^ nuestras banderas fui TomadeUga-
con el mayor valor á embestirla, que se quedaron atóuitos; y leouenioaSe-
▼ista mi resulución ya que estábamos cerca se puso en huida; ^ * **
(1) La isla de Bstampalia es la llamada Astypalea, y está eituada en la parte meri-
dional de las Cicladas.
170 bolbtín db la. rbal agadbiiia de la historia.
seguíla mas de cuatro horas no pudiéndola alcanzar y mandé gue
no bogasen y que comiese la gente; la galeota hizo lo mesmo sin
apartarse ; torné á dar caza y ellos á recebilla , hasta la tarde que
hice lo mesmo; estüveme quedo toda la tarde y la noche con
buena guarda por .ver si se iría con la escuridad y yo hacer mi
viaje á la Cántara. Antes de amanecer di de almorzar á la gente.
y vino puro, por lo que se podía ofrecer; y amanecido me los
hallé á tiro de arcabuz ; puse la proa sobre ellos y los iba alean-
zando, y tiré la mosquetería; ellos apretaron los pufios en huir,
yo en seguir, que no los quise dejar hasta que los hice embestir
en tierra, debajo de la fortaleza de los Gelbes, donde saltaron en
tierra, el agua á la cintura, porque esto todo es bajo; y aunqae
me tiraron algunas piezas, no por eso dejé de dar un cabo á la
galeota y saqué fuera donde no me alcanzaba la artillería, habiendo
quedado dentro dos cristianos que eran esclavos; el uno mallor-
quín y el otro siciliano de Trápana; hubo algunas cosillas, como
escopetas y arcos y flechas y alguna ropa de vestir; quítele las
velas y la bandera, y el buque, con hartas cosillas que no quise por
no cargar la fragata, lo mandé quemar. Partime de alK la vuelta
de la Cántara y no había en el cargador bajel nenguno. Olvidó-
seme decir de donde era la galeota , y era de Santa Maura , qae
venía á Berbería [á] armar para andar en corso.
De la Cántara me fui á Tripol el Viejo, y en una cala que está
doce millas me metí desarbolado todo un día y noche ; y á otro
día al amanecer pasaba un garbo cargado de ollas con 17 moros
y moras. No se me escapó nenguno y metilos en mi fragata y
eché á fondo el garbo en que le quité una tinaja llena de azafrán
y algunos barraganes. Di la vuelta á Malta, donde fui bien reoe-
bido. Dióseme lo que me tocaba de los esclavos, que los toma la
Religión á 60 escudos, malo con bueno, y del monte mayor me
tocó á siete por ciento. Gastóse alegremente con amigos y la quv-
racUj que era la que mayor parte tenía en lo que ganaba con
tanto trabajo, fin este tiempo se llegó el día de San Gregorio,
que está fuera de la ciudad seis millas, donde va toda la«gente y
Quiraea, es el Gran Maestre y no queda quiraca en el lugar. Yo había de ir
«miga. y ¿Q ^\qq qu3 tenía no quise ir ni que fuera la quirauía; y e?
día, después de comer, estando con la tal quiraca tratando nuc
V^DA DBL CAPITÁN ALONSO OE G0NTRBRA8. 171
Iros celos, oí disparar una pieza de el castillo de San Telmo, cosa
nueva y al punto otra; salí á la calle 7 daban voces que se huían
los esclavos del horno de la Religión donde hacen el pan para
toda ella. Partí al punto al Burgo, donde tenía mi fragata, y pen-
sando hallaría mi gente, fué en balde, porque se habían ido á
San Gregorio; tomé luego de los barqueroles que andan ganando
á pasar gente y armé la fragata, no metiendo más que la moyana
y medías picas. Salí del puerto en seguimiento de los esclavos
que iban en una buena barca y llevaban por bandera una sába-
na; llegando cerca les dijo que se rindiesen, y con poca vergüenza
me dijeron que llegase; eran 23 y llevaban tres arcos con canti-
dad de flechas y dos alfanjes y más de 30 asadores ; tórneles á
decir que mirasen los había de echar á fondo; que se rindiesen,
que no los harían mal; que obligados estaban á buscar la liber-
tad; no quisieron, diciendo querían morir, pues les había qui-
tado la libertad. Di fuego á la moyana y perniquebré á cuatro de
ellos, y abordando me dieron una carga de flechazos que me
mataron á un marinero y hirieron dos; entré dentro y maniata-
dos los metí en la fragata y la barca que traje de remolco; acerté
á estropear uno de ellos y era el cabo y se iba muriendo de las
heridas; y antes que acabase lo ahorqué de un pie y colgado del
entré en el puerto, donde estaba toda la gente de la ciudad en las
murallas, y el Gran Maestre, que había venido al sentir la arti-
llería. Llevaban más de doce mil ducados de plata y joyas de sus
dueños, que anque (1) huían del horno no había más que cuatro
del; que los demás eran de particulares. Valióme lo que yo me sé;
salté en tierra, besé la mano al Gran Maestre y estimó el servicio
y mandó que se me diese 200 escudos; pero si yo no me hubiera
pagado de mi mano, no tocara ni un real, porque cargaron aque-
llos señores dueños de los esclavos, que eran todos Consejeros,
y aun me puso pleito uno por el que ahorqué, á que se le paga-
se; no tuvo efecto, que se quedó ahorcado y la quiraca satisfecha
de no haber ido á la fiesta , porque gozó lodo lo que hurté en la
barca, de que hoy día tiene una casa harto buena, labrada á mi
costa.
(1) Por aunque. Asi escribía eBta palabra Cootraraa la mayor parte de las Tec^a.
"n
172 BOLBTtN DB La HBAL ACADSIÍU DE LA HISTORIA.
I De allí á pocos días se ofreció que reDlan á Malu tres Padres
capuchinos de Sicilia 7 se habían embarcado en un bajel car-
gado de lefia, 7 salió un bergantín 7 los cautivó. Súpolo el Maes-
tre 7 á media noche me envió á llamar y maudó en todo caso
saliese del puerto ea busca del bergantín, aunque fuese hasta
Berbería. Hícelo, 7 llegado á Sicilia á la torre del Pocal tomé
lengua como el bergantín iba á la Licata; seguile 7 allí me dije-
ron había ido á Surjento (i) 7 alli me dijeron que había ido hacia
Hartara (2) y allí me dijeron habla Ido hacia el Maretimo, isla, la
vuelta de Berbería, que hay un castillejo del Rey; dijéronme qne
allí había más de siete horas se había partido á Berbería. Reaol-
vime segnllle; la gente se amotinó contra mí porque no llevaba
el bastimento necesario, y era verdad; pero 70 me fiaba en qne
estaba en el camino la Madre de Dios de la Lampadosa, á quien
le quitáramos todo el bastimento y al morabato con intencióa de
pagárselo, 7 así se lo dije á todos, con que se quietaron. Hice vela
la vuelta de Berbería en Nombre de Dios y á menos de ocho horas
la guarda de arriba descubrió el bajel; apreté á remo y vela por-
que no me faltase ol dia 7 ganábale el camino á palmos; el ber-
gantín ne resolvió irse á una isla que se llama Calinosa, con
parecelle se salvarla por venir la noche; pero yo me di tan buena
maña que le faice embestir antes de tiempo en la isla; huyéron-
seme todos los moros, que eran 17 y hallé el bergantíu con solos
los tres frailes 7 una mujer 7 un muchacho de catorce años 7 un
viejo ; retírele á la mar 7 estuve con buena guarda basta la ma-
ñana ; era lástima ver los Padres con las esposas en las manos;
cenamos 7 á la mañana envié dos hombres diligentes á lo alto de
la islaá reconocer la mar, 7 que se quedase uno de guarda y el
otro bajase con lo que había; dijo estaba limpia de bajeles la mar,
con lo cual envié al bosque, que es chiquito, á pegar fnego por
cuatro partes, y en el aire salieron todos 17 moros sin faltar nen-
guno; aprisiónelos y metf dentro de la fragata la mitad, y en el
bergantín la otra mitad con otra mitad de mi gente, con lo cual
hicimos vela la vuelta de Malta, donde entramos con el gusto que
VIDA DBL CAPITÁN ALONSO DB G0NTRBRA8. 173
se deja considerar, valióme mis 300 escudillos el viaje , además
del agradecimiento, con que echó un remiendo la quircu:a.
Dentro de pocos días me enviaron á Levante á tomar lengua;
püseme en orden y partí de Oolfo Lanzado; fué el primer terreno
que tomé el Qante 600 millas distante de Malta entre el Arcipiéla-
go y en la isla de Gerfanto una mañana topé con un bergantinillo
chico medio despalmado con diez griegos ; metilos en mi fragata
y pregunté dónde iban tan aprestados; dijeron que á Xío; yo como
era bellaco les dije que ¿dónde tenían los turcos que traían?; dije-
ron y juraron que no tenían á nadie; yo dije: pues estos tapaci-
nes, ¿cuyos son? No veis que son en que comen los turcos? Que
vosotros no traéis éstos; negaron; yo comencé á darles tormento
y no como quiera; pasáronlo todos eceto un muchacho de quince
años á quien hice desnudar y que le atasen y sentasen en una
piedra baja; y dije: díme la verdá; si no, con este cuchillo te [he]
de cortar la cabeza; el padre del muchacho, como vio la resulu-
ción, vino y echóse á mis pies y díjome: ¡ah, capitán! no me ma-
les á mi hijo, que yo te diré dónde están los turcos; este tal se
había ensuciado en el tormento; miren el amor de los hijos. Fue«
ron soldados y trujeron tres turcos: uno señor y dos criados^ con
su ropa li aijuba de escarlata aforrada en martas y sus cuchi-
llos damasquinos con su cadenilla de plata; echóse á mis pies
con una barba bermeja muy bien castigada. Despedí el bergan-
tinillo con los griegos; pero olvidábaseme que trujeron con el
turco cinco baúles de estos redondos turquesos, llenos de damasco
de diferentes colores y mucha seda sin torcer encarnada, y algu-
nos pares de zapaticos de niños.
Traté de tomar lengua y éste me la dio, porque venía de Gos- Rescate qae
tantinopla y traía un caramuzal cargado, y de miedo de los cosa- ^^^®° Atenta,
, • del turco.
nos venía en aquel bergantinillo, que parecía estaba seguro; y
tenía razón; díjome cómo la armada del turco iba al Mar Negro;
con que descuidé y traté si quería rescatarse; díjome que sí; veni-
mos ajustar tras largas pláticas en que me daría 3.000 cequíes de
oro y que para ello había de empeñar dos hijos en Atenas, de
donde era; fui hacia allá y no quise entrar en el puerto, por-
que tiene la boca estrecha y pueden no dejar salir, si quieren, con
veinte arcabuceros; fui á una cala que está cinco millas de la tie-
174 bolbtín de la rbal agadbiíia de la historia.
rra; fué necesario enviar uno de los dos criados, con liempo de
tres horas ^ no más, para ir y venir; hízolo y vino con él toda la
nobleza de Atenas á caballo; cuando vi tanta caballería retíreme
á la mar, y en una pica enarbolaron una toalla blanca, coa que
me aseguré y yo arbolé la de San Juan ; entraron dentro tres
turcos venerables, y que yo saliese á ajustar; hícelo con uoo que
parecía ú debía de ser el Gobernador, por la obediencia que le
tenían; díjome que hasta otro día no se podía juntar el dinero;
respondí qne con irme estaba hecho; que bien sabía que Negro-
ponte estaba por tierra muy poco camino y podían avisar á Mo-
rato Oancho, que era el Baxá de aquella ciudad y podía venir
con su galera que era de 26 bancos y cogerme; que si quería ase-
gurarme de la mar y de la tierra, que yo aguardaría lo que man-
dase; díjome que de la mar no podía; que de la tierra, sí; yo dije:
pues dame licencia, que me quiero ir, y llama tus turcos qoe
están dentro la fragata. El, como me vio resuelto, me dijo
que gustaba dello; y así, delante de todos alzó el dedo diciendo:
Hala ylala; con lo cual es más cierto este juramento que veinte
escrituras cuarentijas (1); hablamos de muchas cosas, porque en-
tendía español; alviértese (sic) que había enviado á llamar al Mo-
rató Oancho; comimos de una ternera que se mató y en lugar de
vino bebimos aguardiente de pasas de Gorínto; hicieron que subie-
se á caballo; yo dije que no lo había ejercitado, si no el andar por
mar; hiciéronlo ellos y corrieron y escaramuzaron, que era de
ver, porque los caballos eran buenos y traían todos encima de
las ancas una cubierta corta de damasco de diferentes colores y
eran más de 250. Trujeron el dinero en reales de á ocho segó-
víanos nuevos y me rogaron los tomase, que no se hallaba oro;
dije al patrón ^ue los tomase y contase y parecíale que tanto
dinero nuevo y tan lejos ¿de donde se hace?; no hubiese alguna
tramoya; vino á mí; díjomelo; mándele cortase uno y eran el
centro de cobre y el borde de plata; quéjeme luego, y juramentan-
do por Alá que no eran sabidores de ello , quisieron matar á dos
venecianos mercaderes que lo habían traído; y lo hicieran si yo
(1) De la palabra italiana qtiaratUigU : seguridad, garantía.
VIDA DEL CAPITÁN ALONSO DE GONTRERAS. 175
no les fuera á la mano: rogáronme tuviese paciencia mientras se
volvía á la ciudad á traer el dinero; y en cuatro caballos fueron
cuatro turcos como el viento; estando en esto asomó por la puerta
de la cala la galeota de Morató Gancho; yo cuando la vi me que-
dé helado, y al punto se pusieron á caballo y enarbolaron una
bandera blanca en una lanza; la galera fué á la vuelta dellos y la
hicieron dar fondo lejos de mí casi un tiro de arcabuz; que esta
ley tienen estos turcos; y desembarcado el arráez, vino donde
estaba yo con otros turcos; yo me fui para é! y nos saludamos,
él á su usanza y yo á la mía; fué á ver al que yo tenía esclavo,
pidiéndome licencia; yo mandé al punto le echasen en tierra con
su aljuba y cuchijlos, como le tomé, que lo estimaron mucho;
estuvimos de buena conversación y me pidieron fuese á ver la
galera; fuimos y al entrar me saludaron con las charamelas;
estuve un poco y luego nos salimos á tierra y pasamos en con-
versación hasta que vinieron con el dinero, que no tardó dos
horas en ir y venir; trujéronlo en cequíes de oro, y más me pre-
sentaron dos mantas blancas como una seda, dos alfanjes con
sus guarniciones de plata, dos arcos y dos carcajes con 500 flechas
hechas un ascua de oro, mucho pan y aguardiente y dos terneras.
Mandé sacar la seda por torcer y los zapaticos y di los al que era
mi cautivo, que me besó en pago dello; y más le di una pieza de
damasco, y otra presenté á el arráez de la galera; dióme él unos
cuchillos damasquinos. Con que ya anochecía y quiriéndome yo
partir me rogó cenase con él, que por la mañana me iría. Aceté
y regalóme muy bien; estando cenando envió un billete mi cau-
tivo al arráez , pidiéndole rescatase sus dos criados y que me lo
rogase; hízolo con grande instancia; envié por ellos al punto á
la fragata y díjele: véslos aquí ya á su voluntad; estimólo mucho;
dábame 200 cequíes; no quise recebirlos y así me dijo: pues llé-
vate este cristiano que me sirve en la popa á mí; yo le dije que lo
adcetaba (sic) porque cobraba libertad. Fuíme á mi fragata y á la
mañana envié á pedirle licencia para zarpar; díjoine que cuando
yo quisiese: hícelo, y al pasar por cerca la galera la saludé con
la moyana; respondióme con otra pieza; con que nos fuimos cada
uno su viaje. Tomé la derrota hacia el canal de Rodas y llegué
á una isla que se llama Estampalia, con buena habitación de
176 BOLBTÍN DS Lk RBAL ACADBHlA DB LA HISTORIA.
griegos; en ésta no hay Corregidor, sino es Capitán y Qoberaa-
íor un griego con patente del General de la mar; yo era mu;
»Docído en todas estas islas y estimado, porque jamás los hice
nal, antes los ayudaba siempre que podía; cuando tomaba alga-
la presa de turcos y no la podía llevar á Malta, daba de limosoí
>1 bajel y les vendía el irígo ü arroz y lino, que de ordinario enn
a carga que traían; y fuó tanto ésto, que cuando había at^ou
liscusioues grandes, decían: aguardemos al Capitán Alonso, que
isí me llamaban, para que las sentenciase; y cuando venía, me
lacían relacidu y las sentenciaba aunque aguardasen un año, J
)a8aban por ella como si lo mandara un Consejo Real, y luego
iomiamOB todos juntos los unos y los otros.
En que tt tigue hatta que vine á MaUa otra vw de Levante.
Llegado que fui i fistampalia, entré en el puerto; era dfa de
iesta; y asi como couocieron que era yo, avisaron y al punU)
lajaron casi toda la tierra y el capitán Jorge, que asi se Uamabí,
ipellidándome o mor^o pulicarto , que quiere decir mozo galio;
enían muchas mujeres casadas y doncellas en cuerpo con íu
lasquiñas A media pierna y jaquetillas coloradas con media nuo-
;a casi justa y las faldas della redondas hasta media barriga; me-
ias de color y zapatos y algunas chinela abierta por la punta, T
Igunas las traen con terciopelo de color como el vestido tam-
ién; quien puede de seda y quien no de grana; sus perlas, como
is traemos en la garganta acá las traen en la frente, y sus am-
adas y manillas de oro en las muñecas quien puede. Entre éstas
abla muchas que eran mis comadres, á quien había yo sacada
e pila sus hijos. Venían todos tristes como llorando y á voces
le pidieron les hiciese justicia; que una fragata de crístianoi
abla con engaño llevádoles el pápaz, que es el cura, y qoe ba-
ían pedido por él dos mil esquíes. Yo dije, dónde estaba d caán-
o le habfan cautivado; dijeron que esta mañana y do habiis
ido misa y era esu hora las dos de la tarde. Tomé á pregu'"''r;
[>ues dónde está la fragata de cristianos que le Uevóf dü< n
I
VIDA DEL CAPITÁN ALONSO DE G0NTRERA8. 177
que en el Despalmadar^ que es un islote cerca de dos millas. En-
derecé allá con mi fragata y muy en orden, porque era fuerza el
pelear aunque eran cristianos, porque son gente que arman sin
licencia y todos de mala vida y hurtan á moros y á cristianos,
como se vía, pues cautivaba el cura y lo rescataba en dos mil PreBadeUfra-
cequíes. En suma, llegué al islote con las armas en la mano y la p***i^® ^*®^*"
^ » o •* ba el cura de
artillería en orden; hallé la fragata con una bandera enarbolada, Bsumpaiia.
con la imagen de nuestra Señora; era la fragata chica, de nueve
bancos, con veinte personas; mandé al punto entrase el capitán
de ella en mi fragata, que al punto lo hizo, y pregúntele dónde
había armado; dijo que en Mecina; pedile la patente y diómela,
pero era falsa, y así luego hice entrar en mi fragata la mitad de
la gente y que les echasen esposas y envié á su fragata otros tan-
tos; comenzaron á quejarse diciendo que ellos no tenían culpa;
que Jacomo Panaro les traía engañados, que así se llamaba su
capitán, diciéndoles traía licencia del Virrey, y que querían ir
sirviéndome al cabo del mundo y no andar un punto con el otro;
que ellos no habían sabido quería cautivar al pápaz, y que así
como vieron entrar mi fragata en el puerto, quiso huirse el
capitán con el pápaz y ellos no quisieron, sino aguardar. Con
ésto me resolví á que no los echasen esposas y desembarqué al
capitán en el islote, desnudo, sin sustento nenguno, para que allí
pagase su pecado muriendo de hambre. Partí con las dos fraga*
tas y llegado al puerto estaban casi toda la gente della; desem-
barqué al pápaz, y así como le vieron comenzaron á gritar y á
darme mil bendiciones; supieron cómo dejaba desnudo al capi-
tán en la isla y sin comida: pidiéronme de rodillas enviase por
él; dije que no me enojasen, que así se castigaban los enemigos
de cristianos, ladrones; que agradeciesen que no le había ahor-
cado; subimos á la iglesia del lugar,. dejando en guarda las fra-
gatas, sin que subiese sino una camarada; entrando en la igle-
sia, se sentaron en los bancos los más caballeros, si es que los
había, quiero decir los más granados, que en todas partes hay
más y menos; á mí me sentaron sólo en una silla con una alfom-
bra debajo los pies; y de allí un poco salió revestido el cura, como
de Pascua, y comenzó á cantar y á responder toda la gente con
Cristo sanéate^ que es dar gracias á Dios; incensóme y después
TOMO XXZVU. 12
,
176 BOLBTtH DR LA RRaL ACADBIIIA DB LA HISTORIA.
me besó en el carrillo y luego fué vluieado toda la gente; los
hombres primero y luego mujeres, haciendo lo mesmo; cierto es
que habla hartas hermosas de que no me pesaba sus besos, que
templaba con ellos los que me habfao dado lautos barbados y
bien barbados. De allí salimos y fuimos á casa de el Capitán,
donde se quedaron á comer el pápai y la parentela; enviaron lue-
go á las fragatas mucho vino y pan y carne guisada y fruías, de
tas que habla en abundancia.
Sentámonos á comer, que habla harto y bueno; sentáronme á
.a cabecera de mesa; no lo consentí, sino que se sentase el pápat;
lentáronse las mujeres del Capitán y su hija, qne era doncella y
lermosa y bien ataviada; comióse y hubo muchos brindes, y aca-
lada la comida dije que me quería ir á las fragatas; levantóse el
tápaz con mucha gravedad y dijo: capitán Alonso, ios hombres
r mujeres desta tierra te han cerrado la puerta y quieren, rogán-
lotelo, seas su caudillo y amparo, casándote con esta señora liija
leí capitán Jorge, el cual te dará toda su hacienda y nosotros la
luestra, y nos obligaremos á que el General de la mar te dé el
argo de capitán; que con un presente que le hagamos y pagalle
1 xaracke acostumbrado, no habrá contradicción nenguna, y
3do3 te seremos obedientes esclavos; y advierte que lo hemos
lirado en la iglesia y que do puede ser menos; por Dios, que nos
umplas este deseo que tenemos muchos días há. Yo respondí
ue era imposible hacer lo que me [^d(an, porque además de
ue había de tornar á Malta á dar cuenta de lo que se me había
ncomendado, era dar nota de mi persona y no dirían quedaba
Lsado en tierra de cristianos y con cristiana, sino en Turquía,
renegado la fe que tanto eslimo. Además, qne aquella gente
ue traía quedaban en el riñon de Turquía y se podrían perder,
así sería yo causa de su perdición, perdiendo su libertad; yaun-
je les pareció mis razones fuertes, era tanto el deseo que tenían
le dijeron me había de quedar allí; vísteles con tal resulución
je que fuese oii camarada á las fragatas y diese un tiento, á ver
imo lo tomaba mi gente, y conforme viera haría yo.
Bajó mi camarada y contó el caso, de que todos se espantaroo;
si acá, arriba, me tenían amor, mucho más me tenían ell"*'
<n lo cual comenzaron á armarse y sacaron una moyana áec
▼IDA DBL CAPITÁN ALONSO DB G0NTHBRA8. 179
fragata y la pusieron en un molino de viento que estaba enfrente
de la puerta, poco distante, y enviaron á decir con mi camarada
que si no me dejaban salir que habían de entrar por fuerza y
saquear la tierra; que ese era el mejor pago que daban de las
buenas obras que siempre les había hecho; espantáronse de tal
amor y dijeron que no estaban engañados en haberme querido
por señor; que por lo menos les diese la palabra de que volvería
en habiendo cumplido con mis obligaciones; yo se la di y qui-
sieron diese la mano á la muchacha y besase la boca; yo lo hice de
buena gana, y estoy cierto que si quisiera gozarla no hubiera
dificultad. Dióme el pápaz tres alfombras harto buenas, y la mu-
chacha dos pares de almohadas bien labradas y cuatro pañizue-
los y dos berriolas labradas con seda y oro; enviaron gran refres-
co á las fragatas, y despedime, que fué un día de juicio.
De Estampalia me fui á una isla que se llama Morgón (1), y allí
despedí la fragata, con juramento que me hicieron de no tocar
á ropa de cristianos, porque en aquellas tierras no se ha de andar
más de con una fragata, y esa bien armada, y hermanada la
gente y en un pie como grulla.
De Morgón me fui la vuelta de la isla de San Juan de Padmos
donde escribió el Apocalipse el santo evangelista, estando deste-
rrado por el Emperador; y aquí está la cadena con que le trujeron
preso.
En el camino topé con una barca de griegos que llevaba dentro
dos turcos, el uno renegado, y era cómitre de la galera de Acan
Mariolo; venía de casarse en una isla que se llama Sira; écheles
sus manetas y despedí la barca; pregúntele si había junta de
armada, como á persona que era fuerza el saberlo; dijo que no;
con que seguí mi viaje, y tomando lengua en la ciudad de Padr-
tno8, hallé la mesma nueva; aquí se toma cierta, porque hay un
castillo que sirve de convento y es muy rico; tienen tráfago de
bajeles en todo Levante y traen las banderas como los bajeles de
San Juan. Con esto me fui á una isla que está cerca quince mi-
llas, disierta, que se llama el Formacon, con pensamiento de
(1) La isla de Axnurgos, una de las Cicladas.
)0 BOL&tIH DB la KBAL ACADBBIIA DB LA HISTORIA.
icer las partea de el damasco y dinero, que por eslo era tan
nado de mí gente que no aguardaba el hacer las partes en Malta.
Envié tres hombres á lo'alto & que hiciesen la descubierta la
lelta de tierra ñrme y á la mar y que con lo que hubiese viaie-
uno abajo, y entre tanto mandé que se sacasen & tierra los cuar-
les y el damasco. Estando en esto llegó uno de los de arriba y
jo: Sr. Capitán, dos galeras vienen hacia la isla. Torné á man-
ir que metiesen el damasco y cuarteles dentro, y mandé hacer
coro 4 las velas y enjuocirla, y que estuviesen izadas. Luego
jaron los otros diciendo: señor, que somos esclavos. Mandé se
otase cada uno en su lugar, y zarpé el hierro y me estuve que-
: yo estaba en una cala. Las galeras no tenían noticia de mi
ría navegación que traían, porque si la tuvieran, ciñeran la
a, que era chica, una por cada lado; y as( me estuve quedo
ando asomó la una por la punta, á la vela: no me vio hasta que
bfa pasado un buen rato; como vio la fragata, volvió sobre mi
le estaba muy cerca; la otra galera hiio lo mesmo, y amainaron
golpe con gran vocería. Vino á quedar mi popa con la proa
la galera; y el arráez ü capitán, se puso con un alfanje encima
sus fllaretes, no dejando entrar á nadie dentro, poi-que en su
lia uo le trabucasen, y dando voces jdá la palamara, canall.i!
, palamara, es un cabo que quería darme la galera para tener-
í atado. Yo, como los vi tan embarazados, dije entre mí: 6 deo
loe, ó libertad; y cazando la escoba que tenía en la mano, hice
la y alargúeme de la galera. Icé la otra vela y la galera, como
Aba la una y la otra embarazada con la vela en crujía, pn-
¡ro que hicieron hn, escurre, é hicieron vela tras de mí, ya yo
aba más de una milla de ellos. Comenzáronme á tomar el
lo de la mar,y yo era fuerza que para salir pasase por debajo de
proa. Faltó el viento y diéronme caza ocho ampolletas, sin que
I ganasen uu palmo de mar. Tornó á venir el viento y icé la vela
tilos y todo; tiráronme de ciñoiiazos con el artillería, y con uaa
la me llevaron ó pasaron el estandarte de arriba del árbol y
a bala me quitó la forqueta de desarbolar, donde se pone el
)ol y entenas. Cuando se desarboló ia que está abajo, temí mucho
me echase á fondo y más que para alcanzarme usó de asf"i
irinera, y fué que cargaba toda la gente á la proa de la g-
VIDA DEL CAPITÁN ALONSO DE GONTRBRAS. 181
por ver la fragata y no la dejaba caminar, y haciendo retirada
con tres bancadas hacia la proa, comenzíj á resollar la galera y
me iba acercando palmo á palmo. Yo, como me vi casi perdido,
valíme de la industria; ellos me tenían ganadSi la mar y yo iba
de la parte de tierra, que era fuerza embestir en ella ó pasar por
sus proas. En este paraje hay un islote cerca de tierra firme, que
se llama el Xamoto; tiene un medio puerto, donde solemos estar
cubiertos con las galeras de Malta para hacer alguna presa. Yo
enderecé la fragata hacia allá é hice que subiese un marinero
encima del árbol con una gabeta con pólvora, y que hiciese dos
humadas, y que luego con un capote, llamase á la vuelta del
islote. Las galeras que vieron esto, amainaron de golpe é hicieron
el coro, volviendo á deshacer su camino con cuanta fuerza pudie-
ron, pensando que estaban allí las galeras de Malta, con que en
poco tiempo no nos vimos. Yo me fui á una isla que se llama
Nacaria, donde estuve con buena guarda, porque es alta y descu-
bre mucho, hasta otro día al anochecer, que me partí para la isla
de Micono, donde topé una tartana francesa cargada de cueros de
cabras, que venía de Jío. Dióme nueva, como el arráez, que me
dio caza con las dos galeras, que se llamaba Solimán de Gatanea,
jefer (t) ginovés, había estado á la muerte, de pesar de habérsele
escapado una fragata debajo de la palamenta. Dije que yo era, y
se espantó el patrón de la tartana y no acababa de decir, y avi-
sóme que estaba de partencia para irme á buscar y aguardar á la
salida del Arcipiélago (sic). Con esto me resolví de hacer el viaje
para Malta y aguardé una tramontana recia con que me hice á la
vela y salí de estos cuidados. Llegué á Malta donde se espantaron
del suceso, é hicimos las partes del dinero y damasco, sacando del
monte mayor para un tenio para la iglesia de Nuestra Señora
de la Gracia, que se dio con mucho gusto, y así mismo se des-
cuidó en que no había armada por aquel año.
De allí á pocos días me enviaron á coi-sear con dos fragatas;
una del Maestre y otra del Comendador Monreal, mi amo anti-
guo, sin orden de tomar lengua.
(1) Acaso>íi/'(jf esté aqui "^ jifero.
ril) DI LA REAL ACADKMIA DB LA EflSTOBlÁ.
lita con las dos fragatas que parecían dos galeras,
ñas en cada una. Engólfeme la vuelta de África
imer terreno en cabo de Bonandrea, 700 millas
lé las salinas y fuime á Puerto Solimán á rafres-
, donde quiso mí desgracia que pasaban A la Meca,
cuerpo de Mahoma, gran cantidad de moros, loa
ieron una emboscada alrededor de un pozo donde
hacer el agua, que todo es juncales altos alrededor;
lOros andan desnudos y de su color, no los rió la
7 marineros con barriles y 16 soldados españoles
uces, y estando sobre el pozo se descubrió la em-
ron sobre la gente. Los marineros echaron á buir
los soldados á pelear retirándose y al trueno de los
yo con otros veinte hombres á socorrerlos, que ya
le la marina, y visto el socorro sb detuvieron, Caa-
s soldados y matáronme cinco, que me bicieroo
I gente cautivó dos, un viejo de 60 años y otro poco
ios bandera de paz y tratamos del rescate. Yo les
por dos y el oti-o le rescataba. Dijeron que no, que
e los que yo tenia me los llevase. Dejárnoslo, y tor-
imar diciendo si quería los barriles llenos de agua,
ari^. Dije que ya no había menester agua sino los
cierto que habfa menester más los barriles con el
gente, porque no me había quedado vasijas en que
dos carreteles y sino me los dan era fuerza perder-
de burla dije: ¿qué quieres por cada barril lleno?
:equí de oro y aunque se lo quisiéramos dar era im-
,e no habíamos hecho presa. Díjeles que no teníamos
ron, pues danos biicocho. Conténteme y díles por
eno de agua una rodela llena de bizcocho que no
ia. Recogí todos mis 27 barriles y torné á rogallos
8 dos cristianos por los suyos. No quisieron y asi
■rar en la playa los muertos. Puse una cruz á cada
tíiana los hallé encima de la arena, que me quedé
insando los hubieran desenterrado algunos lobos.
los vi me asombré, porque estaban sin naricesy si"
dos los corazones. Pensé perder el juicio y arbo
VIDA DBL CAPITÁN ALONSO DE GONTRSRAS. 183
bandera de paz y dije lo mal que lo habían hecho. Respondieron
llevaban á Mahoma á presentarle aquellos despojos en señal de
la merced que les había hecho. Yo con la cólera dije que había
de hacer lo mismo de los dos que tenía. Dijeron que querían
más diez zequíes que treinta moros; y asi delante de ellos les
corté las orejas y narices y se las arrojé en tierra diciendo: ¡lleva
también estas! y atándolos las espaldas con espalda me alargué á
la mar y los arrojé á sus ojos y caminé la vuelta de Alejandría.
No topé nada en esta costa y pasé á la ciudad de Damiata que es
Egipto, y entré en río Nilo por si topaba algún bajel cargado. No
topé nada. Atravesé la costa de Suria quo hay 1 30 millas. Llegué
á las riberas de Jerusalén que están 24 millas de aquella santa
ciudad. Entré en el puerto de Jafa y hallé unas barcas; huyesela
gente. De allí pasé á Gastel Pelegrin en la mesma costa: de allí
á Caifas; en una punta de este puerto hay una ermita, un tiro
de arcabuz de la mar, y menos, donde dicen reposó Nuestra Se-
ñora cuando iba huyendo á Egipto. Caminé adelante al puerto
de San Juan de Acre y había dentro bajeles, pero eran grandes
y hube de pasar adelante á la ciudad de Beruta; también pasé y
llegué á la de Surras, que estas dos ciudades y puertos son de
un poderoso que casi no reconoce al Gran Turco: llamase el Ami
de Surras. Un hermano de este vino á Malta y fué festejado y
regalado y tornado á enviar con grandes presentes que le hizo
la Religión, y así somos hospedados los bajeles de Malta y rega-
lados en sus puertos, que para si estos señores príncipes cristia-
nos quisiesen emprender la jornada de Jerusalén, tan santa, hay
lo más andado en tener estos puertos y por amigos estos que
ponen treinta mil hombres en campaña y los más son á caballo.
Entré en el puerto de Surras y como vieron era de Malta me
regaló el Gobernador, que no estaba allí el Amí, y me dio refresco.
Pasé la vuelta de Tripol de Suria, gran ciudad; pero á la larga
porque no saliesen dos galeras que hay allí. Fuime á la isla de
la Tortosa que está en frente de la costa de Galilea, poco distan-
te; es una isla chica y llana y florida todo el año. Dicen que
estuvo en ella escondida Nuestra Señora y San Josef, de Heredes.
Yo me remito á la verdad. Aquí despalmé mis fragatas y comi-
mos muchos palominos, que hay infinitas palomas y tienen los
boletín de la «kál acádewia ds i
D unas que debieron ser antiguar
las partes ya se deja entender que
:uarda, la cual hiio señal que venía
ramuzal turquesco. Puse ea orden
o la isla les salí al encuentro. Pelí
aoer los turcos, y al üUimo le rendí i
roa míos y un soldado, y de ellos trec
os veintiocho y entre ellos un judío
i, que era tendero. Estaba cargado de ,
lino. Hice que toda la gente de la ol
y Ueraaen la fragata de remolco y se f
la fragatas me faltaba mucha gente, ]
'mada. De allí costeé A Alejandret
[íes que saqueamos, y de allí entré ei
a hasta Rodas, en esta forma: de A
i Lengua de Bagaja y de alK Á Ksco
iro, Gstanamur, SaEalia, Puerto ginot
e Silidonia, la Finica. Aquí hay i
Caracol, el Gacanio, Castilrojo, Siel
ra. Rodas; y de allí me fui i la ii
me engolfé para la isla de Gandiaj
Trasca, que me hizo correr dos di
leí Archipiélago y el primer terreí
e se llama Jarbe, donde dicen estuv
)3me ó San Damián. Diéronme loE
neros y en Lomándolo me partí para
me querían casar: entré en el pueril
, pensando venia á cumplir la paláb
en tierra, diciéndoles que quedaban
ien había venido, en la isla de Pare
lo á vellos y si habían menester alg
3nme gran refresco y dijeron como '
lasado, habían ido con una barca, i
D á la isla, y le hablan traído y reg
irtana francesa que venía de Aleja
lara que lo llevasen á tierra de Cristi;
refresco y diez tequies para su camii
VIDA DEL CAPITÁN ALONSO DE GONTRBRAS. 185
líos 7 me fui mi viaje y en el golfíllo de Ñapóles de Romanía topé
con un caramuzal cargado de trigo con siete turcos y seis griegos.
Los griegos juraban que el trigo era suyo y con el tormento
coufesaron ^ra de turcos. Eché los griegos en tierra y caminé
con el caramuzal á brazo de Mayna, que hay poco camino. Este
brazo de Mayna es un distrito de tierra que está en la Morea,
asperísimo, y la gente de ella son cristianos griegos: no tienen
habitación ninguna, sino son en grutas y cuevas, y son grandes
ladrones; no tienen superior electo, sino el que es más valiente
áese obedecen, y aunque son cristianos jamás me parece hacen
obras de ello. No ha sido posible el sujetallos los turcos^ con
estar en el centro de su tierra, antes á ellos es á quien hurtan los
ganados y se los venden á otros. Son grandes hombres del arco y
las^ flechas. Yo vi un día que apostó uno á quitalle una naranja
de la cabeza á un hijo suyo con una flecha á veinte pasos y lo
hizo con tanta facilidad que me espantó. Usan unas adargas
como broqueles, pero no son redondas, y espadas anchas y de
cinco palmos y más. Son grandes corredores y se bautizan cua-
tro y cinco veces y más, porque los compadres tienen obligación
de presen talles algo; y así siempre que pasaba por allí bautizaba
algunos.
Llegué al puerto de Quoalla, que este es su nombre, con mi
caramuzal de trigo: luego vino mi compadre, que se llamaba
Antonaque y era el capitán de aquella gente, con su aljuba de Azotes que di
pai^o fino y sus cuchillos damasquinos con cadenas de plata y su "^ compadre de
alfanje con guarnición de piaba. En entrando en la fragata, luego "^° *' *^'**
me besó. Mandé nos diesen á beber, como era costumbre; díjele
como traía aquel caramuzal de trigo, que si me le quería comprar.
Dijo que sí, y concertámosle en ochocientos zequíes, con bajel y
todo, que él solo valía más. Dijo que por la mañana traería el di-
nero, que se había de recoger, y á media noche me cortaron los
cabos con que estaba dado fonáo y lo llevaron á tierra. Guando
echamos de ver el daño no tenía ya remedio, porque estaba ya
encallado el bajel. Amaneció y ya no había casi trigo dentro, que
tan buenos trabajadores eran. Vino luego mi compadre con otros
dos, excusándose que él no había tenido culpa, que ya yo conocía
la gente. Yo hice que no se me daba nada y mandé nos diesen de
"■ . ^•^
186 boletín db la rbal agadbmia db la historia.
almorzar, y estando almorzando hice levantar el ferro y salir fae-
ra con mi fragata. Dijo, compadre, échame en tierra. Dije luego,
compadre, que voy á hacer la descubierta; y estando fuera, dije:
compadre, fuera ropa, que es decir se desnudase. El dijo que era
traición. Dije: mayor es la que vos habéis hecho; pocas palabras
y fuera ropa , y agradeced que no os ahorco de aquella entena.
Desnudóse en carnes y tendiéronlo, agarrado de cuatro buenos
mozos, y le dieron con un cabo embreado más de cien palos, y
luego le hice lavar con vinagre y sal, á usanza de galera, dicien-
do: envía por los 800 zequíes li sino he de ahorcarte. Vio que iba
de veras y envió uno de los que traía, echándose á nado, que no
quise llegar á tierra. Trujólos en una hora y menos, en un pellejo
de un cabrito, con lo cual se fueron á nado, que son bravos nada-
dores; y desde este día me llamaban, en Malta y el Archipiélago,
el compadre de Brazo de Mayna.
Salí de allí, la vuelta de la Sapiencia, y de allí me engolfé para
Malta, donde llegué en cinco días, y se holgaron con mi venida.
Habían vendido el jabón y los esclavos que envié con el cara-
muzal y la otra fragata. Hicieron las partes, tocóme buen porqué,
con que la quiraca pasaba adelante con su fábrica de la casa. Eotró
también en parte los 800 zequíes y los siete esclavos que entraba
yo. Holgámonos unos días, que no fueron muchos, porque luego
me tocaron arma, mandándome despalmar la fragata sin saber
para dónde. Es á saber, hubo nuevas que el Turco armaba una
gruesa armada y no sabían para dónde, con que estaban con cui-
dado en Malta, y usaron de su buen juicio para salir de este cui-
dado en esta forma.
Cuando el Gran Turco apresta una armada para fuera de sus
tierras, los judíos le proveen con una cantidad gratis, y cuando es
la armada dentro de sus tierras hacen lo mesmo; pero diferente
cantidad. El recogedor del distrito de la Garamania y Costantino-
pía está en Salónique, y éste tal sabíamos que estaba en una casa
fuerte, cinco millas de la ciudad, con su casa; y los señores me die-
ron orden fuese por él, como si fuera ir á la plaza por unas peras.
Dieron me una espía y un petardo é hice mi partencia en nombre
de Dios. Llegué al golfo de Salónique, no con poco trabajo, r
está en el riñon de la Turquía, pasado el Archipiélago, que t;
VIDA DEL CAPITÁN ALONSO DE G0NTRBBA8. 187
bien toma parte del. Salté en tierra con 16 hombres y mi petardo
y la espía, que me temí harto del. Llegamos á la casa, que estaba
como una milla de la marina y menos, púsose el petardo, hizo
su efeto; entramos y cogimos al judío, su mujer y dos hijas pe» Traída dei ja-
quenas y un criadillo y una vieja, que los hombres se huyeron, dio de Salónica.
Cargué con ellos al punto sin dejallos tomar ni una aljuba y sin
que saquease la gente un trapo, y caminé á la marina, donde por
mucha prisa que me di, tenía, embarcándome, más de 400 caballos
el agua á los pechos alanceándome; pero no hicieron nada, que
estábamos ya deotro de la fragata. Comenzaron á dar carreras por
aquella campaña, y yo saludándolos con mi moyana, que echaba
cinco libras de bala. Ofrecíame el judío todo lo que yo quisiere
porque lo dejase con toda seguridad, y aunque pude no me atreví,
porque luego me dijo para dónde era la armada, que era contra
los venecianos, y pedíanlos un millón de zequíes li que les toma-
ría á Candía, que es una isla tan grande como Sicilia de longi-
tud, y está en tierras del Turco y sus mares. Gonsoléle diciendo
que venía á Malta. Viniendo mi viaje topé con una barca de
griegos, y preguntando de dónde venían, dijeron de los Despalma-
dores del Xio. Pregunté si había algunas galeras, dijeron que no
7 que se había partido Solimán de Gatania , Bay de Xío, con su
galera Bastarda, y que había dejado á su mujer allí en una recrea-
ción. Dijo mi piloto, ¡juro á Dios, que la hemos de llevar á Malla!
que sé su casa como la mía; y pues se ha ido anoche Solimán con
la Bastarda, estarán descuidados.
Yo no me atrevía por llevar lo que llevaba. Animóme tanto Presa de la
y asegúremelo, que fué menos de lo que decía. Aguardamos la ^^"í»»» *"»i-
flra de Solii&Aii
aoche y á la media en punto desembarcamos con diez hombres y ¿^ catania.
el piloto se fué como á su casa y llamón y habló de Solimán como
que venía de Jío, y abrieron; entramos dentro y sin nenguna
resistencia cogimos la turca renegada, húngara de nación, la más
hermosa que vi. Cogimos dos putillos y un renegado y dos cris-
tianos esclavos, de nación corso el uno y el otro albanés. Cogimos
la cama y ropa sin haber quien dijese nada; embarcámonos y
caminamos á más no poder hasta salir del Archipiélago, que Dios
nos dio buen tiempo. La húngara no era mujer, sino amiga. Regá-
lela con extremo, que lo merecía, aunque en rebeldía supe que
188 bolbtín de la real academia de la historia.
Solimán de Gatania había jurado que me había de buscar y en
cogiéndome había de hacer á seis negros que se holgasen con mis
asentaderas, pareciéndole que yo me había amancebado con su
amiga, y luego me había de empalar. No hubo tanta dicha en
cogerme, aunque me hizo retratar y poner en diferentes parles
de Levante y Berbería para que si me cogiesen le avisasen estos
retratos. Supe los habían llevado de Malta cuando llevaron la
húngara y los putillos rescatados, que fué el segundo aiio, siendo
proveído por Rey de Argel.
CAPÍTULO VI.
En que se cuenta cómo salí de Malta y fui á España^
donde fui alférez.
Yo llegué á Malta, donde fui recebido como se deja considerar,
que con ol aviso se quietó todo y dejaron de traer la infantería que
habían enviado á hacer á Ñapóles y á Roma, italiana, que la es-
pañola va de Sicilia en semejantes ocasiones.
Peor le sucedió á mi piloto, que le cogieron dentro de cuatro
meses, yendo en corso en una tartana, y le desollaron vivo y hin-
cheron su pellejo de paja, que hoy está sobre la puerta de Rodas;
era griego, natural de Rodas, y el más prático en aquellas tierras
de cuantos pilólos hubo.
A estos tiempos que estaba gastando mi hacienda, que tanto me
costaba el buscarla, topé la quiraca con una camarada mía, ence-
rrados, á quien estaba haciendo tanto bien; díle dos estocadas de
que estuvo á la muerte, y en sanando se fué de Malta de temorno
le matase, y la quiraca so huyó; aunque me echaron mil rogado-
res y rogadoras jamás volví con ella, que como había en qué es-
coger, presto se remedió, y más que era yo pretendido como los
oflcios de importancia.
Estuve muchos días de asiento y aun meses en Malta, que fué
milagro, hasta que me enviaron á Berbería con una fragata, y eJi
nueve días fui y vine y traje un garbo cargado de lienzo, que hin-
ché casi un almacén, y catorce esclavos; valióme bien esta presr 7
cuando dentro de pocos días llegó al puerto un galeón catalár e
VIDA DEL CAPITÁN ALONSO DE G0NTRERA8. 189
venía de Alejandría cargado de ricas mercadurías para España,
acordándome de mi tierra y madre, á quien jamás había escrito
ni sabía de mí, resolví de pedir licencia al Gran Maestre, que me
la dio de mala gana, puniendo su rostro con el mío al des-
pedir.
LIBRO SEGUNDO.
En que 86 da cuenta de mi venida á España
7 peregrinos sucesos que me sucedieron.
Embarquéme en el galeón, que se llamaba San Juan, y en seis
días llegamos á Barcelona; supe que la Corte estaba en Yallado-
lid, y sin ir á Madrid pasé á la Corte, donde había sabido una
elección de capitanes; presenté mis papelillos en Consejo de Gue-
rra, donde era uno de los Consejeros el Sr. D. Diego Brochero,
que después fué Gran Prior de Castilla y León.
Cobróme voluntad, auuque tenía noticia de mí, y díjome si que-
ría ser alférez de una de las compañías que se habían de levantar
luego; dije que sí^ y á otro día que fui á verle me dijo fuese á besar
. las manos al capitán D. Pedro Xaraba del Castillo por, la merced
que me había hecho de darme su bandera.
Di mi memorial en el Consejo de Guerra pidiendo me aproba-
sen, y en consideración de mis pocos servicios fui aprobado.
Recebí dos tambores, hice una honrada bandera, compré cajas,
y mi capitán me dio los despachos y poder para que arbolase la
bandera en la ciudad de Ecija y marquesado de Pliego; tomé mu-
las, y con el sargento y mis dos tambores y un criado mío, toma-
mos el camino de Madrid, á donde llegamos en cuatro días.
Fuíme á apear en casa de mi madre, que había estado diez y
seis años sin saber de mí, y más cuando ella vio tantas muías se
espantó, y yo mei iuqué de rodillas pidiéndola su bendición y di-
ciéndola que yo era su hijo Alonsillo. Espantóse la pobre y estuvo
confusa, porque se había casado segunda vez, y parecióle que un
hijo grande y soldado no lo había de llevar bien, como si el ca-
sarse fuera delito, aunque en ella lo era por tener tantos hijos;
anímela y despedime, yéndome á una posada, que en su casa no
la había, y aun para ella y su marido era tasada.
190 BOLETÍN DV LA RBAL ACADBMU DB LA HISTORIA.
A Otro día me puse muy galán. A los soldados con buenas galas
que los llevaba y con mi criado detrás con el venablo, fui á verh
y á visitar su marido; quisieron comiese allí aquel día, ¡sabelMoe
si tenían para ellos!, y así envié bastantemente lo que era menes-
ter para la comida; que sobre ella llamé mis hermanicas, que eran
dos, y las di algunas niñerías que traía destas partes, y ansí mis-
mo para que las hiciesen de vestir, y á los otros tres hermanillos;
para todos di, que no me faltaba. Di á mi madre 30 escudos, que
le pareció estaba rica; con que la pedí la bendición, y á otro día
me partí para Ecija, encomendándola el respeto al nuevo padre.
Llegué á Ecija; túvose ayuntamiento; presenté la patente; salió
que se me señalase la Torre de Palma en que arbolase la bandera.
Toqué mis cajas; eché los bandos ordinarios; comencé á alistar
soldados con mucha quietud, que el Corregidor y caballeros me
hacían mucha merced por ello.
Es costumbre haber juego en las banderas, y tenia cuenta del
barato un tamborcillo; echábalo en una alcancía de barro, y á la
noche la quebraba y sacaba lo que había caído, con que co-
míamos.
Un día entraron en el cuerpo de guardia, que era una sala baja
de la torre, con una reja á la calle, y entraron cuatro valientes
que ya habían entrado otras veces allí, y rompieron la alcancía, y
se pusieron á contar despacio lo que había dentro, que eran 37 rea-
les; metióselos uno en la faltriquera diciendo al tamborcillo: dí-
gale al alférez que estos dineros habíamos menester unos amigos;
con lo cual el tamborcillo llamó al cabo de escuadra, y cuando
vino ya se habían ido; topóme el tamborcillo, que venía á darme
cuenta de todo, como lo hizo; mándele que se fuese al cuerpo de
guardia y que allí me lo contase como había pasado; el tamborci-
llo lo hizo, y entrando yo me dijo: Señor, aquí ha venido Acuña
y Amador y otros camaradas, y rompieron el alcancía y sacaron
27 reales, diciendo que dijese al alférez que lo habían menester
unos amigos; yo dije luego: ¡picaro t ¿pues qué importa que esos
señores lo llevasen?; todas las veces que vinieran daldes lo que pi-
dieren como si fuera para mí, que pues lo toman menester lo han.
Guando dije ésto había muchos amigos suyos delante que fue i
á contárselo luego, y supe que habían dicho: el alferecillo prob ,
VIDA DEL CAPITÁN ALONSO DB G0NTRBRA8. 191
¿cuál es? Comencé á imaginar cómo castigar tal desvergüenza,
hecha en una bandera. (Compré cuatro arcabuces que puse en el
cuerpo de guardia, además de doce medias picas, que tenía, y dejé
pasar algunos días, con que se aseguraron y entraban en el cuerpo
de guardia; yo tenía más de 120 soldados, aunque los 100 estaban
alojados en el marquesado de Pliego, y conmigo tenía veinte, gente
vieja á quien socorría; y un día que estaban en el cuerpo de guar-
dia muy descuidados hice encender cuerdas y que tomasen los
arcabuces y se entrasen tras mí.
Para esto llamé la gente más alentada y díles orden que tirasen
si se defendiesen, y á la puerta quedó la demás gente con sus me*
días picas; tomé mi venablo, y entrando en la sala, dije: él, y él,
7 él, nombrando seis de ellos, que son muy grandes ladrones,
desármense; pensaron era de burlas, y como vieron las veras, co-
menzaron á querer meter mano á las espadas; pero los arcabuce-
ros entraron con sus cuerdas caladas, diciendo: acaben; con que
se fueron desarmando; y habiéndolo hecho, los fui desnudando
en camisa, y atraillados con toda la guarda los llevé y entregué al
Corregidor, que era D. Fabián de Monroy, que cuando vio los
ladrones daba saltos de contento diciendo: este me mató un perro
de ayuda y este me mató un criado. Lleváronlos á la cárcel, y de
allí á trece días ahorcó los dos, sin que bastase cuanta nobleza
había en aquella ciudad , que hay mucha.
A mi me quedaron las capas y espadas y coletos, muy buenos
jubones y medias y ligas, sombreros y dos jubones agujeteados
famosos y algún dinerillo que tenían encima, con que socorrí y
vestí algunos pobres soldados; esta fué la paga de mis 27 reales.
Luego supe cómo en son de pedir limosna andaban unos sol- Jornada á la
dados, que no lo eran, por los cortijos, robando en campaña; tomé ^^^^^ ^^ ^^'
doba.
mis cuatro arcabuceros y una gentil muía y fui á buscarlos; tuve
noticia estaban en Córdoba; fui allá, donde se levantaba otra com-
pañía del capitán Molina, apéeme en el mesón de las Rejas y fuíme
solo á la casa pública por ver si los topaba conforme las señas, y
por ver aquella casa; estando hablando con una de las muchas que
había, llegó á mí un gentilhombre sin vara, con un criado, y dijo:
¿cómo trae ese coleto? que era de ante; dije: puesto; dijo: pues
quítesele; respondí: no quiero; el criado dijo: pues yo se lo qui-
n
i92 boletín de la real academia de la historia.
taré; iba á ponerlo por obra; fué fuerza aacar la espada, que ellos
no fueron perezosos á hacerlo, pero yo ful más pronto, pues herí
malamente al alguacil mayor, con que todas las mujeres cerraron
las puertas, y la de la calle también. Quédeme dueño de la calle,
que era angostísima, y no sabiendo qué hacerme, porque era la
primera vez que entraba en semejantes casas, fuime hacia la puerta
de la calle, que estaba cerrada con golpe^ y aiin no hallaba á quien
preguntar, porque al herido lo llevaron dentro use fué, que debía
de saber la casa, y casi luego oí dar golpes á Ja puerta, que se bailó
un picarillo á abrilla con tanta diligencia, que no supe de dónde
había salido; entró de golpe el Corregidor con tanta gente como
se deja entender, y queriendo arremeter conmigo, dije: repórtese
Ymd., con la espada en la mano; y entonces lo mismo era que
hubiera mil que uno, porque no cabían más en la calle, dando
voces, ¡prendedle!; nadie lo quería hacer, y cierto que hubiera una
desdicha si no viniera con el Corregidor el capitán Molina, que
me conoció y dijo: repórtese Vmd. señor alférez. Como le oí ha-
blar, conocíle y dije: haga Ymd. que esos señores lo hagan, que
por mí aquí estoy. El Corregidor, como oyó nombrar alférez, dijo:
¿de quién es alférez?; dijo Molina: de la compañía que se levanta
en Ecija; respondió el Corregidor: ¿y es bueno que venga amatar
aquí la justicia?; yo le dije todo lo que había pasado; mandóme
me fuese á Ecija; luego dije que si haría, que había venido en
busca de unos soldados que eran ladrones, con que nos despedi-
mos y se fué con el capitán y su gente; yo me volví al mesón para
tratar de mi viaje, cuando me dijo uno de mis cuatro soldados:
aquí buscan á Vmd. dos hidalgos; salí y dije: ¿qué mandan
Vmds.?; respondió el uno: ¿es vuesa merced el alférez?; dije que sí;
¿qué quiere?; y con los dedos abiertos, frotándose el bigote, co-
menzó: los hombres de bien como voancé, es justo los conocer
como es para servillos; aquí nos envía una mujer de bien que su
hombre se lo ahorcaron en Granada por testigos falsos; ha que-
dado viuda, y está desempeñada y no mal fardada; hale parecido
vuesa merced bien, y le ruega vaya á cenar esta noche con ella.
Para mí todo lo que me dijo era latín, que no entendía aquellos
términos ni lenguaje* Díjeles: suplico á Vmds. me digan qué ha
visto esa señora en mí que me quiere hacer merced; respondió &
j
VIDA DBL CAPITÁN ALONSO DB COHTIlBRAd. 193
poco haber voancé reñido como un jayán hoy, y herido á un al-
guacil, el mayor ladrón que hay en Córdoba? Entonces eché de
ver que era mujer de la casa; con que les dije que yo estimaba la
merced, pero que estaba en vísperas de ser capitán y me podía
atrasar en mis pretensiones, que me holgara de no tenellas para
hacer lo que me pedían; con lo cual los despedí y me fui á poner
á caballo; amanecí en Ecija; fuíme á mi cuerpo de guardia; hallé
mi gente sosegada, sin que hubiese habido desórdenes, de que no
me holgué poco.
De allí á tres días vino un soldado y dijo: señor alférez, en el
mesón del Sol está una mujer que busca á Ymd.^ y ha venido de
fuera; no tiene mal parecer; fui allá, que era mozo, y vi la mujer,
que la tenía el huésped en su aposento; no me pareció mala la
moza, y comenzando á tratar de dónde venía, dijo que de Granada
huyendo de su marido, y que se quería amparar de mí sin que la
yiese nadie. A mí me había parecido bien; trújela á mi cata, re-
galóla teniéndola escondida, y prometo que estaba casi enamora*
do, cuando un día me dijo: señor, quisiera descubrirle un secreto
y no me atrevo; apretóla rogándoselo me lo dijese, y tomándome
la palabra que no me enojaría, comenzó: señor, yo vi á Ymd. un
día tan bizarro y alentado en la casa de Córdoba cuando desenfa-
dado hirió aquel ladrón de alguacil, que me obligó á venirme tras
Ymd., viendo que no quiso aquella noche cenar conmigo habién-
doselo enviado á suplicar con unos hombres de bien; y aunque
después de haber quedado sola por haber ahorcado en Oranada á
un hombre que tenía, he sido requerida de muchos de fama, me
pareció no podía ocupar mi lado ninguno mejor que Ymd. (1),
representándome que en toda la Andalucía no había mujer de
mejor ganancia, como lo diría el padre de la casa de Ecija; qué-
deme aserto cuando la oí, y como la quería bien no me pareció mal
nada de lo que dijo; antes me pareció que había hecho fineza
grande por mí en venirme á buscar y solicitar; vino el comisario
á tomar muestra y socorrer la compañía para que marchásemos;
recogí la gente que tenía en el marquesado de Pliego, y en toda
(1) Bn el ins.: f »« yo.
TOMO xzxvn.
194 BOLBTtN DB LA RBAL ACADEMIA DE LA HISTORIA.
di de muestra 193 soldados; marchamos la vuelta de Extremadura
para ir á Lisboa con mucho gusto.
Yo llevaba mi moza con más autoridad que si fuera hija de un
señor, y cierto que quieu no sabía que había estado en la casa
pública le obligaba á respeto , porque era moza y hermosa y
no boba.
CAPÍTULO VII.
En que $e sigue los sucesos de Alférez,
Alcanzónos mi Capitán que desde la Corte había ido á su tierra
y se había detenido hasta entonces , pues supo cómo marchaba
la infantería; hallónos en Llerena y holgó de ver tan buena com-
pañía y dijo que se espantaba hubiese sabido gobernar gente
bisoña; quedamos muy amigos además, que yo le sabía granjear.
Segunda jornada. Vino orden nos entretuviésemos en Extrema-
dura sin entrar en Portugal, conque la aramos de barra á barra.
Llegamos á una tierra que se llama Hornachos que toda era en-
tonces de moriscos, fuera del Cura, y estando alojado en casa de
uno de ellos, donde tenía mi bandera y cuerpo de guardia, llegó
un soldado que se llamaba Yilches y me dijo: Sr. Alférez, yo he
hallado una trobadura; díjele ¿cómo? respondió: yo estoy alojado
en una casa que no ha habido medio á darme de cenar, porque
dice que no tiene más de arrope y higos; y buscando por la casa
si había gallinas, entré en un aposento que estaba á lo último de
la casa donde había un tapador en el suelo, redondo como silo;
escarbé y hallé que era postizo , levántele y estaba escuro abajo
y pensando habría allí las gallinas escondidas encendí una can-
delilla que llevaba en la bolsa y bajé, que había una escalera de
mano; cuando me vi abajo me arrepentí, porque arrimados á
las paredes había tres sepulcros muy blancos y la bóbeda tam«
Coeva de ar- bien blanca; sospecho que están enterrados allí algunos de estos
mas de Hopna- moros: SÍ vdm. quiere que vamos no puede dejar de si son
entierros que no tengan joyas, que estos se entierran con ellas;
yo dije, vamos; y tomando mi venablo nos fuimos los dos solos y
entramos en la casa y pedimos una vela; la huéspeda, afligida
viéndome en su casa, nos la dio, que no estaba el huésped en €
VIDA DBL CAPITÁN ALONSO DB G0NTRERA8. 195
l)ajaiDos al silo y como yo vi los sepulcros juzgué lo que el soU
dado, y coa la punta del venablo comencé á urgar y en un punto
se despegó la tabla que estaba debajo de la cal y era una caja
grande hecha aposta de madera y por fuera estaba de cal, que
parecía sepulcro; estaba lleno de arcabuces y bolsas con balas, de
que recibí gran consuelo y contento por parecerme que de aque-
llas armas armarían mi compañía y nos tendrían más respeto
por donde pasábamos, porque como íbamos con espadicas solas y
alguno sin ellas, en muchos lugares nos perdían el respeto. Abri-
los todos y eran lo mesmo; díjele al soldado: vmd. se quede aquí
hasta que dé cuenta al Comisario; y así lo hice, porque fui al punto
y se lo dije; él se vino conmigo con su alguacil y secretario y
viendo los sepulcros me dijo á mí y al soldado: vmd ha hecho un
gran servicio al Rey; vayase á su casa y no le salga de la boca
esto, porque importa, y al soldado lo mesmo. Fuíraonos á mi casa
y dijo el soldado: Sr. que es mi posada esta y no he cenado; dile
ocho reales para que se fuese al mesón, con que el soldado fué
más contento que la Pascua. Yo quise dar cuenta á mi capitán
pero no quise: lo uno porque me había encargado el secreto y lo
otro porque no estaba bien con él, porque andaba solicitándome
la moza.
A la mañana, muy de mañana, me envió un recado el Capitán
con las cajas que habíamos de marchar, que me espanté, porque
habíamos de estar allí tres días; hícelo y marchamos y estando
de partencia me dijo el Comisario: vaya vmd con Dios, que á fé
sino tuvieran una cédula Real para poder tener armas ofensivas
y defensivas que no había sido malo el lance; pero con todo, vmd.
no diga nada.
Partimos á un lugar que se llama Palomas y estuvimos dos
días y luego partimos á otro que llaman Guareña, donde tuvie-
ron los soldados con la gente de la tierra una reñida pendencia
que hubo tres muertos y heridos de una y otra parte, y en la pen-
dencia decían los soldados á voces: ¡Cuerpo de Cristo! no estuvié-
ramos armados de las armas de Hornachos; que el soldado lo
había ya dicho á sus camaradas y aun yo lo dije más de cuatro
veces.
Apaciguóse la pendencia y fuímonos de allí, donde llegó el
196 boletín DB la ABAL ACaDEUIA OB la HISTOBtA.
Comisario á castigarlos, dentro de pocos días; el Comisario era un
capitán del número; no se dice su nombre por algún respeto y eo
el discurso. de este libro hallarán la polvareda que levantó estos
sepulcros de armas, que queda hasta que le toque su vez.
Mi capitán deseaba holgarse con la mujer que yo llevaba, y
aunque se lo había hecho saber con recados á la mujer no pudo
conseguir nada, que tan buena se había hecho siendo tan mala;
y llegando á un lugar que se llama el Almendralejo , después de
alojada la compañía, que era casi noche, cené y mandé acostar
la mujer, que iba preñada en tres meses; envióme á llamar el
capitán y dijo: vdm. tome ocho soldados y vaya al camino de
Alange y estése emboscado, porque por ese camino se han de huir
esta noche cuatro soldados, que lo sé cierto por aviso que me han
dado; yo lo creí, y mandando ensillar una haca que tenía, me
partí, dejando acostada la mujer; y sabiendo el Capitán que yo era
partido se vino á mi posada y entró á visitar á la Isabel de Rojas,
que así se llamaba, y de lance en lance quiso echarse con ella; la
mujer se resistió tanto que la obligó á dar voces y el Capitán como
vio esto arrebató de un mallo que tenía en el aposento, que yo me
deleitaba de jugar al mallo, y la dio tantos palos que fué menes-
ter entrar la guarda y ol huésped á quitársela; fué de suerte que
luego quebró en sangre y malparió dentro de tres horas. Yo des-
cuidado en el campo, aguardando los que se huían, vi que ya no
había dos horas hasta el día y dije: Señores, vamonos, que basta
la burla si es que me la ha hecho el Capitán, porque si se habían
de huir había de ser á prima noche. Llegué á mi casa y entrando
en el aposento hallé quejándose á Isabel; pregunté que teaíay
díjome que aquella tarde había caído del pollino y que había
quebrado en sangre y aun malparido. A. esto vi que andaban
algunos soldados hablándose al oido y dióme alguna sospecha:
apreté á la mujer y dije me dijera la causa ; no fué posible, sino
lo dicho; salí acá fuera y llamé un soldado de quien me fiaba y
pregúntele! si había habido algo; respondió: Sr., tan gran bella*
quería no es posible que se calle; aquí llegó el Capitán y ha puesto
á la señora Isabel como está, por ser mujer de bien; y ¡voto á Diosl
que yo ni mis camaradas no hemos de estar mañana á estas ho^^
en la compañía, que á él no le conocemos; que vmd. nos sac^
TT
/
▼IDA DBL CAPITÁN ALONSO DE GONTRBBAfl. 197
nuestras casas. Dijele: yind. se reporte» que si el capitán ha hecho
algo, Isabel le debió de dar ocasión. No, ¡voto á Dios!, sino por-
que no se quiso echar con 61.
Con esto mandé echasen cebada á la haca y compuse un porta-
manteo con un poco de dinero 7 mis papeles y fuime en casa del
capitán, que ya amanecía y llamé á la puerta; respondióme un Herida del ca-
criado flamenco que se llamaba Claudio. Dijome que su amo ^^^°'
dormía, que no le podía despertar. Dije que habia un correo de
Madrid, con que avisó á su amo y dijo que aguardasen. Vistióse,
no del todo, y mandó que entrase; entré y empuñando la espada
le dije que era ruin caballero en lo que había hecho y que le
había de matar. El metió mano á una espada y broquel; pero
como la razón tiene gran fuerza le di una estocada en el pecho
que di con él en tierra. Dijo: ¡ ay, que me ha muerto ! El criado
quiso ayudar; pero no le valió, que al salir llevó un trasquilón en
la cabeza* Tomé mi haca y fuime camino de Gáceres, donde tenía
unos amigos caballeros del hábito de San Juan y contóles el caso.
Avisaron luego al comisario, que vino volando, y supe había
hecho información contra mí, y en virtud de ella me condenó á
cortar la cabeza por el haber ido á matar á mi capitán á su casa;
que es el mayor delito que hay en la milicia el perder el respeto
á los superiores. Envió la información á Madrid y toda estaba en
mi favor sino es el haber perdido la obediencia al capitán, el cual
sanó de su herida, aunque pasó gran riesgo de la vida.
Escribí al Sr. D. Diego Brochero y mandóme que me presentase
en la Corte, que él lo acabaría. Hícelo aconsejado de aquellos
caballeros.
La mujer, después de convaleciente, la dio el concejo del Almen-
dralejo con que fuese de allí á Badajoz, que desde allí sabría lo
que había de hacer, porque no supo de mí en muchos días, donde
abrió tienda en casa de su padre y madre que no es de las peores
casas de Extremadura.
Yo llegué á Madrid y fui en casa del Sr. D. Diego Brochero, el
cual había visto la información en el Consejo de Guerra y había
hallado á todos los consejeros de mi parte. Mandó me presentase
en la cárcel de la villa y que desde allí diese un memorial al
Consejo, como estaba preso á orden del Consejo; que suplicaba
18 BOLBTlN DB LA RBAL ACAD^UIÁ DB LA HISTORIA.
andasen ver la iaformaclÓD, 7 que lo que había hecho con á
ipitáD no era por cosas tucantee al servido del Rey. Esümartm
ucho esta acción, haciendo que me presentase preso y luego
.ese memorial. Diéronme ud despacho para el Sr. D. Cristóbal
i Mora que era Vire; 6 Capitán general de Portugal, porque
0 supe lo que era, aunque el Sr. D. Diego Brocfaero me dijo que
lese contento, que buen despacho llevaba, 7 á fe que iba con
arto miedo.
X>as compañías estaban de espacio en Extremadura. Yo fui por
iguiios lugares donde había pasado y me hicieron mucha mer-
)d, porque siempre procuré hacer bien y no mal. Uegué al Al-
lendralejo y hablé á los Alcaldes y me regalaron. Dljelea como
evaba aquella orden del Rey y pregunté por Isabel. Dijeron qne
1 habían euviado á Badajoz, donde ella quiso ir después de con-
ilecieate, y que les había pesado de lo que había sucedido; que
otro dfa no había quedado la mitad de los soldados porque se
leroD todos; después supieron nomo no tenía veinte soldadas
e más de 150, y fué verdad que do entró en Lisboa con más de
itorce soldados y un atambor.
Despedime de los Alcaldes y f uf á Badajoz, que todavía me
uraba el amor. Topé á Isabel ganando en la casa pdblica, y
liando me vio entrar en ella al punto se levantó y cerró la puerta
me dijo: ¡Ah, Sr. galán! suplico á vmd. una palabra. Llevóme
0 casa del padre y comenEÓ á llorar. Dije ¿por qué llora?; dijo:
orque he tenido dicha de ver í vmd., y aunque estoy aquí no be
ormido con hombre después que faltó vmd.; saltóla madre y
ijo: y como que soy buen testigo de eso y que me han regalada
las de cuatro caballeros de la ciudad porque se la diese á algu-
0, lo cual no he podido alcanzar con Isabel; pero es cierto que ba
mido raión en guardar respeto á un moio como vmd. Beso
vmd. las manos, señora, por el favor, dije yo; y tratando con
jabel de nuestros negocios me dijo que tenía seiscientos reales
buena ropa, ¿qué quería que hiciésemosF Dije que irnos á Us-
oa¡ quedamos de acuerdo el hacerlo. Yo me fui aquella noche i
na posada y ella se vino á dormir y cenar conmigo. Algunos
ue la pretendían quisieron darnos mala noche, porque truje
1 Corregidor á la posada, diciendo era yo el mayor ruñan
VIDA DBL CAPITÁN ALONSO DB C0NTRBRA8. 199
había en España; en suma, llegó al mejor sueño, y como los
hombres parecen diferente desnudos que vestidos comenzó á tra-
tarme como á un ruñan y j)ara llevarme á la cárcel. Era necesa-
rio vestirme; después que lo hube hecho, le dije: Sr. Corregidor
mientras no conoce vmd. á las persouas no las agravia y dljele
quien era, que ya me conocía por lo sucedido en el Almendralejo
y como aquella era la mujer por quien había sucedido lo del
capitán y como llevaba aquella orden del Consejo. Holgóse mucho
de oirme y conocerme; pidióme perdón diciendo le habían dicho
que era el mayor rufián de España. Rogóme que me quedase
en mi posada y que me fuese á Lisboa lo más presto que pudiese,
que si había menester algo me lo daría. Yo se lo agradecí , con
que se fué y yo me torné á acostar. Estuve dos días en aquella ciu-
dad, que me miraban como toro, no dejando volver á Isabel á la
casa, donde la trujo el padre su ropa, con harto pesar que se le
iba tal hija. Fuimos á Lisboa con mucho gusto, estuvimos más
de veinte días sin que viniesen las compañías y al cabo de ellos
llegó la mía con otras cuatro y antes que desembarcasen fui á
dar el despacho al Sr. D. Cristóbal de Mora que me hizo mucha
merced y dijo: vaya á los barcos y entre con su compañía. Dije
que el capitán podría hacer alguna cosa por no nos haber visto
desde que le herí. Mandó á un ayudante que le llevase un recado,
hízolo y dijo que quería hablar al General. Fué y díjole que
tuviese paciencia, que lo mandaba el Rey; pero que presto se
acabaría el estar yo con él. Desembarcamos la bandera que se
había embarcado en Alcántara y marchamos al castillo, donde
nos tomaron muestra y en ella reformaron mi compañía, con lo
cual quedamos apartados el capitán y yo.
Dióme licencia el Sr. D. Cristóbal de Mora para la Corte y una
paga, con que me fui con Dios luego y llegué á Valladolid, donde
roe dieron ocho escudos de ventaja para Sicilia y me fui á servir,
trayendo á Isabel conmigo hasta Valladolid, donde murió en su
oficio. ¡Dios la haya perdonado!
Víneme á Madrid, vi á mi madre y pedíla su bendición, y con
ella me partí para Barceloua y allí me embarqué en un bajel car-
gado de paños, y llegué á Palermo en diez días.
Gobernaba el Sr. Duque de Feria el año de 1604 aquel reino.
SOO BOLETÍN DI LA BUL ACADBMU DI LA HISTORIA.
Senté mi ventaja ea la compafifa del capitán D. Alonso Sáncfaei
de Figueroa.
Quiso el Duque armar unos galeones para enviar en corso, j
sabiendo que yo era prático, me rogó quisiese capitanealloa.
Hícelo y partí para Levante, donde le traje una jerma cargada
del bien del mundo de lo que se carga en Alejandría y mas otro
galeoncillo inglés que había tres años que andaba hurtando, eo
el cual había haitas cosas curiosas. Lo que hubo en el discureo
de este viaje dejo por do enfadar con más cosas de Levante. Con
lo que me tocó de esta presa me encabalgué, que estaba sobrado.
Mudé la plaza á la compañía del Sr. Marqués de Villalba, hijo
primogénito del Duque.
Capítulo viii.
En qtte te cumia la pérdida del Sr. Adelantado de Caatilla<^i
en la Mt^iometa, donde yo estuve.
Ordenóse una jornada para Berbería en las galeras de Sicilia
y Malta, cuatro de Malta y seis de Sicilia, á cargo del Adelantado
da Castilla, que era un General de aquella escuadra y le costd la
vida en esta forma: Partimos para Berbería diez galeras, como
tengo dicho y á las de Sicilia mandó el Adelantado que dejásemos
las c^jas de los coseletes en Mesina por ir más ligeros. Llegamos
auna isla que está ocho millas de tierra firme de Berbería, llámase
el Címbano, donde se hizo Consejo de Guerra y salió resuelto
echásemos gente en tierra en una ciudad que se llama la Maho-
meta, que los años atrás habíamos tomado con las galeras de Malta.
Llegamos á dos leguas de la ciudad, víspera de Nuestra SeAora de
Agosto, 1605, al amanecer; echamos la gente en tierra para ir mar*
chando por unos arenales que hay hasta la ciudad, donde llegamos
el sol salido mas de una hora á buena vista. Fui uno de los alfé-
reces reformados que llevaba las escalas acuestas que eran siete;
<l) D. Joan de Padilla Maarique y Acufia , conde de SaoU Qa(lm.>?u« barmuii
déla ilaitre escrltara Doüa Luisa de Padilla y Maarique. Salaiar (Cía di Lan
4N) flja la muerte de t). Juan en el aCo 1601.
tT'
VIDA DBL CAPITÁN ALONSO DB CONTRERAS* 20f
faizose un escuadrón de 500 hombres, todos españoles, con chusos
y arcabuces, pero sin coseletes. Arrimamos las escalas con el
valor que semejante gente tiene, españoles y caballeros de Malta,
y por las escalas subimos, cayendo unos y subiendo otros; en
sama se ganó la muralla y degollamos la guarnición de los rebe-
llines en que se hicieron fuertes algunos de los genizaros que eS'^
iaban allí de presidio.
Abrióse la puerta, por donde entró toda la gente, eceto los del
escuadrón que estaba fuera, que debió de ser otros setecientos,
hombres, y prometo que no cabíamos en las calles que son tan
angostas como cana y media, que son tres varas. Cogiéronse algu-
nos moros y moras aunque pocos, por haberse escondido en los
silos que tiene cada casa. Había en la tierra algún trigo que quiso
embarcar el Adelantado y aun lo mandó. Fuera había unas huer-
tas con sus norias, donde había algunos moros y algunos caba-
llos, que creo llegaban á quince y los de á pie á ciento, los cuales
estaban á raya con el escuadroncillo. Las escalas se habían qui-
tado de la muralla, que fué la total ruina, y al cabo de un rato se
tocó la trompeta á recoger, sin saber quien se lo hubiese mandado,
con lo cual comenzó cada uno á cargar con los malos trapos que
había buscado y se iban á embarcar á las galeras que habían ve-
nido á la tierra muy cerca á tiro de cañóo. La gente se comenzó
á embarcar sin más orden. Guando se lo dijeron al Adelantado
dijo ¿quién lo había mandado?; no se halló quien y sin poderlos
detener pasaron adelante con su viaje, tanto que el escuadrón hizo
lo mesmo; viendo que todos se iban á embarcar se deshizo sin
saber quien lo mandase y corriendo á la marina sin haber alma
que fuese tras ellos, con que venimos á hallarnos á la lengua del
agua casi todos los 1.200 hombres, con que los moros que estaban
en las huertas subieron por las escalas nuestras que estaban en
en uno délos cuatro lienzos que tenía la tierra, sin ver la puerta
que estaba en otro ya abierta; comenzaron á salir de los silos los
moros escondidos y de la muralla nos acribillabao con la artille-
ría, que aun no fuimos para desencabalgarla ú davalía; pero si
tenía Dios dispuesto lo que nos sucedió ¿cómo habíamos de tener
juicio? pues nos lo quitó á todos este día.
Bn este punto se levantó tan gran borrasca que se pensaroa
202 BOLETÍN DB hk RBAL ACADEMIA DB LA HISTOBIA.
perder las galeras, 7 era contraria, que Tonía de la mar. La geste
de á caballo que estaba en las huertas con algunos de á pie rom-
pió con los que estábamos á la marina y hicieron tan gran ma-
tanza que es increíble, sin haber hombre de nosotros que hiciese
resistencia, siendo los nuestros casi toda la gente dicha 7 ellos
no llegaban á ciento 7 sin bocas de fuego, sólo con lanzas y
alfanjes 7 porras de madera cortas. Miren si fué milagro cono-
cido 7 castigo que nos tenia guardado Dios por su justo juido.
Toda esta gente que estábamos en la marina, unos se echaron
al agua 7 otros á la tierra, dellos mesmos hu7endo tanto, que tí
un esquife encallado en el seco con más de 30 personas dentro
que les parecía estaban seguros por estar dentro el esquife, sin
mirar que estaban encallados 7 que era imposible el desencallarse
con tanta gente 7 aun sin nadie dentro. Ahogóse mucha gente
que no sabían nadar 7 70 me había metido en el agua vestido
como estaba, á donde me daba poco más de la cintura, 7 tenia en-
cima una jacerina que me había prestado elcómitre de mi galera,
que valia cincuenta escudos, con que se armaba en Sicilia cuando
iba á reñir. Pesaba más de veinte libras 7 pude desnudarme y
quitármela 7 irme á nado á galera, aunque harta fortuna porqae
nado como un pescado; pero estaba tan fuera de mí que no me
acordaba 7 estaba embelesado mirando como seis morillos estaban
degollando los que estaban en el esquife sin que ninguno se de-
fendiese, 7 después que lo hubieron hecho los echaron á la mar y
se metieron en el esquife, desencallándole, conque fueron matan-
do á todos los que estaban en el agua 7 iban nadando, sin querer
tomar ninguno á vida [en] la tierra. No dejaban de tirar artillería
7 escopetazos con que hacían gran daño.
De las galeras habían señalado marineros en los esquifes para
recoger la gente que pudiesen 7 no osaban llegar, porque como
la borrasca era de fuera temían no encallar en el bajo 7 perderse
en uno de estos.
Venía por cabo el dueño de la jacerina 7 conocióme en una
montera morada que tenía con unas trencillas de oro 7 en la
ropilla, que era morada 7 dándome voces que me arrojase, que
ellos me recogerían afuera, lo hice sin quitarme nada de encír^'
disparate grande. Nadé como dos pasos 7 me ahogaba con el j
F^^
*
TIOA DEL CAPITÁN ALONSO OB C0NTBEBA8. SOS
7 ia gran borrasca que había. Bl.cómitre, por no perder sa jace-
rina embistió conmigo y cogióme de un brazo y metióme dentro
con harta agua que había bebido, y otro pobre soldado que me*
dio ahogado agarró del esquife y lo remolcaba á tierra con la mar
hasta que le cortaron la mano porque le soltase, con que se ahogó,
que me hizo harta lástima, pero todo fué menester para salvar el
esquife. Llevóme á galera, donde los pies arriba y la cabeza abajo
vomité el agua bebida.
El Adelantado, viendo esta desdicha fuese á embarcar á su Muerte del
faluga que tenía y un capitán de infantería camarada suya den- Adelantado de
tro de guarda, como vio la gran desorden y la borrasca se fué á ]|iabosieta.ie(Xi
galera. Dicen que le llamaba á voces el Adelantado por su nom-
bre, apellidándole camarada, que el nombre no digo por su infa-
mia que hizo, y sin volver á tierra se fué y dejó al buen señor
donde se ahogó queriendo nadar, y el esquife de la capitana lo
embarcó, que le conocía; pero cuando lo hizo ya estaba ahogado.
Trujéronlo á la capitana: yo le vi tendido encima de una mala ,
alfombra en la popa de la capitana de Sicilia, con el vestido como
estaba en tierra, sin herida ninguna, sólo la cara denegrida y
acardenalada, que consideré que cosa sea el ser gran señor ü po-
bre soldado, que aun el ser General no le bastó para salvarse en
aquella ocasión donde se salvaron otros, aunque pocos, que de
toda la infantería del tercio de Sicilia que venía embarcada no
quedaron más de setenta y dos, siendo más de ochocientos los
que veníamos embarcados. De las cuatro galeras de Malta pere-
ció á este respeto también, que no supe el número.
Vi al Adelantado, como he dicho, porque en mi galera no había
oficial de la compañía ni soldadps más de seis conmigo, y díjome
el capitán de la galera que fuese á las demás, á ver si topaba algu-
nos soldados de los nuestros que se hubiesen salvado en alguna de
las otras galeras. Tomé el esquife, que había querido Dios aplacar
su ira con tantas muertes y con la del Adelantado, porque estaba
la mar como una leche blanca, no habiendo habido de tiempo en
ganar la tierra y perdella y la borrasca tres horas cabales.
Llegué á la capitana y no hallé soldado ninguno más que al al-
férez, que todos saltaron en tierra sin bandera, y entonces vi al
Adelantado como he dicho.
204 bolbtín db la rbal acaobmia db la historia.
YólTíme á mi galera, que iba zarpando, y es de coiíaiderar que
en este poco tiempo estaba también la marina como sí no hubiera
habido allí aquella gran matanza. No quisieron tomar vivo nea-
gün cristiano, que todos los mataron, sino fuerou algunos que se
escondieron en unas tinajas grandes como las que echan vino en
España, que se hacen allí, y había muchas arrimadas á una puerta
falsa de la tierra; pero no fueron treinta éstos.
Al maese de campo nuestro, que era un caballero del hábito de
Galalrava, que llamaban D. Andrés de Silva, le cogieron vivo, y
sobre quién le había de llevar le cortaron por medio vivo para dar
á cada uno la mitad, que fué lástima cuando lo oimos dedr. A los
muertos cortaron las cabezas y quemaron los cuerpos, y á los que
cogieron vivos les pusieron á cada uno una sarta de cabezas y una
media pica en la mano con otra cabeza hincada en la punta, y desta
manera entraron en Túnez triunfando. Bsle fin tuvo aquella des-
dichada jornada. Partimos de Sicilia y en el camino se apartaron
las galeras de Malta para Malta, que estaban cerca.
Nosotos llegamos á Palermo con los fanales de las galeras cu-
biertos de luto y las tiendas hechas, con ser por Agosto, bogando
sin concierto, que ponía dolor á quien lo vía, y más viniendo tantas
barcas á preguntar, quién por su marido y por hijo y por cama-
rada y amigos, y era fuerza responder; son muertos; porque era
verdad, que los alaridos de las mujeres hacían llorar los remos de
las galeras.
Sacaron de noche el cuerpo del Adelantado y llevaron á una
iglesia, con muchas hachas, que no me acuerdo cómo se llamaba
la iglesia, y dejaron depositado hasta llevarlo á España.
AI capitán que le llevó la faluga al Adelantado hicieron proceso,
y un hermano suyo que estaba en Palermo en puesto grande,
viendo que le habían de dar muerte infame por lo escrito, le dio
una noche veneno y amaneció muerto, hinchado como una
bota; ya he dicho que no digo su nombre, porque era muy co-
nocido.
Rehízose mi compañía y enviáronme á alojar á Monreal, legua y
media de Palermo, y estábalo yo en casa de un hornero ú pana-
dero que tenia una haquilla de portante y gorda; prestábam *
todos los días y iba á Palermo y volvíame á Monreal. Estaba
TIDA DEL CAPITÁN ALONSO DB C0NTRSIIA8. 205
entonces buen mocetón y galán, que daba envidia. En la calle por
donde entraba de Monreal vivía una señora española, natural de
Madrid, viuda de un Oidor, con quien vino casada. Era hermosa
y no pobre, y siempre que pasaba por allí la vía en la ventana,
que me parecía estaba con cuidado. Supe quién era, y envié un
recado que yo era de Madrid, que si á su md. la podía servir en
algo que me lo mandase, que más obligación tenía yo por ser de
su tierra que no otros. Agradeciómelo y dio licencia que la visi-
tase. Hícelo con mucho cumplimiento, y regalábala con frutas de
Monreal que son las mejores del reino. De lance en lance trata-
mos de amor y de matrimonio, anque diferente estado el haberle
tenido con un letrado y Oidor con fausto, ó con un soldado que no
tenía más que cuatro golillas y doce escudos de paga, anque era
alférez reformado; vinimos á tratar de veras el casamiento entre
los dos, y dije: Señora, yo no podré substentar coche ni tantos
criados como tiene vmd. aunque merece mucho más. Dijo que no
importaba, que se contentaría con una silla y dos criadas y dos
criados. Con lo cual pedimos licencia al Arzobispo para casarnos
en una ermita y nos la dio; que esto se hizo con secreto, de que
le pesó al Duque de Feria cuando lo supo, porque la tenía por
encomendada del Duque de Arcos.
Estuvimos casados coü mucho gusto más de año y medio, qui-
riéndonos el uno al otro, y cierto que era tanto el respeto que la
tenía, que á veces fuera de casa no me quería cubrir la cabeza
delante de ella; tanto la estimaba. En suma: yo tenía un amigo
que le hubiera fiado el alma; entraba en mi casa como yo mismo,
y fué tan ruin que no mirando á la gran amistad que había entre
los dos, comenzó á poner los ojos en mi mujer que yo tanto ama-
ba, y aunque yo vía algunas cosas de más cuidado en el hombre
de lo ordinario, no pensé en tal cosa, hasta que un pajecillo que
tenía me dijo: Señor, ¿en España los parientes besan á las mujeres
de los otros parientes? Dije: ¿por qué lo dices? respondió: porque
fulano besa á la señora, y le mostró las ligas. Dije yo: en España
se usa, que si nono lo hiciera fulano (que no quiero nombrarle
por su nombre á ella ni á él), pero no lo digas á naide más; si ves
que lo hace otra vez, dímelo para que yo se lo diga. El chiquillo
me lo dijo otra vez; y en suma, yo que no dormía, procuré andar
?
206 BOLETÍN DB LA RBAL ACADEMIA DB LA HISTORIA.
al descuido con cuidado, hasta que su fortuna los trujo á que los
cogí juntos una mañana y murieron (i); téngalos Dios en el cielo
si en aquel trance se arrepintieron. Las circunstancias son muchas
y esto lo escribo de mala gana. Sólo diré que de cuanta hacienda
había no tomé un dinero, más de mis papeles de mis servicios, ;
la hacienda gozó un hijo del primer marido.
capítulo iz.
Cómo me fui á E»paña y en ella me levantaran era rey
de lo$ moriscoSj donde tuve mucho trabajo.
Fuitne á España y á la Corte á tratar de mis pretensiones. Me-
tiéronme en relación de capitanes, y vacando la sargentía mayor
de Gerdeña me la dieron, habiéndome consultado el Consejo
en ella.
Y quiriéndomela barajar D. Rodrigo Calderón que esté es el
cielo, para un hermano de un criado suyo, hizo que me pusiesen
en la patente á beneplácito del Gobernador ó Capitán general,
cosa jamás vista.
Hablé al secretario Gasol sobre ello, y encogióse de hombros;
tomé una muía y fulme al Escurial á hablar al Rey D. Felipe ter-
cero, que esté en el cielo , y remitióme á D. Rodrigo Calderón,
que entonces no era más el año 1608. To respondí al Rey: Señor,
D. Rodrigo es el que ha hecho poner en la patente el con que. Di-
jome casi enojado: Yo os haré despachar. Fui á hablar á D. Ro-
drigo, y sabía ya cuanto había pasado con el Rey; con que me
dijo: ¿Cómo sabe que yo he mandado poner en la patente el con
que? ¡Vaya, vaya!
Salí de allí y de allí á una hora llegaron á mí dos hombres, y
dijeron: venga vmd. con nosotros. Parecióme imperio de justi-
cia, aunque no traían vara, y como yo había tenido con el Rey y
D. Rodrigo lo dicho, acabé de creer era justicia, y pensé bien.
Lleváronme en medio, en conversación, preguntándome mis pro-
el) Tachado «n al ma.: y tét mal/.
crllMuio en «1
BteorUl.
VIDA DBL CAPITÁN ALONSO DE GONTRBRAS. 207
tensiones; con que llegamos abajo al lugar, y yo pensando íne
metieran en la cárcel, pasamos por junto á ella, que está en el
camino, y saliendo del lugar como dos tiros de mosquete, el uno
que iba á mi lado derecho puso la mano detrás por debajo de la
capa, á quien yo miraba más á las manos que á la capa, y al punto
saqué la espada y di tan gran cuchillada en la cabeza, que cayó Herida ai
en el suelo con las escribanías en la mano, que si no se las reo
le asegundo; el otro, que era él alguacil, metió mano al punto, y
tirándome afuera hice una raya en el suelo con la espada, y dije:
no me pase de ahí nadie que lo haré pedazos. Bl alguacil tomó la
sangre con unos pañizuelos, y de aquella manera me notificaron
no entrase en el Escurial sin licencia del Rey, pena de la vida.
Yo dije: ¿y mi muía, que está en el mesón? ¿tampoco no puedo ir
por ella? Dijeron: no, que se la enviaremos, y á toda prisa se fue-
ron á curar el escribano y á dar cuenta al que se lo había man-
dado. Dicen que se rió mucho en la comida del Rey. Trújeme un
labrador mi muía y púseme á caballo camino de Madrid, y en las
siete leguas entré en cuenta conmigo y me resolví el irme á servir
al desierto á Dios y no más Corte ni Palacio.
Entré en Madrid y fuíme á mi posada, donde perseveré en mi
propósito y traté de mi viaje, que fué el irme á Moncayo y fabri-
car una ermita en aquella montaña y acabar en ella.
Compré los instrumentos para un ermitaño: cilicio y deciplinas
y sayal de que hacen un saco, un reloj de sol, muchos libros de
penitencia, simientes y una calavera y un azadoncito. Metí todo
esto en una maleta grande y tomé dos muías y un mozo para mi
viaje, sin decir á nadie donde iba. Despedí un criado que tenía,
recibí la bendición de mi madre, que pensó iba á servir mi sar-
gentía mayor, y muchos lo pensaron cuando me rieron pasar por
San Felipe, camino de Alcalá y Zaragoza.
Llegué al puerto de Arcos, donde se registra, y quiriendo que
abriese la maleta, como la vieron grande, dije: Suplico á vmds. no
la abraq, que no hay cosa de registro; ¿qué quieren que tenga un
soldado que viene de la Corte? Ellos quisieron abrirla, y comen-
zando, sacaron los instrumentos dichos, que se quedaron espanta-
'^os, y dijeron: señor, ¿dónde va con ésto? Dije: á servir otro poco
í otro Rey, que estoy cansado; y como vían que yo iba bien tra-
sos bolbtIk di la KKAL ACADBIUI DB Lá HinMU.
Udo les inoTÍó á lástima, y aa particular el mozo de muías, qoe
lloraba como una criatura; fuimos de allf adelaute tratando loe
dos de mi retirada, hasta que Ileganioe á Calatayud, que babia
uaoB caballeros de Malta, mis conocidos, á quien pedí aiguoai
cartas de faror en que me acreditasen para el Obispo de Tarazo-
na, que Moncayo está en su diócesis.
Pedrícároame no tomase tan fuerte resulución, porque sabfao
quien yo era, y no pudiéndome sacar de mi intento me dierou
cartas de mucho crédito, y aun suplicaban al Obispo que me k)
quitase de la cabeaa. Era Obispo un fraile Jerónimo que había sido
confesor del Rey Felipe segundo.
Llegué á Tarazona, fufme á una posada, despedí mi mozo j
muías, que no se quería ir, ¡unto amor me habla cobrado!, y de
allí dos días ful á ver al Obispo y di las cartas. Mandó que me
quedase á comer con lil y sobremesa me hizo un sermondto, pu<
siéndome por delante los mil iuconveDÍentes y la mocedad; to
siempre firme en mi propósito; estuve eu su casa ocho días rega-
lado, y siempre con sermones, hasta que vid no tenía remedio, cod
lo cual me dio cartas para su Vicario, que estaba en Agreda, que
está á la falda de Moucayo. Llegué, di mis cartas al Vicaño, que
se espanta de mi resulución, y dijo que cuando quisiese podía co-
menzar.
Estaba por Corregidor nn grande amigo mío en esta ciudad, de
Madrid, que se llama D. Diego Castellanos de Maudes, que coow
me vio me llevó unos días á su casa, quecasi me hubiera quitada
el pensamiento; y como supieron en la ciudad mi intento y que
el Corregidor me abonaba, que era hombre que había estado ea
tantas ocasiones, gané las voluntades de todos; con que vista mi
perseverancia ayudaron A fabricar mi ermita, que fué poco más de
media legua de la ciudad, en la falda de la montaüa.
Compdsela de algunas cosillas, con la imagen de Nuestra SeÚora
de la Gracia, de bulto. Hice una confesión general en un convento
de San Diego, de frailes franciscos descalzos, que está fuera de li
ciudad, en el camino de mi ermita; que el día que me vestide
ermitaílo descalzo fué el Vicario y la bendijo, y dijo misa, y es-
tuvo el Corregidor y muchos caballeros, que acabado se fueron t
me quedé solo tratando de repartir el tiempo en cosas saluda
f •'
▼IDA DEL CAPITÁN ALONSO Dfi GONTRIIAAS. ¿Od
al alma. Púseme el saco de la color de Saa Fraucisco y descalzo
de pie y pierna. Yenía todos los días á oir misa al convento,
donde tenia batería de los frailes, fuese uno dellos; yo no quería.
Los sábados entraba en la ciudad y pedía limosna; no tomaba
dinero, más de aceite, pan y ajos, con que me substentaba, co-
miendo tres veces á la semana una mazamorra con ajos y pan y
aceite, cocido todo, y los demás días pan y agua y muchas yerbas
que hay en aquella montaña.
Confesábame cada domingo y comulgaba. Llamábame fray
Alonso de la Madre de Dios, y algunos días me hacían comer los
fraile? con ellos, con intención que me metiese fraile; y como vie"
ron que no había remedio, me pusieíron pleito para que me qui-
tase el hábito ó saco que traía de su Orden. Salieron en ello y
hube de mudar traje, que me pesó harto, tomando color de los
frailes vitorios, que creo si los hubiera allí fuera lo niesmo; ¡tanta
gana tenían de meterme en su religión!
Yo pasé cerca de siete meses en esta vida, sin que se me sintiese
cosa mala, y estaba más contento que una pascua; y prometo que
si no me hubiesen sacado de allí como me sacaron, y hubiera du-
rado hasta hoy, que estuviera harto de hacer milagros.
Yolvamos atrás, cuando pasé por Hornachos, que había pasado
tiempo de cinco años, del año 1603 al de 1608, que era cuando
estaba en la ermita, li me fui á ella.
Hubo en España algunas premisas que los moriscos se querían
levantar, y habiendo ido el alcalde Madera (i) que lo era de Casa
y Corte, á Hornachos, á hacer unas averiguaciones graves contra
el rebelión que dicen se conjuraban los moriscos, estaba en dicho
lugar con su corte, eo el cual mandó ahorcar seis moriscos; el por
qué no lo sé, más de que habiendo venido del lugar de Guareña
á Hornachos unos labradores á vender algo, vieron ahorcados los
moriscos, con lo cual dijeron: ano sin causa aquellos soldados que
pasaron por nuestra tierra los años atrás, decían tenían éstos una
cueva de armas escqndidas.» No faltó quien lo oyó y avisó al alcal-
de, que mandó prenderlos, y lomada su confesión dijeron que
0) Oregrorio López Madera.
TOMO xxzvu. 14
bolbtIn db l* hbal acadkuu db la HiaToniA.
compañía de soldados que habla pasado porsti lierra los años
s, en ima pendencia que hubo con la gente del lugar, decían
toldados: ¡Ah, cuerpo de Dios, sí nos hubieran armado con las
üs que hallaron escondidas en la cueva de Boraachos!
'eguntáronios quién era el capitán; dijeron que uo lo sabían;
que despachó al lugar á versí lo podía saber, y como en todos
ugares antes de alojar se echa un baudo en nombre del capi-
halláronlo con facilidad.
,bido el aombre del capitán, que á la sazón estaba en Ñapóles,
iron testigos en el lugar, como decían el alféreí turo la culpa,
pues las halló sin decir á naide nada, las había de repartir
i nosotros. Con lo cual procuró saber quién era el alféreí; nn
pieron decir, y así se envió á la Corte á saber quién era el
BE del capitán D. Pedro Jaraba del Castillo en la leva del aúo
, y con facilidad supieron era yo.
iscándome alcaniaron á saber cómo estaba en Moacayo hecho
taño y habla dejado de ir á servir la plaza de sargento mayor
erdeúa, porque había escrito de la ermita á mi madre y á
oficiales de la Secretaría de Estado, mis amigos, qne enton-
1 tetía el Sr. Andrés de Prada, el viejo, que me hacía mucha
ed; con lo cual despacharon una cédula Real para que me
n á prender, pareciéndoles que pues había topado aquellas
s y de ellas no se habla tenido noticia hasta entonces, y que
empo que los moriscos trataban de levantarse no quisiese
iber ido á ejercer á Gerdeña mi oficio, sino retirádome en
o de ermitaño á Moncayo, que es lo más fuerte de España y
cnunica con Aragón y Castilla, siendo la raya de lo uno y lo
les dio á imaginar que yo sería el rey de aquellos moriscos,
bieudo lo que me obligó A retirarme.
gó el quo traía la comisión, que se llamaba fulano Lle-
(alguacíl de corte), y presentóla de secreto al Corregidor de
ia, y convocando mucha gente armada fueron á mi ermita;
10 no era camino real ni otro el de la ermita, yo me espanté
r venir tanta gente junta y armad»: imaginé era alguna
añia de soldados bisónos que pasaban á Aragón; pero viéndo-
icaminar á la ermita, no sabía qué decirme. Más de que Ue-
cou taula preveución, como si fuera un castillo lo que '
VIDA DEL CAPITÁN ALONSO DE G0NTREBA8. 211
bian de ganar, y llegándose á roí que estaba con un rosario en la
mano y un cayado en la otra, me agarraron y prendieron, y al
punto me ataron las manos atrás y pusieron un par de grillos en
los pies con el mayor contento, como si hubieran ganado una
ciudad muy fuerte, y puniéndome encima de un pollino, asentado
y atado, comenzaron á caminar la vuelta de la ciudad. Yo oía de-
cir: «este es el rey de los moriscos; miren con la devoción que an-
daba en la sierra.» Otros decían mil disparates, con que llegamos
á do había salido todo el lugar á verme, y á unos hacía lástima y
á otros daba qué decir.
Metiéronme en la cárcel con gran guarda, donde estuve aque-
lla noche encomendándome á Dios y haciendo examen de mi
vida, por qué podían haberme preso con tanto cuidado y cédula
del Rey.
No podía saber qué fuese, porque hacía mil juicios; otro día
regué me llamasen al Corregidor; vino y pregúntele me dijese si
sabía la causa de mi prisión. Respondióme que creía era tocante
á los moriscos, con lo cual imaginé sería por las armas que topé
en Hornachos, que luego se me vino á la memoria, y dije: si es
por las armas que topeen Hornachos, ¿para qué me prendían con
tanta cautela?; que preguntándomelo lo diría; el Corregidor se es-
pantó y llamó al punto al tal Llerena y se lo dijo, de que daba
saltos de contento, y mandó que me quitasen las prisiones de las
manos, que me atormentaban.
Dábanme de comer con arreglo, y como estaba enseñado á co-
mer yerbas, me hinché luego, que pensaron me moría, y pensa-
ron era veneno; llamaron los médicos, curáronme, y luego cono-
cieron lo que fué, que era fácil de sanar. Caminábamos á Madrid,
y en el camino fui regalado, pero con mis prisiones y doce hom-
bres de guarda con escopetas. Llegamos á Madrid y me llevaron
á apear á la calle de las Fuentes, en casa del alcalde Madera, que
había venido de Hornachos.
Apeado, mandóme quitar las prisiones y metió en una sala
donde quedamos solos, y comenzándome con amor á preguntar la
causa de haberme retirado, le dije lo que ya tengo escrito atrás;
pió adelante, y díjome si había estado en Hornachos alguna
y r; respondíle: Señor, si es por las armas que topé en un silo
Í\í BOLBTÍN de La RSAL ACADBIIIA DB LA HISTORIA.
allí, pasaodo con mi compañía habrá cinco años, no se canse
vmd., que yo se lo diré como pasó. Levantóse y abrazóme dideudo
que yo era ángel, que no era hombre, pues habia querido Dios
guardarme para luz del mal é intento que tenían los moriscos, y
comencé á contárselo como está dicho; mandó que me llevasen eo
casa de un alguacil de Corte que se llamaba Alonso Ronquillo,
con seis guardas de vista, pero sin prisiones, con orden me rega-
lasen, y que á la comida y cena estuviese un médico á la mesa,
el cual no me dejaba comer ni beber á mi gusto, sino al suyo,
por lo cual veo que come mejor un oficial que un gran señor.
Pasóse cuatro días, que no me dejaron escribir ni enviar recado
á naide de mis conocidos y madre, y al cabo de ellos vino el mes-
mo alcalde con un secretario de el crimen que se llamaba Juan de
Pina, y me tomó la confesión de verbo á verbo (sic), en la cual do
quiso que me llamase fray Alonso de la Madre de Dios, sino el
sargento mayor Alonso de Contreras, y así me hizo firmar.
De allí á quince días que yo ya comunicaba con mi madre y
amigos, aunque siempre con guardas de vista, pero no con médico
á la mesa, llegó una noche el alguacil Ronquillo, á media noche,
vestido de camino y con pistolas en la cinta, con otros seis déla
mesma manera, y entró en el aposento y dijo: Señor sargento
mayor, vístase vmd., que tenemos que hacer. Yo, como lo vi de
aquella manera, dije: ¿Qué, señor?— Que se vista, que tenemos que
hacer. — Yo tenía poco que vestir, más que echarme encima un
saco, y hecho le dije: ¿Dónde va vmd.? Respondió: A lo que or-
dena el Consejo. Entonces yo respondí: Pues sírvase vmd. de en-
viar á llamar á San Ginés quien me confiese, que no he de salir
de aquí menos que confesado. Entonces tornó y dijo: Es tarde;
vamos^ que no es menester; y por el mesmo caso me temí lo que
tenía en mi imaginación, que era el llevarme á dar algún garrote
fuera de el lugar.
CAPÍTULO X.
En que se sigue el levantamiento de testimonio
sobre que era rey.
En suma: trujeron al teniente cura de San Ginés, que esta**" i
tres casas, y arrimándome á un rincón me confesé. ¡PIit'*- -a
YIDA DBL CAPITÁN ALONSO DE G0NTRBRA8. 213
Dios fuera hoy que escribo esta la cuarta parte tan bueno como
entonces! Supliqué y pedí con citación al confesor que á otro día
había de dar cuenta de lo que le pedía al secretario Prada y á mi
madre, y era suplicarle de mi parte se siguiese la causa, porque
en ningún tiempo se dijese yo había sido traidor al Rey, con lo
cual se acabó la confesión y se fué el teniente cura, y á mí me
pusieron unos grillos y ataron muy bien encima de una muía de
silla, y por debajo de la barriga de la muía ataron el otro pie en
que no iban grillos.
Salimos de casa, que vivíamos á la rinconada de San Ginés;
subiéronme por donde van los ahorcados, entré la plaza y bajá-
ronme por la calle de Toledo y Puerta Cerrada, calle de los Ajus*
ticiados; verdad que era camino de la Puerta de Segovia por
donde habíamos de ir para Hornachos donde me llevaba, que pudo
decírmelo, con que escusara aquella aprensión que tomé de que
me llevaban á dar garrote. En suma, caminamos nuestro camino
lo que quedó de la noche y á cada sombra de árbol pensaba que
era el verdugo. Amanecimos en Móstoles, caminamos á Casaru-
bios donde dimos cebada y almorzamos, aunque yo de mala gana,
y dfjele al alguacil por qué no me decía á dónde íbamos, y hubiera
ahorrado tan gran pesadumbre como había tomado aquella no-
che. Díjome que íbamos á una tierra que no me lo quería decir,
porque llevaba orden del Consejo, hasta que estuviésemos en
ella; que aún me quedó algunas sospechas.
Llegamos á la vista de Hornachos y entonces dijo que íbamos á
él, y que se había de hacer una diligencia aquella noche, que no
habíamos de entrar hasta media noche. Nuevos pensamientos
para mí, que estuvimos en una huerta aguardando la hora, y yo
pensé era la postrera , pero no me daba cuidado. Siempre que
haya de ser me coja como entonces, que me contento.
A la entrada del lugar me quitó los grillos y desató, diciendo-
me: vmd. diga la casa donde estaban las armas. Dije: señor, yo
no conozco el lugar porque no estuve en él más de una tarde y
una noche, y cuando me llevó el soldado era de noche, y hace
cinco años; pero póngame vmd. en una calle que hay que está
a""'ba, donde hay una fuente, que espero en Dios acertar la casa;
h olo, y dije, ésta ó ésta es la casa; dijo, pues vamonos á la po-
214 BOLETÍN DB LA REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA.
sada. Fuimos y dábame de cenar, ¡rebeatado sea! iMirási me había
dado buena cena con semejantes tragos! Amaneció y dieron traxa
para que yo entrase en las dos casas, sin escándalo, á reconocer-
las, y fué que entrando en otras primero decían que era enviado
del Obispo de Badajoz á ver las casas, si tenían imágenes y cru-
ces, y como yo era ermitaño, creyéronlo y fué causa que vinie-
ron santeros con estampas de papel á liornachos, que se hicieron
ricos, y no había puerta que no tuviera dos ó tres cruces, quepa-
recia campo de matanza. Entré en la casa y topé el silo, pero no
estaba como yo lo había confesado en mi confesión, que en
blanco como una paloma y de algunos treinta pies de largo y
veinte de ancho.
Hálleme confuso y arrimado á la pared; con el dedo estuve
arañando como confuso, cuando quiso Dios que cayó un pedazo
de lodo de donde arañaba, y debajo quedó blanco. Reparé en ello
y dije, señor, traigan quien derribe una tapia porque, rasqué to-
das las paredes y no había blanco más de las tres, y la una era
negra. Trujeron quien la derribase la negra, y luego quedó el silo
como yo lo había dicho, porque habían echado una tapia en me-
dio del silo y de un aposento habían hecho dos y echado una
capa de barro encima.
Prendieron al dueño de la casa. Dijo que él había comprado la
casa dos años había, de otro morisco, que no sé cómo se llamaba,
mas que yéndole á prender, como había ya sabídose el ruido de
el derribar la casa tomó una yegua que tenía y se fué á Portugal,
que costó harto de sacarlo del; embargáronle su hacienda, que la
fiesta fué para el alguacil y las guardas. Con ésto ya me tenían
con menos cuidado. Despachóse á la Corte con lo dicho, que esü*
mó el alcalde la nueva.
Yo casi malo y de muerte ; pero fueron tantos los remedios y
cuidados que sané presto; enviaron por mí , y para llevarme tro*
jeron litera y médico que fuese conmigo, porquaiba convalecien-
te, y en todas las tierras que pasaba salía el corregidor ó alcalde
á entregarse de mí hasta la mañana que me tornaba á entregar;
pero regaladísimo, y en lindas casas y no en cárceles, que nunca
entré en ellas. Llegamos á Madrid y lleváronme á la mesma casa.
Yióme mi madre con hartas lágrimas.
VIDA DEL CAPITÁN ALONSO DE GONTRERAS. 215
Yo estaba ya bueno, y un día lleváronme en casa del Presi-
dente de Castilla, que era el Sr. D. Pedro Manso, donde había
una Junta con Consejeros del Real y de Guerra. El Sr. D. Diego
de Ibarra y el Sr. Conde de Salazar eran del de Guerra; los demás
no tenía con ellos conocimiento sino con el Sr. Melchor de Molina,
que era Fiscal.
Trujeron al comisario á carear conmigo, á quien yo confesaba
había dado cuenta y él había negado no había estado en Horna-
chos, y leyéndome la confesión dije que conocía al tal comisario
y que era verdad todo lo contenido en aquella confesión, y que
para qué negaba cosa tan clara. Nególo; y yo dije: señor; esta es
la verdad, y si es menester retiRcarlo en un tormento lo haré.
Con ésto se acabó^ mandándome llevar á mi sólita prisión y al
comisario á la cárcel de Corte.
No pasaron muchos días, que una noche, después de acostado, Tormento que
me mandaron vestir, y metiéndome en una silla me llevaron á cedieron,
la calle de las Fuentes y metieron en una sala muy entapizada
donde había una mesa con dos velas y un Cristo, y tintero y sal-
vadera, con papel; allí cerca un potro que no me holgué de verlo,
y estaba el verdugo, y el alcalde y escribano. El alcalde me con-
soló Y dijo que el comisario negaba no le había dado parte de las
armas y que así era menester darme tormento, que le pesaba en
el alma de ello; y así, mandó, que so hiciese lo necesario. El
secretario me notificó no sé qué, que no me acuerdo, y el ver-
dugo me desnudó y echó en aquellas andas y me puso sus cor-
deles.
Comenzáronme á decir dijese á quién había entregado las ar-
mas. Yo dije que me remitía á mi confesión; dijo, que bien se
que te dieron á ti y á tu capitán cuatro mil ducados porque lo
callásedes. Yo respondí^ es mentira, que mi capitán supo de ello
como el Gran Turco; lo que tengo dicho es la verdad; conque no
quise responder más palabra en todo el tiempo que me tuvieron
allí, mas de que dije: recio caso es atormenten por decir la ver-
dad, que tan poco. me importaba el decir lo dicho de bueno á bue-
no; si quiere vmd. que me desdiga lo haré. Dijo, aprieta y da
otra vuelta, y no me pareció que me dolió mucho esla vuelta, y
luego me mandó quitar y que me metiesen en la silla y llevarme
216
BOLBTÍN DE LA. RBAL ACADEMIA DE LA HISTORIA.
á casa, donde rae curaron y regalaron como al Rey; y al meter*
me en la silla me abrazó el alcalde.
Estuve en la cama regalado más de diez días y luego me le-
vanté, y el comisario estaba apretado en la cárcel de Corte ; pero
tenía al Condestable viejo que le ayudaba, y al Conde del Rbin,
hombre viejo, además de treinta mil ducados que decían tenía.
E^oveyóse un auto en que me soltasen, tomándome pleito -ho-
menaje que no saldría de la Corte hasta que se me mandase, y
mandaron que me quitase el hábito de ermitaño, para lo cual me
vistieron de terciopelo, muy bien, en hábito de soldado, y me da-
ban cada día cuatro escudos de oro para comer y posada, los cua-
les me daba el secretario Pina cada cuatro días con puntualidad.
Todo esto se pagaba de los bienes de los moriscos.
Salí á San Felipe, como digo, galán; todos se espantaban de
verme y holgaban de que estuviese libre. Yo iba cada noche en
casa del alguacil que me había tenido preso, y su mujer me decía:
señor, el comisario prueba no estuvo en Hornachos, con muchos
testigos; yo, por el pan que ha comido con nosotros vmd., le
aconsejaría se fuese, no tornase á caer en prisión, y, como dieeo,
más vale sallo de mata que ruego de buenos. Yo pensé lo decía
con buena intención, y pardiez que traté de irme como me lo
aconsejaba, porque lo hacía á islancia del comisario, que, como
digo, era rico^ y al fln se le cuajó su intención.
Yo tenía algo ahorrado y rogué al secretario me diese por dos
días la ración, que lo había menester, y vendiendo el vestido
negro, habiendo comprado en la calle de las Postas un calzón y
capote pardo, sin aforro, y unas polainas y una mala espada, con
mis alforjas y montera salí una noche al anochecer de Madrid,
camino de Alicante; y ésto era por Enero. Quien ha caminado
aquellos caminos en tal tiempo me terna lástima.
Amanecí en la barca de Bayona y caminé por esa Mancha
arriba. Llegué k Albacete de donde tomé el camino de Alicante,
que llegué en cuatro días y aquí tomé lengua donde estaba el
tercio de la' Armada, porque estaban todos los tercios de Italia y
Armada en aquel reino de Valencia donde estaban muchos sol-
dados de mi compañía cuando pasé por Hornachos, que como
agregaron mi compañía cuando me reformaron en Lisboa^ u
VIDA DEL CAPITÁN ALONSO DE GONTRBRAS. 217
los que quedaron en pie los metieron en la Armada^ en el tercio
della.
Supe como estaba este tercio en la Sierra de Cortes y en Lahuar
caminé hacia ella en el hábito que he dicho, y buscando algunos
soldados de los míos tuve medio de irme cada día á ver entrarlas
Compañías de guarda, donde hallé mas de quince, y entre ellos
dos que eran alféreces, vivos* Contéles mis trabajos á los alfére-
ces, que se condolieron y llevaron á su posada, y diciendo que el
comisario negaba no había estado en Hornachos, dijeron que men-
tía, que aún le darían señas de lo que almorzó aquella mañana, y
en qué posada; hablamos algunos de los soldados, para que dije-
gen sus dichos, y teniéndolo prevenido hice un memorial para el
auditor del tercio en que me convenia desaminar ciertos testigos,
de cómo un fulano había estado presente en una tierra ó lugar
que se llamabaHornachos, por tal tiempo, y que para cobrar cierta
hacienda me importaba; le suplicaba y daba loé nombres de los
testigos.
Con esto desaminé cinco testigos de cómo estaba el comisario
en Hornachos cuando la Compañía estuvo allí. Después de hecho
lo guardé y quise irme; pero estábamos de día en día para sa-
quear los moriscos de aquella sierra y me aguardé algunos días,
y también por aguardar buen tiempo, que le hacía cruel.
Cuando me huí de Madrid me echaron menos á dos días y en-
viaron á buscarme por diferentes partes, y así mesmo me prego-
naron en Madrid llamándome á pregones, con lo cual, como no
respondí ni se sabía dónde estaba, aunque tuvieron noticia que
había huido hacia Valencia por algunas señas que tuvieron de
mí; con que el comisario comenzó á pedir que le soltasen, porque
todo lo que yo había dicho era mentira y que me había vuelto
á buscar los moriscos para meterme entre ellos; tenía dinero y
los dos grandes señores que le ayudaban, y así no hubo dificul-
tad en soltarle, aunque el alcalde no creía de mí cosa mala, y más
que se había hecho secretamente una plena información hasta
dentro del cuarto grado, para saber si tenía alguna raza de moro
ó judío; y digo ésto, porque después me dijo el secretario Pina:
i vmd. tuviera lo que costó de hacer pesquisa y información de
u nacimiento, padres y abuelos paternos y maternos,'había para
1
318 BOLKTfl* DI LA nBAL ACADBUIA DE LA HI8T0BIA.
pasar algunos días, y fué vmd. venturoso en que no hallasen cosa
de lo dicho, porque es cierto le hubieran ahorcado.
El buen comisario andaba fuera de la cárcel, y la sentencia de
los moriscos se iba fulminando el echarlos de España, y á mí bus-
cándome.
Cuando de alH á pocos días, en un saquillo que hubo de unos
moriscos eu la sierra de Latinar me tocó un macho bizarro ó
mulo de arriero, con que tomé el camino de Albacete y un pasa-
porte del Sargento mayor del tercio, como no tenía plaza y aquel
mulo lo habla ganado y ora mío, con stis señas. Entré en Albacete
y vendí el mulo, que me dieron por él treinta y seis ducados y
valla ciento. Caminé á Madrid, y antes de llegar una legua, en
Vallecas, hice un pliego de cartas intitulado: al Rey N." Señor, en
manos del Secretario Andrés de Prada; y con mis alforjas, como
correo, entré en Madrid al anochecer. Pufme derecho en casa del
Sr. Conde de Salazar y hablé con su Secretario Medina, y cono-
ciéndome dijo que me fuese con Dios, que si me coglau me ha-
bían de ahorcar mañana. Repliquéle, y él en que me fuese; llamé
un paje y dije: vmd. diga al Conde que está aquí un correo
que viene del ejército de Valencia. Mandóme entrar al punto, y
como me conoció miró á un lado y á otro si había gente, me pa-
reció para prenderme. Yo le dije: Señor, yo soy el alférez Contre-
ras, que por la reputación me ha obligado á venir ansí (venía
con el lodo á media pierna) y para que vea V. S.* aquí traigo iu-
formacióo bastante como el comisario estuvo en Hurnachos, que
por irla á hacer donde había soldados de la Compañía me fui sin
licencia; ahora V. S.' mande lo que fuere servido. Entonces, dijo:
por este hábito, que siempre tuve bueu concepto de Gontreras.
Vaya en casa de Melchor de Molina, el fiscal, y cuénteselo luego,
y véamenos mañana.
Yo ful en casa de Melchor de Molina, el fiscal, y me dijeron
que estaba acostado, con que me determiné á ir en casa de una
mujer conocida, y llamando á la puerta me respondió una moza
que tenía y abrió; y como rae conoció, dijo á voces, como espan-
tada, ¡que es el alférez! Entré con la figura que he dicho, que era
dificultoso el conocerme, y dije: ¿de qué se alborotan ? Dijo la r--
jer: está loco en venir á Madrid, que uo tardarán tanto enco"
VIDA DBL CAPITÁN ALONSO DB GONTRERAS. 219
como en ahorcallo. Por las llagas de Dios se vaya á una Iglesia.
Dije: Isabelilla, toma, ve en casa del Embajador de Inglaterra y
trae una empanada de lo que hallares y vino, que estoy muerto
de hambre, y si me han de ahorcar, deja que muera harto.
La moza fué y vino en el aire; trujo la empanada y vino, y dije
á la ama: siéntese y cene. Dijo que había cenado, y yo comencé á
cenar, y acabado hice que me lavaran los pies con un poco de
vino y me acosté; dormí, que venía cansado, y por presto que
madrugué, ya estaba fuera el fiscal. Dijéronme que había ido á
misa á la Compañía, y fui allá, y al salir de la iglesia habléle y
dije cómo traía información, y que el Conde me había dicho se la
llevase y que se verían en Palacio. Tomó la información, dolién-
dose de verme, y dijo le aguardase en su casa; yo lo hice como lo
mandó.
La criada de la señora donde había cenado era amiga de un
corchete y avisóle por la mañana, mientras fui en casa del fiscal,
que yo mesmo había dicho iba allá por la mañana cuando salí, y
éste avisó á su amo, que era un alguacil de Corte que se llamaba
Artiaga, y aprestándose con otros corchetes fueron aguardarme
cuando saliese de allí. Aguardé hasta medio día, que vino el fis-
cal, y apeándose del coche, me vio y dijo: venga vmd., que Su
Majestad le ha de hacer mucha merced, y esto asido de la mano;
los que venían con él se espantaron ver [á] un hombre que parecía
correo de á pie y menos hacer tantos cumplimientos. Entramos
en el estudio y seutámonos, y comenzó á engrandecer mi valor,
y dijo: vmd. vaya en casa del Conde, que hemos estado en Pala-
cio juntos y se ha tomado resulución con vmd.
Yo salí de la casa, cuando cargó el alguacil con sus corchetes
sobre mí, ¡favor al Rey! Yo metí mano á la herruza y comencé á
jugar, pareciéndome que era trampa lo del fiscal, que no dejaba
llegar á mí á naide. Avisaron al fiscal, que salió á la puerta, di-
ciendo: ¡picaros, ladrones! ¿qué hacéis? ¿Sabéis quién es ese que
va vestido de correo? Por vida del Rey, que os haga echar en una
galera; ¿no bastaba que salía de mí casa? Con lo cual quedó el
alguacil aturdido, y yo, envainando mi espadilla, me fui en casa
del Conde, con más de cien personas detrás y delante. Aguardé
que viniera; y aún no se había ido la gente de la puerta cuando
n
OLBTtN DB hí REAL ACADEltlA DE LA HISTORIA.
le dijo: Suba á casa, Sr. Alférez. Segtiíle, y estando
e dijo: vmd. ha^cumplida como muy hombre de bien.
acabado; mire para dónde quiere uaa compañía, y se le
ispacho. Yo le besé la mauo por ello, y dije: Señor, ya
3 ser, sea para Flaades; y eatonces me dio un billete para
irio Frada y más treacieii tos reates en piezas de á dos. Cod
D casa del Secretado y di el billete y él me dio un pliego
para el Rey, que estaba en el Pardo; fuíme al Fardo y eo-
pliego al secretario, y dijo que volviera á la tarde á boca
al escritorio; y volvieudo, me dio uu pliego para el mesmo
0 Prada y mil reales en piezas de A cuatro. Tomé lo uno
y vine á Madrid y eutregué el pliego, y había eu él una
,ra Flandes de doce escudos de vent;ija y una carta para
luque, en que me mandaba el Rey rae diese una Compa-
fauteria, con lo cual me vesLl á lo soldado y tomt la de-
a Agreda, donde era ermitaño, pidieudo á mi madre su
1 y dejándola algiin socorrillo del que me habían hecho
comisario, como tenía dineros y tan buenos ángeles de
f estaba ya suelto en nado, y la sentencia dada contra los
que los echasen de España, le dieron un destierro que le
durar poco, porque le vi en la Corte de allí á cuatro años
CAPITULO XI.
e dice la salida que hice de Madrid para Flandes y sucesos
de la muerte del Rey de Francia.
1 Madrid y encaminóme á Agreda, donde llegué en po-
as. Fuíme á una posada y supo todo el lugar estaba aUí,
ligaron infinito de verme, y más con las honradas cédu-
levaba del Rey.
i allí cinco días, y luego me partí para San Sebastián,
legué con salud, y me embarqué en un uavfo de Dun-
para Flandes, que llegué en ocho días. Desembarquéme y
iselas; presenté al Archiduque mis despachos, blzome m"-
xd, y mandóme sentar el sueldo, y que en la príir
VIDA DEL CA^ltÁK ALONSO Dfi (lONtREftAS. 2^1
ocasión me daría una Compañía. Hícelo sentando la plaza en la
Compañía del capitán Andrés de Prada, que era deudo del Secre-
tario de Estado, en el tercio del Maestre de Campo D. Juan de
Meneses, que estaba en Cambray de guarnición.
No hubo ocasión en más de dos años de salir á campaña ni de
darme compañía, hasta que se revolvió lo de la Princesa de Conde
que el Rey de Francia, Enrique Cuarto, la quería en todo caso; él
sabe para qué; la cual se había venido á favorecer de la Señora
Infanta y la tenía en su poder en Bruselas, y á su marido tam-
bién, que es el Príncipe de Conde, jurado en Francia por tal Prín-
cipe y heredero ligítimo de aquella corona, si el mucho valor de
Enrique lY no se la hubiera quitado; que se me ofrece tratar de
él un prodigio de que soy testigo, y aún tengo dicho mi dicho
delante del Magistrado de Cambray sobre el caso.
Es á saber: que el Rey de Francia tenía hecha su liga con los
potentados de Alemania y Italia, que ya tendrá el lector noticia
della, que fué la del año 1610, y aun creo que dura hoy.
Trató de irse á San Deouís á jurar la Reina, que la dejaba en su
lugar, y aquel día que lo había hecho se vino á París, que son
dos leguas de una calzada, y entrando en la ciudad, en una calle
angosta donde la guarda no pudo ir cerca de la carroza donde iba
el Rey, se arrojó un hombre y con un cuchillo jifero le tiró una
puñalada, y visto que el Rey habló diciendo que no le a tué,
que quiere decir no le matéis, se arrojó de segunda vez y le dio
otra, con que mató al más valiente Rey que ha habido de ducien-
tos años á esta parte, y prendieron á este hombre, al cual dieron
infinitos tormentos para matarle, dándole cada día su género de
tormento, y lo más que dijo siempre: Mon Dio de paradi (sic), que
quiere decir, Dios mío del Paraíso; y más que preguntándole que
quién se lo había mandado hacer, decía que nadie, que él lo ha-
bía hecho porque no padeciesen los cristianos, y que había ve-
nido de su tierra otras dos veces á hacer este caso, y no había te-
nido ocasión de hacerlo, y gastándose lo que traía, se volvía.
Éste se llamaba Francisco de Rubillar (sic), natural de Angu-
lema. Era maestro de niños. Angulema está en Bretaña. Sucedió
esto á 14 de Mayo de 1610, á las cuatro de la tarde. Todo esto es
relación verdadera, que como estuve en Cambray, que está cerca,
'^
BOLETÍN DK LA RBAl. ACADEMIA DB LA HIBTOHIA.
:(ii'lifiqué de todo; pero lo que vi diré agota, á que teogo
o.
mo he dicho, estaba de guarnicióo eo Gambray coa mi ter-
il cual se le había dado ordea que se aprestase para salir i
laña, 7 nosotros los soldados deseábanioslo como la salra-
cediÓ que habiéndome nombrado de ronda á la muralla con
ilféres mallorqufo, que se llamaba Juan Jul, porque estaba
;ra compañía de guarda, subimos á la muralla, donde hay
tas garitas, y llegando sobre la puerta de Peroua oímos una
:ta de correo que nos alegró: es á ^aber, que los maestros de
B dejan fuera de la ciudad seis caballoa para los correos que
I, los cuales no puede dar si no lleva el boletín del Goberna-
¡lie se le da en una cajeta que está con unos cordeles desde
rra á la otra parte del foso; y allí llegan los correos y dan
á la guarda, y luego dicen ¿de dónde vienen? y si traen car-
s echan en la cajeta y con ellas van en casa del Gobernador,
i se le da el boletín y lo Ifcva y echa en la caja; y tirando la
a la toma el correo y la da al maestro de postas y le da
[os.
correo llamó y le respondimos, ¿qué de dónde venía?; dijo
e España, que es aquel el camino. Dijímosle: ¿trae cartas
ú Gobernador? Dijo no; despáchenme luego; con lo cual le
olamos: ¿qué hay de nuevo? Respondió: esta tarde matarou
1 de Francia con un cuchillo y le dieron dos puñaladas. Coa
esolvimos que fuese yo i dar aviso al Gobernador, por ser
ígero. Llegué, que estaba acostado, y cuando le dije la nue-
espantó, porque sabía el estado y riesgo que tenían las
me el boletín y fui á la muralla, y echamos en la cajeta y
reo le tomó, que estaba á pie, y no traía más de un caballo,
ué con él de diestro camino del maestre de postas, que es-
te allí un tiro de mosquete.
>otros seguimos nuestra ronda, dando aviso de lo pasado en
erpos de guarda, que todos se espantaban. Amaneció; y de
iquel Cambrasi, que son muchos lugares, se venían, '
lo en carros la ropa para meterla en Cambra y, porque def
VIDA DEL CAPITÁN ALONSO DB GONTRBRAS. 223
que la gente levantada iba á saquearlos por la muerte del Rey.
Con que fué mentira la muerte del Rey que se ha contado y á mí
me daban la vaya. Pasó esto así que se ha oído, y al cabo de
nueve días naturales vino un criado del Embajador D. íñigo de
Cárdenas, que lo era por el Rey en París, corriendo la posta, y
contó la muerte como está contada, sin discrepar un punto; y
como quedaba la casa del Embajador cx)n dos compañías de salva-
guardia que mandó poner la Reina porque no matasen al Emba-
jador y á su gente, pensando era la causa.
Admiráronse del caso, y mandando llamar al maestro de postas
para que dijese si había dado los caballos tal noche, dijo que no,
por lo cual mandaron dijésemos nuestros dichos como lo dijimos,
y se creyó que aquel correo había sido algún diablo ó algún
ángel.
Nosotros salimos á campaña y estuvimos en ella hasta Septiem-
bre, que nos retiramos, y pedí licencia al Archiduque, por saber
que en Malta había Capítulo general, donde pretendía tener algún
fruto de mis trabajos, como lo tuve.
Dióme licencia, y por no tener caudal con que ir en un caballo SaiidadeFian
con un criado ú solo, me vestí en hábito de pelegrino á lo fran-
cés, que hablaba bien la lengua. Metí en el cordón una espada y
mis papeles en un zurrón, y comencé á caminar; pasé por una vi-
lla que llaman Creu, que está entre Amiens y París, donde es-
taba el Príncipe de Conde con la Princesa, que ya se había reti-
rado sin miedo. Pedíle me hiciese merced de una carta para el
Maestre de Malta; diómela, que era tan larga y angosta como un
dedo, y más trescientos reales. Pasé mi camino, entré en Borgoña
y llegué á una ciudad que se llama Jalón y pasa un río por las
murallas. Estaba cerrada la puerta del camino por do venía yo y
fué menester ir costeando el río para entrar por otra, y como cu-
rioso iba embebecido mirando la fortificación. Repararon en ello,
y al entrar por la puerta cogiéronme. Yo, como no había hecho
nada, no quería soltar el bordón, forcejeando, y ellos diciendo: el
bugre español, espión, que no podemos encubrirnos anque más
hagamos. Con la fuerza que hacíamos se desencajó el bordón y vie-
I ii la espada, con que acabaron de creer era espía. Lleváronme á
1 "Cárcel, donde trataron de darme tormento, y hubo pareceres me
des en hábito de
pelegrino.
BOLBTlM DK LA KtAX. ACADBMIA DB LA ttlSTOItlA.
isea, pues me cogían con las armas eocubíertas, ¿qae qné
[■uebaf Yo naoHtraba mis papeles y JiceDcia del Archiduque;
esas; lauto que un español que estaba allí casado por no
estar en los estados del Rey á causa de ser de los amotina-
Flandes que fueron dados por traidores, doliéndose de mi
pañol, vino y me dijo: Señor, vmd. no esló descuidado, que
e quieren ahorcar: mire, si quiere que yo haga algo: pensé
burlaba, hasta que vt era de veras, y volvíame loco viniese
T tan seco y sin llover. Dijele: Señor, aquí tengo una caria
]r que me dio el Príncipe de Conde para el Gran Maestre
Ita, en que verán que voy mi camino y no soy espía. Dijo:
i vmd. ¡Cuerpo de Dios! Era tan chiquilla que casi no la
a, y tomóla y llevó al Uagistrado. Yo quedé tan desconso-
>mo se deja pensar, y de alli á una hora oí grao tropel en
:el, que pensé venían por mí para ejecutar su crueldad, y
ua sentía una voz en que decía: ¿Du eté lo español?, que
¡ decir: ¿dónde está el español?] llamadlo. Yo M y estaba
1 Magistrado, y me dijeron en francés: venid con nosotros;
llevaron á una hostería, donde mandaron me regalasen bien.
I el huésped, que no era más hereje que Oalvitio. A otro día
3ron dos caballos ligeros para que me acompañasen hasta
le Francia y otro caballo para mí, que no gasté blanca ha^a
allí, comiendo bien.
León me entregaron al gobernador. Hizo lo mesmo; que
^3 de regalado en una hostería me sacaron otros dos caba-
geroB hasta ponerme en tierras del Duque de Sahoya, que
lamberf. Pasé mj camino y de allí tomé la derrota de Gé-
donde me embarqué para Ñapóles y de ahí para Palermo
estaba por Virrey el Duque de Osuna á quien habl^ ;
j darme cien ducados de ayuda de costa, porque vio traía
la. No faltó quien me dijo que me había mandado prender
s muertes pasadas, y sin saber si era verdad, como no lo
le embarqué y fui á Malla, donde fui muy bien recebido, y
ito me enviaron adelante en una Trágala á tomar lengua,
ras nuestra armada iba á los Querquenes en Berbería, que
año de 1611.
cera jornada. — Hice mi viaje y truje relaáón vewi
r~^
VtOA fiBL CAFITilf ALONSO DB C0NTRBBA8. 225
TüToee Capítulo general eú el cual me recibieron en el Priorato
de GastiUa (I), sin tener obligación de hacer las pruebas necesa-
rias para ello, sin haber voto en contrario de todo el Capítulo, con
ser más de 200. Hice mi año de noviciado j acabado me dieron el
hábito, aunque me contradecían algunos caballeros que tenía dos
homicidios públicos, y no obstante hice profesión, porque el Gran
Maestre lo ordenó. Bn el año de noviciado tuve una pendencia
con un caballero temerario, en condición italiano. Fué por volver
por otro que me había hecho bien. Tiráronme dos pistoletazos y
no me hicieron mal. Pedí licencia para España. Vine en las ga-
leras de la fleligión hasta Cartagena sin gastar en comer nada, en
compañía del caballero por quien reñí la pendencia, que decir to-
das las circunstancias sucedidas no habria papel en Oénova.
Llevóme hasta Madrid este caballero, donde me dejó y yo
quedé con mi hábito puesto, que todos me daban el parabién,
unos de envidia, otros de amor.
Pedí en el Consejo una compañía y enviáronme á servir á la
armada Real, donde estuve en las ocasiones que hubo hasta que
volví á la Corte con licencia; y en este tiempo me aficioné de una
mujer casada, que fuimos amigos algunos días; y otra á quien yo
conocía, también casada, traíame en cuentos de celos, tanto que
me obligó á hacer una ruindad, que por tal la tengo. Y es que
fui á su casa delante de su marido con resolución de cortalla la
cara; saqué la daga para hacello ; ella que me vio resuelto tapóla
7 bajó la cabeza metiéndola entre las piernas. Yo me vi mohíno y
aleóle las faldas, que estaba á propósito, y dila en las asentaderas
dos rabanadas como en un melón. El marido tomó la espada y
salió tras mí, que era en la tienda donde trabajaba, que era ofi-
cial, y como hay tanta justicia en Madrid, luego cargó á pren-»
derme. Yo me metí eo una casa, donde me hice fuerte á la puerta
y no dejaba entrar alma sino era por la punta de la espada. Ha-
bla justicia de la villa y Corte, y mientras más tardamos más ve-
nía, tanto que llamaron uno de los señores Alcaldes de Corte que
era D. Fulano Fariñas y llegado con gran tropa de alguaciles me
dijo quitándose el sombrero: suplico á vmd. meta la espada en la
Taelwdo en el lis : tn grado de fraile airyieale de arnae.
TOMO jjaam.
226 BOLBTtN DB LA REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA.
cinta. Repondile; pídemelo vmd. coa tanta cortesía, que auaqne
me hubieran de cortar la cal)eza lo haré; como lo hice, j dijo:
jure vmd. sobre esa creí de uo hacer íuga y venirse cooiDigo.
Respondí: quien ha hecho lo que vmd. le ha mandado no ha me-
nester; guie vmd. donde fuera servido; y yéndonos mano á mano
llegamos ala cárcel de Corte y dijo: Vmd. quedará depositado
hasta que se dé parte á la A,3amb1ea y á su alteza el Príncipe
Gran Prior; ¡ola! deci que se le dé un aposento, el mejor que
hubiese, y quédese con Dios, que esta noche vendré á ver á vmd.
PriBiduenUí' El alcaide me dijo: si vmd. quiere estar con unos caballeros
'*^*' ginoveses en su aposento, estará con compañía. Dije que si y así
subió y se lo dijo, que lo hicieron de buena gana.
Yo avisé al punto al secretario de mi Asamblea, anque ellos lo
aabian ya. Los ginoveses me dieron de cenar y mandaron hacer
una cama en el suelo, no mala, y á las doce de la noche vino el Al-
calde á dar tormento á un ladrón y de camino me tomó la confe-
sión, á cual le respondí que bien sabía su merced que el día que
había tomado el hábito y hecho profesión, me habfa despojado de
mi libertad y que así no la tenía para pisar delante su merced;
que antes le suplicaba me remitiese al Principe Gran Prior como
mi juez. Dijo: dígalo con apercibimiento de no aé qué, y dije: lo
que he dicho, digo y lo ñrmo de mi nombre. Esta fué mi confu-
sión, con que el señor Alcalde se fué, y yo acostar.
A la mañana vino el Alcalde con mucha prisa á que me vis-
tiese, que toda la sala me aguardaba. Respondí que los señores
uo eran mis jueces y que así no quería ir. Puélo á decir y mau-
' ron subiesen ocho galeotes y me trujesen con cama y todo ala
la, que al punto se ejecutó, y plantáronme en ella como estaba
mi aposento. Comenzaron á decir lo que Buelen en aquel tri-
nal; yo respondí una palabra que les obligó á mandar que me
vasen á un calabozo, y al pasar por los corredores eacontré
1 dos caballeros de mi hábito y el ñscal que venían con orden
la Asamblea á pedirme. Entraron en la sala y cefrados todos
leñaron fuese un Alcalde á hacer relación al Consejo. Fué ano
e se llama Fulano de Valenzuela y subió al Hay y volviendo á
doce del día, que no visitaron á nadie, trujo uo decreto '
igo yo el tanto d^l,
▼IDA DBL CAPITÁN ALONSO DB GONTRBRAS. 227
Dice: c Remítase el Alférez Alonso de Gontreras al Príncipe
Gran Prior mi sobrino, con todo lo que hubiese escrito original,
advirtiendo primero que se sepa si es profeso, y siéndolo quede
un tanto de la carta de profesión en poder de los Alcaldes.» Con
esto vino y me llamaron, que ya estaba yo vestido y preguntaron
por la carta de profesión. Envié por ella y registrándola me en-
tregaron á los caballeros y llevaron á la cárcel de la Corona, donde
estuve hasta que la Asamblea me desterró por dos años, y me fui
á servir á la armada y estuve hasta que torné á pedir licencia
para la Corte á pretender una compañía.
Salió una elección de 40 capitanes y no me tocó la suerte. Salí
de Madrid con resulución de irme á Malta, que me parecía que
allí podría medrar. Topé un caballero que iba á Malta y ve-
nímonos juntos. Llegamos á Barcelona y embárcamenos parai
Genova y después de llegados á aquella ciudad nos partimos
para Roma por tierra, que llegamos en breve tiempo. Aquí me
sucedió un trabajillo y fué que yo andaba malo de unas ter-
cianas y aunque las pasaba en pié un día fuime en casa de unas^
mujeres españolas á entretener el tiempo. Llegaron dos gentiles
hombres italianos y subieron arriba, porque les abrió la criada
sin que yo ni las amas lo supiesen, y entrados en la sala me pre-
guntaron qué hacía allí. Respondí que hablando con aquellas se-
ñoras de la tierra, que éramos paisanos. Dijéronme secamente:
anda, vete. Parecióme que era menoscabo el irme de aquella ma-
nera y no me di por entendido, hablando con la una de ellas. Tor-
náronme á decir: aguarda que le echemos por la escalera abajo;
yo ya no podía sufrir más y levanté la espada que traía en las
manos como enfermo y di sobre ellos, que todos dos rodaron las
escaleras y uno mal descalabrado; á las voces cargaron los esbi-
rros, que en aquella ciudad hay muchos, y metiéndonos á todos
en una carroza nos llevaron en casa del Gobernador, donde con-
tado el caso, las mujeres y ellos mesmos me mandaron les diese
la mano y con esto nos fuimos cada uno á su casa.
Estos hombres no tiniendo ánimo de matarme se aunaron con VenenoetaBo-
mi huésped y dijeron que me dijese si quería sanar de aquellas «•^'^•«•íí^
t cianas, había un médico que en cuatro días lo haría sin llevar ^^'
^ero hasta sanarme. Yo, deseoso de la salud, dije que le trújese
lOLBTÍN 08 LA tlKAL ACAbBUlA t
Ka entró el bueaped y dijo qi^e
t) vestido de clérigo y visitóme {
respondió: en cuatro días daré
[ue mañana volveré; no ae levaí
huésped: es el mejor médico de
oyosa. Aguardé á otro día que
lacó una redomica de vino tinte
idieodo un vaso echó muchos
ma y revolviéndolo me dijo : IX
) beber me dijo que me arropase
leiitro de medio cuarto de bors
íeotes y las entrañas, que reveott
I por arriba cuanto tenía, y poi
el caballero fué corriendo en cae
mó al Doctor, que era un portug
lo sucedido y visto lo echado [
oedios con que atajó, aunque c
Is dijo que para que se viese 1
c|uería dar ahora á una muía tai
nuez y que había de reventar e:
lo una cucharada de plata colmi
6 hasta dejarme bueno y queriei
dijo que no le conocía sino que
y decir que era doctor del Gard<
lO por mi bien, que nunca paree
Bí habla sido enviado de los dos
> cual lo dejamos y estando buen
cantarada y de alli á Mesina y d
CAPÍTULO III.
ido á Malta volví á España y fui
española y otros sucesi
lallé unas cartas de España y <
an Maestre, en que le mandaba
ir una compañía de infantería e
^
▼IDA DBL CAPITÁN ALONSO DB G0NTRBRA8.
229
tocado en una leva de ocho capitanes que se habían proveído. La
otra era para mí del Sr. Bartolomé de Anaya, que lo era de la
Guerra, avisándome de la provisión. Tratóse de mi partida, que
fué dentro de quince días, y de camino me encomendó el Maestre
pasara por Marsella á dar aviso á dos galeras de la Religión para
que pasasen con todo secreto á Cartagena, á embarcar docientos
mil ducados de la Religión de sus despolios.
Pasé á Barcelona y á Madrid, todo en 27 días desde Malta, y
cuando llegué ya habían salido las Compañías á levantar, y la
mía había ido á Osuna á levantarla un primo mío alférez de
Flandes, que no habiéndole tocado compañía quería levantar la
mía en mi nombre con título de Alférez, y que si no viniese á
tiempo de la embarcación, por estar tan lejos se quedase con ella.
Hízolo el Consejo; pero yo me di tan buena maña que llegué
autes de la embarcación más de cuatro meses, que era para las
islas Filipinas. Parlime de Madrid para Osuna, donde entré por
la posta con mis despachos que me dieron en Madrid, y cuando
me vio el primo se quedó muerto, que se tenía por capitán.
Hablámonos; yo ofrecile todo lo que de un buen amigo y deudo;
dijo que quería ir la jornada: yo lo estimé, más no sabía su in-
tención dañada, pues engañó á un pajecillo de jineta que tenía
y redució á que me diese solimán para matarme. Y la primera
vez me lo echó en dos huevos pasados por agua sin cascara y los
polvoreó de solimán y azúcar; yo los migué con pan como era só-
lito y comí. Ya que había pasado una hora comencé á basquear,
que me moría; comencé á trocar; llamaron los médicos, manda-
ron confesarme al punto y pensaron me moría aquella noche, que
daba lástima á todo el lugar.
A media noche me dieron un cordial rico y en él me echó el
muchacho que fué por él diez maravedís de solimán^ conque al
beberlo me hizo en la garganta cuatro llagas y no lo pude acabar.
Los médicos se volvían locos y fueron á la botica á preguntar qué
habían echado: dijo que lo recelado. Diéroñme con qué trocar,
pero no era menester, que la naturaleza lo hacía sin remedios,
que fueron los verdaderos remedios. Amaneció y vino el Gober-
dor á verme y lo mejor del lugar y mandó me hiciesen la ce-
lda en su casa y mandó prender á una mujer que estaba en casa
Veneno que
me dieron en
Osuna.
J
BOLETÍN DB LA HBAL ACADEMIA DE LA
[Ufl yo lo supiera. Llegó la hora de comer
a comida y echó dentro otro papel de soli
mi y luego me dieron las bascas ordins
de lo de atrás, y troqué toda la comida,
0 eu el cuerpo.
>bfa UQ soldado que se llamaba Fulano I
las moscas, que era por Agosto, y estaba
8 bajas y dijo: den eso que ha sobrado á
e comei aunque sea viernes; el pobre s
' de la tarde ya estaba muerto,
todo esto DO había entrado á verme mi pi
iquillo íué en casa de un alcalde, á quien
iropiamiento déla ropa que tenía, que ea
la la llave del baúl y dijo: Señor, dice n
la llave para sacar una cuenta de perdí
' era verdad. Diósela el alcalde y sacó seise
de Malta grande que pesaba 250 [¿quilatt
bandas, y no pareció en todo aquel dia
le á verme y dijo cómo me sentía. Dije r
nuaba el darme el solimán,
íguntó por la cuenta para saber las indjli
¿qué cuenta? Respondió: vmd., ¿no eni
al paje para sacarla? Dije, no señor. Pne
anle á buscar y halláronle en casa de un
Ttado para irse á Sevilla. Trujáronle del
indo por la llave del baúl, la sacó y a
islo referido. Pregúntele dóndo tenía lo <
[ue escondido. Fueron con él y triíjose l
|ue dije yo, búsquenle esas fraldiqnera:
ron un papel con solimán y abriéndole
teñoresf, que esto es el rejalgar que daba
onocido que era solimán le dije: j traidor!, ,
le me bas querido matar con este solim
me le hallé en la calle; yo dije al alcalde
1 verdugo; que éste dirá la verdad. Respoi
juelo llevemos á la cárcel y que jurídica)
f dé tormento y sabremos quién es la caus
VIDA DEL CAPITÁN ALONSO t)B CONTBBRAS. ' 23t
bi6n y llamé al alférez, que no le había visto en dos días, y man-
dé que con cuatro soldados llevase á la cárcel aquel muchacho y
estuviese porque temía. Hízolo, y como era la causa del mal, lle-
vóle por la iglesia de Santo Domingo y aconsejó se metiese den*
tro, como lo hizo, y aconsejó á los frailes no lo entregasen porqué ,
lo ahorcaría luego el capitán. Los frailes lo hicieron y enviaron
aquella noche á Sevilla.
Gomo faltó la causa del solimán fuíme curando, que quiso
Dios guardarme para lo que él sabe. Sané y levánteme con gusto
del pueblo y determinóme el ir á Sevilla con seis soldados; y en
ella hice deligencia de buscar al muchacho, que con facilidad 16
hallé y truje á Osuna, que lo deseaban para darle un castigo-ejem-
plar. Hizose la causa, púsose á quistión de tormento. Confesó
haberlo hecho por orden del alférez, ofreciéudole grandes dádivasl
Quisieron ahorcarlo pero no le hallaron con edad y así le dieron
cien azotes en la cárcel á un poste y cortaron los dos dedos de
cada mano con que polvoreaba el solimán.
En la confesión que yo hice en el artículo de muerte ofrecí ¿
Dios delante el confesor de. perdonar á quien hubiera sido la
causa de mi muerte, que la tal palabra me le pedía el confesor
sabiendo que era el alférez» á quien el Gobernador quiso prender,
roas no lo consentí yo, y así le envié á llamar al punto que el
muchacho confesó y dije: vmd. se vaya con Dios y no pregunte la
causa y si ha menester algo dígalo, que se lo daré. Quedóse
muerto y fuese dentro de una hora parecióndole no me arrepin-
tiese« Supe después se había ido á las Indias, que nunca más ha
parecido en España. Con todo quedé por más de dos años casi
tullido de los dedos de los pies y manos, que siempre me hormi-
gueaban^ además de haberme quitado la fuerza que tenía.
Dijeron los médicos que el no haberme muerto fué el estar el
estómago habituado del veneno que me dieron en Roma tan poco
tiempo había.
Vino el comisario: tomó muestra á mi compañía y marchamos
la vuelta de Sanlúcar donde estaba la armada aprestada que ha-
bía de ir á Filipinas. Tocóme embarcar en el galeón la Concep*
non por cabo de tres compañías que iban dentro.
Salimos de Sanlücar la vuelta.de Cádiz para de allí hacer la
^? BOI.KTÍN DI Lá. JIXAl ACÁOKUIA DI LA BUTOIM.
partencia á Felipiiias> En este tiempo vino ordeD del Re; pin
que no fuésemos sino que dob incorporásemos con la annads
Beal y los galeones de la plata y tudas las galeras de Espafia 7
'uósemos á Gibraltar, adonde decían iba á posar una armada de
lolanda. Iba el Príncipe Feliberto por General de todo.
A la entrada de Cádiz hay un escollo debajo del agua cabme
lalmos, que llaman el Diamante, en el cual, se han perdido mu-
hoB aavIoB y yo como más desgraciado topé con él y perdfme á
ista de toda la escuadra. No se ahogó nadie porgue me socorrie-
xm todas las chalupas de la armada y el Sr. Marqués de Santa
jruz con su capitana.
Mandó el Príncipe que me prendiesen; lleváronme al gal«ón
iD que anduve embarcado toda aquella jornada, aunque no sal-
aba eu tierra, hasta que en el Consejo de Guerra me libraros
riendo no tenía yo culpa. AnduTÍmoe de Gibraltar á cabo Espar-
el con algunos' navios de la armada en aquel estrecho, más d»
res meses, aguardando la armada que jamás vimos. Esto fué por
Suero de 161fi y por Marzo y Abril vino orden de que se desbi-
iese aquella armada, como se hizo, y en particular la que hafafa
le ir á Filipinas donde era harto menester. Mandóse que loe seis
[aleones se agregasen á la armada Real y que la infantería, que
ira la mejor del mundo, pasase á Lombardía á cargo de D. Car-
os de Ibarra que la llevó. Era Maestro de Campo de estos doa mil
r quinientos hombres D, Pedro Esteban de Avila y yo quedé en
¡spaña con otro capitán, por venir la orden en esta forma en un
apítulo de carta escrita al Marqués de Santa Cruz, del Rey.
Por cuanto conviene & España reforzar los tercios de Lom-
>ardfa, será bien que pase el de D. Pedro Esteban de Avila qne
labía de ir á Felipinas , no dejando los docientos hombres que
IOS había parecido con los capitanes práticos de la navega*
ion, que son Contreras y Cornejo, que pueden quedarse para
evantar gente de nuevo para ese efeto.
Con esto nos quedamos y fuimos á la Corle con orden del Har-
[ués, donde nos detuvieron más de seis meses, hasta que se me
irdenó que fuese por la Junta de guerra de Indias á Sevilla Ine-
;o, que en el camino me alcanzaría orden de lo que habí* H«
iacer. Llamóme el Presidente D. Fernando Carrillo, que >
VIDA DIL CAPIfÁN ALONSO DS CONtRBHAS. S33
Ae aquel Consejo» 7 mandándome dar quinientos escudos, aque-
lla tarde tomé molas para Sevilla, donde partí.
En Córdoba me alcanzó un pliego en que se me ordenaba me
viese con el Presidente de la contratación de Sevilla; hícelo en
llegando, el cual me mandó que me partiese á SanliScar, que el
Duque de Medina me daría la orden. Vi me con su Excelencia y
de secreto me ordenó pasase á Cádiz con una orden al Goberna-
dor de aquella dudad, y que á las nueve de la mañana estarían
allí dos galeras para embarcar la infantería.
y (me con el Gobernador de Cádiz al cual se le ordenaba que
locase cajas para socorrer las Compañías que tenía allí de las flo-
tas, y que en estando en la casa del Rey recogidas embarcase nu-
mero de docientos hombres á mi satisfacción en las dos galeras y
me los entregase sin oficiales nengunos mayores, digo el capitán,
alférez y sargento. Hízose con el secreto que se requería por que
no se embarcara uno tan solo, porque estos soldados de este pre-
sidio y flotas son los rufianes de la Andalucía madrigados.
Partíme para Sanlücar donde tenía prevenidos el Duque dos
galeones de 400 toneladas, con su artillería y bastimentos necesa-
rios, además de los pertrechos que se llevaba de pólvora y cuerda
y plomo para la plaza que se iba á socorrer.
Llegué á Sanlúcar, mandóme el Duque embarcar la infantería
en los galeones, hícelo metiendo en cada uno ciento, que se vie-
ron como asaltados sin saber lo que les había sucedido.
Llegó el otro capitán de la Corte para el otro galeón y embár-
camenos para hacer nuestro viaje que era ir á socorrer á Puerto
Rico en las Indias, que se decía estaba sitiado de holandeses.
Bstuve aguardando el tiempo en los Pozuelos que llaman junto á
la Barra, y los soldados, como todos eran forzados y dejaban las
amigas de tantos años y eran los oficiales de la muerte de la An<
daluda, casi hacían burla de mí porque didendo: ea, señores,
abajo que es ya noche, respondían: ¿somos gallinas que nos he-
mos de acostar con día? aquiétese su ánima. Yo me veía atribu-
lado y no dormía pensando cómo se había de hacer este viaje,
porque sino eran quince marineros y seis artilleros no tenía de
li parte otra gente, que todos los cien soldados eran enemigos;
así me valí de la industria, y poniendo los ojos en uno de los
'A boletín de la bbal academia ck la historia.
]fl me parecía más valiente y á quien ellos teaían respeto, -qm
mbión eutre ellos hay á quien obedezcan los valientes, y lia-
ándole dije: ab aeñor Juan Gómez, venga acá, y meifle en la
mará de popa y dije: ¿Cuánto bá que sirve al Bey? Dijo, habrá
neo años, eu Gádií y en Larache, de donde me huí, y un viaje
I flota. Respondí : cierto que le he cobrado aüción y que me
iSa no tener una bandera que le dar; quedó muy pagado de
to y dijo: otros lo hicieran peor qua no yo. Yo le dije, pues
quiere ser sargento de esta Compañía vayase á tierra y siente
plaza, y sino tiene dinero para comprar una alabarda, yo se
daré. Dijo: aun tengo cincuenta pesos ya que vmd. me honra;
á saber que había hombre que por que le dejasen ir á tierra
ba docieutos reales de á ocho. Dlle un papel para el coulador
dije: vaya vmd. que escalón es para ser alférez, y mire que me
) de vmd. Embarcóle en la barca y fué á tierra y sentó la plaza
volvió al punto con su alabarda. Guando los valientes le vieroo
rgento dieron su negocio por acabado, y ejecutando lo que
Dfan determinado y llamando al sargento en la cámara te
je: ya vmd. es otro de lo que era, porque siendo oficial cual-
lier delito es traición lo que no es en el soldado. Dígame por
da del Sargento quien de estos son los más perniciosos y va-
mtes. Dijo, calle vmd., que son unos pobretos: sólo Calderón y
ontañés son casi hombres de bien. Dije, pues á la noche, cuan«
I los mandemos recoger, hállese ahí con su espada desnuda.
>ara qué, señor? que, j voto á Cristo! con un garrote basta. No,
je yo, que á los soldados no se les castigan con palo sino con es-
ida cuando son desvergonzados. Vino la noche y dije como era
ilito: ea, señores, abajo que es ya hora. Respondieron con la
soleocia ordinaria: aquiétese su ánima. Yo que estaba cerca
) Calderón alcé y dfle tan gran cuchillada que se veían los sesos
dije: jAh, picaros insolentes! jAbajo! Bn un punto estaba cada
10 en su rancho como unas ovejas. Decíanme, señor Capilitn,
le se muere Calderón; confiésenlo, y échenlo á la mar decía yo;
por otra parte, que le curasen. Hice al punto echar en el cepo
Montañés, con que quedó esta gente tan sujeta que aun echar,
oto á Cristo! no se echó en todo el viaje, porque el que lo e
1, le hacía estar en pié una hora con un jQonióo fuert»
TIDA DBL CAPITÁN ALONSO DE G0NTRBRA8» 235
pesaba treinta libras, en la cabeza , y con un peto que pesaba
treinta.
Avisé al otro capitán biciese lo mismo, aunque como supieron
lo sucedido en mi galeón se deshizo el consejo que tenían, que
era saliendo del puerto embestir en tierra en Arenas Gordas y
huirse todos, y si se lo impidiera yo, matarme.
CAPÍTULO XIII.
En que cimenta el maje que hice á las Indias y los sucesos del.
Salí del puerto y navegué cuarenta y seis días sin ver más tie-
rra que las Canarias. Llegué á las islas de Matalino, hice agua allí,
donde vi algunos indios salvajes, aunque con la comunicación de
las flotas se aseguran á bajar; pero ninguno de los nuestros nO)
porque han cogido algunos y se los comen. Pasé la vuelta de mi
viaje disminuyendo altura y llegué á las Vírgenes Gordas que son
otras islas deshabitadas. Fuime la vuelta del pasaje de Puerto Rico
que es un canal angosto donde ordinario están cosarios ingleses
y holandeses y franceses. Llegué de noche y fui en persona á
reconocerle con una barca bien armada, dejando los galeones fuera
del canal, que es corto y en el hay dos puertos muy buenos* No
hallé bajel nenguno y atravesé amaneciendo casi á la boca de
Puerto Rico y arbolando mis banderas entré que fui muy bien
recibido de D. Felipe de Biamonte y Navarra gobernador de
aquella isla.
Díjome era milagroso no haber encontrado con Guatarral |t),
cosario inglés que andaba por allí con cinco navios^ tres grandes
7 dos chicos, y que cada día le molestaba. Desembarqué la pólvora
que dijo era menester y cuerda y plomo y algunas armas de fuego,
con que el buen gobernador quedó contento. Pidióme cuarenta
soldados que le dejase para reforzar el presidio, que en mi vida
me vi en más confusión, porque no quería quedar nenguno y
todos casi lloraban en quedar allí, y tenían razón, porque era que-
(1) Bl célebre aventarero Walter Raleigh..
rw
LBTIN DB LA RBAL ACADEMIA DB LA HIB
g eternos. Yo les dije, hijos, esto es i
dados, pero vmde. se han de condenar á
e señalar á naide ni i un criado que t
quedar.
:aa boletas como soldados y entre ellas ci
lias OD un cántaro juntas 7 revueltas ib;
decía: vmd. meu la mano 7 sí saca ne|
éronlo haciendo así 7 era de ver que c
10 Be quedaban últimamente, viendo la
rzoso 80 consolaron y más viendo qu
que me servía de barbero, el cual qm
puerto habla dos bajeles que habían
]ue es la corte de las islas españolas, do
lores 7 la tierra primera que pisaron e
iSpaúoles; habían de cargar cueros de U
1) cantidad y fuéronse conmigo. Llegu
iogo, que ful bien recibido, 7 comencé
,fuertecillo que llevaba orden do hace
dos días vino nueva comoGuatarralest
co bajeles cerca de allí. Traté con el F
y parecióle bien, aunque los dueños é
I que si se perdiesen se los habían de p
ije de Puerto Rico y otro que habla v
ado de negros, y con los míos salf del pi
ales de mercaduría, camino de donde ei
nos vid, hice que tomásemos la vuelta c
ron velas los enemigos sobre nosotros q
9 7 en poco ralo estubimos juntos. Vol
estandartes y comenzamos á dalles 7 e
'es bajeles á la vela que nosotros y así (
íiuir lo hacían, que fué causa no se me (
:. Peleóse 7 tocóle al almirante dellos t
mocieron éramos bajeles de armada, 7
mos en su busca, con lo cual se fuero
ingo, donde acabé la fortlQcación 7 mi
Otro reduclillo en cuatro días; quedaroi
VtDA Dfit CAPITÁN ALONSO DB 0ONTRS&A8. ¿37
En Santo Domingo había dejado cincuenta soldados y los tres
bajeles, que ya no traía más que el uno; pero bien armado. Cuba
es un lugar en la isla de Cuba que es la en que está fabricada la
Habana y el Bayamo y otros lugares que no me acuerdo.
Salí de Santiago de Cuba y en la isla de Pinos topé un bajel
dado fondo. Peleé con él muy poco; era inglés, de los cinco de
Ouatarral. Dijome como se había ido y desembocado la canal de
Bahama y que le había muerto á su hijo que era Almirante y
otras trece personas^ y que de temor se había ido á Inglaterra con
algunas presas que llevaba. Avisé al Presidente dello y al GkH
bernador de Puerto Rico porque no estuviesen con cuidado.
Tenía este bajel palo del Brasil dentro y alguna azúcar que había
tomado. Bran veintiún ingleses; trújelos á la Habana donde es-
tuvieron hasta que llegó la flota y los llevó á España.
Entregué los pertrechos que me habían quedado y la infantería
á Sancho de Alquiza, Capitán general que era de aquella isla y
todos los lugares della, y en la flota que vino á España me vine
con D. Garlos de Ibarra que era Oeneral della el año de 1618.
Fui y vine el de 19.
Llegué Sanlucar y pasé á Sevilla^ donde topé enfermo al señor
Juan Ruíz de Gontreras que estaba despachando una armada
para Felipinas y luego al punto que llegué, me dijo tenía orden
del Rey para que le asistiese; hícelo y envióme al punto á Borgo,
que es donde se aprestaban seis g^aleones grandes y dos pata*-
ches. Trabajé conforme la orden que me dio hasta que los bajé
abajo á Sanlucar fuera de carenas, que es decir despalmados;
metiéronse bastimentos y la artillería necesaria y la infantería,
que eran más de mil hombres, harto buenos, sin el marinaje y
artilleros. Era General de esta armada D. Fulano (¡oacola del
hábito de Santiago, que iba de mala gana como toda la demás gente,
y así tuvieron el fin, porque á trece días después de partidos con
buen tiempo de el puerto de Gádiz les dio una tormenta que.
vinieron á perderse á seis leguas de donde salieron. Dijese, por
cierto, que fué causa el Almirante, que no era marinero ni había
entrado en la mar jamás. Llamábase Fulano Figueroa y después
iara enmendallo le hicieron Almirante de una flota por sustentar
1 yerro primero.
BOLKTtN DE LA RXAL ACADEMIA DI L
Smbistió en tierra la Capitana y Almiranta
e la Capitana no se salvó una astilla coi
de más de 800 toneladas y cuareata pieza
ogóse el General y toda la gente, gue r
itro personas. Del Almiranta se salvaron c
se deshiso tan presto porque áid en más foi
al estrecho y se perdió otro ea Tarifa y
1 en cabo de Gata. Los dos pataches se sal
I armada, y para aderezallo, como si yo
iaron con dos tartanas á Tarifa ó su pial
bronce que hablan sacado del galeón que
iban dos galeones de Argel para querer ec
s la gente de tierra no se lo consentía, y
lanas embarqué las pietas; y llevaba orden
apretasen á que me rindiese, si llegabaí
fuese á fondo con toda la artillería, porqui
ella, y ordenase á la otra tartana hiciese lo
Ta á tierra y los enemigos á la mar, co
:erme mal y truje la aníllerfa en salvamei
)e allí á pocos días Uegó á Gádis nuera co
la sitiada por mar y por tierra, con treinti
, y que la habían dado tres asaltos, y por
.0 galeones de guerra para estorbar el f
lando el Duque de Medina Sidonia se pro'
1 Sr. D. Fadrigue de Toledo se aprestó al
de su armada, pero no tuvo tiempo para
estaron dos tartanas con pólvora, cuerda ;
I carecían, pues habían quemado hasta 1
aban agua de los pozos ó cisternas y las
res, que son las camas ea que duermen los i
LO yo como se habían de enviar aquellas i
itanes del presidio les habían mandado e
ía más granada de^sus campañas y no ha
e, llegué al Duque y dije, señor, suplico
¡e y por esta merced póngame en el rostro
imolo y mandó que fuese. Gomo vieron lo
yiDA DBL CAPITÁN ALONSO DB G0NTRXRA8, 23ft
sidio que se me había dado á mi fueron al Duque y dijeroa que
aquello tocaba á un capitán de ellos por estar á orden de Su Bx-
cel.* 7 no á mi que no lo estaba y que estaba allí al apresto de la
armada de Filipinas. Süpelo yo y dije públicamente que aquello
se me había dado á mí habiéndolo pedido después que les avisa-
ron á ellos para que aprestasen alguna gente de sus compañías, y
que no habiendo quien lo pidiese lo pedí yo: que capitán era
de infantería y más antiguo que algunos: que al que le pareciese
otra cosa lo aguardaba en Santa Catalina para matarme con él; y
caminando hacia el puesto señalado vino un ayudante de parte
del Duque, que me llamaba. Volví y mandóme trújese una licen«
cia del Sr. Juan Ruíz de Contreras á cuya orden estaba, y traída
me dieron la orden délo que había de hacer, y en particular, que
con mi buena fortuna. Dios mediante, metiese aquel socorro ó
«
me dejase hacer pedazos,
capítulo XIV.
Cómo socorrí la fuerza de la Mámora y otros sucesos.
Partí y medí el tiempo, que hay 42 leguas, de suerte que me
amaneció en medio de los 28 bajeles. Tuve tan buen tiempo, de
suerte que como lo pensé me sucedió. Juzgué que la armada del
enemigo había de estar dada fondo por lo menos una legua á la
mar por estar largos de la artillería y porque aquella barra es
brava y levanta tantos golpes de mar, que á la legua que yo digo
comienzan á hacer escala; y hallándome yo al amanecer en medio
de ellos iba mi camino hacia dentro, que las escalas de los golpes
de mar me iban entrando, y si alguno se determinaba á seguirme
etfi fuerza que entrase tras mí en el río ó diese á través en la
playa; pues fué como lo he dicho, que cuando me vieron ya no
pudieron remediarlo sino fué tirarme algunos mosquetazos y
cañonazos que fueron pocos, porque el tiempo fué tan breve que
no pudieron hacer mal.
Entré, que fui U paloma de el diluvio: diéronme mil abrazos
el buen viejo Lechuga que era gobernador de aquella plaza y la
I bj£^ defendido como tan valeroso,
Comenzóse á desembarcar los pertrechos y los navios á zarpar,
Í*K
¿46 BOLBtiK Dtt LA BtAL AlÍADltlClA Di LA HtitOmlA.
pareciéndoles que la armada Real estaría con ellos presto; 7 pen-
saban bien, que estuvo á otro día en la tarde allí. Yo me fui á
comer con el gobernador y estándolo haciendo tocaron arma, 7
avisado lo que era dijeron que seis maia$i€ies que venían de paz.
Mandó los abriesen 7 Uevaseu á la casi de un judío que ha7 allí
intrépete, que era sólito el ir allí 7 les daban de comer 7 tabaco
en humo, que así los hallé 70. Estos matawieU son sus nombres
así por ser caballeros , 7 lo parecían, porque les vi mu7 lindos
tahalíes bordados 7 mu 7 lindos borceguíes 7 buenas aljubas 7
bonetes de Fez diferente que los trajes de aquellos moros. Ordenó
el Maestro de Campo Lechuga fuesen subiendo toda la pólvora 7
cuerda por delante de la casa donde estaban los moros, 7 así mis-
mo los soldados que truje, que estaban con buenos vestidos y los
de allí en cueros.
Fuimos á la casa de los moros, levantáronse 7 saludámooos;
tornáronse á sentar y brindáronnos 7 bebimos, que lo beben tan
bien como los ganapanes de Madrid. Comenzó á pasar los pertre-
chos que lo vieron bien 7 á los soldados.
Dijeron que venían á pedir licencia al Gobernador para irse
aquella tarde siete mil de estos matasiete 7 que todos los demás
se irían aquella noche, que le querían por amigo 7 que le envia-
rían quinientos carneros 7 treinta vacas á vender, que se los
comprase. Dijo que sí haría: dióles mucho tabaco que es el ma7or
regalo que se les puede hacer 7 no pueden vivir sin la Mámora^
porque todo cuanto hurtan lo traen á vender allí 7 lo que no
hurtan; dan un carnero como un bue7 por cuatro reales 7 una
vaca por diez 7 seis 7 una hanega de trigo por tres reales 7 una
gallina por medio real. Con esto se partieron 7 70 me apresté
para partirme. Esta la Mámora es un río que á la boca de él
ha7 la barra dicha, pero entran navios gruesos dentro, 7 si los
enemigos le tuvieran hicieran gran daño á España, porque no
está más de 42 leguas de Cádiz, 7 como las flotas entran 7
salen en aquel puerto ó en Sanlücar, con facilidad podían hacer
gran daño tomando los bajeles 7 en un día volverse á su casa sin
tener necesidad de hacer navegación larga de ir á Argel 7 Túnez,
además del riesgo que tienen de pasar el estrecho de Oibral'
Sube este río hasta Tremeoén treinta leguas arriba 7 es fond
VIDA DEL CAPITÁN ALONSO DE GONTRBRAS. 241
por todas partes, y con la comodidad de los bastimentos taa bara-
tos podían aprestar armada muy buena allí; que por eso los
holandeses estaban tan golosos dél.
Para que se vea el mal que nos podían hacer de esta manera
por ser tan fondable y lo dicho para entrar galeones gruesos, tres
jeguas en la mesma costa hay un lugar que llaman Qalé, con una
fortaleza muy buena, que son della dueños los moriscos andaluces,
y hay un riachuelo que no caben sino bajelillos chicos como
tartanas y pataches y con ellos nos destruyen la costa de España
y no hay año que no entren en este Qalé más de quinientos escla-
vos tomados en bajeles de la costa nuestra que vienen de las lu-
dias y de las Terceras y Canarias y de el Brasil y Fernán buco,
y en acabando de ha^er la presa en una noche esli^n en casa, y la
hacen en la costa de Portugal en día y noche. Dirán que salgo del
cuento de mi vida y meto en historia; pues á fe que pudiera me-
terme.
Salí aquella noche de la barra de la Mámora y amanecí en
Cádiz, digo, entré antes de medio día. Ful á Gbnil donde estaba
el Duque; convidóme á comer y sobrecomida, leyó la carta de
creencia que traía del Gobernador para el Rey, que se holgó en
verla y dijo no perdiese tiempo en ir á Madrid. Dióme una carta
para el Rey y una certificación honrada, que la estimo mucho, y
en un bolsillo cien doblones, que decían los criados que era la
mayor hazaña que había hecho en su vida. Fui al Puerto de
Santa María, donde el proveedor de las fronteras me dio ciento y
cincuenta escudos para que corriese la posta, que en tres días y
medio me puse en Madrid, de manera que en nueve días entré
en Madrid, saliendo de España y yendo á Berbería, volviendo de
Berbería á España y de allí á la Corte, que hay ciento y ocho
leguas de tierra desde Cádiz. Fuime apear á Palacio y subí en
cuerpo al cuarto del Rey, donde salió el Sr. D. Baltasar de Züñi-
ga, que esté en el cielo, y le di razón de todo y luego entré
con Su Ex.« delante del Rey, é hincando la rodilla le di las dos
cartas; la de creencia y la del Duque. Dióselas al Sr. D. Baltasar.
Comenzóme á preguntar 6l Rey las cosas de la Mámora. Dijo el
Sr. D. Baltasar: á él se remite Lechuga por su carta. Informé de
todo que Su Majestad gustaba, y tanto, que del cordón que tenía
TOMO XZZTU. IS
242 BOLETfK DE LA RKAL ACADEMIA DE LA HISTORIA.
pcDdiente el hábiio me le asió, y dando con él vueltas aie pre-
guntaba y yo respondía; y de allí á un poco dijo el Sr. D. Balta-
sar: vayase á reposar que vendrá cansado. Bajé por los patios j
estaba el portero del Consejo de Estado, que era día del, aguar-
dándome, y llevóme adentro que los Señores estaban todos en
pie. Preguntáronme el estado de las cosas, informé, quedaron
satisfechos; con que me fui y puse á caballo en mis postas camino
de casa de un tío que tengo en aquella Corte, correo mayor de
Portugal. Reposé, que lo había menester.
A otro día vino un alabardero á mi posada de parte del Señor
D. Baltasar á llamarme. Fui muy contento, y aunque estaba con
mucha gente que le quería hablar hicieron lugar. Sentóse en una
silla y mandóme sentar en otra y preguntándome qué puestos
había ocupado, porque quería Su Magestad hacerme merced, dije
que había sido capitán de infantería española y que al presente
estaba en el apresto de la armada de Filipinas y recogiendo ios
destrozos de ella, con cincuenta escudos de sueldo al mes más
había de dos años.
Preguntó á qué me inclinaba y tenía puestos los ojos; dije:
Señor, yo no soy soberbio por mis servicios; el Consejo me ha
consultado en una plaza de almirante de una flota. Dijo: iJesiis,
Sr. Capitán!, darásele á vmd. al punto con una ayudilla de costa.
Yo le besé la mano por ello y dijo que acudiese al secretario Juan
de Ynsástigui, que él me daría el despacho. Fuime contento á
mi casa y á otro día entré á buscar al Ynsástigui en la cova-
chuela y topé con el Sr. D. Baltasar, el que me dijo: ¿cómo va?;
tome vmd. ese despacho y ese billete y tenga paciencia, que Su
Magestad al presente no puede más en materia de maravedís. Yo
dije: Señor, no he menester dinero si hay tanta falta; reputación
busco que no dinero; y volviéndole el billete no quiso que lo de-
jase, estimando en mucho mi liberalidad, como lo dijo. El billete
era de trecientos ducados en plata doble, y el otro un decreto para
D. Fernando Carrillo, Presidente de Indias.
Llévele al Presidente y me recibió con cara de hereje, que no
tenía otra, y me despidió secamente; que á su tiempo se haría lo
que Su Majestad mandaba.
Pasó uno y dos meses y no consultaba la plaza« Acudí
VIDA DBL CAPÍTÁN ALONSO DE C0NTRKRA8.
243
Sr. D. Baltasar, dióme un billete en que le mandaba anticipase
la consulta, porque el Rey deseaba hacerme merced. Llévele y el
buen hereje debía de estar prendado por alguno, que consultó la
plaza dejándome fuera, que luego lo supe y sin más dilación
me fui á la audiencia del Rey, que entonces buscaban en los
corredores quien le quisiese hablar, y dije: Señor, yo he servido
á V. M. 25 años en muchas partes, como parece por este memo-
rial y por el servicio último de haber metido el socorro en la Ma-
mora; V.* M.** me hizo merced de un decreto para que me diesen
la plaza de Almirante de una ilota, que por mis servicios he estado
consultado en ella otras veces, y agora, mandándomela dar Yuesa
Majestad, aún no me ha consultado el Presidente. Cogió el me-
morial, arrebatándomele de las manos, y volviendo las espaldas
se fué y nos dejó á todos confusos, porque era recién heredado.
Fuime á consolar con el Sr. D. Baltasar y á darle mi queja como
á mi Jefe, y estando aguardando hora llegó el Presidente con su
cara dicha, que alguna pildora traía ó le habían enviado de arriba;
y entrando me entré con él, aunque no me dejaba el portero ó un
gentilhombre que estaba allí. Dije: déjeme vmd. que vengo á lo
que el Sr. Presidente. Entré y estaba el Sr. D. Baltasar con el
Conde de Monterrey, mi Señor, y uu fraile dominico hijo del
Conde de Benavente, y el Sr. D. Baltasar en medio de la sala en
pié con el Presidente. Me arrimé y dije: Suplico á V/ Ex.' pre-
gunte al Sr. Presidente si tieue satisfacción de mi persona. Res-
pondió con las manos abiertas: Señor, que es muy honrado sol-
dado y le enviamos á Puerto Rico y lo hizo muy bien. A esto le
dije yo: pues si soy tan honrado, ¿por qué V.* 3.* no me consultó
habiéndolo mandado el Rey, y entervenido su Ex.* con otro papel?;
dijo: otra vez Señor; ya está todo hecho; 7 dije yo entonces: no
le crea V.* Ex.' que le está engañando como me engañó á mí.
Entonces dio una gran voz: hombre, ya está todo hecho. Respon-
dió el Sr. D. Baltasar: mire V.' S.' que el Rey desea hacer mer-
ced al capitán. No pudo hablar, que se le añudó el garguero y
salió de allí; pero antes que llegase á la calle cayó sin sentido;
metiéronle en el coche por muerto y dieron garrotes en los bra-
zos y piernas para que volviese en sí. Dios le volvió su juicio y
<;oüfesó y murió. ¡Dios le perdone el mal que me hizo! que él se
244 boletín db lá rbál academia de la historia.
quedó sio vida y yo sin almirantazgo, porque el Sr. D« Baltasar,
que era mi Jefe, decía que do era razón que me hiciese merced
por haber muerto un miaistro, como si yo le hubiera dado algún
arcabuzazo; ¡ao tuviera más culpa algún papel que debió de venir
de arriba, que yo he oído que aquel debió de darle la muerte!
Con esto me retiré de Palacio y no entraba en éJ. Pasaron más
de seis meses cuando un día, estando descuidado, entró á bus-
carme un alabardero de parte del Sr. Conde de Olivares. Fui con
cuidado á ver lo que me quería, y entrando por la sala donde
estaba, lo primero que me dijo: Sr. Capitán Contreras, no me dé
quejas, que bien veo las tiene. El Rey ha resuelto el hacer una
armada para guardar el estrecho de Gibraltar y yo soy el Gene-
ral de ella y en la Junta d3 armadas se han nombrado 16 capita-
nes traídos de diferentes partes, práticos y de experiencia; y de
los dos que se han escogido de los que están en esta Corte, es el
uno el Maese de Campo D. Pedro Osorio, y vmd. el otro; estí-
meló. Yo agradecí la merced que Su Ex.* me hacía y díjele:
Señor, yo me hallo con 50 escudos de sueldo y he sido capitán
dos veces; no se compate agora tornar á tomar compañía y dejar
los 50 escudos que tengo en la armada. Y díjome: no hay que
tratar, que sus acrecentamientos corren por mi cuenta. Con que
le dije: pues sírvase Y.* Ex/ que esta compañía la levante eo
esta Corte. Dijo que jamás se había hecho, pero que por conten-
tarme lo trataría con Su Magostad; y lo consiguió, que levanta-
mos los dos, el Maestre de Campo y yo, siendo los primeros capi-
tanes que estando presente la Corte hayan levantado gente y
enarbolado banderas.
GiLPÍTULO XV.
' De que levanté otra compañía de infarUeria en Madrid
en Antón Martin y otros sucesos.
La mía se enarboló en Antón Martín, y en veintisiete días le-
vanté 312 soldados, que salí con ellos á los ojos de toda la Corte,
en orden y yo delante, que este consuelo tuvo mi buena madre,
de muchos pesares que ha tenido en este mundo de mis trabajos.
Al segundo día que salí de la Corte hubo en ella nueva que
VIDA DEL CAPITÁN ALONSO DE G0NTRBBA8. 345
habían muerto en Getafe, cosa que se sintió en Madrid como si yo
fuera un gran señor, y de esto pongo por testigo á quien se halló
allí. Dicen que en el juego de la pelota lo dijo el Marqués de Bar-
carrota, que no tuvo otro origen, para lo cual despachó el señor
D. Francisco de Contreras, Presidente de Castilla, correos á saber
la verdad, para el castigo si acaso hubiera sucedido como lo dije-
ron. Yo despaché cómo estaba bueno, que se holgaron en la Corte;
tanto importa el estar bien quisto.
Saqué de esta muerte falsa que me dijeron algunas buenas perr
senas más de quinientas misas en el Buen Suceso. Supe fueron
más de trecientas las que se dieron limosna para decir. Súpelo
después del mayordomo del hospital, estando pretendiendo, que
se llamaba Don Diego de Córdoba. Pasé á Cádiz con mi compañía
7 entré con más de trecientos soldados. Embárcamenos y fuimos
al Estrecho, que era nuestro sitio. Iba esta armada á orden de
D. Juan Fajardo, General de ella. Embarquéme en el galeón
Almiranta de Ñapóles, que en esta escuadra había seis bajeles
famosos de que era General Francisco de Ribera, que lucía toda
esta armada con sus bajeles y su valor. Eran de los que tenía en
Ñápeles el señor Duque de Osuna, y pluguiera á Dios fuera Ge-
neral de toda esta armada ol buen Ribera, que diferentemente
hubiera sido servido Su Majestad y nosotros ganado reputación.
Toda esta armada tenía veintidós galeones gruesos y tres pataches.
Salíamos de Gibraltar algunos navios que señalaban á encontrar
algunos de turcos que pasaban per el Estrecho costeando la Áfri-
ca, aunque no hay de distancia en este estrecho de España á Ber-
bería más de tres leguas, en que se hicieron algunas presas.
Al cabo de muchos días, á 6 de Octubre 1624, encontramos con
la armada de Holanda', que traía ochenta y des velas, aunque no
eran todas de guerra. Fuimos á encontrarlos sobre Málaga, á la
mar quince leguas. Lo que sé decir que el galeón capitana de Ri-
bera y el mío que era su almiranta, llegamos á pelear á las cua-
tro de la tarde con los enemigos; el galeón de Ribera y la capitana
de D. Juan Fajardo y la almiranta en que iba yo. Lo que sucedió
no se puede decir, más que los enemigos se fueron riendo; que si
á la capitana de Ribera no la hubieran dado un cañonazo entre dos
aguas, que fué menester dar un bote para podello remediar, j sabe
246 BOLBTtN DE LA RBAL AGADBIÍIA DB LA HISTORIA.
Dios cómo les hubiera ido á los enemigos. Este cañonazo le die-
ron no siendo la bala cristiana ni de los bajeles del enemigo. Pase-
mos adelante, que anocheció , y aquella noche se fueron á pasar
el Estrecho sin que naide les diera pesadumbre, lo que jamás ellos
pensaron , y dieran por partido el haber perdido la cuarta pane
de sus bajeles, como se dijo después. Volvímonos á Gibraltar j
allí se quedó D. Jnan Fajardo, y con Ribera fuimos en busca de
los g&leones de la plata, que la topamos y trujimos á Sanlücar,
además de dos navios que tomamos de turcos en el camino y una
presa que llevaban de azúcar.
Volvimos á invernar á Gibrallar y caí malo. Dióme veinte días
de licencia para ir á convalecer á Sevilla, y porque espiró me pro-
veyó la compañía D. Juan Fajardo. Fuíme á la Corte, quéjeme
y hízome Su Majestad merced del gobierno de 500 de infantería
que habían de ir á servir en cuatro compañías á las galeras de
Genova. Levanté la infantería, y estando para marchar me dieron
orden fuese con ella á Lisboa para embarcarme en una armada
que se había fabricado para resistir á la de Ingalaterra, á cargo de
Tomás de Larraspur.
Estuvimos aguardando en Gascaes y en Belén más de dos me-
ses, porque se tenía nueva no iba á ninguna parte, sino á Lisboa,
llamados de los judíos; y visto la preparación dieron en Cádiz; y
aunque se supo, vino orden no desamparásemos aquel puerto,
donde estuvimos hasta que se supo se había retirado á Ingala-
terra.
El Marqués de la Hinojosa, que estaba por General de mar y
tierra, comenzó á reformar donde entré yo con los de mi tropa,
qne volvimos á Madrid á que se nos diese orden para ir á nuestras
galeras; ya se había enfriado porque dicen había guerra en Lom-
■bardía, y no debió de ser sino que los ginoveses son poderosos; y
aunque el Duque de Tarsis lo ayudaba, por tener sus galeras
guarnecidas con españoles, no pudo conseguir que por ahora se
pusiese en ejecución, con lo cual nos quedamos pobres preten-
dientes eo la Corte; aunque yo no libré mal, porque Lope de Vega,
sin haberle hablado en mi vida, me llevó á su casa diciendo: Señor
capitán, con hombres como vmd. se ha de partir la capa; y ne
tuvo por su camarada más de ocho meses, dándome de come y
VIDA DEL CAPITÁN ALONSO DB CONTRERAS. 247
cenar, y aun vestido me dio. ¡Dios se lo pague! Y no contento con
eso^ sino que me dedicó una comedia en la veinte parte, del Rey
9in reino^ á imitación del testimonio que me levantaron con los
moriscos.
Parecióme vergüenza estar en la Corte, más no teniendo con
qué sustentar, que allí parecen mal los soldados aunque lo ten-
gan; y así traté de venirme á Malta por ver en qué estado estaba
lo de mi hábito, y cuando me había de tocar algo que comer por
él; pedí eo el Consejo que me diese algún sueldo para Sicilia, que
está cerca de Malta, y diéronme treinta escudos de entreteni-
miento, cinco más de los que dan agora á los capitanes. Con que
tomé la derrota á Barcelona, y de allí me embarqué para Genova
y Ñapóles y Sicilia. Presenté mi cédula, asentóseme el sueldo, y
de allí á un mes que quería ir á Malta con licencia, me hizo mer-
ced el Duque de Alburquerque, Virrey de aquel reino, del gobier-
no de la Pantanalea (Pantalaria), una isla que está casi en Ber-
bería. Tiene una tierra y un castillo con 120 soldados españoles.
Pasé por Malta á la ida y hallé que no tenía caravana hecha ni
residencia para poder encomendar; además, que las encomiendas
que hay en el estado de freiles sirvientes, son pocas y chicas, que
la mayor no tiene seiscientos ducados.
£stuve en este gobierno diez y seis meses, teniendo algunos
encuentrillos de ios que allí vienen para hacer carne y agua, y
así mismo traté de que una iglesia en que tenemos la cofradía de
Nuestra Señora del Rosario, era como una venta cubierta con ca-
ñas y paja; envié por madera á Sicilia, y por un pintor y colores;
reedifiqué esta iglesia cubriéndola con buenas tablas y vigas; hice
seis arcos de piedra, una tribuna y una sacristía; pinté toda la
iglesia, el techo y capilla mayor con los cuatro evangelistas á los
lados, y el altar de Nuestra Señora hice pintaren tablas, que des-
pués hice un arco con un Dios Padre encima, y el arco eran los
quince misterios, retratado cada misterio.
Doté renta perpetua para lo siguiente: que todos los años por
Carnestolendas, el jueves de compadres se dijese una misa canta-
da con diácono y subdiácono y tumbólo con sus paños negros y
cera y más doce misas rezadas, y la víspera el oficio de difuntos
con su tumbólo y cera; todo esto por las ánimas del purgatorio.
248 BOLSrtN DB 1.4 BUL ACADBKIA DK LA BtfiTORIA.
ítem, dejé renta para que en sabiendo que yo sea fallecido tengui
obligación de decirme docieotaa misas de alma. Más , dejé coa
que cada dos aüos limpien la pintura y blanqueen la iglesia; mási
dejé cada mes una misa rezada por mi alma, en lo mejor j mái
bien parado de toda la isla.
Quedó adornada lo mejor que pude; con que pedí licencia al se-
ñor Duque de Alburquerque para ir á Roma con él. Díómelade
mala gana por cuatro meses. Vine á Palermo y de alli embarqué
para Ñapóles y de allí vine á Roma.
Traté de que se me diese un Breve para suplirme las cararanai
y residencia que tenia obligación de hacer en la religión paraeo-
comendar, y habiéndoselo propuesto A Su Santidad no lo quiso
hacer, con lo cual me resotvf de hablarle, y dándome audiencia
le hice relación de mis servicios, y dije que el tesoro de la iglesia
era para hombres como yo que estaban hartos de servir en defensa
de la fe católica; lo cual, considerando Su Santidad estos trabajos
con su cristiandad, no sólo me concedió el Breve facultativo, mai
me lo concedió gracioso, y más con otro en que ordena á la Reli-
gión que en consideración á los servicios me reciban en grado de
freile caballero, gozando de mi ancianidad, y poder caber en todas
las encomiendas y dignidades que los caballeros de justicia goiao;
y más, me concedió un altar privilegiado perpetuo para la isla de
la Pantanalea, en mi iglesia, con no haber más de tres misas que
son menester, hecho para el altar por siete años, con que quedé
contento; pero faltaba lo mejor, que era el despachar estas cosas
con los ministros monseñores, que les pareció eran muchas gra-
cias 7 nunca vistas, como es verdad, y ansina me las coartaban con
mil cláusulas; pero todo esto lo allanó el Conde de Monterrey, mi
señor, y mi señora la Condesa, su mujer, con recados y billetefi
que escribieron á los ministros, que era imposible si no fuera por
Sus Gscelencias el podello conseguir. Eran Sos Excelencias al pre-
sente Embajadores eu Roma extraordinario, y habiéndome des-
pachado quise ir á Malta y Falermo, donde tenia mi sueldo, y
pidiéndole licencia á Su Excelencia me ordenó por algunas causas
que se ofrecieron no me partiese de Roma. Hicelo y estímelo,
mandando que me diesen mis treinta escudos al mes á 8u tes*
rero, que lo ha hecho con mucha puntualidad.
VIDA DBL CAPITÁN ALONSO DB GONTRKiAS. . 249
Pedí licencia á Su Excelencia, después de pasados seis meses,
para presentar los Breves. Diómela por dos meses y que volviese
dentro dellos. Partí de Roma y fui á Ñapóles y Sicilia y de allí á
Malla, donde presenté los Breves con las cartas de Su Excelencia,
y al punto fueron obedecidos, con lo cual me armaron Caballero
con todas las solemnidades que se requieren , y dieron una Bula
que la estimo más que si hubiera nacido del Infante Carlos^ en
que dicen que por mis notables hechos y hazañas me arman Ca^
ballero, gozando todas las encomiendas y dignidades que hay en
la Religión y gozan todos los Caballeros de justicia. Hubo aquel
día sopa doble en un gran banquete. Partí de Malta para volver
á Roma y vine en poco tiempo, porque en ir y estar, negociar y
volver á Roma, fué en treinta y cuatro días, habiendo de camino
casi trecientas leguas.
Llegué á Roma y besé la mano al Conde mi señor y mi señora
la Condesa. Holgáronse de mi buen despacho y vuelta tan
presto.
A ocho días después de llegado á Roma me mandó el Conde
mi señor fuese con dos carrozas de campaña suyas, de á seis ca-
ballos cada una, á traer los señores Cardenales Sandoval y Espi-
nóla y Albornoz que venían de España y habían de desembarcar
en Puerto de Palo, veinte millas de Roma, y asimismo me orde-
nó los convidase de su parte para que viniesen á alojar en su
casa, donde les tenía hecho un gran alojamiento.
Llegué á Palo donde estaban sus Eminencias en el castillo.
Hice mi embajada; estimáronlo mucho, pero respondieron no
pensaban entrar en Roma por ser tiempo de mutaciones, sino irse
á algunas partes cerca della; y ya tomada esta resulución les
supliqué lo mirasen bien, anteponiendo el servicio del Rey, con
lo cual se aventuraron á perder su salud, y á dos horas autes de
noche mandaron poner las carrozas en orden, que había ya diez
7 siete de campaña.
Metiéronse los señores tres Cardenales en la carroza dal Conde
mi señor y los camareros suyos en la otra y yo. Comenzaron á
picar las unas y las otras porque no les diese el sol, pero dime
tan buena maña que entré en Roma al amanecer con solas las
dos carrozas del Conde mi señor, sin que pudiese seguir nenguna
25o 9OLETÍN DB LA REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA.
de las diez y siete, y con ellas los truje á casa muy trempano {úd¡^
día de San Pedro, cuando se presenta la bacanea al Papa.
Fueron alojados en casa del Conde mi señor, cada uno en su
cuarto, con la ostentación y regalo que se puede creer, con sus
camareros y otros criados.
Estuvieron allí hasta que tomaron casas, que debió ser un mes,
y allí fueron visitados de todo el Colegio de los Cardenales, y re*
galados del Conde mi señor; y yo me volví á mi posada donde
estoy y estaré hasta que su Excelencia me mande otra cosa, que
no deseo sino servirle. Una cosa digo que es milagro: que entra-
ron estos señores en Roma, día de San Pedro , cuando las muta-
ciones están en su punto y de toda la familia que traían estos se-
ñores, que son más de trescientas personas, no se murió ninguno,
y á sus Eminencias no les ha dolido la cabeza, con lo cual digo
que es chanza lo de las mutaciones; es verdad que yo les dije á
todos en Palo que se guardasen del sol y entrando en Rooia de
hincar, que coii esto no habría mutación. Esto ha sucedido hasta
hoy que son 11 de Octubre de 1630; y si hubiera de escribir me-
nudencias sería cansar á quien lo leyere; además, que cierto que se
me olvidan muchas cosas, porque en once días no se puede reco-
pilar la memoria y hechos y sucesos de treinta y tres años. Ello
va seco y sin llover, como Dios lo crió y como á mí se me alcanza,
sin retóricas ni discreterías , no más que al hecho de la verdad.
Alabado sea Cristo.
capítulo zví.
[Llegada del Marqués de Cadreyla á Roma; erupción del Vesubio;
mi estancia en los Casales de Capua; mi gobierno de la citidad
de Aquila.]
Luego se siguió que el Conde mi señor resolvió hospedar al
Sr. Marqués de Cadreyta que iba por Embajador ordinario á Ale-
mania, y pasó por Roma, por Embajador de la Serenísima Reina
de Hungría, y el Conde mi señor me ordenó le fuese á recibir al
camino y ofrecerle su casa, y porque no traía las cartas de la
Reina con las circunstancias que son menester para que el Papa *
recibiese como Embajador, le hube de llevar á Frascate, gran
V
▼IDA DEL CAPITÁN ALONSO DB CONTRBRAS. 251
creación, donde estuvo regalado hasta que la Reina tornó á escri-
bir, con lo cual entró en Roma y vino á parar en casa del Conde
mi señor, donde fué regalado y servido, y después de besado el
pie al Papa y recibido sus visitas y hécholas su Señoría también,
se partió para Ancona , donde halló á la Reina y embarcó para
la Corte cesárea á ejecutar y ejercer su embajada, que la que
hizo en Roma fué muy lucida y costosa, digna de tal señor.
Luego dentro de pocos días envió el Conde mi señor á pedir una
galera á la Sra. Condesa de Tarsis para que fuese eu ella el secre-
tario Juan Pablo Bonete y yo á hacer ciertas diligencias en Ma-
drid, Vino la galera^ donde nos embarcamos y llegamos á Barce-
lona, y de allí se meordeuó corriese la posta, porque importaba.
Hícelo, con lo cual tuvo el Conde mi señor su deseo por haber
llegado con brevedad.
Estuve en Madrid más de dos meses (año 1631), donde me hol-
gué en ver lindas comedias del Fénix de España, Lope de Vega,
tan eminente en lodo y el que ha enseñado con sus libros á que
no haya naide que no sea poeta de comedias , que este solo había
de ser para honra de España y asombro de las demás naciones.
De Madrid me mandaron me partiese para Ñapóles, donde era
Virrey el Conde mi señor, y en llegando me mandó tomase una
Compañía de infantería española. Díjele como yo lo había sido
ya cuatro veces; porfióme y tómela, con la cual entré de guarda á
su persona, y de allí á dos meses me envió de presidio á la ciudad
de Ñola, y estando allí quieto una mañana, martes 16 de Diciem-
bre amaneció un gran penacho de humo sobre la montaña de
Soma, que otros llaman el Vesubio, y entrando el día comenzó á
oscurecerse el sol y á tronar y llover ceniza. Advierto que Ñola
está debajo casi del monte cuatro millas y menos. La gente co-
menzó á temer viendo el día noche y llover ceniza^ con lo cual
comenzaron á irse de la tierra, y aquella noche fué tan horrenda
que me parece no puede haber otra semejante al día del juicio,
porque demás de la ceniza llovía licrní y piedras de fuego como
las escorias que sacan los herreros de las fraguas, y tan grandes
como una mano, y mayores y menores, y tras todo esto había un
temblor de tierra continuo que esta noche se cayeron 37 casas y
se sentía desgajar los cipreses y naranjos como si los partiesen
25? boletín db la .rbal academia de la historia.
con un hacha de hierro. Todos gritaban ¡misericordia!, que era
terror oirlo. El miércoles no hubo día casi, que era menester
tener luz encendida. Yo salté en compaña con una escuadra de
soldados y truje siete cargas de harina y mandé cocer pan, con
lo que se remediaron muchos de los que estaban fuera de la tierra
por no estar debajo de techado. Había en este lugar dos conven-
tos de monjas, las cuales no quisieron salir fuera, aunque el Vi-
cario les dio licencia para ello antes que se fuera, los cuales con-
ventos se cayeron, y no hizo mal á naide porque estaban en el
cuerpo de la iglesia rogando á Dios.
Los soldados de mi compañía casi se levantaron contra mí en
esta forma: hicieron su consejo entre ellos diciendo que viniesen
juntos á forzarme saliese de allí, porque el fuego llegaba cerca.
Tópeles juntos en una calle, que venían á lo dicho, y yo como lo
vi les dije: ¿dónde, caballeros? Respondió uno, señor... y antes
que dijese más, dije yo, señores, el que se quisiese ir, vayase,
que yo no he de salir de aquí hasta que me queme las pantorrí-
llas, que cuando llegue á ese término, la bandera poco pesa y me
la llevaré yo. Con ésto no hubo naide que respondiese. Pasamos
este día unas veces de noche y otras con poco día. Las lástimas
eran tantas que no se pueden decir ni asegurar , porque ver la
poca gente que se había quedado, desmelenadas las mujeres y las
criaturas sin saber dónde meterse y aguardando la noche natu-
ral, y que allí caían dos casas, allí otra se quemaba, se deja con-
siderar^ y por cualquiera parte que quisiera salir era imposible
porque se hundía en la ceniza y tierra que cayó el jueves por la
mañana. Trabajó el elemento de el agua aunque no cesaba el
fuego y llover ceniza y tierra, porque nació un río tan caudaloso
de la montaña que sólo el ruido ponía terror: un pedazo de él se
encaminaba á la vuelta de Ñola, y yo tomé treinta soldados y
gente de la tierra con zapas y palos é hice una cortadura, de suer-
te que se encaminó por otra parte y dio en dos lugarejos, que se
los llevó como hormigas con todo el ganado y bestias mayores
que no se pudieron salvar, con que consideré si cuando los solda-
dos venían á que me fuese me voy se anega la tierra.
El viernes quiso Dios que lloviese agua del cielo revuelta ce**
tierra y ceniza, que hizo una argamasa tan fuerte que era imp<
r.-
VIDA DBL CAPITÁN ALONSO DB GONTRBRAS. 25^
sible cortarla aunque fuese coa picos y azadones, conque tuve
algún consuelo por si apretaba el fuego tener por dónde salir.
£1 sábado se cayó casi todo el cuartel donde estaba la compa-
ñía; pero no hizo mal á nadie porque los soldados más querían
estar al agua y ceniza en la plaza que en el cuartel y en la iglesia
mayor que era damuzada (sic), anque se meneaba como enjua-
gadientes en la boca, de los terremotos que había.
Domingo me vino una orden del Conde pensando estaba todo
perdido porque no podían haber pasado, en que me mandaba
saliese y me fuese á Cápua, y aunque me pesó, cierto, por
dejar aquellas monjas, que viéndome ir se habían de desanimar,
me fué fuerza el usar de la orden porque si sucedía algo no me
culpasen. Salí con lo que tenía acuestas, porque aunque qui-
siera traer un baúl no había en qué. Llegamos á Cápua que era
dolor el vernos, tan desfigurados que no parecíamos sino que
habíamos sido trabajadores en el infierno; los más descalzos, me-
dio quemados los vestidos y aun los cuerpos. Allí nos reparamos
ocho días é hicimos Pascua de Navidad, aunque el Vesubio siem-
pre vomitaba fuego.
Al cabo de ocho días me envió el Conde una patente para que
me alojase en los Casales de Cápua; hícelo y en ellos nos acomo-
damos algo de lo perdido, y á mí me trujeron de Ñola dos baúles
de vestidos, que todo lo demás de una casa se perdió: fue dicha no
perderse los baúles también.
En estos Casales hay una usanza lo más perniciosa para los po-
bres y es que los ricos que pueden alojar ordenan de primeras
órdenes á un hijo y á éste le hacen donación de toda la hacien-
da, con que no pueden alojar, y el Arzobispo les defiende porque
le sustentan: yo di cuenta al Obispo de esta bellaquería y respon-
dióme que aquello era justo; yo me indigné y saqué los soldados
de casa de los pobres y llévelos en casa destos ricos, y pregunta-
ba yo: ¿cuál es el aposento del ordenado?, decían, éste; yo decía:
guárdese como el día del domingo; y estotros , ¿quién duerme en
ellos?; señor, el padre, la madre, las hermanas y hermanos; y en
estos alojaba á tres y á cuatro soldados; quejáronse al Arzobispo
y él escribióme á decir que mirase que estaba descomulgado; yo
reime de aquello y uno de estos clérigos salvajes, que así los Ha-
r
,.1^
ii^
W
r
«■•
254 BOLBTÍN DB LA RBAL ACADBIIIA DB LA HISTORIA.
man por este reino, porque no tienen más de las primeras órde-
nes 7 son casados muchos, púsose en una yegua para quejarse al
Arzobispo, y un soldado dióle una sofrenada diciendo se aguar-
dase hasta que me lo dijeran á roí. La yegua no sabía de freno
más que el dueño latín, con lo cual se empinó y dio cou él en el
suelo, que no se hizo provecho.
Con todo su mal fué á quejarse; con que el Obispo me envió á
decir que estaba descomulgado por el capítulo quisquís pariente
del diablo (sic). Yo le respondí que mirase lo que hacía, que no
entendía el capítulo quisquis, ni era pariente del diablo, ni en mi
generación le había; que mirase que si me resolvía á estar desco-
mulgado que no estaba naide seguro de mi sino en la quinta
esfera; que para eso me había dado Dios diez dedos en las dos
manos y ciento cincuenta españoles. El tomó mi carta y no me
respondió más de que les envió á decir á los Casales que hiciesen
diligencia con el Virrey para que me sacase de allí, que él haría
E^ lo mesmo, porque no hallaba otro remedio. Hiciéronla apretada;
'■SéT
I ' pero ea el inter me lo pagaron los ricos sin que padeciese nengiiu
^ ' pobre, que no fué tan poco que no duró más de cuarenta días.
Pasados éstos me envió el Virrey á la ciudad del Águila (i), de
las mayores del reino, en la cual habían perdido el respeto al
W Obispo de aquella ciudad y aun querídole matar, y mandóme
|f que fuese á castigar los culpados : yo partí destos Casales á
^y los 9 de Febrero y pasé el llano de las Cinco millas, que llaman,
' el cual estaba media pica de nieve: hubo lindas cosas en este
llano cou los soldados.
^^ Esta ciudad es tan inobediente por estar á los confines de la
^^, Romanía, que casi no conocen al Rey. Yo llevaba 150 españoles
^ de los de cuarto y ochavo, y entré en la ciudad escaramuceando
con mis pardillos. Iba con título de Gobernador y Capitán á
guerra: comencé á prender y ellos á huirse. Alojé los pardillos
en sus casas de los culpados, que no les estuvo mal, y eché
bando que no anduviese naide ni entrase eu la ciudad con bocas de
fuego, que en ellos era costumbre como llevar sombrero. Obede-
^.
► .
h •
(1) Aquila.
YIDA DEL CAPITÁN ALONSO DE G0NTRBBA8. 255
cieron luegOi que fué milagro según decían todos; y un día llega-
ron á la puerta de Ñapóles seis criados del Virrey de la provin-
cia que era el Conde de Claramonte, con sus escopetas y pistoletes
de los chiquitos, y traían unos cabellos larguísimos á lo nazareno,
que es aquí hábito de bandidos ó salteadores» que todo es uno.
Dijéronlos que no podían entrar sin orden del Gobernador y
capitán á guerra: respondieron que no conocían al capitán á gue-
rra; y como de cuatro soldados que estaban á la puerta se habían
ido los dos á comer, entraron y fuéronse á dar pavonada á la
plaza, no haciendo caso de naide, como lo pasado. Yo lo supe y
mandé cerrar las puertas de la ciudad y con ocho soldados salí
á buscallos. Hállelos como si no hubieran hecho nada, y quirién-
doles prender, se metieron á hacer armas, que las tenían muy
buenas; pero no les valió porque de Romanía cerré con ellos y
los prendí anque me hirieron un soldado.
Presos, luego al punto les hice la causa y di dos horas de tér-
mino á cada uno, y pasadas los condené á cortar los cabellos
nazarenos y que se los pusiesen al pescuezo, y subidos cada uno
en sus borricos, á usanza de mi tierra, les diesen cada dos-
cientos azotes, lo cual se hizo con gentil aire aunque el verdugo
se estrenó en semejante justicia, que para él era nueva y aun
para la ciudad. Apeados de sus jumentos fueron curados con sal
y vinagre á usanza de galera y á otro día los encaminé á las
galeras de Ñapóles con cada seis años, por entretenidos, cerca la *
persona del cómitre á quien tocaron.
Al Señor Virrey ó Presidente de la provincia le pareció impo-
sible la justicia y certifícádose dello me escribió que con qué
autoridad había hecho aquello. Respondile que con la de capitán
á guerra. Tornóme á escribir que él sólo en aquella provincia lo
era. Yo le dije que eso se lo pleitease con el Conde de Monte-
rrey que era el que me había enviado la patente, y con esto se
determinó el venir á prenderme al Águila, y para ello juntó tre-
cientos hombres de á caballo y algunos de á pie. Siipelo y escri-
bíle que mirase su Señoría que era levantar la tierra y que ella
lo estaba casi, pues yo había venido á castigar ; que pues era
Ministro del Rey, no intentase tal cosa sino que diese cuenta al
Conde como á Virrey del reino; y si yo había hecho mal me cas-
256 boletín db lá i^bal agademia db la historia.
tigaría. El no hizo caso de esto, sino trataba de seguir su inten-
to. Yo que tenía espías vi que iba de veras y traté de escoger de
ciento y cincuenta españoles que tenía, los ciento con su pólvora
y balas y cuerda, y en un gallardo caballo que yo tenía puse mis
pistolas y encima de mi persona dos mil escudos en doblas y salí
á aguardalle á un puesto, donde le escribí una carta diciéndole
que pues miraba tan mal por el servicio del Rey, que prosiguiese
su camino y que trújese buen caballo, porque si le cogía le juraba
á Cristo que lo había de azotar como á los otros; y lo hiciera mejor
que lo digo, porque yo estaba seguro el rendir su gente, que era
toda canalla, y hecho en él lo dicho irme á Roma y á Milán y á
Flandes, conque se acababa todo; y de donde estaba yo en seis
horas me metía en el estado de lá Iglesia.
El se resolvió tomar mi carta y enviársela al Virrey Conde de
Monterrey y se volvió á su casa ó tierra y yo á la mía.
A otro día tuve noticia que andaba un caballero haciendo mil
bellaquerías en campaña y en conventos de tfionjas, hincando lo
que más bien le parecía. Yo como me había resuelto ya de ir á
campaña contra el Presidente, ¡pardiez! que me encaminé b
vuelta de uii lugarejo donde el dormía y le parecía que estaba
como el Rey en Madrid y le di una alborada, hallándole en la
cama, aunque se arrojó por una ventana á un huerto; pero hubo
otros tan buenos saltadores que le pescaron; atáronle y trajea
la ciudad del Águila, que se quedaron espantados de que hubiese
quien se atreviese á prendelle. Metilo en el castillo é hice la
causa y hecha le di dos días de término, en los cuales se trató de
hacer un tablado en medio de la plaza y hacer los cuchillos para
el sacrificio. La gente se burlaba de ver el tablado y de oir que
era para cortalle la cabeza; pero más se admiraron cuando le
vieron al quinto día á las tres de la tarde sin cabeza, que se la
cortó un mal verdugo, al cual le di un vestido mío y diez escu-
dos; el pobre no era prático; pero fué como los módicos que
enseñan en los hospitales á costa de inocentes, aunque este caba-
llero no era sino grandísimo bellaco. Llamábase Jacomo Ribera,
que cualquier bruces le conocerá aunque sea por el nombre, na-
tural de la ciudad del Águila.
Estaba en esta ciudad por la Pascua de Resurrección, y i
I
VÍOA DEL GAPITÁK ALONSO Dfi C07«TRBRAS. 257
jurados ó regidores estaban conmigo mal porque no les dejaba
vivir como querían, y parecióles que el día de Pascua tenían
alguna excusa el no acompañarme á la iglesia y con esto me
hacían algún pesar. Yo les había dicho el jueves santo se comul-
gasen como lo hacía yo, y ellos como tenían la malicia no quisie-
ron comulgar. Llegó el día de Pascua, donde el Obispo decía la
misa de pontifical. Yo aguardé hasta que salió la misa y fui,
püseme en mi silla con sólo mi asesor, aunque éste nunca quiso
firmar ninguna sentencia de las contadas; pero no me espantó
que era de la tierra y se había de quedar en ella. Advierto que
en esta ciudad el magistrado ó regidores, que son cinco, cada
uno tiene dos criados que se los paga la ciudad, vestidos de colo-
rado, y ninguno de estos regidores ó jurados no saldrá de casa
sin estos dos criados, ni irá á otra parte aunque importe la vida.
Yo como me vi solo á la misa pontifical y conocí la malicia
de estos bergantes, llamé al sargento desde mi silla y dijéle:
vaya y préndame todos los criados del magistrado y en casa de
cada uno de los magistrados, meta seis soldados, con orden que
coman cuanto hallaren en casa y en la cocina, teniendo mucho
respeto á las mujeres, y que no se salgan hasta que yo los mande.
Ejecutóse al punto, y más que había soldado que con ser día de
Pascua no se había hecho lumbre en su casa. Los jurados tuvie-
ron nueva del caso y como no tenían los de las capas coloradas
lio podían venir á volver por sí. Enviaban gentiles hombres
y recados: yo decía vinieran ellos, y como no podían venir,
estuviéronse cada uno donde les cogió el sargento los criados.
Pidióme el Obispo sacase los soldados de las casas ó que soltase
los criados, porque fuesen los jurados á sus casas. Concedí
que saliesen los soldados de las casas con que les diesen á cada
uno tres tostones que son nueve reales. Diéronselos al punto y
dieran trescientos ducados por no los ver en casa, {tanto nos
quieren! Tuvieron los soldados y sus camaradas con los nueve
reales cada uno y comido, mejores pascuas que los jurados, por-
que las hicieron en el lugar donde les prendieron los criados,
que por no perder la usanza ó privilegio no fueron á sus casas.
Hízome instancia el Obispo soltase los de las capas coloradas;
yo dije les había prendido á todos porque no se excusasen unos
TOMO xxrvu. 17
boletín DK la RBáL ACADBItlA DK LA HISTOHIA.
s, cual era el que me había de haber llevado la al-
7 puesto ea la iglesia; pero que pagase cada udo ud du-
a los arrepentidos y los soltasen; y al punto lo pagaron t
los jurados da su eocanUmiento, que ellos por tal tuné-
is mil cosillas me sucedió coa estos y era que el pes-
. carne lo ponían á precios subidos, y el pan, porque les
cada uno un tanto en especie de pescado y carae ;
el del pan en dinero. Yo siípelo y dije que cuando fuB-
ler las posturas me 'llamasen. Hiciéronlo, y asi como la
ecía yo: ¿v. s/ uo ve que es coucieucia ponerlo tan bajo,
ice más, y subiéndolo habrá abundancia^ Ellos veían el
irto y subían más. Después de hecha la postura decía
i uno dellos, señores: yo tengo tanta gente en mi casa
i soy franco por caballero de Malta y capitán de lufan-
upitáa á guerra y gobernador, quiero comenzar y pagar
ura y así cada uno de v. s.* ha de llevar conforme lien*
1 y lo ha de pagar aquí, como yo, y ¡voto á Dios! que
)s les dais una onza de nada, que os he de azotar; y como
1 que no era yo de burlas hacíanlo. Declan los jurados:
le en nuestra casa no se come pescado; — pues yo quiero
man y gocen de la postura, como yo y los pobres. Esto
a que la postura bajase la mitad y más en todas tas cosas,
ido á nuestro Presidente 6 Virrey de la provincia, había
a carta que yo le escribí última al Conde de Monterrey
vid el sacarme del Águila, á istancia del Préside y de
)s; pero sácenos á él y á mí en un día. A mí me dio una
i de caballos corazas ante de salir del Águila y á él no
la. Este ñn tuvo el gobierno del Águila, que tuve Ices
;iete días.
GAFÍT0LO XVII.
I cotas que me sucedieron en Cápua; alabanzas del Conit
la Condesa de Monterrey; me retiro de tu servicio.]
el Águila para Ñapóles á tomar posesión de la comni'
tallos; hállela que estaba alojada en Cápua y fué fiu
VIDA DEL CAPITÁN ALONSO DE GONTBEBAS. 259
traerla á Ñapóles, adonde me la entregó D. Gaspar de Acevedo,
General de mil caballos.
Este día que me la entregó D. Gaspar de Acevedo delante del
escribano de ración D. Pedro Cuncubilete, se tasaron los caballos
de la compañía, la cual había tenido D. Héctor Piñatelo, que le
promovieron á teniente de Maeso de campo general. Dijo un sol-
dado que le había trocado el caballo y otros dijeron lo mesmo, y
yo dije: aquel qne trae V.* S/ es de la compañía, y los soldados
dicen tiene V.' S.* los mejores caballos y dado rocines, y son del
Rey. Respondió, no es verdad: que yo no he tomado caballo nen-
guno. Más aunque entre italianos no es palabra ofensiva, «no es
verdad», no quise estar en opiniones, porque había muchos es-
pañoles y italianos delante, con lo cual aleó la mano y le encajé
la barba asiéndole de ella al punto. Arrojó el bastón y sacó su
espada, como valiente caballero; pero yo no fui lerdo en sacar
mi herruza, donde hubo uua pendencia sin sangre, porque era
tanta la gente que era imposible el herirnos. Un pobre tudesco
de la guarda del Virrey, que estaba allí, lo vino á pagar, que
salió con una cuchillada en la cara, como si fuera el enea-
jador.
Prendiónos D. Gaspar de Acevedo, como General de la caba-
llería y capitán de la guardia del Conde de Monterrey. Estuvimos
presos en casa cada uno con guardas tres días, hasta que el Con-
de, mi señor, mandó con la relación de los Maestres de campo y
Príncipe de Asculi que nos hiciesen amigos en su antecámara:
por el D. Héctor salió el Príncipe de la Rochela y por mí salió el
S.'' D, Gaspar de Acevedo, con que de allí adelante cada uno an-
daba ú yo por mejor decir, ojo avizor, como dicen los hampones.
Ya yo era capitán de caballos, con que comenzaron nuevos cui-
dados, y más con que el Conde, mi señor, quiso hacer una mues-
tra general de toda la caballería del reino, y la nueva levantada
que era más de dos mil quinientos caballos y la infantería espa-
ñola y italiana que era mucha y muy lucida, anque en esta
muestra no se halló infantería del reino de milicia, sino la
levantada, que eran los españoles dos mil y setecientos y los ita-
lianos ocho mil, escogida gente.
¡Qué sería menester de galas para este día! que yo con ser po-
260 boletín db la rbal ahaobmía ob la HlStOlttA.
bre, saqué mi librea de dos trompetas y cuatro lacayos, todos de
grana, cuajados de pasamanos de plata, tahalíes y espadas dora-
das y plumas, y encima de los vestidos gabanes de lo mesmo.
Mis caballos, que eran cinco, con sus sillas; dos con pasama-
nos de plata y todos con sus pistólos guarnecidos en los arzones.
Saqué unas armas azules con llamas de plata, calcillas de camu*
za, cuajadas de pasamano de oro, y mangas y coleto de lo mesmo,
un monte de plumas azules y verdes y blancas encima de la cela-
da y una banda roja recamada de oro cuajada; que á fe podría
servir de manta en una cama. Yo entré de esta manera en la
plaza con mi alférez y estandarte y ochenta caballos detrás bien
armados; los soldados con sus bandas rojas, y mi hermano, que
era mi tiniente, detrás de la compañía, harto galán. Dejo consi-
derar como entramos... (1).
Los demás capitanes, que eran en cantidad, pasamos todos por
delante Palacio, donde estaban en un balcón el Conde, mi señor,
y los eminentes Cardenales Sabeli y Sandoval, y en otro balcóa
mi Señora la Condesa de Monterrey y mi Señora la Marquesa
de Mon terroso con sus damas. Todas las compañías como iban
entrando en la plaza de armas hacían un caracol y abatían los
estandartes y la infantería las banderas, y pasaron al largo del
castillo donde se hizo el escuadrón y nosotros peleamos con él,
que cierto era de ver pelear la caballería con la infantería. A este
tiempo ya Sus Excelencias habían pasado con los señores Carde-
nales á Castelnovo y al pasar se disparó toda la artillería, que
era mucho de ver, y hacíase ésto tan al vivo, que no ^faltaba
más que meter balas, que todas las demostraciones se hicieron;
pero tal Capitán general teníamos para que no lo hiciéramos, que
aunque se hubiera criado toda su vida en la guerra no podría
saber mandar más como mandaba y á sus tiempos; y no es adu-
lación, que certifico que con haber conocido infinitos Príncipes
no he visto quien sepa tener tanta grandeza como este Señor; y
sino dígalo la embajada de Roma extraordinaria de 1628, con la
grandeza que allí estuvo, los muchos huéspedes que yo conocí en
(1) Cortada en el Ms. una linea.
▼IDA DEL CAPITÁN ALONSO DE G0NTRBRA8. 261
SU casa alojados, los Señores Cardenales Sandoval, Espinóla y Al-
bornoz, un hermano del Conde de Elda y otro del de Távara y la
del mismo Conde y mi Señora la Condesa, y todos comían en sus
cuartos aparte y á un tiempo, y no se embarazaban los oficios, ni
reposteros, ni botilleres, ni cocineros, ni la plata, porque cada
uno tenia lo que había menester; además que cada uno tenia un
camarero y un mozo de cámara, y para todos había carrozas á un
tiempo sin pedir á naide nada prestado. Yo vi colgadas treinta y
dos piezas con sus doseles de verano y otros tantos de invierno.
Fué este Señor el que hizo tan señaladas fiestas al nacimiento
del Principe nuestro Señor, que Dios guarde, por Octubre 1629,
que boy los romanos tienen que decir y aun los extranjeros que
allí se hallaron. Tantas comedias, tantas luchas, tantos artificios
de fuego, tantas fuentes de vino, tantas limosnas á los hospita-
les, derramar tres días á reo por las tardes cantidad de dinero,
oro y plata á puñados; y para más prueba baste decir que en este
tiempo éramos tan mal vistos en Roma que no se puede encare-
cer, y estas grandezas les obligaba á que fueran por dentro de
Roma apellidando, ¡viva España! que no hay más que decir.
Pues ¿quién ha tenido en aquella ciudad capitanes entretenidos,
como los tuvo el Conde á treinta escudos cada mes á cada uno, y
éramos cuatro y yo era el uno, pagándonos de su bolsa con pun-
tualidad?; y todo esto lo gobernaba Gaspar de Rosales, tesorero
de Su Ex.*, que jamás dejó que nadie se quejase de Su Ex.' en
aquella corte, al cual hizo Su Ex/ Secretario de Estado y Guerra
de Ñápeles cuando pasó á ser Virrey, oficio en el buen secretario
bien merecido por su vigilancia y limpieza de manos; y es cierto
que muchas veces un Señor acierta por tener un buen criado, y
al revés por tenerlo malo.
Pues en Ñapóles, ¿qué Virrey ha habido que busque los hom-
bres que tienen méritos, los cuales estaban arrinconados en algu-
nos castillos, desesperados, y Su Ex.* los ha sacado y premiado
que yo conozco muchos?; con que toda la nación se ha [regoci-
jado] viéndose premiar. ¿Quién ha enviado en quince meses á
Milán, como el Conde, dos tercios de italianos de á tres mil hom-
bres y setecientos mil ducados y á España seis mil infantes y
mil caballos en veinticuatro galeones?; la infantería á cargo del
1
PTÍH DS LA REAL ACADEICIA DE LA HISTORIA.
Campo Lataro y la caballería al de el Príncipe de la
UDtaniente veinticuatro sillas, bridas bordadas con
escogidos, Y oíros tantos pares de pistolas que no
, 7 para encima de cada caballo una cubierta de bre-
aba á las corbas de los caballos; esto iba de presente
estad y Seúor Infante Carlos, que esté en gloria, y
B Cardenal. Pues si tratase de mi Señora la Condesa,
que ha tenido con todas aquellas señoras tituladas
>artiendo los días de la semana en los tiespitales, y
Dujeres ir á servillas con sus matios, llevando de
la comida que se había de gastar aquel día; y de
Q testigo; pues ¿un convento de mujeres españolas
que ha fuudado y otrosí A que cada día ayuda coa
I, favoreciendo y bonrando á todos los que quieren
intercesión? en suma, señor letor, no le pareica pa-
e dicho, porque he quedado muy corto, y juro áDios
le cuando escribo ésto que son 4 de Febrero de 1633
Palermo y en desgracia del Conde mi Señor, que
srán el cómo y porqué; pero, con todo, estimo ser
oque en desgracia, más que criado de otro en gracia,
I seré ingrato á las mercedes recibidas en au casa y
á mi discurso, digo, señor, que se acabó nuestras
, que fué á 20 de Junio de 1632. Fuímonos á casa
udados, y á otro día mandó el Conde se repartiese
lerta por las marinas para defendellas, por haber ve-
e la armada turquesca. A mi me tocó ir con quiniea-
cabo tropa de ellos, al Principado de Gítra, donde
ñn de Agosto en campaña de Bol y en Achierno. En
i por caniculares, y hacía tanto frío que era menea-
mantas en la cama; y así, de día, ejercitábamos los
iramuzando unos con otros, y á veces corríamos una
aballo grande en la compañía, de cuatro años, y en
o, que había casi estropeado cuatro soldados, y á uno
ira herrarle era menester atarle de pies y manos,
que echado en el suelo quebraba todas las cuerda
VIDA DEL CAPITÁN ALONSO DB G0NTRERA8. 263
aunque fueran gordas. Yo mandé lo llevasen al convento de el
Sr. San Francisco y que lo daba de limosna. Lleváronlo en pelo
y el guardián dijo que ya que le hacía la limosna le hiciese un
contrato para podello vender. Este caballo estuvo aquella noche
tan feroz que no se atrevían á llevarlo á beber, y á otro día hice
el contrato, y me dijo el guardián: Señor, yo temo que este ca-
ballo ha de matar algún fraile. Fuese con su contrato al convento,
y á otro día me dijo: Sr. Capitán, el caballo se está quedo y parece
se ha quietado algo; en suma, en seis días se puso tan domés-
tico que no había borrico como él, y le echaron con una yegua
que tenía el convento y andaba con ella como si no fuera caballo,
que todo el lugar se maravilló. Yo tenía un caballo, entre otros,
que llamaba Golona; y como íbamos á correr y.escaramuzai cada
día á la alameda de San Francisco, este día me puse sobre este
caballo, que era manso, y yo había escaramuzado y corrido lan-
zas muchas veces en él, y poniéndole en la carrera Jamás quiso
partir: yo me enojé y le di de las espuelas y salió, y á cuatro pa-
sos se paró. Tórnele al puesto y hice lo mesmo: el caballo no quiso
correr sino muy poco, y á través. Rogaron me apease y que no
corriera. Un soldado me dijo: démele vmd., que yo le haré correr
y no le quedará ese vicio: yo me apeé y el soldado subió en él, y
no hubo bien subido cuando el caballo disparó á correr y hasta
que se estrelló en una pared, él y el soldado, no paró, y cayeron
entrambos muertos, de que me quedé espantado. O fué la limosna
que di del caballo ü de un altar que hice- se fabricase para decir
misas por las ánimas del Purgatorio y un Breve que les hice ve-
nir de Roma para un altar privilegiado. La causa Dios lo sabe, á
quien doy gracias por tal beneficio con los muchos que me hace
cada día.
Eutré en Ñapóles con mi compañía, y alojáronme en el puente
de la Madalena, de donde salía cada noche con veinte caballos á
batir la marina d^ la Torre del Griego, y las demás compañías
hacían lo mesmo por la otra parte de Puzol.
Yo tenía muy buenos caballos, y las compañías de mi tropa no
eran buenos, y así, por rehacerlas, mandó el Conde se reformase
mi compañía, lo. cual se hizo, y Su Eic* me hizo merced del go-
bierno de Pescara, que es de lo mejor de aquel reino. Bésele la
1
BOLBTtn DE LA R8AL ÁCADBHIA DB LA RI8T0BIA.
1 Oonde por la merced, y estiiveaiean8ín)áBd«unnies&D
is deBpacbos; y una maüaDa me envió á decir el Conde,
ir, coa el secretario Rosales, que gustaría que aprestase
ioncetes y un pauche que estaban en el puerto, y que
I^evaate con ellos á piratear un poco,
a sazón yo me hallaba con un hermano que había servido
ijestad veinte unos en Italia y armada Real de soldado,
a y alférez y gobernador de uua compañía tres años cod
de general y con ocho escudos de ventajas particulares
, y al presente se hallaba reformado de Tiaíente deca-
oratas. Díjele al secretario: Señor, yo haré lo que me
el Conde; pero mire vmd., que tengo á mi hermano,;
lo menos quede on Pescara por mi Tiaíente. Dfjome que
a ser, que había de ser capitán el que habla de ocupar
. Pedí le bicieseQ capitán del patache y aun se lo supliqué
za. al Conde: no lo quiso hacer. Dije que le diesen una
ía de los ramos y gente suelta que se había de embarcar
j. Dijéronme que sí. Yo en este ínter trabajaba en apres-
lajeles, y decía al secretario: vmd. no se burle coumigo.
il Conde acabe de ajustar esto; juro á Dios, que si uo lo
le no me he de embarcar ni hacer el viaje. Bn esto andu-
laíta que una noche, en su escrilorio, me desengañó, di-
lue no le habían de dar nada, y que nos habíamos deeni-
intrambos. Con esto me vine á mi casa, y considerando
no tenía plaza en aquel Reino ui sueldo de Su Majestad,
ermaoo tampoco; y asi, viendo que mi hermano decía:
fo he servido como lodo el muudo sabe, y vmd. ha hecho
:hos y yo no tengo acrecentamiento; el mundo pensará
gún (aje) y como vía que tenía razón , me obligó á coger
i ropa y meterla en el convento de la Santísima Tríni-
le allí escribí un papel al Secretario del tenor siguiente:
e espante vmd. que yo haya sido prolijo en que se acomo-
hermano, pues habiendo yo de ir este viaje, él había de
si yo faltase, con las obligaciones de este sobrinillo yso-
luérfanoB, que no tienen otro padre sino yo; y pues vmd.
hució anoche que no le había de dar nada, yo me be ■
no quefer servir tampoco ni hacer este vii^e, y asi se
VIDA DEL CAPITÁN ALONSO Dfi GONTBBBAS.
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podrá Yoid. decir al Conde, mi señor , que yo me he retirado aquí
para ver dónde me resuelvo áir á buscar mi vidn, y porque Su Ex.*
no me meta en algún castillo con alguna cólera; si gustare el
Conde de que yo le sirva y haga este viaje, déle uiía compañía á
mi hermano, pues la merece y me la ha prometido, que yo saldré
al punto y haré lo que verá en este viaje.»
El Secretario se espantó de ver semejante resulución, y me es-
cribió un papel como amigo á que saliese: no lo quise hacer sino
con lo referido.
Pedíle licencia al Conde para m( y para mi hermano y sobrino.
Envióme á decir que yo no tenía necesidad de licencia, pues no
era su subdito, por caballero de Malla, por no tener sueldo ni ocu-
pación en aquel reino, que con una fe de la Sanidad me bastaba.
Yo le envié á decir que yo no era de los hombres que se iban sin
licencia donde habían tenido ocupación: que si Su Exc* no me la
daba, me estaría allí en el convento hasta que me muriera ó pro-
movieran á Su Ezc* á mayores cargos. Y así Su Ezc* me hizo
merced de concederme licencia muy honrada para Malta y á mi
hermano para España y á mi sobrino para Sicilia, y todas tres
me las envió al convento firmadas de su puño.
Luego, estando los navios de partencia, me enviaron un papel
de Palacio, firmado del secretario; pero de otro mayor era, en
que mandaban hiciese una relación é instrucción para el modo
cómo se habían de gobernar los bajeles. Hícela delante el que
me trujo el papel, que era bien larga, y á la postre decía: «Señor,
yo no soy ángel, y podía errar; y así se podrá comunicar eso pa-
pel con los pilotos; y si mi parecer fuere bueno, se usará del, y
si no, no; que ese era el viaje que yo pensaba hacer, á no ser des-
dicha tener hermanos.»
Luego traté de poner mi viaje en orden, anque todo el mundo
me decía que rae aguardase y aun ministros y amigos de Pala-
cio. Yo procuré tomar su consejo, anque me resolví una noche
de ir á ver al secretario Rosales á Palacio y lo hice, y estuve con
él hablando largo, y diciéndome que no lo había acertado, que-
damos en que á otra noche nos habíamos áe] ver, y no me pare-
ció hacerlo, sino en una faluca qnc mo costó muy buen dinero,
embarqué á mi hermano y sobrino á deshora, con la poca ropilla
BOLBTt» DK LA RBAL ACADEMIA DB LA HISTODIA.
ÍA, y salimos de Ñapóles á los 20 de Enero á media aocbe.
tábaseme decir que coa mi retirada ea aquel convento todo
do pensó me habla metido fraile, como si yo no lo fuera;
16 puso en la Gaceta, y de Malla me escribieroa avisaban
ra capuchino; y no habla que espantar lo dijesen en tie-
itantes, pues en dos meses que estuve en aquel conveata
ombre en el propio Nápolea que juró me había visto deái
' él no debfa de saber que yo no sé latfn, ni aun lo ea-
le pasé allí est03 dos meses haciendo peuitencia con un
[ la mailana y otro á la noche y otros adherentes y con moy
vinos añejos, y oía cuatro misas y vísperas cada día.
oche que salí de Ñapóles no fué muy buena por el cuidado
ía; pero amanecimos en Bietre, sesenta millas de Ñapóles.
>8 el golfo de Salerno y fuimos á Palauudo, donde no dos
I tomar tierra por amor de la sanidad. De allí fuimos i
y estuve allí dos días. Visité donde nació el bienaventu-
m Francisco de Paula. De alU pasé á Castülón donde topé
tica que venía la vuelta de Ñapóles. Traía una brava dama
la conocida, con la cual cené aquella noche y rogóme que
ise en su aposento porque tenia miedo. No quise ser des-
;ido y así me acosté en el aposento en otra cama... (I).
ció y botamos nuestras falucas y cada uno tomó la derrob
convenía; y aquella noche llegué & Tropia y no hice noche
;ar á Mesina, víspera de Navidad, la cual hicimos en una
que habla harta carne; pero como era víspera de Navidad
mundo se estuvo quedo y más yo que venía harto de
)s misa, día de Pascua, ó misas, y salimos de Mesina, pero
irnos pasar de la torre del faro, donde dormimos,
■o día varamos y fuimos proejando hasta Melaco y estuii-
uella noche y un día por ser malo el tiempo. Presentómt
in de armas unas gallinas y vino y un cabrito, con que sa
el Ms. baf UcbadM unu cuinUa linew que suprimlmo» por d
tu; It ImaglDaeióQ del lector puede táeilmente Ueuu' «tle nejo.
VIDA DEL CAPITÁN ALONSO DE CONTRERAB. 267
me acrecentó la despensa y hubo sopa doble en la posada, que
nunca en estas casas faltan diablos ó diablas.
Partimos de Malaco y sin tomar tierra nos los llevamos hasta
Termines, donde hay buena posada. Dormimos aquí y partimos
para Falermo, quejlegamos á medio día, donde hallé inñnitos
amigos y traté de poner casa, y antes de hacerlo hablé al señor
Duque de Alcalá que gobierna este reino. Díjele mi venida,
anque Su Ex.* lo sabía todo y supliquéle mandase se me acla-
rasen los treinta escudos de entretenimiento que yo tenía en este
reino de Su Majestad. Mandó luego se me aclarasen.
Mi hermano dio nn memorial suplicando á Su Ex.*^ en consi-
deración de sus servicios, le hiciese merced de que se le diese
una patente de capitán para ir á levantar una compañía, por ha-
ber pocas en este reino, y para ello yo le daba quinientos duca*
dos que es lo que da Su Majestad para estas levas y yo quería
ahorrar al Rey esto; salió que informasen los oficios; y el infor-
me fué metelle en una tartana que estaba en este puerto, cata-
lana, cargada de bizcocho para las galeras de este reino y iba á
Genova. Dile doscientos escudos en oro y vestidos y pagúele el
flete y matalotaje, y échele mi bendición, diciendo: Hijo, vete á
Plandes y allí serás capitán; tú llevas servicios, galas, dineros,
licencia. ¡Dios te guie! Con lo cual se fué con Dios, y yo me he
quedado hasta hoy 4 de Febrero que escribo esto, 1633. Si Dios
me diere vida y se ofreciere más lo añadiré aquí.
CAPÍTULO xvui.
[Viajes á Ñapóles^ á Genova y á España;
pretensiones de mi hermano,]
Idose mi hermano este año de 33, en dicha tartana, me quedé
en Palermo y me envió á llamar el señor Duque de Alcalá, que
era Virrey de Sicilia. Subí á velle y preguntóme que qué había
tenido con el Conde Monterrey. Díjele que nada y yo traía licen-
cia para Malta. Apretóme con razones; yo nunca le dije nada de
lo que me había sucedido en Ñapóles. Despedime de su Ex.* y
bájeme al cuerpo de guardia y comenzáronme los capitanes á
n
368 boletín de la real acadsuia de la historia
desaminar de nuevo qué era lo quehabCa tenido con el Conde en
Ñapóles. Yo les dije que dejasen al Conde, que era señor de Codos
los Grandes siendo chico. No faltó quien se lo Tuese á decir a'
Duque de Alcalá que enojado eovió á su secretario me enviaseá
llamar, y venido me dijo sin réplica ninguna: Vmd. pague á doo
Jerónimo de Castro dociento!> escudos que le debe; j estaba alli
el dicho D. Jerónimo de Castro, y yo le respondí al secretario:
Sei^or es verdad que me dio docientos escudos para que le sa-
case en Roma un Breve facultativo para el Maestre de Malta, el
cual Breve no quiso pasar el dicho Maestre, y que yo habla cum-
plido con lo que me tocaba. Respondióme el dicho secretario:
vuestra merced no tiene que alegar, sino pagallos luego Ó le lie-
varán preso. Respondí á esa resulución: E¡nv£e vmd. conmijoá
quien los traiga. Envióme con guardia y trdjelos en un saquillo
y dfjele: Tome vmd. déselos al Duque para que haga de ellos lo
que quiera porque no den nadaá D. Jerónimo de Castro. Cod
ésto me fui á mi posada considerando lo que hace el mundo. De
allá dos días euvió un ayudante de sargento mayor, el cual me
dijo que mandaba Su Ex.* aclarase el entretenimiento que teuíi
allí. Yo respondí que yo allí no tenia sueldo, que tenia licencia
para irme á Multa, del Conde Mnuterrey; con lo cual fué (uena
valerme del recaudador de la Orden para que hablase al Virrey;
hitólo, con que me dejó, y dentro de veinte días me vinieron las
bulas de Malta, de la encomienda que me habla tocado d: Su
Juan de Puente de Orbi. Estiiveme allí dos meses. En este tiempo
vinieron dos gateras de Genova que Irujeron un Obispo. Yo te dije
al capitán de una deltas que si me quería llevar á Ñapóles con
condición de no decir que me llevaba, al Conde. Ofreciólo fio
primero que hizo fué decírselo. Ya el Conde lo sabía todo lo que
había pasado en Sicilia, de los coronistas; llamó á su secreurio,
Gaspar de RoHates y dijole que me enviase á llamar y procura»
rendirme y que me quedara en Ñapóles. El secretarlo me eiiTjd
uu papel á la gatera, corto y breve, en que me decía: <G1 Conde
ha sabido primero que ya vmd. viene ahí ; véngase á comer con-
migo, que tenemos que darnos dos toques.» Yo, visto que era
ya fortoso, salí de la galera y vine á Palacio donde me vi a ^
secretario y mostré mis bulas, que se quedó espantada y se p ió
-J-M
VIDA ofiL Capitán aLonso db coktrbras. 269
arriba á mostrárselas al Conde, el cual dijo: desenojadero tiene
Contreras; cataquizalde ¡por vida nuestra!, de manera que se
quede aqui bajo; y comimos y hubo grandes sermones y no hubo
remedio de quedarme. Las dos galeras ya salían á Gaeta, donde
estaban otras aguardando para ir á Genova. Díóme el secretario
un pliego del Conde para que diese en mano propia á la Mar-
quesa de Gharela. Hfcelo y habiendo tirado el tiro de leva me en-
vió el gobernador de Gaeta el bergantín armado para que fuese
á Ñapóles, que toda mi ropa estaba debajo de todo, que no se po-
día sacar, é iba cargando ya, que es lo que me valió. Hicimos un
viaje á Genova con bien, donde llegamos; á dos dias llegó el In-
fante Cardenal que esté en gloria. Hizo su entrada galantemente
y de allí se fué á Milán y yo á la vuelta de España, en las galeras
que vino el Infante Cardenal. Llegué á Barcelona en breve tiem-
po y de allí á Madrid donde me alojé en casa del Secretario Juan
Ruiz de Contreras, padre de D. Fernando el que hoy está en la
altura (1). Regalóme mucho en su casa y comencé á tratar de pre-
tensiones. Lo primero fué ir á tomar posesión de la encomienda.
Volvíme á Madrid y topé con mi hermano que estaba preten-
diendo, pidiendo le diesen su sueldo donde había sido reformado
por el oficio de Flandes, y habiéndose visto en el Consejo se le
dieron veinte escudos de entretenimiento y carta para que se le
diese compañía por el oficio del secretario Rojas, el cual despa-
chó un billete al secretario Pedro de Arce dándole cuenta de
aquella merced, el cual recurrió y lo detuvo muchos días hacien-
do enoscientes á los consejeros de Estado, que yo había sido capi-
tán de caballos de tramoya y que él no había de hacer aquel des-
pacho. Esto lo supe al cabo de algunos días. Como no se despa-
chaba el despacho de mi hermano fuime al Marqués de Santa
Cruz, del Consejo de Entado, y apretéle sobre la materia, con que
me dijo: ¿Cómo quiere que le den á su hermano el despacho? Si
Pedro de Arce dice que vmd. fué capitán de caballos de tra«
(1) Bd la carta del 5 de Marzo de 1640, que escribió desde Madrid el P. Sebastián
González al P. Rafael Pereira r Memorial histárieo español, tomo xv, pág- 424) , le dice:
«A D. Fernando de Contreras , Secretario que era del Ck)n8ejo de Guerra y Indias , le
ban hecho oidor de Indias, con que vacan dos buenos oficios.»
270 BOLBTtN DB LA REAL ACADBUIA D
moya. Con lo cual rolrl las espaldas sin decirle nada al Harquis
7 fuimeá mi casa, y sin comer bocado saqué la patente decapitíi
de caballos corazas y otra de Cabo tropa de quinientas y mireíor-
mación y licencia y apreté los pies y volví á casa del Marqués it
Santa Cruz. Hiciéronmeenlrar y dtjele: Suplico V. E. me oiga; mis
há de veiate años que en el Postigo de San Martin me llamó uu
dama, anochecido; subí arriba y estuvimos parlando ud rato, i io
cual llamaron á la puerta; la señora dama dijo que roe escondiese;
que luego se irla Pedro de Arce, que era el que venia. Dije qt»
no me había de esconder por ningún caso; que le abriesen; aDi-
gida la señora maudó que le abriesen; subió el Sr. Pedro de Arce
con su estoque y su broquel, verde comp una lechuga; entonca
era oficial de la guerra. Así como me vio me preguntó que qué
hacía aquí. Yole respondí; esta señora me estaba preguntando
por una amiga suya; y sin acabar la razón enderezó su broquel-
Yo estaba sobre la mía y fui presto, que le df en él uoa estocada,
que broquel, él y el estoque rodaron por la escalera, dando voces
que era muerto, sin estar herido.
Bajé con la bulla yo también, y fuime con Dios y á él le lle-
varon á su casa medio muerto de la caída, con que siempre ha te-
nido conmigo ojeriza todo este tiempo. Ahora vea V. E. esla pa-
tente, licencia y reformación, con que echará de ver que lo que
ba contado no es verdad y que fui capitán de corazas siete vatse
y tres dias(l).
(I) Aquí concluye el Mi. al cual faltan alfuiiaB bojaa, que quiíi negaron buUil
■Bo 1640. Víaie la noU precedente.
No bemoB podido averiguar la r»c1ia en que murió Alonan da Contrerta. Sn al
cblTo parroquial de San Sebaatlin, de Uadrld, eiiet«ii !•• partldM.daMineUa
doa que llevaron igualee nombre ; apellida; el una, eawdo con. Aa* da Tíll». k
ció A ai de Junio de 18ST; el otro, cuya mujer era Haría de la Caailra. 1 39 d* DIdl
brede ICSS; amboe fueron enterradoa de Umoana; creemos que niufrBno deelloaa
Cspitin cu;a Butablogratla publicamoaj aunque en abaolato no negaremoa qnti
diese dar eem^«nt«TnelU,y tnáa en aquelloe tíempoa, la ruada de la tortnna.
NOTICIAS.
Premio del Excmo. Sr. Marqués de Aledo. — Esta
Real Academia conferirá en 1903 un premio de 1.000 pesetas á la
ine¡or Historia de Murcia Mu9ulmana,q\it se presente optando al
mismo.
Los autores que aspiren á este premio, podrán aprovechar los
libros árabes impresos y manuscritos que se sabe contienen noti-
cias referentes á la ciudad, y existen en las Bibliotecas de Madrid
ó del Escorial y otras.
Las Memorias, redactadas en castellano literario y con crítica
histórica, deberán presentarse en la Secretaría de la Academia
antes de las cinco de la tarde del día 31 de Diciembre de 1902.
Madrid 30 de Junio de 1900. — El Secretario perpetuo^ Cesáreo
Fernández Duro.
Nueva inscripción de Ampurlas. Á las lápidas roma-
nas recientemente halladas en el subsuelo Emporitano y descri-
tas por D. Joaquín Botet y Sisó (1), antiguo correspondiente de
nuestra Academia, hay que añadir otra de mármol blanco, par-
tida en varios pedazos, pero completa, que tiene 29 em. de alto
por 34 de ancho. Sus letras hermosas y puntos triangulares son
del primer siglo.
IVLIA • SEX • L
AVCTA
HIC • EST • STA
lulia 8ex(ti) ¡(iberia) Aucta hic est sita,
Julia Aacta, liberta de Sexto, aquí yace.
(2) BoLBTÍN, tomo zzzYX, páginas 496-496.
SUMARIO DE ESTE
DocünEXTOB 0710111.18:
I. SeseUa higiórica d» la Academia
en Junta piiblica el 3 de Jwiii
D. Cesáreo Fettiández Duro . .
11. índice de informt» pedido» por Ci
po» del Sitado á la Real Ácadt
doipor éeia
IsroRKn:
I. Biografía marítima. — Oesáreo Fi
IL Antigüedades romana» de Valencia.
ni. Vida del capitán Alonso de Contr
San Juan , natural de Madrid,
1583 á 1653;.— Manuel Serrai
Hotlciaa ,
W '
'■ >
.\
OLETIN
DK LA
REAL ACADRMIA M LA HISTORIA
TOMO XXXVII,— CUADERNO IV
OCTUBRE. 1000
MADRID
ESTABLEGiMl£NTO TIPOGRÁFICO DE FORTANET
IMPRSSOB DV LA RKÁL ACADBITIA DB LA HISTORIA
Calle de la Libertad, núm. 29
'i 900
-5
K
L
V
^^^^^
*
BOL
DB
REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA.
TOMO xxxvH. Octubre, 1900. CUADERNO IV.
ADQUISICIONES DE LA ACADEMIA
ÜURANTE EL PRIMER SEMESTRE DEL AÜO 1900.
Regalos de impresos.
DB 8BÑ0RB8 A0ADBMI008 DB NÚMERO.
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al dar posesión á la Junta Consultiva de la fiiblioteca-Museo
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TOMO XXXVII. 18
/>
boletín db la real acadbml
DK acadíkioob hoh
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DK OORRBBPOBDIBHT» 1
1 de Riber» (Gxcmo. Sr. D. Antón
acto de colocu nna lápida en honoi
González, otorgada por el Eccmo.
Ribera j otroB concnrrenteB en el C
día 6 de Enero del año 1900, ante D
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men it de la Biblioteca Histórica Ti
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ADQUISICIONES DE LA ACADEMIA. 275
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cLettre Pastorale de Monseignenr TE^éque de Cabors snr Thistoire
de Roc-Amadonr». Cabors, 1899.
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par TAbbé Eugéne Monteilbet. Clermont Ferrand, 1894.
cArmanak Uskara edo Ziberonko Eganaria 1900 gaerren oartbeko».
Dos ejemplares,
c Eganaria edo Almanaca». ElÍ9a-Ofícioetaco Aazki-Bidea. 1900.
Dos ejemplares.
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motivo de la colocación de nna lápida conmemoratiya en la casa
donde yiyió y murió aqnel insigne sainetista». Mayo, 1900.
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«Aranceles de Adnanas para la Peninsnla é islas Baleares*. Edición
oficial. Madrid, 1900.
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neral de Aduanas». Madrid, 1 900.
«Memoria sobre la renta de Aduanas en 1899». Madrid, 1900.
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contribución industrial y de comercio, 1895-96». Madrid, 1900.
Dirección general de Instrucción pública, c Elementos de Historia de
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ba, 1896.
«Glorias de la Nobleza española», por D. Ángel del Arco. Tarra-
gona, 1899.
Relación de las obras del Depósito de Instrucción pública
remitidas á esta Secretaria.
«Agricultura ( Legislación de)». Colección de Leyes, Reales decretos y
demás disposiciones referentes al ramo de Agricultura, expedidas
desde 80 de Noviembre de 1833 hasta 5 de Agosto de 1866. Ma-
drid: Colegio de Sordo-Mudos. 1866. Un vol. en 8.°
^ mador de los Ríos (Rodrigo). «La Ermita del Santo Cristo de 1«
Luz». Madrid, 1899. Un cuaderno en S°, con láminas.
É^
278 BOLETÍN DE LA REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA.
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(Teorla)y con nna introducción sobre el lenguaje por D. José Vi-
ria Bris y Sánchez. (Tercera edición.) Madrid: Agostin AnisL
1898. ün Tol. en 8."
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española!, publicado por la Comisión regia de Espafia. Ptris,
Ch. Lahnre. 1867. Un yol. en 8*
Jnsué (Eduardo). «Tablas para comprobación de fechas en documentoi
históricos». Madrid, Luís Aguado. 1899. ün toI, en 8.*
Mesonero Romanos (Enrique), c Panteones j sepulcros en los cemea-
terios de Madrid». (Biblioteca del c Resumen de Arquitectura»).
Texto de E. M. R. Madrid: Impr. de San Francisco de Sales. 1899.
Un yol. en fol., con fotograbados.
Montesino (Cipriano Segundo). «Rompimiento del Istmo de Suez».
Memoria que acerca de la unión del Mar Rojo al Mediterráneo,
por medio de un canal marítimo, presenta al Gobierno de S. M.
Madrid. 1857. Un yol. en 8.*, con dos mapas.
«Plan de estudios, decretado por S. M. en 28 de Agosto de 1850, j
Reglamento para su ejecución», aprobado por Real decreto de 10
de Septiembre de 1851. Madrid: Imprenta Nacional. 1851. Un vo-
lumen en 8.®
Sydenham. «Obras médicas de Sydenham». Texto latino de la edieiáii
Teneciana de 1685. Versión castellana y estudios sobre las mismss
obras, de D. Joaquín Rabanaque. Madrid: A. Pérez DubrnU. 1876.
Un yol. en 8.* mayor.
cReyista de Archiyos, Bibliotecas y Museos». Tercera época. Año III.
Números 1-6. Madrid: Colegio de Sordo-Mudos. 1899. Seis cot-
demos en 8.*, con láminas.
tClínicas (Memorias de las), redactadas por los respectiyos catedrátí*
eos de las Universidades de la Península, correspondientes al cono
de 1852 á 1853». Madrid. 1854. Un yol. en 8.*
Del Depósito de Agricnltura, Industria y Comercio.
c Agricultura, Industria y Comercio (Memoria eleyada al Excr "'
flor Ministro de Fomento por la Dirección general de)», ' i
ADQUISICIONES DE LA ACADEMIA. 279
estado de los ramos dependientes de la misma en Octnbre de 1861
Madrid: Imprenta Nacional. 1861. Un toL en foL, cartón.
€ Exposición general de Agricnltnra de 1857 (Memoria sobre los pro-
ductos de la Agricnltnra española reunidos en la)», presentada al
Excmo. Sr. Ministro de Fomento por la Junta directira de aquel
concurso. Madrid: Imprenta Nacional. 1859-61. ün yol. en 4.*
marca mayor.
«Exposición universal de París en 1855 (Apuntes sobre los objetos
correspondientes al ramo de Obras públicas presentados en la)», por
los Sres. Valle, Echeyarria y Mendizábal, Ingenieros de Caminos,
Canales y Puertos. Madrid: Imprenta Nacional. 1855. ün toIu-
men en 8.°
Esquerra del Bayo, c Memorias sobre las minas nacionales de Riotinto,
presentadas al Gobierno de S. M. porD. Joaquín...» Madrid: Im-
prenta de la Viuda de D. A. Yenes. 1852. Un yol. y una bója
en 4.*^, y un mapa fol. doble marca.
c Montes (Legislación de)». Colección de Leyes, Decretos y demás dis-
posiciones de interés general, relativas al servicio, así facultatiyo
como administrativo, del ramo de Montes, expedidas desde 22 de
Diciembre de 1833 hasta 31 de Diciembre de 1868. Madrid: Im-
prenta del Colegio de Sordo- Mudos. 1869. Un vol. en 8.°
c Montes públicos (Clasificación general de los)», hecha por el Cuerpo
de Ingenieros del ramo, en cumplimiento de lo prescrito por Real
decreto de 16 de Febrero de 1859 y Real orden de 17 del mismo, y
aprobada por Real orden de 30 de Beptiembre siguiente. Madrid:
Imprenta Nacional. 1859. Un vol. en fol., cartón.
(Obras públicas (Memoria sobre el estado de las) en España en 1856»,
presentada al Excmo. Sr. Ministro de Fomento por la Dirección
general de Obras públicas. Madrid: Imprenta Nacional. 1856. Un
volumen en 4.^ may., cartóu.
c Obras públicas (Memoria sobre el progreso de las) en España en los
años de 1859 y 1860», presentada al Excmo. 8r. Ministro de Fo-
mento por la Dirección general del ramo. Madrid : Imprenta Na-
cional. 1861. Un vol. en fol., cartón.
280 BOLKTÍN OE LA REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA.
Relación de impresos remitidos por el Depósito de libros
del Ministerio de Instrucción pública, procedentes del
cambio internacional.
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volamenes xii y xiii. N*^® 1, 2 y 4, JaDiiary-Apríl July 1899.
Johno HopEins UoÍTerBity Sttidies in Historical and Political Science:
cThe Street Eailway Syateni of Philadelphia, its Historf andpreaeat
condition». Bj Frederic W. Speirs. Fifteenth series iii-t. Baltí-
more, 1890.
c Daniel Raymond», by Charles Patrick Neill. Serie ti. Baltimo-
re, 1897.
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Reizenstein. Series vii y viii. Baltimore, J 897.
€Sonth American Trade of Baltimore», by Frank B. Rntter. Serien.
Baltimore, 1897.
c State tax Gommissions in the United States», by James WiUdnsoa
Chapman. Series x y xi. Baltimore, 1897.
cThe Nentrality of the American Lakes and Anglo- American Rela-
tions», by James Morton Gallaban. Serie xti, n^ 1-4, Jannary-
April 1898. Baltimore.
cWest Florida and its relation to the Historical Gartography of the
United States», by Henry E. Chambers. Baltimore. Serie xn,
n*»5. May 1898.
cAnti-SIavery Leaders of North Garolina», by John Spencer Bas-
sett. Serie xvi, n^* 6. Baltimore, Jnne 1898.
cLife and Adtuinistration of Sir Robert Edén», by Bemard G. Steí-
ner. Serie xy¡, n^** 7-9. Baltimore, Jnly-September 1898.
«The Transition of North Carolina from Colony to Gommonwealtb»,
by Enoch Walter Sikes. Baltimore. Serie xvi, n^»» 10 y 11, Ocio-
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Aonnure ponr l'umáe lfJ99-900>.
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BnUetin et Uemoired de la Société dea Anti
Foitiera. Tome xxiii (de la denxi¿me aéñe),
Balletin de la Société dea Amia dea Scieucei
cbonarti. Tome n°* iii et iv.
Bnlletin de la Sociétá ¿rcbéologiqne dn Midi
loaae. Béríe íd 8*, n" 24. SdanceB da 21 Marc
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ciembre 1899. Año xLvii, números 1.267-1292, 4, 11, 18 y 25 de
Enero: 1, 8, 15 y 22 de Febrero; 1, 8, 15, 22 y 29 de Marzo; 5,
12, 19 y 26 de Abril; 3, 10, 17 , 24 y 81 de Mayo; 7, 14, 21 y 28
de Junio 1900.
Institución libre de Enseñanza. € Boletín». Año xxiii, números 475-477,
81 Octubre-dl Diciembre 1899. Affo xxiv, números 478-480, 81 de
Enero-31 Marzo 1900. Madrid.
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Sánchez, Catedrático y Secretario de este Instituto». San Sebas-
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bre su estado, leída en la solemne apertura del curso académico
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durante el curso de 1899-900». Teruel, 1900.
rk
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?84 boletín DB la real academia de la HrsTORIA.
Instituto de eegnnda enseñaosa de Vitoria. (Memoria del cano de 1898
á 1899». Vitona^igOO.
Monte de Piedad j GBJa da Afaorros de Madrid. «Memoria y cnnita
general correapondienteB k 1899». Madrid, 1900.
Obeerratorio Astronómico y Meteorológico de Madrid, clnetraccioiiec
para las obserTscioneB del eclipse total de aol del 36 de Majo de
1900». Madrid, 1900.
R;al Academia Española. (Discano» leido aute SS. MM. ; AA. Bit
por el Excmo. Sr. D. Jaan Valera, en Jnntapúblicacelebrada par
la Real Academia EepaBola el dfs 13 de Majo de 1900, con mo-
tÍTO de la traalación Je las cenisae de Goja, Meléndez Vildéa,
Feraáadez Moratfn y Marqade de Valdegamaa. Madrid, 1900.
«Informe» leido ante 88. MM. ; A A. BR. en la sesión pública cele-
brada el día 13 de Mayo de 1900 para la repartición de premios j
socorros de la Fandación San Gaspar*. Madrid, 1900.
«Oración fúnebre* qne, por encargo de la Beal Academia Española j
en las Honras de Mignel de Cervantes j dnnia Ingenios españo-
les, pronunció en la Iglesia de Religiosas Trinitarits de Madrid el
P. Antonio Hernández. Madrid, 1900.
«Discarsos* leídos en la recepción de D. Jacinto Octavio Picón, el ÍA
de Jnnio de 1900. Madrid, 1900.
Beal Academia de Bellas Artes de San Fernando. «Boletín». Año xix.
Noviembre 7 Diciembre 1899. Afio xx, Enero-Abril 1900.
I Discursos» leídos en la recepción pública del Sr. D. José María Sbar-
bi, Presbítero, el día 21 de Enero de 1900. Madrid, 1900.
Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas 7 Natorales. cl'iscm»»
leídos en ta recepción pública de) Sr. D. Pedro Palacios y Siou,
el 29 de Abril de 1900. Madrid, 1900.— Dos ejemplares.
Real Academia de Ciencias Morales y Polfticas, «Memonas sobre la
Influencia de los transportes en los mercados y en la baja de los
precios» , escritas por D. Andrés Barthe y Bartbe y D. Mannd
Die y Más, qne obtuvieron, respectÍTsmente, premio y accéait, en
el concurso ordinario de 1897.
- \nnario de la Academia», para 1900.
>ispoBÍcioQes qne podrian impedir en España la división de las fin ■
cas rústicas cnando esta dirisión perjudica al cnltivo». M<»""''ii
qne obtuvo el premio del Conde de Toreno, concedido por 1
'•W—m-
ADQUISICIONES DB'LA ACADEMIA. 285
Academia de Ciencias Morales y PoUticas, en el segando Concur-
so extraordinario, correspondiente al bienio de 1897-99, escrita por
Diego Pazos j Oarcfa, Registrador de la propiedad de Daroca.
Madrid, 1900.
Real Academia de Medicina. Madrid, c Anales». Tomo xix.caader-
no 4.% 30 Diciembre 1899. Tomo xx, cuaderno 1.% 80 Marzo 1900.
«Memoria y Discarso» leídos respectivamente por su Secretario per-
petuo Excmo. é limo. 6r. D. Manuel Iglesias y Díaz, y por el
Excmo. é limo. 8r. D. Ángel Fernández -Caro y Nou?ilas, Aca-
démico numerario, en la solemne sesión inaugural del ano 1900.
Madrid, 1900.
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Lcademia Real daa Sciencías de Lisboa
Histórica a saecQÍo octavo post Gbria
mum inasn Academiae Scientiarnm C
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lar; 1, 8, 16 7 22 Febraar; 1, 15, 22 7 29 Mará; 5 7 19
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ften zn Berlín im anftrage der Akademie bearbeitel ron Adolf
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INFORMES.
I.
DOS CARTAS INÉDITAS DEL P. ANDRÉS DB RADA
ACBRCA DB LAS REDUCCIÓN BS DEL PARAGUAY (Af^OS 1606 Y 1667).
Cuando en el año 1897 fué traducida al castellano la Historia
promncice Paraquarice, del P. Techo, se encargó de escribir un
prólogo para dicha obra D. Blas Garay, joven paraguayo de
claro talento, vasta ilustración y suma laboriosidad, que por
entonces residía en España. Y habiéndome comunicado su pro-
pósito de ocuparse en dicho prólogo del régimen establecido por
la Compañía en las reducciones fundadas entre los ríos Paraná
y Uruguay, le manifesté que hallaría muchos datos, nuevos y
fidedignos en un manuscrito de la Biblioteca Nacional, que con-
tiene cartas reservadas de varios Generales y Provinciales jesuí-
tas, tocantes á la organización de aquellos pueblos (1). Siguió
mis advertencias el Sr. Garay y extractó el citado manuscrito, del
cual hay numerosas citas en su prólogo; mas, á decir verdad,
creo que no dio con la genuina interpretación de tales documen-
tos, pues llegó á deducir de ellos que el gobierno de la Compa-
ñía en las reducciones paraguayas fué gravoso para los indios,
duro con frecuencia, é inspirado tan sólo en los intereses de la
Orden. Gomo el Sr. Garay se limitó á citar los pasajes que más
(1) La oolecciÓD debía constar de dos tomos, pero solamente se conserva el primero,
q le contiene cartas de los años 1613 & 1*754. Consta de 312 páginas en 4.°, y fué copiado
c illa segunda mitad del siglo zviii. Se qpnserva en la Biblioteca Nacional. Ms. S. 842.
302 BOLBTtN DB LA RBAL ACADBlfU DB LA HISTORIA.
favorecían á sub convicciones, me ha parecido conveniente repro-
ducir íntegras dos cartas del P. Andrés de Rada, á fin de que se
vea en ellas el espíritu evangélico y la paternal solicitud que mos-
tró la Compañía de Jesús con los indios guaraníes, recién sali-
dos de la barbarie y semejantes á niños que debían ser llevados
de la mano por el áspero sendero de la vida. A ésto me limito,
sin hacer una pintura de las reducciones jesuíticas, cuya orga-
nización expusieron admirablemente Gharlevoiz y Muratori; el
mismo Eliseo Reclus , á quien nadie calificará de ultramontano,
no ha podido hablar de aquéllas sin describir con simpatía el
socialismo cristiano implantado por la Compañía en el centro do
la América Meridional (1). Solamente haré una observación yes,
que si los j.esuítas organizaron militarmente los pueblos guara-
níes é instruyeron á los indígenas en las armas, no fué en modo
alguno para alzarse con el mando y fundar un Estado indepen-
diente» como algunos calumniosamente han escrito, sino con
objeto de poner las reducciones á salvo de las incursiones de
los mameliÁCoa^ mestizos brasileños que asolaron extensas re-
giones y redujeron sus habitantes al cautiverio. Testigo de ello
fué el P. Ruíz de Montoya, quien en su Conquista espirUual
nos legó el recuerdo de las crueles razias llevadas á cabo por
los paulistas en el Uruguay, sin que el Gobernador español lo-
grase impedirlas. Fué muy justo, por tanto, que la Compañía
enseñara el ejercicio de las armas á los guaraníes, ya que todo
hombre tiene derecho á repeler injustas acometidas y defender sq
vida mediante la fuerza (2).
Madrid 19 Bnero 1900.
Manuel Serrano y Sauz.
(1) QéographU uniterselU^ tomo iix, póginas 524 á 529.
(2) Poco antefi de corregir las pruebas de este trabajo hemos Tísto la D^ektrúclé^
de Uí wrdad, escrita en el siglo pasado por el Padre Cardiel y publicada haee poeoí
meses en Buenos Aires por el Padre Pablo Hernández, S. 1.
En el pensamiento capital de la obra y de la Introducción coincidimos con bob au-
tores; pero como el prólogo del Padre Hernández contiene bastantes errores y no me-
nos injusticias, que merecen seria refutación, nos ocuparemos de aquél extenaames-
te en otro lugar, y demostraremos que si , por equivocarse de buena fe, merees aa
escritor el calificativo de enemigo de la Historia, á pocos le corresponderá con tant i*
zón como al jesuíta americano.
CAUTAS INÉDITAS DBL P. ANDBÉS DB RADA. 303
Carta del Padre Provincial Andrés de Rada para el Padre
Superior de las Doctrinas. De il de Noviembre de Í666.
Porque el mirar esas doctrinas sin las armas de fuego que las
assegurabau de las invasiones de los portugueses de San Pablo,
solicita nuevos cuidados bien necesarios para su defensa, y mas
con la nueva cercania de sus poblaciones, me ha parecido encar-
gar a V. R.^ y á todos los Padres que viven en essas tleduciones
lo que después de haber visto el sentir de Y.^ R> y sus Consulto-
res y haberlo conferido con los de Provincia se ha juzgado ser
conveniente ordenar en materia tan grave.
Primeramente que en todas las Doctrinas, según el numero de
las familias, se señalen una ó dos Compañía» de soldados de a
caballo, con lancas y adarga, escogiendo los mas briosos, los qua-
les es muy conveniente estén muy exercitados en el jugar bien
la lanca y en el reparo de la adarga, procurando tener caballos
fuertes y bien exercitados en las escaramusas y acometimientos,
hechos al son de las caxas y ruido de la vocería y pingollos, para
que en el conflicto no lo estrañen; y se tenga para cada ginete
dos caballos deste porte, los quales no han de servir para otras
faenas, y se guarden aparte y en puesto tan acomodado que se
hallen á mano para cualquiera sucesso; y fuera muy conveniente
que fuera de la lanza y adarga tuviera cada soldado de a caballo
morrión y cocelete de cuero de toro, sancochado de los servidillos
7 papadas, que de ellas vsan muchos soldados de chale y muchos
españoles de estas provincias para la guerra, con notable provecho,
procurando se hagan estas armas con moldes y tan ajustadas
que con desahogo puedan servirse de ellas,
Quexa ha sido común que con las armas de fuego se fueron ol-
vidando los avios y flechas y que apenas se halla ya tirador de
importancia; y assi encargo á Y. R. buelva a resucitar este exerci-
sio tan natural de los Guaraníes; y que se haga mucha y muy
buena flechería y tenga cada indio cincuenta flechas, dos arcos
y quatro cuerdas; y que todas las reseñas á los flecheros se les
reconosca no solo el numero de estas armas sino la calidad de
ellas. Atendiendo a que cada Reducción, fuera de las flechas, ar-
cos y cuerdas de los particulares, tenga de común en el almacén
BOLBTtN DB LA REAL ACADEMIA DS LA mSTOfltA.
O seis mil Hechas de maDÍñesto para cualquiera rebata, coa
'cos 7 cuerdas que según el numero de indios de cada pue*
! juzgaran convenientes, para que se antes sobren que iállea
los flecberos.
En cada pueblo, según el ndmero de sus indios, se seflala-
a buena Compañía de pedreros, que no sean menos de cíd-
a en las Doctrinas menores y ciento en las mayores; y de
delante se procure aumentar el nümei-o conforme á las fuer-
; cada pueblo y la demás división de sus indios, porque se
ser esle el mayor nervio de su defensa y la mejor baterii
s contrarios; y cada soldado deetos pedreros tendrá obliga-
de registrar en la reseña treynta piedras labradas con su
aa, y doze hondas, y en el almacén común se procure tener
ncion de ellas en el mayor numero que se pudiere.
Que todos los Domingos por la tarde aya exercicio de ar-
le cada Compañía de soldados, según las que se irán seña-
, y se propongan premios que los alienten para el que mejor
e la lanza y jugare mejor la piedra y tirare mejor la flecha;
a mes, según el orden antiguo, se haga alarde y se procure
;a con toda viveza, para que sepan como han de embestir y
rse sin desordenar su esquadron, defendiéndose unos á otros.
El exercicio de los machetes y rodelas grandes de madera
ecienle, porque es muy provechoso para envestir con res-
0, y juntamente sirven de muro y rodela a los flecheros; y
rocaran los machetes con espadines anchos, tuvieran el gol-
is seguro y maior esfera para oreuder y defenderse. Procú-
hacer espadines, pues es fácil su hechura y tiene mayor
[dad sil esercicio.
Prevéngase con tiempo un lugar fuerte para recoger la
la y mujeres del pueblo, para qualquiera lance de invasión
iria, porque los indios del dia pelean con mas esfuerce sa-
3 que sus hijos y mujeres están seguros; y si no se hallare
> que con seguridad los albergue, se vayan remitiendo d
ueblo, ó tos alejen de suerte que no los alcance el enemigo;
e cautivas las mujeres y tos hijos, con facilidad se dezao
ar y se entregan los indios de guerra de su voluntad.
Los espias que se acostumbran embiar a descubrir y coi
^T.
CARTAS INÉDITAS DfiL P. ANDRÉS Dfi RADA. 305
el campo en las tres fronteras Corpus, San Xavier y Yapeyu, se
procuren embiar con mayor cuydado; y de quando en quando se
despachen por los montes y campos circunvecinos otras espias
perdidas que descubran los intentos y designios y pasos del ene-
migOy y principalmente en el Yapeyu y San Xavier, por la mayor
Tezindad que ahora tiene el portugués hazla el Uruguay; y pro-
cúrese en estas fronteras tocar la caja una o dos horas antes de
amanecer, para que conozca el enemigo que se vive con cuydado.
8. Por lo que puede suceder en algún asalto repentino, y prio-
c) pálmente dias de fiesta ó Domingo quando está toda la gente en
la iglesia, renuévese la costumbre antigua de que todos entren
con sus armas en la iglesia, con lo qual, fuera de estar mas pre-
venidos para qualquiera contingencia, les servirá la vista de los
Padres y demás indios de que las tengan mejores y mas bien
tratadas.
9. En las tres fronteras sobredichas del Corpus, San Xavier y
Yapeyu, se procure que siempre se reserve gente en el pueblo
que pueda defenderle en qualquiera asalto repentino, aunque sea
en tiempo de hazer las chácaras, y entáblese alguna señal particu-
lar con la campaua, de suerte que la puedan oyr y la entiendan
los ausentes, para que por ella conoscan el riesgo y cercanía del
enemigo y puedan acudir á defenderse, procurándose juntar los
de unas chácaras con los de las otras para que vengan al pueblo
con menos riesgo y no les suceda lo de los ytatines.
10. Para que el ha2;pr las armas arriba dichas se tome con
mas fervor y menos trabajo procuren los Padres hablar á las Ca-
ciques, Capitanes y Corregidores, dándoles a entender la grave-
dad de la materia, pues les va en ello su defensa y conservaciou,
para que yendo todos a una se obre con mas eficacia.
11. Porque muchas veces sucede hazer una palisada ó abrir
algún monte para desalojar al euemigo, téngase en cada Reduc-
ción en el almacén que se dixo arriba, cantidad de cuñas con sus
cabos, para valerse de ellas quando la necessidad lo pidiese.
12. Estas ordenes comuuicará V. H> á todas las Doctrinas
dexando un tanto en cada vna de ellas, y se me dará cuenta en la
primera ocasión, assi de su recibo como de su execucion; y quando
el Padre Superior visitare las Doctrinas, verá como se ajustan y
TOMO zzzvix. ao
bolbtIh ds la rba
cumplan y me avisa
íes. Quarde Nuestro
>acriflcios 4.* Córdot
itwwn de su Reveren
ea de estaa Reduecio:
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Padre Andrés de R<
rérseme propuesto e
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Q qualquier pueblo
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Igun indio o india d<
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Bterio.
1 orden a fomentar
su gran importanci
¡or despacho de las
i le deza orden al I
) cada pueblo j eu li
CARTAS INÉDITAS OSL P. ANDRÉS DB RADA. 307
de confessores, de suerte que assi en la víspera como en el dia
tengan los pueblos otros sacerdotes con quien confessarse, ultra
de los que de ordinario los assisten ; y que también procure que
para los indios mas célebres se truequen los curas, o compañeros
lenguas, para que los feligreses puedan con maior libertad 7 con-
suelo ganarlos. Supóoese que todos los confessores entre si y con
los penitentes deben procurar uniformes, como se nos encarga en
dichas reglas de los sacerdotes, y no destruir v. gr. el huésped lo
que edificó el Gura, ni al contrario, como seria si el huésped ab-
soluiese a quien el Gura justamente negó o dilató la absolución
durante el impedimento de no quitar el escándalo, o la ocasión
próxima, o dexó de restituir la honra etc.^ o si consediese licen-
cia para comulgara la muchacha a quien por faltado disposición
o capacidad, prudentemente se la negó su Gura; y assi es menes-
ter proceder en esto con el tiento y cautela que Y. R.* saben, ne
projiciamtís margaritas etc.* y demos en el otro extremo no me-
aos perjudicial, si lo que está dispuesto para quitar sacrilegios
que puede causar el recogimiento y vergüenza en gente corta y
especialmente en mugeres y muchachas, fuese ocasión de que
se cometiessen otros, recibiendo los Sacramentos sin la debida
disposición, y de que se continuasen los escándalos y se reinci*
diese mas fácilmente en las mesmas culpas. Deste punto traté en
la Instrucción de los Micioneros (sic) a que me remito para quan*
do se embiaren á la ciudad de las Gorrión tes o a la Villa Mara-
co y u &'.
3. Procúrese que en los pueblos donde las fuentes comunes
están cercadas de espesuras y arboleda, se limpien de manera,
que dexando los árboles altos tengan los manantiales la defensa
de la sombra para su conservación , y quitando las ramas bajas
y los arbolitos pequeños y demás maleza, se escusen, ocasiones en
que peligra el recato.
4« Gauxélese el que no concurran los varones con las mngeres
á bañarse ó labarse, porque en alguna parte, aunque reprehendi-
das por ello de los baristas, continuaron en acción tan poco reca-
tada; y assi encargo se cautelen con tiempo semejantes ezcessos,
poniendo efficaz remedio: en conformidad de lo que dexo aduer-
tido al P.* Superior acerca de que no se permita que en puerto.
ROLBTfN DB LA REAL ACADBHIA DE LA BISTOniA.
bajea las iudias a rescatar yerba , ni otro genero alguno,
loa íDdioa suban del puerto a sus casas, para que se el-
los íQcon venientes que se ocasionaa de semeJaaLes subi-
ajadas, y en orden a esto se ordena al Padre que eaU o
Be en la doctrina del Corpus, no dilate en haser la visita
balsas que van de los pueblos a la yerba, y que quaodo
uviere, lo haga en su nombre el Corregidor, o otro iodio
ifacciou, con qtie se excusarán las ocasiones y las quexas
itras doctrinas.
jas tablas que se poneu en la iglesia en que se escriben los
is de los varones, eataráu en el poste inmmeitiato a la puer-
(ledio, y la de las mugeres juntoa la puerta principal, con
tales, para que sin ayuda de lector sepa cada vaa donde
nombre, y tengase cuydado que por dicha puerta priuci-
al entrar ni al salir de la Missa, Rossario etc.» aya indios
s, y para cautelarlo se valdrán los Padres Cunis de los iu-
is temerosos de Dios, y de quien se tenga satisfacción de
an fieles en dar cuenta de los que se desmandaren,
luelvo a encargar se escusen ocasiones de profanidades en
:as de los pueblos, y no 33 permita que vengan mas Gorre-
ni indios de los que están determinados, ni con ocasión
{tnuites se diviertan de suerte, que se falte a lo principal
;sta, que es a la Missa y ganar el Jubileo; y al P. Supe-
[Q ordenado, que al pueblo que en lo dicho se desmandare
ue el año siguiente celebre la gesta con aparato de alfe-
*■ Y que vengan indios de fuera, dando al Padre Cura que
indado omisso la penitencia que miradas las circunstan-
'eciere convenir para escarmiento de los demás. También
icargado no permita que trasladen dichas fiestas a otros
nque caigan en Viernes, porque ya se sabe que el jubileo
tan principal parte, no se puede transferir, y porque me-
cion [hay] de exceder en los conuites preuiniendo los Cu-
I el jueties antecedente no se mate mas carne de la que
re de gastar aquel dia, castigando al que la guardare para
íes.
ia las faenas de segar, o traer el trigo, o algodoo, y ser*
dispóngase que no coocurraa ai eocueatreo los varo
CARTAS INÉDITAS DEL P. ANDRÉS DE RADA. 309
con las mugeres, aunque sean muchachos con muchachas, y lo
que se pudiere hazer sin llamar a las mugeres , en especial a las
que crian o están preñadas, hágase sin ellas, que el durar la faena
tres o quatro dias mas importa mucho menos.
8. Algún descuido se a notado en algunas partes en no caute-
lar que la gente moza (como se a ordenado) no esté ociosa, de que
ya se ve lo que debe temerse; apriéteseles á los corregidores y
alcaldes que están a la mira, y dése luego aviso de los olgaaanes
para que se les ocupe dentro o fuera de casa, y si se conociere
que necessitan de doctrina o que el obligarles a los tales a que
acudan a ella sera de remedio, obligúeseles á ello aunque pasen
de diez y seis y mas años.
9. Ezecuten con cuidado el tener cada Gura catalogo de las
viudas, huérfanos, ciegos y otros impedidos, por sus clases con
distinción, para que mas fácilmente se les pueda acudir en lo tem-
poral y espiritual como está ordenado, eu que me anisan a anido
algún descuido, no pudiendo algunos acudir por su desnudez a
la doctrina etc.* al P.* Superior dexo encargado cele la obser-
uancia de este orden en las visitas, y que los Guras traigan
decentemente vestidos los sirvientes de nuestra casa e iglesia.
10. Gonseruese la costumbre de que en entrando en edad
casadera y algo antes, se pongan las niñas entenadas en casa
distinta de la de su madre y padrastro, aora sea con su abuela
aora con alguna tía, finalmente eu casa de persona que sea de
toda satisfacción para la gente del pueblo, que comunmente
suele estar en esto mas a la mira, no sea que por huir como
dicen el rescoldo den en las brasas; y si en algún pueblo se vbie-
re ido cayendo esta costunbre con la nouedad de Guras, o sus
dictámenes particulares, encargo se buelba a entablar con suaui-
dad; en especial cuando muere la madre se tendrá gran cuidado
de que no quede la hija en casa del padrastro, porque lo suelen
mas notar los indios: y el mesmo se tendrá con las mugeres y
hijas de los que van á la yerba o baqueria o o Santa Fe etc/ por
que no peligren sus almas y su crédito.
11. Encargo la vniformidad en echar las amonestaciones es-
cusando nouedades; la vltima se echará vno o dos dias antes y
caso muy apretado se echará al fin del rezo de los indios y no tan
n
310 BOLBTtN DB LA REAL AGADKUIA DB LA HISTORIA.
inraediatamente al casamiento, que paresca ceremoaia de mero
cumplimiento, sin dexar liompo para la concideracioa (sic) y pan
que se consiga el intento de nuestra Santa Madre Iglesia.
12. AlguD descuido se a notado en escribir los casamíeotos y
bautismos luego que se celebran; y ya se be los incouTeDÍenles
que pueden seguirse, como también de no escribir quien fue el
baptizante en caso apretado de necessidad, de que podría suceder
venir a casarse el indio baptiíante con la madre de la criatura
que baptiió, o con la misma criatura: encargo se guarde lo que
el üt'ttMit Romano, assi en este caso como en el baptismo sub con-
ditUme, y que se considere bien lo pasado, baziendo prudente
diligencia en orden a averiguar que indios o indias Tueron bap-
tizados en semejantes baptismos privados, y averiguando la cosa
se apuntaran á la margen de dichos baptismos {las personas que
en ellos bizieron oQcio de miaistro baptizante, para que conste
del parentesco espiritual, y se escusen dicbos inconvenientes.
Véase a Tomas Sánchez Lib. 7, disp. 62, n. 9 et seqq., donde
adiiierte la diferencia que ai quando ay probabilidad moral de
que el baptismo fue balido en tales casos y de quando ay sola-
mente duda.
13. Porque aya vniformidad en acción tan graue y taa pu-
blica como en el dar la comunico, sí la comunioa se diere por
deuocióo y no por viatico se dirá el Domine non sur» dignuí, en
latín, y quando se diere por Viatico se les dirá a los eufermos
en su lengua natiua.
14. La Cazita de plata en que se lleua el Sautíssimo a los en-
fermos de secreto quando no ay lugar de Ueuarle con la solemni-
dad y aparato que manda el Ritual, tendrá dentro su capillíto ín-
"Juso, como se acostumbra en las mas de las doctrinas, y se tendrá
luidado de purificarle en la primera Misa y de mudarle quando lo
líete la decencia: aya también vn vasilo decente al lado de la epís-
ola junto al sagrario, como se acostumbra en todosloscollegíosy
m algunas destas doctrinas, para purificaren él los dedos quando
le da la comunión antes o después de laMissa, y se tendrá cuidado
le mudarle el agua a lo menos cada dos días. La qual se echará
londese echa el agua donde se lauan los Corporales y purificad
■es, y quando se lleva al Santíssímo a los enfermos, y da lugar
CARTAS INÉDITAS DBL P. ANDRÉS DB RADA. 311
priesa, se a de Ueuar el vaso de las comuniones con agua para que
le ayude al enfermo a pasar la hostia, y antes de darle el lavatorio,
el Sacerdote ha de purificar los dedos primero en seco, dentro de
dicho capillito, por si se le quedo pegada alguna partícula, y des-
pués purificarlos metiéndolos en dicho vaso de las comuniones y
enjugarlos con la toalla que sirve para dicho vaso, y el agua que
quedare en el después de aver bebido el enfermo se tendrá cuidado
en volviendo á la iglesia de echarlo en dicho sumidero, como tam-
bién se debe tener de purificar dicho vaso cada dia acavadas las
Missas quando vbiera ávido comuniones, y lo mesmo quando de
parte de tarde se llenare el Viatico con pompa, y a la buelta si se
mostrare y diere a adorar, que entonces como tocó al Santissimo
se deben purificarlos dedos en dicho vaso sino vbiere vasito: y en
caso que la apretura no diera lugar de llevar dicho vaso de comu-
niones ai enfermo, y se diere el lavatorio con alguno vaso de su
pobre casa, se tendrá cuidado de que algún muchacho de los que
acompañan al Padre, si vbiere quedado algún agua, se traiga con-
sigo el vaso con ella, y se haga la dicha diligencia arriba dicha
antes de voluerlo a su dueño, por la contingencia que en dicha
agua y vaso se aya quedado alguna partícula.
15. Póngase en los Sagrarios donde no estuviere puesta, algu-
na bolsita o pomada olor, pues es diligencia tan vsada y de poca
costa; acordémonos de la sentencia que nos damos quando desi-
roos el Sic nos iu visitas sicut te colimuSy conque se nos harán mas
fasiles estas y otras diligencias y atenciones tan debidas a la
grandeza de tal Señor.
16. Algunos reparan en que tal vez no se haze la elección y
examen que conviene y está ordenado, de personas a quien se a de
dar la comunión, y especialmente con muchachos y muchachas,
7 como estas son tan inclinadas a hazer lo que hazen los gran-
des, suelen con ruegos e instancias alcancar licencia, ya que no
pueden del Gura, de su compañero, o del huésped que pasa, sin
tener la capacidad necess.* ni estar instruidas como conviene.
También se nota alguna omission en la elección de los mucha-
chos que se admiten a Congregantes de los Angeles etc/ y se
acordaran V. R' de lo del Profeta: MuUiplicMti getUem sed non
múUiplicasti Icetitiafn; procuremos que lo que se istituio para
312 BOLBTtN DB LÁ RKAL ÁCADBUfA DK LA HISTORU.
mejora de costumbres y edi&cacion de los pueblos, de buen zelo,
no se permiU que ayaconuites, ni se saque estandarte, ni aya
carreras o otros juegos en la desta de la congregación de dicbos.
muchachos; póngase cuidado en que la celebren con loque canas
devoción, y no di uerti miento, y en que conQessen y comulguen
los capaces con la debida disposición. Tampoco ae permitirá que
las muchachas se coronen de flores en estedia, ni en el que soaá
la Congregación y ni a ellas ni a otras se les hará platica aparte
después de Missa, ni en otra ocacíon, sino guárdese lo que esta
ordenado y desta suerte se lograra mejor el intento de nuestras
Congregaciones, y quedara el demonio confuso, que es el que
procura viciar semejantes industrias para que se dexen del todo.
17. Obseruese exactamente la costumbre de no asistirlos nues-
tros al repartir el algodón , lana, yerba 6 carne a las indias , ni al
receñir el hilados, assi por estar esta costumbre fundada en lo
que es mas conforme a la decencia, como por estar aesi ordenado
en todos los colegios, donde se ocupa en bilar a la gente de cer-
vicio.
18. Aunque no es contra la guarda de los Domingos y fiestas
el partir o rajar la leüa para los menesteres de la cocina, coa todo
por la edi&cacion de los religiosos y otros huespedes, conviene
entablar que assi en nras casas como en las del pueblo se pro-
benga dha diligencia en las visperas de las fiestas, por que como
suelen concurrir tantos á ella en amaneciendo Dios, se da ocasión
para que se presuma que les permitimos el trabajar y carpintear
como si no les obligasen las fiestas.
19. Ya saben V. R,* que no cumple el cura con su obligacáon
con solo dar el viatico y extrema vncion al enfermo, si no que es
menester assistirle conforme a su necesidad, como aun a todos los
sacerdotes se nos encarga en las Reglas, y que si durare la en-
fermedad se tenga cuidado de assistirle y reconsiliarle, y darle U
comunión quando la necesidad y consuelo del enfermo lo pidie-'
ren: y a referir acerca desto en algunas juntas algunos casos par-
ires con que a mostrado Dios quan importante sea la guardi
orden; y juntamente adueriir como quando entre semana
) algún indio, o india a confesarse y comulgar, por su coi
I y devoción , V. g. por ser dia de su santo de derodoa o |
T
CARTAS INÉDITAS DEL P. ANDRÉS DE RADA. 313
algún trabajo, o para uer de ir fuera del pueblo, se les debe reci-
bir con agrado, y no dilatarle el consuelo, sino fuere que otras
ocupaciones mas precissas, o la indisposición del postulante, que
sucederá raras Teces, lo impiden; y entonces se les a de entrar
(enterar) de como no queda por falta de deseo de consolarlos etc.* y
si au[n] lo dicho debemos hazer todos por pedirlo assi nuestro
instituto, fácil es de ver quando mas lo deben hazer los Guras
por su oficio.
20. No se predique sin especial licencia del Superior en otros
dias fuera de los que se ponen en las costumbres de las doctri-
nas, y escuseuse novedades no aprobadas por los Provinciales)
como el predicar tal vez con el Santissimo Sacramento en las ma-
nos, el permitir que se cante el credo quando lo prohiben las ru-
bricas, el descubrir al Santissimo quando le parece al Cura etc.*
21. En la Missa de difuntos que se canta cada mes se dirán
tres oraciones como se acostumbra comunmente y no vna sola; y
quando se canta la Letanía no se rematará la oración con solo
Pw eumdem Xpium Dominum nostrum sino cou la clavsula Per
eumdem Dominum noairum Jeaum Xptum qui tecum etc,^ por-
que assi se debe hazer quando después de oración se dice Domi-
nu8 vobiscum. Después del SancttM en las Missas no se permitan
otras letras o tono mas que algunos versos del Pange lingua o
del Veni Santi Spiritus et emitte celitus lucis tuce radium o de
algunos Psalmos a proposito del misterio, como memariam fecit
mirábiKum suorum misericors etc.^ Panem cceli dedit eis Panem
Angelorum etc. e de la prosa Lauda Sion Salvatorem.
22. Entre año^ fuera de la Quaresma descdbrense los retablos
por lo menos los domingos. al tiempo de rezar y en las fiestas
principales, ora sean de guarda para los indios, ora no, porque
nos conformemos con las rubricas, y se acuda al consuelo de los
indios cuyo sudor salió al costo; pues la experiencia muestra
quantas conveniencias tenga para la decencia y limpieza de las
iglesias el escusar en gran parte de polvaredas, el enladrillarlas,
dispóngase el irlo haziendo quando den lugar las otras faenas
predssas, y también el ir cerrando los .corredores que caen á la
plasa o calles» con balaustres, porque sirue no solo para la decen-
cia sino también para la hermosura de las iglesias.
314 tOLBTflf DB LA RBAL ACADEMIA DK LA BtSTOBtA.
23. No 3Q permita que los indios lean nuestraa R^as ea
imauce quando se leen en el re&lorio, sído en lalín, ni que veaa
lestroa ordenes o inetruccionee o cartas de Jos Superiores, por
le se euiten algunos inconvenientes, ni que entren en aueetroE
wseutoa estando el P.* ausente, para que se escuse que anden
jestros libros en manos de indios y falten otras cosaa de loa
)Osentos, de que lean las cartas y papeles que el P.* dexa «i la
esa, y pacen (sic) las noticias a loa demás indios, todo lo qoal
i se ve de quan gran inconveniente sea.
24. La carnicería no esté en patio principal de nuestras casas
no hacia la puerta reglar, por lo que ofende a la quietud y liea-
ieza su cercanía; y procúrese que las cocinas no estén contianas
>n lo!> aposentos, sino aparte, por razón del humo y del riesgo
i que ee pegue fuego: y lo mesmo se entiende del horno en que
i cuece el pan.
25. Gomo conviene que aya cárcel para freno de los delitos
[iblicos, assi tambie nonviene que este en parte publica como lo
itan el tambo y la casa de los huespedes, y que corran con stt
Quierno el Corregidor y Alcaldes , señalando carcelero do satis-
iccioo , porque aunque la dirección del P.* Cura es la que a de
ir vida a semejantes disposiciones, no conviene que la ezecudon
)rra por su mano, por no decir esto bien con el oficio de Padie
ipiritual de los mismos reos; solo para los delitos caceros (siri
a nuestros sirvientes aura en casa parte dedicada, como suele
ver en los CoUegios para la corrección paternal de los esclavos
criados.
26. Estoy informado de que algunos varistas sueleo castigar
los muchachos como y quando se les antoja, excediendo no po-
13 veces en rigor; encargo á V. R.* no permitan que se tomen
inta mano, y sepan primero la causa, para que aya la debida
toderación, y se observe lo que acerca desta materia esta orde-
ado.
27. Por euitar tanto hazer y deshazer los indios sus casas y
is indecencias que se ocacionan de vivir tantos indios y indias
n un gualpon y por atender a asegurar mas su salud, vayanse
di&cando sus casas eu cada pueblo por sus familias, como m
costumbra en las demás partes assi del Perü como de Nueva 1
T^
CARTAS INÉDITAS DEL P. ANDRÉS DB RADA* 315
paña y y para que se dispongan las calles y quadras como con-
viene, se hará primero la plata (planta) de cada pueblo con apro-
bación del Superior, y donde vviere piedra ora sea de laxa, ora
la que llamamos tosca, o de hierro, se irán haziendo de piedra
no solo dichas casas, sino nuestras cercas, y donde no vbiere se
harán de tapias de buena tierra y bien pisada, y no solo francesa,
7 la cubierta sera de texa: y en quando á los corrales por aora
ha parecido no innouar hasta auerlo considerado mas despacio,
y consultado con los P.P. Consultores de Prou.» Mucho ha ido
creciendo el numero de las estancias de ganado, con notable daño
de los pobres indios, en especial de los muchachos, por criarse
montarases y faltos de doctrina; dexo los que se an muerto sin
Sacramentos, assi adultos como niños, con ocasión de estar tan
apartados del pueblo. Ruego a V. R.* lo concideren bien delante
de nuestro Señor, y no perdamos lo que es tanto mas, por lo que
es tanto menos, y tratemos de ajustamos a lo que es preciso en
esta materia, si bien antes de la execucion se dará quenta al
P.* Sup.^'*' de quales corrales a parecido hazer dexacion, y de
quales no; que ya está aduertido de lo que se a jusgado conuenir,
en conformidad de lo que el P.* Francisco Ximenez encargado en
la visita pasada, en su memorial para el Superior.
28. No se embien a vender a otra parte fuera de nuestras
doctrinas y Gollegios los géneros que no son de cosecha, o equi*
valenles, como la yerba; y quando de otra suerte no vbiere salida
de ellos, se abisara*al Superior para que lo disponga de suerte en
beneficio de la doctrina a quien pertenece, que no ce (sic) dé oca-
sión de quexas a los ministros reales con descrédito nuestro.
29. A los indios que se embiaren a traer yerba, pagúeseles su
trabajo sin dilación, como esta ordenado, y no se les de en cara
con que no se les debe, y que , y que (sic) se les da de limosna , lo
qual es muy contrario a los ordenes de nuestro Padre General
7 solo sirve de entristecer a los indios, y perder el cariño que
conviene tengan a sns Curas; tampoco se les obligara a que ven-
den (sic) en su pueblo y menos a los Guras su yerua, si les esta
mejor venderla en otra parte donde les den mas, o el genero de
que necesitan mas; porque lo contrario se opondría á lo dispuesto
por las Reales cédulas en fauor de la libertad de los indios.
m^
316 boletín db la rbal agadbmia de la historia.
30. De nuevo encargo a V. R.*» se tenga mucho cuidado de
que los indios se apliquen al cultivo de sus chacras por depender
tanto de ello su sustento, y que se concernen en piedad , y en el
recurso a sus Iglecias, y quando sucediese que en algún pueblo
no tuuiese el Gura indio alguno de satisfacción de quien poderse
valer para saber el estado en que esta la sementera, o carpicioo,
que sera bien pocas veces auiendo elección y traza, en tal caso do
se quita que el Cura acompañado de vn par de indios de satisfac-
ción, y prácticos en la materia de las chacras, las visite, embiando
por delante otro que anise que va el P.^' como se suele y se deve
hazer, aun quando se ua a confessar algún enfermo, y de lo que
hallare digno de remedio anisara de ello en la primera ocasión al
Sup.°^, a quien dexa encomendado procure que los indios se apli-
quen a sembrar trigo maiormente donde esta cosecha suele ser
segura, y no la de maiz y que si se entablare sin violencia^ se
disponga que tengan los indios sus atahonas acomodadas donde
acudan los de cada pueblo a moler, y se les libre a las pobres
indias del gran trabajo que tienen de molerle en sus casas, que
quizá esta es la causa de que no se apliquen los indios tan de
buena gana a sembrar trigo como maiz, aunque ven que es ma5
cierta la cosecha del trigo que la del maiz.
31. Por ser la yerna tan necessaria para los indios, y el gene-
ro de los mas aproposito para poder en el estado presente pagar
su tributo, y auerme informado que por falta que de ordinario
padecen de comidas en los pueblos del Paraná, no podran em-
biar sus indios en numero considerable a la yerua en octubre y
noviembre, por no poder lleuar antes de la cosecha el matalotaje
necessario, a parecido conceder a dichos pueblos puedan embiar
en dichos meses los indios que buenamente pudieren embiar y
auiar, y que después de Pascua de nauidad y Resurrección poe-
dan volver a embiar a la yerua, con tal que los que fueren por
nauidad estén de buelta á mas tardar en toda la semana segunda
de Quaresma, y los que fueren después de Resurrección estén de
buelta en mayo antes que los fríos aprientes (aprieten), y a los
que en esto faltaren se les priuara de poder ir a la yerua en di-
chos tiempos.
32. Seriamente se encarga que en los pueblos que deben te
i
CAATAS INÉDITAS DEL P. ANDRÉS DB BADA. 3t7
centinelas, se tengan las canoas necessarias para el efecto y en esta
conformidad los que las embian por el Uruguay hacia el Salto,
que son S. Xavier, y S. María, tendrán doze canoas de dho porte,
que puedan caber tres o quatro indios en cada vna; y los que
embian hacia la Palma que son S. Nicolás, S. Miguel y los Mar-
tyres, tendrán ocho Canoas de dicho porte; el Corpus, S. Ignacio
y Loreto tendrán también doze, y los demás pueblos del Paraná
tendrán ocho para el mesmo efecto, y en todos ios pueblos que
están en frontera, como son S. Xauier, el Corpus, S. Iguacio y
Loreto, tendrá cada casique dos canoas de competente porte para
vna balsa en que pueda ponerse en cobro la chusma que le per-
teno[ce] quando la necessidad lo pidiere; al P,^ Sup.^** dexo muy
encomendado solicite con toda eficacia la execucion de dicho orden
por la gran importancia de la materia.
33. Y aunque a lo tocante al exercicio de las armas tengo
representado á V. R.* lo precisso de su necesidad, con todo esso,
por lo que poco a se experimento contra tan general sentimiento,
me veo obligado a repetírselo y encargárselo con toda instancia,
pues con la paz de tantos años y la falta de soldados veteranos
exercitados en las peleas, y poca o ninguna experiencia de la gente
moza, vienen á estar al presente estas Doctrinas muy arriesgadas
para cualquier inuasion; y assi es menester tomar este negocio
con grandes veras, disponiendo, sin falta, que los dias de fiesta
por la tarde aya exercicio de tirar al blanco, assi con la flecha
como con la piedra, y lo mesmo digo de jugar la lan^a, machete
y rodela, auivando a los soldados con algunos rescates y doneci-
líos por premio, pues en ellos esta bien logrado el gasto; y porque
a parecido ser de mas presteza la honda de España, se dispondrá
que, aunque la maior parte de los pedreros sea de las hondas de
los indios, la menor sea de la de España, enseñándolos a todos a
jugarla, sin daño ni embarazo de los colaterale[s].
Doy fin suplicando a íTro Señor guarde a V. R.° y les llene de
sus diuinos dones y espiritus; en los santos Sacrificios de Y. R.*
humildemente me encomiendo.
San Ignacio del Paraguay, Diciembre 19 de 1667.— S.^ de V. R.»,
Andrés db Rada.
BOLBTtN DB La HBAL áGADIHU DI LA HIBTOIllA.
II
DSSCBIPaÓN DB LA PALBSTIMA.
En Tí«TT& Santa. La Jndeo, la Samaría j la Galilea, por D. Antonio Ber
al de O'Reilly, Correapondiente de la Eeal Academia de la Htstoría,
lónanl general en Siria y Palestina. San Sebaatián, 1890. En 4.% pági. SOS.
No pocos autores, desde Chateaubriand y LamartÍDe, bao Ira-
ado durante la présenle ceaturia el cuadro de sus observacioBes
Bentimientos al recorrer la Tierra Santa en que obró Jesucristo
1 redención del linaje humano; pero muy pocos libros, escritos
este propósito, ofrecen para la historia de £spaña tanto iateréa
orno el preseatCj del que allí fué Cónsul general de nuestra na-
íón, y bajo eHle concepto ninguna puerta bailó cerrada para el
studio atento y reflexivo que en sus amenas páginas desarrolla,
leade el puerto de JatTa, donde desembarcó, se le sigue con pla-
er, mezclado no raras veces de admiración, por toda la Jadea,
amarla y Galilea, porque no hay documen to que no examine, ni
lonumento que pase por alto, si en ellos se refleja el idioma, la
cción tutelar y la piedad é ilustración de nuestros mayores.
■Media hora, dice (I), después de haber fondeado [en el puerto
e Jaffal, llegaron en dos lanchas entoldadas, una con la bandera
e Tierra Santa y otra con la española, el Rererendisimo Padre
lora, presidente ó guardián del Hospicio y convenio latino de
'adres franciscanos de Tierra Santa y otros Padres, también mis
impalriotas, para recibirme á bordo y conducirme á su morada
ospitalaria. Mi sensación fué grande al verla tierna acogida con
ue fui recibido y saludado delante de aquellas costas en Ungua
titellana. Si nada hay más dulce en la extranjera tierra que el fa-
liliar acento del idioma natal, ¿cuánta delicia debe derramaren
uestra alma cristiana oírlo pronunciar por tan dignos varones eo
erras tan sagradas? ...En 1806, retiradas de Levante las tropas
ancesas, los turcos volvieron á incendiarlo (el Uospido-coo-
(U M«.2L
DESCRIPCIÓN DB Lk PALESTINA. 319
vento); y en 1819 se reedificó á expensas de España, que en ello
invirtió la suma de 90.300 reales. La reodificacióa fué de madera,
como anteriormente, por no consentir el Gobierno turco que fuese
de cal y canto^ hasta que hallándose la Siria, en poder de Moha-
med-Alíy obtuvieron los Padres Franciscanos construirle de pie-
dra, cuyos gastos pagó España, costando 450.260 reales de vellón.
También se compraron con dinero de España dos casas contiguas
en la parte oriental, más elevada, del convento; las cuales sirven,
la una de hospedería y la otra de alojamiento para las dignísimas
7 ejemplares religiosas francesas. Hermanas de San José, en
donde tienen la escuela, pues se dedican á la enseñanza. De todo
esto se deducirá que el Hospicio y convento de Jaffk es de Es-
paña, como pueden serlo los conventos, es decir, de patronato real
y bajo la protección de España, tanto más cuanto que el guardián
ha de ser español, según se manda por los Estatutos para el go-
bierno de la Santa Custodia en el cap. vi, art. 68; yo también así
lo creo, y nuestro Gobierno lo cree; pero hay quien dice que no;
más tarde diré cómo pienso sobre esta controversia, que apasiona
á todos, sin poder remediarlo.»
A este paso, el Sr. (yReilIy va dilucidando todas las cuestiones
que atañen al patronato real de España en Jerusalén, Belén, Na-
Earet y otros parajes de la Tierra Santa en donde, á manos llenas,
la nación española derramó los tesoros muniflcentísimos de su
piedad y devoción fervorosa.
Bien recordamos cómo el actual Emperador de Alemania, óui-
Uermo II, recabó no há mucho del Sultán de Gonstantinopla la
adquisición del Santo Sepulcro de la Virgen Santísima en el
Huerto de Oetsemaní y lo devolvió al culto católico al que había
sido arrancado por los griegos cismáticos desde el año 1740; mas
no conviene olvidar lo que, fundado en la documentación de los
Archivos de la Custodia de la Tierra Sania, hace observar el
Sr. O^Reilly, demostrando (1) por las Bulas de Inoceucio VI (1360)
y Urbano V (1362), que el Rey D. Pedro IV de Aragón adquirió
entonces aquel monumento augusto á gran precio, con beneplá-
cito y gratitud de la Santa Sede.
(1) Mg.ltfI.
320 BOLSTÍN DB Lá ARAL ACADBHU DS LA UISTOAIA.
Algunos afios antes, la largueza liberal de tan preclaro monara
96 había señalado con enviar una embajada al soldán de Babilo-
oía, solicitando permiRo para reparar la basílica del Santo Sepul-
cro de Cristo y la del monte Sión Ó Santísimo Cenáculo, desd-
nando al efecto un navio cargado de mercancías, de cuya reata
se lograse un ñn tan apetecible. Fueron de embajadorea el fran-
ciecauo D. Fray A:itonio, arzobispo de Hierápolís ea Frigia y
Pedro de Mediavilla, comerciante y ciudadano de Barcelons.
Precedíales en 1346 la bendición de Clemente YI, que había sido
elegido Papa en 7 de Mayo de 1343, El precio de la venta, con-
forme á lo pactado, ó reconocido como mandato del Rey, babíi
de entregarse al arzobispo, elevado á esta dignidad por Clemen-
te VI para la mejor difusión del cristianismo en Oriente (1). Sia
embargo, el corazón avaro y orgulloso del Mediavilla se propasó
no solamente á retener para su provecho la cantidad destinada á
tan santa obra, sino que se alió con todo el honor de la embajada,
y no consintió que el Prelado metiese mano en cosa alguna, eo
términos que enterado por el arzobispo el Papa, justamente se
lastimó y escribió al Rey la siguiente carta, que original se
guarda en el Archivo general de la Coronado Aragón (2). Está
fechada en Aviñón, á 5 de Julio de 1347, y solicita del Rey lo
que sin duda obtuvo, es decir, la justa pena y reparacido del
enorme agravia. Dice asi:
Clemens episcopus, servus servorum dei, Cbarissimo in Chrístí
&lio Petro Regí Aragonum Itiustrí salutem el apostolicam beoe-
dictionem.
Nuper venerabilis frater uoster Antonius, Archíepiscopus len-
politanus, nobis exponere procuravit, quod nos, tua flii Carísaime
pelitione, percepto te ad reparationem quoruodam locorum sacro-
rum, Sepnlcri videlicet dominici et montis Syon, sinceram [quip-
pe] devotionem et desiderium intensum gerebas, tue peiiiioai
"iica bec benignius iiiclinati, ut unam uavena poasea trausmit-
ere ad térras quas teuet Soldanus Babilonie tibi licencianí ia
arma sólita duximus coocedendam; nichilominus inteodenlM
DESCRIPCIÓN DB ¿A PALfiSTiHA. 321
quod íllud quod de iusto lucro ex eadem navi pósset haberi con-
verteretur ia opus reparationís predicte, ad quod etiam tua
intentio sicut intelleximus totaliter ferebatur. Et licet, tu, fili
dilectissime, voleos tuam piam intentionem huiusmodi producere
in effectum, prefatum Archiepiscopum et dilectum filíum Petrum
de Mediavilla Civem Barchinonensem Nuncios et Ambassiatores
tuos ad eundum Soldanum et Térras illas ut opus perficeretur
huiusmodi provideris destinandos, ut eiusdem Archiepiscopi
assertio subiungebat, tamea Givis predictus certa pacta cum ipso
Archiepiscopo habita pro dicto reparationis opere utilius faciendo
non servaos, sed contra illa veoieos impudeoter, ac sua temeri-
tate prefato Archiepiscopo non deferendo ut deberet, Pontiflcali
dignitatí multas inferens iniurias et oíTensas, dictam Navem et
quicquid honoris et lucri exinde acquírere tanquam Mercator
cupidus potuit sibi applicare curavit, nichil penitus in opus repa-
rationis convertendo predicte, nec permitiendo per Archiepisco-
pum memoratum con ver ti. Quocirca Regiam excelleotiam roga-
mos et bortamor atteote quatioos, si sit ita, tam operi repara-
tionis predicte qoam dicto Archiepiscopo de ac soper predictis
faciat per euodem Civem sic debitam satisfacliooem impendi
quod sincera tue intentionis in hac parte devotio suo non fru-
stretur eífectu et eidem Archiepiscopo iusticia tribuatur.
Datum Avinione iij Nonas Julii Pontiñcatus nostris Anno
Sexto. — P. Stephani.
(Al dorso.) Garissimo in christo ñlio Petro Regi Aragonum
lUustri.
Mil otros datos de grande importancia yacen como éste inéditos
ü ocultos en el fondo de los archivos, que convendría dar á
conocer.
El rastro luminoso que ha dejado trazado el Sr. O'Reilly por
semejante camino de investigación es muy apreciable, y ojalá
tenga muchos imitadores en lo sucesivo.
Y no se crea por ello que la obra de tan distinguido autor se
circunscribe á demostrar la gloria de España en la Tierra Santa,
por más que sea éste, á mi entender, su mérito culminante. La
descripción animada y bella, la ciencia metódica, la exposición
sobria y exacta á la luz de todos los adelantos modernos, reco-
TOICO ZZZTU. 21
BOLE-rtN DS LA RSlL ACADI
iQ esa labor magistral A la
iiue buscan, éste la devoción
el pafs que laa profundo y c
Oria universal de la Humaui
esta razón estimo que la obn
i no preferente, por lo menoi
lueslro siglo sobre tan Tali(
e nuevo, de la Tierra Santa i
]rid,Sd«M«;odeI900.
NUEVAS INSl^lPCIONES ROMA
Villam:
^ra de granito de 0,54 m, de
ito. La inscripción ocupa un
nensiones de éstas 0,30 m. c
altas de 0,04 m. Siglo i.
A-CLíVD'
L ■ N
M) Claudfius) M(arei¡f(iliui¡ i
timo) pfosnit) ¡(ibensj mferilo).
Clftudio, hijo de Uarco, Mailon
i los LkTM Taríbrigenses.
ose éste en la finca de Nava
o municipal de Villamíel, e
niel Berjano, nuestro corres
yr ■ ' ^
NUEVAS {NSfíRlPGIONBS ROMANAS DB EXTREMADURA. 323
habiendo el mismo descubridor dado cuenta del hallazgo en la
Remata de Extremadura (i), copiando algunas de las letras del
epígrafe, sin intentar su interpretación. Últimamente, y con
plausible desprendimiento , lo ha cedido con destino al naciente
Museo de la Comisión provincial de monumentos^ segün consta
en el acta de la sesión celebrada por la misma en 6 de Junio pro-
ximo pasado.
Esperemos, que pronto ocuparán á su lado los lugares que les
corresponden las lápidas de Ibahernando, conforme al vehemente
deseo de aquella celosa y dignísima Comisión.
Herida.
2) Ara de mármol blanco de 0J3 m. de ancho por 0,25 m. de
alto, hallada en la calle del General Castro, casa uüm. 5, propia
de D. Santos Palomo. Letras de 0,25 m. de altura; puntos trian-
gulares.
DBAB s/vc
T V R I B
L • IVVENTI
VS IVLIA
• NVSA-LV-.S
Deae aancftae) Turibfrigensi) Lfucins) luventiw lulianus a(nimo)
¡íibens) v(oium) afolvit).
Á la diosa santa Taribrigense Lucio Javencio Jaliano cumplió gustoso
el voto que le había hecho.
Dan esta inscripción y la señalada con el núm. 1 nuevos testi-
monios del frecuente culto que la diosa Proserpina recibía en la
Lusitanía bajo los nombres de Alecina, Adegiiia, diosa santa, etc.
Aparte tres en que es nombraba Proserpina, aparece siete veces,
que se elevan á diez con éstas y la hallada en Ibahernando, pro-
vincia de Cáceres, publicada por el Dr. Híibner en la Revista de
Extremadura (2) que sale á luz en dicha capital.
1) Año I, núm. Hf pág. 121.
2) Año II, núm. iz, Marzo, 1900.
BOLflTÍK De LiL HBAL
lápida ha sido colocada
rdÍD da ingreso á la CO'
ragmeuto de mármol í
Y 0,03 de grueso. Lelr¡
«ngloues y de 0,025 va
09 que las del epfgrafi
eroniaua. Puntos triai
PÍA
AL]
[Mfarei) t(iberta} Al
], 8(Ü} v((AüJ t{erra¡ [l(e
liberta de Marco Alfia
SéaoB la tierra ligera.
i tratarse de tres herm.
que tomaroa su uomt
Secunda, Tertia. Da 1(
Icrales (528, 529, 59«) i
ragmento de mármol I
de altura y 0,03 m. c
izquierdo de la moldu
n. de altura.
s) Come[litu] Britío ftfi
Domelio Britón aquí yace
NUEVAS INSCRIPCIONES ROMANAS DE EXTREMADURA. 325
El cogaombre Britón sólo aparece dos veces : en Trigueros
{Hübner, 952) y en Lora (1072).
Hallóse esta lápida en terrenos de la estación del ferrocarril el
pasado año juntamente con la que acabo de reseñar bajo el nú-
mero 3.
Hornachos.
5) Esta villa, perteneciente á la provincia de Badajoz, viene
por primera vez á aportar su tributo á los estudios epigráñcos
con la siguiente inscripción que he descubierto en el sitio deno-
minado Rincón de los pinoa^ legua y media al saliente del pueblo*
Es un ara de mármol blanco, rota su parte superior, ó sea
por el corouamiento y lado derecho, teniendo por dimensiones
Oy45 m. de ancho, 0,65 m. de alto y 0,32 m. de grueso. Elegantes
caracteres de 0,04 m. de altura, pertenecientes al siglo i; puntos
triangulares.
IVS NIGBRO
LIVS CLBMBNS
X • V • s •
MATRIS
[hdJiuB NigerOf [lujliua Clemens [e]x v(oto) sfuseepto) matria,
Julio Nigerón, Julio Clemente, cumplieron el voto de su madre.
Guarda cierta analogía este epígrafe con el que existe en Sasa-
món (5812). Merece también compararse esta inscripción con la
de otros dos Julios (5358, 5359), hallada en Talavera la Real.
Las inscripciones señaladas con los números 3 , 4 y 5 , existen
en mi colección de Almendralejo.
Madrid, 2a de Junio de 1900.
El Marqués de Monsalud.
BOLETÍN DB LA HBAL AC>
TORTOSA. NÜEV\a INSC
Duraate las fiestas que ha celí
li muchos dfas, en obsequio de
enido efecto la inauguración de i
lades, reunido por la buena voli
il distrito Dertosano, D. Teodoro
:ipal D. Juan Abril.
Eu sdlo dos meses es bastante I
le U importancia de Tortosa en I
ar que muy en bi-eve reúna un c
De todo lo altí acumulado ha 11
[ue acabo de hacer, la parte de a
lor numerosos restos, como cap!
iras escritas, cerámica, moneda
[raneas de Tortosa, registradas
las en el Museo por vaciados, sii
¡inal de gran precio (1). Basta [
nismo que Lérida, Tarrasa, Ba
«tuvo afiliada á la romana tribu
Tres lápidas, insignes é inédita
nes, que están espuestas en el a
ai parecer, del primer siglo de
>racticarae una excavación en la
lellanes, junto á la dJTtedral de Ti
netro, cubiertas j rodeadas de ei
ircílla. Entre los escombros se vii
•m\ losas de piedra arenisca, sil
»rai8a monumental de 4,40 m. (
(1) CíaÍBj Cmiio C<aii,/rilio, | Saldría/ í
M I honorii/ut) I /unció, de tita ] pecunia po.
NUEVAS 1N9GRIPG10MES ROMANAS. 327
1.
Piedra blanca arenisca: alta, 0,93 m.; ancha, 0,67; gruesa, 0,58.
Debió servir de pedestal á una estatua. Letras augusteas; siendo
su altura 87 mm. en el primer renglón, y 55 en el postrero.
M • AELIO -M • F
GAL • GRACILi
QVAESTORI • LEO
AVGVSTl
DERTOSANI • PATloNO
M(arco) Adió Mfarci) f(ilio) Oal(eria) Graciliy quaestori, leg(ato) Au~
gusii, DtrtoMni patrono.
Este monumento erigieron los Dertosanos á su patrono Marco Ello Grá-
cüis, hijo de Marco, de la tríba Galería, cuestor, legado Augnstal.
Opino que este personaje fué legado jurídico de Tarragona im-
perando Tiberio. Véanse otras inscripciones análogas que se han
hallado en Tarragona (4113, 4133)^ Sagunto (3837) y Valencia
(3741).
2.
Pedestal de piedra del país: alto, 0,95 m.; ancho, 0,65; grue-
so, 0,80. Letras elegantísimas, cuya altura va bajando de 75 á 53
milímetros; puntos triangulares.
L'MVNNIO'L'F
GAL • PLACIDO
iivk • klamini
ROM • KT • AVG
L • MVNNIVS
PLACIDVS-EX
TEST • PATBIS
f^
OB LA «BAL .
L(UCÜ) /(üio)
.), L(uciuB) Mw
Plácido, hijo di
le Augusto, en 1
arios sobre esi
liibner en su <
lioaes que las
iivia
ROM ■
PORC
PL Al
L(ueii) /(üio)
tU}, ex teskun
Plácido, hijo d<
de Angosto , ei
idón testamente
Porcia Pláci'
ia Prócula, q
'orcio Sereno
i467) semejan
:a de Lucio M
B Septiembre de
VARIEDADES.
I.
MEMORUS DE lA DOMINACIÓN DE ESPAÑA EN ÑAPÓLES.
En la obra reciente titulada Descubrimiento de antigüe^
dades en Ñapóles (1) que ha redactado el Secretario de la Comi-
sión municipal de Conservación de monumentos, al dar cuenta
de objetos encontrados en las excavaciones, derribos y movi«
mientos de tierras de la ciudad y sus cercanías, incluye varias
inscripciones colocadas durante la época de la dominación espa-
ñola y que después han desaparecido de su sitio, por lo que con-
viene transcribirlas como recuerdo que pueda agregarse al de las
conservadas en el Castillo de San Telmo, de que anteriormente
ofreció noticia este Boletín (2).
En el orden mismo en que el libro las contiene, es primera la
de la fuente de los Espejos, cuya conducción de agua ordenó el
Virrey Enrique de Guzmán, Conde de Olivares, reformándola
luego su sucesor el Conde de Monterrey. Se demolió en el mes
de Enero de 1885 para ensanchar la Plaza del Municipio, reti-
rando la lápida que rezaba:
FILIPPO IV REGE
QVESTO FON TE GIÁ INARmiTO
E dall' árido MARMO SGORGANTE
<1) Scoperte di anticMtá in Napoli áal IR76 a tutto il 1837 con notipie d$lle scoperte
anteriitri e ricordi storico-artistico-topograjlci per Ferdinando Colonna. Napoli, 1898.
En 4.*, 649 pá^ñas.
(2) Tomo zzxiY, pág. 542.
boletín DB la flBAL AC
PER INTBHDtUENTO D
VlCBRé OB]
A5SAI BSNBUERiro I
E DEL
RICKBZ2A
PORTA T ATI
RIEI
IL CONTÉ DI
SBTTtMO I
BMUANVBLE PO:
LA BeNePlCEN2
ANNO DELLA SAL^
CI3D<
recido en el almacéa di
ellina, nüoi. 23, una lái
por 1,38 de ancho sob
e armas reales, á los lac
' de la ciudad de Nápole
la Maison Rouge que fm
hermosa letra dice:
ANTONIVS AL'
DUX ALB/
VT HIC ETIAH
guiBvs iKiincA
UARGINEU HVN
AN. SAL. HVU. (
e sigue estuvo en la fací
!ar la primera rampa de
FILIFPO
COLLEM PENDEN TIBÍ
OLtH A COCCEIO XER3IS
ASCENSV FACILBU CVRB
D. RAMIRVS GVSMAI
^P?p^:
MEMORIAS DE LA DOMINACIÓN DE B8Pa5}a EN NÁP0LS8.
331
PRINCEPS HOSTILIANI DUX MIDINA DE LAS TORRES
AC NBAPOLI PRORBX
VJATOR
NE OPVS HEROICVM AMBIGAS
VIA ARDUA QVASI AD SUPEROS STRATA EST
ANNO A CRISTO NATO CIO. 19. D. XL. 111.
Eu la capilla de la gruta de Pozzuoli:
HOC. SACELLVM. PVTBOLANA, DIÓCESI. DBIPARAE. SACRATVM.
RUDEM. OLIM. INDECENS. ET. INFORME
EXORNARE. ET DIPINGBRE. SVIS. SVMPTIBVS. FBCIT
D. DIDACVS. VRBANEZ. (l) LA. MADRIZ. ET. BVSTAMANTE
HISPANVS. COMILLENSIS. EX. BVRCORVM. MONTANIS
ORDINIS. MILITARIS. ET. BQVBSTRIS. D. lACOBI
SALMANTICA. IN MÁXIMO REGÍS. COLLBGIO TOGATVS
BT. IN. BA. CELEBÉRRIMA ACHADEMIA. VI. PVBLICVS. PROPESSOR
ET. RECTOR
CATHOLICAE. MAJESTATIS. CAPELLANVS. ET. A. CONSILIIS
ET. PER. REGIAM. PRABSENTATIONEM. DBCANVS. LUCERINVS
EPISCOPUS. TRIVENTINUS. ET. POSTEA. PVTEOLANUS
NVNC. VERO. AD HVC. IN. AETATIS. FLORE
AD. SEPTENSEM. ECCLESIAM. IN. ERCVLEO. PRETV. PROMOTVS
DEVOTIONIS. ERGO. ERGA. VIRGINBM. MATRBM
DVAS. PERPETVAS. BT. SOLBNNBS MISSAS
A. PAROCHO. VILLE. FOKIS. CRIPTAE. SINGULIS. ANNIS. HIC. DICENDAS
NATIVITATIS. BT. VISITATIONIS: IPSIVS. VIRGINIS DIBBUS
FUNDAVIT. DONAVIT. ET. STIPULAVIT
PRO. SUA. ANIMA» PARBNTUM. PROPINQVORVM BT. BENEPACTORVM
SUB. PROTECTIONE PVT. CAPITVLl. ANNO. DNI. MDCLXXXVIK
Sif ha ordenado la colocación ea el Museo cívico de las tres
que siguen:
LABLIUS BRANCATIUS
AB ADOLBSCENTIA PUS OPBRIBUS ADDICTUS
AD ARCHIBPISCOPATUM SURRBNTINUM
(1) Iba&ex.
BOLETIn tlE LA REAL ACADBHI
A Pío IV ASSUMP
UOX AD TARBNTINAU I
A PHILIPPO II REGE CATHO
RBLIGIONIS CÜLTUBQt
P. AN. XXVIII QVOAD POTUIT !
ANNUU AGEN5 L
UT QUtíE COELI SUN]
QUAE TERRAE TBRRAB
cnctls ÓMNIBUS ABt
TEUPESTATIBUS HINC POR
CAUTUM EST AD MAKE!
POSTEROEQ. lACOBI B
ALUUM lOANNE ARA'
PER DIN AND I HISPAN. CATt
AC FBRDINANDI PRIMI NBAP
lUS SACELLI PERT
IISQUE DEFICIENI
ID PRO^lUIORES MARES FAMI]
HOSP
QVAS CABRMS DEI
BENAVBNTANORVM COMITI
QVAM IN VRBE V1DEB15 AN
BIVSDEM PROVIDENTI.
ANNO DOMINI M. D
Bl año 1856 se derribó una columní
capuauo frente á la puerta de ingre
les, cuyo objeto dice la inscripción
E TOLEDO MARCHI
CESÁREAS BT CATOLICAE
IN PRAESENTI RBGNO
ItBIlORlAS Dfi LA DOMINACIÓN DE ESPaÍÍA EN ÑAPÓLES. 333
LOCUMTBNBNS EX CAPITANfiUS GBNERALIS
PRINCEPS JUSTISSIMUS
EXCELLENTI MILITl V. I. D. FBRDINANDO FIGUEROA
PATRICIO HISPANO
REGENTE MAGNAM CURIAM VICARIAE CURANTE
AD ILLORUM MOREM OBOLENDUM QUI CLAM NEMINB SPBCTANTE
BONIS CEDEBANT
HUNC LOCUM ERIGENDUM MANDAVIT
UT QUI EO POST HAC BENEFICIO UTI VOLENT
SABPIUS HINC ITBRATO SPBCTACULO
INCOMMODUM MAGNO CUM OPPROBRIO COMPENSBNT
ANNO DOMINI MDLIII
A la salida de la ciudad y principio de la carralera había una
lápida con esta leyenda:
VIAM
A NEAPOLI AD RHEGIVM
PERPETVIS ANTE LATROCINIIS
INFAMBM
bt conflagrantis vesevi saxis
impbditam:
pvrgato insidiis loco
exequata planitie
latam rectamqve dvxit
aere provinciali
parafanvs ribera alcantarorvm dvx
PROREX
ANNO DOM. CIOIOLXII
De Otra obra de utilidad pública conserva recuerdo un frag-
mento de inscripción que estuvo en la fuente del Pendino, y dice:
PHILIPPO IV REGE CATHOLICO
D. INNICUS VELEZ DE GVEVARA E TASSIS
COMES DE ONATES B VILLA MEDIANA
PROREX
HANC APERVIT VIAM:
flOLSTfM DB LA RKáL ACADBHIá DE U
{JVI FBLICt PACI8 BT CONCORDIAS TI
IVSTITIAE, pací, ET PVBLICAK QVIETI h
VlAll APBRVIT
PERVIAM ClVrU COUHODO BX IMVIO
PLATEAM HANC FECIT.
QVI FAMIS ANOVSTIA LABORANTBM I
MIRABILITBR RHFBCIT
¡FBCTVS ESr HIC, VT STABILIRET REGNVM,
NEC HIRVU, QVOD OCLVSAM GRBSStBVS BX
PLVS EST, QVOD CIVIUM ANIM
PACIS, PROSFBRITATIS VIAU
APERVIT, MUNVIT, SgRTAVí:
SAGACI tNDVSTRIA
F08LIC1 INDVLGBNTIA
MIRABILI VIRTVTE
1884 He quitó en el Pendino una lápida
DON PETRO CtRON DVCE IKCLITO PRORE
ITA IVBENTE
lANNt LEONARDO PISANO DB SBDITIONE SVA
ATQva
HOMlClDll DEPRBDATSgVB DOUVS VICBI
POPVLO DBCVRIONIS AVTHOR
DOMVS EVBRSA DtSTVBBATAOVE ÁREA SAI
COHRBORTM PLERVUOVB KOC 5AXO INPi
IPSBQVB ínter HOSTIUM PATRIE RELA
AHNO U. D. L. XXXV,
a puerta de Medina, derribada el año
MIRABERIS ME CIVIS
EX FOBAHINB
RBPBNTB IN AUPLUM INCRBVIS8B (
NEUPB OPUS QVOD OLtM INSTITU
HBNRICV3 GT2UANVS OLIVABEHSIVI
ET HVIVS RBCNI PRORBX
líKMORTAS DE LA DOMINACIÓN DE ESPAÑA EN ÑAPÓLES. 335
PBRPBCIT BT IN HANC PORMAM REDBGIT
RAMIRVS PHILIPPVS GVZMANVS
MEDINENTUM DVX ITEMQUE PRORBX
ILLB VIRTVTVM BXBMPLAR RBGNIQVB TVTAMEN
HTC TANTO VIRO GENERE IVNCTVS
BIVSQVB REBVS PRECLARE GBSTIS
IMITATOR
PHILIPPO IV MAGNO RBGNANTB
ANNO REPARA TAB SALUTIS CI3I0CXXXX.
En los Museos de la ciudad se han recogido cuatro bandos de
los años 1618, 1623, 1629 y 1678, dictados en lengua vulgar y
esculpidos en sendas lápidas de mármol. Siendo las prevenciones
semejantes, copio uno solo:
PHPVS DBI GRA RBX
D, ANT. ALVARBZ DE TOLEDO DUX ALBAB PRORBX
BT CAPITANBVS GLIS IN pITtI RBGNO
SI COMANDA A QVALSIVOGLIA PADRONE DI CASE PER TUTTO IL
LVOGO DBTTO LIMPIANO CASTIGLIOLA E MASSARIA DE CARAFE
COMB CIRCVM CIRCA anco IL DISTRETTO DI PRI DI STO. GIOSSPPB
DI CH." REG.Ki MINORI P. DI STO. AGOSTINO P. CAPVCINI BT IL MON.u<> DBLLE
re: M.chi di STO. PBTITO CHE DA HOGGI AVANTI NON ARDISCANO
LOCARE LE LORO CASE NB PARE ABITARE IN QVBLLB DONE
CORIBGGIANB. STVDBNTI. BT ALTRB PERSONE DISONB8TE E
CHI TBNBSSB GIOCHI PUBLICI SOTTO PBNA DI DOC" MILLB DA
APPLICARSI LE DVE PARTÍ AL R.o PISCO BT LA TERZA PARTE
ALL' ACCVSATORB con pene anco CORPORALI AD ARBITRIO DI
s. e. bt a chi venera ad habitabvi sotto pene di perderé
la robba oltrb le pene corporali anno dni. mdcxxiii.
Cesáreo Fernández Duro.
336 BOLETtK DE LA BBAL AC,
II
PATRÜLOGtA UTINA.
su APUNTE HISTÚR
Pobre papel hacen la vida y t
ción de Migue (I); el cual se lim
anotado en 1836 por el P. Aguslft
de la obra de Renailo, que el d
códice 2,864 de la biblioteca Bar
mano más antigua con igual epl
biblioteca del colegio mayor de G
parar y se conserva en la bibliote(
parte del Dr, D. Rodolfo Beer, obj
Academia (4). Pregunta el P. Th(
de Rénallo, que citó Nicolás Anti
jades, y de la que no supo aprove
dudas y recelos se habrían disipa
lefdo, el lomo xxix de la España
citó Nicolás Antonio, va precedid
paaño sant€e Eulalice Barcinonen
Renailo grammatico, doctore Bo
cripto iO^ Bandee Ecclesice Barcit
Mientras el P. Theiuer andaba i
lión suscitada por el códice Bai
(1) «Renallus, moglster Bedls Barcinond
ricoB aorlptorea. Vereus peregit de eorpore
}pas Tidelur BCriplum Tuisse adversuB en
PalroUigiif rvnus completut, tomo cciviii, c
(2) Ídem, tomo ciltii, coL. 599-602. Parla
<8) Viriui eartpti de libro StnalH, magUI
Domini.
(4) BOLBTln, tomo i. pígÍDasS^-STN. Ma<
(B) Páginas 3^76-390. Uadrid, 1TI5.
PATROLOGÍA. REHALLO GRAMÁTICO. 337
tiempo el sabio Obispo de Astorga D. Félix Torres Amat, expo-
niéndola así (1):
«RENALL (RenallusJ^ gramático y maestro en la iglesia de
Barcelona, varón piadoso y erudito. Escribió con estilo elegante y
puro Vita vel passio Sancíce Eulalice Barcinonensis, scripta anno
ií06; manuscrito que se conserva en el archivo de la Catedral,
códice 107, desconocido por muchos siglos, hasta que el erudito
P. Garesmar le sacó de la obscuridad en que yacía, y le envió
al P. Maestro Flórez, quien le publicó en el apéndice del tomo xxix
de la España Sagrada, para gloria de la iglesia de Barcelona. En-
tre los manuscritos del colegio mayor de Cuenca, en Salamanca,
se conserva la obra siguiente: Collectio antigua legum eccleaiasti"
carum in quindecim libros distributa, excerpta de libro Renaldi
Magistri Barquinonensis, Se halla en el nüm. 254.»
No es exacto (2) el título que atribuye Amat al códice 254;
tampoco lo es decir que el P. Jaime Caresmar fuese el primero
en sacar del olvido el códice 107 de la Catedral de Barcelona.
Hizo de éste mención expresadamente Pujades (3), notando á su
manera la signatura (4), y traduciendo además en catalán buena
parte del texto biográfico de Santa Eulalia (5), que ha escrit, dice,
lo mestre Renall. La atribución consta de la rúbrica del mismo
códice, trazado á fines del siglo xii. El año próximo al ii06, que
señaló Fiórez, ó liOO que fijó inconsideradamente Torres Amat,
no consta por la letra antigua del códice. Fiórez lo tuvo de Gares-
mar; pero se calló las razones ó conjeturas en que fundaba su
opinión el erudito Premonstratense.
Que aquella fecha pudo ser la de los dos escritos, ya conocidos
é impresos, del maestro Renallo, lo prueba el siguiente inédito
que he visto y manejado en el archivo general de la Corona de
Aragón. Es original y autógrafo del mismo Renallo.
(1) Memorias para ayudar d formar un Diccionario critico de autores catalanes, pá*^
^na 582. Barcelona, 1886.
(2) Boletín, tomo z, pág. H76.
(8) Crónica universal del Principal de Cat\alunpa^ libro it, capítulos 80 y 81. Barce-
lona, 1609.
(4) Smiula(ce\ái\\A^ estante) 2¿.
(5) Folio 215 yuelto y siguientes.
TOMO XZZ7II. 22
BOLRTttr DK LA HBAL ACADBUIÁ DI LA KHTOKIA.
dono 1113. Venta del caslio de Árrmhona (BAbaddl) coa siu dcte-
leOoriftlea sobre U Colegiata de Ssd Salvador y el mercado (man*
e la Tilla ; demia pertenencias del mismo caatro qne hiao D. Gñ
lamón. Obispo de Barcelona, á los cónyoges Bicardo Goilléo j
linda, por precio de 8«senta libras de plata. — Archivo geoerBl de It
a de Aragón. Escrítnras del Conde Ramón Berengaer HI, núm. 1U
ndicio, sicut racío legia gothicorum asseñt ia quinto libn,
ector (1), habebÍB quod per scriptiiram si fiat, firma niane-
lujus veré legis auctoritatem secutuí, ego Raimundus bar*
iQensis episcopus vendo tibí Ricardo Ouillelmi et Ermeñadi
tue, sezaginta libris píate, castrum arraoae cum omnibui
nis et pertinenciis suis, cum moleodiais et aqueductibua, el
I et pascuis, ortís et terris cuJtis et iacultia, et TÍneÍB, el
ito, quicquid tiabeo vel quocunque modo habere debeo ad
rutn sine malo ingenio et cum ecclesia sancti salvatorís
i mercatalis. Advenit mi(hi) per comparationem aliisqae mo-
ve Tocibus. Terminal autem predictum caatrum ab oñeii-
arte iii castro sancti Miuati vel in ip^ius terminís, aire in
!t maria antiqua. A meridie in castruffl barberaaum, sirein
1 siccum. Ab occidentali in terracía et eius [erminis. A sep-
ionali vero in castellaro et eius terminis. Quicquid hís am-
termiuis et includituraffroataciooibus vendo et de meo jure
¡estáte in vestrum dominium et possasionem trado, quicquid
ibeo vel ullomodo habere debeo, ut faciatis exinde quicquid
placuerit, pro aupradicto precio. Hanc igitur Teadítioneni
is violare temptaverit, cuiuslibet ait seius vel ordínis, ooni-
, ei cui in¡uria(m) inferre roluerit prenomínata omaia in
I, et postmodum hec venditlo 9rma permaneat.
B facta est xt kalendas aprília anno v regnaate Ladavieo
Reimundus barchinonenais epiacopusqui haac veaditiOMm
t firmavi et testes Armare rogavi.
;iium TffFetrus archilevite. — Signum Quillelmí íudicis.'^
Hí-arDallí deQalba. — S.■H^Petri raimuodi saioaís.
'■ero Jatgo, libro v, titulo iv, loy ii
Patrología. ABNALLo GRAMÁtico.
339
S.-HrRSNALLI GRAMATIGI BARGHINONBN8I8, qui hOC SCripSÍt CUm
liUei'is, suprapositis linex Y> et nona, die et anno quo supra.
Abriendo el mapa de la provincia de Barcelona, trazado por el
Sr. Goello, cualquiera puedo cerciorarse de que la jurisdicción del
catiro de Arrahona lenía en el año 1113 los mismos límites que
hoy corresponden al municipio deSabadell. Al Oriente, el pueblo
de Sentmanat y Santa María la Antigua; al Sur, Barbera y la
rambla de Riusech; al Oeste, San Quirse de Tarrasa , Altura y
Junqueras (terracia et eius terminisj, y al Norte, Castellar.
Las ruinas del poderoso castillo existen, según me escribió el
Sr. Soler y Palet (1), enfrente y muy cerca de Santa María la
Antigua. Su nombre Arrahona, derivado probablemente del ro-
mano Arragcma. Arragone, que suena en el itinerario del Rave-
aate y en el de los Vasos Apolinares (2), hace presumir que por
debajo de aquel sitio se ocultan monumentos de remotas edade?.
La iglesia de San Salvador, mencionada por el documento que
Renallo trazó en 18 de Marzo de 1113, era entonces colegiata
agasliniana con su preboste y canónigos, dentro del término de
la parroquia antiquísima de San Félix, como lo declara el docu-
.mento siguiente:
Sabadell, 30 Abril 1076. Consagración del templo de San Salvador, cons-
truido dentro del término de la parroquia de San Félix, Hizo esta consa-
gración Umberto, Obispo de Barcelona, acompañado de BerenguerWifredo,
Obispo de Gerona, atendiendo á ios ruegos de Guillen Bernardo, sefior del
castillo de Arrahona, y á los del vecindario de aquella parroquia. Después
de los dos Obispos, del arcediano Bernardo y otros canónigos de Barce
lona^ firmaron el acta el noble Guillen Bernardo de ódena, su mujer Kr-
mengarda y sus hijos Haimundo, Pedro y Ilugo.— Archivo general de la
Corona de Aragón.. Escrituras de Ramón Berenguer I, núm. 490.
In libro Levitico invenitur scriptum qualiter moisés propter
preceptum domiui fecit tabernaculum, in quo erant tabule dígito
dei scripte, et urnam plenam manna et virgam (3) aaron,que
fronduit et protulit nuces; et stabilivit ministros qui ibi die ac
(1) Carta del 12 de Octubre de 1888.
(2) Boletín, tomo xviiif pág. 235.
(8) Sic.
i40 boletín db la rsal acadkhia db la niSTOIlIA.
lOCte ezcubarent (1). Postea vero, longo post tempore, quando
tlíi israel reges cepenmt habere, salomón fllius david regis hedí-
icavit templum domino deo iarael, et posuit prediclam archain
iib alas cbei'ubin {2], eí cnm magna feligioue consecravit illud
lomluo deo israel, et staluit ibí pontiñces alque sacerdotes et le-
itas ex tribu levitico (3), et sanctificavit vasa predícli templi, si-
ut in libro regum (4j inTenilur. Igitur, postquam dominas no-
ter ihesuschristus, humani generis salvator, patuit et a morte
esurresitatque ad celos asr^ndit, et spiritum paraclitum suis
liscipulis misit sicut illis proitiiserat, sui discipuli cepere per
iniversum mundum predicare suam fldem ita ut spiritussanctus
ocuerat eos, et ediñcare baseiicas et consecrare in quibus aomeo
ominí ador[ar]e[ur atque laudaretur. Exinde sancti patres hor-
linaverunt atque iusserunt ut unirerse QcclesÍQ que suot con-
tráete ad laudem at bonorem domini nostri ihesu cbristi suo-
umque sanctomm sint consécrate de manu epíscopi.
Quapi-opter, ego umbertus, sedís sánete crucís barchínoDenais
iresul, pro precibus Gíllelaii Bernardi ex castri (5) Odonensi |6i
t hominum parrochie Sancti Felicis arrabone coavocavi aiibí
Jerengarium epiacopuní sedís sante Marie jherundensis, et una
umco coiisecravi atque benedixi aeccleaianiqueesLconstructain
lOnore domini nostri iheau cbristi et Salvatoris mundi ín termi-
lum parrochie iamdicte Sancti Felicis. Douo namquB el cimite-
iutn paSBUS xxx (7) in circuitu illius ut [ujullus bomo ibí ulii
omini non faciat uliam calumniam seu dampnum ñeque vim.
pse vero qui hoc fecerít, respondeat ut sacrilegus; etsí directum
oluerít faceré ex ipso damno, seu sacrilegio, quod ibidem feee-
it, fiat excomunicatus a parto dei omnipotentis suorumque san-
torum et ex aostra, et a límine sánete matris Qcclesif sit extra-
(4) SStg- fl-^n.
(6} Sld.
(6) Od«DB, prúiimo á 1* Tilla de Igualada,
(7) De tinta moderna se añadió i eale número un X para formar 40. El núar
U era 30, jr ae ba de ID
PATROLOGÍA. RENALLO GRAMÁTICO. 341
neus (1). losuper autem coafirmamusei, atqueauctorízamusom-
nía alodia stque predia que hodie habet vel in aolea, deo dante,
adquisilura est.
Pacta hac dote et consecratione ii kalendas mai, anno zvi regni
phylippi regís.
VMBBRTVS EPST +
•Hf Berengarius, dei gratia Gerundensis epíscopus.
•Hf Bernardas archidiaconus.
S(ignuro)'Hr Poncii sacri custos.
S.Tlf MiroDÍs donucii subdiaconi.
tH- IsarQus, iiidigaus sacerdos.
Sig'Hrnum Guillelmi levite, qui et caput scole.
S.-Hr PoQtii levite.
S.-sff Geraldus levita.
S.-Hf GuilJelmus Bernardi.
Sig-Hrnum Ermeniardis.
Sig-Hfnum Raímundus Guillelmi.
SigTirQum Petrus Guillelmi.
S.-Hr Ugonis Guilielmi subdiacoai.
Sig-Hrnum Miro Levita.
Raimundus sacerdos, qui hec scripsit, cum litteras rasas in
plurimis locis, die et anuo quod supra.
Uq traslado, viciado, de esta acta inédita, existe en el archivo
de la Curia eclesiástica de Barcelona, tomo vh de DotaliaBy fol. 334,
donde también se lee: tHsec copia sumptafuitab originali charta,
existente in regio Archivo. Ejus archivarius mihi ñdem prsebuit
se hanc cum originali collationasse, mense Septembri mogclxvi;
mihique dedit exeraplum de quo sumpta est hsec copia. De quo
fldem fació ego Antonius Campillo presbiter, Auctoritatibus Apo-
stólica et ordinaria Notarius publicus et dicts Curiae Scriba, haec
propria scribens manu.»
Doce años antes que se consagrase la iglesia del Salvador, había
comprado Guillen Bernardo el castro de Arrahona. Lo prueba el
documento siguiente.
(1) Véase el usaje 91 de los de Barcelona en el tomo i, pig. 82 de las CortM de CaUh
luüñ^ publicadas por la Academia. Madrid, 1886.
342 BOLETtN DB LA RBAL AGAOBUIA DS LA HISTORIA.
1.° A3OBÍ0 10G4. Venta del castro de ¿rrahon» qae hiio Bemsrdo Amst
de Rubi á Guillen Bernardo de Ódena y á la mujer de éate, Slrmeogaidt,
por precio de cincuenta oniae de 010, conienteB ó acufitulss en Barcelo-
na.— Archivo genernl de la Corona de Aragón. Eacrituras de Bamón Be-
renguer I, núm. 152.
lo Dei aelernis (1| nomine. Ego, Bernardi A malí (2), venditor
8um tibí Guillelmi Bernardi etuiori tue Ermengardis, emptores.
Per hanc ariplurain veu(iitioiiÍ9 mee Tíndo vohis ipso Castro de
Arraona cum omnihus hedificiorum instrumenüsetctim terrísel
vineis et cum sais terminis et pertineociisatqueadiaceQciis sois,
necQOíi et ecclesiis et cum omne quod dici vel nominan potest,
quod pertinebat ad predictuoi Castrum ; exceptué ipsum feuum
quod ego ibi hodie teneo per Guillelmi episcopi Ausonensis aud
per Guifreduiu Seuiofrodi. Sunt hec omnia ín comitata Barchi-
nonense, scilicet in Vállense. Advenerunt predicta omnia mihi
Bernardi per vocem parentorum meorum. Prelibata aunque
omuia viudo vobis io vendicione cum suis terminis et afronta-
tíonibus; el afrontat de parte orientis in termines de Sancti Uinati
vel in termines de Polilauo (3);etdeineridiein termiue de Sánele
Marie autique vel in termine de Barberano; et de occiduo ia Dio
Sicho vel in termiue de Terrasia sive de Sancti Quirici, el pergit
usque ad Sobarbau-, a parte vero circii iu parrocbU vel in (ermioe
de Sancti Vinceiicii de Joncheres. Qjautum islas aíTrontaciones
includunt et isti termini ambiuol, sic viudo vobia totum ab inie-
grum cum eiiia vel regressüs suis propter precium uncías L." de
auro Barchinooe io rem valeutem placibile; et eat manifestum.
Et de meo jure trado hoc lotum, sicut eet supra dictum, ia ve-
strum dominium solidum et liberum, cómodo ut quidquid iode
elegerilis faceré, liberum babealis velle. Et qui vobis hoc volueríl
dimmpere aut minuere, iu duplo vobis boc totum componat;el
postea bec omnia ñrma permaneant.
Facta est autem hec scriptura viadicioois die kaleodas Augus-
tas, zx.* 1111.'° anno heorici Regís.
(1) su. En esta eBoritiirs abundBa los soleclBmoB caracteristlcos de id tiempo.
R) Sle.
(8) Polini, DDmtua formado del latín Pm
PATROLOGÍA. RBNALLO aRAMÁTIGO. 343
S(ignuin) + bernardi amati, qui hec de manu mea flrmavi et
ecríbere jossi hac Armare rogavi.
8. 4tf Unofredi Brmeroiri.— >8. -Hr Alamani Unofredi.— 8. -Hf Bo«
nipari 6uilelmi.^-S. -Hf Seuofredi Adroarii.^-S. -Hr Bemundi
Reculphi.— 8. -Hr Guilelmi Guilmundi. — 8. -Hf Anialdí Guil-
inundi.^>8. -Hr Bernardi Petroni. — 8. -Hr Bernardi Burnucii.—
8. -Hf Bernardi Bernardi. — 8. -Hf Bonefllio se ipse scripsit. —
S . -Hf Seniofredi Lopardi.
8. -Hf Reimundi levita, qui ista carta scripsit et subscripsit sub
die et anno quo supra.
Al pie de la escritura, en apartado, firma el hijo heredero del
vendedor (1): cS. -Hr Petri Bernardi».
De este documento aparece que á mediados del afio 1054 se con-
tenían dentro del señorío del castro de Arrahona, no una sola,
sino dos y quizá más iglesias. Lo cual induce á creer que además
de la parroquial antiquísima de 8an Félix, estaba ya edificada la
colegiata del 8alTador, y que derribándose y reconstruyéndose á
expensas de Guillen Bernardo de Ódena y de su mujer Ermen-
garda, tocó á su perfección y fué consagrada en 1076 por el obispo
Umberto. Ejemplo parecido presentan las catedrales de Vich y de
Barcelona, consagradas respectivamente, después de reconstruidas
ó restauradas, en 1038 y 1058.
El castro de Arrahona se mantuvo en la posesión de Guillen
Bernardo, y después que él murió en la de sus hijos Raimundo
7 Pedro, basta los primeros años del siglo xii. Un documento del
año 1091 que trae la Marca hispánica (2) refiere el pleito homenaje
que biso Raimundo por la tenencia del castillo de Cardona. Otra
escritura del año anterior, mucho más preciosa desde el punto de
▼ista histórico (3), enumera al mi^^mo Raimundo (Raimundtis
df OdenaJ entre los magnates ó principes^ que se comprometieron
á reconquistar la ciudad de Tarragona por efecto de la cruzada que
excitó el conde de Barcelona, tutor deD. Ramón Berenguer III, y
(1) Sobre 61 véase lo dieho por Villanueva, Viitfe Ui9rario (ti, 109), y por el Bolb-
T&i (xvu, 406).
(ft) Núin.306.
(8) Villanueva, Viaj$ literario^ tomo \i, pág. 828. Valencia, 182J.
BOLBTÍN.DB LA RBAL AGADBHIA DB LA HISTORIA.
I bendijo y animó el papa Urbano II. Saliendo vano eslein-
10 por causa de Jas razones y trámites que indiqué en otro
ar (1), los dos valerosos hermanos, hijos de Guillen Bernardo,
ando la patria amada y cruzando el mar, se arrojaron i mayor
S Enero 1 101. Raimundo y Pedro GaiUén de Ódenn con bob respedini
¡eren EnaeDgarda y Emiesinda, disponiéndose á peregrinai i J«raM-
. recientemente con<iuiBtadapor Uodof redo de Bullón (IS Julio lOVS) eu-
BD pOT seiB bIIob, bajo ciettaa condiciones, el castro de ArrahoDa i Bí-
lo Guillen 7 i SQ mujer Ermesinda, mediante el préatamo de 40 IíIhm
plata. La última firma de esta escritura es probablemente la de Su
guer. — Archivo general de la Corona de Aragón. Escrituras de Bamóo
engner III, nútn. 68.
kd aotitiam cunctorum deducere eatagimus quod nos Reímuu-
I Guillelmi et Petrus Guiilelmi da Odena cum uxoribus nostris
neniardis et Brmesindis iopignoramus vobis Ricardo Guillelmi
iixori tue Brmesindis alodiiim nosirum proprium, caatrum ñ-
icet de Arrahona, cum ómnibus terminis suis et perlineutiis
n molendinis et acueductibus et pratis atque pascuts et ortis el
ris cultis et incultis et Mércalo et vineis; Potestatem quoque
ius kastri et slationem et senioraticum atque convenentiarum
[inas quas cum ipsis kastellanis habemus, ot quidquid ibi ha-
ñus vel quocumque modo babere debemus, ad inlegrum sine
lo ingenio, propler libras quadragínta de plata in unoquoque
ido argencium unum cuiuscumque metalto continente taa-
n (2), quas tob nobis prestastis ad yter Iherosolimitanum per-
endum. quod Deo mediante peragere dispooímus.
jec itaque omnia, que inpigaoramus vobis sine engan, de no>
D jure in vestrum dominíum et potestatem tradimus, ut securi-
et sine blandímento ullius hominis habeatis et possidealis voa
) BoLBTfx, tomo iT.pág. 377-388. Mtdrid, 1884.
) Ciureota librM de plat*, sueldo por sueldo, cuyo metal 6 monede ue* p«r au
eug* míe ai menos c|ue el valor de ud ar^nteo 6 sueldo de piala 8obt« U ■«■
¡6q de estos aueldoi de plata barcelODeses Téase lo diebo en el tono xx del Bo:
, ptstnaa S80 ; OBI.
TT
PATROLOGÍA. RBNALLO aRAMÁTIGO. 345
et illi solammodo qaos volueritis vos. Et non liceat nobis vel
nostris redimere vel alicui horoini predicta omnia que vobis ia-
pignoramus ab hac die usgue ad festivitatem santi Michaelis in
secundo anno (I). Deinde a nobis vel a nostris rediman tur hoc
modo: Si Deus concesserit nos ambos vel unum ex nobis reverti,
ab ipso die nostre reversionis usque ad anuos tres rendamus (2)
vobis predictum debitum ad integrum sine vestro tngann cum
ómnibus expensis quas feceritis in opera kastelli usque ad decem
libras argenti, preter opera rusticorum que per censum ibi flunt.
Si autem nos mors preoccupaverit, illi, quibus nos dimiserimus,
eodem modo rediman t ipsum honorem usque ad sex annos a die
nostri transitus. Quod si nos vel illi supradicto modo usque ad
terminum istum^ hoc redimere quod vobis inpignoramus nolue-
rimus vel non poluerimus, tune eligantur ex utraque parte probi
homines mi.®'', ad quorum laudamentum addatis nobis vel no-
stris tantum pecunie, quantum apreciatum fuerit ab ipsis bonis
hominibus boc totum quod vobis inpignoramus. Si etiam vos ad
laudamentum eorum nolueritis comparare, tune vendatis predi-
ctum pignus, et ex pretio eius rendatur vobis predictum vestrum
debitum et quantum pecunie usque ad libras x argenti in opera
kastelli habueritis missum. Et si vos compara veritis predictum
pignus, tune nos aut ipsi quibus dimiserimus ipsum honorem
faciant vobis knrtam venditionis ad vestrum plenissimum pro-
prium. Si vero nec redimere nec vindere vobis hec omnia predi-
cta, sicut dictum est, voluerimus; sed bonum et servitium quod
nobis fadtis modo in contrarium vobis verteré temptaverimus;
tune sit vobis plena licentia retinendi vel vendendi hec omnia,
vel faciendi inde quidquid volueritis ad vestrum plenissimum
proprium. Interea quandiu vos tenueritis istud nostrum pignus,
non liceat vobis ibi aliquod deteriorare vel obpignorare aut con-
mutare. Si quis autem homo vel femina predictum pignus vobis
tenptaverit auferre vel diminuere, aut nos tenptaverimus, com-
ponat aut componamus vobis predictum vestrum debitum in
duplo, et in aatea maneat Arma hec scriptura nostre impignora-
(1; 29 SepUembre lioe.
(3) RindamoB 6 devolTamos.
á46
BOLETÍN DB LA RBAL ACADtlflA DB LA HISTORIA.
tionis. Si etiam vos non redideritis nobis, reí illis qoibus dimi-
seríñiuB, predictum pignus, post vobis redditum jam dictum de*
bitum, síne mora, componatis nohis vel nostris predictum pignol
in duplo cum omni eius melioratione quod ibi feceriüs.
Actum est hoc idus Januarii anno ili regnante Philipo Rege.
Sígnum Mr Raimundi Guillelmi.— Signum -Hf Petri GuiUdml.
— Sígnum -fH- Ermeniardis. — Signum ^r Ermessindis. Nos ^ui
hanc scripturam inpignorationis fleri fecimus, firmamos ei testes
firmare rogamus.
Signum -Hf Berengarius Bernardi Gardone. — Signum -Hf Petras
Gerberti.— Signum -Hf Udalgarii. — Signum -Hf Mironi GuUaber-
ti.— ^Signum -Hf Olegarii.
Con arreglo á estas condiciones, bien fuese por muerte de ambos
hermanos ó por otras causas que se me ocultan, el castro de Am-
hona fué vendido á D. Ramón Guillen (1), obispo de Barcelona,
que entró á gobernar su diócesis hacia el año 1107. Quizá los dos
hermanos regresaron de Jerusalén, y sucumbieron peleando en
la refriega contra los Almorávides, los cuales, apoderándose de
Valencia en 1102, forzaron pocos años después los pasos del Lio-
bregat basta llegar á poner durante veinte días asedio á la ciudad
de Barcelona y devastar toda la comarca. La iglesia de San An-
drés de Palomar, que había consagrado en 1105 el obispo doo
Berenguer (2), saqueada y profanada por el ejército invasor, hubo
de restaurarse (3) y consagrarse de nuevo por San Olaguer en K
de Enero de 1132. Semejante suerte debió caber á las iglesias de
San. Félix y San Salvador de Arrahona; y las posesiones del cas-
tro, perdiendo no poco de su valor, explican el bajo precio en qoc
lo vendió el obispo á los cónyuges Ricardo Guillen y Ermesinda;
lo cual se testifica por la escritura misma de renta (18 Marzo 1113/
que redactó con su estilo característico, terso y puro, el rotestrO
Renallo. Sospecho que acompañó al obispo Raimundo para des-
empeñar la embajada que á este confió en 1 109 el conde D. Ramón
Berenguer, cerca del rey Luís VI, para impetrar el socorro de las
(1) No debe confundirle con bu tocayo de ódena.
(3) Btpaña Sagrada^ tomo jxx. (2.* edición), pág. 247.
(3)' ídem, pág. 289.
PATROLOGÍA. RBNALLO GRAMÁTICO. 347
armas de Francia contra los almorávides, poderosos así por mar
como por tierra (1). Nadie mejor que Renallo poseía el don de la
elocuencia.
Otros documentos notariales, todavía inéditos, redactó. Los he
visto en el cartulario de la catedral de Barcelona y en el del mo-
oasterio de San Cucufate del Valles. Todos son posteriores al
siglo xiy sin que excluya esto la posibilidad de que se descubran
algunos de fecha anterior. En los que he leído ya se ñrma llamán-
dose RenalliM, ya Renaldus^ siendo ésta la verdadera forma lati-
na, y aquella la derivada del nombre catalán, ó patrio (RenaUJ^
que le cupo al nacer. En dichos escritos añade á su nombre pn>
pió, unas veces el caliñcativo gramaticus Barchinonensis , otras
gramaticií8t magister Barchinone, y otras ñualmeote gramaticus
harchinonensis doctor» Uno es, pues, el autor del Liher de Cor-
pore Christi y el de la Passio Eulaliae. El numen poético del sabio
escritor que se descubre en los dísticos de aquella obra, centellea
también á cada paso en la rítmica biografía de la mártir barcelo-
nesa. Citaré un solo ejemplo (2): «Praesciens quoque virgo Eula-
lia victoriae suae aífore diem, et coronam de vi vis lapidibus et
auro purissimo capiti destinatam, ut praediximus armata, soda-
bus suis ignorantibus ne suis possent obsistere desideriis,
Nocte 8uh obscura, sponsi defenderé iura,
Chriüti cincta stola, peíit urhis moenia sola.
Socias suae religionis et caros párenles suum iter ad bellum latere
voluit, ne sancta societas et amantissima caritas anziaretur illius
absentía; proinde, sine tumultu, primo gallicinio, hilaris et gau-
dens, vero
lUuminata die, noctu pervenit ad urhem.Ji
Madrid, 28 de Septiembre de 1900.
Fidel Fita.
(1) JBspaha Sagrada^ tomo nz, páginas 409 y 500.
(3) Idemí tomo zzix, pág. 881.
NOTIC
1 dfa 1.* de Julio de este añc
lica para dar posesión del carf
mo. Sr. D. Adolfo Carrasco ;
ca de la discordia ea los BaUh
lombre del Cuerpo el Excmo.
) el nuevo académico cumpH
mo. Sr. D. Francisco Coello,
iciado en el mundo científico, d
adfiimo geógrafo, autor de im
■dad, fundador y Presidente d
Irid, corresponsal de las prínci[
os Congresos y reuniones inl
niado con muchas insignias y
anjeras por sus méritos ctentd
>ué8 larga y eruditamente sobre
civiles como causa principal di
>D de las naciones, aplicándola t
liscurso del Sr. Saavedra des]
ides méritos contraídos por el
aria militar, trató de los orlgei
aneciendo Jos fundamentos ec
lilos para hacerla más antigua
Izan este discurso la edición y ti
íes que se ostentan en varios ca
irtlUerla. Ambos discursos fuer
amerosa y distinguida concurre
NOTICIAS. 349
En la sesión de 30 de Junio fueron votados correspondientes
los Sres. D. Mariano Pelliza, en Buenos Aires; D. Martín Ramí-
rez, en Garrión de los Condes; D. Benito Pons y Fabregues , en
Palma de Mallorca, y D. Enrique Fajarnés y Tur, en Ibiza.
Epigrafía ibérica. — Los dos bronces, uno de ellos con inscrip-
ción ibérica publicados en el tomo i del Boletín, pág. 132, han
sido devueltos al Museo de nuestra Academia con un atento ofi-
cio del Sr. D. José Ramón Mélida en nombre de D. Luís Val-
dés, coheredero del difunto académico D. Aureliano Fernández
Guerra.
Se recibió con aprecio el opúsculo titulado Las ediciones de los
fueros y observancias del reino de Aragón^ regalado por su autor
D. Rafael Ureña.
A petición del Sr. Fernández y González se concedió á la Fa-
cultad de Derecho de la Universidad Central un ejemplar de los
Fragmenta legis romanee visigothorum ^ sacados del códice pa-
limpsesto de León y comentados y publicados por la Academia.
BI 25 de Junio los Sres. Fernández Duro, Hinpjosa y Rodrí-
guez Villa, tuvieron la alta honra de presentar á S. M. la Reina
Regente, en nombre de la Academia, los volúmenes de las Gor^
teK de Cataluña y uno de las de Castilla, últimamente publicados.
S. M. se dignó aceptarlos con frases laudatorias, análogas á las
empleadas al serle presentados los volúmenes de que éstos son
continuación.
En la sesión del 28 de Septiembre último, primera del curso
académico de 1900 á 1901, fué presentado y acogido con profundo
50 boletín db la real acadehia de la historia.
gradecimiento ua ejemplar, reproductivo de otro códice de in-
preciable valor, que ba sido remitido en agasajo á nuestra Cor-
oración por Su Santidad León XIII, y que se titula It Manm-
ritlo Mesticano Vaticano 3.1S8 delta il Códice Rios. Pasó á intor-
le del Sr. Rada y Delgado.
Se ha concluido la impresión del tomo xiri de la Colección de
'4>cummtoa inéditos de la» antiguas posesiona de ultramar, qoe
ODtieoe relaciones geográficas de Yucatán y que fué eacomen-
ado al Sr. Asensio.
También se ha reimpreso el lomo vii de la España Sagrada,
uidando de la edición el Sr. Rodríguez Villa.
£1 espectáculo más nacional, por el Conde de las Navas. Ma-
rid, 1900. En 4.', páginas xviti + 592. Tirada de I.OiO ejempla-
es. La portada va embellecida con el dibujo de la piedra tumutar
e Cli:iia (I), que representa una escena tauromáquica y lleva la
nscripción t^^^^AV^V^ (Nuruca AiauJ. En el colorón se
le: «El día I.* de Junto del año u.occcxciz,enel establecí mieato
ipo-lilográfloo «Sucesores de Rivadeueyra> y á costa del autor,
e dio comienio á la estampación de EL ESPECTÁCULO MÁS
lACIONAL. Terminó la faena el xv de Mayo de u.cm, illlimo
el siglo iix, dfa de San Isidro, Patrón de Madrid. •
Todo cuanto puede escribirse sobre la historia del torea en Es-
aña y en el extranjei-o está con inmensa y bien digerida eruiii-
ióu coiidensado en esta obra monumental, la mejor de su especie
ue ha visto la luz en lo que va de siglo y en los anteriores.
Cipo romano de Valencia. A ta. noticia que dio su des-
abridor, D. Luis Tramoyeros Blasco, en el cuaderno precedente
(1) HUbn«r, Kamimeala liHgiiae iitrlíae, núm. iiiv:. Berlín, iffía El Dombn dd
irero «NúruoM, bljo de Aióuv, no deja de teaer tnkiogi» eos t\ del ibera N6ru. hijo
ti gaditano OvÍÚd, qae dijo PrumoIm (i II, 16) haber rundido la ciudad de Non
i tala de Cerdafia.
NOTICIAB. 3(1
del Boletín, págíoas 127 y 128, dejamos de añadir la iaterpreta-
ciÓD por haber acordado la Academia que se repreaeataao en foto-
grabado, que aqu[ poaemos.
P(i») llfanibut). ití(areue) Foitl(eiiu} Antitheas et Antonia Oneñcrati*
vivmtet fecerunt aibi et ntú.
A Im diooes Manes. Marco Foateyo ¿ntfteo y A.atoaU Oaesicratta hi-
cieron ea vida de ambos este maaaoleo para sf y los aayon.
Fué dedicado el cipo Bitbascia, de cuya figura lal como aparece
Mculpída ea este monumeoto, lo3 ejemplos uo se coaocen ó soo
353 BOLETÍN DE LA RE:
muy raroB (1). De coaforní
-la nueva inscripción están
cia y la 3914 en Sagunto. I
y 'OvJiuwpMtia de su mujer, i
ñolas ; aunque de griegos a
gana Anti[iheus ?] (3409), í
Estampilla i
población, comprendida en <
y limítrofe de Sabadell (A
sobre el antiguo camino a
dirige, sin tocar en Tarrasi
punto bacía el Norte en der
Talamanca, Artes, Aviñó, !
Borredá, FroDlañá y ta Pot
dos puertas en la frontera (
debe contener muchos mon
mana de Cataluña, sólo se
fragmento de estampilla de
aee D. José Soler y Palet, ei
tas en San Julián de Altur
cou arreglo al numero 4S
Junto á Sabadell enliste el
Edad Media, vtcus Gáüicua
H) V«Me Boluleu, Intcriplimu a
0) IHntrario duerifttfo milltoT í
ffMcrs, toma iv, p£g. 63. Madrid, ]S
(8} BOLiTfH, tamoujuí, píginai
Pn
.dqulBiciones de U Acadeibia
1900
I. Do8 cartas inirUta* d<
dvecwne» del Para¡
II. DeteripciÓH de la Pal
III. Ntteoas imcripeiones t
de Monsalud
IV. Tortoga. Nuevas imci
Molinero.
'ARIKOADES;
I, Memorial de la doma
Fernández Dnro..
U. Patrología latina. Re
SatodeB.— Fidel Fi
loadas
9ee
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REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA
TOMO XXXVII.— CUADERNO V
NOVSaiBRE, 1900
MADRID
ESTABLECIMIENTO TIPOGRÁFICO DE PORTAN ET
IMPRBSOR DS LA RBAL ACADBMIÁ DB LA BI8T0RIA
Calle de la Libertad , DÚm. 29
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REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA.
■'<., i'
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TOMO zzxyii.
Ifoviembre, 1900.
CUADERNO T.
INFORMES.
I.
PRIVILEGIOS DB AMPUDIA.
"■Vi
La villa de Ampudia dista cuatro y media leguas hacía el Sud-
oeste de la ciudad de Falencia. En su archivo municipal se guar-
dan originales los cuatro diplomas regios cuyos facsímiles é in-
terpretación acompaño.
1.
Valladolid, 28 Abril de 1282. Conñrma el Infante D. Sancho los fueros y
privilegios de Ampadia al concejo de esta villa. Este pergamino original
lleva pendiente, de hilos de seda de color encamado obscuro, un sello de
plomo, en uno de cuyos lados están grabadas las armas de Castilla y de
León^ y en el otro la efigie ecuestre del Infante. En el anverso se lee: 8i^
ffiRum inf antis Sanchi; y en el reverso: ){( Verüas Domini manei m
etemurn.
Sepan quantos este Privilegio vieren. Gomo yo Inffante don
Sancho ffijo mayor et heredero del muy noble don Alffonso por la
gracia de dios Rey de Gasliella, de Toledo, de León, de Gallizia,
de Sevilla, de Górdova, de Murcia, de Jahén et del Algarbe. Por
^azer bien et merzed á vos el Gonceio de Ffuent Pudia, do vos et
>torgo vos et confirmo vos pora siempre iamás todos vuestros
TOMO xzxvn. 9
lOLETtN DB LA K
OS et costuubres
I que oviesies ei;
Bt del Rey don
del emperador (
loa alíToasso mi
los en uno et á <
narfa sobre la C
manos cuando i
que nunqua vo
-a ninguna dell
Ira ellas, Et que
srpo etcon todo
los otros omnes
era quier contri
: et franquezas e
)te don Sancho,
o, ó non TOS ayi
licbas ó cada un
manera, tos dii
1 otro logar qua
ito en aquella u
■edes et vos deffí
odos los otros q
uestros fueros e
Privilegios et c¡
lenos por ello, n:
igo por bien et i
a saJliere de mí
urados el por al
vuestro fuero, q
ecuerdo segund
jtrado, que se p
fuero et con di
PRIVILBaiOa DB AlfPUDU.
355.
^eellado coa mió seello de plomo; ffecho en Valladolity veinte et
^cho días de Abril, Era de mille et Trezíentos et veynte años.
Yo Pero Sánchez lo fls escrevir por mandado del Infante.
2.
Ampudia, 9 de Febrero de 1296. La reina Dofia Violante, viada de Al-^
■
f onso X, cede en favor del concejo de la villa todos sus derechos sobre una
-casa de Aldea del Monte. El pergamino tiene sefiales de haber llevado
pendiente el sello de la Reina.
Sepan guantos esta carta vieren Gomo yo, Doña Yolante por la
gracia de dios Reina que ifuí en Castilla et en León mientre dios
por bien lo tovo. Por muchos servicios que meffezieron el Gonceio
de ffuent pudia mios vasallos et me ffason cada día, et por 1^
ÍTaser bien et merced, Tengo por bien de les dar una casa que yo
iengoem[p]rada de domingo alffonso en Aldea del monte de íFuent
pudia que solía ser del Gonceio, Et por cartas de premia que ganó
este domingo alffonso del Rey don Sancho mió ffijo para el Gon-^
ceiOy ovieron gela á dar sin su grado. Et do gela de todas sus per-
tenencias que la ayan libre et quita, assí commo la avíen ant€^
que el Rey Don Sancho mió ffijo la diesse á domingo alffonso.
Et deffiendo fyrme mientre que ninguno non sea osado de gela
enbargar, nin de gela contrallar en ninguna manera; que qual
quier que lo feziesse pesar mié (1), et á él et á lo que oviesse me
tornaría por ello. Et desto les mandé dar esta mi carta, seellada
-con mió seello colgado. Dada en fuent pudia, la Reina la mandó,
Nueve días de ffebrero, Era de mili et tresientos et treinta et
quatro años.
Yo Johán marlincs la escriví.
Falta este documento á la Colección diplomática publicada, en
el tomo H de las Memorias deD. Fernando IV de Castilla ^ por don
Antonio Benavides, con acuerdo de la Real Academia de la Histo-
ria: Madrid, 1860.
i*<i
(l)- Me pesaría.
n
TEN DE LA RBAL ACADEMIA DE LÁ HISTOBlA.
e Didembre d« 1330. Concesióa de heredades y eefioila»
f D. Alfonso XI á Feroaado Rodríguez de Villalobos. Ert*
lo üeDft »ea&let de haber llevado pendiente el eello de-
nombre de dios pudre et Bjo et spirítu santo, que
aas y un dios verdadero que bive et reroa por siem-
de la bien aventurada virgen gloriosa Sánela marla
]uien nos tenemos por señora et por Avagada en
I fechos, Et á onrra et á servicio de todos los sanctos
esüal. Por que entre las cosas que sou dadas á los
amenté les es dado de fazer gracia et merced, ma-
e demanda con Razón, St el Rey que la Taza deve
res cosas: La primera qué merced es aquella quel
segunda quál es el pro ó el daño quel ende puede
ire; la ter^ra qué logar es aquel en que ba de lazer
imo gela meres^ió. Por ende nos, catando ésto que-
laa por este nuestro privilegio todos los ornes que
irán daquf adelante, Gomo nos Don Alfonso, por la
Rey de Castiella, de Toledo, de León, de QalUtia, de
dova, de Murcia, de Jahén, del Algarbeet señor dfr
Molina, en uno con la Reyna Doña Marla mi mu-
bieu et merced i vos fferraodo Rodríguez de villa
vasallo, por muchos servicios que nos flzíesies el
a día, Tenemos por bien de vos dar la heredat de
I, que el Infante don Johán compró de doña ygaes
irra de León que Recudía al Condado de Villa lo-
3S damos la heredat que fué de diego gómez que
de que perteoefla al dicho Condado de villa lobos,
lia en camio la nuestra heredat que nos aviamos
190 et de Carriedo (3) , Et por esta Razón leaemos
PRIVILEGIOS DE AJfPUDU. 357
por bien de gela tomar. Et damos vos la dicha heredat, que la
ayades vos et los que de vos vinieren por juro de heredat para
vender et epagenar et para fazer dello et en ello como de vuestra
^osa propia, salvo que non podades fazer ningunas destas cosas
con orden ni con omne de Religión , nin con omne de fuera del
nuestro señorío sin nuestro mandado. Et mandamos á todos los
vasallos que son de la dicha heredat de Villalobos et de los otros
logares sobredichos que vos Reciban por señor et vos Recudan
con todos los derechos dende; ^egunt que meior et más complida-
mente Recudieron á los otros señores que fueron y fasta aquí.
Et ningunos non sean osados de vos la enbargar nin contrallar
en ningún tiempo nin por ninguna Razón. Et mandamos por
este nuestro privillegio á Don Rodrig Alvarez de Asturias nuestro
meryno en tierra de León et de Asturias, ó á otro qual quier que
y fuere meryno daquí adelante, ó al meryno que andudiere por él,
<iue vos ampare et vos defBenda con la dicha heredat á vos é á
los que la de vos heredaren, et que no consientan á ningunos que
vos la enbarguen en ningún tiempo por ninguna Razón. Et si
algunos vos la enbargare (1) en todo ó en parte, que gelo non
-consienta, Et que vos faga emendar á vos ó á vuestros herederos
todo el daño que por ende Recibiéredes, doblado, Et non fagan
ende al sopeña de la nuestra merced. Et desto vos mandamos dar
«ste nuestro privillegio Rodado et seellado con nuestro seello de
plomo.
Fecho el privillegio en Sevilla, veynte et dos días de Deziem-
bre, en Era de mili et trezientos et sessenta et ocho años.
Et nos^ el sobredicho Rey Don Alfonso, Regnant en uno con
la Reyna Doña María mi muger en Castiella, en Toledo, en León,
en Gallizia, en Sevilla, en Córdova, en Murcia, en Jahén, en
Baeca, en Badaios, en el Algarbe, en Vizcaya et en Molina, otor-
:gamos este privillegio et conñrmámoslo.
Raeda con las orlas acostumbradas:
>¡i Signo del Rey Don Alfonso.
^ Don Frey Fernaod Rodríguez de Valbuena, mayordomo
<1) Sic.
n
:.BTÍH DB LA BBAL ACADBHIA DB LA HISTORIA.
ley, confirma. Don Joháa NiiAet de Lara, alférez ma-
', confirma.
Brmu, distribnldui enseiasecdones, aoa encima, doe á cad*
ibnjodeU meda:
in, fijo del Infante don manuel, adelantado mayor
en la frontera el en el Regno de Murcia. — Ooo Xime-
ipo de Toledo , primado de las espafian et chaaceller
iastiella. — La eglesia de Santiago vaga. — Don Jobáo,
le Sevilla.
;Ia, Obispo de Burgos. — Don Johá», Obispo de Paleo-
Toban, Obispo de Calaborra. — Don Bernabé, Obispo
Don Fray Alfonso, Obispo de Sigüenca. — Don Pedro,
SegOTÍa. — Don Sancho, Obispo de Avila. — Don Johán,
^latenci?. — Don Odo, Obispo de Cuenca. — Don Pedro,
)arlageuM. — Don Gutierre, Obispo de Córdova. — Don
Obispo de Jabea. — Don Bariholomé, Electo de Cádii.
ia niiñez, maestre de la orden de cavalleria de Cala-
1 frey fernant Rodríguez de bal buena, prior de la or-
pital de Sant ioháo et mayordomo mayor del Rey.
In niiñei de lara. — Don Johán Alfonso de haro señor
eros.^Don ferrando fijo de don diego. — Don diego
istañeda. — Don Lope de Mendoca, — Don Beltrán yva-
Johán AlToasso de Guimán. — Don Per Aurlquet de
Don Gonzal yañes de aguylera. — Don Ruy gómei
. — Don Pero López de avala. — Don Lope Ruyz de
han martfiíez de leyva, meryno mayor por el Rey en
su camarero mayor.
;la Obispo de León. — Don Johán Obispo de Oviedo.—
olomé Obispo de Astorga. — Don Lorencio Electo de
— Don Rodrigo Obispo do ^amora. — Don Johán Obi>-
lat Rodrigo. — Don Alfonso Obispo de Coria. — Don
ipo de Badaioz — Don Goncalo Obispo de Orense.—
) Obispo de Mondoñedo. — Don Rodrigo Obispo de
Jobán Obispo de Lugo. — Don Vasco Rodríguez maes-
iea de la cavalleria de Sanctiago. — Don Suero peres
Alcántara.
J
PRIVILEGIOS OB AMPUDIA. 359
Don Pero ferrandea de castro, pertiguero mayor de tierra de
Sant yago. — Dod Johán Alfonsso de albroquerque. — Don Rodrig
Alvarez de asturias^ meryno m:iyor de tierra de León et de Astu-
rias.— Don Ruy pérez pon^e. — Don Johán díaz de ciffuentes.—
Don Rodrigo pérez de villa lobos. — Don Johán arias de astu-
rias. — Don Ferrant Rodríguez do villa lobos. — Don Goncalo \
Ruyz girón. — Don Ñuño niiñez de acá. — Don Johán Rodríguez
de cisneros.
Garci lasso de la vega, Justicia mayor de casa del Rey. — Al-
fonso Joffre de Tenoyro, Almirante mayor de Gastiella. — Martín
ferrandes de Toledo, Notario mayor de Gastiella. —Ferrand ro-
dríguez, Gamarero del Rey lo mandó faser por mandado del dicho
señor, en el diez y noveno año que el sobredicho Rey don alonsso
reynó. — Yo, Johán lopes lo fis escrivir. — Pero sanchos. — Pero
ferrandes n (otario). — Ferrant Sanchos.
Valladolid, 17 Marzo 1383. Ratifica D. Alonso XI la confirmación (Va-
Uadolid, 12 Enero 1326) que hizo de la concesión otorgada por el her-
mano de Dofia María de Molina á la villa de Ampndia (Valladolid, 27 Ju-
nio 1805) sobre la dehesa de Gastrillo.— En el pergamino, que contiene
estos tres documentos, hay señales de haber llevado el sello regio, pen-
diente de hilos de seda blanca, encarnada y amarilla.
Sepan quantos esta carta vieren Gommo yo, Don Alfonsso por
la gracia de dios Rey de Gastiella, de toledo, de León, de Gallizia,
de Sevilla, de Górdova. de Murcia, de Jahé^i, del Algarbe et señor
de Vizcaya et de Molina, viemos una nuestra carta escripta en
pergamino et sellada con nuestro seello de Plomo, fecha en esta
guisa:
Sepan quantos esta carta vieren Gommo yo, Don AlíTonsso por
la gracia de dios Rey de Gastiella, de toledo, de León, de Gallizia,
de Sevilla, do Górdova, de Murcia, de Jahén, del Algarbe et señor
de Molina, vi una carta que el Gongeio de fuent pudia me embia-
ron mostrar de don AlíTonsso ffijo del Infante don Alffonsso de
Molina, escripta en pergamino de Güero et seellada con su seello
de cera colgado, fecha en esta guisa:
■i;
n
fODBO fijo I
I BOLETtN DB LA HKáL ACADEMIA DB LA HtSTOBIA.
Jepaa quaotos esta carta vieraa Commo yo, Doa AlíFoneo fi
Inffante doa AlfFonaso da MolÍDa, do á vos los veziaos de fuenl
iia loda la heredat, asey casas et tierras et viñas et prados et
dos, commo [odas las otras heredades, que vos yo tenia entra-
en castriello ( 1 ) por rrazón de devisa 6 6q otra manera. Et do
I la et desamparo vos la eo tal manera que la ayudes libre et
ita para siempre jamás, vos et vuestros IBjos et nietos et lu
i lo vuestro ovieren de heredar para faser dello et en ello todo
que qulsierdes assy commo de lo vuestro mismo. Bt daqui
ilante que yo niu mis ñjos, uin míos Nietos, niu níngüo devi-
0, uin otro ninguno en ningún tienpo, que vos non podamcB
naudar ninguna cosa desta heredat, nin de vos coalrallarla,
I de vos la embargar toda nin parte della en ningün tienpo. £t
:o fiziermos, que nos non vala. Et demás pido merced al Rey,
i fuere en Castiella et en León, que vos ampare et deffleoda
1 en ella, segund dicho es. Et otrossy que los de Villoría (2),
3 usen en pacer convusco segund pacieron al tienpo que Caá-
}Ilo era mía. Et por que esto non venga en dubda, mandé vos
- esta carta seellada con mió seello colgado. Dada en Yallado-
veynte et siete días de Junio, Era de mili et trezientos et qua-
lia et tres años. Yo, pero martines la esrrivl por maudadode
1 AlíTonsso.
St agora los del Conceio del dicho logar de fuente pudia em-
TOn me pedir merced qne les mandasae conflñrmar la dicha
ta. Et yo, et dicho Bey don AlfTonsso, porque Garcilasso de la
ga, mió merino mayor en Castiella et mió chanceller mayor
mío seello de la poridat, me lo pidió por merced, et por fazer
n et merced á los del dicho Conceio de fuente pudia, confirmo
la dicha carta que el dicho don Alffonsolesdió. Et mando que
vala et les sea guardada para siempre, assycommo les valió et
6 pago con el nombre de Catlrillo. Está mme-
Igiio y hermoaa cittillo. En é\ bajr aas errBlu
laaM la Imagen de la Saallaima Virgen UlHi,
PRIVILEGIOS OE AMPUDIA. 361
les ffué guardada ffasta aquí et en el tiempo del dicho don Al-
iFonsso. Et ninguno non sea osado de les yr nin de les pascar
contra ello en ninguna manera sopeña de mili maravedís de la
moneda nueva á cada uno. Et desto le mandé dar esta carta see-
Uada con mió seello de plomo. Dada en Yalladolit, doze días de
Enero, Era de mili et trezientos et ssessaenta et quatro años. Yo
Johán martines de la cámara la fiz escrivir por mandado del Rey.
— Garci gonzales. Ruy martines. Velasco ximenes. Pero marti-
nes. Fernando peres.
Et agora los omes bonos del dicho Conceio de fuent pudia eiii«-
biaron nos pedir merced que toviéssemos por bien de les con-
firmar esta carta et de gela mandar guardar. Et nos, el sobredi-
cho Rey Don Alífonsso, por les fazer bien et merced toviemos lo
por bien, Et conifirmanos gela, Et mandamos que les vala et les
sea guardada segund que les íTue guardada fasta aquí, Et nin-
guno non sea osado de yr nin de passar contra ella en ninguna
manera so la dicha pena de los mili maravedís que en esta carta
se contienen. Et sobresto mandamos á los nuestros merinos ma-
yores que por nos andudiereu en las merindades de Castiella et á
los otros merinos que por nos ó por ellos ó por qual quier dellos
andudieren agora et daquí adelante en las dichas merindades, que
amparen et defflendan á los de ífaente pudia con esto que nos
mandamos. El si alguno ó algunos y oviere que los passaren 6
quissieren yr ó passar contra ello^ que los peyndren por la dicha
pena á cada uno et la guarden para faser della lo que nos maur
daremos, Et que íTagan emendar á los de fuent pudia todo el daño
que por esta rrazón rescibieren doblado; Et non fagan ende al
sopeña de la nuestra merced. Et de commo esta nuestra carta les
ífaere mostrada et la cumplieren mandamos á qual quier escri-
vano público, que para esto fuere llamado, que dé ende á los del
dicho logar de ffuente pudia ó á qual quier de ellos ó al que la
mostrare por ellos testimonio signado con su signo, por que nos
sepamos en commo se cumple nuestro mandado; Et non fagan
ende al sopeña del ofBcio de la escrivanía. Et desto les mandamos
dar esta carta seellada con nuestro seello de Plomo. Dada en Ya-
lladolit, diez et siete días de Marzo, Era de mili et trezientos et
setaenta é un año. Yo alffonsso ferrandes la fiz escrivir por
BOLETÍN DE. LA RSAL ACADEMIA DI
lado del Bey. — Alffonso gomes. — Al
1390.
concesión hecha por D. AIFodso de U
lidia (27 Junio 1305) ae echa de ineno
■a sobredicha del reinado de D. Ferna
aparece en el Catálogo publicado po]
ir la colecciiín de fueros y cartas-pu
rgo, presta lugar á copioso artículo, i
ifirmacidu de sus antiguos fueros po
82.
nileríaa, 11 de Mi;o de 1896.
BPIORAPÍA ANTILLANA
icripción que en la isla desierta de
da de un árbol el biblióftio Dr. D. J
ligo de la Iglesia de Vitoria y pasajei
M., Diana, para aviso y cousuelo d(
'agos á aquel ailio (3).
B XVII DíCR}i(bris), Dlv{o) ]oAti(niJ e'
ANN/'o^ UDCCXCl
AD HUNC ASPBRRIMUU LO
NAUPRAGf'i^ PSRVEÍtaR(unt) LXVI
QOI E PORTfu) HAVAU(íu) PATB!»!
NAVI RBGf'w^ TABBLLARf'wJ OlAKA
EPI&RAFIA ANTILLANA.
•365
ínter syrtes vulgo las maravillas
dbtorta primum^ dbindb evulsa ,
ac tándem penitus dispbrdita clavi ,
CARINA INSUP^^^ SBPTIES TBRRAE Q\3\SS(ata)
ADWRRS(Ís) AC PURBNTIBfMfJ VBNTIS
AD SCOPULUM ALLISI FVER(untJ
DIE XII. EJU&D(em) MBNS(t5^ HOf((a) IíOCt(Ís) VIII.
TAMBN VKW2X\T(e) x>(eo) o(piimo) u(aximo)
B(eaiae) Mariab iNTERCEssffOffi;^
SALVI ET INCÓLUMES RW k%Efi(ufU) .
SI QUIS HUC ADVENBRIS, SISTE
INFOEUX NAUFRAGCd[),
ATQftts) IN D0L0R(Íbí4S) HOC UTBRE SOLATIO.
haud es primus in hoc solo,
admiratione tbneris? obstupbsce etiam ,
tibí
mSPKS(t) LASSI, NUDI, FAiAEUC(Í) SITIBUND^»^ INERMftff)
SAXA, IMMO sílices , VULNERATf I5J PEDIB(W5) PRANG(Vf»^5^
VIAM HANC ABQUABILEM VECER(unt)
TIBÍ
DISCERPTIS MAGIS BRACHIIS, QUAM CAESCís) ARBORIb( tis)
TUGURIA HABC, DOMOS DIXERIS , BXTRUXER^'tfrttlI^^
TIBÍ
TBNERIS HERB(ÍsJ PALMICIJL(Ís) PRAECIPUE
QUIBUS PBR LX DIES VITAM SUSTlNUBR^tt»/^ ACERBfam)
DEFLAGRA TA SYLVA
gibaría dulcía PARAR(unt)
TIBÍ
PONTE AEGRB QVAESIT(o) FOELlCIT^^rJ INVENTfoJ
* SíTADfiisJ XII AB HINC VERSfusJ UEKll>(Íem) DlSSn(oJ
GRATI SAPOR^tS^ AQUAM PRAEBUER^Mfl^^.
TIBÍ DEMUM
PERMULT(75y TERRA MAPIQUE LABORlsfusJ
SINGULAR^O PATIENTIA PERPESSIS
atq(u$) infinitáis) PROPEMOD^MW^ VITAE DISCRIMINIB^MS^
INCRBDIBILI ANIMI FORTITUD(^íy> CONTEMPTIS
IN DEO PROVIDENTISSf»moJ yL\3HD(Í) RECT(ore)
boletín t>B LA RBAL AGADKylA DB LA HISTORIA.
S REPOSITA ,
AC CHRISTI DBIPARA MARÍA ANCHORA
IR TfLKT(ÍsJ QViafuSj JACTATI SUNT PLUCTIBfwjJ DECRBTfo)
VIRTUTIS, RELIGIONIS, PIETATIS,
EXEUPLA LUCULBNTlSSf'ílMj KELIQÜÍft futd).
tUSINAM SIS, QUABRI5T
IN ÍNSULA BAHAUA
UARIS ALLUVlONIBf'ulJ NIMIS UNDig^lMj OBNOXIA ,
VENTOSA, SALBBROSA, INCULTA,
UBI S\JLL(us) POPUL(UsJ NULLftV ¥ttUCT(us) UVU/a) VENATIO.
UBI PSITTACI PAUcflJ PINI IHJI.t(iu) RUBETA PLURftH4}
VENENATl'tj CULICKS PLURltáfiJ,
ÍABIFB DEBIDERAST
VBRsftuJ ORlitllT(ím) OCCIDBNTBMVE
ORAM PERCURftfíy MAR1TIU''am^ INGENTfw^ ROGOS ACCBND(>^
PISCATOPES ACCURRENT, VQLMtfutltJ AVSTABfunt)
ANGL1 HUMANISSCÍmiJ
QUI TE AD INSULAM PROVIDENTIAB
AB HINC HILLIAR^mJ DlST(ailíím) NON AMPLIUS CXX,
LIBENTISSIMH DEDUCENT.
BXPBRT15 CREDB; ABI CITO. -
IFAXIT DBUS TIBÍ FAUSTfll) OMKIA CONTINgCíWÍJ
QURMADMODfHlwJ HISPANIS
QUI OMNES ABIERE
D!E XXV. FlBR(uariÍ) KSH(oJ MDCCXCII.
aiCATfaJ BEATO SEBASTIANO DE APARICIO
CltJUS CASTl COHPOr(Ís) RELIQUIAS
mispaniau asportabat
]OSBPM|'aí_) MARlANfuí^ BERISTAIN, PRESB(yUr)
eCCLBSfiat) V¡CTOn(ÍaeJ CASOSlCfUs) LECTORALfít^
PRABFATf»^' NAUFRAGl! AC FORTUNf«<) CONSORS,
QUI , SUADENTB EKMKSflItleJ DE ABONA
MALE FORTUNATAE NAVIS PBABFECT^Oj
HOCCB POSTE H r/'-aílJ HONlMENTfam/
SCRIBEBAT,
LACENA LUTBA ILUUD IKCLUDBNS
ST PINO SPECULATORIA APPBNDBNS.
EPIGRAFÍA ANTILLANA. 36&
Traducción castellana por el mismo autor.
DI06 PRINCIPIO Y FIN DB TODAS LAS COSAS.
EL día ¿7 DE DICIEMB. CONSAGRADO k SAN JUAN BVANG.
DEL AÑO DS 1 791.
LLEGARON NÁUFRAGOS A ESTE ASPERÍSIMO SITIO
68 ESPAÑOLES ,
QUE CAMINANDO Á SU PATRIA DESDE EL PUERTO DB LA HAVANA
EN LA FRAGATA CORREO LLAMADA LÁ DIANA ,
TENIBNDO BRAVOS Y CONTRARIOS VIENTOS
DIERON EN LAS PEÑAS Y ESCOLLOS f
LLAMADOS LAS MARÁ VILLAS y
k LAS 8 DB LA NOCHE DEL 12 DE DICHO MES,
EN QUE SE LES ROMPIÓ, ARRANCÓ
Y PERDIÓ ENTERAMENTE EL TIMÓN,
GOLPEÁNDOSE SIETE VECES BN TIERRA
LA QUILLA DEL BARCO.
PERO CON BL FAVOR DE DIOS ÓPTIMO MÁXIMO
Y POR INTERCESIÓN DB LA VIRGEN BIARÍA
SALVARON TODOS LAS VIDAS.
SI ACASO LLEGAS AQUÍ ,
NÁUI RAGO INFELIZ, DETENTE ;
Y SIRVA Á TU QUEBRANTO DE CONSUELO,
QUE OTRO ANTES QUE TÚ PISÓ ESTE SUELO.
i TE ADMIRAS? PASMA lE TAMBIÉN.
PUES PARA TI
UNOS DEBILITADOS ESPAÑOLES
DESNUDOS, HAMBRIENTOS , SIN ARMAS Y SEDIENTOS,
ROMPIENDO CON HERIDAS PLANTAS
TAÑÍA PIEDRA Y DURO PEDERNAL,
ESE CAMINO HICIERON BIEN IGUAL:
PARA TI
ROMPIÉNDOSE LOS BRAZOS,
CON PINOS QUE ARRANCARON,
ESAS CHOZAS ó CASAS FABRICARON :
PARA TI
EN TIERNAS HIERBAS Y PALMITOS TIERNOS,
.■1*
BOLETÍN DB LA RBAL ACADBUtA DB
CON OUB, LA SELVA ABRASANDO
DOS MESES LA VIDA MAHTUVI
DULCE MANJAR V VIANDAS PREVI
PARA Tt,
MBDIA LEGUA ACIA EL SUR DE AQUÍ
DBXARON AGUA DULCE EN UNA I
SI BUSCADA CON ANSU
HALLADA FELIZMENTE :
PARA TI FINALMENTE,
POR MAR V TIERRA MUCHOS CONTI
CON SINGULAR PACIENCIA RESIt
y SIEMPRE DESPRBCIANDi
INFINITOS PELIGROS DB LA
CON INCREÍBLE FORTALEZA DE
PONIENDO LA ESPERANZA DEL R
EN DIOS PROVIDENTÍSIMC
RECTOR DEL UNIVERSO SAPIEN:
Y POR ANCLA A MARÍA,
DECRETANDO DEVOTOS VERDA
EN CUANTOS RIESGOS FIBR
FLUCTUARON NOCHE ¥ DÍ
BE VIRTUD, RELIGIÓN, PIEDAD CO
OEXARON LOS EXBMPLOS MAS BRI
PREGUNTAS iDÓNDB ESTÁ
EN LA GRAN BAHAMA,
POR TODAS PARTES ISLA ANEG
AYROSA, PEDREGOSA, INCUI
DONDE NI PUEBLO HAV, CASA NI
DONDE COTORRAS HALLARAs MU^
MAs zarzas, MUCHOS PINO
VENENOSOS MUCHÍSIMOS MOSQ
«DESEAS MARCHAR DE AQt
DEL MAR A LA ORILLA COR
A UNA V OTRA PARTE,
HOGUERAS MUCHAS ENCENDIENDO 1
VENDRÁN A TU SOCORRO LICBF
, PESCADORES INGLB3BS HUUANI
^"*.
JIPIGRAPÍ^ ANTILLANA. 367
QUB TE LLEVARÁN GUSTOSOS Á LA ISLA,
LLAMADA PROVIDENCIA,
QUB ESTÁ DEAQUf I20 MILLAS.
DA CRÉDITO Á QUIEN HABLA DE EXPERIENCIA,
Y VETE CON PRESTEZA.
¡ QUIERA DIOS TE SUCEDA FELIZMENTE
COMO Á LA ESPAÑOLA GENTE I
QUE SALIÓ DE AQUÍ TODA
EN EL DÍA VEINTICINCO DE FEBRERO
DE 1792,
QUE AL BIENAVENTURADO
SEBASTIAN DE APARICIO ES DEDICADO,
DE CUYO CASTO CUERPO UNAS RELIQUIAS
Á ESPAÑA CONDUCÍA
JOSBF MARIANO BERISTAIN, PRESBÍTERO,
DE VICTORIA EN LA IGLESIA LECTORAL,
Y EN SUERTE TAN FATAL
Y NAUPRAG.IO FIERO
TRISTE COMPAÑERO,
QUB POR ENCARGO DE MANUEL DE ABONA
CAPITÁN COMANDANTE
DE LA DICHA FRAGATA NAUFRAGANTE,
ESTE RECUERDO HACÍA
Á LA POSTERIDAD Y LO ESCRIBÍA ,
Y EN BOTIJA DE BARRO LO ENCERRABA
Y DEL PINO ATALAYA LO COLGABA.
(Biblioteca del Escorial, en un tomo de yarios señalado 61, y, 16.)
Madrid, 5 de Octubre de 1900.
Cesáreo FERNÁNnEZ Duro.
I LA REAL ACÁ
«OS mÍDlTOS DB VtOUBRA Y
POS DON ALFONSO
ioteca nadonKl , códice Ff. SOS
iiblÍDt«ca del 8r. Marqnés de 1»
ItuloB no están en el códice.
leste 68 el Fuero de Vig
el uombre de Dios que 68 tr
fritu saactü. Esto es la cart
rador di á los bornes de val
■Todo oine que fuere oegligí
a pertenezca, peche al palaci
e la quoarta 6 ruegue á su
in fecho. Bt ai acomanda alg
oouyere sobre eyll, noueut
[ue el ome bueoo se peche |
< que non oviere fijos vinie
i su ganado en el palacio del
eredeii sus bienes todos su»
délo todo por su alma.
-Morador de Funet que ¡/
e de otra tierra á Fuaes pi
it su heredad et toviere en
ide perder la casa: mas la h
alguno de su villa le flciet
en é quemen la aldea. OtroE
Sziere mal ó alguna negligei
Ita fasta que cumpla do eche
-ador esto et mejor es que ai
-De portago. Otrossi ning
;o ninguuo mas de la guard
FUEHOS OE VIGUERA Y DE VAL DE PDNB8. 369
mandado ó á otro seynnor por su nombre 6 no mas. Coi quier
que fiziere fuir alguno en la levantada de moros aya todos sus
acuerdos é todo su despojo, Otrossi ninguno non sea tenido en
aquella villa de rescebir pegniar á comendado de ome del Rey
por fuerza sino por su grado.
4. — Posadero de Rey. E ningún posadero de Rey non lome
possada para el Rey quando viniere á Funes sine fuere por mano
de juez ó de sayón.
5. — De cárcel. Olrossi, ninguno que sea metido en cárcel
non pague carcellage, et si diere fianza de dreyto non metan en
la cárcel.
6. — Ome enjado. E si algún ome enagrado fuere á tierra de
moros con vianda é levare cavallo ajeno é tornare á la tierra
peche lo á su seynnor.
7. — Donadío de Rey. Et si el rey don Alffonso diere á alguno
á su muger campos ó viñas ó casas ó heredat de mortuzgo et fuere
de Funes avalo tan freme como si lo oviessen de sus avuellos.
Otrossi si alguno enegrado fuere á tierra de moros et oviere
deudo alguno sobre si, non liebe su ganado al palacio del seynnor
mas pague sus deudas del.
8. — Posadero de Rey. Otrossi posadero del Rey ningún non
prenga posada en casa de cavallero ni viuda.
Et todo ome que peleare con otro et aviniere sobre alguno
deyllos jura et el otro dexere la jura dexare á su deudor ó á su
contendor, non ha el palacio del seynnor pecho ninguno sobre
eyll. Otrossi qualquiere que aya pelea con su seynnor ó con sus
vecinos é sallier de Funes é fuere á las villas del Rey et y su
heredat oviere ó la seguiere y, et non aya sobre el huerta ni serna
nin otra cosa nin sayón estonces. Otrossi si los cavayllos de
Funes fueren en algara ó en fonsado saquen ende la bebratica
para bever et bevanla los que la merecen bever et saquen la
quinta et saquen otras tres raziones. Et si dieren i captivo ó tres
ó X por I xpiano non demanden ren su seynnor. Et si feriere
algún ome en fonsado ó en algara den le i buey. Si perdiere su
cavayllo alguno ó gelo f urtaren ó gelo mataren aprecíenlo quanto
balíe fasta c ss. (sueldos) ó partan la preda ó saquen la quinta.
Otrossi si alguno cayere en captivo, é ome de la villa toviere moro
TOMO ZZXVII. %i
HOLHTIN l>K La HBaL ACAOBHIA
vo et demandaren aquel moro por <
10 et denle por el captivo xpiaiio (
I CXK S8.
—Qui tajare mano ó dedo. Todo <
B dedo si fuere el pegueyno peche
ir XXV 33, Et lodo este pecho aya e
eylla.
. — Qiti fiere en concejo. El si ferii
)i] dixiere palavra mala é non fue
a et si fuere cun quereylla peche xi
— Qiti dixiere gafo. Otrossi si al¡
nala asi como gafo 6 forjiigador ó (
ilabra, iio aya pecho qui tajare.
. — Qui tajare árbol, Olrossi si a
LO sin fruyto, a su dayno lx ss. B
0 et lo tajare á rayz peche lx ss.
al ."íeynnor del árbol é non al.
. — Qui passare sobre pan. Olrossi
eni sobre mies ajena ó por linare 6
seyniior e non al seynnor del palai
—Qui mete á otro la cabeta so lo
lie >x otro la cabeza so la agoa pecb
et la quoaria parte al otro.
. — De íMoííito. Qiii fuere a! molir
anlo quel destajar et esparnere si
re, peche v rovos de Irigo al palacic
. — Qui firiere con tanfa, Et si f!r
1 herró amolado, de x ss. ; ó sil pai
. todos complidos el el quoarto al í
jylla pagara al plagado.
.■~Qui crebanta huesso en cabeza.
i otro en la cabeza por ferida, de v •
a feriere lo a de pechar.
—Juijtio daqiii á lerna sea oijdo.
ya lo fasta tenia. Et ninguno non ¡
é deyxa ora en suso no ande ning
lino non se faga en dia de domin,
FUBROS DE VIGITBRA Y DE VAL OB FUNES. 371
fion fagan en ese día jurado sino por hombre muerto ó fonssado.
'^i de otras Villas fueren los que han el juizio ó pleyto, los veci*
nos tomen aquel que cayer en el pleyto^é por pecho pague ai
juez X ss.
19. — De qui oviere pleyto delant alcalde, Otrossi tot orne que
OTiere juyzio con otro é si quier el juez ó el seynnor intrar en
juyzio nol respondan palavra ningoa, mas ayan su juyzio ambos
los contendedores et los otros cayllen et sobre el que saylliere el
pecho cójalo el juez ó délo al seynnor: et maguer que el deisse
del pecho fasta v ss. et sobre rnegue al seynnor, et el seynnor
non dove firmar sobre su niesquino. Otrossi qui matare de homi-
cidio por muert de hombre á orne peche ccc ss. et desi la quoarta
part al seynnor ó pecho ó ruego.
20. — Qui toylliere peynnos al sayón. Qui quiere que peynnos
segudiere al sayón peche v ss. al palacio del seynnor. E otrossi
tot orne que dixierc á otro ome matest, devese deslindar con xii;
^uonles diere por su mano é los vi deslindadores serán de su
gent, é los otros sean quoalesquiere. Si appusieren ad alguno que
furló cavayllo ó buey ó bestia jure por el buey con dos y por
cavaylio jure con xii et por casa con xii: el por sospecha de quo-
alquiera cosa jure con dos.
21. — Qui hubiere casa aliena. Otrossi, qui habriere casa de
su vecino deslíndese, ó si non pudiere peche al duey no del daynno
por quoanlo jurare el dueynno al doble ó el seynnor el séptimo
por quoanto jurare. Si prendiere ladrón si quiere con una ceboy-
lla por quoanto jurare el duey no tanto debe pechar á nobenas
dos al dueyno é siete al palacio del seynnor de todos fruytos, é
por ningún fruyto non debe firmar sin desemondadura. Ec si el
furto fuere paladino paguenlo el nobeno.
22. — Qui matare buey ó alguna bestia. Otrossi, si alguna
bestia matare buey dalguno ó si quiere diez bueyes nol deben
dar sino es la bestia quefízoel daynno. Si el buey matare al ome
darán al mesmo el buey homieiero. — Otrossi si i ome fallaren
muerto en la Villa ó en su termino non den por eyll homicidio.
— Otrossi si algún borne eslubiere á su puerta é viniere lo otro é
lo quisiere ferir non lo mereciendo é si entrare en su casa et el
otro enqueriendo ferir al home frente á él ó á otro con piedra ó
BOLETtN DB LA RBAL ACAOBUIA DB LA HI8T0IIIA.
denlro en su casa peche tantos homicidios quanios hom-
ieren en casa, si por dos ornes buenos puede ser probado-
Qui crebantare ojo uno á otro. Otrossi, sí algún orne
are á otro ojo peche xxv ss. al dueyúo de la plaga com-
i non fuere con quereylla, é si fuere con quereylla vagii
pecho al palacio del sefior. Si uno á otro crebarc el braz&
XV ss. al palacio sino fuere con quereylla vaya al palacio,
ai si una muger feriere á otra en conceyllo peche zt s.^.
flere de fuera peche z ss. Bt sí dixiero palarra mala do
o ninguno.
Si algún orne se levantare en conceyllo et feriere alguna
Je otro hombre ó biuda peche lxxv ss. et si diiiere pala-
a é la feriere por ello no ha calonia. Si la feriere fuera de
6 de concejo peche x ss.
Qui crebanla pierna á otro. Otrossi si alguno crebantare
i otro peche sxv ss. al diteyiío de la plaga, si fuere co»
la vaya el pecho todo al palacio del seynuor. Todo orne
baniareáotroel dient peche ves. al dueyoodel dieot, ést
n quereylla vaya todo al palacio del seynnor.
Qui pelea en concejo. Tot home qui otro peleare en con-
jera et non fuere con quereylla no aya calonia maguer
til el seynnor. Qui quier que descornare buey ageiio peche
Idos, é si vaca fuere, de siete sueldos á su dueyuo.
Qui pendra sin culpa. Todo otne que pendrare sin culpa
igueras doblados de cubayllo de asno é de buey é de ove-
macho la quoarta parle.
Qui quemare cosa vedada. Otrosí qui quemare cosa ve-
conci'jo, peche lx ss. á los vecinos é el quoario al seynnor.
De mancebo soldado. Otrosí el mancebo que no corn-
il ayno con su seylinor pierda su conducho, et si su amo
e piei'da quanto la vía á dar.
De huésped. Et si alguno obiere huespet et le diere pan
ayllída levare peyunos |buey ó asno 6 cabayllo 6 algún
seyunor de casa, lo debe pechar.
De padre é de fija. Todo home que oviera ñjo sin mnger
re con su padre é matare orne ó furtare 6 fornicare
FÜBROS DE VIOUBRA T OB TAL OB FUNB8. 373
tiiuger agena ó la sagudare no ha calonia alguna el padre. Et si
fuere mancebo é acometiere alguna cosa et fuyere, péchelo su
^mo, et si entrare con fianzas péchenlo las fianzas.
32. — De fianza. Et si algún orne fuere fianza por otro é non
pudiere fayllar do su gando del otro ponga su pie. Et sí fuere
enfermo trayalo en su escayno é metalo en casa del otro é salga
•de la fiaduria sin ninguna calonia.
. 33. — De fianza. Otrosí si alguno fuere fiador é vinieren á su
4iiuert non pendre á sus fijos de linage.
34. — S» uno á otro ae en taliaren con cuchillo ó con lanza.
4^orguo segudare uno á otro con cuchillo ó con lanza é se en^-
rren eu su casa é non feriere en la puerta non debe calonia nin-
guna.— Todo orne que dixiere al clérigo de missa ques fornicador
non pierda por eso su missa, fueras si lo mataren con muger ail
lomeu su ganado. — Oirosi si algún ome pendrare á otro con
^eynnal de juez et negare non puede firmar nin debe pagar calo-
nia et si firmare\pague x ss. Et si alguno seynnalare con el syey-
-lio del Sayón ante testimonios seylle, é si no firmara con su jura
<]ue noi mostraron el sieyllo.
35. — Todo alcalde deve ser puesto por concejo. Todo juez que
fuere deve ser puesto por mauo de concejo, é si al concejo non
ploguiere pueden lo toyllir é poner otro. Esso mesmo sea del
-sayón. — Et podestat deve dar al juez xii ss. é los vecinos den al
:8ayon é á los peones medio almut de avena é medio de ordio. —
El sayón non deve ser al , sino dar posadas et el mandado del
juez.
36. — Qua non viniere potestad. Quando potestad viniere pri-
•raament al logar faga iantar á los cabaylleros 6 si no la ficiere
fasta que faga iantar. Otrosi si el seynnor diere fiador al algún
-ame puede lo muy bien pendrar sin calonia ninguna si deviere
alguna cosa. Et si el seynnor fuere á prendar et li prenda fuere
4$uya non vaya con el fasta que dé fiadores ó alce la mano por
«{uantos y murieren ó por su vara. Et si fueren con el seynnor á
•caza é les diere cevada et pan é vino sera la caza del seynnor, é
«i nos les diere nada partan la caza por medios.
37.— Qut dexQre su muger. Todo ome qui dexare su muger
peche cGc es. et la quoarta part al seynor et si la muger dexare
ÍN DE LA DIAL ACADBHI*
e Otro tanlo é sus arras é
e que fuere á otra miiger
fierros é su muger viní(
jrros 3ÍD calonia ninguna
de muger. Et si viniere
no ó de carrera con sus f:
lyllare ó al segundo ó ai
nuger que no aya uuyli
á ningún oine ni al prlm
re sus Taces deslinde con
re á vno á otro. Oiross
, 6 con fust ó con capato
da peche el homicidio é
é juren dos.
da de orne á la muerte,
uerte dixiere non muere
leros uo y a calonia uing
:a por keredat. £ si algí
a ó por campo ó por mol
n otro lal lugar otros f)a<
le hermandat. Si fuereí
dentare fijos é moriere
rmano, é su sobrino no h
ri de hermanos. Et si O'
-e el uno ó los dos é de
an los mocos co[i sus tioa
za de heredat. Otrosi t<
5 por vino ó por buey ó
iir.1 é no ha nada.
nandat. Olrossi los hei
B SU padre, é de su madi
dre é de la madre.
(, Quaiido guiere que i
jarles de los cavallei-os c
ier que non fuere desloa i
dexe á su seíunor en h
de los peones olrossi vaj
FUBROS DB VIGUBRA Y DB VAL DB FUNES. 375
parte é ñnquen las dos partes é qui non siguiere al seynnor
peche III ss. Otrossi que si al quel cayer la suert que noa vaya
al fonsado é quisiere yr ruegue á sus vecinos.
47.— De orne viejo dar lo que mesier. Otrossi todo orne que
viai^r á vejez et toviere ñjos e dixiere alguo hermano á otro,
vien aquel no demos á nuestro padre pan, et no quisiere el otro
no herederen de su padre.
48. — Qui mata home de otra villa. Et qui matare ome de otra
villa peche el homicidio segunt su fuero.
49. — Qui mete su muger en heredat. Otrosí todo ome que
metiere su muger en heredat ó de su ganado ó de otra heredat,
aya por siempre el ganado é la heredat por á su vida.
50. — De fijo que no face vida con su padre. Todo fijo que
ficiere vida con su padre, ó no oviere nada^ parta por egoal con
los otros hermanos.
51. — De deuda de renuevo. Otrossi qui oviere sobre si deuda
de re nuevo ó otro deudo pagúelo todo al día que gelo deman-
daren.
52. — Qui esposa su fija. Et qui desposare fija con fianzas et
su esposo viniere á muert darla las medias de las arras. Et si
dixiere la muger quel ovo su esposo, del todas las arras compli-
dament.
53. — De mancebo soldado, Qualquiere ome que metiere man-
cebo en su casa con fianza et si ficiere alguna cosa que non
deve péndrela fianza ó si no póngalo el fiador é metalo en cepo
et jure que non ha nada con el fiador por el otro.
54. — De hermano que aduce algí) á casa de hermano. Otrossi
qui oviere hermano en otra villa ó viniere á casa del hermano é
no aduxiere nada á casa de su hermano é viniere fiadores ó deu-
dores á él, jurarles ha que no ha nada de lo suyo.
55. — De qui mata buey ó asno. El vecino que matare asno ó
buey pechara á su dueyno la meatad de quanto valia, jurando
que nol mató con fierro ni con fust. Et si perdiere asno ó buey
pecharlo ha enterameute todo.
56. — Qui crebanta pierna á buey. Si crebantare pierna de
buoy ó de bestia, no la pechara, mas jurara por olio.
57. — Fuero de cavayllero yr en huest. Otrosí si cavaylleros
BOLBTtK DB LA REAL
en goarda, et enfermar
> se tornare, darle ba su
—De compra de eavaylt
líos no renban fuerza, ni :
—De comprar viñaa. B
tmpre por su precio é C
>ado é non pudiere cont]
—Ir cavaytlero en cabe
:ada é mataren ad algui
priBÍeren otro carayllo
bueyes ó asnos ó laeri
en la pres. den por el
pongan mi ganado.
—De mujer gne face alg^
mal téngala el juez, et
ingiina et entegrese et i
i Scare aorá quilo.
—Qui toylliere peynnoB
IOS A su vecino pecbe x i
—Qui peüare muger.
la ó la feriere pechu lx a
—De muger que dhe mo
■a por una vez ó dos piei
— De heredamiento de i
nuriere hereden sus flj<
rmanos hereden sus hei
— Qui deite paynnos á si
iger paynnos de üus ar
¡o de vinna 6 de campo <
— Donación de suegra,
Igra quisiere dar algún;
cosa alguna le diere qi
-Qui planta vinna en
re vinna en tierra agei
ndada, puede entrar el
ra é con otorgamiento.
FUEH08 DE VI6UERA T l)E VAL OB PUNES. 377
69. — Qui furia aradro ó trilo de su vecino. Et sí viniere algún
orne é furtare aradro ó trillo de su vecino sin su mandado peche
x ss. et la jugada al dueyno de casa.
70. — Como yran con seyñor, Otrosi cavaylleros no y rao cou
su seynnor sino que yran con él fasta el castillo é tornarse an
luego.
71.— (^u» niega su fiaduria sabiéndola. Otrosi si alguno fuere
fiador ó lo negare que no fue ñador, fírmara al quereylloso de
niego dandol fianza é darle a su ganado é non dará fiador fasta
que vea su ganado é sino avra por el niego calonia, si nol fuere
provado. Et sil fuere provado doblar la fiaduria.
72. — De deudor que niega su fiador. Si los que deben algo
negaren á su fiador la deuda ó si el fiador paguare por el deudor
no queriendo acerter é fuere pro vado, doblará la pagua al fiador»
73. — Jura de Judio. Si algún orne obiere jura sobre judio
facer le a jurar sobre hun féretro, dé v ss. en suso con carta, é
por V ss. jurará fuera de féretro con carta.
74.— i>« tomar cameros. Otrossi si entrare ganado en las
defesas ó en las lavranzas de sus vecinos, ay embargo é tomara
carneros.
75. — Agüelo dar á nieto. Si laguelo diere á su nieto tierra la
mejor ó ganado tome dent una cosaé sil metieren su avuelo en
partición, parta con los otros egoalment en suert.
76. — De hermano qui torna sus paynnos en partición. Otrossi
si el hermano torna los paynnos á sus hermanos en partición et
teniendo estos paynnos partirá por eogal é si oviere alguno dellos
ó rotos ó espendidos pague un ss. por cada payno si quiere vala
XIX ss. el paynno si quiere un dinero, ó jure que no tiene maa
de aquellos paynnos.
77. — Si de dos madres fueren los fijos. Si de dos padres fue-
ren los fijos ó de dos madres no herede el un hermano del otro
sino aquellos que fueren de un padre é de una madre.
78. — Comprar hun hermano dotro. Otrossi si alguno com-
prare vinna ó campo de sus hermanos ó de otros omes después
que ovieren su partición fecha viniere su hermano de otra tierra
ó de tierra de moros, no ha derecho en demandar aquella heredat.
79. — Prestar pan á renuevQ. Si algún orne diere pan ó vino
ár\
I BOLBTfN DE LA MKAL ACADIHIA
enuevo é oviere fiadores 6 oydores
lor Jurara el dueyaiio de la cosa coa
cosa.
tO. — Comprar heredat. Otrosai si a
ampo ó otra heredat quanto alquierc
lor valedero, é otro onie demandaí
:ederoa peche á la potestad lx bs. e
>luda la heredat é su Unte mejorada.
ti. — De bataylla. Et si alguno clan;
os LS ss.
13.— Qui faz ohra de mitterio. Bt t
ere obra iiiní;uiia, peche sus vecinos
13. — Qui fiere su muger. Todo omí
I pareiites, é sus párenles la segudar
'uere con querella.
)irosíii Rey ni potestad non lome cante por fuerza mas que la
npro do quisiere por sus diueros.
M. — De seynnor qui yla fiador á su aietquino (I). Et si i
'iiijor de la Villa metiere su mesquino fiador é nol quiaíei
er derecho é viniere á varaja sohre la pendra, [é] el mesquiu
tiaie á su seynnor sobre la pendra no ha calonia.
15. — Qui fiere con lanza. Olrusi todo hombre que feriere
o con lanza é la ferida passare los páyanos, ñnem los payoiu
uche los.
Ht, — Qui pendra á home de Fimes. El qui pendrare á bou
Punes futura de su termino peche ala poieslat lx ss. é doble 1
i<lra A su seynnor é los peynnos.
17. — Pelea di. villatios. Olros&i si los villanos varajaien eotí
el se ferieren puede el seynnor sí quisiere facer les ñrmar tre
is de c aynnos.
38. — De homicidio. Todo orne que ficiere homicidio deve mí
r del termino por aynno et día et después devenlo coger Id
renles del miierlo á fuera et quedar por la muerte, sipo
miziero eay Hiere el ornen por faceré fuero, dause que au tiemp
FUEROS DB YfGUEHA Y DE VAL OE FUNES. 370
aya complido lo fallaren los párenles del muerto en el termino
pueden lo matar sin calonia, el si esto non flcieren contaran su
tiempo fasta aynno é día complido.
69.— Qut manifiesta que mató orne. Todo orne qui viniere do
manifiesto que mato orne é quisiere complir fuero et fazer sus
deflxiílas et non quisieren los parentes del muerto nol deven coger
ni finar con el (or la muert.
90. — Qui cavalgare pendra. Otrosi qui cavalgara en besria
que toviere pendrada ó agena peyte v ss. al seynuor de la bestia
si non fuere con quereylla.
91. — Qui carga bestia agena, Qui cargare bestia agena 6
fiziere alguna cosa con eylla sin mandado de su seynnor, si non
fuere para aducir civera de la hera ó por carrear uvas de la vinnia
en tiempo de myta peche v ss. á su dueynno si non fuere con
quereylla, é si fuere con querella la calonia ha del seynnor.
92. — Qui hereda de sus parentes pagar deve sus deudas. Et
quoalquiere fijo ó otro hombre qui heredare de sus parentes por
f^arentesco de derecho, tenydos son de pagar los del muerto, 6
responder á todos los quereyllosos del muerto, et su muger non
devo perder por su marido si algún mal fiziere, ni es tenida á sus
fiadores ni á sus deudores que hizo sin eylla sino fuere por su
meytá ó por probecho de damboi>.
93. — De fiador que tiene peynnos del deudor. Todo orne que
fuere fiador et toviere de su deudor peynnos et quisiere el creedor
non los tomara mas teniéndolos el fiador dar la espacio el creedor»
94. — De fianzas. Si alguno fuere fiador por otro en alguna
cosa devel pagar á ciertos términos é si nol pagare al tiempo
pasado puedel prendar quel saque de la fiaduría et deslruyal sus
bienes, fit si la fianza algunos dayunos rescebio por su fiaduría..
— Otrosí [si] los deudores non acorrieren á sus fiadores íazas deu-
dor faslu XXX días.
95. — De pendra. Et si todo orne que toviere peynnos dotri si
quisiere dexara darle á comer et si nol quisiere dexar nol daraa
á comer mas si conseñtiere al primer día ó la primera noche^
después no le puede vedar. -^Et todo orne que quisiere vedar de
comer al peynno que tiene después de tercer día deve tener el
peynno en escampado é ligarlo con cuerda de un cobdo por .fuera,
BOLBTIN DB LA. KRAL AGADBMIA I
peynno asi teniéndolo muriere devi
3I cuero é los rostros é la coa ¿ los pie
et el que oviere á jurar deve tener 1
jurar sobre el libro é la cruz, qu(
1 peynno se morio. Gt puede sobre ta
i.— Pendro de ovejas ó puercos. Otro
is ó puercos, ó cavras é les vedare el
-escampado sin ligamiento é jurare
pendrar fasta que aya su derecho.
. — De pendra de táblenador. Gt si <
endrada á táblenador por freno ó po
bestia se muriere 6 se perdiere, el
bestia que vala tanto eu su lugar.
i. — De fiador. Otrosí todo orne que]
alguna cosa et quisiere defender li
re de su poder si fuere coa querejlla
el la quarta parte.
►. — De pendra do e» el Beif ó su clave
s eu alguna villa ó el Rey ó otro si
dal suya propia leuga el peynno de
ante sacare el peynno de la villa si fi
ynnor lx ss. Et si dolra villa peiidr
IOS omes que non podía baver derec
!. Pero que faga clamo non pendi-e i
idor por infaoEon ni por judio mas
ha querella. Elt si villa fuere en el U
villa que sea eu esse mesmo tevmin
1 levar los peynnos á su villa, sin c&l
leyónos daquel termino et teniendo I
O. — Qui pendra en otra villa, Otn
pendrare en otra villa é no fallare di
iereu dar lugar puede el peynno sa(
io dando ñador que torne la bestia
pijere de derecho.
1. — Qui pendrare al seynnor de la i
10 que pendrare seynnora dalguna 1
é non ñciere clamo ante la seynno
FUBR08 DB VIQUBRA Y DB VAL DB FUNBS. 38 1
el Sil logar peche á la sey añora lz ss. la cabnia el quarto al que^
reylloso.
102. — De heredat en peynnos, Cuttodo (t ) orne que tobiere he-
redaí en peiunos fasta termino seynnalado é si el termino pasado
nol quisiere pagar su haber, el creedor puede si quisiere pendrar
su fiador quel faga pagar, é si no oviere ron su fiador que venda
y la heredat fasta termino de ccc dias, et si uol quisieren el quel
puso por fiador ó sus herederos é demás puede prender á su deu-
dor por su haber.
103. — De fiador, Otrossi todo orne que pusiere fiador por
alguna cosa puedel preyndar una bestia ó otra cosa alguna é non
mas é si non cumpliere aquella bestia ó se muriere puede preyn-
dar oira é de su deudor pendrara quanto pudiere en un día é no
mas fasta que sea muerto el peynno si el deudo fuere conoscido
é de si puede prendre mas.
104. — De pendra que trasnochare. Et qui tobiere pendra de
8u vecino et trasnochare en su poder la pendra dandol fiador á su
clamo ó queriendol seguir luego anle.su alcalle por complir le
fuero si fuere con quereylla pechara al seynnor lx ss. é por la
bestia menor v ss. é á su seynnor las enguerras (2).
105. — Üe pendra de un vecino á otro. Cual quiere ome que
pendrare á su vecino ó á otro qualquiere por estraino que aya é
lo negare é no toviere el peinno de manifiesto ha ladrón probado
por aquel peiuno.
106. — De fiador que esconde la pendra. Otrosi todo ome que
escondiere su peinno porque nol pueda otro pendrar por clamo
que aya del puede soynnalar ó testar las casas. Pero á persona
de Infanzón fidalgo non puede nin deve seyunalar por ninguna
clase.
107. — Qui crehanta seynnal de seynnor. Todo home que cre-
bantare seynnal del Rey ó dotro seynnor ó testimonio que el sea
fecho peche al seynnor lx ss. si fuere con quereylla.
10S.--Hidalgo ny cavayllero sin fianza, Otrossi si cavayllero
ó hidalgo fuere fiador por alguno nel puede ninguno pendrar la
(1) Latín euHctus.
(2) Má8 abajo (121) se escribe « engueras».
BOLBTIN DB LA HBAL ACÁ
31) que cavatgare si lo flcie
lia al soyiinor.
— Qui tiene bestia ó iablieti
iiíii A labliena tí oira cosa
sa diere fiador al quereillo!
e la labliena.
—Qui tiene bestia ó hereda
líeie bestia ó heredat eti pe;
s non puede agenarlo ni '
atender asta termino cíertí
e las heredades enpeynna
, é de huertos é de casas á
de ios campos es el termin
-Bejíia de dos ornes. Otn
(uno oviere ijuerella del u
lor una noche é por huu d
lesipendrarla de cabo fasta
—Heredat de dos hermanos
peyíinareii una heredat é g
care en la tierra puedo sac
|ue su hermano non traya
que sea pagado deste pleyi
-Qut resciebe seynnal lúe
e rüscibiere seynnal deve
perder el seynnal maguen
s fruitos é todos los e-aquili
jnsas que lizos provechosa;
-Qui ha clamo dotro, T
a le pendrara por peynno
I potros é no mas sino fuer
-Qui tiene bestia logada ó ■
bestia logaila ú preslad^i tí
e ó se la tubiere en cmpeyi
I dueyno de la bestia 6 de I
-Tener preso. El si algún
ue aya del, no ha calonia
FUEROS DE VIGUERA Y ÜB VAL DE FUNES. 3d3
in.r- Fiador que pendra su deudor. Otrosí todo orne que fuere
fiador pucdel pendrar su deudor, é si el prometiere ñador sobre
el peynno no es tenido el fiador de rescebir lo» ési trasnochare en
su poder no ha calonia ninguna, lueras si diere fiador sobre el
peynno de niego é devel rescebir el fiador é non deve trasnochar
el peynno eu su poder.
118. — El seynnor si pendrado por su vasallo. Otrosí cuando
el seynnor de casa fuere pendrado por su vasallo de su pan ó de
su vinna ó fuere en su poder, develo desemparar ó facer le conH
plir de derecho al querey lioso.
119. — Qui pendrare cibera que Heve en onvros. Et si alguno
pendrare cibera qui lieve otri eu su ombro ó en su cabeza al mo-
liuo ó fariña que tobiere del molino ó trigo que levare á sembrar
ó pan cocho que coma por un dia le tollere^ si fuere con querey-
11a al seynnor peche v sj?. et el quarto al quereylloso.
120. — Qui pierde su casa. Todo ome que por fianza ó por cla-
mo dotri perdiere su casa o por su culpa j>agará el que fuere tuerto
al otro su casa con sus engueras.
121.— Qui pendra buey. Otrosí qui pendrare buey ¿^lo pusie*
re se el umbrar de la cai<a de otro corral peche lx ss., cuando
fuere por algún mal que aya fecho por su boca ó con sus cuernos
ó con sus pies.
122. — Teniendo peyndras dotri ante juez. Et si alguno tovie*
re pendra dotri o fuere ante juez et toviere su [<:lamo] ó oviere
algún juizio et el otro ome non demandare ante que salga su
peynno c nol abra por su negligencia, fasta que todo el pleyto
terminado por juicio.
123. — Qui pendra molino. Et quoalquíere que pendrare moli-
no por algún clamo tobieudol la agua ó faciendo alguna cosa por
que no se mueva la muella (muela) e venga otro ome é por loca*
iiia faga mover la muella é ficiere fariña peche lx ss. al querei-
lioso si no fuere con quereilla al seynor.
124. "Fiador por heredat. Otrosi si alguno fuere fiador por
beredató por otra cosa non devenios herederos responder porque
se muera el fiador teniendo el peino, ó veedores de su muger sus
herederos pechen el peynno de su deudor.
125. — Qui peyídra heredat. Et si alguno oviere clamo dotro
boletín db la real ACADEH
Biidrare su heredat por alguoa co{
idat á su reí non deve levar mas e
a beredat faga fuero al querella
la facer &»[!< dt] su seynoró
idal nol respondran de su parte
relloso.
19,— De fiador que tiene heredat
i que pusiere á otro por fiador el
¡a por fladuria por ninguna mane
üaqiie esta fladuria sobredicha.
17.— Qui tiene aneyÜo ó otra coi
ira que tobiere alguna cosa en pe]
precio ninguno pueslo ante, si fu
liosa el lo perdiere peche por el i
ra preciosa peche l ss. á sus dne;
,da en que aya plata ó oro peche
ida oro ni plata pongan ires espad
rilquisiere jurando sobre libro é c
ida que daijuel que tomas daquel
menos valieren tomen quoal qui
lat.
tS.— Qui lien cuchillo en peynnoa. Olrosi si fuere cuchillo é
erdiere de fasta vii dineros por el á su dueynno diciendo en
erdat que no valía menos su cuchillo. B si por mas jurare coa
ura simple paquei el que perdió el cucbillo daquia t ss.
19. — De manto perdido. Et por manto perdido el por otra
i jurando d íieyEinor de Casa fasta t ss. de valor pague! qui lo
lio, et si fuere füzel ó cosa de mayor pleyto 6 de mayor valor
ga ante aquel ouie tres painnos ó otras tres cosas desu mane-
de su menor precio fasta valor de v ss. juraudo el seyíiDOr
a cosa perdida sobre el libro é cruz que noa valia meóos so
1 tome uno quoalguiera dellos.
iO. — Qui tiene peynnos. Otrosí si algún orne tubiere empey-
alguna cosa dotro en su poder sin testimonios ó sin cartí
nueble fuere, por quanto jurare que ha sobre aquella cosa b
u valor [auto habrá sobre aquella cosa.
it.— Judio que tiene peynnot. Otrosi si algún judio
FUEKOS DE VJGU£HA Y DK VAL bE FUNES. 385.
villa de Funes tobier alguna cosa mueble empcynnos sin carta ó
sin teslimouios después del aynno complido con su jura si non
quiere non respondra al dueynno por el peynno.
132. — De qui va a ultramar en romería. Otrosi todo home que
fuere en romería de pie ha ultramar por hun aynno, ó Sanc-
tiago por xxz dias e ha Roma por tres meses non traya sus
cosas ni sus fianzas por ningunas, mas las suyas proprias, fuera
si fue su cosa empeynnada antes que fuese en Romería.
133. — Qui ha clamo mostrel seynnaL Otrosi si alguno obiore
clamo dotri e nol quissiere facer fuero puedel mostrar la seynnal
del juez que es de lx ss. ó del sayón que es de v ss. ó testarle sus
casas con sieyllo del seynnor que es de lx ss. Et si nol fíciere
compiimiento é passare fasta otro dia puedel quereyllar al seynnor
é tuyllira del otro todas estas calonias por juicio del juez.
134.— Ste¿¿o monsirado á testigo. Et si sieyllo fuere monstrado
ó algún testigo fecho ad algún ome et en aya otri clamo de mu-
chas cosas é de muchas heredades no ha el seynnor sobre aquel
sino una calonia [si]no aduce otra por fuero.
135.— *P/ei/(o de lavradores. Los lavradores que fueren del
sennorio del seynnor si obieren entre si pleyto, si non quisieren
no son tenidos de coger advocado ó procurador en su pl&yto con
algún Infanzón.
13&*-P¿ei/to de Infanzones é lavradores. Todo ome que fuere
Infanzón é oviere pleyto con Infanzón ó con lavrador puede poner
qaoal advogado quisiere ó procurador en su pleyto ó Infanzón ó
lavrador et el lavrador si quisiere puede poner contra el Infanzón
en Ru pleyto.
137.— iVo poder meter procurador. Otrosi un procurador non
puede poner otro en ninguno negocio. Et si ningún procurador
que tobiere algún pleyto en encomienda de juez que toviere voz
en el pleyto é oviere juicio alguno, después non puede poner
advogado.
138 — Advogado preso. Otrosi si procurador ó advogado do
algún ome fuera preso ó enfermo, ó fuere ydo con seynnor, ó
fuere guerra, ó fuere embargado por alguna razón verdadera, ó
por si quisiere dexar el pleyto á su dueynno quanto fue después
o fecho en su tiempo todo ha firme, el dueynno del pleyto puede
TOMO ZZITII. 25
BOLETÍN DB Lí RBAL ACAD8HI.
■ Otro advogado ó emparar su pie;
lugar.
). — Procurador como se deve por,
pooer procurador ea ea pleylo de
el juex, édeve dará suadversaríí
' valedero lo que fíciei'e et diiiere
í. — Píi[ra] meter procurador 111 1
ire aver ó demandar procurador ó
[o fasta tercer día é si aquel día ii
li su procurador no habrá mas e
mas dent adelantel ó bu procui
) á pouer otro procurador pongal
z. Et si el advogado ó el procura<
) non puede de todo empararlo i
!0 pleylo.
, — Adocgado. Otrosí que todo oí
parte en consejo dalgun pleyto
Qui es procurador por ambas I;
lo. Todo orne que fuere advogad
> de ambas las partes por hun pie
le.
I. — Qui dixierñ que non puede aVi
dixiere que non puede baver a
lor de la villa ge lo deve dar et c
ado et el sin temor 6 mala de la <
i, é el juez juzgue á entrambas 1
ieneu en su presencia según su fi
1. — Tener voz ante juez. Et si a
I ome le ayudare diciendo alguna
é faz tuerto á la otra parte, é el ji
a.
í. — Pleyto uno con otro. Otrosi t
i otro puede mudar su dei-echo qu
i\ juez é ante leslimonias sino fu
10 ante el juez tal cosa sobre q
dar fiador 6 fuere tal el derecho
itruyr.
FUEBOS DE VIGUEBA V DB VAL DE FUNES. 387
145. — Procurador falso ó advogado. Et si algún orne provare
^u procurador ó su advogado en falsedat en su pleyto que tenia
acomodando 9 pagara á su dueynno todo el daynno e pierda el
-oficio por siempre. ,
146. — Advogado en vida de qui lo pone, Otrosi ningún advo-
gado é ningún procurador non durara en ningún pleyto por
-aquel quel puso en el pleyto sino en su vida.
147. — Orne escomengado (excomulgado) no aya voz. Et todo
•orne que fuere escomengado ó dotra ley, sino fuere por cosa pro-
pria, ó de ome de su gent non puede tener voz ante juez entre
x años, nin monge ninguno de misa si no fuere por su pleyto é de
6u Iglesia ó de ome de su pan ó por algún mezquino que non pue-
^de pagar nxi advogado.
14¡S. -^Demanda de seynnor á hun ome. Si algún seynnor dal
guna villa ó qui su lugar tobiere por voz de Seynnor demandare
alguna cosa á alguno no es tenydo de responderle ni darle fiador
-por clamo que del aya ni li valen testigos que aya contra su mes-
equino.
149. — Demanda de concejo á ome, Otrosi si todol concejo
4ciere ad algún ome alguna demanda nol debe responder mas que
^1 seynnor, fueras á uno ó á mas si ovieren querella del, éá estas
res pondrá.
150. — Procurador por Infanzonya non responder sino d Rey por
-cierto caso. Et ningún ome non es tenydo de responder á ningún
ome ó á tenient logar de Seynnor en essa mesma villa por Infan-
>zonia sino al Rey ó á su proprio mandadero, que el Rey puede
por lodo siempre confirmar Infanzonya en su Reyno é no otro
-seynnor.
151. — De facer se Infanzón seguni fuero. El tot ome que ovie-
re á fazer salva por su Infanzonia aya hun cavayllo e hun escu-
dero fijos dalgo dambas partes ó dos cavaylleros que ayan vecyn-
4at entegra en el Reyno ó jure sobre el libro é cruz por aquel
*ome diciendo et afirmando que es Infanzón de padre e de aquello
e non deve pechar al Rey. Et si después fuere probado que finca-
ron por villano, los juradores con todo su linage han villanos
siempre é lavradores del seynnor; é el otro fincara por siempre
Infanzón con todo su linage.
#%
BOLBTIN DE LA REAL ACADEM
^De orne enfermo non compli
tre enfermo no es tenido de con
ista que pueda andar é yr por a
li durare mucho deve estar ant
:urador alguno que lo lieve ade
—Non facer pesquisa sino por
la demanda que sea fecha oin p
Rey ni otro seynnor de facer j
'ueras por fuerza ó por traycioi
no ó sil fuere otorgado eo su c
—De furlv. Et si alguna muf
» de grant furto é por oíros furt
ir juicio, por aquel furto salve:
rar por tres passadas en su mar
le é seyeleo le la mano, é si f
6 plagas en la mano sea culpad
-De Reptamiento. Todo Iiifac
1 salvarse a por juicio de corl 6
> é con armas con otro egoal. I
que fuere reptado que no afijo
por vataylla no respondra á flj<
lecir mal por la muert.
-De acusamiento de muert de h
n fuere acusado de muert de ou
tis parientes después que oviei
!S si quier sea sobrínia si quiej
nano ó quoalquiere que sea mas cercano de su pareuleaeOr
9 parientes non quisieren rescibir derecho rescibael mu
su grado, fueras padre ó agüelo. Et otros ornes ningunos
OBSadus ni pueden acusar ni deíír le mal por la muert.
—fíeptamienlo de Seynnor ó de concejo. Bt si alguao
piado de seynnor 6 de todo concejo non les debe respiHi
a Iraycion ni se deve salvar, fueras á un orne solo que
esie mal.
1 ordallA ei buco indicio ie U iDtleQedtd dal (uero.
FUEROS DB VIGUBRA T DB VAL DB FUNBS. 389
158.— Qui recébiere hataylla por reptamiento. Olrossi todo
Infanzón que ficiere bataylla por reptamiento quel faga et su
cabayllo saylliere fueras de las cosseras debenle los fieles poner
dentro en el campo. Et si el ome o el cavayllo sacare el pie ó otro
miembro deben gelo cortar. Et si fincare por tres dias ó si
muriere luego e non dixiere ventudo ba de la traycion.
159. — Si los fieles sacaren del campo. Otrossi si los fíeles saca-
ren ornes del campo que fagan bataylla é los deban tornar al otro
-día al campo et muriere alguno dellos salvo ba.
160. — De traydor. Et todo ome que fuere por cort juzgado por
traydor todos sus bienes deben ser por siempre del seyunor é
{)uedel justiciar la persona, é por tal fecho non deben los parien-
tes del orne buscar mal ni fnzer mal al acusador de la traycion.
161. ^De oillano ó Infanzón batalla de escudo é bastón. Otrosi
villano ó Infanzón por torna de testimonio o de jura debe facer
i)atayllá de escudo é bastón en la era de Sancta Maria darlas, é el
-que fuere vencido pagará al seynnor medio omicidioéá su adver-
sario toda su demanda é las expensas todas.
162. — De pleyto de Infanzones. Et si algún pley to fuere entre
Infanzones é por torna aya de facer bataylla de candelas en sus-
tentamiento darlas a, é el que fuere vencido pagara al seynnior
medio omicidio é a su adversario la demanda quel fazia en el
juizio, é las expensas.
163. «-iVort fazer bataylla por precio de III ss. Otrossi si algún
pleylo fuere sobre alguna cosa e por torna ayan ha fazer bataylla
fasta precio de iii ss. no la fagan, é si de mayor valor fuere la
«quereylla entre Infanzones e lavradores oviereu el pleyto, non
faga otra bataylla sino de escudo é vaston.
164. — Ninguno non puede ser toma de precio. Ningún ome
fion puede por torna de ningún precio firmar bataylla á Infanzón
ni á fldalgo.
165. — Dar fianza sobre demanda. Otrosi quando alguno por
•ilemauda quel faga ó por testimonio que fiziere quisiere dar fianza
de su jura é lotro quisiere firmar bataylla, ante que resciba su
lianza debe dar fianza de la torna é el otro debe dar fianza del
espera, é el Juez debe rescebir las fianza^i é debe les dar termino
';ara facer bataylla de diez en diez dias fasta xxx dias, e en el pos-
bolbtIn de la real academia db
ia del termino debe facer la batayll
1 cosa destas por cada una dellas
, 8i no toviere el postremo termino |
iinor 8113 calonias. '
-Demanda de doa villaa. Et ai a
ibre termino de villas pueden loa T'
o firmar baiaylla si quisiere dando
-Non fazer bataylla clérigo ni homb
guna razón non puede orne firmar i:
de religión ni á clérigo de Missa.
-Ferir tabernero ó molinedo, Oln
■mar torna ni farer bataylla por fe
do ni á vismador ni á foruero sobre
~Qui mata padre. Todo orne que
i su hermano ó su primo cormano S
i\ matare en bataylla con su seyni
II] castillo ó por otra occasion manil
-Firmar butaylla, Olrosi ningún
i fazer bataylla fasta x puercos ni
y ni por asno.
-A judio ni moro non debe manda
>ro ni judio ni á sus tesliraouias i
ñas pasara con su jura en todos su!
-De demandar muerl. Otrosi todo
lia ó por su voluntat ó malquerenci,
parientes del muerto pueden á tal
la responder ata sxx días ó salvars
talla con sn egoal.
-De orne acusador pecha. Otrossi
ue aya á dar al seynnor 6 dixieren
é tiene lo en ajeno sus heredades
Eil vecino, debe se salvar fasta xsx días o ante del termini)
)arar las heredades sobredichas.
-No reptar por qui dñba calonia. Otrosi uingUQ orne
debe reptar de trayciou por muerte de ninguno pT'
gar calonia de seynnor, salvo si lo matare en treg
FUEROS DB VIOUBRA Y DE VAL DE FUNES. 391
175. — De castiello furtado. Et si alguno tradidiere casteyllo de
su seyonor ó ioguiere con muger de su seynuor ó lo matare ó
matare orne en tregoas non se puede salvar por ygoal ni por batay-
lia de iraycion. Bt parientes del muerto non son tenidos de ñrmar
de tornar ni bataylla facer por él sinon fuere dicho que en tray-
cion mato orne.
176' — De ser bataylla ó por can ni por au (ave). Otrossi nin-
gún orne non debe firmar torna ni fazer bataylla por can ni por
au ni por agoa furtada ni por bestia ninguna que no sea seyllar.
177. — De rende caatieyllo. Si alguno to viere castieyllo por
otro debe gelo render en todo tiempo quel demandare pero debe
haber espacio daqui á ocho dias que puedan sacar sus armas é sus
cosas, é si non rendiere el castiello á él ó á otro ome por su man-
dado sea traydor manifiesto. Et si el castieyllo fuere en guerra
deve aquel que tiene el castieyllo rescebir muerte en defendiedol
ó caer de torre del castieyllo ó aver tal ferida que vean todos
que fizo su poder.
178. — De qui tiene castiello con tenencia. Otrosi si algún
Infanzón fidalgo toviere castieyllo rescebiendo retenencia fasta
hun ayuno ó a cierto termino, después que fuere su termino con-
plido si lo quisiere resliquir ó dexar, diga á su seynnor que res-
ciba su castiello ante buenos ornes é sus testimonias complidas, é
si nol quisiere rescebir al menos goardel fasta ocho dias que
pueda sacar sus armas, e después ponga un can ligado en el ras-
triello et después cerré todas las puertas, et después puede yr ó
quisiere é su seyímor nol puede decir por traydor del castillo.
179. — Si el Rey comendare castillo á Rico ome. Et si el Rey
qui diere castillo comendado ad algún rico home de los Nobles
del Reyno et el Rico home nol comendare á home fidalgo natu-
ral del Reyno é lo prendiere, el Rey puedel reptar é pendrar si
quisiere. Et si algún ome toviere castillo por algún rico home é
fuere fidalgo é el Rey le demandare el castiello no lo deve dar
siino á su seiunor porquil tiene.
180. — St el Rey quiere entrar en castiello. Et* si el Rey qui-
siere entrar en algún castillo suyo que tenga algún ome por otro
seynnor develo coger con si tercero. Et si fuere en priessa de sus
enemigos debelo coger con toda su compaynia que se salve y. Et
LETtN DB LA REAL AGAOBHIA DB LA UIl
muriere que tenga el castillo devel
deve el Rey ser pagado del que ten
I Reptamiento. Todo orne que fuere i
[ Rey devel hacer seguro en andaodt
dar le advogado é captenedor ea su dr
puede el reptado aliarsse á cort de otrc
ti fuere reptado de su eeijnnor, OtrosF
le su seynnor por honor que tenga no
responder fasta que sea en plena pose:
ino o por el mal que fue desque fazie e
muger fuere acusada. Bt si alguua m
Iterio ó de otro pecado grave non se de
\] seynnor, sinoá su mai-ido. Bt si tal
e se aya de salvar al concejo ó al seyDn<
r pueden la salvar.
rico hombre loviere tierra por el Jíej
toviere tierra por el Rey ó si fuer de B
guerra cativo de rail raoravedis debelo
por el c moravedis.
padre ó de madre si fueren pobres.
leren pobres é no ovieren de que vivi
fijos que segunt su poder, que les den
que vivan e si loa hijos dieren 6 pu!
íenes en patrimonio del padre é de la
US padres ó sus hermanos den les gra
líteron é con tanto sean pagados de su
mo pueden vedar fijos á padres que no i
Bdan vedar á los padres que no vendar
voluntat si ellos los quieren socorrer á :
)pear heredat. Otrosi si algnn orne fii
la heredat el que demanda debe apear
ez el si cosas muebles oviere deve las i
liar heredat ajena. Todo ome que i
re vencido por juicio de juez pagara al t
lia Ls ss. decaíanla.
FUEROS OE FIGUERA Y DE VAL DE FUNES. 393
tS9.^Qui falla con odre en vinna. fit si alguno fallare coa
odre on sti vinia dará lx ss.
190. Qui apeare heredat de avollorio. Otrosí si alguno apea*
re heredat de su avollorio et cuyda haver parto en ella é fuei'e
yencido, non debe pagar calonia si el apeamiento fue fecho en sus
pariente» cercanos o en su heredat.
191. — Apear heredat. Et si alguno fiziere demanda de hero-
dat á sus parientes é la apeare diziendo que debe haber parte en
la heredat e oo fuere partida entre parientes ni otros ornes que
tenglin la heredat que fue de sus parientes cercanos maguer que
non pueda amostrar seynnaladament la parte que dize que deve
haver, puede el orne tal apeamiento fazer, é son tenidos los que
tienen la heredad de responder é de defender al quereylloso.
192. — Apear casas. Todo orne que quisiere apear casas, ante
que entre debe dar fiador al que esta dentro que después que ovier
fecho .su apeamiento fecho á su muestra que salga de las casas e
no se alce con ellas.
193. — Apear heredat. Otrosí si alguno quisiere apear alguna
heredat puede con si traher un compaynnerosin calonia ninguna.
Et si fuere muger puede traher dos omes que la lieven por manto.
Et por demanda ninguna que ningún ha facer^ ninguno no puede
apear sino el dueynuo del pleyto. Et después del apeazgo fecho
puede el qui defiende demandar fiador al dueynno del pleyto que
si es seynnor et algunas calouias alcanzadas por el fecho que no
las pierdan.
19t. — Non fer demanda fúnebre de aquello. Olrosi ningún
orne non puede fazer demanda de heredat uin de otra cosa nin-
guna sobre ninguno que sea heredat de agüelo e si deshiziere el
qui tasande el pleyto no deve responder por ninguna manera sino
viniendo el pleyto después de la peyndra fecha, e el que deman-
dare muera por eyllo, é estos sus parientes demanden el pleyto
en su hijo.
195. — De facer muestra. Todo ome que demandare día por
fazer muestra estando en su juizio por se defender en su pleyto
ay tres días é si mas quisiere aya veinte et si diciere en juicio
]ue no ha carta habiéndola faga su demanda sin carta e después
ion se puede clamar á carta en el pleyto. Et si el que defiende le
f^
lOLBTtX DE LA REAL ACADI
76 fiador que do venga daj
a.
De olor de bestia. Otrosí
istia ó de otra cosa ay espa
i la demanda que el puso
3 maniñesio de la bestia ó
inda sobre ello et dejar el |
De qui clamare á ¿eynnor.
ar del clamo del seynnor a
:laino sin mandado del seynnor, é por todas las dtcbís
ornes entendedores puedan componer si quisieren íiu
del seynnor.
QuereijUa de Judio. Otrosí moro ó judío 6 otro orne
re al seynnor de Infanzón 6 do otro orne, el seynnor
lebe sofrír sus mesquínos é faterles complir Tuero
Pleyto de albarranos. Et los ornes albarranos que ov
si pleyto deles en Juycio el juez como á sus vezinos i
seynnor de la villa deve tomar dellos sn calonía ¡
íqueylloa que son moradores en la villa.
Meter mala voz. Todo ome que mala voz pusiere p
11 hereilat Tazieudo el lavrador dellaósil apeare ó si aol
brado la heredat ovicron ambos los contendedores algí
nido es de complir fuero al qnereylloso por mala voi.
Carla facer hombre sobre si. Otrosí por carta que nii
a sobre si de qnoal quiere pariente 6 de deudo en tod
nido es de complir fuero en esse lugar al quereylloso o
De furto é de robería. En todo lugar que furto ferú
Lga ó homicidio, en esse mesmo logar debe responder
ISO. Et por la heredal debe responder do fuere la heredi
Culpado de furto. Otrosí si muchos fueren culpado)
1 ó de otra cosa et uno deyllos por todos pague el dayoi
tros quitos, pero no son quitos de justicia de los cuerp
ecieren et a todo quereylloso de otro ome son tenidos [h
otras cosas do complir ante su juez.
■En quoal manda es ome vezino. Todo ome que en
FUEROS DE VIGUERA Y DE VAL OE PONES. 39S
na villa oviere casa ó huerto ó hera vezino es de villa acabado: et
si no ñzíere y su morado é non toviere fuego por si e appellida
non faylliere con sus vecinos, no aya con sus vecinos agoas ni
yerbas nil darán quisycion si non fuere por su gracia.
205.—- Si orne sobiere en alguna villa. Si alguu orne fíziere su
morada en alguna villa é no oviere y heredat propria e tenga y
veciudat faciendo fuego e andando al Rio e á apeillido con sus
vecinos por aynno é dia, sera vecino morando en la villa é habrá
derecho en los términos assi como quoalguiere vecino.
206. — Quiesta enjuicio dotro. Et si algún ome fuere en jui-
cio dotro ome por basalage ó por aynno ó por mes ó por mas,
comiendo é beviendo en su casa su pan e su agoa e por precio
cierto queriendo su rencueria e sabiendo e espendiendo de su
seynnor e por su voluntat quisiere sayllir daquel servicio é tener
su carrera e su dueynno ó oviere clamor del quel fizo daynno en
sus cosas, ó aquel perdió algo de lo suyo por su culpa, emendarla
[a] tanto por quaulo jurare sobre el livro é la cruz.
207. — De mancebo. Otrosi si algún ome estuviere en juicio
dotro ome con ñador fasta tiempo cierto é ante que cumpla el
tiempo saylliere del poyno por su voluntat, el fíador devel dar otro
tal ome quel sierva en su lugar fasta el tiempo sobredicho.
208. — De manceba que saylle de cas de su seynor. Todo ba-
sayllo que sallyere de casa de su dueynno por muerte de padre
ó de madre ó por su casamiento por un día ó por una noche non
pierda por eso ninguna cosa de su soldada.
209. — De basalto que falla mal faciendo en heredat de su seyn-
nor. Otrosi todo ome ó todo basayllo que fallare mal faytores
eu la heredat de su seynnor con su jura habia (1) las cálenlas
también como su seynnor e serán todas del seynor.
210.-^C7omo non puede fortalezer. Ningún Infanzón non
puede fazer torre ni fortaleza ninguna en villa que vezino sea ni
en todos sus términos si la villa fuere del Rey ó de otro seynnor
sino fasta tanto de alteza que el cavallero esiendo sobre su cavallo
pueda alcanzar con su lanza fasta suso.
211. — De baylle de seynnor. Olrosi todo ome que toviere logar
(1) Es decir, tenga^ del latín habeat.
rÍN D8 LA «BAL AGADBIftA DB LA HIS'
1 alguna villa deve á todo qiiereylli
r justicia, é por su juaticia que ha (
nguiio de ningún querelloso pierda
uel oñlcio que lieDe para sienpre.
A ningún baylle ó Otri qul tobiei
Q ó por concejo del, iumbra (I) del b
3r pesar ó por medir ninguna cosa í
Et por litis falsa ó por mesura dita di
tto peso de pan. Et si alguno veadií
vezinos por el dayono pecbe al coact
falso.
ra falsa. Todo orne que comenzare
i8;i i cierto precio ó de manifiesto é
mayor... fuera con querella al sey
ifo. Otrosí ningún omen que gaf<
)s en la villa ni en la glesia ni en at
lya su morada fuera de las heras e i
otros chrislianos.
isayllo Et si algún vasayUc saylliei
dixiere quu oviere buscar su pro é
loso e nol muestre querella ninguna
uede por vasallo demandar ninguna
isallo que se fuere de su seynnor. T
seyuíioc é non demandare nada, su
:x días.
isallo enfermo. Si algún vasallo es
habiendo tenido... quanto mandan
nere tenido de su sueldo huirá su sey
quanto espendio en su enfermedad
ella de seynor. Otrosí si el basall(
que le ferio tenido con complirle der
ador que no ha perdido. Si algún o
FUEROS DK VIGUERA Y OB VAL DE FUNES. 397
por Otro orne bino que no aya con su germano en prendas sus
heredades é no quisiere acorrer su fiador diciendo que no ha part
seynnalada é responder lan é sino mostrare buena muestra é ver-
dadera que no ha parte nin debe haber su hermano en las here-
dades é jurare sobre el libro é la cruz sino gelo place, denle su
parle de todos los frutos que fueron de las heredades fasta que li
sea pagado de su hermano.
221. — Fiador por otro. Otrosí si alguno fuere fiador ó deudor
por otro orne faciendo testimonios quel acusa é quel pague el
adeudo quel fizo é nol quisiere el fiador, débel pagar del suyo 6
después si quisiere puede cobrar el doble del deudor.
222. — Fiador leve su heredad. Et si entrada heredad Infan-
zón ó villano fuere fecho su mandado ó algún pleyto, tal deve ser
el precio quoal es la heredad por complir fiador ó de salvo ó de
redras é el fiador deve hacer peinos de alboada á otro peynno
complido é propia casa en la villa é tenga fuego é salga é entre
cada día el peynno en su casa.
229. — Si el Rey enviare alguno á otra tierra. Et si el Rey en-
viare alguno de su tierra á otras partes por su fecho sus fiadores
non deven pendrarle fasta que sea muerto ó torne á su casa é
cobre sus bienes.
224. — De tenencia aynno é dia. Otrosí en toda tenencia pro-
bada de aynno é día sin mala voz el que es en tenencia dará al
querelloso fiador de complir fuero, 6 el ome que clamo ovlere dará
al otro fiador de Redra por si é por su linage que sí venido fueie
en el pleyto que nunca pida Ik heredad ni mueba pleyto con el
oí con los suyos por la heredat.
229.— Pleyto de dos ornes sobre mueble. Et si pleyto ovierea
dos ornes por mueble alguno 6 si trasnochare en poder del uno
por su pleyto teniendo el mueble sin clamo dotro fecho dará fia-
dor el querelloso de su limbrar en aquel logar do fue fallado el
mueble que cumpla al querelloso de fuero é el que ha clamo dará
fiador de Redra qne si fuere vencido del pleyto por sí ó por todo
ome en su voz que nutal demande el mueble.
226. — Fiador por heredat. Otrosí si alguno quisiere entrar
fiador per alguna heredat suya sino de su muyller bien puede
ser fiador sí su muger otorgare la fianza.
olbtIn db la bbal academia
fuj/eriion aer mayllenta. Ot
si facer malleiita en vida de s
II arones ni el marido sin la
)r probecho de dambos é vale
uno non pagara por el olro,
de la njena.
>ar fiador. Todo orne que ni
alquiera manera 6 razón no i
ueras si aquel que querella
)r mata voz firmando ó partí
I de querella.
'oda orne qui tiene heredat a
i heredat dotriatrebuto lavrat
o es de entrar li fiador é pagc
nlrar fiador fijo ó padre. O
idor el padre ó por la madre I
er é entrara por oíros pariei
6 heredat por mejrta maniSe:
nlrar fiador. Et qui entran
)re daynno en sus cosas otra
0 quisiere fiador.
'on dar fianza marido á muge
;er á marido non pueden dar
e como es vecino. Todo orne
oviere peynnos dalbarda 6 x
)viere alguna en el lugar puec
iador que niega al acreedor.
egaro at acreedor ó si deudo
la de ruego penadol fuere p
1 manda.
iador por heredat. Otrosi si
t ó por otra cosa mueblo de si
e la heredat por aynno é dia <
r noche é día diziendo de ma
ime que tiene llador en todo
uel tiene ante buenos ornes di
FUEROS DE VIOUBRA Y DE TAL DE FUNES. 399
Ó sino con aquel que tiiertol fazía sin su fiador lo levare á juicio
por aquella cosa después non puede pendrar el sobredicho fiador
quel faga salva la sobredicha heredat ni la cosa mueble.
236. — Fiador por otro. Todo orne que fuere fiador á otro por
clamo que haya dalguno que faga complir fuero é tomare pey nnos
de marquero é los diere al querelloso et el después sin el fiador
por sí vendiere el peynno al marquero después non respondra al
fiador á la marca.
237. — Fiador de saha. Todo ome que fuere fiador de salva
de alguna heredat ó de otra cosa é por el seynnor la perdiere ó
por fuerza de fuego ó de agoa, ó por fuerza ó por guerra mani-
fiesta ó si por furto lo perdiere no es tenido de salvar la heredat
ni por fianza de salvo alguna cosa no respondra si nol mostrare
en faz aquella cosa porque fue fiador.
238. — Clamo sobre tenencia. Todo ome que clamare dotro
sobre fianza fecha de tenencia daynno é día sobro alguna here-
dat, et después por juizio le probase su tenencia é de sus ause-
uessores de x ayunos sin mala voz, non respondra al querelloso
de la heredat con carta ó sin carta é haber la pora para siempre.
239. — Fiador por heredat de salva. Todo ome que fuere fiador
por alguna heredat de salva é de Redra, ó que faga complir á otro
algún pariente después de la muerte del fiador, los herederos non
son tenidos de responder á ninguno, si deudor non fuere. Et des-
pués que la deuda fuere afianzada por algún clamo ó en mal.i
voz fuere puesta, non la puede ninguno por ninguna manera
agenar, é si el que demanda cayllare por ayuno é dia é non de-
mandare su pleyto podiendol é clamare por mala voz, non dexara
de fazer su probecho della é después si quisiere el que oviere
clamo avra fuero segund su demanda.
240. — Tenencia de dos homes de una heredat. Otrosí si dos
ornes ovieren pleyto sobre alguna heredat, et el uno dixiere que
es tenedor postremo por ayuno é día sin mala voz, dará al otro
fianza de complir fuero sobre ella: et si el uno ovie tenencia com-
plida mas que el otro, ténganla ambos é ayan los espleytes, fasta
que por juyzio sea el pleyto terminado.
241. — Contienda sobre mueble de casa. Et si sobre cosa mue-
le fuere contienda entre dos el que tiene la mayor partida de la
BOLETÍN DB LA REAL ACAOBH
estando eo su jiiyzio tovieie er
ir Iiiraiizoii por complir Tuero sot
ncia complida ó lavrador si qui
]s por fuero. Bt si en la villa do
cu estraynoos é jurare que en a
)r dará de la rom ó de la ledauia
ü. — Qui tiene fiador á su vecino.
} por fiador por orne estrayono et
i dos en la veziodat é por su negl
) complir 3u marca, no avra term:
i termino de xi2 dias ha deudor ;
por complir fuero.
t3. — Demandar á fiador. — Otrosí qui demanda faieá fiador í
-o orne contra testimonias de niego fecho eo toda cosa, si res-
!re fiador de las juras, no le puede prometer fiador de torna.
14. — Firmeza de eglesia. Et ai eglesia 6 monge oviere á ñr-
íid alguna heredat la fianza debe ser Infanzonía de la villa.
15. — Fiador qui vierñ sit marquero. Et si alguno fuere fiador
ere su marquero que agena sus cosas, bien puede le darli que
gene en loda la valor de la marca.
\ñ — Fiador que nieffa. Otrosí si alguno fuere ñador dal-
paramiento é negare, é gelo probare sobre fiador da niego
. calonia si fuere con querella al seynnor medio homicidio, é
jerellOBo pagará su paramiento.
17. — Fiador que tenga peynnos. Todo orne que fuere fiador i
por alguna cosa, é tomare peynno del marquero, et el denuO'
>r diziere al ñador quel desempare, non puede más teoerlt
la voz.
18. — Fiadoret é marquero» mitertoi. Otrosí si algunos fueres
ires et sus marqueros fueron muertos, ó no los pudieren fallai
len A sus herederos pendrar que quiten los fiadores de Ui
cas, é son tenidos de quitar los.
19. — Fiador por daynno de mies ójde frujflo. Todo orne que
B ñador de complimiento de fuero por daynno 6 por caloaii
un fruyto después que los fruytos fueren cogidos de su oatu-
a todo el termino de la villa, no son mas tenidos á ningún
-elloso por la ñaduría.
» -r
FUKROS DK VIGUBRA Y DB VAL DE FUNES. 401
2S0.—De ir á otra tierra. Et si algún Infanzón fuere á tierra
de moros, ó á otro regne á buscar su pro ó seynnor servir por
tal fecho el Rey nol deve emparar sus bienes, ni deseredar lo.
251.— £¿ Rey desheredar ninguno. Si el Rey desheredare In»
fanzon alguno, el sacare de tierra sin juyzio de cort et fuere gue-
rra faga quanto pudiere y contra el Rey et contra todo el Regno
assi como estraynno dotro regno.
252. — Qui saylle de tierra por su voluntad. Todo ome que
saylliere por su voluntad en tiempo de guerra et mal ñziere en
cosas del Regno, quando tornare á la tierra pagará el mal fecho
assi como faría si en la tierra estudíese, fueras si fizo el mal con
su seynnor en semble.
253. — De ome desheredado del rey. Otroai tot ome que fuere
fidalgo, ó otro que non fuere desheredado ó desnaturado del Rey,
por cosa manifiesta con su seynnor en guerra faga lo que pudiere
contra todo el Regno así que non pase á su seynnor en mal fayre.
Et si pasare puede el Rey desheredar, é de sus bienes pagar el
mal fecho. Et si villa ó castieyllo combatiere su seynnor et pas-
sare ante el en combater puedel el Rey desheredar por fuero ó
por juyzio de cort: et quando guerra oviere entre los Regnos, los
Ricos homes, et los cavalleros, é los otros fijos dalgo que non
fueren desheredados ni desnaturados de la tierra deben tornar á
su tierra o vieren su tiempo complido porque tienen soldada de
seynnor. Et el Rey ó qui toviere su lugar deven les bien fazer
asi como fazían en otra tierra ó según su poder, fueren, é si no
les quisiere fazer bien pueden yr á buscac su pro do quisieren.
Et si en la tierra fincaren deben les fazer bien é dar les su soldada
mientre durare la guerra é después un ayuno complido.
254. — Los que non fueren desnaturados. Otrosi los cavalleros
é los Ricos homes e los otros fijos dalgo que non fueron desna-
turados del Rey, et otro Rey et otro ome quisier haber batalla é
ellos fueren en servicio del, debendo ellos desemparar é ayudar
al Rey, que es su seynnor natural por hun día en la bataylla asi
que non sean en la muert de su seynnor ante debent muert res*
cebir defendiendo lo que no ha otro ome de su gent.
255. — Qui oviere en otro regno. Et todo ome en otro regno
iziere su vida é no oviere vecindat en su tierra natural por todo
TOMO ZXXTU. 2t)
I •
>LBTtH DE LA HEAL ACaDEU
haber juizio en meanedo
mío deben yr fidalgos en c
entrare en el Regno é cer
> del Regno se alzare á fu
nes deven ayudar al Rey (
mplidoa con su conducho,
servirlo daquf á iz días, el
ar en batalla si fuere meni
}ie en bataylla ó otro su i
}u la bataylla, ó aquel que
avallo ó que lescape de m
, é si non lo ñziere puede I
imo puede sayllir de la ba{
son fuere ea bataylla poi
or ñziere hun golpe coa h
la bataylla, puede sallir si
m puede ser escutado en }
ilguna villa é non fuere y
ego por si non ha excusad
uda fer vezindat. Otrosi
lat en la villa, fueras que i
is si dos ornes oviere eu si
ippellido saldrán quantos
son tenidos de yr daquel
spacio de un día para guis
eos ornes yr á cort quand
nnor jran los Ricos home
iu fasta LIS ayunos ha esc
ida.
ti no oye el pregón, £t s
el pregón de la huest que
le la villa, no es tenido d'
mo puede seynnor eacusar i
villa en honor puede á ve
is no de cavalgada.
FUEROS OB VI6UBRA T DE VAL DE FUNB8.
403
263. — Como se puede escusar de hue$t. Et qualquiera que to-
viere officio por seynaor ó por concejo et eafermos á muger, é los
que toviereii sus mugeres en parto, ó su padre ó su madre en ora
de muert, por fuero escusados son de huest e de cavalgada.
Otrosí el que en la villa fuere e oviere á yr con el Rey en huest
en todo el Regno é no fuere, dará al Rey de calonia lx ss.
264. — Non pendrar yendo con Rey. Todo orne que pendrare
á otro que fuere con el Rey en huest ó en caualgada sus cosas ó
sus fiadores fasta x días después que torne peche lx ss. de calo-
nia si fuere con quereyllaal seynnor, é ál dueynno las engueras.
265. — Qui faze fijo Infanzón en villana. Otrosi todo Infanzón
que fiziere ñjo en villana, et el fijo no heredare de parte de la
madre, ha Infanzón toda su gent por siempre.
266. — Villano que fiziere fijo en Infanzona. Villano que fiziere
fijo en lufanzona ha siempre villano con toda su gent.
267. — De villano que viviere en heredat de Infanzón. Otrosi
villano ninguno que viviere en heredat de Infanzón, ó toviere
fuego por si en las casas no pechara por su persona mas pechara
por quanto oviere con sus vezinos.
268. — Infanzón que casare con villana, E t Infanzón que casare
con villana tomándola á ix passadas de su gent en camisa et en
cabellos, é no tomare de su part, ha Infanzona para siempre.
269. — De Infanzona acusada que casó con vilUmo, Et si In-
fanzona fuere acusada que casó con villano élo negare, é después
se probare que fue por tres días so hun lecho con aquel ome
sino fuere en logar de toda gent, et el villano muriere, et viniere
[ella et] rompiere sus faces, ó su abrigadura pusiere en la cabeza,
ó si después de su muerte say Hiere sobre la fuesa por ix dias
continuos, la villana por siempre.
270. — Infanzón por carta. Todo ome que fuere Infanzón por
carta é la mostrare por si é por toda su gent, é por su fecho per-
diere su Infanzonado, nol valdrá la quarta del Rey, et ha villano.
271. — Provar su demanda. Todo ome que deviere provar su
demanda por juycio sea en su placer de dar sus testimonias á ter-
cero ó noveno dia.
172. — Pleyto de dos ornes de dos villas. Et si (ios omes de dos
vj las ovieren pleyto, la una testimonia dará de su villa, é la otra
BOLBTtN DB LA RKAL AC:
tra villa, é con ellos probara sino fuere ñjo 6 hermano, i
i su pan.
. — Como deve provar. Otroú todo orne que debe proTaré
BSlimouiaa coutra su vecino, provara con todo om
} beredat é por otras cosas, salvo si fuere su herma
cormaao, é ea primo grado, 6 que no aya parte en
da, ni sea orne de su pan, é sean las leslimonías ve
I vezinos.
— Como deven provar. Et si un orne deve provar
ora 6 en día seyunalado por juyzio, é á su adversi
yr testimonias ni demando segunt el juyiio, que fi
á vos et nombrando las testimonias presentes, et si
reario ante que diga el testimonio, puede dizir con
is demostrando sus razones y si pudiere que el test
ado non puede dizir contra eyllos, mas puede dezii
Dntra sus dichos.
— Pleyto que sea con carta. En lodo pleyto que
03 ornes con carta ó sin cartas, las testimonias sea
)ne8 ó villanos ó entre moro judio et chrístiano.
— Advogado non puede ser testigo. Otrosi todo oí
dvocado ó procurador en algún pleyto, non puede
nía en este mismo pleyto, oi padre por QJo, ni fi
—Dar testigos. Todo orne que diere sus testimonii
irio é la una testimonia diziere el testimonio et el dii
fto diga demostrare al otro como diga, pierda la den
—De testigos. Si fiziere testimonias por juyzio de ;
Iludan las palabras, pero si dixiere el uno lo que t
su testimonio é prometa al demandador ñador
—Qui se alaba á dar testigos. Otrosi todo ome que
le átíTÁ testimonias ante juez por su demanda que 1
no lo aprobare, recibirá jura de su adversario, é
I puede Armar torna.
— Qui pusiere jura de juez. Et todo ome que pre
juez 6 de baylle de seynnor en fasiendo su officio, s
irella peche al seynnor lz ss. é el querelloso el qu?
FUEROS DB VIGLUIIA Y DB TAL DE FUNES. 405
291^— Querella de fuerza. Todo orne que se querellare que
por fuerza ó por su poder lo saco otro de su heredat, ó quel tolio
alguna otra cosa, tenido es de provar lo que era en tenencia de la
cosa, é por su poder ó de otro orne es sin tenencia daquella cosa
é la cobrare la cosa de cabo, tenido es de complir fuero al que-^
rol loso.
282. — Como puede demandar. Todo orne que quisiere alcan-
zar derecho dotro orne, en iodo tiempo puede demandar édar sus
testimonias en tiempo en logar seynnalado á ellos por juyzio de
juez, et dará sus juras. Otrosi en todo tiempo del aynno quando
quisieren.
283. — Derecho de juez. Otrosi si el juez adalgunos estraynos
asignare termino por juizio por aver avocado, ó por dar testimo-
nias, ó por seguir otra et el uno no otorga á aquel orne, valdrá el
derecho del juez tanto como prueva de dos, et después de ix dias
adelant yran cosseras adelant.
284. — De cosseras de juyzio. Et si vecino fuere puesto entre
dos por juyzio é el uno viniese et el otro no, el que vino deve de-
cir en eis raesmo logar por complir su juyzio que es venido, é
ante testimonias debe su adversario clamar por su nombre por
tres vezes, é debe demostrar sus testimonias; é las testimonias
deben dizir que son y por testimoniar ó el otro por rescebir jura
poniendo sus testimonias, ha vencido el que non veniere en aque-
lla ora.
285. — Termino seynnalado por fuero, Otrosi si fuere termino
seynnalado por complir fuero en meanedo entre algunos conten-
dedores, el que viniere contra el que non viniere acendiendo fuego
que faga fumo alto en testimonio en aquel logar, valer la por
fuero.
286. — Qui non quiere testimoniar. Et las testimonias que fue-
ren puestas en algún pleyto é non quisieren testimoniar, el seyn-
Dor de la villa puede los costrenir que den verdadero testimonio
an el pleyto, é si por malicia ó por engaynno ó por culpa dellos
mauiñestament perdiere su pleyto, las testimonias han tenidas de
emendar gelo.
; 87. — Testigos por el seynnor. Otrosi si el seynor de la villa
ov 're testimonias por alguna cosa contra su mezquino nol val-
I BOLBTtN DB LA RBAL ACADCHtA &
n, el escaparan con su jura, fueras si
1 fecho, ca aquello hará teetimonio con
synDOrio.
188.-^£t Mjfnnor provar e<mtra otros.
la fuere veiÍDO, é por su pleyto quisier
la vetiodal valdrá su testimonio compl
tS9.'— Como deben saber testigos la coi
a de la beredat é los fiadores deben aab
iscribano que fara la carta han de la vi
iSO.—Pléyto de doi viílas.— Bt el fuere
I sobre termiao é la villa que probare (
lebas, ó por buenos ornes de las villas (
meanedo , ó ante ome que sea por el
icia daquel logar sin mala toi por aync
reodieodo errage abra el logar por sie
1 pudiere mas probar que la otra del ti
quisa ó por voluntad partirá el termioi
191. — Teitimoniaa de la viUa. Eu me
i por termino ó por agoa ó por yerva
Días lofaníonas 6 villanas, si fueren vi
193. — Salva de vaylle de concejo. (
isto por concejo salvara por su jura I
age de cada una grey fasta toda caloui
ionios.
193. — Jura de pastor. Et por crebao (amiento de grey mini-
ita el pastor alcanzará con su jura fasta y cavezas de su gre^
)1 mayoral de la cabayriua por quantas jurare sobre et libroé
iz sin torna.
194. — Tettigoa puestos en carta. Otrosí testimonias que son
jstasen alguna carta por dar testimonio contra su forma, vdU
i su derecho firmando con su jura. Wt
t95. — Tevtigos falsos. Et si en testimonias fuere fallada bit ■
. et probada pierdan las lengoas, é de sus bienes enmiendi ■
os sus daynaos al qtiereylloso que ovo por au ocasión delh
I su jura sin torna.
196. — De padrinos convidados. Et los padrinos que f<
ividadoa que I)alizen fijo dalgnao, et dicho fuere dalgu'
FUBROS DE VIGUBRA Y DE VAL DE FUNES. 407
no es fijo suyo, valdrá su dicho de los padrinos si quiere Infan-
zones sean ó villanos.
297. — Otorgar que es su fijo. Otrosi si alguno otorgare ante
testimonias que fulan es su ñjo el ovier en su poder por fijo, nol
puede negar después él ni sus parientes et heredará.
298.— Z>e prueva. Et por toda cosa que orne deba probar á su
parieiil puede probar con su hermano ó con su primo cormano si
por egoal tanto parentesco oviere con el uno como con el otro.
299. — Testigoar á la muert. Otrosi si alguna testimonia fuere
en hora de muert ó quisieren yr á tierra de moros é otro oviere
mester su testimonio por alguna cosa édixiere su testimonio entre
buenos ornes sobre libro é cruz jurando, et fuere ende carta fecha
por escrivano de la villa, valdrá tal testimonio con jura del dueyn-
no del pleyto teniendo la carta en la mano et el defensor puedel
firmar torna si quisiere asi como la persona de la testimonia.
300. — Testigo que erra en alguna palabra. Et toda prueva
que dando testimonio errare en una' palabra ó en dos, é luego se
emendare ante que cumpla las palabras todas del testimonio é
emendare su dicho sin muestra dotri, valdrá su testimonio.
301. — Clérigo ser testigo. Otrosi todo clérigo ordenado que no
pueda casar, é fuere villano, é no pechare con sus vezinos, et non
fuere en su concejo ó sus paramientos, valdrá su testimonio entre
los Infanzones.
302. — Contradecir á carta. Et todo ome que toviere carta de
su heredat ó de alguna cosa é de una testimonia coutradixiere á
la forma de la carta, é la otra non dizier nada si fue en el logar
ó no, é jurando sobre el libro é cruz teniéndola en la mano, val-
drá el testimonio de la carta.
303. — Probar paga que sea fecha. Otrosi si alguno probare
paga que aya fecho deudo de carta por testimonias, valdrá tal tes-
timonio, et si non la probare con jura teniendo su carta en mano
otra vez, pagará el deudo.
304. — Titulo de legitimos é non legitimos. Todo ome que
oviere fijo de fornicio puede lo apartar si quisiere con una casa
de una cornada que aya xii cabrios é del uno al otro aya un palmo
& con una robada de tierra en mont ó en campo, é con v ss. et si
quisiere puede li mas dar, é no melíorar si fuere Infanzón. •
bolbtIn db la RBAL A(
-De fijos de fornicio.
ornicio puede mejorar t
■ De fijos de fornicio, i
rticion coa el fijo de ve
-De apartar al fijo de ¡
) apartare su fijo de for
Iment eu los bieoea del
■Partición de fijas de wi
cion ó de foraicaciou r
en BU vida^ é después
os bienes del padre,
■De afillamiento de Infa
biea puede dar á paríe
eredando sus parientes
do sus heredades á sob
lima, pero no de las n
into como de sus fijos d
puede todo su muebla
i por espieytar de su bi
lynaos heredades por s
irido fazer.
■Donación de viUano.
ger mueble, mas here
s bienes sus herederos.
De dietma de moros <
!D diezmas tan comptii
cosas, fueras de sus be
)us manos en lestalle di
■Otrosí el marido sin i
a otorgamiento del ma
abolorio ni moble non
una manera agenar, ct (
3ro el uno empues la m
proprias ó de su patrim
8 del marido ó de la mi
■amiento de beredat sin
■ri --«¡rT"-*
'^"
FUEROS DE VIGUBRA Y DE VAL DB FUNES.
409
313. — De donación. Et todo donadío fecho con ñador de salvo,
é con otras firmezas de la villa valdrá para siempre, é por dona-
dio del moble la fianza ha del logar ó fuere el fecho, et valdrá.
314. — De fijo de fornicio. Todo fijo de fornicio que en vida de
su padre tovieresu parte apartada, después de la rauert de su pa-
dre no es tenido á los deudos del padre de responder á ninguno
por tal heredamiento.
315. — Como padre ni madre non puede dar empeynnos á sus
fijos heredat ni mueble para siempre. El padre ni la madre non
puede á ninguno de sus fíjos dar heredat empeynnos ni mueble
por siempre sino en su vida, ni todos los hermanos á un hermano
sino fuere la partición fecha entre ellos de essa misma cosa.
316. — Ajenar heredat. Otrosí [si] un hermano con otorga-
miento de los otros agenar heredat á algún estraynno é no oviere
partido sus cosas, valdrá por fuero, é si lo ficiereen semble, [tam-
bién] valdrá.
317.— Donación por juicio. Otrosí lodo orne que dexare ó ficie-
re donadio de heredat ó do moble á otro orne por quel faga juicio
cierto en todos ayunos, é passaren dos ayunos podiendo é qui-
siendo laber non pagare, emparara la heredat para siempre, pero
si quisiere doblar el deudo por expensas fechas, recobrará su he-
redat.
318. — Non dar ren á fija que casa sin voluntat de sus parientes.
Et ningún ome no es tenido de dar sus bienes á su fija por casa-
miento, si casare sin voluntat de su padre.
319. — De qui vende fruytos sin vender la diezma. Todo ome
que vendiere á otro sus fruytos por cierto precio, é no fiziere otro
paramiento, jurando el que vendió que non vendió los diezmos
de los fruytos, pagar los ha el que los compró.
320. — De donación de heredat, Et qui diere heredad en toda
manera ad alguno con tal paramiento que la aya en toda su vida,
é si moriere sin fijos que estada ( 1) á otro hombre non puede aquel
ome enagenar la heredat por ninguna manera fasta que hedát
aya de xx ayunos complidos, é si después que el termino fuere
(1) Sie. Léase «está dadeu»
'ÍN DB LA BKAL ACADBHIA
iiisiere vender ó en alguDi
itat. Bt ai muriere haber
I fueren de parle de la he
snto no raldrá mas.
tuna heredat non puede
oviere sino sola una here
jutea, mas puede pouer si
npre, é daquella heredan
villano que non puede de
non puede dar á estrayn
alma donacio de heredat ]
into quito quisiere.
fuere logado et non fuer
re logado por fazer algtir
peche al quereylloso el 1
sa verdadera.
logare peón. Todo orne
a au juyzio é díxiere que
lixiere después que lo ote
e an todol loguero compli
loga bestia. Otroaf todo
tro orne, é la bestia fliíet
lynno, fueras si el seygn
lere basayllo respondra j
leva mala bestia que diga
i en tal logar que faga da
e se goarden , no es tenic
re el daynno á otras coaas
ui tiene alguna cosa de lo
a cosa de logar é ñziendo
kynno viniere en la cosa i
iu negligencia.
ui tiene ropa en peynnos,
npeynnos por daynno qi
eras por daynno de fucg
iQd daynno é manifiesto ;
FUEROS DB VIGUERA T DE VAL DE FDNE8. 4tl
329«— * De qui empeynna heredat á termino cierto. Todo orne
que su heredat ó su cosa empeynnare á termino seynnalado ó lo
dio aloguero é por fambre ó desuuedat de su persona ó de su mu-
ger, ó por escapar de muert ó de prisión é no oviere otra cosa que
venda por complír aquella cuenta maniflestay puede la dicha here-
dat empeynnar ó vender por mayor termino et aquel que tiene
el peynuo non gelo puede toller si tanto quisiere dar peynnos.
330. — Qui loga casa como puede sacar al qui la tiene. Et si
alguno logare su casa e quisiere en ella estar no habiendo otra
casa puede sacar al otro de casa pagando por quanto tiempo ha
morado en su casa.
331. — Como puede sacar y uno á otro de casa logada.. Otrosí
todo ome que logare á otro su casa é flziere en eylla mala vida
de tuerto, ó de daynno á la vezindat ó de otro grant é manifiesto
peccado flziendo en eylla, ó si fuere manifiesto barajador con sus
vezinos^ puede el seynnor de la casa sacarlo dende é tornarla el
logorero que recibió si non quisiere.
332. — Logar bestia daqui á cierto logar et va mas adelante.
Todo ome que toviere alguna bestia á loguero fasta cierto logar
é en yendo ó en veniendo ó tornando gelo rovaren con otras co*
sas, non pechara la bestia con su jura, e si fuere á otro logar o
pasare adelant é non la dixo al dueynno de la bestia, e si la per-
diere la bestia ó otra cosa logada por furto ó por guerra manifies-
ta ó por otra ocasión pechara á su dueynno su cosa é por quanto
durare la tardanza de la paga, pechar las sus engueras.
333. — De qui loga bestia é la pierde. Otrosí si alguno toviere
bestia prestada é la perdiere, ó algún daynuol viniere á toda cosa
prestada 9 tenido es de emeiídarla al dueynno de la bestia ó de la
cosa, fueras si el daynno viniere por su muert natural é sin su
culpa.
334. — Cosa de comienda. Todo hombre que toviere alguna
cosa emprestada ó acomandada sin paramiento ninguno tenido
es de la vender á su dueynno en todo tiempo, é nol puede embar-
gar por ninguna occasion, sino fuere por deudo quel deba mani-
fiesta ó por embargamiento dolió hombre probado, ó si fuere
manifiestament por el fiador, é no aya otras cosas, pero sil diere
fiador de sus en legras saldrá la comanda. Et si la comanda furta-
riH DB
tenia c
or ago
techar,
uto de
■edat ci
redat i
o DO c
i pone
voz e
)0 aquí
: de sa
vende
Iguna
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ii'ticioi
iscibar
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nr de 1
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)nder i
fiesla I
lermar
irmen
el su€
qui p
ambre
re dan
ui ñor,
lea ni
FUEROS DB VI&ÜERA T OB VAL DE FUNES. 413
cercanos ni a estraynnos vender ni agenar parte ninguna de he-
redamiento que haya ni deve haber, fueras si las conosciere su
parte seynualada por ciertas afrontaciones é por aleúdanos.
343. — Qui vende heredat convide sus parientes. Et todo hom-
bre que quisiere vender su heredat propria ó de su avolorio debe
sus parientes cercanos evidar, ó á otros que sean desse mesmo
linage, é por tanto precio deben la haber e fasta x dias estando
presentes. Et si fueren en tierra estrayuna habrán la heredat por
su precio fasta hun ayuno hun dia con jura del vendedor que
tanto rescebio é non por otra cubierta. Et los parientes que non
fueren clamados pueden la demandar por su precio fasta ayuno
é dia complido.
344. — PaHtc ton de hermanos non haber mejoria uno de otro.
Otrosí si partición ñcieren algunos hermanos entre si de algunos
bienes, non debe haber ninguno mejoria de otro por muert de
hermano ó dotro parient de heredad o de mueble. Todo Infan-
zón ó villano pueden dar si quisieren de prato ó de estallio ó de
pastura ó de venado á los omes ó vender su parte maguer que no
la conosca por términos ó por aleúdanos.
345. -^Franquezas del concejo de Funes dahrir rio. El concejo
de Funes franco aya su poder fasta la postrema villa de su val,
de abrir rio que riegue sus términos sin calouia é sin emenda
de heredat é alim piara el concejo el rio fasta en aquel logar do
se parte por brazos. Et por su crebantamiento habrá de calonia
Lx ss. Et dent á iuso mondaran el Rio é sus brazos los vezinos
froutereros. Et ha la calonia por su crebantamiento v ss. de día,
e X ss. de noche con jura del vaylle.
346. — De sombra darbol que faga mal á sus vecinos. Todo
hombre que oviere heredat et árbol de su vezino le fíziere sombra
en la heredat habrá la meatat doi fruyto de las ramas questan
sobre la heredat. Et si mas quisiere mejora de la miatat de la
linde en suso é tajara aquellas ramas sin calonia por suyas. Et
todas las rayzes que fallare en su heredat cabando en fondo fasta
dos palmos las tajará, é haberlas ha.
347. — Ninguno non puede facer firmeza daquia doce aynnos.
Et ningún ome non puede facer firmezas de heredat ninguna nin
de otra cosa fasta que aya doce aynos complidos, nin la.muger
STÍN DB LA REAL ACADBUIA D
a siiii ayunos si non fuere
laniQestainent, firmando con
os mas cercanos, é valdrá poi
oartidon de eBCaylto. — El sí 1
uinones, el cavallero debe i
as veziodat en sus heredade
iudo ó la viuda habrán med
ha al seynnor con sus vezino
mo de Concejo. Et por claiti
} hun hombre Infanton ó vil
ro el quereylloso.
non heredare non pagara su
u heredare bienes daigun, e
) no es tenido de pagar sus d<
hereda bienes de ladrón. 1
ron ó de mal feytor tenido e
rellosos.
>tne que boforda. Todo ome
otros sooayllos ó con el bofo
emendar el dayano.
resíreynt'er camino. Todo oi
) en la villa, ó de fuera de la
os peche al seynaor de calón
i concejo mas de cuatro patt
■edar ios más cercanos parit
r bienes de sus parientes ma
goal , é no de mas baysso. El
iresque ayan egoal parentesc
é deben la haber hombres i;
t;o8 de bendición e de fornicac
ovieren hermano de fornicaí
padre ó por su madre con su
dzieren egoal, hermano en al
los bienes deben haber su pa
FUBR08 DB ViaUERA Y DB VAL DE FUNES. 4t5
356. — De hermandad fde»)pues que ha partido» Et si muchos
hermanos fueren, el uno se moriera después que oviere partido,
sidezare hijos heredaran sus bienes. Et si otro hermano muriere
sin fíjoSy los otros hermanos heredaran sus bienes en su vida, e
después haber lan por egoal parte los sobrinos con sus fijos en
los bienes et en la heredat de su tío.
357. — De villano que puede afijare. Otrosí todo ome villano
que no oviere fijos ó otros parientes cercanos puede si quisiere
afijar á otro villano, é dar por su anima una heredat.
358. — De heredat como debe haber su regadio. Toda vinna ó
otra heredat que no oviere agoa para regar debe la haber por
logar mas convenient emendando al dueynno del daynno.
359. — De vender Jieredades, Et si los vecinos cercaren sus
heredades et alguno oviere su heredat mas adentro é non puede
sacar sus fruytos debe sayllir por su Unte, ó por su regadera, ó
por otro logar mas convenient sin daynno á la carrera pública
de si avra su sallida.
360. — De vender regadera. Home que vendiere regadera ó
entrada de su heredat, Ó si por su negligencia la perdiere, su ve-
cino no es tenido de darle ren por daynno quel faga si non qui-
siere.
361. — De comprar heredat los parientes. Otrosí si dos hom-
bres parientes quisieren comprar heredat de su parient que quie-
ran vender ambos la deben haber, é si quisieren partan la ambos
é si fueren el mas cercano la aya.
362. — Deparet, Si paret cayere, e mal fiziere á su vezino te-
nido es de gelo emendar, fueras si dizier á alguno qui goarde su
persona. Et si ^or ventura por alguna occasion mal li veniere su
dueynno no es tenido de gelo emendar pues fuere sin culpa.
363. — De bestia comprada. Todo hombre que bestia ó otra
cosa comprada oviere debe haber por salvarla fiador de salva, ó
otor, é teniendo la en paz de manifiesto deben salvar ó defender
á la cosa.
364. — De bestia sitelta que faze mal. Et si bestia suelta mal
fiziere a la ligada en todo logar su dueynno debe emendar el
daynno. Et si la ligada mal fiziere á la suelta no aya calonia nin-
guna.
BOLBTIN DB la BBAL ACADBHti
-Diitjnno dagoa d de fuego.
)r clau dalguna viniere la liere
emeadar 6 tornar de la heredaí
jarla la calooia v as,
—Qui falla viga en agoa. Otros
trit cosa en agoa, ó á la carrera,
)riiaerameate, 6 la aduiiere á
nol afiaresciere seytiDor.
- De compaynnones en semble,
lereo en uno et el primero falla
IU8 conapayneros, et si el de med
Jtremo non dará parte á los otrc
-Seyttnallar árbol para tallar.
silva ó ea soto de común árbol
3I todo haber selo ha. Et si otro
-elloso haber seloa.
-De bestia que faga mal. Et si
a Qziere mal en campo ó en otn
10 que fiziere con testimonia de
os.
-Qui seynnala en mont para la
!n mont logar pora lavrar et ni
ado ó en tajando arboles ó mai
tro hombre entrare en esse mes
fiziere todas las labores, 6 una
3S habrá la heredat por suya.
-Qui parare cepo. Cti-osí si al
,ra tomar venado en logar com
niere algún daynno á los vezinc
-Qui matare venado. Todo hoi
mun grunt 6 peijueynno, ó en s
íes partan lodos la carne, e el
)r mejoría, é si fuere coutenci
venado ha el cuero del que prii
é los canes que van ante los on
-De heredat cabo la madre daga
iat cerca la madre del agoa, é o
PUBROS OB ViaUBRA Y DB VAL OB FÜNES^ 4t7
Ó de su liade, heredara toda la tierra que lagoa dexara á su tierra,
6 si otro orne no toviere el logar por escayllo por aynoo e día sin
mala voz íazieado sus buebos (1).
374.— De enfermedat de ganado. Otrosí si los vezinos vieren
ganado que' aya enfermedad manifiesta é los dieren cierto logar
en que pazcan fasta tiempo seynnalado, é saylliere ante et se en-
vol viere con otro ganado, é oviere mal en esse aynno dexando
enfermedad pagara á su dueynno el dayno.
375. — De compra de heredat. Et si alguno comprare dotro
heredat ó otra cosa que no podia vender, é después pierda la be-'
redat por juyzio estando en faz el fiador suyo cobrara todo su
haber con todos sus mijoramientos que en ella fizo et babra todos
sus espleytes quitos.
376. — Parar cepos en su heredat, Et si alguno parare cepos
en su heredat, que aya fruitos é mal viniere á sus vezinos, no
los emendara nada ni calonia dellos si tome. £t si el daynno vi-
niere al vaylle del logar en su persona tenidos son de gelo emen-
dar, fuera si diere ante á el que se goarde daquel logar.
377. — Cambio non engayno de sus parientes. Otrosí todo orne
puede cambiar sus heredades todas con otro si quisiere recebien-
do tornas por mejoramiento sino fuere el cambio fey to en engayno
de sus parientes.
378. — De facer blata ó fierro seyendo Infanzón en su herédate
Todo home que fuere Infanzón fídalgo si logar oviere en su he-
redat puede sacar fierro ó plomo ó estaynno ó plata dando al
seynnor de la villa su quinto.
' 379. — Qui falla nido. Otrosí todo orne que primero fallare
nido en logar común aya lo para si sino oviere compaynneros,
é sil fallaren en heredat aya lo el dueynno deylla.
380. — De paramiento de conceyllo. Todo paramiento que fue-
re puesto por concejo é pregonado fuere por la villa todos lo deben
tener, é el conceje quando quisiere puede lo mudar ó soltar^
381. — De dar arras á su muger. Todo home Infanzón puede
dar á su muger por arras tres de sus heredades 6 mas si quisiere.
(1) Obras ó oooTenienciM , del latín opus.
TOMO XZXTII.
boletín de La HBlL AÚAI
iere herodades del fiador q
i que las aya por arras, é
at puede lo dar en arras
trras empues su muort d
s do la rayz.
■De fijos de ganancia. T
sabuda part el padre nol
:íon después de muen del
egoalmeule todos los Me
ufanioiies heredaran las <
■De casamiento con arraa
ger tres heredades en ar
I otra é darle una daquell
des()uea con la tercora p
s en arras, el después de
«ndicion partirán todas Ii
■De dar arras á tiempo con
ubre que prometiere dar :
as, é antes que las nya ov
iva non debe la muger hí
■Si muger casada fuere c
re con otro ome por cun
mandar sus arras ni otri
todas otras sus hereáadt
lu heredarán los ñjos daqi
Arras de villana. Toda
) una casa cubierta con
r un linar e dos peonadas
haber en otro tiempo, é oí
por su fialdat despuee di
iere quo nazca.
Si muger dexure s« mari
rido por miedo ó por volu
is heredades de la muger,
lerecbo si no lo fizo, ó nc
hombre.
Si ome casado levare mu
KÜtíROS Dg VlfitlERA Y DE VaL DE l-'ÜNIáS. 410
vcasado levare muger casada, ó por fuerza fiziere su voluntat con
eylla, o con otra muger debe sayllir de tierra fasta que aya amor
de su marido, é el seynnor debe por tot tiempo emparar sus bie-
nes. Pero la muger non debe perder sus bienes ni sus arras por
mal feyto de su marido.
389. — Non vender heredat de casamiento. Otrosí ni la muger
ni el marido non pueden vender heredat que les ayan dado en
casamiento sus parientes sin otorgamiento del padre ó de lá ma-
dre ó de hermano ó de otros parientes mas cercanos de la raiz de
la heredat, esto por amejoramiento é que pongan los dineros en
otro logar tan provechoso.
390. — Como muger á marido non puede levar las arras. Et la
muger non puede á su marido dexar sus arras ni el marido á su
muger lo quel dan en casamiento, sin otorgamiento de su padre
si lo ha, ó de dos de sus parientes mas cercanos.
391.— -Da fealdat. Toda muger Infanzona terna sus arras é
todos los otros bienes quel dexare su marido en fealdat. Et si ca-
sare con otro ó toviere fornicador manifiesto, ó vendiere una bes-
tia de las mayores, ó x de las menores, ó tajando arbor que lieve
fruyto sin otorgamiento de dos parientes los mas cercanos de su
marido. Otro árbol puede tajar sin otorgamiento por adobo ma-
nifiesto de la heredat, ó si mudare lumbrar sino por mijora-
miento, ó si dexare sus fijos andar por puertas podiendolos aco-
rrer por a vestir ó por á comer quebranta la fealdat e nol vale
quanto mando su marido.
392. — De partición de fijos. Todo Infanzón ó villano que ovie-
re fijos é se moriere alguno los otros hermanos non pueden de-
mandar parte por el ni en otra cosa que non sea partida entre
hermanos, fuera si dexare fijos el hermano muerto que hayan de
heredar por su padre.
393. — Partición muger con fijos. Et si muriere el marido ó
la muger, el que fincare debe partir con los fijos ó con parientes
del muerto con carta o firmanzas complidas todos los bienes que
on uno ganaron moble ó rayz. Pero en la partición habrá cada
uno su heredat quita ques havia antes que casas, é de mejoría
habrá el vino sus peynos coa huu lecho de ropa e sus joyas, ó de
cada uno niamficio, et de cada cosa habrá uno de mejoría.
n
•t DB LA RBAL ACADEUIA DB LA HISTORIA.
mueble que non puede levar á cuestas es derecho
alguna cosa fuere en contcucio de alguna partí-
on pueda levar á sus cuestas nueve passadas coo
nbre Fuera de casa, habrá juiíio por fuero asi con»
edat non partida. Et si heredat 6 otra cosa ii-
e non fuere partida é viniere á loa nietos e sean
)3['tan todos los bienes del avuelo egoal méate.
; casado que dice que non, Et si algún orne fuere
que no, é cassare con otra, e después aya á tor-
larido deve dar al segundo sus arras e todas sos
comió fasta la sal, é al seynnor debe dar lxxv ss.
on de fijos con padre. Bt si los fijos ovíeren par-
tí con la madre e no ovíeren edat, su agüelo 6 sus
as cercanos de su parte reconociéndolos por fijos
[aquella madre, pueden ñrmar con otorgamiento,
Idra.
'lición con fijos ante de casar. Todo orne que
í primera muger, é ante que con eyllos parta ca-
de eylla oviere fijos, ó non, salvo estaudo su de-
er partirá con los primeros fijos lodos los mejo-
izo de heredat e de moble con la primera é la se-
H después de su muert todos sus fijos heredaran
lo del padre.
lición con cuynados. Et gi los parientes ovieren
lo ó á la muger los bienes que habia el marido 6
,n la meatad de las heredades que ambos ganaroa
tra meatad el marido 6 la muger con sus primos
arientes con los que no habfa partido, ó debía
redat de huérfanos á lavrar. Et Eos fijos si qui-
eredadcs á tributo, ó labrar, ó sus parientes por
tden toller al padre ó á la madre por quanto otri
' fazer. Et los fijos si fueren chiquos deben mas
eócoQ la madre que con otros parientes, ees "
lue sean de edat.
FUEROS DE VIGUFHA V DK VAL DE FUNES. 421
401.-2)6 compra de muger^ menos de su marido. Et la mnger
sin su marido et eylla sin eyll fiziere compras ó mejoramiento
en su, si de mueble ó de rayz fuere, non puede el uoo al otro
apartar de la cosa en vida ni en muert.
402. — De tenencia de heredat. Otrosí si alguno oviere tenen-
cia dalguna heredat por luengo termino, ó muchos ayunos en
voz ó en faz del quereylloso» é tengan sus razones sobre el ajena-
miento de la heredat ó de su propriedat el qui tiene la heredat
debe primero en juyzio mostrar sus cartas que el ome porque el
tienen la heredat la tomo ante sin mala voz por dicho ni por tes-
timonias suyas non puede su adversario destruir las cartas abas-
tantes si non fuere por otras cartas valederas.
403. — Titulo de valer de cartas é de demandas. Qualquier
ome que sea, tenido es de responder en todo lugar del Reyno á
carta al menos en aquel logar do fue fecha si de deudo ó de pa-
ramiento alguno fuere.
404. — Demanda con caria. Et si alguno fiziere demanda al-
guna con carta, e la quisier veer en el judicio o han la forma
deylla aver la deve, e veerla, e en ese mesmo logar deve su carta
cobrar sin alongamiento otro , é sin daynno de su dueynno , e el
otro puede contra eylla dezir lo que quisiere. Et el juez después
que hoviere las vezes dambas las partidas, debe juzgar la carta si
val ó si no.
405. — De responder con carta. Otrosí si alguna carta fuere
repressa de falsedat en juicio deve el juez tomar la carta luego é
ñanzar los omes contendedores de la torna, é de la espera, é si
fuere provada la falsedat por muestras abastantes el qui mostró
la carta pierda la demanda e la persona sea á la mercet del seyn-
nor. 8i el respondiere la carta de falsedat, e no lo provare pagara
al demandador toda su demanda con todos sus daynnos, é todas
sus expensas con su jura, et al seynnor lx ss.
406. — De donación ó vendicion por Rey. Donadlo ó vendicion
o otro ajenamiento de heredat si fuere fecha por Rey ó por orden
valdrá con carta de su sieyllo ó con sus signos usados puestos en
la carta.
407. — De muchas demandas fechas á hun home, Et si muchas
demandas fueren fechas ha hun hombre de deudos con carta deve
BOLBTIN DE LA RBAL ACADKHIi
s responder é pagarlos deudos s<
jinpo fuere pague por egoal los
.-~De jura de deuda. Todo hor
Tianda quel faga et erraro eti la j
jiira segiint aquel juiíio que ovi
z ante que se vaya del logiir é si
.-~De deuda de doce ainnot. 1
d alguno fecha si menos fuere d
idad del defensor. Et si fuere de
on jura sobre 8U butna fe ó por
da fuere de v ss. en suso ha la a
et si mesler fuere en todo tiem|
miuejurar.
— Del quü quereylla á seynnor.
lotro al seynnor por tuerto ó por
I puede dexar del pleyto ni de
ir.
— De obligación de judio á crist
gare por alguu pleyto ó deudo 6
ano de sus cosas, ha la carta fey
— De obligación de christiano á
I fuere tenido ó obligado & jud
ano fara la carta,
— De contencio de carta. Rt s
. carta habrá juycio de juez de ts
— Fuero de villanos que han co
éfazer. Los villanos todos del
redades e fazen su vezindat deb
as en vezindat en muros, 6 en b;
ide la villa. Pero los queofflcio
)or concejo han escusados de obi
— Nor\ firmar torna á testimonia
on puede firmar tornas contra I
or escrevano publico de concejo
— Qui firma vigas en muro, To
ro de concejo ó de la vilb , si el
! I'azer ol muro con sus menas c
FUBROS DE VIGUEHA Y ü£ TAL DE FUNES. 423
como era dante, ó deze tanto despacio entre el muro ésu casa que
el cavayllero armado con su cavayllo é con todas armas pueda
pasar sin embargo, ó otra bestia cargada.
417. — Fuero de cavalleros. Olrosi guantos cavalleros toviereu
cavayllos en la vezindat tenidos son por sus vezes en guerras
manifiestas atajar é descubrir teylladas del termino, é los que
cavayllos non toviereu saldrán Á barreras por defender la villa
con sus vezinos.
418. — De tayllayas de pecheros de señor. Todos omes que son
de pecha de seynnor, por vezes deben tener atallayas, e bey llar
en torres de noche é en logares ciertos. Et los Infanzones deben
cercar toda la noche por la villa veyendo los veylladores é las
escuchas.
419. — Qui crebare muro de villa. Otrosí qui muro de la villa
crebantare sil fuere probado^ dé por calouia d ss. é por la mena
LZ ss. et por la barbacana lx ss. é por su mena x ss. Bt qui en la
cava ochare algún encegamiento dé por calonia x ss.
420. — Qui mata marueco dotri. Qui quiere que matare
marueco de otro hombre por furto ó por robaría manifiesta, paga-
ra al sey nnor suyo tantas ovejas con quantas fuere probado que
andaba por jura del pastor, é sino con jura del pastor fecha sobre
libro é cruz pagara á su dueyno el marueco con quantas ovejas
empreyno el aynno que fue muerto.
421. — Qui solta bestia prendrada. Todo hombre que bestia
prendada ó otra dalgun otro soltare pagar la sus engueras dobla*
das, é 8i mas quisiere todol daynuo con su jura.
422.— Qut taja árbol de fruyto. Otrosi qui tajare árbol de
fruito peche á su dueynno toda su calonia complida sil fuere pro-
bado é nodréscal otro tal árbol en tal convinent logar con sus
missiones, é por corteza del árbol ó por su fornecido con jura del
dueynno es su calonia v ss. é por corteza é por fornecido del
árbol sin fruito ó por rama eu la calonia xv dineros.
423. — Tener peynnos de heredat. Todo hombre que toviere en
peynos heredat dotro ó tribuyto é tajare árbol peche la calonia á
su dueynno asi como otro estraynno.
424. — Quien carniza buey. Otrosi ninguno que encarnizara
buey por bodas^ ó fuere con su bestia diciendo goardat vos, por
)LSTfN DI LA I
Mlgun dayoDC
>ut laja vid agt
el dueyoao á»
le parral o por
'aUmia de her»
mbrado con alf
is la calooia v i
OR la calonia x
alonia d« hesli
aynno en su i
uartflles de tal
lytoa un ro(bo)
\alonia de vinn
edos por la be
jas fuera la Tic
menores darai
isar pagara del
) su vinna avrí
^alonta de huer
) que no pueda
I, et ñiiere y su
ardió en todo ti
tieredat.
lui mata can
OTÍere plag-a d<
uo moriere, e
)e dayntio de h
Iziere ó bestia
tosudueyonoi
'.alonia de can
re de calonia x
:io 6 de orne de
Zan de caza qu
el quiera mord
1
FDBH08 DB VmuBRA T DE VAL DB PUNB8. 425
cosa mal flziere tenido es el dueyono de emendarlo ó de darle
el can.
43€.— Ca¿otita de galina ó de ánsar.— Otrosí si alguno por oca-
sion matare gayllina 6 ánsar agenacon jura de su dueynno pagar
la dos. Bt qoi las pechare habrá la muerta.
43S. — Ganado estrayno si pasare por el termino. Bt si ganado
estraynno passare por el termino de la villa por demandar su
vida non debe dar peage al seynnor, e puede Anear en el termino
por una noche sin daynno del fruyto e de la defessa. Et los vezi-
nos deben demostrar al ganado estraynno ó á sus baylles ciertos
beyrages. Et si el ganado quisier fincar el mont puede su vida
haber y del mes de septiembre toda de la defessa, dando al seyn-*
ñor su erpage de cada grey una oveja aynal et otra mayor.
436. — Ganado de las viUaa cercanas como deben pcutcer. El
ganado de las villas cercanas deben pascer en sus montes troa las
eras de la otra villa, é non pasar la villa é aya cierto sembrage, e
non deben tener y fiesta de sol á sol. Et si de día el baylle de la
▼illa fallare el ganado en su vedado tome de la grey hun carnero,
é si pasare la villa otro. Et si fallare de noche ganado de la grey
tomara dos carneros, et de cada bestia mayor ocho dineros.. Et de
día en el vedado por la bestia mayor cuatro dineros.
4S7. — Qui furia aztor (azor). Et qui furtare aztor de casa ó de
su estage pagara á su dueynno g ss. et doblar la las calonias. Et
por gabillan hurtado zx ss. Et falcon l ss. et sus mudas. Bt por
andegayo sino fablare xx ss. et si fablare lx ss. sin sus mudas.
438. — De dar sayllida dagoa, Otrosi todo ome tenido es de
dar sayllida á la agua de la pluvia de sus casas e de sus techos
por sus proprias heredades troa la carrera publica, fueras si
debiere haber lumbre á su casa por heredat agena ó sayllida á la
agoa.
439. — De paramiento de cativo. Todo ome que fuere cativo é
por fuerza flziere algún paramiento no es tenido de responder si
non quisiere ni sus fiadores.
440. — Comienda de Seynnor. Otrosi si el seynnorcomendare
á alguno su honor, e en su tiempo sus calonias non cobrare nol
debe después responder, mas otro ome que venga essa misma
honor puede si quisiere demandar e cobrar las.
n
aOLBTIN DR LA REAL ACADBHIA DB LA HISTORIA.
1. — Cosa wdada sacar del Regno. Todo ome que sacan
vedada del regno pierda quaato que traye en la cosa vedada
ado3 9113 atruéneos. Et si non fuere del Regno non pierda
la cosa vedada.
t. — De venta de mueble dar fiador. Todo hombre que veo-
cosa mueblo en mercado 6 en plaia sí estranio fuere liara fii<
a salvo quoal podiere aver. El si el vecino vendiere cosa mué-
a su vecindat ad alguno estrayano dará fiador de su logar,
si alguno cavalgare alguna bestia e cayere de la bestia, é
a el bome uo es beslia hoiniciera por tal occaaion.
|. — Qui dixiere cornudo. Todo home que diziere á otro
ido, ó gafo, 6 traydor, 6 fornecino et no lo fuere, dar la si
uereylla non fuero m'eio homicidio de caloaia, é si con que-
i fuere al Seyonor haya toda la calonia al palacio. Et sí lo
e sobre el denuesto no ha calonia fino muere.
t.~Qui fere á otro con pui/no. Et qui fiere á olri con el
lio o en Id cabeza dará de calonia v ss. si non fuere con qne-
i al seynnor. Et sil tornare en esse mesmo logar é lo feriere
iist 6 con fierro non ha calonia.
i. — 7'tror á otro por la barba. Et si alguno tirare á otro
i barba 6 por los cabeyllos ó con otra ferida lo echare en tie-
ar la de calonia medio homicidio sil fuere probado e si non
con qnereylla al seynnor.
B. — Qui deplagare á otro. Todo ome qui plagare i. otro é
e sangre sin lleiro amollado si con qnereylla non fuere al
lor darle a v ss. et si Tueru mancieyllaqueel fiíiere ad algún
ingre es la calonia xv ss.
7. — Qui ha ciamos de ferida. Otros! sí alguno oviere cla-
dotro de ferida que aya fecha con muestra de liver con su
:obrara sus calonias, c por todas las otras cosas é feridas que
I al ome coii testimonio cobrara sus calouias.
B. — Calonia de bestias. Et qui arare en su heredat coa sus
is é alguna deyllas entrare en alguna vinna 6 en sembrado
vezino aleiidano pagar lacón su jura la calonia.
9. — Calonia de concejo, Et por clamo fecho de daynno de
concejo debe jurar el bayllc que prendrá calonias del lo
odo concejo.
V
\
FUEROS DE VIGUlíHA Y DE VAL DE FUNES. 427
4&0.— Out promete algo á otro. £t qui promete alguna cosaá
Otro orne por su voluatat sin alguna razón, é después viere que
es su daynuo uo es tenido de gelo dar si non quisiere.
451. — Qui mata Infanzón, Et si alguno matare Infanzón lindo
pagara á sus parientes pobres é qnereyllosos mil ss., epor laonta
prol>a<Ja d ss.
4S2.-^¿>e homicidio^ £ por homicidio dotro Infanzón d ss. Et
por la desondra lx ss. pagara á los parientes pobres.
453. — Crebantar eglesia sagrada. Todo orne que eglesia con-
sagrada crebantare peche dgggg ss.
454. — Qui mata monge, Qui matare monge d ss. pagara por
la eglesia.
455.r-Cr6banto de eglesia. Et por crebantamiento de eglesia
que non sea consagrada si fuere en logar poblado d ss. et si fuere
en yermo lx ss. pagara en calonia.
456.^Qiit mata ;udto. Et qui matare judio ó moro, ó si lo
feriere con fierro é lo plagare dará de calonias d ss. si fuere pro-
hado, et por otra ferida quel faga de lx ss.
457. — Qui mata su enemigo. Et qui matare su enemigo non
debe prender ven de lo suyo ni fazer mal en sus heredades ni en sus
cosas, é si lo fiziere pueden gelo demandar por furto ó por robo.
458. — Juhiar bestia con su home. Todo ome que jubiare su
orne logado con su bestia á otra villa con otro ome de su pan , ó
daynno viniere á la bestia no es tenido el ome logado de emen-
darlo.
459. — Qui mata alcalde. Et qui matare juez de la villa dará
al Seynnor de la villa de calonia ccc ss., et por el sayón gl ss.
450. — Qui matare bestia por occasion. Todo ome que por occa-
sion matare bestia de su vecino dar la otra tal con sus engueras.
461. — Qui mata palomba. Otrosi si alguno matare ó prendiere
palomba de palombar ageuo debu v ss.
462.— Tirar con bayllesta á palombar. Et si la matare con
bayllesta tirando al palomar ó con reth dará de calonia al seynnor
de la villa lx ss.
463. — Qui solta cativo. Otrosi si alguno soltare cativo de las
xsiones, ol diere occasion ques vaya, tal pena debü haber quoal
otro babia asotVir eu su persona ó en sus cosas.
i
'f.
4?8 BOLBTtN DB LA RBAL AGADBMIA DB LA HISTOIIIA.
464. — Qui roba camino^ Todo orne que robare camino de dü
ó de noche maníffeslament, sea su persona á mercede seynnorcoo
emienda de todos los daynnos.
465. — De logros. Otrosí todo omeque aya á pagar deudas de
useras que rescibió dotri , no es tenido de pagar usuras por nin-
guna cosa.
466. — Fuerza de miiger. Toda muger que se quereyüase de
fuerza quel aya fecho, después de hun día et una noche non val-
drá la quereylia si fuere fecha al seynnor de la villa.
467. — Plaga non limpiarla. Todo orne que oviere plaga ó
ferida é la limpiare ó aligare con medezina, é después de hun dia
e una noche se quereyllase al seynnor, nol vale, fueras si moriera
468. — Matar oveja por erpage. Otrosí si alguno matare oveja
agena por erbage sin derecho dará al su seynnor otra tal oveja ó
primal é y ss. Et por carnero con cencerro otro carnero é x ss. á
su dueynno.
469.~Qut faylla su cabra en su tierra presa, Et qui fallayre
su cabra ó su oveja presa por erbage vedado en algún lugar tome
la sin calonia.
470. — Quereylia de parienta, Et si alguno sequereyllareqoe
tiene su parienta por forzada ó la leva por fuerza debenla por man-
dado del- seynnor poner en medio, é si eylla fuere al otro los
parientes pierdan quereill dell. Et si fuere á los parientes sea su
persona á merce del seynnor del.
471. — Qui prendiere jura de padre. Si alguno prendiere jura
de padre ó de madre, si quisieran pueden lo desheredar.
412.— De fijo de fornicio. Orne que fuere de fornicacíoQ de
padre soltero é de casada/ ó de dos casados que no sean de una
bendición non debe heredar, mas heredaran los parientes roas
cercanos de los padres.
473. — Qui dexa su padre en bataylla. Si alguno dexare á so
padre en bataylla vivo estando en su poder puedel el padre des-
heredar. Otrosí si el fijo lexare al padre en cativo, é non se pusie-
re en caenas por su padre, ó sil tirare por loscaveyllos, ó loñrie*
re por alguna saynna, ó lo desmentiere, ó sil fíziere por alguQ
engaynno en sus bienes, pueden si quisieren tal fijo coi — !
desheredar.
FUEROS' DB VI6UBRA Y DE VAL DE FUNES. 429
474.^Sf ficiere el yerno jurar al megro. Si el yerno faze á
8U suegro jurar ol ñzíere otro mal por tal razón, non puede el
padre desheredar á su fija muger desse yerno.
475. — De afijar. Otrosí si el Infanzón lindo ó otro quoalquier
uo oviendo fijos con flrmanza de la vezindat puede á otro Infan-
zón afijar dando de sus bienes á sus parientes mas cercanos una
heredat por reconoscimiento, é tal fijo puede heredar todos los
bienes assi como si fuer de bendición, é es tenido de pagar todos
sus deudos.
476.— De destín (testamento). Todo ome que su destin qui-
siere fazer debe lo fazer en villa de la heredat ante todas sus fran-
quezas, ó ante cavezaleros e testimonias del logar diziendo sus
mandas, por si é non por boca agena, estando en su memoria é
en su sesso mandando de sus bienes sin embargamiento. Et qui
no oviere partido con sus parientes cercanos puede si quisiere
estinar de sus bienes con otorgamiento de todos sus parientes cer*
canos. Et el marido con otorgamiento de la mujer puede fazer
destin de sus bieaes ambos, et después de su vida valdrá é habrá
la muger su entegra. Et la muger si otorgamiento de su marido
puede en su destin mandar de sus bienes proprios é valdrá.
477. — De destin. Ome villano non puede mandar en su des-
tin euagenamiento de heredad suya si non de mueble ad algún
lugar ni á persona ninguna si non fuere con otorgamiento de los
herederos. Et si quisier puede mandar hun aynal sin eyllos por
su alma ó una iantar á los clérigos de la eglesia por su sepultura.
478. — Destin. Et si alguno en su muert fizier su destin en
yermo valerla con dos testimonias de siete aynos complidos, e con
hun cavezalero de buena fama.
479. — En testamejit de Infanzón valen testimonias villanas.
En testamento de infanzón valdrá testimonio de dos villanos por
hun Infanzón, ó dos mugeres de buena fama por otro con han ó
con dos cavezaleros Infanzones del logar.
480.— Dar heredat la mejor. Et ningún Infanzón en su estin
non puede mandar á monasterio, ni eglesia ninguna ni á parient
estraynno de las heredades mejores ni á egoal en partición ni en
''uert con los sus herederos: pero si quisier puede mandar mue-
le ó una de las mejores heredades á algún parient estranio ó por
iii olorga miento de sus parientes heredero» é vaidn.
anda de destín. En loda manda de destín que fuen
ueble ó de rayz sia fiador de salvo ó de redra valdrá
i sus cavezaleros fueren poderados por maadamieato
lor, ó si couseutieron á la cavezalerta los que podriao
7, o bí pusieron eyllos parle de los bienes seguut qod
mando. Gl marido si flzíereen su destia mandamienla
ó de mueble con otorgamiento' de la muger por su
r su provecho deyllos después de la muert del marido
la muger de mandar en la partición entegra dei tnaü-
me de Bal de Funes non pteylear de fuera. Et to>lo
1 de Punes ó de la villa por pleylo <|ue ayan emre si
i non fuere por demanda de carta non salgan de se
ir juicio.
>o Alfonso Emperador otorgo á los hombres de Fuaes
I án todas ñrmanias é de fuei-os, é de otras fidalguias
i á los Infanzones, 6 de Osma á los villanos,
ocasión declararé lo que se me ocurre y tengo apuo-
a del leito y tiempo de estos fueros, sobre los cuale<
ue muy poco, se dice en el Catálogo de fuero» ¡/ caria-
España, publicado por la Real Academia en t652.
ladeOotabredalSOO.
Narciso Hbrgurta.
«aCRIPCIONES ROUANAS DE ALCORRUCáN, ÉCUA , D£KU,
TDRtS Y ABI\ DB TOBRBS.
Alcorrucón.
le la vía férrea que sube de Córdoba á Madrid recom
ra llegar á la estación del Carpió; 5 más hasta l^o
n 9 hasta Mouluro, la antigua Epora. En Alcc" 1t
NUEVAS INSGRfPCI0NK8 HOMANAS.
431
despoblado situado dentro del término de Pedro Abad, estuvo el
municipio türdulo Sacili Martialium de Plinio, £axiX{( de Ptole-
meo, SACILI de sus propios ases de cobre. Ya se fijó en esta
reducción geográfica el clarísimo Flórcz (1), siguiendo el orden
Pliuiano de las ciudades ribereñas del Guadalquivir, y afirmando
«estar Sacili cerca de Montero, junto á Perabad, en un despo-
blado llamado Alcorrucén^ donde Morales (en sus Antigüedades^
folio 9) dice se hallan monedas con el nombre de Sacili».
A las piedras epigráficas desprendidas de este lugar y reseña-
das por Hübner (2186^2190) debe juntarse otra, que fué descu-
bierta á principios del año 1889, y cuyo calco me ha remitido
D. Ricardo Molina, alcalde que á la sazón era de Pedro Abad.
Es una estela, clavada en el suelo, junto al camino que de Alco-
rrucén conduce á la cercana villa de Adamuz, donde también se
han hallado lápidas (2181-2183). Es de piedra arenisca roja, en
figura de estela combada por la parte superior. La cabeza , ó tes-
tero, enteramente visible, mide 44 cm. de ancho por 31 de alto.
Letras del promedio del primer siglo, altas 45 mm.; entre las
cuales la F tiene el rabillo inferior casi tan prolongado á mano
derecha como la E.
PAVSTVS
OPFECTOR
B
S.T-T«L-IN»P-L-P • XXV
IN • A G • P • XXIIII
Faustua offector hfie) sfitus) efst). 8(it) t(ibi) t(erra) l(evi9). In f(ronte)
l(ocu8) p(edum) XXV; in ag(ro) p(edum) XXIIII.
Fausto, tintorero, aquí yace. Séate la tierra ligera. Enfrente á la yia,
lugar de 25 pies; en el campo, 24.
El vocablo offector f que sale ahora por vez primera en los mo-
numentos romanos de nuestra Península, es de muy buena lati-
(l) Bspttna Sagrada, tomo x, pág. 150. Madrid , 1753.
BOLBTÍN DB LA REAL ACADB
I. Auuque alguaa vez se usó co
iguió Cornelio Frontón, gratní
) del IV, diciando que el infectar
lana y que el offector avivaba
irse en olro.
9 lápidas de Porcuna fObulco),
miento por D. Aureliano Fero
coalrada ea Alcorrucén por D.
■tes (3) :
■íiberalii \ infectar h(ie} ifitu») e(»tj
[Monuratn\t]itm Íf./rcf«íe; | /p^e*
«na I Lfueü) ¡(ibertaj Fatuta | h(ie
tinte de paúos ó de otros tejido
lira, no podría menos de floreí
3 Tiirdnlos, de antiguo iiiQuida
irtago. El infectar Liberal y el
)s ramas de tan rica industria.
acio Oñlieno, patrono de Faus
} da noticia de dos purpuraría
i; dores de púrpura.
finca rústica ó despoblado de i
e á D. Francisco de Porras y i
ha del Guadalquivir, enfrente
icupa la margen izquierda, hao
., que suple por el antiguo pi
rdo de D. Ricardo Molina sobi
as salidas de Alcorrucéu, y pul
astión de saber si al otro lado d
, quedan vestigios de poblacióo
Éolja.
el término de esta ciudad y e
lie 4 km. , ribera abajo y derecl
NUBVA8 IN8CRIPGI0NBS ^OlíANAS. 433
Irado dos nuevas inscripciones, cuyas improntas he recibido de
D. Jorge Bónsor, nuestro correspondiente en Garmona.
1. — En un fragmento de pelvis 6 lebrillo:
SIICVNa,.
8eeund[i o/ffiemap],
OAcína de Secando.
2.-~Losa marmórea, bien conservada , que mide 0,42 m. de
alto por 0,21 m. de ancho.
DORVS
LVCRBTIAE
AFR AB - SER
ANNOR • XLIX
H'S'E-S»T«TL
DoruB LucretíOé A/rae Ber(vm) annorfumj XLIX hHe) sfitus) e(8t). Sfíff
t(ibi) tfetraj l(evi8j.
Doro, siervo de Lucrecia Afra , de edad de 49 afios, aquí yace. Séate la
tierra ligera.
En Écija halló sepultura un Lucretius Treptus (1502). En Osuna
suena otro Doro, marido de Pothina (noOsivif); la cual falleció,
según se dice en su lápida sepulcral (5444), teniendo de edad 65
años poco más ó menos. En Osuna adquirió esta lápida D. Fran-
cisco Mateos Gago; pero quizá se encontró en Ecija.
Denla.
En Ponsech, heredad de D. Francisco Merle, al Oriente de la
ciudad, camino de Ondara, nuestro correspondiente D* Roque
Cbabás encontró hace dos años una importante ara volifa, cuya
fotografía é impronta me ha remitido. Es de piedra caliza, alta
45 cm., ancha 27. Puntos triangulares; letras del siglo n.
TOMO ZZXTU. 9S
n
BÜLKTÉM bk LA tlÉAt AéAbtUlA Dfe tA ÉISTOBtl.
i,Al.-VA-fta-A„„„
P ■ BJE-SoSVMiét
LV5-C-K.tS>Vi»f
PP O ■ SAL VB
^ M • ARRIA
NI
oM Áiig(Htto) P¡td>livM) Bafhiu*} 8onim[u]lM, efomiaUañmt ¡
' ) v(otvm) t¡fAoU) pn laUUe Mm(ütí) ArrioHL
rano Aogustc. Exvoto del comicalMÍo tribunldo Pnblio Bebw
.0 por U salud de Emilio Arríiuio.
'. renglón primero un corle, 6 golpe casual, que sufrió Ii
parece trocar la I en F. La interpuudón silábica de
'A - NO descúbrese asimismo en una lápida (?737| insigne
encia: VALENTINI | VETER - ANT ET | VETE - RBS
it et veterea). La forma de la L en dicbo rengldu y en el
y cuarto es la de la planta del pie con su tacón ó calca-
siendo el trazo inferior horíionlal, sino ataludado al si-
como reminiscencia del lambda (X) griego. En el renglón
está mellada la G, permitiendo suponer que fuese G, en
iBO podrfa leerse g(ente) ó G(aleria) , y entenderse, no al
lilitar que ejercía el dedicante, sino su gente, ó tribu, pnv
a región ó pueblo de su naturaleza,
aziona ocurre Sosimilos (3295); un com(ieulariu»J trih(uni}
rga (2610); y un tribuno mililar en Denia (3583). En esU
y en Ampurías (6t83) estaba de guarnición, ó acuartelado
Lacamento (vexillalio) de la legión tu Gemina, que did
bre á la ciudad de León, donde tuvo au cuartel general,
) de haberla fundado en el año 70 de la Era cristiana. Til
ilio Arriano fué el coronel ó tribuno por cuya salad Gii-
ra su asentista, ó teniente, Publio Bebió,
iriante de la interpretación, que arriba indiqué sobre ti
tercero, no la tengo por tan probable, aunque la eipresión
"ibu y de la patria después del cognombre no carece de
Bmplos. Asi en Jérica fué sepultado C(aiut) Fabiu» Cebw
a) Edeta(nu»), es decir de la tribu Galería y natun
NÜKVAS INSGÜIPGIOKSS ROIUNA0. 435
Liria. Cerca de los SagUDtinos moraban los Torholeiai, segün
refiere Apiano (1); y este mismo autor hace mención (2) de la ciu-
dad lusitana Tf^^a, que pudo tener su homónima (Tribuía) más
ó menos lejos de Denia. ¿Sería Teruel? En esta capital de provin-
cia no se han registrado hasta hoy inscripcionos romanas; mas
no es ello inconveniente, porque allí no se han buscado. De año
en año y de mes en mes se ve por nuestro Boletín cómo se van
descubriendo en toda España. *
Turis.
Esta antigua y rica población (3), cuyo nombre en un docu-
mento latino del l.^áe Marzo de 1322 se lee Turris (4), alinda por
el Norte y por el Oeste con Chiva su capital de partido, con Buñol
y Alborache, donde se han recogido las lápidas funerarias si-
guientes:
£u Chiva (Hübner, 3777).— Lfudus; Clodiii8\Fabianu8 an(n)o\
(rum) Lili I h(ic) 8(iim) e(st).
fin Buñol (6001].—Lfucio)SerUio Carchedonio\SenHae Thaliae\
Sentía Carchedonia \ filia.
En Alborache (3658) .—Lfucíusj Fabiu$ Pro | culua an(norum)
LX I Vi(cJtoHa Otnul \ lina h(ic) 8(ita) e(8tj. S(alv0téP)
Desde Alborache sigúese hasta Valencia una vía directa mili-
tar (5) con seis estaciones intermedias, siendo la primera Turis:
(1) Top^XTJxai ye^ove; ZaxavSaícuv. Iber. 10.
(2) íber.jSí.
(8) «A quatro legruas de Valencia después de Rabal tenemos el lugar de Taris, de
ciento y treynta casas de christianos nuevos y viejos. En la conquista le perteneclft
¿ D. Oonzalo de Bntenza, según se halla en el libro llamado Obispalia, y hoy es de
lo8 Duques de Qandia. Bl trigo que se coge en su campo & pocos reaonooe ventaja,
como también sus aguas por una fuente de maravillosa virtud contra el mal de pía*
dra.» Bscolano, Historia de la ciudad y reyno de Valencia^ parte ii , pág. 935. Valen-
cia, 1611.
(4) Piles (D. Andrés), Historia de Cultera, pág. 29-S. Sueca, liM.
(5) Itinerario descriptivo militar de España, formado y publicado por el Depósito de
la Querrá, tomo iv, núm. 699, pág. 315. Madrid, 1866. Bn esta obra los autores, confor-
mándose B\ Diccionario de Madoz, escriben y acentúan Túris. Hoy vulgarmente se
escribe Turis* Es muy posible que eon el tiempo haya variado la pronanoiación, toda
vez que en el siglo xiv se decía Turris.
ítIn dk la kbal acadbuia i
;he(l).
6 kilómetros,
27,5 .
lia 3 .
1,5 1
í 3,5 -
:te trayecto no se había dado á conocer al público
ón romana (3) sino tas lie Aiaciiiííi (3781): P(omptia)
} Poslu I tnttia, Maurne íib(ertae) \ b(ene) m(ergnti)
168 un fausto acontecimiento para la Arqueología la
e hicieran alrededor de Turis y dentro de su térmi-
del pasado Agosto, los Sres. D. Andrés Piles, histo-
llera, premiado por nuestra Academia (4) , D. Gre-
r, director del colegio y academia de Cervantes en
e la revista mensual El Cervantino, D. José Soler
José Ramón Nef y D. Modesto Castillo, de cuya
dado cufttita ol &r. Piles ea un docto artículo rolu-
ones á Turis (5),
descubrimiento so verificó junto á la carretera de
inte, y en distancia de 2 km, de aquella villa. Esta
re una loma, que va prolongándose en declive bada
metra antes de llegar áTuria empilmael tnyecte desde Albormcbe
eb^adeBuBol.
9 cruia nneelro csmlno coa el qne bija de Cblva pasando por Qode-
por la derecha del rio Maguo, tocando en Monro;, Real de MODrer.
1, Carlet y Ouadaguar, doade el rio deBagna en el Júcar cerca de
irache se encoairú en el confia de eaU poblaciAn ; la de Ifacastn,
id ¡cho trayecto.
tnO SIXIT del BOLSTfH, pAg. BS».
(m, QÚmero del 1.* de Septiembre, piglaas U y 4, A. cate arlicnbi
otro del mismo aUtor, publicado en £41 Protiitdaí, diario de Valea-
, oorreEpODdlsDte al 33 de Octubre prdiimo pasado. Bat« •egni
la Bl ippUum y ti ría TvrU.
NUBVAS INSCRIPCIONES ROMANAS. 437
el oriento, simétrica de un cerro que llaman del Cañamar j que
á dicha distancia forma un portillo (Portell) á la carretera á mano
izquierda, en razón de otras lomas escalonadas de Norte á Sur,
nombradas les Blasques, en cuyo remate meridional se abre otro
portillo, que las separa del elevado monte de la Carencia, rico en
canteras de mármol y fecundo de antigüedades romanas como
pronto veremos. En el Cañamar, á pocos pasos de la carretera y
en el ángulo Sudeste de una viña, vieron los exploradores un
tosco cipo sepulcral, carcomido por la intemperie, cuyo epígrafe,
debajo del coronamiento, consta de dos renglones trazados en el
primer siglo, y dice así:
CAESIA
HSE
Caesia h(ic) slita) e(8ty.
Cesia aquí yace.
Caesiay cuyo nombre significa la de los ojos garzos^ sería una
linda esclava, no liberta qomo la morena Maura de Alacuás; y
mucho menos, ingenua ó libre por nacimiento. El cipo, segdn re-
sulta de la fotografía que debo al Sr. Sabater, está cortado por
más abajo del segundo renglón, y por encima de la rotura pare-
cen asomar trazos de un tercero ia(nnorum) Vlf por el estilo de
una lápida de Liria (3809), donde á continuación y debajo de las
siglas funerales h, s. e., se marcó la edad del difunto Cayo Vale-
rio Hylas.
Dejando la carretera de Torrente, y dando la vuelta á lo largo
de les Diasques por la vertiente oriental, opuesta á la occidental
que mira á Turis, vemos salir á nuestro encuentro la corriente del
río Magro, que sirve de foso natural al monte Carencia. Rodéase
este monte por la carretera que baja de Turís á Guadasuar, y
atraviesa el río enfrente de la partida ó granja de Rafol, y tiene
cercanas en la otra ribera las de la Sahocha y Fondos. En Fondos
se halló la bella antefixa de mármol blanco que representa la faz
ó mascarilla de una Bacante, y es de la misma altura y estilo que
el busto de Palas Atenea descubierto en Denia, con. cuyos foto-
bolbtIh de la rbal academia de la HtSTonu.
lo9 de perfil y de cara, ae ilustró nuestro Boi
La, hallada ea U granja y subsuelo de Fondos,
de D. José Soler Navarro, iniciador ó adalid
iin duda esta anteflza, con otras muchas de su i
Izar las trabes y el friso superior de algiln sobi
o de Baco?) erigido' en Fondos, cuyos canopo!
noble viñedo. No menor fortuna tuvieron los
i8 en la Sabocha, que fué quizá mansión del
denominada Oleastro (3), y traducida por 1
)ma: p-jíj' (acebuche). «Ya cerrando la uoch
les [3), «se llegó á la casa de la Sabocba, funt
¡eses de Bélgida. Se encendió un bai de leña y i
alante llama se vió empotrada en la pared d
remo septentrional otra lápida sepulcral román
i fotografía de este monumento, que me ha env
tr, me pone en la precisión de no convenir coe
lectura del renglón primero (4). La iuscripciÓD
o á las dimensiones primitivas, que la estela
irma:
el primer renglón hay ligatura de AL. La esti
k caliza, se cogió al azar, y desbastándose lig
DB miQsiÓQ da esM aombre «etuvo iualo al rio Ullaitra ea I
m» 3 Tortora.
Ttlcnlo I , pig. 4.
o al art. u rectiSoa el Sr. Pllw bu primera leoelAa C ■ A.Y .
NUEVAS INSCRIPCIONES ROMAC«AS. 441
grabó para ser hincada en el suelo sobre la sepuUura del finado.
Es del siglo 111 ó IV.
- Cfaiu$) Alfdhu fuetea annforum) XLVJific) sfitua) e(9t).
' Gayo Aledio Pasco, de edad de 46 afios, aquí yace.
Bn Barcelona (4501) ocurre una Aledia Paulinai y en Cartage-
na (5927) un Aledio patrono de Pilemón. En Liria» otro epita-
fio (3798) se hace notar por las ligaturas de AL y AE.
Los afortunados exploradores habían pasado toda la tarde exa-
minando las ruinas que esmaltan á flor de tierra la cima de la
Carencia^ deseosos de ver confirmada la tradición popular, que
refiere haber existido en aquella meseta, ó soberbia atalaya, un
pueblo fortificado. «En todo tiempo», dice el Sr. Piles, «se han
encontrado allí monedas: una de ellas, recientemente descubierta,
obra en nuestro poder, y es un ejemplar precioso de moneda sa-
guntina. Es un as de cobre de los que en los últimos años de la
república romana acuñó la zeca sagunlina» (1). «De cerámica»,
prosigue diciendo, «hay allí infinita variedad de ejemplares de
diversos colores y clases. Nosotros recogimos unos cuantos, dig-
nos entre todos de llamar la atención (2); una baldosa de forma
trapecial, que en el canto de la base menor tiene una cruz forma-
da de las diagonales y en los cantos laterales un orificio que pasa
de parte á parte, y unas molduras también de barro cocido.
¿Hubo en paraje tan elevado alguna población? Los descubri-
mientos hechos hasta hoy y los cimientos de muros que de trecho
en trecho aparecen, así lo indican. La situación estratégica de la
cumbre y el progreso que antiguamente alcanzó la balística reve-
lan que allí hubo una fortaleza.»
(1) Es U descrita por HUbner fMonumenta linguae ibericoéj núm. 40 ee), cod las
leyendas SAGVN*1NV fSaguntinu) y ^ Ah^ rArse). 'Apar] fué ciudad edetana,
distinta de Sagunto, que Ptolemeo coloca bajo el meridiano de Ktobesa.
(2) Bn carta particular, que me ha dirigido el Sr. Piles desde Segovia (24 Octubre,
1000), me dice que todos los objetos de cerámica romana, que recogió en la Carencia,
losguarda en una sala de su casa propia, en Yátova, pueblo limítrofe de Macastre,
Buñol y Alborache, sobre la derecha del riachuelo Juanes que se junta al rio Magro
en término de Turis en la partida de Soda al pie de la Carencia. Uno de aquellos
objetos tiene estampilla ó sello romano, cuyas letras no copió el Sr. Piles, y que ahora
no recaerda bien.
442 bolbtIn de la rbal acadbhia ob la eiistoria.
Deade aquella cima es eiicatitsdor el paaorRma que á la vliU
del espectador se ofrece, domiiiando el curso del Magra \l], qoé
baja de Requeoa y que al desembocar eo el Jdcar rerel* sa nom-
bre árabe de Quodasuar [2|. La vega de Turis, dooda ae sl«a astt
poblacidn, j un poco más abajo bacía el Sur el castillo de Stm,
está guarecida de los Tientos de Levante y del Norte por la valla
que les oponen la Carencia, las Blascos y el Caüamar. La perspec-
tiva es muy parecida á la de la vega de Galatayud , mirada deade
el monte Bámbola, rodeado por el Jalón, doade están las ruioai
de BMilit, patria del poeta Marcial , que fueron , no bá mucboe
años, diligentemente examinadas por D. Romualdo Moro (3), de-
legado al efecto por el Excmo. Sr. Marqués de Comillas.
El castillo de Serra y sus antigOedades fué umbiéa objeto de
la memorable jornada del 1 3 de Agosto. Las pocas paredes que de
él quedan es lo Único subsistente de la antigua pobladda de
Serra, que por cierto mucbo floreció en tiempo de D. Jaime é
Conquittador, y se dio por este monarca en señorío á D. Psdm
Garcás de Desa. Dista de Turia 3 km. contados bacia el Nordeste.
Biisce algo más allá «una pila circular con diámetro de ua metro
poco más ó menos, con estrías en su parte cóncava que parten
del centro á la circunferencia, con una ranura en el borde, y sin
labrar eo su parte conveza. Como junto al paraje en que la pilt
se ha descubierto está la acequia por la cual corrió siempre el
agua de la fuente de Turis, esta circunstancia y las demás que
concurren en la pila inducen á pensar si ella formó parte de te
fuente.i Dos monedas árabes de plata, ó dirhemet del siglo vtii,
encontrados en Serra, posee el Sr. Soler Navarro, que fueron ra-
pectivamente acuñados en los años 741 y 746 de la Era cristiana,
y que aumentan el niimero de ejemplares, raros de ellas, pero
ya conocidos y registrados por nuestro sabio oompaflero electo
D. Antonio Vives |4|. No necesito añadir que Serra está dentte
(I) Bitlmo que *u cambra m tamA del litino maen <1trg«,
(») j j-J' e^j /*** «"ww/, río da los mt
riV<<*MMí"7»QTTÍedi«riS'vit»An(/
|3j BoLarfH, tomomu.piglnuSIS-SSI.
(1) JlMMlM <t« fM ««Mftet ardHf íi.(9*ll0iM, DÚmerM Si 7 K. KtSriA, II
NUEVAS INSCRIPCIONES ROMANAS. 443
del término de Taris, como nadie lo ignora. De otro monumento,
mucho más importante, hallado en el mismo paraje, me ha dado
noticia el Sr. Piles en cartas particulares (I): «Veíase allí, hace
muchos años, una piedra terminal^ que leyó y releyó el Sr. Piles
en colaboración del que fué canónigo de Valencia, Dr. D. Ramón
LiOrca Uigón, primo hermano del actual sochantre de la Capilla
Real D. Salvador Náchez Higón. Desapareció después con gran-
dísimo disgusto mío. De mis pesquisas en averiguar su paradero
resulta que la recogió el farmacéutico de Turis D. Bernardo
Safont, el cual ya no reside en la población, ni sé dónde para, ni
qué se hizo de la piedra. Era ésta un prisma triangular de medio
metro de altura, tres decímetros de ancho en su cara escrita^ y
poco menos en las otras dos que forman ángulo diedro con aque-
lla, cuyas letras visibles llenaban dos renglones y eran segura-
mente romanas. Para dar con su paradero, hoy mismo (24 Octu-
bre) escribo al Sr. Soler para que averigüe dónde está el Sr. Safont,
poseedor de tan interesante epígrafe, cuya lectura no acierto á
recordar eu este momento.»
Turis entra, por consiguiente, de lleno en el mapa romano. El
rio Magro ¿sería el ToOpí^ de Ptolemeo y el amnis TyriiM de Avie-
no? Para decidir la cuestión no basta el ingenio; hay que apelar á
la Arqueología, y singularmente á hondas excavaciones que pue-
den y deben practicarse *en la elevada cumbre de la Carencia.
Abla do las Torres.
Esta villa de la provincia de Palencia dista tres leguas hacia el
Nordeste de Garrión de los Condes, su capital de partido. Está
cerca de la confluencia del río Pisuerga con el Valdábia^ al que
dio nombre, y cuya margen derecha ocupa, irguiéndose sobre la
cumbre de vistosa colina y teniendo comunicación con la otra
ribera por un puente de veinte ojos. Por el oriente confina su
término con el de Osorno, á cuyas inmediaciones se reduce la
(1) BtgOYia, 14 y 24 d« Oetabre, 1100,
!
bolbtIn db la «bal acadbuia de [
acióQ Dettobriga del itiaerarío de AntonÍDo(l). De esta pobla-
a romana, ó de sus ruiíiaa, se extrajo tat ves el fragmeulo ie
lida sepulcral que hoy se ve incrustado en el pórtico de la igle-
parroquial de la villa, que fué construido ea 1776. Nuestro
liguo correspondieute en Paleocia, D. Fraucisco Simóu y Nie-
, lo ha medido (40 cm. de alto por 25 de auctio; letras alut
mm.) , y de él me ba trausmiiido esmerada y segura copia en
-ta que ayer recibí. Dice
G B
N B
R 0
PIHNTI
SS 1
MO
MILITt
1 M
M V
."..■1
....Li[eirwutJ genero pientinimo, milüi ímmimi
...Licimo á iu yerno piadoefsimo, soldado exento...
Para suplir el coguómen del suegro me valgo de la tésera de
spilalidad (Hilbuer, 5763) que medió en el año 2 de la Era cris-
na entre Acces, hijo de Licirno, y la <;iudad de Falencia. Flus-
n lo demás las inscripciones 500 y 2433.
fle&ere Madoz en su Diccionario, articulo abia db las tobres,
e los vecinos de la villa ■ se surten de agua del rio ; y cuando
e se seca, de pozos 6 de dos fuentes que se encuentran, una en
ntio llamado San Vicente, á un cuarto de legua de la población,
itra en el de Vétez-Zaiee, á una legua». Este líltimo nombre,
)bablemeDte arábigo, como los de Vélez Málaga , Véleí Blanco
^élez Rubio, parece reflejaren su paite segunda la primera def
Dessobriga.
Madrid , 3 de Novlembra de 1900.
} Una variaote escriba Dtobriga. Las lipldaa hsD de t¡tT la l«i)CiÓD *«idtd<
NOTICIAS.
El celoso correspondiente de la Academia en París, M. Gabriel
Marcel, ha remitido un interesante estudio suyo sobre cierto alma-
naque xilográfico usado por los marinos bretones á mediados del
siglo XVI, y comunica que en el Congrego de Americanistas cele-
brado en aquella capital con motivo de la Exposición, D. Toribio
González de la Rosa, literato peruano, leyó una Memoria que se
propone desarrollar acompañando probanzas, titulada Soluciones
á todos los problemas relativos á Cristóbal Colón y á los pretendí"
dos inspiradores de su descubrimiento. Reconociendo este señor
la razón de fundamento de ciertas objeciones que se hicieron en
esta corte á la leyenda Colombina al solemnizar el cuarto cente-
nario del hallazgo del Nuevo Mundo, sostiene que Toscanelli no
escribió al rey de Portugal ni al navegante genovés nada que
tuviera relación con el descubrimiento. Que Colón, complicado
en la conspiración que se fraguaba contra D. Juan II en 1483 y
1484, tuvo que huir de Portugal con los parientes de su mujer,
y que en la Rábida se inició probablemente la empresa del famo-
so viaje, estudiándola con pilotos españoles. Que esta empresa
DO fué propuesta al soberano de Portugal ni á ningún otro de los
de Europa, siendo pura fábula la de la Junta consultiva presidida
por Calzadilia, con otras particularidades que han despertado
grandemente la atención, porque solicitan (y esto ya se dijo en
Madrid) la revista de los datos que han servido para escribir la
vida del Almirante de las Indias, y la narración del aconteci-
miento á que debió este título. Ha fijado aún más la idea la cir-
cunstancia de presentar en el mismo Congreso M. Yignaud, se-
US BOLBTlM DB LA RBAL ACADEMIA DR LA BtBTOBtA.
;retario de la Embajada de los Estados-Unidos, ua trabajo ma;
irudito encaminado á mostrar que la carta de ToscaneUi es de
ludosa autenticidad.
Cancionero de Castañeda, publicado é ilustrado por el Sr, Uha-
ján. — Procedente de la biblioteca de los condes de Oñate existe
íioy en poder de la señora de Castañeda un oMíce ea pergamino,
QO muy lujoso, pero importantísimo por lo que coatieoe , puesto
]ue ea una compilación de poesías de ingenios del siglo xv, 6 sea
UQ cancionero. El Académico de niimero, Bxcmo. Sr. D. Fran-
cisco de Uhagón, ha enriquecido la ya copiosa serie de sus puUi-
caciones, imprimiendo primero en la Revista de Archivos^ Bibtio-
lecat y Museos, y luego en muy elegante opiisculo de 50 pági-
nas en 4.°, la descripcióa y estudio de este Cancionero, que asi
resulu saliendo á ta publica luz, ya que no íntegro, con aqaellas
parles, ó menos conocidas por otras compilaciones, ó del todo
basta el presente inéditas.
No son ingenios de poca reputación 6 de mermado estro poé-
tico todos los que están representados en el Cancionero .de Casta-
ñeda, porque en él hay composiciones del Sr. de Batres, del mar-
gues de Sanlillana, de Juan de Mena , de Antón de MoDtoro, de
Jorge Manrique, de Fr. Ambrosio de Montesino, etc. Y aun
cuando algunas de sus composiciones son conocidas por haber
sido una y otra ves, y aun muchas vece?, impresas en varias oca-
siones, conviene au lectura, aun de estas poesías, porque en el
códice ofrecen ciertas variantes dignas de ser conocidas por una
crítica literaria escrupulosa, que aqu( puede encontrar reproduc-
ción más Bel que on otras compilaciones publicadas ya ó todavía
inéditas.
Pero lo que da mayor realce al Cancionero de Castañeda (y así
lo llamamos admitiendo el título cou justicia propuesto por el
Sr. Uhagón), es que en él hay poesías desconocidas basta ahora,
obras de algunos de los mencionados ingenios, con lo que se
aumenta el glorioso caudal literario del siglo zv. Las señala y
aun las reproduce el Sr. Uhagón, siendo muy curiosas atas
coplas del marqués de Santillana á la desgracia de D. Alvaro
M0TIGIA8. 447
Luna, eo la^ cuales resplandece el numen, el recto pensar 7 la
filosofía propia de aquel insigne magnate,, aunque están llenas
de safia contra el privado.
Hay otras composiciones que, como ésta, tienen sabor y fin
político, y por consiguiente histórico para nosotros, puesto que,
aun cuando no abunden en datos sobre cosas y personas, contie-
nen juicios acerca de unas y otras y sirven para que se advierta
de qué manera eran juzgadas entonces por los poetas cortesanos.
Tal es la poesía de Antón de Montoro hablando á Enrique lY de
sus favoritos y del condestable Lucas de Iranzo.
A los paleógrafos ofrece el Sr. Uhagón, como remate de su
opúsculo, la hábil reproducción de una página del Cancionero.
Nos complace enaltecer esta última labor literaria de nuestro
compañero, que por serlo, nos priva de trazar aquí los justos elo-
gios de que es digno.
del convento de Santo Tomáe de Madrid del Orden de Frediea^
doree; manuscrito inédito del P. Fr. Antonio Martínei Escadero, hijo del
mismo Convento por los afios de 17S8 á 1807. Parte primera del tomo i.
PttbUcala ahora el Dr. J>. Frandsoo Vifials. Madrid, 1900. En 4.*, pág. 162.
En las consideraciones preliminares de este notable impreso, el
editor se remite, para más amplia descripción del manuscrito, al
articulo que han visto nuestros lectores en el tomo zxxv del Bole-
tín, páginas 458-462. La presente edición comprende seis seccio-
nes, conviene á saber: 1.*, el prólogo que puso á toda su obra el
P. Martínez Escudero;. 2.', la historia del convento de Santo
Tomás desde 1565 á 1777; 3.*, el catálogo de los religiosos, hijos
y prohijados del mismo convento, por orden cronológico de pro-
fesión hasta 1805, con expresión de la patria ó lugares del naci-
miento; 4.^, el índice general y biográfico de los que vivieron en
el convento y de los que están enterrados en 61, por orden alfabé-
tico de nombres de pila; 5.*, repartimiento que cupo á todos los
conventos de religiosos y religiosas de esta provincia (dominicana)
de España en 9 de Abril de 1795 para subsidio de guerra contra
la República francesa; 6.*, la lista de los ajusticiados en Madrid
448 BOLETÍN DK LA REAL ACADEIflA OB LA HISTORIA.
por orden cronológico desde 1595 hasta 180tí, notándose á meoD-
do la ra7,ón de la condena que padecieron.
L#a sección 4.', pí se hubiese publicado por entero, contendría
sextuplicado el tamaño qne el Dr. Vifíat? ha dndo á esta volumen,
y soda útilísima para el Diccion-trio biográfico y bibliográfiat ét
españolea ilustres que está preparando la Academia. CODlrayéa-
dose á la estrecha posibilidad de sus recursos pecuniarios y des*
provisto de toda subvención, el docto editor se ha limitado á pro-
ducir pocas biografías, entre ellas la de Fray Diego de Chaves,
confesor de Felipe II, y la de Fray Froílán Díaz, que tanto Sguró
en el reinado de Carlos el Hechizado. Sobrias y excelentes ntAts
del mismo editor esmaltan á trechos toda la obra.
Apringiii» de Brja. Son commentaíre de l'Apocftlyse, écnt sotis llieadií,
Bol des WiBÍgothH (63I-64B). Publié poor la premiére foia d'apréa lenti-
nuBcrít unique de rUnivemté de Cnpenbaftae par Dom Harina Pitotín,
BénédictiD de la Congrégation de Soleamea Príeuré de FaroboroDgfa. Avw
denx planches en phetogravnre Paria (Alphonse Picard, libraire, rae Bo-
naparte, 82] 1900.— En 4.°, págioaa xxvin-(-90.
Este volumen es el primero de la Bibliothéque PalrotogUpu
publicada por M. Ulysse Chevalier, que no dudamos será copiosa
y fecunda de nuevas investigaciones. Bl códice manuscrito, y
linico basta boy conocido, de la obra de Apringio sobre el Apo-
calip^'is, que se guarda en la Universidad de Copenhague, fué
como tantos otro» transportado de España, habiendo pertenecido
al célebre Dr. Benedicto Arias Montano, de cuya mano, y des-
pués de su firma autógrafa, se notó, al pie de la postrera págioii
lo aiguieute: Barcinonse descriptus eat liber iste ex alio vetustiore
manv exarato ann. iíXXXXII. et emptum anno MDCXVI. Con
esta publicación, sabiamente anotada, no ha merecido menos ds
la Patrología visigótica Dom Férotinque el P. Smedt, novísimo
editor (I) de la obra de otro autor lusitano, titulada De vita ti
miraculis Patrum Emerilensium.
F. F.— C. F. D.
(1) Véuw al lomo v <]el BolbtIh, pág. 201.
> V V •
SUMARIO DE
Prívüfgio» de Ámpudia.—
Epigrafía nnlillana. — Cef
Fuero» inédito» de Viguera
D. Alfonso el Batailado.
Nuevas inscripciones roma
Turis y Abia de las Ton
%
\
DE LA
REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA
TOMO XXXVII.— CUADERNO Vi
DICIElfBRE, 1900
MADRID
ESTABLECIMIENTO TIPOGRÁFICO DE PORTAN ET
IMPBBtOR DB LA RBAL ACADBlílÁ DB LA HltTOBIA
Calle de la Libertad , nüm. 39
-I eco
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BOLETÍN
DB LA
REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA.
TOMO XXXYII. Diciembre, IODO. cuadbbno yi.
informes;
I.
FUERO DE VIGUBRA Y DE VAL DE FUNES. SU APÉNDICE.
Al Fuero, propiamente dicho y tomado en su acepción general,
da remate esta cláusula (1) :
cEt yo, Don Alfonso Emperador otorgo á los hombres de Fanes é de sn
Val de todas fírmanzas é de fueros ó de otras ñdalgoias de Bigaera á los
Infanzones , é de Osma á los villanos >•
Por ella y por varios artículos del mismo Fuero (2) se infiere
con evidencia que bajo el nombre de valle se designa también la
villa de Funes en el partido de Tafalla (Navarra) , donde no fué
soberano otro emperador Alfonso sino el Batallador. El comple-
mento del Fuero en el citado códice de la Biblioteca nacional
dice así :
(1) BOLBTÍN, tomo mvii, pág, 368.
(2) 84, 86, 100, etc.; y Bingularmente el 347.
TOMO zxxvii. 29
450 BOLETÍN DK LA BKAL ACjI
Fuero que dio el Emperado
fuero de
Et yo Sancho Muiiio otorgo esl
Duendes et los lafaiizoaes /! los ot
I. Ningún orne uno A otro é i
X Todo borne qiii plague ua<
rales del conceyllo los mayorales
del fuero al clamant después qu(
mayorales.
3. Todo orne qui crebanla hu
meyo homicidio, si dient de la be
4. Todo ome qui plaga en la
sano sil puede devisar la seynnal
micidio.
5. Todo ome qui plague uno i
V ss. Si en aviento ó en quoare
ames sí non Qere en las arribas.
6. Todo ome qui ennayere ui
oviereu ea casa deolro que brag
dios armas ytando piedra ho azco
7. Todo ome qui pendrare fue
si iiou fuere á su ñama.
8. Ome qui crebauía casa en
dar camdela.
9. Toda fenma que sea prynn
guuo ata que sea parida, esto proi
10. Toda muyller que aya n
Bsto puede saber verdad en dos i
qui ayan bon testimonio á la jui
Je calonia, et si non puede sabei
3Sto es por palabra de mortiflcam
II. Toda muyller que aya m<
i pessar de su marido no la acul
jüél jure eu las ribas.
12. Todo ome que ha clamo d
FUfiRO DE TiaÜBHA Y DB VAL I>E ÉUNSS. 45 f
mal prez non la aculdra en casa dasta que se salve en Sant Este-
ban si tercera con buenas muylleres credederas.
13. Toda femnna que viuda et se case antes del hun ayuno
K^m piído debe v ss. de calonia.
14. Todo orne qui furia bestia quadrupedia si quiere letchuga
sis quiere bestia multar puede dar candella.
15. Qui furta buytrino debe lo capuyllar de millo en una efa
plana.
16. Todo orne qui furta ánsar debe zxv kafices de trigo. Qui
furta gayllo ó gayllina por cada uno debe v ss.
17. Todo orne qui lieba carnero coylludo aylleno é ío aya á
sus ovejas deve lx ss.
18. Todo orne qui peyndrare puerco de engruesso provando
con dos ornes v ss.
19. Todo orne que furta aradro aylleno á su vezino probando
con dos ornes lx ss.
. 20. Todo orne que malla muyller casada probando con dos
ornes LX ss. : é otra muyller que non aya marido probando con
dos omes v ss.
21. Todo orne que tiene el trillo aylleno de su era v ss.
22. Todo orne qui crebanta huerto cerrado é que tenga linda-
res con jura del seynnor que lo pusso lx ss.
23. Todo ome que vienga delant el alcalde á judicio estando
si se desmiente uno á otro cada uno debe v ss.
24. Todo ome que peyndra en aviento lx ss. en la quoresma
lx ss.
25. Toda cosa que mate á hombre debe homicidio, si la
mueylla mata al ome la mueylla por omizidio, si la bestia mata
al orne la bestia por homicidio. Si el buey mata al ome al buey
por homizidio. Si el puerco mata al ome el puerco por homici-
dio. Si la paylla lo mata al ome la paylla por homizidio, et assi
de las otras cosas.
26. Toda bestia que yaga peyndrada por su vezino hun dia
et un nueyt no a angueras de hun dia e una nuyt en adelante de
nuytes xii dineros, de dia vi dineros: el asno de nuyt vi dineros
et de dia iii dineros.
27. Todo ome que prenga bestia ayllena en el campo et are
#
boletín DK la KBAL academia de la BISTOBLl.
jylla V ss. et coa buey v sb, probando coa dos ornes el seyo-
dol ganado.
.. Todo ome qui va sacar bueyes que li aran por fuerza su
delis de la aguylla et saque los de su pieza , et uon debe ca-
, é si felis para delaat e los refiere lx bs.
'. Todo ome qui no ha peyónos el es au Bador vaya al ma-
1 et demaudel seynnal de Rey, e seyaalel el primer dia que
ita de las beras, en el segundo que no ysta de la villa, en el
roque do ysta de casa, et si seynnal crebanta cada dia rss.
loarto dia prender, é quoantas nuytes traymiytare tanu»
03 homicidios.
Todo ome qui taylle árbol ayllena que fruyto lieve á lo
indar de sn fruyto cada aynno, como dos ornes vean por
, et role el árbol ata que liebe fruyto tan bien como el dia
os tayllo, con jura que el lavio tayllar.
Todo ome que sea ferme por heredat et niegue puede dar
¡la.
. Todo ome qui es fianza de v ss. á suso é niegue puede dar
ila.
Toda testimonianza que sea por mano presa é niega, por
tgo consigra una jura en las vilas.
Toda deuda que sea de un aynno 6 de dos ayunos et da
ala que entre en aviento puede se alzar a quoatro por cinco
ida que sea fecha con jura que pague ó retienga su amor.
, Todo ome qui compra bestia si no ha trigo con que pague
o arobos de comuyaa, ó vi arobos de oriio, ó dos kafices
ena por tu kafices de trigo con su jura que no ha trigo sí
)or asemyent 6 para las tres pascoas del aynno.
, De qui vende pieza. — Todo ome qui vende pieza de un
de trigo en suso, el comprador ha adar ad aquell qui vende
:za é & todos sus fijos pan é vino é carne, el vino quoal fuere
sa, de hun arovo de trigo ayuso en hun pied estando pao
3.
Todo ome qui jure en Sanl Esteban uno á otro de dreyto
ss. de calonia esto sabiendo verdal en dos buenos ornes ó
s buenas muylleres.
Todo ome qui jure en las vilas uno á otro de dreyto ■
FUERO DB ViaüBRA Y OB VAL DB PUNB8. 458
tion jure lx ss. ha de calonia desto sopieado bona verdal en dos
omes ó en dos bonas muylleres que no han feyto prejurio nin
falsedat.
39. Todo orne que sea pastor é lievan oveyllas peyndradas
por fuerza debe meter appellido , é si por conceyllo es feyta la
peyndra que li emieode de conceyllo 6 sino agueyll por qui es
feyta la peyndra.
40. Todo orne que heredat venda que sea de patrimonio que
faga saber ha hermanos con dos omes ó á tres parientes á la
puerta de la eglesia.
41. De todo juyzio que juzgue el alcalde de v ss. á su tercio,
LX ss. su tercio.
42. Todo ome que| venda en aviento ó en quoaresma pan, ó
vino ó carne puede peyndrar ó por su aylloguero ó por su em-
priesto ó poresto no ha calonia ninguna en empriesto de aviento
^ de quoaresma.
43. Todo ome ó toda fenbra que entre con seynnor á soldada,
si el seynnor quisiere sacar al mancebo de casa ó la manceba ali
á doblar la soldada.
44. Todo mancebo ó toda manceba que entra con seynnor é
si ixiere de casa quel doble la soldada al seynor, é si enferma por
aventura ó li de qual sierva ó compóngase con él por aventura si
enfermare de Sant Miguel en adelant si en meses ó en bendemas
del dos peones todo esto aplazamiento del Seynnor.
45. Todo ome qui sea verdadero ó baylle de conceyllo sil vee
prender con jura del vaylle quel peyte el soto, 6 si non jure aquel
qui es acusado 6 de el daynno.
46. Todo ome qui entra con seynnor á soldada ó toda muyller
«n otra villa ó se faze pleyto ninguno y la aprobar con buenos
omes é debe pessar.
47. Toda muyller que aya su marido pasen fleglo en su fé
estando esposa ñanza, e por a testimonianza también como hun
ome: muyller que dos maridos aya ávidos no he para testimonia.
48. Todo ome que clamo oviere uno de otro qual clamo de-
mostrare tal fianza ha á dar quando fuere delant lalcalde á dar
ferme el su voz andando ha quedar de todo ome del Rey ayuso*
49. Todo ome qui promete fianza sobre su peyndra quanto
■n
BOLBTlN OB LA RBAL ACADRHIA DB t
I fuero mandare el trasmuylaa peíanos e se puodea probar
dos ornes li sb. de catonia.
0. Todo orne quí face fuerza á uno otro en su casa et se
de probar con dos ornes lx ss. de calonia el cuerpo á la
:ced del Rey.
1. Et Quyl orne puede sacar mancebo ni manceba de casa
) por predra 6 por huest.
3. Todo orne que sea baylle del conceyllo eu las rínnas debe
londerdeouyt é de día de lodo fniytalque tayllea, éde fruy-
i de vit, é de ubas ata que la cabaynna levante.
i. Todo orne que mate oveylla ó puerco que se pruebe coa
ornes peyte el puerco ó la oveylla é v ss. de calonia.
4. Todo ome que tenga mancebo ó manceba que lienga en
sasa por furto que Caga ata que de su pan ysiaésu aynno aya
iptido Qol flauEe, é después que su ayuno aya complido en
de furto puede dar candela.
&. Amelio puede dar i nieto un kaSz de sembradura de lie-
é bun arieuzo do vinna é una corba de casa.
6. Todo pastor que cate oveyllas de seynnor ai las crebaala
Dueyles ó de día debe venir con appellido á la villa é vayan
r buenos ornes el logar do fueron crebantadas, é vean el ras-
como va, é con jura de pastor que sea creydo.
7. Todo ome que vaya su pieza segar et faylla un daynno
ue al messeguero, é si nou faylla al meseguero clame dos
IDOS ornes con qui aprecien, si non faylla ornes suba en bou
ro é de á ti-es parles appellido é precie con sus segadores.
>8. Todo ome que sus vinnas de á meyas a labrar a las em-
anan el lavrador debe podar e cabar e edrar é si estas tres la-
es nol fase peyndrarlo ba por menoscabo, é pendra el fruyto
que noa sea cabada ó edrada.
»9. Todo ome qui casa de cabaynna 6 de corrales descobre
ss. ha de calonia, Ó á la cubrir también como antes era.
10. Todo ome qui fuerza muyller en el camino del Rey ai
idea probar con dos ornes mil ss. de calonia, ó si non por el
go puode dar candela.
ií. Todo ome qui meseguero sea á responder de nueyt é <**
\ al Beynnor de la piesa ata que yentre á segar su seyonor.
ramo db viemniA v de val db funbs. 455
Todo orne qui va á su pi«Ka á aegar é no ba eiida det^e
segar quanto entre la bestia é yeta et contra la carrefra esto qiw
Miguare ligue ó fágalo faxar esto si fuere vender de quoa fruyto
^ue fuere que lo emende de sera*
4S. Todo orne qui bestia quadrupedia aya apeytar un veriao
á otro peyte á de dos sieyllas é si oveylla fuere de preyndo ó de
dos dientes.
64. De toda villa que sea la heredat y debe levar fuero.
85. Todo'ome que y te oveyllas á pastor é yte las delante dos
omes que sean testimonios si menester fuere que no puede negar
en esto faga carta por a, b, c, partida e buesta por meyo partida:
«1 pastor ha de eer rendo en ti*oa tres carampas con su jura quel
lobo las matOy et de tres carampas á suso peytel sus oveyllas.
66. Todo ome et toda femna que passe deste sieglo al otro
debe leyssar leyto; si es ome non podient aya una márfega e una
coliedra é un plumaso et un almogela et un litar de lino, otro de
«topa et hun manto para los domingos corderuno et otro cotiauo
guoal fuere en casa la muyller que aya esto demás dos tocas para
Cutiano (I) et una para los domingos é si esto non fuere en casa
á bien vista de dos omes buenos quel den leyto.
67. Todo ome qui casa con femna á bendición su aduce el
iDarido paynnos de color et prende leyto á laudamiento de los
trapos.
66. Todo ome qui muga raneare de su vezino v ss. de calo^
nia, e quantas raneare tantos v ss.
66. Todo ome que aviente en su era é lieva la paylla el viento
ponga la forxa et tire quanto podiere de todas partes mas non á
entrar en su era.
70. Todo ome que aya contienda con su vecino por entrada
de vinna ó de pieía quel entre por do menos daynno faga et si
daynnol fiziere que ii enmendé como dos omes buenos vean por
biea«
71. Por diluvio de agoa que venga et daynno faga hun ve-
(1) Sobre esta palabra anticuada véase lo Dotado en el Bolbtín, tomo zxxin, pi»
gina487.
á
BOLBTlN DB LA RBAL
Otro que vayan ver bu<
por dont vaya lagoa qui
Todo orne et toda fem
ie hermaDos sean, del <
jurados de quaato y gai
i quiere de heredat.
Toda fem na que ha
r heredat nin empeyni
marido.
Todo orne que lieveá
to delant alcalde v S8. d
Todo vezino que tuey
quel tieoga, sino es c
a et asi pertd Domingo
De hermanos que va;
trimonio 8i mugas flncí
probar con dos hermai
e V SB. de calooia esto e
Todo orne que aradro
i furta mytral 6 cuytro
a.
Todo ome qui sea pa!
lar de nueytes tres ve<
et coa jura á asser ere
s.
Todo ome que dice ui
Esteban ls ss. dé calón
. Ribas esta verdad es á
eres.
Todo orne que díte u
■io eras et pueden saber
s muylleres lx ss. dé c
uede probar sobre verda
Todo ome qui clama
) LT ss. dé calonia et j
saber en dos ornes buei
uede probar por disto, d
FUBRO DB VIGUBRA Y DB VAL DB FÜNB8. 457
Dio aoücia, aunque muy breve, y se aprovechó de este fuero»
el sabio académico D. Francisco Fernández y González en la pá-
gina 134 de su premiada obra Estado social y politico de los mu'
dejares de Castilla (t): cEntre los manuscritos de la biblioteca del
Sr. Marqués de la Romana hay un fuero otorgado por don Al*
fonso el Batallador, cuyo principio, según noticia que nos ha
comunicado nuestro docto amigo el señor don Tomás Muñoz y
Romero, dice de esta manera: cAquesto es el Fuero de Viguera é
de Yal de Funes. En el nombre de Dios, que es Trinidad noa
departida, padre, fijo et espíritu sancto. Esta es carta del Fuero
que yo don Alonso emperador, di á los moros (2) de Val de Funes
é á toda su vallía. Todo ome que fuere neglígent por seynal quel
demuestren de que pertenesca, peche al palacio del senyor, dezel
tres et tome la quarta etc.» Por la muestra se advierte, que es
traducción relativamente de la carta primitiva; y aun lo es más
el manuscrito en que se conserva, el cual, á juzgar por la letra,
según el discreto paleógrafo que lo ha examinado, puede colo-
carse en cuanto á su antigüedad entre la úitima parte del siglo xv
y primera del xvi.»
Estoy completamente de acuerdo con er Sr. Muñoz y Romero
por lo tocante á la antigüedad del códice, que no sabemos cómo
fué adquirido para ingresar en la biblioteca del Sr. Marqués de
la Romana. De creer es que se escribiese en la villa de Funes, ó
por lo menos el origiual del que se tomó.
No he podido averiguar quién fuese el autor del apéndice. Llá-
manse juicios^ 6 sentencias firmes, todos fueros ^ es decir, decla-
rados tales, en virtud del cuerpo legal, que otorgó^ 6 autorizó
Sancho Munio ante los cuendes (condes) et los Infanzones é los
otros ornes buenos. Sospecho que acaeció al eelebrarse las Cortes
de Tafalla en 1469, y que de este año data la traducción del texto
legal en el estado que ha llegado á nosotros.
Mayor dificultad ofrece el compaginarlo con el privilegio del
rey D. Alfonso el Batallador ^ concediendo en Julio del año 1120
(]) Mtdrld, 1S66.
. (2) No dice «moros», 8ído «ornea». BsUy las demás inexactitudes de la eopia,
franqueada por el Sr. Muñoz, podrán verse en la mía.
BOLBTtN DB LA RBAL ACADBNU
habitantes de Punes, MarcíUa y 1
le los de Calahorra, que publicó
w, tomo 1, pág. 437. BI texto del
ce. Probablemente fué el de Vigu
¡pedirse el de Punes j de bu valle
erador se ampliase la primera con
6 en la cláusula sobredicha, lo q
a para los villanos, y para los inl
a.
y«drtd, I» da OeUbre da ]«».
INSCRIPCIONBS EN NUBV
Sr. D. Eusebio J. Molerá, ingenie
m Sau Francisco de California, h<
Academia cuatro fotografías llegad
lanuel Llórente, el cual ha acrecit
ue es autor, y en el que se ocupa d
is fotografías copian ó reproducen
ibrupus existentes en el territoríc
Montañas I^dregosaa, j que corapi
Juan, Grande del Norte, Colorado
I en que se presumió radicaban el
Se titula Cuadral amtrieaiu)i. VsneiuelK, Bri
¡oyEcusdar, por Uaouel Llórente Vázquez
lérica, cOd un pr61a^ de Luis Vldirt. U>dr
>■ obsequiado este «e&or á U Acadentlm con o
«Nm. VUtíu, C04liimtrei, tradicimut , mtmmtn
, miioíotí» , Autoría, tic, por y^Duel Llora
a prúlogo del Sicmo. Sr. Uuqiitt de BqIh.
I
1
INSCRIPeíONBS EN NUEVO MÉXICO. 459
las famosas Siete Ciudades de que dieron estupeudas noticias á
mediados del siglo xvi Alvar Niiñez Cabeza de Vaca y Fr. Marcos
de Niza y y que se nombró Nuevo México^ cuando, acabado el si-
glo, lo exploró D. Juan de Oñate.
Hay por allí notabilísimas formaciones geológicas, vulgarmen-
te llamadas cañones, peñoles, cabezones y mesas, y en su nü*
mero, cerca del río Zuñi, descuella la que se denomina el Morro ^
con paredones casi verticales de muchos metros de altura, en los
que dejaron testimonio de su paso varios españoles , escribiendo
lo que con toda fidelidad transmiten las fotografías, así :
Agvstyn de ynojosa
Juan gosales — 1629. (1)
Ju* 6ars* d la Riuas AlcMe ordinario
de prime boto d la Vil * de santa fe
y alguasil mayor del sato, ofisio
A de 1716 A 26 de Agos^
Alongó várela. fran ^ várela
+
nicolas duran
fr Luis pacheco
+
Roque gomes
Antonio de Zalas
(l) Aunqae no ofrezca duda la inteligencia de las inscripciones, parecerá más
clara acomodándolas á la orto^afía moderna. Corregidas en este concepto y el de
daearroUo de las abreviaturas, dicen :
1. Agustín de Hinojosa.— Juan González. 16^.
2. Juan García de las RivaSf alcalde ordinario de primer Toto de la villa de Santa
Fe y &)9uacil mayor del Santo Oficio, año de 1*716, á 26 de Agosto.
8. Alonso Varela.^Franci8C0 Varela.~Nicolás Duran.— Fr.— Roque Gómez.— Luís
Paebeoo.— Antonio de Salas.
4» El día 14 de Julio de 1136 pasó por aquí el general Juan Páez Hurtado, visitador
y en su oompa&ia el cabo Joeeph Trujillo.
5. Día 28 de Septiembre de 1*787 llegó aqui el limo. Sr. Doctor D. Martín de Bli-i
lacocbea, obispo de Durango, y el día 29 pasó á Zuñi.
á^
) boletín db la rkal acadbuia db la historia.
s! dia 14 de jvlio de 1736 pasó por aqvi
il gen juo paez hvrlado viaytador
f en 8u compañía el cabo Joaepb trvxillo
Dia 28 de Sep< de 1737
lego aqui el YUmo S' D' D' ilra
le £lizacochea Obpo de Durango
f el dia 29 paso a
Zufli
jOmo estas leyendas habrá quilas otras en los murallonesde
región, porque desde el año 1537 en que los empezó FraDdsco
zquez Coronado, hasta 1783, se hicieron sin cesar riajesde
onocimieuto y se escribieron y aun publicaron reladonea »•
:iñcadas en el tomo x de las tíemoriaB de esta Academia (t|.
su biblioteca existe, con la signatura A. 146, est. 23, gr. G,
manuscrito de 327 hojas en folio (3) , comprensivo de la eipe-
ión de Fr. José Narváez Yalverde á la proYÍncia de Hoqui,
a leguas al O. de Santa Fe, con referencia de las que verífla-
I Fr. Francisco Alvarez en 159»; tos PP. Fr. Juaui de Garicoe-
)a y Fr. Antonio Miranda en 1700; el gobernador D. Pedn
drfguez Cubero en 1701; de Fr. Juan Mingues en 1707; de
Antonio Camargo en 1716; de Fr. Antonio Miranda eo 1721;
Fr. Francisco de Archundi en 1730.
^o se hace en este códice mención de las entradas intermediu
alcalde Juan García, del general Juan P^ez Hurtado ydel
spo de Durango D. Martin de Elizacochea, y ofrecen, por un-
ías inscripciones enviadas por el Sr. Molerá un dalo de íQK-
, por el que se ha hecho acreedor al reconocimiento de la Ac»-
nia, que se ha consignado en acta.
Hadrid, seda Octubre de laOO. .
CesX.RE0 FsANilNOBt DOBO.
< Bd bI Infortae titulada Día Bitgo dt Ptítatontn m dncuiriminU M xM''
TAMAÑO Doaiiitauot para ¡a >ii*tar4^a*t Nmttt ¡U»le*.
J
DATOS B8PBRBNTE8 Á. BBATRIZ ENRÍQUBZ DE ARANA.
461
_f
III.
DATOS NUEVOS REFERENTES A BEATRIZ BNRIQUEZ DE ARANA
Y LOS ARANAS DE CÓRDOBA,
ENCONTRADOS POR D. RAFAEL RAMÍREZ DE ARELLANO.
En el verano de 1892, pasando de Málaga á Madrid para insta-
lar en la Exposición colombina los objetos de arte que enviaba
la citada capital andaluza, nos detuvinaos en Córdoba muy pocos
días. Al llegar supimos que el Ayuntamiento había acordado dar
á una calle el nombre de Beatriz Enríquez de Arana, madre de
D. Fernando Colón y amante del célebre descubridor del Nuevo
MundOy y que, además, había abierto un concurso para premiar
la mejor memoria en que se probara el casamiento de Cristóbal
Colón con la cordobesa.
Todo estaba preparado para colocar , con toda pompa» el ró-
tulo en la calle y hechas las citaciones para el acto de distri-
bución de premios del certamen. Casi no nos quedaba tiempo
para combatir tan descabelladas ideas; pero como teníamos á
nuestra disposición la rica biblioteca de nuestro inolvidable tío
el marqués de la Fuensanta del Valle, acudimos á ella, y, en po-
cas horas, redactamos un artículo que se publicó en el periódico
La Unión y oponiéndonos á que se perpetuase el nombre de uua
cordobesa cuya única celebridad consistía en haber sido un poco
ligera de cascos, aunque fuese la querida de un gran viajero y la
madre de un escritor insigne.
Valiéndonos de los testamentos de D. Cristóbal y D. Diego
Colón , de algunas frases del padre Las Casas y del silencio que
para su madre guarda el fundador de la biblioteca colombina,
pudimos convencer al Ayuntamiento de que Beatriz Enríquez
había sido una pobre muchacha seducida, que no fué esposa de
Colón, que éste, según se cree, no era aún viudo cuando engen-
dró á D. Fernando, y que no había celebridad plausible en aque-
^'a mujer para que se diera su nombre á una calle, mucho más
uando tal nombre sólo sería un padrón de deshonra. El Ayun-
■ti.
«2
BOLBTtN DB LA ABAL ACADBIIIA t^t LA HISTORIA.
tamiento oyó nuestras razones y el rótulo no se puso, pero se
adjudicó el premio á una desdichada memoria que reproducía,
con distintas palabras, las fábulas consignadas por el Dr. D. An-
drés de Morales y Padilla en su Hi$toria de Córdoba , que dejó
inédita en el archivo de la Corporación municipal. Et laureado
escritor casaba á Colón, hacía de la Enriques una dama de la pri-
mera nobleza que, con sus encantos, retuvo en Córdoba al almi-
rante y le presentó y recomendó á la Reina; en una palabra, i
ella ó á sus hermosos ojos, como dice el Duque deRivas, se debió
el descubrimiento de América, y no contento con éslo, la Uctó
de viaje por donde mejor quiso y la hizo pasear del brazo de Don
Fernando el Católico por las calles de Barcelona.
Fuerza será omitir el nombre del autor y mucho más el de los
señores del jurado que premiaron tan monstruoso engendro, sí
hemos de ejercer de algún modo la caridad cristiana. La Memoria
no se publicó y ni existe el manuscrito en el archivo de la ciudad.
No volvimos á ocuparnos de este asunto porque creíamos ago-
tado el tema con lo que entonces se escribió en España, Francia
y Portugal, y habían pasado algunos años, cuando, un día, ho-
jeando un manuscrito en la biblioteca colombina, en el folio 38
del tomo lxxii, de varios en folio, nos encontramos este apunte,
entre otros, referentes á escrituras cordobesas.
«Escrituras ante P."" González Escribano, cuyo oficio año 1636
tenia Jerónimo Gutiérrez.
Codicilo de Rodrigo de Arana, hijo de Juan Enríquez de Ara*
na, heredero á Diego de Arana, su hijo, y Catalina Arana, su
nieta, natural de Trassierra, casado con Lvcía Rúales. 4 Agosto
de 1489.»
Desde el primer momento nos pareció que era éste un docu-
mento interesante para poner en claro la progenie de D. Fernan-
do Colón, y nos decidimos á buscarle. Vinimos á Córdoba, pe<ü-
mos permiso para hacer la investigación al archivero de protoco-
los D. Sebastián Pedraza que nos lo dio inmediatamente, y pues-
ta mano á la obra, hallamos y leímos el codicilo precioso que lle-
va el número IV entre los documentos justificativos del presente
trabajo.
Rodrigo de Arana es el nombre de uno de los que se dice ar
'»"■ .
■t
DATOS RBBERBNTBS Á BBATRIZ ENRÍQDBZ DE ARANA. 463
pañaron á Colón ea su primer viaje (1), y quedó en guarda del
fuerte de la Navidad en la isla Española. Otros le llama a Diego.
Era primo de Beatriz Enríquez. Esto creíamos antes de leer el
codicilo; después pensamos de distinta manera. Leído el docu-
mento, encontramos que Rodrigo de Arana era hijo de Juan En-
ríquez de Arana, que, estando enfermo en Trassierra, hizo testa-
mento en 31 de Julio de 1489, ante el escribano Diego de Córdoba,
y que, siguiendo* enfermo, hizo codiciloen la collación de Santo
Domingo, cuyo vecino era, ante Pedro González, para reformar
algunas cláusulas de la escritura anterior. Seguía enfermo, y es
probable que muriese entonces. Debía ser viejo puesto que tenía
una nieta. Lo primero interesante que de allí dedujimos es que
el hijo se llamaba Diego de Arana y que el Rodrigo uo era primo,
sino tío de Beatriz; por consiguiente, el defensor del fuerte de
Navidad se llamaba Diego, positivamente. En esto coincide el co-
dicilo con el padre Las Casas, que conoció mucho á esta familia y
siempre le nombra de esta manera en los pasajes siguientes (2).
La primera vez que el padre Las Casas le nombra es después
de referir el naufragio de Colón en las costas de la Española la
nochebuena de 1492 (3), en que dice: «Envió luego el almirante á
Diego de Arana,. de Córdoba, alguacil mayor de la Armada, á
hacer saber al rey Guacanagarí, que le había enviado á convidar,
el desastre y fortuna que le había sucedido.»
Más adelante, hecho el fuerte de Navidad y decidido el regreso
á España, «eligió para quedar en aquesta tierra y en aquella for-
taleza e villa de Navidad, 39 hombres los más voluntarios y ale-
gres y de mejor disposición y fuerzas para sufrirlos trabajos, que
entre los que allí consigo tenía, hallar pudo. Dejóles por capitán
á Diego de Arana, natural de Córdoba, y escribano y alguacil con
lodo su poder cumplido, como él lo tenía de los Católicos Re-
yes» (4). Poco después, al despedirse de Guacanagarí, «le dijo
cómo determinaba partirse, y que dejaba aquellos cristianos allí
para que le acompañasen y sirviesen , y defendiesen de los cari-
bes... por tanto, qne se los encomendaba mucho mirase por ellos,
especialmente por Diego de Arana, y Pero Gutiérrez y Rodrigo
de Escobedo que dejaba por sus tenientes... » (5).
Mal les fué á los 39 hombres en el fuerte , si bien parece fué
n
4M
464 bolbtIn db la real academia de la historia.
castigo de sus pecados lo que les sncediii, pues como floaldel
.desastre (6) ivino el dicho rey Caonabo con mucha geate á la tur
taleza doude no había más del Diego de Araaa, el capitán, j
otros cinco ... y de noche puso fuego á la Tortaleza y á las cssu
donde aquellos estaban, porque no estaban, por ventura, en la
fortaleza, los cuales, huyendo hacia el mar se ahogaron.*
Como se ve ni una Eola vez dice el obispo de Cfaiapa Rodriga.
y siempre escribe Diego; pero aüu le nombra otra vez (7) al hablir
de la tei-cera expedición del almirante, que salió de Saolücarde
Barrameda el 30 de Mayo de 1498, y «puso por capitán de uo u-
Tto á Pedro de Arana, natural de Córdoba, hombre muy hoon-
do, y bien cuerdo, el cual yo muy bien cognoscí, hermano de U
madre de D. Hernando Colón, hijo segundo del almirante y pri-
mo de Arana, el que quedó en la fortaleza con los 38 hombres
que halló á la vuelta muertos el almirante...»
El padre Las Casas debió oir este relato de labios del propio
Pedro de Arana y saber de él (puesto que también lo conoció],
que Diego era su primo. No cabe duda de que el muerto lastimo-
samente en el fuerte de Navidad se llamaba Dieg-o, y era pñms
de Beatriz Bnríquez, y no cabe duda tampoco de que es el miafEO
de quien se habla en el codicilo de Rodrigo de Arana, su padre.
No estará el lector tan convencido como nosotros, pero nos din
la ratón del todo cuando sepa que Rodrigo de Arana dice en !■
escritura citada que Beatriz Eurlquez era su sobrina, con estas
palabras (8):
•E por cuanto mandó que ficiese cueuta con Beatriz Enrfqun
su sobrina, hija de Pedro de Torquemada, e si algo le aleonase
que lo cobrare, mandil que non faga cuenta con ella ni le pidaa
cosa alguna por que le face gracia de lo que le debe, esi algolí
debierf. »
Es concliiyeiite que Beatriz Enríquez y Diego de Arana eru
primos; pero preguntará el lector, como nos preguntamos dos-
otroB entonces, si esta Beatriz, hija de Pedro de Torquemada, esU
Beatriz amada por el descubridor de América. Algunos aüos hem»
tardado en podernos contestar de una manera satisfactoria, hisB
el pasado de 1809 en que, por Noviembre, de una manera cod!-
tanle nos dedicamos á investigar en el archivo de protocolos i-
DATOS RBFEBENTE8 Á B:¿ATRIZ BNRIQUBZ DK ARANA.
465
to8 documentos pudiéramos, sobre escritores» artistas y hechos
<;ordobeses. Cerca de un año hemos dedicado á ésto sin faltar día,
acompañados del paleógrafo D. José López Amo, diligente archi-»
vista del Ayuntamiento de Córdoba, y nuestros afanes han sido
<:oronados del éxito más lisongero. Hemos podido completar la
biografía de Pedro Tafur, de quien sólo se sabía que escribió un
itinerario á Oriente (9), la de Gonzalo de Ayora, de quien sólo ha«
bfa datos obscuros é incompletos, hemos encontrado los testa-
mentos de Antón de Montoi*o y Lope de Rueda, muchos docu-
inentos de D. Luís de Góngora, Ambrosio de Morales y Gonzalo
<ie Saavedra el autor de Los pastores del Beiis, loi nombres y
obras de muchos artistas notabilísimos hasta ahora desconoció
dos (10), y, por último, el testamento y e! inventario de bienes de
la madre de Beatriz Bnríquez y de Pedro de Arana, ambos hijos
de Pedro de Torquemada, que son los mismos á quienes se refie-
re el último texto copiado de la Historia de las Indias, Estos do-
<)umentos llevan los números II y III al final de este trabajo.
Lástima grande ha sido no poder hallar el testamento de Ro-
drigo de Arana, hecho en Trassierra el 31 de Julio de 1489, por-
que en él, con más amplitud que en el codicilo, se dirá qué clase
de cuentas eran las pendientes entre él y su sobrina Beatriz , tal
vez la clase de servicio que ésta le prestara y hasta se vislum-
brará, porque tal vez enojado con ella manda que se le cobre y
cuatro días después le hace merced de la deuda. El documento no
se ha encontrado porque de la escribanía de Trassierra no hay
más que un libro de fechas más modernas.
Del documento número II resulta que Pedro de Torquemada
murió antes del 2 de Junio de 1471 en que testó su mujer Ana
Núñez de Arana. Era ésta hija de Pedro Núñez de Arana, difunto,
y de Leonor Núñez, que le sobrevive. Tenía una hermana llamada
Mayor Enríquez de Arana, y del matrimonio de Ana Núñez y de
Pedro de Torquemada quedaron dos hijos, Pedro de Arana y
Beatriz de Arana, ó sean^ la amada de Colón y el capitán de uno
de los navios que salieron de Saniúcar en 149S. Creemos que es-
tos datos bastan para identificar la persona de quien venimos ha-
blando. Ana Núñez murió el mismo día en que dictó su última
voluntad, según se desprende del principio del inventario.
90
,.^•^1
TOMO XZZVII.
DB LA HBAL ACAD2HIA OB LA HISTORIA.
Heinos encontrado tambiéo cl testamento de Pedro de Torqae-
ada, en un tomo rormado'de restos de escrituras, colocados &d
■den ni concierto, pero lan deteriorado que soto se puede leer de
lo que ponemos entre los documentos al numero I y no ofrece
ida interesante, ni siquiera la fecba que está destruida comoU
ayor parte del instrumento.
Otra escritura, la que lleva el ntimero VI, está falta del priací-
o,yno se sabe qué persona fuese laque testó en l2deM3rode
78. Sólo se sabe por el contenido de lo que queda que era odj
ujer, al parecer, en posición desahogada, y soltera ó viuda m
jos, puesto que deja por heredera á la Santa Cruzada. Manda
tadama incógnita á su sobrino Rodrigo de Arana t.UOO mará-
dises, á su sobrina Mayor Bnríquei 2.000 maravedises y i suí
rmanas Catalina Rodríguei, viuda de Juan de Torres, y Elrin
)nzález, viuda de Martín Molioa 2.000 maravedises á cada aaa.
>nibra otro sobrino, clérigo, capellán de San Pedro, llamado
lan García de Saucedo.
De estos parentescos podría conjeturarse que Rodrigo de Arana,
lyor.Enríquez y Ana Núñez fuesen hermanos si no supiésemos
r el codicilo del primero y el testamento del ultimo que no son
¡03 del mismo padre, pero parécenos verosímil que Pedro Nú-
z de Arana, abuelo materno de Beatriz Enríquez, fuese ber-
ino de Juan Enríquez de Arana, padre de Rodrigo y abuelo de
ego de Arana, el que murió en el fuerte de Navidad.
Rodrigo de Arana debió ser casado dos veces, siendo del primer
itrimonio el hijo Diego. En segundas nupcias casó con Lucia
íñez, y no Rúales como dice el asiento del códice colombino (ll!i
ien también sería viuda al tiempo en que casó con Arana. Aíi
desprende del testamento de ésta (documento Küm. V), donde
E^tituye herederos á su hermana Leonor Gutiérrez y á su hijo
ego de Góngora (12} y no nombra para nada á Diego de Arana
i Catalina, hijo y nieta de su marido.
De todo esto deducimos que Diego de Arana era primo segundo
Beatriz Enrfquez y los padres de éstos primos hermanos.
Respecto á la condición social de esta gente, puede asegurar*
e perteuecian al estado llano, aunque tuviesen algunos bi'^'i^
fortuna. Pruébalo el que Pedro de Arana aparece eutr ^
DATOS REFERENTES Á BEATRIZ ENRÍQUEZ DE ARANA. 467
criados de D. Fernando Colón en el testamento de éste publicado
por Mr, Harrisse, y aún más el que en 27 de Octubre de 1472 un
Lope de Arana, hijo de Ruy Díaz de Arana, casó con Violante
Suárez, hija de Diego Suárez y de Leonor Fernández, criada de
D. Egas Yenegas,
(Véase el documento nüm. VII.)
Otros dos documentos, los números VIII y IX, nos dan á co-
nocer otro Rodrigo Enríquez de Arana, hijo de Juan Rodríguez
de Arana (13), casado con Constanza de Alarcón y en mejor po-
sición que sus parientes. Algunos días hemos estado creyendo
que estos Rodrigos eran uno mismo y que habíamos leído mal
el apellido del padre, pero hemos vuelto á examinar los tres do-
cumentos en que se le nombra y no cabe duda de que en dos dice
Rodríguez y en uno Enríquez.
El 2 de Junio de 1471 murió, como hemos dicho antes, Ana
Núñez, dejando huérfanos de padre y madre á Pedro de Arana y
Beatriz Enríquez y encomendados á su abuela Leonor Núñez y á
su tia Mayor Enríquez. Debieron quedar muy niños, puesto que
á la muerte de D. Fernando Colón, en 1539, vivía aún el primero,
y desde la fecha primera á la segunda hay sesenta y ocho años.
Es muy probable que el nacimiento de Beatriz fuese la ocasión de
la muerte de su madre. Quedaron pobres, muy pobres. Ana
Núñez no murió en su casa, sino en la de su madre ó su herma-
na, puesto que testó en el barrio de San Pedro y su domicilio era
en el de Santiago (14).
En su habitación no se encontraron más que muebles muy
viejos y muy escasos (15); cualquier jornalero de hoy tiene más
y mejores. Mayor Enríquez la socorría bastante en sus desgra-
cias, según se expresa en el testamento, y aunque dejó algunos
bienes raíces, son insignificantes, pues se reducen á una huerte-
zuela, un lagarejo y dos pedazos de viña en el pago de Trassierra,
que siempre fué y es pobre y montaraz y que acaso se vendieran
para poderse mantener la familia de allí adelante.
De quince á veinte años debía contar Beatriz en 20 de Enero
de 1485, que llegó á Córdoba por primera vez Cristóbal Colón (16),
y quién sabe si sería la moza del mesón en que aquél se hospe-
dara. El futuro almirante siguió á la corte durante el invierno
468 BOLETÍN DE LA REAL ACADEMIA DE LA HI0TOIIIA.
de 1486 á 87 á Salamanca y Córdoba. En 5 de Mayo del 87 recibió
en Córdoba el primer socoif o pecuniario de los Reyes Católicos,
consistente en 3.000 maravedís por cédula de Alonso de Quinta*
nilla<;on mandamiento del obispo de Palenda (17). De aquí fuéi
Málaga y en el invierno de 1487 á 88 tuvo sus amores con Beatrii,
que parió el 15 de Agosto del 88. Después del nacimiento de Don
Fernando fué Colón á Portugal, acaso á la muerte de su mujer
Doña Inés Moñiz de Perestrello, y estaba de vuelta en Córdoba
el 12 de Mayo de 1489, en que se dio orden para que le dieras
albergue en todas las villas donde el servicio de sus Altezas re-
clamara su presencia (18).
Nada más que esto se sabe de la estancia en Córdoba de Colón,
porque las actas capitulares de la catedral de este período no exis-
ten y las del Ayuntamiento no le mencionan, y hasta ahora no
se ha encontrado ningún documento publico otorgado por él ui á
que estuviera presente. Queda, pues, en el misterio cómo trabó
Colón conocimiento con Beatriz, habiéndose puesto en claro so-
lamente que ésta no era noble, ni rica, sino sólo una pobre huér-
fana medio ó totalmente abandonada y muy joven, por todo lo
cual muy eipuestaá ser seducida, como lo fué por el gran nave-
gante. Cristóbal Colón no dejó de conocer su falta y le asignó por
su testamento una pensión anual de 10.000 maravedís, encar-
gando que se le pagara, poique esto era «en descargo de su con-
ciencia». También protegió álos parientes de Beatriz, Uevandoea
sus expediciones á Diego y á Pedro de Arana.
Creemos que con los documentos que á continuación copiamos
y con lo dicho queda delineada bastante bien la figura de Beatriz
Enriquez y determinada la condición social de ella y los suyos:
gente sencilla, honrada pero pobre y de humilde extracción, f
antes de concluir daremos cuenta de otro documento que h^nos
encontrado sin relación con esta familia, pero que debe conocerse.
Es el último que publicamos entre los justificativos, y sirve para
afirmar que, ó. había eu España antes déla venida de Colón gente
que usaba este apellido, ó vino antes que él un pariente de quien
nadie ha hablado, pero que en España ó en Portugal vivía bas-
tante tiempo antes de 1489, en que testó en Córdoba estando c
fermo. El testamento no ofrece nada interesante más que el nc
DATOS BSPBRSNTK8 i BEATRIZ BNRÍQUBZ DB ARANA. 4M
bre del padre del testador. Este se llamaba Pedro González, hijo
de Bartolomé Colom González ó Sánchez. El segando apellido
está abreviado, pero creemos que dice González. Ambos nombres
están escritos como indica este calco.
No creemos que sea Bartolomé Colón hermano de Cristóbal,
por el segundo apellido, puramente espado!. Si no es éste y per-
tenece á la familia, es indudable que debía andar por aquí hacía
mucho tiempo, porque el testador era casado, con hijos y una
hija. Constanza Díaz era casada en segundas nupcias. Hay que
suponerle al padre por lo menos cuarenta años de edad, y el Bar-
tolomé Colom, aunque sólo tuviese otros veinte más que su hijo,
tendría sesenta, y como el segundo apellido es español, hay que
suponer que hacia 1425 ó poco más vino á la Península un Colón
que se casó y avecindó. De aquí nace un nuevo problema. ¿Moti-
varía la venida á España de Cristóbal Colón la estancia en ella de
alguno de sus ascendientes?
Problema es éste que sólo un examen muy minucioso de los
archivos de protocolos lo podrán aclarar, y ese examen acaso
nunca se haga.
Rafabl Ramírez db Arbllano.
DOCUMENTOS JUSTIFICATIVOS.
Documento ntun. I.
Restos del testamento de Pedro de Torquemada.
Oficio 14, nota ó tomo 16, cuaderno S, folio 14.
Sepan cuantos esta carta de testamento vieren como yo Pedro
de Torquemada fijo de Juan Ruiz de Biedma vecino que so en la
muy noble e muy leal cibdad de Córdoba en la collación de Sant
Miguel estando enfermo del cuerpo e sano de la voluntad por
ende fago e otorgo este mi testamento c manda de mis bienes a
470 boletín ob la rbal academia de la historia.
honor de Dios e mando primeramente mi anima á Dios
gloria e paraíso
Mando que mi cuerpo lo enlierren en la iglesia de Sant Miguel
en esta ciudad e mando misas y mandas de costumbre á
los frayles de Sant Francisco cincuenta mrs. e mando á Marina
Rodríguez
Documento núm. II.
Testamento de Ana Nüñez de Arana.
Oficio 14, nota 7, cuaderno 12, folio 169.
Sepan cuantos esta carta de testamento vieren como yo Ana
Nuñez de Harana mujer legítima de Pedro de Torquercada, que
Dios haya, vecina que so en la muy noble e muy leal cibdad de
Córdoba en la collación de Sant Pedro estando enferma del cuer-
po e sana de la voluntad y en mi buen seso, memoria e entendi-
miento natural cual Dios me lo quiso dar e creyendo firmemente
en la santa e verdadera Trinidad asi como todo fiel cristiano debe
creer e temiéndome de la muerte que es natural, de la cual per*
sona alguna no se puede escusar e porque por esto el mejor re-
medio que yo pueda haber es tener escrito e ordenado mi testa-
mento e mi postrimera voluntad, por ende conozco e otorgo qae
fago e ordeno este mi testamento e ultima e postrimera voluntad
de mi e de todos mis bienes a honor de Dios y de la Virgen Santa
Maria madre, con toda la corte celestial, en que mando primera-
mente mi anima a Dios padre mi señor que la fizo e creó e redi-
mió a la su santa gloría e paraíso, e encargo, cuando de mi
acaesca finamiento, mando que lo entierren en la iglesia déla
dicha collación de San Pedro e mando que el dia de mi enterra-
miento que me digan en la dicha iglesia de San Pedro una misa
de réquiem cantada e dende en adelante fasta los nueve dias pri-
meros siguientes que me digan cada dia una misa rezada e que
fuera de los nueve dias que se diga otra misa de réquiem cantada,
e mando que se ofrende de pan e vino e cera en la dicha iglesia
de Sant Pedro los dichos nueve dias, e mando a la obra déla
dicha iglesia de Sant Pedro por honra de los santos sacramentos
que recibo diez mrs., e mando a la cruzada e de la Santa Trínid
DATOS REPERBNTBS Á BEATRIZ ENRÍQUBZ DE ARANA. 471
a cada una un maravQdi, e a Santa María de la Merced treinta
maravedís para ayuda á la redención de los cristianos que están
cautivos en tierra de moros, e cuando á la obra de la iglesia ca*
tcdral desta cibdad seis mrs. e cinco dineros por ganar sus santos
perdones e indulgencias e mando á las emparedadas de todas las
iglesias de esta dicha cibdad con las de Santa Maria de las Huer*
tas, á cada una un maravedí y encomiendoles que rueguen á
Dios por mi aqima, e mando que digan cinco misas rezadas en la
dicha iglesia, de Santa Maria por el anima de Pedro Nuñez de
Harana mi padre, e mando á Mayor Enriquez de Harana mi her-
mana el remanente del quinto de todos mis bienes raices e mue-
bles e derechos e acciones por el buen deudo que con la dicha mi
liermana tengo e por gran descargo de muchas honras e buenas
obras que de ella he recibido e recibo de cada dia, e cumplido e
pagado lodo esto que yo aqui mando en este mi testamento en la
manera que dicha es, el remanente que fincare de todos mis bie-
nes raices e muebles e derechos e acciones mando que lo hayan e
hereden Pedro de Harana e Beatriz de Harana mis hijos legítimos
e de dicho Pedro de Torquemada mi marido á los cuales yo esta«
•blezco por mis herederos legítimos en todo el dicho mi remanente
de los dichos mis bienes. E para cumplir e pagar todo esto que yo
^qui mando, en este dicho mi testamento en la manera que dicha
eSi fago mis albaceas a Leonor Nuñez mi madre e a la dicha Ma-
yor Enriquez de Harana mi hermana, e apoderólas de todos mi^
bienes e dolos poder cumplido, libre e llenero para que ellas o
cualquier de ellas por si insolidum miren e tomen mis bienes q
de ellos vendan e cumplan e paguen todo esto que yo aqui mando
y encargólas en esta parte sus conciencias; revoco e anulo e do
por ningunos e de ningún valor eefeto todos cuantos testamentos
e mandas ecodicilos que yo ñz e tengo fechos e ordenados en
cualquier manera antes de este que otro alguno no quiero que
valga, salvo este que es mi testamento e testimonio de la mi pos-
trimera voluntad que es fecha e otorgada esta carta de testamento
eii la dicha cibdad de Córdoba dos días de junio año del naci-
miento de nuestro Salvador Jesuchrislo de mil e cuatrocientos e
setenta y un años. Testigos que fueron presentera] otorgamiento
4q esta carta de testamento, llamados e rogados ppr parte de mi
^
i
r
472 BOLETÍN DB LA REAL ACADEMIA DE LA HIETORIA.
la dicha Ana Nuñez de Harana testadora con el escribano publie»
4e ynsoescrítOy Alfon García de Bcija fijo de Juan Alonso de
^ Ecija, e Ñuño González Perrero fijo de Juan Alfon Perrero e
^ Oarcia Rodríguez peraile hijo de Pedro Rodríguez de Valladolid
[ e Lucas Fernandez fijo de Miguel Fernandez e Antón Garda al-
t bañil hijo de Esteban García albañil vecinos e moradores en «u
dbdad de Córdoba. Yo Gonzalo González escribano publico de
K Córdoba en uno con los dichos testigos fuy presente al otorga-
miento de esta carta de testamento e so ende testigo.
í .
Documento núm. ItL
<i
) ■
I Inventario de bienes de Ana Nüñez de Arana.
Ofido 14. Noto 7. Gaaderno 12, íoL 165.
En Córdoba nueve dias del dicho mes de junio del dicho añe
de setenta y uno estando en unas casas que son en la colladon de
fianUago en las cuales facia su morada al tiempo que vivía Aoa
Nuñez de Harana mujer de Pedro de Torquemada, difunto que
Dios haya, estando y presentes Leonor Nuñez su madre e Mayor
finriquez de Harana su fija e hermana de la dicha Ana Nuúez^
lafi cuales dijeron que hoy ha siete dias que la dicha Ana Noñei
falleció de esta presente (eicj la cual fizo su testamento por escrito
eomo por bien tubo en el cual fizo ciertas mandase legados áp6^
Sonas ciertas e lugares señalados e las hizo albaceas, las cuales
dijeron, que como albaceas querían facer inventario de los bíeoe»
muebles que ella dejó por suyos en las dichas casas e así mismo
de los bienes raices que por suyos dejó los cuales dichos bieoes^
son los siguientes.
Primeramente un almadraque con lana demediado.
Otro almadraque con lana vieja.
Vn colchón de estopa con lana demediado.
Yn almadraque de cama llena de paja usada.
Otro almadraque vacia vieja.
Dos sabanas de estopa vieja.
Cuatro almohadas de lienzo con lana viejas.
Vna colcha blanca usada.
i
DATO» HFBRBNTBS I BBATRIZ BlfRÍQDBX DB ARANA. 473
Va paño de cama viejo.
Vna alcatifa usada.
Seis bancos y dos zarzos viejos.
Dos zargas de lana colorada viejas.
Vn suelo de lienzo de estopa colorado usado.
Vd baúl pintado.
Otro baúl blanco viajo.
Vn arca grande con su cerradura e llave usada.
Vna mesa de torno con un ¿bastón? usada.
Yna almazala vieja.
Vna arteza mediana usada.
Vn calderete pequeño viejo.
Yna sartén de cobre vieja.
Dos azadores de bierro medianos.
Vnas parrillas viejas de hierro.
Yn brasero de hierro viejo.
Ynas trévedes e un polvero viejo.
Yna silla de costillas vieja.
Yn costal para harina viejo.
Yna arquilla pequeña sin cerradura vieja.
Yn arca vieja sin cerradura.
Tres canastas de mimbre viejas.
Ynos manteles de lienzo e otros de estopa pequeños usados.
Yna espada quebrada con su vaina.
Dos candiles sin candilejos.
Yna zaya aceitunada usada de paño de la tierra.
Yn mantillo prieto usado de veinte.
Yna camisa de herrado vieja de lino orillada.
Yn tocadero de lino viejo.
Yna ¿yaplilla? vieja.
Yn jubón fiesta blanco con mangas e collar de paño aceitunado
viejo y roto.
Yn zayo de paño de diez y ocho roto.
Yn capuz pardillo de diez y ocho viejo.
Yn cinto veinteno viejo blanco.
Dos capachos de mimbre viejos.
Dos seras de esparto.
"^
BOLBTIN DS Lii RBAL. ACADBICIA DE LA HISTORIA.
la caiDa vieja.
la talla pequeña de hierro.
la tabla mesa vieja.
la tiuajuela... para agua,
ras dos tinajas para aceite,
[ñas una huerta cerca de el aldea de Saata María de Tras-
a e un pedazo de viña que alinda el ,uuo con el otro e aliada
cha huerta e el pedazo de uua vida con viñas de Carrillo
icuatra e coii viñas de Antón Ruiz maestro fijo de Aaton
anas casas e lagar e pila e tinajas ea el aldea de Santa María
ra^sierra que alinda con casas de Antón Gómez Caballos de
e con casas que fueron de los licenciados e la calle. Y mas
edazo de viñas en la limitación de la dicha aldea en el pago
liceu de las Huertas que alinda con viñas de Gonzalo Rodri-
de Baeza e con viñas de Antón García e con viñas de Diego
oro fijo de Alonso Fernandez e el camino que va al molino
9 frayles e la senda que va al pago de las Tapias.
s cuales dichos bienes muebles otorgaron que reciben en su
r e otorgan de dar razón dellos i quien con derecho los deban
r cada e cuando les fueren demandados e para así cumplir
i i dos de man común y a voz de uno obligaron á nf e á sus
leros e renunciaron las leyes. Testigos Juan Lopet de Alvaro
dor fijo de Juan López, e Antón Ruiz fijo de Alonso SaDcbei,
in Sánchez su hermano vecinos de esta cibdad.
continuítcion.] En este dicho día otorgó su poder Mayor Ea-
iz de Harana tija de Pedro Nuúez de Haraua í Sau Pedro á
n García de Castro escribano del Rey e... (Palta lo demás].
Documento núm. Vf.
Codicito de Rodrigo de Arana.
ribanta de Pedro GouKalez, t. ti, fol. I3G v.
este dicho dia (4 de Agosto de 1489) ñzo un codicilUo Ro-
I de Harana fijo de Juan Euriquezde Haranaque Dios hay
10 i Santo Domingo estando enfermo, por cuanto fizo su ■
J
.r^
r-"
DATOS REFERENTES Á BEATRIZ ENRÍQUEZ DE ARANA. 473
tamento a treynta y uno de julio en Trassierra auto Diego de
Córdoba, escribano publico de Trassierra, e ciertos testigos e
queriendo enmendar algunas cosas en él quje quiero amenguar
que por cuanto mando á Diego de Harana mi fijo una muía par-
dilla por ende manda que la dicha muía y sus dos asnos que se
vendan para cumplir e pagar las mandas de pia causa que él man-
dó en el dicho su testamento.
Iten dice que por cuanto el mandó á Catalina de Harana su
nieta fija del dicho su fijo un pedazo de viña en la limitación de
la aldea de Santa Maria de Trassierra que era de su lagar que él
tiene en Trassierra que es de frente á la huerta de la culebra que
alinda con viñas de San Martin e con viñas de herederos de Pedro
de Cárdenas, que no le sea dada e que se de á Juan 4e Frias por-
que es del dicho Juan de Frias.
A Santo Domingo cincuenta mrs.
A su confesor el rector otros tantos.
E por cuanto mandó que ficiese cuenta con Beatriz Enriquez su
sobrina bija de Pedro de Torquemada é si algo le alcanzase que
lo cobrase, manda que non faga cuenta con ella ni le pidan cosa
alguna porque le face gracia de lo que le debe, si algo le debe e
si algo le debiese.
Manda que Antón de Palma e Cristóbal de Mesa veinticuatro
sean sus albaceas e manda que no sea albacea Juan de Frias.
Manda al dicho Antón de Palma mili mrs. por el buen amor
que le ha e por el trabajo que ha de tomar en cumplir su anima
e en todo lo que ál que de este dicho testamento en su fuerza y
vigor como en él se contiene. Testigo Diego Ferrandez rector de
la iglesia de Santo Domingo desta cibdad.^í=«Anton García. «=Pero
González.
Documento núm. V.
Testamento de Lucia Núñez mujer de Rodrigo de Arana.
£scribania de Pedro González, t. ii, fol. 316.
. En Córdoba en este dicho día cuatro dias de agosto del dicho
^ño (1489) otorgó Locia Nuñez mujer de Rodrigo de Harana veci-
na á Sanio Domingo que face su leslamenlo fecho en forma* .
*n
Vi
476 BOLBTÍN DB LA RBAL ACADBMIA 0B LA HI8T0BIA.
Mandóse enterraren el monasterio de Santa Inés de estacüidad
en el habito de Sant Francisco.
Oficios cumplidos.
Mandas acostumbradas.
Manda que digan dies misas rezadas por las ánimas de sas pa-
dres e manda en Santa laes.
Tres misas rezadas por las animas del purgatorio en Sauta lúes.
Manda para que vistan á señora Santa Marina en la iglesia de
Santa Marina desta cibdad unas faldillas de grana colorada oo»
una cortapisa de terciopelo negro e una camisa de lienzo casero
delgada con sus cordones de seda negra toda en fuerza e de ob
cabo de trapo de seda nuevo que ella tiene porque señora sania
Marina sea oradora á Dios por su anima.
A la obra de Santo Domingo dos reales de plata.
Al rector de la dicha iglesia su confesor dos reales.
Manda á la sacristania de Santa Marina una arca de pino que
ella tiene usada.
Manda á Teresa su criada cuatro mil mrs. por el buen servido
qne le fizo.
Manda á Tocino hermano de su yerno Maestro Juan el que
mora á la calle de Carreteras dos fanegas de trigo que le es en-
cargo 7 si no fuere vivo que las den á sus herederos, e manda i
Bartolomé López fijo de Juan López que moran á la calle de la
Madera otras dos fanegas de trigo que le es eu cargo e manda á
Leonor Outierrez su fija unas faldetas caneladas de binjas mayo-
res con sus cuerpos tijados e manda a Elvira López su hermana
mujer de Antón de Palma una cama de bedenes de brocado de
Flandes que son seis piezas.
Manda que paguen á Alonso de Córdoba platero fiel de la plata
dos mil mr9. que le debe de cierto chamelote e que reciban de él
cuarenta e un pesos de manteles de lino que tiene en prenda de
Antón, buenos é muchos.
Manda que recauden de Pedro Fernandez alguacil mil mrs.
que le es en cargo de ciertos paños que le fizo á él e á Pedro de
Palma e les cobró de la manda que le fizo Pedro de Palma para
Alonso Chapines e que sean para ayuda á pagar al dicho Alop«^
de Córdoba platero.
DATOS RKFBRBNTB8 Á BEATRIZ BNRÍQUBZ OB ARANA. 477
E manda al dicho Rodrigo de Arana su marido dos pares de
casas que ella tiene suyas en esta dbdad las unas en la collación
de Santo Llórente á la cal de Topos e las otras en la collación de
San Andrés á la calle del Moyano en una barrera, las cuales
•dichas dos pares de casas compró de Gonzalo Buiz de Reina car*
pin tero.
Manda al monasterio de Santa Inés unas casas con una finca
que ella tiene suya en Trassierra que compró de Juan de Frías
que alinda con lagar de Benito González de los Mulos e coa
casas de Pedro Rui2 canónigo... e con condición que digan el
día de santa Lucía de cada un año para siempre jamas le faga la
fiesta, que digan un responso e misa e sermón con su... eotro
dia siguiente una misa de réquiem cou su vigilia sobre su sepul-
tura. E esto es condición... que de cada año fiesta e después de
su Tida... lo cumpliere que lo haya el monasterio de santa Inés
€on el dicho cargo de hacer de dicha fiesta...
A la obra de santo Domingo seis varas de lino de seis palmas
en ancho.
E cumplido e pagado esto fizo herederos á Leonor Gutiérrez
du hermana e á Diego de Gongora su fijo.
Albaceas á Antón de Palma é á Juan de Frías e apoderólos e
remato.
Testigos Diego Fernandez, rector de la iglesia de santo Do-
mingo 6 Diego de Soria hijo de Alonso Soria e Juan Patyno hijo
de Juan Sánchez Patyno veciuos desta cibdad. — Antón Garcia. —
Pedro González.
Documento núxn. VI.
Testamento de una mujer pariente de Beatriz Enriquez
de Arana.
Oficio 14, nota 11, caaderno 10, folio 4.
(Falta el principio) dicho olivar de suso lindado e certificado
para adjutoria á la lumbrada de la lámpara del Sagrario con
tal condición e postura que quede como queda el dicho con-
78 BOLBTlN DB LA RSiLL ACADBMIA DB LA HISTORIA.
'ento de frailes de San Praocisco haya de cada un año perpe-
uamente los dichos cincuenta mrs. en remuneración e sati»-
acción de la dicha memoria e cuando á mi sobrino Rodrigo
le Harana mil mrs. por el deudo que con él tengo, é mando á
ifayor Enriquez mi sobrina dos mil mrs. por el deudo que con
Ha tengo e mando i mi hermana Catalina Rodrigues mujer que
ué de Juan de Torres difunto que Dios haya dos mil mis. e
nando á Elvira González mi hermana mujer que fue de Uartin
le Molina difunto otros dos mil mrs. e mando á la dicha liarioa
lodriguez mi sobrina mujer del dicho Juan de Córdoba una mi
opa de estameña prieta e más una pieza de lienzo de lino por
:urar por el deudo que cou ella tengo e porque lo ha menester,
I mando á Marina mí criada mujer de Fernando Calderero
nil mrs. por amor de Dios e porque es pobre é mando por amor
le Dios y en ayuda al rescate de Lucia fija de Diego Gutierres
le la Figuera que está cautiva en Loja cuatro mil mrs. e mando
|ue den á Ana Gómez por amor de Dios unas mis fáldetas blan-
:as e mas una alfardilla e mas cien mrs. e encomiendole qoe
uegue á Dios por mi anima e mando á Juan García da Saucedo
ni sobrino clérigo capellán de la iglesia de sant Pedro mil mr«.
I eocomiendole que ruegueu & Dios por mi anima, e cumplido e
lagado todo esto que yo aquí mando en este mi testamento, el
emanenle que ñncare de todos mis bienes muebles é raíces,
ítalos e acciones mando que los hayan é los hereden el hermano
nayor de la Santa Cruz... de Jesucristo para que los gastee
listribuya en obras memorias •}* e para cumplir é pagar esto
[ue yo aquí mando eu este mi testamento fago mis albaceas
: ejecutores del ai dicho Juan Ruiz clérigo rector e beoe6-
:iado de la dicha iglesia de san Pedro e al dicho Rodrigo de
larana mi sobrino e apoderólos en todos mis bienes á los cuales
lo e otorgo todo mi poder complido, libre e llenero a amos á dos
untamente e á cada uno de ellos por si e in solidum para que
intreu é lomen de los dichos mis bienes é vendan e cumplan e
)aguen todo esto que yo aquí mando en este mi testamenloe
iQCargoles en esta parte sus conciencias que ellos ficierea de
)ion por mi anima á tal de parte de Dios que faga por las suvas
i mando á los dichos albaceas doscientos mrs. e revoco to
DATOS BBFBRBNTBS Á BBATRIZ BNRÍQUBZ DB ARANA. 47^
cuantos testamentos e mandas e codicilos tengo fechos e ñce
antes de este que no quiero que valan salvo este que es mi testa-
mento e mi postrimera voluntad que es fecho e otorgado en esta
dicha ciudad de Córdoba doce dias de mayo del año del nasci-
miento de nuestro señor Jesucristo de mil cuatrocientos é setenta
e ocho años. Testigos... (No hay más. De los otros instrumentos
que anteceden y siguen se deduce que el escribano fué Diego
Sánchez.)
Documento núm. VII,
Dote de Violante Suárez mujer de Lope de Arana»
Oficio 14, nota 11, caaderno 1.^, folio 8.
En Córdoba veinte e siete dias del mes de Otubre de este dicho
año de mil cuatrocientos setenta é dos años otorgó Lope de Ma-
raña fijo de Bui Diaz de Harana vecino en la collación de Om-
nium Sanctorum que recibió en dote e en caudal en casamiento
á Violante Suarez su esposa fija legítima de Diego Suarez é de
Leonor Fernandez su legítima mujer é criada del honrado caba-
llero Egas Yenegas que su anima haya santa gloria e de Doña
María de Aguayo su mujer veinte e cinco mil mrs. que le da
con ella en el dicho casamiento e por su dote e caudal Egas hijo
de los dichos señores Egas Yenegas e Doña María asi como here-
dero del dicho su padre en esta guisa los veinte mil mrs. que el
dicho Egas su padre le da por su testamento é los cinco mil de
sus bienes de él graciosamente por la crianza que ella ha habido
en la casa de los dichos sus padres, &.*&.'
Testigos, Juan Muñoz calderero fljo de Alfon Muñoz é Juan
de la Sierra fljo de Juan Sánchez criado de García de Mpntema-
yor e Gutierre Rodríguez tejedor fijo de Gutiérrez Fernandez e
Rodrigo de Morales fijo de Rui García de Morales vecinos de
Córdoba.— Gómez González escribano público.
) BOLBTtil DB LA RBAL ACADBHIA DB LA HIBTOMA.
Documento nútn. TIU.
Bonocimiento de dote hecho por Rodrigo Enríquez ds Aronm
en favor de su mujer Constanza dt Aiarcón.
>fldo 14, DoU i, caademo 9.*, folio 6.
^pao cuantos esta carta vierea como yo Rodrigo Boriqnet de
irana fijo de Juaa Rodríguez de Harana que Dios baya, veciao
e so en la muy noble e muy leal cibdad de Córdoba en la
ilación de Sant Pedro conozco é otorgo á vob Constanis de
sircon mi legitima mujer fija Jegilima del bachiller Di^o de
arcon e de Rodriguez que fue su legilima mujer que Dios
ya, é digo que por cuanto el tiempo que nos casamos tos trajo
ni poder por vuestro dote e caudal treinta mil mrs. ea ropas e
ras en que fueron apreciados con las arras que vos yo di de loe
ales vos otorgué carta dotal, según mas largamente se contteoe
ice mención ea la dicha carta e después dentó vos la dicha OoBs-
iza de Alarcon mi mujer hobiste e heredaste de Coostauía
fon vuestra abuela e de la dicha Catalina Rodríguez vuestra
idre, su fija, un par de casas en la barrera del jurado Juan
liz que Dios hsya, en la collación de San Salvador que aiiuda
1 casas de Pedro de Quintana e con casas que fueron del dicho
rado, e otro par de casas en la collación de San Pedro en la
rrera de Martin Alfonso de Yíliaseca que alindan con casas del
;ho Martin Alfonso e con casas de Diego Gutierres de los Ríos,
>tro par de casas en la collación de San Pedro ea la plaxuela
e dicen del Qapico que alindan cor el horno de la dicha pia-
rla los cuales dichos tres pares de casas yo vendí por cincuenta
1 mrs. de esta moneda usual los cuales yo recibí y pasé é mi
der de los cuales me otorgo e tengo de vos por bien conteoio
tregado A toda mi voluntad e que en alguu tiempo no pueda
cir ni alegar que no los recibí de vos e sí lo dijera que no
Iga á mi ni á otro por mi en juicio ni fuera del sobre lo cual
luncio á la esencion de la pecunia no vista ni contada ni reci-
la ni pagada e á la ley e derecho que dice que las firmas de la
•ta deben ver facer la paga en dineros 6 en otra cosa que
fi ¡ '■ •' :..' » ,
;k
DATOS BKPBBBNTES Á BEATRIZ BNRÍQUEZ DB ARANA. 4S1
vala e que el queñzo la paga si le es negada, que es tenido á lo
<k>8 años como se fizo, ios cuales dichos cincuenta mil mrs. otorgo
•qlie son vuestros e vuestro dote e propio caudal que primera-
rtente con vos recibí, por lal otorgo é quiero e es mi voluntad e
cofosíento que luego que cada e cuando acaeciere porque el ma«
trimonio se ha de apartar entre mi e vos la dicha mi mujer, en
•
cualquier manera que vos la dicha Constanza de Alarcon ó vues-
tros herederos que hallades ó cobredes luego de mis bienes los
-dichos cincuenta miljnrs. de mas e allende de los dichos treinta
mil mrs. contenidos en la dicha carta dotal sin atender ni espe-
rar la declaración del año que el derecho quiere ni otra declara-
-ción alguna por cuanto yo renuncio la dicha declaración y el
derecho que me la otorga e para lo asi cumplir e pagar obligo á
todos mis bienes muebles é raices los que he e habré e presentar
carta pago e pido e doy poder complido á cualquier alcalde ó
juez ante quien fuere mostrada que luego que acaeciere porque
el dicho matrimonio se departa de entre mi e vos, como dicho
eá, hagan facer ontrega en mis bienes pido que ge la yo haga por
los dichos cincuenta mil mrs. e los bienes en que la dicha en-
trega por esta razón fuere fecha, que gelo faga vender en el
almoneda bien así mismo por esto que face pasada ordenada-
mente en cosa juzgada e consentida entre partes en juicio e que
los mrs. e de su- valía que me entregan que fagan facer pago
complido á vos la dicha Constanza de Alarcon mi mujer ó á los
dichos vuestros herederos de los dichos cincuenta mil mrs. de
mas e allende del dicho vuestro dote e caudal que primeramente
con vos recibí como dicho es, de todo bien e complidamente en
guisa que vos non mengíie ende cosa alguna en razón e defen-
sión e esepcion que con lo que dicho es o contra parte dello en
ciíalquier manera por lo non complir qne non vala a mi ni á
otrie por mi en juicio ni fuera del en fee de lo cual otorgo esta
cátta ante escribano público de Córdoba e testigos de yuso escri-
tó8 que es fecha e otorgada esta carta en Córdoba dos dias de'
noviembre año del nacimiento de nuestro señor Jesucristo de
mil ciía trecientos e sesenta e siete años. Testigos que fueron
presentes al otorgamiento de esta carta llamados e rogados Diego
Dlftr dé' GarnlODá fijo de Juan González de Carmena e Juan
TOMO xzzvn.
81
I(i2\ aULETJN DE L/L. RBAL ACADEUU DE LA HISTORIA»
AKOQSOrde la Morena Qjo de Garci Fernandez e Juan Rodríguez
le Ayllon ftjo de Pedro Feriiaudez e Miguel Sánchez Bonifu
LQodidor ñjo (le Pedro Fernaudez Bouifaz e Miguel Ruiz de la
[jruz barbero fijo de Juan Ruiz de la Cruz e Diego Ferrador fijo
ie Anión MarLíoez vecinos e moradores de esta cibdad. — Gon-
[^lo González.
Fecha c^trLa llevada para la dicha Constaoza de Alarcon.
Documento núm. IZ.
Vetita de una finca de campo de Rodrigo Enriquez de Arana
y Constanza de Alarcón.
Oficio 14. Nota i. Coademo B, folio 8,
En Córdoba diez dias de Febrero de mil cuatrocienios e sesenta
j.siete aúos vendieron Rodrigo Enriquez de Haraoa fijo de Juan
Rodríguez de Harana y Constanza de Alarcon su legitima mu-
jer en su presencia e consentimiento, vecinos en San Pedro á
^uton Muñoz labrador fijo de Antón Muñoz e Inés García su om-
¡er vecinos eula dicha collación una heredad de casas, viñae liua-
ias e olivares e otros arboles que ellos tienen suya cerca de la ciu-
díid en el pago de Valdelecha que ha linderos olivar de Juan Ro-
Iriguez el abadejo e el camino real e olivar de Labrada c viña e
alivar de Fernando Díaz del Oyó por precio de diez mil nirs. ijue
ie ellos otorgaron haber recibido de que se otorgaron por pagados
B. contentos e entregados a toda su voluntad e renunciaron la paga
e á la esencion de la pecunia e dieron bien poder para tomar la
poseBÍon; en esta razón otorgaron carta complida con donación de
la masía e con autoría e plazo de quinto dia so pena de las toruar
los dichos diez mil mrs. con el doblo e para lo asicomplir e pagar
amos á dos marido e mujer., , obligaron sus bienes e herederos e
renunciáronlas leyes e su marido consintió. Testigos Miguel Ruix
leedor fijo de Miguel Ruiz tejedor e Antón de Quintos tejedor
fijo de Diego Martinez vecinos de la collación de San Pedro.
Fecha la carta e llevada. (Rubrica del escribano Gonialo Gon-
i^ez.)
.J!n-8abajdo en la .t^rde catorce de. Febrero de dicho año el dictw
DATOS BBFBRBNTBS Á BBATRIZ BNRÍQUBZ DB ARANA. 48 J
Rodrigo de Haraiia por si e en aooibre de su mujer dló la pose-
8iou de las dichas casas al dicho comprador el cual la tomó por si
en .nombre de su mujer e tomó e cobró la posesión de ella e pidió
testimonio. Testigos Juan labrador... (El resto está destruido.)
Documento nüxn. X.
Testamento de un hijo de cierto Bartolomé Colom.
EscribaDia de Pedro González, t. it, fo]io 449 v,
En Córdoba en veinte y cuatro dias del dicho mes de Octubre
del dicho año (1489) fizo su testamento Pedro González fijo de
Bartolomé Golom ¿González? que Dios haya, vecino á Santa Maria
estando enfermo.
Mandóse enterrar en el monasterio de San Francisco de esta
ciudad.
£1 dia del enterramiento misa de réquiem cantada e los nueve
dias nueve misas rezadas.
En ñn do los nueve dias otra misa de réquiem cantada todas
con ofrenda de pan e vino e cera.
A la obra de la iglesia mayor medio real para honra de los san-
tos sacramentos e porque le sean otorgados sus santos perdones,
A la cruzada e a la santa Trinidad e á santa Maria déla Merced
a cada una un mrs.
A las emparedadas sendos mrs.
Que digan por las animas de su padre e madre dos misas reza-
das en San Francisco.
Otras dos misas rezadas por las animas del purgatorio.
Manda que luego que de el acaesca finamiento sea entregado
de sus bienes Maria Alfon su mujer en los veinte e cinco mil ma-
ravedis de su dote y arras según por la carta parecerá.
E ruega e manda á Bartolomé González s|i hijo porque le al-
cance la bendición de nuestro señor e la suya que tenga á }a dicha
$u madre consigo en su casa donde el mora ó morare y no le lie-
V9 alquiler ninguno.
E dice que por cuanto tiene dado á Constanza Diaz su hija.coQ
Bartolomé González su primar marido diez e siete mil e quinien-
Hf BOLBTil* DB la IIKAL ACADCMIA 0B LA HtSTOniA.
>8 e cincuenta mrs. lo cual jaro >¡* e dice que por cuaato üeoe
ado el dicho Bartolomé au hijo de sus bienes seis mil e cusreaU
laravedises por el arrendamiento de las casas mas mil mrs. i
uiea lo solicitó lo cual juró por ende manda que el 4icho su hijo
;a entregado de sus bienes en otros diez mil e cincuenta mrs.
)mo tiene dados á la dicha Constanza Diai su hija.
E cumplido é pagado esto fizo herederos á los dichos Bartolomé
onzalez e Cocistanza Díaz sus hijos.
Albaceas á Pedro de Vbeda su yerno e AnlOQ de Córdoba se-
ero e apodero los e remato.
Testigos el dicho Antón de Córdoba sedero albacea é Francisco
¡o de Juan ttodriguez e Ferrando que son de Ecija vecino de
alma e vecinos de esta ciudad.
Antón Garcia.=Pedro González.
3SrOTJi.S.
1.* Christophe Golomh. son origine, aa vie, sea voyages, sa
imille et sea descendants... par Henry Harrisse. tome secoad.
aria. ErnestLerouz éditeur...u.D.ccc.LXXiiT. Dice que en laprí-
lera expedición iba un Diego ó Rodrigo de Arana.
2.' Historia de las Indias, escrita por Fray Bartolomé de las
asas obispo de Chiapa, ahora por primera vez dada á luz por el
¡arques de la Fuensanta del Valle y D, José Sancho Rayón.
ladi'id. Imprenta de Miguel Ginesta... 1875.
3." Tomo I, pág. 398.
A.' Tomo I, pág. Í14.
.1.' Tomo I, pág. 418.
6." Tomo II, pág. 13.
7.* Tomo II, pág. 221.
a.' Documento numero rv de ios qne publicamos al final.
9.*' Andancas é viajes de Pero Tafur por diversas partee dd
lundo ávidos (1433-1439). Madrid. Imprenta de Miguel Qine»'
.... t874.
10. Mochos áe estos dato» han visto ya ]« lueea la «Revif.
O4T06 Ri^E^BNTBS Á BBATKIZ JBN|lU)DBa: DB ARAMA. 465
de Ar«hivo8jL Bibliotecas y Museos» 7 ea el «6olotía de la Socie-
dad espai^ola de excursioaes.»
11. El autor de la iiota del códice de la Biblioteca coloinbiua
toyó mal el aotnbre de la mujer de Araaa que está escrito como
0% ve en este calco
Qr^ytM^
en el testamento que copiamos bajo él núm. V,
12. He aquí como está escrito el nombre de este:
^^ ^'xS^'ys'^^^
13. Los documentos vui 7 IX son de los mejor conservados
y están escritos con hermosa letra muy clara y sin abreviaturas.
14. Así se desprende del principio del inventario ó sea el docu-
mento nüm. III.
15. Véase el documento nüm. III.
16. Las Casas, t. 1., pág. 227.
17. Harrisse, l. i, pág. 354.
18. Harrisse, t. i, pág. 355.
Córdoba, Noviftmbra de 1900.
Rapabl Ramírbs db Arbllamo.
IV.
LA SINAGOGA MAYOR DB TOLEUO.
Los que suscriben, nombrados por esta Academia para infor^
mar acerca de la petición dirigida al Gobierno por el arquitecto
director de las obras de restauración de la antigua sinagoga qu^e
edificó en Toledo Samuel Leri, tesorero del ref D. Pedro» y que
consagrada disspués como iglesia crisliana se deoomioó de Niits-
f?
486 BOLBTÍN DB LA RKaL ACADEMIA DB LA HISTORIA.
tra Seiíora del Tránsito, peÜcíúQ que consta de dos extremos, qdo
i-eferente á la urgencia con que hay que qaítar parte de la gran
inscrípciÓD del friso inferior á fio de poder reforzar la fábrica, que
por aquella parte ofrece peligro, y el otro, sobre si la restauracida
de aquel histórico y artístico edificio debe hacerse conaerrando so
primitivo carácter como sinagoga, ó bien como iglesia crístiaaa,
para poder formar acertado juicio se trasladaron á Toledo, cum-
pliendo el acuerdo de esta Academia, acompañados del citado ar-
quitecto D. Arturo Metida, y después de una detenida exploración
y examen del monumento, el resultado de su estudio es el si-
guiente:
Respecto al primer punto acerca de la inscripción, han de con-
signar como base de su informe que será indispensable y urgente
levantarla en el lugar donde los muros que hay detrás ofroceo pe-
ligro, pero no destruyéndola, sino procurando sacar el témpaoo
entero con cuidado, para colocarlo después de reforzada la fábri-
ca, á lo que se presta la gran cohesión que tiene el yeso de qae
está formada la inscripción, y á fio de prevenir la contingencia de
que pudiera quebrarse, sacar antes con el mayor esmero UQ va-
ciado que sirviera de molde para reproducir el trozo del origioil
que pudiera romperse y que la inscripción restaurada resultíM
sin alteración alguna.
Aunque es conocido con la obra de Pérez Bayer el contenido
bíblico de toda esta faja, no por dejar de ser histórica merece me-
nos ateudón, toda vez que los salmos están de tal manera combi-
nados en este friso, que forman un conjunto armonioso de poesli
y de piedad.
Acerca del segundo extremo de la consulta, desde luego creen loa
que suscriben que la restauración debe hacerse como sinagoga
y no como iglesia, pues afortunadamente al dedicar al culto cató-
lico el templo judfo apenas se. alteraron sus formas y ornatos, de
manera que todo lo que habría que quitar sería un feísimo, val-
- gar y destrozado coro de madera para que quedara la (Lnica oin
que forma el templo, casi como la dejaron los alsu-ifes de escoelí
granadina, que debieron labrarle, como otras muchas obras del
tiempo de D. Pedro, empezando por el célebre alcázar de Senil'
Debe conservarse, siQ embaí^, un retablo délReaacimieDto ■
r V
Lá sinagoga mayor db toLbd'o. - 487
•escaso relieve adosado al muro septenlrional, una puerta del mis-
mo estilo, contigua á este retablo, que debió dar paso á la sacris-
tía, hoy destruida: ni esta puerta, ni aquel retablo, perjudican al
conjunto ni á las labores del muro, que empiezan por encima de
aquellas fábricas hechas en los tiempos en que la iglesia llamada
del Tránsito pertenecía á los caballeros de Galatrava. De aquellos
caballeros deben conservarse tambiéii las laudas sepulcrales. que
'esmaltan el pavimento, algunas de ellas con escudos heráldicos y
y muy gastadas inscripcioiíes.
[estudiado el ediñcio detenidamente pudieron observarlos que
suscriben con gran satisfacción que coincidían en un todo sus pro-
pias observaciones con las consignadas en la ya citada obra de
Pérez Bayer, salvo algunas ligeras inexactitudes en la lectura de
inscripciones, como ya lo notó esta Academia en los últimos años
de la anterior centuria. Dos ejemplares existen de esta obra ma-
nuscrita y dedicada por su autpr al P. Rávago, los cuales son dig-
nos de toda fe, y que llevan como ilustración tres planos de la si-
nagoga en planta, alzado y vista exterior por el lado de la puerta,
que es el septentrional, planos Armados por los hermanos D. Ja-
.vier y D. Dionisio de Santiago Palomares: uno de estos ejempla-
res se conserva en la Biblioteca Nacional (nüm. 8260), y el otro eh
poder de la Comisión de Monumentos de Toledo.
Desde luego puede esperarse que el ilustrado director dé aque-
*ila restauración tendrá présenle para sus trabajos esta obra y pla-
nosi asi como la descripción de la sinagoga de Córdoba publicada
en'ei tomo v de nuestro Bolbtín, y otros trabajos análogos, que no
escaparán á la erudición inteligente y á su buen criterio artístico.
De desear sería que detrás del muro oriental, donde debió ésta)r
por la parte interior del templo el rollo del Pentateuco 6 Thara^
se practicasen excavaciones para ver si podían descubrirse restos
de la Madrisa, que acaso adicionara la sinagoga, ó de algún otro
edificio para residencia del rabino ó servidores del templo. Esta
investigación no sería ni muy costosa ni difícil, por tener que
hacerse en una especie de patio cerrado, sin cultivo y con terreno
fácil de remover.
Madrid, 9 dt Noviembre de 1900.
J. DB D. DB LA Rada t Dblgado.
' i'
BOLEtIn.DS L* UIAL ACAfiBHlA BB LA ^laTORtA.
MOBVAil [M8CBIPCI0NJBS DB BKWIM&DDRA.
ÜUrida.
1) Lápida de mármol blanco de 0,^6 m. de largo por 0,2
de alto, rota por su lado izquierdo. Garacteree de 0,035 a
altura. Siglo i.
L CABCIL (
Lfieau) CaeeapvMj 8teMn[iiba], h(iej i(títu) eftt). 8(U) p(ití) i(em}
l(eoii}J. L(ueÍM) Caec(Uiui) l[atmT] uemorpatnp((MiU)].
Lodo Cedlio Setrnodo «qui se baila oiteirado. Sáste la tiem li|«rt.
Luoio OeciUo Jaso Ip dedicó erta niAmoila.
S) Ara ídnebre de mármol blauco de 0,60 m. de altura; el
neto que coutiene la inscripcióo mide 0,30 m. de aocho y 0,40 m.
de alto. Una cornisa ñnameute labrada que ostenta en su parte
medía un pequedo frontón y dos volutas que corren á lo laigo4e
las caras laterales dan remate al monumento. Letras altas die
0,04 m., de los comienioa del segundo siglo. Puntos triaogularsi.
^ el costado derecho el jarro y en el iiquierdo la pátera, ea alto
j»liere.
o ■ M
CORNBLIAB
VITAtlS
AN-XXXVll.M-VU
í
MISERA «MATBK
F-PIISSIMAB-PBCIT
NDBVA8 INSCRIPCIONES DE EXTABMADURA. 4^
D(ü) M(anibus) Comdiae Vitalk, an(norum) XXXVII mfensiumj VU.
Muera mater /(iliae) piissimae feeit.
A los dioses Manes de Gornelia Vital, de 87 afios y 7 meses. Sa desgra-
ciada madre cuidó de elevar el monamento.
Es este el üníco monumeato epigráfico que ha aparecido ea las
importantes excavaciones para la cimentación del edificio que con
destino á plaza de toros se construye en aquella ciudad. Existe
en Mérida en poder del propietario de los terrenos en que se efec-
túan dichas obras, D. José Viñas, abogado, qué habita en la
plaza de la Constitución.
« . * 4 f
I
3) Ara fúnebre de mármol blanco, que tiene por dimensiones
0,45 m. de alto por 0,35 m. de anchura; caracteres de 0,04 m'. de
alto; siglo II. Fáltanle la mayor parte de los puntos entre Ids
vocablos, no ostentando en sus costados el jarro ni la pátera.
D M S
FLAVIAE IVSTINAE ,
ANN XXVI
T« PLAVIVS • BVTYCHBS
VXORI mbrrntissiMb
FECIT
D(i8) Mfanibmj afaerum). Fhviae Juitmae ann(orum) XX VI. Tfitua)
Flavina Euiychei uxori merentiasiinae fecit
Consagrado á los dioses Manes. Á Flavia Justina , de 26 afios. Tito Fia-
vio Eútiques, á sa benemérita esposa, cuidó de elevar el monumento.
El cognombre Eutyches (6urj/Y¡;« afortunado) no es raro en núes*
tras inscripciones.
Hallada en término de Mérida, próximo á Galamente. Existe
en mi colección de Almendralejc
4) Lápida de mármol blanco, rota por su lado izquierdo. Le-
tras altas de 0,04 m.
'490 BOLSTÉN DK LA II HAL ACADBHIA DI LA HISTORIA.
»}• HIC GRA
NVS • RE qj
CIT O BE:
Hie Ora[ttaJj>MM reg[uieiJeU bóa[tM].
Aqnl descaoaa el biensTeotorado Gracinna.
¿Sería un santo de Mérida? Cooipitrese la iasciipcióa de Su
Mauro en el Almendral [l|.
Este naonumento yol señalado con elniim. I esistea ea la casa
cftlle de San Andrés, nútn. 2, propia de Doña María de los Ange-
les Pérez , formando parte del enlosado del poruil, Bín que mis
gestiones para sacarlos de tan misero destino hayan tenido hasU
«I presente resultado alguno.
Torramejta.
5) Lápida de mármol blanco de 0,20 m. de aucbo por 0,3? a
de altura. Caracteres de 0,02 m.
/
--'
'^ '---.
.IBIMVS
y
I R
ÑA A N
NORVM XXX
y
H
S B S IT
T
T
L H BR
MBS
FRATRI
F A C
E ND VM
CVRA VIT
NUBVA8 iNSCaiPCIONES DB BiTa&AADUftA. 49^1
Irimu» Vima annorunt XXXV hficj s{Uu8) e($tj. 8ü tfibi) t(€rra) l(evis).
.JSénneaJrairifaciendumcuraviL
Irimo Veraa, de 86 aftos, aqaí yace. Sóate la tierra ligeia. Su hermano
'Hermas cuidó de elevar el monumento.
t
Virna está por vernal deuotaadD rusticidad del lenguaje. Trá^
tase, pues, de uu esclayo nacido en la casa, probablemente hijo,
Gooio asimismo el dedicante, de ulia esclava griega^ como parece
indicarlo el nombre de este último; dado lo cual él del primero,
que no tiene precedente en nuestra epigrafía , puede ser ibérico,
así como Arimus^ IHcco^ Irrico, de la colección de Hübuer (1),
Existe en mi colección do Almendralejo.
• • • •
Madrid, 30 de Noviembre de 1900.
El Marqués db Monbalgd.
VI.
SPiQRAPtA CRISTIANA DB ESPAÑA,
NUBVA OBRA ÜE HÜBNER. EPITAFIOS OB SAN VICTORIANO A^AD,
JUAN Y áERGIO ARZOBISPOS DE TARRAGONA, Y JÜSTINIANO
obispo de VALENCIA.
Inscriptionen HUpanuu ehrisUanae edidit Aemilias Hübner. Adiecta est
tabula geographica. Berolini apad Georgium Heimerum. mdccülxxi. En
\ folio menor, páginas zyi 4- 120.
InaeripUonum Hiapaniae ahriatianarum mppUmentum edijlit áemiUufl
Hübnef. Berolini, typis et impensis Georgii Beimeri. mom. En folio menor,
páginas XVI 4- 162.
En menos de treinta años ha crecido tanto el número de las
suscripciones cristianas de España, coleccionadas y estudiadas
por el Dr. Hübner, que han dado lugar á un volumen bastante
. ; . j, , . ^_- ^ — _-_- ^ . ^_
(1) Afo»ffM«iito/«»^tfa0fd#WcM, pá9iüa8 2l7,253y 263. •
^^
S92 BOLBTtN BB LA. REAL A.CA.DBMU BE LA HISTORIA.
jnás abultado que aquel del que se llama SvpiemMtto. A ette piso
acelerado si marchase la cieacía adelante, prooto Teremos un ter-
cer Tolumen, rico de monumentOB, ahora desconocidos. Ilustra-
dos por Ja documeiitüción, qtie do rara vet se oculta en el fondo
de las bibliotecas y archivos, las inscripcioaes debeu resolr^
arduos problemas ea que hoy se estrellad EOiohra la critica de
.los íahioB.
No bien apareció el primer volumen, que dedicó su autora di»
.preclaros individuos de esta .Academia [1] , lo hicieron objeto de
ezameu y aplauso unánime iaeignes arqueólogos, no solamesle
de España é Italia, sino de otras naciones: el alemán Eugeaio
Bormann , el francés Edmundo Le Blant, el inglés Juan Words-
wonh y el flamenco Tomás Bórrett. En la introducdóu al Sup-
plementum se lamenta Hübner de que haya quedado inédita U
obra magna, que con prolija labor y sano criterio había consa-
grado á la Arqueología cristiana de España nuestro inolvidable
auticuario D. Aureliano Fernández Guerra (2). Describe flOboer
á continnacióo 23 sarcófagos, que labró el arte escultural deloi
siglos IV al vil, representando escenas bíblicas y varios embleoua
de tradición oral apostólica. Hanse «íncontrado estos monumen-
tos en Mérida, Talavera de la Reina, Écija, Hartos, Astorga,
Briviesca, Zaragoza, Toledo, Layos, Ha«illoB,/aéa, Hellín, Va-
lencia, Tarragona, Barcelona, Gerona, Ampnrias y JAtiba. Algu-
nos ofrecen ÍDScripdooes notabilísimas, como las griegaa del A»-
(t) AtirtliaM6iu<Vtt\Bi>ianlúSaatt4r»\am¡Hí ÍÍi^HUkMíki.
<S) alater Tiros doctos Hispanoa AutelisausKenliBdet Ouerr» iK:adeniieiu lUtli-
toDBU, deruQCtua d. vii. m Septerobris a. hdcccicit — utevlrix duobuiquiliiuluc
operam oUm dedlcavl altar tantum Bduardua Saavedra aalviu auperttas rlt inMi
•t pMriae — Tllae auae taboram prlnHrlam •»«• *ol«*t«t opua gtaada da «atitflili-
.ttkiw.patrlaechrlatlaala> In qua no^Mlain titiiloi iDKrlptMoiB»a&MlMia«ti<l'
moD u menta el aela le tila sérvala, sarooptaagoa praaserllm opetibua uiie^pUl'''
Datoa non pauooa allaqua slua genetls compraba odsrat reprael«Dtkta irtifieiMi ^
docte [Ilustra ta. Specimlna tantum allquot operiseiusedare el eootlgit Solopt
Ipsum JDedlIum maasit;suinptuaeiilm ad edeíidum DMesurii, at OoemijMDit'
DarraTlt, olmll anDt qoaiBquM'aut aaadenia bisUriM llUrIteíal* a«t uw"^
pabllca miniatrl ragll fmpsiid«re p^sieoL. Qiud nuitiins dolandan at; iftai*''
tameD fore ut labor et Industria anoorum multorum non prorsusdeliteBcaDt, Mdol
Hispanln aliquando illorum quoque manumenlorum Iti
euram et Impaaaam praeslal* pw^-* ^f jlJt*<..()te- H-
EPIGRAFÍA CRISTIANA DE ESPAf^A. 493
tigitano, 6 de Écija, cuyo fotograbado reproduce Hüboer (nüme^
ro 370), tomándolo del que expuse en el tomo x de nuestro Bolb-
rríN, pág. 279. Faltan á la reseña de Hübner el sarcófago de De-'
nia (1] 7 asimismo algunos de Barcelona y Gerona, doctamente^
ilustrados por D. Joaquín Botet y Sisó (2) en la Memoria que*
dedicó á los Sarcófagos cristianos de Cataluña.
Tratándose de inscripciones fundamentales para sentar ó resol-
ver problemas históricos, la crítica exige boy, en cuanto fuer0
posible, una fidelidad no dudosa. Ni los mejores grabados, hechos
Á roano, ni el juicio, sobradas veces discrepante, de los doctos
irotérpretes, producirán jamás tanta fe como los calcos, ó impron-
tas, y fotografías sacadas directamente de los monumentos origi-
nales. Con arreglo á tan segura é imprescindible norma, el Sup^
plementum presenta fotograbados ciento treinta monumentos, ó
más de la mitad de las nuevas inscripciones que contiene. Estas
imágenes fotográficas, tan útiles al estudio cronológico por media
de la paleografía, dan asimismo á conocer la historia del arte en
sus diferentes épocas. Así el arco de herradura que se había dado'
por característico de la arquitectura mahometana aparece con'
sus capiteles, fustes y zócalos en la inscripción 304, hallada en
Mértola del Algarbe (3) y fechada en 30 de Marzo del año 525.
Carácter peculiar de las inscripciones españolas es la notación
de la era. Esta an Mauritania (4) arranca del principio del año
40 de Jesucristo, y en España, como harto lo sabemos, del año 3^
anterior á la cristiana. Cuándo y cómo empezó esta ultima á le-
vantar cabeza en la España visigótica para sobreponerse á la no-^
tadón oficial de los consulados que nos trajo Roma se infiere del
texto de la ley de Alarico^ fechada en 507: ab hoc consule qui vult
(1) Boletín, tomo xyii , pág. 521.
(2) Memorias de la Real Academia de Buena» Letras de Barcelona . tomo v, páginafl
10M97. Barcelona, 1896.
(3) Andreas famula(8) del, princeps cantorum sacrosancte aeeolesle MeKiliane
vizlt anDoe zxzyi, ifequievil in paoe sub d(ie) tertSo kaUendas) Aprilea gera diz
trisis.
(4) Corpus inseriptionum latinarum, yol. viii , pars posterior, pág. 1098. Barlfn , 18)1.
Esta mantfira de eosUr gnardaii lu Inserlpifonet nHitiftttnMn deM« el aflotSS hMla
iltti d«'Cri9to; y lo-ttátoartoso e» q4id hMea úono^ríMt el tacía «iNr«dii el namenl
femenino, quizá sobreentendiendo aera.
94 BOLETÍN J)B LA .REAL,
er indictiimem computet vél per aeram.
)B de eata ley estaba en vigor el uso de 1
sslidad lo ponen de maniñesto varios
nestra penfosuls, cuyas eras corren des<
1 504. Oira era española, que podríaniO
a descubre por aueve iuscripcioues' ron
sus aledañas, partiendo del año 206 ai
uona IlUbuer (I).
Breves cousideraciojies dedica nuestrr
Ipigrafta numism^ltica (3|; ramo especÍ!
isto en el plan de su obra. Cita, sin en
resa los resultados geográficos y pone a
esperdiciar tan abundante cosecha.
Tres reyes visigodos, en quienes nadi
ombrándose en sus áureos laiila, litdil
cuándo reinaron? No consta aiiii. Cabe
uentes revueltas, á las que tanto se prea
iva de los visigodos, se arrogasen el cet
el total del reino. De esta suerte Gesa
onse en armas durante el siglo vi cor
)tras rebeliones, menos afortunadas, ó
3uy notables, tuvieron lugar en el sigl
ontra Recesvínto, que reñere Tajón, obt
e Paulo contra Wamba, que narra e:ite
'oledo (4). Con justa razón excluye HG
ientiñcar á Suniefredo con Cuoiefredo,
rendo, comes tpatariorum, que firmó í
tonal Toledano VIII (16 Diciembre, 61
ue Suniefredo se llamó (7) el comes sean
(1) SupplemiHium , pl<(rÍD*B tii y tiii.
<3] ídem, II y I.
tS) EtpaSa Sagrada, tamo xut (9.* edlciAn), págioi
(4) ídem, tomo vi(8.'edlclAn), págrlnsBSlI-TTl.H*
(5) SupftmMíum, piK. iz.
(0) VteaeDtbn, iM< JrAi^<iI/rff«nu«#«, tomoT:,
(7) Los mqlarea eúdleea «acriben iat al noabre, qu<
1
496 BOLETÍN DB LA BBAL ACADEMIA DE LA HISTORIA.
las actas del nacional Toledano XIII (4 Noviembre, 683), fecba
que permite conjeturar haber sido él guien recogería la herencia
de Achila y Recosindo en la Tarraconense y Narbonease (1),
afectando el título de rey y batiendo, como Achila, moneda por
breve tiempo.
Conforme al título de su obra , Hübner no hace entrar en elia
ios epígrafes de la región de las Gallas, que estuvo sometida á los
monarcas visigodos. Buena falta nos hace reivindicar esta colec-
ción, que no sólo es ilustrativa, sino parte integrante de la histo-
rin de España. Por dicha, no es difícil llenar este gran vacio, si
se consultan, como lo indica Hübner (2), los dos volúmenes de
Edmundo Le Blant (3) , de los cuales me serví para precisar con
exactitud la serie cronológica de algunos de aquellos reyes (4).
Interminable me haría si quisiera mostrar una por una las
grandes ventajas del Supplementum, Dieciocho índices le dan
remate, comprensivos de ambos volúmenes y dispuestos por el
orden luminosísimo de referencias que se observa en el Corpus
imcripiionum latinarum del orbe romano.
Hübner, tan parco en la alabanza propia como liberal en la
ajena, nombra rindiéndoles tributo de cordial gratitud á los na-
merosos amigos que en España han coadyuvado á su afán inves-
tigador de los epígrafes cristianos. La mayor y mejor parte de
tan preciado elogio recae sobre nuestra Academia, que si atiende,
como es justo, al estudio de las antigüedades paganas, vela con
más interés por el descubrimiento y custodia de los monumentos
(1) Véase Saavedra , Estudio sobre la invasión de los árabes en España , páginms 27,
S2^51 y r¿9. Madrid, 1892.
(2) «Adnotavit idem Le Blant simillimaB ease inscriptiones christianaa Hispanas
Oallicis, imprimifl provinciiie NarbonensiB — seilicet quae aetate illa cum Hispania
artia vIdcuUs coniuncta erat -> atque servaviase diutius etiam qaam illaa aymbola ct
formulas vetustas , quae Romae et in Italia antea lam obaoleviasent.)» Snppttmentmm,
página VI.
(8; Inscriptioñs chrétiennes de la Gaule. París, 1^3.
(4) «Ínter annorum notationes etlam indietiones interdum adMbitae sant in titn*
lia Hispanis; ut habet breviarium Alariei ad a. SOT: ab hoe eontuUqui vtUi per imáUtb-
nem computet velper aeram,., Collegit exempla eius usus P. Fidella Pita in eommesta-
tione itidieeiones griegas en lápidas viHgóticas (Boletín de la Academia, i. zzi, I9BI,
páginas 5-19) atque composuit quae visa sant redundare ad annon regam Visigotj
jrum Teudi ad Reecaredum acourntias deflniendoa.)» Suppigmtmiwm^ páf. ib.
-f
"tí
I ' J
, u1
EPIGRAFÍA CRISTIANA DE BSPAf^A.
497
donde campea la cristiana fe de nuestros mayores. Para no ir
muy lejos, el Supplementum admite ya por auténtico el epitafio
Matritense del presbítero Bokato [nüm. 397), que sé veía siglos
atrasen el claustro de Santa María de la Almudena (1), y es tes-
timonio insigne de que Mageritum (Madrid) , bien conocido por
sus lápidas romanas (2), subsistía incólume en la segunda mitad
del siglo VII. Hübner, no sin recelo de equivocarse (3) , propone
que la fecha se lea [atino decjimo et tertio regno domnorum
[c^iindasvindi | et receavindji regum era dclxzxv[íííí], es decir,
era 689, año 651. Fácil es demostrar la equivocación; porque
Chindasvinto, en el año quinto de su reinado, se asoció á Reces-
vinto, y no llegó á contar el año xiii de su reinado. Comenzó á
reinaren 10 de Mayo de 642 y falleció en l.'de Octubre de 653 (4).
Si se dice que el año décimo et tercio^ que marcó con todas sus
letras la inscripción, recae sobre Chindasvinto, prescindiendo del
correinado, tampoco sale bien la imaginada cuenta. En el año
651 no corrió su año XIII, sino parte del ix y parte del x. Resulta (5):
1. 10 Mayo, 642.
Vil. 10 Mayo, 648.
ir.
n
643.
VIH.
»
649.
III.
9
644.
IX.
»
650.
IV.
»
645,
X.
»
651.
V.
»
646.
XI.
rt
652.
VI.
»
647.
XII.
»
653.
(!) «Matriti, in claustro ecclesiae S. Mariae de la A Imudena. Videtur periiste, nam
annis 186(< et I8(ft), cum ecclesia reaediflcafetur frustra quaesierunt Academici Matri-
tenses... OamnaYi ego propter supplemeata inepta Davilae.» Suppletnentum,pág.T¡,
Véase el tomo xxviii del Holbtín , páginas 420-426.
(2) Corpus inscriptlonum latinarum^ vol. ii, númerost ^051-9060.
(8) «iMihl leniore aliquanto medela aera dccczxxv visa est mutanda esse in
DC/zxxv — c enim in illo scripturae genere, praesenim ante x facile male legi potuit
pro L, DCLXxxv... — et addendae in flne hastae iiii , ut evaderet aera 689, annus p. c.
651, qui fuit decimus tertius Cbindasvinthi. Si anni regum duorum re vera ita copu-
lari potuerunt, ut Fita fieri putabat in titulo n. 175 hic quoque ei cedo, et v.2 in
[üttno tertio decJ\mo et tertio acribo; tertius enim Reccesvinthi annus fuit tertius de-
cimus Cbindasvinthi patris. Nescio an magis quadret tituli brevitas in sextum sae-
culum quam in septimum. Sed de bac temporum quaestione universa iudicabunt
peritiores » Supplementum^ pág. 18.
(4) Bspaüa Sagrada, tomo ii (2." edición), pág. 208. Madrid, n54.— Cf.
(5) Véase lo dicho en el Bolbtín , tomo xxviii , púg. 495. Compárese el Supplemen-
tum, pág. m.
'Jifi
Vi
TOMO ZZZVII.
82
i98 boletín db la bkal academia db la historia.
Et año 651 que propone Hübaer, como reducible al xtii de
übiadasvinto, no es aceptable. Sin embargo lo es, reduüdo al x
' compaginado con el del correinante Recesvinto:
X de ChÍnda8viQU>= lOMayo, 65t— 9 Mayo, 653.
III de RecesTioto =t!l Enero, 651— 20 Enero, 652.
En la inscripciÓQ de Madrid se leía ciertamente [deci]mo et
srtio. Nada impide suponer que décimo se refiere á Cbiudasnato
' tertio á Recesvínto. Bajo este supuesto so bailarla la fecba re-
incida ó incluida por dos extremos: 10 Mayo, 651 , y 30 Eiisro,
¡59. Mas como la era no pudo pasar (si trocamos la segunda c
n Lj de dclxxxt[ii[i] ó de 689, resultarla el aüo 651 , y uno de los
las del mismo año poBteriores al 9 de Mayo. Fáltaoos para ded-
ir la cuestión el epígrafe origina], que ojalá se recobre.
No se resuelve HQLner á dar por usado en la época visigoda
on la signi&cación de zl |40| el numeral r', 6 z con rabillo, que
.parece en las inscripciones 96, 100, 148 y 335, anteriores ala
nvasidn musulmana. El estudio bislórico de las dos primeras (1)
ne condujo á propender por esta significación, ya corriente i
iríncipios del siglo vtit, que no dudo confirmarán nuevas lápidas
isigóticas.
A nadie debe extrañar esta divergencia de opiniones. La cien-
ia es como la yesca en el pedernal, que necesita para inflamarse
leí golpe chispeante del eslabón.
El SupletmnU no se ciñe A exponer las insaipciones que se
lan descubierto con posterioridad á la publicadóo del primer
'olumen; sino qu? distribuyéndose por provincias y éstas por
lonvantoB juridícos, cada uno de édtos sa parte en dos tratado*:
ino reseña las ilustraciones ó rectificaciones y ampliadones
lobrevenidas á las inscripciones de la misma región descritaa
>or dicho volumen; y otro en que hallan cabida y expiicaciAn
as inscripciones nuevamente descubiertas.
Entre éstas, las que merecen mayor consideración son las qae
BPIGRAFiil CRISTIANA DB E8PAflA. 499
publicó el célebre comendador Juan Bautista de Rossi y describe
IHübiierasí (1):
«clnter monumenta epigraphica numero circiter gczzxyi, quae
hic aut primum omnino proponuntur aat ex umbra libroram et
-ephemeridum, quae paucorum in manus venire et a paucioribus
legi solent, iam in publicam lucem prodeunt, locum primaríum
<xxttpant carmina epigraphica duodecim, quae e schedis vetustip
primus edidit Johannes Baptista de Rossi, antiquitatis christiat-
nae universae interpres clarus, quem post opera magna aut
absoluta aut imperfecto relicta morte praematura bis litteris
ereptum lugemus. Anthologia hispana vetusta quam vocavit,
saeculo octavo scripta, saeculum unum tantum alterumve ab
-aetate titulorum ipsorum distat quos oontinet. Carmina vero illa
insignia saeculorum quinti et sexti ignota manserunt pleraque
tam rehquarum nationum viris doctis, doñee a Rossio oblivioni
-erepta sunt, quam Hispanis ipsis. Tam enim mature putanda
sunt interiisse, ut aevo renascentium antiquitatis studiorum
Jiullius eruditi oculos in se con verteré potuissent. Quot eius ge-
oeris monumenta ecclesiae Hispanas olim illustraverint demon-
slrant cum exempla in sylloge mea ante proposita quam quae
nova illis aecesserunt in hoc supplemento
Anthologiam illam carminum veterum christianorum Hispa-
nam, descriptam sibi e códice Parisino vetusto a Leopoldo De-
lisle viro clarissimo, qui archia publica Galliarum summa cum
gloria regit, Rossius edidit integram (2) atque de syllogis carmi-
num christianorum ómnibus egit plenissime in operis prooemio,
4ibi fundamenta iecit historiae studiorum epigraphicorum uni-
versae. Anthologia Hispana, servata in códice Parisino Latino
n. 8093 saec viii (v. apud Rossium prooemii caput iii § xxx) con-
tinet praeter epigrammata quaedam Martini Dumiensis a Sir-
mondo iam edita (infra n. 379), quae redeunt in aliis anthologiis,
veiuti in codicie Parisini Lat. n. 3832 saec. ix, de quo Rossius
(1) ííuppíemeníum , pAelnas t y vi.
(S) In Byllogae Buae Inseriptionum ohrístltnaram urbis Romae vol. ii , p«pto {ffiio-
T6 f qaae sola prodiit Romae a. mdcoclxzxviii (pp. lzix et 5t6 fol.;, p. 992 m. ParUm
|K>steriorem perflcere ei non contigit, sed a disclpalis edetur.
■n
3
— W^l
500 boletín de la rbal acadbuia db la historia.
dixit alio operis sui loco (p. 262), epigrammaU illa duodecín>
«excerpta» pluríbus etyllogis epigraphicis in Híspanla confict
coeptis fortasse antequam haec anthologia exarata est; plerique
enim tituli monumentorum in eam recepii séptimo el octavo
fiaeculo antiquiores siinti). Carmina si artem spectas sane laud^
vix digna sunt paucis exceptis^ veluti n. 361, 389, monstrantqae
paene eundem formularum usum, quas Italiae et reliquaram
adhibere solebant vel poetae vel artiñces quadrataríi.»
Sobre cuatro de estas inscripciones me ha de consentir la Ac^
demia que entable discusión.
San Victoriano abad de Asan.
En el mapa de la diócesis de Barbastro, que nuestra Academia
bizo delinear para que sii^va de ilustración al tomo xlviii de la
íEspaña Sagrada (1), se ve perfectamente determinada eiitre los
ríos Cinca y Esera la situación del monasterio de Asan, donde
-falleció San Victoriano, su abad, cuyo sencillo epitafio publicado
ti*ece años há por D. Juan Bautista de Rossi y reimpreso pat
Hübner [núm. 390), escomo se sigue:
Hic requiescit in túmulo, cui dedes quina[s et duas per] {2}
metas regendi moñacos iucubuere; exemplo
X7i que fecit docuit; augmine multo
monacorum Iberiam Galliasve replebit
5 celias senioresque probos s(an)c(t)itate re prefecil,
quibus ipse prefuit primus hogao Victorianus abb(as)^
qui cursum vite beatum octuginta ferme
(1) Madrid, 1867. Las breves lineas que dedicó á San Victoriano D. Pedro Saiax
de Baranda en este volumen (páginas 102-ÍOi , reciben complemento de las que es-
cribió el P. M. Fr José de la Canal en el tomo xlvi, páginas 181-202 (Madrid, 18:^).
(2) El suplemento es de Rossi, el cual entiende que incubuere, bárbaramente escri-
to, equivale á cura incubuit. Opino que sin tanta barbarie puede leerse eut décier
quina]9 et decejm eras. Bste último vocablo está en nominativo y a&ade á la idea de^
a&o la de función meritoria, alusiva á un texto de Job (vii, 1), y otro de San Pabh
(2 TVm., II, 8).
EPIGRAFÍA CRISTIANA DE ESPaKÍA.
501
10
in pace peregil annos, PauU Antonique meri-
tis quoequandus in etbera, sepultas Asani
ano Atanagildi séptimo regis, sabbato
Januarias pridie idus.
Descansa en este sepulcro el abad Victoriano. Cincuenta y diez afios
le yieron regir á los monjes. A ejemplo de Cristo, obró lo que ensefió.
Xilenó la Iberia y las Galias de enjambres monásticos; acrecentó las celdas
y puso en los monasterios probados y cantos ancianos que los goberna-
sen y dependían de él (1) como de su progenitor ó primer hombre. Acabó
-éi curso de su vida feliz sobre la tierra teniendo de edad casi 80 afios, y
tfiu espíritu voló al cielo lleno de merecimientos, comparables á los de San
Pablo ermitaño y San Antón abad. Su cuerpo fué llevado ai sepulcro en
Asan á 12 de Enero, día de sábado, afio séptimo del rey Atanagildo.
En mi disertación sobre las indicciones griegas en lápidas visi-
-góticas demostré (2) que el año i de Atanagildo corría en 13 de
Diciembre de 551. Corría, pues, el vii en el mismo día del año
^57. El epitafio, marcando el día de la semana, sábadOj nos ma-
nifiesta que también corría el año vii del mismo rey en i2 de
Enero del año 558; y por consiguiente, el i en el propio día de
^52; siendo su consecuencia que Atanagildo no contó los años
de su reinado antes del 13 de Enero de 551. Esta conclusión es
importantísima para la historia de la sucesión de los monarcas
visigodos del siglo vi (3).
Las actas de la vida del Santo no mencionan el día de la se-
mana en que murió, pero en lo demás so ajustan exactamente á
las indicaciones del epitafio (4). La fecha es segura, ui hay docu-
(1) Como la « y la r fácilmente se confunden en la escritura visigótica, sospecho
•que deba leerse en el Terso 5 sep^ej re/eeit.
(2) BoLBTÍN , tomo zxi, pág. 8.
(3) HUbner ha padecido, desviado por Mommsen, equivocación al reducir, como lo
iiaee, la fecha del epitafio al 14 de Enero de 5(X). Ni el pridie Idus es 14 de Buero,
sino 12; ni este día ni aquél fueron sábado en 560, sino lunes y miércoles respectiva-
mente; ni con este año coincidió el vii de Atanagildo.
(4) «Mortuus est 12 Jan- an. 7 regni Athanagildi Oothi, cum duodecim lustris
monasterio (léase monaeteriis/ prtefuisset, omni deinceps dolore cariturus, cum alio-
quin que ultra 80. annis producitur vita, labor sit et dolor. Ba igitur etatecoele-
«tibus turbia adscriptus est , eternum viotor futurus , Victorianus.» Acta sanctorum
Januarii^ tomo i, pág. 742. Venecia, 1774.
^j
Oi bolbtIn i>8 la bial agadsuia db la historia.
aento alguno que la contradiga. Cuantos autores han qoeridfr
¡jarla, se remiten á las Actas; y auuqae estén discordes entre si
lor lo tocante al año, aunque no sobre el mes y dia, ta equivcK
ación que padecen se ve brotar del erróneo concepto qae hacen
le la duración que tuvo el reinado de Atanagildo. Así el P. La
]a.aal (1) la redujo al aÜD 561; el P. Juan Bolandó á 560 ¡!]y
luestro inolvidable D. Vicente de la Fuente |3| siguiendo i Fe-
reras, la retrasa hasta el año 566. La fuente caudal del error
irovino de no haberse hecho una edición critica de las obras bi»-
Srlcas de San Isidoro y de su continuador, vulgarmente llamado
I Páceme, como ta que ha publicado en nuestros días Teodoro
fommsen (4). Un códico de la Historia Gothormm de Sao [aídoro
onsullado por Mommsen (5), asigna por comienzo del reíoado
le AUnagildo la era 688, y otro la 689 (año 651] que es la ver-
adera.
En el códice Parisiense este epitaño, tan precioso como pred-
o, se ofrece acompañado del que trazó Yenaucio Portuaato,
ibispo de Poitíers en el mismo siglo vi, y atestigua la gloria pos-
urna del Sauto y el coocurso de los pueblos y uaciones á vene-
ar eu romería su sepultura. Preséntanse eu el texto del tA-
lice (6) alguna que otra variante, dignas de notarse y recogeite
iU las futuras ediciones de tan hermosa poesía (7):
Quisquís ab occasu preparas huc, qulsquis ab ortu,
Munus iu hoc túmulo, quod veuereris, habes.
Réspice dilaium coelesli dote talenmm,
Cuius semper habet pectoris arca Deum,
> Relligionis apex, vitae decus, arma salutís,
(1) Sipañt Sagrada, tamo XLTi, pág. IS1.
(9) «AthsnB^Ldaa reg'narfl eispltmi. tSH fldam Catholioam oceu1t« tenall
u Acta taaelamm, t. cit., pig. 7)2.
I, O.' sdlolÓD) pigioks ITT y san. Hilril-
bis.
(4) UouMmtnta BirmanUu hiiterien, val. t
(5) /«J., píff. W7,
<«) HObner, Dúm. SH9.
(7) HIsne, Patrelogia laliiut etmni cíoii
•Mil, 1809.
EPIGRAFÍA CRISTIANA DE ESPAÑA. 503
Eximius mentís Yictoríanus adest
Dignum opus exercens, gui fructiücante labore
Guijclis ooa solí (1) vixit íq orbe sibi.
Plurima per patriam (2) monachorum examina (uiidens
10 Floribus aeteriiis mellificavit apes.
Liogua potensy pietas praesens, oratio iugis,
Sic fuit ut iam tum (3) tolus ad astra foret.
Plura saltitiferis tribuens oracula (4) rebus
Saepe dedit signis vita beata fidem.
15 Bis senis rexit patrio moderamine lustris
Rite deo placitas pastor opimus oves.
Galle sequens recto sacra per vestigia Christum (5)
Niinc fruitur vultu quem (6) cupiebat amor.
No es maravilla que ocultándoseles el primer epitafio varios
autores hayan mal entendido ó desfigurado las capitales ideas
del segundo; y en su consecuencia negado á las actas el carácter
de auténticas ó fidedignas (7). Convendría publicarlas, tomando
por ejemplar el texto más antiguo que se conoce, que frisa en el
siglo VIII y notando las variantes que se desprenden de los de*
más^ ó de traducciones no siempre fieles. La sobria critica del
P. Bolando y del P. La Canal, deshizo ya en gran parte los car-
gos de que han sido objeto. Estas actas y los dos epitafios, lejos
de contradecirse, en todo y por todo se avienen y mutuamente
se explican.
(1) Cód. «Bolumi».
(2) Cód. «patria».
r3i Có 1. ut iam [....] totua.
(4) Có 1. «miracula».
(5) Cód. «ChriBti».
(6) Cód. Aque». Creo que debe suplirse <:\que(m)o, porque el autor de les versos
alude á la segunda epistola de Saa Pedro, i, 12.
O) «Bl nombre Victorianus indica que el Santo pertenecía á la raza hispano-ro-
mana. De su vida se sabe poco con certeza, pues las que se presentan merecen poco
crédito.» La Fuente, t. eii., pág. 177. La razón que da el Sr. La Puente para hacer
español al Santo, tiene contra si que no pudo citar, ni se puede ahora, ninguna ins-
cripción romana de España en que suene el nombre Victorianut; y aunque sonase,
no vaMria un comino.
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\ .
ti
BOLETÍN DE LA REAL ACADSMIA OK I.A HlaTOBlA.
!]oD[aba San Viclomno al fallecer, casi octuagenario If 12
ero 558), sesenia añoa de régimen ó gobierno monasleríal en
ersas regiones, España y las dos Galian, transalpina y dsat-
la, que designó lu epítaQio con el nombre Iberiam GaUiasve,
¡ue Venando Fortúnalo, ilalJano como él, denominó justa-
nte patriam; es dedr, región de los Godos, ú ostrogodos y vi-
odos, unidos en estrecho lazo bajo el cetro deTeodorico. Nacíd
478, cuando acababa de fenecer el imperio de Occidente y la
ilización romana se ocultaba y reverdecía bajo el amparo de
catedrales y monasterios. Rico y joven cultivó con éiito la»
es liberales, tal vez en Milán; y su lama vola muy lejos, po-
ndo esperar del triuiifaute Teodorico grande» distiudoDes,
no las que logró Casiodoro. A los veiute años de su edad ha-
Cundado ya no pocos monasterios y bospiíales, que comenzó
egireu su país iintivo. No hallándose bien con tanto aplauso
las gentes, el santo joven deliberó y no tardó en resolverse á
nsponer los Alpes, acompañado de algunos seguidores ó pro-
ís de su regla monástica (1). Mas pronto hubo de ceder allí á
impulsos del celo apostólico que abrasaba su alma, y fundó
nasterios, donde se aglomeraban pobres y plebeyos, ricos y
Dles, en diversas provincias do la Galia (2). De los herejes pro-
idos por el rey Alarico, arriauo y cruel perseguidor de los obia-
I católicos, se esquivaba como de pesio, después que los hallaba
óciles y resisteutes á su palabra evaugélica. Cqei la derrou y
,erte de Alarico á manos de Clodoveo[año 507), respiró lalgle-
, y uuaépoca de tolerancia, b.ijo el cetro do Teodorico, rey de
ostrogodos y regente de los visigodos en uotnbre de su nieto
lalaríco, permitió á San Victoriano dilatar en Francia el radio
sus fundaciones. Entre tanto, el usurpador Gesaleíco, rival de
lalarico, alentado por Clodoveo, daba larga mano al partido
ólico. Fundó en los confines de Ribagorza y Sobrarbe el mo-
) aCum Igltur recte saciim aUtueret doq posu se Chrialum |>eifecte Mqi^i, dM
I uuore omnl ae caraali affeclu exueret; decrevit saactaa JuTenls, eum mliquot
ídem Inatituti aoclis, ei iMlla proFugare... TnaimiBiis tcitinato Alpibiu, ia 0*1-
1 Ingreaius eal.« Aclti, pie- '^>-
) Aln carÜB Otitis proiiaciis multa Bliflctvit moDaateria, magn&m Deo fáBQ-
Lium multlludtDem congra^DR.v Aef., pig. 74S. — Véa*a al eoDCilia de Agdo.
BPIQRAFÍA CRISTIANA DE ESPAÍ^ÍA. &05
nasterio de Asan, y lo dotó espléiididameate cotí un magnífico
templo que hizo consagrar bajo la invocación de San Martín de
Turs (1). Gesaleíco murió ignominiosamente en 51 1 , á consecuen-
<:ia de la derrota que padeció en un campo de batalla, distante
12 millas de Barcelona. Bajóla moderada administración deTeor
dórico (f 30 Agosto 526) no podían- menos de florecer en España
los monasterios, recrecidos con la emigración de los monjes del
África que desterraba y perseguía el tirano vj^ndaloTrasamundo
j[504-520), La conversión de Segismundo, rey de Borgoña, al ca-
tolicismo, induce á creer que en aquella parte de las Gallas, asC
como en la Narbonense, derramó San Victoriano la buena serpi-r
lia de sus fundaciones monásticas. La humildad de su ánimo, no
la persecución de los príncipes^ le indujo á renunciar el báculo
abacial; y se vino á España, teniendo cuarenta y cuatro años de
edad, para sepultar en solitaria gruta, ignorado de las gentes, su
fama y su nombre. El año de su venida es ciertísimo (2). Fué el
522, siendo cónsules Boecio y Símmaco.
' De aquí tomaron ñrme argumento los PP. Bolando y La Ca-
nal para refutar Ja opinión que mide los sesenta años de la pre-
lación del Santo por el tiempo que pasó en España. El P. La Ga*
r
nal razona de esta manera (3): «El vino á España en 522. Le hi-
cieron abad de dicho monasterio en 531 (4) y murió en 561
(corr. 558). Se inñere, pues, que fué abad del Asanense treinta
ó treinta y dos años. ¿Y dónde fué abad antes? No parece teme-
ridad decir que en lugar de leer en el verso de Venancio &¿s seni^
lustris pudiera haber escrito bi9 ternis lustria^ y entonces saldrían
los treinta años de abadía en el monasterio Asanense; pero leyendo
senia (5) es forzoso admitir que fué abad en Italia y en Francia,
(1) «Haud procul inde vícub erat, cui Asaitio (corr. il«an</ nomen Juzta quera
«liñcatum a Qesaleico Ootho, Rege Hispanise, aumptu magDÍflco monasterium,
prsdiia, villis reditibiis dotatum ac magniflco templo S. Martiui Turoneosia honori
consecrato ornatum.» ít^id.
(2) «Regnabat tune in Italia Theodoricus » qui cum tutor esset Amalarici nepo-
tiasui admodum adolescentis, Hispaniam quoque ejus nomine administrábate C'OQ-
aulibua Romanía Boetio et Symmacho >> Acta Sanctorum, t. cit., pig.'í-lO.
(3) España Sagrada^ tomo zlvi. p iginas 180 y 187.
(4, No es exacto. Fué más tarde.
(5) Asi hay que leer; y lo comprueba el epígrafe más antiguo.
'A
506 BOLETÍN DB LA RBAL ACADEMIA DB LA HISTORIA.
no saliendo de otro modo los doce lustros.» Toda la argumenta-
ción del Sr. La Fuente, que [arranca del vocablo patriam , usado
por Venancio Fortunato (vers. 9), se viene abajo, considerando
los del primer epitafio Iheriam Oalliasve sinónimos de aquél 6
expresivos de una misma idea.
La Peña Montañesa^ que parece sostener con su cumbre el cie>
lo (1), fué la que San Victoriano escogió para su retiro. La gruta
enriscada donde moró, que santificó y que ha sido vivienda hasta
nuestro siglo de ermitaños contemplativos é imitadores del Santo»
es natural, profunda y de alta techumbre, que debería explorarse,
con el objeto de ver si encierra preciado tesoro de monumeatos
ibéricos y prehistóricos. Esta cueva memorable, parecida á la del
monte Gargano, que á fines del siglo v la aparición del arcángel
San Miguel había hecho célebre, fué dedicada al mismo arcángel
por San Victoriano, con un altar que labró al efecto, y en el que
ofrecía, como sacerdote que era, el sacrificio augusto (2).
Poco tiempo permaneció. en la cueva. Corrió la fama de so san*
tidad y milagros de pueblo en pueblo, de provincia en provincia,
y se extendió por toda España. Nobles y magnates, con infinita
plebe, se postraron á los píes del santo anacoreta, rogándole que
descendiese al llano, y tuviese, á ejemplo de Cristo, misericordia
de las turbas; y así lo hizo. Apartándose del monasterio de Asan»
que está á raíz ó en la falda meridional de la Peña Uoniañesa,
dirigióse ala ribera del Ciuca, y en Arrásate, cuya posesión le
dieron, elevó un cenobio de casillas ó celdas separadas, como un
ingente colmenar de abejas, según lo refieren sus actas (3), y lo
expresó Venancio Fortunato.
(1) Véase el Diccionario de Madoz, articalo MoUnos flosj^ tomo xi. pág. 46Q.
(2) «Brexerat ad latus spelunce sacellum S. Michaelis nomine dicatum. Tn hoe,
qao magia eral ab omni mundi strepitu remotum, hoe freqaentias ac ferventius eo-
ram Inenarrabili illo divina) pietatis sacramento vota fundebat, totinsqae aalatem
Bcclesis Deo commendabat; atque in hae sancta exereitatione totam pene diem inso-
mebat.» Acta Sanctorum^ t. cit., pág. 41. Kn este sitio, liay que buscar el ara primi-
tiva, que expresaba el nombre del obispo que la consagró y quizá el a&o de los e6s-
sales antedictaos.
(3) «Data illi pridem ab eisdem migrationis hujus auetoríbus posaessto, eai Atrá-
sate nomen juxta numen Cinga... Hic Victorianus celias edificare sibi ac aoeüs sin-
gulas. Porro tantus erat ad eum popull concursus, ut examen apum ad aWefcre pro-
Tolantium videretur.» fbid., pág. 710.
bpigkafU cristiana ob bspaüa. 507
Hicieron gran caso de él, y se guiaban por su consejo» no so-
lameake los proceres allegados al trono, sino los mismos reyes¿
Amalarico, Theudis, Agila y AUnagildo. Teudis procuró con
mucho empeño que San Victoriano aceptase una mitra episcopal
Tacante; pero se estrelló en la humilde magnanimidad del siervo
de Dios. Los consejos que de San Victoriano recibió este mo*
narca (1) se reflejan en la ley (24 Noviembre 546) que expidió en
ToledOy llamándose Flavio Teudis (2). Los que extrañaren tanta
devoción de un rey arriano, pero más político que aferrado á su
secta, deben recordar la veneración que profesaba Leovigildo al
abad Nuncto, residente en Mérida (3). Cedió, no obstante, San
Victoriano á las instancias que le hizo Teudis, para que, toda
ves que rehusaba el cayado episcopal (de Huescaf), tuviese por
bien recibir, verificándose la elección canónica, el báculo aba*
dal de aquel monasterio. Teudis comenzó á reinar en uno de los
días comprendidos en el decurso de 5 Diciembre 531-21 Febre*
ro 592 (4). Los pasos que dio para que San Victoriano aceptase el
Cargo de regir la abadía de Asan (5), nos llevan hacia el prome-
dio, y por ventura hacia el fin, de su glorioso reinado* Uno de
ios puntos más interesantes de la vida del santo abad es el que
tocan sus Actas, hablando de Vicente, obispo de Huesca (6): «Vi-
centio queque ejusdem olim instituti Antistite gloriatur Sedes Os-
cana.» Pero ésto merece artículo aparte.
(1) «Hic , Bcclesiastieae propagandsB dignitatis ao ptetatis erat studioBisBlmus,
anpe yanctam visebat Victorianum , avideejus audiebat mónita, seqaebatur con-
silla. Bt yaria quaorenti illud plerumque respondebat Victorianus: Honor Regis ju-
dicium ditiffU; quasi prascipuus Regia honor in eo sitúa sit ut jastitiam diligrat atqu»
obeervet... Suadebat prsBterea Regi ut in ferendis deeretis ita se Regem esse memi-
■isset, at et mortalem esse non oblivisoeretur.» Ibid.^ págr, Ul.
(2) Léffis Romanae WiHgothorum fragmenta ea códice patimpseíto, páginas xviii-zziv.
Madrid. 1896.
(8) Sspafia Sagrada, tomo xm (2.* edición repetida), pág. 311. Madrid, 1*416.
(4) Boletín, tomo xzi, pág. 15.
(5) «iQui in monasterio Aasanensi versabantur ascetas, Regem obtestati sunt sibi
ut Vlctorianum Priefectum ac virtutismagistrum daret.Quo audito,Rex etsi alioqui
mi^oriiUum ornare dignitate constituerat, motus tamen humili religiosorum eorum
supplicatione, illum lis patrem, pastorem, doctorero dedit. Unanimi ergo religioso-
rum consensa, Cleri suffragio, acclamatione populi, Regis auctoritate, gubernaoala
illius coenobii capessivit.» Jbid,
(6) iM<l.,pág. 741.
aOLKTIN DB LA REAL ACADEMIA DE LA Hi
ente obispo de Huesca y otros prel
del moDasterlo de Asan.
uros golpes asestó D. ViceiUe de la Fuente
[cas de Sao Victoriano.
jas iglesias de España, dice (1) ss disputaba)
santo abad|; habiendo salido ile los claustros i
adoa ilustres á ref^eiitar diferentes iglesias,
dioso la de Xtrazona, Vicencio la de Hues
amor», Aquilino la de Narboiia y Tranquil]
i. Las lecciones del Breviario de Monteara
le Itainadas actas, no son aceptables; su auti
ligio vtii, si es que alcanzan á él.»
^1 P. Flórez admitió buenamente á Tranqnilii
10 de Tarragona, á pesar de no reconocerle co
s antiguos de la Iglesia, ni el de D. Antonio
de aragonés no ignorarfa lo relativo á San
cuenta habría que admitir á Efrónimo por ob
0 había obispado en Zamora en el siglo v
ironismo indica la poca fe que merecen las ti
.tearagón.i
asta aquí el Sr. La Fuente; mas el clarísim
limpie ó bueno, que se dejase alucinar por sut
lin justa nizón incluyó á Tranquilino en el
ona (2). Si cabe proponer, como lo propnso
1 España Sagrada, que Agnelo, sucesor de S
opolilana tarraconense, falleció en 36 de Jn
claro está que le sobrevivif^ San Victoriano
58), y que nada obsta, sino que todo concu
*omucióii de Tranquilino. Flórez sabia muy
a (3), que el titulo de obispo de Zamora pro
ióu castellana de las actas que hizo Ainsa e
Tomocit.. piglDaBnily 179.
Eipaña Sagrada , toino iiv (2.' eiliciún) pigiaas 71-'%. Ukd
EPIGRAFÍA CRISTIANA ÜE ESPAÑA. 509
Hueacüj libro ii, cap. xxxviii. El error del traductor S3 explica
fácilmente con advertir que Numancienña en lenguaje de la
Edad Media, por el que era denotada la ciudad de Zamora (1), se
puilo confundir con Nemausensis, es decir, de Nimes; y no igno-
raba que pudo callarso el nombre de Eufrónimo en el registro
de los obispos de esta ciudad, como se omitió el de su antecesor
Juan, conmemorado y celebrado por San Gregorio de Turs (2).
Para bien apreciar las actas de San Victoriano conviene ante
todas cosas limpiar y fijar el texto, restituyéndolo á su pureza
nativa. Tales como nos han llegado, no se les prueba el m;is leve
error, salvo algunos deslices de amanuenses é intérpretes. Los
nombres de los cinco prelados sobredichos entran perfectamente
en los catálogos de sus respectivas iglesias, con arreglo al tiempo
que las actas les atribuyen. Existen además dos piezas históricas
de sumo interés, que no debió de conocer y no cita el Sr. La Fuen-
te; pero que divulgó el P. Joaquín Traggia |3). Son tan auténti-
cas que no dejan nada por desear, hasta el punto de que la serié
geográfica, ó descripción de lugares y territorios que encierran,
fué, no há muchos años, confirmada por el descubrimiento de no
pocos monumentos romanos (4). Lo que las actas apuntaron con
admirable brevedad (5), ésto desarrollan las dos escrituras firma-
das por el religioso Vicente. La primera es la renuncia quo en
manos de San Victoriano, el día 29 de Septiembre del año ii del
rey Agila (550) hizo de las posesiones ó herencia que tenía ele sus
padrefs. Era entonces diácono, mayor de edad de 25 años, y de-
claró que desde su niñez había sido educado en el monasterio dé
Asan é instruido en toda erudición escolar: ubi me dominus a
ptieritía mea omni eruditione nutrivity dando así claro testimo-
nio á la sinceridad de las actas, (|ue refieren haber sido fundado
el monasterio de Asan en los comienzos del sexto siglo reinando
Gesaleico, y no haber tenido por primer abad á San Victoriano.
O) España Sagraia, tomo xiv (2.' edición', págrinas SS't-SiS.
(2) Mig-ae, Patrol. lat.^ tomo lxxi, pág., 775. Paria, 1^*^.
(3) Aparato á la historia eclesiástica de Aragón, páginas 4^-410. Madrid, 1792.
(4) BOLBTiN, tomo iv, páginas 21 1-221.
(5) «Vicentio quoque , ^usdeiü olim instituti , Antistite gloriatur Sedes Oscana.»
10 BOLBTIN DB la ABAt ÁCADIHIA DK LA HISTORIA.
iñ segunda escritura se reduce al testamento qne á su diicono
Ssteban dictó nuestro Vicente siendo obispo de Huesca; mas por
.esgracia faltan a) instrumento, copiado en el siglo zii, los pos-
reros renglones ó cláusula que debía marcar la fecha. También
LiEO testamento San Victoriano, cuya regla indudablemente ei»
imultánea, mas no derivada de la de Sao Benito.
Sergio, arzobispo de Tarragona (519-B64?).
SI fallecimiento de San Victoriano (12 de Enero 556) en coya
ida fué elevado á la Sede tarraconense su discípulo Tranquili*
10, establece un seguro término ad quem, más allá del cual no
legó su antecesor Sergio. Entre éste y Tranquilino se interpon*
kgnelo, de quien se dice que falleció en 26 de Junio de 556. De
Sergio, el antecesor fué Juan, cuyas memorias menos anliguu
legan hasta el 6 de Noviembre del aúo 517 (1). Dado que Juaa
nuriese en 519, lo que no es improbable, queda espacio pant
colocar loe treinta y cinco años que duró el pootiñcado de Seri-
[io, y llevar su óbito al 554 de la era cristiana.
HObner, oúm. 113.
Soliera magnanimus pina ingenio cato
Hic quiescit in túmulo Sergis poniifez 6|aa)c(lu)8,
Qui sacri labeotia reslaurans culmina templi
Haud procul ab urbe construzit cenobium 8(an|c(ti)B.
» Pauperes patrem hunc, tutorem habuere pupilli;
Viduas (3) soUmen, captibis precium,
E8urieD[tibu]s repperit alimentum.
Profluus in lacrimis depulit contagia carnis.
CuDCtis carissimus, exuberanti gracia poll[en)9.
10 Parcas íu abundantia, locuplex egentibus vixit
Septies denos presentís evi peragens anuos.
Tri(n|a sacer, ponüfex pariterque septena
Religíosae vite explevit tempore lustra.
BPIGRaFU CBI8T1ANA DB ESPAf^A. 511
Solerte, magnánimo, ingenioso, docto, aquí descansa en este sepulcro el
Banto pontífice Sergio. £1 cual restaurando las techumbres del sacro tem-
plo (1), construyó no lejos de la ciudad un cenobio de religiosos santos.
Tuviéronle por padre los pobres, por tutor los pupilos. Halló consuelo
para las viudas, redención para los cautivos, alimento para los aquejados
del hambre. Con las lágrimas de la vida penitente y austera se preservó
del pestífero ardor de la concupiscencia. Parco en medio de la abundan-
cia, de todos amadísimo, manantial exuberante de bondad^ fué rico para
socorrer al menesteroso. Cumplió setenta afios de su carrera mortal; y en
su religiosa vida, quince de órdenes sagradas, que precedieron á los
treinta y cinco de su pontificado.
No han de tomarse los tres lustros, ó quince años, que en el
epitafio se cuentan y precedieron á los del pontificado, por el
tiempo en que Sergio estuvo ordenado de presbítero. Empezaron
cuando tenía 20 años de edad. No pudo ordenarse de diácono
antes de los 25, ni de sacerdote antes de los 30, según la disci-
plina vigente á la sazón en las iglesias de España (2).
Presidió dos concilios: el de Barcelona, al que suele asignarse
el año 540 y el de Lérida, reunido en 7 de Agosto de 546. Los
mejores códices, donde están las actas de ambos concilios, dan,
asimismo al metropolitano que los presidió el nombre Sergis^
forma seralgriega de Sergio. El comentario sobre el Cantar de
los cantares que le dedicó San Justo, obispo de Urgel le tributa
un elogio (3) parecidísimo y precursor del que en el epitafio se
lee. San Justo le llama «hermano de mi corazón» fgermanum
coráis mei)^ lo que induce á pensar que fueron, no sólo amigos
íntimos, sino también compañeros de educación en una misma
escuela, ó quizá primos hermanos ó pariente?. En Valencia San
Justo de Urgel predicó un sermón en alabanza de San Vicente
mártir, cuyo texto (4) hermosísimo falta, como tantos otros (5) á
la colección de Migne.
<I) Catedral.
(I) ConeiUo in da Artea, eanon I.
<3) Migne, Patrol. ¡ai., tomo lxzi, pág. 961. Paría. 1865.
<4) Lo pablicó Villanaeva, Viqfe literario, tomo x, páginas 219-221. Valencia, 1821.
<5) Véaae lo áiého en este volumen del Bolbtín, páginaa 336 y 448.
BOLETÍN DB La HBAL ACADEMIA DE LA HISTORIA.
Justiniano obispo de Valencia (S27S487).
HubDer, DÚin. 449.
Piu3, praeclara» doctor alacer facuitdus
Jusiiiiiaiius caelebs poiilirex sacei[doal
Noba templa construens velustaque ^esl[all^al)^]
Ornabit fesU dictis predicans in popiilis,
5 Vii'giiies inslitueiis monacosque gubei[i)aus].
Scripait plura posteris profutura [cunctis].
Uic miro maris insola[ni] munimine saepsi['],
Iii [ijjiía mai'is circunllue[ii]libus undis
Sílice disniplo predulcem rep|ierit limíam.
lÜ Hic Vinceiiiium gioriosnni martirem Xpi,
Sat pío quem coluit moderamine vivens,
Hiinc devoliis moriens reliquid eredem.
Uiidecim preseiilis quinquennia vite
Qiiatlor lustris visque quaternís mensibii3
15 Connuinerandus saaciis ministrabit antistea.
Pío preclaro doctor, ágil, fficando,JintÍDÍaiio célibe sacerdote 7 pontífice,
constrayendo templos de nueva planta y restaarondo loa antignoa, ornato
dio con su paUbrtí á las festividades ^ con su predicación edi£có & los
pnebloB. Institutor de religioRas vírgenes, tuvo prelacia de tDonjea.31c-
chas obras dejú escritas, que aproTecharán á todos los siglos Teoideros.
£n cierta is'a, rodeada por las aviesHS olas del mar, puso admirable diqap;
j excavando en ella el ilnro peñasco, h Lio surgir noa fílenle de agua. Este,
al morir, dejó pi'r heredero de todos susbienessl glorioso mártir de Cristo.
Vicente, a quien mucho veneró, rigiendo piadosamente la comnnidad da
BU monasterio. Pasó á mejor vida teniendo 65 afios de edad, j de episco-
pado veinte aSos y ocho meses, debiendo contarse en el número de los
eantoB.
Confirma esle epiíaflo y amplia las prudentes conjeturas del
sapieutfsimo Flt^rez ()). Justiniano ñrmó el segundo entre los
siete obispos quo celebraron el concilio de Valencia {4 Diciembre
(]} EtpaSa Sagrada, tomo tiii 18* tdlci«D), pigiaas IfiS-ISi. Uidrid, IPKI.
BPIGRAFtA CRISTIANA DE BSPAf^A. 513
546), cuyos cánones ii, iii 7 iv, que tratan de defender los bienes
4e los obispos difuntos contra la rapacidad del fisco y de los pa-
rientes, parecen hechos adrede para poner en cobro las disposi-
ciones testamentarias de tan insigne prelado. Su firma en dicho
concilio arguye antigüedad en la posesión del cargo. Floreció
Justiniano en los tiempos de Theudis, como lo notó San Isido-
ro (1), y por esta razón no ve Plórez inconveniente en afirmar
«que Justiniano empezó á ser obispo cerca del año 531, en cuya
dignidad perseveraba en el año 546», á 4 de Diciembre. Sus her-
manos Nebridio, obispo de Egara (Tarrasa) y San Justo de ürgel,
firmaron las actas del concilio II de Toledo (17 Mayo 527). Si á
esta fecha juntamos los veinte años y ocho meses que el epitafio
nota, resulta el año 548, último del reinado deTheudis, y proba-
blemente el mismo en que falleció Justiniano. Por ventura lo
consagró en Toledo su metropolitano Montano en dicho año de
527; explicándose así la presencia de Nebridio y San Justo en
aquella ciudad, algo después de la celebración del concilio, á cu-
yas sesiones no asistieron, pero cuyas actas, no sin previo exa-
men, confirmaron. Precedióles en la firma un obispo, que, como
-ellos, no pertenecía á la metrópoli toledana, y se dice desterrado
por la fe católica y confinado á Toledo. Los códices marcan va-
riadamente su nombre Marrucino^ Marciano^ etc. Quizá fué
Apringio obispo de Beja, cuya exposición del Apocalipsis com-
bate vigorosamente el error fundamental del arrianismo.
El epitafio de Justiniano encarece sus altas prendas de orador
evangélico, que pueden servir de buen comentario al canon I del
concilio de Valencia: «antiquos cañones relegentes, inter caetera
hoc censuimus observandum^ ut sacrosancta evangelia ante mu-
nerum illalionem, Vel missam catechumenorum in ordine lectio-
num post Apostolum legantur, quatenus salutaria praecepta Do-
mini nostri lesu Christi vel sermonem sacerdoiis non solum fide-
les sed etiam catechumeni ac poenitentes, sed et omnes qui e di-
verso sunt, audire licitum habeant, sic enim pontificum praedi-
coáuñxe audita, nonuuUos ad fidem attractos evidenter scimus.»
(1) «Plorait in Hispanlie temporfbas Theudis principia Gothorum.>> De Hri»
illustr., cap. xxxixi.
TOMO xxzvu. Ü
r
514 boletín os la rbal ácaobmia db la historia.
El epígrafe sepulcral indica tarabién el celo de la devoción que
tuvo Jusliniano para ensalzar á los santos y singularmente al
glorioso mártir, del que nos queda el brillante panegírico predi-
cado por San Justo en la misma ciudad. Opino que el monaste-
rio, del que fué abad Justiniano, otro no es sino el de San Vicente
de la Roqueta, extramuros de Valencia, que subsistió en poder
de los mozárabes durante la época musulmana, y que D. Jaime
el Conquistador adjudicó con todos sus bienes y posesiones al de
San Victoriano, ó de Asan, llevado quizá de la tradición de haber
salido de este monasterio los monjes que dieron principio al de
Valencia (1). La fuente, que halló Justiniano en la isla queforti-
fícó| ó puso al abrigo de los embates del mar, es, á mi juicio, la
de Peñíscola, descrita por Madoz en su Diccionario^ tomo zii,.
página 492.
Juan arzobispo de Tarragona (469-619?).
Hübner, 41 S.
Te Joaunem Tarraco coluit miriScum vatem,
Tuosque in hoc loco in pace condidit artus.
In te libra morum, in te modestia tenuit regnum,
Nitens eloquio mitissimo pollebas in corde.
5 Gerens curam pauperum, pietate preditus ampia.
S(an)c(tu)s namque vita, ñde magniñc«nt[i]us ipse
[Ap]paruitcunctis pergens ad premia XpT.
Tuum nempe uomeu tuamque dulcissiman mentem
Laudabunt posteri, numquam abolenda per evum.
10 Merita preconiis adlolluntfacta per s(e)clis.
Denis equam libram [tenens rjeraeantibus lustris
Rector doctorque prefuit monacis et populis,
Octies denos vita peragens feliciter anuos.
A ti, )ob Juanl, prelado admirable, veneró Tarragona, y á este sepolaro^
confió tus restos mortales, que descansan en paz. £n ti reinó la modera-
ción 7 la equidad, norma de la moral y regla de las costumbres. Ta bri-
(1) Véase la diaertación de nuestro sabio correspondiente D. Boque ChaMs, iii->
serta en el Boletín, tomo ziy, páginas 19^49.
EPIGRAFÍA CRISTIANA DE ESPACIA. 515
liante palabra, tu maDsedambre duldeima, extasiaba los corazones, y no
menos los arrobaba aquella tu gran piedad, y aquella tu limosnera mise-
ríoordia en favor de los desvalidos. Santo en toda tu vida, y sobre todo
magnánimo en defender, conservar y propagar la católica fe, apareciste á
todos los que te vieron en el trance postrero partir allá donde Cristo pre-
mia la virtud con eterna gloria. Tu nombre, tu alma dulcísima, preconiza-
rán los siglos que han de venir y serán prolongado eco de tus obras y
méritos memorables. Diez lustros sostuvo su diestra las rectas balanzas
de la justicia, rigiendo y ensefiando^ como prelado y obispo, á los monjes
y á los pueblos; y su vida felizmente alcanzó hasta la edad de 80 afios.
Más de medio siglo, el célebre Osio, que presidió los concilios
generales de Nicea y de Sárdica, fué obispo de Córdoba; y San
Atanasio ocupó cuarenta y siete anos la cátedra patriarcal de Ale-
jandría. Gomo ellos, Juan se puede llamar columna, aunque en
menor grado, de la universal Iglesia; y no debo alargarme en de-
mostrarlo, porque harto lo prueban los documentos que expuso
Flórez (I). El epitafio le atribuye el cargo que tuvo de regir á los
monjes, simultaneándolo cou el de arzobispo, á la manera que
medio siglo más tarde lo simultaneó el ínclito San Martin de Du-
mio ó de Braga. De su antecesor Ascanio no llegan lad memorias
más acá del año 465. Los diez lustros que el epitafio de Juan
asigna á su pontificado nos guían retrocediendo del año 519 al
469. En el quinquenio intermedio (465-469) queda suficiente lu-
gar para Emiliano, de quien podemos ya conjeturar que falleció
víctima de muerte violenta en edad prematura, pues con efecto,
durante los primeros años del reinado de Eurico (466-483), Pam-
plona, Zaragoza y Tarragona fueron estragadas por aquel sobe-
rano (2). Con esta cuenta se hace probable que Ascanio fuese ar-
zobispo y tomase parte muy activa en el concilio nacional que
para extirpar los restos del Priscilianismo fué convocado (31 Ju-
nio 447) por el papa San León I. Entre Hilario, que ocupaba la Sede
al comenzar el siglo v hasta el año 465, cerca del cual falleció
(1) España Sagrada, tomo zzv, páginas 56-71.
(2) «Tarraoonensls etiam provinciae nobilitatem, quae ei (B úrico) repugnaverat,
ezereitus irruptione evertit.» San Isidoro, HUt, Ohoíorum, en el tomo vi de la España
Sagrada (8.' edición), pág. 493. Madrid, 18S9.
516 BOLETÍN ÚH LA RBAL ACAOBIClA DE LA HISTORIA.
Ascanio, hay uoa gran laguna, que indudablemente llenarán sm
epitaños respectivos, si se descubren, ü otros documentos algo
más fidedignos que los que introducen en dicho intervalo, al pro-
blemático Paternino ó Patísimo, nombre que parece haberse lo-
mado y desfigurado del de Patruino^ metropolitano de Mérida y
presidente del primer Concilio de Toledo (1).
Mirificus vates se denomina el arzobispo Juan por el primer
verso de su epitafio. La dicción es correctísima, y la explicó San
Isidoro (2). Este mismo santo doctor y su hermano San Leandro
se nos dice por la inscripción 362 que fueron «ex ordine príoriim
vatum^ (3). Otra inscripción (384) refiere que los altares del templo
de Cangas de Onis , donde ella se puso, fueron consagrados en
el año 737 por el vate d obispo Asterio: «Hic vate Asterio sacrata
sunt altaria Christo». Esta inscripción se grabó en el año pos-
trero del reinado de D. Pelayo y primero de su hijo Favila.
El verso 1t en el epitafio del arzobispo Juan se escribe por el
códice parisiense así:
«Denis eqno libram memineantíbus lastris.»
Evidentemente está mal escrito; pero cualquiera que haya de ser
su corrección (4) se deduce del verso siguieute
«Rector doctorque prefuit monacis et populis.»
que fué á la vez abad y arzobispo durante cincuenta años. Ya he
demostrado que la serie, hasta hoy conocida, de los metropolita-
nos de Tarragona no se opone en manera alguna á semejante
estimación, antes bien, la corrobora. Añadiré que el concilio de
Agde en la Narbonense (28 de Agosto 506)^ de conformidad con
los antiguos cánones, manda (5) que á nadie se dé la ordenación
(1) España Sagrada, tomo xxv, págioas «% y 87.
(2) «Vates a vi meutis appellatuB, cuius signiflcatio multiplexeet; nam modo
sacerdotem, modo prophetam eigniflcat, modo poetam.v EtymoL^ lib. vii, cap. xn,
núm. 15.
(8) Véase también lo que noté sobre la inscripción 888 en el tomo xxv del "QoVBr
Tin, p4ff. 81.
(4) Creo que puede ser: «Denis equo libramíne eminentibiis lustria.»
(5) Can. XVII.
BPIGRAFÍA CRISTIANA OE B8?/i$^A. 517
episcopal ni la sacerdotal si no tuviere 30 años de edad. Teníalos
ciertamente Juan en el momento de su consagración, pues falle-
ció octogenario.
La vigilaucia con que siempre atendió á mantener en su pu-
reza y vigor la regla monástica, se significa por el canon XI del
concilio tarraconense que presidió (6 de Noviembre de 516); y el
celo que le anitnó para lá conservación de los templos se muestra
igualmente por el canon YIII del mismo concilio. Asolada ó mal-
trecha su catedral por las tropas de Eurico, Juan la rehizo; mas
no pudo completar su obra, probablemente de arte bizantino
como la de Santa Sofía de Gonstantinopla, porque el dar cabo á
la techumbre y cúpulas (sacri culmina templi) estaba reservado
á su inmediato sucesor, Sergio, quizá griego de origen, como lo
fueron sus contemporáneos Paulo y Fidel, arzobispos de Mérida.
Al concilio de Tarragona asistió Héctor arzobispo de Cartage-
na. Al empuje comercial y avasallador del imperio de Oriente
sobre el Occicfente se debió que los grandes emporios de nuestra
Península se viesen frecuentados desde los postreros años del
siglo V por los subditos de la nueva Roma, ó de Bizancio. Como
no pocos griegos, clérigos y seglares venían inficionados de los
errores condenados por el concilio de Calcedonia, quiso el arzo-
bispo Juan viajar á Roma y abocarse con San Hormisdas para
pedirle una regla de fe por la que fuesen probados los del clero
griego, que en España se introducían, antes de ser admitidos á
la comunión católica. Mas la avanzada edad del prelado tarra-
conense, que por su epitafio conocemos, no le permitió llegar á
la ciudad del Tíber, sino que habiendo arribado á las costas de
Italia y cayendo por ventura enfermo, despachó un mensaje
fnitens eloquio) que llevó á Roma su diácono Casiano. Lo demás
es sabido.
Lo que acabo de advertir tiene aplicación á un problema his-
tórico que atormentó el agudo ingenio de Flórez (1) é interesa
muchísimo al episcopologio tarraconense. En la serie que trazó
D. Antonio Agustín propuso á Jorge como intermedio de los
esudos antiguo y moderno de aquella santa Iglesia. Dice haber
<1) JSspaña Sagrmda^ tomo xxv, peinas 93 y Ul.
3 BOLRTIN DB LA HBAL ACAOBHIA DB L
do ioscripcidn de cierto altar arruinado
Dtiflcado de Jorge en esta forma:
Stephanu» Alexandrinui in honore Dei el
! VIH idfuij Aprit(eaJ anfno) tertio or
í» sub pontificalu Georgii ep(Ueop)i. Sigili
>No bay exptesióa, dice Plúreí, de era e8|>s
r ]o que nocousta el tiempo; pero alta
Tarragona, debe entenderse de pouiíflca
eeia. Este convendría á Jorge cuando 1
gi6 aquel altar en el año tercero después
isbltero. Es muy ci-eíble qué Jorge perte
o más que al moderno, después de Ye
;lo Tiit; y el expresado arzobispo lo euteo
:a memoria antes del estado moderno.*
Propenda á creer que se trata du Jorge,
[a, católico y sucesor de San Juan el limí
n Marcos y San Alanasio. En 616, apoder
¡ipto pusieron en la precisión de ausentar
rroá San Juan el limosnero, en cuyo h
rge; por manera que la ordenación de Esi
ispo ó bien de sacerdote, no acaeció sino d
de consiguiente, la inscripción no es p'
ecisaodo más el tiempo, claro se ve que
pción, leído por D. Antonio Agustín Si
ede admitirse, sino reformarse por la s
■a semejante: s(anjc(ti$jaimi indicítione}
va al año 619 y al 6 de Abril, Gabalmenli
[npareció en Sevilla un obispo siríaco, qut
persecución de los persas y para cuya con
ieuto San Isidoro redactó el larguísimo cái
Qcilio hispalense ¡13 de Noviembre 619).
iro oriental á nuestra España por efecto
! persas, adoradores del fuego, halla su
ogenie del infausto conde D. Julián, expli
avedra |l). La calda del Reino de D. Rodi
I) BilHéto lobre ¡a itvatió» dt iei araba tu B^aia, p3|
epigrafía cristiana de E8PAÍ9A. 519
invasión musulmana no puede bien explicarse, si no se tiene en
cuenta el amalgama de gentes extrañas al elemento-godo- romano
■que DOS trajo el Oriente, atormentado por el orgullo de la razón
y el choque de antiguas rivalidades.
El argumento que hace Fiórez sobre que un altar erigido en
la catedral de Tarragona é indicado por la inscripción de quien
lo costeó se refiere (si habla de un prelado) al de la misma cate*
dral, no es concluyente. El sacerdote que á sus expensas lo hizo
-construir era natural de Alejandría y pudo ser ordenado por su
propio patriarca ú obispo.
No reseña Hübner esta inscripción ni la siguiente, que tam-
bién se halla en la catedral de Tarragona (1).
Bic requiescit vir aanctisaimtM Cyprianus , primae Sedis ia»
rraconensis (2) episcopus ^ deponitus in hunc tumulum VIH
k(a)l{end)as Maias^ in pace.
Cipriano tuvo representación en los concilios Toledanos XIII
<4 Noviembre 683), XIV (20 Noviembre 6S4) y XV (11 Mayo 688).
Su fallecimiento, en 24 de Abril, ha de ponerse en uno de los
años 689, 690, 691 y 692; porque en 2 de Mayo de 693 su inme-
diato sucesor, Vera, firmó las actas del Toledano XVI, y el tiempo
transcurrido para su elección y consagración, contado desde el
fallecimiento de Cipriano (f 24 Abril), excedió seguramente el
plazo de ocho días. Para cortar la cuestión nada se infiere del
concilio Zaragozano III (1.® Noviembre 691), pues carece de sus-
cripciones en todos los códices que á mano tenemos para leer sus
actas. Tal vez en el epitafio de Cipriano se descubrirán rastros
de la era, omitida por los copiantes; y de todos modos, importa
se publique el fotograbado, para lo cual mucho espero de la co-
operación que al efecto prestarán á esta Real Academia sus co-
rrespondientes en Tarragona. Igual operación há menester el in-
Auestro sabio compañero hace notar que uqo de los hijos de Witiza se llamó Arta -
'vasdes.
• 1) Bspaha Sagrada^ tomo xxv, págrinas 91 y 92.
(2) Bl nombre prima Sedes no importa primacia de un metropolitano sobre otro,
vino sobre los sufragáneos de la provincia metropolitica. Véanse las cartas de Idalio,
obispo de Barcelona, k los arzobispos San Julián de Toledo y Suniefredo de Narbona
«n la Paírotogia de Migrne, tomo xcvi, páginas 815-81S. Paris, 1802.
boletín os la rbal academia dk La historia.
9 epitaúo episcopal (siglo vi?) de Valencia, reseñado por Hüb-
!ou el niiu). 384, en cuyo fragmento d leo tq(uatuo)r aanjisii,
dicándolo al remate del renglón tercero.
ira terminar, observo que ban de añadirse al Supplementum
übner otros cinco epígrafes de la edad visigóiica:
' Gl del anillo de oro, hallado en la isla de íbiza, oncéanos
' que salió á luí en el tomo xvm del BoletIh, pág. 287.
' Los 18 dísticos del epitafio de Antonína, sacados del códice
uélico, escrito eii el siglo ix y archivado en la catedral de
I. Los publiqué en la revista madrileña La Ciudad de
(1), cítaudo los testos de San Braulio de Zaragoza {i) y de
Julián de Toledo (3), que ilusiraü esta bellísima composi*
del noble Wistremiro (4), viudo de Anlonina, de la que dice
pítaño (versos 9 y 10):
> Te claram genitor illustria, nomine Tustús
Nobilis et genitrix Veretuináu dedit.»
' El que compuso Quirico, obispo de Barcelona (años... 656-
y mandó poner en la iglesia de Santa María del Mar, junto
pulcro de Santa Eulalia, virgen y mái-tir barcelonesa (á|. Batí
erso trocaico y empieza asf : tFulgel hic honor aepulcri Mar-
I Eúlaliae.t Esta inscripción se relaciona íniimamentecon la
de Hübner, lápida mouumental insigne, que re&ere la tru-
in del cuerpo de la Santa á la catedral por el obispo Frodoino
a 21 de Octubre en la segunda mitad del siglo ix (6). Aiiora
alia en el Museo arqueológico provincial con el número 864.
Tomo TI, págla4a iT, y 428. Madrid, ]S7I.
Blpatia Sagrada, tomo ixx (S.* edlelün), plsiuai :K2 y 3«S. tfadrid, ]fS9.
Migue, Palm/, lat., tomo icvi, pig. )<00. Piiie, l^Si
,«HlHilrUiiint BÍrontm» lo ll»ma San Braulio. Su nombre tuvo uno d« loe pria-
M loagDatea qu* lomaron parLa en la CDiV)uraciún j itiMrm d* Paulo Ooatn «t
rambe (Mlgne, t. cit., pág. BOS).
Ulgoe. Pairo!, lat., tomo lx>:xti, pAginu 1.009 y 1.110. Paría, ¡883.
íBiie r4quiMtit ¡nata Bulalía mar | [ir]rit CknUt)t, fiU patta al in eitílaU Btr-
*at*iDatiai.e\fniidiIÍUliu) FH¡ii.nian)at 4l/aU liítala Ha Fr^J^im r"-
t mm na timo 'a | éamn i(fi*At'.« J'*'^ ' t(*)i(nda«) A^i>(<wi>)M*> D*a gral
« lo dicho OD el BolstIh, tomo vi, páf. ÜJ4,
BPI6BAFÍA CRISTIANA DE ESPAÑA. 52 1
Manos bárbaras durante la revolución del año 1868 arrancaron
esia lápida de la cripta, donde reposa el cuerpo de la santa patro-
na de Barcelona. El actual obispo, Dr. D, José Morgades y Gili^
abriga el propósito, según me dijo, de rogar á nuestra Academia
y á la de San Fernando interpongan su valía acerca del Ministe-
rio de Fomento para obtener la devolución de tan preciosa piedra
al sitio que le cupo por espacio de mil años junto á las veneran-
das reliquias y urna sepulcral de la santa mártir. El perjuicio
que de tan equitativa restitución se habría de seguir al Museo no
es grande, pues fácilmente se puede reparar con un vaciado en
yeso ü otra compensación que se crea justa.
4.* Está señalado con el número 1.400 en el Museo episcopal
de Vich (1): «Lápida de mármol ocupada toda por el monograma
de Cristo en relieve. Mide 0,13 x 0,11 m. Procede de Carmena.»
5."" Epitafio poético del siglo v ó vi, que dedicó Cesarla á su
esposo Carudo. Fué descubierto en Llafranch , de la provincia de
Gerona, y publicado por nuestro correspondiente en Barcelona,.
D. José Pella y Forgas (2).
La segunda parte del Supplementum que expone los monu-
mentos epigráficos de la España cristiana, posteriores al siglo viii
y anteriores al xii es, aún más que la primera, fecunda de ense-
ñanzas históricas (3). ¿Qué mucho que en tan rica y abundante
mies, cogida en tan vasto campo, algunas espigas se puedan
echar de menos? Tales son :
i.* Lápida conmemorativa de la restauración y consagración
de la iglesia de San Martín de Ampurias en el siglo x (4)..
2.* Lápida conmemorativa de la edificación de la iglesia de
San Pedro de Ciará, cerca de Mataró, en el siglo ix (5).
3/ Sepulcro primitivo del conde de Barcelona D. Ramón Be-
renguer I, legislador de los Usajes (f 27 Mayo 1076). Cuando se
O) CéUdlo0O del museo argueoiófieo-artisiico •piieopml 4$ Vich^ fundado y solemne-
mente inaugurado en 7 de Julio de )8ul por el Exorno, é limo. Sr. Dr. D. Jo«é Morg^»
éM y Qili; pág. 64. Vioh, 1893.
(-2) H%9í9ria del Amfwrdám^ tomo iv, páginas 274, 275, 867 y 858. Barcelona, ISBi.
(8) Véanse loa indieee it, v y tiu.
(4; Villanueva, Viaje literario, tomo zt. pég. 26. Madrid. 1851.
<5) Boletín, tomo zxziii, pág. 89.
-¿ SOLBTIN DB LA RBAL ACADBHIA DB La HISTOBIA.
bró en 1535 la urna, que hoy guarda aa la caiedi-al de Barcelo*
, los restos mortales de aquel Conde, se deshecho la antigua,
le ha servido de pila á la fuente frouteriza de la casa parroquial
la villa de Alella, eutre Mougat y Masuou (1 ). La inscrípcióa,
le alguuoa achacan al conde Ramón Borrell, decía:
Uarchio Raimundus, nuUi probitale secundus,
Quem lapis isle tegit, agarenoa Marte aubegit,
Adcuitis nutumaemper solvere tributum.
Huic tequies delar^ morílurug quUqvte precetur,
4.' Fragmento del epitafio de Almodis (f 160clubre 1071), es-
sa del conde D. Ramón Berenguer I [2):
Félix Almodis que splenduit orbia in hodis
Hac moriendo die iransivit ad atria vite.
5.' Dio cuenta de ella VillauneTa (3) : (Inscripción gótica del
|[lo X, que se halla en una ermita de nuestra Señora, intitulada
1 Camí, en la heredad de casa Torres, parroquia de San Bste-
Q de la Uarriga, no lejos de Granollers. Por fortuna be coo-
rvado un dibujo exacto de la piedra coa todas sus roturas y
Tas, el cual me regaló un monge de Monserral. Su lectura redu-
la á nuestra letra comiiu, dice asi: Hic requieacit banee memo-
V Ckixiloni (ó Chixloni) Dea dieata, filia Wifredi eomitis. Dintil-
I ei Detu. Amen. Quce ohiit VIH kale. martii era D.CCCC.XLV.
Mo vííi regnante Leudovico Rege.»
La vi en el mismo lugar y he pedido calco de ella, que do he
nseguido. El año vni[i] (nono) de Luía Ultramarino comieiua
30 de Junio de 944; y así sale bien la cuenta de la era cris-
ma segiiu el cómputo Pisano, ó de Dionisio el Exiguo.
1) PuJBdM, CrMiea tnittrtal del PriiuiptSo di OalaluSa, tomo tu, pég. HS. Bv-
ODS, IM-'il.
Z) VillíDuevA, Viaje lil , lomo xii. pág. WS Madrid, ]t)SO.— P«reei6 ueslaadai
iDosde lu entenado. Los que colocaron el día de au muerte an t' d« NaTiembt« no
enden al sexuado vocablo de la verdadera eipresión, ÍVIl i*tfndai Nocrm-
iBlgnada por al «pitaflo ; otros docu man loa.
9/ Viale lileraHo, lomo iii, p&g. -JO. Madrid, 18GI.
J
EPIGRAFÍA CRISTIANA DE ESPaS^^A. 523
6/ Lápida sepulcral que fué partida eu 18 fragmentos, y se
halló sobre el cuerpo de San Ildefonso, de cuyo letrero «Patris
Aldefonsi Episcopi Toletani,,.'^ da testimonio Gil de Zamora (1).
¿Siglo 12? Sospecho lo hizo grabar el rey Alfonso III.
7/ Epitafio primitivo de San Alvíto, obispo de León (f 3 Sep-
tiembre 1062). Lo descubrió D. Ricardo Yelázquez Bosco en la
catedral de esta ciudad; á raíz del hallazgo, en 1866^ estudié y
publiqué la inscripción, dando sobre ella informe á la Comisión
de Monumentos (2).
Alviius túmulo presul tumulaiur in íbío
Annuii huic CéhrUtus poniicale decus.
Dicite Christicole: celestia rexy sibi parce
Et réquiem vite da [sibi perpetué. Obiit]
Era m(iljl(esimja C. et quoto III nonfasj Sébt^embrea).
8/ Epitafio de Bermudo II (f 5 Septiembre 999) en el panteón
de los reyes de León (3).
B(ic) rfequiescitj YeremundfusJ Ordonii. Iste in fine vite sue
dignam Deo penitentiam obtulit et in pace quievit^ era MXXXYIL
Esta inscripción se relaciona con la de Vairáon, señalada por
Hübner bajo el nüm. 135:
In nfominje dfomijni perfectum est templum hunc per Maris^
palla dfejo vota \ sub die Xlll k(alendas) Ap(riles) erfa) DXXIÍI
regnante serenisaimo Veremundo rex.
La fecha, 20 de Marzo 485, tropieza con dos dificultades graví-
simas. No se ha conocido, si no es por este monumento, ningún
Bermudo rey suevo; ni el dictado de aereniaimo aplicado á nues-
tros monarcas se encuentra hasta fines del siglo vii (4). Sospe-
cho que la inscripción es del siglo vni, y que la era debe ser
(1) BOLBTÍN, tomo Yi, páginas 62 y 63.
(2) Bl informe ha sido reproducido en la obra Recuerdos de un vi^fe á Santiago d$
Galicia, páginas 14^-15'). Madrid, 1880.
(3) Risco, Iglesia de León y monasterios antiguos y modernos de la misma ciudad, pá-
gina 148. Madrid, I'i92.— Otros epitafios del panteón de los reyes y principes leoneses
trae Risco en este libro, omitidos por HUbner y anteriores al siglo xii.
(4) Véanse las actas del concilio XII Toledano, año 684.
24 BOLBTIn di la AKAL ACADEHIA DB la KtSTOIItA.
>[ccc]xxTii, año 789, en que vivía D. Bermudo I; el cual, següa
o uola la crónica de AKoaao III , reinó tres años y designó por
ucesor suyo á D, Alfonso II en dicha era [1). Conviene pedir y
ibteuer el calco y la fotografía de tan interesante lápida, que
[uiíá permanece en el exmonasterio de monjas benedictinas de
(an Salvador de Vairáon (2), y no logró Elübner.
9.'-19.' Epitaños de otros reyes , reinas y principes de León
[ue fueron transcritos i coatinuacióu del precedente [3), y son
,nteriores al siglo xii.
30/ Arqueta de martll, guarnecida de oro, que se guarda junto
i cuerpo de San Isidoro, con esta inscripción (4):
Arcula sanctomín micat hec sub koncre duorum
Baptiste sancti lohannit stve Pelagii,
Ceu rex Fernandus Reginaque Saacia fieri iuasit
Era millena septena aeu nonagena.
Otras muchas puedo aiiadir y no enumero en gracia de la bre-
'edad. Lo dicho basta para dar alguna muestra de los relevanles
ervicioa que el Supplementum ha prestado á la Historia con los
nonumeutus que abarca y los que están destinados á su prosecu-
ión en el siglo próximo.
Uadrid, 30 de Noviembre de 1900.
(1) StpaiaSaeraáa. tomo vu (3 •oáii:iinin(Kl\dx),fág.&]. Madrid, IflG.
(9) «Id pariete domus, o ctlltiro dtelae, verBoa merldiem luita dormitoriaiD
J
NOTICIAS.
Se recibió con aprecio la obra del Dr. Seller, remitída por el
Sr. Duque de Loubat é intitulada Das Tonala mail der auhufschen
Sammlung^ espléndidamente iluminada con reproducciones cro-
máticas del calendario azteca y doctas investigaciones del autor,
que muestran una vez más la liberalidad é interés de nuestro
honorario, que bien puede llamarse Mecenas de los estudios pre-
colombianos de América.
Presentó el Sr. García (D. Juan Catalina), en nombre del autor,
D. José María Pontes y Fernández, la Historia de la antigua ciU'
dad de Sisapon^ hoy Almadén del azogue ^ congratulándose la
Academia del incremento cada día mayor que toman los estudios
regionales de nuestro país.
El mismo Sr. García, encargado por la Academia de la edición
de las Relaciones geográficas de Felipe 11^ concernientes á la pro-
vincia de Guadalajara, ha puesto manos á la obra, y no tardará
en aparecer su trabajo en la colección del Memorial histórico.
A petición del Director de la Revista histórico^diplomática que
«e publica en París se acordó su cambio con nuestro Boletín.
>6 boletín DB la HBAL ACADBWrA DB LA HIBTOniA.
El Sr. Gómez de Arleche, en nombre de D. Pedro Berenguer,
a presentado un opiisculo titulado Juan de Sevilla, matemático
pattol del tiglo XII , obra de mérito que irá seguida de otKS
ístóricas de matemáticos espailoles.
La Comisión de monumentos de Sevilla notició el descubri-
liento en Santiponce (Itálica) de vados objetos romanos, eotre
líos una primorosa estatua de Diana.
Han sido nombrados correspondientes en Segovia D. Andrés
'iles é Icart, historiador de Cullera, y en Córdoba I). Rafael Ra-
lírez de Arellano, autor del luminoso inrorme refereoie á Bea-
■iz Enriques de Arana, publicado en este cuaderno del Boletíh.
Se han recibido con aprecio, enviadas por D. Joaquín de Pe-
ñra, dos monedas de oro de los caliTas de Bagdad y tres de plata
B Persia, que con este objeto le había remitido el doctCsimo co-
respondiente de nuestra Academia Fr. Pedro de Brizuela, Supe-
ior de la misión de Carmelitas en Mesopotamia.
Leyó el correspondiente D. Rodolfo del Castillo, en la sesión
el 9 de Noviembre, una Memoria descriptiva de los sellos de
iedra con inscripciones de médicos oculistas pertenecieres á la
poca romana, mostrando el original del ünico ejemplar de esla
iñd que existe en España y se cree descubierto en Cataluña.
Han sido reelegidos Director de )a Academia, Tesorero y Vocal
e la Comisión de Nfonumentos, respectivamente, el Excelentísimo
r. D. Antonio Aguilar y Correa, Marqués de la Vega de Armijo,
I limo. Sr. D. Bienvenido Oliver y Esteller y el Esceleolísimo
T. D. José Gómez de .Artechc.
F. F.— A. R. V.
Índice del tomo xxxvii.
DoouMiirTOs oficiálib:
I. Beseña histórica de la Academia en el año 1899-1900, leida
en Junta pública el 3 de Junio por el Secretario perpetuo
D. Cesáreo Fernández Duro 5
n. índice de informes pedidos por el Gobierno de S. M, y Cuer'
pos del Estado á la Beal Academia de la Historia^ evacua-
dos por ésta 6S
IvroRMBs:
I. Biografía marUima.'-CeBáreo FernÁüdeE Duro 120
IL Antigüedades romanas de Valencia. — Luís Tramoyeres Blasco. 127
III. Vida del capitán Alonso de Contreras, caballero del hábito de
San Juan^ natural de Madrid^ escrita por él mismo (años
1582 á itf55;.— Manuel Serrano 12»
Noticias 271
A.dquisicione0 de la Academia durante el primer semestre del afio
1900 278
InroRMis:
I. Dos cartas inéditas del P. Andrés de Bada acerca de las re^
ducdones del Paraguay (años 1666 y 1667),-^ M. Serrano 301
II. Descripción de la PaÍMÍino.— Fidel Fito 818
III. Nuevas inscripciones romanas de Extremadura. — £1 Marqués
de Monsalud 822
IV. Tortosa, Nuevas tnscripdoTMS romanas, — Ángel del Arco y
Molinero 326
Varikdadis:
I. Memorias de la dominación de España en Ñapóles,-- Cesáreo
Fernández Duro 329
II. Fatrologia latina. BenaUo Gramático, Su apunte histórico de
Sabadeü,— Fidel Fito 836
Noticias 848
-t nOLETtN DE LA HBAL ACADEH
I. PriviUgiot ie Atupvdia. — Gregoii
II. Epigrafía antillana.— CetAwo F<
m. Fuerot inéditos da Viffuera g de T
£>. A^fon»o el Batallador.— -gv
IV. Nueva» ittueripeianei romanoM de
Turi» y Abia de la» Torre». — Fi
Üciaa
I. F%en) de Viguera y de Val dt Fm
Hergueta. ....
II. In»cripcione» en Nuevo üéxico. — y
m. Dato» nuevo» referente» á Beatrii
Arana» de Córdoba, etteontradot
Aretlano.- Rafael RamlreE de .
IV. La ñnagoga mayor áe Toledo.— J
Delgado
V. Nueva» intcripci'mes de Extremad
Balnd
VT. tEpigrafia crittiaaa dé Eepatia.t .
títjios de San Victoriano abad, J
Tarragona, y Jtaiitdano oWipo
tidas. ._
lice del tomo xxzni Mí
[!tiflcacioD«8 SH
REOTIPICACIONE
?ág. 839, Un. i: (Unesi; corr. €lfnefl>.— 4B0, 27: <1
B[tES>.— 436, II: (mina»; corr. <mtana>.— En la
car la sitaación de Alcormcén, qae no eatá eobte i
margen ¡iqnierda del Gnadalqnlvir j janto i la vi
f-i
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